La poesía cancioneril del siglo XV: antología y estudio
 9783954878758

Table of contents :
INTRODUCCIÓN
BIBLIOGRAFÍA
NOTA PREVIA
POESÍA CANCIONERIL DEL SIGLO XV ANTOLOGÍA. Teil 1
POESÍA CANCIONERIL DEL SIGLO XV ANTOLOGÍA. Teil 2
GLOSARIO
ÍNDICES
ÍNDICE

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López La poesía cancioneril del siglo XV: Antología y estudio

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MEDIEVALIA HISPANICA Editado por Maxim Kerkhof

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Brian Dutton Victoriano Roncero López

La poesía cancioneril del siglo XV: Antología y estudio

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Bibliographic information published by Die Deutsche Bibliothek Die Deutsche Bibliothek lists this publication in the Deutsche Nationalbibliografie; detailed bibliographic data are available on the Internet at http://dnb.ddb.de

La publicación de este libro se ha beneficiado de la ayuda de la State University of New York at Stony Brook, la cual financió parte del proyecto de investigación.

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Introducción

INTRODUCCIÓN

1. Introducción general La época comprendida entre los últimos años del siglo XIV y los primeros del siglo XVI constituye, sin lugar a dudas, el momento de mayor florecimiento de la poesía, al menos en cantidad, en España y Europa en la época medieval; se conservan más de 7.000 poemas de más de 700 poetas, número que supera con mucho la producción de, por ejemplo, la poesía trovadoresca cifrada por Martín de Riquer en 2.542 composiciones de unos 350 poetas conocidos «y varios accidentalmente anónimos»1, o de la poesía galaico-portuguesa, con un número mucho menor de poemas conservados; Tavani habla de 1679 cantigas2. La gran cantidad de poemas y poetas y su influencia en la tradición poética española y europea posterior, de la que hablaremos más adelante, no se han visto correspondidas hasta hace poco tiempo con la atención y comprensión de la crítica. Tras la edición del Cancionero general de Hernando del Castillo publicada en Amberes en 1573 un silencio casi absoluto se cernió sobre la poesía del siglo XV. El renacimiento que experimentó la poesía anterior, gracias a la labor de Tomás Antonio Sánchez (Madrid, 1780-1790), no afectó a la consideración ni a la posible edición de la poesía de nuestro siglo XV. Sin embargo, en 1807 una comisión especial recibió el encargo real de preparar una edición de la poesía cancioneril, que recopiló una colección de poesías en edición casi terminada que se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid, manuscritos 3755-3765. Me parece interesante reproducir el texto de la carta de encargo3, ya que representa un interesante testimonio del interés que se despertó en el siglo XIX por esta parcela de nuestra literatura: 1

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«Introducción a la lectura de los trovadores», en Los trovadores. Historia literaria y textos, I, Barcelona, Planeta, 1975, p. 9. La poesia lirica galego-portoghese, Grundriss der romanischen Literaturen des Mittelalters, vol. II, 1, fasc. 6, Heidelberg, Carl Winter, 1980, p. 7. Cito por Brian Dutton, El cancionero del siglo XV (c.1360-1520), I, Salamanca, Biblioteca Española del Siglo XV, 1990, p. v.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Señor don Francisco Antonio González: El excelentísimo señor don Pedro Cevallos me ha comunicado el oficio siguiente. Para que la Imprenta Real se ocupe conforme a su instituto en beneficio de la instrucción pública, ha resuelto S.M. que se forme un cancionero general del siglo 15, en los términos propuestos por v.s. en su papel de 29 del pasado. Y ofreciéndose v.s. para su desempeño juntamente con don Martín Fernández Navarrete, don Manuel Abella, don Francisco Antonio González, acepta S.M. gustosísimo tan generosas ofertas y me manda dar a todos las gracias más expresivas diciéndoles que está muy satisfecho de que la ejecución de la obra corresponderá a la alta opinión que justamente le merecen el talento, instrucción, buen gusto e infatigable laboriosidad de tan acreditados literarios. De Real Orden lo comunico a v.s. para su inteligencia y la de los demás asociados a la empresa: y con esta misma fecha paso oficio al señor Marqués Caballero para que se faciliten de la biblioteca particular de S.M. todos los cancioneros impresos y manuscritos que en ella hubiere; y le paso también al subdelegado de la Imprenta Real para que de los fondos de ésta se abonen los gastos que la empresa ocasione. Dios guarde a v.s. muchos años. San Lorenzo. 29 de setiembre de 1807. Lo participo a v.s. para su inteligencia y si gusta pasar a mi posada el martes 6 del corriente a las 5 de la tarde a tratar de la empresa. Dios guarde a v.s. muchos años. Madrid 4 de octubre de 1807. Juan Crisóstomo Ramírez Almazanón.

La invasión francesa de 1808 puso fin a tan encomiable proyecto. Hubo que esperar hasta mediados del siglo XIX, concretamente 1851, para que apareciera una edición de poesía del siglo XV, la que preparó Pedro José Pidal del Cancionero de Baena, cancionero perdido en la francesada, que apareció en Londres y terminó en la Bibliothèque Nationale de París. También en estos años contamos con las copias que encargó José Amador de los Ríos de varios cancioneros custodiados en Londres y en París. En 1872 salió de las prensas madrileñas una edición del Cancionero de Estúñiga4 y ya a partir de mediados de la centuria anterior se han ido editando otros cancioneros, como se puede apreciar en la bibliografía. A estos esfuerzos hay que unir otros intentos «más modestos y menos sistemáticos» de otros eruditos decimonónicos que ordenaron copias de cancioneros conservados en distintas bibliotecas5. Ya a principios del siglo XX, Foulché-Delbosc publicó una especie de antología de más de 1.400 poemas que facilitaron al lector interesado la lectura de una parte bastante significativa de nuestra lírica cancioneril6. Pero, a pesar de contar con algunos 4

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Cancionero de Lope de Estúñiga, códice del siglo XV, ed. del Marqués de la Fuensanta del Valle y José Sancho Rayón, Madrid, Colección de Libros raros y curiosos, t. IV, 1872. Vid. Jules Piccus, «The Nineteenth-Century Cancionero del siglo XV», Kentucky Foreign Language Quarterly, VI (1959), pp. 121-125, y Carmen Parrilla, «De copias decimonónicas de cancionero», «Nunca fue pena mayor», pp. 517-530. Cancionero castellano del siglo XV, 2 tomos, Madrid, Nueva Biblioteca de Autores Españoles, 1912-1915.

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cancioneros ya impresos, la opinión de la crítica sobre esta poesía ha sido absolutamente negativa. Muchos de los críticos del siglo XX han aceptado sin cuestionarlos los juicios condenatorios de Menéndez Pelayo, que, en su Antología de poetas líricos castellanos, juzgó severamente la poesía amorosa de la época de los Reyes Católicos, olvidando que esta poesía refleja los gustos de ese momento histórico y que, como señala Keith Whinnom, el crítico debe acercarse al texto tomando en cuenta el gusto de la época, ya que, en palabras del hispanista inglés, «el crítico que rechaza o pasa por alto el juicio estético de los coetáneos del autor que estudia, demuestra, a mi ver, una falta de humildad y una desmesurada confianza bastante difícil de justificar»7. La tarea de revalorización de esta parte de nuestra poesía comenzó con el magnífico trabajo de Pierre Le Gentil8 y continuó con la labor de dos medievalistas ingleses, ya tristemente fallecidos, Keith Whinnom y Brian Dutton9. La labor de estudio y ediciones de los textos de estos dos medievalistas ingleses han establecido un sólido cimiento para los posteriores trabajos sobre la poesía cuatrocentista española10. Con posterioridad o simultaneidad a los trabajos de estos dos críticos ingleses citados, los trabajos de especialistas españoles como Pedro Cátedra, Vicente Beltrán, Joaquín González Cuenca, Ángel Gómez Moreno o Nicasio Salvador Miguel, o extranjeros como Alan Deyermond, Dorothy S. Severin, Michel Garcia, han contribuido a revalorizar este grupo de poesías escritas en castellano. Quiero terminar este breve apartado con las palabras de uno de estos críticos en las que mejor se puede apreciar este proceso de recuperación de la poesía del siglo XV: El estilo cortés es, por su nutrida descendencia, uno de los capítulos básicos de nuestra historia poética. Pero nos dio también una lección imborrable de buen hacer literario con su extraordinaria capacidad para extraer hasta las últimas potencialidades estéticas de un vocabulario reducidísimo, una sintaxis muy simple, el más corriente de los versos castellanos y unos contenidos asendereados ya por más de cuatro siglos de uso ininterrumpido en todas las lenguas de Europa. El suyo fue un proceso de experimentación constante y decidida que, en cierto sentido, venía impuesta por su tradición literaria. Y es esta experimentación eminente verbal el mejor legado de nuestra lírica cortés a la historia de la poesía11. 7

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Keith Whinnom, La poesía amatoria de la época de los Reyes Católicos, University of Durham, 1981, p. 20. En este libro, pp. 9-11, se recoge una antología de los juicios negativos de Menéndez Pelayo, Menéndez Pidal, Pedro Salinas, Dámaso Alonso, entre otros. La poésie lyrique espagnole et portugaise à la fin du Moyen Âge, 2 tomos, Rennes, Plihon, 1949-1953. El cancionero del siglo XV (c. 1360-1520), 7 tomos, Salamanca, Biblioteca Española del siglo XV, 1990-1991. Una buena prueba de este auge de los estudios sobre la lírica del siglo XV la constituye el hecho de que en el volumen «Nunca fue pena mayor». Estudios de literatura española en homenaje a Brian Dutton, Cuenca, Universidad de Castilla-La Mancha, 1996, de los 47 trabajos publicados casi la mitad, exactamente 21, se hayan dedicado a distintos aspectos de la poesía cancioneril. Vicente Beltrán, El estilo de la lírica cortés. Para una metodología del análisis literario, Barcelona, PPU, 1990, p. 46.

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1.1. Trasfondo histórico Hemos iniciado la introducción destacando el gran número de poetas que produjeron los reinos españoles durante el siglo XV, profusión literaria que tiene su origen, como vamos a ver, en factores históricos y sociales que confluyeron en el desarrollo de la sociedad española de 1400. Por ello creo que es necesario para la total comprensión del fenómeno de la literatura cancioneril exponer aquellos hechos que influyeron en su nacimiento y desarrollo. Durante los siglos XIV y XV Europa sufrió una importante crisis agraria que afectó no sólo a la economía, sino que también lo hizo, y como consecuencia de ello, al entramado social. En esta época se operó una «transformación nobiliaria» que sustituyó a la vieja nobleza por una nueva12. En Castilla y Aragón también se vivió este fenómeno, que en Castilla se vio agravado por la guerra civil que de 1364 a 1369 mantuvieron Pedro I y su hermanastro, Enrique, que, tras el asesinato del primero en los campos de Montiel, subió al trono con el nombre de Enrique II. Esta fue una de las causas importantes que incidieron en la sustitución de estas viejas familias por nuevos linajes. Otras razones que explican este recambio fueron: la extinción biológica de diversas casas nobiliarias, producto de la endogamia o de enfermedades; las campañas militares contra los musulmanes o las contiendas civiles; la firme actitud de Alfonso XI frente a la vieja nobleza y las persecuciones y ejecuciones de Pedro I13 que provocaron el aniquilamiento de algunas de ellas y el exilio o desnaturalización de otras14, y, por último, el exilio de representantes de 12

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Vid. José Ángel García de Cortázar, La época medieval, vol. 2 de la Historia de España, dirigida por Miguel Artola, Madrid, Alianza, 1988, pp. 333 y ss. Las conclusiones de este estudio son las que sigo en este apartado. Vid. también los siguientes trabajos de Salvador Moxó: «De la nobleza vieja a la nobleza nueva. La transformación nobiliaria castellana en la Baja Edad Media», Cuadernos de Historia, 3 (1969), pp. 1-210; «La promoción política y social de los ‘letrados’ en la corte de Alfonso XI», Hispania. Revista Española de Historia, 35 (1975), pp. 5-29, y «La sociedad política castellana en la época de Alfonso XI», Cuadernos de Historia, 6 (1975), pp. 187-326. Recuérdense las últimas palabras de Pero López de Ayala sobre Pedro el Cruel: «e mató muchos en su regno, por lo qual le vino todo el daño que avedes oído»; cito por Pero López de Ayala, Crónica del rey don Pedro, en Crónicas, ed. de José-Luis Martín, Barcelona, Planeta, 1991, p. 434. En El Victorial se caracterizaba así al mismo rey: «El rey don Pedro fue hombre que usava bibir mucho a su boluntad. Mostrava ser muy justiçiero, mas tanta era la su justiçia, e fecha de tal manera, que tornava en crueldad»; cito por Gutierre Díez de Games, El Victorial, ed. de Alberto Miranda, Madrid, Cátedra, 1993, p. 241. Como ejemplo de este recurso véase la carta de desnaturalización de don Juan Manuel: «[P]or deseredamientos que fizo e quiere fazer a donna Johanna, en la qual heredat he yo derecho e por desheredamientos que fizo a mi e a don Ferrando mio fijo e por otros agrauamientos que fizo contra el mi cuerpo queriendome matar en muchas maneras desaguisadas porque por tales cosas segunt fuero de Castiella se puede todo vasallo desnaturar del su Rey

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algunas antiguas casas nobiliarias por el advenimiento de la dinastía de los Trastámara. La aparición de estos nuevos linajes, entre los que se encuentran los Velasco, Álvarez de Toledo, Ayala, Pacheco o Mendoza, no fue simultánea, sino que se escalonó, según García de Cortázar, en tres momentos: el primero de ellos corresponde con la subida al poder de Enrique II de Trastámara, en 1369, que, como sus sucesores, concedió a estos nuevos linajes mercedes regias, como la jurisdicción y tributos en sus señoríos. El segundo momento se corresponde con la fracasada intervención de Juan I de Castilla en Portugal en 1385. El tercero comprende el período 1464-1474, últimos años del reinado de Enrique IV, que comienzan con la alianza de la oligarquía nobiliaria contra Enrique que había iniciado una recuperación de su poder; en un primer momento quieren sustituir al rey por Alfonso, su hermano, y después por su hermana Isabel, aunque al final volvieron a aliarse con Enrique por el autoritarismo de la futura Isabel I. La nueva nobleza acumuló un gran poder económico y político que le permitió dominar cinco décimas partes del territorio ibérico y una gran cantidad de vasallos; como ejemplo baste citar los 100.000 que se calcula llegó a poseer don Álvaro de Luna, el favorito de Juan II, y los 150.000 de don Enrique de Villena. La mentalidad de este nuevo grupo de linajes convierte al viejo guerrero castellano en un cortesano, y los castillos en palacios, centro de refinadas cortes en las que la «cortesanía, delicadeza poética, refinamiento artístico parecen convivir sin dificultad con la violencia y opresión señorial que en parte procurarán a sus protagonistas rentas y ocio»15. Esta nobleza acepta y empieza a vivir el ideal clásico de las armas y las letras, reactualiza el mundo de la caballería, organiza fiestas y torneos para demostrar que merece el nuevo estatus adquirido16. Recuérdense aquí las palabras del prologus Baenensis: los reyes e prínçipes e grandes señores usaron e usan ver e oír e tomar por otra manera muchos comportes e plazeres e gasajados, assí como ver justar e tornear e correr puntas e jugar cañas e lidiar toros, en ver correr e luchar e saltar saltos peligrosos, e en ver jugar esgri-

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e de su senyor... me podia y deuia desnaturar del et de que houe este acuerdo oy martes XXX dias del mes de jullio despedi et desnature a mi et a don Ferrando mio fijo et a Sancho Manuel mio fijo et a Roy Gonçaluez de Castañeda et a todos los mios amigos et mios vasallos et fago saber a uos que de oy dia dicho en adelante que non so su vasallo ni su natural et que yo et don Ferrando mio fijo et todos los otros susodichos somos espedidos et desnaturados del’; citado por Purificación Martínez, El contraste ideológico en la representación del reinado de Alfonso XI en la «Crónica» y la «Gran Crónica» de Alfonso XI, tesis doctoral presentada en SUNY-Stony Brook, 1996, p. 33. José Ángel García de Cortázar, op. cit. p. 336. Sobre este tema vid. el imprescindible libro de Roger Boase, El resurgimiento de los trovadores. Un estudio del cambio social y el tradicionalismo en el final de la Edad Media en España, Madrid, Ediciones Pegaso, 1981.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López ma de espadas e dagas e lança e en jugar [a] la vallesta, a la frecha e a la pelota, e en ver jugar otros juegos de mano e de trepares e otrosí jugando otros juegos de tablas, de exedres e dados, con que se deportan los señores, e naipes e otras muchas e diversas maneras de juegos17.

En estas actividades gastaba la nobleza grandes sumas de dinero siguiendo la tradición de que la generosidad y la ostentación eran propias del grupo de los bellatores18. Dentro de este ideal se inscribe la profesión de la poesía, que era aceptada ya desde la época provenzal como forma de expresión del caballero hacia su amada, tal y como recoge el ya citado Victorial19. De esta manera, la poesía y su ejercicio son presentados como actividades propias y necesarias del galán cortesano de esta época: Flauta, laut, vihuela del galan son bien amigos; cantares tristes antigos es cosa que lo consuela20.

A este deporte se dedicaron no sólo los miembros de la nobleza que veían en él una forma de mantener su «estatus», sino que también la realeza y altos cargos eclesiásticos compusieron poemas dentro de esta tradición cortesana europea, de la que la poesía provenzal, la galaico-portuguesa y la castellana del siglo XV constituyen importantes y significativas manifestaciones.

1.2. Trasfondo cultural Alrededor del año 1100 surgió en el sur de Francia un nuevo tipo de poesía, heredera de la poesía latina medieval, pero que se compone en lengua vernácula, la langue d’oc. En estos primeros años del siglo XII vivió y escribió Guilhem de Peitieu (Guillermo de Poitiers), IX duque de Aquitania, del que conservamos 11

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Cito por Cancionero de Juan Alfonso de Baena, ed. de Brian Dutton y Joaquín González Cuenca, Madrid, Visor, 1993, p. 6. Maurice Keen, La caballería, Barcelona, Ariel, 1986, p. 287. Sobre el lujo que se vivía en algunas cortes europeas vid. Johan Huizinga, El otoño de la Edad Media, Madrid, Alianza, 1994, pp. 363-366. «y aún [los caballeros] fazen dellas [de las señoras] y por su amor graçiosas cantigas e savorosos dezires, e notables motes, e valadas, e chaças, e reondelas, e lais, e virolais, e complaincas, e sonjes, e sombais, e figuras, en que cada uno aclara por palabras e loa su intençión e propósito»; ed. cit., pp. 288-289. Cito por Brian Dutton, El cancionero del siglo XV, I, pp. 529-530. Sobre las figura del galán vid. Ana Menéndez Collera, «La figura del galán y la poesía de entretenimiento de finales del siglo XV», en «Nunca fue pena mayor», pp. 495-505.

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poesías, y que es considerado como uno de los primeros trovadores provenzales. Su nacimiento posee ciertas concomitancias con el de nuestra poesía cuatrocentista: el de las tensiones sociales. Köhler presenta los orígenes de la poesía provenzal en las tensiones entre la baja nobleza y la alta feudalidad21. Es, pues, una literatura nacida en la corte y transitada, al igual que la castellana, por la aristocracia y la nobleza de la época: Alfonso II de Aragón, Federico II de Sicilia, el papa Clemente IV, el ya citado Guilhem Peitieu, o Jaufré Rudel, príncipe de Blaia, son algunos de los importantes personajes de la época de los que conservamos textos poéticos. Esto no quiere decir, sin embargo, que todos los autores provenzales pertenecieran a este grupo, también los hallamos entre los laboratores, y un buen ejemplo lo tenemos en Marcabrú, trovador que ejerció el oficio de juglar. Su origen se ha precisado a principios del siglo XII y su final se suele situar a finales de la centuria siguiente, aunque algunos poetas catalanes utilizaron el provenzal como lengua poética hasta mediados del siglo XV. Su influencia se extendió a todos los confines de la Europa occidental; sobre todo a Italia y al reino de Aragón (en especial, Cataluña), que adoptaron esta tradición como propia; trovadores catalanes fueron: Cerverí de Girona, Guillem de Berguedà, Guillem de Cabestany o Ramon Vidal de Besalú, entre otros. Si estas dos regiones europeas fueron las que mejor asimilaron la tradición provenzal no fueron las únicas. Por lo que se refiere a los restantes reinos peninsulares también poseemos datos de la presencia de autores provenzales, ya sean franceses, italianos o catalanes, en las cortes castellana, leonesa y portuguesa22. Por lo que se refiere al reino de Castilla, la primera visita atestiguada parece ser la del citado Marcabrú que estuvo en la corte de Alfonso VII, predicando la cruzada contra los almorávides. Durante el reinado de Alfonso VIII la corte castellana se convirtió en el «centro preferido en España por los poetas occitánicos», en palabras de Menéndez Pidal23. Guillem de Berguedá, Vidal de Besalú, Peire Vidal, Aimeric de Perguilham, se hallaron al lado del monarca, bien como simples visitantes, bien buscando su patronazgo económico. Otro rey castellano-leonés que atrajo a gran cantidad de trovadores y juglares de lengua provenzal fue Alfonso X; como señala Alvar, desde el mismo momento de la muerte de Fernando III «empezaron a llegar trovadores a la corte castellana, muchos de ellos originarios de Italia»24. Bonifaci Calvo, Arnaut Catalan, Bretran d’Alamanon o Paulet de Marselha se encuentran entre los visitantes del Sabio 21 22

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Citado por Martín de Riquer, Los trovadores, I, p. 25. Vid. sobre todo el libro de Carlos Alvar, La poesía trovadoresca en España y Portugal, Barcelona, Planeta, 1977. Esta obra supera los meritorios trabajos anteriores de Milá y Fontanals, De los trovadores en España, y las páginas dedicadas al tema por Ramón Menéndez Pidal, Poesía juglaresca y juglares, Madrid, Espasa-Calpe, 19757. Poesía juglaresca y juglares, p. 88. La poesía trovadoresca en España y Portugal, p. 181.

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monarca. Durante este último reinado, se produce un cambio importante en el mundo poético cortesano y la lengua provenzal es reemplazada por el gallego-portugués, con lo que esto conlleva de innovaciones temáticas y estilísticas. Escasas noticias nos han llegado sobre los juglares castellanos de esta época de predominio provenzal. Menéndez Pidal supone que debieron existir un número elevado de juglares que cantarían en castellano composiciones que imitaban el estilo provenzal y además dispondrían en su repertorio «de otras poesías más francamente populares, fundadas en estribillos o canciones populares»25. Desgraciadamente, y como es habitual en nuestra literatura medieval, se han perdido estos textos, por lo que como escribía Margit Frenk, debemos movernos «entre sombras»26. Únicamente contamos como restos de esa lírica con las jarchas y con aquellos versos recogidos por Lucas de Tuy en 1236 sobre la derrota de Almanzor: En Calatañaçor Almançor perdió ell atamor.

También los reinos de León y de Navarra recibieron las visitas, eso sí, menos numerosas, que en el caso de Castilla, de los trovadores y juglares provenzales. Portugal recibió de la misma manera la influencia provenzal, pero en este caso a la estancia en la corte portuguesa de trovadores y juglares en esa lengua, en número mucho menor que en la corte castellana27, hay que añadir varias circunstancias de carácter político, sobre todo; hay que destacar el hecho de que es el Conde de Borgoña el que independiza el condado de Portugal, que le acompañaron nobles franceses y que en las repoblaciones del reino se atrajo a colonos del sur de Francia y de Flandes. Por otra parte, Portugal siempre mantuvo una política de alianzas con Francia mediante los matrimonios de reyes portugueses con princesas francesas, o viceversa; hay que tener también en cuenta la «larga estancia del Conde de Bolonia en la corte de Francia, y su regreso a Portugal rodeado de hábitos franceses»28. Como última circunstancia hay que destacar el posible contacto de trovadores gallegos y provenzales en las cortes castellanas de Alfonso VIII y Alfonso X, como ha mantenido J-M d’Heur29. 25 26

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Poesía juglaresca y juglares, p. 101. Margit Frenk Alatorre, Entre folklore y literatura (Lírica hispánica antigua), México, El Colegio de México, 1971, p. 5. Vid. István Frank, Les troubadours et le Portugal, Lisboa, 1949; además el libro de Carlos Alvar, La poesía trovadoresca en España y Portugal, donde se recogen las escasas noticias que poseemos sobre este tema. Carlos Alvar y Ángel Gómez Moreno, La poesía lírica medieval, vol. 1 de la Historia critica de la Literatura Hispánica, Madrid, Taurus, 1987, p. 53. Jean-Marie d’Heur, Troubadours d’oc et troubadours galiciens-portugais, París, 1973. Esto explicaría la aparición de dos coplas escritas en gallego en dos composiciones provenzales:

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La influencia de la poesía provenzal en los dominios del antiguo imperio romano (sobre todo en la poesía gallego-portuguesa, en el stil nuovo y en la poesía castellana del siglo XV) se refleja tanto en la forma como en el fondo. Los trovadores provenzales crearon y exportaron el concepto del amor cortés o fin’amors, concepto de la lírica amorosa que pervivió evolucionado en la poesía europea hasta finales del siglo XVII30. Dentro de esta concepción destaca la apreciación de la mujer como señor feudal y del amante, por tanto, como su vasallo. Otros elementos de la casuística amorosa de nuestra poesía cuatrocentista se hallan ya en la poesía trovadoresca: las referencias a la crueldad de la amada, la descripción del amor como enfermedad, la imagen del amante como prisionero, el gozo del amante liberado, la resignación ante la imposibilidad de ser correspondido, etc. Muy unida a esto se halla la alusión, que vamos a ver repetida en la poesía cancioneril castellana, de que la poesía surge del amor, del corazón. En la primera generación de poetas cancioneriles se conserva la tradición de la senhal o nombre convenido para llamar a la dama: así Pero Ferruz distinguirá a su amada como Belaguisa y Francisco Imperial creará el de Estrella Diana. Por lo que se refiere al aspecto formal, la influencia de los trovadores se inicia ya con la exigencia de la perfección técnica: la técnica formal a que inexorablemente se halla sometida la poesía trovadoresca es complicada, difícil y rigurosísima. El trovador se ve precisado a ir creando simultáneamente las palabras y la tonada de la canción, y a sujetarla a leyes métricas y rítmicas inviolables y a esquemas estróficos fijos, en donde no se toleran ni libertades poéticas ni la más pequeña sombra de inhabilidad31.

Esta rigurosidad técnica la persiguen también los poetas castellanos y proviene de este afán de perfección que persiguen sus antecesores del norte de los Pirineos. Géneros que se inventan o se desarrollan en los siglos XII o XIII pasan al acerbo poético de nuestro siglo XV: la cansó, el sirventés, la tensó, la pastorela. La regularidad absoluta de los versos, los distintos tipos de rimas proceden también de la poesía en lengua d’oc. Todo ello demuestra la importancia de esta lírica cortesana, cuyas huellas se aprecian en la poesía gallego-portuguesa. Aunque debió existir una lírica escrita en

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una cobla de Cerverí de Girona (Riquer, III, pp. 1571-1573), y un sirventés de Bonifaci Calvo (Riquer, III, pp. 1422-1423). Vid. como ejemplo Otis H. Green, El amor cortés en Quevedo, Zaragoza, 1955, donde se concluye que Quevedo «heredó de los predecesores españoles una forma adaptada y evolucionada del concepto caballeresco del amor. Purgado progresivamente de licencias y adaptado al galanteo y matrimonio cristianos, conservó, sin embargo, una modalidad inconfundible del modelo tradicional del amor cortés»; pp. 134-135. Martín de Riquer, op. cit., I, p. 70.

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esta lengua vernácula con anterioridad a la conservada no tenemos ningún testimonio que lo confirme. La composición más antigua escrita en gallego-portugués es una sátira política de Johan Soarez de Pavha, escrita alrededor de 1200. A partir de este momento se han establecido cuatro momentos en la evolución de esta lírica peninsular32: el primero de ellos comprende desde 1200 hasta 1245 y se caracteriza por la aclimatación de algunas formas francesas y provenzales33. La segunda época, que se extiende entre 1245 y 1280, se corresponde con el reinado de Alfonso X, y en ella el centro de la lírica gallega se traslada a la corte del Rey Sabio. La tercera se sitúa entre 1280 y 1300 y está dominada por la figura y la obra del rey Don Denis, cuya corte se convierte en el epicentro lírico. Estas dos etapas son consideradas por los estudiosos como la época clásica de la poesía lírica gallego-portuguesa. La última, denominada «post-dionisíaca», abarca el período comprendido entre 1300 y 1350. En esta época, en la década de 1340, el Conde de Barcelos recopiló un Livro das cantigas que se ha perdido, lo mismo que aquel libro que parece ser perteneció a doña Mencía de Cisneros, abuela del Marqués de Santillana34, que recogería gran parte de la producción del rey Don Denis. A partir de este año de 1350, prácticamente nada conservamos de la lírica portuguesa. No quiere esto decir que no se continuara escribiendo este tipo de poesía, sino que simplemente no ha llegado hasta nosotros ningún testimonio de esta época. Desde mediados del siglo XIV, según Deyermond, la poesía de Castilla y de Portugal parecen haberse diferenciado sólo por la lengua: «the two form a single tradition, with Castilian poetry as the dominant element»35. A esta tradición pertenecen los poemas recogidos en el Cancioneiro geral de García de Resende (Lisboa, 1516). Menéndez Pidal estableció la fecha de 1230 como el inicio del florecimiento de la juglaría gallega, concretamente durante el reinado de Fernando III, rey criado precisamente en Galicia, por lo que su corte atrajo a trovadores juglares de esta len32

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Vid. Antología de la poesía gallego-portuguesa, ed. de Carlos Alvar y Vicente Beltrán, Madrid, Alhambra, 1989, pp. 5-9. Vid. M. Rodrigues Lapa, Lições de Literatura Portuguesa. Época medieval, Coimbra Editora, 19564, pp. 114-122. «Acuérdome, señor muy magnífico, syendo yo en hedad no prouecta, mas asaz pequeño moço, en poder de mi auuela doña Mençía de Çisneros, entre otros libros, auer uisto vn gra(n)de uolume(n) de cantigas, serranas e dezires portugueses e gallegos; de los q(ua)les, toda la mayor p(ar)te era del Rey don Donís de Portugal»; cito por El «Prohemio e carta» del Marqués de Santillana y la teoría literaria del siglo XV, ed. de Ángel Gómez Moreno, Barcelona, PPU, 1990, p. 60. Alan Deyermond, «Baena, Santillana, Resende and the silent century of Portuguese Court Poetry», Bulletin of Hispanic Studies, LIX (1982), p. 208. Vid. también el estudio de Rafael Lapesa, «La lengua de la poesía lirica desde Macías hasta Villasandino», Romance Philology, VII (1953-1954), pp. 51-59.

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gua36. En la corte del Rey Santo y de su hijo residieron Bernardo de Bonaval, Pero da Ponte37, Martin Soarez o Alfons’Eanes do Coton, entre otros. A partir de aquí, y con la tradición provenzal como referente común, se estableció una nueva tradición literaria en los reinos occidentales de la Península Ibérica, con una lengua común: el gallego-portugués38. Poetas de otros reinos peninsulares escribieron en gallego; empezando por el propio Fernando III a quien se atribuye la cantiga «Virgin madre gloriosa»39. A este monarca hay que añadir los nombres de Alfonso el Sabio, de Pero García Burgalés y de Nuno Fernández Torneol, entre los de origen castellano; aragoneses o catalanes son Martín Moya, Johan de Gaya y Estevan da Guarda. El triunfo de la poesía gallega sobre la occitánica en esta época puede deberse a dos factores: por una parte, a la decadencia en que se veía sumida la poesía provenzal; por la otra, a la mayor facilidad de comprensión de la lengua gallega por parte de los cortesanos castellanos y leoneses. Otra tercera razón habría que buscarla en el apoyo que los monarcas castellanos dieron a los juglares y trovadores gallego-portugueses que visitaron la corte. Cuando la lírica gallega empiece a decaer se producirá un fenómeno interesante: el del hibridismo lingüístico: «el cultivo de la lírica gallega en Castilla y por castellanos, al tiempo que empezaba a desarrollarse la producción en lengua nativa, originó la formación de un lenguaje convencional a base de mezcla»40. La influencia de la poesía gallego-portuguesa en la lírica castellana, con el fondo común de los provenzales, se refleja sobre todo en una comunidad de temas y actitudes estudiados por Lapesa41. Donde mejor se aprecia esta «comunidad» es en la poesía de tema amoroso, representada en la lírica gallega por las cantigas de amor y de amigo, estas últimas ausentes de la tradición poética castellana42. Algunos de los temas y conceptos más repetidos en estas dos vertientes de esta misma tradición poética del amor cortés son: la alabanza de la dama y el servirla, la alegría que produce en el poeta el servir a su dama, el ocultar el nombre de la dama, la cruel-

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Poesía juglaresca y juglares, p. 106. Contra este trovador escribió Alfonso X una cantiga de escarnio, cuyo primer verso es: «Pero da Ponte, pare-vos en mal». Vid. Giuseppe Tavani, Poesia Del Duecento nella Penisola Iberica. Problemi della lirica galego-portoghese, Roma, Edizioni dell’Ateneo, 1969, sobre todo el capítulo 1. El texto puede leerse en Antología de la poesía gallego-portuguesa, pp. 402-403. Rafael Lapesa, «La lengua de la poesía lírica desde Macías hasta Villasandino», p. 59. Rafael Lapesa, La obra literaria del marqués de Santillana, Madrid, Ínsula, 1957, pp. 10-15. «La poesía amatoria de los cancioneros cuatrocentistas se manifiesta como la directa heredera de los trovadores gallego-portugueses, aunque la sustitución de su lengua por el castellano y de sus géneros por la forma fija enmascarasen, a primera vista, su parentesco»; Carlos Alvar y Vicente Beltrán, Antología..., p. 66.

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dad de la amada que causa la desgracia del enamorado, la complacencia con el dolor sufrido por amor, etc. También se ha puesto de manifiesto la pervivencia en el léxico de la poesía cuatrocentista de términos como fermosura o cuita, abundantes en la poesía gallego-portuguesa43. Pero no sólo la temática reproduce la tradición de las cantigas, sino que también el cuidado por la forma poética traspasa la barrera lingüística. Los poetas gallegoportugueses se afanan por conseguir un poema perfecto en su forma. Una buena prueba de ello la ofrecen las cantigas de escarnio en las que se atacan a ciertos trovadores acusándolos de irregularidades en sus composiciones; así Johan Perez D’Avoyn le espeta a Lourenço: Lourenzo, so˝as tu guarecer como podias per teu citolon, ou ben ou mal, non ti digu’eu de non. E vejo-te de trobar trameter e quero-t’eu d’esto desenganar: ben tanto sabes tu que é trobar ben quanto sab’o asno de leer44.

Acusaciones de este tipo las veremos repetidas en la poesía castellana del siglo XV cuando un poeta acuse a otro de no conocer el arte de la poesía y le recomiende que se dedique a otro oficio con el que pueda ganarse mejor la vida; así el Comendador Román recomienda a Antón de Montoro: «que dexés este trobar / y que os váys a remendar»45. A estas dos corrientes cabría añadir la del dolce stil nuovo, denominación forjada por Dante (Purgatorio, XXIV), grupo que floreció en Italia entre 1270 y 1310. Al igual que los provenzales y los gallego-portugueses, estos poetas mostraron un gran interés por la perfección técnica de su poesía y a ellos debemos la aparición y desarrollo de ciertas formas fijas como el soneto. Pero su aportación más importante a la lírica europea se encuentra en la poesía amorosa con el abandono de la concepción feudal de la relación poeta-amada, transformación conceptual que tiene su origen en el entorno social de los poetas; los provenzales viven en una sociedad feudal, mientras que los stilnovistas han nacido en una sociedad de comerciantes burgueses del norte de Italia. La amada es contemplada como un ser perfecto, cuasi divino, situada espiritualmente muy por encima del amante. Esta concepción supo-

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Vid. Saverio Panunzio, «Dalle cantigas d’amor galego-portoghesi alla lirica castigliana: convergenze e innovazioni», Annali. Sezione Romanza, XXXV, 2 (1993), pp. 539-555. Antología de la poesía gallego-portuguesa, p. 280. Cito por Antón de Montoro, Cancionero, ed. de Marcella Ciceri, intr. y notas de Julio Rodríguez Puértolas, Salamanca, Biblioteca Española del siglo XV, 1991, p. 205.

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ne el abandono de un tema muy caro a los provenzales, y que aparecerá en nuestra poesía cancioneril, el de la belle dame sans merçi. La superioridad espiritual produce una poesía elogiosa de la amada, que continuará en la poesía de Francesco Petrarca, poeta cuya obra, sobre todo el Canzoniere o Francisci Petrarche Rerum vulgarium fragmenta, tanto influirá en la lírica española, sobre todo en la del Siglo de Oro. La influencia petrarquista en nuestra poesía cancioneril es bastante difícil de precisar, aunque me parece acertada la afirmación de Lapesa de que ninguno de los poetas anteriores a Santillana conocía el Canzoniere46. La dificultad para establecer las influencias petrarquistas en la poesía española cuatrocentista se acentúa al considerar el fondo provenzal en el que se hallaba inmerso la lírica del poeta de Arezzo. Por esta razón Lapesa apunta algunas características cancioneriles afines al petrarquismo: idea del amor por destino, impuesto a pesar del albedrío humano; profundización en la pintura de las contradicciones internas; aumento del melancólico placer de los recuerdos, y una mayor sensibilidad ante la naturaleza. Nos queda por último destacar la influencia francesa, quizás no tan importante como las anteriores, pero que también se hizo notar en la poesía del siglo XV. Los orígenes de este influjo hay que buscarlos en la estancia en España de las Compañías Blancas en apoyo de Enrique II en su lucha contra Pedro I, y las consecuentes alianzas entre las dos casas gobernantes. El elemento de influencia francesa que más se ha señalado ha sido el de la alegoría47, aunque Lapesa matiza este influjo afirmando que se trata de su crecimiento y «las formas que reviste»48. Francés es también el origen de ciertos géneros transitados por los poetas castellanos, como por ejemplo los testamentos y las despedidas. Ciertos temas como el tribunal de Amor y las armas del dios pertenecen también al ámbito de la literatura francesa.

2. La poesía cancioneril española. Siglos XIV y XV 2.1. Los cancioneros La poesía provenzal y la gallego-portuguesa se nos han transmitido en unos volúmenes manuscritos denominados cancioneros: conservamos unos 95 cancioneros provenzales y 5 gallego-portugueses más el rótulo de Vindel con los poemas de Martín Códax. Este mismo soporte material es el que ha conservado la mayor 46

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«Poesía de cancionero y poesía italianizante», De la Edad Media anuestros días. Estudios de historia literaria, Madrid, Gredos, 1971, pp. 145-171.Vid. también María Pilar Manero Sorolla, Introducción al estudio del petrarquismo en España, Barcelona, PPU, 1987, pp. 66-73. Vid. Charles R. Post, Medieval Spanish Allegory, 1915, y Pierre Le Gentil, op. cit., I. La obra literaria del marqués de Santillana, p. 29.

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parte de nuestra poesía cuatrocentista. Pero antes de ir más allá en el estudio de estos soportes hemos de definir lo que es un cancionero. El Diccionario de la Lengua Española en su vigésimo primera edición publicada en 1992 definía de esta manera el término «cancionero»: «Colección de canciones y poesías, por lo común de diversos autores». Seguía así el diccionario académico la tradición cuyo hito más importante en nuestras letras lo constituye el Cancionero General de Hernando del Castillo, cuya primera edición vio la luz en Valencia en 1511, que conoció bastantes ediciones posteriores, algunas de ellas con añadidos49. Los críticos y estudiosos de nuestra literatura han aceptado esta denominación, aunque recientemente se ha cuestionado la validez de tal marbete. Dorothy Severin analizando LB3 y SV2 concluye que: estas misceláneas de poesía y prosa no son verdaderos cancioneros. En primer lugar sólo una mínima parte de esta poesía fue escrita para la música. En segundo lugar los grandes que encargaban estas copias a las librerías o scriptoria estaban quizás más interesados por compilaciones de poesía y prosa que reflejasen sus propias preocupaciones políticas y devocionales. La selección de materias se basaba en ejemplares o cuadernos ya existentes de poesía, e incluía también una selección de materias personales. Misceláneas pueden ser, pero cancioneros no lo son50.

Según esta conclusión el marbete «cancionero» sólo serviría para denominar a las colecciones de poesías provenzales, cuyas composiciones estaban destinadas al canto, y de muchas de ellas conservamos la música, o a las cantigas gallego-portuguesas también destinadas al mismo fin, aunque no nos han llegado las melodías. Ciertamente, muchos de los poemas recogidos en los cancioneros castellanos no fueron compuestos para ser cantados, y en este sentido las objeciones de la hispanista norteamericana tienen cierto fundamento. Sin embargo, creo que el término cancionero es el más apropiado para nombrar el volumen impreso o manuscrito en el que estén recogidos poemas o canciones de uno o varios autores51; son estas las dos características que deben confluir para que podamos hablar de la existencia de un cancionero:

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Para un estudio de las diferentes ediciones del Cancionero General vid. la introducción de Antonio Rodríguez Moñino a la edición facsímil del Cancionero General, Madrid, Real Academia Española, 1958 y también el Suplemento al Cancionero General, ed. de Rodríguez Moñino, Valencia, Castalia, 1959. Véase también Jane Whetnall, «El Cancionero General de 1511: Textos únicos y textos omitidos», Medioevo y Literatura. Actas del V Congreso de la AHLM, IV, Granada, Universidad de Granada, 1995, pp. 505-515. «‘Cancionero’: un género mal-nombrado», Cultura Neolatina, 54 (1994), pp. 98-99. En este sentido se expresa Joaquín González Cuenca para quien «‘Cancionero’ será, pues, ‘depósito de canciones’. Y si, con poco esfuerzo, ampliamos el término ‘canción’ hasta el de ‘poema’, cancionero será un libro en que estén recogido varios poemas»; «Cancioneros manuscritos del Prerrenacimiento», Revista de Literatura, XL (1978), p. 178.

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por una parte, que se trate de un conjunto de poesías; por otra, que se hallen recogidas en soporte material, ya sea manuscrito o impreso. Pero la razón fundamental para mantener esta denominación es que los propios escritores cuatrocentistas la usaban para referirse a estas colecciones; basta recordar un ejemplo del marqués de Santillana en el Prohemio al cancionero que envió al Condestable de Portugal: «e vuestro mandado se faga, de unas e otras partes, e por los libros e cançioneros agenos»52. Poco sabemos del proceso de formación material de los cancioneros, es decir de cómo se iban reuniendo y ordenando los poemas. Un estudio en profundidad de este aspecto de nuestra historia literaria supondría un gran avance en el mejor conocimiento del proceso de transmisión de la poesía cuatrocentista y del gusto de los españoles de la época. El estudio más interesante es el de Alberto Blecua sobre el manuscrito del Cancionero de Baena53. A este magnífico trabajo hay que añadir varios artículos recientes de Vicente Beltrán en el que se aborda este tema54; en él se analiza el proceso de formación de varios cancioneros. En uno de éstos, MH155, se detiene el estudioso y nos presenta el plan que se había propuesto el copista. Éste planeó «distribuir el manuscrito en secciones separadas, que esta vez debían acoger un cancionero organizado por autores»; detrás de los poemas de cada autor dejaba unos folios blancos que iría rellenando con nuevos poemas. Sin embargo, otros copistas alteraron el plan original y rellenaron los folios en blanco con obras de otros autores. La abundancia de cancioneros, fenómeno que en nuestras letras se prolongará hasta el siglo XVII56, indica que el interés por la poesía cuatrocentista no se detenía en la simple audición o lectura cortesana de estos poemas, sino que iba más allá; sugiere la existencia de unos aficionados que querían tener a mano aquellos textos que despertaban su interés. En estas ocasiones, el coleccionista acudía a un escritorio donde seleccionaba aquellos cuadernos con los textos que más le gustaban, y de esta forma se organizaba su propio cancionero. Este parece ser el principal motivo de la mayor parte de las colecciones que poseemos, aunque en ocasiones la razón por la que el compilador juntaba estos poemas pueda tener otros intereses; en este sentido, cabe destacar el que llevó a 52 53

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ed. cit., p. 52. «‘Perdióse un cuaderno...’ sobre los cancioneros de Baena», Anuario de Estudios Medievales, 9 (1974-1979), pp. 229-266. «Tipología y génesis de los cancioneros. Las grandes compilaciones y los sistemas de clasificación», Cultura Neolatina, 55 (1995), pp. 233-265. Seguimos aquí el sistema de clasificación y denominación de los cancioneros propuesta por Brian Dutton en su Catálogo-índice de la poesía cancioneril del siglo XV, Madison, Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1982. Vid. sobre este tema el fundamental trabajo de Antonio Rodríguez Moñino, Poesía y cancioneros (siglo XVI), Discurso leído ante la Real Academia Española el día 20 de octubre de 1968, Madrid, 1968. También son interesantes las ediciones de algunos de estos cancioneros llevadas a cabo por Ralph Di Franco y José J. Labrador.

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Baena a la recopilación del cancionero que lleva su nombre, y que fue concebido como regalo para el rey Juan II de Castilla y su esposa e hijo, como él mismo expone en su prólogo: El qual dicho libro, con la graçia e ayuda e bendiçión e esfuerço del muy soberano bien, que es Dios Nuestro Señor, fizo e ordenó e compuso e acopiló el indino Johan Alfonso de Baena, escrivano e servidor del muy alto e muy noble Rey de Castilla, don Johan, nuestro señor, con muy grandes afanes e trabajos e con mucha diligençia e afectión e grand deseo de agradar e complazer e alegrar e servir a la su grand realeza e muy alta señoría57.

El deseo de coleccionismo de unos y el de agradar a sus patronos de otros dio como resultado un corpus poético amplísimo que ha sobrevivido al paso del tiempo y que ha llegado hasta nosotros, proporcionándonos no sólo la posibilidad de su lectura, sino, y quizás algo tan importante, el conocimiento del gusto del lector del siglo XV. Un ejemplo curioso lo tenemos en el Cancionero de Baena que representa más bien el gusto de su compilador58, pero no el de la corte mejor reflejado por el de Palacio, pues parece ser que inició la recopilación de otro, el Cancionero de San Román, con poemas más acordes al gusto de Juan II y su entourage, en el que incluye composiciones de Santillana, Lope de Estúñiga y Juan Agraz, poetas ausentes de Baena. Los cancioneros citados (Baena, Estúñiga, Palacio o San Román) representan el tipo más abundante; el de aquellos que recogen obras de diversos autores y temas. Pero estos no eran los únicos criterios, pues tenemos también algunos cancioneros individuales, recopilados por el propio autor (Santillana, Gómez Manrique, el Cancionero de 1496 de Juan del Encina), o por otras personas (Álvarez Gato o Pérez de Guzmán). También tenemos algún caso de cancionero dedicado a composiciones de un solo tema: un ejemplo de este tipo es el de Ramón de Llavia, dedicado a la poesía didáctico-religiosa59. Las principales colecciones de poesía cancioneril son: el Cancionero de Baena, recopilado entre 1437 y 1445, recoge poesías escritas desde 1370 hasta 142560, en las que predominan las de tema filosófico-moral y las respuestas y preguntas. El 57 58

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ed. cit., pp. 1-2. Para Brian Dutton Baena «reflects the rather pompous taste of bourgeois clerks, scribes and officials in the court of Juan II... (Palacio) reflects far more the taste of the courtiers, of the nobility in general»; «Spanish Fifteenth-Century Cancioneros: a General Survey to 1465», Kentucky Romance Quarterly, 27 (1979), p. 456. Vid. Cancionero de Ramón de Llavia, ed. de Rafael Benítez Claros, Madrid, Sociedad de Bibliófilos Españoles, 1945. Para estas fechas vid. el artículo de Alberto Blecua, «‘Perdióse un quaderno’...», p. 242. Brian Dutton y Joaquín González Cuenca, en su «Introducción», ed. cit., p. XX n.3, retrasan un año la fecha propuesta por el filólogo catalán.

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Cancionero de Estúñiga, recopilado entre 1460 y 146361 en la corte napolitana, recoge composiciones de poetas castellanos y también de autores de la corte de Alfonso el Magnánimo, con predominio de la poesía amorosa, aunque también aparecen composiciones políticas y satíricas. De la misma época es el Cancionero de Herberay des Essarts, compilado en la época de Juan II de Aragón, recoge los gustos de la corte navarra de Carlos III el Noble62. El Cancionero de Palacio, compilado entre 1437 y 144363, también aragonés y de la corte de Juan II, está compuesto en su mayoría por composiciones de tema amoroso, acompañadas en algunos casos con dibujos obscenos, aunque también aparecen poemas históricos y didáctico-morales. La última de las grandes colecciones es el Cancionero General, recopilado por Hernando del Castillo, y cuya primera edición vio la luz en 1511, calificado como «auténtico broche de oro para la poesía cancioneril»64. El libro recoge poemas de autores del reinado de Juan II en adelante. Su editor dividió la colección en nueve apartados con temas y géneros distintos: devoción y moralidad; amor; canciones; romances; invenciones y letras de justadores; glosas de motes; villancicos; preguntas y respuestas; obras de burlas provocantes a risa.

2.2. Los inicios de la poesía cancioneril: el siglo XIV El Cancioneiro Português da Biblioteca Vaticana (ms. 4803) y el Cancioneiro da Biblioteca Nacional de Lisboa contienen un poema del monarca castellano Alfonso XI, dedicado según parece a Leonor de Guzmán, su amante y madre del futuro Enrique II. Em huum tiempo cogi flores del mui nobre paraíso, cuitado de mis amores e del su fremoso risso; e sempre uyuo en dolor e ya lo non puedo sufrir: mays me ualria la muerte que’n el mundo viuer. Yo cum cuidado d’amores volo uengo ia dizer: 61

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Para la fecha de la recopilación vid. Nicasio Salvador Miguel, La poesía cancioneril. El «Cancionero de Estúñiga», Madrid, Alhambra, 1977, pp. 31-32. Vid. Le Chansonnier espagnol d’Herberay des Essarts, ed. de Charles V. Aubrun, Burdeos, Fèret et Fils, 1951, pp. IX-XI. Brian Dutton, «Spanish Fifteenth-Century Cancioneros», p. 459. Carlos Alvar y Ángel Gómez Moreno, La poesía lírica medieval, p. 92.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López ¿Que he d’aquesta mi senhora que mucho deseio auer? En el tiempo en que solia yo coger d’aquestas flores, d’al cuidado non auia desque uy los sus amores; e non se per qual uentura me uino a defalir, si lo fizo el mi pecado, si lo fizo el mal dizer. Yo cum cuidado d’amores uolo uengo ia dizer: ¿Que he d’aquesta mi senhora que mucho deseio auer? No creades, mi senhora, el mal dizer de las gentes, ca la muerte m’es lhegada sy en elo parardes mientes. ¡Ay, senhora, nobre rossa! merced uos uengo pidir: auede de mi dolor e no’me dexedes morir. Yo cum cuidado d’amores uolo uengo ia dizer: ¿Que he d’aquesta mi senhora que mucho deseio auer? — Yo soy la flor de las frores de que tu coger solias. ¡Cuitado de mis amores, bien se lo que tu querias! Dios lo ha puesto por tal guisa que te lo pueda fazer; ant’yo queria mi muerte que te asy deiar morir. Yo cum cuidado d’amores uolo uengo ia dizer: ¿Que he d’aquesta mi senhora que mucho deseio auer?65

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Reproduzco aquí el poema según la edición crítica de Vicente Beltrán, «La cantiga de Alfonso XI y la ruptura poética del siglo XIV», El Crotalón. Anuario de Filología Española, 2 (1985), pp. 260-263.

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El poema, datado hacia 1329, constituye una de las primeras manifestaciones de la lírica castellana, escrito en un momento en que todavía la poesía gallego-portuguesa dominaba la escritura poética peninsular66. La composición de este poema en este momento de predominio de la lengua gallega explica este «hibridismo lingüístico» que se aprecia no sólo en este caso, sino que aparecerá, como vamos a ver, en los poemas escritos hasta principios del siglo XV67. La «cantiga de amor» de Alfonso XI demostraría, en opinión de Beltrán, la existencia de una «escuela poética» alrededor de la corte de este monarca castellano en la que convivirían la poesía en gallego y en castellano, aunque la lengua de estas últimas estaría muy influida por el gallego68. La cantiga de Alfonso XI tiene sus modelos en la lírica anterior, tanto por lo que se refiere a la métrica, en la que parece inspirarse, como otros poetas del siglo XIV, en las Cantigas de Santa María de Alfonso X, como en los temas en los que sigue a la lírica trovadoresca y a la gallego-portuguesa en una curiosa mezcla, analizada en el citado estudio de Beltrán. Así utiliza el planteamiento dramático propio de las pastorelas y de las cantigas de amigo, pero no de las de amor; también es más propio de las cantigas de amigo y de las pastorelas la entrega amorosa de la mujer que se da en la cantiga de Alfonso XI: ¡Cuitado de mis amores, bien se lo que tu querias! Dios lo ha puesto por tal guisa que te lo pueda fazer; ant’yo queria mi muerte que te asy deiar morir.

La lengua gallega se muestra como factor predominante en las composiciones de los poetas de mediados y finales del siglo XIV que pertenecen a lo que podríamos denominar como primera generación cancioneril, muchos de los cuales aparecen representados en el Cancionero de Baena. Quizás el más famoso de ellos es Macías, cuya obra está recogida en Baena69, que escribió sus poemas en gallego, aunque éstos están llenos de castellanismos atribuibles a los copistas70. Lo mismo 66

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Según Menéndez Pidal, Poesía juglaresca y juglares, pp. 137-138, muestras tempranas de esta lírica son también: el poema «Señora, por amor de Dios» de Alfonso X el Sabio y el perdido Libro de las cantigas o Libro de los cantares de don Juan Manuel, autor también de un perdido Libro de las reglas cómmo se debe trovar, primera poética en castellano. Vid. Rafael Lapesa, «La lengua de la poesía lírica desde Macías hasta Villasandino», p. 59. Vicente Beltrán, La canción de amor en el otoño de la Edad Media, Barcelona, PPU, 1988, pp. 27-40. Baena copió 7 cantigas de este poeta. Vid. Rafael Lapesa, «La lengua de la poesía lírica desde Macías hasta Villasandino», p. 51.

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sucede con otro poeta de este grupo, el Arcediano de Toro, poeta que pululó por las cortes de Pedro I y Juan I. También en el caso de Alfonso Álvarez de Villasandino nos encontramos con poemas en los que predomina la lengua gallega, sobre todo en sus primeras obras71, aunque posteriormente evolucionará y hará uso exclusivamente del castellano como lengua poética. El uso del gallego como lengua poética traspasa a los poetas de esta generación, y así nos encontramos con un poema de Pedro de Santa Fe, poeta que vivió entre 1395 y 1450, escrito en esa lengua: «Pois por favor çierto sei» (19.1.). Pero ya hemos visto que la influencia no se limitó sólo a la lengua, sino que se halla presente en temas y conceptos, y en la técnica. Así hallamos entre estos poetas una serie de invectivas dirigidas contra el Amor, como la que aparece en un poema de Macías (1.2.) que comienza: Amor cruel e brioso, mal aya la tu alteza, pues non fazes igualeza seyendo tal poderoso.

La última estrofa del poema profundiza en los ataques al dios, al que se acusa de cruel e injusto con sus servidores: ¿Ves, Amor, por qué lo digo? Sé que eres cruel e forte, adversario o nemigo, desamador de tu corte; al vil echas en tal sorte que por prez le das alteza, quien te sirve en gentileza por galardón le das morte.

El tema de la mujer cruel que causa la muerte del amador también aparece en las composiciones de este primer grupo de poetas galleguizantes. Así en el testamento del Arcediano de Toro (2.2.), el poeta acusa a su amada de haber sido la causante de su muerte: E seia ben çerta la que me matou que fezo crueza e muy grant pecado, o cal todavía le será contado desque superen ben cómo pasou,

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Vid. los poemas 15.1, 15.2, 15.3 y 15.4 de la presente antología.

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Introducción ca eu foi morto a grant sinrazón; e diránle todos que fez traizón matar a un omne que nunca le errou.

Con la poesía gallega comparten estos poetas castellanos la complacencia ante el dolor infligido por el amor, aunque ello no sea obstáculo para, al mismo tiempo, quejarse y desesperarse; un buen ejemplo de esto lo tenemos en uno de los más famosos poemas de Villasandino, «Loado sejas, Amor», (15.8.), donde leemos: Non me quexo de ti agora, Amor, si padesco mal, pues me distes por señora noble vista angelical, a quien fui e soy leal e seré sin mudamento, maguer que sufro tormento longe, sin fazer error.

Un tema común a la lírica de ambas lenguas72, aunque tiene sus raíces en la medicina medieval, es el de la locura producida por el amor que puede llegar a producir la muerte del amante. En Macías aparece reflejado este tema en varias ocasiones; en una de ellas (1.1.) el poeta afirma: Pero que prové sandeçe por qué me deve pesar, miña locura así cresçe que moiro por én tornar.

En oposición a estos casos de tristeza y desesperación por parte del poeta, aparecen tanto en la poesía gallego-portuguesa como en la castellana de esta primera época composiciones en las que el amante expresa una gran alegría por amar a una mujer tan perfecta como su enamorada. Tal es el caso de la «Cantiga de Pero Ferruz para su amiga» (3.1.), en la que ésta es comparada con las grandes heroínas y diosas de la Antigüedad; en este caso el Amor no produce dolor ni tristeza, sino alegría, tal y como se afirma en la primera estrofa:

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En algún caso nos encontramos con formulaciones sorprendentes como una cantiga de Johan Garcia de Guilhade, enloquecido por unos ojos verdes: «Amigos, non poss’eu negar / a gran coyta que d’amor ey, / ca me vejo sandeu andar, / e con sandece o direy: / os olhos verdes que eu vi / me fazen ora andar assí»; cito por Antología de la poesía gallego-portuguesa, p. 259.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Jamás non avré cuydado nin tristeza de mi parte, pues que só enamorado de la que amo sin arte. Nunca fue rey Lisuarte de riquezas tan bastado como yo, nin tan pagado fue Roldán con Durandarte.

Estos son algunos casos de conceptos temáticos comunes entre los poetas gallego-portugueses y los castellanos de mediados y finales del siglo XIV. Pero también en el campo de la técnica se observa la influencia gallego-portuguesa. Así aparece un cosaute de Diego Hurtado de Mendoza (5.2.), en el que este poeta castellano, padre del marqués de Santillana, en el que hace uso de la construcción paralelística propia de la lírica gallego-portuguesa: Aquel árbol que buelve la foja algo se le antoja. Aquel árbol de bel mirar faze de manera flores quiere dar, algo se le antoja. Aquel árbol de bel veyer faze de manera quiere floreçer, algo se le antoja. Faze de manera flores quiere dar, ya se demuestra, sallidlas mirar, algo se le antoja. Faze de manera quiere floreçer, ya se demuestra, sallidlas a ver, algo se le antoja. Ya se demuestra, sallidlas mirar, vengan las damas la fruta cortar, algo se le antoja. Ya se demuestra, sallidlas a ver, vengan las damas la fruta coger, algo se le antoja.

Otros recursos de esta misma tradición que aparecen en la poesía castellana de esta época son el mansobre, heredado por los poetas castellanos de los gallegos, como ya

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recordaba el marqués de Santillana en su Prohemio e Carta73 del que tenemos un ejemplo en un poema de Álvarez de Villasandino, recogido en el Cancionero de Baena74: Andando cuidando en meu ben cuidé que yo cuidara ren d’este cuidar, cuidando cuitado, como me maté.

El lexaprén aparece citado por Santillana como algo heredado de los trovadores gallego-portugueses y aparece utilizado también por estos escritores, aunque algunos autores posteriores también se sirvieron de él75. Un buen ejemplo lo encontramos en Villasandino: son por tales yerros llamados traidores e sufren por siempre amargos dolores. E sufren por siempre amargos dolores penando en infierno, morada muy vil (p. 246)

En ocasiones, estos dos recursos aparecen en un mismo poema; tal es el caso de estos versos del Arcediano de Toro recogidos en Baena (p. 553): que vejo apartamento apartado de lo que hei dessejo e dessejaréi, dessejando acorrimiento. Acorrimiento e mesura mesurada.

Gallego-portugués también es el uso de la rima macho-hembra, de la que se sirvió Villasandino (Baena, p. 167): Conselladme ora, amigo, que veyáis plazer de amiga queréndome dar castigo

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«e aun destos [trovadores gallego-portugueses] es çierto resçebimos los nombres del arte, as˝ commo maestría mayor e menor, encadenados, lexaprén e manzobre»; ed. cit., p. 60. Citaré siempre las poesías de este Cancionero por la edición de Brian Dutton y Joaquín González Cuenca. Este poema se halla en las páginas 246-247. Así Juan Alfonso de Baena: «Por ende, vos ruego, señor, viejo cano, / cano, que luego busquedes careta, / careta muy neta, barreta, trompeta, / trompeta e cavallo, valiente alazano, / o ruano, / e cota cachada, braçales e guantes, / e tinta e papel e plumas tajantes, / ca jura vos fago que mis consonantes / vos lleven fuyendo por cuesta e por llano»; ed. cit., p. 651.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López como omne que me castiga; si achare bon abrigo en la dona que otro abriga76.

Son estos algunos ejemplos de temas y formas estróficas y métricas usadas por los poetas del siglo XIV que éstos aprendieron de sus antecesores gallegos y que adaptaron a la lírica castellana para que pudieran ser utilizados por las generaciones posteriores de poetas cancioneriles.

2.3. La poesía en el siglo XV: El triunfo del castellano. Grupos y evolución de la poesía. La poética cancioneril La poesía de Alfonso Álvarez de Villasandino, como ya hemos apuntado, refleja mejor que ninguna otra el proceso de evolución de la poesía cancioneril, sobre todo por lo que se refiere a su soporte lingüístico: del gallego de sus primeros poemas pasamos al castellano de su última producción. La lengua de Castilla se convierte ya en las primeras décadas del siglo XV en la predominante en la literatura de los reinos occidentales de la Península Ibérica. Las siguientes generaciones de poetas cancioneriles no volverán a escribir en gallego-portugués. Al abordar el estudio de la poesía cuatrocentista nos enfrentamos al problema de su división en grupos o «generaciones». Varias han sido las opiniones que se han vertido sobre este tema y, por tanto, varias las propuestas lanzadas a la consideración de los estudiosos y lectores de esta poesía. Keith Whinnom advertía sobre la necesidad de estudiar la poesía del siglo XV diferenciando los distintos momentos en la evolución de sus distintos aspectos tanto técnicos, como ideológicos77. Uno de los mejores ejemplos de estudio sobre la evolución de esta poesía lo tenemos en el trabajo de Vicente Beltrán sobre la canción de amor, en el que distingue tres momentos en su desarrollo78. 76

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En Villasandino también hallamos un ejemplo de este arte de macho-hembra, pero en singular y plural: «Álvaro, señor leal, / corona de los leales, / vet esta carta qué es tal, / pues vistes otras tales» (Baena, p. 215). Más adelante, el Comendador Estúñiga utilizará las formas del verbo: «Tristura comigo va / porque yo con ella vo / ella huelga donde esto / y yo huelgo donde esta» (11CG, p. 498). «Una de las infelices consecuencias de enfocar globalmente los versos del cuatrocientos es que queda oculto el desarrollo de la técnica, de las ideas, de los ideales estéticos y del lenguaje poético»; La poesía amatoria de la época de los Reyes Católicos, p. 39. Vid. el citado La canción de amor en el otoño de la Edad Media, p. 8: «el primero fue de supervivencia y tanteos (... poetas nacidos antes de 1400), el segundo consolidó la lengua y su estrofismo característico (... nacidos entre 1401 y 1430) y el tercero articuló los recursos estilísticos que conforman la canción tal y como aparece en el Cancionero General de 1511 (... nacidos entre 1431 y 1475).

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La primera generación comprendería los poetas que florecieron entre 1375 y 142579. Dentro de este grupo podemos establecer una clara división entre aquellos poetas que escribieron en gallego, y cuya obra ya hemos analizado, y lo que Lapesa ha denominado como «generación de Imperial»80, poetas nacidos entre 1370 y 1385. En este grupo destacan: Francisco Imperial, Ferrant Manuel de Lando, Ferrán Sánchez Calavera, Fernán Pérez de Guzmán, fray Diego de Valencia. Lapesa considera a Juan Alfonso de Baena como un «coetáneo disidente», aunque participa, como vamos a ver de muchos de los rasgos definidores de la «generación». La mayor parte de sus composiciones nos han sido transmitidas por el cancionero recopilado por Baena. Estos poetas continúan la tradición de la poesía amorosa de los escritores anteriores; así los poemas de Imperial dedicados a Estrella Diana o el de Fernán Pérez de Guzmán que comienza: «Sepa el Rey e sepan quantos» (16.3.), donde aparecen conceptos de la tradición recogidos por los poetas de finales del siglo anterior. Pero lo que resalta en su poesía son las preocupaciones filosóficas, religiosas y morales, y su carácter de poesía erudita que no tratan de esconder, y que en ocasiones producen poemas que el propio compilador, y sus modernos editores, han de calificar de «oscuros», como sucede en una composición de frey Lope del Monte81. Esta erudición de la que hacen gala los poetas contribuye a «oscurecer» el poema, sobre todo por las alusiones mitológicas de que tanto gustaron; un ejemplo se halla en el principio de un poema del citado frey Lope del Monte: Estando la Ursa Mayor trastornada y el Ártico Polo del todo sereno, al Antelucano presentada veno baxándose en Mero la Feba rodada (p. 626).

En el mismo poema aparecen referencias a las Sententiarum libri quattuor de Pedro Lombardo, a la Concordantia discordantium canonum de Graciano y al Colletario, recopilación de leyes atribuida a san Isidoro. Pero las citas no se limitan a textos jurídicos; el despliegue erudito abarca también a la literatura clásica griega y latina, y a la literatura italiana, con citas de Homero, Virgilio, Ovidio o Dante, entre otros82. Quizás el mejor compendio de erudición, por lo que se refie79 80 81

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Sigo el esquema propuesto por Carlos Alvar y Ángel Gómez Moreno, op. cit., p. 99. La obra literaria del marqués de Santillana, pp. 32-35. El poema aparece encabezado por las siguientes palabras de Baena: «Este dezir fizo e ordenó el dicho Maestro Frey Lope del Monte por manera de metáforas oscuras e muy secretas, quando el Rey don Enrique apartó de su corte al Condestable viejo e llegó a su privança el Cardenal de España; el qual dezir es muy fondo e muy oscuro de entender»; ed. cit., p. 623. Así en un poema de Imperial se lee en la primera estrofa: «En muchos poetas leí, / Homero, Vergilio, Dante, / Boeçio, Lucán, desí / en Ovidio De amante»; ed. cit., p. 305.

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re a citas de obras y autores clásicos y modernos, tanto literatos como filósofos o científicos, sea el famoso «dezir» de Juan Alfonso de Baena que sirve de introducción al Cancionero de San Román (MH1), y en el que se acumulan autores y obras83: Yo leí en el Catón e el poeta sabio Dante, en Ovidio el ilustrante, en Virgilio, en Platón, en el muy sotil Remón, en Omero e en el Nobato, en Rogel e en Policrato, en Ricardo e en Çelón. Yo leí en Los Morales de Aristótiles el sabio; las Tablas del estrolabio84

El afán por demostrar su cultura dio como resultado el tratamiento de temas científicos; en este apartado cabe destacar la pregunta de fray Diego de Valencia a Vasco López sobre la contradicción de los cuatro elementos, que concluye: Assí qu’el fuego con agena friura congela los cuerpos con su grant ardura, maguer los dissuelve, e por propia calura, ca si fuess’ sobejo puede resfriar (p. 338).

Con el tratamiento de estos temas los poetas no sólo pretenden hacer alarde de erudición, sino que también reflejan una de las características de la literatura medieval: su didactismo. Este mismo carácter didáctico que parece informar otras composiciones en las que se abordan temas religiosos como el dogma de la Santísima Trinidad o el problema de la predestinación o del libre albedrío. Del primero de estos temas conservamos en el Cancionero de Baena varias composiciones. La primera de ellas aparece en la pregunta que Ferrant Sánchez Calavera dirige al maestro fray Diego de Valencia sobre la «división» de las tres personas al descender a la tierra el Hijo, pregunta a la que siguen otras en la misma composición sobre el tema de la salvación y el sufrimiento de Cristo en la cruz; preguntas a las que el maestro fray Diego responde con la fe como única solución posible:

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Para el análisis de esta lista de autores vid. Jeremy N. H. Lawrence, «Juan Alfonso de Baena’s Versified Reading List: a Note on the Aspirations and the Reality of FifteenthCentury Spanish Culture», Journal of Hispanic Philology, 5 (1981), pp. 101-122. Cito por Cancionero de Juan Alfonso de Baena, p. 742.

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Introducción Assí lo devemos guardar e tener todos los christianos con mucho ferviente, e d’esta tal creençia jamás non mover... e tales qüistiones sin buen fundamento la fe las destruye sin otro argumente (p. 392)

La otra composición en que se trata el tema de la Trinidad forma parte de un «dezir» de Gonzalo Martínez de Medina (p. 593). En el poema se engarza el tema teológico con otro de índole moral muy caro a los poetas de este grupo: se trata de la caducidad de las glorias mundanas. Este mismo tópico es el argumento principal de otro «dezir» del mismo autor (pp. 600-604). Aquí el autor se dirige a Juan Hurtado de Mendoza para advertirle sobre la mutabilidad de la Fortuna85. Como era habitual en la época, el poema contiene una lista de personajes de la antigüedad en la que mezcla nombres bíblicos (Lucifer, Adán, Nembrot), mitológicos (Hércules), históricos (Aníbal, Escipión, Pompeyo) con personajes contemporáneos (curiosamente dos antipapas, Juan XXIII y Benedicto XIII). Pero el poeta alude también al resto de los seres humanos recordándoles que es «como bestia e cosa adormida» aquel que en las mundanas glorias se revee e la perfecçión de Dios se le olvida (p. 604).

El poema termina con la referencia a su carácter didáctico, pues aquel que haya leído sus obras, en este caso Hurtado de Mendoza, debe aprender de ellas. Un recurso importante en esta generación es el uso de la alegoría que, como señalaba Lapesa, encubría en ocasiones el didactismo86. El poema alegórico más estudiado es el Dezir a las siete virtudes de Francisco Imperial87, en el que el vate sevillano imita la Divina Comedia de Dante, personaje que guía al poeta para que vea «las siete estrellas que en el çielo relumbran»; es decir, las siete virtudes: las

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Sobre este tema cabe también destacar un «dezir» de Ruy Páez de Ribera (pp. 504-507), en el que el poeta aborda también el tema de la pobreza y la riqueza, a los que iguala la muerte: «que el pobre e el rico, que todo fallesçe / e todo el mundo por muerte pereçe / e todo se olvida desqu’es traspassado». La obra literaria del marqués de Santillana, p. 34. Para el tema de la alegoría vid. Howard R. Patch, El otro mundo en la literatura medieval, México, FCE, 1983. El volumen contiene un apéndice de María Rosa Lida de Malkiel, La visión de trasmundo en las literaturas hispánicas. Vid también C. R. Post, Mediaeval Spanish Allegory. Vid. Joaquín Gimeno Casalduero, «El Dezir a las siete virtudes de Francisco Imperial», Hispania, 70 (1987), pp. 206-213 y El dezir de las syete virtudes y otros poemas, ed. de Colbert I. Nepaulsingh, Madrid, Espasa-Calpe, 1977.

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tres teologales y las cuatro cardinales. Otra alegoría interesante por su tema es la escrita por Ruy Páez de Ribera, recogida también en Baena (pp. 492-500), que comienza «En un deleitoso vergel espaçiado», con un debate entre la Soberbia y la Mesura. El tema de la composición es político: la legitimidad de la dinastía de los Trastámara en el momento en el que se va a cumplir el plazo de los 40 años e iba a prescribir el derecho de apelación. En el poema, se defiende la legitimidad de esta casa gobernante en la sentencia que dicta Justicia: E mando que faga la execuçión el niño inoçente sin otra manzilla, don Juan, derechero señor de Castilla, al qual yo resçibo en mi defensión, e mando que sea su generaçión en guisa cresçida que goze su madre, porque este reinado que l’dexó su padre por siempre lo tenga en su possessión (p. 499).

Un aspecto importante de esta generación es su conciencia del fenómeno poético. Si los poetas de finales del XIV se habían limitado a evolucionar e imitar la tradición recibida sobre todo de los poetas gallego-portugueses, los poetas de la «generación de Imperial» reflexionan sobre la poesía. El principal texto teórico de este grupo es el «Prologus Baenensis», en el que el escribano defiende su concepción del discurso poético. En la tradición europea vernácula existían antecedentes; así las Leys d’amors y los Ensenhamens provenzales, o el Arte de trovar de don Enrique de Villena y la Gaya ciencia de Guillén de Segovia. Pero la declaración de Baena supone el primer texto teórico de la poesía española cancioneril. En este prólogo leemos: La qual çiençia e avisaçión e dotrina que d’ella depende e es avida e reçebida el alcançada por graçia infusa del Señor Dios, que la da e la embía e influye en aquel o aquellos que bien e sabia e sotil e derechamente la saben fazer e ordenar e componer e limar e escandir e medir por sus pies e pausas, e por sus consonantes e sílabas e açentos, e por artes sotiles e de muy diversas e singulares nombranças. E aun assimismo es arte de tan elevado entendimiento e de tan sotil engeño que la non puede aprender nin aver nin alcançar nin saber bien nin como deve, salvo todo omne que sea de muy altas e sotiles invençiones e de muy elevada e pura discreçión e de muy sano e derecho juizio, e tal que aya visto e oído e leído muchos e diversos libros e escripturas e sepa de todos lenguajes, e aun que aya cursado cortes de reyes e con grandes señores e que aya visto e platicado muchos fechos del mundo e, finalmente, que sea noble fidalgo, e cortés e mesurado e gentil e graçioso e polido e donoso, e que tenga miel e açúcar e sal e aire e donaire en su razonar, e otrosí que sea amador e que siempre se preçie e se finja de ser enamorado (pp. 7-8).

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En esta declaración se halla resumida la concepción de Baena de la poesía. El primer punto en el que hace hincapié el escribano de Juan II es en el de la consideración de la poesía como ciencia infusa, recibida como don divino, afirmación que coincide con la de otros poetas de su generación88. Pero si este don es imprescindible para ser poeta, no es el único, sino que debe recaer en una persona con determinadas características: la primera de ellas es que debe saber «ordenar e componer e limar e escandir e medir por sus pies e pausas, e por sus consonantes e sílabas e açentos»; la segunda, es que debe tratarse de un hombre inteligente, culto, con experiencia cortesana y perteneciente a la clase de los bellatores. A estas dos características se les une otra importante, y que Baena sitúa al final de su declaración: «que sea amador e que siempre se preçie e se finja de ser enamorado». No es pues importante que el sentimiento, que la pasión sea auténtica o fingida, lo importante es, como afirma Salinas, «que la represente bien..., ya la sienta de verdad, ya se precie de sentirla, ya la finja»89. La idea no es original de Baena, pues ya había sido expuesta por los trovadores provenzales; así Bernart de Ventadorn afirma que: «Chantars no pot gaire valer, / si d’ins dal cor no mou lo chans; / ni chans no pot dal cor mover, / si no i es fin’amors coraus»90; o Elias Cairel para quien «fin’amors me dona.l gienh e l’art»91. La idea sin duda surgió del concepto de que el amor ennoblece al hombre que lo siente, tal y como lo había expresado Andreas Capellanus92, y posteriormente lo hará León Hebreo93. Por cierto, que este concepto se halla muy ligado al de la imposibilidad de los laboratores de sentir el amor94. Baena, pues, se inserta en esta tradición que considera como una de las características, y una de las más importantes, del poeta el sentimiento amoroso. 88

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Fernán Pérez de Guzmán escribió que: «Que el trobar sea un saber divino / assaz se demuestra en muchos lugares: / Salamón lo usa en los sus cantares / e el doctor santo, Fray Tomás de Aquino, / en aquel devoto e notable ino / del qual la Iglesia tanta mençión faze» (p. 417); también Villasandino en otro poema (p. 107) suscribe esta misma idea: «Aquí todo bueno su seso despienda / e júntense algunos de los naturales, / legos e artistas e retoricales / que han e ovieron onrosa bivienda; / apaguen tal fuego por que non se ençienda, / mandando que callen aquellos que non / resçiben por gracia divina este don / de la poetría: todo omne lo entienda». Pedro Salinas, Jorge Manrique o tradición y originalidad, Barcelona, Seix Barral, 1974, p. 32. Cito por Martín de Riquer, Los trovadores, I, p. 369. Ibidem, II, p. 1147. Guilhem de Montanhagol, III, p. 1435, escribió: «qu’amors m’a dat saber, qu’aissi.m noyris, / que s’om trobat non agues, trobaria». «amor horridum et incultum omni facit formositate pollere, infimos natu etiam morum novit nobilitate ditare»; Andreas Capellanus, De Amore, ed. de Inés Creixell Vidal-Quadras, Barcelona, Quaderns Crema, 1984, p. 64. «En el mundo carece de ser quien carece de amor»; León Hebreo, Diálogos de amor, trad. de David Romano, introducción y notas de Andrés Soria Olmedo, Madrid, Tecnos, 1986, p. 187. Así aparece expresado en el poema de Carvajal (29.9): «Desde aquí quiero jurar, / si voluntad no me engaña, / de jamás amar villana».

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La segunda etapa en la evolución de la poesía cancioneril se da en el período comprendido entre 1425 y 1479; se trata del «momento de plenitud», según Alvar y Gómez Moreno95. La época está dominada por los tres grandes poetas castellanos del siglo XV: el marqués de Santillana, Juan de Mena y Jorge Manrique. Dentro de este grupo podemos agrupar a Juan de Dueñas, Lope de Estúñiga, Suero de Ribera, Fernán Múgica y Carvajal, entre otros. En este momento, mediados del siglo XV, penetran en nuestra poesía las primeras influencias de Petrarca, influencia notoria a partir de la obra del marqués de Santillana, considerado como «personaje central en la historia del humanismo castellano»96. La influencia italiana había entrado ya en la época anterior con la huella de Dante apreciable en la obra de Francisco Imperial, por ejemplo, pero con los miembros de esta segunda generación esta resonancia se amplía; Santillana en su Prohemio e Carta cita a Petrarca, a Boccaccio y a Cecco D’Ascoli, de los que poseyó ejemplares de sus obras en su biblioteca97. A este italianismo del Marqués se deberá su fallido intento de aclimatar el soneto al ritmo de la poesía cancioneril en sus Sonetos fechos al itálico modo98. Pero el carácter erudito del grupo de Santillana y Mena no deriva sólo de las fuentes italianas en las que bebieron, sino también de su interés por la cultura clásica, conocida y manejada a través de ediciones en latín o en versiones al castellano u otra lengua moderna, sobre todo el italiano. No vamos a entrar aquí en el debate sobre la existencia o no de un humanismo español del siglo XV, doctores tiene sobre ello la Iglesia99. Esta erudición, al igual que sucedía con la generación anterior, se manifiesta en las citas de escritores y personajes mitológicos, como en estos versos de Diego de Valera (27.2): 95 96

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La poesía lírica medieval, p. 99. Karl Kohut, «El humanismo castellano del siglo XV. Replanteamiento de la problemática», Actas del Séptimo Congreso de la AIH, II, Roma, Bulzoni Ed., 1982, p. 644. Sobre el tema del humanismo castellano en el siglo XV vid. Ángel Gómez Moreno, España y la Italia de los humanistas. Primeros ecos, Madrid, Gredos, 1994. Vid. Ángel Gómez Moreno, El «Prohemio e Carta»..., pp. 126-127. También para un estudio más amplio de la biblioteca del Marqués son fundamentales: Mario Schiff, La bibliothèque du Marquis de Santillane, París, Bouillon, 1905 (facs. en Amsterdam, G. Th. Van Heusden, 1970), y Pedro M. Cátedra, «Sobre la biblioteca del Marqués de Santillana: la Ilíada y Pier Candido Decembrio», Hispanic Review, 51 (1983), pp. 23-28. En su carta a doña Violante de Prades habla de estos sonetos: «e algunos otros sonetos que agora nuevamente he començado a [fazer] al itálico modo. E esta arte falló primero en Ytalia Guido Cavalcante, e después usaron d’ella [Checo d’Ascholi] e Dante; mucho más que todos Françisco Petrarca, poeta laureado»; cito por Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, Obras completas, ed. de Ángel Gómez Moreno y Maxim P.A.M. Kerkhof, Barcelona, Planeta, 1988, p. 437. Vid. sobre todo Ottavio Di Camillo, (El Humanismo castellano del siglo XV, Valencia, Fernando Torres, 1976) que defiende su existencia, y Francisco Rico, (Nebrija frente a los bárbaros, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1978), que la rechaza.

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Introducción O vosotros oradores, Píramo, también Loquino, varones dignos de onores e Petrarcha el florentino. ......................... Olimpias, también Yolante, e también la reina Dido, Daimira con su amante, en el fuego perescido.

Los versos de Valera enumeran personajes del pasado para manifestar la grandeza de su amor y la excelencia de su amada, y constituyen un ejemplo típico de la práctica citadora de la poesía cancioneril. Sin embargo, dentro de este grupo se dan obras en las que la erudición se convierte en herramienta fundamental en la estructuración del poema: es el caso del Laberinto de Fortuna, de Juan de Mena. El poeta cordobés, bachiller por Salamanca, alardea de erudición y la acumulación de nombres clásicos, citados explícita e implícitamente, convierte algunos de sus versos en «oscuros»100, oscuridad intelectual buscada expresamente por el autor: Mostróse Samos e las Baleares, Córçega, Bosis e las Vulcaneas, las Gorgonas, islas de las Meduseas, e otras partidas que son por los mares; vimos a Trinacria con sus tres altares, Peloro, Pachino e más el Etneo, donde los fuegos insufla Tifeo, formando gemidos e bozes dispares101.

Más ejemplos de esta dificultad «intelectual» podríamos citar; sólo nos bastaría traer aquí pasajes de la Comedieta de Ponça u otros poemas breves de autores de esta generación. Lo que sí podemos afirmar es que este recurso a la dificultad erudita es buscado por los poetas y no un hecho inconsciente; tal y como lo demuestran el comentario de Juan de Mena a su Coronación del marqués de Santillana o la declaración de Santillana en su Defunsión de don Enrrique de Villena: Si mi baxo estillo aun non es tan plano, bien commo querrían los que non leyeron, 100

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Sobre este tema vid. Francisco Crosas López, «Materia clásica, oscuridad y «culteranismo» cuatrocentista», «Nunca fue pena mayor», pp. 177-187. Juan de Mena, Laberinto de Fortuna y otros poemas, ed. de Carla de Nigris, estudio preliminar de Guillermo Serés, Barcelona, Crítica, 1994, p. 88.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López culpen sus ingenios que jamás se dieron a ver las ystorias que non les explano102.

La influencia italiana en la poesía de esta generación se hace más patente en ciertos rasgos del discurso amoroso103. De Petrarca la escuela de Santillana recoge el concepto del amor como sufrimiento, que va a ser uno de los más comentados por los poetas de mediados y finales del siglo XV; así en unos versos de Juan de Dueñas en su Misa de amores (21.1) escribe: a ti, señor, bendezimos por quantas cuitas sufrimos, e muchas graçias te damos.

El mismo sentimiento expresa Lope de Estúñiga en un poema en el que se dirige a otros amadores pidiéndoles que compartan su dolor de amante que sufre por «bien amar» (26.14): Llorad mi dolor tan fuerte, llorad mi mal tan estraño, llorad por tal que mi muerte non puede matar mi daño; llorat e gemid llorando, llorando tanto pesar, llorad porque bien amando siempre me vi desamar.

La fidelidad como elemento esencial constitutivo del buen amante pertenece también a la tradición petrarquista que se insertó profundamente en la poesía cuatrocentista española. Este concepto está muy relacionado con el anterior, pues la fidelidad del amante es más encarecida cuanto más sufre por el amor o, mejor dicho, desamor que recibe de su amada; recuérdense los versos de Rodríguez del Padrón: «quanto menos soy amado / de amor soy más aquexado» (22.2). En la Misa de Amor Suero de Ribera (24.1) muestra orgulloso este rasgo: Ves, Amor, que mal está a mí fablar tan avante; dígolo por ser constante, seyendo de tu mesnada, continuo, leal amante.

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Obras completas, p. 159. Vid. Rafael Lapesa, La obra literaria del marqués de Santillana.

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Caso curioso representan unos versos de Juan de Mena en los que el poeta cordobés cuenta los días que ha servido fielmente a su amada: Contados dia por dia, oy ha tres años o mas que la grand lealtad mia me faze tener porfia de amarvos siempre jamas104.

También las lamentaciones por la crueldad y desdenes de la amada se repiten con insistencia en los poetas de este grupo. Ciertamente cuanto más dura sea la amada más mérito tiene la lealtad que el amante manifiesta hacia ella. Rodríguez del Padrón expresa este concepto en los siguientes versos (22.2): La que me tiene olvidado se piensa que padeçer es el verdadero ser de qualquier enamorado. ¡Veréis do sirvo, cuitado! ¡O quién se pudiesse ver fuera de estraño poder!

Porque el amante se siente como cautivo de la amada, concepto de raigambre petrarquista según Lapesa. La amada es así vista como carcelera y el amante como encarcelado; encarcelado que acepta su encarcelamiento con alegría, como afirma Juan de Dueñas (21.8): Aunque veo que es mi daño ser de ti, señora, yo por tuyo todo me dó en estrenas del buen año. Y renunçio de oy más todo mi libre poder a ti que puedes fazer de mí quanto te querrás;

En otra ocasión, Lope de Estúñiga (26.7) se dirige a su amada informándole de esta situación de cautividad: «A vos que soes la cadena / cadena de mi dolor». Cadena de la que el poeta, como vamos a ver más adelante, rara vez quiere librarse.

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Cito por Juan de Mena, Obra lírica, p. 116.

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Un apartado en el que se produce un importante aumento es en el de la poesía política. En la poesía del primer grupo encontramos ya algunos ejemplos de lo que podríamos denominar sátira política, tal y como lo expone Scholberg: «literatura de ataque a figuras gobernativas o acontecimientos de la vida política»105. En el Cancionero de Baena tenemos poemas en los que se ataca a Pedro de Frías, cardenal de España; un ejemplo recogido en esta antología es el «dezir» de Villasandino (15.7), en el que se presenta una triste imagen de la España del reinado de Enrique III: Non preçian al bueno sinon al malsín, falla el leal las puertas çerradas, las obras del cuerdo son menospreçiadas e tienen al loco por grant palazín.

En el mismo cancionero aparecen otros ataques al mismo personaje por parte de Fernán Pérez de Guzmán. Ruy Páez de Ribera dirigió otro «dezir» a la reina doña Catalina, en la que se describe una pintura sombría del estado del Reino106. Pero será la generación de Santillana la que más uso haga de la sátira política. Antes de profundizar en el tema hemos de dejar bien claro algo: la sátira política va dirigida contra personas nunca contra instituciones107. En este sentido hay que interpretar una de las sátiras más importantes de esta época, las Coplas contra don Álvaro de Luna y el Doctrinal de privados del marqués de Santillana; este último ha sido considerado por Gómez Moreno y Kerkhof como «un espejo para validos o privados»108. Las coplas reflejan un ataque político al privado, al que se reprochan los errores cometidos en el ejercicio del poder que le había cedido el monarca, al que en pago había arruinado: El su patrimonio estenso, de mar a mar dilatado, y su poderío ynmensso, rrico, lleno y abastado

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107

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Kenneth R. Scholberg, Sátira e invectiva en la España medieval, Madrid, Gredos, 1971, p. 228. Se trata del poema 297 que comienza: «Noble flor sin igualeza». A pesar de que el encabezamiento afirma que el poema va dirigido a la reina, Brian Dutton y Joaquín González Cuenca piensan que: «quizá el poema fuera dedicado a la Virgen María y no a la Reina doña Catalina, máxime cuando en la copla 1 se le asignan calificativos litánicos: estrella matutinal, torre de fortaleza»; ed. cit., p. 526n. Vid. Ottavio Di Camillo, «¿Existe una literatura de oposición en la España de fines de la Edad Media?», Genèse médiévale de l’Espagne moderne. Du refuse a la revolte: les resistances, Niza, Publication de la Faculté des Lettres, Arts et Sciences Humaines de Nice, 1991, pp. 145169. Marqués de Santillana, Obras completas, p. LVII.

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Introducción le feziste enajenar y partir de su corona: su ylustrísima persona costreñiste a mendigar109.

En las siguientes estrofas lo acusa de haberse opuesto al matrimonio del Rey, de privarle de su libertad y liberalidad, de alejar a sus súbditos, de desterrar la lealtad de Castilla; actos todos explicados por su desmedida ambición e ingratitud. Termina el poema con una serie de estrofas en las que aconseja a la reina y al príncipe lo que deben hacer, resumido en la última estrofa dirigida al futuro Enrique IV: Junto con su excelençia lo qu’es vuestro recobrad, dado contra su conçençia y su propia voluntad; los contritos desterrados quered reconçiliar y cruelmente dañad los perversos obstinados.

La sátira política aparece también en obras insospechadas; buena prueba de ello es el Laberinto de Fortuna en el que algunos han querido ver una crítica a Juan II y a Álvaro de Luna110. Si bien esta interpretación resulta bastante dudosa, lo que sí está claro es que se trata de una sátira de los vicios de los poderosos, tal y como lo expresa el poeta cordobés: espira en mi boca por que pueda sólo virtudes e viçios narrar de potentes (6c-d).

Las tres sátiras más importantes de la época son: Mingo Revulgo, las Coplas de la Panadera y las Coplas del Provincial. Di Camillo piensa que nos encontramos con obras de autores eruditos que reflejan enfrentamientos entre bandos de nobles rivales111. En Mingo Revulgo se presenta una alegoría bucólica escrita en un estilo «erudito-popular»112, en la que el pastor Candaulo (Enrique IV) permite que los lobos (grandes nobles) devoren el rebaño de ovejas (Castilla):

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111 112

Ibidem., p. 340. Para esta interpretación vid. Edwin J. Webber, «El enigma del Laberinto de Fortuna», Philologica hispaniensia in honorem M. Alvar, III, Madrid, Gredos, 1986, pp. 563-571. art. cit., p. 168. Las Coplas de Mingo Revulgo, ed. de Viviana Brodey, Madison, Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1986, p. 42.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López quando a Candaulo cobramos por pastor de nuestro hato andase tras los zagales por esos alla andurriales todo el dia enbebeçido holgazando sin sentido que non cura de nuestros males113.

Las Coplas de la Panadera celebran la batalla de Olmedo y en ellas se critica la cobardía de ciertos nobles en la batalla, además de su codicia; se censura también el hecho de la guerra civil. La última de estas tres grandes sátiras, Las coplas del Provincial, se sirven de un argumento en el que se disfraza el tema: el superior de la Orden hace un informe sobre un monasterio corrompido (Castilla). Este argumento le permite al autor presentar una imagen de la corrupción sexual que domina el Reino, de la que no se escapa ni el propio monarca, como queda de manifiesto en la copla LIV: Una nueva me ha venido, y no mas lexos que ayer, que te ode de continuo el que ode a tu muger114.

Al igual que en la generación anterior, también en este grupo de poetas nos encontramos con una reflexión sobre el acto poético; se trata del Prohemio e Carta que el marqués de Santillana puso al principio de las obras que envió al Condestable de Portugal. La carta es «el primer tratado de teoría e historia de la literatura que tenemos en la literatura española»115. En ella son patentes las influencias de autores anteriores tanto clásicos (Cicerón, Casiodoro, San Isidoro) como modernos (Dante, Boccaccio y, probablemente, Baena). La reflexión que hace el Marqués sobre el acto poético es mucho más completa y erudita que la llevada a cabo por el escribano de Juan II. Don Íñigo coloca, tal y como había hecho Baena, la poesía como una más de las actividades de los cortesanos: «Con el uestir, con el iustar, con el dançar e con otros tales exerçiçios cortesanos» (p. 51), puesto que, como afirmará más adelante, «las 113 114

115

Ibidem, p. 85. Cito las Coplas del Provincial por la edición de Poesía crítica y satírica del siglo XV, ed. de Julio Rodríguez Puértolas, Madrid, Castalia, 1981, p. 247. Francisco López Estrada, Las poéticas castellanas de la Edad Media, Madrid, Taurus, 1984, p. 43. Todas las citas de la obra de Santillana están sacadas de la edición citada de Ángel Gómez Moreno, en cuyas «Notas interpretativas» se halla el mejor estudio sobre la obra, sus fuentes y su significación.

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plaças, las lonjas, las fiestas, los conbites opulentos sin ella as commo sordos e en silençio se fallan» (p. 55). La originalidad de esta obra frente al «Prologus Baenensis» es que aquí Santillana define la poesía como: «fingimiento de cosas útyles, cubiertas o ueladas con muy fermosa cobertura, conpuestas, distinguidas e scandidas por çierto cuento, peso e medida». Rafael Lapesa fue el primero que vio la semejanza entre esta definición y la que hace Boccaccio en su Genealogia deorum116. En lo que sí concuerdan ambos escritores, siguiendo la tradición platónicohoraciana, es en que la poesía es «un zelo çeleste, vna affecçion diuina» que se encuentra solamente «en los ánimos gentiles, claros ingenios e eleuados spíritus» (52). Aquí se quedaba la reflexión poética de Baena, pero el marqués de Santillana va más allá; quiere demostrar la preeminencia de la poesía sobre la prosa y para ello acude a un argumento religioso, ya propuesto por San Isidoro (Etimologías, I, 39): la poesía tiene su origen en la Biblia, pues «el primero que fizo rimos o canto en metro» fue Moisés «ca en metro cantó e profetizó la uenida del Mesías» (p. 53). Hay también una referencia a los tres estilos sublime, mediocre e ínfimo. El primero de ellos es el de «aquellos que escriuieron en lengua griega e latyna, digo metrificando»; el segundo de ellos es el de los que escribieron «en vulgar»; el tercero, es el de aquellos que «syn ningund orden, regla nin cuento fazen estos romançes e cantares de que las gentes de baxa e seruil condiçion se alegran» (pp. 56-57). Como muy bien ha analizado Gómez Moreno117, la teoría expuesta por el Marqués aunque sigue la tradición de los tres estilos de origen clásico, refleja su peculiar visión de la literatura; las diferencias entre los estilos no tienen nada que ver con el asunto tratado o con la lengua usada, tal y como se predicaba en los tratados anteriores, sino que se dividen básicamente en dos categorías: los válidos (sublime y mediocre, diferenciados por la lengua) y el no válido (el ínfimo, no metrificado). Otro apartado interesante de esta reflexión lo constituye la última parte en la cual hace una breve, y antologizada, historia de la poesía occidental. Tras una breve mención de los autores clásicos, su interés se centra en la poesía europea en lengua vulgar, en la que hace una primera referencia a los autores italianos, concretamente a Dante y a Petrarca, quizás porque, como afirma más adelante, «los ytálicos prefiero yo —so enmienda de quien más sabrá— a los françeses» (p. 58). Alude posteriormente a los provenzales, que influyeron en los poetas franceses y en la parte occidental de España (catalanes y valencianos). Hace después un breve paréntesis en la poesía lírica y coloca como pioneras de la poesía castellana varias obras de los siglos XIII y XIV (Libro de Alexandre, Libro de Buen Amor o los Rimos de Pero López de Ayala). 116

117

La obra literaria del marqués de Santillana, p. 250. Semejanza calificada de fortuita por Di Camillo, El humanismo castellano del siglo XV, p. 80. op. cit., pp. 115-121.

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Recupera el hilo de la poesía lírica con la mención de los poetas de los reinos de Galicia y Portugal «donde no es de dubdar quel exerçiçio destas çiençias más que en ningunas otras regiones e prouinçias de la España se acostunbró» (p. 60) y recuerda que muy poco antes todos los poetas escribían en gallego o portugués y que la lírica de su época conserva, como ya hemos podido ver, algunos nombres del «arte». Interesante es después la lista de nombres y poemas escritos por poetas castellanos, entre los que destaca a Francisco Imperial «al qual yo non llamaría dezidor o trobador mas poeta» (p. 63). Con esta concepción demuestra su estima por la poesía culta frecuentada por el poeta sevillano muy próxima a su propia práctica poética. En la carta no aparecen mencionados poetas del grupo contemporáneo del Marqués, «porque de todos me tengo por dicho que uos, muy noble señor, ayades notiçia e conosçimiento» (p. 64). Termina el texto con una nueva referencia a la consideración que se debe conceder a la ciencia de la poesía y con la afirmación de la fama que el ejercicio de esta ciencia supondrá para el destinatario de esta epístola: «por tal que, quando Ántropos cortare la tela, no menos délficos que marçiales honores e glorias obtengades» (p. 65), donde el Marqués une el ejercicio de las armas y de las letras, unión representada en su propia existencia y que a partir del Renacimiento iba a constituirse en el ideal de todo caballero. El siguiente grupo de poetas lo componen aquellos cuya producción poética se extiende durante el reinado de los Reyes Católicos, cuya culminación aparece en la magna colección de la poesía cancioneril el Cancionero General de Hernando del Castillo, que, como ya hemos apuntado, vio por primera vez la luz el año 1511. Poetas pertenecientes a este grupo son: Guevara, Costana, Garci Sánchez de Badajoz, Pinar y su hermana Florencia, Quirós, el Vizconde de Altamira, Juan Álvarez Gato o Nicolás Núñez, entre otros. Se trata de una poesía cortesana compuesta, en su mayoría, en y alrededor de la corte de Isabel y Fernando, como lo demuestran las composiciones dedicadas a la Reina Católica, a la que se le dedica un auténtico culto poético118, del que el ejemplo más famoso son los versos de Antón de Montoro: Y pues que por vos se gana la vida y gloria de nos, si no pariera Sant’Ana hasta ser nascida vos,

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Vid. Royston O. Jones, «Isabel la Católica y el amor cortés», Revista de Literatura, XXI (1962), pp. 55-64. Recuérdese un poema de Cartagena con acróstico: «daré por auctoridad / las seys letras de su nombre. / Que la .y. denota imperio, / la .s. señorear / toda la tierra y la mar, / y la .a. alto misterio / que no se dexa tocar. // Y la .b.e.l. dizen / lo natural, no compuesto, / quen vuestra alteza está puesto».

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Introducción de vos el Hijo de Dios rescibiera carne humana119.

El halago del Ropero se inserta dentro de un grupo de composiciones en los que se establece un culto a la Reina, culto que no se limita a estas exageraciones sino que va más allá y pretende la existencia de un culto amoroso a la soberana, tal y como parece indicar el siguiente poema de Juan Álvarez Gato (32.8): Vos mayor en hermosura, yo el mayor enamorado; vos mayor en el estado, yo mayor en la tristura; vos sin pena y sin dolor, yo corrido de fortuna; que por vuestro gran valor como en todo sois mayor, distes más bravo dolor a mi vida que ninguna.

Pero no sólo estas composiciones dedicadas a la Reina reflejan la importancia de la corte de los Reyes Católicos, también constituyen una perfecta muestra de ello otras composiciones escritas para el entretenimiento de los soberanos y sus acompañantes; este es el caso del Juego trobado que hizo a la reina doña Isabel (38.5)120, juego en el que abundan las alusiones a miembros de la familia real y de damas de la reina, algunas de las cuales son indescifrables por nuestro desconocimiento de sucesos acaecidos en la corte. El ambiente cortesano en el que surgen estas poesías condiciona los temas y el lenguaje, críptico en ocasiones, que sus autores utilizaron. El público al que iban destinadas era perfectamente conocedor de las referencias y de las intenciones que pretendía comunicar el autor, pero ambas eran desconocidas para personas ajenas a este mundo121.

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Cito por Antón de Montoro, Cancionero, p. 220. Sobre el uso de esta hipérbole sagrada vid. el ya clásico trabajo de María Rosa Lida de Malkiel, «La hipérbole sagrada en la poesía castellana del siglo XV», en Estudios sobre la literatura española del siglo XV, Madrid, Ediciones José Porrúa Turanzas, 1977, pp. 291-309. Para el análisis de este juego vid. Ana Menéndez Collera, El juego del siglo XV: Los tres ejemplos más significativos, tesis leída en la Universidad de Illinois, 1987 y Jacobo Sanz Hermida, «Entretenimiento femenino en la corte de Isabel de Castilla: el Juego trobado de Gerónimo de Pinar», «Nunca fue pena mayor»..., pp. 605-614. Vid. Ian Macpherson, «Secret Language in the Cancioneros: Some Courtly Codes», Bulletin of Hispanic Studies, LXII (1985), pp. 51-63.

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Este hecho explicaría una de las características sobresalientes de las poesías de estos escritores: el de la ambigüedad. Por esto, abunda en esta época el uso de la annominatio, recurso en el cual el escritor proporciona al lector uno de los dos posibles significados y el lector/oyente debe tratar de encontrar el otro. Así encuentran explicaciones ciertos poemas que en un principio parecen reflejar situaciones perfectamente «inocentes»; de esta manera, poemas que hasta hace poco se han leído sin sospechar lecturas alternativas se revelan ante nosotros con varios niveles de interpretación. Tomemos un ejemplo de uno de los poemas más conocidos y copiados en el siglo XV y XVI: «Justa fue mi perdición» (35.1). Justa fue mi perdición de mis males soy contento, ya no espero galardón pues vuestro merescimiento satisfizo mi passión. Es victoria conoscida quien de vos queda vencido, que en perder por vos la vida es ganado el que es perdido. Pues lo consiente razón, consiento mi perdimiento sin esperar galardón, pues vuestro merescimiento satisfizo mi passión.

Aparentemente no hay nada extraño en estos versos, que llamaron la atención de Gracián122, en los que el poeta utiliza un lenguaje común al de mucho otros poemas amorosos de la época: perdición, galardón, pasión, razón, perdimiento o merecimiento. Sin embargo, Keith Whinnom e Ian Macpherson llevaron a cabo una lectura más detenida y hallaron que detrás de su aparente «normalidad» había algo más, un mensaje secundario que había escapado hasta entonces a los críticos123. Los dos filólogos ingleses han llegado a la conclusión de la existencia de varios 122

123

«Lo común es ir primero la proposición, que con su extravagancia suspende, y después con su ingeniosa razón satisface... Aunque al referirse va primero la propuesta, en el inventarse es primero la razón, que es como causa y origen de donde nace aquélla; esta es la causa porque unas veces se antepone y otras se posponen; lo que importa es que sea ingeniosa»; Baltasar Gracián, Agudez y Arte de ingenio, I, ed. de Evaristo Correa Calderón, Madrid, Castalia, 1980, p. 253. Keith Whinnom, «Hacia una interpretación y apreciación de las canciones del Cancionero general de 1511», Filología, 13 (1968-1969), pp. 361-381 (reproducido, en inglés, en su Medieval and Renaissance Spanish Literature. Selected Essays, ed. by A. Deyermond, W. F.

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niveles de lectura: poema de amor cortés, poema religioso o «a sensual love poem designed not to offend»124. A esta última conclusión se llega por el significado erótico de alguno de estos términos en otras tradiciones cultas y populares tanto en Castilla como en otros ámbitos europeos. La annominatio constituye un indicio de un rasgo importante de la producción poética bajo el reinado de los Reyes Católicos: la concisión. Los poetas de este grupo persiguen el ideal de la brevedad: expresar con las menos palabras posibles sus emociones y sentimientos. De esta forma llegamos al conceptismo125 propio de gran parte de la poesía de finales de siglo, en el que, en palabras de Lapesa, «el ingenio está al servicio de la intensidad»126. Como consecuencia de esta búsqueda de la concisión, los poetas recurren a los juegos verbales, en los que abundan las repeticiones de palabras; uno de los más ingeniosos es el siguiente poema de Florencia Pinar (38a.1): ¡Ay! que hay quien más no bive porque no hay quien d’ahí se duele; y si hay, hay que recele: hay un ¡ay! con que s’esquive que sin ¡ay! bevir no suele. Hay plazeres, hay pesares, hay glorias, hay mil dolores, hay, donde hay penas d’amores, muy gran bien si d’él gozares. Aunque vida se cative, si hay quien tal ¡ay! consuele no hay razón por que se cele, aunque hay con que s’esquive quien sin ¡ay! bevir no suele.

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126

Hunter & J. T. Snow, Exeter, University of Exeter Press, 1994, pp. 114-132) y en su La poesía amatoria cancioneril en la época de los Reyes Católicos, University of Durham, 1981; Ian Macpherson, «Secret Language in the Cancioneros: Some Courtly Codes». Ian Macpherson, art. cit., p. 62. Vid. José María Micó Juan, «Precepto y concepto en la lírica cancioneril», Actas del III Congreso de la AHLM, II, Salamanca, Biblioteca Española del siglo XV, 1994, pp. 643-649, donde afirma que: «aquella modalidad lírica recogió mejor que ninguna el ideal estético del traído y llevado conceptismo, que en definitiva no fue otro que el anhelo elemental y loable de conseguir la mayor cantidad posible de significación con el menor número posible de significantes» (la cita en página 645). Rafael Lapesa, «Poesía de cancionero y poesía italianizante», en De la Edad Media a nuestros días, Madrid, Gredos, 1971, p. 151.

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Aquí el poeta juega con la homofonía de la interjección ay y de la tercera persona del verbo haber, para crear un poema en el que se reflejan las penas de amores, proclamadas por medio de la exclamación de dolor que expresa la interjección, y la de sus placeres, comunicadas en los versos en los que la interjección se halla ausente. Estos poemas son una muestra del retoricismo del que hacen gala estos poetas, poetas cortesanos no lo olvidemos, retoricismo propio del manierismo al que había llegado esta poesía cada vez más artificiosa, en la que los poetas artesanos buscaban demostrar la perfección que podían alcanzar sus composiciones, en las que lo importante no era ya el mensaje, pues este varía poco desde los primeros poetas cancioneriles, sino la envoltura con la que se comunica este mensaje. Un buen ejemplo lo tenemos en el poema de Nicolás Núñez (40.4): Si por caso yo biviesse esperaría morir, mas yo nunca vi venir muerte do vida no oviesse. Que si yo vida toviera, según es el mal tan fuerte, no es possible que la muerte alguna vez no viniera. ¡O qué dicha si viniesse para matar el morir, pues que no queda bevir que con la muerte muriesse!

Ninguno de los conceptos expresados en el poema representa ninguna novedad (las antítesis vida-muerte, que reflejan esa confusión producida en el hombre por el sufrimiento amoroso), sino que son los retruécanos a los que el autor somete esas imágenes los que dan valor a esta canción. El poema representa a la perfección el estilo de la canción en la época de los Reyes Católicos con un vocabulario cada vez más restringido, en el que los conceptos de amor, muerte, vida, mal se combinan en ingeniosas y nuevas formas que dotan al poema de originalidad127. Esta concisión, el gusto por la brevedad, por el ingenio presentado en breves fórmulas da como resultado el gusto por los motes y letras128 a las que Hernando del Castillo dedicó en su Cancionero General sección aparte, y que en esta época conocieron un auge importante, como lo demuestran los motes del Almirante don Fadrique Enríquez de Cabrera (44.4). 127

128

Para este tema vid. Vicente Beltrán, El estilo de la lírica cortés. Para una metodología del análisis literario, y La canción de amor en el otoño de la Edad Media. Vid. Pierre Le Gentil, La poésie lyrique..., I, pp. 214-216.

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La restricción en el vocabulario es acompañada en estos poetas de finales del siglo XV por una simplificación en la forma estrófica de la canción. Keith Whinnom en un magnífico estudio analizó las características de este género y llegó a la conclusión de que la canción «has a severely restricted metrical pattern»129. La canción de Nicolás Núñez es un perfecto ejemplo de la forma predominante en la generación de los Reyes Católicos: versos octosílabos con rima abba cddc abba, aunque también se dan otras variantes (abab cddc abab). En ocasiones la vuelta repite los dos primeros versos de la primera estrofa, aunque se puede haber introducido un pequeño cambio; así se ve en una canción de Pinar (38.2): Es la boz de mi canción de un dolor que al alma toca, qu’el tenor lleva la boca, las contras el coraçón. Las palabras son dolores que andan en el pensamiento, penadas del sufrimiento que las haze ser mayores; van notadas de tal son que su boz al alma toca, y el tenor lleva la boca, las contras, el coraçón.

La conciencia del discurso poético durante el reinado de los Reyes Católicos produce la que se puede considerar como la primera poética escrita en castellano el Arte de la poesía castellana de Juan del Encina130. Al igual que las dos reflexiones poéticas que hemos visto, el Arte de Encina aparece como introducción a su Cancionero, publicado en 1496, dedicada al príncipe Juan, primogénito de Isabel y Fernando. La dedicatoria al príncipe heredero se debe a «la conciencia de que la lengua está levantándose a un alto grado de perfección obliga a que se escriba un Arte de la poesía propio de un Príncipe»131. La tradición en la que se basa Juan del Encina está ya cimentada en una práctica poética en castellano de más de cien años, 129

130

131

«Towards the Interpretation and Appreciation of the Canciones of the Cancionero General of 1511», p. 120. El mejor estudio sobre la poética de Encina es el de Francisco López Estrada, «El Arte de la poesía castellana de Juan del Encina (1496)», L’Humanisme dans les lettres espagnoles, París, J. Vrin, 1979, pp. 151-168. Vid. también Juan Carlos Temprano, «El Arte de la poesía castellana, de Juan del Encina. Estudio y edición», Boletín de la Real Academia Española, LIII (1973), pp. 9-50. Francisco López Estrada, «Estudio», en Las poéticas castellanas de la Edad Media, pp. 6869. Las citas del Arte se harán siguiendo esta edición.

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pero que rebasa con mucho esta cifra si tenemos en cuenta la poesía provenzal, la gallego-portuguesa o la italiana que la preceden teórica y prácticamente. El Arte se aleja de los dos ejemplos anteriores de reflexión poética en el carácter humanístico universitario que la informa y estructura; así debemos entender la división en nueve capítulos que van desde el nacimiento y origen de la poesía castellana hasta la forma en que se deben escribir y leer las coplas. También se aprecia este carácter en la gran cantidad de citas que aparecen en la obra (Virgilio, Cicerón, Quintiliano, San Agustín, Boecio, Dante, Petrarca, etc), con lo que nos encontramos con un «assemblage d’emprunts à des auteurs anciens»132. El tratado comienza con la búsqueda del origen de la poesía que se localiza, al igual que había hecho ya Santillana, en la Biblia, ateniéndose a la autoridad de San Jerónimo. Después se hace una breve mención a la poesía latina medieval, sobre todo a la religiosa, para pasar a tratar sobre el origen de nuestra poesía. Y aquí viene una de las novedades del Arte de Juan del Encina, que sitúa en Italia la fuente de la poesía, porque ese país «fue el solar del linage latino» (p. 82). De Dante y Petrarca «hurtaron» nuestros poetas «gran copia de singulares sentencias» (p. 82), hurto que no hay que reprender, sino alabar cuando se «sabe galanamente cometer». Nos hallamos en esta declaración con la primera referencia en nuestra historia poética al concepto fundamental en el Humanismo de la imitatio. Se separa aquí, además, Encina de Santillana, que había afirmado la preeminencia de la poesía provenzal sobre el resto de las europeas. Un apartado importante lo supone la concepción de la poesía como ciencia o como don divino. Ya habíamos visto cómo los dos teóricos anteriores se habían definido por la segunda de las posibilidades. Encina, sin embargo adopta una postura ecléctica; para él el ejercicio de la poesía requiere: «el buen natural», pero apostilla: «mas también afirmo polirse y alindarse mucho con las osservaciones del arte, que, si al buen ingenio no se juntasse ell arte, sería como vna tierra frutífera y no labrada» (p. 83). Para eso, pues ha de servir su poética, para pertrechar a aquellos dotados del don natural de las herramientas técnicas necesarias para escribir poesía según el estilo de la época. Con esta concepción era lógico que expusiera las cualidades que debía poseer el poeta: estar dotado de buen ingenio; «hablar puramente, elegante y alto quando fuere menester» (p. 85), y, por último, leer poesía e historia en su lengua materna y en latín; cualidades que los manieristas de finales del siglo XVI también consideraban como necesarias para ejercer el oficio de la poesía133. A partir del capítulo cinco se entra en la parte técnica, porque como declara Encina: «toda la fuerça del trobar está en saber hazer y conocer los pies» (p. 86). 132 133

Francisco López Estrada, «El Arte de poesía castellana de Juan del Encina (1496)», p. 153. Vid. Emilio Orozco Díaz, Manierismo y Barroco, Madrid, Cátedra, 19813.

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Enumera los dos tipos de versos: arte real y arte mayor. Abundan en esta sección los ejemplos sacados de los autores más importantes de la generación anterior, sobre todo de Juan de Mena. Dedica el capítulo sexto a analizar los dos tipos de rimas en castellano y las reglas que se deben tener en cuenta según el acento de la última palabra. Los capítulos siete y ocho se centran en los tipos de estrofas y en la enumeración de algunas de las figuras retóricas. En el primero de ellos hay referencias a los motes, a las «letras de invención», dos géneros que, como ya hemos visto, manifiestan el ingenio del poeta, y termina con el género más usado en su tiempo, el de la canción. El capítulo ocho refiere algunas de las «licencias y figuras» que se usan en «nuestro castellano trobar»; se destacan algunas licencias permitidas al escritor en su uso de la lengua y se mencionan con ejemplos algunas de las más importantes figuras retóricas: encadenado, retrocado, redoblado, multiplicado y reiterado. Finaliza el tratado con un curioso y breve capítulo dedicado a enseñar al príncipe y a cualquier otro lector del Cancionero a escribir y declamar las poesías, aconsejándole que «en los nombres proprios que no son muy conocidos o en las palabras que pueden tener dos acentos, devemos poner sobre la vocal adonde se haze el acento luengo vn ápice, que es vn rasguito como el de la ‘i’» (p. 93). Con la entrada del siglo XVI y, sobre todo, con la famosa conversación entre Boscán y Navagiero se produce un cambio en la trayectoria de nuestra lírica que, a partir de esos momentos, inicia el proceso de italianización, de adaptación a nuestra literatura de formas y metros italianos, algunos de ellos ya intentados en años anteriores; estaríamos en la cuarta etapa en la historia de la poesía cancioneril, situada por Gómez Moreno y Alvar entre 1511 y 1573134. La etapa se caracterizaría por las distintas ediciones del Cancionero General y por la poesía cortés del Quinientos conservada en cancioneros manuscritos. De ella hablaremos al final de la presente introducción.

3. La poesía amorosa La concepción amorosa de la poesía castellana cuatrocentista entronca con la tradicón del «amor cortés» surgida en Provenza en el siglo XII, denominación que ya le otorga Peire d’Alvernha cuando escribe «cortez’amor de bon aire»135. Los poetas españoles trasladan los principales conceptos de esta tradición a sus versos, pero no es una trasmisión pura (si se me permite la expresión), sino que viene «contaminada» por otras líricas; concretamente la gallego-portuguesa y la italiana, tanto del dolce stil nuovo, como del petrarquismo, tal y como ya hemos podido apreciar más arriba. 134

op. cit., p. 99.

