El doble

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COLECCIÓN GAMMA DE ORIÓN

ir.pa;' Andrés Méndez

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Traducción ; Flor m i tVa.zíu

Rueños

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PREFACIO

C u a lqu ie ra de nosotros puede ser el hombre que en­ cuentra a su doble,'

11is(oria de la publicación .4

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“ Der Doppel£anger“ , en hnntio: 'Aoiisehrifi jü r /Inn'Cnduiig'der PsycJioa nali/sc a uf d-ie C eislcsm issenschafloi, ed. Signuuul Freucl. Leipzig, Yiona y Zurich, í n ( l*i ii a lionaler Psvehoanalvli^rlKT Yorla^, i O lí, vo!, III, pái's 97-1 í>4. “ Der Ooppolgiingei-,,1 en O lio Rank, J'sycltonnalyl ische BeiLrage zur blythenf orschung: Ccscnninellc Studien ana den Ja h re n bis /) en una publicación independiente, que conservó parte del material de A (B ) c introdujo otros nuevos, pre­ sumiblemente acrecentados desde 4u publicación. E n G no se consideró esencial una presentación detallada de las se­ mejanzas y diferencias existentes entre A (/?) y C, ni las diferencias son tan notables que puedan provocar una preo­ cupación especial, salvo quizás en el eventual editor de las obras completas de Rank. T) une el estudio de] doble, de R ank, a su ensayo sobre Don Juan, y aparece en la publi­ cación en ese orden, a pesar del título. En ese caso los cin^o capítulos de C se am plían a siete, uno de los cuales trata de los mellizos, aspecto sólo mencionado en pocá.s palabras en C. Además, P ofrece referencias adicionales. Parece de­ seable una versión inglesa de D y D on Ju an , ya que ambos trabajos son complementarios; entretanto, C presenta un interés y una importancia propios. E y F, idénticos en texto y paginación, son las prim e­ ras versiones inglesas de partes breves y aisladas de C. A unque las publicaciones postumas E (F ) pueden conside­ rarse como las palabras finales de "Rank respecto del tenia del doble, es de desear una lectura del libro de 1925 (C) para la comprensión total, en especial porque E (F ) omi­ te buena parte de lo que apareció en C (por ejemplo, la detallada descripción de E l estudiante de P r a q a ) . Los lec­ tores que tengan interés en el propio Rank, así como en su motivo del doble, necesitarán conocer, 710 sólo E ( F ) , sino también el propio C, D o G. En parte, la relación de E f F) con C se parece a la de C con A y : porciones de E (F ) lian sido tomadas en forma literal de C (por ejem­ plo E, F, pág. 80; ef. C, págs. G4-G5). Pero en E (F ) hay

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materiales adicionales que llegaron al conocimiento del aulor en fecha posterior (por ejemplo, E, F, págs. 78, 79, 85 y p a js im ). Por lo demás, la principal diferencia entre E {F) y C es de alcance y acento: en tanto que C se ocupaba ante todo de aclarar los significados literarios, psicoanalíticos, míticos y etnológicos dél doble, E (F ) correlacionan ei motivo con las ideas de R ank acerca dél artista y el pro­ tagonista (véase la Introducción, págs: 18-19). E (F ) no revelan cambios de importancia en las conclusiones a que el autor llegó en C ; y eii el momento en que se escribe esto, D y G son las únicas traducciones de esta última versión alemana.

La traducción (G ) La traducción trata de apegarse al significado de las frases de R ank p a ri passu, y de expresar ese significado en un estilo aceptable para el lector. Las desviaciones res­ pecto del texto literal se hicieron para ofrecer una feliz traslación al inglés, pero se cuidó de que esta traslación nn violara el pensamiento expresado en alemán. I,a traduc­ ción, entonces, se esfuerza por evitar las trampas opuestas de ser demasiado "libre” o de mantenerse tan cerca del original, que él resultado resulte un inglés objetable. Si la traducción consiguió en general transitar por un camino intermedio, ha conseguido su objetivo lingüístico. Aquí y allá puede resultar evidente el sabor alemán, pero como en definitiva éste es el del autor, antes que del traductor, tal vez no sea inadecuado permitirle que subsista. R ank se basó en gran medida en traducciones alema­ nas do autores cuyas obras en el idioma original no se en­ contraban a su alcance o cuyos originales desconocía. A p a r­ te de las citas de Coleridge, Kipling, Poe, Stcvenson y Wilde, de cuyas obras se ofrecen referencias en el original, me basé en el supuesto de que era posible confiar en la exacti­ tud de las citas de R ank y en la exactitud de las propias traducciones alemanas (por ejemplo, la traducción de Dia-

