Riqueza, pobreza y diferenciación social en la Provincia de antioquia durante el siglo XVIII. 9789587144833, 958714483X

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Riqueza, pobreza y diferenciación social en la Provincia de antioquia durante el siglo XVIII.
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Provincia de Antioquia en el último siglo de la Coionra El análisis

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La autora recurre permanentemente a fuenies primarias y a partr de casos particulares consiruye, argumenta y desanolla su pr0puesia

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Beatriz Patiño Millán

Riqueza, pobreza y diferenciación social en Ia Provincia de Antioquia durante el siglo xvlll

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Edltorial Universidad de Antioquia@

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Colecciín Clía Beat¡iz Patiño Millán @ Editorial Universidad de Antioquia@ ÍSBN: 978-958-7 1 4-483-3 @

Primera edición: agosto de 201 I Imagen de anbierta: Enric¡re hice, [hn aelga ar Angostura dc tn Cnnd¿tnrin- río Guonn@tc fProüncia de Medellín], 1852, acuarela sobre pape1, 14,4 x 24,9 Biblioteca Nacional de Colombia, Colección Co¡rusión Corog áfica

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DiseÍro de cubierta y diagramación: Luisa Femanda Benal Bemai. hnprenta Universidad de Antioquia Co¡rección de texto e ürdización: Juan Fem.ando Saldarriaga Restrepo Coordinación editorial: Larissa Molano Osorio

Contenido

Impresión y terminación: Imprenra Universidad de Antioquia Impreso y hecho en Colornbia / Printed and made ili Coiombia P¡ohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio o con cualquier propósito, sin autorización escrita de la Editorial Universidad de Anrioqura@

Editorial Unive¡sidad de Ar.rtioquia@ Téléfono: (574) 2lS 50 10. Telefax: (5?4) 2tg 50 t2 Correo electrónico: [email protected] Página web : http://editorral.udea.edu.co Apartado 1226. Medellín. Colorubia

Prólogo Introducción

Irnprentz Un:versidad de Altioguia Téléfono: (5J4) 219 53 30 Telefax: (574) 219 50 13 Correo elecrónico : [email protected]

l.

Lajurisdiccién de la ciudad de

Antioquia-

....

I

12

Las grandes propiedades: patrimonios familiares

y prcstigio social........-..... Censos y capellanías: de mano en mano Mano de obra: Ias transacciones de esclavos Aspectos generales....... Las medianas propiedades: mestizos y mulatos acceden a

:

304 p. : r1.. mapas ; 24 cm. - (Clío) Incluve bibliografía e índice l. Pob¡eza - Antioquia (Colombia) - Siglo X\/III 2. Clases sociales Antioquia (Colombia) - Siglo XVIII 3. Uso de ia tierra ruml - Andoquia (Colombia)- Siglo XVIII 4. Resguardos indígenas - Arrioquia (Colombia) Sigio X\/III 5. Minería - Annoquia (Colombia) - Siglo XVIII 6. Antioquia (Colombia) ' Condiciones económicas - Siglo XVIII L Tíl II. Serie. 330.9861 033 cd 22 ed. Al 303855 CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango

xiii

Primera parte. La tenencia de la tierra en la Provincia de Antioquia durante la segunda mitad del siglo xvrtl

El contenido de la obra corresponde ai derecho de expresión de la autora ¡' ¡6 compromete el pensamiento insdtucionai de la Universidad de Antioquia ni desata su responsabilidad frenre a terceros. La autora asuln€ Ia responsabiüdad por los derecho-\ de autor I'conexos contenidos en ia obra, así como por la e¡'entual información sensible publicada el ella.

Pamo Millán. Beatriz Amalia Riqueza. pobreza 1' diferenciación social en la Provincia de Artioquia durante el siglo X\¡III / Beariz Pa¡iro Millán. - Medellín Editorial Universidad de Andoquia, 20 I L

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la

tierra.......

16

35

43 55 57

Las pequeñas propiedades: producción para el

autoconsumo. Los resguardos indígenas: conciencia de grupo y resistencia..

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Las jurisdicciones de Rionegro y Marinilla Las glandes propiedades: red de parentelas. La mano de obra: surge el trabalo libre.... La producción: hatos ganadetrcs

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Las medianas propiedades: participación de rnuiatos

y mestizos......

114

Las pequeñas propiedades: insuficienres para

el autoconsumo.................... Los pobladores sin tierra: buscando medios de subsistencra. Los res guardos indígenas: terrritorios apetecidos...... -......

3.

La jurisdicción de la Villa de Medetrlín.. Las grandes propiedades: diversifi cación económic¿r........ Los censos: a favor de obras pías...-..

La rnano de obra: unidades familiares La producción: explotación palcial ........... Las mediauas propiedades: dispersas )' variadas Las pequeñas propiedades: predominanres en la región... Los pobladores sin tierra: sobr¿ndo gente y faitando úerra.. Los resguardos indÍgenas: rnuchas tierras pat'a pocos ......

4.

Las

jurisdicciones de Cáceres y Zaragaza....

7.

jurisdicciones de Rionegro y Marinilla.... Los mineros de cuadrilla: buscando nuel¡os )'acimienios Los mazamorreros: juntos y organizados.

de subsistir

8.

Las

jurisdicciones de Cáceres,y Zaragoza .......

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Prólogo

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Las

La jurisdicción de la Villa de Medellín.. Los mineros de cuadrilla: las grandes inverslones Los mazatnorreros: negros 1, mestizos tratando

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5. Lajurisdicción

6.

126

178

Segunda parte. La minería del oro en Antioquia durante el siglo xvtrr ......-........ de la ciudad de Antioquia. Los mineros de cuadriiia: capoteandc' ia bzga rentabilidad Los mazamorreros: polrladores pobres qrie "trabajaban para manl enerse"................

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217 217

226 238 238

25r 255

Bibliografra...

269

Lista de tablas y figuras...........

273

indice analítico ....................

275

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Centro de hrvestigacioues Sociales y Humanas y el Grupo de Investigación en Historia Social, ambos de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de ia Universidad de Antioquia, en.asocio con la Editorial Universidad de Antioquia, entregan al lector este iibro de Beatriz Patifro Millán, en reconocimiellto a su destacada labor durante ios 33 aíros de vinculación como docetlte e investigadora al programa de Historia de Ia Uuiversidad de Antioquia. De común acuerdo escogimos el texto Riqwza, pobreza 1 difercncinci.ón social en la Prouincia de Antioqtrin durante el siglo xvttt, escrito entre 1984 y 1985, el cual cu¡iosamellte permanecía ürédito, a pesar de haber sido citado desde entonces una y otm vez en publicaciones especiaiizadas de importa:rtes autores nacionales v extraqjeros sobre la historia colonial de la regrón aritioqueña y del virreirlato del h-uevo Rei:ro de Granada. La obra es una continuación de las investigaciones sobre la Provincia de Antioquia durante el siglo xuu, emprendidas por ]a historiadora estadounideuse Amr Thiuam hacia la década del setenta del siglo xx, lugares de ia Hispanoamérica colonial por autores como ,v sobre otros Germán Coimenares )' David Brading. Dado el incipiente estado de ia historiografia anrioqueíra a comienzos de los años ochenta, una parte sustartiva de la información del libro que nos ocupa proviene de fuentes de primera rnano: datos del padrón (iista o nórnina que se hacía en las ciudades, villas y iugares con los nombres de los denominados "vecinos") y de los censos (iista de

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personas en las que se tasaban sus heredades o fundos), realizados entre 1777 y 1808, así como de mortuorias, testamentos, cartas de compraventas, cartas de libertad y aseguros de censo. La profesora Patiño consultó la mencionada docurnentación en los siguientes lugares: en Bogotá, en el Archlvo General de la Nación; en Medellín, en el A¡chivo Histórico de Anrioquia, el Archivo del Cabildo de Medellíu (hoy consenado en el Archivo de Medellín) y ei ArchivoJudicial de Medellín (conservado en la Universidad Nacional de Colombia,

Adernás, el texto trae información detailada sobre propiedades, nírmero de esciavos, personas que vivían agregadas en tierras ajenas. edad, sexo, ohcios y actividades, contenida en el padrón y en el censo realizados entre 1786 y 1787 por orden del oidor visitadorJuan Antonio Mon y Velarde. Así mismo, pone de tnanifiesto el potencial de ios datos existentes en las filentes ya citadas. que ia profesora Patiño usó para esnrdiar el caso de lajurisdicción de la ciudad de Antroquia, zona para la cual no se contaba con datos el censo referido. El con-

sede Medeliín); en Rionegro, en el Archivo de la Casa de la Convención, y en Santa Fe de Antioquia, en elArchivo Norarial de Antioquia. En las evaluaciones que en su lnomento rnereció el informe final de Ia investigación en la que se basa el texto, estudio auspiciado por Colciencias, se afirma: "Un mérito indiscutible de este trabajo [...] es el de plantear preguntas nuevas e intentar nuevas respuestas". Se resalta que la autora, en vez de alilnentar los mitos sobre uno de los grupos más estudiados en el país, los antioqueños, haya optado por buscar ,,un principio de expiicación rnás cornplejo por la riqueza múltiple de los aspectos considerados".

traste de estos datos con ios provenientes de fuentes cualitativas, corno los inlormes de las visitas y ios pleitos por la tierra, revela hasta qué

Efectivalnente, la obra que nos ocupa fue una de las primeras en examinar de lnanera sisternática series de información, como la contenida en los protocoios de escribanos, hoy denominados protocolos d,e notaría, un tipo de trabajo poco desarrollado en el país en aquel entonces, cuando no se contaba con el recurso de prograrnas de bases de datos para computadores. Gracias a la elaboración de matrices que ie pennitieron reunir y sistematizar grandes series de datos, la autora pudo establecer tendencias, porcenrajes,v proporciones de un conjunto de variabies. Beatriz Patiño se propuso en este texto caracterizar la estluctura

de la tenencia de la derra y la minería. Dentro de ios posrulados de la historia socioeconómjca en boga durante las décadas del setenta ,v dei ochenta del siglo xx, la investigación se centró en averiguar por el acceso a la tierra y los recursos mineros que tuvieron los distintos grupos sociorraciales @lancos, libres, esclavos e indígenas) que habitaban en ia Plovincia de Antioquia y determinar córno usaron los medios de

producción. El lector encontrará un panorama general de la explotación ag:ícola y minera de ias distintas jurisdicciones poiítico-administrativas de ia Provincia de Antioquia: la3urisdicción de la ciudad de Antioquia, ia de la \¡illa de Medellín, la de la ciudad de Rronegro y la \¡iiia de Marinilla, y las de las ciudades de Cáceres ,v Zaragoza. La única jurisdicción, de las existentes en ese entonces, que no cubre el presente estudio es la correspondiente a la ciudad de Remedios, integrada en forma tardía a la tTo\¡Incra. en I /5 /.

punto ios contetnporáneos eran conscientes de algunos fenómenos, corno la pobreza de gran parte de Ia población o las iimitaciones de la pequeña propiedad. Mediante técnicas de la historia demográfica en auge en el decenio del ochenta, ella pudo estable,v cuantitativa, cer la rnagnitud, los prornedios y la tendencia de algunas variables, colno el crecimiento poblacional, la cantidad de población libre, la evolución de la rnanunisión de esclavos y la proporción de población que carecía de tierras. Para la presente edición, Beatriz introdujo algunos cambios al Lexto original, en lo que resPecta a la tenencia de la tierra en laJurisdicción de ia ciudad de Antioquia. Incluyó datos sobre la población esclava, tomados de los censos generales de población de la Provincia de Antioquia de 1771 , I 784, I 788, l 797 y I 798, que trae el libro de

llerrnes Tovar con otros autores, Conaocatoria al poder del núnwro. Censos t estadísticas d,e kt, Nt¿eta Gran.ada (1750-1830) (Bogotá, Archivo General de 1a Nación, 1994). También il)corPora aigunos datos sobre el origen del pueblo de indios de San Pedro de Sabanalarga, con base en Ia rnonografía de grado "Historia de la pobiación Nutabe enAntioquia", de Marcela Duque e Iván Darío Espinosa (Medellín, Universidad de Antioquia, Departamento de Antropología, I 994). Cuando la prolesora Patiño escribió el texto fue pionera en la consulta de series documentaies que requiercn enorlrle paciencia r rigor rnetodológico, cotno son los censos y el material del Archivo Notarial

de Santa Fe de Antioquia, estos últimos escasamente consuitados desde entonces. Los hallazgos de su investigaciótl continúan vigentes, toda vez que los estudios ernprendidos por nuevos investigadores no

han revah¡ado ninguno de los aspectos expuestos acá. Las nuelas corrientes de ia historia en los últimos veinte años, más pendientes de los asuntos cuiturales, las mentalidades, los imaginarios y las representaciones, han desatendido asuntos primordiales, como ia forma de ganarse la r,ida, jos mecanismos de generación de riqueza y pobreza. t, los niveles de

movilidad social sobre los que este libr"o arroja nuevas

xii iuces. Mediante el uso sisremático e inteligente de fuenres originales,

ia autora ayuda a cornprender mejor la sociedad antioqueña en las postrimerías de la era colonial. Patnca I-nndoño Vega D. Phil. eu Historia Modcrna

Introducción

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,a historiografía académica sobrc Antioquia ha difundido el mito según el cual la sociedad antioquefra colonlal se caracterizaba por ser democrática e igualitaria. Así, el historiador Estanisiao Cómez

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Barrientos, citando a Mariano Ospina Rodríguez, decía: Esta sencilla r paüiarcal aristocracia, más hourada. nrásjusta t iaboriosa que la que dio nacinrien¡o al patriarcado Romauo, no vir'ía conro aquelia, de ia guerra, la rapiña y la opresión: labraba el campo o se intemaba eu las selvas para descubrir y trabajar los aluviones auríferos; arrstera ,v parca, iba descalza ,v sencillamente vesdda y manejaba con destreza el hacha v la azada, la barra y el aluiocafre [..'] El esclavo trabajando a la par cort su se sentía humillado y consideraba su suerte ilevadera. El niero del conqurstador que había venido a ser pobre, no repuguaba trabajar a jornai, li se consideraba por ello inferior al rico que le pagaba el salarir¡' De aquí ese sentitniento de altivez que caracteriza la población antioqueña

seño! llo

de todas las clases.l

A la idea de que no existían cotlflictos entre los grupos sociaies se sumó el intento de qtterer hacer invisible ei aporte lndio v negro en la conformacrón étnica del antioqueño. Autores ccimo GabrielA'ango Mejía, para poder afirtnar que el poblador antiooueño es racralmente blanco, lomaban el siguiente argtlmento deljesuíta Gumilla: i

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Estatrislao Góruez Barrieutos, "Espanoles

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en: Eipuebloantioqueiío

Arcirl'o l'e¡¿ical, Bibiioteca Univenidad de Antioquia, íolietc

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Un segundo encuenlro con las fuentes secundarias nos llevó

L De Europeo e India... sale la Mestiza. Dos cuartos de cada parte.

