Documentos históricos de la Revolución mexicana. Revolución y régimen maderista I

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Documentos históricos de la Revolución mexicana. Revolución y régimen maderista I

Table of contents :
Prólogo por Isidro Fabela......Page 5
1. Entrevista Creelman: El Presidente Porfirio Díaz declara al Pearson’s Magazine que reconoce el principio de alternabilidad republicana y está dispuesto a retirarse del poder......Page 13
2. Carta de don Francisco I. Madero al Lic. Fernando Iglesias Calderón, urgiéndolo a una intervención decisiva en los esfuerzos anti-reeleccionistas......Page 21
3. Carta de don Francisco Madero, Sr. a su hijo Francisco I. Madero, expresándole disgusto por sus actividades políticas......Page 24
4. Don Francisco I. Madero explica su actitud y su libro a su padre, y anuncia que combatirá a la dictadura hasta donde le alcancen sus fuerzas......Page 26
5. Don Francisco I. Madero escribe a su padre que procurará fundar un partido democrático y que trabajará con gusto para que Limantour ocupe la Vicepresidencia......Page 28
6. Manifiesta don Francisco I. Madero a su señora madre que ya comenzó su campaña con la publicación de El Demócrata, y que el entusiasmo ha cundido en toda la República......Page 31
7. Don Francisco I. Madero escribe al Gral. Porfirio Díaz enviándole un ejemplar de su libro La sucesión presidencial en 1910, y proponiéndole que su sucesor sea la ley......Page 33
8. La Convención Nacional del Círculo Nacional Porfirista, pide al Gral. Porfirio Díaz que acepte la candidatura para la Presidencia en el periodo 1910 a 1916......Page 36
9. El Sr. José de Landero y Cos entrega al Gral. Porfirio Díaz el acta de su candidatura para la Presidencia......Page 38
10. Respuesta del Gral. Porfirio Díaz a los convencionistas del Partido Nacional Porfirista, que le ofrecieron la candidatura a la Presidencia......Page 40
11. Programa, trabajos y tendencias del Partido Nacional Antirreeleccionista, y la próxima lucha electoral, por don Francisco I. Madero......Page 41
12. Manifiesto a la Nación de los señores Emilio Vázquez Gómez, Francisco I. Madero y otros, invitando al pueblo a alistarse en el Centro Antirreeleccionista......Page 54
13. Don Francisco I. Madero reprueba ataques del Ing. Félix F. Palavicini contra el Gral. Díaz por su entrevista con el Presidente Taft......Page 60
14. Carta de don Francisco I. Madero al Lic. José Vasconcelos, instándolo a que no se retire de la lucha, porque el bien más codiciado de los pueblos es la Libertad......Page 62
15. Don Francisco I. Madero insta para la pronta publicación de la convocatoria y para la pronta publicación de El Antirreeleccionista......Page 64
16. Propone don Francisco I. Madero al señor Aquiles Serdán una jira de propaganda en vez dél mitin proyectado en Puebla......Page 66
17. Don Francisco I. Madero, en carta al Gral. Díaz, analiza la campaña electoral y repudia los abusos de fuerza contra su persona y sus partidarios......Page 67
18. El Cónsul en Del Río, Texas, informa sobre la ayuda pecuniaria del señor Madero y otros para los periódicos revolucionarios de San Antonio y para sus correligionarios......Page 71
19. El Cónsul en Del Río, Texas, refuta las declaraciones de don Francisco I. Madero en la campaña eleccionaria en Sonora y Sinaloa......Page 72
20. Discurso del Lic. Federico González Garza al aceptar su candidatura para Diputado por el 2o. Distrito Electoral......Page 75
21. Don Francisco I. Madero pide al Sr. Elpidio Aguirre empezar a organizar los trabajos electorales y la instalación de Clubes Anti-reeleccionistas......Page 80
22. Don Francisco I. Madero, preso en Monterrey, manifiesta su imposibilidad de presentarse en Yucatán, y dice que siempre estará en su puesto sirviendo a su partido......Page 81
23. El Cónsul en El Paso, Texas, avisa el arribo del señor Juan Sánchez Azcona, al que considera fugitivo político......Page 83
24. El Sr. Juan Sánchez Azcona agradece al Cónsul en El Paso sus atenciones y le anuncia que regresará a México......Page 85
25. Don Francisco I. Madero felicita al Ing. Manuel Urquidi por su entereza y aprueba su ida a Michoacán......Page 86
26. Libertad cauciona! concedida a donFrancisco I. Madero y trasladado de la cárcel de Monterrey a San Luis Potosí......Page 88
27. El Cónsul en San Antonio, Texas, informa de las actividades del grupo maderista y de sus publicaciones......Page 91
28. Manifiesto del señor Aquiles Serdán en que protesta por el triunfo reeleccionista que se atribuyen los porfiristas y corralistas, y aclamando a Francisco I. Madero......Page 92
29. Alocución de la Srita. Virginia Valdez en el Club Femenino Sara Pérez de Madero, en Puebla......Page 94
30. La Suprema Corte de Justicia niega el amparo interpuesto por el defensor de don Francisco L Madero en contra de su traslado de cárcel de Monterrey a San Luis Potosí......Page 96
31. Co:rnentarios de “un poblano que fue reeleccionista” hasta ver las injusticias del porfirismo contra los que aclamaron a Madero el 15 de septiembre......Page 97
32. Plan de San Luis, firmado por don Francisco I. Madero en San Antonio Texas, el 5 de octubre de 1910......Page 99
33. Don Francisco I. Madero invita al Ejército a ir a su lado en defensa de la causa del pueblo, y no ser sostén inconsciente de la tiranía del Gral. Porfirio Díaz......Page 108
34. Detención por la policía secreta de México, D.F., del señor Gustavo A. Madero, hermano del candidato anti-reeleccionista don Francisco I. Madero......Page 111
35. Don Franciso I. Madero participa al Lic. José Hinojosa su llegada a la ciudad de San Antonio, Texas......Page 112
36. El Sr. Samuel A. Salís propone que el Partido Anti-reeleccionista no se disuelva hasta que sus aspiraciones estén satisfechas......Page 114
37. Don Francisco I. Madero, desde San Antonio, pide al pueblo americano la simpatía y hospitalidad que los pueblos libres dispensan a los luchadores por la libertad......Page 116
38. Reportazgos de El Monitor Democrático sobre el viaje de don Francisco I. Madero a los Estados Unidos......Page 119
39. Don Francisco I. Madero agradece al señor Eugen Knapp sus conceptos favorables sobre el pueblo mexicario. Respuesta del señor Knapp al Presidente Madero......Page 123
40. El Cónsul en San Antonio, Texas, informa del arribo de don Jesús Carranza a esa ciudad......Page 126
41. La Embajada de México en Washington informa de haber entregado datos al Departamento de Estado sobre el movimiento dirigido contra el gobierno mexicano por el señor Madero, y órdenes del Departamento de Justicia para obrar inmediatamente......Page 127
42. Informe del Embajador Lic. León de la Barra, de que don Francisco I. Madero se titula Presidente Provisional de México y expide nombramientos y documentos con ese carácter......Page 128
43. Un funcionario del Departamento de Estado informa a la Embajada Mexicana sobre un embarque de parque para Tampico y Laredo......Page 131
44. La Embajada en Washington pide al Departamento de Estado el envío de fuerzas a la frontera para impedir la reunión de revolucionarios y la introducción de armas a México......Page 132
45. Don Francisco I. Madero, como Presidente Provisional de los Estados Unidos Mexicanos, nombra Gobernador de Tlaxcala al Ingeniero Manuel Urquidi......Page 133
46. El Embajador, Lic. León de la Barra, informa sobre sus gestiones en el Departamento de Estado para impedir la violación de las leyes de neutralidad......Page 134
47. El Secretario de Relaciones, Sr. Creel, felicita al Lic. Francisco León de la Barra por su eficacia contra Madero......Page 136
48. El Secretario Sr. Creel envía al embajador en Washington órdenes encaminadas a las autoridades fronterizas, para la aprehensión de don Francisco I. Madero......Page 137
49. El Lic. Creel informa al Cónsul mexicano en San Antonio, Texas, que el gobierno de EE.UU. ordenó la aprehensión del señor Francisco I. Madero......Page 138
50. El Administrador de la Aduana de Nuevo Laredo pregunta al Cónsul en San Antonio si está allí Francisco primero......Page 139
51. Responde el Cónsul mexicano en San Antonio que Francisco primero encuéntrase entre Eagle Pass y Laredo......Page 140
52. El Departamento de Estado informa al embajador de México que el Departamento de Justicia está pendiente de las actividades revolucionarias de Madero......Page 141
53. El Cónsul Arturo M. Elías informa de actividades revolucionarias de Maytorena, Randall, Venegas y De la Huerta......Page 142
54. El Cónsul Antonio V. Lomelí informa de la campaña periodística en pro de la revolución y del desacuerdo entre maderistas y magonistas......Page 144
55. El Cónsul de Nuevo Laredo comunica al Cónsul en San Antonio el posible arribo de armas y parque para Madero y lugar donde se encuentra éste......Page 147
56. El gobernador de Coahuila comunica sus órdenes de aprehensión contra Sebastián Carranza y Cesáreo Castro......Page 148
57. Ordenes de la Secretaría de Relaciones para la aprehensión de los señores Abraham González y Perfecto Lomelí......Page 149
58. El embajador Sr. León de la Barra informa de las órdenes de aprehensión contra el señor Madero, cuyo paradero ignórase......Page 150
59. El Cónsul en Los Angeles, Cal., informa de la pugna que existe entre magonistas y maderistas......Page 151
60. El Cónsul de México en El Paso informa sobre la pugna existente entre magonistas y maderistas......Page 152
61. El embajador Lic. León de la Barra informa de sus gestiones para lograr la aprehensión de don Francisco I. Madero......Page 155
62. El Sr. Gustavo A. Madero gestiona ser reconocido en EE.UU. como agente revolucionario, según informa el Sr. León de la Barra......Page 157
63. El Secretario Sr. Creel dice que el gobierno de Washington ha dado repetidas órdenes de aprehender a Madero......Page 158
64. El Sr. Enrique C. Creel investiga con el Cónsul Gral. de México en New York el paradero del Sr. Francisco I. Madero y el envío de pertrechos de guerra......Page 159
65. El Cónsul en El Paso, Texas, da cuenta del arribo del señor Antonio Villarreal con su familia a dicha ciudad......Page 160
66. El embajador Sr. León de la Barra informa del viaje del agente secreto de Madero, Harvey Phillips, y de otras personas, con destino a Mexico......Page 161
67. El Cónsul de El Paso, Texas, informa que vigila a Antonio Villarreal, y del viaje violento de la familia de Juan Sarabia a San Antonio......Page 162
68. Aviso confidencial del Embajador Sr. León de la Barra al Departamento de Estado, sobre la presencia de revolucionaríos mexicanos en Washington......Page 164
69. Declaraciones del señor Rodolfo Reyes, al periódico La Lucha de La Habana, Cuba......Page 165
70. Plática del Embajador Lic. León de la Barra con el Secretario de Estado, con motivo de una posible entrevista de don Gustavo A. Madero con el Presidente Taft......Page 170
71. Anuncia el Embajador Lic. León de la Barra que presentará pruebas al Departamento de Estado, que justifiquen el arresto de don Francisco I. Madero......Page 171
72. Sorpresa del gobierno de México por demorarse en Estados Estados Unidos la aprehensión del Sr. Madero, la que se consideraría prueba elocuentísima de amistad......Page 172
73. Comunica el Embajador Sr. de la Barra que está gestionando la aprehensión de los señores Villarreal y Guerra......Page 173
74. Informa el Lic. León de la Barra que el Presidente Taft ofreció aprehender al Sr. Francisco I. Madero. El Departamento de Justicia agrega que “al encontrársele”......Page 174
75. Erasmo Martínez recomienda ante el Cónsul en San Antonio, a Pablo Longoria, para encargarse de aprehender al Sr. Francisco I. Madero......Page 175
76. Francisco Barrón denuncia las actividades de Francisco López en favor del Plan de San Luis......Page 176
77. Gestiones del Cónsul en El Paso, para arrestar a los señores Villarreal y Guerra, localizados en Presidio, Texas......Page 178
78. Francisco Arzate denuncia ante el Cónsul de El Paso las actividades de Fabián Gómez a favor de los maderistas......Page 180
79. El Cónsul en San Antonio informa de la comisión dada por Alfonso Madero a H. Mc. Closkey para recibir en Monterrey, N. L., soldados y armas......Page 182
80. El Cónsul en El Paso agradece a Francisco Arzate la denuncia de éste contra Fabián Gómez......Page 183
81. El Cónsul en El Paso anuncia que fuerzas maderistas mandadas por Abraham González intentan atacar a Ojinaga......Page 184
82. El Cónsul en El Paso acusa a maderistas que trabajan en la prensa, de despertar temores por vidas e intereses americanos, para provocar la intervención......Page 186
83. El Sr. Creel, Secretario de Relaciones, recomienda vigilar las actividades de los maderistas dirigidos por Antonio Villarreal, en El Paso, Texas......Page 188
84. Informe del Embajador Francisco A. de Icaza sobre un contrabando de armas y municiones de Alemania con destino al Norte de México......Page 189
85. Informe del Cónsul en El Paso sobre las actividades de los maderistas y periodistas de oposición en dicha ciudad......Page 191
86. Informa el Cónsul en El Paso que las autoridades norteamericanas no admiten la política preventiva ni las deducciones o los indicios de estarse violando las leyes de neutralidad......Page 193
87. El Cónsul en Tucson, Arizona, comunica al Cónsul en El Paso las actividades políticas de Maytorena y otros......Page 195
88. El Embajador Lic. León de la Barra trasmite respuesta del Departamento de Estado sobre la acusación presentada contra don Francisco I. Madero por violación a las leyes de neutralidad......Page 197
89. Medidas para cuidar el orden en los campos de trabajadores de las obras para desviación del Río Colorado, Distrito Norte de Baja California......Page 198
90. Plan de Jalisco, que firma M. Lomelí, desconociendo al gobierno del Gral. Porfirio Díaz......Page 199
91. Plan para establecer un gobierno provisional, apoderándose de la ciudad de Chihuahua o de otra importante......Page 203
92. Estudio del Lic. Roberto A. Esteva Ruiz sobre la violación de las leyes de neutralidad por los revolucionarios maderistas y los del Partido Liberal Mexicano......Page 205
93. Causa contra Abraham Oros y otros, por los delitos de rebelión y fusilamiento de Martín Norman y otros, en la Mesa de Basúchil, Chihuahua......Page 212
94. Gestiónase en Washington la aprehensión de Abraham González y otros, por violar las leyes de neutralidad......Page 223
95. Gestiones consulares para que el gobierno americano castigue un delito de contrabando de armas depositadas......Page 224
96. Agentes de don Francisco I. Madero son detenidos en San Antonio, Texas, pero niéganse a declarar......Page 225
97. Presencia de don Venustiano Carranza y otros en San Antonio, Texas, causando mayor actividad maderista......Page 226
98. La Secretaría de Relaciones pide informes al gobierno de Coahuila sobre los revoltosos Venustiano Carranza y Alberto G. Guajardo; respuesta avisando su fuga a San Antonio, Texas......Page 227
99. Se forma en La Habana, Cuba, un grupo de simpatizadores del programa revolucionario del Sr. Madero......Page 229
100. Informa el Cónsul en El Paso, sobre actividades de revolucionarios y posible fusión de maderistas y magonistas......Page 230
101. Carlos Pereyra, funcionario de la embajada en Washington, informa sobre conexión reyista con los señores Madero y actividades de don Venustiano Carranza......Page 232
102. Hostilidad del pueblo norteamericano hacia el gobierno porfirista y propaganda revolucionaria efectiva de los mexicanos allá residentes......Page 233
103. Desde New York, el Dr. Fortunato Hernández comunica al Presidente Gral. Díaz, sus artículos sobre la Locura de Madero, y considera seria la situación......Page 238
104. La Embajada en Washington proporciona al Departamento de Estado pruebas sobre violación de la neutralidad y señala a don Francisco I. Madero como promotor del movimiento armado......Page 241
105. El Cónsul en El Paso informa sobre el acuerdo de maderistas y magonistas para ayudarse mutuamente en la guerra......Page 243
106. Informa el Cónsul en Douglas, Arizona, sobre la ocupación de Sahuaripa, Sonora, por una partida de rebeldes......Page 245
107. La Embajada en Washington reitera sus acusaciones ante el Departamento de Estado, contra don Francisco I. Madero y los señores Vázquez y Maytorena......Page 246
108. Don Abraham González va a Marfa y San Antonio, a recibir armamento, según información del Cónsul en El Paso, Texas......Page 247
109. Informa el Cónsul en Tucson que don José María Maytorena viaja a San Francisco, Cal., a comprar armamento......Page 248
110. El Secretario de Estado, Philander Knox, ofrece dedicar preferente atención a la solicitud de detención contra don Francisco I. Madero......Page 249
111. Derrota de los sediciosos en Coyame, y en Cuchillo Parado, informada por el gobernador de Chihuahua, señor Alberto Terrazas......Page 250
112. El Cónsul en El Paso informa de la presencia de Abraham González y don Francisco I. Madero en El. Paso y San Antonio, y que Ricardo Flores Magón coopera con: las fuerzas maderistas......Page 251
113. El revolucionario Rafael Tapia escribe a La Prensa de La Habana, sobre las causas del movimiento iniciado el 20 de noviembre contra Porfirio Díaz......Page 254
114. Informa el Cónsul en Naco, Arizona, sobre la huelga declarada en el Ferrocarril Sud-Pacífico de México......Page 256
115. Declara el Presidente Taft al embajador de México, que dedicará sumo cuidado para que no pueda quedar en duda su buen deseo de cooperar al mantenimiento de la paz......Page 258
116. Acusación por la venta de armas y cartuchos en Texas a los atacantes de Coyame y Cuchillo Parado, Chihuahua......Page 259
117. Paso de armas y municiones en Guadalupe, Chihuahua, destinadas a los revolucionarios, según acusación de la Embajada en Washington......Page 260
118. Protesta contra las organizaciones revolucionarias en la frontera norteamericana, hecha por el Cónsul en El Paso......Page 261
119. Informe sobre una conferencia de don Francisco I. Madero en su rancho en Chihuahua, con el aventurero americano Christmas......Page 262
120. Actividades revolucionarias en San Ignacio y Guadalupe con intenciones de atacar a Ciudad Juárez......Page 263
121. José María Maytorena, Juan G. Cabral y otros reclutan gente para el movimiento maderista,informa el Cónsul en Tucson, Arizona......Page 267
122. Conferencia del Lic. Joaquín D. Casasús con el Sr. Wickersham, Secretario de Justicia, para pedir la pronta aprehensión de don Francisco I. Madero y socios......Page 270
123. El Embajador Lic. Joaquín D. Casasús informa que no podían ejecutarse las órdenes de aprehensión contra el Sr. Francisco I. Madero por falta de pruebas contra él......Page 273
124. Investiga el Secretario de Relaciones, Sr. Creel, si don Francisco I. Madero está en San Antonio, Texas, y si el Cónsul siente temor de delatado a las autoridades......Page 275
125. Niega el Cónsul en San Antonio que se encuentre allí el señor Madero, y niega también su renuencia a denunciarlo......Page 276
126. En sus gestiones para lograr la aprehensión del Sr. Madero, el Embajador Lic. Casasús invoca el precedente establecido por Estados Unidos contra Ricardo Flores Magón......Page 277
127. El Secretario de Relaciones anuncia que está reuniendo documentación para comprobar la responsabilidad del Sr. Madero, asunto que no es sencillo......Page 278
128. Como resultado de una junta con su gabinete, el Presidente Taft acuerda enviar nueve regimientos a la frontera y autoriza medidas contra los revoltosos......Page 279
129. El Cónsul en San Antonio informa de la existencia de un foco revolucionario en Saltillo, Coah., y de un depósito de armas en Huachichil, N. León......Page 281
130. Informa el Cónsul en San Antonio de una reunión de maderistas en esa ciudad y de la presencia y ayuda de don Venustiano Carranza......Page 282
131. Francisco Cosío Robelo y el Ing. Alfredo Robles Domínguez declaran en el proceso abierto en México, D.F., contra don Francisco I. Madero por rebelión......Page 284
132. Don Venustiano Carranza y su esposa otorgan poder al señor Emilio Salinas para administrar sus bienes......Page 298
133. Requisitoria contra el Presidente Gral. Porfirio Díaz, y reconocimiento de don Francisco L Madero como Presidente de la República, por Braulio Hernández......Page 301
134. El Secretario Sr. Creel pide a los Cónsules en la frontera reunir pruebas contra los violadores de la neutralidad para que puedan ser castigados en Estados Unidos......Page 305
135. Informe sobre las pruebas que deberían presentarse ante el gobierno de Estados Unidos con motivo de las compras de armas por los revolucionarios......Page 306
136. La Prensa de La Habana informa sobre el incremento del movimiento revolucionario en México......Page 308
137. El general Luis E. Torres, desde Hermosillo, Sonora, informa de los movimientos de maderistas en Agua Prieta, Sonora, y en Douglas, Arizona......Page 310
138. Pregunta el Lic. Creel, Secretario de Relaciones, si el senador Venustiano Carranza, que participa en el movimiento revolucionario, tiene relaciones con el Sr. Madero......Page 311
139. El periodista norteamericano Orville Tueward ofrece introducirse en el círculo maderista para informar al gobierno porfirista de las actividades de aquéllos......Page 312
140. “Dunne” informa al gobierno sobre la preparación de un levantamiento general, y la posibilidad de que Ciudad Juárez sea proclamada capital por los rebeldes......Page 313
141. El Secretario de Relaciones, Sr. Creel, informa a la Embajada en Washington que se teme un levantamiento general en la frontera y que el Sr. Madero se encuentra en San Antonio......Page 316
142. Permiso solicitado para el paso de fuerzas porfiristas por territorio americano hacia Ciudad Juárez, y versiones de que se había pedido la intervención norteamericana......Page 317
143. El Diario de la Marina, de La Habana, comenta actitudes del gobierno porfirista y pretende justificar la política imperialista de los Estados Unidos......Page 318
144. La Embajada en Washington, basándose en informes consulares, comunica el incremento tomado por la Revolución en Sonora y Chihuahua......Page 322
145. El Embajador, Lic. Joaquín D. Casasús, informa de una derrota sufrida por Pascual Orozco en las inmediaciones de Ciudad Juárez......Page 323
146. El Embajador,. Lic. Casasús, informa de su entrevista con el Gobernador de Texas, sobre la prohibición de transportar armas a México y sobre el enjuiciamiento del Sr. NiaClero......Page 326
147. Informe del Embajador Lic. Casasús, dice que Pascual Orozco y otros encuéntranse acampados frente Ciudad Juárez, con datos sobre la situación militar......Page 328
148. Informe consular sobre una junta pública revolucionaria en San Antonio, Texas, con presencia de Venustiano Carranza......Page 330
149. La Secretaría de Relaciones envía al Encargado de Negocios en vVashington los documentos que prueban la violación a las leyes de neutralidad por don Francisco I. Madero, al estar organizando la revolución en Estados Unidos......Page 332
150. La Secretaría de Relaciones. informa al Cónsul en El Paso sobre las actividades de don Francisco I. Madero y otros......Page 334
151. Don Abraham González felicita a José de la Luz Blanco R. por sus triunfos contra la tiranía y le hace recomendaciones......Page 336
152. Don Abraham González felicita a Luis García por sus triunfos contra la tiranía y le hace algunas recomendaciones......Page 337
153. Proposición de enganche de cinco a ocho mil norteamericanos entrenados, para combatir a los revolucionarios en unión de las fuerzas federales......Page 338
154. El Cónsul en Del Río, Texas, descubre una campaña de prensa muy efectiva y señala como causa la desarmonía entre los jefes y funcionarios y la mentira en sus informes......Page 340
155. El Gobernador de Texas pide a sus habitantes que se abstengan de ayudar o participar en la violación de las leyes de neutralidad de los Estados Unidos......Page 343
156. Don Francisco I. Madero regala carabinas de largo alcance al coronel Pascual Orozco y a su hermano Raúl, y da al último instrucciones urgentes para activar las operaciones......Page 346
157. Don Abraham González; Gobernador de Chihuahua, comunica a Pascual Orozco que va a participar en la campaña......Page 348
158. El Cónsul en El Paso anuncia que Abraham González y otros jefes están heridos, y que no se pudo arrestar a Madero......Page 349
159. Actas sobre disparos hechos a las fuerzas federales desde la ribera americana, en Boca acequia antigua del Gobierno......Page 351
160. Don Francisco I. Madero como Presidente Provisional de México, explica las causas de la Revolución, y garantiza los intereses de los súbditos de gobiernos que lo reconozcan......Page 353
161. El Dr. Francisco Vázquez Gómez señala las contradicciones de que adolece el Plan de San Luis, el que a su juicio debe reformarse para democratizar la lucha......Page 356
162. Modificaciones que propone el Dr. Francisco Vázquez Gómez al Plan de San Luis, para su mayor amplitud democrática......Page 359
163. Rumor relativo a un conflicto de maderistas y magonistas, por un acto de energía del Sr. Madero reprimiendo el saqueo......Page 363
164. Informes sobre compra de armamento y busca de un empréstito por los señores Madero e instrucciones para secuestrar a don Francisco I. Madero y a Abraham González, dadas por el Secretario, Sr. Creel......Page 365
165. Convenio con el Sr. James H. Robertson para representar los intereses del gobierno mexicano en el Estado de Texas y acusar a los miembros de las Juntas Revolucionarias......Page 367
166. Protección solicitada por el Cónsul en El Paso, Texas, contra demostraciones hostiles de los revolucionarios......Page 371
167. Francisco Villa intima la rendición a las fuerzas federales en Pilar de Conchos......Page 372
168. Cita de la Doctrina de Monroe, en relación con la petición del gobierno de Inglaterra para que Estados Unidos protejan a sus súbditos en México......Page 373
169. Noticias: movilización militar norteamel:icana en la frontera; declaración del Japón de no pretender concesiones en México: y sobre “posibles beneficios de la invasión norteamericana”......Page 376
170. Plan político-social proclamado en la Sierra de Guerrero, que firman Joaquín Miranda padre, Gildardo Magaña y Dolores Jiménez Muro......Page 380
171. Parte de la defensa de Casas Grandes, contra el ataque de fuerzas mandadas por Francisco I. Madero, Pascual Orozco y otros, que firma el coronel Agustín A. Valdés......Page 384
172. Declaraciones del gobierno americano sobre el estancamiento de fuerzas en las frontera y de barcos en los puertos mexicanos, y rectificación a aseveraciones del Embajador de Estados Unidos en México......Page 397
173. Solicitud para que el Gral. Luque, del gobierno mexicano, pueda adquirir provisiones en Estados Unidos......Page 400
174. Rectificación de la Embajada en VVashington a declaraciones atribuidas al Sr. José Ives Liman tour......Page 401
175. El gobiernode Estados Unidos declara que el comercio de armas no está prohibido por el Derecho Internacional ni por las llamadas leyes de neutralidad......Page 402
176. El gobierno de Estados Unidos declara que las actividades de los insurgentes cerca de Ciudad Juárez no infringen las leres de neutralidad ni dan base para fundar ninguna acción criminal......Page 403
177. El Secretario Sr. Knox declara que el gobierno americano está imposibilitado por su constitución y sus leyes para impedir el tráfico de armas, y que los insurrectos portan fusiles máuser y no americanos......Page 404
178. Informa el Embajador de :tvléxico en Guatemala sobre actividades del supuesto agente revolucionario Hopkins en ese país......Page 406
179. Comentarios de The Public Ledger al mensaje del Presidente Gral. Porfirio Díaz al XXV Congreso......Page 408
180. Falsificación fotográfica de un “convenio secreto” entre México y Japón, concediendo a éste privilegios en Bahía Magdalena; lo que ocasionó movilización de tropas y envío de barcos yanquis......Page 411
181. Plan revolucionario lanzado en Caborca, Sonora, por Francisco G. Reina y otros capitanes, desconociendo al gobierno y adhiriéndose al Plan de San Luis......Page 413
182. El periódico Examiner dice que Mr. Wilson, embajador americano en México, entregó personalmente al Presidente Taft la fotografía del “tratado secreto” entre México y el Japón......Page 415
183. La Secretaría de Relaciones declara que los señores Esquivel y Braniff no tienen misión oficial para negociar, y que las negociaciones �⠀挀漀渀 䴀愀搀攀爀漀㼀) deben continuar por conducto dela Embajada......Page 416
184. El Embajador en Guatemal informa de su entrevista con el Presidente Estrada Cabrera, y de que el clero hace propaganda en favor de Madero......Page 417
185. Informe consular sobre la ocupación de Agua Prieta, Sonora, por fuerzas revolucionarias, y retirada de autoridades y tropas locales cruzando la línea fronteriza......Page 420
186. Informe del Comisario de Agua Príeta sobre la ocupación por fuerzas maderistas y del paso de los federales a Douglas, Arizona......Page 421
187. El Cónsul en Tucson, Arizona, informa de sus actividades para evitar que los maderistas se provean de armas y pertrechos......Page 423
188. Informa el Cónsul en Del Río, Texas7 que la simpatía de las autoridades locales y la población permite el contrabando de armas......Page 425
189. El Dr. Francisco Vázquez Gómez, desde Washington, intima la evacuación de Ciudad Juárez, para abrir negociaciones de paz, agregando que Madero está listo para atacar......Page 427
190. Telegramas consulares de Douglas, Arizona, de 17 a 22 de abril, anunciando el ataque y la recuperación de Agua Prieta por los federales......Page 428
191. Informa el Embajador en Washington, señor Manuel María de Zamacona e Inclán, sobre la intervención del Dr. Francisco Vázquez Gómez, quien pide la evacuación de Ciudad Juárez mientras trátase sobre la paz......Page 434
192. El senador Stone pide que la Comisión de Relaciones Exteriores investigue la condición de turbulencia y desorden que prevalece en México, con peligro para los intereses americanos y de súbditos europeos......Page 435
193: Instrucciones a la Embajada en Washington, para indicar al Dr. Vázquez Gómez que el gobierno consideraría cualquier proposición de armisticio......Page 436
194. Manifiesta el Dr. Vázquez Gómez la posible aceptación de un armisticio por el Sr. Madero, para evitar complicaciones internacionales......Page 437
195. El Dr. Francisco Vázquez Gómez está en espera de la respuesta de don Francisco I. Madero sobre la aceptación de un armisticio......Page 439
196. Manifiesta la Secretaría de Relaciones que el gobierno espera las proposiciones de armisticio para obrar con celeridad......Page 440
197. Declaraciones de don Francisco I. Madero de que la paz sólo se hará sobre las bases de separación del Presidente Porfirio Díaz, retiro del partido científico y nulidad de las últimas elecciones......Page 441
198. Don Francisco I. Madero sólo esperaría veinticuatro horas para recibir la proposición del gobierno sobre armisticio......Page 442
199. Propone el Dr. Vázquez Gómez que se nombren representantes de ambas partes para tratar de paz, y que el armisticio comience a las 12 m. del día 21 de abril......Page 443
200. El diplomático mexicano en Londres pide instrucciones para desmentir o confirmar la próxima renuncia del Presidente Gral. Porfirio Díaz......Page 444
201. El periódico La Lucha de La Habana, Cuba, lanza una diatriba contra México y saluda la anunciada intervención yanqui en este país......Page 446
202. Proclama del Lic. José María Pino Suárez, al pueblo yucateco, en pro de una guerra civilizada contra las feroces bandas del dictador Porfirio Díaz......Page 453
203. Don Francisco I. Madero da instrucciones al Dr. Vázquez Gómez para no aceptar la pacificación sin previa renuncia del Gral. Díaz, o entrega de la plaza de Ciudad Juárez......Page 457
204. Propone el Dr. Vázquez Gómez que si no se aceptan las proposiciones, salgan a combatir los federales fuera de Ciudad Juárez, para evitar complicaciones internacionales......Page 458
205. El gobierno federal no toma en consideración entregar la plaza de Ciudad Juárez ni salir de ella a combatir; pero está dispuesto a oír proposiciones precisas de armisticio......Page 459
206. El Embajador en Washington comunica el resultado de su entrevista con el Secretario de Estado acerca de no existir desavenencia entre ambos gobiernos sino peligro de extravío de opiniones......Page 460
207. Don Francisco I. Madero acepta un armisticio cubriendo la zona de Ciudad Juárez, Chih., para discutir después la paz......Page 461
208. Se da por enterado el señor J. A. Béistegui del informe rendido por el Secretario de Relaciones a la Cámara de Diputados sobre paz con los revoltosos y relaciones con los Estados Unidos......Page 462
209. Acta levantada en Agua Prieta sobre los trabajos de defensa de esa población, y la intimación hecha por el Mayor americano Gardner para suspenderlos......Page 463
210. El gobierno del Gral. Porfirio Díaz declara que espera la opinión del señor Francisco I. Madero sobre la suspensión de hostilidades......Page 465
211. Insistencia de las fuerzas maderistas en poder obtener víveres y forrajes durante el armisticio, según informa el Dr. Francisco Vázquez Gómez......Page 466
212. Proposiciones presentadas por el Dr. Francisco Vázquez Gómez para la inmediata suspensión de hostilidades entre las tropas revolucionarias y las federales......Page 467
213. Editorial del New York Times traducido por La Lucha de La Habana, comentando el “aspecto jurídico” de la intervención americana en México......Page 469
214. Declaraciones del Dr. Francisco Vázquez Gómez sobre la intervención de la familia Madero en las negociaciones de la paz......Page 472
215. El Dr. Francisco Vázquez Gómez queda enterado de que el Lic. José Vasconcelos lo substituye como agente confidencial de los maderistas en Washington......Page 473
216. El Gral. Navarro envía carta a don Francisco I. Madero con las condiciones para la suspensión de hostilidades y la designación de un representante para discutirlas antes de los arreglos de paz......Page 474
217. El Dr. Francisco Vázquez Gómez comunica estar autorizado para convenir los términos del armisticio, afirma el Embajador en Washington......Page 475
218. Investigación consular sobre el asalto a Agua Prieta por los revolucionarios, y la intervención de las autoridades locales americanas......Page 476
219. El embajador Henry Lane Wilson pide se persiga al autor de un “impreso incendiario” circulado en Toluca......Page 484
220. El Sr. José Ives Limantour es designado para seguir interviniendo en los arreglos de paz, mientras se nombra titular de la Secretaría de Gobernación......Page 489
221. Informe consular sobre la falta de observancia de las leyes de neutralidad en el asalto a Agua Prieta, Son......Page 490
222. El Lic. Francisco S. Carvajal es designado junto con los señores T. Esquivel Obregón y Oscar Braniff, para tratar con don Francisco I. Madero las bases de paz......Page 499
223. Queja del gobierno de México por la intervención oficial norteamericana en los embarques de armas para su uso......Page 500
224. Grupos socialistas y obreros de La Habana manifiestan su simpatía a los revolucionarios mexicanos......Page 502
225. Repercusión del Plan de San Luis Potosí suscrito por el señor Francisco I. Madero, en Guatemala......Page 503
226. Versión publicada en La Habana sobre que los norteamericanos fomentan la revolución en México para especular con los valores mexicanos......Page 504
227. Credencial a los Sres. Francisco Madero Sr., Dr. F. Vázquez Gómez y Lic. J. M. Pino Suárez, expedida por D. Francisco I. Madero, como sus representantes en los arreglos de paz......Page 505
228. El gobierno mexicano considera como medida hostil y trata de evitar el envío de buques de guerra de E. U., a Ensenada y otros puertos mexicanos......Page 506
229. El gobierno mexicano solicita copias de los mapas de Sonora y Baja California levantados por la Western Engineering Company”......Page 507
230. Renuncia del señor Ramón Corral al cargo de Vicepresidente de la República Mexicana......Page 508
231. Investigación sobre la actitud del Presidente Taft, respecto a la movilización de tropas americanas a la frontera, y suposición de que Madero no lograría controlar al país......Page 510
232. Alarma por las infundadas noticias de intervención de E.U. con doscientos mil soldados, en México, y de motines en la capital mexicana......Page 511
233. Informe consular sobre actividades de los revolucionarios en Clifton, Arizona, contando con la simpatía de los trabajadores mineros y de los habitantes......Page 512
234. La Secretaría de Relaciones pide al consulado en El Paso, Tex., informe con amplitud de los acontecimientos......Page 515
235. Informe consular sobre el posible traslado del campamento revolucionario a Casas Grandes, para evitar una epidemia......Page 516
236. Informe consular acerca de que el Sr. Madero desiste de atacar a Cd. Juárez y se dirige a la capital de México......Page 517
237. Informe consular sobre los efectivos revolucionarios que se rumoraba atacarían a Ciudad Juárez, Chih.......Page 518
238. Porfirio Díaz ofrece retirarse del poder cuando su conciencia le diga que no entrega el país a la anarquía......Page 519
239. El gobierno porfirista desmiente las noticias alarmistas de motines o disturbios en la capital mexicana......Page 523
240. Comunicación consular de haberse iniciado el ataque de los revolucionarios sobre la plaza de Ciudad Juárez......Page 524
241. Informe consular sobre estar funcionando con éxito la artillería federal volando un puesto de revoltosos......Page 525
242. Informe consular según el cual Madero hace cesar el fuego y propone una conferencia de paz, así como una protesta de los norteamericanos por los proyectiles que caen en El Paso, Tex.......Page 526
243. Informe consular de que, a instancias del general Orozco, el señor Madero resuelve cesar el ataque a Ciudad Juárez......Page 527
244. Informe consular sobre reanudación del ataque de los revolucionarios a Cd. Juárez, y de las dificultades que tienen las tropas federales para defenderse......Page 528
245. Causas de la crítica situación de las tropas federales en Ciudad Juárez......Page 529
246. Cesa el combate en Cd. Juárez, y el señor Madero conviene con el Gral. Navarro en reunirse para conferenciar......Page 530
247. El ataque a Cd. Juárez, que se inició sin consentimiento del Sr. Madero, ha sido suspendido......Page 531
248. Posiciones ocupadas por los rebeldes y lugares controlados por los federales en Ciudad Juárez......Page 532
249. Instrucciones para solicitar el asilo en hospitales americanos de los heridos mexicanos que no pudieron atender las ambulancias existentes en Ciudad Juárez......Page 533
250. Informe sobre ataques al Presidente Taft, en el Senado de Estados Unidos, por su pretendida falta de energía para intervenir en los asuntos de México......Page 534
251. Informa el Cónsul Tomás Torres a la Embajada Mexicana en Washington sobre la situación militar en Ciudad Juárez......Page 535
252. Informe consular sobre la ocupación de Ciudad Juárez por las fuerzas del Sr. Madero quedando prisioneros el general Navarro, su Estado Mayor, y trescientos soldados......Page 536
253. Informe igual al anterior, transmitido también a la Embajada Mexicana en Washington......Page 537
254. Informe consular que confirma los dos anteriores......Page 538
255. Informe consular sobre que la plaza de Ciudad Juárez fue defendida brillantemente, con táctica para impedir perjuicios del lado americano......Page 539
256. El embajador de México en Guatemala informa de su entrevista con el Presidente Estrada Cabrera, quien da seguridades al gobierno porfirista sobre esa frontera......Page 541
257. Situación de Ciudad Juárez, ya ocupada por las fuerzas revolucionarias, según un informe consular enviado a la Secretaría de Relaciones y a la Embajada Mexicana en Washington......Page 543
258. Informa el mayor Chávez desde El Paso, Tex., sobre las condiciones en que se encontraban el Gral. Navarro y otros jefes, y de haber inutilizado los cañones federales que tomaron los revolucionarios......Page 544
259. La Embajada Mexicana en Washington gestiona la devolución de las armas entregadas por los soldados federales a los americanos en Douglas, Arizona......Page 545
260. Los ministros de España, Italia y Francia piden garantías al gobierno para sus nacionales, y respuesta oficial......Page 546
261. Nota del Departamento de Estado sobre negocios mexicanos, y atención prestada a los cónsules mexicanos por E.U.......Page 547
262. Informe consular sobre diferencias entre el Sr. Madero y el Gral. Orozco, por pedir éste que se fusilara a Navarro......Page 548
263. Soldados mexicanos puestos en libertad en Colorado, y protesta por la retención de sus armas y pertrechos......Page 549
264. Protección dada por las autoridades americanas de El Paso, Tex., al Gral. Juan J. Navarro, según el Cónsul Sr. Arriola......Page 551
265. Proposición que hacen algunos periodistas de E.U. al gobierno mexicano para hacer una campaña de publicidad en su favor......Page 552
266. Declaran las autoridades de E.U. que las relaciones entre Ciudad Juárez, México, y El Paso, Tex.,no se afectarían por estar la primera en poder de los rebeldes......Page 554
267. Informe consular sobre la actitud de don Francisco I. Madero ante el ansia de pillaje de las tropas, y la petición de los jefes Orozco y Villa para que el Gral. Navarro fuera fusilado......Page 556
268. Queda el Gral. Navarro a cargo de las autoridades americanas de El Paso, Tex., las que le impiden toda comunicación......Page 558
269. El Lic. Emilio Vázquez Gómez dice al Lic. José Vasconcelos que el triunfo de la Revolución será completo, si continúan las cabezas con principios radicales......Page 559
270. Diferencia en el tratamiento de los americanos a las tropas federales y a los revolucionarios en Ojinaga, Chih., para hacerla notar al Departamento de Estado......Page 560
271. Declaraciones del Lic. Rodolfo Reyes al llegar a La Habana, sobre los sucesos políticos de México y la actitud de su padre, Gral. Bernardo Reyes......Page 561
272. Análisis jurídico del Lic. Roberto Núñez sobre las declaraciones del Departamento de Estado de E.U., y los principios de Derecho Internacional sostenidos por el Embajador de México en Washington......Page 565
273. El Sr. D. Cosío Pinal pide a don Francisco I. Madero que exija la amnistía para los reos políticos en los tratados de paz......Page 568
274. Investigación ordenada sobre la denuncia de paso de fuerzas americanas para ayudar a. los revolucionarios durante el ataque a Ciudad Juárez......Page 570
275. Resultado negativo de la llamada a los empleados federales para defender a Ciudad Juárez, según el Jefe Político......Page 571
276. Informe según el cual no fueron hechos disparos hacia el lado mexicano, desde El Paso, Tex., durante el ataque......Page 573
277. Convenio celebrado en Ciudad Juárez entre los representantes del Gral. Porfirio Díaz y los de la Revolución, para hacer cesar las hostilidades en todo el territorio nacional.......Page 575
278. El embajador de México en Washington envía copia de una carta y hace notar la intransigencia del Lic. Emilio Vázquez Gómez contra el régimen del Gral. Díaz......Page 577
279. Texto de la renuncia a la Presidencia, por el Gral. Porfirio Díaz......Page 578
280. Don Francisco I. Madero extiende al señor V. M. Rincón Gallardo el nombramiento de capitán 1o. del Ejército Libertador, en Ciudad Juárez......Page 580
281. Benjamín C. Hill dice que sólo desistiría de atacar a Álamos, Son., si se lo ordena el señor Madero......Page 581
282. Manifiesto del Sr. Lic. Francisco León de la Barra a la Nación, al asumir la Presidencia de la República......Page 582
283. Manifiesto de don Francisco I. Madero a la Nación, al renunciar al cargo de Presidente Provisional, considerándose jefe del actual Partido Revolucionario......Page 585
284. Causas que motivaron la rendición de Ciudad Juárez, según el informe consular de Antonio V. Lomelí......Page 589
285. Manifiesto de don Francisco I. Madero al Pueblo Mexicano, antes de abandonar a Ciudad Juárez para dirigirse a la capital, en el que reconoce como Presidente Provisional al Lic. Francisco León de la Barra......Page 597
286. Agradecimiento al Secretario de Estado, Mr. Knox, por su felicitación al Lic. Francisco León de la Barra al asumir éste la presidencia provisional......Page 599
287. Triunfal recibimiento al señor Madero en Piedras Negras, Coah., desde donde inició su viaje a la Capital......Page 600
288. Un grupo de jefes revolucionarios del Ejército Libertador entrevista al Presidente interino, Lic. Francisco León de la Barra, y se dirige al Dr. Francisco Vázquez Gómez exigiendo el cumplimiento del Plan de San Luis Potosí......Page 603
289. El diplomático señor Balbino Dávalos saluda al desterrado general Porfirio Díaz en el puerto de Vigo, Portugal......Page 605
290. Manifiesto de don Francisco I. Madero al pueblo mexicano después de su entrada triunfal a la ciudad de México......Page 607
291. Don Francisco I. Madero nombra el Comité Central del Partido Constitucional Progresista, reorganizando al Partido Antirreleccionista para tomar parte en la lucha electoral......Page 612
292. Jesús María Lobo informa al Dr. J. T. Rodríguez sobre la candidatura de don Venustiano Carranza para Gobernador de Coahuila......Page 614
293. Acuerdo de un grupo de jefes del Ejército Libertador para hacer que se cumpla el Plan de San Luis Potosí......Page 616
294. Discurso de don Francisco I. Madero en la ciudad de Puebla, en que hace historia de la lucha anti-reeleccionista y recuerda la gesta heroica de Aquiles Serdán......Page 617
295. Francisco Villa certifica la muerte del soldado Ezequiel Jaquio, en Casas Grandes, Chih......Page 622
296. El señor Evaristo Madero Hernández trata en carta al Lic. Rafael Hernández la cuestión electoral en Coahuila, y opina que “lo mejor será apoyar al Sr. Carranza”......Page 623
297. Emiliano Zapata comunica a la Sría. de Gobernación que se está concentrando armamento en varias haciendas de Morelos, y considera se trate de un complot contra el gobierno......Page 626
298. El Dr. Teófilo J. Rodríguez ofrece la candidatura para Gobernador de Coahuila al Lic. Rafael Hernández, oponiéndose a la del señor Carranza y otro aspirante......Page 627
299. Opina el señor Tomás Berlanga que si el Lic. Rafael Hernández no acepta su candidatura para gobernador de Coahuila, saldrá electo otro candidato, pero no el señor Carranza......Page 629
300. Entrevista del Gral. Bernardo Reyes con don Francisco León de la Barra y don Francisco I. Madero, y ruptura de su compromiso de aceptar el Ministerio de la Guerra......Page 630
301. El señor J. N. Carreón prevé dificultades en el licenciamiento de las fuerzas del general Emiliano Zapata, y ataca a algunas otras personas......Page 635
302. Don Francisco I. Madero, en carta al Lic. Federico González Garza, analiza la situación política y muestra gran optimismo por haber obtenido la Revolución el triunfo más hermoso y no tener enemigo al frente......Page 636
Ilustraciones......Page 640
Índice general......Page 649

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FUENTES Y DOCUMENTOS DE LA HISTORIA DE MÉXICO

Documentos históricos de la Revolución mexicana

DOCUMENTOS HISTÓRICOS

de la Revolución mexicana Revolución y régimen maderista I Editados por la Comisión de Investigaciones Históricas de la Revolución Mexicana Bajo la dirección de ISIDRO FABELA

Primera edición, 1964 Primera edición electrónica, 2013 D. R. © 2013, Banco de México, Fiduciario en el Fideicomiso Isidro Fabela Av. 5 de Mayo, 2; col. Centro, del. Cuauhtémoc, 06059 México, D. F. D. R. © 1964, Fondo de Cultura Económica Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 México, D. F. Empresa certificada ISO 9001:2008

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MIENTRAS más avanza el tiempo y se conocen y aquilatan mejor la vida y la obra de don Francisco I. Madero, más comprendemos sus altos merecimientos y todo lo mucho que la patria le debe. Le debe, sobre todo, su despertar político. Para justipreciar los nobles ideales y el elevado valor cívico del Apóstol, es preciso situarse en la época y el medio en que inició su campaña política: cuando Porfirio Díaz había adquirido como gobernante el poder dictatorial más absoluto. Él representaba al Poder Ejecutivo, al Legislativo y al Judicial; porque, como dijera el incisivo Luis Cabrera, la Suprema Corte era una “cortesana” que obedecía sus consignas. Él mandaba a los gobernadores de los Estados, quienes obedecían sus órdenes lo mismo que, directa o indirectamente, a los prefectos políticos y presidentes municipales de la República. Víctor Alfieri define la tiranía con estos conceptos: “Debe darse el nombre de tiranía a todo gobierno en que el encargado de la ejecución de las leyes puede hacerlas, destruirlas, violarlas, interpretarlas, impedirlas, suspenderlas o solamente eludirlas sin responsabilidad … Cualquiera en fin que tenga fuerza bastante para usurpar ese poder, es tirano; toda sociedad que lo admita está bajo la tiranía; todo pueblo que lo sufra es esclavo”.[*] No de otra manera gobernó el general Díaz. No de otro modo vivió el pueblo mexicano durante los largos años del Porfiriato. En esa situación se encontraba la patria mexicana cuando el presidente Díaz, por fortuna para nuestros destinos históricos y desdicha del perpetuo dictador, declaró insinceramente al periodista norteamericano Creelman, en Chapultepec, en 1908: 1. “He esperado pacientemente el día en que el pueblo de la República Mexicana estuviera preparado para escoger y cambiar sus gobernantes en cada elección, sin peligro de revoluciones armadas y sin daño para el crédito y progreso nacionales. ¡Creo que ese día ha llegado!” 2. “… creo firmemente que los principios de la democracia se han desarrollado y se desarrollarán más aún en México.” 3. “Cualesquiera que sean las opiniones de mis amigos y partidarios, me retiraré del poder al terminar el actual periodo de gobierno, y no serviré de nuevo. Cuando esto suceda tendré ochenta años de edad.” 4. “Daré la bienvenida a un partido de oposición en la República Mexicana.” Y entonces surgió Madero como el mesías de la buena nueva; el iluminado habló al pueblo el lenguaje de la verdad y la razón removiendo las almas aletargadas que esperaban que les revelara el evangelio de la libertad. Lo admirable de aquel hombre fue el hallazgo maravilloso en el devenir de la patria: siendo rico, sus ideales eran más poderosos que su

cuantioso patrimonio, que perdería al fin. ¡Pero qué le importaba! Él compensó la pérdida de su fortuna con el tesoro de su heroico apostolado, que para él significaba la ilusión de dejar a su patria la herencia de la libertad. El apóstol tenía los ideales más puros que soñara para su México con la fe de un santo laico: transformar el despotismo de la dictadura con el reinado del derecho. Con su prédica audaz y oportunísima sacudió nuestras conciencias, descubriéndonos las realidades lacerantes que estábamos soportando por la inercia de una costumbre vergonzosa. La independencia del espíritu vivía cataléptica en nuestro ser. Madero sacudió esa catalepsia y la tornó en acción. Durante 30 años toleramos la vida de un moderno feudalismo presidido por un dictador que nos sometió a su soberana voluntad. Madero le dijo al pueblo enfermo de abulia: “Levántate y anda”. Y el pueblo se levantó dispuesto a seguirlo y obedecerlo, admirándolo como su libertador. Así comenzaron nuestra Revolución los paladines de Puebla y de Chihuahua, convencidos de que “es bello batirse con las manos puras y el corazón inocente” hasta que llegaron a vencer a los soldados de la tiranía en el recinto de Ciudad Juárez. “Los espíritus más justos y eminentes se asombrarán un día hasta el éxtasis, de la ideal perfección de Madero”, dice Pierre Lamicq, un francés de fino espíritu que conoció íntimamente al osado paladín.[**] Y es certero su juicio. Madero entrañaba en su persona el mayor número de virtudes humanas. Era probo de la más excelsa pulcritud. Adquirió riquezas de cuantía con su propio trabajo … y murió pobre. Su educación había sido esmerada. “Estudió cinco años en Francia para aprender la lengua rítmica francesa”, que hablaba sin acento extranjero.[***] Con su hermano Gustavo hizo cursos comerciales en la Universidad de Berkeley, California, y hablaba el inglés fluidamente. Alcanzó los más altos merecimientos por su inmaculado patriotismo y su entereza de carácter al enfrentarse al dictador que detentó por más de tres décadas la Presidencia de la República. Madero no quería nada para sí; propugnó el triunfo de los principios democráticos: Sufragio Efectivo y No Reelección. Anhelaba un cambio que dignificara nuestra vida interna e internacional. El dictador había engañado al pueblo. Era un claudicante de las ideas que lo llevaron al poder. Había dicho en el Plan de la Noria, censurando a sus enemigos: “Los partidarios de la reelección indefinida prefieren sus aprovechamientos personales a la Constitución, a los principios y a la República misma … Han relajado todos los resortes de la administración

buscando cómplices en lugar de funcionarios pundonorosos. Han derrochado los caudales del pueblo para pagar a los falsificadores del sufragio … Han conculcado la inviolabilidad de la vida humana, convirtiendo en práctica cotidiana asesinatos horrorosos, hasta el grado de hacer proverbial la funesta frase de la Ley Fuga … ” Y luego hablando con rotunda falsía, proclamó: “ … en el curso de mi vida política he dado suficientes pruebas de que no aspiro al poder, a cargo ni a empleo de ninguna clase … por último … que ningún ciudadano se imponga y perpetúe en el ejercicio del poder, y ésta será la última revolución”. ¡Y el hombre que cometía tales perjurios detentó el Poder Ejecutivo durante 30 largos años! Pero, por fortuna, la historia nos enseñó que no hay tiranos necesarios que se perpetúen en los gobiernos indefinidamente. Eso sería tanto como admitir que existen pueblos que permanecen estáticos ante el porvenir; y que no hay hombres que sean el símbolo de la juventud que se levanta con más bríos, con nuevas ideas inherentes a su edad y a las imperiosas necesidades que van surgiendo en el mundo, que avanza sin cesar con ansias de renovarse para no morir. Francisco I. Madero así lo comprendió y por eso, fundado en las apostasías de don Porfirio y seguro de que era inútil tratar de convencerlo de que permitiera al pueblo elegir libremente a sus mandatarios, inició su armada gesta heroica, único remedio que los pueblos tienen para luchar contra los gobiernos despóticos. La libertad es esencia ideal de la vida ciudadana. Por eso son execrables los tiranos: a un pueblo sin libertad le falta el alma. El tirano hace las leyes para infringirlas. Son letra viva cuando le interesan; son letra muerta cuando las viola. Quienes aceptan tales vejámenes no son ciudadanos sino esclavos. Y Madero soñó para su patria un pueblo con varonía y no un hato de siervos; por eso desafió al dictador y lo venció. Pero su triunfo fue momentáneo, porque como dijo su ministro, embajador y solapado enemigo Manuel Calero: “Madero tenía los defectos propios de sus virtudes”. Cierto. Era un puro entre los puros, pero no ponía los pies en la tierra. Al ascender legítimamente a la Primera Magistratura respetó sin restricciones la libertad de palabra, de prensa y de conciencia. Todos los derechos del hombre eran sagrados para él. Y entonces sus enemigos, al darse cuenta de su ingenua buena fe, llevada al extremo de tolerarles que incurrieran en delitos del orden común contra su propia persona, lo ridiculizaron, lo befaron, lo escarnecieron en la prensa y en la tribuna. Y así fue cayendo en el desprestigio, porque los papeles públicos lo llenaban de lodo con sus calumnias y burlas, que otros estadistas que no fueran él habrían castigado

con el rigor que la ley penal prescribía claramente contra quienes vilipendian a las autoridades supremas del país. Y él se dejaba escarnecer, a título de que la prensa era libre. Tal defecto era en él incorregible. Jamás intentó un escarmiento que hubiera sido entonces muy eficaz. Madero tenía, como Don Quijote, “el furor de la libertad”, alimentaba en su alma la esperanza de vencer en sus anhelos solamente con las armas de la justicia, lo que en aquellos tiempos era una locura. Porque él sabía que su credo político era oportuno y necesario; que su afán democrático de Sufragio Efectivo y No Reelección significaría el progreso institucional de nuestra patria; que el imperio de la ley y el reinado del derecho salvarían a México; sí, todo lo sabía, menos esto: que los que él creía que eran buenos, eran malos; que todos aquellos colaboradores suyos que decían sustentar los mismos propósitos que él animaba, no eran revolucionarios; que el ejército federal formado por el porfirismo militarista, que él consideraba completamente fiel, conspiraba en voz alta contra su gobierno. Por eso les negó a los gobernadores de Chihuahua y de Coahuila, don Abraham González y don Venustiano Carranza, la autorización para organizar y pagar ellos mismos sus cuerpos rurales, porque desconfiaban sinceramente de casi todos los generales que habían quedado como sostenedores del gobierno nacido en los nefastos tratados de paz de Ciudad Juárez, tratados que fueron su máximo error político. ¡Cuánta razón tuvo don Venustiano Carranza, su ministro de la Guerra, cuando sentenció, delante de Madero, esta gran verdad que muy presto habría de cumplirse: “Revolución que transa, es revolución perdida!” Lo que quiere decir que, en medio de sus excelsas cualidades patrióticas y humanas, el señor Madero era crédulo hasta la inocencia de un infante. Y el estadista no debe llegar nunca a esos extremos. Al contrario, el hombre de Estado, antes que bondadoso habrá de ser justo, y antes que perdonar, legalista. La bondad del gobernante debe tener sus límites, y la de nuestro Mártir no tenía linderos. Y por eso fue sacrificado. El señor Madero fue tan carente de malicia y de sentido político, que no supo rodearse de sus correligionarios, de los que habían hecho la Revolución con él, aquellos que tenían sus mismas ideas antiporfiristas, los mismos que lo encumbraron al solio presidencial creyendo en su persona como la del representante genuino de las aspiraciones y necesidades político-sociales del pueblo. Sus leales amigos, los renovadores, le señalaron la terrible situación que lo estaba llevando al desastre, y a ellos Madero respondió —un mes antes de su asesinato— diciéndoles que sus afirmaciones eran inexactas o exageradas. Esto lo afirmaba porque vivía cegado por la luz del

bienaventurado que cree que todos los demás hombres son como él. Y es que Madero “estaba hecho por dentro con madera de cruz”. Cuando el Presidente Apóstol cayó víctima de la perversidad y la traición, otro varón tan patriota como él, tan valeroso y puritano como él, Venustiano Carranza, levantó su bandera, no sólo libertaria sino de redención social, para vengarlo del Iscariote que lo había inmolado y dar al pueblo mexicano, en unión de los constituyentes de 1917, lo que había menester, la Carta Fundamental que nos rige, la que correspondió a las necesidades político-sociales de su época. Para terminar este breve prólogo del evangelizador de la democracia en nuestra patria, quiero decir cómo y cuándo lo conocí. En 1911, después de haber sido elegido diputado por el Estado de México, mi tierra natal, y antes de tomar posesión de mi curul, el gobernador del Distrito Federal, mi muy estimado amigo y correligionario el licenciado Federico González Garza, me llamó a su despacho para decirme que el señor Presidente Madero, a petición de don Abraham González, deseaba le recomendase a un abogado joven, de su absoluta confianza, para que ocupara el puesto de oficial mayor en su gobierno de Chihuahua. “En esa virtud yo quisiera saber, compañero Fabela —agregó González Garza—, si usted estaría dispuesto a aceptar tal nombramiento para recomendarlo con el Ejecutivo”. Sin vacilar le respondí que sí, no obstante que yo había sido nombrado por el Colegio Electoral de la XXVI Legislatura de la Unión para ser miembro de la Comisión Revisora de credenciales en compañía de Jesús Urueta, el orador sin par, Enrique Bordes Mangel y Serapio Rendón. Antes de partir a mi destino, González Garza me telefoneó diciéndome que el señor Madero me esperaba en su oficina de Chapultepec a las 12:00 del día siguiente para darme sus instrucciones personales. A la hora fijada llegué a la gran terraza del legendario castillo. Minutos después apareció el señor Presidente, quien me tendió los brazos de la manera más llana y cordial. Me emocioné profundamente al sentir mi corazón junto al de aquel hombre a quien consideraba como el símbolo genuino del heroísmo patriótico. Don Francisco, con la naturalidad muy propia de su carácter, comenzó a platicar conmigo, yendo y viniendo junto a mí, con sus brazos cruzados atrás. —Licenciado —me dijo—, voy a dar a usted una comisión que me interesa sobremanera. El estado de Chihuahua no está en paz ni mucho menos; muy frecuentemente recibo noticias de asaltos a trenes y poblaciones, que cometen los orozquistas. Esto ocasiona quejas de don Abraham, quien atribuye tales desmanes a la apatía o deliberados

propósitos de las fuerzas federales. Dígale usted a don Abraham — prosiguió el señor Presidente— que ya doy órdenes al general Victoriano Huerta para que tome más empeño en su campaña, pues creo que con las fuerzas de que dispone podrá hacer una paz efectiva en poco tiempo. Repítale lo que le he asegurado; que tenga fe en el ejército federal y que no puedo autorizar que se formen cuerpos rurales porque sería tanto como demostrarles a los soldados de línea que les tenemos desconfianza. Yo escuchaba con atención penetrante a aquel hombre físicamente breve, pero que ante mi admiración parecíame una figura alta y enhiesta. Su verbo y ademanes sencillos me inspiraban plena confianza al escucharlo. Pero lo que más me impresionó del Apóstol fueron sus ojos, que tenían un resplandor especial de iluminado. Cuando me despedí del pequeño gigante, a quien ya nunca más tornaría a ver, experimenté una de las sensaciones más profundas de mi existencia: —Adiós, señor Presidente. —Adiós, licenciado, que tenga usted buen viaje y déle un abrazo a mi gran amigo don Abraham. El homicidio proditorio de nuestro redentor cívico me sorprendió en Veracruz, en la casa paterna. La congoja de mi ánimo fue de aquellas que jamás se extinguen del todo. Son como una flama que atiza al propio tiempo al respeto, la admiración y el rencor. —¿Qué vas a hacer, hijo? —me preguntó mi padre. Y yo le contesté: —Entrar a la Cámara y luchar contra el verdugo. —Ése es tu deber. Así te honras y me honras. Vete, hijo mío… y que Dios te ampare. Afiliado de inmediato al “Grupo Renovador” de la XXVI Legislatura, y después de ocupar la tribuna varias veces, mis dilectos compañeros Jesús Urueta y Serapio Rendón, que pertenecían a la Casa del Obrero Mundial, me invitaron a que, en nombre de dicha organización hablara en la ceremonia que por primera vez se celebraría en México con motivo de la “Fiesta del Trabajo”, el 1o. de mayo de 1913. Acepté gustosamente y leí una catilinaria agresiva contra el tirano, que a la vez aludía a la aurora de la libertad que había surgido (palabras textuales) “al conjuro de un glorioso apóstol, cuya sangre de martirio, salpicada a todos los vientos, grabará en la historia de mi patria con letras que irradian como soles, a pesar de todos los cuartelazos y a pesar de todas las tiranías, esta sola palabra: ¡Libertad!” Cuatro órdenes de aprehensión se dictaron inmediatamente en mi contra, a causa de aquel discurso suicida. Ninguna me alcanzó. En un barco de la Trasatlántica Francesa —a cuyo representante, el señor Burgunder, le

debo la vida, porque impidió que dos esbirros de Huerta me sacaran del va por La Navarre—, me embarqué para La Habana con destino a la Revolución. Ya en Cuba, en el prestigiado periódico de mi noble amigo Manuel Márquez Sterling, publiqué este homenaje que escribí en honor del inmaculado patricio, en mayo de 1913: Madero fue como todos los alucinados, como todos los apóstoles: admirado y bendecido; odiado hasta la muerte y glorificado hasta la inmortalidad. Fue indiscutido por la admiración delirante de todo un pueblo y cayó al golpe rudo del pasado, resentido siempre con los flamantes ideales del porvenir. Fue un rebelde, pero no un rebelde demoledor de vidas, sino un rebelde propagador de ideas. Su palabra no era de artista para conmover, sino de sembrador para crear. Pasó por la República Mexicana como un mesías, predicando la buena nueva de la libertad y la democracia, y murió al despechado golpe de la reacción. Era un gran bueno; podría estar engañado, pero no sabía engañar. Sus manos misericordiosas jamás temblaban, nunca se abatía su frente, nunca desmayó su voluntad. No conoció el remordimiento ni el odio y practicó el perdón. Para él todos los hombres eran buenos mientras no le demostraron lo contrario. Vivía como un bienaventurado, sin temor ni amarguras, sin rencores ni odios; con una confianza inhumana para los hombres y una fe ciega en el porvenir. Soñaba como los justos y pensaba como los redentores. Era un santo laico. Como a la Doncella de Orleáns, un día lo conquistó una idea libertaria, y se transformó de hombre en apóstol, con toda su alma y con toda su vida. Era un cerebro con una sola idea: libertad; y un corazón con una sola palabra: amor. Han dicho en mi patria, inolvidable y amada, que Madero no fue de estas edades; que podría haber expresado el pensamiento de Juan Clemente Zenea: Mis tiempos son los de la antigua Roma, y mis hermanos con la Grecia han muerto. No, Madero fue oportuno en su apostolado como oportuno fue en su martirio. México necesitaba después de un dictador omnipotente, un valeroso adalid que se enfrentara a la tiranía y ese audaz patriota fue Madero. Nació para ser un símbolo: por eso fue a la muerte en la escala del martirio. ¿Que fue un mal gobernante? Tal vez; los gobernantes no se improvisan como los apóstoles. Quise contentar a todos y contenté a muy pocos. Así decía en su prisión el penúltimo día de su existencia. Es verdad y quizá es mejor: si viviera seguiría siendo irremediable y excesivamente bueno; muerto, es un maravilloso símbolo democrático y una bandera invencible.

Como así fue.

ISIDRO FABELA

[*] Víctor Alfieri, La tiranía, p. 12. Casa Editorial Sopena, Barcelona. [**] “Madero”, por Cráter (Pierre Lamicq). [***] Adrián Aguirre Benavides, Historia de la Revolución (obra inédita).

EL APÓSTOL Y MÁRTIR MADERO

Entrevista otorgada por el Presidente Porfirio Díaz a Mr. James Creelman, publicada en el Pearson’s Magazine en marzo de 1908. El general Díaz se manifestó conforme con la alternabilidad republicana en el gobierno, y anunció su intención de retirarse del poder. LA ENTREVISTA DÍAZ-CREELMAN

En este notable artículo el grande hombre del Continente habla al mundo con toda franqueza por conducto de Pearson’s Magazine. En virtud de arreglos previos, Mr. J. Creelman fue a México y fue recibido en el Castillo de Chapultepec. Tuvo especiales oportunidades de conversación con el Presidente Díaz y expresa con gran claridad el dramático e impresionante contraste entre su severo y autocrático gobierno y su tributo sincero a la idea democrática. Por conducto de Mr. Creelman, el Presidente anuncia su invariable resolución de retirarse del poder, y predice para México, un futuro pacífico bajo instituciones libres. —El editor.

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[Pearson’s Magazine, marzo de 1908] Es una equivocación suponer que el futuro de la democracia en México haya peligrado por la permanencia en funciones de un Presidente durante un largo periodo de tiempo —dijo con calma. Puedo decir con toda sinceridad que el ejercicio del poder no ha corrompido mis ideales políticos y creo que la democracia es el único principio de gobierno justo y verdadero, aunque en la práctica sólo sea posible para los pueblos suficientemente desarrollados. Puedo abandonar la presidencia de México sin el menor temor —agregó —; pero no dejaré de servir a mi país mientras viva. —¿Sabéis que en los Estados Unidos estamos agitados con la cuestión de elegir al Presidente para un tercer periodo?

—Sí, sí lo sé —replicó—. Es un sentimiento natural en pueblos demócratas que sus gobernantes se alternen con frecuencia. Estoy conforme con ese sentimiento. Parecíame difícil comprender que estaba escuchando a un militar que ha gobernado a una República sin interrupción por más de un cuarto de siglo con una autoridad personal desconocida aun para los monarcas. Sin embargo, hablaba con un ademán sencillo y convencido como el del hombre que se siente grande y seguro sin necesidad de hipocresías. —Es verdad que cuando un hombre ha ocupado el poder por largo tiempo, lo probable es que se sienta inclinado a empezarlo a considerar como su propiedad personal, y es bueno que un pueblo se ponga en guardia hacia las tendencias de la ambición individual. Sin embargo, hay que advertir que las teorías abstractas de la democracia y la efectiva y práctica aplicación de las mismas, necesariamente y con frecuencia son diferentes, esto es cuando se mira a la sustancia más bien que a la mera forma. Yo no veo ninguna razón fundada por la que el Presidente Roosevelt no pueda ser electo de nuevo, si una mayoría del pueblo americano desea que continúe en el gobierno. Creo que él ha pensado más en su patria que en sí mismo; ha hecho y está haciendo una grande obra para los Estados Unidos, una obra que hará, ya sea que siga en el gobierno o no, que sea recordado en la historia como uno de los más grandes presidentes. Considero a los “trusts” como un poder grande y positivo en los Estados Unidos, y el Presidente Roosevelt ha tenido el valor y el patriotismo de desafiarlos. La humanidad comprende la significación de esta actitud y su influencia sobre el futuro. Roosevelt es considerado por el mundo como un estadista cuyas victorias han sido morales. A mi juicio la lucha para restringir el poder de los “trusts” e impedir que opriman al pueblo de los Estados Unidos, marca uno de los más significativos e importantes periodos de vuestra historia. Mr. Roosevelt se ha enfrentado a esta crisis como un gran hombre. No cabe duda que Mr. Roosevelt es un hombre fuerte y puro, un patriota que ha comprendido y ama a su país. El temor americano por un tercer periodo me parece por lo mismo que no tiene razón de ser. No puede haber cuestión de principios en esta materia, si una mayoría del pueblo de los Estados Unidos aprueba su política y desea que continúe su obra. Ésta es la cuestión real y vital: que una mayoría del pueblo lo necesite y desee que continúe en el gobierno. Aquí, en México, hemos tenido condiciones muy diferentes. Yo recibí el Gobierno de las manos de un ejército victorioso en un tiempo en que el

pueblo estaba dividido y poco preparado para el ejercicio de los extremos principios del gobierno democrático. Haber arrojado sobre las masas desde luego toda la responsabilidad del gobierno, habría producido condiciones que hubieran quizás desacreditado la causa de las instituciones libres. Aunque en un principio obtuve el poder del ejército, tan pronto como fue posible se efectuó una elección y entonces mi autoridad me vino del pueblo. He tratado de dejar la presidencia varias veces; pero se ha ejercido presión sobre mí para no hacerlo y he permanecido en el gobierno por el bien de la nación que me ha entregado su confianza. El hecho de que el precio de los valores mexicanos bajara once puntos cuando estuve enfermo en Cuernavaca, indica la clase de prueba que me persuadió a vencer mi inclinación personal para retirarse a la vida privada. Hemos conservado la forma republicana y democrática de gobierno. Hemos preservado la teoría conservándola intacta. Sin embargo, hemos adoptado una política patriarcal en la actual administración de los negocios de la nación, guiando y restringiendo las tendencias populares, con una fe completa en que una paz forzada permitiría la educación y a la industria y al comercio desarrollar elementos de estabilidad y unidad en pueblo que es por naturaleza inteligente y sensible. He esperado pacientemente el día en que el pueblo de la República Mexicana estuviera preparado para escoger y cambiar sus gobernantes en cada elección, sin peligro de revoluciones armadas y sin daño para el crédito y el progreso nacionales. ¡CREO QUE ESE DÍA HA LLEGADO YA! —Comúnmente se asegura que las verdaderas instituciones democráticas son imposibles en un país que no tiene clase media —dije. El Presidente Díaz se volvió hacia mí dirigiéndome una penetrante mirada e inclinó la cabeza. —Es verdad —repuso. México tiene ahora una clase media; pero no la tenía antes. La clase media es el elemento activo de la sociedad aquí y en todas partes. Los ricos se preocupan demasiado en sus riquezas y sus dignidades para poder ser útiles al avance del bienestar general. Sus hijos no se esfuerzan mucho en mejorar su educación o su carácter. Por otra parte, la clase menesterosa es, por regla general, demasiado ignorante para desarrollar poder. La democracia dependerá, para su desarrollo, de los esfuerzos de la clase media activa, trabajadora, amante del adelanto, la cual proviene en su mayor parte de la clase menesterosa y en menor escala de la rica; es la clase media la que se ocupa de la política y promueve el adelanto general. En otros tiempos no teníamos clase media en México porque la

inteligencia y energías del pueblo estaban completamente absorbidas en la política y en la guerra. La tiranía y el desgobierno de España habían desorganizado a la sociedad. Las actividades productoras de la nación fueron abandonadas por luchas sucesivas; había una general confusión; ni la vida ni la propiedad estaban a salvo, y en semejantes condiciones no podía aparecer una clase media. —General Díaz —interrumpí— habéis tenido una experiencia sin precedente en la historia de las repúblicas. Por treinta años los destinos de esta nación se han encontrado en vuestras manos para amoldarlos a vuestra voluntad; pero los hombres mueren mientras las naciones perduran. ¿Pensáis que México pueda seguir viviendo en paz como República? ¿Estáis satisfecho de que su futuro esté asegurado bajo instituciones libres? Valía la pena de haber venido desde Nueva York al Castillo de Chapultepec para contemplar la faz del héroe en este momento. Fuerza, patriotismo, espíritu guerrero y profético parecieron brillar de repente en sus obscuros ojos. —El futuro de México está asegurado —dijo con voz clara—. Los principios democráticos temo que no se hayan enraizado aún en nuestro pueblo; pero la nación se ha desarrollado y llama a la libertad. La dificultad consiste en que el pueblo no se preocupa suficientemente acerca de los asuntos públicos relativos a una democracia. El mexicano por regla general piensa mucho en sus derechos y está siempre listo para reclamarlos; pero no piensa lo mismo en los derechos de los demás. Reclama sus privilegios; pero no se preocupa de sus deberes. La capacidad para restringir sus pasiones es la base del gobierno democrático y esa capacidad es posible sólo en aquellos que reconocen el derecho de los demás. Los indígenas, que forman más de la mitad de nuestra población, se ocupan poco de la política. Están acostumbrados a dejarse guiar por los que ejercen la autoridad en vez de pensar en sí mismos. Es ésta una tendencia que heredaron de los españoles, quienes les enseñaron a no mezclarse en los negocios públicos, confiando su resolución al gobierno. SIN EMBARGO, CREO FIRMEMENTE QUE LOS PRINCIPIOS DE LA DEMOCRACIA SE HAN DESARROLLADO Y SE DESARROLLARÁN MÁS AÚN EN MÉXICO. —Pero no tenéis partido alguno de oposición en la República, señor Presidente. ¿Cómo pueden florecer las instituciones libres cuando no hay oposición que contraríe a la mayoría o al partido que gobierna? —Es verdad que no hay aquí ningún partido de oposición. Tengo tantos amigos en la República, que mis enemigos parecen no querer identificarse con tan pequeña minoría. Aprecio en lo que vale la bondad de mis amigos

y la confianza de mi país; pero tan absoluta confianza me impone responsabilidades y deberes que cada día me abruman más. CUALESQUIERA QUE SEAN LAS OPINIONES DE MIS AMIGOS Y PARTIDARIOS, ME RETIRARÉ DEL PODER AL TERMINAR EL ACTUAL PERIODO DE GOBIERNO, Y NO SERVIRÉ DE NUEVO.

CUANDO ESTO SUCEDA TENDRÉ OCHENTA AÑOS DE EDAD. Mi país ha sido bondadoso, confiando en mí. Mis amigos han alabado mis méritos y disculpado mis faltas; pero seguramente no querrán ser tan generosos con mi sucesor, quien podrá necesitar mi consejo y ayuda, por lo cual deseo vivir todavía cuando entre al gobierno, para poderlo ayudar. Cruzó sus brazos sobre su robusto pecho y agregó con gran énfasis: DARÉ LA BIENVENIDA A UN PARTIDO DE OPOSICIÓN EN LA REPÚBLICA MEXICANA. Si aparece lo veré como una bendición, no como un mal, y si puede desarrollar poder, no para explotar, sino para gobernar, estaré a su lado, lo ayudaré, lo aconsejaré y me olvidaré de mí mismo en la feliz inauguración de un gobierno completamente democrático en mi patria. Es suficiente para mí haber visto a México levantarse entre las naciones útiles y pacíficas. No tengo el menor deseo de continuar en la Presidencia; esta nación está, al fin, lista para la vida de la libertad. A la edad de setenta y siete años estoy satisfecho con mi robusta salud, la cual ni la ley ni la fuerza pueden crear. No la cambiaría ni por todos los millones de vuestro Rey del Petróleo. Los ferrocarriles han tenido una parte importante en la pacificación de México —continuó—. Cuando fui electo Presidente la primera vez, sólo había dos pequeñas líneas que unían la capital de la República con Veracruz, y otra que estaba en construcción rumbo a Querétaro. Ahora contamos con 19 000 millas de buenas vías. Por aquel entonces, teníamos un costoso y lento servicio postal, que era conducido en las zagas de los coches, y al hacer su trayecto entre México y Puebla, era detenido en el camino dos y tres veces, con objeto de robar los salteadores a los pasajeros. En la actualidad, nuestro servicio de correos es barato, rápido y extendido a través de todo el país, contando con más de dos mil doscientas administraciones y agencias. Los telégrafos eran en aquel tiempo deficientes; ahora tenemos en activo trabajo 45 000 millas de hilos telegráficos. Comenzamos por hacer que los salteadores fueran condenados a muerte y que la ejecución se llevara a cabo pocas horas después de haber sido aprehendidos y condenados. Ordenamos que donde quiera que los alambres telegráficos fuesen cortados y el jefe de la oficina del distrito respectivo no diera con el criminal, sufriera una pena, y en el caso de que el corte de alambres ocurriera en una plantación cuyo propietario no

pudiera impedirlo, fuera él mismo colgado en el poste más próximo. Recuerdo que éstas fueron órdenes militares. Fuimos muy duros, algunas veces hasta llegar a la crueldad; pero todo esto fue entonces necesario para la vida y progreso de la nación; si hubo crueldades, los resultados las han justificado. Las ventanillas de la nariz estaban dilatadas y temblorosas; la boca era una línea casi recta. Fue mejor derramar un poco de sangre para salvar mucha. La sangre derramada era mala sangre; la que se salvó, buena. La paz, una paz forzada, era necesaria para que la nación tuviera tiempo de reflexionar y trabajar. La educación y la industria han completado la tarea comenzada por el ejército. —¿Y qué consideráis de más fuerza para la paz, el ejército o la escuela? —pregunté. La faz del soldado se ruborizó ligeramente y levantó un poco su espléndida cabeza blanca. —¿Habláis del tiempo actual? —Sí. —La escuela. No puede haber en esto duda. Yo deseo ver la educación impartida por el gobierno nacional a través de toda la República y espero lograrlo antes de morir. Es importante que todos los ciudadanos de una república reciban idéntica educación, para que sus métodos e ideales puedan armonizarse y se intensifique así la unidad nacional. Cuando los hombres leen, y piensan lo mismo, están más inclinados a obrar del mismo modo. —¿Y pensáis que la vasta población indígena de México es capaz de un alto grado de desarrollo? —Así lo creo. Los indígenas son dóciles y agradecidos todos ellos, con excepción de los yaquis y una parte de los mayas. Conservan tradiciones propias de su antigua civilización y esa raza nos ha dado abogados, ingenieros, médicos, oficiales del ejército y otros profesionales. Sobre la ciudad flotaba a lo lejos el humo proveniente de varias fábricas. —Es mejor que el humo del cañón —dije señalándolo. —Sí —replicó— y sin embargo, hay veces en que el humo del cañón no es tan malo. Los proletarios de mi país se levantaron para ayudarme; pero no puedo olvidar lo que han hecho por mí mis camaradas en el ejército, y sus hijos. Los ojos del veterano estaban humedecidos por las lágrimas. —Eso —dije apuntando a una plaza de toros cercana al Castillo— es lo

único que sobrevive de España en lo que puede verse de este panorama. —No habéis visto las casas de empeño —exclamó—; España nos trajo sus casas de empeño así como sus plazas de toros. (El general Díaz habló después en términos generales sobre la situación de los Estados y emitió algunos conceptos sobre la Doctrina Monroe; y luego continuó en el siguiente sentido la entrevista.) Los hombres son más o menos lo mismo en todo el mundo —dijo—. Las naciones son como los individuos; deben ser estudiados y conocidos los móviles de su acción. Un gobierno justo significa simplemente las ambiciones de un pueblo, expresadas en forma práctica. Todo esto nos trae a un estudio del individuo. Lo mismo pasa en todos los países; el individuo que ayuda a su Gobierno en la paz o en la guerra, tiene siempre algún móvil personal: su ambición. El principio del verdadero gobernante consiste en descubrir ese móvil, y el estadista experimentado debe procurar no extinguir sino regular la ambición individual. He procurado seguir esta regla aplicándola a mis compatriotas, que forman un pueblo naturalmente sensible y caballeroso dejándose guiar las más veces más por el corazón que por la cabeza. He tratado de averiguar la ambición de los individuos. Si aún en su culto a Dios, un hombre espera alguna recompensa, ¿cómo puede un gobierno humano tratar de encontrar en sus unidades algo más desinteresado? En mi juventud he tenido una dura experiencia que me ha enseñado muchas cosas. Cuando mandaba yo dos compañías de soldados, hubo tiempo en que durante seis meses no recibí indicaciones, instrucciones ni ayuda de mi Gobierno, por lo cual me vi obligado a pensar por mí y a convertirme en Gobierno. Desde entonces encontré a los hombres como hoy todavía los encuentro. Creí en aquel tiempo en los principios democráticos y creo aún en ellos, aunque las condiciones me han compelido a usar severas medidas para conservar la paz y el desarrollo que debe necesariamente preceder al libre gobierno. Meras teorías políticas jamás crearán una nación libre. La experiencia me ha convencido de que un gobierno progresista debe tratar de satisfacer la ambición individual tanto como sea posible; pero de que al mismo tiempo debe poseer un extinguidor para usarlo sabia y firmemente cuando la ambición individual arda con demasiada viveza en peligro del bienestar general.[*]

[*]

Obras políticas del Lic. Blas Urrea, pp. 383-389. Imprenta Nacional, S. A., México, 1921.

Carta de don Francisco I. Madero, al licenciado Fernando Iglesias Calderón, haciéndole un llamado para ocupar el puesto que se le asignó, por juzgar que su intervención puede tener influencia decisiva para que se agrupara alrededor de la bandera de la Constitución de 57 a todos los verdaderos mexicanos “para reconquistar nuestros derechos de hombres”.

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Sr. don Fernando Iglesias Calderón, México. Muy estimado amigo: Desde que llegué de regreso de mi viaje a esa Capital, deseaba haberle escrito para insistir sobre el asunto que tratamos juntamente con nuestros mutuos y buenos amigos, los señores León y Arriola, pero he estado fuera de ésta y a la vez he tenido mucho quehacer, lo cual me ha impedido hacerlo con la calma que este asunto requiere. He recibido noticias de esa, en que me informan que aún no conocen su resolución definitiva, pero que tienen grandes esperanzas de que usted acepte. Yo también participo de esas esperanzas, pues no puede ser de otro modo, porque no puedo creer que usted nos abandone en estos críticos momentos en los cuales su intervención puede tener una influencia decisiva para que los esfuerzos que vamos a hacer con el fin de agrupar alrededor de la bandera del 57 a todos los verdaderos mexicanos, tengan un éxito completo. En esta época de absoluto personalismo, en donde todos los partidos sólo ambicionan el triunfo de su Jefe para acaparar los puestos y las riquezas públicas, se impone la necesidad de un partido de principios que empuñe la inmaculada bandera de la Constitución y con ese sagrado estandarte ataque resueltamente al despotismo reinante con la seguridad de triunfar, pues esa noble bandera tiene el mágico don de despertar en el corazón de los mexicanos el adormecido patriotismo, de elevarlos a la altura de las situaciones más críticas para vencerlas, para salvar a la patria, ya destrozando los fueros con que se pretende asesinarla, ya arrojando de su suelo al invasor que quiso humillarla, y ahora, sí, ahora, en esta época de vergonzoso servilismo, también nos infundirá el entusiasmo

y el patriotismo necesarios para volver a luchar por sus resonantes principios, y nos infundirá bastante valor para medir en su justo tamaño y despreciar como se merecen, los peligros con que se pretende arredrarnos en nuestra empresa. Sí, amigo mío. Mi íntima convicción es que ha llegado la hora solemne de la reivindicación del honor nacional. Si seguimos consintiendo con cobarde indiferencia la triste situación del mexicano que en vez de “ciudadano” merece el epíteto de “paria”; si no hacemos el más ligero esfuerzo para reconquistar nuestros “derechos de hombres” que nuestros padres nos legaron y cuya conquista costó a ellos torrentes de sangre, no merecemos ni el título de “hombres” y habremos dejado que se consume la obra del despotismo, que nos ha llevado a la triste condición de avergonzarnos de vivir en esta época que la historia calificará de “negro manchón de nuestra historia”, negrura que resaltará más al lado de las brillantes épocas porque no ha mucho pasó nuestra infortunada patria. Pues bien: los luchadores se contarán por millares tan pronto como sea enarbolada nuestra bandera de combate, pero necesitamos la adhesión, la ayuda decisiva y resuelta de todos los que queremos formar el primer núcleo de ese partido, y para lograrlo, necesitamos disciplinarnos y acatar las disposiciones de la mayoría. Usted ha sido designado por nosotros para dar el primer asalto, usted cuyo nombre glorioso ha sabido llevarlo tan dignamente, es el indicado, pues al entrar usted a la liza patriótica será un acontecimiento nacional, acontecimiento que hará anhelar la prosperidad de la patria, encarnada en sus instituciones, que despertará de su largo sueño al pueblo mexicano para mostrarse tan grande como en otras épocas se ha mostrado, y para cubrirse de gloria, como siempre que ha combatido por los grandes principios que encierra la Constitución de 57, principios proclamados por la brillante pléyade que secundó a Juárez y entre la cual descuella, se destaca con letras brillantes, el nombre de su padre de usted. Los escrúpulos que usted nos manifestó son obvios, indudablemente, pero no deben ser un obstáculo para que usted cumpla con su deber en el grandioso sentido en que lo han interpretado hombres de la talla de su padre y demás compañeros. La actitud que ha tomado usted, hasta ahora, es digna pero casi pasiva sobre todo comparada con la enérgica actitud que tendría usted que asumir como director de un periódico, e indudablemente que la patria recogerá mayores beneficios con esta última. Éste es el único factor que usted debe tener en consideración, y, por consiguiente, no debe vacilar en ayudar con su nombre, con la pluma y con toda su energía al principio de

la causa que fue el único ideal perseguido por su ilustre padre, que dedicó toda su vida a servirla. Los dolorosos acontecimientos de Orizaba han venido a causar honda y dolorosa impresión en toda la República. Por todas partes se nota que el valeroso pueblo mexicano está lleno de indignación por tanto ultraje recibido, y sólo busca una bandera prestigiada para agruparse a su alrededor. ¿Seremos tan torpes de desperdiciar tan espléndida oportunidad de iniciar la lucha? ¿Seremos tan cobardes para dejar que se asesine impunemente a nuestros hermanos sin que un grito de indignación salga de nuestro pecho, sin que se alce una protesta, sin enseñar ante todo el mundo quién es el culpable? ¡No! Eso no puede ser, pues al ser así, los espectros de nuestros padres de 1810 y de 57 se alzarían de sus tumbas y cuando atónitos y espantados preguntemos, como preguntaba Pedro al Señor: ¿Quo vadis, dómine?, nos contestarán que “vuelven a morir por la patria, pues nosotros, cobardes, huimos ante el peligro”. Amigo mío: Perdone que haya sido tan extenso, pero sentía en mí la necesidad de desahogarme, de decirle todo lo que siento, pues no quiero que usted no vaya a responder a nuestro llamado, porque juzgo indispensable la ayuda de usted en estas circunstancias, porque actualmente somos muy pocos los que iniciamos este movimiento, y la falta de usted en el puesto que todos le hemos asignado, podrá comprometer seriamente las primeras operaciones, y, por lo menos, retardar considerablemente la época en que principiemos nuestra campaña, y eso nos puede traer serias consecuencias, pues además de que ya se acerca a pasos agigantados el día del combate decisivo, los actuales acontecimientos indican perentoriamente la urgencia y la oportunidad de principiar nuestra campaña. Ansiosamente espero su resolución, que creo será afirmativa, para dar principio al arreglo de los demás detalles, a fin de que nuestro proyecto se realice cuanto antes. En espera de su grata contestación, me es muy satisfactorio aprovechar esta oportunidad para suscribirme su amigo que le aprecia y su atto. y s. s. Francisco I. Madero

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Carta de don Francisco Madero, Sr., a su hijo Francisco, expresándole su disgusto por andarse metiendo en las patas de los caballos, pretendiendo ser redentor, exponiéndose a un fracaso y contribuyendo

a su ruina. Muy querido hijo: Correspondo a tu grata del 30 del pasado, manifestándote con grande disgusto que te andas metiendo en las patas de los caballos, pretendiendo meterte a redentor cuando debes saber que éstos salen crucificados… También recibí un libro que has publicado, pero dices que no lo has repartido porque deseas que nadie lo sepa hasta que lo consideres conveniente, pero si como me lo mandas a mí lo haces con varios otros, como me lo han dicho algunos, de seguro que ya lo sabe todo el mundo. Apenas puede creerse que un hombre como tú, que te consideras un buen hijo, expongas a un fracaso los intereses comprometidos de tu buen padre, pues no se te oculta que aunque tal publicación la hagas contra mi voluntad y la de tu padre, y que sean todas creaciones tuyas, no podrán creer que dejemos nosotros de tomar parte activa en esa publicación, porque deseamos y pretendemos obtener colocaciones, por lo cual nos comprometes a todos; en un descuido eres la causa de la ruina de tu buen padre… Por supuesto, que tendrás varios compañeros que te pongan por las nubes porque tú pones el cascabel al gato y te dirán que lo haces como uno de los mejores reformistas, subiéndote a las nubes y comparándote con el gran Demóstenes y no sabes que se burlan de ti… Apenas puede creerse que un hombre como tú, que debías ayudar a tu padre a enderezar sus negocios, vengas a servirle de rémora y aún contribuir para su ruina. Se conoce que eres un niño que no piensa ni quiere consultar a nadie para entrar en asuntos tan graves como el de que se trata… Cada vez que reflexiono sobre tu conducta, me temo hasta que hayas perdido la cabeza, puesto que no consultas opiniones de personas sensatas, y siento que te hayas metido en camisa de once varas… Tú eres uno de tantos que han metido a tu padre en dificultades y en lugar de ayudarlo a salir de ellas, contribuyen a su ruina. Apenas puede creerse lo que pasa y sólo porque se ve quedo muy espantado de lo que está pasando. El resultado de todo es que después de ponerte en ridículo, expones el bienestar de tu padre… Sin

tiempo para más, que Dios te colme de bien en el año que empieza, junto con Sarita, con la bendición de tu papá… Francisco Madero, Sr.[*]

[*] Armando de Maria y Campos, Las memorias y las mejores cartas de Francisco I. Madero, pp. 89 y 90. Libro Mex. Editores. México, 1956.

Carta de don Francisco I. Madero, a su padre, agradeciéndole haber encontrado digno de su atención el contenido del libro que le envió, acerca del cual le hace una exposición de las razones y medios que encontró para formarse un criterio exacto de la situación en el país, y formular cargos a la Administración Porfirista, a la que combatirá dentro de la Ley “hasta donde mis fuerzas me alcancen, sin preocuparme de las consecuencias que esto me pueda acarrear”.

4

Muy querido papacito: El domingo, ya para tomar el tren para Ramón Corona, recibí su grata del 3 del actual, y ayer, a mi regreso, la del 5 del mismo, las cuales paso a contestar: no le ocultaré que la primera me causó una penosa impresión, la cual se desvaneció por completo con la última, pues veo que al leer usted parte del libro que tuve el gusto de mandarle, lo ha encontrado digno de su atención… La opinión de usted es para mí de mucho peso, pues además de su experiencia y su rectísimo criterio, tiene para mí la condición que la hace de más valor, que es la sinceridad… Absolutamente nadie me ha ayudado a escribir mi libro, y son raros los párrafos que he llegado a reformar por indicación de algún amigo mío. En cuanto a los datos, hace mucho tiempo que los he estado recogiendo, y las conversaciones que he tenido con usted, con mi tío Bibiano, con el general Treviño y con los demás conocidos que vivieron aquellas épocas, me han servido de mucho para poderme formar un criterio exacto de aquellos acontecimientos. También he encontrado algunos datos en las memorias de don Sebastián Lerdo, que aunque apócrifas, parece que los episodios que cuenta son exactos… Algo dije en el curso de mi libro, de lo que usted me indica, y si no hablé con más claridad, es porque me pareció conveniente emplear ese lenguaje a fin de causar mejor efecto en los ánimos de todo el mundo, pues con los cargos que le hago a la actual administración, me parece muy suficiente para desarrollar la idea, que consiste en culpar de todos nuestros males al actual régimen de poder absoluto implantado por el general Díaz… En el plan que me había hecho del libro había reservado un capítulo especial en que pensaba tratar extensamente los puntos que usted me indica, y comparar al general Díaz,

no solamente con Washington, sino muy especialmente con el Mikado del Japón, que en diez años ha hecho más por el Japón que ningún otro gobernante del mundo por su patria en igual periodo de tiempo; pero ese capítulo no era indispensable; mi libro hubiera resultado mucho más grande y hubiera tenido que entrar en consideraciones muy desfavorables para el general Díaz, las cuales preferí evitar a fin de darle a mi libro un sello de imparcialidad que le hará tener mucho más peso en todas las condiciones… Hace mucho que el general Díaz sabe que en cuestiones políticas tengo yo ideas mucho más radicales que usted y mi mamá, y sabe muy bien que en la campaña pasada me metí sin consentimiento de ustedes, y que si hago cualquier cosa ahora será del mismo modo, así es que él nunca creerá que yo lo hago por instigación de ustedes y por ese motivo no creo que los vaya a perjudicar mi libro. Además no veo de qué modo pueda perjudicarlos, pues desde el momento que ninguno de ustedes necesita nada del Gobierno, no puede sufrir ningún perjuicio de él, a menos que recurriera el general Díaz a medidas violentas, lo cual no me parece creíble, pero aún en este caso, esas medidas violentas serían exclusivamente contra mí y para ello estoy perfectamente bien preparado, pues desde el momento en que he escrito este libro, y pienso seguir adelante la obra que él entraña, lo he hecho con todo conocimiento de causa y sé que me expongo a grandes peligros, pero considero que la Patria pasa actualmente por circunstancias en que necesita urgentemente de la ayuda de sus hijos y, por mi parte no he de vacilar en tomar mi determinación. Lucharé dentro de los terrenos de la Ley y la Justicia, hasta donde mis fuerzas me alcancen, sin preocuparme de las consecuencias que esto me pueda acarrear… Como ha sido imposible guardar reservas sobre este libro, y hay muchas personas que lo saben, me he resuelto a publicarlo el día 15 del actual, y pienso mandar un ejemplar a cada uno de todos los periódicos de la República, así como a todos mis amigos que se interesen en cuestiones políticas a fin de que en un momento dado, circule por todas partes a la vez y ya no sea posible que eviten su circulación, pues por lo menos habrá llegado a manos de todos los intelectuales y de todos los políticos de la República… Francisco I. Madero[*]

[*]

Armando de Maria y Campos, op. cit., pp. 91 a 93.

Carta de don Francisco I. Madero, a su padre, comunicándole que en la junta celebrada en Torreón logró diferir la de Saltillo, lo que le permitirá lanzar su libro a la circulación, e insistiéndole que entrevistara a Limantour para expresarle que procurara la formación de un partido democrático a fin de neutralizar el Reyismo, insinuándole también su personal simpatía para que llegue a ocupar la Vicepresidencia de la República.

5

Enero 23 de 1909. Muy querido papacito: Ayer llegué de Torreón y me encontré con su telegrama en que me permites que obre libremente y me mandas tu bendición y la de mi mamá. No puedes imaginarte cuán grande ha sido mi satisfacción, el orgullo y la emoción que he sentido. Abundantes lágrimas derramé ayer, pero fueron lágrimas llenas de ternura, de dulce y grata emoción de agradecimiento inmenso para ti y para mi adorada madre. En la mañana de ayer, poco antes de levantarme, soñé que te había visto con ese semblante cariñoso que tienes cuando te diriges a nosotros, y con una mirada llena de dulzura y confianza en el porvenir me habías dado la autorización y la tan deseada bendición. Esta circunstancia que no puedo considerar casual ha aumentado mi emoción y mi satisfacción, pues me confirma más en la idea que siempre he tenido de la nobleza de tus sentimientos, de la grandeza de tu alma. Papacito querido, demasiado comprendo que al darme tu bendición has obedecido a un arranque de generosidad, de grandeza de alma, en que, elevándote a las altas regiones del espíritu, has hecho que sólo tengan eco en ti las más nobles aspiraciones, y dominado por esos bellísimos sentimientos no vacilaste en cumplir con tu deber con una abnegación admirable, con una serenidad que sólo pueden abrigar los hombres superiores, con una fe en el porvenir que sólo anima a los creyentes cuando tienen la conciencia tranquila, pues en estas circunstancias descansan por completo en la Providencia Divina. Debo agregar que tengo la seguridad absoluta de que a pesar de lo que

puedan creer las personas que juzgan todo superficialmente, no deben esperar que yo les dé ningún dolor de cabeza, y más bien pueden estar asegurados de que obraré de tal modo, que les causaré la más legítima satisfacción, el más noble orgullo; haré de modo que ustedes se sientan orgullosos de mí, como yo me siento orgulloso de tener unos padres tan nobles, tan grandes, tan buenos. Ahora sí ya no tengo la menor duda de que la Providencia guía mis pasos y me protege visiblemente, pues en el hecho de haber recibido su bendición, veo su mano; en la circunstancia de haberlo presentido tan claramente distingo su influencia, percibo su modo de guiarme, de dirigirme y de alentarme, pues si el laconismo forzoso del telegrama sólo me trajo su resolución definitiva, la visión que tuve antes me reveló que esa resolución era sin violencia, obedeciendo a sus más nobles sentimientos, y aunque hacían un sacrificio sublime, se quedaron llenos de confianza en el porvenir, aceptaban con noble serenidad las consecuencias de la nueva vida de actividad y lucha que se inicia. Pues bien, queridos padres: Así como toda fuerza tiene que engendrar otra fuerza de retorno para cerrar el círculo, así como toda oración atrae hacia nosotros la ayuda celeste, asimismo las bendiciones que me habéis mandado y que me sostendrán y me darán fuerza para cumplir con mi misión, retornarán sobre vuestra cabeza en forma de bendiciones celestes, y Dios, nuestro Santo Padre, premiará dignamente vuestra abnegación y vuestra grandeza de alma. Yo, por mi parte, con toda mi alma, le pediré que os llene de bendiciones y que me permita colaborar a vuestra felicidad, en proporción al inmenso cariño que les tengo. Pasando a otro punto, diré a mi querido papacito que en la junta que tuvimos en Torreón logré diferir algunos días una junta en Saltillo, que se verificará el 15 del entrante en vez del 5 como se había acordado. Eso me permitirá lanzar mi libro algunos días más tarde y haré de modo que sólo llegue a esa capital y a otras partes, del 3 al 4 del entrante, así es que en estos días tienes tiempo de arreglar cualquier asunto que creas pueda perjudicarme con la publicación del libro. Además, ni es necesario que vengas para el asunto del Banco como te escribí ayer de Torreón y como te telegrafiaré hoy mismo. Esos días puede aprovecharlos muy bien. Recuerda que yo te animé mucho para que fueras a ver por primera vez a Limantour y que no te (ilegible en el original) ni un momento. Pues bien: insisto en que lo veas de nuevo, pero en su casa particular, y le digas: que yo me voy a lanzar a la política, que no lo has podido

evitar, que voy a procurar la formación de un partido verdaderamente democrático para neutralizar la influencia del Reyismo que nos invadió el Club de esa capital; que en el libro que voy a publicar ataco a Reyes fuerte, y, sobre todo, a la idea de poder absoluto, y refiero en mi apoyo las faltas del general Díaz: Que de él hablo muy poco, pues no quiero que se trasluzcan mis simpatías por él porque después yo no podría trabajar por él con la misma facilidad. Que aunque no soy incondicional de nadie sino de la Democracia, siento por él grandísimas simpatías y con gusto trabajaré cuando sea oportuno porque él llegue a la Vicepresidencia; que ya sabe que toda nuestra familia es amiga de él, etc., y después le puede insinuar: “Y a mí, ¿cree usted que se me pueda molestar con el Banco Nacional? Se lo pregunto para prepararme, pues tenga la seguridad de que vendiendo cualquiera de mis propiedades a la mitad de lo que valen, hago frente a todos mis compromisos, pero prefiero no deshacerme de ellas para que vayan a manos de extranjeros, pero lo haré si no encuentro otra alternativa.” Ya en este terreno pueden llegar a concertar una operación con la Caja de Préstamo o con cualquiera otra… (ilegible)… que se arregle violentamente, como… (ilegible)… ser un crédito refaccionario en el Comercio e Industria. Debes comprender que cualquier cosa que… (ilegible)… quedará mucho mejor con Limantour al hacerle esta confidencia, pues será la mejor prueba de tu adhesión por él. Si te dice que no publique mi libro puedes decirle que ya no es tiempo de evitarlo, pues ya está repartido en una gran parte de la República, calculando que lleguen a su destino el mismo día a todas partes, y que ya no se puede evitar que vea la luz pública. Tengo la seguridad de que no te arrepentirás de haberlo visto y hablándole en ese sentido, pues si lo dejas para después que salga el libro, ya no lo verá él del mismo modo. Le puedes agregar que por tu gusto yo no me hubiera metido en política, pero viendo que me guía un fin altamente patriótico y que… (hay dos renglones ilegibles). Dale a mi mamacita ésta por suya, que mañana le escribo, y con besitos para mis hermanos y sobrinitos, reciban ustedes dos el inmenso cariño que les tiene su hijo. Francisco I. Madero

[*] Armando

de Maria y Campos, op. cit., pp. 94 a 98.

[*]

Carta de don Francisco I. Madero, a su madre, manifestándole su firmeza inquebrantable para iniciar la ardua empresa que ha acometido y el entusiasmo cundido en toda la República por la lucha, la que se multiplicará al conocerse su libro.

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1909 Mi adorada mamacita: Aunque por el telegrama de papá comprendí cuál sería tu estado de ánimo al mandarme por telégrafo la gratísima noticia de que me autorizaban para obrar libremente y que me mandaban su bendición, esperaba tus lindas letritas para escribirte directamente a ti. No puedes imaginarte lo feliz que me siento al ver lo que me dices en tu querida cartita. Yo nunca dudé de que tú y papá obrarían de esa manera, pues conozco demasiado la grandeza de su alma y la nobleza de sus corazones. Ahora sí me siento seguro de mí mismo y con una firmeza inquebrantable para emprender la ardua empresa que he acometido. No se me escapa que pasaré días amargos, pero la satisfacción de cumplir con mi deber me reanimará; tendré momentos de desfallecimiento, pero la voluntad divina me levantará las fuerzas y me dará energía para seguir marchando hacia el fin lejano que persigo y que vea cada vez más claro, gracias a la ley que proyecta en mi camino sus bendiciones. En cuanto a papá, no temas nadá por él. Hemos llegado a cierta época en que nadie se atreverá a cometer algún atentado contra él. En las actuales condiciones de efervescencia popular, sería locura ir a exasperar al pueblo. Te aseguro que es increíble cómo está cundiendo en toda la República el entusiasmo por la lucha; mi libro hará que ese entusiasmo se multiplique. Nosotros en Coahuila, ya dimos principio a nuestra campaña y el 5 de febrero saldrá a la luz el primer número del “Demócrata”, en el cual pienso apoyar las ideas emitidas en mi libro. A papacito: he sabido que desde hace más de un mes el general Reyes conoce mi libro y, sin embargo, ya ves cómo no ha intentado hacer nada.

Creo te demostrará que no debes temer nada por mí tampoco. “…Para mis trabajos políticos tengo precisión de ir a México a fines de febrero y voy a arreglar que sea a principios de marzo para pasar con ustedes el día 11, que cumple papá sesenta años, pues tengo verdaderos deseos de pasar con ustedes esos días. A Sarita también la llevaré y permaneceremos a su lado unos 20 días…” Francisco I. Madero[*]

[*]

Armando de Maria y Campos, op. cit., pp. 99 y 100.

Carta de don Francisco I. Madero, fechada en San Pedro, Coah., dirigida al Gral. Porfirio Díaz, Presidente de la República, enviándole un ejemplar de su libro “La Sucesión Presidencial en 1910. El Partido Nacional Democrático”, delineándole a grandes rasgos sus ideas expuestas en el mismo.

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San Pedro, Coah., 2 de febrero de 1909. Señor General Porfirio Díaz, Presidente de la República Mexicana. México, D. F. Muy respetable señor y amigo: Principiaré por manifestar a Ud. que si me tomo la libertad de darle el tratamiento de amigo, es porque Ud. mismo me hizo la honra de concedérmelo en una carta que me escribió con motivo de un folleto que le remití sobre la Presa en el Cañón de Fernández. Por lo demás, creo ser más merecedor a ese honroso título hablándole con sinceridad y franqueza, puesto que de este modo puedo serle más útil para ayudarle con mi modesto contingente a resolver el problema de vital importancia que se presenta actualmente a la consideración de todos los mexicanos. Para el desarrollo de su política, basada principalmente en la conservación de la paz, se ha visto Ud. precisado a revestirse de un poder absoluto que Ud. llama patriarcal. Este poder, que puede merecer ese nombre cuando es ejercido por personas moderadas como Ud. y el inolvidable emperador del Brasil, Pedro II, es, en cambio, uno de los azotes de la humanidad cuando el que lo ejerce es un hombre de pasiones. La historia, tanto extranjera como patria, nos demuestra que son raros los que con el poder absoluto conservan la moderación y no dan rienda suelta a sus pasiones. Por este motivo la Nación toda desea que el sucesor de Ud. sea la Ley, mientras que los ambiciosos que quieren ocultar sus miras personalistas y pretenden adular a Ud. dicen que “necesitamos un hombre que siga la hábil política del General Díaz”. Sin embargo, ese hombre nadie lo ha encontrado. Todos los probables sucesores de Ud. inspiran serios temores a la Nación.

Por lo tanto, el gran problema que se presenta en la actualidad, es el siguiente: ¿Será necesario que continúe el régimen de poder absoluto con algún hombre que pueda seguir la política de Ud., o bien será más conveniente francamente el régimen democrático y tenga Ud. por sucesor a la Ley? Para encontrar una solución apropiada, e inspirándome en el más alto patriotismo, me he dedicado a estudiar profundamente ese problema con toda la calma y serenidad posibles. El fruto de mis estudios y meditaciones lo he publicado en un libro que he llamado “LA SUCESIÓN PRESIDENCIAL EN 1910. EL PARTIDO NACIONAL DEMOCRÁTICO”, del cual tengo la honra de remitirle un ejemplar por Correo. La conclusión a que he llegado es que será verdaderamente amenazador para nuestras instituciones y hasta para nuestra independencia, la prolongación del régimen de poder absoluto. Parece que Ud. mismo así lo ha comprendido según se desprende de las declaraciones que hizo por conducto de un periodista americano. Sin embargo, en general causó extrañeza que Ud. hiciera esas declaraciones tan trascendentales por conducto de un periodista extranjero, y el sentimiento nacional se ha sentido humillado. Además, quizás contra la voluntad de Ud. o por lo menos en contradicción con sus declaraciones, se ha ejercido presión en algunos puntos en donde el pueblo ha intentado hacer uso de sus derechos electorales. Por estas circunstancias, el pueblo espera con ansiedad saber qué actitud asumirá Ud. en la próxima campaña electoral. Dos papeles puede Ud. representar en esa gran lucha, los que dependerán del modo como Ud. entienda resolver el problema. Si por convicción, o por consecuentar con un grupo reducido de amigos, quiere Ud. perpetuar entre nosotros el régimen de poder absoluto, tendrá que constituirse en jefe de partido, y aunque no entre en su ánimo recurrir a medios ilegales y bajos para asegurar el triunfo de su candidatura, tendrá que aprobar o dejar sin castigo las faltas que cometan sus partidarios, y cargar con la responsabilidad de ellas ante la historia y ante sus contemporáneos. En cambio, si sus declaraciones a Creelman fueron sinceras, si es cierto que Ud. juzga que el país está apto para la democracia y comprendiendo los peligros que amenazan a la Patria con la prolongación del absolutismo, desea dejar por sucesor a la Ley, entonces tendrá Ud. que crecerse, elevándose por encima de las banderías políticas y declarándose la encarnación de la Patria. En este último caso, todo su prestigio, todo el poder de que la Nación lo

ha revestido, lo pondrá al servicio de los verdaderos intereses del pueblo. Si tal es su intención, si Ud. aspira a cubrirse de gloria tan pura y tan bella, hágalo saber a la Nación del modo más digno de ella y de Ud. mismo: por medio de los hechos. Eríjase Ud. en defensor del pueblo y no permita que sus derechos electorales sean vulnerados, desde ahora que se inician movimientos locales, a fin de que se convenza de la sinceridad de sus intenciones, y confiado concurra a las urnas a depositar su voto para ejercitarse en el cumplimiento de sus obligaciones de ciudadano, y consciente de sus derechos y fuertemente organizado en partidos políticos, pueda salvar a la patria de los peligros con que la amenaza la prolongación del absolutismo. Con esta política asegurará para siempre el reinado de la paz y la felicidad de la Patria y Ud. se elevará a una altura inconcebible, a donde sólo le llegará el murmullo de admiración de sus conciudadanos. Don Pedro del Brasil, en un caso semejante al de Ud., no vaciló; prefirió abandonar el trono que a sus hijos correspondía por herencia, con tal de asegurar para siempre la felicidad de su pueblo, dejándole la libertad. Señor general: le ruego no ver en la presente carta y en el libro a que me refiero, sino la expresión leal y sincera de las ideas de un hombre que ante todo quiere el bien de la Patria y que cree que Ud. abriga los mismos sentimientos. Si me he tomado la libertad de dirigirle la presente, es porque me creo con el deber de delinearle a grandes rasgos las ideas que he expuesto en mi libro, y porque tengo la esperanza de obtener de Ud. alguna declaración, que, publicada y confirmada muy pronto por los hechos, haga comprender al pueblo mexicano que ya es tiempo de que haga uso de sus derechos cívicos y que al entrar por esa nueva vía, no debe ver en Ud. una amenaza, sino un protector; no debe considerarlo como el poco escrupuloso jefe de un partido, sino como el severo guardián de la ley, como a la grandiosa encarnación de la Patria. Una vez más me honro en suscribirme, su respetuoso amigo y seguro servidor. Francisco I. Madero

[*]

[*] Francisco I. Madero, La sucesión presidencial en 1910, pp. 370-375. Librería de la Viuda de Ch. Bouret, México, 1911.

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Acta de la resolución tomada por la Convención Nacional del Círculo Nacional Porfirista, para que el Gral. Porfirio Díaz aceptara su candidatura para Presidente de la República, en el periodo de 1910 a 1916.

CONVENCIÓN NACIONAL DEL CÍRCULO NACIONAL PORFIRISTA ACTA DE CANDIDATURA En la ciudad de México, a los diez y ocho días del mes de marzo de mil novecientos nueve, reunidos en Asamblea General en el Teatro Arbeu los Delegados suscritos, a virtud de la Convocatoria dirigida por la Junta Directiva del Círculo a las del mismo existentes en el Distrito Federal, Estados y Territorios de la República y a las demás agrupaciones políticas extrañas a él, que quisieron asociársele; tomando en consideración: Que con el afianzamiento de la paz bajo el amplio programa de gobierno del ciudadano general Porfirio Díaz, secundado por el pueblo en todas las esferas de la actividad nacional, ha entrado México en la senda del progreso, floreciendo nuestro comercio interior y exterior, aumentando nuestras rentas públicas, adquiriendo gran ensanche nuestra Minería, nuestra Agricultura, y nuestra Industria, desarrollándose ampliamente nuestras redes ferrocarrileras y telegráficas, transformándose nuestros puertos, mejorándose nuestros hospitales y asilos, perfeccionándose nuestra labor legislativa, mejorándose notablemente las condiciones de nuestro ejército, consolidándose y adquiriendo mayor importancia nuestras relaciones diplomáticas, difundiéndose por donde quiera la enseñanza pública gratuita, laica y obligatoria, y entrando, en general, en notorio adelanto todos los servicios públicos que indican civilización y progreso. Que el país está altamente satisfecho de la gestión administrativa de su actual Presidente. Que juzga conveniente para el mantenimiento y la consolidación de todos esos beneficios la continuación en el poder del mismo ilustre estadista: Y, finalmente, que la Constitución Política que nos rige, enumera entre las obligaciones del ciudadano mexicano, la de desempeñar los cargos públicos para que fuere designado por el voto popular:

La Convención Nacional del Círculo Nacional Porfirista por acuerdo unánime adoptó la siguiente:

RESOLUCIÓN Pídase al ciudadano general Porfirio Díaz acepte su candidatura para Presidente de la República Mexicana en el periodo de 1910 a 1916, apelando para ello a su patriotismo nunca desmentido. A ese efecto, los delegados que forman la Convención Nacional, se presentarán ante él entregándole un ejemplar de esta Acta firmada por dichos delegados. José de Landero y Cos, José López Portillo y Rojas, Luis Espinoza, Carlos F. Ayala, Jesús F. Uriarte, Sotero Ojeda, Francisco Ituarte, Luis Bejarano, Samuel Espinosa de los Monteros, Jesús Nito. Siguen los nombres de quinientas nueve personas que firmaron el Acta que original se entregó al ciudadano general Porfirio Díaz.[*]

[*] Círculo Nacional Porfirista. Convención Nacional Porfirista. Documento Nº 9, pp. 47 y 48. La Helvetia. México, 1909.

9

Discurso pronunciado en el Salón de Embajadores del Palacio Nacional, por el señor José de Landero y Cos, al entregar al general Porfirio Díaz el acta de su candidatura para la Presidencia de la

República. Señor Presidente: El Círculo Nacional Porfirista que aunque declarado Partido Nacionalista por la Convención de 1903, conserva su primitiva y simpática denominación, ha convocado a sus delegados a la segunda Convención Nacional Porfirista, y ella ha acordado presentaros el Acta de 18 de marzo, firmada por todos los Delegados, a que acabo de dar lectura. Al entregar el Acta, debemos expresaros los sentimientos y los deseos de la Convención que son la genuina expresión de los sentimientos y los deseos del pueblo mexicano, al que representa en sus diversas clases sociales. El pueblo mexicano siente una inmensa gratitud hacia vos que le habéis dado paz, trabajo y bienestar; y en su anhelo de no perder tan preciados dones, desea conservar en el poder al hombre a quien los debe. Por esa causa os suplica, por conducto de la Convención, que aceptéis vuestra postulación para Presidente de la República en el próximo periodo constitucional. Bien comprendemos todos los mexicanos la magnitud del sacrificio que pretendemos imponeros; bien comprendemos que vuestras arduas labores militares y gubernativas de tantos años, os dan pleno derecho al retiro y al reposo; pero conociendo vuestro acendrado civismo, nos atrevemos a rogaros que sigáis consagrándonos vuestros últimos años y sacrificando vuestro reposo en aras de la Patria. Al saludaros y felicitaros en este día de gloriosos recuerdos en vuestra carrera militar, nos complacemos en esperar que, accediendo a los deseos unánimes del pueblo mexicano, haréis que sea también este día de gloriosos recuerdos en vuestra carrera política.[*]

[*]

Círculo Nacional Porfirista. Convención Nacional Porfirista. Documento Nº 10, pp. 49 y 50. La

Helvetia. México, 1909.

Respuesta del general Porfirio Díaz, a los representantes de la Convención Nacional y del Partido Nacional Porfirista, por proclamarlo idóneo para ejercer el Supremo Poder Ejecutivo de la República, en un nuevo periodo constitucional.

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CONTESTACIÓN DEL CIUDADANO GENERAL PORFIRIO DÍAZ Señores representantes de la Convención Nacional: Señores representantes del Partido Nacional Porfirista: Al ofreceros mi cordial bienvenida, os doy gracias por el honor que me prodiga esta espléndida y solemne manifestación con que vuestra benevolencia me proclama idóneo para ejercer el Supremo Poder Ejecutivo de la República, en un nuevo periodo constitucional. Designado más de una vez por el voto de nuestros compatriotas para encargo tan honroso, he podido cumplir los deberes que impone, compensando con patriótica eficacia las deficiencias de mis modestas aptitudes. Pero percibo que voy aproximándome a una edad en que la decadencia se impone y como gasté mis mejores años en trabajos consumidores de energía, temo que en el transcurso de otro sexenio, un creciente cansancio pueda impedirme cumplir mis deberes, según mi costumbre, y según las exigencias también crecientes del desenvolvimiento nacional. Sin embargo, como todo lo que yo pueda o valga, pertenece a mi Patria y tiene por objeto su servicio, hecha esta observación que el deber me aconseja, no me considero autorizado para rehusar su soberano mandato, si me lo impusiera.[*]

[*]

Círculo Nacional Porfirista. Convención Nacional Porfirista. Documento Nº 11.

Programa, trabajos, tendencias y aspiraciones del Partido Nacional Antirreeleccionista y la próxima lucha electoral, por don Francisco I. Madero.

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[A.I.F.]

EL PARTIDO NACIONAL ANTIRREELECCIONISTA Y LA PRÓXIMA LUCHA ELECTORAL[*] SU PROGRAMA. SUS TRABAJOS. TENDENCIAS Y ASPIRACIONES por Francisco I. Madero

Capítulo I EL PARTIDO ANTIRREELECCIONISTA SURGE POR UNA NECESIDAD NACIONAL Hace más de 30 años que la República soporta el régimen de gobierno del general Díaz, cuya voluntad ha estado siempre arriba de la ley. Como ese régimen de gobierno ha consumado la paz, la ha prolongado por una larga era y ha promovido el progreso material, se ha sentido cierto bienestar, por cuyo motivo no había quien se ocupase de la cosa pública, tanto más, cuanto que era empresa sumamente difícil, pues en los diversos Estados en donde se organizaban movimientos políticos fueron sofocados por medios violentos, corriendo igual suerte uno que otro movimiento general, como el iniciado por el Partido Liberal. Por otra parte, es indudable que la dictadura del general Díaz ha sido moderada, puesto que para establecerla, ha empleado el mínimo de terror. Por todas estas circunstancias el país esperaba tranquilamente la muerte del general Díaz creyendo que entonces recobraría todas sus libertades y seguiría ya por el camino que marca la Constitución. Pero la institución de la Vicepresidencia vino a modificar la situación. Al principio había gran expectación en el público porque se esperaba que por lo menos el general Díaz permitiría al pueblo que eligiese al

Vicepresidente. Desgraciadamente no fue así, pues impuso la candidatura del señor don Ramón Corral. A pesar de la excitación que esto causó en el público, no se dio gran importancia al acontecimiento, pues entonces el general Díaz apenas contaba 75 años de edad y su régimen de vida tan metódico y arreglado hacía esperar fundadamente que no desaparecería durante el actual periodo. Pero ahora es diferente. Por una parte, se teme que el general Díaz no tenga la vida 6 años más y aun en el caso de que los tuviera, su avanzada edad no le permitiría ya llevar las riendas del gobierno, así es que de cualquier modo que sea, éste recaerá muy pronto en las del Vicepresidente. Los últimos acontecimientos demuestran que ese temor es muy fundado, puesto que se ha visto que el general Díaz ha dejado la situación de varios Estados que han renovado sus poderes, en manos del señor Corral. Por todas estas razones, se considera de gran importancia la elección por el pueblo, cuando menos del Vicepresidente de la República. El general Díaz pretende imponer de nuevo al señor Corral, según todas las probabilidades. Para combatir la reelección de este último, se organizaron varios partidos políticos: el Democrático, el Independiente de Jalisco y el Reyista. Aunque el primero no hablaba de candidatos, se ha creído que sólo se ocuparían de la cuestión vicepresidencial. Los demás Partidos sí postulaban abiertamente al general Díaz como Presidente y como Vicepresidente al general Reyes. El error capital de estos partidos, fue suponer que postulando al general Díaz podrían obtener que les concediese elegir para Vicepresidente al más de acuerdo con los deseos de la Nación. Estas esperanzas resultaron fallidas, por las razones siguientes: desde el momento que postularon al general Díaz para que se reeligiera y le pedían que les permitiera nombrar Vicepresidente, el general Díaz les contestó en sustancia: “Si ustedes desean que yo me reelija, es porque aprueban el modo como he gobernado a la República durante 30 años. Si pues, desean que siga en el gobierno, indudablemente ha de ser para que siga gobernando de la misma manera. En tal caso, ya saben que siempre he nombrado directamente a todos los funcionarios de elección popular, sin preocuparme la opinión pública. No me hablen pues de opinión pública, pues el pueblo no sabe lo que necesita. Yo sé mejor que él lo que le conviene.”

Que estas palabras fueron la esencia de la contestación del general Díaz, en los últimos acontecimientos y lo corroboran los periódicos gobiernistas cuando dicen que el pueblo mexicano no está apto para la Democracia, que no conoce sus necesidades y califican de díscolos y ambiciosos a quienes pretendemos dirigirlo únicamente por no militar en las filas del gobierno. El general Díaz siempre exigirá de sus enemigos una sumisión incondicional, pues de lo contrario deja de considerarlos como tales y no les hará ninguna concesión. En cuanto a luchar en las elecciones abiertamente en contra del general Díaz, con la esperanza de obtener el triunfo de otro candidato para la Vicepresidencia que no sea el oficial, sería una verdadera candidez, porque desde luego deberían elegir a su candidato para la Vicepresidencia entre los amigos o colaboradores del general Díaz y ninguno de éstos aceptará la candidatura, lo cual debilitará al Partido de una manera extraordinaria ante la opinión pública, y sobre todo, facilitaría su derrota final, pues su candidato sería el primero en traicionarlo y en aceptar como buena la elección, aún fraudulenta, de su competidor, el candidato oficial. En prueba de lo anterior, citaré únicamente la conducta que ha seguido el general Reyes, quien a pesar de ser el único que no está de acuerdo con el grupo que rodea al general Díaz y ser enemigo personal del candidato oficial a la Vicepresidencia, de un modo franco no aceptó la candidatura a este puesto, a pesar de sus grandísimos deseos. El general Reyes se limitó a alentar a sus amigos de un modo oculto, sin aceptar en público de un modo franco su candidatura. Esto le restó las simpatías de la nación, que ya no quería política de conveniencia, ni hipócrita, sino una política franca y leal. Por todas estas razones, los partidos de que he hablado, aunque han prestado grandes servicios a la democracia, puesto que han influido en el despertar del espíritu público, no por eso satisfacían del todo las aspiraciones nacionales. Se deseaba la aparición de un partido que combatiese abiertamente la reelección del general Díaz, del señor Corral y de todos los funcionarios públicos. Sólo de esta manera se podría formar un partido vigoroso que contaría con las simpatías de todo el pueblo mexicano, lo cual le daría fuerzas muy superiores para ejercer influencia saludable en las próximas elecciones presidenciales y en los futuros destinos de la nación. Este partido tendría además el prestigio que le daría su audacia y su patriotismo en afrontarse ante el actual gobierno que cuenta con enormes recursos, y el pueblo lo seguiría sin temor alguno porque confiaría en la

sinceridad y el patriotismo de ciudadanos que no vacilaban en acometer tan ardua y peligrosa empresa tan sólo por amor a la Patria. El partido así organizado sería el único que podría evitar la continuación del régimen del absolutismo, por ser el único capaz de agrupar todos los elementos independientes del país, y una vez obtenida esta agrupación, el empuje de este partido sería irresistible, y aun en el caso de no obtenerse desde luego un triunfo completo, por lo menos lograría modificar profundamente el régimen actual por medio de una renovación de gran parte de los funcionarios públicos. El partido que encarnase tales aspiraciones no podría llamarse sino Partido Antirreeleccionista, así es que su aparición era deseada por todos los mexicanos amantes de la libertad y que con fundado temor consideraban que el triunfo de las candidaturas oficiales para la Presidencia y Vicepresidencia de la República, significaría el establecimiento en nuestro país de una dinastía autocrática y el inmediato entronizamiento de otro dictador que no tendría la moderación ni el patriotismo del general Díaz, ni tampoco pretexto alguno que invocar en apoyo de su dictadura. Al principio de la campaña contra el señor Corral, podría haberse creído que los temores de la nación acerca del modo como gobernaría el país eran infundados; pero después de las elecciones en Sinaloa, Coahuila y Yucatán, ya demostró el señor Corral de qué manera respetará la soberanía de los Estados; y de cómo respetará la libertad de imprenta, lo demuestran los atropellos sufridos por el abnegado patriota don Paulino Martínez y su esposa, editores de los periódicos independientes, la “Voz de Juárez”, “El Insurgente” y “El Chinaco”, las persecuciones contra el Director y empleados del “Antirreeleccionista”, y últimamente en contra del respetable y prestigiado periodista don Filomeno Mata, reducido a prisión y clausuradas arbitrariamente sus imprentas, así como las del “Antirreeleccionista”, sin que ninguna ley autorice tal trámite. El señor Corral está preparando su reelección, imponiendo en los Estados, candidatos amigos suyos, sin hacer nada por atraerse la opinión pública, lo cual demuestra que para gobernar seguirá apoyándose en el elemento oficial y no en el pueblo, y como lo ha ofrecido, seguirá el mismo régimen de gobierno del general Díaz, pero indudablemente sin la misma prudencia y el mismo tacto que ha hecho tan suave la dictadura de este último. Para conjurar estos graves peligros, era pues indispensable el surgimiento de un Partido Nacional que encarnase las aspiraciones de los mexicanos independientes.

Ese partido lo fue el partido Antirreeleccionista, organizado en la capital de la República el 22 de mayo de 1909.

Capítulo II PROGRAMA Y TENDENCIAS DEL PARTIDO ANTIRREELECCIONISTA Para satisfacer las aspiraciones nacionales, el Partido Antirreeleccionista debía adoptar como programa el principio de No Reelección, y para lograr que este principio no fuese burlado, que se respetase la opinión pública y se cumpliese con la ley, era preciso adoptar igualmente el principio del Sufragio Efectivo. Por último, el Partido Antirreeleccionista se propone popularizar en nuestro país la práctica de elegir los candidatos por medio de convenciones electorales integradas por delegados, representantes legítimos del pueblo, y de los diversos partidos contendientes. El programa del Partido Antirreeleccionista que sirvió de base constitutiva, es el siguiente: Los que suscribimos, declaramos haber constituido una agrupación política que denominamos “Centro Antirreeleccionista de México”. Los motivos que nos han llevado a formarlo, son los siguientes: La consolidación de la Nacionalidad Mexicana sólo podrá conseguirse por medio de la participación del Pueblo en el Gobierno. Esta participación del pueblo no ha logrado obtenerse desde hace mucho tiempo, debido a la presión oficial y a la apatía de los ciudadanos, lo cual ha permitido que los funcionarios públicos permanezcan indefinidamente en el poder. La reelección indefinida de los gobernantes da por resultado concentrar en sus manos tal suma de poder, que constituye una amenaza para las libertades del pueblo. El medio más eficaz de evitar la pérdida de los derechos políticos, es ejercitarlos. Debido a las profundas raíces que el sistema absolutista del gobierno del general Díaz ha echado en nuestro país, la dictadura amenaza prolongarse con su sucesor. Ante peligro tan inminente y como único medio de conjurarlo, hemos creído de nuestro deber unirnos para luchar por el triunfo de los principios democráticos de la “EFECTIVIDAD DEL SUFRAGIO Y NO REELECCIÓN”. Para conseguir la gradual realización de estos propósitos, hemos

aceptado el siguiente:

PROGRAMA 1º Hacer una amplia propaganda con el fin de procurar que el pueblo ejercite sus derechos y cumpla con sus deberes de ciudadanía. 2º Promover convenciones políticas para la designación de candidatos y discusión de los principios generales de gobierno a que éstos deben sujetarse. 3º Organizar en toda la República el Partido Antirreeleccionista, fundando centros locales que secunden nuestras miras. 4º Excitar a los ciudadanos a tomar parte en las campañas electorales y especialmente en las próximas elecciones de Presidente y Vicepresidente de la República, diputados y autoridades municipales, procurando la mayor alternabilidad de los funcionarios. 5º En la ejecución de su programa este Partido no tiene más miras que servir los grandes intereses de la Patria y para lograrlo, procurará aprovechar el contingente de todos los buenos mexicanos y no vacilará en entrar en arreglos o celebrar alianzas con los demás partidos políticos nacionales. Tenemos la convicción de que, aun en el caso de no obtener resultados inmediatos y palpables por medio de nuestros esfuerzos, con el solo hecho de habernos organizado y provocado una lucha democrática, habremos ayudado a salvar a la Patria del peligro con que la amenaza la prolongación de la dictadura. México, D. F., a 22 de mayo de 1909.

CONVENCIONES La conveniencia de que por medio de convenciones se elijan las candidatos, es trascendental, porque desde luego se evita que los candidatos sean designados por indicación superior, puesto que a una asamblea integrada por representantes del pueblo, es más difícil hacerle obedecer la consigna o la indicación del jefe del gobierno, que a un pequeño grupo de ciudadanos aislados que buscan en la lucha, más bien su conveniencia propia, que el interés del pueblo y acojan desde luego la voluntad del supremo mandatario.

El Partido Antirreeleccionista quiere establecer desde luego esta costumbre, a fin de que los candidatos antirreeleccionistas para los distintos puestos, sean los que reúnan mayores simpatías en el pueblo y por consiguiente los que tengan más probabilidades de triunfo. Después, cuando triunfen nuestros principios y la libertad sea completa en el país, el Partido Antirreeleccionista, trabajará porque se popularice esa práctica, a fin de evitar otra posible centralización del poder en manos del Ejecutivo de la Unión, y asegurar de esta manera la soberanía de los Estados, base de las libertades públicas. El principio de las convenciones está basado en la célebre sentencia romana que decía: “La voz del pueblo es la voz de Dios.” Efectivamente, por más ignorante que se crea el pueblo, siempre sabe mejor lo que le conviene que cualquier déspota que lo gobierna, y decimos cualquier déspota, porque un gobernante constitucional siempre respetará la voluntad del pueblo, pues no pretende que su poder es de origen divino como los monarcas autocráticos, ni se cree un hombre inmensamente superior a sus conciudadanos, o el hombre providencial para regir los destinos de la patria, como pasa con todos los dictadores.

NO REELECCIÓN Se desea establecer tal principio en la práctica por toda la República, a fin de que no se reelijan los caciques de cada pueblo, los gobernadores de cada Estado, los senadores y diputados, ni el Presidente y Vicepresidente de la República. El pueblo está cansado de tanta reelección y las instituciones democráticas seriamente amenazadas. Una vez que se obtenga la renovación de gran parte de los funcionarios públicos actuales, entonces se podrá obtener que el principio de No Reelección sea establecido en la Constitución. Esta necesidad de que se renueve el personal gubernativo actual es indispensable para obtener el respeto a los derechos de los ciudadanos, a la libertad de los Municipios y a la soberanía de los Estados. En una palabra, sólo podremos volver al régimen francamente constitucional, con funcionarios nuevos, respetuosos de la ley y amantes de la Constitución. Muchas personas dicen que son partidarios del principio de No Reelección, pero no aplicándosele al general Díaz. Los antirreeleccionistas creemos que los principios tienen una aplicación general y que la no reelección del general Díaz sería un gran

bien para el país, pero también comprendemos que de no poderlo evitar deberemos aceptarlo como un mal irremediable, pero siempre como un mal. Indudablemente, el inmenso malestar que reina en toda la República, sólo se remediará con un cambio en el personal del gobierno y esa idea está en la conciencia nacional. En cuanto a elevar a rango de principio constitucional el de No Reelección, se hacen las siguientes objeciones. 1º Si un ciudadano es buen gobernante, ¿por qué no ha de seguir en el poder? 2º Si el pueblo tiene libertad de sufragio, ¿cómo se le coarta esta libertad evitando que lleve al poder a la persona que él desea, invocando como razón el que haya desempeñado el mismo puesto, cuando que esto es precisamente el motivo para que le conozcan las grandes aptitudes que tiene para volverlo a ocupar? En apariencia y en el terreno estrictamente teórico, tales razones tienen gran peso y pueden aplicarse a un pueblo ideal; sumamente evolucionado, consciente de sus derechos y siempre pronto a ejercitarlos, teniendo además gobernantes igualmente evolucionados, respetuosos de la voluntad del pueblo y apegados en todos sus actos a la Ley. En tales condiciones, sí serían muy racionales las observaciones anteriores; pero no es el caso en la República Mexicana, ni en la inmensa mayoría de las naciones del mundo. Por no salir fuera de nuestro país, la historia nos demuestra que una sola vez ha estado justificada la reelección de un gobierno, y fue al tratarse del señor Juárez. A pesar de ello, su reelección fue muy combatida y sirvió de pretexto a sangrientos motines militares. Después ocupó el gobierno un hombre eminente, el señor Lerdo de Tejada, pero su reelección fue mal recibida en gran parte del país y dio pretexto a la revolución de Tuxtepec. La reelección indefinida de los gobernantes es muy peligrosa, porque concentra en sus manos un poder inmenso, el cual unido a la adulación, tuerce su criterio y pronto se consideran los hombres indispensables y necesarios. El puesto que ocupan por tanto tiempo, llegan a considerarlo como una propiedad particular que defienden celosamente. Además, las continuas reelecciones de un gobernante aniquilan las fuerzas de los Partidos Independientes que al fin se desalientan de tanto fracaso. Al dejar estos de luchar en las elecciones y de provocar la agitación democrática, harán que los ciudadanos abandonen poco a poco el ejercicio de sus derechos, pues desde el momento que no existe el

estímulo de la lucha política, pocos ciudadanos concurren a los comicios, porque además de faltarles ese aliciente, consideran innecesario votar por un candidato que no tiene oposición. Mientras un gobernante tiene esperanzas de reelegirse, dirige todos sus esfuerzos a ello y sus actos tendrán siempre por mira asegurar su próxima reelección. Con este motivo, al tratarse de la elección de un gobernador o de alguna autoridad federal, procurará imponer amigos suyos que de un modo incondicional lo apoyen en su próxima reelección. Estos gobernantes pueden muy bien ser los más desprestigiados en cada estado, porque un hombre de prestigio nunca se presta a vulnerar la ley, a ejercer presión en las elecciones, ni a llevar a cabo actos indignos, por tal de ocupar algún puesto público. De esta manera son los hombres menos escrupulosos los que ocupan puestos públicos y serán guardianes de la constitución, precisamente los que menos respeto tengan de ella. Por último, cuando un ciudadano ha prestado eminentes servicios a la Patria y que en virtud de la ley deja el poder y se retira a la vida privada, no por ello deja de prestar grandes servicios a su país siendo una garantía para las libertades públicas, porque el pueblo siempre tendrá un jefe reconocido y estará perfectamente organizado para luchar contra los desmanes del poder. Tal ciudadano, en la vida privada, será el más hábil censor de los actos del nuevo gobernante, porque conocerá perfectamente el mecanismo administrativo y podrá apreciar con mayor exactitud las irregularidades que se cometan. Además, el cambio frecuente de funcionarios públicos hace que se aquilaten los actos de los gobernantes que dejan el poder, pues muchas veces estos tienen prestigio porque saben ocultar sus manejos, pero al venir un cambio de administración, salen a luz todos los abusos que se estaban cometiendo. Por no ir más lejos, citaremos el reciente caso del Gobernador de Coahuila, señor licenciado Cárdenas, que por presión del gobierno federal renunció de su puesto y fue sustituido por el licenciado Praxedis de la Peña. Desde luego, éste último encontró innumerables abusos que se cometían por su antecesor, los cuales eran en su mayor parte ignorados del público. Por lo expuesto, se verá cómo un ciudadano que ha prestado eminentes servicios en un puesto público, retirado a la vida privada, sigue aún sirviendo los intereses de la patria porque es un hábil censor de sus

sucesores y será jefe de cualquier partido independiente que se organice para combatir los abusos de la nueva administración, constituyendo de esta manera una garantía para las libertades públicas. Además de las razones ya expuestas, existen otras en apoyo de este principio, y es que los pueblos latinoamericanos somos muy propensos a exaltar las virtudes de nuestros hombres y fácilmente cedemos al entusiasmo para reelegir de nuevo a nuestro gobernante, porque en todas partes y especialmente en nuestra raza, el PODER TIENE MÁS PRESTIGIO QUE EL MÉRITO. Siendo tan conveniente para salvar las libertades públicas establecer el principio de No Reelección, debe pues aceptarse y considerarse altamente democrático, puesto que debe considerarse como principio democrático todo aquel que tiende a garantizar las libertades públicas. El principio de No Reelección tampoco está en contradicción con el del Sufragio Efectivo, porque al proclamar este último, lo que se desea es que se cumpla con la ley electoral y esta tiene numerosas restricciones, tanto referente a las personas que pueden votar como a las que pueden ser votadas. Entre estas últimas, se encuentran personas que no tienen determinada edad, que pertenecen al clero, etc. Si se han puesto tales restricciones por creerlas convenientes para garantizar las libertades públicas, ¿por qué no se impondría otra aún más importante, que es la de la No Reelección? Este principio no coartaría la libertad del pueblo, sino la reglamentaría a fin de que no hiciese un uso peligroso de dicha libertad y, sobre todo, quitaría al gobernante toda esperanza de reelegirse, lo cual influirá en que dirija todos sus actos al aseguramiento del bienestar nacional, en vez de tender a asegurar su próxima reelección.

SUFRAGIO EFECTIVO Todos los partidos políticos, aun los mismos reeleccionistas, proclaman este principio. Los primeros lo hacen con sinceridad, los últimos, hipócritamente, puesto que son los primeros en burlarlo como lo han demostrado en las últimas contiendas electorales. El Partido Antirreeleccionista desea que todos los ciudadanos concurran a los comicios, para que los funcionarios públicos electos deban sus puestos al pueblo que los nombró y no al favor de sus superiores.

Además, por medio del sufragio, el pueblo hará uso de sus derechos, reconquistará todas sus libertades y será el único medio de asegurar el restablecimiento del régimen constitucional.