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Existe un componente importante en esta concepción que escapa a la literatura y que pertenece a la medicina. En los manuales medievales de medicina, insertados en la tradición médica que arranca de los griegos y de los romanos, con influencias árabes136, se habla del mal de amores, de cuyos efectos y cura se ocupa, por ejemplo, Bernardo Gordonio en un capítulo que encabeza con el título de: «Amor que se dize hereos»137. El mal de amores era una aflicción del cerebro, relacionada con la manía y la melancolía. El enfermo ve a una mujer muy bella y a través de los ojos capta su imagen que se almacena en el cerebro, en la celda en que reside la virtud o fuerza imaginativa, donde se crea una imagen de la mujer. La imagen pasa a la celda central regida por la virtud racional, regidora de las funciones del cuerpo, donde es almacenada en la tercera postrimera celda, donde reside la memoria. El hombre se obsesiona con ella y se produce un mal funcionamiento de la virtud racional, que afecta a las funciones normales del cuerpo, con lo que aparecen los síntomas de la enfermedad; así «pierden el sueño e el comer e el bever e se enmagresce todo su cuerpo, salvo los ojos, e tienen pensamientos escondidos e fondos con sospiros llorosos... E el pulso d’ellos es diverso e non ordenado, pero es veloz e frequentido e alto si la muger que ama viniera a él» (p. 108). Los manuales terminan con una serie de remedios para curar este mal, en muchos casos tomados de la medicina clásica, que van desde los consejos de un sabio varón hasta el apartamiento a lugares agradables pasando por el amor hacia otras mujeres. Si estos remedios «agradables» no funcionan, Gordonio propone un último intento que consiste en (y por su curiosidad permítaseme que lo cite en toda su extensión): búsquese una vieja de muy feo acatamiento con grandes dientes e barvas e con fea e vil vestidura, e traya debaxo de sí un paño untado con el menstruo de la muger, e venga al enamorado e comience a dezir mal de su enamorada, diziéndole que es tiñosa e borracha e que se mea en la cama e que es epiléntica e fiere de pie e de mano e que es corrompida e que en su cuerpo tiene torondos, especialmente en su natura, e que le fiede el fuelgo e es suzia, e diga otras muchas fealdades, las quales saben las viejas dezir, e son para ello mostradas. E si por aquestas fealdades non la quisiere dexar, saque el paño de la sangre de su costumbre debaxo de sí, e muéstregelo súbitamente delante su cara, e déle grandes bozes diziendo: «Mira qué tal es tu amiga como este paño» (pp. 108-109).

Otros médicos proponen métodos más violentos para curar la enfermedad; así Valesco de Taranta da como remedio final: «Flagelletur culus eius cum verberibus, et si non sistit ponatur in fundo turris cum pane et aqua»138. Para aquellos que no res135

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Citado por Martín de Riquer, Los trovadores..., I, p. 78. Sobre este tema vid. Paolo Cherchi, Andrea Capellano, i trovatori e altri temi romanzi, Roma, Bulzoni, 1979. Vid. María Rosa Menocal, The Arabic Role in Medieval Literary History, Philadelphia, University of Pennsylvania Press, 19902, pp. 71-90 y Roger Boase, «Courtly Love in Spanish Literature: A Continuing Debate», Journal of Hispanic Philology, 9 (1984), pp. 67-73.

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pondían a estos tratamientos extremos Gordonio concluía que «ya no es omne salvo diablo encarnado enloquecido, e dende adelante piérdase con su locura» (p. 109)139. Pero no son sólo los médicos los que explican el amor como una enfermedad mental, sino que también los filósofos acuden a estas explicación para describir las causas del amor140. Entre los tratadistas que defienden esta concepción tenemos al Tostado, defensor de la teoría naturalista del amor, que, en su Tratado de cómo es necesario al hombre amar, establece como segunda conclusión que el amor turba al amante y de ahí enloquece o enferma. Para presentar su argumento se basa en palabras de Salomón (Cantares, 8, 6), donde equipara la fuerza del amor y de la muerte, de lo que deduce: Que así como la muerte quita el poder por privaçión de la vida, así faze el amor al amante seyendo bivo. E muchas vezes el amor engendra peligrosas enfermedades, como se lee de Amón en el segundo libro de los Reyes, onde dize era Amón atormentado de dolençias por amor de Tamar, hermana suya. E aun desta enfermedad algunas vezes se sigue muerte, como dize Ipocrás: «El amor es cobdiçia que se faze en el coraçón» por cabsa de la qual intervienen algunos açidentes de que por ventura muere el enamorado141.

En la poesía cuatrocentista aparecen las referencias al amor como enfermedad, al «mal de amores», como en el siguiente poema de Quirós en el que se dirige al Conde de Oliva (37.1): Muy magnífico señor, de muy enfermo maestro,

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Vid. Bernardo Gordonio, Lilio de medicina, edición crítica de la versión española (Sevilla, 1495) de John Cull y Brian Dutton, Madison, Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1991, pp. 107-109. Las citas de esta obra están tomadas de esta edición. Citado por Keith Whinnom, «Introducción» a Diego de San Pedro, Obras completas, II. Cárcel de amor, ed. de..., Madrid, Castalia, 1971, pp. 14-15. Para más detalles sobre este tema vid. Bruno Nardi, «L’amore e i medici medievali», Studi in honore de Angelo Monteverdi, II, Modena, 1959, pp. 517-542; M. Ciavolella, La malattia d’amore dall’antichità al medioevo, Roma, Bulzoni, 1970; Mary F. Wack, Lovesickness in the Middle Ages: The ‘Viaticum’ and Its Commentaries, Philadelphia, University of Pennsylvania Press, 1990, y Pedro M. Cátedra, Amor y pedagogía en la Edad Media (Estudios de doctrina amorosa y práctica literaria), Salamanca, Universidad, 1989. También Michael Ray Solomon, «El viento de la poesía: neumatología y la poesía amorosa del siglo XV», Actas del III Congreso de la AHLM, II, pp. 1031-1035. Sobre este tema es fundamental el libro ya citado de Pedro Cátedra, Amor y pedagogía en la Edad Media. Vid. también María Isabel Toro Pascua, «Guevara y la teoría amorosa en el reinado de Enrique IV», Actas del III Congreso de la AHLM, II, pp. 1085-1093. Cito este opúsculo por Del Tostado sobre el amor, noticia preliminar de Pedro M. Cátedra, Barcelona, «Stelle dell’Orsa», 1986, pp. 25-26.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López d’este mal de amor y muerte con sobra de tal dolor vengo yo, servidor vuestro, que no hallo quien acierte mi remedio, a que me déis algún medio con que mi vida concierte.

El Conde de Oliva después de advertirle de que no conoce a nadie que se haya curado le da como única y última solución que os matéis carbonizado y aquesta carbón guardalle, que si menester sería para enero en tornar como primero luego se os encendería.

Podríamos citar aquí multitud de referencias al amor como enfermedad142 y a los sufrimientos que ocasiona, pero en nuestra antología hemos recogido un poema de Álvarez Gato (32.12) en el que se extiende sobre esta concepción médica del amor y en la que se proponen diferentes remedios para su cura. La composición la escribe el poeta a su amada que se hallaba enferma de calenturas y le propone los remedios que conseguirán su curación, ya que el poeta conoce perfectamente los síntomas: Para llevar esta cura más acabada y perfeta, venceréis la calentura de quererme dar tristura siempre comiendo dieta; que serán por no dañarme, las almendras socorrerme,

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Recuérdense entre otros los versos de Villasandino: «por lo qual, señora, creo / que d’aquesta enfermedad / tarde o nunca sanaré. // Médico nin çurugiano / non han tanta abtoridad / que me pudiessen dar sano / de perfeta sanidat»; Baena, p. 23. Florencia Pinar (38a.3): «El amor es un gusano / bien mirada su figura, / es un cáncer de natura / que come todo lo sano»; o el de Cartagena (30.9): «Es un compuesto de males / hecho para el coraçón, / de aquestos tres materiales: / cuydado, fe y afición, / cuyas propiedades son / quitar con su poderío / el poder a la razón, / la virtud al alvedrío. // Es también según que siento / de sus mudanças e antojos, / delectación de los ojos, / fatiga del pensamiento, / donde todo entendimiento / se trastorna y descasa».

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Introducción las mançanas consolarme, las granadas alegrarme con açúcar de quererme.

En la poesía castellana, como herencia de la tradición francesa y de esa corriente académica médico-filosófica de la que hemos hablado, nos encontramos con una reflexión sobre la esencia del concepto abstracto amor; el poeta pretende definir esa enfermedad-necesidad que siente143. La más antigua que existe en nuestra poesía es la adivinanza que del dios Amor hizo Francisco Imperial, en una composición atípica en nuestra literatura cancioneril144. Estas definiciones reflejan el concepto del amor a través, sobre todo, de los efectos que produce en los enamorados, definiciones en las que la descripción se hace a través de antítesis y paradojas, como en el famoso poema de Jorge Manrique, «Otras suyas diziendo qué cosa es amor», en una de cuyas estrofas leemos: Es plazer en que ay dolores, dolor en que ay alegría, un pesar en que ay dulçores, un esfuerço en que ay temores, temor en que ay osadía. Un plazer en que ay enojos, una gloria en que ay passión, una fe en que ay antojos, fuerça que fazen los ojos al seso y al coraçon145.

o aquellas otras de Frances Carros Pardo en que también estas figuras le sirven al autor para definir lo indefinible:

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Sobre este tema vid. Miguel García-Bermejo Giner, «Algunos aspectos de la definición de amor en la poesía cancioneril castellana del siglo XV», «Nunca fue pena mayor»..., pp. 275284. Para este tema en el Siglo de Oro vid. Christopher Maurer, «Hacia una tipología de las «definiciones» en la poesía de los siglos XVI y XVII», en «Busquemos otros ríos y otros montes». Estudios de literatura española del Siglo de Oro dedicados a Elias L. Rivers, Madrid, Castalia, 1992, pp. 167-184. «Yo me só uno que bivo / con todo omne o muger, / e non me veen, maguer / a muchos e a muchas privo / la vista e soy esquivo / e plazentero a las vezes, / e en poder de rafezes / a grandes echo en cativo. // Yo mesmo ardo en fuego / e desí çeniza quedo, / e después muy quedo a quedo / todo en uno me llego / e qual era torno luego; / e de madre non nasçí / nin tal qual só nunca vi, / demudado torno çiego»; Baena, pp. 295-296. Cito por Jorge Manrique, Poesía, edición de Vicente Beltrán, estudio preliminar de Pierre Le Gentil, Barcelona, Crítica, 1993, pp. 55-56. Según el editor, p. 55n., «esta composición podría ser interpretada como una censura del amor o su exaltación, según la perspectiva del lector».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Es vna luz tenebrosa, vn remedio que nos pena. Es vn bien sin cosa buena, es vna risa llorosa, vn fauor que nos condena. Es enferma sanidad, concierto que desconcierta, su verdad mentira cierta. Su piadad es crueldad, es vn centro de maldad (11CG, p. 459)

Otras coplas con el mismo encabezamiento que las de Jorge Manrique son las de Pedro Manuel de Urrea (49.1). La composición repite los tópicos ya manidos de la poesía cancioneril. Pero en este caso, frente al uso manriqueño la definición no tiene como base las antítesis y paradojas, aunque aparecen algunas de ellas como el «deleitoso tormento», «el plaziente dolor» o «los alegres enojos». Se combinan elementos abstractos (pensamiento, engaño) con elementos concretos (árbol, humo) en un intento de apresar y delimitar la abstracción del concepto amor. El poema termina con unos versos que resaltan los sentimientos de amargura y dolor expresados por los poetas provenzales y repetidos por los autores cancioneriles desde mediados del siglo XIV: Es una linda belleza que trae mucha dulçura y el que la quiere gustar, como no tiene firmeza, después viene la amargura, trocar reír por llorar.

Visto ya su origen y definición, entremos ahora en las principales características que conforman este amor cortés. C. S. Lewis resumía los principales rasgos de la tradición amorosa provenzal en cuatro: humildad, cortesía, adulterio y la religión del amor146. Los cuatro rasgos aparecen también en la poesía cuatrocentista española con una mayor o menor asiduidad. La primera de ellas, la humildad, surge y se reconoce como producto de la tradición provenzal de la superioridad de la amada sobre el amante con múltiples enunciaciones, que se resumen en el siguiente verso de Bernart de Ventadorn en el que se declara: «e.lh serai om et amics e servire»147. La relación amada (señora)-

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C. S. Lewis, The Allegory of Love. A Study in Medieval Tradition, Oxford, Oxford University Press, 1992, pp. 2-23. Martín de Riquer, Los trovadores, I, p. 361. Peire Rogier escribió: «De ren als no pes ni cossir / ni ai dezirier ni talan, / mas de lieys quol.l pogues servir / e far tot quant l’es bon ni.l platz»; Los trovadores, I, p. 269.

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amante (vasallo), como ya han puesto de manifiesto muchos historiadores de la literatura medieval, se corresponde con el concepto feudal cliente-patrono; es decir, el vasallaje. En la poesía cancioneril castellana abundan las declaraciones de sumisión del poeta a su amada, como la de Pero Cuello, en la que promete servicio hasta la muerte: Sin errar, con lealtança, te faré siempre serviçio, aquesta es mi maginança sin fazer otro bolliçio; manterné aquest’ofiçio tanto quan yo beviré, a doquier que andoviere todo siempre así diré (SA7, p. 173).

De esta concepción derivan dos consecuencias lógicas: la amada es mejor que el amante, y éste es inferior en todo a ella, dando lugar a lo que se ha denominado como «mester de gineolatría»148. La primera de estas aseveraciones produce conceptos como el de la dama como obra maestra de Dios, que conduce a la hipérbole sagrada149. La exaltación de la mujer, de su belleza y de sus virtudes, desemboca en muchos poetas, tal y como ya lo habían expresado los provenzales150, en considerarla como el ser más perfecto de la creación, aquel que más se acerca a la divinidad, cuya belleza representa, como afirma el Comendador Ávila al referirse a su amada (46.5) en los siguientes versos, la propia imagen de Dios: Su beldad me hizo suyo, hermosura en tanto grado que en su gesto muy hermoso el de Dios está esmaltado.

Esta consideración de la belleza femenina como lo más próximo a la belleza de Dios sobrepasa la de cualquier otra persona que haya vivido en la tierra:

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Pedro Salinas, Jorge Manrique o tradición y originalidad, p. 37. Sobre estos dos temas vid. los estudios de María Rosa Lida de Malkiel, «La dama como obra maestra de Dios» y «La hipérbole sagrada en la poesía castellana del siglo XV», ambos recogidos ahora en sus Estudios sobre la literatura española del siglo XV, pp. 179-290 y 291-309, respectivamente. Así en Guillem de Cabestany, Los trovadores, II, p. 1070: «tam bella no.n aspiret Crist»; o Guilhem de Montanhagol, Los trovadores, III, p. 1435: «que sa beautatz desus del cel partis, / que tan sembla obra de paradis / qu’a penas par terrenals sa conhdia».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Fízovos paresçer Dios a quien jamás fast’agora, si non solamente vos que Le paresçéys senyora (SA7, p. 76)

Estos versos de Johan Enríquez se expresan en ese sentido. La conclusión que se deduce de estas afirmaciones deriva en uno de los tópicos medievales, el que Curtius denominó como «sobrepujamiento»151: la amada es la más bella mujer que ha pisado la tierra tanto pasada como presente. Así Francisco Imperial compara a su Estrella Diana con las máximas bellezas de la Grecia clásica (8.2): Non se desdeñe la muy delicada Enfregimio griega, de las griegas flor, nin de las troyanas la noble señor por ser aquésta atanto loada, que en tierra llana e non muy labrada nasce a las vezes muy oliente rosa, assí es aquesta gentil e fermosa que tan alto meresce de ser comparada152.

Dentro del mismo tópico se insertan los versos de Álvaro de Luna en los que se compara positivamente a su amada con las mujeres más bellas de su época (18a.11): De las que ante passaron no puedo dar fe nenguna, pero Dios e la fortuna en este tiempo dotaron muchas de grant fermosura; mas contigo sólo una igualar no se podría.

El sobrepujamiento de las cualidades de la amada lleva a los poetas a considerarla tan bella como la Virgen, recurriendo a la hipérbole sagrada. María Rosa Lida pensaba que gran parte de la «culpa» de esta proliferación de hipérboles sagradas recaía en el grupo de los conversos, que «debieron contribuir de modo específico 151 152

Ernst Robert Curtius, Literatura europea y Edad Media latina, México, FCE, 1976, p. 235. Fernán Pérez de Guzmán elevó sus protestas ante esta comparación que él consideró exagerada (8.2a): «Si se non sentiesse de aquesta vegada / la fermosa griega d’este desonor, / denuncie querella ante el dios del Amor / la noble Adria que fue injurada / non menos Daymira se siente ofensada, / que entiende por Ércules vencer toda cosa, / espere el errado la lid pavorosa / o luego desate su cántica errada».

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al desorden íntimo y a la confusión de jerarquías espirituales, de suyo existentes en toda la sociedad de la tardía Edad Media»153. La hipérbole más conocida es sin duda la de Antón de Montoro ya citada, en la que afirma la preeminencia de Isabel de Castilla frente a la Virgen. Pero hay más ejemplos menos conocidos, pero no por ello menos interesantes. Así nos encontramos con el poema de Álvaro de Luna, en el que para ensalzar la belleza de su amada se declara competidor de Dios ((18a.1): Si Dios nuestro salvador oviera de tomar amiga, fuera mi competidor. Aun se m’antoxa, Señor, si esta tema tomaras, que justas e quebrar varas fizieras por su amor; si fueras mantenedor contigo me las pegara e non te alçra la vara por ser mi competidor.

La belleza de su amada es tal que el propio Dios se enamoraría de ella y habría de competir en un torneo con el noble para conseguirla. Otro ejemplo lo tenemos en una canción de Cartagena (30.16) en la que afirma que la belleza de su amada es tanta que deben ser los «ángeles trobadores» los que deben reflejarla en sus composiciones. A esta imagen de la donna angelicata, corresponde la de un ser inferior: el hombre, su vasallo. La propia autoconsideración del poeta-amante como ser inferior se manifiesta en todos los niveles del discurso poético. Quizás el mejor poema para apreciar esta diferencia entre las características de ambos sea el del Comendador Román (39.2). En él se contraponen, en coplas consecutivas, la descripción de su amada y de él mismo; mientras que la amada es un dechado de virtudes, el autor se presenta como un ser horrendo, lleno de defectos: Vos formada de elemento luziente, llena d’aviso, que con vuestro nascimiento

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«La hipérbole sagrada...», p. 293. El argumento fue cuestionado por R. O. Jones, «Introducción» a Juan del Encina, Poesía lírica y cancionero musical, ed. de R. O. Jones y Carolyn R. Lee, Madrid, Castalia, 1975, p. 29, para quien se trata de un fenómeno europeo y concluye que: «hay bien pocas características de la época a las que por una perversión de la lógica no se puede dar la apariencia de ser características de la psicología conversa».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López hezistes a Dios contento do estava en el paraíso; vos con tanta claridad que traspasa las estrellas, vos llena de onestidad, vos espejo de beldad en quien miran las bellas. Yo soy un rústico feo, un grossero, puro loro, un turco, judío, guineo, desdonado sin arreo, una figura de moro. Fui yo nascido en las quiebras lleno de todo reproche, fui criado entre culebras y fui hecho en tiniebras muy más feo que la noche.

En la primera de las estrofas, la que corresponde a la amada, se describe a un ser celestial, de una belleza radiante, clara, honesta, «espejo de beldad» en quien se miran las demás mujeres bellas; en una palabra, la donna angelicata de los stilnovistas. Frente a esta imagen idealizada de la mujer, la del hombre se presenta caricaturizada, con los elementos sociales («rústico»), raciales y religiosos («turco, judío, guineo») y de belleza deformados y lo más alejados del canon socio-religioso de la España cristiana. Las comparaciones continúan en las estrofas siguientes, siempre destacando las virtudes de ella y la despreciable personalidad y origen del amante, que de esta forma se presenta como indigno de recibir los favores de alguien tan superior. La autohumillación que el propio poeta se inflige a sí mismo explica la asunción de la condición de súbdito de la que hemos hablado. Esta situación de vasallo inmerecedor de la atención del ser angelical provoca la ausencia de esperanza en la realización de sus deseos; lo que llevó a Huizinga a afirmar que el amor cortés convierte en objeto la insatisfacción misma154. Como resultado de esta frustración el amante se considera como un prisionero de una cárcel espiritual, de la que no existe posibilidad de escapar, ni en la mayor parte de las ocasiones deseo de intentarlo, pues el poeta acepta con resignación la fatalidad de su destino amoroso; Quirós expresa estos sentimientos en una canción (37.3), en una de cuyas estrofas leemos:

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Johan Huizinga, El otoño de la Edad Media, p. 153.

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Introducción Ésta me terná forçado tanto quanto Dios quisiere, mas de vos quien preso fuere nunca será libertado ni la libertad lo quiere; y si acá preso estoviere será por fuerça y atado, y vos me tenéis de grado cativo mientra biviere.

El poeta acepta su situación de miseria y falta de libertad, porque la mujer a la que ama y venera es la poseedora, mejor dicho, la carcelera que guarda la «llave de mi coraçón», como se lee en un poema de Carvajal155, aquella culpable de su prisión y la única persona que puede rescatarlo de ella, como afirmaba en uno de sus poemas Villalpando156. Pero la insatisfacción llega a un punto en que el poeta desea la liberación, liberación que ciertos amantes consideran imposible, y así aunque se quejan del dolor y del sufrimiento que padecen son conscientes de la imposibilidad de zafarse de su poder, incluso en la muerte, pues con ella se mostrará la fe del enamorado, que es reconocido como un «mártir de amor, pues se convierte, hasta cierto punto, en un amante heroico, dentro de una consideración que, probablemente, guarde relaciones con el aprecio de la valentía y la pertinacia del caballero»157. En este sentido tenemos los versos del Vizconde de Altamira: La muerte, pues se dessea, vuestra merced me la dé, porque muriendo se vea cómo no muere la fe. [ID0892]

Pero en su desesperación el poeta, incapaz de liberarse en vida del sufrimiento, ve en la muerte su salvación. Es esta la única forma en que puede escapar de una situación imposible. La fidelidad que debe a su dama le niega la posibilidad de des155

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«Vos partís, e a mí dexáis / en muy áspera presión, / e vos sola vos lleváis / la llave de mi coraçón. // Y en aquesta presonía, / siempre amando e sospirando, / fenescerá la vida mía, / muerte o gracia esperando. / Ya, por Dios, vos non queráis / que yo muera en esta presión, / pues vos sola vos lleváis / la llave de mi coraçón»; MN54. «Libertat he posseído, / senyora, fasta vos ver, / non me puedo retraer / d’ella luego aver perdido; / c’a desora, todo entero, / me robó quien vos sabés: / rescatatme, si queréis, / que so vuestro presonero»; SA7, p. 221. Nicasio Salvador Miguel, La poesía cancioneril. El «Cancionero de Estúñiga», p. 291. Recuérdese en este sentido la referencia que Huizinga, op. cit., p. 127, hace a los miembros de la hermandad de Galois que morían de frío y que eran considerados «martirs d’amours».

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enamorarse; por tanto sólo la muerte puede poner fin a esa situación de dolor en que pervive: Llora la vida presente, sospira por lo pasado, las ansias de verme absente me tienen desesperado; demando yo muy de grado la muerte que me conviene, y de desdichado no viene (30.14).

En estos versos, Cartagena desea la llegada de la muerte como forma de terminar con sus sufrimientos, con los recuerdos de un pasado feliz, pero la muerte tarda, y tarda para alargar más la tortura a la que vive sometido el poeta, que no ve aquí, como se expresa en otros autores, el sufrimiento como gloria de amor158, sino que lo refleja como una carga insoportable que sólo con la muerte podrá darle la paz; sentimiento que culminan aquellos dos versos de unas «coplas» de Lope de Estúñiga (26.1), que terminan: mejor es muerte que vida sin trabajos gradescidos.

Y así desembocamos en uno de los tópicos más manidos por los poetas cancioneriles: el de la descripción de la dama como ser cruel y desdeñoso, la belle dame sans merçi, que ya se da en la lírica provenzal159. Si antes habíamos visto la imagen de la mujer como la donna angelicata, influencia de los stilnovistas, en la tradición amorosa se inserta también la imagen opuesta, el «estereotipo femenino negativo», en palabras de Gerli, que refleja el antifeminismo del siglo XV160, del que son una buena prueba las famosas coplas de Torrellas, recogidas en esta antología (23.5). El tópico aparece ya en los primeros poetas, como lo demuestran los siguientes versos de Pedro González de Mendoza, recogidos en Baena (p. 319): Por Deus, señora, non me matedes, qu’en miña morte non ganaredes. 158

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Recuérdense los famosos versos de Garci Sánchez de Badajoz (33.12): «No pido, triste amador, / la muerte por descansar, / ni por no sofrir dolor, / pues la más gloria de amor / es bevir para penar; / ni porque mi fe no alcança / gloria en daros alabança / porque nascistes sin par, / ni menos por dissimular, / pues nunca tuve esperança». Recuérdense, entre otros, los versos de Bernart Ventadorn: «pois ma domna no m’ama; / ... / c’ades estai vas me salvatj’e grama»; Martín de Riquer, Los trovadores, I, p. 360. Vid. E. Michael Gerli, «La ‘religión del amor’ y el antifeminismo en las letras castellanas del siglo XV», Hispanic Review, 49 (1981), pp. 81-85.

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Introducción Muy sin infinta e muy sin desdén vos améi siempre más que a otra ren e si me matades por vos querer bien, a quen vos desama ¿qué le faredes?

El tópico continuará presente en todas las épocas de la poesía cancioneril; así, Costana, poeta de los tiempos de los Reyes Católicos, escribe una composición (35.7) en la que ataca a su amada por todo el sufrimiento que le ha infligido: y tú, tan desamorada, tan cruel quanto hermosa, siempre huyes de te dar poco ni nada d’esta mi vida raviosa que destruyes.

Pero en Costana el tópico no es suficiente; el acusar de cruel y desdeñosa a su amada no alivia su sufrimiento, no colma su rabia, sino que va más allá y le lanza un conjuro para que todos aquellos males sufridos por el poeta se vuelvan contra ella, para lo que utiliza imágenes de animales de tradición simbólica (tórtola, pelícano, ruiseñor o ave fénix) y personajes de la mitología como la mencionada en la siguiente estrofa: Aquella celosa ira que Amor rebuelve a desora de enemigo con que la triste Deanira hizo levar la alcandora túnica a su amigo, y aquellas llamas esquivas con que sus fuerças tan fuertes feneció se enciendan en ti más bivas porque mueras de mill muertes como yo.

Un concepto importante en la lírica amorosa cancioneril es el de la religión del amor, lo que Lewis denominaba como «rival religion»161. El fenómeno proviene de ciertas concepciones como la donna angelicata de los poetas italianos, pero tam161

op. cit., p. 21. Sobre el tema vid. de E. Michael Gerli, «La ‘religión del amor’...», y «Eros y agape: el sincretismo del amor cortés en la literatura de la Baja Edad Media castellana», Actas del Sexto Congreso de la AIH, Toronto, University of Toronto, 1980, pp. 316-319, y de Jane Yvonne Tillier, «Passion Poetry in the Cancioneros», Bulletin of Hispanic Studies, LXII (1985), pp. 65-78.

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bién de un fenómeno presente en muchos aspectos de la vida medieval: el del uso, en ocasiones paródico, de la religión para describir otras actividades humanas, fenómeno que se da en el ámbito popular162 y en el culto. Se ha pretendido explicar la abundancia en el uso de estos elementos sacroprofanos como resultante de una época de transición163, explicación que no me convence del todo. En la poesía cuatrocentista española tenemos multitud de ejemplos que van desde la adoración de la mujer como Dios, como en aquel verso anónimo en el que el poeta escribe a su amada: «A vos amo como a Dios» [ID2775]; el de Jorge Manrique, en el que leemos: «Sin Dios, porque en vos adoro»164, o los de Álvarez Gato, en los que se dirige al «pobrezico romero / que vas a ver a mi dios» [ID1048]. También tenemos una muestra de este fenómeno en la ya estudiada hipérbole sagrada. Pero donde mejor se puede apreciar la importancia de la religión de amor es en las composiciones en que se utilizan elementos religiosos para expresar el amor pagano. En estas obras el Amor reemplaza a Dios como objeto de adoración del poeta, llegando a crear una trinidad pagana como la que aparece en Juan de Dueñas (21.1): «Cupido, Venus y Apolo, / tres personas y un dios solo». Tenemos que destacar las dos «misas de amores» que conservamos: la de Juan de Dueñas (21.1) y la de Suero de Ribera (24.1). Esta última se divide en varios apartados, todos ellos salpicados con fórmulas del ritual cristiano como el del agnus dei, transformado en el «Cordero de Dios de Venus». El poema termina con el Ite missa est, seguido por la despedida: La missa de amores dicha es por modo de vía amante, deo gratias agora cante a quien Amor bueno es.

Pero no son estas las únicas composiciones en las que se hace uso de ritos u oraciones cristianas que aparecen en nuestra poesía cancioneril. Famosos son los Siete gozos de amor de Rodríguez del Padrón, o los Diez mandamientos de amor del mismo autor165. Menos conocido, mas no por ello menos interesante, es el Miserere amoroso [ID7820] de Mosén Francisco de Villalpando, cuyos primeros versos leen: Miserere mey Deus Ave mercet de mí, 162

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Para este tema vid. Mijail Bajtin, La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento, Madrid, Alianza Editorial, 1987. E. Michael Gerli, «Eros y agape...», p. 316. ed. cit., p. 126. Los diez mandamientos son: «en tal lugar amaras / do conoscas ser amado ... // ... / seras constante en amar / la señora que siruieres /... // ... / seras casto no te mueua / tal cobdicia de trocar / la que tienes de guardar / por otra señora nueua / ... // ... / muestrate ser mesurado / a todos

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Introducción poderoso dios d’Amor, por la virtut que sentí da reparo a mi dolor; et, usando de bondat de nos le ser valedor al que guarda lealtat.

También hay que destacar las «horas» de Nicolás Núñez, u otras composiciones como la de Garci Sánchez de Badajoz recogida en el Cancionero General: «liciones de Job apropiadas a sus passiones de amor» [ID1769], dividida en nueve lecciones, cada una de las cuales viene encabezada por una cita en latín. El poema termina con una copla en la que Garci Sánchez describe el infierno, siguiendo la tradición bíblica, pero aplicada a su situación de amante desesperado: Do sombra de muerte mora, do no ay orden ni esperança, mas siempre aborrescimiento; donde allí os dará, señora, de mis servicios vengança mi tormento.

Un último aspecto que quiero tratar es el del carácter sensual o no de la poesía cancioneril. Para ello debemos remontarnos a la poesía provenzal, pues la consideración del amor cortés ha seguido el mismo camino y ha tenido las mismas actitudes críticas que el de nuestro siglo XV. Durante mucho tiempo los críticos y estudiosos de la poesía amorosa trovadoresca, basándose sobre todo en el De amore de Capellanus, defendieron la «pureza» del amor que expresaron los provenzales. Pero estudiosos como Lazar o Akehurst demostraron la alusión a relaciones sexuales, o al menos a deseos de contacto sexual en los poetas trovadorescos; un perfecto ejemplo lo tenemos en los versos de Rimbaut d’Aurenga, en los que le dice a su amada: «Ben aurai, dompna, grand honor / si ja de vos m’es jutgada / honranssa que sotz cobertor / vos tenga nud’embrassada»166.

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generalmente / con alegre continente / ... // ... / Cura por ser esforçado / que los que siguen amor / deuen perder el temor / pues es virtud ser osado / ... // ... / Sienpre seras verdadero / ... // ... / trabaja por te traer / ricamente con destreza / quel amor con la pobreza / mal se puede mantener / ... // ... / Fuyras la soledad / beuiras en alegria / buscando la compañia / parescera tu voluntad / ... // ... / Estudioso tu seras / en obras de gentileza / con discrecion y destreza / de la qual no partiras / ... // ... / Seras franco del querer / con todos auras cabida / y mayor de quien tu vida / tiene en su libre poder». Martín de Riquer, Los trovadores, I, p. 431. Para un estudio de las distintas posiciones de los críticos sobre este tema vid. la introducción de Riquer, pp. 91-92.

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También los primeros estudiosos de nuestra poesía cancioneril vieron estos poemas como la expresión de un amor espiritual, en el que la sexualidad estaba ausente. Fueron los trabajos de Keith Whinnom anteriormente citados167 los primeros que pusieron en duda esta aseveración de pureza, haciendo referencia a algunas composiciones y a, por ejemplo, los dibujos obscenos que aparecían en el Cancionero de Palacio junto a canciones de tema amoroso. El crítico británico ponía como ejemplo de la sexualidad que se reflejaba en alguno de los poemas el ejemplo de Caltraviessa, en poema recogido en el citado Cancionero de Palacio, pp. 225-226, cuyos versos afirman: Avría plazer, sin duda, si füese oy el día que vos viese yo desnuda en el lugar que querría.

Otro ejemplo de este erotismo que aparece en nuestra lírica cuatrocentista es el del siguiente poema de Florencia Pinar (38a.2): D’estas aves su nación es cantar con alegría, y de vellas en prisión siento yo grave passión, sin sentir nadie la mía. Ellas lloran que se vieron sin temor de ser cativas, y a quien eran más esquivas, esos mismos las prendieron. Sus nombres mi vida son que va perdiendo alegría, y de vellas en prisión siento yo grave passión, sin sentir nadie la mía.

A primera vista nada nos permite afirmar la existencia de rasgos eróticos en esta poesía, en la que la autora se lamenta de la prisión en que están unas perdices, reflexión que le lleva a aludir a su propia pasión, a su dolor. Sin embargo, si tenemos en cuenta que las perdices eran símbolo de la lujuria, con esa equiparación entre su 167

Sobre todo: La poesía amatoria de la época de los Reyes Católicos y «Towards the Interpretation and Appreciation of the Canciones of the Cancionero General of 1511». Vid. también Alan Deyermond, «La ambigüedad en la literatura medieval española», Actas del Séptimo Congreso de la AIH, I, Roma, Bulzoni Editore, 1982, pp. 363-371.

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situación y la de las aves cobra un nuevo sentido la composición y vemos cómo la causa del lamento de Florencia es el deseo insatisfecho. Otro de los poemas de claro contenido erótico es el de Acevedo (47.8). No es el único poema en nuestro cancionero que utiliza el tema de las justas para expresar un encuentro sexual; el más conocido es la Justa que hizo Tristán d’Estúñiga a unas monjas, porque no le quisieron por servidor de ninguna de ellas, y él trovóse por dicho que lo dexaban por ser de hedad de treinta y cinco años que comienza «Soñava que vi justar», [ID6752]168. También hay que destacar la de Juan del Encina: Justa de amores... a vna donzella que mucho le penava, la qual de su pena quiso dolerse, [ID4469]. Ya nos pone en aviso sobre su carácter erótico el hecho de que sean las damas las que justan, pero aún más cuando se aboga por una justa sin público: Justa de tales primores mucho mejor fuera si nunca nadie la viera.

Continúa esta referencia erótica la aparición del verbo «matar», relacionado con el término «morir», que Whinnom demostró tenía, en determinadas ocasiones en esta época, un significado erótico169. Otros conceptos como «telas» tienen también su significación sexual, en este caso el de membrana uirginalis, que también posee en la citada justa de Encina170 con ejemplos en el Siglo de Oro171. Los versos en los que se halla la referencia a la «tela» contienen otros términos de amplio uso en el vocabulario erótico: que tan nuevos justadores romperán luego la tela, y si llega al arandela lança fiera, será muy mala carrera.

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Sobre este poema vid. el artículo de Ana Menéndez Collera, pp. 503-504. Vid. también Ian Macpherson, art. cit. Vid. «Towards the Interpretation and Appreciation of the Canciones of the Cancionero General of 1511», p. 123, en la que cita los siguientes versos de un poema latino medieval, probablemente del siglo XII: «Alternant animas, laqueataque corpus in unum / corpora spiritibus pervia corda parant. / Corpora spirituum transfusio languida reddit, / dumque sibi moritur vivit uterque pari». En ella el poeta le dice a la dama: «Por eso mandad poner / a mis servicios la tela / en lugar donde candela / no hayamos menester / y allí veréis mi poder»; citado por R. O. Jones, «Introducción», ed. cit., p. 15. Vid. Pierre Alzieu, Yvan Lissorgues y Robert Jammes, Poesía erótica del Siglo de Oro, Toulouse, France-Ibérie Recherche, 1975, con varios ejemplos.

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Los vocablos «lanza» (penis) y «carrera» (fututio) aparecen en muchísimas ocasiones en nuestra literatura medieval y áurea172. Del primero de ellos baste recordar el poema de Juan de Mena en el que las damas de la corte se quejan de los problemas sexuales de sus maridos cuando vuelven de la guerra: Et quien rige gruesa lança o quien tal poder alcança venga firme como deve173.

En cuanto a «carrera» también aparece en textos de la época con un claro significado erótico174. Estos versos demuestran claramente que la justa de Acevedo pertenece a la misma tradición que las de Estúñiga y del Encina, de poesía erótica. Pero la de Acevedo deja mucho más clara su intencionalidad cuando en una de las estrofas compara la «justa del matrimonio» con la que están corriendo los galanes y damas de sus coplas: la primera bendecida por Dios; la segunda, ordenada por el demonio: Pregunten a don Antonio qu’esta justa fue a mirar, si fuera mejor justar la justa del matrimonio. La una ordenó Dios, la otra ordenó el demonio de manera que la otra no se espera.

Queda, pues, claro que el amor de los cancioneros no es sólo el amor espiritual que pretendían los críticos de la primera mitad de siglo, sino que en determinados poemas se esconden, más para nosotros que para los españoles del siglo XV, alusiones a relaciones sexuales. No quiero con ello decir que este fenómeno se dé en todas

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Por ejemplo: «Ella, como buena, se está queda en Valladolid, manteniendo telas a cuantos carajiventureros vienen, con tal que pase cada cual cuantas más carreras pudiere y nunca medre por quien quedare los capadoces cojones de su marido»; Carajicomedia. Cito por Cancionero de obras de burlas provocantes a risa, ed. de J. A. Bellón y Pablo Jauralde, Madrid, Akal, 1974, p. 187. Cito por la edición de Miguel Ángel Pérez Priego, Juan de Mena, Obra lírica, Madrid, Alhambra, 1979, p. 193. También aparece en La lozana andaluza: «¡Sus, dalde, maestro, enlodá que aquí se verá el correr d’esta lanza, quién la quiebra»; cito por Francisco Delicado, La lozana andaluza, ed. de Bruno Damiani, Madrid, Castalia, 1969, p. 75. Cpse.: «Corrió con ese gusto dos carreras / y hallóse a la tercera muy burlada, / y ansí se desmayó sin hacer nada, / mas ¿cómo conoció no ser de veras?»; Poesía erótica, p. 55.

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las canciones de amor donde aparezcan términos como «morir» o «gloria», pero que en algunos de ellos la intención del autor fue la de reflejar un amor erótico175.

4. La poesía humorística Otra vertiente bastante transitada por la poesía cuatrocentista, pero poco estudiada por la crítica, es la humorística. La tradición en la que se inserta este tipo de poesía tiene su origen en la poesía provenzal y en el carácter de divertimento cortesano que contribuyó a su creación. Ciertos géneros como la tensó y el tornejamen provienen de la necesidad de entretener a los miembros de la corte. Los provenzales crearon y usaron ciertos géneros humorísticos como el gap, el enueg, el plazer y el denominado sirventés joglaresc. En ellos los trovadores mezclaron la gracia sutil con el humor escatológico y procaz; el humor culto y el popular aparecen unidos con una sola finalidad, la de entretener a los cortesanos. Así tenemos poemas en los que se aborda el tema de los cornudos, de los borrachos, de los cobardes, de las suegras y de otros heredados de la tradición clásica greco-latina y que, como veremos, fueron también aprovechados por los poetas cancioneriles españoles. Junto a ellos, aparecen los poemas escatológicos ejemplos de humor chocarrero como el de un autor anónimo sobre una mujer que ventoseaba, en el que escribe: «Deus vos sal, dels pez soberana, / ... / qe’os faza.l cul e sarar e sconscendre»176; o el debate entre Arnaut Catalán y Ramón Berenguer sobre la necesidad de que el primero de ellos ventosee para mover los barcos177. También la poesía gallego-portuguesa recoge la tradición humorística en las denominadas cantigas de escarnio y de maldecir178. Carlos Alvar y Vicente Beltrán hablan de dos subgéneros: invectivas personales y sátiras políticas. Al primero pertenecen los ataques a ciertos individuos por su aspecto físico o a otros trovadores o juglares a los que se les espeta su falta de oficio poético, como en el debate entre

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Sobre este punto me parece válida la petición de cautela de R. O. Jones: «El lenguaje de los cancioneros... es una cifra que cumple descifrar, aunque hay que guardarse de las interpretaciones doctrinarias o caprichosas... Al procurar evitar los errores de aquellos eruditos de otra generación que definían el amor cortés en términos de una espiritualidad intransigente, hay que guardarse de la tentación de ir al otro extremo, como ciertos críticos han dado en hacer. Todo se presta a una interpretación erótica si se echa el lector a buscarla con suficiente empeño»; «Introducción», ed. cit., p. 28. Martín de Riquer, Los trovadores, III, p. 1710. Ibidem, III, pp. 1353-1354. Vid. Kenneth R. Scholberg, op. cit. y también la introducción de Carlos Alvar y Vicente Beltrán a su Antología de la poesía gallega. También Manuel Rodrigues Lapa, Lições de Literatura Portuguesa, pp. 168-193.

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Lourenço y Joan Vaasquez179, o el ataque de Alfonso X a Pero da Ponte, en el que le acusa: «por ende non é trobar natural, / pois que o del e do Dem’aprendestes»180. En este grupo se encuadran los ataques a la avaricia de los hidalgos, la lujuria de cierto deán de Cádiz, o la acusación de borracho a un sacerdote. También conservamos poemas obscenos y escatológicos, entre los cuales cabe destacar el dedicado por Pero García Burgalés a Maria Negra, en dos de cuyos versos leemos: Pois m’eu tanto por vós de peidos vazo, ali u vós migo talhastes prazo181.

Los poetas cancioneriles españoles beben de esta tradición, y los temas que hemos visto tratados por los provenzales y gallego-portugueses se dan también. De nuevo, el ambiente cortesano en el que surge esta poesía propicia su escritura. Nada más claro que unos versos de Juan Alfonso de Baena en los que inicia las «hostilidades» contra Lando con un claro propósito: Ferrand Manuel, avredes replique por arte graçiosa, sotil e compuesta, atal qu’el Rey alto lo tome por fiesta e ría del baque qu’el uno trompique182.

La alusión al rey en estos versos demuestra la condición de la poesía como entretenimiento cortesano; Baena pide a Ferrand Manuel de Lando que sus respuestas sean tales que el monarca se divierta. En este sentido, la poesía no se distingue en nada de otras diversiones cortesanas como podrían ser los torneos y justas. Para realzar más este parecido con estos otros divertimentos recordemos que también en estos «torneos» poéticos se exige la presencia de jueces; tal es el caso de una composición de Juan Alfonso de Baena en la que pide al conde don Fadrique y a don Álvaro de Luna que desempeñen esa función:

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La primera andanada la lanza el juglar Lourenço: «Johan Vaasquez, moiro por saber / de vós porque me leixastes o trobar, / ou se foy el vos primeiro leixar»; Antología de la poesía gallego-portuguesa, pp. 256-257. Ibidem, p. 183. Ibidem, p. 207. PN1, p. 639. En otra ocasión vuelve a expresar al rey Juan II su intención de atacar a Villasandino y Lando por los mismos motivos de divertimento: «Señor alto, Rey de España, / por vos dar plazer e viçio / e fazervos grant serviçio, / yo tomé carga tamaña / de entrar en tal montaña / contra dos tan sabidores / e muy lindos trobadores, / de Castilla los mejores»; PN1, p. 637.

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Introducción Señores, sostiene qüistión e renzilla el muy sabio grande de Villasandino, también el fidalgo, poeta muy dino, Ferrand Manuel, gentil de Sevilla, comigo Baena, persona chiquilla; por ende, vos, nobles, graçiosos, corteses, seredes los juezes d’aquestos pleiteses, oyendo sus metros en esta grant villa (PN1, p. 638).

En otras composiciones, uno de los poetas contendientes, Baena, reta a sus adversarios, Villasandino y Lando, a una especie de duelo al que ambos deben acudir con todos los atavíos e instrumentos necesarios183. Y aquí entramos en uno de los subgéneros humorísticos más transitados en la poesía cancioneril castellana: el de los ataques entre poetas. Las composiciones en que se satiriza a otros poetas son típicas de la poesía provenzal. Quizás la más famosa sea la de Peire d’Alvernha, que comienza «Cantarai d’aqestz trobadors», auténtica galería caricaturesca de trovadores, en la que él mismo se autosatiriza: «Peire d’Alvernge a tal votz / que chanta con granoill’en potz»184. Los ataques entre poetas abundan en el Cancionero de Baena y en otras colecciones posteriores. En Baena, su recopilador se enfrentó a varios poetas, aunque los dos contendientes habituales eran los ya citados Villasandino y Ferrand Manuel de Lando. Los motivos que aparecen en estas composiciones pueden ser divididos en dos categorías: la primera de ellas, la componen los insultos que se dirigen unos a otros; la segunda son las amenazas físicas que se lanzan, característica esta propia de nuestra tradición y que se da sobre todo en los enfrentamientos recogidos en Baena entre poetas-bufones185. En la primera categoría nos encontramos con dos tipos: en primer lugar, las referencias a su origen o a sus vicios sexuales o de cualquier otro tipo, sobre todo el alcoholismo; en segundo, con las descalificaciones sobre su dominio de la «ciencia» poética. Esta última, como ya hemos visto, es una acusación frecuente en la tradición gallego-portuguesa, que pasó a la tradición cancioneril cuatrocentista, y de la que tenemos bastantes ejemplos en las escaramuzas poéticas, sobre todo entre los poetas de las dos primeras generaciones: Baena183

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«Por ende, vos ruego, señor, viejo cano, / cano, que luego busquedes careta, / careta muy neta, barreta, trompeta, / trompeta e cavallo, valiente alazano, / o ruano, / e cota cachada, braçales e guantes, / e tinta e papel e plumas tajantes, / ca jura vos fago que mis consonantes / vos lleven fuyendo por cuesta e por llano» (PN1, p. 651). Martín de Riquer, Los trovadores, I, p. 340. Esta galería fue continuada por el Monje de Montaudon, ed. cit., II, pp. 1040-1045. Recuérdese el final de uno de los poemas de Baena en los que reta a Villasandino y a Ferrand Manuel de Lando (20.1): «Señores, si ellos me quiebran costilla, / que den en mis ojos catorze pujeses; / pero si les quiebro sus rezios paveses, / que amos sorraben mi mula pardilla».

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García de Vinuesa, Villasandino-Baena, Villasandino-Alfonso González Sánchez de Jaén. Precisamente en esta última escaramuza, Villasandino reprocha su torpeza poética a su contrincante: e ya en su tiempo don Pero Ferruz fizo dezires mucho más polidos que non estos vuestros laidos e fallidos, que quien bien catare en cada renglón fallará ditongos e gaçafatón e los consonantes errados, perdidos (PN1, p. 156).

Por lo que se refiere a la categoría de los vituperios es muy habitual el acusar al adversario de judío. Un ejemplo, lo tenemos en un poema en el que Baena, refiriéndose a Álvar Ruiz de Toro, escribe: Ca él se confiessa en lo que proçessa por arte confessa de los de Abravalla (PN1, p. 668)

Las acusaciones de judaísmo se repetirán en otras contiendas poéticas posteriores, como el ejemplo del enfrentamiento entre el comendador Román y Montoro186, en el que el primero le recuerda al Ropero de Córdoba su origen hebraico (39.3): Hombre de muy malas gatas, de los vuestros muy mal quistos, llevaréis en las quejadas vos d’aquellas bofetadas que distes a Jesu Cristo;

En su respuesta a otro ataque, Montoro le recuerda al Comendador que él también desciende de ese mismo pueblo187. Ciertamente, en un momento en el que el antijudaísmo de la sociedad estaba a flor de piel, estos insultos constituían, como en épocas posteriores y estoy pensando ahora en el Siglo de Oro, una muestra de desprecio, pues los englobaban dentro de esa casta «maldita» de los asesinos de Cristo, que manchaba la limpieza de la sangre cristiana. Aunque hay que recordar que

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Para una descripción y análisis de esta polémica literaria vid. mi «Algunos temas de la poesía humorística de Antón de Montoro», «Nunca fue pena mayor», pp. 576-577. (39.4a): «¡Pecador, d’ellos venís / y de la más baxa ralea! / De sus migajas venís / catá qu’es cosa bien fea / porque os contradecís, / fijo de Zaguí Merdul, / subjete del Ray Faraón, / ni judío ni gandul, / en tierra agena zanfón / y presumís mucho d’angul».

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algunos de estos poetas reconocen de una forma más o menos abierta su origen como parte del tópico de la indignitas hominis; tal es el caso del propio Montoro o el anterior de Baena188. En cuanto a los vicios se refiere, los insultos sexuales también aparecen en la poesía cancioneril. En ella encontramos referencias a la homosexualidad de algunos poetas, acusación que también se daba en la poesía provenzal189. En un poema Baena acusa a Ferrand Manuel de Lando de mantener relaciones homosexuales con un pastor: Ferrand Manuel, boz mala vos gique diz’ que vos dexó en la culcassilla un chato pastor toda rezmilla e fuese fuyendo al campo d’Orique. Por ende, acorred que non frutifique en vos algunt daño tan mala tempesta, ca si la materia quedó muy digesta, señor, medio puto vos queda el taxbique (PN1, p. 641).

En el apartado sexual también debemos destacar los insultos dirigidos a ciertas esposas de los poetas. En este caso me refiero a la acusación de adulterio que sobre la esposa de Baena lanza Ferrand Manuel de Lando, en una curiosa poesía en la que recuerda el episodio de Pitas Payas, recogido por Juan Ruiz en el Libro de Buen Amor: Señor Juan Alfonso, pintor de taurique que fue Pitas Payas, el de la fablilla, maguer vos andades acá por la villa, a vuestra muger bien ay quien la nique, que ella se flota debaxo el chamique a muy fuertes golpes con los de la Mesta; (PN1, p. 641).

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Baena reconoce indirectamente su judaísmo cuando afirma: «Señor, yo comí salmón e corvina / e otros pescados de grant gentileza, / empero sepades que pez de vileza / nunca jamás entró en mi cozina» (PN1, p. 677); por lo que se refiere a Montoro, en una composición escribió: «tengo hijos y nietos / y padre pobre muy viejo / y madre doña Jamila / y hija moça y ermana, / que nunca entraron en pila»; Montoro, Cancionero, p. 105. Para este tema vid. mi «Algunos temas de la poesía humorística de Antón de Montoro», pp. 568-571 y «El tema del linaje en el Estebanillo González: la ‘indignitas hominis’», Bulletin of Hispanic Studies, LXX (1993), pp. 415-423. Vid. la acusación de Guillem de Berguedà a Ponç de Mataplana, en cuya última estrofa leemos: «Marques, ben es fols qui.s vana / c’ab vos tenga meliana / meins de brajas de cortves; / et anc fills de crestiana / pejor costuma non mes»; Martín de Riquer, Los trovadores, I, p. 531.

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En estos dos poemas se aprecia un humor chocarrero, vulgar, podríamos decir, que no repara en sutilezas. Estos poemas forman parte de un subgrupo de poesías en las que el tema sexual, prostitución o encuentros sexuales, son relatados de una manera cruda, directa, sin la asistencia, como sucederá en ciertas poesías eróticas de nuestro Siglo de Oro, de un lenguaje cifrado; en este caso, el poeta hace uso de un lenguaje descarnado, en el que no se intenta embellecer nada, sino sólo presentar la situación de la manera más clara posible. Un poema de Villasandino, recogido en Baena, da un perfecto ejemplo de este tipo de composiciones; en él, el poeta relata un encuentro amoroso del que es testigo: Mientra el huéspet asentado con la huéspeda a consejo, vi fazer este trebejo, segunt que vos he contado. E más vi por un forado ençima de un almadraque que fazían traque traque que cuidé ser espantado. En grandes persecuçiones yo me vi, segunt vos digo, e más vi por un postigo dar muy grandes empuxones; aquestos eran cojones que estavan faziendo alarde (PN1, p. 163).

También se incluyen en este grupo una serie de poemas en que se aborda el tema de la prostitución, bien sea en poemas dedicados a prostitutas, como el de fray Diego de Valencia «contra una muger de León que era mala e puta» (PN1, pp. 340341) u otro del mismo poeta defendiendo a la Cortabota, prostituta, de un ataque de Martín el Ciego (PN1, pp. 341-342). Más sutiles, aunque la prostitución sigue siendo el tema predominante, son dos poemas de Antón de Montoro; uno de ellos está dedicado «a una señora que le llamó judío» y el otro a una ramera cordobesa190. El otro vicio que más se censura es el de la excesiva afición al vino. El mejor ejemplo de este tipo lo encontramos en un poema de Juan Agraz contra Juan Marmolejo, en el que destaca su desmedido consumo, hasta tal punto que después de su muerte:

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Para un estudio más detallado de las imágenes de estos dos poemas Vid. mi «Algunos temas...», pp. 579-580.

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Introducción A puertas de un bodegón vos queremos sepultar, las medidas blasonar con las armas un dragón; sonará en el blasón en el medio del petafio: «El mayor borracho çafio de Castilla e de Aragón» (PN1, p. 780)

En otros casos encontramos este mismo tópico dirigido contra distintos personajes191. Así Villasandino presenta a Baena como «vil brorrico frontino, / torçino e relleno de vino e de ajos» (PN1, p. 642); para esta última referencia hay que recordar que ajos y vinos aparecen juntos en varios refranes castellanos, como demuestra la colección de Correas192. Pero sin duda el poema más conocido sobre el vicio de la bebida son las coplas de Jorge Manrique a una «beuda que tenía empeñado un brial en la taberna», en la que ofrece una lista de los lugares santos del vino: «¡O beata Madrigal, ora pro nobis a Dios! ¡O santa Villa Real, Señora, ruega por nos!» «¡Santo Yepes, Santa Coca, rogad por nos al Señor, porque de vuestro dulçor no fallezca a la mi boca!»193.

Existe también un poema de Antón de Montoro dirigido a «una muger beuda» a la que moteja de «puta vieja, beuda y loca», pero en este poema se da una asociación erótica, cuando el poeta afirma que «eso me da de besaros / en el culo que en la boca»194. Por último, dentro de este grupo, encontramos una serie de poemas en los que se destaca algún defecto físico del personaje celebrado. En nuestra antología hemos recogido poemas de varios autores (Soria y Juan de Mendoza) en los que éstos se burlan del Almirante don Fadrique Enríquez de Cabrera por su baja estatura. El primero de ellos es de Soria (42.8), y en él se exagera la pequeñez del Almirante al compararlo con una rana, un sapo y un mochuelo: 191

192

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Recuérdese la cantiga de escarnio gallego-portuguesa de Johan de Gaya en la que se tilda de borracho a un sacerdote con el cambio de color de su nariz; vid. Antología de la poesía gallego-portuguesa, p. 396. «Axo i vino puro, i luego veréis kién es kada uno»; «Axo pío i vino puro, pasan el puerto seguro»; Correas, p. 63. ed. cit., p. 145. Cancionero, p. 316.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Otra trinidad hallamos, acá baxo en este suelo, de rana, sapo y mochuelo y ésta en vos la contemplamos. Ay otra dificultad sin remedio, que en la baxa trinidad no sois uno, sino medio.

En uno de sus poemas, Juan de Mendoza (45.2) caricaturiza la estatura del Almirante, jugando con el término «grande», en sus dos significaciones: alta nobleza, tamaño; en el verso siguiente, se juega con los dos términos contrarios «chico» y «menor». La oposición de los dos versos produce el efecto cómico buscado por el poeta. ¡Qué maravilla tamaña que veamos un señor ser de los grandes de España de los chicos el menor!

Pero aún hay otra serie de poemas humorísticos en los que se destacan negativamente las cualidades físicas de ciertas mujeres. Estamos ante la antítesis de la poesía amorosa cortés, en la que la dama aparecía dotada de una belleza y virtudes celestiales y más cercanos a las serranas del Arcipreste de Hita. El poeta recoge aquí los elementos del canon de belleza femenina y los deforma hasta presentarnos lo que podríamos muy bien considerar como el anticanon. El poema donde mejor podemos ver este tipo de antibelleza fue recogido en el Cancionero General [ID6784], con el siguiente encabezamiento: «Este es vn atauio que haze vn escudero y demuestra vn atauio de su amiga»: Tiene ojos cegajosos y donosos, los párpados sin pestañas, de contino lagañosos y melosos, tan gordos como castañas. Tiene los dientes mouidos y podridos... Tiene pechos angostillos y sequillos, las tetas como badaças...

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Introducción Tiene el cuerpo corcobado y ochauado. Crescida de la cintura, es contrecha dell un lado... Tiene el cuerpo del reués, mala bes.

Siguiendo la pauta habitual de la descripción física de la amada cortés, el poeta ha comenzado por describir los ojos, no ya verdes o claros, sino «cegajosos»; de ahí ha pasado a los dientes, los pechos, para terminar con la referencia a su joroba. Con todo ello el poeta ha pintado una figura caricaturesca, ha esbozado una descripción que nos recuerda a algunas de las viejas deformadas retratadas por los escritores del Siglo de Oro, sobre todo por Quevedo o el Cervantes del entremés del Rufián viudo. El tipo de deformación lo encontramos en otro poema también recogido por Hernando del Castillo; en este caso, el autor es Guevara [ID6754]. La descripción empieza por una generalización brusca, en la que se compara su figura a la de la muerte: «De la muerte figurada / vuestro talle mucho toca / fea, vieja, nescia y loca, / flaca, bruxa y desdonada». Después recoge elementos que no habían aparecido en la poesía del escudero citada anteriormente; así los cabellos de esta mujer son bermejos, color de muy mala reputación asimilado con Judas, en lugar del tópico y típico rubio. Después la frente, el seso, los ojos y los dientes aparecen también deformados. La última estrofa cierra de manera abrupta el retrato, bajando rápidamente de la nariz a las manos: La nariz tenéys torcida, hecha de mala fación, y la boca sometida, mas no a buena razon; las manos de labrador, y las vñas crescedillas, no tienen poder cerillas para parallas mejor.

La deformación grotesca de la mujer alcanza nuevas cotas en la obscenidad que refleja el poema de Diego de San Pedro «a vna señora que le rogó que le besasse el culo y ella respondió que no tenía culo» [ID6764]. En este poema el autor no se dirige, como en el caso de las composiciones citadas supra, a una dama de detestable aspecto físico, sino que en el primer verso reconoce su belleza. Pero si es bella también es descortés y no demasiado virtuosa. Y aquí es donde el poema se olvida del resto del cuerpo y se centra en lo que Bajtín denominó «lo inferior mate-

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rial y corporal»; el sexo y los excrementos aparecen unidos en esta consideración de la mujer, que en su unión de esos dos elementos refleja esa forma de alegría popular y de realismo grotesco que estudió el crítico ruso195: el culo no le negués quen el gesto le tenés, si en las nalgas os fallesce... yo digo que algún gordor el coño y el saluonor os ha hecho todo vno.

Este último poema roza lo escatológico, otro de los aspectos que aparecen en la poesía humorística cuatrocentista. En la poesía cancioneril tenemos ejemplos de composiciones en las que el tema principal es la defecación o la ventosidad. Del primero de ellos tenemos dos ejemplos, ambos recogidos en el Cancionero General: el primero es un poema de Juan Fernández de Heredia [ID2866] dirigido «a vn cavallero que conbidó a comer y ya que estaba para asentarse en la mesa pide vn serbidor». El poema relaciona, pues, las dos funciones fisiológicas: la comida y la defecación. El otro ejemplo se halla en un poema de Juan el Trepador [ID6774] en el que desaparece la relación que se había declarado en el poema de Fernández de Heredia. Aquí la gracia está en el enfado del poeta ante el pago del caballero, indicándole el lugar en que los dos personajes pueden «cagar», en el capuz prometido o en la silla: Pues que no soy socorrido, señor, cagarme en la silla; vos cagaos en la capilla del capuz pues no es venido. Que si no me socorréys viéndome cagar de frío, cagomen vos, señor mío, vos cagaos donde querréys.

Por lo que se refiere a la ventosidad, tres son los ejemplos que he localizado. El poema más original es el de Antón de Montoro, en el que intenta explicar, siguiendo la ciencia médica, el origen de los regüeldos196. Otro tratamiento de este tema aparece en unas coplas de Juan Fernández de Heredia [ID2870] «a don Juan de

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op. cit., pp. 334-343. Sobre este poema vid. mi «Algunos temas de la poesía humorística de Antón de Montoro», p. 580.

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Rebolledo porque se peyó», en el que establece una graciosa comparación entre prisión=cuerpo y pedo=preso197. El tercer poema fue escrito por Juan de Mendoza (45.5). De don Joan de Mendoza a una muger muy gorda (TP2 sorda), porque estando delante de su señora, se durmió y tiró (TP2 y soltó un pedo). Allá en la carnicería, do venden la carne muerta, estava la puerta abierta, soltóse la artillería. Mostró la dama dormida, haziendo tiros sin cuento, por figura muy sentida que este mundo y nuestra vida todo es viento.

El poeta empieza el poema con una referencia al vientre de la mujer y a su culo, puerta abierta que permite la salida de los pedos, la artillería, para terminar con una comparación filosófica: el pedo, como nuestra vida y el mundo en que vivimos, está compuesto de viento.

5. Géneros de la poesía cancioneril La poesía cancioneril cuatrocentista castellana hereda de la tradición provenzal y galaico-portuguesa uno de los principales géneros: el de la canción con predominio del tema amoroso198. Durante los siglos XIII y XIV recibe el nombre de cantiga; así, las canciones de amor de Macías recogidas en el Cancionero de Baena aparecen bajo el epígrafe de cantigas (por ejemplo la Cantiga de Macías para su amiga, 1.1). Ya en el siglo XV se extiende y predomina la denominación de canción, aunque la terminología es bastante ambigua y se combina con otras como cantar, decir, trova o cantiga. Lo que sí queda ya perfectamente fijado es su métrica: versos octosílabos o hexasílabos. También queda establecida su estructura estrófica, que se corresponde con la de la redondilla con tres partes. La primera de ellas es la denominada cabeza, en la 197

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La última estrofa lee: «El preso yba sonando, / sonando pues se soltó, / mas con todo se salbó / con los yerros arrastrando; / y no le alcançaron çiento / según el preso salía, / porque sin duda corría / ni más ni menos que biento». Sobre la evolución de la canción vid. los ya citados libros de Vicente Beltrán y también Tomás Navarro Tomás, Métrica española, Barcelona, Labor, 1991, pp. 140-143.

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que se presenta el tema central de la composición, que luego será desarrollado en las otras dos partes, casi a manera de glosa. Los dos modelos de rima son abba y abab. La segunda parte, también compuesta por una redondilla aunque con rimas diferentes a la primera, es la medial o variación que tiene dos mudanzas melódicas con una ligera pausa en el medio: cddc o cdcd. La última de las partes es la final o vuelta, que retoma la rima de los versos iniciales, y en la que también se puede encontrar una represa de los últimos versos de la cabeza. Un magnífico ejemplo de esta estructura lo tenemos en la famosa canción del Comendador Escrivá: Ven muerte tan escondida que no te sienta comigo, porque’l gozo de contigo no me torne a dar la vida. 5

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Ven como rayo que hiere, que hasta que ha herido, no se siente su ruido por mejor herir do quiere. Assí sea tu venida, si no desde aquí me obligo que’l gozo que avré contigo me dará de nuevo vida.

Existen canciones con más de tres estrofas, aunque este número de tres marca la separación entre las varias unidades que comprenden la composición, y que mantendrían la misma estructura de las tres primeras estrofas: abba cdcd abba effe abba, etc. Otro de los géneros importantes, sobre todo entre los poetas de las dos primeras generaciones, es el decir. Las diferencias con la canción son varias: en primer lugar, en los temas tratados, que en este caso tienen como característica básica su didactismo; en segundo lugar, el hecho de que esta composición no fuera escrita para ser cantada, sino que estaba destinada a la lectura; en tercer lugar, a su métrica, pues encontramos decires escritos tanto en arte mayor como en arte menor. La misma ambigüedad de nomenclatura que veíamos en la canción aparece en el decir; así, como ejemplo, tenemos que a principios del siglo XV poemas amorosos de Villasandino o de Fernán Pérez de Guzmán (16.3) fueron considerados como decires. Son importantes los decires alegóricos que, como destacó Lapesa, tienen su origen en los dits franceses del siglo XIV199, que entraron en nuestra literatura con Micer Francisco Imperial con ejemplos como el que comienza: «Solo en l’al-

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Rafael Lapesa, La obra literaria del marqués de Santillana, p. 95.

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va pensoso estando» (8.6), y cuyos ejemplos más famosos son los decires del marqués de Santillana, entre los que destaca la Comedieta de Ponça, escrito en versos de arte mayor. Los decires no tenían límite en lo que se refiere al número de estrofas que lo componían. En la rima, los decires solían usar la «unisonancia plena, que consistía en sujetar todas las estrofas a las mismas rimas de la primera o con unisonancia media, en que sólo se repetían las rimas de los primeros y últimos versos de las semiestrofas»200. Un ejemplo de unisonancia plena lo tenemos en el poema de Villasandino que comienza: «Amigos, ya veo acercarse la fin» (15.7). La recuesta «consiste en la controversia que se entabla sobre un asunto expuesto en una primera poesía»201. Este género poético recoge la tradición poética de la que varios géneros provenzales constituían ejemplos: la tensó, debate entre dos trovadores; partimen o joc partit, en el que un trovador plantea un problema con varias soluciones posibles; tornejamen, o debate entre varios trovadores. En la mayoría de las ocasiones el poema inicial es una pregunta a la que responden uno o varios poetas, pues el destinatario puede haber sido escogido por el preguntador y así citado en la pregunta; tal es el caso de la pregunta de fray Pedro de Colunga a Villasandino (15.10). En el caso del debate entre Villasandino y Colunga la respuesta sigue la forma métrica y la rima de la pregunta; es lo que se conoce como maestría mayor. En otras ocasiones, las respuestas no siguen la forma de la pregunta202, como podemos ver en los ejemplos de Pero Ferruz y los rabinos (3.3) o el de Francisco Imperial y Diego Martínez de Medina. Otro tipo de respuestas no responden a una pregunta, sino que nace como reacción contra un poema ajeno; de éstas, tenemos los poemas en los que Santillana y García de Pedraza responden a Rodrigo Manrique (7.1), y las respuestas que provocó el famoso poema de Torrella (23a). La temática de las preguntas es muy variada, aunque en la mayor parte de los casos refleja un interés por aprender: así, tenemos la pregunta de Fernán Sánchez Calavera sobre un tema que conmovió a la Europa de los siglos XIV y XV, el de la predestinación (PN1, 364-391), al que contestaron Pero López de Ayala, fray Diego de Valencia, fray Alonso de Medina, Francisco Imperial, Ferrán Manuel

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Tomás Navarro Tomás, Métrica española, pp. 145-146. Francisco López Estrada, Introducción a la literatura medieval española, Madrid, Gredos, 19794, p. 396. Sobre las preguntas y respuestas vid. John G. Cummings, «Methods and Conventions in the 15th-Century Poetic Debate», Hispanic Review, XXXI (1963), pp. 307323 y «The Survival in the Spanish Cancioneros of the Form and Themes of Provençal and Old French Poetic Debates», Bulletin of Hispanic Studies, 42 (1965), pp. 9-17. Sobre este género en el Cancionero de Baena vid. José J. Labrador, Poesía dialogada medieval (La «pregunta» en el «Cancionero de Baena»), Madrid, Ediciones Maisal, 1974. Que esto no era demasiado correcto lo atestigua el que Baena en un dezir respuesta de fray Diego de Valencia a otro de Villasandino: «El qual dicho dezir es bien fecho, non embargante que non respondió por los consonantes como devía»; ed. cit., p. 53.

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de Lando y otros más. Existen, sin embargo, preguntas hechas con la intención de divertir al público, como es el caso de la pregunta en jeringonza de Lando a Villasandino recogida en Baena203, o la ya mencionada de Colunga a Villasandino, en la que el fraile le pide a su intercesor que le «declarase algunas figuras oscuras del Apocalipsi». Otras veces tratan de temas más profundos, como es el caso de la pregunta de Cartagena a Garci Sánchez de Badajoz (30.11) sobre la pena que siente el alma cuando Dios la llama. Tenemos también preguntas y respuestas sobre problemas teológicos que preocupaban en la Europa de esta época: el de la Trinidad, el pecado original o la crucifixión en una pregunta de Fernán Sánchez Calavera a fray Diego de Valencia (PN1, pp. 391-391); las preguntas y respuestas de Diego Martínez de Medina con fray Lope del Monte sobre la concepción de la Virgen (PN1, pp. 567-583). Por último, los hay también sobre la casuística amorosa, algunos de ellos recogidos en el Cancionero General, o la de Quirós al conde de Oliva (37.1) sobre cómo liberarse del fuego de amor: Mas yo, ya todo quemado, sin tener por do cortalle, diga vuestra señoría cómo seré remediado d’este huego, que matalle mayor daño me haría, y si muero, no hago d’él lo que quiero ni quiero lo qu’él querría.

Otro de los géneros que conoció bastante auge en la poesía cancioneril es el de las glosas204. Este género no fue utilizado por los primeros poetas cuatrocentistas; de hecho en el Cancionero de Baena no hay recogida ninguna glosa. En los cancioneros un poco posteriores (Palacio, c. 1440, San Román, c. 1454 y Herberay, c. 1465) sólo aparecen copiadas cuatro. La primera que se nos ha conservado es la del conde don Fadrique escrita hacia 1423 (12.6). La peculiaridad de esta composición es que glosa una chanson francesa de diez versos. Las otras dos pertenecen a Toledo (12a.1 y 2) y glosan una canción cada una de doce versos en tres coplas de 203

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«Dexistes, amigo, que vos preguntasse; / agora dezitme, pues ya vos pregunto, / si pueden dos cosas caber en un punto / puntado por puntos quien bien las puntasse; / e lo que non junta nin puede estar junto, / dezit si podría juntar do juntasse, / que aqueste secreto yo non lo barrunto, / nin barruntar puedo quién lo barruntasse»; ed. cit., p. 481. Para las glosas vid. Hans Janner, «La glosa española. Estudio histórico de su métrica y de sus temas», Revista de Filología Española, XXVII (1943), pp. 181-232 y Emma Scoles e Inés Ravasini, «Intertestualità e interpretazione nel genere lirico della glosa», «Nunca fue pena mayor», pp. 615-631.

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ocho. La glosas de esta primera etapa suelen ser cortas, pero en el último cuarto del siglo XV empiezan a ser más largas y mucho más numerosas; representan otro rasgo de lo que podríamos llamar la «institucionalización» de la poesía cancioneril por las cortes nobles y reales. La historia evolutiva de las glosas se asemeja a la de los motes: comienza por ser un recurso individual para terminar convirtiéndose en una moda cortesana. En los últimos años del siglo XV no sólo se glosan canciones, como había sucedido hasta entonces, sino que además nos encontramos con glosas de romances y villancicos. Esta es una de las causas del alargamiento del género del que habíamos hablado antes. Como ejemplo de este fenómeno tenemos las dos glosas de Pinar [ID0767 e ID6335] a dos romances de 22 versos cada uno. Un ejemplo característico de la popularidad del género lo tenemos en las distintas glosas que se hicieron de la Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique, entre las que destacamos las de Alonso de Cervantes o las de Rodrigo de Valdepeñas205, esta última publicada ya a mediados del siglo XVI. La palabra mote viene del francés mot («palabra») y aparece ya en Berceo con el significado de «dicho satírico»206. Nebrija en su Vocabulario español-latino define mote o motete como «epigramma, tis» y mote lastimero como «dicterium, ii»207. Covarrubias refleja su origen francés y afirma que «vale tanto como una sentencia dicha con gracia y pocas palabras»208. Con el sentido de sentencia breve o lema se halla en francés y en provenzal, sobre todo en lo que se refiere al lema de un caballero. Éstos cuando acometían una aventura escogían un lema o empresa. Pero también, y es otro elemento importante en la tradición cortesana, existía el verbo motejar con el significado de «echarse pullas», recurso que utilizaban los cortesanos y que dio origen a los «gasajados de motes»209. Precisamente este último hecho requería que los habituales en las cortes nobiliarias y reales fueran duchos en este 205

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Sobre este último vid. Rodrigo de Valdepeñas, Glosas a las coplas de Jorge Manrique y otros versos, ed. de Luis de Cañigral, Valdepeñas, Ayuntamiento de Valdepeñas, 1984. Para una lista y bibliografía de las distintas glosas a las Coplas vid. Antonio Pérez Gómez, Glosas a las coplas de Jorge Manrique. Bibliografía, Cieza, 1963 y también Vicente Beltrán, «La transmisión textual de las Coplas manriqueñas (1480-1540)», Incipit, VII (1987), pp. 95-117. «Dávanli a las vezes feridas con açotes, / lo que más li pesava udiendo malos motes»; Gonzalo de Berceo, Obras completas IV. La vida de Santo Domingo de Silos, ed. de Brian Dutton, Londres, Tamesis Books, 1978, p. 136. Cito por la edición facsímil de la RAE, 1951. Sebastián de Covarrubias Orozco, Tesoro de la lengua castellana o española, ed. de Felipe C.R. Maldonado, revisada por Manuel Camarero, Madrid, Castalia, 1944, s.v. Uno de los primeros parece ser que el fue un dezir de Ferrand Sánchez Calavera [ID1663] recogido en Baena: «en el qual dezir va relatando él su entención a ella e va ella respondiendo a él cada una cosa de lo que le dize, e danse de los escudos el uno al otro como en gasajado de motes».

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arte, como lo demuestran los versos de Suero de Ribera (24.3) en los que afirma que el galán ha de ser «donoso motejador / en las poquedades vivo». De este género tenemos ejemplos tempranos; así en el Cancionero de Palacio (SA7) aparece un poema de Diego González de Contreras [ID0589 M 4346], datado en el primer tercio del siglo XV, sobre la venta de un mote. A la una, a las dos, A lailán ¿ay quién da más? Mi mote vendo por Dios, rematarlo hé oy o cras. A lailán ¿ay quién da más? «Maguer veyo que pereçco» es el mote que yo vendo por gran cuita que padeçco Veis aquí el precio vos, amigos ¿ay quién da más? Mi mote vendo por Dios rematarlo hé oy o cras. A lailán ¿ay quién da más? Aunque rompe gran batalla quien encubre mal partido, el que sufre mal e calla no deviera ser nacido. Pues, amigos, mi repós con fortuna es por demás, mi mote vendo por Dios, rematarlo hé oy o cras. A lailán ¿ay quién da más?

Respondieron a esta oferta de venta poética: García de Guiar, Gutierre d’Argüello, Diego de Torres, Estacena, Peñalosa, Alfonso de Córdoba, Messía y Mendo Chamisso. En nuestra antología tenemos una glosa de Carvajal (29.1) a un mote del rey Alfonso V de Aragón, que reaparece en un juego o justa de invenciones bajo el nombre del mismo rey: El rey don Alonso quinto de Aragón sacó el sitio peligroso y dixo: «Seguidores vencen» [ID6400]. Aquí el mote conserva su significado de lema personal, algo que todavía se da en Jorge Manrique, quien en uno de sus poemas afirma: «y creedme lo que os cuento, / pues que mi mote sabéis / que dize assí: / ni miento ni me arrepiento»210. 210

ed. cit., p. 93. El mismo Jorge Manrique glosó su mote en la canción que comienza precisamente: «Ni miento ni me arrepiento».

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Todos los elementos del mote glosado están presentes ya en los primeros poetas, pero en los poetas posteriores se diferencian de los primeros en la sistematización del mote en los juegos cortesanos; aquí una señora propone un mote y el galán lo glosa. Este sistema es el que vemos en varios ejemplos de Cartagena (30.4) en el que el poeta glosa un mote de doña Catalina Manrique («Nunca mucho costó poco»), al que Cartagena satisface con uno propio («Con merecello se paga») y con la glosa de ambos. También se usaban como motes citas literarias, como el caso de Jorge d’Aguiar que glosó un fragmento de las Coplas de Jorge Manrique; en otras ocasiones, son refranes o citas del Nuevo Testamento, como es el caso de Soria (42.3) que glosó el Transeat a me calix iste. Las justas de invenciones y cimeras representan otra muestra de los juegos poéticos cortesanos211 y, como recuerda Rico, «era con frecuencia sinónimo de lo que en el siglo XVI se llamó casi uniformemente empresa»212. La moda se extendió rápidamente por toda la Península y por los países vecinos, especialmente Francia e Italia. Estos juegos seguían las reglas y desarrollo de las justas de armas, con mantenedores y aventureros, los organizadores, los jueces y los que tomaban parte en ellas. El juego consistía en sacar de una bolsa una imagen, casi siempre bordada, y los aventureros tenían que improvisar unos versos sobre un tema: mitología, folclore, etc. La cimera era el nombre del adorno que los caballeros llevaban encima del casco o del blasón. Los justadores sacaban una cimera o bordadura e improvisaban dos o tres versos sobre el tema, aunque a veces aprovechaban alguna cita o incluso el lema de un justador. Estas letras de invención constaban normalmente de dos o tres versos octosílabos, o bien de octosílabos con un verso de pie quebrado. Sobre estas invenciones existen tratados contemporáneos, en uno de los cuales, el de Paulo Giovio, traducido al castellano por Alonso de Ulloa, se afirma: «La inventión o empresa, para que tenga buena gratia, es menester que... no sea tan obscura que sea menester llamar la Sibila para entenderla, ni tan clara que qualquier hombre vulgar la entienda»213. Una de las indicaciones que se hacen en estos tratados es que la letra ha de componerse en castellano. Tenemos unas justas en la corte castellana entre 1479 y 1486 y otras en Barcelona en 1486. A pesar de que las invenciones que conservamos son posteriores a 1450, sobre todo a partir de 1470, hay menciones a ellas en poetas anteriores. García de 211

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Para un estudio sobre estos juegos vid. Francisco Rico, «Un penacho de penas. Sobre tres invenciones en el Cancionero General», en Textos y contextos. Estudios sobre la poesía española del siglo XV, Barcelona, Crítica, 1990, pp. 189-230. También el cap. IV de Keith Whinnom, La poesía amatoria en la época de los Reyes Católicos. Francisco Rico, «Unas coplas de Jorge Manrique y las fiestas de Valladolid en 1428», Textos y contextos, p. 183n. Citado por Keith Whinnom, La poesía amatoria, p. 48.

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Pedraza (6.3) escribe: «traeré por invención / aquesta cruel canción»; Juan Rodríguez del Padrón en su Siervo libre de amor incluye un poema en que menciona una invención del Rey: El señor Rey lo dizía por su gentil inuençión: «Bien amar, avnqu’es follía, quiere arte y discreçión214.

En nuestra antología hemos recogido varias de ellas. Quizás la más interesante es la de Juan de Mendoza (45.4), en la que se afirma que el poeta «traía en el bonete una .n. de oro porque su amiga se dezía Ana y dixo: Mi pasión y pena es ésta: que es el medio de su nombre comienço de su repuesta.

Un género que tiene también sus antecedentes en la tradición lírica europea anterior es el de las serranillas. Menéndez Pidal habla de la existencia de unos cantares líricos breves en los que se narraba el encuentro entre una «mujer brava» y un caminante en una sierra215. En la tradición provenzal tenemos ya ejemplos de pastorelas, diálogos entre el poeta y una pastora, en los que el tema predominante es el amor propuesto por el poeta, aunque en la pastorela de Giraut de Bornelh sea la pastora la que lleve la iniciativa216. Sin embargo, se conserva una pastorela de Paulet de Marselha en la que el diálogo entre el trovador y la pastora versa sobre política217. También en la tradición francesa y gallego-portuguesa (un ejemplo es la pastorela de Ayras Nunez, en la que usa estribillos de otros poetas218) existen testimonios de este género poético. La literatura española presenta dos tipos de serranillas: las rústicas y las idealizadas. Al primero de ellos pertenecen las «cánticas de

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Cito por Juan Rodríguez del Padrón, Siervo libre de amor, ed. de Antonio Prieto, Madrid, Castalia, 1976, p. 71. Citado por Rafael Lapesa, La obra literaria del marqués de Santillana, pp. 46-47. Sobre las serranillas españolas véanse Nancy Marino, La serranilla española: notas para su estudio e interpretación, Potomac, Maryland, Scripta Humanistica, 1987, y Ermanno Caldera, «Su possibili fonti italiane delle Serranillas», Serena ogni montagna. Studi di ispanisti amici offerti a G. Tavani, ed. de G. Bellini y D. Ferro, Roma, Bulzoni, 1997, pp. 33-42. «mas pos tan m’etz abelitz, / sojornem en est’ombrera»; Martín de Riquer, Los trovadores, I, pp. 502-505. Los trovadores, III, pp. 1449-1454. El poema comienza: «Oy og’eu hu#a pastor cantar / du cavalgava per hu#a ribeyra»; Antología de la poesía gallego-portuguesa, pp. 348-349.

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serrana» del Libro de buen amor, en las que el Arcipreste narra varios desafortunados encuentros con una vaqueriza (la Chata), la vaquera Gadea, una «serrana lerda» y Alda, a la que describe detenidamente en su monstruosidad: En el Apocalipsi Sant Johan Evangelista non vido tal figura nin de tan mala vista; a grand hato daría lucha e grand conquista: non sé de quál dïablo es tal fantasma quista219.

Parece ser que también las serranas de Pero González de Mendoza y de Diego Hurtado de Mendoza, abuelo y padre de Santillana, de las que nos han llegado fragmentos, pertenecían al grupo de las rústicas. Las características de estas ya aparecen en el Libro de buen amor, y han sido analizadas por Lapesa220: escenarios geográficos abruptos, descripción de los vestidos y alusión a las costumbres de la vida campesina, reflejan con humor la ingenuidad o malicia de las aldeanas. El otro tipo de las serranillas idealizadas tuvo una más amplia difusión en nuestra lírica cancioneril. Las más conocidas de ellas son, sin duda, las del marqués de Santillana221. En ellas, el poeta-caminante se encuentra con una bella pastora a la que ofrece sus servicios, que son o atendidos o rechazados. Los paisajes ya no son los escenarios montañosos e invernales de las composiciones del Arcipreste, sino los primaverales de los verdes prados y ha desaparecido la violencia que predominaba en esas mismas composiciones, sustituida por un diálogo fresco y ágil. Aunque las serranillas citadas eran obras individuales también existen en la poesía cancioneril ejemplos de serranillas escritas en colaboración entre varios poetas; así tenemos la composición (7.1) iniciada por el comendador de Segura y continuada por Íñigo López de Mendoza y García de Pedraza. Éstos son algunos de los géneros empleados por los poetas del siglo XV; a estos habría que añadir la esparza, desfecha, rondel, lay, cossante, perqué, discor, cuyo estudio alargaría en demasía estas páginas, pero creo que los aquí estudiados reflejan de una manera más o menos completa la práctica poética de nuestros escritores cuatrocentistas.

219

220 221

Cito por Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, Libro de buen amor, ed. de Alberto Blecua, Madrid, Cátedra, 1992, p. 250. Para el estudio de las serranas en esta obra vid. Steven D. Kirby, «Juan Ruiz’s Serranas: The Archpriest-Pilgrim and Medieval Wild Women», Hispanic Studies in Honor of A. D. Deyermond, Madison, Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1986, pp. 151-169, y Vittorio Marmo, Dalle fonti alle forme. Studi sul «Libro de buen amor», Nápoles, Liguori, 1983. La obra literaria del marqués de Santillana, pp. 49-50. El mejor estudio sobre estas composiciones del Marqués sigue siendo el de Rafael Lapesa, La obra literaria del marqués de Santillana, pp. 46-63.

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6. Pervivencia de la poesía cancioneril La irrupción con fuerza de la lírica garcilasiana no supuso ni mucho menos el aniquilamiento de la lírica anterior, la lírica cancioneril pervivió con fuerza durante el siglo XVI, e incluso el XVII, constituyéndose en una de las corrientes poéticas medievales que fecundaron la poesía española del Siglo de Oro222. La huella de la poesía cancioneril se aprecia en bastantes composiciones de Garcilaso, sobre todo en las anteriores a su estancia en Nápoles, no sólo en temas y actitudes, sino que también se puede rastrear en su estilo. Baste recordar que el ritornelo «Salid sin duelo, lágrimas, corriendo» tiene su origen en unos versos de las Lamentaciones de amores de Garci Sánchez de Badajoz, como ya había puesto de manifiesto Fernando de Herrera en sus Anotaciones: Lágrimas de mi consuelo Qu’avéis hecho maravillas Y hazéis: Salid, salid sin recelo Y regad estas mexillas Que soléis.

La ausencia de los rasgos físicos en la descripción de la amada, el silencio intimista, la aceptación resignada del sufrimiento amoroso, son caracteres de la poesía cancioneril que aparecen en la poesía del toledano y que demuestran que las raíces castellanas de la poesía garcilasiana eran muy profundas. Hemos de recordar que en un principio hubo poetas que se resistieron al abandono de la tradición del octosílabo; así tenemos el caso de Diego Hurtado de Mendoza en el que se produce la alternancia de ambos modelos poéticos, como ha puesto de manifiesto Antonio Prieto, que destaca cómo el joven Hurtado de Mendoza inicia su carrera poética «con coplas castellanas, como era lógico. Le llega después la novedad de los metros italianos, en cuya práctica escribe a Boscán la primera epístola en tercetos encadenados que tenemos, pero su filiación italianizante no le lleva, como a Boscán, a romper con las coplas castellanas, sino que irá alternando ambas trayectorias»223. Las dos tradiciones reflejan distintos ámbitos temáticos: los octosílabos son usados para expresar sentimientos amorosos; los versos italianizantes, para contenidos burlescos y morales. Sin embargo, en la pro222

223

Vid. el ya clásico estudio de José Manuel Blecua, «Corrientes poéticas en el siglo XVI», Sobre poesía de la Edad de Oro (Ensayos y notas eruditas), Madrid, Gredos, 1970, pp. 11-24, especialmente las pp. 21-24. Antonio Prieto, La poesía española del siglo XVI. I. Andáis tras mis escritos, Madrid, Cátedra, 1984, p. 96.

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ducción poética del vate granadino predominan los endecasílabos frente a los octosílabos. En los poemas amorosos observamos conceptos típicamente medievales: la asociación servicio amoroso y sufrimiento se ha lla presente en bastantes versos, como los que siguen: Servir callando y sufriendo solo soy el que lo puede y ya que más no me quede, quedarme ha morir sirviendo.

En otra dirección, tenemos la reacción antiitalianizante de Castillejo, algo mayor que Hurtado de Mendoza, que seguirá otra vía de renovación de la poesía cancioneril «a la que lleva novedades temáticas y libertades métricas»224. La reacción se halla en su Reprensión contra los poetas españoles que escriben en verso italiano en la que compara a los seguidores de la nueva poesía con los de Lutero, pues «han renegado la fee / de las trovas castellanas, / y tras las italianas / se pierden, diciendo que / son más ricas y lozanas». Pero en otro momento también critica a poetas cancioneriles, entre otros a Garci Sánchez de Badajoz, en su Contra los encarecimientos de las coplas españolas que tratan de amores. Aquí critica estas obras que carecen de «fundamento», coplas de amor «sin tener causa por qué», que en constante repetición de motivos «van a parar en morir». Pero de estas dos actitudes predomina en nuestra lírica áurea la de Hurtado de Mendoza, que combina elementos cancioneriles con los italianizantes, como demuestran las obras de un Lope de Vega o de un Quevedo por señalar sólo dos poetas cumbres del siglo XVII. Prueba de esta convivencia la tenemos además en las sucesivas reediciones que se hicieron del Cancionero General, la última de las cuales salió de las prensas en 1573. Sin embargo, creo que aún podemos extenderla más y llegar hasta la década siguiente, en la que están fechados algunos poemas en metros castellanos de Fernando de Herrera, concretamente su poema «Yo moriré tan vfano» está fechado en 1582225. En estos poemas que aparecen bajo el título de «Romances» Herrera continúa la tradición cancioneril tal y como ésta había sido expresada y traspasada en el Cancionero General; la identificación del Herrera italianizante y manierista con la lírica cuatrocentista es tal que se ha llegado a hablar de él como uno de los «mejores poetas del Cancionero General»226. El poeta sevi224 225

226

Antonio Prieto, op. cit., p. 107. Vid. Fernando de Herrera, Poesías, ed. de Victoriano Roncero López, Madrid, Castalia, 1992, pp. 101-172. Para un estudio de estos poemas vid. Rafael Lapesa, «Los poemas de Herrera en metros castellanos», Arcadia. Estudios y textos dedicados a Francisco López Estrada, en Dicenda, 7 (1988), pp. 191-211. Antonio Prieto, La poesía española del siglo XVI, II, Madrid, Cátedra, 1987, p. 578.

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llano revive los conceptos ideológicos que informan la lírica cancioneril: el silencio al que les obligaba el amor cortés, el concepto de amor como locura, el placer en el tormento amoroso, el secreto en que ha de mantener su pasión: Y pues no vale al tormento la confessión de mi daño, quiero callar lo que siento por no publicar mi engaño.

Figuras retóricas, juegos de palabras típicos de aquella poesía son transitados por el poeta sevillano, como se puede apreciar en esta estrofa con el juego antitético vida-muerte: Busqué en mi muerte la vida, y hallé en la vida muerte; la muerte no me fue vida, y la vida me fue muerte227.

También hace uso de ciertas formas genéricas destacadas en el siglo XV; así se aprecia en «Vfano muero en mis males», poema citador en el que se insertan versos de Jorge Manrique, Garci Sánchez de Badajoz, Guevara, Villasandino, o Costana, entre otros, o una glosa a la letra: «No ai mal que a mi mal se iguale». También en un autor del siglo XVII como Francisco de Quevedo hallamos rasgos que demuestran la pervivencia de la concepción cancioneril del amor. Ciertos temas que ya hemos visto en el discurso poético cancioneril y herreriano aparecen en la poesía del escritor madrileño: el conflicto entre la voluntad y la razón; el amor como sufrimiento, y el deseo de la muerte como liberación expresado en los siguientes versos: Mejor vida es morir que vivir muerto, ¡oh piedad!, en ti cabe gran fiereza, pues mientes, apacible, tu aspereza y detienes la vida al pecho abierto228.

Muchos otros temas del amor reflejado en la poesía cancioneril aparecen en Quevedo, y lo sitúan en la trayectoria que esta poesía siguió en la lírica española hasta bien entrado el siglo XVII. Pero en el escritor madrileño existe otra faceta: la

227 228

Ed. cit., p. 159. Cito por Francisco de Quevedo, Poesía original completa, ed. de José Manuel Blecua, Barcelona, Planeta, 1981, p. 522.

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burla del amor cortés. El escritor barroco observa el agotamiento de ciertos tópicos iniciados en la Francia del siglo XII y no duda en despreciarlos por el manoseamiento a que han sido sometidos; así hemos de entender el siguiente soneto: Quiero gozar, Gutiérrez; que no quiero tener gusto mental tarde y mañana; primor quiero atisbar, y no ventana, y asistir al placer, y no al cochero229.

Estos autores, y otros muchos más que podríamos citar, dan una idea de la vitalidad de la poesía cancioneril, de cómo sus temas y formas no mueren con la llegada impetuosa del italianismo garcilasiano, sino que sobreviven en poetas conscientes de nuestra tradición poética que saben aprovechar aquellos rasgos que mejor se adecuan a su discurso poético.

7. Lista de siglas de manuscritos e impresos. BA1: BC1: BM1: BU1: CO1: EH1: EM2: EM9: GB1: HH1: LB1: LB2: LB5: LN1: MA1:

229

Barcelona, Ateneu Barcelonès [1]. c. 1490. Barcelona, Biblioteca de Catalunya [454]. c. 1500. Barcelona, Montserrat [992]. Fines del siglo XV. Barcelona, Universitat Central [151]. Jardinet d’orats. c. 1488. Coimbra, Universitaria [1011]. Fines del siglo XV. Elvas, Hortênsia [11973]. Cancionero musical de Elvas. c. 1520. Escorial, Monasterio [a-IV-24]. c. 1465. Escorial, Monasterio [N-I-13]. c. 1500. Ginebra, Fondation Bodmer [45]. Cancionero del Conde de Haro. c. 1470. Harvard, Houghton [fMS Sp 97]. Cancionero de Oñate Castañeda. c. 1485. Londres, British Museum [Add. 10431]. Cancionero de Rennert. c. 1510. Londres, British Museum [Add. 33382]. Cancionero de Herberay des Essarts. c. 1465. Londres, British Museum [Add. 28709]. c. 1510. Lisboa, Nacional [Colecção Cruz 60]. c. 1520. Montecassino, Abbazia [871N]. c. 1480.

Antonio Prieto, La poesía española del siglo XVI, II, Madrid, Cátedra, 1987, p. 578. Ibidem, p. 613.

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90 ME1: MH1: MH2: MH4: MI1: MN6: MN14: MN15: MN17: MN19: MN20: MN23: MN24: MN33: MN44: MN54: MN55: MN56: MP2: MP3: MP4: MP7: NH2: PM1: PN1: PN2: PN4: PN6: PN8: PN9: PN10:

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Modena, Estense [a.R.8.9]. Cancionero de Modena. c. 1475. Madrid, Real Academia de la Historia [2 Ms 2]. Cancionero de San Román. c. 1454. Madrid, Real Academia de la Historia [C. 114.9/5535]. Obras de Juan Álvarez Gato. c. 1500. Madrid, Real Academia de la Historia [27.2. tom.E.33]. Diego López de Haro, Aviso para cuerdos. c. 1500. Milano, Ambrosiana [H. 246 Inf.]. Cartas de Bembo. 1503. Madrid, Biblioteca Nacional [2882]. Cancionero de Hixar. Siglos XVXVI. Madrid, Biblioteca Nacional [3777]. 1843. Madrid, Biblioteca Nacional [3788]. Pequeño cancionero del marqués de la Romana. c. 1590. Madrid, Biblioteca Nacional [3993]. Cancionero de Gallardo. Siglo XVI. Madrid, Biblioteca Nacional [4114]. Copia (de ¿ZZ6?). Siglo XVIII. Madrid, Biblioteca Nacional [6052]. c. 1450. Madrid, Biblioteca Nacional [7329]. Floranes sobre MN33. Siglo XVIII. Madrid, Biblioteca Nacional [7817]. c. 1475. Madrid, Biblioteca Nacional [11151]. Notas de Floranes sobre el Cancionero perdido. Madrid, Biblioteca Nacional [18041]. c. 1465. Madrid, Biblioteca Nacional [Vitrina 17-7]. Cancionero de Stúñiga. c. 1462. Madrid, Biblioteca Nacional [22335]. Parte del Cancionero de Barrantes. c. 1490. Madrid, Biblioteca Nacional [773]. Siglo XVI. Madrid, Palacio [617]. Compilado c. 1560. Madrid, Palacio [1250]. c. 1475 Madrid, Palacio [1335]. Cancionero musical de Palacio. Años 14981520. Madrid, Palacio [1579]. Cartapacio de Padilla. Siglo XVI. Nueva York, Hispanic Society [B2280]. Cancionero de Vindel. c. 1480. Palermo, San Martino delle Scale [33]. c. 1472. París, Nationale [Esp. 37]. Cancionero de Baena. c. 1450. París, Nationale [[Esp. 216]. c. 1415. París, Nationale [Esp. 226]. c. 1490. París, Nationale [Esp. 228]. c. 1490. París, Nationale [Esp. 230]. c. 1475. París, Nationale [Esp. 231]. c. 1460. París, Nationale [Esp. 233]. c. 1465.

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París, Nationale [Esp. 313]. c. 1480. París, Nationale [Esp. 510]. Cancionero de Salvá. c. 1480. París, École Nationale Supérieure des Beaux-Arts [Masson 56]. c. 1523. Roma, Casanatense [1098]. Cancionero de Roma. c. 1465. Salamanca, Universitaria [2653]. Cancionero de Palacio. c. 1439. Salamanca, Universitaria [2763]. Dos mss. en uno. c. 1495 y c. 1510. Segovia, Catedral [sin llamada]. c. 1500. Sevilla, Colombina [7-1-28]. c. 1495. Toledo, Pública [506, tomo V]. c. 1570. Venecia, Marziana [268]. Cancionero de Venecia. c. 1470. Zaragoza, Universitaria [184]. c. 1470.

Impresos 86*RL: 96JE: 96NN: 97*RA: 08AM: 11CG: 12MO: 13*BI: 13*RM: 13UC: 14CG: 16*DP: 16JE: 16RE: 16UC: 17*CO: 17*OM: 17*RA: 19*JP: 20*MM: 20*YT:

Ramón de Llavia, Cancionero, Zaragoza, ¿1484-1488? Juan del Encina, Cancionero, Salamanca, 20.VI.1496. Nicolás Núñez, Continuación de la cárcel de amor, Burgos, 17.X.1496. Juan de Lucena, Repetición de amores, Salamanca, ¿1496-1499? Fray Ambrosio Montesino, Cancionero, Toledo, 16.VI.1508. Hernando del Castillo, Cancionero general, Valencia, 15.I.1511. Juan de Mena, Las 300as con su glosa..., Sevilla, 27.V.1512. Garci-Sánchez de Badajoz, Infierno de los amadores, Sevilla, ¿15111515? Romance de un desafío de ... Montesinos y Oliveros, Sevilla, ¿15111515? Pedro Manuel de Urrea, Cancionero, Logroño, 7.VII.1513. Hernando del Castillo, Cancionero general, Valencia, 20.VI.1514. Romance de los doce pares..., Barcelona, ¿1513-1520? Juan del Encina, Cancionero..., Zaragoza, 14.XII.1516. Garcia de Resende, Cancioneiro geral, Lisboa, 28.IX.1516. Pedro Manuel de Urrea, Cancionero, Toledo, 9.VIII.1516. Costana, Conjuro de amor, Burgos, ¿1515-1519? Aqui comienzan once maneras de romances..., Burgos, ¿1515-1519? Romance de Amadís y Oriana, etc., Burgos, ¿1515-1519? Juan del Encina, Égloga de Plácida y Victoriano, Burgos, ¿1518-1520? Romance de la mora Moraima glosado, etc., Sevilla, ¿1520? Hernán López de Yanguas, Triunfos de locura, Burgos, ¿1520?

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Recogemos aquí las ediciones más representativas de los distintos cancioneros.

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El cancionero castellano del s. XV de la Biblioteca Estense de Modena, ed. de Marcella Ciceri, Salamanca, Universidad, 1996. Llavia, Ramón de, Cancionero (Zaragoza, )1494?), ed. de Rafael Benítez Claros, Madrid, 1945.

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Nota previa

NOTA PREVIA

La presente antología de la poesía castellana del siglo XV es un proyecto concebido y comenzado por Brian Dutton; a él se debe la selección de los textos escogidos (y ¿quién mejor que él para hacerla?) y la mayor parte de la anotación. Mi incorporación a esta obra se produjo por sugerencia de Brian, en lo que iba a ser un trabajo de colaboración, pero la muerte que no mira «señorío, debdo nin amistad» truncó estos planes. A partir de ese momento, mi función fue la de terminar la antología: escribir la introducción y añadir algunas notas más. Ahora llega el momento de ponerle fin y presentarla al juicio del lector, con el recuerdo hacia ese entrañable amigo y maestro que era Brian. La antología pretende recoger una amplia muestra de lo que fue la poesía española cuatrocentista, seleccionando aquellos textos que disfrutaron de mayor difusión en la época y que, por tanto, reflejan mejor el gusto de los españoles del siglo XV. Se nos dirá que faltan las obras de los tres poetas «mayores» (Santillana, Mena y Manrique), pero el descuido es completamente voluntario; afortunadamente, contamos con magníficas ediciones de las obras completas de los tres poetas, y a cualquiera de ellas remitimos al lector interesado. Nos ha parecido más interesante dar a la luz obras de poetas menos conocidos para el gran público, sin cuya lectura nuestra percepción del discurso poético cuatrocentista quedaría incompleto. Por lo que se refiere a la ortografía hemos optado por un criterio conservador, aunque hemos resuelto todas las abreviaturas. En la acentuación y puntuación hemos creído conveniente la modernización para facilitar la lectura al lector actual. Hemos procurado ser parcos en la anotación y limitar las notas únicamente a aquellas absolutamente indispensables para la comprensión de los poemas y del universo literario de nuestro siglo XV: cuestiones ideológicas, referencias históricas y mitológicas, así como a lugares geográficos o a los conocimientos científicos de la época. Para ayudar al lector no especialista en la Edad Media hemos confeccionado un glosario en el que se recogen aquellas palabras que presentan dificultades de comprensión; en el texto estas palabras van acompañadas de un asterisco (*), que indica que su correspondencia en el castellano actual se da en el glosario.

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Por último, y a título personal, tengo que agradecer a Maxim Kerkhof su interés por publicar esta antología en su colección y por los consejos que contribuyeron a mejorar el texto. A Klaus Vervuert por haberla acogido en su editorial. A Pedro Cátedra su inestimable ayuda y valiosos consejos. A Ángel Gómez Moreno su lectura de la introducción y sus sugerencias, al igual que a Joaquín González Cuenca que leyó parte de la introducción. Pepe Labrador hizo valiosas sugerencias y me proporcionó material bibliográfico. Oscar Martín hizo para mí algunas búsquedas bibliográficas complicadas. A la Dra. Anne Wigger por su minuciosa y crítica lectura del manuscrito, que ha depurado de sus muchas erratas. Mi mujer, Ana, leyó el manuscrito e hizo válidas sugerencias y corrigió errores. Victoriano Roncero López Stony Brook, primavera de 2003

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§1. Macías el enamorado (fl. 1350-1370)

Este poeta vivió a mediados del siglo XIV. Su figura adquirió pronto caracteres legendarios y fue considerado ya en el siglo XV como o enamorado1. Juan Rodríguez del Padrón lo recordó tanto en sus obras en verso como en prosa, llegando a considerarlo en su Cadira de onor como único poeta digno de coronación2. Circularon varios versiones sobre su muerte, aunque todas ellas coinciden en señalar que murió a consecuencia de una lanzada que recibió de un marido a cuya esposa dirigía sus cantigas. Santillana en su Prohemio e carta dice: «aquel grande enamorado Maçías, del qual no se fallan sino quatro cançiones, pero çiertamente amorosas e de muy fermosas sentençias, conviene a saber: cativo de miña tristura, amor cruel e brioso, Señora en quien fiança e Prové de buscar mesura»3. Véase Juan Casas Rigall, «El enigma literario del trovador Macías», El Extramundi y los papeles de Iria Flavia, VI (1996), pp. 11-45.

1. Cantiga de Macías para su amiga4. [ID0131] Cativo de miña tristura, ya todos prenden espanto 1

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3 4

Recuérdese que Juan Barba en su respuesta al Sepulcro de amor de Guevara [ID2993] escribió: «delante de aquéstos estaba Macías / en fama de amar el más evidente». Vid. María Rosa Lida de Malkiel, «Juan Rodríguez del Padrón», en Estudios sobre literatura española del siglo XV, 1977, pp. 38-39. Recuérdese que en sus Siete gozos de amor [ID0192] se compuso el siguiente epitafio: «Plégate que con Macías / ser meresca sepultado; dezir deve / do la sepultura sea: / Una tierra los crio, / una muerte los levó, / una gloria los possea». Prohemio e carta, p. 61. Se trata del poema más famoso de Macías, citado entre otros por Santillana [ID0127], Rodríguez del Padrón [ID4292], Diego de Valera [ID2124], Gonzalo de Torquemada [ID2508] y Gómez Manrique [ID3358]. Ofrece la curiosidad de acabar cada estrofa con un dicho proverbial. Copias: PN1-306 (108r-v), MN15-12 (3r), copia de PN1; LB2-142 (164r-v) y ME1-74 (92v93r), estrechamente relacionados; en SA7-289 (137r) sólo están copiadas las dos coplas iniciales.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López e preguntan qué ventura foi que me tormenta tanto. Mais non sei no mundo amigo que mais de meu quebranto diga d’esto que vos digo: Quen ben see nunca devía ál* pensar que faz folía.

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Cuidé sobir en alteza por cobrar mayor estado, e caí en tal pobreza que moiro desamparado. Con pesar e con deseio ¿qué vos direi, malfadado? lo que yo he ben o veio: Cando o loco quer mais alto sobir prende mayor salto.

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Pero que prové sandeçe por qué me deve pesar, miña locura así cresçe que moiro por én tornar; pero máis non averéi sinon ver e deseiar e por en* así diréi: Quen en cárçel sol’ biver en cárçel deseia morer.

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Miña ventura en demanda me puso atán dubdada o meu coraçón me manda que seia sempre negada, pero máis non saberán de miña coita lazdrada, e por én así dirán: Can ravioso e cosa brava de su señor sé que trava.

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2. Esta cantiga fizo Macías contra el Amor, empero algunos trobadores dizen que la fizo contra el rey don Pedro5. [ID0128] Amor cruel e brioso, mal aya la tu alteza, pues non fazes igualeza seyendo tal poderoso. 5

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Abaxóme mi ventura non por mi mereçimiento e por ende, la Ventura púsome en grant tormento. Amor, por tu fallimiento e por la tu grant crueza mi coraçón con tristeza es puesto en pensamiento*. Rey eres sobre los reyes, coronado emperador, do te plaze van tus leyes6 todos han de ti pavor, e pues eres tal señor non fazes comunaleza*; si entiendes que es proeza, non soy ende judgador. So la tu cruel espada todo omne es en omildança, toda dueña mesurada en ti deve aver fiança. Con la tu briosa lança ensalças toda vileza,

La cantiga presenta al Amor como un caballero fuerte, cruel y despiadado que derrota a todos los que quieren servirle. La sugerencia de que el poema es una queja contra Pedro I el Cruel parece ser propaganda posterior de los partidarios de los Trastámara. Citada por Santillana [ID0127] y Prohemio e carta, Alfonso Enríquez en su Testamento de amores [ID0135] y Sancho Alfonso de Montoro [ID2519]. Copias: PN1-308 (108v-109r) copiado por MN15-14 (3v); LB2-143 (164v-165r) y ME1-75 (93r-v), que invierten el orden de las dos estrofas iniciales. Se trata del refrán: «allá van leyes do quieren reyes».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López e abaxas la nobleza del que te ama sin dudança7.

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¿Ves, Amor, por qué lo digo? Sé que eres cruel e forte, adversario o nemigo, desamador de tu corte; al vil echas en tal sorte que por prez* le das alteza, quien te sirve en gentileza por galardón le das morte.

3. Esta cantiga fizo e ordenó el dicho Macías en loores del Amor la qual es bien fecha e bien asonada8. [ID0130]

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Con tan alto poderío Amor nunca fue juntado, nin con tal orgullo e brío qual yo vi, por mi pecado, contra mí, que fui sandío* denodado en ir a ver seu grant poder e muy alto señorío. Con él venía Mesura e la noble Cortesía, la poderosa Cordura, la briosa Loçanía. Reglávalos Fermosura,

Para este verso seguimos LB2 y ME1. El poema describe al Amor como un general del ejército enemigo que ataca al poeta, lo vence y encarcela. El poema se inscribe en la tradición de la batalla/guerra alegórica del amor, con otros ejemplos en: la Batalla de amores de Gómez Manrique [ID2982], la Escala de amor [ID6148] o el Castillo de amor de Jorge Manrique [ID6152], entre otros. Nótense las personificaciones de Mesura, Cortesía, Cordura, etc., que prefiguran las de la Cárcel de amor de Diego de San Pedro. Como indica el título, la cantiga fue «asonada» o musicada. Citado por Santillana en Querella de amor. Copias: PN1-309 (109r) y MN15-15 (3v-4r). Hay otra versión en SA7-248 (105v-106r) que se repite con sólo tres octavas en SA7-291 (138r-v).

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que traía gran valor por que Amor vençió la mi grant locura. El mi coraçón sin seso desque las sus azes* vido, fallescióme e fui preso e finqué muy malferido. La mi vida es en pesso* si acorro non me ven ora de quen el dezir m’era defeso. Rendíme a su alteza desque fui desbaratado, e prísome con crueza onde bivo encarçelado. Las mis guardas son Tristeza e Cuidado en que beví después que vi la su muy grant realeza.

4. Esta cantiga fizo e ordenó el dicho Macías quexándose de sus travajos9. [ID1437]

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Prové de buscar mesura o mesura non fallesçe e por mengua de ventura oviéronmelo a sandeçe. Por ende, diréi desí* con cuidado que me creçe un trebello e dize assí:

El tema de esta composición es la angustia del amador frustrado. Cada estrofa termina con un dicho proverbial, un trebello, una queja breve en verso. Es uno de los cuatro poemas citados por Santillana. Existe una gran probabilidad de que Los trebellos citados en ID0135 SA7-311 por el Almirante Alfonso Enríquez sean este poema. Copias: PN1-310 (109r), MN15-16 (44r), LB2-141 (163r-v) y ME1-73 (92r-v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Anda meu coraçón muy triste e con razón.

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Meus ollos tal fermosura fueron ver por qué peresçe meu coraçón con tristura e Amor non me guaresçe, nin me pone tal consello porque yo prenda ledeçe*; por én digo este trebello: Bien puede Deus fazer tras grant pesar, plazer.

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Estos trebellos cantéi con coita desd’aquel día que mesura demandéi e yo vi que fallesçía. «¡Mesura!» morréi chamando e diziendo a grant porfía, tal trebello sospirando: Meus ollos morte son de vos, meu coraçón.

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Pois mesura non achéi o fallesçer non solía, mesura logo olvidéi e canto plazer avía. Con pesar que teño migo e tristeza todavía*, aqueste trebello digo: Don Deus, a mí faz aver por gran pesar plazer.

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5. Cantigas de Macías para su amiga10. [ID0447] ¡Ay señora en que fiança he por çierto sin dubdança, tú non ayas por vengança mi tristura! 5

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E en ti adoro agora e todavía de puro leal talente, miémbrate de mí, señora, por cortesía, e siempre te venga en miente, e non dexes tu serviente perder por olbidança, pues que toda mi membrança es tu figura. Non por mi mereçimiento que a ti lo manda, mas por tu merçed complida duélete del perdimiento en que anda en aventura mi vida; faz que non sea perdida en ti mi esperança e tú farás buenestança* e mesura. Non sé lugar atán forte que me defenda de la tu muy grant beldad;

Macías presenta la hermosura de su dama como un enemigo que le ataca aliada con el Amor, cuya lanza le penetra el corazón. Citado por García de Pedraza [ID2413], Suero de Ribera en «Piérdese quien esperanza» [ID2238], Torquemada [ID2508], Pedro Torrella en su poema catalán [ID3068] y Juan Rodríguez del Padrón en «Pues que Dios y mi ventura» [ID4292]. También lo menciona Santillana en su Prohemio e carta. Copias: PN1-307 (108v), MN15-13 (3r-v), LB2-140 (162r-163r), ME1-72 (91v-92r), SA7290 (137v) y con sólo el cuarteto y la tercera estrofa en MH1-180 (339r). LB2 y ME1 cambian la secuencia de estrofas: 1, 3, 2, 4. En SA7 la secuencia es 2, 4, 1; falta la tercera estrofa.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López en ti traigo yo la morte sin contenda si me non val’ tu bondat; e porque esto es verdat, ¡ay Amor! en remembrança en meu cor tengo tu lança de amargura. Aquesta lança sin falla ¡ay coitado! non me la dieron del muro nin la prise yo en batalla ¡mal pecado! mas, veniendo a ti seguro, Amor, falso e perjuro, me firió e sin tardança, e fue tal la mi andança sin ventura.

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§2. El Arcediano de Toro (fl. 1360-1390)

Es un poeta que continúa la escuela poética gallega, con todas sus obras en gallego. Residió en las cortes de Pedro I y Juan I. Santillana comenta: «en tienpo del Rey don Iohán, fue el Arçediano de Toro; este fizo: Crueldad e trocamiento e otra cançión que dizen: De quien cuydo e cuydé»11.

1. Esta cantiga fizo e ordenó el dicho Arçidiano de Toro al tiempo de su finamiento12. [ID0533] Adeus Amor, adeus el Rey que eu ben serví, adeus la reyna a quen loey e obedesçí. 5

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Jamais de mí non oyerán Amor loar, nin amadores me verán muller amar. Adeus donas de buen lugar que eu quero m’ir, de vos me veño despedir pois qu’es assí.

Prohemio e carta, p. 62. Es la despedida de un hombre ya anciano, lleno de desengaño, que siente llegar la muerte. El rey es Juan I (1379-1390). Esta cantiga fue elaborada por Rodríguez del Padrón en la copla final de «Fuego del divino rayo» [ID0408]. Copias: PN1-314 (110r) (4, 5x8), MH1-268 (385r), muy castellanizada, con esta secuencia de estrofas: 3, 4, 2, 1 (falta la 5). Lleva el título: otro dezir y los versos 37-44 faltan.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Adeus donzelas fermosas que tempo hè de me partir d’estas cosas por buena fe, ca veio paresçer por qué faço razón de nunca meu coraçón partir de mí. Adeus cantos ben amaron e amarán, adeus cantos ben falaron e falarán, adeus cantos ben servirán de bon talén*. Que eu non quero servir ninguén por canto vi. Adeus amigos, señores, que muito amey, adeus os trobadores con quen trobé, que ja non digo nin direi nin mal nin ben, que otro camino me convén tomar d’aquí. Adeus mundo enganador que eu ja me vo para Deus nosso Señor que me chamó, e irme hey o m’él mandó sin más tardar, que non me convén morar ja mais en ti.

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2. Este testamento fizo e ordenó el dicho Arçidiano ante que finase13. [ID1442]

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Pois que me veio a morte chegado, mis boos amigos, en esta razón, por tanto eu faço, ¡sí* Deus me perdon’! o meu testamento assí ordenado; e seia a serviçio e onrra de Deus, Padre e Señor, e dos santos seus, e primeramente renego do pecado. Eu mando logo a nosso Señor aquesta miña alma cando se partir’ d’esta maa carne con que de servir usé eu sempre muy ben pecador. E desí rogo a Santa María que ela que seia de note e de día a seu bon Fillo por mí rogador. Mando a miña carne cativa, cuitada, dar aa terra onde se despenda*, por que y* faça alguna emenda del tempo que fui a Deus muy errada; e a Él demandando muy de coraçón que nunca seia por esta razón en o inferno miñ’ alma lançada. Pois que tan caramente a comprou, como sabedes todos os cristianos, por ende, a poño enas sus manos que a defenda, pois que a criou, do feo pecado, enemigo mortal, que a no lançe no fogo infernal meu bon Señor por esso que a dou. O meu coraçon muy leal otrossí

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Es un Testamento de amores medio jocoso; cpse. el Testamento de Alfonso Enríquez, (10.5). La aparición de los personajes portugueses indica que pertenece a la época de 1380-1388 cuando varios de ellos se refugiaron en Castilla bajo la protección de Juan I (1379-1390). Copias: Sólo se encuentra en PN1-316 (110r-111r) (16x7).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López mando, amigos, ¡sí veia prazer! aa muy linda e de grant poder, miña señora que por meu mal vi; pois que ena vida, amigos, foi seu, seia ena morte, assí mando eu, pois qu’esta morte d’ela resçebí. Mando o meu muy lindo cantar a Pedro de Valçáçer14, o bon meu primo; e aquesta manda, segund que a firmo, mando que vala en todo lugar; e mando la miña grant sabrosía* aos sinsabores*, que son gente fría, que ál non lles devo con razón mandar. Mando desí o meu ardimento* todo a Ruy Lopes, aquel de Aguilar, que o non posan jamás embargar* nunca depois de meu finamento; e meu cavalgar mando çertamente a Diego Flores, otro meu parente, en esto non aia otro mudamento. Mando meus ollos con toda su vista a un judío çego de Valladolide; e mando a Gil Peires, el de Ataide, las miñas pernas sin otra conquista*; e mando a miña muita loçanía a Alfonso Gunçales, mayordomo da Reyna, por que se calçe mellor e se vista. A miña bua arte de lindo trobar mando a Lope de Portocarreiro, meu boo amigo, leal verdadeiro, por que sabrá d’ela muy ben usar; e meus cavellos mando todavía a meu amigo Juan Sanches Mesía15, que eu non los poso mellor emplear.

