Ética o filosofía moral

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ETICA o FILOSOFIA MORAL '

Luz García Alonso

Catalogación en la fuente Garcfa Alonso, Luz

ÉUca o filosofía moral. - México : Trinas, 2006 (reimp.

2012). 256 p.; 23 an. lndl.J}os reservados

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Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Reg. núm. 158 Segunda eátdón SM ISBN 978-968-24·75.50-6 (Prtmera pubtic.ada por Editonal Trillas, 5. A. de C. V.) +(SO)

Reimpre5ión, 2012

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Diseños e Impresión Af, 5. A. de C. V. 890TW

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El libro ÉncA o flLOSOFiA MORAL, de Ja doctora Luz García Alonso y un distin· guido equipo de colaboradores de distintas instituciones educativas. es una nue­ va y excelente alternativa frente a la necesidad existem� en la educación media superior tlc contar con textos adecuados. tanto para los' objetivos del programa escolar de Ja asignatura. como para las capacidades e intereses de los alumnos. Saltan .1 Ja vista las aportaciones didácticas y la alta calidad académica de esta obra, que Ja hacen, sin lugar a dudas. un valioso auxiliar ¡para la enseñan· za-aprendizaje de esta disciplina filosófica. Además de un amplio grupo de ejercicios preparados por Ja maestra Emma Luz Aceves. este libro está enriquecido con un vocabulario filosófico y tres ele· mentos didácticos adicionales (que no suelen aparecer en esta clase de obras), que, seguramente, resultarán eficaces; me refiero a una breve e interesante obra teatral de la doctora García Alonso y a un extenso número de aforismos filosó­ ficos y de "binomios'', elementos todos que ayudarán a centrar l:i atención inte· lectual de los alumnos. Esta riqueza didáctica. al igual que Ja calidad académica de las seis uni­ dades que integran Ja obra, son el fruto evidente de una seria y prolongada fa. miliaridad no sólo con.la Ética, sino también con las restantes disciplinas filo· sóficas. La riqueza de dichas unidades es, con mucho, más grande de Jo que revela el índice. La obra reOeja solera académica, profundidad. experiencia, investigación y trato frecuente con Ja problemática filosófica; expone un pensamiento ético coherente, sólido. luminoso, realista y de vigorosa raigambre mi:-1.ifísica. La calidad de ÉTICA o m.osoFfA MORAi., Ja seriedad y Ja suficiencia de Jos te· mas tratados, junto con su crucial in1portancia, hacen de ella una obra muy pro· vechosa para el estudiante de hoy, y una muy útil y apreciada rcíerencia para · el profesional de mañana. DR. M1cuEL MANsuR KuRJ

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Después de la parte expositiva de cada capítulo, el estudiante también encontrará una serie de tesis breves, compaginadas en forma de binomios an­ titéticos cuya conjunción es verdadera y cuya disyunción es falsa: juicios que

encierran afirmaciones centrales del tema tratado, escuetamente expresadas.1

Encontrará además una serie de ejercicios para verificar la comprensión de los

temas, cuyas respuestas se reúnen al final del libro para confirmar la com· prensión de los mismos (apéndice B). Al final de la obra se presenta una lis· ta de aforismos pertinentes, cuya reflexión le permitirá al estudiante profundi· zar en el asunto tratado.2 Por su parte, en el apéndice A encontrará una pieza teatral, propia para representarse en el aula, que facilitará su comprensión de la naturaleza y el funcionamiento de las distintas facultades humanas, para auxiliar en el contenido del capítulo 5.3 Se ha procurado seguir el mismo orden de los enunciados del programa ofi· ciaJ, aunque. en ocasiones, ciertos enunciados se han trasladado a otra unidad en favor de la coherencia temática y otros se han suprimido para evitar las repe­ ticiones. Ciertos temas, en cambio, se tratan una y otra vez bajo diversos enfo· ques. El profesor de Ética encontrará en este texto no solamente todo el conte· nido del programa oficial, sino también ciertos asuntos que allí no aparecen: la moral pragmatista, los remas del bien, el mal, la ley moral y la conciencia, no tra tados como tópicos de algún sistema ético, sino de modo sistemático. El equipo de redacción del presente texto se pone a la disposición de los profesores de la materia, para orientarlos en cuestiones bibliográficas, temáti· cas, pedagógicas, etc., lo mismo que para facilitarles ejemplares de los distin· to s exámenes objetivos que pueden aplicarse en función del texto, y que ahorrarán al profesor mucho tiempo de revisión y le facilitarán resultados alta· mente representativos del grado de asimilación del grupo. (Luz García Alon· so, tel. SS 21 18 23; < [email protected] > .)