ALIANZAS CON PARTIDOS POLÍTICOS La cláusula que faculta al Partido Antirreeleccionista para celebrar transacciones y alianzas con los demás partidos políticos, ha sido muy comentada, tanto por los reeleccionistas como por algunos antirreeleccionistas intransigentes. Se cree ver en ella una trampa para llevar al pueblo independiente al porfirismo. En verdad que esos temores son completamente infundados y al atacar dicha cláusula no la han estudiado detenidamente. Los fundadores del Partido Antirreeleccionista tenemos la convicción de que el general Díaz no ha de dejar el poder si no es por medio de la fuerza. Es decir, que sería necesario una revolución para derrocarlo del puesto que ocupa. Por otra parte, tenemos igualmente la convicción de que una revolución sería una calamidad nacional y que todos los mexicanos debemos hacer lo posible por evitarla. Por estas razones creemos que lo único que se puede obtener sin llegar a ese extremo, es que el general Díaz convenga en que el Vicepresidente sea designado por los partidos independientes, así como los diputados y senadores. Esta solución satisface a todos, menos a los corralistas que comprenden que la primera víctima de este arreglo sería su candidato el señor Corral. Tampoco están de acuerdo algunos antirreeleccionistas, porque dicen que no se puede tener fe en los arreglos celebrados con el general Díaz porque una vez reelecto no le faltarían medios para nulificar el convenio. Esto es muy cierto, pero al celebrarse algún convenio se le exigirían determinadas garantías, como sería la de sustituir desde luego la mayor parte de los gobernadores por ciudadanos designados por los partidos independientes, de acuerdo con convenciones locales de cada Estado, que se formarían violentamente para conocer la opinión del elemento independiente en cada entidad federativa. Naturalmente, los gobernadores sustituidos serían principalmente los que más tiranizasen a los respectivos pueblos que gobiernan, y los que se juzgara más necesario para asegurar el fiel cumplimiento de lo pactado. Esta transacción, por lo demás debería estar sancionada por la Convención del Partido Antirreeleccionista, integrada por delegados de

toda la República. Los fundadores del Partido Antirreeleccionista, no tenemos esperanzas de que se llegue a este arreglo, pero sí creemos nuestro deber, dejar la puerta abierta para que la Convención Antirreeleccionista pueda obrar como crea más conveniente y según los intereses de la patria. Quisimos que nuestro partido fuese un partido político nacional, que no tuviese más ley suprema que la voluntad del pueblo mexicano, y el reducido grupo de organizadores no nos creímos con el derecho de coartar la libertad a la Asamblea de legítimos representantes del pueblo que constituirá la Convención del Partido Antirreeleccionista. Con este paso demostramos nuestra moderación, nuestro patriotismo y nuestro desinterés. Ponemos todos los medios posibles para llegar a un arreglo que satisfaga todas las aspiraciones y todos los intereses. Si este arreglo no es posible, la lucha en los comicios sería inevitable. Eso no será un mal para el país que se beneficiará grandemente con la reacción democrática que tal lucha engendrará. Sin embargo, existe un peligro muy grande, y es que el gobierno no quiera respetar la voluntad nacional y recurra a la imposición por medio de la fuerza y el fraude electoral para obtener el triunfo de la candidatura oficial. En este caso es imposible predecir lo que pueda suceder, pues el pueblo mexicano ha despertado y está resuelto a conquistar su libertad, y si por medios ilegales se pretende impedirle que lo haga, su excitación será terrible y cualquier chispa bastará para que vuelva a encenderse toda la República en una inmensa revolución. Peligro tan inminente es el que queremos conjurar, trabajando porque las aspiraciones nacionales se encaucen por el camino de la democracia, a fin de que no vayan a tomar el tortuoso sendero de la revuelta. Si para esta obra colabora con nosotros el Gobierno Federal, haciendo que la voluntad de la nación sea respetada, indudablemente lograremos nuestro objeto. En realidad la principal aplicación de la cláusula de que nos venimos ocupando va a ser la de celebrar alianzas con los partidos políticos independientes, a fin de formar un block entre todos los partidos independientes de la República, para luchar todos unidos en la próxima campaña electoral. Ya para cuando escribimos este folleto, está celebrada la unión con el Partido Independiente de Guadalajara, tomando como base el Reglamento para la Convención publicado por el Partido Antirreeleccionista.

Probablemente el Partido Democrático y el Nacionalista Democrático seguirán muy pronto el ejemplo dado por el Partido Independiente, pues sería una locura ir a lanzar varios candidatos independientes. Es necesario que exista sólo un candidato independiente en oposición a la candidatura oficial, y ese candidato indiscutiblemente deberá ser de los hombres más prestigiados y populares en el país. En cuanto a los principios que los diferentes partidos profesan, no podrán ser discutidos en la Convención del Partido Antirreeleccionista porque sería perder un tiempo precioso. Lo que sí se puede hacer es que los diferentes partidos entablen negociaciones con el que resulte candidato del Partido Antirreeleccionista, para que apruebe todo o la mayor parte de sus respectivos programas, pues todos son perfectamente compatibles en sus puntos generales y sólo están en oposición en cuestiones secundarias.

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San Pedro, Coah., marzo de 1910. Talleres Tip. de El Demócrata.

Manifiesto a la Nación, suscrito por los señores Emilio Vázquez Gómez, Francisco I. Madero, Toribio Esquivel Obregón, Filomeno Mata, Paulino Martínez, Félix F. Palavicini, José Vasconcelos, y otros, invitando al pueblo a alistarse en las filas del Centro Antirreeleccionista de México, para defender los principios de libertad de sufragio, la fiel observancia de la Constitución y la no reelección.

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MANIFIESTO A LA NACIÓN Mexicanos: Se acerca uno de los momentos más solemnes de nuestra historia. El año entrante cuando nuestra patria cumpla cien años de haber proclamado su independencia, deberemos resolver un problema trascendental de cuya solución, dependerá nuestro porvenir como nación libre y soberana. Para conquistar la independencia nacional nuestros antepasados acometieron sangrienta lucha en contra de sus opresores. Su esfuerzo fue coronado con la victoria; pero una vez obtenido el triunfo, una vez que México apareció en el mundo como nación independiente, sufrió un doloroso aprendizaje, y por cerca de sesenta años su suelo estuvo convertido en inmenso campo de batalla. En medio del estruendo del combate, sus hijos más preclaros lograron promulgar un admirable Código de Leyes, que vino a ser el pacto solemne entre todos los mexicanos. Desde que apareció la Constitución de 57, como el iris de paz en medio de nuestras tempestades políticas, fue considerada por todos los partidos como la fórmula que había de conciliar todos los intereses y dar satisfacción a las ambiciones legítimas y realizar la felicidad de la patria. A pesar de todo, la Constitución no dio desde luego el fruto esperado porque los rencores y odios que dividían a los partidos contendientes, no pudieron extinguirse sino por medio de las armas. En el Cerro de las Campanas se desarrolló el último acto de tan sangriento drama. Los enemigos de la Constitución, vencidos para siempre, reconocieron que la mayoría del pueblo mexicano aprobaba sin reserva alguna nuestro pacto constitucional. Desde entonces todos los partidos políticos imploran con su más bello ideal, el reinado de la Constitución. Por tal razón algunas infracciones cometidas por el Gobierno de Lerdo de Tejada dieron fuerza al movimiento revolucionario, encabezado por nuestro actual Presidente, que proclamaba

como principios salvadores: la libertad de sufragio, la fiel observancia de la Constitución y la no reelección. Triunfó la revolución, y a pesar de tan halagüeñas promesas, la Constitución no ha sido observada por el Gobierno que dimanó de Tuxtepec, la promesa de respetar el sufragio libre nunca se ha cumplido, y el principio de “no reelección”, hábilmente burlado durante el tiempo que fue precepto constitucional, desapareció muy pronto para permitir la indefinida reelección del actual Presidente. Hace más de 30 años que el general Díaz se encuentra al frente de los destinos de la Nación, y como resultado de las frecuentes reelecciones ha concentrado en sus manos un poder absoluto, que si bien usado con relativa moderación, ha traído al país los grandes males que siempre dimanan de tal régimen de gobierno. A esto debemos atribuir que ahora la justicia ampara al más fuerte; que la instrucción pública se imparta sólo a una minoría de quienes la necesitan; que los mexicanos son postergados a los extranjeros aun en compañías en donde el Gobierno tiene el control, como en los Ferrocarriles Nacionales; que los obreros mexicanos emigran al extranjero en busca de más garantías y mejores salarios; que se han emprendido guerras sangrientas, costosas e inútiles, contra los yaquis y los mayas; que se han hecho concesiones peligrosas al extranjero, como la relativa a la Bahía de la Magdalena; y por último, que el espíritu público está aletargado, el patriotismo y el valor cívico deprimidos, y no debemos olvidar que el ideal de los pueblos debe ser fomentar esas virtudes, únicas capaces de salvarlo en las grandes crisis. Lo que actualmente pasa en nuestro país, causa pena y vergüenza. Los mexicanos tienen miedo de ejercitar sus derechos, por creer que las autoridades no lo permitirán. Este miedo que por tantos años ha paralizado las manifestaciones del valor cívico, paralizará igualmente las del patriotismo, y el día en que la patria esté en peligro no encontrará defensores que la salven. Situación tan triste no hará sino agravarse con la continuidad de este régimen, pues la corrupción en las esferas oficiales aumentará a medida que aumente el servilismo del pueblo; y de seguir así, sin duda alguna vamos rápidamente a la decadencia o a la anarquía. Aun la conquista de que tanto nos ufanamos: nuestra riqueza pública, será dilapidada por algún gobierno poco escrupuloso si no existen cámaras independientes que se lo impidan. Para remediar esta situación, los que amamos a la Patria debemos unirnos, luchar por que sean respetados nuestros derechos políticos, confiar en nuestras propias fuerzas, y no esperar nada de los actuales mandatarios, puesto que a ellos debemos el actual régimen y lo único que han de procurar es prolongarlo, para afianzar en sus manos el poder absoluto y disfrutar tranquilos, a su sombra, de la mayor impunidad, al dar rienda suelta a sus pasiones. Problema de tan

grave importancia habremos de resolverlo muy en breve, puesto que el año entrante deben ser electos por el pueblo los mandatarios que regirán por seis años más los destinos de la República. De la actitud que asuma el pueblo en la próxima contienda electoral dependerá su porvenir, porque en ella se decidirá si ha de conquistar su soberanía o si ha de seguir doblegado ante sus mandatarios, tolerando que las cadenas del absolutismo se consoliden. Si el pueblo mexicano se deja imponer servilmente las candidaturas oficiales, debemos considerar como definitivo el triunfo del absolutismo y para siempre proscrita de nuestro suelo la libertad; y nuestro destino quedará sujeto al capricho de un hombre que, como Santa Anna, podrá vender impunemente parte de nuestro territorio, sin que se levante ninguna protesta de indignación. En cambio, si el pueblo recordando lo que vale, reconociendo sus fuerzas, se levanta activo y vigoroso dispuesto a conquistar sus libertades, indudablemente lo conseguirá, pues el reducido grupo de plutócratas que nos domina no tendrá fuerza suficiente para sostener su poderoso empuje. Es cierto que ese grupo pretenderá apoyarse en el general Díaz y en el ejército, para obtener su objeto, pero debemos no dejarnos engañar. El general Díaz ha manifestado su deseo de que la Nación haga uso de sus derechos y externó la opinión de que el pueblo está ya apto para la democracia. Si sus declaraciones son sinceras como lo demuestra la libertad de que empezamos a disfrutar, indudablemente el general Díaz estará con nosotros. En cuanto al ejército, bien sabemos que forma parte del pueblo y siempre está con el pueblo. Su misión es defender la integridad de la patria y el imperio de la ley, y no constituirse en verdugo e instrumento ciego de quienes pretendan oprimir al pueblo y debilitar a la Patria, arrancándole sus libertades y ahogando sus virtudes cívicas. Ante consideraciones tan graves hemos resuelto lanzarnos a la lucha para combatir el absolutismo, y con el fin de agrupar a nuestro derredor los elementos independientes proclamamos principios muy amplios dentro de los cuales encontrarán satisfacción todas las aspiraciones nobles y sanas. Los principios que enarbolamos como bandera son: SUFRAGIO EFECTIVO, NO REELECCIÓN. El primero, para salvar a la República de las garras del absolutismo, volver a los Estados su soberanía, a los Municipios su libertad, a los ciudadanos sus prerrogativas, a la Nación su grandeza. El segundo, para evitar que en lo sucesivo se adueñen del poder nuestros gobernantes y establezcan nuevas dictaduras; y por lo pronto, para obtener una renovación en el personal del Gobierno, llevando por miras que quienes rijan los destinos de la patria en el próximo periodo constitucional, sean los más aptos y dignos y puedan dar satisfacción a las ardientes aspiraciones

de los mexicanos, que quieren estar gobernados por la ley y no por un hombre. Para llegar a tal resultado, este Partido se impone la misión de trabajar en los próximos comicios por la no reelección del mayor número posible de mandatarios, a reserva de luchar cuando sea oportuno, porque el principio de la no reelección sea adoptado en nuestra Constitución. A fin de no dejar, dentro de las bases constitutivas de este Partido, traba alguna que nos impida servir, en cualquiera forma, a los intereses nacionales, declaramos solemnemente que, para lograr tal objeto, aceptaremos la ayuda de todos los buenos mexicanos y no vacilaremos en contraer alianzas o celebrar arreglos con los demás partidos políticos nacionales. A pesar de haber adoptado principios tan amplios, comprendemos lo arduo de nuestra empresa. Efectivamente, en el pueblo mexicano predomina gran escepticismo sobre la virtud de las prácticas democráticas, pues ha llegado a considerar como inevitable el fraude en las elecciones llevadas a cabo por el elemento oficial. Por otra parte, aunque consciente de su fuerza, no quiere recurrir a medios violentos por consideraciones altamente patrióticas. Tampoco puede resignarse el sufrido pueblo mexicano, a la pérdida de sus derechos, permitiendo que nuestro actual Presidente nombre a su sucesor y traspase íntegro el poder absoluto, porque sería lo mismo que establecer una dinastía autocrática. De este conflicto de ideas pueden surgir serios trastornos que tarde o temprano alteren la ley y el único medio de evitarlos es que todos los mexicanos sin distinción ninguna, respetemos lealmente el pacto solemne encerrado en nuestra Constitución y reconozcamos como árbitro supremo a la voluntad nacional. Mexicanos: con la mayor concisión posible hemos expuesto los peligros que corre el país si se prolonga el actual régimen de cosas, así como el gran problema que el año entrante hemos de resolver en los comicios. Ese día solemne se aproxima rápidamente y urge organizar las fuerzas de todos los que queremos ser gobernador por la ley y no por un hombre; de los que queremos erigir sobre las ruinas del absolutismo, un templo a la ley y un monumento a la libertad. Siempre que la patria ha invocado la ayuda de sus hijos, os ha encontrado dispuestos para volar a su defensa. Pues bien, ahora, por nuestro conducto, hace ansiosamente un llamamiento a todos los buenos mexicanos para que se apresten a la lucha en contra del absolutismo, en defensa de la libertad. Nosotros, resueltamente, empuñamos el glorioso pendón independiente, en que hemos inscrito los principios que encierran las aspiraciones de todos los buenos mexicanos y estamos resueltos a luchar vigorosamente por su triunfo, sin que nos arredren los mayores peligros, ni la perspectiva de una derrota… Tenemos conciencia de servir a los intereses del pueblo y en él confiamos. Para

principiar nuestros trabajos, los que suscribimos, hemos instalado el CENTRO ANTIRREELECCIONISTA DE MÉXICO, e invitamos a nuestros conciudadanos para que instalen Clubs Antirreeleccionistas en toda la República y se pongan en relación con nosotros. Cuando este Centro lo crea oportuno, convocará a una Convención a la que concurrirán delegados de todos los clubs antirreeleccionistas, y en la cual se determinará quiénes serán los candidatos de ese partido para los puestos de Presidente y Vicepresidente de la República y Magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Actualmente la opinión se divide entre varios grupos personalistas, sin más bandera que su candidato, ni más programa que el representado por sus antecedentes, puesto que, el único medio de que un gobernante cumpla con el programa de sus partidarios, es que el candidato surja del partido, y no que éste se forme por la agrupación de sus miembros alrededor de aquél. Se ha organizado un partido de principios: "El Democrático", con tendencias semejantes al nuestro, pero llegado el momento de la lucha electoral, este partido no podrá obrar con la independencia y energía necesarias debido a las ligas que con el gobierno tienen sus directores. Sin embargo, llegado el caso, aceptaremos su ayuda así como el contingente de todos aquellos, que por encima de las personas, ponen los principios, aunque actualmente por las necesidades del momento, se encuentran filiados a los diversos partidos personalistas. Todo lo manifestado hace creer que en esta vez, por medio de las prácticas democráticas, la voluntad nacional logrará imponerse y la Constitución recobrará todo su imperio. Para lograr tal objeto, no olvidemos que en las elecciones generales del año entrante, el triunfo de las candidaturas oficiales significará el triunfo del absolutismo y que la independencia de los tres poderes y la libertad en los Municipios son la base más firme de nuestras instituciones. Por tal motivo, esforcémonos en elegir libremente nuestras autoridades municipales y judiciales sin respetar la consigna oficial. Procuremos elegir como representantes en las Cámaras de la Unión y en las legislaturas locales, a quienes nos inspiren mayor confianza y residan en sus respectivos distritos, a fin de que mejor conozcan y puedan remediar sus necesidades. Por último, tengamos la virilidad suficiente para depositar el mando supremo de la Nación en quien creamos con mejores aptitudes para llevar a la Patria por el sendero que le marca la Constitución. MEXICANOS: Ya conocéis nuestra bandera. Os invitamos a alistaros en nuestras filas a fin de salvar nuestras instituciones que peligran, haciendo que la ley recobre su prestigio y el pueblo sus libertades. Esperamos ser eficazmente ayudados, a fin de que, al celebrar el glorioso Centenario de la Independencia Nacional, celebremos

igualmente el triunfo de la libertad y de la ley, para que, en lo sucesivo, ellas puedan normar nuestros actos y ser respetadas por gobernantes y gobernados.

SOCIOS FUNDADORES: J. Huelgas y Campos, Luis Rojas, Y. J. M. Goríbar y Arzipe, J. Morfín Delorme, Juan T. Reinoso, Joaquín Sandoval Vargas, R. Ávila Jr., Luis T. Navarro, C. Rodríguez Tejada, Alfredo Ortega, Ramón T. Peña, Víctor N. Becerril, J. D. Ramírez y Garrido, E. Cabrera, Arturo Chávez Trujillo, T. Morales, Alfonso García, Daniel B. Islas, J. Uriquidi, Eugenio Villa, Pedro del Rey, Mauricio Téllez, A. Elorduy, Porfirio C. Osorio, J. Moreno, Joaquín Rojas, M. J. D. Garduño, Luis C. del Rosal, Alex McKinney, A. Qusnel, Fernando Laredo, M. N. Robles, Francisco de P. Sentíes, José María Troncoso, R. Estrada, J. Híjar y Haro, Luis M. Uriste, Antonio M. Ángeles, Carlos Robert, L. E. Rendón, T. del Castillo, F. Garza González, José Juan Luna, José Calvo, Rafael S. Sosa, Daniel Zamarripa, Manuel T. Busto Calló, Manuel Martínez F., Alfredo Cousenel, Manuel Ceballos, Rodolfo Ávila Jr., Alfredo Huerta Álvarez, Federico García, Juan Fernández, Macario Rivera, Manuel Samaniego, L. Fernández Sánchez, Arturo Oliver Trujillo, Ramón Balarezo, Joaquín Santaella, Marcos C. Nava M., Modesto, C. Rolland, Fernando Sáyago, Eduardo T. Hay, B. L. Lara, M. T. Buib, L. E. Rendón, E. Undraga y A., Manuel Martínez, Pastor Huacuja, A. Fernando Rodarte, Ricardo Palacio, Antonio Loria, E. Bedolla, J. Morfín, Carlos Rodríguez Tejada, J. F. Reinoso. Siguen las firmas.

MESA DIRECTIVA Presidente: Emilio Vázquez. Vicepresidentes: Francisco I. Madero, Toribio Esquivel Obregón. Secretarios: Filomeno Mata, Paulino Martínez, Félix F. Palavicini, José Vasconcelos. Vocales: 1º Luis Cabrera, 2º Octavio Bertrand, 3º Bonifacio J. Guillén. 4º Felipe Xochihua. Tesorero, Manuel Urquidi.[*]

[*]

(Roque Estrada, op. cit. pp. 86 a 93.)

Carta de don Francisco I. Madero, al ingeniero Manuel Urquidi, lamentando lo ocurrido con el periódico Antirreeleccionista, por la ligereza del ingeniero Félix F. Palavicini al publicar un artículo conteniendo conceptos “que yo mismo repruebo”, contrarios al patriotismo del general Porfirio Díaz, con motivo de su entrevista con Taft.

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[A.I.F.] [Francisco I. Madero. San Pedro, Coah., Méx.] San Pedro, Coah., 5 de octubre de 1909. Señor ingeniero Manuel Urquidi, México, D.F. Muy estimado amigo: Acabo de recibir su grata 2 del actual que he leído con verdadero interés. Mucho he lamentado lo ocurrido con el “Antirreeleccionista”. De verdad, juzgo que fue una ligereza de Palavicini publicar ese famoso artículo sobre todo sin saber quién era el autor. En ese artículo hay conceptos que yo mismo repruebo, porque se da a entender que el general Díaz sería capaz de cometer alguna acción indigna en su entrevista con Taft, suposición que no está autorizada por los antecedentes del general Díaz, que si bien nos ha gobernado despóticamente, en cambio con el extranjero siempre se ha portado con patriotismo. En una de mis anteriores le decía que aquí en Saltillo estaba completamente arreglado el asunto a que usted se refiere del licenciado Macías, pero siempre no se arregló y estamos pendientes que se arregle de un momento a otro. De todos modos, le agradezco su informe y lo tomaré en consideración para nuestras gestiones. Respecto a lo que me dice que piensan hacer caer la responsabilidad sobre Cabrera, sobre mí, Vázquez y Obregón, creo es un pretexto únicamente, pues saben que todos nosotros firmamos nuestros artículos. Me parecen igualmente injustas las aprehensiones que se han verificado y la orden que dieron contra Vasconcelos y González Garza que también siempre han firmado sus artículos. Yo creo que mientras a Cabrera no lo pongan en prisión, no hay cuidado por las demás personas que usted indica. De todos modos, le agradeceré tenerme al tanto de lo que usted sepa.

En cuanto a la desorganización del Partido, no tema usted nada, pues tan pronto como se arreglen estas dificultades, verá usted cómo nos reorganizamos perfectamente. Siento únicamente que no se haya publicado la convocatoria para la convención. Hace mucho que estoy insistiendo en que se publique en cualquier forma. Vuelvo a repetirle que espero sus gratas noticias y quedo su amigo que mucho lo aprecia y su atto. s. s. Francisco I. Madero[*] [Manuscrito dice:] Apruebo que Cabrera y Estrada no se oculten.

[*] Historia gráfica de la revolución. Recopilación y fotografías por Agustín V. Casasola, Tomo Nº 1, Cuaderno Nº 1, p. 116.

Carta de don Francisco I. Madero, al licenciado José Vasconcelos, fechada en Monterrey, N. L., lamentando su desmoralización y deseos de retirarse de la lucha, recordándole que el bien más codiciado de todos los pueblos es el de la Libertad, y que “ninguna conquista ha hecho la humanidad sin que le cueste grandes trabajos…”

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Monterrey, 13 de noviembre de 1909. Licenciado José Vasconcelos, Calle de Espíritu Santo Nº 2, México, D.F. Muy estimado amigo: Ayer recibí su grata 11 del actual, cuya lectura no me causó sorpresa, pues desde la primera carta que recibí de usted después de que salió de esa capital para esconderse, noté que estaba usted muy desmoralizado. Por este motivo quise hablar con usted en México, lo fui a buscar en su despacho y no lo encontré, le supliqué que pasara a mi casa y tampoco tuve el gusto de verlo por allá. Quería hablar con usted para reanimarlo… Si usted se separa de nuestro partido, va a perder, quizá, la mejor oportunidad que se le presenta en su vida, de ocupar un puesto distinguido entre sus conciudadanos. En cambio, retirándose de nuestro partido, se conquistará usted, cuando mucho, que lo traten con lástima, si no es que con desprecio, pues verán que a pesar de haber principiado la campaña con tanto vigor, se desmoralizó con el menor obstáculo con que tropezamos… Por todas estas razones le insto a que retire su renuncia… Tan pronto como recibí su carta telegrafié al licenciado Emilio Vázquez a fin de que no diera curso a su renuncia… Sin embargo, si usted se resuelve a seguir a nuestro lado, piénselo bien: los obstáculos que hemos vencido hasta ahora no son comparables con los que tenemos que vencer… Ninguna conquista ha hecho la humanidad sin que le cueste grandes trabajos. El bien más codiciado de todos los pueblos, es el de la libertad, y nunca se ha conseguido sin que sucumban muchos en la lucha… La carta de usted la hubiese contestado en términos tan lacónicos como en los que está concebida, a no ser por las simpatías que siento por usted. Indudablemente un elemento intelectual como usted no dejaría de causar cierto hueco a nuestras filas, pero ese hueco sería llenado inmediatamente

por alguna persona que, aunque no tuviera tan buena pluma como la suya, tendría en cambio, mayor firmeza, virtud indispensable en las contiendas políticas. En espera de su contestación, que consideraré definitiva, quedo como siempre, su amigo que mucho lo aprecia y su atto. y s. s. Francisco I. Madero[*]

[*]

Armando de Maria y Campos, op. cit., pp. 103 y 104.

Carta de don Francisco I. Madero al ingeniero Manuel Urquidi, fechada en Tehuacán, Pue., manifestándole sus deseos de reanimar al licenciado José Vasconcelos para tomar parte activa en las cuestiones del Partido; asimismo, de la carta enviada al licenciado Emilio Vázquez Gómez, para la pronta publicación de la Convocatoria, que servirá de base para provocar una reacción favorable entre los partidarios, así como de su resolución para la publicación del periódico El antirreeleccionista, aunque fuera semanal o bisemanal.

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Tehuacán, Puebla, 22 de noviembre de 1909. Señor ingeniero Manuel Urquidi. México, D.F. Muy estimado amigo: Recibí su grata 18 del actual que he leído con verdadero interés. Ojalá Vasconcelos hubiese llevado adelante su idea de no hacer su renuncia y sólo dejar de tomar parte activa en las cuestiones del Partido. De ese modo, al haberse reanimado el entusiasmo en todos, hubiese vuelto a tomar una parte activa. Cuando vaya a ésa procuraré hablar con González Garza para ver qué ha pensado sobre el particular y si lo reanimamos a que siga trabajando con entusiasmo. Ayer le mandé copia de una carta que escribí al licenciado Emilio Vázquez, pues deseo que la tomen en consideración para ver si se publica cuanto antes esa convocatoria, que creo podrá servirnos de base para provocar una reacción en el ánimo de nuestros partidarios. Ya veremos si entonces logramos que también los socios sigan pagando sus cuotas. Dígame qué tanto necesita para que esas 400 piezas de propaganda salgan a su destino, y qué tanto más se necesitará también para que la correspondencia de ese género no sufra demora. Era muy importante averiguar si es cierto que en el correo han retenido cartas dirigidas a nosotros para reclamarlas y sobre todo para tomar nuestras precauciones. Aún no he recibido el artículo de “México bárbaro” que me manda. Veo con satisfacción que usted es de los que permanecen firmes en el

Partido y lo felicito por ello. El pánico a que usted se refiere, es sólo en esa Capital, pues en los Estados siguen todos en sus puestos, y esperando únicamente con ansia que aparezca el “Antirreeleccionista”, así es que estoy resuelto ahora que llegue a esa ciudad, si no nos han devuelto nuestras prensas, a hacer los arreglos necesarios para que se publique el “Antirreeleccionista” aunque sea semanal o bisemanal. Sin otro particular, quedo su amigo que lo aprecia y su atto. s. s. Francisco I. Madero[*]

[*]

Armando de Maria y Campos, op. cit., pp. 107 y 108.

Carta de don Francisco I. Madero, al señor Aquiles Serdán; manifestándole considerar inconveniente la celebración de un mitin en la ciudad de Puebla, antes de la Convención; que durante ésta, proyectarán hacer una jira que será de mayor efecto y trascendencia.

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Zacatecas, 23 de marzo de 1910. Señor Aquiles Serdán, Puebla, Pue. Mi estimado correligionario y amigo: Recibí su grata fecha 15 del actual. Nadie podrá creer que si no voy a esa ciudad a dar un “meeting” es por falta de simpatía hacia ustedes, pues bien saben que cuando pasé para Michoacán, le dije que a mi regreso estaba dispuesto a celebrarlo, pero por razones que usted sabrá no se llevó a cabo. De todos modos, a mi ida tuve el gusto de dirigirme a un numeroso grupo, en el cual estaban representados todos los clubes antirreeleccionistas de ese Estado y hasta algunos de Tlaxcala. En cuanto a que celebremos un “meeting” antes de la Convención en esa ciudad, me parece inconveniente, primero, por falta de tiempo y en segundo, porque no es indispensable, puesto que ya existen numerosos clubes antirreeleccionistas y es irnos a exponer a tener dificultades con el Gobierno de ese Estado. Aquí en Zacatecas acabo de tropezar con la dificultad de que el Gobierno me prohibió terminantemente celebrar el “meeting” y como creo de grandísima importancia llegar sanos y salvos a la Convención voy a consecuentar y ya veré de qué medios me valgo en esta forma para formar un club, el cual tengo esperanzas de arreglar esta noche. Cuando estemos en la Convención hablaremos sobre la conveniencia de hacer una gira, pues entonces será probablemente de mucho mayor efecto y mayor trascendencia. Sin otro particular, quedo su amigo que lo aprecia y su atto. s. s. Francisco I. Madero[*]

[*]

Armando de Maria y Campos, op. cit., pp. 111 y 112.

Carta de don Francisco I. Madero, fechada en la Penitenciaría del Estado, Monterrey, N. L., dirigida al general Porfirio Díaz, en la que con absoluta claridad y franqueza analiza los hechos de la campaña electoral y plantea condiciones conforme a las cuales debieran realizarse las elecciones. Madero aspira a que los procedimientos políticos se constriñan al mandato de la ley, y repudia los abusos de autoridad que contra él y sus partidarios realiza la dictadura.

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["México en la Cultura", suplemento de Novedades, 17 de febrero de 1963]

AL GENERAL PORFIRIO DÍAZ Penitenciaría del Estado. Monterrey, N. L., 15 de mayo de 1910. Señor general Porfirio Díaz, México, D. F. Muy señor mío: En su carta del 27 de abril próximo pasado me decía usted: “en la ley encontrarán, tanto las autoridades como los ciudadanos, el camino seguro para ejercitar sus derechos” y que la Constitución no le autorizaba a usted “para ingerirse en los asuntos que pertenecen a las soberanías de las entidades federativas”. A pesar de ello, la ley, aunque observada por mis partidarios, ha sido frecuentemente violada por los de usted que ocupan puestos públicos, y aunque se desprendía de su carta que la Federación no podía intervenir en los Estados para que se respetaran las garantías individuales, en cambio sí ha intervenido para apoyar los atropellos cometidos por las autoridades locales, como pasó aquí en Monterrey, en donde, para disolver una pacífica y ordenada manifestación, prestaron ayuda fuerzas federales del regimiento de rurales. Esta intervención directa de las fuerzas federales no ha venido sino a confirmar lo que dije a usted en mi anterior y es que, según la opinión pública, usted es el principal responsable de los actos de sus partidarios en toda la República, a pesar de la soberanía de los estados, que sólo existe de nombre.

Eso está en la conciencia de todos y usted mismo lo dio a entender en su entrevista con Creelman, así es que no puede negarse; pero aunque fuera así, el hecho innegable es que en toda la República los partidarios de usted que ocupan puestos públicos, están cometiendo toda clase de atentados contra mis partidarios y hasta contra mí mismo, acusándome de injurias a usted, basándose para ello en el testimonio del C. licenciado Juan R. Orcí que confeccionó un discurso a su gusto y me lo atribuyó como pronunciado por mí en San Luis Potosí. ¡Así es que una calumnia de sus partidarios y la complacencia de los jueces y demás autoridades me han privado de mi libertad! Esto ya no tiene nombre, y ha venido a demostrar que si conmigo, que merecía respeto, aunque fuese siquiera por decoro de usted, se han cometido atentados tan escandalosos, ¿qué no será con mis numerosos partidarios? Algunos de ellos tratados con crueldad; en Torreón están acusados por sediciosos y el proceso tiene por base ¡anónimos que el jefe político pretende haber recibido! Otros, como en ésta, San Luis Potosí, Saltillo, Puebla, Cananea, Orizaba, etc., etc., son reducidos a prisión porque se ocupan en preparar los trabajos electorales. De lo expuesto se desprende claramente que usted y sus partidarios rehuyen la lucha en el campo democrático, porque comprenden que perderían la partida y están empleando las fuerzas que la Nación ha puesto en sus manos para que garantice el orden y las instituciones, no para ese fin, sino como arma de partido para imponer sus candidaturas en las próximas elecciones. Pero no tienen ustedes en cuenta que la Nación está cansada del continuismo, que desea un cambio de gobierno, pues desea estar gobernada constitucionalmente y no “paternalmente” como usted dice que pretende gobernarla. La Nación no quiere ya que usted la gobierne paternalmente, ni mucho menos que la gobierne el señor Corral. Usted me dijo que “era cierto que está muy desprestigiado el señor Corral, pero que ese desprestigio era injustificado”. Pues bien, ese desprestigio no es injustificado, como lo demuestra la política de que se está valiendo para imponer su candidatura, cometiendo toda clase de atentados contra las garantías individuales; haciendo que sus amigos, como Orcí, calumnien a sus adversarios políticos como yo; recurriendo a medios reprobados para callar la prensa independiente a pesar de su moderación, que más resalta si se compara con los órganos del partido de ustedes (El Imparcial), (El Debate), los cuales emplean

intemperancias tales de lenguaje, que han trabajado más eficazmente que nosotros mismos para el desprestigio de la causa que defienden. No obstante lo desigual de la lucha, puesto que nosotros no tenemos órganos de gran circulación, porque nunca faltan pretextos al gobierno de usted para deshacerse de ellos y a pesar de que en muchas partes son reducidos a prisión los que hacen la propaganda de nuestros impresos y los que organizan clubes, nosotros aceptamos y deseamos vivamente la lucha en los comicios, porque creemos que solamente será el gobierno legítimo y la paz estable, teniendo por base la voluntad nacional y el respeto a la soberanía popular. Por este motivo he publicado un manifiesto del cual adjunto a usted un ejemplar. Verá usted que doy instrucciones a mis partidarios para que obren estrictamente dentro de la ley, y respeten los derechos de sus adversarios políticos; pero a la vez les indico que los obliguen también a trabajar dentro de la ley y a respetar sus derechos. Si los partidarios de usted cumplen con la ley; si las autoridades partidarias de usted, investidas de su carácter se erigen en severos guardianes de la ley, el pueblo designará pacíficamente sus mandatarios y habremos entrado para siempre en la vía constitucional, única que podrá cimentar definitivamente la paz y asegurar el engrandecimiento de la Patria. Pero si usted y el señor Corral se empeñan en reelegirse a pesar de la voluntad nacional y continuando los atropellos cometidos recurren a los medios en práctica hasta ahora para hacer triunfar las candidaturas oficiales y pretenden emplear una vez más el fraude para hacerlas triunfar en los próximos comicios entonces, señor general Díaz, si desgraciadamente por ese motivo se trastorna la paz, será usted el único responsable ante la Nación, ante el mundo civilizado y ante la Historia. Publique usted un manifiesto en el que haga a sus partidarios la misma indicación que yo les hago y ponga de su parte todo lo posible para que las autoridades cumplan con su deber, respetando la ley, y habrá hecho a su patria el mayor bien, consolidando para siempre la paz. En cuanto a mí, desde este encierro en donde me tiene usted recluido, no puedo hacer más que publicar mi manifiesto aludido y tranquilo espero sus consecuencias. Sé muy bien que con jueces obedientes a la consigna y superiores poco escrupulosos en darlas cuando se trata de beneficiar a su partido, mi suerte está en sus manos y se me podrá procesar y condenar por los mayores delitos: ¡Que así sea!, pero tengo la conciencia de servir a mi patria con lealtad y honradez, y los mayores peligros personales no me

han de arredrar para servirla. Soy su atento servidor. Francisco I. Madero

Informe Rendido por el señor Manuel Cuesta, Cónsul de México en Del Río, Texas, sobre la ayuda pecuniaria proporcionada por don Francisco I. Madero, a Paulino Martínez y Andrea Villarreal, para el sostenimiento de los periódicos Monitor Democrático y La Mujer Moderna, en San Antonio, Texas, así como a las viudas de los correligionarios muertos en el asalto de Las Vacas.

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[A.R.E., L-E-610] Reservada. Del Río, Texas, mayo 19 de 1910.–No. 54. Como ampliación al informe sobre mi visita a San Antonio, tengo la honra de manifestar a usted que fui informado que el señor Francisco I. Madero, propagandista antirreeleccionista, sostiene en la ciudad de San Antonio al periódico Monitor Democrático, dirigido por Paulino Martínez, así como a La Mujer Moderna, que dirige Andrea Villarreal, y ayuda pecuniariamente a otros periodistas enemigos de nuestra actual administración. En esta ciudad de Del Río ministra mensualmente determinadas sumas a las viudas de los sediciosos que fueron muertos en el asalto de Las Vacas. Y a fin de que esa superioridad se forme juicio de los procedimientos que el señor Madero ha venido observando, hónrome en remitir a usted, por duplicado, la refutación que hice a especies vertidas por el señor Madero. De todo lo expuesto espero enviar a usted pruebas fehacientes, pero el adquirirlas demanda tiempo. Reitero a usted las seguridades de mi muy atenta y distinguida consideración. Manuel Cuesta Señor Secretario de Relaciones Exteriores. México, D. F.

Refutación del señor Manuel Cuesta, Cónsul de México en Del Río, Texas, a las aseveraciones hechas por don Francisco I. Madero, durante su gira en los estados de Sonora y Sinaloa, combatiendo al régimen del Gral. Porfirio Díaz.

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[A.R.E.]

ABRIENDO BRECHA (19 de mayo de 1910) Verdaderamente digna de encomio es la conducta patriótica y levantada, asumida por el señor Manuel Cuesta, Cónsul de México en Del Río, al rechazar públicamente las temerarias aseveraciones de don Francisco I. Madero, que en su despecho se atrevió a dar informaciones falsas de la política actual de México a un repórter de un periódico de El Paso, Texas, difamando, como tiene costumbre, a las personalidades más conspicuas de nuestra patria: a los señores general D. Porfirio Díaz y D. Ramón Corral. Indudablemente que el leader antirreeleccionista que salió decepcionado de su gira por los estados de Sinaloa y Sonora, donde nadie le hizo caso, encontró una magnífica oportunidad con el repórter yankee para manifestar su amor a su patria y a sus hombres que verdaderamente la honran; pero no contaba con la huéspeda, pues el señor Cuesta, como buen mexicano le ha llamado al orden exhibiéndolo entre los norteamericanos a quienes quiso sorprender, tal y como es. Con verdadero gusto insertamos en seguida el artículo que publicó en la prensa de San Antonio el señor Cuesta y felicitamos calurosamente a éste por la energía con que ha contestado a D. Francisco, revelándose en su contestación como un verdadero patriota. En una entrevista celebrada el 15 de enero en El Paso, Texas, Francisco I. Madero, de Coahuila, propaló ciertas especies absolutamente falsas e indignas de un ciudadano mexicano. Dijo que su partido no tenía que hacer objeción alguna a Díaz en lo personal, pero sí a su gobierno, por despótico. Sabiendo perfectamente bien que sería infructuoso atacar en su buena reputación a este gran anciano, porque ni en su país ni en el extranjero se le daría crédito, trata de perjudicarlo combatiendo su sistema de gobierno. Mas como el mundo

civilizado sabe cuánto ha contribuido ese sistema del Presidente Díaz para elevar a México al alto grado de cultura en que se encuentra, semejante difamación cae como semilla en terreno árido. Madero dijo además: “Si Corral resultase electo vicepresidente y Díaz muriese, sobrevendría la revolución en México, y eso es precisamente lo que tratamos de evitar.” He aquí uno de los casos en que hombres verdaderamente depravados se sirven del patriotismo para ocultar sus pérfidas intenciones. Madero no siente lo que dice. Con agrado vería la revolución. Empero, todos los hombres honrados saben y comprenden que la generosa y progresista política de Díaz es la que ha sofocado las revoluciones en México; que el señor Corral tiene más intimidad que otro alguno con el general Díaz, y que si tuviese que llevar sobre sus hombros la carga de la Presidencia, su administración no sería otra cosa más que la continuación del actual estado de paz, bienestar y prosperidad. A juzgar por los artículos que he leído, nada hay más exacto que lo dicho en el México bárbaro, continuó Madero, “Nosotros anhelamos un cambio radical; queremos la paz basada en la ley; no en el prestigio de un solo individuo, Díaz”. El hombre que difama a su propio país, debe ser un traidor. Estando plenamente demostradas las falsedades de México bárbaro, Madero torpe e intencionalmente zahiere a su país, a su pueblo y a su gobierno. No hay excusa posible para esto y yo debo considerarlo como indigno de haber visto la luz primera en la patria de Hidalgo, Juárez y Díaz. Madero prosiguió: “El Presidente Díaz ha sacado todo el partido que podía sacarse de semejante régimen de gobierno, mas éste es malo. Nosotros no condenamos a Díaz, sino al régimen que tiene establecido.” Si fuera cierto que el régimen de gobierno adoptado por el presidente Díaz es malo, el mismo presidente sería malo también, pues no se concibe que un hombre honrado imponga un régimen bárbaro y si a esto se agrega que la grandeza y probidad de Díaz es universalmente reconocida, como consecuencia legítima debe deducirse que el general Díaz gobierna a su pueblo como lo gobernaría el más grande y probo de los hombres. Madero comentó su andanada de falsedades al repórter de El Paso, declarándole: “que cuando habló en público en Sonora, de cuyo Estado es nativo Corral, se enviaron algunas turbas para que lo asesinaran; y de que Madero se propuso dejar la mala impresión de que Corral, uno de los personajes más nobles con que cuenta la República, fue el promotor de ese atentado”. Mas ¿quién creerá versión tan falsa e infame? Si Corral fuese tal cual Madero lo presenta y usase del despótico poder que le

atribuye, lógico sería suponer que habría querido y habría podido hacer desaparecer para siempre a Madero. Tal es el hombre que aparenta creer en la libertad y soberanía de su pueblo; que se proclama verdadero patriota, amigo de los mejores intereses de México y el único en quien con toda seguridad puede el pueblo depositar su confianza. O prueba Madero sus cargos, o tendrá que aparecer, ante su propio pueblo, llevando en su frente una marca ignominiosa, el estigma de la mentira. Ya que ha difamado el buen nombre de México y arrojado la baba de la deshonra sobre sus mejores prohombres, debe probar con hechos sus aserciones, de lo contrario merecerá el desprecio de los verdaderos patriotas de la República. Manuel Cuesta

Discurso pronunciado por el licenciado Federico González Garza, al aceptar su candidatura de diputado propietario por el 2º distrito electoral, que le fue ofrecida por los Clubes Antirreeleccionistas del Distrito Federal.

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[A.I.F.]

[Tomado de una hoja volante intitulada: “Propaganda Electoral Antirreeleccionista”. 22 de mayo de 1910.] PROPAGANDA ELECTORAL ANTIRREELECCIONISTA DISCURSO Conciudadanos: Con una rara y profunda emoción cívica que los hombres de nuestra generación han tenido la desgracia de no poder experimentar desde hace luengos, muy luengos años, vengo a presentarme ante mis conciudadanos. Este espectáculo inaudito en nuestra patria, hasta hoy desventurada, fijará en el transcurso de mi existencia de hombre rebelde siempre al deshonor y a la injusticia, una de las fechas más hermosas que guardaré en mis recuerdos, y mi mayor orgullo será que mis hijos puedan decir de mí que supe ser un buen ciudadano en épocas en que para tener segura la libertad y la vida era condición imprescindible ser esclavo. Mas debo declarar que tan intensas e ignoradas emociones nunca pudieron embargar mi alma, al no vibrar al unísono con las almas viriles y patriotas que hoy miro ante mis ojos arrodilladas, comulgando juntas en los altares de la democracia. Los Clubes Antirreeleccionistas del Distrito Federal, en convención solemne celebrada en esta metrópoli el día 15 del mes en curso, lanzaron, ejercitando pacíficamente un derecho inherente a la ciudadanía que nuestra bendita Constitución otorga, las candidaturas para senadores y diputados que corresponden al Distrito Federal y que deberán integrar el Congreso de la Unión, cuyas sesiones deben abrirse precisamente el día en que el pueblo mexicano conmemorará el primer centenario de su

independencia. En esa postulación, señores, figura mi humilde personalidad para representar el 2º Distrito electoral, dentro de cuya demarcación nos encontramos, de los nueve Distritos en que está dividida la entidad política que se denomina Distrito Federal. La altísima honra que para mis correligionarios y para mí entraña esa postulación genuinamente democrática es, por lo que a mí respecta, notoriamente inmerecida; pues bien comprendo que la cobarde y criminal pusilanimidad que, para mengua de este periodo histórico de nuestra patria, agarrota el alma de varios miles de nuestros hermanos intelectuales, ha sido la causa de que el pueblo, representado en la Convención local que lanzó aquellas candidaturas, no pudiera aprovecharse del rico tesoro de inteligencia y sabiduría que se alberga en muchos cerebros, pero en cuyas celdillas las representaciones de patria son bien mezquinas y absolutamente incapaces para transformarse en acción. Por esto es que los Clubes Antirreeleccionistas se han visto en la imperiosa necesidad de incluirme entre sus elegidos no obstante que en mí sólo podrán encontrar los elementos de honradez y patriotismo que son, por fortuna, en las grandes crisis, los elementos fundamentales que la patria debe reclamar de todos sus hijos, si es que ha de vivir con honor entre los pueblos civilizados. Si torpemente me hubiese puesto a considerar, con mala entendida modestia, que desoyendo la voz del pueblo servía mejor a mi patria, o de modo imperdonable tan sólo escucho la aduladora voz del egoísmo, esa inexhausta fuente de degradación para los pueblos, como otros compatriotas lo están haciendo para asombro de los que los juzgaban hombres útiles y agradecidos a una sociedad que les ha dado todo lo que valen; si conducta tan vergonzosa hubiera seguido, habríame declarado a mí mismo traidor del desventurado pueblo mexicano que hoy tiende las manos suplicantes en busca de hombres dignos e ilustrados que no mancillen más su ardiente y querida fe en la democracia, que no sigan escarneciendo, sacrílegos, los más nobles atributos de la personalidad humana. Mi deber como ciudadano de una República que está en peligro de derrumbarse porque los que la dirigen abominan cínicamente la democracia; mi deber en mi simple calidad de hombre que me indigna ser gobernado por individuos que han llegado a perder ya toda noción de justicia, era sin discusión atender el llamamiento de mis conciudadanos. Así pues, con perfecto conocimiento de mis deficiencias personales, con plena conciencia de mis responsabilidades en la aguda crisis nacional a

que nos arrojan los que de manera ultrajante están resueltos a desconocer al pueblo sus derechos, vengo a aceptar solemnemente, señores que representáis a los Clubes Antirreeleccionistas locales “Benito Juárez”, “Mártires de Padierna”, “Héroes de Chapultepec”, “Miguel Hidalgo”, “Cuauhtémoc”, “Mártires de Río Blanco”, “Constitución y Reforma”, “Vicente Guerrero” y “Morelos”, la candidatura de diputado, con que me habéis honrado. El pacto que hondamente reconocido y en tan excepcionales circunstancias, hoy celebro orgulloso con el pueblo, contiene entre otras las siguientes cláusulas: 1a. Luchar en la Cámara popular porque se elimine para siempre, como elemento supremo de gobierno, la voluntad de un solo hombre, aunque resulte un genio; pues pienso como Roosevelt, el extraordinario, según frase célebre que pronunció en Bruselas, que “¡Guay del país que deposita su confianza, que cifra su porvenir en un genio, más bien que en el carácter del verdadero tipo del ciudadano!” 2a. Como toda institución social se establece para lograr el bienestar del pueblo, y éste se ha persuadido, dada la lamentable idiosincrasia de nuestros gobernantes, que una triste experiencia nos enseña que faltan a su palabra y se perpetúan en el poder, se ha persuadido, digo, de que el principio reeleccionista ha sido nefasto para las libertades públicas; sostendré el fundamental principio de nuestro Patrido, la No-reelección, proclamado por la gran Convención Independiente celebrada en esta capital. 3a. Por idénticos motivos y por creer que el voto es la verdadera fuente de los gobiernos legítimos y la más firme garantía de armonía y paz entre gobernantes y gobernados, apoyaré el principio de Sufragio Efectivo, alma del programa de nuestros respetados y conspicuos candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia de la República, los señores Francisco I. Madero y doctor Francisco Vázquez Gómez. 4a. Siendo el analfabetismo de las masas el mayor anatema que nuestros enemigos lanzan contra el establecimiento de un sistema netamente democrático en nuestro país, abogaré en la Cámara, con el entusiasmo que presta la convicción, porque el Ramo de Instrucción Pública merezca en todas ocasiones especial preferencia para que la luz del saber se difunda hasta en los lugares más obscuros de las capas humildes de la sociedad. 5a. Por razones análogas, y a fin de hacer de todo obrero un ser consciente de sus deberes y derechos como ciudadano, procuraré dignificar siempre su personalidad, proponiendo todo lo que lo moralice, lo ilustre y

pueda aliviar sus escaseces, atacando todo lo que tienda a convertirse en monopolio o privilegio en provecho de unos cuantos y en perjuicio de todo el resto de los ciudadanos. 6a. Siendo para mí un axioma que “la perpetuidad de nuestras instituciones depende más de la existencia de una prensa libre y honrada que de cualquier otro elemento”, según palabras del Alcalde Gaynor de Nueva York, publicadas por El Imparcial de 30 de abril último, abogaré porque se expida la ley reglamentaria del Art. 7o. de la Ley Constitucional para que el escritor independiente no esté ya al arbitrio del elástico criterio de jueces sin conciencia, y conozca con exactitud cuál es el límite de su libertad de escribir y en qué casos es cuando ataca la vida privada, la moral o la paz pública. 7a. Considerando que hasta hoy no se ha dado a la agricultura toda la importancia que debe tener en nuestro país, lo mismo que en cualquiera otro, apoyaré las miras que sobre este particular tienen nuestros candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia de la República. 8a. Seré incansable sostenedor del principio, que para su gloria formuló Montesquieu, relativo a la división de los poderes, pues harto sabemos que su ficticia independencia siempre ha acarreado un degradante servilismo. 9a. Convencido de que, sin moralidad, lo mismo en la vida privada que en la vida pública, el ciudadano y los gobiernos son dignos de desprecio, tendré especial cuidado de promover que se hagan efectivas las responsabilidades en que incurran los funcionarios públicos. 10a. Sostendré, por último, todas y cada una de las bases que hasta aquí hubiere omitido, formuladas en el programa de gobierno lanzado por nuestros candidatos Francisco I. Madero y doctor Francisco Vázquez Gómez, y protesto solemnemente inspirar todos mis actos en el interés y sólo en el interés y bienestar del pueblo mexicano, cuyo infortunio mayor siempre ha sido que sus servidores, que sus mandatarios, han visto con desprecio su mandato y se han entregado sin escrúpulo al simple fomento de sus propios intereses y a satisfacer sin tasa sus ambiciones personales. He aquí mis propósitos; vosotros sabréis si deberé contar con vuestra confianza; yo sólo sé deciros que sabré cumplir con mi deber para que pueda merecerla. La lucha está próxima; os invito a que sin más escudo que vuestra credencial de ciudadano, vayáis a los comicios a elegir a hombres de vuestra entera confianza que no os traicionen para que en su carácter de electores, vayan a sostener definitivamente las candidaturas de diputados y senadores que habéis proclamado en vuestra convención local. Os doy las gracias más cordiales y podéis contar con un ardiente

defensor de vuestros derechos. México, mayo 22 de 1910. Federico González Garza 5 de Mayo No. 32

NOTA. El 2º Distrito electoral lo forma el Cuartel Mayor Núm. 2, cuyos límites son: por el norte, las calles de Sta. Teresa y Miguel Negrete, aceras que ven al norte; por el sur, hasta Jamaica; por el oriente, la Calzada de Balbuena, y por el poniente, las calles del Seminario, frente del Palacio Nacional, Flamencos, Portacoeli, Jesús Nazareno, Calles del Rastro, San Lucas, San Antonio Abad y Calzada del mismo nombre, aceras que ven al poniente. [Tip. de El Constitucional. 1a. Calle Ancha No. 19. México, D. F.]

Carta del señor Francisco I. Madero al señor Elpidio Aguirre, comunicándole haber aceptado la candidatura que le ofreció la Convención Nacional Independiente, y recomendándole que desde luego empiecen a organizar los trabajos electorales y la instalación de Clubes Antirreeleccionistas.

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[A.G.N., Ramo Revolución]

CARTA DE DON FRANCISCO I. MADERO AL SEÑOR ELPIDIO AGUIRRE, SOBRE TRABAJOS ELECTORALES [Al margen: Francisco I. Madero, Berlín 21.] México, D. F., 24 de mayo de 1910. Sr. Elpidio Aguirre, Pánuco de Coronado, Dgo. Muy señor mío: Acuso recibo a su grata 15 del actual, y en contestación doy a Ud. las gracias por sus felicitaciones. Sólo creo, al haber aceptado la candidatura que me ofreció la Convención Nacional Independiente, haber cumplido con el deber de todo ciudadano. Hace Ud. muy bien en empezar a trabajar en esos pueblos por levantar el espíritu público. Todos, en su esfera de acción, pueden cooperar al triunfo de nuestra causa. Si usted pudiera instalar Clubes Antirreeleccionistas en las poblaciones en que tiene más relaciones, sería muy conveniente, a fin de que desde luego empiecen a trabajar y organizar los trabajos electorales. Sin otro asunto, quedo de Ud. afmo. y S. S. Francisco I. Madero

Carta de don Francisco I. Madero, suscrita en la penitenciaría del Estado, en Monterrey. N. L., dirigida al ingeniero Manuel Urquidi, manifestándole su imposibilidad para presentarse en Yucatán, que su prisión causó grandísima indignación en todas partes, que esto no lo haría flaquear un solo momento y que siempre estará en su puesto sirviendo a su Partido.

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[A.I.F.] Penitenciaría del Edo. Monterrey, N. L., 11 de junio de 1910. Sr. Ing. Manuel Urquidi, México, D. F. Muy estimado amigo: Recibí sus gratas 14 y 15 del actual, que he leído con interés. Respecto a la primera, usted comprende que es imposible ir a Yucatán, tanto por lo que me pasa a mí como por lo que pasa en aquel Estado. Respecto a la segunda, lo felicito a usted y demás amigos por haber logrado que se arreglase de un modo satisfactorio el asunto de las candidaturas para diputado en ese Estado, pues ahora ya seguirán los trabajos en ese Distrito Federal sin entorpecimiento ninguno. Ya por la prensa tendrá detalles de mi prisión en ésta. El famoso insulto de Estrada a la autoridad, consiste en que contestó al Comandante de Policía cuando le preguntó si sabía con quien hablaba, y le dijo: “Sí señor, usted es un policía.” Eso fue todo el insulto, y de allí se valieron para aprehenderlo a él, y a mí porque me opuse a que lo detuviera la policía no uniformada. Espero que con motivo de estos acontecimientos habrá desistido el licenciado Emilio Vázquez sus propósitos de renunciar sus cargos, pues podría prestarse a interpretaciones inconvenientes. No deje de escribirme cómo anda todo por allá. Sé que mi prisión ha causado grandísima indignación en todas partes y que nuestro Partido ha ganado, así es que por ese motivo me alegro, pues lo que deseo es ayudar de todos modos a mi Partido y si mi prisión sirve para ello, la llevo con gusto. Parece que piensan darle largas al proceso, a fin de entretenerme lo

más posible y casi estoy seguro que si llegan a triunfar ellos no saldré de aquí en mucho tiempo, seguramente hasta que ellos comprendan que no corren ningún peligro en dejarme ya libre. Pero confío que los acontecimientos políticos los obligarán a darme una libertad pronta, pues la oleada de indignación que ha alzado mi prisión parece que es inmensa. En cuanto a mí, pueden tener la seguridad todos ustedes que no flaquearé ni un solo momento y que siempre estaré en mi puesto, tal como se lo dije en un telegrama a Sánchez Azcona. En espera de sus gratas noticias que le suplico mandar en un sobre para el señor Gustavo A. Madero, El Modelo, S. A., y con recuerdos para todos los amigos de ésa, quedo como siempre su amigo que lo aprecia y su atto, S. S. Francisco I. Madero[*]

[*] Historia Gráfica de la Revolución. Recopilación y fotografías por Agustín V. Casasola. Tomo 1, Cuaderno Núm. 1, p. 152.

Informe del señor Antonio V. Lomelí, Cónsul de México en El Paso, Texas, sobre el arribo del señor Juan Sánchez Azcona, ex-Director del periódico oposicionista México Nuevo, al que considera fugitivo de la justicia.

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[A.R.E., L-E-690] [Reservada]. El Paso, Texas, 25 de junio de 1910. El día 22 del actual llegó a esta ciudad, por el Ferrocarril Central, el señor don Juan Sánchez Azcona, ex director del periódico oposicionista México Nuevo, que según entiendo anda fugitivo de la justicia de esa capital. Dicho señor se alojó en el Hotel Sheldon, de esta ciudad, bajo el nombre de J. S. Díaz, y hasta ahora sólo ha sido reconocido por dos o tres personas, una de las cuales dio ayer aviso de su presencia. Juzgando que importaría tal vez a nuestro gobierno conocer la residencia actual del señor Sánchez Azcona, ayer tuve la honra de dirigir a usted un telegrama que descifrado dice: “Anteayer llegó a El Paso Juan Sánchez Azcona.” Posteriormente al envío del preinserto telegrama el señor Sánchez Azcona se presentó en esta oficina, acompañado del señor Jefe Político del Distrito de Bravos, Chihuahua, manifestando que alarmado por algunos procedimientos judiciales instituidos en su contra en esa capital, había huido hacia esta frontera con el solo objeto de evitar las incomodidades de una prisión, pero que siendo leve la falta de que se le acusa y habiendo reflexionado que su fuga pudiera interpretarse en mal sentido, deseaba manifestarme su deseo de someterse y regresar a esta capital para ponerse a la disposición de las autoridades, quedando de manifestarme todo esto por escrito a fin de que yo solicite por telégrafo un salvoconducto que le permitiera llegar sin tropiezo hasta esa ciudad. En contestación le manifesté mi complacencia por la resolución que había tomado, y que tenía gusto en servirle de la manera que deseaba, tan luego como recibiera el escrito que me anunciaba, el cual aún no ha venido a mis manos a la hora de cerrar el despacho de la oficina. Reitero a usted las protestas de mi alta consideración y respeto. A. Lomelí

Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

Carta del señor Juan Sánchez Azcona, fechada en El Paso, Texas, agradeciendo al cónsul Antonio V. Lomelí sus atenciones, y comunicándole la continuación de su viaje a Nueva York, para regresar a México por Veracruz.

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[A.R.E., L-E-690] El Paso, Texas, 25 de junio de 1910. Señor don Antonio Lomelí. Presente. Muy estimado señor mío: De acuerdo con indicaciones recibidas de mi familia, sigo al Noroeste, para esperar en Nueva York el arreglo de mi negocio que está ya casi arreglado y regresar a México por Veracruz en unión de unos parientes. Agradezco a usted la buena voluntad para conmigo y quedo su afmo. S. S. q.b.s.m. Juan Sánchez Azcona [Reservada]. El Paso, Texas, 27 de junio de 1910. Con referencia a mi nota reservada número 615/318 de 25 del actual, anexa tengo la honra de remitir a usted la carta original, que por correo y con fecha 25 de los corrientes me dirigió el señor don Juan Sánchez Azcona, que ha desaparecido de esta población. Reitero a usted las protestas de mi alta consideración y respeto. A. Lomelí Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

Carta de don Francisco I. Madero, suscrita en la penitenciaría de San Luis Potosí, dirigida al ingeniero Manuel Urquidi, felicitándolo por su entereza en la campaña política, y aprobando su ida al Estado de Michoacán, previo permiso del Comité.

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[A.I.F.] [Francisco I. Madero]. Penitenciaría, San Luis Potosí, julio 13 de 1910. Sr. Ing. Manuel Urquidi. México, D. F. Mi muy estimado amigo: Acabo de recibir su grata de julio 10 del actual cruzada con mi anterior fecha 7 que confirmo. Mi referida carta no salió oportunamente, porque quise mandársela con algún conducto seguro, pero ahora veo que se la puedo mandar a la dirección que me indica, sin ningún peligro. Con mucho interés me he enterado de los informes que me da, de cómo pasaron las elecciones. En mi anterior le decía que por ningún motivo se dejara encarcelar. Respecto a su ida a Michoacán, me parece muy conveniente, pues en estos momentos el Comité no tiene gran quehacer que llevar a cabo (sic) y sobre todo con la determinación de usted de estar siempre dispuesto a ayudar al Partido cuando se necesite, en cualquier parte puede estar y es natural que sea mejor donde pueda usted atender sus negocios. Me parece muy bien igualmente que antes de retirarse pida permiso al Comité, a fin de sentar el principio, pero si encuentra usted alguna dificultad para que le den su conformidad, manifiésteles mi opinión. Muy interesante lo que me dice de Félix Díaz, de ese altercado. He resuelto pedir mi libertad bajo caución pues tengo informes exactos que están dispuestos a concederla. Lo que se resuelva sobre esto, muy pronto lo sabrá. Entonces sí podrá usted venir a verme si aún lo considera conveniente, especialmente si se oculta de la policía, pues viniendo a verme indudablemente sabrían quién es usted. De todos modos me parece que es mejor que no venga, sólo que tenga algo sumamente urgente que comunicarme.

Sin otro particular y felicitándolo por la entereza que ha observado usted durante la campaña, quedo como siempre su amigo que mucho lo aprecia y su atto. S. S. Francisco I. Madero[*]

[*] Historia Gráfica de la Revolución. Recopilación y fotografías por Agustín V. Casasola. Tomo 1, Cuaderno Núm. 1, p. 154.

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Libertad caucional de don Francisco I. Madero y del licenciado Roque Estrada, en la ciudad de San Luis Potosí. LA LIBERTAD DEL SEÑOR MADERO

San Luis Potosí, Julio 18. —Poco antes de las nueve de la mañana de hoy llegó al Juzgado de Distrito, convenientemente custodiado, don Francisco I. Madero, quien momentos antes había sido sacado de la Penitenciaría y llevado a pie, por haberlo pedido él así, por las calles de la ciudad, que median entre el edificio celular y el Juzgado Federal, donde iba a resolverse la más sensacional diligencia de este proceso. El señor Madero manifestó a sus custodios que deseaba lo llevaran a pie para hacer ejercicio, pues la estancia en la prisión lo tenía inactivo y deseaba andar. A la hora citada dio principio la audiencia, en la que estuvieron presentes los defensores del acusado, el Agente del Ministerio Público, el Juez de Distrito, licenciado Ortiz, y el Secretario del mismo, licenciado Betancourt. También se encontraba en el local del Juzgado, la esposa del señor Madero, y otras varias personas; así como el procesado señor Madero. La defensa no tuvo nada qué alegar, y sólo ratificó los escritos presentados con anterioridad a esta audiencia, y uno nuevo, que entregó al señor Juez, momentos antes, en que se manifestaba al referido funcionario que el domicilio de la familia Madero, para los efectos de la ley, era la casa número siete, de la calle del Apartado. Esto se hizo con objeto de que no hubiera impedimento alguno para conceder la libertad caucional al candidato antirreeleccionista. El señor Agente del Ministerio Público estuyo conforme en que se concediera al procesado la libertad que solicita. El señor Juez de Distrito en vista del pedimento de las partes resolvió que era de otorgarse al procesado Madero la gracia que solicitaba, y que fijaba la cantidad de ocho mil pesos para la caución, que había de depositarse antes de verificarse la excarcelación del procesado. Con esto terminó la audiencia, faltando sólo para que Madero recobre su libertad, llenar los requisitos necesarios para la fianza, esto es, que el fiador vaya al Juzgado y se constituya responsable ante el Juez, por la suma que se ha fijado como caución. Cuando Madero salió del local del Juzgado, un grupo numeroso de

antirreeleccionistas, estudiantes en su mayor parte, aplaudieron estrepitosamente al candidato independiente, vitoreándolo desde allí hasta la Penitenciaría, a donde fue conducido en carruaje con objeto de que el trayecto fuera recorrido lo más violentamente posible. Mientras esas escenas se desarrollaban en el patio y en los corredores de Palacio, en el despacho del señor Juez se tramitaba lo que faltaba del incidente; pero al oír el señor Juez los aplausos y vivas a Madero, creyó que al salir él, también sería aclamado, y para evitar semejante excitación, que lo hubiera compelido a obrar de otro modo, suspendió toda diligencia sobre Madero, manifestando a la defensa que continuaría practicando lo que hacía falta, por la tarde. De este modo se alejaron los defensores de Madero, y éstos recomendaron a los estudiantes que suprimieran los vivas y aplausos para su candidato, porque esto le sería tal vez perjudicial en estos momentos, en que aún depende su suerte del Juez de Distrito. Ha circulado esta tarde el alarmante rumor de que este funcionario, alarmado por las manifestaciones de esta mañana en favor de Madero, retardará por algunos días la resolución del asunto; pero según informa la defensa, ya es imposible que pusiera obstáculos para conceder esa libertad, puesto que ya resolvió que era de otorgarse, y sólo falta que el fiador se constituya tal para que surta sus efectos el fallo. Por si hubiere dificultades, esto es, por si el Juzgado no aceptase de fiador al señor José María Quijano, que es la persona propuesta, la defensa tiene ya apalabradas a otras personas solventes para que por esta causa no sea retenido en la prisión su cliente, el señor Madero. De todos modos, la defensa allanará todas las dificultades para que Madero recobre su libertad mañana mismo. Hasta las cuatro de la tarde de hoy se efectuó la audiencia para la libertad caucional del “leader” antirreeleccionista, señor licenciado don Roque Estrada. Estuvieron presentes también el Ministerio Público y el defensor pasante de Derecho don Pedro Antonio Santos. El Agente tampoco se opuso en este incidente a que se concediera la libertad caucional que solicitaba Estrada, y el Juez resolvió de conformidad, señalando la suma de dos mil pesos como fianza. Los requisitos necesarios serán llenados mañana mismo. En cuanto se reconocieron las resoluciones del Juez, respecto de Madero y Estrada, se pusieron telegramas a sus familias, dándoles cuenta del resultado favorable de la audiencia.

A las seis de la tarde Madero comenzó a recibir telegramas de felicitación, de todas partes de la República.[*]

[*] T. F. Serrano, Episodios de la Revolución en México, pp. 35 a 38. Modern Printing. El Paso, Texas, 1911.

Telegrama del señor Enrique Ornelas, cónsul de México en San Antonio, Texas, informando de las actividades del Grupo Maderista, así como de la estancia del señor Sánchez Azcona en la imprenta de Paulino Martínez, editor del Monitor Democrático.

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[A.R.E., L-E-610] Telegrama del Cónsul de San Antonio, Texas. 23 de julio de 1910. Infórmaseme que encuéntranse aquí varios individuos excitando elemento revoltoso en nombre grupo Madero. Díceseme que estos individuos han distribuido armas y caballada en esta ciudad y muchos puntos de Texas. Juan Sánchez Azcona está aquí pasando los días enteros en la imprenta de Paulino Martínez, editor del Monitor Democrático, órgano Madero. Procuro empeñosamente conseguir datos exactos. Quizás convenga emplear gente de confianza de este Consulado para vigilancia. Suplícole telegrafiarme instrucciones. Enrique Ornelas

Manifiesto del señor Aquiles Serdán, fechado en la Sierra de Oaxaca, protestando por el triunfo reeleccionista que mutuamente se suponían los Porfiristas y Corralistas, detentadores del pueblo.

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[A.I.F.]

FE Y CIVISMO El resultado de las elecciones pasadas es sencillamente el cínico bandidaje ahogando al derecho, lo que de ninguna manera constituye un triunfo. ¡Se engañan o pretenden engañarnos a nosotros los Corralistas y Porfiristas al asegurarlo así! Ni aún el Congreso declarando electas esas candidaturas puede dar la última palabra, pues dicho Congreso no representa la soberanía popular. El Partido Antirreeleccionista lo ha comprendido así y sigue trabajando con firmeza, pues tiene la seguridad de que nuestra causa será la que triunfará. Somos hombres de fe. Mientras tengamos un Madero y un pueblo que ha empezado a tener conciencia de su fuerza cuando le asiste el derecho, cuando hombres que antes por preocupaciones religiosas se mantenían divididos y que hoy nuestro Partido los ha unido y han olvidado sus rencores, cuando vemos a nuestras valientes mexicanas ayudarnos en la lucha y aun estimularnos, quién duda, quién podrá dudar del triunfo, cómo podremos declarar ser los vencidos. Osadía es de nuestros enemigos el provocarnos. Sigamos adelante enarbolando el pendón de la libertad y en el combate de la razón contra el abuso y del derecho contra la iniquidad, habremos de salir victoriosos a despecho de los Gobernadores, Jefes Políticos y esbirros, dóciles instrumentos del Dictador, porque ante las libertades de un pueblo y los grandes intereses de una nación, se alza únicamente el egoísmo de un puñado de malos mexicanos que pretenden sentar junto de Hidalgo y de Juárez, a uno de los tiranos más vulgares de la América Latina. Nos reímos de la hosana del triunfo que mutuamente se suponen los Porfiristas y Corralistas, porque ese triunfo ha manchado una vez más el poco brillo que les quedaba de prestigio a sus ídolos. Hay derrotas que enaltecen y triunfos que avergüenzan, y a este género pertenece el que han conquistado para loor a quienes deifican con

ridículas adoraciones. El pueblo no podía reelegir al general Díaz, porque durante toda su administración ha probado que para él la ley no tiene más valor que el papel en que se imprime y mucho menos reelegir a Corral ni elegir a Dehesa siendo hechuras suyas y que tanto uno como el otro no se cansan de proclamar su gran adhesión hacia dicho Primer Magistrado. Ya estamos cansados de Río Blanco, Tepames y Tehuitzingo; no queremos leer más “El Debate”, “Imparciales” y otros que forman unidos un padrón de ignominia frente a la civilización contemporánea y que serán la vergüenza de nuestra historia. La honorabilidad de personajes que debían respetarse, ha sido para ellos un mito, se han valido de ciegos instrumentos que procesen y calumnien, que difamen y escandalicen sin el menor respeto al buen nombre de México, puesto que viven entre nosotros extranjeros. ¿Acaso piensan que el general Díaz ha comprado a la Nación, para que la siga gobernando a su albedrío, por toda la vida él y sus funestos amigos incondicionales de hoy? ¡Abajo los Porfiristas, atrás los Científicos y Dehesistas; todos ellos son los detentadores del pueblo! Nosotros, en el estandarte de la libertad que enarbolamos, hemos escrito el nombre de un ciudadano probo y valiente, el de Francisco I. Madero, del cual no pretendemos hacer un semi-dios como de sus candidatos nuestros contrarios, pero estamos resueltos a no abandonar la lucha hasta no ver en las manos de este gran ciudadano las riendas del poder, pues él encarna nuestras aspiraciones. No entonéis el hosana del triunfo, señores porfiristas o corralistas, que aún no hemos los antirreeleccionistas quemado el último cartucho… Aquiles Serdán Sierra de Oaxaca, 10 de agosto de 1910.[*]

[*] T. F. Serrano, Episodios de la Revolución en México, pp. 41 a 43. Modern Printing, El Paso, Texas, 1911.

Alocución pronunciada por la señorita Virginia Valdez, en la sesión del Club Femenil “Sara Pérez de Madero”, en la ciudad de Puebla, refiriéndose a la participación de la mujer en la cosa pública.

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[A.I.F.]

[Tomada de la hoja volante intitulada: La No Reelección. 2ª época. No. 38. Puebla, 20 de agosto de 1910] ALOCUCIÓN de la señorita Virginia Valdez pronunciada en la Sesión del Club Femenil “Sara Pérez de Madero” Señora Presidenta, Queridas compañeras y ciudadanos: Soy muy joven para poder apreciar en todo su valor la significación política de este hecho glorioso en nuestra Patria, me refiero a la participación de la mujer en la cosa pública. Yo siento ánimo para contribuir con vosotras; no quiero ser una simple espectadora de los nobles esfuerzos de mis conciudadanos en la terrible cruzada que han emprendido contra los partidarios de la esclavitud de la mujer y de la del pueblo, al que le impiden que se eleve y le ponen el medio de que siga mil pasiones que degradan y envilecen; y porque deseo además, dar una prueba de lo que pueden el trabajo, y la voluntad y la gratitud, y el sentimiento que atesoramos y, sobre todo, el de hermosa libertad que tanto deseamos en nuestra querida Patria. Me siento satisfecha de encontrarme afiliada en el Partido AntiReeleccionista, ansío ver a mis pies hecha girones la infame bandera de la tiranía y el despotismo. Me lleno de noble orgullo al saber que hay… [*] ndo contrario que lucha por conquistar… completa, por hacer conocer al pue… os para que sea respetado y por… en sitio preeminente prodi… idados y educándalo para…

do lugar en la sociedad; y… cumpla los altos fines de… luminoso que la ilumi… nar de la existencia: la… guíe en el proceloso… las pasiones: la piedra…

[*]

Los puntos suspensivos indican que el documento se encuentra mutilado.

Reanudación de las diligencias en el proceso seguido a don Francisco I. Madero. Negativa de la Suprema Corte de Justicia, al amparo interpuesto por su defensor, contra el auto que mandó trasladarlo de la penitenciaría de Monterrey a la cárcel de San Luis Potosí.

30

[A.I.F.]

[Tomado de la hoja volante intitulada: La No Reelección, 21 de septiembre de 1910] EL PROCESO DEL SEÑOR MADERO Se han reanudado las diligencias en el proceso seguido al señor Francisco I. Madero, que se habían suspendido con motivo de las fiestas del Centenario. Se efectuó un careo con uno de los testigos de cargo. La Corte Suprema de Justicia de la Nación negó el amparo que interpuso la defensa del señor Francisco I. Madero, contra el auto que mandó trasladarlo de la Penitenciaría de Monterrey a la cárcel de San Luis Potosí, para que en este último lugar se resolvieran los procesos acumulados que se le instruyen.

Comentarios de “un poblano que hasta el 15 de septiembre de 1910 fue reeleccionista”, con motivo de la deportación de ciudadanos antirreeleccionistas, por haber lanzado vivas a la libertad y a Madero, la noche del 15.

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[Tomados de la hoja volante intitulada: La No Reelección. 2ª época. No. 62. Puebla, 27 de septiembre de 1910] ANTIRREELECCIONISTAS DEPORTADOS La noche del 23 del presente fueron conducidos a los ferrocarriles, con destino, según parece a Quintana Roo, grupos numerosos de ciudadanos que fueron arrancados de sus hogares y obligados a dejar en el abandono a sus seres más queridos, por haber gritado la noche del 15, en un momento de entusiasmo en que olvidaron que son esclavos, vivas a la Libertad y a Madero. A los lados de los grupos caminaban mujeres y niños llorando desesperados, publicando las injusticias de que son víctimas, y deseando en esos momentos tener poder bastante para arrancar no de los soldados custodios, sino de la tiranía hoy extendida como sombra de maleficio sobre nuestro infortunado país. Cuando presenciaba esas escenas de dolor sentía desgarrarse mi corazón: muchas de las señoras y señoritas que habitan en el trayecto recorrido por los reos políticos y que con amargura contemplan a éstos, casi se desmayaban y con amargo llanto, con la proverbial religiosidad con que siempre se han distinguido nuestras bellas poblanas elevaban sus hermosos ojos al cielo pidiendo piedad. Pero no más lágrimas, pues quizá muy pronto brille el sol de nuestra Libertad. Estos mártires de la democracia son los apóstoles que envía Dios para que defiendan el evangelio de la Libertad por todo el país; son los conductores de la chispa eléctrica que fulminará los tronos del terror; son las semillas de la hermosísima planta del civismo, que esparcidas por el viento poblarán en un término muy corto nuestra adorada República: No más lágrimas, Dios protege las causas santas. TENGAMOS FE.

Un poblano que hasta el 15 de septiembre de 1910 fue reeleccionista.

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Plan de San Luis, firmado por don Francisco I. Madero en San Antonio, Tex., el 5 de octubre de 1910. [Roque Estrada. “La Revolución y Francisco I. Madero. Primera, segunda y tercera etapas”. 1ª Ed. Guadalajara. Talleres de la Imp. Americana. 1912. pp. 308 y 309] [A.I.F.]

PLAN DE SAN LUIS Los pueblos, en su esfuerzo constante porque triunfen los ideales de libertad y justicia, se ven precisados en determinados momentos históricos a realizar los mayores sacrificios. Nuestra querida Patria ha llegado a uno de esos momentos; una tiranía que los mexicanos no estábamos acostumbrados a sufrir, desde que conquistamos nuestra independencia, nos oprime de tal manera, que ha llegado a hacerse intolerable. En cambio de esta tiranía se nos ofrece la paz; pero es una paz vergonzosa para el pueblo mexicano, porque no tiene por base el derecho, sino la fuerza; porque no tiene por objeto el engrandecimiento y prosperidad de la patria, sino enriquecer a un pequeño grupo que abusando de su influencia, ha convertido los puestos públicos en fuente de beneficios exclusivamente personales, explotando sin escrúpulos las concesiones y contratos lucrativos. Tanto el Poder Legislativo como el Judicial, están completamente supeditados al Ejecutivo; la división de los poderes, la soberanía de los estados, la libertad de los Ayuntamientos y los derechos del ciudadano, sólo existen escritos en nuestra Carta Magna; pero de hecho, en México, casi puede decirse que reina, constantemente la Ley Marcial; la justicia, en vez de impartir su protección al débil, sólo sirve para legalizar los despojos que comete el fuerte; los jueces en vez de ser los representantes de la Justicia, son agentes del Ejecutivo, cuyos intereses sirven fielmente; las Cámaras de la Unión no tienen otra voluntad que la del Dictador, los Gobernadores de los estados son designados por él y ellos a su vez designan e imponen de igual manera las autoridades municipales. De eso resulta que todo el engranaje administrativo, judicial y legislativo, obedecen a una sola voluntad, al capricho del general Porfirio

Díaz, quien en su larga administración ha demostrado que el principal móvil que lo guía es mantenerse en el poder a toda costa. Hace muchos años se siente en toda la República profundo malestar debido a tal régimen de Gobierno; pero el general Díaz, con gran astucia y perseverancia, había logrado aniquilar todos los elementos independientes de manera que no era posible organizar ninguna clase de movimiento para quitarle el poder de que tan mal uso hacía. El mal se agravaba constantemente y el decidido empeño del general Díaz de imponer a la Nación un sucesor, y siendo este el señor Ramón Corral, llevó ese mal a su colmo y determinó que muchos mexicanos, aunque carentes de reconocida personalidad política, puesto que había sido imposible labrársela durante 36 años de dictadura, nos lanzáramos a la lucha intentando reconquistar la soberanía del pueblo y sus derechos, en el terreno netamente democrático. Entre otros partidos que tendían al mismo fin, se organizó el Partido Nacional Antirreeleccionista proclamando los principios de SUFRAGIO EFECTIVO Y NO REELECCIÓN, como únicos capaces de salvar a la República del inminente peligro con que la amenazaba la prolongación de una dictadura cada día más onerosa, más despótica y más inmoral. El Pueblo Mexicano secundó eficazmente a ese partido y respondiendo al llamado que se le hizo, mandó a sus representantes a una Convención en la que también estuvo representado el Partido Nacional Democrático, que asimismo interpretaba los anhelos populares. Dicha Convención designó sus candidatos para la Presidencia y Vicepresidencia de la República, recayendo esos nombramientos en el señor doctor Francisco Vázquez Gómez y en mí, para los cargos respectivos de Vicepresidente y Presidente de la República. Aunque nuestra situación era sumamente desventajosa porque nuestros adversarios contaban con todo el elemento oficial, en el que se apoyaban sin escrúpulos, creímos de nuestro deber, para mejor servir la causa del pueblo, aceptar tan honrosa designación. Imitando las sabias costumbres de los países republicanos, recorrí parte de la República haciendo un llamamiento a mis compatriotas. Mis jiras fueron verdaderas marchas triunfales pues por do quiera el pueblo electrizado con las palabras mágicas de SUFRAGIO EFECTIVO Y NO REELECCIÓN daba pruebas evidentes de su inquebrantable resolución de obtener el triunfo de tan salvadores principios. Al fin llegó un momento en que el general Díaz se dio cuenta de la verdadera situación de la República y comprendió que no podía luchar ventajosamente conmigo en el campo de la Democracia, y me mandó reducir a prisión antes de las elecciones, las que se llevaron a cabo

excluyendo al pueblo de los comicios por medio de la violencia, llenando las prisiones de ciudadanos independientes y cometiendo los fraudes más desvergonzados. En México, como República democrática, el poder público no puede tener otro origen ni otra base que la voluntad nacional y ésta no puede ser supeditada a fórmulas llevadas a cabo de un modo fraudulento. Por este motivo el pueblo mexicano ha protestado contra la ilegalidad de las últimas elecciones; y queriendo emplear sucesivamente todos los recursos que ofrecen las leyes de la República, en la debida forma, pidió la nulidad de las elecciones ante la Cámara de Diputados, a pesar de que no reconocía al dicho cuerpo un origen legítimo y de que sabía de antemano que no siendo sus miembros representantes del pueblo, sólo acatarían la voluntad del general Díaz a quien exclusivamente deben su investidura. En tal estado las cosas el pueblo, que es el único soberano, también protestó de un modo enérgico contra las elecciones en imponentes manifestaciones llevadas a cabo en diversos puntos de la República, y si éstas no se generalizaron en todo el territorio nacional, fue debido a la terrible presión ejercida por el gobierno, que siempre ahoga en sangre cualquier manifestación democrática, como pasó en Puebla, Veracruz, Tlaxcala, México y otras partes. Pero esta situación violenta e ilegal no puede subsistir más. Yo he comprendido muy bien que si el pueblo me ha designado como su candidato para la Presidencia, no es porque haya tenido la oportunidad de descubrir en mí las dotes del estadista o del gobernante, sino la virilidad del patriota resuelto a sacrificarse, si es preciso, con tal de conquistar la libertad y ayudar al pueblo a librarse de la odiosa tiranía que lo oprime. Desde que me lancé a la lucha democrática sabía muy bien que el general Díaz no acataría la voluntad de la Nación, y el noble Pueblo Mexicano, al seguirme a los comicios, sabía también perfectamente el ultraje que le esperaba; pero a pesar de ello, el pueblo dio para la causa de la libertad un numeroso contingente de mártires cuando éstos eran necesarios, y con admirable estoicismo concurrió a las casillas a recibir toda clase de vejaciones. Pero tal conducta era indispensable para demostrar al mundo entero que el Pueblo Mexicano está apto para la democracia, que está sediento de libertad, y que sus actuales gobernantes no responden a sus aspiraciones. Además, la actitud del pueblo antes y durante las elecciones, así como después de ellas, demuestra claramente que rechaza con energía al

gobierno del general Díaz y que si se hubieran respetado esos derechos electorales, hubiese sido yo electo para la Presidencia de la República. En tal virtud, y haciéndome eco de la voluntad nacional, declaro ilegales las pasadas elecciones y quedando por tal motivo la República sin gobernantes legítimos, asumo provisionalmente la Presidencia de la República mientras el pueblo designa conforme a la ley sus gobernantes. Para lograr este objeto es preciso arrojar del poder a los audaces usurpadores que por todo título de legalidad ostentan un fraude escandaloso e inmoral. Con toda honradez declaro que consideraría una debilidad de mi parte y una traición al pueblo que en mí ha depositado su confianza, no ponerme al frente de mis conciudadanos, quienes ansiosamente me llaman, de todas partes del país, para obligar al general Díaz, por medio de las armas, a que respete la voluntad nacional. El Gobierno actual, aunque tiene por origen la violencia y el fraude, desde el momento que ha sido tolerado por el pueblo, puede tener para las naciones extranjeras ciertos títulos de legalidad hasta el 30 del mes entrante en que expiran sus poderes; pero como es necesario que el nuevo gobierno dimanado del último fraude no pueda recibirse ya del poder, o por lo menos se encuentre con la mayor parte de la Nación protestando con las armas en la mano, contra esa usurpación, he designado el domingo 20 del entrante noviembre, para que de las seis de la tarde en adelante, todas las poblaciones de la República se levanten en armas bajo el siguiente

PLAN 1o. Se declaran nulas las elecciones para Presidente y Vicepresidente de la República, magistrados a la Suprema Corte de la Nación y diputados y senadores, celebradas en junio y julio del corriente año. 2o. Se desconoce al actual Gobierno del Gral. Díaz, así como a todas las autoridades cuyo poder debe dimanar del voto popular, porque además de no haber sido electas por el pueblo, han perdido los pocos títulos que podían tener de legalidad, cometiendo y apoyando con los elementos que el pueblo puso a su disposición para la defensa de sus intereses, el fraude electoral más escandaloso que registra la historia de México. Para evitar hasta donde sea posible los trastornos inherentes a todo movimiento revolucionario, se declaran vigentes, a reserva de reformar

oportunamente por los medios constitucionales, aquellas que requieran reformas, todas las leyes promulgadas por la actual administración y sus reglamentos respectivos, a excepción de aquellas que manifiestamente se hallen en pugna con los principios proclamados en este plan. Igualmente se exceptúan las leyes, fallos de tribunales y decretos que hayan sancionado las cuentas y manejos de fondos de todos los funcionarios de la administración porfirista en todos los ramos; pues tan pronto como la revolución triunfe se iniciará la formación de comisiones de investigación para dictaminar acerca de las responsabilidades en que hayan podido incurrir los funcionarios de la Federación, los estados y de los municipios. En todo caso serán respetados los compromisos contraídos por la administración porfirista con gobiernos y corporaciones extranjeros antes del 20 del entrante. Abusando de la ley de terrenos baldíos numerosos pequeños propietarios, en su mayoría indígenas, han sido despojados de sus terrenos por acuerdo de la Secretaría de Fomento: o por fallos de los tribunales de la República. Siendo de toda justicia restituir a sus antiguos poseedores los terrenos de que se les despojó de un modo tan arbitrario, se declaran sujetas a revisión tales disposiciones y fallos y se les exigirá a los que los adquirieron de un modo tan inmoral o a sus herederos, que los restituyan a sus primitivos propietarios, a quienes pagarán también una indemnización por los perjuicios sufridos. Sólo en caso de que esos terrenos hayan pasado a tercera persona antes de la promulgación de este Plan, los antiguos propietarios recibirán indemnización de aquellos en cuyo beneficio se verificó el despojo. 4o. Además de la Constitución y leyes vigentes, se declara Ley Suprema de la República el principio de NO REELECCIÓN del Presidente y Vicepresidente de la República, de los Gobernadores de los estados y de los Presidentes Municipales, mientras se hagan las reformas constitucionales respectivas. 5o. Asumo el carácter de Presidente Provisional de los Estados Unidos Mexicanos con las facultades necesarias para hacer la guerra al Gobierno usurpador del general Díaz. Tan pronto como la capital de la República y más de la mitad de los estados de la Federación estén en poder de las fuerzas del Pueblo, el Presidente Provisional convocará a elecciones generales extraordinarias para un mes después y entregará el poder al Presidente que resulte electo, tan luego como sea conocido el resultado de la elección. 6o. El Presidente Provisional, antes de entregar el poder, dará cuenta al Congreso de la Unión del uso que haya hecho de las facultades que le

confiere el presente Plan. 7o. El día 20 de noviembre, desde las seis de la tarde en adelante, todos los ciudadanos de la República tomarán las armas para arrojar del poder a las autoridades que actualmente gobiernan. Los pueblos que estén retirados de las vías de comunicación, lo harán desde la víspera. 8o. Cuando las autoridades presenten resistencia armada, se les obligará por la fuerza de las armas a respetar la voluntad popular, pero en este caso las leyes de la guerra serán rigurosamente observadas llamándose especialmente la atención sobre las prohibiciones relativas a no usar balas explosivas ni fusilar a los prisioneros. También se llama la atención respecto al deber de todo mexicano de respetar a los extranjeros en sus personas e intereses. 9o. Las autoridades que opongan resistencia a la realización de este Plan serán reducidas a prisión para que se les juzgue por los tribunales de la República cuando la revolución haya terminado. Tan pronto como cada ciudad o pueblo recobre su libertad, se reconocerá como autoridad legítima provisional, al principal jefe de las armas, con facultad de delegar sus funciones en algún otro ciudadano caracterizado, quien será confirmado en su cargo o removido por el Gobernador Provisional. Una de las principales medidas del Gobierno Provisional será poner en libertad a todos los presos políticos. 10o. El nombramiento de Gobernador Provisional de cada Estado que haya sido ocupado por las fuerzas de la revolución, será hecho por el Presidente Provisional. Este Gobernador tendrá la estricta obligación de convocar a elecciones para Gobernador Constitucional del Estado tan pronto como sea posible, a juicio del Presidente Provisional. Se exceptúan de esta regla los estados que de dos años a esta parte han sostenido campañas democráticas para cambiar de gobierno, pues en éstos se considerará como Gobernador Provisional al que fue candidato del pueblo siempre que se adhiera activamente a este plan. En caso de que el Presidente Provisional no haya hecho el nombramiento de Gobernador, que este nombramiento no haya llegado a su destino o bien que el agraciado no aceptara por cualquier circunstancia, entonces el Gobernador será designado por votación de todos los jefes de las armas que operen en el territorio del Estado respectivo a reserva de que su nombramiento sea ratificado por el Presidente Provisional tan pronto como sea posible. 11o. Las nuevas autoridades dispondrán de todos los fondos que se encuentren en todas las oficinas públicas para los gastos ordinarios de la administración; para los gastos de la guerra, contratarán empréstitos

voluntarios o forzosos. Estos últimos sólo con ciudadanos o instituciones nacionales. De estos empréstitos se llevará una cuenta escrupulosa y se otorgarán recibos en debida forma a los interesados a fin de que al triunfar la revolución se les restituya lo prestado.

TRANSITORIO A. Los jefes de las fuerzas voluntarias tomarán el grado que corresponda al número de fuerzas a su mando. En caso de operar fuerzas voluntarias y militares unidas, tendrá el mando de ellas el Jefe de mayor graduación, pero en caso de que ambos jefes tengan el mismo grado, el mando será del Jefe militar. Los jefes civiles disfrutarán de dicho grado mientras dure la guerra, y una vez terminada, esos nombramientos, a solicitud de los interesados, se revisarán por la Secretaría de Guerra que los ratificará en su grado o los rechazará según sus méritos. B. Todos los jefes, tanto civiles como militares, harán guardar a sus tropas la más estricta disciplina, pues ellos serán responsables ante el Gobierno Provisional, de los desmanes que cometan las fuerzas a su mando salvo que justifiquen no haberles sido posible contener a sus soldados y haber impuesto a los culpables el castigo merecido. Las penas más severas serán aplicadas a los soldados que saqueen alguna población o que maten a prisioneros indefensos. C. Si las fuerzas y autoridades que sostienen al general Díaz fusilan a los prisioneros de guerra, no por eso y como represalias se hará lo mismo con los de ellos que caigan en poder nuestro; pero en cambio serán fusilados dentro de las veinticuatro horas y después de un juicio sumario, las autoridades civiles o militares al servicio del general Díaz, que una vez estallada la revolución hayan ordenado, dispuesto en cualquiera forma, transmitido la orden o fusilado a alguno de nuestros soldados. De esa pena no se eximirán ni los más altos funcionarios, la única excepción será el general Díaz y sus ministros, a quienes en caso de ordenar dichos fusilamientos o permitirlos, se les aplicará la misma pena, pero después de haberlos juzgado por los tribunales de la República, cuando ya haya terminado la Revolución. En caso de que el general Díaz disponga que sean respetadas las leyes de guerra, y que se trate con humanidad a los prisioneros que caigan en sus manos, tendrá la vida salva; pero de todos modos deberá responder ante los tribunales de cómo ha manejado los caudales de la Nación y de

cómo ha cumplido con la ley. D. Como es requisito indispensable en las leyes de la guerra que las tropas beligerantes lleven algún uniforme o distintivo y como sería difícil uniformar a las numerosas fuerzas del pueblo que van a tomar parte en la contienda, se adoptará, como distintivo de todas las fuerzas libertadoras, ya sean voluntarios o militares, un listón tricolor: en el tocado o en el brazo. CONCIUDADANOS: Si os convoco para que toméis las armas y derroquéis al gobierno del general Díaz, no es solamente por el atentado que cometió durante las últimas elecciones, sino para salvar a la Patria del porvenir sombrío que le espera continuando bajo su dictadura y bajo el gobierno de la nefanda oligarquía científica, que sin escrúpulo y a gran prisa están absorbiendo y dilapidando los recursos nacionales, y si permitimos que continúe en el poder, en un plazo muy breve habrán completado su obra; habrá llevado al pueblo a la ignominia y lo habrá envilecido; le habrán chupado todas sus riquezas y dejado en la más absoluta miseria; habrán causado la bancarrota de nuestra Patria, que débil, empobrecida y maniatada, se encontrará inerme para defender sus fronteras, su honor y sus instituciones. Por lo que a mí respecta, tengo la conciencia tranquila y nadie podrá acusarme de promover la revolución por miras personales, pues está en la conciencia nacional que hice todo lo posible para llegar a un arreglo pacífico y estuve dispuesto hasta a renunciar mi candidatura siempre que el general Díaz hubiese permitido a la Nación designar aunque fuese al Vicepresidente de la República; pero dominado por incomprensible orgullo y por inaudita soberbia, desoyó la voz de la Patria y prefirió precipitarla en una revolución antes de ceder un ápice, antes de devolver al pueblo un átomo de sus derechos, antes de cumplir aunque fuese en las postrimerías de su vida, parte de las promesas que hizo en La Noria y Tuxtepec. Él mismo justificó la presente revolución cuando dijo: “Que ningún ciudadano se imponga y perpetúe en el ejercicio del poder y ésta será la última revolución.” Si en el ánimo del general Díaz hubiesen pesado más los intereses de la Patria que los sórdidos intereses de él y de sus consejeros, hubiera evitado esa revolución, haciendo algunas concesiones al pueblo; pero ya que no lo hizo… ¡tanto mejor! el cambio será más rápido y más radical, pues el pueblo mexicano, en vez de lamentarse como un cobarde, aceptará como un valiente el reto, y ya que el general Díaz pretende apoyarse en la fuerza bruta para imponerle un yugo ignominioso, el pueblo recurrirá a esa fuerza para sacudir ese yugo, para arrojar a ese hombre

funesto del poder y para reconquistar su libertad. San Antonio, Texas, octubre 5 de 1910. Francisco I. Madero.

Proclama de don Francisco I. Madero, suscrita en San Luis Potosí, invitando al Ejército para ir a su lado en defensa de la causa del pueblo, y no ser sostén inconsciente de la tiranía del Gral. Porfirio Díaz.

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[Fuentes para la historia de la Revolución Mexicana, I. Planes Políticos, y otros documentos, 1954] PROCLAMA DE FRANCISCO I. MADERO “AL EJÉRCITO LIBERTADOR” [Documento tomado de Memorias Políticas. Dr. Francisco Vázquez Gómez (Imprenta Mundial), 1933, Fuente: Biblioteca de Hacienda. Colocación: 323.2(72) V. A-38827. Pág. 61] Conciudadanos: La larga y oprobiosa tiranía del general Porfirio Díaz, que el pueblo ha soportado en su anhelo de conservar la paz, ha hecho que a éste se le calumnie, diciendo que es servil y cobarde; y a vosotros, a los que lleváis el uniforme, también se os ha calumniado considerándoos como los verdugos del pueblo, como los sostenedores del dictador. Pero el día de la emancipación ha llegado; el 20 del entrante todo el pueblo, y una gran parte del ejército que está ya de acuerdo, se levantará en armas para derrocar al Gobierno ilegal y tiránico del general Díaz. El triunfo de la revolución es inevitable, pero de vosotros depende que sea más o menos rápido, que se derrame mayor o menor cantidad de sangre, que conquistéis vosotros mismos más pronto vuestra libertad, pues bien sabido es que vosotros sois los que más tenéis que sufrir de la dictadura; los soldados, porque sois llevados al servicio militar contra vuestra voluntad; los jefes y oficiales pundonorosos y dignos, porque se ven constantemente postergados, porque en una autocracia como la nuestra el mérito siempre es supeditado al favor, y para ascender en el ejército se necesita conocer el manejo del incensario más que el de la espada. Invito, pues, a todos los soldados y a los jefes y oficiales dignos y

patriotas, para que se unan, desde luego, a nuestro movimiento. De esta manera desmentiréis la calumnia que pesa sobre vosotros de que sois los verdugos del pueblo, y demostraréis que, si estáis orgullosos de pertenecer al ejército mexicano, es porque el ejército es hijo del pueblo, el defensor de sus instituciones y la encarnación de las glorias patrias. Sé muy bien que al venir a nuestro lado para defender la causa del pueblo no os traerá otro móvil que el defender las instituciones que en los actuales momentos por que atraviesa la Patria están encarnadas en mí, designado por la voluntad nacional para gobernar a la República; pero, a pesar de ello, necesitando la revolución del servicio de gran número de jefes y oficiales y como una recompensa a los que vengan a sus filas para hacer que triunfen más pronto los principios salvadores que proclama, se reconocerá a todos los jefes militares que se pasen con fuerzas superiores a las de su mando, el grado que corresponde al número de estas fuerzas. A los demás oficiales, ya sea que acompañen a estos oficiales o que aisladamente se pasen al campo independiente de un modo espontáneo, antes del 5 de diciembre, se les reconocerá el grado inmediato superior. A los oficiales que se pasen a las fuerzas libertadoras después de esta fecha, solamente se les reconocerán sus grados y distinciones, así como a aquellos que lo hagan en presencia de fuerzas independientes muy superiores. Una vez terminada la revolución se dará de baja a los soldados enganchados en contra de su voluntad, y que soliciten retirarse del ejército. Soldados de la República: Recordad que la misión del ejército es defender las instituciones y no la de ser el sostén inconsciente de la tiranía; por tal motivo, escoged: o bien seguiréis sosteniendo al Gobierno tiránico y usurpador del general Díaz, que promete a la Patria una era de luto, de dolor y de ignominia, o bien os venís conmigo, que en los actuales momentos encarno las aspiraciones populares; que por la voluntad de mis conciudadanos sería su legítimo gobernante y que ayudado por vosotros y por todos mis conciudadanos, y cumpliendo fielmente mi programa político, indudablemente labraremos la felicidad de la Patria, y por el camino de la Constitución, de la libertad y de la justicia, la llevaremos a ocupar el alto puesto que merece entre las naciones civilizadas. Soldados: es cierto que no pertenezco al noble gremio militar; pero tampoco es militar el señor Corral, que de hecho es el gobernante de México en los actuales momentos. Sobre todo, tened la seguridad de que el día señalado para que el pueblo mexicano se levante como un solo hombre contra sus opresores, estaré entre vosotros y sabré demostrar que,

aunque no pertenezco a vuestro gremio, admiro vuestras virtudes y sabré poner en práctica el ejemplo de los héroes que nos legaron independencia y libertad y, como ellos, sabré luchar con valor sin que me arredren las balas de los enemigos del pueblo y, por lo menos, sabré encontrar una muerte gloriosa defendiendo al lado vuestro las instituciones republicanas. Venid, pues, a nuestro lado, engrosad las filas de las revolución y voltead las armas contra el enemigo común, contra el tirano de toda la nación, en vez de hacer fuego sobre vuestros hermanos, en vez de seguir siendo, contra vuestra voluntad, verdugos al servicio del dictador. Recordad que el general Díaz ha deshonrado vuestra bandera, enseña de la Patria y símbolo del honor militar, haciéndola servir de emblema de la tiranía y de símbolo de opresión al pueblo, al cual os ha obligado a asesinar en Veracruz, Orizaba, Valladolid, Tlaxcala y tantas otras partes de la República. Tomad como ejemplo la brillante actitud del ejército portugués que, colaborando eficazmente con el pueblo, logró derrocar a la caduca monarquía para substituirla por el glorioso régimen republicano. El ejemplo lo tenéis cerca: ya veis cómo con su admiración hacia la actitud del ejército portugués, el mundo aprueba su conducta y demuestra que arriba de la consigna militar están los altos intereses de la Patria. Seguid, pues, ese noble ejemplo y recordad que vosotros, antes de ser soldados, sois mexicanos. SUFRAGIO EFECTIVO, NO REELECCIÓN. San Luis Potosí, 5 de octubre de 1910. Nota: El presente plan sólo circulará entre los correligionarios de más confianza, hasta el 15 de noviembre, desde cuya fecha se podrá reimprimir, se divulgará prudentemente desde el 18, y profusamente desde el 20 en adelante. San Luis Potosí, 5 de octubre de 1910.

Detención del señor Gustavo Madero, hermano del candidato antirreeleccionista don Francisco I. Madero, en las oficinas de la Policía Secreta de la ciudad de México.

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[A.I.F.]

[Tomado de una hoja volante intitulada: La No Reelección. 2ª época. Nº 70. Puebla, 11 de octubre de 1910] DETENCIÓN DEL SEÑOR GUSTAVO MADERO Ayer durante todo el día permaneció detenido en las oficinas de la Policía Secreta de México, el señor Gustavo Madero, hermano del candidato antireeleccionista D. Francisco I. Madero. Ignórase la causa de la detención del señor Madero, y sólo por informes de uno de sus familiares se sabe que don Gustavo fue aprehendido anteayer a las ocho y media de la noche, sin que se sepan los motivos. Dicho señor hace poco tiempo regresó de un viaje a Europa a donde fue al arreglo de asuntos comerciales.

Telegrama de don Francisco I. Madero al Lic. José Hinojosa, participándole su arribo a la ciudad de San Antonio, Texas. Conjeturas sobre los móviles que lo obligaron a salir de la República, acompañado del Lic. Roque Estrada.

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[Tomado de una hoja volante intitulada: La No Reelección, 2ª época. No 70. Puebla, 11 de octubre de 1910] [A.I.F.]

NOTICIAS ACERCA DEL SEÑOR MADERO Confírmase la noticia de que el señor Madero pasó a los Estados Unidos. Un diario publica el siguiente telegrama: “San Antonio Texas, octubre 7 de 1910. Señor Lic. José Hinojosa. Veracruz. Tengo satisfacción avisarle hoy piso sin novedad territorio americano. Francisco I. Madero.” Se hacen varias conjeturas sobre los móviles que obligaron a dicho señor a salir de la república. Como se sabe, el señor Madero estaba en libertad bajo caución por un proceso criminal que nunca se le ha llegado a comprobar, pero como constantemente le están inventando procesos con fútiles pretextos, comprendió el Jefe del Partido anti-reeleccionista que lo único… [*] re es tenerlo sujeto, y prefirió… vigilancia que se le tenía, aunque para ello tuviera que perder la caución que tenía depositada. El Constitucional insertó lo siguiente: “Hemos telegrafiado a San Luis Potosí pidiendo informes acerca de la veracidad de la noticia, dada por un periódico extranjero, de que el señor Francisco I. Madero había llegado a Estados Unidos.” Se nos ha contestado simplemente que no se encuentra en aquella ciudad . …¿Ha sido obligado a abandonar el territorio nacional?… ¿El candidato espontáneamente optó por el destierro para dedicarse a escribir serenamente, tal como nos lo decía, obras de moral e instrucción cívica? Nada puede saberse a punto fijo.

También se dice que acompaña al señor Madero el licenciado Roque Estrada, que estaba procesado por las mismas causas. De cualquiera manera creemos que el señor Madero desde donde esté seguirá trabajando por el triunfo del partido Anti-reeleccionista.

[*]

Los puntos suspensivos indican que está mutilado el documento.

Razonamientos del señor Samuel A. Solís, acerca del porqué no debía disolverse el Partido Antirreeleccionista, hasta que sus aspiraciones, que eran las de la Patria, no estuvieran satisfechas.

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[Tomado de una hoja volante intitulada: La No Reelección. 2a. época. Puebla, 11 de octubre de 1910] EL PARTIDO ANTIRREELECCIONISTA NO PUEDE NI DEBE DISOLVERSE La prensa ministerial que tanto se distinguió en la pasada lucha electoral, en befar, escarnecer y calumniar al Gran Partido Nacional Antirreeleccionista, fingiendo desconocer… [*] programa, pretende hoy con… y mala fe que le es característica, …de dicho partido; fundándose en… nado la lucha electoral, y más aún… dado ya su aprobación la Cámara… es decir declarando reelectos Presidente y Vicepresidente de la República respectivamente a los señores Díaz y Corral; que por lo tanto no tiene ya razón de ser o subsistir el partido. Ahora bien; si el Partido Nacional Anti-reeleccionista fuera personalista (como afectan creerlo nuestros antagonistas los científicos) bien pudiera disolverse, o por lo menos suspender sus trabajos, para continuarlos en la siguiente lucha electoral. Pero como el Partido Nacional Anti-reeleccionista no es personalista, sino que se ha formado respondiendo a una NECESIDAD Nacional no puede ni debe disolverse, aun cuando la Cámara de Diputados haya pronunciado su fallo, porque nuestro partido se ha formado para reintegrar las funciones públicas hoy paralizadas y restablecer a la Nación el régimen constitucional que garantice el funcionamiento orgánico de las instituciones, las libertades públicas y la integridad de la República. Ya ve, pues, la prensa ministerial por qué no puede disolverse nuestro partido; tanto más cuanto que no es a un prócer de la política a quien tratamos de servir, sino a la República, y la República está en pie esperándonos a los partidos, a los verdaderos ciudadanos; sin que hayan podido disgregarnos ni las consignaciones al ejército, la deportación a climas mortíferos, los encarcelamientos ni los asesinatos; sino que por el contrario, lejos de abatirnos, redoblamos nuestras energías, nos unimos más solidariamente y

con mayor vigor y ánimo resuelto, fortalecidos con los primeros embates continuamos irreductibles y serenos la campaña en pro de la democracia, hasta no ver realizado el gobierno del pueblo por el pueblo y el imperio absoluto de la Constitución. Queremos una Patria nueva, libre de toda influencia extranjera y del odioso caciquismo, donde la enseñanza sea obligatoria de hecho y no de dicho, donde el obrero logre cultura práctica, donde el trabajador consuma con su cerebro lo que los parásitos de la Nación le escamotean, donde los estados gocen de la verdadera autonomía; aísle sus fronteras de las concupiscencias del Poder central, donde en el Templo de la Justicia sea desconocido el negocio, donde paguen los burócratas lo que hoy pagan en consumo los infelices desheredados, donde el sufragio sea efectivo, donde en fin el pensamiento y la prensa sean libres. Mientras las aspiraciones del Gran Partido Nacional Anti-reeleccionista que son las de la Patria, no estén satisfechas, nuestro partido no puede disolverse. ¡Mexicanos, saludemos a la nueva Patria del mañana! Samuel A. Solís

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Los puntos suspensivos indican que está mutilado el documento.

Manifiesto de don Francisco I. Madero, expedido en la ciudad de San Antonio, Texas, reclamando del pueblo americano su simpatía y la hospitalidad que los pueblos libres han dispensado siempre a los hombres que en otros países luchan por la libertad, con motivo de la persecución política ejercida en su contra por el gobierno del general Porfirio Díaz.

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[A.R.E. L-E-610]

AL PUEBLO AMERICANO[*] Por Francisco I. Madero Anteayer pisé vuestro suelo libre. Vengo huyendo de mi país gobernado por un déspota que no conoce más ley que su capricho. Vengo de un país hermano vuestro por las instituciones republicanas y por los ideales democráticos, pero que en los actuales momentos se debate contra un gobierno tiránico y lucha por reconquistar sus derechos, sus caras libertades. Si he huido de mi país es porque siendo yo el jefe del movimiento libertador, siendo yo el candidato del pueblo para la Presidencia de la República, atraje sobre mí el odio y las persecuciones de mi rival, del déspota mexicano, del general Porfirio Díaz. Para mí ya no había ley ni jueces que me amparasen, pues la primera era sustituida, como en todo el territorio mexicano, por el capricho del Dictador, y los segundos, por instrumentos seniles del mismo, resultando que el proceso que se me inició y que tenía por base la calumnia oficial, amenazaba prolongarse indefinidamente. El objeto evidente de tal proceso era impedirme luchar por los intereses del pueblo. Tal situación no podía prolongarse pues sobre mí pesa una responsabilidad inmensa: el pueblo mexicano, cansado del gobierno despótico del general Díaz, se fijó en mí para que le sucediera y lo gobernase constitucionalmente, pero al llegarse el día de las elecciones, el general Díaz se valió del poder público para imponerse por la violencia, alejando a los ciudadanos de las casillas y llegando a cometer el fraude más desvergonzado. De esa manera logró el general Díaz reelegirse y hacer que fuera

reelecto para la Vice-Presidencia el señor don Ramón Corral, y logró también reelegir a los diputados designados por él, cometiendo flagrantes irregularidades constitucionales. Mis partidarios, queriendo agotar todos los medios legales, pidieron la nulidad de las elecciones en documentos calzados por más de cien mil firmas que lograron reunirse a pesar de las persecuciones y trabas de todas clases. Su justa petición fue rechazada y el Congreso declaró reelectos para un periodo más al general Porfirio Díaz y al señor don Ramón Corral, para los cargos respectivos de Presidente y Vice-Presidente. Se me podrá decir que el espíritu de partido falsea mi criterio, pero, para justificarme, basta que sepáis que veinte días antes de las elecciones fui reducido a prisión porque según las declaraciones de un policía disfrazado de paisano, había yo protegido la fuga de mi leal compañero de viaje, el licenciado Roque Estrada, cuando que, en vez de fugarse, penetró en mi casa en donde estuvo a la disposición de las autoridades y voluntariamente se entregó al día siguiente, cuando supo el pretexto porque se me había aprehendido. A pesar de esto, no se me puso en libertad y tomando por base las denuncias calumniosas de un agente de mis adversarios políticos, se me detuvo por ultrajes al Presidente de la República y, por último, por sedicioso. Si el general Díaz me redujo a prisión en tales circunstancias, es la prueba más evidente de que consideraba perdida la partida en caso de que yo hubiese continuado libre, y no queriendo someterse a la voluntad nacional, inició con mi prisión una era de persecuciones en todo el territorio de la república. Dispensadme que os hable de mí y de mi país, pero he creído de mi deber hacerlo, desde el momento en que he venido a buscar la hospitalidad en este vuestro país, cuna de la libertad de América, y deseo que sepáis quién es vuestro huésped; deseo que sepáis que vengo a buscar aquí un refugio seguro para proseguir la lucha libertadora, para cumplir con las obligaciones que me imponen tanto mi amor a mi país, como la confianza que mis compatriotas han depositado en mí, con la esperanza de que los salve de la sombría dictadura que por más de treinta años pesa sobre ellos. No vengo a implorar vuestra ayuda; los mexicanos estamos en aptitud de gobernarnos por nosotros mismos y el pueblo mexicano es bastante fuerte para hacer respetar su soberanía; lo único que reclamo de vosotros es la hospitalidad que los pueblos libres han dispensado siempre a los hombres que en otros países luchan por la libertad; lo único que os pido es

la simpatía que siempre os han merecido los pueblos que luchan por la conquista de los derechos de que tan legítimamente os ufanáis y que os proporcionan una felicidad envidiable y un progreso firme y duradero. Por este motivo me dirijo a vosotros por conducto de la “Prensa Asociada”, que ejerce una acción tan benéfica y tan poderosa en vuestro robusto organismo político y social. Aprovecho esta oportunidad para saludar respetuosamente al pueblo americano y a sus dignos gobernantes cuya conducta desearía fuese imitada por los nuestros, a fin de que las contiendas políticas se dirimieran con entera buena fe entre los diversos partidos contendientes; que la voluntad del pueblo fuese respetada y el candidato vencido pudiese estrechar la mano de su adversario vencedor, sin que ello significara una traición a la causa del pueblo, como sería la que yo cometería obrando así en las actuales circunstancias, porque sería tanto como sancionar uno de los fraudes más escandalosos, de los atropellos más inauditos que registra la historia, y permitir que pisoteados los derechos más sagrados del pueblo mexicano siguiera bajo la opresión del actual dictador, cuya soberbia ha llegado hasta el grado de querer imponer su sucesor que, dada su avanzada edad, indudablemente lo será el actual Vice-Presidente de México. Espero que el noble pueblo americano sabrá apreciar mi conducta y comprenderá que es muy justificada mi ambición de conquistar para mi querida patria la felicidad que él disfruta, y que conozco por haber permanecido largas temporadas en su territorio, por vivir muy cerca de él y por conocer su historia tan llena de ejemplos del más puro civismo y del más acendrado amor a la patria. Mi idea no es ser yo quien gobierne a mi país a pesar de ser la voluntad de la inmensa mayoría de mis compatriotas, sino de salvar a mi patria de la tiranía que la oprime y restablecer en ella el imperio de la ley y de la justicia, para que mis compatriotas puedan gozar del bienestar que disfruta este gran pueblo, debido al esfuerzo perseverante de sus mayores y el celo tenaz con que sus ciudadanos han defendido tan preciosa herencia. Francisco I. Madero San Antonio, Texas, octubre 9 de 1910.

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Monitor Democrático. Época 1. No. 29. San Antonio, Texas, octubre 16 de 1910.

Reportazgos publicados en el Monitor Democrático, de San Antonio, Texas, con motivo del viaje de don Francisco I. Madero

38 a los Estados Unidos.

[A.R.E. L-E-610]

EL SEÑOR MADERO SE REFUGIÓ EN LOS ESTADOS UNIDOS. UNA HISTORIA FIEL DE SU VIAJE Y EL DE SUS AMIGOS. SIGUE EL SITIO A LA CASA DEL DOCTOR ZEPEDA[*] Hacia medio día del sábado por virtud de haber recibido mensajes inquiriendo el paradero del señor Madero, el gobierno del Estado y los corresponsales de los principales rotativos metropolitanos, se vino a saber que el candidato a la Presidencia había desaparecido de San Luis, aunque se ignoraba cómo y cuándo.

La noticia en México En la capital de la república el viaje del señor Madero se supo por mensajes de la “Prensa Asociada”, la cual a su vez tuvo conocimiento de ello al darse a conocer el señor Madero en las oficinas de inmigración.

Una buena historia del suceso Lo que hemos logrado indagar sobre el modo como efectuó su viaje don Francisco, allá va. El señor Madero desde hace varios días empezó a hacer diariamente en unión de los señores Peña y licenciado Estrada y probablemente en compañía de alguna otra persona, largas excursiones a pie. Se preparaba. Se le veía salir de su casa muy de mañana y regresar largas horas después, empolvadas las polainas y el calzado, y sudoroso el rostro. Cambiábase ropa después de tomar un baño; comía con gran apetito y empezaba luego en unión de su secretario, el señor de los Ríos, a despachar el gran número de cartas y mensajes que recibía diariamente de sus correligionarios, que le escribían o telegrafiaban de todas partes de la

república. El jueves, en las primeras horas de la mañana, como de costumbre salió a pie acompañado del señor Peña, únicamente y con destino a la estación siguiente a la de Peñasco, no escogieron ésta para embarcarse, quizá porque el tren tan sólo se detiene ahí cuando hay pasaje. Ya en el campo, el señor Madero se quitó su traje, quedando en breves minutos transformado en bracero. Su pantalón de mezclilla, la rayada camisa, el pañuelo anudado al cuello y el chilapeño hundido hasta los ojos, le hacían parecer ferrocarrilero de camino. A bordo del tren, don Francisco hizo que dormía, y así fue como el conductor, al pedirle el pasaje, oyó del acompañante del candidato señor Peña. —“No despierte usted a mi compañero… aquí tiene usted su ticket y el mío…” El empleado checó los boletos, devolviéndolos, y el señor Madero… siguió durmiendo. ¡Tenía tanto sueño! El convoy llegó a Laredo la mañana del viernes, no siendo reconocidos en todo el camino los viajeros. Al ser interrogado el señor Madero, contestó imperturbable: —“Francisco I. Madero.” —¿…? —¿Y lleva usted dinero? —¿Es bastante? —dijo por toda respuesta, mostrando a su interlocutor un fajo de billetes de Banco. —¡…! Pasando el puente, en un restaurant que hay cerca, del lado americano, almorzó con el señor Peña opíparamente, concediendo las primeras entrevistas a los reporteros yankis, pues la noticia se divulgó rápidamente; y acto continuo se dirigió a un bazar donde compró flamante traje, quedando convertido de jornalero en el hombre público del día, ya que, según el decir, el traje hace al monje. Incontinenti, el señor Madero se dirigió a la estación, tomando boleto para San Antonio, Texas. Hacia el mediodía llegaba a la antigua San Antonio Béjar donde esperaban don Juan Sánchez Azcona, refugiado político que disfrazado de cura entró a gringuía por El Paso; Bordes Mangel y Ernesto Fernández, también refugiados políticos. Sólo que los mencionados periodistas de la oposición, aunque sabían el

paso de don Francisco I. Madero a los Estados Unidos, no se imaginaban fuera a San Antonio, sino que esperaban al licenciado Benito Juárez invitado a Washington a dar una conferencia sobre las corridas de toros. El señor Madero había viajado en el mismo convoy que el licenciado Juárez, desde San Luis, y éste no se había dado cuenta. Enterado de que The San Antonio Daily Record había publicado una edición especial anunciando “la libertad” y paso por la frontera del “champion antirreeleccionista” señor Madero; éste se dirigió desde luego a las oficinas del rotativo, manifestando que no lo habían puesto en libertad, sino que se había fugado, rectificación que hizo desde luego el periódico yanki. Al mismo tiempo expuso que próximamente publicaría un manifiesto a la nación mexicana, exponiendo el estado de su causa política; que se proponía fundar un gran diario en San Antonio; y que desde allí dirigiría a su partido. El señor Madero se hospedó en la casa del señor Fernández, 520 West Macon St., donde se le hizo una recepción, por la noche, por el Partido Anti-Reeleccionista. Ahí, según expuso el Sr. Madero, pasará sólo dos o tres días, mientras se le preparaban confortables habitaciones en Hutchins House.

Marchan la Sra. de Dn. Francisco y el secretario del mismo El sábado salieron de aquí para San Antonio la señora esposa del candidato y el secretario particular del mismo, don Elías de los Ríos.

En estado de Sitio Concluiremos este reportazgo manifestando que la casa del señor doctor Zepeda sigue en riguroso estado de sitio. Rurales, agentes, oficiales y varios de la secreta, algunos de ellos que portan hasta sombrero de bolita, pasan día y noche frente a la casa del señor doctor y calles adyacentes. Excusado es decir que con ese sitio tan riguroso, quien ha venido ganando es el dueño de la cercana tienda, donde vende a los centinelas pan, chorizos, quesos, cigarros, cerillos, etc. Por lo que el comerciante se dirá: Que siga el sitio y ¡Viva el doctor Zepeda!

¿Y la causa? Como motivos probables de que el señor Madero se haya ausentado de San Luis, se cuentan varios. Entre ellos, el hecho de que hubiera sido nombrado Jefe de la 5a. Zona Militar el señor General de Brigada Juan Hernández, pariente de don Ramón Corral. En cuanto al exhorto que se dice recibió el señor Juez 2o. de lo Penal, D. Margarito Ramos, quien se agrega tenía instrucciones de mandar detener al señor Madero por la cuestión guayulera bien conocida de nuestros lectores, es versión que debe desecharse, en virtud de que en este negocio figura don Francisco Madero, no don Francisco I. Madero y, además, porque aquel señor ha comprado tal número de acciones últimamente en México de la anunciada negociación guayulera, que ellas le dan el “control”, lo que puede decirse, vino a terminar el proceso aludido. El Estandarte

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Monitor Democrático. Época 1. No. 29. San Antonio, Texas, octubre 16 de 1910.

Carta de don Francisco I. Madero, fechada en San Antonio, Tex., agradeciendo al señor Eugen Knapp los términos favorables en que se expresa del pueblo mexicano, y carta posterior del mismo señor Knapp, ofreciendo sus servicios al Presidente Madero.

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[A.G.N. Ramo Revolución]

CARTA DE DON FRANCISCO I. MADERO, FECHADA EN SAN ANTONIO, TEXAS, EL 2 DE NOVIEMBRE DE 1910, AL SEÑOR EUGEN KNAPP [Francisco I. Madero. 205 Garden St.] San Antonio, Texas, noviembre 2 de 1910. Sr. Eugen Knapp, 801 Dallas St. Presente. Muy estimado señor: Recibí su grata 9 del pasado octubre que leí con satisfacción y que debido al recargo de trabajo me había sido imposible contestarle más oportunamente. Sinceramente doy a usted las gracias por su felicitación, por haber logrado escapar de las garras de mis enemigos, así como por los términos en que en general se expresa usted de mi Patria, del Pueblo, que ha sufrido tanto en los últimos treinta años de dictadura; y que, como usted me dice, ha tenido oportunidad de palpar los atropellos que el gobierno comete diariamente, pues dice usted muy bien, que en un país extraño donde se llega a vivir, aunque no se meta uno en política, tiene que estudiar el medio en que se vive y juzgar imparcialmente. Vuelvo a repetirle mis agradecimientos por los términos en que se expresa de mí y del pueblo mexicano, y me suscribo su afectísimo y atto. S. S., Francisco I. Madero [Eugen Knapp] San Antonio, Texas, diciembre 14 de 1911.

Dirección postal: General Delivery Al Excelentísimo señor Presidente de la República Mexicana don Francisco I. Madero. México, D. F. Vuestra Excelencia: Me tomo la libertad de dirigirme a Vuestra Excelencia para lo que sigue: Hace poco más de un año que yo he enviado a Vuestra Excelencia mi alta felicitación por haber logrado escapar de las garras de sus enemigos y Vuestra Excelencia tuvo la bondad de contestarme y enviarme la anexa grata carta la cual sea legitimación para mí mismo y que es un recuerdo muy alto de V. E. para mí como documento de historia. Las otras legitimaciones son el decir a V. E. que el señor don Roberto Knapp de San Pedro, Coah., es mi tío y la familia de la señora Lina Nacke son amigos míos. El año pasado en el mes de julio yo quité la República Mexicana porque se hubo acabado mi contrato con familias alemanas como instructor de idiomas y música. Yo hice mis estudios en la Universidad de Berlín, Alemania, en latín, griego, francés, filosofía y pedagogía, también estoy tocando el piano y órgano. En el año de 1908 yo trabajé junto al señor Braulio Hernández en el colegio alemán en Chihuahua, Chih., cuyo colegio yo fui director. Dicho señor es ahora secretario del Estado de Chihuahua. En este país, los Estados Unidos Americanos, yo gano muy poco dinero, además amando mucho a la República Mexicana y su simpático e inteligente pueblo soy afectado de nostalgia a su país. Por eso me tomo la libertad de ofrecerle a Vuestra Excelencia mis servicios como profesor en un colegio científico para los idiomas alemán, latín, griego o francés o para la instrucción pública en general o para una posición en la universidad. También yo aceptaría posición como agente del servicio secreto para su guardia personal. Yo tengo 31 años de edad. Se le pide a Vuestra Excelencia tenga la bondad de remitirme con su apreciable contestación la carta anexa que V. E. me envió el año pasado. Viva México y su excelente señor Presidente. ¡Muera Reyes! Esperando una contestación favorable puedo asegurarle a V. E. que haré todo lo posible para servicios satisfactorios y para merecer la confianza de V. E. Dios guarde a V. E. muchos años. Entre tanto queda a sus órdenes y con deseo de servirle a V. E. de V. E. Ato. y Afmo. S. S. que besa su mano.

Prof. Eugen Knapp

Telegrama del señor Enrique Ornelas, cónsul de México en San Antonio, Texas, informando del arribo de don Jesús Carranza, y de su entrevista con don Francisco I. Madero.

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[A.R.E., L-E-610] Telegrama de San Antonio, Texas, noviembre 15 de 1910. Infórmaseme de buena fuente que Jesús Carranza, hermano Venustiano Carranza, llegó anoche. Inmediatamente pasó hablar Madero; hospedado casa bien conocido revoltoso Praxedis González. Hace pocos días estuvo esta ciudad, hospedado casa González también Cesáreo Castro, quien entiendo es Juez 2o. Cuatro Ciénegas, con comisión urgente de Venustiano para Madero, habiendo entregado a Paulino Martínez un bulto papeles. Enrique Ornelas [Manuscrito al calce: Ento. y que ya transcríbese a Emb. Wash. Hágase.]

Memorándum de la Embajada de México en Washington, D. C., informando de los datos entregados al Departamento de Estado, acerca del movimiento dirigido contra el Gobierno Mexicano por don Francisco I. Madero, con cuartel general en San Antonio, Texas, e instrucciones al Departamento de Justicia para obrar inmediatamente.

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[A.R.E. L-E-614] [Embajada de México en los Estados Unidos de América. Confidencial.] Memorandum. El Departamento de Estado ha recibido dos memoranda de la Embajada de México, fechados ayer, en que manifiesta que el Gobierno Mexicano tiene su poder informes de que el señor Madero y sus amigos están preparando activamente, desde San Antonio, Texas, como cuartel general, un movimiento dirigido contra el Gobierno de México; que se han descubierto tanto en territorio americano como en territorio mexicano, armas que se supone están destinadas a ese objeto, datos que suministra para que el Gobierno Americano dé inmediatamente los pasos necesarios para proteger la paz en México contra este movimiento que se organiza en territorio americano. El Departamento de Estado se apresura a informar al Embajador de México que el contenido de sus citados memoranda ha sido ya comunicado al Departamento de Justicia, con recomendación de que obre inmediatamente según lo exige la urgencia del caso. Departamento de Estado, Washington, noviembre 15 de 1910. [Es traducción. Washington, 17 de noviembre de 1910.] L. Ruiz, Primer Secretario.

Informe del Lic. Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, D. C., acerca de la existencia de documentos firmados por don Francisco I. Madero, titulándose Presidente provisional de la República, nombrando gobernador de Tlaxcala al Ing. Manuel Urquidi, una carta al capitalista Juan M. Ortiz solicitándole un préstamo, así como una proclama al Ejército Nacional invitándolo a pronunciarse.

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[A.R.E. L-E-614] [Muy Reservada.] Washington, noviembre 17 de 1910. Tengo la honra de acusar recibo de los dos mensajes de usted, fechados el 15 del corriente, cifrados y cuyo contenido a continuación se expresa: “En poder de este Gobierno existen documentos firmados por Francisco I. Madero, llamándose presidente provisional de la República; nombrando Gobernador Tlaxcala al ingeniero Manuel Urquidi; dirigiendo carta al capitalista Juan M. Ortiz, en que pídele dinero prestado, y una proclama al ejército nacional en que lo invita a pronunciarse. Hanse recogido en esta ciudad fusiles comprados por agente Madero y búscanse otros depósitos de armas comprados por el mismo agente. Correo remito a usted copia documentos y, como Madero continúa San Antonio, Texas, conviene que Gobierno Estados Unidos conozca hechos para que vigílelo y exíjale responsabilidades por violación ley neutralidad. Consulado General en Nueva York y Consulado Mexicano en San Antonio comunicarán usted resultados pesquisas respectivas.” Y el segundo que dice: “Cónsul San Antonio telegrafíame lo siguiente: autoridades federales encontraron hoy aquí cien carabinas calibre 45 por 70 y 75 mil cartuchos mismo calibre en poder un americano amigo de Madero. Ya piden autoridades referidas órdenes Washington para aprehender armamento que tienen vigilado. Americano sostiene que compró armamento para comerciar legítimamente. Detalles correo. Trasládolo a usted encareciéndole trate asunto con Departamento de Estado.” Inmediatamente después de recibidos estos dos telegramas, fui al Departamento de Estado en donde tuve una conferencia con el señor Adee quien me ofreció se tomarían desde luego las medidas necesarias, por conducto del Departamento de Justicia, para hacer las averiguaciones

conducentes para determinar las responsabilidades legales en el caso; en vista de lo cual, tuve la honra de enviar a usted los dos siguientes mensajes cifrados cuyo contenido ratifico: “Recibido telegrama acerca Madero. Inmediatamente comuniqué personalmente datos Departamento de Estado dejando además memorándum confidencial, y ofrecióseme que Departamento Justicia hará pesquisas y procederá conforme ley.” Y el segundo: “Refiérome su telegrama relativo armas San Antonio. Comuniqué Departamento de Estado datos, dejando memorándum confidencial y ofrecióseme que Departamento de Justicia tendráme al tanto de lo que ocurra.” Convine con el señor Adee en que me entendería yo directamente con el Departamento de Justicia para comunicarle datos e informes que tuviera sobre el particular; por lo que, hoy, recibidos los mensajes de esa Secretaría, fechas 16 y 17, respectivamente, que se refieren a los informes enviados por el Cónsul en San Antonio, celebré una conferencia con el señor Wickersham, Procurador General de Justicia, en la que le di a conocer los datos de referencia que usted se sirve transcribirme y los relativos a Nueva York, que me comunicó el Consulado General al transmitirme el telegrama de usted, fecha 16 del actual. El señor Wickersham, dándose cuenta de la importancia de una acción inmediata, me hizo los ofrecimientos que comuniqué a usted en el telegrama siguiente, que ratifico: “En entrevista hoy ofrecióme señor Wickersham ordenar urgentemente averiguación cuidadosa acerca armas frontera y gestiones revoltosos y proceder en seguida con energía conforme a la ley, para evitar temores perturbación paz en México; igual cosa ofrecióme respecto Nueva York. Salen hoy agentes especiales para Nueva York y San Antonio y se envían instrucciones a los procuradores correspondientes.” Hoy he recibido del Departamento de Estado el memorándum confidencial cuya copia y traducción tengo la honra de remitir anexo a esta nota. El Departamento de Estado dice que ha comunicado los informes contenidos en mis memorándums al Departamento de Justicia recomendándole se tome una acción inmediata tal como lo exige la urgencia del caso. Reitero a usted las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. Francisco León de la Barra

Señor Secretario de Relaciones Exteriores. México, D. F.

Informe confidencial del Sr. Alvey A. Adee, Segundo Secretario del Departamento de Estado de los Estados Unidos, al Lic. Francisco León de la Barra, Embajador de México, acerca del embarque de parque en el puerto de Tampico, Tamps., con destino a Laredo, Texas, por la Santa Fe News Company.

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[A.R.E., L-E-614] Departamento de Estado. Washington, 19 de noviembre de 1910. Excelentísimo Señor: Con referencia a la correspondencia recientemente cambiada entre Vuestra Excelencia y este Departamento, tengo la honra de informarle confidencialmente, que este Departamento ha recibido por telégrafo noticias del cónsul americano en Tampico, de que tiene informes fidedignos de un embarque de 30 000 cartuchos, de Tampico a Laredo, Texas, u otro punto cercano; mencionándose en conexión con este asunto el nombre de “Santa Fe News Company”. Se han trasladado estos informes al Departamento de Justicia, para su conocimiento y efectos correspondientes. Como se nos dice que el embarque de referencia puede estar destinado a algún otro punto del territorio mexicano, me permito llamar la atención de Vuestra Excelencia sobre el asunto. Sírvase usted aceptar, Excelentísimo Señor, las seguridades de mi más alta consideración. Por el señor Knox, Alvey A. Adee, Segundo Secretario de Estado. A su Excelencia el señor don Francisco León de la Barra, Embajador de México. [Es traducción.] Washington, 20 de noviembre de 1910. L. Ruiz, Primer Secretario.

Acuse de recibo por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, del memorándum girado por el Embajador de México en Washington, D. C., quien pide el envío de fuerzas a la frontera de Texas, especialmente Naco, El Paso, Presidio, Boquillas e Eagle Pass, para impedir la reunión de revolucionarios y la introducción de armas a México.

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[A.R.E., L-E-615] [Memorándum. Confidencial.] El Departamento de Estado acusa recibo del Memorándum confidencial, de hoy, del Embajador de México, relativo al reclutamiento de revolucionarios en varios puntos de la frontera de Texas, mencionando especialmente Naco, El Paso, Presidio, Boquilla e Eagle Pass, y en que pide que se movilicen en la frontera las fuerzas necesarias para prevenir la reunión de revolucionarios, la introducción de armas a México y el paso de un lado a otro de la frontera de bandas armadas de individuos sospechosos, previniendo así la comisión de actos que pudieran perturbar la paz de la República Mexicana. El Departamento de Estado se permite poner en conocimiento del Embajador de México que se ha enviado traducción de su Memorándum al Secretario de Guerra y al Procurador General, para que obren como estimen debido obrar. Departamento de Estado, Washington, 19 de noviembre de 1910. [Es traducción. Washington, 20 de noviembre de 1910.] L. Ruiz, Primer Secretario

Nombramiento expedido por don Francisco I. Madero, en territorio nacional, margen del Río Bravo, “en mi carácter de Presidente Provisional de los Estados Unidos Mexicanos”, confiriendo al ingeniero Manuel Urquidi el cargo de Gobernador Provisional del Estado de Tlaxcala.

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[Historia gráfica de la Revolución, Tomo 1, Cuaderno 1, pág. 225] [Gobierno Provisional de los Estados Unidos Mexicanos. Presidencia de la República.] Número 3. En nombre de la República, y en uso de las facultades que me concede la cláusula 104 del Plan de San Luis Potosí de 5 de octubre de 1910, en mi carácter de Presidente Provisional de los Estados Unidos Mexicanos, tengo a bien conferir al C. Ing. Manuel Urquidi el cargo de Gobernador Provisional del Estado de Tlaxcala, para que lo desempeñe en los términos prescritos de dicho plan, y para constancia expido y firmo el presente nombramiento en Territorio Nacional, margen del Río Bravo, a 20 de noviembre de 1910. Sufragio Efectivo. No Reelección. Francisco I. Madero

Informe del Lic. Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, D. C., acerca de sus gestiones ante el Departamento de Estado americano, solicitando pronta acción para impedir la violación de las leyes de neutralidad por don Francisco I. Madero.

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[A.R.E., L-E-615] [Muy Reservada.] Washington, 20 de noviembre de 1910. Tengo la honra de acusar a usted recibo de sus telegramas recibidos ayer y hoy, y a los que me refiero en el anexo correspondiente. Como oportunamente comuniqué a esa Secretaría en mis telegramas, cuya confirmación se servirá usted encontrar adjunta, me dirigí sin pérdida de tiempo a los Departamentos de Estado y Justicia con objeto de poner en su conocimiento los hechos a que se refiere usted en sus mensajes, y para pedirles una pronta acción en el sentido de impedir la violación de las leyes de neutralidad y de castigar a los que se hicieran culpables de tal delito. En uno y otro Departamento encontré la mejor disposición hacia nuestro Gobierno, y de acuerdo con mis indicaciones verbales, así como las que hice en los memoranda confidenciales, de los que envío a usted copia entre los anexos, fueron dadas por telégrafo las órdenes conducentes. El Secretario Interino de la Guerra, señor Oliver, ordenó la movilización de fuerzas. El Departamento de Justicia telegrafió ordenando la captura de las armas y municiones y urgiendo la averiguación de las violaciones contra las leyes de neutralidad, así como la aprehensión de los individuos que se hicieran culpables de ellas. Con ese fin dirigió mensajes al Procurador del Distrito, señor Boyton, y al “Marshall” en San Antonio. El Departamento de Estado dio instrucciones a los Cónsules en la frontera para que ayudaran a las autoridades mexicanas, prestándoles su concurso. Hoy a las tres de la madrugada, recibí el telegrama de usted en el que se sirve transcribirme el del Gobernador de Coahuila relativo a la organización de un asalto en la frontera por Madero, y me da instrucciones para que gestione el libramiento de órdenes inmediatas de Washington, para aprehender a dicho revoltoso. Al principio de la mañana tuve una entrevista con el Sub-Procurador de Justicia, señor Fowler, en ausencia del señor Wickersham, y aquel funcionario me mostró el telegrama enviado al señor Boyton, a que antes me refiero; pero, a petición mía, dio órdenes en

mi presencia a su Secretario, para que enviara desde luego un telegrama al Procurador de Justicia y al “Marshall” de San Antonio, concebido poco más o menos, en los siguientes términos: “Apareciendo, por los datos que este Departamento tiene procedentes de funcionarios americanos que Francisco I. Madero ha violado las leyes de neutralidad, aprehéndasele inmediatamente y déseme aviso. Agentes reservados lo siguen de cerca.” Al salir de esa entrevista, tuve la honra de dirigir a usted los dos telegramas redactados en los siguientes términos “Recibidos telegramas anoche. Departamento de Justicia ordenó ya aprehensión Madero y captura furgones armas.” Y el segundo: “Refiérome mi telegrama de hoy. Departamento de Justicia comunícame desde día 18 ordenóse aprehensión violadores leyes neutralidad, hoy repitiéronse órdenes especialmente para Madero.” La impresión personal que tengo después de mis entrevistas en los dos Departamentos es que el Gobierno americano tiene deseos sinceros de evitar la violación de las leyes de neutralidad, ayudando a prevenir los actos encaminados a perturbar la paz de México. Sin embargo, debo manifestar a usted, que he notado a veces cierta lentitud para manifestar aquel buen espíritu en actos concretos, pues a pesar de mis instancias reiteradas, hasta hace dos días se dio la orden antes mencionada al Procurador Boyton. Reitero a usted las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. León de la Barra Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

Telegrama del licenciado Enrique C. Creel, al Embajador de México en Washington, D. C., felicitándolo a nombre del Presidente de la República, por “su eficacia inteligente y patriótica”, solicitando pronta acción para impedir la violación de las leyes de neutralidad por don Francisco I. Madero.

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[A.R.E., L-E-611] México, 20 de noviembre de 1910. Telegrama. Embajador Mexicano, Washington. Recibido su telegrama de hoy. Sírvase agradecer Departamento Justicia, en nombre señor Presidente, su pronta acción respecto Madero y furgones armas que van consignadas a Hugo Griesembeck, en Uvalde, Tejas, con los consiguientes números e iniciales: C- P- R, 133-224 y N- Ll- C 57122. Acepte para sí de parte propio señor presidente y mía muy expresiva felicitación por su eficacia inteligente y patriótica en este grave asunto. Creel

Instrucciones telegráficas del licenciado Enrique C. Creel, al Embajador de México en Washington, D. C., para circular órdenes a las autoridades civiles y militares en toda la línea divisoria, para procurar la aprehensión de don Francisco I. Madero.

