Humanismo y Renacimiento

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Humanismo y Renacimiento

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  • Edited by FS, 2020
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asgo detinitorio de Ia cultura del Renacimiento . em·opeo, el humanismo es una corriente de pensamiento y de sensibilidad que no se presta a definidones sencillas o indiscutibles. En cualquier caso, el ideal educativo de los humanistas, dominante basta d siglo xvm, ha perdurado ----aunquc sea parci.almcnte-··-· basta nuestros dias. Por lo dem:is, Ia busca contemponinea de nuevos modelos, nuevas fornias de sociedad y nuevas interpretaciones del mundo, Ia de naturaleza y dei hombre ' dirige tambien Ia mirada a Ia epoca renacentista, que asumio como propios y formulo de manera creadora los valores de Ia antigiiedad clasica. HUMANISMO Y RENACIMIENTO --antologia prologada, traducida y anotada por PEDRO R. SAl~TIDRIAi~- ha seleccionado los textos miis represehtativos de siete ~minentes representantes de esc espiritu, que irradio su influencia desde Florenci~ al resto de Italia y de Europa durante los siglos xv yxv1: LORENZO VALLA, MARSII.IO FICINO, ANGELO POLIZIANO, GIOVANNI PICO DELLA MIRA_NnflT A PWTRO POMPON A 7.7.T. ' BALTASAR CA

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un ~resumen del al]tologizado.

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El libro de bolsillo Alianza Editorial

Humanismo y .Renacimiento

Secci6n: Humanidades

Lorenzo Valla, Marsilio Ficino, Angelo Poliziano, Giovanni Pica della Minindola, Pietro Pomponazzi, Baltasar Castiglione, Francesco Guicciardini: Humanismo y Renacimiento

Selecci6n de Pedro R. Santidrian

E1 Libro de Bolsillo Alianza Editorial Madrid

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la selc:cci6n, traducci6n, introd.ucciones y notaS: Pedro Rodriguez Santidrian Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1986 Calle Milan, 38, 28043 Madrid; telef. 200 00 45 ISBN: 84-2Q6.0188-8 Dep6sito legal: M. 26.097-1986 Popel fabricado por Sniace, S. A. Compuesto eo Fernandez Ciudad, S. L. Impreso en Lavel. Los Llanos, nave 6. Humanes (Madrid) Printed in Spain

A Florencia, capital cultural de Europa

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lntroducci6n

Volver al Renacimiento y traerlo basta nosotros -no con mentalidad arqueol6gica- es una exigencia apremiante de todo hombre que busca en la historia sus origenes y su futuro. No son pocos los que ven en nuestro tiempo un clima, un desasosiego , una busqueda y un cambio semejantes a los de los siglos xv-xvr. Hay tambien una crftica, una contestaci6n, un rechazo de la situaci6n y de la cultura que nos rodea. Buscamos nuevos modelos y nuevas formas de sociedad. Necesitamos una nueva interpretacion del mundo, de la naturaleza y del hombre. Tratamos de proyectar nuestro futuro en utopfas de las mas variadas formas. Y sobre todo andamos buscando un nuevo orden humano a partir de un hombre y de una sociedad nuevas. El Renacimiento -rualquiera que sean sus lfmites hist6ricos, sus causasny su plural originalidad- representa un proceso de cambio en la actitud humana frente al mundo y a la vida. Representa, sobre todo, el alumbramiento de un hombre nuevo. Literatos, humanistas, fi16sofos, hombres de ciencia, politicos e historiadores estan 9

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convencidos de que ha nacido una nueva epoca que supone una ruptura con el mundo medieval inmedi~t~. Y el significado de este cambia lo ven en «el ~enac1m1~nto» de un espfritu, de un hombre y de un estilo prop1o de la edad clasica greco-romana. El Renacimiento es una vuelta a la historia -que es como volver al origen del hombre- para encontrar en ella las razones profundas del cambia. En una epoca de crisis como la nuestra es peligroso robinsonear partiendo de cera buscar el cambia en el vado, tanto hacia adelante como bacia atras. Los hombres del Renacimiento -siguiendo la £rase de Erasmo: ve:era instauramus: nova non prodimus, «instauramos lo antlguo, no produc1mos noveclades»- desencadenaron el proceso revolucionario mas padfico y transformador de la historia. En efecto, el Renacimiento es un fenomeno cultural y humano «proteico y camaleontico», para emplear la misma expresion que Pico de la Mirandola aplicaba al hombre. Nace un arte nuevo, una ciencia nueva, un mundo nuevo, un hombre nuevo; aparece una nueva vision de la historia, la polltica, la religion y en general de las relaciones humanas. Hace ahara unos cuarenta afios, Ortega y Gasset -caballero andante de la filosofla y del problema espafiolsaHa a los campos de Espana proponiendo un nuevo m?~ delo de educacion y de humanidad. Y no se le ocurno otra cosa mas que proponer a Leonardo da Vinci, el gran genio renacentista, como el modelo y para~gma de .los nuevas tiempos. «Leonardo fue hombre umversal, hterato, filosofo, pintor, arquitecto, conjuncion de arte y geometrfa, de justeza y de belleza.» Y todo esto fue e~ Renacimiento. Junto a Leonardo, podemos presentar mnumerables figuras que proyectan bacia nosotros su fuerza, su inspiracion, su vida y su obra.

