Dialogos con Frondizi

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FELIX LUNA

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DIALOGOS CON

FRONDIZI

EDITORIAL DESARROLLO

FRONDIZI Y LA CONCIENCIA DEL DESARROLLO NACIONAL

22 06 20 Queda hecho el dep 6 s1co . que marca la ley 11. 721

..

Pocos

gobernantes llegaron al poder en condiciones tan difíciles como las que existían en la Argentina el ]9 de mayo de 1958, cuando A1turo Frondizi asumió el cargo de Presidente de la Nación. El país estaba dividido en dos bandos irreconciliables. El peronismo y el antiperonismo eran estados de espíritu cuyo enfrentamiento excedía los rótulos pa1tidarios para envenenar todo el proceso nacional. El nuevo presidente había obtenido una abrumadora mayoría en los comicios, pero las cifras electorales no reflejaban el apoyo real con que contaba; pues una gran proporción de sus propios electores permanecía en actitud de recelosa expectativa frente a su futura gestión. Las instituciones, asfixiadas por el enrarecimiento ocurrido en la atmósfera política desde años atrás, no parecían tener conciencia exacta del papel que desempeñaban en la vida del país: así, las Fuerzas Armadas se consideraban depositarias últimas de un poder superior, y los organismos sindicales estaban profundamente comprometidos con el peronismo en función política. 9

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Las dificultades económicas reflejaban, además, una crisis de estructura que había llegado a sus últimas consecuencias. Una economía agropecuaria estacionaria, una industria liviana carente de bases siderúrgicas, petroquímicas y energéticas, servida por una red ferroviaria envejecida, una red vial descuidada y un s'istema eléctrico costoso y deficiente; esto, más una detención en el ritmo de incorporación de nuevos capitales y la tremenda concentración económico-financiera que d'istorsionaba, desde el Gran Buenos Aires, el crecimiento armónico del país, eran signos negativos de una economía en paulatina quiebra. Las soluciones de fondo que urgentemente reclamaba tal estado de cosas se habían postergado durante años: en 1958, los paliativos de emergencia estaban ya agotados. Entre 1948 y 1958 la producción nacional por habitante había descendido en un 6 %; había d'isminuido el capital d'isponible por hombre ocupado; la supe1ficie cultivada se mantenía estacionaria desde 1940; la red vial no había aumentado desde 1938; el 80 % de la energía consumida se obtenía quemando petróleo y de éste se importaba el 60 %, o sea que la mitad de la energía que hacía funcionar al país provenía de fuentes exteriores. Los 1.300 millones de 4ik!:!_·es en oro y. div'isas de 1945, se habían imprevi,sorgmente desvanecido hasta conve1tirse en 1958 en sólo 179,l millones, a~lastados '¡lOr una deuda e.xt.eJ:nCL que~.1!:]2.f¿­ ?'ªha tos 1.i O millones de dólares.._ El total de empleados de fu iülministración nacional aumentó tres veces de 1943 a 1958. El déficit de energía, transp01te y viviencla, era tan pavoroso como los que arrojaban las balanzas de pagos y comercial. Em un país que tocaba fondo, trabado por el odio, la desconfianza y los prejuicios. La gente seguía creyendo

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mal momento y todos ago~a.ban sus que se trataba de un l bles a aquellos politicos que energías en señalar c~m~ ~u pio cierto era que esta~a desparticularniente abo11e~ia l:d d nacional: la que estabamor; apareciendo toda ulab;.:~ ~o~o inagotable y ubérrima d~s­ acostumbmdos a ce e . f , il y supe1jicial de los anos de el Centenario, la A1:gent·:tª pac ,,, había concluido para dorados. "La Argentina elazaª1·laPªcon urgencia. y no eran hab' que reemp · siempre Y ia rnndían esta necesidad. , muchos los q~e co~p . l eor el estancamiento ecor:~N o era sin em a1 go 5' p E to con ser grave, admitia mico que paralizaba el A~ 't'na de 1958 seguía masoluciones. Lo pe01· era que a t;l~~n;ropios de medio siglo nefándose con esqu_ema~ men con mitos, con tabúes, con atrás: con slogans irracionale~, e en otros aspectos, estaprefuicios impropios dedunlz~:~ ~~lante. No era fácil comb a resueltamente lanza o . , moderna llena de . , de esta nacion ' ld paginar la fi,sono1!bi·zid des con la estrechez menta d e sus perspectivas y posi i a rr~dos cada uno a su mo o, en sectores dirigentes, empe . rt · ular bandenta. l · sostener su pa ic d e transformaba exp osiEn medio de un mun ? q~~ st1·ando una política -es 11 vamente la Argentina seguia. ,ª dasl Estado- abrumada de decir, u~a forma de condud~on e de timidez y falsedades. convencional'ismos y campa wzgod ular como Perón, no se Un gobernante innegablement? p p tema del petróleo sino había animado a tocar el espinosot ·de para él. Un ~ober. . d'ablemente m _ ..1 cuando ya fue 't1'1 eme i , rendir cuent~· a puenante que, en cambio, no tendoia qute , el problema de la A b ·u cuan a aco , blo, como radm u1 : . torpemente y transfirio su co.n;C ADE lo hizo emago~ica y . . t Aunque la opinwn plicado "statu~" ?-! gooierno lgu~~:~tina como factor de pública no existw nunca en a