1 La mayoría de estos bi11ornios lucron tornados del libro Filosoffa de la eficncia, de Luz García Alonso. Jus, México, 1978. 'Turnados de A(oris11ws filosóficos, de Luz García Alonso, Prodiac. México, 1979. >oe IJ rnisrnJ Julora. publicado en la revist.1 T.ogos, núm. 38, México, 1985.

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CONCEPTO DEL HOMBRE

De la concepción que se tenga del hombre depende, en gran parte, la con­ cepción que se tenga de la Ética. Esto es muy lógico, porque como la Antropología Filosófica es parte de una ciencia totalmente especulativa, que es la Física FiJosófica y como la Ética es una ciencia secumdum quid práctica -es decir es una ciencia especulativa de modo absoluto, pero de aJguna manera práctica-. Y como todo el orden prác­ tico depende del especulativo, resulta que la ciencia Ética por ser relativamen­ te práctica depende de Ja Antropología Filosófica en muchos aspectos ya que esta última es totalmente especulativa. Según sea el sistemafilosófico, asíserá su concepto del hombrey, por tanto, el sistema ético.

Estos conceptos pueden ser monistas, si afirman que el hombre se constitu­ ye de un solo elemento, o dualistas, si afirman que se constituye de dos elemen· tos. Los monismos se subdividen en monismo materialista y monismo espiri­ tualista. Los dualismos se dividen en dualismo de unión accidental y duaJismo de unión sustancial o hilemorfismo. Otros modos de concebir al hombre, ya no en la estructura de su natura­ leza, sino en función de otros criterios, son las concepciones existencialistas y las concepciones inma11entistas. 79

80 {Monismo

Por la estruaura de �u Nutura/ezn Concepciones del hombre

Por otras raznnes

{Materialista Espirilualista {Por la unión accidenral

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Duali$mO

Por la unión sus1anci,1l; hilemorfismo

Existencialismo lnmanenusmo

Concepto materialista Una filosofía materialista (como la de Demócrito, Feuerbach o Marx) consi­ dera al hombre como un ser meramente material, o a lo más, w1 :;er cuyo espí­ ritu es materia un poco más evolucionada. Para estos filósofos. el pensamiento es producto del cerebro y el destino del hombre es meramente terreno, rechazan las pruebas de la inmonalidad del alma y minimizan la dignidad del hombre.

Concepto espiritualista Una filosofía espiritualista (como la de Berkeley) considera al hombre como un ser únicamente espiritual -lo confunde con el ser angélico- y explica que su cuerpo es sólo una falsa apariencia de su ser. Tanto el materialismo como el espiritualismo constituyen sistemas monis­ tas, esto es, que reducen al hombre a un solo elemento.

Conceplo dualista Los sistemas dualistas reconocen que el hombre está compuesto de mate· ria y espíritu. Pero no todos los sistemas dualistas explican del mismo modo la relación corpóreo-espiritual en el hombre. La explicación de esta relación es fundamentalmente de dos tipos: Ja ex­ plicación por la relación sustancial y la explicación por la relación accidental. Concepto dualista de unión accidental Si un sistema filosófico considera que alma y cuerpo son "cosas" o "seres sustanciJles", no tendrá otra opción que concebir al hombre como un ser com· puesto de dos elememos que se relacionan accidentalmente entre sí. Tal es el pensamiento de Platón, de Descartes y de muchos contemporáneos. EstJ res­ puesta filosófica suele arrastrar la influencia del pensamiento oriental. . . pensa­ miento más de corte religioso que filosófico. Algunos orientales (especialmen­ te entre los hinduístas) atribuyen el principio d�l bien a un dios y el principio del mal a otro dios tan poderoso como el anterior, y afirm,111 que lo espiritual

Cap. 5. El hombre. s11jt"lu lilm·

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es ollra del dios del bien, mientras que lo material es obra del dios del mal. Por eso, no es raro que las antropologías dualistas que sostienen la relación acci­ dental entre materia y espíritu conserven algo de maniqueísmo. Hilemorfismo o concepto dualista de unión sustancial La antropología dualista que sostiene la relación sustancial entre alma y cuerpo es siempre una antropología hilemórfica. El único modo de integrar al cuerpo y al alma en una sustancia con unidad natural es concibiéndolos como materia prima y forma sustancial; tal doctrina ha sido bautizada como hile­ morfismo (de hilé, "material" y morfé, "forma") y fue creada por Aristóteles. Esta es la solución correcta.

Concepto existencialista Los monismos y los dualismos son las explicaciones fundameniales sobre la naturaleza del hombre. Como una negación de todas ellas, aparece la pos­ tura de quienes niegan la naturaleza misma del hombre y lo explican como un "h;iz de funciones" y en el límite -Sartre- como lo que no es, como la nada. Participan más o menos de esta postura los distintos existencialismos.