II. De Europeoy Mestiza... sale la Cuarterona. Cuarta parte de indio. III. De Europeo y Cuarterona... sale la Ochavona. Octava parte de india. lV De Europeo y Ochavona... sale pUCHUELA. Enreramente bianca. 1...1 Lo mismo ocurre con el matrimonio con NEGRA: sólo que los hijos de la pare¡a de europeo y ésra se denomina "Mulata", pero a la cuarra generación sale PUCHLIEL,{ blanca enreranrente.2

La produccrón histórica reciente, aunque ha tratado de cuestionar algunas de las leyendas anteriores, se ha centrado fundamentalmente en el estudio de ias élites económicas y sociales. Este hecho ha permitido a\anzar en el conocimiento de las condiciones de vida que durante la Colonia tuvo el grupo blanco, per.o deja de iado el acercamiento a los pobladores mestizos 1 mulatos, que eran la mayor parte de ios irabiranres de la provincia. Así, ia hisroriadora esradounidense A¡n Twinam, en su tlabajo sobre las raÍces del espít.itu empresadai de los antioqueños, torra como objeto de su estudio a un grupo de "emigrantes españoles y sus descendientes, colocado.s en una tierra que les ofrecía una vida segura y posibilidades para el futuro, per.o que al mismo tiempo exciuía ciertas alternativas".3 El análisis de esm tl'adición historiogr.áfica nos ller,ó a plantear que tener una visión más completa v coherente de la sociedad

si queríamos

antioqueña colonial, eLa necesario tratar de establecer la forma como ell su interior se relacionaba el origen étnico de las personas con su pertenencia a determinada clase social..{sí, emprendimos la talea de estudiar la situación económica y social de los distintos grupos érnicos existentes en Ia hrcvincia de Anrioquia duranre el srgio xvnl. para hacerlo, hemos buscado determinar la posición de los blancos, mesüzos, mulatos, rndios y negros esclavos firnte a la propredad de los medios de producción fundamentaies, esh.¡diar cómo cada uno de ellos partrcipaba en la estructura de producción vigente, analizar las ocupaciones r los oficios pr opios de cada $upo, escudriítar los factores que determinaban el "estatus social" de las personas l caprar su parricipacrón e influencia en el poder polítrco.

2

Gabriel Arango Mejía, "Algo sobre orígenes de los antioqueúos". R¿r¿dorio Hutórico, vol. xr,, núms. 149-152, Medellín, lmprenta Deparramenr.al. enero de 1942,

pp. 297-304.

a

descubrir que un lugar colnún en todas ellas era la ahrtnación segirn la cuai, para los antioqueíios del siglo xvlll, la propiedad de la tierra no tenía el "valor señorial subietivo" que tuvo en otras partes del virreinato.a Vimos que era necesario precisar \a certeza de esta afirmaqún, así qomo Ia d" gtra sqgúq la cual los habiqnt,e=s-de p p1ov11¡qa

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consideraban las actividades agrícolas menos rentabies que las labores lnineras )'colnerciales. Por ello, el estudio de la situación de los diferentes gnrpos ractales frente a la tenencia de la tierra se convirtió en uno de los objetivos celltrales de nuestra investigación. En el presente trab{o se hace un análisis pormenorizado de los diferentes tipos de explotaciones agrícolas existentes, la forma coüio funcionaba cada uno de ellos, la irnportancia económica, social ,v política de cada uno, y las condiciones de vida de los habitantes que carecían de tierra. Corno resuitado de nuestra investigación, podemos asegurar que 9l ¡asgo distintivo de la región antioquefia en el siglg xvIII fue l9I !,llla ¡ociedad de pequeúos propietarios mestizos y mulatos, en la cual fenómenos como el rápido crecimiento demográfico, la monopolización le.gal de las tierras de frontera Por unos pocos grandes proPietarios y la pauiatina manumisión de la mano de obra esclava habían dado cada vez mayor cantidad de poblador-es siir tierra. La -o¡igen a una esta población excedentaria generó hechos como la de existencia aparición de agregados o arrendatarios adscritos a las grandes y las medianas propiedades, i' el surgimiento de síntomas de descotnposición sociai. como la vagancia. !a irnportancia de la acción del oidorJuan Antonio Mon y Veiarde como visitador de Antioquia, entre I785 y 1788, reside en hatrer tratado de controlar social y Políticatnente esta población, a través de un proceso dirigido de colonización de la frontera Y de una reforlna dei apa¡ato fiscal. Su intento puso de preseltte que las disputas Po¡ ia posesión de los recursos territoriales eran uno de los factores que Sg¡g{4b3! fu,ertes conflictos sociales. La historia del siglo xvlll antioqueño muestra lo violentas que fueron las coutradicciones entre los latifundistas y los colonos pobres por las tierras de frontera, el agudo enfrentarniento existente entre la pobiación indígena y los vecinos Iibres que se introducían en las tierras de sus resguardos 1' 16, enfrentarnientos constantes entre pequeños y medianos ProPietarios por los linderos y la extensión de sus propiedades'

Ann fwinarn, Mineros, comercwntu

l labrolora. Ia raíces de! upit"itu emptzsarial en An.tíoquia. 1763-l8lA, trad. Cecilia Inés Restrepo, Medellír, IAES. 1985. p. 83. Sobre Ia pobiación mesrüa altioqueha colonial, la histor-iadcra Luz Eugema pr lnienta elaboró una resis titulada "Mestizaje v sociedad en Altioquia. I 77?-l Medellín. Departamento de Historia, Unive¡sidad de Antioqura, l985.

8 I

0",

Fenrardo Guilléri Ma¡tínez, El poder político cn Colomba Bogota, Punta de Larrza, 1979,

p.

183.

Sólo el esrudio derallado de la esrrucrura a¡paria en la Antioquia colonial nos permitirá sacar conclusiones válldas sobre el significado de la propiedad de la rierra para los diferentes grupos sociorraciales. P.or ahora nos perrnitimos afirrnar que para gran porcentaje de la , población blanca, mestiza, mulara y negra libre, Ia posesión de una pqqueña parceia de tierra fue lo que ie posibilitó la rndependencia e_conómica, le abrió el camino para trarar de mejorar sus condiciones de -vida y posición social, y le ¡rerrnitió pensar en buqcar fo¡uta¡ -de e¡prg..sión política. La comprensrón de este proceso nos posibilitará explicar fenómenos corno la pariicipación de los antioquefios en la Independencia y algunas de las ref onnas iegislarrr.as oue propusieron. asÍ como la forrna en que llevaron a cabc la colonización del occiriente colornbiano durante el siglo xlx. La definiclón de la Provincia de Antioquia cotno "tierra de oro,,, en ia que "Este precioso y codiciado rnetal es el único conocido, porque se ' afanan y trabajan generalmeute por roda la extensión de la provincia',,5 nos llevó a pensar que era necesario invesrigar en profundidad la forrna corno los diferentes grupos étnicos estaban vinculados a las labores mineras. Procedimos a estudiar quiénes eran los propietarios i de los yacirnientos auríferos, ]as formas de trabajo utiiizádas en su explotación, y la significación económica y social de cada una de ellas. Cort respecto a la minería de cuadrilla, se ha tratado de detenninar el número de esclavos vinculados a esta iabor la rnanera corro estaba organizado su trabajo v la rentabilidad de estas ernpresas. Nuestro sondeo de fuentes primarias v secundarias nos ha llevado a determinar que ios problemas récnicos de la rnineria de canalón, la necesidad de invertir grandes capitales para poner a producir estas minas, el rápido agotarniento de los vacimien¡os ubicados en sitios fáciies de abastece¡ más que las ciificuirades para aprovisionarse de mano de obra esclala, parecrn haber sido las causas que impidieron a ios mineros de cuadrilla antioqueños aumen.rar su producción antes de 1780. Otro lactor que iimiró el rendimienro de esra minería fire su carácter estacional, puesro que ios depósitos solo podían ser rrabajados en las épocas de lluvias, ¡nientras que ias cuadrilias de esclavos tenían que ser rnantenidas ¡cdo ei año. Esas consideraciones nos llevan a aceptar la vaiidez de la ¡esis sostenida por algunos autores según la cuai la producción rie oro obtenida por ios rnazamorreros o trabajadores libres fire la que perrnitió la recuperacion de la mineria antioqueña hacia rnediados ciej siglc xvrlr. .

.

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5

lrancisco Sllvestre, Descripctór tie. reina d.¿ Santc Fc dc Bogotá. Bogotá. Bibiroteca Pouular de Cuirura Colombirn¿ lf)5ú p. i?ii.

estudiosos de Ia historia rqgional antio-{gnque la tnayor parte de los queq¿ ha hecho hincapié en la irnportancia del papel de los ln¿zamorlreros para la economía de la época, el que !o sq cuente con documentos que nos permitan caicular con exactitud su número para las diferentes épocas y zonas mineras, aunado a la dificultad de definir con Precisión zu siruación econórnica y social, hacen que, como grupo, haya sido poco estudíado. Ei anáiisis deallado de las condiciones de vida de aigunos',

individuos matriculados colno mazamorreros nos posibiiita asegurar que un porcentaje apreciable de estos trabajadores iibres desarrollaba, ' de manera cornpiementaria. actividades agl-ícoias y lnineras, lo cual le pennitió acumular un caudal líquido superior al de ia mayor parte de la potrlación de Ia provincia. La explotación de yacimientos auríferos por garantizó la independencia econótnica de estos pobladores, pues aquellos que carecían de tierras se vieron obligados a agegarse t"rr"rro, aienos. Este fenómeno es Particularmente ertidente en el "n caso de los mulatos y los negros iibertos, quienes al tener dificultades económicas para adquirir tierras se vieron precisados a establecer re-



sola

no

laciones de dependencia con los propietarios territoriales' La difundida imagen del pequeño minero independiente para quieula propiedad de la ti-erra no era indispensable, que se había abierto ca-

rnino hacia la autonomía evitando verse obiigado a sen'i como mano de obra adscrita en las grandes propiedades, no Parece correspondet ' " uemplq a l? rqalidad. Por este morivo consideramos, con el historiador delos estudiosos de que es hora que estadourude.nse -iatnes Lockhart, jen de presumir "que la porción de ia realidad con que trabajan era la iealidad total'1, de acuerdo con esto ha(yan) hecho generalizaciones"'o I.a sociedad antioqueña del siglo xr/III se caracterizó por el agudocontrast€ entre la riqueza de ia élite económica, social y política, con{-!+"ada fundamentalment€ por grandes colnerciantes } mineros, )'la psb&aa de.graLp-arte.de la poblaciÓn. Entre estas dos caras de una misma moneda, ios historiadores casi siempre han escogido una para hacer énfasis en ella. Nuestro liarnado es a que se entlenda que son colnplementarias,v colltradictorias, y que, sin que dejen de tener del todo la razón quienes afinnan que ios habitantes de la Provincia de Antioquia se encontraban en la tniseria al f,rnalizar e1 período colonlal, también están acertados quieties postulan que había un grupo con muchas posibiiidades económicas y existían ciertas acti'r'idades especialmente lucrativas. Esto hacía que en la región no hubiera una sociedad cerrada

6

"l¡ historia social de Hispaloamérica colonial: evolución I posibilidad'.trad.G.Colmenares,I¿tinAnqican.ResearclXeriear,voi vrt'uúm l, 1972, np. 6-45.

James Lockhart,

xvlil y rígrda, sino ciertas profesiones, como el comercio, que permidan el enriquecimiento econólnico y el ascenso social. La gran cantidad de confiontaciones sociales existentes en la Prorinrcia dp Sftlqg¡¡fa,e¡_la segunda mit¿d del siglo xvlrr es, colno lo ha expresado el historiador JaimeJaramillo Uribe, refle;o de que los conflictos enrre los que "siendo diferentEs están sin ernbargo próxirnos, son más intensos".T Muchas de las afirmaciones que se han elaborado sobre la Provincia de Antioquia a fines de la Colonia parten de la suposición de que esta 'era una unidad homogénea. $_g dglS_ojlq,cS"q¡j qq-g pa¡a el siglo xvur la gobernación estaba conformada por subregiones, que se diferenciaban 'en la estructura económica, la composición étnica de sus habitantes, las formas de participación rocial y política, y la identidad culrural. De allí que para estudiar la situación de los difercntes gnrpos raciales frente a !a tenqfi_clq d_e la tierra y la propiedad de las minas, hayamos tomado las s_UlfegiOn_es del occidente, conformada por lajurisdicción de la ciudad de Antioquia; del Valle de Aburrá, perteneciente a lajurisdrcción de Medellín; del oriente, compuesta por ias3urisdicciones de Rionegro y Marinilla, y del Bajo Cauca, a la que correspondían lasjurisdicciones de QaqqCS,t'_Z,a¡agoza (véase figura 0.1). Abordar de esta manera la historia regional nos permite distinguir las condiciones párticulares de una locaiidad y las características generzles válidas para toda la provrncia. Solo por este camino comprenderernos los elementos que identifican el proceso antioqueño y aquello que lo diferencia de otros desarrollos. . Témporalmente, el trabajo abarca el período 1700-1808, pero enfatiza en el estudio de los años 1775 a 1808. Este hecho se debe a guq los censos de población, que son la fuente documental que permite obtener datos sobre el lugar de dornicilio, la etnia, la esrructura farniliar, el patrimonio económico y 1as ocupaciones para todos los habitantes de un sitio, únicamente se empezaron a hacer en la Provincia_d-e Antioquia en 1777. Para la época anterior solo en forma excepcional es posible disponer de datos sobre la situación económica

Provrncla d€ Añl¡oquro

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social de mestizos y mulatos, Io que hace muy dificil el análisis comparativo de las condrciones de vida de los diferentes grupos raciales.

La investigación no trasciende el año de i808, por considerar- qu€ el proceso de Independencia introduce algunas transformaciones que hacen imposible realizar el tipo de estudio que nos hemos propuesto. Uno de los factores deterrninantes es que, en adelante, Ia distinción entre ios pobladores se hará con base en su condición de ciudadano

7

Jaime Jararnillo llribe, "Mestizaje v diferenciacióu social en el Nuevo Reilo de Grarnda en ia segurda nlitad del sigio xrarr', el: Erca,¡os sobre I¿ hxtoria socinl colombiana. Bogota, Biblioteca Unive¡sitaria de Cultura Coiombiana, 1968.

I

Figura

0.1

Provincia de Antioqu¡a

Fuente: DavidJ.Bobinsonen:FranciscoS¡lvestre,Belacióndelaprovinc¡adeAntioqua,Medellín, Secreiaría de Educac¡ón y Cultura de Ant¡oquia, 1988'

p

38.

o no ciudadano y, por Io tanto, desaparece la información sobre la etnia de las personas. Aunque el período de tiempo estudiado es bastante amplio, lo trabajamos a travé-s de diferentes tipos de fuentes' Enpezanos reco-

XX

'pilando

docurnentos que contienen información general. como las

visiras, las reales cédulas y las reales provisiones. Luego procesamos los

datos incluidos en fuentes de carácter masivo y sistemático, corno los libros de Real Hacienda, Ios censos de población, los protocolos notariales, las morruorias, los pleiros civiles y los juicios criminales. Con el tratamiento simuiráneo y conrrasrivo de diferentes piglg¡*d_e docuu¡entos se quiso evitar caer en ias limitaciones que irnpone el aná_ iisis de un solo qlpo de fuente. Con base en la informaciJn qbtg¡-uda se construyó ia biografía de pobladores pertenecientes a ios diferentes -g.r¡pof étrúcos. La rnuestra elaborada da una imagen de las condiciones de vida de estos individuos, de las relaciones entre los distintos grupos y de sus posibilidades económicas y sociales. Hay que reconocer que es mucho más fácil obtener datos sobre las carreras de personas pertene_ cientes a la éiite que sobre los pobladores pobres; adernás, existe rnás

información sobre los indivlduos que vivían en centros urbanos que sobre quienes estaban dispersos en los campos. No quiero terrninar esta nota introductoria sin dar mi reconocimiento a las personas que participaron en el desarrolio del traba.;o. Especial gratitud gualdo para con los ernpleados delArchivo Histórico Nacional de Colombia, deiA¡chivo Histórico deAntioquia, delArchivo del Consejo Municipal de Medellín, del Archivo Notarial de Santa Fe de Antioquia y del Archivo de la Casa de la Convención de Rionegro, quienes siempre estuvieron drspuestos a colaborarme.s euedaré eternamente agradecida con los profesores Roberto Luis Jaramillo y I-uis Javier \¡illegas, de la Universidad Nacional de Colombia. sede Medellín, quienes me permitieron utilizar el índice analítico de los Protocolos Notariales de Santa Fe de Antioquia que para el perío_ do 1700-1740 han esrado elaborando. Igual reconocimiento hago al profesor \¡íctor Átarez, de Ia Universidad áe Antioquia, quien me piesró los datos sobre compraventas de esclavos realizadas en Medeilín en los años comprendidos entre I 700 y I 730. A la historiadora Luz Eugenia Pimienta hago público reconocimiento por ia a¡.rda que me brindó en el procesamiento de Ia información del Censo de 1786-17g7 la ,v eiaboración de las tabjas correspondienres. Támbién dol,las gracras a ia señorita Pauicia Fernández. quien llevó a cabo la labor de secretaria.