O T T O RANK dys, de Mikiewicz por S. Lipiner, y la de Tolstoiy Dostoievski, de Merezhkovski, por Cari von Gütschow). Aunque qui­ zá sea cierto que una investigación a fondo de las fuentes de R ank debería examinar y comparar esos originales y sus versiones en otros idiomas, me pareció que tal docu­ mentación no era adecuada para los fines de esta traduc­ ción, que en esencia tiene la intención de presentar el libro de Rank en inglés tal como apareció en 1925. También se­ guí este procedimiento en las citas de autores alemanes, que verifiqué passim. El problema de si había que traducir los títulos de las fuentes primarias y secundarias, o dejarlos en el original, me pareció de mejor solución si se seguía el procedimiento general de traducirlos en el cuerpo del texlo y dejar los títulos originales tales como los citan las ñolas. En apa­ riencia este método servía a las necesidades del especia­ lista y del lector general: el primero espera contar con la información bibliográfica, en tanto que por lo común a este último no le preocupa la documentación detallada. E n ese sentido la traducción intenta dirigirse, como lo hizo el original, no sólo a .un público profesional, sino también al lego educado. Se omitieron algunas notas al pie porque tienen po­ co o ningún interés para aquellos cuyo idioma materno es el inglés. Entre ellas se contaban referencias a traduccio­ nes alemanas de obras en inglés (por ejemplo, de una edición de los cuentos de Poe), cuyos originales son de fácil acceso. Por lo demás, en esencia, las notas de Rank aparecen tal como las escribió. En el texto y las notas intercalé, cuando contaba con ellas, las citas que el original no daba. Los corchetes en­ cierran acotaciones editoriales, y se ofrecen remisiones a traducciones que no son la mía. Quiero expresar mi cálido agradecimiento a quienes de una u otra manera alentaron esta publicación, y cola­ boraron en los múltiples problemas que surgieron: Mr. Lambert Davis, ex director de The University of North Carolina Press, sin cuya paciente y sabia ayuda no habría podido m adurar el proyecto; el profesor Norman N. Holland, de la Universidad del Estado de Nueva York, en

Buffalo; el profesor Ralph V. Tymms, de! Royal Holloway College (Universidad de Londres) ¡ el profesor E. YVilliam Rollins, Mr. Cifford S. Nickcrson, y Mr, James L. Ivey, lodos de la Universidad del Estado de Carolina del Norte; WiJmer C. Betls M. D . ; Mrs. Harold L. Bello; S. S.; y mi esposa, quien encaró alegremente los problemas s. 122-120. ‘ V in c k , l/O iu s t, The Ñarctesus Thvtnc in W c íle m FAtrof>cnn U tcralurfí tij) lo (he Eorhj bHnctcenth C cn/ury, L u n d , 1907.

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UN ESTUDIO PSIC OANALITIC O

FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

A d ondequiera que en el S u e ñ o me volvía, dondequiera que In muerte ansiaba, dondequiera que pisaba el S u d o , cu m i cam ino se sentaba a m i lado tm sujeto desdichado, de ii c t n 5: vestiduras, en quien hallaba fraternal semejanza. M ussut