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[A.R.E., L-E-614] Embajador de México. Washington, D. C., noviembre 20 de 1910. Comunican Consulados Laredo, San Antonio, que autoridades no han recibido orden para aprehender a Francisco I. Madero. Haga usted esfuerzos porque en telegrama circular se repitan órdenes a todas autoridades civiles y militares en toda la línea divisoria. Es muy urgente. Creel

Telegrama del licenciado Enrique C. Creel al Cónsul de México en San Antonio, Texas, informándole que el Gobierno de Washington giró órdenes para la aprehensión de don Francisco I. Madero.

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[A.R.E. L-E-614] Consulado Mexicano. San Antonio, Texas, noviembre 20 de 1910. Con referencia su telegrama de hoy debo informarle que Gobierno Washington ha dado repetidas órdenes para aprehensión de Francisco I. Madero. Ya procuro que se repitan. Enrique C. Creel

Telegrama de Mariano Azcárraga, Administrador de la Aduana de Nuevo Laredo, Tamps., a Enrique Ornelas, Cónsul de México en San Antonio, Texas, encargándole decirle “si está en ésa Francisco primero”.

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[A.R.E., L-E-712] Telegrama. 20 de noviembre de 1910. Laredo, Texas. Enrique Ornelas, Cónsul de México. San Antonio, Texas. Favor decirme si está en ésa Francisco primero. M. Azcárraga

Telegrama de Enrique Ornelas, Cónsul de México en San Antonio, Texas, a Mariano Azcárraga, Administrador de la Aduana de Nuevo Laredo, Tamps., indicándole que Francisco primero “encuéntrase entre Eagle Pass y Laredo”.

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[A.R.E., L-E-712] Telegrama. Noviembre 21 de 1910. Señor Mariano Administrador de la Aduana, Nuevo Laredo, México.

Azcárraga,

Individuo salió de aquí viernes pasado encuéntrase entre Eagle Pass y Laredo. E. Ornelas

Nota girada por el señor Alvey A. Adee, Segundo Subsecretario de Estado del Gobierno norteamericano, al Embajador de México en Washington, D. C., informándole que el Departamento de Justicia se encontraba pendiente de las actividades revolucionarias de don Francisco I. Madero, en las poblaciones de San Antonio y Del Río, Tex.

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[A.R.E., L-E-615] Departamento de Estado. Washington, noviembre 22 de 1910. Excelentísimo señor: Refiriéndome al Memorándum de este Departamento, del 16 del corriente, en que comunicaba haber suplicado al Departamento de Justicia que se tomara en consideración inmediata la declaración de V. E., contenida en un Memorándum de igual fecha, de que el señor Madero y sus amigos preparaban activamente un movimiento revolucionario contra el Gobierno de México, que tenía por centro a San Antonio, Texas, tengo la honra de informar a usted que este Departamento ha recibido una carta del Procurador General interino, en que manifiesta que las autoridades en Texas se ocupan ya de dicho asunto. Igualmente me honro en informar a V. E. que el Cónsul Americano en Ciudad Porfirio Díaz, que se encuentra actualmente en Eagle Pass, Texas, participa en telegrama fechado el 21 del corriente que las autoridades de los Estados Unidos en Del Río, Texas, están muy pendientes de la situación. Sírvase V. E. aceptar las reiteradas seguridades de mi más alta consideración. Por el señor Knox: Alvey A. Adee, Segundo Subsecretario de Estado. [Es traducción. Washington, 23 de noviembre de 1910.] L. Ruiz, Primer Secretario

Informe del señor Arturo M. Elías, Cónsul de México en Tucson, Arizona, sobre el arribo de los señores José María Maytorena, Carlos Randall, Víctor M. Venegas y Adolfo de la Huerta, procedentes del Estado de Sonora, declarando haber dejado preparado un levantamiento en Guaymas, para fines del mes en curso.

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[A.R.E., L-E-692] [Consulado de México.] [Número 270-97. Sediciosos.] Reservada. III/513 “910”. Tucson, Arizona, novbre. 24 de 1910. (73-51) He notado que últimamente han venido a esta ciudad algunos individuos de Sonora quienes siendo personas conocidas, no explican suficientemente el objeto de su permanencia, y como el señor general don Luis E. Torres en telegrama de ayer me recomienda investigue qué hace aquí José Ma. Maytorena, he puesto una persona de mi confianza que vigile al expresado, y yo mismo y el escribiente nos hemos puesto a hacer las averiguaciones necesarias encontrando hasta la fecha lo siguiente: El domingo 20 del actual llegaron de Sonora José Ma. Maytorena, Carlos Randall, Víctor M. Venegas y Adolfo de la Huerta; Maytorena tomó alojamiento en el hotel Windsor, donde se inscribió con el apellido de Moreno, permaneciendo oculto hasta hoy que ha salido solo de noche; Randall salió por el tren del domingo rumbo a Benson y regresó en la misma tarde ocultándose a su vuelta con Maytorena, y Venegas dijo que se volvía a Nogales, pero aquí permanece y es el que sale a tramitar los asuntos de los tres. Por medio del agente que tengo comisionado he sabido que los citados, en medio de la influencia del licor declararon haber dejado preparado un fuerte levantamiento en Guaymas, el que tendría muy deplorables consecuencias para todo el país; Venegas ha sido un periodista de oposición rabiosa y declaró que estaban en espera de importantes documentos para ir con ellos a California; la fecha designada para el movimiento de insurrección es la del veintinueve o treinta del corriente. Adolfo de la Huerta me manifestó el día de su arribo que iba a toda prisa a Guadalajara y a esa capital al arreglo de asuntos importantes de la tenería de San Germán de Guaymas, de la que es tenedor de libros; sin embargo sus palabras muy indecisas, su notoria inquietud y sus ideas

antigobiernistas abiertamente manifestadas, así como su intimidad con los mencionados, me hacen sospechar que este sujeto está complicado en los trabajos de Maytorena y socios. El joven Luis Álvarez Gayou, de ideas también antigobiernistas estuvo en esta ciudad y de aquí se fue para San Diego, California, donde tengo noticia que está escribiendo en un periódico. Los jóvenes Rodolfo y Fernando Iberri, Alfonso Aguayo y Cayetano Navarro que se escaparon de Guaymas después de algunos actos escandalosos, han estado haciendo alarde de sus ideas sediciosas y el último se encuentra en esta ciudad siendo esperados los otros. Todo lo anterior ha sido por mí comunicado por la vía telegráfica al señor general don Luis E. Torres. Sigo en unión del escribiente y del agente de entera confianza que he ocupado, tratando de investigar con toda exactitud cuáles son los planes de los referidos. Un propagandista del periódico de los Flores Magón, de nombre desconocido, estuvo en esa repartiendo gratis ejemplares de Regeneración y ya veo si continúa en esta ciudad y si se pone en contacto con los de Sonora. En inteligencia con éstos está también Gil Corrales, que fue cantinero del hotel Albín en Guaymas, habiéndose venido con toda su familia. En espera de comunicar a esa superioridad el resultado de mis pesquisas renuevo a usted mi consideración más atenta y distinguida. Arturo M. Elías. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

Informe del señor Antonio V. Lomelí, Cónsul de México en El Paso, Texas, dando cuenta de la campaña periodística en contra del Gobierno de México y a favor de la revolución, así como del desacuerdo existente entre magonistas y maderistas, absteniéndose los primeros de cooperar por considerar a Madero un poderoso rival y no un correligionario.

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[A.R.E., L-E-678] [Reservada.] El Paso, Tex., noviembre 25 de 1910. Con motivo de los levantamientos de chusmas armadas en algunos lugares de la República, la prensa de la frontera americana y especialmente la de esta ciudad, han estado publicando infinidad de noticias exageradas y hasta absurdas, respecto de nuestro país, nuestro gobierno y los progresos de la llamada “revolución”, según se servirá usted ver en el paquete de periódicos que por separado tengo la honra de remitir. En esta parte de la frontera no se han registrado, afortunadamente, ningunos desórdenes ni levantamientos, lo cual atribuyo a que no estando de acuerdo los magonistas, que son los que por aquí abundan desde hace años, con los maderistas, los primeros se han abstenido de dar su cooperación al movimiento actual esperando tal vez mejor oportunidad de beneficiar a su candidato y jefe, Flores Magón, que ve en Madero a un poderoso rival y no a un correligionario. Sin embargo, la calma actual creo que tiene más de aparente que de real, y no sería remoto que se produjeran aún trastornos políticos en esta región del país, pues las masas están aquí muy trabajadas y corrompidas, con la propaganda antigobiernista que desde hace años se viene haciendo entre los jornaleros mexicanos que vienen a trabajar en los ferrocarriles americanos, así como entre los individuos de raza mexicana establecidos en la frontera americana. Esta clase de gente es la que está prestando ahora el contingente mayor en los actuales trastornos, ellos los que sirven de mensajeros para la correspondencia entre los complicados, ellos los que diseminan en la República los periódicos y proclamas de los sediciosos, ellos los que efectúan el contrabando de armas y municiones a lo largo de la frontera, ayudados y protegidos por los mexicanos y ex mexicanos residentes cerca de la línea divisoria y ellos los que por su credulidad e ignorancia, se

prestan con facilidad a los manejos y a servir de instrumentos a los malos mexicanos que desde tierra extranjera conspiran para la ruina de la patria. Una partida de estos jornaleros, al parecer, vino en el tren que procedente de San Antonio, Texas, llegó a esta ciudad con retardo de dos horas la noche del 23 del actual; cuyo tren debió conectar con el de “El Paso y Southwestern”, que sale cada tarde para Douglas, Naco y Benson; y como por razón del retardo sufrido perdieron la conexión, los pasajeros que se acumularon en la estación de esta ciudad, de donde fueron desalojados por los guardas, por no estar permitido las agrupaciones de gente entre las vías. Al despejarse los patios, se encontraron al extremo oeste de ellos, al parecer olvidadas dos petaquillas de mano y dos maletas de ropa, que por su mucho peso llamaron la atención de los guardas que, al abrirlas, se encontraron con que contenían una gran cantidad de cartuchos metálicos nuevos, siendo también nuevas las petaquillas que los contenían. Al examinar yo esos bultos, no encontré marca ni señal alguna que indicara a quien pertenecían, aunque la ropa vieja que en ellos había era semejante a la que por acá usan los jornaleros mexicanos; y respecto de la procedencia, sólo encontré como indicios un número del San Antonio Daily Express de fecha 17 del actual, en el cual estaban envueltas unas cajas de cartuchos cada una, de pólvora sin humo y de calibre 30 x 30. Los cartuchos y ropa permanecen depositados en la estación, por haber rehusado hacerse cargo de ellos el promotor fiscal federal, a quien se dio aviso del hecho. Con motivo de todas estas ocurrencias, y para el mejor superior conocimiento de usted, ayer tuve el honor de dirigirle el siguiente telegrama que ratifico: “Esta parte de la frontera sigue tranquila. Prensa local americana continúa exagerando sucesos en México, presentándolos como formidable revolución. Están viniendo de Durango, Coahuila y Chihuahua algunos individuos y familias americanas tímidas. Varios emigrados informan falsedades a periódicos, aumentando alarma. En tren procedente San Antonio rumbo al oeste, se encontraron anoche dos maletas y dos bultos conteniendo cien paquetes parque metálico, que pertenecían indudablemente a partida jornaleros mexicanos que pasó para Sonora.” El detective empleado sigue vigilando, y dándome parte diariamente de lo que ocurre en la ciudad y sus inmediaciones. Reitero a Ud. las protestas, etc. A. Lomelí.

Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

Carta de Mariano Azcárraga a Enrique Ornelas, Cónsul de México en San Antonio, Texas, comunicándole el posible arribo por ferrocarril, de armas y parque destinados a los agitadores encabezados por don Francisco I. Madero, encontrándose éste con Paulino Martínez y otros, entre Laredo y San Ignacio, acampados en el monte libre.

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[A.R.E., L-E-7121 N. Laredo, Tamps., noviembre 25 de 1910. Señor don Enrique Ornelas; Cónsul de México; San Antonio, Texas. Mi estimado amigo: Un pasajero amigo del general Villar le ha informado hoy a su paso por esta de los Estados Unidos, que viene en camino para San Antonio, Tex., uno o dos carros de ferrocarril con armas y parque destinados a los agitadores que encabeza Madero. Comunico a Ud. esta noticia para ver si logra detener esas armas a su llegada o a su salida de esa ciudad. Una investigación que merece crédito, pero que se está ratificando el día de hoy, indica que Madero, Paulino Martínez y otros de los cabecillas, en unión de bastantes gentes armadas se hallan desde antier o quizá desde más antes, entre Laredo y San Ignacio, a un lado del camino de afuera que une esas dos poblaciones, acampados en el monte libre, asistiéndose de provisiones que adquieren en Laredo, Tex., en donde entran varios de los individuos todos los días a comprar y a hacer propaganda conquistando adeptos. Esta noticia le ha sido comunicada al general Villar anoche mismo y al general Treviño, y desde luego se ha tratado de obtener confirmación de ella. Con el aprecio de siempre me subscribo de Ud. amigo afmo. y atto. y s. s. Mariano Azcárraga.

Oficio girado por el señor G. Valerio, Gobernador del Estado de Coahuila, al Secretario de Relaciones Exteriores, informándole de las órdenes de aprehensión dictadas en contra de los señores Sebastián Carranza y Cesáreo Castro, por sus actividades a favor de don Francisco I. Madero.

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[A.R.E., L-E-613] 25 Noviembre de 1910. Enterado este Gobierno de la atenta nota de Ud. No. 15677 girada por la Sección de América, Asia y Oceanía con fecha 19 del actual, en que se sirve transcribir el telegrama que con fecha 15 del propio mes le dirigió el Cónsul de México en San Antonio, Texas, comunicando a esa Secretaría haber llegado a aquella ciudad Jesús Carranza, hermano de Venustiano Carranza pasando inmediatamente a hablar con Madero y hospedándose en la casa del revoltoso Praxedis González, habiendo estado en días pasados Cesáreo Castro con comisión urgente de Venustiano Carranza para Madero y entregado a Paulino Martínez un bulto de papeles; tengo el honor de manifestar a Ud. en respuesta, que ya de antemano el Gobierno del Estado tiene dictadas órdenes de aprehensión contra Sebastián Carranza y Cesáreo Castro, quien es Juez suplente de Cuatro Ciénegas, pero no en funciones. Reitero a Ud. las seguridades de mi más distinguida consideración. Libertad y Constitución. Saltillo, 25 de Noviembre de 1910. G. Valerio. Al C. Secretario de Relaciones Exteriores. México, D. F.

Órdenes telegráficas giradas por el licenciado Enrique C. Creel, al Embajador de México en Washington, D. C., para procurar la aprehensión de los señores Abraham González y Perfecto Lomelí, activos agentes maderistas, avecindados en la población de Presidio, Texas.

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[A.R.E., L-E-613) Telegrama. Noviembre 26 de 1910. Embajador Mexicano. Washington. Abrabam González y Perfecto Lomelí, activos agentes de Madero en revolución iniciada Chihuahua, encuéntranse en Presidio, Texas. Procure sean aprehendidos o cuando menos estrictamente vigilados por estar allí fomentando la revolución y violando leyes neutralidad. Creel

Telegrama del licenciado Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, D. C., informando de las órdenes de aprehensión dictadas en contra de don Francisco I. Madero, “cuyo paradero preciso ignórase…”

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[A.R.E., L-E-613) Telegrama de la Embajada de México en Washington, D. C. 26 de noviembre de 1910. En entrevista de hoy señor Wickersham dio órdenes terminantes y precisas aprehensión Madero cuyo paradero preciso ignórase estos momentos. Díceme Departamento de Justicia que fueron secuestradas armas en Saint Louis, Mo., y que Procurador Boynton a quien diéronse instrucciones secuestro armas Texas ha hecho consulta legal a Departamento de Justicia respecto aplicación ley adecuada. Señor Wickersham díjome que dio instrucciones Subsecretario para resolver duda sin pérdida tiempo y comunicármela. De la Barra

Telegrama del señor Antonio Lozano, Cónsul de México en Los Ángeles, California, informando de la pugna entre los magonistas y maderistas, según discursos pronunciados por Gutiérrez de Lara, y noticias del periódico Regeneración.

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[A.R.E.] Telegrama del Cónsul de Los Ángeles. Noviembre 27 de 1910. Ignoro todavía lugar encuéntrase Madero. Magón suyos permanecen esta ciudad, y según discursos Gutiérrez de Lara y periódico Regeneración de hoy, vese no están aliados Madero, sino en pugna; y si al principio pensaron dejar esta ciudad fue para encabezar sus propios aliados, aprovechando movimiento Madero que creyeron podría sostenerse siquiera dos semanas. Magón y demás, difundidos y desprestigiándose notablemente ante sus simpatizadores. Antonio Lozano

Informe del señor Antonio V. Lomelí, Cónsul de México en El Paso, Texas, sobre el desacuerdo existente entre magonistas y maderistas, así como de su efectivo en dicha población y en las de Casas Grandes, Guerrero y Chihuahua.

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[A.R.E., L-E-678] [Nº 335/58. Revoltosos. Un anexo.] [Reservada.] El Paso, Tex., Noviembre 28 de 1910. Anoche tuve la honra de recibir un telegrama de Ud., que descifrado dice: “Exprese opinión acerca mineros revoltosos territorio su jurisdicción y lugar donde encontrárese Madero.” Aunque es muy difícil expresar opinión acertada sobre esos dos puntos, por falta de datos ciertos, mi conocimiento en general de la situación me permite hacer cálculos aproximados sobre el primer punto; careciendo en lo absoluto de base para contestar el segundo por lo contradictorio y poco fidedigno de las noticias dadas sobre los movimientos de Madero. Por tales motivos, he contestado hoy el telegrama de Ud., por la misma vía, en los siguientes términos: “Contesto telegrama anoche. En parte americana de mi distrito no hay revoltosos levantados en armas, pero podría haber ochocientos a mil dispuestos a hacerlo, y muchos simpatizadores. Mayoría son magonistas, que entiendo no están de acuerdo con maderistas y por eso han permanecido quietos hasta ahora. Entre Casas Grandes, Guerrero y Chihuahua, parece haber como mil revoltosos en armas, que tal vez reciben refuerzos de sureste Arizona. No hay noticias positivas de Madero. Rumórase hace cuatro días que estaba aquí; y ayer decíase que pasaría hoy por este rumbo a Los Ángeles. Avisaré cuando haya algo cierto.” Mi cálculo sobre el número de revoltosos en este distrito se funda en el conocimiento que tengo de la cantidad aproximada de ellos que hay en las diversas poblaciones de Texas y Nuevo México inmediatas a nuestra frontera, y especialmente en esta ciudad, donde la propaganda ha sido constante y activa desde hace varios años. Sé de positivo que la mayoría de estos desafectos a nuestro Gobierno

son magonistas, por las cartas, documentos y conversaciones de que he tenido conocimiento desde que estoy aquí; y por ser hechuras y compañeros de Magón los principales cabecillas de esta gente. Aunque durante la última campaña electoral se formó aquí un club maderista, el número de adeptos fue relativamente corto y los jefes de ese movimiento estaban en Ciudad Juárez y no en esta población. Al comenzar los disturbios actuales, los revoltosos de ésta esperaban de Magón la orden de levantarse y de Madero los fondos necesarios, que no llegaron a venir. De los principales maderistas aquí refugiados, el coronel Perfecto Lomelí marchó hace un mes para San Antonio, Texas, y Juan N. Medina permanece aquí inactivo por falta de fondos y de gente. Creo que Magón y Madero no están de acuerdo, porque ambos aspiran al mismo objeto; por ser las doctrinas que ellos aparentan profesar divergentes, si no contrarias; por haberse reconcentrado en Los Ángeles los principales lugartenientes de Magón, dejando a Madero el campo libre en San Antonio, Texas; por no haberse movido la mayoría de los magonistas conocidos, ni en esta ciudad ni en la frontera de Sonora; y porque en los últimos números de Regeneración, hay los párrafos significativos que tengo la honra de adjuntar, tomados de los editoriales de R. Flores Magón, que me parecen expresar bien esa idea. Las noticias que sobre los movimientos de Madero ha publicado la prensa, creo que son poco fidedignas; y respecto de las noticias oficiales recibidas por los empleados federales americanos de esta ciudad, nada positivo dicen sobre el particular, y se reducen a recomendar la vigilancia y el arresto de Madero, si se le encuentra. La vigilancia federal en este distrito está encomendada al “Deputy Marshall” Mr. H. R. Hillebrand, antiguo soldado de origen alemán, que aunque leal y honrado, no puede ya por su edad y sus ideas peculiares cumplir satisfactoriamente sus deberes; y en cuanto al subpromotor fiscal federal, licenciado L. Engelking, creo que le preocupa más su clientela profesional que la persecución de los revoltosos mexicanos. Arriba y abajo de Ciudad Juárez, a lo largo del río, la vigilancia es muy imperfecta por falta de elementos; y entre Ciudad Juárez y Agua Prieta casi no hay ninguna. El detective empleado por esta oficina continúa haciendo la vigilancia encomendada. Reitero a Ud. las protestas, etc. Antonio V. Lomelí.

Señor Secretario de Relaciones. México.

Informe del licenciado Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, D. C., acerca de sus gestiones ante el Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, para lograr la aprehensión de don Francisco I. Madero por violar las leyes de neutralidad.

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[A.R.E., L-E-617] [Muy reservada.] Washington, 28 de Noviembre de 1910. Habiendo visto que pasaba el tiempo sin haberse recibido noticias de la aprehensión de Madero y de las demás personas que notoriamente están violando, con sus actos en la frontera las leyes de neutralidad, creí conveniente tener una conversación con el señor Foster, Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, y al efecto el viernes último aproveché la circunstancia de habernos encontrado en una comida, para preguntarle su opinión acerca del caso, haciendo que apareciera esa pregunta como incidental. El señor Foster me dijo que, aunque la ley exige para la aprehensión de los individuos que éstos estén cometiendo o hayan cometido algún acto material de los punibles conforme a la ley, creía que las pruebas en contra de Madero eran enteramente claras. Me referí yo, en seguida, a la opinión del Procurador Boyton, de Texas, publicada en los periódicos recientemente, según la cual era necesario sorprender in fraganti a Madero para aprehenderlo. Agregué que los actos de éste son de tal modo ostensibles y evidentes que no se necesitan más pruebas. El señor Foster espontáneamente me ofreció que hablaría con el señor Knox acerca de esta materia, sin hacer referencia a nuestra conversación. Al día siguiente, sábado 26, tuve en la mañana una entrevista con el señor Wickersham y en ella le expresé mi sorpresa de que no se hubiera procedido a la aprehensión de Madero. Llamó a su despacho al señor Finch, Jefe de la Sección a que corresponden estos asuntos y le preguntó que por qué no se había procedido conforme a sus instrucciones. El señor Finch le contestó que por su parte había creído cumplir enviando el domingo anterior, 20 del actual, el telegrama que el señor Fowler dirigió al Procurador Boyton y al “Marshall” de San Antonio, Texas, que aparece en mi nota muy reservada del 21 del actual. El señor Wickersham le dijo que dirigiera un nuevo telegrama inmediatamente a aquellos dos funcionarios

urgiéndoles la aprehensión de Madero quien agregó, es culpable de “felony” de una manera enteramente evidente. En vista de esta resolución le di las gracias al señor Wickersham expresándole la esperanza de que ahora se logrará la realización de ese propósito tan justificado. Respecto a las armas, el señor Finch me manifestó que se encontraban en San Antonio encerradas en un lugar cuyas puertas estaban clavadas, con el fin de que no pudieran sacarse sin conocimiento del vigilante que ellos tenían allí y que sólo podían embargarlas las autoridades en caso de que se intentase sustraerlas. Agregó, además, que nuestro Cónsul en dicha localidad también ocupaba un vigilante con el mismo objeto. Ayer, después de almorzar en la casa del señor Wickersham, este señor me dijo que la única dificultad que había para la aprehensión, es conocer el paradero de Madero. Inmediatamente telegrafié a nuestro Cónsul en San Antonio, quien me ha respondido hoy diciéndome que le es imposible darme noticias de él y que me comunicará las que obtenga. Por el contenido de esta nota se servirá usted ver ratificados los telegramas que le he enviado acerca de mis gestiones en el asunto que es objeto de ésta. Si averiguado el paradero de Madero no se procediera a su aprehensión inmediata, acudiré al señor Taft, conforme se sirve indicármelo. El señor Root, a quien se refiere usted en su telegrama del día 26, se encuentra ausente de esta ciudad. Al tener la honra de comunicar a usted lo que precede, me complazco en reiterarle las seguridades de mi más alta y más distinguida consideración. De la Barra. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

Informe del licenciado Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, D. C., sobre las gestiones hechas por el señor Gustavo Madero, ante el Departamento de Estado Americano, para ser reconocido como agente revolucionario.

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[A.R.E., L-E-617] [Muy Reservada.] Washington, noviembre 28 de 1910. Tengo la honra de acusar recibo del telegrama cifrado que, con fecha 25 del corriente, tuvo usted a bien dirigirme en los siguientes términos: “Publícase aquí mensaje de ésa sobre pretensión Gustavo Madero, de ser reconocido por ese Gobierno como agente revolucionario, pretensión que fue rechazada. Sírvase informarme.” Con fecha de ayer, contesté a usted el mensaje siguiente, cuyo texto descifrado, ratifico: “Gustavo Madero valiéndose de una persona allegada señor Knox, trató de ser recibido por éste o por otra persona Departamento de Estado, siendo pretensión rechazada. Viernes hablé señor Foster; señor Root ausente. Si no obtiénese resultado hoy, mañana hablaré señor Taft.” Ampliando mis informes relativos a la pretensión de los agentes revolucionarios de ser reconocidos por el Departamento de Estado, he sabido que Gustavo Madero y sus secuaces llegaron a esta ciudad acompañados por un hijo natural del señor Knox, amigo de colegio del referido Madero, y ayudado del cual, probablemente hicieron algunas gestiones para hablar, si no con el señor Knox, al menos con el señor Dodge, jefe de la sección latinoamericana; pero se les hizo saber que era inútil insistieran en su pretensión. De la Barra. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

Telegrama del señor Enrique C. Creel, al cónsul Diebold, en Laredo, Texas, comunicándole que el Gobierno de Washington dio órdenes de aprehensión en contra de don Francisco I. Madero.

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[A.R.E., L-E-613] Telegrama. México, 29 de noviembre de 1910. Cónsul Diebold, Laredo, Texas. Gobierno Washington ha dado órdenes repetidas aprehensión Francisco I. Madero. Creel.

Telegrama del señor Enrique C. Creel, al cónsul general de México en Nueva York, para investigar el paradero de don Francisco I. Madero, así como lo relativo al envío de pertrechos de guerra, con destino a México.

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[A.R.E., L-E-614] Telegrama. México, 29 de noviembre de 1910. Cónsul General Mexicano. Nueva York. Sabemos Madero salió para ésa; ocupe agente secreto para investigaciones y si lo descubre allí comuníquelo inmediatamente Embajada. También sabemos prepáranse allí dos envíos pertrechos guerra que vendrán México por mar, investigue y comuníquelo luego. Creel. Trasmítase. F. Gamboa.

Informe del señor Antonio V. Lomelí, Cónsul en El Paso, Texas, dando cuenta del arribo del señor Antonio Villarreal, con su familia, procedente de Los Ángeles, California, al cual se le vigila.

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[A.R.E., L-E-678] [Nº 340/60. Revoltosos.] [Reservada.] El Paso, Tex., noviembre 30 de 1910. Anoche recibí del señor cónsul en Los Ángeles, Cal., un telegrama, avisándome que se dirigían a ésta cosa de quince revoltosos, entre los cuales venía probablemente Antonio Villarreal. Vigilada convenientemente la estación del ferrocarril, se observó que en el tren procedente de Los Ángeles, que llegó aquí a las cuatro de la mañana de hoy, venía un individuo vestido decentemente a quien acompañaban cuatro señoras, el cual fue reconocido por uno de los agentes del señor Tte. coronel don Gustavo Alemán, como el citado Antonio Villarreal y su familia, notándose que en el mismo tren venían varios individuos de la clase de nuestro pueblo, totalmente desconocidos para nuestros agentes. Por no tener un carruaje disponible, los agentes no pudieron seguir al que condujo a Villarreal al centro de la ciudad, pero he recomendado la busca y vigilancia de ese individuo al detective Smith, esperando fundadamente que lo encontrará y no lo perderá de vista. Con tal motivo hoy he tenido la honra de dirigir a Ud. el siguiente telegrama, cuyo contenido ratifico: “Esta madrugada llegó Antonio Villarreal, procedencia Los Ángeles. Ya se le vigila.” Reitero a Ud. las protestas, etc. Antonio V. Lomelí. Señor Srio. de Relaciones, México.

Telegrama del Lic. Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, comunicando el viaje del agente secreto de Madero, Harvey Phillips, acompañado del cubano José Rodríguez, y del norteamericano Phillips, con destino a México, llevando cartas de presentación del abogado Hopkins para el Cónsul de Guatemala en Nueva York.

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[A.R.E., L-E-614] Telegrama de la Embajada de México en Washington, D. C. 2 de diciembre de 1910. Comunícaseme que Harvey Phillips, Director Agencia Secreta esta ciudad, individuo peligroso, salió hace una semana como agente secreto Madero acompañado de dos de sus agentes; uno cubano José Rodríguez, treinta y un años, sobre cinco pies siete pulgadas, alto, ojos y pelo negros, cutis cetrino; Phillips americano, veintiocho años, cinco pies ocho y media pulgadas, ciento cincuenta libras de peso, rasurado, pelo negro, bien vestido; ignoro señas compañero. Llegaron Nueva Orleans, sobre treinta de noviembre, de donde partieron esa capital sin poder precisar vía. Hopkins, abogado, y agente Guatemala aquí diole carta presentación Cónsul Guatemala Nueva York, entregándole tres mil dólares gastos viaje. De la Barra. Comuníquese a Gobernación.

Informe del señor Antonio V. Lomelí, Cónsul de México en El Paso, Texas, dando cuenta de la vigilancia ejercida en contra de Antonio Villarreal y familia, así como de la madre y hermana de Juan Sarabia, motivando su viaje violento a San Antonio, Texas.

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[A.R.E., L-E-678] [Nº 347/61. Revoltosos.] [Reservada.] El Paso, Tex., diciembre 3 de 1910. Ayer tuve la honra de dirigir a Ud. mi telegrama, que descifrado dice: “Villarreal permanece oculto en el día y conferencia de noche con gente sospechosa. En 1905 iba a ser deportado a México y se fugó. Pregunté a esta Oficina de Inmigración si pudiera deportarse ahora, y contesta que solamente por orden Departamento en Washington. Tal vez convendría gestionar esa orden, pues indudablemente ha venido para intentar algún asalto en esta parte de la frontera. Urge envío algunos rurales para vigilar río, que está seco.” Al llegar a esta ciudad, Villarreal se alojó en el “Palace Hotel”, situado en la calle Sur El Paso, ocupando el cuarto No. 38. Al día siguiente de su llegada envió a la República a la madre y hermana de Juan Sarabia, que lo acompañaban, quedándose aquí con él su esposa y hermana. Desde luego se le vigiló estrechamente, tomándose nota de las personas con quienes se puso en contacto, siendo Benjamín G. Silva quien con más frecuencia lo visitó, con el objeto probable de entregarle correspondencia, que se comprobó estuvo recibiendo y quemó antes de salir de esta ciudad. Recordando un decreto de deportación a México expedido en su contra en 1905, el cual no fue cumplido por habérsele fugado al agente que lo conducía a Ciudad Juárez, pasé a ver al Jefe de esta Oficina de Inmigración para preguntarle, si en el evento de venir a ésta Villarreal se le podría aprehender y deportar, en cumplimiento de la orden relativa de 1905, habiéndome contestado el Agente que con motivo de su condena en la Penitenciaría de Yuma y Florence, se consideraba cancelado el decreto de deportación, no pudiendo obrarse en ese sentido sin nuevas instrucciones del Departamento del Trabajo. Respecto del pedido de rurales, parece urgente su envío, siquiera para tranquilidad de los ánimos, pues estando seco el lecho del río ofrece franco

paso a contrabandistas y revoltosos por todas partes, careciéndose en Ciudad Juárez de gente montada que vigile el río, pues de los rurales existentes sólo hay tres disponibles; los celadores de la Aduana permanecen lo más cerca posible de la población para replegarse rápidamente en caso de ocurrir desórdenes; y respecto de la policía, tiene que limitar su vigilancia al casco de la ciudad, sin poder hacerlo a lo largo del río. Terminaba ya este despacho, cuando se me ha dado aviso de que Villarreal, habiendo notado tal vez la vigilancia de que era objeto, abandonó repentinamente el hotel donde se alojaba y, con señales evidentes de gran temor, se dirigió con su familia a la estación del ferrocarril tomando billetes para San Antonio, Texas. Con tal motivo, acabo de dirigir a Ud. un telegrama que dice: “Anoche salió Villarreal rumbo a San Antonio, acompañado de esposa y hermana. Ya telegrafío Ornelas.” Al mismo tiempo dirigí al señor Cónsul de la República en San Antonio, el siguiente telegrama cifrado: “Anoche salió para ésa Antonio Villarreal, acompañándolo esposa y hermana.” El detective Smith, que fue quien ejerció la vigilancia sobre Villarreal, tomó nota de las personas con quienes comunicó, vigilándose ya a varias de ellas. Reitero a Ud. las protestas, etc. Antonio V. Lomelí Señor Secretario de Relaciones Exteriores. México.

Telegrama del licenciado Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, comunicando haber dado aviso confidencial al Departamento de Estado, de la presencia de revolucionarios, llamando especial atención sobre Sánchez Azcona.

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[A.R.E., L-E-614] Telegrama de la Embajada en Washington. 3 de diciembre de 1910. Recibí el telegrama de usted sobre revoltosos. Aquí hace seis días vigílaseles cuidadosamente; ayer di aviso confidencial de su presencia a Departamento de Estado, llamando atención especialmente sobre Sánchez Azcona. De la Barra

Artículo titulado “Está en bahía un hijo del general Bernardo Reyes”, tomado del periódico La Lucha, publicado en La Habana, Cuba, acerca de las declaraciones hechas por Rodolfo Reyes sobre los acontecimientos políticos desarrollados en México.

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[A.R.E.] 5 de diciembre de 1910.

ESTÁ EN BAHÍA UN HIJO DEL GENERAL BERNARDO REYES A bordo del vapor “Espagne”, hizo ayer importantes declaraciones a un repórter de La Lucha. Dice que Porfirio Díaz es una reliquia que debe respetarse aunque es mal gobernante. El general Reyes, ex candidato a la Presidencia, condena la revolución. Un aerograma del general. La juventud mejicana es liberal. Mañana de movimiento inusitado en el puerto de La Habana fue la de ayer, cuatro hermosos trasatlánticos habían arribado a ella y para dejar a un contingente de pasajeros tan considerable que a la hora de desembarcar, en la Casilla de Pasajeros se hacía materialmente imposible el tránsito. Con noticias de que a bordo de uno de esos trasatlánticos se encontraba una personalidad de indiscutible relieve político en la vecina república de México, un hijo del general Bernardo Reyes, cuyo nombre ha sido traído y llevado por las columnas de la prensa apenas se ha iniciado la violenta crisis de ese país, no nos fue dable vacilar un instante para ir a bordo del “Espagne” donde venía y celebrar con él una entrevista de actualidad palpitante. Cuando llegamos a bordo requerimos a un amable amigo, señor Carlos de la Torre, que en el barco regresaba después de cumplimentar la comisión que nuestro gobierno le encomendara de ir a Europa a formar el presupuesto y gestionar la edición de la obra Ictiología cubana, del sabio compatriota nuestro, doctor Poey, para que nos sirviera de “cicerone” con el objeto de hablar con el hijo del general Reyes en medio de aquel mar humano que se agitaba a impulsos del deseo de saltar a tierra. A poco de recorrer la amplia cubierta del “Espagne” le hallamos.

Después de los saludos que preceden a toda presentación —la que debimos al doctor la Torre— el repórter invitó al pasajero a que le concediera el honor de una “interview”. Gustosísimo accedió a ello el licenciado Rodolfo Reyes, que así se llama. El viaje había sido molesto por el mal tiempo que alcanzó al barco desde que pasó las Islas Azores. Por fin hemos arribado a este puerto, nos decía, después de pasar algunos días en este palacio flotante, llenos de zozobra y de angustia. De la noche a la mañana el huracán se nos vino encima. Las primeras olas largas anunciaron el meteoro: el barómetro bajó rápidamente y todo el vapor se encontró ya listo para el ataque, clausuradas todas las ventanillas, los pasajeros de tercera encerrados en el entrepuente cuando la lluvia y el viento nos envolvieron uniéndose para combatirnos. A ello obedece el retraso del buque; que por cierto cuenta la rara coincidencia de haber tenido mal tiempo en los dos viajes que ha hecho de Europa a Cuba. —¿Trae usted su familia? —Sí señor: me acompaña mi esposa la señora Carmen Morales de Reyes y mis tres hijos, Bernardo, Rodolfo y Roberto. —¿En el ciclón no tuvieron novedad? —No, afortunadamente, pero el último, el más pequeño de mis hijos se encuentra atacado de una ligera afección pulmonar que ha sido la causa de que yo y mi esposa no hayamos podido disfrutar de las delicias del viaje, pues nos tiene sobresaltados la enfermedad. —A fin de que de Veracruz a la capital de la República a donde me dirijo, podamos conducirlo cómodamente, anoche hice expedir un mensaje inalámbrico a Veracruz disponiendo que se me reserve un pullman a mi llegada, el cual ocuparemos yo y mi familia. —Señor Reyes, nuestra visita tiene un objeto, y es conocer su opinión autorizada sobre los últimos acontecimientos políticos desarrollados en su país. ¿Qué objeto tiene su viaje? —Mi viaje no tiene más que un objeto: el de ir a posesionarme nuevamente de profesor de Derecho Constitucional de la Escuela de Jurisprudencia, en virtud de que se me acaba de cumplir la licencia que al efecto de ir a París al lado de mi padre por algún tiempo me fue otorgada oportunamente. —¿El general Reyes su padre reside habitualmente en París, donde ahora está? —No señor. Allí está en comisión oficial del Gobierno. —¿Qué comisión es esa? —La de estudiar la organización de los ejércitos europeos; para

presentar el proyecto de servicio obligatorio que ha de regir probablemente el año venidero en México. —¿Esa comisión la obtuvo su padre hace ya algún tiempo, porque al gobierno le convenía alejarlo del territorio en virtud de haber aspirado con éxito probable a ocupar la Presidencia de la República? —Cuando obtuvo la comisión que se le dio por los antecedentes valiosos que tiene de sus conocimientos militares, el nombre de mi padre no figuraba en ninguna candidatura oficialmente. —Él, mejor dicho, algunos adictos a él, entre los cuales recuerdo de manera agradable por su lealtad y honradez, al hoy redactor del periódico que usted representa, La Lucha, señor Heriberto Barrón, presentáronle como candidato para sustituir al general Porfirio Díaz: pero como que a la sazón surgieron obstáculos políticos insuperables de salvar toda vez que mi señor padre no es partidario de adoptar los procedimientos de violencia porque acaso vislumbre en esos procedimientos mismos la amenaza de la pérdida de la nacionalidad que le vendría por la frontera, precisamente de Estados Unidos, requirió reiteradamente a esos adictos para que desistieran de sus deseos para que los depusieran en aras del amor a la Patria. —Mi padre, hay que hacer constar, que es el único general de División que no se ha pronunciado contra el Gobierno constituido. —¿Cuál es la causa de la revolución, puede usted explicarla si la sabe? —Desde luego creo que como toda revolución la inspiran los deseos de unos cuantos para exaltar a un hombre en quien reflejan sus simpatías. —¿Y ese hombre es…? —Será, quizá el señor Madero, que es quien alienta a los revolucionarios, pero yo no lo aseguro. —¿Madero tiene lastre político? —En mi opinión humilde, ninguno; es sencillamente un hombre joven, acaudalado y de valor indiscutible; pero no un hombre cuya ejecutoria política le haga una amenaza para los que gobiernan. Lo que ocurre es que con la revolución que Madero fomenta, se le brinda una oportunidad para significar sus ansias de que vengan nuevos hombres a los oprimidos, a los que sufren hambre y sed de justicia. Ésos engrosan la revolución. Yo, que soy el “leader” de la juventud intelectual de México, en todas las manifestaciones de la libertad y del progreso, que he sido un alto político, que he lanzado a la faz del gobierno en mis discursos los más airados apóstrofes cuando he creído que lo merecía, no recomiendo ni recomendaré jamás la revolución para derrocar al general Porfirio Díaz,

cuya administración es deficientísima seguramente, pero el cual es también para nuestro país un algo que debemos respetar siquiera sea porque bajo su gobierno ha podido México marchar a la vanguardia del progreso del Continente: —Ahora, en estas circunstancias ¿se inmiscuirá usted en la política de su país? —Seguramente, o sería un cobarde más. —Explíquese usted. —Si ahora rehuyera entrar en la política oposicionista seria y moderada, se me podría culpar como a aquel capitán que embarcaba a la gente y no se apartaba de la orilla. Yo iré a mi puesto aún cuando no iré con los revolucionarios. —¿Teme usted alguna emergencia a su llegada a su país? —No creo: estoy perfectamente bien conceptuado como hombre de orden y además, mi padre acaba de rectificar algunas apreciaciones erróneas que se habían hecho respecto a la actitud que asumiría él en estos momentos de crisis; pero si conmigo se diera en San Juan de Ulúa — que es como la Cabaña en tiempos de Weyler— no se conseguiría más que precipitar funestos acontecimientos. —¿Cuáles? —Quiero decir a usted que sería ello una señal de alarma para la juventud mejicana ambiciosa de libertad con cuyas simpatías cuento y que no podría tolerar ultraje semejante en quien regresa en los momentos difíciles para poner su influencia, si acaso se aceptara, a contribución del orden y de la cordialidad entre hermanos. —¿Sin duda, le anima algún propósito? —Sí señor: yo trataré de provocar la reconciliación, yo hablaré a unos y a otros y espero que mi gestión no carezca de eficacia. —El licenciado Reyes no quiso acceder a nuestras súplicas de que nos manifestara si por conducto suyo, su señor padre, que es una figura política de gran popularidad en su país, sobre todo en el elemento militar, haría alguna gestión cerca de los revolucionarios para encontrar una fórmula de avenencia que restituya la normalidad a México. Nuestra opinión se inclina a creerlo así, toda vez que ello se desprende de las últimas palabras dichas por el señor Reyes. En los momentos que departimos con el licenciado Reyes le avisó un garzón que había para él un aerograma. Era del general Bernardo Reyes expedido en París y decía transcrito literalmente: “Rodolfo Reyes. Espagne. Noticias de México exageradas. Bernardo.” El

licenciado Reyes nos inquirió si se habían recibido noticias sensacionales de su país. Al darle nosotros aquellas que todos los periódicos publicaban ayer por la mañana recibidas por cable, nos dijo que carecían de importancia y que sólo venían a corroborar el contenido del aerograma que le trasmitían de París. A las doce del día de ayer bajó a tierra el licenciado Rodolfo Reyes y después de pasear por la ciudad se dirigió al Departamento de Comunicaciones a recoger una correspondencia que le pertenecía.

Informe del licenciado Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, del resultado de su plática con el señor Philander Knox, con motivo de una posible entrevista de don Gustavo A. Madero con el Presidente Taft.

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[A.R.E., L-E-616] [Muy reservada.] Washington, diciembre 5 de 1910. Habiendo recibido noticia privada de que don Gustavo A. Madero salía hoy de Nueva York para Washington, con el propósito de ver al señor Presidente Taft, según había hecho saber, le manifesté al señor Knox, de una manera incidental, en la conversación que tuve con él, que había yo respondido a mi informante que desmintiera la noticia, pues era inverosímil que el señor Madero hubiera afirmado tal cosa, conociendo las buenas relaciones y la cordial amistad que hay entre los dos países y los dos Gobiernos. El señor Knox me dijo que había hecho muy bien en responder en esos términos, pues tal pretensión, si existiera, sería absurda. Reitero a usted las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. De la Barra Señor Secretario de Relaciones Exteriores. México.

Informe del licenciado Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, acerca de las pruebas que presentaría ante el Departamento de Estado Americano, para justificar los motivos legales para el arresto de don Francisco I. Madero.

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[A.R.E., L-E-616] Telegrama de la Embajada de México en Washington, D. C., 6 de diciembre de 1910. Departamento de Estado pidióme datos para justificar motivos legales arresto Madero; contestéle diciendo que con gusto remitirá la Embajada esos datos conducentes, aunque las violaciones de las leyes de neutralidad por Madero son tan evidentes por los hechos que conocen Departamento de Justicia y Departamento de Estado, que hacen innecesaria otra prueba presentada al Departamento de Estado: manifiestos Madero y facsímile nombramiento favor Urquidi. De la Barra

Instrucciones giradas por el señor licenciado Enrique C. Creel, al Embajador de México en Washington, para manifestarle al Presidente Taft la sorpresa causada por demorarse la aprehensión de don Francisco I. Madero, la que se consideraría como prueba elocuentísima de amistad hacia México y su Gobierno.

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[A.R.E., L-E-616] Telegrama. Embajada Mexicana. Washington, diciembre 7 de 1910. Refiérome con aprobación a telegrama ayer sobre arresto Madero. Mañana en su entrevista Taft, sírvase manifestarle nombre señor Presidente, natural sorpresa causada por demora aprehensión Madero, culpable a todas luces violación leyes neutralidad. Aduzca comprobación documentos que remitiéronsele, entre ellos proclama Ejército invitándolo rebeldía, documentos, aunque datados México, distribuidos desde Estados Unidos. Procure Taft convénzase castigo Madero sería prueba elocuentísima de amistad hacia México y su Gobierno. Creel Trasmítase.

Telegrama del licenciado Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, D. C., comunicando estar gestionando la aprehensión de Villarreal y Guerra.

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[A.R.E., L-E-692] III/513 “910”. Telegrama de la Embajada en Washington, D. C., 8 de diciembre de 1910. (73-0) Departamento de Justicia comunícame que Villarreal y Guerra salieron ayer Los Ángeles para El Paso con intenciones cruzar frontera, pero que hoy Departamento de Justicia supo dirigiéronse Presidio, donde sígueseles vigilando. Gestiono confidencialmente aprehensión. De la Barra

Telegrama del licenciado Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, D. C., informando del resultado de su entrevista con el Presidente Taft, en que solicitó la aprehensión de don Francisco I. Madero, por violación a las leyes de neutralidad.

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[A.R.E., L-E-616] Telegrama de la Embajada de México en Washington, D. C., 8 de diciembre de 1910. Señor Taft ofrecióme hoy aprehender Madero, cuyo paradero ignórase; al tener pruebas violación estatuto americano neutralidad que según cree existen ya en poder Departamento de Justicia. Expúsele hechos que hacen evidente culpabilidad de dichos individuos y referíme a ofrecimientos hechos por el señor Wickersham en el sentido que yo le pedía animado del deseo de mostrar su amistad a México y su Gobierno y su interés por el mantenimiento de la paz. Después vi señor Wickersham, quien ratificóme su ofrecimiento de aprehender Madero al encontrársele. Cree que está en territorio mexicano, Estado de Chihuahua, lo que corresponde a informes que tengo. Señor Wickershahm díjome que con objeto tener pruebas de la compra armas por Madero o sus amigos ha dado orden vigilancia armas en San Antonio y San Louis para proceder contra quien reclámelas, que nadie ha hecho hasta hoy. Esta tarde hablará con señor Taft, para hacerle conocer acuerdo relativo aprehensión. De la Barra

Carta del señor Erasmo Martínez, dirigida al señor Enrique Ornelas, Cónsul de México en San Antonio, Texas, recomendándole a Pablo Longoria, vecino de Laredo, para encargarse de perseguir y aprehender a don Francisco I. Madero.

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[A.R.E., L-E-712] [Erasmo Martínez. Esquina de las calles Díaz y Ocampo No. 339.] Ciudad Laredo, diciembre 9 de 1910. Señor don Enrique Ornelas, Cónsul Mexicano. San Antonio, Texas. Estimado amigo: Ayer estuvo aquí conmigo Pablo Longoria, y ayer mismo se regresó para esa, después de haber hablado conmigo y con el señor general don Lauro Villar extensamente sobre el paradero de Madero, y nos ha ofrecido, cosa que yo creo sinceramente, que tan luego como llegue a esa se pondrá a disposición de usted para recibir sus órdenes sobre el particular, poniendo la sola condición que no quiere depender de nadie superior a él más que usted por razones que él nos explicó y que las tomamos en cuenta. Pablo lo conozco muy bien, y lo creo capaz de una comisión semejante, lo creó mi padre y le tengo confianza; así es que, si usted lo cree igual, hágame favor de darle sus instrucciones para perseguir a Madero y aprehenderlo por algún medio, y que en todo caso le esté dando informes a usted de lo que haga. Si Ud. me hace favor de darme alguno que otro informe sobre el particular para que a la vez lo conozca por mi conducto tanto el señor general Díaz, como Villar, se lo estimaré mucho. De Ud. su atto. amigo y afmo. y S. S. Erasmo Martínez

Informe del señor Francisco Barrón, fechado en Yuma, Arizona, dirigido al Secretario de Relaciones Exteriores, sobre las actividades de Francisco López, propietario de una cantina en Los Algodones, B. C., a favor del plan proclamado por don Francisco I. Madero.

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[A.R.E., L-E-619] [Reservada.] Yuma, Arizona, diciembre 11 de 1910. Hoy tuve la honra de dirigir a usted el telegrama siguiente: “Tengo Juardas que en Aptamentes Broncista Cepa hay jerapellinas que jibionan 02 unsucapires a rodin. Urge Victorear en dicho punto.” El cual descifrado dice así: “Tengo informes que en Algodones B. C. hay individuos que incitan trabajadores a rebelión. Urge tropa en dicho punto.” Al confirmar el preinserto telegrama, tengo la honra de manifestar a usted, que en la mañana de hoy, por conducto privado y de entera fe, llegó a mi conocimiento que un individuo llamado Francisco López, que tiene establecida una cantina en Los Algodones, B. C., y que es desafecto a nuestro Gobierno, hace días que está externando amenazas graves contra los empleados federales que residen allí: que dicha cantina es el punto de reunión de los obreros que han venido a comenzar los trabajos en el Río Colorado, del lado de California de este lado de la línea divisoria, pero inmediato a ella, y que entre ellos hay uno que trata de hacerse de prosélitos, y los incita a levantarse en armas en favor del plan de Francisco I. Madero. En vista de esos informes, procuré averiguar algo respecto del mencionado Francisco López, y supe que ha vivido aquí, que es un individuo peligroso y de pésimos antecedentes, por lo cual creí de mi deber dirigir a usted el telegrama preinserto; pues aún cuando tales individuos carecen de cualidades y condiciones para poder considerarlos como revolucionarios, constituyen un elemento subversivo y peligroso, muy capaz de aprovechar las aglomeraciones de gente para hacerse de prosélitos, y la proximidad y falta de vigilancia de nuestra frontera, para cometer algún acto vandálico. Juzgo oportuno también llamar la atención de usted sobre el hecho de que dentro de breves días van a comenzar los trabajos que el Gobierno de este país va a ejecutar en el Río Colorado, al sur de la línea divisoria, y por

consiguiente, se espera con ese motivo que esta población será el centro de reunión de toda la gente que se empleará en esos trabajos, cuando menos los días en que se les paguen sus salarios, y como no es remoto que entre tantos individuos vengan algunos de ideas subversivas o socialistas, que por aquí abundan, parece indicada la conveniencia de que se estableciera en la frontera del Estado de Sonora con este condado, que hasta ahora se encuentra absolutamente sin vigilancia, alguna tropa que sirva de respeto, a fin de evitar cualquier acto agresivo que pudiera intentar. Renuevo a usted las protestas de mi más respetuosa consideración. Francisco B. Barrón Señor Secretario de Relaciones Exteriores. México.

Informe de Antonio V. Lomelí, Cónsul de México en El Paso, Texas, sobre sus gestiones para lograr el arresto de Villarreal y Guerra, localizados en la población de Presidio, Tex.

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[A.R.E., L-E-678] [No. 367/68. Revoltosos.] El Paso, Texas, diciembre 12 de 1910. Ayer tuve la honra de recibir un telegrama de Ud. que descifrado dice: “Embajador Washington comunícame que Villarreal y Guerra encuéntranse en Presidio, Texas, con intención cruzar frontera.” Inmediatamente fui a buscar al “Deputy Marshall” de este Distrito, Mr. H. B. Hillebrand, quien desde luego me dijo que nada podía hacer por falta de facultades y dinero. Que la ley no le permitía arrestar a nadie por sospechas o intenciones, sino por actos actuales de violación de la ley americana. Que para comprobar esos actos y justificar el arresto se necesitaba coger infraganti a los culpables o tener una queja jurada de algún testigo ocular, cosas de que por el momento se carecía. Que para ir a Presidio necesitaba que se autorizaran los gastos necesarios por quien corresponde. Que para llegar a aquel lugar hay que viajar ocho horas por ferrocarril hasta Presidio, habiendo la posibilidad de no encontrar ya en aquel lugar a los acusados, y que aun en el caso de hallarlos y de comprobarse el delito, él solo no podría arrestarlos, y en aquel lugar no hay fuerzas disponibles de que poder echar mano para someterlos, en caso de que hicieran resistencia. Que lo más que podría hacer era dirigirse telegráficamente a su jefe el “Marshall” Mr. Eugene Holte, comunicándole mi pretensión y pidiendo instrucciones. Que en cuanto a la posibilidad de mover las tropas, él sólo podía hacerlo en el caso de haber grupos armados que trataran de pasar de un lado al otro de la línea: y para objetos puramente preventivos se requerían órdenes directas de Washington. En vista de todo eso, ayer tuve la honra de dirigir a Ud. el siguiente mensaje, cifrado: “Contesto telegrama anoche. ‘Deputy Marshall’ H. B. Hillebrand, a quien compete hacer cumplir leyes neutralidad en esta frontera, dice no poder ir a Presidio, Texas, sin instrucciones de su jefe a quien se ha dirigido

telegráficamente, transmitiéndole mis informes respecto de Guerra y Villarreal; ya avisaré resultado. Convendría que Embajador pidiera envío a ésta de dos detectives oficiales; y orden a tropas de poner destacamento en Presidio y patrullar línea de aquí hasta más allá de Presidio, Texas.” Renuevo a Ud. las protestas, etc. Lomelí Señor Secretario de Relaciones, México.

Carta de Francisco Arzate, fechada en Big Springs, Texas, dirigida a Antonio V. Lomelí, Cónsul de México en El Paso, Texas, informándole de las actividades de Fabián Gómez a favor de los maderistas.

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[A.R.E., L-E-678] Big Springs, Texas. Diciembre 12 de 1910. Sr. A. V. Lomelí. El Paso, Texas. Muy señor mío: No le había contestado su última, motivo que no estaba aquí, fui a echar una expedición; pero ahora diré a Ud. en contestación, que los insurrectos se han recopilado de Marfa hasta los Clusos y Taslingua, pues por eso claro es por donde están pasando muchos mexicanos para Mulato, San Carlos y Ojinaga, y reuniéndose con las fuerzas maderistas, pues por ese rumbo tal vez no se cuide o témese el atajarlos. Nomás se pueden proveer de armas y luego se marchan. Hace pocos días se fueron de Agua dulce como 14 hombres a ese mismo rumbo, y de aquí se fue Aureliano y Manuel Ceniceros, hermanos, ambos compañeros de Bermúdez, también para México. El eje principal de este pueblo es el que era segundo del tal Bermúdez, Fabián Gómez, con el cual se entienden todos cuantos llegan, nomás que se cuida muchísimo y no le hemos podido coger ninguna credencial que lo comprometa por los insurrectos pero ocultamente. Procure Ud. mucho se cuide la línea desde Maraton hasta Terlingua, que es por donde está pasando la gente a reunirse con los insurrectos. También diré a Ud. que yo y mis amigos hemos desanimado a muchos que quieren adherirse a los liberales haciéndoles entender el mal en que pueden recurrir, pues los señores Magón y compañeros procuran venganza y dinero y no el bienestar de nadie. Yo quería dar una vuelta hasta El Polvo, Texas, pero me faltan recursos, por eso uno de los lugares por donde más pasan por que está muy cerquita del Mulato, México, nomás divide el río. Contésteme prontito y yo procuraré si puedo coger de algún modo al jefe Gómez. Soy de Ud. su S. S.

Francisco Arzate

Telegrama de Enrique Ornelas, Cónsul de México en San Antonio, Texas, comunicando la comisión conferida por Alfonso Madero a H. Mc Closkey, para recibir en Monterrey, N. L., a unos ex soldados americanos y mil armas Winchester, por lo que solicita instrucciones.

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[A.R.E., L-E-712] Telegrama. San Antonio, Texas, diciembre 13 de 1910. Mi agente reservado y H. Mc. Closkey ha logrado confianza de Alfonso Madero a grado de que Alfonso ha comisionado a Mr. Closkey para que vaya a Monterrey a recibir unos ex soldados americanos y mil armas Winchester calibre treinta por treinta que se tiene pensado introducir en México a fin del presente mes. Mc. Closkey debe salir mañana a más tardar y al ir sería para trabajar de acuerdo con nuestras autoridades pero teme ir Monterrey sin que yo personalmente lo introduzca a nuestras autoridades reservadas. Entiendo que un americano de nombre Wm. Berry sale día quince corriente mes para Nueva York a comprar las mil armas y parque. Suplícole telegrafiarme instrucciones. (Telegrama Cifrado. Enrique Ornelas)

Carta de Antonio V. Lomelí, Cónsul de México en El Paso, Texas, agradeciendo a Francisco Arzate sus informes acerca de las actividades de Fabián Gómez, recomendándole investigar si éste provee de armas o dinero a los que se trasladan a México.

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[A.R.E., L-E-678] El Paso, Texas, diciembre 14 de 1910. Señor don Francisco Arzate, Big Springs, Texas. Muy señor mío: Recibí su apreciable de 12 del actual y le doy las gracias por las noticias que me comunica, esperando me siga informando de lo que ocurra por esa. Procure averiguar con certeza si Gómez provee de armas o dinero a los que quieren ir a México, o si tiene alguna persona para que les proporcione lo necesario. Dígame también para dónde se fue Bermúdez. Por México todo va bien y todo está tranquilo; sólo en la frontera de Coahuila y de Chihuahua hay algunas partidas de bandidos a los que se les arreglarán pronto las cuentas, pues ya tenemos por acá tropas suficientes para barrer todo eso. Antier se les dio el golpe a los revoltosos que andaban por Guerrero y Miñaca, y para la semana que entra no habrá por ese rumbo ni rastro de ellos. A los de Ojinaga ya se les está preparando también la fiesta. Quedo de usted atto. S. S. A. V. Lomelí

Informe de Antonio V. Lomelí, Cónsul de México en El Paso, Texas, dando cuenta de las observaciones hechas por el Cónsul americano L. F. Eltsworth, de Ciudad Porfirio Díaz, sobre la presencia de fuerzas maderistas al mando de Abraham González y Perfecto Lomelí, con intención de atacar la población de Ojinaga.

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[A.R.E., L-E-678] [No. 383/76. Cónsul Eltsworth. Un anexo.] Reservada. El Paso, Texas, diciembre 17 de 1910. Ayer tuve el honor de dirigir a Ud. un telegrama que descifrado dice: “Cónsul L. F. Eltsworth, de ciudad Porfirio Díaz y enviado especial Departamento Estado y Justicia, llegó anoche a ésta procedente de Marfa, Texas, habiendo recorrido frontera y visitado Ojinaga hace dos días. Periódicos de ésta le atribuyeron conceptos impropios que me dice no haber expresado. Infórmame que fuerzas rebeldes ante Ojinaga son como seiscientos, divididos en dos grupos al mando de Abraham González y Perfecto Lomelí, de los cuales como cuatrocientos tienen armas, y que prepáranse atacar población mañana o pasado. Dice que población mexicana en frontera Texas está en fermentación, y que si hubiera jefe prestigiado se levantarían en gran número. Que tomará medidas para impedir violaciones neutralidad, para lo cual tiene amplias facultades.” Como se servirá Ud. ver en las tiras anexas, el señor Eltsworth habla con bastante libertad de su misión y de las cosas que observa, pareciendo agradarle mucho que la prensa se ocupa de su persona. En la entrevista que con él tuve me permití llamarle la atención hacia algunos conceptos que la prensa le atribuía y que no parecían muy discretos, invitándolo a desautorizarlos por su propia conveniencia. Después de negar haberse expresado de la manera que se le atribuía, me manifestó que tanto él como el público americano, en general, daban poca importancia a lo que la prensa decía, por saberse de antemano que hay siempre exageraciones en un sentido o en otro. Que lo único que podríamos temer era que algún jefe de prestigio se pusiera al frente de la revuelta, pues sabe que tanto en Texas como en México hay mucha gente dispuesta a levantarse y que casi todos poseen armas. Que ni a Madero ni a Magón se les tiene confianza, y por eso no ha

tomado grandes proporciones la revuelta. Que también pudieran restringirse los buenos oficios que dizque nos prestan las autoridades americanas, si el nuevo Congreso, cuya mayoría es demócrata, obstruyese de algún modo la acción del Presidente Taft. Concluyó diciendo que es nuestro amigo y nos ayudará en todo lo que pueda. Reitero a Ud. las protestas, etc. A. V. Lomelí Señor Secretario de Relaciones, México.

Informe de Antonio V. Lomelí, Cónsul de México en El Paso, Texas, acerca de la campaña difamatoria seguida por la prensa americana en contra del Gobierno Mexicano, despertando temores por las vidas e intereses de los estadounidenses establecidos en la República, para provocar la intervención, diciéndose que en este sentido trabajaban Gustavo A. Madero y Lauro Aguirre.

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[A.R.E., L-E-678] [Reservada. No. 384/77. Revuelta en Chihuahua.] El Paso, Texas, diciembre 17 de 1910. Después de la acción de Cerro Prieto, ocurrida el 10 del actual, los periódicos de esta ciudad han aumentado su vehemencia en pro de los rebeldes y en contra de nuestro Gobierno, inventando toda clase de falsedades y calumnias tratando de convertir en victoria la derrota sufrida por los revoltosos, acusando a nuestras tropas de deslealtad y de crueldad, despertando temores por las vidas e intereses de americanos establecidos en México, e indicando con bastante claridad que tanto los revoltosos de Chihuahua como los americanos allí establecidos deseaban que el Gobierno de los EE.UU. interviniera para hacer cesar la lucha, dar garantías que dicen no tener y proceder a nuevas elecciones en México bajo la dirección y salvaguardia de los americanos. Se dice aquí que Gustavo Madero, apoyado por algunos senadores y diputados americanos, está trabajando en Washington en ese sentido. Un jefe revoltoso, que estuvo en ésta hace como diez días, se expresó de la misma manera; y el sempiterno agitador don Lauro Aguirre, que es quien proporciona aquí a los periódicos americanos y españoles el material en favor de los revoltosos y probablemente los paga bien, también ha expresado igual opinión y como estos traidores conceptos encuentran fácil acogida y simpatía en este público, y como la opinión general nos es aquí adversa; y como alguien está aquí proporcionando los fondos para esta campaña de propaganda revolucionaria, y de difamación de nuestro país y Gobierno, parece indudable que deben existir intereses americanos que la apoyan y fomentan con fines personales, siendo probable que los directores de toda esta máquina tengan ya radicados en nuestro país

intereses de cuantía, cuyo desarrollo y extensión fraudulenta estorban nuestras actuales leyes y Gobierno. Por tales motivos, hoy he tenido la honra de dirigir a usted el siguiente telegrama: “Periódicos americanos de ésta siguen exagerando proporciones revuelta Chihuahua, procurando predisponer opinión e influir en Washington para determinar intervención Gobierno americano. Sospecho que hay intereses americanos aliados a Madero que trabajan en ese sentido. Conviene activar campaña y acabar pronto con revuelta para quitar pretextos.” Al ratificar aquí lo anterior me es honroso reiterar a Ud. las protestas, etcétera. Antonio V. Lomelí Señor Secretario de Relaciones, México.

Carta del licenciado Enrique C. Creel, Secretario de Relaciones Exteriores, dirigida al cónsul Antonio V. Lomelí, en El Paso, Texas, recomendándole vigilar las actividades de los maderistas presididos por Antonio I. Villarreal, e informar de ello.

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[A.R.E., L-E-678] [Correspondencia particular del Secretario de Relaciones Exteriores.] Recda. Dic. 22 de 1910. Cont. Dic. 24 de 1910. México: 17 de diciembre de 1910. Señor Cónsul don Antonio V. Lomelí, El Paso, Texas. Estimado amigo: El Jefe Político de Galeana me da el siguiente informe: “Tengo conocimiento de que en la calle de El Paso, en El Paso, Texas, número 405 1/2, en los altos interiores de ese edificio, están teniendo sus juntas los maderistas, presididos por el conocido agitador Antonio Villarreal.” Recomiendo a usted que procure vigilar a dichos revoltosos y me comunique lo que usted pueda averiguar de cierto acerca de esos trabajos de sediciosos. Soy de usted afmo. amigo y S. S. Enrique C. Creel

Informe de Francisco A. de Icaza, Embajador de México en Alemania, dando cuenta, con el rendido por el Cónsul General en Hamburgo, sobre la procedencia de un contrabando de armas y municiones, con destino a la frontera norte de México.

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[A.R.E., L-E-623] [Legación de los Estados Unidos Mexicanos en Alemania.] Reservada. Berlín, 22 de diciembre de 1910. Con referencia a mi nota número 2/1, fechada el 20 del actual, tengo la honra de poner en conocimiento de usted que al comunicar a nuestro Cónsul en Hamburgo que había sido trasmitida en cifra la noticia del telegrama inserto, le recomendé me informara a la mayor brevedad de la procedencia y demás particulares del contrabando en cuestión. El dicho cónsul general en nota reservada que acabo de recibir, fechada ayer, me dice que recibió el 7 de los corrientes una carta en que se le denunciaba el arribo a Hamburgo de trece barriles que al parecer contenían vino o cosa semejante, pero que en realidad eran armas y municiones con destino a la frontera norte de México, y las cuales deberían ser remitidas ya directamente o por vía de los Estados Unidos. Agrega que buscó la pista sin resultado, pero que una casualidad le puso sobre ella, que el 15 nuestro Cónsul en Bremen le telefoneó consultándole cómo debía proceder con una factura de sesenta cajas lúpulo con destino a México, vía Galveston y Laredo, que a todo trance el remitente quería legalizar desde luego en aquel Consulado. “Di las instrucciones —añade—, y recomendé tomara y me remitiera todos los datos de dicha factura. Datos que concordaban con los que le comunicó un desconocido que el 18 le pidió una entrevista confidencial, en la que le manifestó ser el autor de la carta del 7, y que los barriles de armas y municiones iban repartidos en algunas de las sesenta cajas cubiertas con lúpulo.” Interrogado el denunciante de cuál era su móvil, dijo al Cónsul que desearía pasar a México, a cuyo fin pedía de dos a trescientos marcos y una carta de recomendación para el señor Presidente; a lo que le contestó éste que podría contar con ambas cosas si se comprobaba la verdad de sus aserciones. El denunciante dijo además que los remitentes estaban seguros de que las armas no serían aprehendidas “porque a su llegada a México toda la parte norte del país estaría ya en poder de Madero” —como él le llama—. “Se negó

perentoriamente —sigue diciendo el Cónsul—, a darme su nombre o dirección, a pesar de haberle ofrecido mi palabra de honor de no hacer ningún uso de ellos y me ofreció darme otros avisos de lo que supiera de la misma naturaleza, verbalmente, para lo cual haría uso de los domingos avisando previamente por teléfono. Los datos recibidos concuerdan tan exactamente con los hechos, envío, etc., que no creo haber sido engañado, ni veo el motivo para ello, pues la persona en cuestión insistió en su propina.” Dice también el cónsul respecto del desconocido denunciante que aquél le aseguró estar empleado hace más de diez años en una casa que no le aumentaba sueldo, y que, según parece, era la intermediaria para el embarque. El propio individuo indicó como procedencia de las armas Bohemia (Austria) y Berlín. Tomo nota de todo lo expuesto, y aunque el cónsul general lo habrá comunicado a usted directamente, cúmpleme transcribirlo por mi parte a esa superioridad. Renuevo a usted las seguridades de mi más alta consideración. Francisco A. de Icaza Señor Secretario de Relaciones Exteriores de Estado y del Despacho.

Informe de Antonio V. Lomelí, Cónsul de México en El Paso, Texas, al Secretario de Relaciones Exteriores, del resultado de sus investigaciones sobre las actividades de Antonio I. Villarreal, aclarando que el lugar de reunión de los maderistas es donde se edita el periódico de oposición El Paso del Norte, dirigido por F. Gamiochipi, F. F. Serrano y W. Tovar.

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[A.R.E., L-E-678] [Número 403.—C.] El Paso, Texas, diciembre 24 de 1910. Señor don Enrique C. Creel, Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F. Muy estimado señor y respetado amigo: Hace dos días tuve la honra de recibir la apreciable de usted, fecha 17 del actual, la que por recargo de trabajo no había podido contestar hasta hoy. En ella se sirve usted trasmitirme el aviso, que sobre reuniones de sediciosos en el número 405 1/2 de la calle de El Paso, de esta ciudad, le ha dado el Jefe Político del Distrito de Galeana, y me recomienda usted que procure vigilar a esos revoltosos, que se dice están presididos por Antonio Villarreal. En contestación tengo la honra de manifestar a usted que la casa que se menciona es en la que vive y tiene su imprenta un español llamado F. Gamiochipi, que en unión de F. F. Serrano y W. Tovar y Bueno, publica un periódico de oposición llamado El Paso del Norte; que el citado Gamiochipi es por ahora furibundo maderista y agitador y que por tal motivo está vigilado desde hace tiempo; que es posible y aún probable que tengan lugar allí reuniones de sediciosos, lo mismo que ocurre en otros muchos lugares de esta ciudad, sin que haya sido posible hasta ahora penetrar a esas reuniones ni hacer que las autoridades las impidan, por considerarlas lícitas. Es inexacto que Villarreal haya presidido o presida esas reuniones, pues no se encuentra en esta ciudad y los días que estuvo en ella no visitó esa casa. Para concluir me permito rogar a usted se sirva tener plena confianza

en mis gestiones y vigilancia, y estar seguro de que hago todo lo posible por dar cumplimiento a mis obligaciones oficiales. Quedo de usted con todo respeto, muy atto., S. S. y amigo. Antonio V. Lomelí

Informe de Antonio V. Lomelí, Cónsul de México en El Paso, Texas, sobre las frecuentes reuniones de los revolucionarios y la libre circulación de sus periódicos, sin que las autoridades norteamericanas admitan la política preventiva, ni las deducciones ni los indicios de estarse violando las leyes de neutralidad.

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[A.R.E., L-E-678] [No. 414/89. Vigilancia de la frontera.] [Reservada.] El Paso, Texas, diciembre 24 de 1910. Ayer tuve la honra de dirigir a Ud. el siguiente telegrama cifrado, que confirmo: “Anoche transmití a ‘Deputy Marshall’ Hillebrand, aviso Jefatura Cd. Juárez de estar pasando gente armada río arriba, de Texas a México, contestándoseme que dudaba hecho, y que aunque fuera cierto él carecía medios para impedirlo. En varios lugares ciudad hay frecuentes reuniones sediciosos conocidos; diariamente publícanse y véndense libremente periódicos sediciosos, contestándose a mis avisos y representaciones que todo eso es lícito y permitido por leyes. Respecto paso gente armada, estas autoridades niegan hecho, y dicen que tal vez transitan y pasan de uno en uno por lugares retirados, siendo imposible impedirlo. De contrabando armas y municiones suelen avisarme varios días después de verificados. Urge que Washington intervenga aquí, pues situación es ya tirante y seguros impunidad puede verificarse levantamiento general.” El aviso de la Jefatura a que al principio me refiero, resultó sin fundamento y fue debido a la tensión nerviosa en que viven en Cd. Juárez las gentes tímidas cuya excitada imaginación las hace ver lo que no existe y despertar alarmas sin fundamento. Las controversias que a cada paso tengo con el “Deputy Marshall” Mr. Hillebrand, respecto de la inteligencia que debe darse las leyes de neutralidad en este país, controversias muy amistosas por otra parte, se originan de la distinta manera que tenemos de ver las cosas a que en mi telegrama me refiero, pues mientras yo estoy solicitando y abogando por medidas preventivas, el Sr. Hillebrand, y con él otras autoridades, alegan que su ley se limita al castigo de actos comprobados y no admiten la política preventiva, ni las deducciones, ni los indicios de estarse violando la

ley. De contrabandos de armas y municiones introducidos a México, el señor administrador de esta Aduana me ha dado aviso de dos ya consumados, uno de ellos de más de un mes de verificado y aunque no hay estricta obligación de que se me den esos avisos, ya que lo hacen parece que debieran ser oportunos, pues en la forma en que lo han hecho más parece una burla que un aviso. Mis temores de un levantamiento general de los mexicanos revoltosos de la frontera americana es condicional y depende de las medidas que tomen las autoridades americanas para vigilar y castigar a los infractores de las leyes de neutralidad. Reitero a Ud. las protestas, etc. Antonio V. Lomelí Señor Secretario de Relaciones Exteriores. México.

Nota reservada de Arturo M. Elías, cónsul de México, en Tucson, Arizona, previniendo a Antonio V. Lomelí, en El Paso, Texas, de las actividades políticas de José María Maytorena, Víctor M. Venegas, Carlos Randall y Cayetano Navarro, a favor de don Francisco I. Madero.

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[A.R.E., L-E-678] Número 321. Sediciosos. [Consulado de México.] Reservada. Tucson, Arizona, diciembre 27 de 1910. Hace unos cuantos días que partió para esa ciudad José Ma. Maytorena, quien procedente de Guaymas y en unión de otros individuos, estuvo por algún tiempo en este lugar con el carácter de emigrado político, sabiéndose que tiene amistad y está en inteligencia con los partidarios de Francisco Madero. Los compañeros de Maytorena, Víctor M. Venegas, y Carlos Randall, han ellos mismos manifestado, al igual que el primero, sus simpatías por el actual movimiento sedicioso, y Venegas a reserva de lo que haya ejecutado en sus actos reservados ha escrito violentos y calumniosos artículos en el periódico antigobiernista El Monitor. Maytorena, después de llevar aquí una vida misteriosa, se dirigió a El Paso, y con el objeto de que fuera vigilado di instrucciones al detective W. L. Ray de que lo siguiera a esa y se pusiera en contacto con usted. Con el expresado partió un joven llamado Cayetano Navarro, quien se escapó de Guaymas para evitar la acción de la justicia y es también de ideas sediciosas, y antier salieron de aquí para unirse a los citados Venegas y Randall, quienes es indudable llevan la intención de fomentar de la manera que les sea posible el movimiento sedicioso, por lo que suplico usted ordenar que sean vigilados de la mejor manera usando en cooperación los servicios del detective Ray. También he tenido noticias de que están trabajando con los referidos, dos hermanos Ochoa, cuyo nombre de uno de ellos es Elíseo, quienes están empleados en la tienda de raya de la compañía “Southern Pacifico”, en ésa. Elíseo es de ideas antimexicanas y aquí públicamente expresó que estaba muy contento por la actual revolución, y el hermano fue despedido de la Compañía Pullman, siendo camarista de coches de los carros entre

esta ciudad y Mazatlán, por prestarse a llevar recados de los antedichos maderistas. Hoy estuve platicando con Mr. L. H. Manning, dueño de las tiendas de raya del “Southern Pacifico”, sobre estos hermanos Ochoa, y me dijo que estaba profundamente apenado de saber que tenía esos empleados de tal naturaleza y que por telégrafo ordenaría que se les despidiera de su empleo inmediatamente. Si obtengo algún otro dato de interés que pueda servirle para sus averiguaciones en ésa, lo comunicaré a usted con la debida oportunidad. Renuevo a usted las seguridades de mi muy atenta consideración. Arturo M. Elías Señor Cónsul de México, El Paso, Texas.

Oficio del licenciado Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, D. C., indicando adjuntar copia y traducción de la nota núm. 367, que el Departamento de Estado le dirigió, en contestación a la suya núm. 422, referentes a la culpabilidad que le resultaba a don Francisco I. Madero por violación a las leyes de neutralidad. (No se agregan dichos documentos.)

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[A.R.E., L-E-623] [Embajada de México en los Estados Unidos de América.] [Reservada.] Washington, D. C., 29 de diciembre de 1910. Adjuntas se servirá usted encontrar copia y traducción de la nota número 367, que en 19 de diciembre último, me dirigió el Departamento de Estado, en contestación a la No. 422, de esta Embajada, cuya copia tuve la honra de remitir a usted anexa a mi nota reservada No. 29, de 15 de diciembre próximo pasado, todas ellas referentes a violación de las leyes de neutralidad por Madero y a las pruebas que esta Embajada ha presentado al Gobierno americano sobre la culpabilidad que le resulta a dichos revoltosos. Reitero a usted las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. Francisco León de la Barra Señor Secretario de Relaciones Exteriores. México.

Informe del coronel Celso Vega, Jefe Político y de las Armas del Distrito Norte de la Baja California, al Secretario de Relaciones Exteriores, dando cuenta de haber dictado las medidas del caso para cuidar el orden en los campos de trabajadores establecidos en las obras para la desviación del Río Colorado, así como haber reforzado el destacamento existente en la Sección Municipal de Los Algodones.

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[A.R.E., L-E-623] [Jefatura Política y de las Armas del Distrito Norte de la Baja California.] Ensenada, B. Cal., Diciembre 31 de 1910. Atendiendo lo dispuesto por la Secretaría del merecido desempeño de usted, en telegrama girado con fecha 13 de los corrientes, tengo la honra de informar a Ud. respetuosamente, que, con toda oportunidad reforcé el destacamento existente en la Sección Municipal de Los Algodones, dictando desde luego las medidas que estimé del caso para cuidar debidamente el orden en los campos de trabajadores que se establecieron con motivo de las obras emprendidas últimamente para la desviación del Río Colorado; y, me permito manifestar a usted atentamente, reiterando mi telegrama del mismo día 13 del actual, que, en efecto, no hay en aquella región nada que indique que existan por allí personas que induzcan a los trabajadores a la rebelión. Reitero a usted las protestas de mi atenta y respetuosa consideración. El coronel Jefe Político. Celso Vega. Al señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

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Desconocimiento del gobierno del general Porfirio Díaz, a través del Plan de Jalisco. [A.R.E.]

PLAN DE JALISCO La mayoría de los habitantes de los Estados liberales y soberanos, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Yucatán, Veracruz, Oaxaca, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Sinaloa y Sonora, proclaman, proponen y sostienen el siguiente plan político. Considerando 1º: Que don Porfirio Díaz en el poder es un amago constante para las libertades públicas, puesto que con el mayor escándalo bajo su Gobierno se han violado todas las garantías individuales que se respetan en todos los países. Considerando 2º: Que don Porfirio Díaz ha violado todo lo prevenido por nuestra Constitución de 57 y leyes de Reforma de la misma época. Considerando 3º: que los mexicanos tan celosos de nuestra libertad hoy nos hallamos subyugados por la fuerza de un poder absoluto y ejercido por don Porfirio Díaz, el hombre que se ha declarado necesario y quien desempeña por la fuerza los destinos de nuestra querida patria. Considerando 4º: Que el plan promulgado en Tuxtepec, Reformado en Palo Blanco, ha sido falseado en su espíritu y objeto de contrariedad, y la opinión sofocada por la arbitraria restricción de la imprenta. Considerando 5º: Que ha faltado don Porfirio Díaz al solemne compromiso que se contrajo con la Nación, según manifestación hecha a la patria por medio del plan de Tuxtepec. Considerando 6º: Que la Nación no puede continuar por más tiempo gobernada por el capricho de un solo hombre, que su patriotismo sólo es la ostentación, y ver porque enriquezcan sus predilectos. Considerando 7º: Que las instituciones liberales son las que convienen al país y no las imperiales como están actualmente. Considerando 8º: Que la permanencia de don Porfirio Díaz en el poder ha dividido a la Nación y que dos o tres personas son dueñas del suelo mexicano lo mismo que de las concesiones a manos de los extranjeros. Considerando 9º: Que los militares que desempeñan los puestos de gobernadores y demás concernientes al Ramo ven a éstos como cosa suya y dividen los demás destinos entre los compañeros de armas, olvidando que la prudencia de la Nación los había dejado ahí y que todo mexicano tiene derecho a ocupar un puesto público. Considerando 10º: Que don Porfirio Díaz, don Ramón Corral, don Luis E. Torres, don Lorenzo Torres, don Rafael Yzábal, son los legítimamente responsables por

todos los actos criminales que se han ejecutado en las personas de los mayas y yaquis y sus intereses. Considerando 11º: Que don Porfirio Díaz y los amigos favorecidos que éste tiene han formado de la política del país una diversión, puesto que de por sí y ante sí se reconocen y van a ofrecerle el nuevo periodo, como si éstos fueran los dueños de la Nación. Considerando 12º: Que es atentar en contra de la Nación el arrendamiento de la Bahía de Magdalena que don Porfirio Díaz hizo a los norteamericanos, puesto que en nuestra historia tenemos presente el 1847. Considerando 13º: Que la invasión que creen hizo al Territorio Nacional con trescientos soldados americanos al mineral de Cananea y encabezado por el gobernador del Estado de Sonora, don Rafael Yzábal, don Porfirio Díaz es el único responsable de que este delito haya quedado hasta la fecha sin castigo. Considerando 14º: Que la resolución que don Porfirio Díaz dio a Inglaterra respecto al territorio de Belice no está en sus facultades y para este caso se necesita la voz de la Nación. Considerando 15º: Que don Porfirio Díaz debe entregar el puesto que ocupa sin hacer observación alguna, pues el pueblo no permite más vejaciones y rebajamientos y que México es y será siempre para los mexicanos. Considerando 16º: Atendiendo que la Independencia Nacional se halla amagada a consecuencia de las muchas deudas que ha contraído don Porfirio Díaz con las potencias extranjeras, y las varias enajenaciones de terrenos que la actual administración ha hecho a los extranjeros, los que subscribimos, proclamamos, protestamos sostener hasta el morir si fuere necesario el siguiente Plan Político. Artículo 1º: Las Leyes que deben regir para siempre en nuestra República Mexicana son: la Constitución de cincuenta y siete y Leyes de Reforma de la misma época. Artículo 2º: Cesan en el ejercicio del poder público don Porfirio Díaz y los demás funcionarios que como él han desmerecido de la confianza del Pueblo. Artículo 3º: Cuando este plan haya sido aprobado por la mayoría de los mexicanos, los ciudadanos más ilustrados que encabecen esta revolución procederán inmediatamente a nombrar un Presidente interino. Artículo 4º: El Presidente que se nombre debe ser mexicano, persona de notoria honradez y que no haya sido militar, ni que haya prestado servicios al memorable Gobierno de Tuxtepec; la misma recomendación deben tener los demás funcionarios. Artículo 5º: En las partes de la República en que tomen posesión los nuevos funcionarios, ya sea Gobernadores o Jefes Políticos de Territorios que fueren nombrados interinamente, cuidarán bajo su más estricta

responsabilidad en dar el más exacto cumplimiento de lo prevenido por nuestra Constitución de cincuenta y siete y Leyes de Reforma de la misma época, y que la Nación es y será siempre una sola. Artículo 6º: Se suspenden con esta fecha las pensiones a Jefes y Oficiales del depósito, con excepción de la asignación que por la Nación se le haga a los descendientes del Generalísimo don Miguel Hidalgo y Costilla, padre de la Independencia y a los inválidos que justifiquen legalmente estar inutilizados por alguna lucha que hayan hecho en defensa de nuestra querida patria. Artículo 7º: Quedan veinte mil soldados en activo servicio; quince mil, divididos en las fronteras, y cinco mil en la capital de la República. Artículo 8º: Queda abolida para siempre la pena capital, mandada por sentencia jurídica o ejecutada por el ridículo pretexto de la ley fuga, porque la nación para ser civilizada necesita suspender el derramamiento de sangre. Artículo 9º: Sólo el pueblo mexicano es el de la facultad de elegir a sus funcionarios. Artículo 10º: El Presidente de la República no puede permanecer más tiempo en su empleo que es el de cuatro años, lo mismo los Gobernadores y Jefes Políticos de Territorios; los que infringieren esta determinación serán castigados por este delito con quince años de prisión. Artículo 11º: Los Diputados del Congreso de la Unión, los Senadores, los Ministros y Diputados de los Congresos de los Estados, desempeñarán sus puestos dos años, bajo la inteligencia que todo lo que autoricen pasado esta fecha será nulo y se castigará severamente consignando este delito a las autoridades judiciales, las que impondrán diez años de prisión. Artículo 12º: Todo mexicano que no aprobare este plan político se juzgará como traidor. Artículo 13º: Todo mexicano que prestare auxilio directo o indirecto al Gobierno de don Porfirio Díaz, averiguado este delito quedará fuera de los derechos de ciudadano para siempre, y si por su ayuda se derramare sangre se le impondrán treinta años de prisión. Artículo 14º: Los extranjeros que presten auxilio o servicios directo o indirecto al Gobierno de don Porfirio Díaz se juzgarán como invasores por sólo este delito. Artículo 15º: Para ser dueño de alguna parte del suelo mexicano se necesita ser ciudadano mexicano y de ningún otro modo puede serlo. Artículo 16º: Se prohíbe a los mexicanos o mexicanas que verifiquen enlaces matrimoniales con persona que pertenezca a la nación china o negra.

Artículo 17º: Ninguna persona de origen extranjero puede desempeñar puesto público alguno, aunque sea ya ciudadano mexicano. Artículo 18º: Se invita a todo ciudadano mexicano para que propague y sostenga el presente plan político, haciendo uso de todos los medios que estime convenientes para llevar adelante una idea patriótica, con la que se puede salvar del peligro en que se halla nuestra Sagrada Madre Patria, Cuitláhuac. ¡Viva México! ¡Viva la Constitución del cincuenta y siete y Leyes de Reforma de la misma época! Abajo la dictadura Díaz. Adelante, valientes mexicanos y dignos liberales, ver por el bienestar de la Nación. ¡Viva Hidalgo y sus caudillos! ¡Viva Juárez y los Constituyentes! Justicia, Libertad y Constitución. [Es copia de su original.] M. Lomelí.

Informe de Antonio V. Lomelí, cónsul de México en El Paso, Tex., al Secretario de Relaciones Exteriores, sobre la reunión de los señores Abraham González, Perfecto Lomelí, Cástulo Herrera, Lázaro Gutiérrez de Lara, Lauro Aguirre, y otros, para tratar de apoderarse de la ciudad de Chihuahua, u otra población importante, para establecer un gobierno provisional, que fuera reconocido en Washington, D. C., como beligerante.

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[A.R.E., L-E-677] [Reservada.] El Paso, Tex., Enero 3 de 1911. Ayer tuve la honra de dirigir a Ud. un telegrama, que descifrado dice: “Varios cabecillas revoltosos encuéntranse aquí conferenciando. Dícese tratan hacer esfuerzo desesperado para apoderarse por un golpe de mano de Chihuahua u otra población importante para establecer gobierno provisional, ser reconocidos en Washington como beligerantes y pedir después intervención. Hacia línea entre Chihuahua, Coahuila, y Texas, sigue pasando gente a engrosar filas revoltosos. Dícese hay por allá gran número.” Por el decir de los agentes secretos que los conocen, se encuentran en esta ciudad los cabecillas de los revoltosos Abraham González, que se hace llamar gobernador provisional de Chihuahua, coronel Perfecto Lomelí, Cástulo Herrera, un tal Vázquez, otro de apellido Gutiérrez y otros dos cuyos nombres no se sabe. Éstos, con los revoltosos locales, capitaneados por Lauro Aguirre, Gamiochipi y un ingeniero Hernández han tenido algunas juntas y conferencias, no se sabe con certeza si para lamentarse del fracaso de la revuelta o para urdir nuevos planes. Entre los partidarios de esa gente se dice que están preparando un golpe de mano para apoderarse de la ciudad de Chihuahua, donde dicen que hay pocas tropas y cuentan con muchos partidarios; o si eso no es posible, para posesionarse de alguna otra población importante del Estado donde establecer un gobierno provisional; pues parece que algunos americanos que los explotan, ayudan o aconsejan, les han hecho creer que una vez establecido un gobierno provisional en alguna ciudad, ya podrán hacer gestiones en Washington para que se les reconozca como beligerantes, pudiendo entonces adquirir en este país todos los elementos de guerra que necesiten y aún reclutar filibusteros que les ayuden; y que si la suerte de

las armas les fuere adversa, todavía podrán pedir en Washington la intervención del gobierno americano o erigirse en república independiente, bajo la protección del mismo gobierno. Como esta gente es tan ignorante, y como muchos de ellos ni mexicanos son ya, por haber renunciado su nacionalidad o por haber perdido sus derechos por motivo de su larga residencia en este país, es muy posible que den oídos a propuestas tan traidoras y descabelladas. Es también de notar la actitud de la prensa americana en esta ciudad, que a toda costa y publicando mil falsedades, que después se telegrafían por todas partes, quieren conservar el engaño de que en México existe una formidable revolución contra el Gobierno y que las tropas federales son derrotadas en cada encuentro, descollando en esto The El Paso Times, que ha enviado y mantiene en Chihuahua un corresponsal, J. F. Neville, que parece no tiene otra misión que telegrafiar y enviar correspondencia llena de embustes, cuyo contenido se telegrafía inmediatamente como fidedigno, tal vez para hacer uso de ellos en Washington. Parece que algunos mexicanos o ex mexicanos ilusos, de los residentes en Texas, siguen pasando para México hacia la línea divisoria entre Chihuahua y Coahuila, en donde, según dice un americano recién venido de aquel rumbo, hay muchos de esos reclutas recibiendo instrucción militar y tal vez armas y pertrechos. De todas maneras, no sería malo dar una batida por aquel rumbo, a fin de limpiar bien esos lugares. Reitero a Ud. las protestas, etc. A. Lomelí. Señor Secretario de Relaciones, México.

Estudio presentado por el licenciado Roberto A. Esteva Ruiz, al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca de la violación de las leyes de neutralidad de los Estados Unidos de América, por don Francisco I. Madero y sus correligionarios, así como por los miembros del Partido Liberal Mexicano.

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[A.R.E., L-E623] [Secretaría del Despacho y de Relaciones Exteriores. México. Informe acerca de la violación de las leyes de neutralidad de los Estados Unidos de América en los actuales movimientos revoltosos de México.] Señor Ministro:

ANTECEDENTES En telegrama de diciembre 26, comunicó a esta Secretaría el gobernador de Chihuahua, que Abraham González y otros jefes revoltosos en Ojinaga, pasan con toda libertad a Presidio y a Shafter, Estado de Texas, para proveerse de elementos con que combatir. En igual fecha el jefe político de Ciudad Juárez telegrafió que Praxedis Guerrero —miembro del llamado “Partido Liberal Mexicano”, de los señores Flores Magón y socios, y quien residía en Texas—, era el cabecilla de los revoltosos que incendiaron, en territorio mexicano, ocho puentes del Ferrocarril del Noroeste. A estos hechos pueden agregarse otros varios que demuestran claramente que los revoltosos se organizan en territorio de los Estados Unidos, así como burlan, y se preparan a seguir burlando, la vigilancia de las autoridades fronterizas de México y de los Estados Unidos. En el periódico Regeneración se está publicando una excitativa a los mexicanos residentes en los Estados Unidos, para que pasen a territorio mexicano y fomenten la revolución; a la vez que también se anuncia que se encuentran ya muy avanzados, en este sentido, los trabajos del Partido Liberal —de que es órgano aquel periódico— y que se forma por individuos residentes en territorio americano. Por otra parte, El País, en su número del 27 de diciembre, publica un telegrama de San Antonio, Texas, en que se dice que, en ese Estado,

muchos aventureros americanos “están armados ya, y listos para pasar la frontera en la primera oportunidad, con objeto de unirse a los revoltosos mexicanos”. Estos hechos revelan: 1º Que en territorio de los Estados Unidos (en Texas) se organizan los movimientos revolucionarios contra México; 2º Que allí se proveen de armas los revoltosos; y 3º Que según toda probabilidad, varios ciudadanos americanos se han organizado ya, y armado, para entrar a territorio mexicano y unirse a los rebeldes. La Embajada de México ha acudido en varias ocasiones al Departamento de Estado de Washington, para solicitar que se impidan actos como éstos, por ser contrarios a las leyes de la neutralidad. El Departamento de Estado, en notas de 19 y 29 de noviembre próximo pasado, y de 1º de diciembre, ha dado respuesta a las gestiones de la Embajada de México, y de ella resultan conceptos interesantes que pueden resumirse así: . 1º Las autoridades americanas, en concepto del Departamento de Estado, han sido suficientemente enérgicas para prevenir, en territorio de los Estados Unidos, operaciones hostiles contra México, tanto que a ello se debe que la situación en la frontera no sea más seria de lo que es ahora; 2º El Gobierno de México debe rendir prueba de que se han violado las leyes de neutralidad de los Estados Unidos; 3º Desde el momento en que México no ha declarado que existe en su territorio un estado de guerra, ni tal situación es inminente según se ha dado a entender al Departamento, los agentes de Madero, como Abraham González y otros “cualesquiera que sean sus actos”, no pueden violar las leyes internacionales de neutralidad; 4º Si las gestiones de México se refieren a los Estatutos Americanos, también llamados de neutralidad, hay que notar que éstos no castigan sino “los actos específicos que se mencionan y prohiben en los Estatutos”, y que, como la Constitución garantiza la libertad de prensa y de palabra, la simple propaganda, de por sí, no caería probablemente bajo los Estatutos, y no sería castigada, por lo tanto, por ellos.

PRIMER PUNTO Es exacto que las autoridades americanas han tomado medidas para prevenir el paso de revoltosos a México y aun por ello se les dio las

gracias, pero la vigilancia no ha sido eficaz en determinados puntos, y la mejor prueba de ello es que Abraham González pasa constantemente de un lado a otro de la frontera con elementos para los revoltosos, que Praxedis Guerrero, cuya muerte, en Casas Grandes, anunció un telegrama del 19 del actual, ha estado combatiendo en territorio mexicano, a donde trajo de los Estados Unidos armas y dinamita con que fueron volados los puentes del ferrocarril; y que los revoltosos, en general, tienen dinamita, rifles y municiones de procedencia americana, que no han pasado ni podido pasar por las Aduanas de México.

SEGUNDO PUNTO Es indudable que al Gobierno de México como quejoso, le toca la prueba de la violación de la neutralidad; pero también lo es que tal prueba no puede consistir en la demostración de toda la serie de actos materiales que constituyen la violación, sino que puede consistir en presunciones fundadas en algunos hechos fuera de duda. Así, por ejemplo, es un hecho que el periódico Regeneración anuncia que el grupo de los Flores Magón y socios tiene muy avanzada la organización de una revuelta contra el Gobierno de México; es un hecho también que Praxedis Guerrero y Abraham González, entre otros revoltosos, se encontraban en territorio americano, antes de los movimientos actuales; es otro hecho, en fin, que estos individuos están en territorio mexicano con armas y municiones de origen americano; no se necesita, pues, demostrar el hecho material de la compra de armas en los Estados Unidos, porque aparte de imposibilidad de averiguarlo (todas esas compras se hacen en secreto o con grandes precauciones), este hecho se infiere razonablemente de los otros.

TERCER PUNTO El Departamento de Estado se encuentra en lo justo al establecer una distinción entre el deber internacional de guardar la neutralidad entre beligerantes, y la facultad de prohibir, a los ciudadanos, determinados actos que, aunque perjudiciales para otros países, no queden comprendidos dentro de aquel deber internacional. Quizás nuestra Embajada no explicó detalladamente, o ni siquiera intentó explicarlo, porque no era indispensable, que su gestión se refiere a

la aplicación de las leyes penales americanas, y no a las reglas del derecho internacional. En todo caso, no puede caber duda acerca de la doctrina que invoca el Departamento de Estado. Cuando existe el estado de guerra, como los gobiernos no-beligerantes deben conservar la neutralidad, el derecho internacional los hace responsables de la participación que tomen, en la guerra extranjera, los ciudadanos que de ellos dependan, aunque las leyes interiores del país no prohiban ni castiguen tales actos. Pero, por lo contrario, si las leyes interiores imponen una abstención que no queda comprendida dentro de las reglas del deber internacional de neutralidad, un gobierno no es responsable para con los otros países, si deja de aplicar tales leyes interiores, ni los otros países pueden pedir su aplicación. El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mr. Bayard, formuló claramente esta doctrina en su respuesta a Mr. Hall el 6 de febrero de 1886. “Las violaciones de la neutralidad, decía, pueden ser consideradas por este Gobierno bajo dos aspectos: primero, en relación a nuestros propios estatutos; y segundo, respecto de los principios generales del derecho internacional. Nuestros propios estatutos afectan solamente a nuestro propio Gobierno y a los ciudadanos. Si ellos imponen sobre nosotros un deber más extenso que el que nos es impuesto por el derecho internacional, no por ello ensanchan correlativamente nuestros deberes hacia las naciones extranjeras, ni abrevian nuestros deberes si aquellos establecen, para nuestra organización municipal, una esfera de acción menos restringida que la establecida por el derecho internacional.” (For. Rel. 1886, 51.) Como México no se encuentra en estado de guerra, no puede tratarse ahora de reglas de derecho internacional; y solamente a título amistoso puede llamarse la atención del Gobierno de los Estados Unidos acerca de la violación de los estatutos interiores de neutralidad, que dicho Gobierno puede aplicar o dejar de aplicar, sin cumplir ni quebrantar, por esto, sus deberes internacionales para con México.

CUARTO PUNTO Con esta reserva, paso a examinar si ha habido violación de los estatutos interiores de los Estados Unidos, en los actuales movimientos revoltosos.

1º La organización de movimientos contra un país amigo, en territorio de los Estados Unidos, cae bajo la acción de los estatutos de 5 de junio de 1794 y de 20 de abril de 1818, que prohiben el alistamiento dentro de las fronteras americanas, de personas que vayan a servir en una guerra extranjera. En el caso del “Alabama”, que surgió con Inglaterra durante la guerra separatista en los Estados Unidos, se estableció muy claramente este principio. Todo esto es explicable durante un estado de guerra. “La idea de una nación neutral supone dos naciones en guerra, y una tercera en amistad con ambas.” (“Federal Court of Appeals,” 1781, 2 Dallas, 19, 21.) Pero la misma regla tiene aplicación en los casos de guerra civil, como se resolvió en el caso del “Alabama” y al aplicar el acta de 1818 a los barcos que se habían construido en los Estados Unidos, por orden de México, para la guerra contra Texas. 2º Aunque no exista un estado de guerra, hay ciertos actos, como las expediciones hostiles, que están prohibidas por los Estatutos Revisados de los Estados Unidos. La Sección 5286 dice así: “Every person who within the territory or jurisdiction of the United States, begins, or sets on foot, or provides or prepares the means for, any military expedition or enterprise, to be carried on from thence against the territory or dominions of any foreign prince or state, or of any colony, district, or people, with whom the United States are at peace, shall be deemed guilty of a high misdemeanor, and shall be fined not exceeding three thousand dollars, and imprisoned not more than three years.” (Toda persona que dentro del territorio o jurisdicción de los Estados Unidos, inicie, o emprenda, o provea o prepare los medios para cualquier expedición o empresa militar, para llevarse a cabo desde allí en contra de cualquier soberano o estado extranjero, o de cualquier colonia, distrito o pueblo, con quienes los Estados Unidos se encuentren en paz, deberá ser considerada culpable de alta felonía y castigarse con multa que no exceda de 3 000 dólares y con prisión no mayor de tres años.) Como se ve, el estatuto castiga el acto material que sirve de medio para una expedición hostil; pero no castiga la simple organización de combinaciones para ayudar e inducir a la rebelión en otro país, salvo que se comprueben actos de fuerza, y así fue resuelto el caso Cushing. Tampoco queda sujeta a la Sección 6 del acta de 1818, la mera preparación o plan de violación de la neutralidad, sin actos manifiestos. (Moore, Int. law digest, vol. VII, No. 1299.)

Lo esencial está en la comprobación de un acto material; pero no es necesario que este acto sea el hecho mismo de ponerse en marcha la expedición, sino que bastan ciertos actos materiales que revelen tener por objeto tal expedición hostil. “El carácter militar de una expedición, bajo la sección 5286 de los Estatutos Revisados, puede ser determinado por la designación de oficiales o leaders, la organización de hombres en regimientos o compañías o de otro modo, y la compra de abastecimientos militares; pero no se requiere un número determinado de hombres, ni necesita la expedición ponerse actualmente en marcha, porque el crimen está completo con la mera organización, u otro paso hacia su iniciación.” (“United States vs. Ibáñez.” 53 Fed. Rec. 536.) 3º La venta de armas o el suministro de municiones de guerra a un beligerante, con mayor razón a rebeldes que no tienen aquel otro carácter, no constituye una violación de la neutralidad. (Moore, Criminal law, vol. II. No. 1903.)

CONCLUSIONES Primera. Francisco I. Madero y sus correligionarios, así como los miembros del llamado Partido Liberal Mexicano, son responsables de la violación de la Sección 5286 de los Estatutos revisados de los Estados Unidos. Segunda. Los actos materiales comprobados consisten: 1º En el hecho mismo de la expedición hostil (Abraham González, Perfecto Lomelí y Praxedis Guerrero, que se encontraban en territorio americano, han tomado parte en los movimientos hostiles contra México en territorio mexicano); 2º En la designación de oficiales o leaders como ha hecho Francisco I. Madero por los documentos que, en facsímil, se remitieron a Washington, y que constituyen la prueba del carácter militar de la expedición hostil; 3º En la compra de abastecimientos militares (armas de procedencia americana, introducidas a México por los rebeldes), que es un acto que cae bajo la Sección 5286 de los Estatutos; 4º En la publicación, por el periódico Regeneración, no solamente de proclamas, que por sí solas no tendrían el carácter previsto en los Estatutos, sino de artículos en que se asegura estar avanzada la organización emprendida por el llamado Partido Liberal para fomentar la revolución en México; publicación que, unida a la participación material de

miembros del mismo Partido, como Praxedis Guerrero, entre otros, constituye la demostración clara de actos materiales de organización de expediciones hostiles contra un país que se encuentra en paz con los Estados Unidos. Tercera. Como estos movimientos se efectúan muy a menudo; como los miembros del llamado Partido Liberal Mexicano tienen organizada su propaganda revolucionaria; como estos mismos individuos están ligados con el partido socialista de los Estados Unidos, que es poderoso; como se asegura que algunos millonarios norteamericanos, por razones financieras, suministran fondos a los revolucionarios; como Madero y sus amigos se han radicado en el país vecino, y es evidente que no han de ceder en sus proyectos; como, por otra parte, se ha visto ya que, a pesar de la vigilancia de las autoridades mexicanas y americanas, se introducen hombres y armas al territorio nacional para hacer revueltas; como de todo esto resulta evidente que la frontera norte de México exige para evitar rebeliones, y para la seguridad misma del país en caso de guerra, un sistema de defensa permanente, diverso del empleado hasta hoy, creo que puede someterse a las secretarías de Guerra, Gobernación y Hacienda la conveniencia de que se estudie el asunto de que se trata. Acaso nos fuera útil ni muy costoso, construir como han hecho del otro lado de la frontera los Estados Unidos, fortalezas bien abastecidas de hombres y municiones. Cuarta. En respuesta a las notas números 30 y 31 de la Embajada de México en Washington, con que remite copia de las resoluciones del Departamento de Estado, a que me he referido, se le podría comunicar el presente informe, con excepción de la conclusión Tercera que se refiere a asuntos de orden interior. Reitero a usted mi más respetuosa consideración. México, D. F., 4 de enero de 1911. El jefe de la Sección: Roberto A. Esteva Ruiz.

Certificado suscrito por Nabor Escalante Elizalde, subteniente de Infantería y Secretario del Juzgado de Instrucción de la Segunda Zona Militar, sobre la causa instruida contra Abraham Oros, Pascual Orozco (hijo), y demás cómplices, por el delito de rebelión y fusilamiento de los señores Martín Norman, Alejo y Alejandro Amaya, Germán, Lázaro y Pedro Espejo, Manuel Patiño Suárez, Felipe Valois, e ingeniero Sánchez Aldama, en la mesa de Basuchil, situada en el intermedio de la junta Miñaca y Guerrero, Chih.

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[A.R.E., L-E-648] NABOR ESCALANTE ELIZALDE, Subteniente de Infantería y Secretario del Juzgado de Instrucción de la Segunda Zona Militar. CERTIFICA: que en la causa instruida contra Abraham Oros, Pascual Orozco y cómplices por el delito de rebelión obran las constancias siguientes: Un sello —República Mexicana.— Segunda Zona Militar.— Número tres mil doscientos cincuenta y uno.— La Secretaría de Guerra y Marina en orden telegráfica fecha de ayer me dice lo siguiente.— Se tienen noticias en ésta de que los principales cabecillas de Guerrero entre los cuales se encuentra Abraham Oros fusilaron a varias personas y exigieron préstamos forzosos. Como dicho Abraham Oros dejó abandonada su casa de comercio en su huida, sírvase usted hacer la consignación de dicho cabecilla y socios al Juez Militar en ésa, a efecto del aseguramiento de los bienes del prófugo. En iguales condiciones se encuentra Pascual Orozco. Lo que inserto a usted a fin de que desde luego proceda a instruir el proceso correspondiente en contra de los expresados individuos y de los demás que resulten complicados por el delito de rebelión, a cuyo fin le acompaño el parte original que rindió a este Cuartel General, el general Juan J. Navarro a su entrada a C. Guerrero, en la inteligencia de que con toda violencia proceda a cumplir con las órdenes de la expresada Secretaría. Libertad y Constitución. Cuartel General en Chihuahua a 10 de enero de 1911. El General en Jefe. J. A. Hernández.—Rúbrica: General Jefe de la Zona.— Hónrome participar a Ud. que a la una y cuarenta minutos p. m. tomé posesión de esta Plaza, que fue abandonada por los revoltosos que se dice huyeron rumbo a San Isidro. Encontré la ciudad casi desierta habiendo huido de ella hasta las personas pacíficas, pues los revoltosos habían difundido entre la población la calumniosa especie de que las fuerzas

federales venían destruyendo todo a sangre y fuego. Pero poco a poco se va ir restableciendo la confianza y la ciudad empieza a animarse habiendo ya regresado muchas de las personas que habían huido. Los revoltosos han cometido muchos asesinatos entre ellos, según se dice el del Lic. Norman, Alejo Amaya, Alejandro Amaya, Comandante de Policía Germán Espejo, Lázaro Espejo, Pedro Espejo, el inspector de Correos Manuel Patiño Suárez; un joven ingeniero Sánchez Aldama y otros dos cuyos nombres ignora el informante señor Gilberto Zea. El mismo señor Zea informa no saberse con exactitud el paradero del señor su padre don Urbano, pues el veintisiete de diciembre en la noche desapareció de la cárcel donde lo tenían preso los revoltosos, todos los vecinos señalan como el principal culpable de esos asesinatos a Abraham Oros que fungió de Jefe Político y que huyó ayer de aquí. Juan J. Navarro.—(Auto.)—En la propia fecha 12 de enero de mil novecientos once el C. Juez dijo: por recibidos, el oficio y telegrama que anteceden cúmplase con lo mandado en el superior decreto del C. General en Jefe de la Zona, por el cual se ordena se proceda a instruir la causa respectiva contra los paisanos Abraham Oros y Pascual Orozco por el delito de rebelión, al efecto tómese razón, en el libro de Gobierno y líbrese atento oficio desde luego a la Superioridad haciéndole presente que el suscrito juzga sumamente delicado el asunto de que se trata y a su juicio se hace indispensable transladarse el personal de este propio juzgado en unión del C. Agente del Ministerio Público al lugar de los acontecimientos, por ser de capital importancia la práctica de determinadas diligencias que requieren desde luego la violenta tramitación y como ésta no llenaría todos los requisitos haciéndolo por vía de exhorto, como tendría que hacerse, se hace necesario hacerlo por el personal del Juzgado y en el caso de que dicha superioridad no lo crea así conveniente líbrese en su defecto exhorto por los conductos y con las inserciones debidas al C. Jefe de las Armas en Ciudad (Juárez) Guerrero, para que se sirva nombrar un Juez Instructor Especial en comisión quien deberá practicar las diligencias siguientes: Primera: que acompañado de los facultativos militares se proceda desde luego previa la investigación del caso a la exhumación de los cadáveres de los CC. licenciado Norman, Alejo Amaya, Alejandro Amaya, Comandante de Policía, Germán Espejo; Lázaro Espejo, Pedro Espejo; el Inspector de Correos, Manuel Patiño Suárez; un joven ingeniero Sánchez Aldama y el de otros cuyos nombres se procurará inquirir examinando previamente a algunos de los vecinos caracterizados en Ciudad Guerrero

que tengan o puedan suministrar algunos datos respecto a ese particular. El suscrito hace constar que en estos momentos le fue comunicada la orden verbal por el C. Mayor Jefe del Estado Mayor de la Zona (se ha servido) de que el C. General en Jefe se ha servido disponer que se traslade con fecha de mañana el personal del Juzgado a Ciudad Guerrero por lo que el suscrito no juzga ya necesario librar el exhorto que se indica en el presente auto. Lo proveyó y firmó. Doy fe. Tte. Corl. Juez I. Guillermo Moya. Subtte. Srio. Nabor Escalante Elizalde. Rúbricas. Un sello.— República Mexicana.— Segunda Zona Militar.— Número 3321.— En respuesta al oficio de Ud. número 319 fecha de hoy en que informa sobre la conveniencia de que el personal de este Juzgado así como el Asesor de la Zona se trasladen a Ciudad Guerrero a fin de practicar las diligencias necesarias para el esclarecimiento de los delitos de que aparecen responsables Abraham Oros, Pascual Orozco y socios le manifiesto que se le autoriza para trasladarse por el tiempo absolutamente necesario a cuyo fin le acompaño orden de pasaje correspondiente. Libertad y Constitución. Cuartel General en Chihuahua doce de enero de mil novecientos once. El general en Jefe: J. A. Hernández (rúbrica). Declaración del C. Urbano Zea. En la propia fecha once de enero de mil novecientos once compareció el C. Urbano Zea previa citación que se le hizo, el cual bajo la protesta de ley que otorgó en debida forma e impuesto de las penas de la falsedad a sus generales dijo: llamarse como queda dicho, ser natural de Cusihuiriáchic, Estado de Chihuahua, de veinticinco años de edad, casado, comerciante, y domiciliado en Santo Tomás, Distrito de Ciudad Guerrero, de tránsito en esta Plaza. Examinado como corresponde acerca de los hechos que se investigan contestó: que el día 3 de diciembre último, se encontraba el declarante en Ciudad Guerrero cuando esta Plaza se rindió por las Circunstancias críticas de ella y mediante las siguientes condiciones que propusieron los revolucionarios los cuales eran encabezados por Pascual Orozco (hijo), Pascual Orozco (padre), José de la Luz Blanco y Real y Vázquez, Albino Frías. Francisco Salido (fallecido) de una fuerza de 900 hombres los cuales les propusieron a las Autoridades locales establecidas que dejarían en completa libertad a todos los defensores de dicha Plaza, y mediando esta condición se posesionaron de la población que al día siguiente violando su compromiso aprehendieron al C. Jefe Político don Urbano Zea padre del exponente; Sres. Alejo y Alejandro Amaya (hermanos) José Rafael Estrada Secretario de la Jefatura Política, Brígido Lozano escribiente de la misma al

exponente, y a Gilberto Zea su hermano, licenciado Martín E. Norman, Juez de Letras del Distrito su secretario Modesto Hernández; su escribiente José Dosal, Santiago Casavantes y Burgoa; recaudador de Rentas del Estado, Hernán Casavantes, Tesorero Municipal, Juan R. Serrano, Agente de Minería Comandante de Policía, Germán Espejo; (hermanos) Lázaro Espejo y Pedro del propio apellido; el Inspector de Correos Manuel Patiño Suárez, un señor Sánchez Aldama; un policía de apellido Valois sin saber su nombre; señor Juan Armijo; sus hijos Juan y Carlos del propio apellido; Jesús J. Casavantes, Anastasia Domínguez y algunos otros cuyos nombres y apellidos no recuerda, que de todos estos individuos algunos de ellos fueron puestos en libertad mediante determinadas cantidades de dinero que les fueron exigidas así como al declarante el cual tuvo que dar la cantidad de doscientos pesos, que acredita el recibo que presenta en este acto y del cual el suscrito ordenó se saque una copia certificada: que todos los individuos que ha mencionado por referencias y por una carta de su padre que actualmente cree que se encuentra prisionero y en poder de los revolucionarios dirigida a su esposa en la cual le asegura haber presenciado la ejecución del licenciado Martín E. Norman, Germán Lozano y Pedro Espejo, Alejo y Alejandro Amaya, señor Patiño Suárez, señor Sánchez Aldama, el policía de apellido Valois y otro cuyo nombre y apellido no conoce, carta que el exponente tuvo a la vista y por ella es de creerse que se llevaron a efecto dichas ejecuciones. Preguntado para que diga si puede informar acerca del lugar donde puedan haber sido inhumados los cadáveres de los individuos últimamente citados contestó que lo ignora pero que tiene noticia de que el joven Alfonso Amaya, hijo de una de las víctimas sabe con seguridad el sitio donde fueron ejecutados y enterrados los individuos de referencia. Preguntado acerca de si tiene noticia exacta de los bienes y propiedades de los inculpados Abraham Oros y Pascual Orozco dijo: que sí tiene noticia de que el primero posee en Ciudad Guerrero una finca urbana y una casa de comercio ignorando si tendrá algunas otras propiedades y respecto del último sabe que tiene propiedades rústicas pero ignora su ubicación y cuáles sean éstas, que los hechos que ha mencionado los presenció personalmente a los que se ha referido por encontrarse en Ciudad Guerrero cuando tuvieron lugar los acontecimientos, haciendo mención de que todos los prisioneros fueron tratados con mucha crueldad por parte de los cabecillas citados, recibiendo todo género de humillaciones; que es por ahora cuanto tiene que decir respecto al particular, haciendo presente solamente que la carta a que se ha referido y que fue dirigida por su padre a su esposa se encuentra actualmente en poder de la señora esposa del licenciado Norman. Ratificó

la presente declaración previa lectura firmándola al margen. Doy Fe. Urbano Zea Jr. Tente. Corl. Juez I. Guillermo Moya. Subtte. Srio. Nabor Escalante Elizalde. Declaración del Mayor Médico Cirujano Salvador Ulloa. En la propia fecha 14 de enero de mil novecientos once, compareció al Juzgado previamente instalado en esta Plaza el Mayor Salvador Ulloa quien previa la protesta que otorgó en debida forma y sabedor de las penas de la falsedad a sus generales dijo: llamarse como queda dicho, ser originario de Aguacatlán territorio de Tepic, de treinta y dos años de edad, viudo y actualmente Mayor Médico Cirujano del Ejército Jefe de la Sección Sanitaria. Examinado como corresponde, enterado de la diligencia que debe practicarse para que asociado de otro Facultativo Militar así como del personal del Juzgado se proceda en la forma legal a la exhumación de los cadáveres de los señores licenciado Martín Norman, Alejo y Alejandro Amaya, Germán, Lázaro y Pedro Espejo, Manuel Patiño Suárez y el joven ingeniero Sánchez Aldama, manifestó lo siguiente: que en su concepto es inútil la exhumación de referencia porque dado el tiempo transcurrido desde el día en que se verificó el delito los cadáveres de los occisos deben estar en tal estado de putrefacción que sería imposible la identificación de ellos, con mayor razón la descripción de las lesiones que produjeron la muerte y además dado el estado de asignamiento de la guarnición sería peligroso para la salud de la tropa la práctica de dicha exhumación que en caso de practicarse se necesitaría largo tiempo para pedir y recibir los desinfectantes necesarios; que esto es su opinión dados los conocimientos propios de su profesión que es cuanto tiene que manifestar respecto al particular. Ratificó la presente declaración previa lectura firmándola al margen. Doy fe. Salvador Ulloa, Tte. Corl. Juez I. Guillermo Moya, Subtte. Srio. Nabor Escalante Elizalde. Rúbricas. Declara el testigo Francisco Patiño Suárez. En la misma fecha, 15 de enero de 1911 compareció al Juzgado el C. Francisco Patiño Suárez previo telegrama que presentó al suscrito de que sabía se encontraba el personal del Juzgado en esta Plaza para la averiguación que se está practicando con motivo de los hechos ocurridos en la misma y en la que perdió la vida el señor su hermano Manuel Patiño Suárez a cuyo fin el suscrito juzgando de importancia su declaración procedió a examinarlo y previa la protesta de ley que otorgó en debida forma e impuesto de las penas de la falsedad a sus generales dijo llamarse como queda dicho, ser natural de Chilpancingo,

Estado de Guerrero, de 30 años de edad, soltero, empleado de correos actualmente como oficial del propio ramo en Ciudad Juárez. Examinado como corresponde acerca de los hechos que se investigan contestó: que habiendo llegado a Chihuahua fue impuesto por el Jefe de Rutas en el ramo de correos, de que tenía noticias de que el señor Manuel Patiño Suárez su hermano se encontraba preso en esta Plaza de Ciudad Guerrero en unión de otros señores y esta aprehensión fue por orden del cabecilla de los revolucionarios Abraham Oros que se habían hecho dueños de la población y se había abrogado el cargo de Jefe Político de la localidad, el cual obraba de común acuerdo con los cabecillas Pascual Orozco (hijo) y Agustín Estrada, que en vista de esos informes, emprendió su marcha de Chihuahua a esta Plaza y en el camino tuvo oportunidad de ser informado de que tanto su hermano Manuel, como los señores Martín Norman, Alejo y Alejandro Amaya, Genaro, Lázaro y Pedro Espejo, el joven Sánchez Aldama, un policía de apellido Valois y otro individuo cuyo nombre y apellido ignora, fueron sacados de la cárcel y ejecutados por orden de los cabecillas antes citados y de acuerdo con el licenciado Martín Casillas que es otro de los cabecillas que forman la partida de los anteriores haciendo presente de que a su hermano alguno de ellos le quitó un anillo con un brillante, cuyo valor estima en $ 250.00 y ciento cincuenta en dinero efectivo ignorando en poder de cuál de esos cabecillas se encontrará ese anillo y la cantidad antes citada, que ya en esta plaza procedió a informarse respecto de los hechos referidos y pudo confirmar por varios testimonios de que efectivamente habían sido fusilados su hermano y los señores ya mencionados, por Abraham Oros, Pascual Orozco y Martín Casillas, que es cuanto tiene que decir respecto al particular, haciendo presente solamente que ignora el sitio en que habrán sido inhumados su hermano y los demás individuos a que se ha referido en esta diligencia pero tienen noticias de que el joven Alfonso Amaya sabe el sitio en que se encuentran enterrados. Ratificó la presente declaración previa lectura firmándola al margen. Doy fe. Francisco Patiño Suárez. Rúbrica. Auto. En seguida el ciudadano Juez dijo: Líbrese oficio al Jefe Político del Distrito a fin de que ordene desde luego la comparecencia a este Juzgado de los señores Gilberto Zea y Alfonso Amaya ya que se tiene noticia que se encuentran en esta Plaza. Lo proveyó y firmó. Doy fe. Teniente Corl. Juez I. Guillermo Moya, Subtte. Srio. Nabor Escalante Elizalde (rúbrica). Declara el ciudadano Alfonso Amaya. En dieciséis de enero de mil

novecientos once presente previa citación por conducto de la Jefatura Política, el C. Alfonso Amaya, fue protestado en forma e interrogado, por sus generales dijo: llamarse como queda escrito, ser natural de esta ciudad de Guerrero, Estado de Chihuahua, de 24 años de edad, soltero, empleado y con residencia en esta Plaza. Interrogado en la forma que corresponde y con relación a los hechos que se investigan contestó: que al ser tomada esta plaza por los revolucionarios los cuales eran encabezados por Pascual Orozco (hijo) que fungía como jefe de armas, Abraham Oros, que tomó posesión de la Jefatura Política, Martín Casillas figuraba como asesor de ellos y Albino Frías como otro de los jefes principales; que habiendo sido hecho prisionero el declarante en unión del señor su padre Alejo Amaya, de su tío Alejandro del propio apellido, teniendo oportunidad de ver también entre los prisioneros al señor licenciado Martín Norman, Lázaro, Pedro y Germán Espejo, el señor Patiño Suárez, el policía Felipe Valois y un joven que después se supo se llamaba Sánchez Aldama, y otros muchos, entre ellos Gilberto y Urbano Zea hijo, estos últimos y el deponente fueron puestos poco tiempo después en libertad, habiendo tenido oportunidad de presenciar que los anteriores a que se ha referido fueron sacados de la cárcel por los cabecillas antes mencionados y cree el deponente que éstos estaban asociados con Félix Domínguez y Agustín Estrada, éstos como cómplices pues hace presente que luego que fueron sacados de la cárcel como ha dicho los llevaron a la mesa de Guerrero, por el camino de la junta, donde supone fueron ejecutados, cosa que se confirmó por el dicho del señor Urbano Zea que era de los prisioneros que sacaron de la cárcel, el cual manifestó en carta dirigida a su familia que él había presenciado la ejecución, que por algunos otros detalles entre ellos manchas de sangre fueron encontrados por el deponente en el sitio donde se supone fue la ejecución en la fosa que fue encontrada en dicho lugar, donde el exponente colocó una pequeña cruz de encino para reconocer el lugar donde fueron sepultados; agregando que cuando estuvo prisionero el que habla, se le exigía la cantidad de 100 pesos por su libertad, los cuales no entregó por carecer de ellos, que es todo lo que puede manifestar respecto al particular, fundando la razón de su dicho en constarle lo que deja expuesto y firmó al margen. Doy fe. Declaración del C. Alfonso Amaya (ampliación). Incontinenti presente el testigo Alfonso Amaya previa protesta y demás requisitos legales se omitieron sus generales por constar en autos. Interrogado por vía de ampliación y a pregunta especial que le fue hecha para que manifieste si conoce personalmente tanto a los culpados Abraham Oros y Pascual Orozco (hijo) así como a los demás cabecillas que ha referido en su declaración y en caso afirmativo se sirva

expresar las señas de todos y cada uno de ellos contestó: que sí los conoce personalmente y sus señas son las siguientes: de Pascual Orozco (hijo) de estatura un metro y setenta y cuatro centímetros como de 30 años de edad, pelo castaño claro, color blanco, de complexión robusta, frente regular, nariz afilada, boca grande, barba escasa y poco bigote; Abraham Oros como de un metro y sesenta y cinco centímetros de estatura, complexión raquítica, como de 60 años de edad; señas: pelo, barba y bigote entrecanos poco poblado, color blanco, frente chica, nariz recta, boca grande y falto de algunos dientes; Martín Casillas estatura un metro setenta y dos centímetros, edad como de 48 años, pelo, barba y bigote rubios, ojos claros, frente grande, nariz recta, boca regular, barba poblada; Albino Frías estatura un metro setenta y cinco centímetros, de complexión robusta como de 58 años de edad, pelo, bigote y barba castaño obscuro, ojos cafés, color blanco, frente regular, nariz recta, boca regular y barba poblada; Félix Domínguez como de 55 años de edad complexión robusta, estatura 165 centímetros, pelo, bigote y barba castaño obscuro entrecano, frente regular, ojos cafés, color blanco, nariz recta, boca regular; Agustín Estrada estatura como de 160 centímetros, complexión robusta, edad 26 años, pelo, barba y bigote negros, color blanco, ojos cafés, nariz recta, boca regular y un poco hoyoso de viruela; José de la Luz Blanco Real y Vázquez a quien también conoce personalmente y le consta que es otro de los cabecillas que entran a la Plaza, es como de 160 centímetros de estatura, muy robusto y cargado de vientre, de 60 años de edad, pelo, bigote y barba entrecano castaño, color trigueño, ojos cafés, frente regular, nariz larga y recta, boca grande y poco hoyoso de viruelas. Ratificó la presente diligencia previa lectura y firmó al margen. Doy fe. Declaración del C. Gilberto Zea. En seguida presente el C. Gilberto Zea fue protestado en forma e interrogado por sus generales dijo: llamarse como queda escrito, ser originario de Cusihuiriáchic, Distrito Benito Juárez, Estado de Chihuahua, de 24 años de edad, soltero, agricultor y con residencia en esta plaza; examinado como corresponde y con relación al hecho que se investiga contestó que encontrándose en esta plaza el día de los acontecimientos o sea cuando los revolucionarios entraron a ella encabezados por Pascual Orozco (hijo) que aparecía como jefe de armas. Abraham Oros que tomó posesión de la Jefatura Política licenciado Marín Casillas que fungía como Asesor o Consultor de ellos. Albino Frías, José de la Luz Blanco, Real y Vázquez y Francisco Salido, este último fallecido; que a todos esos individuos tuvo oportunidad de verlos estando preso en la

cárcel por orden de ellos, asimismo le consta por haberlos visto entre los prisioneros al señor su padre Urbano Zea, licenciado Martín Norman, Alejo y Alejandro Amaya, Lázaro, Pedro y Germán Espejo, señor Patiño Suárez, policía Felipe Valois y algunos otros cuyos nombres y apellidos no conoce, que pasados siete días el exponente fue puesto en libertad y estando en su casa supo que por orden de Pascual Orozco y demás cabecillas que lo acompañaban y a los que se ha referido, fueron sacados de la cárcel los prisioneros a que ha hecho mención y llevados a una Mesa al Camino de la “Junta” en donde fueron ejecutados en presencia del señor su padre quien fue el que le comunicó al deponente dicho acto de barbarie al ser regresado el señor su padre a la cárcel de esta ciudad, haciendo presente también que respecto al señor su padre fue sacado por segunda vez de la cárcel en la noche por el cabecilla Abraham Oros y hasta la fecha ignora qué será de él. Haciendo constar que a todos y cada uno de los cabecillas a quienes se ha referido los conoce personalmente pudiendo desde luego dar sus señar para lo que hubiera lugar, omitiéndose éstas en la presente diligencia en virtud de que habiendo dado lectura a las que ha suministrado el testigo anterior y que obran en autos manifestó el exponente estar de acuerdo porque coinciden exactamente con los de todos y cada uno de ellos de los que se ha hecho referencia. Por último manifiesta que ignora el lugar preciso donde fueron inhumados los cadáveres de los individuos ejecutados a que se ha referido en esta declaración, porque sólo supo por referencias del señor su padre, confirmadas por el joven Alfonso Amaya, del lugar donde aparece fueron enterrados; que es cuanto tiene que manifestar respecto a lo que se le interroga, fundando la razón de su dicho en constarle lo que deja expuesto. Ratificó esta declaración previa lectura y firmó al margen. Doy fe. Alfonso Amaya. Gilberto Zea, Tte. Corl. Juez I. Guillermo Moya, Subtte. Srio. Nabor Escalante Elizalde. Rúbricas. Vista ocular en el teatro del suceso. En la propia fecha enero dieciséis y a horas que son la una y quince minutos de la tarde se trasladó el personal del juzgado en unión del C. Agente del Ministerio Público y de los testigos CC. Alfonso Amaya, Gilberto Zea y Francisco Patiño Suárez, a la mesa conocida con el nombre de Basuchil, situada en el intermedio de la “Junta” Miñaca y Guerrero, como a cuatro kilómetros de esta última ciudad y rumbo al sureste el C. Alfonso Amaya designó un sitio cercano a un barranco pequeño como lugar donde se llevó a efecto la ejecución de los señores Martín Norman, Alejo y Alejandro Amaya, Germán, Lázaro y Pedro

Espejo, Manuel Patiño Suárez y el joven que pasaba como ingeniero de apellido Sánchez Aldama y Felipe Valois. El personal del Juzgado después de un minucioso reconocimiento da fe de que en dicho lugar y a la vista se ven siete manchas irregulares al parecer de sangre como de 125 centímetros de diámetro y otras varias pequeñas cerca de esas como a 200 centímetros aproximadamente se halla un lugar excavado midiendo como tres metros cuadrados, presentando en la cima un pequeño montículo de tierra como de 36 centímetros de altura, como a quince metros del lugar citado se encontraron además cinco cartuchos vacíos, cuatro de ellos 30 × 30 y otros 38 por cincuenta y cinco, unos anteojos rotos corrientes, un calcetín a dos colores manchado de sangre y un pedazo de papel con sangre, en vista de estos datos y para comprobar debidamente si en dicho lugar fueron ejecutados y sepultados los individuos mencionados, el suscrito juzga de capital importancia que con las formalidades de ley se proceda a la exhumación de los antes dichos individuos para venir al perfecto conocimiento de si existen o no los cadáveres de los occisos que se dice fueron enterrados en el sitio ya expresado. Lo que se asienta para constancia firmando los comparecientes en unión del C. Juez y Secretario que da fe. Testigo, Fco. Patiño Suárez. Testigo, Alfonso Amaya. Testigo: Gilberto Zea, Tte. Corl. Juez I. Guillermo Moya, Subtte. Srio. Nabor Escalante Elizalde. Rúbricas. Ampliación del C. Gilberto Zea. En la misma fecha presente previa audiencia que solicitó el testigo Gilberto Zea, para manifestar que para lo que hubiere lugar pone en conocimiento del Juzgado de que ha tenido noticias de que en la Jefatura del Distrito se encontraban varias prendas de ropa que pertenecieron a los occisos, de que se ha hecho mérito en esta averiguación. Esto expresó y firmó al margen. Doy fe. En seguida el C. Juez dijo: que en vista de lo manifestado por el testigo Gilberto Zea, se libre atento oficio al C. Jefe Político del Distrito pidiendo informe acerca de las prendas a que se refiere el testigo anterior, e igual oficio al propio funcionario para que se sirva rendir a este Juzgado un informe pormenorizado de todos los bienes de los inculpados Abraham Oros y Pascual Orozco, con objeto de procederse al aseguramiento de dichos bienes, formándose los inventarios respectivos. Lo proveyó y firmó. Doy fe. Se cerró el acta del día. Tte. Corl. Juez I., Guillermo Moya. Subtte. Srio., Nabor Escalante Elizalde. Rúbricas. Auto. En la propia fecha 17 de enero de 1911 el ciudadano Juez

determinó que en vista de la opinión facultativa del Dr. Salvador Ulloa y del Informe rendido por el C. Jefe Político interino en este Distrito, no es posible por ahora practicarse la diligencia de exhumación de los occisos así como tampoco se puede proceder al aseguramiento de los bienes de los inculpados en virtud de lo expuesto, tanto por el Mayor Médico Cirujano como lo expresado por el Jefe Político de referencia, y no juzgando el suscrito necesaria ya su presencia en esta plaza, pues las diligencias antes mencionadas deberán practicarse a su juicio y en su oportunidad cuando se tengan todos los elementos necesarios por un Juez especial en comisión, que se nombrará al efecto, debido a que las diligencias ya expresadas requieren bastante tiempo del que no puede disponer el personal del Juzgado como lo previene el oficio relativo del C. General en Jefe de la Zona, que obra en autos, y en el cual ordena al suscrito su permanencia en este Distrito por el tiempo estrictamente necesario, en consecuencia hágase presente por oficio al C. Jefe de las Armas en esta Plaza para que se recabe de la superioridad la orden correspondiente para que el personal del Juzgado marche a la guarnición de Chihuahua. Lo proveyó y firmó. Doy fe. Tte. Corl. Juez I, Guillermo Moya. Subtte. Srio., Nabor Escalante Elizalde. Rúbricas. Y en cumplimiento de lo mandado por la superioridad se compulsó el presente testimonio en la Plaza de Chihuahua, a los 20 días del mes de marzo de 1911. El Subtte. Srio. (firmado) : Nabor Escalante Elizalde. Vo. Bo. Teniente Coronel, Juez I., Guillermo Moya.

Instrucciones giradas por el licenciado Enrique C. Creel, Secretario de Relaciones Exteriores, al Embajador de México en Washington, D. C., para gestionar la aprehensión de Abraham González, Perfecto Lomelí y Lázaro Gutiérrez de Lara, para ser juzgados por violación a las leyes de neutralidad.

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[A.R.E., L-E-623] [Secretaría de Relaciones Exteriores.] Telegrama. México: 10 de enero de 1911. Embajador Mexicano, Washington, D. C. Cónsul El Paso, Texas, avísame están allí Abraham González, Perfecto Lomelí y Lázaro Gutiérrez de Lara, haciendo propaganda revolucionaria y organizando grupos de gente armada que invada territorio mexicano. Sírvase hacer nuevas gestiones para que sean aprehendidos y juzgados por violación leyes neutralidad. Enrique C. Creel

Telegrama de Enrique Ornelas, Cónsul de México en San Antonio, Texas, informando al Secretario de Relaciones Exteriores, de sus gestiones para que el gobierno Americano investigara y castigara a los culpables del intento de sacar cien armas y setenta mil cartuchos, de un depósito.

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[A.R.E., L-E-623] [Telegrama.] San Antonio, Texas, enero 11 de 1911. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F. Esta noche a las nueve intentóse sacar las cien armas y setenta y cinco mil cartuchos del Depósito de aquí; oportuno descubrimiento de mis agentes evitáronlo; detiénense por orden mía por autoridades locales dos obreros mexicanos que encontráronse cargando parque y armas por no haber querido decir quién ordenóselos; también detiénense dos carretones y cuatro bestias; mientras averíguase caso ya aviso Embajada suplicándole procurar conseguir que telegráficamente gobierno americano ordene fiscal federal aquí investigue asunto sin demora pues pudieran lograrse pruebas suficientes para captura dicho armamento y aprehender algunos individuos. Enrique Ornelas

Telegrama de Enrique Ornelas, Cónsul de México en San Antonio, Texas, informando de la detención de agentes de confianza de don Francisco I. Madero, negándose a declarar nada en contra del mismo, por lo que no existen pruebas para proceder contra ellos.

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[A.R.E., L-E-623] [Telegrama.] San Antonio, Texas, enero 11 de 1911. Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F. Hoy digo Embajador lo siguiente: refiérome mi telegrama de anoche; obreros mexicanos que encontráronse sacando armamento y que detienen autoridades locales, son agentes íntima confianza Madero según he averiguado, pero como éstos no quieren confesar absolutamente nada inculpatorio para dicho cabecilla y habiendo el presunto dueño armamento manifestado que autorizados autoridades federales, aquí son de opinión con excepción de la Secretaría que no existe prueba para proceder contra ellos, e individuos parécenme peligrosísimos y activos; se les pondrá en libertad esta tarde y probablemente se lleven armamento; entiendo que autoridades Washington aún no recomiendan asunto a fiscal; aquí nótase mucha actividad entre revoltosos. Enrique Ornelas

Telegrama de Enrique Ornelas, Cónsul de México en San Antonio, Texas, informando de la permanencia de don Venustiano Carranza y Alberto G. Guajardo en dicha población, siendo causa de mayor actividad entre los maderistas.

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[A.R.E., L-E-623] Telegrama del Cónsul en San Antonio, Texas. 12 de enero de 1911. Encuéntranse aquí actualmente Venustiano Carranza y Alberto C. Guajardo. Manifiestan revoltosos aquí gran regocijo, por llegada dichos individuos. Esto puede ser causa movimiento activísimo que se nota aquí entre los revoltosos. Cuido todos los trenes y sigo sediciosos que entran y salen. Aquí hácese indispensable considerable aumento agentes secretos competentes. Mucho del tráfico hácese en automóvil para el campo, el que también cuidaré con automóvil. Enrique Ornelas

Instrucciones giradas por el licenciado Enrique C. Creel, Secretario de Relaciones Exteriores, al Gobernador del Estado de Coahuila, para informar acerca “de los revoltosos Venustiano Carranza y Alberto G. Guajardo”, que se encontraban en San Antonio, Texas.

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Respuesta de J. Valle, gobernador de dicho Estado, informando que Alberto G. Guajardo, procesado por sospechas de sedición, había sido puesto en libertad bajo fianza, fugándose para San Antonio, y en cuanto a don Venustiano Carranza se encontraba pendiente de ser desaforado por la Comisión Permanente del Congreso de la Unión. [A.R.E., L-E-623] [Secretaría de Relaciones Exteriores. Telegrama.] México, 12 de enero de 1911. Señor Gobernador del Estado de Coahuila, Saltillo. Sírvase comunicar por la vía más rápida los informes que tenga acerca de los revoltosos Venustiano Carranza y Alberto C. Guajardo, actualmente en San Antonio, Texas. Creel [Telegrama del Gobierno de Coahuila.] 13 de enero de 1911. Relaciones. Hónrome contestar su mensaje informándole que Alberto Guajardo, procesado por Juez de Letras en Delegación del de Distrito, por sospechas sedición, fue puesto en libertad bajo fianza por Juez suplente de Distrito, licenciado Enrique del Castillo, fugándose Guajardo para San Antonio, y

acaban de telegrafiarme que lo vieron sacar gran cantidad de armas de un depósito y cien mil cartuchos. Carranza además está pendiente de desafuero de Comisión Permanente Congreso Unión pedido por Juez Delegado del de Distrito. El Gobernador, J. Valle

Nota girada por el Lic. Miguel S. Macedo, Secretario de Gobernación, al de Relaciones Exteriores, manifestándole quedar enterado de la formación de un grupo de mexicanos residentes en La Habana, Cuba, simpatizadores de las ideas revolucionarias de don Francisco I. Madero, entre los que se encontraban Heriberto Barrón, Gabriel Gavira y Alfredo Rodríguez, en espera del arribo de Juan Sánchez Azcona para desarrollar sus planes.

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[A.R.E., L-E-623] [Secretaría de Estado y del Despacho de Gobernación. México.] Reservada. 13 de enero de 1911. Número 2113. Por la nota reservada de Ud. número 21563 fecha 11 del presente, ha quedado enterada esta Secretaría de la que con fecha 30 de diciembre último, dirigió a la de su digno cargo el Ministro de México en La Habana, Cuba, para informar que entre la reducida colonia mexicana residente en aquella capital, se ha formado un pequeño grupo de individuos que simpatizan con las ideas subversivas de los sediciosos mexicanos, capitaneados por Madero, entre los que se encuentran Heriberto Barrón, Gabriel Gavira y Alfredo Rodríguez esperando próximamente la llegada de Juan Sánchez Azcona para trabajar en pro de los planes revolucionarios, aun cuando hasta ahora se han limitado a ayudar en la campaña periodística. Protesto a Ud. mi atenta consideración. Libertad y Constitución. México, enero 13 de 1911. Miguel S. Macedo Al C. Secretario de Relaciones, Presente.