8

Es necesario aclarar que cuando se realizó la in'estigación existía el Ar-chivo Histó¡ico Nacional de colombia que fuiicionaba en el edificio de ia Bibiioteca Nacional en Bogotí. Con posterioridad, sus fondos pasaron a formar parte del

Archir,o Geneml de la Nación. En las noras a pie de página se actualizó el uom_ bre del a¡chivo. Algo parecido sucedió con el A¡chivo del Concejo Muuicipal de Medellín, que hoy es parte del Archrvo Histórico de Medellín.

La ayuda financiera de Colciencias me permitió el desplazatniento hacia los archivos ubicados fi.iera de Medellín y el apoyo institucional de la Universidad de Antioquia a esta investigación me posibiiitó poder dedicar gran parte de mi tiempo de trabajo a esta labor. A los prolesores \¡íctor Avarez y Rosalba Durán, quienes fueron jefes del Centro de lnvestigaciones de Ciencias Humanas du¡ante el desarrollo de este estudio, ies reconozco el empeño que pusieron en solucionar los obstáculos que se presentaban.

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I

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Primera parte

I

La tenencia de la tierra en Ia Provincia de Antioquia durante la segunda mitad del siglo xvIII {' \

Lo,

históricos sobre ia "rtudios estructura agraria en el \./irreinato de Nueva Granada durante e} sigio xrrn han girado básicamente en torno al proceso de formación y desarrollo de Ia hacienda en regiones corno el \hlie del Cauca, la Costa Atlántica y la Sabana de Bogotá. Corno la gran propiedad vinculada a la producción de excedentes para un rnercado no parece haber sido la característica fundamental del sector rural antioqueño de entonces, la vida agraria de

la región ha merecido poca de los investigadores. El

ius¡ellle¡a,Uglada-a-que'sedejede tolggllim-o*tg3Jl?das en medianas

pgilElaq-

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rspje4ade

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"fuaulalsl-,o

p9r4{rep_d-4!4nqlggeggos. Los oocos trabaios oue hacenl,,,, -=_.-=--.--=-_l referencia a Ia tenencia de Ia tierrá/ en ia P¡pvincia de Andoquiajgralrei. ¡.

€Ig:pglo39-!g_bqn le$rado en lasli'

l.t';i Lr.' !

.r'i

i.

-1rcr

Editores, 1979;AnnTivinam,Minro4comucinntaylabtadora.lnraícadelapírituem!rcsarial Antioquia., 1763-1810. trad. Cecilia Inés Restrepo, Medellín, FAES, i985.

(

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sgbiess!"'-ds[4!sCs-&"ori4.sr='] q' "rl' ..n"o ..u lu rnltu ¿. lul.d.lli"5G u 'lt

James Parsots, I-a donirución antioqucña m cI Occid¿nte de CoLombia, Bogotá, Carlos Valeucia en

I

iado el análi*s!¡dp_lalacgudades de au-

i-'1 1¡,pir ¡¡

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atención

inlc¡¡il porla

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\ 2 I Riquu-. pobreu

1 trifnencinción sociar en. rn pmuincia dc Antiogrin. d.urante er sigro

oriente,-Eo.¡¡eje en Rionegro.r esrudios r. ..ñ...,r,l^

xntt

pocos la tnayor Darfe de Inc n-^^i^,.

r.'; ¿.ir.- ;""T'.:;if i,li l:'J.:':;::[.j .rds¡tq,.¡urisdicción de Ia ciudad de Anrioquia 3 Las caracrerÍsricas "",* iozi y Ázi;;,"";i;;il.r"

que a"r üig.ra de Aguinaga. lro renían plesentan las dos primeras áreas se títuro legitirno. En lnucrros casos, los han hecho exrensivas a ia.totalirtad habían vendido tierras de la región, ocuitando así grandes ;;;;l;1"r", ;;ii;;;'" realengas, defraudando a diversidades en cuanro a las foinas de U n"li uu.,"rr¿u. aprcpiación y hmaño de. las propie- Lo, u".ir,o, de la ciudad de An_ dades, modo de explotación,

,irq;;, ;, cle la recién erigida \¡illa ir*i a. ¿. obra urilizada y productos cuitivados. ir¿.¿.lrin opraron por hacer una La distribución de ra propiedad de ."*fári.ior grobal de ras tierras de la tierra en ia provinciu o" antioq*i r*¡ínroicci.r¡es. a rravés de un pro-

duranre el siglo xvrr tue el fi,uro cornpteio. que se originó

ae #;;;;;;;";ffiffi;;;,;:",

:: lln."ro en las rnercedes de der

fin. En

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or er c ab' do . X*,:"iH1,1.",.Ji " gobernadores duranre ét ,iglá y tilñ a h cri.i, de la rninería y el primeras décadas del xr'. nrto,".', prí_ a.rpiuru_i"r,to de gran parte .e los rnirivos larifundios se d a ravés de ra repartic;T':"',flTT rnerosos helcderos de un patrimonio J;J; po..r* .o.r..pto fuera de 150 pesos familiar o por rnedio de ia venta de ;;.;;.;;.".gó p

l:'fijil:'J.¿,]l1ilT:l,.:,

a Francisco de Saida_ una parte o la totalidad_ de la pro_ rriaga para gue recibiera los dine¡os pie*ad, Et seguimiento dc las láeas

) #;;;g-"ra en la Caja Reat. para que í'¿"a'iii"' ü f,T:ilT::: [";X';, "t"*ar '"*p"'iJ"" ,5 i.#o;' propiedad,. .o,,,"*á",i1,.T'J:1 ::"XT:T:r:::";,n:T ili#Tfi ; seno de un grupo fam'ian siendo Io g.un .rJ*..o de hatos de ganado y común la división de ella en pedazos Jr,url.iur.i cada vez rnás pequeños. En un principlo, la disponibiiidad C,uando la reat cédula de 1674 dis_ d" ;r*i:;;T;,,^,::L":i"l:11 J.1os útulos de rrr"rr" J.rii|,TfiI:trftt ll:'olu.o,r,pori.io, uerras otorgados #*: hasta ese

momerto, continuada ¿J U rro*..u

^,t;;;;

Hermes To'ar Pinzón' "probremas de la estmctura rural arrdoqueira en la seg.nda mitad del srgio xrnrr". pone'cia presentad sl^p^J'rl,Ji'rii"ií rr*, *rombianc, su evorución "o, "l acrualu)od..

Medellrn. fÁ¡S,

1

Ár 'rcror

de

la tiena en In Proúncia

d,e

Antioquia...

f

3

minera permiuó a mestizos, mulatos

gobernador Francisco de Monto,va

y ne-qros iibres acceder a e1ia. Debrdo

y Salazaq

al crecimiento demográfico de la . población libre en Ia segunda mitad del siglo xvrrr, algunas zonas, como el \hlle de.A.burrá y el área circ-r¡ndante -a

la ciudad de

Antioquia,

se

poblaron

densamente y la tierra allí disponible se agotó. Paradírjicamenre, lo poblado apenas cort-espondía a ia docear,a

parte del territ.orio de la provincia, cornpuesta por una diiatada extensión montañosa.5

Durante el siglc, xvtll, los antioqueños incorptrraron nuevas tierras a las labores agrícolas y mineras. La

ampliacion dc la frontera por el occidente dependió de ia reducción de ios indígenas de Chocó, que a io largo de los siglos x\¡I )'\at habían resistido la penetración de otros grupos a su territorio. Las entradas a esta región desde Antioquia cot¡enzaron en la década del setenta de1 siglo xvu. Fn 1674, ei

bachillerAnionio de Guzmán

; Cespedes. presLritero tlisionero. decía que él y s¡ ¡".*uno, el tesorero lgnacio de Guztnán, habí¿in descubier-

io y paciñcado esa provincia, donde funda¡on cinco pueblos. en cuvas igiesias los indígenas estaban siendo doctrinados. Según su informe, más cie 80 personas habían entrado a las minas descubiertas en los airededores del sitio de Urrao. donde su familia

tenía más de 40 esclavos trabajando por esa época. Bajo la dlrección del

se proce_dió a insqpr gna misión de reiigiosos fianciscanos en ia zona, Para mantener y conseñ'ar en paz a los narurales. Muchos criúcaron la labor de estos rnisioneros, pues consideraban que, como recién llegados de España, desconocían el carácter de

hrdaron en hacerse realidad los temores de un aizarniento de los indios reducidos.6 ias tribus de la zona y no

Fn 1684. aigunos caciques v

su

gente se rebelaron y dieron muerte a los rnisioneros, el teniente de justicra mayory otras personas. Para socorrer a los españoles, gente libre y negros de cuadrilla que se hallaban sitiados en el palenque de Chocó, el gobernador de Antioquia, Diego Radillo de Arce, or-ganizó una cornpañía compuesta por 40 soldados pagados, 8 aventureros que se alistaron sin sueido, I 7 cargueros yjeques de Sopetrán, 9 indios anaconas, 8 jeques nuevos, 8 indios de Buriticá;, 6 indios de Sabanalarga.

Entre las recomendaciones para ia pacificación estaban Ia de que no se abandonara la provincia l sus mitierales, pues esto significaba retroceder en la apertura de una irnportante frontera, y la de que por todos los medios se impidiera la cornunicaqión de los caciques y capitanes de estos indios con ios cunacunas,.urabáes y dernás gnrpos de la costa del Darién. así como

con los piratas que ordinariamente asistían a ese lugar.?

lsul.

arez Morares. "La fo¡rracitil¡ de ra estn¡crura agraria en -furtioquia (r 54?-l 7g0;.., en el III congresa ¿,

llL*ru;lhda

La tmencin.

ni'i)i"áluiii)*,' v.aaui,u,,.".,ia"i"á.

H. Tor.ar Pinzón, ,,p¡oblernas de la estructura rural andoquena...,,, Op. cir., pp. l-3_

5

6

Frarrcisco Silvestre, l)escri2ciór¿ del rcino de Sattta Fe de Bogota, Bogorá, Biblioteca Popula:' de Cuimra Colombiana, 1950. p. 173. Archii'o l{istórico de Antioquia (AHA), lndios. tomo 24, docun¡ento 719, fols. lr I'r. úf-!t in¡iios. ¡or¡ro 25, documelxo 751. fols. Ir-6r:

4 f Ríg,re-, pobrcu

y üferncinción socinl en. ln Prouincia de Antioquirr durante el sigln xvrtt

l,a pacificación de estas tribus duraría unas décadas rnás. En el ano 1 7 I 1 , el gobernador JoséLópez de Cana,¡al

. entró personahnente al sitio de Murrí, donde redujo y pobló, a orillas del río

de ese nombre, rnás de I40 indios, a quienes les hizo levanrar iglesia y ies puso cura doctrinero. Tres años lnás tarde, estos volvieron a su anti_ guo reriro. Para l72Z había, en esre paraje, algunos vecinos de Antroquia traba.;ando con sus cuadrillas en las quebradas y amagamientos. lo que dio

origen a eue el .qobernador Facundo Guerra Calderón nombrara. cn 1725, a An.tqniq \l¿-¡91a qapitán a guerra dei

sitio de M-u¡rí, Este redujó v fundó

dos pueblos de indios, San Nicolás de Fuernia y San José de Chaquenoda, qrre lueron abandonados varias veces.s

La precariedad de estos asenulnientos se mantuvo hasta 17g5, cuan_ do se hizo la fundación del pueblo de indios de Cañasgordas, que com_ prendia unas 60 aimas.r Sin ernbargo. esta sección de la provincia

cond;uó

siendo poco habirada, ya que en I g0g soio residían allt I 30 blancos, lnesrizos

l

mularos, 158 indígenas reducidos y algunos prófugos. r 2l esclavos ne_ gros. Era el sitio de rnás baja población de la ;urisdicción de la crudad de

.{ntioquia.lo La ampliacion de la ñronrera ha_ cia el valle de San José de Urrao se aceleró a partir de 17g0, cuando im_

La. tenencia de ln tiena en ln Prouincia

portantes colnerciantes y propietanos de la ciudad de Antioquia,oli.iru.on

se

y obtuvieron mercedes de tierras a orillas del río penderisco. En 1793, Manuel Ladrón de Guevara, José Bernardo del Campillo y otroi pi_

La ampliación de la frontera minera y agrícola hacia el norte de ia provincia (Valle de los Osos) fue muy

dieron que se les hiciera rnerced de unas monhñas reaiengas. En 1g05, José María Alzate pidió una merced de unas rierras baldías y ese mismo añoJosé Pardo, Juan Esteban Martí_ nez, José María C)rtiz y otros socios hicieron otra petición en ese sentldo. Esta expansión tuvo como relón de fondo el pleito queJuan Fablo pérez

de Rublas y los vecinos de Urrao siguieron desde fines del siglo con el presbíteroJuanJosé de Guzrnán por tierras en dicha pobiación.ti Fara 1808, el sitio de Urrao con_ taba con 600 habitanres, de los cua_

Ies I7 eran blancos, 365 mestizos, 200 mulatos y l8 negros esclavos. Dentro de sujurisdicción se había esta_ blecido. a orillas dei río de Ocavdo. una

farniiia de libres y rnás de SCI'O indios "racionales e inclinados a la ag-iculnr_

rayaiapesca".12 Hacia el occidente no solo existía el peligro de los indios. En t?02 co_

rrió el rurnor de que piratas ingleses r¡archaban por tierra hacia las saba_ nas de Urrao. con el ánino de invadir y saquear la ciudad de Antioquia. Para combatirlos, se formó unu .oro_ pañía de 94 hornbres, en los cuales

nalarga y 9 indígenas de Sopetrán.r3

rápida, colno lo detnuestra el que se haya pagado,

concepto de cotnposiciones de tierras en esta área.la Otra zona en expansión fue la de

jurisdicciones de Rionegro y Ma; ¡pilla, Lg dinámica de esfe proceso llevó a que ia primera fuera erigida ciudad por real céduia de 1785, trasladándosele las preeminencias que tenía la antigua ciudad de A¡ma. Esta diligencia se huzo con base en informalas

10

t1

t2

A¡chivo General de la Nación (AGN), Caciquu e indios, totno 6, fols. 3 l 6r-419. AIJL Indios, tomc 26, documerto 793, fols. lr_5n AIJA, Censos. tomo 343, docunenro 6538. fol. 4lv 1ll. l"-r, de Antioqun, romo 8, fols. t-186, l8?-212, ?18_229, y romo 9, fols. 109,j34 -AILA. Cp¡sos. ro¡¡ro 343. docur¡re¡rlo 653g. fols. S1r_S2r.