Por lo general, In técnica del psicoanálisis apunta a descubrir materiales psíquicos de importancia, muy ente-, i rados, y en ocasiones procedentes de evidencias superfi­ ciales manifiestas. El psicoanálisis no tiene por qué rehuir siquiera algún tema casual y trivial, si el asunto exhibe problemas psicológicos cuyas ,fuentes e inferencias no re­ sultan evidentes. No debe surgir objeción ninguna, enton­ ces, si tomamos como punto de partida un "dram a rom án­ tico", que 110 hace mucho circuló por nuestras salas cine­ matográficas. De tal manera podemos rastrear hacia atrás )a historia del desarrollo y semántica de un antiguo con­ cepto tradicional, popular, que estimuló a los escritores imaginativos y reflexivos a utilizarlo én sus obras. Aque­ llos que se ocupan de la literatura pueden quedar tranqui­ los, ya que el guionista de esta película, E l éstudiantc de Praga, es un autor de moda en la actualidad* y que adhi­ rió a pautas destacadas, cuya eficacia ha sido puesta a prueba por el tiempo. ¡ Cualquier aprensión en cuanto al verdadero valor de una película que apunta, en tan gran medida, a lograr efec­ tos exteriores, puede postergarse hasta que hayamos vis­ to en qué sentido un tema basado en. una antigua tra­ dición popular, y cuyo contenido es tan destacadamente psicológico, resulta modificado por Jas exigencias de las técnicas de expresión modernas. Quizás resulte que la cine­ matografía, que en muchos sentidos ños recuerda el ira-

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bajo de loa sueños, pueda también expresar algunos hechos y relaciones psicológicos — que a menudo el escritor es in ­ capaz de describir con claridad verbal— , con imágenes tan chiras y patentes, que faciliten nuestra comprensión de ellos. La película llama tanto más nuestra atención, cuan­ to que hemos aprendido, en estudios similares, que m u ­ chas veces un tratamiento moderno consigue reaproxiruar­ se, de manera intuitiva, al significado real de un antiguo tema que se ha vuelto ininteligible, o que se ha entendido mal en su paso por la tradición. 1 Ante todo tratamos de captar las escenas fugaces, ve­ loces pero impresionantes del drama íilmográfico de Hanns [sic] Heinz Ewers: . B alduino, el estudiante mAs arrojado y el mejor esgrimista de la U niversidad de Praga, ha disipado su dinero y está hastiado di; sus actividades libertinas. Irritado, se aparta de sus com pinches y de sus diversiones con la bailarina Líduschka. Entonces un anciano siniestro, Scapinelli, se le acerca y le ofreec ayuda. H ulduino vaga por el bosque con este extraño aventurero, conversa con él, y presencia u n accidente de caza de la joven hija del conde von Sclnvarzenberg, a quie n rescata antes que se ahogue. Se lo invita a su castillo, donde conoce a la prim a do ella y a su novio, el barón W aldis-Sch’warz.enberg. A un q ue se co m ­ porta con torpeza y debe irse frustrado, ha provocado tal im presión en la hija del conde, que en adelante ésta indica a su novio tjue debe guardar distancia. En su vivienda, D alduino practica posiciones de esgrima delante de su gran espejo, y luego se hu n d e en desconsoladas reflexiones acerca de su desagradable situación. S capinelli aparece y ofrece riquezas, y firm a un contrato que le permite tom ar de la hab itación de B a ld uin o todo lo que le plazca. B a ld uin o rife, señala las paredes desmidas y los m uebles prim itivos; y firm a, dichoso, el docum ento. S capinelli observa la habitación, en apariencia no encuentra nada q u e le agrade, hasta que al cabo señala la im agen del espejo de D alduino. E l estudiante sigue la corriente de la supuesta brom a, de buena gana, pero queda pasm ado de asombro cuando ve que .su nlier ergo se separa del espejo y sigue al anciano a través de la puerta y hacia la calle. E l ex estudiante em pobrecido, ahora un caballero elegante, ha lo ­ grado ingresar en círculos en que vuelve a ver a su tan ad m irada hija del conde. E n un baile tiene la ocasión de confesarle su am or, en la terraza del castillo. Pero este id ilio b a ñad o por la luz de la lu n a es in terru m pid o por el novio de ella, y escuchado por Lídnschka, quien ahora sé cruza por el cam ino de B a ld u in o com o una m uchacha-flor y