Poeta conocido. Sin duda, Juan Sanches Mesía, amigo del Arcediano, era calvo.

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Mando aos porteiros del muy alto Rey a miña vergonça para demandar, e mando eu logo sin más detardar a mui grant lideçe que eu sempre hey a Diego d’Oviedo, seu camareiro, con que seia ledo* e muy plazenteiro, porque me sempre del muito pagué*. Con todo esto que hei acordado mando meu talle dar a Juan d’Orates, por que o corpo segund que deantes lo traya ligero e ben rizado; e mando os pes que hei oçiosos, porque os seus son ja tan gotosos que ja no os pode mudar o cuitado. As miñas manos lexo sin contenda a Pero Suares, o bon saltador, que as él traya por el meu amor por que con elas muy ben se defenda; que ja eu moiro, agora catade os meus amigos, por dezir verdade, e desoje* máis quen pode entender. Pero algunas cosas de aquí non van mando as dar a quen son ligados, por que un día siquer os cuitados ayan agora do que menester han; e de otras algunas, si non me membraren, desque eu morrer’ os que as acharen denlas, si quisieren, do mais complirán. E seia ben çerta la que me matou que fezo crueza e muy grant pecado, o cal todavía le será contado desque superen ben cómo pasou, ca eu foi morto a grant sinrazón; e diránle todos que fez traizón matar a un omne que nunca le errou.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Non le erréi, segund que entendo, per o que me faz a morte chegar16, sinon porque a quero amar porque agora a morte atendo*; e pois que moiro por aqueste feito tan sin razón e tan sin decreito, d’oj’ máis, miña alma, a Deus te comendo. Lexo d’estas mandas por meus complidores* a Gonçalo Rodrigues, aquel de Soosa, e a Fernand Rodrigues, por que toda cosa que ayan de aver algunos pecadores, desque eu morrer’ les seia otorgada a cada qual d’eles, segunt fue mandada, todo por manos de aquestos tutores.

En el manuscrito «atendo»; error evidente, ya que repetiría rima con el verso 102.

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§3. Pedro Ferruz (mediados - fines del siglo XIV)

Se ve que era de la generación anterior a Villasandino, ya que en PN1-124 (ID1264) éste dice: «ya en su tiempo don Pero Ferruz / fizo dezires mucho más polidos / que non estos vuestros laydos e fallidos». También seguía la vieja usanza de dar una señal a su amada: Belaguisa.

1. Cantiga de Pero Ferruz para su amiga17. [ID1431]

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Jamás non avré cuydado nin tristeza de mi parte, pues que só enamorado de la que amo sin arte*. Nunca fue rey Lisuarte18 de riquezas tan bastado como yo, nin tan pagado fue Roldán con Durandarte19. Venus la que fue deesa de amor e fermosura, nin Palas20 la muy traviesa de quien su buen prez oy dura, non fueron en apostura de aquesta señor eguales, nin creo que fueron tales en bondat nin fermosura.

La mezcla de personajes clásicos y épico-arturianos es típica de la época. Copia: PN1-301 (105) (5x8). Lisuarte de la Gran Bretaña era el padre de Oriana, esposa de Amadís de Gaula. Durandarte: La espada de Roldán. Palas: Atenea, la diosa de la guerra.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López La infante Policena21, fija del buen rey troyano22, nin la muy fermosa Elena que robó Paris su hermano, de brío bueno e loçano la ventaja lleva aquesta noble señora e onesta, de quien todos bienes gano. De Braçaida23 non me pago que sea en esta pesquisa, nin la reyna de Cartago24 a que llamaron Didolisa, non creo en ninguna guisa que tal fuese su aseo, por lo qual yo por bien veo que la llamen Belaguisa25. E qualquier que a mí dixiere que Ginebra26 nin Isseo27 fueron tales e quisiere, presto só para el torneo28; por cumplir esto que leo que assí es como aquí diz’ e non niego esto que fiz’, mas sabed que así lo creo.

Policena: Polixena, hija de Príamo y Hécuba, de la que estuvo enamorado Aquiles. buen rey troyano: Príamo. Braçaida: Amada de Troilo. reyna de Cartago: Dido, enamorada de Eneas. Para la tradición de este personaje en la literatura española véase el magnífico estudio de María Rosa Lida de Malkiel, «Dido y su defensa en la literatura española». Belaguisa: «Belloaspecto» es la senhal o sobrenombre de la señora. Ginebra: Esposa del rey Arturo. Isseo: Amada de Tristán. Entrar en liza y defender la fama de su amada.

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2. Sin título. [ID1432]29

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Comidiendo non folgué nin folgaré fasta que Dios me dé grant plazer en algunt día, por que aya la que amé e amaré por una que porfié grandes tiempos todavía. Varones, muy fuerte vida paso por la que bien sé, firióme de una ferida de la qual nunca sané, nin cuydo que sanaré nin guariré, por ende me perderé, si non faze cortesía esta flor que deseé e desearé, pues sabe que l’ non erré ni l’ fiz’ otra follía. Todos lo sepan por cierto, que esta flor que demandé de grado bien sin refierto yo siempre la serviré, que plazer nunca tomé nin tomaré si esto que comencé non viene a tal porfía, que aya yo lo que afané e afanaré

La métrica de estas coplas sigue la tradición gallega: coplas largas con versos de pie quebrado y la repetición de las rimas en cada copla. Copia: PN1-301bis (105r-v) sin título (8, 3x12).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López pues yo muy bien lo sé qué onrra sería mía.

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Dios con su poder fuerte Él me dé lo que l’ rogué, e me llegue a tal suerte do cuydo que bien avré, ca no l’ pido ni l’ pidrié nin pidiré otra ayuda por buena fe, sinon esta mi alegría, con la cual yo folgaré e dormiré e por mejor me terné que yo nunca me ternía.

3. Cantiga de Pero Ferruz para los rabíes30. [ID1433]. Sigue la respuesta [ID1434]

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Con tristeza e con enojos que tengo de mi fortuna, non pueden dormir mis ojos de veinte noches la una; mas desque a Alcalá llegué, luego dormí e folgué como los niños en cuna. Entre las signogas amas estó bien aposentado, do me dan muy buenas camas e plazer e gasajado; mas quando viene el alva un rabí de una grant barva óigolo al mi diestro lado.

Este poema tiene que ser muy anterior a la crisis del año 1391 en que se desata el odio antijudío con una serie de matanzas. Hay cierta gracia en las quejas del poeta y en la respuesta de los rabinos, cosa imposible ya para fines del siglo. Copias: PN1-302 (105) (4x7).

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Mucho enantes que todos viene un grant judío tuerto, que en medio d’aquesos lodos el diablo lo oviese muerto, que con sus grandes bramidos ya querrían mis oídos estar allende del puerto. Rabí Yehuda el tercero, do posa Tello mi fijo, los puntos de su garguero más menudos son que mijo, e tengo que los baladros* de todos tres ayuntados derribarién un cortijo.

3a. Respuesta de los rabíes a Pero Ferruz31. [ID1434]

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Los rabíes nos juntamos don Pero Ferruz, a responder, e la respuesta que damos queredlo bien entender, e dezimos que es provado que non dura en un estado la riqueza nin menester. Pues alegrad vuestra cara e partid de vos tristeza, a vuestra lengua juglara non le dedes tal pobreza, e aun creed en Adonay32, qu’él vos sanará de ay e vos dará grant riqueza. El pueblo e los hazanes* que nos aquí ayuntamos,

Copias: PN1-303 (105v-106r) (4x7). Adonay: Nombre judío de Dios.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López con todos nuestros afanes en el Dio33 siempre esperamos con muy buena devoción, que nos lleve a remissión por que seguros bivamos. Venimos de madrugada ayuntados en grant tropel a fazer la matinada al Dios santo de Israel, en tal son como vos vedes, que jamás non oyredes ruyseñores en vergel.

4. Dezir de Pero Ferruz al rey don Enrrique34. [ID1435]

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Don Enrrique fue mi nombre, rey de España la muy gruesa, que por fechos de grant ombre meresco tan rica fuessa. Grave cosa nin aviesa nunca fue que yo temiese, por qu’el mi loor perdiese nin jamás falsé promesa. Nunca yo cesé de guerras treinta años continuados, conquerí gentes e tierras e gané nobles regnados; fiz’ ducados e condados

Dio: Era la forma empleada por los judíos. Año 1379. Enrique II nació en 1333, hijo natural de Alfonso XI y Leonor de Guzmán, a cuya familia concedió el condado de Niebla cuando consiguió el trono en 1369. Los versos 13-16 se refieren a las mercedes enriqueñas, las recompensas en tierras y títulos que concedió a los que le apoyaron en la guerra civil contra su hermano Pedro I. Murió el 30 de mayo de 1379, a los 45 años (y no 55 como dice el poema, verso 67). El poeta menciona en el verso 82 a Leonor de Aragón, hija de Pedro IV, primera esposa de Juan I, muerta en 1382, y en el 90 a Juana Manuel, esposa de Enrique II e hija de Juan Manuel, con quien se casó en 1373. Copia: PN1-304 (106) (15x8).

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e muy altos señoríos e di a estraños e a míos más que todos mis pasados. En peligros muy estraños muchas vezes yo me vi, e de los míos sosaños sabe Dios quantos sofrí; contemprar me sope assí con esfuerço e mansedumbre, el mundo por tal costumbre sojudgado lo creí. Sabed que con mis hermanos siempre yo quisiera paz, andoviéronme tiranos buscándome mal asaz; quísolo Dios en quien yaz’ el esfuerço e poderío, ensalçar mi señorío e a ellos di mal solaz. Con todos mis comarcanos yo paré bien mi fazienda, quien ál quiso amas manos gelo puse a contienda, e bien así lo entienda el que fuere mi coronista, que de paz o de conquista honrrosa quis’ la emienda. En la fe de Jhesu Christo verdadero fui creyente, e a su iglesia bien quisto muy amado e obediente fiz’ onrra muy de talente quanto pude a sus perlados, seyendo de mí llamados señores ante la gente.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Con devoción quanta pud’ yo serví a Santa María, preciosa Virgen, salud, nuestra dulçor, alegría; por saña nin por follía a santa jamás nin santo nunca yo dixe mal quanto los ojos me quebraría. E teniendo yo mi imperio en paz muy sosegado, que cobré con grant lazerio por onrrar el mi estado, plogo a Dios que fui llamado a la su muy dulce gloria, do estó con grant vitoria — el su nombre sea loado. La mi vida fue por cuenta poco más que el comedio: cinco años más de cinquenta35 e quatro messes e medio; púsome Dios buen remedio a mi fin que yo dexasse fijo noble que heredase36, tal que non ha par nin medio. Deven ser los castellanos por mi alma rogadores, ca los fiz’ nobles ufanos, guerreros conquistadores, y a Dios deven dar loores por los dexar yo tan presto mi amado fijo onesto de liña de emperadores.

cinquenta: léase: quarenta. fijo noble que heredase: Alude a Juan I (1379-1390).

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Yo le dexo bien casado con la infante de Aragón37, por que partí consolado al tiempo de mi pasión; a éste viene la bendición e los regnos por linajes — los que de ‘storia son sajes* saben bien esta razón. Dexo noble muger buena, que es la reyna doña Juana38, que por todo el mundo suena su grant bondat sin ufana. Non cesa noche e mañana fazer por mí sacrificios, que son deleites e vicios a mi alma que los gana. Ella sea heredada en paraíso comigo, do le tiene por morada Jhesu Christo su amigo. De oy más a vos digo, vasallos e mis parientes, e yo dexo a todas gentes este escripto por castigo*. Quien muy bien escrudiñare las razones que en él diz’, e cobdicia en sí tomare de los fechos que yo fiz’, non engruese la cerviz echándose a la vileza, nin se paguen de escaseza que todo mal es raíz. Quien bivir quiere en ledicia e del mundo ser monarca,

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infante de Aragón: Se refiere a doña Leonor. doña Juana: Juana Manuel.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López desampare la codicia que todos males abarca; franqueza sea su arca, esfuerço e bien fazer, que lo tal suelen tener muy bien a la su comarca.

5. Dezir a Pero López de Ayala39. [ID1436]

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Los que tanto profazades* que la sierra vos enoja, non sé tierra que vos coja pues d’ésta vos despagades, ca non Carcos40 la poblara si tran grant miedo tomara de yelo qual vos tomades. El pedrisco e las sierras a Ércoles el gigante no l’ fizieron malandante en sus batallas e guerras, nin mató él como flaco a Gerrión41 e a Gaco42, él les conquistó sus tierras. .....

Año 1379-1390. Este poema combina el tema de la buena vida en la sierra con unos loores de héroes, que culminan con Enrique II. Omitimos varias coplas sobre los héroes grecorromanos y árabes. Copia: PN1-305 (106-108) (32x7). Carcos: Legendario poblador de Navarra, que según la tradición era nieto de Noé. Gerión, rey de Cádiz, monstruo con tres cabezas y tres cuerpos, matado por Hércules en el décimo de sus trabajos. Fernán Pérez de Guzmán, Loores de los claros varones... [ID0105], glosa la copla 15 así: «El primero rey que en España regió, según las istorias, fue Gerión, e regnó en tres provincias: Galicia... Lusitania... Bética... e por esto los poetas fingiendo d’él dixeron que tenía tres cabeças». Gaco: El ladrón monstruoso matado por Hércules por haber robado las vacas que quitó a Gerión. Fernán Pérez de Guzmán glosa: «Este Caco gigante morava en la Sierra de Moncayo, entre Castilla e Aragón». ibid.. Caco se ha convertido en un personaje folclórico, prototipo de ladrones.

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Rey Artur e don Galaz, don Lançarote e Tristán, Carlosmagno, don Roldán, otros muy nobles asaz por las tales asperezas non menguaron sus proezas, segund en los libros yaz’. Amadís el muy fermoso las lluvias e las ventiscas nunca las falló ariscas por leal ser e famoso; sus proezas fallaredes en tres libros43 e diredes que le Dios dé santo poso. Don Bernaldo44 non tornara de los grandes puertos d’Aspa los franceses con tal raspa si por nieves lo dexara, nin el rey don Sancho Avarca45 non cobrara tal comarca si de pie non la follara. E el conde Ferrant Gonçález e su fijo e su nieto ya se vieron en aprieto en ríos e tremedales, e fueron d’ellos dubdados e muertos e quebrantados sus enemigos mortales.

tres libros: Vid. María Rosa Lida de Malkiel, «El desenlace del Amadís primitivo», Estudios sobre literatura española y comparada, Buenos Aires, 1969, pp. 149-156 y Antonio Rodríguez-Moñino, «El primer manuscrito del Amadís de Gaula», Boletín de la Real Academia Española, 36 (1956), pp. 199-216. Don Bernaldo: Se trata de Bernardo del Carpio, legendario héroe leonés, vencedor de Carlo Magno en Roncesvalles. Sancho Avarca: Sancho Garcés II Abarca rey de Pamplona y Aragón (m. 994). Casó con Urraca Fernández. Le sucedió su hijo García Sánchez II el Trémulo.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López E si el muy loado Cid temiera los aguaduchos, non venciera él tan muchos reyes e condes en lid, nin enguerreara a Valencia do le dan con reverencia mayores parias que a Olid. Non dexó quando llovía el santo rey don Ferrnando de moros ir conquistando tierras de muy grant valía, a Jaén con su obispado e a Murcia e su reinado e toda el Andalucía. ..... El muy noble rey loado, don Alfonso de Castilla46, non partiera de Sevilla nin pasara el grant Salado47, mas por ríos avenir non dexó de lo complir como rey muy esforçado.

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Por aguas nin abenida maguera que era ivierno nin por mengua del govierno él non receló su ida, e venció aquella vez cinco reyes de grant prez e de grant fama sabida.

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Si de los fríos e lodos él tomara tan grand ira, non ganara Algezira

Alfonso de Castilla: Alfonso XI (1312-1350). Salado: Referencia a la batalla del Salado (Cádiz) que tuvo lugar en 1340, en la que Alfonso XI, apoyado por Alfonso IV de Portugal, derrotó a los benimerines mandados por Yusuf I de Granada.

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segunt que sabemos todos, e otros muchos castillos que tenían los morillos desde el tiempo de los godos. ..... Don Enrique, rey de España, que por esfuerço e seso todo el mundo tovo en peso, non fiziera tal fazaña nin eran d’él aborridas las tierras por ser muy fridas nin fuyé de la montaña. Las Francias e Aragón e a otras muchas partidas non fueran d’él acorridas si temiera tal razón, nin tales onras cobrara nin aun creo que reinara en Castilla e en León. ..... Nin dexó por lavajal* de llegar fasta Lixbona e onró la su corona tres vezes en Portogal, e fizo andar sus carros por tierras de los navarros bien allende de Pamplona. ..... Aquesta tierra non lleva alhalmes* nin alcandoras*, e por aguas oledoras dan muy poco desque nieva, nin aquí cura la dueña de afeites nin de alfeña, nin solamente la prueva. Sí non ay las frutas muchas, pero son nobles e sanas; las dueñas non son villanas

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López nin se pagan de las luchas, nin es mala esta frontera de monte nin de ribera e non ay mengua de truchas. El frío que mal queredes les faze ser coloradas, blancas ruvias e delgadas, las quales vos nunca vedes, sinon las feas montesas que están tras las artesas* cuyas luchas vos tenedes. E si vos afloxa el correo la tierra muy abastada, fallaredes vos menguada e bivredes a grant deseo, tal virtud ha la moneda, cara triste faze leda e apuesto el muy feo.

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§4. Pedro González de Mendoza. (¿1340?-1385)

Pedro González de Mendoza, abuelo de Santillana, nació hacia 1340. Murió en la batalla de Aljubarrota (1385), salvando la vida al Rey Juan I de Castilla. Sus poemas incluyen ejemplos de la tradición gallega, una serrana y unas coplas sobre el amor de una judía. Santillana escribió sobre él: «Pero Gonçales de Mendoça, mi abuelo; fizo buenas cançiones, e entre otras: Pero te siruo sin arte e otras a las monias de la Çaydía, quando el Rey don Pedro tenía el sitio contra Ualençia; comiença: A las riberas de vn río. Vsó vna manera de dezir cantares así commo çénicos plautinos e terençianos, tanbién en estrinbotes commo en serranas»48.

1. Aquí se comiençan las cantigas e dezires muy graçiosos e bien fechos que fizo e ordenó en su tiempo el honrrado e noble cavallero Pero Gonçález de Mendoça, padre del Almirante don Diego Furtado, e primeramente se comiençan las cantigas qu’él fizo por amor e loores de una gentil donçella que mucho amava, por amor de la qual diz que mandó fazer el monesterio de Santa Clara de Guadalfajara do se metió monja49. [ID1385]

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¡Ay señora muy complida de bondat e de proeza! Pues del mundo es partida la vuestra muy grant nobleza, loando la vuestra alteza, la qual sirvo muy de grado,

Prohemio e carta, p. 61. El último poema citado por Santillana no se conserva. Copias: PN1-251 (84v). Otra copia en MN15-1 (1r) (2x8; 2, 3x4). También estaba en SA7-189 (86v...) pero por la pérdida de un folio, sólo tenemos el epígrafe: Como Pero Gonçálveç de Mendoça fuesse enamorado de una donzella al tiempo que era más congoxado de la passión de bien amar, ella se puso monja. En esguarde del gran bien que la quería edificó el monesterio de Santa Clara de Guadalaxara et fiço esta cançión siguiente por ella.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López moriré desamparado con pessar e con tristeza.

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Quando yo el lugar veo donde bevides, señora, con pessar e con desseo e con grant manzilla llora el mi coraçón, adora la orden do vos morades, pero me desamparades, por vuestro morrey agora.

Desfecha Por Deus, señora, non me matedes, qu’en miña morte non ganaredes.

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Muy sin infinta* e muy sin desdén vos amey siempre más que a otra ren*; e si me matades por vos querer bien a quen vos desama ¿qué le faredes? Servívos siempre a guis’ de leal, por vos sufriendo cuytas e grant mal, vos non seades tan descomunal pues a mí en voso poder tenedes. Quando alongado de vos eu seio, matar me quere el vosso desseio, e desí moiro por vos espeio50: tan adonada me paresçedes.

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Quando a la fala* vos me chamastes, de todo engaño me segurastes; tenet, señora, lo que jurastes, si non de mí grant pecado avredes.

espeio: No está claro el significado de esta palabra que podría ser: «imagen».

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2. Sin título51. [ID1387] Pero te sirvo sin arte, ¡Ay Amor, Amor, Amor grant cuyta de mi parte!

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Dios que sabes la manera, de mí ganas grant pecado que me non mostras carrera* por do salga de cuydado; pues aquésta es la primera dona de quien fui pagado, que non amo en otra parte. La miña entençión era, e será más todavía, muy leal e verdadera contra la señora mía; mas quando me desespera del su bien que atendía, todo mi coraçón parte. Si guardarme supiera en algunt tiempo passado, la mi vida estoviera agora en mejor estado; si esperança oviera de quien soy desperado, por aver del su bien parte.

Se trata de las lamentaciones del poeta al Amor. Fue citado por Santillana en su Querella de amor, (ID0127) y en su Prohemio e carta. Copias: PN1-251ter (84v) sin título (3, 3x7). Otras copias en MN15-3 (1r-v) y MN66-21 (8:2r-v) sin título.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López

3. Este dezir como a manera de cantiga fizo e ordenó el dicho Pero Gonçález de Mendoça a una serrana52 [ID1388]

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Menga dame el tu acorro e non me quieras matar. ¡Si supiesses cómo corro, bien luchar, mejor saltar! Las moçuelas en el corro páganse del mi sotar*; d’esto todo bien me acorro e aún mejor de chicotar*. Menga ¡non me desampares, que buena ventura ayas! e de çapatas dos pares dartelas hé que las trayas. Por que sin miedo te pares por doquiera que tú vayas, entre todas las tus pares avrás garnachas* e sayas. Menga muy cara me cuestas, non te lo puedo negar; con el mi çurrón a cuestas tu me fazes madrugar; ando por valles e cuestas que sól’ non me das vagar*, pora mí non te acuestas nin te quieres allegar. Menga, tras aquella peña allí nos vamos casar, do el agua se despeña allí fagamos yantar. Dart’é yo manto con peña*

Es una muestra de la tradición de la pastorela desviada hasta la serranilla más realista en la Península por las Serranas del Arcipreste de Hita. Copias: PN1-252 (84v...) (1x8...); MN15-4 (1v) (4x8).

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e abarcas para luchar, tu manlieva* y empeña que yo lo cuido quitar53.

4. Este dezir fizo Pero Gonçález de Mendoça que murió en la Aljubarrota54. [ID2796] A mí sería grave cosa por aquélla dezir çate*, dexar Garganta Fermosa por morar en Abenzaite55. 5

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A mí grave me sería dexar los prados con flores, en mayo la Fuente Fría, vergeles con ruiseñores, por ir a la judería bevir entre cortidores56, ado ay tales olores donde buen olor no ha parte57. ¿Cómo dexaré la sierra do ay aire y truchas finas, por ir morar a la tierra do ay badehas y porcinas58; ado la gente se encierra con las espesas caninas59,

que yo lo cuido quitar: ‘que yo pienso cumplírtelo’. El tema de la judía/mora hermosa que hace extraviarse al enamorado cristiano tiene muchas manifestaciones; cpse. [ID1176] de Villasandino. El caso más extremo es el de García Ferrández de Gerena. Copias: MN15-5 (1v) (4, 4x8). MN15 copió estas coplas de PN1 antes que se perdieran los folios. Abenzaite: Una judería. cortidores: La profesión de curtidor era un típico oficio de judíos. Las tenerías huelen mal. Rasgo humorístico antijudío. caninas: ¿Debe leerse ‘cortinas’?

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López fiesta e olor de adefinas*, que non siento a quien non mate? Quando falla buen venado ponle canes el montero, desina* él del collado: «¡Adelante cavallero!» Sería mal aconsejado quien dexa de oír a vaquero por oír rabí parlero quando en la su ley departe. ¿Cómo dexaré perdizes en ivierno que son sanas60, en verano codornizes de caçar por las mañanas, por ir con tales narizes61 ado biven las loçanas, que con sus grandes ufanas a todo hombre dan su mate*?

En invierno son malsanas. Judíos narigudos.

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§5. Diego Hurtado de Mendoza. (1364-1404)

Diego Hurtado de Mendoza, hijo de Pero González de Mendoza y padre del marqués de Santillana, murió en 1404, a los 40 años. Fue Almirante Mayor del Mar durante el reinado de Enrique III. Fernán Pérez de Guzmán lo describe como: «pequeño de cuerpo e descolorado del rostro, la nariz un poco roma, pero bueno e graçioso senblante e segunt el cuerpo asaz de buena fuerça; onbre de muy sotil ingenio, bien razonado, muy graçioso en su dizir, osado e atrevido en su fablar, tanto que el rey don Enrrique el terçero se quexava de su soltura e atrevimiento»62.

1. Cançión. Diego Furtado de Mendoça63. [ID2400] Ya con tanta fermosura matades a quien vos mira, la virtud que en vos espira* engendra mucha locura. 5

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El pensar no es vedado nin se podría vedar, pues natura quiso obrar lo que pudo aver obrado, e por ende quien osado en amar será valiente, con graçioso continente* leva desí la cordura.

Generaciones y semblanzas, p. 17. Es una canción al estilo de la chanson francesa. En los versos 4 y 12 hay una referencia clara a la locura de amor. Copia: SA7-6 (3r) (4, 8).

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2. Gossaute. Diego Furtado de Mendoça64. [ID2408] Aquel árbol que buelve la foja algo se le antoja.

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Aquel árbol de bel mirar faze de manera flores quiere dar, algo se le antoja. Aquel árbol de bel veyer faze de manera quiere floreçer, algo se le antoja.

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Faze de manera flores quiere dar, ya se demuestra, sallidlas mirar, algo se le antoja. Faze de manera quiere floreçer, ya se demuestra, sallidlas a ver, algo se le antoja.

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Ya se demuestra, sallidlas mirar, vengan las damas la fruta cortar, algo se le antoja. Ya se demuestra, sallidlas a ver, vengan las damas la fruta coger, algo se le antoja.

El término cosaute (para el origen de este término véase Eugenio Asensio, Poética y realidad en el cancionero peninsular de la Edad Media, Madrid, Gredos, 19702, pp. 182-186) deriva del francés corsaute, un tipo de danza, pero esta versión parece haberse fundido con el género paralelístico gallego. Eugenio Asensio, ibidem, p. 182, denomina este poema como «bailada encadenada». El árbol es el espino blanco (oxiacanto), cuyo florecer en mayo coincide con las fiestas antiguas, las mayas, para garantizar una buena cosecha, y también la fecundidad de las mujeres; cpse. francés: fils de mai, hijo de mayo. Más simbólicamente, podría tratarse del árbol del amor de la tradición francesa. Copia: SA7-16 (6v-7r).

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3. Serrana. Diego Furtado de Mendoça65. [ID2409] Un día d’esta semana partiendo de mi ostal, vi passar gentil serrana que en mi vida no vi tal. 5

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Preguntéle do venía, por qué tierras passava. Díxome que caminava al prior de Rascafría, a fazer donde solía penitençia en la solana, por dexar vida mundana e todo pecado mortal.

4. Cançión. Diego Furtado de Mendoça66. [ID2414] Fuerça he de contemplar e cuidar con grant dolor ¿por qué puse mi amor en quien me quiere olvidar? 5

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Mi cuitado esmaginar e pensar en lo passado como triste ‘namorado que me quise ‘namorar, si me faze desdonar* plazerm’á ser desdonado e jamás non ser ganado la virtud que en vos espira si me non quiere ganar.

Dudança

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Es una Serrana al estilo peninsular. Copia: SA7-17 (7r). Este poema lleva la desfecha [ID2340], Dudança. La citó García de Pedraza en ID2413. Copia: SA7-36 (14r-v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Si amor sé que parte con desvío, desafío qu’en mí no avrá más parte.

5. Cançión. El mesmo67. [ID2417] Amor, quando me quitaste de la señora que viste, yo te digo que me diste lançada que me passaste. 5

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Yo pensé que me trataras como en un tiempo trataste, e que non me engañaras según que me engañaste; pues del todo me robaste en quitarme lo que viste, yo te digo que me diste lançada que me passaste.

La citó García de Pedraza, (quien dirigió un Decir al Almirante en [ID2431]), en [ID2413]. La lanzada de amor es tema frecuente; cpse. Macías. Copia: SA7-38 (14v) (4, 8).

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§6. García de Pedraza (Siglos XIV-XV)

No tenemos detalles sobre este poeta, pero sus relaciones con Diego Hurtado de Mendoza y su hijo Santillana indicarían que se relacionó de alguna manera con la familia de los Mendoza durante el período 1380-1430. Si en el verso «escudero, ya por Dios», escudero se refiere al poeta, compuso este poema de joven, lo que cuadra bien con sus relaciones con Diego Hurtado de Mendoza, muerto en 1404. Es posible que se trate de algún pariente del mariscal Pedro García de Herrera, Señor de Pedraza. Todos sus poemas se encuentran en SA7, el Cancionero de Palacio.

1. Dezir. García de Pedraza a Diego Furtado de Mendoça68. [ID2431]

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Buen señor Diego Furtado, de la paz conservador, yo que tengo por amor asaz penas e cuidado, pido a vuestra señoría que quiera breve mandar que me dexen ya passar por el puerto d’alegría. Aún más por que sepades, buen señor, que devo ser guiado por el plazer que creo que deseades, vos puedo mostrar firmado, en rico paper escripto, su nombre d’aquel bendito dios d’amor que da cuidado.

Es una petición bastante curiosa dirigida a Diego Hurtado de Mendoza. Copia: SA7-39 (15r) (3x8, 4).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Al qual por mi petición le plugo de me guiar, e vos ruega sin cesar que por su contemplación sea yo favorizado69, señor, de vuestra nobleza, e que vista mi firmeza me fagáis canonizado. Pues que sois tan acabado de virtudes enserido*, fazetme ser inflüído* que leal soy namorado.

2. Sin título70. [ID2406]

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Partiendo de madrugada por andar nuevo camino, vi a mata d’un espino una fuente bien labrada. Vi de cerca una posada que se llama «La fortuna», e non fallé cosa ninguna que me fuese consolada. Fabló ende el mesonero e dixo: «Vos bien vengades. Amigo, ¿qué preguntades que venides tan guerrero?» Díxele: «Soy estrangero

favorizado: En el manuscrito favorezido. Para favorizado véase el verso de Fernán Manuel [ID1394]: «El sano que de Fortuna / non es bien favorizado». En este dezir García de Pedraza cita el Infierno de enamorados de Santillana, el hijo de Diego Hurtado de Mendoza. Es interesante ver cómo esta obra famosa del Marqués entra en esta alegoría. El poema en su aspecto de encuentro alegórico sigue modelos franceses. El tema es muy concreto: a pesar de sus otras poesías, el poeta no quiere acabar como Macías y los demás enamorados; quiere evitar la trampa del amor ereos, el mal de amores, que Santillana presenta como ineluctable. Copia: SA7-13 (4v-6r).

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que bivo muy renqueroso, sirviendo al gran famoso del Amor que ove primero». Dixo: «Vos non entraredes de las puertas adelante, mas iredes malandante pues tal opinión tenedes. Otrosí id e oiredes a essa primera venta un dezir que se recuenta con el qual sospiraredes. Vos serviredes por amores e traéis mala demanda, ende oiredes quál anda Macías con sus favores e aún otros amadores, según el dezir enmienta*, en muy áspera turmenta* padezen fieros dolores. Porque siguieron la vía del amar muy infinito, cada qual d’ellos non quito* ser en muy poca alegría, e pues vos la tal porfía tenedes según que veo, el vuestro vano desseo su gran parte merecía». Causóme gran pensamiento desque vi que blasonava lo que cierto condenava mis sentidos a turmento, e sin más detenimiento caminé e fui privado* e llegué a gran cuidado do no hay defendimiento.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Entrando por el lugar vi a la puerta primera hombre de mortal manera decaído de pensar, e luego sin detardar lo saludé por la tal vía: «Amigo, —dixe— alegría el Señor vos quiera dar». Replicó muy breviado: «Esso mesmo faga a vos, escudero, ya por Dios oíd si sois ‘namorado». E con gesto mesurado me leyó no muy apriesa «La fortuna que non cessa siguiendo el curso fadado»71. Acabado de leer, yo vi según contenía la letra que dicernía* por amor poco plazer; e non pude retener el llorar porque yo era amador por tal manera quanto más non puede ser. Si lector72 que eres sentido que tal es tu intención, ca de cierta opinión soy dubdoso en lo fengido, e pues eres entendido, cree que es un necio fecho seguir contrario derecho por el mal tan conocido.

Se trata de los dos primeros versos del Infierno de enamorados del Marqués de Santillana [ID0028]. lector: Alude al recitador de la obra.

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Así que tengo creído de cobrir bien el mi techo e no quiero pagar pecho* pues que non lo soy tenido73.

3. Dezir. García de Pedraça74. [ID2413]

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Sepan quantos esta carta75 vieren que tanto padesco, que con voluntat muy farta de tristeza ensandesco*, e pues veo mi esperança ser tornada en tristor, por tornar en su favor cantaré sin tardança: «A señora en que fiança he por cierto sin dudança, no lo hayas por vengança mi tristura»76. Siempre con muy gran mesura te serví sin fallezer, agora tú quieres ser causa de mi desaventura; mas por lo que tú quesiste con muy sobirano amor, gritaré con gran dolor este cantar tan triste: «Pues tanto tuyo feciste, aunque tu bien deseo,

non lo soy tenido: ‘pues no tengo tal obligación’. Este dezir es un poema citador de gran interés porque nos indica algunas de las canciones más conocidas en la corte durante el período 1380-1430. Pedraza cita aquí dos veces a Diego Hurtado de Mendoza, versos 33-36 y 69-72, a quien dirigió el poema. Copia: SA7-22 (9r-10v) (8x8-4). Sepan quantos esta carta: Fórmula de documento. Cita de unos versos de Macías [ID0447].

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López no quieras que me conquiste la fortuna en que me veo»77.

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De vos quitar el desseo mi señora non podría, salvo servir todavía lealmente así lo creo; pues me queredes lexar e poner en más turmenta, quiérovos dar de mí cuenta e oít mi razonar: «Fuerça he de contemplar e cuidar con grant dolor, porque puse mi amor en quien me quiere olvidar»78. Nunca me vieran amar si supiera que traía Amor en su compañía cuitas dolor e pesar, porque con razón derecha traeré por invención* aquesta cruel canción que de sí non me desecha: «Que monta ni m’aprovecha quanto sé, pues yo mesmo por mi endecha me maté»79. Siempre me solicité en ser suyo sin engaño, de quien por más de mi daño nunca mi vida quité, e agora soy tornado

Cita de Bocanegra [ID2290]. Cita de Diego Hurtado de Mendoza [ID2414]. Cita de un poema anónimo [ID2415].

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tal que puedo bien dezir como aquel que más sofrir non puede d’agraviado: «Non fago de mi cuidado, pues me veo assí perdido, de tal mal soy trabaxado por mi parte consentido»80. Por tal vía soy ferido qual tú bien sabes Amor, sin facerte más error me dexaste así vencido, pasmome que non pensaste que te nunca fallecí, e por esto que sentí cantaré pues lo causaste: «Amor, quando me quitaste de la señora que viste, yo te digo que me diste lançada que me passaste»81. En mi coraçón entraste, yo te juro, por tal vía que diré negro aquel día que la cerca m’escalaste. Amigo, quanto querrás seré siempre de tu parte, pero pues tan cedo parte cantaré según verás: «Toda mi esperança atrás veo ser olvidada, mi voluntat no mudada serviré siempre jamás»82.

Cita de un poema anónimo [ID2416]. Cita de Diego Hurtado de Mendoza [ID2417]. Cita de un poema anónimo [ID2418].

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Vida mía ¿adónde vas que me dexas tan llagado? ¡A triste de mí cuitado, que no sabré dónde estás! Solamente ya por mí te lo ruego que me quieras, si no tales verdaderas palabras saldrán de mí: «Señora, donde partí y me torno sin mudança, dame mejor esperança que non tuve fasta aquí»83.

4. Canción el mesmo84. [ID2420] Allí tras d’aquella peña oí dolor, e mostrava tal enseña por amor. 5

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«¿Aluñádesvos*, Señora, mi bien e toda mi vida? ¡Ah triste! tua feneçida queda mi ventura agora. Pues mandat que me manteña vuestro amor, por que mi coraçón teña más valor».

Cita de un poema anónimo [ID2419]. Incluimos esta curiosa canción por estar en gallego y por su tema bastante misterioso. Copia: SA7-23 (10r-v) (4, 8).

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§7. Serranas y serranillas

Las serranas y serranillas son un tipo de pastorela que deriva de la ‘desviación’ que produjeron las parodias de Juan Ruiz en su Libro de buen amor. Además de las serranas de Pedro González de Mendoza y Diego Hurtado de Mendoza, incluimos éstas, todas anteriores a 1440 por estar copiadas en SA7, el Cancionero de Palacio.

1. Comendador de Segura85. [ID2424] De Loçoya a Navafría, acerca de un colmenar, topé serrana que amar todo hombre codicia avría. 5

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A la qual desque llegué pregunté si era casada. Respondió: «No, en buena fe, nin tampoco desposada; que aún hoy en este día mi padre lo va fablar, aquí cerca a un lugar, con fijo de Johan García».

Es una Cantiga de serrana del Comendador de Segura, Rodrigo Manrique (1406-1476) sobrino de Santillana y Conde de Paredes desde 1452, con respuestas de Santillana y García de Pedraza. Los tres poemas se encuentran en SA7-28-30 (12r-v). Otra vez García de Pedraza está asociado con Santillana. Lozoya y Navafría son pueblos de la Sierra de Guadarrama, éste de Segovia, aquél de Madrid.

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1a. Éñego López de Mendoça. [ID2425]

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Serrana tal casamiento no consiento que fagades, ca de vuestro perdimiento, maguer no me conozcades, muy grant desplazer avría en vos ver en agenar en poder de quien mirar nin tratar non vos sabría.

1b. García de Pedraza. [ID2426]

5

Serrana si vos queredes dexar d’estos su conseja, yo faré que vos casedes con fijo de Mingo Veja. Creet que gran bien sería que lo fuésemos llamar, ca más vale su solar que de otros de grant valía.

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§7a. Serranas tempranas

A continuación damos dos Serranas sacadas de SA7, contemporáneas a la de Rodrigo Manrique y la respuesta de García de Pedraza. 1. Serrana86. [ID2428]. Llegando a Pineda de monte cansado, serrana muy leda vi en un verde prado. 5

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Vila acompañada de muchos garçones, en dança reglada d’acordados* sones; qualquier que la viera como yo, cuitado, en grant dicha oviera de ser d’ella amado. Sola fermosura trae por arreo*, de gran apostura el muy buen asseo; cierto es que l’amara ca fui demudado,

Francisco Bocanegra fue descendiente de Gil Bocanegra, genovés, Almirante de Castilla 1341-1367, cuando fue ajusticiado. Francisco fue doncel de Juan II en 1441. Mantuvo relaciones literarias con Fernando de la Torre, Gómez Manrique y dirigió poemas a Juan II. Debió de nacer hacia 1400.

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2. Serrana87. [ID2429] Vi una serrana al pie d’una serra, e por me dar guerra d’amores m’engana. 5

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Vi tal graciosa serrana estar que nunca su par vi ni tan fermosa; gentil e geitosa* que desque nací nunca yo tal vi, por end ál me condana.

De Mendo de Campo sólo conservamos esta Serrana. No tenemos más detalles sobre él. La lengua original era el gallego.

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§8. Francisco Imperial (¿1350?- ¿1408?)

Las fechas rastreables de la vida de Francisco Imperial son: 1394-1398-1400, 1403, 1406, 1407. Fue «natural de Génova, morador en Sevilla». Imperial era probablemente hijo de un mercader de joyas genovés que se estableció en Sevilla después de 1341 cuando Gil Bocanegra, otro genovés, fue nombrado almirante de Castilla (éste fue ajusticiado en Sevilla en 1367). Es posible que Imperial se relacionara con los Bocanegra, cuyos descendientes seguían en la corte de Juan II. En 1403 Imperial era vicealmirante, muriendo antes de abril de 1409. Su amada lleva la señal de Estrella Diana. Su reputación como introductor del gusto por Dante y la alegoría es bastante exagerada, ya que las influencias en sus obras son igualmente francesas; véase la copla en francés en [ID1382]. Dados sus orígenes italianos, lo sorprendente es que no haya manifestaciones petrarquistas en su obra, sino sólo referencias obvias a Dante, pues Imperial parece ajustarse a los gustos afrancesados de la corte. En ID1392 (PN1-258) Alfonso Álvarez de Villasandino dice a Fernán Manuel: «pues ceñides la correa / de Francisco Imperial», o sea que sigue su escuela poética. Santillana le dedicó grandes elogios: «passaremos a miçer Françisco Inperial, al qual yo no llamaría dezidor o trobador mas poeta, commo sea çierto que, sy alguno en estas partes del occaso meresçió premio de aquella triunphal e láurea guirlanda, loando a todos los otros, éste fue. Fizo al nasçimiento del Rey nuestro señor aquel dezir famoso: En dos seteçientos e muy muchas otras cosas graçiosas e loables»88.

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Prohemio e carta, p. 63.

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1. Este dezir fizo el dicho micer Francisco Imperial a la dicha Estrella Diana, quexándose de los otros que lo reqüestavan e pidiéndole a ella armas89. [ID0539]

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Ante la muy alta corte del dios de Amor soy citado, e malamente acusado por vos, estrella del norte, diziendo que fize error en vos dar tan grant loor, que por én meresco morte. Dizen que vos ensalcé entre las altas señores, como rosa entre las flores dizen que vos esmeré, con luzero e con estrellas, llama a par de centellas dizen que vos igualé. Dizen que me desdezir farán como fementido, o que en el campo metido me farán cruel morir, e si esto non fizieren, que do vuestros ojos vieren me faga luego foir. En vuestras manos, amiga, fago jura e promessa e a la grant Venus diessa que este rebto por vos siga ante el alto dios de Amor, defendido vuestro honor de quien vos desloor diga.

Los conceptos básicos de este poema y la respuesta, la corte de Amor y la decisión de entrar en liza para defender a su dama con las armas simbólicas de su hermosura, son de procedencia francesa, no italiana. Copias: PN1-234 (75v-76r) (11x7), MH1-274 (389r-v) (9x7). La versión de MH1 tiene las coplas 1-6, 9 y 11, y al final la copla 5 de ID1370, la respuesta de Diego Martínez de Medina. Lleva el título: Dezir del dicho, pero sigue a un poema acéfalo por falta de un folio, y el poema que precede a dicho folio perdido es anónimo.

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Por que la noble armadura conviene a tal pelea, donde dios de Amor vea la vuestra grant fermosura, con vuestras manos labrat e las armas apropiad a vuestra gentil figura. De vuestra cabelladura de toda boça* labredes cota, mi bien, que me dedes si fuere vuestra mesura, e ceñida bien apretada con vuestros braços, amada, me ciñades por cintura. Vuestros ojos amorosos, señora, me dat por lança e aved firme esperança que con ella mentirosos faré a los maldezidores de vos, la flor de las flores, pues de vos son embidiosos. Vuestro aire delicado quiero levar por escudo, non temo con él nin dudo maldezir desmesurado, e sean con él por devisa vuestros dientes, boca e risa e dezir muy adonado. El vuestro gracioso talle e muy buen torno de cara, resplandeciente e clara qual el sol en mayo sale, sea yelmo con cimera — non creo que en la frontera otro tan propio se falle.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Vuestra nariz afilada sea flecha muy polida, con las pestañas, mi vida, ricamente emplumada; vuestro cejo muy fermoso sea el arco amoroso con que lance al entrada. De vuestro gentil aseo sean las sobreseñales* — non creo que las dio tales Ginebra nin fizo Isseo, e serié gran maravilla fallar tales en Castilla que quanto yo non las veo.

1a. Este dezir fizo el dicho Diego Martínez de Medina en respuesta d’este otro dezir de micer Francisco, diziendo e allegando contra él en como él tenía otras mejores e más lindas armas que le avía dado el Amor, con las quales lo entendía desbaratar e vencer90. [ID1370]

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Pues la gloria mundana vos fuerça e amonesta que por Estrella Diana tomedes tan grant reqüesta*, la batalla vos es presta siquiera a todo trance, por que vengança alcance Venus de quien la denuesta. Vuestra reqüesta rescibo con fiadura e gaje*, e luego vos apercibo que Venus e su linage me guarnescan un plumaje

Sigue esta respuesta que excepcionalmente no observa la forma métrica del poema contestado. Copia: PN1-235 (76r-v) (8x8).

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de flores de gentileza, con el qual faré proeza segunt fize omenaje. Non vos he por tan fuerte que non ayades pavor de padescer cruelmente, viendo tan grant resplandor como Venus e Amor ponen en mí sobrevistas*, por que de vos sus bienquistas non resciban desonor. Lança verde muy aguda de sus bienes titulada me dan, con la qual sin dubda vuestra cota tan loada será toda desmallada, e creed, don descortés, que todo el vuestro arnés vos valdrá poco o nada. Mi escudo será todo de lindeza azerada, quanto hay de oro a lodo es del vuestro aventajado, fuertemente embraçado con beldat e garrideza*, de las que por su nobleza meresce muy grant estado. De vuestra polida flecha yo non he pavor nin curo, pues de otra mejor fecha Venus me fizo seguro, e me dixo, yo te juro, que aquesta poco aduxo* de lo lindo que debuxo, en las que yo más apuro*.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Pues Venus vos es contraria e de aquesto non fallesce, tan presta e voluntaria es en quanto en mí guarnesce, non digades que floresce en superlativo grado e loadla mesurado tanto quanto pertenesce. De loor demasiado non cumple que la loedes, mas pedir por lo pasado mucho perdón merescedes, e si esto non fazedes e queredes porfiar, yo non vos cuydo dexar fasta que vos retraedes.

2. Este dezir fizo el dicho micer Francisco Imperial por amor e loores de una fermosa muger de Sevilla que llamó él Estrella Diana e fízolo un día que vid’ e la miró a su guisa ella yendo por la puente de Sevilla a la iglesia de Sant’ Ana fuera de la cibdat91. [ID1366]

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Non fue por cierto mi carrera vana passando la puente de Guadalquevir, atan buen encuentro que yo vi venir, ribera del río en medio Triana, a la muy fermosa Estrella Diana qual sale por mayo al alva del día, por los santos passos de la romería muchos loores aya Santa Ana. E por galardón demostrarme quiso la muy delicada flor de jazmín, rosa novela de oliente jardín

Este poema a la Estrella Diana contiene las acostumbradas referencias a los autores clásicos, y una a Dante. Año 1394-1400. Véase el artículo de María Rosa Lida, «Un decir de Francisco Imperial: respuesta a Fernán Pérez de Guzmán», Estudios sobre la Literatura Española del siglo XV, pp. 311-324. Copia: PN1-231 (74v-75r) (4x8).

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e de verde prado gentil flor de liso*; el su gracioso e onesto riso*, semblante amoroso e viso* suave, propio me paresce al que dixo «Ave»92 quando embiado fue del paraíso. Callen poetas e callen autores, Omero, Oracio, Vergilio e Dante, e con ellos calle Ovidio D’Amante93 e quantos escrivieron loando señores, que tal es aquésta entre las mejores como el lucero entre las estrellas, llama muy clara a par de centellas e como la rosa entre las flores. Non se desdeñe la muy delicada Enfregimio94 griega, de las griegas flor, nin de las troyanas la noble señor95 por ser aquésta atanto loada, que en tierra llana e non muy labrada nasce a las vezes muy oliente rosa, assí es aquesta gentil e fermosa que tan alto meresce de ser comparada.

2a. Este dezir fizo Ferrant Pérez de Guzmán, señor de Batres, en respuesta d’este otro dezir primero qu’el dicho micer Francisco fizo a la dicha Estrella Diana, el qual es fecho por los mesmos consonantes e arte qu’el otro primero dezir96. [ID1367] A las vezes pierde e cuyda que gana quien buen callar troca por mucho dezir, e non deve gracias nin bien rescebir 92

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Ave: El ángel Gabriel cuando anunció a María su maternidad: «et ingressus angelus ad eam dixit: Ave gratia pleta»; Lucas, 1, 28. D’amante: Se trata del Ars Amandi. Enfregimio: Es Ifigenia, hija de Agamenón. Alusión a Elena. La respuesta es de Fernán Pérez de Guzmán, que a su vez se vio atacado por alabar a su dama con exceso (16.4). Vid. el artículo citado de María Rosa Lida. Copia: PN1-232 (75r-v) (4x8).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López quien loa infintoso por codicia vana; assaz paresciera comparación sana poner simple precio a poca valía, mas con la deessa que castidat guía non fue por cierto egualança llana. El que poco vee o ha turbado el viso por el sueldo viejo cuyda qu’es florín97, aqueste que assí desonrró el serafín98, Amor lo cegó, sin dubda lo priso. D’aqueste pecado que aquí yo deviso* es menester que sus manos lave, o ponga a su boca tan secreta llave que non diga cosa de que sea repiso*. O que silencio tengan aquestos doctores99, todo el mundo deve ser pesante que por muger baxa, de pobre semblante perescan los dichos de los sabidores, mas el que igualó a las lindas flores100, las que mejor biven entr’ éstas aquéllas, oigan sentencia e enmienden querellas e pida perdón de aquestos errores. Si se non sentiesse* de aquesta vegada la fermosa griega101 d’este desonor, denuncie querella ante el dios del Amor la noble Adria que fue injurada102 non menos Daymira se siente ofensada103, que entiende por Ércules vencer toda cosa, espere el errado la lid pavorosa o luego desate su cántica errada.

sueldo, florín: Monedas antiguas. Alude al propio poeta. doctores: Se refiere a los escritores citados por Imperial: «Omero, Oracio, Vergilio e Dante, / e con ellos calle Ovidio D’Amante». Se trata del propio Imperial. fermosa griega: Alude a Ifigenia. Adria: Ariadna, abandonada por Teseo en la isla de Naxos. Daymira: Es Deyanira, esposa de Hércules, que le regaló la túnica que produjo la muerte del héroe.

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3. Este dezir fizo el dicho micer Francisco Imperial por amor e loores de una dueña que llamaron [ ], e otros dizen que lo fizo a la dicha Estrella Diana e aun otros dizen que lo fizo a Isabel Gonçález, manceba del conde de Niebla don Johan Alfonso104. [ID1373]

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El dios de Amor e el su alto imperio, la su alta corte e magnificencia, otrosí Apolo con su ministerio* con toda su fuerça e grant influencia, amos bien juntos en conveniencia con los elementos, les dó que les queden atantos loores quantos dar pueden la grant discreción e junta prudencia. Pues que reinante en constelación e influyendo con faz graciosa, e muy alegre su dispussición, non gesto escuro nin en sí sañosa, assí ordenaron a la especiosa linda graciosa, muy noble gentil, la luz angélica e muy doñeguil*, en excelencia e muy linda fermosa. Por la presencia de la qual beldat, estrellas lucíferas muy esforçadas perescen su luz e su claridat, assí oscurecen e son escripsadas*, por esta tan linda ya son declinadas* la gracia e donaire de la grant Diana, la noble señor e alta troyana más muy fermosas e muy esmeradas. ¡O tú poetría e gaya ciencia, o dezir rímico engenioso, o tú rectórica e pulcra loqüencia e suavidat en gesto gracioso, o ayuntamiento compendioso,

El conde de Niebla es Juan Alfonso de Guzmán, muerto en 1394, pariente de Leonor de Guzmán, madre de Enrique II. Copia: PN1-238 (77r-v) (4x8).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López pues que vos plogo reinar en aquésta, assí a Dios gracias con fe manifiesta rindo por ende al miraculoso!

4. Sin título105. [ID1375]

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Grant sosiego e mansedumbre, fermosura e dulce aire, onestad e sin costumbre de apostura* e mal vejaire*, de las partidas del Caire106 vi traer al rey de España, con altura muy estraña, delicada e buen donaire. Ora sea turca o griega, en quanto la pude ver su desposición non niega grandioso nombre tener, que deve sin dubda seer muger de alta nación puesta en grant tribulación, despuesta de grant poder. Parescía su semblante dezir: «¡Ay de mí, cativa! Conviene de aquí avante que en servidumbre biva. ¡O ventura muy esquiva! ¡Ay de mí! ¿por qué nascí? Dime qué te merescí, ¿por qué me fazes que sirva?

En 1403 Tamorlán regaló a Enrique III una esclava, Angelina de Grecia, alabada por Francisco Imperial en este poema. Llegó a Sevilla en 1403, y más tarde se casó con Diego González de Contreras. Vid. el artículo de María Rosa Lida (en colaboración con Renée Toole Kahane), «Doña Angelina de Grecia», Estudios sobre la Literatura Española del siglo XV, 1977, pp. 339-353. Copia: PN1-240 (78r) (4x8). Caire: El Cairo, Egipto.

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Grecia mia cardiamo*, ¡O misenguil* Angelina! dulce tierra que tanto amo do nasce la sal rapina107! ¿Quién me partió tan aína de ti e tu señorío e me troxo al grant río108 d’o el sol nasce e se empina?».

5. Este dezir fizo el dicho micer Francisco Imperial por amor e loores de una dueña que dezían [ ] la qual era muy fermosa muger era muy sabia e bien razonada e sabía de todos lenguajes [ ] fablavan él e ella en sus amores109. [ID1382].

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Por Guadalquivir arribando vi andar en la ribera, con un gavilán caçando, una donzella señera*. Luego conoscí que era de muy estraña partida, segund venía vestida en semblante e en manera.

Término bastante misterioso. Cf. Juan de Tapia, [ID0554] MN54-54: Un alvalá que mandó Johan de Tapia a la fija de la Condesa de Arenas, «has fallescido a tu Rey, / vas con la griega rapina, / con la Cava castellana...». María Rosa Lida («Doña Angelina de Grecia», p. 347) afirma que «esta «sal rapina» no puede ser sino el condimento llamado en español «mostaza de los alemanes», y muy popular en la Europa oriental, de Alemania a Rusia y de Lituania a Servia. Dicho condimento se prepara con la raíz del rábano rusticano o vagisco». grant río: El Guadalquivir. Es un poema de amor dirigido a una dama misteriosa. La copla en francés es otra indicación de la influencia de los poetas franceses en la corte de los Trastámara, nada raro ya que los franceses fueron sus aliados contra Pedro I y sus ingleses. Los versos 9-13 repiten los versos 25-29 de ID1377: PN1-242 (78v) sin título (9x8), que empieza «En un fermoso vergel / vi quatro dueñas un día...» que trata de cuatro personificaciones: «castidat en mancebía», «omildat en buen andança», «paciencia en tribulación» y «lealtat en proveza». El poeta se ve invitado por ellas a juzgar con la «noble filosofía» cuál de ellas tiene «la mayor valía». Claramente, tiene algo que ver con este poema. Sobre este texto véase el artículo de Alan Deyermond, «Lust in Babel: Bilingual Man-Woman Dialogues in the Medieval Lyric», en «Nunca fue pena mayor», pp. 208-211. Copia: PN1-248 (80v-81r) (7x8).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López De un fino xamete* gris traía una opalanda*, enforrada en cendal* vis*, de juncos una guirlanda; non traía esperavanda*, axuraicas* nin çarcillos, nin mangas a bocadillos*, nin trayé camissa randa*. Sobre la hopa* traía çinto* un junco por cinta, e sin continente* venía muy a paso e con cordura; pensé que serié mesura yo a ella me apear, mas ella por me estorvar movió más el andadura. E luego que me llegué, puse en tierra la rodilla, pero ante que yo fablé demudóse en amarillo, non a guisa de Sevilla la su guirlanda quitóse omilmente e omillóse*, segunt qu’el menor110 se omilla. «Señora, Dios vos mantenga —le dixe— e vos dé vida, maguer a mí non convenga la vuestra cortés movida. Por mercet, estad erguida e tornat vuestra guirlanda, e si vuestra merced manda fazéme onrra devida».

menor se omilla: Clara referencia a la inferioridad del amante frente a la amada.

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«Vous eres lo bien venus e lo ben trobes ben seri.» «Tan onor maveu fet vous que jo me jorry despiri, je mes jorry de vous dyri se je ne vous honoryoy, descortes meu ten roy que me visti mante e piri»111. «Señora, yo non meresco atan grant onrra aver, todavía me ofresco presto al vuestro querer, poderío e el aver, dezit, por vuestra nobleza, la vuestra naturaleza e vuestro estado e ser».

6. Sin título112. [ID2685]

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Solo en l’alva pensoso estando en una floresta de rosas e flores, oí auceles*, oí roseñoles, cantos de amor dulçamente cantando; por do viniese no vi, sino quando oí una voz que dixo: «Set preso, datvos a presión e faredes seso, seyet mi presonero que yo vos lo mando».

Copla francesa. Léase: «Vous êtes le bien venus / et le bien trouvé, bien servi / tant honneur m’avez fait vous / que je m’esjouy d’esprit / je m’esjouy de vous dire / si je ne vous honoitoy / discourtois m’en tenroy / que me voici maintes épris». Para Nepaulsingh, El dezir a las siete virtudes, p. 54, se trata de un texto en provenzal, y presenta la siguiente reconstrucción: «Vous êtes lo bienvenu / e lo bon trobaire, bon sire; / tan onor m’aveu fet vous / que je me jauzi d’espire; / je m’esjauzi de vous dire. / Si je ve vous honorier / descortes m’en tenrrez / que ne visti mante e pire». Este dezir es un poema alégorico, típico del estilo del siglo XIV bajo la influencia francesa, con la figura de la dama cruel, matadora. Copia: SA7-324 (155r-156r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Volví los mis ojos por ver de quien era la voz pavorosa que así me prendía e vi una dueña que así resplandía como el sol en mayo en su alta espera*; e como las planetas así bien s’esmerava* entre las flores se demostrava en su semblante fermosa, artera. Fermosa en tallio* e muy delicada, fayçones tiene de muy plazient’ aire, onesta, garrida, de muy buen donaire, el cuerpo estrecho, la faz bien tallada; donosa, polida, nariz afilada, prietos los ojos, mansos e suaves, las joyas qu’estavan deyús* estas llaves ver no las pude, tant ‘stan cerradas. De dolces olores de rosas, jazmines, ni fina color de flor de rutmán113, ni de todas las flores qu’están en prado, en uertos, ni bellos jardines, ni Famagosta, ni Anchilinas114 non ven las dueñas tan dolças odores como esta señora, ni en Fez los señores del alto linage de los Marines115. En su mano tenía un arco d’amores, la cuerda era varios pensamientos, la flecha era posada en leves movimientos, el fierro tormento con dulces olores, la pluma deleite e vanos sabores; eran entre amas las empulgueras* maginaciones d’estrañas maneras; los tendales* eran sin por qué rencores.

rutmán: ¿rumián? Famagosta, Anchilinas: Ciudades de Chipre. Desde 1372 Chipre estaba en poder de los genoveses. Marines: Benimerines, reyes de Marruecos.

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Deque miré con grant fermosura, e vi el arco tan amoroso, díxele manso e muy omildoso: «Válame, Señora, la vuestra mesura». Respúsome: «Poca fue vuestra cordura de entrar aquí en esta floresta sin mi mandado, si caro no os cuesta; tornatvos, sandío, a vuestra locura». Díxele: «Señora, non me baldonedes*, pues l’amor vuestra me fizo entrar, e si me matades por vos yo amar, al qui vos desama, ¿qué mal le faredes?» Repuso airada: «Vos no me fabledes, car mucho m’esplugo* de vos seer amada; antes me tengo por injuriada: o ferido o preso no vos escaparedes». Embraçó el arco muy maestrada, e tendió la flecha fasta el fierro, e sin fazer nengún otro yerro, firióme sin duelo la despiadada; e la flecha era tan enfeccionada* con yerva d’amor, que luego mortal caí en el prado, e la desleal sacó la sayeta en sangre moxada. Con sus manos blancas tomó la cintura que cinta traía la dueña cruel, labrada de oro e de laurel, de gesmín, flores e fresca verdura, e toméla al cuello por la spesura; levóme así por la grant floresta leda e cantando su voz muy onesta, yo iva ferido rencurando* ventura. Díxele: «Señora, pues que me tenedes a tuerto preso, de muerte ferido, no me matedes, por mercé vos pido avet mercé e no me penedes».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Respúsome: «Çierto, vos no morredes, mas con mí seredes preso en cadena, en cruel amor e en grant pena, e sin esperança siempre bivredes».

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Respúsele: «Señora, lo peyor que veo que me conviene morir en presión por vos, más cruda de corazón de todas las dueñas, segunt lo que leo. De saber vuestro nombre he muy grant deseo». «Yo he tres letras del mar, con las dos del día116, aquí es mi nombre, más no os lo diría, sepades, agora, car sería feo». Luego en un punto vi los roseñores combatir las alas e llamar vengança de aquella que fizo tal sinpiedança; cató con sus ojos el arco d’amores, luego en un punto vi rosas e flores todas secarse, e vi los laureles derribar las flores e fojas; como las fieles, de las aguas fueron tornadas las dolçores117.

María. Para las imágenes de la copla final, cf. [ID1937] 11CG-70 (36v-37r): Coplas de Fernán Pérez de Guzmán a la muerte de Alonso de Cartagena copla 6: «[La muerte] En una escura mañana / secaste todo el vergel, / tornando en amarga fiel / el dulçor de la fontana».

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§9. García Ferrández de Gerena (1360-¿1410?).

García Ferrández de Gerena fue contemporáneo de Alfonso Álvarez de Villasandino. De vida muy agitada, se enamoró de una juglaresa mora, que creía tenía mucho dinero. El Rey le permitió casarse con ella, pero resultó que era pobre, y en 1385 se quejaba amargamente de su desengaño. Se retiró a una ermita cerca de Gerena (Jaén), pero poco después decidió ir a Jerusalén con su mujer. En 1388 emprendió el viaje, deteniéndose algún tiempo en Málaga. Después pasó a Granada donde renegó, sedujo a su cuñada, y después de trece años, volvió a Castilla en 1401, cargado de hijos y sin haber salido de la pobreza. Alfonso Álvarez de Villasandino [ID1247] le condenó «quando se tornó moro... segunt que dize o vello Almirante», el Almirante Diego Hurtado de Mendoza (1364-1404). Fernán Manuel de Lando le dirigió un poema irónico, año 1401: [ID1412], PN1-279 (91v) (4x8), Esta pregunta fizo e ordenó el dicho Ferrant Manuel de Lando contra Garci Ferrández de Gerena por quanto era christiano e se fue a tornar moro a Granada e después que moro se pasó a tierra de christianos con sus fijos e se tornó christiano. Sus poemas están en gallego y castellano. Lo menciona Santillana en su Prohemio e carta.

1. Aquí se comiençan las cantigas e dezires que fizo e ordenó en su tiempo Garci Ferrández de Gerena el qual por sus peccados e grand desaventura enamoróse de una juglara que avía sido mora, pensando que ella tenía mucho tesoro e otrosí porque era muger vistosa, pedióla por muger al rey e diógela, pero después falló que non tenía nada. Esta cántica fizo el dicho Garci Ferrández quexándose de la privança que perdió del rey, e por el engaño del casamiento de su muger118. [ID1678] Por leal servir cuitado eu siempre serviré, soy conquisto a salvafé 118

Copia: PN1-555 (186r) (4x8).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López e a la morte condenado de cuydado. Ja me non convén partir pois que non poso encobrir miñas coytas, mal peccado. Por ende non ossaría miña coyta a dezir, que ella ha tan grand poder que me lo defendería. Grand follía me será certo sin par en cuydar contra cuydar por grand mal de mí sería. Do cuydéy enrriquintar* fui cativo empobrecer, bivo e desejo morrer, inda* non oso falar [en] el pensar en trocar poisque non posso por en119 miña grand coyta olbidar. El muy Alto sin porqué mostróme por sí contenda, atal hey miña bivenda* que non sey dizer cál hé, ca pensé en trocar como leal, atendendo por ben mal miñas cuitas non diré.

poisque non posso por en: ‘puesto que no puedo por eso’.

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2. Esta cantiga fizo el dicho Garci Ferrández después de la batalla de Aljubarrota por la entención de aquel su feo e mal casamiento120. [ID1183].

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Por una floresta estraña, yendo triste muy pensoso, oí un grito pavoroso boz aguda con grand saña. «Montaña — iva esta boz diziendo — ora a Deus te encomiendo que non curo más de España». De la boz fui espantado e miré con grand pavor, e vi que era el Amor que se chamava cuytado, de grado o seu grand planto fazía, segund entendí dezía: «Alto prez veo abaxado». Desque vi que se quexava, por saber de su querella, pregunté a una donzella que por la floresta andava. Falava a donzella sin plazer: «Plázeme de vos dezer por qué Amor tan triste estava. Amigo, saber devedes que Amor vive en manzela, e se va ja de Castela

Este poema lleva la desfecha [ID1679] PN1-557 (4x6). El poema se compuso en gallego, pero está castellanizado. PN1-40 (18) da este poema, sin la desfecha, como de Villasandino: Esta cantiga fizo el dicho Alfonso Álvarez por amor e loores de una señora que dezía quexándose al Amor de su amiga, pero por este título vago parece más probable la autoría de Gerena. Año 1385. Copia: PN1-556 (186r-v> (4x8).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López e nunca más non lo veredes, ni sabredes ónde faze a su morada, por una que foi loada de quen ja porfazaredes».

2a. Esta cantiga fizo el dicho Garci Ferrández por manera de desfecha de la otra.

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De la montaña montaña, de la montaña partía, o Amor e su compaña maldiziendo todavía a bondad e cortesía de la montaña partía. De la montaña espaciosa al partir de aquesta gente, una que chamavan Rosa maldeziendo de talente*; tal nombrar non osaría, de la montaña partía. Vi fazer esquivo planto e guayas* muy dolorosas, con dollor fillar* quebranto a las donzellas cuytosas; dizendo: «¡Qué negro día!» de la montaña partía. Dolorosas bozes davan las que de aquí partían; unas donzellas choravan, otras grand planto fazían, chamando: ¡Qué negra vía!» de la montaña partía.

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3. Esta cantiga fizo el dicho Garci Ferrández contemplando el quexo de su casamiento con un ruyseñor por figuras e de como el ruyseñor le respondía por la manera que aquí oiréys121. [ID1680]

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Ruyseñor, véote quexoso, ruégote por cortesía que me digas todavía por qué sufres este enojo. D’un cantar muy saboroso que tu solías dizer, ora fueste fallecer* do cumplía ser brioso. «Yo non devo ser culpado, señor, por esta razón, siempre fue miña entención de servir Amor de grado. ¡Aylas! ¿Qué faré, cuitado, pois non poso aquí biver? Más me valdría morrer que vevir mal desonrrado». Ruiseñor, vos non seredes por aquesto muy cortés, en vos partir d’esta ves de donde bevir soledes, mayormente que avedes húspedes enamorados, que quieren ser enseñados de vos que de amor sabedes.

La cita Sancho Alfonso de Montoro en [ID2519], SA7-130 (62r-v) «Ay cuytado agora siento». Copia: PN1-558 (186v) (4x8).

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4. Esta cantiga fizo el dicho Garci Ferrández despediéndose del mundo e púsose beato en una hermita cabo Gerena122. [ID1683] Quien por Dios se empobrece en este mundo que vive, e después lo leal sirve enrriquece. 5

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Enrriquece de riqueza qu’es para siempre durable muy infinita estable e muy quita d’escureza, el Señor de la grandeza e muy grand perdonador, que a ningund su servidor non fallece. Non fallece ningund día qu’es firme sin mudamiento, quien le da egualamiento* ¡ay amigos! faz follía, qu’el Señor de la grandía nunca ovo par nin avrá, e quien lo contra dirá ensandece. Ensandece e es muy loco quien de tal locura enfinge*, mal se viste, mal se cinge*, e muere de poco en poco; yo, amigos, non lo troco por otro santo nin santa, pues que todo’l mundo ‘spanta su grandeza.

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5. Esta cantiga fizo e ordenó el dicho Garci Ferrández de Gerena con grand quebranto e amargura de su coraçón por quanto después que partió de Málaga, se fue a Granada con su muger e con sus fijos, e se tornó moro e renegó la fe de Jhesu Christo e dix’ mucho mal d’ella. Estando en Granada enamoróse de una hermana de su muger e seguióla tanto que la ovo e usó con ella e fizo entonce esta cantiga que se sigue123. [ID1687] Convenme biver triste muy penado, pues desamparado bivo todavía. 5

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Por bien que serví a una flor d’altura, la muerte desí veo sin mesura; por en digo assí: «Pues non he ventura, quiero ir morrer atan alongado de la que, cuitado, merced atendía». Si de tu verdad a morte membrares, farás grand bondad sinon me matares. Ave piadad, non me desampares, pues en tu poder bivo encarcelado, e si he buen donado esta señora mía. El mi coraçón muy graves cuydados ha toda sazón124

Copia: PN1-565 (188r-v) (4, 3x10). ha toda sazón: ‘tiene siempre’.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López que por ti son dados, por esta razón los enamorados non me querrán ver por el mi pecado, pues Amor de grado dame alegría.

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§10. El Almirante Alfonso Enríquez (1354-1429)

Alfonso Enríquez, hijo ilegítimo de Fadrique, Maestre de Santiago, que a su vez era hijo de Alfonso XI, nació en 1354. De joven cultivó la poesía al estilo galaicoprovenzal. Fue un personaje influyente en la corte y llegó a tratar personalmente a cinco monarcas. Ocupó importantes cargos políticos, entre ellos el de Adelantado Mayor de León, y el de Almirante de Castilla desde 1404. Contrajo matrimonio con doña Juana de Mendoza, y su nieta, Juana Enríquez nacida en 1425, se casó con el rey don Juan de Navarra en 1447. De esta unión nació Fernando V el Católico. Alfonso Enríquez murió en 1429. Fernán Pérez de Guzmán lo describe así: «Fue onbre de mediana altura, blanco, roxo, espeso en el cuerpo, la razón breve e corta, pero discreta e atentada, asaz graçioso en su dizir. Turbávase muy a menudo con saña e era muy arrebatado con ella; de grande esfuerço, de buen acogimiento a los buenos... Tenía honrada casa, ponía muy buena mesa, entendía más que dizía»125. Fadrique Enríquez, su hijo, le sucedió en el almirantazgo.

1. Razonamiento que fizo don Alfonso Enríquez fablando con sí mesmo126. [ID0001] Por la muy áspera vía de passiones caminando, en un vergel reposando 125 126

Generaciones y semblanzas, pp. 14-15. El estilo alegórico del vergel y el diálogo sobre el amor son otra muestra de la influencia francesa. Este Razonamiento fue suficientemente conocido para ser recordado por un poeta portugués hacia 1500 en [ID5357] 16RE-147 (41v-42r) (15x8) Duarte de Brito partindo de Santarem, que empieza: «Ho campos de Santarem / lembranças tristes de mim ...» y contiene los versos: «Polas muy ásperas vías / de tirtezas caminhando». Copias: SA7-154 (72v-77r) (214 vv.), LB2-108 (140r-144v) (212 vv.), ME1-40 (73r-76r) (220vv.), PN4-1 (21r-25r) (212vv.), PN8-1 (1r) (212 vv.), MN54-20 (36v-40r) (194 vv.), RC1-20 (37r-41r) (195 vv.). PN4 y PN8 atribuyen la obra, al parecer por error, a cierto Alfonso Rodríguez. En MN54 y RC1 lleva el título de El vergel de pensamiento, sin autor, y sin la canción que sigue, [ID0002].

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López me fallé estar un día. En el qual a la una parte en una piedra muy dura, escrita por sotil arte vi la siguiente escritura: «El vergel de pensamiento es este vergel llamado, el qual fue edificado para quien ama sin tiento*. Sus árboles son porfía e las flores esperança, el fruto gran alegría, el ortelano es andança». La escritura bien leída, entendí a la sazón en el vergel por razón merecer aver cabida; e con tal atrevimiento, sin del vergel salir fuera, fize un razonamiento que dize en esta manera: «¡O mal sabio sin cordura, causa de tu perdición! Dime de tu discreción o de tu desaventura, ¿quién te forçó la locura a los peligros presentes? e dime ¿quién te asegura de no ser más los vinientes? Non cosa de los bivientes, si non sola una muger». «La qual demuestras tener mucho más cara que a ti». «Pues es razón ser así». «Sí, Dios sane tu dolor». «Certas* no que todo amor

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de sí deve proceder». «Pues tú así deves fazer». «E aun yo así lo fago».

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«¡No fazes por Santiago! que si así lo fizieses dúdome que te metieses a peligros tan continos, los quales te son vezinos a fazer perder la vida». «¿E cómo será perdida? Non será yo te lo juro». «¿E quién te faze seguro?»

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«La esperança que espero en sólo Dios verdadero, que sabe mi voluntat ser sin ninguna maldat a la que soy servidor». «Sí, pero Nuestro Señor no ayuda a desesperados, mas a los que son fundados sobre razón e derecho». «Pues ¿cómo sería bien fecho desamar yo a mi señora, lo qual nunca fasta agora pensé nin pensar podría? Nunca jamás creería que tal cosa fer pudiese». «Sí podrías, si te ploguiese como ya otros amaron, los quales porque fallaron en sus damas crueldat mudaron de voluntat».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López «Sí, mas yo nunca podría sin amar bevir un día».

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«Non te digo que desames, antes te digo que ames, mas en tal lugar e parte que puedas acabalarte*; e reniega del oficio que trae tras buen servicio mal e daño por salario. Que del bocado contrario lo más sano e provechoso, puesto que sea sabroso, es solamente non lo ver. E pues es en tu poder fer de tus males agenos, escoge del mal lo menos e ama un’ otra donzella para olvidar aquella por quien en punto te veo de te morir con deseo». «E ¿cómo puedes pensar que amar e desamar pueda quando se pagare ninguno que bien amare? E pongamos que así fuese el que mal dezir quisiese ¿piensas si fallaríe qué? Creo que sí fallarié. Dezirme ía mal amante baratero* non costante según ya d’otros dixieron». «¡O Dios!, quántos se perdieron emprendiendo cosas tales, quales no son comunales, la qual fama más non dura de quanto quiere ventura».

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La poesía cancioneril. Antología «Pues veamos, ¿qué faré?» «Que la dexes, a la fe». 110

«¿Qué valdrá luego mi vida?» «Como la de quien olvida cosas que le son dañosas por las que son provechosas».

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«A la fe ¡non faré tal! Guárdeseme Dios de mal de fazer tan grant error». «Quiçá te verná peor». «¿Qué peor puede venir?». «Podrás muy presto morir».

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«E a mí ¿quien me matará?». «Sí que eso fallecerá, ¿Piensas si tiene parientes?».

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«Sí, ¿mas merescen las gentes por bien amar ni servir muerte ni mal recebir?» «Esso cierto es que non, mas diz que tras el cantón se fazen las cantonadas. E non saben a vegadas escusarse el pro presente por el peligro siguiente». «No que yo me guardaré que nunca lo fablaré sino con sola su ama que más que a sí la ama».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López «¿E podríase seguir su ama te descobrir?» «No, que yo la venceré con dádivas que le daré».

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«Hora bien dexemos esso, fagamos otro processo. E que la ayas cobrado ¿qué piensas aver ganado?» «Dándome Dios tanto bien cobraría yo a quien amo mucho más que a mí e me ama más que a sí». «¡O hombre desaventurado! cómo bives engañado si piensas tan solamente que de ti le viene emiente* siendo tanto tiempo estado que la non as visitado. Nin piense biva persona aver en el mundo dona que quando mejor amare, si absencia la provare, por nuevo competidor no troque viejo amador». «A la fe es grant falsedat que mi dama por verdat no faría cosa tan fea». «E ¿piensas que ella no sea sino de ti requerida, nin si tan desfavorida por ventura se fallase, piensas que lo comportase*? Non pienses ser tal si quieres la condición de mugeres que no son d’essa manera».

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«Luego dona baratera sería la señora mía. A la fe es muy gran falsía, antes del universal mundo es una especial en gracia e condiciones, es fermosa de faiçones e muy buena de bondat». «Pongo que sea verdat esso e más si dixiesses, verná te bien si muriesses por ella con todo esto». «Ni me sería desonesto que no seré yo señero el primero ni postrero d’este nombre amadores que padesció por amores». «Si fueron locos aquéllos ¿quiéreslo tú ser con ellos?»

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«Si no son locos llamados antes bienaventurados». «Contra negantes verdat porfiar es necedat. No quiero más enojarte, mas dígote que d’esta arte* los que más leal servieron más mal galardón ovieron e los traydores provados son los bienaventurados». De razón casi sobrado, non pero nada menguado de mi buena voluntad vide la gran deidat Palas, Venus e Cupido demostrar aver oído

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López todo quanto razonara; e con demudada cara, ambas rodillas en tierra, les pedí como quien yerra perdón con gran reverencia, e la muy gran excelencia de las dos me perdonó. El tercero127 dixo: «No passarás sin penitencia».

2. Canción del mesmo Alfonso Enríquez que demanda perdón al tercero dios de amores128. [ID0002] Tú, mi señora, desí los leales amadores, por mercet rogat por mí al tercero dios de amores. 5

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Tú, mi señora, porque desde el día que te vi siempre jamás te serví lealmente por mi fe; amadores otrosí, vos que sentís mis dolores,

el tercero: Cupido. Se relaciona claramente con el Razonamiento - Vergel del pensamiento, al que sirve de desfecha. El «tercero dios de amores» es Eros-Cupido. Los poetas, siguiendo la tradición patrística de los tres amores (ágape -espíritu: celestial-; philos -mente: natural-, y eros -cuerpo: carnal), identificaron el amor cortés con este eros, el tercer dios de amor. Hacia 1270 Guiraut Riquier compuso un comentario para Alfonso X el Sabio sobre la Cansò del menor ters d’amor de Guiraut de Calansò (Die Werke der Troubadours ... vierter Band, ed. de C.A.F. Mahn, Belin-París, 1853, pp. 213-214), donde explica: «L’entedemen per ver / d’estas III partz d’amor / que per lo trobador / Guiraut de Calansò / que dictet la chansò, / foron terses nomnadas / vos dirai, car uzadas / son en non igualmen / al mieu entendemen: / l’un’es celestials, / e l’autra naturals, / l’autra carnals, so’m par (vv. 110-121) La celestial es / amar Dieu e servir... (vv. 124-125) El l’amor naturals / es may amar el mun / homes, segon que son, / que autras creaturas... (vv. 136-139) Et es l’amor carnal / aquela veramens / c’omes e femnas vens / e tol sen e saber / a totz... (vv. 156-160)». El Almirante sigue claramente la misma tradición que reaparece en [ID0025] de Fernán Múgica (vv. 77-104). Copias: LB2-109 (144v-145r) (4, 2x8), ME1-41 (76v); en PN4-2 (25r-v) y PN8-2 (5v-6r) falta la primera octava.

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por mercet rogat por mí al tercero dios de amores.

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Que nunca cativo yo jamás te fize maldat, sino buscar libertat que su mercet me robó. Si en esto le deserví, tú, mi señora e señores, por mercet rogat por mí al tercero dios de amores.

3. Alfonso Enríquez129. [ID0021] Dizen que fago follía, mi señora, en vos servir, dévenmelo consentir pues la peor parte es la mía. 5

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Bien veo que es locura amar e non ser amado, mas según Dios e ventura nasce todo ombre fadado*. Si de mí es ordenado que vos sirva por tal vía al menos puedo dezir: «Sirvo gentil señoría».

Desfeita. A quien plaz’ que vos sirva seré, señora, obligado a los otros dó mal grado. 129

Otra vez tenemos el tema de la locura y el destino triste del amante en una canción con su desfecha. Copias: BA1-33 (anónimo), MN54-30 (62r), PN4-16 (39v), PN8-16 (24r), PN12-11 (12v13r), RC1-30 (62r-v) atribuído a Diego Enríquez, y SA7-89 (34v) con el título «Alfonso Enríquez». Puesto que esta es la única obra de un Diego Enríquez, provisionalmente aceptamos la atribución de SA7, donde le sigue una desfecha, [ID2483], que damos a continuación, y que ofrece otro caso del empleo del refranero en la lírica.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Quiero ver quién causaría mal dezir o bien servir, mal dezir sabrá dezir, bien servir porfiaría. Siempre se me membrará este exemplo quanto viva: Porfía mata venado que non montero cansado.

4. La crida de Alfonso Enríquez130. [ID2662]

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Esta es la justicia qu’el Amor manda fazer: manda que muera Soñer e publicar su malicia. Esta es la justicia. La muerte que le manda dar es en aquesta manera: dize la crida primera: «El Amor manda matar, cortarlo e arrastrar a Soñer, falso amador, como quien a su señor faze guerra con malicia. Esta es la justicia». La otra segunda crida en esta manera dize: «Toda persona s’avise que Soñer pierde la vida. Por su maldat conoscida le manda sacar la lengua .................. -engua131

El poeta imagina a cierto Soñer paseado por las calles por orden del Amor por haber sido mal amador. Copia: SA7-297 (141v-142r). Falta un verso.

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en castigo de malicia. Esta es la justicia».

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La tercera e final dize: «Qualquiera persona, ansí hombre como dona, que dixiere que fue mal, pierda todo el caudal avido d’amor e caya en pena d’aquel qui ensaya contra su señor malicia. Esta es la justicia».

5. Testamento de don Alfonso Enríquez132. [ID0135].

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En nombre del dios de amor público e notorio sea, como tan claro se vea el mundo fallescedor*, que sin fuerça e sin reqüesta con todo mi sentimiento, ordeno mi testamento del qual la tenor* es ésta:

El Testamento de amores es un género que tuvo bastante éxito en España: [ID0189] de Diego de León, [ID1114] de Diego López de Haro, [ID4456] de Juan del Encina, [ID4756] de Pedro Manuel de Urrea. Hay que recordar que el Arcediano de Toro tiene un testamento medio jocoso en gallego: Este testamento fizo e ordenó el dicho Arçidiano de Toro ante que finase [ID1442]. Sería interesante averiguar la identidad del arzobispo de Lisboa (v. 24). Asimismo los nombres de Mariguillén (v. 58) y doña Beatriz (v. 77) pueden ayudar a fechar el poema con precisión. Doña Teresa (v. 42) vestida como francesa parece ser la misma del poema «Por una floresta escura» [ID1184] de Villasandino. En cuanto a la señora de Vadillo, Francisca Vendrell (El cancionero de Palacio, Barcelona, 1945, p. 25n.) supone que sería la esposa de algún familiar de Diego Fernández de Vadillo, cortesano de Fernando I de Aragón. La mención de «mis tíos ambos a dos» (v. 98) es otra clave posible. La composición de este poema podría datarse entre 1390 y 1405. El Almirante murió en 1429, a los 75 años. El tema del Testamento de amores parece derivar de modelos franceses (véase Le Gentil, La poésie lyrique..., I, pp. 203n. y 455n.). Para este poema véase Vicenç Beltrán, «El Testamento de Alfonso Enríquez», Convergences médiévales. Épopée, lyrique, roman. Mélanges offerts à Madeleine Tyssens, ed. de N. Henrard et al., Bruselas, De Boeck Université, 2001, pp. 63-76. Copias: MN54-46 (79r-81r), PN8-40 sin título (83v-85v), PN12-68 (184r-186r) y SA7-311 (147v-149v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Do a Amor primeramente mi alma que faga d’ella blanca, negra, fea o bella como le será plaziente; quanto bien fiz’ fasta agora e faré quanto viviere, si lo rescebir quisiere, dole todo a mi señora. Dole más quanto durare vivo el mi cuerpo todo que faga d’él a su modo como se más contentare; e yo, muerta mi persona, le dexo procurador al muy honrado señor Arçobispo de Lisbona; al qual en gran merced pido con voluntad afincada, averla recomendada por quanto lo he servido; e sea mi testamentario* e faga, o mande fazer, que sin nada fallescer que se cumpla mi inventario.

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Ordeno mi monumento* ser en esta guisa obrado, el qual fecho e acabado según mi ordenamiento, si otro tal se fallare mándome luego quemar, fazer polvo e aventar quando más cierço ventare.

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Sea de la sepultura la noble doña Teresa, vestida como francesa, la somera cobertura, un laúd bien encordado,

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La poesía cancioneril. Antología desligados sus cabellos, por endecha Los trebellos133 cantando bien acordado.

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Porque sea más apuesta, sea la diestra pared Elvira por su merced cantando la canción esta: «Poderoso amor loado de ti aya perdonança pues veo que fiz errança en te ser desmesurado»134. La otra parte será la diestra Mariguillén, por la qual creo también que se ennoblescerá el monumento gran cosa, en son de planto cantando: «Ay señora fasta quando»135 la faz un poco llorosa. Sea a la cabezera Clara la muy especial con gesto muy cordial cantando en esta manera: «Amor cruel e brioso mal aya la tu alteza pues non fazes igualeza seyendo tan poderoso»136. Sea la fija del alma Leonor, toda vestida de negro, muy dolorida, a los pies, como quien llama

Es muy probable que esta endecha sea el poema de Macías [ID1437]. Canción anónima también citada por Juan de Dueñas en [ID2641]. Canción anónima citada también por Torquemada en [ID2508]. Cantiga de Macías [ID0128].

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López doña Beatriz señora deziendo: «Venid, veréis al que tan gran bien queréis ved en qué posada mora»137. Del sepulcro tan honrado quiero que sea luzillo* la señora de Vadillo cantando muy mesurado: «Todas passa en fermosura la que deixo ende mal a[deus], adeus Portugal partirme será cordura»138. Entiérrenme muy apriessa, embuelto en un cendal doble, en la posada muy noble de la señora condesa a los pies de su altar; si por ello algo quisiere denle quanto yo toviere fasta nada no quedar. Si lo mío no bastare mis tíos ambos a dos fasta lo pedir por Dios, denle quanto demandare.

Canción anónima [ID0139]. Cantiga gallego-portuguesa anónima sólo citada aquí.

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§10a y b. Zapata y Villalobos (siglos XIV-XV)

Los manuscritos PN4, PN8 y PN12 de París derivan de la biblioteca de Alfonso V en Nápoles, y son copias posteriores de hacia 1470-1480 de un núcleo primitivo que data de aproximadamente 1435 con obras básicas de la época de transición; como el Razonamiento de Alfonso Enríquez, y obras primerizas de Lope de Estúñiga, Juan Rodríguez del Padrón, Santillana, etc. Precisamente estos poetas fueron omitidos por Baena en PN1. Este núcleo entró en la formación del grupo napolitano (MN54, Estúñiga, RC1 Roma y VM1 Venecia). Incluye a dos poetas de otra manera totalmente desconocidos, pero con poemas de gran interés, Zapata y Villalobos.

§10a. Zapata Sólo conocemos su apellido. Había un Rodrigo Zapata, copero de Enrique III, y en 1406 se menciona a un Diego Rodríguez Zapata.

1. Sin título139. [ID0019]

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Donzella cuya beldad es digna de mucha fama, non yerra quien más vos ama. Quien más vos ama non yerra de quantos vos soes amada, donzella d’estraña tierra en ésta bien empleada;

Esta poesía de Zapata parece hacer referencia a Angelina de Grecia, la «donzella d’estraña tierra», la esclava regalada por Tamorlán a Enrique III en 1403. Copias: PN4-14 (38r-v), PN8-14 (22r), PN12-9 (10v-11r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López non usa de voluntad el que más vuestro se llama, non yerra quien más vos ama.

2. Sin título140. [ID0193] Pues que fuestes la primera de quien yo me encativé, desde aquí vos do mi fe que seréis la postrimera. 5

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Señora, vuestra beldat me fizo ser amador, e me puso voluntad de ser vuestro servidor; por lo qual fasta que muera pues que a vos primero amé, desde aquí vos do mi fe que seréis la postrimera. Quien quisiese ál buscar de mejor non fallaría, el trabajo de cercar cierto es que perdería, e pues tal es mi manera de tener donde travé141, desde aquí vos do mi fe que seréis la postrimera.

Copias: MN54-47 (81r), PN12-70 (191v), RC1-44 (77v-78r). Los cuatro versos iniciales de estas coplas de Zapata se dan sin título en PN1-470bis (156r). En este verso hay un juego de palabras sobre un refrán muy citado por los poetas de esta época: «Can con rabia, de su señor traba». Aparece en Macías en el poema «Cativo de miña tristura» (v. 35) (1.1), y en el de Juan Rodríguez del Padrón, «¡Ham ham! ¡Huid que ravio!» (22.5).

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La poesía cancioneril. Antología 3. Sin título142. [ID0004] Quanto más pienso cuitado en las cosas que desseo, todo siempre yo me veo d’ellas muy más apartado. 5

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Apartado sin por qué me veo de quien cobdicio, no por mengua de servicio, esto bien lo juraré; mas fázelo mi pecado que las cosas que desseo, todo siempre yo me veo d’ellas muy más apartado.

4. Sin título143. [ID0126] Quien me querrá, sepa que só de oy más señor de mí144. ¡O cativo! ¿Por qué me di a quien non me conosció? 5

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Ca si bien me conociera, lo que fuera non lo sé, mas feziera en buena fe de mí quanto le pluguiera; quien serviendo se perdió bien podrá dezir de sí: ¡O cativo! ¿Por qué me di a quien non me conosció?

Copia: MN54-26 (61r), PN4-4 (27r), PN8-4 (8r), RC1-26 (61r-v) y VM-17 (39r). Copias: PN8-20 (26v-27r), PN12-15 (15v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López §10b. Villalobos (siglos XIV-XV)

Tampoco tenemos datos sobre Villalobos.

1. Sin título145. [ID0024]. Quantos aman atendiendo les plega saber de mí: mientra menos atendí más en el fuego me enciendo. 5

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Ca todos los amadores aman esperando aver aquella gloria de amores por que yo me veo a perder; e jamás non entiendo solamente ser amado, biviendo desesperado más en el fuego me enciendo.

2. Sin título146. [ID0195] Pues me fallesció ventura en el tiempo de plazer, ya no espero aver folgura mas por siempre entristecer.

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Aquí el adverbio «más» tiene un significado negativo, es decir ‘no más’. Los versos 1-4 son idénticos a los versos 180-183 de Los siete gozos de amor de Juan Rodríguez del Padrón, [ID0024]. Copias: PN4-19 (40v), PN12-17 (16v), MN54-12 (22v), RC1-12 (23r) y VM1-12 (20v). En todos es atribuído a Villalobos. Nos encontramos aquí con el tema de la hipérbole sagrada, pues Villalobos emplea las palabras en arameo pronunciadas por Jesucristo en la cruz: «Eli, Eli, lamma sabacthani? hoc est: Deus meus, Deus meus, ut quid dereliquisti me?»; Mateo, 27, 46. Este poema fue citado por Santillana en su Querella de amor, [ID0127], y por Sancho Alfonso de Montoro en [ID2519]. Por estas citas concluímos que el poema es algo anterior a 1440. Copias: PN12-73 (193r), MN54-48 (82v), RC1-47 (79r-v) y VM1-14 (24v). También se encuentra en SA7-247 (105r-v) en una versión algo corrompida y atribuída a Macías.

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Tormentado con tristura llamaré ora por mí: «Deus meus, helí, helí, ¿e lama zabataní?». Quien mis cuitas entendiesse e mi pesar e quebranto, e de mí se adoleciesse faría comigo llanto; quanto más si bien supiesse tanto bien como perdí, «Deus meus, helí, helí, ¿e lama zabataní?».

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§11. Ruy González de Clavijo (¿1370?-1412) y su esposa

Los dos poemas que siguen datan del año 1403, cuando el Rey Enrique III (1390-1406) mandó una embajada a Tamorlán, emperador tártaro (1358-1405), encabezada por su Camarero, Ruy González de Clavijo. Véase la edición de Francisco López Estrada de la Embajada a Tamorlán de Ruy González de Clavijo, (Madrid, Castalia, 1999). Las poesías fueron publicadas por Alfred Morel-Fatio en Revista de Archivos, VI (1873) pp. 290-294.

1. Dezir de otro mensagero que el dicho Rey don Enrique embió otra vez al dicho Taborlán147. [ID4611]

¡Ay mar brava esquiva*, de ti doy querella, fázes[me] que viva con tan grant mansela*! 5

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Tenía meus amores que avía conoscido gentil más que flores, onrrado marido, por servir señores

Este poema presenta la particularidad de ser la lamentación de la esposa, Mayor Arias, cuyo marido tiene que irse a alta mar, a pesar del título que la atribuye al marido. Utiliza una forma estrófica bien conocida: el zéjel o estribote, donde el último verso de cada estrofa tiene la rima del estribillo. Se ve que el poema se concibió en castellano, y que emplea como estribillo un cantar gallego que veremos resurgir en un poema de Lope de Estúñiga [ID0347], completamente castellanizado. Copia: PN2-1 (73r-74r) (4, 13x8, 4). El manuscrito presenta cada estrofa en cuatro versos largos, que dividimos.

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en ti es metido dime ¿dónde es ido, dó volvió la vela? El mi amor querido en el mi coraçón de mi bien servido con grand devoción, de aquí es partido non sé para dó, non sé tu traición si rompió la tela. En su casa estava rico e asosegado, certas non pensava de en ti ser enojado, el Rey que lo amava embióle mandado que el tenía ordenado en la mar carrera*. Para ir mensajero al Rey Tavorlán, que el daría dinero e un trujamán*, diolo marineros e viscocho pan, por siempre lo avrán por noble en Castilla. Vendaval fazía aquesa mañana, levava por vía a la trasmontana, derecho sería de ser en Triana, si tú ovieras gana ya fuera en Sevilla.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Dueña muy onrrada, yo te aseguro, asme valdonado de nada non curo, mas esta vegada por buena fe juro que verná seguro por ti que eres vela. Diote Dios poder que al que tú quieres algún bien fazer, guíasle e non le fieres; quiero e prometo si tú esto fizieres doquier que estudieres de servir tu estrella. Bivo en oraciones, éste es mi meneo, non vistré colores nin aún cuantrapeo* fasta mis amores vengan que deseo, por ti segund creo non dará de espuela. Non abré alegrança nin podré reír, vivré en tristança, iglesias servir, por esta ordenança avré de vevir fasta d’él oír si es en Tudela. Si en la tu noticia él era ya entrado nol’ tomes cudicia, perdi d’él cuydado,

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La poesía cancioneril. Antología nol’ fagas malicia nin sea atormentado, dale tal guisado* que venga a esta villa. 85

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Ave d’él piedat que es de pocos días, en su mocedat corre tantas vías, Rey de Trinidat con las tres Marías le darán por guía al ángel que vuela. Creo en Dios del Çielo, en Santa María, en Santo Evangelio que non mentiría, bendición de abuelo que lo trairía, a ver a María que dexó pequena. Yo fago promesa en vossos altares que si por mi puerta veo a Ruy Gonzales de sacar de pena dos almas mortales, de vestir dos fraires de fina varneta*. ¡Ay mar brava esquiva de ti do querella, fazes me que viva con tan grant mansela!

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2. Dezir d’este mensagero148. [ID4612]

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Pois me voy sin falimento* onde Deus tover por ben, dé vos Deus consolamiento que todo el mundo mantén. Señora de prez loada do meu cor faze morada, me lexo en voso poder con que falledes plazer. Deus vos teña en su encomenda por que seiades guardada de todo mal sin contienda, de alegría acompanada, de lealtad bien guardada, por que en toda vosa vida amedes muy puramente a mí que soy voso serviente. Que por dondequier que for’ voso seré sin dudança, membrando don de gentil flor de vosa gentil semblança, por la qual mi coraçón sufrirá tribulación fasta que seia tornado ver voso viso adonado. Meus amigos toda ora, quantos me queredes ben, confortad a mi señora que non cure de otra ren si non de lexar tristura e vevir en grand folgura que el que ben atende aver non deve quexoso ser.

El poema es la respuesta en gallego del marido, Ruy González de Clavijo, en cinco octavas. Copia: PN2-2 (74r-v).

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Que non faré demudança d’ella en ninguna guisa, que por firme lealtança amor me dio por devisa, por lo qual a Deus plazendo escriví así dizendo que el que bien está e se muda non faz’ como rex* sesuda.

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§12. El duque de Arjona (¿1370? - 1430)

Fadrique Enríquez, Conde de Trastámara, primo de Juan I y marido de Aldonza, hermana de Santillana, fue hijo de Pedro, Conde de Trastámara y de doña Isabel de Castro. En 1423 se hizo Duque de Arjona. Encarcelado en Peñafiel por Juan II en 1429, murió en 1430. En su Prohemio e carta Santillana menciona como poetas de su casa a Juan de Gayoso, Alfonso de Moraña y Fernán Rodríguez Portocarrero149. Entre 1410 y 1423, Baena y Fernán Manuel de Lando le hacen juez, con Álvaro de Luna, en un debate poético: Petición que fizo e ordenó el dicho Joan Alfonso para el conde don Fadrique e Álvaro de Luna [ID1483]. En la copla tercera, Baena dice: «Señores, sostiene quistión e renzilla / el muy sabio grande de Villasandino, / también el fidalgo, poeta muy dino, / Ferrand Manuel, gentil de Sevilla, / comigo Baena, persona chiquilla. / Por ende vos nobles, graciosos, corteses / seredes los juezes d’aquestos pleyteses, / oyendo sus metros en esta grant villa». El Duque tenía cierta fama. En 1468 (ID2993) Juan Barba responde a la Sepultura de amor de Guevara (31.2) y dice: «los Duques de Arjona, después Benavente, / con otros condes de los nuestros días / delante d’aquéstos estava Macías / en fama de amar el más evidente». En su respuesta, Guevara [ID2095] moteja a Barba de chapado a la antigua y le acusa de tener «amor de cantar al temple / ‘de vos el Duque de Arjona’». Se trata de un romance «En Arjona estaba el duque...», Cancionero de romances (1550), p. 317. También lo asocia con Macías - véase la cita p.8, sección 5. Sus poemas son básicamente zéjeles (1, 2, 5). La glosa de una chanson francesa (núm. 6) es particularmente significativa.

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«Al muy magnífico Duque don Fadrique, mi señor e mi hermano, plugo mucho esta sçiençia, e fizo asaz gentiles cançiones e dezires; e tenía en su casa grandes trobadores, espeçialmente a Fernand Rodríguez Portocarrero e Johán de Gayoso e Alfonso de Moraña», pp. 6364.

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1. El duque150. [ID2550] Tanto só enojoso que aborresco ya.

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Enojo las gentes, amigos, parientes, ora parad mientes* ¿quién me amará? Só muy desdonado, feo e porfiado para enamorado — ved ¿quién me querrá? Tengo muy mal gesto, de lo ál no so presto, pero con todo esto, vos tamat mor bellá.

2. El mesmo151. [ID2551] No sé por qué me corredes — mal me fazedes.

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Vuestro es mi coraçón puesto en vuestra prisión e non sé por quál razón m’aborrecedes. Siempre vos serví leal, no catando bien ni mal, si vos queréys fazer ál non me catedes.

Es un poema curioso sobre la desesperación del poeta ante su aspecto físico. El verso final es misterioso. Copia: SA7-163 (79v-80r) (2, 3x4). Copia: SA7-164 (80r) (6,4).

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3. El duque don Fadrique152. [ID2568] Quien por servir vos enoja, deve aver por gualardón cuytas e mal en que escoja.

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De pensar nunca cessé de vos servir fast’ agora, mas aya perdón, señora, si por servir vos erré, que non sé dezir qué se vos antoja, porqu’el vuestro coraçón se buelve como la foja. Sueño es según bien creo el plazer que atendía, pues toda mi alegría es tornada en devaneo. Ya non veo nin siento cómo se acoja amor comigo a razón, pues de tal bien me despoja.

4. Otra el Vizconde153. [ID2701]

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Todas tres s’an acordado en quitarme mi señora, e qui d’ella más agora sacarán en su estado. Pero veo un mal señal que me contento mal d’ella, que me mete en parella con aquel que menos val’.

El poema se repite en SA7-231 (100v), Canción el conde don Fadrique, con un estribillo ligeramente distinto: «Quien por servir vos enoja, / merece por gualardón / mal e pena en qu’escoja». Copia: SA7-182 (84v) (3, 2x8). Copia: SA7-343 (166r) (8, 4).

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Ya, señora, desd’ aquí no te cures de me amar, pues me muestras que forçar es tu fecho contra mí.

5. Otra154. [ID2702] Señora, de vos servir no me entiendo de partir.

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De partir me guardaré que vuestro so y seré, señora, pues vos amé por mercet me queráys oír. Bien creo que mi pecado me fizo de vos apartado, por ende mi cuydado será siempre en vos servir. Ya vos fresca en color, entre todas la mejor, vuestro asseo e resplandor me fazen ledo bevir.

6. Otra155. [ID2703]. Ora de tu Venus deessa yo me vengo a despedir, pues que me fazes partir de sela que mon cuer blesa. 154 155

Copia: SA7-344 (166r-v) (2, 3x4). Este poema es una de las glosas más antiguas, y tiene la particularidad de glosar una canción francesa de forma netamente zejelesca. La chanson glosada será algo así: «Ore de toi Vénus déesse / de celle que mon coeur blesse. // Vraiment vous ne pouvez / trétout le temps que savez, / mais en faute vous m’avez / mon plaisir e ma liesse. // Élas, je ne puis durer, / je ne puis pas oublier, / mais je pourrai bien chanter / ma belle dame et maistresse». Copia: SA7-345 (166v-165r) (4, 2x8).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Verament vous ne poes Dezir que vos serví mal, antes vos fue bien leal Tretuletans que sabes, mas en fauta vous m’aves muy malamente faltado, pues que me tenéis robado mon plasir e ma liessa. Elas ge ne puys durer tanta dolor e cuydado, mas cierto el tiempo passado je ne puys pas oblier, mes ye povre bien xanter al presente mi tristura, pues me quita la ventura ma bella dama e maestressa.

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§12a. Otras glosas primitivas de Toledo.

1. Glosa de Alfonso Basurto de «La gracia de vos donzella»156. [ID0417]

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Allende de ser muy bella, es digna de ser servida la gracia de vos donzella onesta, gentil, garrida. Señora, assí gozé d’ella que vuestra beldad complida me fizo membrar de aquella que faze penar mi vida. Aunque mucho sojudguéis mi persona atribulada, comoquiera que penséis que la tuviese olvidada, bien que por virtud podéis con razón ser deseada, mas la gracia que tenéis vos fizo ser tan amada. Assí vea mi querella por vuestra causa partida, que pensé que érades ella por gracia de Dios venida,

La canción glosada, [ID0418], como sucede con frecuencia, sólo aparece como texto individual más tarde, de mano muy posterior y con ortografía italianizante en ME1-125e (157v), adición de fines del siglo, y el primer verso fue citado en el juego poético anónimo «En Ávila por la A», (27a.6) de la corte de Navarra (hacia 1460). PN13, el Cancionero de Salvá de hacia 1480, atribuye la glosa a Alfonso Basurto, mientras MH1 (de hacia 1454) pone sólo Glosa de la gracia de vos doncella, entre seis obras de Toledo. Es posible que se trate de un solo personaje, Alfonso Basurto de Toledo. Copias: PN13-25 (189r-v), MH1-155 (323r) (3x8).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López y yo que suelo temella, veyendo su parescida, assí me membró de aquella que faze penar mi vida.

2. Otras suyas. Glosa de «Donzella la fermosura»157. [ID0419]

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Agora con grand quexura lo que quisiera encubrir, donzella la fermosura vuestra me fará dezir, ¡ay señora por mesura mi daño quered sentir! que non entiendo seguir otra biva criatura. Aviendo grandes temores de perder mi libertad, vos digo, non por amores, mas con limpia voluntad, Señora, si piedad vos avéis de mis dolores, loaré vuestra beldad entre buenas e mejores. Queriendo vuestra cordura por suyo me rescibir, aún quiçá por aventura de aquí se podría seguir que amando vuestra figura tal caso podrá venir, que si me vierdes morir avréis de mí tristura.

Otra glosa de Toledo de una canción totalmente desconocida. Copia: MH1-156 (323v).

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§13. Martín el Ciego, tañedor (siglos XIV-XV)

En un poema escrito hacia 1398-1405 Villasandino, [ID1237], menciona a Martín: «A mí más me plaze oír a Martín / quanto canta o tañe algunas vegadas / sus cantigas dulces muy bien concordadas / así en castellano como en lemosín»; en otra ocasión, [ID1243], el mismo Villasandino aconseja: «oíd a Martín quando canta e tañe».

1. Martín tañedor158. [ID2542] Ventura, tan perseguido me tienes con merescer: plégate dolor aver.

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Bien me tengo por errado por errores que fiziese, aunque mucho me viniese de todo só yo culpado. Ventura, pues repentido soy de tanto mal fazer, plégate dolor aver.

2. Otra canción159. [ID2543] ¡Ay, señora! por tu fe: no me tengas apartado de tu gracia e mercé.

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Copia: SA7-152 (72r-v) (3, 7). Copia: SA7-153 (72v) (3, 7).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Pues veyes que mi querer es todo a tu mandar, no me quieras olvidar que tuyo só e seré, si no siempre cridaré*: «No me tengas apartado de tu gracia e mercé».

3. Canción160. [ID2544] Todo tiempo loaré a vos, señora, que serví, pues mostraste contra mí más mercet que non cuydé. 5

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Salió a me recebir e dezía: «Señor mío, vuestra vista e señorío me faze leda bevir». Desque vi su razonar tal que por suyo me quiso, comencé luego cantar esta canción en proviso.

4. Otra canción161. [ID2545] Bien sirviendo esperaré a vos, flor de grant valía, atendiendo noche e día de servir non cessaré. 5

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Alçó a mí los sus ojos algún quanto más Susana162, diziendo: «En toda España

Copia: SA7-156 (77v) (4, 8). Copia: SA7-158 (78r) (4, 9). Alusión al episodio bíblico de Susana y los viejos, Daniel, 13, 1-64.

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non sé quién tantos enojos me fiziese como vos e me traen tan seguida; mas esta razón, por Dios, non vos sea entendida: yo cantó163, luego cantós».

5a. Esta cantiga de respuesta fizo e ordenó el maestro fray Diego en favor e ayuda de la dicha Cortabota contra Martín el Çiego164. [ID1626] Cata, Martín Çiego, en toda manera que pongas silençio a la parladera.

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Si a ti pluguiesse tomar mi castigo, será provechoso esto que te digo: quien mal te aconseja non es buen amigo, serás engañado en seguir su carrera. De mí, Cortabota, a ti, Martín Çiego: llamásteme puta, yo non te lo niego, mas, si a tus dezires non pones sosiego, darte hé respuesta leal, verdadera. Aquella que sigue por la tu dotrina e a tus dezires baldíos se enclina, non mengua de loca o de puta fina, ca todos los çiegos han lengua melera*.

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Llamásteme puta de costumería*, dexiste verdat en la primería*, mas en lo segundo, non lo creería, ca çierto mentiste, pues yo non lo era.

Según Álvarez Pellitero en su edición, p. 171n., se trata «de una forma de perfecto en -o, documentada con gran profusión en textos aragoneses. Aún se conserva hoy en alguna zona». Como se puede apreciar por el epígrafe es una respuesta a un poema de Martín el Ciego contra cierta Cortabota, poema que no conservamos pues fue recortado. Sólo sobrevive la respuesta de fray Diego de Valencia (y a juzgar por ella las coplas del Ciego eran bastante fuertes). El metro es curioso: un zéjel compuesto de versos al estilo del arte mayor. Copia: PN1-500 (162r) (2, 10x4).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López De puta non niego que yo non lo sea, pues traigo devisa de aquesta librea, pero muchas somos de aquesta ginea*, mas ser costumera ¡Dios nunca lo quiera! Si yo só barbuda, tú poco lo vees, ca çiego te llaman e ello assí es, mas por lo que fablas encontra* revés seas confondido por la tu trasera165. Si yo fablo mal e tú non muy poco, en esto te muestras sandío e loco, ca quien se compara non faze buen troco con puta mundaria* que llamas rastrera. Non só desdeñosa, antes soy muy blanda, nin só muy golosa de la tu vianda, gané grandes algos en esta demanda e muchos parientes por mi delantera.

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Martín, tú non cures seguir este fecho, ca non me paresçe que fazes derecho; si yo te fui al canto del lecho, la mengua fue tuya e la culpa entera.

Finida

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Darte hé buen consejo de mala cabeça166: non uses tu arnés por una grant pieça, ca, si tu fazienda mejor non endreça, serás enfamado de mala manera.

Alusión al refrán [ID8788] citado entre otros por Mena: «lo que faze la cabeça / la cola no lo cofonda»; véase, O’Kane, p. 85. Se trata del refrán también recogido por Pérez de Guzmán, Virtudes e vicios [ID0072], c. 203: «En mala cabeça cabe buen seso alguna sazón»; véase O’Kane, p. 68.

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§13a. Hermano de Martín el Tañedor

En SA7 hay una serie de canciones bajo el título de Un ermano de miçer el Tanendor167. Parece ser que miçer es un error del copista por Martín en alguna forma abreviada. Por su interés, pues como las de su hermano Martín son representativas del repertorio musical de las cortes de Enrique III y Juan II, las copiamos aquí.

1. Un ermano de miçer el Tanendor168. [ID2553] Mi señora ya non cura de mí, ¡ay, cuytado, triste! Mal Amor, ¿por qué quesiste darme tan mala ventura? 5

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De ti me querellaré donde quier que estudiere, si de mí non te pluguiere de ti desesperaré; pero ¿qué conortaré mi coraçón, como veo andar en gran devaneo a muchos con mi locura? Pues en ti tengo fiança, tú dame algún consuelo que ya siempre, como suelo, serviré con maginança;

Álvarez Pellitero, ed. cit., p. 176n., afirma que «se refiere a Diego». Copia: SA7-166 (80v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López e lealmente, sin errança, te sería si quisieses e tanto bien me fizieses que m’acorras con cordura.

2. El mesmo169. [ID2554] Quien sabe que padesçer es dolor e amargura, duélase de mi tristura.

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Quien perdió lo que perder non pensó su coraçón, venga si quisiere aver por mí gran consolaçión; por ende, quien guareçer quisiere e aver folgura, duélase de mi tristura. Bien creo mi tribulança jamás nunca aver reparo, la mi loca imaginança, padesçiéndola, declaro; por ende, quien fenesçer quisier’ cuytas e rencura, duélase de mi tristura.

3. El mesmo170. [ID2555] Con dolor e gran tristura beviré mal de mi grado, pues nunca pierdo cuydado de quien de mí no a cura. 5

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Amor, nunca fallesçí* a una señora que me diste,

Copia: SA7-167 (81r). Copia: SA7-168 (81r).

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mas tú a mí falleçiste en ella según que vi; tú me mandaste folgura la que non veo, cuytado, pues nunca pierdo cuydado de quien de mí non a cura.

4. El mesmo171. [ID2556] Amor, pues que me prendiste a mí que soy tu cativo, váleme, pues por ti vivo.

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Sepas, señora, que pensando fuerça e seso he perdido; Amor, por merçet demando que non pierda lo servido. ¡Ay de mí, cuytado, triste!, no me seas tan esquivo, váleme, pues por tuyo bivo.

5. El mesmo172. [ID2557] ¡Ay, mi bien y mi amor! de llorar nunca me farto. Adiós, que después me parto yo, tu leal servidor. 5

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¡Ay, mi bien y mi amor!, señora muy escogida, luz e goço de mi vida, duélete de mi dolor; al Señor Dios Salvador t’acomiendo qu’es muy santo. Adiós, que después me parto yo, tu leal servidor.

Copia: SA7-169 (81v). Copia: SA7-170 (81v).

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6. El mesmo173. [ID2558] ¡Ay Amor, no meresçí lo que por ti padesçí!

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Padesçí a sinrazón amando de coraçón, pero que verná sazón de cobrar lo que perdí. Perdí lo que entendía aver gozo e alegría. Triste, qué mala porfía es Amor, según que vi. Vi morir bien atendiendo, cuytas y males aviendo; señora, vo manteniendo lo que siempre perseguí.

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Perseguí con los amores, con pesares e dolores; con bien vayan amadores, car linda señora serví.

7. El mesmo174. [ID2559] Quanto bien veo, señora, en ver vuestra discreçión, tengo gran consolazión en mirarvos toda ora. 5

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Tiempo ha que yo deseo ver tan alto señorío, discreta, con amorío; gozo he quando os veo.

Copia: SA7-171 (81v-82r). Copia: SA7-172 (82r-v).

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Siempre pienso que mejora Dios en vos muchas virtudes, pues en pensar he saludes, sirvir vos quiero, señora. Pensat que nunca creí tanto bien como he visto e, por tanto, yo me visto de plazer, pues lo sentí; servir en quien siempre mora mejoría de bondades, fermosura con verdades; mi sentido vos adora.

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§14. Gómez Pérez Patiño (1365-1420)

Casi todo lo que sabemos de Gómez Pérez Patiño se debe al epígrafe de PN1-351 [ID1477], repetido en PN1-468ter, del año 1416: Aquí se comiençan las cantigas e dezires e preguntas e respuestas que fizo e ordenó en su tiempo el muy sabio e discreto barón Gómez Pérez Patiño, criado del obispo de Burgos don Johan de Villacreces. Las quales obras qu’el dicho Gómez Pérez fizo e ordenó son bien fechas e sabiamente ordenadas e sotilmente limadas e escandidas por quanto el dicho Gómez Pérez era buen gramático e lógico e buen filósofo e theólogo e mecánico en las otras artes. Juan de Villacreces fue obispo de Burgos entre 1394 y 1403.

1. Este dezir fizo e ordenó el dicho Gómez Pérez contra la dicha doña Leonor175. [ID0524].

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Sobre negro non ay tintura176 nin mayor daño que muerte; muchos pasan pesar fuerte que después han grand folgura; ninguno non desespere, que si grand tiempo biviere, verá mudar su ventura.

Doña Leonor López de Córdoba fue desterrada de la corte por la reina Catalina de Lancaster en 1416, fecha del poema. Véanse Reinaldo Ayerbe-Chaux, «Las Memorias de doña Leonor López de Córdoba», Journal of Hispanic Philology, II (1977-1978), pp. 11-33, y Dorothy Severin, «A Letter of Complaint from Fernando de Antequera about Leonor López de Córdoba in PN2», «Nunca fue pena mayor», pp. 633-644. La Reina murió en 1418 a la edad de 50 años. Copias: Figura dos veces en PN1-352 (130v) y PN1-468ter (154r) (5x7). En SA7-77 (29r-v) falta la última estrofa y en la versión de MH1-264 (380v) faltan las dos últimas. Refrán recogido por O’Kane, p. 169 y por Correas, p. 293b, que recoge dos variantes: «Sobre negro no ai tintura, sino amar i buen kerer» y «Sobre negro no ai tintura, mas ai pintura».

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Si ventura faz’mudança el triste se torna ledo, en pronto o quedo a quedo tornará su bienandança; tiempo han todas las cosas, las buenas e las dañosas pasan por su ordenança. Tiempo viene de reír, tiempo viene de llorar, otro viene para dar e otro para pedir; tras un tiempo otro viene177, mas el que buen seso tiene sabe los tiempos seguir178. Ya yo vi mucho plazer después de mucha tristura, e, passada noche escura, yo vi el día esclaresçer e después de grand nublado tornar día serenado, e vi al pobre rico ser. Por ende, mal espantado de Fortuna nunca sea ningunt ombre, ante provea cómo sepa ser templado. Quando viene el mal çedo*, tornará lo dulçe azedo179 e lo fuerte muy domado.