Sin querer hipostasiar los valores del Renacimie~to -mucho menos caer en la ingenuidad de la exaltaClon

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o denigracion total, como se ha hecho-, creo que lo mas importante que se puede decir de el es que hizo del hombre el protagonista de todas las casas. Podemos aplicarle lo que Burckhardt dice del gran renacentista Leon Battista Alberti: «Pretendiose que su mirada penetraba en el interior del hombre, pues dominaba la ciencia del rostra humano. Se sobreentiende que toda su personalidad estaba sostenida por una forma de voluntad intensfsima. Como los mas grandes entre los grandes del Renacimiento, deda tambien el que "los hombres, si quieten, lo pueden todo"» (La cultura del Renacimiento). Agnes Heller 1 ha resumido la antropologfa del Renacimiento en la respuesta a estas dos preguntas: «(Que es el hombre?» y «(De que es capaz?». «Todo aquello que los pensadores renacentistas creen y afirman del hombre se transforma en las modalidades y atributos del "eterno humano" y el "universal humano". El Renacimiento descubre que e1 hombre es libertad -libre albedrfo- entendida ahara no simplemente como capacidad de obrar el bien o el mal, sino como capacidad de infinitas alternativas. Para unos la culminacion de la libertad era el autodominio absoluto; para otros, la humanizaci6n del conjunto de instintos y pasiones; para estos significaba la toma total de autoconciencia; para aquellos la reproducci6n completa del macrocosmos en el microcosmos; bubo quienes interpretaron ellibre albedrfo o la libertad como la toma de conciencia de las facultades esenciales de uno mismo, para considerarla otros como el dominio del mundo exterior de la naturaleza objetiva» 2 • El concepto de hombre del Renacimiento queda resumido en todos estos factores, pero sobre todo en «la toma de conciencia de sus facultades esenciales». (Cuales son esas facultades esenciales? ( Y cuales los medias para obtenerlas? La respuesta nos la daran casi todos los escritores del tiempo. I Agnes Heller, El hombre del Renacimiento, pp. 432 y ss., Barcelona, 1980. 2 Ibid., p. 450.

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Respecto a la segunda pregunta, he aqui la respuesta de Bruno: «Los dioses habian dado al hombre la inteligencia y las manos y lo habian hecho semejante a ellos, otorgandole una facultad sobre los demas animales; y esta consiste no solo en poder obrar seglin la naturaleza y lo normal, sino tambien al margen de las leyes de esta; asi formando o pudiendo format otras naturalezas, otros cursos, otros 6rdenes con el ingenio, con esa libertad sin la cual no habria dicha semejanza, vino a erigirse en dios en la tierra» 3 • La inteligencia y el trabajo a las manos son las dos armas o medias de que dispone el hombre para llegar a ser lo que quieta, para culminar su libertad. Y las «facultades esenciales» que el Renacimiento ve en el hombre son: la creaci6n, primer fruto de la libertad. La creacion en el trabajo, en el arte, en la ciencia, en la tecnica, en la politica. La transformacion del espacio y del universo. Autocreaci6n: la posibilidad de hacerse lo que el quieta: el hombre no tiene limites a sf mismo. Versatilidad: «en la potencia del hombre -dira Nicolas de Cusa- existen todas las cosas segun el modo particular de esta. Todo es humano en la humanidad, al igual que es universal todo el universo. El mundo nuestro es humano en su existencia ... » 4 • I nsatisfacci6n e ilimitaci6n: «Vemos que en virtud de una fuerza natural, los intelectos se afanan pot conocer todas las verdades y la voluntad de todos por conocer y gozar de todas las bienaventuranzas» (Ficino). El tema del hombre «proteico y camaleontico» fue la preocupaci6n constante del Renacimiento, que creo y recre6 las formulas mas diversas: el hombre «mensura mundi», «Cupula mundi», «copula mundi»; el hombre «simiente de todas las posibilidades». El hombre «dios»: «Asi el hombre no desea ni superiores ni iguales, ni que nada se le excluya de su dominio. Estado semejante es unicamente el de Dios. En consecuencia, busca el estado divino» 5 • Bruno, Spaccio della Bestia Trionfante. Nicolas de Cusa, De Coniecturis, II , 14. s Marsilio Ficino, Theologia Platonica. 3