Informe de Antonio V. Lomelí, Cónsul de México en El Paso, Tex., al Secretario de Relaciones, acerca de las actividades revolucionarias de Abraham González y Lázaro Gutiérrez de Lara, así como de la posibilidad de la fusión de los grupos maderista y magonista.

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[A.R.E., L-E-677] [Reservada.] El Paso, Texas, enero 14 de 1911. Ayer tuve la honra de dirigir a Ud. un telegrama, que descifrado dice: “Lunes nueve pasaron río, dos millas al Oeste de ciudad Juárez, como veinticinco revoltosos montados, con tres mulas cargadas, no sabiéndose paso oportunamente por falta vigilancia en ambos lados río. Urge envío gente montada para ese servicio. Siguen conferencias cabecillas, y parece haber diferencias entre ellos. Abraham González y otros tres salieron rumbo Ojinaga. Lara parece saldrá pronto a recorrer Texas. Creo innecesario que agentes venidos Los Ángeles lo sigan cuando salga.” El paso del grupo de cosa de veinticinco revoltosos, se efectuó el lunes 9, al pardear la tarde, y fueron vistos por el conductor Glenn H. Mansfield y motorista G. L. Ables, que tripulaban el carro eléctrico que corre entre El Paso y la Gran Fundición. Al ir el carro se notó un grupo de jinetes mexicanos que venían de las lomas circunvecinas rumbo al Hospital del condado, y cosa de cinco o seis minutos después, al regreso del tranvía, se observó a esos mismos jinetes atravesando el lecho del río y cerca ya de la margen mexicana. El conductor y maquinista manifestaron a su jefe el superintendente de la Compañía de Tranvías, Mr. H. S. Potter; de quien me valí para averiguar lo ocurrido, que no habían visto bien si los jinetes iban o no armados, aunque creen que lo irían. El “Sub-Marshall” Mr. Hillebrand y los detectives del Gobierno americano no niegan abiertamente el hecho, pero dicen que no pueden estar en todas partes y que si ellos vigilan a los revoltosos, también son vigilados por ellos y saben en qué momento pueden burlar la ley. En Ciudad Juárez no se ha podido establecer una buena vigilancia en el río por falta de gente montada, siendo frecuentes los avisos que tengo de haber pasado gente o municiones, ya río arriba o río abajo de la población, hacia los suburbios de ella; peto esos avisos me llegan siempre demasiado tarde.

Los cabecillas aquí reunidos han seguido conferenciando para ponerse de acuerdo, y aunque en días pasados se dio como un hecho la fusión de maderistas y magonistas, parece que hasta ahora no han podido ponerse de acuerdo, y Abraham González y otros jefecillos han abandonado las negociaciones y marchado rumbo a Ojinaga. El anarquista Lara, que parece vino como representante de R. Flores Magón a estas conferencias, ha seguido pronunciando discursos subversivos en plena calle, y por informes de los agentes que lo vigilan parece que este individuo trata de hacer una jira por el Estado de Texas, dizque a predicar la unión de los partidos rebeldes. Como difícilmente se atreverá a pasar a México por lugares sujetos a la obediencia del Supremo Gobierno, y como por el carácter y publicidad de su misión podrá seguirse perfectamente el itinerario que siga, me parece del todo inútil el que lo sigan por todo Texas los agentes Rico y Gill que, por otra parte, no son de los más expertos. Sin embargo, respecto de este punto esa Secretaría dispondrá lo que juzgue más conveniente. Se dice a última hora que está yendo gente de la acumulada en esta ciudad rumbo a Janos y Ascensión, donde dizque se está formando una gavilla numerosa. Ya procuro informarme de lo que haya de cierto en estos rumores. Reitero a Ud. las protestas, etc. Antonio V. Lomelí Señor Secretario de Relaciones, México.

Telegrama de Carlos Pereyra, funcionario de la Embajada de México en Washington, D. C., informando a la Secretaría de Relaciones Exteriores que estimaba grave la situación política en San Antonio, Texas, por la conexión reyista con Francisco y Alfonso Madero, así como por encontrarse en movimiento don Venustiano Carranza y Alberto G. Guajardo.

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[A.R.E., L-E-623] [Secretaría de Relaciones Exteriores.] [Telegrama del señor Pereyra.] St. Louis, 14 de enero de 1911. Relaciones: Cónsul San Antonio explicóme situación. Yo estímola grave por conexión reyista con Francisco y Alfonso Madero y socios intervención. Carranza y Guajardo en movimiento. Parece confirmarse actitud prensa local favorable al reyismo. Didapp trabaja en el mismo sentido. Cónsul cree necesario ampliar zona vigilancia dependiente San Antonio, exigiendo esto mayores facultades y constituir un fondo adecuado. Cónsul Laredo optimista, acaso en demasía. Informaré Saint-Louis. Pereyra

Informe de León Gómez, cónsul de México en Del Río, Texas, al director general de Consulados, acerca de los sentimientos de hostilidad del pueblo norteamericano hacia el gobierno porfirista, y la propaganda y acción efectiva de los mexicanos residentes en dicho pueblo, con relación al movimiento revolucionario maderista.

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[A.R.E., L-E-625] [Consulado de México.] Del Río, Texas, 15 de enero de 1911. Desde el día 3 del corriente que tomé posesión de esta oficina y no obstante encontrarme en un medio ambiente completamente desconocido, he procurado conocer los asuntos políticos de esta parte de nuestra frontera y ponerme al corriente de los acontecimientos; he tratado de observar la actitud del pueblo americano hacia el estado de cosas que existe por estos lugares desde el ataque a Las Vacas en 1908 y los sucesos ocurridos últimamente, y me he dedicado a ver de cerca la iniciativa, propaganda y acción efectiva de los mexicanos residentes en este pueblo, con relación a los movimientos de los revoltosos dentro de la jurisdicción de este Consulado. No creo decir nada nuevo ni desconocido sobre este asunto, pues en la enorme extensión de la frontera donde existen los mismos sentimientos de hostilidad hacia nuestra actual Administración, hay agentes del Gobierno que deben tener bien informada a esa Secretaría de todo lo que sea de interés en las circunstancias del momento. Por lo que toca a la pequeña extensión de este condado, en donde es muy numerosa la población de origen y raza mexicana, las actuales condiciones de la frontera no pueden ser ni más desfavorables ni más adversas al Gobierno de México. Los primeros días de mi llegada se fueron en recibir visitas de americanos que supieron mi venida y fueron a verme en el hotel donde me alojé, y después en corresponder esas visitas y presentar mis respetos a las autoridades del lugar. Me puse en comunicación con el señor administrador de la Aduana en Las Vacas, que en compañía del señor Juez de la localidad vino a verme cuando supo mi llegada a esta población. Se me aseguró que en toda la jurisdicción de aquella municipalidad existe la alarma y la desconfianza por las frecuentes amenazas de nuevos ataques a mano armada de supuestos

o verdaderos revolucionarios, que impunemente se arman, reúnen y forman grupos más o menos numerosos en el lado americano, con objeto de pasar la frontera y atacar las pequeñas e indefensas poblaciones del lado mexicano, volviendo después al lugar en que se albergan dentro de los Estados Unidos para preparar nuevos ataques. Se tiene la convicción de que las fuerzas del Gobierno existentes en el lado mexicano, son perfectamente insuficientes para proporcionar la paz y tranquilidad a que tienen derecho los habitantes de esos lugares fronterizos, por ser bien pocas y que no alcanzan a cubrir un punto sin abandonar otro; deficiencia que ha venido a demostrarse después, como tendré oportunidad de hacer a ella referencia. Siento tener que manifestar a Ud. que, en mi concepto, y sin excepción, los americanos particulares con quienes he hablado, y aún los que pertenecen a la Administración Pública, son partidarios y simpatizadores del numeroso grupo que pretende derrocar nuestra actual Administración; siendo de notarse que hasta las damas participan de ese sentimiento hostil al Gobierno de México que por todas partes existe, sin que ni aquéllos ni éstas conozcan las condiciones actuales de la República ni conozcan tampoco los progresos realizados en todo el país, bajo la sabia y benéfica Administración de nuestro presidente. El mercantilismo que distingue al pueblo americano considera legal y meritoria la venta de armas y municiones a los revoltosos o insurrectos como los denominan, por más que se trate de hacerles comprender que grupos de hombres armados que pasan al lado mexicano con intenciones de robo, de matanza y de pillaje, no merecen otro calificativo que el de bandidos a quienes debe castigarse con toda la severidad de la Ley por sus acciones criminales. Sólo la pronta y enérgica acción del Gobierno en suprimir las frecuentes invasiones de perturbadores del orden que se forman en este condado para pasar al lado mexicano a cometer robos de caballos, provisiones y lo que encuentran, con el propósito de pagar esos hurtos cuando triunfe lo que ellos han dado en llamar “su causa”, que no es otra cosa que el pretexto para vivir sin trabajar, hará que desaparezca para siempre esta malentendida simpatía de los americanos hacia los que se titulan víctimas inocentes de la tiranía de nuestro Gobierno. Aún no he podido ponerme en contacto con ninguno de los numerosos individuos de raza mexicana que viven en esta población, ni formarme una idea de su actitud, actividad y recursos para ayudar a los revoltosos en su ingrata y criminal tarea, pues no obstante que ya me conocen, que saben quién soy y en dónde pueden verme, ninguno se ha presentado en este

Consulado a saludarme, permanecen alejados y se me muestran hoscos y hostiles. Se ven estos mexicanos todos los días en las aceras de la calle principal del pueblo, unos sentados en la orilla de lo que pudiera llamarse banquetas, otros parados en las esquinas y muchos formando corrillos en las puertas de las cantinas, leyendo los periodiquillos que reciben de otras partes de Texas, y cuya literatura subversiva saborean todos en conjunto. Estos mexicanos sin ninguna ocupación aparente parece que tienen dinero y no se preocupan por la subsistencia; he preguntado de qué viven y me han dicho que son leñadores y jornaleros del campo, que trabajan cuando hay trabajo, y se pasan la vida, cuando no lo hay, en la holganza. Como no es posible vivir aquí sin trabajar porque la vida es más cara que en cualquiera otra parte de Texas y los Estados Unidos, hay también la creencia de que estos desocupados reciben dinero de alguien que se los suministra y se supone que algún agente de Madero se los remite de San Antonio. He sabido que la mayoría de los individuos de nuestra raza que viven en este lugar y en el resto del condado, con sus familias, en número de más de tres mil, son decididos partidarios y simpatizadores de los revoltosos que también viven en este pueblo, y ya sean reyistas o maderistas siguen la corriente que les señala la prensa mexicana de oposición, anti-reeleccionista o sediciosa, sin que se den cuenta de lo que una y otra se proponen. Ignoran absolutamente todo lo que se refiere a su patria, y no tienen ni siquiera una remota idea de lo que es su Gobierno ni de los adelantos que ha alcanzado la República durante la administración del señor presidente don Porfirio Díaz, a quien suponen ser todo lo que dicen, tanto los periódicos americanos como los que se publican en español en este Estado, asiento y lugar de confección de las más atroces mentiras y calumnias en contra del señor general Díaz y la actual Administración. Ya habrá tenido noticias esa Secretaría del último encuentro que tuvo lugar el 10 del corriente cerca de un lugar de este Condado, llamado Comatck, entre un grupo de bandoleros y las fuerzas federales que salieron de Las Vacas a batirlos. Las noticias que circularon con motivo de esa escaramuza no pudieron ser más desfavorables ni más despectivas para las tropas del Gobierno, que han sido criticadas acerbamente, y no sin algún fundamento. Los telegramas de Eagle Pass del día 14, tienen en los periódicos encabezados como el que sigue: "Bring in seven soldiers dead."

"Battle near Las Vacas costs Federals heavy loss." "Insurrectos lost two." (Traen siete soldados muertos) (El combate cerca de Las Vacas cuesta a los Federales fuerte pérdida) (Los insurrectos pierden dos). Y continúa el telegrama con la información siguiente: Eagle Pass, Tex., Jan. 14. The bodies of seven Mexican cavalry men were brought to C. P. Diaz opposite here last night, following a battle between the federal troops and revolutionists near Las Vacas. Only two rebels were killed. One hundred insurrectos and two hundred Mexican soldiers participated. The rebels took several hundred horses from the big Treviño ranch saying that they would pay for them, when they won their cause. All stores and saloons were closed at C. P. Diaz last night. (Eagle Pass, Tex., enero 14. Los cuerpos de siete soldados mexicanos de caballería fueron traídos a C. P. Díaz (ciudad frontera de ésta) anoche, después de un combate entre tropas federales y revolucionarios cerca de Las Vacas. Sólo dos rebeldes fueron muertos. Participaron cien insurrectos y doscientos soldados mexicanos. Los rebeldes tomaron varios cientos de caballos del rancho grande de Treviño diciendo que los pagarían al triunfo de su causa. Todos los comercios y cantinas se cerraron anoche en C. P. Díaz.) Este telegrama y otros de fuentes parciales, también han puesto de manifiesto que los pretendidos revolucionarios en menor número que las fuerzas federales les han infligido más daño que el que ellos recibieron en el encuentro: cien revoltosos contra doscientos soldados de línea; siete soldados de caballería muertos y sólo dos de los revolucionarios, no dice mucho en favor de los defensores del Gobierno y aunque sea la presente noticia una de tantas que circulan en este país, de carácter mendaz, sobre los últimos acontecimientos, se le da todo crédito y no se admite ninguna rectificación aunque venga de testigos oculares del suceso. Como desde el ataque a Las Vacas en el año de 1908 existe en esta parte de nuestra frontera el mismo estado de alarma, de desconfianza y de inseguridad que hace que las familias de los habitantes de las haciendas y ranchos en el lado mexicano vengan a refugiarse a Las Vacas y las familias de Las Vacas vengan a buscar tranquilidad y reposo a este pueblo, como no es conveniente de ninguna manera que este estado de cosas continúe indefinidamente; como hay que tener en consideración que en esta parte de la frontera todo nos es adverso, que las simpatías de propios y extraños están por los perturbadores del orden que los alientan y ayudan, creo que, a fin de poner término a esta situación, y salvo el muy acertado parecer de usted, se hace necesario, imperativo, que el Gobierno cuente con las

fuerzas y elementos necesarios para acabar con la llamada insurrección dándole en el primer momento oportuno que se presente el golpe de gracia, pues este juego de niños entre insurrectos y fuerzas federales que resulta en muerto por muerto, me refiero al último encuentro frente a este Condado, no da sino materia abundante para la crítica de los americanos y la alegría y regocijo de los de nuestra raza. Hace algunos días que pasó por aquí un individuo llamado Abraham González, “Gobernador Provisional” del Estado de Chihuahua y según supe visitó a varios americanos prominentes del pueblo. Sin tener la seguridad de ello, estuvo a ver al señor Administrador de la Aduana americana y al Juez de Distrito. Se le atribuyen los conceptos siguientes: “Podríamos tomar cualquiera de las ciudades que tienen guarnición; pero en cambio tendríamos que establecer también guarniciones que nos quitarían gente de combate del campo de operaciones. No esperamos derrotar al ejército de Díaz en un día o en un mes. Hemos obtenido todo lo que nos habíamos propuesto hacer hasta la fecha. Los independientes protegerán las vidas e intereses de los americanos y otros extranjeros. Venimos como libertadores (sic) no como invasores. Los independientes no están combatiendo a México, combaten al Gobierno de Díaz. Se han hecho esfuerzos para evitar un conflicto con las leyes de Neutralidad de los Estados Unidos. Muchos de los patriotas que pelearon en la batalla de Vanegas procedentes del lado de Texas, cruzaron el Río Grande desarmados y luego encontraron armas que los esperaban en el lado mexicano. De nuestros futuros planes no puedo hablar por ahora; hemos abierto las puertas a nuestros compatriotas que deseen pelear y los estamos armando e instruyendo en el manejo de las armas.” Al hablar con el señor Luke Dowe, Administrador de la Aduana, sobre una noticia de Las Vacas de que venían para este lugar cien carabinas y sesenta y cinco mil cartuchos, y recomendarle se sirviera vigilar su llegada, me dijo que había hablado con Abraham González a su paso por este lugar. Renuevo a usted las seguridades de mi muy atenta consideración. León Gómez C. Director Gral. de Consulados.

Carta del doctor Fortunato Hernández, fechada en Nueva York, dirigida al general Porfirio Díaz, Presidente de la República, informándole acerca de sus artículos publicados en el diario Sun relativos a “la locura de Madero y a la floreciente situación de la República”, y considerando seria la hostilidad de los texanos y mexicanos residentes en las poblaciones fronterizas con México, por las ofertas de Alfonso Madero, Ernesto Fernández, Sánchez Azcona y otros propagandistas “que no conocen ni el actual estado de México ni la gloriosa historia de usted…”

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[A.R.E., L-E-624] Nueva York, enero 15 de 1911. Sr. General D. Porfirio Díaz, Presidente de la República, México. Muy honorable señor Presidente: Como se dignará Ud. ver por los recortes de periódico que hoy incluyo y los que he tenido el honor de ir enviando, he conseguido un verdadero triunfo, pues hasta los periódicos que como el Sun nos habían estado atacando han publicado mis artículos relativos a la locura de Madero y a la floreciente situación de la República. Los limitados recursos pecuniarios con que emprendí esta campaña me han apenas bastado para hacer lo que he hecho, pues aquí la prensa no hace nada sino a fuerza de dinero, y a veces, no es suficiente ni el dinero para moverla. Sin embargo, ya cuento con nuevas e importantes relaciones periodísticas que me ayudarán en lo sucesivo y he logrado cambiar por completo la opinión general de los periodistas americanos. Para no exponerme a que se me agoten los recursos saldré mañana para San Antonio, Texas, donde esperaré órdenes. He preferido hacer un viaje rápido, desplegando cierto lujo y alojándome en los principales hoteles, porque de otro modo nadie me hubiera hecho caso, y por fortuna he dado un golpe que juzgo de verdadera importancia y trascendencia. Permaneceré en San Antonio, Texas, hasta el día 22 del actual, y suplico a Ud. que en caso de que Ud. resuelva que yo continúe trabajando en la prensa tejana, se digne indicármelo por telégrafo dirigiéndome el

telegrama al Consulado mexicano. En caso de no recibir orden alguna saldré de San Antonio el día 23, estaré en Laredo el 24 y regresaré a México el día 25 del corriente. Si usted señor, juzga conveniente que yo prosiga esta campaña, extendiéndola a Texas, Arizona y Sonora, a lo largo de la frontera, suplico a Ud. se digne colocarme en amplias condiciones pecuniarias para poder realizar una obra completa y decisiva. Satisfecho con la creencia de que Ud. confía en mi lealtad y patriotismo, tengo la honra de repetirme de Ud., adicto amigo y agradecido y respetuoso servidor que b. s. m. Dr. Fortunato Hernández Pd. Incluyo en ésta, un breve resumen del resultado de mis investigaciones: 1º. El movimiento sedicioso de Chihuahua ha sido provocado y sostenido por chihuahuenses y con dinero. 2º. La actitud hostil de la prensa europea y americana se ha conseguido con dinero de capitalistas mexicanos y por medio de escritores, en su mayor parte, mexicanos, pues Guatemala y algunos capitalistas americanos no han hecho más que ayudar y contribuir con una parte importante, pero no tanto como se había creído. 3º. Existen tres centros de propaganda sediciosa: uno en París, donde está Zayas Enríquez, otro en Cuba, donde está Barrón y otro en Nueva York, donde está Fornaro. Estos centros están indudablemente ligados con los de Texas, Arizona y Chihuahua y Sonora. Madero suele recibir de México regulares cantidades de dinero en billetes de Banco y cuya procedencia se ignora. 4º. La hostilidad de los tejanos y malos mexicanos residentes en Texas, Arizona, Nogales, Cananea, etc., es mucho más seria de lo que pudiera creerse, pues engañados por las ofertas de Alfonso Madero, Ernesto Fernández, Sánchez Azcona y otros propagandistas, los tejanos y malos mexicanos ignorantes que no conocen ni el actual estado de México ni la gloriosa historia de Ud., ni la gran obra de regeneración que Ud. ha realizado, amparan y abrigan a los sediciosos y contribuyen semanariamente con dinero para el sostenimiento de lo que ellos llaman revolución. 5º. El pueblo americano tiene gran confianza en el Gobierno de Ud.

6º. Es urgente oponer a los trabajos de los sediciosos en la frontera, una enérgica y patriótica propaganda en favor de la paz nacional y del Supremo Gobierno.

Nota girada por Carlos Pereyra, funcionario de la Embajada de México en Washington, D. C., al Secretario de Estado de los Estados Unidos de América, Philander C. Knox, proporcionándole elementos de prueba para determinar responsabilidades en violaciones de las Leyes de Neutralidad, a Ramón Vázquez y José María Maytorena, y para confirmar que don Francisco I. Madero era el promotor del movimiento revolucionario en la República Mexicana.

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[A.R.E., L-E-626] [Embajada de México en los Estados Unidos de América.] Washington, D. C., 18 de enero de 1911. Excelentísimo señor Philander C. Knox, Secretario de Estado de los EE. UU. de A., Washington, D. C. Excelentísimo señor: Con el propósito de allegar nuevos elementos de prueba que el Gobierno de los Estados Unidos pueda aprovechar, unidos a los suyos propios, para determinar ciertas responsabilidades en la violación de los Estatutos de neutralidad, tengo la honra de poner en conocimiento de V. E. que, según me participa el Cónsul de México en Tucson, Arizona, el sedicioso mexicano Ramón Vázquez trató de adquirir en una casa comercial de dicha ciudad cincuenta rifles para los revoltosos, y que en conversación con el señor Anaya, agente del “Marshall” de los Estados Unidos, el citado Vázquez confesó que pertenece a las filas de los rebeldes por sugestiones de José María Maytorena, quien se titula Gobernador provisional del Estado de Sonora, en virtud de nombramiento que le expidió Francisco I. Madero, según pudo saber Vázquez, por haber tenido a la vista dicho documento. Los anteriores datos, que me permito comunicar a V. E. de acuerdo con la indicación hecha bondadosamente a esta Embajada, pueden servir de base para determinar la responsabilidad de Vázquez y Maytorena, y para confirmar que Francisco I. Madero es el promotor de los actuales movimientos sediciosos en la República Mexicana, lo que sin duda se desprende claramente de los datos que obran ya en poder de los

funcionarios americanos y de los que ha suministrado esta Embajada. Reitero a Vuestra Excelencia las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. Carlos Pereyra

Informe de Antonio V. Lomelí, Cónsul de México en El Paso, Texas, al Secretario de Relaciones, acerca de la presencia de Abraham González, y del acuerdo tomado entre los principales grupos maderistas y magonistas para ayudarse mutuamente en las operaciones de guerra que emprendieran.

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[A.R.E., L-E-625] [Reservada.] El Paso, Texas, enero 18 de 1911. Hoy tuve la honra de dirigir a usted un telegrama cifrado que dice: “Regresó Abraham González. Cabecillas maderistas y magonistas siguen aquí formando planes. Sin pacto formal, parece acordaron cooperación en operaciones guerra. Periódicos locales siguen campaña embustes, favoreciendo revoltosos. En esta ciudad aumentan grupos sospechosos.” Después de unos pocos días de ausencia regresó a esta ciudad el llamado gobernador de Sonora (sic. Chihuahua), Abraham González, que al romperse las negociaciones con los magonistas había salido rumbo a Ojinaga. En su ausencia parece que los jefecillos aquí reunidos convinieron en dejar aplazada la cuestión de fusión de partidos, por no poderse poner de acuerdo sobre las condiciones y arreglaron que, entretanto, los grupos de unos y otros se ayudarán mutuamente en las operaciones de guerra que emprendan. Parece que la gran dificultad actual para los revoltosos es obtener municiones en suficiente cantidad, pues aunque diariamente pasan algunas de contrabando, el transporte de ellas hasta la sierra por caminos excusados es de lo más difícil y peligroso. Por lo tanto, lo indicado parece ser la persecución activa y sin descanso de las bandas existentes, para obligarlos a quemar sus últimos cartuchos, después de lo cual no les queda otro camino que rendirse o desbandarse. Los periódicos locales, especialmente los americanos, no cesan de levantar ejércitos de revolucionarios por todas partes y derrotar sin misericordia y diariamente a las tropas federales. Si no supiera yo que la codicia y la falta de sentido moral son los móviles principales de ese proceder, creería que sus redactores se habían vuelto locos de remate. Sin embargo, esa campaña de embustes ha determinado aquí una oposición general hacia nuestro Gobierno, pudiendo decirse casi con

certeza que no tenemos por aquí un solo amigo sincero. Ese sentimiento de hostilidad, especialmente entre la población de origen mexicano, facilita a los cabecillas revoltosos el reclutamiento y les ayuda mucho en la preparación y ejecución de sus planes. Procedentes de Chihuahua o de otras partes, siguen llegando aquí grupos de gente sospechosa, de los que están llenas las plazas y calles céntricas. Supongo que los revoltosos van a utilizar esta gente de alguna manera, y no será difícil que de un momento a otro la arrojen sobre algún lugar de la frontera. Reitero a usted las protestas de mi muy distinguida consideración y respeto. Antonio V. Lomelí Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

Informe de Francisco Izábal Iriarte, Cónsul de México en Douglas, Arizona, al Secretario de Relaciones Exteriores, sobre la ocupación del pueblo de Sahuaripa, Sonora, por una partida de rebeldes, abandonándola posteriormente para dirigirse al de Moctezuma.

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[A.R.E., L-E-625] [Consulado de México, Douglas, Arizona.] A 18 de enero de 1911. Antier circuló en esta ciudad el rumor de que una partida de sediciosos había entrado en Sahuaripa, Sonora, el día 13 del actual, rumor que ayer fue confirmado oficialmente, según me informó, el comisario de policía de Agua Prieta, aunque sin detalles, según los telegramas que sobre el asunto le fueron dirigidos ayer mismo por el Jefe de la Zona, general don Luis E. Torres, y por el Gobernador del Estado, Lic. D. Alberto Cubillas. Ayer tuve oportunidad de hablar con una persona recientemente llegada de Moctezuma y que trajo noticias del acontecimiento a que me refiero, y sólo pude obtener de él la confirmación del hecho, sin mayores detalles. Parece que la entrada de los sediciosos a Sahuaripa se efectuó sin encontrar resistencia de las autoridades ni del vecindario, ignorándose si ya abandonaron la población mencionada o si siguieron rumbo a Moctezuma, pues se dice que ésos eran probablemente sus propósitos, diciéndose también que en dicho lugar estaban bien preparados para defenderlo el Jefe Político, Francisco Chiapa, en combinación con fuerzas federales y con voluntarios. El director del periódico Daily Douglas International se presentó ayer en esta oficina con objeto de ver qué información podría adquirir de mí sobre el asunto, y aunque ya había confirmación oficial, como digo a usted antes, le manifesté que sólo había llegado el rumor pero que no tenía noticias oficiales ningunas. A eso se refiere el adjunto recorte del periódico citado, que tengo la honra de remitir a usted juntamente con su traducción respectiva. Seguiré informando a usted todo lo que de importancia sepa sobre el particular. El Cónsul, Fco. Izábal Iriarte Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

Telegrama del licenciado Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, D. C., informando a la Secretaría de Relaciones Exteriores haber puesto en conocimiento del Departamento de Estado Norteamericano la responsabilidad de Vázquez y Maytorena, por violación a las leyes de neutralidad, y reiterando que la culpabilidad de don Francisco I. Madero era evidente.

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[A.R.E., L-E-624] [Telegrama de la Embajada en Washington, D. C.] 18 de enero de 1911. Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F. Cónsul Tucson comunícame texto su nota fecha 12 corriente a Dirección Consulados, relativa compra armas por Vázquez. Comunico hecho a Departamento de Estado, señalando responsabilidad Vázquez y Maytorena como contrarias leyes neutralidad, y reitero mis afirmaciones anteriores relativas Francisco Madero cuya culpabilidad es evidente. De la Barra

Telegrama de Antonio V. Lomelí, Cónsul de México en El Paso, Tex., informando al Secretario de Relaciones del viaje de Abraham González a las poblaciones de Marfa y San Antonio, Texas, con objeto de recibir armamento.

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[A.R.E., L-E-677] [Reservada.] El Paso, Tex., enero 19 de 1911. Hoy tuve la honra de dirigir a Ud. un telegrama, que descifrado dice: “Anoche salió Abraham González para San Antonio, dizque a recibir armamento. Para Marfa, Tex., fueron con él cuatro individuos, dizque a llevar a México armas allí depositadas, de lo cual ya notifiqué ‘Deputy Marshall’ Hillebrand. Cabecillas dispónense a marchar. Anúnciase movimiento general revoltosos.” Al manifestar a Ud. que esos informes me han sido suministrados por los agentes secretos que emplea el Sr. Tte. Coronel Alemán y los que están al servicio de esta oficina, y que el Sr. Hillebrand ya telegrafió a San Antonio y Marfa para que se vigile a los que se dice complicados en esas operaciones, me es honroso reiterar a Ud. las protestas, etc. A. Lomelí Señor Secretario de Relaciones, México.

Informe de Arturo M. Elías, Cónsul de México en Tucson, Arizona, al Director General de Consulados, acerca del viaje de José María Maytorena a San Francisco, Cal., con objeto de comprar armas, destinadas a fomentar un levantamiento en el mineral de Cananea, Sonora.

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[A.R.E., L-E-625] [Consulado de México.] Reservada. Tucson, Arizona, enero 19 de 1911. Hoy digo al señor Embajador en Washington lo siguiente: “Con referencia a mi nota reservada de antier, número 372, en la cual doy cuenta a usted de lo que ha expresado el maderista Manuel Morante sobre el viaje de José Ma. Maytorena a San Francisco, California, tengo el honor de manifestarle que Morante ha repetido a la persona de sus confidencias, que está seguro de que Maytorena se dirigió a la expresada ciudad con el objeto de comprar armas y reunir gente que apoye la revolución. Dice que las armas serán mandadas a Sinaloa, en el cual Estado tiene Madero muchos simpatizadores, especialmente en Culiacán, que aparentan ser partidarios del Gobierno, y a los hombres los instruirá para que separadamente se dirijan a Cananea, Sonora, llevando el carácter de mineros que buscan trabajo, y cuando estén reunidos en número suficiente hacer un levantamiento en dicho mineral. Ya me he dirigido a los Cónsules de la República en San Francisco y Los Ángeles, California, suplicándoles investigar si Maytorena se encuentra en alguno de los dos lugares. El sedicioso Ramón Vázquez salió de esta ciudad informando a una persona que va con una comisión a Douglas, Naco y Nogales, y que regresará en la semana entrante para tener una junta con sus compañeros.” Lo cual me honro en transcribir para el superior conocimiento de usted reiterándole mi consideración más atenta y distinguida. Arturo M. Elías Señor Director General de Consulados, México, D. F.

Telegrama del licenciado Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, D. C., informando a la Secretaría de Relaciones Exteriores haberse dirigido al Departamento de Estado Norteamericano solicitando la detención de don Francisco I. Madero, a su arribo a San Antonio, Texas, obteniendo del señor Philander Knox el ofrecimiento de dedicar preferente atención a este asunto.

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[A.R.E., L-E-624] [Telegrama de la Embajada en Washington, D. C.] 19 de enero de 1911. Secretario de Relaciones, México, D. F. Recibí el telegrama de usted de ayer. Previamente habíame comunicado cónsul Ornelas próxima llegada Madero a San Antonio y desde luego dirigí nota a Departamento de Estado pidiendo detención esa persona con fundamento Sección 5,286, Estatutos inmigración. Hoy celebré entrevista con Mr. Knox y manifestéle que Gobierno mexicano espera se dictarán disposiciones eficaces en el caso. Ofrecióme dedicar atención preferente a este asunto; mañana hablará con señor Taft sobre el particular. De la Barra

Telegrama de Alberto Terrazas, gobernador del Estado de Chihuahua, comunicando al secretario de Relaciones Exteriores haber sido rechazados los sediciosos encabezados por José de la Cruz Sánchez en el pueblo de Coyame, derrotándolos posteriormente en el de Cuchillo Parado.

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[A.R.E., L-E-624] [Telegrama del Gobierno de Chihuahua.] 19 de enero de 1911. Señor Enrique C. Creel. México, D. F. Tengo el gusto de comunicar a usted que el Jefe Municipal de Coyame me avisa que los revoltosos que fueron rechazados por él en aquel pueblo, han sido nuevamente derrotados a inmediaciones del pueblo Cuchillo Parado, por fuerzas federales que venían de Ojinaga al mando del coronel Dorantes. Entiendo que el golpe sufrido por los revoltosos es de grande importancia y que ese grupo ha sido desorganizado, habiéndosele causado bajas de consideración. Doy a usted la noticia con las reservas debidas, aunque el jefe Municipal citado me la comunica con el carácter de fidedigna. El Gobernador, Alberto Terrazas

Informe de Antonio V. Lomelí, cónsul de México en El Paso, Texas, al Secretario de Relaciones Exteriores, Enrique C. Creel, acerca de la presencia de don Francisco I. Madero y Abraham González, saliendo el primero con destino a San Antonio, Tex.; asimismo de las actividades de Ricardo Flores Magón, distribuyendo delegados en la frontera para combatir por la bandera del Partido Liberal, cooperando con las fuerzas maderistas para apoderarse de las plazas de Ciudad Juárez y Chihuahua, simultáneamente.

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[A.R.E., L-E-625] El Paso, Texas, enero 20 de 1911. Señor don Enrique C. Creel, Secretario de Relaciones Exteriores; México, D. F. Muy estimado señor: Me permito informar a usted que he sabido de una manera segura que Francisco I. Madero estuvo en El Paso hace ocho días, en compañía de Abraham González. También me han informado que Madero se encuentra ahora oculto en San Antonio, Texas, y espero que pronto podamos descubrir cuál sea el sitio donde se encuentra. Saldré para San Antonio el sábado por la mañana, 21 del corriente, y le daré a usted informes de aquella ciudad. He sabido que Ricardo Flores Magón tiene un gran número de delegados distribuidos por toda la frontera de Texas, los que están solicitando aliados a la junta revolucionaria, para que tomen las armas contra el Gobierno mexicano. A esos hombres se les ha instruido que combatan por la bandera del Partido Liberal y que cooperen con las fuerzas de Madero. Los representantes de Flores Magón dicen que les asegura Magón que el levantamiento general no ha comenzado todavía; pero que pronto se generalizará y que habrá levantamientos en varias partes de la República. La intención de los jefes de las dos facciones es apoderarse de Ciudad Juárez y de Chihuahua al mismo tiempo. Se proponen cortar la comunicación por el Ferrocarril Central Mexicano en varios lugares entre Juárez y la ciudad de Chihuahua, destruyendo puentes, y simultáneamente

cortar la comunicación ferrocarrilera entre Chihuahua y la ciudad de México. Los representantes de los jefes de los dos partidos que por el largo tiempo que se necesita para concentrar el suficiente número de hombres sin ser sentidos, en diversos lugares, para poder llevar adelante los planes a que me he referido, dicen que deben tener paciencia; pero que pronto se les dará la orden para hacer la invasión. Dicen que están muy seguros de poder dominar tanto a Juárez como a Chihuahua, en el curso de un mes. Señor: esta información me ha llegado de varias fuentes y creo que vale la pena que se tomen las precauciones necesarias para evitar una sorpresa por una invasión violenta y numerosa del lado de la frontera de Texas, la que unida a los grupos que ya están en armas, podría constituir un verdadero peligro. Si usted me autorizara a ocupar a diez ayudantes más, creo que podría descubrir en tiempo los movimientos de esta gente y comunicarlos en tiempo oportuno para que el Gobierno de México pueda prepararse. Puede asegurarse a usted, por las observaciones que he hecho en esta ciudad, que no hay menos de 400 hombres que están listos para atravesar la frontera. El número está aumentando a diario por otras partidas que llegan de varias partes. Toda esta gente no tiene ninguna ocupación, sino reunirse y hablar de sus planes de guerra contra el Gobierno de México. Todos ellos tienen dinero y se conoce que se les paga con liberalidad. Tan pronto como se les acerca algún desconocido cambian la conversación, porque están advertidos de tomar muchas precauciones. El cabecilla Abraham González ha abierto una oficina en el “Víctor Hotel”, Calle Overland 211 ½, en El Paso, Texas. Ocupa varios cuartos en el segundo piso. No se permite a ninguna persona que entre a dichos cuartos, a excepción de los empleados de González. Toda la correspondencia se recoge en el correo, en un apartado, y se le entrega en estos cuartos del hotel, a Abraham González. El empleado que recoge la correspondencia entra por una pequeña casa inmediata que tiene puerta a otra calle, y de ella se comunica con el Hotel para poner la correspondencia en manos de González. Durante el tiempo que hemos estado vigilando el movimiento de la correspondencia, he podido observar que son varios los empleados que se ocupan de ese servicio. Considero indispensable dejar a uno de nuestros mejores hombres en El Paso, pendiente de este servicio. También creo que debería

estacionarse a otro empleado en Austin, Texas y uno en Eagle Pass. Creo que estos hombres pueden recoger noticias de bastante interés. También tengo un empleado en San Diego, California. Al recibir usted esta carta, si está usted de acuerdo con todos estos servicios, sírvase usted dirigirme un telegrama a mi oficina de San Luis, Mo. Le suplico a usted que se sirva tomar nota de que no he de gastar yo más dinero del que pueda ser absolutamente necesario para conseguir los informes que puedan interesar al Gobierno de México y ese servicio lo suspenderé en el momento en que ya no lo considere necesario. Soy de usted afectísimo y seguro servido. Antonio V. Lomelí

Carta de Rafael Tapia, al director del periódico La Prensa, de La Habana, Cuba, dándole información del movimiento revolucionario en México.

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[A.R.E., L-E-632] [La Prensa. Enero 21 de 1911.]

UNA CARTA DE MÉXICO LA VOZ DE UN REVOLUCIONARIO Señor director del periódico La Prensa, Habana, Isla de Cuba. Muy señor mío: Como en este mi pobre país, que ostenta el dulce nombre de República, actualmente carecemos de libertad de prensa debido a las disposiciones de nuestro despótico Gobierno que abusando de la mansedumbre del pueblo se ha convertido en Dictador, apelo a esa vecina República y a su acreditado periódico, para que nos ayude con la publicación de la presente en bien de la causa común que perseguimos los liberales de buena fe. Estamos luchando desde el 20 de Noviembre pasado con las armas en la mano todos los buenos mexicanos, por derrocar del poder al usurpador Porfirio Díaz, que a trueque de la censura mundial, vulnera nuestras leyes constitucionales que tan caras costaran a nuestros Patricios que a costa de su sangre nos legaron. Y para desvirtuar nuestra obra redentora, nos llaman a los revolucionarios hordas de bandidos. Publicando la prensa alquilada que nada puede tomarse en serio de nuestro candidato, hoy presidente provisional de la República, señor Francisco I. Madero. No quieren los compinches de la traición patria, que las naciones extranjeras sepan la digna actitud del pueblo mexicano, que con justa razón se rebela contra sus opresores, con todas las formalidades que la ley nos concede. Procuran por todos los medios mezquinos que están a su alcance desmoralizar a nuestros conciudadanos propagando nuestro exterminio con derrotas todos los días, sin comprender que la ocultación de la verdad sólo sirve para

aumentar su desprestigio. Ustedes los cubanos que fueron y son los sostenedores de su independencia, saben muy bien el trabajo que cuesta a un pueblo oprimido por la tiranía, deshacerse de ese azote aplastante cuando dispone a su sabor de los intereses públicos. Pues esa es nuestra lucha. El débil contra el fuerte. Pero al fin la justicia y la razón se abren campo, y esa es la esperanza que nos anima, y que la vindicta pública aquilate nuestros actos. Si usted no tiene inconveniente en acoger mis informes, los daré con toda veracidad para conocimiento general, desde el campo donde me halle. Suyo affmo, S. S. Rafael Tapia Córdoba, enero 19-1911.

Informe confidencial de Miguel López Torres, Cónsul de México en Naco, Arizona, a Antonio V. Lomelí, Cónsul de México en El Paso, Tex., acerca de la huelga declarada por los maquinistas del Ferrocarril Sud-Pacífico de México, pretendiendo nivelación de salarios con los norteamericanos.

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[A.R.E., L-E-677] [Servicio Consular Mexicano. Confidencial.] Enero 21 de 1911. Naco, Arizona. Sr. don Antonio V. Lomelí, Cónsul de México; El Paso, Texas. Estimado amigo y colega: Me permito dirigirle la presente para darle mis más sinceras gracias por los informes que se sirva Ud. proporcionarme acerca del detective J. W. Coughlin, quien, en efecto, se me presentó solicitando lo ocupara en el servicio secreto de esta oficina. Le he dicho que no podía utilizar sus servicios por ahora y que si más tarde lo creía necesario lo ocuparía. En realidad, estoy autorizado para emplear un detective, pero por los trabajos de una persona que tuve a mi servicio y que ya dejé de emplearlo, he visto que es innecesario, y, por otra parte, todas las autoridades de mi distrito se ocupan con todo empeño de ver que se observen las leyes neutrales. Por aquí todo está tranquilo, por más que circulan muchos rumores alarmantes que creo no tienen ningún fundamento; pero que, sin embargo, me hacen estar alerta. También por acá se dice que están saliendo revoltosos para ese rumbo, como verá Ud. por el recorte adjunto, publicado en un periódico de Bisbee el domingo pasado; pero, como dije antes, creo que sean rumores infundados. Anoche se declararon en huelga los maquinistas del ferrocarril “SudPacífico de México”, pretendiendo que se les pague igual sueldo que a los de la misma empresa de este país, y no sería difícil que los revoltosos quisieran aprovecharse de esta ocasión para hacer de las suyas. Por lo que redoblo más mi vigilancia. Yo lo tendré a Ud. al tanto de cuanto ocurra por estos lugares y que

pueda ser de algún interés para Ud. y le ruego que de su parte haga lo mismo con su Afmo. amigo Atto. S. S. que lo aprecia. Miguel López Torres

Informe del licenciado Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, D. C., al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca del resultado de su entrevista con el Presidente Taft, con motivo de las frecuentes violaciones a los Estatutos de Neutralidad, por individuos que pretenden trastornar el orden público en la República Mexicana.

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[A.R.E., T-19] [Reservada. Revoltosos mexicanos. Entrevista con el Sr. Presidente Taft.] Washington, 21 de enero de 1911. En la entrevista que tuve ayer con el señor Presidente de los Estados Unidos, hablé de las frecuentes violaciones que sufren los Estatutos de Neutralidad de este país por actos de individuos que pretenden trastornar el orden público en la República Mexicana. El señor Presidente Taft prestó la mayor atención a mis indicaciones, y cuando se hubo enterado de que muchos de esos actos pasan inadvertidos para las autoridades inferiores, las que por ignorancia, incuria u otras causas no recogen pruebas sobre la culpabilidad de los violadores de la ley, el señor Taft me dijo que la cuestión es muy grave y que le dedicará sumo cuidado, a fin de que no pueda quedar en duda el buen deseo de este Gobierno para cooperar eficazmente al mantenimiento de la paz en nuestro país. Dados los términos en que se expresó el señor Presidente Taft, no dudo que dictará sus órdenes en el sentido de las gestiones de esta Embajada. Reitero a usted las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. Francisco León de la Barra Señor Secretario de Relaciones Exteriores. México.

Instrucciones telegráficas giradas por el licenciado Enrique C. Creel, Secretario de Relaciones Exteriores, al Embajador de México en Washington, D. C., para poner en conocimiento del Departamento de Estado la venta de cartuchos y armas en los linderos del Estado de Texas, a José de la Cruz Sánchez, y su gente, atacantes de los pueblos de Coyame y Cuchillo Parado, Chih.

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[A.R.E., L-E-624] Secretaría de Relaciones Exteriores. [Telegrama.] 22 de enero de 1911. Embajador de México, Washington, D. C. General Luque telegrafió señor Presidente, lo siguiente: “Hoy a las nueve de la mañana llegó a lindero Texas José de la Cruz Sánchez que funge como cabecilla de los sediciosos y fue el que atacó Coyame y defendió Cuchillo. Viene con 19 hombres y están reunidos y armados con todo conocimiento aquellas autoridades. Dícese que vienen allí a comprar cartuchos y tanto este elemento como armas se les venden hasta en presencia de las autoridades.” Sírvase ponerlo conocimiento Departamento de Estado. Enrique C. Creel

Nota girada por el licenciado Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, D. C., al Secretario de Estado Norteamericano, Philander C. Knox, haciendo de su conocimiento el paso de armas y municiones cerca de Guadalupe, Chih., destinadas a los revolucionarios.

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[A.R.E., L-E-627] [Embajada de México en los Estados Unidos de América.] Washington, enero 23 de 1911. Excelentísimo señor: Por instrucciones expresas de la Secretaría de Relaciones Exteriores, tengo la honra de comunicar a V. E. que un grupo de más de cien hombres, pertenecientes a los revoltosos que perturban el orden público en México, descargaron un furgón con armas y municiones cerca de la frontera, y las pasaron a territorio mexicano, cerca de Guadalupe, según informes fidedignos de la autoridad política de C. Juárez, Chihuahua. Aunque el Cónsul de México en El Paso tiene ya conocimiento del hecho referido, y sin duda ha presentado la denuncia correspondiente a las autoridades locales, esta Embajada tiene la honra de solicitar del Departamento del digno cargo de V. E. que se sirva tomar nota del asunto y dictar las disposiciones que crea convenientes, tomando en consideración la gran confianza con que el Gobierno de México espera del de este país una acción enérgica y eficaz. Me complazco en reiterar a V. E. las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. F. L. de la Barra Excelentísimo señor Philander C. Knox, Srio. de Estado de los EE. UU. Washington, D. C. [Es copia, Washington, enero 23 de 1911.] Carlos Pereyra, Primer Secretario

Traducción de la protesta presentada por Antonio V. Lomelí, cónsul de México en El Paso, Tex., ante el coronel Alfred Sharpe, Comandante del Fuerte Bliss, por violaciones a las leyes de neutralidad, permitiendo organizaciones revolucionarias en la frontera americana, con el objeto de invadir a México.

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[A.R.E., L-E-677] [Traducción.] Número 510. El Paso, Texas, enero 24 de 1911. Señor Coronel Alfred Sharpe, U.S. Army, Comandante del Fuerte Bliss. El Paso, Texas. Estimado señor: He recibido informes, que juzgo fidedignos, de que en un lugar de la frontera americana situado a cosa de tres millas al sureste de la Estación del ferrocarril “G.H. & S.A.”, llamada “Polvo”, hay un grupo de revoltosos mexicanos bien armados que se han estado congregando allí durante los últimos tres o cuatro días con el objeto de invadir a México, lo que en parte hicieron el último domingo en la tarde, en que cruzaron el río y tomaron posesión de la pequeña población de San Ignacio, retirándose después a la margen americana con el botín que recogieron en aquel lugar. Como esa clase de organizaciones en la frontera americana son una violación de las leyes de neutralidad, respetuosamente llamo la atención de usted hacia esos hechos y le pido preste su ayuda en el asunto. Quedo de usted muy respetuosamente suyo. A. V. Lomelí, Cónsul de México. [Es traducción.] Antonio V. Lomelí

Informe de Miguel López Torres, Cónsul de México en Naco, Arizona, al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca de una conferencia sostenida por don Francisco I. Madero, en su rancho, en Chihuahua, con el aventurero americano Christmas, mezclado en los asuntos de Nicaragua.

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[A.R.E., L-E-626] [Consulado de México.] Reservada. Naco, Arizona, enero 23 de 1911. El día 14 del presente tuve la honra de enviar a usted el siguiente telegrama cifrado: “Dícenme que Francisco I. Madero encuéntrase en su rancho en Chihuahua.” Lo que tengo la honra de decir a usted en debida confirmación, manifestándole que dichos informes me fueron proporcionados por el señor procurador J. E. Morrison, en Bisbee, diciéndome que los obtuvo de uno de sus policías secretos, quien supo que Madero había tenido una conferencia últimamente en su rancho, en Chihuahua, con el aventurero americano Christmas, mezclado en los asuntos de Nicaragua. Renuevo a usted las seguridades de mi más atenta y respetuosa consideración. El Cónsul, Miguel López Torres Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

Informe reservado de Antonio V. Lomelí, cónsul de México en El Paso, Tex., al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca de las actividades revolucionarias en las poblaciones de San Ignacio y Guadalupe, con intenciones de atacar la plaza de Ciudad Juárez, Chih.

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[A.R.E., L-E-677] [Reservado.] El Paso, Texas, enero 25 de 1911. El sábado 21 del actual a media noche me comunicó por teléfono el Sr. Jefe Político de Ciudad Juárez, que acababa de recibir un telegrama del Presidente del Ayuntamiento del pueblo de Guadalupe, en el que decía que un ejército de revoltosos estaba cruzando el río frente a la población de San Ignacio, descargando en el lado americano un furgón de armas y municiones, y algunos grandes bultos muy pesados que parecían cañones, los cuales transportaban a la margen mexicana; calculándose en ciento cincuenta el número de revoltosos ocupados en esa operación, sabiéndose por ellos que iban a tomar el primer tren para venir a atacar a Ciudad Juárez. Como a esas horas me fue imposible comunicar por teléfono con las autoridades americanas, pospuse ese aviso para la mañana del domingo y, entretanto, avisé de lo que ocurría al Coronel Jefe de las Armas en Ciudad Juárez y al Admor. de la Aduana fronteriza de la misma población, para que tomaran las providencias que juzgaran oportunas. El domingo en la mañana, tan luego como fue posible, comuniqué las noticias de la Jefatura Política al “Sub-Marshall” federal, H. R. Hillebrand, al Jefe de la guarnición americana estacionada en Fort Bliss y el Admor. de la Aduana americana de este lugar, suplicándoles tomaran inmediatamente las providencias del caso, para evitar y castigar esas violaciones de la neutralidad, lo cual ofrecieron hacer, tan luego como se tuvieran los informes necesarios sobre el lugar y circunstancias del caso. En la misma mañana tuve la honra de dirigir a Ud. el telegrama, cuya confirmación hice en nota No. 503/119 de aquella fecha. El mismo día 22 recibí de la Jefatura Política de Cd. Juárez dos oficios en los que insertaba los telegramas que le había dirigido la noche anterior el Presidente Municipal de Guadalupe. En el primero pedía auxilios, e inmediatamente decía que deseaba “impedir el paso de armamento que

tan escandalosamente hacen revoltosos por estos lugares”, sin precisar datos ni dar detalles ningunos sobre ese punto. En el segundo avisaba que el jefe municipal de San Ignacio informaba que por saber que en territorio americano había un ejército de 150 revoltosos, había enviado a Braulio Candelaria a tomar informes, resultando confirmada la noticia, y que los tales revoltosos decían que esa noche iban a tomar el primer tren que pasara, para ir a amanecer a Ciudad Juárez. El mismo domingo, en la tarde, tuve la honra de recibir de Ud. un telegrama, que descifrado dice: “Urgente. Avísame Jefe Político que 150 hombres armados están descargando un furgón armas y municiones en lado americano y pasándolo a territorio mexicano, cerca de Guadalupe. Dé aviso a autoridades americanas inmediatamente, pidiéndoles que procedan con la energía necesaria castigo criminales que violan leyes neutralidad, dando aviso resultado.” Estando dado ya el aviso que se ordena, y pedido el castigo de los infractores de esas leyes, sólo faltaba completar la averiguación de la verdad de los hechos denunciados. En la tarde del domingo regresó de la estación de Fabens el auxiliar del “Sub-Marshall” Hillebrand, Sr. E. Bryan, adonde había sido enviado por su jefe, diciendo que no había encontrado indicio alguno de revoltosos y que probablemente la noticia era una de tantas alarmas infundadas de la Jefatura Política de Cd. Juárez. El domingo en la noche recibió noticia el Admor. de esta Aduana, Sr. A. L. Sharpe, por los celadores que envió a recorrer la línea, que efectivamente había habido algunos hombres armados cerca de la estación de Polvo, Texas, pero que no sabían su número ni se encontraban en aquel lugar ya. La noche del citado domingo me envió la Jefatura de Juárez al policía auxiliar Anastasia Márquez, que acababa de regresar de San Ignacio, para que me informara de los hechos. Márquez me dijo no haber visto personalmente nada, pero sabía por informes de los trabajadores mexicanos de la estación de Polvo, Texas, que como a una milla de dicho lugar estaban acampados cosa de 150 revoltosos montados y armados, los cuales decían que estaban allí esperando a otros mil para en seguida pasar a tomar San Ignacio y Guadalupe y venir luego sobre Ciudad Juárez. A preguntas especiales que le hice, dijo no poderse ver desde San Ignacio la vía férrea del Sur Pacífico, ni las operaciones que en ella se ejecutan, y no saber ni oído decir que se hubiera descargado y transportado a territorio mexicano ningún furgón de armas y municiones, asegurando que, según sus informes, los revoltosos no se habían movido del lugar donde estaban. En vista de esos informes, el día 23 tuve la honra de dirigir a Ud. el

siguiente telegrama. “Recibido telegrama ayer relativo paso revoltosos cerca Guadalupe. Parece ser exacto que hay por ahí ese grupo, pero no se ha confirmado existencia furgón armas y municiones, ni su descarga y transporte a territorio mexicano. ‘Sub-Marshall’ Hillebrand niega que revoltosos estén o procedan de territorio americano, y hoy envió allá agente a investigar verdad. De Juárez salieron anoche tropas para Guadalupe.” Efectivamente, el lunes 23 me proporcionó el Sr. Tte. Coronel don Gustavo Alemán al policía rural Carlos Álvarez, a quien di instrucciones de pasar a Polvo, Texas, y averiguar la estancia de revoltosos en aquel lugar y sus cercanías. La Jefatura de Juárez, a invitación mía, envió al mismo tiempo a dicho lugar a los Sres. Valentín Oñate, Andrés Salaices y Juan Franco (el asaltante del ex cónsul Mallén); y, a mi solicitud, el “sheriff” de este Condado envió en su compañía al policía rural (“ranger”) C. H. Webster. El parte que de su excursión rinde el policía rural C. Álvarez, está inserto en el oficio del Sr. Tte. Coronel Alemán, que anexo remito marcado con el No. 1, enviando a la vez un comprobante de los gastos erogados en esa expedición, cuyo monto de (Dls. 4.50) cuatro dólares y cincuenta centavos, respetuosamente suplico a Ud. se sirva aprobar y mandar me sea reembolsado su importe. Estando ya cierto de que una partida de revoltosos había estado o estaba, efectivamente, cerca de Polvo, Texas; y de que individuos de esa partida habían ocupado el domingo 22 en la tarde el pueblo de San Ignacio, y amenazaban Guadalupe, el 24 por la mañana me puse al habla con las autoridades americanas, haciendo una enérgica manifestación de los hechos, y dirigiendo a la vez al Comandante del Fuerte Bliss, el oficio en copia remito como anexo No. 2. Convencidas estas autoridades de que era preciso obrar, decidieron que marcharan a Polvo, Texas, el “Sub-Marshall” Hillebrand, el “sheriff” de este condado, Mr. Edwards, y la Compañía F. del 23º Batallón de infantería americana, compuesta de 45 soldados y tres oficiales, con instrucciones de guardar la línea, aprehender a los revoltosos que encuentren y permanecer allí por algunos días. Con tal motivo, dirigí a Ud. ayer el telegrama siguiente: “A solicitud mía tropas americanas salieron hoy aprehender revoltosos que amenazaban Guadalupe, si encuéntranse aún en territorio americano. Avisaré resultados.” De esta expedición aún no se tienen noticias, pero del Jefe de las Armas en Cd. Juárez supe hoy que las tropas mexicanas enviadas a

Guadalupe y San Ignacio habían avistado a los revoltosos cerca de este último lugar, y que a la vista de las tropas se habían desbandado en todas direcciones, siguiendo la persecución de ellos. Hoy en la mañana tuve la honra de recibir un telegrama de Ud. sobre el mismo asunto, que descifrado dice: “Interesa mucho saber si realmente hubo internación armas. Comunique detalles después de acuciosa investigación.” En persecución del mismo objeto ya había yo suplicado, y ahora reitero mi solicitud, a la Jefatura de Armas y Jefatura Política de Ciudad Juárez, manden practicar en San Ignacio y Guadalupe una minuciosa averiguación sobre el particular, de cuyo resultado daré a Ud cuenta en su oportunidad. Para terminar, manifestaré a Ud. que en el Times de esta mañana hay un despacho de la Prensa Asociada, fechado ayer en San Antonio, Texas, que dice haberse ordenado el envío a El Paso, para la vigilancia de la frontera, de cuatro compañías del 3er. regimiento de caballería. Reitero a Ud. las protestas, etc. Antonio V. Lomelí Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

Informe de Arturo M. Elías, cónsul de México en Tucson, Arizona, al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca de las actividades de José María Maytorena, Juan Cabral, Ramón A. Vázquez y Gustavo Camou, en trabajos de propaganda y reclutamiento de gente para sostener el movimiento maderista.

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[A.R.E., L-E-626] [Consulado de México.] Reservada. Tucson, Arizona, enero 25 de 1911. Confirmo mi nota anterior de fecha 19 del mes en curso, número 378153 y tengo el honor de ampliar mis informes sobre los revoltosos que han estado en esta ciudad, participando a usted que varios amigos de José Ma. Maytorena insisten que el referido está en California consiguiendo gente para la revuelta. Dicen que ya han pasado algunos de los contratados, quienes vinieron en buen número en un solo tren. Me he informado de esto, y es efectivo que como el día 20 vinieron en algunos carros especiales muchos jornaleros mexicanos quienes continuaron el rumbo a El Paso, Texas. Varias personas de confianza que han venido de Los Ángeles, aseguran que en lugares no lejanos a dicha ciudad abiertamente están reclutando gente los agentes de Madero. El señor M. Peña del Pino, que anteriormente ha sido vigilante de este Consulado, en cuya casa estuvo primero alojado el maderista Morante, se ha captado su confianza, y el día 22, en conversación, le fue manifestado por el referido que en la primera semana de este mes estuvieron aquí dos correos de Madero, quien comunica todos sus asuntos de interés por medio de agentes especiales, los cuales estuvieron haciendo observaciones sobre la sedición, y se rieron al considerar la confusión que causaba la falta de conocimiento del paradero de su jefe, el que según ellos se encuentra en un lugar de la República alentando y dirigiendo a sus adeptos, siendo ésta la causa principal de que el movimiento no pueda ser sofocado. Una persona de mi confianza escuchó que un individuo expresaba con todo cuidado que tenía conocimiento de que Madero había mandado un documento a los indios yaquis en el que se comprometía bajo su firma a restituirles los terrenos que ellos alegan ser de su propiedad, tan luego como triunfara la revolución, y que por esto los yaquis están listos esperando la oportunidad para entrar a la revuelta, habiendo salido

muchos de los que trabajaban en Arizona, para Sonora. Sobre este asunto puedo informar a usted que el señor Isaac, ingeniero constructor del Ferrocarril “Southern Pacific”, me dijo hace como un mes que notaba la completa escasez de trabajadores yaquis a los que había buscado inútilmente, sintiendo no tenerlos en sus trabajos por ser los que dan más rendimiento, y atribuyendo su ausencia a que la guerra con ellos había terminado. Está en Tucson, establecido con una frutería, un turco de apellido Eneim, que estuvo mucho tiempo en Cananea y es ciudadano americano, estando casado con mexicana; el susodicho se ocupa mucho de la política de nuestro país, siendo furibundo oposicionista del Gobierno; en la espalda de su establecimiento se reunieron diariamente los maderistas más conocidos, y ya trato de informarme qué tratan en sus juntas. Está en esta, hace unos días, Juan Cabral, sedicioso que salió huyendo de Cananea en julio último. Vino aquí del mineral denominado Winkelman con un grupo como de veinte hombres de mal aspecto; éstos se han unido a tres desconocidos que llegaron recientemente de Cananea y quienes andaban buscando armas en los establecimientos de segunda mano. Vigilo a todos ellos como me es posible para averiguar si tienen algún depósito de armas y tengo noticia de que saldrán próximamente rumbo a El Paso. De Ramón A. Vázquez, quien partió de esta ciudad al parecer para Douglas, se ha sabido que se encuentra en San Diego, California; de donde dirigió una posta al Sr. E. V. Anaya, participándole que muy pronto saldrá para la República. Ya he recomendado al cónsul en dicho lugar la vigilancia del aludido. El talabartero Luis Gómez dice que le hizo a Vázquez una cartuchera especial para cartuchos de rifle, con piezas para guardar daga y bayoneta y con boca para llevar dinero en su interior, y el señor Anaya que lo estuvo observando expresa su opinión de que recibió dinero poco antes de su partida. Gustavo Camou, de Hermosillo, Sonora, estuvo en Tucson el sábado último y comunicó a un amigo suyo que en Cananea, de donde venía, existía mucho entusiasmo por comenzar la revolución; que sólo aparentemente había tranquilidad, pero que Madero tenía allá muchos simpatizadores, y tanto en dicho lugar como en Ciudad Juárez y en El Paso estaban haciendo preparativos para la insurrección. El expresado, que es maquillista (sic), añadió que iba para Yuma y tal vez lleve alguna comisión. Todos los días llegan mexicanos desconocidos: unos permanecen sólo unas horas esperando cambio de tren y otros se están por algunos días;

todos manifiestan su desahogo y se mantienen muy apartados, pero se ven sospechosos. No me es posible investigar qué hacen en ésta, por la carencia de vigilantes. El cónsul en San Antonio, Texas, me dice con fecha 21 del actual que José Ma. Maytorena no ha sido encontrado en aquella ciudad por más que se le ha buscado. Esto robustece la información de que el susodicho no se fue rumbo al Este, de El Paso, sino que partió para California. Para creer más bien esto último existe la circunstancia de que en Los Ángeles tiene Maytorena una querida con dos hijos, llamada Victoria Martínez. Si se le probara que vive con dicha mujer creo que podría acusársele como violador de las leyes de migración. Si fuera necesario averiguar con exactitud el paradero del expresado considero muy útiles los servicios del señor Thomas Smith, quien estuvo encargado de su vigilancia en esta ciudad por algunos días, y adquirió los datos de cierta importancia que he comunicado a esa superioridad. Reitero a usted mi muy respetuosa consideración. Arturo M. Elías. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

Informe de Carlos Pereyra, Encargado de Negocios ad-interim de México en Washington, D. C., al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca del resultado de la entrevista del Lic. Joaquín D. Casasús con el Sr. Wickersham, Secretario de Justicia del Gobierno Norteamericano, para que se ejerciera mayor vigilancia a fin de lograr la pronta aprehensión de don Francisco I. Madero y socios principales.

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[A.R.E., T-19] [No. 17. Revoltosos mexicanos.] [Muy reservada.] Washington, 26 de enero de 1911. Anoche telegrafié a la Secretaría del muy digno cargo de usted. “Señor Casasús tuvo hoy larga conferencia con Secretario Justicia y obtuvo serios ofrecimientos para impedir violaciones leyes neutralidad eficazmente, mediante cierta cooperación agentes mexicanos, sobre cuyos términos ampliaré informes mañana. Parece decisiva esta Conferencia para que cesen auxilios a revoltosos y lograr aprehensión Madero y socios. Señor Casasús (sic), máxime considerados ofrecimientos Presidente Taft en conversación sábado con señor de la Barra.” Y hoy lo hice en estos términos: “Señor Casasús conferenció nuevamente Secretario Justicia llegando a acuerdo práctico. Mañana saldrá Jefe Oficina investigaciones Departamento Justicia para encargarse personalmente vigilancia Madero, a fin no perderlo vista mientras ríndense pruebas para la aprehensión. Manifesté anoche señor Casasús diferencia entre procedimientos tratándose Flores Magón y socios a quien aprehendieron autoridades, y actual complacencia para maderistas, y él a su vez patentizó contraste al hablar con Secretario Justicia. Obtenida promesa formal de proceder, autoridades federales cubrirán su responsabilidad si se les presentan documentos semejantes a los que sirvieron para aprehender Magón y socios. Como éxito dependerá de la cooperación de las autoridades locales, y señor Casasús está dispuesto tratar asunto con Gobernador Texas, yendo a Austin, espera instrucciones. Caso aprobarse viaje

pondráse a sus órdenes Mr. Finch. Creo Secretario Justicia obra por instrucciones Presidente Taft, quien cumple ofrecimientos hechos al señor de la Barra. Secretario Justicia dice que México no debe ver los términos poco alentadores notas oficiales, sino actos que traducirán buena voluntad Gobierno americano.” Ampliando los informes contenidos en estos dos telegramas, tengo la honra de manifestar a usted que en los momentos de salir el señor Embajador de la Barra, me recomendó muy especialmente que estuviese al tanto de las entrevistas que iba a tener el señor Lic. don Joaquín D. Casasús con el señor Secretario de Justicia, Wickersham, y me manifestó que esperaba los mejores resultados por la pericia con que el señor Casasús atacaría las dificultades de la situación. El señor Casasús planteó las cuestiones relacionadas con la burla de que son objeto las leyes de neutralidad, diciéndole a Mr. Wickersham que este Gobierno tiene que definir su política, pues tal como aparece por la facilidad de movimientos que se deja a los revoltosos, las autoridades de los Estados Unidos hacen causa común con ellos y no con el Gobierno constituido a cuyo amparo tienen garantía los intereses americanos. Mr. Wickersham dijo que realmente la pasividad de las autoridades justifica las quejas del Gobierno de México, pero que no hay en esto un propósito deliberado de entorpecer la acción de aquel Gobierno, sino dificultades de organización y de otra naturaleza. En primer lugar, el Gobierno federal de los Estados Unidos tiene muy pocos agentes para el servicio de vigilancia y por esto no le es posible en muchos casos corroborar los informes que dan los cónsules mexicanos y recoger datos sobre las denuncias que hacen. En segundo lugar estos agentes del Departamento de Justicia no cuentan en muchos casos con la cooperación de las autoridades locales, las que lejos de auxiliados en sus tareas, son frecuentemente simpatizadores de los revoltosos, ya por propio impulso, ya para no chocar con la opinión extraviada de ciertas comarcas fronterizas. Por último, las autoridades federales tienen que obrar contra el sentido de restricción que la opinión pública da a las leyes penales, sobre todo en este orden. Todo ello, en conjunto, traduce una tendencia a desestimar nuestras pretensiones, siempre que el Gobierno de México pide respecto de ellas declaraciones categóricas; pero que en el fondo el Gobierno americano tiene la mejor disposición para secundar un plan que prácticamente dé satisfacción a los intereses de la vecina República. Concretando los términos de un plan, el señor Casasús pidió: 1o. El envío de agentes capaces y celosos, para que hagan un servicio de vigilancia efectivo.

2o. La pronta aprehensión de los agitadores que sean sorprendidos, y principalmente de Madero y de los que figuran como cabecillas. Mr. Wickersham dijo que el Departamento de Justicia no opone dificultades a este plan, y que desde luego ofrece mandar y manda a Mr. Finck, Jefe del Servicio de información, para que personalmente dirija la vigilancia en San Antonio, y en el caso de que Madero llegue a esa ciudad no lo pierda de vista hasta que haya pruebas bastantes para su aprehensión. Como el Departamento de Justicia no puede contar con la cooperación de las autoridades locales, al tocar Mr. Wickersham este punto el señor Casasús le dijo que el Gobierno de México podría dirigirse desde luego al de Texas y tratar confidencialmente con el Gobernador sobre las instrucciones que estaría dispuesto a dar para lograr los fines referidos. Mr. Wickersham encontró muy juicioso este paso y dijo que si el señor Casasús va a Austin, el Departamento pondrá a sus órdenes a Mr. Finck, y allí se podrá formar de común acuerdo un plan de campaña. Yo le supliqué al señor Casasús que hiciese mención de la actitud favorable a México que otra ocasión han asumido las autoridades americanas, y puesto a la vista en el despacho de Mr. Wickersham el expediente de los Flores Magón, el Secretario de Justicia pidió que el Gobierno de México le ministre papeles como los que entonces sirvieron para la aprehensión de los revoltosos. El señor Casasús me manifiesta que está en espera de las instrucciones de usted para hacer lo que se le ordene. Reitero a usted las seguridades de mi más alta y respetuosa consideración. Carlos Pereyra, E. de N. a.i. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

Telegrama de Joaquín D. Casasús, Embajador de México en Washington, D. C., informando al Secretario de Relaciones Exteriores del resultado de su entrevista con Mr. Wickersham, acerca de su ofrecimiento para librar órdenes de aprehensión en contra de don Francisco I. Madero, lo cual no podía ejecutarse por falta de pruebas para comprobarle responsabilidades.

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[A.R.E., L-E-625] [Telegrama del señor Casasús.] Washington, enero 26 de 1911. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F. Tuve conferencia larguísima con Mr. Wickersham. Díceme que jamás se ofreció librar órdenes aprehensión contra Madero, sino dar instrucciones para que se pudiera hacer cuando hallaran fundamento bastante para ello. La averiguación hecha por medio servicio secreto es sumamente deficiente y no amerita proceder contra Madero u otros miembros de su grupo. He pedido me dijera francamente si deseaba servirnos y asegúrame que sí. He suplicado se me indiquen pruebas que considero necesarias y medios de obtenerlas, hablando de cartas y otros documentos que existen en México. Considera Wickersham sería importantísimo remitieran ustedes Embajada toda la correspondencia que pueda establecer los actos que ha ejecutado en territorio americano y que comprueben su responsabilidad, además, díceme que se necesitarían testigos que declarasen sobre hechos concretos que pudieran atribuirse a Madero o a los suyos. Cree sería indispensable arreglar con Gobernador Texas que su policía nos proporcione esos testigos, y juzga que si podemos obtener cooperación Gobierno Texas, éxito está asegurado. Mañana tendré nueva conferencia para precisar algunos diversos puntos más de detalle, porque el empleado que ha manejado asuntos retiróse antes que hubiera concluido nuestra conferencia. Cónsul San Antonio me aseguró Madero va cada semana a San Antonio y que no se han atrevido a denunciar hecho autoridades por considerarlo inútil. Mr. Wickersham díceme que con toda seguridad el hecho no es cierto, porque la casa de la familia Madero en San Antonio, la tienen vigilada. Importa que nuestro cónsul ratifique este punto, dirigiéndose a la Embajada. En asunto Sánchez Azcona dice que

autoridades encuentran muy difícil sostener la existencia prima facie de un delito y que aún hay error en la clasificación del delito. Hoy pidióse a la Embajada nombrara abogado que apoyara la acción del Ministerio Público y hasta hoy me informó Embajador que caso debe verse viernes y no ha sido posible obtener copia en inglés. Llamó a Mr. Lindsay por telégrafo y llegó esta noche. Sírvase decirme si espero aquí o Nueva York documentos correspondencia que hayan enviarse y si tras de hablar con Mr. Wickersham ver qué algo más se necesita. Habré de ir Austin a hablar con nuevo Gobernador, volviendo aquí para informar Mr. Wickersham de todo lo que ahí pueda obtenerse. Estoy como siempre a las órdenes de ustedes. Joaquín D. Casasús

Órdenes giradas por Enrique C. Creel, secretario de Relaciones Exteriores, al cónsul de México en San Antonio, Texas, para informar si era verdad la presencia de don Francisco I. Madero en dicha población, y su temor para delatarlo ante las autoridades norteamericanas.

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[A.R.E., L-E-625] [Secretaría de Relaciones Exteriores.] Telegrama. México, 26 de enero de 1911. Cónsul mexicano, San Antonio, Texas. Sé que Francisco I. Madero va a esa población cada semana y que usted hase rehusado a delatarlo a las autoridades temeroso de no ser atendido. Comunique usted si es verdad la presencia de Madero en ésa y las razones por qué no haya usted avisado a esta Secretaría. Enrique C. Creel

Respuesta de Enrique Ornelas, cónsul de México en San Antonio, Texas, al Secretario de Relaciones Exteriores, manifestándole ser inexacto que don Francisco I. Madero se presentara frecuentemente en dicha población, así como el haberse rehusado a denunciarlo ante las autoridades norteamericanas.

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[A.R.E., L.E-625] [Telegrama del Cónsul en San Antonio, Texas.] 27 de enero de 1911. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F. Contesto respetable de usted de ayer, relativo presencia aquí Francisco I. Madero. No es exacto que Madero viene esta ciudad cada semana y que yo haya rehusado denunciarlo. Tanto autoridades locales y federales y este Consulado tienen conocimiento de rumores de que Madero viene aquí frecuentemente, pero investigaciones minuciosas, hasta donde ha sido posible hacerlas, no han logrado confirmarlo. Hace tres semanas un americano apellidado Long ofreció entregarme Madero mediante pago cinco mil pesos, y, después de averiguada su proposición, resultó dicho americano ser enviado Alfonso Madero, para cerciorarse si efectivamente existía intención de arrestar Francisco, y para no causar alarma dije al americano que no había orden para arresto y que no lo deseábamos. Este mismo americano en unión de un Joe Wright ha sido designado para retirar las armas del depósito aquí y se les vigila expresamente. Probablemente trátase intriga contra mí que fráguase por licenciados Griner y Chapa y con quienes Long conferencia frecuentemente. Madero encuéntrase, según dícese, cerca El Paso y que vendrá aquí pronto. Especialmente refiérome mi telegrama dirigido usted día dieciocho. Aún no recibo respuesta Embajada. Enrique Ornelas

Telegrama de Joaquín D. Casasús, Embajador de México en Washington, D. C., informando al Secretario de Relaciones Exteriores, del resultado de su nueva entrevista con Mr. Wickersham, en sus gestiones para lograr la aprehensión de don Francisco I. Madero, siguiendo el precedente establecido con Ricardo Flores Magón.

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[A.R.E., L-E-625] [Telegrama del señor Casasús.] Washington, enero 27 de 1911. Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D. F. Tuve nueva conferencia con Mr. Wickersham y en prueba de sus buenos deseos para servirnos ha resuelto mandar a San Antonio a su “Chief Examiner” Mr. Surfich, para que si Madero llega a San Antonio lo vigile cuidadosamente y recoja los mayores datos posibles. Le han dado en mi presencia instrucciones para que espere mi llegada a Austin. Si usted considera conveniente que vaya a fin de que después de hablar con el Gobernador pueda poner a Mr. Fich en contacto con el Gobernador y convenir con ellos la forma en que las autoridades de Texas nos han de ayudar. He revisado en unión de Mr. Wickersham todos los antecedentes del proceso de Flores Magón, porque le recordé que en aquella época todo fue fácil; lo cual contrasta con la actual, en que todo es difícil. Hemos hallado que las pruebas que sirvieron para librar la orden de aprehensión, fueron cartas escritas por Flores Magón, Villarreal y socios, hablando de que iban a hacer un movimiento revolucionario. Este precedente ha dejado a Mr. Wickersham satisfecho y dice que si suministramos ahora cartas semejantes no tendrá dificultad en seguir precedente establecido, porque le servirá como justificación ante la opinión pública. Atribuyo alguna importancia a esta revisión del caso Flores Magón, porque juzga Wickersham que puede allanarse con él los obstáculos que hasta hoy se han encontrado. Joaquín D. Casasús

Telegrama de Enrique C. Creel, Secretario de Relaciones Exteriores, a Joaquín D. Casasús, Embajador de México en Washington, D. C., comunicándole la aprobación presidencial a sus gestiones y entrevista con Mr. Wickersham, así como estarse reuniendo documentación para comprobar la responsabilidad de don Francisco I. Madero, para lograr su aprehensión en cooperación con el gobernador del Estado de Texas.

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[A.R.E., L-E-625] [Secretaría de Relaciones Exteriores.] Telegrama. México, 28 de enero de 1911. Casasús, Embajada Mexicana, Washington, D. C. Di cuenta al señor Presidente con sus mensajes del 26 y 27. Está muy complacido de su inteligencia y cooperación. No puedo explicarme contradicción entre afirmaciones Wickersham y nuestro Embajador, pero de todas maneras tranquiliza saber la buena disposición en que se encuentra Gobierno americano. Estoy reuniendo documentación para comprobar responsabilidad Madero. Asunto no es sencillo porque principales documentos aparecen firmados en territorio mexicano, aunque tenemos convicción de haberse hecho en Estados Unidos. Visita de usted a Gobernador Texas, de la mayor importancia y señor Presidente acepta los ofrecimientos de usted. Procure salir cuanto antes capital Texas acompañado de “chief examiner” y de posibles recomendaciones para Gobernador. Tengo seguridad de que Madero se encuentra en San Antonio. En Austin recibirá usted telegrama relativo a regreso a Washington según circunstancias. Avíseme nombre hotel donde hospedaráse Austin. Asunto revoltosos Chihuahua mal. Enrique Creel

Informe de Joaquín D. Casasús, Embajador de México en Washington, D. C., a Enrique C. Creel, Secretario de Relaciones Exteriores, del resultado de la junta celebrada por el Presidente Taft, con sus Secretarios de Guerra, Hacienda, y de Justicia, en que el informante manifestó no estar de acuerdo con éstos por no hacer nada efectivo para evitar violaciones a las leyes de neutralidad, así como para someter a juicio al grupo director revolucionario; concediendo la razón el Presidente Taft, propuso el envío de nueve regimientos a la frontera y mayor servicio de vigilancia en San Antonio, Texas, para evitar el paso de armas.

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[A.R.E., L-E-625] Washington, enero 28 de 1911. Señor Enrique C. Creel, México. Presidente de los Estados Unidos citó para una Junta al Secretario de Guerra, Secretario de Hacienda, Secretario de Justicia y Coronel Lyons, de Texas; y habiéndome preguntado si era cierto que había manifestado a Secretario de Justicia que nuestro Gobierno no estaba satisfecho de la actitud de ellos, contesté que en efecto Gobierno americano no había hecho lo que debía para evitar violación leyes neutralidad. Declaró el Presidente Taft que teníamos razón, y a propuesta suya se acordó mandar nueve regimientos a la frontera, aumentando también servicio secreto en Aduana en San Antonio, Texas, para evitar envíos de armas. Autorizóse que con su Affidavit se detengan armas y se evite el envío mientras tribunales resuelven. Preguntóme si deseaba algo más, e insistí en la necesidad de someter a juicio al grupo director de los revoltosos. Secretario de Justicia explicó nuestra conversación y fue especialmente autorizado para obrar en el sentido indicado por mí. Se acordó además la necesidad de obtener cooperación autoridades de Texas, y aunque Coronel Lyons no dio buenos informes acerca carácter Gobernador del Estado Texas, Presidente de la República dictó carta presentación para mí en términos muy expresivos.

Al acabar conferencia, Presidente Taft declaró que necesitaba hacer conocer sus intenciones para que el efecto moral que hayan de producir, sea completo. Espero telegrama de usted para normar mi conducta. Joaquín D. Casasús

Telegrama de Enrique Ornelas, cónsul de México en San Antonio, Texas, informando de la existencia de un foco revolucionario en Saltillo, Coah., figurando Urbano Flores y Julio Rodríguez, además de un depósito de armas en el rancho de Huachichil, N. L., propiedad de los hermanos Jesús y José I. Moncada, así como de la preocupación de los Madero por el envío de tropas norteamericanas a la frontera con México.

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[A.R.E., L-E-626] [Telegrama del cónsul en San Antonio, Texas.] 29 de enero de 1911. Reciente actividad ésta Gobierno Federal y envío fuerzas americanas frontera preocupan muchísimo a los Madero y muestran ansiedad por apresurar desarrollo sus proyectos. Estos individuos esperan mucho en Coahuila donde dicen habrá levantamiento. Saltillo parece ser foco importante, entiendo allí figuran Urbano Flores y Julio Rodríguez como activísimos propagandistas. Infórmaseme que Jesús y José I. Moncada, dueños del rancho de Huachichil, Municipalidad Galeana, Nuevo León, reciben armas y parque bajo nombre supuesto en estación Agua Nevada, Coahuila, Ferrocarril Nacional, y que en dicho rancho tienen estos individuos depósito armas. Parece sediciosos usarán Sierra Galeana como albergue, siguiendo misma táctica que en Sierra Chihuahua. También parece que Marcelino Garza, Saltillo, remite a los Madero dinero a Nueva York. Enrique Ornelas

Informe de Enrique Ornelas, Cónsul de México en San Antonio, Texas, al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca de la reunión de maderistas celebrada en el salón Beethoven, en que hicieron uso de la palabra Alfonso F. Zaragoza, Paulino Martínez, y el licenciado Roque Estrada, sobre los temas “Morir por la Justicia” y "Patria y Civismo" encontrándose presente don Venustiano Carranza, quien contribuyó con Dls. 5.00 para la causa.

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[A.R.E., L-E-627] [Consulado de México.] San Antonio, Texas, enero 30 de 1911. Tengo la honra de informar a usted que anoche verificaron en esta ciudad los maderistas una reunión propagandista en el salón “Beethoven”. El programa a que se sujetó la junta es el que me permito acompañar a usted anexo No. 1, y en el que se anuncia que el objeto de dicha reunión era el de colectar fondos para socorrer a las familias de los que han muerto por la causa maderista. La junta resultó de carácter puramente sedicioso y hasta anarquístico, aunque en ella se llegó a colectar una cantidad pequeña, como unos 30 dólares. Por algún tiempo pretendieron los revoltosos tener una serie de juntas en una plaza pública de esta ciudad, pero debido a las gestiones de este consulado las autoridades locales no se las permitieron, pero me fue imposible evitarlo al alquilar éstos un salón para tal fin. Según programa adjunto, se servirá usted notar que la palabra fue dirigida por los bien conocidos revoltosos Alfonso F. Zaragoza, licenciado Roque Estrada, quien se dice Secretario Particular de Francisco I. Madero, y Paulino Martínez, redactor de El Monitor Democrático órgano maderista que se publica en este lugar. A. F. Zaragoza al hablar sobre el tema “Morir por la Justicia” se limitó a animar al pueblo mexicano residente aquí a tomar las armas para ayudar a la sedición existente, la que, dice él, siendo justa constituye una gloria. Roque Estrada versó sobre “Patria y Civismo”, y lo mismo que Zaragoza excitó al pueblo mexicano a ir a la revuelta y reconquistar lo que él llama derechos perdidos. El último de éstos, Paulino Martínez, quien más que un orador parecía un energúmeno, excitaba al pueblo mexicano a la revuelta y la anarquía; y en su frase destemplada y grotesca atacó, como era de esperarse, a

nuestros hombres con epítetos sangrientos, llegando en su delirio hasta llamar cobardes y malos mexicanos a los que pudiendo no fuesen a regar su sangre a los campos de batalla, en donde podían admirarse héroes de la talla de Pascual Orozco, hijo; repetidas veces diciendo que el espíritu público aún no moría y que jamás moriría mientras exista un Madero tallado en la madera de los héroes. La peroración de Martínez fue enteramente soez y anarquística y bajo este aspecto moral lo vieron las personas sensatas que concurrieron, ya por mera curiosidad o por ver hasta dónde se llevaba la reunión. En toda ella campeó la palabra revolución que fue siempre aclamada por los adeptos que se encontraban entre los concurrentes. A dicha junta asistieron aproximadamente quinientas personas y dado lo numerosa que es aquí la Colonia Mexicana no tuvo el eco esperado la propaganda que se había anunciado con algunos días de anticipación. La reunión fue presidida por Paulino Martínez, acompañado de los licenciados Roque Estrada, Federico González Garza y Adrián Aguirre Benavides, Julio Madero y Jesús Hernández, quien entiendo es hijo de don Antonio V. Hernández, de esa capital. Con dificultades pude conseguir que el San Antonio Daily Express no diera mucha importancia en sus columnas a los trabajos de dicha reunión, y sólo trató del asunto ligeramente, como lo verá usted en el recorte adjunto, anexo No. 2, pero no pude hacer lo mismo con el San Antonio Light, anexo No. 3, que siempre ha estado influenciado por los maderistas, además de ser de por sí un periódico escandaloso. Este último periódico exagera en extremo lo ocurrido y claramente se ve que el artículo está escrito por uno de los sediciosos, pues no hubo la manifestación estruendosa que menciona, la que no hubieran permitido el Jefe de la Policía de aquí y el “Sheriff” del Condado de Bexar, quienes con varios de sus delegados, a súplica mía estuvieron presentes en dicha reunión, precisamente para impedir semejantes escándalos, lo que lograron. Para el día cinco de febrero próximo habrá otra junta igual a la de anoche, la que estoy procurando suprimir por cuantos medios estén a mi alcance. Entre los concurrentes se encontró a don Venustiano Carranza, quien contribuyó con Dls. 5.00 para la causa. Reitero a usted la seguridad de mi muy atenta y respetuosa consideración. El Cónsul, Enrique Ornelas Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

Declaraciones rendidas por Francisco Cosío Robelo e ingeniero Alfredo Robles Domínguez, con motivo de la causa instruida por el licenciado Juan Pérez de León, Juez Primero de Distrito del Distrito Federal, en contra de don Francisco I. Madero y socios, por el delito de rebelión. En el curso de las declaraciones se cita la participación de Carmen Serdán, hermana de Aquiles, así como de Gustavo Madero y otros, en los preparativos de dicho movimiento.

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Nota. Se ha suprimido en estas actuaciones la copia del Plan de San Luis, de 5 de octubre de 1910, firmado por don Francisco I. Madero, la cual aparece en este libro en la fecha arriba citada. [A.R.E., L-E-628] 31 de enero de 1911. Ciudadano licenciado Juan Pérez de León, Juez Primero de Distrito del Distrito Federal, actuando con su Secretario licenciado Antonio Z. Balandrano, CERTIFICAN: Que en la causa instruida en este Juzgado contra Francisco I. Madero y socios por el delito de rebelión, obran las constancias siguientes:

MANIFIESTO A LA NACIÓN (PLAN DE SAN LUIS). DECLARACIÓN DE FRANCISCO COSÍO ROBELO En ocho de diciembre de mil novecientos diez, se hizo comparecer al acusado, Francisco Cosío Robelo, a efecto de ampliarle su declaración y previos los requisitos legales dijo: ser natural y vecino de esta ciudad, de treinta años de edad, soltero, periodista, con domicilio en la sexta calle del Chopo, sin recordar el número, expuso: que conoció a don Francisco I. Madero, desde antes que se emprendieran los trabajos antirreeleccionistas, porque Madero concurría con alguna frecuencia a la redacción de México Nuevo. Que sus trabajos de propaganda pacífica, en el sentido del antirreeleccionismo, fueron públicos y muy conocidos, habiendo aceptado la candidatura maderista, bajo la cual trabajó hasta que el Congreso declaró válidas las elecciones. Que estos trabajos los llevó a

cabo de acuerdo con Madero, sin intervención de tercera persona, y extendiendo su acción a los Estados de: Hidalgo, donde tenía como Agente y Jefe de los antirreeleccionistas al notario Jesús Silva; Tlaxcala, donde contaba con Antonio Carrasco, Presidente de un Club, y persona que recorrió todo el Estado recogiendo comprobantes que servirían para fundar la petición de nulidad de las elecciones; Puebla, donde residía Aquiles Serdán, muy influyente en las masas populares; Veracruz, donde tenía como persona influyente y conocedor a un señor A. Álvarez; y Oaxaca donde no pudo encontrar persona alguna de los que Madero le designó como influyentes y adictos a su causa. Que a principios de septiembre, fue el declarante a San Luis Potosí con objeto de hablar con Madero para proponerle en venta las acciones que tenía del México Nuevo: que con este motivo hablaron de la cuestión política, y Madero le dijo que había recibido varias cartas, que le enseñó, de distintas personas, y que le decían que la revolución era indispensable; que para ello tenían elementos bastantes y que si él, Madero, no se ponía a la cabeza del movimiento, ellos estaban dispuestos a llevarlo a cabo por su cuenta: que el declarante no estuvo conforme, porque creyó que debía esperarse la resolución del Congreso, y manifestó a Madero que solamente aceptaría la revolución armada si la Cámara rechazaba la elección del Diputado González Ortega y la de dos Magistrados de la Suprema Corte de Justicia. Que Madero le dijo: que no se creía libre de compromisos y tenía que aceptar desde luego la resolución, y al efecto le encargó que por los medios que estuvieran a su alcance investigara si en efecto había los elementos con que se decía contaban sus adeptos. Que le dio recomendación para que le dieran trabajo en El Constitucional, periódico que Madero pagaba, y regresó a México. Que luego que el Congreso hizo la declaración de Presidente y Vicepresidente, que como se sabe fue contraria al maderismo, el que declara, cumpliendo su compromiso, se dedicó a la comprobación y reunión de elementos propios para la revolución armada, y emprendió viaje a Puebla en busca de Aquiles Serdán, a quien no encontró porque precisamente había salido para San Antonio, Texas; pero habló con otros individuos que en este momento no recuerda por sus nombres; pero que deben constar en sus apuntes o en su correspondencia, y los encontró perfectamente dispuestos a la revuelta, sin más condición que la de que Aquiles Serdán encabezara como jefe el movimiento y se les dieran armas o credenciales para conseguir dinero y proveerse de esas armas. Que siguió su viaje a Orizaba, pero no encontró a ninguno de los que suponía comprometidos por tener el carácter de Presidentes de Club, cuyos individuos habían huido ante la persecución del jefe político; y no tuvo al

fin éxito en esta jira. Que de ahí se dirigió a Santa Ana Chiautempam, y en esta población no encontró adeptos. Que por esta época, se le presentaron algunos individuos del Estado de Tlaxcala ofreciéndose para la revolución, lo que el declarante comunicó a Madero, recibiendo por contestación que entretuviera a esos hombres, dándoles alguna comisión de poco costo, para que no estorbasen el movimiento general, y así lo verificó el declarante, habiendo recogido y conservado originales las credenciales que cada uno de los individuos a quienes se refiere le presentaron, pues a Madero le mandó copia de ellas. Que la forma en que entretenía a esas gentes, fue la de encargarles que se vigilaran unos a otros, gastando en esto pequeñas sumas de ocho o diez pesos, que daba a sus agentes. Que así entretuvo entre otros a Samuel A. Ramírez y Miguel F. Hernández; quienes se encargaban de hacer la propaganda revolucionaria, aun entre los soldados, según le decían, sin que esto le conste al declarante. Que ya en esta época había adquirido el declarante el carácter de agente franco de Madero para los trabajos de revolución armada, entendiéndose por correspondencia escrita, en la que daba cuenta de los trabajos que llegaban a noticia del declarante y a su vez recibía órdenes de Madero. Que Madero enviaba al declarante fondos para el sostenimiento de los trabajos, valiéndose de sus agentes que le servían de correo, rindiendo cuenta comprobada a Madero de esos fondos. Que en fines de septiembre o principios de octubre, estando ya en México, de regreso de su viaje a Europa, el ingeniero don Alfredo Robles Domínguez en una conversación que tuvo con el declarante, éste le dijo cuáles eran los trabajos que se tenían emprendidos para preparar la revolución; y Domínguez, por entonces, se limitó a decirle que se cuidara porque podía sucederle algo muy serio. Que pocos días después, sorprendió a Domínguez en su despacho de Tacuba, hablando con un enviado de Madero, mismo que en la mañana le había entregado al que declara una carta de Madero, y desde entonces comprendió que Domínguez estaba mezclado en el plan de la revolución, lo que corroboró después porque recibió carta de Madero en que le decía que cuando necesitara dinero lo pidiera a Domínguez, a quien ya tenía dadas instrucciones en ese sentido. Que en vista de esta autorización ocurrió varias veces a Domínguez en solicitud de dinero, recibiendo el que necesitaba. Que en la última vez que pidió dinero a Domínguez, que fue el sábado anterior al día de su aprehensión, nada le dio Domínguez, pues le dijo: que ya no tenía dinero de Madero, y que aún de su propio peculio había suplido algunas cantidades. Que el declarante calcula haber gastado en sus trabajos cerca de dos mil pesos, y de ellos cree haber recibido mil de Madero y mil de Domínguez. Que al declarante

no le consta cómo enviaría los fondos Madero a Domínguez, pero supone que lo hacía por medio de correos especiales. Que un día se presentó al que declara un individuo de aspecto tejano, enviado por Madero, y que portaba varios pliegos, entre ellos el nombramiento de Gobernador provisional para Urquidi y algunas proclamas para el Ejército, de las que dejó al que declara una que debía entregar a Jesús Higuera Sevilla, y el nombramiento de Urquidi, cuyo paradero ignoraban tanto el enviado como el declarante; quien no entregó esos papeles por la razón expresada. Que a fines de octubre recibió carta de Madero en la que encomendaba que por conducto de algunos de los comprometidos de Pachuca se compraran dos máquinas para disparar barrenos a distancia y sin riesgo para el operador, debiendo ser una de doce barrenos y la otra de menos: que el declarante habló a Jesús Silva, a Pachuca, por teléfono, diciéndole que necesitaba a Rosales: que Silva trasmitió su recado a Rosales y éste acudió al día siguiente al llamado del que declara. Que una vez impuesto Rosales del asunto, se proveyó de las dos máquinas, ignorando el declarante dónde las adquirió, y se las entregó. Que de esas dos máquinas, la chica mandó el que declara a Puebla, a Aquiles Serdán, quien según supo el exponente envió la propia máquina a algún punto del Estado de Puebla donde debía emplearse en volar un tramo de ferrocarril; y la grande la entregó a Samuel A. Ramírez para que la depositara, como lo hizo, en la casa del doctor Alfredo Ortega, persona en quien confiaba el exponente por ser de mucha discreción y a la vez correligionario. Que nada ha sabido después con relación a esas máquinas por haber sido aprehendido. Puéstole de manifiesto, las cartas de fojas 163 y 584, y requerido para que explique su contenido, expuso: que la primera aparece dirigida a Francisco García, detalle en que hasta hoy se fija; pero en el sobre iba dirigida al declarante: que al referirse su autor, Enrique García de la Cadena, al portador, correligionario, lo hizo sin duda para que el declarante no desconfiara; que García de la Cadena ocurrió al que declara y al ingeniero Domínguez, mostrándose conocedor de los planes de revuelta y pidiendo con insistencia fondos para marcharse de México a la revuelta; pero que el declarante nada le dio por no tener instrucciones para ello. Que como García de la Cadena insistiera tanto, ya con Domínguez como con el que declara, logró al fin que Domínguez le diera fondos para que se fuera al lado de Madero, pero más bien lo hizo por quitárselo de encima, pues tanto el que declara como Domínguez pensaban que lo que García de la Cadena pretendía era ejercer (un verdadero chantage) presión para procurarse elementos para el viaje, que al fin realizó sin que el declarante sepa qué fue lo que García de la Cadena convino con Madero, pues no lo

volvió a ver en México. Que el contenido de la carta se lo explica porque García de la Cadena se consideraba a sí mismo revolucionario, y siempre preguntaba al declarante qué era lo que le correspondía hacer a la hora de la revuelta, pero que como ni el declarante ni Domínguez lo tomaban en serio, jamás le dieron comisión alguna, por lo que corrobora su creencia de que García de la Cadena se entendió al fin directamente con Madero. Que en el Estado de Hidalgo, y particularmente en Pachuca, solamente se contaba con Silva y Rosales como jefes directores, y éstos seguramente sabrán quiénes eran los que los secundaban, cosa que el deponente ignora. Que respecto de la carta de fojas 584, ella está escrita por el que declara y dirigida a la señorita Carmelita Serdán, hermana de Aquiles, y obedece al deseo que la expresada señorita y todas las demás señoras de la familia de la propia habían manifestado el ir a los Estados Unidos con alguna comisión de confianza, para Madero; y como había entonces necesidad de mandar con persona de confianza el informe de los trabajos hechos por el declarante, y que debía entregarse en propia mano a Madero, pensó en la señorita Carmen; le dirigió la carta, aceptó y desempeñó su comisión, llegando hasta San Antonio, donde habló con Madero, entregándole los documentos de referencia; debiendo advertir que el principal móvil de la Sra. de la familia Serdán al pretender la comisión, era el de ver a Aquiles que entonces se hallaba en San Antonio. Que todos los documentos que le fueron recogidos y que ha tenido a la vista, acreditan la intervención que el declarante y los autores de esos papeles han tenido en este asunto; Que cuando recibió de Madero instrucciones para la compra de las máquinas de disparar barrenos, solamente le dijo que conservara en su poder la que en efecto conservó, y que respecto de ella, oportunamente le diría qué era lo que tenía que hacer. Que lo expuesto es la verdad, en que se ratificó previa lectura, firmando en unión del C. Juez. Doy fe. P. de León. F. Cosío R. Balandrano. Rúbricas.

AMPLIACIÓN DE COSÍO ROBELO En seguida (28 de enero de 1911), se hizo comparecer al acusado Francisco Cosío Robelo, a efecto de ampliarle su declaración previos los requisitos de ley; a preguntas especiales que se le hicieron, contestó que Aquiles Serdán se fue en la primera quincena del mes de septiembre a San Antonio, Texas, como tiene dicho en su ampliación de fojas 707, huyendo de la persecución que le hacía el gobernador y jefe de Policía de Puebla, y a encargarse de la administración del periódico que iban a fundar Juan

Sánchez Azcona y Bordes Mangel, y otros, para arbitrarse recursos, y que iba a titularse México Democrático, y que no llegó a publicarse por causas que ignora el declarante. Que el viaje o jira que hizo el exponente a que se refirió en la misma ampliación, fue en el propio mes de septiembre, y comunicó a Madero, que se encontraba en esa época en San Luis Potosí, el resultado de ella; que Madero, desde San Luis Potosí, encontrándose en libertad caucional, le comunicaba al exponente lo mismo que a los demás comprometidos sus órdenes acerca de los trabajos que tenían que hacer, unas veces por correo y otras por emisarios, y después de su fuga de San Luis; y encontrándose Madero ya en San Antonio, Texas, desde allí continuó mandando sus órdenes también unas veces por correo y otras la mayor parte por emisarios. Que habiéndose agotado los catorce mil pesos que para gastos de la revolución entregó don Gustavo Madero al ingeniero Robles Domínguez, de común acuerdo convinieron el exponente y dicho ingeniero, en mandar un propio a San Antonio, Texas, donde como tiene dicho, se encontraba Francisco I. Madero, para encarecerle el inmediato envío de fondos y al mismo tiempo le diera cuenta de los trabajos emprendidos: que el exponente arregló con la señorita Carmen Serdán que fuera la emisaria, porque había manifestado deseos, como lo tiene ya dicho en su anterior declaración, de ir a ver a su hermano Aquiles que también estaba en San Antonio, según lo ha dicho al principio de la presente ampliación. Que al regresar la señorita Serdán a la Capital, se presentó al exponente a darle cuenta del resultado de su comisión, y entonces le dijo, que don Francisco I. Madero le había dado instrucciones para que fuera la señorita a Monterrey y hablara con su hermano don Gustavo Madero; que así lo hizo, y en Monterrey don Gustavo le entregó la suma de quince mil pesos, de los cuales diez mil eran para atender los gastos que se hicieran en esta capital, y cinco mil para su hermano Aquiles, que a la sazón acababa de llegar a Puebla. Que el exponente recibió de la señorita Serdán los diez mil pesos expresados, y pliegos con instrucciones para el exponente y para Robles Domínguez, porque Francisco I. Madero desde San Antonio, Texas, dirigía la revolución. Que el exponente entregó al señor Robles Domínguez los diez mil pesos en cuestión y los pliegos que para él, envió Madero. Que desde antes que saliera de esta ciudad Carmelita Serdán, le había enviado desde San Antonio, Texas, Francisco I. Madero, instrucciones al exponente para que comprara las dos máquinas eléctricas explosoras a que se ha referido en sus anteriores declaraciones, por lo que el declarante comisionó a Rosales para que se encargara de hacerlo como lo hizo, la compra de dichas máquinas. Que lo expuesto es la verdad en que se ratificó previa lectura y

firmó en unión del C. Juez. Doy fe. P. de León. F. Cosío R. Balandrano. Rúbricas.

DECLARACIÓN DEL INGENIERO ALFREDO ROBLES DOMÍNGUEZ En el mismo día (30 de diciembre de 1910), y en virtud de haber solicitado audiencia el acusado Alfredo Robles Domínguez, natural de Guanajuato, de treinta y cuatro años de edad, casado, ingeniero-arquitecto, se le hizo comparecer y expuso que ha reflexionado que no le conviene engañar a la justicia haciendo difícil la averiguación; además, ha comprendido por la forma en que se le ha interrogado y por los careos que se han practicado, que casi todos los comprometidos han sido descubiertos, y por fin quiere aprovecharse de los beneficios que la ley concede al acusado que se conduce con verdad; en tal virtud, reiterando sus protestas de conducirse con verdad, expone: que el día veinticuatro de septiembre llegó a esta capital procedente de Europa, donde permaneció algunos meses. Que ese mismo día en la noche lo fue a buscar Cosío Robelo, pero no volvió porque la familia del deponente hizo saber a Cosío Robelo que no estaba en casa: que Cosío Robelo volvió al día siguiente o al tercer día, y entonces habló con el declarante, contándole de todos los trabajos que tenía emprendidos para preparar la revolución: que en esa entrevista le indicó Cosío Robelo que fuera a San Luis Potosí a hablar con Madero pues éste tenía muchos deseos de tratar con el declarante, y había estado informándose sobre si había llegado a México de regreso de Europa: que el exponente vaciló por un momento, pero al fin resolvió no ver a Madero, y así se lo dijo a Cosío Robelo. Que en vista de la negativa del declarante, resolvió Cosío Robelo ser él quien iría a ver a Madero, y así lo verificó en efecto. Que a su regreso de San Luis Potosí trajo Cosío Robelo una carta de Madero dirigida al exponente, en cuya carta Madero le daba al declarante autorización para firmar recibos de las cantidades que se le entregaran por los adictos a la revolución, así como para que por conducto del propio exponente se comunicaran las instrucciones a todos los agentes e interesados en la revuelta. Que con posterioridad, Cosío Robelo presentó a Gustavo Madero con el que declara, y hablaron de la revolución en términos generales, creyendo el que declara, que la presentación de Gustavo más bien tuvo por objeto el que tuviera Gustavo perfecto conocimiento del declarante; advierte sobre este particular, que no está seguro de si tal presentación fue antes o después del viaje de Cosío Robelo a San Luis. Que en la segunda entrevista que tuvo con Gustavo Madero, el exponente le enseñó

la carta de Francisco a que se ha referido, la cual carta calificó Gustavo de diplomática; y en la contestación le dijo Gustavo que habían visto al general Melitón Hurtado, habiéndose para ello acompañado de Higuera Sevilla; que le habían hablado de la revolución invitándolo a que tomara parte en ella como jefe de las fuerzas que debían tomar las armas, y que habían quedado emplazados para una segunda entrevista; pero que le tenían alguna desconfianza y temía un mal resultado en esta segunda entrevista, la cual en efecto se verificó, siendo aprehendidos Gustavo Madero e Higuera Sevilla en la propia casa del general Hurtado. Que un día del mes de octubre, que no recuerda con precisión, pero que fue después de puesto en libertad Gustavo Madero, tuvieron una conferencia Madero, Cosío Robelo y el declarante en la que se trató de la necesidad que había de fondos para llevar a cabo los trabajos de los revolucionarios, y entonces Gustavo Madero ofreció dejar en la casa de Francisco I. Madero quince mil pesos a disposición del que declara: que al día siguiente ocurrieron Cosío Robelo y el que declara a la casa de don Francisco I. Madero, en la Colonia Juárez, y allí supieron por una señorita hermana de Madero que los recibió, que Gustavo había salido para Monterrey, y al mismo tiempo entregó al declarante un sobre cerrado, conteniendo catorce mil pesos en billetes de banco y un memorándum sin firma, en el que se decía que dejaba catorce mil pesos en lugar de quince mil; cantidad de que habían hablado la víspera. Que después recibió diez mil pesos más, que por conducto de Cosío le entregó la señorita Carmen Serdán, quien fue a San Antonio, Texas, comisionada por Cosío Robelo, con el objeto de recoger esos fondos; llevando además una nota del declarante para Gustavo y una carta también del que declara para Francisco I. Madero, en cuyos documentos recomendaba que se completara la cantidad de cuarenta mil pesos que había ofrecido Gustavo. Que los diez mil pesos sabe el exponente que fueron entregados en Monterrey, por Gustavo, a la señorita Serdán. Que por último, el declarante recibió quinientos pesos que le envió, según le dijo Cosío, una hermana de Madero, quien acompañó esa suma de un papel escrito que decía: “para que la buena causa”. Que de los veinticuatro mil quinientos pesos que recibió, entregó, salvo algún pequeño error sujeto a rectificación, de catorce a dieciséis mil pesos a Cosío Robelo; dos mil pesos al Lic. Matías Chávez, vecino de Iguala, y persona que estaba comprometida en la revuelta, obligándose a trabajar con las personas influyentes del Estado y simpatizadores de la revolución, proporcionándoles al efecto los elementos de dinero necesarios: que a este Sr. Chávez lo presentó con el declarante, Octavio Bertrand, quien también estaba comprometido y quien recibió algo más de mil quinientos pesos,

quizá dos mil porque le dio primero una cantidad para que fuera a llevarla a tratar con el Lic. Chávez y después otras varias sumas. Que los dos mil pesos de Chávez los recibió este señor de manos del declarante, en su casa, pues con ese objeto y con el de ratificar sus compromisos vino Chávez a esta Capital. Que Bertrand dijo al que declara que había hecho una compra de cuarenta carabinas y parque en la “Tampico News”, a fines de octubre o principios de noviembre, para armar a la gente del Sur, Estado de Guerrero; obrando de acuerdo el Lic. Chávez y el expresado Bertrand, y conforme al plan general de Madero, plan que impreso recibió en varios ejemplares de los cuales entregó un ejemplar del plan general y otro de la proclama dirigida al Ejército, al Lic. Chávez. Que dio también a un individuo de apellido Caballero o García a quien conoce muy bien Cosío Robelo setecientos cincuenta pesos poco más o menos, para gastos de la revolución, debiendo operar este individuo en Tizapán y Tlalnepantla: que este individuo dijo al declarante que había comprado algunas pistolas Máusser. Que el propio García o Caballero se presentó al que declara en compañía de Cándido Navarro, y fueron enviados según recuerda por un Sr. Beltrán. Que a Cándido Navarro, que estaba comprometido para hacer la revolución en algún punto del Estado de Guanajuato, le dio quinientos cincuenta pesos, poco más o menos, y no sabe si compró algunas armas. Que a Higuera Sevilla le dio en dos partidas cien pesos, siendo la primera en un giro postal por sesenta pesos, que por conducto de Cosío Robelo le mandó; y la segunda de cuarenta pesos al mismo Higuera Sevilla en propia mano; recordando además haber dado a la familia del expresado Higuera Sevilla dos billetes de a veinte pesos. Que cuando regresó Cosío Robelo de su viaje a San Luis Potosí, traía una carta de Francisco I. Madero para Higuera Sevilla, carta que Cosío enseñó al que declara, para que le diera comisión alguna en la revuelta: que el que declara no juzgó prudente que Higuera conservara esa carta, y convino con Gustavo Madero en que solamente se le enseñara la carta. Que así lo hicieron, y pocos días después se le presentó Higuera Sevilla ofreciéndole sus servicios: que en esa primera entrevista no aceptó ni desdeñó el declarante. Que después volvió a verlo Higuera Sevilla y ya entonces le precisó como campo propio para sus trabajos el Estado de Tamaulipas; pero tampoco en esta vez aceptó francamente, el que declara, sus servicios. Que no habiendo formalizado nada con el declarante, pensó irse a ver a Madero, y para su viaje le dio el que declara los cuarenta pesos a que se ha referido, no habiendo vuelto a saber de él sino hasta que recibió carta de Francisco I. Madero en la que le decía que ya le había dado una comisión a Higuera Sevilla, no obstante que lo creía indiscreto. Que a García de la Cadena

también le dio el que declara, cincuenta o setenta pesos para que emprendiera su viaje a Monterrey, donde según convinieron debían entenderse con Gustavo Madero, de quien García de la Cadena esperaba recibir alguna comisión. Que según recuerda, a García de la Cadena lo mandó con el declarante el Sr. Beltrán; y al presentársele sabía bien que se tramaba una revolución y quería tomar parte en ella de cualquiera manera. Que también se le presentó el Lic. Jesús Munguía Santoyo en los primeros días de noviembre, enviado, según recuerda, por Beltrán, ofreciéndole trabajar en la revolución en algún punto del Estado de Michoacán, pidiendo fondos para emprender su marcha, pero el declarante no quiso darle dinero porque no tenía lo bastante y esperaba que un señor José María Ortiz diera algo obsequiando una carta de Madero; pero que no tuvo resultado al fin, porque Ortiz se negó a dar dinero. Que a Marcos Jiménez, que también estaba comprometido, le dio treinta pesos para él, y doscientos para que los llevara a Trinidad Rojas, quien estaba comprometido a hacer la revuelta en el Estado de México, Distrito de Tenancingo. Que también dio cerca de mil pesos en varias partidas a Rubén Morales, que tenía el encargo de conquistarse oficiales del Ejército; y que le fue recomendado por don Gustavo Madero. Que lo convenido respecto de movimientos locales, arreglados directamente con Madero, fue: que Gabriel Gavira encabezaría el movimiento en Orizaba; en Veracruz, un doctor de apellido Colmenares que le fue presentado por Cosío Robelo, y que recibió de manos del declarante seis o setecientos pesos. Higuera Sevilla en Tamaulipas; en Pachuca Rosales y Silvia, además de los que ya tiene mencionados con relación a otros Estados, siendo Cosío Robelo el que estaba en todos estos pormenores. Que debe advertir que al Dr. Colmenares se le dirigía correspondencia con el nombre de Huerta, apellido que tomó por convenir así al mejor resultado de los trabajos, según cree recordar. Que recuerda en este acto que dio también dinero en cantidad aproximada de cuatrocientos pesos a un individuo de apellido Soto, a quien conoce Cosío Robelo: que este individuo tenía alguna comisión de Madero, pero no recuerda en este acto cuál sería. Siendo avanzada la hora se suspendió la diligencia, y previa lectura y ratificación firmó Robles Domínguez en unión del C. Juez. Doy fe. P. de León. Alfredo Robles D. Balandrano. Rúbricas.

AMPLÍA ROBLES DOMÍNGUEZ En dos de marzo de mil novecientos once se hizo comparecer al acusado

Alfredo Robles Domínguez, a efecto de continuar la ampliación de sus declaraciones y previos los requisitos legales, a preguntas especiales contestó: que tuvo noticia del nombramiento de Gobernador provisional de Tlaxcala, que hizo Madero en favor del ingeniero Manuel Urquidi, porque ese nombramiento lo recibió el declarante de manos de José de la Luz Soto, por encargo de Madero, pero no puede asegurar que Urquidi estuviera de acuerdo en aceptar semejante nombramiento, porque desde el mes de abril el exponente dejó de ver a Urquidi: que como no sabía el punto donde residía Urquidi cuando recibió el nombramiento, así se lo manifestó a Soto y por indicación de éste entregó ese nombramiento a Cosío Robelo para que lo hiciera llegar a su destino si podía. Que al mismo tiempo que Soto le entregó ese nombramiento, le dio otro de Gobernador interino de Guanajuato expedido por Madero a favor del declarante, nombramiento que no aceptó el exponente, y así lo manifestó a Madero en carta que le dirigió, diciéndole que no quería ninguna clase de recompensas en este asunto, manifestación que en iguales términos hizo a Cosío Robelo. Que muy posteriormente, según entiendo, a principios de noviembre recibió de manos de una persona que por primera vez veía, el nombramiento de Gobernador Provisional del Distrito Federal, hecho por Madero en favor del exponente, nombramiento que tampoco aceptó y así lo manifestó al enviado de Madero: que ese nombramiento obedeció, según le dijo Madero en carta que acompañó al nombramiento, a la circunstancia de haberse ausentado de la capital el Sr. Dr. Vázquez Gómez que era el designado para Gobernador del Distrito Federal. Que respecto de jefes militares comprometidos, sabe por Robelo que en la primera entrevista que tuvieron con el señor general Melitón Hurtado, no llegaron a un arreglo no sabe por qué causa, y en cuanto al Sr. Gral. González Salas, el Sr. Madero mandó una carta al portador para que se le hablara a dicho Sr. Gral. González Salas, que según consta al declarante hasta donde es posible, no tenía conocimiento de nada: que esa carta no se le entregó al general González Salas y el declarante la destruyó. Que la entrevista que tuvieron los señores Gustavo Madero, Higuera Sevilla y, no sabe de cierto si también concurrió el señor Lozano cuyo nombre no sabe, con el señor Hurtado, no tuvo arreglo definitivo como antes ha dicho, y que en otra entrevista posterior que tuvieron dichos señores con el mismo señor general Hurtado, no arreglaron nada y fueron aprehendidos. Que si hasta la fecha había declarado negando su responsabilidad en el asunto, no era por temor a la pena sino por no mezclar personas no descubiertas aún y de las que necesariamente tendría que hablar al hacer una confesión franca y sincera; pero como varios de los acusados al confesar su responsabilidad

han mezclado a esas personas, no ha tenido inconveniente, no siendo el primero en hablar la verdad. Que desde el principio ha advertido a Cosío Robelo que toda su participación en el asunto se reduciría a recibir el dinero y entregarlo conforme lo pidieran, sin expedir ni firmar documento de ninguna clase ni aceptar ningún cargo. Que lo expuesto es la verdad en que se ratificó previa lectura: firmando en unión del C. Juez. Doy fe. P. de León. Alfredo Robles D. Balandrano. Rúbrica.

AMPLÍA ROBLES DOMÍNGUEZ En veintiocho del mismo enero (1911) se hizo comparecer al acusado ingeniero Alfredo Robles Domínguez y reproduciendo la protesta que tiene hecha, ampliando sus declaraciones, expuso: que don Francisco I. Madero se hallaba en San Antonio, Texas, según supo por las personas que le entregaron los nombramientos para Gobernador Interino de Guanajuato y Gobernador Interino del Distrito Federal, en favor del que habla, cuando el mismo Madero expidió esos nombramientos, y lo mismo se hallaba Madero en San Antonio, Texas, cuando expidió el nombramiento de Gobernador Provisional del Estado de Tlaxcala, en favor de Urquidi, según supo también por el agente que trajo ese nombramiento; que ya tiene manifestado y repite que el declarante no aceptó los nombramientos hechos en su favor porque no tenía aspiración política de ningún género ni quería ninguna recompensa; que respecto al nombramiento de Urquidi ya ha manifestado que no sabe si éste lo aceptaría o no; que también se hallaba don Francisco I. Madero en San Antonio cuando la señorita Serdán fue a verlo a fin de recabar la orden para el hermano de Madero, para que le entregara los veintiséis mil pesos que se necesitaban para los trabajos revolucionarios, resto de los cuarenta mil pesos que don Gustavo Madero había dicho estaba dispuesto a dar, y solamente trajo la señorita Serdán diez mil pesos que entregó a Cosío Robelo, y éste al que declara; que igualmente estaba don Francisco Madero en San Antonio, Texas, cuando por medio de un correo especial y según le dijo éste, le envió dos paquetes conteniendo, uno, el manifiesto a la Nación del mismo Madero, que es bastante conocido, el otro, las proclamas para el Ejército iguales a la que aparece inserta a fojas ciento sesenta y cuatro y ciento sesenta y cinco, de este proceso, para entregar ambos paquetes a Cosío Robelo, como lo hizo, y por último, el declarante recibió alguna correspondencia, tres cartas más o menos de don Francisco I. Madero; hallándose éste en San Antonio, Texas, según supo por los mismos agentes. Que lo expuesto es la verdad,

en que se ratificó previa lectura y firmó en unión del señor Juez. Doy fe. P. de León. Alfredo Robles D. Balandrano. Rúbricas.

CAREO ENTRE ROBLES DOMÍNGUEZ E HIGUERA SEVILLA En doce del mismo enero de mil novecientos once se hizo comparecer a los acusados ingeniero Alfredo Robles Domínguez y Jesús Higuera Sevilla a efecto de practicar el careo que les resulta y previos los requisitos de ley reprodujeron sus generales, se dio lectura a sus respectivas declaraciones e impuestos de las contradicciones en que incurren, Robles Domínguez sostuvo enérgicamente su dicho, e Higuera y Sevilla convino en este acto con su careante en que es cierta la cita que le hace en todas sus partes, pues le ofreció sus servicios para secundar la revolución y recibió de él el dinero para irse como se fue a los Estados Unidos, a ver a Francisco I. Madero, de quien recibió la comisión de buscar prosélitos en el Estado de Tamaulipas, de donde es originario el exponente; pero al llegar a Ciudad Victoria fue aprehendido, y en consecuencia ya no pudo cumplir su comisión; y que respecto a la entrevista que tuvieron don Gustavo Madero y el exponente con el general don Melitón Hurtado, ratifica lo que ya declaró. Y no pudiéndose adelantar más, se dio por terminada la diligencia, ratificándose en ella previa lectura ambos careantes; y firmaron en unión del señor Juez. Doy fe. P. de León. Alfredo Robles D. J. Higuera y Sevilla. Balandrano. Rúbricas.

AMPLÍA SU DECLARACIÓN JESÚS HIGUERA SEVILLA Enseguida (28 de enero de 1911) se hizo comparecer al acusado Jesús Higuera Sevilla a efecto de ampliarle su declaración, y previos los requisitos de ley fue interrogado para que diga en qué parte de los Estados Unidos de América se encontraba Francisco I. Madero cuando le dio la comisión de buscar prosélitos en el Estado de Tamaulipas; contestó: que cuando habló con el señor Francisco I. Madero, este señor se encontraba en San Antonio, Texas, y en esa ciudad le dio la comisión indicada: Que lo expuesto es la verdad, en que se ratificó previa lectura y firmó en unión del C. Juez. Doy fe. P. de León. J. Higuera Sevilla. Balandrano. Rúbricas. La presente copia fue sacada para remitirla a la Secretaría de Relaciones Exteriores por conducto de la de Justicia. México, enero 31 de 1911.

De León Antonio Z. Balandrano, Secretario

Poder general otorgado por don Venustiano Carranza, y su esposa Virginia Salinas de Carranza, con domicilio legal en Cuatro Ciénegas, Coah., y temporal en San Antonio, Texas, a favor del señor Emilio Salinas, para administrar sus bienes en Coahuila. Informe de Joaquín D. Casasús, acerca de la legalización de dicho documento en el Consulado de su cargo, en San Antonio, Tex.

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[A.R.E., T-23]

EL ESTADO DE TEXAS, CONDADO DE BEXAR, Sabed; que nosotros, Venustiano Carranza y su esposa Virginia Salinas de Carranza, ciudadanos mexicanos con domicilio legal en Cuatro Ciénegas, Coahuila, México, temporalmente en ésta, ambos aptos para contratar y obligarse por este documento y por su libre y espontánea (libertad) voluntad han deliberado constituir un apoderado para que represente sus personas e intereses y mereciéndoles toda su confianza el señor don Emilio Salinas, residente en Cuatro Ciénegas, Coahuila, por el presente documento y en la vía formal y legal correspondiente, otorgan; que dan todo su poder amplio y bastante a dicho señor Emilio Salinas para que en su nombre y representación, administre sus negocios con poder de amplia, franca y general administración y ejecución, nombrando dependientes, mayordomos y demás empleados y removiéndolos cuando a su juicio sea necesario, percibiendo rentas y haciendo toda clase de valores y bienes, por todo género de contratos, como en compra, hipoteca, otorgando las escrituras correspondientes, con las cláusulas propias de su naturaleza, haciendo en general cuanto haría por sus propios intereses, igualmente para que los represente judicialmente ante todos los tribunales locales, federales y del Estado, para que prosiga toda clase de juicios, promoviendo las demandas necesarias y para que asimismo conteste las demandas y reconvenciones que se entablen en nuestra contra, oponga excepciones dilatorias o perentorias, rinda toda clase de pruebas, reconozca firmas y documentos, redarguya de falsos a los que se presenten por la contraria, presente testigos, vea protestar a los de la contraria, los repregunte y tache, articule y absuelva posiciones, recuse jueces superiores o inferiores, con causa o sin ellas, oiga autos y sentencias interlocutorias y definitivas, consienta lo favorable y de lo

adverso interponga los recursos de revocación por contrario imperio, apelación, súplica, casación o sus denegatorias; pida aclaración de las sentencias, siguiendo estos recursos por todos sus trámites o desistiendo de ellos si así le pareciere conveniente; ejecute, embargue, y nos represente en los embargos que contra nosotros se decreten; pida el remate de los bienes embargados, nombre peritos, asista a almonedas; transe en juicio extendiendo y firmando en mi nombre los convenios y documentos que a la transacción se refieren, perciba valores y otorgue recibos, y cartas de pago; someta el juicio a la decisión de jueces, árbitros y en fin, para que promueva todos los recursos y defensas que favorezcan nuestros derechos, ratificando desde hoy todo lo que haga en ese particular. Lo facultamos también para substituir este poder y revocar sustituto. Fechado en San Antonio, Texas, el día 31 del mes de enero de mil novecientos once. Firmado: Venustiano Carranza y Virginia Salinas de Carranza. Testigos: R. L. Edwards. W. S. Aderson. San Antonio, Texas, enero 31 de 1911. San Antonio, Texas, febrero 3 de 1911. El abogado, en esta ciudad, de don Venustiano Carranza mandó legalizar al Consulado de mi cargo un poder amplio que dicho interesado y su esposa doña Virginia Salinas de Carranza han ejecutado en favor de don Emilio Salinas, vecino de Cuatro Ciénegas, para que represente a los otorgantes en la administración de los bienes que ellos tienen en Coahuila, como se servirá usted notar por la copia adjunta del referido poder. Desde que llegó a esta ciudad el señor Carranza lo he tenido bien vigilado, de acuerdo con las instrucciones que esa Secretaría ha tenido a bien darme. No cabe duda alguna de que dicho individuo está íntimamente ligado con los maderistas; de día y noche conferencian unos y otros en sus respectivas casas, y el hecho de haber don Venustiano nombrado un representante para que atienda a sus negocios particulares en la República, indica en mi humilde parecer, que permanecerá algún tiempo fuera de su patria. Don Venustiano está hospedado en el No. 140 North Street, de esta ciudad. Reitero a usted las seguridades de mi atenta y respetuosa consideración. Joaquín D. Casasús

Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F. México.

Requisitoria de Braulio Hernández, Secretario del Gobierno Provisional del Estado de Chihuahua, y miembro del Partido Nacional Anti-Reeleccionista, en contra de la administración del Gral. Porfirio Díaz, declarando que dicho organismo político reconoce a don Francisco I. Madero como Presidente de la República.

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[A.R.E., L-E-677]

EL PARTIDO REVOLUCIONARIO DE MÉXICO ACUSA A PORFIRIO DÍAZ ANTE LA GENTE HONRADA DEL MUNDO, Y ANTE LOS CIUDADANOS MEXICANOS QUE DESEEN DEJAR A SUS HIJOS UNA HERENCIA DE HONOR Y LIBERTAD Porfirio Díaz dos veces ensangrentó a la nación para apoderarse de la Presidencia de la República; y otras tantas también la ensangrentó con movimientos revolucionarios para descubrir a sus enemigos políticos. Él mandó “matar en caliente” a las nueve víctimas de Veracruz. Él ordenó la hecatombe de Río Blanco, arrojando al mar los cuerpos destrozados de 500 huelguistas. En otras partes del país también ha ordenado semejantes carnicerías. Él ordenó la destrucción del pueblo de Tomóchic, no habiendo sus habitantes estado nunca un solo instante en rebelión contra el gobierno. Él nunca cumplió sus promesas, mediante las cuales ascendió a la Presidencia. El ha suprimido los derechos y libertades constitucionales. En la última elección federal, conforme a su costumbre, violó descaradamente la Ley Electoral nombrando dos electores en vez de uno. El preparó el más grande fraude electoral que registran las páginas de la hipocresía humana, desvergonzadamente violándose 17 artículos de la ley electoral y encarcelándose a los ciudadanos que pacífica y legalmente contra ello protestaron. Él ha regalado concesiones de una manera insana, concediendo derechos exclusivos del buceo de perlas en toda la costa del Pacífico, a una compañía extranjera, la que encarcela a los pobres viandantes que para

aplacar su hambre sacan algunas ostras. Él solo ha cargado a la nación con una deuda federal, montando sus intereses a sesenta millones de pesos anuales. Él está en combinación con la Compañía Bancaria de Bienes Raíces, para la obtención de todos los contratos dispendiosos de obras públicas. Él, a fin de juzgar acerca de los funcionarios acusados, pide informes a ellos mismos para decidir. Él ha mandado asesinar a todos aquellos ciudadanos que temía llegaran a disputarle el puesto. Él nombra a los Gobernadores, a los diputados, a los senadores y aún a los jefes políticos. Él nombra a los Cónsules, pero no para que protejan a los nacionales ausentes del suelo patrio; sino para que persigan a los refugiados políticos. Él ha centralizado la instrucción pública, enseñándose en sus escuelas a menospreciar la Constitución. Él nunca ha permitido que las cuestiones trascendentales del gobierno sean conocidas hasta que no manda por su aprobación a las Cámaras, así que ya son hechos consumados. Él ha tolerado todo a sus secuaces, menos que adquieran influencia política; de ese modo el personal de su gobierno está integrado en su mayor parte de malhechores. Él ha despoblado pueblos y congregaciones, para regalarlos a sus amigos, algunos de los cuales poseen más de la mitad del territorio de los Estados donde viven. Él, prácticamente ha eximido a los ricos del pago de contribuciones, y a los pobres los ha extorsionado con multas exorbitantes, obligándolos a la vez a trabajar sin retribución. Él ha vendido a los indios yaquis a los propietarios de haciendas de henequén en Yucatán. Él ha creado también para los trabajadores en otros Estados, condiciones peores que las de la misma esclavitud. Él ha ordenado que cientos de niños rateros sean deportados a las Islas Marías. Él ha insultado muchas veces al pueblo mexicano por medio de su órgano semioficial, El Debate, periódico maligno como no ha existido quizás otro en el mundo. Él ha derrochado el tesoro nacional comprando en el extranjero juicios favorables para su desgobierno. Él mandó publicar un libro para desvanecer la gloria de Benito Juárez, y el mismo Díaz bajo su propia firma ha pretendido macular la reputación del inmortal demócrata. Él ha creado un gobierno en el que el ejército en su mayor parte está formado por individuos a los que se ha privado de su libertad para robarles sus propiedades, o el honor de sus hermanas o esposas.

Él ha robado al pueblo por medio de la Lotería Nacional y las de los Estados, permitiendo y fomentando el juego con concesiones vergonzosas en pueblos y ciudades. Él ha pervertido la moral pública elevando en categoría oficial a aquellos de sus servidores que la opinión general totalmente rechaza. Él ha contribuido a la degeneración moral del pueblo, permitiendo las bárbaras corridas de toros y peleas de gallos, que fueron abolidas por los dos presidentes predecesores. Él ha engañado a los banqueros norteamericanos y europeos prometiéndoles, para conseguir un préstamo, que no aceptaría de nuevo la Presidencia, reeligiéndose, sin embargo, a punta de bayoneta. Él ha engañado al pueblo de los EE. UU., originando con la policía secreta demostraciones antiamericanas para arrojar sobre los independientes la mancha de antiextranjeristas. Él ha engañado al mundo, pagando porque lo pinten en libros, revistas y folletos como el gobernante paternal de una nación, a la cual ha aterrorizado con la “Ley Fuga”, fusilando secreta y administrativamente más de cuarenta mil personas. El actualmente está tratando de engañar al mundo declarando que la presente revolución es “local” cuando principalmente es contra su régimen. Al mismo tiempo también pretende engañarlo, clasificando a los revolucionarios como bandidos, cuando ellos se portan dignamente, y su ejército roba, quema y devasta. Pero él no puede engañar a Dios, ni impedir el fallo justiciero de la historia. El mundo debe conocer la verdad acerca de los crímenes de este héroe de la mentira, únicamente que si se relataran ahora, se juzgarían como la exageración de la ficción y no cual son, monstruosos. Sin embargo, los mexicanos que ahora están luchando bravamente piden su reconocimiento como honrados, porque pelean contra el vicio, y como valientes porque la derrota significa muerte. No importa lo que el Gobierno de los Estados Unidos deba al Gobierno de México, el pueblo norteamericano debe al pueblo mexicano justicia. Por tanto, con mi carácter de Secretario del Gobierno Provisional del Estado de Chihuahua: declaro que la presente revolución es contra el Gobierno Federal; también, que es un movimiento enérgico en la República aunque no aparezca así en la prensa del país. Asimismo declaro que el Partido Nacional Anti-Reeleccionista reconoce al C. Francisco I. Madero como legítimo Presidente de México, elegido como tal en las pasadas elecciones de junio por una inmensa mayoría. El Sr. Madero se ha comprometido a sostener la plataforma del Partido, de la cual son los siguientes enunciados:

Sufragio Efectivo. No reelección. Los candidatos para los puestos públicos deben ser residentes de la localidad. Soberanía de los Estados e Independencia de los Municipios. Equidad en las contribuciones. Fomento de la agricultura. Establecimiento de escuelas aún en las rancherías. Reducción del ejército y que sea formado de voluntarios. Supresión de los monopolios y el juego. Repatriación de los indios yaquis. Abolición de la pena de muerte, y especialmente que los funcionarios públicos sean responsables de sus actos oficiales. Braulio Hernández. Cañón del Pegüis, Cuchillo Parado, Dto. Iturbide, Chihuahua. Enero de 1911.

Circular girada por Enrique C. Creel, Secretario de Relaciones Exteriores, a los cónsules mexicanos en la zona fronteriza, comunicándoles la resolución del Gobierno de los Estados Unidos para perseguir y castigar a los que violaran las leyes de neutralidad, por lo que se les recomienda reunir pruebas para ponerlas en conocimiento de dichas autoridades.

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[A.R.E., L-E-626]

MINUTA DEL TELEGRAMA CIRCULAR A LOS CÓNSULES DE LA FRONTERA Gobierno de los Estados Unidos resuelto a perseguir y castigar revoltosos que en su territorio pretendan violar leyes neutralidad, para lo cual solamente necesitan pruebas. Procure usted reunir todas las que lleguen a su conocimiento, inclusive declaraciones testimoniales, y póngalas en conocimiento de autoridades, dando cuenta detallada esta Secretaría. Enero de 1911. Enrique Creel

Informe de Joaquín D. Casasús, embajador de México en Washington, D. C., fechado en El Paso, Tex., acerca de las pruebas que debería presentar ante el Gobierno de los Estados Unidos, para acreditar la violación a las leyes de neutralidad por los revolucionarios acaudillados por Abraham González, con motivo de las compras que hacen de armamento destinado a una expedición militar agresiva a México.

135

[A.R.E., T. 21] [Reservada.] El Paso, Texas, febrero 1º de 1911. La noche del 30 de enero último tuve la honra de recibir el siguiente telegrama de usted de la misma fecha: “Gobierno de los Estados Unidos resuelto a perseguir y castigar revoltosos que en su territorio pretenden violar leyes neutralidad, para lo cual solamente necesita pruebas. Procure usted reunir todas las que lleguen a su conocimiento, inclusive declaraciones testimoniales y ponerlas en conocimiento de autoridades, dando cuenta detallada esta Secretaría.” Por interrupción de la línea telegráfica federal al sur de Ciudad Juárez, hasta hoy me ha sido posible dirigir a usted en contestación el telegrama cifrado que sigue: “Recibido mensaje del treinta y cumpliré instrucciones, pero naturaleza pruebas que estas autoridades exigen dificulta acción. Aquí hay más de quinientos revoltosos, que supongo organizados y armados, y no ha sido posible presentar pruebas exigidas. Necesitaría para eso multiplicar agentes y gastos. Ferrocarril Chihuahua interrumpido aún. Considero Ciudad Juárez seriamente amenazada y convendría enviar refuerzos ametralladoras. Regresó de Polvo infantería americana, reemplazándola una compañía caballería. Hay otras en Marfa, Marathon y Sanderson.” En el telegrama preinserto informo a usted que la naturaleza de las pruebas que estas autoridades exigen dificulta mi acción; y pongo como demostración el hecho, de que haya aquí multitud de revoltosos, que pasan el día en las calles y las plazas públicas, haciendo alarde de sus opiniones y profiriendo amenazas contra nuestro gobierno; siendo señalados y conocidos los diversos cabecillas y el jefe supremo de ellos, Abraham González, que se titula gobernador provisional de Chihuahua. Ni la policía local ni las autoridades federales molestan a esta gente en

lo más mínimo, alegando que sus actos son pacíficos, que no llevan armas consigo, ni cometen desórdenes; y que respecto a sus opiniones y la libre y aun ruidosa manifestación de ellas, no son actos en que deban intervenir. El que se señale a algunos de ellos como cabecillas y se sepa que hasta recientemente estuvieron en México combatiendo contra las tropas federales, los constituye en refugiados políticos, a los que ni los tratados de extradición alcanzan. El que Abraham González y sus secuaces tengan a sueldo a los periódicos todos de esta ciudad, propalen por su medio falsas noticias de la campaña, de nuestras autoridades y de nuestro gobierno, se considera aquí más bien como un acto de inteligente previsión y no censurable maniobra para engañar al público de buena fe. El que esa gente esté comprando constantemente armas y municiones, es también un acto lícito que ninguna ley de este país castiga; y es, además, un excelente negocio para los traficantes de ese ramo de comercio. Para embargar esas armas o impedir su exportación a México, se necesita probar que se destinan a una expedición militar agresiva contra nuestro país; ¿y cómo suministrar esas pruebas? Sería necesario para ello presentar testigos o documentos claros y precisos, pues el haber oído, el suponer, las deducciones lógicas y los documentos de lenguaje ambiguo u oscuro no se admiten como pruebas, aisladamente. Lo que digo respecto de armas, es aplicable a todos los demás casos. Por consiguiente lo único que puede hacerse es trabajar, buscar y aprovechar cualquier descuido de los revoltosos, cosa dificilísima, pues tienen en su favor la prensa, la opinión, el dinero y las simpatías de la mayor parte de la población, todo lo cual son otros tantos obstáculos para nosotros. Pero, repito, se trabajará y se hará todo lo posible. Este Consulado camina en perfecto acuerdo con las autoridades federales que, por su parte, tienen varios agentes secretos trabajando en el mismo sentido, sin haber tampoco podido obtener resultados positivos hasta ahora. Renuevo a usted las seguridades de mi distinguida consideración y respeto. Joaquín D. Casasús Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

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Noticias condensadas del periódico La Prensa, de La Habana, Cuba, acerca del incremento del movimiento revolucionario en

México. [A.R.E., L-E-632]

INCREMENTO DE LA REVOLUCIÓN EN MÉXICO CADA DÍA TOMA MÁS SERIAS PROPORCIONES EL MOVIMIENTO. GRANDIOSO AUMENTO EN LAS FILAS REVOLUCIONARIAS. 2 000 INDIOS SE UNEN A LOS REBELDES. SE PIDE LA RENUNCIA DE CORRAL. POBLACIONES EN PODER DE LOS REVOLUCIONARIOS. LAS FUERZAS DEL GOBIERNO COMPROMETIDAS. LAS COMUNICACIONES TELEGRÁFICAS DESTRUIDAS. UN ATAQUE A LA CAPITAL DE CHIHUAHUA. (Servicio especial de La Prensa.) Washington, enero 31. El señor Gustavo Madero, hermano del caudillo revolucionario mexicano, don Francisco, acaba de llegar a esta capital procedente de San Antonio, Texas, donde permaneció durante algunas semanas. Asegura el señor Madero que el ejército de la revolución ha aumentado considerablemente, pues en un solo mes ingresaron en sus filas cerca de diez mil hombres. Se da crédito a estas noticias, pues coinciden con las que llegan de México. México, febrero 1º. Son tan alarmantes las proporciones que cada día toma el movimiento revolucionario que se cree insuficiente el ejército federal para dominar la situación creada restableciendo la paz en la república. Los revolucionarios después de haber tomado a sangre y fuego algunas poblaciones importantes del Estado de Chihuahua, que están en su poder, se preparan para librar un ataque sobre la capital del Estado y sobre Ciudad Juárez, que es la Aduana fronteriza mexicana. Las tropas federales que mandan los generales Navarro y Luque en los distritos de Guerrero y Ojinaga, están comprometidísimas, pues no pueden recibir provisiones ni refuerzos debido a que los rebeldes han cortado todo medio de comunicación.

En el Estado de Veracruz, los revolucionarios dominan: un fuerte ejército al mando del general Tapia persigue a las tropas federales. Se han unido a los rebeldes como 2 500 hombres. Este ejército ha conquistado las poblaciones de San Juan Evangelista, Acayucan, Minatitlán y otras poblaciones importantes de dicho Estado. También los revolucionarios son fuertes en el Estado de Oaxaca, apoderándose de las poblaciones de Tuxtepec y Juchitán. A las fuerzas rebeldes se han unido 3 000 indios de la sierra, elementos valiosos para el combate y temibles por su arrojo. Todo el distrito de Sahuaripa, en el Estado de Sonora, se encuentra en poder de los revolucionarios. En el Estado de Puebla han penetrado algunas partidas de rebeldes procedentes del Estado de Veracruz. Se teme que de un momento a otro se unan al movimiento revolucionario los indios de la sierra, en el Estado de Guerrero. Dada la importancia que la revolución va tomando, se cree que el gobierno no pueda sofocarla con las tropas, pues se dificulta el movimiento del ejército a causa de que la extensión de la revuelta lo dificulta. En el periódico La Patria se ha publicado una carta autorizada por el señor Francisco Sentíes, quien atribuye la revolución al vicepresidente de la república don Ramón Corral y pide que renuncie el puesto. Como se trata de un periódico porfirista, se cree que renunciará el Vicepresidente impopular. Se dice que saldrá en breve para Europa llevando una misión confidencial de don Porfirio, el actual gobernador del Estado de Veracruz, don Teodoro Dehesa. Es creencia general que la comisión confiada es para que induzca al general Bernardo Reyes que está en París, para que vuelva a México. La Prensa, Febrero 1º/911.

Parte telegráfico del general Luis E. Torres, fechado en Hermosillo, Son., rendido al Secretario de Guerra y Marina, informando del paso de maderistas a inmediaciones de Agua Prieta, Son., con destino a la Sierra de la Ceniza, y procedentes del lado americano, esperándose que los trabajadores de las fundiciones en Douglas, Arizona, traspasarán la frontera.