Refrán también citado por Villasandino, entre otros: «tras un tiempo que mal anda / tiempo viene que bien demanda». También lo recoge Correas, p. 509. Refrán que aparece en el Corbacho: «Siga el tiempo el que vivir quisiere»; citado por O’Kane, p. 219. Refrán también citado por Villasandino, [ID1202]: «la miel se me torna azeda»; véase O’Kane, p. 160.

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2. Este dezir fizo e ordenó el dicho Gómez Pérez como a manera de reqüesta contra el mundo e sus tumbos que da con los ombres que non conosçen a sí nin a su estado; el qual es bien fecho e de muy buenos proverbios como trebejos180. [ID1478]

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Non se sosiega el mi coraçón en ser todo suyo nin está contento, por lo qual sufro afán e tormento e de la mi muerte es grand ocasión; que si yo quiero dormir o folgar él me faz’ luego tan alto pensar, por que, cuitado, diré con razón: «El que más alto subiere más penará, si cayere»181.

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Quien es todo suyo e quiere catar maneras atales por que se enajene, es grand derecho que muera e pene, e quien bien lo quiere ha d’ello pesar. Quien ama otrosí plazer e folgura el mal escusar* assaz es cordura; por ende, assí digo, quered escuchar: «Non siento mejor riqueza que libertat e franqueza»182.

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El fol* pensamiento que él ha tomado trae grand daño e muerte consigo, el su consejo non es de amigo mas de contrario: es çierto provado. Por ende, querría qu’él non pensasse en lo que piensa, mas que sosegasse con este proverbio, que digo de grado:

Es una queja sobre la decadencia de la vieja hidalguía. Sigue la tradición de los trebellos de Macías. Copias: PN1-353 (131v-132r) y PN1-468 (154v-155r) (5x7 - 2). Refrán de amplia tradición en la poesía cancioneril; así en Villasandino: «de más alto cae quien más se encarama» o «los que en alto se encaraman / caerán como mendigos». Refrán que aparece también en Corbacho: «Libertad y franqueza no es por oro comprado».

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«Quien creyere mal consejo, la prueva le sea el espejo»183.

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E non se puede de mí encobrir, que yo bien sé que muy altamente piensa, mas veo que lo de presente val’ a çient tanto que lo por venir. El que bien está deve sosegar, las cosas dubdosas el cuerdo dexar, que yo oí siempre aquesto dezir: «Quien bien está non se mueva; faz’ locura quien ál prueva»184. Aquesta me sea final conclusión: si alguno tiene lo que l’pertenesçe e ál quier’ catar, sin dubda meresçe sofrir mal e coita e tribulaçión, que nunca el bien será conosçido fasta que omne lo aya perdido185; por ende, diré en toda sazón: «Ve ganançia, allá te vayas donde pérdida non trayas»186.

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Refrán relacionado con: «Lo que te dice el espejo no te lo dicen en consejo». Refrán ya citado por Macías: «Quen ben see nunca devía / ál pensar que faz’ folía». Refrán: «No hay bien conocido hasta que es perdido»; véase O’Kane, p. 61. Refrán. Correas, p.14 recoge varios: «A feria iréis ke más ganaréis»; «A feria vaias ke mexor se te vendan tus alhaxas».

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3. Este dezir fizo e ordenó el dicho Gómez Pérez quexándose del Amor187. [ID1479]

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Del todo non es curada la llaga que me feziste, Amor, quando me feriste con la tu cruel espada; posísteme en tu mesnada*, entre los tus servidores, mas en cuitas e dolores me pagaste la soldada. Ca yo bien pensava, Amor, que nunca sería triste el día que me feziste aver nombre de amador; enfengiste el mi loor dándome vana esperança. Amor, la tu cruel lança me basteçe de temor. Amor, falagas e fieres sin alguna piedat; lo peor es que bondat pocas vezes seguir quieres; e, si algún bien fezieres, es enfinta* e ál non; llágasle su coraçón al que más merçed ovieres. Non devieras ser privado ya de ninguna persona, nin deves aver corona d’emperador muy loado, mas de muy cruel provado; pues matas e non guaresçes*: Amor, sin dubda meresçes destruidor ser llamado.

Es una descripción típica de la crueldad del Amor, con la acostumbrada referencia a la cruel lança. Copia: PN1-354 (131r); PN1-4684 (154v-155r).

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Amor cruel, aborresçido, nasçió en ora muy buena qualquier qu’en tu cadena non fue preso nin metido; en mal día fue nasçido qualquier ombre que sirve, por quanto sin dubda bive vida de ombre perdido. Piensan que todo es risa quantos entran en tu barco; quando tiendes el tu arco fieres de muy mala guisa. Non sé mal, por mi pesquisa, en que non te entremetas; lanças crueles saetas, triste es la tu devisa. Amor, finalmente digo: quien te sirve non ha seso. Tu bien fazer non ha peso, pues non fazes por amigo más que por tu enemigo; a todos fazes iguales, a traidores e leales: el cuerdo tome castigo.

4. Este dezir fizo e ordenó Gómez Pérez quexándose todavía d’este mundo e de sus desvaríos188. [ID1481] El mi bien poco me dura, el mal tanto que me pesa; non se pone buena mesa con grand pesar e tristura.

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Estas coplas reflejan la angustia de la vieja hidalguía y su malestar general ante la prosperidad de los nuevos hidalgos que gozaron de las mercedes enriqueñas. Patiño se queja de que sus buenos servicios no le aprovechan nada. Copias: PN1-356 (132v) y PN1-4687 (155v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Aquel que non ha ventura non deviera ser nasçido; todo quanto he servido me fallesçe e mesura. Quando pienso alcançar quedo triste, perdidoso; de lo que muy deseoso soy me fazen apartar; por que me puedo llamar sin dubda desesperado, de tristeza abondado por bien servir sin dubdar. Nin por mucho prometer nunca vi omne ser rico; a vezes poco e chico serviçio faze valer; desí mucho fallesçer veo a las devegadas; quien nasçe con malas fadas tarde las puede perder189. Servir es muy grand razón a qualquier que es contento del serviçio con talento de dar muy buen galardón, mas quien faz’ tribulaçión a quien sirve e padesçer, tengo que de bien fazer non piensa su coraçón.

Refrán que aparece también recogido en otros textos de la época; así Santillana, Refranes, copia: «Quien fadas malas tiene en cuna, o las pierde tarde o nunca». Véase O’Kane, p. 126.

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§15. Alfonso Álvarez de Villasandino (¿1345?-1425)

Villasandino era de origen hidalgo, incluso fue armado caballero, pero durante toda su vida pasó apuros económicos. No gozó de las mercedes enriqueñas, lo que explica el gran número de composiciones petitorias que presenta su corpus poético, dirigidas a los reyes y a otros personajes poderosos de la corte: Enrique II y sus dos amantes (María de Cárcamo y Juana de Sosa), Álvaro de Luna, los infantes de Aragón y Juan II, entre otros. También dirigió poemas a personajes literarios, entre los que cabe citar: Francisco Imperial, Pero López de Ayala, Fernán Manuel de Lando, Fernán Pérez de Guzmán y Juan Alfonso de Baena. Escribió, y se han conservado, un elevado número de poemas, fechables entre 1375 y 1424. En algunas ocasiones se le conoce como Alfonso Álvarez de Illescas, porque en ese pueblo madrileño tenía su casa190. Santillana dice de él: «e ha auido onbres muy doctos en esta arte, prinçipalmente Alfonso Áluares de Yliescas, gran dezidor, del qual se podría dezir aquello que, en loor de Ouidio, un grand estoriador descriue, conuiene a saber: que todos sus motes e palabras eran metro»191.

1. Esta cantiga fizo el dicho Alfonso Álvarez de Villasandino por amor e loores de la dicha doña Juana de Sosa192. [ID0132]. Crueldat e trocamento* con tristeza me conquiso; pois me lexa quen me priso, ya non séi amparamento. 190 191 192

Por citar algunos ejemplos: Baena se refiere a él como «Illescas, viejo cano». Prohemio e carta, pp. 62-63. Es atribuida a Villasandino en PN1, pero en MH1 aparece una copia castellanizada sin las coplas 3 y 4, que se atribuye al duque de Benavente. Lo cita Santillana en su Querella de amor y en la Prohemio-carta, atribuyéndola al Arcediano de Toro. Juana de Sosa fue la amante del rey Enrique II (1369-1379). Copias: PN1-18 (11r), MH1-178 (338v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Non ha grant tempo passado que fui preso en seu poder de Amor, que por seu grado me mandó obedesçer dona de muy grant valía, acabada en cortesía, a quen sirvo todavía e loé sin falimento. Muitos vi que la servían e serven e servirán; otros vi que maldizían, maldizen e maldirán a mí porque fui osado de loar su alto estado; mas agora ¡mal pecado! vejo otro mudamento. Cuido ser por lealdade de miña señor benquiso, mas vejo por crueldade o meu coraçón conquiso. Por én, maldigo Ventura a quen obra de mesura, pois tan linda criatura olvidó su alabamento. Pero grant cuita forçada me faz’dizer quanto digo. ¡Deus ensalçe a muito onrada e confonda o mal amigo! Esto digo eu por quen non deseja o meu ben; pois me mal catan por én, morréi sin meresçimiento.

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2. Esta cantiga fizo el dicho Alfonso Álvarez quando desposaron la Reina de Navarra con don Carlos porque se iva193. [ID0405] Triste soy por la partida, que se ora de aquí parte meu señor, que muy sin arte del su amor soy conquerida. 5

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Todo el mundo ben entenda que non posso leda ser fasta que possa entender máis novas d’esta fazenda, ca serái miña bivenda en esquiva maginança*, con deleitosa esperança fasta ver la su venida. Otra vai longe de aquí quen meu coraçón deseja; por miña coita sobeja* tempo ha que tempo perdí. Señor Deus ¿qué merescí ben obrando a meu poder, que por un solo plazer he pesar toda mi vida? Muy alto Rey de Castella, esforçado en grant valor, meu hermano, meu señor, vos oíd miña querella e judgat a mí por ella. Vossa merced seja atal que non passe tanto mal, pois non só nin fui fallida.

El poema fue escrito hacia 1373, cuando Leonor de Castilla se desposó con Carlos III de Navarra (1387-1425). Se casaron en 1375. El poema está puesto en boca de Leonor. Aparece citado en un poema anónimo [ID0401] (MH1-145, 315r-v), en uno de Suero de Ribera [ID2238] (SA7-190 y 316 bis, LB2-106) y en otro del conde de Mayorga [ID0405]. Copia: PN1-26 (13r-v) (4, 3x8), en gallego.

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3. Esta cantiga dizen que fizo el dicho Alfonso Álvarez por amor e loores de la Reina de Navarra, hermana del rey don Juan194. [ID1170] «¡Ay qué mal aconsellado fustes, coraçón sandeo*, en amar a quen ben creo que de vos non hay cuidado! 5

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«Corpo, non desesperedes que çedo plazer ayades, mas servid e non cansedes de loar a quem loades, que ela ten tantas bondades, alto brío e fermosura, que por su noble mesura non seredes olvidado».

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«Coraçón triste, ben vejo que buscades miña morte, pois pensades tan sobejo en linda estrella de norte195. ¡Ay qué mal cruel tan forte!

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Por meu mal vossa porfía fo en o mundo començada; non çesades noite e día destroír vossa morada; vosso penso* non val’ nada en amar quen vos non pensa*; non vos vejo otra defensa sinon morte, ¡mal pecado!».

PN1 la atribuye a Villasandino, pero en MN15-17 lleva el título: Otro cantar que fizo Maçías en loor de la reina de Navarra, hermana del rey don Juan. La versión de PN1 es más completa y está menos castellanizada, lo que parece confirmar la autoría de Villasandino. El poema tiene la estructura de un diálogo entre el cuerpo y el corazón. La reina es doña Leonor, mujer de Carlos III y hermana de Juan I de Castilla. Carlos heredó el trono en 1387. Los cuatro primeros versos fueron citados por Torquemada [ID2508]. Copias: PN1-25 (13r) (4,5x8) en gallego, MN15-17 (6r-v) (4, 4x8). Este mismo sintagma, estrella de norte, aparece en otros poetas de la misma época: Francisco Imperial, Cañizares, fray Diego de Valencia.

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Si ella por én se ensaña, de bevir máis en España jamáis non seréi osado».

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«Corpo, non emaginedes de aver mal nin contenda por loar a quem sabedes, inda que ela entenda. Mais poned vossa fazenda en poder de deus de amor, e non ayades pavor si fordes leal provado». «Coraçón, pois vos queredes que eu biva en tormento, eu morréi, mas vos vivredes sin ningunt acorrimento. Mais de meus ollos me sento que por mí e por vos morrán, e jamáis nunca verán bon paresçer acabado».

4. Esta cantiga fizo el dicho Alfonso Álvarez por amor e loores de unas lindas donzellas e damas que andavan con la señora Reina de Navarra, e trae aquí manera de contemplaçión por metáfora de uno que era enamorado e non quiso descobrir quién era su amiga196. [ID1184]

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Por una floresta escura, muy açerca de una presa, vi dueñas fazer mesura e dançar a la françesa. Teresa197 era d’esta compañía,

En SA7-79 el poema viene atribuído a Suero de Ribera, aunque nos inclinamos a aceptar como más certera la autoría de Villasandino. La Reina de Navarra es Leonor de Castilla. Copias: PN1-41 (18v), SA7-79 (30r-v) con una estrofa menos. Teresa: Parece tratarse de la misma persona que cita el Almirante Alfonso Enríquez en su Testamento [ID0135].

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López e otra, que non diría, que mi vida tiene presa.

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Andavan por la floresta todas çercadas de flores en su dança muy onesta, que fazían por sus tenores discores198; melodía muy estraña que fazía esta compaña me fizo perder dolores. Vilas andar de tal guisa, de que yo fui muy pagado; d’ellas traían devisa de flores en su tocado. De grado me llegara a la su dança, mas ove grant reçelança de ser d’ellas profazado. Pero díxeles: «Señoras, gozo e plazer ayades». Respondiéronme essas oras*: «E vos más, si lo buscades. ¿Amades entre nos alguna dueña? Non vos embargue vergüeña. Dezitlo, non vos temades». Respondíles muy sin arte por les contar mi desseo: «Todo mi coraçón parte una de vos en que creo; e veo su figura todavía, mas su nombre non diría, que dezir me serié feo».

discores: Se trata del discort, poema lírico provenzal.

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«Amigo, Dios te consuele e te dé consolaçión; Él se duela, que se duele de la tu tribulaçión. Perdiçión es aquésta en que andas; Dios te dé lo que demandas e cumpla tu entençión».

5. Sin título199. [ID1176] Quien de linda se enamora atender deve perdón en caso que sea mora.

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El Amor e la Ventura me fizieron ir mirar muy graçiosa criatura de linage de Agar200; quien fablare verdat pura bien puede dezir que non tiene talle de pastora. Linda rosa muy suave vi plantada en un vergel, puesta so secreta llave de la liña de Izmael201; maguer sea cosa grave, con todo mi coraçón la resçibo por señora. Mahomad el atrevido ordenó que fuesse tal,

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Aunque no tiene título ni mención a su autor, está recogida entre las obras de Villasandino, por lo que sin duda fue escrita por él. El poema fue citado por Juan de Torres [ID2526], recogido en SA7-138. El poema trata del amor a una mora. Copia: PN1-31bis (14v-15r). Agar: Es la madre de Ismael. Cf. Génesis, 21, 13-21. liña de Izmael: Árabe.

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de asseo noble complido, alvos pechos de cristal; de alabasto muy broñido devié ser con grant razón lo que cubre su alcandora*.

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Diole tanta fermosura que lo non puedo dezir; quantos miran su figura todos la aman servir; con lindeza e apostura vençe a todas quantas son de alcuña* donde mora.

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Non sé ombre tan guardado que viesse su resplandor que non fuesse conquistado en un punto de su amor. Por aver tal gasajado* yo pornía en condiçión* la mi alma pecadora.

6. Esta cantiga grande e bien fecha fizo e ordenó el dicho Alfonso Álvarez a su muger después que fue casado con ella; por quanto paresçe por la dicha cantiga, él fue repiso del casamiento e más la quesiera tener por comadre que non por muger, segund la mala vida que en uno avían por çelos e vegez e flaco garañón202. [ID1152]

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Amigos, tal cuita mortal nunca pensé que avría: por ser leal resçibo mal203

La última estrofa fue citada por Torrellas en su poema «Tant mon valer ses dat amors» [ID3068]. El poema incorpora dichos proverbiales. Copias: SA10a-51 (77v) (4x12-2), PN1-6 (5v). La versión de PN1 está truncada por la falta del folio 6, quedando el poema con la fórmula métrica 2x12. Refrán citado, entre otros, por Horozco, Teatro Universal de Proverbios, p. 481: «Por ser leal padezco mal».

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donde plazer atendía; ya non me cal’* pensar en ál, salvo en señal de omne mortal seguir por la triste vía d’este enxemplo* natural: «Amansar deve su saña quien por sí mesmo se engaña»204.

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Yo assí faré que amansaré la muy grave saña mía, pues que fallé lo que busqué en la mi postrimería; padeçeré, yo bien lo sé, mas non iré contra la fe, que muy grand error sería; por este enxemplo assí diré: «Nace toda criatura según Dios e su ventura»205.

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Desque naçí siempre seguí Amor e fiz’ follía; çegué, no vi porque enfengí más que enfengir devía; el bien que vi non lo entendí, quanto aprendí

Refrán citado en LB2-200 [ID2304]. Citado por Correas, p. 75: «Amanse su saña kien por sí mesmo se engaña». Refrán citado por Correas, p. 228: «Naze toda kriatura, según se dize, kon su ventura».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López tanto perdí, por que por poetría este enxemplo puse aquí: «Hueso que te copo en parte róelo con sutil arte»206.

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Faz’ gran error quien por Amor todos tiempos se guía, mas la color del tal dolor es mostrar alegría; perder pavor non dar favor al mal savor, qu’el sabidor pone por filosofía un enxemplo en tal tenor: «Quien las cosas mucho apura no bive vida segura»207.

Este refrán aparece recogido en Horozco, Teatro Universal de Proverbios, p. 228: «El güeso que Dios te dier sabelo roer». Lo recoge también Proverbios (Refranes), pocos proverbios del rey Salomón, del Talmud, fábulas, consejas, reflexiones, dichas de españoles sefarditas, recogidos por Mosco Galimir (Nueva York, 1951, p. 26): «Hueso que te calló en parte, que te lo lleves con arte». Refrán recogido por Horozco, Teatro Universal de Proverbios, p. 509 y Correas, p. 393.

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7. Este dezir muy sotil e bien limado fizo e ordenó el dicho Alfonso Álvarez quando el Cardenal de España puxava en privança208. [ID1237].

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Amigos, ya veo acercarse la fin, segunt las señales se van demostrando: los muy fuertes muros se van derribando, peresçen las flores de todo jardín. Verdat me paresçe que dixo Merlín209, en unas figuras que puso entricadas, que por cruel fuego serían soterradas las alas e plumas del gran serafín210. La más parte tiene con el puercoespín e tiene avariçia consigo grant vando; ya los inorantes andan disputando las glosas e testos de Santo Agostín e los aldeanos fablan buen latín; las grandes proezas ya son olvidadas e por esperençia en partes adradas* muere el qu’es bueno e bive el ruin. A linda blancheta* lançan grant mastín; aquestas señales me van espantando porque gentilieza se va ya apocando: a fermosa yegua dan flaco roçín. Non preçian al bueno sinon al malsín*, falla el leal las puertas çerradas, las obras del cuerdo son menospreçiadas e tienen al loco por grant palazín*. Non fazen mençión de Benamarín211,

Este poema tiene gran interés por su referencia clara al lemosín, que sería catalán-provenzal en esta época. El poema debió de ser compuesto en 1398, momento en que el cardenal Pedro Fernández de Frías reemplazó a Ruy López Dávalos como Condestable. Copia: PN1-97 (33r-v). Merlín: Se refiere a las Profecías incluídas en el Baladro del sabio Merlín. gran serafín: Referencia a Dávalos. Benamarín: Se trata de los Benimerines que desde la segunda mitad del siglo XIII sustituyeron a los almohades como señores del Norte de África.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López nin de las conquistas del Rey don Ferrando212, mas por alguarismo* andan asumando* quántos pinos nasçen en el Valsanín213; e tienen las armas guarnidas* de orín, préçianse mucho de ropas brosladas*, e, por que non tengan arcas despobladas, esconden la dobla, guardan el florín214. A mí más me plaze oír a Martín215 quando canta o tañe algunas vegadas sus cantigas dulçes, muy bien concordadas, assí en castellano como en limosín216.

8. Esta cantiga dizen que fizo el dicho Alfonso Álvarez al conde don Pero Niño por amor e loores de la dicha doña Beatriz217. [ID0663] Loado sejas, Amor, por quantas coitas padesco, pues non vejo a quien ofresco todo tempo este meu cor. 5

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Eu vi tempo que bivía en lideçe e sin pesar,

Ferrando: Fernando III el Santo (h. 1201-1252), conquistador de Córdoba, Jaén y Sevilla, entre otras ciudades. Valsanín: Balsaín (Segovia). dobla, florín: Ambas eran monedas de oro. Covarrubias define la doblas como «los ecudos de a dos» y también menciona las doblas zehenes: «moneda morisca, de oro finíssimo puro y resplandeciente». En cuanto al florín el mismo Covarrubias, s.v. florentín, la define como: «cierta moneda florentina de oro». Martín: Referencia a Martín el Tañedor. limosín: nombre con que se conocían en la época el catalán y el provenzal, ya que se consideraban como una misma lengua. El poema fue compuesto en 1410. Los amores de Beatriz de Portugal y Pero Niño comenzaron en 1409. Doña Beatriz fue encerrada en el castillo de Urueña en 1410. Para estas relaciones vid. Gutierre Díez de Games, El Victorial, ed. de Alberto Miranda, Madrid, Cátedra, 1993, pp. 518-567. El poema fue citado en bastantes ocasiones, incluso en época tardía: en el Infierno de amores de Garci Sánchez de Badajoz y en MN7-70 [ID4357]. Copias: PN1-33 (15r) (4, 4x8), MP2-281 (236bis r-v), SA7-328 (158r-v).

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adorando noite e día la que non posso olvidar; Fortuna foi trastornar a carreta da Ventura, que non es nin fue segura nin será en un tenor. Non me quexo de ti agora, Amor, si padesco mal, pues me distes por señora noble vista angelical, a quien fui e soy leal e seré sin mudamento, maguer que sufro tormento longe, sin fazer error. Amor, seas ensalçado pues me mandaste servir buen paresçer acabado en fablar e en reír; bien me puedo enfengir que amé gentil figura, mas si ella de mí non cura, muerto só yo, pecador. Amor, siempre oí dezir que calquer que te serviesse devié muy ledo bevir por grant coita en que se vese; canto si por esto fuesse, yo me pongo en teu poder, que, si meresco én perder, tú sejas meu judgador.

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9. Este dezir d’estribot218 fizo Alfonso Álvarez pediéndole merçed al Rey219. [ID1359]

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Señores, para el camino dat al de Villasandino. Ya el Rey220 fizo lo suyo, segunt el tiempo concluyo; perdonad porque arguyo sin saber los testos del Chino221. Las poderosas quadrillas que vienen de Tordesillas, para çiento veinte millas provean tal pelegrino. Don Johan, lindo, noble Infante222, poderoso e bien andante, de tal razón non se espante, pues de proezas es dino.

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20

Mas usando de franqueza, segunt su naturaleza, mandó que l’ den sin pereza un jubón onesto fino. E si quién es bien se cata, deve aver por su barata* dos taças de fina plata el poeta campessino223. Para tal acorrimiento non cumple ponimiento*,

218 219

220 221

222 223

estribote: Zéjel. Por los personajes mencionados el poema debió de ser escrito hacia 1420, año de los sucesos de Tordesillas. Se trata de una de las muchas composiciones petitorias de Villasandino. Copia: PN1-219 (66v-67r) (2, 9x4, 2). Rey: Juan II de Castilla. Chino: Cino da Pistoia (1270-1336), jurisconsulto y poeta italiano. Representado por Dante como poeta del amor. Don Johan: Es el Infante Juan de Aragón, hijo de Fernando de Antequera. poeta campessino: Parece referirse a sí mismo.

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que más vale toma çiento que mil te daré mesquino224. Álvaro, noble sin dubda225, fágale merçet e ayuda, por que pene quien mal cuda que es un loco su vezino. Si oviere sin infinta quien le dé garrida çinta, si non con papel e tinta cuente su mal paladino*.

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Si sabe nuevas más frescas, si non, váyase a Illescas, que aquí las duçes brescas* se tornan fiel e venino. Que yo sé que este camino es por ir bever buen vino.

10. Esta pregunta muy sotil e bien fundada fizo e ordenó frey Pedro de Colunga de la Orden de los Predicadores contra el dicho Alfonso Álvarez de Villasandino, rogándole que le declarase algunas figuras oscuras del Apocalipsi, la qual pregunta dize en esta manera. [ID0171]. Esta respuesta fizo e ordenó el dicho Alfonso Álvarez de Villasandino contra el dicho fray Pedro de Colunga a la sobredicha pregunta que le fizo, la qual respuesta va fecha por los mesmos consonantes, e asimesmo satisfíçole muy bien e muy sotil e derechamente a todas dubdas por él preguntadas226. [ID0172] 224

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226

Refrán de amplia difusión en la poesía cancioneril: «más vale un ‘toma’ que dos te ‘daré’». También aparece recogido en el Teatro Universal de Proverbios, p. 381. Álvaro: Álvaro de Luna, Condestable de Castilla (1388-1453). Favorito de Juan II, murió ajusticiado en Valladolid. Las preguntas de fray Pedro son una tomadura de pelo obvia, y el pobre Villasandino no cae nunca en la cuenta. Es típico de los poetas seglares del Cancionero de Baena que hagan sus preguntas ingenuas a frailes y clérigos, quienes no carecían de humor. El nombre completo de fray Pedro es fray Pedro Imperial de Colunga, Era dominico del convento de San Pablo de Benavente. Podría tratarse de un pariente de Micer Francisco Imperial. Copias: MN6a-22 (141r-143v) (falta ID0172), MN6b- 34 y 35 (186r-187v), PN1-82 y 83 (29v-30v), PN10-23 y 24 (83v-86r) y RC1-132 y 133 (173v-142r). También se encontraban

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Señor Alfonso Álvarez, grant sabio perfeto en todo fablar de linda poetría, estrenuo en armas e en cavallería, en regir compañas sin algunt defeto, que abrades ruégovos el vuestro Decreto227 e me declaredes aquela visión que puso Sant Johan en revelaçión en el Apocalipsi oscuro e secreto.

Respuesta de Alfonso Álvarez

10

15

Fray Pedro, señor, a este respeto todas las coas irían una vía, si yo, inorante, tomare osadía de vos responder segunt el efeto. Pues en el latín yo non me entremeto, ¿cómo queredes que mi discreçión bastasse a fazer tal declaraçión? Aquesta fondura a vos la remeto.

Replica frey Pedro

20

Dixo que viera muger en persona vestida del sol, so sus pies la luna, y en la cabeça una sobrefortuna*, de doze estrellas preçiosa corona. Clamava de parto en faz de Oriona228: que un fijo varón avié de parir229, e todas las gentes avié de regir, con verga de fierro, non sé si es azcona*.

Respuesta de Alfonso Álvarez

227

228 229

ambas composiciones en el Cancionero de Martínez de Burgos, según las notas de Floranes en MN23-41 (254r): Preguntas de Fr. Pedro a Alfonso Álvarez sobre varios mysterios del Apocalypsi, con las respuestas de éste, en XII octavas. Decreto: Se refiere al Decreto, la Concordantia discordantium canonum, de Graciano de hacia 1140, base del Derecho canónico. Oriona: Alude a la constelación de Orión. Apocalipsis, 12, 1-2.

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Non fue esta muger la grant amazona nin de las deessas fermosas alguna, mas fue la que fizo del pesebre cuna para su fijuelo con boz de leona, segunt que Isaías profeta razona230 que en una virgen avié de venir el Fijo de Dios por nos redemir por su santa sangre de limpia carona*.

Demanda de frey Pedro

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Desque fue nasçido el fijo varón, luego a los çielos fue arrebatado, delante del trono de Dios asentado que non lo tragasse el cruel dragón231. Aquí non alcança mi flaca razón qué gesto tenía o qué semejança; muger que fue digna de tanta loança, vos que sabéis, dezid su façión*.

Respuesta de Alfonso Álvarez

45

El honrrado viejo, justo Simeón232, diz’ que lo tovo en sí abraçado, quando en el templo le fue presentado al santo Cordero sin comparaçión. De la Santa Virgen canta Salamón tantos loores tan sin igualança, al qual seso de ombres aquí non alcança nin la fermosura del grant Absalón.

Demanda de fray Pedro

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230

231 232

Pues notificadme el rostro, las çejas, nariçes e ojos, los pechos e manos,

Isaías, 11, 1: «E saldra piertega dela rrayz de Jesse, & pinpollo de la su rrayz floresçera»; Escorial Bible I.J.4. Apocalipsis, 12, 3-6. Simeón: Véase Lucas, 2, 25-34.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López cabellos rubios, prietos o canos, la boca, los dientes, quixadas, orejas, en lengua o en fabla si le son parejas las esmeraldas de casa del rey, dezid, si sabedes, que yo non lo sey, más que el anda a guardar ovejas.

Respuesta de Alfonso Álvarez

60

Aunque juntassen millares d’arvejas con que contassen cient mill escrivanos, non contarían en muchos veranos las sus fermosuras estrañas, sobejas; nin quantas estorias ay nuevas nin viejas non bastarían a loar la su grey de aquesta que siempre guardava la ley e non se pagava de otras consejas*.

Demanda de frey Pedro 65

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Los pies e los braços, su cuerpo e figura, nin cómo del sol se puede fer ropa, aljuba* nin saya, mantillo nin opa: esto declarad por vuestra mesura; e quál fue el sastre bastante en natura que el sol pudiesse tajar e coser, mangas e cuerpo e frunzes* fazer, que en esto yo tengo mi dubda escura.

Respuesta de Alfonso Álvarez

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Assaz es propuesta su grant fermosura de aquesta qu’es vaso de Dios e su copa, al qual fizo saya mejor que de estopa para su buen fijo sin toda costura. En esto se afirma la Nueva Escritura e los Evangelios, que son de creer, e assí se presume que deve saber más el Creador que la criatura.

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La poesía cancioneril. Antología Demanda de frey Pedro

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La luna eso mismo so sus pies echada si era tapete o guadamezil*, si almadraqueja* o algunt escañil*, o a qué diremos que sea comparada; si era almofada de seda labrada, del todo blanca sin toda labor, cárdena* o prieta, vos dadle color, pues esta dueña la tien’ tan preçiada.

Respuesta de Alfonso Álvarez

90

95

La fermosa luna assí inclinada so los pies de aquesta señora gentil, será la Iglesia muy rica es sotil, de muchas virtudes guarnida e dotada. La su color blanca e aun colorada es que nos muestra caridat e amor, pues dentro en el cáliz está el Redentor después que la ostia es ya consagrada.

Demanda de frey Pedro

100

Aquella corona tan resplandesçiente de estrellas compuesta e tan relumbrosa, tengo por obra ser maravillosa e sobre mi seso está trasçedente. Por merced, querría saber çiertamente de qué guisa fueron assí engastonadas, si en plata o en oro o enterpetradas*: vos lo dezid, pues sois sufiçiente.

Respuesta de Alfonso Álvarez 105

La rica corona tan resplandeçiente non puedo entender que sea otra cosa si non los testigos, compaña omildosa, que vieron a Jhesús sin ser meresçiente entre los judíos estar padesçiente,

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López do las profecías fueron acabadas. Después resurgió e muchas vegadas les aparesçió, segunt só creyente.

Demanda de frey Pedro

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¿Quién fue su padre de aquel que nasçido devía con su verga regir todo el mundo e aun el su fijo con seso profundo? Dezidlo por nombre, que non lo he sabido. ¿O quál regimiento con fierro movido, si era en batallas o lides campales o si era en ciudades o villas reales o en los monesterios, do Dios es servido?

Respuesta de Alfonso Álvarez

125

Su padre de aquéste, un Dios conosçido, sabed que non ovo por nombre Fagundo233, sinon Adonay, después el segundo, el Jhesus Mexías, al çielo sobido, el Espíritu Santo, qu’es todo complido, que son tres personas en poder iguales. Con esto concuerdan las grandes señales que desde Adam acá han contesçido.

Demanda de frey Pedro e fin

130

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233

La verga de fierro, dezidme, señor, si ha de embiar por ella a Vizcaya. Será bueno darle un bastón de faya por que non fiera nin ponga temor, qu’el fierro es muy duro e faz’ grant dolor. Pues ¿qué armas avremos para ser guarnidos por que entendamos de ser defendidos que non nos mate el grant judgador?

Fagundo: «Facundo», utilizado como símbolo de cualquier ser humano.

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La poesía cancioneril. Antología Respuesta de Alfonso Álvarez fin

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La verga de fierro será el grant temor del Día del Juizio que a todos desmaya, que non siento ombre que en tierra non caya temiendo sentençia de grant Redentor; pues por que bivamos sin toda rencor, sigamos las obras de los esleídos* santos confesores, de Dios escogidos, e assí biviremos en gloria e dulçor.

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§16. Fernán Pérez de Guzmán, señor de Batres (¿1378?-¿1460?)

Fechas: 1394-1400, 1398, 1404, 1405, 1456. Fue partidario de los Infantes de Aragón, por lo que fue encarcelado por don Álvaro de Luna. Pertenecía a una familia eminente; entre sus sobrinos se cuentan Santillana y Fernán Gómez de Guzmán, y entre sus primos Gutierre de Toledo, Arcediano de Guadalajara, y Vasco Ramírez de Guzmán, Arcediano de Toledo. Escribió cuatro poemas dedicados a Leonor de los Paños [ID0134, 1691, 1692 y 1693], con unos elogios tan exagerados que provocaron la reacción de varios poetas. Mantuvo intercambios literarios con Francisco Imperial (año de 1398), Álvarez de Villasandino, los mariscales Pedro García de Herrera e Íñigo Ortiz de Estúñiga, y Suero de Ribera. Las obras recogidas en PN1 presentan una temática amoroso cortesana. Sin embargo tras su retiro en 1432, a la edad de 56 años, a sus dominios en Batres, cultivó la poesía didáctico religiosa. Juan de Dueñas, hacia 1430, pide a cierto don Juan: «tomad, señor, por Dios / estos dos: / a Rodrigo de Medina / e a Ferrant Pérez con vos» como jueces en su pleito amoroso [ID2493]. En [ID4432], El triunfo de la fama, Juan del Encina menciona entre los poetas que alega a Gómez Manrique, Guevara, Íñigo López de Mendoza, Jorge Manrique, Juan de Mena, Fernán Pérez de Guzmán y Juan Rodríguez del Padrón. Santillana escribió sobre él: «Fernand Peres de Guzmán, mi tío, cauallero docto en toda buena doctrina, ha conpuesto muchas cosas metrificadas, y entre las otras aquel epitafio de la sepoltura de mi señor el Almirante don Diego Furtado, que comiença: Honbre que uienes aquí de presente. Fizo otros muchos dezires e cantigas de amores, e, aún agora bien poco tienpo ha, escriuió prouerbios de grandes sentençias y otra obra asaz útil e bien conpuesta de Las quatro uirtudes cardinales»234. Véase Julian M. Weiss, «Fernán Pérez de Guzmán: Poet in Exile», Speculum, LXVI (1991), pp. 96-108.

234

Prohemio e carta, p. 63.

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1. Este dezir de loores fizo e ordenó el dicho Ferrán Pérez a Leonor de los Paños235. [ID0113]

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El gentil niño Narçiso en una fuente engañado, de sí mesmo enamorado, muy esquiva muerte priso236. Señora de noble riso e de muy graçioso brío, a mirar fuente nin río non se atreva a vuestro viso. Deseando vuestra vida, aun vos dó otro consejo: que non se mire en espejo vuestra faz clara, garrida*. ¿Quién sabe si la partida vos será dende tan fuerte, por que fuesse en vos la muerte de Narçiso repetida? Engañaron sotilmente con imaginaçión loca fermosura e edad poca al niño bien paresçiente. Estrella resplandesçiente, mirad bien estas dos vías, pues beldad e pocos días cada qual en vos se siente. ¿Quién sino los serafines vos vençen de fermosura,

Leonor Álvarez de los Paños fue camarera de la reina Leonor de Aragón. Copias: MH1-3 (16v-17r) y PN1-551 (184v-185r) (6x8). PN1 copia a continuación del poema de Pérez de Guzmán una respuesta de Villasandino, que confirma la secuencia estrófica reflejada en ambos manuscritos. En PN6-32 (134r) aparecen cinco estrofas con la secuencia 1,5,2,3,6 (falta la 4). En MN54-49 (82r-v), PN12-72 (192v-193r) y RC1-46 (78v79r) el poema sólo tiene cuatro coplas con la secuencia 1,3,5,2 (faltan 4 y 6), y es atribuido erróneamente a Macías. La leyenda de Narciso fue utilizada en bastantes ocasiones por los poetas cancioneriles.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López de niñez e de frescura, linda flor de los jazmines? Pues rosa de los matines, aved la fuente escusada237, por aquella que es llamada estrella de los Marines. Prados, rosas e flores otorgo que los miredes, e plázeme que escuchedes dulçes cantigas de amores; mas, por sol nin por calores tal codiçia non vos çiegue, vuestra vista siempre niegue las fuentes e sus dulçores. Con plazer e gozo e risa ruego a Dios que siempre crescan vuestros bienes e florescan mas que los de Dido Elisa; vuestra faz muy blanca, lisa, jamás nunca sienta pena. Adiós, flor de açuçena en la fin d’esta pesquisa.

1a. Esta respuesta d’este dezir fizo e ordenó Alfonso Álvarez de Villasandino238. [ID1675]

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Entendí luego emproviso, buen señor, vuestro deitado* del niño que fue afogado, segund la Fortuna quiso; con sano consejo enviso* codiçiades, señor mío, a la de estraño atavío, dulçe flor de paraíso.

aved la fuente escusada: ‘Evitad la fuente’. Copia: PN1-552 (185r-v).

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La fermosa e muy polida publicar deve en conçejo que ha grand plazer sobejo por ser en toda partida* de vos loada e servida; assí que non se depuerte* su gentileza e su suerte en maginaçión fallida. Bien como leal serviente le dades preçiada toca, que quien bien por el mal troca muchas vezes se arrepiente; pues la estrella de oriente vea vuestras cortesías, de ríos nin fuentes frías nunca se le venga emiente. De muy nobles damasquines deve ser su covertura d’esta gentil criatura, a pesar de los malsines*; dentro en Cal de Plazentines239 la su grand bondat loada non podría ser comprada por doblas nin por florines. Segund los vuestros loores, flor graçiosa obedesçedes; Dios quiera que non cobredes en balde muchos dolores, que de los más amadores non ay tal que non reniegue por tiempo e non se allegue a dexar vanos errores. Señor, por vuestra devisa, es bien que obedescan

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Cal de Plazentines: Calle de Sevilla.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López donzellas que bien parescan e dueñas de alta guisa; e la que fuesse repisa, Amor la tenga en cadena, como fizo a doña Elena por don Júpiter conquisa240.

2. Copla de Fernán Pérez de Guzmán a su muger de Fernán Alonso de Robres241. [ID0287]

5

Maguer so un compañón* pobre, yo conosco aquí alguna que trocó plata por cobre; dexó fuente por laguna, dulce dexó por salobre; de París vino a Porcuna; más quiso sombra de Robre242 que non resplandor de Luna243.

3. Dezir que fizo el dicho Fernand Pérez a su amiga244. [ID1693] Sepa el Rey e sepan quantos nobles son en su compaña 240

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No sabemos de dónde ha sacado esta noticia el poeta, ya que, según la tradición más extendida en la Antigüedad, Elena era hija de Zeus y Leda. El poema aparece atribuido en dos manuscritos (BM1 y NH-2) a Juan de Mena, pero estos dos manuscritos son tardíos y presentan frecuentes atribuciones equivocadas. En MH1, por el contrario, se menciona como autor a Pérez de Guzmán, autoría que consideramos como más probable. Copias: MH1-7 (33r), BM1-6 (8r), NH2-70 (p. 245). Fernán Alonso de Robles (1380-1430) fue hombre de confianza de la reina Catalina y Contador mayor de Juan II hasta 1427. Murió en la cárcel. En sus Generaciones y semblanzas, p. 34, Pérez de Guzmán esbozó un cuadro negativo de este personaje: «Onbre escuro e de baxo linaje... de gran engeño pero inclinado a aspereza e maliçia más que a nobleza nin dulçura de condiçión... fue muy osado e presuntuoso a mandar, que es propio viçio de los baxos omnes quando alcançan estado que non se saben tener dentro de límites e términos». En Generaciones y semblanzas, pp. 44-53, presenta un retrato muy crítico de este noble, al que acusa junto al Rey de la situación ruinosa de Castilla: «que la prinçipal e la original cabsa de los daños de España fuese la remisa e nigligente condiçión del rey e la cobdiçia e ambiçión exçesiva del condestable». Este poema provocó la reacción airada de varios poetas por las alabanzas exageradas que dedicó a su amiga, y también por la mención poco considerada de la reina en el verso 8. Las

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que de quantas en España se tocan e cubren mantos yo amo la más garrida, por cuya salud e vida ruego a santas e a santos. La Reina245 e todas ellas por çibdades e por villas, sepan e ayan cosquillas, pues de dueñas e donzellas mi señora muy loada assí es aventajada como el sol de las estrellas. Ençerradas e abiertas246, súfrase el caçafatón247, religiosas quantas son sepan e sean bien çiertas que mi señora dormiendo más vale, yo assí lo entiendo, que todas ellas despiertas.

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A todos los amadores, con devida reverençia, requiero que ayan paçençia sin sañas e sinsabores e sepan que todas oras* señora de sus señoras es esta flor de flores.

30

Nobles señoras romanas, loadas en las estorias, en grandes famas e glorias,

respuestas son: del mariscal Pedro García de Herrera, que comienza: «A todos ponéys espantos» [ID1694]; de Suero de Ribera, «El que da loores tantos» [ID1695], y del mariscal Íñigo Ortiz de Estúñiga: «Vos devedes fazer llantos» [ID1696]. Copia: PN1-573 (191r) (6x7, 8). Reina: Se refiere a María de Aragón. ençerradas e abiertas: Alusión a las monjas de clausura y a las sin clausura. caçafatón: ‘Malsonancia’.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López vos de Greçia e troyanas, dad lugar: irá adelante ésta, qu’en lindo semblante, es flor de las castellanas. De las otras non me escuso nin fago tanta mençión, non son de tal perfecçión mugeres de rueca e fuso; ca quien vençe a las mayores sabido es que las menores levarlas há cuesta ayuso. Yo fablo a los graçiosos, alegres e mesurados, non a los muy atufados*, sinsabores e puntosos, que assí son porfiosos en tachar lo que otro loa, que los de Aça contra Roa248 non fueron tan maliçiosos.

los de Aça contra Roa: Era proverbial la saña entre los habitantes de ambos municipios.

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§17. Juan Pimentel, conde de Mayorga (1409-1437)

Juan Pimentel, conde de Mayorga, hijo mayor del conde de Benavente, nació en 1409 y murió en un accidente, practicando con un hacha de guerra, el 14 de febrero de 1437.

1. Del conde de Mayorga249. [ID0401].

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¿Quieres saber cómo va al triste desaventurado que de ti es apartado, porque libertad non ha? Él está mucho penado tanto que quiere morir, e con todo este cuidado los lunes quiere dezir: «Mal mi grado me convén de vos partir, señora, sin repentir lo pasado»250. Non parte de mí deseo desque de ti me partí, segunt al partir te vi por pensamiento te veo;

Gómez Manrique compuso otro poema parecido, Para los días de la semana de amores [ID3358]. Copia: MH1-145 (315r-v) (7x8, 4). Los versos pertenecen a un poema de Suero de Ribera [ID0402].

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López esta canción deprendí* bien o mal, como sopiere, diré los martes por ti al tiempo que non te viere: «Cuya soy sepa de mí que suyo seré do fuere, a la que d’esto ploguiere ella tómelo por sí»251.

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Quien me trahe do soy venido es longura* la qual guía las personas todavía non segund su merescido; mas pues esto me desvía, de ti siempre yo diré los miércoles todavía esta canción que bien sé: «Sepas tú señora mía que doquiera que seré tu gaya filosomía* ante de mis ojos veré»252. Mientra de ti fuer’absente, terné por pena la vida, que voluntad enfengida tu gesto non lo consiente; mas después d’esta partida nunca fui sin desearte; esta canción dolorida diré los jueves aparte: «Triste soy por la partida pues mi persona se parte, de la qual beldad sin arte me vence sin ser vencida»253.

Versos de un poema de Juan de Silva [ID0403]. Los versos aquí citados pertenecen a un poema de Juan de Torres [ID0404]. Cita de un poema de Alfonso Álvarez de Villasandino [ID0405].

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Tu merced sin dubda crea que siempre te serviré e a él nunca fablaré fasta que mi muerte sea, mas en tal fe moriré con poco arrepentimiento, e los viernes rezaré sin ningunt infingimiento: «Si parto non soy partido nin seré de bien amar, mas si fuere pesar al tornar seré guarido»254. La mi terrible pasión non se puede carescer, nin menos en mi querer con sobrada perdición; e con esta perfeción maguer bivo atribulado, los sábados mallogrado yo diré esta canción: «Mi bien tanto deseado cedo te vean mis ojos, por que cesen mis enojos»255. Pues el día que guardado ser manda Nuestro Señor, non me quiere dexar dolor nin se cura del pecado, mas tu rostro ha tal color que de fermosa faz fea, e dirá tu servidor fasta ver a quien desea: «Quien me faz que te non vea vista le sea dolor,

Versos de un poema anónimo [ID0406]. La cita pertenece a un poema del infante don Enrique de Aragón [ID0338].

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López e si ama por amor non cumpla lo que desea»256.

2. Canción de don Joan Pimentel257. [ID2254]

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Quando tú a mí oías dar vozes que me quemava, sábete que me aquexava aquel dolor que a Macías fizo fenecer sus días. Yo me veo assí llagado a aquesta mortal foguera que non sé de quál manera pudiese ser apartado; salvo por causa de ti que arredrar a mí podrías e si non te plaze assí, faz cuenta que en mis días a morir torna Macías.

3. Coplas de don Johan Pimentel258. [ID2436]

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Si te plaze certificar de la parte que en mí tienes, por la fe que a Dios mantienes no lo quieras detardar, que yo assí gozé muy poco; tú en estas luengas ganas di si lo as por verme loco, o ante de tiempo canas; yo creo que en esto afanas.

Versos de un poema anónimo [ID0407]. Contiene un notable empleo de la leyenda de Macías. Copias: SA7-14 (6r), LB2-130 (157v) y ME1-62 (87v) (5, 9). Copia: SA7-44 (17v) (2x9).

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Tú mira que ni en passar a ti jamás nunca erré. ¡Guay de mí! ¿Qué te diré? salvando que a tu mandar soy assí como cativo, que es preso de buena guerra; aún se fizier’esquivo, de tales fierros me fierra que ya me tiene por tierra.

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§18a. Juan II de Castilla y su corte (1406-1454)

Juan II tenía fama de poeta y músico, pero desgraciadamente se nos han conservado pocas obras suyas. Juan Rodríguez del Padrón en su Siervo libre de amor incluye un poema, [ID4288], «Pas a pas, gentil señor», en que menciona una invención del Rey: El señor Rey lo dizía por su gentil inuençión: «Bien amar, avnqu’es follía, quiere arte y discreçión»259.

1. Copla esparça del dicho señor Rey260. [ID2614] Vi a Venus, la planeta, antier çerca de la luna, muy más clara e más neta que otra’strella ninguna. 2. Copla del Condestable que fizo al Rey de Castilla261. [ID2440] Coluna de gentileza, fundado en caridat, 259

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Citamos por Juan Rodríguez del Padrón, Siervo libre de amor, edición de Antonio Prieto, Madrid, Castalia, 1976, p. 71. Es uno de los poemas de Juan II que se conservan. Bajo el nombre de Venus alude claramente a alguna dama de la corte, y con el de luna a don Álvaro de Luna. Copia: SA7-242 (104r). Estos dos poemas, la copla del Condestable y la respuesta de Juan II, son anteriores a 1440. El tema de la respuesta del monarca es el del Rex iustus que debe aplicar la ley con severidad, pero sin «escaseza». Copia: SA7-48 y 49 (18r-v).

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molde de toda verdat, çimiento de la franqueza, metal de toda limpieza, poderoso Rey señor, sepa yo qué es del Amor que con toda su grandeza vos seguía con destreza.

2a. Respuesta del Rey al Condestable. [ID2441]

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Cierto es que la firmeza es raíz de la bondat, e muy estraña maldat poderío con flaqueza; este, malo por pereza, si me dio algún favor, no me fue permaneçedor, por lo qual perdió su alteza queriendo usar d’escaseza.

3. Otra. Rey de Castilla262. [ID2691] Amor, entre guerra e paz, a quien matas allí se yaz.

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Si quiere por despedida darme muerte dolorida, bastará que la mi vida reçiba cuitas asaz. Pues que tú matas a mí por tanto como serví,

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Juan II basa este poema en un dicho proverbial: «Amor entre guerra y paz, el que muere ahí se yaz». Este mismo refrán fue usado por Juan de Tapia en [ID0561]: «Fortuna sobre la tierra / me ha girada la faz, / mal me fallo con la guerra, / mucho peor con la paz». El refrán aparece también recogido en los Refranes que dizen las viejas tras el fuego, n. 287, véase O’Kane, pp. 123-124. Este poema del Rey tiene la forma clásica de zéjel o estribote. Copia: SA7-332 (160v-161r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López en tomar muerte por ti no sabes quánto me plaz.

4. Canción que hizo el rey don Juan, nuestro señor, que Dios aya263. [ID1802]

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Amor, yo nunca pensé, aunque poderoso eras, que podrías tener maneras para trastornar la fe, fasta agora que lo sé. Pensava que conoçido te devía yo tener, mas non podiera creer que eras tan mal sabido; nin tampoco yo pensé, aunque poderoso eras, que podrías tener maneras para trastornar la fe, fasta agora que lo sé.

5. Juan de Mena al rey don Juan quando salió de Madrigal contra el príncipe que venía de Arévalo264. [ID0163] Santa paz, santo misterio, triunfo viril de gloria, 263

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El primer verso del poema se cita en el juego poético de hacia 1460, [ID2304], como la canción que corresponde a la letra A. Los cinco versos iniciales fueron citados en [ID5211]: De Dioguo Marquam partindose donde estaua sua dama em que lhe da a comta do caminho, e em cada trova mete no cabo huuã cantigua feyta per outrem, «Por verdes em que cuidado». También aparece citado en [ID5901], en una serie de coplas empezadas por Dom Joam Manuel a huãs pancadas que deu hum tipre a hum tenor a abade em pagua doutras que lhe ja dera endereçadas ao duque dom Dioguo, «Huã musica senhor». En la quinta copla Tristam da Cunha cita [ID1802]. Por lo que se puede apreciar la canción gozó de popularidad durante todo el siglo XV. Copias: SA7-241 (104r), SA10b-135 (79v) y 12MO-7 (104v) y Juan de Mena, Las 300as con su glosa (Sevilla, Jacobo Cromberger, 27.V.1512). Los acontecimientos a los que se refiere el poema sucedieron en 1446, cuando Juan II se reconcilió con su hijo Enrique.

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concordia sin vituperio, de ambas partes victoria, de los pueblos refrigerio, vuestros bienes acarrean que los señores no sean de sus siervos cativerio. Esta paz bendita, santa, si es del todo limpia e pura, a los contrarios espanta, e a los vuestros assegura; ésta da virtud atanta que fará que todavía quien en mal tiempo confía llore mostrando que canta. ¿Quién non vos servirá claro, Rey de virtudes exemplo, siendo vos concorde templo con vuestro fijo muy caro? De lo futuro reparo, de lo passado indulgencia, quiera dar vuestra potencia, pues de bien y de clemencia nunca vos fuestes avaro.

Respuesta del Rey. [ID1803]. Juan de Mena, ¿quál imperio no faría sin secutoria*, o quál seso de Valerio265

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Copias: El poema y la respuesta se encuentran en SA10b-136 (79v) y 12MO-8 (104v). En SA10 la respuestas sigue al poema, mientras que en 12MO las estrofas del poema y de la respuesta alternan. Las dos coplas iniciales del poema de mena figuran en PN10-14 (67v) y RC1-161 (166v-167r) con el título: El mesmo a la paz, de Juan de Mena. En PN10-12 (66v-67r) el poema que comienza «Rey virtud, Rey vencedor» tiene como cuarta y última copla la tercera de Mena [ID0161]. La confusión es evidente, pues las tres coplas de [ID0161] tienen diez versos. Valerio: Se trata de Valerio Máximo, historiador romano del siglo I, autor de unos Factorum et dictorum memorabilium, colección de ejemplos de gran resonancia en la Edad Media; véase Ernst Bickel, Historia de la literatura romana, Madrid, Gredos, 1987, pp. 407-408.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López no negara su memoria, dando a unos sin çaherio*, dando a otros por que crean, que jamás nunca se vean en la casa del lazerio? Esta paz se me levanta, sé que dirán a mesura de aquella bendita planta que no niega mi fechura; duque por quien se adelanta mi bivir con mejoría, cuyas obras fueron vía que la paz se desencanta. Más que mármoles de Faro266 que mi coracón los tiemplo, en sus quereres contemplo más omildoso que amaro; nunca jamás desamparo contra ellos la paciencia, mas con alegre presencia apiado la inocencia del culpante, del ignaro.

mármoles de Faro: Recuérdese que en la isla de Pharos abundaba el mármol; San Isidoro, Etimologías, XVI, 5, 9: «Parius candoris eximii, lygdinus cognomento: hic apud Paron insulam nascitur, unde et Parius nuncupatus». Covarrubias s.v. faro, recuerda que de este mármol Ptolomeo Philadelpho construyó el faro de la isla.

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§18b. Álvaro de Luna, Condestable de Castilla (1388-1453)

Nació en 1388. En 1410 entró en la casa de Juan II como paje, puesto desde el que ejerció una enorme influencia sobre el joven rey. Fue nombrado conde de San Esteban en 1421 y Condestable de Castilla en 1423. Después de la batalla de Olmedo (1445), sucedió al infante Enrique de Aragón como Maestre de Santiago. Gracias al enorme poder que le concedió el rey267 acumuló grandes extensiones de tierra y riquezas. Consecuencia de su subida al poder fueron las rencillas que mantuvo con las más importantes familias de nobles de su época, que hicieron que al final perdiera el favor del rey y muriera ajusticiado en Valladolid. Le dirigieron poemas de loores o petición: Fernando de la Torre [ID3289], Juan de Dueñas [ID0460], Juan Alfonso de Baena [ID1483, 1506, 1547, 1581], Juan de Mena [ID0162, 0334, 0339], Juan Poeta [ID0187], y Alfonso Álvarez de Villasandino [ID0506, 1317-1319, 1321, 1322, 13241329, 1331-1338]. Muchos poetas compusieron poemas a su muerte: Fernando de la Torre [ID0097], Diego de Valera [ID0393, 0387], Pedro Guillén de Sevilla [ID1720], Antón de Montoro [ID1911] y Santillana [ID0106, 2904]. Los poemas del Condestable que editamos datan de entre 1423 y 1440. Es notable la variedad de metros que emplea, reflejando sus orígenes aragoneses y los músicos de la corte de Juan II. 1. Canción. Luna Condestable268. [ID2396] Si Dios nuestro salvador oviera de tomar amiga, fuera mi competidor. 267

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Recuérdense a este respecto las palabras de Fernán Pérez de Guzmán, Generaciones y semblanzas, p. 45: «Ovo asaz coraçón e osadía para açebtar e usar de la grande potençia que alcançó, ca o porque duró en ella grant tienpo e se le avía convertido como en natura, o porque su andança e presunçión fue grande, más usó de poderío de rey que de cavallero». El tema forma parte de la hipérbole sagrada. Véase María Rosa Lida de Malkiel, «La hipérbole sagrada en la poesía castellana del siglo XV», Estudios sobre la Literatura Española del siglo XV, pp. 291-309. Copia: SA7-2 (1v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Aun se m’antoxa, Señor, si esta tema tomaras, que justas e quebrar varas* fizieras por su amor; si fueras mantenedor* contigo me las pegara e non te alçara la vara por ser mi competidor.

2. Obras de don Alvaro de Luna, condestable de Castilla. Obras de poesía269. [ID2397]

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Porque de llorar e de sospirar ya no cesaré; pues que por loar a quien fui amar yo nunca cobré. Lo deseé e desearé ya más todavía, aunque cierto sé que menos avré que en el primer día de quien su porfía me quita alegría después que la vi, que ya más querría morir algún día que bevir ansí. Mas, pues presomí que desque nasçí

La forma estrófica que utiliza el Condestable es el lay, muy poco frecuente en nuestra poesía cancioneril. Álvarez Pellitero, Cancionero de Palacio, p. 6n, constata que en SA7 sólo aparecen dos poemas con esta estrofa.

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La poesía cancioneril. Antología por ti padesçer, pues gran mal sofrí, resçiba de ti agora plazer.

3. El Condestable270. [ID2560]. Yo sufro pena terrible la qual non puedo dezir, e de la mucha sofrir a mí sería imposible. 5

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La guerra con sus trabaxos es a mí gozo tan fuerte, que por reçebir la muerte no buscaría los ataxos; mas por lo desuso’scrito sufre trabaxo mi’spírito con muy grand dolor sentible.

4. Luna, Condestable271. [ID2576] Pues por mi culpa non veo, amigos, a mi señora, a quantos miro e oteo pido perdón luego agora. 5

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Señores, merezco pena e, por Dios, non se detarde de me echar en la cadena e después muy bien se guarde de me vesitar nenguno, dos a dos ni uno a uno, fasta que llegue la ora.

Copia: SA7-173 (82v). Copia: SA7-194 (87v-88r).

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5. Otra suya272. [ID2577] A tu discreta ordenança inclino mi voluntat, con fiança.

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Luzero de la verdat, usando de tu justiçia, no consientas que maliçia pueda cuentra* caridat; por esto con humildança pido a tu santidad lealtança.

6. Otra. El Condestable273. [ID2578] Mi persona siempre fue e allí será tod’ora servidor de una señora la qual yo nunca diré. 5

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Ya de Dios fue ordenado quando me fizo naçer, que fuesse luego ofreçer mi serviçio a vos de grado. Tomat, señora, cuidado de mí que soy todo vuestro, pues que me fallestes presto al tiempo que no diré.

7. El mesmo274. [ID2579] Aunque sé bien que enemigo de quantos aman seré, 272 273 274

Copia: SA7-195 (88r). Copia: SA7-196 (88r-v). Copia: SA7-197 (88v).

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La poesía cancioneril. Antología de sus amigas diré que no se igualen contigo. 5

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Non entiendas que lo digo por lisonja nin por arte que me pese por amarte, pues sé que en balde testigo; mas todo mi bien comigo no puedo non te querer, que fermosura e saber en pocas fue; yo me obligo.

8. Luna. Condestable275. [ID2580]

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Señora, bien se pareçe quien de fin amor* vos ama, que en vos pensar me recreçe estar por fuerça en la cama pensando en vos, madama. Ya no me basta de día, señora, estar pensando, ca aún de noche soñando vos veo, donosa mía; si de mí non se adoleçe vuestra fermosura e fama, mi coraçón se ofreçe a la muerte que lo llama pensando en vos, madama.

9. El mesmo276. [ID2581] Aunque mi gesto se ría, mi coraçón se entristeçe por no ver la que mereçe, sobre todas, mexoría. 275 276

Copia: SA7-198 (88v-89r). Copia: SA7-199 (89r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Por demostrar alegría con mi coraçón ataxo, argumentos con trebaxo me fazen que non devía, con los quales vençería a quantos oy son amados e amaran por sus pecados lealmente sin falsía.

10. Otra suya277. [ID2582] Mal me venga e mucho daño con pesar e amargura si vos fablo con engaño.

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Díxevos bien las verdades con toda lealtat pura; dixistes que neçedades vos dezía e gran locura; señora, no acabe este año sino con mucha tristura, si con vos tal arte apaño.

11. El mesmo278. [ID2585] Pues que por tu señoría no faze cançión presona, digo qu’eres la corona de quantas Dios Padre cría. 5

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De las que ante passaron no puedo dar fe nenguna, pero Dios e la fortuna en este tiempo dotaron muchas de grant fermosura;

Copia: SA7-200 (89r). Copia: SA7-204 (90r).

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mas contigo sólo una igualar no se podría.

12. Otra suya279. [ID2586] Tiempo es que nos veamos, gentil señora garrida; no quieras que la mi vida fenezca dond’acá estamos. 5

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Si yo muero por amores de la tu grant fermosura, a todos los amadores pornás en mucha tristura; los quales con amargura farán llantos de tristeza; miren bien tu gentileza e faz que ledos seamos.

13. Luna, Condestable. Esparça280. [ID2583]

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Diz que más sabe en su casa el loco que no en la ajena281; el cuerdo sufre gran pena diziendo: a fuego s’abrasa282 pone toda su fazienda; mas dexo yo esta contienda, e la emienda quiero ver cómo s’encasa.

Copia: SA7-205 (90r-v). Nos encontramos con dos composiciones a base de refranes. Copia: SA7-201 (89v). Referencia al refrán: «más sabe el necio en su casa que el cuerdo en la ajena». Alusión al refrán recogido en [ID4907]: «un fuego escondido que las entrañas abrasa».

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13a. Respuesta de Johan de Torres283. [ID2584]

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La verdat está muy rasa e, señor, la razón buena, pero tiene mal estrena qualquier que viejo se casa284; mas levantaré mi tienda ante que el fuego s’ençienda285, bien s’entienda; quiera Dios que tenga el asa286.

14. [ID7449]287

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Si flota os combatió, en verdad señor Infante, mi vulto no vos prendió quando fuistes mareante porque hiziésedes nada a una semblante figura, que estava en mi sepultura para mi fin ordenada.

Copia: SA7-202 (89v). En [ID8333] aparece el refrán: «Desventurado que viejo se casa, puebla su bosque y destruye su huerta». Refrán. Alusión al refrán: «tener la sartén por el asa». En un documento misceláneo de documentos históricos intitulado Privilegio de Sepúlveda y otros, procedente de la biblioteca de Felipe V, se halla copiada la primera copla de un poema de Álvaro de Luna contra el infante don Enrique de Aragón, que incluímos aquí. El poema viene introducido por el siguiente párrafo: «el Condestable fue a Toledo a ver la Capilla que allí hacía donde entre otras cosas se puso en ella un vulto de cobre del dicho Condestable, el qual el infante don Enrique [de Aragón] apoderándose de Toledo el año de quarenta deshizo... Dize más el comendador griego Hernando Pinciano que savido esto por el Condestable, hizo ciertas coplas contra el Infante que comiençan assí». El poema, por lo referido, sería compuesto en el año 1440. Copia: MN56-1 (142v) (1x8...).

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§18c. El infante Enrique de Aragón (1399-1445)

El infante Enrique de Aragón fue uno de los personajes más problemáticos de la corte. Juan II lo encarceló desde 1422 hasta diciembre de 1424 en La Mota, y entre 1429 y 1439 estuvo desterrado fuera de Castilla. Murió en 1445 a consecuencia de las heridas recibidas en la batalla de Olmedo. 1. El infante don Enrique288. [ID2294] Yo me siento tan leal, que no me puede nozer Fortuna con su poder.

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Muchos hay que desesperan con la guerra de Fortuna, por servir yo sola una quiero que morir me vean, ante que no ser atal que me supiesse empecer Fortuna con su poder.

2. El mesmo289. [ID0338] Mi bien tanto deseado cedo vos vean mis ojos, por que cesen mis enojos. 288 289

Copias: LB2-185 (185r), ME1-111 (107v) (3,7). El poema lo cita el conde de Mayorga [ID0401]; este poema fue compuesto antes de febrero de 1437, por lo que el poema del Infante debe ser anterior a 1429 cuando el de Aragón salió de Castilla.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Alegre sería aquel día que yo tanto bien oviesse que solamente vos viesse; yo de ál non curaría, mas por quitar este cuidado cedo vos vean mis ojos, por que cessen mis enojos. No podríades pensar que tan grand es mi desseo, en pensar que non vos veo no me puedo alegrar; mas por quitar este cuidado cedo vos vean mis ojos, por que cessen mis enojos.

Copias: LB2-186 (185r) (3, 7), ME1-112 (107v), MH1-79 (265r) (3,2x7). En LB2 falta la primera copla, y en MH1 la secuencia es 2, 1. LB2 y ME1 atribuyen claramente el poema al infante Enrique de Aragón, mientras que MH1 lo coloca entre las obras de Juan de Mena, con el título de Otra suya. Puesto que LB2 y ME1 derivan de la corte de Navarra, partidaria del Infante, su atribución tiene más visos de certeza.

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§19. Pedro de Santa Fe (¿1395?-¿1450?)

Pedro de Santa Fe fue hijo del converso Jerónimo Esperendeu de Santa Fe, residente en Zaragoza. Se graduó en Lérida en 1418, aprovechando una beca de Alfonso V. El 11 de julio de 1419 fue enviado por Alfonso V a Enrique de Villena para que sacara una copia de las Historias de Trogo Pompeio. Es posible que acompañara a Alfonso V en su primer viaje a Italia (1420-1424), pero sus poemas posteriores señalan su presencia desde 1425 en las cortes de Navarra y Aragón, pues dedica algunos de ellos a Isabel de Foxá y Timbor de Cabrera. Un poema de Juan de Dueñas [ID0461] confirma sus relaciones con el rey de Navarra, probablemente Juan II, el que fue infante don Juan de Aragón, que asumió la corona de Navarra a la muerte de Carlos III en 1425. Conservamos poemas fechables entre 1420 y 1425. Véase ahora sobre este poeta: Cleofé Tato, Vida y obra de Pedro de Santa Fe, A Coruña, Toxosoutos, 1999.

1. De la desigualdat que favor trae290. [ID2630] Pois por favor çierto sei a todo home o mellor, por tanto eu cridarei: «¡Ay favor!, ¡ay, Deus, favor!». 5

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Veyo un home entendido, savio, de bon sentimiento, e si non è favorido ha muy poco vaçamiento*; e pois tal conoçimiento

Este poema es una perfecta muestra de la vitalidad de la tradición gallega a principios del siglo XV. Copia: SA7-264 (123r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López ya m’atén* favor por ley, por tanto eu cridarei: «¡Ay favor!, ¡ay, Deus, favor!». Cato otro neçio, ludo*; si favor por seu lo priso, todos o dan por enviso e dizen qu’es muy sesudo. Quien favor ten por escudo tiene o mundo, tene o rey, por tanto eu cridarei: «¡Ay favor!, ¡ay, Deus, favor!». Quando ven a vía fora de quien save da so sprito, non cessa quien no adora o quien maldiz è bendito; donde eu repito reverençia le darei, por tanto eu cridarei: «¡Ay favor!, ¡ay, Deus, favor!».

2. Pedro de Santa Fe. El poder d’Amor291. [ID2630]

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Los hombres de Amor tocados non sienten, oyen ni veen, si saber o seso proveyen muy poco son escuchados; los más subtiles provados aquí pierden su sciencia, qu’en esta fuerte dolençia todos andan rebatados.

Este poema ofrece una definición del mal de amores bastante exacta, sobre todo la manera en que la razón no puede resistir sus ataques. También señala cómo hasta los santos han caído en sus redes. Sin embargo, acaba por declararse contento por estar enamorado. Copias: SA7-98 (43r-v), LB2-110 (145r-146r) (5x8, 4). En MN54-70 (96v-97v) y en RC160 (86r-87r) falta la finida, y se atribuye erróneamente a Diego de León.

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Aquí queda muy atada toda poderosa lengua, aquí es cierto que mengua toda sabieza pensada; la razón más esforçada, por mucho que se talae*, ésa que no cuida, caye: esta regla he hallada. Amor, quando hombre no cata, allega más que parece, si por muerte no fallece tal nudo no se desata; breve, sin pensar, rebata* dos quereres en amar, lo que él quiere allegar tarde o nunca desbarata. ¿Quál santo canoniçado fue de tanto apercebido que no aya fallecido si de Amor fue convidado? Fuerte, ardit*, bien armado, que de Amor tome combate, enante que no se cate se falla desbaratado292. Cavallero virtuoso no lo vi, o fue bien tarde, que ante de Amor covarde non sea o pavoroso; venga el muy más fermoso, faga quanto fer quisiere, que después ha conocer que Amor es avantajoso. Amor alto e poderoso, la cara vos pueda ver,

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Desde el verso 26 al 32 hay un recuerdo del refrán: «Hombre apercebido, medio combatido».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López que más amo vuestro ser cierto que non porfioso.

3. Deseo que aya mi señora conexença por la pasión de la mía293. [ID2239]

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Como yo, mi amor caya en penas de amar saber e guste tal desplazer, por que me quiera valer quando menester lo haya. Bien sé que avrá oído qu’el leal enamorado bive assaz tribulado con deseo muy seguido; mas querría qu’el sentido, qual es el mal que desmaya, ge lo dé a conocer, por que me quiera valer quando menester lo haya. Si mi señora llagada fuese del mal que m’atierra, aunque fiziese guerra sería con paz mesclada; la gentil enamorada, de mi voluntat talaya*, sienta qué es bien querer, por que me quiera valer quando menester lo haya. Dolor, tristor, ni tormento non deseo a mi señora, mas que haya qualque hora de mi afán pensamiento,

Poema interesante en el que el poeta desea que su amada sufra las mismas penas de amor que él. Torrella lo cita en [ID3068]. Copias: SA7-100 (44r-v), LB2-111 (146r-v), ME1-43 (77v-78r) (5, 3x9).

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e tome tal sentimiento que su gran cuita la traya a la mía conoscer, por que me quiera valer quando menester lo haya.

4. Santa Fe294. [ID2240] Quien bien ama lo que veye non se lo piensa veyer, temiendo de lo perder, veyendo no se lo creye. 5

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Creyer e después dubdar, triste, en pronto plaziente, sano, súbito doliente, morir e resucitar; estos tumbos me faz dar absencia cruel, mortal, e, por purga cordial*, salmos de muertos me leye.

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Lo que me faz’ consolar en mi dolor e tristeza, de vuestra parte, firmeza, de mí, fe sin recelar; e pues quieren mesclar

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Pues que me faz’ sospechar, Amor, en vuestra presençia, de los peligros d’absençia, ¿quién se puede asegurar? Amor me faze velar e, por sobras de leal, toma por çierto el mal e su bien siempre descreye.

El tema de esta composición es el de los «peligros de ausencia». Copias: SA7-102 (45v), LB2-112 (146v-147r), ME1-44 (78r-v) (4, 3x8).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López de una voluntat igual absençia, presençia, val al coraçón que deseye.

5. Otra suya295. [ID2248] En la cort de Amor pujé e pujando he caído, e caí como perdido perdiendo, seso cobré. 5

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Cobrando quíseme alçar, alçóme el su señuelo, señé, mas cansó mi vuelo, bolé sin res* alcançar; alcançé assaz pesar, pesé lo que non sentí, non sintiendo, yo caí, cayendo me desperté. Desperté por comedir, e comidiendo pensava que la mi piensa velava, mas el velar fue dormir; dormiendo fui a sentir, e sintiendo presumí que mi sentido fallí, e fallido ma avisé. Aviso a qualquier jüez juzgue si passo la raya, mal rayo cruel me caya si yo cayo otra vez; que vezado muy rafez* sería, que si bien vi,

En este poema Santa Fe utiliza imágenes de cetrería. Obsérvese el lexaprén entre los versos y coplas. Copias: SA7-252 (116v-117r), LB2-124 (154r-v), ME1-56 (84v) (4, 3x8).

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ver e ir do me repentí, a repentir me torné.

6. Otra suya296. [ID2250] Dezir mi mal me conviene según vos amo de grado, mas freno d’enamorado, que es temor, me retiene. 5

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Si la mi passión osasse mi gran cuita declarar, ora es que el callar e la vergüença quitasse; e pensat que lo callado de poco sentir no viene, mas freno d’enamorado, que es temor, me retiene. A mí conviene que conssienta como niño en el pedir, y en las cuitas e sofrir ser ombre de años treinta; según bivo trabajado no cumple que me refrene, mas freno d’enamorado, qu’es temor, me retiene. En demandar al comienço me hallo siempre, Amor, e antiguo servidor con dolor por en non vienço; non penséis por ser culpado que la mi lengua refrene, mas freno d’enamorado, que es temor, me retiene.

El tema es el recelo del amador a pesar de sus treinta años. Copias: SA7-254 (118r) (4, 3x8), pero sólo (4, 8) en LB2-126 (155r-v) y ME1-58 (85v).

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7. El contrast d’Amor. Santa Fe297. [ID2251] A qualquier parte que vaya he todo viento contrario, señora, tan adversario que non sé do me retraya. 5

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Niebla e mal continente, tu rostro siempre sañoso, me fazen andar pensoso mañas de triste penitente; y en tanto me desmaya este viento tan desvario* que passa tan adversario no sé dónde me retraya. Ergullo e brío loçano e gesto muy triunfante, condiciones de levante me desmayan sotamano*; a viento que así m’ensaya el caer es necessario, que es sobrero* adversario, no sé dónde me retraya. Pobres respuestas e frías que aparten de trasmuntana*, me son la muerte mundana de tu parte todos días; aquí conviene que caya a viento tan ordinario, que de mortal adversario no sé dónde me retraya. La calor de mediodía, de tus donaires partido, me ha la sangre convertido por mucho calient’ e fría;

Nos encontramos ante otro ejemplo del uso de la terminología marinera en sentido figurado. Copias: SA7-274 (131r-v), LB2-127 (155v-156r), ME1-59 (85v-86r) (4, 4x8).

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non parte de mí la raya d’este viento tan cossario, que de mal tan adversario no sé dónde me retraya.

8. La passión por la poca piedat de m’Aymía. Santa Fe298. [ID2488]

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Pues mi triste corazón lazra e siempre desea, diga con tribulaçión quien con sí mismo guerrea: «Tristis es anima mea». Más es muerte que bevir tal vida como yo bivo, non me querer recebir donde me dó por cativo; de gran cuyta non m’esquivo mas de poca devoción, e por tal persecución de mí todo amador crea: «Tristis es anima mea». Todo hombre quiere amar en lugar do es amado, e yo lazro por forçar donde me dan poco grado. Quien pasó por do he pasado e tiene tal opinión, sin esperar redención, mi cuytado verso lea: «Tristis es anima mea».

Como señala Álvarez Pellitero, ed. cit., p. 94n. aimía es una forma del lemosín que presentaba la connotación de ‘amada’. Santa Fe usa aquí una referencia bíblica: «Tristis es anima mea usque ad mortem» (Mateo, 26, 38 y Marcos, 14, 34). Es la base de la canción anónima «Harto de tanta porfía» [ID0678], citada en [ID2304] y [ID6637]. Copia: SA7-97 (41v) (5, 3x9).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López El quien osa sostener tan desesperada pena, en su tiempo espender sobra calidat agena; quien s’ata con tal cadena en tan esquiva presión prenga* por contemplazión quien su daño non provea: «Tristis es anima mea».

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§20. Juan Alfonso de Baena (c.1375-¿1435?)

La vida de Baena transcurre entre los años finales del siglo XIV y la primera mitad del siglo XV. Fue escribano del rey Juan II de Castilla. Por los datos que conservamos deducimos que fue un caballero villano de posición económica desahogada; poseía varias casas y tierras299. Sus obras pueden ser fechadas: 1406 -1407 -1415 1416 1421 1423-1425 1426-1430 -1435. Introduce sus obras en el cancionero que compiló así: Johan Alfonso de Baena: Reqüestas. Aquí se comiençan las canticas e dezires e preguntas e reqüestas que fizo e ordenó en su tiempo Johan Alfonso de Baena, escrivano del Rey, actor, conponedor e copilador d’este presente libro. Los quales dezires e reqüestas e otras cosas aquí puestas, que por el dicho Johan Alfonso fueron fechas e ordenadas, non es razonable nin conveniente cosa de las él alabar nin loar si son bien fechas e ordenadas e sotilmente limadas e escandidas, pero remítelo a la nobleza e discreçión e mesura de los leedores.

Su cancionero resulta ser atípico entre los cancioneros del siglo XV. Presenta un gusto especial por las preguntas-respuestas sobre temas religiosos y seudofilosóficos, muy de moda en el siglo XIV, e incluye en su colección los versos de escribanos y otros burócratas, dejando a un lado a los poetas más famosos y típicos de su época: Santillana, Juan de Dueñas, Mena, Lope de Estúñiga, etc. Parece haberse dado cuenta de que su colección (PN1) no caía bien en la corte, e intentó reparar su desacierto compilando MH1 (San Román), que no llegó a completar, donde incluye los poetas y géneros que había excluído de PN1.

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Véanse los trabajos de Manuel Nieto Cumplido, «Aportación histórica al Cancionero de Baena», Historia, Instituciones, Documentos, 6 (1979), pp. 197-218 y «Juan Alfonso de Baena y su Cancionero: nueva aportación histórica», Boletín de la Real Academia de Córdoba, 52 (1982), pp. 35-57.

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1. Petiçión que fizo e ordenó el dicho Johan Alfonso para el Conde don Fadrique e Álvaro de Luna300. [ID1483]

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Señores discretos a grant maravilla, el muy noblesçido conde don Fadrique, primo del alto, el Rey don Enrique que yaze en Toledo en rica capilla, e vos, muy leal, sin otra manzilla, lindo e fidalgo, Álvaro de Luna, fechura e criança, sin dubda ninguna, del Rey poderoso de muy alta silla: Señores, por quanto en toda Castilla, desí Portogal, también Inglatierra, en Françia, Navarra, por mar e por tierra, Granada, Valençia, después en Sezilla301, en tanta grant tierra que non sé dezilla está publicada la vuestra nobleza, esfuerço, grandía, valor e riqueza; por ende, yo çesso de más repetilla. Señores, concluyo por arte senzilla, yo non faziendo aquí más arenga de vuestras personas, que Dios las mantenga e guarde e acreçiente mayor su quadrilla; pero con mesura, como quien se omilla, con grant reverençia, merçet vos demando que sea otorgado en rico aguilando aquesto que pido por esta cartilla. Señores, sostiene qüistión e renzilla el muy sabio grande de Villasandino, también el fidalgo, poeta muy dino,

En este poema Baena se dirige a Álvaro de Luna y Fadrique de Castro, conde de Trastámara, sobrino de Enrique II. El poema es posterior a 1406, fecha de la muerte de Enrique III, y anterior a 1423, año en que el Conde recibió el título de duque de Arjona y el Condestable el de conde de San Esteban. Los dos poetas mencionados por Baena son Alfonso Álvarez de Villasandino y Fernán Manuel de Lando. Copia: PN1-358 (133r). Sezilla: Sicilia.

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Ferrand Manuel, gentil de Sevilla, comigo Baena, persona chiquilla; por ende, vos, nobles, graçiosos, corteses, seredes los juezes d’aquestos pleiteses*, oyendo sus metros en esta grant villa302. Señores, si ellos me quiebran costilla, que den en mis ojos catorze pujeses*; pero si les quiebro sus rezios paveses*, que amos sorraben* mi mula pardilla.

2. Esta pregunta fizo e ordenó contra Ferrant Manuel303. [ID1400]

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Gentil, deleitoso, fidalgo cortés, ardid, esforçado, de alta proeza, dezidme, señor, por vuestra nobleza, que plazer veades de quien bien querés: ¿de quál figura o en qué guisa es una donzella amar tres personas, sin ellas pedirla nin darle sus donas*, ofreçe su cuerpo ella a todos tres? E dize, por ende, que non faze mal, e sirve a cada uno e esle leal. Dezit cómo sea, señor, ¡qué gozés!

2a. Esta respuesta fizo e ordenó el dicho Ferrant Manuel contra la pregunta del dicho. [ID1401]

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Por muchos loores, señor, que me des, non cobro triunfo nin mayor alteza, antes te ruego, por grant gentileza, que tornes lo dicho del todo al revés. E luego, amigo, verás bien aprés*

esta grant villa: Puede tratarse de Sevilla. Es un ejemplo típico de la pregunta-respuesta tan frecuente en PN1. Copia: PN1-266 (88v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López la santa Donzella que tú me razonas que es coronada de lindas coronas e Reina del Çielo, segunt que tú ves.

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Las tres personas en un grado egual es una sustançia e Dios divinal, el qual por nosotros enclavó sus pies.

3. El dicho Juan Alfonso de Baena se quexó a Álvaro de Luna de los Mariscales304. [ID1547]

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Álvaro de Luna, yo só muy pensante por qué emaginan los dos Mariscales305 que dan çipotada* en mis atabales*, también el terçero, segunt el semblante; pero si el Rey de grant fermosura a todos nos tiene la plaça segura, yo vos prometo, creedlo por jura, que como sarmientos so tierra los plante. Por ende, señor, ayamos un juez que sepa muy bien jugar el axedrez, por que conosca quién guarda belmez* e fable limado sin mal consonante.

4. Petiçión que fizo e ordenó el dicho Juan Alfonso de Baena para el Rey nuestro señor306. [ID1482] Señor alto, Rey de España, por vos dar plazer e viçio* e fazervos grant serviçio, yo tomé carga tamaña 304 305

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Copia: PN1-419 (145r). los dos Mariscales: Se refiere a Pedro García de Herrera, Mariscal del Rey, hijo del Mariscal de Castilla, Fernán García de Herrera, y a Íñigo Ortiz de Estúñiga, Mariscal de Navarra. Se trata de otra petición al rey Juan II para que nombre un juez en una disputa con Villasandino y Fernán Manuel de Lando. Copia: PN1-357 (133r) (3x10, 6).

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de entrar en tal montaña contra dos tan sabidores e muy lindos trobadores, de Castilla los mejores ¡Líbreme Santa Susaña d’éstos dos e su compaña! Señor alto, Rey de España, pues Illescas307, viejo cano, e Manuel308 el sevillano amos tienen de mí saña, con mi lengua de guadaña, maguer tengo fea vista e non só grant coronista, juro a Dios que yo los vista del paño de tiritaña*309, e veamos quién regaña*. Señor alto, Rey de España, pues tenemos tales juezes que miren vuestros jahezes, si venimos de Alimaña310 o de Chipre o de Cucaña311, mande vuestra señoría que pierdan malenconía e tomen plazentería, sin enojo e sin zizaña, ca la burla non rascaña*. Señor alto, Rey de España, yo les mando mal otoño, ca les meteré el demoño; démelo por testimoño

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Illescas: Se refiere a Villasandino. Manuel: Fernán Manuel de Lando. paño de tiritaña: ‘Ridiculizarlos, vestirlo de una manera grotesca’. Alimaña: Alemania. Cucaña: Vieja conseja medieval de la tierra maravillosa de comida y holganza, sustituida posteriormente por el mito de Jauja (Perú). Vid. Eugenio Asensio, Itinerario del entremés, Madrid, Gredos, 19712, p. 47.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Ferrand López de Saldaña312, que de risa bien se apaña.

5. Este dezir fizo Juan Alfonso de Baena a la Condessa de Castro, pidiéndole favor313. [ID1592]

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Generosa, muy onrosa, linda doña Beatriz314, vos, graçiosa e fermosa, bien sabedes cómo fiz’ un dezir metrificado al notable muy onrado gran señor Adelantado por arte gentil gayosa*. Pues garrida, muy polida, luz e flor d’Avellaneda, muy guarnida, enriqueçida, bivades siempre muy leda; por la carga que tomastes quando mi carta librastes*, acabad, pues començastes, dueña muy enobleçida. Por ende, yo soplicando, las vuestras manos besando, señora, merçed demando, pues s’acerca la partida.

Ferrand López de Saldaña: Fernán López de Saldaña fue Camarero mayor del Rey Juan II y también ejerció el cargo de Contador mayor entre 1427 y 1434. Nos encontramos con una composición petitoria a una magnate, algo que ya habíamos visto en Villasandino. Copia: PN1-464 (152v-153r) (2x8, 4). doña Beatriz: Se trata de doña Beatriz de Avellaneda (m. 1436), condesa de Castro, esposa del Adelantado de Castilla, Diego Gómez de Sandoval, conde de Castrogeriz desde 1426.

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6. Este dezir fizo Juan Alfonso de Baena contra Juan Garçía de Vinuessa, reqüestándole por arte nueva, por quanto non sopo o non osó responder a la replicaçión postrimera de Juan Alfonso que está ante d’esto315. [ID1515]

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Johan Garçía, muy aína* se vido vuestro denuedo, pues mostrades, segunt cuedo*, quánta es vuestra dotrina; yo vos mando diçiplina de xarope* muy azedo; por ende, fablemos quedo en la linda poetría sin porfía, en caso qu’este manjar non es de vuestro paladar, yo diría: Johan Garçía, la sardina es sabrosa de Laredo e los rávanos de Olmedo e d’Arjona la gallina e del trigo la farina, o armiños para ruedo*, con bolsillas de Toledo para ir en merchandía* tomaría, mas ombre para trobar de Vinuessa de Melgar316 non querría.

Como se aprecia en estos versos contra Juan García de Vinuesa, Baena era capaz de componer poemas con un humor bastante picante y fuerte. Los versos 13-24 están copiados al principio de MH1, el Cancionero de San Román, la segunda compilación de Baena, de otra mano y con variantes [ID0282]: «El besugo e la sardina / es muy bueno de Laredo / y los faysanes de Olmedo / y de Xeres la gallina / y de trigo la harina / y armiños para ruedo / y bolsillas de Toledo / para entrar en merchandía / tomaría / mas ombra para trobar / de Medina de Pumar / no querría». Se trata de una aplicación de los versos a otro poeta desconocido. Copia: PN1-390 (138r) (6x12). de Vinuesa de Melgar: No hemos podido localizar ninguna Vinuesa de Melgar. Es posible que se trate de dos localidades distintas: Vinuesa (Soria) y Melgar (topónimo abundante en Burgos, Valladolid, etc.).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Johan Garçía, en la Marquina317 vos sabredes en Oviedo fazer natas de Mohedo318 o coger çerca Merlina319 las vellotas del enzina, arar en gran bohedo* con abarcas de masedo*; mas fablar con maestría meludía con donaire singular por el arte de rimar yo sabría. Johan Garçía, el Anriquina* vos mostró leer el Credo e las glosas del Grofedo320, escriptura santa e dina; pues mi seso determina qu’el doctor de Açevedo321 e el abad de Carrazedo322 judgarán sin vandería* mejoría al mi lindo replicar, e de vos me deven dar señoría. Johan Garçía, mi adefina* vos diré yo mucho çedo, pero póngovos degredo*

Marquina: Marquina distrito de Vizcaya, señorío de Tello, hermano de Pedro I. Mohedo: Posible referencia a Molledo (Cantabria), citado por García de Vinuesa en su respuesta a este poema de Baena, vv. 18-20: «garófilos de Molledo / de vendimias de viñedo / en manjar yo vos pornía» [ID1517]. Merlina: Posible referencia a la Merlina, propiedad de Martín Fernández Cerón, muy cercana a Sevilla, donde se recuperó de su enfermedad el infante Fernando de Antequera en 1407; véase Crónica de Juan II, ed. de Juan de Mata Carriazo, Madrid, RAH, 1982, p. 117. glosas del Grofedo: Se refiere a Gotfredus de Trani (s. XIV), que fue el primero en glosar los Decretales. doctor de Açevedo: Juan González de Acevedo, doctor en leyes, encargado del Sello de la Poridat en 1408; véase Crónica de Juan II, caps. 16 y 27. Carrazedo: El Bierzo (León).

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con mi lengua paladina, que vuestra arte tan mesquina non paresca, assí lo viedo*; pues Johan Gil de Rebolledo323 non trobó cosa tan fría, villanía fezistes en reqüestar, pues non sabedes fablar aljamía*. Johan Garçía, en arte fina non respondedes un pedo, pues ¿por qué ponedes miedo al Maestro en Medeçina? ca la vuestra capellina es rompida con mi dedo, si yo fago quanto puedo con mi linda escrivanía por que ría el muy alto Rey sin par, quando quisiere tomar alegría.

7. Este dezir fizo e ordenó el dicho Juan Alfonso de Baena como en manera de reqüesta e pregunta general contra todos los trobadores que le quisiessen responder, e tomó el empressa don Juan de Guzmán, hermano del conde [de] Niebla, el qual respondió e fue replicado por orden, pero antes respondió Rodrigo de Harana. Pregunta de Juan Alfonso de Baena324. [ID1557] A todos aquellos que son muy agudos en la poetría, que saben dictar,

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Johan Gil de Rebolledo: Parece tratarse de algún poetastro conocido en su época. Incluímos esta pregunta por su interés en relación con las teorías poéticas de la época. Le siguen, [ID1558-1566], una serie de respuestas y replicaciones entre Baena y Rodrigo de Harana, que mantienen las rimas de la pregunta, pero que descienden en cada poema en insultos y motejos mutuos. Copia: PN1-429 (147v) (2x8, 4).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López a todos los otros que saben trobar los dichos sotiles de los muy sesudos, a todos los ombres envisos e rudos que son derramados por todas las partes, a todos los sabios que saben las artes, les fago pregunta, también a los mudos. Dezidme, señores, por vuestra mesura, el arte de trobas si es por çiençia o es por engenio o es por femencia* o es por audaçia o es por cordura; o el arte gayosa si toca en locura, o aquel que la sigue si sube en el peso de ser estruido su cuerpo con sceso*, si non lo mampara* quien fizo Natura325. Quien bien respondiere quiçá por ventura será muy loado por más que poeta. Por ende, veamos quién pone careta* e juega de mate326 por arte madura.

quien fizo Natura: Dios. juega de mate: «hasta el final».

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§21. Juan de Dueñas (c. 1400-c.1460)

Pasó sus primeros años en Castilla, pero hacia 1427 se pasó al bando de los Infantes de Aragón, y más concretamente al servicio de Juan II y Blanca de Navarra. Tomó parte en el asedio de Nápoles en 1437, donde cayó prisionero y fue encarcelado en la torre de San Vicente. Allí compuso su Nao de Amor, [ID0032] «En altas ondas del mar». Volvió a Navarra hacia 1440 y murió aproximadamente en 1460. Tuvo relaciones literarias y sociales con Juan de Padilla, Santillana, Villalpando, Fernando de Guevara (en 1433-1435), Pedro de Santa Fe, el Infante Enrique de Aragón (en 1426), el rey Juan II de Navarra y Alfonso V de Aragón. 1. Misa de amores de Juan de Dueñas327. [ID0369] Beati de amores adsit nobis gratia. Amen.

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Judica me deus de amor por el tu bendito nombre, conservándome del ombre maldeziente pecador, y pues tu merced es tanta, de la falsa gente non santa me quieras librar, señor. Quia tu es deus fortaleza de todas mis alegrías,

Para el texto y notas véase Jules Piccus, «La Misa de amores de Juan de Dueñas», Nueva Revista de Filología Hispánica, 14 (1960), pp. 322-325; y para un estudio de su relación con la misa, Antonio Alatorre, «Algunas notas sobre la Missa de amores», Nueva Revista de Filología Hispánica, 14 (1960), pp. 325-328. Copias: MH1-109 (293v-294v), completa, con la fórmula métrica 2, 33x7, 4. En SA10b-207 (112r-v...114r), está incompleta, faltando el folio 113, por lo que sólo tiene 13x7, 4 ... 2x7, 4; además le faltan los dos versos iniciales.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López de las quales me desvías y me das mucha tristeza no doliéndote de mí, aunque siempre te serví sin temor y sin pereza. Emite lucem tan clara que pueda ver tu figura, pues que mi triste ventura del todo me desampara; y dame, señor, manera como ponga tu carrera delante mí por ampara. Et introibo al altar donde tu, señor, estás y ay conocerás que te serví sin errar; y por tu santa virtud será la mi juventud muy alegre sin pesar. Confitebor tibi luego en estrumentos estraños aquestos dones tamaños si los fazes por mi ruego; pues por amar conturbada es la mi alma cuitada en bivas llamas de fuego. Espera in deo me consuela y del grand pesar me guarda, mas quando veo que tarda todo mi plazer asuela; pues por te servir leal padesco dolor y mal328 que jamás no se me encela.

Refrán de amplio uso en la literatura medieval; aparece citado, entre otros, por Villasandino, Santillana y Fernando de Rojas; véase O’Kane, p. 141. También lo recoge el maestro Correas, p. 476: «Por ser leal, padezko mal; o padezko este mal».

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Gloria patri limpio manto d’amores, el qual cobijo válgame con el tu fijo, gracia del espíritu santo, Cupido, Venus y Apolo, tres personas y un dios solo, esto creo y más de tanto. Ego peccator errado, señor, no devo llamarme, pues nunca pude fallarme contra ti desmesurado, de lo qual no me arrepiento nin me plaze nin consiento en los fechos del culpado. Et tibi pater, más que Mares poderoso, dios de amores, confieso que sin errores he visto tantos pesares quantos amante no vio nin Palomades329 sufrió por la muger del rey Mares330. A ti deo rueguen los santos y santas de la tu corte que me des algund conorte* destruyendo mis quebrantos, que bien meresco la gloria lealmente sin discordia, pues mis servicios son tantos. Misereatur mei Tristán y Lançarote del Lago, quien mató al endriago*,

Palomades: Caballero de la Tabla Redonda. rey Mares: Rey de Cornualla y marido de Iseo, amada por Tristán. MH1 y SA10 confunden Ares (Marte), marido de Afrodite (Venus) con el rey Mares, y Palamides (Palamedes, matado por Ulises) con Palomades.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López sea mi buen trujamán, con otros canonizados, leales enamorados, que en tu santo reino están.

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Salve sancta que pariste al amor leal estable, Venus, deessa onorable, ¡quán en buen día naciste, señora! pues quando quieres dar parte de tus plazeres alegre fazes al triste. Virgo dei engendradora, pues tan noble fijo tienes, danos parte de tus bienes, bendita madre señora, y no tengas tú por bien que padesca por ti quien lealmente se enamora. Quirieleisón, quireileisón, quirieleisón si por bondad cristeleisón y lealtad de aver mal mi coraçón, cristeleisón, cristeleisón cristeleisón das alegría quirieleisón yo la devría quirieleisón ver con razón. Gloria in excelsis a dios y en tierra paz escurantes* a vos, leales amantes, y a mí, señoras, con vos, y desque nos galardone por su merced él perdone a los que son contra nos. Laudamus te y laudamos el tu grand poder tamaño

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por el grand plazer estraño que tus amantes esperamos; a ti, señor, bendezimos por quantas cuitas sufrimos, e muchas graçias te damos. Lectio libri del saber: Amor en aquellos días, segund que puso Macías lo deven todos creer, que por trabajos que vea quien con amores guerrea que siempre muestre plazer. Et sit Sion de amor fuere fasta’l siglo por venir, cada qual deve seguir todo el plazer que pudiere, sin fazer señora servienta sabed que mártir se cuenta el que en esta ley muriere. Benedicti son credentes las obras de aquesta santa, a dios de Venus se canta, madre de los padeçientes, de lo qual yo no recelo, antes creo que es consuelo y salud de los dolientes. In illo tempore estavan fablando Paris y Elena a Venus la mucha pena que los amantes pasavan, deziéndole si podrían saber por qué padecían los que muy leal amavan. Et ait illis mal paresçe que vos sepáis quánto uso,

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López que éste es un secreto incluso que a mí sola perteneçe; pero segund obrará cada qual d’ellos avrá el galardón que mereçe. Felix michi muy escogida y grand deessa nombrada, Reina bien aventurada de virtudes bastecida, porque tanto mal padesco, señora, yo te ofresco de todo punto mi vida. (Verso guillotinado) bendita Reina comigo y como a siervo y amigo de tu gracia me proveas, y con otros que te adoran y muchas gracias te oran por que no los desposeas. Vere dignum et justum es que te dé gracias la gente y te sirvan lealmente todos los días del mes; eso mesmo justa cosa es que tú muy generosa galardón bueno me des. Et ideo quando veremos los tus amantes leales que tú, señora, nos vales y ordenes que gozemos, aviendo firme esperança en la tu buena estança en alta boz cantaremos: Sanctus sanctus ya te cante todo leal que non yerra,

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pues que son cielos y tierra llenos de gloria bastante; mas por tanto no se esfuerçe de aver plazeres quien tuerçe la carrera del amante. Pater noster que proveas a los que amor desereda, dame saber como pueda aver gracia do tú veas que yo meresco grand parte, y tu merced non me aparte de los que en gloria poseas. Et ne nos inducas poderoso a malas penas mundanas, nin dexes fer obras vanas al que es tu siervo omildoso; antes, señor, nos defiende de qualquiera que contiende contra Rey generoso. (Verso guillotinado) de las penas en que estó agnus dei, si por mí no, por la tu gracia bendita, agnus dei ayamos paz o tregua si no te plaz’, ¡vaya la guerra maldita! Ite misa est benditos los que buen amor* avedes, a Venus dando mercedes en clamor y altos gritos; y grand firmeza tened que nos dará su merced muchos bienes infenitos. Salve sancta Regina al siempre te complaze

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López pues tan menester nos faze tu salud santa muy dina, y de tormento relieva los tristes fijos de Eva por la tu gracia divina. In hac lacrimarum vale nunca vemos día bueno con nublado nin sereno nin con el sol quando sale; y pues amor tal [se] muestra, dinos, esperança nuestra, el bien obrar ¿qué nos vale? Oculos ad nos converte y tu vista nos consuele, como madre que se duele de sus fijos a la muerte; y no quieras que perescan nin que tanto mal padescan los que te caben en suerte. Ora pro nobis tan fuerte que seamos fechos dinos de seguir por tus caminos, dios de Venus, fasta verte.

2. Dezir que fizo Johan de Dueñas331. [ID0477]

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Entre todos los cuidados que yo, cuitado, cuidava, uno de los olvidados en que ya menos pensava, ayer, día de Sant Joan,

San Juan, la verbena tradicional de los enamorados, se entreteje con el empleo ingenioso de un refrán para producir un efecto interesante. Copias: SA7-306 (146r-v); MH1-212 (431v).

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La poesía cancioneril. Antología me renovó tal afán que la meitat abastava.

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De lo qual más que de cosa me fago maravillado según la pena quexosa de quando era enamorado; que si yo por bien toviera, escarmentado deviera quedar del tiempo passado. Ca según el gran pesar que largo tiempo sofrí, bien me deviera guardar, poderoso Amor, de ti; pero si no me guardé y algún daño cobré, bien empleado es en mí. Que ya tanto me fingía en libertat e plazeres que yo, Señor, non temía punto ni más tus poderes; e si por esto padezco, yo confieso que merezco tanto mal quanto me dieres. Mas ya quanto bivo sea yo, Señor, nunca diré, por turbada que la vea: «De esta agua non beveré»332. Ca fuerte cosa es la sed, antes, señora, merced de ti siempre esperaré. Y nunca te maldiré mientra que el seso me baste,

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Refrán de amplio uso en la tradicón cancioneril; véase O’Kane, pp. 43-44.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López pues tal agua me mostraste que con razón codicié.

3. Coplas333. [ID0485]. Amor, temor y cordura fazen callar en presencia el deseo, que en absencia, dezir me manda tristura. 5

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Tú ausente, con pensar ayunto todas mis penas en razones atán buenas que te pienso enamorar; mas temor, que faze estar al que finamente ama334, mi saber todo derrama quando veo tu figura. La voluntad que me engaña, tú absente me da pena, en presencia me refrena el grand temor de tu saña; en toda parte me daña la mi alma que te adora, en tal manera, señora, es mi vida sin ventura.

4. Dezir. Johan de Dueñas335. [ID2606] Vi, señora, una carta, pero non de vuestra letra, cuya intençión penetra 333 334 335

Copia: MH1-221 (353v-354r). finamente ama: Compárese «fin’amor», «buen amor». Este dezir es interesante por las referencias a Tristán e Iseo, Amadís y Oriana con la Ínsula del Ploro, y el rey Apolonio de Tiro. Copia: SA7-233 (101v-102r).

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mi coraçón e lo farta de dolores infinitos; mas Dios quiera, pues mintieron, que, los que tal vos dixieron, todos sean d’Él malditos. Pero dudo yo, señora, que pusiéssedes vos duda en aquel que nunca muda su pensar de vos un ora; maguer que me maravillo por vuestra carta que vi, en tomar vos contra mí sin porqué tal omezillo*. Car sin bebrage* amoroso, como ya fue don Tristán, gentil señora, sabrán que vuestro gesto fermoso me conquistó por tal vía que Dios nunca me dé bien si siento en el mundo quien más de grado serviría. Pues pensad bien qué dezís. mi señora verdadera, que por çierto si yo fuera en el tiempo d’Amadís, según vos amo y adoro muy lealmente, sin arte, nuestra fuera la más parte de la ínsola del Ploro336. Que Apolonio luego viera337

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Como muy bien ha señalado Avalle-Arce, Amadís de Gaula: el primitivo y el de Montalvo, México, FCE, 1990, pp. 83-85, no aparece en el Amadís ninguna ínsola del Ploro, sino que ésta se encuentra en el Tristán español, y proviene del Chastiax de Plor del Tristan en prose. Apolonio: Se trata del héroe de la Historia Apollonii regis Tyri, libro muy conocido en la Edad Media, y del que deriva el Libro de Apolonio. Vid. Libro de Apolonio, I, ed. de Manuel Alvar, Madrid, Fundación Juan March, Editorial Castalia, 1976, pp. 113-182.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López que lo passava en amar, pues su señora igualar con vos nunca se pudiera; qu’en sus libros non se muestra, ni por ninguna escritura, que su mucha fermosura igual fuera de la vuestra. Pues, por cierto, mis amores, no fuera suya tan plana de la gentil Oriana338 la capilla de las flores339; ni fuera tan escogida en beldad, yo assí lo creo, la hermosa reyna Iseo si vos fuérades naçida. Por lo qual toda mi vida, aunque la passe muy fuerte, fasta el día de mi muerte vos serés de mí servida.

5. Dezir. Johan de Dueñas340. [ID2641]

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Señora, yo escriví a vos y a mi cruel madre, enemiga de su padre, el qual respondió por sí; mas yo, triste, que sofrí con voluntat sana e buena, bien sirviendo mucha pena

Oriana: hija de Lisuarte y de Brisena, esposa de Amadís de Gaula. También esta es referencia es problemática, pues tampoco existe una clara referencia a una «capilla de las flores» en el Amadís. Avalle-Arce, ibidem, p. 86, concluye que nos encontramos ante una «clara alusión a las pruebas de lealtad amorosa que introduce en el segundo libro del Amadís el viejísimo escudero Macandón», en el que se habla de un «tocado de las flores». Este dezir es curioso por su empleo de refranes versificados. Copia: SA7-279 (132v-133v).

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por la respuesta que oí, este enxemplo puse aquí: 10

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«Quien matar quiere su perro e non sabe en qué manera, aunque nunca faga yerro busca achaque donde muera»341. Assí vos, señora mía, avéis gana de mi muerte, mas no sé quién lo conçierte justamente, sin falsía; tan sin arte vos sirvía, siervo e serviré, señora, que non çesso sola una ora servir vuestra señoría, mas diré sin alegría: «Mas me valer ... que no creer de ligero, pues que non puedo tornar mi coraçón do primero»342. Assí yo, pues con locura creí quanto me dixistes, devo caer con los tristes en fonda cárcel escura biviendo con amargura; e será bien empleado pues serví do no me han grado, mas diré yo sin ventura este enxemplo con tristura: «El que siembra en mal barvecho e da oro por arambre,

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Refrán que con variantes fue recogido por Francisco de Espinosa, pp. 68-69: «Quien el can quiere matar, rrabia le ha de levantar» y añade: «Y de aquí se entiende otro proverbio que dize, Levantalde agora que ravia, que es quando alguno anda buscando para haçer mal a alguno». El primer verso de esta refrán está incompleto, por lo que no hemos podido localizarlo.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López si Dios me ayude, es derecho que después muera de fambre»343.

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Assí, pues sin discreçión sembré mi trigo en laguna344, aunque lo pudra fortuna, si Dios me ayude, es razón; pues vos di mi coraçón, mi voluntad, cuerpo e alma, mi mal non deve aver calma pues yo mesmo fue ocasión, mas diré toda razón: «El que antes de su muerte da lo suyo simplemente, mereçe por mala suerte con un gran maço en la frente»345. Assí yo, pues di lo mío a vos, a quien tanto amé, con razón padeçeré fambre, sed, dolor e frío; señora, sobre mar guío navegaré, aunque peno, que algún tiempo estará lleno mi barco que está vacío e diré estando en el río: «Si cuitas, pesar, me diste, poderoso Amor loado, tal emienda me feziste que me tengo por pagado».

O’Kane, p. 59, cita unos versos de Villasandino con una variante de este refrán: «Nesçio ... / ... commo quien siembra syn tener barbecho». Refrán ya citado por Villasandino: «Non sembrar / en río nin en laguna». Sebastián de Horozco, Teatro Universal, p. 548, recoge: «Sembrar en el arena / es perder la simiente». Francisco de Espinosa, p. 93, cita este refrán: «Quien da lo suyo antes de su muerte mereçe que le den con un maço en la frente». Hernán Núñez, p. 172: «Quien da lo suyo antes de su muerte, que le den con un mazo en la frente».

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Por que sea consolado merçed, señora, vos pido, si erré o he fallecido de que sea perdonado, mas diré de lo passado: «Si te diere la cabrilla, acorre con la soguilla»346.

6. Coplas de Juan de Dueñas al rey de Navarra sobre una pregunta que le mandava que fiziese a Pedro de Santa Fe347. [ID0461]

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Noble rey de quien espero, de grado preguntaré e Pedro de Santafé, si vos fuéredes plazentero, pero quiero que veáis vos, señor dino, quien sabe bien el camino ha guía por el sendero348. O si mandáis que le pregunte, sea limpia la qüestión, sin ningund gaçafatón por que el dezir no se unte, mas ayunte razones prestas y onestas y sus palabras modestas con primos puntos prospunte*. Por que do fueren oídos

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Espinosa, p. 236, recoge: «Quando te dieren la vaquilla acude con la soguilla». Horozco, Teatro Universal, p. 490, explica: «Acorre luego priado / quando ya vieres la tuya / no seas tan descuydado / que lo que avies negociado / de entre manos se te huya». Este poema sirve para demostrar la relación entre Juan de Dueñas, el rey de Navarra y Pedro de Santa Fe. Ignoramos cuál fue la pregunta dirigida a Santa Fe ni las circunstancias, pero sería posterior a 1425. Copia: MH1-195 (348r-v). O’Kane, p. 72, recoge: «Priado cae quien camino non sabe».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López nuestros dezires limados, por buen compás mudados los ayan por escogidos, enxeridos en árbol noble graçioso, a los juzgar generoso aplicad vuestros sentidos. Señor, porque se esamine y apure la verdad, vuestra merçed, por bondad, este hecho determine y afine los malos motes nuestros, quanto yo con los discretos es forçado que camine. Que gentil pluma cortada y buen papel ciptí*, sentimiento que es en mí, y negra tinta gomada, emparada, lo tengo, señor, a todo, si no saliere del lodo no me paguéis la soldada. Rey señor, d’esta vegada rebentar por los ijares, o romper los valladares do la graçia está ençerrada.

7. Johan de Dueñas349. [ID0348] ¡Vida llamáis a mi vida! Llamalla muerte raviosa, 349

Copias: MH1-219 (353v). La primera estrofa de estas coplas figura en MH1-91 (275v) bajo el título de Coplas que fizo Lope d’Estúñiga. Es probable que Dueñas ampliara la copla de Lope.

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pues de quanto codiçio cosa no se me faze complida; la libertad he perdida, cativerio he cobrado por amar desigualado quien mis plazeres olvida. La congoxa no creída de mi secreto pesar ya no se puede tardar que non me quite la vida; atanto de mí temida que non vos oso rogar, vos me podríedes librar sola seyendo comedida. De tenervos por señora sed vos çierta todavía, pues que sois mi guiadora de esperança y de alegría.

8. Coplas350. [ID0488] Aunque veo que es mi daño ser de ti, señora, yo por tuyo todo me dó en estrenas del buen año. 5

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Y renunçio de oy más todo mi libre poder a ti que puedes fazer de mí quanto te querrás; y con un amor estraño con que mi alma te adora me dó por tuyo, señora, en estrenas del buen año.

Copias: MH1-224 (354r) y SA7-26 (11v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Y si merçed me fizieres, la razón tienes por ti, si no, sea fecho en mí lo que más por bien tovieres; que tu poder es tamaño y tanta mi lealtança, que me dó por esperança en estrenas del buen año.

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§22. Juan Rodríguez del Padrón (¿1395?-¿1445?)

Juan Rodríguez del Padrón o de la Cámara, poeta y novelista, fue tan legendario como Macías. Ambos eran gallegos, y Juan Rodríguez era muy consciente de este hecho como se aprecia en el epitafio que aparece al final de sus Siete gozos de amor [ID0192]. No tenemos demasiados datos sobre su circunstancia vital, pero podemos afirmar con toda seguridad que nació a finales del siglo XIV en Padrón (La Coruña), y que pasó cierto tiempo como paje en la corte de Juan II de Castilla, por lo cual se le llama también de la Cámara. En 1430 se hallaba en Asís con el cardenal Juan de Cervantes y asistió al concilio de Basilea en 1434. Parece que ese mismo año fue expulsado de la corte. Es probable, pero no está confirmado, que hiciera un viaje a Tierra Santa, donde profesó como franciscano hacia 1442. Posiblemente volvió a España el año siguiente, y aquí habría que situar su muerte hacia 1445. Por el tono de sus poemas y lo que notamos de sus versos a lo profano es obvio que pertenecía a la primera generación de poetas del siglo XV. Cualquier lector de su novela Siervo libre de amor, escrita alrededor de 1430, puede apreciar que se trata de un genio muy original. Circularon muchas leyendas sobre sus amores, incluso se habló de sus relaciones con la reina María de Castilla, primera mujer de Juan II, pero nada podemos afirmar con certeza sobre esta o cualquier otra de sus aventuras amorosas. Para más detalle sobre su vida y obra véase María Rosa Lida, «Juan Rodríguez del Padrón: vida y obras», en Estudios sobre literatura española del siglo XV, pp. 21-144. 1. Juan Rodríguez del Padrón351. [ID0017] Sólo por ver a Macías e por de amor me partir, 351

Juan Rodríguez combina en este poema la leyenda de Macías con una asociación muy atrevida de la Resurrección, lo que constituye otro ejemplo de hipérbole sagrada; cpse. Los siete gozos del Amor [ID0192]. Copias: MN54-29 (61v), PN4-12 (37v), PN8-12 (20v), PN12-7 (9v) y RC1-29 (62r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López yo me querría morir, con tanto que resurgir pudiesse dende a tres días. Mas luego que resurgiesse, ¿quién me podría tener que en mi mortaja non fuesse, linda señora, a te ver? Por ver qué planto farías, señora, o qué reír, yo me querría morir, con tanto que resurgir pudiesse dende a tres días352.

2. Juan Rodríguez del Padrón353. [ID0022] Aunque me vedes assí, cativo, libre naçí.

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Cativo, libre naçí, y después, como sandío, perdí mi libre alvedrío, que no so señor de mí; sin cobrar lo que perdí nin fallar mi poderío, ¿cómo diré que soy mío? ¿Cómo diré que soy mío, pues no soy enteramente? Aunque dixiesse otramente, diría un grand desvarío; por ende, digo y porfío

Este chiste sacroprofano es idéntico al de Pero García Burgalés en una cantiga de escarnio contra otro trovador: «e por se meter por mays trobador / por que lh’ela non quis ben fazer / fezessel en seos cantares morrer / mays resurgir depoys ao tercer dia»; citado por María Rosa Lida, «Juan Rodríguez del Padrón...», p. 37. Este poema se halla incluído al final de su Siervo libre de amor. Es interesante el lexaprén. Copias: MN20-5 (272v-273r), PN4-17 (39v), PN8-19 (25v) y PN12-14 (14r).

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que por servir lealmente, no soy siervo, mas sirviente. No soy siervo, mas sirviente, pues que libre fui llamado en el tiempo ya passado, que no puede ser presente, quando yo primeramente conoçí, por mi pecado, la que me tiene olvidado. La que me tiene olvidado se piensa que padeçer es el verdadero ser de qualquier enamorado. ¡Veréis do sirvo, cuitado! ¡O quién se pudiesse ver fuera de estraño poder! Fuera de estraño poder en el tiempo que solía, ¡quántas vezes maldizía los que vía assí perder, no pensando de caer, ni seguir la triste vía de quien tanto mal dizía! De quien tanto mal dizía, siendo libre sin cuidado, ¿qué diré, siendo forçado del sentido que avía? ¡Llamáis ventura la mía! Quanto menos soy amado, de amor soy más aquexado. De amor soy más aquexado que ombre de su valía: ya no sé qué es alegría, plazer, ni buen gasajado. Tantos males he passado

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López que, par Dios, aunque me vía, ¿pensáis que me conoçía? ¿Pensáis que me conoçía? Par Dios, no me conoçí, tan turbado me sentí del semblante que traía; e assí diré todavía: «Aunque me vedes assí, cativo, libre naçí».

3. Juan Rodríguez del Padrón354. [ID0011] Bien amar, leal servir, gritar e dezir mis penas, es sembrar en las arenas355 o en las ondas escrivir356. 5

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Si quanto tanto serví sembrara en la ribera, tengo que reverdeçiera o diera fruto de sí; y aún por verdad dezir, si tanto yo escriviera, en la mar muy bien pudiera todas las ondas teñir.

Las metáforas empleadas en esta canción son antiquísimas: sembrar en las arenas y escribir en el agua. Copias: PN4-8 (33v), PN8-8 (16r-v), PN12-3 (5v), MN54-27 (61r) y RC1-27 (61v). Refrán de amplia tradición lo recoge, entre otros, Horozco, Teatro Universal, p. 548: «Sembrar en el arena / es perder la simiente». Recuérdese también la parábola del sembrador, Mateo, 13, 1-8. Correas, p. 583, recoge: «Hazer una rraia en el agua para ke no se deshaga». En Celestina, p. 289, aparece: «quiero hazer una raya en el agua».

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4. Antygua canción mía357. [ID4292]

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Pues que Dios y mi ventura me han traído a tal estado, cantaré con grand cuidado «Cativo de mi tristura»358. No sé qué postremería ayan buena los mis días, quando el gentil Macías priso muerte por tal vía; por ende, en remembrança cantaré con amargura: «Cuidados y maginança»359, «cativo de mi tristura». Los que me vieren assí no ayan a maravilla mi grave cuita y manzilla, que tal señora perdí; por lo qual por tribulança cantaré con amargura: «Ya, señora, en quien fiança»360, «cativo de mi tristura».

5. Otras suyas361. [ID6127] ¡Ham, ham, huid, que ravio! Con ravia, de vos no trave, por travar de quien agravio recibo tal y tan grave. 357

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Juan Rodríguez incluyó este poema en su Siervo libre de amor. Copia: MN20-7 (273r). Este verso pertenece a un poema de Macías, [ID0131]. Se trata del verso de un poema, [ID2509], que aparece como anónimo, pero que por su aparición en esta composición podría ser atribuído a Macías. Este verso pertenece a un poema de Macías, [ID0447]. El poema refleja el refrán citado por Macías [ID0131]: «Can ravioso e cosa brava / de su señor que trava». Como señala María Rosa Lida, «Juan Rodríguez...», p. 42, este refrán ya aparece en el Libro de Buen Amor, 1704ab. Copia: 11CG-166 (92r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Si yo ravio por amar, esto no sabrán de mí, que del todo enmudescí, que no sé sino ladrar. ¡Ham, ham, huid, que ravio! ¡O quién pudiesse travar de quien me haze el agravio y tantos males passar! Ladrando con mis cuidados, mil vezes me viene a mientes de lançar en mí los dientes y me comer a bocados. ¡Ham, ham, huid, que ravio! Aullad pobres sentidos, pues os hazen tal agravio, dad más fuertes alaridos. No cessando de raviar, no digo si por amores, no valen saludadores362 ni las ondas de la mar. ¡Ham, ham, huid, que ravio! Pues no cumple declarar la causa de tal agravio, el remedio es el callar.