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AI mismo tiempo, el Renacimiento busca modelos de h~~anidad en l~s que conformar la propia vida. El esto~c.zsmo y ,el ep1curefsmo, junto con el cristianismo primltivo, seran las fuentes de estos modelos. «Socrates y Jesus forman juntos el paradigma moral del Renacimien6 to» • A su lado -pero en linea inferior- estan Adan Moises, David, Maria, Prometeo, Bruto, Alcibiades y u~ largo etcetera del mundo cristiano y pagano grecorromano. «La fusion de ambas figuras universales, democraticas y preceptoras de la humanidad, o bien su hegemonia paralela como heroes rniticos dominantes fue la forma mas abstracta y al rnismo tiempo mas tangible en que se llevo a cabo la _sintesis de tradicion cristiana y tradicion clasica . . Fue la p1edra angular del proceso de secularizacion de la aparicion de cierto nivel de autonomia humana y de la resurrecci~n modern? ~e los ideales estoico-epicureos» 7 . El humamsmo trabaJana a lo largo de mas de dos siglos por proyectar y transmitir estos ideales del hombre . Ficino, ~ico de la Mirandola, Castiglione, Bruno, en Italia; Monta1gne, Erasmo, Moro, Vives en el resto de Europa / mas que crear y provocar ' este «hombre nuevo»' no haran surgido de los principios eternos que se encuentran en el mundo antiguo. Los distintos matices que cada uno de ellos da a su vision del hombre no hacen mas que acentuar el proyecto de hombre que buscaban.

Es este estudio del hombre --como protagonista de todo-- lo que da sentido al Renacimiento y lo que le caracteriza desde el principia basta el fin. Ello nos obliga a explicar como surgi6 y evolucion6 esta corriente de pensamiento conodda como humanismo. Es dificil -par no decir imposible- dar una definicion de humanismo. La palabra creada a principios .del siglo XIX por Niethammer para insistir en el valor forma- . 6 7

Agnes Heller, op. cit., pp. 145 y ss. Ibid. , p. 147.

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tivo de los clasicos Iatinos y griegos £rente a la pujanza de la ciencia y de la tecnica modernas, tiene hoy connotaciones diversas. Cinendonos al humanismo renacentista, podemos decir que fue un movimiento que buscaba mediante la enseiianza de las humanidades -studia humanitatis: gramatica, ret6rica, historia, poesfa, filosofia, etc.- el cultivo de las facultades del hombre. El ideal educativo humanista a su mas alto nivel fue el del plena desarrollo de la personalidad. La literatura antigua -griega y latina, fundamentalmente- fue considerada como. el principal media de educaci6n. Las distintas interpretaclOnes del hombre -tal como hemos vista en paginas anteriores- dan Iugar a las distintas formas o corrientes humanistas. Lo que hace imposible hablar de humanismo unfvocamente, y sf de humanismos que tienen como base comun el estudio y la educaci6n del hombre. No cabe en esta breve introducci6n plantear si el humanismo es una filosofia. Algunos autores han afirmado que el «humanismo es la filosofia del Rer:-acim~ent~». Otros, por su parte, reconociendo el aspecto lite~ano, megao el aspecto filos6fico. «En efecto, el humarusmo -el humanismo renacentista- no es, propiamente hablando, una tendencia filos6fica, ni siquiera un nuevo estilo filos6fico ... » «Por otto lado, no es justa concluir que los humanistas renacentistas no tuvieran nada que ver con la filosoffa. Por lo pronto, hay un aspecto de su actividad -la filosofia moral, intensamente cultivada por los humanistas- a la que no puede negarse importancia filos?fica» (J. Ferrater Mora, Diccionario de Filosofza, Humam~mo). Tampoco entramos en la originalidad del humarusmo. Kristeller ha podido afirmar que caracteristico de los humanistas fue el «haber heredado muchas tradiciones de los maestros medievales de gramatica y ret6rica, los llamados dictadores, y el habet agregado a tales tradiciones 1~ insistencia del estudio e imitaci6n de los autores latmos. Muy en particular el humanismo italiano fue un ciceronismo ... ». Cabe hablar no obstante, de un caracter y un aliento comun a todos' los humanismos renacentistas. Lo asumi6

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el Petrarca al afirmar que el humanismo supone un programa de lucha por el retorno de la antigiiedad que entraiia una rebeli6n cultural y una esperanza, mas que un resultado . Este programa de recuperaci6n cultural de la antigiiedad establece que e1 objetivo basico es el conocimiento del hombre y el sentido de la vida, aplicando el principia de Socrates de «bajar la filosofia del cielo a la tierra, al hombre». La antigiiedad no esta constituida por un solo hombre y maestro -en este caso Arist6teles-, sino por multiples autores : Cicer6n, Seneca, Virgilio, Horacia Tuddides, Tacita, Tito Livia, etc. Y sobre todo Plat6n, a quien desconoci6 la Edad Media, que prefiri6 a Arist6teles. En este sentido, los humanistas nos diran que niogUn fil6sofo posee el monopolio de la verdad. Si es que se puede llegar a la verdad, se ha de encontrar en las diferentes filosoffas, todas ellas perfectamente validas. El humanismo vuelve a Plat6n, a Arist6teles, a Socrates y a las distintas escuelas morales del helenismo, sin olvidar las grandes corrientes orientales que giran en torno al pitagorismo, judafsmo, cristianismo, etc. El humanismo establece, finalmente, la concordia entre la cultura clasica y el cristianismo. El principia de la vuelta ad fo ntes