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[A.R.E., L-E-627] [Telegrama.] Hermosillo, 1º de febrero de 1911. Sr. Gral. Secretario de Guerra y Marina, México. Capitán 2º A. Basurto, Comandante del Departamento del 27º Batallón en Agua Prieta, y Comisario aquel lugar, dan parte a la 1 a.m. de hoy, se tiroteó una avanzada de nuestras fuerzas con avanzada sediciosos a dos millas Oriente de Agua Prieta. Los revoltosos se fueron rumbo Sierra de la Ceniza; van seis montados y como cuarenta pie a tierra, y vinieron de lado americano. El mencionado Capitán y el Comisario dicen que asegúrase que esta noche traspasarán la frontera más sediciosos, pues muchos han abandonado el trabajo en las fundiciones de Douglas, Arizona; respetuosamente. Gral. Luis E. Torres Emb. Wash. Gral. Luis E. Torres, jefe 1ª zona militar, dice lo siguiente a ministro Guerra. “Capitán… Arizona.” Lo que transcribo a usted a fin de que insista nuevamente ante ese gobierno para que se impida el paso por la frontera de revoltosos y elementos de guerra.

Instrucciones giradas por el licenciado Enrique C. Creel, Secretario de Relaciones Exteriores, al cónsul de México en San Antonio, Texas, para informar si el senador don Venustiano Carranza tenía relaciones políticas con don Francisco I. Madero, por encontrarse participando en los movimientos revolucionarios.

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[A.R.E., L-E-627] [Secretaría de Relaciones Exteriores.] [No. 23846. Muy reservada.] México, 2 de febrero de 1911. Por noticias comunicadas a esta Secretaría por usted y por otros conductos, se sabe que en esa ciudad se encuentra el señor Senador don Venustiano Carranza, según se supone tomando participación en los movimientos revolucionarios que se están llevando a efecto. Sírvase usted estar pendiente de la conducta del mencionado señor e informar a este ministerio si en su concepto tiene o no algunas relaciones políticas con don Francisco I. Madero, y hasta qué punto está tomando participación activa con los revoltosos. Renuevo a usted mi consideración. Enrique C. Creel Señor Cónsul de México, San Antonio, Texas.

Telegrama de Carlos Pereyra, funcionario de la Embajada de México en Washington, D. C., comunicando que el periodista norteamericano Orville Tueward ofrece sus servicios para introducirse en el círculo maderista, en dicha ciudad, para informar de sus actividades.

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[A.R.E., L-E-627] [Telegrama de la Embajada en Washington, D. C.] 3 de febrero de 1911. A reserva contestación carta recibirá usted pronto sobre periodista americano Orville Tueward, por ser de oportunidad permítome manifestarle que además de servir para darnos noticias y comunicar a la Prensa las que sea conveniente dar; Tueward ofréceme introducirse círculo maderista en ésta y comunicarnos planes de esa gente. Tueward es persona de confianza y cobrará poco por sus servicios. Carlos Pereyra

Informe suscrito por "Dunne", rendido al general Porfirio Díaz, Presidente de la República, acerca de las actividades de los revolucionarios maderistas en varios puntos fronterizos, en preparación de un levantamiento general; asimismo, que don Francisco I. Madero se trasladaría a El Paso, Tex., para ver la posibilidad de proclamar capital a Ciudad Juárez, Chih.

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[A.R.E., L-E-627] Monterrey, febrero 4 de 1911. Señor Presidente de la República, Gral. Porfirio Díaz. Tengo el gusto de transcribir a Ud. el mensaje que me acaba de entregar el Ing. Andrés Garza Galán, cuyas noticias extraordinarias y exageradísimas no puedo creer. En la reunión que tuvo efecto en la casa de Juan Ruiz López, cerca de la calle de San Sabás, Salazar García, por el Distrito de Camargo, informó que 700 hombres, 80 caballos, 600 rifles, 20 000 cartuchos estaban listos para atacar Matamoros. El capitán Benavides informó que 1 000 hombres, 150 caballos, 1 500 rifles y 30 000 cartuchos, 600 litros dinamita, 1 000 litros pólvora, entre Minera y Roma, con más … 100 hombres, 40 caballos, 200 rifles, entre Carrizo Springs y Del Río. R. Múzquiz, J. Guerrero y Juan Chávez informaron: 1 000 rifles; 18 000 cartuchos, 1 200 litros de dinamita, frente a San José o Eagle Pass, cree que estarán listos en 24 horas 1 000 hombres. Dijo que 80 mineros de Sabinas sabían dónde estaban las armas: que tenían amigos en todas las clases; que los mineros habían regalado 700 dólares. Que tenían 5 americanos en las minas, que estaban listos como expertos para manejar la pólvora. Calixto Guerrero, Cipriano Ortega, Juan Solís, informaron que había 2 000 hombres cerca de Del Río, con 5 000 rifles, 60 cajas de municiones; pero que habían perdido algunas; 4 cajas de dinamita, 2 cajas de pólvoraalgodón, 140 caballos con 70 monturas que compraron en Fort Sill, Oklahoma, que tenían 11 indios en Boquillas, 70 hombres en Marathon. Ryan en Juárez, listo para manejar explosivos.

Que recomendaron que pasaran arriba de Jiménez. Dijo que el telégrafo lo cortarían en 10 lugares; entre Las Vacas y Cd. Porfirio Díaz. Que los de Zaragoza eran 40 y darían apoyo moral. Que daría poco trabajo engañar a las fuerzas con 20 hombres que vayan río arriba a cruzar el río. Asenza acaba de regresar de Ciénegas, Reata, Moroleón, Sabinas Hidalgo y Monterrey. 400 hombres entre Ciénegas y Sabinas Hidalgo, listos para levantarse todos armados. Las armas en Reata son 110 rifles, pero escasos de parque. Se ha dado la orden para que el domingo en la noche haya un levantamiento general y se han enviado propios para que den el aviso. En Monterrey procurarán matar al general Treviño y al Gobernador Mier. Asenza enseñó cartas dirigidas al Gral. Treviño de Nuevo Laredo, Lampazos y Moroleón; pero no conocen a los que las firman. Julio Madero aseguró que muchas personas acaudaladas estaban prontas a dar su ayuda financiera. Un hombre llamado Varamendi y Julián Martínez, aseguran que hay muchos hombres listos en Ramos Arizpe, Gómez Palacio, Bustamante y Torreón. Que cuentan con los siguientes americanos McFaral, desertor del ejército; McComeguim, acaba de llegar de Seattle, a quien contrató Magón. Que alguna gente va de Tía Juanita a la Ensenada y que avanzarán hasta cerca de Guaymas, Sonora. Martín, que es nuevo, con García, de Brownsville, han mandado hombres a Valle Hondo, Sabinas, María y Del Río. Julio Madero dijo que Francisco se rasuraría y que saldría en coche, de día, mañana por la mañana o en la tarde, como trabajador, para El Paso y que proclamaría Capital a Ciudad Juárez si le es posible. Dicen que tienen adictos entre los empleados del Puerto de Guaymas y creen que se rendirán cuando llegue por agua una pequeña fuerza de americanos e indios. Magón consiguió una lancha de gasolina de 40 pies desde hace tres meses, cuya lancha está ahora cerca de National City, California, abajo de San Diego. Se supone que Sherman permanezca en San Antonio para tener cuidado de Mab para los americanos. Esperan de Nueva Orleans para el lunes a 5 gringos que estuvieron en el ejército de Madriz. Han desembarcado sus armas en Tampico, dentro de tubería para

pozos de petróleo. La junta duró solamente media hora. Francisco estuvo allí. Dicen que conocen a toda la policía secreta de México en aquel lugar. A Sherman le dieron orden de salir en la cantina de Egdens, en la Avenida Santa Rosa. O’Relly está en El Paso con Abraham González. Sherman saldrá mañana. Dice que lleva una vida muy agitada. Yo sabré en la mañana de una manera positiva si dicha persona sale de San Antonio; y en tal caso lo seguiré, a no ser que Ud. me dé otras instrucciones. A las 9, Bell me habló por teléfono que tenía instrucciones de encontrar a un hombre por la mañana y viajar hasta McDona para conocer la historia del domingo. Conteste. Dunne

Instrucciones giradas por Enrique C. Creel, Secretario de Relaciones Exteriores, a Carlos Pereyra, funcionario de la Embajada de México en Washington, D. C., para gestionar ante el Departamento de Estado y Gral. Wood, mayor vigilancia en la frontera de Texas, por temerse un levantamiento general en varias poblaciones limítrofes; asimismo le participa que don Francisco I. Madero se encontraba en San Antonio, Tex.

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[A.R.E., L-E-627] [Secretaría de Relaciones Exteriores.] Muy urgente. Telegrama. Febrero 4 de 1911. Pereyra, Embajada Mexicana, Washington. Han llegado rumores insistentes de que mañana domingo habrá un levantamiento general en la frontera de Texas y asegúrase que existen depósitos de armas y municiones y grupos de gente en Minera, Roma, Del Río, Río Grande, Carrizo Springs, Boquillas, Uvalde, Marfa y otros lugares. Dudamos veracidad noticia pero de todas maneras es importante que comunique hechos al Departamento de Estado y general Wood procurando se expidan nuevas órdenes para vigilancia y en caso necesario captura de responsables. Francisco I. Madero sigue en San Antonio. Enrique C. Creel

Informe telegráfico del señor Carlos Pereyra, funcionario de la Embajada de México en Washington, D. C., al Secretario de Relaciones Exteriores acerca de las noticias publicadas por la “Prensa Asociada”, con motivo del permiso solicitado para el paso fuerzas mexicanas por territorio americano, con destino a Ciudad Juárez, Chih., siendo esto maliciosamente explotado por Gustavo Madero, en el sentido de que se había pedido la intervención norteamericana.

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[A.R.E., T. 20] [Telegrama de la Embajada Mexicana.] Washington, febrero 4 de 1911. Despachos “Prensa Asociada” fecha ayer comunican que Gobierno Mexicano pidió permiso de mandar refuerzos de Sonora a Juárez pasando por territorio americano y que sería probable que a su vez los Estados Unidos enviasen fuerzas a Ciudad Juárez para proteger intereses americanos. Esta noticia fue explotada por Gustavo Madero, quien titulándose agente confidencial del Gobierno Provisional de México, pide no se acepte intervención americana que maliciosamente supone pedida por nuestro Gobierno. La misma “Prensa Asociada” publica mentís oficial de estas noticias dados por usted y esta Embajada. Háblase también de la Junta Gabinete celebrada ayer para considerar este asunto. Hoy en mi última visita al Departamento de Estado, el Subsecretario Hale díjome que Ockerson, Director de las Obras del Río Colorado, mostrábase inquieto, pues teme que operaciones militares contra revoltosos Mexicali puedan interrumpir trabajos, y que considerando esto el Gobierno Americano consulta al de México si para utilizar sus fuerzas en dicho lugar quisiera que tropas americanas entraran territorio mexicano sólo para proteger vidas e intereses. Díjele que el objeto de mi visita era solicitar mantenimiento neutralidad, con lo que Gobierno Mexicano tendrá suficientes medios para dominar situación, que yo tendría que comunicar a usted sus palabras. Carlos Pereyra

Artículo publicado en el Diario de la Marina, de La Habana, Cuba, titulado “La mala fe de un gobierno descubierta”, comentando las injusticias cometidas por el dictador Porfirio Díaz contra los refugiados políticos, en particular con el periodista Juan Sánchez Azcona, exiliado en los Estados Unidos, así como de la política observada por el Gobierno de Washington con los países latinoamericanos, para introducir la carroza de su imperialismo.

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[A.R.E., T. 22] [El Diario de la Marina de febrero 4 de 1911.]

LA MALA FE DE UN GOBIERNO DESCUBIERTA SE NIEGA TERMINANTEMENTE CONCEDER LA EXTRADICIÓN DEL PERIODISTA MEXICANO SEÑOR JUAN SÁNCHEZ AZCONA. AYER FUE PUESTO EN LIBERTAD. UNA DERROTA PARA MÉXICO. LA

EMBAJADA VOLVÍA A ACUSAR AL PERIODISTA DE OTRO DELITO PARA RETENERLO MÁS

TIEMPO PRESO.

LAS

DICTADOR PORFIRIO DÍAZ LOS REFUGIADOS POLÍTICOS. EL CONGRESO AMERICANO ENTIENDE EN EL ASUNTO. INJUSTICIAS COMETIDAS POR EL

CONTRA

(Servicio especial de La Prensa.) Washington, febrero 4. Se ha rehusado terminantemente por la Corte del distrito conceder la extradición del periodista mexicano señor Juan Sánchez Azcona, ex director de México Nuevo, y El Diario, periódicos importantes que se publicaban en México. Dicha extradición fue solicitada por el gobierno de don Porfirio Díaz contra el señor Azcona, a quien acusa de estafa. El señor Azcona, que fue diputado al Congreso de la Unión, ha permanecido aquí 53 días detenido en la cárcel. Ya iba a cumplírsele el término de su prisión, cuando la Embajada Mexicana, viendo su derrota, solicitó quedase detenido cuarenta días más formulando otra nueva acusación contra Azcona. La mala fe de los delegados del gobierno de México se veía palpable, por lo que el honrado magistrado Mr. Clabaugh no dio entrada a la

acusación por creerla infundada en sus cargos. La Corte, pues, decretó la libertad inmediata del señor Sánchez Azcona, quien fue recibido con júbilo por sus amigos, que lo esperaban con ansia. Pero aún hay más: El señor Wilson, senador por el Estado de Pensylvania, indignado por las persecuciones del gobierno de México, presentará la siguiente resolución al Congreso de los Estados Unidos: “Se resuelve: Que el secretario de Estado sea requerido, si esto no es incompatible con los intereses públicos, para que proporcione al Congreso un completo informe tan pronto como sea posible, respecto al número de ciudadanos de México u otras personas de aquel país que han sido detenidas y arrestadas por el gobierno de los Estados Unidos durante los diez últimos años, a petición del gobierno de México, pidiendo su extradición; el nombre de cada una de las personas arrestadas en esa forma; el número de veces que cada persona haya sido arrestada por tales peticiones; el delito o delitos atribuidos a los presos; cuándo y dónde se verificó cada arresto; el tiempo que cada persona estuvo en la prisión; el lugar en que fue encarcelada; la Corte que en cada caso conoció de los procedimientos para la extradición; los casos en que la extradición fue concedida o denegada y la resolución final en cada caso.” Pretende el señor Wilson y cree conseguirlo, que con esta investigación se podrán poner de manifiesto las numerosas injusticias cometidas por el dictador Porfirio Díaz y su gobierno en las personas de los refugiados políticos. Los años no pasan en vano. Cada uno de ellos lleva, al hundirse, un glóbulo de la sangre, una fibra de los nervios, una célula de la sustancia gris. Es inútil tener un alma tan de acero templado y un cerebro tan macizo como el de Porfirio Díaz. El tiempo horada rocas, derroca fortalezas y desgasta energías y vidas. La pesadumbre de la vejez abruma ya al vencedor de tantos combates, al indomable dictador. Próximo está ya a chochear Porfirio Díaz. Y sueña desvariadamente todavía que los revolucionarios son unos cuantos facinerosos a quienes pueda aún hacer temblar con su mirada e intimidarlos con cárceles y fusilamientos. En tanto cada día suenan más nombres de caudillos revolucionarios. “Los bandidos” componen un ejército de doce mil hombres. “Los bandidos” luchan bala a bala, baja por baja, derrota por derrota con las tropas

federales; copan fuerzas como las de Navarro y sitian ciudades como la de Juárez. Y como del árbol caído o próximo a caer, todos hacen leña, y como en torno de los agonizantes revolotean las auras y los buitres, los Estados Unidos, tan grandes amigos hasta ahora de Porfirio Díaz, se aproximan a él para darle el último empujón y aprovecharse de sus despojos. Los Estados Unidos parece que se preparan a levantar sus tiendas en México sobre los escombros de la caduca dictadura de Porfirio Díaz. Sobre este punto discurre El Mundo. Lo positivo e innegable es que ya nada ocurre en la América española, desde México a Panamá —ambos países inclusive— sin que en la ocurrencia no se vea la mano del yanqui. En toda esta parte de América quiere el yanqui ejercer un verdadero control. Entiende que su esfera de acción comprende a todas las repúblicas que se extienden desde Río Grande a Panamá, y a las que existen en las islas de Cuba y Santo Domingo. En toda esta vasta extensión de nuestro continente no puede hacerse nada que disguste o contraríe al coloso de Norte América. Nada que le desagrade, sobre todo, en el orden internacional. Por haberse intentado en Cuba, en tiempos de don Tomás Estrada Palma, hacerse un tratado con Inglaterra, sin explorar antes el pensamiento yanqui a este respecto, sin consultarlo antes con él, sin haber obtenido su beneplácito o aquiescencia, dejó de ser don Tomás persona grata, y, desde ese momento, empezó a tambalear su gobierno. Lo que ocurrió a don Tomás, lo que ahora está ocurriendo a don Porfirio, lo que ha ocurrido a Castro, a Zelaya, y a otros presidentes hispano-americanos, es una lección objetiva que debe tenerse siempre muy presente. Los yanquis quieren estas dos cosas, a saber, que sus intereses sean muy protegidos en estos países, y que, sin la anuencia de la Casa Blanca, no se concierte ninguna clase de tratados o convenios con ninguna potencia extranjera. Ésta es la realidad, y por haberse desentendido de ella don Tomás, por haberse olvidado de que nuestra libertad es parecida a la del pájaro en la jaula —nuestra jaula es la enmienda Platt— hubo de malquistarse con el yanqui, que se vengó o desquitó aprovechando los sucesos de agosto de 1906 para eliminar la República, o, lo que es lo mismo, el gobierno de los cubanos. En Cuba fue primero la calumnia del Maine y después la debilidad de Estrada Palma. En Nicaragua la muerte de Grace y Canon, en Panamá la construcción del Canal, en Honduras los intereses del famoso empréstito. Todo es cuestión de buscar un pretexto para ir encerrando las nacionalidades latinoamericanas en el gran círculo de hierro de la doctrina de Monroe.

Es inútil que Porfirio Díaz quiera inclinar a última hora sus viejas espaldas hacia el gobierno de Washington. Con él o sin él, la Casa Blanca ha trazado ya su itinerario para introducir en México la carroza de su imperialismo.

Telegrama de Carlos Pereyra, funcionario de la Embajada de México en Washington, D. C., comunicando informes de los cónsules americanos en Nogales, Ciudad Porfirio Díaz y Monterrey, acerca del incremento tomado por la Revolución Maderista en Sonora y Chihuahua.

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[A.R.E., L-E-627] [Telegrama de la Embajada de Washington.] 6 de febrero de 1911. Cónsul americano en Nogales informa Departamento Estado que revoltosos dominan porción considerable Sur de Sonora. Cónsul en Ciudad Porfirio Díaz informa que San Ignacio fue capturado por revoltosos. Cónsul Monterrey confirma opinión que la revolución, es la palabra que emplea, hácese seria en Chihuahua y parte de Sonora. Suplico sírvase decirme si tienen interés informes de esta índole que puedo comunicar diario. Carlos Pereyra

Informe de Joaquín D. Casasús, Embajador de México en Washington, D.C., fechado en El Paso, Texas, acerca de la derrota causada a las fuerzas revolucionarias de Pascual Orozco, a inmediaciones de Ciudad Juárez, Chih., así como del rumor infundado del arribo de don Francisco I. Madero.

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[A.R.E., T. 23] [Reservada.] El Paso, Texas, febrero 6 de 1911. Ayer en la mañana tuve la honra de dirigir a usted el siguiente telegrama: “No ocurrió novedad durante la noche. Rumórase llegada Madero a ésta. Averiguaré verdad.” Por motivos que se ignoran Orozco no ha iniciado ataque sobre Juárez, a pesar de su aviso al cónsul americano y de los preparativos que tiene hechos. Es posible que espere refuerzos o tema la llegada repentina del coronel Rábago con tropas procedentes de Casas Grandes, o que todo lo que ha hecho y dicho no sean más que fanfarronadas con el único objeto de hacer rendir a Ciudad Juárez sin combate, por no tener elementos suficientes para hacerlo. El rumor de haber llegado Madero a ésta, se funda en un supuesto recado escrito con lápiz que dicen recibió ayer Orozco procedente de esta ciudad, y dizque firmado por Madero. Con tan vagas indicaciones no es posible, como usted comprende, fundar afirmaciones o negativas y me limito, por lo tanto, a consignar el rumor (¡hay tantos!) y recomendar a mis agentes procuren averiguar si hay visos de verdad en esa noticia. Hoy a mediodía tuve la honra de recibir de usted, un telegrama que descifrado dice: “No he recibido noticias de usted desde ayer sobre situación en Ciudad Juárez: recomiéndole telegrafíe con frecuencia. Prensa Asociada anuncia que con filibusteros procedentes de El Paso invadieron territorio mexicano: sobre este punto también espero informes.” En contestación a este mensaje, dirigí a usted inmediatamente el siguiente telegrama: “Recibido mensaje hoy. Anoche y esta mañana telegrafié usted novedades. Aseveración Prensa Asociada sobre invasión filibusteros por aquí es inexacta. Tropas coronel Rábago se han estado batiendo hoy a seis leguas Juárez, no habiendo detalles verídicos por falta comunicaciones.

Dícese federales llevan mejor parte. Sigo informando.” Como se servirá ver por los mensajes insertos en este despacho y en mi anterior número 559/134 de 4 del actual, esta oficina ha tenido cuidado de estar informando a esa Secretaría con la posible frecuencia, no haciéndolo más seguido por la carestía de noticias fehacientes, y no tener tiempo materialmente para atender a todo lo que en estos momentos exige la situación, pues mientras por una parte he estado recibiendo depósitos de valores, documentos y libros de varias oficinas de Ciudad Juárez, por otra hay que atender a cada momento al teléfono, a hacer y contestar preguntas, recibir o pedir informes, etc. También tengo que oír a cada momento a los agentes de esta oficina y de la Jefatura de Ciudad Juárez, que traen noticias, informes, rumores, etc., de los que hay que tomar nota, analizar y decidir en el acto si tienen o no visos de verdad, para dar las instrucciones necesarias a los agentes sobre cada una de ellas. Hay que recibir y contestar correspondencia, conferenciar con las autoridades mexicanas y americanas, expedir y recibir telegramas y atender mil detalles. Con todas estas atenciones y exigencias no es posible telegrafiar con más frecuencia, máxime cuando la cifra en uso es tan complicada y quita tanto tiempo. Estas explicaciones creo bastarán para que no se me reproche ni se me acuse de negligencia, especialmente en las actuales circunstancias en que no bastan el día y la noche para atender a todo. Además, la batalla que las tropas del coronel Rábago están dando a los revoltosos tiene preocupado a todo el mundo, aumentando la tensión la falta de noticias, pues estando los revoltosos entre Ciudad Juárez y las tropas federales no hay comunicaciones posibles, ni puede nadie acercarse para ver lo que está pasando. Por lo que los más atrevidos han alcanzado a ver, se sabe que las tropas federales ocupan buenas posiciones y se están sobreponiendo a los revoltosos. Después de un día de terrible suspenso, a las diez de la noche me avisó el señor Administrador de la Aduana de Ciudad Juárez que el coronel Rábago había triunfado sobre los revoltosos, que éstos huían y que las tropas federales estaban entrando a la población. Con tal motivo, en el acto expedí a usted el siguiente telegrama: “Coronel Rábago y sus tropas acaban de entrar a Ciudad Juárez, después de derrotar revoltosos en estación Bauche.” Y hoy en la mañana, que recogí de las autoridades de Juárez algunos detalles, he dirigido a usted el telegrama siguiente: “En encuentro ayer entre tropas federales y revoltosos, las primeras

tuvieron un solo muerto y veinte heridos, no sabiéndose aún pérdidas revoltosos por estarse levantando el campo. Principal grupo rebeldes huyó rumbo Casas Grandes; otros se han dispersado en todas direcciones, no habiendo pasado todavía ningunos a territorio americano.” Aunque después se ha sabido que Orozco no sufrió una verdadera derrota, y que por razones inexplicables dejó descubierto el paso para Ciudad Juárez, de cuyo descuido se aprovechó el coronel Rábago, los efectos de esta maniobra equivalen a un verdadero triunfo y ponen ya en buenas condiciones de defensa a esa Ciudad. Reitero a usted las seguridades de mi distinguida consideración y respeto. Joaquín D. Casasús Señor secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

Telegrama de Joaquín D. Casasús, fechado en Austin, Texas, informando a Enrique C. Creel el resultado de su entrevista con el Gobernador del Estado de Texas, acerca de la prohibición a las compañías ferrocarrileras y express para transportar armas y pertrechos con destino a México; recomendación a las autoridades de San Antonio para enjuiciar a don Francisco I. Madero y socios, por violación a las leyes de neutralidad y aplazamiento de un voto de confianza a “nuestro Presidente” por la Cámara de Senadores, “porque hubo alguien que se opuso”.

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[A.R.E., L-E-627] Austin, Texas, 7 de febrero de 1911. Entrevista con Gobernador del Estado muy satisfactoria. Desea el señor gobernador autorización directa Presidente de la República. Ya me dirijo Washington a este respecto. Principalmente causa de esta autorización es cuestión gastos cause publicar proclama prohibiendo compañías ferrocarriles y “express” conducir armas y pertrechos a fin de evitarnos este mal radicalmente. Cuestión relativa a aprehensión miembros junta revolucionarios la trataré directamente con presidente municipal San Antonio, y creo que podrán suministrar autoridades federales todo cuanto necesiten al efecto. Jefe examinador Secretaría de Justicia asegúrame que Madero está en San Antonio y podría aprehenderlo en cualquier momento, de modo que acción Gobierno por medio autoridades San Antonio puede ser eficacísima. Gobernador del Estado considera conveniente no llamar presidente municipal San Antonio hasta que yo regrese. Tratamos decir que vuelvo Washington para pedir nuevas recomendaciones porque no he podido lograr mi deseo. Parece que noticia mi venida así como qué trata carta Presidente de la República fue comunicada por agentes Madero. Ésta es opinión del gobernador del Estado. Voto confianza nuestro Presidente fue presentado Cámara de Senadores (sic.) Tex., y aplazóse enviándolo a una comisión por diez días, porque hubo alguien que se opuso. Gobernador del Estado juzga posible contrarrestar oposición, y cuando esté seguro voto unánime, hará que pase. Volveré telegrafiar en curso del día después. Conferencia con procurador Distrito y Mr. Fincy y después de recibir respuesta de Washington acerca órdenes que Presidente de la República

deba dirigir gobernador del Estado Texas. Joaquín D. Casasús Señor D. Enrique C. Creel, México

Informe de Joaquín D. Casasús, Embajador de México en Washington, D. C., fechado en El Paso, Texas, relativo a la situación militar reinante en Ciudad Juárez, Chih., con motivo de la presencia de fuerzas revolucionarias acaudilladas por Pascual Orozco y José de la Luz Blanco.

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[A.R.E., T. 23] El Paso, Texas, febrero 7 de 1911. Ayer tarde tuve la honra de dirigir a usted un telegrama, que descifrado dice: “Revoltoso Orozco, unido a Blanco que vino Casas Grandes, están acampados con cerca mil hombres entre los dos, cosa ocho leguas Oeste Juárez. Partida dispersos cosa cuarenta revoltosos dirígese rumbo Guadalupe: ya dispónese persecución. Tropas americanas siguen vigilando línea. Cabecillas revoltosos que estaban en ésta siguen aquí, pero parecen desmoralizados.” El cabecilla Blanco, que venía de Casas Grandes para unirse a Orozco en el ataque a Ciudad Juárez, con cosa de quinientos a seiscientos revoltosos, efectuó su reunión con éste a tiempo que el coronel Rábago entraba a reforzar la guarnición de dicha plaza. Ya reunidas esas dos bandas, se han venido acercando a Ciudad Juárez, acampando a corta distancia de la población en espera tal vez de nuevos refuerzos o de una ocasión favorable de emprender nuevas operaciones. La partida de dispersos que se había dirigido al oriente, rumbo a Guadalupe, se volvió a incorporar otra vez al grueso de los rebeldes desde anoche. Los cabecillas Abraham González y demás, que desde hace tiempo se encuentran en El Paso, aunque a raíz del fracaso de Orozco se desaparecieron, han vuelto a salir a luz poco a poco, pero ya sin los antiguos bríos. Yo creo que, en vista de ser público y notorio que esta gente sólo se ocupa aquí de fomentar la revolución, podría pedirse a Washington con toda justificación su internación lejos de la frontera. Creo que vale la pena estudiar este asunto. Después de una noche de relativa tranquilidad, hoy he tenido la honra de dirigir a usted el siguiente telegrama:

“Nada nuevo ocurrió anoche. Periódicos locales americanos empiezan moderarse, pero siendo agentes únicos aquí ‘Prensa Asociada’ y estando a sueldo revoltosos, telegrafían fuera todas falsedades que les conviene. Hoy dijeron anoche pasó gente y carro municiones para revoltosos: ya averiguo caso, dudando exactitud. Ayer llegó otra compañía tropas americanas. Urge llegada general Navarro y campaña enérgica después.” Como explicación de las muchas noticias alarmantes que desde esta ciudad se telegrafían al resto del país, sin contradicción, he juzgado necesario informar a usted que los editores de los periódicos The Times y El Paso Herald tienen el carácter de agentes de la “Prensa Asociada”, y ambos tienen en sus redacciones oficinas telegráficas desde donde telegrafían directamente a todo el resto de este país. Las noticias de paso de gente y municiones para los revoltosos, por la estación de Pelea, Nuevo México, situada a cosa de siete millas al noroeste de esta ciudad, es muy posible aunque improbable, pues si es cierto que los revoltosos están acampados a inmediaciones de ese lugar, que sólo dista como una milla de la línea divisoria, y podrían fácilmente hacer esas operaciones burlando la vigilancia de las autoridades americanas, hay por otra parte la circunstancia de que se está ejerciendo especial vigilancia sobre los ferrocarriles americanos y no sería fácil que pasara desapercibido el tránsito de un furgón de municiones y su descarga en tal lugar. Sin embargo de todo eso, ya procuro tomar todos los informes posibles sobre el asunto, ofreciendo dar a usted cuenta del resultado. Renuevo a usted las protestas de mi muy atenta consideración y respeto. Joaquín D. Casasús Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

Informe de Miguel Barragán, Cónsul de México en Brownsville, Texas, al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca de la junta pública celebrada en el Beethoven Hall de San Antonio, Texas, en que se vitoreó a la revolución, encontrándose presentes don Venustiano Carranza, Alfonso Zaragoza, Roque Estrada, Paulino Martínez, y otros, comisionándose a Ignacio J. Mendiola para conducir armas y municiones a Chihuahua.

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[A.R.E., T. 20] [Reservada.] Brownsville, Texas, febrero 7 de 1911. Señor Secretario: El día 2 a las 11 p. m. por vía telegráfica de Matamoros, tuve el honor de trasmitir a la Secretaría de su merecido cargo, el mensaje en clave siguiente: “Comisionado secreto que acaba de llegar de San Antonio, infórmame que día primero celebróse junta pública como de dos mil personas en el Beethoven Hall, se vitoreó la revolución y se pronunciaron mueras a nuestro Gobierno, estaban allí, Venustiano Carranza, Alfonso Zaragoza, Roque Estrada, Paulino Martínez y otros, comisionaron a Ignacio J. Mendiola para llevar a Chihuahua 200 carabinas, y cinco mil cartuchos.” Indudablemente San Antonio es el centro de la llamada revolución, es allí donde se reúnen todos los sediciosos y de allí parten las órdenes para ir a buscar prosélitos en la frontera, así fue como se nombró a Ignacio J. Mendiola para llevar 200 carabinas a Chihuahua y comisionó a Higinio Tanguma y Asencio Soto a venir por los pueblos de la margen izquierda del Bravo a comprometer a algunos individuos para levantar una gavilla, hasta ahora creo les será muy difícil conseguir quien los secunde tanto porque hay en la frontera americana bastante trabajo para el pueblo, como por la confianza que se tiene en nuestro Gobierno, confianza bien manifestada en las diversas conversaciones con personas de aquí, que son de mucha influencia y popularidad. Reitero a usted las seguridades de mi respetuosa y atenta consideración. El Cónsul, Miguel Barragán

Al señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

Oficio girado por D. Enrique C. Creel, Secretario de Relaciones, al Encargado de Negocios ad-interim de México en Washington, D. C., extractando los documentos que le envía para justificar ante el Departamento de Estado las violaciones a las leyes de neutralidad, por parte de don Francisco I. Madero, al estar “organizando en territorio de los Estados Unidos de América la revolución que ha estallado en la frontera Norte de la República, circunscrita al Estado de Chihuahua…”

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[A.R.E.] [Muy reservada. Francisco I. Madero.] México, 8 de febrero de 1911. A fin de que esa Embajada pueda justificar ante el Departamento de Estado de aquel país, que Francisco I. Madero ha estado organizando en territorio de los Estados Unidos de América la revolución que ha estallado en la frontera Norte de la República, circunscrita al Estado de Chihuahua, acompaño a usted los siguientes documentos: 1º Copia, en veinticuatro fojas útiles, debidamente legalizadas, de las constancias del proceso seguido por el Juzgado 19 del Distrito Federal, contra Francisco I. Madero y socios, por el delito de rebelión; 2º Un memorándum en que se señalan las principales constancias que demuestran la organización realizada por Madero en territorio americano; 3º La carta original que desde San Antonio, Texas, dirigió Madero al señor José María Ortiz, de esta capital, solicitando su ayuda pecuniaria para la revolución; 4º Un recorte del periódico San Antonio Light and Gazette, del 20 de noviembre de 1910, en que se publica un reportazgo del padre de Madero, del día 19 de aquel mes, en que éste afirma, entre otras cosas: a) que los planes de su hijo Francisco consistían en organizar un ejército; y b) que la víspera del día del reportazgo, o sea el 18 de noviembre, había partido de San Antonio para ir a cambiar el Gobierno de México por medio de la revolución; 5º El nombramiento original expedido por Madero, diciéndose Presidente Provisional de los Estados Unidos Mexicanos en favor del ingeniero Manuel Urquidi, para gobernador provisional de Tlaxcala. Aunque este nombramiento dice ser expedido en “Territorio Nacional,

margen del río Bravo, a 20 de noviembre de 1910”, es de llamar la atención, por una parte, que no expresa ninguna población determinada del territorio mexicano, lo cual revela que fue hecho el nombramiento en territorio americano; pues es de creer que el autor del documento no se atrevió a citar una población concreta, porque fácilmente se podría comprobar, llegada la vez, que el 20 de noviembre no se había encontrado en tal población el repetido Madero, y por otra parte, si se relaciona este hecho con las declaraciones de Carmen Serdán, y otros testigos, en el proceso a que antes se ha aludido, se confirmaría la presunción de que el nombramiento de que se trata fue extendido en territorio americano. Por estas presunciones se convierten en prueba plena, según lo que declara (fojas 11 de la copia del proceso) el testigo Cosío Robelo, acerca de que “un día se presentó al que declara, un individuo de aspecto tejano enviado por Madero, y que portaba varios pliegos, entre ellos, el nombramiento del gobernador provisional para Urquidi, y algunas proclamas para el ejército”. 6º Un manifiesto a la Nación, y otro al Ejército Mexicano (ambos con la firma original de Madero) en que éste claramente se confiesa autor de la revolución e invita al ejército para que la secunde. Estos documentos aparecen fechados en San Luis Potosí (México); pero los testigos, en el proceso expresado, declaran que Madero les envió desde San Antonio, Texas, o allí les entregó los ejemplares de estos manifiestos (ver a fojas 11 de la copia de la declaración de Cosío Robelo, por ejemplo). Lo que tengo la honra de comunicar a usted para su conocimiento, y con referencia a la nota de esta Secretaría número 21,164, de 17 de enero último, en la que se le trasladó informe de la Sección de América, Asia y Oceanía, demostrando cuáles son los principios del derecho americano aplicables a la violación de las leyes de neutralidad. Renuevo a usted mi atenta consideración. Enrique C. Creel Señor Encargado de Negocios ad-interim de México, Washington, D. C.

Comunicación de don Enrique C. Creel, Secretario de Relaciones, girada a Antonio V. Lomelí, cónsul de México en El Paso, Texas, transcribiéndole los informes recibidos acerca de las actividades revolucionarias de don Francisco I. Madero, Jesús Regalado, Cástulo Herrera, Pablo González, Abraham González, Julio Acosta, y otro de apellido Willboin.

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[A.R.E., L-E-677] [Reservada y urgente.] México, 10 de febrero de 1911. Esta Secretaría tiene los siguientes informes, acerca de los revoltosos, que comunico a usted, para los efectos a que haya lugar: 1º Jesús Regalado, no obstante la presencia del 23º Regimiento de Infantería en la frontera americana, pasa el Río Grande dos o tres veces semanariamente, cerca de San Elizario, Texas, con un coche de su propiedad, cargado de armas y municiones para los revoltosos. Lo acompañan siempre dos o tres individuos; 2º Cástulo Herrera está en El Paso reclutando gente y comprando armas para los maderistas. Su oficina está ubicada en la esquina suroeste de las calles 3ª y Stanton. Lo ayuda en sus labores Julio Acosta. 3º Francisco I. Madero estuvo en San Antonio el día 2 de febrero, comunicándose con sus correligionarios, y es de suponer que continuaba allí el día 4. 4º La Oficina de los insurrectos en San Antonio está en Dwyer Ave. 132. 5º Un individuo que se firma “P. González”, aproximadamente de 40 años, bajo de cuerpo, con piocha y bigote, tiene correspondencia con Alfonso Sáenz, de Parral, Chihuahua. 6º Entre los americanos aliados de Madero se cita a un tal Willboin, como de 25 años de edad, que vive en Aranzas, Ave. número 609, San Antonio. 7º Abraham González también estuvo en San Antonio durante los primeros días del presente mes, ayudando a los revoltosos y acompañando a Madero. Reitero a usted mi consideración. Enrique C. Creel

Señor Cónsul de México, El Paso, Texas.

Carta de Abraham González, Gobernador provisional del Estado de Chihuahua, felicitando a José de la Luz Blanco R., por sus triunfos contra la tiranía, recomendándole tomar en consideración las observaciones del correligionario, licenciado Casillas, para la ejecución de ciertos planes benéficos a la revolución.

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[A.R.E., L-E-639] [Copia.] “Correspondencia particular del Gobernador provisional del Estado de Chihuahua. Febrero 10 de 1911. Señor don José de la Luz Blanco R. Donde se encuentre. Mi muy estimado amigo: Escribo a usted estas líneas muy de prisa, por el siguiente motivo. No puedo disponer de todo el tiempo que quisiera para escribirle y sólo puedo decirle por ahora que tengo grandes deseos de darle un abrazo, no sólo como prueba de la amistad que nos une, sino también con motivo de los grandes triunfos que ha obtenido usted contra la tiranía. He tenido ocasión de hablar de nuestros asuntos con nuestro correligionario el señor Lic. Casillas, quien me ha hecho algunas indicaciones referentes a la campaña, que considero muy juiciosas, y en caso de que usted obre en combinación con él para la ejecución de ciertos planes, desearía que tomara en consideración sus observaciones.” Quedo de usted, suyo afmo. Abraham González [Es traducción de la versión inglesa de la carta original.]

Carta de Abraham González, Gobernador provisional del Estado de Chihuahua, felicitando a Luis García por sus triunfos contra la tiranía, recomendándole tomar en consideración las observaciones del correligionario, licenciado Casillas, para actuar juntos.

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[A.R.E., L-E-639] [Copia.] “Correspondencia particular del Gobernador Provisional de Chihuahua. Febrero 10 de 1911. Señor don Luis García. Donde se encuentre. Mi estimado señor, amigo y correligionario: Escribo a usted ésta muy de prisa, y, a propósito, debo felicitarlo por los espléndidos triunfos que usted y los ciudadanos que están a sus órdenes han obtenido en contra de la tiranía. He tenido la oportunidad de hablar con nuestro correligionario el Sr. Lic. Casillas respecto de la presente campaña, y dicho señor ha llamado mi atención hacia varias cosas que me parecen muy juiciosas, motivo por el cual me permito indicar que se tomen en consideración si usted y él se ponen en combinación para obrar juntos conforme a los planes de usted.” Quedo de usted afmo. amigo y atto. y seguro servidor. Abraham González [Es traducción de la versión inglesa de la carta original.]

Informe de J. L. Canalizo, cónsul de México en Filadelfia, Pa., al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca de la proposición de W. Robert Smith para la contratación o enganche de cinco a ocho mil hombres norteamericanos, militarmente disciplinados, para combatir a los elementos revolucionarios en unión de las fuerzas federales.

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[A.R.E., L-E-634] [Reservada.] Filadelfia, Pa., 10 de febrero de 1911. Tengo la honra de poner en el superior conocimiento de usted que hoy he dirigido a nuestra Embajada en Washington el siguiente oficio que a la letra copio: “Tengo la honra de poner en el superior conocimiento de usted que ayer en la tarde se presentó en este Consulado el señor W. Robert Smith, vecino de esta ciudad en el número 1214 de la calle Spruce, quien me manifestó que obrando por conducto de otra persona, cuyo nombre no me quiso decir, venía a indagar si en vista de las recientes dificultades que hay en nuestra frontera con los llamados revoltosos, sería posible que la persona cuyo nombre calló, contratara con nuestro gobierno el enganche de cinco a ocho mil hombres de este país, militarmente disciplinados, que se adhirieran a las fuerzas federales en acción. “Me concreté a decir al señor Smith que no creía yo necesaria, en la actual situación de cosas, la ayuda armada de individuos extranjeros pues las fuerzas federales eran suficientes para subyugar los esporádicos motines que ha habido últimamente en nuestro país. Y habiéndome preguntado sobre la conveniencia de tratar el asunto con nuestra Embajada en Washington, le manifesté que no encontraba objeción alguna para que así procediera, y se despidió con la idea de ir a Washington con tal objeto.” A fin de que esté usted al corriente de esta entrevista y preparado para la posibilidad de que dicho señor Smith pudiera ser un emisario disfrazado de los allegados del cabecilla Madero, que existen en esa capital, creí conveniente poner todo esto en su conocimiento. “Reitero a usted, etc.” Renuevo a usted las seguridades de mi más alta y respetuosa consideración.

El Cónsul, J. L. Canalizo Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México

Informe de León Gómez, cónsul de México en Del Río, Texas, al Secretario de Relaciones Exteriores, con motivo de la campaña de prensa en el Estado de Texas, propagando la rebelión en contra del Gobierno de México, a quien consideran incapaz para sofocarla por la falta de armonía entre los jefes y oficiales de las fuerzas federales y los empleados civiles de la frontera, y la falta de veracidad en sus informes.

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[A.R.E., L-E-635] [Reservada.] Del Río, Texas, febrero 10 de 1911. Las noticias diarias de la prensa de todos matices que se publican en el Estado de Texas, han estado manteniendo la tensión nerviosa de los simpatizadores de la revuelta en los estados fronterizos de la República y alimentando el entusiasmo por la esperanza del triunfo de la mala causa, al grado que hasta los indiferentes han tomado parte en el general regocijo cuando las falsas noticias de combates y triunfos de los revoltosos, con la exageración de costumbre, han venido a su conocimiento. Con ansia, con verdadera impaciencia se esperan todos los días en este lugar noticias detalladas del combate y caída consiguiente de Ciudad Juárez, dándose como consecuencia inmediata un alzamiento general en todo el país y como resultado final la caída de nuestra actual administración. Tal es la fe ciega que tienen en la llamada revolución y la ignorancia en que viven acerca de la fuerza y elementos del gobierno de México para hacer frente a la situación actual, y la actitud del pueblo mexicano de todo el país que apoya al señor general Díaz y no quiere ya más revoluciones ni desórdenes que arruinen a la nación. No solamente los malos hijos de México que viven en este Estado y por medio de sus escritos falsos y antipatrióticos están propagando la rebelión contra el gobierno constituido y ayudando a los rebeldes en todo cuanto pueden, participan de esa fe en la revuelta, dizque para recuperar derechos perdidos, sino también la mayoría de los hijos del país, la mayoría de los americanos que, sin fundamento ninguno de queja ni tampoco con pleno conocimiento de causa ayudan y fomentan la propaganda aprovechando la oportunidad que les ofrece la situación actual del otro lado del Bravo para llenar las columnas de sus periódicos con

historias, cuentos y fantasías favorables a los sediciosos y críticas acerbas para el Gobierno de México. Es notorio y bien sabido en todas partes que la prensa de este país forma la opinión y la dirige por el lado que conviene a sus intereses. Así ahora viene preguntándose ¿Qué cosa es la neutralidad? ¿En dónde comienza y en dónde acaba? y continuando por donde más duele comienza a señalar el punto flaco de todas las tendencias humanas. Traduzco: “Miles de miles de dólares está gastando actualmente el gobierno americano para que no pasen armas ni municiones a México destinadas a los revolucionarios que están peleando ahora por lo que precisamente pelearon los Estados Unidos hace cerca de dos siglos: libertad de palabra, libertad de prensa, libertad personal, derecho de propiedad y participio en los negocios del gobierno, esto es, derecho de votar. Los Estados Unidos están haciendo todo lo que está en su poder para no dejar pasar a estos hombres —rebeldes contra el gobierno mexicano— a hacer la guerra a México, y ¿qué es lo que está haciendo el Gobierno de México a lo largo de la línea? ¿Pretende el Gobierno de México que el ‘Uncle Sam’ le libre sus batallas? ¿No puede el Gobierno de México defender sus propias fronteras? Ha estado mintiendo todo este tiempo para empequeñecer la palabra revolución y comunicar al mundo que las ‘partidas de bandidos’, ‘las bandas de ladrones’, han sido dispersadas y que los disturbios han sido exagerados. ¿En dónde comienza y en dónde acaba la neutralidad? Si México está en estado de revolución ¿por qué no pelea por su propia cuenta? Parece que el ‘Tío Samuel’ está haciéndose algo impertinente; de otra manera México está reconociendo una debilidad que no quiere reconocer.” Tal es el tono de la prensa texana y por ende el actual tema de las conversaciones en este lugar, y supongo que sea el mismo en otros puntos del Estado en donde los periódicos son el oráculo de las multitudes inconscientes. Además, en esta localidad se expresa la idea por personas de alguna ilustración y posición social, de que el gobierno de México no ha comprendido la gravedad de la situación ni dádole la importancia que tiene, desconociendo en absoluto el estado de descontento que ostensiblemente se manifiesta en toda la nación. Entre los que pretenden estar mejor informados acerca de los acontecimientos de México, descuella el señor Luke Dowe, Administrador de la Aduana de este lugar, que no solamente conoce, según dice, las operaciones y conducta generosa de los revoltosos (como testigo ocular que fue de la batalla del 10 de enero frente de Comstock) sino que le son familiares las condiciones generales

de nuestra república, especialmente las que se refieren a la frontera, de donde la información que recibe es más verídica que toda la que se da a los periódicos del país. No cree este señor que el gobierno de México pueda acabar con la revolución, que está solamente en estado embrionario; sino que puede añadir que el mismo estado de cosas que existe en la actualidad existirá dentro de seis meses, y se funda para decirlo en la falta de armonía que dice, hay entre los jefes y oficiales de las fuerzas federales y los altos empleados civiles de la frontera, que ni unos ni otros dicen la verdad al informar al gobierno de México de lo que realmente pasa. El señor Dowe, como empleado federal, hará todo lo que pueda para que se lleven a efecto las estipulaciones de los tratados y cooperará en la órbita de sus atribuciones a que no sean violadas las leyes de la neutralidad; pero considera que el triunfo de la revolución es cuestión de tiempo solamente. El señor Dowe es amigo y admirador del titulado “Gobernador Provisional del Estado de Chihuahua”, Abraham González. Como el señor administrador de la aduana, opinan casi todos los americanos prominentes de este lugar, y he comenzado a abstenerme de hablar con ellos sobre los asuntos de México, tratando de demostrarles lo absurdo de sus opiniones y la falta de fundamento de sus convicciones, aunque inútilmente, porque ni aún a las afirmaciones de usted o del señor Embajador de los Estados Unidos les dan el crédito que merecen, y sí, creen lo que les cuentan cualesquiera que comulguen con sus propias opiniones. Renuevo a usted las seguridades de mi muy atenta consideración. León Gómez Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D.F.

Llamamiento del señor O. B. Colquitt, gobernador del Estado de Texas, a los habitantes del mismo, para que se abstuvieran de alentar, ayudar, intervenir o tomar participación alguna en la violación de las leyes de neutralidad de los Estados Unidos, con motivo de la lucha militar existente en la República Mexicana.

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[A.R.E., L-E-636]

PROCLAMA 11 de febrero de 1911. Se llama respetuosamente la atención del pueblo del Estado de Texas, sobre el hecho de que, con el fin de procurar mantener relaciones amistosas y pacíficas entre la República de los Estados Unidos de América y la República de los Estados Unidos Mexicanos, y sus respectivas poblaciones, existe un tratado, que se halla en plena fuerza y vigor entre las dos Repúblicas, de acuerdo con los términos del cual, las libertades y propiedades de los ciudadanos de los respectivos gobiernos están garantizadas y protegidas bajo las banderas de ambos gobiernos, respectivamente; excepto, sin embargo, en lo que se refiere a aquellos artículos y propiedades definidos y señalados por dicho tratado como contrabando, siendo éstos como sigue, a saber: Primero. Cañones, morteros, ametralladoras, trabucos, mosquetes, espoletas, rifles, carabinas, pistolas, lanzas, espadas, sables, picas, venablos, alabardas, granadas, bombas, pólvoras, mechas, balas, y todas las demás cosas pertenecientes al uso de estas armas. Segundo. Escudos, cascos, corazas, cotas de malla, cinturones para infantería y ropa de corte militar y para usos militares. Tercero. Arreos para caballería y caballos con sus monturas. Cuarto. Y en general toda clase de armas e instrumentos de fierro, acero, bronce y cobre, o cualesquiera otros materiales manufacturados, preparados y formados expresamente para hacer la guerra por mar y tierra; los cuales artículos no están protegidos por dicho tratado contra su embargo, cuando son transportados y llevados a cualesquiera de dichas Repúblicas para ayuda o uso del enemigo o enemigos de las mismas.

Se llama también la atención sobre el hecho de que la Sección 5 281 de los Estatutos de los Estados Unidos determina que, “todo ciudadano de los Estados Unidos que dentro del territorio o jurisdicción de los mismos acepte y ejerza alguna comisión para servir a un príncipe extranjero, Estado, Colonia, Distrito o pueblo que se hallen en guerra, ya sea por mar o por tierra, contra cualquiera príncipe, Estado, Colonia, Distrito o pueblo con los que los Estados Unidos estuvieren en paz, será considerado culpable de un alto delito, y será multado con una cantidad que no excederá de dos mil dólares (Dls. 2,000.00) y reducido a prisión por un término no mayor de tres años”. Y la Sección 5 282 de los Estatutos de los Estados Unidos determina que “toda persona que dentro del territorio o jurisdicción de los Estados Unidos, aliste, o entre ella misma o contrate o retenga a otra persona para que se aliste bajo sus órdenes, o que vaya fuera de los límites o jurisdicción de los Estados Unidos con el intento de alistarse o entrar al servicio de cualquier príncipe extranjero, Estado, Colonia, Distrito o pueblo, como soldado, marino o grumete a bordo de cualquier buque de guerra, con patente de corso o buque corsario, será considerado culpable de alto delito, y será multado en una cantidad que no excederá de mil dólares (Dls. 1,000.00) y reducido a prisión por un término no menor de tres años”. Y la Sección 5 286 de los Estatutos de los Estados Unidos determina que “toda persona que dentro del territorio o jurisdicción de los Estados Unidos inicie o ponga en pie o provea o prepare los medios para una expedición militar, o inspire que la misma se lleve a efecto desde allí contra el territorio o dominio de cualquiera príncipe extranjero, o Estado o de cualquiera Colonia, Estado, Distrito o pueblo con el que los Estados Unidos estuvieren en paz, será considerado culpable de alto delito y multado en una cantidad que no excederá de tres mil dólares (Dls. 3,000.00) y reducido a prisión por un término no menor de tres años”. Se ha llamado la atención del Gobernador hacia el hecho de que existe actualmente en los Estados Unidos de México, una lucha militar; y pareciendo ser el deber de todo ciudadano del Estado de Texas, observar estrictamente y de buena fe las leyes de la neutralidad y abstenerse de alentar, y ayudar, intervenir o tomar participación de cualquiera manera en la violación, ya sea por la letra o por el espíritu de la misma. Por tanto yo, O. B. Colquitt, Gobernador del Estado de Texas, en virtud de la autoridad de que estoy investido como Gobernador, por el presente hago un llamamiento a los ciudadanos del Estado de Texas para que se abstengan de alentar, ayudar, intervenir o tomar participación en manera alguna en la violación de las leyes de neutralidad de los Estados Unidos; y

para que presten su ayuda hacia el absoluto mantenimiento de las mismas, a fin de que las relaciones pacíficas y amistosas que han existido y ahora existen, se mantengan y perseveren por completo. Por la presente se ordena y manda a todos los ferrocarriles, compañías de expreso y compañías de transporte de cualquiera clase o carácter, que se conozca bajo cualquier nombre, no aceptar para su transporte ni transportar, o ayudar al transporte de cualesquiera artículos de contrabando de los que anteriormente se han expresado, al territorio de ninguno de los Estados de la República de los Estados Unidos Mexicanos, ni a puntos y lugares adyacentes o cercanos a la frontera de los mismos, bajo las penas y castigos determinados por la ley, y que anteriormente se han mencionado. En testimonio de lo cual he puesto aquí mi firma oficial y hecho poner el sello del Estado, en mi oficina de la ciudad de Austin, Texas, hoy día 11 de febrero A. D. 1911. O. B. Colquitt, Gobernador de Texas Por el Gobernador, C. C. McDonald, Secretario de Estado. Sigue el gran sello del Estado de Texas.

Carta de don Francisco I. Madero, a su hermano Raúl, comunicándole haberle enviado como regalo una carabina de largo alcance al coronel Pascual Orozco, y otra para él, recomendándole “que al entrar al combate se pongan estas armas en manos de tiradores, formando con esta y las otras seis de largo alcance una sección de tiradores que acallen los fuegos de la artillería enemiga…”, así como que apresurara su marcha a Casas Grandes, Chih., para activar las operaciones en contra de las fuerzas federales al mando del general Juan J. Navarro.

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[A.R.E., L-E-639] [Copia.] “Febrero 11 de 1911. Mi querido hermano Raúl: Con el objeto de que no haya celos, les envío como regalo una carabina de largo alcance al coronel Pascual Orozco y otra para ti, pero opino que al entrar al combate se pongan estas armas en manos de tiradores, formando con esta y las otras seis de largo alcance una sección de tiradores que acallen los fuegos de la artillería enemiga. No regales a nadie mis anteojos de campaña, guárdalos para ti y para que los usen los oficiales del Estado Mayor. Haz todo lo posible para apresurar la marcha a Casas Grandes, pues estás perdiendo un tiempo precioso. No dejes de mandar una parte de tu gente (de 30 a 100), los que creas convenientes, hacia el campamento de Navarro, para que sigan destruyendo puentes de este y del otro lado de Ahumada, y da instrucciones a los soldados que hay en aquellos alrededores que hagan lo mismo y hagan todo lo que puedan contra Navarro, molestándolo lo más posible, para dejarlo sin comunicaciones con nadie y que no pueda recibir órdenes ni moverse de aquel lugar, a ver si entretanto tienes tiempo de cumplir mis órdenes de ir y tomar Casas Grandes, donde te harás fuerte y luego te vengas con todas las fuerzas que te sean posibles organizar contra Navarro. Nosotros haremos todo lo posible para destruir todos los puentes al sur de Chihuahua y Torreón. Ten presente que tan luego como tomes Casas Grandes, Janos, Ascensión y Palomas te vengas a reunir conmigo, pues creo que para entonces mi presencia entre ustedes será de grande utilidad. Recibe un afectuoso abrazo de tu hermano que te quiere mucho. Francisco. P. S.—Se dice que han mandado 150 caballos contra ti.

Si es así, y si se acercan, no sería mala idea cogerlos prisioneros a todos, pero si no estás seguro de lograrlo no conviene que te molestes y pierdas mucho tiempo en eso. Confórmense únicamente con hacerlos huir de manera que no puedan saber la dirección que toma el grueso de las fuerzas. Tu hermano Francisco. [Es traducción de la versión inglesa de la carta original.]

Carta de Abraham González, gobernador provisional del Estado de Chihuahua, a Pascual Orozco, Jr., comunicándole su viaje para Guadalupe y San Ignacio, para participar en las vicisitudes de la campaña, e indicándole que se le una lo más pronto posible.

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[A.R.E., L-E-677] [Copia.] 11 de febrero de 1911. “Al señor Pascual Orozco, Jr. En el campo de operaciones. Mi estimado amigo: Me he resuelto a acompañar a ustedes en las vicisitudes de la campaña, y por tal motivo salgo mañana con mi Estado Mayor para Guadalupe a San Ignacio, donde espero encontrar la vanguardia que dejó Ud. a las órdenes del señor Cano. Conviene mucho que se una Ud. a nosotros lo más pronto posible, pues así tendremos mejores probabilidades de éxito.” Quedo de Ud. muy atto. S. S. Abraham González. [Es traducción de la versión inglesa de la carta original.]

Informe de Antonio V. Lomelí, cónsul de México en El Paso, Texas, al Secretario de Relaciones Exteriores, de las novedades ocurridas en Ciudad Juárez, Chih., encontrándose heridos Abraham González, Raúl Madero, Soto y Alanís, así como de la orden de arresto dictada por el comisionado americano, George B. Oliver, en contra de Francisco I. Madero, sin resultado alguno por haberla dado a conocer la prensa local.

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[A.R.E., L-E-634] [Reservada.] El Paso, Texas, 14 de febrero de 1911. Esta mañana tuve la honra de dirigir a usted el siguiente despacho telegráfico: “Juárez sin novedad anoche. Caso Martín Casillas pospuesto hasta el lunes veinte. Entre revoltosos aquí heridos está Abraham González, en Guadalupe, con Raúl Madero, Soto y Alanís. Tropas americanas han hecho arrestos y capturado armas y municiones en insignificante cantidad. Confírmase presencia Madero aquí.” El caso de Casillas se difirió hasta el veinte a solicitud de su defensor. Se me ha informado que entre los revoltosos heridos enviados a esta ciudad, se encuentra el tristemente célebre Abraham Oros, el que ordenó los fusilamientos de las autoridades de Ciudad Guerrero. Procuraré se le vigile en lo posible. Parece que en Samalayuca han acumulado los revoltosos, a las órdenes de Pascual Orozco, todos los elementos que tienen disponibles para impedir el avance del general Navarro, habiendo, según se dice, minado la vía en una gran extensión. En Guadalupe se está formando otra banda, y con ella están los cabecillas que antes se encontraban en esta ciudad. La presencia de Madero en esta población me ha sido confirmada por un respetable caballero de esa capital, que accidentalmente se encuentra en esta ciudad, quien dice haberlo visto anoche en la calle acompañado de dos individuos. Hoy a mediodía tuve la honra de recibir un telegrama de usted que dice: “ ‘Prensa Asociada’ publica que Comisionado George B. Oliver expidió

orden arresto contra Francisco I. Madero, fundándola en documentos recogidos revoltoso Martín Casillas. Informe esta vía lo que haya de cierto y la importancia que tengan dichos documentos.” En contestación dije a usted por la misma vía y a la misma hora lo que sigue: “Recibido telegrama hoy relativo orden arresto Madero. Telegrama ‘Prensa Asociada’ exacto, debiendo lamentarse publicidad para poder lograr éxito. Ayer telegrafié usted contenido documentos recogidos a Casillas.” Como explicación de mi ignorancia respecto de la expedición de la orden de arresto contra Madero, hasta cerca del mediodía de hoy, diré que el comisionado Oliver recomendó ayer el más estricto secreto sobre esa orden para evitar la fuga del indiciado, siendo fútiles sus precauciones, por haber sorprendido el secreto un individuo de la prensa, quien inmediatamente dio aviso a los interesados y publicidad al trámite. Cuando recibí el telegrama de usted acababa de cerciorarme de la expedición de la mencionada orden de arresto. Como resultado de esa indiscreción hay que consignar la fuga inmediata de Madero, cuyo paradero se ignora por el momento. Así lo manifesté a usted en el siguiente telegrama que acabo de dirigirle: “Dícese que Madero huyó anoche: no se sabe el rumbo. General Navarro acaba de entrar a Juárez sin novedad. La orden expedida ayer tarde para arresto de Madero se conservó secreta aún para mí, pero fue sorprendida por repórter Times, determinando desaparición de aquel.” Con sorpresa de todos, el general Navarro llegó esta tarde a Ciudad Juárez sin haber disparado un solo tiro para abrirse paso en el camino. Esto ha hecho bajar bastante el prestigio de los revoltosos. Reitero a usted las seguridades de mi más atenta consideración. A. V. Lomelí Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

Oficio del señor R. Gama Martínez, jefe político de Ciudad Juárez, Chih., dirigido al cónsul de México en El Paso, Tex., adjuntándole las actas levantadas con motivo de las declaraciones rendidas por los policías montados Febronio Federico y José G. Alvarado, acerca de los disparos hechos a las fuerzas federales al mando del Tte. Corl. Manuel Pueblita, en el punto llamado “Boca acequia antigua del Gobierno”, a lo largo de la ribera americana.

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[A.R.E., L-E-677] Para el uso que ese Consulado de su digno cargo tenga a bien darle, adjunta tengo el honor de remitir a usted, una acta original levantada en esta Jefatura, con motivo de las declaraciones que dieron en la misma, los C.C. Febronio Federico y José G. Alvarado, empleados municipales, acerca de unos disparos que se hicieron a las fuerzas federales, cerca de la “Smelter” y desde la ribera americana del Río Bravo. Reitero a usted las seguridades de mi atenta consideración. Libertad y Constitución. Ciudad Juárez, 14 de febrero de 1911. El Jefe Político, R. Gama Martínez. C. Cónsul de México en El Paso, Texas. En ciudad Juárez, Distrito Bravos, Estado de Chihuahua, a los doce días del mes de febrero de mil novecientos once, presentes en esta Jefatura los señores Febronio Federico, de cincuenta y nueve años de edad, casado y vecino de esta población y José G. Alvarado, de veintisiete años, casado también y vecino de esta misma ciudad, quienes pertenecen a la Policía Montada de esta Cabecera, e interrogados acerca de lo que saben sobre unos disparos que esta autoridad ha tenido conocimiento se hicieron a las fuerzas federales cerca de la “Smelter”, y desde la ribera americana del río Bravo; manifestaron: que la tarde del día siete del actual, como a las cuatro, yendo los declarantes como guías de la fuerza federal de caballería que llevaba el señor teniente coronel don Manuel Pueblita, con el objeto de practicar exploraciones por haberse sabido que a inmediaciones de la “Smelter” había algunos sediciosos; al llegar a un punto que está como a mil metros aproximadamente al poniente de la Presa de esta Ciudad, el enemigo, que se encontraba en los cerros inmediatos al punto llamado

“Boca-acequia antigua del Gobierno”, hizo fuego sobre la fuerza federal exploradora; pero sin haberle causado ningún daño por mediar alguna distancia entre las posiciones que tenían los sediciosos y la fuerza federal. Exponen también los declarantes que mientras estuvieron en el sitio referido (como a mil metros al Poniente de la Presa) notaron que de algunos grupos de americanos y mexicanos que estaban sobre el barranco del río, a lo largo de la ribera americana, y que calculan formarían próximamente un total de quinientas personas, y que comenzaban como a unos cincuenta metros del antiguo molino de don Juan Hart, se dispararon algunos tiros de pistola, sobre el grupo formado por la fuerza federal, habiendo contado los declarantes hasta ochenta tiros, y en los momentos en que la fuerza emprendía su regreso para esta ciudad, oyeron que en los grupos del lado americano a que se han referido, se lanzaban entusiastas vivas a Madero y expresiones burlescas de haber corrido los federales. Preguntados si en la margen americana del río había soldados que la vigilaran, manifestó Alvarado que sí había un grupo de tres soldados en el lado americano frente a la Presa entre ésta y el Canal de El Paso, Texas, y no lejos de donde comenzaban los grupos que se encontraban sobre el barranco del río en la ribera americana. Preguntados la distancia aproximada que habría del punto en que eran tiroteados los federales por los sediciosos a la ribera americana del río, en que se encontraban los grupos de gente de que se ha hablado, dijeron que podrá haber como unos doscientos metros. Esto expusieron y leído que les fue lo ratificaron y firmaron con el jefe político y secretario que suscriben. El Jefe Político, R. Gama Martínez. Febronio (ilegible). José G. Alvarado (firma ilegible).

Nota dirigida por don Francisco I. Madero, como Presidente Provisional de los Estados Unidos Mexicanos, Jefe de la Insurrección, fechada en Guadalupe, Distrito de Bravos, Chihuahua, al Presidente de los Estados Unidos de América, manifestándole las razones que obligaron al pueblo mexicano a tomar las armas para liberarse del Régimen Porfirista, de conformidad con el plan proclamado en San Luis Potosí, el 5 de octubre de 1910, y garantizando los intereses de los ciudadanos o súbditos del gobierno que reconociera la beligerancia de las fuerzas insurrectas.

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[A.R.E., L-E-652] Febrero 15 de 1911. Excelentísimo señor: Tengo el honor de poner a la consideración de Vuestra Excelencia las razones que han obligado al pueblo mexicano a tomar las armas para liberarse de la tiranía del actual gobierno anticonstitucional, y para restablecer un régimen legal y la soberanía popular en la República Mexicana. La insurrección nacional puede considerarse como sigue: Es justa porque el pueblo mexicano ha agotado en vano todo recurso legal y pacífico en sus esfuerzos para obtener las reformas tan necesarias; es patriótica por la razón de que no tiene más objeto que establecer un régimen constitucional en la nación; y por último, es necesaria porque durante muchos años el pueblo mexicano ha carecido de una justicia adecuada, y ha vivido sin disfrutar de las garantías y privilegios que conceden las leyes. Siendo éstas las causas de la insurrección, el Gobierno Provisional espera de todos los pueblos civilizados la simpatía que siempre ha inspirado una lucha por la justicia y la libertad. Al mismo tiempo y en forma debida, el Gobierno Provisional de la República dará los pasos necesarios para obtener un justo reconocimiento de parte del gobierno de Vuestra Excelencia. Sin embargo, mientras tanto, me tomo la libertad de llamar la atención de Vuestra Excelencia hacia los

puntos siguientes y de dar a Vuestra Excelencia estas seguridades: A. Los jefes de las fuerzas de la insurrección nacional han recibido instrucciones estrictas y precisas para que tengan sumo cuidado de que, durante la contienda, las leyes de guerra sean reforzadas, no sólo en lo que se refiere a las hostilidades actuales, sino también en todo lo relativo a la neutralidad y a las garantías de que gozan el servicio de ambulancias y la Cruz Roja de los beligerantes, así como las personas y propiedades de los extranjeros neutrales. B. El Gobierno Provisional de la República reconoce y apoya todos los tratados internacionales en vigor, concertados entre México y potencias extranjeras, antes del 30 de noviembre de 1910. Asimismo, reconoce y respetará todas las obligaciones concertadas o contraídas por el gobierno de México con corporaciones o individuos extranjeros, con anterioridad a la fecha arriba mencionada. C. Desde el momento en que una potencia extranjera lo reconozca oficialmente, el gobierno provisional, en nombre de la República Mexicana, asumirá la responsabilidad por todos los daños y perjuicios, directos y materiales, que pueda causar la guerra a los ciudadanos o súbditos del gobierno que lo reconozca; así como a sus personas o a las propiedades que puedan tener en la República. Esta garantía será efectiva a partir del día en que los beligerantes de las fuerzas insurrectas sean reconocidos. D. En las aduanas marítimas y fronterizas que estén ocupadas por el gobierno provisional, no se reconocerán los documentos expedidos por el gobierno anti-constitucional; y con el fin de obviar obstrucciones al comercio que la guerra pudiese ocasionar, el Gobierno Provisional nombrará en tiempo oportuno cónsules, vicecónsules o agentes consulares en cualquier parte que fuere necesario. Si esto no fuese posible, los agentes en las diversas aduanas y puertos que están bajo la jurisdicción del gobierno provisional recibirán instrucciones para que permitan la entrada de mercancía procedente de países extranjeros amigos después de revisar cuidadosamente los documentos respectivos expedidos por los funcionarios consulares del Gobierno anti-constitucional. E. El triunfo de la insurrección nacional está asegurado, contando, como lo hace, con el apoyo de todo el pueblo mexicano. Por consiguiente, se espera que el estado de guerra será corto en la República Mexicana, y que en una fecha cercana, de conformidad con el plan de insurrección, como se proclamó en San Luis Potosí el 5 de octubre de 1910, y obedeciendo las disposiciones de la Constitución Federal, que se está luchando por ponerlas en vigor, el pueblo será llamado a participar en una elección absolutamente libre, para que se pueda establecer el régimen

constitucional. F. Aunque el gobierno anti-constitucional se ha esforzado por presentar la insurrección nacional como un movimiento de poca significación, los hechos han demostrado, sin dejar lugar a dudas, que no es así y que todas las regiones del país están involucradas en una insurrección general. El gobierno anti-constitucional ha mostrado, además, no sólo su absoluta impotencia para suprimir completamente, sino ni siquiera para reprimir el creciente movimiento popular en apoyo del Gobierno Provisional. Los extranjeros que residen en las regiones ocupadas por las fuerzas de la insurrección, no han tenido motivo de queja en absoluto, por lo que se refiere a actos indebidos de parte de los insurrectos, cuya conducta señalan unánimemente como humana y respetuosa de la propiedad privada. Los jefes de la revolución se han esforzado y han suprimido de manera enérgica toda señal de abuso que pudiese haber sido intentada por algunos individuos que no toman parte en la lucha y que hubiesen buscado sacar ventaja de las condiciones anormales en su propio e ilegal provecho. Con las consideraciones que anteceden, tengo el honor de informar al ilustre gobierno que usted sirve, por el valioso conducto de Vuestra Excelencia, que los intereses del pueblo que Vuestra Excelencia representa están y estarán protegidos por el Gobierno Provisional de México, que tengo el honor de presidir, y por todos y cada uno de los jefes. Suplico a Vuestra Excelencia estar seguro de mi más alta consideración. Guadalupe, Distrito de Bravos, Chihuahua, México, febrero 15 de 1911. Francisco I. Madero, Ciudadano Presidente Provisional de los Estados Unidos Mexicanos, jefe de la insurrección. Fed. González Garza, Ciudadano Secretario General. [Nota dirigida al Presidente de los EE.UU., en inglés.]

Carta del doctor Francisco Vázquez Gómez, fechada en San Antonio, Texas, dirigida a don Francisco I. Madero, señalándole las contradicciones fundamentales de que adolecía el Plan de San Luis, y que a su juicio deberían reformarse.

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[A.R.E., L-E-677] San Antonio, Texas, febrero 15 de 1911. Señor Francisco I. Madero, México. Muy estimado amigo: Dadas las circunstancias, ha tomado Ud. la única determinación aceptable. Mucho cuidado y prudencia. Según me dice su hermano, ya se le da forma al asunto económico de esta ciudad. En nuestra última entrevista no arreglamos definitivamente lo que a mi juicio es más importante. A pesar de la distancia, juzgo más serio hacerlo por ser de gran trascendencia. Usted recordará mis ideas anti-revolucionarias de siempre, lo mismo que las razones que expuse en apoyo de mi opinión. Prescindo de esto, supuesto que la revolución es un hecho consumado, insisto en que el Plan de San Luis se modifique con el objeto de dar miras más amplias y democráticas a la revolución. Con toda franqueza voy a exponerle las contradicciones fundamentales que encuentro en el Plan y por qué debe reformarse. 1a. El Plan transparenta venganza en algunos pasajes; y esto no es correcto, desde el momento en que al mismo tiempo expresa que la revolución tiene por objeto sustituir a un Gobierno que obra bajo el impulso de las pasiones y no con la fría serenidad de la ley. 2a. El Plan revela bastante personalismo, y a la vez dice que la revolución es motivada en gran parte porque el país esté regido por un Gobierno personal. 3a. El Plan no deja entrever ni las más ligeras tendencias democráticas, no obstante que la causa determinante de la revolución fue la imposición de una candidatura oficial. 4a. En el Plan se da a Madero facultades omnímodas sin expresar cuáles son; y esto no es bueno porque la causa fundamental de la revolución es el Gobierno arbitrario e irresponsable que el país sufre.

5a. En el Plan se declaran nulas todas las leyes y fallos que han sancionado los actos de una administración de más de 30 años; pero esto entraña principios disolventes muy peligrosos. Además uno de tantos motivos de la revolución es la falta de cumplimiento de nuestras leyes y, a mi juicio, es tan malo o peor declarar nulos sus efectos de una plumada. 6a. Usted exceptúa en el Plan los compromisos contraídos por el Gobierno, con gobiernos o corporaciones extranjeras, pero es injusto imponer a los nacionales el sacrificio de una revolución, no para garantizar sus intereses adquiridos o creados conforme a leyes buenas o malas, sino para proteger a los extranjeros, cuyos intereses nunca han estado en peligro. 7a. El Plan no ofrece a la nación ninguna garantía o compromiso de parte de Madero de garantizar o respetar la libertad en las próximas elecciones que sigan al triunfo de la revolución. En consecuencia, no faltará quien vea que Ud. no tiene otra mira que imponerse como Presidente de la República en el próximo periodo y tal vez más tiempo, siendo así que la revolución se hace en virtud de tales imposiciones. 8a. En esta virtud, el Plan puede producir divisiones muy peligrosas desde un principio, y podría llevar al país a la pugna entre partidos armados, a la anarquía, peor que lo que tenemos ahora; por todas estas razones y otras muchas que he expuesto a Ud. varias veces, juzgo necesario e indispensable que reforme Ud. mismo el Plan, dándole mayor amplitud de miras y ciertas tendencias democráticas en donde quepan maderistas y no maderistas. De lo contrario se expone Ud., y la causa, a que algunos elementos de importancia, pero no maderistas, se abstengan de tomar parte, o ellos de por sí modifiquen y reformen el plan, lo que no es bueno. Es necesario expresar en el Plan las obligaciones y facultades según las cuales debe obrar, con el fin de alejar toda idea absolutista en el documento, por medio del cual se invita a la nación a una revolución armada, para conquistar las prácticas democráticas. Usted debe dar cuenta al país, si triunfa la revolución, de todos sus actos, y así debe decirse en el Plan, porque esto es la base de la responsabilidad necesaria para obtener ventajas internacionales. Otras reformas a su plan se han hecho en el sentido que lo exigen las leyes que se declaran vigentes. Hay un agregado importante, y se refiere a la libertad en las próximas elecciones, y a que si Ud. figura como candidato entregará íntegramente el poder al sustituto legal, según la Constitución, para dar un ejemplo raro en nuestros anales, durante el periodo electoral. Esto a mi juicio es

importantísimo y le traerá a Ud. más simpatías. Los gobiernos extranjeros, y muy especialmente el de los EE.UU. verán que son sanas las intenciones de la revolución y sus hombres son verdaderos demócratas y no ambiciosos vulgares que lo que quieren es el poder aunque vayan a hacer lo mismo que aquellos a quienes quitan. Claro es que si la revolución triunfa, Ud. será electo Presidente; pero esto debe ser la resultante de su prestigio ante la nación, cuya voluntad se inclinará espontáneamente en ese sentido, pero nunca una imposición. Como la hemos visto por muchos años. Es necesario e indispensable ser consecuente con los principios que se proclaman y nunca dar lugar a sospechas. Leí el manifiesto que me mandó y le diré que a mi juicio Ud. no debe decir nada de las dificultades que tuvo, etc., porque esto es cándido. Tampoco debe mentarme ni heredarme nada; pues se lucha contra la transmisión hereditaria del poder. En el caso basta decir que, llegado el caso, que no llegará, habría que atenerse al voto de la Convención que ratificarán los jefes revolucionarios. Y digo que no conviene que Ud. me nombre porque tal vez desde luego estaré yo expuesto a que me persigan o acusen aquí, y esto no es necesario ni bueno. Se dice de buena fuente que Limantour viene dentro de 10 o 15 días a arreglar todo. Se dice que con seguridad viene con él el general Reyes. ¿Cuál será su misión? No lo sé; pero Ud. debe saber que dentro de 15 días, más o menos, estará aquí. Hemos tenido esto en cuenta ya. Si Ud. acepta las reformas que contienen la suya y otros agregados, mándemelo decir para que se publiquen: aquí dejo una copia. Ud. le pone el preámbulo o yo lo mandaré hacer aquí. Medite esto con serenidad y sin amor propio. Felicidades. Su afmo. amigo. Francisco Vázquez Gómez

Carta del doctor Francisco Vázquez Gómez, fechada en San Antonio, Texas, dirigida al licenciado Federico González Garza, en El Paso, Tex., adjuntándole las modificaciones que propone al Plan de San Luis, para darle mayor amplitud de miras y más tendencia democrática, evitando las divisiones armadas frente al enemigo común.

162

[A.R.E., L-E-639] 16 de febrero de 1911. [Copia.] “San Antonio, Texas, febrero 16/911. Sr. Lic. Federico González Garza. El Paso, Texas. Muy estimado amigo: Favor de hacer llegar a sus destinos el adjunto pliego que contiene el plan reformado, pues es absolutamente indispensable reformarlo para darle mayor amplitud de miras y más tendencia democrática al mismo plan. Procediendo así habrá más adeptos, se evitarán las divisiones armadas tan peligrosas frente al enemigo común. Si esas divisiones vienen después en la lucha electoral, ya no serán peligrosas y es lo que se busca. Digo esto, porque he oído a personas que dicen que están por la causa y dispuestas a entrar; pero dicen francamente que no son maderistas. Pudiera suceder que si se resuelven a entrar modifiquen el plan lo cual indica una división. Por esto le di mayor amplitud. Favor de mandarlo a su destino para que si Pancho lo aprueba lo avise simplemente y aquí queda una copia para publicarlo. Debido al giro que de un momento a otro pueden tomar los acontecimientos, salgo mañana o a más tardar pasado mañana para Washington. Desde allí le diré lo que pienso de uno de los temas que me habló. En resumen será esto. Pancho no me debe nombrar, porque eso huele a absolutismo. Bastaría decir que en caso ofrecido había que atenerse al resultado o a la opinión de la Convención del año próximo pasado; esto le da cierto aspecto de democracia. No necesita ni debe mentar mi nombre, porque eso solo bastaría para que me persigan aquí e inutilicen mi acción diplomática. Luego que usted llegue a ésta, escríbame para saber qué instrucciones trae y yo decirle entonces la forma en que convendrá hacerlo. La prensa de aquí comienza a iniciar la conveniencia de que intervenga el Gobierno Americano, y por este motivo precipito mi salida para Washington. Si usted prefiere adjunte esta carta a Pancho para que sepa que voy ya. Suyo afectísimo.”

[Facsímil de la firma.] F. V. G. (Fco. Vázquez Gómez.) [Es copia de su original, Arturo V. Lomelí, Cónsul en El Paso, Texas.] 1a. Se declaran nulas las elecciones de Presidente y Vicepresidente de la República, magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de Diputados y Senadores, verificadas en junio y julio de 1910. En consecuencia se desconoce al Gobierno dimanado de estas elecciones así como a los gobernadores de los Estados y demás autoridades locales porque en las últimas elecciones fueron instrumentos del Gobierno General para defraudar el voto público. 2a. Se declara vigente la Constitución Federal así como todas las leyes y reglamentos promulgados hasta el 30 de noviembre de 1910. Igualmente se declaran vigentes todas las concesiones, Acuerdos y Compromisos contraídos por el Gobierno hasta la misma fecha, siempre que en ellos no se hayan violado las leyes o reglamentos respectivos. 3a. A petición de los interesados y conforme a la ley serán objeto de revisión especial los fallos de Tribunales, acuerdos del Ejecutivo y gobernadores de los Estados en virtud de los cuales, con violación de la ley, se haya despojado a los pueblos, comunidades o particulares de lo que legítimamente les corresponde. 4a. Todos los funcionarios públicos, empleados y comisionados del Gobierno cualquiera que sea su designación y categoría, serán responsables de sus actos oficiales y se juzgarán conforme a la ley. Para decidir sobre la prescripción de su responsabilidad, no se contará el tiempo que dure la presente revolución. 5a. Establecido el Gobierno definitivo que emane de las elecciones que sigan a esta revolución, el Ejecutivo iniciará ante las Cámaras la Reforma Constitucional para elevar a la categoría de ley el principio de no reelección de Presidente y Vicepresidente de la República, de los gobernadores de los estados y presidentes municipales. 6a. Los jefes militares que con o sin las fuerzas de su mando se adhieran voluntariamente a la revolución dentro de un mes después de publicado este plan, se les reconocerá su grado al terminar la revolución, pero entre tanto militarán a las órdenes de los jefes revolucionarios con el grado que sea conveniente para el servicio. 7a. Los militares que no se adhieran oportuna y voluntariamente a la revolución, al triunfar ésta se les dará de baja por no merecer el honor de ser el sostén de las Instituciones de la República. 8a. Al terminar la revolución el nuevo Gobierno reconocerá su grado a

los jefes revolucionarios quienes podrán continuar en servicio si se considera necesario. 9a. Con el fin de unificar la acción del partido revolucionario, asumo las funciones de Presidente Provisional de la República Mexicana, sujetándose a las obligaciones y facultades siguientes: a) Continuar la revolución con estricta sujeción a las leyes de la guerra, y por lo que hace a la atención de los heridos se obrará conforme a las bases de la Convención de Ginebra. b) Organizar el ejército insurgente a fin de asegurar la disciplina y garantizar las vidas e intereses de todos los habitantes del territorio ocupado por dicho ejército. c) Organizar un Gobierno Provisional tan luego como lo permitan las circunstancias. d) Mandar poner en libertad a los presos políticos que hoy llenan las prisiones de la República. e) Dentro de los cuatro meses siguientes al triunfo de la revolución, convocar a elecciones generales extraordinarias de Presidente y Vicepresidente de la República, magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, diputados y senadores a las Cámaras de la Unión, gobernadores y demás autoridades de los estados. f) Garantizar la libertad de sufragio, haciendo que en todo se cumpla con las leyes electorales. g) En caso de que el Presidente Provisional figure como candidato a la Presidencia de la República entregará el poder al sustituto legal, a fin de que sea un hecho la libertad del sufragio. h) Al entregar el poder al Presidente que resulte electo, el Presidente provisional rendirá cuenta al Congreso de cómo ha cumplido estas obligaciones y del uso que haya hecho de las facultades siguientes: 1. El Presidente Provisional nombrará jefes militares, gobernadores provisionales, agentes financieros y diplomáticos, ministros de Estado quienes podrán nombrar las autoridades, jefes y empleados subalternos entre tanto se designan o nombran conforme a la ley. 2. Adquirir por medio de empréstitos u otros medios usuales en estos casos los fondos necesarios para la continuación de la guerra y los gastos de la administración, a cuyo efecto nombrará Agentes o Comisionados especiales para que emitan bonos, billetes, etc., etc., todo lo cual se amortizará o redimirá en el primer año después del triunfo de la revolución. Entre tanto quedan autorizados los jefes militares para disponer de los fondos de las oficinas públicas e imponer empréstitos extendiendo los recibos correspondientes.

Lugar y fecha.

Informe de Antonio V. Lomelí, cónsul de México en El Paso, Tex., al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca de un falso rumor relativo a un conflicto suscitado entre maderistas y magonistas, por haber degradado y expulsado de su campamento, don Francisco I. Madero, a Prisciliano Silva, autor del saqueo y pillaje en el pueblo de Guadalupe.

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[A.R.E., L-E-677] [Reservada.] El Paso, Tex., febrero 20 de 1911. Hoy tuve la honra de recibir un telegrama de usted de esta fecha, que dice: “Prensa anuncia hoy que en Guadalupe llegaron a las manos revoltosos maderistas y los capitaneados por Enrique Flores Magón, huyendo todos a la aproximación general Navarro. Comunique esta vía si acaso hay algo de verdad noticia. Conteste mensaje cifrado.” En respuesta hoy mismo dirigí a usted el telegrama siguiente: “Contesto mensaje hoy relativo estiradamente [*] en hoteia entre necsofanistas —04 y narrativistas —04. Jefe Político Juárez infórmame trabardina refutable no ser gala pedazo.” A mi noticia había llegado el que en Guadalupe, Madero había mandado degradar y arrojar de su campamento a Prisciliano Silva (el mismo que hace tres años fue aquí convicto de violación de neutralidad y enviado a la Penitenciaría de Leavenworth, Kansas), que se había dado el título de capitán, por haberse comprobado que él y la banda que lo acompañaba, fueron los primeros que ocuparon Guadalupe, saquearon y pillaron el pueblo, destruyendo mucha propiedad; y que con ese motivo Madero se había expresado en términos bastante enérgicos contra Flores Magón y sus prédicas anarquistas, señalando como ejemplo la conducta de Silva. Y como supuse que el señor jefe político en Ciudad Juárez pudiera tener mejores informes de lo allá ocurrido, por estar recibiendo con mucha frecuencia partes de aquel rumbo, le pregunté por teléfono si sabía algo del citado conflicto entre magonistas y maderistas en Guadalupe, contestándome que había oído la especie como rumor, pero que los

correos que habían venido de aquel lugar le habían asegurado que nada de eso había ocurrido, y que el rumor carecía en lo absoluto de fundamento. Con esos datos contesté a usted su mensaje relativo. Reitero a usted las protestas, etc. A. V. Lomelí Señor Secretario de Relaciones, México

[*]

Texto en clave.

Informe de Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, D. C., al Secretario de Relaciones, acerca de las investigaciones hechas por James Silver, relacionadas con la compra de armamento y municiones a la casa “Shelton Payme Arms Co.”, de El Paso, Tex., por Abraham González y Alfonso Madero, así como de la estancia de don Francisco I. Madero en la casa del profesor Hernández, en El Paso, Tex., y del proyecto de Gustavo Madero, y su abogado Hopkins, para levantar un empréstito de dos millones.

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Instrucciones de Enrique C. Creel, al citado embajador, para vigilar la casa “Bush Terminal Co.”, en Brooklyn, N. Y., y procurar secuestrar a don Francisco I. Madero y Abraham González, así como de censurar el citado proyecto de empréstito “demostrando que ese papel nunca tendrá ningún valor”. [A.R.E., L-E-638] [Reservada.] Washington, febrero 26 de 1911. Confirmación del telegrama dirigido hoy, que descifrado dice: Secretario Relaciones, México. James Silver acudió Embajada, manifestando que confía en el Gobierno Mexicano para que le recompense siguientes informes, si éstos tienen valor, y espera seguirá ocupándolo. Dice que en Brooklyn, New York, casa “Bush Terminal Co.”, consignadas Maurer, socio Madero en negocios guayule, con oficina Wall Street, se han almacenado 400 000 cartuchos Máuser y otras municiones, 29 000 rifles Máuser y dos ametralladoras. Se han enviado en lotes a El Paso, a “Shelton Payme Arms Co.”, so pretexto de venderse allí. Probablemente ametralladoras no enviaránse a la misma casa por temor de ésta no justificar existencia de esas armas en su poder. Almacenáronse en Brooklyn para poder pretextar en caso dado que estaban destinadas a embarcarse. Abraham González compró a “Shelton Co.”, los primeros días o un mes después, a la misma casa, y pasó contrabando en dos locomotoras con ayuda de los maquinistas. Auxilió a los dos maquinistas, limpiador o inspector de carros en El Paso, amigo del hermano de Abraham González. Alfonso Madero compró a “Goodman” 400 rifles hace tres

semanas y municiones, y las mandó a la misma casa de El Paso. Aún no se ha hecho el contrabando. H. B. Young es agente de los revoltosos en Marfa. Recibe y remite armas para ellos. Francisco I. Madero estuvo en casa del profesor Hernández en El Paso (última casa de la cuadra mil al oeste de la Avenida Missouri). También estuvo en casa de un hermano de González. Dice Silver que con su ayuda habría capturado Madero. Puede averiguar en dónde está actualmente. Se ha acusado, ante este Gobierno, a un empleado de Hacienda, en Del Río, por ser agente Gobierno Mexicano. Se hará semejante acusación contra otros dos empleados federales americanos que están en Texas. Francisco I. Madero se disfraza dejándose crecer la barba. Gustavo y su abogado Hopkins tratan de arreglar con hijo del dueño del Post, levantar un empréstito de dos millones. De la Barra Confirmación del telegrama recibido de esa Secretaría, fechado el 27 del actual, que descifrado dice: Embajador mexicano, Washington. Recibido su telegrama sobre Silver. Conviene comunique usted el hecho con todos sus detalles al Departamento de Estado, suplicando se haga inmediata averiguación, y de ser ciertos los hechos, que sean secuestradas armas y municiones. También conviene que servicio policía esa Embajada vigile casa “Bush Terminal Company”, en Brooklyn y haga investigaciones independientemente de Silver. También interesa sean secuestrados (?) Francisco Madero y Abraham González, de quienes ya tiene Gobierno Americano pruebas bastantes culpabilidad. Acusaciones contra empleados federales americanos son falsas. Procure usted que se haga publicaciones serias censurando duramente proyecto empréstito dos millones, demostrando que ese papel nunca tendrá ningún valor. Enrique C. Creel

Informe de Enrique Ornelas, cónsul de México en San Antonio, Texas, al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca del convenio celebrado por el Lic. Joaquín D. Casasús, Embajador Especial de México, con el Sr. James H. Robertson, para representar los intereses de este país en el Estado de Texas, y dirigir las acusaciones que se presentaran contra los miembros de las juntas de revolucionarios en San Antonio y El Paso, Tex.

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[A.R.E., L-E-642] [Reservada.] San Antonio, Texas, marzo 1º de 1911. Por la presente tengo la honra de confirmar el telegrama que me permití dirigir a usted, el día 25 del mes próximo pasado, en que comuniqué a usted lo siguiente: “Anoche recibí su respetable telegrama avisándome que señor Casasús había detenídose Austin y que pasaría por ésta hoy. Efectivamente señor Casasús pasó por aquí muy temprano esta mañana, pero debido a la hora indispuesta no pude verlo, tampoco a ninguna persona en su carro especial, por lo que dejéle mi tarjeta y atento recado con conductor tren. Ayer después de horas de tren recibí también telegrama del señor Casasús diciéndome pasaría por aquí ayer mismo y lo viera estación.” No pude pues, por el motivo expresado en mi telegrama anterior, ver al señor licenciado don Joaquín D. Casasús, Embajador Especial a este país, a su paso por esta ciudad ya de regreso a México, para conferenciar con él, como se sirvió esa Secretaría ordenármelo en su telegrama de 23 de febrero último, en que me dice lo siguiente: “Tren ordinario mañana pasará esa señor Casasús. Sírvase recibirlo en estación y comunicarle datos sobre últimos acontecimientos.” Ayer por correo recibí la siguiente carta del señor licenciado Casasús, escrita a bordo de su carro especial: “A bordo del carro Álamo Gordo febrero 25 de 1911. Señor A. Ornelas, Cónsul de México, San Antonio, Texas. Muy estimado señor y amigo: Ayer dirigí un telegrama desde Austin haciéndole saber que llegaría a San Antonio, a las seis cuarenta y cinco de la tarde e indicándole que tuviera la bondad de buscarme en la estación. No tuve el gusto de verlo a usted, probablemente porque no recibió con oportunidad mi telegrama; debido a esta circunstancia me veo en la necesidad de escribirle. Durante mi

permanencia en Austin he convenido con Mr. James H. Robertson, abogado distinguido de esa ciudad y amigo personal del gobernador Colquitt, que se encargue de representar los intereses de México en el Estado de Texas y especialmente cerca del Gobierno de dicho Estado. Mr. Robertson se encargará, pues, de dirigir las acusaciones que se presenten contra miembros prominentes de las juntas de revolucionarios de San Antonio y El Paso, Texas, ayudará por medio del Gobierno y sus agentes a obtener los datos y demás pruebas que pudieran servir para que se libre contra ellos, justificadamente, orden de aprehensión; en una palabra, nos ayudará en la medida de sus fuerzas a evitar que se violen las leyes de neutralidad así como las leyes de Texas, por medio de la reunión de juntas ilegales y sediciosas. Creo que la ayuda de Mr. Robertson podrá ser a usted muy útil y que usted a su vez, puede proporcionarle los elementos necesarios para que él dirija sus trabajos en forma y manera que nos sean benéficos. A fin de que usted pueda entrar en relaciones con Mr. Robertson, le acompaño una carta de presentación y aprovechará usted la primera oportunidad para ir a hablar con él en Austin. Como todo lo hecho por mí ha sido por orden del señor Creel, puede usted darle cuenta con todo lo que con este asunto se relaciona. Sintiendo mucho no haber tenido el gusto de verlo, quedo su afmo. amigo y s. s. Joaquín D. Casasús Copia de la carta de presentación para el señor Lic. James H. Robertson: “On board car ‘Alamo Gordo,’ Feb. 25, 1911. Mr. James H. Robertson, Austin, Texas. My dear Mr. Robertson: This letter will be handed to you by Mr. E. Ornelas, Consul of Mexico in San Antonio, who calls on you in order to take up the matter about which we spoke during my last stay in Austin. Hoping that you will obtain a great success I thank you in advance for all your courtesies to Mr. Ornelas and remain, Yours very truly. Joaquín D. Casasús.” (Traducción). “A bordo del carro ‘Álamo Gordo,’ Feb. 25, 1911. Sr. James H. Robertson, Austin, Texas. Estimado Sr. Robertson: Esta carta le será entregada a usted por el Sr. E. Ornelas, cónsul de México en San Antonio, quien pasa a ver a usted a fin de ocuparse del asunto del cual hablamos durante mi

última estada en Austin. Esperando que tenga usted gran éxito, le anticipo las gracias por sus atenciones al Sr. Ornelas y quedo, suyo atto. y S. S. (firmado) Joaquín D. Casasús.” Igualmente hónrome en transcribir a usted la carta que me permití dirigir al señor licenciado Casasús en respuesta a la suya, y a la que vengo refiriéndome: “Marzo 1º de 1911. Señor licenciado don Joaquín D. Casasús, Apartado Postal No. 73 B., México, D.F. México. Mi muy respetado señor: He tenido la honra de recibir la muy respetable carta de usted, de 25 del pasado, escrita a bordo de su carro especial Álamo Gordo, en la que tiene usted a bien comunicarme que, durante su reciente permanencia en Austin, Texas, convino usted con el señor James H. Robertson, abogado distinguido y amigo personal del señor gobernador Colquitt, que se encargue de representar los intereses de México en Texas, especialmente cerca del Gobierno del referido Estado, y dirigir las acusaciones que se presenten contra miembros prominentes de las juntas de San Antonio y El Paso, Texas, procurando por medio del Gobierno y sus agentes obtener los datos y demás pruebas que pudieran servir para que se libre contra ellos, justificadamente, orden de aprehensión, y ayudará a nuestro Gobierno en la medida de sus fuerzas, a evitar que se violen las leyes de neutralidad así como las leyes de Texas, por medio de la reunión de juntas ilegales y sediciosas. Con la muy estimable carta de usted, que vengo contestando, recibí la de presentación que se sirve usted enviarme para el señor Lic. Robertson, y aprovecharé la primera oportunidad para ir a hablar con él en Austin y ofrecerle mis servicios. Me apena sobremanera no haber atendido a usted a su paso por esta ciudad. En su respetable telegrama del día 24 se sirvió usted decirme lo siguiente: Llegaré hoy seis cuarenta y cinco. Sírvase verme estación. El telegrama no dice que llegaría usted aquí en la tarde, y como a la hora que el referido telegrama indica pasa por ésta el tren directo para México, y teniendo yo la seguridad de que ningún otro tren llega aquí precisamente a las seis cuarenta y cinco del día, supuse que usted se refería al tren directo de Saint Louis, Mo. a México. No habiendo pasado usted esa mañana así lo comuniqué a la Secretaría de Relaciones, la que, por la misma vía, me informó que usted se había detenido en Austin y que probablemente pasaría el día siguiente. Acudí a la estación la mañana siguiente, encontrando el carro especial de usted conectado al tren directo,

pero la temprana hora me privó de hablar con usted, y tan sólo pude dejar mi tarjeta y un atento recado para usted con el conductor encargado del tren que conducía el carro especial “Álamo Gordo”. La ciudad de Austin, Capital del Estado de Texas, encuéntrase a una distancia de cien millas de aquí y como el viaje puede hacerse en pocas horas iré mañana a dicha ciudad a hablar con el Lic. Robertson. Reitero a usted las seguridades de mi muy atenta y respetuosa consideración. Enrique Ornelas Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

Nota girada por el señor Philander Knox, Secretario de Estado del Gobierno de los Estados Unidos, al licenciado Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, D. C., acerca de la protección solicitada para el Consulado de México en El Paso, Tex., con motivo de una demostración hostil en contra del Gobierno de México.

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[A.R.E., L-E-679] Departamento de Estado. Washington 1º de marzo de 1911. Nº 427. Excelencia: Tengo la honra de acusar recibo de la nota de usted de 24 de febrero último, en que manifiesta usted haber tenido lugar una demostración hostil frente al Consulado de México en El Paso, Texas, y solicita se tomen las medidas necesarias para la protección del personal de dicho Consulado. En respuesta me es grato comunicar a usted que el Departamento ha recibido un telegrama del gobernador de Texas diciendo que el “Sheriff” del Condado de El Paso se ha apersonado con el Cónsul de México en El Paso, en el asunto de la protección requerida para el citado cónsul, y que éste dice no creer necesaria ni protección ni guardia alguna. Lo único desagradable que ha acontecido al cónsul recientemente, fue la noche del 21 del actual, cuando algunas personas al pasar por el Consulado gritaron: “¡Abajo Díaz! ¡Viva Madero!” El Cónsul no pudo identificar a tales personas, y no dio aviso de lo ocurrido ni a la oficina del “Sheriff” ni a la policía de El Paso. Agrega estar seguro de no haber ocurrido ninguna manifestación amenazante y que el Cónsul no corre peligro, así como que éste será protegido cuando fuere necesario. Aceptad, Excelencia, las reiteradas seguridades de mi más alta consideración. P C. Knox. Excelentísimo señor don Francisco León de la Barra, Embajador de México. (Es traducción) Washington: 7 de marzo de 1911. Carlos Pereyra.

Intimación hecha por Francisco Villa, al comandante de las fuerzas federales situadas en Pilar de Conchos, Chih., para la rendición de dicha plaza.

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[A.D.N.] Marzo 5 de 1911. Las fuerzas liberales maderistas sostenedoras de sus principios Sufragio Efectivo No Reelección intiman a Ud. la rendición de esa plaza dentro del término de media hora y exigen de su patriotismo deponga las armas que la Nación ha puesto en sus manos para resguardar la integridad nacional, y no para que ese valiente ejército formado por el mismo pueblo se constituya en verdugo del mismo. Esperamos que no le cegará a Ud. el capricho de militar pundonoroso para sostener la personalidad del déspota y tirano general Porfirio Díaz, que ha concentrado en sus manos un poder absoluto para oprimir al pueblo; arrancándole su libertad y ahogando sus virtudes cívicas; valiéndose del valiente ejército federal a quien tiene completamente engañado. Esperamos que no desatenderá Ud. los llamamientos de su patria que peligra y por conducto de nosotros sus hermanos le hace un llamamiento, imitando a muchos honorables generales que con sus batallones respectivos militan en estos momentos afiliados a nuestras fuerzas. Si usted desatiende esta comunicación haremos uso de las armas y en este caso usted será responsable ante la historia y la Nación por el derramamiento de sangre hermana y será juzgado militarmente. Esperamos pues que si su capricho lo llega a cegar, salga al campo de honor; pero no queremos, por consideraciones altamente patrióticas, que la guerra se efectúe donde haya familias. Sufragio Efectivo. No Reelección. Pilar de Conchos, marzo 5 de 1911. El secretario, M. T. González. El Jefe de Armas, Francisco Villa. Al C. capitán de fuerzas federales, Pilar de Conchos, Chih.

Noticias periodísticas sobre los aprestos y movilización de fuerzas militares de los Estados Unidos, a petición del Gobierno de Inglaterra, para proteger las vidas y haciendas de los súbditos ingleses establecidos en México, lo que se considera como un reconocimiento tácito de la “Doctrina Monroe”.

168

[A.R.E., L-E-643]

LOS APRESTOS MILITARES DE LOS ESTADOS UNIDOS. ¿PORFIRIO DÍAZ GRAVEMENTE ENFERMO? ACENTÚANSE LOS RUMORES DE QUE SE TRATA DE PREPARAR UNA INTERVENCIÓN ARMADA EN MÉXICO [Por cable. 7 de marzo de 1911.] Washington, marzo 7. Continúa intrigada la opinión pública con motivo del inusitado movimiento de fuerzas de mar y tierra que se está llevando a cabo a toda prisa. No obstante las afirmaciones del Estado Mayor del Ejército asegurando que sólo se trata de realizar amplias maniobras que demuestran la efectividad de la actual organización militar, se afirma insistentemente que ése es el pretexto pero que, en realidad, se trata de preparar una intervención armada en previsión de que los sucesos de México sigan revistiendo proporciones alarmantes. Aunque esto parece ser creencia unánime del público, hay, sin embargo, diversas opiniones acerca de las causas determinantes de la resolución de intervenir en la vecina República que se atribuye a la Casa Blanca. Mantienen unos que se debe a peticiones del propio Presidente Díaz, que ve su gobierno en peligro mientras según otros esta agitación del Departamento de la Guerra obedece a las indicaciones que el Gobierno inglés ha hecho al de Washington por conducto de su embajador para que se disponga a garantizar los intereses europeos que se hallan en peligro, pues de lo contrario, las potencias del viejo continente tendrán que tomar medidas por su cuenta. Se asegura que esa actitud de Inglaterra se debe a petición expresa de los directores del Sindicato Pearson, que tiene grandes capitales invertidos en el Norte mexicano, teatro principal de la revolución y comienzan a

abrigar serios temores por la suerte de sus negocios y de su dinero. Nueva York, marzo 8. Se rumora en los círculos bien informados de esta ciudad que el general Porfirio Díaz, se halla gravemente enfermo y que de ese peligroso estado de salud del Presidente de la República azteca arrancan los temores que en las cancillerías europeas se abrigan sobre la suerte de sus intereses mercantiles y las excitaciones de Inglaterra a Norte América para que intervenga, lógica consecuencia de dichos temores. Nueva York, marzo 8. Ha llegado a esta ciudad procedente de Europa y acompañado de su distinguida esposa el Ministro de Hacienda de México, señor José Ives Limantour, quien después de permanecer aquí breves días se propone seguir viaje para su país por la vía Habana-Veracruz. Interrogado por los periodistas negó que el Presidente Díaz estuviera enfermo, manifestando que tiene la seguridad de que la revolución será aplastada por completo y que la movilización del ejército americano no se relaciona en nada con los sucesos de su país que no tienen la importancia que se les atribuye. México, marzo 8. En esta ciudad ha producido gran alarma la noticia de la movilización de las fuerzas americanas, temiéndose que se lleve a cabo la intervención armada que se anuncia. Muchos creen justificados esos temores pues la rebelión ha invadido veintiún Estados de los treinta que integran la nación, y el Gobierno no tiene poder bastante para contrarrestarla, por lo cual se ve imposibilitado de proteger las pequeñas poblaciones y el campo, donde los revolucionarios se entregan al pillaje. Las fuerzas federales apenas alcanzan para guarnecer las grandes ciudades y esa situación difícil alarma al pueblo mexicano que se irrita con el solo anuncio de intervenciones extranjeras.

SIGUE LA MOVILIZACIÓN DE LAS FUERZAS. EL GOBIERNO OBSERVA LA MAYOR RESERVA Nueva York, marzo 8. Fuerzas de mar y tierra se están movilizando apresuradamente en distintos lugares. Ya se ha anunciado que dos mil hombres de la infantería de marina embarcarán en seguida con destino a la estación de Guantánamo, para que unidos a mil más procedentes de las dotaciones de algunos buques de guerra, esperasen en dicha estación nuevas órdenes. No se ha podido averiguar hasta la fecha a dónde se destinará esta fuerza, pues en la Secretaría de la Guerra se guarda el más absoluto

secreto respecto del lugar donde prestará servicios. Nadie cree que la movilización de tanta fuerza tenga por objeto llevar a cabo maniobras militares, por cuanto a cada soldado se le ha equipado con doscientos cartuchos, lo que naturalmente, se hace muy sospechoso, ya que no estaría justificada esa medida si de ejercicios se tratara. También llama la atención el que se haya movilizado a una compañía de artillería de las fortalezas de las costas, que están muy diestras en el manejo de poderosas piezas de artillería; y de igual suerte, a dos regimientos de infantería se les haya dado orden de partir para el Estado de Texas. Todo ello, unido a que Inglaterra ha pedido a los Estados Unidos que proteja las vidas y haciendas de los súbditos ingleses establecidos en México, es motivo más que suficiente para que la opinión pública esté alarmada, temiendo que el Gobierno ha de tomar medidas muy enérgicas con motivo de la revolución, que por momentos reviste mayor importancia, en la vecina República de México. Reviste extraordinaria importancia para la política de los Estados Unidos, el hecho, muy significativo, por cierto, de que la Gran Bretaña haya solicitado de esta República que proteja a sus súbditos en México, lo que es un reconocimiento, tácito, de la “Doctrina de Monroe”, que prohibe a las potencias europeas intervenir en los conflictos de las naciones del continente americano. Los cuantiosos intereses ferrocarrileros y de minas de petróleo de M. Pearson, súbdito inglés, han sufrido enormes perjuicios desde que estalló la revolución en México, siendo éste uno de los casos que han determinado la actitud de Inglaterra, no interviniendo directamente para proteger a sus súbditos en esa conturbada República pero interesando los servicios de los Estados Unidos a los fines indicados. Alemania, en cambio, desmiente el rumor que había circulado acerca de que hubiese impetrado la protección del Gobierno americano en favor de los alemanes residentes en México.

Informe del señor P. Ornelas, cónsul de México en San Francisco, Cal., respecto a las noticias periodísticas publicadas en dicha ciudad, acerca de las aseveraciones hechas por el general Porfirio Díaz, sobre la movilización de tropas militares norteamericanas en la frontera, considerando responsables de esto al “Southern Pacific” y los intereses de Harriman, Morgan, Guggenheim y “Standard Oil”, de las declaraciones hechas por el Barón Uchida, Embajador japonés en Washington, en el sentido de que el Japón nunca había pretendido obtener concesión alguna en territorio mexicano para una estación naval; que la invasión de México por los Estados Unidos “resultaría en beneficio hacendario”; así como de la preocupación del Gobierno de Washington, con el peligro de que se estableciera un gobierno independiente en la Baja California, que pudiera ceder la Bahía de La Magdalena al Japón.

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[A.R.E., L-E-642] San Francisco, Cal., marzo 11 de 1911. Envío a usted con la presente y por duplicado, una hoja del San Francisco Call de hoy, que contiene un resumen de lo que los diarios de esta ciudad publican con esta misma fecha, respecto de la situación en México y sus relaciones con este país; entre esas noticias resaltan las siguientes: Que el señor Presidente de la República ha telegrafiado, especialmente, al Call, con fecha de ayer diciendo: “La presencia de las tropas americanas en la frontera ha sido suficientemente explicada por la prensa. La idea de que yo he buscado la intervención es tal que no se concibe que la haya sugerido un cerebro sano. La noticia también de que yo estoy en mal estado de salud es un absurdo.” Que el señor Embajador de la Barra con referencia a la supuesta aclaración del Presidente Taft respecto de que la presencia del ejército americano en la frontera podría eventualmente invadir el territorio mexicano, dijo: La Constitución de México prohibe a su gobierno permitir que fuerzas extranjeras pisen territorio mexicano sin el consentimiento del Congreso. Mi gobierno patriótico y fuerte nunca ha pensado y jamás pensará en consentir tal intento. Que esta aseveración corrige la impresión de que el gobierno mexicano

ha dado su consentimiento a la actual movilización del ejército americano y que, mientras los Estados Unidos limitaran el movimiento de su ejército a impedir el filibusterismo a lo largo de la frontera mexicana, el gobierno de México no lo tomaría como una declaración de guerra. Que el señor Limantour ha comunicado al señor de la Barra que el “Southern Pacific”, y los intereses de Harriman, Morgan, Guggenheim y “Standard Oil” son los principalmente responsables de la repentina movilización del ejército americano. Que el gobierno alemán no tiene conocimiento de la situación mexicana, pero que si los intereses de sus nacionales peligraran tomaría aquellas medidas que fueren necesarias sin pérdida de tiempo para protegerlos, independientemente de los Estados Unidos. Que el Presidente Taft ha ordenado estricta reserva al ejército de tocar al territorio mexicano. Que el Japón nunca ha pretendido obtener concesión alguna en territorio mexicano para estación naval, y que tal fue la declaración enfática hecha por el barón Uchida, Embajador japonés en Washington. Que el embajador Wilson no es responsable de las declaraciones que se le atribuyen ofensivas al gobierno y al pueblo mexicano. Que Wall Street no muestra intranquilidad alguna respecto de la movilización, y que, con la excepción de cierta historia especulativa, la invasión de México por los Estados Unidos resultaría en beneficio hacendario sin que ocurran complicaciones extranjeras; y que un financiero ha asegurado que si los Estados Unidos ocuparan a México tal acción conduciría a desarrollar sus grandes recursos por capital americano. Que, en Londres, se ve con cierta seriedad la conducta de los Estados Unidos lo cual se acentúa con el hecho de que cierta compañía de seguros está emitiendo pólizas contra revolución u hostilidades en México; que no conviene menospreciar la posible gravedad de la situación mexicana según lo dice el Morning Post, y que el “Expectator” considera la conducta de los Estados Unidos como grave y a propósito para causar ansiedad a todos los amigos de este país, señalando el hecho que no sorprendería que si los Estados Unidos se comprometieran en una lucha con México, los alemanes se lanzaran sobre el sur del Brasil y las Indias Occidentales; y que sería demasiado embarazoso en tal ocasión el que una conducta imprudente en San Francisco provocara la enemistad del Japón, y que por tales razones cree el referido periódico que la acción de los americanos debe ser breve, aguda y decisiva. Que existe un tratado secreto entre México y el Japón de ofensa y defensa; que los Estados Unidos se proponen sostener el gobierno de Díaz pero que si fuere necesario que intervinieran sostendrían a

Limantour o a Creel en la Presidencia. Que un despacho de Cologne, Alemania, dice que si el gobierno mexicano no puede proteger los intereses alemanes Alemania ejercerá un derecho reconocido por los Estados Unidos, enviando buques de guerra y que, aun en caso de que los Estados Unidos anexaran a México ella no atacaría quijotescamente la Doctrina Monroe. Que el Congreso Mexicano se reunirá en sesiones extraordinarias para declarar ley marcial en el Estado de Chihuahua, Coahuila y otros; que el señor Presidente Díaz se halla en perfecto estado de salud; que el señor de la Barra ha negado, por instrucciones del señor ministro Creel, que México tenga tratados secretos con el Japón; que el señor Presidente Taft hace calurosos elogios del señor Presidente Díaz y protestas de adhesión. Que las tropas americanas en movilización han sido inoculadas con el virus del tifo, el cual se pone a prueba por primera vez. Que 145 insurrectos a las órdenes de Berthold se dirigen a Ensenada. Que Sonora pronto será la escena de operaciones militares entre insurrectos y tropas del ejército. Que Culiacán se halla en peligro. Que los destinos de Bahía Magdalena preocupan al gobierno de Washington; que un gobierno independiente en la Península pudiera ceder la Bahía al Japón; que (telegrama especial de Washington al Call) ciertos funcionarios de la administración americana están preocupados con el peligro de que se establezca un gobierno independiente en la Baja California donde el gobierno de los Estados Unidos ha tenido por años, una estación naval que abandonó hace seis meses por rescisión del permiso del gobierno mexicano; que el gobierno americano habría de resentir el que la Bahía de Magdalena fuese concedida a otro gobierno. Que el secretario de Relaciones Exteriores de Alemania ha negado toda intervención hasta ahora en los asuntos de México. Que los bancos de San Francisco nada han sufrido en sus pequeñas operaciones con motivo de la situación actual entre México y los Estados Unidos. Reiterando lo referente a la Baja California, por la importancia que sé que el asunto reviste en el ánimo de esa Cancillería, y enviando a usted, como tengo la honra de hacerlo, la hoja del Call de donde he extractado el relato precedente, me honro en protestar a usted, señor, mi profundo respeto. P. Ornelas

Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

Plan político social, proclamado en la Sierra de Guerrero. El original fue firmado, en representación del Estado de Guerrero, por Joaquín Miranda padre y Joaquín Miranda hijo; de Michoacán, por Carlos B. Múgica, Rodolfo Magaña, Antonio Navarrete y Gildardo Magaña; de Tlaxcala, por Gabriel Hernández; de Campeche, por José Pinelo; de Puebla, por Francisco y Felipe Fierro; y del Distrito Federal, por Francisco Maya, Miguel Frías y Felipe Sánchez.

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Lo suscribió también la señorita Dolores Jiménez Muro, a cuyo cargo quedó confiado el original. PLAN POLÍTICO SOCIAL Documento tomado de: Emiliano Zapata y el Agrarismo en México. Gral. Gildardo Magaña. México. Editorial Ruta. 1951. Tomo I. Fuente: Manuel González Ramírez. Págs. 106-8. Proclamado por los Estados de Guerrero, Michoacán, Tlaxcala, Campeche, Puebla y el Distrito Federal. CONSIDERANDO que la situación que pesa sobre los mexicanos es verdaderamente aflictiva, debido a los gobernantes que hoy suspenden las garantías individuales, sólo para derramar a torrentes la sangre de los mexicanos dignos, no bastándoles para sofocar el actual movimiento revolucionario, a que han dado lugar con sus incesantes abusos, haber suprimido la prensa independiente, cerrado clubs, prohibido toda manifestación reveladora de la opinión pública y llenado las cárceles, sin respetar ni a las mujeres, de ciudadanos enemigos de la tiranía. CONSIDERANDO que estos gobernantes se entronizaron, en un principio, por medio del engaño, pues proclamaron, para ello, lo mismo que hoy combaten: “Sufragio Efectivo y No Reelección” y establecieron, en lugar de estos principios a que debieron el triunfo, la más absoluta, la más abusiva, la más sangrienta de las dictaduras, siendo por lo mismo reos de estafa,

respecto de los puestos que ocupan, de traición a sus propias doctrinas y de abuso de poder unidos al fraude en las pasadas elecciones. CONSIDERANDO que en nuestro ser político y social es preciso llevar a cabo ciertas reposiciones y reformas, exigidas por las necesidades de la generación contemporánea, las cuales son imposibles de realizar bajo el régimen de un gobierno dictatorial y plutócrata, como el que tenemos; CONSIDERANDO, en fin, que el pueblo es el SOBERANO ÚNICO Y el SUPREMO LEGISLADOR, pues todo el que expide leyes o gobierna en algún sentido es porque ha recibido del pueblo el poder para ello, nos hemos reunido varios grupos, cuyo número pasa de 10 000 de esa gran colectividad, pertenecientes a los Estados de Guerrero, de Tlaxcala, de Michoacán, de Campeche, de Puebla y el Distrito Federal, los cuales, por medio de nuestros representantes, cuyos nombres no se expresan por ahora, en atención a que NO TENEMOS GARANTÍAS, proclamamos el siguiente plan, invitando a todos nuestros conciudadanos para que le adopten, por convenir así a las necesidades de la Nación y a una época de regeneración y reforma: I. Se desconoce al Presidente y Vicepresidente de la República, a los senadores y diputados, así como a todos los demás empleados que son electos por el voto popular en virtud de las omisiones, fraudes y presiones que tuvieron lugar en las elecciones pasadas; II El general Díaz con sus ministros, Miguel Macedo, que desempeña el puesto de Subsecretario de Gobernación, los miembros de las comisiones unidas que votaron por la SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS, los jueces que, teniendo a su cargo los procesos de los llamados reos políticos, han violado la Ley por obedecer una consigna o han, por lo mismo, retardado una sentencia justa, LOS TRAIDORES A LA CAUSA Y TODOS LOS JEFES DEL EJÉRCITO QUEDAN FUERA DE LA LEY; SE LES JUZGARÁ SEGÚN LAS DISPOSICIONES QUE ELLOS HAN TOMADO RESPECTO DE LOS INSURRECTOS;

III. Se reconoce, como Presidente provisional y jefe supremo de la revolución, al señor Francisco I. Madero; IV. Se proclama, como Ley Suprema, la Constitución de 1857, el Voto libre y la No Reelección; V. Se reformará la Ley de Imprenta, de un modo claro y preciso, determinando los casos en que una persona puede quejarse justamente de difamación, así como también los casos en que es un delito trastornar el orden público, atendiendo a las causas y fines del hecho, para castigar debidamente al culpable, si el trastorno mencionado constituye efectivamente un delito; VI. SE REORGANIZARÁN LAS MUNICIPALIDADES SUPRIMIDAS;

VII. QUEDA

ABOLIDA LA CENTRALIZACIÓN DE LA ENSEÑANZA, ESTABLECIENDO, EN SU

LUGAR, LA FEDERALIZACIÓN DE LA MISMA;

VIII. Se protegerá en todo sentido a la raza indígena, procurando por todos los medios su dignificación y su prosperidad; IX. TODAS LAS PROPIEDADES QUE HAN SIDO USURPADAS PARA DARLAS A LOS FAVORECIDOS POR LA ACTUAL ADMINISTRACIÓN SERÁN DEVUELTAS A SUS ANTIGUOS DUEÑOS; X. SE AUMENTARÁN LOS JORNALES A LOS TRABAJADORES DE AMBOS SEXOS , tanto del campo como de la ciudad, EN RELACIÓN CON LOS RENDIMIENTOS DEL CAPITAL, para cuyo fin se nombrarán comisiones de personas competentes para el caso, las cuales dictaminarán, en vista de los datos que necesiten para esto; XI. LAS HORAS DE TRABAJO NO SERÁN MENOS DE OCHO NI PASARÁN DE NUEVE; XII. LAS EMPRESAS EXTRANJERAS establecidas en la República EMPLEARÁN EN SUS TRABAJOS LA MITAD CUANDO MENOS DE NACIONALES MEXICANOS , tanto en los puestos subalternos como en los superiores, con los mismos sueldos, consideraciones y prerrogativas que concedan a sus compatriotas; XIII. Inmediatamente que las circunstancias lo permitan, se revisará el valor de las fincas urbanas, a fin de establecer la equidad en los alquileres, evitando así que los pobres paguen una renta más crecida, relativamente al capital que estas fincas representan, a reserva de realizar trabajos posteriores para la construcción de habitaciones higiénicas y cómodas, pagaderas en largos plazos para las clases obreras; XIV. T ODOS LOS PROPIETARIOS QUE TENGAN MÁS TERRENO DE LOS QUE PUEDAN O QUIERAN CULTIVAR ESTÁN OBLIGADOS A DAR LOS TERRENOS INCULTOS A LOS QUE LOS SOLICITEN,

teniendo, por su parte, derecho al rédito de un 6 por ciento anual, correspondiente al valor fiscal del terreno; XV. Quedan abolidos los monopolios de cualquiera clase que sean. ¡Abajo la Dictadura! Voto Libre y No Reelección. Sierra de Guerrero. Marzo 18 de 1911. Los Representantes.[*] El original fue firmado, en representación del Estado de Guerrero, por Joaquín Miranda padre y Joaquín Miranda hijo; de Michoacán, por Carlos B. Múgica, Rodolfo Magaña, Antonio Navarrete y Gildardo Magaña; de Tlaxcala, por Gabriel Hernández; de Campeche, por José Pinelo; de Puebla, por Francisco y Felipe Fierro, y del Distrito Federal, por Francisco Maya, Miguel Frías y Felipe Sánchez. Lo suscribió también la señorita Dolores Jiménez y Muro, a cuyo cuidado quedó confiado el original en el que se estamparon las firmas de quienes integraban el grupo, pues siendo el proyecto repartir con toda profusión dicha proclama el día que estallara el movimiento en la ciudad de México, la misma señorita Jiménez Muro sugirió la conveniencia de no hacer figurar los nombres de dicho documento, mientras algunos de los firmantes permanecieran en la Metrópoli, y así se hizo.

[*]

1954.

“Fuentes para la Historia de la Revolución Mexicana”, I. Planes políticos y otros documentos.

Parte rendido por el coronel Agustín A. Valdés, jefe del Destacamento situado en Casas Grandes, Chih., dando cuenta de la defensa de dicha plaza por las fuerzas federales a su mando, auxiliadas por las del coronel Samuel García Cuéllar, y del mayor Vito Alessio Robles, atacadas por los principales núcleos de la revolución, acaudillados por don Francisco I. Madero, Abraham González, Pascual Orozco y José de la Luz Blanco, siendo hecho prisionero el ingeniero Eduardo F. Hay, jefe del Estado Mayor del señor Madero.

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[A.D.N.] [2/a. Zona Militar. Sección Mixta de Operaciones. Destacamento Número 46. Da parte de la defensa de Casas Grandes.] 19 de marzo de 1911. Tengo la honra de comunicar a usted que en cumplimiento de las órdenes que recibí de conservar esta plaza, cuando en 18 de febrero próximo pasado quedé de destacamento aquí, procedí en el acto, previo el reconocimiento respectivo, a efectuar la organización defensiva de ella, aprovechando todos los trabajos, estudios, informes y demás elementos que ya se tenían, bien porque los había proporcionado la autoridad política o porque los habían practicado los comandantes de fuerzas que con anterioridad habían guarnecido este punto. Desde luego se pudo comprender que los rumbos de la población que más ventajas podrían ofrecer al enemigo para un ataque, eran: en primer lugar el sur, tanto por ser la dirección general que los sublevados habían seguido en sus movimientos de concentración, cuanto por ofrecerles esa parte de la población una diseminación de construcciones y accidentes del terreno, cuya posesión podrían utilizar para efectuar su movimiento de avance a cubierto y sin ser advertidos hasta llegar a lo que constituye la verdadera entrada en el pueblo; en segundo lugar, el lado oriente, pues por esa parte podría el enemigo aproximarse oculto entre el bosque de álamos que ahí existe, para ocupar las acequias que, partiendo del río, y con profundidades variables, riegan las tierras de labor que hay en ese rumbo; la tercera probabilidad estaba por el norte, pues ahí existe un grupo de casas y el panteón, que les ofrecería las mismas ventajas que las del sur, pero para esto tendrían que efectuar un movimiento desde el sur

por ser el terreno hacia el norte enteramente descubierto y presentar, por consiguiente, un extenso campo de tiro; por el oeste no era de esperarse un ataque a fondo sino una aproximación, ya fuera que el enemigo se presentara por el sur o por la Sierra del Pajarito al noroeste, pues el terreno en ese rumbo es despejado y presenta, como por el norte, un buen campo de tiro. En consecuencia, la organización defensiva de la plaza quedó definitivamente resuelta de la manera siguiente: una línea de defensa exterior, para el caso de que esta guarnición fuera reforzada como se había solicitado de ese Cuartel General en telegrama de 20 de febrero próximo pasado y con posterioridad en 28 del mismo y 2 del actual, y otra línea de defensa interior, cuya extensión estuviera en relación con el efectivo combatiente de este destacamento; en tal concepto, se procedió a la organización de esta última y se aceptó y terminó una trinchera que se había hecho en el lado norte; se hizo un abrigo de adobes para un puesto avanzado hacia el sur, se eligieron las casas del perímetro de la población que ofrecían más ventajas para establecer en ellas una serie de puestos que pudieran prestarse mutuo apoyo, y cruzar sus fuegos al exterior, los cuales fueron numerados del 1 al 7; se terminó la red de alambre con púas que, como defensa accesoria, se estableció en la línea del oeste para resguardar la población por ese lado, se designaron las construcciones que, en su caso, determinarían la línea de defensa exterior y se eligieron otras casas de la defensa interior, como puestos secundarios que defenderían en caso necesario unos grupos de vecinos armados en número como de 50 que ofrecieron sus servicios a la autoridad política; de acuerdo con ésta se dio organización más militar a un cuerpo de individuos armados y pagados por el Gobierno del Estado, que estaban al servicio de dicha Jefatura, formándose dos secciones con sus respectivos comandantes, subdivididas en tres escuadras cada una al mando de un cabo primero con un cabo segundo, dándosele a esta fuerza la denominación de “Auxiliares de Casas Grandes” la que, con un efectivo de unos noventa hombres, quedó a las órdenes de un comandante. Todas las disposiciones que se expresan acerca de la organización defensiva, están indicadas en el croquis que se acompaña, cuyo levantamiento se dispuso que hiciera un oficial del Batallón de mi mando. El 15 del mes próximo pasado, el cabecilla José de la Luz Blanco, después de haber intimado rendición a esta plaza, hizo un movimiento de avance hacia el norte con unos 500 hombres, y sobre la marcha se fraccionó su fuerza siguiendo la mayor parte a las órdenes de él rumbo a Sonora y el resto para Janos y Ascensión, al mando de otros cabecillas,

quienes le pusieron sitio a este último lugar, de donde fue rechazado el enemigo. El 23 fue ocupada la Ascensión y con anterioridad lo había sido Palomas, por donde se sabe que los sublevados se proveyeron de abundantes pertrechos de guerra. También se tuvo conocimiento de que el cabecilla Pascual Orozco se había presentado en la Hacienda de San Luis con unos 400 hombres, al oriente de este lugar. Desde entonces el enemigo ejerció un dominio de hecho en todo el norte de este distrito, lo mismo que al sur con la posesión de la Hacienda de San Diego, al oriente con la ocupación de los pueblos de Galeana y San Buenaventura y por consiguiente en toda la Sierra. Sus movimientos eran constantes, ya de concentración en determinados puntos, ya de diseminación sobre diversos lugares, coincidiendo todos esos movimientos con la aparición de nuevas partidas y tendiendo todos ellos a tener en aislamiento completo a esta plaza, bien interrumpiendo sus medios de comunicación o ya hostilizándolos de manera que esta guarnición no pudiera comunicarse con ningún lugar de donde pudiera recibir auxilios. En vista de esta actitud del enemigo y de las pocas noticias que se podían adquirir de sus movimientos e intenciones, se esperaba que de un momento a otro efectuara alguna concentración de partidas e intentara apoderarse por sorpresa de esta plaza, por lo que se redobló la vigilancia y se estableció un servicio de puestos avanzados, patrullas y exploradores que permitieran rechazar un ataque, por brusco e inesperado que fuera. En 28 de febrero se tuvo conocimiento de la llegada a Estación Guzmán (ferrocarril del noroeste) de una columna a las órdenes del coronel Samuel García Cuéllar, y como ese mismo día fueron destruidos por los sublevados varios puentes de la citada vía férrea, quedó definitivamente interrumpido el servicio telegráfico a Ciudad Juárez y al día siguiente el telefónico a Madera, únicos medios de comunicación con que cuenta esta población, desde el 1º del corriente quedó completamente aislado este punto, sin poder comunicarse con las fuerzas del coronel García Cuéllar ni con ningún otro lugar, pues los correos que se mandaban con ese objeto eran perseguidos o capturados por los sediciosos. En tales condiciones, era evidente que la plaza tendría que atenerse sólo a los elementos con que contaba para resistir el ataque de los principales núcleos de la revolución, y en esta convicción, desde el día primero del actual se hizo la distribución de fuerzas para los diversos puestos de la línea de defensa interior, los que fueron dotados de suficiente número de cartuchos de reserva; estableciéndose conductores especiales para cada puesto, a fin de que en caso necesario condujeran municiones a los que se les habían designado; habiendo en la plaza, para la defensa, un personal de 2 Jefes, 13 Oficiales

y 323 individuos de tropa del Batallón número 18, 1 Oficial y 7 de tropa de otros cuerpos, 2 cabos 2/os. y 27 Guardas del 3/er. Cuerpo Rural de la Federación, 88 “Auxiliares de Casas Grandes” y unos 50 vecinos voluntarios armados; en cuanto a armamento, la tropa estaba dotada del fusil máuser reglamentario, los rurales con las armas que tienen en uso, los auxiliares con Rémington reformado de 7 mm. Winchester de 30-30, y los vecinos con los mismos Remington y otras armas de su propiedad de diversos sistemas y calibres, contándose con una ametralladora Hotchkins y 105 527 cartuchos para fusil, además de unos 20 000 que tenía la Jefatura Política y la dotación correspondiente a las armas de los vecinos. A fin de obtener la disciplina y sostener la moral en los auxiliares, éstos fueron repartidos en los puestos de combate en la proporción de diez de ellos por veinte de fuerza federal; los vecinos voluntarios formaron cuatro grupos con sus respectivos jefes y tuvieron a su cargo la defensa de tres puestos secundarios de la línea de defensa interior. La ametralladora con su personal, a las órdenes del teniente del 3/er. Regimiento de Artillería Pedro Prida, y con un retén de 20 de tropa del 18/o. Batallón, se situó en la azotea de la iglesia parroquial, punto dominante en donde se estableció un servicio de vigía. El puesto de socorro quedó establecido en la Enfermería Militar de esta plaza, a cargo del mayor médico cirujano Leopoldo Paullada, teniendo a su servicio individuos de tropa del Batallón número 18 comisionados como enfermeros. Se dispuso reforzar con diez de tropa la guardia de policía de la Cárcel Pública, para la mayor seguridad de los presos del orden común, prisioneros y complicados en el movimiento sedicioso, que guardan su prisión en dicho lugar. En el cuartel quedó la Guardia de Prevención para el resguardo de las municiones y depósito y una pequeña reserva disponible para emplearla en donde fuera necesario, y en la Enfermería un retén de diez hombres. El mando de la línea de defensa al oeste, incluyendo la trinchera norte, se encomendó al teniente coronel del Batallón José M. Quiroz y el de la del oeste, comprendidos el puesto destacado y la trinchera del sur se dio al Capitán 1/o. Ayudante Lucio Gallardo. Del 1º al 4 no se tuvieron más noticias que los constantes movimientos del enemigo del sur a norte, la concentración de varios grupos al mando de un tal Alanís, en las inmediaciones de las Minas de San Pedro, distante unos 50 kilómetros de este punto, el paso por Colonia Juárez y San Diego rumbo al sur, de la partida de José Orozco, y se supo que en La Ascensión había sido vista una fuerza de Caballería de la Federación.

El domingo cinco a las cuatro y treinta minutos de la tarde (4:30 p.m.), el vigía situado en la azotea de la iglesia avisó que por el punto denominado Puerto del Chocolate, al sudeste de la población, se avistaba una numerosa columna con un tren de carros; me trasladé inmediatamente al lugar del vigía, y observé que en efecto se veía un grupo considerable de tropa a caballo con carros, pero sin que se pudiera precisar por el momento si era fuerza federal, como algunos suponían, ya por cierta regularidad que se notaba en la formación que traía, bien por alguna uniformidad que se advertía en sus vestidos, pues la distancia a que estaba esa fuerza en aquellos momentos era como de tres leguas. Transcurridos algunos instantes y estando ya más cerca aquel grupo, se pudo comprobar que era fuerza enemiga, en número como de quinientos a seiscientos hombres montados, con trece carros cargados y que tomaban la dirección de esta plaza, de donde distaba unas dos leguas. En vista de la actitud resuelta del enemigo, por su movimiento de avance sin precaverse para no ser visto, se comprendió que su intención era atacar desde luego la plaza o hacerlo en la noche, después de los acostumbrados reconocimientos. En el acto se dispuso la ocupación de todos los puestos de combate por las fuerzas y paisanos que ya estaban designados, de acuerdo con el plan de defensa adoptado, y se dictaron las demás disposiciones previstas para esperar el ataque del enemigo; éste llegó al Rancho del Refugio, distante unos tres kilómetros al sur de la población, y ahí estableció su base de operaciones sobre esta plaza, destacando desde luego sus avanzadas hasta unos 800 metros al sur de los puestos de la defensa. A las nueve y media de la noche el Comisario de Nueva Casas Grandes avisó por teléfono a la Jefatura Política que la columna del coronel Samuel García Cuéllar se aproximaba a aquel punto y que debía llegar dentro de breves momentos; esta noticia fue recibida con aplausos por los vecinos armados que se encontraban en la Jefatura para prestar sus servicios, y se trasmitió a todos los puestos de la defensa, lo que levantó aún más la moral de los defensores de la plaza, en cuyos ánimos estaba acentuada la firme convicción de que el enemigo sería rechazado cualquiera que fuera su número; con el refuerzo tan inesperado que nos llegaba, se tenía la completa seguridad de la derrota de los rebeldes; ya no se dudó del éxito y se aguardaba con impaciencia el momento del ataque. Como a las once me puse al habla por teléfono con el coronel García Cuéllar, a quien le expliqué a grandes rasgos la situación de la plaza, la posición del enemigo y su probable plan de ataque; quedando convenido entre ambos que tan luego como el enemigo iniciara el ataque, le diera

aviso por teléfono para efectuar él su movimiento sobre este punto. Como a esa hora se notó que no corría agua por la acequia del pueblo, lo que hizo sospechar que el enemigo había cortado el agua de la acequia madre, para que escurrida ésta durante la noche le sirviera de trinchera al día siguiente; había que esperar también un ataque rudo por el oriente. En el curso de la noche y de la madrugada el enemigo ocupó y aspilleró varias casas del sur, oriente y norte, que estaban fuera de la línea de defensa interior, para batir los puestos que desde ellas se avistaban. Por fin, a las cinco de la mañana (hora de México) del día seis, cuando aún no amanecía, un grupo como de trescientos hombres dirigió un ataque vigoroso por el sur, siendo contenido por los puestos 2, 3 y 4, el VII y la trinchera sur que estaban mandados, respectivamente, por el cabo segundo del 3/er. Cuerpo Rural de la Federación, Valente Hernández, capitán 2/o. Miguel G. Moreno, subteniente Víctor Bedoya, sargento 1/o. Casimiro Hernández, y capitán 2/o. Pedro Cevallos, a la vez que por el nordeste otro grupo como de doscientos hombres, atacaba la trinchera norte que estaba defendida por el capitán 2/o. Gilberto Arce, teniendo como subalterno al subteniente Manuel Bernal Campos, y el puesto 7 mandado por el subteniente José G. Espinosa. Después de más de hora y media de combate intenso, el enemigo fue rechazado por el sur en sus dos avances resueltos que hizo para apoderarse de la entrada al pueblo; por un momento cesaron sus fuegos y sólo continuaron disparos aislados que se hacían dentro de las casas que los rebeldes tenían ocupadas; pero al poco rato se hizo sentir un ataque más rudo aún que el anterior por el sudeste, y que era dirigido desde la acequia madre, de la cual el enemigo se había posesionado y por donde avanzaba hacia el norte ejecutando un movimiento envolvente, a la vez que intentaba avances hacia otra acequia de riego, para apoderarse de ella y dominar desde allí con sus fuegos a los puestos de ese lado, pero la trinchera sur y los puestos VII, 4, C y 5, este último mandado por el subteniente Raymundo Urcid, y el C por el C. Victorio Varela, lo recibieron con sus fuegos y contuvieron sus avances; el ataque se generalizó por el oriente; siendo batido también por los rebeldes el puesto 8 que estaba al mando del subteniente José Cervantes, de donde fueron igualmente contenidos. Hora y media duró la mayor intensidad de este nuevo combate, siendo rechazado el enemigo en sus varios intentos de avance para apoderarse de las casas que están al sudeste, sin que pudiera posesionarse de un solo palmo de terreno de la línea de la defensa interior. Por el nordeste continuaba el combate, habiendo sido herido en los primeros disparos el capitán Arce que defendía la trinchera norte, siendo

substituido por el teniente Pedro Galindo que había quedado con la reserva en el Cuartel. La ametralladora batía desde la azotea de la iglesia los grupos enemigos, y el retén allí establecido, al mando del capitán 1º Francisco Aguilar, batía igualmente a los rebeldes que se dominaban desde aquella posición; por el oeste no se inició ningún ataque, y sólo algunos rebeldes aislados se presentaron por el noroeste pretendiendo hostilizar los puestos de ese lado, pero fueron rechazados por el puesto 1 que estaba mandado por el teniente Manuel Vázquez. Los puestos A y B mandados por los CC. Heraclio Rivera y Julián Aguilar el primero e Higinio J. Sada el segundo, no tuvieron necesidad de hacer fuego, por no tener objetivo que batir, lo mismo que el D establecido en la Jefatura Política para el resguardo de las oficinas y de la cárcel, y que estaba a cargo de un retén de auxiliares; con el servicio de policía y la presencia de un retén de fuerza federal en la cárcel, se conservó el orden en la prisión durante el combate, por las disposiciones enérgicas que se dieron para mantenerlo a toda costa. En esos momentos (7:30 a.m.) se avistaron las fuerzas de la columna del coronel García Cuéllar, que de Nueva Casas Grandes avanzaban por el nordeste y a las ocho lanzaban sus líneas de tiradores sobre el flanco derecho del enemigo; éste se desconcertó al verse cogido de revés y batido por su flanco e inició un movimiento de repliegue hacia su izquierda; pero la rapidez con que dichas fuerzas obraban y el oportuno empleo de la artillería para proteger el avance de la infantería, quebrantó el ataque que con tanto ardor se había generalizado en toda la línea sudeste, oriente y nordeste; como unas tres horas más sostuvo el enemigo la intensidad de sus fuegos, pero siempre procurando retirarse hacia el sur, lo que se le dificultaba porque los puestos de ese lado batían con fuego rápido los espacios descubiertos que los sediciosos tenían que pasar y las fuerzas de auxilio los atacaban por el flanco, viéndose obligados a sostenerse en sus posiciones de la acequia madre, en donde quedaron muchos de ellos muertos, hasta que el fuego de la artillería y el impulso de las líneas de tiradores de la columna los arrollaron hacia sus primitivas posiciones del rancho del Refugio, a la vez que la caballería y otras fuerzas de infantería que previamente avanzaron para cortarles la retirada, rompían sus fuegos sobre los fugitivos que, en número considerable aún, y acompañados de sus principales cabecillas, sólo atendieron a su salvación, abandonando toda su impedimenta y caballada, convirtiéndose aquella retirada en una desordenada fuga; advirtiéndose a gran distancia que en precipitada carrera se escapaban dos carros y un coche con toldo de lona blanca y un grupo de sediciosos que los escoltaba. Serían poco más de las

once de la mañana cuando se consumó este desastre. Mientras por el sur se desenlazaba el combate de manera tan desastrosa para los rebeldes, los que quedaron encerrados en las casas que habían ocupado al sur, oriente y nordeste, sin dejar de hostilizar a los puestos que tenían a la vista, seguían defendiéndose de los ataques que se les dirigían para desalojarlos de aquellas posiciones, costando aún algunas bajas la tenacidad con que aquellos hombres se defendían. Como en aquellos momentos entraba en la plaza la impedimenta de la columna, y poco después la Sección de Artillería, al mando del capitán 1º Carlos Chávez, se solicitó el auxilio de ésta para bombardear las casas ocupadas por los sediciosos, a fin de evitar más pérdidas de vidas atacándolas con infantería; una pieza fue conducida a la trinchera norte y otra a la salida sur, rompiendo sus fuegos, tan eficaces y bien dirigidos, sobre los objetivos indicados, que los rebeldes tuvieron que salir en precipitada fuga, quedando dentro de las casas algunos muertos, a la vez que la infantería perseguía con sus fuegos a los fugitivos y eran capturados por fuerzas de la columna algunos de éstos, entre los cuales figuraban diez y seis individuos de nacionalidad extranjera, en su mayor parte norteamericanos, habiendo muerto también dentro de las casas varios de la misma nacionalidad. Ya en las primeras horas de la mañana había muerto cerca de la trinchera norte, al ser atacado ese punto, el titulado capitán de aquel grupo de aventureros Albert L. Harrington, por los disparos del puesto 7, cuando el enemigo se aproximó a aquel lugar. En aquellos momentos fue seriamente herido en el brazo derecho, estando en la trinchera norte, el coronel García Cuéllar, por los disparos que hicieron algunos sediciosos que estaban encerrados en una casa cercana, y en donde los batió la artillería y la infantería de la misma trinchera, del puesto 7 del 6º y 12º Batallones, resultando muertos allí mismo. Por el sur la pieza que allí se emplazó batió de igual manera las casas en que se habían hecho fuertes los rebeldes, encontrándose entre éstas un pequeño comercio de abarrotes, muy cerca del puesto VII, en donde un grupo enemigo se obstinaba en no salir y en continuar haciendo fuego sobre la trinchera sur y puestos 4 y VII; el capitán 1º Ayudante del Batallón Lucio Gallardo, que durante el combate de la mañana se había situado en este último, según las instrucciones que tenía, destacó sobre esa casa un reconocimiento de algunos soldados, los que fueron recibidos con un nutrido fuego, por lo que fue necesario incendiar la casa arrimando hoja de maíz y tablas de cajones junto a las puertas, lográndose la captura de uno de ellos por el soldado Pablo García Morales acompañado del

soldado Marcos Pérez y muriendo los demás dentro de la casa, cuyos cadáveres fueron incinerados por las llamas que devoraron el edificio. Después se identificó al individuo capturado y resultó ser Eduardo F. Hay, ingeniero, de nacionalidad mexicana y titulado Mayor Jefe de Estado Mayor de Francisco I. Madero, siendo uno de los que con mayor actividad dirigieron el ataque a la plaza; en la misma casa y en una pieza que no se quemó estaba oculto un sedicioso herido que fue aprehendido y conducido por soldados del mismo puesto, y que dijo llamarse Bernabé Palacios. La artillería se dirigió al puesto 5 para batir desde ahí algunas casas del oriente, en donde aún había rebeldes, a la vez que fuerzas de infantería y caballería de la columna y algunos soldados de las tropas de la guarnición registraban las casas diseminadas por el norte y por el sur y batían y capturaban fugitivos que corrían o que estaban ocultos en ellas; en el corral de una de éstas al sur, ya cerca de la salida, estaba un grupo de cuatro sediciosos, de los cuales tres murieron a los primeros disparos, quedando uno que se defendía con decisión y que fue muerto por el soldado del 18º Batallón Casimiro Hernández, resultando, según identificación que pudo hacerse después, ser ese individuo el titulado capitán José Dolores Palomino. El combate propiamente dicho se desarrolló desde las cinco hasta las once de la mañana, siendo su mayor intensidad de cinco a ocho y algo menor hasta las once, en que el grueso del enemigo se retiró y se dispersó, quedando después tiroteos aislados, en la persecución y captura de los últimos fugitivos, hasta las cinco de la tarde; quedando en nuestro poder cuarenta prisioneros y en el campo muchos cadáveres de los rebeldes. A las seis de la tarde se incorporó sin novedad una fuerza del 18º Batallón que al medio día había marchado en unión de otra del 6º y 12º de infantería y 10º Regimiento a las órdenes del mayor Vito Alessio Robles, con el objeto de auxiliar y apoyar a una fuerza de caballería, que había avanzado hasta las posiciones del enemigo y se había apoderado de su impedimenta y caballada; dicha fuerza condujo ocho carros cargados de víveres, más de trescientos caballos y muchas armas recogidas en el campo del combate. Hasta ese momento se supo por los informes ministrados por los mismos prisioneros y corroborados por otros medios, que las fuerzas enemigas estaban mandadas por Francisco I. Madero en persona, a quien acompañaba su hermano Raúl, y secundado por Abraham González, titulado gobernador provisional de Chihuahua, el pretendido coronel José de la Luz Soto, un italiano de nombre José Garibaldi, titulado teniente

coronel, Eduardo F. Hay y otros cabecillas secundarios jefes de jequeñas gavillas; pudiendo estimarse muy aproximadamente en unos ochocientos hombres la partida de sublevados que atacó este pueblo, pues se tuvo conocimiento de que en la noche se les incorporaron como doscientos más. Se supo también que los cabecillas José Flores Alatorre y Alanís fueron heridos de gravedad y que el mismo Madero recibió una herida en el brazo derecho, quizá cuando emprendía la fuga en el coche de toldo de lona blanca que era en donde venía; además, según las noticias que se pudieron obtener de buena información, el enemigo tuvo muchos heridos, de los cuales unos quedaron prisioneros, algunos se dispersaron y otros fueron llevados al pueblo de San Buenaventura. Al día siguiente, cuando se terminó de levantar el campo, se pudieron estimar las pérdidas del enemigo, que fueron, además de su impedimenta, caballada y armas, cincuenta y ocho muertos vistos y cuarenta prisioneros, ocho de éstos heridos, habiéndose capturado al día siguiente otros prisioneros, dos de ellos heridos; además, es de creerse que algunos heridos dispersos hayan muerto entre las malezas y zanjones que están retirados de este lugar. Los dos prisioneros hechos por tropa del Batallón, así como algunas armas del enemigo que se recogieron de lugares cercanos a los puestos de la defensa, quedaron a disposición del Jefe de la Columna, por haber tomado ésta la mayor parte de los prisioneros y del botín de guerra y haber organizado el citado jefe el convoy de lo capturado a los sediciosos; habiéndosele entregado también muy importantes documentos, reveladores de los planes de Madero, que fueron encontrados en el cadáver de Palomino. En cuanto a las fuerzas de la defensa, los puestos 1, 2 y 3 no tuvieron novedad, el 4 tuvo un muerto y un herido, el 8 tres de tropa heridos y el comandante de la 1ª Sección de Auxiliares Constancia Melgarejo, el 6 tuvo dos muertos y un herido, el 7 dos muertos, la trinchera norte tres muertos, y heridos el capitán 2º Gilberto Arce y diez de tropa, la trinchera sur un muerto y un herido, el puesto destacado VII tres muertos y tres heridos, el retén de la panadería un herido, el de la azotea de la iglesia un cabo de artilleros herido y fue herido gravemente, muriendo momentos después, un conductor que guiaba a la artillería a la trinchera norte; siendo, en resumen, trece muertos y veintitrés heridos las pérdidas que sufrió la guarnición en este hecho de armas. Los heridos fueron eficazmente atendidos en el puesto de socorro, por el mayor médico cirujano Leopoldo Paullada, a quien auxilió después el de igual empleo de la columna Manuel Monter.