Antioquia...

I

5

la Vega de Supía, no hubiera otra población que la citada, !ler'ó a.l oldor visitadorJuan Antonio Mon y lbiarde (1

785-1788) a cuestionarse la orden de

extinguir esa antigua ciudad.15 Aún en 1808 había 605 personas libres ,v 44 esclavos avecindados en este sitio.16 La ampliación de lajurisdicción de

Rionegro se hizo también a costa de Ios intereses del Cabildo de la ciudad de Antioquia. Desde rnayo de I786, este cuerpo colegiado intentó que se desalojara a varios vecinos de Rionegro de un territorio que el gobernador deAntioquia, Gaspar de Rodas, señaló por ejidos y propios de esa ciridad en 1601. Según Io expuesto por el

ia real cédula de erección se mandaba

apoderado de dicha ciudad desde ese entonces, el Cabildo usó librernente de esas tierras, arrendándolas y cobrando pastaje a las personas que tenían ailí ganado. En marzo de 1 7i5 fue otorgada, por el gobernadorJosé de Yarsa, una rnerced de una porción de estas tierras aJosé y Cristóbal Ruiz y Ar-ango, sin plevia citación del Cabildo, no obstante ser ejidos, como constaba en

arrasar Ia antigua población, en abril de 1788 residían allí 332 personas, aplicadas al cultivo de la tierra. que

el título expedido. En I 730, Ignacio GarcíaJararnillo solicitó y obtuvo que el Cabildo de Antioquia }e vendiera un

se resistían a abandonar el lugar. El hecho de que en el camino a PoPayán,

pedazo de estas tierras, pese a carecer

desde el sitio de Santa Bárbara hasta

enajenarlas.lT

ciones que exageraron io tnalsano del clima de ese sitio y pusieron a sus habitantes en el "rnás infame'tilipendio". El resuitado del traslado fue poner en manos de los grandes propietarios de Rionegro un terreno fértil y fecundo,

obligando a una población pobre a abandonar sus hogares. Aunque en

14 8

entre 1763 y 1789,

la suma de i.284 pesos de oro Por

t3

9

incluyerou lg indígenas de Saba-

d,e

15

t6 77

este organisrno de facultades para

AGN, Cnciques ( indios, tomo 73, fols. 487-522. Hernres Tova¡ Pinz6tt. Grand.es empcsas ag'ícolu 1 gam.d,eru: su d.qanollo m el siglo xvttt, Bogouí, Cooperativa de Profeso¡es de la Universidad Nacional de Colombia, Ediciones CIEC, 1980, p. 19. Emilio Robledo. Bosquejo biográfco del seízor oidu Juan Antmio Mon y Velatde. I/rsitada de Antioguia, 1785-1788, Bogotá, Banco de la Repúbiica. 1954, tomo 2, pp. 308-31 I. AffA. Cercos. tomo 343, dommento 6538, fol l2n La infonación sobre este pleito fue sacada de A.llA- Tien'ü' tomo 163. dorumento 4263'

b I Riqut*,

pobreru y difermci.ación socütl

m ln Prouinca.

de Anüoquin durante

el

siglo

Itt

x,rn

Entre los vecinos de Riouegro involucrados en el pieito con el Cabildo de la ciudad deAntioquia se conraban, según el censo de 1787, el alguacil rnayor Francisco Carnpuzano, el regidor

acaparaban estas tierras, beneficiándose con los establecimientos que los pobres hacían en ellas.re

José Antonio Ruiz

tierras pertenecía a los vecinos de Rionegro. ya que por ser tan distantes

y Cristóbai

Ruiz Castrilión. Los testigos presenrados por ellos d¡rclararon que los anriguos poseedores de esas tierras las adquirieron por cornposición hecha con losjueces privativos de tierras. precediendo ias formaiidades precisas. De estos terrenos se habían hecho ventas y ia rnayor parte de ellos se hallat¡an vinculados como aseguros de cape, llanías, dotes y tutelas de menores. Exponían que si los terrenos se adjudicaban al Cabildo, Ios inreresados se

arruinarían. Un argumento de más peso fue el afirmar que el gobernador Gaspar de Rodas no estaba facultado

para señalar en este lugar los propios de la ciudad de Anrioquia, va que el territorio en litigio correspondía a la

jurisdicción de la antigua ciudad de .Ar:ma, que perteneció a la Provincia de Popayán hasta 1756.16

Es importanre anotar que los dueños de estos terrenos ios había¡ otorgado a lnerced a individuos sin tierra. Así, Francisco Campuzano tenía allí a una farnilia viviendo a

En abril de 1791, ia Audiencia determinó que la propiedad de las

de la ciudad de Antioquia, no podían

destinarse para ejidos, puesto que, conforme a la ley, estos debían señaiarse en las inrnediaciones de las ciudades. Los propierarios las habían

¡enido con justo título, buena fe

;,

había pasado dempo suficiente para que, por prescripción, ellos ruvieran el verdadero dominio.

Los vecinos de Marinilla, por su

parte, consiguieron separarse de la ciudad de Remedios, a ia que esruvieron unidos, y obtuvieron el títuio de vilia dependiente de ia ciudad de

Crisióbal Ruiz Castrillón a cuar.ro. Contra lo afinnado por los lesrigos. eran vecinos acaudalados los que

sitio de Guadaiupe y el \,'alle de Osos. Estos hechos muestran que hasta la década del ochenta fueron "los ve-

t8

AIIA-

l9

AHA Cnsos, tomo 341, documenro 65:1, fols.3ir-I22v.

20

Ibíd.. tomo 343, documellto 6538, fol. lBr. AGN,Tierru de Anttoqtún, tomo 5. fols. i?9-133. 134-138, 139-153 v 162-167 Ibíd., tomo 6, fols. 188-2I? y 218-220.

2i 22

Otd,enes

Antioquia...

I

7

Vallejo por 500 pesos, a Nicoiás de Henao por 250 pesos, aJosé lgnacio Mejía por 562 pesos 4 tomines. a

hacel diligencias de reconocimiento. medidas, avalúos y pregones, y lama-

Facundo Cardona;' Miguel Naranjo

yor parte del vecindario no contaba con recursos para ello. Así, Ignacio Castañeda (i760), Sancho Londoño

por 500 pesos, a Feliciano Bedoya por 200 pesos y a Bernardo Jiménez y

Zapata (1 7 62), Felipe Viliegas Córdoba (1765) y el doctor23Juan Esteban Leonil de Estrada (1768), vecinos de

Como puede verse, un amparo de tierras podía producir grandes ga-

Rionegro, solicitaron y obtuvteron grandes mercedes de tierras en la jurisdicción de la ciudad de Arma.2a Muchos de los que se hicieron a eslas concesiones, después de pagar una corta cantidad a beneficio de ia Real Hacienda, revendieron partes de ellas por cantidades lnayores.

Así, por ejernplo, Felipe Villegas Córdoba, en 1763, pagó 125 pesos 5 reales al fisco por las tierras

se

lnerced. José Antonio Ruiz a orra y

d,e

derras realengas, pues de acuerdo con la real cédula de I 754, era necesario

de tierra.2r

José Antonio Isaza Pérez pidió una concesión en 1766, vJosé Paiacios otra. en i;69.:: Otros propierarios de Ia villa solicitaron terrenos en el

en la Prouinci,a

Nicolás Valencia y Pedro Martínez por 787 pesos 4 tornines, a Félix

Anna, desde

La apertura de frontera en los

tima

cinos acomodados y de algún caudal" los que obtuvieron gran part€ de las

Antioquia en 1 786.20 Tárnbién dentro de la jurisdicción de Remedios hubo expansión, pues desde 1739 ia Audrencia otorgó allí varias mercedes

términos de ia \¡illa de Medellín se hizo hacia Amagá, lugar en donde

tenencia de ln

comprendidas entre los ríos Buey

1'

sus cabeceras hasta que

juntan. En i784, cuando falleció

Manueia Londoño y Piedrahíta,

su

esposa, estas derras fueron ar,aluadas

en la mortuoria por 1.500 pesos de oro. Otra r¡erced que obtuvo en 1768 en el sitio de La Miei, la verrdió por

partes a Bernardo Franco e hijos por I.125 pesos de oro en polvo, a

superiorcs, tonto 16. docuruento 524. 24 9ñ 26

Meichor Gallegos por 400 pesos.

nancias a su dueño.e5 Debido a esta situación, el fiscal de la Real Hacienda, doctor Francisco Moreno y Escandón, consuitado por

el virrey Manuel Guirior en 1778, conceptuó que, en lo sucesivo. se debían conceder gratis las tierras

y realengas a quienes las denunciare. con la condición de ciesmontarias, sembrarias y cuirivarlas, pues de no hacerlo perderían el derecho adquirido y se podrían adjudicar a otro. Para lograr este fin, solo se \¡acantes

a un individuo la cantidad de tierra que según su caudai

debía conceder

pudiera Iabrar adecuadamente. Con el objeto de evitar dudas y pleitos, se pondrían linderos fijos y esrables que no pudieran mudarse fácilmente.26 Opinaba que esto se debía hacer sür inquietar a los propierarios que

estuvieran gozando tierras cornpra-

Los títulos de maesro, ücenciado, bachiller,v doctor erm tín¡los académicos. l: persona había realizado esrudios fomrales y se había ¡gaduado. Los esmdios uuiversitarios superio¡es conducían al grado de doctor. Este grado sólo se ¡ecibía en dos carreras: teologÍa o derecho. l: ca¡rera de medicina en el siglo xvul sólo funcionó de forma irregular y se graduaron muy pocos. Ibíd.. tor¡o 5, fois. 934-944: tomo 8, fols.492-635. 800-827 v 828-847. Archivo de Ia Casa de Ia Convención de Rionegro (ACCR), Morlumiu, tomo 40, fols. I ¡-97r'. La irrformación sob¡e la real cédula del 2 de agosto de 1780 fue tomada delAnuaria Co' lombinno de Hstoria Social 1 de La Cuhura, Bogotá, I 982. núrr. I 0. pp. 23I-2a4.

8 I R;q"t-,

Ia

pobrem y d.iferenciación sociaL en In. Proz.tincin de Antioquia tlurante el sigln xvtrt

tenencia d¿

das o compuestas con el rey, porque

ra de ellas la situada en el monte

Tárnbién fueron objeto de la pre-

introducir lnodificaciones sería dar

nombrado De la Vieja, autes Nueva

pie a incontables litigios. Los dueños

Victoria, que se denominó San Carlos de hiego, en reconocirniento al sobe-

sión de los pobladores las tierras ejidales. En el caso de la ciudad de Antioquia, esta contaba, en calidad de

rano. Pc¡sterionnente se establecieron las pobiaciones de San I-uis de Gorgona, llamada antes lhrumal; de San

ejido. con un terreno inmediato llamado LlanoArriba. El Cabildo arrendaba estas tierras a 2 tomines el ahnud de

Altonio del Infante, esrablecida en

sembradura, si el zuelo era estéril, y a 4 tomines cuando era fértil.2p Los arren-

de grandes extensiones de tierras debían explotarlas y si no contaban con recursos para hacerlo, estaban en la obligación de perrnitir que orros lo

hicieran, ya fuera vendiendo parte del terreno o arrendándolo por una cantidad no exorbitante. La real cédula del 2 de agosto de I 780 acogió parciahnenre el anterior dictamen del fiscal. Esta fue la norma iegal invocada por el oidor visitador Mon y Velarde, al pedir aurorización para distribuir tiemas realengas a los pobladores del nuevo sitio de Urrao y a los vecinos que quisieran fundar

poblaciones en los lugares más

a

propósito para fornentar el cornercio. I-a Real Audiencia del 26 de ocrubre de I 786 delegó en el visitador las facultades necesarias pal"a que tanto a los pobladores como a ios venteros les pudiera señalar, medi¡ demarcar,v amojonar ias tierras que concep¡uase necesarias. Para [rarnitar los títulos, ias diligencias debían ser rernitidas a laAudiencia, con lo que, en concepro de Mon y Velarde, poco o nada se rebajaban los costos. Aquellos individuos que solicitaban mayor porción de tierras debían hacer los trárnites conforme alareal cédula de 1780. Durante los años 1787 y 1788 se hicieron diligencias para ia fundaclón de nuevas colonias, siendo la prime-

Mocorongo; de Carolirn del Príncipe, antes la Herradurita, y se adelantó mucho la de Amagá, nombrada San Fernando de Borbón.27 La contradicción existente en ia Iegislación, entre la pretensión de que

no se inguietara a los antiguos poseedores de mercedes y la aspiración a distribuir la tierra a ios individuos

que carecían de ella o no tuvieren suficientes para su laboreo, dio origen pleitos entre los colonos de las nuevas pobiaciones ),los anteriores dueños de aquellos terrenos. La Audiencia pareció ignorar que desde I 750 se había adjudicado títulos, que a agudos

estancias, con inversiones de carácter

perrnanente, que podían vender a ofra persona con ia condición de que esta se hiciera cargo de pagar el alquiler al ramo de propios de la ciudad. Así, entre 1775y 1799, se hicieron 6 escrituras de cornpraventa de estas estancias. Una de ellas fue vendida

en 1798 por Francisco de Aguirre, como albacea de su hermano Manuel .A,ntonio Aguirre, a Tiburcio del Río, vecino de Ia ciudad de -A.nt-ioquia. por 200 pesos de oro. La posesión tenía

al ser otorgados sin ieconocimiento del suelo ni medición pr-ecisa, pusieron en manos de unos pocos indivi-

casa de vivienda pajíza, casa de trapiche con trapiche de moler, horno y caballo, )'tres cuartilios de cañaduzal. Fue vendida a censo redimible con un

duos inmensos territorios. Desde el punto de vista de la titulación, no

interés del \Vc anual.so Las inversiones hechas en estos

había un pedazo de tierra vacío en la parte central de la provincia t a este hecho se debieron enfientar los nuevos pobladorcs. La ambigüedad de la

terrenos entraban a formar par-

norma se hizo palpable en el pleiro segurdo por Joaquin Barrienros y Plácido Misas contra los pobladores

te del patrirnonio familiar y eran repartidas entre los herederos del dueño. Los descendientes de Juana María de Borja, vecina de la ciudad de Antioquia que murió en 1788, se

ti.ena en ln Prouincia de AntioEria...

fI

repartieron una casa de embarrado cubierta de iraca, con cocina, y una "plantica" de árboies de cacaoy matas de guineo que ella tenía en los ejidos. Estos bienes fueron avaluados en 40 pesos de oro.3r