6. En nombre de su amiga, quando huyó d’ella363. [ID0124]

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¡O desvelada sandía, loca muger que atendí! Dezías: «Verné a ti», e partiste por tal vía: ¡desseo sea tu guía!

saludadores: «Saludar, en otra sinificación, vale curar con gracia gratis data; y a los que ésta tienen llamamos saludadores, y particularmente saludan el ganado... y de que ésta [la saliva] tenga virtud para algunas enfermedades rabiosas ay un lugar en Plauto»; Cov., s.v. saludar. Este poema, puesto en boca de su amiga de Basilea, tuvo que ser compuesto en 1434, año en que Rodríguez del Padrón abandonó el Concilio que se celebraba en la ciudad suiza.

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Por pena quando fablares, jamás ninguno te crea, quantos caminos fallares te buelvan a Basilea; vayan en tu compañía cuitas, dolor e cuidados; fuyan de ti los poblados, reposo e alegría, claridad y luz del día. El trotón que cavalgares quede en el primer villaje, las puentes por do passares quiebren contigo al passaje, e por más lealtad mía penes, non devas morir; si otra cuidas servir, a la ora yo querría ver la tu postrimería. En tiempo de los calores fúyante sombras e ríos, aires, aguas e frescores; sol e fuego e grandes fríos, tristeza y malenconía sean todos tus manjares, fasta que aquí tornares gritando: «¡Merced, valía aya de tu señoría!».

7. Esta cantica fizo Juan Rodríguez de Padrón quando se fue meter fraire a Jerusalén en despedimiento de su señora364. [ID0125] Bive leda si podrás, e no penes atendiendo,

364

Copias: LB1-79 (29r), LB2-122 (151v-152r), ME1-54 (82r-v), MN54-31 (62r-v), PN8-17 (24r-25r), PN12-12 (13r-v) y RC1-31 (62v-63r). Esta canción conoció un gran éxito en los siglos XV y XVI. Fue citada por Gómez Manrique [ID3358], por Garci Sánchez de Badajoz [ID0662] y por Costana en su largo poema citador

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López que según peno partiendo non esperes que jamás te veré nin me verás. ¡O dolorosa partida de triste amador que pido licencia e me despido de tu vista e de mi vida! El trabajo perderás en aver de mí más cura, que según mi grant tristura non espero que jamás te veré nin me verás.

8. El mesmo365. [ID1980]

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Tan fuertes llagas de amor trabajan la vida mía no te viendo, que sin pena e sin dolor todo el mundo quedaría, yo moriendo. Congoxa, dolor, tormento e quantas penas sentir por amor e comedir se podrían, yo las siento de tanto mal sofridor. Cada ora e cada día soy biviendo,

[ID0732]. Fue glosada por Luis del Castillo [ID6918] y por Burguillos, en el siglo XVI, [ID1993]. Copias: Aparece como respuesta a ID0124 en LB1-80 (29r), MN54-32 (62v-63r), PN12-13 (13v-14r), PN8-18 (25r) y RC1-32 (63r-v). Sin [ID0124] se encuentra en LB2-119 (150r-v), ME1-51 (81v), MP2-108 (163r), PN1-470 (156r) y SV1-25 (37v-39r). Como consta en el índice también estaba copiada en el Cancionero musical de Montecasino, MA1. En este poema Juan Rodríguez del Padrón exagera su sufrimiento amoroso en los versos finales de cada copla. Copias: LB2-120 (150v-151r), ME1-52 (81v-82r), MP2-148 (168v).

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que sin pena e sin dolor todo el mundo quedaría, yo moriendo. ¡O muerte! singular gloria viniendo me puedes dar, que pueda el mundo dexar sin pena por mi memoria. Bivo tan triste amador, la tu cruel señoría atendiendo, que sin pena y sin dolor todo el mundo quedaría yo muriendo.

9. Juan Rodríguez del Padrón366. [ID0408]

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Fuego del divino rayo, dulce flama sin ardor, esfuerço contra desmayo, consuelo contra temor, alumbra tu servidor. La falsa gloria del mundo e vana prosperidad contemplé; con pensamiento profundo el centro de su maldad penetré; el canto de la serena oya quien es sabidor, la qual, temiendo la pena de la fortuna mayor, plañe en el tiempo mejor.

El poema refleja la conversión religiosa del poeta; podemos datarlo hacia 1442. Copias: GB1-35 (257v-258r), LB1-86 (29v), MH1-147 (317r-v), MN54-9 (18r), RC1-9 (18v-19r), VM1-9 (17r-v), 11CG-29 (17r). En LB1 y 11CG sólo están copiados los 10 versos iniciales.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Assí yo, preso de espanto, que la divina virtud ofendí, comienço mi triste planto fazer en mi juventud desde aquí; los desiertos penetrando donde en esquivo clamor pueda, mis culpas llorando, despedirme sin temor de falso plazer e onor. Adiós, real esplandor que yo serví y loé con lealtad, adiós, ca todo el favor e quanto de amor fablé es vanidad; adiós, los que bien amé, adiós, mundo engañador, adiós, donas que ensalcé, famosas, dignas de onor, orad por mí, pecador.

10. Juan Rodríguez de Padrón quando quemó sus papeles367. [ID0775].

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Ardan mis tristes membranças como yo ardo por ellas, piérdanse mis esperanças pues pierdo el plazer con ellas, porque nunca pueda quien parte solo, triste y tal, acordarse de su bien en el tiempo de su mal.

Copias: LB1-88 (30r), MN15-20 (8r), MN66-3 (58r), TP2-29 (395r) (1x8).

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§23. Pedro Torrella (c.1410-c.1486)

Pedro Torrella, o Torrellas, nació en Cataluña hacia 1410. Su nombre en catalán era Pere Torroella. En 1438 ya era mayordomo del Príncipe de Viana, en la corte de Navarra. En 1445 partió para Nápoles en una misión diplomática ante Alfonso V de Aragón. Entre 1446 y 1450 ocupó el cargo de «oficial del cuchillo» en la corte navarra, volviendo a Nápoles en 1450. A la muerte de Alfonso V, en 1458, volvió a Cataluña. Compuso un número importante de poemas en catalán. Véase Pedro Bach y Rita, The Works of Pere Torrella, a Catalan Writer of the Fifteenth Century, Nueva York, 1930.

1. De Torrellas. Cançión368. [ID1095].

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Yerra con poco saber quien toviere tal creencia: que firmeza de muger a los peligros de ausencia se pueda mucho tener. Con fe de presta tornada no cessando el escrevir, bien podrá alguna guardada

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El poema combina los temas de los peligros de la ausencia y de la poca fidelidad de las mujeres. Copias: EM2-94 (107v-109r), LB1-413 (107r), MA1-4 (11v-12r), ME1-12 (27v), 11CG-856 (178v-179r). ME1 equivocadamente atribuye esta canción a Juan de Mena. Aparece en 11CG con una glosa de Tapia en catorce coplas [ID6619], que empieza: Quien damor y de mugeres / tuviere cierto el querer. Esta canción, con el texto incompleto, se encuentra también en dos cancioneros musicales. En el de Montecassino, MA1, con música de Cornago, tiene sólo cuatro versos: Yerra con poco saber / quien touiere tal creentia... Con fe de presta tornada / non cessando el scriuir... En el de El Escorial, EM2, la parte del contratenor ofrece sólo el íncipit: iera con pocho...

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López dos o tres meses bevir; mas a la más detener no les abasta la ciencia, porque es su natural ser, tienen aquesta dolencia, que es olvidança sin ver.

2. Pere Torrella369. [ID1887]

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O dueña por quien virtud guarneçe lo femenino, bien de mis males vezino e fin de mi joventud, ¿quál cosa de mi querer te mueve a ser enemiga? Pues no fue ni puede ser muestre, consienta ni diga cosa que amar te desdiga, manda qué mandas fazer. Si por el estado de mí, razón mi querer desdize, quanto más me contradize más deve forçar a ti; que amor do bien gualardona cata linage ni bienes, mas quiere aver persona dispuesta de aver sus bienes, qual en mí señora tienes e más querida que dona. Piensa que es buen servidor, en esguarde que servicios pareçen sin benefiçios e sin caridad, amor; toda cosa por contrario mengua, e por semblante creçe,

Incluímos este poema como ejemplo típico de la casuística amorosa de mediados de siglo. Copias: LB2-158 (170r-171r), MP2-22 (43v), NH2-48 (180).

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e también de necessario, donde piedad falleçe e crueldad prevaleçe, el amigo torna adversario. Mas yo de buen amador venido en estremo grado, puedo más por ser amado ni menos por desamor; que en mí la razón sobrada ordena la voluntad, mis sentido han de nada sino de amar libertad, atendiendo piedad en mis daños olvidada. Recuerda que eres amada con estrema lealdad, y que amar de amor forçada es ofendida onestad; antes consiente bondad la contra ser desamada.

3. Otra de mossén Pero Torroella que fingía ser muerto370. [ID2233]

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Ved que me vedes bivir, no só yo aquel que bivo, que el triste de mí, cativo, amor lo fizo morir; en la fin del qual dexó a mí la sombra de aquel, por memoria del más fiel amador que bien amó, la señora más cruel que entre mugeres nació.

Se trata de una copla típica del amador muerto de amores y la dama cruel. Copias: BM1-15 (22r), LB2-91 (99r-v), ME1-5 (19r), NH2-72 (245), ZA1-4 (168v).

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4. Pedro Torrella371. [ID3068] Tant mon voler ses dat amors que tots quants dits de trobadors .......................... Parla Lope d’Estunyega. Bien quanto mi desear372 mortal amador me faze todavía, bien tanto fuerte causar a la Fortuna le plaze muerte mía, mas no de manera tal que mi triste pensamiento matar quiera, sino que biva mi mal e que jamás mi turmiento nunqua muera. Parle Alfonço Alveres. Ha gran error373 quien por amor todos los tiempos se guía, mas la calor de tal error es mostrar alegría, perder temor, no dar favor al mal sabor,

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Este extenso poema en catalán refleja las ideas que tenía Torrella sobre el amor y los trovadores. Cada copla par contiene una cita de poetas catalanes, franceses, provenzales y castellanos. Damos las citas castellanas, con su número de identidad. Copia: ZA1-6 (191v-206r). [ID0020]. «Si mis tristes pensamientos». [ID1152]. «Amigos tal coyta mortal».

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qu’el sabidor pone por filosofía est’enxemplo en tal tenor: «Hueso que cupo en parte róelo con subtil arte»374. Parla Inyego Lopes. Por amar no sabiamiente375 mas como loco serviente, he servido a quien no siente meu cuidado. Parla Johan de Torres. ¡O maldicha fermosura376, gracia, sentir e beldat! ¿Qué fazéis en creatura do no mora piedat? Parla Johan de Mena. Si en algún tiempo dexado377 ser espero de passiones, gloria avré d’aver passado las tantas tribulaciones, ca en el tiempo de la gloria más es que gloria pensar, reduzir a la memoria cómo tal bien e victoria se cobró por affanar.

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Refrán que también aparece en Santillana: «Hueso que te queda, en parte roello con sotil arte»; citado por O’Kane, p. 135. Horozco, Teatro Universal, p. 228, recoge: «El gueso que Dios te dier / sábelo roer». [ID0310]. [ID1736]. [ID0010]. «Ya no sufre mi cuidado».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Parle Masías. No porque’el merecimiento378 a ti lo manda, mas por tu mercet complida duélete del perdimiento en que anda mia ventura e vida; faz que non sea perdida en ti la mi sperança. Parla Johan de Duenyas. Amor, temor e cordura379 fazen callar en presencia el deseo, que en absencia, dezir me manda tristura. Parla Sentaffé. Si mi senyora laguada380 fuesse del mal que m’atierra, y aunque me fiziés guerra, sería con paz mesclada. La gentil enamorada, do mi corazón talaya, conosca qué es bien querer, porque me quiera valer quanto menester lo aya. ...................... Vostre gentill condicio vingua fer mall.

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[ID0447]. «Ay señora en que fiança». [ID0485]. [ID2239]. «Como yo mi amor caya».

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5. Coplas que fizo mossén Pedro Torrella de las calidades e condiciones de las dueñas381. [ID0043].

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Quien bien amando persigue dona, a sí mismo destruye, que siguen a quien las fuye e fuyen a quien las sigue. No quieren por ser queridas ni galardonan servicios, mas todas desconoscidas, por sola tema* regidas, reparten sus beneficios. Donde apetecen los ojos, sin otro conoscimiento, allí va el consentimiento acompañado de antojos; e no es más su bondad que vana parencería*; a quien no han voluntad muestran que por honestad contrastan a su porfía. De natura lobas382 son ciertamente en escoger, de anguilas383 en retener,

Es esta la composición más célebre de Torrella, que despertó las iras de otros poetas que contestaron a este ataque defendiendo a las mujeres. Recordemos que Juan de Flores en su Tractado de Grisel y Miravella hace que unas damas, después del debate entre el poeta y la reina Braçaida, lo atormenten hasta matarlo, para después quemar sus restos. Copias: BA1-5, BM1-20, CO1-22, LB2-192, ME1-10, MH1-189, MN6b-41, MN24-36, , MN54-162, MP3-41, NH2-40, PN4-38, RC1-126, VM1-68, ZA1-5 y 11CG-174. Las varias versiones oscilan en el número y secuencia de las distintas coplas. Hemos incluído todas las estrofas, a sabiendas de que algunas de las adicionales de BA1 podrían ser espurias. lobas: Sobre las lobas leemos en el Libro del tesoro de Brunetto Latini, p. 90: «quando se viene el tiempo de luxuria, van muchos lobos en pos de una loba, e a la çima toma ella el más feo, que yaga con ella». También aparece esta referencia en el Libro del Buen Amor; véase Nicasio Salvador Miguel, «La tradición animalística en las Coplas de las calidades de las donas, de Pere Torrellas», Crotalón. Anuario de Filología Española, 2 (1985), pp. 217-221. anguilas: Sobre la anguila se lee también en el Libro del tesoro, p. 74: «Anguila es fecha del limo, e por ende acesçe que quanto más la aprieta, tanto más fuye». Hay una referencia interesante a la anguila en Unes justes o torneig en Barchinona a 22 de abril any 1486... en el

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López en contrastar de erizón384; no estiman virtud ni abteza*, seso, bondad ni saber, mas catan avinenteza*, talle de obrar o franqueza* do puedan bienes aver. Tened aqueste concepto amadores, os suplico: con quien riñen en publico fazen la paz en secreto, dissimulan l’entender, denuestan lo que dessean, fingen de enojo plazer, lo que quieren no querer e dubdar quando más crean. Por no ser poco estimadas de quien mucho las estima, faziendo de honestad rima fingen de mucho guardadas; mas con quien las tracta en son de sentir lo que merescen, sin detener galardón, la persona e el coraçón abandonadas ofrescen. Muchas por no descobrir algunas faltas secretas, a las personas discretas no dexan al fin venir. Bien les demuestran amar e que bondad las detiene,

Jardinet d’orats, BU1-34-5 (124v), Cervatos truxo por cimera una anguila con una mano y dezía la letra: «La que yo cativo sirvo / pensándola tener por mía, se me fue como la anguila». Véanse otros ejemplos clásicos en Nicasio Salvador Miguel, «La tradición animalística...», pp. 221-222. Del erizo se destacaba desde la Antigüedad clásica su capacidad para defenderse; véanse ejemplos de esta caracterización en Nicasio Salvador Miguel, «La tradición animalística...», pp. 222-223.

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mas con aquellos tractar han sus engaños lugar lo que en secreto conviene. 55

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Son todas naturalmente malignas e sospechosas, mal secretas, mentirosas e movibles ciertamente; vuelven como foja al viento385, ponen l’ausente en olvido, quieren comportar a ciento, assí que es el más contento más cerca de aborrescido. Si las queréis emendar las avéis por enemigas, e son muy grandes amigas de quien las quier’ lisonjar; por gana de ser loadas qualquier alabança cogen, van a las cosas vedadas, desdeñan las sojuzgadas e las peores escogen. Sintiendo que son sujetas e sin ningún poderío, a fin de aver señorío tienen engañosas setas*; entienden en afeitar* e en gestos por atraer, saben mentir sin pensar, reír sin causa e llorar, e embaïdoras* ser. No presumáis con amor traerlas a bien ninguno. ¿Queréis que fagan alguno?

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Correas, p. 698, recoge: «Bolver la hoxa. Mudar parezer en contrario». Véase O’Kane, p. 132, con ejemplos de la Celestina.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López ¡Vaya primero el temor! Mas del vicio embevescidos creen los hombres en ellas; ¡o cuitados decebidos que los más andáis vendidos e passáis sin conoscellas! Comete qualquier maldad muger encendida en ira, assí afirma la mentira como si fuesse verdad; no conservan cosa en peso al estremo han de correr, han assí el juizio leso que siempre tienen buen seso, sino quando es menester. Deleite e provecho son el fin de todas sus obras, en guarda de las çoçobras suplen temor e ficción; si por temor detenida la maldad d’ellas no fuesse, o por ficción escondida, no sería hombre que vida con ellas hazer pudiesse. Muger es un animal que se dize hombre imperfecto386, procreado en el defecto del buen calor natural; aquí se concluyen sus males e la falta del bien suyo, e pues les son naturales quando se demuestran tales que son sin culpa concluyo.

La idea se remonta a Aristóteles, Historia animalium, X, 4.

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Quando son de poca edad e donzellas en el nombre, ignoran conoscer hombre fingiendo de castidad; e quando en el acto son do se concluye el amor, por confirmar su razón muestran sentir pasión e han parido sin dolor. Aquesta es la condición de las mugeres comuna, pero virtud las repuna que les consiente razón; assí la parte mejor muchas disponen seguir e tanto han más loor quanto el defecto mayor ellas merescen venir. Entre las otras sois vos, dama de aquesta mi vida, del traste común salida, una en el mundo de dos387; vos sois la que desfazéis lo que contienen mis versos, vos sois la que merescéis renombre e loor cobréis entre las otras diversos.

6. Glosa feta per mossén Pera Torroella a esta cobla qui s’ seguex per la illustra senyora dona Johana d’Aragó, Reyna de Napols388. [ID2390]. Entre las otras sois vos, dona d’aquesta mi vida, 387 388

Nos encontramos aquí con una hipérbole sagrada, pues se refiere a la Virgen y a su dama. Arrepentido, o avergonzado, de sus Coplas de maldecir de las mujeres, Torrella intentó disculparse ante doña Juana de Aragón, hermana de Fernando el Católico, segunda esposa de

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López del traste común salida, una en el mundo de dos; vos sois la que desfazéis lo que contienen mis versos, vos sois la que merecéis renombre y loor cobréis entre las otras diversos. Glosa.

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Entre las otras sois vos, venida agora ‘n el mundo, que dais el nombre segundo a quantas ha fecho Dios; vos sois aquella real infanta doña Johana, compuesta d’un medio tal, qu’entre divina y humana no se puede dezir quál. Dona d’aquesta mi vida, por singular preminencia, y sola por excellencia del traste común salida, loarvos, pues, de fermosa, de gracia y discreción, de affable y virtuosa, do ay tanta perfeción menguará’l testo la glosa. Una ‘n el mundo de dos, dixo primero que os viesse, mas después nombrar podiesse otra ninguna entre vos. Vos sois la que desfazéis todos los dichos perversos,

Ferrante, rey de Nápoles desde 1458 hasta 1494. En el texto la denomina como infanta, no reina, por lo que el poema es anterior a su matrimonio. Copia: NH2-82 (273-274) (5x9, 5), con ortografía muy catalanizada, que corregimos.

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emendáis y reprendéis lo que contienen mis versos, en tanto estremo valéis. Vos sois la que merecéis de biudas, donas, donzellas, en la voz de todas ellas renombre y loor cobréis; que por vos mi mal dezir no tiene verdad alguna; yo me vengo a desdezir y por el bien de vos, una, de todas bien presumir. Entre las otras diversos sepan vuestros loores, ca sobran a los mayores e vençen a los adversos; assí que toda igualdad en vuestra presencia cessa, ca vos, fablando verdad, no sois muger mas deessa vestida de umanidad. Excellente Magestad, en todo valer excessa, a mi glosa perdonad si queda obscura y opressa en tanta serenidad.

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§23a. Reacciones contra Pedro Torrella.

Las Coplas de maldecir de las mujeres de Torrella provocaron una gran cantidad de poemas que, en su mayor parte, defendieron a las mujeres de los ataques del poeta catalán. Entre los poemas escritos como respuesta a los de Torrellas hemos seleccionado los que consideramos más interesantes.

1. Montoro contra Torrellas porque fizo contra las donas389. [ID2364]

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Yo no sé quién sois, Torrellas, puesto que vos lo dezís, porque tan crudo ferís nobles dueñas y doncellas; mas vuestro mal argüir no pone quexo ni miedo, que a vos mal escrivir y las damas a dezir: «quien ata sano su dedo...»390. Si vos oviérades madre, por el más solemne voto, non fablárades tan roto en la deshonor del padre; mas algún pastor de sierra, mientra su ganado pace, vos dio por madre la tierra,

Con un humorismo cruel Montoro afirma que Torrellas, por hablar mal de las mujeres, parece no haber nacido de mujer, sino de una mandrágola. Copias: MN19-163, MN6b-41a, NH2-41. El refrán completo es: «Quien sano ata su dedo, sano lo desata»; Véase O’Kane, p. 209.

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y sacóvos una perra, según mandrágola nace391. 2. Coplas del bachiller de la Torre392. [ID0397]. No como quien se desvela si recela ser en algo retraído, por ser por sabio tenido su qualquier saber rebela, estas coplas vos embío sin alguna presunción, salvo porque más confío de la entera discreción vuestra que del seso mío, e si juzgo sin pasión, no sin causa de protesta a dezir mi duda resta. A quien bien sentido tiene non conviene fazerle larga razón, porque dexó obligación de que provecho non viene en Per Torrella, señor. Como yo lisonja fuya, si callo vuestra loor es porque la non destruya en le poniendo menor grado que la diminuya, como sea vuestra esistencia muy mayor que la aparencia... 391

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Se refiere a la mandrágola planta muy usada en la medicina antigua y que, por tener sus raíces la forma del cuerpo humano, se creía que nacía del onanismo. Corría la superstición de que era peligroso sacarla, por lo que se solía cavar alrededor de la raíz, atarla a un perro y hacer que éste tirara de ella. Estas coplas, anteriores a 1454, del Bachiller Alfonso de la Torre mencionan a Torrellas. El poema trata de los vicios de la carne y las virtudes que nos defienden de ellos. Citamos las dos primeras estrofas. Copia: MH1-141 (311v-313r) (11x13).

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3. Hernán Mexía de Jaén a Juan Álvarez pensando que unas coplas que halló en un cancionero de mal dezir de las mugeres eran suyas, embióle estas coplas porque tenía con él muy estrecha amistad y conversación393. [ID3125] A vos do hallo consejo, gracia de bien razonar, a vos ley de bien trobar, grande amigo ya de viejo. Y, señor, para guardar a quien amo, estimo y quiero, y deseo hazer plazeres, pues que soes discreto entero, no fue, no, de cavallero dezir tan mal de mugeres... No, pues, cumple aconsejar al tan bien aconsejado, mas en esto començado quiero los sueldos pagar. Plázeme mucho de grado no se piense contra ellas por vos jamás ni se diga el mal ajeno d’aquellas; ¡gane las gracias Torrellas de obra tan enemiga!...

3a. Otras suyas en que descubre los defectos de las condiciones de las mugeres por mandado de dos damas, y endereça a ellas estas primeras394. [ID6097] Porfiáis, damas, que diga al revés de quanto dixe, induziendo que persiga aquella seta enemiga 393

394

Este poema de Hernán Mejía empieza: «Como el buen pintor que pule». Copia: MH2-63 (51r-53r) (10x10). Contrariamente a lo que le sucedió a Torrellas, Hernán Mejía se arrepintió de haber hablado bien de las mujeres y compuso este otro poema donde las ataca. Una copla de este poema fue citada por Luis de Lucena. Reproducimos aquí algunas de las estrofas más significativas. Copia: 11CG-117 (70r-71v) (42x10).

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la qual por vos contradixe; pero no tanto vos teme consintiendo vuestro ruego mi lengua, porque se atreve a tocar quema, ni queme muchas buenas con su fuego. ............................ Perdonad, Pedro Torrellas, mis renglones torcederos en la defensa d’aquellas, que yo bien hallo ser d’ellas vuestros dichos verdaderos. No sé donde los hallastes vos, más prudente que Lelio, pienso que vos los triastes pues quanto d’ellas hablastes es verdad como Evangelio. .............................. Poder del padre Corvacho395, saber del hijo Torrellas, dad a mi lengua despacho porque diga sin empacho aquel mal que siento d’ellas. Préstame, Señor del mundo, lengua de verdad entera y del Espíritu facundo y el Santo Santo segundo me preste gracia y manera. .............................

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Corvacho: Se trata de Il Corbaccio, sátira contra las mujeres de Giovanni Boccaccio de gran influencia en el siglo XV español, que junto a su De claris mulieribus fueron «recibidos con grande aplauso en Castilla, alcanzando imitadores entre los ingenios de la brillante corte literaria de don Juan II»; Menéndez Pelayo, Orígenes de la novela, I, Madrid, CSIC, 19612, p. 186.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Desseo que las inflama, ya que cansadas están, en tal cición396 las derrama quál amó más a su dama de Lançarote o Tristán; si amó con mayor desseo a Lançarote Ginebra o a Tristán la reina Iseo; ¡vando de tal desvaneo entr’ellas nasce y requiebra! ................................ Batallas de males d’ellas sobrevienen al cansancio, espantado huyo d’ellas. ¡Socorred, por Dios, Torrellas y tu valiente Bocacio! qu’el poder es tan puxante d’aquestos vicios mundanos y mi seso no bastante, que passar más adelante se remite a vuestras manos...

4. Juan del Enzina contra los que dizen mal de mugeres397. [ID3962] Quien dize mal de mugeres aya tal suerte y ventura que en dolores y tristura se conviertan sus plazeres, todo el mundo le desame, de nadie sea querido, no se nombre ni se llame, 396 397

cición: «la calentura que viene con frío»; Cov., s.v. cicial. La mención de la muerte de Torrellas se refiere a la atroz muerte que le inventó Juan de Flores en su novela Tractado de Grisel y Miravella. La reina Braçaida defendió a las mujeres contra Torrellas en el debate celebrado durante una cena, debate que ganó Torrellas. Sin embargo, las damas se vengaron atormentándolo cruelmente hasta matarlo, quemando posteriormente sus restos. La novela fue escrita poco después de la muerte del poeta. Copia: 96JE-47 (69r-v) (20x9).

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sino infame y más que infame ni jamás sea creído... Bendito quien las sirviere y ensalçare su corona, biva, biva la persona del que más suyo se viere; muera quien mal les dessea peor muerte que Torrellas, en plazer nunca se vea y de Dios maldito sea el que dixere mal d’ellas.

5. Otras coplas de Vázquez de Palencia contra fray Íñigo de Mendoça sobre las coplas de «Vita Christi». Endréçalas a su amiga porque le embió a pedir la obra de «Vita Christi», y no estando él en casa, gelas dio un moço y él dize398. [ID2908]. Por las coplas que embiastes, si yo las viera pedir, no fuera como mandastes; mas aunque las levastes no las consintiera ir. Aunqu’es buena y santa obra, es celada en campo raso, açúcar buelto en çoçobra, no haze mucho a mi caso. ........................... Y como el señor fulano quedó con esta sospecha, es el perro del ortelano que muriendo ladra en vano por lo que no le aprovecha399. 398

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Fray Íñigo tenía fama de mujeriego y Vázquez se lo recuerda en esta composición. Copia: 11CG-814 (168v-169v) (31x10). Se trata del refrán, que ya recogió Santillana: «El perro del ortelano ni come las verças ni las dexa comer»; citado por O’Kane, p. 189. También lo recoge Horozco, Teatro Universal, p. 238: «El perro del ortelano que ni come las verças ni quiere que otro las coma».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Éste por no gradescellas usa de malvada seta, no osa como Torrellas, pero más mal dize d’ellas, buelto con guerra secreta...

6. Aquí comiençan las obras de burlas y esta primera es una que se dize el «Pleito del manto»400. [ID6921] Ante Torrellas apelo que merece mil renombres, porque sostuvo sin velo, mientra estuvo en este suelo, el partido de los ombres, y si dixeren qu’es muerto por ser del siglo partido, en Salamanca por cierto un hijo suyo encubierto tiene su poder complido. El qual es aquel varón que muy justo determina sabido con discreción que dizen Juan del Enzina... ............................ De como negó la apelación el juez. Por cierto mucha razón tengo yo para negaros vuestra injusta apelación, pues vista tal petición quedava por do miraros 400

En este poema aparecen curiosas referencias a Torrella. No sabemos si Encina escribió un poema antifeminista, pero escribió contra Torrella. El Pleito comienza: «Como ventura concierta». Dos coplas mencionan a Torrella. Para el Pleito véase Marcial Rubio Arquez, «El Pleito del manto: un caso de parodia en el Cancionero General», Actas del IX Simposio de la Sociedad Española de Literatura Comparada, Zaragoza, Universidad, 1994, pp. 237-250. Copia: 14CG-1052 (198v-210r) (62x8/10, 6).

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porque todas las querellas que Amor nos suele causar más se deven de adorar que apelar para Torrellas.

7. Sin título401. [ID1821] No sabés que he contemplado con mis ansias y querellas que si maldixo Torrellas, que vos fuistes el dechado por do pudo dezir ellas, por donde las que son buenas, y de vuestro vicio agenas, quitas de vuestra contienda deven de tomar enmienda dándoos pena de mil penas.

8. Repetición de amores compuesta por Lucena, hijo del muy sapientíssimo doctor y reverendo prothonothario don Juan Remírez de Lucena, embaxador y del consejo de los reyes nuestros señores, en servicio de la linda dama, su amiga, estudiando en el preclaríssimo studio de la muy noble ciudad de Salamanca402. Ya se tocan y destocan, ya se assoman, ya se asconden, ya se mudan, ya se trocan, ya se dan, ya se revocan, ya se adoban y cohonden*,

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Este poema anónimo menciona a Torrellas en un feroz ataque contra una mujer. Copia: SA10b-157 (150r-v). Lucena modela en forma de repetitio universitaria su obra misógina; allí cita sus autoridades: (a5r) «del libro del pensamiento de Torrellas». Hay otra cita en el folio c5r: «bien dixo ausadas Torrellas hablando de su poca firmeza», que no pertenece a Torrella, sino a Hernán Mexía. Para esta obra véase: Pedro M. Cátedra, Amor y pedagogía en la Edad Media, pp. 126-141 y Fernando Gómez Redondo, «Lucena, Repetición de amores: sentido y estructura», «Nunca fue pena mayor», pp. 293-304. Copia: 97*RA. Repetición de amores..., Salamanca, Lope Sanz y Leonardo Hutz, ¿14961498?

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López ya lloran, ya sospiran, ya vos miran, ya no os miran, ya se muestran, ya se encubren.

9. Triumphos de locura nuevamente compuestos por Hernán López de Yanguas403. [ID5039]. Aunque de mí den querellas las mugeres, mis hermanas, brevemente diré d’ellas en palabras claras, llanas, porque me escusó Torrellas. Haga qu’en qualquier edad, mocedad y vegedad, sigan tanto mis viages que en sus afeites y trages verás que digo verdad, sin que comigo varages poniendo contrariedad.

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El poema empieza: «Porque sé amadas hermanas...» El Triumpho de mugeres empieza con la estrofa que citamos. Copia: 20*YT-1 (106x12). Triumpho de locura, Burgos, Alonso de Melgar, ¿1520?

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§24. Suero de Ribera (¿1400?-¿1460?)

Nuestro poeta debió nacer hacia 1400, emparentado quizás con la familia del Adelantado Perafán de Ribera. Consta su origen noble y su apego al partido aragonés en la corte castellana. Marchó a Nápoles a servir a Alfonso V, quien en 1446 le concedió un salvoconducto para viajar con siete caballeros y su infantería: «virum nobilem Suerum de Ribera... cum eius septem equitibus totidemque pedestribus». Brian Dutton, «Spanish Fifteenth-century Cancioneros: A General Survey to 1465», Kentucky Romance Quarterly, XVII (1980), p. 455, conjetura que el documento se refiere a su vuelta a la Península Ibérica. Para sus obras véase Blanca Periñán, «La poesía de Suero de Ribera, estudio y edición anotada de los textos», Miscellanea di Studi Ispanici, 16 (Pisa, 1968), pp. 5-138.

1. Misa de amor que fizo Suero de Ribera404. [ID0034] Amor, en nuestros trabajos405 adsit nobis gratia. Amén. Confesión. Yo, pecador muy errado, Amor, confieso mi quexa, 404

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Es una de las composiciones más famosas de Suero de Ribera. Se trata de un ejemplo clásico de la hipérbole sagrada en el siglo XV, comparable con la Misa de Juan de Dueñas. Copias: El texto completo se halla recogido en: PN4-29 (50va-51va), PN8-31 (57r-60r) y PN12-27 (51v-54v). EN MR2-10 (...14r) (1, 2x7, 4) y SA-7355-56 (...170r) (1x8, 2x7) se halla incompleto. Fue arrancado de MN54, RC1 y CM1, y mutilado en MR2 y SA7. Una nota en RC1 reza: «Tria folia sequentia fuerunt ablata quia continebant impios versus cuiusdam Sueri de Ribera de una missa de amor». Faltan dos folios arrancados (68 y 69) y la parte superior del folio 70. Esta parte corresponde al Introito, el salmo que se recita antes de la confesión.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López pues pierdo a quien me dexa del todo desamparado. Aunque tarde, mal pecado, digo mi culpa, Señor, por ser leal servidor quedo mal galardonado, de te servir enojado. Pero bien considerando las virtudes que reciben muchos de los que te sirven, reposo de mal pasado, cierto es visto provado que con tu poder, Amor, fazes del bueno mejor, del malo bueno loado, mas no libre de cuidado406. Gloria in excelsis deo.

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Gloria a ti sea dada, Amor, de los que prosperan, de muchos que desesperan cierto no merescéis nada que diga laudamus te ni benedictimus te. Ves, Amor, que mal está a mí fablar tan avante*; dígolo por ser constante, seyendo de tu mesnada, continuo, leal amante. Pues de buena voluntad te loamos los amantes, no quieras ser como antes eras con gran crueldad; mas faz corte general, perdonando todos males. Por tu merced no iguales

Se omite el kyrie eleison y se pasa directamente al Gloria Patri.

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el discreto conversante con el simple ignorante, pues que no es igualdad, sino muy discordante. Epístola. Lectio libri sapientiae beati martiris amantis. In diebus illis:

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Quando Amor fizo sus cortes puso dos casos de amores, en que a unos dio pesares e a otros muchos conortes, diziendo por sus pregones: «Los que de vos venirán, sepan que les quedarán por linage estos dones». A los unos dio por fado sus dones mal repartidos, que fuessen dél muy queridos y d’ellos no tanto amados. Estos quiso que le amassen e mandó que se llamassen los tristes enamorados. De los quales vengo yo, que no deviera nascer, pues que vino en mi poder el triste don que les dio in secula seculorum. Amén. Evangelio. In illo tempore...

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Dixo Amor a sus amantes porque se le querellavan de las penas en que andavan: «E otros que fueron antes, en el tiempo que amavan ese mesmo mal pasavan.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López E aun vos digo por verdat que los que por venir son se verán en tal pasión. Por ende velad e orat, non entréis en tentación de la desesperación». Credo in deum.

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Creo, Amor, que tú eres cuidado do plazer yaze, que fazes a quien te plaze recibidor de plazeres. Tanto bastan tus poderes a qualquier enamorado, que con uno de tus quereres lo tienes ledo y pagado. Creo en otra manera, Amor, en aqueste mundo padesce tristor profundo el que de ti se desespera. Quien en tus glorias prospera usando de seso tierno, descender sin escalera las fazes en el infierno. El prefacio407.

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Verdat e justa razón es que padesca dolor el muy leal coraçón del padesciente amador, que sufre tan gran pasión como es de cuita amor. Et ideo.

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Falta el Ofertorio y se pasa directamente al Prefacio.

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Los que no sabéis de amar de tal mal sois inocentes, de los que son padescientes e quieren de amor curar sine fine dicentes... Sanctus.

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Amores, Amor, amores, natural costelación, misterio sin galardón de los tristes amadores. Llenos son mares e tierra de la tu grand esperança; quien tiene tal confiança manifesto es que yerra. Agnus dei.

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Cordero de Dios de Venus, dezían los desamados, tú que pones los cuidados quita los que sean menos, pues tienes poder mundano, o señor tan soberano, miserere nobis. Cordero de Dios de Venus, te suplicamos los amados, tú que pones los cuidados, plégate nunca ser menos de los que somos agora, cada qual con su señora, dona nobis pacem. Ite missa est408.

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Se omite la comunión y termina con la despedida sin la bendición, correspondiendo con las últimas palabras de la misa pretridentina en latín.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López La missa de amores dicha es por modo de vía amante, deo gratias agora cante a quien Amor bueno es.

2. Coplas que fizo Suero de Ribera contra los que dizen mal de las donas409. [ID0199].

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Pestilencia por las lenguas que fablan mal de las donas, non sé las tales personas por qué dizen de sí menguas; mostrándose maldizientes, non por vía de justicia, mas con sobra de malicia o porque son impotentes. Sostener cosa tan mala que nasce de vil coraje a ombre de buen linage es tacha ¡si Dios me vala! Por cierto, mejor sería razonar a la comuna*, sin dezir mal de ninguna, usando de cortesía. A los de vil condición consiento que digan mal, seguiendo su natural sin freno de discreción; mas en los tales aferes*, quando será menester, los fidalgos han de ser defensa de las mugeres. En boca de gentil ombre mal está la villanía,

Se trata de la respuesta de Suero de Ribera a Torrella. Copias: MN6b-42 (228r-v), MN54-163 (163r-v), RC1-127 (133v-134r) y VM1-69 (38v).

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usando por otra vía conviene que mude nombre; que donas naturalmente, si complazen nuestro modo, nosotros somos en todo la causa del accidente. Por lo qual es gran vileza dezir mal de las leales, por otras baxas, no tales, que callar es gentileza. En tan vanos pensamientos non querades entender, que asaz tenedes que ver en vuestros fallescimientos. Todo ombre maldiziente comete tacañería, quanto más de compañía que non es tanto plaziente; pues de dueñas e donzellas mal aya quien mal dixere, y también el que lo oyere si non responde por ellas.

3. Coplas que hizo Suero de Ribera sobre la gala410. [ID0141]

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Non teniendo qué perder e pensando de la gala escrivir, ¡si Dios me vala! lo que se deve fazer, el galán quál ha de ser, estremo, claro, distinto,

Para este poema véase Ana Menéndez Collera, «La figura del galán y la poesía de entretenimiento de finales del siglo XV», «Nunca fue pena mayor», pp. 496-497. Copias: BA1-22 (201r-202r), MH1-254 (372v-373r), NH2-67 (pp. 234-236), GB1-42 (299v301v) y ZA1-7 (241v-242v) con 14 estrofas; en 11CG-88 (51r-v) con trece, y PN8-42 (87v90v) con 17, al parecer por una contaminación con ID0517, también de Suero.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López según aquí vos lo pinto a todo mi parescer.

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El galán persona honesta ha de ser y sin renzilla, non ir solo por la villa e ser de buena respuesta, tener la malicia presta por fingir de avisado, cavalgar luengo tirado como quien arma ballesta. Ha de ser maginativo el galán e dormidor, donoso motejador, en las poquedades bivo; con grant presunción altivo, disimulador en risa, mostrándose en toda guisa a los grosseros esquivo. El galán flaco, amarillo ha de ser e muy cortés, razonar bien del arnés mas non curar de vestillo; cavalgar trotón morzillo o faca* rucia rodada, nunca en el freno barvada, el manto corto e senzillo. Ha de ser lindo loçano el galán a la mesura, apretado en la cintura vestido siempre liviano, muy bien calçado de mano pero non traer peales*, fazer los tiempos eguales en invierno e verano. Capelo, galochas*, guantes el galán deve traer,

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bien cantar e componer por coplas e consonantes; de cavalleros andantes leer estorias e libros, la silla e los estrivos a la gala concordantes. El galán en ningún día non deve comer cozido, salvo fruta o rostido* que quita malenconía; pero cenar todavía, esto poco e non muy basto, non tomar cuento del gasto que es modo de grosería. Flauta, laúd e vihuela al galán son bien amigos, cantares tristes antigos es lo más que le consuela; non calçar más de una espuela nin requerir el establo; de aquestas cosas que fablo se deve tener escuela. Todos tiempos el galán deve fablar poderoso, enfingir de grandioso más que el Duque de Milán; caçador de gavilán, que es manera de fidalgos, non se cure de criar galgos porque gastan mucho pan. Damas e buenas olores al galán son grant folgura, e dançar so la verdura todo fardido* d’amores; a fiestas con amadores non perder punto nin ora,

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López e dezir que su señora es mejor de las mejores. El galán muy mesurado deve ser en el bever, por causa de bien oler de toda salsa quitado; e por fazer más estado ha de ser grant jurador, que Dios al buen amador nunca demanda pecado411. Tome prestados dineros el galán de buena mente e pague por acidente a sastres e çapateros, e tenga a sus compañeros en poco donde posaren, e si non lo comportaren les puede llamar groseros. Al galán son todos días iguales para tomar plazeres e desechar enojos, malenconías, sostener grandes porfías, a la fin nunca vencido, por dezir que an comido faysanes e gollorías. Non quiero mayor arenga fazer de la galanía, pues la dexo por tal vía en orden que se mantenga; mas es menester que tenga el galán bullón e tasa*, sin dexar el alta grasa* por grant fortuna que venga.

Estos dos versos fueron citados por Fernam Silveira o coudel mor en [ID5333], 16RE-117 (31v).

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4. Otro dezir412. [ID0517]

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Contra la regla galana que fize por dar dotrina qualquier persona malina, que de contiendas ha gana, replicó por arte vana, pensando que me olvidé otro estilo que yo sé de gente bien cortesana. El galán crespo e travado ha de ser, segunt apruevo, grant sabidor de renuevo, mancebo circuncidado; e con malicias osado presumir que nunca peca con azeite e non manteca siempre comer adobado. El galán convien que tenga la nariz luenga e bermeja, la pluma tras el oreja, arte de que se mantenga; non curar de grant arenga por fazer de su provecho, al través e al derecho de qualquier parte que venga. Sepan por qualquier vía el galán día e noche, diestro sin ningund reproche, en todas mercadorías,

Respondiendo a poemas que no se han conservado sobre la composición anterior [ID0141], Suero amplía su concepto del galán para incluir a los judíos. Copia: MH1-255 (454r-v). PN8-42 copia al final de [ID0141] tres coplas que pertenecen a este poema, la última de ellas no aparece en MH1: «El galán poco loco e potista / ha de ser e tractador, / de bregas con grand temor / fuir a perder de vista; / en ebraico componista, / non diestro en cavalgar, / de mentir y baratar / muy valiente canonista»

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López e con grant sabidoría non dar nada sin misterio, e ser con grant vituperio deudo de Santa María. El que fuere tal galán del solar de la sinoga, fará muy alta la boga sin levar menos afán; bien creo se fallarán algunos tales agora, si los tiempos así van al servicio de la Tora si el fecho non se mejora.

5. Ley que fizo Suero de Ribera a los galanes que tales deven ser413. [ID2256].

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Mirad esta ley de amores fecha de mi flaco seso, por la qual medida e peso deven ir altos señores, también discretos galanes, los que entienden en amar, porque puedan desechar trabajos, cuitas y afanes. Lo primero que diré en esta copla primera, deven tener la manera principalmente con fe, discreto conoscimiento de la mi canción nombrada porque pueda ser cobrada la virtud según que siento. Deven ser mucho discretos, bien calçados, bien vestidos,

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Se trata de otro poema sobre los galanes y el amor. Copias: LB2-133 (158v-160r) y ME1-65 (88v-89r) (8x8).

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donosos y ardidos, cuerdos, francos e secretos, muy honestos e corteses, de gentiles invenciones, buenas coplas e canciones, discretos mucho en arneses. Desembueltos en la dança deven ser y en el fablar, en loar y desloar tener justa la balança; que non sean embidiosos ordenó aquesta ley, e de su señor el rey que sean temerosos. Guárdense de disfamar ni de querer más de una, que esto es raça de fortuna a quien quiere desamar; sean firmes verdaderos atrevidos sin espanto, e comporten algún tanto los discretos lisonjeros. En mirar ayan templança que es causa de descobrir Amor que faze servir con los ojos donde alcança; sean dulces, graciosos, a tiempo [muy] mesurados, prudentes, bien costumbrados, non ufanos nin pomposos. E así seréis amados de las damas virtuosas, si seguís aquestas cosas, gentiles enamorados; que yo perdido me veo porque breve mudamiento

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López desatienta el pensamiento contrario de mi desseo. Si aquesta invención en algún cabo va errada, señores dadle passada, que vuestra gran discreción tanta es que aunque entienda mucho más de lo que vido, cada vez vuestro sentido me podrá dar el emienda.

6. Suero de Ribera414. [ID2259] Señor Dios, pues me causaste sin comparación amar, tú me deves perdonar si passé lo que mandaste. 5

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Mandaste que hombre amasse a ti sobre toda cosa, e causaste que fallasse ombre amiga tan graciosa, generosa, más fermosa de quantas, Señor, criaste; a la qual amo sin par de un amor tan singular que no ay seso que baste. Formaste la creatura a tu semblança, Señor, de la tu santidat pura

En SA7 el poema se atribuye a don Álvaro de Luna, aunque los otros dos manuscritos lo atribuyen a Suero de Ribera. Es posible que Suero escribiera el poema para el Condestable, pero el irreverente tema coincide tanto con el «Si Dios nuestro salvador» [ID2396] de Luna, como con la Misa de amor de Suero. Es imposible resolver el problema. Copias:SA7-203 (89v-90r), LB2-136 (160v-161r) y ME1-68 (90r).

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me feziste amador; quien figura tal figura tal qual tú la figuraste es causa de dar lugar para algún tiempo olvidar a Ti que me la mostraste.

7. Otra suya415. [ID0402]. Mal mi grado, me convén de vos partir, señora, sin repetir lo passado. 5

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De toda mi confiança, señora descomunal, non me queda de vos ál, salvando desesperança e cuidado, del qual non puedo sallir porque me faze bevir más penado. A mí me queda gran contienda, señora, mientre fuer’ bivo, que seré siervo cativo de quien sabe mi fazienda; mal fadado a mí lo pueden dezir, pues que soy por bien servir olvidado.

El poema está incompleto, pero fue citado por Juan Pimentel, conde de Mayorga, [ID0401] (anterior a 1437), y por Gómez Manrique en su Para los días de la semana de amores [ID3358]. Copia: SA7-68 (23v) (4, 2x8...).

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8. SA7: Otro dezir de Suero de Ribera. 13*RM: Villancico hecho por el marqués de Santillana a unas tres hijas suyas416. [ID2475]

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En una linda floresta de muchas flores e rosas, vi tres donzellas fermosas que de amores han reqüesta; e yo con voluntad presta lleguéme por conoscellas, e dixo la mayor de ellas esta cançión muy honesta:

Por una gentil floresta de lindas flores y rosas, vide tres damas hermosas que de amores han reqüesta; yo con voluntad presta me llegué a conoscellas, començó la una d’ellas esta canción tan honesta:

«Aguardan a mí, nunca tales guardas vi».

«Aguardan a mí, nunca tales guardas vi».

Por mirar su fermosura de aquestas tres lindas damas, escondíme entre las ramas asentado en la verdura; la otra con gran tristura començó de sospirar e dezía este cantar con muy honesta mesura:

Por mirar su hermosura d’estas tres gentiles damas, yo cobríme con las ramas, metíme so la verdura; la otra con gran tristura començó de suspirar y a dezir este cantar con muy honesta mesura:

«La niña que los amores ha ¿cómo dormirá solá?».

«La niña que los amores ha sola ¿cómo dormirá?».

Non quise más adelante ir, por non fazer mudança a las que con ordenança cantavan tan concordante;

Por no le hazer turbança no quise ir adelante a las que con ordenança cantavan tan consonante;

En los dos manuscritos que lo recogen este poema aparece bajo el nombre de Suero de Ribera, mientras que un pliego suelto de hacia 1513 lo atribuye a Santillana, atribución que han seguido algunos editores del Marqués. Las atribuciones de los dos manuscritos son más fidedignas, y creemos que este poema de Suero de Ribera parace haberse confundido con el de Santillana a sus hijas que empieza: «Dos serranas he trobado». Véase Margit Frenk, «¿Santillana o Suero de Ribera?», Nueva Revista de Filología Hispánica, 16 (1962), p. 437. Damos las dos versiones. Es notable el uso de cantarcillos populares. Copias: SA7-85 (31r-32v), MN15-18 (7r-v), 13*RM: Romance de un desafío de... Montesinos y Oliveros, Sevilla, Jacobo Cromberger, ¿1511-1515?

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la otra, gentil bastante, dixo: «Señoras, de grado, pues me avedes cantado, a mí conviene que cante:

la otra, con buen semblante, dixo: «Señoras d’estado, pues las dos avéis cantado, a mí conviene que cante:

Dexaldo al villano i pene, vengarm’á Dios de ele».

Dexaldo al villano, pene, véngueme Dios dele».

Estas señoras que digo, desque ove bien mirado, fui a ellas sosegado como hombre sin abrigo. Ellas dixeron: «Amigo, non soes vos el que buscamos, mas cantad, pues non cantamos». Dixe este cantar antigo:

Desque ovieron cantado estas señoras que digo, yo salí desconsolado como hombre sin abrigo. Ellas dixeron: «Amigo, no sois vos el que buscamos, mas cantad, pues que cantamos». Dixe este cantar antiguo:

«Sospirando iva la niña e non por mí, que yo bien ge lo entendí».

«Sospirando iva la niña y no por mí, que yo bien ge lo entendí».

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§25. Fernán Múgica (¿1400?-1477)

Pocos son los datos que conocemos de este poeta. Si es el autor del poema «Dios te salve Rey humano» [ID0146], que lleva como título Móxica en PN8-74 y PN12, por lo menos podemos fechar esta composición entre 1432 y 1434. En este caso podríamos identificarlo con Fernán Mójica o Múgica, a quien Antón de Montoro dedicó el poema: «Vos en quien todo bien cabe» [ID1906]. 1. Razonamiento de Fernán Móxica417. [ID0025]

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«¿Sois vos? Dezit, amigo». «¿Quién, señora?». «Un omne que fasta agora siempre tovo ley comigo». «En verdat, señora, no, nunca conocí tal ombre, mas dezirvos hé mi nombre e quiçá podré ser yo». «¡Ea!, pues dezit, señor». «Aí vengo; ca el propio nombre que tengo es favor de mucha tristor. Éste fue por mi ventura, éste por pena mía, éste será todavía fasta nuestra sepultura».

Este poema presenta cierta originalidad entre los escritos en el siglo XV al tratar el tema del amor con ironía. Copias: MH1-262 (379r-380r), MN54-33 (63r-66r), PN4-20 (40vb-42ra), PN8-23 (28r-32r), PN12-18 (16v-20r) y RC1-33 (63v-65v). En MH1 las coplas 11 y 12 están invertidas. El verso 155 falta en PN4, PN8 y PN12.

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«Pues dezit, así gozéis». «Señora, ¿qué?» «Si soes a buena fe, que mucho lo parecéis». «Señora, bien puede ser que le paresca algunt tanto, mas sería mortal espanto poderle bien parescer». «¡Sí, par Dios, que yo os vi!». «Señora, ¿dó?». «Con Amor cuando llegó encobiertamente aquí». «En verdat, señora, juro, e bien sabréis certidumbre, que nunca fue mi costumbre de seguir Amor nin curo. Pues veo que muchos lo aman, verdad es, pero todos los veréis, ésos que suyos se llaman, muy más tristes que gozosos, menos ledos que cuitados, más perdidos que ganados, de su bien todos quexosos». «¿Por qué queréis dezir mal?». «¿De quién?». «De Amor, si vos fizo bien». «En verdad nin comunal, maguer su fama fue buena, él non se empacha d’esta arte; es un cruel que reparte sin merescimiento pena». «Luego mal lo conocéis». «Mejor que a mí, que ya por él me perdí e dezir vos hé quién es.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Amor es, mirad acá, una animosa afección, nacida del coraçón que largos trabajos da». «Maravíllome de vos». «¿De qué?». «Pensat Amor ser tal vanidat que de lieve* plaze a Dios, salvo si de claro amor qualquier ama sola una, a fin de orden consuna* tal propósito es mejor». «¿En qué manera dezís?». «En ésta, que si vos la vía onesta de más cierto amor seguís, beviréis loada vida onrosa de las del mundo, crecentaréis lo segundo nuestra firme ley complida». «¿Y tantos amores son?». «Yo lo diré, mas dubdando si sabré dar cierta declaración. Amor rige tres estados:418 el primero celestial, el segundo temporal, el tercero los casados». «Pues, declarad el primero». «Ya notat cómo en la Divinidat es el amor verdadero. El segundo es este trato que quiere la juventud

tres estados: Para este tema véase el comentario al poema de Alfonso Enríquez: «Canción del mesmo Alfonso Enríquez que demanda perdón al tercero dios de amores», (10.2).

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donde mengua su salud la persona en chico rato». «Dezid del segundo amor, que me plaze». «Sabet que non satisfaze a ningunt su servidor de trabajos en que vea menos de pena que sienta, esto me pone en afruenta que sus falsas artes crea». «El tercero que olvidastes». «Dicho es en la copla lo veréis setena, si bien notastes. Allí se faze mención del más poderoso amor, allí se puede salvar como en otra religión». «Dexad eso e vengamos». «¿A qué, señora?». «Al ombre que se demora cuya fabla començamos, si d’él me sabéis dezir, agora de muerto o bivo, que en perder leal cativo es perdido buen servir». Por lo qual, si vos ploguiesse, mandad que fuesse vuestra bondad de fazer que paresciesse». «¡Par Dios, señora, sí puedo! Mucho me plaze por cierto de lo traer bivo o muerto, e que lo veades cedo». «¿Será así que lo traeréis?». «Señora, sí,

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López que a mi parescer yo oí dezir d’este ombre quién es; mas avéis de declarar quánto ha que se perdió, porque vaya cierto yo do lo entiendo fallar». «¿Desque a Amor dieron guerra es perdido?». «Sí, amigo, assí he sabido, pues sabed que en esta tierra ese ombre por su contrario se tovo a demostrar, Amor lo manda matar de piedad solitario». «¿Cómo puede esto ser?». «Como digo, que amor non busca testigo419 quando ha de proceder, antes mata ocultamente e nunca salva ninguno por estilo importuno sin fin, medio nin presente». «¡Ay, amigo! non creáis que non crea su persona ser tan rea que morió como cuidáis, antes fallaréis ser preso, mas non muerto por querella, cativo sobre Marbella420 do no basta largo seso». «Por ser vuestra voluntad a tanto detenimiento,

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Refrán, vése O’Kane, p. 50. Marbella: ¿Nos encontramos a una referencia a una guerra contra los moros? Quizás debamos leer: sobre amar bella.

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soy a vuestro mandamiento que con fiuza lo provad». «E eso mesmo fazed vos». «Señora, de mí creed ora con vuestra merced». «Vades, amigo, con Dios».

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§26. Lope de Estúñiga (c.1408-c.1477)

El apellido de este poeta, de origen navarro, presentaba varias formas (Stúñiga, Eztúñiga, etc.) que en el siglo XVI se estabilizaron en Çúñiga / Estúñiga. Lope de Estúñiga fue el tercer hijo del mariscal Íñigo Ortiz de Estúñiga y de Juana, hija ilegítima de Carlos III de Navarra. Noble versado en armas y letras, en 1434 participó en el famoso Paso Honroso de Suero de Quiñones, su primo, «los que más diestros anduvieron fueron Suero de Quiñones y Lope Destúñiga» (ed. de Cayetano Rosell, Crónica de Juan II, Año 27, cap. V). Luchó en el bando de los Infantes de Aragón contra don Álvaro de Luna, pasando posteriormente a Nápoles. Volvió a España antes de 1445, siendo encarcelado por su enemistad con Luna. Supuestamente permaneció fiel a Juan II, aunque alabó la resistencia de Atienza cercada en 1446 por dicho rey [ID0353]. Fue desterrado dos veces de Toledo como consecuencia de su actuación en las sublevaciones nobiliarias contra Enrique IV. La mayor parte de su obra debió de ser compuesta antes de 1454. Véase Nicasio Salvador Miguel, La poesía cancioneril. El ‘Cancionero de Estúñiga’, Madrid, Alhambra, 1977, pp. 107-122; Jeanne Battesti-Pelegrin, Lope de Stúñiga; Recherches sur la poésie espagnole au XVème siècle, 3 vols., Aix-en-Provence, 1982 y Eloy Benito Ruano, «Lope de Stúñiga. Vida y cancionero», Revista de Filología Española, 51 (1968), pp. 17-109.

1. Otras coplas que fizo Lope d’Estúñiga421. [ID0342]. Templo de mi solitud e beldad superiora, de gracias e virtud sin número tenedora, 421

Estas coplas, con todo su boato retórico, son ejemplos típicos de la lírica amorosa de Lope de Estúñiga. Copia: MH1-86 (273r-v).

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non quesieras ser causadora de ser fecha tu belleza un cuchillo de crueza puesto en mano matadora. Tú fazes amor ser pena e ser desamor folgura, fazes de gozo cadena e de folgança tristura, de tu piadosa figura fazes espanto cruel, tanto que matas con él a compasión e mesura. Fazes que la muerte sea de la vida refrigerio, e que servicio posea por galardón vituperio; tú pones en cativerio la mi franca libertad, ya se querella bondad de tan estraño misterio. Tú fazes las mis canciones ser sospiros e gemidos, e las mis consolaciones ser galardones perdidos, e servicios despendidos con esperança perdida; mejor es muerte que vida sin trabajos gradescidos.

2. Otras del mismo Lope Destúñiga422. [ID0343]. Si como soes conoscida de mí fuesedes vos, 422

Nos encontramos con otro ejemplo de hipérbole religiosa, ya notada por un lector de MH1 que tachó el verso 7. Copias: MH1-87 (273v-274r) y 11CG-80 (49r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López conosciéredes que Dios vos fizo dios d’esta vida, e tan amada e querida vos de vos misma seriedes, que por ser Él no queriedes non ser al mundo venida. Yo que por vos conoscer, como vos he conoscido, precio más que soy nascido que quanto bien he de ver, pues ¿qué devéis vos fazer a quien fizo Dios cumplida? Sé bien que, por ser nascida, non vos deve desplazer. Dios fizo a su semejança bien vuestra propia belleza, pero non quita tristeza nin menos pone esperança; tristeza por la tardança del devido benefiçio, esperança en el serviçio que galardón non alcança.

3. Coplas que fizo Lope d’Estúñiga a su amiga423. [ID0344]

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Señora, cuya belleza es flor de la juventud, Dis vos dé tanta salud quanta yo tengo tristeza mucha mayor que non muestro, por lo qual, más es mío que non vuestro vuestro mal.

Copias: aparece completo en MH1-88 (274r-v), 11CG-84 (50v), PN13-10 (167r-v); en NH251 (p. 189) aparece acéfalo ...4, 2x8.

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Ca sola vuestra beldad es a mí, vuestro serviente, consolación e plaziente cadena de libertad, e vuestra pena pesar me da tan fuerte, que sólo vuestro penar es a mí muerte. Un solo Dios es testigo, verdadero sabidor, que todo vuestro dolor más que con vos es comigo, tanto que muerte pasando me ploguiera, pero morir vos penando non quesiera. Ca si muerte demandava era por non padescer, e porque vuestro querer viesse lo que deseava; mas non que moriendo yo vos quedase ningunt trabajo por do yo penase.

4. Otras coplas del mismo Lope d’Estúñiga para un su amigo en el despedimiento de su amiga424. [ID0345] De mí tanto bien amada qual en el mundo jamás non fue vista ni fallada quien fuese tanto nin más,

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Estúñiga se libera del amor por su dama, dándole una carta de quita, es decir, un documento que establece que no hay que pagar más o servirla más. Copias: LB2-104 (126r-127r), ME1-37 (62v-63r), MH1-89 (274v-275r), NH2-63 (p. 223) con atribución falsa a Juan de Mena, y 11CG-87 (51r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López pues desconoscéis ansí quien vos sirve bien amando, yo vos quito quanto mando sobre mí mesmo vos di. Quítovos más obediencia e dotada señoría, con toda la reverencia que como siervo devía, lo qual merecéis ya vos de todo punto perder, como perdió Lucifer toda la gloria de Dios. Otrosí mi voluntad quito de vuestra presión, e torno mi libertad en su franca posesión, lo que más me pesa es que por coplas vos loé, de cosas que cierto sé que son todas al revés. Quítovos mi pensamiento que pensar en vos non pueda, pues vuestro merescimiento de todo punto lo vieda, mas en vos quede mi quexo, mis lágrimas y pasión, y por final conclusión todas mis cuitas vos dexo. Yo vos do carta de quita, dadme vos a mí de quito, id santiguada bendita e dexad a mí bendito; nunca más mi coraçón so vuestra mano ternéis, por ende seso fazéis de buscar otro garçón.

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5. Coplas al cantar antigo que dizen «alta mar esquiva»425. [ID0347] Gentil dama esquiva, de ti doy querella, fázesme que biva triste con manz[e]la. 5

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Andaré llorando por tierras estrañas, mi cuerpo rasgando fasta las entrañas; a todos mostrando mis cuitas tamañas e como me dañas en edad novela. Gemido profundo mi lloro despierte, ca todo me fundo sobre triste suerte; tal nascí en el mundo que codicio fuerte pasar ya la muerte por mucho que duela. Libertad estava comigo segura, amor la dexava bevir en folgura; porque te mirava vino fermosura, púsola en tristura do la encarcel[a]. En grand razón yaze de ti presumir,

Este poema utiliza el mismo estribillo gallego que empleó la mujer de Ruy González de Clavijo en 1403 (11.1). Copia: MH1-90 (275r-v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López que cierto te plaze fazerme morir; puesto que me faze mucho desmentir, el mi bien servir sin otra cautela.

6. Lope d’Estúñiga queriendo dar un año nuevo estrenas a seis damas, tomó seis dormideras e fízolas blanca e verde e colorada e prieta e azul e amarilla, e al derredor de cada una escrivió quatro pies segund se siguen e echólas todas en la manga e levólas a las sobredichas señoras, e díxoles que cada una d’ellas sacase la suya, e que tomasen por suerte de aquel año eso que segunt lo que sacase escripto se podiese entender. Comiença la primera dormidera blanca426. [ID0349]

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Blanca.

Yo, dormidera cuitada, llena de grand amargura, amante sin ser amada fue siempre la mi ventura.

Azul.

Bien segura puede estar, qualquiere que me tomare, que nunca verá pesar de cosa que bien amare.

Verde.

Esperança los que penan me suelen todos llamar, mas algunos desesperan por mucho tiempo esperar.

Colorada.

A mí me llaman plazer, que fago tal juramento de nunca te fallescer por ningunt mal nin tormento.

Prieta.

Dama de grant gentileza, guárdete Dios de mi suerte,

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Aparece en este poema el tema de los colores y su simbología. Copias: MH1-92 (276r) y MN54-97 (134r-v); en este último la secuencia de coplas es como sigue: 1, 2, 5, 4, 3, 6.

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La poesía cancioneril. Antología la qual fue siempre tristeza más áspera que la muerte.

20 Amarilla.

A mí llaman cumplimiento de verdaderos amores, mas duda e trocamiento me ponen muchos temores.

7. Otras coplas de Lope d’Estúñiga427. [ID0351]

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A vos dama de quien só, a vos de quien yo seré, a vos a quien Dios me dio, a vos por quien yo morré, a vos la más escogida, a vos que quiso mi suerte, a vos que tenéis mi vida, a vos que tenéis mi muerte, a vos la más entendida, a vos me querello fuerte. A vos va la mi querella, a vos van las mis pasiones, a vos discreta donzella, a vos van estos renglones, a vos por quien dolores, a vos el mi bien segundo, a vos por quien mal poseo, a vos mi daño profundo, a vos a vos por cuyo deseo he de partir deste mundo. A vos, mi señora, escrivo, a vos dirige mi letra, a vos la por quien mal bivo, a vos mi ravia secreta,

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Este poema, con su anáfora interminable, es una muestra más del retoricismo de este poeta. Copia: MH1-94 (277v-278r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López a vos cuento yo mi pena, a vos digo mi rencor, a vos de todas más buena, a vos de todas mejor, a vos que soes la cadena, cadena de mi dolor. A vos en cuyo poder es de loco ser yo cuerdo, a vos por quien yo me pierdo y me entiendo de perder, rescibid esta mi carta, rescibid ya mi dolor, rescibid e non se parta de vos tan buen amador, rescibid pues non se farta de ser vuestro servidor. Ordenad, pues ya que vengo, cómo non parta perdido, ordenad el mal que tengo cómo pueda ser guarido.

8. Otras suyas428. [ID0352]

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Vos por quien lágrimas mías son gastadas, acatad que paso noches e días con tristezas non pensadas en verdad, por causa de libertad me puso do me fallasse beldad,

Se trata de un ejemplo interesante de una forma métrica gallega, muy tradicional, que reaparece en la lírica castellana del siglo XV. Copia: MH1-95 (278r-v).

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ligero de ser levado cuesta ayuso. Con la qual cabtividad non escrivo cada día, e por ende perdonad, pues el dolor en que bivo lo desvía; mis cuytas non vos diría ciertamente cómo son, pero sabed que porfía por morir ya mi paciente coraçón. Sabe Dios que bien deseo ser absente de pasión, mas tal angustia poseo que Fortuna de presente dize: «Non». De tan estrecha presión siento pena sin medida, que non me sufre razón poder salir de cadena con la vida. Muy pesadas son por cierto mis dolores de mover, que me tienen medio muerto e no me dexan amores retraer. ¿Quién es que pueda creer mi servicio conseguir que de llorar e plazer? e mayor bien non codicio que morir.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Tan sañuda fue belleza de vos yo ver e mirar, que me vio luego tristeza por me venir a prender e cativar, qu’el coraçón soportar tamaño temor podiera, sin que de solo pensar... (guillotinado) De mis afanes esquivos y pena tan sin medida, pues ellos son infinitos, non cumple fazer fenida.

9. De Lope de Estúñiga429. [ID0394]

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Aries me fizo movido para siempre vos amar; Taurus non menos sofrido me faze para durar en las cuitas e dolor a que ventura e amor por vos me faze llegar. Géminis non aprovando que por siempre vos amase, Cancro jamás me dexando sin lágrimas que llorase, tentaron de me mover,

El tema de esta composición es el de la astrología y el zodíaco como símbolos amorosos. Estúñiga tiene también en cuenta la relación médica entre los signos y las partes del cuerpo humano, frecuentemente ilustrada en los manuales de medicina: Aries, cabeza; Taurus, cuello; Géminis, hombros y brazos; Cáncer, pecho y pulmones; Leo, estómago; Virgo, hígado y vientre; Libra, ancas, vejiga y riñones; Escorpión, genitales; Sagitario, muslos; Capricornio, rodillas; Acuario, pantorrillas; Piscis, pies. Copia: MH1-138 (309r-v).

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La poesía cancioneril. Antología cosa que non puede ser si muerte non me levase. 15

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León a los movimientos contrarios me defendiendo, Virgo con mill pensamientos variables ofendiendo, hanme fecho titubar, mas al fin deliberar penar e morir serviendo. Libra siempre me queriendo fazer amado de vos, contradeziendo Escorpio, debaten amos a dos e fázenme su porfía que cient mill vezes al día la muerte demando a Dios. Sagitario favorirme non quiere lo que contrasto, Capricornio faze firme vuestro propósito casto, do se sigue mi penar quanto non puedo contar con quantas palabras gasto. Acario como sañudo tomando por mí la lança, Piscis queriendo non pudo fazer alguna mudança, de guisa que más que muestro quedé para siempre vuestro, pero sin toda esperança. Sola vos mi buenandança podedes echar a siniestro, pero non menos a diestro pesando justa balança.

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10. Lope d’Estúñiga430. [ID0194] Señora, gran sinrazón me fezistes en buena fe: condenarme sin por qué.

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Todo hombre se enamora a fin de ser amado, e por ser yo enamorado vos amé a vos, señora, e según paresce agora aunque yo vos dé mi fe condenais[me] sin por qué. Ruego a los amadores que aman sin ser amados que sientan los mis cuidados e plangan los mis dolores, pues saben que son amores que siempre mudan la fe e condenan sin por qué. Vuestra muy linda figura yo siempre desearé, pues de vos me cativé.

11. Otras suyas esforçando a sí mismo estando preso431. [ID6077]

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Pues vuestra desventura os ha puesto por el suelo, aquí do mora tristura en esta tiniebra escura conviene tomar consuelo, que los discretos varones,

Copias: MN54-48 (81v), PN12-71 (192r) y RC1-45 (78r-v). Este poema corresponde al período en que Estúñiga fue encarcelado por Álvaro de Luna, hacia 1443-1444. Copia: 11CG-81 (49v).

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ni por mucha malandança, ni por más graves prisiones, en sus nobles coraçones nunca reciben mudança. Que con éste sería cierto este mundo peligroso, que quien tiene más concierto lo que a la mañana es cierto a la noche es mentiroso. Pues firmeza no hay ninguna no s’espera aver buen fruto sino dañoso y corrupto, porque a nadie la Fortuna nunca dio salvocondupto. Y quien es más ensalçado, ésse está menos quieto, que por nuestro mal pecado pocas vezes gran estado viene a mano de visnieto; y con este sobresalto de trabajo descendida, ¿quién sossegará su vida? pues de quien sube más alto s’espera mayor caída432. Es de muy buena ventura aquel que nunca subió, pues que con ella assegura de se sentir la tristura del triste que descendió. Estos bienes más contentos, pues no ay con que se sienta, de Fortuna su tormenta que los de cinquenta cuentos todos cuentan esta cuenta.

Horozco, Teatro Universal, p. 87, recoge: «A gran subida, gran cayda».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Que los muy grandes señores que son en rica morada, son assí como las flores, que sus mayores favores son quemados de la elada; pues de bien que poca dura guarda bien de tu memoria, que quien tiene más victoria, la triste desaventura es vezina de su gloria. Que ya vimos padresanctos con dolor y con afanes, con otros cien mil quebrantos, y aunque traen ricos mantos, tornados en sacristanes; y también, por otra parte, de muy baxos labradores muy altos emperadores, porque fortuna reparte como quiere sus favores. Que los bienes que tenemos d’emprestado los tomamos, porque de contino vemos que unas vezes los perdemos y otras vezes los ganamos; qu’es juizio muy provado, y por cierto verdadero, qu’en el mundo baratero de quien sois encarcelado sois después el carcelero. Por ende toda tristeza desechad con alegría, sin que se muestre flaqueza, que la muy gran fortaleza dentro en el alma se cría. Un refrán de vegezuela, en que siempre tiene tema,

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sé que dirés con postema: que con algo se consuela la que sus madexas quema433. Mas yo como no perdí por mi culpa lo perdido, consuélome que me vi en lugar donde vencí, aunque agora soy vencido; y pues ésta fue mi suerte, no creáis que por temor, ni por muy mayor dolor, no menos me hallo fuerte que si fuera vencedor.

12. Dezir de Lope d’Estúñiga434. [ID0020]

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Si mis tristes pensamientos, dolor y fuertes cuidados enojosos no fuessen graves tormentos y males desesperados trabajosos, ¡o qué pesar con la muerte quando me fuesse venida tomaría! mas es la plaga tan fuerte que fin de tan mala vida bien sería. A males tan desavidos, lo que puedo contrastar y resistir

Horozco, Teatro universal, p. 176, recoge: «Con algo se consuela quien sus madejas quema». Es uno de los poemas más copiados en el siglo XV. Copias: LB2-101 (118r-119v), ME1-32 (55v-56r), MH1-83 (269r-270r), MN54-8 (16v-17v), NH2-29 (140-141), PN4-15 (38v-39v), PN8-15 (22r-23v), PN12-10 (11r-12v), RC1-8 (17r-18v), SA7-367a (178v...) (3x12... Adición posterior), SA10a-33 (64v-65r), SA10b-204 (126r-v) VM1-8 (15v-16v) y 11CG-85 (50v). Finalmente, la primera estrofa, sin título se encuentra en MI1-1 (9r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López es hazer los mis gemidos y sospiros y esforçar435 para plañir; ya pues plañir y llorar es el mayor bien que tengo, bien podrá la gente considerar el mayor mal que sostengo quál será. Yo quise mudar amor en otra filosumía no tan buena, mas no se mudó dolor ni jamás se mudaría de mi pena; lo qual muestra la gloria de que soy merescedor, es, a saber, que siempre quede memoria yo ser el más amador que puede ser. Bien quanto mi dessear mortal amador me haze todavía, bien tanto fuerte causar a la fortuna le plaze muerte mía; mas no de manera tal que mi triste pensamiento matar quiera, sino que biva mi mal y que jamás mi tormento nunca muera436. Yo pienso si consumiesse

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Los versos 16 y 17 fueron citados por Jorge da Silveira en [ID5240], 16RE-1 (2v). Esta copla fue citada por Pedro Torrella en ID3068.

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y con mis males finasse dessear, tan grande amor fenesciesse que todo’l mundo quedasse sin amar. Pues esto considerando, mi tarde morir es luego tanto bueno, que de no razón usando, gloria sentir en el fuego donde peno. Yo pienso lo que haré, pensando lo que será de mi tristeza; amores no dexaré, ni jamás me dexará su crueza. Mas el fin de no pensar ha sin dubda comedir que tal honor jamás se puede ganar por mil trances combatir un vencedor. Pues, tú, mi bien singular, quanto no oso dezir por tu temor, recebir quieras pesar por matar y ver morir tal servidor.

13. Glosa suya a una canción que dize «ay mis cuydados y males»437. [ID6078] Sus gualardones iguales saben que nunca dirés 437

Se trata de una de las primeras glosas del siglo XV. La canción glosada fue citada por Jorge da Silveira, [ID5240] en 16RE-1 (8v). Copia: 11CG-86 (50v-51r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López a mis cuidados y males, mas pues mis penas son tales el mayor descanso es pensar quánto vos valés. Vuestro gran merecimiento es en estremo muy grado, y con esto que vos siento bivo ¡par Dios! tan pagado, que aunque sé qu’es perdimiento amar y no ser amado, el mi afán y tormento dolo por bien empleado. Assí que jamás eguales gualardones no darés a mis cuidados y males, mas pues mis penas son tales el mayor descanso es pensar quánto vos valés.

14. Dezir de Lope de Estúñiga438. [ID0016] Llorad mis llantos, llorad, llorad la passión de mí, llorad la mi libertad 438

Se trata de un planctus de amor. En términos hiperbólicos lamenta el «yo» poético sus dolores amorosos: amante cortés arquetípico (‘bien amando’ v 15), su pasión le supone una muerte metafórica (‘muerto e no finado’ v 8), con el consiguiente tormento y pérdida de libertad (vv 3-4, ‘cadena’ vv 29-30). Su servicio a la dama no es recompensado (‘passado sin galardón’ v6 y ‘servicios tan desiguales’ v 20), mientras que, como es tradicional, sólo se refiere a la dama con elipsis (‘en quien me fizo ser tal’ v 54). El poeta se dirige al oyente/lector para que comparta sus llantos en una serie de anáforas. La palabra ‘desastrado’ del último verso señala a la Fortuna como causa de esta situación. La paradoja de esta muerte en vida está subrayada a través de las antítesis: libertad-cadena; presente-infinitamente (vv 22-23); amando-desamar (vv 15-16); subir-descendida (vv 57-58), etc. En un poema que trata de la ‘muerte’ amorosa del poeta, la última palabra del poema nascí le da una estructura circular, paralela a la cadena que le envuelve y al ciclo infinito de sus dolores. Copias: CO1-5 (79r-80v), LB2-98 (113v-114v), ME1-29 (51r-52r), MH1-84 (270r-271r), MN54-6 (14r-15v), PN12-6 (8r-9v), PN4-11 (36r-37r), PN8-11 (19r), RC1-2 (2r-2v), SA10b-

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que por amores perdí; llorad el tiempo passado, passado sin galardón, llorad la triste passión de mí muerto e non finado. Llorad mi dolor tan fuerte, llorad mi mal tan estraño, llorad por tal que mi muerte non puede matar mi daño; llorat e gemid llorando, llorando tanto pesar, llorad porque bien amando siempre me vi desamar. Llorad los mis gemidos, vayan gemiendo mis males; gemid los mis despendidos servicios tan desiguales; gemid gemido presente, presente mi mal profundo; gemid infinitamente mi nascimiento en el mundo. Gemid gemiendo, gemir, gemid mis esquivos llantos; gemid e quiçá morir podréis fazer mis quebrantos;

203 (125r-126r) y VM1-16 (13v-14v), 11CG-83 (50r-v). Se encontraba también en el Cancionero de Barrantes (la porción de MR2), pero al arrancar los folios en que estaba copiada la Misa de amor de Suero de Ribera desapareció. VM1 ofrece una traducción paralela en italiano, de la que incluímos la primera copla: Piangeti mei lamenti piangeti piangeti la passion de mi La liberta mia piangeti che per amori persi Piangeti el tempo passato Passato senza premiation Piangeti la trista passion De mi morto et non manchato.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López gemid la triste cadena, cadena que me prendió, gemid la terrible pena que de plazer me quitó. Gemid e sospirar, sospire mi gran tormento; sospire tanto pesar, quanto me dio pensamiento; sospire lo que padesco, padesco con mis amores; sospire que non peresco si non dolor de dolores. Sospire lo sospirado que sospiré muchos días, sospiro dessimulado las llagas antiguas mías; sospiro quanta verdat, verdat se me quebrantó, sospiró porque piedat murió primero que yo. Sospiren más mis cuidados, piensen en mis pensamientos; piensen los tristes estados de todos mis perdimientos; piensen e piensen en quien, en quien me fizo ser tal, piensen en como mi bien se fizo todo mi mal. Piensen mi gran descendida, piensen mi poco subir; piensen tamaña caída qual de mí puden oír; piensen la vida llorosa llorosa que despendí, piensen la ravia raviosa con que raviando morí.

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Piensen la causa forçosa, forçosa con que partí, piensen al fin otra cosa: quánt desastrado nascí.

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§27. Diego de Valera (1412-¿1488?)

Último hijo del converso Alfonso Chirino de Cuenca, médico de Juan II de Castilla, y doña María Valera. Entró al servicio del Rey, como criado, en 1427, y fue doncel del príncipe Enrique en 1429. Fue armado caballero por el Rey en la conquista de Huelma (1435) en presencia de Lope de Estúñiga. En 1437-1438 viajó por Francia, Alemania, Bohemia, y otros reinos, ganando fama de buen justador. A su regreso, continuó al servico del príncipe Enrique. En 1443 salió para Dinamarca, Inglaterra y Borgoña en misión diplomática, volviendo a España en 1445. En 1454 estuvo en Sevilla en las bodas de Pedro de Estúñiga y Teresa, la hija del duque de Medina Sidonia (véase el poema de Montoro «Estas muy bellas que son», ID1788). Sirvió a los reyes hasta su muerte que debió de ocurrir hacia 1488.

1. Canción439. [ID0047]. Adiós mi libertad y otrosí vos, alegría, que dolor y soledad siguirán mi compañía. 5

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Pero doquier que vayáis, aved memoria, vos ruego, de mí, que solo dexáis en bivas llamas de fuego, y solamente pensar en seguir ya vuestra vía, que dolor y soledad siguirán mi compañía.

Copia: PN12-40 (82v).

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Aquéstos mi juventud finarán por mi ventura, sin defensa de virtud serán de mí sepultura; pues agora caminat, sea Dios en vuestra guía, que dolor y soledad siguirán mi compañía.

2. Ledanía de amores de Diego de Valera440. [ID0535] ¡O soberana señora, de juventut muy amada! Plégate ser rogadora por mi persona cuitada. 5

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¡O vos, santos confesores, Omero, Ovidio, Platón, de gloria merescedores, rogad por mi salvación! E tú, santo mucho digno, Orfeo que bien amaste, e también Sesto Tarquino441 que muchas penas pasaste. Por amad sed rogadores que salgan d’este tormento, o que sienta los dolores mi señora que yo siento. O vosotros oradores, Píramo, también Loquino,

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Nos encontramos en este poema con otro ejemplo de un texto litúrgico a lo profano. Copias: completo (12 cuartetos) en MH1-270 (386r-v); incompleto en SA10a-8 (5r-v) (le faltan el segundo y el último cuarteto). Sesto Tarquino: Hijo de Tarquino el Soberbio, violó a Lucrecia lo que provocó una revolución patricia que abolió el sistema monárquico en Roma. El relato se encuentra en Tito Livio, I, 57-60. También aparece en Ovidio, Fasti, II, 720-852.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López varones dignos de onores e Petrarcha el florentino. Todos quered ser costantes a rogar por mí cativo, pues fuestes buenos amantes, que muera como bivo.

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Y Simiramis442, Elena443, damas de mucha beldad, e también vos, Policena444, señoras, por mí rogad. Olimpias, también Yolante, e también la reina Dido445, Daimira con su amante446, en el fuego perescido. Por mi sed ya rogadores, pues [que] bivo tan penado, que non muera yo, señoras, del todo tan lastimado. E también los que sofristes en algún tiempo gran pena, e después libres vos distes rompiendo la tal cadena, rogad por mí que me veo triste en ageno poder,

Simiramis: Reina de Asiria y Babilonia, que fundó la ciudad de Babilonia. Esposa de Menelao y mujer de gran belleza. En el siglo XV se la concebía como el prototipo de la mujer bella; así Santillana, Sonetos fechos al itálico modo, ed. cit., p. 136, en su soneto VIII califica a su amada de «segunda Helena». Policena: Amada de Aquiles. Álvarez de Villasandino en PN1, ed. cit., p. 21 escribe: «pues quantas han fermosura, / dubdo mucho si fue tal / en su tiempo Poliçena». Dido: Célebre reina de Cartago. Daimira: Se trata de Deyanira, mujer de Hércules y causa involuntaria de la muerte del héroe, por lo que se suicidó. Véase Ovidio, Heroidas, IX, 5-6. Fernán Pérez de Guzmán hace mención a este suceso: «non menos Daimira se siente ofensada, / que entiende por Ércules vençer toda cosa»; PN1, ed. cit., p. 281.

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e tantas cuitas poseo que non me puedo valer. 45

Señora, demando perdón, que de amar repiéntome, mas de Francisco Calderón447 ¡libérame Dómine!

3. Despedimiento de Diego Valera448. [ID2124]

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Pues por bien servir yo peno cresciendo vuestra porfía, aqueste refrán ageno cantaste sin alegría: «Loco es de quien vos fía, pues así, por do ganarvos devía vos perdí»449. E diré, mas con pesar como quien ya desespera, tal canción que bien cantar devo yo fasta que muera: «Quien de vos merced espera, señora, y bien atiende, ¡ay qué poco se le entiende!»450 E pues tan buen gualardón ya la fortuna me dio, cantaré con grant razón quanto biva triste yo: «Quien sirviendo se perdió bien podrá dezir por sí

Francisco Calderón: Francisco Ortiz Calderón fue un poeta de la primera mitad del siglo XV. Es un poema citador de gran interés por las obras que menciona. Copia: PN13-33 (191v192r) con seis estrofas y un cuarteto final; a la segunda estrofa le falta un verso. Cita de un poema anónimo (ID2125). Estos versos pertenecen a un poema de Santillana [ID0311].

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López ¡O triste! ¿Por qué me di a quien nos me conosció?»451.

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Y pues vuestra poca fe faze mi vida penada, endechando así diré por mi fortuna menguada: «¡O persona desastrada! ¿en qué mi tiempo perdí? ¡O vida muy mal gastada! ¿qué fue de quanto serví?»452. Pues por vuestra crueza he yo mi tiempo perdido, cantaré con grant tristeza de mí mesmo aborrescido: «Señora, qual soy venido, tal me parto, de cuidados más que farto, dolorido»453. E iré desconsolado, tanto fuera de mesura, que diré sin ser culpado por mi grant desaventura: «Cativo de mi tristura, ya todos prendan espanto y pregunten qué ventura es que m’atormenta tanto»454 Con doloroso quebranto por vuestra grant desmesura, fenesce mi triste canto sin dar fin a mi rencura.

Versos de un poema anónimo [ID2126]. Estos versos forman parte de un poema del propio Diego de Valera [ID0390]. Poema de Santillana [ID0315]. Se trata de los versos del más popular de los poemas de Macías [ID0131].

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§27a. Los poemas citadores de SA7, MH1 y LB2

Se incluyen aquí una serie de poemas citadores, de poetas no incluidos en esta antología o que son anónimos, sacados de SA7 (de hacia 1440) y MH1 (de hacia 1454), que demuestran cuáles eran los poemas más conocidos de la época, ya que citan poesías que habían de ser reconocibles inmediatamente. Se añade también el juego poético anónimo de LB2 (de hacia 1460, en la corte de Navarra) por el gran número de canciones citadas.

1. Dezir455. [ID2508]

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Un día por mi ventura fuérame yo acercar en una val muy escura donde ove grant pesar, porque vi allí estar un hombre desesperado, cantando desaguisado un canta con amargura: «Cativo de minya tistura, ya todos prenden espanto e preguntan qué ventura es que m’aturmenta tanto»456.

Este dezir, sin indicación de autor, está copiado al final de las obras de Gonzalo de Torquemada, y es muy probable que pertenezca a este poeta. Por las citas se puede apreciar que Torquemada era un poeta de principios de siglo. Copia: SA7-118 (55r-56r). Otra vez aparecen copiados estos versos de Macías (ID0131).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Díxome a poco estado: «Ved qué descomunaleza de su corte457 m’a echado por servir bien su nobleza;458 yo l’amé de coraçón, mas por darme gualardón cantaré como forçado: ‘¡Ay que mal aconsexado fuestes coraçón sandeo, en amar la que bien veo que de vos no ha cuidado!’»459. «L’afán que avedes passado avet bien por recibido, ca muy bien es empleado en quien avedes servido; seredes muy más querido si andades a su corte, mas por alcançar conorte dirás a sus pies llorando: ‘¡Ay, señora, fasta quándo sofriré este deseo por el qual sin dubda creo que mi fin se va llegando!’460 E no estéis un punto tardando, escudero, si queredes, lo qu’estades deseando, cierto es que lo avredes; e si creerme queredes, según la mi entención,

corte: Se refiere a la corte del Amor. Según Álvarez Pellitero, ed. cit., p. 127n., aquí falta un verso: «Se trata, en su forma métrica, de una copla de arte menor, cuya combinación es: abab; acca, si bien en el resto de las estrofas de la segunda parte se permite una mayor libertad. Es evidente por ello la omisión de este verso en la segunda redondilla». Versos de Villasandino (ID1170). Cita de un poema anónimo (ID0138).

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le diredes tal razón por tornar en buenandança:

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‘¡Ay señora, en quien fiança he por cierto sin dubdança, no lo hayas por vengança mi tristura!’»461. «Cavallero, mi ventura m’a en este lugar echado donde bivo con tristura como hombre desesperado. Iré yo de muy buen grado allá donde vos mandedes, mas, ante que me levedes, oíd la mi tribulança: ‘Cuidado e maginança a mí faze mucho mal, porque vivo en esperança de la que puede e nom’val’»462.

2. Montoro463. [ID2519] ¡Ay, cuitado!, agora siento que por mi mal conocí tanto bien como perdí por cobrar tal perdimiento. 5

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Los mis días ya pasaron en que yo bevir solía con plazer y alegría

Poema de Macías (ID0447). Versos de una canción anónima (ID2509). Todos los poetas citados en esta composición pertenecen al siglo XIV o principios del XV. Sancho Alfonso de Montoro forma parte de la generación de Diego Hurtado de Mendoza y García de Pedraza. Es un engarce notable de citas. ID2712 (SA7-357) es una versión abreviada de ID2519, o éste es una ampliación de aquél. Copia; SA7-130 (62r-v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López todo’l tiempo que duraron; pues non sé amparamento464 loado seas, Amor,465 que adeus miña señor466 fue causa de mi tormento. Ordenar quiero mi vida pues só puesto en tal cuidado que morir devo cuitado o fazer vida perdida; e será puesto ...ento ruyseñor, veote quexoso467, Amor cruel e brioso468, fará por mí complimiento. Ya non puedo más durar esta vida padesciendo, e pues muero así biviendo, bivo me quiero enterrar; e será el enterramiento cativo de miña tristura469, pues me fallesció ventura470 cobrirá mi monumento.

3. Dezir de Johan de Torres471. [ID2526]. Non podría hombre pensar la grave tribulaçión

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Verso 4 de «Crueldad e trocamento» de Álvarez de Villasandino (ID0132). Primer verso del poema de Villasandino (ID0663). Primer verso del poema de autor anónimo [ID2505]. Primer verso del poema de García Fernández de Jerena [ID1680]. Verso de Macías [ID0128]. Famoso poema de Macías [ID0131]. Primer verso de un poema de Villalobos, aunque en algunos manuscritos es atribuido a Macías, [ID0195]. Uno de los poetas citados en este dezir es Gonzalo de Cuadros que hirió a Álvaro de Luna en una justa, en 1418. Este poema debió de ser escrito a principios del siglo XV. Copia: SA7-138 (66r-66v).

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que siente mi coraçón, señora, e vos desear; por en ...ar donde quiera que vos falle: devedado me an la calle por donde solía passar472. Como aquel que bien servir vos cobdiçia todavía en viendo, señora mía, siempre de vos bien servir; aunque sopiesse morir cantaría en toda parte: «si la muerte no me parte, Amor, non quiero partir»473. Yo tiengo buena opinión, nenguno non lo retraya, que por muy mal que me vaya tengo en vos servir razón; cantaré por conclusión este cantar toda ora: «quien de linda s’enamora atender deve perdón»474. El mi pensamiento es tal, señora, que siempre creze e jamás non desfalleze para se mudar en ál, salvo en sí siempre leal, cantando con esperança: «cuydados e maginança a mí fazen grant mal»475.

Es posible que nos encontremos ante un recuerdo del cantarcillo popular «No paséis el escudero» [ID0434]. Cita de un poema anónimo ID2527. Versos de Villasandino [ID1176]. Poema anónimo [ID2509].

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Ya siempre vos loaré por dondequiere que fuere, e quien vos mal dixiere yo gelo combatiré, empero que cantaré como aquel que vos adora: «de vos bien servir, señora, jamás nunca çessaré»476. En caso que olvidado vos plaga de me tener, non podría yo creer que mi servir es perdido; e, por ende, comedido dezir hé este cantar: «De vos servir e loar, señora, no m’en despido»477.

4. Francisco Bocanegra478. [ID0433].

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A la sazón quando suelen los ombres mejor dormir, e muy poco se desmuelen por lo que puede venir, entre sueños vi que estava la dama de quien querello a la ventana en cabello congoxosa mucho brava, aquesta canción cantando: «Non pasés, escudero, por aquí,

Versos del poema [ID2528] de Francisco Ortiz Calderón. Poema de Gonzalo de Cuadros [ID2515]. Las citas de este poema son de gran interés, pues demuestran que había ya una tendencia a utilizar cantarcillos populares entre los poetas de la corte. El cantar [ID0434] se encuentra con coplas en cancioneros tardíos: ME1-125 (adición posterior), MP2-197 y TP2-1, donde se denomina villancico. Es importante recordar que aparece en un poema de principios del siglo XV, anterior como mínimo a 1440. Copia: MH1-169 (...335r-v).

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La poesía cancioneril. Antología si no, abaxaré mis ojos, juraré que non vos vi»479.

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Porque muy claro non vía si me mandava dexar, esperança sí tenía de mis cuitas reparar; por tanto le pregunté: «¿Quién vos fizo desplazer?». Dixo: «Vos en me querer sin tener causa por qué, e cantad pues yo canté: ‘Cuitado, todo mi trabajo en vano’»480. «Atán crudo mandamiento, atán áspera canción, -yo le dixe- si non miento, vos me daes mal galardón». Respondió determinando: «Non curés de reclamar, que mejor vos es buscar otro cobro, así lo mando, esta canción cantando: ‘Non soy vuestra enamorada, yo os lo dixe otra vegada’»481. Repliqué: «Tal despedida, mandada contra razón, será causa que mi vida non dure larga sazón; pero si tanto vos plaze que non sea vuestro más, cantaré siempre jamás esta canción donde yaze lo que mucho me desplaze:

Canción de autor anónimo [ID0434]. Estos dos versos pertenecen a una canción anónima [ID0435]. Canción anónima [ID0436].

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López ‘Desde agora a Dios seáis señora’»482.

5. Otro dezir483. [ID0525]

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Bien serviendo he perdido lo que nunca cobraré, por lo qual triste diré e será mi apellido de muy grand padescimiento de la pena que me siento un cantar tan dolorido: «¿Vedes qué descortesía que me fizo amor tan fea? Apartóme que non vea la gentil señora mía»484. Desque me ovo apartado por espreso mandamiento, non se tovo por contento mas doblóme mi cuidado; en quitar la señora mía beviré sin alegría con semblante atribulado. «¡O qué mala compañía, ay amor, que me feziste, en quitarme pues me diste la señora que tenía!»485.

Anónima [ID0437]. Este dezir es anónimo y no nos ayuda nada la secuencia en MH1, pues el poema anterior aparece también como anónimo, aunque es de autor conocido: Gómez Pérez Patiño, [ID0524]. Los poemas citados que conocemos son de Macías y Suero de Ribera. El poema, en todo caso, es muy anterior a 1454, fecha a quo de compilación del cancionero. Copia: MH1-265 (380v-381r). Versos de un poema de Macías [ID0526]. Versos que pertenecen a un poema anónimo [ID0527].

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Por esta grand sinrazón non fago sinon llorar, e con sobra de pesar perece mi condeción. Por mi mal ya contescido lloraré desfavorido deziendo de coraçón: «Sé que me a costado cara, amor, vuestra compañía, pues por vos me desampara quien consolarme solía»486. De oy más non fago cura de amar nin desamar, pues que trayo tal pesar que me quita de cordura; mas diré como podiere con dolor, si la sopiere, la canción por mi ventura: «Amor, yo cobré de vos tal galardón que biviendo me conviene pedir deziendo ‘dame por amor de Dios’»487.

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Ya que tal coita mantiene mi coraçón malfadado, le diré: «Desventurado, de oy más allá te aviene amor, pues quien padesce tal cantar le pertenesce por la cuita que le viene: ‘Ve amor buscar quien dañes488 pero quedes con pesar,

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Versos de una canción de Juan de Torres [ID0528]. Versos anónimos [ID0529]. Es enmienda evidente, el ms. lee: deues.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López ¿quánto quieres apostar otra vez que non me engañes?’»489.

6. El juego anónimo de la corte de Navarra490. [ID2304]

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En Ávila por la .A. posará el Rey en persona, Alfonso se llamará el huéspet y ella Antona, y serán las condiciones de la su bolatiría* anadones y ansarones, y combrá* su señoría d’un gentil asno aquel día. Avellanas le darán por fruta luego de mano, el comer le guisarán con almendro y avellano; dirá la su canción «Amor yo nunca pensé»491 cantada con gentil son. El refrán por buena fe es éste que vos diré: «Amansar deve su saña quien por sí mesmo s’engaña». A Burgos irá por .B. el Rey a cas’ de Beltrán,

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Estos versos pertenecen a Suero de Ribera [ID0530]. Es un juego alfabético que da, para cada letra del alfabeto, una ciudad, un anfitrión y una anfitriona, un ave, una carne, una fruta, una madera de árbol para cocinar, una canción y un refrán. Su intención es claramente cómica, pero nos proporciona interesantes detalles de la vida en la corte, así como de las canciones y refranes que por ella circulaban. Hace falta un estudio de la corte de Navarra de mediados del siglo xv para poder identificar a todos los personajes que se mencionan en el poema. Véase Ana Menéndez Collera, El juego poético: los tres ejemplos más significativos, Tesis de la Universidad de Illinois, Urbana, 1987. Copia: LB2-200 (196r-205r). Versos de una canción de Juan II de Castilla [ID1802].

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la huéspeda nombraré, Brianda492 le llamarán. Darl’án en plato de barro estas dos aves primero: un gran buitre y un buarro y los pechos d’un bezerro puestos en un tajadero. Bevras si le plaze puede su mayordomo traer y con buxo* maguer que fiede l’aparejen el comer. «Buena pascua y ventura»493 a tres vozes cantarán por quitarle de tristura, y depués le contarán con que se ría este refrán: «Bien canta Marta quando está farta». Váyase el Rey d’Aragón por la .C. a Çaragoça, el huéspet será Catón, ella Costança y la moça. Él combrá de dos capones que los asse Álvaro viejo, y muerto con dos falcones, y le traerán un gran conejo guisado con salmorrejo. Denle por fruta cogombros de los de agora dos años, y traigan sobre los hombros mucha leña de castaños.

Brianda: Según Aubrun, Herberay, p. xxxii, podría tratarse de Brianda de Vaca, que fue amante de Carlos de Viana después de la muerte de su esposa Inés de Cléves en 1448. Canción anónima [ID2305].

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López «Con qualquier pena que siento»494 le cante Johan de la Fuente, por que pierda el pensamiento de motejar a su gente con este refrán siguiente: «Cedaçillo nuevo tres días en estaca»495. A Daroqua el Rey se va si no m’an dicho mentira, y su huéspet Diego será y su huéspeda Diaynira. Las aves serán dorales* presentadas d’un notario. Ferriz496 y los officiales comerán con el vicario la giba d’un dromedario. Y por ser calda y enxuta*, manda maestre Corral darle dátiles por fruta y leña d’un duraznal*. Canten delante su alteza Johan de la Carra y su hermano497 «Dama de gran gentileza»498, y diga tal refrán sano mossen Johan de Bosmediano: «De los escarmentados se levantan los arteros»499.

Anónima [ID2306]. Una copla que empieza con este mismo verso fue glosada en castellano por Francisco da Silveira en 16RE-396 (88r-v). Correas, p. 299, explica: «De lo ke dura poko la bondad; i más en el ke entra dilixente a servir i afloxa presto». Aubrun, Herberay, p. xxxii, lo identifica con Miguel Ferrándiz, ayudante del rey. Según Aubrun, Herberay, p. xxxiii, el hermano sería Beltrán de la Carra, gentilhombre de Carlos de Viana. Anónima [ID2307]. Horozco, Teatro Universal, p. 187: «Caer el hombre en la quenta / pocas veces aconteçe / hasta que lo experimenta / y entonces ya se escarmienta / y entiende lo que le empeçe / Y los

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A Estorga por la .E. se va el Rey en ora buena. Por huéspedes le daré a Estaçio con Elena. Por aves esmerejones comer le será forçado y más en fin de razones, un erizo dessollado como pollo desparragado. Escaramujos traerá por fruta Johan de Medina500, (ves que neçedat fará), y la leña será enzina. El obispo501 y otros dos le canten quando comiere: «En esto siento par Dios»502 y dígale qui quisiere tal refrán si le plugiere: «En los nidos de antaño no hay páxaros ogaño». Por .F. el Rey en Florencia en cas’ de Françisco posa, por no fazer diferencia llaman Francisca su esposa. Faisanes y francolines le dieron en el mesón y diéronle florentines para cenar un furón cozido en un calderón.

experimentados / huyen los atolladeros / y saven como avisados / que de los escarmentados / se levantan los arteros». Según Aubrun, Herberay, p. xxxiv, era un monaguillo hacia 1450. Aubrun, Herberay, p. xxxiv, ofrece dos posibilidades: el obispo de Pamplona o Alfonso Argüello, obispo de Zaragoza. Anónima [ID2280]. Canción en LB2-171, ME1-96 y «alegada» en la serie ID5420 por Álvaro Barreto 16RE-1bis (11r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Figos passados de çera el Rey por fruta comió y con leña de figuera la vianda se guisó. Por cançión ‘stando en batalla «Fortuna tort»503 le cantaron, y veniendo sobre fabla çiertos qu’allí se llegaron este refrán le cantaron: «Fasta que falles buen viento nunca fagas mudamiento». Por la .G. se fue a Gandía el Rey a plazer tomar. Su huésped fue Gil Garçía y su huéspeda Guiomar. Las aves qu’allí le dieron son grullas y gavilanes, mas las piernas se comieron d’un grifo con xxxa panes el maestre y sus galanes. Garvanços verdes tomava por fruta su señoría. La leña que se quemava ginebro* me pareçía; «Guardava las vacas»504 era la cançion que le cantavan. El refrán en tal manera Muñoz y otros qu’allí estavan sospirando le cantavan:

Poema francés anónimo [ID2308]. Anónimo [ID2309]. Puede tratarse del estribillo popular: «Guárdame las vacas, / carillo, y besarte hé, / mas bésame tú a mí / que yo te las guardaré». Cpse. [ID5001 E 2309], 20*CA2 (4v) Villancico de guardame las vacas y Antonio Rodríguez Moñino, Diccionario de pliegos sueltos poéticos (siglo XVI), Madrid, Castalia, 1970, nos 483 y 888.

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«Gran mal tiene quien amores atiende». Por la .H. fue a Helín el Rey a cas’ de Hamete505. Haxa su mujer al fin por la casa s’entremete. Las aves son habubillas que le dieron a yantar, más hurones y hardillas le fizo para çenar Pedro de Cuéllar506 comprar. Havas verdes quiere que haya por fruta nueva en la mesa. La leña toda de haya que le dan en la deesa. El Morillo era cantor e dizía assí cantando: «Halaguero es el amor»507. Atajó Haxa passando con este refrán contando:

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«Hormiga que no camina mal convida su vezina»508.

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El muy alto rey don Johan509 a Jaca va por la .J. Su huésped es Julián, su mujer Johana otrossí. Dize Marzilla el françés510

Hamete: Nombre árabe. Cuéllar: Podría tratarse de Juan de Cuéllar del castillo de Granyera, uno de los capitanes encargados de la represión que siguió a la insurrección en Cataluña; Aubrun, Herberay, p. xxxiii. Anónimo [ID2310]. Este refrán no aparece recogido en ninguna de las colecciones de refranes de la época. rey don Johan: Se trata, como afirma Aubrun, Herberay, p. xxxiv, del padre de Fernando el Católico, que era un gran protector de las letras. Marzilla: Posiblemente un heraldo de armas que llevara el nombre de la ciudad de Marsella; Aubrun, Herberay, p. xxxiv.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López que a comer le den judías, y le dan por quatropiés un javalí todos días a él y sus compañías.

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Judías verdes havrá por fruta también allí. Todo el fuego se fará con leña de jessemí*, y bien como quien se messe sus criados cantaremos: «Je soy pobre de liesse»511. Jurando que nos yremos, aqueste refrán diremos: «Jura mala en piedra caya»512. El señor Rey por .K. vino y por .K. tornó a Karmona. Su huéspet es Kostantino y Katerina su dona. Kalandrias serán las aves que combrá maguer que callo, mas si se fallan las llaves del establo algún vassallo a cenar havrá un cavallo. La fruta será castañas de las mesmas de la tierra. El fuego será de kañas que vedada está la sierra. «Kativo de miña tristura»513 le canten por que castigue

Poema francés anónimo [ID2311]. Véase el mote citado en [ID2647], «De aver plazer só pobre» por Alfonso de Córdoba en su respuesta a Diego de Contreras, [ID0589]. Alonso Sánchez de la Ballesta, citado por Combet, Correas, p. 304n., afirma que: «Vsamos desta manera de dezir quando queremos significar, que tal juramento no fue obligatorio por ser cosa no muy grata a Dios lo que se juró». Se trata del famoso poema de Macías [ID0131].

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quien ama bien s’aventura, y si mal siempre aconsigue diga el refrán que se sigue:

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«Kastígame mi madre yo trompégelas»514. A León por buen comienço de semana el Rey va agora, al huéspet llaman Lorenço y Leonor a la señora. Las aves serán lavancos que el apetito acrescienta y quatro lechones blancos comerá con salpimienta; por que dizen qu’escalienta. La fruta era limones que pusieron delante él. La leña fecha tizones será toda de laurel. «La gracia de vos donzella»515 fue la cançión, según creo, y dixo una dama bella aqueste refrán tan feo, bien assí como lo leo: «La dueña que mucho mira pocas de vegadas fila»516. A Mallorqua el rey Martín faze por .M. su vía. Su huéspet será Merlín y su huéspeda Mençía.

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Santillana lo glosa: «do hay obstinación, poco aprouecha corrección». Juan de Valdés, Diálogo de la lengua, p. 208: «No sé qué se le antojó al que compuso el refrán que dize: «Castígame mi madre, y yo trompóselas», y digo que no sé qué se le antojó, porque no sé qué quiso dezir con aquel mal vocablo trómposelas». Canción anónima glosada por Toledo [ID0418]. Correas, p. 338, recoge: «Dueña ke mucho mira, poko hila».

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La fruta que le darán ha de ser melón romano. La leña que quemarán será toda de mançano. «Más quiero contigo guerra»517 Carcaxona cantará, y si d’allá de su tierra por ventura tornará aqueste refrán dirá:

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Las aves serán milanos porque no peque en la gula; con mosto lava sus manos quien le truxo d’una adula* para comer una mula.

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«Más vale flaco en el mato518 que gordo en papo de gato»519. A Narbona he çierto aviso el Rey va sobre la sisa. Al huéspet llaman Narçiso y a la huéspeda Narçisa. Dos neblíes están pelando para darle de yantar, y dos nutrias dessollando; a Rebolledo520 afilar le mandan para cortar.

Composición de Sancho Alonso de Montoro, SA7-32 [ID2312]. mato: En el ms. se lee: «flaco a omato». Corregimos según la forma del refrán. Correas, p. 539, glosa: «Más vale flako en el garavato ke gordo en el papo del gato. El plazentino de mano lee: «Más vale flako en la mano...»; el Komendador lee: «Más vale flako en el mato... o en el manto...». «Manto» no haze sentido; «mato» será: el monte. Ke más valdrá estar por kazar ke komido del gato». Rebolledo: Podría tratarse o de Lope de Rebolledo, alguacil en 1450, o de Rodrigo de Rebolledo, a quien mandó el príncipe Carlos a negociar un tratado con su padre en 1456, que fue gran chambelán y consejero de Juan II y que en 1471 preparó a Leonor para firmar el tratado de Olite; Aubrun, Herberay, pp. xxxiv-xxxv.

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Por fruta le darán nuezes que no fallan otra cosa y la leña todas vezes de nogal qu’es provechosa. «No consienta Dios ni quiera»521 canten a su Magestat, y si vierdes que ay manera al oreja vos llegat y este refrán le cantat: «Ni por mucho madrugar no amaneçe mas aína». En Oviedo por la .O. posó el Rey en cas’ de Orfeo. La huéspeda se llamó Olalla, segunt yo creo. Oronellas* le buscavan para darle de presente y un osso le guisavan en parrillas gentilmente con ajos para la gente. Ostias d’açúcar tenían por fruta con su clarea*. La leña que despendían olmo presumo que sea. El d’Ambia y de Breviesca «O vos omnes»522 cantarán en voz seca que yesca, y al Rey amos irán diziendo aqueste refrán:

Anónimo [ID2313]. Anónimo [ID2314]. Pertenece a los Threni, id est Lamentationes Ieremiae Prophetae, 1, 12: «O vos omnes qui transitis per viam, Attendite et videte / Si est dolor sicut dolor meus!». Aparece citado en otros poemas: «O vos omnes qui transitis / por esta vía de amor» (Anónimo, MP4f-422, 135r) y [ID0563] lo cita en MN54-64 (91v): «O vos omnes que transistes / por la vía de bien amar».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López «Oveja que bala bocado pierde». A Peníscola el Rey va do nunca nos saca Dios. Por huéspedes tomará Pascuales amos a dos. Por ave le darán pago*, esto sabe bien Valdés, mas en tanto Estevan Gago le mató un puerco montés que pesava libras tres. La fruta será piñones, pero de palmas la leña .............. que tiñe bien como alheña. «Pues que soy a tu mandar»523 será la cantica suya. El refrán es de cantar ante qu’el seso refuya y quienquiera redarguya: «Porfía mata venado que no montero cansado»524. A Quintana por la .Q. va el Rey a mirar la feria. Por huéspedes tomará Quinto Curçio y Quiteria. Por aves la darán cozidos quebrantahuessos en brasa y dos quosseres* rostidos para todos los de casa, si no miente Vilarasa525.

Anónimo [ID2315]. Correas, p. 480, recoge: «Porfía mata venado, ke no luengo dardo». Vilarasa: Quizás Juan de Vilarasa, maestre sala de la casa real; Aubrun, Herberay, p. xxxv.

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Por fruta le dan quesadas, pruévolo con Johan Amigo, las quales fueron guisadas con leña de quabrahigo*. «Quien de vos mercet espera»526 cantará Gómez Çuárez527, rogando que dezir quiera a María d’Armendáriz528 un refrán en tal manera: «Quando la barba de tu vezino vieres pelar echa la tuya en remojo.» A Robres va el rey Yasón, segunt pienso, bien aína. Serán Rodrigo varón sus huéspedes Rufina. Solamente un ruiseñor le guisa mossén Machín. Por çirimonia mayor le cuezen un buen roçín d’essos de Belamarín529. Una fruta que se llama rávanos havrá por buena y con leña de retama le guisen yantar y çena. Con palmas en son de baile le dirán esta canción: «Rébuelvelas el fraile»530.

Composición de Santillana [ID0311]. Gómez Çuárez: Participó en la batalla de Rubinat y preparó el tratado de Olite con Leonor en 1471; Aubrun, Herberay, p. xxxiii. María d’Armendáriz: Dama de honor de Leonor, que en 1443 fue la amante de Carlos de Viana, del cual tuvo una hija, Ana de Navarra, que se casó con el Conde de Medinaceli y en 1457 se casó con Balbastro, secretario de Carlos, y vivió en la corte de Juan II; Aubrun, Herberay, p. xxxii. Belamarín: Raza de caballos de Marruecos. Anónimo [ID2316].

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Por refrán con afecçión digan quantos suyos son:

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«Romero fito saca çatico»531. A Sevilla es opinión que va el Rey, si no m’engaña. Su huéspet será Sansón y su huéspeda Susaña. Sus aves a las mañanas serán un par de sisones, y de quatro sargantanas* le daremos los riñones assados en los tizones. Servas muchas le daremos por fruta si las querrá. Con sarmientos guisaremos quanto el comprador traerá, porque tiene buen sentido. Mossén Johan de Villalpando532 «Señora qual soy venido»533 entrará contrapuntando, este refrán recontando: «Si la locura fuesse dolores en cada casa darían vozes». A Toledo leuarán al Rey para fazer boda. El huéspet será Tristán, la huéspeda Tecla o Toda. Allí nos oirán los sordos si las aves son todones*,

Horozco, Teatro Universal, p. 541, glosa: «Si queremos alcançar / qualquier cosa de importancia / conviene perseverar / que en fin se viene a acabar / aviendo perseverancia». Mossén Johan de Villalpando: Maestresala de la casa real; Aubrun, Herberay, p. xxxv. Poema de Santillana [ID0315].

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que no quiere sino tordos; e por quatropiés taxones* en fin de todas razones. 370

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Turmas o torçones sea la fruta que allí le den. La leña será de atea porque quema mucho bien. «Si anau o no tornao»534 nuestra locura cantará, bia en bon ora Nicolao, y desque cantando avrá aqueste refrán dirá: «Tot lo mon va en oradura qui noy es noy fa fretura». El Rey va por .V. sin asco a Valençia, Dios mediante. Al huéspet le dirán Vasco y la huéspeda Violante. Su mercet reçiba d’ella vencejos para yantar y de Vasco una vedella* tan tierna para çenar como espuma de la mar. Uvas d’allá de Vaides para el Rey fazen traer. La leña de secas vides que pueda mejor arder. Cantará por buen estrena mossén Johan de Madrigal535 «Una fama que se suena»536

Canción catalana anónima [ID2317] que debería empezar por T; es posible que al estar en catalán el refrán el autor no pudiera encontrar una canción que empezara por la letra T en la misma lengua. mossén Johan de Madrigal: Pudiera tratarse de un pariente de Fernando de Madrigal, que servía en la corte en 1450; Aubrun, Herberay, p. xxxiv. Anónimo [ID2318].

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López con voz de Val de Roncal y dirá el refrán atal:

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«Uno piensa el vayo y otro el que l’ensilla»537. Por la costa de Xalón el Rey es ido a Xixena. Al huéspet le llaman Ximón y a la huéspeda Ximena. Una xixella* guisada le tienen en la cozina y un ximio en cupariada538 que me pareciera aína sino por Gómez de Marquina. Por fruta le darán luego xetas* en brasas assadas. De xaras farán el fuego en palacio e por posadas. «Xaboneros de Sevilla»539 entrará cantando Torre540. Dirá que toda Castilla deste refrán se socorre, que entre nos agora corre: «Ximeno por su mal vio el ageno»541.

Correas, p. 180, explica: «ke el kavallo tiene un pensamiento, i el ke le ensilla tiene otro... ke el padre piensa kasar kon fulano su hixa, i ella sale kasada kon el ke la á rrekebrado; i a semexantes propósitos se aplika». cupariada: Puede ser una salsa o una manera de adobar la comida. Anónimo [ID2319]. Aubrun, Herberay, p. xxxv, da una referencia: «C. Michaelis de Vasconcelos parte de cette chanson dans ‘Romances velhos em Portugal’ en Cultura española, 1908, XI et XII (Voir aussi bien la récente édition de Coimbre, 1934)». Torre: Se refiere sin duda a Fernando de la Torre, cuyo padre fue maestro de Carlos de Viana, y que mantuvo estrechas relaciones con la corte de Navarra; Aubrun, Herberay, pp. xxxvxxxvi. Correas, p. 303, recoge otra variante del mismo refrán: «Ximeno, kon su mal no ve el axeno; o no ve lo axeno».

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El Rey e la Reyna van a Yrlando por Urgel. No posa con don Johan sino con dona Ysabel. Las aves que comerán serán yves* que no ay ál y por quatropiés havrán una yegua comunal que tienen echada en sal. Por fruta la dama honesta inglas542 buenas darle manda y con leña de iniesta le aparejan la vianda. La señora a todo ultrance y las suyas cantarán por cançión este romançe: «Ya cavalga el Rey don Johan»543 diziendo aqueste refrán: «Yniquidat escondida mengoamiento es de la vida». Por la .Z. d’aquí a tres días a Zara va el Rey agora. El huésped es Zacarías, la huéspeda será Zora. Si la red no se nos quiebra a çena avrá zorzales. Coma en tanto d’una zebra que mataron non sé quáles de los suyos con destrales. De zarollas finalmente por fruta le pueden dar. La leña por conseguiente ha de ser d’un zorollar*.

inglas: No hemos podido identificar esta fruta. Romance anónimo [ID2320].