La plaza contaba para su defensa, el día en que fue atacada, con unos 500 combatientes en números redondos, siendo 2 jefes, 1 mayor médico cirujano, 14 oficiales, y 330 de tropa, de fuerzas regulares, y el resto de Rurales, Auxiliares, empleados y vecinos voluntarios. Teniendo en cuenta este efectivo, las pérdidas sufridas acusan una relación de 7% de tropa puesto fuera de combate, correspondiendo un 2.6% a los muertos y el 4.4% a los heridos, perteneciendo la mayor parte de ellos a las fuerzas federales, pues las de Auxiliares sólo tuvieron un herido; en cuanto a los oficiales, hubo la misma proporción fuera de combate, correspondiendo idéntica relación a heridos por haber sido uno solo el que resultó lesionado. Se consumieron 18 762 cartuchos para fusil máuser de calibre 7 mm. de los cuales 16 362 fueron disparados por las fuerzas de infantería y el resto por la ametralladora; la fuerza rural consumió 1 435; no se tienen datos de lo consumido por las fuerzas Auxiliares y paisanos. El número de cartuchos consumidos por la infantería da un promedio de consumo de cincuenta y un cartuchos por individuo. Me es satisfactorio hacer constar que todo el personal que estuvo a mis órdenes, tanto federal como auxiliar y de paisanos, cumplió satisfactoriamente con su deber, bien penetrado de la misión que a cada uno se le encomendó; siendo de estricta justicia hacer especial mención del personal de oficiales y tropa que formaba el puesto VII destacado, la trinchera sur y el puesto 4, por el valor y disciplina con que contuvieron y rechazaron los ataques que el enemigo dirigió por aquel punto en los primeros momentos del combate y por la buena dirección que durante él se imprimió a la defensa de las posiciones que se le habían confiado. También es de justicia hacer constar que el jefe político de este Distrito, C. Donaciano Mápula, ha prestado un importante concurso, poniendo a mis órdenes las fuerzas Rurales y Auxiliares que están al servicio de la Jefatura, proporcionando correos y guías cuando se han necesitado y facilitando todos los elementos de que ha podido disponer para organizar la defensa de la plaza, manteniéndose entre una y otra autoridad la más perfecta armonía y completa unidad de acción. Además de la carta del Distrito y croquis de este pueblo, se acompañan documentos justificativos de la captura por soldados del Batallón número 18 del titulado mayor Hay y de otro prisionero, y de la muerte por tropa del mismo de los pretendidos capitanes Harrington y Palomino. De la relación detallada que acaba de hacerse de los acontecimientos

desarrollados en esta plaza, y por el examen del plano de este pueblo y la carta de esta región, que se acompañan, indicándose en el primero la organización defensiva de este punto, se deducen dos conclusiones: la primera viene a corroborar lo que ya se ha informado a la superioridad, acerca de la importancia estratégica que este lugar tiene para los sediciosos, pues además de los elementos locales con que cuenta en ganado, harina, forrajes, &, les ofrecería una base para sus operaciones y un importante núcleo sobre una gran línea de comunicaciones, cuyo extremo norte estaría en Palomas, en donde podría establecer un servicio de transportes en carros, como actualmente lo tienen algunos particulares, pudiendo utilizar también parte del ferrocarril del noroeste, para proveerse por la cercana estación ferrocarrilera de Columbus (E.U.A.) de toda clase de recursos; no es de extrañar, pues, la insistencia con que los rebeldes han procurado aislar esta plaza para apoderarse de ella, y así se explica el ataque decidido que acaban de dirigirle, como un esfuerzo desesperado para obtener su posesión; y como la pretensión de los rebeldes de ocupar este punto no es simple cuestión de amor propio, sino asunto de alta conveniencia, y pudiera decirse que de imperiosa necesidad, es de creerse que intentarán de nuevo atacarlo en alguna oportunidad en que la guarnición esté débil y ellos hayan verificado alguna fuerte concentración de partidas; lo que demuestra la conveniencia de dar a este destacamento un efectivo capaz de poder resistir a los más rudos ataques que puedan dirigírsele, y que su organización y número le permitan desprender parte de él cuando sea necesario, sin que la plaza peligre. La segunda conclusión se refiere a la resistencia que la guarnición de esta plaza opuso al impetuoso ataque del enemigo, la que quebrantó su impulso y determinó el fracaso en sus propósitos, al ser rechazados por las tropas de la defensa, y su derrota por la columna del coronel García Cuéllar, al ser atacado por esas fuerzas. Examinado el plan de defensa que está indicado en el croquis adjunto, se ve que los sediciosos no hubieran podido trasponer la línea de resistencia que estaba ocupada por los defensores, aún cuando la guarnición hubiera tenido que bastarse a sí sola para la lucha; pues si bien mucho mayor en número el enemigo, carecía de la organización propia de una fuerza regular, y por ende, de la cohesión y solidaridad propias del Ejército; no se observó unidad en el ataque, pues faltó simultaneidad de energía sobre los puntos atacados, lo que permitió a la defensa rechazar sucesivamente los dos primeros ataques rudos por el sur, el del norte algo más débil, el que pocos momentos después dirigió impetuosamente por el sudeste y por final el del oriente cuando se generalizó el combate por ese

lado; además, en algunas horas de combate habría agotado sus municiones y no tenía parque que lo proveyera. Por otra parte, factores de orden moral aumentaban el vigor de la defensa, pues el ánimo de la tropa, que ni en circunstancias excepcionales de esta campaña ha decaído, se manifestaba muy levantado, y el soldado se batía con entusiasmo y decisión, debiéndose algunas de las bajas ocurridas al desprecio al peligro con que se presentaba al enemigo; este estado de ánimo de la tropa alentaba a los demás defensores e infundía entre los habitantes del pueblo la fe y la confianza en el triunfo de la causa del orden; y como factor principal, único que conduce al éxito, había en todos y cada uno de los defensores el firme propósito de luchar y el deseo inquebrantable de vencer. Permítame usted, mi general, que como jefe de esta guarnición, en nombre del personal que a mis órdenes combatió en defensa de esta plaza, presente nuestras respetuosas congratulaciones al Supremo Gobierno, por el triunfo obtenido aquí contra los sediciosos. Tengo el honor, mi general, de hacer a usted presentes mi subordinación y respeto. Libertad y Constitución. Casas Grandes, Chih., 19 de marzo de 1911. El Coronel Jefe del Destacamento, Agustín A. Valdés

Informe del licenciado Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, D. C., al Secretario de Relaciones Exteriores, comunicando el resultado de su entrevista con el Presidente Taft, relacionada con el retiro de fuerzas americanas en la frontera, y la rectificación hecha a la aseveración del Embajador de los Estados Unidos en México, acerca de “que nuestro Gobierno ya no tiene como antes los elementos de fuerza para dar protección a los intereses americanos”…

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[A.R.E., L-E-646] [Embajada de México en Washington.] Washington, 23 de marzo de 1911. Con referencia a mi nota muy reservada número 32, de 21 del actual, tengo la honra de informar a usted que como es de estilo, después de mi última entrevista con el señor Presidente Taft, fui al Departamento de Estado para dar cuenta de ella. El señor subsecretario Huntington Wilson, con quien hablé por ausencia del secretario Knox, me dijo que ya tenía noticia de todo lo que había tratado yo con el Presidente, y me renovó las seguridades dadas por el Jefe del Estado sobre su actitud respecto de México. Como manifestase yo que el Herald de Nueva York había publicado sin fundamento que el objeto de mi visita al señor Presidente fue pedir el retiro de las fuerzas americanas que avanzan hacia la frontera, lo que no podía haber hecho yo, pues carecía de instrucciones para ello y era improcedente en la forma indicada, se convino en publicar de común acuerdo una rectificación, y yo por mi parte di los pasos conducentes, apareciendo en la edición de hoy de dicho periódico, que no pedí al Presidente Taft el lunes pasado el llamamiento de las tropas referidas. El señor Huntington Wilson me dijo que una de las razones del señor Presidente para estacionar las tropas en la frontera es de orden fiscal, pues como están para agotarse las partidas correspondientes del Presupuesto de Egresos, no podrá disponer de fondos el Ejecutivo con destino a movilizaciones del Ejército, sino hasta el próximo año fiscal. Me habló en seguida del informe telegráfico enviado por el cónsul en Durango, sobre asalto a una propiedad minera de la American Smelting Company, y amagos hechos por revoltosos a los empleados americanos de

la negociación. Sobre este asunto dirigí a usted un telegrama que por separado confirmo. El señor Wilson agregó al informe anterior que la Embajada de los Estados Unidos en México comunica la impresión de que nuestro Gobierno ya no tiene como antes los elementos de fuerza para dar protección a los intereses americanos. Habiéndole pedido al señor Wilson que me permitiese tomar nota textual de esa declaración, por su gravedad extrema, hizo algún esfuerzo para quitarle la crudeza al concepto, pero ante la imposibilidad de dar un sentido menos contundente a las palabras del jefe de dicha Embajada, no hizo sino dejarlo en los términos siguientes: “La Embajada Americana expresa la impresión de que el Gobierno de México no siempre está dispuesto a proteger los intereses privados.” Al terminar de escribir en una hoja de un block, colocado en la mesa del señor subsecretario Wilson, esas frases —pues quise hacerlo en presencia de éste— le manifesté de una manera cortés pero precisa, que me sorprendía la declaración hecha por el jefe de su Misión en México, contraria por completo a los hechos, pues, para no citar sino uno, me permitía recordarle la eficacia con que el Gobierno de México había enviado fuerzas para proteger las obras de defensa del río Colorado, a pesar de la enorme distancia y de las dificultades para el transporte de esas fuerzas. “Así es en efecto, me dijo el señor Huntington Wilson, y el Gobierno Americano está tranquilo en lo que a tales obras de defensa se refiere.” “Entonces, agregué yo, considerará usted, señor subsecretario, injustificados los conceptos que aparecen en ese telegrama, cuyo texto comunicaré a mi Gobierno.” En seguida el señor Huntington Wilson se refirió a la forma en que se ha publicado en México la noticia de la contraorden dada por el Gobierno americano para la permanencia de los buques de guerra en puertos mexicanos, y yo le manifesté que, según mis noticias, el Gobierno de México se había limitado a publicar el telegrama en que le hacía yo saber que, en respuesta a mis gestiones, se había dado la orden para que los buques no permaneciesen en nuestros puertos sino el tiempo necesario para tomar carbón. Refiriéndome en seguida a las declaraciones amistosas que se sirvió hacer en esa ocasión el señor Presidente Taft, díjele que no tenía noticia de que en periódicos de México se hubieran hecho comentarios en forma desagradable al Gobierno de este país, como lo habían hecho algunos periódicos americanos, y le cité el caso del Washington Times, que puso en mis labios declaraciones que nunca hice

yo acerca de mi entrevista con el señor Presidente Taft, como se lo expresé con disgusto a un redactor de dicho periódico, quien me ofreció hacer la rectificación debida, que todavía no aparece. El señor Huntington Wilson me manifestó el concepto que tiene de dicho periódico, y como publicación sensacional, que carece de seriedad, y me dijo que no podía dársele crédito a las publicaciones del género de ésa, que atacan al Presidente Taft y a su Gobierno con armas desleales. Por fin me referí a la situación del señor general Luque, que es objeto de mi nota número 209 de esta misma fecha, con lo que terminó la entrevista, de la que he querido darle a usted cuenta minuciosa, por la importancia que tienen algunos de los puntos tratados en ella, especialmente el del telegrama de la Embajada Americana en México, que es muy significativo. Por separado tengo la honra de confirmar a usted el mensaje relativo a la protección de los intereses mineros en Durango, de la American Smelting Company. Para que quede constancia precisa de lo sucedido en mi entrevista con el señor Huntington Wilson, hoy envío al Departamento de Estado, acompañado de una nota de remisión, el memorándum cuya copia se servirá usted ver entre los anexos. Va también un recorte del New York Herald de hoy, en que se da noticia de dicha conferencia. Reitero a usted las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. Francisco León de la Barra Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

Nota del señor Huntington Wilson, Secretario de Estado interino, del Gobierno Norteamericano, girada al licenciado Francisco León de la Barra, Embajador de México, en respuesta a su petición para que se permitiera al Gral. Luque adquirir provisiones en la frontera americana.

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[A.R.E., L-E-660] [Department of State.] Washington, 24 de marzo 1911. No. Excelentísimo señor: Con referencia a la contestación de este Departamento a la nota de Vuestra Excelencia del 20 del actual, en la que se sirve manifestar el deseo del general Luque de adquirir provisiones de este lado de la frontera, y con referencia también a los deberes de los empleados aduanales americanos con relación a dichas transacciones, tengo la honra de llamar la atención de Vuestra Excelencia sobre el hecho de que dichos empleados, en el cumplimiento de sus deberes únicamente deben ejecutar las disposiciones vigentes, según las cuales sólo pueden tener lugar las exportaciones e importaciones por determinados puntos de entrada. Ruego a Vuestra Excelencia acepte las seguridades de mi más alta consideración. Huntington Wilson, Secretario de Estado interino. Excmo. señor don Francisco L. de la Barra, Embajador de México. [Es traducción. Washington, 4 de abril de 1911.] Segundo Secretario.

Instrucciones solicitadas por el licenciado Francisco León de la Barra, Embajador de México en Washington, D. C., al secretario de Relaciones Exteriores, para rectificar las declaraciones atribuidas al señor José Ives Limantour, aseverando que la confianza del pueblo mexicano en el Gobierno había disminuido.

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[A.R.E., L-E-660] [Supuestas declaraciones del Sr. Limantour.] [Reservada.] Washington, marzo 24 de 1911. Hoy dirigí a usted el telegrama que descifrado dice: “En datos que parecen procedentes de la Casa Blanca o Departamento de Estado publícase aquí que el señor Limantour, después de junta gabinete, declaró que durante su ausencia, confianza pueblo mexicano en Gobierno ha disminuido y ya no es la misma que antes. A esto se da mucha importancia aquí. Ruego a usted darme instrucciones sobre lo que debo decir a la prensa al interrogárseme.” Adjunto se servirá usted encontrar un recorte del Washington Post, de esta fecha con las noticias a que se refiere el telegrama anterior. Con este motivo, tengo la honra de reiterar a usted las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. Francisco León de la Barra Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

Respuesta del Departamento de Estado del Gobierno de los Estados Unidos, al memorándum de la Embajada de México en Washington, acerca de la detención de un cargamento de armas y municiones, por las autoridades locales en Del Río, Texas, destinado a los revolucionarios, haciendo notar que su comercio no estaba prohibido por las reglas del derecho internacional, ni por las llamadas leyes de neutralidad.

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[A.R.E., L-E-660]

AIDE-MEMOIRE En respuesta al memorándum de la Embajada Mexicana, de 20 del actual, relativo a la detención por autoridades locales en Del Río, Texas, de un cargamento de treinta fusiles y diecinueve mil cartuchos, destinado, según se dice, a los insurrectos de México, el Departamento de Estado tiene la honra de participar que han sido enviadas copias de dicho memorándum, a los Departamentos de Guerra y de Justicia, con la solicitud de que se tomen las medidas del caso. A este respecto, sin embargo, el Departamento aprovecha la oportunidad para llamar la atención de la Embajada sobre las notas del Departamento de 24 y 28 de enero y 11 de febrero de 1911, en que se hizo ver que el simple comercio de armas y municiones no está prohibido ni por las reglas del derecho internacional, ni por las llamadas leyes de neutralidad de los Estados Unidos, según ha sido claramente determinado por los tribunales federales en la causa de los Estados Unidos contra Murphy, sobre lo que el Excelentísimo señor Embajador de México tuvo la bondad de llamar la atención de este Gobierno, y que el Departamento tuvo la honra de señalar en su nota de 24 de enero. Departamento de Estado. Washington, 24 de marzo de 1911. [Es traducción.] Washington, 28 de marzo de 1911. Germán Buller, Segundo Secretario.

Respuesta del Departamento de Estado Americano, al memorándum de la Embajada de México, acerca de una carta escrita por Abraham González, en El Paso, Texas, y a las actividades de los insurgentes mexicanos en las inmediaciones de Ciudad Juárez y Casas Grandes, Chih., manifestando que dichos actos “no constituyen ninguna infracción de las leyes de neutralidad de los Estados Unidos, y que, por consiguiente, no será posible fundar ninguna acción criminal”…

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[A.R.E., L-E-660] Memorándum El Departamento de Estado tiene la honra de acusar recibo del memorándum de la Embajada de México, de 17 del actual, con que trasmitió, para ser comunicada al Departamento de Justicia, una carta escrita por Abraham González, en El Paso, Texas, sobre los movimientos de los insurgentes mexicanos cerca de Juárez y Casas Grandes; y de manifestar que ha enviado copia al Procurador General para su información y para que tome las medidas que juzgue convenientes. En lo que respecta a las sugestiones hechas por la Embajada en su memorándum, el Departamento se permite hacer notar que, sin embargo, los actos a que se refiere la Embajada no constituyen ninguna infracción de las leyes de neutralidad de los Estados Unidos, y que, por consiguiente, no será posible fundar ninguna acción criminal en lo comunicado por la Embajada. Por otra parte, sin embargo, de que el asunto no está en completa relación con el presente memorándum, puede hacerse notar que tal acción, según ha sido referida, apenas si podría ser considerada como una violación de los principios de la ley internacional fijados por la Convención sobre derechos y deberes de potencias y personas neutrales en casos de guerra terrestre, y que se firmó en El Haya, en 1907. Departamento de Estado. Washington, 25 de marzo de 1911. [Es traducción.] Washington, 28 de marzo de 1911. Germán Buller, Segundo Secretario.

Memorándum suscrito por el señor Philander C. Knox, Secretario de Estado del Gobierno de los Estados Unidos, dando respuesta al de la Embajada de México en ese país, en el sentido de verse imposibilitado su Gobierno, por su Constitución y sus leyes, para impedir el tráfico de armas y municiones, por no constituir una violación a los principios internacionales de neutralidad, haciendo notar “que un considerable número de insurrectos, y tal vez la mayor parte de ellos, están armados con fusiles Máuser y no americanos”.

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[A.R.E., L-E-660] Memorándum El Departamento de Estado ha recibido el memorándum de la Embajada Mexicana, fecha 18 del actual, manifestando que, según informes que obran en poder de la Embajada, la I. C. Hirsch Iron, Steel and Rail Company, de Cincinnati, Ohio, se disponía a vender, por proposiciones recibidas al efecto, cierta cantidad de fusiles y cartuchos. El Departamento de Estado se ve en la obligación de repetir, como frecuentemente lo ha hecho, que el tráfico de armas y municiones no constituye una violación ni de los principios internacionales de neutralidad, ni de las llamadas leyes de neutralidad de los Estados Unidos, y que este Gobierno está imposibilitado por su Constitución y sus leyes, para tomar cualquiera medida sobre el particular, a menos que y hasta que se cometa la violación de las leyes. Sin embargo, se ha enviado copia del memorándum de la Embajada al Departamento de Justicia, con objeto de que pueda observar la supuesta venta en caso de que se efectúe, y prevenir que se viole cualquiera de las leyes de este Gobierno. A este respecto, el Departamento de Estado desea llamar la atención de la Embajada sobre el hecho de que el informe en su poder viene a demostrar que un considerable número de insurrectos, y tal vez la mayor parte de ellos, están armados con fusiles máuser y no americanos. P. C. Knox Departamento de Estado. Washington, 29 de marzo de 1911.

[Es traducción.] Washington, 1º de abril de 1911. Segundo Secretario.

Informe de Luis G. Pardo, embajador México en Guatemala, al secretario Relaciones Exteriores, acerca de actividades de S. G. Hopkins, “abogado revoltoso y consejero Legaciones Centro-Americanas”.

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de de las de

[A.R.E., L-E-660] [Reservada.] Guatemala, 30 de marzo de 1911. Tengo la honra de acusar recibo del cablegrama que se sirvió usted dirigirme con fecha de ayer y que dice: “Embajada en Washington díceme Hopkins, abogado revoltosos y consejero Legaciones Centro-Americanas, salió de Nueva Orleans con destino Guatemala, llegando probablemente martes. Hostiles México por frontera Chiapas. Comunícolo usted para que vigile movimientos Hopkins e informe esta Secretaría. Individuo es fácilmente comprable afecto al alcohol e indiscreto.” Tan luego como recibí el cablegrama anterior, tomé algunas disposiciones para vigilar los movimientos de Hopkins y dirigí a usted inmediatamente mi cablegrama de hoy, que ratifico y que dice: “Hopkins aquí desde domingo. Vigilaré sus movimientos. Dígame si autoríceme hacer gastos extraordinarios para organizar vigilancia y si debo intentar comprar Hopkins.” Posteriormente supe por conducto fidedigno, que el señor Hopkins regresará probablemente a Washington, por el próximo vapor que saldrá de Puerto Barrios el lunes próximo, por lo que de ésta deberá salir el domingo, y estoy al tanto de si verifica su viaje, para avisarlo a usted oportunamente. Esto motivó mi cablegrama de la misma fecha, que igualmente ratifico. El señor Hopkins ha tenido algunas conferencias con el Presidente; pero nada de lo que en ellas hayan tratado se ha traslucido, y creo imposible averiguarlo. Aquí se espera que llegará el general Davis pasado mañana, y trataré igualmente de vigilarlo, pues como usted sabe, ese general goza de toda la confianza del Presidente Estrada Cabrera, y es una de las influencias que cree tener en Washington. Renuevo a usted las seguridades de mi consideración muy alta y distinguida. Luis G. Pardo

Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

Traducción del señor J. L. Canalizo, cónsul de México en Philadelphia, Pa., de los comentarios hechos por el periódico The Public Ledger, al mensaje de paz del Presidente Porfirio Díaz, al vigésimo quinto Congreso.

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[A.R.E., L-E-648]

THE PUBLIC LEDGER [Traducción.] Philadelphia, Pa., 3 de abril de 1911.

EL MENSAJE DE PAZ DE DÍAZ La momentánea impresión del mensaje del Presidente Díaz al vigésimo quinto Congreso, es la de traer la paz a México y reducir la revolución a una condición de mero latrocinio aun cuando dicha oferta de paz no fuere aceptada por los cabecillas revolucionarios. Un estudio de la carrera de Díaz deja la convicción inevitable de que es un hombre de inteligencia muy clara y previsora, y que no vacilaría en adoptar cualesquiera medidas con el fin de salvar a su patria, aunque ellas parecieran trastornar su propia política. Ha cumplido con todo lo que se esperaba. Su mensaje, en que bosqueja las reformas que ha sometido al Congreso y al país, es más que una mera recomendación —es una promesa solemne— y como tal será recibido en México. Las reformas prometidas son extensas y fundamentales, y no solamente llenan las demandas de los revolucionarios, sino las necesidades del tiempo moderno, siempre que tales reforman puedan aplicarse al pueblo con el cual el Gobierno tiene que contender. El argumento central, la prolongación en los puestos de Presidente, gobernadores y otros funcionarios importantes, que ha fortalecido el debate de que México está tendiendo rápidamente hacia la monarquía, lo combate el Presidente declarando su oposición a la reelección del Poder Ejecutivo y de otros funcionarios electivos. Ofrece reformas en el Poder Judicial por medio de la atención al carácter y alcance de los jueces, estableciendo métodos efectivos para sostener su responsabilidad, y, lo que es curioso, para prolongar sus puestos de manera que puedan sentirse

independientes y con empuje. Promete que la condición de feudalismo que ha puesto en manos de unos cuantos hombres ricos y poderosos inmensas propiedades de terreno, será corregida. Su lenguaje en este respecto es decisivo: … “el Ejecutivo está decidido a encontrar los medios de llevar a cabo este importante proyecto de la manera más eficaz y posible”… para que las tierras puedan utilizarse por el pobre en la labranza. Sin embargo, el punto vital está sobre el derecho de votar: la Constitución garantiza el sufragio libre: está formada conforme a la Constitución Federal Americana. El levantamiento actual lleva como grito popular efectivo el de la negativa de Díaz a las grandes masas del pueblo para votar. Los maderistas han pedido algo que se parezca a un “voto libre y cómputo justo”, sin la intervención, intimidación u órdenes del gobierno. Todos saben que los indios mestizos, ( sic) de México, que constituyen la mayoría de la población, no están aún capaces para ejercer esa franquicia. En un periodo de la historia de México hubo treinta y tres formas de gobierno y setenta y tres presidentes en cuarenta años. Es una población compactamente ignorante, desamparada, degradada y negligente que no sabría qué hacer con su voto y que jamás aceptaría la decisión electoral. México ha alcanzado civilización y prosperidad únicamente porque los mexicanos no han votado. Sobre este punto dice el Presidente Díaz: “Íntimamente ligada con la adopción del principio de no reelección, se encuentra la cuestión de reforma a las leyes electorales, pues en tanto que se cree que la larga continuación en el poder de ciertos funcionarios es en parte atribuible a los defectos de las leyes, se hace indispensable su enmienda de ellas desde luego para asegurar la actividad electoral de aquellos ciudadanos que se consideren capaces para votar con completo conocimiento de lo que van a hacer.” Esto significa que, indudablemente, habrá un sufragio limitado por la propiedad, por calificaciones de educación o por ambas cosas. Un hombre débil, amenazado por la revolución, rodeado de peligros y puesto aparentemente frente a la destrucción de la ley y del orden, así como de la prosperidad que ha ganado por medio de los esfuerzos de toda su vida, tendría que abandonarse ante este punto vital con detrimento de la República. Demasiado bien conoce Díaz a su gente, lo mismo que la tarea que tiene entre sus manos, y hay esperanzas para México pues éste se guardará de las locuras y cambios violentos que son tan perjudiciales como las revoluciones armadas, aunque ellas provengan de la imposición de un sistema de gobierno para un pueblo que sólo lo emplearía como un medio de destrucción. Los mexicanos a quienes se les permitirá votar, serán “solamente

aquellos que sean capaces de votar con completo conocimiento de lo que hacen”… Sin duda que las reformas serán efectivas, y es de esperarse que Díaz se conserve para ejecutarlas antes de que entregue su puesto, que bien sabido es, ha tiempo que ha deseado dejar. [Es traducción.] Filadelfia, Pa., 3 de abril de 1911. El Cónsul, J. L. Canalizo

Informe del señor C. Romero, fechado en Nueva York, al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca de la fotografía obtenida y entregada por el Embajador Wilson, al Presidente Taft, de un pretendido convenio secreto celebrado entre México y el Japón “concediendo a este último una estación carbonera y otros privilegios en la Bahía Magdalena, Baja California”, dando esto motivo a la movilización de tropas en Texas, y al envío de buques de guerra a ambas costas.

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[A.R.E., L-E-658] [Reservada.] Nueva York, abril 10 de 1911. El Sun de esta ciudad, dio a luz hoy un largo telegrama de esa Capital, que me permito acompañar en el adjunto recorte, refiriendo que el señor embajador Wilson obtuvo una fotografía del convenio secreto que pretende haberse celebrado entre México y el Japón, concediendo a este último una estación carbonera y otros privilegios en la Bahía de la Magdalena, Baja California, y provisto de dicha fotografía, vino violentamente a Washington, D. C. a ponerla en conocimiento del Presidente Taft, dando esto motivo a la movilización de tropas en Texas, y al envío de buques de guerra a ambas costas; que el señor Wilson regresó a poco a México con un ultimátum de este Gobierno, lo cual se dice consiguió, pues poco después se dio orden para el retiro de los buques de guerra. Se refieren además, otros incidentes con objeto de hacer ver nuestra mala voluntad para con este pueblo, todo lo cual ha dado motivos a serios comentarios en contra de nosotros, por lo cual me permití comunicar a usted esta noticia, dirigiéndole hoy el siguiente despacho en cifra, que confirmo: “17, 21, 5 reprobaciona hoy cubículo y media eduwigis de esa devantaldando escieropia 25, 22, 28, 17, 9, 5, sobreagudó decenal 02. Choisseul tapabalazo evacuante necrografismo Maella 06 hemogamiado tañería sedosos penelopido de ateo esmeril escepticismo escieropia vicuñó gruño adrastidas repollando lamparilla excreción zueras 06. calellas y que sixta calellas desvolvida a coladura. Choisseul por necografismo parragon consustancialidando hiperboloides cuerdos”. Renuevo a usted las seguridades de mi muy distinguida consideración. C. Romero

Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

Plan revolucionario lanzado en la población de Caborca, Son., por los capitanes Francisco G. Reina, Primitivo Tinajero, y otros, desconociendo al gobierno del Gral. Porfirio Díaz, y aceptando en todas sus partes el Plan de San Luis Potosí, de 5 de octubre de 1910.

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PLAN REVOLUCIONARIO LANZADO EN CABORCA[*] ¡A LOS HABITANTES DE LA REPÚBLICA! Compatriotas: Los suscritos, ciudadanos mexicanos en ejercicio de nuestros derechos, declaramos: que siendo un hecho cierto los sufrimientos y miserias del pueblo mexicano por la mala administración que ha tenido que soportar por más de treinta años, llegando a tal grado la injusticia con que lo tratan los actuales déspotas que no sólo lo han privado de la libertad, sino que le han arrebatado hasta los medios de vida, reduciéndolo a la condición de paria, nosotros, deseando buscar los medios de libertar a nuestra Patria querida de una condición tan aflictiva y habiendo agotado los medios que dan las leyes para alcanzarlo, sin conseguir jamás que nuestras quejas fueran oídas y nuestros derechos respetados por los encargados de hacerlo, hemos tenido que apelar al medio supremo, la fuerza de las armas, para librarnos de una condición tan desastrosa, supuesto que no tenemos seguro ni el derecho de vivir. En tal caso manifestamos: Primero. Que desconocemos al actual Gobierno por no haber sido sus miembros nombrados de conformidad con nuestras leyes. Segundo. Que aceptamos en todas sus partes el Plan de San Luis Potosí de fecha 5 de octubre de 1910. Tercero. Que sostendremos el principio de Sufragio Efectivo. No Reelección. Cuarto. Que lucharemos por los principios más estrictos de la justicia y de la libertad y no ejercitaremos en nuestros enemigos vencidos ningún acto de venganza, pues nuestra acción sólo se reduce a defendernos de nuestros verdugos.

Es dado en Caborca a los diez días del mes de abril de 1911. El Capitán en jefe, Francisco G. Reina. El segundo Capitán en jefe, Primitivo Tinajero. El Primer Teniente, Francisco Macías. El jefe del Primer Escuadrón, Lucas Oros. El jefe del Segundo Escuadrón, Florencio León. El jefe del Tercer Escuadrón, Francisco Castillo. El jefe del Cuarto Escuadrón, Antonio Bustamante. El jefe del Quinto Escuadrón, Alejandro H. Méndez. El jefe de Infantería, José María Cardoza. Francisco R. Velázquez, Secretario General.[**]

[*] Documento tomado de: Revista Sonorense de Educación. Órgano Bimestral de la Dirección General de Educación Pública del Estado. Hermosillo, Son. Junio, 1953. Fuente: Manuel González Ramírez. Pág. 40. [**] Fuentes para la Historia de la Revolución Mexicana, I. Planes políticos y otros documentos. 1954.

Informe de Antonio Lozano, cónsul de México en Los Ángeles, Cal., al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca de una nota publicada en el periódico Examiner, mencionando que el Embajador de los Estados Unidos en México había obtenido una fotografía de un tratado secreto con el Japón, entregándola personalmente al Presidente Taft, quien ordenó la movilización de tropas a lo largo de la frontera.

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[A.R.E., L-E-661] Los Angeles, Cal., 10 de abril de 1911. Adjunto tengo la honra de remitir a usted, por duplicado, un recorte del Examiner de esta cuidad, correspondiente al día de hoy, mencionando que el embajador americano en esa capital, enterado de que existía un tratado secreto entre México y el Japón, logró obtener una fotografía de dicho tratado y personalmente la entregó al Presidente de este país, quien desde luego ordenó la movilización de tropas a lo largo de la frontera. Reitero a usted las seguridades de mi consideración más respetuosa. Antonio Lozano Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

Telegrama girado a la Embajada de México, por el licenciado Francisco León de la Barra, manifestándole que los señores Esquivel y Braniff no tenían ninguna misión oficial ni autorización de los señores Presidente de la República o Limantour, por lo que “las negociaciones deben continuar por el conducto de usted”…

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[A.R.E., L-E-682] [Telegrama.] México, 12 de abril de 1911. Embajada Mexicana, Washington, D. C. Esquivel y Braniff no tienen misión especial ni están autorizados señores Presidente o Limantour; pero éstos tienen conocimiento de los trabajos de aquellos, y considéranlos patrióticos. Las negociaciones debe continuar por el conducto de usted hasta nueva orden y así debe decirlo al doctor por medio Lawrence. De la Barra Transmítase: V. Salado Álvarez.

Informe del licenciado Luis G. Pardo, Embajador de México en Guatemala, al Secretario de Relaciones Exteriores, dando cuenta de su entrevista con el Presidente Estrada Cabrera, para evitar la entrada de armas y municiones por las poblaciones de Ocós y Champerico, destinadas a fomentar la revolución en los Estados del Sur, agregando que en Chiapas el clero hace propaganda en favor de Madero, manifestando no ser masón “sino muy buen cristiano a quien todos deben apoyar”.

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[A.R.E., L-E-660] [Reservada.] Guatemala, 12 de abril de 1911. Tengo la honra de acusar recibo del cablegrama que se sirvió usted dirigirme ayer, y que dice: “Sabemos intentarán entrada por Ocós y Champerico armas y municiones con objeto pasarlas después territorio México y fomentar revolución estados del Sur. Procure usted vigilar entrada y destino tales cosas. Dígame si cree posible alguna forma decomisarlas. Espero sus informes sobre Hopkins, especialmente acerca propósitos lleváronle ese país y si puede usted ganárselo.” Y confirmo el que envié a usted en respuesta, con la misma fecha, concebido en los siguientes términos: “Para vigilar Ocós y Champerico, suplícole autorizarme reponer Trejo como escribiente Legación para mandarlo Ocós. Convendría nombrarlo vicecónsul ahí. Hopkins regreso Washington dos actual.” Siéndome imposible efectuar desde esta una vigilancia efectiva sobre Ocós y Champerico, encargaré la vigilancia del último de esos puertos a nuestro cónsul en Mazatenango y Retalhuleu, y para vigilar el primero, que en mi opinión es el más interesante por estar muy próximo a nuestra frontera y por estar poblado casi en su totalidad por mexicanos, me he permitido solicitar de usted la autorización para reponer en su empleo de escribiente al señor don Carlos Trejo, para enviarlo inmediatamente al citado puerto de Ocós, proponiendo además que se le nombre vicecónsul en dicho puerto, pues así podrá tener mayor autoridad para ejercer la vigilancia que se le encargue. El señor Trejo es persona en quien tengo toda confianza y a quien considero muy capaz para el objeto indicado, tanto porque es inteligente y discreto, cuanto por el gran conocimiento que tiene de las cosas y

personas de este país. En varias veces que me he servido de él para conseguir datos e informes sobre asuntos reservados, se ha comportado con discreción y actividad y por esto me he permitido proponerlo a usted. Como estimo que el señor Presidente Estrada Cabrera tiene verdadero interés en que no se agite la frontera, pues teme mucho que esa agitación una vez dominada por nuestro Gobierno se volviese en su contra, creí conveniente hablar con él respecto al asunto, y de una manera extraoficiosa le manifesté que tenía temores de que tratasen de desembarcar armamento por los puertos cercanos a nuestra frontera, para organizar algún movimiento revolucionario en contra nuestra; a lo que me respondió que él me garantizaba que esto no sucedería, y que tenía ya dadas órdenes terminantes para impedir cualquiera organización de esa especie, y que daría instrucciones especiales a la aduana de Ocós para vigilar la entrada de armas, y que estando prohibida por la ley su importación, cualesquiera clase de armas o de municiones que se encontrasen serían decomisadas en el acto. No obstante que por las razones antes expresadas, en esta vez creo en la sinceridad del señor Presidente, por estar sus declaraciones de acuerdo con su interés personal, dado su modo de ser y sus compromisos con los americanos, no está por demás vigilar cuanto sea posible tanto los puertos tantas veces indicados, como algunos puntos de la frontera, muy especialmente la hacienda llamada de Jesús, cercana a Ocós, y cuyos terrenos están parte en esta República y parte en Chiapas. Esta hacienda, que aparentemente pertenece al señor Ibargüen, director del Banco Occidental en esta capital, es en realidad propiedad del señor Estrada Cabrera, con quien para este y otros negocios está asociado Ibargüen. Aquí continuamente circulan rumores de toda especie; pero que son imposibles de comprobar y sólo a título de información y a pesar de que algunos son absurdos, me permito comunicar a usted los principales. La cuestión de la introducción de armamento por Ocós y Champerico es conocida por el público de esta capital, y se dice que el viaje que hizo el general Davis, hace pocos días, a esta capital, tuvo por objeto obtener del Presidente la conformidad para que se hiciese esa introducción. Se dice también con insistencia que en Chiapas hay una gran fermentación en los ánimos, y que el clero está haciendo propaganda en favor de Madero, al grado que me han asegurado que el Obispo de Chiapas ha dado una pastoral manifestando que Madero no es masón, sino muy buen cristiano a quien todos deben apoyar. Por último, dicen que el señor Carden, Ministro inglés en ésta, ha

recibido poder y encargo del señor Landa, para arreglar la venta de los terrenos petrolíferos de Pearson a una compañía americana, cuyos representantes están aquí. Inútil me parece hacer comentarios sobre noticia al parecer tan absurda. Respecto al señor Hopkins, por el correo pasado envié a usted nota sobre el particular, y puedo asegurarle que aun cuando se expresó aquí con bastante indiscreción, asegurando que antes de un mes Madero triunfaría, no habló aquí con personas sospechosas, y que pudiesen tomar alguna intervención en el asunto, a no ser que lo haya tratado directamente con el Presidente en las dos veces que estuvo con él. Renuevo a usted las seguridades de mi consideración muy alta y distinguida. Luis G. Pardo Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

Informe de Izábal Iriarte, cónsul de México en Douglas, Arizona, dando cuenta de la ocupación de la plaza de Agua Prieta, Son., por fuerzas revolucionarias, retirándose las autoridades locales y las tropas federales hasta cruzar la línea fronteriza.

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[A.R.E., L-E-661] [Telegrama del Cónsul en Douglas, Arizona.] 13 de abril de 1911. Después de combate tres horas Agua Prieta fue tomada por revoltosos que llegaron de Javalcón, en ferrocarril Nacozari, a las dos de la tarde. Autoridades locales, oficiales y soldados batiéronse retirada hasta pasar línea frontera, entregando sus armas a mayor fuerzas americanas. Comunicaré después detalles verídicos, pueda obtener pues imposible hacerlo en estos momentos. Telegrafíe Embajada pidiendo garantías para Consulado, pues considero situación peligrosa. Izábal Iriarte

Parte rendido por Manuel García, comisario de Agua Prieta, Sonora, dando cuenta de la ocupación de dicha plaza por las fuerzas maderistas, y del paso de las tropas federales a la población de Douglas, Arizona.

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[A.R.E.] Douglas, Arizona, abril 14 de 1911. Sin comunicación telegráfica de Agua Prieta a Nacozari ayer 3 P.M. llegó tren pasajeros en el que llegaron trescientos cincuenta revoltosos y desde luego nos atacaron vigorosamente, defendiéndonos hasta lo último por cerca de tres horas. Con una bomba de dinamita mandé derrumbar parte trasera cuartel y comisaría a fin de defender los flancos de zona internacional que a toda costa querían tomar los revoltosos. Cuando llegó una partida gruesa de caballería enemiga atacándonos flanco derecho de dicha zona fue cuando creímos conveniente replegarnos garita número dos de donde al fin fuimos desalojados pasándonos al lado americano los capitanes Vargas y Basurto, teniente Martínez, administrador Aduana, varios soldados federales y nacionales que con los citados y yo defendimos dicho punto. Tuvimos las siguientes pérdidas conocidas exactamente: muertos, cabo resguardo Aduana Julián G. García, gendarmes fiscales, Francisco Reyes y Bernardo Rivera, auxiliar comisaría Heraclio Romero y tres soldados federales; heridos: Subteniente Troncoso que está aquí hospital Calumet junto con varios otros soldados confundidos con los heridos del enemigo, ambos en número veinte. Están heridos clarín órdenes; veinticinco soldados defensores cuartel no querían rendirse, pero dado el número aplastante del enemigo y buenos oficios del capitán J. E. Gaujot, del primero de caballería del ejército americano, capitularon, entregando armas a los rebeldes y pasando los soldados de este lado. El sargento auxiliar comisaría Ramón Tautimer se me dice está herido en Agua Prieta, no he podido confirmar el dato. Jefes rebeldes Santiago Camberos y Arturo López quien llegó con caballería Rico. Durante la noche llegaron jefes Escandón y otro y sus fuerzas llegaron esta mañana. Espérase que Cabral llegará resto del día siendo hasta ahora como ochocientos hombres los que ocupan Agua Prieta. Hubo muertos y heridos de Douglas, pero fue por balas de los rebeldes, pues nosotros nunca tiramos hacia el lado americano, de ahí nuestra desventaja además del

número aplastante del enemigo. Hay un celador aduana, tres auxiliares comisaría, y pocos federales perdidos, e ignoramos si son prisioneros o desertores. Capitán Gaujot, y hay que hacer especial mención de este jefe por su ayuda en evitar que populacho vejara nuestros soldados cuando pasaron línea, así como las atenciones que está guardando a miembros de nuestro ejército. Ignoro pérdidas enemigo, pero puedo apreciarlas en doble número nuestros muertos y federales heridos. Creo, señor Gobernador, que hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance defendiendo la plaza que hasta el fin cayó en poder del enemigo, dada la inmensa superioridad de éste. Sírvase dar cuenta jefe zona contenido este mensaje. El Comisario de Agua Prieta, Manuel García.

Informe de Arturo M. Elías, cónsul de México en Tucson, Arizona, al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca de su intervención para lograr mayor vigilancia en la población de Douglas, con objeto de hacer cumplir las leyes de neutralidad, evitando que los revolucionarios maderistas que ocupaban Agua Prieta, Son., se proveyesen de armas y pertrechos.

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[A.R.E., L-E-661] [Reservada.] Tucson, Arizona, abril 14 de 1911. Tengo el honor de confirmar mi telegrama de esta fecha dirigido a esa superioridad, que dice: “Siguiendo indicaciones Embajada hoy salgo Douglas para tratar adopción medidas vigilancia.” Como explicación del anterior mensaje tengo la honra de transcribir la siguiente nota girada hoy al señor embajador en Washington: “He recibido su atento telegrama de esta fecha que expresa: “En atención sucesos recientes extienda vigilancia Douglas poniéndose de acuerdo cónsul a quien ya comunícase lo anterior. Sírvase informarme de lo que ocurra.” Inmediatamente que me enteré del anterior despacho fui a preguntar al “United States Marshall” si en vista de la captura de Agua Prieta por los revoltosos había dictado medidas especiales para la vigilancia de la frontera y con el objeto de hacer cumplir las leyes de neutralidad, y este funcionario me manifestó que por encontrarse en Douglas el procurador federal en Arizona no había dictado ningunas órdenes, y que esta noche saldrá para Phoenix a atender al ejercicio de sus funciones en la Corte federal de dicha ciudad. Para cerciorarme personalmente de las precauciones que en Douglas se toman actualmente a fin de evitar que los rebeldes se provean de armas y pertrechos de guerra, así como para establecer el mejor acuerdo entre esta oficina y el Consulado del citado lugar y conferenciar con el procurador federal Sr. Morrison, quien es mi amigo personal, pudiendo entonces suplicarle que recomiende a las autoridades la mayor vigilancia y les indique cómo deben proceder en caso de que descubran alguna

violación a la neutralidad, he creído muy conveniente ir por uno o dos días a la expresada ciudad y esta tarde me dirigiré allá, por lo que he tenido la honra de enviar a usted el siguiente mensaje: “De acuerdo su atento telegrama y para conferenciar con procurador federal y cónsul en Douglas sobre medidas necesarias en actuales sucesos hoy trasládome lugar referido.” “Esperando comunicar a usted el resultado de mis investigaciones le reitero mi muy atenta y distinguida consideración.” Y lo inserto a usted para su superior conocimiento renovándole mi mayor respeto y atención. Arturo M. Elías Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

Informe de León Gómez, cónsul de México en Del Río, Texas, al licenciado Francisco León de la Barra, Secretario de Relaciones Exteriores, confirmándole que las simpatías de las autoridades del Condado y del elemento americano residente han contribuido a fomentar la revolución, permitiendo el contrabando de armas, municiones y pertrechos.

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[A.R.E., L-E-686] [Consulado de México. Copia.] Del Río, Texas, abril 15 de 1911. Señor Lic. Don Francisco León de la Barra, Secretario de Relaciones Exteriores. México, D. F. Muy estimado y respetable jefe: Al tener la honra de confirmar el contenido de mi carta anterior, fechada el 9 del actual, me permito distraer la muy ocupada atención de usted respecto a los últimos acontecimientos que han tenido lugar dentro de la jurisdicción de este Consulado y de los que he tenido la honra de informar con frecuencia a la Secretaría. Las simpatías de las autoridades del Condado y del elemento americano por la mala causa y la ayuda del numeroso grupo de descontentos de origen mexicano que reside en Del Río, contribuyeron mucho para fomentar la revolución, permitiendo el paso de contrabandos de guerra, desde la época en que fue asaltada la población fronteriza de Las Vacas. Ahora, por primera vez en un largo periodo de tiempo, casi desde que se estableció el Consulado en este lugar, se ha logrado al fin poner serias dificultades al envío de armas, municiones y pertrechos de guerra y al paso de hombres y caballos enviados por los agentes de los revoltosos en Texas para continuar la revuelta y aumentar las filas de los trastornadores del orden público en nuestra frontera. En 17 de marzo se recogieron, como contrabando de guerra en la Estación de Del Río, 30 rifles y 19 000 cartuchos, aquellos de marca Winchester y calibre 30-30. En 25 del mismo mes y cerca de Sanderson, se recogieron 56 rifles y 50 000 cartuchos, habiéndose aprehendido a veinte sediciosos, con quince cabalgaduras, y más de 300.00 dólares de provisiones. En el resto del propio mes de marzo se recogieron varios rifles y algunos sacos de cartuchos, de individuos bien conocidos en este lugar como sediciosos. Aunque las leyes de los Estados

Unidos hayan permitido la libertad caucional a los principales cabecillas que se capturaron el día 24 de marzo, y éstos hubieran comenzado nuevamente sus reprobados trabajos al otro lado del Río Grande, se les quitaron, sin embargo, los elementos con que contaban para ir a fomentar la revolución al Estado de Coahuila, y tienen que comenzar otra vez desde un principio. Todas estas aprehensiones y capturas de hombres y contrabandos de guerra, se deben a la eficaz ayuda de los agentes del servicio secreto de los Estados Unidos y a la cooperación de esta oficina; pues hasta ahora no se ha hecho ninguna aprehensión en los caminos públicos por las fuerzas de caballería, que en número de sesenta patrullan la línea divisoria desde el 26 de enero último, a lo largo del Río Grande, desde Eagle Pass al Big Bend. Debo hacer especial mención de los servicios que han prestado dos agentes que han tenido encomendada la vigilancia de una buena parte del ferrocarril y poblaciones del tránsito a quienes prometí que les daría una buena gratificación, siempre que hubiera una seguridad de aprehender un contrabando de guerra o que se aprehendiera de hecho como ha sucedido. En vista, pues, del éxito obtenido y de la importancia de las aprehensiones, me permito suplicar a usted que si lo tiene a bien se digne acordar se les abone una gratificación de setenta y cinco dólares a cada uno, por sus servicios, cantidad que han convenido en recibir, pues tenían mayores pretensiones por los gastos que han tenido que erogar. También me permito suplicar a usted muy respetuosamente, que si merece la alta aprobación de usted este desembolso, se digne ordenar se me sitúe la suma de ciento cincuenta dólares por la vía telegráfica, por ser de urgente necesidad y haber comprometido yo mi situación pecuniaria con haberles entregado parte de dicha suma. Se me han agotado ya los cien dólares que me mandó situar el señor ministro don Enrique C. Creel para gastos secretos, desde enero del corriente año, y carezco de recursos para continuar la difícil y peligrosa tarea de vigilar los movimientos de los revoltosos; más difícil ahora que gozan de muchas libertades. Sin otro particular por el momento y deseando a usted todo bien, me es grato repetirme a sus estimadas órdenes como su adicto e incondicional subalterno y muy atto. y S. S. León Gómez

Telegrama del doctor Francisco Vázquez Gómez, fechado en Washington, D. C., intimando la evacuación de la plaza de Ciudad Juárez, Chih., para que quedaran abiertas las negociaciones de paz, haciendo saber que don Francisco I. Madero avanzaba con tres mil hombres para atacarla.

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[A.R.E., L-E-682] [Telegrama de Washington.] México, 16 de abril de 1911. Madero con tres mil hombres está ahora enteramente listo para atacar Juárez; si usted desea evitar casos de cualquiera complicación grave, factores, vidas e intereses, puede solamente arreglarse mediante inmediata evacuación plaza; después de esto las negociaciones de paz pueden ser abiertas. Urge contestación. Francisco Vázquez Gómez

Informes telegráficos de Arturo M. Elías, fechados en Douglas, Arizona, acerca de la situación militar en Agua Prieta, Sonora, y de la observancia de las leyes de neutralidad con motivo de los combates sostenidos con fuerzas revolucionarias, considerando glorioso el comportamiento de las tropas federales.

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[A.R.E., L-E-659] No. 5. [Copia. Telegrama.] Douglas, Arizona, 17 de abril de 1911. Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D. F. Batalla reñida entre nuestras tropas y revoltosos principió a las cinco treinta a.m. como a dos millas de Agua Prieta. Arturo M. Elías No. 6. [Copia. Telegrama.] Douglas, Arizona, 17 de abril de 1911. Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D. F. De acuerdo con el señor cónsul Lozano informo se suspendió combate por una hora continuando después. Dicen autoridades americanas federales avanzaron ya hasta a un lado de la plaza de toros Agua Prieta en donde se están batiendo bizarramente. Oscar Goll, repórter del Dispatch fue herido levemente en la zona prohibida. Balas han caído hasta calle cuarta de Douglas, zona prohibida. Anoche secretamente revoltosos contrataron americanos Douglas, para atacar y destruir ametralladoras federales. Autoridades federales confiscáronle a John Lopizich veinte mil cartuchos, por creerse destinados a revoltosos. Muchos muertos y heridos ambas partes siendo la mayoría revoltosos. Arturo M. Elías No. 7. [Copia. Telegrama.] Douglas, Arizona, 17 de abril de 1911. Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D. F.

De acuerdo con cónsul Lozano hónrome manifestarle que a las cuatro p.m. fue herido frente Copper Queen un americano. Por conductos privados supe que coronel americano había (transmitido) luego a Washington pidiendo intervención. Lo que digo a usted para los efectos a que haya lugar si resulta verídica mi información. Arturo M. Elías No. 8. [Copia. Telegrama.] Douglas, Arizona, 17 de abril de 1911. Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D. F. De acuerdo con cónsul Lozano informo: Tiroteo entre federales y revoltosos ha continuado y no cesa a las 5:50 p.m. Aún no hay manera de saberse las bajas. Nuestras tropas han hecho maniobras admirables y portádose valientemente. Arturo M. Elías No. 9. [Copia. Telegrama.] Douglas, Arizona, 17 de abril de 1911. Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D. F. De acuerdo con cónsul Lozano informo: que a las 10 p.m. tiroteo que ha sido muy reñido suspendióse. Fuerzas federales han hecho heroicas cargas a los revoltosos. 11 p.m. informóme persona fidedigna que federales dieron toque de avanzada. Muchas probabilidades que federales tomen Agua Prieta. Mañana informaré nuevos acontecimientos. Arturo M. Elías No. 10. [Copia. Telegrama.] Douglas, Arizona, 17 de abril de 1911. Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D. F. De acuerdo señor Lozano informo: que en vista actitud que asume prensa y algunos particulares nada de cierto hay de que federales hicieron fuego hacia Douglas en combate hoy por informes fidedignos sé que federales aún con detrimento de sus vidas han evitado tal cosa.

Arturo M. Elías No. 11. [Copia. Telegrama.] Douglas, Arizona, 18 de abril de 1911. Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D. F. De acuerdo con el cónsul Lozano hónrome manifestarle con satisfacción completo triunfo y toma de Agua Prieta obtenido contra los revoltosos que fueron completamente derrotados. El triunfo de fuerzas federales no puede ser más glorioso por su abnegación, heroísmo y desventajas para hacer fuego y tomar la plaza sin dañar personas o propiedades en Douglas. En estos momentos se está levantando el campo por lo que no puede darse el monto de muertos pero sí puedo decir que los de los rebeldes son muchísimos. La fuerza americana tiene detenidos a los cabecillas Belisario García y Medina y bastantes de los revoltosos que cruzaron esta población. No puedo precisar número hasta más tarde. Armas y municiones en buen número fueron capturadas. Se ha convenido no dejar pasar público ni dejar Cruz Roja inmiscuírse en nuestros asuntos. Con referencia a los heridos nuestras tropas tienen sus elementos para atender a los nuestros y a los otros. Arturo M. Elías No. 12. [Copia. Telegrama.] Douglas, Arizona, 18 de abril de 1911. Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D. F. Síguese levantando campo por nuestras tropas. Según revisión debe haber doscientos revoltosos muertos. Capturados hasta este momento doscientos caballos, doscientas monturas, doscientos rifles, sesenta mil cartuchos y once rebeldes. Nuestras tropas perdieron quince muertos y veintidós heridos. Desbandáronse anoche según noticias adquiridas cruzando para línea americana como trescientos sediciosos. Las fuerzas americanas tienen detenidos once. Aduana, telégrafo y demás oficinas federales están ya operando. Compañía Ferrocarril Nacozari está haciendo reparaciones necesarias para reanudar tráfico luego, así como telégrafo a Nacozari. Es necesario que se gestione la libertad de nuestros federales que están detenidos aquí así como armas que entregaron antes de pasar líneas. Seguiré informando según requiere el caso.

Arturo M. Elías No. 13. [Copia. Telegrama.] Douglas, Arizona, 18 de abril de 1911. Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D. F. Prensa americana publica que avanzadas rebeldes se presentaron inmediaciones Agua Prieta pero a vista federales huyeron. Nada de cierto hay en noticia. Arturo M. Elías No. 14. [Copia. Telegrama.] Douglas, Arizona, 19 de abril de 1911. Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D. F. Anoche se incendió la estación del ferrocarril en Agua Prieta y como seis furgones sin que se sepa origen incendio. Uno de nuestros soldados quemóse bastante y probable muera. A los alrededores de Fronteras acamparon anoche doscientos rebeldes. Nuestros tropas están al tanto de esto y a más hoy salieron quinientos de caballería a Naco, con el propósito de batir cualquiera partida en esos contornos. Queda buen número de federales para cualquiera emergencia. Mañana informaré con relación a lo de las trincheras que ha quejádose el Comisario de Policía de Agua Prieta. Arturo M. Elías No. 15. [Copia. Telegrama.] Douglas, Arizona, 19 de abril de 1911. Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D. F. Contesto telegrama fecha diecisiete. El jefe de tropas americanas no pasó a territorio mexicano a imponer órdenes teniente coronel Díaz, pero envió dos particulares con el escrito siguiente: “Tengo el honor de participar a usted que he recibido instrucciones de mi Gobierno de dar a usted aviso de que en el evento de un combate entre las fuerzas de usted y las de los insurrectos en las cercanías de los Estados Unidos de América deberá usted tomar las precauciones necesarias para

evitar positivamente peligro alguno a las vidas de ciudadanos americanos en territorio de los Estados Unidos de América ya sea por sus tiros o de otra manera.” Estas instrucciones han sido dadas a los insurrectos. Contestó el Teniente Coronel Díaz lo siguiente: Recibí del señor Charles McKean las dos notas que se sirvió usted remitirme, relativas a la observancia de las leyes de la neutralidad. En contestación tengo el honor de manifestar a usted que serán estrictamente observadas por parte de las fuerzas de mi mando. Posibles dificultades (por) o reclamos por paso de proyectiles a territorio americano. Recojo datos que comunicaré a usted. Arturo M. Elías Anexo Nº 16 (omitido). No. 17. [Copia. Telegrama.] Douglas, Arizona, 19 de abril de 1911. Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D. F. Recibidos telegramas diecisiete y dieciocho con relación al último informe que con toda oportunidad he estado informando de acontecimientos, los cuales espero ya habrá recibido. Con relación a telegrama de diecisiete mañana informaré detalladamente. Arturo M. Elías No. 18. [Copia. Telegrama.] Douglas, Arizona, abril 20 de 1911. Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D. F. Tropas americanas y “United States Marshall” no detuvieron Arturo López cuando cruzó línea americana por no haber ido armado. Dicen que sólo pidiendo extradición por delito extraditable cometido en México podrá ser arrestado. Revoltosos detenidos once, en éstos están incluidos Belisario García y Medina. Arturo M. Elías No. 19. [Copia. Telegrama.] Douglas, Arizona, abril 21 de 1911.

Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D. F. Me pareció al salir hoy tarde haber visto en las calles de Douglas a Juan Cabral, Rafael Romero y a Ayala. En este momento díceme licenciado Richardson ser cierto que están aquí, lo que he puesto en conocimiento de comandante fuerzas americanas para lo que haya lugar. Arturo M. Elías No. 20. [Copia. Telegrama.] Douglas, Arizona, abril 22 de 1911. Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D. F. Por recomendación general Torres he suplicado comandante tropas americanas permita paso sin armas y vestidos de paisanos a nuestros soldados heridos, por territorio americano, de Douglas a Naco, para internarlos hospital en Cananea. Oficial pedirá telégrafo Departamento Guerra el permiso y me avisará resultado. Lo que comunícole a usted para lo que haya lugar. Arturo M. Elías (Quedan omitidos los anexos números 21 y 22 por estar comprendido su contenido en el anexo número 15.)

Informe telegráfico de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., sobre la intervención del Dr. Vázquez Gómez para que fuera evacuada la plaza de Ciudad Juárez, Chih., por las fuerzas federales.

191

[A.R.E., L-E-676] [Telegrama de la Embajada en Washington, D. C.] 17 de abril de 1911. Invitáronme para hablar doctor sobre negocios urgentes. Excuséme por no creerlo decoroso. Consentí recibirlo. Dice: Silvestre telegrafióle sábado de estación Méndez que iba a Casas Grandes desempeño comisión. Doctor teme que destinatario no haya recibido mensaje todavía. Asegura dos mil revoltosos atacarán Ciudad Juárez y que para evitar derramamiento sangre telegrafió a usted lo siguiente, que teme haber cifrado mal. Comienza mensaje: “Madero con tres mil hombres cerca Juárez para tomarla. Para evitar complicaciones, pérdidas de vidas y propiedades ese Gobierno puede ordenar federales evacuar plaza y suspender operaciones mientras trátase sobre paz. Espero respuesta inmediata para comunicarla oportunamente.” Termina mensaje. Díjele no comprendía ventaja Gobierno entregando plaza e indiqué debía procurarse un armisticio para tratar. Contestóme que revoltosos habían esperado respuesta México hasta seis p.m., tal vez estarían determinados. No creo esto exacto y paréceme doctor teme se haga algún arreglo sin su participación. Convendría contestación usted, viniera conducto Embajada. Lunes una a.m. llega noticia Ciudad Juárez suspendióse encuentro por mensajes doctor relativos pacificación. Zamacona

Telegrama de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., informando del trámite acordado a la petición del senador Stone, de Missouri, para que la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado Americano investigara la condición turbulenta y desordenada que prevalecía en la República Mexicana, con peligro de los intereses y vidas de sus connacionales.

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[A.R.E., L-E-650] [Telegrama de la Embajada en Washington.] 17 de abril de 1911. Senador Stone, de Missouri, presentó resolución pidiendo que la Comisión Relaciones Exteriores de la Cámara investigue la condición de turbulencia y desorden que prevalece en la República Mexicana, con peligro para vidas e intereses americanos residentes allí, retardo de las obras de defensa del Valle Imperial y daños en las personas de americanos muertos y heridos en territorio de los Estados Unidos. Habla de desembarco marinos ingleses Baja California y de lo que dicen algunos periódicos europeos acerca protección nacionales de aquellos países. Se dio el trámite llamado “to lay on the table”.[*] Senador propónese hablar en apoyo su iniciativa; ignórase cuando. Zamacona

[*]

“Dejarlo en la mesa.”

Instrucciones giradas por el licenciado Francisco León de la Barra, Secretario de Relaciones Exteriores, a la Embajada de México en Washington, D. C., para indicar al Dr. Vázquez Gómez que el Gobierno consideraría cualquier proposición que se le presentara, tendiente a un armisticio entre las tropas federales y las revolucionarias.

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[A.R.E., L-E-676] [Relaciones Exteriores. Telegrama.] México, 18 de abril de 1911. Embajada Mexicana, Washington, D. C. Diga doctor que Gobierno Mexicano deseoso siempre de evitar las pérdidas de vidas y propiedades y el riesgo de posibles complicaciones internacionales, considerará cualquiera proposiciones que se le presenten para un armisticio entre sus tropas y las de los rebeldes. Contestación debe ser pronta para obtener resultados inmediatos. De la Barra Transmítase. V. Salado Álvarez.

Informe telegráfico de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca de la opinión manifestada por el Dr. Vázquez Gómez, sobre la posible aceptación de un armisticio por parte de don Francisco I. Madero, para evitar complicaciones internacionales en la línea divisoria.

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[A.R.E., L-E-676] [Telegrama de la Embajada en Washington, D. C.] 18 de abril de 1911. Doctor dice: Aquí comienza mensaje: “No puedo hacer proposiciones libremente; lo que puedo hacer es transmitir las de Madero, tan pronto como las reciba; solamente me pondré en marcha si Madero me llama o si de la comunicación con él resulta que deba ir a verle; estoy esforzándome por comunicarme con Madero lo más pronto posible. Doctor díjome que su salida de Washington sin acuerdo previo con Madero parecería a sus partidarios ansiedad suya por cese hostilidades, doble mira Gobierno instrumento desprestigio ante ellos y llegaría quizás a hacer que lo eliminaran perdiéndose así por completo su contingente conciliador. Después de dos horas conferencia había perdido ya esperanza de obtener algún resultado, pero al fin noticias alarmantes de la frontera y del Senado sirviéronme para conmover al doctor y arrancarle la siguiente declaración, que me autoriza a transmitir a usted: creo armisticio sobre todo línea divisoria por perjudicarle complicaciones internacionales debe ser inmediato y precursor a las plácticas que se entablen; creo también que Madero aceptará armisticio en dichas condiciones y ya procuro convencerlo sobre el particular; en caso de que el Gobierno aceptara esta indicación conviene arreglar manera de hacer armisticio efectivo a la mayor brevedad Chihuahua y frontera Sonora. Aquí termina declaración. Yo por mi parte permítome sugerir en estos momentos que pueden ser decisivos conveniencia Gobierno México, puede por una declaración solemne anticiparse a las exaltaciones que pueden producirse aquí calmando opinión pública americana con seguridades de prohibir a toda costa cualquier movimiento que pueda en lo más mínimo poner en peligro

la vida de los habitantes frontera lado americano o producirles intranquilidad. Esto aparte de la razón que indico traerá la ventaja de hacer aliados nuestros a los amigos de la paz y de la justicia en este país, que acabarían por prevalecer si se suscitase la cuestión de intervención en el Congreso en momentos que se comenta muerte no combatientes en ciudades americanas. Zamacona

Telegrama de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., comunicando que el Dr. Vázquez Gómez está en espera de la respuesta de don Francisco I. Madero, acerca de la aceptación de un armisticio.

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[A.R.E., L-E-676] [Telegrama de la Embajada en Washington, D. C.] 19 de abril de 1911. Díceme doctor anoche dirigió a Madero telegrama concertando armisticio; hoy le telegrafía contenido mensaje usted, abril 18, quedando espera contestación. Por si hubiere dificultades comunicación indica conveniencia jefe armas Ciudad Juárez, de facturar a correos lo que envíe licenciado Federico González Garza. Zamacona

Instrucciones giradas por el licenciado Francisco León de la Barra, Secretario de Relaciones Exteriores, a la Embajada de México en Washington, D.C., para indicar al Dr. Vázquez Gómez que el Gobierno esperaba sus proposiciones tocantes al armisticio, para obrar con celeridad.

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[A.R.E., L-E-676] [Secretaría de Relaciones Exteriores.] (Telegrama). México, 19 de abril de 1911. Embajada Mexicana, Washington, D. C. Recibí su mensaje tocante armisticio. (stop) Diga doctor aguardamos sus proposiciones. (stop) Si por alguna circunstancia González Garza o cualquiera otro mensajero necesitan facilidades para la conducción de papeles o recados, se le proporcionarán tan eficaces como sea menester. (stop) Telegrafíeme cuanto juzgue conveniente al respecto, a fin de obrar con celeridad. De la Barra Transmítase. V. Salado Álvarez.

Telegrama de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., informando de las declaraciones hechas por el Dr. Vázquez Gómez, como resultado de un telegrama de don Francisco I. Madero, en el sentido de que “la paz sólo se hará sobre bases indicadas hace tiempo; esto es: separación señor Presidente, retiro partido científico y nulidad elecciones de Presidente, Vicepresidente, diputados y senadores”…

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[A.R.E., L-E-676] [Telegrama de la Embajada en Washington, D. C.] 19 de abril de 1911. Doctor declara en Washington Times, que no ha habido por ninguna de ambas partes propuesta armisticio y que la campaña seguirá. Atribuye publicación noticia tregua ardid señor Limantour como último recurso. Dice que recibió telegrama de Madero e insistirá en que la paz sólo se hará sobre bases indicadas hace tiempo; esto es: separación señor Presidente, retiro partido científico y nulidad elecciones de Presidente, Vicepresidente, diputados y senadores. El mismo periódico publica como telegrama de México, aunque aquí, noticias renuncia señor Limantour y que entrarán al Gabinete Dehesa y Gómez. Parece que algunas de estas entrevistas, obra de Hopkins, y que Gómez no atrévese desautorizarla. Todo esto indica falsedad que me indigna seriamente. Zamacona

Telegrama de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., comunicando los informes del doctor Vázquez Gómez, relativos a que don Francisco I. Madero esperaría veinticuatro horas la proposición del Gobierno porfirista para celebrar un armisticio.

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[A.R.E., L-E-676] [Telegrama de la Embajada en Washingon, D. C.] 20 de abril de 1911. Doctor dice que hoy tarde tuvo aviso seguro de que Silvestre entregó a Madero mensaje de hace ocho días, mandado vía Chihuahua, y que probablemente no descifró ese mensaje por falta clave, que hasta hoy tendrá en su poder Madero. Doctor dice que esta noche recibió mensaje de Madero avisándole que esperaba veinticuatro horas proposición Gobierno. Agrega que contestó a Madero manifestándole ignora qué proposiciones son éstas y por qué conducto se esperan. Le comuniqué noticia publicación mexicana refiere entrevista. No pudo explicarme indicación que su negativa hoy en periódicos de aquí puede servir para desvirtuar publicación mexicana. Lawrence informa que prensa asociada publicó en Nueva York que no hay ninguna comunicación directa entre revoltosos y Gobierno y que armisticio fue iniciado por intermediarios. Esto pudiese convenir para evitar susceptibilidades de ambas partes. Por informes privados prensa asociada sé que en México no se ha divulgado ningún mensaje oficial. Lamento publicación sin poder explicármelo. Doctor dice que intimación rendición Ciudad Juárez hecha hoy, depende acaso temor Madero de que llegue Rábago con refuerzos. Agrega hoy pondrá mensaje a Madero encareciéndole urgencia armisticio. Zamacona

Telegrama de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., transcribiendo el del Dr. Vázquez Gómez, acerca de la designación de representantes por parte del Gobierno y de los jefes maderistas para tratar los convenios de paz.

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[A.R.E., L-E-676] [Telegrama de la Embajada en Washington, D. C.] 20 de abril de 1911. Memorándum puño y letra del doctor, sin fines ni forma, pero recibido hoy de mano Lawrence, dice: “Para evitar susceptibilidades de ambas partes conviene decir que un amigo periodista anunció la proposición de un armisticio; que establecido éste de una manera formal, se nombren representantes de ambas partes para tratar sobre la paz. De esta manera nadie aparecerá haciendo proposiciones primero, que es el punto delicado. Puede comunicarse o preguntarse a ambas partes si conviene que dicho armisticio comience a tener efecto a las doce día del viernes veintiuno de este mes.” Aquí acaba memorándum. Creo Lawrence desearía figurar ostensiblemente en el arreglo. Permítome sugerir conveniencia no figure ningún extranjero como mediador. Zamacona

Instrucciones solicitadas por Miguel Covarrubias, representante diplomático de México en Londres, para desmentir o confirmar la próxima renuncia del general Porfirio Díaz, a la Presidencia de la República, por existir noticias periodísticas contradictorias, procedentes de Nueva York y Washington, D. C., proporcionadas por el doctor Vázquez Gómez.

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[A.R.E., L-E-660] Londres, 20 de abril de 1911. He recibido el telegrama de usted en que se sirve expresar el deseo de conocer los nombres de los periódicos a que me he referido en mi correspondencia anterior, las ciudades en que se publican y el costo de la inserción de noticias. A juzgar por la buena voluntad con que han publicado en otras ocasiones las noticias que les he comunicado los periódicos más acreditados de este país tales como el Times, el Morning Post, el Daily Telegraph, el Evening Times, y otros que sería largo enumerar, estoy enteramente seguro de que en todo tiempo estarán prontos a publicar cualquiera noticia que les comunique con tal de que pueda yo responder de su veracidad, como lo han hecho hasta aquí. Días ha habido en que he recibido la visita hasta de doce periodistas a quienes no he podido dar noticias de México por carecer de ellas, ni me ha sido posible negar o confirmar las que ellos mismos me han traído procedentes de Nueva York, antes de publicarlas aquí, lo que motivó mi telegrama de ayer. Entre esas noticias se encuentra la de que el señor Presidente renunciará próximamente su puesto, y aunque se dice que esa noticia se funda en informes recibidos por el Gobierno de los Estados Unidos yo expresé la opinión de que carece de fundamento. Al contestar, pues, el telegrama de Ud., lo hice en los siguientes términos: “Times, Morning Post, Standard o periódico que usted elija, publicarán gratis noticias fidedignas respecto actual situación. Pídeseme confirmación o contradicción noticia publicada respecto próxima renuncia señor Presidente.” Enviado ese mensaje, he leído un telegrama del señor Presidente dirigido al Daily Mail en que desmiente el rumor referido, pero

desgraciadamente se publicó seguido de otro telegrama procedente de Washington en que se hace la relación de una entrevista tenida con el doctor Vázquez Gómez, como aparece del recorte que acompaño y al que adjunto otros que se refieren a algunas entrevistas que he tenido con repórters y que han sido publicadas a falta de las noticias oficiales que no he podido comunicarles. He podido, pues, decir con verdad que no he carecido de periódicos sino de noticias que publicar. Reitero a Ud. las seguridades de mi muy distinguida consideración. Miguel Covarrubias Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

Editorial intitulado “Gloriosa misión”, publicado por el periódico La Lucha, de La Habana, Cuba, abogando calurosamente por la intervención de los Estados Unidos en los asuntos de México. Protesta de la colonia mexicana residente en La Habana, por los fundamentos que se alegan para disculpar la posible intervención, por constituir una verdadera diatriba contra el pueblo mexicano.

201

[A.R.E., L-E-660]

GLORIOSA MISIÓN[*] Ningún momento como este, en que se debate el porvenir de una de las más grandes naciones hispano americanas, parécenos tan propicio para discurrir, siquiera sea someramente, sobre la misión casi obligada, que los Estados Unidos del Norte tienen que cumplir en toda América, y especialmente en sus islas y en los países continentales del centro. No vamos a inquirir las verdaderas causas de la actual situación de México. La gente habla de tiranías insoportables; se hace eco de las crueldades sin cuento de un gobierno personal; de un gobierno autocrático escondido tras la máscara de una constitución siempre incumplida, de un Código Fundamental absolutamente mentira. Habla de un gobierno de fuerza, como algunos quisieran para Cuba, donde hay todavía quien grita: ¡Aquí hace falta un D. Porfirio! ¡Aquí hace falta un artículo 33! ¡Aquí hace falta una ley fuga! Sin pensar de cuán distinto modo que México vinimos nosotros a la vida de las naciones, y qué diferencia existe entre la civilización de que puede hacer gala nuestro pueblo frente a esa indiada, millones de parias que forman la masa, la mayoría del pueblo mexicano. Habla de torpezas, de egoísmos, de persecuciones, de guerra a muerte a toda oposición… pero también habla de grandezas, de protección decidida por parte de aquel gobierno a todo cuanto en lo material significa trabajo, orden, riqueza y a todo cuanto en lo moral representa cultura. Habla de que el general Díaz subió al Poder, a regir un pueblo semisalvaje, a un pueblo al que las guerras de independencia primero y las

luchas intestinas después, habían acostumbrado al pillaje; a un país en el que no había vida ni hacienda segura, y del que sólo él, él solo, hubiese podido conseguir lo que ha logrado: una nación respetada y respetable; una nación rica, en la que durante muchos años imperó, si no una paz octaviana, por lo menos el orden y la tranquilidad material suficientes, para que a su sombra desarrollase su prodigiosa riqueza el gran imperio de los aztecas… Y como la gente habla de aquellas y de estas cosas indistintamente, allá cada cual con sus gustos y aficiones, allá cada quien con Madero o don Porfirio, y Dios con todos. Pero es el caso que ese general Díaz, ese hombre, gigante o enano, temido o respetado, grande o miserable, cruel o generoso, querido u odiado, pero en todo caso amo de Méjico; no pudo un día contener las ambiciones o el descontento de sus gobernados, los cuales alzándose en armas hiciéronle reconocer su derrota, porque titubear, transigir, querer pactar, como ya lo hace el coloso indio, es en hombres de su calibre la más pálida confesión de impotencia. Llegado ese momento, surge lo inevitable, la crisis general que pone en grave peligro los intereses creados a la sombra del orden desaparecido, del gobierno que fue acatado y fuerte. ¿Y a quién toca garantizar aquellos intereses? ¿En quién fían las naciones interesadas en que la paz se restablezca lo antes posible, absoluta y soberana? Únicamente a ese pueblo y en ese Poder que se llama Estados Unidos de Norte América, el cual tiene también mucho propio que defender en esos países cuyos gobiernos o cuyas locuras provocan siempre la protesta armada, y bajo cuya salvaguardia envía la vieja Europa a la naciente América, sus hijos y su oro. Y no cabe misión más simpática, porque es misión de paz, empresa civilizadora, que sólo puede repugnar a los hombres que fundan la prosperidad de su porvenir en el ejercicio de la tiranía o en el aprovechamiento de las tristes horas en que corre la sangre y truena el cañón, segando vidas de hermanos. Además, los Estados Unidos saben mucho mejor que los pueblos cuyos pecados originan la intervención extranjera en su patria, que si ellos no fungiesen de amigables mediadores, que si ellos no resolvieran de plano quién tiene la razón y cuál es la parte que debe declararse vencida, sería Europa la que se arrogase ese papel, desempeñándolo no al estilo de la libre América, sino a usanza militar que avergüenza cuando no provoca peores situaciones que las que intentan resolver. Y en México se deja sentir hoy ese benéfico influjo, como ayer se sintió

en Cuba, en Guatemala, en Venezuela, en Nicaragua, y mañana esa honrosa misión seguirá ejerciéndose en los países americanos que necesiten de un tutor moral, de un juez que falle sus pleitos interiores, hasta que poco a poco la razón se imponga, las ambiciones se limiten a lo justo y los pueblos de nuestra raza no necesiten de fiadores ante las potencias de la tierra. El día en que sean letra muerta por obra de la propia conveniencia, las leyes o enmiendas como la de Platt, ya sean escritas o ya convenidas de mutuo acuerdo en el secreto de las cancillerías. [Reservada.] La Habana, abril 20 de 1911. El señor D. Arturo Palomino, Cónsul General de México en esta capital, me ha comunicado que D. Heriberto Barrón se presentó en el Consulado y le manifestó que, en vista del inconveniente y antipatriótico editorial que publica La Lucha de hoy, intitulado “Gloriosa Misión”, aprobando la intervención de los Estados Unidos en México, él se había separado desde luego de la redacción de ese diario, pues como mexicano patriota, aunque opositor del Gobierno del Presidente Díaz, no podía permanecer más en una redacción en que se escribían y publicaban artículos de esa índole y que próximamente regresaría a México. Me dijo el señor Palomino además que por encargo especial del señor Barrón me comunicaba lo anterior, y que deseaba que su determinación llegara a conocimiento del señor Secretario de Relaciones Exteriores. Al tener la honra de dar cuenta a usted de lo anterior, remitiéndole adjunto y por duplicado el editorial de La Lucha ya citado, renuevo a usted las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

PROTESTA DE LOS MEXICANOS PROTESTA DE LA COLONIA MEXICANA La Habana, abril 23 de 1911. Sr. don Manuel María Coronado, Director de La Discusión, La Habana.

Muy estimado señor nuestro: Haciendo contraste con el buen juicio e imparcialidad con que toda la prensa cubana ha juzgado los asuntos políticos de México, nuestra patria, durante la época de prueba y grandes dificultades por las que ahora atraviesa —buen juicio e imparcialidad que los mexicanos agradecemos debidamente, pues ellos indican un sentimiento de fraternidad entre dos pueblos latinos, que deben estar unidos lo mismo en sus venturas que en sus infortunios— el diario La Lucha en su número del 20 del actual, ha publicado un editorial, intitulado “Gloriosa misión”, que no es sino una diatriba contra México. En ese artículo se aboga calurosamente por la intervención americana en los asuntos de nuestra patria, expresando que es una gloriosa misión para los Estados Unidos la de intervenir en los países latinoamericanos y la de fungir como tutores morales de nuestros pueblos y jueces de nuestros asuntos interiores. Cuando en los mismos Estados Unidos, cuyo pueblo es amante del derecho y la justicia, ha habido voces patrióticas y autorizadas, como la del senador La Follete, como la del representante Wilson y la de un célebre profesor de derecho internacional de la Universidad de Yale, una de las de mayor renombre, que se han levantado protestando contra una injusta e inmotivada intervención, tocaba a un escritor que se precia de llevar sangre latina en sus venas, ejecutar el acto muy poco patriótico de excitar al poderoso vecino del Norte a realizar un atropello que repugna el derecho y que no podría tener otro fundamento que el abuso de la fuerza. Y no se limita La Lucha a excitar a los Estados Unidos a intervenir en México, sino que llama “glorioso” a aquello que todo latinoamericano llamaría repugnante y vejatorio. Pero lo que más justamente ha despertado la indignación de la colonia mexicana residente en La Habana, son los fundamentos que La Lucha alega para disculpar la posible intervención, fundamentos que constituyen una verdadera diatriba contra nuestra patria. En efecto, en el artículo aludido, después de algunos comentarios, relativos al gobierno de México, se leen las siguientes líneas: “Sin pensar de cuán distinto modo vinimos nosotros a la vida de las naciones, y qué diferencia existe entre la civilización de que puede hacer gala nuestro pueblo frente a esa indiada, millones de parias que forman la masa, la mayoría del pueblo mexicano.” ¡De cuán distinto modo opinaba La Lucha cuando sus representantes,

que fueron hospitalaria y regiamente atendidos durante las fiestas del centenario de México, pintaban con los más vivos colores la civilización del pueblo mexicano, con elogios que por lo subidos nos ruborizan a los mismos mexicanos! Si La Lucha quisiera rendir un tributo histórico a México, ajustado a la verdad, tendría que confesar que esos millones de parias lograron, con esfuerzos y sacrificios heroicos, hacer su independencia y fundar la grandeza de un pueblo que, según confesión general, es uno de los que marcha a la cabeza de la civilización de las naciones latinoamericanas, atravesando, como es lógico y natural, por las dolorosas etapas por las que han atravesado hasta las antiguas y cultísimas naciones del viejo continente. Quizás ignore La Lucha que esos millones de parias, que forman según su opinión la mayoría del pueblo mexicano, al mando del general Ignacio Zaragoza hicieron eclipsar las glorias de las huestes francesas vencedoras en Magenta y Solferino, derrotándolas en los cerros de Guadalupe y Loreto, ante los muros de Puebla el 5 de mayo de 1862. Seguramente ignora también que no pocos de esos parias a quienes injuria, vinieron a Cuba a dar su sangre en los campos de batalla por la independencia de esta hermana república. Es sensible que La Lucha no haya siquiera tomado en consideración, para contener su diatriba, los servicios que con toda dedicación y lealtad estuvo prestando a su diario un miembro de nuestra colonia, el periodista mexicano Heriberto Barrón, que durante varios meses trabajó en ella como redactor y que está ya, desde el día que apareció el artículo que comentamos, completamente desligado de la redacción de dicho periódico. Muy penoso es para nosotros tener que subscribir y publicar esta protesta, pero las leyes más rudimentarias del patriotismo nos obligan a ello. Por fortuna la intervención que tanto ansía La Lucha no se realizará: primero, porque sería un acto injusto y atentatorio; segundo, porque los estadistas americanos, entre ellos el mismo presidente Taft, la repugnan y tratan a todo trance de evitarla y, tercero, porque los Estados Unidos están convencidos de que la intervención sería la guerra, una guerra prolongada y sangrienta en la que todas las diferencias políticas que nos desunen, desaparecerían inmediatamente, para defender, todos unidos, la integridad de la patria. Sabemos que por fortuna, ni el noble pueblo de Cuba ni el resto de la prensa cubana, participan de las opiniones de La Lucha y con gusto hemos visto que su artículo ha caído en el vacío.

Otra idea tiene el pueblo de Cuba de nuestra cultura, mostrada precisamente en nuestras ansias de libertad y progreso y sabe, como el resto del mundo, que no es verdad que la masa, la gran mayoría del pueblo mexicano, la formen “esa indiada de millones de parias”, como nos llama La Lucha. Nuestro compatriota el señor Heriberto Barrón hace constar, de manera expresa, que lamenta de modo muy sincero que un deber de patriotismo, lo obligue a suscribir con nosotros esta protesta, después de haber pertenecido a la redacción de La Lucha, de muchos de cuyos redactores recibió muestras de afecto y distinción que debidamente agradece; agradecimiento que no puede llegar al extremo de enmudecer cuando se injuria a su patria y se desea para ella una gran desventura como sería la intervención de los Estados Unidos. Agradeceremos a usted muy sinceramente, señor Coronado, se sirva publicar esta protesta en su acreditado periódico y nos subscribimos sus atentos y afectísimos servidores. J. Trinidad Zamora, Enrique Rosas, José Zamora Valdés, Joaquín Rosas, José M. Morones, Adolfo Villaraos, E. Rebollar, Carlos F. Manzanilla, Rodolfo Colombres, Ignacio Soto Mayor, Pedro Angulo, Alfredo Rodríguez, J. Penedo, G. E. Escalante, Heriberto Barrón. [Reservada.] La Habana, abril 27 de 1911. Con motivo de la publicación del editorial de La Lucha intitulado “Gloriosa Misión”, aprobando la intervención de los Estados Unidos en México, cuyos textos tuve la honra de remitir a usted con mi nota reservada número 42, de 20 del actual, varios mexicanos residentes en esta capital han dirigido una protesta contra tal editorial y los conceptos que él contiene, que ha publicado La Discusión en su número de ayer. Es casi seguro que dicha protesta ha sido preparada por D. Heriberto Barrón, y está firmada tanto por él como por otros mexicanos que se han mostrado parciales a los sediciosos que bajo el mando de D. Francisco I. Madero, han estado causando tantos males a nuestro país. Por duplicado me permito remitir a usted un recorte, que contiene dicha protesta. Renuevo a usted las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

[*]

Copiado del periódico La Lucha de La Habana, de 20 de abril de 1911.

Proclama del licenciado José María Pino Suárez, fechada en la costa Norte del Golfo de México, recomendando al pueblo yucateco poner en todo su vigor el Plan de San Luis, proclamado el cinco de octubre de 1910, por don Francisco I. Madero, a fin de hacer una guerra civilizada a las feroces bandas del dictador Porfirio Díaz.

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[A.R.E.]

AL PUEBLO YUCATECO CONCIUDADANOS: Hace ahora dos años que por voz del gran demócrata Francisco I. Madero, los manes de la Patria os despertaron del profundo letargo en que dormíais, y conminándoos, os preguntaron qué habíais hecho del legado de libertad que vuestros padres os hicieron. Os incorporásteis en vuestros lechos de oprobio, y con los rostros enrojecidos por la vergüenza y las manos puestas sobre vuestros corazones, jurásteis luchar como un solo hombre por la reconquista de vuestros derecho, por la soberanía de vuestras instituciones y por la libertad de la Patria. Cúpome en suerte iniciar con vosotros aquella hermosa cruzada; me ungísteis con el soplo de vuestros ardimientos; pusísteis en mis manos el estandarte glorioso de vuestros anhelos, y luché con vosotros, con la fe del creyente, por la sagrada religión de nuestros padres: la independencia de la Patria. Tembláis ya de cólera y no quiero recordaros el fin de aquella primera jornada de nuestra homérica lucha. Se nos persiguió como a fieras, se llenaron las cárceles y se nos condenó como a réprobos de la sociedad con penas enormes, o con la prohibición de pisar la tierra sagrada de nuestros afectos. La Tiranía, no conforme con los atentados cometidos, afligió aun al Estado, imponiéndole la vergüenza del desgobierno de Muñoz por cuatro años más. ¡Y… hay que suspender la pluma, se hizo la sombra en la conciencia roja del Tirano y en el alma del pueblo torturado! Pero la luz no se extinguió nunca, porque la antorcha fulgurante que nos ha guiado, estaba sostenida por la mano robusta del hombre del porvenir, de ese hombre excepcional, que como Juárez en su peregrinación

al Norte, peregrinaba por en medio de todos los obstáculos y de todos los peligros en el campo fecundo de la conciencia nacional. Y de aquel silencio que parecía de muerte, brotó el eco glorioso de la Convención Nacional celebrada en la Capital de la República en abril del año pasado. ¡Hermoso triunfo de la Democracia en nuestro país, que demostró al mundo entero que somos conscientes y capaces para elegir nuestros gobernantes, e hizo temblar al autócrata Díaz en el solio presidencial! Todos sabéis también, cómo el feroz tirano, digno émulo de los Guzmán Blanco, Rosas, Daza y Melgarejo, pretendió ahogar en sus decrépitas manos aquel grito heroico del pueblo, encarcelando al mismo candidato y atropellándolo todo para obtener un mentido triunfo en las pasadas elecciones. Sabéis, también, cómo el Partido Independiente agotó la paciencia hasta el infinito, presentando un bien documentado memorial a la Cámara de Diputados en que pidió la nulidad de las elecciones de Presidente y Vicepresidente de la República. Sabéis, igualmente, cómo aquel alto cuerpo hizo ludibrio de los derechos del pueblo. Y sabéis, por último, cómo este ha sabido responder a tamaños ultrajes, haciendo uso del supremo derecho de los pueblos oprimidos: la Revolución. Hace ya cinco meses que el prócer ilustre de la Democracia, el gran ciudadano Francisco I. Madero, alzó la bandera de la reivindicación de nuestros derechos y se enfrentó con el fantasma temido del Dictador; desde entonces, el pueblo ha sabido sostener sus demandas en el campo de batalla, oponiendo en ocasiones el pecho desnudo a las balas asesinas de los soldados del Dictador; de ese hombre funesto, que, después de las carnicerías de Veracruz, de Orizaba y de Valladolid, ha querido darse el supremo deleite de bañar en sangre el suelo entero de la República. Hace ya cinco meses que, día por día, hemos visto que se aumentan las falanges de nuestros luchadores; que se multiplican los bisoños paladines de la Libertad, sin más armas, a veces, que sus brazos; sin más conocimientos, que el de que luchan por la reconquista de sus derechos. Y mientras esto ocurre en nuestro campo, el Tirano ve mermarse las filas de sus sicarios, la deserción aumenta en ellas y las consignaciones de sus oficiales están a la orden del día. Se agotan las arcas del Tesoro Nacional, que se convierte en armas y municiones para el exterminio del pueblo, y no encontrando soldados ni pagados a precio de oro, comete por fin, el horrible crimen de lesa Patria, alistando a su guerra fratricida a los jóvenes estudiantes del Colegio Militar. ¡Oh, pobre juventud esperanzada de la Patria, segada en flor por la saña insaciable del Tirano! ¡Que tu sangre generosa caiga como una maldición sobre su frente envilecida, cual roja marca de venganza y odio!

El desgraciado megalómano de México comienza a darse cuenta del desmoronamiento de su imperio y de su fuerza y de la necesidad de entrar en concesiones para engañar a los incautos. Nunca oyó los clamores del pueblo, y hoy se estremece al estruendo de la fusilería y concibe la satánica farsa de sacrificar a todos sus viejos caciques para cambiarlos por otros más jóvenes y más dúctiles que ellos. A su conjuro se esfuman las sombras espantables de los inquisidores Martínez, Corral, Muñoz, Molina y otros, y brotan del mismo averno los violadores de correspondencia, como Norberto Domínguez; los conculadores de la justicia, como Demetrio Sodi; y los instrumentos ciegos del terror, como Luis C. Curiel. Pero el pueblo se da cuenta de la farsa, ha dejado hace tiempo de implorar y se mantiene firme ahora en la serena actitud de quien reclama: ¡Abajo el Tirano! Tiembla, vacila, se acoge al programa de la Revolución y pide suplicante la paz. Todo, menos el abandono del solio dictatorial a que vive agarrado desesperadamente. Más indigno que el mismo Santa-Anna, no ha sabido, como éste lo hizo muchas veces, retirarse a tiempo; y ha renunciado a su único recurso final: la grandeza de la caída. Y ha ofrecido reformas y ha implorado la paz, pero ya tarde; cuando la Revolución no puede conformarse con promesas; cuando la sangre derramada y los heroicos sacrificios llevados a cabo por los libertadores de la Patria, reclaman que esos cambios y esas reformas se conviertan en hechos. Además, ¿qué garantía podría ofrecernos del cumplimiento de esas promesas arrancadas por la fuerza de las armas, el hombre que se ha negado a cumplir las que hiciera espontáneamente en Tuxtepec?… El Dictador Díaz es un obstáculo para la libertad de la República y de sus instituciones: y ese obstáculo debe removerse cueste lo que cueste, si no queremos vernos obligados a tomar las armas una vez más. CONCIUDADANOS: Hagamos un esfuerzo supremo en la Península, y arranquemos para siempre de su suelo sagrado la planta maldita del despotismo. No hagáis caso a los traidores o ilusos que se unen a los sicarios de la Dictadura y los reciben en triunfo, como a salvadores del pueblo. Si la Revolución no estuviera en pie, Curiel no hubiese llegado brindando libertades y garantías, sino sembrando el exterminio y la muerte como Rosalino Martínez en Orizaba, como Navarro y Luque en Valladolid. Sí, luchemos, se nos ha lanzado a la revolución, acojámonos a ella como la única salvación de la Patria. El Gran Profeta del siglo pasado lo

dijo: “La revolución significa progreso.” Y si “está escrito que la Libertad hay que conquistarla con sangre”, derramemos la nuestra generosa, incendiemos el horizonte con el resplandor de nuestras armas, y hagamos luz en la conciencia de los pueblos y en el porvenir de nuestra Patria. “Ahora o nunca”, reclamó en un momento supremo, el insigne colaborador del hombre de la Reforma, y ésta es la frase que cuadra mejor a nuestra situación presente. “Ahora o nunca”, y se salvó la Patria para siempre de amagos imperiales. “Ahora o nunca”, y nos habremos salvado para siempre de la zarpa maldita de los déspotas. Réstame, sólo, recomendaros que pongáis en todo su vigor el Plan de San Luis Potosí proclamado el día cinco de octubre último, por el glorioso campeón de la Democracia, haciendo una guerra civilizada a las feroces bandas del Dictador; pues, si bien éste ha suprimido las garantías individuales, hay que tener en cuenta que el salvaje decreto ha sido derogado luego por el Presidente Provisional de la República. Organizaos como falanges de luchadores conscientes y libres. Que no se repitan por los soldados de la Reforma los actos de venganza cometidos por las turbas desenfrenadas de Catmis y de Temax. Como lo recomendara el insigne demócrata, al lanzarse a la lucha: Sed valientes en la guerra, y magnánimos en la victoria. Recordad que somos hermanos por la sangre y por la raza y que, mañana, cuando la espesa venda que cubre los ojos de nuestros contendientes, haya caído deshecha al resplandor de la Verdad, viviremos unidos bajo esta sola bendita comunión: la Salud de la Patria. Sufragio Efectivo. No Relección. Costa Norte del Golfo de México, abril 21 de 1911. J. M. Pino Suárez.

Telegrama de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., al Ministro de Relaciones Exteriores, informándole las instrucciones dadas por don Francisco I. Madero al doctor Vázquez Gómez, en el sentido de no aceptar la pacificación sin previa renuncia del general Porfirio Díaz, o entrega de la plaza de Ciudad Juárez, Chih., para tratar posteriormente.

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[A.R.E., L-E-676] [Copia.] Telegrama. Ministro Relaciones. México, 21 de abril de 1911. Doctor informa que Madero telegrafióle no acepta pacificación sin previa renuncia general Díaz, encargándose usted como Secretario de Relaciones, de la Presidencia, para convocar elecciones, o bien entrega de Ciudad Juárez a rebeldes para tratar después. Doctor volvió a telegrafiarle indicando conveniencia inmediato armisticio con suspensión de toda hostilidad militar y está en espera contestación. No cree que rebeldes hagan nada en Juárez durante todo el día de mañana viernes. Zamacona

Telegrama de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., transcribiendo el del Dr. Vázquez Gómez, manifestando que en caso de no aceptarse las proposiciones hechas, que salieran a combatir las tropas federales fuera de la plaza de Ciudad Juárez, Chih., para evitar complicaciones internacionales.

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[A.R.E., L-E-676] [Telegrama de la Embajada en Washington, D. C.] 21 de abril de 1911. Doctor comunícame siguiente extracto mensaje que recibió de Madero. Aquí comienza: “Si México no acepta proposiciones de anoche, que salgan a combatir federales fuera de ciudad, para evitar complicaciones. Espera contestación hoy para trasmitirla oportunamente a Madero. Aquí acaba.” Lawrence sugiere que Gobierno conteste reiterando su buena disposición para tomar en consideración armisticio inmediato sobre base statu quo, como único medio, principalmente para discutir después debidamente condiciones pacificación y sobre todo evitar conflictos internacionales, y que convendría indicar asimismo que esa buena disposición del Gobierno se refiere a las proposiciones que se le hagan antes de cualquiera acción armas en Ciudad Juárez, después de la cual probablemente todo arreglo sería inútil. Zamacona

Telegrama del Lic. Francisco León de la Barra, Secretario de Relaciones Exteriores, al Embajador de México en Washington, D. C., indicándole eliminar a Lawrence por considerar perjudicial su intervención, y comunicar al doctor Vázquez Gómez que el Gobierno estaba dispuesto a tomar en consideración las proposiciones precisas para un armisticio, no tomando en cuenta entregar la plaza de Ciudad Juárez, Chih., o salir de ella a combatir.

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[A.R.E., L-E-676] [Telegrama.] Copia. México, 21 de abril de 1911. Embajador Mexicano, Washington, D. C. Recibidos sus tres mensajes relativos al doctor. Conviene eliminar Lawrence discretamente, pues su intervención parece innecesaria y aun perjudicial. Diga doctor que Gobierno está dispuesto a tomar consideración proposiciones precisas hechas por persona autorizada para armisticio. La proposición relativa abandono de Ciudad Juárez o que salgan fuerzas a combatir, no pueden tomarse en cuenta. De la Barra

Telegrama de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., informando del resultado de su entrevista con el Secretario de Estado Americano, Philander Knox, acerca de no existir desavenencia entre ambos Gobiernos, sino peligro de extravío de opiniones, considerándose feliz la terminación del incidente Converse y Blatt.

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[A.R.E., L-E-651] [Telegrama de la Embajada en Washington, D. C.] 22 de abril de 1911. Cumpliendo instrucciones telegráficas vi al señor Knox para manifestarle: primero… México por su actitud prudente y amistosa; segundo, que no se explica mala impresión por nota de México, dada la favorable que recibió embajador Wilson; tercero, que usted había comunicado con dicho embajador; cuarto, que éste había encontrado discurso usted en la Cámara, ajustado a la verdad y fecundo en buenos resultados. Contestóme que no hay ni ha habido desavenencia entre ambos gobiernos y que el único peligro ha consistido en que se extravíe la opinión de los dos países; pero que contribuiría a evitar esto la conducta viril y generosa de usted, haciendo espontáneas modificaciones a la nota, cuando se convino por ulteriores informes que así era de justicia. Díjome que no puede ser más feliz la terminación del incidente Converse y Blatt, no sólo por desaparecer dificultades sino por el efecto que hará aquí la hidalguía del Presidente. Encargóme señor Knox dé al señor Presidente y a usted las gracias por su actitud en ambos hechos. Ofrecióme atender de preferencia asunto liberación soldados méxicanos en Douglas. Zamacona

Telegrama de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., transcribiendo el dirigido por don Francisco I. Madero al doctor Vázquez Gómez, aceptando un armisticio cubriendo la zona de Ciudad Juárez, Chih., para discutir la paz posteriormente.

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[A.R.E., L-E-676] [Telegrama de la Embajada en Washington, D. C.] 22 de abril de 1911. Doctor dice Madero telegrafióle; aquí comienza mensaje: “Teniendo en cuenta la situación actual, se acepta un armisticio cubriendo zona de Ciudad Juárez, Chihuahua, para discutir la paz en conferencias subsecuentes.” Aquí acaba mensaje. Dice úrgele conocer resolución Gobierno. Zamacona

Telegrama del señor J. A. de Béistegui, fechado en Madrid, España, dándose por enterado del informe rendido por el Secretario de Relaciones Exteriores, a la Cámara de Diputados, “acerca negociaciones paz con revoltosos y relaciones con Estados Unidos”…

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[A.R.E., L-E-660] Madrid, 22 de abril de 1911. Ayer he tenido la honra de recibir el telegrama de usted que dice: “Acabo informar Cámara de Diputados acerca negociaciones paz con revoltosos y relaciones con Estados Unidos, manifestando primer punto Gobierno no ha iniciádolas pero hállase dispuesto considerar proposiciones precisas inspirado patriotismo. Respecto segundo, relaté dificultades y expresé voluntad de gobierno para zanjarlas. Sin embargo, hice observar que la presencia de numerosas fuerzas americanas tan cerca de la frontera pudiera originar algún conflicto inesperado.” Reitero a usted las seguridades de mi más distinguida consideración. J. A. de Béistegui Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

Acta suscrita por Manuel García, comisario de policía de Agua Prieta, Sonora, ante Arturo M. Elías, cónsul de México en Douglas, Arizona, acerca de su intervención en los trabajos de defensa de la citada población, así como de la intimación hecha por el mayor Gardner, del Ejército Americano, para suspenderlos por considerar que los proyectiles pasarían a territorio americano.

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[A.R.E., L-E-658] ANEXO Nº 1 Manuel García, empleado público en Agua Prieta, Sonora, ante el Cónsul de México señor don Arturo M. Elías, protestando decir verdad, digo: Que en mi calidad de Comisario de policía de la citada población de Agua Prieta, estaba el 27 de marzo próximo pasado dirigiendo algunos trabajos de defensa cerca de la garita número dos, frente a la línea internacional: tales trabajos consistían en la formación de unas trincheras que estaban siendo abiertas en una línea de Norte a Sur, con el fin de defender los flancos y para no dar lugar a que los rebeldes que amenazaban la plaza hicieran fuego hacia los Estados Unidos, o atacando por el Norte dieran lugar a que la fuerza de la guarnición dirigiera sus fuegos en dicha dirección. Ocupado de estos trabajos advertí que cruzaba la línea divisoria el mayor Gardner, del Ejército americano, acompañado de dos oficiales, para mí desconocidos, y de un empleado de la aduana de Douglas, quienes se dirigieron a donde yo estaba, y entonces el mayor Gardner me expresó que en nombre del Gobierno americano me requería que desistiera de los trabajos que estaba ejecutando porque si se situaba ahí alguna fuerza cuando los revoltosos hicieran algún ataque sus proyectiles irían para territorio americano. Expliqué al jefe referido que los tiros se harían de flanco y por consiguiente en nada afectarían a la población de Douglas, pero para evitar una mala inteligencia mandé cerrar las trincheras, privándose a la plaza de tal medio de resistencia. El día trece del corriente abril cuando las partidas rebeldes de Camberos y López asaltaron la plaza y yo en compañía de mis subalternos y de los defensores de fuerza federal, empleados, etcétera, de Agua Prieta nos retiramos del cuartel rumbo al Norte y tratábamos de evitar a todo trance que los rebeldes tomaran la zona situada entre la línea internacional y la población, al parapetarnos en una pequeña garita por ser

el único punto de apoyo, quedó demostrada la necesidad de las trincheras en tal lugar, máxime cuando los tiros que se nos dirigían venían no sólo de flanco sino también en una dirección oblicua como el que hirió en una pierna al subteniente Enrique Troncoso el que fue disparado al parecer de suelo americano, de donde salieron otros proyectiles cuyas señales quedaron en la citada garita, siendo imposible fijar la exacta procedencia de ellos porque la línea divisoria del lado de los Estados Unidos estaba ocupada con una compacta muchedumbre que obstruía por completo la vista. Es público que al quedar Agua Prieta por los revoltosos, su primer cuidado fue parapetarse, y con este fin abrieron trincheras a seis pies de distancia de la línea divisoria, siguiendo hasta la plaza de toros, y como a veinticinco pies de la línea divisoria abrieron otra trinchera de unos sesenta pies de longitud, lo que les fue tolerado sin ninguna protesta de parte de los oficiales o de las autoridades americanas. Desde estos parapetos los rebeldes hicieron nutrido fuego a las tropas federales que vinieron el diecisiete del presente mes a quitarles la plaza, lo que hizo muy difícil el asalto y toma de la misma porque las fuerzas del Supremo Gobierno tuvieron el mayor empeño en evitar que sus fuegos cruzaran a los Estados Unidos. En el ataque del trece del corriente cuando nos retiramos en dirección a los Estados Unidos y entregamos nuestras armas a los oficiales americanos, el capitán Jesús Vargas, jefe de la plaza, pidió al capitán americano Gaujot que fuera a decir a un grupo de veinte soldados que habían quedado en el cuartel haciendo una tenaz resistencia, se rindieran pasándose a territorio americano por ser inútil el sacrificio de sus vidas dado el número del enemigo. Lo que para constancia firmo en la ciudad de Douglas, territorio de Arizona, Estados Unidos de América, a veintitrés de abril de 1911. Manuel García Doy fe, Arturo M. Elías. Nota: La protesta a que se refiere esta declaración fue formulada por el mayor Gardner en la Oficina de esta Comisaría de Agua Prieta. La misma fecha, Manuel García Doy fe, Arturo M. Elías.

Instrucciones giradas por el licenciado Francisco León de la Barra, Secretario de Relaciones Exteriores, al Embajador de México en Washington, D. C., para notificar al doctor Vázquez Gómez que el Gobierno esperaba la opinión de don Francisco I. Madero, acerca de la suspensión de hostilidades.

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[A.R.E., L-E-682] [Telegrama.] México, 23 de abril de 1911. Embajador mexicano, Washington, D. C. Recibido su mensaje acerca de proposiciones armisticio enviadas por doctor. Sírvase comunicar a éste estamos en espera opinión Madero acerca de contenido del mensaje de ayer sobre suspensión hostilidades. De la Barra Transmítase: V. Salado Álvarez.

Telegrama de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., informando habérsele pedido su opinión y autorización a don Francisco I. Madero, acerca del armisticio tratado, considerando el doctor Vázquez Gómez que éste se aceptaría, pero insistiendo en que las fuerzas maderistas pudieran obtener víveres y forrajes durante el mismo.

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[A.R.E., L-E-676] [Telegrama de la Embajada en Washington, D. C.] 23 de abril de 1911. Doctor enteróse mensaje. Dice telegrafiará hoy a Madero pidiéndole su opinión y autorización. Aquí acaba su recado. Manifestóme seguridad absoluta haráse armisticio: pero insistió de tal manera en la importancia de que revoltosos puedan obtener víveres y forrajes durante armisticio, por Aduana Ciudad Juárez, que parecióme comprender luchan con grandes dificultades para obtener provisiones, quizá por disposiciones fiscales Estados Unidos. Gómez llegó a decirme que si no consigue esto tendría que pelear inmediatamente o morirse de hambre. Objetéle que darle ese… pugnaría con Statu quo base armisticio; de tal manera manifiéstanse interesados en armisticio que aseguran hasta Hopkins gestionando acéptese. Revoltosos no han dicho nada respecto mis declaraciones prensa ayer; creo preocúpales como indicio no les temo. Zamacona

Proposiciones presentadas por el doctor Vázquez Gómez, por conducto de Lawrence, a la Embajada de México en Washington, D. C., para la inmediata suspensión de hostilidades entre las tropas revolucionarias y federales.

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[A.R.E., L-E-676] [Telegrama de la Embajada en Washington, D. C.] 23 de abril de 1911. Doctor envíame con Lawrence, sin fecha ni forma, siguientes proposiciones. Aquí comienza: “Primero: Suspensión inmediata según lo permitan los medios de comunicación, de toda clase operaciones militares, movimientos de tropas cualquiera que sea su clase o designación, en una zona comprendida entre la línea divisoria con los Estados Unidos y otra línea que dirigiéndose de este a oeste pase por la ciudad de Chihuahua, comprendiendo las partes correspondientes de los estados de Sonora, Chihuahua y Coahuila. Segundo: Durante este armisticio que durará dos semanas, no se enviarán refuerzos, armas, municiones ni materiales de guerra de cualquiera clase que sean a las fuerzas comprendidas en la zona convenida, en la cual no se fortificarán plazas ni se aumentará la importancia estratégica o militar de los lugares actualmente fortificados. Pero cada una de las partes puede aprovisionar sus fuerzas de alimentaciones, bebidas y forrajes, ya sea que los obtengan en territorio nacional o en los Estados Unidos. Tercero: Cada parte puede permitir a la otra el libre uso del telégrafo, correo y ferrocarriles en el territorio ocupado por sus respectivas fuerzas, siempre que no sea para contravenir lo convenido en las cláusulas primera y segunda. Cuarto: Dentro de cuarenta y ocho horas de firmado este armisticio cada una de las partes nombrará una comisión de tres miembros, con poderes bastantes para discutir y aprobar las condiciones de paz. Quinto: Las conferencias de paz comenzarán dentro de la primera semana después de esta fecha y tendrán lugar en Laredo, México, por ejemplo. Las fuerzas que actualmente ocupan esta plaza serán trasladadas a un lugar distante millas, por ejemplo, mientras duran las conferencias de paz. Sólo permanecerá la policía urbana necesaria para una vigilancia

necesaria. Sexto: Este armisticio podrá darse por terminado por cualquiera de las partes, con dos días de aviso después de la primera conferencia, pero en todo caso sus efectos persistirán hasta terminar el segundo día de que antes se ha hablado.” Aquí acaba. Para alejar aspecto intervención extraños permítome sugerir conferencias no sean en frontera con Estados Unidos, y todos los comisionados sean ciudadanos mexicanos. Zamacona

Editorial publicado por el diario New York Times, y traducido para La Lucha, de La Habana, Cuba, comentando el aspecto jurídico de la intervención norteamericana en México, con motivo del decreto expedido por el Presidente Taft, enviando tropas a la frontera mexicana, como resultado del tiroteo ocurrido en Arizona entre tropas federales y revolucionarias.

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[A.R.E., L-E-688]

LA INTERVENCIÓN AMERICANA EN MÉJICO TRES CASOS HISTÓRICOS QUE SE CONSIDERAN PRECEDENTES. ASPECTO JURÍDICO DE LA CUESTIÓN. El decreto del presidente Taft, enviando tropas a la frontera mejicana, ha sido más que justificado, por los recientes sucesos en Arizona. Nunca se ha dudado en Washington de la buena voluntad del gobierno de Díaz, de sus deseos de extender debida protección a las vidas e intereses de los ciudadanos americanos en ese país, pero sí, y fundadamente, de su poder para ejercerla. En vista de la circunstancia agravante de haber sido alcanzados por balas disparadas por federales e insurrectos en un combate efectuado cerca de la frontera, habitantes de una ciudad de los Estados Unidos, que penetren nuestros soldados en territorio mejicano, es tan sólo cuestión de tiempo. Para realizar ese acto, nos sobra, no sólo motivo, sino derecho, y en prueba de ello, han aducido tres casos célebres, que serán citados como precedentes, algunos jueces del tribunal supremo de la nación. El primero, ocurrió durante la rebelión de los canadienses contra Inglaterra. Los insurgentes ocuparon una isla en el río Niágara, que pertenecía a nosotros, y desde allí disparaban sobre las tropas reales en la costa del Canadá, habiéndose trasladado a dicha isla en un vapor, el “Caroline”, en el cual habían instalado cañones. Un pequeño crucero inglés, sin más ni menos, abordó dicho vapor, hizo prisioneros a los tripulantes, y continuando hacia la isla, desembarcó marinos, y se llevaron atados a los rebeldes.

Nuestro gobierno, por medio del entonces secretario de Estado, el gran Daniel Webster, exigió una reparación contestando Lord Ashberton, el embajador en Washington según sus instrucciones, que ese acto estaba explicado por la necesidad de obrar momentáneamente, y que el gabinete inglés había mirado el incidente desde ese punto de vista. Con cuya contestación, expresada cortésmente, se conformó la administración americana. El segundo sucedió durante nuestra guerra civil al intentar el barco de guerra federal “Kearsarge” acercarse al puerto de Cherbourg, en persecución del “Alabama”, buque confederado allí anclado, el gobierno francés obligó a ambos, a alejarse unas diez millas, antes de romper fuego los cañones de las dos naves enemigas. El tercero, pasó cuando la guerra contra los indios “seminoles”, conducidas nuestras tropas por el general Jackson, en el año 1817. Habiéndose hecho fuertes los indios en dos fortalezas abandonadas, situadas en la Florida, que a la sazón, pertenecía a España, desde allí disparaban sobre nosotros, y sin titubear, marchó directamente hacia ellos Jackson, tomó ambas piezas, y pasó a degüello a los salvajes. Como se comprende, hubo la protesta más enérgica por parte de los españoles, a la cual repuso nuestro gabinete, que, dado caso que las autoridades españolas en esa colonia no eran capaces de mantener el orden en la misma e impedir, que indios en guerra abierta con nosotros, después de correrías sangrientas en nuestro territorio, se guarnecieran en Florida, continuando las hostilidades, estábamos, como medida de protección, justificados en atravesar la frontera, y entrar en territorio extranjero, y se dio por justificada la invasión, por España, terminando el incidente. Este último caso reviste un carácter casi igual, al que ha preocupado a Taft y sus Secretarios en Méjico, ahora. Y sobre todo, una circunstancia en el ejemplo éste, tiene importancia capital. Ahora, como entonces, no tenemos que entendernos más que con el gobierno establecido. Los indios entonces y los insurrectos de hoy, están en el mismo caso, y así como nuestros padres, sólo estimaron propio y necesario dirigirse a los representantes del monarca español, nosotros sólo debemos apelar al gobierno mejicano, y si éste no está en condiciones de hacerse respetar, de dominar la insurrección, de impedir que turbas de facinerosos armados, atropellen, saqueen, quemen y maten, no sólo a los hijos del país, sino a ciudadanos americanos establecidos allí, a nosotros nos toca aplicar el

remedio, y éste ha de ser tan rápido y drástico, como perjudicial es el caso que lo exige. La protección de las vidas e intereses de nuestros compatriotas, es un derecho nuestro, derecho eminente, supremo, que constituye una excepción, y es superior al principio por respetable, que sea, de la inviolabilidad territorial, según la autorizada opinión de varios miembros del más augusto de nuestros tribunales. Que mediten y tengan muy presente esto Díaz y sus ministros. La Lucha, abril 23 de 1911. (Del New York Times, traducido para La Lucha.)

Telegrama de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., transcribiendo las declaraciones del doctor Vázquez Gómez, acerca de la intervención de la familia Madero en las negociaciones de paz, lo que podría calificarse de arreglo con la citada familia y no con el partido maderista.

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[A.R.E., L-E-676] [Telegrama de la Embajada en Washington, D. C.] 24 de abril de 1911. Doctor declaróme hoy lo siguiente: “Si la pacificación se arregla en Juárez, donde hay ocho miembros de la familia Madero tomando parte activa en las negociaciones, pues según prensa hasta su mujer enteróse de los mensajes y emite opiniones, podría suceder que el arreglo limitárase sólo a los muy inmediatos a Madero y que sus partidarios en el resto de la República lo desconocieran calificándolo de arreglo con la familia Madero y no con el partido maderista. Sería muy conveniente que conferencias celebráranse lejos de la familia Madero y por personas extrañas a ella. Asegura doctor haber tenido a la vista mensaje de hace tres días, en que general Reyes manifiesta que si viene a México no es para combatir revoltosos ni para combatir Gobierno sino para procurar pacificación, y doctor dice ha usado este dato para urgir a sus partidarios y no dejar que el mérito de la pacificación se les escape.” Aquí termina declaración. Si no hubiere inconveniente agradeceré a usted comunicar este mensaje señor Secretario de Hacienda. Zamacona

Telegrama de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., comunicando que el doctor Vázquez Gómez quedó enterado de que el licenciado Vasconcelos lo substituiría como Agente Confidencial de los maderistas, en dicha población.

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[A.R.E., L-E-682] [Telegrama de la Embajada en Washington, D. C.] 25 de abril de 1911. Doctor enterado mensaje usted, fecha veinticinco dice: “Saldrá hoy o mañana licenciado Vasconcelos nombrado para substituirlo, como agente confidencial revoltosos en Washington.” Zamacona

Instrucciones telegráficas del licenciado Francisco León de la Barra, secretario de Relaciones Exteriores, al Embajador de México en Washington, D. C., para manifestar al doctor Vázquez Gómez que el general Navarro envió carta a don Francisco I. Madero fijando las condiciones para la suspensión de hostilidades, proponiendo la designación de un representante para discutirlas, y posteriormente los arreglos de paz.

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[A.R.E., L-E-682] [Telegrama.] México, 25 de abril de 1911. Embajador mexicano, Washington, D. C. Recibidos sus mensajes relativos al doctor. Sírvase manifestarle que según comunica el general Navarro, ya le envió a Madero carta en que se fijan condiciones suspensión hostilidades. Indícase conveniencia elegir un lugar aislado entre Saltillo y México para conferencias y propónese vaya un representante suyo que discutirá y convendrá con el del Gobierno bases suspensión, y posteriormente arreglos paz. Podrá convenirse en prorrogar plazo cinco días, que principió domingo a medio día. Hay tiempo, por consiguiente, para que doctor pueda llegar oportunamente a Ciudad Juárez. De la Barra Transmítase: V. Salado Álvarez.

Telegrama de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., comunicando que el doctor Vázquez Gómez manifiesta haber quedado autorizado para ratificar y convenir los términos del armisticio, considerando “que con esa representación debe firmar aquí algún documento…”

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[A.R.E., L-E-676] Secretaría de Relaciones Exteriores, México City, 25 de abril de 1911. Confidencial. Doctor dice: Aquí comienza: Favor de comunicar al señor de la Barra que acabo de recibir autorización para ratificar armisticio provisionalmente ayer en Juárez. Que se me llama para ultimar arreglos de paz, pero antes de salir necesito dejar arreglado lo del armisticio, el cual es necesario, pues porque de otro modo me iría yo después de transcurridos los cinco días. Espero contestación inmediata para sí o no. Deseo saber qué lugar prefiere Gobierno para las conferencias de paz. Aquí termina. Díceme doctor tiene autorización no sólo para ratificar sino también para convenir términos armisticio y cree que con esa representación debe firmar aquí algún documento. Esto parece innecesario si como prensa anuncia armisticio quedó ya firmado en Juárez. Podría objetársele inconveniente otorgar convenios de esta naturaleza en Washington y halaguélo indicándole se le dará tiempo para que llegue a la frontera y aún aceptando su opinión conferencia paz celebraráse en Nuevo Laredo si conviene al Gobierno. Es probable doctor salga mañana en la noche para frontera. Espero instrucciones. Zamacona

Informe de Arturo M. Elías, fechado en Douglas, Arizona, al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca del resultado de sus investigaciones relativas al asalto a la plaza de Agua Prieta, Son., por una partida de revolucionarios al mando de Santiago Camberos, Arturo López y Jesús Vargas, así como de la intervención de las autoridades civiles y militares norteamericanas.

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[A.R.E., L-E-659] Douglas, Arizona, abril 25 de 1911. Siguiendo las instrucciones del señor Embajador en Washington, D. C., me trasladé a esta ciudad con fecha 15 del mes actual y con toda celeridad me ocupé de hacer las investigaciones relativas al asalto que unas partidas de revolucionarios mexicanos al mando de los cabecillas Santiago Camberos, Arturo López y Jesús Vargas verificaron sobre la plaza fronteriza de Agua Prieta en la tarde del 13 del corriente. Entrevisté al capitán Gaujot, jefe de la guarnición americana en esta ciudad el día 13 así como a los oficiales y soldados mexicanos que entregaron sus armas a dicha autoridad militar pasando a territorio de los Estados Unidos y tomé los datos más exactos que fue posible, tanto sobre la manera como fue el ataque de los rebeldes como de la actitud de los particulares y autoridades de Douglas y demás empleados del Territorio o de los Estados Unidos que estaban en la ciudad. Como en nota separada me propongo dar cuenta a esa superioridad de los incidentes ocurridos y de las pruebas que me ha sido dado reunir relativas a los casos que dieron lugar a las representaciones hechas urgentemente a Washington por las autoridades y los particulares de esta ciudad, me limito en este informe a relatar brevemente los acontecimientos y mis inmediatas gestiones. El capitán Gaujot me manifestó que a súplicas del capitán Jesús Vargas quien con sus subordinados le entregó sus armas pasando detenidos al cuartel para ser puestos en libertad cuando se hagan las gestiones respectivas, había pasado a intervenir en la rendición del grupo de soldados que se defendían desesperadamente en el cuartel y por lo tanto su intervención fue amistosa y de ninguna manera con carácter oficial. Visité a los heridos federales del combate del 13 los que fueron traídos al hospital Calumet donde son bien tratados y a los oficiales y soldados

detenidos de los cuales los primeros pueden bajo su palabra salir libremente de su alojamiento. Di los informes telegráficos necesarios a nuestra Embajada y al señor general en jefe de la Primera Zona Militar. Con motivo de las desgracias causadas por el rudo ataque de los sediciosos, la población de Douglas estaba enteramente excitada, contribuyendo los periódicos a aumentar el escándalo y las autoridades locales y los particulares americanos mostraron una decidida simpatía por los rebeldes posesionados de la vecina población. El día 16 llegó aquí atraído por la gravedad de la situación el señor gobernador de Arizona, el “United States Marshall”, el enviado especial del Departamento de Justicia, señor Thompson, el “Sheriff” del Condado y sus empleados y el procurador de este Distrito Judicial. Las nuevas de la acción de armas y la probabilidad de otro próximo encuentro congregó en Douglas a una multitud de personas de todas partes de Arizona que exclusivamente vinieron a ser testigos de los hechos. En la mañana de este día fueron avistadas las columnas federales que venían a desalojar a los rebeldes. El señor James T. Williams, Jr. me participó que se había ofrecido a llevar un mensaje en compañía del señor Charles McKean, del señor coronel Shunk, al jefe de las fuerzas federales pidiéndole en nombre del Gobierno de los Estados Unidos que en su ataque a Agua Prieta tuvieran precaución de no causar perjuicios en los residentes en suelo americano. Los citados cumplieron su comisión habiendo ido en automóvil al campo federal y regresado con una cortés respuesta del señor teniente coronel don Reynaldo Díaz asegurando al jefe americano que sus tropas respetarían en lo posible el territorio de los Estados Unidos, disponiendo sus fuegos de manera más conveniente. Acompaño a la presente copia del mensaje del señor coronel Shunk y de la respuesta al mismo. A las doce se me notificó que por acuerdo del gobernador, del coronel Shunk, del “United States Marshall” y del Mayor de la ciudad, se había prevenido a los habitantes de Douglas que deberían permanecer al Norte de la calle cuarta para evitar accidentes si el público se acercaba a la línea internacional y que las tropas americanas se encargarían de hacer cumplir esta orden. El gobernador expidió una proclama excitando a los ciudadanos de Douglas a la mejor observancia de la neutralidad muy necesaria en las actuales circunstancias. Durante el día 16 esta ciudad estaba en completo desorden causado

por la abierta y desenfrenada simpatía del público para con los sediciosos, el constante ir y venir de éstos de aquí a Agua Prieta seguidos de la muchedumbre, su presencia en restaurantes y cantinas y las voces de sus acompañantes americanos y mexicanos. Desde que se hicieron de Agua Prieta los sediciosos fue tumultuoso el tráfico entre aquel lugar y éste por la enorme cantidad de gente que estuvo constantemente a visitarlos tomando fotografías con ellos y de los mismos, y como pasaban a toda hora carruajes y automóviles se hizo enteramente fácil el contrabando de armas y municiones que fueron llevadas en grandes cantidades. Muchos aventureros mexicanos y americanos que esperaban la oportunidad pasaron con sus armas a unírseles lo que originó el violento aumento de su fuerza y también varias partidas venidas del interior de Arizona se incorporaron. En esta ciudad se pudo ver a muchos de los cabecillas y de sus hombres con efectos que habían sustraído de las tiendas de Agua Prieta que fueron saqueadas y que trataban de vender para continuar en su escándalo. Muchos se ocuparon de contratar tiradores americanos para que fueran a disparar contra los encargados del manejo de las ametralladoras de nuestro ejército y sin duda encontraron gente al efecto porque un oficial que tenía a su cuidado una de las citadas máquinas de guerra fue herido en las dos manos. Había aquí un crecido número de forasteros que vinieron a ver el desarrollo de la batalla que iba a tener lugar y no existía reconocimiento ni respecto a las autoridades lo que estaba agravado por la marcada parcialidad manifestada por el cuerpo de policía. El más notable contrabando que se intentaba fue el de 20 000 cartuchos para rifles de distintos calibres que le fueron decomisados a un comerciante llamado John Lopizich. Las fuerzas federales comenzaron el ataque a Agua Prieta el 17 a las 6:30 tiempo medio, y con esto los soldados americanos estacionados de Este a Oeste en la calle cuarta trataron de hacer cumplir lo dispuesto por el jefe de esta plaza para evitar desgracias entre los habitantes de la ciudad. El desarrollo de la acción de guerra continuó de conformidad con mis telegramas de 16, 17 y 18. En la mañana y tarde estuvieron cruzando la linea internacional varios automóviles de la Cruz Roja y carros con dicha insignia y se dijo que algunos de ellos condujeron municiones a los rebeldes. Al oscurecer de tal día la desmoralización se había extendido en las filas rebeldes quienes dispersos estuvieron pasando a territorio americano

por el suroeste de Douglas abandonando unos sus armas en las trincheras y dejándolas otros en el campo del lado americano. El jefe de los revoltosos en la plaza de Agua Prieta Belisario García y el cabecilla Medina vinieron a la línea divisoria como a las ocho y media de la noche y sin armas consigo se pusieron a la disposición de un oficial americano quien los condujo al cuartel donde quedaron detenidos. El cabecilla Arturo López (a) el Colorado pasó también a esta ciudad y no fue detenido haciendo igual cosa otros de los revoltosos conocidos que estaban defendiendo la vecina población quienes libremente anduvieron esa noche en Douglas embriagándose. Hice inmediatamente una observación sobre el particular al señor coronel Shunk y al “United States Marshall” y me manifestaron que no podían arrestar a López porque no se había entregado a las fuerzas americanas ni había cruzado armado a territorio de los Estados Unidos. Al siguiente día dieciocho se pudo saber con toda certeza que la plaza de Agua Prieta fue ocupada por asalto a las 11:30 de la noche anterior por las fuerzas de nuestro Gobierno al hábil mando del señor teniente coronel Reynaldo Díaz. Las tropas lucharon admirablemente y su conducta ha sido calurosamente elogiada por los oficiales americanos por su decisión y valor así como por el escrupuloso cuidado que tuvieron en respetar las vidas e intereses americanos en esta ciudad dirigiendo sus fuegos de flanco, de Este a Oeste con lo que se hizo muy difícil lograr la rendición de la plaza que fue abandonada por el enemigo con excepción de unos cuantos que quedaron parapetados en las casas en donde fueron muertos o hechos prisioneros. No obstante las precauciones tomadas por nuestras tropas algunos proyectiles cruzaron hasta el centro de esta ciudad y en los límites señalados por el comandante de la guarnición americana hiriendo a cinco personas y a una en la zona prohibitiva. Estos casos repetidos y que fueron ocasionados por la disposición de las defensas de los revoltosos crearon igual o peor excitación que cuando los susodichos hicieron el ataque: el Mayor de la ciudad y la Cámara de Comercio dirigieron con tal motivo varios telegramas al señor Presidente Taft pidiendo la inmediata adopción de cualquiera medida para hacer cesar el pánico, los cuales despachos fueron contestados por el jefe del Ejecutivo de la Unión Americana con la mayor propiedad y discreción. Estando muy pendiente de los acontecimientos noté que el fuego cesó en el lado mexicano como a las 11:30 de la noche y en la siguiente mañana a las cinco partí hacia Agua Prieta previo permiso de la guardia

americana establecida en la línea de la calle cuarta. Al llegar a la población mexicana me entrevisté con los jefes señores teniente coronel Díaz, comandante Luis Medina Barrón y prefecto Francisco Chapa quienes bien impuestos de la actitud del público de Douglas me suplicaron les indicara las medidas más oportunas para preservar el orden en lo relativo al contacto con esta ciudad. Después de un acuerdo se dispuso que un cordón de tropas impidiera el paso a toda persona procedente de territorio americano, siendo sólo permitidas las personas que llevaran un pasaporte expedido por mí; se ordenó a los telegrafistas la pronta reparación de la línea y di aviso inmediato al señor general en jefe de la Primera Zona Militar del notable triunfo de nuestras fuerzas. Tomando en consideración que muchos miembros de la Cruz Roja no se expresan en los mejores términos de nuestro Gobierno y sus actos son guiados por un móvil distinto de la filantropía, indiqué a los expresados jefes la conveniencia de que, de la manera más cortés, fueran declinados los servicios de la referida institución y se atendiera a los heridos en territorio mexicano con los elementos que hubiera al alcance y que consideré suficientes. Los señores teniente coronel Díaz y comandante Medina Barrón estuvieron conformes y a pocos momentos que pasaron los delegados de la Cruz Roja entre quienes iba el señor James Douglas y manifestaron que el hospital de sangre estaba listo en ésta para recibir a los heridos, se les contestó que apreciando infinito su ofrecimiento no se aceptaba por haber elementos para atenderlos en Agua Prieta. Esta medida primero comentada por los particulares con alguna acritud a poco mereció la completa aprobación de las personas sensatas. En atención a las recomendaciones del señor jefe de la Primera Zona Militar estuve conferenciando también sobre la mejor manera de reinstalar las oficinas tanto federales como locales y di los pasos necesarios para que se abrieran las aduanas en una y otra frontera, pues la aduana de Douglas estaba cerrada desde la captura de Agua Prieta por los rebeldes, logrando que en el mismo día quedara reanudado el servicio aduanal. En vista de que los oficiales y soldados americanos tienen órdenes terminantes de no cruzar la línea internacional por ningún motivo y de que la presencia en Douglas de cualquier militar mexicano causaría manifestaciones hostiles, creí oportuno decir al jefe de las fuerzas federales que si lo juzgaba acertado se sirviera dictar disposiciones semejantes para evitar fricciones. El señor coronel Díaz ordenó que todos los individuos bajo su mando permanecieran siempre en territorio mexicano y la utilidad de esta medida “media” quedó justificada con los ataques que sufrieron el canciller de este Consulado y el secretario del

señor Prefecto Chapa de los cuales asuntos me ocupo separadamente. Para atender al aprovisionamiento de nuestras fuerzas que en territorio mexicano no cuentan con medios suficientes de abastecerse porque las hordas sediciosas saquearon los escasos comercios de Agua Prieta, he estado en constante comunicación con los jefes y por mi conducto se les ha proporcionado lo necesario. Estuve hablando largamente con el señor gobernador del Territorio sobre el resultado de la batalla del 17 y tomó atentamente los datos más interesantes. Tanto este funcionario como el “United States Marshal”, el agente especial del Departamento de Justicia, señor Thompson, y el Mayor de la Ciudad, este último el día anterior tan excitado, me expresaron que estaban satisfechos de la conducta observada por los jefes de las tropas mexicanas quienes hicieron todo esfuerzo para causar el menor daño posible a los residentes en territorio de los Estados Unidos aún con peligro de sus vidas por las enormes dificultades del ataque dada la restricción en la dirección de los fuegos sobre la plaza atacada. El populacho simpatizador de la sedición, aunque se mostraba abatido por la derrota infligida a los rebeldes continuaba en sus manifestaciones desordenadas, pero el público juicioso comenzó a darse cuenta exacta de la situación reprobando los actos de algunas autoridades locales y principalmente la parcialidad del condestable Frank Clark quien en lugar de consignar a la autoridad respectiva a los autores de los atentados realizados en las personas del canciller de esta oficina y de los empleados de la Guardia Nacional de Sonora, señores J. Jesús Moreno y Federico Córdova, trató de hacer aparecer a las víctimas como únicos responsables de faltas contra el orden público. La conducta de este empleado público dio origen a una excitativa del señor gobernador de Arizona publicada en la prensa de esta ciudad y redactada en términos vigorosos requiriendo a los ciudadanos de Douglas para que no deshonraran a su país con consideraciones innecesarias o injusticias de parte de los empleados públicos que descuidan sus deberes respecto a la observancia de la neutralidad. El Mayor de la ciudad, mejor penetrado de sus obligaciones, convocó a una junta al Consejo municipal en la cual expresó que los mexicanos de cualquiera partido político deberían ser protegidos y que era necesaria la exacta aplicación de la neutralidad; se les dio a los concejales el carácter de oficiales; al jefe de la policía se le hizo saber que los empleados bajo su mando debían ser imparciales y se aumentó la policía con dos agentes especiales. El efecto moral del triunfo de las armas federales en Agua Prieta ha

sido inmenso y puede considerarse como el que más ha desanimado a los sediciosos. Muchos de ellos que se internaron a territorio americano están dispuestos a no tomar de nuevo participio en la revuelta porque el empuje de las tropas en la toma de la plaza vecina los tiene aterrorizados. Por parte de la población americana ha venido una reacción grandemente favorable a la causa de nuestro Gobierno y en lo sucesivo juzgo que aquí va a disminuir el incondicional apoyo a los enemigos del orden. Por indicación del señor jefe de la Primera Zona Militar, con fecha 21 pedí al jefe de las fuerzas en ésta el permiso para la conducción de los heridos que están en Agua Prieta por territorio americano a Naco, y el señor coronel Sbley por telégrafo tramitó lo conducente siendo concedido el paso de dichos heridos en número de veinticinco, quienes deberán ir sin armas ni uniformes lo que notifiqué al comandante de la plaza de Agua Prieta acordándose que mañana serán trasladados en la forma convenida. Sigo con el mayor cuidado observando los movimientos de los sediciosos en esta ciudad y los actos de sus agentes; constantemente vigilo los procedimientos de las autoridades; consulto a diario con los jefes de las fuerzas que guarnecen Douglas y Agua Prieta y sirviéndoles de intermediario, con perfecto acuerdo y en la mejor inteligencia y cordialidad se ponen en práctica las disposiciones que se consideran acertadas para conservar el orden en ambas poblaciones y estoy pendiente de todo lo que pueda traer consigo algún desacuerdo en esta ciudad o en la fronteriza mexicana para buscar la manera de allanarlo. He estado recogiendo informaciones y comprobantes de los incidentes que han entrañado algo contrario a las leyes de neutralidad y sobre la caída de proyectiles en territorio americano durante los combates del 13 y 17 del actual, así como sobre los que se asegura fueron dirigidos desde el Norte de la línea internacional sobre Agua Prieta y mañana tendré el honor de remitir a esa superioridad el informe respectivo. Asimismo he encaminado mis averiguaciones acerca de las circunstancias en que fueron heridas algunas personas en territorio de los Estados Unidos por proyectiles dirigidos desde suelo mexicano y en breve daré cuenta del resultado de las mismas. Me honro en adjuntar al presente 43 anexos, como sigue: Número 1. Copia del parte del comisario de Agua Prieta al señor gobernador de Sonora sobre el ataque a Agua Prieta el 13 del actual. Números del 2 al 20. Copias telegramas dirigidos por el suscrito a esa Secretaría. Números 21 y 22. Copias del mensaje dirigido por el Tte. coronel Shunk al T. coronel Díaz recomendándole que no dirigiera sus fuegos sobre

territorio americano al atacar Agua Prieta y de la respuesta a dicho mensaje. Números del 23 al 43. Recortes de periódicos sobre los acontecimientos en estos lugares y sus comentarios. Renuevo a usted las seguridades de mi consideración más respetuosa y distinguida. Arturo M. Elías Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

Carta de Henry Lane Wilson, Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de los Estados Unidos de América, al licenciado Francisco León de la Barra, Secretario de Relaciones Exteriores, solicitando se localizara al responsable del impreso titulado ¡Despierta, alma Mexicana!, hecho circular en la ciudad de Toluca, del Estado de México del cual adjunta copia, en que se presenta a los pueblos de América la falsa generosidad del Gobierno Norteamericano con las repúblicas de Cuba, Filipinas y Puerto Rico. Respuesta de León de la Barra, manifestándole que ya se hacían las averiguaciones correspondientes.