No solo los vecinos pobres usufrucruaban estas tierras, sino que también las arrendaban algunos comercianles acaudalados, colno Francisco Liul, asentista del estanco de ag¡uardiente, quien en 1771 tenía establecida la fábrica de aguardiente y una plantación de caña en los ejidos. La inversión hecha en casas,

trapiche, fondos y cultivos era de 452 pesos de oro.32 Asinismo, las tierras de los ejidos de }a lilla de Medellín eran arrendadas por el Cabildo. De acuerdo con el censo de 1786,4 familias blancas y 38 familias rnestizas y muiatas, residentes en el barrio de Guanteros, contaban con posesiones en los ejidos.33 Varios vecinos denunciaron. durante la visita realizada en 1808 por el gobernador de la provincia, Francisco de Ayala,

que algunos grandes propietarios usufructuaban un buen porcentaje de aquellos. Según los testimonios, gmn parte de este terreno había sido arrendada aJoaquín Tirado y Antoruo Uribe, r'egidores del Cabildo.sa

Aunque más adeiante se trata detalladarnente este terna. no se

de San Luis de Góngora (Yaruinal).?8

27

E. Robledo, Bosquejo biográfco

28

pp.327-329. AGN, fr¿ryru d.eAntioquia, tomo g. fols.270-441.

d.el

datarios del lugar habían formado

la

señor oiúorJuan Antonio Mon

n,

lblarde,

óp. cit., tomo

2,

29 AÍL4,- Tienas, tomo 163, documelto 4263, fols. 365v-367v. 30 A¡chivo Notarial de Santa Fe de Antioquia (ANA). tonro 1798-1799, :tl Aff4 Mortuorias. tomo 20I, documento 4920. 32 lbíd., torno 250, domlnentos 5477 a 5180. 33 ,AJIA. Cmsos. tomo 340. documento 6503, fols. 227r-240t'. 34 AllA- I4silas. tomo 76, documento 2112. fol. 17.

legajo 1798, fol. 52r

ETT€

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7A I Riquem,

k;

pobrem y difrmciación socinl en In Prouinci.a. de Antioquia. d,urante el sigln xvtrt

puede dejar de mencionar aquí los continuos pieitos generados por la presión ejercida por los vecinos libres sobre las tierras de los resguardos indígenas. Desde que el oidor Francisco de Herrera y Carnpuzano adjudicó en 1616 los resguardos de SanJuan del Pie de la Cuesta, Nuesrra Señora de Sopetrán, SanAntonio de Buriricá y San Lorenzo de Aburrá a los indígenas sobrevivientes de Ia jurisdicción

cañaduzales, rocerías y huertas en

rnrentar desposeerlos y convertirlos

los resgr.rardos de Sopetrán. Entre

foposamente en sus feudatarios. Así, en 1797,-Juan Pablo Pérez de Rubias,

todos sumaban unas 1.200 personas. Su producción agrícola y ganadera

sen'ía para aprovisionar no solo la ciudad, sino también a los minerales de Ias tierras aitas del Valle de Osos.36 La tierra de los indígenas era ape-

tecida tanto por ios vecinos pobres como por los acaudalados, como el colnercianie Cabriel de Rivero, quien

de ia ciudad de AnLioquia, esros fueron invadidos por ios ganados y

en I 789 poseía una estancia en el resguardo de Sopetrán. Allí tenía casa de

las sementeras de blancos, mestizos

vivienda, casa de trapiche con trapiche y horno, 3 airnudes de cañaduzai, 7: ahnud de platanar, 25 cabezas de ganadovacunoy l7 esclavos. Este su-

y mulatos. Durante la visita realizada en 1 670 por el gobernador Francisco de Montoya a los pueblos de indios de

ia provincia, el protector de naturaies, José \¡ásquez Rornero, inforrnó que dentro del pueblo de indios de San Pedro de Sabanalarga vivían José

Lozano, Nicolás de Montes, Juan Fernández, Francisco Osorio, los h¡os de Diego Durango, los mularos Andrés, Juan y Rafael tlolguÍn, y el zambo Ventura de Táborda, quienes causaban perjuicios a los indígenas. trdéntica situación se presentaba en los otros poblados indígenas.35 Un siglo rnás tarde, en 1769, en una representactón hecha ante el gobernadorJosé Barón de Chaves. se decía que pasaban de 250 las cabezas de familia no indígenas que se hallaban estabiecidas con estancias, platanares,

tenencia de la trena en ln, Prouincia

uno de los diez grandes cotnerciantes

de ia provincia. declaró en su testamento que la Real Audiencia le había hecho gracia de tres estancias de rierra situadas en SanJosé de Urrao enrre la quebrada de llonda ;' el río de la Encarnación, desde la orilia del río Penderisco hasta ia curnbl-e' Él había dacio permiso a algunos pobres para que hicieran sus rocerías sin pagar nada por esPacio de cinco anos; pasados estos, marrdaba pedir-

11

Antioquia riuranie Ia segunda mitad del siglo xvln, De manera particular se aborda el terna para la 3urisdicción de la ciuda Mortuorias, tomo 222, documerto 5194 Ibíd.. documento 5185. Ibíd., tolno 223, documento 5195.

'd

f 22

I

nl.g"t-,

pobrczn.l, r)iia'mciacim social cn La Prouir¿ci.a de Antzoquia durantc el siglo xvnt

Lo jurisdicción d.a l"o ciudad de Anüoqun

Toro, tío de su esposa Micaeia Villa y Toro, le hizo a esta y a su h!ja, de la lnitad de una estancia y 7 esclavos.

Este caso rnuestra que las fortunas de algunos individuos exitosos solían

Además, don Salvador compró a sus

leyes sobtre herencias que obligaban a partir los bienes 1 a circunstancias fornritas. En el caso de los herederos

herrnanos derechos en ias tierras de Caimán y otro derecho en Tátama. Aunque conuba con tierra, la cantidad de ganado que poseía era mínirna, pues en 1775, en ias tierras de Noque, solo tenía 5 vacas, 5 yeguas, I caballo, I rracho de carga 1' 1 potranca- Los herederos de estos

.9R

G

bienes fi.reron sus hüos Ana María y José Gabriel Garcia.2l

los 3 esclavos que poseía los dejó a los

*

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hijos de Francisco Antonio de Otero y Cossio, su cuñado.:1 Para tenninar Ia hisroria patrimonial de esta familia se debe señalar que José Gabriel García \¡illa, hijo de Salvador García. al rnorir en 1795

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sólo conservaba unos derechos en las tierras del Contador y Caimán, pues

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había vendido parte al doctor José

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.{ntonio Gómez. Su caudal

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conformado, además, por unas pocas reses, l0 esciavos de los que debía parte de su valor y un derecho en el

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salado de Sopetrán.:3

disolverse con rapidez, debido a las

de García de la Fuente, ei sucesor,

nornbrado administrador de los bienes, así como tutor y curador de lo que correspondió a sus hermanos menores, falleció muy joven, dejando la rnavor parte de su patrimonio para la filndación de una capelianía de misas

Pedro Antonio García y Zapata, otro heredero, decía en su testamento de 1778 que conservaba parte de la estancia de la Cuchara )' otros derechos que heredó de sus padres. El ganado que tenía eran l0 reses, 4 caballos y l0 yeguas. Estos bienes y

¿

I 23

estaba

por

su aima y la de sus padres. En

esta familia. la muerte sucesiva de los

herederos llevó a que las propiedades decayeran, debido a los costos de las

conlinuas causas mortuorias y a que su administración anduvo a la deriva.

Colno Io ha anotado el historiador sueco Magnus Mórne¡ el farnoso refrán de "Padre cornerciante. hijo caballero, nieto pordiosero" tenía algo de verdad.2a

Mención especial merecen las haciendas que los jesuitas conformaron en la jurisdicción de la ciudad de Antioquia después de su llegada a la

provincia en 1726. En ei momento de su expulsión en I 767 tenían las haciendas de El Teja¡ Güintar y Abe-juco, las dos últimas en el partido de Cauca arriba. Estas propiedades, a difelcncia de las pertenecientes a ios

paniculares. no estaban sujeLas

a

particiones y cambios en su adminis-

s

o b c 6

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IT

1775-Ii7i,legajo ).7i5, fois. 23r-96r.

2I

AN.A, tomo

22

ANA, tomo 1778-1799,1." iegajo 1778, fols.43r-45r. A}{A toruo 179-b-1796, 2.' iegajo 1 795, fols. 47r-5 Ir.

,J



Magnus Mórner, Estratificaciut social hispanoamericatta durante el períod,o colmial, Estocolmo, Research Paper Series, 1980, ve¡sión mecanografiada, p. 41.

4\'.' + '7

24 I Rlq"r-,

pobren y diferenciación social

en.

tración, lo que ies permitió rener una renrabilidad sui generis.

Empecemos la descripción de por la enumeración

estas haciendas

de los elementos que conformaban la hacienda de Abejuco, la rnás importante de ias tres. Esra propiedad fue comprada por los jesuiras, en 172g, al sargento rnayor Gregorio de Bor-

ja, con dinero provenienre de las donaclones que hicieron los vecinos de la ciudad de Antioquia y la \ziila de

Medeliín, para la instalación de la comunidad.e5 De acuerdo con los inventarios hechos después de ia expulsión de la Compañía deJesús, las construcciones con que contaba eran ia casa de vivienda cubierta de iraca; la capilia de teja de barro, que estaba maltrecha, con sus imágenes

y ornamentos: la

casa de trapiche cubierta de iraca, con un trapiche de caballo aperado; 2 casitas que servían de despensa para guardar el maí2, y 10 bohíos, en que vi.r'ían los esclavos.

Los cultivos de Ia hacienda eran

3

alrnudes de maí2,3 ahnudes de caña, 6 ahnudes de platanar, % cuartillo de yucal, 1 ahnud de arroz y 900 árboles de cacao. En una estancia adjunta (al otro lado del río Cauca) había 8 almudes de piátano, 50 árboles de cacao, 16 almudes de maí2, I yucal y varios árboles frutales.

corno se ve, esta explotación no seg-ría el modelo de la hacienda tra-

25

ln Prouincia

d.e

Antioquia. dtnante el sigla

dicional de la zona, en la cual la producción agrícola básica era el maíz,Ia caña y el pláLano. Los esrimulos del rnercado habían llevado a incorporar

productos como el cacao, rnientras que los cultivos de lr,rca, arroz y frutales debían estar destinados para

*

i1i:i:ir!::i:::d,"

ora banda del río

Cauca y 2 tenían a su

cargo el ganado del hato de Pabón.26 l¿ mayor parte de estos esclavos provenía de cornpras que losjesuitas hicieron al real asiento de Cartagena. En i 73 1, el padre FernandoVergara, superior de Ia

orden en Antioquia, tranitó ante

el consutno interno. Parece ser que los jesuitas fiieron los que iniciaron

la

la Iabranza del cacao en la región, la

para ias haciendas de la Cornpañía en 1a provincia había comprado en Cartagena ei padreJaime López, rector del colegio en ese puerto.et La hacienda de Güintar estaba dedicada fundamentalmente a ia ganadería y allí residían dos farnilias de negros esclavos, encargados de asistir el hatillo. En una dilatada extensión, colnprendida entre las quebradas de Puria 1' la de Niverengo, Ios jesuitas

cual adquirió importancia a finales del siglo y principios del siguiente. Si tenernos en cuenta que las tierras de ia hacienda eran rnuy extensas, pues iban de la quebrada de Obarya a

Ia quebrada de Pucuna, el árca efectivamente explotada con cultivos era poca. Otra parte de Ia tierra había sido adecuada para labores ganaderas,

puesto que ailí pasraban 358 reses (96 en el hato de Pabón) y 53 bestias caballares. Adernás, poseía 35 nos y 49 aves.

lnarra-

En las tierras de esta propiedad habia 2 o3os de sal en Ios que renían una casita con 3 fondos de rnetal y 2 canoas de palo desúnadas a la coc-

ción de la sal. La fuetza laboral con que contaba esta propiedad estaba conformada por 59 esclavos, de los cuales 13 eran mayores de 50 años,

p:iryrilos. Los esclavos estaban repartidos de manera que 53 se dedicaban a las iabores de la hacienda, 2 asistían en el salado,2 estaban encargados de la estancia de la y' 20,

Arl\Tentpotalündrs, tomo 122, dommenro 3szs, fol. l. para la fundación del coiegio, don Bla'co, veci¡o de Antioquia, nat.ral de Honda, entregó 40 uril pesos. y, los vecinos de Medellín, 34.526. Francisco Duque Beunrul, i/*tuiadeld.epartam.ento deAntioquia, Medellín. Imprerrta Deparramental, 1967, p. 341.

José

kt jurisd,icción

xvtl

Real Hacienda la introducción de

12 negros, 8 hernbras y 4 varones, que

tenían pastando 214 reses. La huerta. que consistía en 8 eras de cebollas, un pequeño platanar, unas tna|as de coies y un ahnud de maíz, debía estar dirigrda ai autoconsulno. En este caso podernos ver que labores de ganadería

exigían poca mano de obra y herramientas. ya que todos los instmmentos con que se contaba en esta proPiedad e¡-an 2 machetes calabozos, 1 machete

de cinta, 3 hachas,

)'2

I recantón, I barra

azadas2s

I-a rercera propiedad, liamada El Te3a¡ dedicada a la producción de iadrilios y tejas, contaba con Ia

f 25

horno de alrcos de adobes. Aderrás, poseía cultivos de caña r un trapiche de caballo bien aperado. De los 22 esclavos que allí vivían, I tenían más de 50 años y 5 eran páwulos, lo que hacía que fuera una cuadrilla con gran númerc de gente poco útil para el trabalo. Cada una de las 7 falnilias esclavas tenía su bohío y'unas cortas matas de platano.:s Según un informe entregado por el gobernador José Barón de Chaves sobre los bienes confiscados a los jesuitas después de su expuisión, los pr-oductos de Ia hacienda de Abejuco y sus anexos de Pabón y Güintar, entre el 6 de agosto de 17 67 y el 30 de abril de 1768, fueron 94 anegas de maí2, 61 cargas de plátano, 55% cuartillos de miel, 3 anegas y 2 almudes de fri1ol,2Yz arrobas de arroz, 25% Iibras de cebo, 73 iibras de jabón sacadas del cebo, 46 arrobas de carne salada. 3 miilares de cacao y 172 arrobas de sal que tuvieron un'r'alor de 549 pesos 1 tomín. En esra cuenta no se inciuYeron las raciones de rnaíz y plátano que se gastaron para lnantener la cuadrilla de esclavos de Abejuco ni el ganado que se gastó o vendió. Los gastos de esta propiedad en herrarnientas, diezmos ¡ sal fueron de 103 pesos. De ias pr-opiedades embargadas, esta fire la úmca que produjo beneficios, pues El Téjar dio solo I 14 pesos, )'a que estuvo prácucarnente inactivo.

casa

del horno cubierta de iraca y el

26

AflA- Temp or alitiada, toruo I I 8, domnlento 3293 Ibíd.. tomo I15. documento 324i, fol. 2r. Ibíd., tomo 118, docuurento 3293. Ibíd.. documelto 3284.