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Por cançión mossén d’Ambún544 como çinfonia de çiego fará «Zun, zun y zun»545 y assí se acabe luego con este refrán el juego: «Zelo de siervo obediente al señor faze sirviente».

mossén d’Ambún: Posiblemente Juan de Embún, capitán y guardia de la escolta de Juan II en la batalla de Rubinat, que participó en la toma de Barcelona en 1472; Aubrun, Herberay, p. xxxi. Anónimo [I]D0256]. Una canción anónima en MN6-123 (369r) «Zon zon zon / que Madre e Hijo son» podría ser esta canción; desde luego ambas se refieren a la zampoña pastoril.

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§28. El Cardenal Pedro González de Mendoza (1428-1490)

El Gran Cardenal de España fue hijo de Santillana. Su hijo natural, Rodrigo Díaz de Mendoza, se hizo marqués de Cenete (m. 1523). Las atribuciones son dudosas. En el caso del ID1818, 11CG lo atribuye a San Pedro, y MP2 dice que Costana lo compuso para el Cardenal. Tales casos son frecuentes, pero se ve que, por lo menos, para MP2 y PN9 estos poemas se tenían por obras suyas. Son todas canciones bastante típicas del estilo cancioneril de la segunda mitad del siglo XV.

1. Del Cardinal de Mendoçe546. [ID0151]. Dama, mi gran querer en tanto grado me toca, que no me puedo valer mi bivir por vos se apoca. 5

10

546

Apócase mi bivir por amar demasiado, no me aprovecha el servir, no me aprovecha el cuidado; voyme del todo a perder, mi bivir por vos se apoca, cáusalo el gran querer que en tanto grado me toca.

Copias: MP2-116 (164r), PN9-22a (119v). Hay una versión musicada en MP4a-4 (5v-6r) de Múgica, y otra anónima en SV1-26 (39v-40r).

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2. Canción547. [ID0152] Mi vida se desespera temiendo su perdición, ca do yo sigo razón, razón consiente que muera. 5

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Que si mi servir parece merecer más por quereros, visto que nadie os merece yo no puedo mereceros; y si algún remedio espera mi vida por defensión querer yo con vos razón, razón consiente que muera.

3. Canción del cardenal don Pedro González548. [ID1818] En mi grave sentimiento no ay dolor más desigual que ser sólo el pensamiento el testigo de mi mal. 5

10

547

548

Sufriera el mal que busqué por la causa que lo esfuerça, si tuviera tanta fuerça la vida como la fe; mas bevir con pena tal no lo sufre lo que siento, porque sólo el pensamiento es testigo de mi mal.

Esta canción fue glosada por Costana en [ID6129 G 0152], 11CG-133 y la citaron Garci Sánchez de Badajoz en [ID0662], copla 34, en boca de Álvar Pérez, [ID6637] copla 34 de Pinar, y João Manuel en [ID5901], 16RE-768 (155v-156v), «Huma musica senhor...». Copias: MP2-138 (167r), PN9-22b (119v), 11CG-132 (80r). Copias: LN1-29 (43r-44r), MN14-56 (124-125), MP2-114 (163v), SA10b-154 (150r), 11CG297 (123r).

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La poesía cancioneril. Antología 4. Canción de don Pedro Gonçález, Cardenal de España549. [ID1971] Do sufren servicios pena y desservicios amor, el mayor desservidor tiene la vida más buena. 5

10

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Mi servir nunca os erró, malgradecido le fue, al que más os dessirvió os agrada dar la fe; ansí que pues se condena el que sirve con amor, el mayor desservidor tiene la vida más buena.

Este poema fue citado por Pinar en su juego poético (38.5), copla 10. Copia: MP2-137 (166v-167r).

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§29. Carvajal (mediados del siglo XV)

Es posible que nuestro Carvajal sea cierto Alfonso de Carvajal que fue capitán de la corte napolitana (Véase la excelente edición de Emma Scoles, Carvajal, Poesie, Roma, Ateneo, 1967, p. 23). En todo caso, parece que Carvajal pasó gran parte de su vida en Nápoles con Alfonso V y su hijo Ferrante. El poema «O dueña más excelente» [ID0635], copiado en MN54-137 y RC1-109, es una Glosa de «Si pensáis que soy mudable» que fizo Diego de Saldaña a Carvajal. El autor de la canción glosada es Diego de Sandoval, y es de destacar que Sandoval, nombrado conde de Castro en 1426, era también señor de Carvajal; esto indicaría la existencia de una posible conexión entre el poeta Carvajal y Castrogeriz. El apellido del poeta aparece de dos formas distintas en los cancioneros: Carvajal y Carvajales, pero siempre que hace mención a sí mismo en sus poemas lo hace como Carvajal. Carvajales derivará de una latinización Carvajalis. Parece haber llegado a la corte de Nápoles después de su conquista en 1443 y por su poema sobre la muerte de Jaumot Torres [ID0652], acaecida en 1460, sabemos que continuó en la corte napolitana después de la muerte de Alfonso V. Carvajal es interesante por otras razones: es uno de los primeros poetas en emplear la forma métrica del romance. Un romance suyo, [ID0613 S 0612] (MN54-115, RC1-92 y VM1-21), forma parte de una serie de obritas bastante hipócritas sobre la castidad y solicitud de la reina María de Aragón, que nunca estuvo con el Rey durante sus largas estancias en Italia. Lleva como título: Romance por la Señora Reina de Aragón, y empieza con un recuerdo del romance «Retraída está la Infanta / bien así como solía»: Retraída estava la Reina, la muy casta doña María, muger de Alfonso el Magno, fija del rey de Castilla,

en el templo de Diana do sacrificio fazía, vestida estava de blanco, un parche de oro ceñía...

El Romance de Carvajal, [ID0640 S 0638] (MN54-141, RC1-113 y VM1-47), es un poema sobre sus penas de enamorado:

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La poesía cancioneril. Antología Terrible duelo fazía, en la cárcel donde estava, Carvajal, quando moría que de amores se aquexava. Circundado de dolores,

muy áspero sospirava, la muerte poco temida, la vida menospreciada. Viéndome triste partido de quien más que a mí amava...

En ambos casos se observa el uso de un lenguaje culto, poético, pero insertado en la forma de un romance castizo.

1. Para el Rey550. [ID0601 M 3646]. Oíd qué dize mi mote: «Siempre vencen seguidores, no puedo vencer amores».

5

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Desque fui conquistador del mundo e comencé, de todo fui vencedor,

Carvajal compuso este poema en nombre de Alfonso V, probablemente sobre sus amores con Lucrezia d’Allagno que empezaron en 1448, cuando contaba 18 años. En una serie de Invenciones cortesanas (11CG 143v) Alfonso V de Aragón «sacó el sitio peligroso y dixo: Seguidores vencen» [ID6400]. Esta invención obviamente se relaciona con este poema. El sitio ardiente peligroso [ID4199] se menciona en ID0604. Se trata, según Nicasio Salvador, (ed. de Cancionero de Estúñiga, p. 515) de la conquista de Pizzafalcone (1442), también conocido como Siti Perillós, que se encuentra como lema en algunos códices de la biblioteca de Alfonso V. Sin embargo, el sitio peligroso en los libros de caballería del ciclo bretón era una silla donde no se podía sentar sin morirse un caballero que no estuviera lleno de bondad y pureza como Galahad. Véase El Baladro del sabio Merlín, cap. xc p. 35 y La Demanda del santo Grial, cp. v p. 165. Santillana en su Comedieta de Ponza, p. 102 (copla LXX), menciona la fogosa silla que indica que ya en 1435-1436 había entrado en el pendón real de Aragón. [ID0604] (MN54-107, 128r-129r) lleva el título: Por madama Lucrecia d’Alaño en la mejor hedat de su belleza, y empieza: «¿Quién podría comportar»; la copla 4 dice: Sola vos por don precioso merecistes ser aquella sentar en el temeroso sitio ardiente peligroso por la más casta donzella,

porque, virgen, non temiendo el furor de grandes flamas, mas ellas de vos fuyendo e vos muy leda sintiendo como entre flores e ramas.

Esta cita indica claramente que Maxim Kerkhof (en su ed. de la Comedieta de Ponza, Groningen, 1976, pp. 387-388) tenía razón en su explicación del término. Copias: MN54-104 (126v-127r), RC1-82 (107r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López sola vos fuerte fallé, por quien pago el escote551 que goze de vencedores, e no puedo vencer amores. Que vuestra virtud es tanta, mesclada con grand belleza, que a todo el mundo espanta vuestra gracia e gentileza. Mi cuerpo en arras y dote rescebid, pues con dolores no puedo vencer amores.

2. Caruajales cançión suya552. [ID0605] Si dezís que vos ofende lo que más mi seso piensa, si razón algo defiende* en tal caso amor dispensa. 5

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Yo solo sea culpado vos queriendo mi querer, e pensad mayor pecado ser matar que ofender. Pues mejor se vos entiende, no me deis atal defensa, si razón algo defiende, en tal caso amor dispensa.

pago el escote: Refrán de gran popularidad en nuestra literatura medieval, véase O’Kane, p. 111. Esta canción es otro caso de un poeta que compone versos amorosos para otro; en este caso Carvajal para Alfonso V, amante de Lucrezia d’Allagno. Copias: LB2-53 (78r), MN54-108 (129v), SV1-47 (7r).

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3. Por mandado del Señor Rey fablando en propia persona siendo mal contento de amor mientra madama Lucrecia fue a Roma553. [ID0623]

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Yo só el triste que perdí mi vida sirviendo amor, e soy quien nunca rescebí premio de quanto serví sinon penas e dolor; e a la fin en conclusión, porque más pena possea, amor por consolación de mi total perdición me ha dado por galardón una negra chaminea554.

4. Otra suya555. [ID0620] ¡Dexadme por Dios estar! Amor, baste lo passado, pues me fazéis desamar donde más só enamorado. 5

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No vos quiero más servir ni que vos sirváis de mí, y veréys si sé bivir mejor sin vos que sin mí, porque no podéis pensar quanto me avéis enojado, faziéndome desamar donde más só enamorado.

Se refiere al viaje que hizo Lucrecia d’Allagno a Roma en 1456-1457 en relación con un posible divorcio para Alfonso V. Copia: MN54-125 (139r). negra chaminea: Referencia al resultado negativo de su pleito, como el humo negro que sale cuando la votación para el nombramiento de un nuevo pontífice no es mayoritaria. La canción fue glosada por el mismo Carvajal en [ID0653] (MN54-154 y VM1-60). Copias: BA1-13 (88r), MN54-122 (137v), VM1-38 (27v).

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5. Cançión de Caruajales556. [ID0621]

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Si no fuesse tanto avante y a tornar bastasse el día, yo sé quién se tornaría. Que mal tras mal e mal doblar es amor siempre seguir, pues ¿quién se deve avergoñar de sus yerros corregir? Aunque sea más avante, tornando por mejor vía sé que a tiempo tornaría. Quien más sirviendo empeora es muy gran pena sofrir, pues si jamás nunca mejora, mejor le sería morir. Sin pasar más adelante, mientra me bastasse el día cierto yo me tornaría.

6. Villançete557. [ID0608] Saliendo de un olivar más fermosa que arreada*, vi serrana que tornar me fizo de mi jornada. 5

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Tornéme en su compañía por faldas de una montaña, suplicando si l’ plazía de mostrarme su cabaña.

Esta canción todavía circulaba en la corte castellana en 1498 cuando la cita Pinar en su Juego trobado (38.6), copla 20. Copias: MN54-123 (138r), RC1-98 (116r) y VM1-29 (30r). Carvajal compuso varios poemas que pertenecen a la tradición de las Serranillas del Marqués de Santillana. En los versos 13-16 de este poema, titulado Villancete, aparece el tema de la fidelidad del amante. Otras composiciones de este tipo se convierten en «serranilla cortesana», de la que tenemos un ejemplo en la que sigue [ID0618]. Se ve por el título de Villancete que el género se consideraba semi-popular. Copias: MN54-111 (130v-131r), RC1-89 (109v-110r).

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Dixo: «No podéis librar*, señor, aquesta vegada, que superfluo es demandar a quien no suele dar nada». Si lealtad no me acordara de la más linda figura del todo me enamorara, tanta vi su fermosura. Dixe: «¿Qué queréis mandar, señora, pues sois casada, que vos non quiero enojar nin ofender mi enamorada?» Replicó: «Id en buen hora, non curéis de amar villana, pues servís a tal señora non troqués seda por lana ni queráis de mí burlar, pues sabéis so enagenada». Vi serrana que tornar me fizo de mi jornada.

7. Carvajal a la Princessa de Rosano558. [ID0618] Entre Sesa e Cintura559 caçando por la traviesa* topé dama que deesa parescía en su fermosura. 5

558

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Pensé que fuese Diana560 que caçasse las silvestras, o aquella que la mançana

En este poema la serranilla se ha convertido en un género totalmente cortesano en su tema y lenguaje. Ya no se trata de una serrana, sino de la princesa de Rosano, Leonor de Aragón, hija ilegítima del rey Alfonso V. Las referencias clásicas a Diana, Paris, Elena, Aquiles, Policena, etc. son casi de rigor. Copias: MN54-120 (136v-137r), RC1-97 (115v-116r), VM1-26 (27v). Sesa e Cintura: Villas de la provincia de Caserta. Diana: Deidad itálica asimilada a Ártemis, la luna, diosa virgen.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López ganó a las bivas nuestras561. «¿Sois humana criatura?» dixe, e dixo no con priessa: «Sí, señor, e principessa de Rosano por ventura». ¡O flor de toda belleza! ¡O templo de honestidad, palacio de gentileza, fundamiento de bondad! Mi sentencia vos condena, que si en aquel templo de Baris562 vos fallara el infante Paris, no fuera robada Elena. Ni de Bersabé David no se dexara vencer, ni Usrías tornara en lid563 por sus días fenescer. Tanto sois de gracia llena que si juntas vos mirara, muy menos se enamorara Archiles de Policena.

8. Caruajales564. [ID0622] Andando perdido, de noche ya era, por una montaña desierta, fraguosa, fallé una villana feroce, espantosa, armada su mano con lança porquera. 5 561

562 563 564

Tenía grand fuego cabe* una fontana,

aquella que la mançana: Alusión a Elena, la mujer más hermosa, cuyo amor le regaló Afrodita, elegida por Paris como la merecedora de la manzana de oro de la Discordia, frente a Hera y Atenea. Baris: Bari (Italia). 2 Samuelis, 11-12. Aquí tenemos otro desarrollo de la serranilla, que se ha convertido en un encuentro algo particular. Los consejos de la villana feroce son intencionalmente divertidos. Copias: MN54-124 (138v-139r), RC1-99 (116v-117r), VM1-30 (28r).

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y en veyéndome luego, sin otra pereza, rebuelta en el braço una capa de lana, salióme adelante con mucha ardideza diziendo: «Escudero, ¿quién sois, qué queréis por esta grand silva tan deshabitada?» «Señora, crueza de mi enamorada me trae fuyendo aquí donde veis». «La perfectión de nosotras mugeres es de los treze fasta quinze años, con éstas se toman süaves plazeres e todas las otras son llenas de engaños. Por ende, señor, si pasa los veinte aquélla por quien sois tanto penado, sabed que seredes el más padesciente e siempre os veréis ser menos amado. Amad, amadores, muger que no sabe, a quien toda cosa paresca ser nueva, que quanto más sabe muger menos vale565, según por exemplo lo hemos de Eva que luego comiendo el fruto de vida, rompiendo el velo de rica ignocencia, supo su mal e su gloria perdida; ¡guardaos de muger que ha plática* e sciencia! Amad, amadores, la tierna edad, quando el tiempo requiere natura, qu’ésta no tiene ninguna crueldad nin ofende al amante con luenga tristura.

9. Carvajales566. [ID0641] Desde aquí quiero jurar, si voluntad no me engaña, de jamás amar villana. 565 566

Refrán, véase O’Kane, p. 166. En esta canción Carvajal renuncia al amor de las villanas, tal y como aconseja Andrea Capellanus en su De Amore Libri Tres (ed. de Inés Creixell Vidal-Quadras, Barcelona, Quaderns

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López De villana fermosura ya no entiendo más curar, gentil dona de natura567 amaré que sabe amar, porque torno a refermar*, si voluntad no me engaña, de jamás amar villana. Porque amor e gentileza todos van por una vía, e la villana e la villeza busca su igual compañía, pues de tal gente curar no consiente ya mi gana de jamás amar villana.

10. Caruaiales568. [ID0646] «¿Dónde sois, gentil galana?» Respondió manso e sin priessa: «Mia matre è de Adversa, io, micer, napolitana». 5

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Preguntel’ si era casada o si se quería casar. «Oimè -disse- esventurata, ora fosse a maritar!

Crema, 1985, p. 282), en De amore rusticorum: «Dicimus enim vix contingere posse, quod agricolae in amoris inveniantur curia militare, sed naturaliter sicut equus et mulus ad Veneris opera promoventur, quemadmodum impetus eis natura demonstrat». Continúa aconsejando que no se les enseñe la doctrina del amor porque podrían abandonar la labranza, con resultados económicos muy graves. El Arcipreste de Hita nos da el mismo consejo: «si podieres non quieras amar muger villana, / que de amor non sabe: es como baüsana» (431cd). Copias: MN54-142 (149v-150r), RC1-114 (124r-v), VM1-48 (35v). gentil dona de natura: Alude a la mujer de noble casta. Carvajal compuso varios poemas bilingües, y alguno en italiano. Damos una muestra interesante del género. Para este poema véase el citado artículo de Alan Deyermond, «Lust in Babel: Bilingual Man-Woman Dialogues...». «Nunca fue pena mayor», pp. 199-205. Copias: MN54-147 (152r) y VM1-53 (36r).

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ma la bona boglia è vana poi fortuna è adversa che mia matre è de Adversa, io, micer, napolitana».

11. Caruaiales569. [ID0655] Partiendo de Roma, passando Marino570, fuera del monte en una grand plana, executando* tras un puerco espino, a muy grandes saltos venía la serrana. 5

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Vestida muy corta de paño de ervage* la rucia* cabeça traía tresquilada, las piernas pelosas bien como salvage, los dientes muy luengos, la fruente arrugada; las tetas disformes atrás las lançava, calva, cejunta* e muy nariguda, tuerta de un ojo, imbifia*, barbuda, galindos* los pies que diablo semblava.

12. Caruaiales571. [ID0656] Desnuda en una queça*, lavando a la fontana, estava la niña loçana las manos sobre la treça*. 5

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Sin çarcillos* ni sartal* en una corta camisa, fermosura natural,

La marimacho monstruosa descrita por Carvajal en este poema jocoso nos recuerda muchísimo la última serrana de Juan Ruiz, la más fea de todas. Copias: MN54-156 (157r), RC1-121 (128v), VM1-63 (34r). Marino es un pueblo a 24 kms. de Roma. Es sorprendente encontrar entre tantos poemas cortesanos una cancioncilla de lavandera, pero Carvajal no puede evitar la referencia a la ninfa de Diana. Copias: MN54-157 (157v), VM1-63 (34r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López la boca llena de risa, descubierta la cabeça como ninfa de Diana, mirava la niña loçana las manos sobre la treça.

13. Respuesta en defensión de amor572. [ID6057 R 0043] A vos, erege malo, porque renegastes nuestra fe lapidarvos han, por Dios, a vos, a vos. 5

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Como supe vuestro yerro, vos quise luego escrevir: guardad no muraes a fierro por vuestra tema seguir; pues, ¿querésvos desdezir como hombre errado faze? ¡No queráis ser pertinace nin mancomista573 morir! De mí vos digo, señor, bien que sea mal tractado, que morir quiero amador, aunque biva desamado; que al amante e no al amado se atribuye la virtud, e al amado ingratitud lo deshonra en mucho grado.

Es esta una respuesta a las Coplas de maldecir de las mugeres de Pedro Torrella, al que Carvajal acusa de hereje y avisa que puede morir o lapidado o a fierro. Copias: MN54-158 (157v-158r), RC1-122 (128v-129r), VM1-64 (34v). mancomista: «Mahomista» o infiel, con /h/ aspirada, interpretada como /k/ por un copista italiano. Alvar, Cancionero de Estúñiga, p. 274n., anota que se trata de una «lectura asegurada por el Cancionero de Roma (II, p. 33)».

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14. Otra suya574. [ID0649] Adiò, madama, adiò, ma dea, pues vuestra ira así me trata, porque digo: «Ingrata patria, non possidebis ossa mea»575. 5

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Pues perdí quanto serví con amor e lealtad, ¿qué faré, triste de mí, con amor tan sin verdad? Quien de vos más se arrea peor su vida barata, porque digo: «Ingrata patria, non possidebis ossa mea».

15. Caruaiales576. [ID0645] Dezidme, gentil señora, ¿qué vida passáes agora?

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Si es tal como solía, quanto bien a mí sería, porque vuestra pena, mía es, más que vuestra, señora. Yo vos veo muy penada, mal contenta e despagada, pero non menos amada de mí, por çierto, señora.

Incluímos este poema que lleva una cita interesante. Copias: MN54-150 (153r), RC1-116 (125r-v), VM1-56 (36v). Ingrata... mea: Son las palabras de Scipio Africanus, Valerio Máximo, Facta e dicta memorabilia, V.3.2.b. Cfr. Tito Livio, XXXV. III. 53.8. Carvajal emplea también la forma zejelesca o estribote. Copias: MN54-146 (151v-152r), VM1-52 (36r).

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16. Del mesmo577. [ID0647] Tempo serrebe, ora mai, Amor, ch’io te lassasse, poi non apè mai cosa che desiderasse. 5

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De lo ingrato modo tuo he vergogna et fastidio, perche voglio esser suo de chi non vole esser mio; ma si me parto vidirai que più toste me amazasse, che volerte veder mai si mille volte mi chiamasse.

Aquí tenemos un ejemplo de las canciones italianas de Carvajal. Véase Manuel Alvar, «Las poesías de Carvajales en italiano (Cancionero de Estúñiga, números 143-145)», en Estudios sobre el Siglo de Oro. Homenaje a Francisco Ynduráin, Madrid, Editora Nacional, pp. 1330. Hay que notar que la influencia italiana se limita a la lengua, y que el estilo petrarquista había de esperar a Boscán y Garcilaso, a pesar de la larga estancia de la corte aragonesa en Nápoles. Copias: MN54-148 (152r-v), VM1-54 (36r-v).

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§30. Pedro de Cartagena (1456-1486)

Cartagena fue hijo de García Franco de Toledo, converso. Murió el 22 de mayo de 1486 luchando contra los moros en Loja. A pesar de sus orígenes (o tal vez a causa de ellos) el poeta tenía entrada en los círculos cortesanos, como se ve por sus relaciones literarias con el Vizconde de Altamira, el Conde de Coruña, la familia del Almirante Enríquez, fray Íñigo de Mendoza y los Reyes Católicos. El estudio fundamental es el de Juan Bautista Avalle-Arce, «Cartagena, poeta del Cancionero General», BRAE, 47 (1967), pp. 287-310. Véase ahora Pedro de Cartagena, Poesía, ed. de Ana M. Rodado Ruiz, Cuenca, Universidad de Castilla-La ManchaUniversidad de Alcalá de Henares, 2000.

1. Otra suya porque le dixeron unas damas que por qué dezía él, y otros compañeros suyos, que estavan tristes, que en su vestir publicavan el contrario porque ivan vestidos de grana, y Cartagena responde por todos578. [ID0668].

No juzguéis por la color, señora, que nos cobría, ca a las vezes el Amor faze muestras de alegría con que encubre su dolor; por do nuestro colorado en su ser será muy cierto al sepulcro comparado, que de fuera está dorado y de dentro el cuerpo muerto. 578

LB1 El Condestable No juzguéis por la color, señoras, que me cubría, que a las vezes el Amor haze muestras de alegría con que encubre su dolor; por donde mi colorado en su ser será muy cierto al sepulcro comparado, que de fuera está dorado y de dentro el ombre muerto.

Este poema aparece en 11CG-159, y los dos versos iniciales fueron citados por Garci Sánchez de Badajoz en el Infierno de Amor (ID0662), copla 22, puestos en boca de Bernaldino de Velasco:

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2. Coplas que hizo Cartagena a una señora por quien él mucho penava579. [ID0889]

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La fuerça del fuego que alumbra, que ciega mi cuerpo, mi alma, mi muerte, mi vida, do entra, do hiere, do toca, do llega, mata y no muere su llama encendida; pues ¿que haré, triste, que todo me ofende? Lo bueno y lo malo me causan congoxa, quemándome el fuego que mata, que enciende, su fuerça que fuerça, que ata, que prende, que prende, que suelta, que tira, que afloxa. Pues ¿dónde iré triste que alegre me halle, que tantos peligros me tienen en medio, que llore, que ría, que grite, que calle? Ni tengo ni quiero ni espero remedio, ni quiero que quiera ni quiero querer, pues tanto me hiere tan raviosa plaga, ni ser yo vencido ni quiero vencer, ni quiero pesar ni quiero plazer, ni sé qué me diga, ni sé qué me haga. Pues, ¿qué haré, triste, con tanta fatiga? ¿A quién me mandáis que mis males quexe? Pues, ¿qué me mandáis que haga, que diga, que sienta, que crea, que tome, que dexe? Dadme remedio que yo no lo hallo Vi más a don Bernardino de Velasco allí encantado, que estava assí de camino vestido de colorado de seda y de paño fino. Vi otros en derredor

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con él heridos de Amor que ivan en su compañía diziendo como aquel día: «No juzguéis por la color, señoras, que nos cubría».

Esta estrofa describe las circunstancias que encontramos en el título de ID0668. Bernaldino de Velasco ese día era uno de los compañeros de Cartagena. Además, vemos que Garci Sánchez de Badajoz conocía bien los detalles del suceso. Bernaldino de Velasco se habrá apropiado de este poema: LB1-115: Del Condestable porque, yéndose a despedir de las damas, fue vestido de un capellán de grana y se rieron d’él. Es un ejemplo del retoricismo tan admirado por los poetas cancioneriles de la segunda mitad del siglo XV, retoricismo que va mucho más allá del de Lope de Estúñiga.

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para este mi mal, pues no es escondido; que muestro, que encubro, que digo, que callo, que bivo me mata y no puedo dexallo, por donde de vida ya soy despedido.

3. Esparsa al Amor580. [ID0899]

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¡O Amor lleno de estremos! Es tu gloria muy penada y muy dulce tu tormento; tú nos ciegas, por ti vemos, tú nos pagas sin dar nada, descontentas al contento. ¡O Amor tan sin compás*, a quien te plaze desplazes! Di, ¿por qué no miras más quán contra tu nombre vas con las obras que nos hazes?

4. Glosa dentramos motes581. [ID0904 M 2025 y 2026] Mote de doña Catalina de Manrique: Nunca mucho costó poco. Satisfázele Cartagena con este: Con merecello se paga. De bivir ya desespero sin saber triste qué haga, pues el remedio que espero con merecello se paga.

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Copias: LB1-203 (67r), 11CG-140 (84r), 11CG-957 (213v); este último va seguido por una glosa de Francisco Hernández Coronel en 13 coplas y media, [ID6379]. El [ID0891] en SA10b-174 y 11CG-140 contiene una glosa en 20 coplas de los 9 primeros versos escrita por el mismo Cartagena. Copias: 11CG-143 y 154, LB1-213 y 225. Esta glosa de Cartagena demuestra sus relaciones con los Manrique (Catalina era hija de Gómez Manrique). Copias: LB1-220 (74v), MI1-12 (12v), 11CG-594 (143v). La versión de 11CG es muy superior a la de LB1.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López No porque en presunción toco que no pagalla me ofende, que bien claro se me entiende que mucho no costó poco; por eso consiento y quiero comoquier que satisfaga, pues que galardón no espero, serviros tomo por paga.

5. Glosa de Cartagena582. [ID0911 M 2027] Para yo poder vivir cinco cosas he de aver, la primera es menester que esfuerce Dios el sufrir. 5

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La segunda es alegría y paciencia la tercera, y con éstas bien pudiera quiçá bivir algún día; la quarta es no sentir, la quinta no os conocer, mas ya que no puede ser, esfuerce Dios el sufrir.

6. Otra suya583. [ID0913] Donde Amor su nombre escrive y su bandera desata, no es la vida la que bive ni la muerte la que mata.

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El mote aflora como tema en [ID1836] (SA10b-73), que podría ser de Cartagena, que contiene el verso: «que me esfuerza mi sufrir», y en [ID2986] de Juan Álvarez Gato (11CG-720) dirigido a Jorge Manrique, donde un verso dice: «esforcemos el sufrir». Copias: LB1-228 (76r), 11CG-595 (143v). Citado por Pinar en (38.6), copla 4. Copias: LB1-230 (76v), 11CG-294 (123r).

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Porque es su fuerça tan fuerte y su ley así temida, que biviendo da la muerte y muriendo da la vida; Amor que ata y desata no ay poder que al suyo prive. Su querer es el que mata, y el dolor es el que bive.

7. Otras suyas respondiendo a ciertas damas que le preguntaron quién era su amiga, si era dueña o donzella584. [ID0914]

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Esta que queréis saber grandes ventajas os tiene. ¡O mugeres!, ¡qué muger! En quererla conoscer queréis lo que no os conviene. Dezir lo que preguntáis me cumple porque sepáis quán extrema razón sigo, de otra parte no os lo digo, porque quando lo oyáis será causa que digáis que fue Dios vuestro enemigo. Y también queréis que os diga si es dueña o si es donzella; no queráis más conoscella que será vuestra enemiga Nuestra Señora mi amiga; mas en aquesto acabad, que es en todo tan complida que ante su magestad,

Esta poesía trata un tema que aparece en Blanquerna de Ramón Llull, donde un caballero dice al Rey moro que su amada es la mejor de todas, y la defiende en las justas victoriosamente. Al ser preguntado quién era su dama, respondió «Nuestra Señora María» y lo martirizaron. Copias: LB1-231 (76v), SA10b-152 (149v-150r), 11CG-142 (85v-86r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López la por hermosa tenida queda en su contrariedad.

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Contemplar en su figura todas mis congoxas sana, su perfecta hermosura es angélica natura criada sobre la humana; y gracias más estremadas que no serán recontadas, porque mi seso barrunta que moriréis ahorcadas: unas de desesperadas, y las otras de espantadas de tanta perfección junta.

8. Otras suyas al Visconde de Altamira, seyendo competidores en servicio de una dama, yendo tan mal al uno como al otro585. [ID1813]

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Yo soy vos y vos sois yo. Nuestros tristes coraçones son un triste coraçón. Una afección nos prendió. Nuestras grandes ocasiones hechas son una ocasión. Un dolor nos ha cercado por donde el mejor librado morirá sin ningún medio muerte de desesperado, que el camino del remedio de todo punto es cerrado. Moriréis y moriré, que mi mal os matará y el vuestro me desacuerda, pues posimos nuestra fe donde imposible será

Copias: SA10b-149 (148v-149r), 11CG-146 (86r-v).

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que se mude ni se pierda; muertos somos pues quesimos desear por do morimos deseo que no se alcança, pues muere nuestra esperança muertos somos y bevimos (falta un verso) -ança. Nuestra gloria muerta es, tal desaventura nos trata nuestra desdichada suerte, que miraldo y verlo éis que la gloria que nos mata es tardarse nuestra muerte, porque tan alto combate, aunque partido se trate, bien vedes vos no nos vale; pues porque el mal no os iguale, rogaréis a Dios que os mate, que a mí el alma se me sale.

9. Otras suyas a una señora que le preguntó que qué cosa era amor586. [ID0897]

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Es amor donde se esfuerça su fuerça no resistida, una poderosa fuerça del forçado consentida, batalla nunca vencida, guerra sin ningún seguro, al cuerpo mal de por vida y al alma pena de juro. Es un compuesto de males hecho para el coraçón, de aquestos tres materiales: cuydado, fe y afición, cuyas propiedades son

Otro ejemplo de la definición del amor en términos muy retóricos. Copias: LB1-211 (70r-v), 11CG-160 (88r-v), 19*JP-2 (18v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López quitar con su poderío el poder a la razón, la virtud al alvedrío. Es también según que siento de sus mudanças e antojos, delectación de los ojos, fatiga del pensamiento, donde todo entendimiento se trastorna y descasa, forçoso consentimiento, ladrón dentro de casa587. Es una larga prisión, de cuya cárcel y pena los presos de su cadena nunca esperan redempción, yerva es de tal condición que a su ponçoña e fortuna, no vale triaca588 ninguna ni la lengua del escorpión. Embaraço en que tropieça el que más sabio se siente, denuedo que a toda gente acomete y endereça, tahúr que nos echa pieça, sello que en el alma imprime, toque franco en la cabeça para quien con él esgrime. Su entrada clara e abierta la halla nuestro bivir, mas después para salir no veréis señal de puerta; trae su halago cruel so tal cautela su daño,

Horozco, Teatro Universal, p. 423, recoge: «No ay quien se pueda guardar / del ladrón de casa».

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que aunque conoscáis su engaño, no sabréis guardaros d’ él.

10. Canción de Cartagena589. [ID0682] No sé para qué nascí, pues en tal estremo estó, que el bevir no quiero yo y el morir no quiere a mí. 5

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Todo el tiempo que biviere terné muy justa querella de la muerte, pues no quiere a mí queriendo yo a ella. ¿Qué fin espero de aquí, pues la muerte me negó, pues que claramente vio que era vida para mí?

11. Pregunta de Cartagena590. [ID0900]

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¿Quál nueva al preso llegó con que mayor plazer aya, que soltalle que se vaya a las tierras do nasció? Pues nuestra alma está en cadena, desterrada en tierra ajena, dezidme, ¿por quál razón siente tanta turbación al tiempo que Dios ordena que salga de la prisión?

triaca: Panacea de la medicina antigua. Esta canción fue glosada por Hernán Mejía [ID0686] en 11CG-119, y citada por Badajoz, copla 15 en boca de Juan de Hinestrosa [ID0662]. Copias: 11CG-118 (71v), 11CG-292 (122v), 11CG-346 (126r), MN14-54 (123-124). El gusto por las preguntas-respuestas continúa en la segunda mitad del siglo. Aquí le contesta Garci Sánchez de Badajoz. Copias: LB1-214+215, MN14-42+43, 11CG-693+694.

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11a. Respuesta de Garci Sánchez. [ID0901]

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El ciego que nunca vio591, como no sabe qué es ver, no bive tan sin plazer como el que después cegó. Y así el alma en morir pena porque tiene por muy buena la vida que es la prisión, y porque va en condición si se salva o se condena, si avrá pena o galardón.

12. Sin título592. [ID0681] ¡O quán fuera de razón va la ley de los amores, ser los ojos malhechores y que pene el corazón! 5

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Que si el corazón podiera miraros e se engañara, su justo pago le fuera que muriera o que penara; mas porque los ojos son de todo mal causadores, ved si es fuera de razón ser los ojos malhechores y que pene el corazón.

Lo cita Horozco en su Teatro Universal, p. 225. Esta canción y la que sigue tratan el tema de la culpa de los ojos en los males del corazón, por haber captado la imagen de la belleza de la mujer y trastornado con esta obsesión la celda central del cerebro donde reside la razón. Es casi la definición médica del mal de amores, el amor ereos. Esta canción fue citada por Pinar, (38.6) copla 13. Copia: SA10b-187.

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13. Cançión suya593. [ID0893] Nunca pudo la pasión ser secreta siendo larga, porque en los ojos descarga sus nublos el coraçón. 5

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Y con este mal presente quando la tristeza dura, haze muestras la figura de lo que la vida siente; mas no consiente razón el dolor que tanto amarga, si no descarga la carga de la pena el coraçón.

14. Villançico594. [ID0894] A mi triste soledad ninguna cosa conviene, sino la muerte y no viene.

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Que todos los bienes veo que son agenos de mí, con el dolor de deseo del buen tienpo en que me vi. Demanda la soledad la muerte que me conviene, mi desdicha la detiene. Llora la vida presente, sospira por lo pasado, las ansias de verme absente me tienen desesperado;

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Canción citada por Pinar, (38.6), copla 15. Copias: LB1-207 (70r), 11CG-295 (123r). Este villancico es ya del tipo culto, a pesar de su título. Es el tema constante de la muerte como único remedio para el mal de amores. Copia: LB1-208 (70r) (3, 2x7).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López demando yo muy de grado la muerte que me conviene, y de desdichado no viene.

15. Cançión «guárdase para más mal»595. [ID7437 M 1825]

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Pues que mi vida no muere, siendo mi dolor mortal, Dios hará lo que quigere, mas segund dicha me quiere guárdase para más mal. Mi triste pena es tan fuerte que miraglo es que no muero, mas tal es mi dicha y suerte que guarda a darme muerte. Después de muerto primero no sé si me desespere d’esta vida porque es tal que más que muerte me hiere, porque sé que si viniere guárdase para más mal.

16. Una de Cartajena porque le pidió por merced le hiziese una copla porque nunca nadi gela hizo596. [ID1837]

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Si mill coplas por correros, gentil dama no os hicieron, esto fue porque no fueron los ángeles trobadores, a los quales pertenesçe y no a los ombres del suelo, pues competen en el cielo sobre quál más os mereçe.

Cartagena glosa un mote. El tema es como siempre la muerte del amante. Copia: SA10b-161 (150v-151r) (6, 10). Es una copla muy galante con un toque de hipérbole sagrada. Copia: SA10b-174 (152r-v) (1x8).

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§31. Guevara (m. 1504)

Las obras de Guevara pueden ser fechadas entre 1460 y 1490. Tuvo relaciones literarias con Juan Barba (m. 1489), Gómez Manrique (c. 1412-1490) y Jorge Manrique (1440-1479). Álvarez Gato se refiere a su Sepulcro de amor en [ID3102], y es mencionado en un intercambio entre el Comendador Román y Antón de Montoro, [ID6766 R 3019].

1. Otras suyas597. [ID0866].

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La más durable conquista d’esta guerra enamorada es una gloria delgada que se pasa sin ser vista, y de tal guisa tropieça su visión que amor se nombra, que en bolviendo la cabeça no vemos sino la sombra. Ordenada por tal vía en esta misma figura, quiso Dios y mi ventura condenar la vida mía, que de amores fui herido de un amor falso cruel, que tan presto se ha perdido que no hallo rastro d’él.

Este poema ofrece una topografía autobiográfica que servirá para estudiar la vida de Guevara. Los ocho versos iniciales forman una canción en 11CG-368 (127r) que damos a continuación. Copia: LB1-179 (50r-51r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Y mirando mis sentidos en acuerdos tan estraños, do vi los bienes sin daños tan prestamente corridos, en mis angustias pensando, do mis afanes atizo, me pregunto sospirando d’aquel tiempo ¿qué se hizo? Y digo ¿qué es de Medina598 donde vi el mundo primero? ¿de San Pablo Primondero599 do firmando mi diciplina? ¿dó los mundos que pasaron con tan ledo sentimiento? ¿dó las ramas que sonaron por memoria mi tormento? ¿Dó Parafe600 do mirando m’afrentaron mis deseos? ¿Dó el Canal601 con sus arreos do me vi sin fin amando? ¿Dónde están las perfeciones de Simancas olvidadas, do callando mis pasiones vi la muerte mill vegadas? ¿Dó la triste Madrigal602 do por orden rigen reyes se partieron todas leyes603 del servicio celestial? Diga más mi triste suerte ¿qué es de Pintono604 desierta

Medina: Medina del Campo (Valladolid). San Pablo Primondero: ¿San Pablo de Primont (León)? Parafe: No sabemos qué lugar puede ser este. Canal: Tampoco podemos identificar esta referencia. Madrigal: Madrigal de las Altas Torres (Ávila). Alude al refrán: «Allá van leyes do quieren reyes». Pintono: No sabemos a qué lugar se refiere.

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donde mi callada suerte fue del todo descubierta?

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Otrosí mismo me digo San Cristóval605 ¿qué fue d’él donde Amor falso, cruel usó de mañas comigo? ¿Qué se fizo Castilnovo606 cuyo cetro reluzía, do de amor me vi tan bovo que ningún seso tenía? Frexnillo607 quiero dezir ¿qué fue de su señoría? Dolor me dio osadía de más errar que servir. Navarrete608 ¿dó su cetro con el qual solo sin vicio mi dolor pasó por metro, no se vence por servicio? ¿Qué se hizo aquella tierra de Varaxas609 y sus daños, donde ajenos con engaños me hizieron cruda guerra? Diga más mi desventura, ¿qué es de Ocaña610 con su lança do fundé «la sepoltura del amor»611 en mi bengança? ¿Qué se hizo Guadalupe612? ¿qué es de su fresca ribera

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San Cristóval: Desconocemos el lugar a que puede referirse. Castilnovo: Castilnuevo (Guadalajara). Frexnillo: Fresnillo (Burgos). Navarrete: Provincia de Logroño. Varaxas: Barajas (Madrid). Ocaña: Pueblo de la provincia de Toledo. Se trata de su poema Sepultura de amor [ID0868], que comienza: «Amor cruel engañoso». Guadalupe: Provincia de Cáceres.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López do con vida lastimera bien y mal y pena supe? ¿Dónde está su gran tormento? ¿Dó su gloria sin medida, cuyo bien dura momento, cuyo mal toda la vida? ¿Dónde está la mejorada orden santa religiosa, do fizo fin dolorosa la mi cativa jornada? ¿Dónde quedan consumidos otras tierras de sonido, cuyos nombres sin heridos no me quedan en olvido? Que todas aquellas tierras, quantas vi por mi pecado, vi dolor tan consolado que era vida ver sus guerras; que en ellas vi la figura que sin fin me dio querella, do me vi con su tristura más alegre que sin ella. Mas de sus ardidos leños ya no hallo sino humo, de tal guisa que presumo que fue siglo d’entre sueños; que de tanta bienandança, quanta vi por mi fatiga, solamente la membrança* me quedó por enemiga.

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2. Otra suya613. [ID0866bis] La más durable conquista d’esta guerra enamorada es una gloria delgada que se passa sin ser vista. 5

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Y de tal guisa tropieça su visión que amor renombra, qu’en alçando la cabeça ya no vemos sino sombra. Y pues tiene buena vista y donosa la mirada, huyamos gloria delgada que se passa sin ser vista.

3. Sepultura de Amor que fizo Guevara614. [ID0868] Amor cruel, engañoso, dolor y pena estremada con renombre, tú que nunca deseoso le das vida conformada con tu nombre, 613

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Es una canción sacada de la primera copla de [ID0866] por el Vizconde de Altamira, o aprovechada por Guevara en [ID0866]. Copia: 11CG-368 (127r). Esta obra, demasiado larga para incluirla aquí, tiene 76 coplas de doce versos en LB1 y 82 en MP19. Se trata de un juicio alegórico hecho por Guevara al Amor, que acaba siendo condenado a muerte y que termina con la descripción de la sepultura. Hay una respuesta de Juan Barba en [ID2993] (82x12, 29x8) MN19-81, 11CG-213R. Barba pone en boca de Guevara la respuesta en [ID2994] (65x12) MN19-82 y el mismo Guevara contestó en ID2095 (19x8) MP2-348, 11CG-213. Pedro Cátedra ha publicado una edición de las obras de Barba, con un estudio, que incluye estos poemas de primordial interés: La historiografía en la época de los Reyes Católicos: Juan Barba y su ‘Consolatoria de Castilla’, Salamanca, Universidad, 1989. Guevara adquirió cierta fama gracias a este poema. La respuesta de Juan Barba refleja la condena de Guevara en nombre del Amor. Véase la edidicón crítica del poema en Mª Isabel Toro Pascua, «La Sepultura de Amor de Guevara, edición crítica», en Nunca fue pena mayor..., pp. 663-690. Copias: LB1-182 (52v-58v), MN19-80 (451r-481r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López pues quisiste consentir de me ser tan enemigo con engaño, ten esfuerço y ten oír que bien oyas lo que digo de tu daño... El juez condena el Amor a muerte: Y Dios puesto ante mis ojos, vista causa qu’es mortal, yo le condeno a qu’en fin de sus antojos muera muerte natural, y más ordeno que los sus conquistadores, que mató con gran tristura, sin vitoria edifiquen las labores de la su grand sepultura de memoria...

4. Otra obra suya llamada Infierno de amores615. [ID6171]

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A vos, amarga llorosa, de mis afanes ufanos, con dolor besa las manos de tu merced engañosa; con la qual sin galardones te suplican mis tormentos que contemples las passiones de mis altos pensamientos. Que tu beldad fue querer más a ti que a mí me quiero,

Esta composición es el Infierno de amores, al cual se refiere Garci Sánchez de Badajoz en su Infierno de Amor, [ID0662], copla 1, poema que está claramente inspirado en estos versos de Guevara. Copias: 11CG-223 (105r), 14CG-238 (81v-82r).

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tu beldad fue mensajero de morir en tu poder. Tu nubloso disfavor me cercó sin fin eterno de unos fuegos qu’es amor, cuyo nombre es El Infierno. Que en su encendida casa se queman mis pensamientos, allí montan los tormentos, mis entrañas hazen brasa. Allí sospiro los días que morir no pude luego, allí las lágrimas mías fortalescen más el fuego. Allí se buelca comigo la mi esperança perdida, allí me sigue tal vida que mil vezes me maldigo. Allí passiones guerreras me dan amargos aferes*, allí hierven en calderas de dolores mis plazeres. Allí passiones empinan por tu causa mis clamores, allí lloros y dolores mis acuerdos desatinan. Allí cativo no verte me tiene fuera de tiento, allí peno sin saberte ni contarte lo que siento. Allí me comen los canes del revés de lo que quiero, allí bivo do no espero redempción de mis afanes. Allí rompo los espritos de mi gloria que se esconde,

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López allí do vozes y gritos a tu bien que no responde.

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Allí de ravia sin cuento me ciñen todos sus braços, allí se haze en pedaços mi salud con pensamiento. Allí me ciega la quexa cuyo mal es por demás, allí muerto no me dexa ni morir puedo jamás. Allí no medio nascido mil años aquí nascí, allí muero do me vi de bevir bo despedido. Allí tus iras y sañas me dan muerte con sus daños, allí puesto que me engañas me son vida tus engaños. Allí por nunca quererte pido muerte por bevir, allí quiero más morir que bevir sin conoscerte. Allí cobdicio por suerte de mi querer olvidarte, allí quiero más la muerte que poder ya desamarte. Allí no sé qué me quiera ni sé cuitado qué quiero, allí gozo si lo espero tu bondad lo desespera. Allí ni sé qué me haga ni sé darme algún concierto, allí muero de una llaga sin la qual ya fuera muerto. Pues si, señora, ¿por quién tal vida tengo en debate,

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de dolor, mal y combate de morir quiso mi bien? ¿Qué triunfo más altivo puedes ver, ni virtuoso, que librar un tal cativo de un infierno más lloroso?

5. Otras suyas de Guevara a una partida que el rey don Alfonso fizo de Arévalo616. [ID0859]

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1. Recontar si mal sentí la razón me lo refrena, pues no doy a nadie pena, ni me pena nadie a mí; mas, señora, por serviros daré cuenta quáles fueron los galanes con sospiros que penando se partieron y las cosas que dixieron. 2. Al muy alto y poderoso, justo bien y justo Rey, vi venir con sana ley de amador ledo, pensoso, y con pena que sentía de partirle vi tormento, y dezir su señoría con esquivo sentimiento: «No me plaze ni consiento»617. 3. Al señor de Benavente vi venir solo pensando, su presencia publicando no passión por acidente;

Se trata del infante Alfonso, declarado rey en la «farsa de Ávila» en 1467, muerto en 1468. Guevara cita nueve canciones, todas muy usadas en citas o en glosas. Copias: LB1-177 (49r-50r), 11CG-233 (108r-v). Canción anónima, [ID0860], fue glosada por Gómez de Rojas en [ID2135], PN13-41 (193r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López yo de ver cómo pensava, alleguéme sin temor y escuche que sospirava y cantava con dolor: «Loado seas Amor»618. 4. El conde de Ribadeo, como firme enamorado, vi venir desconsolado no olvidando su deseo, ni negando su memoria su mortal cruda herida, mas cantando no con gloria con boz alta y dolorida: «O qué fuerte despedida»619. 5. Començando el caminar, vi a Diego de Ribera con angustia lastimera crudamente sospirar; y aun le vi malenconía bien embuelta con dolor, con las quales en porfía discantava su rencor: «Donzella por cuyo amor»620. 6. Y Sancho de Rojas vino con alegres presumpciones, contemplando en sus passiones arredrado el camino; pregunté cómo venía. Respondióme sin holgura, no lo vi con alegría, mas dezir con amargura: «Ay donas por quen tristura»621.

Composición de Villasandino, [ID0663]. Canción de Diego de Sandoval [ID0439], recogida en MH1-171 (336r) (4, 8). Composición anónima [ID0861], texto en MP4a-5 (6v) y SV1-8 (11v-13r) (5, 8). Composición anónima, [ID0454], glosada por Pedro de Quiñones en MH1-186 (340r-341r), [ID0453].

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7. Martín de Távara cierto vi venir triste, lloroso, con dolor tan congoxoso que es hablar con ombre muerto; y de ver su mal cruel, por quitarle su sentir, caminé lo más con él, do de amor le oí dezir: «Tan ásperas de sofrir»622. 8. A Miranda vi vestido de tormentos sin compás, rebolver, mirando atrás con dolor de ser partido; quando bien lo ove mirado de le ver quise espantarme, que le vi todo turbado y cantava sin mirarme: «Ay que no sé remediarme»623. 9. Vi venir más a Morán tan penado y sin plazer, que passión me fue de ver un dolor de tal afán, los ojos baxos pensando le vi llorar la partida, do cantava sospirando con angustia no fengida: «No queriendo sois querida»624. 10. Éstos son los lastimados del dolor de ser partidos, cuyos gozos son gemidos, cuyas vidas son cuidados,

Canción anónima, [ID0862], con texto en LB2-72 (88v-89r), glosada por Francisco de Miranda, [ID2115], en PN13-21, y por fray Íñigo de Mendoza, [ID8106], en EM6-1G. Fue citado por Pinar (38.6), copla 14. Anónimo, [ID0863], con texto en MP2-115 (163v-164r) y MP4a-22 (26v-27r) (4, 8). Composición anónima, [ID0864], con texto en MP2-127 (165v) y MP4a-9 (13v-14r) (4, 4).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López cada qual de quien apenas no le sé ni sus heridas, pero sé que sus cadenas de ser vuestro son venidas.

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11. Pues, señoras, por mesura pues acá no os olvidaron, sepa yo quáles quedaron de vosotras con tristura, porque sepan, pues afanan, sin erraros ni mentiros, quáles son los que se ganan o se pierden por serviros. 12. Y a la tal pregunta mía respondedme sin engaño, por qué amor no dé más daño o menor mal en porfía, que del mal de las historias de partir de allá sin vicio, dicho os he quántas memorias conoscen vuestro servicio. 13. Si de más tenéis cuidado, preguntaldo, que contento como aquel que bive esento, serviré a todas de grado; vi los todos ser leales y conséjoos bien querellos, porque vuestros crudos males no den culpa de perdellos. 14. Y en el fin, señoras, pídoos que os membréis de sus membranças por que viéndoos con mudanças no rebuelen de los nidos; y acordaos de sus cuidados, qu’es amor sabrosa llaga, los servicios bien pagados juros son de quien los paga.

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15. Yo de mí no cuento guerra porque amor no me desuele, vale más que si me duele mi dolor es lexos tierra; mas con esta sola fe, que jamás niego desseo, si tañeren cantaré con dolor en que me creo: «¿Dónde estás que no te veo?»625.

6. Otras suyas a su amiga626. [ID0874]

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A vos el mal de mi bien, a vos el bien de mi mal, a vos, señora, por quien mi dolor es desigual, a vos mi llanto primero, de mi descanso tardança, valed a mí que ni muero ni bivo ni desespero, esperando un esperança que de vos nunca s’alcança.

7. Otra suya627. [ID0875]

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Dos firmezas que sostiene bien amar que fallecistes, la mejor vos la troxistes, la no tal comigo viene. Mi querer vino con vos, mi servir viene comigo;

Canción anónima, [ID0669], texto en MP2-112 (163r-v) y 11CG-176 (95v) (4, 8), citada y glosada muchísimas veces. En LB1 los cuatro primeros versos de [ID0874] empiezan una serie sin encabezamientos, que incluye los cuatro versos iniciales de [ID0875] y [ID0876] entero. Copias: LB1-188 (61v), 11CG-217 (104v). Copias: LB1-189 (61v), 11CG-218 (104v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López quered vos o quiera Dios qu’el descanso tras quien sigo quede nombre d’enemigo.

8. Guevara a su amiga pasando el puerto con gran fortuna628. [ID0876]

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Si fuéssedes vos serrana por estas sierras fragosas, la sierra de muy afana la tierra tornara llana y los robles todos rosas. Las nieves no parecieran ante vuestra hermosura, vientos, lluvias no vinieran, ansí que todos pudieran pasar la sierra segura sin temor de su friura.

9. Esparsa de Guevara629. [ID6166] Las aves andan volando cantando canciones ledas, las verdes hojas temblando,

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Curiosa copla que se relaciona con el tema de las serranillas. Aquí fortuna significa: «borrasca, tempestad en mar o tierra» (Auts.) Copias: LB1-190 (61v), SV2-58a (117v). La imagen del pavo real que se mira los pies viene de los bestiarios y se refleja en el refrán: «miraos los pies pavo, y desharéis la rueda y garbo». «Pavón... quando vee que los hombres catan su fermosura, endreça su cola arriba por que sea alabado de los hombres e descubre su partida fea atrás, que les muestra muy villanamente, e desprecia mucho la feadumbre de sus pies...»; Brunetto Latini, Libro del tesoro, libro I, cap. 169, p. 82. El pavo hace la rueda para mostrar la belleza de su librea, se avergonzaría al ver lo feas que son sus patas y lo demás que revela. La misma imagen fue empleada por Juan Álvarez Gato en [ID3099], MH2-32 (18r-20r), en su poema titulado: Habla con estas coplas y haze mensajero y embajada con ellas para que se topen con la señora para que supiese lo qu’él no tenié osadía de dezille. El poema comienza: «Pues no sufren mis porfías» y en la copla 14 escribe: «hazen según el pavón / quando se mira a los pies». Fray Íñigo de Mendoza en un poema sobre la humildad dirigido a María de Herrera, abadesa de las Huelgas, [ID1949]: MN19-88, MP2-102 (7x10, 6). El poema termina:

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las aguas dulces sonando, los pavos hazen las ruedas. Yo sin ventura amador, contemplando mi tristura, deshago por mi dolor la gentil rueda de amor que hize por mi ventura.

10. Otra obra de Guevara llamada Sello de amor630. [ID6169]

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Aquellas noches penosas pensando de bien amaros y con bozes dolorosas yo juré de nunca erraros, estando en este dulçor gradoso del pensamiento, no teniendo mal de amor, yo sellé este vencimiento. Yo sellé de vos vencerme, no vencerme por errores, y sellé sellé perderme

Así que si cotejáis al faz con el embés, por más gracia que tengáis,

es razón que deshagáis con lo negro de los pies la rueda si la hazéis.

También Fernando de la Torre echa mano del dicho en [ID3289], MN44-116, Coplas de Mossén Fernando al Señor Maestre de Santiago, que empiezan: «Vengo, señor, espantado»: Vilas, señor, muy juntadas con donas asaz polidas, de oro, seda adornadas, mas sus veldades vencidas e qu’así como el pavón

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mirando sus pies desfaze su rueda por ese son, volvieron no sin razón los gestos do más les plaze.

Copias: 11CG-215 (104r), 14CG-233 (81r). Este poema, casi conceptista, trata de sus promesas de seguir fiel en su amor en términos de un vencimiento o documento formal de cumplimiento de un pago. Otra vez tenemos la mención al «mal de amor», v. 7. Copia: 11CG-221 (105r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López por vuestros lindos amores; y sellé obras iguales a mi bevir, y sellé que ni por males no me pueda arrepentir. Y sellé siempre seguiros por el no, no ser quexoso y sellé mi bien serviros en el grado más gradoso; y sellé la muerte y vida siendo gozoso y ufano, y sellé que mi herida delibrasse vuestra mano. Y sellé dolores faltos del peso que no venció, y sellé sospiros hartos para el vuestro siervo, yo; y sellé triste tormento, tormento que m’atormenta, y sellé bevir contento si de todo sois contenta.

11. Otras de Guivara631. [ID0266]

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Vestirme quiero mañana de ufana*, por amor de mi amiga caperuça de badana o de campana, su aforro de boñiga, la camisa de baldrés* hasta los pies, bien labrada con bramante, un jubón de aciprés*

Copias: MN19-205 (724r-726r) sin título, PM1-16 (76r-77v), de una grafía catalano-italianizante. Ambas versiones ofrecen grandes dificultades de interpretación, pero incluímos este poema por su humorismo.

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La poesía cancioneril. Antología y del envés lo detrás por adelante, y en la falda roçagante*.

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Grançones* por algodón y su fación entallado como saco, al pescuezo el un braón* como melón y el otro so el sobaco, y el collar en la petrina por esquina, agujetas de cogombro, medias mangas de bocina montesina, abotonadas al ombro con ojales que m’asombro. Bragas de guadamecil o de marfil, unas calzas de alcornoque y por bragueta un candil o un barril, avampiés* de Lenguadoque, por almaizar* un costal o un bancal, unos guantes de bahaña632, por puñal un acial* o un vanal633, por espada una guadaña como el relox de Ocaña634. Y vestido un papahigo hasta el ombligo, de alcatifa* una jornea, por capirote un postigo

bahaña: Desconocemos el significado de esta palabra. vanal: Tampoco sabemos a qué se refiere este vocablo. relox de Ocaña: ¿Que siempre va mal? Puede tratarse de un simple ripio humorístico.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López o un bodigo, por tahelí* una badea; borceguíes ochavados y estañados con sus puntas muy modernas, zapatos descalcañados y trastrocados, por alcornoques dos linternas que lleguen a medias piernas. Una cadena de paja de aventaja, un firmalle* como lazo con quatro huevos de graja, y una sonaja engastada en un hornazo, y llebaré en la mano un milano desplumando en un buñuelo, por podenco un alano o un marrano, y atado en el señuelo el pescuezo de mi abuelo. Y estará mi amiga de barriga a la puerta de la calle, con un manojo d’espiga o de ortiga en la mano por ventalle*; arracadas de rosquillas por las megillas colgando de cada oreja, y en los brazos por manillas dos morcillas hechas de sangre d’oveja, y por manta la pelleja. Un joyel* al colodrillo como trillo,

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una breva por balax*, un orillo guarnecido por texillo, por estuche un carcax, por bolsón un çorrón o un cabrón, en que quepa la merienda; por tocado un çamarrón o un colchón, por troncado* una tienda e zentillas635 de falsa rienda.

12. Otra de Guevara636. [ID6306]

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Donde Amor hiere cruel es tan grave de sofrir que bien se dirá por él: pequeño mal es aquel qu’el seso sabe encobrir. Que aunqu’el seso y discreción comporten con gran paciencia, la tal fuerça y tal passión luego el rostro y coraçón manifiestan su dolencia. Assí donde este cruel determina de herir, podrán bien dezir por él: liviano mal es aquel qu’el saber puede encubrir.

zentillas: Desconocemos el significado de esta palabra. Esta canción fue citada en el juego poético de Pinar (38.6), copla 3, referida a la infanta Isabel. Copias: 11CG-423 (130v), 14CG-422 (108r) (5, 10).

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13. Cançión suya637. [ID0871] Raviosa pena de amor callando mi vida siente, gran vergüença con temor dezilla no me consiente. 5

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Temor me manda callar, Amor me manda dezir, vergüença de vos errar me haze no descubrir; no sé quál es vençedor porque bivo diferente de ser la muerte mejor que vida que tal consiente.

14. Otras suyas que embió un vencejo diziendo que era el alma del rey de Guinea638. [ID0857]

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Este gentil mensagero, alma del rey de Guinea, a la sazón que alborea me vino por mensajero, y mandó así sin engaño yo amase, que de sombra de castaño me guardase639. Qu’es un árbol que se viste de qual viento se le antoja, y tiene verde la hoja y la fruta seca y triste;

El tema de esta canción es la lucha entre el temor y el ardor del enamorado. Copia: LB1-185 (59r) (4, 8). El vencejo es un pájaro negro - se ve que Guevara sabía que los portugueses importaban esclavos negros del África Occidental. Copia: LB1-175 (48v) (2x8). La sombra del castaño o nogal figura en el refranero como símbolo de mala suerte; véase O’Kane, pp. 80, 170.

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su sabor es de manera que alarga, quando más dulçe se espera más amarga640.

15. Otras suyas a una señora que le dio una llave y se la pidió641. [ID0872]

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Aquesta pequeña llave que con tanto amor me distes, aunque se me haze grave os torno con quexas tristes; que la causa bien mirada porque ella fue reçebida, razón es que sea tornada, pues de firmeza mudada muda la fe prometida. Porque si otro querer os mueve nuevos deseos, avrésla allá menester para mostrar los arreos; mas segund que se apresura el querer nuevo do toca, no se vos hará muy dura de quebrar la çerradura sin llave con fuerça poca. No sé qué dubde ni crea, ni qué en el pensamiento quede, ni vuestro querer qué sea sino que morir me vea; pues dizen: «quien más no puede...»642.

La castaña puede ser deliciosa, pero si no se le quita bien el erizo, la cáscara y la telilla, saben muy amargas; véase Covarrubias, s.v. castaña. Copia: LB1-186 (59v) (2x9, 5). El refrán completo, tal y como lo recoge Correas, p. 417, es: «Kien más no puede, morir se dexa».

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16. Otras suyas tornando del lugar de donde avía partido643. [ID6175]

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Venidos somos adonde el mal que tengo tenía, venidos donde s’esconde todo el bien de mi porfía, venidos do barajaron644 mis glorias y mis dolores, venidos donde mandaron que matasen sin errores mi salud vuestros amores. Oíros hablar a escuras y veros bien a lo claro fueron tales dos dulçuras me van costando caro; oíros me dio desseo de veros para os mirar, miraros un devaneo de un amor y bien amar que no se puede olvidar.

Estas coplas se relacionan, en cierto sentido, con otro de sus poemas: «La más durable conquista». Copias: 11CG-229 (106v) (2x9), 14CG-240 (82r-v). barajaron: ¿Juego de palabras con el topónimo Barajas?

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§32. Juan Álvarez Gato (c. 1430- c.1510)

Juan Álvarez Gato, de origen madrileño, y probablemente converso, empezó su vida como un típico poeta cortesano. Fue armado caballero por Juan II, quien le entregó su propia espada. Llegó a ser mayordomo de Isabel la Católica. Mantuvo relaciones literarias con Gómez Manrique, Jorge Manrique (m. 1479), Pedro de Mendoza, el Conde de Saldaña (1479-), el Conde de Ledesma (1462-1464), Diego López de Haro, Alfonso, el rey intruso (1454-1468), Enrique IV (1454-1474), Alonso de Carrillo señor de Maqueda, la Condesa de Medinaceli ( -1479) y los Reyes Católicos. Su cancionero demuestra claramente sus relaciones literarias y su amistad con el capitán Hernán Mejía de Jaén y con Hernando de Talavera, arzobispo de Granada (14921507). En sus últimos años desarrolló una sensibilidad religiosa, tal y como le sucedió a Diego López de Haro. El manuscrito MH2 (Madrid, Real Academia de la Historia) es una colección de sus obras hecha hacia 1500 bajo la dirección del poeta. Sin embargo, no recoge toda su obra, por lo que hemos de recurrir a otras fuentes para conocer la totalidad de su producción. Él mismo omitió varias piezas en la compilación de su cancionero (MH2), como explica al final del manuscrito: «...comiença este libro en coplas viciosas d’amores pecadoras y llenas de mocedades, y prosiguiendo habla en cosas de razón, y al cabo espirituales, provechosas y contemplativas...» En efecto, en la poesía de Juan Álvarez se distinguen tres etapas: amante cortés, desengaño y sentimiento religioso. Para su obra véase Francisco Márquez Villanueva, Investigaciones sobre Juan Álvarez Gato. Contribución al conocimiento de la literatura castellana del siglo XV, Madrid, Real Academia Española, 19742.

1. De Juan Álvarez al rey don Alfonso, nuestro señor, siendo niño645. [ID2992] Dezir qu’es blanca la nieve y que lo bueno s’alabe, 645

Este poema está dedicado al infante Alfonso, hijo de Juan II, nacido en diciembre de 1453 y muerto en 1468. Este poema data del año 1467. Copia: MN19-77 (432r-v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López no cumple que yo lo apruebe que quienquiera se lo sabe; y, gran señor prosperado, porfiar qu’es santo Dios hablar es demasiado, así paresce escusado loar a quien está loado como vos. Como quier que, noble Infante, eso se deve loar do lisonja no ha lugar y verdad sigue adelante; mas tenéis tan alto suelo que los que discreto prosan, de tentar abrién recelo, que poner lengua’n el cielo y entrar en pozo sin suelo locos osan.

2. Juan Álvarez Gato, natural de Madrid, a un romero tollido que iva a pedir limosna en cas de una señora a quien él servía, hizo las coplas siguientes646. [ID1048]

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1. Tú, pobrezico romero, que vas a ver mi dios, por que biva yo que muero que le pidas te requiero limosna para los dos;

Por 11CG parece que la señora del título era la condesa de Medina, que será la de Medinaceli. El título fue convertido en ducado en 1479, y por lo tanto el poema será anterior a esta fecha. Copias: LB1-363 (96r-v), MH2-2 (2r-3r), PM1-14b (72v-73v) sin título, 11CG-246 (111v112r). Este poema fue modificado por Álvarez Gato en MH2-2, ya que tachó el segundo verso y lo reemplazó por: a quien tú pides por Dios. Claramente su intención fue evitar precisamente lo de los locos enamorados que llaman «dios» a sus amadas, según el subtítulo de Celestina. Se arrancó una hoja y alguien intentó restaurar el texto, que sólo tiene cinco coplas aquí, porque faltan 3-4, la segunda mitad de 5 y la primera de 6. 11CG-246 tiene ocho, y LB1-363 siete, faltando la tercera. En PM1-14b sólo aprecen las coplas 1-2 y 7.

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para mí que en balde afano que quite cuita y pesar, para ti, bendito hermano, que te toque con su mano, que bien te puede dar sano647 quien a mí podrié sanar. 2. Sanar podrié mi bivir la que con nobles motivos los bivos haze morir, y quiriéndose servir de los muertos harié bivos, ésta que mis males crudos buelve en gloria su valer, los discretos torna rudos, groseros, lindos agudos, y haze hablar los mudos y al que habla enmudecer. 3. El que dio la hermosura a quien en el mundo quiso, gracia, beldad y cordura en la su gentil figura con toda bondad la hizo; y partiendo la belleza y sus dones especiales, quando con tanta graveza ventajosa de lindeza como tu chica pobreza ante los tronos reales. 4. Tiene altas condiciones de divina gracia llena, son tan bellas sus facciones que sanaron mis passiones

Alude aquí Álvarez Gato a las curaciones milagrosas de Jesús con la imposición de las manos; véase Lucas, 13, 13: Imposuit illi manus, et confestim erecta est et glorificabat Deum. Fernando de Herrera, Poesías, p. 156, en una de sus composiciones en «metros castellanos», escribió: «que, pretendiendo sanarme, / me puso la mano Amor».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López y me dieron nueva pena; y aslo d’entender assí: yo bivía enamorado y en el punto que la vi tanto suyo me sentí que olvidé y desconoscí todas quantas he mirado. 5. Aquésta tiene poder de hazerme bien y mal, darme pesar y plazer, a mí de poco valer hazerme muy especial; sus lindas gracias sin par, lo muy más grave que sea, a todo puede abastar; mas no que pueda acabar que la dexe yo de amar ni quitarme que la vea. 6. Quien me dio doblada paga, quien travó mi coraçón, quien podrié sanar mi llaga, no ay milagro que no haga más que quantos santos son; yo me tengo así creído que si a ti tocas su manto, aunque agora vas tollido, tornarás sano y guarido bien como si uvieses ido acullá al Sepulcro Santo. 7. Traerm’ás qualquier çatico con que huelgue en tu venida, que con un dinero chico me podrás hazer más rico que con las manos de Mida648;

Mida: Midas, rey de Frigia, a quien Dioniso concedió su deseo de que todo lo que tocase se convirtiese en oro.

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y si algo no te diere, dile sin importunalla que dize el gato649 que muere, que haga quanto quisiere, que por más mal que le fuere no se partirá de amalla. 8. Amaré todos mis días con una fe conoscida, las amargas penas mías si vencieren sus porfías, si no vencerán mi vida; y ya vencida de hecho verá su fin mi tormento, será la muerte provecho con tanta causa y derecho; yo sin gozo, satisfecho, descontento iré contento.

3. Otras suyas al conde de Saldaña porque le preguntó dónde venía, viniéndole donde estava su amiga del dicho Conde650. [ID1046]

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Vengo de allende la sierra con nuevas que ya querriedes vos oíllas, de donde os haze la guerra la dama de quien diziedes maravillas, do venistes vos sin vos con pena que no os olvida sólo un punto, a do vistes aquel dios que os dio la muerte y la vida todo junto.

gato: Alusión al propio autor. El conde de Saldaña, Juan López de Mendoza, recibió su título en 1479, por lo que el poema ha de ser posterior a esta fecha. Copias: HH1-52 (254v), LB1-361 (95r-v), MH2-36 (23r-24v), 11CG-235 (109r-v). En HH1 sólo 4x12... y en MI1-7 (12r) sólo los vv. 1-7.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Vi que su gran hermosura era de la fe que distes fiadora, y vi más que os asegura que daréis sospiros tristes cada ora, vi por do siempre seréis su cativo aherrojado muy sin arte, vi la razón que tenéis para que nunca cuidado se os aparte. Vi que es dulce vuestro mal y aunque bravo, triste y fuerte muy ufano, que por su belleza tal dichosa será la muerte de su mano; y quanto más acatava en las gracias estremadas que tenié, tanto más se me acordava las penas enamoradas que os dexé. Pensava quánto era más lo que ya sé que sentís que mostráis, pensava siempre jamás como el gran mal que sofrís lo calláis; y dávame pena a mí y dezía en la memoria: «¡O si fuese que viniese agora aquí y gozase d’esta gloria que la viese!»

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Lleguéme a su señoría, señora de quanto viere por quien es, y díxele: «Acá me embía el vuestro que más os quiere que os queréis; a quien vos distes enojos de la más alta tristeza no postizos, el que os tiene ante los ojos, al que dio vuestra belleza bevedizos*. Y mandóme que os dixese que pues le tenéis aquí con vos acá, a vuestra merced pluguiese de dalle nuevas de sí cómo le va; que es tan vuestro servidor que en vuestro querer consiste su ventura, como en mano del pintor de pintar alegre o triste la figura.

4. Respuesta de la señora hecha por él mismo651. [ID1049 R 1046]

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Muy baxito respondió: «Dezilde como le digo que después que se partió nunca jamás se quitó de acá del alma conmigo; y que en ella está guardado, velado de mi deseo, de mis sospiros rondado, y el alcaide mi cuidado

Copias: LB1-364 (96v), 11CG-235-1 (109v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López que lo tiene encomendado a mí que siempre lo veo». Bien como el ánima buena, al tiempo de ser juzgada, está cuitada de pena esperando si se ordena de ser libre o condenada, quando vee que su guía para la gloria le adiestra, goza de gran alegría, tanta y más era la mía quando a su merced oía la buena ventura vuestra. Corriendo noches y días, soy allegado qual vedes a daros las alegrías, por que las albricias mías d’ellas mismas me las dedes.

5. Juan Álvarez, un día que jugaron a las cañas, echó estas coplas embueltas en una vara a un tejado, que salié a una ventana a do parava algunas vezes aquella señora652. [ID3086]

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Vo a deziros mi fatiga, vos quitáesos por no oíllo; y pues no puedo dezillo ni hallo quien os lo diga, viéndome como me muero acordaron mis cuidados d’embiar por mensajeros esta vara a los tejados653.

Se trata de otro poema que emplea el refranero. Copias: MH2-20 (9r), 11CG-238 (110r). La versión de 11CG omite los cuatro versos iniciales, y divide los demás en dos coplas de 8 y 9 versos respectivamente. Refrán.

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Y si por desdicha mía la topare quien acecha, pídole por cortesía que calle lo que sospecha, y si her no lo quisiere por mi gran desaventura, sobre negro no hay tintura654, véngame lo que viniere. Que ya sé que en balde va si no que con ravia hiervo, que aunque por vos se verá seguro só que será el mensajero del cuervo655.

6. Porque le dixo una señora que sirvié que se casase con ella656.

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Dezís: «Casemos los dos», porque d’este mal no muera. Señora, no plega a Dios, siendo mi señora vos, que os haga mi compañera. Que pues amor verdadero no quiere premia ni fuerça, aunque me veré que muero, nunca la querré ni quiero que por mi parte se tuerça, amarnos amos a dos con una fe muy entera, queramos esto los dos, mas no que le plega a Dios, siendo mi señora vos, que os haga mi compañera.

Refrán recogido por Correas, p. 293: «Sobre negro no ai tintura, sino amar i buen kerer» y también: «Sobre negro no ai tintura, mas ai pintura». Refrán; véase O’Kane, p. 158. Se trata de un poema interesante: el poeta rechaza el matrimonio por la superioridad de la amada. Copia: MH2-27 (12v).

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7. Otras suyas porque los que servían a su amiga le venían a pedir consejo, no sabiendo qu’él la servía657. [ID1043]

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Como ya mi mal es viejo y sé mucho de dolores, viénenme a pedir consejo quantos vos matáis d’amores; no sabiendo que yo os sigo, dízenme toda su gana, su dolor, su desabrigo, y contéceles comigo como a los que van por lana658. Uno dize que os dessea y que vos le amáis y os ama, yo no sé si me lo crea mas assí suena la fama; ya paresce por razón si por obra lo ponéis, no errava el coraçón quando dixe en mi canción: «Quiera Dios no me troquéis»659.

8. A una señora que se llamava por estado y por quien era La Mayor660. [ID3096]

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Vos mayor en hermosura, yo el mayor enamorado; vos mayor en el estado, yo mayor en la tristura; vos sin pena y sin dolor, yo corrido de fortuna; que por vuestro gran valor

Es interesante el empleo de un refrán y una cita en este poema. Copias: 11CG-239 (110r), LB1-358 (94v). Le falta la segunda parte al refrán: «y vuelven trasquilados». No se ha conservado esta canción. Royston O. Jones, en su sugerente estudio «Isabel la Católica y el amor cortés», Revista de Literatura, 21 (1962), pp. 62-63, opina que es más que probable que la señora mencionada en este poema fuera Isabel la Católica. Copia: MH2-29 (13v).

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como en todo sois mayor, distes más bravo dolor a mi vida que ninguna.

9. Juan Álvarez, sobre los que no son costantes con sus señores o en sus amistades, como pierden a todos661. [ID3116]

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Quien mala fama cobró662, muy tarde la avrá perdido; el que de mentir sobró, a duda será creído663; el que no se fía d’alguno no pidan fiadores664; quien muda mucho señores, ése no tiene ninguno665; ninguno le toma tino al que muchas vezes yerra666; quien bive d’andar camino nunca conoció su tierra667; quien anda por ser querido buscando como podenco, quando bien sea conocido por fuerça será mostrenco668.

10. Juan Álvarez a don Jorge Manrique, rogándole que favoreciese una obra suya que le embiava a ver669. [ID3123] Noble varón escojido, a quien sirve mi desseo, 661

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Este poema se destaca por el gran número de refranes citados. Copia: MH2-50 (41v). Refrán muy citado en la literatura de la época; véase O’Kane, p. 115. Refrán. Refrán no documentado en ninguna otra fuente. Refrán. Refrán. Refrán no documentado. Refrán. Esta obrita dirigida a Jorge Manrique ha de ser anterior a 1479, año en que este murió. Copia: MH2-61 (50r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López dad a mi tiempo perdido favor así favorido que ponga afeite a lo feo, y doliéndoos de mi daño, muy notable cavallero, engañad con tal engaño que doréis sobre el estaño670 lo que no harié el platero.

11. Esparsa suya a los compases que trae por devisa el Duque de Alba671. [ID6004]

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El compasar es medir, el medir es nivelar, nivelar es igualar, igualar es no reñir, no reñir es discreción, discreción es gran cordura, gran cordura es perfectión, perfectión es el altura que manda y rige natura.

12. Regimiento que hizo el mismo a su amiga que estava mal de calenturas. Dízele cómo se ha de regir672. [ID0108]

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Vuestro mal según ecede de lo que sentir soléis, presumpción tomar se puede que del coraçón procede la passión que posséeis,

Refrán. Horozco, Tesoro Universal, p. 213, recoge: «Dorar sobre oro»; véase O’Kane, p. 174. Esta composición data de 1465 en adelante, cuando García Álvarez de Toledo, conde de Alba de Tormes, recibió el título de Duque de Alba. Es anterior a la fecha hipotética del Cancionero de Ramón de Llavia, ¿1486? Para una invención del mismo Duque sobre el mismo tema, véase [ID0951] LB1-268 (78r), «La vida tiene conpas / la onrra nunca jamas». Copia: 86*RL y 11CG-244. Este poema es un ejemplo interesante del conocimiento de las teorías médicas sobre el mal de amores, el amor ereos. Debemos recordar que la medicina medieval se basaba en la teoría de los cuatro humores: sangre, flema, melancolía (bilis negra) y cólera (bilis amarilla), y que por

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que en mirar vuestra presencia tan turbada y tan sentida, por conocida espiriencia conozco vuestra dolencia de quál humor es nascida. Porque vista la señal que descubre vuestro gesto, por razón muy natural la causa de vuestro mal me fue clara, y manifiesto que en hallaros qual hallé en la color alterada, aunque el pulso no miré yo sé bien cómo y con qué vos avéis de ser curada. Aunque vuestra ingratitud haze ser triste mi vida, usar quiero de virtud en cobrar vuestra salud que tenéis toda perdida; por ende no déis lugar a sofrir tal acidente, que si d’él queréis sanar, no os cuesta si no guardar el regimiento siguiente. Con cuchar de mi passión tomaréis de quando en quando

el dominio de uno sobre los otros se producen los cuatro temperamentos: sanguíneo, flemático, melancólico y colérico. Según la dieta (v. 85), regimiento (que incluye dieta y medicamentos v. 30), el ambiente, predisposiciones y estilo de vida variaban las proporciones entre los humores. Para corregir un desequilibrio de humores (v. 10) o un accidente (v. 27), que se consideraba la causa básica de las enfermedades, reconocidas por sus señales (v. 11) o síntomas, se daban medicamentos que purgaban o reducían los humores excesivos (v. 55 contrarios, v. 72 malos). Obviamente, la sangría (v. 79) reduce el exceso de sangre, y se sangraba de distintas venas para obtener resultados diversos (v. 80). Los medicamentos se confeccionaban en almíbar (v. 33), violado (v. 41, esencia de violetas), conserva (v. 50), electuarios (v. 59), jarabes (v. 61) y unciones (v. 66). Álvarez Gato emplea estos términos en sentido metafórico. Copias: PN6-27 (129v), 11CG-245 (111r-v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López almiva de compassión, con que vuestro coraçón de duro se torne blando; y porque el grave tormento que me dais más no me ofenda, tomad en el pensamiento aguas d’arrepentimiento, tibias en fuego d’emienda. Tomad más un violado d’acordaros cada día quánto bivo apassionado, por que con este cuidado s’ablande vuestra porfía; y desque fuere cessada luego tomad una yerva d’afición que m’es negada, de la qual con fe mezclada mandaréis hazer conserva. Mandaréis con piedad hazer un preparativo que de vuestra voluntad aparte la crueldad con que muerto siempre bivo; y para el humor contrario de vuestro desconoscer, es, señora, necessario que toméis un letuario que se llama gradescer. Los xoropes serán tales que purguen vuestro desdenes, con desseos y señales de poner fin a mis males dando comienço a mis bienes; y después con tal unción untaréis vuestro sentido que os mueva la condición a la paga y galardón de quanto tengo servido.

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Después que la sanidad vença los malos humores, passada la enfermedad, purgada la voluntad, de me dar más disfavores; porque de no recaer tengáis mayor confiança, para nunca adolescer sangría avéis menester de la vena de mudança. Para llevar esta cura más acabada y perfeta, venceréis la calentura de quererme dar tristura siempre comiendo dieta; que serán por no dañarme, las almendras socorrerme, las mançanas consolarme, las granadas alegrarme con açúcar de quererme. Y para quedar vencido vuestro mal con más victoria, no beváis qu’es defendido agua cruda del olvido mas cozida con memoria; y avéis mucho de mirar en esta regla que manda que no gustéis el manjar d’ensañar y d’esquivar porque es dañosa vianda. Y vos en esto mirando do vuestra salud se gana, mis consejos no mudando, los contrarios olvidando, quedaréis del todo sana antes qu’el daño s’alargue; luego tened este medio

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López por que no duela y amargue, que si dais lugar que cargue será dubdoso el remedio.

13. Cançión suya673. [ID1018] De vida que tanto enoja y de muerte que así duele, no sé, si Dios me consuele, yo quál d’ellas me descoja. 5

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No sé con quál me concierte d’estas dos estremidades, o bivir con ansiedades o de la penosa muerte; la vida mucho m’enoja, la muerte dizen que duele, no sé, si Dios me consuele, yo quál d’ellas me descoja.

14. El cantar que dizen «Quita allá que no quiero - falso enemigo - quita allá que no quiero - que huelgues comigo» endereçado a lo espiritual y al daño que del mundo viene674. [ID3140 T 3141] Quita allá que no quiero, mundo enemigo, quita allá que no quiero pendencias contigo. 5

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Ya sé lo que quieres, ya sé tus dulçores, prometes plazeres

Esta canción ambigua está a caballo entre el amor cortés y una actitud filosófica ante la vida; se podría interpretar en los dos sentidos. Copias: LB1-333 (90v), SV1-36 (52v). Tenemos un ejemplo aquí de la moda, componente de la devotio moderna, de emplear cantares populares vertidos a lo divino. En el último tercio del siglo XV abundan los ejemplos de esta poesía. Otros cantares empleados por Juan Álvarez son: (1) Un cantar que dizen: «Dime señora di» endereçado a Nuestra Señora: «Dime, señora, di, / quando parta desta tierra / si te acordarás de mí», [ID2752 T 2753], MH2-74 (3, 4x5). (2) Un cantar que traen los juglares ende-

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das cien mil dolores675; de los favoridos, de tus amadores el mejor librado es el más perdido. No quiero tus ligas más en mi posada, y aunque me persigas no se me da nada, que estonces se gana la gloria doblada, quanto más te huyo y menos te sigo. Quita allá que no quiero, mundo enemigo, quita allá que no quiero pendencias contigo.

15. Juan Álvarez, porque una noche que vido a esta señora a una ventana y llegándose a hablar con ella, se quitó y mandó ponerse a una vieja diforme, y él, no dando a entender que lo sentía porque hazía muy escuro, habló todo lo que deseava dezir, y porque ella supiese que no le era oculto el engaño, hizo las coplas siguientes676. [ID2933] ¡Ved qué engaño de sofrir, ved qué cosa de no ver,

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reçado a Nuestro Señor: «¿Quién te truxo Rey de gloria / por este valle tan triste? / ¡Ay ombre, tú me truxiste!, [ID3138 T 3139] MH2-77 (3, 5x7). (3) Sobre otro cantar que dizen: «Agora es tiempo de ganar / buena soldada, [ID2750 T 2751], MH2-79 (6, 14x4, 6). (4) Para los que por tibieza de sus obras an perdido las consolaciones del Espíritu Santo, sobre aquel cantar que dizen: «Solíades venir amor / agora no venides non, [ID3145 T 3146], MH2-83 (4x4, 2). (5) Otro cantar que dizen: «Amor no me dexes / que me moriré» endereçado a Nuestro Señor, [ID3147 T 3148], MH2-84 (4x4, 2). (6) A la sonada de: «Nuevas te traigo carillo, [ID3168 T 3169], MH2-104 (3, 15x7). Copia: MH2-78, (63r). Refrán que, con variantes, recoge Horozco, Teatro Universal, p, 254: «En guerra, caça y amores / por un plaçer mil dolores»; véase O’Kane, p. 50. La burla narrada en este poema tiene cierta gracia, sobre todo el buen humor de la víctima. Copias: MH2-11 (6v-7r) (8, 9, 10, 8), MN19-8 (193r-194r) (8, 2x9, 8).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López qué forma de deshazer, qué trueco de no sentir! Engañarse pueden los buenos y podrién aver paçiençia quando está la diferençia en poco más o poco menos. Yo, que de miedo, os hablo, esperando ver a vos, esperaua ver a Dios y mostróseme el diablo; diéronme pena por gloria, tiniebla por claridad, vençimiento por vitoria, un roçín viejo d’añoria por la más alta beldad. Diéronme lloro por riso, lo simple por lo discreto, infierno por paraíso, un guineo por un Narçiso; diéronme por blanco prieto, la vegez por joventud, lo quebrado por lo sano, los viçios por la virtud, la dolençia por salud, el invierno por verano. La locura por el seso, por palaçios tristes cuevas, por lindas cançiones nuevas los romances de don Bueso677; diéronme por haz envés, hiziéronme mill engaños, algo más de sesenta años me ponién por veintitrés.

Don Bueso era el personaje prototípico del caballero en el romancero viejo; lo menciona Rodrigo de Harana en PN1-434, v. 14.

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16. Porque comiença este libro en coplas viciosas d’amores pecadoras y llenas de mocedades, y prosiguiendo habla en cosas de razón, y al cabo espirituales, provechosas y contemplativas, hizo el que le escrivió esta copla678. [ID3171]

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Este libro va a meitades, hecho de lodo y de oro, la meitad es de verdades, la otra de vanidades por que yo, mezquino, lloro; que quando era moço potro, sin tener seso ninguno, el cuerpo quiso lo uno, agora el alma lo otro.

Esta copla se halla al final del manuscrito de sus obras. Copia: MH2-106.

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§33. Garci Sánchez de Badajoz (c. 1460- c. 1535)

Muy pocos datos nos han llegado sobre la vida de este poeta. Varios testimonios lo suponen nacido en Écija; así en El diablo cojuelo, se afirma al hablar de esta localidad sevillana: «De aquí fue Garci Sánchez de Badajoz, aquel insigne poeta castellano»679. Fue de familia noble venida a menos; perdieron su señorío de Barcarrota en favor de don Juan Pablo Pacheco, marqués de Villena y Gran Maestre de la Orden de Santiago. Se casó en fecha desconocida con María de Orellana. Debido a su estado mental estuvo casi tres años encerrado en prisión. Fue liberado alrededor de 1514 y pasó al servicio de los condes de Feria. Murió después de 1534, año en que lo conoció el joven Gregorio Silvestre. No se puede confirmar la noticia de su suicidio, cuya alusión más temprana es la de Nicolás Antonio en 1672. Para su vida y su obra véase, Patrick Gallagher, The Life and Works of Garci Sánchez de Badajoz, London, Tamesis Books, 1968.

1. Pregunta de Garci Sanches de Badajoz680. [ID0661]

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Como vos mejor sabéis, todas las enfermedades que nos vienen son curadas al revés del ser y las calidades que contienen; pues si los fríos humores se curan con el calor, su adversario,

Luis Vélez de Guevara, El diablo cojuelo, ed. de Ángel R. Fernández e Ignacio Arellano, Madrid, Castalia, 1988, p. 159. Nos encontramos de nuevo con un poema en el que se trata al amor como enfermedad. Copias: LB1-2 (1r) (1x12), MN14-38 (113), 11CG-762 (157r), 14CG-838 (137r).

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como muero yo de amores, curado con desamor, su contrario.

1a. Respuesta de don Francisco Carroz681. [ID6534 R 0661]

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El mal que del cuerpo es le curan contrariedades que convienen; mas d’amor no lo veres con tantas diversidades que le tienen; por do si con disfavores pensáis curar mal d’mor, por ser vario, seguirsíen los amadores que’l favor darié dolor necessario.

2. Otra de Garci Sánchez682. [ID0677] Si por caso yo biviere partiendo con tal dolor, claramente muestra Amor que para más mal me quiere. 5

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Quiérenme porque mi suerte entre todas fue escogida, pues que bivo sin la vida, porque muero sin la muerte; assí que si no muriesse, es que no quiere el Amor la muerte del amador, mas que biva y desespere.

Copias: 11CG-763 (157r-v), 14CG-839 (137r-v), MN14-39 (113) (1x12). Copias: LB1-14 (8v-9r) (4, 8), MN14-28 (97), 14CG-450 (109v); 19*JP-6 (19r) (4, 9). En el texto de 19*JP el poema comienza: «Si por caso no moriere» y aparece entre otras composiciones de Juan del Encina.

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3. Otras suyas a una señora que enseñava a un tordo a dezir «No»683. [ID0702]

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¡Calla, no hables, traidor, el pico nunca más abras, que no serán tus palabras sino como tu color! Demás, si aquello aprendiste que por mi desdicha oíste, no lo digas do estuviere, que en el coraçón me hiere; pues por ella he de ser triste todo el tiempo que biviere.

4. Esparsa suya porque le truxeron unos confites en que avía puesto la mano una señora684. [ID6830]

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Señora, la bendición, que en los confites venía, llegó en tal punto y sazón que me bolvió el coraçón y el alma que ya salía; porque sólo en ser tocados

El tema del tordo que habla cuenta con una larga tradición desde Plinio, Historia Natural, X, 42. Pedro Manuel de Urrea tiene un poema de doce estrofas [ID4754] 13UC-39, A una dama que mostrava hablar a un tordo, que empieza: «No le llame nadie tordo» y que acaba con estos versos: «estas palabras mirad, / porque quando le escuchéis / digáis que dixo verdad: / ‘Yo, tordo, voy por los bancos, / mi señora a los galanes / librará de sus afanes / quando uviere tordos blancos». Los tordos blancos nos revelan lo que significa el verso 4 del poema de Garci Sánchez. Se trata no de un pájaro del género Turdus, sino de un estornino, Sturnus vulgaris, o posiblemente Sturnus unicolor, ambos pájaros negros, que además de tener nombres vulgares como tordo de campanario, de Castilla, serrano y campanero, también imitan a otros pájaros y la voz humana. Otra referencia a los estorninos como tordos aparece en [ID1313]: PN1-173, Este dezir fizo Alfonso Álvarez a la dicha doña Constança Sarmiento por quanto le embió un presente de figos, «Madurando van los figos», donde dice: «tantos quantos se fallaron, / noble dueña sin manzilla, / allá van en la çestilla / los que los tordos dexaron. / Pardales, tordos mendigos, / nunca çessan nin çessaron / destroir como enemigos / las cosas do se criaron...» Los pardales son los gorriones que suelen acompañar a los estorninos en sus depredaciones de los huertos. Copias: LB1-16 (9r-v), MP2-18 (41r), TP2-45 (397r). Copias: MN14-20 (93), 14CG-55 (99v).

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de la mano angelical de quien causa mis cuidados, fueron luego trastrocados en manjar medicinal685.

5. Otro romance de Garci Sánchez de Badajoz686. [ID0723]

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Despedido de consuelo, con pena de amor tan fuerte, queriendo darme la muerte de verme desesperado, por consolar mi cuidado me salí por una senda, dolor me tomó la rienda por no llevarme en sossiego. Desamor que vino luego, se puso junto comigo con estos males que digo. Comencé de caminar, iva tan bivo el pesar metido en mi coraçón, que no dexava razón con que pudiesse valerme, tanto temí de perderme. Con el mucho dessatino vime fuera de camino, lo que más yo desseava con la passión que llevava. Me metí por unos valles por do vi cantar las aves con señales de alegría, viendo tan muerta la mía dobláronse mis dolores con mucha pena de amores, este cantar començé:

manjar medicinal: Se trata de una referencia médica. Este poema a pesar del encabezamiento no es romance, sino una serie de versos pareados. Copias: LB1-35 (13r), MN14-34 (106-108), 14CG-515 (118v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López «¡Hagádesme, hagádesme monumento de amores hé!»687. A las bozes que tenían triste con lo que sonava, el coraçón discantava con sospiros de su passión. Al son de tan triste son descansava el pensamiento, mas Amor y su tormento se pusieron en el alma. Con una passión sin calma me ivan dando la muerte, que fuera rica mi suerte si lo hizieran assí. Desque yo, triste, sentí que me alargavan la vida, con boz el alma partida me fue con este cantar: «No se puede remediar con la vida mi dolor, que la muerte es lo mejor».

6. Coplas del dicho Garci Sánchez a los galanes, fingiendo que los vido presos en la casa de Amor a los bivos y a los pasados, con las canciones que hizieron. Llámase Infierno de Amor688. [ID0662] 1. Como en veros me perdí, pensando que me hallara, al Infierno descendí 687 688

Caminando en las honduras de mis tristes pensamientos, tanto anduve en mis tristuras

Este cantarcillo aparece citado en un poema de Pinar, [ID4635], LB1-199 (64r-v). Esta obra, como confiesa el propio Garci Sánchez, deriva del Infierno de Guevara. Copias: LB1-3 (1r-4r) (35x11, 10); MN14-5 (23-46) (12, 15x11, 12, 27x11, 12, 11, 10); SA10b-96 (...135r=137r) acéfalo (...24x11, 10); 1CG-274 (120r-121v) (15x11, 12, 18x11, 10); 13*BI-1 (1r-4v) (40x11, 12, 11, 10); 14CG-281 (94v-96v) (15x11, 12, 26x11, 10) (14CG tiene 9 coplas más que 11CG). Nuestra edición sigue la secuencia de coplas de MN14, que da las dos versiones de la primera copla en paralelo.

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donde se fingió Guevara para preguntar por mí; en el qual muchos hallé condenados en su fe, que aquí traigo por escripto y su martirio infinito que en este lugar noté, para el qual yo soy precito*.

que me hallé en los tormentos de las tinieblas escuras. Vime entre los amadores en el Infierno de amores de quien escrive Guevara, vime donde me quedara, si alguno con mis dolores en ser penado igualara.

2.Vilo todo torreado de estraña labor de nuevo, en el qual, después de entrado, vi estar solo un mancebo en rica silla sentado. Hízele la cortesía que su estado requería, que bien vi que era el Amor al qual le dixe: «Señor, yo vengo en busca mía, que me perdí de amador». 3. Respondióme: «Pues que vienes a ver mi casa real, quiero mostrarte mis bienes pues que ya as visto mi mal, y lo sientes y lo tienes»». Levantóse y luego entramos a otra casa do hallamos penando los amadores entre los grandes señores, en las manos sendos ramos todos cubiertos de flores. 4. Díxome: «Si en una renta689 vieres andar mis captivos, no te ponga sobrevienta*, que de muertos e de bivos de todos hago una cuenta,

renta: Desconocemos el significado de este término.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López todos los tengo encantados los bivos y los finados; con las penas que tuvieron de la misma edad que fueron quando más enamorados en este mundo se vieron». 5. En entrando vi assentado en una silla a Macías de las heridas690 llagado que dieron fin a sus días y de flores coronado en son de triste amador diziendo con gran dolor, una cadena al pescueço, de su canción el empieço: «Loado seas amor por cantas penas padeço»691. 6. Vi tras él a Juan Rodríguez del Padrón dezir penado: «Amor, ¿por qué me persigues? ¿No basta ser desterrado? ¿Aun al alcance me sigues?» Y éste estava un poco atrás, pero no mucho compás* de Macías padeciendo, su misma canción diziendo: «Bive leda si podrás y no penes atendiendo»692. 7. Vide luego a una ventana de una rexa estar parado al Marqués de Santillana, preso y a muy buen recaudo

de las heridas llagado: Se refiere a la famosa lanzada, que según la tradición le causó la muerte. Famosos versos de Villasandino, [ID0663]. Citadísimos versos de Juan Rodríguez del Padrón, [ID0125].

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porque estava de su gana y diziendo: «Mi penar, aunque no fue a mi pesar, ni son de oro mis cadenas, siempre las terné por buenas, mas no puedo comportar el gran dolor de mis penas». 8. Vide al Amor que ponía una guirnalda de flores a Monsalve693 y que sentía de sus penas las mayores y vascando* assí dezía: «La merced que Amor me haze sin vos no me satisfaze, ni al dolor que me atormenta, mas mi pena acrecienta; ‘pues serviros os desplaze y loaros descontenta’694». 9. A Guevara vi quexarse tal que me puso manzilla, en bivas llamas quemarse, como quien hizo capilla para en ella sepultarse; y el secreto mal de amores de penas y disfavores no lo pudiendo sufrir, comiença luego a dezir: «Livianos son los dolores qu’el seso puede encubrir». 10. Vide estar a don Rodrigo de Mendoça695 en soledad diziendo solo consigo:

Monsalve: Gallagher, op. cit., p. 199, afirma que Monsalve «was probably an Andalusian or Extremeño with a merely local reputation and known to Garci Sánchez». Poema anónimo, [ID1771]. Rodrigo de Mendoça: Fue hijo del cardenal Pedro González de Mendoza.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López «O dama de gran beldad, ¿por qué te has assí conmigo?» Mas dezía sin tristura: «Dichosa fue la ventura por darme vos el tormento, pues a mi conoscimiento ‘no vence sola hermosura mas otras gracias sin cuento». 11. E vi luego a Juan de Mena de la edad que amor sintió, con aquella misma pena como quando lo encantó el Amor en su cadena, y de tal llaga herido que le privava el sentido, e assí estava trasportado diziendo como olvidado: «¡Ay dolor del dolorido que no le olvida cuidado!»696. 12. Vi que estava en un hastial* don Diego López de Haro697, en una silla infernal puesto en el lugar más claro porque era mayor su mal. Vi la silla en fuego arder y él sentado a su plazer publicando sus tormentos, e diziendo en estos cuentos: «Caro me cuesta tener tan altos mis pensamientos»698. 13. Don Jorge Manrique andava con gran congoxa y tormento,

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Versos de Juan de Mena, [ID0335]. Diego López de Haro: Gallagher, op. cit., p. 206, conjetura que podría tratarse de la persona «of that name who was Isabella’s ambassador in Rome». Estos versos pertenecen a un poema de Diego López de Haro, [ID0665].

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de pensar no se fartava pensando en el pensamiento que pensar más le agradava, diziendo entre sí consigo: «Siempre seré mi enemigo pues en darme me perdí, mas si yo mismo me di, ‘no sé por qué me fatigo pues con razón me vencí’699». 14. A san Pedro preso vi que dezía muy sin pena: «Manzilla no ayáis de mí que aquesta gruesa cadena yo mismo me la texí». Y tornava con dolor: «¡O cruel, ingrato amor lleno de ravia mortal! ¡O biva muerte y gran mal! Servímoste por señor y tu galardón es tal». 15. Vide a Juan de Hinestrosa700 llorando con tal passión, de una flecha ponçoñosa herido en el coraçón de mortal llaga raviosa. Nunca tan perdido vi ninguno después de mí diziendo: «Pues bivo yo con mal que nadie bivió, ‘no sé para qué nascí pues que en tal estremo estó’701».

Poema de Jorge Manrique, [ID0666]. Juan de Hinestrosa: Gallagher, op. cit., p. 206, afirma que se trata de un miembro de la familia Hinestrosa que tenía su residencia en Écija. Versos de un poema de Cartagena, [ID0682].

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López 16. Vi venir a Cartagena diziendo con pena fuerte: «Ved que tanto amor condena que aún no me pudo la muerte libertar de su cadena. Para mí ovo conclusión, mas no para mi passión y tormentos y dolores, antes agora mayores. ‘Ved quán fuera de razón va la ley de los amores’702». 17. Vi también andar penando al Visconde de Altamira, en amores contemplando de rato en rato sospira, muy a menudo hablando, diziendo con gran tristura: «Aved un poco mesura, no me déis ya más cuidados, que bien bastan los passados, ‘señora de hermosura guía de los desdichados’703». 18. E vide a don Luis704 arder su hermano en llamas de amores, que sus gracias y saber ni sus muy altos primores le pudieron socorrer. Del todo desesperado pero no desamparado, según su dicho se esmera diziendo de esta manera: «Si no os uviera mirado pluguiera a Dios que no os viera»705.

Versos también escritos por Cartagena, [ID0681]. Poema del Vizconde de Altamira, [ID0674]. Don Luis: Para Gallagher, op. cit., p. 215, se trata de Don Luis de Vivero, poeta del Cancionero General. Versos de Luis de Vivero, [ID0675].

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19. Vi luego que un gran harpón a don Diego de Mendoça706 le pasava el coraçón por la mano de una moça tirando con afición, y diziendo: «Pues sin verte bive mi bida en la muerte, muera ya porque no pene». Y luego cantando viene: «Pues no mejora mi suerte, cedo morir me conviene»707. 20. A don Luis de Torres vi en el norte estar mirando, mirando y como entre sí tales palabras hablando, hablando e diziendo assí, los ojos en el estrella: «Si el remedio de perdella ha de ser ver otra tal, quán sin él está mi mal, pues ninguna ay tal como ella, ni se espera aver su igual»708. 21. Vi a don Manrique de Lara709 como hombre muy aborrido, su pena escura muy clara, de todas partes herido, muerta la flor de su cara; por el suelo vi tendida su real sangre vertida, sin guardarle preminencia diziendo muy sin paciencia:

don Diego de Mendoça: Gallagher, op. cit., p. 216, presenta a tres personas con ese nombre (el Duque del Infantado, un virrey de Valencia y un poeta natural de Écija) sin poder decidirse por ninguno de ellos. Poema anónimo, [ID0119]. [ID0941]. Esta cita aparece como una invención en un juego de cimeras, también en boca de Luis de Torres, en LB1-258 y 11CG-536. Pedro Manrique de Lara, duque de Nájera.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López «Desespérese mi vida de sanar de esta dolencia». 22. Vi más a don Bernardino de Velasco710 allí encantado, que estava assí de camino vestido de colorado, de seda y de paño fino. Vi otros en derredor con él heridos de Amor, que ivan en su compañía diziendo como aquel día: «No juzguéis por la color, señoras, que nos cubría»711. 23. Vi a don Fernando de Ayala, con toda la gentileza que murió y toda la gala, herido de gran tristeza lo vi andar por una sala. Vi que a ninguno le vale tanto que en amor se iguale con él de los amadores; vi su esfuerço y sus primores, vi que el alma se le sale, diziendo: «Amores, amores». 24. Don Estevan de Guzmán712 vi que andava muy lloroso, sufriendo cuita y afán e quanto más él quexoso, tanto más pena le dan. Dezía: «Si atormentarme queréis por la muerte darme: ‘Señora de gran valer,

don Bernardino de Velasco: Condestable de Castilla. Versos de Cartagena, [ID0668]. Estevan de Guzmán: Gallagher, op. cit., p. 220, afirma que fue nombrado señor de Santa Olalla en 1487 y que podría tratarse de un hijo o hermano de Alvar Pérez de Guzmán, que también aparece en este poema.

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terneos que agradecer, mas no queréis acabarme por más mal poder hazer’». 265

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25. Allí vi al comendador Juan de Hinestrosa713 andar, herido de un passador* tal que el asta vi temblar, que era cosa de temor. Sus penas se descubrieron, sus manos mis ojos vieron torcidas con gran dolor, diziendo hazia el Amor: «Las tus manos me hizieron y formaron amador»714. 26. A don Bernardino vi Manrique715 tañer cantando, como hombre fuera de sí su tristeza lamentando, tal que en verlo enmudecí. Tal lo vi qual yo me veo con el mal con que peleo, muy lloroso y sospirando, diziendo de quando en quando: «Descanso de mi deseo te merezco deseando». 27. A don Íñigo Manrique716 vi penar de tantos modos que es razón que se publique, porque en él castiguen* todos y sus penas notifique.

Juan de Hinestrosa Cabrera, comendador de Herrera y Valdepeñas, con participación destacada en la guerra de Granada. Versos 168-169 del poema «Pues Amor quiere que muera» [ID1769] de Garci Sánchez de Badajoz. Bernardino Manrique: Según Gallagher, op. cit., p. 220, se trata del hijo de Garci Fernández de Manrique. Íñigo Manrique: Según Gallagher, op. cit., p. 220, era alcaide de Málaga.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Vi su gesto sin plazer, su cuerpo en llamas arder con el coraçón partido diziendo: «Aunque soy perdido mejor fue perder mi ser, señora, que no aver sido». 28. Y también vi a don Diego de Castilla717 desseando, muy vascoso y sin sosiego con la muerte andar lidiando en lo más bivo del fuego. Verdaderamente creo que nunca fue tal deseo qual mostrava que tenía, diziendo sin alegría: «¿Dónde estás que no te veo? ¿Qué es de ti, esperança mía?»718. 29. Passava mal sin medida don Antonio de Velasco719 y el esperança perdida dezía con muy gran vasco*: «Perdóneseme la vida, cruel Amor», diziendo: «Pues de matarme gana avéis y en ello mi mal se afirma, mi voluntad lo confirma: ‘Spiritus promptus est, caro autem est infirma’720». 30. E vi a don Sancho su hermano en el mismo fuego arderse, de la muerte tan cercano

Diego de Castilla: «one of the court gallants»; Gallagher, op. cit., p. 221. Anónimo, [ID0669]. Antonio de Velasco: Aparece citado elogiosamente en varias ocasiones por Juan de Valdés en su Diálogo de la lengua, pp. 212-217. [ID6203]. Pertenecen a Mateo, 26, 41.

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que ni él podía valerse ni dar al otro la mano, diziendo: «¡Qué gran dolor! que tengamos por señor a quien causa nuestro daño. ¿Puede ser más claro engaño? ‘Nunca fue pena mayor ni tormento más estraño’721». 31. Vi a Mariño722 que venía con su vallesta y aljava como hombre sin alegría; desque le vi qual estava, preguntéle qué sentía. Dixo: «Siento tal pasión, pena y desesperación, que de verme en tal estrecho hago tiros con despecho que tiran al coraçón de mí mismo que los echo». 32. E vi una merced que Amor hizo allí a don Álvar Pérez723, diziendo: «Mi servidor, quiero que seas mi alférez pues eres tan amador». Él viendo el peligro que era, tomó luego la vandera y con desesperación tañe y canta esta canción: «Mi vida se desespera temiendo su perdición724».

Anónimo, [ID0670]. «The present edition emends the spelling Ariño to Mariño and suggests that this character may be the scholar Marineus Siculus»; Gallagher, op. cit., p. 223. Alvar Pérez de Guzmán, conde de Orgaz, citado por Francesillo de Zúñiga: «el conde de Orgaz, por sacar uso nuevo en la Corte, mandó a sus oficiales que quitasen las pepitorias de los miércoles en la noche e hiciesen almidón, que era más sustancial»; Crónica burlesca, p. 75. Versos del cardenal Pedro González de Mendoza, [ID0152].

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López 33. E vi estar muerto de amores a su hermano don Alonso725, sepultado entre las flores y cantándole un responso calandrias y ruiseñores. Vi que Venus y Cupido favorescen su partido, tanto que aunque desespera le vi dezir: «Aunque muera, más quiero assí ser vencido que vencer de otra manera». 34. Vi más a don Manuel de León726 armado en blanco, y el Amor la historia d’él de muy esforçado y franco pintado con un pinzel, entre las quales pinturas vide las siete figuras de los moros que mató, los leones que domó, y otras dos mil aventuras que de vencido venció. 35. El Amor vi que tirava flechas al conde de Haro727, con yervas que le passava los pechos de claro en claro, mas la yerva no travava, diziendo: «Si no muriere, ya veis, pues, por qué me hiere con toda su fuerça Amor, por do es mi mal mayor, ‘si por caso yo biviere partiendo con tal dolor’728».

don Alonso: Gallagher, op. cit., p. 224, rechaza la identificación con Alonso Pérez de Guzmán, duque de Medina Sidonia. Manuel de León: Soldado distinguido en la guerra de Granada. conde de Haro: Pedro Fernández de Velasco, conde de Haro y condestable de Castilla. Garci Sánchez de Badajoz, [ID0677].

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36. Íñigo López729 andava con una mortal herida que el coraçón le passava, recelando la salida del alma que en él estava. A grandes voces dezía: «Harto de tanta porfía sostengo vida tan fuerte, que yo no puedo sin verte,730» cantando d’esta suerte, «que es triste el ánima mía hasta que venga la muerte». 37. Lope de Sosa venía enclavado de saetas, tal que muerte descubría sus passiones más secretas; y estas palabras dezía: «Pues amor su haz me esconde y a mi servir no responde, cierto es mi desesperar», y comiença de cantar: «Más embidia he de vos, conde, que manzilla ni pesar»731. 38. Luis de Espíndola estava, su gesto sin alegría, de amores se traspassava, ni velava ni dormía, ni dormía ni velaba; en su robada color mostrava su disfavor con el esperança muerta, diziendo: «Razón, despierta

Íñigo López: Gallagher, op. cit., p. 225, afirma que se trata de Íñigo López de Mendoza, «conde de Tendilla, a latin scholar, and probably a pupil of Lucius Marineus Siculus». Anónimo, [ID0678]. Lope de Sosa, [ID0683], versión del romance [0811].

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López ‘Ved qué causa el desamor que contra de amor se concierta’».

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39. Vi a Fernando de Llanos andar regando su huerta, no de peros ni mançanos mas de males que concierta Amor a sus más ancianos; e aunque como a servidor le tratava Amor peor, mostrava contentamiento, diziendo con gran tormento: «Son mis passiones de amor tan altas de pensamiento»732. 40. Vide a Rodrigo Mexía733 allí entre todos en medio, que en bivos fuegos ardía ni tomava su remedio ni dexava su porfía, que era muerto siendo bivo; y siendo libre cativo declarava su bivir e dezía en su dezir: «El mal que de vos rescibo es más que para morir»734. 41. A don Lope de León, con todos sus amadores, vi cantar en tal sazón e votavan por amores de no darse a otra prisión, sino aquella que tenían por servir a quien servían, donde perdieron sus vidas

Duque de Medina Sidonia, [ID0685]. Rodrigo Mexía: Señor de Santa Eufemia, permaneció fiel a Carlos V durante la revuelta de los comuneros; Gallagher, op. cit., p. 231. Rodrigo Mejía, [ID0686].

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mirándose las heridas, alegres porque cumplían las deudas a Amor devidas. 42. Ávila, el Comendador, vi que estava muy herido, loando su disfavor como leal servidor de la casa de Cupido: «Aunque mi pena es mortal, bienaventurado el mal. ¡O ansia de mi desseo, quán justamente te empleo, bien de mi temprano mal, mal del bien que no posseo!». 43. Vide estar al Almirante735 lidiando con su passión, congoxoso mas constante, tanto que es razón que espante su firmeza y afición. Los sospiros son su guía y el cuidado su alegría, mas fatigándole el mal dixo con pena mortal: «Quando de vos me partía, no morir me fue señal»736. 44. Fray Íñigo737 vi que estava viendo su llaga encubierta, que entre sí se apassionava porque vio quán claro estava toda su esperança muerta, diziendo al Amor: «Detén tus secretos porque alguién no me sospeche mi mal,

Almirante: Se trata de Fadrique Enríquez de Cabrera. El Almirante, [ID6259]. Fray Íñigo: Fray Íñigo de Mendoza.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López mas pues es de tal metal: ‘Aved memoria de quien ha por vos su mal por bien en caso tan criminal’». 45. Vi a don Juan de Guzmán738, primogénito de Niebla, estar penando en muy gran e muy escura tiniebla, tal que penas vi su afán, diziendo: «Quien conoceros pudo como yo y perderos, justa cosa es que esté aquí, no, señora, porque os vi, porque mi vida en no veros tal gloria quitó de sí». 46. Perdonen los cavalleros a quien hago sinjusticia, pues quedan por estrangeros, agenos de mi noticia de poner en los primeros. Y si d’esto se quexaren los que aquí no se hallaren, porque assí cierro la puerta, la materia queda abierta, pónganse los que faltaren.

7. [ID7997]739.

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Que de veros y dessearos es la causa de que muero, de do no puedo olvidaros y aunque pudiesse no quiero. E de estar desatinado

Juan de Guzmán, tercer duque de Medina Sidonia. El manuscrito misceláneo MN56 contiene una Carta de Garci Sánchez de Badajoz, que estando loco escrivió a su hermana. Acaba con esta canción. Copia: MN56-2 (197v).

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y en tales fierros de amor no fue possible amador de otra causa ser penado; ni ay más yervas de miraros mi mal, mi bien ni lo espero, de do no puedo olvidaros y aunque pudiese no quiero. Rey del Real del tiempo (rúbrica).

8. Otra suya740. [ID6837] En dos prisiones estó que me atormentan aquí: la una me tiene a mí, y la otra tengo yo. 5

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E aunque de la una pueda que me tiene libertarme, de la otra que me queda jamás espero soltarme. Ya no espero triste, no, verme libre qual nascí, que aunque me suelten a mí, no puedo soltarme yo.

9. Viendo una culebra741. [ID4679]

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Aquella que por do va haze surcos con el pecho, de los lápides do da por tiempo espera o ha de sus feridas bien fecho. Pero yo, que de tu mano

Esta canción alude a dos tipos de prisión: la que sufrió por un ataque de locura y la prisión de amor. Copias: MN14-25 (95), 14CG-436 (108v) (4, 8). Copia: MN14-37 (112) (2x5).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López soy herido, tal me hallo que ni tarde ni temprano ya no spero verme sano ni tampoco deseallo.

10. Otras suyas742. [ID0225]

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Después que mi vista os vido y de amor me vi cercado, en sola fe sostenido, de esperança descuidado de jamás ser socorrido, e por mi menguada suerte el combate fue tan fuerte en contra de mi salud, que enflasqueció la virtud y entregáronse a la muerte las fuerças de juventud. E assí está en vuestro jüicio todo lo bivo e lo muerto, lo muerto murió en su oficio, y el alma, que es lo despierto, bive en más triste exercicio; mas mi ánima es contenta de sufrir sola el afrenta de tormento tan ufano, porque el cuerpo, que es más humano, mal empleado es que sienta herida de vuestra mano.

11. Otra suya a su fantasía743. [ID0691] ¡Oh dulce contemplación, oh excelente fantasía! 742

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Esta pieza y las dos que siguen constituyen ejemplos típicos de la casuística amorosa, género en el que Badajoz sobresale. Copias: MN6d-97 (340v-341r) (2x11), MN14-17 (91), 14CG-294 (100r). Copias: LB1-8 (6v-7r) (1x10), MN14-14 (82), 14CG-287 (98v).

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que me muestras cada día una tan clara visión que es salud del alma mía; es tan grande la excelencia de tu linda preminencia, que por tu gracia escogida bivo yo de nueva vida, después de muerto en ausencia.

12. Otras suyas744. [ID0692]

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No pido, triste amador, la muerte por descansar, ni por no sofrir dolor, pues la más gloria de amor es bevir para penar; ni porque mi fe no alcança gloria en daros alabança porque nascistes sin par, ni menos por dissimular, pues nunca tuve esperança. La causa por que me ofrezco a la muerte sin temor, no es por males que padezco mas porque no la merezco porque sienta más dolor; mas si soy tan conoscido, mi enemigo encarescido por serle más verdadero, ya lo que puedo no quiero porque quiero lo que pido.

Existen dos redacciones de la primera copla; damos la que sigue la pauta de rimas. Copias: LB1-9 (7r) (2x10), MN14-18 (92), 14CG-296 (100r-v) (9, 10). MN14 y 14CG omiten el verso 7, y MN14 añade un verso al final que estropea la secuencia de rimas.

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§34. Diego López de Haro (segunda mitad del siglo XV)

Luchó en la guerra de Granada. Fue enviado como embajador a Roma en 1493. Como su gran amigo Juan Álvarez Gato, Diego López de Haro, señor de la casa de El Carpio, pasó por las tres etapas de cortesano amoroso, desengaño y fe religiosa. 1. Coplas de don Diego López de Haro y dizen de un descontentamiento que lieva por una partida que hizo de donde queda su amiga745. [ID1113].

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De vos me parto quexando y de mí muy descontento, de mi triste pensamiento mi bevir lo va llorando vuestro mal conoscimiento; assí que por sola vos yo de todos vó enemigo, pues me parto como os digo: mal con vos y mal con Dios y mal comigo. Aunque d’esto en la verdad poca culpa tengo yo, que mi fe no se mudó; vuestra mala voluntad ma traído en lo qu’estó; por do mis cuitas agora vuestras serán desde aquí, pues por vos a vos perdí y por vos a Dios, señora, y más a mí.