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[A.R.E., L-E-660] México, abril 25 de 1911. My dear Mr. de la Barra: I beg to enclose to you here with copy of an incendiary handbill which has been widely circulated in the town of Toluca in this State. I believe you will agree with me that an effort should be made by the police to locate those responsible for it, and oblige them to desist from their illreasoned actions. Believe me my dear Mr. de la Barra. Very sincerely yours. Henry Lane Wilson. His Excellency Francisco L. de la Barra, Minister for Foreign Affairs. Enclosure: As stated.

[Traducción.] México, 25 de abril de 1911. Mi estimado señor de la Barra: Me permito enviar a usted adjunta copia de un volante incendiario que ha

estado circulando profusamente en la ciudad de Toluca de este Estado. Creo que usted convendrá conmigo en que la policía debe hacer un esfuerzo para localizar a los responsables de él y obligarlos a desistir de sus malintencionadas actividades. Quedo de Ud., estimado señor de la Barra. Sinceramente suyo, Henry Lane Wilson A su excelencia Francisco L. de la Barra, Ministro de Relaciones Exteriores.

Secretaría de Relaciones Exteriores, México, 2 de mayo de 1911. Señor Embajador: Con la atenta nota de Vuestra Excelencia números 519 A-333, de 25 de abril último, tuve el gusto de recibir un impreso dirigido al pueblo toluqueño y que se refiere a los movimientos sediciosos en México. Doy a Vuestra Excelencia las debidas gracias y tengo la honra de manifestarle que ya se hacen por parte de este Gobierno las averiguaciones correspondientes. Aprovecho la oportunidad para renovar a Vuestra Excelencia las seguridades de mi alta consideración. Francisco León de la Barra A su Excelencia Henry Lane Wilson, Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de los Estados Unidos de América. Presente. México, mayo 8 de 1911. His Excellency Francisco L. de la Barra, Minister for Foreign Affairs. Mr. Minister: I have the honor to acknowledge the receipt of Your Excellency’s note No. 34616 of the last instant, stating that an investigation will be made of the

handbill originating in Toluca, which I had the honor to transmit to Your Excellency with my note No. 333 of April 25th. I avail myself of this opportunity to renow to Your Excellency the assurances of my high regard. Henry Lane Wilson

[Traducción.] México, 8 de mayo de 1911. A Su Excelencia Francisco L. de la Barra, Ministro de Relaciones Exteriores. Señor Ministro: Tengo el honor de acusar recibo de la nota de Su Excelencia, No. 34616, del 1º de los corrientes, indicando que se hará una investigación del volante originado en Toluca, el cual tuve el honor de transmitir a Su Excelencia con mi nota No. 333 del 25 de abril. Aprovecho esta oportunidad para renovar a Su Excelencia las seguridades de mi alta consideración. Henry Lane Wilson

¡¡DESPIERTA, ALMA MEXICANA!! AL PUEBLO TOLUQUEÑO VERBA FULMÍNEA La Verdad ha dejado de florecer sobre los labios inspirados; el gran lirio albo se marchita y muere, bajo este viento de pavor que hoy sopla sobre América; el Miedo, centinela vil, guarda en la boca palabra esclava; la rosa púrpura, la frase ígnea, que brota de los labios en cólera, no tiene ya valor para nacer, el anatema fúlgido estalla y muere sin eco, como el rayo sin fulgores en la tormenta polar; sólo un himno, el himno a la Victoria Omnipotente, llena el espacio,

y se oye un rumor como salido de las ergástulas y el Circo al paso del triunfador antiguo, como el canto de los vencidos esclavos, en torno a la tienda, donde el jefe de los mercenarios duerme, harto de vino o de botín; la embriaguez de la victoria posee al mundo; la América tiembla, ante el éxito coronado y sangriento, la Victoria brutal, el Despojo vil, la Insolencia del bárbaro marchan erguidas y soberbias, llevando como séquito al mundo, silencioso y asombrado; así, como el galo en pos del César, así como el númida uncido al carro del publicano de Arpino, así, esclavo del Miedo, así va el mundo; estupefacta por la Audacia está la tierra, en un momento de asombro; despertada ha sido, despertada por las águilas, y tiembla de pavor; conquistada ha sido por la Fuerza, dominada ha sido por el Crimen, y dobla la rodilla ante los bárbaros. ved la zambra en el campo de batalla; ved los conquistadores victoriosos; contemplad la Odisea de ese pillaje, al grito de libertad, se lanzaron sobre Cuba, sobre las Filipinas, sobre Puerto Rico y las hicieron suyas: se anunciaron como los hijos de Washington y fueron los filibusteros de Walker; cayeron sobre esos pueblos como el pie de un paquidermo, y aplastaron su corazón; así, agoniza entre sus brazos la República Cubana, así murió ahogada en sangre la República Filipina; así estrangulados por la mano amiga de los republicanos del Norte; en Cuba, la protección, conquista disfrazada; en Manila, la batalla, conquista descarada; en Puerto Rico la posesión, conquista tolerada… siempre y doquiera, la conquista; y a este despojo vil lo llaman: la Victoria; y escritores, pensadores, diaristas de nuestra América Latina, noblemente engañados por el miraje lejano, han aplaudido este engaño pérfido, esta burla a la generosidad humana, este zarpazo de un tigre disfrazado de Tartufo; y deslumbradas por la victoria se han convertido al culto de la Fuerza; y, así, se han empeñado en hacer creer a esos pueblos en la generosidad de aquel coloso, en ponerles como modelo la Gran República, en pintársela como amiga y como hermana!

¡Oh doloroso y funesto error; él dará sus frutos, frutos de maldición y de Conquista; ¿por qué no hacer ver a esos países lo que son en realidad esta raza y este pueblo?, raza voraz, enemiga y desdeñosa; pueblo inmenso, bastardo y cruel, insolente y despectivo hacia nosotros, con una idea monstruosa de su superioridad y una invencible idea de conquistarnos; ¿por qué no pintarles como es este país heteróclito, orgulloso y dominante, que nos codicia y nos desprecia, turbión de razas aún informes y amenazante, que va sobre nosotros? ¿por qué no mostrarles tal como es esta oligarquía poderosa, más que la oligarquía de los Eupátridas, aristocracia moderna salida del fondo de las minas de California y de las hulleras de Pensilvania, armada de cuarzos gigantescos, despreciando la grandeza de las viejas armaduras y de los muertos caballeros, vergonzosa de su sangre plebeya, orgullosa de su civilización monstruosa, de la belleza tenebrosa, inquietante y viril, de sus vírgenes auríferas, mito deseado, vaso de oro, en que van a apagar su sed los hijos de viejas noblezas europeas, decrépitas y arruinadas? pero no; se les pinta como generosidad lo que fue ambición, como desinterés lo que fue emboscada, como heroísmo lo que fue pillaje y robo; y en una horda opulenta, que regresa de la conquista, se les hace ver un ejército de héroes que vuelve de la victoria, fama mendaz; y esos pueblos lo creerán, porque el espíritu humano es ávido de fábulas y así se hace de la Historia, una conspiración contra la verdad como dijo José de Maistre, y así abre la Admiración el camino a la invasión; frente a ese error terrible y generoso, hay un deber inflexible e imperioso; el de decir la verdad, toda la verdad, a los pueblos de la América; y ante el desenlace inesperado de aquella guerra[*] que cambió la suerte de los pueblos conquistados y amenaza llevar el imperio de su fuerza y el tumulto.[**]

[*] Guerra [**] Nota:

Hispano-Americana. El escrito cuya publicación y circulación en Toluca alarmó tanto al embajador Henry Lane Wilson, quien pidió al gobierno de Díaz la persecución de sus autores, era la reproducción, hecha en aquella ciudad, de uno de los artículos que escribía el célebre hispanoamericanista José María Vargas Vila, colombiano residente en París, Como patriota colombiano herido por la conquista yanki de Panamá, Vargas Vila denunciaba ese y otros atentados imperialistas en América Latina, en su revista “Némesis”, que circulaba en todo el Continente.

Comunicación de José Ives Limantour, al licenciado Francisco León de la Barra, Secretario de Relaciones Exteriores, acerca de su designación, mientras se nombraba titular de la Secretaría de Gobernación, para seguir interviniendo en los arreglos de paz.

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[A.R.E., L-E-676] México, 26 de abril de 1911. Por la atenta nota de usted de ayer, he quedado impuesto de que el señor Presidente de la República se sirvió designarme, mientras se nombra al titular de la Secretaría de Gobernación, para que siga yo interviniendo en los arreglos que tienen por objeto restituir la paz a la República. Acuso a Ud. recibo al mismo tiempo de los documentos que se sirve enviarme relacionados con la materia; y le reitero las seguridades de mi sincero aprecio y distinguida consideración. J. Y. Limantour Señor Lic. don Francisco L. de la Barra, Secretario de Relaciones Exteriores. Presente.

Informe de Arturo M. Elías, cónsul de México en Douglas, Arizona, acerca del resultado de sus investigaciones con motivo del asalto a la plaza de Agua Prieta, Son., por tropas revolucionarias, e incidentes ocurridos por la falta de observancia de las leyes de neutralidad.

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[A.R.E., L-E-658] Douglas, Arizona, abril 26 de 1911. En cumplimiento de lo ordenado por esa superioridad en sus telegramas respectivos, he practicado minuciosas investigaciones sobre los incidentes ocurridos en esta ciudad y en la vecina de Agua Prieta, los cuales se apartan de las prevenciones generalmente admitidas en la observancia de una completa neutralidad. A continuación tengo el honor de relatar los casos referidos citando en cada uno las pruebas que me ha sido posible adquirir: Protesta del Mayor Gardner Con fecha 27 de marzo último el Mayor Gardner, Jefe de las tropas de la guarnición de Douglas pasó a Agua Prieta con dos oficiales y un empleado de esta aduana, con el objeto de requerir al comisario en dicho lugar, señor Manuel García, de que suspendiera los trabajos de defensa que estaba ejecutando cerca de la línea internacional. El comisario le explicó que las trincheras estaban dispuestas de Norte a Sur de manera que en caso ofrecido el fuego se haría en dirección paralela a la línea divisoria por lo que no creía que hubiera peligro como el Mayor lo indicaba de que los proyectiles cruzaran a territorio americano, sin embargo de lo cual ordenó que se cubrieran las trincheras. Aparte del aviso que sobre esta protesta dio el expresado comisario al señor gobernador de Sonora, así lo hace constar en el certificado que adjunto como anexo número 1. Actos contra el orden público del revoltoso A. López El 29 de marzo del corriente año el sedicioso Arturo López conocido con el alias de El Colorado, individuo que en Arizona tiene pésimos antecedentes,

se presentó en las principales calles de Douglas en un automóvil acompañado de varios amigos y promovió el desorden hablando con sus simpatizadores entrando a tomar a las cantinas y hablando en voz alta en las calles con un lenguaje enteramente inmoral. Siendo ostensible que el expresado llevaba al cinto su pistola y que sus faltas ameritaban su inmediato arresto, la policía permaneció inactiva y López alteró el orden público a su antojo. En comprobación de lo anterior va el anexo número 2, que es un certificado firmado por los señores Francisco Peralta, A. C. García y Alfonso Durazo. Fuego sobre Agua Prieta de territorio americano Cuando tuvo lugar el asalto de los sediciosos a Agua Prieta el 13 del mes actual fue ocupada por ellos toda la línea oeste del lugar mencionado. Los defensores de la plaza se reconcentraron al cuartel desde donde hicieron la defensa, pero viendo que el enemigo trataba de envolverlos se retiraron hacia la línea divisoria parapetándose en una pequeña garita situada a pocos metros de dicha línea con el objeto de que los asaltantes no tomaran el lado norte quitándoles toda salida. Desde este lugar las fuerzas federales y demás defensores repelían el ataque disparando siempre para el oeste donde estaban los rebeldes y defendidos en parte por la garita del fuego enemigo comenzaron a recibir proyectiles en línea oblicua procedentes del noroeste hiriendo uno de ellos al subteniente Enrique Troncoso, quien estaba en una posición tal que solamente una bala venida con mucha inclinación del norte podía haberlo lesionado. Luego si se piensa que la zona Norte del lado de México no estaba ocupada por los asaltantes quienes disparaban desde el extremo oeste y que en la línea americana había gran número de sediciosos esperando la ocasión para unirse a los que habían llegado a Agua Prieta, así como también si con cuidado se examinan las señales de los proyectiles en la referida garita número dos, se llega necesariamente a la afirmación de que esos tiros fueron hechos del lado americano y de cerca de la aduana de esta ciudad. El subteniente Enrique Troncoso, el comisario de Agua Prieta señor Manuel García, el administrador de la Aduana Sr. Jesús García Peña, el capitán Jesús Vargas y los soldados que estaban haciendo un fuego desesperado desde el lugar citado se dieron cuenta exacta de la procedencia de los tiros que no podían contestar porque sus balas hubieran

ido forzosamente a territorio americano y muerto o herido a cientos de personas congregadas en la Aduana americana y en sus alrededores. El señor capitán Vargas tiene mayor seguridad que los otros defensores citados en que mucha gente de Douglas estaba dispuesta a unirse a los sediciosos y en su declaración hace constar que cuando estaba arriba del cuartel comenzando la defensa vio grupos de gente armada salir de las casas situadas al oeste de Douglas y próximas a la fundición. Estos grupos compuestos de mexicanos y de algunos americanos en su impaciencia indudablemente comenzaron a hacer fuego desde territorio de los Estados Unidos incorporándose luego a las partidas de rebeldes. Los señores Florencio R. Velasco y Manuel Vázquez V., residentes de Douglas, quienes presenciaron el combate del día 13 del actual vieron que algunos revoltosos pasaron la línea y desde suelo americano continuaron haciendo fuego en compañía de los que se les unieron con los que volvieron a cruzar a nuestra República. Otras muchas personas presenciaron que desde Douglas se hizo fuego sobre Agua Prieta, pero su falta de civismo los ha abstenido de hacerlo así constar bajo su firma. Comprueban estos actos las declaraciones de los señores Manuel García (anexo No. 1) y las de los señores subteniente Enrique Troncoso, Jesús García Peña, capitán Jesús Vargas, Florencio R. Velasco y Manuel Vázquez V. y la del celador Librado Sainz que remito como anexos números 3, 4, 5, 6, 7 y 8.

Acto vituperable del condestable Frank Clark En pleno tiroteo durante el ataque del día 13 del actual un revoltoso corrió para el lado de los Estados Unidos llevando su rifle, parándose cerca de la Aduana de Douglas. Estando en este sitio, vino hacia él el condestable Frank Clark de esta ciudad, quien enterado de que su huida se debía a que su arma no funcionaba, se entregó a la tarea de componerla y logrado esto se la devolvió al sedicioso quien volvió a combatir al lado de México. Este acto lo presenció el señor Alejandro García Peña, quien así lo manifiesta en su declaración que adjunto como anexo número 9.

Fuego sobre Douglas El celador de la Aduana de Agua Prieta, señor Librado Sainz, dice en su

declaración (anexo Nº 9) que los fuegos que hicieron los revoltosos fueron los que atravesaron la línea divisoria principalmente viniendo a caer en Douglas. Explica y en esto están contestes sus compañeros, que un grupo de rebeldes de la partida de López se posesionó de la casa del señor Esteban Quiroz, que está situada en la parte noroeste de Agua Prieta frente a la zona mexicana que llega hasta la línea divisoria, y así parapetados hacían un terrible fuego que a ellos dirigido a la garita número dos se pasaba en dirección Noreste hasta las casas situadas al sureste de Douglas. Otras de las balas de los rebeldes dirigidas de la parte sur fueron las que pasaron en distintas direcciones a Douglas y si algunos proyectiles federales cruzaron, con entera seguridad que fue en una proporción infinitamente menor.

Incorporación de aventureros El paso de aventureros mexicanos y americanos a Agua Prieta, desde el día 13 de abril hasta el 17 del mismo, y su regreso a territorio americano por centenares, es cosa enteramente pública y reconocida por los defensores de Agua Prieta el 13 de los corrientes y por los jefes de las columnas que recobraron la plaza; y para impedir este tránsito de gente reconocida de estar en contacto con los sediciosos y en inteligencia para ir a engrosar sus filas no se han tomado otras providencias que las de los jefes militares de patrullar la línea, lo cual es insuficiente porque en los casos de emergencia las fuerzas disponibles sólo pueden ejercer vigilancia efectiva en una línea reducida. Con la complacencia o indiferencia de las autoridades civiles los revoltosos se reúnen en la ciudad y se arman como mejor les conviene y entran y salen a territorio americano sin la menor molestia teniendo de esta manera cubierta la retirada en sus correrías por territorio de México.

Defensas de los rebeldes en Agua Prieta Al hacerse de Agua Prieta las bandas de sediciosos el día 13 del mes en curso su primer cuidado fue comenzar a ejecutar obras de defensa como ellos lo juzgaron más conveniente y sin cuidarse de las consecuencias al abrir trincheras enteramente cerca de la línea internacional y en dirección tal que a la vez que hacían enteramente difícil el ataque de las fuerzas

federales sin hacer sus tiros sobre la línea de Arizona, podían poner en peligro las vidas de los residentes de Douglas. Estos trabajos de los rebeldes se hicieron a ciencia y paciencia del Mayor Gardner, jefe entonces de la guarnición americana de esta plaza. El señor comisario Manuel García en su declaración (anexo Nº 1) describe cómo abrieron sus trincheras los sediciosos y asegura que no hubo ninguna oposición de parte del mencionado jefe americano.

Constante comunicación con los rebeldes y libre paso de éstos de y para Douglas Tan luego como las bandas de sediciosos se posesionaron de Agua Prieta, la Aduana de esta ciudad se cerró y los soldados americanos siempre cuidaban la línea, pero el público de Douglas estuvo en una verdadera romería a la población mexicana y los rebeldes constantemente estuvieron en contacto con esta ciudad. En toda clase de vehículos y a pie la gente acudió a Agua Prieto; unos tomaron fotografía del bandido Arturo López convertido en capitán de insurrectos formando su estado mayor americanos; otros escogieron como “souvenires” de estimable valor cualquiera cosa que perteneciera a los rebeldes y en esta ciudad la prensa elogió sus actos calificados de arrojo y un periódico de Tombstone, la cabecera del Condado, dio el calificativo de héroe al Colorado López (Arturo). Por su parte los rebeldes correspondieron las atenciones de esta población, viéndose a todas horas y en las calles y lugares públicos estando de preferencia en las cantinas y se les vio rodeados de una muchedumbre que en voz alta se ocupaba de ellos en términos lisonjeros teniendo en cambio para nuestro Gobierno y sus defensores palabras soeces, indignas y ultrajantes. La ciudad de Douglas, crecida en habitantes con los curiosos que vinieron a presenciar una lucha fratricida, se vio en los días que los sediciosos fueron dueños de Agua Prieta con inusitado movimiento y la policía no puso en vigor ninguna medida que condujera a la represión del desorden, antes bien algunos de sus miembros en público expresaron sus simpatías por los enemigos del Gobierno mexicano y se declararon francamente adeptos no obstante su calidad de extranjeros y oficiales públicos, de la causa de la sedición. Este descuido y la magnitud del desorden causó un efecto moral enorme en todos los Estados Unidos y principalmente en la región Sur

donde existen tantos mexicanos de sangre, y sin el éxito en desalojar tan prontamente a los facciosos sus bandas hubieran aumentado con miles de aventureros que ya estaban en camino para pasar a territorio mexicano.

Contrabando de armas y municiones Naturalmente que el lamentable descuido de las autoridades de Douglas y la actitud agresiva de los particulares para con el Gobierno de México favorecía notablemente el contrabando de armas y municiones llegando a ser tan descarado que pudo saberse de uno que se intentaba de veinte mil cartuchos que fueron recogidos por las autoridades militares, pero siempre los pertrechos de guerra que pasaron la frontera para los revoltosos fueron de mucha importancia. Esto consta a todo Douglas. En la noche del 16 del actual, víspera del ataque de las tropas federales a Agua Prieta los agentes sediciosos anduvieron contratando americanos para que con sus certeros tiros pusieran fuera de combate a los encargados del manejo de las ametralladoras de nuestras fuerzas. Indudablemente que fueron como treinta individuos los que se me ha informado que aceptaron las proposiciones de los rebeldes. Los mexicanos que fueron testigos de la contrata de estos individuos no han querido, por temor, hacer por escrito un certificado sobre el particular.

La Cruz Roja Esta noble institución no pudo tener mayor desprestigio en esta ciudad y en la vecina mexicana por las siguientes razones: Muchos que ostentaban la insignia de la sociedad no eran miembros de la misma y sólo se cubrían con ella para poder estar en comunicación con los sediciosos en el lado mexicano, de quienes eran agentes, lo que dio lugar a que el presidente de dicha sociedad publicara una orden para que nadie usara el distintivo sin tener el nombramiento como miembro de la institución. Algunos de los automóviles y carruajes que traían la insignia de la Cruz Roja se ocuparon en estar llevando cartuchos a Agua Prieta a los rebeldes y como a las dos y media de la tarde del 17 fue visto un carro de dicha sociedad o cuando menos con su insignia, ocupado por americanos y mexicanos, en que se traían cartuchos y se escuchó una conversación respecto a la ayuda que necesitaban los rebeldes presenciándose que uno

de los americanos entregara a un mexicano algunas cajas de parque. Los señores Florencio R. Velasco y Manuel Vázquez V. hacen constar en el anexo Nº 10 lo anterior.

Cabecillas en Douglas Conocida su impotencia para resistir el empuje de las fuerzas federales, los cabecillas sediciosos y su gente gradualmente se deslizaron a territorio americano al caer la tarde del 27, y en la noche del mismo día. El paso a Arizona de tales individuos no fue secreto, y por caminos solitarios, sino por las cercanías de Douglas, y algunos directamente por los lugares de comunicación entre esta ciudad y la vecina de Agua Prieta. El cabecilla Arturo López que en el día se ocupó de hacer libaciones en el lado mexicano siguió aquí en su embriaguez y el público siguiéndolo aumentaba el escándalo que causaba su presencia. Muchos de los rebeldes fugitivos anduvieron en desorden esa noche y yo no tengo noticia de que las autoridades del lugar hayan intervenido en algo para restablecer el orden. Posteriormente a López han estado aquí por el tiempo que han querido los cabecillas Cabral, Rafael Romero, Ayala Girón, y la Mac Gregor, que se vino dando a conocer como la viuda de Talamantes, pero quien en realidad es una sediciosa de peligro por su activa propaganda. Muchos otros cabecillas menos conocidos que los anteriores han permanecido en Douglas como si este lugar fuera su refugio natural.

Lamentable descuido de la policía y actos vituperables del condestable Clark Desde que el comisario de Agua Prieta formaba trincheras cerca de la línea divisoria los soldados y empleados mexicanos eran el objeto de los más sangrientos insultos de los Estados Unidos, los retiraban de la línea pero siempre persistían en su irritante práctica. Más tarde cuando se refugiaron en los Estados Unidos algunos militares mexicanos, el pueblo de Douglas de las dos nacionalidades se distinguió por el sangriento escarnio que hizo y continúa haciendo de nuestro país y de nuestros más altos funcionarios. Debo hacer constar que los militares americanos han tratado de retirar a los visitantes pero las autoridades locales no han puesto ninguna atención a tales actos. La libertad ilimitada e injustificada en la que se vivía en Douglas tenía

que dar sus resultados: el día 19 del corriente al ir en la mañana al correo el canciller de esta oficina, señor Pedro Garma y Uringuen, se encontró con G. G. Lelevier, sedicioso editor del periódico Douglas Industrial quien tiene agravio con nuestro Gobierno porque una vez se solicitó su extradición por falsificación de giros postales siendo su hijo empleado de correos, y encarándose contra el referido empleado le dijo muy graves insultos y en seguida lo atacó con las manos; el señor Garma repelió la agresión, pero provocado un movimiento de curiosidad se reunió algún público y acudió al lugar el condestable Frank Clark, quien informado del caso dejó ir en libertad a Lelevier y condujo bajo arresto al señor Garma ante el Juez de Paz; el Juez oyó el parte del condestable, tomó el nombre del señor Garma y lo dejó ir en seguida, pero no se tomó ninguna medida contra el agresor. El señor gobernador de Arizona, enterado de este hecho envió un mensaje reprobando enérgicamente lo acaecido y urgiendo mayor justicia y equidad de parte de los ciudadanos y autoridades de Douglas. Bajo anexo Nº 11 adjunto una copia de la excitativa referida y los comentarios del periódico Douglas Daily International. Y como anexo Nº 12, lo publicado sobre el asunto por el Douglas Daily Dispatch. Otro acontecimiento que pinta la arbitrariedad de Clark fue el asalto a los empleados mexicanos señores J. Jesús Moreno y Federico Córdova, secretario el primero del señor Prefecto del Distrito de Moctezuma, Sonora, y capitán el segundo de guardia nacional. Venían los expresados a Douglas el veintiuno del mes actual a traerme un recado del señor Prefecto Chapa, de Moctezuma, y entregado que me fue se disponían a regresar a Agua Prieta, cuando en una esquina de la avenida principal fueron agredidos por un americano King y un desconocido, quienes trataban de golpearlos duramente; el señor Moreno pudo montar en un automóvil y ponerse en salvo pero el señor Córdova permaneció ahí estorbado en su paso por los circunstantes y en esto llegó el mismo condestable Frank Clark quien no obstante de que oyó lo que varios mexicanos imparciales le explicaron dejó ir a King y demás culpables, conduciendo ante el Juez de Paz al señor Córdova donde fue registrado y detenido, siendo puesto a poco rato en libertad debido a los buenos oficios del señor coronel F. W. Sebley digno jefe de las tropas americanas en esta ciudad. El Mayor de Douglas ya calmado de su excitación que en días anteriores le hizo mandar telegramas inconvenientes a Washington, se portó bien en este caso y dio pasos encaminados a prevenir futuros accidentes y el castigo de los responsables del asalto, aunque se encontró con la dificultad de que nadie quiso servir con su testimonio para la convicción de los culpables.

Como anexos números 13, 14 y 15 adjunto una declaración del señor J. Jesús Moreno y recortes de los periódicos Douglas Daily International y Douglas Daily Dispatch de 22 y 23 del actual respectivamente, tratando del caso y de las medidas del Consejo municipal del lugar. También incluyo como anexo Nº 16 un recorte del Douglas Daily International de 17 del corriente, donde se describen las trincheras formadas por los rebeldes en Agua Prieta, un recorte del Douglas Industrial de 23 del actual en que habla de la estancia en ésta del cabecilla Cabral (anexo 17) y nueve postales ilustrativas (anexos del 18 al 26). El Cónsul, Arturo M. Elías.

Credencial expedida al licenciado Francisco S. Carvajal, por el señor José Ives Limantour, para discutir y convenir con don Francisco I. Madero, Jefe de la Revolución, o sus representantes, las bases con arreglo a las cuales debería cesar el estado revolucionario, pudiendo auxiliarse del licenciado Toribio Esquivel Obregón y del señor Óscar Braniff.

222

CREDENCIAL DEL SEÑOR LICENCIADO DON FRANCISCO CARVAJAL El C. Presidente de la República se ha servido designar, para que conforme a las instrucciones que se le han dado y las que en lo sucesivo se le comunique, proceda usted a discutir y convenir con el señor don Francisco I. Madero, jefe de la revolución, o con los representantes que él nombre, las bases con arreglo a las cuales debe cesar el estado revolucionario y restablecer el orden en el país. En el desempeño de esta Comisión, usted podrá utilizar los servicios de los señores licenciado don Toribio Esquivel Obregón y don Óscar Braniff, quienes espontánea y desinteresadamente han intervenido de una manera oficiosa en los preliminares de estas negociaciones de paz. Por falta de Secretario de Gobernación, se servirá usted entenderse para todo lo relativo a esta Comisión con el que suscribe. J. Y. Limantour México, 27 de abril de 1911. Al C. Licenciado don Francisco S. Carvajal, Presente.[*]

[*] Historia gráfica de la revolución. Recopilación y fotografías por Agustín V. Casasola, Tomo Núm. 1, cuaderno Núm. 1, p. 261.

Informe del señor Lock Mc Daniel, Procurador de los Estados Unidos en el Distrito Sur de Texas, fechado en Houston, Tex., al Procurador General en Washington, D. C., con motivo de la queja presentada por el general Gonzalo Luque por la intervención de los oficiales del Departamento de Justicia en los embarques de armas y municiones destinadas para uso del Gobierno de México.

223

[A.R.E., L-E-656] [Copia.] Departamento de Justicia. Oficina del Procurador de los Estados Unidos Distrito Sur de Texas. Houston, Texas, 27 de abril de 1911. Al Honorable Procurador General, Washington, D. C. Señor: Acuso recibo del oficio del Procurador General interino, Fowler, fecha 17 de abril de 1911, marcado: S. W. F. 90755-718, incluyendo correspondencia cambiada entre la Secretaría de Relaciones Exteriores de México y los Estados Unidos de América, con respecto a la queja del general don Gonzalo Luque, relativa a la gran dificultad que está teniendo para conseguir armas y municiones para las autoridades federales en Ojinaga, Chihuahua, a lo cual se llama mi atención, a fin de que haga las gestiones necesarias para prevenir a los oficiales del Departamento de Justicia que no intervengan (interfering) en los embarques de este país a México de armas y municiones destinadas para uso del Gobierno de México. En contestación tengo la honra de manifestar que todos los oficiales de Gobierno en el Distrito Sur de Texas, incluso los del Departamento de Justicia, han sido ya advertidos por mí para usar gran prudencia en todos los asuntos de introducción a México de armas y municiones, a fin de que no intervengan en las operaciones del Gobierno establecido de México o en las del intercambio comercial de negocios entre ambos países. Debe usted saber, sin embargo, que es una cuestión sumamente difícil la de determinar, cuando se descubre una consignación de armas y municiones para México, si están destinadas para el uso de las autoridades federales o para el de los revoltosos en México, y, aun cuando los oficiales estuvieren convencidos de su destino a insurrectos, encontrar un procedimiento legal

para intervenirla y prevenir su embarque a México. Continuaré estando alerta para mantener por todos los medios posibles la neutralidad de nuestro país, y evitar el cometer injusticias al comercio o a los particulares. Muy gustoso recibiré instrucciones, de tiempo en tiempo, del Departamento de Justicia, aun cuando sean muy generales, acerca del mejor modo de proceder. Muy respetuosamente, Lock Mc Daniel, Procurador de los E. U. A. [Es traducción.] Washington, 17 de mayo de 1911. Primer Secretario.

Informe de José F. Godoy, Encargado de Negocios de México en La Habana, Cuba, al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca de su intervención con motivo de la invitación hecha por un grupo de socialistas a las colectividades obreras de dicha capital, para tomar parte en una manifestación de simpatía hacia los revolucionarios mexicanos.

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[A.R.E., L-E-660] [Reservada.] La Habana, abril 27 de 1911. Tengo la honra de informar a usted que ayer apareció en La Discusión, de esta ciudad, un aviso que por duplicado me permito remitir a usted adjunto, en que el grupo editor de Tierra, compuesto de socialistas, invitaba a las colectividades obreras de esta capital para tomar parte en una manifestación de simpatía hacia los revolucionarios mexicanos, debiéndose verificar la reunión el mismo día 26 a las siete y media de la noche en el Campo de Marte. Me pareció conveniente en lo confidencial informar al señor Secretario de Estado de lo que publicaba La Discusión, a fin de que si a él le pareciera conveniente se tomaran las medidas necesarias para evitar que se infringiesen las leyes referentes a tales reuniones. De la Secretaría de Estado se me informó que se darían órdenes a la policía secreta en el sentido que yo había indicado en lo confidencial. Según he sido informado la tal reunión fue un fracaso por completo, la prensa no se ha ocupado de ella en lo más mínimo, y las autoridades no tuvieron que castigar a ninguno de los que tomaron parte en ella, ni intervenir abiertamente o de otra manera en dicha reunión. Renuevo a usted las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. José F. Godoy, Encargado de Negocios. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

Informe de Luis G. Pardo, Encargado de Negocios de México en la República de Guatemala, al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca de una proclama expedida por don Francisco I. Madero, en San Luis Potosí, el 5 de octubre.

225

[A.R.E., L-E-660] [Reservada.] Guatemala, 27 de abril de 1911. El señor licenciado don Mariano Salas, mexicano establecido aquí ha mucho tiempo, y de quien tiene noticias esa Secretaría, estuvo hoy a verme y me entregó la cubierta adjunta, que recibió por el correo de hoy, y que contiene una proclama expedida por don Francisco I. Madero. Aun cuando seguramente esa superioridad tiene conocimiento de la referida proclama, que está fechada en San Luis Potosí el 5 de octubre último, he creído conveniente remitirla a usted con la cubierta, pues quizá nuestro cónsul en Nueva Orleans pueda averiguar quién es el empleado o persona de la “American Redistilling and Rectifying Co.” que se ocupa en circular las proclamas revolucionarias de Madero, y si en ese puerto se está organizando alguna campaña de propaganda en contra de nuestro Gobierno. Renuevo a usted las seguridades de mi consideración muy alta y distinguida. Luis G. Pardo, E. de N. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

Informe de José T. Godoy, Encargado de Negocios de México en La Habana, Cuba, al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca de la nota periodística aseverando que “como siempre los americanos han fomentado la revolución en los Estados del Norte, para procurar la división de México en dos repúblicas…”, y el préstamo otorgado por Morgan y Cía., a don Francisco I. Madero para que alterara la paz, con la esperanza de que bajaran los valores.

226

[A.R.E., L-E-687] [Legación de los Estados Unidos Mexicanos.] La Habana, abril 29 de 1911. Por vía de información, tengo la honra de remitir a usted adjunto y por duplicado, un recorte de La Discusión de ayer en que se asegura que en una carta de un diplomático, que se supone reside en esa capital, se encuentran los siguientes párrafos referentes a la revuelta en nuestro país: “Tratándose del estado político del país es malo, y como siempre los americanos han fomentado la revolución en los Estados del Norte, para procurar la división de México en dos Repúblicas. “También se ha dicho que Morgan y compañía, sabedores de que el Congreso de la Unión había autorizado a don Porfirio Díaz para la emisión de bonos por ciento diez millones de pesos, aprovechándose del descontento político de los mexicanos, facilitó a Madero fondos para que alterara la paz con la esperanza de que bajaran los valores y ellos hacer el empréstito a tipo ruinoso para México; pero Limantour fue a Europa y arregló la operación con banqueros alemanes, ingleses y franceses.” Renuevo a usted las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. José T. Godoy Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

Credencial expedida al señor Francisco Madero (Sr.), por don Francisco I. Madero, a orillas del Río Bravo, frente a Ciudad Juárez, Chih., en uso de las facultades que le confirió el Plan de San Luis Potosí, para que acompañado del doctor Francisco Vázquez Gómez y el licenciado José María Pino Suárez, tratara con los representantes del Gobierno del general Porfirio Díaz los arreglos para el restablecimiento de la paz.

227

[A.I.F.]

CREDENCIAL DEL SEÑOR FRANCISCO MADERO, SR. En uso de las facultades que me confirió el Plan de San Luis Potosí, he tenido a bien nombrar a usted para que, acompañado de los señores doctor don Francisco Vázquez Gómez y licenciado don José María Pino Suárez, para que trate con los representantes del Gobierno del general don Porfirio Díaz, sobre los arreglos que deban llevarse a cabo para el restablecimiento de la paz en la República, que tendrán como base las instrucciones que le acompaño en pliego cerrado y las que en lo sucesivo se le comuniquen. Sufragio Efectivo. No Reelección. Campamento del Ejército Libertador, a orillas del Río Bravo, frente a Ciudad Juárez, a 2 de mayo de 1911. El Presidente Provisional, Francisco I. Madero Al C. don Francisco Madero, Sr.[*]

[*] Historia Gráfica de la Revolución. Recopilación y fotografía por Agustín V. Casasola, Tomo Núm. l. Cuaderno Núm. 1, p. 262.

Informe telegráfico de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., al Secretario de Relaciones, de su entrevista con el Secretario de Estado Philander Knox, para evitar el envío de buques de guerra norteamericanos a puertos mexicanos, en particular a Ensenada, B. C., por considerarse como una medida hostil.

228

[A.R.E., L-E-660] [Telegrama de la Embajada de México en Washington, D. C. ] Mayo 4 de 1911. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México. Comuniqué Secretario Knox noticias relativas Cuernavaca y sustancia mensaje usted mayo 2. Díjome que respecto enviar buque guerra Ensenada, deseaba arreglarse con Gobierno Mexicano para evitar que enviarlo pareciera provocación, después haber expresado nuestro Gobierno deseo de que no fueran buques de guerra a puertos mexicanos y que esto pudiera comentarse en México como una medida hostil. Dijo que espera no sea preciso enviar buque a Ensenada y que sólo se haría en caso absolutamente necesario, para recoger americanos residentes en aquel puerto. Mostróme telegrama enviado ayer por Wilson diciendo que usted había anunciado anoche firmada la paz en Ciudad Juárez y me preguntó qué noticias había yo recibido a este respecto, suplicando comunique las que recibiera. Encarezco a usted respetuosamente conveniencia de que esta Embajada esté al tanto de los sucesos más importantes, en la inteligencia de que los mensajes marcados confidenciales sólo serán leídos por mí. Interrogado Knox por embajador alemán, esta mañana, díjole no ser cierto que Wilson mandara noticias alarmistas; que la situación no se ha alterado en nada y que carecen de fundamento noticias prensa hoy. Zamacona

Instrucciones giradas por el licenciado Victoriano Salado Álvarez, Subsecretario de Relaciones Exteriores, al cónsul de México en Los Ángeles, California, para obtener varios ejemplares de los mapas de Sonora y Baja California levantados por la Western Engineering Company, enviando uno de ellos a la Embajada en Washington, D. C.

229

[A.R.E., L-E-661 J [Reservada.] México, 4 de mayo de 1911. Con interés me he impuesto de la nota reservada de usted números 286/7, de 18 de marzo último, relativa a la adquisición que hizo del señor Higareda de una negativa y copias de mapas de Sonora y la Baja California, levantados en aquellos lugares por la “Western Engineering Company”. En respuesta le manifiesto que procure conseguir otros ejemplares del plano, enviando uno, desde luego a nuestra Embajada en Washington. Reitero a usted mi consideración. P. O. del señor Srio. El Subsecretario, V. Salado Álvarez. Señor cónsul de México, Los Ángeles, Cal.

230

Renuncia de don Ramón Corral, al cargo de Vicepresidente de la República Mexicana. [A.I.F.]

TEXTO DE LA RENUNCIA DE DON RAMÓN CORRAL “Las dos veces que las convenciones nacionales me ofrecieron mi candidatura como Vicepresidente de la República, para que figurase en las elecciones con la del señor general Díaz, como Presidente, manifesté que estaba dispuesto a ocupar cualquier cargo en que mis compatriotas juzgasen útiles mis servicios, y que si el voto público me confería un puesto tan por encima de mis ningunos merecimientos, mis propósitos serían secundar en todo la política del general Díaz, para cooperar, en mi posibilidad, al engrandecimiento de la nación, que de manera tan portentosa se había desarrollado bajo su Gobierno. Los que se preocupan de los asuntos públicos y han observado la marcha de ellos durante los últimos años, sabrán decir si he cumplido mi propósito. Lo que yo puedo asegurar es que procuré siempre no crear el menor obstáculo, ni a la política del Presidente, ni a las formas de su desarrollo, aun a costa del sacrificio de convicciones, tanto por ser esa la base de mi programa y porque así correspondía a mi deber y a mi lealtad, como por buscar prestigio a la institución de la Vicepresidencia, tan útil en los Estados Unidos como desacreditada en los países latinos. Los sucesos que han conmovido al país durante los últimos meses, han hecho que el Presidente considere patriótico separarse del alto puesto que le designó el voto casi unánime de los mexicanos en los últimos comicios; y conviene, al mismo tiempo, a los intereses de la Patria, igual acto de parte del Vicepresidente, con el objeto de que nuevos hombres y nuevas energías sigan estimulando la prosperidad nacional; y siguiendo mi programa de secundar la política del general Díaz, uno mi renuncia a la suya, y en la presente nota hago dimisión del cargo de Vicepresidente de la República, suplicando a la Cámara tenga a bien aceptarla al mismo tiempo que la del Presidente. Ruego a ustedes, señores secretarios, se sirvan dar cuenta con esta solicitud que presento, con las protestas de mi más alta consideración. Libertad y Constitución. París, mayo 4 de 1911.

Ramón Corral[*]

[*]

Anales Históricos de la Revolución Mexicana, por Jesús Romero Flores.

Instrucciones giradas por el licenciado Francisco León de la Barra, a la Embajada de México en Washington, D. C., para investigar cuál era el sentir del Departamento de Estado, con motivo de las declaraciones atribuidas por la prensa americana al Presidente Taft, para la movilización de tropas con objeto de intervenir en los asuntos de México, así como de la creencia de “que Madero no cuenta con los elementos necesarios para someter a todos los rebeldes de la República…”

231

[A.R.E., L-E-660] México, 6 de mayo de 1911. Embajada mexicana, Washington. Prensa publica hoy alarmantísimas noticias que en gran parte no creo; pero que de seguro producirán suma excitación en los ánimos. (Stop). Dice, por ejemplo, que Presidente Taft mandó movilizar quince mil soldados a Veracruz con objeto de que intervengan en los asuntos de Mexico y ayuden a restablecer la paz indemnizándose a los Estados Unidos los gastos que eroguen por esa movilización de tropas con una faja de terreno de la frontera del norte al hacerse reconocimiento de límites del Bravo. (Stop). Avisan también que Taft indicó a periodistas que se llamaría a las armas a doscientos mil voluntarios (Stop). Se publica asimismo, que la Escuadra del Pacífico va rumbo Mazatlán y que embajador Wilson ha hecho públicos temores que comunicó usted en reciente mensaje. (Stop). También se habla de que allá se opina que reina en México completa anarquía la cual hará posible la intervención de los Estados Unidos, juzgándose caído al Gobierno y creyéndose que Madero no cuenta con los elementos necesarios para someter a todos los rebeldes de la República. (Stop). Comunique con urgencia todo lo que sepa a este respecto, pues esa clase nuevas al par que puede traer graves dificultades internacionales, las acarrearía interiores de carácter irremediable. (Stop). Procure averiguar cuál es el verdadero sentido del Departamento de Estado en esta materia y comuníquemelo a la posible brevedad para calmar la ansiedad pública y tomar las medidas conducentes. F. L. de la Barra Transmítase.

Telegrama de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., informando al Secretario de Relaciones, del fundamento de las noticias alarmistas dadas por la prensa en Nueva York, con motivo de la intervención del Comité de Negocios Militares de la Cámara, para la movilización de tropas destinadas para intervenir en los asuntos de México.

232

[A.R.E., L-E-660] [Telegrama de la Embajada en Washington. ] Washington, 6 de mayo de 1911. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México. Journal de Nueva York y otros periódicos publican supuesta declaración del general Wood al Comité de Negocios Militares de la Cámara, en el sentido de que intervención es inevitable y se emplearán doscientos mil soldados americanos. De la oficina del general Wood me dicen hoy que en periódicos de la tarde desmentiráse noticia. Corre el rumor de que el Comité de Negocios Militares preguntó al Ejecutivo cuántos soldados necesitaríanse para intervención en México. Contestándoseles que doscientos mil. Atribuyéndose esto, fundamento noticias alarmistas. Hoy en la tarde publícase que embajador Wilson confirma noticias de motines en la ciudad de México, que han motivado clausura casas comercio y prohibición de circular en las calles. Departamento de Estado publica telegramas de varios cónsules americanos y del Embajador, todos en sentido pesimista. New York Times indica para examen y admisión de reclutas. Temor prensa generalmente pesimista. Como excepción, New York Tribune publica correspondencia ciudad México tranquilizadora. Zamacona

Informe de Ángel Aguilar, cónsul de México en Clifton, Arizona, al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca de las actividades de los revolucionarios en dicha población, contando con la simpatía de sus habitantes y autoridades, así como de los trabajadores de los centros mineros y metalúrgicos, quienes se encargaban de proveer a sus necesidades, distinguiéndose la población de Metcalf, “donde la antipatriótica labor ha sido más fecunda, se han hecho eficaces colectas de fondos para las llamadas víctimas de la revolución…”

233

[A.R.E., L-E-686] [Consulado de México. Reservada.] Clifton, Arizona, 6 de mayo de 1911. Para tener al corriente a esa superioridad de los asuntos relacionados con los revoltosos de estos lugares hasta esta fecha, tengo la honra de manifestar a usted que en los primeros días del mes de abril, o tal vez durante mi ausencia de Clifton, salieron de Metcalf a incorporarse a los sediciosos de Villarreal, en Ojinaga, como unos veinte hombres: esta noticia no llegó a mi conocimiento sino después de mi regreso de Caléxico. He dado cuenta a esa Secretaría de tres diferentes partidas de revoltosos que han salido de estos lugares, porque siendo el número considerable, no les ha sido fácil ni ocultarse de las miradas de los demás, ni guardar la reserva correspondiente; pero no es éste el único contingente de hombres que de aquí se ha dirigido a la revuelta; pequeños grupos de 3 o 4 salen con frecuencia de Morenci y Metcalf, sin que se sepa adónde se dirigen, ni nadie pueda averiguarlo. El medio social en que viven y las condiciones locales, los favorecen extraordinariamente: todos son partidarios de la injusta causa de la revolución; las autoridades de policía, que en lo general les infunden temor, en estos casos se manifiestan abiertamente partícipes de las mismas ideas: las conexiones de ferrocarril, en un espacio corto de terreno, son varias; la región montañosa; muchos los caminos y veredas para los demás minerales; y grande y frecuente la fluctuación del número de trabajadores, como consecuencia natural de la actividad intermitente de estos importantes centros mineros y metalúrgicos. Entre los hombres que han salido, muchos de ellos tienen familia, pero

esto no ha sido obstáculo serio para sus criminales propósitos. Los que quedan aquí trabajando se encargan de proveer a sus necesidades, sobre todo en Metcalf, donde la antipatriótica labor ha sido más fecunda, se han hecho eficaces colectas de fondos para las llamadas “víctimas de la revolución” y todo cabe dentro de esta denominación general. Conozco un fanático que cedió su sueldo de un mes, para la compra de armas y municiones de guerra. Hace muy pocos días se verificó una kermesse en Clifton, la cual, me informan, estuvo muy concurrida. Ayer celebraron en Metcalf sus fiestas cívicas, sé que no faltaron en los discursos maliciosas y vehementes alusiones contra nuestro Gobierno, aunque no al grado que hubieran deseado, por las indicaciones que les hicieron las autoridades locales. El producto de la colecta de estas fiestas, casi íntegro, irá a manos de las juntas de revoltosos, como el producto de las diversiones de este día, pues sus cartelones anuncian que serán a beneficio “de la guerra civil en México”. Desde que llegué a estos lugares he procurado atraerme a los mexicanos de mayor prestigio y que más influencia ejercen sobre sus compañeros de trabajo, y a los que a mí han ocurrido, sin distinción alguna, les he impartido con liberalidad los buenos oficios del Consulado; de algunos he logrado conseguir cierta confianza y adhesión, meramente personal, no creo haber cambiado sus ideas políticas, la escasa inteligencia de la inmensa mayoría se ha nutrido, desde hace mucho tiempo, con los antipatrióticos y pérfidos libelos que se publican en San Antonio, El Paso, Tucson y Los Ángeles. Tanto en Clifton como en Metcalf y Morenci ocurren al correo todas las tardes gran número de operarios, recogen sus periódicos y se van retirando en pequeños grupos leyendo a sus compañeros las publicaciones subversivas de que está infestada toda la frontera americana. Me ocupo de formar una lista con las correspondientes filiaciones, de los que se han ocupado con más empeño, actividad de fomentar la revuelta, para que queden utilizables constancias en este Consulado. Después de la derrota que sufrieron en Agua Prieta los sublevados y de las noticias de la prensa que habían pasado a Arizona, he estado pendiente de ver si regresaban algunos de ellos, pero no han vuelto; tal vez se hayan quedado en los minerales inmediatos a Lordsburg, o lo que es más probable, habrán regresado poco a poco a Sonora. Reitero a usted mi más atenta consideración. Ángel Aguilar

Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

Instrucciones telegráficas giradas por el licenciado Francisco León de la Barra, al cónsul de México en El Paso, Texas, para informar con amplitud, de los acontecimientos que ocurrieran en Ciudad Juárez, Chih., o en El Paso, Tex.

234

[A.R.E., L-E-661] [Telegrama.] Mayo 6 de 1911. Señor cónsul de México, El Paso, Texas. Téngame al corriente con amplitud de todos los acontecimientos que pasen en Juárez o esa ciudad, con intervalos de una hora y cualquiera que sea el coste de los mensajes que se mande. De la Barra

Informe telegráfico de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca de lo manifestado por don Francisco I. Madero, de trasladar su campamento a Casas Grandes, Chih., en caso de reanudarse las conferencias de paz, para evitar una epidemia de viruela.

235

[A.R.E., L-E-661] [Telegrama del cónsul de México en El Paso, Texas.] Mayo 7 de 1911. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México. Tres tarde ningún incidente. Dícenme continúan gestiones Braniff por reanudar conferencia de paz. Madero manifiesta que caso reanudación cambiará campamento a Casas Grandes, con motivo de dos casos de viruela en su campamento. Tomás Torres

Informe telegráfico de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, Texas, dando cuenta de un manifiesto expedido por don Francisco I. Madero, resolviendo no atacar la plaza de Ciudad Juárez, Chih., para evitar complicaciones internacionales, pero que se dirigía a la capital de México, reuniendo de paso a todos sus elementos.

236

[A.R.E., L-E-661] [Telegrama del cónsul de México en El Paso, Texas.] Mayo 7 de 1911. Cuatro de la tarde, sin novedad; en este momento publicóse un manifiesto de Madero a sus soldados diciendo que para evitar complicaciones internacionales resuelve no atacar a Ciudad Juárez y dirigiráse a la capital de México, reuniendo de paso todos sus elementos. Tomás Torres

Informe telegráfico de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, Texas, al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca del efectivo de los revolucionarios que se rumoraba atacarían la plaza de Ciudad Juárez, Chih.

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[A.R.E., L-E-661] [Telegrama del cónsul de México en El Paso, Texas.] Mayo 7 de 1911. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México. Siete tarde. Obsérvase algún movimiento en el campo revoltoso y circula la noticia de que durante noche atacarán a Juárez. Un fugitivo del campo revoltoso me informa que los revoltosos son tres mil quinientos, de los que sólo la mitad están armados y de éstos gran cantidad medianamente. Tomás Torres

Manifiesto del Presidente de la República, general Porfirio Díaz, a la Nación, ofreciendo su retiro del poder, con motivo de la rebelión iniciada en Chihuahua en Noviembre de 1910, “cuando su conciencia le diga que al retirarse no entrega el país a la anarquía…”

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MANIFIESTO DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA GENERAL PORFIRIO DÍAZ, A LA NACIÓN MEXICANOS: La rebelión iniciada en Chihuahua en noviembre del año próximo pasado y que paulatinamente ha ido extendiéndose, hizo que el Gobierno que presido acudiese, como era de su estricto deber, a combatir en el orden militar el movimiento armado. Entretanto, la opinión pública se uniformó demandando determinadas reformas políticas y administrativas, y a fin de satisfacerla, tuve la honra de informar al Congreso de la Unión, el primero del mes próximo anterior, que era mi propósito iniciar o apoyar las medidas que reclamaba la nación. Sobreponiéndome al cargo que se me pueda hacer de no obrar espontáneamente sino bajo la presión de la rebelión armada, es público y notorio que he entrado de lleno en el camino de las reformas prometidas. La iniciativa sobre no reelección del presidente y vicepresidente de la República y de los gobernadores de los Estados, apoyada moralmente por el Ejecutivo de la Unión, ha sido ya aprobada por la Cámara popular y está a punto de serlo por el Senado de la República; el estudio de una nueva ley electoral que haga efectivo el sufragio del pueblo, acomodándose a nuestro medio social y eliminando hasta donde sea posible la intervención de la autoridad política, está ya concluido y en breve se someterá a la deliberación de las Cámaras lo mismo que un proyecto de Ley sobre responsabilidad de los funcionarios judiciales y otros sobre fraccionamiento de terrenos. Al mismo tiempo, los cambios políticos y administrativos de la Federación y de algunos Estados constituyen otra prueba inequívoca de la sinceridad con que el Gobierno de la República procura interpretar las aspiraciones de la gran mayoría de la Nación, y del espíritu de reforma que

ha invadido también la administración pública de las Entidades Federativas. La gran masa de nuestros conciudadanos, de hábitos pacíficos y laboriosos, de tendencias evolutivas y progresistas, sin duda habrá reconocido la buena fe con que procede el Gobierno; y aquellos mexicanos que se hayan lanzado desinteresadamente a la revuelta, en pos de los principios políticos que está realizando la administración actual, deberían ya haber depuesto las armas evitando así a su país los horrores de la guerra civil, ya que los principios inscriptos en su bandera no necesitan de la fuerza para incorporarse en la ley. Mas infortunadamente esto último no ha sido así, y el Gobierno, que se consagraba a la doble labor de combatir con las armas a la rebelión y de dar garantías para lo porvenir a la opinión pública, ha querido probar una vez más su deseo de restablecer la paz por medios legítimos y decorosos. Algunos ciudadanos patriotas y de buena voluntad ofreciéronse espontáneamente a servir de mediadores con los jefes rebeldes; y aunque el Gobierno creyó no deber iniciar negociación alguna, porque habría sido desconocer los títulos legítimos de su autoridad, dio oídos a las palabras de paz, manifestando que escucharía las proposiciones que se le presentaran. El resultado de esa iniciativa privada fue, como se sabe, que se concertara una suspensión de hostilidades entre el general comandante de las fuerzas federales en Ciudad Juárez y los jefes alzados en armas que operan en aquella región, para que durante la tregua conociera el Gobierno las condiciones o bases a que había de sujetarse el restablecimiento del orden. El Gobierno constituyó su delegado en la persona de un honorable Magistrado de la Corte Suprema de Justicia de la Nación a quien se dieron instrucciones inspiradas en un espíritu de liberalidad y de concordia, hasta donde lo permiten la dignidad de la República y los intereses mismos de la paz que se trataba de negociar. La buena voluntad del Gobierno y su deseo manifiesto de hacer concesiones amplias y de dar garantías eficaces de la oportuna ejecución de sus propósitos, fueron interpretados, sin duda, por los jefes rebeldes como debilidad o poca fe en la justicia de la causa del mismo Gobierno: ello es que las negociaciones fracasaron por la exorbitancia de la demanda previa formulada por los representantes revolucionarios antes de dar a conocer sus bases de arreglo, y de todo punto incompatible con un régimen legal. La exigencia de la revolución de que presenten su renuncia el Presidente y el Vicepresidente de la República en estos momentos tan

difíciles, si hubiera de aceptarse, dejaría a la Nación abandonada a todos los azares y peligros de unas elecciones que efectuadas desde luego, según lo prescribe nuestra Carta Fundamental, se harían en plena efervescencia de las pasiones y antes de que estuviera restablecido el orden público en todo el país. Por otra parte, fijar plazo a la renuncia, equivaldría a exponerse a los inconvenientes apuntados, por no ser posible prever cuándo cesará el desorden, y lo que es peor, debilitaría el prestigio y la autoridad del jefe de la Nación, precisamente cuando más necesarias son estas condiciones para vigorizar la situación política, cuyos firmes puntos de apoyo deben ser, principalmente, el buen sentido del pueblo y la actitud del ejército, de cuya conducta bizarra y ejemplar se enorgullece la República. No es, pues, una inspiración de vanidad personal del Presidente, para quien el poder, hoy más que nunca, no tiene ya sino amargos sinsabores e inmensas responsabilidades, lo que le hizo negarse a la exigencia de la rebelión, no; es el deber, el supremo deber que tiene de dejar el país en orden y dentro de la ley o de hacer cualquier sacrificio, aun el de la propia vida, por conseguirlo. Por último, hacer depender la Presidencia de la República, es decir, la autoridad soberana de la Nación, de la voluntad o del deseo de un grupo más o menos numeroso de hombres armados, no es, por cierto, restablecer la paz, que siempre debe tener por base el respeto a la ley; sino, por lo contrario, abrir en nuestra historia otro siniestro periodo de anarquía, cuyo imperio y cuyas consecuencias nadie puede prever. El Presidente de la República que tiene la honra de dirigirse al pueblo mexicano en estos solemnes momentos se retirará, sí, del poder, cuando su conciencia le diga que al retirarse, no entrega al país a la anarquía y lo hará en la forma decorosa que conviene a la Nación, y como corresponde a un mandatario que podrá, sin duda, haber cometido muchos errores, pero que también ha sabido defender a su patria y servirla con lealtad. El fracaso de las negociaciones de paz tal vez traerá consigo la renovación y la recrudescencia en la actividad revolucionaria. Si por desgracia fuere así, el Gobierno, por su parte, redoblará sus esfuerzos contando con la lealtad de nuestro heroico Ejército para someter a la rebelión dentro del orden; mas para conjurar pronta y eficazmente los inminentes peligros que amenazan nuestro régimen social y la autonomía de la Nación, el Gobierno necesita del patriotismo y del esfuerzo generoso del pueblo; cree contar con él, y con él está seguro de salvar a la Patria.

México, mayo 7 de 1911. Porfirio Díaz

Blas Urrea (Seud. de Luis Cabrera) Obras Políticas, Imprenta Nacional, México. Imp. Nacional, S. A., 1921. Pp. 448 a 450.

Instrucciones giradas por el licenciado Francisco León de la Barra, a la Embajada de México en Washington, D. C., para desmentir enérgicamente las noticias alarmistas propaladas por ignorancia de los informantes, acerca de que en la ciudad de México hubieran ocurrido motines o disturbios.

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[A.R.E., L-E-660] [Telegrama.] México, 8 de mayo de 1911. Embajada mexicana, Washington, D. C. Contesto sus telegramas del seis y del siete (stop). Mucho me extraña noticias alarmistas que dice circulan en ésa (stop). Es falso que en la ciudad de México haya habido motines o disturbios, todo está tranquilo y la clausura del comercio que dice usted atribúyese embajador Wilson obedeció a la fiesta nacional del cinco de mayo, en que como usted sabe se interrumpen los negocios y las tiendas se cierran (stop). Es absolutamente falso que se haya paralizado el tráfico en las calles (stop). Mucho más falso todavía que el Gobierno solamente posea tres plazas considerables, los puertos, todas las ciudades importantes, la capital de la República y cuanto puede ofrecer resistencia a los merodeadores está en manos de la administración, hallándose sólo los poblados absolutamente faltos de auxilio en manos de los revoltosos (stop). Desmienta usted enérgicamente estas falsedades que nos perjudican enormemente y que obedecen sólo a ignorancia de los informantes o mala voluntad (stop). Lo tendré al tanto de lo que acontezca y le ruego me comunique lo que sepa con la frecuencia posible. De la Barra Transmítase. V. Salado Álvarez.

Telegrama de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, Texas, comunicando haberse iniciado el ataque a la plaza de Ciudad Juárez, Chih., sin previa explicación.

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[A.R.E., L-E-661] [Telegrama del cónsul de México en El Paso, Texas.] Mayo 8 de 1911. Once y treinta de la mañana. Empieza en este momento ataque a Ciudad Juárez, sin haber tenido previamente explicación de tal determinación intempestiva. Tomás Torres

Telegrama de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, Texas, informando al Secretario de Relaciones Exteriores, de estar funcionando con éxito la artillería federal.

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[A.R.E., L-E-661] [Telegrama del cónsul de México en El Paso, Texas.] Mayo 8 de 1911. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México. Dos y media de la tarde. Combate continúa muy reñido. La artillería federal funciona con mucho éxito. Acaba de volarse un puesto de revoltosos. Tomás Torres

Telegrama de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, Texas, informando haber cesado el fuego, al recibir el Gral. Juan J. Navarro un mensaje de don Francisco I. Madero proponiéndole una conferencia de paz, así como una formal protesta del jefe de las armas norteamericano, por los proyectiles que caían en las calles de El Paso, Tex.

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[A.R.E., L-E-661] [Telegrama del cónsul de México en El Paso, Texas.] Mayo 8 de 1911. Tres treinta tarde. Hace media hora se mandó cesar el fuego al recibir el general Navarro un mensaje de Madero proponiéndole una conferencia de paz para las cuatro tarde, y al mismo tiempo recibía general Navarro una formal protesta del jefe de las armas americano por las balas que estaban cayendo en las calles de El Paso; circunstancias que le hicieron ordenar cesación del fuego. Tomás Torres

Telegrama de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, Texas, informando que después de conferenciar don Francisco I. Madero y el general Orozco, resolvieron a instancias del último, cesar el ataque sobre Ciudad Juárez, Chih.

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[A.R.E., L-E-661] [Telegrama del cónsul de México en El Paso, Texas.] Mayo 8 de 1911. Cinco tarde. Periódicos anuncian que después de conferenciar Madero y Orozco, han resuelto por instancias del último, cese el ataque sobre Juárez; hasta este momento no ha vuelto a oírse tiroteo desde las cuatro. Tomás Torres

Telegrama de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, Texas, informando haberse renovado el ataque sobre Ciudad Juárez, Chih., ocupando los revolucionarios los extremos de los puentes internacionales, y las tropas federales al sur, lo que obligaba a éstas a no defenderse convenientemente.

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[A.R.E., L-E-661] [Telegrama del cónsul de México en El Paso, Texas.] Mayo 8 de 1911. Cinco treinta. Ataque renovóse nuevamente con gran encarnizamiento. Revoltosos ocupan extremos de puentes internacionales teniendo a los federales al sur, lo que obliga a éstos últimos a no defenderse convenientemente porque de hacerlo, lado del río, sería posible enviar las balas al lado americano. Tomás Torres

Telegrama de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, Texas, comunicando la crítica situación de las tropas federales, temerosas de que sus proyectiles pasaran al lado americano.

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[A.R.E., L-E-661] [Telegrama del cónsul de México en El Paso, Texas.] Mayo 8 de 1911. Siete tarde, combate continúa; revoltosos aunque en pequeño número, favorecidos por la condición de que federales no pueden disparar sobre ellos temerosos de que sus balas pasen al lado americano; varias ocasiones general Navarro ha mandado cesar el fuego para conferenciar con Madero acerca de ese punto; pero revoltosos no obedecen a nadie y continúan disparando sobre federales que verdaderamente deben considerarse como indefensos, haciendo por extremo crítica su situación. Tomás Torres

Telegrama de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, Texas, comunicando haber cesado el combate en Ciudad Juárez, Chih., acordando don Francisco I. Madero y el general Juan J. Navarro reunirse en la Aduana de la citada población, para conferenciar acerca de la situación.

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[A.R.E., L-E-661] [Telegrama del cónsul de México en El Paso, Texas.] Mayo 8 de 1911. Ocho noche. Combate cesa. En estos momentos se ponen al habla por teléfono Navarro y Madero y convienen en reunirse en la aduana de Juárez, esta noche, para conferenciar sobre situación. Inmediatamente que sepa resultado lo comunicaré a usted. Tomás Torres

Telegrama de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, Texas, informando al Secretario de Relaciones haberse suspendido el ataque a la plaza de Ciudad Juárez, Chih., que se inició sin consentimiento de don Francisco I. Madero, a pesar de la publicación de un manifiesto.

247

[A.R.E., L-E-661] [Telegrama del cónsul de México en El Paso, Texas.] Mayo 8 de 1911. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México. Periódicos extra anuncian en este momento que ataque ha sido mandado cesar por haber aceptado términos de manifiesto y dícese al mismo tiempo que ataque empezó sin consentimiento de Madero a pesar de la publicación; tiroteo continúa, infórmanme autoridades americanas que han sido heridos un muchacho mexicano y tres americanos, todos estos casos en el lado americano y por disparos de revoltosos. Autoridades americanas ejercen la más estricta vigilancia y hacen los más grandes esfuerzos por contener curiosos. A la una de la tarde envío este telegrama. Tomás Torres

Telegrama de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, Texas, informando al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca del control ejercido por las tropas federales en Ciudad Juárez, Chih., ocupando los rebeldes la plaza de toros, la avenida Juárez y las garitas de los puentes internacionales.

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[A.R.E., L-E-678] [Telegrama.] El Paso, Texas, mayo 9 de 1911. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México. Nueve noche. El ataque ha cesado continuando los federales en el control de la ciudad. Los rebeldes ocupan solamente la plaza de toros, la avenida Juárez y las garitas de los puentes internacionales. La gran masa de insurrectos rodea la población en grupos, especialmente por la parte sur y oriente de la ciudad. Es probable que el ataque no continúe sino hasta la proximidad del nuevo día. Tomás Torres

Instrucciones giradas por el licenciado Francisco León de la Barra, al cónsul de México en El Paso, Texas, para solicitar el asilo en hospitales americanos, de los heridos mexicanos que no fueran atendidos por las ambulancias existentes en Ciudad Juárez, Chih.

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[A.R.E., L-E-661] [Telegrama.] México, 9 de mayo de 1911. Cónsul mexicano, El Paso, Texas. Díceseme que en puentes internacionales y otros lugares de Ciudad Juárez, cercanos a la ribera americana, existen muchos heridos a los cuales se rehúsa recoger el jefe de las fuerzas americanas por temor de infringir las leyes de neutralidad (stop). Si llega a hacerse cualquiera solicitud en el sentido de asilar en hospitales americanos a todos los lesionados mexicanos que no hayan podido ser atendidos en nuestras ambulancias, autorizo a usted para manifestar que estimamos como loable el caso y que movidos por sentimientos de humanidad veríamos con positiva satisfacción que se atendiera a las mencionadas personas. De la Barra Transmítase. V. Salado Álvarez.

Telegrama de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., informando al Subsecretario de Relaciones Exteriores, del ataque lanzado al Presidente Taft, en el Senado Norteamericano, por su pretendida falta de energía para intervenir en los asuntos de México, fundándose en la sangre derramada en El Paso, Texas, con motivo del combate desarrollado en Ciudad Juárez, Chih.

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[A.R.E., L-E-685] [Telegrama de la Embajada de México en Washington.] Mayo 9 de 1911. Señor Subsecretario: Senador Stone, apoyando su anterior iniciativa para autorizar al Presidente para intervenir en México, está atacando esta tarde duramente al Presidente Taft en el Senado, por su pretendida falta de energía respecto a México, fundándose en la sangre americana derramada en El Paso, Texas. Senador Bacon defiende actitud administración, calurosamente. Seguiré informando. Atención pública concentrada hoy en batalla Juárez. Acabo de recibir nota del Secretario de Estado, comunicándome las órdenes libradas para libertar oficiales y soldados Douglas, y agregando que armas y municiones siguen detenidas, esperando que se termine la averiguación correspondiente. Logré ver hoy Secretario de Estado. Zamacona

Telegrama de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, Texas, informando al Embajador de México en Washington, D. C., y al Secretario de Relaciones, de la situación militar en Ciudad Juárez, Chih., con motivo del ataque a la misma por fuerzas revolucionarias.

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[A.R.E., L-E-678] [Telegrama.] El Paso, Texas, mayo 10 de 1911. Señor Embajador Washington. Secretario de Relaciones, México, D. F. Nueve mañana. Noche pasóse relativamente tranquila. Hace un rato renovóse el ataque por los mismos puntos que he dado conocimiento, de la avenida Juárez, alguna parte de la avenida Lerdo y la parte oriente y sur de la ciudad. Los edificios incendiados: Correo, Escuela de Niños y algunas casas particulares. Parece que el primero fue accidental y los demás han sido intencionales para evitar caigan en poder de los rebeldes. Hasta este momento parece que no ha empeorado la situación y continúan las fuerzas federales manteniendo sus posiciones y desalojando a los rebeldes de las casas de que se apoderan aunque como dije antes es preciso destruirlas algunas veces. Señor administrador del Timbre que fue hecho prisionero ha podido escaparse y encuéntrase aquí después de haber sido despojado de algunos fondos oficiales y particulares. Rebeldes están escasos de municiones, que hacen esfuerzos por pasar de aquí. Extraordinario trabajo oblígame no ser siempre oportuno en mis noticias. Desde ayer he convenido con jefe fuerzas americanas el paso de médicos y yo mismo he agenciado hoy envío de iguales auxilios y cuidaré se socorra enfermos con la mayor atención. Diez mañana. Tomás Torres

Telegrama de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, Texas, informando al Secretario de Relaciones Exteriores haber sido hecho prisionero el general Juan J. Navarro, su Estado Mayor, y más de trescientos hombres, encontrándose en Ciudad Juárez, Chih., habiéndose hecho cargo de la situación las fuerzas revolucionarias.

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[A.R.E., L-E-661] [Telegrama.] 10 de mayo de 1911. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México. General Navarro y su estado mayor con más de trescientos hombres cayeron prisioneros y están en Juárez. Coronel Tamborrel murió. Insurrectos han levantado el campo y dado primeras atenciones a heridos; se negaron a permitirme traer heridos a esta ciudad para curarlos, y para lo cual tenía arreglado lo necesario conforme lo prevenido en el artículo sexto de la ordenanza general de aduanas; no certificaré facturas para Juárez; si algunas instrucciones debiera seguir este respecto ruégole se sirva enviármelas. Tomás Torres

Telegrama de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, Texas, informando al Secretario de Relaciones y al Embajador de México en Washington, D. C., de la ocupación de la plaza de Ciudad Juárez, Chih., por las fuerzas revolucionarias.

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[A.R.E., L-E-678] Mayo 10 de 1911. Señor Secretario de Relaciones Exteriores de México. Señor Embajador de México. Washington, D. C. Dos tarde. Hace rato ha cesado fuego e infórmanme que los rebeldes han logrado vencer las ya agotadas fuerzas de los federales que desde hace cincuenta horas trabajan sin cesar; parece que necesitando concentrar fuerzas federales en la parte sur y oriente de la ciudad, han dejado en manos de los voluntarios la parroquia, la Jefatura y la Cárcel. Los rebeldes han avanzado por la Avenida Lerdo, y a la evacuación por los voluntarios de la Iglesia y Jefatura han podido los rebeldes penetrar a la calle del Comercio y atacar por último el cuartel general. Desde este punto se ha hecho una extraordinaria resistencia, pero al fin han tenido que retroceder los federales encaminándose hacia el sur de la ciudad. En estos momentos acaba de llegar de Ciudad Juárez el Inspector del Timbre, Víctor Villa Carral, quien permaneció hasta última hora, y confirma todos los anteriores datos, agregando que le consta de vista haber presenciado la marcha del general Navarro con dos cañones y una fuerza como de trescientos hombres caminando en la dirección del Rancho de Flores, quedando por lo tanto la ciudad en poder de los rebeldes, en opinión de este empleado. Procuraré confirmar en breve esto último. Tomás Torres

Telegrama de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, Texas, confirmando su información acerca de la ocupación de la plaza de Ciudad Juárez, Chih., por las fuerzas revolucionarias.

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[A.R.E., L-E-678] [Telegrama.] El Paso, Texas. Mayo 10 de 1911. Señor Embajador Secretario de Relaciones. Todo lo dicho en mi telegrama anterior resulta confirmado. La plaza está en poder de los rebeldes. Daré a usted más pormenores en seguida por estar ocupado en este momento en arreglo de hospital y encontrar dificultades en que los rebeldes no permiten sacar a los enfermos de Juárez todavía. Cuatro tarde. Tomás Torres

Telegrama de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, Texas, informando al Secretario de Relaciones Exteriores acerca de la brillante defensa hecha por las tropas federales, de la plaza de Ciudad Juárez, Chih., y de la táctica observada por el general Juan J. Navarro para impedir perjuicios en el lado americano.

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[A.R.E., L-E-678] [Telegrama.] El Paso, Texas, mayo 10 de 1911. Señor Secretario de Relaciones Exteriores. México, D. F. Cumple a mi deber manifestar a usted la evidencia de la brillante defensa hecha por los federales, quienes, jefes oficiales y tropa demostraron gran disciplina y notable valor, habiendo sostenido hasta los últimos momentos los puestos que desde el principio encontraron conveniente conservar; siendo debido probablemente a esta circunstancia que hasta momentos antes del final parecía el éxito por parte de los federales. Una circunstancia que fue característica de ese hecho, consistió en la notable táctica observada por el general Navarro, de impedir por todos los medios posibles que se ocasionaran perjuicios en el lado americano, y precisamente ese excesivo celo debe haber sido causa de la posible entrada que los insurrectos tuvieron y que aprovecharon llevándose por el único lado en que las fuerzas federales no podían hacer fuego, repitiéndose en muchas ocasiones el caso de verse los soldados heridos por un fuego de gran intensidad y ciegamente obedecían las órdenes de sus jefes, deteniendo el ataque con gran peligro a veces de sus vidas. El señor administrador de la Aduana se presentó a las nueve de la noche en este Consulado, manifestando haberse podido librar hasta ese momento, y teniendo depositados en el Banco los fondos del Gobierno. También se presentó el señor Corello manifestando que acaba de llegar en estos momentos de Ojinaga donde cumplió la comisión que el administrador de la Aduana de Juárez le encomendó, y de la cual tiene ya conocimiento la Dirección Gral. de Aduanas. Dícenme que hace un rato fue traído por disposición de Madero el general Navarro a esta ciudad, como rasgo de galantería; no tengo seguridad de ese hecho y simplemente traslado la noticia como acabo de recibirla. Espero obtener mañana mayores detalles que daré a conocer a usted. Once noche.

Tomás Torres

Informe rendido por el doctor Luis G. Pardo, Embajador de México en Guatemala, al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca del resultado de su entrevista con el general Manuel Estrada Cabrera, Presidente de dicha República, con motivo de la publicación hecha por el Washington Post, afirmando que el general Victoriano Huerta, comandante de la Zona Militar de Guerrero aseveraba que la frontera sur de México se encontraba amenazada por las fuerzas maderistas.

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[A.R.E., L-E-656] [Reservada.] Guatemala, 10 de mayo de 1911. Tengo la honra de confirmar el cablegrama que dirigí a usted, con fecha 7 del actual, y que dice: “Washington Post publicó telegrama afirmando que general Huerta, Comandante Zona Militar Guerrero, manifestó general Díaz que está amenazada frontera sur México. Este Presidente suplícame pregunte si es exacta noticia, encareciendo se desmienta para enviar ayuda para impedir cualquier trastorno por esta frontera.” El anterior cablegrama fue motivado porque el señor Ministro de Relaciones Exteriores solicitó de mí una entrevista el 5 del actual, y en ella, por encargo del señor Presidente de la República, me enseñó un cablegrama que éste había recibido y cuya copia se servirá usted encontrar adjunta, manifestándome por instrucciones del señor Estrada Cabrera, que siendo del todo inexactas las noticias del Washington Post, era conveniente que nuestro gobierno tomase alguna providencia, ya para desmentirlas, ya para evitar su reproducción, con el fin de evitar que en México se formasen impresiones desfavorables en contra de este gobierno. Manifesté al señor ministro que en mi opinión, las noticias publicadas en el Washington Post eran inexactas, haciéndole notar que era casi imposible para ese periódico, conocer lo que pasaba en las conferencias que el señor general Díaz tuviese con jefes del ejército, que por su naturaleza misma eran forzosamente reservadas; pero que estando nuestros gobiernos en las mejores relaciones, desde luego estaba yo dispuesto a comunicar a usted las indicaciones que me hiciera este gobierno, para evitar que la publicación de falsas noticias produjese en

México una mala impresión en su contra. El señor ministro me manifestó que lo más conveniente era que hablase yo con el señor Presidente sobre el asunto, y como posteriormente me avisó que éste me recibiría al día siguiente en la tarde, a la hora señalada estuve a ver al señor Estrada Cabrera, quien con suma amabilidad me manifestó que las noticias publicadas en el Washington Post le habían inquietado bastante, pues aún cuando creía que eran inexactas, podían producir una mala impresión en nuestro pueblo y hacer renacer los sentimientos de desconfianza que en tiempos pasados existieron entre ambos pueblos. Contesté al señor Presidente que seguramente eran inexactas las noticias en cuestión y que me ponía yo a sus órdenes para cablegrafiar a usted lo que estimase oportuno; y convenimos en que preguntara a usted, si era exacta la aseveración atribuida al general Huerta, y que en todo caso le suplicara desmentirla. El señor Presidente tuvo después una larga conversación conmigo, encareciéndome que asegurara a mi Gobierno que él estaba absolutamente dispuesto a impedir que los agitadores maderistas o cualesquiera otros alterasen el orden en nuestra vecina frontera, y que al efecto, había comunicado instrucciones severas a las autoridades de los Departamentos fronterizos, para que ejerciesen una vigilancia cuidadosa; pero que no había enviado ninguna tropa por juzgarlo innecesario, y que si en algún tiempo era oportuna esta medida, me lo comunicaría anticipadamente, para evitar que se produjesen alarmas infundadas. Me ofreció, además, internar a esta capital como lo ha hecho con Albores, a cualquiera individuo que yo considerase como sospechoso o agitador. Ayer recibí el cablegrama de usted, contestación al mío del 7, y desde luego estuve en el Ministerio de Relaciones, para comunicarlo a este gobierno como se sirve usted ordenarme. Renuevo a usted las seguridades de mi consideración muy alta y distinguida. Luis G. Pardo Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

Telegrama de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, Texas, informando al Secretario de Relaciones Exteriores, y al Embajador de México en Washington, D. C., acerca de la situación militar reinante en la plaza de Ciudad Juárez, Chih., ocupada por fuerzas revolucionarias.

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[A.R.E., L-E-678] El Paso, Texas, mayo 11 de 1911. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F. Señor Embajador de México en Washington, D. C. Como informes complementarios, permítome agregar los siguientes. Todos los jefes y oficiales prisioneros gozan de libertad en el recinto de la ciudad, excepción del general Navarro y jefe político que continúan vigilados en la prisión. Hasta hoy sólo han sido fusilados algunos de los voluntarios, pero ningún militar regular. A éstos se les ha hecho firmar un compromiso de no salir de la ciudad, y presentarse al primer llamado. El informe que transcribí ayer del Inspector del Timbre que aseguraba huida de tropas al mando de Navarro rumbo al Rancho de Flores, resulta infundado, y se refiere a una falsa retirada que se hizo para pasar del Cuartel General al particular, en donde vista la inutilidad e imposibilidad de combatir, se rindieron en número que no puedo fijar porque los datos son enteramente contradictorios, pues mientras mayor Chávez menciona doscientos, médico veterinario opina en quinientos; otras informaciones dicen trescientos cincuenta, este último número parece más aproximado. El número de oficiales prisioneros es treinta y dos. Los dos morteros y las ametralladoras quedaron en poder de insurrectos, pero fueron antes inutilizados. Se estiman en cuatro mil los insurrectos que hay en Ciudad Juárez. Cinco tarde. Tomás Torres

Telegrama de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, Texas, transcribiendo al Secretario de Relaciones el informe rendido por el mayor Chávez, acerca de su internación en territorio norteamericano “desertando de los prisioneros de fuerzas maderistas”, y de las condiciones en que se encontraban el general Juan J. Navarro y otros jefes y oficiales federales.

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[A.R.E., L-E-678] El Paso, Texas, mayo 11 de 1911. Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F. Mayor Chávez presentóseme y me pide le traslade siguiente informe para general Manuel Mondragón: “En estos momentos dos P.M. me he internado al lado americano desertando de los prisioneros de fuerzas maderistas donde igual condición encuéntranse general Navarro, teniente coronel Bates, teniente coronel Agustín Jiménez, mayor Pulido, así como pocos oficiales que quedaron de las distintas corporaciones, así como doscientos hombres que encuéntranse en la cárcel. Estando ocupada plaza las fuerzas maderistas habiendo llegado el momento hacer imposible rechazar núcleo de fuerzas enemigas que seguramente ascendían a tres o cuatro mil y reconcentradas ya dichas fuerzas pueden dar un total de cinco mil. Tengo noticias que a general Navarro y jefe político se formará Consejo de Guerra extraordinario para pasarlos por las armas, y que si llegan las fuerzas de Rábago, oficialidad será sacrificada. Teniendo en cuenta las noticias de que fuerzas de Rábago son mil y pico hombres, no serán suficientes para rehacerse de la Plaza. Por mi parte he inutilizado completamente los cañones y garantizando que no podrán hacer fuego, pues se me busca con insistencia para responder acerca de reparación, habiéndose ofrecido pasarme por las armas si no lo hacía. Por lo que esta noche salgo para ésa, para ponerlo en conocimiento personalmente de todos acontecimientos.” Transcríbolo su conocimiento y efectos. Tomás Torres

Telegrama de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., informando del resultado de su entrevista con el Secretario de Estado Norteamericano, para la devolución de las armas entregadas por las tropas federales en Douglas, Arizona, y la vigilancia en las pequeñas poblaciones fronterizas para impedirse la introducción de elementos de guerra para combatir al Gobierno Mexicano.

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[A.R.E., L-E-660] [Telegrama de la Embajada en Washington.] Mayo 11 de 1911. En entrevista con Secretario de Estado refiriéndose a entrega de armas de soldados federales detenidos en Douglas, díjome que ese negocio relativamente pequeño había producido muchas contrariedades debido a la demora del Departamento de Guerra en producir informes que por etiqueta oficial tiene que esperar antes de dictar su resolución, que comprendía la diferencia que le indiqué entre las armas quitadas a los rebeldes y las entregadas por los soldados federales, que me ofrecía que su resolución sería muy próxima inspirada en deseo de complacernos. Respecto a incidente Consulado Douglas, dijo lo deploraba y que al recibo de la nota cuyo envío le anuncié, dictaría las medidas conducentes para que se averiguaran los hechos y se protegiera debidamente al Consulado (stop). Al tratarse de la toma de Juárez le dije que en mi concepto no implicaba una modificación importante en la situación en México, pero que sí era de temerse que se aprovecharan las pequeñas poblaciones tomadas por los rebeldes en la frontera para introducir elementos de guerra de los Estados Unidos con qué combatir al Gobierno constituido. Contestóme que iba a tener junta con los jefes de sus departamentos para estudiar la frontera y que podía estar seguro que haría cuanto fuera posible para probar al Gobierno mexicano el deseo que tiene de ayudarlo. Zamacona

Telegrama girado por el licenciado Francisco León de la Barra, al Embajador de México en Washington, D. C., comunicándole la respuesta dada a los Ministros de España e Italia, así como al Encargado de Negocios de Francia, respecto a las garantías que podría dar el Gobierno Mexicano a sus nacionales.

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[A.R.E., L-E-660] [Telegrama.] 11 de mayo de 1911. Embajada Mexicana, Washington. [Confidencial.] Ministros de España e Italia y Encargado de Negocios de Francia, presentáronseme hoy preguntándome qué garantías podía dar el Gobierno a sus nacionales y si acaso aquellos podían armarse en vista de la situación, para defender sus intereses que creían comprometidos (stop). Manifestéles que Gobierno cuenta con suficientes elementos para impedir cualquier atentado contra las personas o las propiedades de los extranjeros, pero que en todo caso ocurrieran a la Cámara de Comercio Mexicana en la que tienen representación las distintas colonias. De la Barra

Informe de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., de estarse preparando una nota en el Departamento de Estado, sobre negocios mexicanos, así como de la atención prestada a los cónsules en El Paso, Texas, y Douglas, Arizona, por las autoridades americanas.

261

[A.R.E., L-E-685] [Telegrama de la Embajada de México en Washington, D. C. ] Mayo 12 de 1911. Se me informa confidencialmente que Gabinete está en sesión desde hace dos horas; sé que se ha dado orden a Departamento de Estado para que se prepare allí alguna nota urgente que deberá firmarse a la una de la tarde; no he podido averiguar si se trata de negocios mexicanos, pero lo presumo. Seguiré informando. Cónsul mexicano en El Paso está dando permisos para importación comestibles que se necesitan urgentemente en esa población. Elogia consideración que recibe de autoridades americanas. Cónsul Douglas infórmame autoridades le han demostrado toda consideración y no ha vuelto a producirse ninguna otra manifestación contra el Consulado. Publícase aquí que va a encausarse al general Navarro por la pérdida de Ciudad Juárez. Zamacona

Informe de Jesús M. Arriola, fechado en El Paso, Texas, acerca del disgusto ocurrido entre don Francisco I. Madero y el general Orozco, por demandar éste la muerte del general Juan J. Navarro.

262

[A.R.E., L-E-678] El Paso, Texas, mayo 12 de 1911. Hoy en la mañana han tenido un gran disgusto el señor Madero y Orozco, y estuvieron a punto de tener un conflicto con la gente de Madero y la de Villa, Orozco y la Vda. de Talamantes, quien llegó a Cd. Juárez con 500 indios, y quien exige la muerte del general Navarro, y después de Orozco ponerle la pistola en el pecho a Madero, la gente se dividió y unos gritaban viva Madero y otros Viva Orozco, así es que el general Navarro está en peligro, y las autoridades americanas estoy informado tratarán de salvarlo, y han perdido la simpatía de muchas autoridades por haber matado algunos voluntarios después de la rendición, así es que yo informaré a Ud. de lo que pase y de la acción que el Departamento de Guerra tome en contra de los revolucionarios para salvar al general Navarro y para reprocharles el haber ejecutado a los que se rindieron. Cuarenta paquetes de dinamita se detuvieron hasta no saber qué es lo que se trata de hacer y a dónde van. Sin más novedad por ahora. S. S. S. Jesús M. Arriola

Copia de la nota girada por Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., al Secretario de Estado, Philander C. Knox, relacionada con la retención del armamento, municiones y pertrechos de guerra, de los soldados mexicanos puestos en libertad por el comandante general del Departamento de Colorado.

263

[A.R.E., L-E-656] Washington, 13 de mayo de 1911. Excelentísimo señor: Se ha recibido en esta Embajada la nota del Departamento del digno cargo de Vuestra Excelencia, fecha 9 del actual, en que se sirve informarme que por orden de la Secretaría de Guerra el ayudante general del Ejército envió al comandante general del Departamento de Colorado, un telegrama de fecha 6 de este mismo mes autorizándolo para poner libres a todos los soldados mexicanos al servicio del Gobierno Federal. Vuestra Excelencia agrega que las armas, municiones y pertrechos de guerra, pertenecientes a dichos soldados mexicanos, seguirán en poder de las autoridades militares de los Estados Unidos hasta que se perfeccione la investigación que se hace sobre el caso. No dudo que ésta como todas las órdenes que se comuniquen al señor comandante de Colorado serán favorables al interés que tiene México en la devolución de los efectos referidos, no por otro motivo que el de ver patentizada por una resolución de este Gobierno su buena disposición hacia el de México. Complázcome en reiterar a Vuestra Excelencia las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. M. de Zamacona Excelentísimo señor Philander C. Knox, Secretario de Estado de los E. U. de América. Washington, D. C. [Es copia.] Washington, mayo 18 de 1911.

Primer Secretario.

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Informe de Jesús M. Arriola, acerca de la protección dada por las autoridades locales de El Paso, Texas, al general Juan J.

Navarro. [A.R.E., L-E-678] El Paso, Texas, mayo 13 de 1911. El señor Lancouster en compañía del coronel Steeven y otras autoridades locales, y el Mayor de la ciudad Mr. Kely, se han encargado del general Navarro, quien será protegido con todas las garantías que el general Navarro necesite, y fue formado un simulacro para que nadie se enterara en donde se encuentra, así es que si usted desea hablar con él, diríjase al señor coronel Steeven pues ha sido cambiado cuatro veces para que ninguna persona se entere de su paradero, y se le tendrá unos días para que el señor general Navarro descanse y determine lo que debe de hacer; y tengo el gusto de asegurar a Ud. que tendrá toda clase de garantías nuestro buen general. Sin más S. S. S. Jesús M. Arriola (Espía)

Información telegráfica de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., acerca de la campaña periodística en contra del Gobierno de México.

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[A.R.E., L-E-688] [Telegrama de la Embajada en Washington.] Mayo 13 de 1911. Hace diez y ocho meses la serie México bárbaro, en American Magazine, comenzó campaña periodística contra nuestro Gobierno y se ha extendido de tal modo la actitud de los interesados en atacarnos que hoy toda la prensa de este país es enemiga. Dada esta deplorable situación creo conveniente transmitir a usted una proposición que hacen personas al parecer capaces de emprender otra campaña de prensa en sentido favorable. Estas personas deben ser muy expertas en asuntos periodísticos y que podrán dominar las publicaciones influyentes de Nueva York, Boston, Chicago, Saint Louis y Los Ángeles, haciendo inserciones diarias de lo que el Gobierno mexicano quiera decir para defender su prestigio, y además una campaña sistemática en todas las publicaciones de diversos géneros conducente al mismo asunto; dicen que establecerán agentes para ese servicio en México, Nueva York y la frontera; que ayudarán con trabajos cerca de diputados y senadores, alegan que un trabajo semejante dio por resultado cambiar la opinión pública a favor de Rusia durante la guerra con el Japón. Condiciones de este servicio cien mil dólares al contado, y desde el séptimo mes pagos mensuales de quince mil dólares durante un semestre. He objetado que primer abono sea tan fuerte y sin garantía para el Gobierno, y dícenme que esa suma se repartirá entre muchas personas para que desde luego comience a verse el resultado; cuando la paz asegúrese podrían prestar este servicio de un modo permanente por anualidades de sesenta mil dólares. Las personas que proponen esto dicen que al abrirse pláticas formales de arreglo darán las mejores referencias sobre sus arreglos mercantiles y aptitudes para esta clase de combinaciones y que desde luego tendrá el Gobierno las garantías de los informes que darán un banquero… (nombres personas van en otro mensaje). Pudiera tal vez encargarse a las mismas un trabajo de vigilancia e investigación, sobre operaciones de los revoltosos en los Estados Unidos; si usted lo desea pasaré Nueva York a tomar informes del banquero de referencia. Espero instrucciones de usted y suplico dármelas a la mayor

brevedad posible. Zamacona

Informe de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., acerca de las declaraciones hechas por el Departamento de Estado Norteamericano, relacionadas con las exportaciones mercantiles y demás relaciones entre Ciudad Juárez, Chih., y El Paso, Texas, en el sentido de que no se afectarían desde el punto de vista legal, por el hecho de ocupar los revolucionarios la primera de dichas poblaciones, y no las autoridades federales mexicanas.

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[A.R.E., L-E-685] [Embajada de México en los Estados Unidos de América.] Washington, 13 de mayo de 1911. Tengo la honra de confirmar mi telegrama de ayer que dice: “Como resultado junta Gabinete de que di cuenta, se ha hecho la siguiente declaración por el Departamento Estado. (Comillas.) Las Exportaciones mercantiles y las relaciones de toda clase entre Juárez y El Paso no se afectan esencialmente desde el punto de vista legal por el simple hecho de estar Juárez actualmente en poder de los insurrectos y no de las autoridades federales mexicanas. Los mismos principios se aplicarán naturalmente en todos los lugares en que haya condiciones idénticas. Estos hechos nada tienen que ver con el reconocimiento de la beligerancia, pues el deber del Gobierno de los Estados Unidos es en todos casos el de aplicar las leyes llamadas de neutralidad que prohiben expediciones militares y navales y empresas dirigidas a otros países amigos o contra ellos, cuando éstas tengan origen o se fomenten en territorio americano; pero que siendo disposiciones de carácter local no imponen a este Gobierno en favor de un Gobierno extranjero obligación internacional de ninguna clase, pues los derechos de los Gobiernos extranjeros en materia de neutralidad derivan por completo de las reglas y principios de la ley internacional. (Comillas.) Aquí acaba declaración; además, se dirigió hoy circular a Embajada y cónsules americanos en México ordenándoles publiquen declaración oficial de que nada hay más ajeno al ánimo de este Gobierno que cualquiera idea de intervención. Creo inútil reproducir texto dicha circular, que supongo se publicará en México mañana.”

Reitero a usted las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. M. de Zamacona Sr. Secretario de Relaciones Exteriores de México.

Información telegráfica de Tomás Torres, cónsul de México en El Paso, Texas, detallando la actitud asumida por don Francisco I. Madero y el general Juan J. Navarro, con motivo de la ocupación de Ciudad Juárez, Chih., por las fuerzas maderistas, y de la intervención de Pascual Orozco y Francisco Villa para que dicho general Navarro fuera fusilado.

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[A.R.E., L-E-690] [Telegrama del cónsul de México en El Paso, Texas.] Mayo 14 de 1911. Lo dicho ayer es lo (?) cierto y si no comuniqué más ampliamente no obstante las numerosas versiones que circularon durante el día, fue debido a que no obtuve absoluta confirmación y porque además se trataba en la mayor parte de los casos, de detalles de escasa importancia; lo ocurrido, según las mejores informaciones, es lo siguiente: Madero, preocupado indudablemente por los temores de una complicación internacional, retardó la orden de ataque, circunstancia que ocasionó descontento a sus soldados, que se mostraban ansiosos de penetrar a la ciudad en busca del botín que cubriera la falta de pago, que según algunos hacía tiempo no se verificaba por falta de arreglo de un contrato que oportunamente di a conocer a usted. Fue indudablemente esta circunstancia la que precipitó el ataque, y lo prueba el hecho de que quienes penetraron primero fueron los ansiosos de robar, quienes no solamente no tuvieron orden de empezar, sino más bien prohibición de hacerlo todavía 5 horas después, como oportunamente comuniqué, conferenciaron Navarro y Madero por teléfono conviniendo el último en mandar un brigadier para tratar y hacer cesara el fuego. Con este motivo Navarro ordenó y fue inmediatamente obedecido por los federales, pero no así con los rebeldes, quienes no obedecieron órdenes de ningún género. Como con anterioridad habíanse puesto en seguridad los principales valores y Madero además tuvo gran empeño de procurar se guardara el mayor orden posible a la entrada de los rebeldes, que constituían una turba desenfrenada y ansiosa de pillaje, grande fue la decepción de gran número que muy a su pesar se vieron obligados a contenerse en lo posible. El primer día sólo se permitió el paso de médicos o personas que presentáronse como tales y se dedicaron muchos de ellos a curar, pero los demás y desgraciadamente en gran número, simplemente a curiosear, a sacar vistas fotográficas y algunos a robar aun en la…

pretendiendo ser curiosos, dándose el caso de ser reprendidos varias ocasiones. Al terminar ese día, el tráfico se hizo libre, como oportunamente lo comuniqué, siendo entonces el orden más difícil de guardar; los que habían venido a robar tuvieron muy a su pesar que refrenarse, pero azuzados además por la falta de pago y mal aconsejados por algunos como Villa, trataron de rebelarse proclamando a Orozco como superior y pretendieron como primer pretexto se les quitara la relativa libertad de que gozaban los prisioneros, quienes ya muchos de ellos se habían escapado a este lado y pedían el fusilamiento de Navarro. A todo trance quiso impedirlo Madero, y esto constituyó el más grande motivo de descontento, llegando a amenazarlo con destituirlo y arrestarlo; después de una conferencia con Orozco, calmó por un momento la terrible excitación, que aprovechó Madero para permitir se viniera Navarro a este lado; como las autoridades americanas estaban ya prevenidas, con el mayor empeño protegieron su seguridad una vez que llegó aquí, poniéndose Navarro, aunque en medio de grandes peligros, a salvo en manos de estas autoridades. Probablemente para prevenir mayores desórdenes por parte de los que residen en este lado, Madero prohibió desde ayer el tráfico entre ambas poblaciones, y ejerce mucha vigilancia para los que pretenden ir al lado mexicano. Es evidente que Madero ha perdido renombre entre su gente, e indudablemente el conocimiento que en otras partes haya de estos detalles hará menor su autoridad; hace los más grandes esfuerzos por mantener en sumisión a los cabecillas, y aunque el día de hoy ha estado relativamente tranquilo, hay temores fundados por el manifiesto descontento de los cabecillas, especialmente Villa que procura a toda costa granjearse toda la confianza de Orozco. En concepto mío, falta de dinero es en resumen causa de todos los disturbios. Tomás Torres

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Informe de Jesús M. Arriola, fechado en El Paso, Texas, acerca de la protección dada al general Juan J. Navarro, por las autoridades

locales. [A.R.E., L-E-678] El Paso, Texas, mayo 15 de 1911. Después de recibir las autoridades un despacho del Departamento de Justicia, ha quedado el general Navarro a cargo de las autoridades locales, y está en entera libertad para que él haga lo que él a bien tenga, y sólo se le ocultará y no se le dejará a ninguna persona el mirarle, para darle una entera protección y que no se divulgue en qué lugar se encuentra; si usted gusta mandarle alguna nota o hablar con él en lo particular, y no oficialmente, diríjase a Mr. Kely, Mayor de El Paso, Texas, y si gusta mandarle alguna nota yo me encargaré de que se le entregue al general Navarro, por no poder decir en dónde se encuentra. Sin más S. S. S. Jesús M. Arriola

Carta de Emilio Vázquez Gómez, fechada en San Antonio, Texas, dirigida al licenciado José Vasconcelos, agente confidencial del Gobierno Provisional, exponiéndole su confianza en el triunfo completo de la Revolución, si continúan las cabezas con principios radicales.

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[A.R.E., L-E-665] Madospm St. 521. San Antonio, 15 de mayo de 1911. Señor licenciado José Vasconcelos, agente confidencial del Gobierno Provisional Mexicano. Washington, U.S.A. Muy estimado compañero y fino amigo: Le agradezco infinito su atención para comunicarse conmigo y creo que debemos felicitarnos todos por haber desaparecido ya la idea de intervención. A mi juicio, dado el avance que ha tenido la Revolución, creo que si continúan las cabezas con principios radicales, sin ceder bajo ninguna forma en que Díaz o cualesquiera de sus agentes queden funcionando en el Gobierno, el triunfo completo de la Revolución es un hecho antes de que este mes finalice; bastando para que se desmorone el esqueleto de gobierno de Díaz, la firmeza absoluta del gobierno provisional en las demandas que constituyen el sentir de la Nación, esto es, la absoluta separación de todos los elementos viejos y la completa reorganización de los elementos gubernativos. Lo principal es que esté usted en comunicación constante con Pancho, pero yo le rogaría que haciendo un esfuerzo más de los muchos que tendrá usted que hacer para desempeñar su delicado encargo, siga escribiéndome para estar al tanto de las ideas que allá se abriguen, y de los acontecimientos que puedan escapárseme porque la prensa no los esparza. Sabe usted compañero, que lo estima y como siempre está a sus órdenes, su amigo afectísimo y atento seguro servidor. Emilio Vázquez Gómez

Instrucciones giradas por el licenciado Francisco León de la Barra, a la Embajada de México en Washington, D. C., para hacer notar al Departamento de Estado la diferencia observada en el tratamiento de las tropas federales y de los revolucionarios, en Ojinaga, Chih.

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[A.R.E., L-E-685] [Secretaría de Relaciones Exteriores.] México, 15 de mayo de 1911. Se recibió el telegrama de usted, fecha 9 de los corrientes, relativo a la discusión habida en el Senado americano a propósito de la intervención de los Estados Unidos en México. Por el mismo mensaje me entero de que el Departamento de Estado ha comunicado a usted las órdenes verbales para libertar a los oficiales y soldados del ejército nacional detenidos en Douglas. A este propósito haga notar a dicho Departamento la diferencia que se ha observado en el tratamiento de los federales y de los rebeldes, en Ojinaga. Reitero a usted mi muy distinguida consideración. F. L. de la Barra Señor Embajador de México, Washington, D. C.

Entrevista a Rodolto Reyes, hijo del general Bernardo Reyes, por el Diario de la Marina, durante su arribo a La Habana, Cuba, sobre el desarrollo de sucesos políticos en México.

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[A.R.E., L-E-655]

NOTICIAS DEL PUERTO Don Rodolfo Reyes en La Habana. Es hijo del general don Bernardo Reyes. El objeto de su viaje. Don Bernardo llegará a este puerto el jueves. Interesante conversación con don Rodolfo. A bordo del vapor francés “La Champagne”, llegado a La Habana hoy al amanecer, vino don Rodolfo Reyes, hijo del general don Bernardo Reyes. Saben ya nuestros lectores que el general Reyes llegará a La Habana probablemente el jueves próximo, en el vapor alemán “Ipiranga”. Cuando don Porfirio Díaz empezó a buscar solución al conflicto actual de México por medio de componendas, su primera medida fue pedirle al general Reyes, que se encontraba en Europa, regresase urgentemente a México. Enseguida comenzaron a formarse comentarios sobre este viaje. Decían unos que don Porfirio se mostraba dispuesto a entregarle la Presidencia, después de renunciar él, a Reyes. Luego, cuando el Vicepresidente Corral pidió licencia para atender a su curación en Alemania, se dijo que sólo era un pretexto, que la renuncia Corral la presentaría desde el extranjero y que se convocaría a elecciones para cubrir tal puesto, apoyando el Gobierno a Reyes. También corrió el rumor de que Reyes sería el Presidente, mediante cesión del cargo de Díaz, con la aprobación de Madero, el jefe de la revolución. A medida que los sucesos se fueron desarrollando, se ha visto que ninguna de estas soluciones era la que al parecer abrigaba don Porfirio. En ninguna de las últimas negociaciones entabladas, y fracasadas, entre federales y revolucionarios, figuró para nada el nombre de Reyes como base de solución. ¿A qué obedece, pues, la llamada de Reyes por don Porfirio? ¿Qué aspecto tomará el conflicto a la llegada a México del popular personaje?

Esto esperábamos descifrar hoy mediante confidencias que esperábamos arrancar a don Rodolfo Reyes a su llegada. No podemos asegurar nada a nuestros lectores del objeto del viaje del ilustre personaje mexicano. Algo hemos hablado con el señor Reyes (hijo); sus manifestaciones son bastante claras, pero la solución del conflicto no aparece en ellas. En cuanto la Sanidad puso a libre plática al buque francés, subimos a bordo con objeto de hablar con don Rodolfo Reyes. Su acogida nos hizo creer que nuestro intento fracasaría. Cambiados los primeros saludos, aventuramos algunas preguntas que fueron contestadas con evasivas. —No les extrañe esa actitud, nos dijo una de las personas que acompañan al señor Reyes; en su último viaje a La Habana ha sufrido una fuerte contrariedad por aparecer en un periódico de esta capital su conversación con un periodista, en términos que no fueron muy de su agrado. Al desembarcar el señor Reyes en la Machina, un redactor de este Diario fue presentado al señor Reyes por nuestro distinguido amigo el afamado abogado mexicano don Perfecto Irabién. —Perdone usted —nos dijo el señor Reyes— que no haya sido más explícito con usted a bordo. Ahora sé que pertenece a la redacción del Diario de la Marina, periódico que tiene en mí toda clase de respetos, pues conozco bien su seriedad y discreción. —¿Podemos, pues, hablar de su viaje? —De cuanto usted guste; a su discreción me acojo. Si no le es molesto, hablaremos dentro de un rato en el hotel “Sevilla”, donde voy a alojarme. Ya en el hotel, el señor Reyes y el cronista hablaron largamente del viaje del personaje mexicano que llegará el jueves a La Habana, llamado por don Porfirio. —Antes que nada, señor Reyes, he de informarle a usted de los rumores que por aquí corren sobre su viaje. En un periódico de México, se publicó, no hace mucho, que a Madero le preocupa grandemente el viaje de su señor padre. Su popularidad, su prestigio como militar y como político, pudieran hacer converger todas las miradas y todos los anhelos de solución en la persona del general Reyes, quedando así oscurecida la personalidad del jefe de los revolucionarios. ¿Puede ser esto cierto? —Tiene visos de verosimilitud. La participación de mi padre en las negociaciones sería un factor más en la resolución del asunto; pues lleva a la escena una opinión definida y aislada por completo de las otras dos, la

federal y la revolucionaria. Sabido es que mi padre en este conflicto no está mezclado, y si ha de inmiscuirse en estas negociaciones, será arrastrando consigo un núcleo valioso de opinión. —Pues bien, en vista de ese temor de Madero, y además, dado el aspecto que ha tomado últimamente el conflicto, se dice con insistencia que usted viene a disuadir al general de que no siga viaje a México y fije su residencia en La Habana, quedando aquí a la expectación de los acontecimientos. —Inexacto. No hay tal cosa. Indudablemente que no es sólo el deseo natural de abrazar a mi padre lo que me trajo a Cuba. Desde que don Porfirio mandó llamar a mi padre, hasta la fecha han ocurrido muchas cosas imprevistas y ha cambiado de aspecto el estado del país; en vista de ello he querido adelantarme a la llegada de mi padre, e informarle aquí de todo esto, la mayoría de lo cual, dado lo recientemente que ha ocurrido, será para él desconocido. Una vez él al corriente de todo, obrará como crea lógico. —Pero ¿su opinión? —Mi opinión es que no hay motivo alguno para que suspenda el viaje y se detenga en La Habana; creo que debe seguir viaje a Veracruz y dirigirse inmediatamente a la capital de la República. El general Reyes será siempre un factor de avenencia entre la opinión pública y el Gobierno. En esta ocasión no tiene miras particulares, sólo le guía el bien y la tranquilidad de su patria y si las circunstancias le confieren algún papel en este momento crítico, él no ha de aceptar otro que no sea el que sirva exclusivamente para una sólida reconciliación. Ha visto con toda claridad la grave crisis por que atraviesa México ante la cual depone todas sus aspiraciones personales, hasta su personalidad política, en provecho del bien nacional. Otra actitud sería contraria a su acendrado patriotismo. —Pero usted habrá hablado con don Porfirio antes de venir, ¿no es cierto? —Sí. —¿Y cuáles son sus intenciones? ¿No ha podido traslucirlas? —No, señor. A punto fijo no conozco el pensamiento de don Porfirio respecto a la ayuda que espera encontrar en mi padre. Sólo puedo asegurarle que al llamarlo no le ha sujeto a compromiso alguno. No debemos tampoco olvidar que mi padre es militar y que su nombre se pronuncia con mucho respeto en el Ejército. El país que se encuentra en la situación en que actualmente México se halla, está expuesto a graves conflictos internacionales. No es esto hablar con temor de algo

determinado que pueda venir; pero hay que precaverlo todo. En tal caso la estancia de mi padre en México sería ¿a qué negarlo? de mucha eficacia, su puesto bien definido y su labor e iniciativas muy aprovechables. —En definitiva… —En definitiva, lo dicho nada más. No vuelve a México el general Reyes, hombre político, hombre de partido, vuelve el patriota a quien se le va a pedir consejo, dispuesto a presentarse ante el conflicto con su personalidad anulada, abierto a toda solución patriótica, dispuesto a acallar sus miras particulares y a obrar conforme a las necesidades que reclama la tranquilidad de su patria, dentro del más severo principio del deber, basándose para ello en sus limpios antecedentes militares y políticos. Éstas han sido las frases cambiadas con don Rodolfo Reyes. Son de importancia como noticia de problemas que preocupan grandemente a la opinión pública. Creemos que han de leerlas con interés nuestros lectores y se las ofrecemos. Agradecemos mucho al señor don Rodolfo Reyes la confianza que le hemos inspirado. Estamos seguros de no haber abusado de esta deferencia. Complacémonos en reiterarle nuestro cordial saludo de bienvenida.[*]

[*]

Diario de la Marina, 16 de mayo de 1911.

Informe del Departamento Consultivo y de Negocios Judiciales, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, al Secretario de Relaciones Exteriores, con motivo de las declaraciones hechas por el Departamento de Estado Norteamericano, a las proposiciones presentadas por el Embajador de México acerca de los principios de Derecho Internacional.

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[A.R.E., L-E-685] Secretaría del Despacho de Hacienda y Crédito Público. El Departamento Consultivo y de Negocios Judiciales de esta Secretaría, ha producido el siguiente informe: “La Secretaría de Relaciones Exteriores solicita la opinión, urgentemente comunicada, de esta de Hacienda, acerca de las diversas declaraciones hechas por la Secretaría de Estado de Washington al Embajador de México en esa Capital. El carácter urgente de este asunto no permite al que suscribe hacer una consulta detenida de los principios de Derecho Internacional que pudieran traerse a colación; ni menos hacer una investigación histórica relativa a casos análogos al presente. Por otra parte, según se verá, la mayor parte de las proposiciones contenidas en el telegrama del Embajador se prestan difícilmente a examen. Las primeras de esas proposiciones asientan que no hay ley en los Estados Unidos que permita impedir envíos de pertrechos de guerra por las Aduanas, a no ser que la consignación sea directa a los rebeldes. Cítase el precedente de las guerras del Transvaal, Cuba, China y Nicaragua. Contra la información que hace el Departamento de Estado de Washington, de que en los Estados Unidos ‘no hay ley’ para determinados efectos, nada puede decir este Departamento Consultivo; ni cree, tampoco, que pueda el Embajador poner esa afirmación en duda. Por lo que hace a los precedentes, quizás los de Cuba y Nicaragua tendrían autoridad escasa, por ser público y notorio que los Estados Unidos protegían abiertamente a los insurgentes cubanos y a los revolucionarios nicaragüenses; pero los casos del Transvaal y de China no tienen esa tacha. Sin embargo, la Secretaría de Relaciones podría ordenar a la Embajada consultase el precedente creado por el caso del transporte ‘Itata’, perteneciente a los rebeldes chilenos alzados en armas contra el Gobierno del señor Balmaceda, en 1891. El suscrito no recuerda exactamente ese caso, ni tiene dónde consultarlo en

este momento; pero cree recordar que el ‘Itata’, tripulado por los rebeldes cargó armas en el puerto de San Francisco; que los Estados Unidos no aprobaron esto y ordenaron se persiguiera al transporte; y aún creo que lograron capturarlo en aguas de Iquique, Chile. Como se ve, pudiera ser que este caso demostrase una jurisprudencia distinta de la que ahora se sostiene por la Casa Blanca. Por otro lado, es muy posible que en la historia de la Guerra de Secesión haya antecedentes a este respecto, tanto entre los Estados Unidos y las potencias europeas, como aún entre los Estados Unidos y México. También podría haber algún antecedente en nuestra propia guerra de intervención. Pero este estudio sólo puede ser encomendado a la propia Secretaría de Relaciones, ya que la urgencia del caso no permite al que suscribe hacer las investigaciones que serían necesarias. Cuando la citada revolución de Chile, se estaban construyendo en Francia, por cuenta del gobierno del señor Balmaceda, dos cruceros, el ‘Pinto’ y el ‘Errázuriz’. El gobierno de Iquique, o sea el rebelde, por medio de sus agentes confidenciales, trató de impedir la entrega de esos buques; y logró demorarla en términos que llegaron a Chile después de caído al señor Balmaceda. Recuerdo que entablaron procedimientos precautorios ante los tribunales. Quizá podría hacerse algo parecido en El Paso con aquellas consignaciones que una hábil policía demostrara ser de armas destinadas a la actual revolución. Promover su embargo precautorio para detenerlas en El Paso; pero esto, como se advierte a primera vista, es cosa de ejecución difícil y que supondría muy buena voluntad por parte de las autoridades texanas. La segunda declaración del Departamento de Estado de Washington consiste en que, si antes se impedían los envíos de armas a los rebeldes, ello era porque se trataba de remitirlas por puntos en que no hay aduana; y que no será posible impedirlas si se hacen por alguna aduana, aunque esté en poder de la revolución. Este punto es consecuencia del anterior. El tercer punto afirma: que, para que la clausura de una aduana sea efectiva en derecho, se requiere posibilidad material de clausurarla. En cuanto a esta declaración, el suscrito recuerda el principio de que, para que los bloqueos surtan efecto deben ser efectivos. Este principio parece que puede asimilarse al que sostiene la cancillería americana. El cuarto punto de las declaraciones de Washington recuerda lo ocurrido en Nicaragua. El gobierno de este país pretendió cobrar derechos sobre mercancías que ya los habían pagado en las aduanas rebeldes y dice el telegrama: ‘esta pretensión no prosperó’. Sobre este particular —y cualquiera que sea el precedente de Nicaragua— debe tenerse presente que la cuestión es de régimen interior del Estado que cobra los derechos y que, por lo tanto, parece que no tendría competencia el Gobierno de

Washington para oponerse a que el de México declarase que las mercancías introducidas por una aduana rebelde tuvieran que pagar nuevos derechos o se considerasen como contrabando al ser introducidas al territorio nacional. Pero se advierte que sería prácticamente imposible hacerlo. Por último, el quinto punto afirma que el tratado de 1831 entre México y los Estados Unidos fue denunciado, declaración que debe ser cierta, puesto que el Embajador cita la fecha de la nota en que se hizo la denuncia.” Lo que tengo la honra de transcribir a Ud. con referencia a su atento oficio número 36342, fechado ayer. Reitero a usted mi atenta consideración. México, 16 de mayo de 1911. Por orden del Secretario, El Subsecretario, R. Núñez Al Secretario de Relaciones Exteriores. Presente.

Carta del señor Daniel Cosío Pinal, a don Trinidad Sánchez Santos, Director del periódico El País, adjuntándole copia de la que envió a don Francisco I. Madero, el 29 de abril, solicitando la libertad de su sobrino Francisco Cosío Robelo, preso en la Penitenciaría del D. F., y la amnistía de los reos políticos en los tratados de paz.

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[A.G.N., Ramo Revolución] [Copia.] México, mayo 17 de 1911. Señor don Trinidad Sánchez Santos. Presente. Muy señor mío: Con fecha 29 de abril ppdo. dirigí al señor Francisco I. Madero, por conducto particular una carta cuya copia tengo el gusto de acompañar a usted; como ignoro si llegó a su destino dicha carta, y en las columnas de su acreditado diario leí en el número correspondiente al día de ayer un párrafo en el cual se daba la noticia de que el Gobierno se rehusaba a hacer el canje de los reos políticos que se encuentran en la Penitenciaría de esta Capital por los presos de guerra que dicho señor Madero tiene; ruego a usted muy encarecidamente se sirva publicar en El País la referida carta, pues como verá usted por su contenido, tengo gran interés en la libertad de un reo político, y deseo llegue a conocimiento del señor Madero lo que pretendo. Doy a usted las más cumplidas gracias por el inmerecido servicio que solicito y espero accederá usted a mi súplica. De usted Atto. y S. S. Daniel Cosío Pinal [Copia.] México, abril 29 de 1911. Señor don Francisco I. Madero, Chihuahua. Muy señor mío:

Aún cuando no he tenido el gusto de conocer a usted más que de vista, me permito molestar su atención para manifestarle lo siguiente: Soy tío carnal de Francisco Cosío Robelo, uno de sus más adictos leaders y que como debe constatarle trabajó con ahinco en apoyo de la candidatura de usted, y hoy se encuentra preso en la Penitenciaría de esta ciudad. Como tanto para la señora su madre, como para mí y los demás miembros de su familia ha sido un golpe terrible su prisión, y por otra parte es mucha la pena que nos causa el saber el procedimiento empleado con él en la prisión, pues se encuentra en una celda de primer periodo de reclusión desde el mes de noviembre del año ppdo., sin que se le permita ni la entrada de alimentos, me he resuelto a dirigirme a usted. En vista de lo anterior esperamos que teniéndolo en consideración en sus tratados de paz no olvidará pedir la amnistía general de los reos políticos de su partido. Doy a usted en mi nombre, y en el de la señora madre de mi dicho sobrino Cosío Robelo, las más cumplidas gracias por lo que se sirva hacer en favor de mi petición. De usted Afmo. Atto. y S. S. Daniel Cosío Pinal

Instrucciones telegráficas del licenciado Francisco León de la Barra, al cónsul de México en El Paso, Texas, para investigar las aseveraciones hechas por el licenciado Francisco Calderón, Agente del Ministerio Público adscrito al Juzgado de Distrito en Ciudad Juárez, Chih., acerca del paso de tropas americanas durante el desarrollo del ataque y ocupación de dicha población por las fuerzas maderistas, cortando, además, la vía telefónica para incomunicar al general Juan J. Navarro.

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[A.R.E., L-E-665] [Telegrama.] Mayo 17 de 1911. Cónsul Mexicano, El Paso, Texas. Persona esta capital ha recibido informes del señor licenciado Francisco Calderón, Agente Ministerio Público adscrito Juzgado Distrito Ciudad Juárez, acerca causas que originaron ataque y toma dicha ciudad: que americanos permitieron que en pleno combate pasaran por puente internacional tres o cuatrocientos hombres perfectamente armados, entre ellos cien soldados americanos, pues portaban su traje miliciano; que el 9 en la noche pasaron rebeldes un cañón moderno que fuerzas americanas prestaron, y que estas mismas cortaron vía telefónica para incomunicar Navarro; que ataque a Juárez fue intempestivo, que Navarro no proporcionó armas a empleados por lo que éstos huyeron lado americano donde encuéntranse careciendo recursos. Comunícolo usted para que levante una minuciosa averiguación, recogiendo todos los documentos y testimonios que le sean posibles, procediendo suma reserva. De la Barra.

Informe del coronel R. Gama Martínez, jefe político de Ciudad Juárez, Chih., al cónsul de México en El Paso, Texas, acerca del resultado negativo de la circular girada al personal de empleados federales y municipales, para cooperar en la defensa de dicha población.

275

[A.R.E., L-E-665] Tengo la honra de remitir a usted copia de la circular que la Jefatura de mi cargo pasó a los empleados del Estado y del Municipio de Ciudad Juárez, por conducto de los jefes de oficina, previniéndoles que, en su oportunidad, se presentaran a la Jefatura para la defensa de la población cuando ésta fuera atacada por los revolucionarios. Una circular en términos semejantes pasó el señor general don Juan J. Navarro a los empleados de la Federación, residentes en la referida población de Ciudad Juárez. Con pena me permito informar a usted que de los empleados federales, sólo concurrieron a prestar sus servicios la primer noche del día en que se les llamó, quince empleados de la Administración Local de Correos, nueve la segunda noche, y después sólo se presentó sin interrupción, hasta la toma de Juárez por las fuerzas insurrectas, el oficial segundo de la misma Administración de Correos, señor Leopoldo Meléndez, quien fue hecho prisionero al rendirse la plaza. De los empleados del Estado prestaron sus servicios sin interrupción, los de la Jefatura Política, señores J. M. Varela, Flavio López del Campo y Othón R. Escárcega, y del Municipio, también sin interrupción, el escribiente de la Tesorería Municipal, señor Mariano S. Rey. Todos los demás empleados no acudieron a la Jefatura Política a prestar sus servicios. Igualmente me permito informar a usted que el Municipio tuvo en su poder armas suficientes para haber armado a todos los empleados que se hubieran presentado a prestar sus servicios, como se comprueba con el hecho de haber sido armados los empleados del Correo las dos noches en que acudieron seis u ocho días antes de verificarse el ataque a Ciudad Juárez, ofreciendo sus servicios. Reitero a usted las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Libertad y Constitución. El Paso, Texas, 19 de Mayo de 1911. El coronel, jefe político, R. Gama Martínez. Al cónsul de México en esta ciudad, presente.

Informe de Charles A. Boynton, Procurador de los Estados Unidos en Waco, Texas, al Procurador General en Washington, D. C., acerca de las condiciones que prevalecían en ambos lados del río al tiempo del ataque a Ciudad Juárez, Chih., por las fuerzas maderistas resultando “que no fueron hechos disparos desde El Paso, Texas, hacia el lado mexicano”.

276

[A.R.E., L-E-665] Waco, Texas, 20 de mayo de 1911. Al Procurador General, Washington, D. C. Señor: En respuesta de su comunicación del 16 de mayo de 1911 (“90755871)”, trasmitiendo copia de un memorándum dirigido por la Embajada Mexicana en Washington al Departamento de Estado, en que se refiere que el 8 del actual fueron hechos disparos desde El Paso, Texas, hacia el lado mexicano; comunicación en que solicita usted que haga la investigación correspondiente e informe sobre la verdad de los hechos, tengo la honra de incluir para su conocimiento copia de un informe, fechado el 12 de mayo de 1911, que el “Deputy Marshall” de los Estados Unidos en El Paso, señor Hillebrand, dirige al Honorable Eugene Nolte, “Marshall” de los Estados Unidos para este Distrito, con residencia en San Antonio, y en que relata, en parte, el resultado de la investigación personal hecha por dicho empleado en El Paso, durante los días 8 y 9 del actual, respectivamente, sobre los rumores comunicados por el cónsul de México a la oficina del “Marshall”, de que se habían hecho disparos hacia el lado mexicano desde el lado americano del río. En dicho informe del “Deputy Marshall” de los Estados Unidos, señor Hillebrand, se verá que en su investigación personal llegó al conocimiento de que ningún disparo se había hecho desde este lado del río y que no existía ninguna prueba en que fundar semejante cargo. Por tal informe, y por los recibidos de otros empleados del Gobierno estacionados en El Paso, referentes a las condiciones que prevalecían en ambos lados del río al tiempo del ataque a Juárez por los insurrectos, algunos de los cuales informes fueron recibidos de dichos empleados

durante los dos o tres días en que se verificó el ataque, tengo la evidencia de que no hay verdad en las relaciones hechas de que se haya disparado desde este lado del río durante el ataque. Si después de recibir esta carta y el informe del “Deputy Marshall” de los Estados Unidos, señor Hillebrand, que va adjunto, estimare usted conveniente y deseare que se llevase a cabo una nueva investigación y que se produjese un informe más detallado en el asunto, tenga usted la bondad de notificármelo y así lo haré, con el auxilio de ciertos agentes especiales del Departamento de Justicia y otros empleados del Gobierno en El Paso. Muy respetuosamente, Charles A. Boynton, Procurador de los Estados Unidos. [Es traducción.] Washington: 12 de junio de 1911. Primer Secretario.

Convenio celebrado en Ciudad Juárez, Chih., entre los señores licenciado Francisco S. Carbajal, representante del gobierno del general Porfirio Díaz, doctor Francisco Vázquez Gómez, don Francisco Madero, y licenciado José María Pino Suárez, representantes los tres últimos de la Revolución, para hacer cesar las hostilidades en todo el territorio Nacional.

277

El tratado de Ciudad Juárez está concebido en los siguientes términos: En Ciudad Juárez, a los veintiún días del mes de mayo de mil novecientos once, reunidos en el edificio de la Aduana Fronteriza los señores Lic. don Francisco S. Carbajal, representante del gobierno del señor general Porfirio Díaz, doctor don Francisco Vázquez Gómez, don Francisco Madero y licenciado don José M. Pino Suárez, como representantes los tres últimos de la Revolución, para tratar sobre el modo de hacer cesar las hostilidades en todo el Territorio Nacional, y considerando: 1o. Que el señor general Porfirio Díaz ha manifestado su resolución de renunciar la Presidencia de la República antes de que termine el mes en curso; 2o. Que se tienen noticias fidedignas de que el señor Ramón Corral renunciará igualmente la Vice-presidencia de la República dentro del mismo plazo; 3o. Que por ministerio de la Ley el señor licenciado don Francisco L. de la Barra, actual Secretario de Relaciones Exteriores del Gobierno del señor general Díaz, se encargará interinamente del Poder Ejecutivo de la Nación y convocará a elecciones generales dentro de los términos de la Constitución. 4o. Que el nuevo gobierno estudiará las condiciones de la opinión pública en la actualidad para satisfacerlas en cada Estado dentro del orden constitucional y acordará lo conducente a las indemnizaciones de los perjuicios causados directamente por la Revolución. Las dos partes representadas en esta conferencia, por las anteriores consideraciones, han acordado formalizar el presente

CONVENIO Único. Desde hoy cesarán en todo el territorio de la República las

hostilidades que han existido entre las fuerzas del gobierno del general Díaz y las de la Revolución, debiendo éstas ser licenciadas a medida que en cada Estado se vayan dando los pasos necesarios para restablecer y garantizar la tranquilidad y el orden públicos. Transitorio. Se procederá desde luego a la reconstrucción o reparación de las vías telegráficas y ferrocarrileras que hoy se encuentran interrumpidas. El presente convenio se firma por duplicado. Francisco S. Carbajal. F. Vázquez Gómez. Francisco Madero. J. M. Pino Suárez.[*]

[*]

Memoria de la Secretaría de Gobernación formada por el Lic. Jesús Acuña. (1916).

Comunicación de Manuel María de Zamacona e Inclán, Embajador de México en Washington, D. C., al Secretario de Relaciones Exteriores, enviándole copia de la carta dirigida por Emilio Vázquez Gómez, al licenciado José Vasconcelos, y haciendo notar la intransigencia de Vázquez Gómez condenando la política del general Porfirio Díaz.

278

[A.R.E., L-E-665] [Muy reservada.] Washington; 23 de mayo de 1911. Tengo la honra de enviar a usted copia textual de una carta del señor licenciado don Emilio Vázquez al señor licenciado don José Vasconcelos, cuyo original vino por correo dirigido a la Legación del Gobierno de México en Washington. Me permito llamar la atención de usted, aunque esto no parezca necesario, acerca de la intransigencia de las opiniones del señor Vázquez, que no son únicamente suyas, pues reflejan las del grupo a que pertenece, y el concepto que abriga de la superioridad de los elementos maderistas, considerando de un modo injusto y falso que el país necesita una reorganización en que vaya implícita no sólo la exclusión de todos los hombres que han servido bajo la administración del señor Gral. Díaz, sino la condenación de toda su política, universalmente reconocida como benéfica en conjunto para la nación, aun por el mismo Francisco I. Madero, en escritos que publicó antes de iniciarse el movimiento insurreccional, que entre otros daños de muy difícil reparación, ha traído algunos irreparables, como son los agravios personales sufridos por el señor general don Porfirio Díaz y por algunos de sus más ilustres colaboradores, cuyos servicios eminentes a la patria no han sido óbice para que se les hostilice de una manera completamente injustificada. Reitero a usted las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. De Zamacona Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

279

Renuncia del general Porfirio Díaz, al cargo de Presidente Constitucional de la República Mexicana.

TEXTO DE LA RENUNCIA DEL GENERAL PORFIRIO DÍAZ El pueblo mexicano, ese pueblo que tan generosamente me ha colmado de honores, que me proclamó su caudillo durante la guerra internacional, que me secundó patrióticamente en todas las obras emprendidas para robustecer la industria y el comercio de la República, fundar su crédito, rodearla de respeto internacional y darle puesto decoroso entre las naciones amigas; ese pueblo, señores diputados, se ha insurreccionado en bandas milenarias armadas, manifestando que mi presencia en el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo, es la causa de su insurrección. No conozco hecho alguno imputable a mí que motivara este fenómeno social; pero permitiendo, sin conceder, que puedo ser un culpable inconsciente, esa posibilidad hace de mí la persona menos a propósito para raciocinar y decidir sobre mi propia culpabilidad. En tal concepto, respetando, como siempre he respetado, la voluntad del pueblo, y de conformidad con el artículo 82 de la Constitución Federal, vengo ante la Suprema Representación de la Nación a dimitir sin reserva el encargo de Presidente Constitucional de la República, con que me honró el voto nacional; y lo hago con tanta más razón, cuanto que para retenerlo sería necesario seguir derramando sangre mexicana, abatiendo el crédito de la nación, derrochando su riqueza, segando sus fuentes y exponiendo su política a conflictos internacionales. Espero, señores diputados, que calmadas las pasiones que acompañan a toda revolución, un estudio más concienzudo y comprobado haga surgir en la conciencia nacional un juicio correcto que me permita morir llevando en el fondo de mi alma una justa correspondencia de la estimación que en toda mi vida he consagrado y consagraré a mis compatriotas. Con todo respeto. Porfirio Díaz.[*]

[*]

Blas Urrea (Seud. de Luis Cabrera), Obras Políticas, Imprenta Nacional, México, 1921. P. 455.

Nombramiento expedido por don Francisco I. Madero, en la plaza de Ciudad Juárez, Chih., a favor del señor Víctor Manuel Rincón Gallardo, como capitán 1º del Ejército Libertador.

280

[A.G.N., Ramo Revolución] [Gobierno Provisional de la República Mexicana.] En nombre de la República y en uso de las facultades de que estoy investido por el Plan de San Luis Potosí de fecha 5 de octubre de 1910, he tenido a bien expedir a Ud. el nombramiento de Capitán Primero del Ejército Libertador en reconocimiento de los servicios que ha prestado a la Patria en la presente Insurrección Nacional. Sufragio Efectivo. No Reelección. Palacio Nacional del Gobierno Provisional en Ciudad Juárez, a 24 de mayo de 1911. El Presidente Provisional de la República Mexicana, Fco. I. Madero. El Secretario General, J. Sánchez Azcona. Al ciudadano Víctor Manuel Rincón Gallardo, Torreón, Coah.

Telegrama de Jorge Lebrun, fechado en Hermosillo, Son., informando a Gustavo Torres, en El Paso, Texas, las intenciones de Benjamín G. Hill para atacar la población de Álamos.

281

[A.R.E., L-E-678] 87.GS.R.22. Vía Nog Jct. Hermosillo, Son., Mayo 24 de 1911. Gustavo Torres, El Paso. Benjamín G. Hill intenta atacar Álamos, y dice no desistirá sin una orden directa de señor Madero. Favor ayudar en lo posible. Jorge Lebrun

Manifiesto del licenciado Francisco León de la Barra a la Nación, para hacerle una solemne promesa y un llamamiento caluroso, al tomar posesión del puesto de Presidente Interino de los Estados Unidos Mexicanos.

282

MANIFIESTO DEL LIC. DE LA BARRA A LA NACIÓN MEXICANOS: Al tomar posesión por mandamiento de la Suprema Ley de la República, del puesto de Presidente Interino de los Estados Unidos Mexicanos, cumplo un grato deber dirigiéndome a vosotros, para haceros una solemne promesa y un llamamiento caluroso. La gravedad y delicadeza de los problemas políticos que tienen que resolverse rápidamente en el sentido que imponen los grandes intereses del país, me habrían hecho vacilar antes de decidirme a echar sobre mis hombros las pesadas responsabilidades que hoy tengo sobre mí, si no fuera por el firme sentimiento del deber y por el profundo amor a nuestra patria que me animan, así como por el conocimiento que tengo de las cualidades del pueblo mexicano, y la seguridad de que en él encontrarán un eco mis palabras sinceras y precisas. Ajeno a toda ambición política, y ansioso solamente del bien de mi país, seré en el puesto que transitoriamente ocupo, un celoso defensor de las leyes, especialmente de las electorales, para que la voluntad del pueblo pueda manifestarse libremente en los próximos comicios, al renovarse los poderes federales y locales. Aun cuando no ha sido aprobada todavía por las legislaturas de los Estados la reforma constitucional relativa a la no reelección, considero de mi deber declarar como garantía de la pureza de mis intenciones —si no fueran bastante para ello los antecedentes de mi vida pública—, que en ningún caso aceptaré mi candidatura para la Presidencia o Vicepresidencia de la República en la próxima lucha electoral, pues abrigo la convicción de que, al obedecer el precepto correspondiente, comprendido en el proyecto de reforma aprobado ya por las dos Cámaras, acato los dictados de la opinión pública rectamente inspirada. El día más feliz de mi vida pública será aquél en que dentro del menor

plazo que consientan la ley electoral y la situación por que atraviesa el país, pueda transmitir el poder que hoy he recibido, al ciudadano que la República elija. Volveré entonces a la vida privada con la tranquilidad que proporciona el deber cumplido y con la satisfacción de ver a mi patria explotando de nuevo sus riquezas por el esfuerzo del trabajo al amparo de la paz. Dentro de la jurisdicción de las leyes y sometidos a sus mandatos, podrían encontrar los partidos políticos ancho campo para el triunfo de sus aspiraciones, que serán respetadas cuidadosamente, en tanto que se manifiesten dentro de los límites que aquéllos les imponen. Cualquiera transgresión a las disposiciones legales, será enérgicamente reprimida. Aun cuando la cordialidad de las relaciones que nos unen a los países con los cuales estamos ligados por vínculos de afecto y de intereses hace tan innecesaria una declaración acerca de la marcha que seguirá el Ejecutivo en nuestra política internacional durante el breve plazo que tendré la alta honra de representarlo, deseo, sin embargo, expresar que el Gobierno, respetuoso de los derechos de las demás naciones y celoso defensor de los nuestros, se esforzará en hacer, por su política franca y justificada, como lo ha hecho en lo pasado, que esas relaciones sean cada día más amistosas, con beneficios mutuos, y conforme a los principios que consagra el Derecho Internacional. Para poder desarrollar el programa político que brevemente he expuesto, es necesario que el país, dándose cuenta de la gravedad de la situación, que pone en peligro nuestra vida nacional, y de la sinceridad y vehemencia de mis sentimientos de amor a la patria —que sabrán compensar las deficiencias que en mí reconozco— responda al llamamiento que le hago, para que dentro del orden y al amparo de la ley, nos unamos todos los mexicanos en un común espíritu de paz y de progreso. Las circunstancias lo exigen así. Ellas, permítaseme recordarlo, han puesto de resalto, una vez más, las grandes y sólidas cualidades de nuestro heroico Ejército, digno de las tradiciones gloriosas, que sabrá mantener leal y firmemente. Después de los agitados tiempos actuales, en que me toca suceder transitoriamente en el Poder al Estadista que dio días de gloria a la patria, deben venir otros tranquilos y serenos en que la República emprenda de nuevo, ya de manera definitiva, su marcha por el camino del verdadero progreso, desarrollando de una manera ordenada y sistemática, el programa de una democracia sana y fuerte. Esforcémonos por la realización de ese hermoso ideal que estará próximo si todos subordinamos nuestro interés personal a los grandes

intereses vitales de la Patria, hoy desgraciada y mañana feliz, estoy seguro de ello, por el esfuerzo elevado y eficaz de sus buenos hijos. México, 25 de mayo de 1911. Francisco León de la Barra[*]

[*]

459.

Blas Urrea (Seud. de Luis Cabrera). Obras Políticas, Imprenta Nacional, México, 1921. Pp. 457 a

283

Manifiesto de don Francisco I. Madero, a la Nación, suscrito en Ciudad Juárez, Chih.

MANIFIESTO DE DON FRANCISCO I. MADERO A LA NACIÓN MEXICANOS: Cuando, según el Plan de San Luis Potosí, os invité a tomar las armas para reconquistar las libertades y los derechos perdidos, acudísteis a mi llamado y, en seis meses, debido a nuestro heroico esfuerzo, derrocamos al régimen dictatorial que por treinta y cinco años oprimió a la Patria. Hemos obtenido un triunfo completo. En lo sucesivo la justicia será igual lo mismo para el rico que para el pobre, para el poderoso o para el humilde; la libertad cobijará en sus anchos pliegues a todos los mexicanos para que, unidos fraternalmente trabajemos por el engrandecimiento de la Patria. De haberse continuado la revolución hasta el fin, hubiera sido yo quien gobernara el país en calidad de Presidente Provisional y quien convocara a elecciones generales, según lo estipulado en el mismo Plan de San Luis Potosí, pero a fin de terminar la guerra fratricida nos vimos obligados a probar que no era el triunfo de determinadas personalidades, sino el de vigorosos principios el que deseábamos. Éstos han triunfado; hemos asegurado el porvenir de la República, bajo un régimen de absoluta libertad. El general Díaz y don Ramón Corral presentaron sus renuncias, y, aceptadas, dejaron el poder al señor Lic. Don Francisco de la Barra. En vista de esto, me pareció obrar de acuerdo con los intereses de la Patria, suspendiendo las hostilidades y poniendo punto final a sangrienta guerra fratricida. Tanto en los campos de batalla como en el territorio entero de la República, debe reconocerse, como legítima autoridad, al Lic. don Francisco de la Barra, quien llegó al poder por acuerdo mutuo de ambos partidos contendientes. Es imposible que yo siga asumiendo el cargo de Presidente Provisional, y por ese motivo hago formal renuncia ante la Nación y ante todos mis compatriotas que me siguieron, cuando los invité a los comicios en junio del año próximo pasado, y que después me siguieron con las armas en la mano para reconquistar sus libertades.