21 28 29

de b. ciulad de AniioEúa

26 I Rtq"u*, pobreu

1'difercncia.cim social en la proaincin

d,e

Antioyúa dztrante el sigla xt,trt

La juristiicción d.e la ciudaC,

Los esclavos que había allí se dedicaron a cercar con vallado de piedra la tierra, por ei perjuicio que recibía del

del sigio xvrrr, Ias grandes propiedades se trasmitieron básicaurelrle por vía de Ia herencia. Fueron rnuy pocas

ganado vacuno y cabailar gue se metía en la propiedad. La rnina de La MieL

las operaciones de compraveuta de estancias con una extensión de tierrá

que contaLla con 30 esclavos de barra v 16 esclar¡os vie.¡os y niños, tuvo un gasto de 497 pesos, lo que obligó a

considerable. Duranre el período conrprendido entre 1775 :, 17g9,

gastar el) ella los productos de Abejuco

y a suplir, además, 137 pesos 2 tomines.:ri' Esto muestra que una hacienda podía ayudar a subsidiar las pérdidas ocasionadas en las Iabores mirleras. La Real Hacienda administró la

lracienda de Giiintar- hasta 1i74, cuando

se

t"elnataron sus tierras, g es-

clavos, el gauado vacuno que había en

ella y 6 muias a don Nejo Antonio de Otero Cossio, por el precio de 1.47b pesos, que se colnpronietió a pagat. en siete años" dando cada año 300 pe-

v los réditos correspondientes.rr En I780 se relnató la hacieuda de sos

Abe3uco a don Francisco de Aguirre por 4.235 pesos 7 tomines, a censo redimible. Para asegurar e] censo, hipotecó Ia hacienda y dio por fiadores a Fl'ancisco Escobar,

Ignacio Díaz, En-

rique de \¡ilia,Juan Anronio de Ossa, Francisco Antonio Cossio, Miguel de \árgas, Pedro Fernández, Manuel

solo se realizaron 5 transacciones de compraventa de tierlas por un valor rnayor a los rnil pesos de oro, en las cuales se incluía, fuera de la tiel-ra, las construccicines, el ganado y los esclavos (r'éase tabla 1.3). La poca rnovilidad de las propiedades agrarias de esta región hizo qtre la tierra, por sí misrna, hubiera incrernentado lnuy poco su \¡alor, a dife¡encia de lo sucedido en otras regiones del país, como Ia P¡oviucia de Popayán.i3 Los sacerdotes figuraron enüe los compt'ador es de grandes extensjones

terrítoriales como la hacienda

de

Giiintar. que, cotno ya hemos dicho, fue comprada en 1777 por el rnaestro .Antorrio de Lora a la sucesión de Ale3o de Ote¡o Cossio. Las derras de la posesión, 40 leses de ganado vacu-

no v 3 esclavos ftieron vendidos por 1.275 pesos que el presbítero pagó de contado.sa

y

Con esta adquisición, el cura Lora acrecentó sus propiedades. pues se

Nicolás Díaz, vecino de Medellín.3i En ia.¡urisdicción de la crudad de Altioquia, duranre la segunda mitad

había crdenado a título de un patrimonio de 2 mil pesos de oro que iurpusieron sns padres a su favor del

cie

30 .t1 ".q

33

Aguirrr, vecinos de _&rtioqura,

Archivo Gerreral de la Nació' (AGN). ,Negrosl e scroaos d,e AntioqtLra, rorlo 7, fols. 979v-gg5r. All,ar Tbnporahdad¿s, romo 122, documento lS g6, fols. 36v-40r Ibíd., romo I I7, documento 3273, fois. 2lr v v. Gennárr colrrrenares, Histotta ecotLomrca s;ocial dt Colo¡nbto. Bogotá, La careta, lg7g. 1 tomo 2, Popayán una soci eda.rJ escLaui sta I 6 I A- I I 0(), op. I 9 l - I g2. ,4.NA. tomo 1775-1777,leg.ajo i77i, fol. ]5?r.

d,e

Anüttyúa

I 27

Tabla 1.3 Compraventa de hac¡endas y tierra en la ciudad de Antioquia, 1n5-1799

Valor (pesos de

Porcentaje Vaior tota! (n (pesosde ora)

Número de

oro)

transacciones

Valor promedio

(pesos de oro)

1- 49



24,8

1.144

30,10

50-99

43

28.1

2.569

59,74

100-249

50

32.6

7.388

147,76

250-499

11

3.420

310,90

e to2

638,60

ó.11¿

1.654,40

500-999 + 1.000 Sin precio Totales

J,'

5

0,6

I

25.986

153

Fue¡rter Archivo Notar¡al de Santa Fe de Antioqula, Protocolos notaiales, 1775'1799

quinto de sus bienes. De este patrimonio, mil pesos eran reconocidos a censo por diferenres individuos

f

otros

mil estaban cargados en una esancia que él había heredado de sus padres. Esta hacienda de trapiche tenía sementera de caña, cacao ,v platanar. En sus testamentos de 1796 1' 1803, la dejó a su sobrino Lorenzo de Lora, con la condición de que asegurara los mil pesos del patnmonio. Además de esta propiedad, poseía unas tierras en la otra banda del ¡ío Cauca, que adquirió de ]os bienes de

José Muriel. La estancia dedicada al cultivo de p}átano ia donó a sus sobrinos Lorenzo y María Francisca Lora. La hacienda de Giiintar siguió bajo su administración dedicada a la ganadería, aunque es posible apreciar una disminución del número de reses que allí pastaba en relación con el que

tuvieron losjesuitas. En 1805, allí había 112 cabezas de ganado tacuno

y 43 de cabezas de ganado caballarEstos bienes los dejó por mitades a sus sobrinos.

La cuadrilia de 30 esclavos que trabajaba en estas tierras, se distribuyó después de su rnuerte de ia forma siguiente: a su sobrino Lorenzo le tocaron 7 Llombres aduitos con sus respectivas herramientas de trabalo, 1 mujer adulta v 2 pánulos; aMaría Francisca le correspondió I honibre aperado con herrarnientas. su mujer ,v 2 hijos, y a doña María Luisa se le asignaron 4 hombres. De los ¡estantes 1l esciavos, 4 fueron de;ados iibres por disposición del cura, 3 murieron y 4 fueron donados por él a los hijos de sus sirvientes Corneiio y Dionicia. Es de notar que ei esciavo Timoteo fue deiado iibre con ia condición de continuar en ia hacienda de Güintar cuidando el ganado v que en esta propiedad estaban abrigados en calidad de agregacios el liberto Cornelio

28 I Rlq"t-, pobreu y diferencinción

socinl

m ln Prorinna

y

sus hijos. Esto muestra cómo los esclavos lnanumitrdos generahnente

quedaban adscritos en calidad de trabajadores dependienres a Ia posesión en que antes laboraban.35 El análisis del patrimonio de esre

sacerdote, que fue mayordomo del Hospital, juez coiector de diezmos y rnayordorno de ia Cofiadía del Santo Cristo de la Hurnildad, muestra que en la Provincia de Antioquia los clérigos se encontraban entre ias personas "más acomodadas". A través del mecanisr¡o de los patrimonios y las capelianías, podían usufructuar buena parte de los bienes que por generaciones habían acumulado sus flamiliares. Desde el siglo xru, los sucesivos propietarios habían fundado, poniendo como garantía haciendas, rninas y esclavos, capellanías destinadas a la ordenación de parienres. misas por su alma o alguna obra pía. A quien solían beneficiar estas rentas era a los capellanes de las capellanías que, por deseo expreso de los fundadores, soiían ser descendientes su,vos. Los bienes pertenecientes a sacerdotes del clero secular no pasaban a ser patrimonio de Ia trglesia, pues al morir eran distribuidos enrre sus famillares, usuahnenre enfre sus sobrinos. C)tro sacerdore que ñguró como

participante en la compraventa de un predio por valor rnavor a tnil pesos fue el presbítero Juan Salvador

35 JO

de

Anhogria d.trante

eL

de Lastra y Biedma, hijo del español Pedro Lastra;'de María de Biedma, vecinos de Antioquia. Este sacerdote se ordenó a

úrulo de una capellanía

de I.100 pesos impuesra por Javier Ruiz Cerceño, que estaba ñncada en una estancia de cañaduzal con casa de vivienda, casa de trapiche y 1 5 esdavos negros. Esta propiedad la vendió el cura Lastra, en 1786, a Nicolás Díaz, por 3.5I2 pesos de oro en polvo, con Ia condición de asegurar la capellanía.36 De su herencia solo conservó un derecho proindiviso en las tierras del Táblazo, que tenía arrendado a Luis de Espinosa.

Durante los años 1787, 1790 y 1793, el presbítero Lasrra compró 3 derechos de tierras en el para.;e

llarnado Loma Herrnosa, en la jurisdicción de San Jerónimo, por la cantidad de 390 pesos.3? A partir de allí conformó un hato ganadero cu)'as tierras. en I 807, fecha en que se inició sujuicio de sucesión. fueron avaluadas en 1.600 pesos. Las 200 reses, I 1 burros, 14 lnulas, 5 rnachos,4 caballos, 5 potros y 13 yeguas que allÍ pasraban estaban ba3o Ia responsabilidad del

rnulato Venancio, quien después de haber obtenido ia libertad cóntinuó a cargo de esta actividad. La cuadrilia del cura Lastra estaba compuesta por I 3 esciavos. de los cuales 4 estaba¡ enfermos, 1o que constituye un porcentaje muy aito de esclavos inurilizados.

ATfA¡ Mortuoriu, tomo 294, documento 5466. La carta de liberud de Cornelio le fue otorgada el l7 de enero de 1775..{ttil, tomo L775-1771, legajo 1775, fols. l3r y v. AN-A, tomo 1786-1788, I..'legajo 1786. fol. 2tv. Ibíd., legajo 178?, fol. i80\'; romo 1790. 3.- legajo 1790, fol. 42r: romo lTgt-1794, Iega-

jo

1793,

fol. 12r

La jurisd,icción d¿ In ciudnÁ de AntioEtia

sigra xrtttt

En un testamento otorgado en 1798, nornbraba colno heredera a su hennana lsabel de t astra, pero habiendo fallecido esta en 1799, otorgó un codicilo por el cital mandaba que sus bienes se destinaran a la construcción de la iglesia. Segun la liquidación de la mortuona hecha en 1826, para esta obra quedaron 6.070 pesos

I

Hai qtre anotar que en

tomíu.38

ausencia

de herederos forzosos era colnún que los sacerdotes y algunos laicos nornbraran como heredera a su aima, dejaran sus bienes a una obra benéfica o dispusieran libremente de ellos,

otorgando libertad a los esclavos y haciendo donaciones. Entre los cotnpradores de propiedades avaluadas en tnás de mii pesos se encuentran grandes colnerciantes. como el a\férez real Bernardo Martínez o Nicolas Díaz del Mazo. quienes inrirtieron parle de sus g¿nancias en

adquirir tierras en diversos lugares de la jurisdicción de la ciudad de Antioquia. A pesar de la baja rentabilidad que la propiedad rural tenía fiente a las actividades mercantiles, la adquisición de grandes propiedades se justifrcaba, porque daba a su dueño presugio

e

influencia social. Además, como 1o hemos visto, la tierra se podía constiruir en elemento de especr-rlación. Un ejemplo de lo anterior es el de Nicolás Díaz del Mazo, hijo del español Francisco Diaz del Mazo. quien se residenció en Medellín a comienzos del

siglo xrIr, y deJosefa Guerra Peláez, descendiente de una familia radicada

38

I 29

en Ia provincia desde el siglo anterior. Según sus libros de cuentas, el área de las actividades de este colnercianle

tenía como epicentros a la Vilia de Medellín, en el valle de Aburrá, Y al

Jerónimo, en ia jurisdicción de la ciudad de Antioquia. sirio de San

Las labo¡es mercanliles y ias reiaciones

familiares 1o llevaron a instalarse en SanJerónimo, donde residía ai rnorir en 1798. \o obstante, siemPre fue considerado como vecitto de Medellín. De acuerdo con los datos de los rcgrstros notariales v su causa lnortuoria. a pafiir de 1786 adquirió prcpiedades territoriales por vaior de 3.808 pesos en los alrededores de San.|erónitno. Estas fueron: una posesión en la loma

del Padre Luis; un derccho de tierras en el salado de San Antonio; las tierras de Lambedero y Pantanillo, que

habiendo sido parte del resguardo de San Juan de Fie de la Cuesta, fue-

ron rematadas a Manuel de Corcés, cuñado de Díaz, cuando este pueblo de indios desapareció: unas tierras en Quimbavo v otros derechos pequeños

cornprados a diversos individuos. A pesar de la gran intersion que estas posesiones represenlaban, solo estaban parcialmente exPlotadas con cultivos de plátano

1'

caña, además de

una corta cantidad de ganado. La adquisición de estos bienes se hizo mediante el reconocimiento de censos por valor de 3.440 pesos, lo que muestra que la cotnpra de propiedades gra'r,adas con estas obligaciones podía ser utiiizada como una

,4,F-\. Mortuot'iu. tomo 243. documetlto 5414

30 I F¡q"t-, pobreu t diferenciación.

manera de

socini. m. la Prouincin. de Antioquirt durante

obiener crédito, pues de

difícil de lograr )' más cosroso. Haciéndose cargo de un censo fue que don Nicolás colnpró. en 1786, la ya mencionada otra forma era mu),

estancia con 15 esclavos del maestro Salvador de Lastra. El valor de la propiedad era de 3.5 I 2 pesos, de ios cuales entregó 400 pesos de

contado,

reconoció a censo en del padre Lasrra y tiel doctor Juan lgnacio Rodríguez, y 1.912 pesos ios debía enrregar al finaiizar el airo. Un rnes más tarde traspasó ia estancia al padre Miguel Ma¡ía de Sarrazola, quien se obiigó a reconocer los censos. Corno podetnos apreciar, esta lorma de obtener crédito ies permitía a aigunos individuos cotlerciar con tierras.3s 1.200 pesos ios

unas capellanías

Otro mercader que acumuló grandes

extensiones de tierra fue el sargen-

to mayorJuzrn Pablo Pérez de Rubias,

español, r'inculado a la famiiia del comerciante galiego Bernardo Ma¡Irnez /véase

figura 'l.3r. Esre sujero.

¿ raves de Ia lnerced

de 3 esranclas de trerra oue le otorgó la Audiencla

,'la compra de cierechcs a Bernardo Grnvález,Timoteo Urrego si'ó hacerse dueiro de las

)i

r

orros,

1o-

partes del

\alle de Urrao. Allí rnan¡enía 80 reses. 8 yeguas, 4

poros y 13 ovejas a cargo

rie su esclavoJuanJosé.

l,a rnayor parre

de la derra la había

dado a agregados parz gue ia traba¡aran graruita-

el

adecuarlo para las labores agrícolas y ganaderas. En el sitio de Go,vas había arrendado al Cabildo unas úerras en ias cuales pastaban 40 reses 1'

l2 yeguzu

que tenía en conjunto con Narciso Marín. En ese rnismo lugar había com-

prado unas tierras a censo redirnible, en las cuales pastaban 50 o 00 reses que

le cuidaban el citado Marín y Nicolás Ochoa. Támbién poseía un pedazo de tierras que estaba a cargo de Lrno Oquendo. Al tener sus posesiones dedicadas a Ia

garndeía, requeÍa

de poca rnano de

obra. A través de converuos con sujeros

"libres" obtenía quién se las administrara y cuidara, sin tener que comprar grandes cantidades de esclavos. Parece

haber adquirido estas propiedades tomando en cuenta más las posibilldades fi-ruras de su explotación que buscando obtener ganancias irunediatas.ao Debemos aclarar que no todos ios

cornerciantes que tuvieron actividaCes en ia jurisdicción de ia ciudad de Antioqgia invirtieron en la compra de tierras, pero los que no Io hicieron eran españoles soiteros o con farnilia en oros iugares, ¡' sus nexos con la protincia fueron casi exclusival¡ellte económicos. Los que desviaron parie de su caudal hacia la adquisición de propiedades rurales no hicieron un rnai negocro. pues es(as inversiones no re

econólnico inmediato, sino que hay que tener en cuenta la función que ia

de nrmbar el monte y

posesión de tierra tenía en relaclón con

los encargados

39 Ibíi.. romo 2l I. docurrelto 5048. 10 ANA. ¡oiro l8tf4-i8C5, legaio 1805,

el prestigio sociai y la consolidación de los patrimonios familiares.