Copias: LB1-434 (111r), 11CG-94 (65v).

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2. Testamento de amores hecho por el mismo don Diego López746. [ID1114]

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¡O, muy alto dios de Amor, por quien yo bivo penando! Mi temprana fin, señor, según lo muestra dolor muy cierta se va llegando. Y pues ya de mi passión consentís que yo fenezca, mirad, señor, la razón por qu’el alma no padesca la culpa del afición. Y agora con mi sentido, sentido de mal reparo con propósito movido, desconoscido y perdido, el más triste yo el de Haro, quiero, mando y consiento qu’esto sea valedero, sin algún impedimento, por mi querer todo entero, por mi manda y testamento. Y aquello que mando es que siendo finado yo, que mi coraçón saqués y muy presto lo llevés a la que me lo dexó; y el que fuere no de amadores vaya no vestido d’oro, mas vaya de disfavores en una capa de lloro, cubierta de mis dolores.

Otros poetas que escribieron Testamentos de amores fueron: el Arcediano de Toro [ID1442], el almirante Alfonso Enríquez [ID0135], Juan del Encina [ID4456] en 96JE-59 y Pedro Manuel de Urrea [ID4756] en 13UC-42. En los versos 49-55 se repite el tema de los ojos como culpables del mal de amores. Copias: LB1-435 (111r-v), 14CG-121 (49v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Y éste diga por do fuere: «Por bien querer se malquiso, por agena culpa muere», y diga quando la viere: «Éste es el que más os quiso, ved aquí el que vençistes, éste es el que dexastes, tomaldo pues lo prendistes y mirad lo que ganastes en quebrar la fe que distes». De mi cuerpo mando que quando le vayan llevando, mis servicios y mi fe con cuidados que gané delante l’estén llorando, y digan: «El que quesimos veslo aquí do lo llevamos; por aquéste nos perdimos, por aquéste nos ganamos el mal todo que sentimos». Y pues manda que los maten justicia a los que mataron, porque sin pena no escapen, mando que mis ojos saquen pues de seso me sacaron, y porque ellos ya lloraron la culpa d’aquesta guerra, quiero pues que ya penaron que no los cubra la tierra por sólo lo que miraron. Y será la mi capilla tal de dentro qual de fuera, de muy alta maravilla, las paredes de manzilla y hechas de tal manera de cantos de mi dolor, picados de un olvidar,

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labrados de un desamor con cimientos de penar porque dure la lavor. Y será la sepoltura no de palo ni de cantos, mas hecha por tal tristura, labrada por desventura, que muestre bien mis quebrantos, no dexando mi llorar, insertas mis ocasiones, porqu’el color del penar con el matiz de passiones no las dexe despintar.

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Porque vean que mi mal son mis servicios perdidos, por que mi pena mortal se muestra tan desigual entre todos los nacidos, y vea mi más querida quánto fue mi dolor fuerte y la haga conoscida porque le pese mi muerte, pues no le plugo mi vida.

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Aquí yaze sepultado quien su fe jamás faltó, el más firme enamorado, quien más quiso lo mató de una muerte de olvidado.

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3. Canción suya747. [ID0779] ¡Desconsolado de mí! No hallo quien me consuele,

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Este poema fue citado por Diego de San Pedro en sus Siete angustias de la Virgen, [ID2895], por el Comendador Román en sus Coplas de la Resurrección, [ID4325], y por Pinar en (38.6).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López cedo mi vida se assuele pues tal pérdida perdí.

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Perdí mi consolación, perdí toda mi alegría, y perdí con quien solía consolar mi coraçón. Pues que ya me despedí de ser ledo como suele, cedo mi vida se assuele pues tal pérdida perdí.

4. Canción748. [ID1120] Quando acierta el dessear donde gloria no se espera, aquésta pueden llamar la pena más verdadera. 5

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Que el mal con buena esperança da dolor, mas no mortal, y mal que consuelo alcança no se puede dezir mal. Assí que más lastimera es la pena del pesar, do esperança desespera siendo bivo el dessear.

[ID6133], 11CG-179 (95v-96r) (6x10) es una glosa de esta canción de Rodrigo de Ávalos, que empieza: «Algunos tiempos passados». [ID0780]: LB1-93 (31r-32r), 11CG-881G (187rv) (12x10) es una glosa de Pinar, que comienza: «Yo puse mis pensamientos / en obrar çiertos castillos». Copias: LB1-92 (31r) (1x4...) y 440 (112v), 11CG-178 (95v). Copias:LB1-442 (113r), MP2-133 (166r), 11CG-413 (130r).

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La poesía cancioneril. Antología 5. Canción749. [ID1124] Ved qué quiere mi bevir, qué presume mi cuidado, pensando en lo porvenir llora ya por lo passado. 5

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Porque el presente dolor, de lo passado membrança, la pena torna mayor y menor el esperança; assí que lo por venir haze mi dolor doblado, temiendo que del bevir lo mejor es lo passado.

6. Don Diego López de Haro a Juan Álvarez desloando la vegez750. [ID3166]

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Señor, bien y mal estó con la vida qu’es passada, y muy mal con quien loó la vegez desconsolada, porque no la conosçió. ¿Quién nunca vido loar por muy dulçe el amargura? ¿Quién se puede contentar d’aquello qu’es su cordura de todo desesperar?

Copias: LB1-445 (114r), 11CG-369 (127r-v). Copia: MH2-102 (67r).

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§35. Costana (siglos XV-XVI)

De Costana no poseemos datos concretos. 14CG lo llama Constancio, lo que indica que incluso su nombre presenta problemas. Lo único seguro es que era poeta de la corte. Desde luego era bastante ingenioso, como se ve por la canción que sigue y sus curiosos poemas sobre los guantes, cordón y anillo. El poema que juega con Peña/peña sigue la misma tendencia.

1. Cançión de Costana751. [ID1955]

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Justa fue mi perdición de mis males soy contento, ya no espero galardón pues vuestro merescimiento752 satisfizo mi passión. Es victoria conoscida quien de vos queda vencido, que en perder por vos la vida

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Esta canción fue objeto de un estudio agudísimo por parte de Keith Whinnom, «Hacia una interpretación y apreciación de las canciones del Cancionero general de 1511», Filología, 13 (1968-1969), pp. 361-381 (reproducido, en inglés, en su Medieval and Renaissance Spanish Literature. Selected Essays, ed. by A. Deyermond, W. F. Hunter & J. T. Snow, Exeter, University of Exeter Press, 1994, pp. 114-132) y en su La poesía amatoria cancioneril en la época de los Reyes Católicos. Véase también Ian MacPherson, «Secret Language in the Cancioneros: Some Courtly Codes», Bulletin of Hispanic Studies, 62 (1985), pp. 65-78. En 1476 murió fray João Manuel, obispo de Guarda, hijo bastardo del rey Duarte, su lema: Justa fue mi perdición. El obispo tuvo dos hijos con su querida Justa Rodrigues Pereira. Esta canción se refiere a ella, con un claro juego de palabras sobre su nombre. Copias: MP2-113 (163v), MP4a-17 (31v), SG1-164 (207r), 11CG-329 (125v), 14CG-863 (139v). Las versiones de MP4a y SG1 están musicadas. merescimiento: Aquí significa: «el haberos merecido, ganado».

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es ganado el que es perdido. Pues lo consiente razón, consiento mi perdimiento sin esperar galardón, pues vuestro merescimiento satisfizo mi passión.

2. Otras coplas de Costancio a unos guantes que le tomó una señora753. [ID6876]

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Guantes, ¿assí me dexáis? Ora id en ora buena. Pues a tanta gloria vais y también sabéis mi pena, ruégoos qu’allá la digáis; mas estaréis tan ufanos en gozar de aquellas manos que no meresce ninguno, que me tratéis de consuno* como al enfermo los sanos, y los hartos al ayuno.

3. A otros guantes que le dio a él una señora754. [ID6877]

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Guantes, viéndoos tan ufanos y en gloria más soberana que se vio entre los humanos, cosa paresce inhumana veros entr’estas mis manos. Vuestro mal es de sentir en tanta gloria perder, que de mí quiéroos dezir: seguro está de caer quien jamás piensa sobir. De quanto bien se perdió fue lo más el quedar bivos;

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Copia: 14CG-866 (140v). Copia: 14CG-867 (140v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López pues no os tengo culpa yo, no os me mostréis tan esquivos, que su merced lo mandó; y pues la señora quiso que mis manos en sí os vean, gozen y tengan aviso que tienen lo que dessean, ¡no pidan más paraíso! Como me tratan allí, sé que sois buenos testigos. Quiéroos preguntar, dezí: ¿fústesme nunca enemigos? ¿rogastes nunca por mí? Tengo mi mal por tan bueno, bivo con él tan ufano, que os perdono, no os condeno, pues que por ser de su mano peno más quando no peno.

4. Otras suyas a un cordón que le dio una dama755. [ID6878]

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Cordón que tan anudado vas a ceñir a mi dios, quando estés más su privado de lo que passó entre nos, mira que tengas cuidado pues qu’el ser yo te lo di y eres por mí cuyo eres, mira quánto hize por ti. Quando en el tu reino fueres, acuérdesete de mí. Los nudos que lievas son memoria de los que quedan,

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Este poema nos recuerda el famoso cordón de Melibea; para su significado erótico, también presente en este poema, véase ahora el excelente trabajo de Ángel Gómez Moreno y Teresa Jiménez Calvente, «A vueltas con Celestina-bruja y el cordón de Melibea», Revista de Filología Española, LXXV (1995), pp. 100-101.

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dados por tal discreción que dessazer no se puedan dentro de mi coraçón. Si fueras por mi ventura de mis tristes braços hecho, tu vida fuera segura, yo gozara del provecho de ceñir la su cintura.

5. Otras suyas a un anillo que tenía en sus manos que era d’una dama756. [ID6879]

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Anillo tan desseoso de bolver donde partiste, ¡quánto me hallo dichoso porque a mis manos veniste! Aunque tocarte no oso, mejor fuera que no fueras, quanto fue mejor yo ser tú porque no perdieras, yo por poderme perder a manos de cuyo eras. No te temas del calor qu’en mí sientes sin medida, qu’en el alma está el ardor; a la carne dolorida no le dan tanto favor, qu’es un fuego celestial, éste de que só abrasado, que no derrite metal, ni arde si no es cevado de cevo spiritual. Mi vida, que puesta está en las manos que tú estavas, me ha rogado por ti ya qu’el mal que allí la tratavas

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Copia: 14CG-869 (140v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López que te lo agradezca acá. Ora que te tengo aquí donde venir no devieras, quiero yo saber de ti, mientra que te desesperas, algunas nuevas de mí.

6. Otras suyas al sobrenombre de una señora que se llamava Peña757. [ID6880]

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Tiene tanta fuerça Amor, puede tanto y es tan fuerte, que por mostrarse mayor en el mesmo ser convierte del amado al amador, y porqu’en mí se mostrasse como encanta y enveleña, y con ansias no cansasse, ni a fuertes golpes quebrasse, hízome todo de peña. De quanto amor fue sembrado, alguno llegó a granar, mucho se perdió ahogado, mucho con apedrear, mucho por ser aneblado, mas a lo menos prendió, pues ya nacido s’enseña; lo que, triste, sembré yo no prendió que se perdió, porque cayó en dura peña. Si el bien del edificar consiste en el buen cimiento, nadie me podrá minar teniendo tal fundamento; ni ganar ni derribar que como Amor me labrasse

Copia: 14CG-870 (140v-141r).

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por alçar en mí su seña que nadie se la ganasse, porque mil siglos durasse hízome todo de peña.

7. Otras suyas conjurando a su amiga con todas las cosas y fuerças que haze el Amor y dize pues que sobre todas las cosas él supo de estendido que le haga hazer que le quiera el Amor, conjurándola con todas las fuerças dell Amor758. [ID0873]

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La grandeza de mis males que Amor crece cada día peligrosos, a los brutos animales si los viesen les haría piadosos; y tú, tan desamorada, tan cruel quanto hermosa, siempre huyes de te dar poco ni nada d’esta mi vida raviosa que destruyes. Ni te puede dar pesar este Amor ni su poder sabe dar medio para te hazer mirar que es razón ya de querer mi remedio, ni mi dolor mi enemigo con que a muerte y disfavores me condenas, non tiene poder contigo que dolor te dé dolores de mis penas.

Este poema es de gran interés por el empleo del Bestiario y de las referencias clásicas. Copias: HH1-51 (252r-254r) (24x12), LB1-187 (59v-61r) (21x12, 9), 11CG-130 (78r-79r) (23x12), 14CG-151 (56r-57r), 17*CO-1 (1r-3v). La versión de HH1 es la más antigua y la más completa. La versión de 11CG, 14CG y 17*CO omite la copla 10, mientras que LB1 omite 18 y 24, y presenta la secuencia: 1-7 10 8 9 11-12 14 18 15-16 13 19-23.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Y pues mi fe que es mi daño tan grande ultraje recive padeciendo y mi servir sin engaño más te enoja que te sirve bien sirviendo. ¡O cruel, di por qué ciegas! Ave temor algún día, puede ser que este Amor que agora niegas quebrante tu gran porfía su poder. Comiença el conjuro

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Y pues su cerrado sello asentó en el pecho mío tan sellado, a él sólo me querello, con él sólo desafío tu desgrado. Con él conjuro tus sañas que te quiera descobrir pensamientos, por do tus sotiles mañas se conviertan en sofrir mill tormentos. Aquella fuerça gigante con que Amor derriba y cansa al animal la donzella que le amansa desigual759, torne tu fiera esquiveza, que contra mí siempre vi

Alusión al unicornio, animal calificado de cruel y fuerte en los bestiarios: «Pero lo caçadores que lo quieren tomar bivo toman una donzella virgen muy fermosa & ponenla ally do el suele andar; et el por su natura, dexando toda crueldat, echase en el regaço de la donzella & aduermese seguro, & en esta manera le engañan los caçadores»; Libro del Tesoro, p. 92.

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ser tan fuerte, en tan humilde tristeza que tus males ante mí pidan muerte. 60

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Aquel Amor con que viene la triste cierva engañada bramando, donde el ballestero tiene su muerte muy concertada en llegando, te ponga tal compasión que vayas ciega perdida muy de veras a quitarme de pasión, tanto que por darme vida morir quieras. Aquel Amor que publica con su llanto de amargura desmedido la ya biuda tortolica, quando llora con tristura su marido760 y busca la soledad donde su llanto concierte muy esquivo, te haga aver piedad de la dolorosa muerte que recivo. Aquell Amor tan estrecho y querencias tan estrañas sin temor del ave que rompe el pecho

La tradición de la lealtad y castidad de la tórtola tiene abundantes muestras en la literatura medieval; recuérdese como ejemplo el romance: «Fontefrida, fontefrida». En el Libro del Tesoro, p. 82, se lee: «Et sabet que la tortola a asi grant amor con su conpañero que sil pierde por alguna ventura, nunca toma otro marido, & guarda bien la fe que tenia con el».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López y da a comer sus entrañas por Amor761, en ti misma lo recivas y tan poderoso sea con sus llamas, que rompas tus carnes bivas porque yo solo te crea que me amas. Aquella passión de amor y cantos tan infinitos a porfía con que el triste ruiseñor se querella dando gritos noche y día, así tú con nueva pena vinieses por consolarte do yo fuese cantando como serena e yo por más pena darte no te oyese. Aquel Amor que tomar suele con bozes trocadas con que ofende al tiempo del reclamar a las aves no domadas y las prende762, a las bozes del reclamo

Alude al pelícano: «que fieren los fijos a los padres de las alas en los rostros fasta que los ensañan & los matan. Et quando los vee la madre muertos, llora & faze muy grant duelo tres dias, & a la ençima llagasse con su pico en el costado & esparze su sangre sobre sus fijos, asi que por razon de la sangre los torna bivos a vida»; Libro del Tesoro, p. 81. Se refiere a la perdiz, ave símbolo en los bestiarios de la lujuria: «El macho monta a veces al macho, y así, el apetito sensual dominante olvida las leyes del sexo... El coito frecuente las agota. Los machos luchan entre sí por su pareja, y se cree que el macho vencido se somete a la monta como una hembra. Tanto atormenta el deseo a las hembras, que basta con que hacia ellas sople el viento procedente de los machos, para que queden encintas por el olor»; Bestiario, pp. 94-95. Recuérdese el poema de Florencia Pinar: Otra canción de la misma señora a unas perdices que la embiaron bivas, (38a.2).

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de mi mal que no te olvida de dulçura tal que vengas do te llamo enrredada, combatida de tristura.

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Aquella ravia sin ruego, aquel dolor dell abismo tan sin vicio con que el fénix haze el fuego en que haze de sí mismo sacrificio763, si crueza tal consiente, tal dolor tú siempre tengas por quererme que la misma ansia que siente sientas tú fasta que vengas a valerme.

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Aquel Amor que desdeña la donzella requerida y encerrada, que d’esquiva y çahareña Amor la torna vencida muy penada con fuerça de gran poder te ponga en tal sobrevienta que me quieras y te faga obedecer muy penada descontenta y así mueras. Aquel Amor no fengido con que la madre no calla,

En el Libro del Tesoro, p. 80, se habla de esta mítica ave: «& despues desto la natura muevela a la muerte. & su muerte es para aver vida, ca vase para un arbol muy bueno & de muy buena olor, & aliega un monton de leña & pone y fuego, & entra dentro... Et quando es quemado, nasçe en aquel dia mesmo un gusano bivo de su çenizal & el segundo dia es asi commo un poliello pequeño, & el terçero dia es tan grande & tan creçido commo deve ser». En el Fisiólogo griego se la compara con Jesucristo; vid. Bestiario, pp. 120-122.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López muy cruel, quando su hijo ha perdido y le busca y nunca halla rastro d’él, y jamás cierra la boca preguntando por las calles do estovieron, tal te veas como loca preguntando a quantos halles si me vieron. Aquella celosa ira que Amor rebuelve a desora de enemigo con que la triste Deanira764 hizo levar la alcandora túnica a su amigo, y aquellas llamas esquivas con que sus fuerças tan fuertes feneció se enciendan en ti más bivas porque mueras de mill muertes como yo. Esclamación al Amor.

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¡O Amor! ¿Y dónde miras tu fuerça que no parece? Dime ¿dóla? ¿Contra quién obras tus iras? ¿Quién mejor te las merece que está sola? Buelve tus sañas en ella, muestra tu poder complido quánto pueden, porque con muerte de aquella que tus leyes ha rompido, firmes queden.

Deanira: Se trata de la esposa de Hércules.

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A éste con ravia pido que de su mano herida tal te veas, qual se vio la reina Dido a la muy triste partida de su Eneas, y con el golpe mortal que dio fin a sus amores te conjuro que tu bevir desleal no jamás de sus dolores veas seguro. Aquella ravia secreta de celos, amor y pena, mal sin medio, con que se quexa Fiometa765 buscando piedad agena por remedio, después de averte vencida con tanto dolor te dexe, yo partido, y con muy celosa vida llorando tu fe se quexe del olvido. Aquel Amor que penava a la muy triste Medea con porfía quando sus hijos matava que de Amor cruel pelea la vencía, a tu mucha discreción ponga tales embaraços con tal cisma que por mostrar tu pasión ante mí fagas pedaços a ti misma.

Fiometa: Se trata de la Fiammetta de Boccaccio.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Y no olvido las querellas de las penas que comigo siempre peno pues es más lo poco d’ellas que lo mucho que te digo de lo ageno, con todas conjuro fuerte que este Amor te dé pasión tan sin calma, porque al hilo de la muerte pidiéndome compasión des el alma. Estonces veriés aquel tu amador que, vencido, nunca quede ser contra ti más cruel que el covarde combatido quando puede, por te hazer ya pensar que es justa causa de amor conocida al triste quitar penar y al que muere con dolor dalle vida. Mas ¡guay de mí! que recelo que si qual digo te ves a la muerte, las rodillas en el suelo me verás ante tus pies a valerte, porque quando más quexoso y quando más de ti huya yo cativo, no quiero serte enojoso que mi vida está en la tuya siendo bivo.

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Y pues ella ya está tal que de morir por ti cierto no ay tardança, no des más mal a mi mal que dar muerte al que está muerto no es vengança; mas esconde la crueza que del día en que naciste te nació para mirar la tristeza d’este tu cativo triste que so yo. No me juzgues tu enemigo que mi fe lo contradize y lo deshaze, que si algo aquí te digo non so yo quien te lo dize ni me plaze, mas de Amor que va delante si de tal razón s’entabla quexa d’él, que en la boca del amante el dolor es el que habla que no él. Amor que prende y quebranta, fuerça que fuerça derriba muy entera y al mismo temor espanta y lo más libre cativa sin que quiera, a ti muy desconocida tan cruelmente cative, pues que sabe que tal es mi triste vida que en continuo dolor bive sin que acabe.

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8. Glosa suya766. [ID6129 G 0152]

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Mi querer y vuestro olvido y mi fe muy verdadera a tal punto me han traído, que con dolor muy crescido mi vida se desespera; mas mi alma combatida d’aquesta misma ocasión, con temor de ser perdida no quiere dexar la vida, temiendo su perdición. Y con esta tal porfía siendo vida mi passión, la esperança que tenía más se muere cada día, pues do yo sigo razón está el contradezir, qu’en el fin, aunque no quiera, pues no se puede sofrir dolor y luengo bevir, razón condena que muera. Mas este dolor despierto, puesto qu’el peligro cresce, téngolo siempre encubierto porque sé, cativo, cierto que sin mi servir paresce vuestra bondad estimada a mí, que devo temeros, tornará tan ensañada que no m’aprovecha nada merescer por más quereros.

Incluímos esta composición por ser un ejemplo muy claro de la moda de la glosa que lleva dos versos por copla, de manera que una canción de 12 versos (4, 8) produce seis coplas. La canción aquí glosada pertenece al cardenal Pedro González de Mendoza. Copia: 11CG-133 (80r-v) (6x10).

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Pues, ¿quién dará confiança al que vuestro se ofresce? qu’en tan alta bienandança no se quiere la esperança, visto que nadie os meresce; que si sofrir y querer y servir pueden venceros, y vuestro muy gran valer niega a todos merescer, yo no puedo meresceros. Assí que, desventurado, yo que veros no deviera, el descanso que he hallado a mi mal desesperado y si algún remedio espera, es de amar vuestra pïadad, suplicando con passión que destierre la crueldad, vuestra nobleza y bondad poniendo por defensión. Que merced tan singular de tan alta estimación como averos de ganar, locura será pensar querer yo con vos razón; si no, pues que me vencí con vida tan lastimera de sólo veros que os vi, si no ay vida para mí razón condena que muera.

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§36. Gonzalo (?) de Tapia (siglos XV-XVI)

Dirigió poemas a Cartagena (m. 1486), doña Mencía de Sandoval, el Duque de Medinaceli (1479-), don Antonio de Mendoza, don Pedro de Mendoza, Diego López de Ayala, el Duque de Alba (Fadrique de Toledo), señor Peña y la Condesa de Montalbán, madre de la Duquesa del Infantado (1475-). En SA9a tenemos sólo el título de [ID1057], con el nombre de Gonzalo de Tapia.

1. Otra de Tapia767. [ID1053]

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Tal gesto para adorallo sólo Dios pudo hazello, mas loallo y conoscello es tan mío el desseallo quanto vuestro el merescello. Y pues no ay comparación a tanto merescimiento, fallesce el conoscimiento do sobra la perfección. Harto me basta mirallo pues mi dicha fue de vello, mas loallo y conoscello es tan mío el desseallo quanto vuestro es el merescello.

Copias: LB1-368 (97v) y -383 (102r), 11CG-287 (122v).

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La poesía cancioneril. Antología 2. Otras del mismo a unas damas que estavan muy encerradas768. [ID1056]

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Veros damas en prisión, mereciendo libertad, duéleme de coraçón por la gran catividad y la poca redempción; y pésame tanto de veras, siéntolo tan de verdad, que las redes verdaderas y prisiones lastimeras salen de la voluntad. Assí que los amadores son los que son los cativos del cativerio de amores, donde mueren siendo bivos con dolores de dolores, do los sueltos van prendidos de firmes enamorados, tan cativos, tan vencidos, que si no son socorridos presto son desesperados.

3. Otra suya porque una dama le preguntó qué cosa era amor769. [ID1067]

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768 769

Es amor una visión que quan presto se figura, tan presto desaparesce; afición y no razón, un bulto de hermosura que los ojos entristesce. Es un doblado dolor, es un senzillo plazer nascido del dessear.

Copias: LB1-371 (98r-v), 11CG-847 (177v). Se trata de otra definición del amor. Copias: LB1-381 (102r), 11CG-824 (174r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Éste, señora, es Amor, tan liviano de perder quan penoso de ganar.

4. Otra suya770. [ID1080] Presente pido ventura, aussente muero por veros, y si pienso no quereros no quiere mi desventura. 5

10

Ventura quiso qu’os viesse, Amor que luego os amasse, aussencia que no os mirasse, porqu’en veros no muriesse. Todo lo hizo ventura, ventura fue conosceros, conosceros fue quereros, quereros fue desventura.

5. Otras suyas a una dama que estava doliente771. [ID6609]

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Vos mi dios, por mi ventura, ¿estáis mal porque yo muera? Vuestro mal me da tristura porque vuestra hermosura, que no me quiere, me quiera. Vos sois causa que comience a dezir quien no digo mis dolores, vos la dama que me vence sin reparo, sin abrigo por amores.

Este poema fue citado en el juego poético de Pinar, (38.6). Copias: LB1-395 (103r), 11CG-310 (123v-124r). Otro ejemplo en el que el poeta-amante llama dios a su amada. Copia: 11CG-844 (177r).

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Vos hecha por mi consuelo, yo triste desconsolado, pues por vos, ángel del cielo, quanto callo, quanto celo, descubre mi gran cuidado; porque si vengo a buscaros con vida desesperada que sostengo, de que no puedo hablaros vome triste a mi posada qual me vengo. Y como allí no sossiego, que mis ojos no sossiegan, buelvo a veros triste, ciego, que por mucho que lo niego mis desseos no lo niegan; y con tal cuita demando que me digan cómo estáis, dama hermosa, que se vaya declarando qu’esta vida que me dais es trabajosa.

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§37. Quirós (fines del XV y principios del XVI)

Quirós mantuvo relaciones literarias con el conde de Oliva y Crespí de Valdaura. Dirigió poemas al Marqués de Cenete (que recibió su título en 1491), al Bachiller Valencia y a Juan Fernández de Heredia.

1. Pregunta al conde d’Oliva772. [ID6520]

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Muy magnífico señor, de muy enfermo maestro, d’este mal de amor y muerte con sobra de tal dolor vengo yo, servidor vuestro, que no hallo quien acierte mi remedio, a que me déis algún medio con que mi vida concierte. Si alguno el braço s’enciende de huego por dalle vida, diz que cortan por lo sano773. Si con esto se defiende, digo yo de tal herida vala más quedar sin mano, pues no quita

Aquí tenemos otro poema sobre el tema del mal de amores y su cura, en forma de una pregunta con la respuesta del conde de Oliva, [ID6521], 11CG-749 (156v). Copia: 11CG-748 (156r-v). Refrán.

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que biva con su pepita774 como con papo el milano775.

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Mas yo, ya todo quemado, sin tener por do cortalle, diga vuestra señoría cómo seré remediado d’este huego, que matalle mayor daño me haría, y si muero, no hago d’él lo que quiero ni quiero lo qu’él querría.

1a. Respuesta del Conde.

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Porque contra el mal de amor ninguno vi que de diestro pueda sojuzgar lo fuerte, os diré, amigo, un primor: si le halláredes siniestro que la razón desconcierte en comedio, pone el fiel del peso en medio porque su falta os despierte. El que por sobir desciende y después de tal caída se levanta tan liviano, con ningún daño se ofende, como el que va de subida donde más alto más vano el bien abita que nunca se halló escrita su salud ni aun escrivano.

Refrán; véase O’Kane, pp. 110 y 187. Horozco, Teatro Universal, p. 147, recoge: «Biva la gallina / con su pepita». Refrán recogido, entre otros, por Horozco, Teatro Universal, p. 232: «El mal del milano; las alas quebradas y el papo sano».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Por ende vos, abrasado, este mal para curalle a mí me paresciera que os matéis carbonizado y aquesta carbón guardalle, que si menester sería para enero en tornar como primero luego se os encendería.

2. Glosa de Quirós776. [ID6423 M 6402].

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Fuerça, afuerça, coraçón, no te muestre impassible, que de la passión terrible salle el justo galardón, y verás qu’en tal razón todo es poco lo posible. Que porque la pena cresce de dolor y de tristura, no es la vida desventura aunque morir nos paresce, que de ser quien más meresce son los casos de ventura; si mi fe y tu afición te dan tormento increíble, sufre la passión terrible por el justo galardón y verás qu’en tal razón todo es poco lo possible.

En este poema Quirós sigue la moda de las glosas de motes. Copia: 11CG-619 (145r-v).

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3. Glosa suya a la canción del Conde de Cifuentes que dize: « La que tengo no es prisión»777. [ID6734]

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La que tengo no es prisión vos soy prisión verdadera, que me tenéis de manera tan preso que defensión no la quiero aunque la oviera; y pues soys cárcel primera del alma y del afición, si cárcel ay de ocasión, ésta tiene lo de fuera, vos tenéis el coraçón. Ésta me terná forçado tanto quanto Dios quisiere, mas de vos quien preso fuere nunca será libertado ni la libertad lo quiere; y si acá preso estoviere será por fuerça y atado, y vos me tenéis de grado cativo mientra biviere. D’esta libertad se espera y de vos no ay redempçión, porque me prendió razón, y si en ésta no estoviera no viera mi perdición; assí que mi salvación es que vuestro preso muera, porque sois la verdadera cárcel de mi coraçón.

Se trata de una glosa de Quirós al poema del conde de Cifuentes, [ID0812]. La glosa sigue la pauta anterior a la época de Pinar, siendo más breve. Copia: 11CG-952 (211r-v).

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4. Otro romance añadido por Quirós desde donde dize: «¿Qué’s de ti, señora mía?»778. [ID6345 A 6334]

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Triste estava el cavallero, triste y sin alegría, pensando en su coraçón las cosas que más quería. Llorava de los sus ojos, de la su boca dezía: «¿Qué’s de ti, todo mi bien? ¿Qué’s de ti, señora mía? Mi alma te va buscando, yo solo sin compañía quedo triste desseando dos mil muertes cada día. Tuyo soy, a ti me di, pues, dime ¿quién me desvía de ventura tan loada como la que yo tenía en servirte, mi señora, y agora que no te vía? Hállome menos contigo la libertad que tenía. Tú me tienes, tú me dexas; ¿con quién me consolaría? que si tú no me consuelas la vida me desafía a quedar cativo, ciego más sin mí que no solía. Por esso triste te ruego (17*OM) que mires la pena mía, y me des algún consuelo con que biva ledo un día».

Son frecuentes los romances añadidos, en los cuales el poeta toma los versos iniciales de un romance, y añade una serie de versos suyos. Copias: 11CG-474 (138v), 14CG-506 (117r-v), 17*OM-4 (2r). 17*OM es un pliego suelto que tiene cuatro versos más al final. Las tres versiones llevan como desecha el villancico [ID6346], que en 17*OM tiene una copla adicional como la primera copla, y cuya versión, sin el romance, se encuentra como Villancico a solas en 16*DP.

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Dessecha

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Cuydado no me congoxes, pues no dura la vida do no ay ventura. Harto estó desventurado de llorar mis días buenos, ya tus males son agenos, ¡déxame, por Dios, cuydado! No me quexes ni congoxes, pues no dura la vida do no ay ventura. Adición de 16*DP, 17*OM.

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Ya harto devías de estar de darme tan gran tormento, por esso te ruego y pido me dexes solo un momento, y que algún poco me afloxes, pues no dura la vida do no ay ventura.

5. Otro villancico de Graviel, cantor de la capilla del Rey. (14CG Otro villancico de Graviel el músico). Las coplas son de Quirós779. [ID6464 E 6463] Mira qué mal es el mío que me consuelo con él, porque no ay remedio en él.

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Tanto mi dolor me duele d’este mal que yo padezco,

Gabriel será Gabriel Mena o Gabriel de Texerana, ambos cantores del rey Fernando el Católico. Mena ocupó este cargo hasta 1516 y después pasó al servicio del Almirante Fadrique Enríquez. Texerana servía a Fernando el Católico desde 1500. Era muy común el componer coplas a un estribillo ajeno. De hecho, el denominar a estos estribillos villancicos resultó en el empleo de este nombre para el poema completo. Copias: 11CG-673 (149v), 14CG-742 (128v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López que remedio no meresco porque con él me consuele. Quanto más da lo que suele más me consuelo con él, porque no ay remedio en él. Ni con muerte ni con vida no m’asegura remedio, porque nunca tuvo medio la causa de mi herida. Mira qué mal sin medida, que me consuelo con él, porque no ay remedio en él. Si algún remedio tuviera, fuera no ser yo nascido, pues averos conoscido no s’escusa por que muera. Y assí bivo de manera que me consuelo con él, porque no ay remedio en él.

6. Otro villancico de Graviel. Las coplas son de Quirós780. [ID6466 E 6465] Dad albriçias, coraçón, que la muerte es ya venida por remedio de la vida.

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Agora descansaréis, coraçón tan lastimado, pues lo que avéis desseado en las manos lo tenéis. Dad albricias, no miréis si yo muero en su venida, pues se remedia la vida. A la vida que tal fuere, déxala por que bivamos,

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Copia: 11CG-675 (149v).

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ni mejor bevir queramos pues en tal ventura muere. Y a quien tanto bien os quiere que dio causa a su venida, dad en albricias la vida.

7. Glosa de Quirós781. [ID6429 M 6749]

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Fue de veros inmortal mi passión porque memoria nunca muere en tal victoria, vi mi bien por mayor mal, vi mi mal por mayor gloria. Assí que fue la tristura de mi vida conosceros, porque para meresceros es mi mal gran desventura y es la gloria bien quereros. Y pues que por ser vos tal ha de bevir la memoria de dolor con tal victoria, vi mi bien por mayor mal, vi mi mal por mayor gloria.

8. Otra suya782. [ID6272] Morir no me satisfaze ni la vida m’asegura, ni yo quiero más ventura de lo que a Ventura plaze. 5

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Que morir para perderos y el bevir para os mirar

Esta glosa de Quirós es de un mote. Copia: 11CG-625 (145v), 14CG-681 (124v) (5, 10). Copia: 11CG-385 (128r), 14CG-390 (106r) (4, 8).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López la ventura lo ha de dar como me dio a conosceros. Y pues que haze y deshaze el plazer y la tristura, no quiero yo más ventura de lo que a Ventura plaze.

9. Canción de Quirós783. [ID6284] Dos enemigos hallaron las hadas y a mí los dieron: mis ojos que me perdieron, los vuestros que me mataron. 5

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Y siendo yo mal tratado, muestra Amor esta crueldad, que pidiendo yo amistad ni sólo soy escuchado. Contra mí sólo se armaron assí que me destruyeron mis ojos que me prendieron, los vuestros que me mataron.

De nuevo, un poema en el que se presenta a los ojos como causa del mal de amores. Copias: 11CG-398 (129r), 14CG-403 (107r) (4, 8).

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§38. Jerónimo Pinar (siglos XV-XVI)

Jerónimo Pinar y su hermana Florencia son autores de una serie de poemas claramente relacionados con la corte de los Reyes Católicos. El juego poético, [ID6637], se puede fechar precisamente en 1498; otras indicaciones en otros poemas nos ayudan a situar la labor poética de ambos hermanos en el período comprendido entre 1485-1515. Los hermanos también mantuvieron relaciones literarias: en [ID0755], LB1-63 y 11CG-883G, «Quando con baxa escalera», Jerónimo Pinar glosa la canción «Hago de lo flaco fuerte», [ID0754] de su hermana en doce coplas de diez versos, colocando un verso de la canción al final de cada una. Pinar tiene doce glosas de este tipo, de canciones y de romances.

1. Romance suyo784. [ID7385 V 0753].

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Yo m’era mora Morayma, mora d’un bel semejare, hermosa de hermosura, morica de un bel cantare. Cristiano llama a mi puerta, ¡cuitada! por me engañare. Hablóme en algaravía*, como aquel que bien la sabe: «¡Ábrasme las puertas, mora, si Alá te guarde de male!». «¿Cómo te abriré yo, mesquina,

Otro romance [ID0753] Yo m’era mora Morayma,

morilla d’un bel catar, cristiano vino a mi puerta, ¡cuitada! por m’engañar. Hablóme en algaravía, como aquel que bien la sabe: «¡Ábrasme las puertas, mora, si Alá te guarde de mal!». «¿Cómo t’abriré, mezquina,

Es un romance modificado por Pinar, probablemente con fines humorísticos, a juzgar por el desenlace que añade. En 11CG-459 (135v) presenta el texto tradicional del mismo, y lo glosa en [ID6335], 11CG-460. La versión de Pinar tiene todos los ribetes de un romance viejo, incluso con la e paragógica. Damos aquí, por su interés, los dos textos en forma paralela para que pueda apreciarse mejor el humor paródico del poeta. Copia: LB1-61 (25r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López que no sé quién te seráse?» «Yo soy el moro Maçote, ermano de la tu madre, y un cristiano dexo muerto, tras mí venía el alcalde. Si no me abres, mi vida, ¡aquí me verás matare!». Aquesto oí yo, mesquina, comencéme a levantare, vistiérame mi almexía*, que non fallé mi briale. Fuérame para la puerta y abríla de par en pare. Deque esto vido el cristiano, començóme de abraçare. Deque yo lo vi, mesquina, comencéme a gritos dare. Deque esto vido el cristiano, con un puñal que traía començóme a degollare. Deque esto vi yo, mesquina, y aún oviera de callare.

que no sé quién te serás?» «Yo soy moro Maçote, hermano de la tu madre, que un cristiano dexo muerto, tras mi viene el alcaide. Si no me abres tú, mi vida, ¡aquí me verás matar!». Quando esto oí, cuitada, comencéme a levantar, vistiérame un almexía, no hallando mi brial. Fuérame para la puerta, y abríla de par en par.

2. De Pinar cançión785. [ID0752]. Es la boz de mi canción de un dolor que al alma toca, qu’el tenor lleva la boca, las contras el coraçón. 5

10 785

Las palabras son dolores que andan en el pensamiento, penadas del sufrimiento que las haze ser mayores; van notadas de tal son que su boz al alma toca,

Esta canción emplea la terminología musical, jugando con el significado ambiguo de tenor «cantor - significado, contenido» y contra, «contralto - contrariedad, oposición». Copias: LB1-60 (25r), 11CG-354 (126v).

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La poesía cancioneril. Antología y el tenor lleva la boca, las contras, el coraçón. 3. Cançión suya786. [ID0758] La vida tengo sin vida, presa sin catividad, dando bozes de perdida, llamando su libertad. 5

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Y esta libertad que llama la vida que está sin ella, no pena la pena d’ella sino la fe por la fama. ¿Qué ganancia más perdida, qué mayor catividad, que tener suelta la vida y presa la libertad?

4. Canción suya a doña Toda Centellas787. [ID6654] Quien encendió mis querellas sin saber lo que será, el renombre es de Centellas y su nombre acaba en .a. 5

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Y las llamas d’este fuego quanto más quiero apagallas, el amor me cresce luego raviando por abivallas; y aunque me pierda por ellas una fe me salvará, pues salió d’estas centellas el nombre que acaba en .a.

Esta canción presenta el típico juego sobre vida/muerte y otros contrastes antitéticos. Copia: LB1-66 (26r). Juega aquí con el apellido de la dama, Centellas, y la llama viva de amor. Copia: 11CG-882 (187v).

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5. Comiençan las obras de Pinar, y esta primera es un juego trobado que hizo a la reina doña Isabel, con el qual se puede jugar como con dados o naipes, y con él se puede ganar o perder, y echar encuentro o azar y hazer par. Las coplas son los naipes y las quatro cosas que van en cada una d’ellas han de ser las suertes. La copla de su Alteza dize:788. [ID6637]

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1. Tome vuestra Magestad789, primero como primera, la palma790 por castidad por que’n vos sola s’esmera; y un fénix que sólo fue como vuestra Alteza en todo, con la canción d’este modo: «Reina de muy alta .c.»791 y el refrán que «Allá van leyes, donde las mandan los reyes»792.

Este juego poético contiene en cada copla una dedicación, un árbol, un pájaro, un refrán y una canción u otro género de verso. Todos estos elementos tienen un valor simbólico, destacado por Ana Menéndez Collera, El juego poético: los tres ejemplos más significativos (Tesis de la Universidad de Illinois, Urbana, 1987); allí hace constar (pp. 180-184) que las dos coplas iniciales revelan el funcionamiento del juego, pues en la segunda se cita explícitamente: árbol=justicia, ave=caridad, canción=humildad, y el refrán es aragonés, todo lo cual apunta a Fernando el Católico, según el punto de vista de la lisonja cortesana. En el caso de la copla tercera alude a la infanta Isabel, hija mayor de los monarcas, que se casó en 1490 con el príncipe Alfonso de Portugal, muerto en 1491. Después la casaron con su cuñado Manuel en 1495. De él quedó embarazada en 1498, pero perdió su hijo en 1499, y murió al poco tiempo. El moral era el símbolo de la discreción por no echar hojas hasta muy tarde como forma de evitar las heladas, aunque es el primer árbol en producir frutos. El canto del cisne es tal vez referencia a su primer matrimonio, idea que aparece reforzada por la canción de Guevara [ID6306], y por el refrán que le aconseja que se sobreponga a sus desgracias: «Porfía mata venado, que no montero cansado». El poema se puede fechar por estos datos, y por la ausencia del príncipe Juan, muerto en 1497, en 1498. Las coplas dedicadas a las damas son misteriosas para el lector moderno, pero fácilmente reconocibles en la corte por los simbolismos de cada estrofa. Es muy posible que la copla 31 se refiera a Florencia Pinar, ya que se cita una canción suya. Copias: 11CG-875 y 14CG-948. vuestra Magestad: Isabel la Católica. Palma: «Palma es insignia de vitoria, y tómase por la vitoria y por el premio»; Cov., s.v. No conservamos esta canción. Refrán de amplia utilización en la literatura medieval; véase O’Kane, p. 142.

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Dize la del Príncipe

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2. Vuestra Alteza ha de tomar793, príncipe rey y señor, tres coronas a la par794, qu’es señal d’emperador; y por árbol la justicia, por ave la caridad, por canción «la humildad» qu’es cantar de aver cobdicia, y el refrán: «En cosa alguna795 pensar muchas y hazer una». La de la Princesa de Portogal796.

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3. Tome vuestra Realeza, Princesa señora y tal, por árbol nueva firmeza de su propio natural, y después tome un moral797 y un cisne que esté con él798, cantando con boz ygual «Donde amor hiere cruel»799 y el refrán más apropiado: «Porfía mata venado...»800.

Esta copla está dirigida a Fernando el Católico. tres coronas a la par: Puede tratarse de los tres reinos que gobernaba: Aragón, Valencia y Nápoles. Correas, p. 132, lo cita como aragonés: «En kosa alguna, pensar muchas i hazer una. Frase de Aragón. «Kosa alguna» por «algo», «kada kosa», i «kualkiera kosa»». Princesa de Portugal: Se refiere a la infanta Isabel, casada en primeras nupcias con Alfonso de Portugal (m. 1491). En 1495 contrajo matrimonio con Manuel I de Portugal. moral: El moral aparece con bastante frecuencia en los emblemas de la época. Sebastián de Covarrubias escribe: «El moral como bobo es perezoso, / opuesto al antuuiado almendro, y echa / quando a passado el tiempo riguroso, / y su fruto se goza y aprouecha. / El ingenio precoz y feruoroso, / tras grande muestra, danos ruin cosecha, / es tardo y manso, y vase poco a poco; / este es moral, y el otro, almendro loco»; Emblemas morales, cent. III, emblema 57. cisne: Se refiere a la tradición que recoge Covarrubias, s.v., de que «canta dulcemente quando se quiere morir». Versos de Guevara, [ID6306]. El refrán concluye: «ke no ballestero kansado; [o] ke no kazador kansado»; Correas, p. 480.

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4. Tome con gran señoría801, vuestra Alteza, un naranjal802 y el ave que se le embía ha de ser garça real803; y después mande notar a quien d’ello no s’esquive la canción que es de cantar: «Donde amor su nombre escrive»804 y el refrán «Por mejoría que mi casa dexaría»805. De la infanta doña María.

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5. Tomará la gran señora806, infanta segunda qu’es, por árbol un robre807 agora y el ave sabrá después que ha de ser un gavilán808, y el cantar a bozes llenas:

Se trata de la infanta Juana «La Loca». naranjal: Ana Menéndez Collera, loc. cit., afirma que podría entenderse como «energía vital». Alciato, Emblemas, p. 228, afirma del naranjo: «De Venus es este fruto dorado: / su amargor dulce claro lo demuestra / que ansí el Amor dulzagro fue llamado». garça real: Covarrubias, s.v. descifra el mensaje de Pinar: «En sentido moral, avisa a las damas que se recaten de los servicios extraordinarios de los galanes». Otra referencia de este mismo tipo aparece en un villancico de Juan del Encina: «Montesina es la garza / no hay quien la pueda alcanzar» [ID6475] 96JE-148 (93v-96r) (3, 3x7). De este villancico también tenemos una versión de Crespi de Valdaura: «Tan subida va la garza / no hay quien la pueda tomar» [ID6474 V 6475] 11CG-684 (150v) (3, 9x7). Pedro de Cartagena, [ID0913]. Este refrán lo recogen, entre otros, Correas, p. 479, y Sebastián de Horozoco, Teatro Universal, p. 479. Infanta María que se casó en 1500 con Manuel I de Portugal. Es la madre de Isabel de Portugal, mujer de Carlos V. robre: Símbolo de la fuerza. gavilán: Era el símbolo de la hidalguía: «Hidalgo como un gavilán. Esta comparación se haze atribuyendo a esta ave de rapiña una hidalguía muy grande, que en las noches frías del invierno, a puesta de sol, prende un paxarillo, y le lleva consigo a la dormida, abrigándose con él el pecho, y a la mañana le suelta libre sin lisión ninguna. Demás desto, entre las demás aves de rapiña ninguna se haze con más facilidad, tomando amor al caçador que le cura y reconociendo el regalo y buen tratamiento»; Cov., s.v. fidalgo.

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«Que ha de ir a tierras agenas»809, donde la coronarán; y el refrán que «quien se muda las más vezes Dios le ayuda»810. De la infanta doña Catalina.

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6. Tomará su señoría811 de la infanta postrera, un árbol que s’ofrescía812 d’entre todos olivera813, y ell ave será un neblí, porqu’es ave de gran buelo cantando con boz al cielo: «Pues partiendo despedí»814, y el refrán que: «Poco a poco dizen que se hila el copo»815. Comiençan las de las damas y ésta es la de la dama que sirve el Príncipe.

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7. Vos la dama que tenéis816 nueva discreción y ufana, un çerezo tomaréis, porqu’es fruta más temprana, y por ave un girifalte817

Versos de [ID4064], musicados por Peñalosa. Horozco, Teatro Universal, p. 503, recoge: «Quien se muda Dios le ayuda». Catalina era la hija menor de los Reyes Católicos. Se casó, en primeras nupcias, con el príncipe Arturo de Gales en 1501 y después de la muerte de éste, en 1509, se volvió a casar con Enrique VIII de Inglaterra. Originalmente en 11CG: «sofrcscia» (sic), posiblemente una errata del copista. olivera: Símbolo de la paz. [ID6639]. Versos anónimos también citados por el Comendador Román en su Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, [ID4325]. Correas, p. 482, recoge este refrán con variantes: «Poko a poko hila la viexa el kopo». Uno de los Motes qu’el Almirante de Castilla embió a los galanes y damas desde una su villa, y dizen que se fallaron escriptos en un mesón, es: «En nombre del Rey porque doña Beatriz Ricarte, a quien él servía, se desposó: No quiero del ‘No’ quexarme / pues el ‘Sí’ vino a matarme» [ID6966] LB5-2. Esta dama podría ser la aquí señalada, ya que Isabel la Católica murió en 1504. girifalte: Ave de rapiña que simbolizaba la rapidez.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López y el cantar «Yo madre, yo»818 que s’asienta como esmalte visto lo que Dios os dio, y el refrán por más estima: «Quien a buen árbol s’arrima...»819. De otra dama.

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8. Tomará quando quisiere vuestra merced un espino820 con qu’ell alma de contino comporte quanto viniere, y ell ave será un açor821, con una canción garrida, muy discreta y muy sentida: «Donzella por cuyo amor»822, y el refrán «Por más aína con aguja sale espina»823. De otra señora.

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9. Vos dama muy principal, porqu’es fruta que se guarda, tomaréis luego un peral824 y por ave un abutarda825 y la canción dirá así, suavemente cantando: «Desconsolado de mí

Anónimo, [ID6640]. El poema continúa: «que la flor de la villa me só». Famosísimo refrán que termina: «buena sombra lo cobija». espino: Este árbol representaba el dolor y el padecer sufrimientos, también era asociado con las bodas y lo siniestro. açor: La garza real/halcón y el halcón/azor eran símbolos del «amante conquistador». Poema anónimo citado en varias ocasiones, [ID0861]. Refrán también citado por Pérez de Guzmán; véase O’Kane, p. 113. Correas, p. 479, explica este refrán: «Ke todas las kosas kon los istrumentos nezesarios se hazen mexor». peral: Las peras sólo se comían después de haber ingerido otros alimentos, ya que se consideraba que si no se hacía así se dañaba el estómago. abutarda: Símbolo de ave lenta, «porque se va arrojando con el cuerpo, por no poder bolar, como las demás aves por el ayre»; Cov., s.v.

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¿quién puede bevir penando?»826, y el refrán es que «Quien canta todos sus males espanta». De otra dama.

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10. Dama de gentil nivel827, tomad en principio y fin un pimento que con él828 vaya puesto un francolín829, y la canción que dirés, hecha con passión agena, es aquella que sabés: «Do sufren servicios pena»830 y el refrán que «No’s deys nada a moro muerto dar lançada»831. De otra dama.

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11. Vos la dama a quien s’enclina la beldad que a todos plaze, tomaréis una savina832 por árbol, si os satisfaze, y ell ave que avéis d’aver quiero que sea un sisón833 y cantarés por canción, «Ell amor quiero vencer»834,

Poema de don Diego López de Haro, [ID0779]. En la versión de 11CG tenemos «muel» (sic) en vez de «nivel», tiene que ser lo segundo porque así se consigue el metro. «Muel» es posiblemente un error del copista. pimento: Se refiere, sin duda, a la pimienta para indicar lo agudo y lo vivo; Cov, s.v. recoge: «al muy vivo y agudo dezimos ser una pimienta». francolín: Ave muy preciada «assí por la variedad de sus plumas como por el buen sabor y gusto de su comida regalada y preciosa»; Cov., s.v. Canción del cardenal Pedro González, [ID1971]. Daza Pinciano, en su traducción de los Emblemas de Alciato, colocó esta frase como traducción del lema: «cum larvis non luctadum»; ed. cit., p. 112. La sabina es una planta que tiene un olor suave, pero si se ingiere pica y abrasa la lengua. sisón: Considerado como pájaro ladrón. [ID6641].

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López y el refrán que desatina: «Todo blanco no es harina»835. De otra señora.

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12. Vos la dama ennoblescida tomad un albercoquero836 con que biva vuestra vida contenta, qu’es lo primero, y por ave un solitario837, qu’es ave con quien peleo, y el cantar es necessario «¿Dónde estás que no te veo?»838 y el refrán si vos querés «Casarés y amansarés»839. De otra dama.

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13. Vos tomarés un ciprés840, dama de servicios digna, y será la golondrina841 el ave que tomarés y porque haga mención de lo que avéis de cantar, y ha de ser sin dilatar, «Ved quán fuera de razón»842 y el refrán que se os presenta que: «la letra con sangre entra».

Correas, p. 503, recoge: «Todo lo blanko no es harina». albercoquero: Símbolo de temprana madurez «por ser la primera fruta que madura de todas las de cuesco»; Cov., s.v. alvarquoque. solitario: Carvajales compuso un poema latín-castellano sobre el sufrimiento de esta ave a causa de la soledad: «Sicut passer solitario / triste et probre de plazer» [ID0616] MN54-118 (136r) (3, 2x7). Estos versos pertenecen a un poema anónimo, al que puso música Cornago, [ID0669]. Este refrán lo recoge Correas, p. 374; véase O’Kane, p. 79. ciprés: «Sinifica la muerte»; Cov., s.v. Pero, por esto mismo, como indica Alciato, Emblemas, p. 219, la igualdad: «El Ciprés que del nombre y la figura / Los hombres muestra a tratar igualmente, / Acostumbró a cubrir la sepultura / De los ilustres, qual para la gente / De baxos suelos y de sangre escura / El apio es el árbol muy más conveniente». golondrina: Era símbolo del amigo ruin y de la llegada de la primavera. Poema atribuido a Cartagena, [ID0681].

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14. Vos tomad un arrayhán843 por las virtudes que tiene que dezillas no conviene donde sabidas están, y un ruyseñor844 c’os despierte en el más dulçe dormir, cantando por vuestra suerte: «Tan ásperas de sofrir»845 y el refrán que: «Quien no miente no viene de buena gente»846. De otra dama.

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15. Vos tomad un limonero847 porque tiene fuerte agrura, aunque no tanta ni quiero quanto el mal trae amargura, y por ave un palomino, de los salvajes que son, cantando sienpre contino: «Nunca pudo la passión»848 y el refrán: «Passar cochura que dizen por hermosura»849.

arrayhán: «Esta planta por su hermosura, su frescor y su blandura y por el suavíssimo olor de sus flores, fue consagrada a Venus»; Cov., s.v. ruyseñor: Símbolo de la alegría y de la primavera, «dicha en latín luscinia, porque canta al alvorada»; Cov., s.v. [ID0862]. Poema anónimo citado y glosado en varias ocasiones. Véase O’Kane, p. 159. Hernán Núñez, Refranero español, p. 171, comenta: «Que los hombres de linaje, alabando sus pasados, suelen alargarse y mentir, y, quien no lo hace, parece no ser de noble casta». limonero: Símbolo de la desesperanza y el sufrimiento. «Todo género de limón, ansí comido, como aplicado es un soberano remedio contra los mordiscos de las bestias emponçoñadas y contra las puncturas del alacrán»; Dioscórides, I, 90. Canción de Cartagena, [ID0862]. El refrán lo recoge, entre otros, Correas, p. 460.

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16. Un álamo todo seco850, señora, devés tomar, la raíz y todo hueco en que os podáis assentar, y ell ave la tortolilla851 desque bive con dolor852, y el cantar, por más manzilla, «Nunca fue pena mayor»853 y el refrán que «Por do vas como vieres assí haz». De otra dama.

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17. Vos tomad un menbrillar854, porque sois dama discreta, pues la carne más perfeta se haze d’aquel lugar, y ell ave será un pavón855, haziendo sienpre la rueda, cantando con lindo son la canción de «Bive leda»856 y el refrán que «don Ximeno por su mal vee el ageno»857.

álamo: «Cerca de los antiguos en cierta manera el álamo es tenido por árbol infeliz, por quanto se encuentra entre los infructuosos»; Cov., s.v. Símbolo, como ya hemos visto antes, de la mujer viuda que guarda fidelidad a su marido muerto. Versos del romance «Fonte frida», [ID0735]. Anónimo, [ID0670]. menbrillar: Árbol de fruta dulce; Alciato, Emblemas, p. 224: «Precepto de Solón fue que a la esposa / El membrillo por don se presentasse, / Por ser muy sana fruta y deleitosa, / Y que en la boca suave olor dexasse». pavón: «Puede ser el símbolo de la mujer hermosa y gallarda y que se precia de serlo... El pavón conoce su hermosura y haze alarde de sus plumas con aquella rueda tan vistosa y ufana, la qual haze muchas vezes quando la hembra está delante, para aficionarlas más»; Cov., s.v. [ID0125]. Famosísimo poema de Juan Rodríguez del Padrón. Refrán recogido por Santillana, Correas, etc.; véase O’Kane, p. 151.

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18. Tened delante los ojos una retama858 con vos, mudando sienpre d’antojos, dando mil quexas a Dios y un papagayo859 con ella, mirándose en derredor cantando desta querella «No se sufre tal dolor»860 y el refrán dirá con quexos: «Poco a poco van a lexos»861. De otra dama.

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19. Vos tomad un avellano862, porqu’es fruta seca y sana y ell ave será un milano863 quando más buele de gana y cantad esta canción con la boz favorescida, dicha de buen coraçón: «Esperança entristecida»864 y el refrán: «De luengas vías dizen que luengas mentiras»865.

retama: «Es una especie de esparto, que en latín se llama genista y en vulgar ginesta. Tiene muchos provechos en medicina. Nuestro poeta Garcilaso le dio epíteto de amarga»; Cov., s.v. papagayo: «Díxose papagayo por el papo que tiene gayo, que vale tanto como vario en colores y alegre, por el alegría que causa mirándolo. Al que habla algunas cosas bien dichas, pero que se conoce no ser sino estudiadas, dezimos hablar como papagayo»; Cov., s.v. Poema anónimo, [ID6642]. Véase O’Kane, p. 194. Correas, p. 842, recoge: «Poko a poko van a lexos, i korriendo a mal lugar. Lo ke: “Paso a paso...”; i el italiano: “Pian piano se va lontano”». avellano: «Es fuerte y flexible y dizen algunos que la serpiente o culebra herida con la vara del avellano, muere luego»; Cov., s.v. milano: «Ave de rapiña conocida, y ella mesma prisión de las demás aves de altanería... Es covarde, aunque muchas vezes se defiende con uñas y pico»; Cov., s.v. Canción del Vizconde de Altamira, [ID1965]. Véase O’Kane, p. 230.

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20. Porque no’s llamés a engaño de los árboles que son, tomarés dama un castaño866 con ell ave y la canción, y será un esmerejón867 y después la que nombrado, hecha con preso cuidado, «La que tengo no es prisión»868 y después dirá el refrán que «Quien bien quiere a Beltrán...»869. De otra dama.

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21. Ell árbol que yo’s daré ha de ser un pino verde870, porque sienpre se os acuerde ell ave c’os dexaré, tal que por vuestra ventura un pelícano871 será que plañendo cantará: «Pues con sobra de tristura»872 y el refrán «Passó solía por otra nueva porfía»873.

castaño: «Las castañas, según Galeno, dan al cuerpo más nutrimiento que ningún otro fructo salvage. Crecen las castañas por la mayor parte en los lugares montuosos y ásperos. Las verdes son dañosas a los pulmones, por lo qual respecto sobre su propia cáscara las armó la natura de otra muy espinosa y a manera de erizo, para que ningún animal las tocasse antes de ser maduras»; Dioscórides, I, 22. esmerejón: «Ave de cetrería y bolatería muy conocida... Por otro nombre la llaman a esta ave nisus, del nombre de un rey de los megarenses, que se convirtió en alieto o esmerejón, cuya fábula cuenta Ovidio en el principio del octavo libro de sus Metamorphoseon, cuya hija le cortó el cabello fatal y se convirtió ella en el ave dicha ciris, y vulgarmente cogujada»; Cov., s.v. Canción del Conde de Cifuentes, [ID0812]. El refrán continúa: «bien quiere a su can»; véase O’Kane, p. 72. pino verde: Alciato, Emblemas, p. 223: «En no llevar pimpollo el pino quiere / Dar a entender al hombre que casado / Siendo, sin casta y generación muere». pelícano: Ave que según los bestiarios, solía herir su pecho para dar su sangre a sus crías. Canción de Rodrigo de Ulloa, [ID1956]. Refrán que recoge Correas, p. 461.

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22. La dama a quien le cabrá un laurel florido y fuerte874 ha de aver tan buena suerte que contenta bevirá, con un águila caudal875, qu’es de las aves mayor, y el cantar con buen tenor «Pues que Dios te hizo tal»876 y el refrán que: «Muchas vezes es más el ruido que las nuezes». De otra señora.

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23. Vos tomaréis un ciruelo877, dama de mucha verdad, y ell ave será un mochuelo878 recebí la voluntad; y porque nueva passión no’s aquexe con tristura cantarés esta canción «Gentil dama, sed segura»879 y el refrán «Romero hito dizen que saca çatico»880.

laurel: «Árbol es bien conocido, de perpetuo verdor en sus hojas, y entiéndese está por esta razón consagrado a Apolo, el qual fingen los poetas en perpetua juventud y verdor»; Cov., s.v. También se le atribuían cualidades adivinatorias: «Adivina el Laurel lo venidero, / Y trae señales de salud muy ciertas, / Y con polvo haze el sueño verdadero»; Alciato, Emblemas, p. 221. águila caudal: «Fingen los poetas ser la armígera del dios Júpiter, que le ministra los rayos, y dio ocasión a esta fábula la naturaleza suya, por quanto, según algunos autores, entre todas las demás aves, ella sola no es herida del rayo, y los del sol mira de hito en hito»; Cov., s.v. Poema anónimo musicado por Cornago, [ID3489]. Ciruela: «Fruta del cuesco... La cortesía que dize devérseles es por ser amarillas, y tener el color de los enamorados»; Cov., s.v. mochuelo: «Ave nocturna conocida, menor que búho y mayor que lechuza»; Cov., s.v. Canción de Toledo, [ID0416]. Véase O’Kane, p. 205.

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24. Vos tomad una noguera881 de las que más fruto dan, pensativa o como quiera de las ansias que vernán y un tordo882 qu’esté con vos, porque os tenga compañía cantando siempre los dos: «Harto de tanta porfía»883 y el refrán que «Quien s’acuerda, ladre el perro y no me muerda»884. De otra.

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25. Vos tomaréis un granado885, porqu’es fruta de salud que la dan por su virtud al flaco y all esforçado, y por ave un gorrión886, que huye de no morir, y cantarés por canción «Para yo poder bivir»887

noguera: Según Dioscórides, I, 141: «La sombra del nogal es a todo animal muy pesada y dañosa, especialmente si bajo ella se duerme». Covarrubias, s.v. nuez habla de las cualidades medicinales de su fruto: «quita y corrige el aliento hediondo, clarifica la vista, conforta el estómago y digiere el manjar. Expele las ventosidades y aprovecha las máculas del rostro. Fortifica el hígado, ablanda las postemas y durezas del baço, provoca la orina, restriñe el vientre». tordo: «Esta avecica tiene la lengua harpada y por esto imita la voz humana, y no sólo una voz, pero muchas juntas en armonía»; Cov., s.v. Canción anónima, aunque también se atribuye a Garci Sánchez de Badajoz, [ID0678]. En Correas, p. 213: «Ládreme el perro i no me muerda, i echarle é la kuerda. Poka estima de rriñas». granado: «Fruta conocida. Díxose assí por los muchos granos que contiene dentro... La granada puede ser symbolo de una república, cuyos moradores están muy conformes y adunados»; Cov., s.v. granada. gorrión: «Avecica muy conocida, por criarse en los agugeros de las casas... Esta avecilla es muy astuta y recatada, y con andar siempre entre gente, nunca se domestica»; Cov., s.v. Glosa de Cartagena, [ID0911], al mote: «Esfuerce Dios el sufrir».

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y el refrán «Después de muerto ni viña quiero ni huerto»888. De otra dama.

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26. Vos tomaréis un serval889, dama de gran entender, y ell ave será un corral890, porque es ave de comer; y pues que tenés la fama de perfeta discreción cantaréis vos, linda dama, «Dan los ojos temptación»891 y el refrán que «Quien bien ata cierto es que bien desata»892. De otra señora.

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27. Vuestra merced tomará un olmo verde y poblado893 con un cuervo894, que será memoria del mal passado y porque lo por venir ha de ser plazer doblado, cantarés con el sufrir

Este refrán lo comenta Sebastián de Horozco, Teatro Universal, p. 200: «Mientras el ojo está avierto / cada qual procure obrar / porque ya después de muerto / casa ni viña ni guerto / no le puede aprovechar». serval: «Árbol conocido, y su fruta no se puede comer quando se corta del árbol hasta que está passada»; Cov., s.v. Dioscórides, I, 136, destaca sus efectos medicinales: «El fructo del serval, si antes de madurar, quando se muestra amarillo, le cortan en tajadicas y le comen después de bien seco al sol, restriñe el vientre». corral: Se trata de la gallina. No se ha conservado esta canción, [ID6643]. Correas, p. 401, recoge: «Kien bien ata, bien desata, konforme fuere lo ke ata». olmo: «Es símbolo del que apoya a otro, que sin su favor no podía valer ni subir»; Cov., s.v. cuervo: El cuervo es símbolo de la noche y recuerdo de la muerte (recuérdese el refrán: «cras, cras, mañana morirás»). También se identificaba con los aduladores, Covarrubias, s.v., recuerda que «Jugando el vocablo dixo Diógenes que más quería tratar con cuervos que con aduladores».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López «Al dolor de mi cuydado»895 y el refrán «Pidió el goloso dizen para el desseoso»896. De otra.

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28. Vuestra merced tomaría un gentil árbol d’eneldo897, que, aunque no queráis, quereldo por la sabor que tenía, y un búho898 que siempre va más de noche que de día con la canción que dirá: «Mi vista vos contaría»899 y el refrán en su lugar: «Cantar mal y porfiar»900. De otra señora.

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29. Un alerze901 os he buscado tomalde sin sobresalto, con un buytre denodado902 que buele por lo más alto, con una canción estraña

Canción anónima, [ID1961]. Lo recoge Correas, p. 470: «Pide el goloso para el deseoso». eneldo: Dioscórides, III, 63, afirma que el eneldo «es vulgarísima planta, y tan semejante al hinojo, que si el gusto no fuesse el juez, fácilmente se engañaría la vista... Coronávanse con él los antiguos en los combites porque los hazía dormir». buho: «Ave nocturna, infeliz y de mal agüero... en sentido espiritual sinifica los hombres carnales y luxuriosos, que con la escuridad de la noche y de la hipocresía buscan sus deleites»; Cov., s.v. No se conserva el texto de esta canción, [ID6644]. Véase O’Kane, p. 73. alerze: «Según algunos es especie de cedro, aunque este nombre parece quadrar más a la lárice»; Cov., s.v. buytre: «Sinifica el amor y la comiseración de los padres para con los hijos, y porque no es perjudicial a nadie, ni mata otra ave, ni animal ninguno, ni destruye ningún fruto de la tierra, sino que tan solamente se mantiene de las carnes muertas que halla, se figura por ella la justicia»; Cov., s.v.

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hecha d’un rey en Levante903, que dixo con nueva maña «Si no fuesse tan avante»904 y el refrán dize y responde: «Lo que la vejez cohonde...»905. De otra dama.

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30. Vos tomad que n’os espante un salze906 qu’es verde y tal que ni haze bien ni mal, con una perdiz907 que cante, y vuestra merced después cantará con gran reposo, con altas bozes a tres, «De vos y de mí quexoso»908 y el refrán quiero que vaya: «Jura mala en piedra caya»909. De otra.

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31. Gentil dama, sin porfía un azevo910 esperaréis, y ell ave quando juguéis engañapastor911 sería, y porque sintáis quamañas* son las ansias dell amor,

rey en Levante: Alude a Alfonso V de Aragón, rey de Nápoles. Canción de Carvajales, [ID0621]. La conclusión del refrán es: «no hay maestro que lo adobe». En Correas, p. 217, se lee: «Lo ke la vexez gasta, adobarlo nadie basta; o adobar ninguno basta». salze: «Al sauze llamó Homero pierdefruto, / Y dio a entender que el que aborrece el vino / Jamás en sciencia alguna es absoluto»; Alciato, Emblemas, p. 230. perdiz: «Ave conocida, hermosa en su plumage y sabrosa en su comer»; Cov., s.v. En los bestiarios se la presenta como símbolo de la lujuria. Canción del marqués de Astorga, [ID1959]. Refrán ya citado en el juego del cancionero de Herberay des Essarts. azevo: Este árbol «estando todas sus hojas rodeadas y orladas con espinas, no se dexa tocar, o sea por el sabor dellas o de su fruto, que es áspero o azedo»; Cov., s.v. engañapastor: Se trata del chotacabras, gallina ciega o zumaya.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López cantaréis muy sin temor «Ell amor ha tales mañas»912 y el refrán con xaque dende: «Quien no asegura no prende»913. De otra señora.

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32. Vos tomad una higuera914, gentil dama, qu’essa os dan, y pues boláis la ribera sea ell ave un alcotán915, y pues, que sois la más bella, sed en algo piadosa, la canción va temorosa «Si en deziros mi querella»916 y el refrán: «Garrida dama responde a quien no te llama»917. De otra señora.

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33. Tomad vos, dama preciosa, un árbol de paraíso918, pues que a Dios le plugo y quiso que fuéssedes tan hermosa y un faysán919 os do por ave,

Es una canción de Florencia Pinar, [ID0768]. Véase O’Kane, p. 54. higuera: «De la hoja de la higuera, por ser áspera ella, ay un symbolo del que tiene una anguilla en la mano asida con ella, y sinifica el que está apercebido con prudencia y solercia, para que el caviloso y lúbrico no se le resvale y escape con cautelas y mañas»; Cov. s.v. higuera de Indias. Dioscórides, I, 145: «La higuera nunca jamás florece, y en lugar de flor produze luego su fructo». alcotán: Se creía que hacía perder el ánimo a las alondras o cogujadas; véase Covarrubias, s.v. alcotar. No se conserva el texto de esta canción, [ID6645]. Correas, p. 74, copia el refrán completo: «Ama a kien no te ama, rresponde a kien no te llama, andarás karrera vana». árbol de paraíso: Covarrubias, s.v. árbol, lo identifica con la alheña: «Las flores tiene blancas... y el fruto vacinia como vuitas negras». faysán: «Ave conocida y estimada por ser bocado de príncipe y servicio de mesa real»; Cov., s.v.

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la canción con gran tristura porque os haga más suave, «Presente pido ventura»920 que diréis a quien vos ame que «buey suelto bien se lame»921. De otra señora.

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34. Dama tomad un camueso922, y por ave un avión923, aunque muy livianos son para tan garrido seso, y será vuestra canción, dicha con boz lastimera, pues no hallo compassión, «Mi vida se desespera»924 y el refrán que a vos conviene: «Dezir beatus quien tiene»925. De otra señora.

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35. A vos, perfeta muger, un almendro926 se os presenta porqu’en vos sola s’assienta gracia, beldad y saber, y por ave un aguilocho927;

Canción de Tapia, [ID1080]. Véase O’Kane, p. 66. camueso: Es una especie de manzana, Dioscórides, I, 131, afirma que: «Entre todas las especies de las mançanas, es la más excellente aquella que llamamos camuesa en España. Porque aliende de ser aromática, es muy grata y sabrosa al gusto». avión: «Pájaro conocido, que por otro nombre se llama vencejo y arrixaque en arábigo. Díxose avión de aviar, por andar vía; anda de ordinario en el ayre y no se sienta en el suelo, por tener los pies muy cortos; es avecica peregrina, que viene a estas tierras los veranos y buelve a invernar a otras calientes»; Cov., s.v. Canción atribuida al cardenal Pedro de Mendoza y a Costana, [ID0152]. Correas, p. 351, recoge: «Beato kien posee, i garrotazo para kien demanda», «Beato kien posee, maharón kien demanda», «Beato kien tiene, maharón kien va a buskar». almendro: Alciato, Emblemas, p. 231, escribe sobre el almendro: «Desque te vi tan presto estar florido, / Los resabidos niños aborrezco, / Que sé que avrá su fruto de ir perdido». aguilocho: Especie de águila.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López la canción que se os embía «Por de más es la porfía»928 quien al piensa será tocho y el refrán: «Quien más os ladre es llamar al rey compadre»929. De otra dama.

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36. Dama de gracias complida tomad por árbol un prisco930, porque todas a barrisco* os tienen por muy sabida, por ave un averamía931, la canción que digo en veros «Tened mi fe por quereros»932 mas mi dicha lo desvía y el refrán que yo más sé: «Pensé cantar y lloré»933. De otra. 37. Vos tomad, señora, un texo934, por ave la cugujada935, porque nunca se os da nada de ningún ruego ni quexo,

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No se ha conservado el texto de esta canción, [ID6647]. Véase O’Kane, p. 203. prisco: Dioscórides, I, 131: «El prisco se usurpó el nombre dedicado a todo linaje, aunque corrompido de Pérsico. Llamamos priscos todos aquellos duraznos que no tienen la carne tan apegada al cuexo, que fácilmente no se pueda apartar». avemaría: Es una especie de lavanco o pato: «Otras [ay] que se ma[n]tienen a las vezes en el agua et a las vezes en el seco: así commo las garças pardas et blancas et rrubias, et abderramías»; don Juan Manuel, Libro del cavallero et del escudero, p. 53. Canción de Tapia, [ID1071]. Refrán documentado en Correas, p. 465. texo: «Árbol conocido y semejante a la haya, cuyas uvillas o bacas son venenosas, y particularmente en España»; Cov., s.v. Dioscórides, IV, 81: «El taxo narbonense tiene tanta vehemenctia, que offende gravemente a los que a su sombra duermen o asientan y aun muchas vezes lo mata... Sus hojas comidas de las bestias que nunca rumian, las mata; y no hazen daño a las otras, que suelen rumiar lo comido». cugujada: Véase esmerejón.

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y pues llenáis de boleo quantos en la corte son es muy justa la canción «En tal peligro me veo»936 y el refrán «¿Qu’está’n las salas? Cerezas y hadas malas»937. De otra señora.

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38. A vos, dama, se os publique que la dicha os da un rosal938, qu’es de todos como Enrrique entre blancas un real, y ell ave será un doral939 y un romançe verdadero de dolor muy desigual «Gritando va el cavallero»940 y el refrán de los antigos que «muchos son los amigos...»941. De otra dama.

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39. Pues vuestra merced meresce mayor bien que puedo daros, un mançano942 se os ofresce y ell ave quiero nombraros, ca de ser un anadón943, tomado por su figura,

Canción de Diego de Quiñones, [ID0781]. «Zerezas i hadas malas, pensáis tomar pokas i viénense hartas; o toman pokas i llevan hartas»; Correas, p. 298. rosal: «Dedicáronla a Venus por su hermosura, y por su suave olor; y no sin misterio, porque assí como la rosa en breve espacio se marchita, assí se passa el deleyte carnal, porque la rosa es symbolo del placer momentáneo»; Cov., s.v. El doral aparece en la corte de las aves en Elena y María. Romance de don Juan Manuel, [ID6329]. El refrán termina: «y muchos los escogidos». mançano: «Todas las especies de aquesta fruta, son por la mayor parte estípticas, frías y terrestres»; Dioscórides, I, 131. anadón: «Es lo mismo que ánade»; Cov., s.v.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López cantando por galardón «Maldita seas ventura»944 y el refrán sin poner dubda: «Más vale a quien Dios ayuda...»945. De otra dama.

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40. No quedés vos, noble dama, con quien no se pierde surco, sin un árbol que se llama d’entre todos el saúco946, una codorniz d’ogaño947 tierna y tal que deve ser cantando con gran plazer «Digas me tú el hermitaño»948 y el refrán deves mirar que «Por mucho madrugar...»949. De otra señora. 41. Un fresno950, dama, os presento con una grúa crescida951

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Romance anónimo, aunque LB1 lo atribuye a Pinar, [ID0756]. «que quien madruga»; véase Correas, p. 536. saúco: «Son plantas muy conocidas el saúco y los yerzos, y no menos útiles a la vida humana... Tienen la propiedad de mitigar los dolores de las juncturas y resolver toda hinchazón»; Dioscórides, IV, 175. codorniz: «Goviérnanse de gusanos & de semientes, & por ende defendieron los sabios antigos que non las comiessen, ca son aves que caen en pestilençia»; Libro del tesoro, p. 79. Se trata del Romanze de Lanzarote, [ID3711]. «no amanece más temprano». fresno: «Las hojas del fresno también son valeroso remedio contra el veneno de las enconadas serpientes: y tanto, que en lo que puede ocupar su sombra, nunca se vee jamás animal venenoso»; Dioscórides, I, 88. grúa: Se trata de las grullas: «ca sienpre la mayoral guarda a las otras que duermen, & aperçibe las que an de velar; & estan quedas en un lugar, & tienen sienpre sendas piedras en los piues, que non las dexa dormir. & van enderredor de las otras & guardan que les non pueda venir ningunt enbargo»; Libro del Tesoro, pp. 80-81. «Sobre esto nos dice el Fisiólogo que la grulla que vela por las demás es la prudencia, que debe guardar a todas las demás virtudes del alma; y las patas son la voluntad. Pues así como el hombre anda con los pies, el alma anda con la voluntad, de un pensamiento a otro; y el hombre va de una buena acción a otra»; Bestiario, pp. 86-87.

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y entre tanto el pensamiento piensa en qué serés servida, y el romançe que aquí os dan es aquél c’avéys oydo mucho triste y dolorido «Mal se quexa don Tristán»952 y el refrán dicho por nombre que «A las vezes lleva el ombre...»953. De otra dama.

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42. Aunque passa como sueño el hablar y el festejar, vos tomarés un cermeño954 porque no hallo c’os dar, con una cigüeña grande955 y un romançe por canción que publica la passión de la «Muerte d’Alixandre»956 y el refrán «Al qu’es de vida957 ell agua l’es melezina». De otra señora. 43. Vos tomad un duraznero958, señora que Dios os guarde, con un páxaro ligero que buela de tarde en tarde,

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No conservamos el texto de este romance, [ID6648]. «a su casa con que llore». cermeño: Especie de pera, que según Dioscórides, I, 132, como las otras: «aprietan y restriñen el vientre... por donde se deven comer tras las otras viandas». La cigüeña, según Covarrubias, s.v., simbolizaba la piedad, y también el verano. Romance de la muerte de Alejandro, [ID3712]. «Al ke es de vida, el agua le es medizina; i si es de muerte, no á menester ungente. Al ke es de muerte, el agua le es fuerte»; Correas, p. 42. duraznero: El durazno «llamóse pérsico, porque assí esta fruta y la demás de cuesco, como prisco, melocotón, albarcoque y otros, truxeron de Persia y transplantados acá fueron más sanos y más sabrosos. Y a esto dizen algunos que por su natural dureza al principio y dificultad de digerirse en el estómago los llamaron mala duracina, hasta que el cultivarlos e inxerirlos los ha hecho suaves, sabrosos y sanos»; Cov., s.v.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López y el vencejo959 c’os ha dado vuestra dicha que responde que cantéis de vuestro grado «Pésame de vos el conde»960 y el refrán «Hízonos Dios y maravillámonos nos»961. De otra.

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44. Vos tomad, dama señora, una enzina962 c’os contenta, porque viene tienpo y ora que su huego nos calienta, y ell ave un alcaraván963 y un romançe entristecido qu’es el de la «Reina Dido»964, donde sus llantos están y el refrán que ya sabés «Mal de muchos gozo es»965. De otra señora. 45. Vos tomarés una haya966 con un sacre967 y no mudado,

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vencejo: «Ave peregrina que se va a otra región los inviernos y buelve los veranos. Díxose assí porque tiene los piezecillos cortos, pero las uñas muy largas, y lo que aprieta lo tiene fuertemente»; Cov., s.v. Romance anónimo, musicado por Juan del Encina, [ID0811]. Lo recoge Correas, p. 589. enzina: «La enzina es un árbol harto conocido y produze las hojas semjantes a las del lauro, empero por el envés blanquezinas... La brasa de su carbón no da tanta pesadumbre al cerebro y dura un largo tiempo»; Dioscórides, I, 121. alcaraván: «Es ave conocida, que de ordinario anda cerca de las lagunas. Es el alcaraván de pequeño cuerpo y las çancas largas... en viendo al caçador o al gavilán, o otra ave de rapiña, da muchas vozes o gritos, con que las demás aves toman aviso y procuran escaparse, y él sólo queda por presa y le caçan»; Cov., s.v. Es el romance que comienza: «Por los bosques de Cartago», [ID4122]. Lo recoge, entre otros, Correas, p. 529. haya: «Produze la haya cierto género de vellotas, de las quales se mantenían los hombres antes que hallassen el uso del pan y de la carne»; Cov., s.v. sacre: «Especie de halcón»; Cov., s.v.

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señora, tan concertado que’n bolar nunca desmaya, y el cantar con gran dulçor un romançe aunqu’es antigo, que por mi passión lo digo «Rosa fresca y con amor»968 y el refrán «De cuentas viejas siempre vi barajas nuevas»969. De otra dama y haze fin.

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46. Vuestra merced no se dexe por árbol el del brasil970 con que después no se quexe que le cupo el más sotil, y por ave una picaça971 y un romançe de dolores, que’n passión se despedaça «Venid, venid amadores»972 y el refrán c’a muchos quema «Cada loco con su tema»973.

Romance anónimo, [ID0714]. Correas, p. 22, recoge: «A kuentas viexas, baraxas nuevas». árbol el del brasil: «Cierta madera de Indias muy pesada y de color encendido, como brasa; vanla gastando en asserraduras muy menudas o limaduras, y dan con ella color a los paños. La provincia de donde se trae esta madera se llama el Brasil, y della tomó el nombre»; Cov., s.v. picaça: Es la urraca, «en nuestro vulgar pega o picaza... Es gran bachillera quando el gavilán procura averla a las uñas, y házele mil burlas... La razón de averse llamado hurracas es porque qualquiera cosa que hallan, como la puedan llevar en el pico, la cogen y la esconden»; Cov., s.v. hurraca. Poema anónimo, [ID0883]. Correas, p. 377, recoge: «Kada loko kon su tema, i kada llaga kon su postema».

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§38a. Florencia Pinar (siglos XV-XVI)

Poco sabemos de esta escritora. Era hermana del poeta Pinar y parece haber vivido entre 1485 y 1510. Es la única poetisa cancioneril conocida del siglo XV. Sus canciones presentan rasgos originales que la diferencian de las obras de sus colegas. Sus poemas fueron agudamente comentados por Alan D. Deyermond,, «The Worm and the Partridge: Reflections on the Poetry of Florencia Pinar», Mester, VII (1978), pp. 3-8, Keith Whinnom, La poesía amatoria..., pp. 31-32 y Joseph Snow, «The Spanish Love Poet Florencia Pinar», en Medieval Women Writers, ed. by Katharina M. Wilson, Athens, The University of Georgia Press, 1984, pp. 320-332.

1. Canción de una dama que se dize Florencia Pinar974. [ID6240]

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¡Ay! que hay quien más no bive porque no hay quien d’ahí se duele; y si hay, hay que recele: hay un ¡ay! con que s’esquive que sin ¡ay! bevir no suele. Hay plazeres, hay pesares, hay glorias, hay mil dolores, hay, donde hay penas d’amores, muy gran bien si d’él gozares. Aunque vida se cative, si hay quien tal ¡ay! consuele no hay razón por que se cele,

En esta canción Florencia Pinar juega con las palabras ¡ay!, hay y ahí. Seguimos la edición de Keith Whinnom, La poesía amatoria..., pp. 54-55. En el verso 2 leemos ahí en vez de ¡ay!. Copias: 11CG-342 (125v), 14CG-359 (104r-v).

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aunque hay con que s’esquive quien sin ¡ay! bevir no suele. 2. Otra canción de la misma señora a unas perdices que la embiaron bivas975. [ID6241]

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D’estas aves su nación es cantar con alegría, y de vellas en prisión siento yo grave passión, sin sentir nadie la mía. Ellas lloran que se vieron sin temor de ser cativas, y a quien eran más esquivas, esos mismos las prendieron. Sus nombres mi vida son que va perdiendo alegría, y de vellas en prisión siento yo grave passión, sin sentir nadie la mía.

3. Canción de Florencia Pinar976. [ID0768] El amor ha tales mañas que quien no se guarda d’ellas, si se l’entra en las entrañas, no puede salir sin ellas. 5

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El amor es un gusano bien mirada su figura,

La poetisa juega con la palabra perdiz en los versos 10-11. En Brunetto Latini, Libro del Tesoro, p. 81, se destaca que «la perdiz es una ave en pos que van los caçadores muy de grado, por la bondat de la carne. Mas es mucho baratadera de luxuria...». Este simbolismo da un tono sensual al poema; en vez de sufrir únicamente por la pérdida de libertad, sufre también por su deseo erótico insatisfecho. Copias: 11CG-343 (125v-126r), 14CG-360 (104v). Nos encontramos aquí con una descripción muy gráfica del mal de amores. Esta canción fue citada en [ID6627] y glosada por Pinar en ID0769 (LB1-78, 11CG-878). Copias: LB1-77 (28r), 11CG-878 (185v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López es un cáncer de natura que come todo lo sano. Por sus burlas, por sus sañas, d’él se dan tales querellas que si entra en las entrañas, no puede salir sin ellas.

4. Otra suya977. [ID0766] Tanto más creçe el querer y las penas que sostengo, quanto más quiero esconder el grado que de vos tengo. 5

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El grado creçe mirando tanto que más os miro, y las penas sospirando si de vos mirar me tiro; ya no me puede valer que en punto de morir vengo quanto más quiero esconder el grado que de vos tengo.

5. Canción de Florencia a Pinar978. [ID0754] Hago de lo flaco fuerte, voy a lo más peligroso, quiero bolver a la muerte, puedo huir y no oso. 5

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La voluntad me condena, en ello consiente Amor,

El tema de esta canción es la timidez de la poetisa para con su amado. Para este recelo amoroso cpse. el poema de Santa Fe (19.6). Copia: LB1-75 (27r-v). Florencia Pinar dedicó esta canción a su hermano, que la glosó en ID0755 (11CG-883, 182rv, 12x10). El tema se relaciona con el refrán «hacer de tripas corazón». Copias: LB1-62 (25r), 11CG-883 (188r).

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do por averle temor hago del hilo la cadena; no contradize mi suerte, voy a lo más peligroso, quiero bolver a la muerte, puedo huir y no oso.

6. Glosa de Florencia979. [ID6407 M 6983] Será perderos pediros esperança qu’es incierta, pues quanto gano en serviros mi dicha lo desconcierta. 5

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Cresce quando más va más un quereros que me haze consentir, pues qu’a vos plaze, mis bienes queden atrás. Mas verés con mis sospiros la pena más descubierta, pues quanto gano en serviros mi dicha lo desconcierta.

Florencia, siguiendo la moda de su época, glosa un mote. Copias: 11CG-600 (144r), 14CG-646 (123r).

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§39. Comendador Román. Fechas: -1465-1474 1497-

En 1497 se declara criado de los Reyes Católicos; antes había estado al servicio del duque de Alba. Dirigió poemas a Antón de Montoro, Juana de Avís y Romero. En su amargo intercambio con Montoro éste habla de su origen converso [ID3021]. El poema «Honestísimo galán» [ID1931] demuestra que estuvo en Córdoba y que conocía al poeta Puertocarrero. Hacia finales del siglo compuso varias obras religiosas: La Resurrección de Nuestro Señor trobada [ID4325], donde cita a lo divino varias canciones muy populares a finales de la centuria; las Coplas de la Cena y Pasión de Nuestro Señor [ID4327], etc. 1. Glosa suya a una canción del Duque d’Alva que dize «Nunca fue pena mayor», y embióla al la reyna doña Juana, muger del rey don Enrrique y haze a ella estas quatro coplas980. [ID6180 I 2984]

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Alta reyna esclarescida, do toda beldad se dora, de bienes sin fin complida, de la Fortuna seguida, mas al fin d’ella señora, do la beldad es sin par, do las gracias tienen nombre, do los bienes de adorar no se pueden estimar por lengua ni mano d’ombre.

Años 1465-1474. La afirmación de que la famosa canción «Nunca fue pena mayor» es del duque de Alba parece sostener claramente su autoría. La referencia a la reina Juana de Avís indicaría que este poema se compuso posiblemente (pero no necesariamente) antes de 1474, año de la muerte de Enrique IV. García Álvarez de Toledo recibió el título de duque de Alba en 1465, y fue confirmado en 1472. Copias: 11CG-248 (112v), 14CG-257 (87v).

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Dizen que a vuestro oído agradó aquel dulçor de la canción del sentido famoso, franco, sabido, duque d’Alva, mi señor, por darle gracia famosa y favor demasiado, alta Reina gloriosa, que avéis pedido la glosa y que nunca os han glosado. E yo sabiendo lo tal en el caso que concluyo, alta Reina angelical, mostréme por principal porque soy criado suyo, no sallendo delantero de mil otros de consuno, antes simple postrimero, mas porque supe primero la causa qu’otro ninguno. Assí que Reina de Dios, hecha como de pinzel, si no sirviere a los dos, quiero contentar a él; quiero contentar a vos, no digo al merescimiento de vuestro real estado, mas a vuestro pedimiento, que si él no fuere contento por suyo seré penado.

1a. Comiença la glosa981. [ID2984 G 0670] Serviros y contentaros, contentaros y serviros, hazen mis tormentos claros, 981

Copias: 11CG-248 (113r), 14CG-257 (88r), MN19-66 (405r-406r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López claros para más amaros, amaros y no mentiros. Mas si vos con desamor no miráis el triste daño que me da cruel dolor, nunca fue pena mayor ni tormento tan estraño. Es donosa vida amando, padescer teniéndoos fe, vos mi mal dissimulando y que muera yo callando, sin saber nadie de qué. Pues vendido mi dulçor por un olvido tamaño, no puedo pensar temor que iguale con el dolor que recibo del engaño. Que si mi vida pensara en qué forma os sirviera, aunque más males passara, nunca me descontentara que penara o que muriera. Mas a mi gran sentimiento nunca vos mirar quesistes ni sentistes mi tormento, y aqueste conoscimiento haze ser mis días tristes. Yo bivo de vos quexoso, quexoso de gualardón, penado y nunca gozoso, cobdicioso y desseoso de ganar el coraçón, el qual penando sin tiento vos sin curar le hezistes, tengo d’ella sentimiento en pensar el pensamiento que por amores me distes.

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No por averos amado digo que tengo pesar, mas pesar de vuestro grado, porque no quede penado de más penado penar; que engaño al amador un punto le haze un año, pues qu’el penar por amor me haze aver por mejor la muerte por menor daño. Por este caso pensar desvaro los mis espantos, por servir sin contentar quedo yo so el un pesar y dessecho de mil tantos. Mas si vos de desamor vos vestís por lindo paño, más quiero partir amor qu’el tormento y el dolor que recibo del engaño. Alta reina y apurada, do la beldad se esclaresce, la canción va sentenciada y no va tan bien glosada como su causa meresce. Pero, Reina, donde están virtudes llenas de fe, en Alva me hallarán: mandad saber de Román, que yo só el que pequé.

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2. Coplas que hizo el Comendador Román a su amiga porque le dixo que se fuesse para feo982. [ID0265]

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Vos, mi dios por mi tristura, hecha para mi consuelo, a quien ofresció ventura más suma de hermosura que a los ángeles del cielo; si os quexo mi perdición que me dais con mala vida con tormentos y passión, vos tenéis cierto razón y yo salgo de medida. Vos formada de elemento luziente, llena d’aviso, que con vuestro nascimiento hezistes a Dios contento do estava en el paraíso; vos con tanta claridad que traspasa las estrellas, vos llena de onestidad, vos espejo de beldad en quien miran las bellas. Yo soy un rústico feo, un grossero, puro loro*, un turco, judío, guineo, desdonado sin arreo, una figura de moro. Fui yo nascido en las quiebras lleno de todo reproche, fui criado entre culebras y fui hecho en tiniebras muy más feo que la noche.

Es un ejemplo del humorismo poco conocido de los poetas del siglo XV. Ya hemos visto un claro ejemplo de Guevara, [ID0266]. Aquí se dan una serie de coplas muy divertidas de contraste entre las descripciones de su amada y los deformes autorretratos del poeta. Copias: PM1-14 (70r-73r), 11CG-247 (112r-v), 14CG-256.

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Vos por mano de Dios una sallida de venero, más temida que fortuna, más hermosa que la luna, muy más clara que luzero, criada para conorte d’esta vida qu’atalanta, emperadora de corte, muy más mirada que norte, más acatada que santa. Yo nascido de Luzbel, moro siempre por refrán, con mi cara de buriel*, sallido por Mongibel983, o si querés por Bolcán984, con forma de personaje más simple que las patrañas, más bastardo que bastaje, muy más bruto que salvaje y más que las alimañas. Vos presencia de temer, muy excelente figura, figurada con valer, llena de buena merescer y de gran desemboltura, imagen llena de adoro que todas beldades mata, arca de rico tesoro, muy más preciada que oro y más luziente que plata.

Mongibel: Nombre culto del volcán Etna. Bolcán: Se trata de Vulcano, isla del mar Tirreno, situada al sur de Lípari. Esta isla tiene un cráter volcánico mayor que el del Etna, y aparece citado con este volcán en muchos textos clásicos. Así tenemos dos ejemplos en Calderón: el primero en No hay instante sin milagro (vv. 1565-1566): «Qué Etna, / qué Vesubio, qué Volcán»; el otro en La vida es sueño (vv. 163-164): «En llegando a esta pasión, / un Volcán, un Etna hecho».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Yo grossero, yo muy frío, qual mi cara bien testigua, yo torpe sin alvedrío, yo figura de bugío*, yo presencia d’estantigua*, yo cara de sierpe fiera, yo tigre y tiro mortal, yo de diversa manera, yo espantajo de higuera, yo la visión infernal. Quando fustes engendrada vos mi bien y acá nascida, fue la gloria presentada, la holgura fue cobrada, la tristeza fue perdida. Nascistes con tal belleza que destruye mi salud, nascistes con la pureza, nascistes con la virtud. Nascí yo por mi ventura tan del todo desdonado, en un día de tristura, en un día d’amargura, en un día de cuydado, en un día de temor, en un día de tormentos, en un día de tristor, en un día de dolor y lleno de pensamientos. Ya vos, dada y propuesta con tanta solennidad, tan galana, tan dispuesta, tan hermosa, tan honesta, más buena que la bondad. Fustes vos mi bien nascida con dones tan escogidos, por milagro en esta vida para quantos son nascidos.

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Yo nascí con gran pedrisco qual por mí en son se trata, con cara hecha de trisco, con visión de basilisco que todas las gentes mata985. Parescí sin detenencia espantable como gomia*, cara propia de dolencia, figura de pestilencia, y más fea que la momia. Vos perla de discreciones sobre todas criaturas, venero de perfecciones que todas vuestras razones son açúcar y dulçuras. Vuestras penas son plazer, vuestros males son victoria, vuestra esperança es aver, vuestra pobreza es tener y vuestro olvido memoria. Paresció mi perfición tan cativa por mi suerte, de la color d’un carbón, que de ver vos mi visión ternéis presente la muerte. Mis glorias son tribulança, mis holganças son cuydado, mi esperar, desesperança y mi dicha, mi bien andança son desdichas, desdichado.

«Basilisco es el rey de las serpientes, & es asy lleno de venino que reluze todo de fuera; & la su catadura es toda veninosa... & de su veer quantos onbres vee, pero que dizen los antigos que non enpeçe aquel que vee primeramente el basalisco ante que el basalisco a el»; Brunetto Latino, Libro del Tesoro, pp. 72-73. En los bestiarios medievales se le consideraba como representación del diablo; Bestiario, pp. 160-161.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Vos, dama sin galardones, de mi triste padescer, ved qué razón de razones, ved qué lindas faciones tenéis razón de querer. Aunque si bien lo miráis, muy excelente señora, con mi muerte no ganáis, porque si vos me matáis, llamaros han matadora. Ved estas estremidades de mi gesto desavido, que con vuestras claridades y con mis disformidades haremos ombre partido; que si a vos paresciesse, con beldad más mataría, pues si de mi vista fuesse, por cierto yo me muriesse qu’a todos espantaría.

3. Román al dicho Montoro, porque se igualaba con él986. [ID3023]

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Hombre de muy malas gatas, de los vuestros muy mal quisto, llevaréis en las quejadas vos d’aquellas bofetadas que distes a Jesu Cristo; con las quales conoscerés quál la causa se disputa, y quizá qu’así estarés

En los poemas que siguen reproducimos un intercambio de insultos entre el Comendador y Antón de Montoro. Para este intercambio véanse Monique de Lope, «Sur un débat poétique entre Antón de Montoro et le commandeur Román», Écrire a la fin du Moyen Age. Le pouvoir et l’écriture en Espagne et en Italie 1450-1530, Aix-en-Provence, Université, 1990, pp. 253-267, y Victoriano Roncero, «Algunos temas de la poesía humorística de Antón de Montoro», «Nunca fue pena mayor...», pp. 576-577. Copia: MN19-135 (632r).

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con el señor que tenés a yo puta, mas tú puta987.

3a. Montoro a Román porque Román le dixo que no se debía igualar con él porque los grandes le facían más honrra que no a él le farían, sentándole a su mesa988. [ID3024 R 3023]

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Malo con quien a Dios pesa de mill leyes, vos decís qu’es grande presa que vos sienten a su mesa duques y condes y reyes, y qu’os han por Aníbal honrándoos con mucha lucia, pues la mosca muy asnal posa en el plato real989, mas no caresce de sucia. Embargador de mesón, a la paga muy trampero genovés, lavad ese camisón enorcado* de mal cuero que traés.

4. Respuesta del Ropero queriendo la paz con Román990. [ID3019 R 3018]

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Por vuestras letras pasé adornadas con virtud, dinas de creer sin ver y quando bien las tenté, d’embidia pura no pud’

Refrán, véase O’Kane, p. 197. Montoro contesta con la misma contundencia. Copia: MN19-136 (633r-v). Refrán; véase O’Kane, p. 193. Copias: MN19-131 (629r-v), 11CG-993 (227r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López acabarlas de leer, en las quales conoscí que mi poquillo saber menos puja, por donde, ¡triste de mí!, presto me cumple bolver al aguja. Vos el mejor que nasció, hombre de muy gran compás, con quien todos quieren paz no es razón que riña yo. Así qu’espejo de nos, pues mostráis tales razones, yo voto al cuerpo de Dios que nunca delante vos salga de coser jubones.

4a. A Montoro no queriendo paz991. [ID3020 R 3019]

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Recordá* Antón, que dormís, sois las islas de Guinea, o las momias d’Alanguís o la tierra de Judea con su cuento de rabís. 5 Vos, fiura de baúl, ombre de mala razón, bien sabéis qué es cinquipul*; aunque agora sois Antón, primero fuistes Saúl. 10

Copia: MN19-132. Montoro acusa a Román de converso. Copia: MN19-133 (630r-v). d’ellos: Se refiere a los judíos. Zaguí Merdul: Chiste evidente.

Respuesta de Montoro992. [ID3020 R 3019] ¡Pecador, d’ellos993 venís y de la más baxa ralea! De sus migajas venís catá qu’es cosa bien fea porque os contradecís, fijo de Zaguí Merdul994, subjete del Ray Faraón, ni judío ni gandul*, en tierra agena zanfón* y presumís mucho d’angul*.

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La poesía cancioneril. Antología 5. Pregunta de Romero995. [ID6526]

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Trobemos, señor, trobemos, no esté nuestro seso muerto; con razones naveguemos, pues que no nos faltan remos para salir a buen puerto; quanto más y más a vos, que de alto estilo discreto la lumbre sois entre nos, que si de buenos ay dos, vos tenés lo más perfecto. Al tema d’estos sermones, si vuestro querer quisiere, será dezir las passiones que de amor sin galardones recibe quien más le quiere. Y pues éste es pensamiento do pienso que pensáis más, pensemos algún assiento, que dé tiento al desatiento de su ciego descompás.

5a. Respuesta de Román. [ID6527R]

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6. Otra de Romero a Román996. [ID6528]

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Pero porque al desigual estorvo de ver mi dama ha sido tan criminal, que me ha hecho por mi mal no gozar en verde rama, y pues amor y criança os haze servir Amor,

Poner tan altos estremos donde está el saber discreto, es poder do no podemos, no querer lo que queremos, que concierta al desconcierto. Pero Dios y nos y vos, que saben d’este secreto, a vos, con vos y por vos, es cierto que hizo Dios curador de tal sugeto. Y pues en estas prisiones por mi mal mi vida muere, vuestras partes son tizones que a los duros coraçones sobre los muertos requiere. Y visto a mí que consiento verme muerto por jamás, ni sé, ni pienso, ni siento cómo pueda dar descuento en cuenta do quedo atrás.

6a. Respuesta de Romero. [ID6529R]

5

El Amor a la cabal entre dos texe su trama, dessear hazer igual, dessear porque el leal amador igualdad ama. Mas do sobra malandança como en vos, buen amador,

Este intercambio con Romero (un desconocido) presenta varios puntos de interés. Copia: 11CG-754 (156v-157r). Copia: 11CG-756 (157r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López yo sepa de vos, señor, del desseo y esperança, quál de aquéstos es mayor.

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7. Otra de Romero a Román997. [ID6530]

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el desseo es vencedor y las causas de tardança nunca dan sino dolor.

7a. Respuesta del Comendador998. [ID6531]

Mas si puso Amor firmeza tan sobrada en vos qual cuenta por la copla la tristeza que el dezir vuestro presenta, yo os presento esta quistión, 5 pues sabéis mejor saber: del sentir, si el coraçón siente bien de aquel plazer quando lega el galardón ¿de quién deve el merescer? 10

Yo solo sigo tristeza, pues que mi mal me contenta, y contento con crueza, lo que siento no se cuenta, porque do muere razón, queda muerto mi poder, pero d’esta perfección el temor de poder ver su victoria es el tizón que nos haze entristecer.

§39.a. Añadimos este intercambio entre Romero y fray Íñigo de Mendoza por ser una indicación de la reputación de mujeriego del confesor franciscano de la reina Isabel, y autor de una Vita Christi. Existe una amplia tradición paneuropea del fraile mujeriego, que también se da en España. Es muy probable que ID3772, MP4a134 (147v), unas coplas populares con música de Lagarto, se refiera a Fray Íñigo. D’aquel fraire flaco y cetrino, guardaos, dueñas, d’él, qu’ es un malino Ni dexa moça ni casada, beata, monja ençerrada que d’el no a sido tentada, y este’s su ofiçio de dontino

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De vidas ajenas enquisidor, de muchos famosos disfamador, pues di, de zizañas predicador, ¿siguió san Francisco este camino? Aunque le vedes flaquillo, echó en una dueña un frairezillo yo no quise ir a dezillo porque fui, señores, su padrino...

Copias: 11CG-758 (157r), 14CG-834 (137r) (versión cambiada, ya que el último verso es: «de quien ceva el coraçón»). Copias: 11CG-759 (157r), 14CG-835 (137r).

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1. Que fizo Romero a fray Íñigo porque un día le convidó el Abad de Valls que comiese con él y no lo acebtó porque estaba en casa de doña María Manrique, fablando con su hija doña Elvira999. [ID2989] y [ID2990R]

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Pregunta de Romero

1b. Respuesta de fray Íñigo.

Una ley que vos firmastes, señor Padre, que hecistes, vos primero la quebrastes que primero la complistes. Si dexáis por caridad, que es de nuestra ley centella, de comer con el Abad por folgar con la doncella.

Porque os contaron los trastes quando vos tañer quesistes, al albarda vos tornastes, pues all asno no podistes; y por cierto en la verdad, aunque me detenga en ella, mi deudo con su bondad condenan vuestra querella.

Que me acuerdo haber leído una obra santa vuestra, do se muestra y amonesta ser grand caso defendido en este mundo mundano, dueña que deba guardarse con el más lexos que hermano, ni con él nunca apartarse.

La razón que nos adiestra y mill veces ha rompido el cabestro que encabestra con nudo ciego el sentido, quien no le tiene en la mano no debe comunicarse, mas el llano por lo llano no yerra por pasearse.

Pues que tal doctrina dais que tan santo fin concluye, sois el doctor que culpáis y con su culpa se concluye que, segund el vulgo alega, de lo tal pueden contar, lumbre que a sí mesma ciega por los otros alumbrar.

Todo esto que me achacáis, que de la razón refuye, he miedo que lo digáis porque el gozo vos destruye, y que mucho vos desplega, no es de maravillar que la envidia a do allega sin fuego suele quemar.

Mas si esta ley non prende los de vuestra religión, la respuesta se atiende que declare esta razón,

Esta ley que nos defiende la mala conversación, por tal como vos se entiende que sois de tal condición,

Copia: MN19-74 y -75 (427r-429r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López que será gran bien sabello, pues sabida la tal ciencia, más fraires serán por ello que por cargo de conciencia.

que por el menor cabello prenderá tal pestilencia, pues a tal ombre ¡ni vello! hablando con reverencia.

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§40. Nicolás Núñez (siglos XV-XVI)

El artículo indispensable sobre este autor desconocido es el de Alan Deyermond, «The Poetry of Nicolás Núñez», The Age of the Catholic Monarchs, 1471-1516. Studies in Memory of Keith Whinnom, ed. de Alan D. Deyermond y Ian Macpherson, Liverpool, BHS, University Press, 1989, pp. 25-36. En este artículo se plantea el problema de las composiciones que se atribuyen a Nicolás Núñez y a Núñez, a secas, y si se trata de un solo poeta o de dos distintos. Deyermond sugiere que es posible que se trate de dos autores, pero los consideramos una sola persona. Nicolás aparece por primera vez como autor del Tratado sobre el que sant Pedro compuso de Leriano y Laureola llamado «Cárcel de amor». Este Tratado salió como continuación de la segunda edición de la novela de Diego de San Pedro en el año 1496, en Burgos (Véase Keith Whinnom, «Nicolás Núñez’s Continuation of the Cárcel de Amor (Burgos, 1496)», Studies in Spanish Golden Age Literature. Presented to Edward M. Wilson, ed. de R. O. Jones, London, Tamesis Books, 1973, pp. 357-366). Este libro contiene 23 letras de 2 o 3 versos, una canción y un villancico. Damos el texto de las dos últimas piezas.

1. Canción1000. [ID7521] No te dé pena penar, coraçón, en esta vida, que lo que va de vencida no puede mucho durar. 5

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Porque según es mortal el mal y se muestra fuerte, ¿para qué es tomar la muerte pues la vida es mayor mal?

Copia: 96NN-22 (i3r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Comiénçate a consolar, no muestres fuerça vencida, que lo que mata a la vida con muerte se ha de sanar.

2. Villancico1001. [ID7522] ¿Para qué es buena la vida si la muerte se tomar’ para mejor suerte?

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Quien muere muerte viviendo no haze mucho suffriente, mas el que bive muriendo sin la muerte ¿qué mal mi pena ay más fuerte? Quien puede soffrir su mal o quexallo a quien lo haze, con su mal se satisfaze su vida aunqu’es mortal, pero he dolor desigual de la muerte. ¿Quién lo sufre que no acierte?

3. Canción de Núñez1002. [ID0846] Ya no es passión la que siento sino gloria, pues que sé que puede sofrir mi fe la fuerça de mi tormento. 5

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No porque d’antes dubdava que fuesse mi fe menor, mas porque era mi dolor tan grande que me espantava.

Copia: 96NN-23 (i3v). El tema de esta canción es la gloria del amador apasionado. Copias: LB1-162 (44r), 11CG-376 (127v), 14CG-386 (106r).

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Dubdava mi sofrimiento no sabiendo lo que sé, no de ser poca la fe, mas de ser grande el tormento.

4. Otra canción de Nicolás Núñez1003. [ID0847] Si por caso yo biviesse esperaría morir, mas yo nunca vi venir muerte do vida no oviesse. 5

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Que si yo vida toviera, según es el mal tan fuerte, no es possible que la muerte alguna vez no viniera. ¡O qué dicha si viniesse para matar el morir, pues que no queda bevir que con la muerte muriesse!

5. Otra de Nicolás Núñez porque su amiga le dio una rosa1004. [ID6228] Rosa, si rosa me distes, tan grande gloria me dio qu’en tomalla se perdió la muerte qu’en verme distes. 5

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Lo verde me dio esperança, lo blanco me la negó; el sabor me seguró

Copias: LB1-163 (44r), 11CG-315 (124r) y -921 (199r), 14CG-334 (102v-103r) y 988 (199r). En los vv. 10-11, la segunda versión de 11CG y 14CG (en una glosa de Francisco Fenollete) invierte la secuencia morir / bevir. 1004 En este poema aparece el simbolismo de los colores: verde, esperanza, y blanco, inocencia, virginidad, y, por lo tanto, amor contrariado. Copias: 11CG-325, 14CG-344 (103v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López el temor de mi mudança. Ell olor vos lo posistes quando ell alma me bolvió, mas el coraçón sintió el dolor que vos le distes.

6. Canción de Núñez porque pidió a su amiga un limón1005. [ID6208]

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Si os pedí, dama, limón por saber a qué sabía, no fue por daros passión mas por dar al coraçón con su dolor, alegría. Ell agro tomara yo por más dulce que rosquillas, para sanar las manzillas que al gesto que me las dio, (de miedo no oso dezillas). Y pues vuestra perfectión en darme pena, porfía, no me doble la passión porqu’el triste coraçón no muera sin alegría.

7. Otro romance de Núñez1006. [ID6340] y la desfecha [ID1106] Por un camino muy solo un cavallero venía, muy cercado de tristeza

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En esta canción también se juega con el simbolismo de los colores. El color del limón en el verso 5 se identifica con la alegría, aunque su simbolismo verdadero era la desesperanza, pero lo agrio del limón le parecía dulce porque era el remedio para sus males (como lo era en la medicina) que le causó el gesto de su dama. Además, entra en el juego el sentido más coloquial del limón, como se aprecia en el verso 2. Véase Keith Whinnom, La poesía amatoria..., pp. 51-52 y 105-106. Copias: 11CG-286 (122v), 14CG-308 (101r). La desfecha se encuentra como villancico independiente del Comendador de Ávila en LB1-425 (110r). No es infrecuente el empleo de villancicos y cantarcillos populares o de otros poetas para

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y solo de compañía. Con temor le pregunté, con pesar me respondía. ¡Qué vestidura tan triste, que por dolor la traía! Díxome todo lloroso que su mal no conoscía, que la passión que mostrava no era la que padescía, que aquella vestía el cuerpo, la otra ell alma vestía. En su vista se conosce que mal d’amores traía; con los ojos lo mostrava, con la lengua lo encobría. Contento de su penar, su mal por bien lo tenía. Apartándose de mí, aqueste cantar dezía: «El menor mal muestra el gesto, qu’el mayor no lo consiente el dolor. La prisión que es consentida por parte del coraçón, es prisión que su passión jamás no halla sallida, porque la pena escondida con dolor, publicalla es lo peor».

la desfecha, procedimiento que nos recuerda las jarchas de las muwassahas árabes y hebreas. Nótese la mención del mal de amores en el verso 16. Copias: 11CG-470 (138r), 14CG-500 (116v), 17*RA-5 (4r-v), 20*DS-5 (3v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López

§41. Vizconde de Altamira (1458-1509)

Alfonso Pérez de Vivero, segundo vizconde de Altamira, fue hermano de Luis de Vivero, que también escribió poesía. El Vizconde mantuvo relaciones literarias con Pedro de Cartagena (1456-1486) y Garci Sánchez de Badajoz (1450?-1526?). Véase Juan Bautista Avalle-Arce, «El Vizconde de Altamira, poeta del Cancionero general» SHRL, II (Madrid, 1974), pp. 65-80, y Giovanni Caravaggi, M. von Wunster, G. Mazzocchi y S. Toninelli, Poeti ‘cancioneriles’ del secolo XV, L’Aquila-Roma, 1986.

1. Oración a su amiga1007. [ID0674]

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Señora de hermosura, camino de los errados, fuente do mana tristura, río do nacen cuidados, guía de los desdichados porque en el camino mueran, dolor que en ti esperan sin esperar ser remediados.

Texto de 11CG Señora de hermosura, guía de los desdichados, fuente do mana tristura y donde nascen cuidados, carrera de los errados que en el camino mueran, dolor de los que en ti esperan si piensan ser remediados.

2. Glosa d’esta copla1008. [ID1130 G 0674] Los presos de tu figura no esperan ser libertados,

1007

Este poema fue citado por Garci Sánchez de Badajoz en [ID0662], copla 17, puesto en boca del poeta. Copias: LB1-451 (116v), 11CG-89bis (52r). La versión de 11CG es distinta, y se da, además, una mezcla curiosa de variantes entre ésta y el poema con glosa de LB1. 1008 Copia: LB1-452 (116v-117r).

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Señora de hermosura, guía de los desdichados, que fueste por mi ventura para mí por mis pecados fuente do mana tristura y donde nacen cuidados. Y eres con los lastimados que por verte desesperan carrera de los errados porque en el camino mueran, y pues mis males se quedan, señora, en sin ser pagados, dolor que en ti esperan si esperan ser remediados.

3. Las horas de la pasión suyas1009. [ID1131]

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Señora, pues se muda mi dolor ni mi pesar, entended en la mi ayuda, no tardéis en me ayudar; si no en mi muerte no ay dubda, gloria sea al Padre, señora, que os hizo y a vos más, y la gracia que en vos mora, desde el comienço hasta agora y para siempre jamás. Sepa vuestra señoría, mi solo bien y señora, cómo en la noche y el día reparto cada qual ora

1009

Este poema se inserta en la tradición de las obras a lo profano, junto con la Misa de amor de Suero de Ribera y Juan de Dueñas, la Profesión a su amiga de Juan de Mena, [ID0842], o la Ledanía de amores de Diego de Valera, [ID0535]. Se basa en las horas canónicas: maitines, laudes, prima, tercia, sexta, nona y completas. Copia: LB1-453 (117r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López esta triste pasión mía, a los maitines llorando, a las laudes padeciendo, a prima mi mal pensando, a tercia desesperando, porque remedio no atiendo. A sesta viene un cuidado ravioso sin compasión, que me abre todo el costado en tres partes desdichado y me parte el coraçón; la una hizo la flecha del rezio braço de amor, la otra hizo sospecha que a mi vida más estrecha cerró vuestro desamor. A la nona aquí van mis días a fenecer, fiel y vinagre me dan para mi triste bever, y aún mi mal no feneciera porque aún no bien sepultado, y a cumpletas olvidado como si nunca naciera (faltan dos versos) -era -ado. Mi vida así fenecida en esta vida tan fuerte, cada día d’esta suerte me tornáis a dar la vida para darme mayor muerte; en esta muerte y pasión biviré que avéis oído, hasta que ayáis compasión o mudéis la condición que vos siempre avéis tenido.

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La poesía cancioneril. Antología 4. Otras suyas1010. [ID1132]

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¡O cativo desterrado de tierra de promisión! ¿Qué bien te puede haber dado que quando mejor librado no estés lleno de pasión, porque lo que ya perdiste no es cosa para hallar? Y sobre esto anda triste que lo que una vez viste no lo puedes olvidar. Y no tengas confiança en tu suerte ya perdida, que según tu mal andança (aquí falta un verso) -ida no son para una vida, porque la pena raviosa la vida corta y aprieta, quanto más que ay otra cosa que esperança tan dubdosa es desesperança cierta. Pues de tan grave prisión alivio me es el quexar, mas tan fuera es de razón que al quexar no ay coraçón que lo pueda comportar, porque el mal es con que agravia la causa d’este dolor, que en ningún sentido cabe ni la lengua dezir sabe de mis males el menor. Pues que mi coraçón partido tan quebrantado

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El poeta expresa otra vez sus sufrimientos amorosos. Copia: LB1-454 (117r-v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López sostiene contra razón, da lugar a la pasión que acabe ya su cuidado, porque aqueste acabar d’esta vida lastimada paréceme que es ganar, del mal el menos tomar1011, pues la vida no gana nada.