Así espero que ahora todos secunden mis esfuerzos para restablecer prontamente la paz y la tranquilidad de la República. Muy pronto el pueblo mexicano disfrutará el bienestar que debe proporcionarle el nuevo régimen de gobierno que hoy se inaugura, con la Presidencia del señor de la Barra, quien ha admitido tan alto y honroso puesto, únicamente con la mira de servir a su Patria y de ser un intermediario entre el gobierno despótico del general Díaz, y el gobierno eminentemente popular que resultará de las próximas elecciones generales. El señor Lic. de la Barra no tiene más apoyo en el poder que la opinión pública, y ésta, unánimemente proclama los principios de la revolución; de tal modo, que podemos decir que el actual Presidente de la República está enteramente con nosotros. A ello lo ha llevado el alto sentimiento de justicia y enaltecido patriotismo de que ha dado pruebas; a ello lo han llevado el tacto que tuvo al formar su actual Gabinete en el cual están ampliamente representados los elementos que llevaron a cabo la actual revolución, los cuales han sido designados de mutuo acuerdo entre el señor de la Barra y los principales jefes de la revolución a quienes pude consultar. Espero, pues, que así como públicamente reconozco al señor Lic. don Francisco L. de la Barra, como Presidente Interino de México, todos mis conciudadanos que han defendido los principios de la revolución, y que me reconocen como su Presidente Provisional, deben de reconocer en lo sucesivo al señor de la Barra, con el carácter indicado, y secundarlo eficazmente para el restablecimiento del orden y la tranquilidad de la República. Los que tantos años fueron víctimas de la tiranía, no pueden temer celada alguna de sus antiguos opresores; no deben temer nada, porque el pueblo ha demostrado ya su omnipotencia y yo, antes de renunciar a la Presidencia Provisional, concerté con el señor de la Barra medidas que aseguraran las aspiraciones nacionales para las próximas elecciones, y que la voluntad del pueblo sea respetada. Entre esas medidas está la renuncia de todos los gobernadores, que deberán ser substituidos por ciudadanos que sean una garantía para el nuevo régimen. Puede objetarse que esto constituye un ataque a la soberanía de los Estados; pero con la franqueza que siempre me ha caracterizado, declaro: que si se ha convenido en que el señor de la Barra ocupe la Presidencia, es por que considero que es un hombre honorable, que nunca ha servido de instrumento para burlar el voto popular. No digo lo mismo respecto de los Gobernadores ni de las Legislaturas, ni tampoco del general Porfirio Díaz, ni de don Ramón Corral, y si, contrariando el Plan de San Luis Potosí, he aceptado, en nombre de la

revolución, que sigan funcionando las Cámaras Federales y las Legislaturas de los Estados, es por evitarnos mayores trastornos y dificultades, y siempre que francamente acepten las Cámaras el nuevo régimen. Considero que el partido revolucionario ha hecho amplias concesiones al régimen antiguo, y si en ese documento lo hago constar así, es porque es conveniente que el nuevo gobierno, apoyado eficazmente por el partido emanado de la revolución, pueda obrar con libertad a fin de dar cumplimiento a las aspiraciones nacionales. Los gobernadores designados, unos por el pueblo y otros que han sido candidatos en diversas oportunidades, y los nuevos que surjan, serán nombrados de acuerdo con las aspiraciones populares, serán una garantía para las libertades futuras, tanto más cuanto que podrán, según los faculta la Constitución, dejar en pie de guerra o en calidad de milicias del Estado, parte de las fuerzas insurrectas que estimen convenientes. Algunos sacrificios reportará la Nación porque no se pueden satisfacer con amplitud todas las aspiraciones contenidas en la cláusula tercera del Plan de San Luis Potosí; pero las pérdidas que haya por este capítulo, serán indudablemente inferiores a las que hubiere ocasionado la prolongación de la guerra. Además, por los medios constitucionales, procuraremos satisfacer los legítimos derechos conculcados a que se refiere dicha cláusula. En cuanto a los grados militares que corresponden a los jefes de la revolución, se reconocerán según el Plan de San Luis Potosí, por los Gobernadores de los Estados, y se nombrará una comisión que determine cuáles deberán ser gratificados por el Gobierno Federal. Mexicanos: cuando os invité a tomar las armas, os dije que fuéseis invencibles en la guerra y magnánimos en la victoria. Habéis cumplido fielmente con mi recomendación, causando admiración del mundo entero. Pues bien: ahora os recomiendo que como habéis sabido empuñar las armas para defender vuestros derechos, sigáis con ellas en calidad de guardias nacionales, y pongáis a gran altura vuestros nuevos deberes, que consisten en hacer guardar el orden, que constituye una garantía que da a la sociedad el nuevo régimen de cosas. Los que os retiréis a la vida privada, esgrimid la nueva arma que habéis conquistado: EL VOTO. Usad libremente de esta poderosísima arma, y pronto veréis que ella os proporciona victorias más importantes y más duraderas que las que os ha proporcionado vuestro rifle. Al retirarme a la vida privada en calidad de simple ciudadano, seguiré considerándome jefe del actual partido revolucionario, y colaboraré con el gobierno del señor licenciado de la Barra poniendo a su servicio todas mis

energías. Comprendo que, desde el momento que fui quien promovió la revolución, soy el jefe del partido de ella y tengo el sagrado deber de contribuir al restablecimiento del orden y la paz pública. También debo seguir velando por los intereses del Partido político que depositó en mí su confianza. Lo único que pido a todos mis conciudadanos es que colaboren conmigo y con el actual gobierno, para que todos unidos dediquemos nuestros esfuerzos a trabajar por el engrandecimiento y gloria de nuestra querida Patria. Sufragio efectivo. No reelección. Ciudad Juárez, 26 de mayo de 1911. Francisco I. Madero[*]

[*]

462.

Blas Urrea (Seud. de Luis Cabrera). Obras Políticas, Imprenta Nacional, México, 1921. Pp. 459 a

Informe del señor Antonio V. Lomelí, cónsul de México en El Paso, Texas, al Secretario de Relaciones Exteriores, acerca de las causas que motivaron la rendición de la plaza de Ciudad Juárez, Chih., defendida por las tropas federales al mando del general Juan J. Navarro, a las fuerzas revolucionarias maderistas.

284

[A.R.E., L-E-678] El Paso, Texas, mayo 26 de 1911. Tengo el honor de informar a usted con relación a su mensaje del día 17 del corriente mes. Con el mayor cuidado posible y la necesaria discreción, he procurado investigar los hechos referidos en el citado mensaje sobre los cuales procuraré dar a conocer los detalles más precisos para la mejor aclaración de los acontecimientos, manifestando de antemano que la misma circunstancia de la reserva será indudablemente causa de la falta de documentos de comprobación y sólo me permito remitir aquellos que me ha sido posible adquirir dentro de la limitación investigadora que las circunstancias me han proporcionado. Analizando el informe contenido en el mensaje citado antes, encuentro siete puntos que voy a proponerme tratar separadamente y en el orden mismo en que fueron transmitidos. Dice el primer punto lo siguiente: Que los americanos permitieron que en pleno combate pasaran por el puente internacional trescientos hombres perfectamente armados. Sabido por todo el mundo, tanto en la ciudad mexicana de Ciudad Juárez como en la americana de El Paso, es que desde algunos días antes del ataque se limitó el número de transeúntes entre ambas ciudades, sólo permitiendo el paso de las personas a quienes se les concedía un pasaporte firmado por las autoridades militares o civiles de Ciudad Juárez o por las de esta ciudad de El Paso, con mi visto bueno. Si el informe a que me voy refiriendo se contrajera al paso de los trescientos hombres durante esos días, pudiera presentar algunos visos de verdad, por la consideración de que en partidas aunque muy pequeñas hubieran estado concentrándose en Ciudad Juárez, pero no es admisible que tal hecho hubiera tenido lugar, como lo indica el informe citado en un solo grupo porque de ello habrían

sido testigos una multitud de personas y cómplices, todos los empleados, que hasta bien entrado el combate estuvieron cuidando las garitas de los puentes internacionales. Menos cierto aun es que se hubieran introducido armados, pues el hecho habría causado gran asombro y media hora después todo el mundo lo habría conocido. Circunstancia que absolutamente no tuvo lugar. El informante dice que la entrada de estos hombres tuvo lugar en pleno combate, y esto da nuevos motivos para asegurar la imposibilidad del hecho por las consideraciones siguientes. En el momento mismo en que se escucharon los primeros tiros cambiados por los insurrectos con el puesto más avanzado hacia el occidente, de soldados federales, todas las fuerzas americanas de la ciudad que por orden del coronel Steever estaban preparadas de antemano para cualquier evento, fueron a reforzar la guarnición que desde muchos días antes había situada a lo largo del río, muy especialmente a la entrada de los puentes. Al efecto, se formó una doble valla de soldados americanos, situada la primera a la orilla misma del río, y la segunda hacia el interior de la ciudad de El Paso, a una distancia considerable, dejando entre ambas filas un espacio enteramente vacío por donde se prohibió de manera absoluta y eficazmente obedecida, el paso de cualquiera persona. La multitud de curiosos era detenida por la segunda fila de soldados, entre los cuales había numerosos policías que guardaban el orden y servían igualmente para impedir que el pueblo se acercara a los soldados. Inútil me parece decir que cada espectador hubiera sido fiel testigo del paso de la gente por la zona vacía, y como en el caso anterior, el mundo entero habría sabido en el acto la violación de las órdenes citadas. Cosa que tampoco sucedió, pues a estas horas, después de varios días de pasados los hechos, habría entre el público mil comentarios que hubieran comprobado la aseveración del informante. Entre los curiosos habrían existido muchas personas que tuvieran interés en ocultar los hechos; pero también había numerosos que no lo habrían hecho, y entre estos figuraban las personas que por encargo especial mío estaban observando e informándome con la mayor eficacia y oportunidad de los acontecimientos que fueran teniendo lugar. El anexo número 1 es el informe de mi principal comisionado, que rindió el mismo día del combate; en ese anexo puede leerse la circunstancia de no haberse pasado a la ciudad mexicana gentes ni municiones de guerra. El segundo punto manifiesta que había entre los que se pasaban cien soldados americanos, pues portaban sus uniformes militares. Las explicaciones que dejo anotadas anteriormente, contestan esta

nueva objeción; y si la he citado de manera especial, ha sido sólo con el objeto de tratar de explicar la causa que obligara al informante a dar noticia de tan grande alarma. Sabido es que desde algunos días antes del combate y durante los armisticios llevados a efecto, se proveyeron muchos de los insurrectos en esta ciudad americana de trajes de kaki, que son del mismo color y forma de los que usa el ejército americano que se encuentra de guarnición en esta frontera. Es probable que el hecho de haber visto o haber sido noticiado el informante de que entre los insurrectos había muchos que portaban ese traje, le hiciera suponer que se trataba de soldados americanos del ejército regular, cuando en realidad sólo se trataba de los insurrectos mexicanos. Todos saben igualmente, que la llamada “Legión Americana” que formaba parte del cuerpo de insurrectos mandados por José Garibaldi, no pasaba de veinte a veinticinco, y estos hombres llamados “Soldados de fortuna” acompañaban a los insurrectos desde mucho tiempo atrás. El tercer punto dice que el nueve en la noche pasaron los rebeldes un cañón moderno que las fuerzas americanas prestaron. Esta nueva aseveración queda igualmente comprendida en las refutaciones que dejo anotadas con anterioridad e igualmente increíbles; pero he creído conveniente decir algunas palabras de manera especialmente relacionadas por la naturaleza del arma a que se hace referencia. Entre las numerosas personas a quienes he pedido informaciones a este respecto, no hay una sola que haya visto semejante cañón ni siquiera haber oído hablar de él. Ignoro si el informante quiso referirse a dos ametralladoras que desde el primer momento del combate fueron situadas en el lado americano, en la boca de los puentes, para impedir que los vencidos se precipitaran hacia este lado. Es absolutamente notorio por la multitud de curiosos, que tales ametralladoras permanecieron inmóviles en los sitios donde desde el primer momento fueron colocadas. Un arma de esta naturaleza habría sido imposible ocultarla y más aun sus efectos que habrían quedado patentes hasta la fecha, cosa que no existe, pues los efectos causados por los dos cañones que los insurrectos tenían y que fueron confeccionados por ellos mismos con mucha anterioridad bajo la dirección de Garibaldi, se hicieron demasiado notables, porque desde este lado americano podían observarse, y se pudo dar cuenta igualmente el momento en que uno de ellos quedó inútil como resultado, según se me informó, de la explosión producida al caer una granada que un mortero federal disparó, incendiando un depósito de

pólvora que estaba colocado muy cerca del cañón insurrecto, y desde aquel momento sólo continuaron haciendo fuego con el otro, que falto de las condiciones de la artillería moderna, eran muy escasos los daños que con él recibía la ciudad atacada. En las primeras horas del combate fui avisado por una persona de esta ciudad, que le parecía observar que desde el lado americano se disparaba un cañón sobre la ciudad sitiada, y con ese motivo envié inmediatamente un empleado de este Consulado, quien en compañía del “Sub Marshall” de la ciudad se presentó inmediatamente en el lugar más próximo donde podían observarse los disparos de esta arma, y pudo convencerse que se trataba exclusivamente de un cañón insurrecto, pero que visto desde el lugar de observación del informante y debido a las sinuosidades del río hacía aparecer los disparos como si tuvieran lugar desde un punto situado en territorio americano. Para terminar esta serie de refutaciones sobre los tres puntos mencionados con anterioridad y relacionados todos con el paso de gentes con municiones a través de la línea divisoria, citaré por último el hecho de que habiendo sido absolutamente inesperado el momento del ataque y por circunstancias especiales sabido su principio desde los primeros momentos en este Consulado, hallábanse en esta ciudad diversas personas tratando asuntos aquí, cuando al recibir la noticia se precipitaron violentamente hacia Ciudad Juárez adonde las fuerzas americanas ya situadas en la orilla del río opusieron toda resistencia para el paso de estas personas y sólo alguna que otra logró atravesar la línea mediante los mayores esfuerzos. Entre estas personas puede citarse el señor don Gustavo Alemán, que se encontraba en la oficina de mi cargo en los momentos que se recibió la primera noticia de la aproximación de una avanzada de insurrectos hacia el primer puesto de federales. Inmediatamente corrió para trasladarse a Ciudad Juárez y le fue puesta la mayor resistencia por los soldados americanos, quienes llegaron a amenazarlo si pretendía pasar, visto lo cual regresó a esta Oficina, en donde se encontraba por casualidad en aquellos momentos una autoridad americana, quien bondadosamente se prestó a acompañarlo y mediante su influencia pudo conseguir su paso a la ciudad mexicana. El cuarto punto dice que las fuerzas americanas cortaron la vía telefónica para incomunicar al general Navarro. En este respecto, los hechos parecen comprobar que tampoco aquí tiene razón el informante, pues las comunicaciones aparecen cortadas en la ciudad mexicana donde también se cortaron los alambres que conducen la electricidad para el alumbrado y la fuerza. No puede asegurarse quién

haría esta incomunicación, aunque algunos de los que a este respecto me han informado suponen que muchas de las comunicaciones fueron interrumpidas por la destrucción de algunas casas y aun por los diferentes disparos de metrallas. En todo caso, es perfectamente creíble que fueran los insurrectos quienes hicieron la incomunicación porque ésta tuvo lugar en Juárez mismo y de ninguna manera las fuerzas americanas que se encontraban en El Paso. Dice el informante en el quinto punto, que el ataque a Juárez fue intempestivo. Ninguna duda hay en este respecto pues a todo el mundo consta que los primeros disparos fueron hechos por los insurrectos, sin órdenes previas de sus jefes. Ignoro qué importancia puede dar el informante a este detalle, aunque me hace presumir que se relaciona con lo que dice después para certificar que no se tomaron por las autoridades de Juárez todas las medidas de seguridad que eran necesarias, y que esto fuera causa de que el descuido por parte de éstas hubiera en alguna forma contribuido al fracaso en la defensa de la ciudad. Por cuanto a esto, sólo puedo decir que frecuentemente escuchaba opiniones respecto al extremado rigor que el general Navarro tenía para sus fuerzas, obligándolas a permanecer siempre listas en sus puestos aun durante los días del armisticio. Dice el sexto punto, que Navarro no proporcionó armas a los empleados por lo que estos huyeron al lado americano. Esta aseveración la considero absolutamente sin fundamento alguno, tanto en lo que se refiere a la negativa de armas como a la huida de los empleados por esta causa. Desde que empezó el temor de que fuera atacada la ciudad, el general Navarro dirigiéndose a los empleados federales, y el jefe político a los del Estado y Municipio, expidieron una circular conforme lo expresa el anexo número dos, invitando a los empleados para la defensa de la población. Según me han informado algunos jefes de oficina, fueron los empleados mismos quienes se negaron a recibir las armas; tales, por ejemplo, los empleados del Telégrafo, alegando que entre ellos había algunas mujeres y niños; los empleados de Correos según informe del jefe político, concurrieron la primera noche a prestar sus servicios de vigilancia en el lugar de la parroquia que se les había designado de antemano, y allí fueron todos ellos provistos de las armas necesarias. La segunda noche, el número de los empleados que concurrieron se redujo a la mitad, y desde la tercera hasta el fin del ataque sólo un empleado de apellido Meléndez acudió a la cita. Los empleados de la Aduana fueron provistos de armas, que según

tengo entendido se compraron especialmente por el Administrador, con conocimiento y probablemente a moción del general Navarro. Según las informaciones que he recibido, fue el general mismo y el jefe político los que se empeñaron en dar armas a los empleados pues estaba en su interés contar el mayor número de combatientes, ya que la guarnición de fuerzas regulares era tan pequeña, pero no creo y estoy seguro de que no hay otras personas de la misma opinión del informante que puedan asegurar que el general Navarro se negó a proporcionarles armas para la defensa, sino por el contrario todos indicaron que era notoria la exigencia de este señor para que las tomaran, y fue notable el caso de que en vísperas del ataque y por orden de las autoridades que dejo citadas, se bajara del tranvía a dos empleados que trataban de venirse por la noche a descansar al lado americano. Dice el último punto que los empleados que por el anterior concepto indicado huyeron a esta ciudad americana se encuentran careciendo de recursos. También en este caso hay alguna inexactitud del informante, y esta se relaciona íntimamente con lo aseverado por él en el punto anterior. Efectivamente, las personas venidas de aquella ciudad antes que el ataque tuviese verificativo, tuvieron oportunidad de trasladarse con los pequeños recursos que poseían o los objetos de valor de su propiedad, y en este caso no había razón alguna para que careciesen de recursos en los primeros momentos y de una manera absoluta. Es verdad que los empleados estuvieron careciendo de recursos; pero fue precisamente después del ataque, y de manera muy especial, como natural consecuencia de los actos de pillaje que durante el combate tuvieron lugar; pero no como el informante dice por haber huido de él. Desde el momento que se presentó en esta oficina el primer empleado venido de Juárez, tuvo esa superioridad noticia por mi mensaje de dos de la tarde, del día diez, en seguida por el de las cinco de la tarde del mismo día, y sucesivamente de todos los demás. En mi mensaje de las siete de la tarde de esa fecha, terminaba con las siguientes palabras refiriéndome a los empleados que se presentaban en este Consulado “Todos manifiestan estar sin fondos principalmente debido a lo precipitado de su salida”. Como era natural no fue posible obtener el mismo día fondos con qué pagar los sueldos de esos empleados o ministrar auxilios a las demás personas que estuvieron en el mismo caso de necesidad, pues era necesario que se libraran las órdenes que en tales casos son indispensables, aunque se hagan con carácter violento. El Consulado, como es bien sabido de esa Superioridad, ha carecido

durante el mes de fondos propios precisamente por la falta de tráfico comercial con C. Juárez, y siento mucho tener que citar un hecho que a no ser las circunstancias especiales del presente informe, no lo referiría, pero creo darle alguna importancia a mi información citándolo por cuestión de oportunidad; y es éste: de mis escasos recursos personales, que son tan pequeños de ordinario, en esta ocasión lo han sido más, tuve la satisfacción de ponerlos a disposición de las personas necesitadas, y el primero que me presentó esta agradable oportunidad de servir a mis compatriotas en la presente ocasión fue el autor del informe que esa Superioridad se sirvió transcribirme. Todos los anteriores puntos tratados por el informante, son, según dice, las causas que motivaron la caída de Ciudad Juárez. Entiendo que el informe que se me pide no abarca esta consideración, sino solamente la investigación respecto de los siete puntos que dejo mencionados, mas como forma parte capital de lo aseverado por el informante, voy a permitirme, aunque en todo caso será una repetición de mis anteriores informes, condensar las siguientes ideas que según mi humilde parecer formaron en el orden de importancia que las cito las causas de la rendición de la plaza. Primeramente, debo citar el hecho de que habiendo existido en la ciudad un lado perfectamente vulnerable, de todos conocido, especialmente por las causas que lo hacían de fácil e impune acceso, fue aprovechado por los insurrectos, y en él se mantuvieron hasta la terminación, siendo su avance hacia el interior de la ciudad por la perforación de las casas desde donde hacían el ataque a los federales. En segundo lugar, debe tenerse presente que la guarnición se componía de seiscientos hombres aproximadamente y los que atacaban eran más de tres mil; en tercer lugar, las escasas fuerzas federales se vieron en la necesidad, por su pequeño número, de permanecer en sus puestos sin relevo alguno, circunstancia que puso a los federales a las cincuenta horas de combate continuado, en el caso de la mayor debilidad por agotamiento físico. Mientras tanto, los insurrectos tenían sobrada gente con que mandar diversos grupos para mantener el ataque mientras otra gran cantidad de ellos gozaban de un descanso reparador. Puede agregarse a esta circunstancia también, la del valioso refuerzo que con tanta oportunidad les llegó. La naturaleza reservada de la presente investigación, me ha puesto en el caso de no poder obtener documentos testimoniales que comprueben mi información y sólo envío los anexos que considero del mayor interés por su oportunidad y que he podido obtener fácilmente sin divulgar el presente.

Protesto a usted las seguridades de mi muy distinguida consideración. Antonio V. Lomelí Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México, D. F.

Manifiesto lanzado por don Francisco I. Madero, en la población de Ciudad Juárez, Chih., antes de abandonarla para dirigirse a la capital de la República, en que reconoce a F. de la Barra como Presidente y renuncia Madero la Presidencia Provisional.

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[A.R.E., L-E-664]

MANIFIESTO DE MADERO AL PUEBLO MEXICANO LO QUE DICE A SUS CONCIUDADANOS EL JEFE DE LA REVOLUCIÓN Antes de abandonar a Ciudad Juárez para dirigirse a la capital de la República, el señor Francisco I. Madero ha publicado el manifiesto siguiente: Conciudadanos: Cuando por virtud del plan de San Luis Potosí, de octubre próximo pasado, invité a ustedes a tomar las armas y reconquistar nuestras libertades y derechos políticos, todos ustedes acudieron a mi llamamiento, y en seis meses, por sus esfuerzos heroicos, han derrocado el régimen dictatorial que por treinta y cinco años había oprimido a nuestra patria. Desde el momento en que triunfamos y vimos que la República se preparaba a entrar en un régimen de libertad absoluta, habiendo resuelto presentar sus renuncias el general Díaz y el señor Ramón Corral, dejando el poder en manos del señor de la Barra, desde ese momento, repito, me pareció que debía obrar de acuerdo con los intereses del país, evitando mayores derramamientos de sangre a causa de la autoridad de que se encuentra investido el señor Francisco de la Barra que es legítima, puesto que se encuentra en el poder por el acuerdo único de ambos partidos contendientes, ya no me es posible ejercer el cargo de Presidente Provisional de la República, y con tal motivo lo renuncio ante la Nación. El señor de la Barra está apoyado por la opinión pública, pues ha proclamado los principios de la revolución y podemos decir que el Presidente Interino de la República es uno de los nuestros y está animado de altos sentimientos de justicia y de patriotismo. Ha dado pruebas de ello al formar el nuevo Gabinete, en el que se encuentran representados los

elementos que han llevado la revolución hasta el fin y que han sido designados por acuerdo mutuo entre el señor de la Barra y los principales jefes de la revolución que han sido consultados. La nación hará algunos sacrificios, porque no es posible satisfacer enteramente lo estipulado en la cláusula tercera del plan de San Luis Potosí, pero esas pérdidas serán muy inferiores a las que se hubieran ocasionado con una larga guerra. Además, por los medios constitucionales, procuraremos satisfacer los legítimos derechos civiles. Respecto al grado militar de los jefes de la revolución, serán reconocidos según el plan de San Luis Potosí, por los Gobernadores de los Estados, y se nombrará una comisión para que se determine cuáles son los que quedarán al servicio del Gobierno Federal. Mexicanos: cuando invité a ustedes a tomar las armas, dije que serían invencibles en la guerra y magnánimos en la paz. Se han hecho ustedes acreedores a la admiración del mundo entero. Ahora se recomienda que así como han sabido empuñar las armas en calidad de guardias nacionales a disposición de las autoridades, para garantía de la sociedad, en el nuevo régimen, aquellos de ustedes que se retiran a la vida privada dispondrán de una nueva arma que han conquistado: el voto. Usen ustedes de esa poderosa arma libremente, y pronto se darán cuenta de que constituye una victoria más duradera que la que han obtenido con sus fusiles. Al retirarme a la vida privada, como simple ciudadano, continuaré siendo, sin embargo, reconocido como jefe del actual partido revolucionario, y colaboraré con el señor de la Barra, poniéndome a su servicio. Puesto que yo fui quien promovió la revolución, y seré considerado como el jefe del partido revolucionario, no desconozco la obligación que tengo de consagrarme al restablecimiento del orden y a seguir velando por los intereses del partido político cuya jefatura se me ha confiado. Lo que pido a todos mis conciudadanos es que cooperen conmigo y con el actual Gobierno, a fin de que, unidos, podamos dedicarnos a trabajar por el engrandecimiento y gloria de nuestra patria. Sufragio Efectivo. No Reelección. Francisco I. Madero

Instrucciones giradas por el licenciado Victoriano Salado Álvarez, a la Embajada de México en Washington, D. C., para agradecer al Secretario de Estado Norteamericano, Philander Knox, la felicitación hecha al licenciado Francisco León de la Barra por su exaltación a la Presidencia de la República.

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[A.R.E., L-E-662] México, 2 de junio de 1911. En respuesta al telegrama de usted, fecha 27 del pasado mes, en que comunica la felicitación que hace el señor Secretario de Estado Knox, al señor don Francisco L. de la Barra, por su exaltación a la Presidencia de la República, le manifiesto que deberá dar las gracias al señor Knox por su amabilidad con todo y que el señor Presidente ya lo ha hecho en persona. Reitero a usted mi muy distinguida consideración. El Subsecretario, V. Salado Álvarez Señor Embajador de México, Washington, D. C.

Informe de Francisco P. Villasana, cónsul de México en Eagle Pass, Texas, al Secretario de Relaciones Exteriores, del resultado de las operaciones militares y movimientos políticos en la ciudad de Piedras Negras, Coah., antes Ciudad Porfirio Díaz, así como del recibimiento hecho a don Francisco I. Madero en dicha población, desde donde inició su viaje triunfal a la capital de la República.

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[A.R.E., L-E-663] [Reservada.] Eagle Pass, Texas, junio 5 de 1911. Los acontecimientos que se han seguido unos tras otros en ésta y la vecina ciudad en los últimos quince días, han sido tan rápidos, diversos y trascendentales, que juzgué conveniente esperar el momento oportuno para informar el resultado de las operaciones militares y movimientos políticos en esta parte de la frontera, y muy particularmente en la vecina ciudad de Porfirio Díaz, hoy llamada Piedras Negras; y creo poder rendir mi informe ahora sin temor de tener que desdecir mañana lo que hoy digo. Por espacio de más de dos meses las tenebrosas y amenazadoras nubes que han cubierto a estas dos poblaciones, las alejaron a una de la otra de tal manera que, las que se veían como hermanas se cambiaron en enemigas, gracias a las maquiavélicas intrigas y trabajos de la agrupación que, como negra, abrumadora y sofocante pesadilla, se impuso en la paciente y patriótica Cd. Porfirio Díaz, hasta sumergir a sus habitantes en la desesperación y casi provocar un levantamiento. En la última semana, antes de firmarse la paz, una gran parte de los habitantes de aquella ciudad se trasladó a este lado; hasta que se firmó la paz entraron las fuerzas maderistas y alzaron vuelo los buitres que anidados en la bella, leal y próspera ciudad fronteriza la habían destrozado, explotando a su comercio sin consideraciones ni conciencia, y dejándola arruinada, como no hay duda lo comprobarán las autoridades que muy en breve se harán cargo de averiguar las condiciones de ella. Con la conclusión de la paz y la inauguración del nuevo Gobierno, y hecho cargo de la Administración de los asuntos en Piedras Negras uno de sus populares y probos ciudadanos, desapareció la desconfianza e inquietud que reinaba y comenzaron a hacerse preparativos en ambos lados para recibir y dar la bienvenida al ilustre ciudadano que como cabecilla y jefe del movimiento en contra del Gobierno, lo llevó hasta su fin, y hoy es el leal sostenedor del Gobierno

Constitucional de la República. Para recibir al señor Madero, salí en tren especial de tres carros, de esta ciudad, a las cuatro de la mañana, para Spofford; en este tren iban comisiones de ambas poblaciones; al llegar aquí a las ocho de la mañana, una inmensa concurrencia aguardaba en la estación, en donde se le hizo un recibimiento sin igual, y nunca hecho a nadie en Eagle Pass; atravesó el señor Madero la ciudad en automóvil abierto de la Estación a Piedras Negras, siendo objeto de entusiastas manifestaciones por parte de americanos y mexicanos. En el centro del puente Carlos Pacheco, se construyó una gran plataforma cuyo centro quedaba enfrente del monumento divisorio que quedó completamente cubierto de palmas, flores, las banderas de las dos naciones y guirnaldas colocadas por ambas ciudades; había una valla formada por las tropas de Madero, desde la orilla del lado americano hasta el mexicano, tanto arriba como por debajo del puente, y durante los discursos del señor Madero en cada lado de la línea divisoria, los vítores y aplausos fueron verdaderamente delirantes. De la plataforma se dirigió el señor Madero al Palacio Municipal y de allá al tren que lo aguardaba, y en el que emprendió viaje a esa capital, habiendo dejado la paz y amistad firmemente restablecida en esta frontera, y muy particularmente entre las dos ciudades fronterizas que siempre habían sido como una sola y hoy están reunidas por los lazos más estrechos de amistad. El monumento que marca la línea divisoria entre las dos naciones, en este puerto, de hoy en adelante servirá para conmemorar y honrar uno de los actos más solemnes y más gratos en la vida de las dos ciudades fronterizas, la inauguración de una nueva era de Paz, Justicia y Libertad, bajo el gobierno del insigne estadista que hoy dirige los destinos de la Patria, el señor don Francisco León de la Barra, leal y patrióticamente apoyado y secundado por el preclaro hijo de Coahuila, don Francisco I. Madero, hijo. Este informe está muy lejos de representar las condiciones que hoy guarda esta frontera, pues carezco del don necesario para representar a usted el inmenso cambio habido de la desesperación a la confianza, esperanza y sosiego que hoy reina en esta frontera y ciudades que hoy se afanan para borrar las tristes huellas que imprimieron en su suelo, los que debieron haberla protegido. Reitero a usted mi más atenta y distinguida consideración. El cónsul, Francisco P. Villasana

Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

Carta suscrita por un grupo de generales, jefes y oficiales del Ejército Libertador, citándose entre ellos a Gabriel M. Hernández, C. Navarro, A. M. Azueta, Juan Andrew Almazán, Emiliano Zapata, Camerino Z. Mendoza, Jesús H. Salgado, Francisco J. Múgica, y otros, dirigida al doctor Francisco Vázquez Gómez, exigiendo el cumplimiento del Plan de San Luis Potosí, como resultado de una conferencia celebrada con el licenciado Francisco León de la Barra, Presidente interino de la República.

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CARTA DE UN GRUPO DE REVOLUCIONARIOS AL SEÑOR DOCTOR FRANCISCO VÁZQUEZ GÓMEZ EN LA QUE EXIGE EL CUMPLIMIENTO DEL PLAN DE SAN LUIS POTOSÍ Señor doctor Francisco Vázquez Gómez, ciudad. Muy señor nuestro: Los suscritos, generales, jefes y oficiales del Ejército libertador, nos es grato participar a usted, para que lo haga llegar al conocimiento del jefe de la revolución, señor don Francisco I. Madero, que en conferencia celebrada el día 18 del presente mes y año con el señor Presidente interino de la República, licenciado don Francisco León de la Barra, le pedimos: Primero. Cumplimiento del Plan de San Luis Potosí. Segundo. Expulsión del elemento científico de la cosa pública. Tercero. Nombramiento de un general revolucionario como inspector de las fuerzas insurgentes. Y que, en conferencia celebrada ayer en la tarde, le pedimos: El sostenimiento del señor licenciado don Emilio Vázquez Gómez en el gabinete, por ser el representante genuino de la revolución, haciéndole notar los riesgos que se correrán en caso contrario, y le garantizamos que, como elementos sanos de la revolución, siempre estaremos listos para velar por los ideales que la produjeron. General Gabriel M. Hernández. General C. Navarro. General A. M. Azueta. Por poder, generales J. Andrew Almazán y Emiliano Zapata, coronel R. Espinosa. J. Caloca. Por los señores

generales Camerino Z. Mendoza, P. A. Martínez y Ernesto E. Guerra, Enrique W. Paniagua. General Jesús H. Salgado. Coronel Sabás Valladares. Por poder, capitán 1º jefe de las fuerzas insurgentes en Torreón, Francisco J. Múgica. Por poder, Epigmenio Escajeda, Sabás Valladares. Por orden del señor general Gabriel Hernández, coronel Francisco Reyes Pérez. General inspector de fuerzas insurgentes en Aguascalientes, Alfonso Miranda. Genera l Guillermo García Aragón. Coronel Miguel de M. Arrioja. N. Rivadeneyra. Miguel M. Ramos. General brigadier Delfino Villanueva. Por Espinosa Caloca, Ignacio Flores. Enrique W. Paniagua. Coronel Pedro Pesquera.[*]

[*]

1954.

“Fuentes para la Historia de la Revolución Mexicana”. I. Planes políticos y otros documentos.

Informe de Balbino Dávalos, fechado en Lisboa, Portugal, al Secretario de Relaciones Exteriores, de su entrevista con el general Porfirio Díaz, en el puerto de Vigo, al amanecer del día 16, a bordo del vapor Ipiranga.

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[A.R.E., L-E-669] Lisboa, 19 de junio de 1911. Tengo la honra de poner en conocimiento de usted que al saber por la prensa española, que el vapor “Ipiranga” en que venía el señor general don Porfirio Díaz, tocaría en Vigo el 16 del corriente, decidí desde luego trasladarme a dicho puerto, por mi propia iniciativa y en mi carácter particular, a fin de saludar y hacer manifiesto al por tantos motivos respetable ex presidente de México el homenaje y consideración que todo mexicano le debe tributar. Lo de carácter particular lo refiero únicamente a la manera y medios de llevar a cabo mi propósito, pues es regular que en ningún acto ostensible se pueda prescindir de la representación que se tiene. He tomado, por lo mismo, en consideración el significado que pudiera aquí darse a una manifestación de ese género, pues que, si por una parte al señor Béistegui y no a mí le tocaba la espontaneidad de efectuarla, por condiciones geográficas quedaba yo en aptitud de ser quien patentizara ante este país el grado de merecimientos a que es acreedor el general Díaz, aun en su aspecto de simple ciudadano. Así, pues, despedídome que me hube del doctor Bernardino Machado, quien me encomendó para el señor general Díaz calurosas expresiones de simpatía, salí el 14 por la tarde a bordo del vapor “Asturias”, que me dejó en Vigo veintidós horas después. Al amanecer del día 16 fondeó el “Ipiranga”, al que fui conducido en el bote de la Compañía, y gracias a los hábitos matinales del señor general, al momento me recibió con la cordialidad y espartana sencillez que lo caracterizan. Cumplido el deber que me había impuesto y necesitando estar aquí por lo que pudiese ofrecerse, antes de la apertura de la Asamblea Constituyente, que tiene lugar hoy, he regresado con toda anticipación por camino de hierro. Reitero a usted las seguridades de mi más distinguida consideración. Balbino Dávalos

Señor Secretario de Relaciones Exteriores, México.

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Manifiesto de don Francisco I. Madero, dirigido al pueblo mexicano, después de su entrada triunfal a la ciudad de México.

MANIFIESTO QUE DON FRANCISCO I. MADERO DIRIGIÓ AL PUEBLO MEXICANO DESPUÉS DE SU ENTRADA TRIUNFAL A LA CIUDAD DE MÉXICO EN EL MES DE JUNIO DE 1911 CONCIUDADANOS: Desde que crucé el Río Bravo hasta la Capital de la República y después en mi gira por los Estados de México, Morelos y Guerrero, he sido constantemente saludado con las aclamaciones del pueblo. En mí saludan mis compatriotas el advenimiento de una nueva era, era de libertad que será fecunda para nuestra Patria y desarrollará sus energías en los diferentes campos de acción, permitiendo a la República Mexicana marchar sin tropiezo por el ancho sendero del progreso. Pero es mi deber declarar con toda lealtad, que el triunfo pertenece esencialmente al pueblo, que sólo tuve el mérito de tener fe en él y de invitarlo a la lucha por la seguridad de que sería el vencedor. Por tal motivo, he aceptado las aclamaciones del pueblo que me proclama como vencedor, únicamente como jefe y miembro del Ejército Libertador, que es quien, representando las aspiraciones populares y secundado vigorosamente por la opinión, obtuvo el triunfo que todos celebramos con inmenso regocijo. Hacía muchos años, me había dado cuenta de la triste situación por que pasaba nuestra querida patria, y desde entonces principié mis trabajos. Comprendí que el único medio digno de celebrar el Centenario de nuestra Independencia era conquistar nuestra libertad, y me prometí dedicar todos mis esfuerzos para la realización de tan hermoso ideal. El éxito más lisonjero los ha coronado, y junto con el Pueblo Mexicano, tengo la inmensa satisfacción de contemplar a nuestra Patria libre, y al pueblo en posesión de todos sus derechos, como único legítimo soberano. LA REVOLUCIÓN Los escépticos de todos los tiempos, los que creían que en el pueblo

estaban dormidas todas las energías y todos los heroísmos, creen ahora que no será capaz de gobernarse por sí solo. Yo, que siempre he tenido fe en él, estoy convencido que así como fue invencible en la guerra y noble con los vencidos, sabrá gobernarse con serenidad y sabiduría. Una vez que la Revolución ha triunfado y habiendo yo renunciado a la Presidencia Provisional, he quedado convertido en un simple ciudadano, formando, por tal motivo, parte integrante del pueblo. Pero como a los actuales gobernantes los considero también parte del pueblo, porque ya no son sus opresores sino sus mejores amigos, a todos me dirijo en el presente manifiesto: AL PUEBLO SUFRIDO Y

TRABAJADOR

Para decirle que todo lo espero de su sabiduría y su prudencia. Que me considere su mejor amigo; que haga uso moderado y patriota de la libertad que ha conquistado y tenga fe en la justicia de sus nuevos gobernantes; que colabore con ellos para el engrandecimiento de la Patria; que trabaje por elevarse de nivel, pues si su situación bajo el punto de vista político ha sufrido un cambio radical, pasando del papel miserable de paria y esclavo a la altura augusta del ciudadano, no espere que su situación económica y social mejore tan bruscamente, pues eso no puede obtenerse por medio de decretos ni de leyes, sino por un esfuerzo constante y laborioso de todos sus elementos sociales. Que tenga seguridad de que el nuevo gobierno y yo también, en cualquier esfera que me encuentre, dedicaremos todos nuestros esfuerzos para que mejore su situación; pero para lograrlo, necesitamos su cooperación constante y laboriosa. Que sepa que su felicidad la encontrará en sí mismo, en el dominio de sus pasiones, y en la represión de sus vicios; que la prosperidad y la riqueza sólo podrá lograrlas practicando el ahorro y desarrollando su fuerza de voluntad, a fin de no obrar siempre como le inspiren sus pasiones. Por último, que busquen la fuerza de la unión y tengan por norma en todos sus actos la ley. A

LOS CAPITALISTAS

Me dirijo también para decirles que el pueblo ha conquistado sus libertades y su soberanía; que no esperen ya pretender oprimirlo formando camarillas alrededor de los gobernantes, pues éstos, legítimos representantes del pueblo, inspirarán siempre sus actos en un sentimiento

de estricta justicia. Que tengan la seguridad de que se les dará protección siempre que la justicia esté de su lado; pero no cuenten con la impunidad de que en otros tiempos gozaban los privilegiados de la fortuna, para quienes la ley era tan amplia, como estrecha para los infortunados; que se resuelvan, pues, a entrar francamente en la nueva vía, comprendiendo que la justicia será inflexible para todos; que el más miserable trabajador de sus haciendas tiene los mismos derechos políticos que ellos y que será igual ante la justicia y la Ley. Que se resuelvan a entrar en esta nueva vía, tratando equitativamente a sus sirvientes y haciéndoles las concesiones que sean compatibles con el recto sentimiento de justicia, pues deben considerarlos como sus humildes, pero eficacísimos colaboradores. A

LOS GOBERNANTES

en quienes el pueblo ha depositado su confianza, me permito recordarles, que inspirados en el sentimiento de justicia a que he hecho mención más arriba, deben dirigir sus esfuerzos a fin de que los encargados de administrar justicia sean hombres rectos y desapasionados. Que los impuestos sean repartidos equitativamente, para lo cual será necesario hacer una escrupulosa revisión de los catastros, porque hasta ahora los más grandes capitales y propietarios pagan igualas irrisorias o impuestos en proporción muy inferior a los que pagan los pequeños propietarios. Mientras la ley no determine otra cosa, deben repartirse los impuestos con absoluta equidad. Pero me permito recomendar, como una de las aspiraciones legítimas del pueblo, que se procure disminuir o anular los impuestos a los que sólo tienen un pequeño pedazo de tierra o que ejercen el comercio de artículos de primera necesidad en ínfima escala. También es necesario que investiguen los hechos de la pasada administración, para que se exijan las responsabilidades debidas, y pueda la justicia resplandecer en todo su brillo. AL EJÉRCITO LIBERTADOR le recomiendo que ya que supo estar a la altura de su misión en la pasada etapa y derrocó a la tiranía, sepa elevarse al nuevo rango que le corresponde al ser representante de la Ley y guardián del orden, y que así como supo combatir a los que, como sostenedores de la dictadura, eran enemigos del pueblo, así sepa dominar a todos los que con cualquier pretexto intenten alterar el orden público, pues en lo sucesivo, desde el

momento que todos los ciudadanos pueden tener seguridad de que se impartirá justicia, no tendrán razón para hacer ninguna reclamación a mano armada, y debe considerarse como enemigo de las instituciones y de los más altos intereses del pueblo, cualquiera que pretenda alterar el orden. AL EJÉRCITO NACIONAL deseo se regocije junto con todo el pueblo por el triunfo obtenido, por la libertad conquistada; libertad de la cual también disfrutará. Que no hay motivos para que sus miembros se consideren derrotados, porque el Ejército no fue derrotado, sino la dictadura. Puesto que las aspiraciones del Ejército eran la libertad y sus simpatías estaban con el pueblo. ¿Cómo podían vencer los miembros del Ejército Federal, si iban a la lucha con repugnancia, convencidos de la justicia de la insurrección, y ellos mismos consideraban que hubiese sido una calamidad para la Patria el triunfo de la dictadura? ¿Cómo era posible que esos valientes soldados fuesen a triunfar, si ellos preferían morir con tal de que el pueblo recobrase la libertad? El Ejército Mexicano en la pasada contienda ha dado grandes pruebas de heroísmo y abnegación, y se ha captado la admiración de sus compatriotas, aun de los mismos que contendimos con él en el campo de batalla. Con el nuevo régimen que se inaugura, un ejército como el nuestro es una garantía para las instituciones republicanas. A

LA

PRENSA

que deseo para el nuevo gobierno, su cooperación franca y sincera. Que por mi parte, ya como simple ciudadano, como candidato a la Presidencia de la República o como gobernante, si algún día llego a serlo, consideraré como amigos a los que realmente me hagan conocer las faltas que cometa, pues mi intención será siempre recta, pero no por eso pretendo ser infalible. Los que me ayuden en mi carrera pública señalándome mis errores serán mis mejores amigos, y únicamente me cuidaré de aquellos que, desconociendo mi carácter, pretendan atraerse mi amistad aprobando incondicionalmente hasta mis errores. Me he tomado la libertad de dirigirme en los términos anteriores al pueblo y a sus gobernantes, porque creo que mi carácter de simple

ciudadano me faculta para ello, sobre todo, me obliga el hecho de haber sido el jefe de la Revolución triunfante, pues ella me impone la obligación de dedicar todos mis esfuerzos, en cualquiera esfera que me encuentre, a fin de que las aspiraciones del pueblo se vean realizadas, y que la Revolución traiga a nuestra Patria todos los beneficios posibles. Espero la colaboración franca y sincera de todos mis conciudadanos; que todos se olviden de sí mismos y únicamente piensen en la patria; que borren su personalidad y sólo consideren los intereses colectivos; que repriman cualquiera ambición personal y se inspiren en el más puro patriotismo; y así, unidos bajo el hermoso ideal de progreso y engrandecimiento de la República, nuestros esfuerzos serán fructuosos y muy pronto, nuestra Patria, marchando por la anchurosa senda del progreso, dentro de la libertad y la ley, llegará a la altura a donde ambicionamos verla los buenos mexicanos. México, D. F., 24 de junio de 1911. Francisco I. Madero[*]

[*] Madero y Pino Suárez en el cincuentenario de su sacrificio 1913-1963. Secretaría de Educación Pública, México, pp. 132-136.

Manifiesto de don Francisco I. Madero, nombrando el Comité Central del Partido Constitucional Progresista, para reorganizar el Partido Antirreeleccionista, bajo la nueva denominación, y tomar parte en la lucha electoral.

291

[A.I.F.]

PARTIDO CONSTITUCIONAL PROGRESISTA MANIFIESTO DE DON FRANCISCO I. MADERO NOMBRANDO EL COMITÉ GENERAL La revolución alteró el orden de continuidad del Partido Antirreeleccionista, por cuyo motivo en los actuales momentos ninguna agrupación política puede pretender legítimamente ser reconocida como Centro Directivo. Habiéndome reservado la jefatura del Partido emanado de la Revolución, al hacer la renuncia de Presidente Provisional de la Revolución, me parece conveniente reorganizar el Antiguo Partido Antireeleccionista, sobre nuevas bases. Desde luego, como las candidaturas mía y del señor don Francisco Vázquez Gómez han sido lanzadas por numerosos Clubs de la República, deseo, por lo que a mí respecta, retirarme de la política activa, delegando mis facultades en un Comité Central, integrado por las siguientes personas: Juan Sánchez Azcona, Gustavo A. Madero, Lic. José Vasconcelos, Lic. Luis Cabrera, Ing. Alfredo Robles Domínguez, Lic. Roque Estrada, Manuel M. Alegre, Enrique Bordes Mangel, Ing. Eduardo Hay, Lic. Jesús González, Lic. Adrián Aguirre Benavides, Dr. Ignacio Fernández de Lara, Pedro Galicia Rodríguez, Eusebio Calzado, Lic. Jesús Urueta, Doctor Francisco Martínez Baca, Lic. Nicolás Meléndez, Lic. Jesús Flores Magón, Heriberto Frías, Rafael Martínez, Lic. Díaz Lombardo y Roque González Garza. Como ya los principios sostenidos por el Partido Antirreeleccionista han triunfado en la conciencia nacional, y muy pronto estarán consignados en la Constitución, no tiene ya razón de ser la antigua denominación del Partido, por cuyo motivo propongo que la nueva agrupación se llame “Partido Constitucional Progresista”. El principal papel que deberá representar este Comité, será de

reorganizar el antiguo Partido Antirreeleccionista, bajo la nueva denominación: vigilar la completa realización de los principios sostenidos por el Partido Antirreeleccionista y la Revolución, y preparar la lucha electoral, tomando parte en las cuestiones locales, pero muy especialmente en las elecciones generales. Me permito sugerir que a este Comité se agrupe un representante del Club “Aquiles Serdán”, otro del Club “Ley”, otro del Club “Libertador Francisco I. Madero”, y tres miembros más, representando otros tres Clubs de mayor importancia de esta Capital. Por último, deseo hacer conocer a este Comité y a las personas a quienes está dirigido este manifiesto, que el doctor Vázquez Gómez y yo creemos haber contraído un compromiso solemne con la Nación, al publicar nuestro programa de gobierno, a raíz de la Convención del año pasado, supuesto que las agrupaciones que nos han postulado, lo han hecho sobre la base de dicho programa. Por tal motivo, esperamos que las agrupaciones políticas que en lo sucesivo nos postulen, lo harán bajo la misma inteligencia. Las últimas adiciones que haremos a nuestro programa, serán para lograr por los medios constitucionales, la realización de las promesas que encierra el Plan de San Luis Potosí. Conciudadanos: La lucha sostenida entre el pueblo y sus antiguos opresores ha tenido un glorioso desenlace. El pueblo ha reconquistado su soberanía, los ciudadanos el pleno ejercicio de sus derechos; pero no olvidéis que si no los ejercitáis con constancia y patriotismo, podéis perder el fruto de la victoria. Por tal motivo, nunca me cansaré de recomendaros que sigáis luchando sin descanso, siendo nuestros nuevos campos de batalla las urnas electorales, y nuestra arma más poderosa el voto. Sufragio Efectivo. No Reelección. México, D. F., julio 9 de 1911. Francisco I. Madero[*]

[*]

484.

Blas Urrea (Seud. de Luis Cabrera). Obras Políticas, Imprenta Nacional, México, 1921. Pp. 483 a

Carta del señor Jesús María Lobo, fechada en la hacienda de Sardinas, Coah., dirigida al doctor T. J. Rodríguez, informándole sobre la candidatura de don Venustiano Carranza para la gubernatura del Estado.

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[A.G.N., Ramo Revolución] [Jesús Ma. Lobo, Agricultor y Ganadero, Hacienda de Sardinas, Coah.] Hacienda de Sardinas, julio 10 de 1911. Señor doctor T. J. Rodríguez, Monclova. Querido viejo: Antier estuve allá y me dijo su dependiente que estaba para llegar, quise esperarlo para platicar mucho sobre las condiciones de trabajos electorales en cuya cuestión reina en esta comarca la más completa duda y confusión, pues se dice que la candidatura de Carranza no prosperará y que ustedes tienen un candidato que con quince días de trabajos políticos, basta para prestigiarlo, tal puede ser, si es un Madero con menos días tiene, y ojalá que ustedes consiguieran tal cosa, pues salvarían al Estado de las garras de Miguel, quien me dicen que es el director de Venustiano, y que éste no sólo está entregado en brazos de aquel ladrón, sino que está haciendo lo que Miguel hizo con nosotros por quince años seguidos, así es que si ustedes logran ese candidato, el Estado debe de agradecérselos infinitamente, porque sería su salvación, hay que darle en la cabeza a este caprichudo de Venustiano Carranza que cree que todavía estamos en el tiempo de don Petronilo como diría Casale. Ya estoy enterado de cómo se ha portado con ustedes en el Congreso, y por ello lo felicito y le deseo que regresara a su casa sin novedad; me olvidaba decirle que los amigos de S. Buenaventura, así como Martín y Pancho en Cuatro Ciénegas, están deseosos porque usted regrese a Monclova para ir a hablar con usted sobre el particular; pues están muy descontentos con la conducta de Venustiano y me dijeron que por él no trabajaban, que esperaban a usted adherirse a la candidatura que usted les indicara, porque sabían de los trabajos que en unión de otros amigos estaban llevando a efecto en el Saltillo. Ya les avisé que había regresado, así es que espere visita de dichos amigos; usted sabe que son los de más valer de Cuatro Ciénegas y San Buena, de modo que procure atraérselos, yo por mi parte sabe que lo

secundo, sobre todo con el programa que me dijo habían adoptado y las personas con que cuenta. Ordene me manden un pomo del específico de Milles y ordene, como siempre, a su amigo que mucho lo aprecia. Jesús Ma. Lobo

Acuerdo de los principales jefes del Ejército Libertador, apoyando el Plan de San Luis, poniendo todos los medios que estuvieran a su alcance para que se cumpliera en todas sus partes.

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ACUERDO DE LOS PRINCIPALES JEFES DEL EJÉRCITO LIBERTADOR APOYANDO EL PLAN DE SAN LUIS En la ciudad de México, D. F., a los once días del mes de julio del año de mil novecientos once, reunidos los que suscriben la presente, jefes del “Ejército Libertador”, han acordado: I. Poner todos los medios que estén a su alcance para hacer que se cumpla en todas sus partes el denominado “Plan de San Luis Potosí”. II. Prestarse todo el apoyo necesario, moral y material, mutuamente con el fin de perseguir el cumplimiento del mencionado “Plan de San Luis Potosí”. III. Cualquiera de los firmantes que haga traición a los demás, o falte al cumplimiento de las anteriores cláusulas, será juzgado como traidor, quedando autorizados los demás jefes para ejecutarlo sin más formación de causa. IV. Que el apoyo a que se refiere la cláusula segunda se haga extensivo a las fuerzas que están bajo las órdenes de cada jefe. Sufragio Efectivo. No Reelección. Juan Andrew Almazán, Gabriel M. Hernández, C. Navarro, Camerino Mendoza, E. Segura, R. Ruz, R. Espinosa, A. Guzmán, Heriberto Jara, Enrique W. Paniagua, Miguel J. Barrón, Francisco Reyes Pérez, Ignacio Flores Piurol, Jorge Rodríguez, Gral. Camilo Arriaga, Salvador González, Macario Román Salgado, J. Pesqueira, N. Rivadeneyra, Juan J. Múgica, A. M. Azueta, Sabás Valladares.[*]

[*]

1954.

“Fuentes para la Historia de la Revolución Mexicana”. I. Planes políticos y otros documentos.

Discurso pronunciado por don Francisco I. Madero, en el teatro Variedades de la ciudad de Puebla, recordando su llamado al pueblo para alistarse a defender la bandera de la libertad constitucional, la gesta heroica de Aquiles Serdán, y la reunión de la Convención Liberal Antirreeleccionista en que se designaron los candidatos que deberían oponerse a la candidatura del general Porfirio Díaz.

294

[B.I.F.]

DISCURSOS PRONUNCIADOS POR EL SEÑOR MADERO EN LA CIUDAD DE PUEBLA Discurso pronunciado en el teatro de Variedades de Puebla, el día 14 de julio. CONCIUDADANOS: No puedo resolverme a dejar pasar esta oportunidad en que estoy tan cerca de vosotros, para dirigiros la palabra. Ya otras veces tuve la satisfacción de hacerlo, pero en momentos de prueba para la República, en los momentos supremos en que los que habíamos comprendido las angustias y los anhelos del pueblo, le hacíamos un llamado para que viniese a agruparse a nuestro derredor y nos alistáramos a defender la sacrosanta bandera de la libertad constitucional de nuestra patria. En aquella época recorrí la mayor parte de la República con ese objeto y en todas partes el pueblo presuroso se acercaba a mí y con su entusiasmo me demostraba que estaba resuelto a luchar hasta vencer o morir. Nuestros adversarios desconociendo la fuerza del pueblo y no dándose cuenta del alto patriotismo que nos animaba creían que esas frases eran frases de relumbrón, eran frases de retórica únicamente para adornar nuestros discursos; nunca se imaginaron, nunca oyeron, porque estaban sordos, porque estaban ciegos y nunca se dieron cuenta de que esas frases eran el grito de un pueblo oprimido que clamaba justicia contra sus opresores y clamaba libertad. La lucha democrática empezó a tomar un aspecto verdaderamente

importante cuando se reunió la Convención Liberal Antirreeleccionista y designó quiénes eran sus candidatos, quiénes eran los candidatos del Partido Antirreeleccionista que debían de oponerse a la candidatura del general Díaz, que se creía omnipotente, que se creía irresistible. En aquella época se nos trataba de ilusos y se decía que era una aventura inaudita aceptar una candidatura para enfrentarse al que llamaban el grande hombre de aquel tiempo. Pero esa locura, señores, muchos mexicanos estaban dispuestos a cometerla, porque lo que se llamaba locura por nuestros enemigos se llamaba heroísmo por el pueblo, se llamaba abnegación por todos los mexicanos que comprendían que cualquiera que aceptase esa candidatura aceptaba la jefatura del partido del pueblo para luchar por la reivindicación de sus derechos. Y entonces, en aquella época, a mí me cupo la honra de ser designado por el pueblo para llevarlo a la lucha contra la dictadura. Acepté esa honra sin vacilar, porque yo sabía que contando con el pueblo sería bastante fuerte para vencer al dictador; pero esa locura de enfrentarse al dictador fue algo tan inesperado en México que por lo pronto fue recibida con sorpresa; se dudaba de que quienes habíamos aceptado, nos diéramos cuenta de la inmensa responsabilidad que recaía sobre nosotros. Algunos, o la inmensa mayoría de la nación, quizá se imaginaban que habíamos aceptado la candidatura por salir del paso, por cubrir el trámite, por salvar el honor del Partido Antirreeleccionista. Por eso desde que vine a Puebla dije que la Convención me hizo el candidato del Partido Antirreeleccionista. Entonces la nación dudaba todavía del triunfo, pero cuando vine aquí a Puebla, señores, ese grito poderoso que salió de todos vuestros pechos, conmovió a la República, le hizo comprender que el pueblo se daba perfectamente cuenta del papel que yo representaba y del papel que iba a representar él mismo, y vosotros, los poblanos, fuisteis los primeros que con vuestro vigoroso grito dijisteis a la nación que teníais fe en mí; vosotros, con la clarividencia que da el sufrimiento, adivinásteis cuáles eran mis sentimientos; adivinásteis cuáles eran mis intenciones, comprendísteis que yo con vosotros, derrocaría al dictador y conquistaríamos nuestra libertad. Los acontecimientos de Puebla en aquella vez cambiaron la faz de la campaña política. Antes de Puebla yo era el candidato del Partido Antirreeleccionista para la Presidencia de la República; después de Puebla fui el candidato de todo el pueblo mexicano, de la nación entera que me aclamaba, no como su candidato para la Presidencia de la República, sino como el jefe nato del pueblo para reconquistar su libertad. Y así como en la campaña democrática fue Puebla la que dio la nota

más saliente, en la guerra, señores, cuando principió la lucha armada, cuando fue necesario repeler la fuerza con la fuerza y demostrar a nuestros opresores que el pueblo también sabía manejar las armas, que sabía defenderse, que sabía vencer, fue aquí en Puebla donde se encendió la primera chispa, fue aquí en la calle de Santa Clara en donde un grupo de patriotas, encabezados por el gran Serdán, dieron el primer golpe de muerte a la dictadura. Esos trágicos acontecimientos de la calle de Santa Clara, que dieron pábulo a que se creyese que la revolución había abortado, vinieron a conmover profundamente a la República y la sangre derramada por estos héroes no fue en vano, porque hizo germinar en el suelo patrio muchos otros Aquiles Serdán que vinieron a vengar su muerte, que vinieron a dar a la patria libertad derramando con gusto su sangre generosa. Aquiles Serdán es un hombre del cual no solamente Puebla se enorgullece, sino la nación mexicana entera, porque es para la nación una de las figuras más gloriosas de la guerra que acaba de pasar. Ojalá y hubiese sobrevivido. Estaría con nosotros en estos momentos cantando el triunfo; la lucha hubiera sido más pronto, porque con un héroe del tamaño de Serdán en el Sur, el movimiento hubiese estallado con más prontitud y vigor, hubiese tenido más importancia y más pronto hubiese caído el dictador bajo los golpes del pueblo mexicano. Pero ahora que ya hemos conquistado nuestros derechos, que hemos conquistado nuestras caras libertades, que hemos derrocado esa dictadura que parecía eterna, que parecía omnipotente, ahora que el pueblo ha conquistado su soberanía, ahora se abre en nuestra patria una nueva senda para el pueblo; va a gobernarse por sí solo, va a marchar sin tropiezo alguno por la ancha vía del progreso dentro de la libertad y de la ley. Quiero que se dé bien cuenta todo ciudadano de la inmensa responsabilidad que ha contraído con la patria. Si bien es cierto que ahora todos gozan del privilegio de ser libres, todos pueden manifestar sus opiniones, todos pueden dar amplia expansión a sus sentimientos generosos, también lo es que han contraído una gran responsabilidad, porque aparejados a esos sagrados derechos, derechos que han conquistado, existen sagrados deberes para con la patria, los deberes que tiene todo ciudadano para salvar a su patria en todas las esferas sociales, en todos los campos de la actividad humana. Más de treinta años de dictadura han acostumbrado al pueblo a verse gobernado siempre por sus opresores y difícilmente se da cuenta ahora de que sus gobernantes no son ya sus opresores, de que sus gobernantes son

sus mandatarios, de que son sus servidores y sus mejores y más fieles amigos. El pueblo debe, pues, ver en sus gobernantes a sus servidores, y no esperar todo de ellos; todo debe esperarlo de sí mismo, y así como su libertad la ha conquistado únicamente él con su esfuerzo, así ahora para reconstruir a la patria, para encaminarla por el sendero del progreso todo debe esperarlo de sí mismo, de su esfuerzo propio, de su esfuerzo individual y colectivo. No os quejéis vosotros a vuestros gobernantes, si los beneficios de la revolución no son inmediatos; no depende de vuestros gobernantes, depende de las circunstancias mismas porque atraviesa la República. Necesitamos un esfuerzo constante, continuo, de todos los ciudadanos para mejorar la situación del pueblo, para elevar al ciudadano, para mejorar la situación de las clases proletarias que tanto han sufrido bajo la pasada administración; pero como lo he dicho en otras oportunidades, la situación del obrero y de la clase proletaria no se mejorará con leyes ni decretos, sino con el esfuerzo constante de todos los ciudadanos; reprimiendo sus vicios, practicando el ahorro, que es la base de la riqueza, procurando desarrollar las virtudes del ciudadano, porque hombre virtuoso es hombre feliz, porque la felicidad radica dentro de nosotros mismos y no depende de las circunstancias que nos rodean. No puedo dejar inadvertidos los dolorosos acontecimientos que se desarrollaron esta última noche aquí en Puebla. Aunque no se sabe, por lo menos yo ignoro, cuál sea la causa que los produjo, no ha habido ningún motivo fundado; ninguna persona, ningún ciudadano de ninguna categoría a que perteneciese, tenía derecho a perturbar el orden, porque las autoridades daban garantías a todos los ciudadanos, a todas las manifestaciones lícitas. Y no fue un movimiento contra el gobierno; fue un movimiento que no se sabe cuál fue su origen, ni cuál fue su objeto; pero es bueno que sepáis que el Gobierno sabrá aplicar la ley y la aplicará con rigor, porque el Gobierno, como el representante legítimo del pueblo, debe ser justo y debe ser fuerte para aplicar la ley, a fin de dar garantías a todos los ciudadanos, a fin de dar libertad para que se manifiesten todas las actividades sanas y a fin de que, marchando por el luminoso sendero que nos traza nuestra ley y nuestra Constitución, puedan encauzar debidamente todas las energías nacionales, y el pueblo mexicano llegue a la altura en que todos anhelamos verlo, y nuestra Patria ocupe un puesto privilegiado entre las naciones más civilizadas del mundo.[*]

[*] La Actualidad, diario ilustrado independiente. Año I, miércoles 19 de julio de 1911. México. No. 49. Biblioteca “Isidro Fabela”. Cat. 07(72). No. Ad. 6315.

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Certificado expedido por el coronel Francisco Villa, acerca de la muerte del soldado Ezequiel Jaquio, en Casas Grandes, Chih. [A.G.N., Ramo Revolución]

[Coronel Francisco Villa. Calle 10 No. 500, Chihuahua, México. Secretaría del Gobierno del Estado. Chihuahua.] Chihuahua, 17 de julio de 1911. $ 50.00 Certifico que el soldado Ezequiel Jaquio fue muerto en Casas Grandes; lo que hago saber a usted, señor Gobernador, por un certificado que tengo en mi poder; protesto decir verdad. Francisco Villa Braulio Hernández

Carta del señor Evaristo Madero Hernández, fechada en Parras, Coah., al Lic. Rafael Hernández, tratándole de asuntos políticos, particularmente de la cuestión electoral en el Estado de Coahuila, opinando “que lo mejor será apoyar la del señor Carranza, que entiendo será un buen gobernante…”

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[A.G.N., Ramo Revolución] [Evaristo Madero Hernández. Parras, Coah., México.] Julio 18 de 1911. Señor licenciado don Rafael L. Hernández, México. Muy querido primo: Me refiero a tus bien gratas cartas del día 11 que leímos con interés mis hermanos y yo. Dejo en silencio los puntos que están ya entendidos y me referiré únicamente a la parte principal de una de ellas, esto es en lo que trata de la cuestión electoral de Coahuila. Según tus indicaciones le telegrafié a Emilio a Torreón, llamándolo con Alfonso y me contestaron de la jefatura de armas de aquella población diciéndome que Emilio se encontraba en la Capital de la República. Me supongo, pues, que con él tratarían allá la misma cuestión. A Alfonso no lo llamé porque pensaba verlo en Torreón mañana, pues teníamos cita en Metalúrgica para mañana precisamente, pero a última hora me avisaron que la junta se aplazaba hasta la semana entrante y mi viaje quedó en nada, de pronto. No sé si merezca la pena llamar de todos modos a Alfonso, pues desde el momento que José no quiere aceptar por las razones que te expuse en mi mensaje de antier y yo por las mismas razones, con el agregado de que ni siquiera puedo ser candidato porque no nací en el Estado, quizá resultara inútil nuestra conferencia con el Viejo. Sin embargo, de seguro habrán ustedes conferenciado con Emilio sobre estos asuntos y acordado lo que convenga hacer y esperaremos su regreso a Torreón para ver qué nos dice. Como tú dices muy bien es una calamidad tener que desatender sus quehaceres, quitar casa y cambiar de lugar, tratándose de un interinato de dos años, a mayor abundamiento para desempeñar cargos de tanta responsabilidad (sobre todo en los tiempos que corren) y tan mal retribuidos. La cuestión electoral se presenta bastante seria en toda la República y ya ves cómo

andan las cosas en Querétaro y en muchos otros Estados. Los horribles sucesos de Puebla dan una idea de como están los ánimos en una gran parte del País y si a todo esto se agrega la propaganda solapada o encubierta que hacen muchos elementos de la administración anterior, entre los cuales están los que radican actualmente en San Antonio, se deja ver desde luego que la situación es en extremo delicada y que es de todo punto preciso que el Gobierno del Centro obre con mucha energía para reprimir todo nuevo movimiento que tienda a introducir el desorden en cualquiera forma que sea, castigando con la mayor severidad a sus autores o inmediatos responsables. Sólo de ese modo se evitará que se desencadene una anarquía desenfrenada. Acaba de llegar a verme el doctor Viesca a mi oficina; él llegó ayer de Torreón y me dice que según le informaron, Emilio ya no volverá a Torreón, fastidiado seguramente con las molestias que ha tenido constantemente desde que se encargó de la Jefatura de armas de esta comarca. Volviendo a la cuestión electoral de Coahuila, aunque se sabe que hay muchos candidatos, hasta ahora, en los periódicos que se publican en Saltillo y Torreón, sólo han resultado dos candidaturas, la del señor Carranza y la del licenciado Francisco Martínez Ortiz. Me dicen que el ingeniero Cepeda se recibirá del Gobierno, provisionalmente, para que el señor Carranza renuncie y pueda ser postulado para el interinato de dos años. Realmente no pudieron haber escogido persona mejor que el amigo Cepeda, gustándome para todo lo que se quiera porque es un hombre excelente, muy recto, honradísimo y de una honorabilidad a toda prueba. Es una lástima de veras que tú no puedas aceptar la postulación para el Gobierno de este Estado porque de seguro se uniformaría la opinión de ese modo y se evitarían quizás algunos desórdenes, como seguramente se producirán por lo muy dividida que está la opinión pública respecto de los candidatos que actualmente se mencionan. Por lo que toca a José, realmente no carece de razón en rehusarse porque no faltarían gentes que le echaran en cara a Pancho que un miembro más de su familia ocupara un puesto de esta naturaleza y por más que en todo fuera ajeno Pancho a la cuestión, puedes tú jurar que no faltarían periódicos que interpretaran como una imposición el nombramiento de José y de rechazo vendrían a dar sobre Pancho todos los ramalazos y conviene evitar esto por todos los medios posibles. Una persona que sería también un magnífico Gobernador de Coahuila, sería el licenciado Mauro Sepúlveda, pero tampoco es coahuilense y parece que es requisito que el candidato sea nativo del Estado, lo cual conceptúo de muy razonable. Descartando pues las

candidaturas tuya (supuesto que no quieres aceptarla) ni la de José ni la mía, por las razones indicadas, ni la del licenciado Sepúlveda, creo que lo mejor será apoyar la del señor Carranza que entiendo será un buen gobernante si se desliga por completo de los elementos que ahora se dice tiene cerca de su persona y por lo cual parece que hay algunos descontentos; igualmente le achacan de querer poner en algunos puestos a personas de su familia. Todo esto no me consta a mí y te refiero lo que he oído únicamente o he visto en algunos periódicos que le son contrarios. Ya me darán ustedes su parecer sobre lo que antecede. Deseo que Beatriz, con mi hermano y las niñas llegarán sin novedad a ésa. Para todos, inclusive tu papá, mamá y hermanos y demás parientes enviamos Avelina y yo nuestros mejores afectos agregando un estrecho abrazo de tu primo que mucho te quiere y desea verlos. E. Madero Hernández

Oficio girado por el general Emiliano Zapata, al Secretario de Gobernación, comunicándole tener conocimiento de la concentración de armamento y parque en varias haciendas del Estado de Morelos, considerando se trate de un complot en contra del Gobierno.

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[A.G.N., Ramo Revolución] [Ejército Libertador. Estado de Morelos. Secretaría de Gobernación. Oficialía de Partes.] Julio 20 de 1911. Al C. Secretario de Gobernación. México. Ha llegado a mi conocimiento que en varias haciendas del Estado se han recibido diversas cantidades de armamento y parque, lo que me hace temer se trate de un complot en contra del Gobierno constituido y como esto podría ser de fatales consecuencias para la paz pública, me apresuro a ponerlo en el superior conocimiento de esa Secretaría, para que se sirva disponer lo que estime conveniente, en la inteligencia de que ya procedo a cerciorarme de si es exacto el recibo de armas y municiones. Reitero a usted las seguridades de mi consideración, respeto y subordinación. Sufragio Efectivo. No Reelección. H. Cuautla, Morelos, julio 17 de 1911. El General, Emiliano Zapata Julio 21 de 1911. Transcríbase al Gobernador del Estado de Morelos para su conocimiento y efectos a que haya lugar. Dígase el trámite en contestación.

Carta del señor doctor Teófilo J. Rodríguez, fechada en Monclova, Coah., dirigida al licenciado Rafael Hernández, ofreciéndole su candidatura para Gobernador del Estado, oponiéndola a la de don Venustiano Carranza y de Manuel Garza Aldape.

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[A.G.N., Ramo Revolución] [Botica Juárez. Dr. Teófilo J. Rodríguez. Plaza Principal. Teléfono número 28. Monclova, Coahuila, México.] Monclova, julio 21 de 1911. Señor licenciado don Rafael Hernández. México, D. F. Muy respetable señor mío: Ayer llegué a esta su casa, procedente de Saltillo, habiendo permanecido un día en Monterrey en donde tuve gusto de hablar con algunos amigos sobre la situación actual del Estado de Coahuila; alguno de notoria autorización para mí, me informó lo siguiente: que usted tenía pensado renunciar el alto cargo que desempeña, luego que terminara el interinato del señor de la Barra; y como esto sería en el preciso tiempo en que se hacía la renovación de los funcionarios del Estado de Coahuila, que nos aconsejaba que debíamos de insistir en que usted se preste como nuestro candidato; más aún, en las condiciones en que se había llegado para hacer la campaña a Carranza; pues ya es un hecho bien discutido y arreglado que todos los elementos independientes o de oposición a Carranza, que son numerosísimos, están todos convenidos en trabajar libremente por el candidato que más les agrade, y en una convención, que será a fines del mes de agosto, discutidos todos los candidatos, se optará por todos los partidos, por la persona que obtenga la mayoría de votos en esa convención; figuran como candidatos independientes en la actualidad, el licenciado Manuel Garza Aldape, el licenciado Martínez Ortiz, el doctor Alcocer de Saltillo y creo que alguno otro; pero a pesar de que todos estos pequeños grupos ya están con su candidato, la mayoría la tenemos nosotros al juzgar por el número de Clubes que nos ofrecen obrar de acuerdo con nosotros y sacar en la convención el candidato que propongamos; como ve, la forma es esencialmente democrática y necesitamos, pues, un candidato que como dije en otra ocasión, con su

solo prestigio personal, se oponga con éxito, tanto a la candidatura de Carranza quien no cuenta con ningún partido organizado, como contra la de Manuel Garza Aldape, que tampoco queremos nosotros; pero que al no contar con un candidato como usted tendríamos el sentimiento de trabajar por este último, obedeciendo el voto de la convención; advirtiendo a usted que este señor se mueve y trabaja mucho; pero como nosotros contamos con los elementos de capital, del comercio, de la mayor empresa del Estado, creemos sin temor de equivocarnos, que nuestro candidato sería el vencedor en la Convención y por consiguiente en la lucha electoral. Ese amigo me preguntó que cuánto era el sueldo que ganaba el Gobernador de Coahuila, manifesté que lo presupuestado eran $750.00 mensuales, pero que era muy fácil al tener el consentimiento de llevar al Gobierno a un hombre honrado y de trabajo, aumentarle el sueldo de quince a diez y ocho mil pesos al año; cuestión que yo había iniciado en la Cámara de Coahuila, pero que Valle se opuso a no recibir ni mil, porque se le hizo mucho, porque vive sin ningunas exigencias; quisiéramos dada la premura del tiempo de que disponemos, se sirviera honrarnos con su contestación sobre este asunto lo más pronto posible, directamente a mí, a don Praxedis de la Peña al Saltillo, a Praxedis chico, que tal vez esté en Torreón, o a Marcos su hermano; quien puede comunicárnoslo a todos desde luego para empezar los trabajos. Le adjunto un recado de J. M. Lobo y como éste podría mandarle algunos más que me encontré a mi regreso de Saltillo; pero que no le mando por ser cartas muy extensas y tratarme en ellas de diversos otros asuntos. Le advierto que don Salvador Madero nos dijo aquí que don Evaristo Madero Hernández era hijo de Nuevo León. Espera sus órdenes su afmo. atento y S. S. Teófilo J. Rodríguez

Carta del señor Tomás Berlanga, fechada en Saltillo, Coah., dirigida al licenciado Rafael Hernández, Ministro de Fomento, manifestándole que si no aceptaba su candidatura para el Gobierno del Estado, “saldría electo el licenciado Manuel Garza Aldape o algún otro, pero no Carranza”.

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[A.G.N., Ramo Revolución] Saltillo, 22 de julio de 1911. Sr. Ministro de Fomento, Lic. don Rafael Hernández, México. Muy estimado compañero y fino amigo: Se tiene tanta mala voluntad al cardenismo, único elemento con que cuenta Carranza, que por tal de que no vuelva a imperar esa pandilla, todos los coahuilenses independientes se han unido para trabajar por el candidato que tenga mayoría en una convención próxima y si usted no acepta su candidatura que sería a mi juicio la que triunfara en esa convención, cierto estoy que saldría electo el licenciado Manuel Garza Aldape o algún otro, pero no Carranza. Sería de consecuencias tal suceso; pero si ustedes así lo quieren, o no me creen, esperen el resultado, pues si no me equivoco, será contraproducente a la causa de la democracia y a la casa Madero y al partido maderista que, por obligación debe ayudarse y eficazmente para que obtenga el éxito. Mediten bien que es lo que mejor les convenga y ordenen a su afmo. amigo, compañero y S. S. Tomás Berlanga

El general Bernardo Reyes se desliga de don Francisco I. Madero, relevándolo del compromiso de nombrarlo Ministro de la Guerra, para no ser causa de divisiones entre los revolucionarios. Entrevista celebrada por éste, con el licenciado Francisco León de la Barra y don Francisco I. Madero.

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EL GENERAL REYES SE DESLIGA DEL SEÑOR FRANCISCO I. MADERO NO QUIERE SER CAUSA DE DIVISIONES ENTRE LOS REVOLUCIONARIOS. ¿ACEPTARÁ SU CANDIDATURA PARA LA PRESIDENCIA? AYER CONFERENCIÓ CON EL SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA. El señor general de división don Bernardo Reyes se ha dirigido por carta al señor don Francisco I. Madero, quien se halla descansando en Tehuacán, manifestándole que lo releva del compromiso de nombrarlo Ministro de la Guerra, en el caso de que salga el señor Madero electo Presidente de la República en las próximas elecciones. En una entrevista concedida a nuestro colega El Demócrata Mexicano primero, y a diversos particulares que lo interrogaron después, ha declarado que no quiere motivar disensiones entre el grupo maderista, y que por lo tanto está resuelto a declinar el honor de ser el Secretario de la Guerra en el futuro Gabinete.

ANTECEDENTES Después de los tratados de paz de Ciudad Juárez comenzó a susurrarse que el señor general don Bernardo Reyes, que se hallaba en La Habana, venía a México con intenciones hostiles al señor Madero y a su causa, y decidido a hacer una contrarrevolución. Los maderistas, que si habían surgido a última hora, no por eso eran menos exaltados, se dispusieron a interrumpir el viaje del ameritado general, declarando que lo fusilarían o lo harían prisionero tan pronto como pisara territorio nacional. Nada difícil era realizar esta hazaña, porque en esos momentos los ferrocarriles estaban en su poder y contaban con un número abrumador de

revolucionarios.

DECLARACIÓN CATEGÓRICA Fue necesario que el señor general Reyes, desde La Habana, declarara categóricamente que venía a ponerse al lado de la revolución, por haber sido sus ideales, y que el maderismo no debía temer ninguna mala partida, garantizándolo sus antecedentes de patriota y de hombre leal. Por su parte, el joven abogado don Rodolfo Reyes, hijo del general y hombre cuyo prestigio político está bien cimentado, confirmó lo dicho por su señor padre, y entonces los revolucionarios se tranquilizaron un tanto, por más que hubo muchos que continuaran alarmados, esperando el curso de los acontecimientos para tomar parte en una campaña política cuando fuera necesario.

LLEGA EL GENERAL A su desembarco en Veracruz, el general Reyes fue cariñosamente recibido por un numeroso grupo de sus antiguos partidarios, quienes le tributaron verdaderas ovaciones, muy a disgusto de los elementos maderistas, que no se resignaban a ver con buenos ojos aquellas demostraciones. Marchó el señor Reyes a Orizaba donde fue recibido ya no solamente por sus partidarios, sino por los del señor Madero, haciendo lo mismo varios de los jefes revolucionarios, ya tranquilos por lo que a las intenciones del divisionario se refería. Y no conforme con ello, el general Tapia, que seguramente había recibido instrucciones expresas, custodió hasta México al general, a quien el pueblo tributó aplausos.

TRIPLE ALIANZA Al día siguiente, el señor general Reyes a primera hora, se encaminó al Castillo de Chapultepec, donde ya lo esperaban los señores de la Barra y Francisco I. Madero, y conferenció con ellos largamente, por espacio de más de dos horas, definiendo en tal conferencia, según se supo más tarde, toda una situación que tenía preocupada a la nación entera. Por orden del señor Presidente, se repartió a las redacciones de los

periódicos una hoja escrita en máquina, en la cual se declaraba que el señor general Reyes estaba de acuerdo en colaborar con el señor Madero en su Gabinete, si llegaba a la Presidencia, aceptando desde luego el puesto de Ministro de la Guerra, y que, por lo tanto, quedaba desde ese momento formada una alianza entre los tres distinguidos hombres. La amenaza de que el general Reyes hiciera una contrarrevolución venía abajo y los temores de los más asustadizos no tuvieron razón de ser.

LOS ANTI-REYISTAS Todo parecía andar como sobre ruedas, en lo referente a la alianza, cuando un grupo de maderistas, anti-reyistas bien conocidos, se dirigió al leader de la revolución en hojas sueltas y por medio de la prensa, aconsejándole que prescindiera del general Reyes en su Gabinete, por tales o cuales razones. El señor Madero con toda energía respondió que estaba comprometido y que no se volvería atrás, sintiendo que sus correligionarios de hoy no estuvieran de acuerdo con el nombramiento, porque éste había de realizarse a pesar de todo.

CUNDE EL DESCONTENTO Los clubes anti-reyistas a quienes tan enérgicamente respondió el señor Madero, no quedaron satisfechos con su respuesta y su descontento fue grande, manifestándolo públicamente en más de una ocasión. No sólo, sino que muchos otros tomaron como una inconsecuencia del señor Madero a su partido el hecho de llamar al general Reyes, y así ha ido cundiendo la discordia, cosa que no ha pasado desapercibida para el general Reyes.

RENUNCIA LA CARTERA Durante los días que el señor general Reyes permaneció en una hacienda cercana a Toluca, disfrutando de un descanso que necesitaba, acordó renunciar a la ofrecida Cartera de Guerra, dejando en libertad al señor Madero para que complaciera a sus partidarios los anti-reyistas y al efecto, le dirigió una carta, de la que parece aún no ha tenido contestación, en la

cual dijo poco más o menos lo que expresara en la entrevista a que nos referimos al principio de esta nota y es lo siguiente: “En el orden político he dicho lo que era del caso en la oportunidad, en mi manifiesto de 12 de junio, y habré de agregar que, al notar cierta división en el partido del señor Madero, con motivo de haberme él ofrecido la Secretaría de Guerra, para el esperado evento de que fuese electo Presidente, le hice conocer con el fin de evitar esa división en sus elementos, que estoy dispuesto a relevarle del compromiso que esa oferta entraña, lo que acepté en el supuesto de que mis servicios podrían ser útiles a mi patria en el ramo de que se trata. “Ya se verá por esto, que mis actos están inspirados en el patriótico anhelo de evitar cuanto pudiera ser óbice a la más violenta reconstrucción del orden constitucional en la República, orden que tanto ella demanda en estos instantes en que se siente dolorosamente perturbada. “Cumplo así a conciencia mi deber y al rechazar las infundadas versiones a que he aludido, me mantengo imperturbable y dispuesto a servir a mi patria con el empeño y lealtad con que siempre la he servido.”

OTRA ENTREVISTA Uno de nuestros “repórters” se dirigió ayer al señor licenciado Reyes para pedirle su opinión sobre las declaraciones del señor su padre, pero el abogado no quiso decir nada, concretándose a expresarnos que lo publicado por El Demócrata era cierto. El “repórter” dijo: —Ya que el señor general Reyes ha declarado en diversas ocasiones que por patriotismo estaba dispuesto a sacrificarse, y que si juzgaba patriótico presentarse como candidato a la Presidencia lo haría, el interpelado respondió: —No sé lo que hará mi padre, ni quiero hacerlo hablar por boca de ganso.

¿LANZARÁ SU CANDIDATURA? Al conocerse en México la declaración del general Reyes, se han hecho numerosos y variados comentarios, circulando rumores que bien pudieran convertirse en hechos, como ha sucedido con otros que se consideraban descabellados.

Así, por ejemplo, se dice con insistencia que el señor general Reyes aceptará de plano su candidatura a la Presidencia, que lanzará un Club Político, y que está decidido a emprender una propaganda política en forma, sin temor de que el maderismo lo aniquile. Con él irán los hombres más prestigiados de la República, los oradores de más fama, los escritores que más valen; será una verdadera gira política, ejemplar, al decir de los reyistas. Éstos se manifiestan entusiasmados, haciendo elogios del candidato; la tal versión ha sido muy bien recibida en todos los círculos, siendo muy escasos los que tratarán de oponerse.

HABLA CON EL SEÑOR PRESIDENTE Ayer mismo en la mañana estuvo el señor general Reyes conferenciando con el señor Presidente de la República, licenciado don Francisco León de la Barra, y se supone que trataron la cuestión del Ministerio de la Guerra, Secretaría vacante y que se decía iba a ocupar el ex ministro. Nada se sabe, a ciencia cierta, de lo que se haya tratado en esta conferencia, pero es seguro que de allí, se resolverá algún importante asunto político, muy en breve.[*]

[*] La Actualidad, diario ilustrado independiente. Año I. México, domingo 23 de julio de 1911, Núm. 53. Biblioteca “Isidro Fabela”. Cat. 07 (72). Núm. Adm. 6315.

Telegrama del señor J. N. Carreón, dirigido al Secretario de Gobernación, informándole lo procedente en el licenciamiento de fuerzas del general Emiliano Zapata.

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[A.G.N., Ramo Revolución] Cuernavaca, Mor., julio 29 de 1911. Señor Secretario de Gobernación: De llevarse a cabo licenciamiento fuerzas general Zapata será indispensable preparar en esa Capital quinientos rurales para que salgan este Estado al recibir aviso de terminación licenciamientos. Por razones que le daré a usted personalmente no conviene vengan ésta fuerzas de Guerrero ni que se manden federales antes terminar licenciamiento. Los primeros por rivalidad existente entre generales Zapata y Figueroa lo mismo que entre las fuerzas, pues como usted recordará, Zapata denominó a Figueroa bandido, por la prensa. Tampoco convendría vinieran a ésta como jefes ni Asúnsolo ni Almazán pues esto sería un pretexto en Zapata para alterar el orden. General Almazán presentóse en ésta en días pasados; como jefe de su Estado Mayor el árabe Jacobo Harootian, muy conocido en estos rumbos como colaborador y socio de Damián Flores y tan pronto como los pueblos del Sur se den cuenta de su intervención en asuntos Gobierno actual se levantará una protesta unánime y justificada porque se puede creer que el referido Harootian, muy conocido por estos rumbos, funge como espía del Gobierno pasado. Dados los antecedentes de Harootian, estoy seguro que insistirá en servir al Gobierno por un interés meramente personal y especulativo, y costará mucho a la Nación. J. N. Carreón

Carta de don Francisco I. Madero, al licenciado Federico González Garza, haciéndole un análisis de la situación política por que atravesaba la República, y reprochándole sus temores infundados por el optimismo y serenidad de espíritu que demostraba en todos sus actos, siendo “curioso que todos ustedes, mis amigos, que me rodearon en la lucha pasada, que siempre demostraron tanto valor, tanta abnegación y tanta serenidad frente al enemigo, vivan presa de un terror pánico, ahora que hemos obtenido el triunfo más hermoso y que no tenemos ningún enemigo al frente”.

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Tehuacán, Pue., julio 30 de 1911. Sr. Lic. don Federico González Garza, México. Muy estimado amigo: Recibí su larga carta, que principió el 18 y terminó el 28 y posteriormente la que me escribió con fecha 26. Como quería contestarlas extensamente, quise reservarme hasta disponer de suficiente tiempo para hacerlo con la debida calma. Se muestra usted alarmado, en sumo grado, por la situación por que atraviesa el país, y me repite usted lo que otros me han dicho: que si mi optimismo y mi fe fueron los que aseguraron el triunfo de la revolución, son ahora una amenaza porque me impiden ver los inminentes peligros por que atravesamos… Es curioso que todos ustedes, mis amigos, que me rodearon en la lucha pasada, que siempre demostraron tanto valor, tanta abnegación y tanta serenidad frente al enemigo, vivan presa de un terror pánico, ahora que hemos obtenido el triunfo más hermoso y que no tenemos ningún enemigo al frente. Como yo no veo fundados esos temores, permítame usted que siga con lo que ustedes llaman optimismo, y que no es sino una absoluta serenidad de espíritu, para apreciar debidamente los acontecimientos, serenidad que en los momentos de prueba fue una brújula segura, y que no lo dude usted, seguirá dirigiendo todos mis actos.

Quizás no hayan ustedes meditado cuán peligroso sería que un gobernante fuese impresionable y se dejara guiar por impresiones de momento y por temores infundados. Para que se convenza usted y mis demás amigos, a quienes quiero les haga usted conocer la presente, de que tengo razón, voy a hacer un análisis fiel de la actual situación política por que atraviesa la República: Desde luego le demostraré que no tenemos ningún enemigo al frente que temer. Y efectivamente, el partido científico, que se pretende ver como una amenaza de la revolución triunfante y como poseído de una actividad y una astucia diabólica, no existe. Los miembros más prominentes, más activos y que forman las personalidades políticas más salientes de aquel partido, han huido al extranjero, y se han quedado únicamente los que nunca tomaron una parte muy activa en la pasada administración, y, por consiguiente comprenden no deben temer nada… Sus miembros dispersos, se contentan únicamente con conservar los puestos públicos que ocupaban, para lo cual intrigan por su propia cuenta, sin que los guíe ningún espíritu de solidaridad con los demás, ni liga alguna con un partido político. Otros, pretenden ver un peligro en el general Reyes. Desde el momento que el general Reyes, al llegar a territorio nacional se dirigió al señor De la Barra y a mí, diciéndonos que él no quería lanzar su candidatura, porque según él una campaña política en los actuales momentos podría causar algunas perturbaciones en el país, y ofreció sus servicios de un modo franco y sincero al nuevo gobierno, hubiese sido tener miras muy mezquinas y obrar con muy poco tacto y patriotismo haber rechazado su ofrecimiento, porque entonces sí, aunque el general Reyes hubiera permanecido tranquilo en su casa, el hecho de que lo fuesen a ver numerosos amigos suyos, era suficiente para que la intranquilidad y la zozobra existiesen en el ánimo de los timoratos, que quieren ver en él un eterno conspirador contra el actual orden de cosas. En cuanto al camino del cuartelazo, lo creo sumamente difícil, porque ¿con qué pretexto invitaría el general Reyes a los jefes militares para que lo secundaran en un cuartelazo? ¿Qué podría decirles después del manifiesto que ha publicado en que se adhiere al nuevo orden de cosas? Sería preciso que el general Reyes, así como los jefes militares a quienes se invitara, estuviesen desprovistos de toda idea de dignidad personal y de patriotismo para lanzarse a una empresa tan injustificada, y de un modo tan felón. En resumen, tengo la convicción de que el general Reyes no intentará, ni remotamente piensa, en ser desleal al nuevo régimen de cosas. Pero ya

he demostrado, para los timoratos, que aún en el caso en que no fuese así, tampoco podrá hacer nada porque no puede. Por último, se muestra usted alarmado porque considera que ha disminuido mi prestigio, sin comprender que esa pérdida de prestigio es sólo aparente y muy relativa, y, sobre todo, muy explicable. Cuando llegué a la capital de la República, rodeado por la aureola de la victoria, recién obtenida, el entusiasmo de todo el pueblo era indescriptible y los pocos que estaban descontentos con el triunfo de la revolución, no se atrevían a expresar su opinión, porque ignoraban cómo serían tratados por el nuevo gobierno. Ahora que han visto que se les deja en absoluta libertad para expresar sus opiniones y que por este hecho no deben temer nada del gobierno, han vuelto a atacarnos como lo han hecho siempre, y por tal motivo, los ataques del Imparcial y El Diario, no deben extrañarnos. Por el contrario, hubiese sido sospechoso que se hubiesen pasado con armas y papeles a nuestro lado. En los estados, donde se han palpado los beneficios de la revolución, la prensa en general es más favorable y únicamente están contra nosotros los órganos de los partidos políticos vencidos, integrados generalmente por elementos de la pasada administración y que en su despecho de ver frustradas sus esperanzas, atacan al nuevo orden de cosas. Advierta cómo también entre nuestros adversarios actuales, entre los que han dejado de ser partidarios del actual régimen de cosas, hay numerosos decepcionados, que se imaginaban que el triunfo de la revolución significaba para ellos Secretarías, Subsecretarías, Gobiernos de los estados y puestos públicos de importancia, y que una vez viendo frustradas sus esperanzas y que no hay ningún peligro en criticar los actos del actual gobierno, hacen lo posible por desprestigiar a la revolución triunfante. Y para contrarrestar todo esto nos hace falta prensa completamente nuestra, porque durante la lucha contra la dictadura, ésta acabó con casi todos nuestros elementos periodísticos y únicamente lograron sobrevivir los periódicos que en alguna forma transigieron con el gobierno pasado y no demostraban francamente sus simpatías hacia la revolución. También se alega como causa de mi desprestigio mi debilidad. Es curioso que se me juzgue débil para gobernar, ahora que no estoy gobernando nada, pues el Presidente es el señor De la Barra y aunque yo tenga alguna influencia con él, eso no quiere decir que yo sea el que gobierne. Que se me juzgue a mí por mis actos hasta el día que renuncié a la Presidencia en Juárez. De entonces acá, el señor De la Barra es quien gobierna al país y él no rehuye las responsabilidades, así como también

todos estamos conformes en que a él corresponde el mérito de haber gobernado en esta época difícil al país con tanto acierto y patriotismo. En resumen, cuando llegué a México era el ídolo indiscutible de un pueblo ebrio de entusiasmo, y ahora soy el candidato a la Presidencia de la República de un pueblo democrático, que conoce sus derechos, y que, consciente de las responsabilidades que le incumben al ejercerlos, examina serenamente los méritos de su probable futuro gobernante. No se alarme usted, pues, de mi prestigio, puesto que en fin de cuentas, lo que resulta es que, debido a la libertad de que disfruta actualmente la nación y haciendo uso de ella, están volviendo a sus puestos los eternos enemigos del pueblo, que antes militaban al servicio del gobierno del general Díaz y ahora están en contra del gobierno del señor De la Barra. La única modificación que voy a introducir en mis proyectos, es que antes de ir a Campeche, daré una vuelta a Quintana Roo. Esto lo juzgo indispensable, y de ninguna manera más útil para la nación, puedo utilizar esas vacaciones que quiero darme, pues me daré exacta cuenta de la situación en que se encuentra aquel apartado rincón de la República, que tantos sacrificios ha costado hasta ahora a la nación, sin darle fruto alguno. Me propongo hacer una rápida gira por aquella región; pero para que mi estancia allá sea fructuosa, ya desde ahora me he dirigido a algunos de los Ministerios, pidiendo todos los datos que tengan respecto a aquella región, para estudiarla concienzudamente y cuando llegue al terreno de los hechos poderme formar un criterio más exacto. Ya ve usted cómo yo sigo imperturbable por el camino que me he trazado y seguiré siempre sirviendo a mi patria en cualquier puesto en que me encuentre, sin que me preocupen los ataques injustificados de mis adversarios, ni me inquieten las altas o bajas del termómetro que marca mi prestigio. Tengo fe en el Pueblo Mexicano, en su patriotismo, en su cultura, en su recto criterio, y lo repito, una vez por todas, una vez conquistada la soberanía del Pueblo Mexicano, tengo fe absoluta en que él sabrá gobernarse con acierto. Yo me limitaré, como parte integrante del mismo pueblo, a servir siempre sus intereses, en cualquier forma que sea.[*]

[*]

México en la Cultura, suplemento de Novedades, 17 de febrero de 1963.

ILUSTRACIONES

1. Francisco I. Madero.

2. Francisco I. Madero, Sr., acompañado de sus hijos Francisco y Gustavo.

3. Facsímil de una carta de Francisco I. Madero al Sr. Elpidio Aguirre.

4. Aquiles Serdán con uno de sus hijos.

5. Abraham González y Francisco I. Madero.

6. Fotografía tomada después de los Tratados de Ciudad Juárez.

7. Grupo de revolucionarios maderistas.

8. Francisco I. Madero y José Ma. Pino Suárez.

ÍNDICE GENERAL

Prólogo por Isidro Fabela 1. Entrevista Creelman: El Presidente Porfirio Díaz declara al Pearson’s Magazine que reconoce el principio de alternabilidad republicana y está dispuesto a retirarse del poder 2. Carta de don Francisco I. Madero al Lic. Fernando Iglesias Calderón, urgiéndolo a una intervención decisiva en los esfuerzos antireeleccionistas 3. Carta de don Francisco Madero, Sr., a su hijo Francisco I. Madero, expresándole disgusto por sus actividades políticas 4. Don Francisco I. Madero explica su actitud y su libro a su padre, y anuncia que combatirá a la dictadura hasta donde le alcancen sus fuerzas 5. Don Francisco I. Madero escribe a su padre que procurará fundar un partido democrático y que trabajará con gusto para que Limantour ocupe la Vicepresidencia 6. Manifiesta don Francisco I. Madero a su señora madre que ya comenzó su campaña con la publicación de El Demócrata, y que el entusiasmo ha cundido en toda la República 7. Don Francisco I. Madero escribe al Gral. Porfirio Díaz enviándole un ejemplar de su libro La sucesión presidencial en 1910, y proponiéndole que su sucesor sea la ley 8. La Convención Nacional del Círculo Nacional Porfirista, pide al Gral. Porfirio Díaz que acepte la candidatura para la Presidencia en el periodo 1910 a 1916 9. El Sr. José de Landero y Cos entrega al Gral. Porfirio Díaz el acta de su candidatura para la Presidencia 10. Respuesta del Gral. Porfirio Díaz a los convencionistas del Partido Nacional Porfirista, que le ofrecieron la candidatura a la Presidencia 11. Programa, trabajos y tendencias del Partido Nacional Antirreeleccionista, y la próxima lucha electoral, por don Francisco I. Madero

12. Manifiesto a la Nación de los señores Emilio Vázquez Gómez, Francisco I. Madero y otros, invitando al pueblo a alistarse en el Centro Antirreeleccionista 13. Don Francisco I. Madero reprueba ataques del Ing. Félix F. Palavicini contra el Gral. Díaz por su entrevista con el Presidente Taft 14. Carta de don Francisco I. Madero al Lic. José Vasconcelos, instándolo a que no se retire de la lucha, porque el bien más codiciado de los pueblos es la Libertad 15. Don Francisco I. Madero insta para la pronta publicación de la convocatoria y para la pronta publicación de El Antirreeleccionista 16. Propone don Francisco I. Madero al señor Aquiles Serdán una jira de propaganda en vez del mitin proyectado en Puebla 17. Don Francisco I. Madero, en carta al Gral. Díaz, analiza la campaña electoral y repudia los abusos de fuerza contra su persona y sus partidarios 18. El Cónsul en Del Río, Texas, informa sobre la ayuda pecuniaria del señor Madero y otros para los periódicos revolucionarios de San Antonio y para sus correligionarios 19. El Cónsul en Del Río, Texas, refuta las declaraciones de don Francisco I. Madero en la campaña eleccionaria en Sonora y Sinaloa 20. Discurso del Lic. Federico González Garza al aceptar su candidatura para Diputado por el 2o. Distrito Electoral 21. Don Francisco I. Madero pide al Sr. Elpidio Aguirre empezar a organizar los trabajos electorales y la instalación de Clubes Anti-reeleccionistas 22. Don Francisco I. Madero, preso en Monterrey, manifiesta su imposibilidad de presentarse en Yucatán, y dice que siempre estará en su puesto sirviendo a su partido 23. El Cónsul en El Paso, Texas, avisa el arribo del señor Juan Sánchez Azcona, al que considera fugitivo político 24. El Sr. Juan Sánchez Azcona agradece al Cónsul en El Paso sus atenciones y le anuncia que regresará a México 25. Don Francisco I. Madero felicita al Ing. Manuel Urquidi por su entereza y aprueba su ida a Michoacán 26. Libertad caucional concedida a don Francisco I. Madero y trasladado de

la cárcel de Monterrey a San Luis Potosí 27. El Cónsul en San Antonio, Texas, informa de las actividades del grupo maderista y de sus publicaciones 28. Manifiesto del señor Aquiles Serdán en que protesta por el triunfo reeleccionista que se atribuyen los porfiristas y corralistas, y aclamando a Francisco I. Madero 29. Alocución de la Srita. Virginia Valdez en el Club Femenino Sara Pérez de Madero, en Puebla 30. La Suprema Corte de Justicia niega el amparo interpuesto por el defensor de don Francisco I. Madero en contra de su traslado de cárcel de Monterrey a San Luis Potosí 31. Comentarios de “un poblano que fue reeleccionista” hasta ver las injusticias del porfirismo contra los que aclamaron a Madero el 15 de septiembre 32. Plan de San Luis, firmado por don Francisco I. Madero en San Antonio Texas, el 5 de octubre de 1910 33. Don Francisco I. Madero invita al Ejército a ir a su lado en defensa de la causa del pueblo, y no ser sostén inconsciente de la tiranía del Gral. Porfirio Díaz 34. Detención por la policía secreta de México, D. F., del señor Gustavo A. Madero, hermano del candidato anti-reeleccionista don Francisco I. Madero 35. Don Franciso I. Madero participa al Lic. José Hinojosa su llegada a la ciudad de San Antonio, Texas 36. El Sr. Samuel A. Solís propone que el Partido Anti-reeleccionista no se disuelva hasta que sus aspiraciones estén satisfechas 37. Don Francisco I. Madero, desde San Antonio, pide al pueblo americano la simpatía y hospitalidad que los pueblos libres dispensan a los luchadores por la libertad 38. Reportazgos de El Monitor Democrático sobre el viaje de don Francisco I. Madero a los Estados Unidos 39. Don Francisco I. Madero agradece al señor Eugen Knapp sus conceptos favorables sobre el pueblo mexicano. Respuesta del señor Knapp al Presidente Madero

40. El Cónsul en San Antonio, Texas, informa del arribo de don Jesús Carranza a esa ciudad 41. La Embajada de México en Washington informa de haber entregado datos al Departamento de Estado sobre el movimiento dirigido contra el gobierno mexicano por el señor Madero, y órdenes del Departamento de Justicia para obrar inmediatamente 42. Informe del Embajador Lic. León de la Barra, de que don Francisco I. Madero se titula Presidente Provisional de México y expide nombramientos y documentos con ese carácter 43. Un funcionario del Departamento de Estado informa a la Embajada Mexicana sobre un embarque de parque para Tampico y Laredo 44. La Embajada en Washington pide al Departamento de Estado el envío de fuerzas a la frontera para impedir la reunión de revolucionarios y la introducción de armas a México 45. Don Francisco I. Madero, como Presidente Provisional de los Estados Unidos Mexicanos, nombra Gobernador de Tlaxcala al Ingeniero Manuel Urquidi 46. El Embajador, Lic. León de la Barra, informa sobre sus gestiones en el Departamento de Estado para impedir la violación de las leyes de neutralidad 47. El Secretario de Relaciones, Sr. Creel, felicita al Lic. Francisco León de la Barra por su eficacia contra Madero 48. El Secretario Sr. Creel envía al embajador en Washington órdenes encaminadas a las autoridades fronterizas, para la aprehensión de don Francisco I. Madero 49. El Lic. Creel informa al Cónsul mexicano en San Antonio, Texas, que el gobierno de EE.UU. ordenó la aprehensión del señor Francisco I. Madero 50. El Administrador de la Aduana de Nuevo Laredo pregunta al Cónsul en San Antonio si está allí Francisco primero 51. Responde el Cónsul mexicano en San Antonio que Francisco primero encuéntrase entre Eagle Pass y Laredo 52. El Departamento de Estado informa al embajador de México que el Departamento de Justicia está pendiente de las actividades revolucionarias de Madero

53. El Cónsul Arturo M. Elías informa de actividades revolucionarias de Maytorena, Randall, Venegas y De la Huerta 54. El Cónsul Antonio V. Lomelí informa de la campaña periodística en pro de la revolución y del desacuerdo entre maderistas y magonistas 55. El Cónsul de Nuevo Laredo comunica al Cónsul en San Antonio el posible arribo de armas y parque para Madero y lugar donde se encuentra éste 56. El gobernador de Coahuila comunica sus órdenes de aprehensión contra Sebastián Carranza y Cesáreo Castro 57. Órdenes de la Secretaría de Relaciones para la aprehensión de los señores Abraham González y Perfecto Lomelí 58. El embajador Sr. León de la Barra informa de las órdenes de aprehensión contra el señor Madero, cuyo paradero ignórase 59. El Cónsul en Los Ángeles, Cal., informa de la pugna que existe entre magonistas y maderistas 60. El Cónsul de México en El Paso informa sobre la pugna existente entre magonistas y maderistas 61. El embajador Lic. León de la Barra informa de sus gestiones para lograr la aprehensión de don Francisco I. Madero 62. El Sr. Gustavo A. Madero gestiona ser reconocido en EE.UU. como agente revolucionario, según informa el Sr. León de la Barra 63. El Secretario Sr. Creel dice que el gobierno de Washington ha dado repetidas órdenes de aprehender a Madero 64. El Sr. Enrique C. Creel investiga con el Cónsul Gral. de México en New York el paradero del Sr. Francisco I. Madero y el envío de pertrechos de guerra 65. El Cónsul en El Paso, Texas, da cuenta del arribo del señor Antonio Villarreal con su familia a dicha ciudad 66. El embajador Sr. León de la Barra informa del viaje del agente secreto de Madero, Harvey Phillips, y de otras personas, con destino a Mexico 67. El Cónsul de El Paso, Texas, informa que vigila a Antonio Villarreal, y del viaje violento de la familia de Juan Sarabia a San Antonio 68. Aviso confidencial del Embajador Sr. León de la Barra al Departamento

de Estado, sobre la presencia de revolucionarios mexicanos en Washington 69. Declaraciones del señor Rodolfo Reyes, al periódico La Lucha de La Habana, Cuba 70. Plática del Embajador Lic. León de la Barra con el Secretario de Estado, con motivo de una posible entrevista de don Gustavo A. Madero con el Presidente Taft 71. Anuncia el Embajador Lic. León de la Barra que presentará pruebas al Departamento de Estado, que justifiquen el arresto de don Francisco I. Madero 72. Sorpresa del gobierno de México por demorarse en Estados Estados Unidos la aprehensión del Sr. Madero, la que se consideraría prueba elocuentísima de amistad 73. Comunica el Embajador Sr. de la Barra que está gestionando la aprehensión de los señores Villarreal y Guerra 74. Informa el Lic. León de la Barra que el Presidente Taft ofreció aprehender al Sr. Francisco I. Madero. El Departamento de Justicia agrega que “al encontrársele” 75. Erasmo Martínez recomienda ante el Cónsul en San Antonio, a Pablo Longoria, para encargarse de aprehender al Sr. Francisco I. Madero 76. Francisco Barrón denuncia las actividades de Francisco López en favor del Plan de San Luis 77. Gestiones del Cónsul en El Paso, para arrestar a los señores Villarreal y Guerra, localizados en Presidio, Texas 78. Francisco Arzate denuncia ante el Cónsul de El Paso las actividades de Fabián Gómez a favor de los maderistas 79. El Cónsul en San Antonio informa de la comisión dada por Alfonso Madero a H. Mc Closkey para recibir en Monterrey, N. L., soldados y armas 80. El Cónsul en El Paso agradece a Francisco Arzate la denuncia de éste contra Fabián Gómez 81. El Cónsul en El Paso anuncia que fuerzas maderistas mandadas por Abraham González intentan atacar a Ojinaga 82. El Cónsul en El Paso acusa a maderistas que trabajan en la prensa, de

despertar temores por vidas e intereses americanos, para provocar la intervención 83. El Sr. Creel, Secretario de Relaciones, recomienda vigilar las actividades de los maderistas dirigidos por Antonio Villarreal, en El Paso, Texas 84. Informe del Embajador Francisco A. de Icaza sobre un contrabando de armas y municiones de Alemania con destino al Norte de México 85. Informe del Cónsul en El Paso sobre las actividades de los maderistas y periodistas de oposición en dicha ciudad 86. Informa el Cónsul en El Paso que las autoridades norteamericanas no admiten la política preventiva ni las deducciones o los indicios de estarse violando las leyes de neutralidad 87. El Cónsul en Tucson, Arizona, comunica al Cónsul en El Paso las actividades políticas de Maytorena y otros 88. El Embajador Lic. León de la Barra trasmite respuesta del Departamento de Estado sobre la acusación presentada contra don Francisco I. Madero por violación a las leyes de neutralidad 89. Medidas para cuidar el orden en los campos de trabajadores de las obras para desviación del Río Colorado, Distrito Norte de Baja California 90. Plan de Jalisco, que firma M. Lomelí, desconociendo al gobierno del Gral. Porfirio Díaz 91. Plan para establecer un gobierno provisional, apoderándose de la ciudad de Chihuahua o de otra importante 92. Estudio del Lic. Roberto A. Esteva Ruiz sobre la violación de las leyes de neutralidad por los revolucionarios maderistas y los del Partido Liberal Mexicano 93. Causa contra Abraham Oros y otros, por los delitos de rebelión y fusilamiento de Martín Norman y otros, en la Mesa de Basúchil, Chihuahua 94. Gestiónase en Washington la aprehensión de Abraham González y otros, por violar las leyes de neutralidad 95. Gestiones consulares para que el gobierno americano castigue un delito de contrabando de armas depositadas

96. Agentes de don Francisco I. Madero son detenidos en San Antonio, Texas, pero niéganse a declarar 97. Presencia de don Venustiano Carranza y otros en San Antonio, Texas, causando mayor actividad maderista 98. La Secretaría de Relaciones pide informes al gobierno de Coahuila sobre los revoltosos Venustiano Carranza y Alberto G. Guajardo; respuesta avisando su fuga a San Antonio, Texas 99. Se forma en La Habana, Cuba, un grupo de simpatizadores del programa revolucionario del Sr. Madero 100. Informa el Cónsul en El Paso, sobre actividades de revolucionarios y posible fusión de maderistas y magonistas 101. Carlos Pereyra, funcionario de la embajada en Washington, informa sobre conexión reyista con los señores Madero y actividades de don Venustiano Carranza 102. Hostilidad del pueblo norteamericano hacia el gobierno porfirista y propaganda revolucionaria efectiva de los mexicanos allá residentes 103. Desde New York, el Dr. Fortunato Hernández comunica al Presidente Gral. Díaz, sus artículos sobre la Locura de Madero, y considera seria la situación 104. La Embajada en Washington proporciona al Departamento de Estado pruebas sobre violación de la neutralidad y señala a don Francisco I. Madero como promotor del movimiento armado 105. El Cónsul en El Paso informa sobre el acuerdo de maderistas y magonistas para ayudarse mutuamente en la guerra 106. Informa el Cónsul en Douglas, Arizona, sobre la ocupación de Sahuaripa, Sonora, por una partida de rebeldes 107. La Embajada en Washington reitera sus acusaciones ante el Departamento de Estado, contra don Francisco I. Madero y los señores Vázquez y Maytorena 108. Don Abraham González va a Marfa y San Antonio, a recibir armamento, según información del Cónsul en El Paso, Texas 109. Informa el Cónsul en Tucson que don José María Maytorena viaja a San Francisco, Cal., a comprar armamento 110. El Secretario de Estado, Philander Knox, ofrece dedicar preferente

atención a la solicitud de detención contra don Francisco I. Madero 111. Derrota de los sediciosos en Coyame, y en Cuchillo Parado, informada por el gobernador de Chihuahua, señor Alberto Terrazas 112. El Cónsul en El Paso informa de la presencia de Abraham González y don Francisco I. Madero en El Paso y San Antonio, y que Ricardo Flores Magón coopera con las fuerzas maderistas 113. El revolucionario Rafael Tapia escribe a La Prensa de La Habana, sobre las causas del movimiento iniciado el 20 de noviembre contra Porfirio Díaz 114. Informa el Cónsul en Naco, Arizona, sobre la huelga declarada en el Ferrocarril Sud-Pacífico de México 115. Declara el Presidente Taft al embajador de México, que dedicará sumo cuidado para que no pueda quedar en duda su buen deseo de cooperar al mantenimiento de la paz 116. Acusación por la venta de armas y cartuchos en Texas a los atacantes de Coyame y Cuchillo Parado, Chihuahua 117. Paso de armas y municiones en Guadalupe, Chihuahua, destinadas a los revolucionarios, según acusación de la Embajada en Washington 118. Protesta contra las organizaciones revolucionarias en la frontera norteamericana, hecha por el Cónsul en El Paso 119. Informe sobre una conferencia de don Francisco I. Madero en su rancho en Chihuahua, con el aventurero americano Christmas 120. Actividades revolucionarias en San Ignacio y Guadalupe con intenciones de atacar a Ciudad Juárez 121. José María Maytorena, Juan G. Cabral y otros reclutan gente para el movimiento maderista, informa el Cónsul en Tucson, Arizona 122. Conferencia del Lic. Joaquín D. Casasús con el Sr. Wickersham, Secretario de Justicia, para pedir la pronta aprehensión de don Francisco I. Madero y socios 123. El Embajador Lic. Joaquín D. Casasús informa que no podían ejecutarse las órdenes de aprehensión contra el Sr. Francisco I. Madero por falta de pruebas contra él 124. Investiga el Secretario de Relaciones, Sr. Creel, si don Francisco I. Madero está en San Antonio, Texas, y si el Cónsul siente temor de

delatarlo a las autoridades 125. Niega el Cónsul en San Antonio que se encuentre allí el señor Madero, y niega también su renuencia a denunciarlo 126. En sus gestiones para lograr la aprehensión del Sr. Madero, el Embajador Lic. Casasús invoca el precedente establecido por Estados Unidos contra Ricardo Flores Magón 127. El Secretario de Relaciones anuncia que está reuniendo documentación para comprobar la responsabilidad del Sr. Madero, asunto que no es sencillo 128. Como resultado de una junta con su gabinete, el Presidente Taft acuerda enviar nueve regimientos a la frontera y autoriza medidas contra los revoltosos 129. El Cónsul en San Antonio informa de la existencia de un foco revolucionario en Saltillo, Coah., y de un depósito de armas en Huachichil, N. León 130. Informa el Cónsul en San Antonio de una reunión de maderistas en esa ciudad y de la presencia y ayuda de don Venustiano Carranza 131. Francisco Cosío Robelo y el Ing. Alfredo Robles Domínguez declaran en el proceso abierto en México, D. F., contra don Francisco I. Madero por rebelión 132. Don Venustiano Carranza y su esposa otorgan poder al señor Emilio Salinas para administrar sus bienes 133. Requisitoria contra el Presidente Gral. Porfirio Díaz, y reconocimiento de don Francisco I. Madero como Presidente de la República, por Braulio Hernández 134. El Secretario Sr. Creel pide a los Cónsules en la frontera reunir pruebas contra los violadores de la neutralidad para que puedan ser castigados en Estados Unidos 135. Informe sobre las pruebas que deberían presentarse ante el gobierno de Estados Unidos con motivo de las compras de armas por los revolucionarios 136. La Prensa de La Habana informa sobre el incremento del movimiento revolucionario en México 137. El general Luis E. Torres, desde Hermosillo, Sonora, informa de los

movimientos de maderistas en Agua Prieta, Sonora, y en Douglas, Arizona 138. Pregunta el Lic. Creel, Secretario de Relaciones, si el senador Venustiano Carranza, que participa en el movimiento revolucionario, tiene relaciones con el Sr. Madero 139. El periodista norteamericano Orville Tueward ofrece introducirse en el círculo maderista para informar al gobierno porfirista de las actividades de aquéllos 140. “Dunne” informa al gobierno sobre la preparación de un levantamiento general, y la posibilidad de que Ciudad Juárez sea proclamada capital por los rebeldes 141. El Secretario de Relaciones, Sr. Creel, informa a la Embajada en Washington que se teme un levantamiento general en la frontera y que el Sr. Madero se encuentra en San Antonio 142. Permiso solicitado para el paso de fuerzas porfiristas por territorio americano hacia Ciudad Juárez, y versiones de que se había pedido la intervención norteamericana 143. El Diario de la Marina, de La Habana, comenta actitudes del gobierno porfirista y pretende justificar la política imperialista de los Estados Unidos 144. La Embajada en Washington, basándose en informes consulares, comunica el incremento tomado por la Revolución en Sonora y Chihuahua 145. El Embajador, Lic. Joaquín D. Casasús, informa de una derrota sufrida por Pascual Orozco en las inmediaciones de Ciudad Juárez 146. El Embajador, Lic. Casasús, informa de su entrevista con el Gobernador de Texas, sobre la prohibición de transportar armas a México y sobre el enjuiciamiento del Sr. Madero 147. Informe del Embajador Lic. Casasús, dice que Pascual Orozco y otros encuéntranse acampados frente Ciudad Juárez, con datos sobre la situación militar 148. Informe consular sobre una junta pública revolucionaria en San Antonio, Texas, con presencia de Venustiano Carranza 149. La Secretaría de Relaciones envía al Encargado de Negocios en Washington los documentos que prueban la violación a las leyes de

neutralidad por don Francisco I. Madero, al estar organizando la revolución en Estados Unidos 150. La Secretaría de Relaciones informa al Cónsul en El Paso sobre las actividades de don Francisco I. Madero y otros 151. Don Abraham González felicita a José de la Luz Blanco R. por sus triunfos contra la tiranía y le hace recomendaciones 152. Don Abraham González felicita a Luis García por sus triunfos contra la tiranía y le hace algunas recomendaciones 153. Proposición de enganche de cinco a ocho mil norteamericanos entrenados, para combatir a los revolucionarios en unión de las fuerzas federales 154. El Cónsul en Del Río, Texas, descubre una campaña de prensa muy efectiva y señala como causa la desarmonía entre los jefes y funcionarios y la mentira en sus informes 155. El Gobernador de Texas pide a sus habitantes que se abstengan de ayudar o participar en la violación de las leyes de neutralidad de los Estados Unidos 156. Don Francisco I. Madero regala carabinas de largo alcance al coronel Pascual Orozco y a su hermano Raúl, y da al último instrucciones urgentes para activar las operaciones 157. Don Abraham González, Gobernador de Chihuahua, comunica a Pascual Orozco que va a participar en la campaña 158. El Cónsul en El Paso anuncia que Abraham González y otros jefes están heridos, y que no se pudo arrestar a Madero 159. Actas sobre disparos hechos a las fuerzas federales desde la ribera americana, en “Boca acequia antigua del Gobierno” 160. Don Francisco I. Madero como Presidente Provisional de México, explica las causas de la Revolución, y garantiza los intereses de los súbditos de gobiernos que lo reconozcan 161. El Dr. Francisco Vázquez Gómez señala las contradicciones de que adolece el Plan de San Luis, el que a su juicio debe reformarse para democratizar la lucha 162. Modificaciones que propone el Dr. Francisco Vázquez Gómez al Plan de San Luis, para su mayor amplitud democrática

163. Rumor relativo a un conflicto de maderistas y magonistas, por un acto de energía del Sr. Madero reprimiendo el saqueo 164. Informes sobre compra de armamento y busca de un empréstito por los señores Madero e instrucciones para secuestrar a don Francisco I. Madero y a Abraham González, dadas por el Secretario, Sr. Creel 165. Convenio con el Sr. James H. Robertson para representar los intereses del gobierno mexicano en el Estado de Texas y acusar a los miembros de las Juntas Revolucionarias 166. Protección solicitada por el Cónsul en El Paso, Texas, contra demostraciones hostiles de los revolucionarios 167. Francisco Villa intima la rendición a las fuerzas federales en Pilar de Conchos 168. Cita de la Doctrina de Monroe, en relación con la petición del gobierno de Inglaterra para que Estados Unidos protejan a sus súbditos en México 169. Noticias: movilización militar norteamericana en la frontera; declaración del Japón de no pretender concesiones en México: y sobre “posibles beneficios de la invasión norteamericana” 170. Plan político-social proclamado en la Sierra de Guerrero, que firman Joaquín Miranda padre, Gildardo Magaña y Dolores Jiménez Muro 171. Parte de la defensa de Casas Grandes, contra el ataque de fuerzas mandadas por Francisco I. Madero, Pascual Orozco y otros, que firma el coronel Agustín A. Valdés 172. Declaraciones del gobierno americano sobre el estancamiento de fuerzas en las frontera y de barcos en los puertos mexicanos, y rectificación a aseveraciones del Embajador de Estados Unidos en México 173. Solicitud para que el Gral. Luque, del gobierno mexicano, pueda adquirir provisiones en Estados Unidos 174. Rectificación de la Embajada en Washington a declaraciones atribuidas al Sr. José Ives Limantour 175. El gobierno de Estados Unidos declara que el comercio de armas no está prohibido por el Derecho Internacional ni por las llamadas leyes de neutralidad

176. El gobierno de Estados Unidos declara que las actividades de los insurgentes cerca de Ciudad Juárez no infringen las leyes de neutralidad ni dan base para fundar ninguna acción criminal 177. El Secretario Sr. Knox declara que el gobierno americano está imposibilitado por su constitución y sus leyes para impedir el tráfico de armas, y que los insurrectos portan fusiles máuser y no americanos 178. Informa el Embajador de México en Guatemala sobre actividades del supuesto agente revolucionario Hopkins en ese país 179. Comentarios de The Public Ledger al mensaje del Presidente Gral. Porfirio Díaz al XXV Congreso 180. Falsificación fotográfica de un “convenio secreto” entre México y Japón, concediendo a éste privilegios en Bahía Magdalena; lo que ocasionó movilización de tropas y envío de barcos yanquis 181. Plan revolucionario lanzado en Caborca, Sonora, por Francisco G. Reina y otros capitanes, desconociendo al gobierno y adhiriéndose al Plan de San Luis 182. El periódico Examiner dice que Mr. Wilson, embajador americano en México, entregó personalmente al Presidente Taft la fotografía del “tratado secreto” entre México y el Japón 183. La Secretaría de Relaciones declara que los señores Esquivel y Braniff no tienen misión oficial para negociar, y que las negociaciones (con Madero?) deben continuar por conducto de la Embajada 184. El Embajador en Guatemala informa de su entrevista con el Presidente Estrada Cabrera, y de que el clero hace propaganda en favor de Madero 185. Informe consular sobre la ocupación de Agua Prieta, Sonora, por fuerzas revolucionarias, y retirada de autoridades y tropas locales cruzando la línea fronteriza 186. Informe del Comisario de Agua Prieta sobre la ocupación por fuerzas maderistas y del paso de los federales a Douglas, Arizona 187. El Cónsul en Tucson, Arizona, informa de sus actividades para evitar que los maderistas se provean de armas y pertrechos 188. Informa el Cónsul en Del Río, Texas, que la simpatía de las autoridades locales y la población permite el contrabando de armas

189. El Dr. Francisco Vázquez Gómez, desde Washington, intima la evacuación de Ciudad Juárez, para abrir negociaciones de paz, agregando que Madero está listo para atacar 190. Telegramas consulares de Douglas, Arizona, de 17 a 22 de abril, anunciando el ataque y la recuperación de Agua Prieta por los federales 191. Informa el Embajador en Washington, señor Manuel María de Zamacona e Inclán, sobre la intervención del Dr. Francisco Vázquez Gómez, quien pide la evacuación de Ciudad Juárez mientras trátase sobre la paz 192. El senador Stone pide que la Comisión de Relaciones Exteriores investigue la condición de turbulencia y desorden que prevalece en México, con peligro para los intereses americanos y de súbditos europeos 193. Instrucciones a la Embajada en Washington, para indicar al Dr. Vázquez Gómez que el gobierno consideraría cualquier proposición de armisticio 194. Manifiesta el Dr. Vázquez Gómez la posible aceptación de un armisticio por el Sr. Madero, para evitar complicaciones internacionales 195. El Dr. Francisco Vázquez Gómez está en espera de la respuesta de don Francisco I. Madero sobre la aceptación de un armisticio 196. Manifiesta la Secretaría de Relaciones que el gobierno espera las proposiciones de armisticio para obrar con celeridad 197. Declaraciones de don Francisco I. Madero de que la paz sólo se hará sobre las bases de separación del Presidente Porfirio Díaz, retiro del partido científico y nulidad de las últimas elecciones 198. Don Francisco I. Madero sólo esperaría veinticuatro horas para recibir la proposición del gobierno sobre armisticio 199. Propone el Dr. Vázquez Gómez que se nombren representantes de ambas partes para tratar de paz, y que el armisticio comience a las 12 p.m. del día 21 de abril 200. El diplomático mexicano en Londres pide instrucciones para desmentir o confirmar la próxima renuncia del Presidente Gral. Porfirio Díaz 201. El periódico La Lucha de La Habana, Cuba, lanza una diatriba contra

México y saluda la anunciada intervención yanqui en este país 202. Proclama del Lic. José María Pino Suárez al pueblo yucateco, en pro de una guerra civilizada contra las feroces bandas del dictador Porfirio Díaz 203. Don Francisco I. Madero da instrucciones al Dr. Vázquez Gómez para no aceptar la pacificación sin previa renuncia del Gral. Díaz, o entrega de la plaza de Ciudad Juárez 204. Propone el Dr. Vázquez Gómez que si no se aceptan las proposiciones, salgan a combatir los federales fuera de Ciudad Juárez, para evitar complicaciones internacionales 205. El gobierno federal no toma en consideración entregar la plaza de Ciudad Juárez ni salir de ella a combatir; pero está dispuesto a oír proposiciones precisas de armisticio 206. El Embajador en Washington comunica el resultado de su entrevista con el Secretario de Estado acerca de no existir desavenencia entre ambos gobiernos sino peligro de extravío de opiniones 207. Don Francisco I. Madero acepta un armisticio cubriendo la zona de Ciudad Juárez, Chih., para discutir después la paz 208. Se da por enterado el señor J. A. Béistegui del informe rendido por el Secretario de Relaciones a la Cámara de Diputados sobre paz con los revoltosos y relaciones con los Estados Unidos 209. Acta levantada en Agua Prieta sobre los trabajos de defensa de esa población, y la intimación hecha por el Mayor americano Gardner para suspenderlos 210. El gobierno del Gral. Porfirio Díaz declara que espera la opinión del señor Francisco I. Madero sobre la suspensión de hostilidades 211. Insistencia de las fuerzas maderistas en poder obtener víveres y forrajes durante el armisticio, según informa el Dr. Francisco Vázquez Gómez 212. Proposiciones presentadas por el Dr. Francisco Vázquez Gómez para la inmediata suspensión de hostilidades entre las tropas revolucionarias y las federales 213. Editorial del New York Times traducido por La Lucha de La Habana, comentando el “aspecto jurídico” de la intervención americana en México

214. Declaraciones del Dr. Francisco Vázquez Gómez sobre la intervención de la familia Madero en las negociaciones de la paz 215. El Dr. Francisco Vázquez Gómez queda enterado de que el Lic. José Vasconcelos lo substituye como agente confidencial de los maderistas en Washington 216. El Gral. Navarro envía carta a don Francisco I. Madero con las condiciones para la suspensión de hostilidades y la designación de un representante para discutirlas antes de los arreglos de paz 217. El Dr. Francisco Vázquez Gómez comunica estar autorizado para convenir los términos del armisticio, afirma el Embajador en Washington 218. Investigación consular sobre el asalto a Agua Prieta por los revolucionarios, y la intervención de las autoridades locales americanas 219. El embajador Henry Lane Wilson pide se persiga al autor de un “impreso incendiario” circulado en Toluca 220. El Sr. José Ives Limantour es designado para seguir interviniendo en los arreglos de paz, mientras se nombra titular de la Secretaría de Gobernación 221. Informe consular sobre la falta de observancia de las leyes de neutralidad en el asalto a Agua Prieta, Son. 222. El Lic. Francisco S. Carvajal es designado junto con los señores T. Esquivel Obregón y Oscar Braniff, para tratar con don Francisco I. Madero las bases de paz 223. Queja del gobierno de México por la intervención oficial norteamericana en los embarques de armas para su uso 224. Grupos socialistas y obreros de La Habana manifiestan su simpatía a los revolucionarios mexicanos 225. Repercusión del Plan de San Luis Potosí suscrito por el señor Francisco I. Madero, en Guatemala 226. Versión publicada en La Habana sobre que los norteamericanos fomentan la revolución en México para especular con los valores mexicanos 227. Credencial a los Sres. Francisco Madero, Sr., Dr. F. Vázquez Gómez y

Lic. J. M. Pino Suárez, expedida por D. Francisco I. Madero, como sus representantes en los arreglos de paz 228. El gobierno mexicano considera como medida hostil y trata de evitar el envío de buques de guerra de E. U., a Ensenada y otros puertos mexicanos 229. El gobierno mexicano solicita copias de los mapas de Sonora y Baja California levantados por la “Western Engineering Company” 230. Renuncia del señor Ramón Corral al cargo de Vicepresidente de la República Mexicana 231. Investigación sobre la actitud del Presidente Taft, respecto a la movilización de tropas americanas a la frontera, y suposición de que Madero no lograría controlar al país 232. Alarma por las infundadas noticias de intervención de E. U. con doscientos mil soldados, en México, y de motines en la capital mexicana 233. Informe consular sobre actividades de los revolucionarios en Clifton, Arizona, contando con la simpatía de los trabajadores mineros y de los habitantes 234. La Secretaría de Relaciones pide al consulado en El Paso, Tex., informe con amplitud de los acontecimientos 235. Informe consular sobre el posible traslado del campamento revolucionario a Casas Grandes, para evitar una epidemia 236. Informe consular acerca de que el Sr. Madero desiste de atacar a Cd. Juárez y se dirige a la capital de México 237. Informe consular sobre los efectivos revolucionarios que se rumoraba atacarían a Ciudad Juárez, Chih. 238. Porfirio Díaz ofrece retirarse del poder cuando su conciencia le diga que no entrega el país a la anarquía 239. El gobierno porfirista desmiente las noticias alarmistas de motines o disturbios en la capital mexicana 240. Comunicación consular de haberse iniciado el ataque de los revolucionarios sobre la plaza de Ciudad Juárez 241. Informe consular sobre estar funcionando con éxito la artillería federal volando un puesto de revoltosos

242. Informe consular según el cual Madero hace cesar el fuego y propone una conferencia de paz, así como una protesta de los norteamericanos por los proyectiles que caen en El Paso, Tex. 243. Informe consular de que, a instancias del general Orozco, el señor Madero resuelve cesar el ataque a Ciudad Juárez 244. Informe consular sobre reanudación del ataque de los revolucionarios a Cd. Juárez, y de las dificultades que tienen las tropas federales para defenderse 245. Causas de la crítica situación de las tropas federales en Ciudad Juárez 246. Cesa el combate en Cd. Juárez, y el señor Madero conviene con el Gral. Navarro en reunirse para conferenciar 247. El ataque a Cd. Juárez, que se inició sin consentimiento del Sr. Madero, ha sido suspendido 248. Posiciones ocupadas por los rebeldes y lugares controlados por los federales en Ciudad Juárez 249. Instrucciones para solicitar el asilo en hospitales americanos de los heridos mexicanos que no pudieron atender las ambulancias existentes en Ciudad Juárez 250. Informe sobre ataques al Presidente Taft, en el Senado de Estados Unidos, por su pretendida falta de energía para intervenir en los asuntos de México 251. Informa el Cónsul Tomás Torres a la Embajada Mexicana en Washington sobre la situación militar en Ciudad Juárez 252. Informe consular sobre la ocupación de Ciudad Juárez por las fuerzas del Sr. Madero quedando prisioneros el general Navarro, su Estado Mayor, y trescientos soldados 253. Informe igual al anterior, transmitido también a la Embajada Mexicana en Washington 254. Informe consular que confirma los dos anteriores 255. Informe consular sobre que la plaza de Ciudad Juárez fue defendida brillantemente, con táctica para impedir perjuicios del lado americano 256. El embajador de México en Guatemala informa de su entrevista con el Presidente Estrada Cabrera, quien da seguridades al gobierno porfirista sobre esa frontera

257. Situación de Ciudad Juárez, ya ocupada por las fuerzas revolucionarias, según un informe consular enviado a la Secretaría de Relaciones y a la Embajada Mexicana en Washington 258. Informa el mayor Chávez desde El Paso, Tex., sobre las condiciones en que se encontraban el Gral. Navarro y otros jefes, y de haber inutilizado los cañones federales que tomaron los revolucionarios 259. La Embajada Mexicana en Washington gestiona la devolución de las armas entregadas por los soldados federales a los americanos en Douglas, Arizona 260. Los ministros de España, Italia y Francia piden garantías al gobierno para sus nacionales, y respuesta oficial 261. Nota del Departamento de Estado sobre negocios mexicanos, y atención prestada a los cónsules mexicanos por E. U. 262. Informe consular sobre diferencias entre el Sr. Madero y el Gral. Orozco, por pedir éste que se fusilara a Navarro 263. Soldados mexicanos puestos en libertad en Colorado, y protesta por la retención de sus armas y pertrechos 264. Protección dada por las autoridades americanas de El Paso, Tex., al Gral. Juan J. Navarro, según el Cónsul Sr. Arriola 265. Proposición que hacen algunos periodistas de E. U. al gobierno mexicano para hacer una campaña de publicidad en su favor 266. Declaran las autoridades de E. U. que las relaciones entre Ciudad Juárez, México, y El Paso, Tex.,no se afectarían por estar la primera en poder de los rebeldes 267. Informe consular sobre la actitud de don Francisco I. Madero ante el ansia de pillaje de las tropas, y la petición de los jefes Orozco y Villa para que el Gral. Navarro fuera fusilado 268. Queda el Gral. Navarro a cargo de las autoridades americanas de El Paso, Tex., las que le impiden toda comunicación 269. El Lic. Emilio Vázquez Gómez dice al Lic. José Vasconcelos que el triunfo de la Revolución será completo, si continúan las cabezas con principios radicales 270. Diferencia en el tratamiento de los americanos a las tropas federales y a los revolucionarios en Ojinaga, Chih., para hacerla notar al

Departamento de Estado 271. Declaraciones del Lic. Rodolfo Reyes al llegar a La Habana, sobre los sucesos políticos de México y la actitud de su padre, Gral. Bernardo Reyes 272. Análisis jurídico del Lic. Roberto Núñez sobre las declaraciones del Departamento de Estado de E. U., y los principios de Derecho Internacional sostenidos por el Embajador de México en Washington 273. El Sr. D. Cosío Pinal pide a don Francisco I. Madero que exija la amnistía para los reos políticos en los tratados de paz 274. Investigación ordenada sobre la denuncia de paso de fuerzas americanas para ayudar a los revolucionarios durante el ataque a Ciudad Juárez 275. Resultado negativo de la llamada a los empleados federales para defender a Ciudad Juárez, según el Jefe Político 276. Informe según el cual no fueron hechos disparos hacia el lado mexicano, desde El Paso, Tex., durante el ataque 277. Convenio celebrado en Ciudad Juárez entre los representantes del Gral. Porfirio Díaz y los de la Revolución, para hacer cesar las hostilidades en todo el territorio nacional. 278. El embajador de México en Washington envía copia de una carta y hace notar la intransigencia del Lic. Emilio Vázquez Gómez contra el régimen del Gral. Díaz 279. Texto de la renuncia a la Presidencia, por el Gral. Porfirio Díaz 280. Don Francisco I. Madero extiende al señor V. M. Rincón Gallardo el nombramiento de capitán 1o. del Ejército Libertador, en Ciudad Juárez 281. Benjamín C. Hill dice que sólo desistiría de atacar a Álamos, Son., si se lo ordena el señor Madero 282. Manifiesto del Sr. Lic. Francisco León de la Barra a la Nación, al asumir la Presidencia de la República 283. Manifiesto de don Francisco I. Madero a la Nación, al renunciar al cargo de Presidente Provisional, considerándose jefe del actual Partido Revolucionario 284. Causas que motivaron la rendición de Ciudad Juárez, según el informe consular de Antonio V. Lomelí

285. Manifiesto de don Francisco I. Madero al Pueblo Mexicano, antes de abandonar a Ciudad Juárez para dirigirse a la capital, en el que reconoce como Presidente Provisional al Lic. Francisco León de la Barra 286. Agradecimiento al Secretario de Estado, Mr. Knox, por su felicitación al Lic. Francisco León de la Barra al asumir éste la presidencia provisional 287. Triunfal recibimiento al señor Madero en Piedras Negras, Coah., desde donde inició su viaje a la Capital 288. Un grupo de jefes revolucionarios del Ejército Libertador entrevista al Presidente interino, Lic. Francisco León de la Barra, y se dirige al Dr. Francisco Vázquez Gómez exigiendo el cumplimiento del Plan de San Luis Potosí 289. El diplomático señor Balbino Dávalos saluda al desterrado general Porfirio Díaz en el puerto de Vigo, Portugal 290. Manifiesto de don Francisco I. Madero al pueblo mexicano después de su entrada triunfal a la ciudad de México 291. Don Francisco I. Madero nombra el Comité Central del Partido Constitucional Progresista, reorganizando al Partido Antirreleccionista para tomar parte en la lucha electoral 292. Jesús María Lobo informa al Dr. J. T. Rodríguez sobre la candidatura de don Venustiano Carranza para Gobernador de Coahuila 293. Acuerdo de un grupo de jefes del Ejército Libertador para hacer que se cumpla el Plan de San Luis Potosí 294. Discurso de don Francisco I. Madero en la ciudad de Puebla, en que hace historia de la lucha anti-reeleccionista y recuerda la gesta heroica de Aquiles Serdán 295. Francisco Villa certifica la muerte del soldado Ezequiel Jaquio, en Casas Grandes, Chih. 296. El señor Evaristo Madero Hernández trata en carta al Lic. Rafael Hernández la cuestión electoral en Coahuila, y opina que “lo mejor será apoyar al Sr. Carranza” 297. Emiliano Zapata comunica a la Sría. de Gobernación que se está concentrando armamento en varias haciendas de Morelos, y considera se trate de un complot contra el gobierno

298. El Dr. Teófilo J. Rodríguez ofrece la candidatura para Gobernador de Coahuila al Lic. Rafael Hernández, oponiéndose a la del señor Carranza y otro aspirante 299. Opina el señor Tomás Berlanga que si el Lic. Rafael Hernández no acepta su candidatura para gobernador de Coahuila, saldrá electo otro candidato, pero no el señor Carranza 300. Entrevista del Gral. Bernardo Reyes con don Francisco León de la Barra y don Francisco I. Madero, y ruptura de su compromiso de aceptar el Ministerio de la Guerra 301. El señor J. N. Carreón prevé dificultades en el licenciamiento de las fuerzas del general Emiliano Zapata, y ataca a algunas otras personas 302. Don Francisco I. Madero, en carta al Lic. Federico González Garza, analiza la situación política y muestra gran optimismo por haber obtenido la Revolución el triunfo más hermoso y no tener enemigo al frente Ilustraciones