Thmbién es importante anotar que algunos rndividuos que adquirieron lortuna con actividades rnercantiles invirtieron su dinero en la compra de propiedades territoriales, convirtiéndose en hacendados. y abandonaron

su ocupación inicial. Un ejempio es el de Manuel de la Riba Ladrón

de Guevara, español que llegó a la ciudad de Antioquia a rnediados del siglo y se casó conJosefa Ferraro, hija de Juan Bernardo Ferralo, también comerciante español. Este individuo compró de contado, en 1780, a Antonio José de la Fuente y su esposa Manuela de Osay Zapata,la mitad de la hacienda de Llanogr-ande, que estaba pr-oindivisa con Ambrosio Garro, 61 cabezas de ganado vacuno, 16 cerdos, 1 8 chivos ;' un negro esclavo por la cantidad de 1 . i 00 castellanos.ar En

jurisd.i.cci.ón d,e to, ciulal.

d.e

Annoquia

I

31

lo cercano a la ciudad y a la rnediana de cinco igiesias". El precio del ganado vacuno, por el contrario, había disminuido, puesto que en 1780 se le adjudicó a cada una de ias 6 1 reses un valor de 6 pesos 6 tomines, mientras que en 1798 se apreciaron en 6 pesos cada una. Los cerdos y los chivos habían desaparecido para dar lugar a 27 bestias caballares y 6 ovejas. Estaba encargada del

trabajo de la hacienda una cuadrilla de 9 esclavos, de ios cuales 3 eran mayores de 50 años, 4 estaban entre 1os

l5

y los 50 años y 2 eran pár-vrilos.

El núrnero total de esclavos que este propietario tenía en 1798 era de 16. Parece que comerciaba con esclavos, pues entre 1787 y 1796 vendió 5 esclavos por un valor de 665 pesos.a: Los datos sobre los bienes de los

valorizado considerablernente. Este

comerciantes de fines del siglo xvru muestran que no poseían grandes cuaddüas de esciavos. Es posible que no consideraran rentabie mantener un número lnayor gue el requerido para poner a producr sus posesiones. Por otra pafie, no ha,v que olvidar que

precio se Ie adjudicó teniendo en cuenta que esas lierras tenían "Las

muchos cornerciantes

el momento de su rnuerte en 1798, solo las trerras v ias edificaciones fue¡on avaluadas en I.337 pesos, lo que indica que la propiedad se había

comodidades necesarias que demanda una hacienda de carnpo como son fmta, pastos, lnaderas, bejucos, iarnbederos y aguas, reflexionando

]os esciavos eran una mercarrcía y que se

dedicaban

a su

compraventa. Así, el mercader Pedro Ruiz, españoI, enve 1777 )' 1786 compró l1 piezas de esclavos por 1.415 pesos y

vendió i 0 por

1

.5

75 pesos.a3

pueden rnedir solo por el rendimiento

rnente duranre clnco años. siendo ellos

¡robres

In

siglo xvrn

41 42 45

A}iAi torro 1779-178A, legaio 1780, fol. I06r. .\lfA, Mo¡'tuonas, tomo 242, dorumento 5407. AN'A tomo 1775-l77i,legajo1771, fol. l49r; tomo 1778-1779. foi.7r', tomo 1778-1i79. legjo 1779, fols. 11r,v 135r'; touro 1779-1780. legajo 1780, fol. l0r: tomo 1786-1788,2." legajo 1786, fols. 34v y Eh'; tomo 1782-1785, legajo 1786, fol. i57v. y l87v; tomo 17861788. legaio 1787. fols.2t¡'-v64r; tomo 1786-1788, legajo 1788. fol. 102r'; ¡omo 1788-1789,

fois. l?,r-42r

2.o leg4jo 1789,

fol.46r'; tomo 1788-1789, 1.'' tegajo 1789. fol. ]9r.

32

I

Rlq"t*, pobrzu y úferenciación socnl

en ln Proúrrcia de Antioquia d,urante el siglo xvtrt

Un mecanismo a través dei cual los comerciantes lograron adquirir tierras y esclavos fueron las cartas de obiigación y las escrituras de censos que, colno garantía del pago de der¡das contraídas con ellos, Ies otorgaban sus clientes. Por ejernplo, a favor del alférez real Bernardo Martínez, español, entre 1777 v i788 fueron otorgadas 9 escriruras de obligación por un valor de 17.995 pesos 1, 2 tomines, y reconoctmientos de censos por 949 pesos (véase figura 1.3).José Ruiz Delgado, r'ecino de Antioquia con posesiones en el partido de Sacaojal, reconoció en I 787 que debía a Martinez la cantidad de 7.477 c,astellanos 5 tomines de oro en polvo, provenientes de la venm de géneros comerciales que había tenido a su cargo desde 1763 a esa fecha y de otras cuentas particulares. Por medio de una escritura se obligaba a pagar 300 pesos en 1as fesrividades de San Juan de 1787 y I50 pesos cada seis meses hasta cubrir la deuda. Daba corno garantía de pago la posesión de tierras de Los Llanitos, con casa y trapiche. un pedazo de rierras en ia quebrada del Ra_vo y de Antón, un

A] morir Ruiz, todos los bienes inventariados a él y a su rnujer les fueron entregados a los herederos de Martínez, quienes procedieron a venderlos. En I 790 vendieron la

mercancías podía ser muy dernorada,

estancia de caña dulce y platanar de

veces tenían que aceptar bienes corno

Los Llanitos, 3 negros y 110 reses a Ignacio de Vargas, vecino de Antioquia, por 1.313 pesos de oro en polvo, con piazo de dos años para pagarios.a5 Es importante anotar que \hrgas, maestro de carpintería, es el único propietar"io no blanco que aparece colnprando tierras por un valor rnayor a los mil pesos. La propiedad no duró rnucho en su pode¡ pues rnás adelante la traspasó a.fosé Pardo. Otra modaiidad de pago fue reconocer ia deuda a censo redimible, como lo hizo María Teresa Leal, viuda de Pablo Miguel de Vargas. qrrien se constituyó deudora del aiferez Martínez por 605 pesos 7 lornines. a censo redimible. Puso como garantía de esta cantidad la posesión de tierras con casa y cercas en que vivía en la

otra banda del río Cauca, 4 lnulas, I

5 reses v 6 esclavos.a6 Bajo esra rno-

derecho de tierras de pan 1' caballería en la Cueta. un pedazo de rierras en

dalidad, las propiedades quedaban gravadas con el pago de un interés del 5% anual, pero el dueño podía redimir el gravamen cuando quisiera.

Ia Quebrada Seca, una tienda y trastienda en Antioquia. Además, deudas

El comerciante obtenía una renta que, aunque era muy baja, estaba de acuer-

fai'or por más de 4 mil pesos, l3 esclavos, 250 reses de ganado vacuno, 50 yeguas, I burro hechor, 2 caballos, 8 potros, i5 muletos J, 2 burras.aa

do con el ritino de la economía de

a

In jurisd.icción

La recuperación del dinero producto de las ventas a crédito de las como lo demuestran las causas tnortuorias de los comerciantes. Muchas ganado o esclavos en pago. Aí, ios herederos de Martínez. entl.e 1788 y 1797 vendie¡on, por 2.547 pesos, 22 esclavos que ies fueron entregados en pago de deudas.a'

Dada la heterogeneidad de los bienes con que se pagaban ias deudas,

algunos miembros de familias de cornerciantes no los conservaban. Para evitarse trabajos, procedían a venderlos y el dinero obtenido lo prestaban a interés, con lo cual se convertían en

l'entistas. Por ejempio, los oficiaies de la Provincia de Antioquia, Andrés Pardo y Francisco José Visadias. otorgaron en I 794 escrituras por' las cuales deciaraban haber recibido 8 mil pesos de plata (4 rnii pesos de oro) penenecientes a doña Bárbara, doña r-eales

MaríaJesús, doña Téresa y doñaJosefa

Martínez. herederas de don Bernardo.48 Este dinero debía serpagado con el producto de la renta de tabaco v las cajas reales lo tomaban con un interés del 47a an:ual. A cornienzos del siglo

xu

algr.rnos

cornerciantes montaron empresas agrícoias que requirieron de gran inversión de capital. EI comerciante

momento, en que la recuperación del capital se daba solo a rnediano o largo plazo.

de ln ciul.ad" de Antioquia

I 33

doctor José Pardo, estimulado por Ia gran demalrda de cacao existente en ia provincia, inició una hacrenda cacaotera en Los Llanitos, posesión que, como ya se dijo, compró a lgnacio deVargas. Esie derecho, avaluado en 2.089 pesos, fue ampliado con cclnpras adicionales. Adquirió unas

tierras de ia cofradía de Nuestro Arno Sacramentado de Chiquinquira por el precio de 300 pesos, a censo redirnible. A -fuan Bautista Leiva le compró derras en la quebrada de Los Gonzá\e2, por 80 pesos. A Salvador

y Juana María Bennúdez les compró tierras en la lorna de Pahto, por 50 pesos. En las vertientes de Noarque adquirió tierras de María Luisa Muriel, José Miguel Cañola y María Cafiola por 20 pesos. En el mismo paraje compró tierras a Francisca Leiva y otros, por 30 pesosl a Bruno Montoya v otros. por 50 pesos, r' a Juan

Basilio de Guzmán, por 35 pesos. Támbién compró tierras en Usenguia a Vicente y Salvador de Lirrego. Como puede verse, ia hacienda de Los Llanitos no se derir'ó de un latifundio, sino que fue el resultado de una agregación de derechos dispersos. La plantación de 3.824 árboles de cacao, a¡'aluados en 10.898 pesos fuertes, era Ia inversión central de

la propiedad, complernentada con sembrados de caña y árboles fi-utales

ese

44

A\-1" tomo 1786-1788. fols. l02v-105r,.

45

Alrjl, tomo

46

AlrlA tomo 1782-1785, legajo 1785. fols. i2¡-T3r

I 786- I 788. legajo I 788, fols. I 08r y I 56r; tomo I 778-l 789. L" Iegajo 1 789, fol. 23v; 3."'iegajo 1789, fols. 16r'. 100r, 109r. 123r, 145r; tomo 1790, 2.'lega¡o 1790. fol.52v: 3.'' legajo 1790, fol.30r; tomo 1791-1793,2.'legajo 1792, foi. l?r: toruo 1792-1794. l.legajo I 794, fol. 1 I4r; tomo I 795-l 796. fols. i 37¡ l, l4lr: torno 1796-1797 , l." iegajo i 796, fbi. 94v: l.'lega.¡o I 7C7. fol. 3r ANA ¡onro 1792-1794, l." legajo 1794, fols. 82i'-9lr

AN4, toruo

1790, 2." iegajo 1790, fol. 49r. 48

l

34 I

y un hato de 103 reses y 10 cabezas de ganado caballar. Incluida la casa pdncipal de balcón, la casa de criados

y ia

casa de trapiche con trapiche aperado, esta posesión fue avaiuada en 19.441 pesos fuertes. El sisterna de rabajo uriiizado en esta propiedad cornbinaba ei ernpleo de esclavos con la contratación de

peones libres a jornal, cosa que se hizo frecuente en ias postrimerías de la época colonial. La inversión hecha en la siernbra de cacao solo era rentable a mediano piazo, pues los árboles Érdaban en dar fruto. Dado que el cacao era el p¡oducto de mayor comerciaiización

en la provincia, los rendimientos a largo plazo podían ser ahos. De acuerdo con ia cuenta presentada por Pablo Pardo entre el I7 de diciernbre de 1820 y el 18 de enero de 1823, lecha en la que se entregó la posesión a los herederos, los cacaotales de Ia posesión de Los Llaniros produleron 2.494 patacones. 3r,: reales. Aparte de esra propiedad, el doctor Pardo había adquirido, rnedianre la cornpra de los derechos de diversas personas. la posesión de Quaco, en ia gue mantelrÍa un poco de ganado. Esta posesión, incluyendo g esclavos, fue avaluada en 1.540 pesos. La confot-lnaclón de este patnmoruo esn.rvo ligada a la fortuna del alférez real Bernardo Martínez, puesto que la primera esposa de Pa¡do fue una hija de este comerciante (véase figura 1.3).

49 50

In jwisdicción

Rtqueza, pobreu 2 difermctación sociaL en la Prorincia de Antioqui,a durante eI siglo xvttt

I-a dote queJosefa Martínez recibió al casarse fue de 16.729 pesos de

olo,

re -

presentados en 1.000 pesos en las cajas reales; 2.690 pesos en dependencias, 3.352 pesos en mercaderías, 5.824 pesos en oro en polvo, 1.750 pesos en

la mitad de una casa de balcón, 200 pesos en dos esclavos, 67 pesos en I0 reses y J.846 pesos en bienes cobrados

a diferentes personas. El caudal de Pardo, cuando contrajo matrimonio, era de I5 mil pesos aproximadamente, que se incretnentaron notablernente, puesto que al morir en I 8 19 se calculó en 56.854 pesos.ae A pesar de estar prohibido por la le¡ algunos altos funcionarios del gobierno español se casaron con criollas

y adquirieron grandes propiedades territoriales en el lugar donde ejercieronun cargo. Esta prohibición, que existía desde el sigio xrry, se reiteró constantemente en la seguilda rnitad dei siglo xvrrr, ya que se consideraba podía gobemar libremenre si se tenían r'úrrulos estrechos con miembros de 12 l6czlidad.50 Un funcionario que no acató esta orden fue Cayetano Buelta Lorenzana, espaioi. nacido en la hovincia de León, quien estuvo al frente de la gobemación de Antioquia desde 1776 hasta 1784. A comierrzo de la década dei setenta contrajo, en la ciudad de Anrioquia, segundas nupcias con María Ignacia Ferreiro y Pérez, hija del familiar del Santo Oficio de la Inquisición Antonio Ferreiro y Cen'rno y de Rita Pérez (véase figura 1.3). que no

se

AH)+ Mortuuias, tomo 270, dommenro 5657 y 5659_ Mark A. Burkholder i Dewitr s. Chmdler, De la impotencia a la o.utoridad ln cot.ona. espaftoia t las qudimcias en América, I €,6? -j 8C8, México. Fondo de Culrura Econónica. 1 984. p. i 3 l.