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poder y las cosas se manejaban arbitrariamente desde el gobierno (esto desde siempre, por una conformación constitucional que venía desde los orígenes del país) ciertos te1Titorios de creencias, fobias y supersticiones era intocado poi· todo gobemante, popu/a1· o de hechn, i·etrógrado o progresista.

Fueron estos ten'itorios, inviolabl.es hasta entonces poi· el inmovilismo y la cobardía mental, los que Frondizi invadió con su nuevo estilo político. Por eso escandalizó y provocó reacciones airadas. Porque su revolución fue, sobre toM, mental.· una quiebra de las valores pre-ordenatks y si1 sustitución por otros nuevos. Sin embargo, esta revolución se operó pacíficamente, porque desde el principio de su gestión Frondizi limitó su esfera a lo esti'ictamente legal. No só/.o porque em un gobernante constitucional y debía hacer/.o así; ni porque ciertos factores de poder lo estuvieran vigilando estrechamente, sino porque /.o más importante de su 1·evolución fue, precisamente, el hecho de realizarse dentro de la ley. Por eso Frondizi caracterizó de entrada d su gobierno con un triple signo programático; paz social, legalidad, desan·ollo. La tei·cera connotación ei·a, en realidad, la que daba originalidad y trascendencia al emprendimiento nacional que comenzó ese 19 de mayo de 1958. Pero los dos primeros términos eran expresiones, en diferentes planos, -social y político- de un designio de fidelidad a los valores jurídicos tradicionales del país. Con el presupuesto de la legalúlad, Frondizi lanzaba así, para que el pueblo la recogiera, la gran bandera del Desarrollo. Los tres obernantes de envergadura que conoció la Argentina en este sigo encarnaron, ca uno de ellos, un valor sustancial cuya promoción el pueblo consideró n.ece-

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mente, la verdad electoral, la justicia social y el desarroll nacional. Supieron expresar anhelos populares que se cen. traron -en su momento en aquellos val.ores y poi· eso, por. que supiei·on dar la respuesta esperada al intei,·ogante que contemporáneamente preocupaba al país, tuvieron real vigencia política. La sensibilidad del hombre político ante /.a p1·eocupación de su puebl.o, es, en última instancia, ki justificación de su gravitación. Lo dijo hace poco el estadista tunecino Bourguiba: "Yo no puedo pedir a mi pm C01. blo más que aquello que responde a sus aspiraciones Pr< sel fundas y a veces secretas, que no siempre son conscient< dü pero que yo adivino porque estoy hecho para eso: porqu co es mi oficio . .. " La grandeza de F1·ondizi 1·eside en qu., ne supo ex]J1·esar una convicción generalizada en /.a Argentiol na: el fracaso de las estructuras tradicionales. País estancado, país urgid,, por necesidades y p1·oblemas que años Zt atrás no se sospechaba pudieran plantearse, acobardae d,, para acometer grandes empresas, limitad,, en su empun je p01· el odio 1J el inmovilismo, aparentemente agota( do, ba¡o ese rostro decepcionante het'Vía una ansiedad por ( buscar salidas radicalmente difei·entes a las empleadas hasta entonces. f Por buci sociú el CL co y bía exp. qm

Fmndizi señaló esas salidas al formular su concepción del desarrollo nacional. No ei·a, desde luego, una invención personal. Entroncaba con /.a orientacidn de /.os pueblos rezagados que buscan acceso a una vida me¡or. Constituía, p01· otra pa1te, el único camino viab/.e para un país como el nuestro, acostumbrado a un nivel de vida erosionado cada vez más agudamente poi· carencia de impulsos creadores. La Argentina, obligada a una dura competencia para acrecentai· razonablemente sus nivel.es de edu-

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