Concepto inman,;;ntista Cuando ya no se trata de contestar a Ja pregunta ¿Quées el llambre? (que es la pregunta fundamental), sino que se integra sobre otros aspectos del hom­ bre, aparecen nuevas corrien1es. Así. el inmanentismo sostiene qut! el hombre no puede conocer lo exterior a él tal como es, o bien que no puede llegar a saber si Dios existe con su sola razón. Se trata, como es claro, de dos tipos de inma­ nentismo muy distintos: el primero es un inmanentismo respecto de toda rea­ lidad -excepto el yo- mientras que el segundo es un inmanentismo respecto de las realidades espirituales. Este úlúmo inmanentismo coincide con la postura del ateísmo. El ateísmo toca un aspecto muy importante de la concepción del hombre: el de sus rela­ ciones con el Ser por sí. Por eso, segtín los tipos de ateísmo -y aun los tipos de panteísmo- el hombre pasa de las concepciones materialistas a las de la exaltación meramente humana (al estilo del Renacimiento). a las de Ja angus­ tia y la náusea, y hasta a las que Jo acreditan como dios. Se dejará hasta aquí este esbozo sobre las distintas concepciones del hom­ bre, para desarrollar la que se considera correcta.

Concepción hilemórfica La naturaleza del hombre

No se puede negar que el hombre es tanto un ser corpóreo (y por tanto material) como un ser espiritual. La experiencia muestm que u11a amropología

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Unidad 111. Elprobkmadc la libertad

correcta debe ser dualista. Por otra parte, no es natural pensar que el cuerpo. que es uno de los elementos constitutivos del hombre. sea su enemigo, su cárcel, el mal y el principio de los males, cuando se ha observado frecuentemente el al­ cance de la maldad. de la envidia, del egoísmo, de la soberbia, que son vicios del espíritu. Todo lo cual inclina a pensar que la unidad del yo es una unidad natural y no una combinación accidental de elementos en pugna. Es preciso penetrar en los terrenos del hilemorfismo. El hombre es, sin lugar a duda, un ser corpóreo. Todo ser corpóreo es un ser compuesto tanto de materia prima y forma sustancial como de potencia y acto. La materia prima, que hace el papel de potencia, es, por una parte, el ele­ mento de perm;:mencia que permitirá el cambio sustancial del hombre (esto es, su muerte) y, por otra, es sólo un principio limitativo, sin actualidad, cuya fun­ ción es restringir.la riqueza de la especie de la forma, determinándole ¡¡ ser un modo concreto y singular. Aristóteles dio una definición negativa de la mate­ ria prima: "No es ni cualidad, ni cantidad, ni nada que tenga determinaciór alguna." La materia pn·ma es un principio limitativo. La forma sustancial es el principio especificativo de los seres corpóreos. A través de la forma es como ellos reciben el acto de ser. La forma sustancial

en el hombre es el alma.

De este modo, se puede decir que el hombre es materia prima y alma. Cuando se expresa con la fórmula secular que el hombre es alma y cuerpo, al término cuerpo se le da el sentido de materia segunda -cuerpo tiene también el sentido de ser corpóreo- y se hace referencia, no tanto a las causa� intrín­ secas sino a las extrínsecas, puesto que el hombre resulta del embrión sensiti­ vo (cuerpo) informado por el alma.

5.2. DIMENSIÓN ESTÁTICA DEL HOMBRE De lo anterior resulta la definición clásica de hombre: "animal racional". Es una definición perfecta, porque cumple con todas las exigencias que la ló­ gica impone a las definiciones (está hecha por el género próximo y la última diferencia es adecuada, breve, clara y positiva). Después de esta definición han habido muchos intentos por definir al hombre; se la ha llamado "ser para la . muerte", "ser histórico", "ser productor", etcétera. Sin embargo, cada una de estíls definiciones no es más que una conse­ cuencia de alguna de las partes de la definición clásica, o de ambas. El hom­ bre muere por ser animal, es histórico por ser animal -medido por el tiempo­ y racional, consciente de tal medida, etcétera. El hombre en cuanto animal racional es inmutable, porque la definición es la expresión de la esencia de los seres, y la esencia es pennanente. Esta es, por tanto, la dimensión estática del hombre.

5.3. DIMENSIÓN DINÁMICA DEL HOMBRE La dimensión dinámica es el enfoque hacia la actividad del hombre. La actividad es un principio de perfeccionamiento, y por tanto de cambio. El hom-

Cap. 5. El/iombr