Otra orden que desobedeció fue la de no comprar propiedades en la provincia. En el año de 1779 adquirió del presbítero doctor Ignacio Gutiérrez un pedazo de tierras en el sitio del Arado, por valor de 260 pesos, a censo redilnible, debido a "que Ia ley prohibía a los gobernadores comprar tierras donde estaban gobernando". Esta propiedad fue ampliada en i780 con Ia adquisición, ai mistno sacerdote, de un pedazo adicional y una casa de pa¡a por 90 pesos. Un año después le cotnpró a Fermín Garro, vecino de Antioquia, un derecho en el mismo luga¡ que contaba con casa

y cocina de embarrado y techo

de

paja, casa de trapiche cie embarrado y trapiche de caballo por 200 pesos, de los cuales I45 fueron de contado, reconociendo el resto a censo redi-

mible a fávor del doctor Francisco Saldarriaga, r,ecino de Medeliín.51 El pago de algunas deudas que dejó en España, así como el haber tenido que sufragar costas y condenaciones en el juicio de residencia que se le siguió ai término de su mandato, lo obligar-on a endeudarse ,v cargar censos sobre sus bienes. Esto le impidió seguir ampliando sus propiedades. Al morir en 1793, Ia hacienda del Arado estaba dedicada a la cría de ganado lanar, contando con 90 ovejas, 6 cabras, 3 caballos y I rnacho. El trabajo de esa posesión estaba a cargo de 5 esclavos.52

51 52 53

de ln. ciul,ad de Antioquia

I 35

De los datos anteriores se deduce que en ia jurisdicción de ia ciudad de

Antioquia, durante el siglo xurr, rarios propietarius tuvieron posesiones

de tierra importantes que pueden ser consideradas como haciendas. Sin embargo. srrs dimensiones son pequeñas si se las cornpara con ias que en ia CostaAtlántica tenían propietarios como el rnaestre de carnpo r Guen'a. vecino J osé Fernando Mler

de Mompox. Esie irrdividuo. que llegó a poseer 100 rnii hectáreas de tierra en diferentes posesiones, tenía sólo en ias sabanas de Tolú 10 mii cabezas de ganado. cifra que era mayor que todo el ganado existente en ia subregión de la ciudad de Anr tioquia.53 Dentro de esta escala, los empresarios agr-ícolas v ganaderos de .A.ntioqura eran relatilarnente modestos. Censos y capei,Ianías: de meno en mümú

En la jurisdicción de Ia ciudad de Antioquia, a fines del srglo xvrri. la utilización del credito prolerriente del dinero puesto en circulación por los censos y las capelianías no fue patrimonio exciusivo de un grupo de grandes terratementes. Si se anaiizan los censos fincados sobre tierras

durarrte el período 1775 a 1786, se enflrentra que el 8690 d,e ellos tetÍa un valor menoi'de 500 pesos, )'la ma,vor

.lJ'.r'A tomo 1i79-178A.2.'legajo 1779,fo|.59rl legqo 1780. ioi. !i8r; Iega.¡o i781, fol. ?97r .LIJÚ" lVtortuoriu, ¡omo 319. documento 6130. I-{ermes Tór'a' Plro ón, Hacienlt coloninl r fomwiór socia{ Barcel:na. Sen-.ial i ít88, pp. 1 } 6-l 17

36 I R;qut-,

pobren y difumciación socinl en ln Pmaincia de Anhoquda. d.urante el siglo xvtu

La

jurisdicción de In nu.dnl

dc

Antioquia

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38 I nlq"ta, pobren 1' diferenciación

parte de ellos estaba entre los 100 y 250 pesos. En términos generales, reconocer un censo fue una forma de adquirir lnedianas propiedades, siendo cornún que una propiedad pasara en corto tiemPo de unas rnanos a otras. Ei hecho de que el valor dei ceuso muchas veces igualara el precio de la propiedad debía ser uno de

los rnotivos que permitía un rápido traspaso, aunque a la larga contribuía a hacerla poco rcntable. Un ejern¡rlo de la lorrna colno una propiedad gravada por censos se pasaba de un propierario a otro es el siguiente. En I 76 l, Matías Navas y sus hijos Miguel v Salvador reconocieron urr raino de capellanía por -fundada Alonso Ortiz Caballerc- de 200 pesos de oro gue aseguraron en unas derras

en el sitio de los Táfetanes. A esre gra\:amen agregaron otros 100 pescs, de la misrna capeilanía, que fincaron solrre oürc pedazo cie tierra de pan

I' catrallería lindante con ias anres anotadas. No pudiendo don Matías

hljo Diego, vecinos de Anrioquia y residentes en el sitio de SanJerónirno, y su

protocoiizaron una escritura de reconocimiento Ce censo ¡ror la cual decían tener recibidas de Montova, Agudelo y Navas parte de las tierras referidas y se obligaban a cargar sobre sus bienes el censo de 200 pesos.5a Sólo excepcionalmente, una persona se hizo cargo de un censo de

valor aito, En

Ii7l,

el comercianre

Bernardo Marrínez se hizo cargo de 2 lnil pesos pl-ovenientes de una

capellanía que fi.rnció Juana María

del Pino a favor de Mateo Zapata, clérrgo de órdenes rnenores, y de 500 pesos de otra capellanía que la rnisma propietaria fundó a favor del

cuito del gior"ioso mártir San Juan Nepomuceno. Esta cantidad la recibió en las tierras de Manciinga, las tierras de Quirimara y la salina de

lnsuro. con ics fondos que poseía. Cinco años lnás larde. estas propiedades se relrataron en subasta púbiica a Juan de Escobar, vecino

proseguir reconociendo esta obligación por su avanzada edad, contl^ató traspasar estas propiedades con su gravamen en José Miguel de Montot:a, 5u,uudor de Agudeio ;' su hljo Miguel Navas, vecinos de Antioquia, quienes en julio de 1777 ororgaron escrituras en que decían que habían rccibido ios 300 pesos en el vaior de Ias refendas tierras. Para diciembre

segundo \¡oto. qulen se consti¡uyó en deudor de 2.615 pesos, que aseguró en las rnismas tierras de que procedía la obiigación.55 Como puede apreciarse, el que las propiedades estuvieran g:-avadas con censos posibiliró la circulación de bienes. No obstante, estos no eian consen'ados pc,r rnucho riempo por

de ese mismo airo, JuanJosé.|iménez

un propietario, io que puede deber--

54 55

ANA, tomo

177

de

Antioquia,v alcalde ordinario del

5-1777, legajo 1777, fols. 62r-66r y t 78v-18?r

ANAtonrolTTS-l777.legajo177i.lols.9lr-95rr fcls. 46¡-48r.

La jurisd.icción de Ia ciul.ad de Antioquia

social en ln Proríncia. de Antioquia t)urantr e\. sigla xt,ttt

i03r,i$5r,tcnol7g2-i785,legajoi7g2,

a que los intereses del gpavarnen sobrepasaban el rendimiento de ia propiedad. Si se compara el valor de las transacciones de cornpraventa de tierra realizadas enrre I775 y I786, que fue de 12.806 pesos (véase tabla i.4), con el de .las escrituras de reconocitniento se

de censos que pusieron cotno g-arantía

propiedades territoriales otorgadas en el misrno período, que fue de ?1.277 pesos (véase tabla L5), vernos que el capital otorgado a censo fue casi ei doble del invertido en adquirir propiedades mediante cornpra. Es necesario aclarar que en 8 de las 62 operaciones de compraventa efectuadas durante ese lapso se utilizó el censo redimible como lorma de pago total o parcial. Se debe tener en cuenta que el flujo de dinero de los censos y ias capellanías no era conslante, pues dependía de factores no econórnicos, como Ia muert€ de ur] propietario. el que una persona se fuera a hacer estudios sacerdotales, etc. Sin embargo. el hecho de que de forrna permanente hubiera capitales para colocar a interés del 57o anuai

1' personas dispuestas a cargarlos

sobre sus bienes, indica que la falta de

crédlto no era uno de los problemas de esta economía. El efecto de ]os censos en lajurisdicción de ia ciudad de Antioquia fue canalizar un dinero disponible hacia actividades del secror agrario. va que Ios medianos propietarios de tierras que los recibieron se dedicaban fun-

dalnentairnente a esta actividad. Las propiedades dadas conio garantía eran fundamentalmente bienes ra!

ces. Así, de

I 39

un total de I 02 escrituras

de reconocimiento de censos, otorga-

das entre 1775 (67

y 1786, en 69

casos

,7%) el principal fue cargado

sobre tierras, en 29 casos (28,47o)la garantía estuvo constituida por casas y solares, y sólo en 4 ocasiones (3,9%) se aceptaroll como prendas bienes muebles, cotno esclavos y ganados. EI hecho de que la propiedad inmueble se privilegiara como hipoteca de estos créditos llevó a que personas dedicadas a actividades comer-ciales y mineras buscaran adquirir propieda-

territoriales para poder obtener dinero, como lo ejernplihca el caso des

va visto del colnerciante Nicolás Díaz

del Mazo. Aunque la mayor parte de las capellanías impuestas a fines del sigio xvrn estaban destinadas a asegur"ar ordenaciones sacerdotales de un pariente del fundador. rambrén se constituyeron capellanías a favor de las cofi'adías y de obras pías de interés general, como la construcción de iglesias o el hospital. Si en la primera forrna ei patrono de

ia capellanía, casi siempre familiar de la persona que la había impuesto.

determinaba quién podía hacerse cargo de su vaio¡ en el segundo caso, los síndicos y los mayordomos de las coÍiadías rnanejaban ia otorgación del crédito. La función de dispensadores de crédito perrnitió que algunas personas tuvreran gran infiuencia en la sociedad. A menudo ios rnayordornos

y los síndicos eran grandes propietarios, que accedían a realizar esta

iabo¡ ya que les permitía aumentar su

prestigro social. Por ejernplo, Juan

Pablo Pérez de Rublas fue tnayordomo

\ í' 40 I niq"t-,

pobreu 2 di.ferenciación social

en.

ln Prouincia de Antioqura d.utante el siglo xvtrr

Tabla 1.4 Compraventa de tierras. Ciudad de Antioquia, 1775-1795

Año t

/

Número de transacc¡ones

ta

Valor promedio

(pesos de oro)

(pesos de oro)

148

lt/6

ó

Jt/

1777

7

37,00

Año

Número de transacciones

(pesos de oro)

732

183,00

I /ó

I

1.897

237,12

1777

tt

4.923

l^-7 4A

1778

2

250

125,00

1779

I

1.487

165,22

780

5

¿.4UO

481,20

1781

D

.UJJ

172,'t6

r/oJ

1782

11

4.4bb

406,00

1784

1785

1.503

300,60 322,50

6

1.92A-

274,28

265

53,00

805

134,1 6

1780

11

3.125.

284,O9

1781

6

ttbU

110,00

1782

I

1.162

145,25

1785 1

786

4

584

8

4.180"

o

I I OI

1

146,00

909

101 ,00

65

32,50

I

2.580

Totales

69

21.277

Fuente: Atchivo Notar¡al de Santa Fe de Antioquia, Ptotocolos notar¡ales,1775-1789.

788

1

789

11

1"110

1790

I

2.008.

223,11

de fábrica de la iglesia parroquial, de

14

1.589

113,50

la Cofradía de la Gloriosa Santa Lucía

1

00,90*

1792

E

793

6

1794

9

1.216

1796

'10

1.6'15

161 ,50

1797

8

1.858

232,25

1798

4

1.003

250,75

2

3't0

155.00

64,20 63,50

/v5

1799 Totales

1

35,11

217,50

I to

2s.986

.

I

786

1

1

1ao1

I 4l

Valor promedio

4

1770

I

Valor total (pesos de oro)

1775

105,66 I

1

de In ciudad d¿ Antioquia

Tabla 1.5 Escrituras de censos fincadas sobre tierras. Ciudad de Antioquia, 1775-1786

Valor total

4

Lt jurisdi,cción

y de la limosna de los Lugares Santos deJenrsalén. Ei presbítero Antonio de I-ora fue mayordomo del Santo Cristo de la F{umildad y el doctorJosé Fardo fue síndico de la Orden Tércera y iesorcro de la construcción de la iglesia.so Las capellanías, corno lo ha dich@ .. o ¿c

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localizada en los ciudades deAntioquia )'Ar-ma de Rionegro.T6 Por esta razón, su radio de influencia económica iba rnás allá de los límites de la.¡urisdicción de la Villa 1 es corrienre encontrar que intervenían abiertatnente en los asuntos econórnicos y políticos de las ciudades donde estaban localiza-

términos de

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tenientes filel'te. AJ respecro es plrciso señalar que aunque más del 80% de los miernbros del Cabiido de Medellín

de Medellín fue que buena parte de @O

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conforrnación de un grrrpo de ferra-

sus posesiones estaba

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aulnento deslnesurado de él incidiera

En resumen, un rasgo partiorlar dei grupo de terratenjenles vecinos

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\4lln de Medellín

desfavorablemen[e en la actividad minera, pues los rnineros señalaban que la rentabiiidad de su labor dependía de que el maíz se vendiera a 2 tolnines la fanega.?5

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das sus propiedades. Esto lo ilus¡ra muv bien el hecho de que, en 1786, algunos de los grandes plopielarios de Medellín fi¡eran nombrados mediadores en el pleiro exisrenle enrre el Cabildo de Antioquia _v algunos vecilros de Rionegro. Couio lo hernos anotado, Ia disputa era por la propiedad de una gran extensión de tierras que los primeros alegaban que había sido señalada corno propios y ejidos de su ciudad.T?

Los datos con que se cuenta permiten ase€jrrar que la diversificación de acti'r'idades fue una característica de

los grandes propretarios de la zona del Valle de Aburrá, lo que impidió ia

durante la segunda miad del siglo xrrr fueron (otnelctantes l mineros. un porcentaje apreciable de ellos eran, a su vez, hacendados.Ts Si tomamos como base el Cabildo de 1778, en-

contramos que de los I0 miernbros que lo componían. 6, a sabe¡Joaquín de Isaza, alcalde ordinario de primer

voto: Antonio Quintana, alfér-ez real; Juan Arrtonio de la Madrid. aiguacil mayor; Juan José de Onega, depositageneral; JuanJosé Calle¡as, regidor decano, )' el doctor Ignacio de Uribe , procurador general, eran gt-andes propietarios territoriales.?s

lio

El que este grupo conrrolara el poder político llevó al gobernador Francisco Silvestre a declarar: Nada he encontLado a mi enrender lamentable gue la adtninisracióu de justicra. Los alcaldes ordinarios r¡rás

son de los acornodados ,v principales vecinos por lo regular... por lo mismo a la justicia la dirige el r-espeto, el sentirniento prir,ado o el pareutesco ), l)o la recfa imparcralidad.80

Por úlrinlo. har que reirerar que existen lazos de continuidad entre algulros de los propietarios del Valle de Aburrá de fines de ia época coionial

75 A.Twtr:a¡t, Minet'os, conercxantes ) labradotcs, Óp. cit., pp. 168-17?. 76 AllA C¿ruos. tomo 340, documelto 6503, fols. 2r-l6v v 340r-36?v. i7 ANA" tomo 1782-1785, legajo 1786, fols. l34r-136r'78 A. Tiqilram, Min¿ros. comettiantes 1 labrodores, Op. crr.. pp. 192-194. 79 AIIA, Cercos, tomo 339, docurnerrto 6502. fols. 1v'5r 80 F. Silvestre, Descripciht. d.el refuro de Sailta Fe de Bogotó, Óp. cit., p. 21 I

"t82 I Riqueu. pobrcm diferatciación 1

social en La Proaincia

los grandes comerciantes mlneros o lerratenientes que se asentaron en esta zona en el siglo x\/ir. Mediante rnecanismos colno la compraventa

1'

de tierras, el con¡raer matrimonio entre familiares y la trasferencia de derechos herenciales, r'arias familias logrart,n conservar su patr)lnonio a ¡ravés de más de r.ln siglo. Por otra parte, muchos de los españoles que

lleqaron a Medeliín en el siglo xun se casaron con crioiias, ic que indica su determinación