1 Véase O tto Rank, D ie Don-Juan-Ces/aít, Vienn, 102/1.

El. 1) O ii L 1-2 lo sigue sin cesar por peligrosos cam inas. B a ld u in o sn ve arrancado, en form a brusca, de sus dulces pensam ientos acerca del prim er éxito de su galanteo, por la presentación de su reflejo, que, apo y ad o eonlra una co lu m n a , aparece en e) parapeto de la galería. Cree que su vista lo engaña, y sólo lo arranca de su scm iconcicncia la llegada de sus am ibos. C u a n d o se va, Halduirto desliza una nota en el pañue lo de su a m a d a , q u e ésta lia dejado caer; la nota lo pide que acuda al cem enterio hebreo, a la noche siguiente. L id usch ka sigue en form a furtiva a la hija del conde, hasta sus habitaciones, para enterarse del contenido de la nota, pero sólo descubre el pañue lo y el alfiler de B a ld u in o , que ha usado para unir ia nota al pañuelo. A la noche siguiente la princesa [sic] corre a la cita; L id usch ka, (pie la ve por casualidad, la sigue com o una som bra. E n el cem enterio desierto los am antes se pasean baju la e spléndida luz de la huta. Se detienen en la cim a de un p e qu eñ o otero, y B .d d u in o est¡\ a p u n to de besar a su am a d a por prim era ve'/., c uan d o se detiene y co ntem pla, horrorizado, a Su doble, que de pronta .se revela detrás de una de las lápidas. E n tanto, M argit huye aterrorizada ante la espantos;» a p a r i­ ción, y cu vano se esfuerza B a ld uin o por capturar a su sem ejanza, que ha desaparecido tan de lépe n te como apareció. M ientras tanto, Lid usch ka ha llevado el pañue lo y el alfiler de co r­ bata de B a ld uin o al novio de M argit, quien decide desafiar a B a ld uin o a un duelo a sable. C om o W a ld is- S c h w ai/c ub c rg no presta ate n ción a las advertencias acerca de la destreza de U alduino para la esgrima, el viejo conde Sclnvarzeubei g, quien ya se encuentra en deu da con Baldu iiio por Ja salvación de su hija, decide pedir qm: se perdone la vida de su futuro yerno y único heiedero. Un tanto a desgana, U ald uin o da su palab ra de no m alar a su contrincante. Pero en el bosque, c a m in a al duelo, su yo anterior se acerca a él, U: entrega uu sable ensangren­ tado y lo lim p ia . A un antes que. B ald uin o llegue, al lugar en que el due lo se llevará a cabo,' ve, desde lejos, (pie su otro yo ya m ató a su oponente. Su desesperación crece aun más c u a n d o ya no se le perm ite entrar en la casa del conde. Hace un in útil intento de olvidar su am or en el vino; m ientras juega a los naipes, ve a su d ob le frente a él; y Lid usch ka trata de atraerlo, pero sin éxito. Tiene que volver a ver a su a m ad a; y una noche —por el m ism o c a m ino que L id u s ch k a usó a n ­ tes-— B a ld uin o se introduce en el aposento de M a rg it, q u ie n a ú n no lo ha o lvidado. E l se arroja a sus pies, sollozando. E lla lo perdona y sus labios se encuentran cu el prim er beso. Y entonces, en un m o v im ie n to accidental, ella advierte en el espejo que la im age n de su a m a d o no se f tilo ja al lado de la propia. A terrorizada, h: pregunta el m otivo, y él se cubre la cabeza, avergonzado, m ientias su •im agen del espejo aparece, sonriente, en la puerta. M argit se desmaya al verlo, y B a ld u in o escapa ate iro iiza d o , seguido a cada paso par la horrenda som bra. Así perse­ guido , hoye por calles y callejas, sobre paredes -y 'zanjas, a través de p r a d o s , y bosques. Por ú ltim o llega a un carruaje, se arroja dentro de él c insta al cochero a partir con la mayor velocidad. D espués de un viaje bastante prolongado, a un ritm o furioso, B a ld u in o cree estar a

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salvo, desciende y está a p im ío de pagnr al cochero, cuando reconoce en éste a su reí tejo. Frenélien, sij:iri' corriendo. Ve l;i lisura espectral !\ •■ =.



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LA BIOGRAFÍA COMO TRASFONDO DE LA LITERATURA

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