5. Otras suyas1012. [ID1133]

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Abrid, coraçón, abrid los ojos del sentimiento y llorad el perdimiento del sin ventura de mí, que viendo que me despide y cómo yo me despido, si a mi vida muerte pido, bien veréis si razón pide el despido. ¿Qué igualdad avrá de males aquel a quien diga Dios: «Ite maled[icti] vos» a las penas infernales? Ansí triste sin ventura, a quien yo jamás erré, me ha embiado sin mesura ado el más plazer que avré será tristura. Pero pues que vos contenta, hago comigo este cuento: que me vi en el monumento del dolor que me atormenta,

Esta frase proverbial la cita, entre otros, el Arcipreste de Hita, 1617c: «del mal tomar lo menos, dízelo el sabidor». Según anota Alberto Blecua en su edición, p. 419, Cicerón atribuye esta frase a Aristóteles.

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adonde ya sepultado porné letras que se entienda, quien no quiere ser burlado, de pardillo y leonado se defienda. Porque tengo conocido que después que yo vos vi, me distes por despedido do sin vos era sin mí; pues d’entonces hasta agora, y de agora para siempre, me parto de vos, señora, a do de mí no se os miembre sola un ora. Aunque d’esto que vos pido bien seguro estó do voy, quanto más tan lexos ido do el viento de mis velas desamor de fuerça lleno (aquí falta un verso) -elas lexos deve ser su dueño1013, quanto más lleno d’espuelas y sin freno.

6. Otra del vizconde de Altamira1014. [ID1136] En dos cuidados guerreo que me dan pena y sospiro: el uno quando no os veo y el otro quando vos miro. 5

1012

Mirándoos de amores muero sin poderme remediar,

Copia: LB1-455 (117v-118r). Refrán recogido en el Teatro Universal, p. 211: «Donde no está su dueño está su duelo». 1014 Copias: LB1-458 (118r), 11CG-366 (127r). 1013

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López no os mirando desespero por tornaros a mirar; lo uno crece en sospiro, lo otro causa desseo, de que peno quando os miro y muero quando no os veo.

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§42. Los Soria (siglos XV-XVI)

Soria compuso una copla dirigida al almirante Fadrique Enríquez. Si es el Diego de Soria de las coplas dedicadas a César y Lucrecia Borja, podemos fechar uno de ellos [ID2032] en 1509. Existe además otro Soria: Antonio de Soria, con obras fechables en 1476, -1509- 1515, que tiene también composiciones en el nuevo estilo italiano, fechables entre los años 1530-1540, y que podría ser un hermano.

1. De Soria1015. [ID1845]

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Veros y después oíros son señales que mostráis, que vos los vivos matáis, y los muertos dan sospiros porque no están donde estáis. Los que no saben la pena que nasce de aquella gloria que de miraros se ordena veros an por dicha buena, y oíros por vitoria. Mas yo que supe sentiros conoscí lo que calláis: que vos los vivos matáis, y los muertos dan sospiros porque no están donde estáis.

Copia: SA10b-184 (155v).

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2. Otro suyo1016. [ID3468] Encúbroos el mal que siento, porque hallo que más sirvo quando callo.

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Mi triste pena mortal tal se calla qual se siente, aunqu’el mal que se consiente no puede ser mayor mal. Callo porque sois vos tal que no hallo mayor bien qu’el mal que callo. Yo quiero qu’esté callada ésta mi penada vida, y pues vos soys bien servida ella está mejor librada. Y allí es bien aventurada quando callo, pues mayor servicio os hallo. Mirad el fin por que muero quánto sabe merescer, que no os quiero yo querer, sino sólo porque os quiero. Otro bien yo no le espero ni le hallo, ni consiento en desseallo.

En MP7-46 (236v) aparece como anónimo con tres coplas, de las cuales sólo la tercera corresponde a la primera de 11CG. El estribillo es distinto: «El mal que siento os encubro / que no quiero publicallo, / pues más sirbo cuando me callo». Hay una versión con música de Flecha en BC1b-120 (190r): «Encúbrase el mal que siento / porque allo / que más sirvo quando callo. // Vivas llamas de amor / abrasan mis entrañas / y sus cruezas estrañas / me doblan el dolor / y con tanto disfavor / a mi cuenta...». Es probable que sólo las coplas sean de Soria. Copias: 11CG-656 (148r), 14CG-727 (127v).

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La poesía cancioneril. Antología 3. Glosa de Soria1017. [ID4157 M 3671]

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Sola sois vos quien podés hazerme alegre de triste, pues tan penado me ves, señora, si possible es, transeat a me calix iste. Mas si algo os satisfaze esta mi muerte, mirad mi gran querer lo que haze, que si a vos plaze, a mí plaze cumplir vuestra voluntad. Mas antes mirar devés, si el dolor qu’en mí consiste vos remediarle querés, mas si possible no es, maneat in me calix iste.

4. Otro mote de Soria y glosa suya1018. [ID6420 M 6588] Los comienços una vez mire quien discreto fuere, que de la fin qual viniere la ventura es el juez. 5

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1017

Los principios quien procura de la razón no fallezca, después obre la ventura lo que mejor le parezca. De mil vezes una vez lo que la razón rigere, la ventura no lo quiere como abogada y juez.

De nuevo una hipérbole sagrada, en este caso como glosa de un mote. Copias: 11CG-601 (144r), 14CG-648 (123r). 1018 Copias: 11CG-616 (145r), 14CG-670 (124r).

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5. Otras suyas a una señora la qual por devoción dava bueltas al derredor de una iglesia1019. [ID6628]

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Bueltas de todo plazer embueltas en afición, di bueltas al coraçón, rebueltas en padescer. Y a cada passo que dava m’embolvía y anudava en pena tan desigual, que m’espanto qu’este mal al punto no me matava. Y las que vos ofrecistes fueron también a mi vida una pena dolorida, qu’en sólo veros me distes. Assí que todas las bueltas ivan bueltas y rebueltas en congoxas para mí, y de suerte me prendí que nunca las veré sueltas.

6. Otras suyas a un amigo suyo que le preguntó qué passión tenía1020. [ID6631]

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La causa de mi passión negárosla, cavallero, parésceme indiscreción, porque la consolación de vuestra mano la espero, porque del mal que yo muero, si vos no me dais consuelo, que a todo’l mundo le dais, si vos no me remediáis, de bevir tal vida apelo.

Copias: 11CG-865 (182r), 14CG-931 (157r-v). Copias: 11CG-868 (182v), 14CG-934 (157r).

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Sabed que son mis dolores (remediad pues sois discretos) los que más matan d’amores y quantos son más mayores, más están en mi secreto, porque el gran merescimiento de la dama que no cuento (aquí concluyo y perdone) en más silencio me pone quando mayor pena siento.

7. Esparsa suya1021. [ID6635]

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Con mi raviosa passión, os quiero dar un consejo de mucha contemplación, tomalde con devoción para vos, luziente espejo1022, pues a mí que tanto os quiero con amor muy verdadero, me tenés tan olvidado. No toméis nuevo cuidado, no muráis de lo que muero.

8. Soria al Almirante que le imbió una rana y un sapo y un mochuelo1023. [ID2086]

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Otra trinidad hallamos, acá baxo en este suelo, de rana, sapo y mochuelo y ésta en vos la contemplamos. Ay otra dificultad sin remedio,

Copias: 11CG-872 (182v-183r), 14CG-938 (158r). Este verso parece derivar del refrán: «No hay mejor espejo que el ojo del amigo viejo». 1023 Esta copla de Soria es otro ejemplo de los ataques contra el Almirante por ser de pequeña estatura. Copia: MP2-272 (231v-232r). 1022

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López que en la baxa trinidad no sois uno, sino medio.

9. Canción de Soria1024. [ID6812] El si, sí, el cómo no sé d’esta tan ardua quistión, que no alcança la razón adonde sube la fe. 5

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1024

Ser Dios hombre y hombre Dios, ser mortal y no mortal, ser un ser estremos dos, y en un ser no ser igual, es siempre, será, no fue, siempre fue y siempre son, siempre son, mas no d’un son, y aquí la razón es fe.

A pesar de sus poemas de hipérbole sagrada, Soria también compuso obras religiosas. Esta canción presenta la curiosidad de la utilización de fórmulas de la casuística cancioneril en un discurso sobre la Trinidad. Copia: 14CG-51 (15r).

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§42a. Antonio de Soria (fechas 1476- -1509- -1515-)

Este poeta es un autor de transición. La gran mayoría de sus poemas pertenecen al estilo cancioneril, con varias coplas a estribillos populares, pero tiene sonetos y una Canción hecha a la manera de las de Italia. Por las fechas que podemos deducir tiene que pertenecer a la misma generación de Boscán. Sin embargo, la posible confusión es enorme: ¿hay más de un Antonio o Antón de Soria?

1. Villancico de Antonio de Soria1025. [ID1997] Velador qu’el castillo velas, vélale bien y mira por ti, que velando esas almenas me perdí. 5

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No pienses que por rondar bien las almenas y muro estás de muerte seguro. Si a ti no sabes velar, de dentro te has de guardar, créeme a mí, que velando esas almenas me perdí. El castillo guarda, hermano, de los qu’están dentro d’él, y a ti de mirar en él lo que desearás en vano. Consejo te doy más sano

Copia: MP2-166 (180r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López que le tomo para mí, pues velando esas almenas me perdí. El velar es tan estraño en el castillo do estás, que quanto velares más, te causará mayor daño. En el bien está el engaño, créeme a mí, que velando esas almenas me perdí.

2. Villancico del mismo1026. [ID2001] Niña, erguídeme los ojos, que a mí enamorado me han.

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De los muertos hacéis vivos y de los libres captivos, no los alcéis tan esquivos, que en vellos me matarán. Niña, erguídeme los ojos, que a mí enamorado me han. No los alcéis desdeñosos sino ledos y amorosos, que mis tormentos penosos en vellos descansarán. Niña, erguídeme los ojos, que a mí enamorado me han.

Copias: MP2-171 (181r), MP4d-312 (72, 58) (50v) invirtiendo las dos coplas, con música de Peñalosa, MP4f-369 (108, 59) (66r) sólo el primer verso con música anónima, y MP4h-519 (403, 60) (265r) el estribillo y la segunda copla con música de Alonso. El estribillo podría ser de otro poeta.

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3. Copla de Antonio de Soria1027. [ID2034]

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No sé yo tal cirujano que en esta llaga de amor sepa bien poner la mano, pues amores y dolor no dexan al hombre sano. Mal es que no tiene cura, si no se ataja en nasciendo, y esto házenlo muy pocos, porque el mal que es de locura, como lo están padesciendo, no lo conoscen los locos.

4. Esparsa hecha al Duque de Villahermosa quando casó con María del Soto1028. [ID2035]

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1027

Sepa el Rey y sepan todos, quantos en su corte son, que por muy ceviles modos doña Endrina y don Melón se casan hasta los codos. Don Melón es de Guisando a guisa de cocatriz, doña Endrina y su nariz han de andar siempre picando entre el cuero y la cerviz.

Otro poema de vocabulario médico-amoroso para definir el amor. Es de notar que los médicos en esta época sólo recurrían a los cirujanos cuando no había otro remedio. Copias: MP2-218 (222r-v), TP2-11 (392v). 1028 Año 1476. Se trata de Alonso de Aragón, hijo natural de Juan II de Aragón y conde de Ribagorza, que recibió el ducado de Villahermosa en 1476. La referencia a don Melón y doña Endrina indica el conocimiento del Libro de Buen Amor en los círculos cortesanos. Copias: MP2-219 (222v), TP2-12 (392v).

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5. De Antonio de Soria al Conde de Haro porque le imbió a mostrar unas coplas muy frías que avía hecho al Rey de la Magestad1029. [ID2060]

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Vuestras coplas tales son, yo os quiero desengañar, que será buena oración que toméis por devoción, señor, de nunca trobar; y si este desvarío os viniere a tentar más, dezid: «Vade Satanás, no me tientes de ser frío».

6. Otra suya al mismo señor porque le imbió a mostrar unas coplas que avía hecho1030. [ID2065]

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Más mancilla os he, señor, que no embidia en el trobar, porque ser mal trobador, nunca vi yerro mayor ni menos de perdonar; y pues esta poesía es sciencia que se os esconde, si más vuestra señoría en hazer coplas porfía, «pésame de vos el Conde».

Copias: MP2-244 (226v), TP2-34 (395v). Otra vez la copla va dirigida al Conde de Haro. El verso final es una cita humorística del romance [ID0811]. Copias: MP2-249 (229r), TP2-42 (396v).

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7. Del dicho al Almirante porque l’embió unas coplas qu él avía hecho a su amigo, en que le dezía que en su mal avía crezente y menguante, como en la mar1031. [ID4391]

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Quando el mal fuere menguante, harto deve ser pequeño, si no está llano su dueño, siendo el señor Almirante; y aunque cresca cada día, si no ay más do se estender, muy grande no puede ser, pues a vuestra señoría nunca le vemos crecer. Mas muchas vezes Amor, por mostrarnos lo que sabe, lo que en el mundo no cabe lo encierra en un arador, y pone mucha grandeza en pequeña proporción, como quien en perfeción en un cuesco de cereza nos dibuxa la pasión.

Otro poema sobre el Almirante y su pequeñez. Copia: TP2-40 (396r).

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§42b. Diego de Soria (fechas -1509-)

Tal vez sea hermano de Antonio de Soria, desde luego son contemporáneos.

1. Copla de Diego de Soria en loor de la Duquesa de Ferrara que llamaron Madona Lucrecia1032. [ID2030]

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No os alabo porque sobra lo que sois a lo que siento, que querer començar obra do no alcança el pensamiento, pérdida es que no se cobra. Y pues de quedar confuso no s’escusa si os alabo, alábeos quien os compuso, que sabed que yo no uso dar comienço do no ay cabo.

2. Otra suya al duque Valentín1033. [ID2031] El mundo pide y dessea de teneros por señor, porque a él le está mejor

1032

Según MP2 y TP2 el poema va dedicado a Lucrecia Borja, duquesa de Ferrara desde 1505, muerta en 1519. Sólo MP2 da el nombre de Diego, TP2 dice Soria a secas. 11CG y 14CG incluyen la copla entre las obras de Soria, sin título específico. Copias: 11CG-873 (183r), 14CG-939 (158r), MP2-214 (221v-222r), TP2-8 (392r). 1033 Año 1499-1509. César Borja se hizo duque de Valentinois en 1499. Copias: MP2-215 (222r), TP2-9 (392r).

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que no a vos en que assí sea; y esta mi nueva qüestión no tiene contrario objeto, que vos sin él sois perfeto y él sin vos sin perdición.

3. Otra suya que puso sobre la sepoltura del duque Valentino1034. [ID2032]

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Aquí tiene poca tierra el que toda le temía, en esto poco s’encierra el que la paz y la guerra del mundo todo tenía. ¡O tú que vas a buscar cosas dinas de mirar, si lo mejor es más dino, aquí acabas tu camino, de aquí te puedes tornar!

Año 1509. César Borja murió en una guerra en Navarra en 1509. Copias: 14CG-941 (158v), MP2-216 (222r), TP2-10 (392r).

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§43. El Comendador Escrivá (siglos XV-XVI)

Pirro Luis Escrivá, poeta valenciano, escribió en castellano y en catalán. Fue comendador de la orden de San Juan de Jerusalén. Estuvo en Nápoles como arquitecto militar a las órdenes del virrey Pedro de Toledo. Murió a mediados del siglo XVI.

1. Canción del Comendador Escrivá1035. [ID6278] Ven muerte tan escondida que no te sienta comigo, porque’l gozo de contigo no me torne a dar la vida. 5

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Ven como rayo que hiere, que hasta que ha herido, no se siente su ruido por mejor herir do quiere. Assí sea tu venida, si no desde aquí me obligo que’l gozo que avré contigo me dará de nuevo vida.

Es la composición más famosa del Comendador. Copias: 11CG-392 (128v), 14CG-397 (106v).

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2. Coplas del Comendador Escrivá a un villancico viejo que dize1036. [ID6865 E 6866] Los cabellos de mi amiga d’oro son, para mí lançadas son.

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Rayos son qu’ell alma encienden de llamas que no se matan, lazos tienen con que atan los que más se les defienden; no tienen los qu’ellos prenden defensión, para mí lançadas son. Y si los está peinando en lugar que pueda vellos, veo en cada uno d’ellos estar mi vida colgando; veo qu’están relumbrando el coraçón, para mí lançadas son. En mirallos conoscí ser mi muerte en su desvío, pues vi el nombr’en favor mío y sus obras contra mí. Cabellos, lexos me vi gran passión, tal nombre y tal condición.

De nuevo, tenemos un villancico popular empleado como estribillo por un poeta. Copias: 14CG-759 (130r), 20*RT-3 (3r).

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3. Una nao de amor hecha por el Comendador Escrivá1037. [ID6893]

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De vida desamparado, pues no me quiere la muerte, ¿qué haré lleno de tanto cuydado? Con tan desdichada suerte ¿dónde iré? ¿Qué haré sin veros yo? ¿Adónde podré llegar que no sospire? Pues no viéndoos el que os vio, ¿qué verá sino pesar doquier que mire? ¿Qué verá sino tormento? ¿Qué verá sino tristura con enojos, aunque’l triste pensamiento figure vuestra figura ante sus ojos? Porque’l bien que sentirá mientra delante os tuviere en contemplaros, doble pena le dará quando tan lexos se viere de miraros. Y con esta pena mía, partido de mí y d’olvido tal me siento, que la triste fantasía me haze buelto y partido en un momento; y pues vos sola causáis

El tema se relaciona con el soneto CLXXXIX de Petrarca: «Passa la nave mia colma d’oblio»; también puede estar relacionado con La nao de amor, de Juan de Dueñas, [ID0032]. Las imágenes marineras son frecuentes en la poesía del siglo XV. Copias: 14CG-1023 (185r), 17*CO-2 (3v-4r). 17*CO es un pliego suelto que reproduce el texto de 14CG.

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Voy por marinas riberas que llorando haré crecer con gemido, dando quexas verdaderas de vuestro desgradecer no merecido; la nao, señora, será d’un contino pensamiento muy guerrero, y el árbol qu’ella terná de leño de sofrimiento todo entero.

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Cuyas entenas serán d’estas tres pieças juntadas sin engaño, de fe, memoria y afán que jamás fueron quebradas por mi daño, las velas de dessear que d’aire de mis sospiros irán llenas, mal se podrán amainar pues las subió mi serviros con mis penas.

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La gavia mi fantasía en lo más alto assentada tan senzilla, que cada hora del día me la veo derribada

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estos estremos que digo donde estoy, gran razón es que sepáis en el camino que sigo cómo voy.

Por esta copla sabemos que Escrivá tenía relaciones con la corte valenciana. Copia: 14CG-1025 (185v) (1x10).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López por subilla; la xarcia son mis cuydados que sin ellos no camina el pensamiento, y éstos siempre van doblados tanto que se desatina el sofrimiento. El timón la voluntad que a sólo veros me obliga y a la muerte tras un norte de beldad que mill vezes pierdo el día por mi suerte; los castillos las cubiertas muy floxos, muy derribadas, porque son de las tristes obras muertas que vos tenéis olvidadas sin razón. Las áncoras d’esperança en cient mill partes quebradas que no vieron en ningún tiempo bonança ni en fortuna siendo echadas no tuvieron; d’esta manera que veis parto do nunca partí qu’es do quedáis, dexando como sabéis la mayor parte de mí do vos estáis. Y pues parto por mi suerte donde ell alma vida y gloria se m’esquiva, siendo en vos mi vida y mi muerte, biva yo en vuestra memoria por que biva.

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4. Copla sola suya, porque yendo las damas de la señora reyna de Nápoles a monte no hizieron caça1038. [ID6895]

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Las damas que a monte fuistes vosotras solas caçastes, pues los ciervos que matastes fueron almas que prendistes de quantos allí mirastes, de suerte que se hizieron dos casos bien denodados, sin las vidas los que os vieron y en lugar de los venados los caçadores caçados.

5. Copla sola suya porque vido a su amiga peynándose al sol1039. [ID6897]

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Yo vi al sol que s’escondía d’embidia de unos cabellos, y a los dos nos pesó vellos a él que su luz perdía, y a mí en ser tan lexos d’ellos no me puso espanto cierto el ver quán presto cegó, mas que d’allí no quedó para siempre ciego y muerto como yo.

6. Otra suya1040. [ID6907]

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Dorar el oro, a mi ver, con el cobre es muy gran falta, ni poner con rosicler lo que con vidro s’esmalta, los que con lengua mortal te loamos,

Copia: 14CG-1027 (185v) (1x10). Copia: 14CG-1037 (186v) (1x10).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López vidro es con que esmaltamos, tú el esmalte angelical, tú el oro que doramos con metal.

7. Copla sola d’él embiando unas cerezas a una dama y eran amargas por no estar maduras y eran verdes y coloradas1041. [ID6898]

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La fruta que se os dará, señora, de parte mía si amargo sabor terná, la causa es porque será conforme con quien l’embía; sus colores no os embío porque no las hallo en mí, que después que un gesto vi que me hizo no ser mío, las perdí.

Otra composición cuyo tema es el simbolismo de los colores. Copia: 14CG-1028 (185v) (1x10).

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§44. El Almirante Fadrique Enríquez de Cabrera (¿1460?-1538)

Fadrique Enríquez de Cabrera, Almirante de Castilla desde 1485 y conde de Módica y Melgar. Gobernador del Reino en 1520 durante la ausencia de Carlos, que provocó la sublevación de las Comunidades. La actuación posterior del Emperador decepcionó al Almirante, que sufrió una crisis espiritual. En su corte de Medina de Río Seco fomentó una tertulia literaria a la que concurrieron: el músico Gabriel, el contador Santisteban, el poeta Quirós y los médicos Villalobos y Melgar. Escribió una serie de preguntas de tema espiritual dirigidas a fray Luis de Escobar, que fueron recogidas en las Respuestas quinquagenas, publicadas en 1526. Muchos de sus contemporáneos se burlaron de él por su baja estatura. En 1517 Antonio de Obregón le dedicó su traducción de Los seis triunfos de Francisco Petrarca. Véase Juan Bautista Avalle-Arce, Cancionero del Almirante don Fadrique Enríquez, Barcelona, Quaderns Crema, 1994.

1. Otra canción del Almirante1042. [ID6259] Quando de vos me partía, no morir me dio señal que la triste vida mía se guarda para más mal. 5

1042

Y si por vos se m’alexa vida de congoxa y pena,

Es una canción típica de la corte de los Reyes Católicos. Fue citada por Garci Sánchez de Badajoz en [ID0662]; también la citó Gracián en su Agudeza y arte de ingenio, I, pp. 243244: «Por sí sola, aunque no se socorra de otras agudezas, campea mucho esta especie por la valentía de la ponderación encarecida. ¿Qué mejor se pudo decir de lo que en ésta el Almirante de Castilla?: Cuando de vos me partía, / No morir me dio señal, / Que la triste vida mía / Se guarda para más mal». Copias: 11CG-370 (127v), 14CG-382 (105v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López quanto fuere más anexa la terné yo por más buena; assí que si se desvía la Muerte viéndome tal, es porque la vida mía se guarda para más mal.

2. Del Almirante de Castilla a don Joan de Mendoça viéndole un día rapada la barba porque se parecían muchas arrugas en el rostro1043. [ID2048]

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Sostener la gentileza con tan flaca fortaleza téngolo por cosa vana, porque por la barbacana la dará naturaleza. Así quedará la gala con deffensa harto mala, y de ser hondo el fossado, también servirá d’escala por parte de lo arrugado, si el combate es apretado.

2a. Respuesta de don Joan de Mendoça echando la culpa d’esta copla a dos criados del Almirante que el uno escrivía muy bien y el otro trobava mejor1044. [ID0249 R 0248]

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1043

De la copla que me toca no es vuestro más del papel; oyo la voz de Gabriel, siento las manos de Coca. No es mucho que me ganés, pues no me vale remedio,

En esta humorada el Almirante juega con barbacana / barba cana. Copias: MN6e-119 (353v), MP2-262 (230v). 1044 La respuesta de Juan de Mendoza acusa al Almirante de haber sido ayudado por dos criados suyos en esta copla. Copias: MN6e-120 (354r), MP2-263 (230v).

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trobando contra mí tres, o a lo menos dos y medio1045.

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Llegáis a la barbacana de la cerca no curáis, podrá ser que no salgáis con la persona muy sana. Con todo estaréis seguro por ser pequeño el terrero, aunque tire el ballestero muchas vezes desd’el muro. El travajo será en vano, no sacaréis fruto d’él; queréis llegar con papel do no alcançáis con la mano; que quien a la barba toca deviera de parar mientes qu’está cerca de la boca y la boca de los dientes.

3. [ID4394]. El Almirante embió al doctor Villalobos unos pies de puerco y con ellos esta letra: «Estos pies de puerco tome / el señor que no los come». Respuesta: «Le bolvió el doctor la letra mesma añadida una .D. al segundo verso»1046.

4. Motes que el Almirante de Castilla embió a los galanes y damas desde una su villa y dizen que se fallaron escriptos en un mesón1047.

1045

Está claro que este medio es el Almirante. Otro chiste del Almirante contra el doctor Villalobos, converso. Se trata del licenciado Francisco López de Villalobos (1469- c.1535). También le dirigió un mote, que editamos a continuación. El licenciado Villalobos fue autor de un tratado de medicina en versos de arte mayor: El sumario de la medecina con un tratado sobre las pestíferas bubas (Salamanca, 1498), ed. de María Teresa Herrera, Salamanca, Universidad, 1973. 1047 Londres, British [Add. 28709], 62 folios, contiene un Tratado de montería, siglo XV (edición de Alfonso de Mariátegui y Pérez de Barradas, Duque de Almazán, Tratado de montería del siglo XV, Madrid, 1936). Los dos folios finales copian unos motes del Almirante de Castilla que dan una buena idea de lo que era el motejar. Datan de los primeros años del siglo XVI (antes de 1516), y se refieren a personajes de la corte real. 1046

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4a. [ID6965]: LB5-1 (61v). En nombre del rey porque doña Beatriz Ricarte a quien él servía se desposó: «No quiero del ‘No’ quexarme / pues el ‘Sí’ vino a matarme».

4b. [ID6966 S 6965]: LB5-2 (61v). En nombre de doña Beatriz Ricarte: «Inés, vuestro ‘Sí’ me desculpa, / el mío queda sin culpa».

4c. [ID6967 S 6965]: LB5-3 (61v). Don Pedro de Mendoça que servía a esta misma dama y es un ombrazo feo y ve poco: «La perdí yo por no vella, / y no porque me vio ella».

4d. [ID6968 S 6965]: LB5-4 (61v). El conde de Benavente que sirve a doña Isabel de Salazar y es enfermo de los riñones: «Lo más grave de mis penas / es corrimiento de arenas».

4e. [ID6969 S 6965]: LB5-5 (61v). Su amiga. «Villalobos sabrá cierto / quál dolor os tiene muerto». Nota del copista: «Este Villalobos es un físico de la corte».

4f. [ID6970 S 6965]: LB5-6 (61v). El Conde de Aguilar porqu’es cerviztuerto: «Quienquiera puede levalla, / qu’en los condes por contrechos / perdemos nuestros derechos».

4g. [ID6971 S 6965]: LB5-7 (61v). Don Pedro Girón porque es enfermo de la ijada: «No tiene amores quien ama / porque el mal de la ijada tiene / mayor fuerça quando viene».

4h. [ID6972 S 6965]: LB5-8 (61v). Su amiga. «Lo que mi servidor siente / cúralo un paño caliente».

4i. [ID6973 S 6965]: LB5-9 (61v). El Almirante: «Reposita est hec spes mea / in sinu meo».

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4j. [ID6974 S 6965]: LB5-10 (61v). El duque de Arcos porqu’es tartamudo: «Que no oya le conviene / aquel que lengua no tiene»1048.

4k. [ID6975 S 6965]: LB5-11 (61v). El duque de Gandía porque su amiga es gorda y también él y llámase doña Teresa Baçán: «Pues en tripas començastes, / gran razón es de traellas / tales que vos podáis vellas».

4l. [ID6976 S 6965]: LB5-12 (62r). Doña Teresa Baçán: «La pena justa le viene / al que tanta carne tiene».

4m. [ID6977 S 6965]: LB5-13 (62r). Santángelo es pequeño: «Sin alas milagro fuera / cuerpo en que ay tanta falta / alcançar cosa tan alta».

4n. [ID6978 S 6965]: LB5-14 (62r). Doña Esperança, su esposa: «No se cortó a mi medida / el que por suya me tiene, / aunque al nombre justo viene».

4o. [ID6979 S 6965]: LB5-15 (62r). Don Pedro de Acuña es muy pequeño: «Mis servicios van perdidos, / porque si vos me querés / buscar no me hallarés». 4p. [ID6980 S 6965]: LB5-16 (62r). Doña Beatriz Santángelo, su amiga: «Perdístesos al nascer, / pues con toda mi verdura / no os dio cuerpo la natura».

4q. [ID6991 S 6965]: LB5-17 (62r). Don Juan de Bivero mucho más pequeño: «Pues por pequeño no os perdistes, / ved lo que deve hazer / el que nunca tuvo ser».

4r. [ID7309 S 6965]: LB5-18 (62r). Íñigo López de Mendoça es muy gracioso: «No es mi Gracia Dei1049 / pues que no contenta al Rey».

1048 1049

El ducado se creó en 1493. Gracia Dei: Pedro de Gracia Dei, gallego, es el autor de varias obras que elogian a los Reyes Católicos. Compuso una obra dedicada a Isabel la Católica antes de ser coronada: La crianza y virtuosa doctrina, [ID4692.] Escribió otra a la muerte de Felipe el Hermoso en 1506, [ID1944].

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§45. Juan de Mendoza (c.1472-c.1523)

Fue el cuarto y último hijo ilegítimo del gran cardenal Pedro González de Mendoza (1428-1490), a su vez hijo de Santillana. Juan de Mendoza, nacido entre 1470 y 1474, tuvo una vida muy azarosa. Destinado a la carrera eclesiástica por su padre, prefirió la milicia. Después de un matrimonio desastroso con Mencía de la Vega y Sandoval, mujer de ligereza notoria, de la que acabó divorciándose, se casó en segundas nupcias con Ana de Aragón, hija del conde de Lerín, Condestable de Navarra, a finales de 1504. La enemistad del rey Fernando y su pobreza le complicaron la vida. Tuvo dos hijos: Diego Hurtado de Mendoza y Catalina. Hacia 1510 abandonó España en un viaje que le llevó a recorrer Italia y otros países; volvió a España en 1516 a la muerte del Rey Católico. Gran parte de los poemas que conservamos deben de ser anteriores al Cancionero general de 1511 y 1514. Durante su ausencia su mujer llevó una vida escandalosa, por lo que intentó vengarse de ella, pero ésta se refugió en un convento. Este y otros escándalos, incluido el apoyo concedido a los Comuneros, le obligaron a exiliarse en Francia en 1521. Murió durante un refriega en Italia al servicio de Francisco I de Francia hacia 1523. Por sus desgracias matrimoniales le apodaron «el bello malmaridado», referencia obvia al Romance de la bella malmaridada. Juan de Mendoza alcanzó cierta fama como poeta y músico. Véase Ian MacPherson, «Juan de Mendoza, El bello malmaridado», en The Age of the Catholic Monarchs..., pp. 95102, donde el tema es tratado con humor y erudición.

1. Copla sola de don Juan de Mendoça porque ell Almirante, queriéndose partir de la corte, vino a despedirse de las damas con un papahigo1050. [ID2045] Aunque fuera un Colón, hallo por gran maravilla ¿cómo pudo el de Castilla 1050

Aunque fuera otro Colón, fuera grande maravilla ¿cómo pudo el de Castilla

Esta copla y la que sigue reflejan las humoradas tan frecuentes sobre la talla diminuta del Almirante Fadrique Enríquez. La mención de Colón nos proporciona un término post quem

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descobrir tal invención? No se passe sin castigo, si no desde aquí adelante nunca verán a Almirante las damas sin papahigo.

sacar tan gran inbención? Si esto queda sin castigo, no berán de ‘quí adelante las damas al Almirante sin que traiga el papahigo.

2. De don Juan de Mendoça al Almirante porque le preguntó a qué venía1051. [ID2079]

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Vengo a ver al Almirante por cumplir con mi desseo, y aunque le tengo delante y estoy cerca no lo veo. Quiérome poner antojos para quitarme de duda, porque no pueden mis ojos leer letra tan menuda. ¡Qué maravilla tamaña que veamos un señor ser de los grandes de España de los chicos el menor! Los pies tiene en el mar y el cuerpo en tierra todo, de cabeza al carcañar cassi no tiene un cobdo.

para la copla. Queda claro que el Almirante no estaba muy contento con el almirantazgo concedido a Cristóbal Colón. Por lo tanto el retruécano invención, (i) descubrimiento y (ii) unos versos improvisados en el juego cortesano de las cimeras e invenciones, son particularmente notables; el verso 4 hace explícita esta relación en 14CG. Los versos finales sugieren socarronamente que el Almirante es tan pequeño que sin papahigo no lo podrían ver las damas. El papahigo es un capirote de invierno. Copias: 14CG-1114 (210v), MP2-229 (224r), TP2-19 (393v). Las dos versiones de 14CG y MP2+TP2 (copia mutilada de MP2) presentan tantas diferencias que las damos en paralelo. 1051 El juego de palabras grande de España y chicos/menores es perfecto. Los cuatro versos finales constituyen una satirilla muy fina. Copia: MP2-265 (231r).

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3. Otras del mismo1052. [ID2088]

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Dama, cuya hermosura tanto tiempo me ha tenido tan penado, que hasta la sepoltura el mayor mal que he sentido me ha llegado. Es el cabo de mis días y el mal de que muero y por quien, pues que de las penas m[í]as otro descansso no quiero ni otro bien. Mi passión nació de veros, de allí todo quanto siento començó, mas de temor de perderos, mi secreto pensamiento lo calló. Y si fue grave dolor el que no viéndoos hazía vuestra ausencia, no fue la pena mayor por encubrir do venía la dolencia. Que si la ley consintiera dezir la causa del mal ¡qué más bien! ¡Quán justo remedio fuera de mi pena desigual ver por quién! O mi ventura enemiga

Estas coplas revelan hasta qué punto Juan de Mendoza formaba parte de la escuela cancioneril de su época en su manera de tratar el tema del amor trágico y su pericia en manejar los conceptos de la casuística amorosa. Copia: MP2-275 (233r-v).

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que no me dexa quexalle do comience, temor no quiere que diga, dolor no sufre que calle quien me vence. En esta duda biviendo donde falta la ‘sperança sobra el miedo, pero aunque bivía muriendo, pensar de hazer mudança nunca puedo, que mi fe bien empleada tiene en poco quanto miro do no os veo, aunque está desengañada, qu’es por demás si sospiro, si desseo. Quéxome no sé por qué, pues de mí viene la guerra que sostengo, ¿quién dará a mis males fe, si quanta fe ay en la tierra yo la tengo? Y para empressa tan alta, donde no ay cabo en la obra ni comienço, muriendo por lo que os falta, d’esso mesmo que me sobra yo me venço.

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4. Don Juan de Mendoça traía en el bonete una .n. de oro porque su amiga se dezía Ana y dixo1053. [ID0994 S 0915] 11CG Mi pasión y pena es ésta : que es el medio de su nombre comienço de su repuesta.

LB1 Vida es ésta: ser el medio de su nombre principio de su respuesta.

5. De don Joan de Mendoza a una muger muy gorda (TP2 sorda), porque estando delante de su señora, se durmió y tiró (TP2 y soltó un pedo)1054. [ID2053]

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Allá en la carnicería, do venden la carne muerta, estava la puerta abierta, soltóse la artillería. Mostró la dama dormida, haziendo tiros sin cuento, por figura muy sentida que este mundo y nuestra vida todo es viento.

Es una invención, de la larga serie de [ID0915], que parece referirse a su segunda esposa, Ana de Aragón, probablemente antes de casarse con ella a finales de 1504. Copias: LB1-310 (80r), 11CG-577, 14CG-613. Damos en paralelo las dos versiones. 1054 Como tantos de sus colegas, Juan de Mendoza transitó los caminos del humor escatológico. La sutil diferencia entre lectio facilior y lectio dificilior imposibilita el distinguir entre gorda y sorda en el título. Copias: MP2-237 (225v), TP2-25 (394r).

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§46. Comendador Ávila (siglos XV-XVI)

El Comendador es autor de varios villancicos que emplearon otros poetas; véase el romance ID3553 de Soria, 11CG-452 (134v), que lleva como deshecha el villancico ID1108 del Comedador, y el romance ID6340 de Núnez, (40.7), con deshecha de su villancico ID1106. También compuso una invención, ID0962, en la serie ID0915.

1. Otra suya a una señora que avía estado mal y pedía limosna para San Francisco1055. [ID1102]

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Yo digo claro entre nos, sin lisonja ni manera, que devié ser fraile Dios para ser, señora, vos de los frailes limosnera. Avéis obrado dos cosas, entramas de gran arrisco: muerto las damas hermosas y hecho vanagloriosas las plagas de San Francisco.

2. Otras suyas a una señora que la dexó de servir y después la tornó a reqüestar1056. [ID1103] Señora, yo he parescido, con vos y con mi dolor, 1055

El juego conceptista de esta copla se explica en el título. Copias: LB1-421 (109v), 11CG-797 (163v), 14CG-885 (146v). 1056 De nuevo tenemos un poema con imágenes sacadas de la medicina. Copias: LB1-422 (109v-110r), 11CG-795 (163v), 14CG-883 (146r).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López un doliente mal regido, que estava casi guarido y ha tornado a estar peor. Por do mi voluntad loca qu’os adora como a Dios, pues ya la pena era poca, deviera guardar la boca del pensamiento de vos. Mas yo luego fue a comer d’este manjar de dulçura que fue veniros a ver, la qual causa fue, a mi ver, que troxo la calentura. Pues dama real sentida, a quien mi servir no yerra, remediad la triste vida, pues sabéis la recaída házeme más cruda guerra.

3. Glosa del Comendador Avila1057. [ID6410 M 6986] Es un peligro tan fuerte adonde Amor me combida, qu’es el remedio la muerte y en la muerte está la vida. 5

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Porque quando a mi dolor pongo fuerças de valerme, es el esfuerço temor, es la victoria perderme. Es mi mal mi mejor suerte, es mi bien pena crescida, es el remedio la muerte, pues en ella está la vida.

El Comendador glosa un mote sobre el tema constante vida/muerte. Copias: 11CG-604 (144r), 14CG-654 (123v).

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4. Otras suyas1058. [ID6565]

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¡O tiempo mal despendido, clara cuenta con error, secreto mal escondido, do servir no es gradescido servir con fuerças de amor! Y pues los servicios son obras vanas que perescen, pues ay nueva condición, que reciben galardón los que menos lo merescen. Qu’en la batalla de amores do se conoscen los buenos, los que tienen más primores, los que sufren más dolores, quiere amor que valgan menos. Y los otros haze cuyos no les niega gozos llenos, los mejores trae desnuyos, porque amor tienta los suyos y las damas los agenos.

5. Otro romance del Comendador Ávila1059. [ID1101]

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Descúbrase el pensamiento de mi secreto cuydado, pues descubren mis dolores mi bevir desesperado, que una señora que sirvo mi servir tiene olvidado. Con mi muerte su servicio

Desde fines del siglo XIV está de moda la batalla de amores. Copias: 11CG-796 (163v), 14CG-884 (146r-v). 1059 Es otra composición en la tradición de Juan Rodríguez del Padrón. Copias: LB1-420 (109v), 11CG-456 (135r-v), 14CG-486 (114r) y el pliego suelto 20*MM5 (4r-v); 16JE-171 (91v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López ha de ser galardonado. Si días m’ha dado tristes, las noche nunca he holgado. Su beldad me hizo suyo, hermosura en tanto grado que en su gesto muy hermoso el de Dios está esmaltado. De sus gracias excelentes todo el mundo está espantado, su crueldad está secreta, y mi mal muy publicado. ¡Dolor de mí! que me veo suyo de fuerça y de grado. ¡Ay de mí! que la miré para bevir lastimado, triste ya sin esperança, loco amador desamado, aborrescido cativo, más que todos desdichado. Pues que no sé desamar, ¿para qué fui enamorado? Para llorar y plañir gloria del tiempo passado, para pesar y dolor siempre tener acordado. Ningún remedio ventura para mi mal ha dexado, consejos m’han hecho triste, consuelos desconsolado. Con los muertos ando bivo y con los bivos finado. ¡Ved si vieron los nascidos vida de ombre tan penado! La sepoltura fallesce qu’el bevir ya es acabado, dádgela vos, señora, vos pues la muerte le avéis dado. Sed piadosa en el morir pues la vida os ha enojado, y manda poner encima

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por armas y por ditado de letras negras escritas: «Aquí yaze sepultado quien murió en cuyo servicio nunca le vieron mudado».

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§47. Acevedo (siglos XV-XVI)

Poeta relacionado con la corte de la reina de Nápoles en Valencia y con el Adelantado de Murcia, Pedro Fajardo.

1. De Azevedo al milagro de la sangre a la Princesa de Salerno1060. [ID1031]

5

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Yo no vi por contemplaros la sangre quando hervía, qu’estava elada la mía de veros y no adoraros. La gente toda que os vía en no ponerse en inojos todos con gran devoción ante vuestra perfeción; muchos ciegos, pocos ojos iva en la procesión.

2. Otra de Azevedo1061. [ID1032]

5

1060 1061

Dama, lo que sinifica los grillos y vos traellos, es que a todos certifica quantos llegaren a vellos que se an de quedar en ellos,

Copia: LB1-346 (93r) (1x10). Otro juego sobre el doble significado de grillos, esposas y el refrán: «Cuando el lobo anda a grillos, mal para él y para sus hijos». Copia: LB1-347 (93r) (1x10).

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como en mi fe se notifica otra sinificación, de mal es más de sentillos, que ha de ser andar a grillos demandaros gualardón.

3. A las señoras de las fiestas en Murcia1062. [ID1034]

5

10

¿Sois umana? Dezid, señora doña Ana, porque en esto dubdo yo. Bien supo quien os crió lo que hizo y lo que gana lindo robo ¡con qué cabeça de lobo gana Dios entre las gentes! Los ángeles excelentes se sienten d’esto que trobo.

4. Catalina de Lisón1063. [ID1035 S 1034]

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1062

¿Soys vos divina, señora doña Catalina, o qué imagen es la vuestra? ¿Hiz’os Dios para su muestra? ¡Mirad de qué fuestes dina! Su traslado tan a lo propio sacado que adoraros no es arrisco, ¡o quán bien aventurado es el señor San Francisco!

Aquí empieza una serie dedicada a las damas de la casa del Adelantado de Murcia, Pedro Fajardo. Emplea otro refrán: «La cabeza del lobo». Copia: LB1-349 (93r) (1x10). 1063 Copia: LB1-350 (93v) (1x10).

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5. Doña Lucrecia1064. [ID1036 S 1034]

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Quien se precia, señora doña Lucrecia, ante vos de gentil dama, si lo es o se lo llama, vuestro precio la desprecia, porque es tal vuestro gesto angelical que boláys hasta los cielos, y de acá de todos buelos soys el águila cabdal.

6. María de Ayala1065. [ID1038 S 1034]

5

10

Ved qué cosa es cada día, señora doña María, mi coraçón dize: «Ayala, Dios la guarde y Dios le vala de tomar loca porfía». Yo no sé qué me diré, si digo no acabaré de loaros que lo fundo, porque todo el bien del mundo todo está en vuestra mercé.

7. Catalina de Ayala1066. [ID1039 S 1034]

5

1064

Pues agora determina, señora doña Catalina, quien bien os mira si vee de poner con vos la fe y de Dios la desatina, dezid, ¿qué es lo que se gana

Copia: LB1-351 (93v) (1x10). Copia: LB1-353 (93v) (1x10). 1066 Copia: LB1-354 (93v) (1x10). 1065

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con la señora doña Ana pierde en vuestra diferencia? Que herís de pestilencia sin dexar persona sana.

8. Otras suyas1067. [ID1041 S 1034] De las damas que justaron bien parece injusto fuera que justicia se hiziera.

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1067

Caso nunca acaeció fuera damas justiciar, mas mucho menos justar que ni fue visto ni oído. Todo ha sido bien reído, y más fuera si don Juan aquesto viera. Ahorren los servidores sus penas y sus afanes, que no es bien que los galanes penen por los justadores1068. Justa de tales primores mucho mejor fuera si nunca nadie la viera. Nunca más en fiesta entro ni con damas vo a dançar, pensarán que vo a justar y matarme han de un encuentro sin testera, pues la justa anda tan fiera.

La justa de las damas es un tema de fines del siglo XV. El ejemplo más picante es el de Justa que hizo Tristán d’Estúñiga a unas monjas... «Soñava que vi justar», [ID6752], 11CG-968 (22r-v) (18x10). Copia: LB1-356 (94r) (3, 6x7). 1068 Juego de palabras con el refrán: «Penan justos por pecadores».

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Pregunten a don Antonio qu’esta justa fue a mirar, si fuera mejor justar la justa del matrimonio. La una ordenó Dios, la otra ordenó el demonio de manera que la otra no se espera. Otro mal se nos revela a los tristes servidores, que tan nuevos justadores romperán luego la tela, y si llega al arandela lança fiera, será muy mala carrera. En este mundo traydor todo se nos va trocando; ver una dama justando, ¿qué hará su servidor? Pongan a tal justador por letra de su cimera: «Dama que justa muera».

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§48. Lucrecia Borgia (1480-1519) y Pietro Bembo (1470-1547)

MI1: Milán, Ambrosiana [H. 245-46. inf.] folios 9r-13r contiene unas cartas de Pietro Bembo y Lucrecia Borgia del año 1503, en que se citan 16 poesías españolas. Véase Pio Rajna, «Versi spagnuoli di mano di Pietro Bembo e di Lucrezia Borgia serbati da un codice ambrosiano», en Homenaje ofrecido a Menéndez Pidal, II, Madrid, 1925, pp. 299-321. Incluímos estas citas por su gran interés. Muchos de los poemas citados fueron impresos en el Cancionero general, ediciones de 1511 y 1514. Demuestran cómo circulaban estas poesías castellanas por Italia en los albores del siglo XVI. Una mano contemporánea escribió en la cabeza de la hoja: LVCRETIAE BORGIAE MANVS.

1. [ID0020 F 0020]1069.

5

10

Yo pienso si me muriese y con mis males finase desear, tan grande amor fenesciese que todo el mundo quedase sin amar; mas esto considerando mi tarde morir es luego tanto bueno, que devo razón usando gloria sentir en el fuego donde peno. Desde aquí las citas son las escogidas por Bembo.

1069

La cita es de un poema de Lope de Estúñiga, el poema también fue citado por Torrella. Copia: MI1-1 (9r).

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2. [ID4946]1070. Tan bivo es mi padesçer y tan muerto mi ‘sperar que ni lo un puede prender ni lo otro quiere dexar.

3. [ID0912]1071. Si mi mal no gradesçéis digo que muy bien hazéis pues más que todas valéis che más che todos yo pene.

4. [ID0913]1072. Dond Amor su nombre scrive y su vandera desata no es la vida la que bive ni la muerte la que mata. 5

10

1070

Porque su fuerza tan fuerte y su ley assí temida que biviendo da la muerte y muriendo da la vida. Amor que añuda y desata no hay poder que al suyo prive, su querer es lo que mata y el dolor es lo que bive.

El poema es de autor desconocido, ¿de Bembo? Copia: MI1-2 (11r). 1071 Son versos de Cartagena. Falta el verso 2. Copia: MI1-3 (11v). 1072 La canción es de Cartagena. Copia: MI1-4 (11v).

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5. [ID1067]1073. Es amor una visión.

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Es un doblado dolor, es un senzillo plazer tan liviano de perder quan penoso de ganar.

6. [ID4947]1074. Agora que me acertastes Mas quien quiere matar perro siempre ravia le levanta1075.

7. [ID1046]1076.

5

1073

Vengo d’allende la sierra qu’es tan vuestro servidor qu’en vuestro poder consiste su ventura, como en manos del pintor el pintar alegre o triste la figura.

Son de Tapia. Copia: NI1-5 (11v) 1074 Autor desconocido. Copia: MI1-6 (12r). 1075 Refrán recogido en el Libro de Buen Amor, 93a-b: «Quien matar quiere su can, / achaque le levanta porque non le dé del pan». 1076 Los versos pertenecen a Juan Álvarez Gato. Copia: MI1-7 (12r).

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8. [ID4948]1077.

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¡O muerte que sueles ser de todos mal recebida agora puedes boluer mil angustias en plazer con tu penosa venida!

10

Y puesto que tu herida a sotil muerte condena, no es dolor tan sin medida el que da fin a la vida como el que la tiene en pena.

9. [ID0682]1078. No sé para qué nascí pues en tal estremo ‘stó che’l bivir no quiero yo y el morir no quiere a mí.

10. [ID6269]1079. Vista ‘stá la perdiçión

5

1077

Porque aqueste dessear de tal manera se ordena que la causa del penar es galardón de la pena.

Autor desconocido. Copia: MI1-8 (12r). 1078 Es probable que el autor de estos versos sea Cartagena. Copia: MI1-9 (12v). 1079 De Diego López de Haro. Copia: MI1-10 (12v).

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La poesía cancioneril. Antología 11. [ID4949]1080. Pues no tiene que vencer la muerte para acavarme. ¡O si pudiesse cobrarme para tornarme a perder!

12. [ID0904]1081. De bivir ya desespero sin saber triste qué haga pues el remedio que ‘spero «con merecello se paga»1082.

13. [ID4946]1083.

1080

Tan biva es mi firma fe y tan muerto mi ‘sperar che aunque muerto sé nunqua lo quiere dexar.

Es mi fe tan firma i biva che aunque es muerto su ‘sperar nunqua lo quiere dexar.

Tan bivo es mi fiel servir y tan muerto mi alto ‘sperar che lo uno puede más florir y la otra no lo quiere dexar.

Tanto es bivo mi servir y tan muerto su ‘sperar che no es luno para tenir ni lo otro para dexar.

De autor desconocido. Copia: MI1-11 (12v). 1081 Versos de Cartagena. Copia: MI1-12 (12v). 1082 Se trata de un mote [2025]. 1083 En lugar de citar a otros, Bembo intentó componer unos versos al estilo cancioneril. Como afirma Pio Rajna: «ci troviamo davanti a faticati tentativi del Bembo per mettere assieme quattro versi spagnuoli da indirizzare a Lucrezia Borgia». La copla MI1-2 parece ser la versión final. Copia: MI1-13 (13r).

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§49. Pedro Manuel de Urrea (1486-c. 1530)

Pedro Manuel Jiménez de Urrea y Fernández de Hijar, que tal era su nombre completo, fue el segundón de una familia aragonesa. Pasó su vida fuera de la corte, de lo cual se lamenta en varias ocasiones. En 1505 se casó con María Sesé. Urrea en el prólogo a su cancionero de 1513 ruega a su madre que no lo publique, aunque lo hizo él mismo. Compuso un gran número de obras de amor al estilo cancioneril, pero además cultivó la sátira y cantares de tipo popular. Véase Roger T. Boase, El resurgimiento de los trovadores..., pp. 165-183.

1. Otras suyas sobre qué cosa es amor1084. [ID4728]

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Es amor un pensamiento que tiene vivos los ojos muertos los del amador, un deleitoso tormento buscando alegres enojos con un plaziente dolor, lazo que a todos ofende, un ladrón con lima sorda que hurta quanto pareçe, celada que nos defiende, cuydado que nos engorda, plazer que nos aflaqueçe. Una miel que mucho amarga, una hiel que nos dulcea,

1084

Urrea, como tantos otros, compuso una definición del amor. El poeta emplea, como era normal, muchas imágenes antitéticas. Copia: 13UC-13 (7r) (8x12).

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agua de plaziente fuente que beverla es una carga, qu’el que menos la dessea muy doblada la sed siente. Es árbol que está florido, es el fruto de dolores y el comer de muchos quexos; el que bien lo ha conocido dirá que son buenas flores para mirarlas de lexos. Es amor un tal engaño, enemigo de descanso, señor de más de un esclavo; los que no saben el daño dizen que es un niño manso; yo digo que es viejo bravo. Es un humo que nos ciega y en nosotros está el huego, dando lugar a su entrada halago que nos allega, guía que nos dexa luego al mejor de la jornada. Es una maña que tiene en nosotros gran poder quando suyos nos llamamos, es fuerça que nos detiene si queremos ir a ver lo que más ver desseamos. Es labirintio de rosas, que aquel que entra sale quando lo ha quemado una gran brasa. Es nueva de tristes cosas, es un huésped que en llegando se haze señor de la casa. Dulçura que no se siente, amargura que sin ella es andar lleno de luto,

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López floresta qu’es muy plaziente y de quantos van por ella muy pocos comen del fruto. Es un señor enojado, que al que erró, aquél perdona y al otro pone en presión; onrra que mal nos ha dado que nos pone una corona que nos quema la razón. Razón que a los más combida a lágrimas y a cuidados, casa do gran gente mora, es cosa tanto sentida, que los ingenios turbados nunca tornan en sí un ora. Es yerva que va en saeta y viene su ligereza con saber y sin manzilla, es una maña secreta que toma la fortaleza primero que no la villa. Fuerça que no ay quien pueda ninguno escusar la vida de verla muerta o penada; batalla que anda la rueda, en donde es ante vencida la fuerça que es más sobrada. Va más turbado el sabido, tan bien toca al que no sabe, haze locos los discretos, y su vencedor sentido consigo lleva una llave que descubre los secretos. Amor es gemido fuerte, es una falsa esperança, esperança muy mudable. Al que dio muy buen suerte,

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luego quita la privança, que es cosa muy variable. Es una linda belleza que trae mucha dulçura y el que la quiere gustar, como no tiene firmeza, después viene la amargura, trocar reír por llorar.

2. El Ave María sobre la condición de los franceses1085. [ID4725] Bien quiero dezillo, mas no basto solo para contar el grande bever de los franceses, que la bota dizen ser Gratia plena. 5

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Do quiera que van, si por suerte hallan alguna muger no curan servir, mas dende a ora le podemos dezir Dominus tecum. Quando la taça toman en la mano, ni dizen «Jesús» ni «Santa María» pero dizen todos sin tener porfía Benedicta tu. Assí que mirad si son grandes vicios los que éstos tienen, que doquier que van, cada qual d’ellos y juntos dan In mulieribus. Van a las viñas como a iglesia, miran las cepas de noche y de día y dizen todos con grande alegría Benedictus fructus.

Esta sátira algo atrevida refleja la hostilidad peninsular contra los franceses por sus constantes desmanes en Italia a finales del siglo XV y principios del XVI. La combinación de versos de 12 y 10 sílabas ¿imita los metros franceses? Copia: 13UC-10 (6r-v).

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López Assí que, muger, si soys algo hermosa, tomad mi consejo que es de tomar, que os escondáis bien si queréis guardar Ventris tue.

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Estando algunos en passo de muerte ni saben ni piensan en el buen morir, ni entonçes se acuerdan aún de dezir Jesus, Sancta Maria. Quando en verano algún nublo viene por guardar las uvas de gran perdición sospiran y dizen con gran devoción Ora pro nobis. Aunque esto digo como a mí los quiero, que a Dios siempre ruego, muy juntas las palmas, les guarde las vidas, les salve las almas1086. Amén.

3. Villancico1087. [ID7575] Herviendo tengo la olla1088 con cebolla, madre, herviendo está mi olla.

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Un mancebo he combidado a cenar que no a comer, por poder tomar plazer en lugar bien apartado. La carne1089 él me l’a dado,

En este verso hay un retruécano: vidas/vides y las almas/las salmas. Las dos composiciones que siguen son ejemplos bastante claros de la poesía erótica de tono popular que se encuentra también en MP4, el Cancionero musical de Palacio de la corte de los Reyes Católicos. Copia: 16UC-210 (88r). 1088 olla: «cunnus». 1089 carne: «penis». Cpse.: «Si la olla pongo tarde, / vos cocéis la carne luego, / y si no puedo comer, / me abrís la gana presto»; Poesía erótica, p. 281. 1087

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yo la cebolla, madre, herviendo está mi olla. Es mancebo muy garrido, yo contenta y él contento, qual para mi pensamiento yo misma tengo escogido. El lugar es escondido, all’argolla1090, madre, herviendo está mi olla. Es un gentil ballestero que acierta en el blanco o negro, de lo qual mucho me alegro quando arma muy de ligero. Y aunque más da en mi terrero*, no se abolla, madre, herviendo está mi olla. Razón es que yo le alabe que enciérrome y no paresco, y quando allí me amortesco, viene abrirme con su llave1091. Échame agua1092 muy suave que siempre brolla*, madre, herviendo está mi olla. Es de esfuerço singular, mas los dos somos vencidos, túrbansenos los sentidos al tiempo del pelear. Yo le he visto ya en lugar

argolla: «penis». Cpse.: «Vos tenéis, señora polla, / argolla, / y en Castro contemplo solas / bolas, / y en el caponazo, flaco / taco»; Poesía erótica, p. 197. 1091 llave: «penis». Cpse.: «Caldero y llave, madona, / jura Di, per vos amar, / je voléu vos adobar»; Poesía erótica, p. 145. 1092 échame agua: Cpse.: «Estábase la moza / despaldas en el lecho, / las piernas abiertas, / y, mirando al techo, / dice con despecho: / «¡Agua, dalde agua, / quel fuego está en la fragua!»»; Poesía erótica, p. 98.

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López que se atolla, madre, herviendo está mi olla. Fin.

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Pero no me maravillo de flaqueza si le viene, que tan molida1093 me tiene como a una parva el trillo1094. Hágole yo su caldillo1095 de una polla, madre, herviendo está mi olla.

4. Villancico1096. [ID4843] Madre, quando enviudaré, a Çaragoça me iré.

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Allí las viudas holgadas, mucho más que las casadas, allí son muy visitadas de los que les tienen fe. Visitadas y queridas, muy queridas y servidas, servidas y bien sabidas que yo sé bien como fue. Viuda huelga en Çaragoça más que casada ni moça,

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molida: La significación erótica del verbo «moler» es muy conocida; cpse.: «Cuando vuelve los ojos la mi morena, / es señal que no muele el molino arena»; Poesía erótica, p. 266. 1094 Refrán; cpse. con el siguiente verso de Villasandino: «quien en tal parva trilla», [ID1352], verso 20. 1095 Cpse.: «A la media noche pidió la niña / unos tragos de caldo sin escudilla»; Poesía erótica, p. 265. 1096 La forma estrófica es de zéjel/estribote. Como en tantas piezas populares o popularizantes tenemos aquí a la mujer independiente, con albedrío propio. Copias: 13UC-138 (38r), 16UC-161 (81r).

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La poesía cancioneril. Antología cada qual d’ellas retoça con mil cosillas que sé. 15

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Madre, aquéllas son mujeres que con sus dulces aferes ellas dan muchos plazeres y tienen quien ge los dé. ¡O si viese ya morir a mi marido por ir donde sé que he de sentir plazer con amor que avré! Si mucho el vivir le dura, yo le daré gran tristura, que por ir donde hay holgura la vida le quitaré.

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§50. Hernando Colón (1488-1539)

El gran bibliófilo, hijo natural de Cristóbal Colón, reunió una colección de libros impresionante para su época; su contenido lo conocemos por su Abecedarium y Regestrum. Véase T. Marín, Obras y libros de Hernando Colón, Madrid, 1970. La suerte posterior de la Biblioteca Colombina es la tragedia más descorazonadora de la cultura hispánica. A pesar de sus enormes conocimientos bibliográficos, Hernando Colón no se dejó seducir por las sirenas italianas. Todas sus poesías, recogidas en SA10, pertenecen a la tradición cancioneril peninsular.

1. Canción con su maldición fecha por don Hernando Colón1097. [ID1744]

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¡O triste y o desdichado, en desdichas muy dichoso! que me veo aprisionado, do a mis penas y cuidado remedio pedir non oso. Mi más raviosa pasión y muy crecida tristura, con muy sobrada razón lastima mi coraçón, porque os pida ya mesura; mas el alto merecer y vuestro gesto gracioso me fuerçan a no creer

El gran pesimismo de estas coplas recuerda mucho el planto final de Pleberio en Celestina, con aún más nihilismo. La culminación de la copla final, donde pide que se le haga sufrir con una combinación de los conceptos de Amor y Dios, es curiosísima. Copia: SA10a-55 (88v-90r) (5, 2x18; 12x10).

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ser igual mi padecer, y medio pedir non oso. Y pues mi hadado sino fue que yo siempre padezca y cerró todo camino porque mi triste venino ya jamás piedad merezca, quiero yo triste tomar, para mi crudo reposo, un penado sospirar con maldezir y llorar, pues medio pedir non oso.

1a. Coplas de maldición.

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Maldigo quien m’engendró pues fue causa que padezca, quien de su lecho me dio cruel tormento merezca; quien holgó porque nací mi tristeza le acompañe; la primera casa que vi, pues no cayó sobre mí, en vivas llamas se bañe. La cibdad que me sostiene en abismo se convierta, la tierra pues la mantiene nunca esté salvo desierta, todas las aguas y fuentes en hiel tornen su sabor, los aires muy aplazientes, inflamados y hedientes se tornen sin resplandor. El influxo y claridad que de los cielos procede en tiniebla y tempestad

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López siempre sin fin se quede. Las estrellas y planetas nunca ya guerra les falte y encontrándose muy retas las sus partes más secretas en pedaços se les salte. Los cielos muy acordados con su curso y armonía humo se hallen tornados y rigor y gran porfía. El mundo ya todo junto totalmente se consuma, pues en él jamás un punto ni bien bivo ni defunto a mis penas hallo suma. Mas ¡o triste! ¿qué merecen los que culpa no me tienen? Mi cuerpo y vida se ofrecen a más mal d’el que sostienen. Ellos huelgan de sofrir sobre sí toda querella y muriendo no morir y a pena penas pedir por quien fue la causa d’ella. Pues maldigo los cabellos que sobre mí triste nacen, sierpes se tornen ellos que mis carnes despedacen. Mis pies pisen por ladrillos brasas de biva llama, los mis dedos por anillos entre yunques y martillos como hierros tengan cama. Si descanso me pidieren los mis miembros aflegidos hállense por donde fueren

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de navajas muy ceñidos. Mis huesos descoyuntados a tormentos doloridos y como vidro quebrados, hasta ser polvo tornados sean por siempre molidos. Los sentidos que poseo tengan tan fuertes cadenas que jamás ni por deseo sientan salvante mis penas. Mi fe se torne creer que mil penas más merezco, mi esperança un querer que jamás se pueda aver piadad porque padezco. Amor me sea el raviar, porque so tan desdichado que no puedo desamar ya más de lo desamado. La prudencia que querría que fuese de mi señora, es saber alguna vía por do la gran pena mía se doblase en cada ora. Jamás la mañanimidad que muestro con mi deseo la mude el adversidad con quien contino peleo; sea siempre continente en descanso no pedir, y justo con ser herviente en buscar muy más mi ciente en forma de bivo morir. El alma que me robó quien contino me la tiene, no se mude pues halló

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López mayor mal que jamás viene; y pues sobra el merecer que merezco de penar, por momentos quiera ser mi pena doble en crecer y por mil mundos durar. Porqu’el lloroso plañir y mi lengua muy turbada no me consienten pedir, segund mi deseo, nada, a ti, profundo señor, a ti, fuente de saber, suplico con gran hervor pienses la pena mayor, y ésa me haz’ padecer.

2. Canción1098. [ID1745]

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En peligro está la vida que perdió la libertad, siendo de amor vencida en batalla tan reñida, qu’el juez fue crueldad. El penado coraçón tomó por armas mis ojos, por vencer al afición que le da diez mil enojos. Mas vuestra gracia y figura que puja toda beldad, hizo batalla más dura con armas de hermosura do juez fue crueldad.

Copia: SA10a-56 (90r).

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La poesía cancioneril. Antología

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3. Canción1099. [ID1746] Si tu gesto glorifica pidiéndose contemplar, ¡o triste que mortifica con el ver el desear! 5

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Tu beldad es tan crecida y de tanta perfeción, que sin ser más detenida, por los ojos de la vida pasa los del coraçón, los quales encandilados de gloria tan singular, muy más quedan lastimados con el ver por desear.

4. Otra canción1100. [ID1754]

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Amor ingrato ravioso, con cautela engañador, das combite ponçoñoso al que olvida su reposo por tenerte por señor. Con tu vista singular, nos convidas con halago de que pensamos gozar, sin podernos remediar nos vemos en tu gran lago. Allí nos dexas vencidos sin remo ni rremador1101, siendo muy más aflegidos los que olvidan sus sentidos por tenerte por señor.

Copia: SA10a-57 (90r). Copia: SA10a-65 (91r) (5, 10). Horozco, Teatro Universal, p. 145, recoge: «Bien diremos bien haremos, mal va la barca sin remos».

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5. Villancico1102. [ID1756] Llora triste coraçón sin cesar, que razón has de llorar.

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Llora mi triste ventura, pues que amo sin medida do solamente tristura es galardón de mi vida, de tanta pena vencida sin cesar, que razón has de llorar. Llora que huye mi muerte quanto más triste la sigo, y que otra muy más fuerte traigo por siempre comigo, con tal pasión que te digo sin cesar, que razón has de llorar.

Copia: SA10a-67 (91v).

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La poesía cancioneril. Glosario

GLOSARIO

a barrisco: a trochemoche. a la comuna: sencillamente, llanamente. a tuerto: injustamente. abteza: nobleza. acabalarte: tener éxito. acial: instrumento para sujetar a las bestias. aciprés: ciprés. acordados: afinados. adefina: secreto. adefinas: olla judía para el sábado. adradas: remotas. adula: campo común, ejido. aduxo: trajo. afeitar: maquillarse. aferes: asuntos; quehaceres, lances (galicismo). aína: pronto. ál: otra cosa. alcandoras: batas de lujo; camisa, blusa. alcatifa: tapete. alcuña: alcurnia, raza. algaravía: árabe. alguarismo: aritmética. alhalmes: sedas. aljamía: hebreo o árabe. aljuba: túnica. almadraqueja: colchoncito. almaizar: toca de gasa mora. almexía: vestido ¿de seda? alta grasa: lo pingüe, provechoso. aluñádesvos: os alejáis.

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666 angul: noble, castizo. anriquina: ¿cartilla de leer? apostura: vanidad. aprés: después. apurar: perfeccionar. ardimento: intrepidez. ardit: valiente. arreada: adornada. arreo: adorno. arte: engaño; modo, estilo (10.1). artesa: recipiente grande de madera. asumar: calcular. atabales: nalgas (fig.). atén: aguarda, toca. atender: esperar. atufados: amargados. auceles: aves. avampiés: parte delantera de la polaina. avante: adelantado. avinenteza: provecho, interés. axuraicas: ajorcas pequeñas. azcona: venablo. azes: tropas. baladros: alaridos. balax: diamante. baldonar: insultar. baldrés: cuero de oveja suave. barata: trueque, cambio. baratero: tramposo. bebrage: filtro de amor. belmez: fidelidad, lealtad. bevedizo: filtro mágico. bivenda: vida. blancheta: perrilla faldera. bocadillos: cuchilladas. boça: brida. bohedo: bodón, charca. bolatiría: aves. braón: parte superior de la manga.

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La poesía cancioneril. Glosario brolla: brujulea. brosladas: bordadas. buen amor: amor cortés. buenestança: moderación, justicia. bugío: mono. bullón e tasa: título y patente. buriel: paño tosco usado por los labradores. buxo: boj. cabe: al lado de. cal: importa, conviene. calda y enxuta: caliente y seca (para tratar los humores). cárdena: purpúrea. cardiamo: mi corazón (griego). carona: carne. carrera: camino; viaje, misión. castigar: aprender. castigo: lección. çaherio: insulto, reproche. çarcillos: pendientes. çate: ¡zape! cedo: con rapidez. cejunta: cejijunta. cendal: tela fina de seda o lino. certas: por cierto. cinge: ciñe. cinquipul: som kipur; ayuno de Yom Kipur. çinto: ceñido. çipotada: golpe de maza. ciptí: ceutí. clarea: vino mulso. cohonder: manchar. combrá: comerá. compañón: compañero, prójimo. complidores: albaceas. comportar: tolerar. comunaleza: justicia. conorte: consuelo, ánimo. conquista: legado. consejas: historias.

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consuna: común, mutua. continente: cara, aspecto; cuidado de formas (8.5). cordial: del corazón. cridar: gritar. cuantrapeo: tela listada. cuedo: creo. cuentra: contra. chicotar: danzar con castañuelas. dar su mate: dejar en ridículo. de consuno: en unión. de lieve: fácilmente. de talente: con gana. declinadas: en desventaja. defender: prohibir. defeso: prohibida. degredo: decreto. deitado: dictado, poema. deprender: aprender. depuerte: juegue, arriesgue. desdonar: exagerar. desí: desde ahora; luego. desinar: indicar. desoje: desde hoy en adelante. despender: gastar, pudrirse. desvario: sin reglas ni orden. devisar: indicar. deyús: debajo de. dicernir: indicar. donas: tesoro. doñeguil: cortés, elegante. dorales: oropéndulas. duçes brescas: dulces panales de miel. duraznal: melocotonero. egualamiento: respeto, trato de igual. embaidoras: engañadoras. embargar: intimidar. emiente: a la memoria. empulgueras: partes de la ballesta.

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La poesía cancioneril. Glosario en condiçión: al azar, a riesgo. encontra: hacia. endriago: dragón. enfeccionada: envenenada. enfengirse: contagiarse. enfinta: ficción y no más. enmienta: cuenta, menciona. enorcado: ahorcado. enrriquintar: enriquecer. ensandesco: enloquezco. enserido: dotado. enterpretadas: montadas. enviso: avisado, cuerdo. enxemplo: refrán. ervage: tejido de estopa. escañil: canapé. escripsadas: eclipsadas. escurantes: protectores. escusar: evitar. esleídos: elegidos. esmerarse: destacar. espera: esfera. esperavanda: cinta para sujetar el sombrero. espira: se respira. esplugar: disgustar. esquiva: cruel, áspera. esquiva maginança: imaginaciones angustiosas. esas oras: entonces. estantigua: visión, fantasma. executar: perseguir. faca: jaca. façión: hechura. fadado: con su hado, destinado. fala: conversación. fallecer: desfallecer. fallescedor: deleznable. fallescer: abandonar. fardido: relleno, osado. femencia: entusiasmo.

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fiadura e gaje: fianza y prenda de desafío. filosomía: fisionomía, cara. fillar: traer. fin amor: amor cortés. firmalle: prendedero, broche. fol: loco. franqueza: generosidad. frunzes: pliegues en la tela. gaçafatón: cacofonía, defecto métrico. galindos: juanetudos. galocha: cierto género de calzado de madera. gandul: ¿pagano? garnachas: trajes. garrida: hermosa. garrideza: elegancia. gasajado: placer, premio. gayosa: poética. geitosa: graciosa. ginea: casta, linaje. ginebro: enebro. gomia: goloso; también era voz utilizada para asustar a los niños. grançones: nudos de paja. guadamezil: cuero adornado. guaresçer: curar, sanar. guarnidas: cubiertas. guayas: ayes, quejas. guisado: plan, destino. hastial: lienzo de pared. hazanes: cantores de la sinagoga. hopa: abrigo. imbifia: tiñosa. inda: por eso. infinta: engaño, pretexto. influido: privilegiado. invención: lema, sentencia. jessemí: jazmín.

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La poesía cancioneril. Glosario joyel: alhaja pequeña. lavajal: cenagal. También podría tratarse de un topónimo. ledeçe: alegría. ledo: alegre. librar: hacer efectiva; no conseguir nada. liso: lirio. longura: distancia. loro: mestizo. ludo: tosco. luzillo: cofrecillo. malsín: malvado; calumniador. mamparar: proteger. manlieva: obligaciones de sierva. mansela: dolor, pena. mantenedor: aceptador de retos en los torneos. masedo: ¿rústico, aparcero? melera: melosa. membrança: memoria. merchandía: comercio. mesnada: ejército. ministerio: cometido, función. misenguil: desgraciada (griego). monumento: tumba. no mucho compás: no muy lejos. omezillo: homicidio. omillóse: saludó con reverencia. opalanda: abrigo. oronellas: golondrinas (catalán). pagar: contentar. pago: pavo real. paladino: claramente. palazín: campeón, cortesano. parad mientes: fijaos. parencería: apariencia. partida: parte.

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passador: saeta de ballesta. paveses: gran escudo oblongo. peal: parte de la calza que cubre el pie. pecho: tributo. pensamiento: cuidado, pena. pensa: remedia, sana + piensa. penso: remedio, emplasto + pensamiento. peña: forro de pieles. pesso: balanza. plática: elocuencia. pleiteses: pleiteantes. poner careta: poner la cara, lanzarse. ponimiento: renta sobre juros, libranza. por en: por eso. por la traviesa: campo a través. precito: predestinado. prenga: prenda. prez: recompensa. primería: al principio. privado: rápido, aprisa. profazar: protestar, obstinarse. prospuntar: puntar como en la música. pujeses: gestos de desprecio. puta de costumería: puta de burdel. puta mundaria: puta pública. quabrahigo: higuera silvestre. quamañas: cuán grandes. queça: camiseta. quito: exento. quosseres: caballos de torneo. rafez: fácilmente. randa: con encajes. rascaña: araña, perjudica. rebata: alarma, ataque. recordar: despertar. refermar: afirmar. regañar: hacer muecas. ren: cosa.

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La poesía cancioneril. Glosario rencurar: acusar. repiso: arrepentido. reqüesta: empresa, petición. res: nada. rex: persona, ser. riso: risa. roçagante: que arrastra por el suelo. rostido: asado. rucia: pardo, gris. ruedo: borde de la falda. sabrosía: gusto, vivacidad. sajes: sabios, enterados. sandeo: sandio, loco. sandío: tonto. sargantanas: lagartijas. sartal: collar, gargantilla. sceso: paroxismo. secutoria: ejecutoria. sentirse: molestarse. señera: sola. setas: tramas. sí: así. sin compás: sin medida. sin falimento: sin falta. sinsabores: aguafiestas. sobeja: enorme. sobrefortuna: aureola. sobrero: fuerte, sobrepujante. sobreseñales: divisa, distintivo. sobrevienta: recelo, pánico. sobrevistas: visera de morrión. sorrabar: besar el culo. sotamano: bajo mano. sotar: bailar. tahelí: bandolera. talae: atalaye. talaya: hito, meta. talén: talante.

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674 tallio: talle, figura. taxones: tejones. tema: interés. tendales: palos de ballesta. tenor: contenido. terrero: blanco, hito. testamentario: albacea. tiento: prudencia. titiritaña: seda endeble. todavía: siempre. todas oras: siempre. todones: tordos. trasmuntana: viento cierzo. treça: trenza. trocamento: inconstancia. troncado: ¿velo corto? trujumán: intérprete. turmenta: tormento. ufana: gala. vaçamiento: descanso. vagar: tiempo, ocasión. vandería: favoritismo. varas: lanzas. varneta: barneta, paño negro. vascar: angustiarse. vasco: ansia, congoja. vedella: ternera (catalán). vejaire: visaje, gesto. vela: veladora. ventalle: abanico. viçio: placer, deleite. viedo: prohíbo, vedo. vis: moreno. viso: rostro. xamete: rica tela de seda. xarope: jarabe. xetas: setas.

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La poesía cancioneril. Glosario xixella: paloma roquera. y: ahí. yves: ibis. zanfón: refugiado. zorollar: acerolo, serbal napolitano.

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La poesía cancioneril. Índices

Índice de primeros versos

A la sazón quando suelen. Bocanegra. (§27a.4) A las vezes pierde e cuyda que gana. Ferrant Pérez de Guzmán (§8.2a) A mí sería grave cosa. Pedro González de Mendoza. (§4.4) A mi triste soledad. Cartagena. (§30.14) A qualquier parte que vaya. Santa Fe. (§19.7) A todos aquellos que son muy agudos. Baena. (§20.7) A tu discreta ordenança. Álvaro de Luna. (§18b.5) A vos, amarga llorosa. Guevara. (§31.4) A vos dama de quien só. Lope de Estúñiga. (§26.7) A vos el mal de mi bien. Guevara. (§31.6) A vos, erege malo, porque. Carvajal. (§29.13) Abrid, coraçón, abrid. Vizconde de Altamira. (§41.5) Adeus Amor, adeus el Rey. Arcediano de Toro. (§2.1) Adiò, madama, adiò, ma dea. Carvajal. (§29.14) Adiós mi libertad. Diego de Valera. (§27.1) Agora con grand quexura. Toledo. (§12a.2) Agora descansaréis. Quirós. (§37.6a) Agora que me acertastes. Cita de Bembo. (§48.6) Allá en la carnicería. Juan de Mendoza. (§45.5) Allende de ser muy bella. Toledo. (§12a.1) Allí tras d’aquella peña. García de Pedraza. (§6.4) Alta reyna esclarescida. Román. (§39.1) Álvaro de Luna, yo só muy pensante. Baena. (§20.3) Amigos tal / cuita mortal. Villasandino. (§15.6) Amigos, ya veo acercarse la fin. Villasandino. (§15.7) Amor cruel e brioso. Macías. (§1.2) Amor cruel, engañoso. Guevara. (§31.3) Amor, en nuestros trabajos. Suero de Ribera. (§24.1) Amor, entre guerra e paz. Juan II. (§18a.3)

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Amor ingrato ravioso. Hernando Colón. (§50.4) Amor, pues que me prendiste. Hermano de Martín Ciego. (§13a.4) Amor, quando me quitaste. Diego Hurtado de Mendoza. (§5.5) Amor, temor y cordura. Juan de Dueñas. (§21.3) Amor, yo nunca pensé. Juan II. (§18a.4) Andando perdido, de noche ya era. Carvajal. (§29.8) Anillo tan desseoso. Costana. (§35.5) Ante la muy alta corte. Francisco Imperial. (§8.1) Aquel árbol que buelve la foja. Diego Hurtado de Mendoza. (§5.2) Aquella que por do va. Garci Sánchez de Badajoz. (§33.9) Aquellas noches penosas. Guevara. (§31.10) Aquesta pequeña llave. Guevara. (§31.15) Aquí tiene poca tierra. Diego de Soria. (§42b.3) Ardan mis tristes membranças. Juan Rodríguez del Padrón. (§22.10) Aries me fizo movido. Lope de Estúñiga. (§26.9) Aunque fuera otro Colón. Juan de Mendoza. (§45.1) Aunque me vedes assí. Juan Rodríguez del Padrón. (§22.2) Aunque mi gesto se ría. Álvaro de Luna. (§18b.9) Aunque sé bien que enemigo. Álvaro de Luna. (§18b.7) Aunque veo que es mi daño. Juan de Dueñas. (§21.8) ¡Ay Amor, no meresçí. Hermano de Martín Ciego. (§13a.6) ¡Ay, cuitado!, agora siento. Sancho Alfonso de Montoro. (§27a.2) ¡Ay mar brava esquiva. Esposa de Clavijo. (§11.1) ¡Ay, mi bien y mi amor. Hermano de Martín Ciego. (§13a.5) ¡Ay! que hay quien más no bive. Florencia Pinar. (§38a.1) ¡Ay qué mal aconsellado. Villasandino. (§15.3) ¡Ay señora en que fiança. Macías. (§1.5) ¡Ay señora muy complida. Pedro González de Mendoza. (§4.1) ¡Ay, señora! por tu fe. Martín Ciego. (§13.2) Beati de amores adsit. Juan de Dueñas. (§21.1) Bien amar, leal servir. Juan Rodríguez del Padrón. (§22.3) Bien quiero dezillo, mas no basto solo. Urrea. (§49.2) Bien serviendo he perdido. Anónimo. (§27a.5) Bien sirviendo esperaré. Martín Ciego. (§13.4) Bive leda si podrás. Juan Rodríguez del Padrón. (§22.7) Bueltas de todo plazer. Soria. (§42.5) Buen señor Diego Furtado. García de Pedraza. (§6.1)

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La poesía cancioneril. Índices ¡Calla, no hables, traidor. Garci Sánchez de Badajoz. (§33.3) Caminando en las honduras. Garci Sánchez de Badajoz. (§33.6) Cata, Martín Çiego... Fray Diego de Valencia. (§13.5a) Cativo de miña tristura. Macías. (§1.1) Cierto es que la firmeza. Juan II. (§18a.2a) Coluna de gentileza. Álvaro de Luna. (§18a.2) Comidiendo non folgué. Pedro Ferruz. (§3.2) Como el buen pintor que pule. Hernán Mejía. (§23a.3) Como en veros me perdí, Garci Sánchez de Badajoz. (§33.6) Como ventura concierta. Anónimo. (§23a.6) Como vos mejor sabéis. Garci Sánchez de Badajoz. (§33.1) Como ya mi mal es viejo. Juan Álvarez Gato. (§32.7) Como yo, mi amor caya. Santa Fe. (§19.3) Con dolor e gran tristura. Hermano de Martín Ciego. (§13a.3) Con mi raviosa passión. Soria. (§42.7) Con tan alto poderío. Macías. (§1.3) Con tristeza e con enojos. Pedro Ferruz. (§3.3) Contra la regla galana. Suero de Ribera. (§24.4) Convenme biver / triste muy penado. G. Ferrández de Gerena. (§9.5) Cordón que tan anudado. Costana. (§35.4) Crueldat e trocamento. Villasandino. (§15.1) Cuydado no me congoxes. Quirós. (§37.4a) Dad albriçias, coraçón. Gabriel el músico. (§37.6) Dama, cuya hermosura. Juan de Mendoza. (§45.3) Dama, lo que sinifica. Acevedo. (§47.2) Dama, mi gran querer. Cardenal de Mendoza. (§28.1) De Loçoya a Navafría. Rodrigo Manrique. (§7.1) De bivir ya desespero. Cita de Bembo. (§48.12) De bivir ya desespero. Cartagena. (§30.4) De la copla que me toca. Juan de Mendoza. (§44.2a) De la montaña montaña. G. Ferrández de Gerena. (§9.2a) De las damas que justaron. Acevedo. (§47.8) De mí tanto bien amada. Lope de Estúñiga. (§26.4) De vida desamparado. Escrivá. (§43.3) De vida que tanto enoja. Juan Álvarez Gato. (§32.13) De vos me parto quexando. Diego López de Haro. (§34.1) Del todo non es curada. Patiño. (§14.3) ¡Desconsolado de mí! Diego López de Haro. (§34.3) Descúbrase el pensamiento. Ávila. (§46.5)

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Desde aquí quiero jurar. Carvajal. (§29.9) Desnuda en una queça. Carvajal. (§29.12) Despedido de consuelo. Garci Sánchez de Badajoz. (§33.5) Después que mi vista os vido. Garci Sánchez de Badajoz. (§33.10) D’estas aves su nación. Florencia Pinar. (§38a.2) ¡Dexadme por Dios estar! Carvajal. (§29.4) Dezidme, gentil señora. Carvajal. (§29.15) Dezir mi mal me conviene. Santa Fe. (§19.6) Dezir qu’es blanca la nieve. Juan Álvarez Gato. (§32.1) Dezís: Casemos los dos. Juan Álvarez Gato. (§32.6) Diz que más sabe en su casa. Álvaro de Luna. (§18b.13) Dizen que fago follía. Alfonso Enríquez. (§10.3) Do sufren servicios pena. Cardenal de Mendoza. (§28.4) Don Enrrique fue mi nombre. Pedro Ferruz. (§3.4) Dond’ Amor su nombre ‘scrive. Cita de Bembo. (§48.4) Donde Amor hiere cruel. Guevara. (§31.12) Donde Amor su nombre escrive. Cartagena. (§30.6) ¿Dónde sois gentil galana? Carvajal. (§29.10) Donzella cuya beldad. Zapata. (§10a.1) Dorar el oro a mi ver. Escrivá. (§43.6) Dos enemigos hallaron. Quirós. (§37.9) Dos firmezas que sostiene. Guevara. (§31.7) El Amor a la cabal. Romero. (§39.6a) El amor ha tales mañas. Florencia Pinar. (§38a.3) El ciego que nunca vio. Garci Sánchez de Badajoz. (§30.11a) El compasar es medir. Juan Álvarez Gato. (§32.11) El dios de Amor e el su alto imperio. Francisco Imperial. (§8.3) El gentil niño Narçiso. Fernán Pérez de Guzmán. (§16.1) El mal que del cuerpo es. Francisco Carroz. (§33.1a) El mi bien poco me dura. Patiño. (§ 14.4) El mundo pide y dessea. Diego de Soria. (§42b.2) El si, sí, el cómo no sé. Soria. (§42.9) En Ávila por la .A. Anónimo. (§27a.6) En dos cuidados guerreo. Vizconde de Altamira. (§41.6) En dos prisiones estó. Garci Sánchez de Badajoz. (§33.8) En la cort de Amor pujé. Santa Fe. (§19.5) En mi grave sentimiento. Cardenal de Mendoza. (§28.3) En nombre del dios de amor. Alfonso Enríquez. (§10.5) En peligro está la vida. Hernando Colón. (§50.2)

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La poesía cancioneril. Índices En una linda floresta. Suero de Ribera. (§24.8) Encúbroos el mal que siento. Soria. (§42.2) Entendí luego emproviso. Villasandino. (§16.1a) Entre Sesa e Cintura. Carvajal. (§29.7) Entre las otras sois vos. Torrella. (§23.6) Entre todos los cuidados. Juan de Dueñas. (§21.2) Es amor donde se esfuerça. Cartagena. (§30.9) Es amor un pensamiento. Urrea. (§49.1) Es amor una visión. Cita de Bembo. (§48.5) Es amor una visión. Tapia. (§36.3) Es la boz de mi canción. Pinar. (§38.2) Es un peligro tan fuerte. Ávila. (§46.3) Ésta es la justicia. Alfonso Enríquez. (§ 10.4) Esta que queréis saber. Cartagena. (§30.7) Este gentil mensagero. Guevara. (§31.14) Este libro va a meitades. Juan Álvarez Gato. (§32.16) Estos pies de puerco tome. Fadrique Enríquez. (§44.3) Fray Pedro, señor, a este respeto. Villasandino. (§15.10a) Fue de veros inmortal. Quirós. (§37.7) Fuego del divino rayo. Juan Rodríguez del Padrón. (§22.9) Fuerça, afuerça, coraçón. Quirós. (§37.2) Fuerça he de contemplar. Diego Hurtado de Mendoza. (§5.4) Generosa, muy onrosa. Baena. (§20.5) Gentil dama esquiva. Lope de Estúñiga. (§26.5) Gentil, deleitoso, fidalgo cortés. Baena. (§20.2) Grant sosiego e mansedumbre. Francisco Imperial. (§8.4) Guantes, ¿assí me dexáis? Costana. (§35.2) Guantes, viéndoos tan ufanos. Costana. (§35.3) Hago de lo flaco fuerte. Florencia Pinar. (§38a.5) ¡Ham, ham, huid, que ravio! Juan Rodríguez del Padrón. (§22.5) Herviendo tengo la olla. Urrea. (§49.3) Hombre de muy malas gatas. Román. (§39.3) Jamás non avré cuydado. Pedro Ferruz. (§3.1) Johan García, muy aína. Baena. (§20.6) Juan de Mena, ¿quál imperio. Juan II. (§18a.5a) Justa fue mi perdición. Costana. (§35.1)

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La causa de mi passión. Soria. (§42.6) La fruta que se os dará. Escrivá. (§43.7) La fuerça del fuego que alumbra, que ciega. Cartagena. (§30.2) La grandeza de mis males. Costana. (§35.7) La más durable conquista. Guevara. (§31.1) La más durable conquista. Vizconde de Altamira. (§31.2) La que tengo no es prisión. Quirós. (§37.3) La verdat está muy rasa. Juan de Torres. (§18b.13a) La vida tengo sin vida. Pinar. (§38.3) Las aves andan volando. Guevara. (§31.9) Las damas que a monte fuistes. Escrivá. (§43.4) Llegando a Pineda. Bocanegra. (§7a.1) Llora triste coraçón. Hernando Colón. (§50.5) Llorad mis llantos, llorad. Lope de Estúñiga. (§26.14) Loado sejas, Amor. Villasandino. (§15.8) Los cabellos de mi amiga. Escrivá. (§43.2) Los comienços una vez. Soria. (§42.4) Los hombres de Amor tocados. Santa Fe. (§19.2) Los presos de tu figura. Vizconde de Altamira. (§41.2) Los que tanto profazades. Pedro Ferruz. (§3.5) Los rabíes nos juntamos. Los rabíes. (§3.3a) Madre, quando enviudaré. Urrea. (§49.4) Maguer só un compañón pobre. Fernán Pérez de Guzmán (§16.2) Mal me venga e mucho daño. Álvaro de Luna. (§18b.10) Mal mi grado. Suero de Ribera. (§24.7) Maldigo quien m’engendró. Hernando Colón. (§50.1a) Malo con quien a Dios pesa. Antón de Montoro. (§39.3a) Más mancilla os he, señor. Antonio de Soria. (§42a.6) Mas si puso Amor firmeza. Romero. (§39.7) Menga dame el tu acorro. Pedro González de Mendoza. (§4.3) Mi bien tanto deseado. Infante Enrique de Aragón. (§18c.2) Mi pasión y pena es ésta. Juan de Mendoza. (§45.4) Mi persona siempre fue. Álvaro de Luna. (§18b.6) Mi querer y vuestro olvido. Costana. (§35.8) Mi señora ya non cura. Hermano de Martín Ciego. (§13a.1) Mi vida se desespera. Cardenal de Mendoza. (§28.2) Mira qué mal es el mío. Gabriel el músico. (§37.5) Mirad esta ley de amores. Suero de Ribera. (§24.5) Morir no me satisfaze. Quirós. (§37.8)

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La poesía cancioneril. Índices Muy baxito respondió. Juan Álvarez Gato. (§32.4) Muy magnífico señor. Quirós. (§37.1) Niña, erguídeme los ojos. Antonio de Soria. (§42a.2) No como quien se desvela. Alfonso de La Torre. (§23a.2) No juzguéis por la color. Cartagena. (§30.1) No os alabo porque sobra. Diego de Soria. (§42b.1) No pido, triste amador. Garci Sánchez de Badajoz. (§33.12) No quiero del «No» quexarme. Fadrique Enríquez. (§44.4a) No sabés que he contemplado. Anónimo. (§23a.7) No sé para qué nascí. Cartagena. (§30. 10) No sé para qué nascí. Cita de Bembo. (§48.9) No sé por qué me corredes. Duque de Arjona. (§12.2) No sé yo tal cirujano. Antonio de Soria. (§42a.3) No te dé pena penar. Núñez. (§40.1) Noble rey de quien espero. Juan de Dueñas. (§21.6) Noble varón escojido. Juan Álvarez Gato. (§32.10) Non fue por cierto mi carrera vana. Francisco Imperial. (§8.2) Non podría hombre pensar. Juan de Torres. (§27a.3) Non se sosiega el mi coraçón. Patiño. (§14.2) Non teniendo qué perder. Suero de Ribera. (§24.3) Nunca pudo la pasión. Cartagena. (§30.13) ¡O Amor lleno de estremos! Cartagena. (§30.3) ¡O cativo desterrado. Vizconde de Altamira. (§41.4) ¡O desvelada sandía. Juan Rodríguez del Padrón. (§22.6) ¡O dueña por quien virtud. Torrella. (§23.2) ¡O muerte que sueles ser. Cita de Bembo. (§48.8) ¡O, muy alto dios de Amor. Diego López de Haro. (§34.2) ¡O quán fuera de razón. Cartagena. (§30.12) ¡O soberana señora. Diego de Valera. (§27.2) ¡O tiempo mal despendido. Ávila. (§46.4) ¡O triste y o desdichado. Hernando Colón. (§50.1) ¡Oh dulce contemplación. Garci Sánchez de Badajoz. (§33.11) Oíd qué dize mi mote. Carvajal. (§29.1) Ora de tu Venus deessa. Duque de Arjona. (§12.6) Otra trinidad hallamos. Soria. (§42.8) ¿Para qué es buena la vida. Núñez. (§40.2) Para yo poder vivir. Cartagena. (§30.5)

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Partiendo de Roma, passando Marino. Carvajal. (§29.11) Partiendo de madrugada. García de Pedraza. (§6.2) Pecador, d’ellos venís. Antón de Montoro. (§39.4b) Pero porque al desigual. Román. (§39.6) Pero te sirvo sin arte. Pedro González de Mendoza. (§4.2) Pestilencia por las lenguas. Suero de Ribera. (§24.2) Poema perdido sobre Cortabota, ramera. Martín Ciego. (§13.5) Pois me voy sin falimento. Ruy González de Clavijo. (§11.2) Pois por favor çierto sei. Santa Fe. (§19.1) Pois que me veio a morte chegado. Arcediano de Toro. (§2.2) Poner tan altos estremos. Román. (§39.5a) Por Deus, señora, non me matedes. Pedro González de Mendoza. (§4.1a) Por Guadalquivir arribando. Francisco Imperial. (§8.5) Por la muy áspera vía. Alfonso Enríquez. (§10.1) Por las coplas que embiastes. Vázquez de Palencia. (§23a.5) Por leal servir cuitado. Garci Ferrández de Gerena. (§9.1) Por muchos loores, señor, que me des. Fernán Manuel. (§20.2a) Por un camino muy solo. Núñez. (§40.7) Por una floresta escura. Villasandino. (§15.4) Por una floresta estraña. Garci Ferrández de Gerena. (§9.2) Por vuestras letras pasé. Antón de Montoro. (§39.4) Porfiáis, damas, que diga. Hernán Mejía. (§23a.3a) Porque contra el mal de amor. Conde de Oliva. (§37.1a) Porque de llorar. Álvaro de Luna. (§18b.2) Porque os contaron los trastes. Fray Íñigo de Mendoza. (§39a.1b) Porque sé amadas hermanas. Fernán López de Yanguas. (§23a.9) Presente pido ventura. Tapia. (§36.4) Prové de buscar mesura. Macías. (§1.4) Pues agora determina. Acevedo. (§47.7) Pues la gloria mundana. Diego Martínez. (§8.1a) Pues me fallesció ventura. Villalobos. (§10b.2) Pues mi triste corazón. Santa Fe. (§19.8) Pues no tiene que vencer. Cita de Bembo. (§48.11) Pues por bien servir yo peno. Diego de Valera. (§27.3) Pues por mi culpa non veo. Álvaro de Luna. (§18b.4) Pues que Dios y mi ventura. Juan Rodríguez del Padrón. (§22.4) Pues que fuestes la primera. Zapata. (§10a.2) Pues que mi vida no muere. Cartagena. (§30.15) Pues que por tu señoría. Álvaro de Luna. (§18b.11) Pues vuestra desaventura. Lope de Estúñiga. (§26.11)

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La poesía cancioneril. Índices ¿Quál nueva al preso llegó. Cartagena. (§30.11) Quando acierta el dessear. Diego López de Haro. (§34.4) Quando de vos me partía. Fadrique Enríquez. (§44.1) Quando el mal fuere menguante. Antonio de Soria. (§42a.7) Quando tú a mí oías. Conde de Mayorga. (§17.2) Quanto bien veo, señora. Hermano de Martín Ciego. (§13a.7) Quanto más pienso cuitado. Zapata. (§10a.3) Quantos aman atendiendo. Villalobos. (§10b.1) Que de veros y dessearos. Garci Sánchez de Badajoz. (§33.7) Quien bien ama lo que veye. Santa Fe. (§19.4) Quien bien amando persigue. Torrella. (§23.5) Quien de linda se enamora. Villasandino. (§15.5) Quien dize mal de mugeres. Juan del Encina. (§23a.4) Quien encendió mis querellas. Pinar. (§38.4) Quien mala fama cobró. Juan Álvarez Gato. (§32.9) Quien me querrá, sepa que só. Zapata. (§10a.4) Quien por Dios se empobrece. Garci Ferrández de Gerena. (§9.4) Quien por servir vos enoja. Duque de Arjona. (§12.3) Quien sabe que padesçer. Hermano de Martín Ciego. (§13a.2) Quien se precia. Acevedo. (§47.5) ¿Quieres saber cómo va. Conde de Mayorga. (§17.1) Quita allá que no quiero. Juan Álvarez Gato. (§32.14) Raviosa pena de amor. Guevara. (§31.13) Recontar si mal sentí. Guevara. (§31.5) Recordá Antón, que dormís. Román. (§39.4a) Repetición de amores. Luis de Lucena. (§23a.8) Rosa, si rosa me distes. Núñez. (§40.5) Ruyseñor, véote quexoso. Garci Ferrández de Gerena. (§9.3) Saliendo de un olivar. Carvajal. (§29.6) Santa paz, santo misterio. Juan de Mena. (§18a.5) Señor Alfonso Álvarez. Fray Pedro Imperial. (§15.10) Señor Dios, pues me causaste. Suero de Ribera. (§24.6) Señor alto, rey de España. Baena. (§20.4) Señor, bien y mal estó. Diego López de Haro. (§34.6) Señora, bien se pareçe. Álvaro de Luna. (§18b.8) Señora, cuya belleza. Lope de Estúñiga. (§26.3) Señora de hermosura. Vizconde de Altamira. (§41.1) Señora, de vos servir. Duque de Arjona. (§12.5)

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Señora, gran sinrazón. Lope de Estúñiga. (§26.10) Señora, la bendición. Garci Sánchez de Badajoz. (§33.4) Señora pues se muda. Vizconde de Altamira. (§41.3) Señora, yo escriví. Juan de Dueñas. (§21.5) Señora, yo he parescido. Ávila. (§46.2) Señores discretos a grant maravilla. Baena. (§20.1) Señores, para el camino. Villasandino. (§15.9) Sepa el Rey e sepan quantos. Fernán Pérez de Guzmán. (§16.3) Sepa el Rey y sepan todos. Antonio de Soria. (§42a.4) Sepan quantos esta carta. García de Pedraza. (§6.3) Será perderos pediros. Florencia Pinar. (§38a.6) Serrana si vos queredes. García de Pedraza. (§7.1b) Serrana tal casamiento. Santillana. (§7.1a) Serviros y contentaros. Román. (§39.1a) Si Dios Nuestro Salvador. Álvaro de Luna. (§18b.1) Si como soes conoscida. Lope de Estúñiga. (§26.2) Si dezís que vos ofende. Carvajal. (§29.2) Si flota os combatió. Álvaro de Luna. (§18b.14) Si fuéssedes vos serrana. Guevara. (§31.8) Si mi mal no gradesçéis. Cita de Bembo. (§48.3) Si mill coplas por correros. Cartagena. (§30.16) Si mis tristes pensamientos. Lope de Estúñiga. (§26.12) Si no fuesse tanto avante. Carvajal. (§29.5) Si os pedí, dama, limón. Núñez. (§40.6) Si por caso yo biviere. Garci Sánchez de Badajoz. (§33.2) Si por caso yo biviesse. Núñez. (§40.4) Si te plaze certificar. Conde de Mayorga. (§17.3) Si tu gesto glorifica. Hernando Colón. (§50.3) Sobre negro non ay tintura. Patiño. (§14.1) ¿Sois umana? Acevedo. (§47.3) ¿Sois vos? Dezit, amigo. Fernán Múgica. (§25.1) ¿Soys vos divina. Acevedo. (§47.4) Sola sois vos quien podés. Soria. (§42.3) Solo en l’alva pensoso estando. Francisco Imperial. (§8.6) Sólo por ver a Macías. Juan Rodríguez del Padrón. (§22.1) Sostener la gentileza. Fadrique Enríquez. (§44.2) Sus gualardones iguales. Lope de Estúñiga. (§26.13) Tal gesto para adorallo. Tapia. (§36.1) Tan biva es mi firma fe. ¿Bembo? (§48.13)

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La poesía cancioneril. Índices Tan bivo es mi padesçer. ¿Bembo? (§48.2) Tan fuertes llagas de amor. Juan Rodríguez del Padrón. (§22.8) Tant mon voler ses dat amors. Torrella. (§23.4) Tanto más creçe el querer. Florencia Pinar. (§38a.4) Tanto mi dolor me duele. Quirós. (§37.5) Tanto só enojoso. Duque de Arjona. (§12.1) Templo de mi solitud. Lope de Estúñiga. (§26.1) Tempo serrebe, ora mai. Carvajal. (§29.16) Tiempo es que nos veamos. Álvaro de Luna. (§18b.12) Tiene tanta fuerça Amor. Costana. (§35.6) Todas tres s’an acordado. Duque de Arjona. (§12.4) Todo tiempo loaré. Martín Ciego. (§13.3) Tome vuestra magestad. Pinar. (§38.5) Triste estava el cavallero. Quirós. (§37.4) Triste soy por la partida. Villasandino. (§15.2) Trobemos, señor, trobemos. Romero. (§39.5) Tú, mi señora, desí. Alfonso Enríquez. (§10.2) Tú, pobrezico romero. Juan Álvarez Gato. (§32.2) Un día d’esta semana. Diego Hurtado de Mendoza. (§5.3) Un día por mi ventura. Torquemada. (§27a.1) Una ley que vos firmastes. Romero. (§39a.1) Ved qué cosa es cada día. Acevedo. (§47.6) ¡Ved qué engaño de sofrir. J. Álvarez Gato. (§32.15) Ved que me vedes bivir. Torrella. (§23.3) Ved qué quiere mi bevir. Diego López de Haro. (§34.5) Velador qu’el castillo velas. Antonio de Soria. (§42a.1) Ven muerte tan escondida. Escrivá. (§43.1) Vengo a ver al Almirante. Juan de Mendoza. (§45.2) Vengo d’allende la sierra. Cita de Bembo. (§48.7) Vengo de allende la sierra. Juan Álvarez Gato. (§32.3) Venidos somos adonde. Guevara. (§31.16) Ventura, tan perseguido. Martín Ciego. (§13.1) Veros damas en prisión. Tapia. (§36.2) Veros y después oíros. Soria. (§42.1) Vestirme quiero mañana. Guevara. (§31.11) Vi, Señora, una carta. Juan de Dueñas. (§21.4) Vi a Venus, la planeta. Juan II. (§18a.1) Vi una serrana. Mendo de Campo. (§7a.2)

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¡Vida llamáis a mi vida. Juan de Dueñas. (§21.7) Vista ‘stá la perdiçión. Cita de Bembo. (§48.10) Vo a deziros mi fatiga. Juan Álvarez Gato. (§32.5) Vos mayor en hermosura. Juan Álvarez Gato. (§32.8) Vos, mi dios por mi tristura. Román. (§39.2) Vos mi dios, por mi ventura. Tapia. (§36.5) Vos por quien lágrimas mías. Lope de Estúñiga. (§26.8) Vuestras coplas tales son. Antonio de Soria. (§42a.5) Vuestro mal según ecede. Juan Álvarez Gato. (§32.12) Ya con tanta fermosura. Diego Hurtado de Mendoza. (§5.1) Ya no es passión la que siento. Núñez. (§40.3) Yerra con poco saber. Torrella. (§23.1) Yo digo claro entre nos. Ávila. (§46.1) Yo, dormidera cuitada. Lope de Estúñiga. (§26.6) Yo me siento tan leal. Infante Enrique de Aragón. (§18c.1) Yo m’era mora Morayma. Pinar. (§38.1) Yo no sé quién sois, Torrellas. Antón de Montoro. (§23a.1) Yo no vi por contemplaros. Acevedo. (§47.1) Yo pienso si me muriese. Cita de Lucrecia Borgia. (§48.1) Yo só el triste que perdí. Carvajal. (§29.3) Yo solo sigo tristeza. Román. (§39.7a) Yo soy vos y vos sois yo. Cartagena. (§30.8) Yo sufro pena terrible. Álvaro de Luna. (§18b.3) Yo vi al sol que s’escondía. Escrivá. (§43.5)

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Índice de autores

Sólo se indican los poemas de los autores que no tienen sección propia cuando sus versos aparecen en la de otro autor como respuesta, etc., o en las secciones colectivas. Cuando un autor que tiene sección propia aparece en otra, se indica el primer verso, la sección y la página. Acevedo. §47 Altamira, Vizconde de. §41 La más durable conquista (§31.2) Álvarez de Villasandino, Alfonso. §15 Entendí luego emproviso. (§16.1a) Álvarez Gato, Juan. §32 Anónimo Bien serviendo he perdido. (§27a.5) Como ventura concierta. (§23a.6) En Ávila por la .A. (§27a.6) No sabés que he contemplado. (§23a.7) Arjona, Duque de. §12 Ávila, Comendador. §46 Baena, Juan Alfonso de. §20 Bembo, Citas de. §48 Tan bivo es mi padesçer. (§48.2) Bocanegra, Francisco. A la sazón quando suelen. (§27a.4) Llegando a Pineda. (§7a.1) Borgia, Lucrecia, Citas de. §48 Campo, Mendo de. Vi una serrana. (§7a.2) Carroz, Francisco. El mal que del cuerpo es. (§33.1a)

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Cartagena, Pedro de. §30 Carvajal. §29 Colón, Hernando. §50 Costana. §35 Dueñas, Juan de. §21 Encina, Juan del. Quien dize mal de mugeres. (§23a.4) Enrique de Aragón, infante. §18c Enríquez, Almirante Alfonso. §10 Enríquez. Almirante Fadrique. §44 Escrivá, Comendador. §43 Estúñiga, Lope de. §26 Ferrández de Gerena, García. §9 Ferruz, Pedro. §3. Gabriel el músico. Dad albriçias, coraçón. (§37.6) Mira qué mal es el mío. (§37.5) González de Clavijo, Ruy, y su esposa. §11 González de Mendoza, Cardenal Pedro. §28 González de Mendoza, Pedro. §4 Guevara. §31 Hurtado de Mendoza, Diego. §5 Imperial, Francisco. §8 Imperial, Fray Pedro. Señor Alfonso Álvarez, grant sabio perfecto. (§15.10) Juan II. §18a López de Haro, Diego. §34 López de Yanguas, Fernán. Porque sé amadas hermanas. (§23a.9) Lucena, Luis de. Repetición de amores. (§23a.8) Luna, Álvaro de. §18b Coluna de gentileza. (§18a.2)

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La poesía cancioneril. Índices Macías. §1 Manrique, Rodrigo, Comendador de Segura. De Loçoya a Navafría. (§7.1) Manuel, Fernán. Por muchos loores, señor, que me des. (§20.2a) Martín Ciego. §13 Martín Ciego, hermano de. §13a Martínez, Diego. Pues la gloria mundana. (§8.1a) Mayorga, Conde de. §17 Mejía, Hernán. Como el buen pintor que pule. (§23a.3) Porfiáis, damas, que diga. (§23a.3a) Mena, Juan de. Santa paz, santo misterio. (§18a.5) Mendoza, Fray Íñigo de. Porque os contaron los trastes. (§39a.1b) Mendoza, Juan de. §45 De la copla que me toca. (§44.2a) Montoro, Antón de. Malo con quien a Dios pesa. (§39.3a) Pecador, d§ellos venís. (§39.4a) Por vuestras letras pasé. (§39.4) Yo no sé quién sois, Torrellas. (§23a.1) Montoro, Sancho Alfonso de. (Ay cuitado!, agora siento. (§27a.2) Múgica, Fernán. §25 Núñez, Nicolás. §40 Oliva, Conde de. Porque contra el mal de amor. (§37.1a) Pedraza, García de. §6 Serrana si vos queredes. (§7.1b) Pérez Patiño, Gómez. §14 Pérez de Guzmán, Fernán. §16 A las vezes pierde e cuyda que gana. (§8.2a) Pinar, Jerónimo. §38 Pinar, Florencia. §38a

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694 Quirós. §37 Rabíes, los. Los rabíes nos juntamos. (§3.3a) Ribera, Suero de. §24 Rodríguez del Padrón, Juan. §22 Román, Comendador. §39 Romero. §39a El Amor a la cabal. (§39.6a) Mas si puso Amor firmeza. (§39.7) Trobemos, señor, trobemos. (§39.5) Sánchez de Badajoz, Garci. §33 El ciego que nunca vio. (§30.11a) Santa Fe, Pedro de. §19 Santillana. Serrana tal casamiento. (§7.1a) Soria. §42 Soria, Antonio de. §42a Soria, Diego de. §42b Tapia. §36 Toledo. Agora con grand quexura. (§12a.2) Allende de ser muy bella. (§12a.1) Toro, Arcediano de. §2 Torquemada, Gonzalo de. Un día por mi ventura. (§27a.1) Torre, Alfonso de la No como quien se desvela. (§23a.2) Torrella, Pedro. §23 Torres, Juan de. La verdat está muy rasa. (§18b.13a) Non podría hombre pensar. (§27a.3) Urrea, Pedro Manuel de. §49 Valencia, Fray Diego de. Cata, Martín Çiego. (§13.5a) Valera, Diego de. §27

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La poesía cancioneril. Índices Vázquez de Palencia. Por las coplas que embiastes. (§23a.5) Villalobos. §10b Zapata. §10a

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN .............................................................................................. 1. Introducción general ........................................................................... 1.1. Trasfondo histórico. .................................................................... 1.2. Trasfondo cultural ...................................................................... 2. La poesía cancioneril española. Siglos XIV y XV ............................... 2.1. Los cancioneros .......................................................................... 2.2. Los inicios de la poesía cancioneril: el siglo XIV ....................... 2.3. La poesía en el siglo XV: El triunfo del castellano. Grupos y evolución de la poesía. La poética cancioneril ....... 3. La poesía amorosa ............................................................................. 4. La poesía humorística ........................................................................ 5. Géneros de la poesía cancioneril ....................................................... 6. Pervivencia de la poesía cancioneril .................................................. 7. Lista de siglas de manuscritos e impresos .........................................

5 5 8 10 17 17 21

BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................ a. Ediciones ............................................................................................ b. Antologías .......................................................................................... c. Estudios .............................................................................................. d. Obras citadas en las notas ..................................................................

93 93 94 94 97

NOTA PREVIA ..................................................................................................

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TEXTOS §1. Macías el enamorado (fl. 1350-1370) .............................................. §2. El Arcediano de Toro (fl. 1360-1390) .............................................. §3. Pedro Ferruz (mediados - fines del siglo XIV) .................................. §4. Pedro González de Mendoza (¿1340?-1385) ................................... §5. Diego Hurtado de Mendoza (1364-1404) ........................................ §6. García de Pedraza (siglos XIV-XV).....................................................

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§7. Serranas y serranillas ........................................................................ 1. Comendador de Segura, Rodrigo Manrique (1406-1476) ............ 1.a. Éñego López de Mendoça. Santillana (1398-1458) ................. 1.b. García de Pedraza ..................................................................... §7.a. Serranas tempranas......................................................................... 1. Francisco Bocanegra ................................................................... 2. Mendo de Campo .......................................................................... §8. Francisco Imperial (¿1350?-¿1408?) ................................................ §9. García Ferrández de Gerena (1360-¿1410?) .................................... §10. El Almirante Alfonso Enríquez (1354-1429) ................................. §10a. Zapata (siglos XIV-XV) .................................................................. §10b. Villalobos (siglos XIV-XV) ............................................................ §11. Ruy González de Clavijo (¿1370?-1412) y su esposa ................... §12. El duque de Arjona (¿1370?-1430) ................................................ §12a. Otras glosas primitivas de Toledo ................................................. §13. Martín el Ciego, tañedor (siglos XIV-XV) ....................................... §13a. Hermano de Martín el Tañedor .................................................... §14. Gómez Pérez Patiño (1365-1420) .................................................. §15. Alfonso Álvarez de Villasandino (¿1345?-1425) ........................... §16. Fernán Pérez de Guzmán (¿1378?-¿1460?) ................................... §17. Juan Pimentel, conde de Mayorga (1409-1437) ............................ §18a. Juan II de Castilla y su corte (1406-1454) ................................... §18b. Álvaro de Luna, Condestable de Castilla (1388-1453) ............... §18c. El infante Enrique de Aragón (1399-1445) .................................. §19. Pedro de Santa Fe (¿1395?-¿1450?) .............................................. §20. Juan Alfonso de Baena (c. 1375-¿1435?) ...................................... §21. Juan de Dueñas (c.1400-c.1460) .................................................... §22. Juan Rodríguez del Padrón (¿1395-1445?) .................................... §23. Pedro Torrella (c. 1410-c. 1486) .................................................... §23a. Reacciones contra Pedro Torrella.................................................. 1. Antón de Montoro ......................................................................... 2. Alfonso de la Torre ....................................................................... 3. Hernán Mejía de Jaén .................................................................. 4. Juan del Encina ............................................................................ 5. Vázquez de Palencia ..................................................................... 6. Anónimo. El pleito del manto ....................................................... 7. Sin título ........................................................................................ 8. Luis de Lucena, Repetición de amores ......................................... 9. Fernán López de Yanguas ............................................................

149 149 150 150 151 151 152 153 169 177 191 194 196 202 207 209 213 218 225 246 253 258 263 271 273 283 293 311 321 334 334 335 336 338 339 340 341 341 342

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La poesía cancioneril §24. Suero de Ribera (¿1400?-¿1460?) .................................................. §25. Fernán Múgica (¿1400?-1477) ....................................................... §26. Lope de Estúñiga (c.1408-c.1477) ................................................. §27. Diego de Valera (1412-¿1488?) ..................................................... §27a. Los poemas citadores de SA7, MH1 y LB2 412 .......................... 1. Gonzalo de Torquemada ............................................................... 2. Sancho Alfonso de Montoro ......................................................... 3. Johan de Torres ............................................................................ 4. Francisco Bocanegra ................................................................... 5. Anónimo ........................................................................................ 6. El juego anónimo de la corte de Navarra .................................... §28. El Cardenal Pedro González de Mendoza (1428-1490) ................ §29. Carvajal (mediados del siglo XV) ................................................... §30. Pedro de Cartagena (1456-1486) ................................................... §31. Guevara (m. 1504) ......................................................................... §32. Juan Álvarez Gato (c.1430-c.1510) ............................................... §33. Garci Sánchez de Badajoz (c. 1460-c. 1535) ................................ §34. Diego López de Haro (segunda mitad del siglo XV) ..................... §35. Costana (siglos XV-XVI) .................................................................. §36. Gonzalo (?) de Tapia (siglos XV-XVI) ............................................. §37. Quirós (fines del XV y principios del XVI) ..................................... §38. Jerónimo Pinar (siglos XV-XVI) ...................................................... §38a. Florencia Pinar (siglos XV-XVI) .................................................... §39. Comendador Román. Fechas: -1465-1474 1497- .......................... §39a. Romero. (siglos XV-XVI) ............................................................... §40. Nicolás Núñez. (siglos XV-XVI) ...................................................... §41. Vizconde de Altamira (1458-1509) ................................................ §42. Los Soria. (siglos XV-XVI) ............................................................... §42a. Antonio de Soria. (fechas 1476-1509- -1515-) ............................ §42b. Diego de Soria (fechas -1509-) .................................................... §43. El Comendador Escrivá (siglos XV-XVI) ........................................ §44. El Almirante Fadrique Enríquez de Cabrera (¿1460?-1538) ............... §45. Juan de Mendoza (c.1472-c.1523) ................................................. §46. Comendador Ávila (siglos XV-XVI) ................................................ §47. Acevedo (siglos XV-XVI) ................................................................. §48. Lucrecia Borgia (1480-1519) y Pietro Bembo (1470-1547) ......... §49. Pedro Manuel de Urrea (1486-c.1530) .......................................... §50. Hernando Colón (1488-1539) ........................................................

699 343 360 366 388 393 393 395 396 398 400 402 419 422 435 447 469 488 512 518 534 538 547 574 578 590 593 598 605 611 616 618 625 630 635 640 645 650 658

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Brian Dutton - Victoriano Roncero López

GLOSARIO .....................................................................................................

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ÍNDICES .......................................................................................................... Primeros versos ...................................................................................... Autores ...................................................................................................

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Dutton / Roncero López

La poesía cancioneril

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MEDIEVALIA HISPANICA

Brian Dutton Victoriano Roncero López

La poesía cancioneril del siglo XV Antología y estudio

IBEROAMERICANA

m-dutton.chp Thu Jul 22 10:29:04 2004 Bild-Tafel: 1 von 2