Los Problemas Del Docente

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LOS PROBLEMAS DEL DOCENTE U na

m i r a d a si stémi ca

Tony García

innovación editorial lagares

M E X

I C O

Los PROBLEMAS DEL DOCENTE. U n a MIRADA SISTEM1CA © 2012, Tony García e-mail: [email protected] D.R. © 2012 por Innovación Editorial Lagares de México, SA de C.V. Álamo Plateado No. 1-402 Fracc. Los Alamos Naucalpan, Estado de México C.P. 53230 Teléfono: (55) 5240- 1295 al 98 email: [email protected] Portada: Gabriela Margarita Corral Badía Diseño: Profesor Daniel Mauricio Rojas Pérez Revisión: Martha Elva Sandoval Delgado Dibujo: Jorge Daniel Torres San Miguel Tipografía: Berenice Mendoza Cuidado Editorial: Rosaura Rodríguez Aguilera ISBN: 978-607-410-176-8 Primera edición febrero, 2012 IMPRESO EN MÉXICO / PRINTED IN MEXICO

Í n d ic e Prefacio.........................................................................................9 Capítulo I ¿Tienen problemas los docentes?...........................15 Conociendo el entorno donde labora un docente............ 15 Constantes problemas a los que se enfrenta el docente.....18 Orientando los problemas....................................................23 Dialogando con los docentes ..............................................24 Del diálogo a la reflexión......................................................30 Capítulo II El origen de los problemas comunes que enfrenta el docente en el aula....................................................35 ¿Quién es el docente y principalmente con quien interactúa?............................................................................... 35 La familia..............................................................................36 La Teoría General de los Sistemas........................................40 La Teoría de la Comunicación............................................. 42 La terapia familiar sistémica.................................................46 Capítulo III Control de los problemas que enfrenta el docente y algunos efectos que repercuten en el aprendizaje de sus alumnos....................................................... 51 La intervención sistémica en las instituciones................... 52 Intervención Estratégica ......................................................56 Técnica de cómo empeorar....................................................56 La técnica del escenario fuera del problema...........................56 La técnica del escalador. Fraccionar los objetivos..................57 Intervención Narrativa ........................................................59 La comunicación verbal no estática:...................................... 59 La comunicación no verbal dinámica:..................................60 Técnica del calcado...............................................................60 La reestructuración...............................................................64

Aspectos relacionados a los problemas del docente.......... 69 Las emociones del maestro 69 Fatiga y alteraciones emocionales.................................. . 71 La disciplina en el aula ........................................................72 ¿Qué es el estrés laboral docente?................................... 73 Sentimientos de inadecuación...............................................74 La tensión y el estrés del docente-.........................................75 Rendimiento del docente ......................................................77

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Capítulo IV Metodología para la identificación de los problemas del docente en el aula............................................... 81 Focalizando la problemática..................................................82 Describiendo una intervención sisrcmica multidisciplinar para los problemas del docente............ .................................83 En busca de las respuestas................................ ...................86 Validez y confiabilidad .................... .....................................88 Conclusiones y Recomendaciones..........................................91 Tabla de referencias bibliográficas.............................................95

P refacio A manera de advertencia: Quisiera estimado lector, aclarar que este libro parte de la idea que en algún momento, en algún lugar, todos los docentes tenemos, hemos tenido o tendremos problemas, dentro del muy amplio universo que nos circunscribe. La educación. Probablemente en­ cuentres aquí algún espejo, o que su contenido te sea totalmente ajeno, pero es necesario que sepas, que no tiene la intención de molestar ni de lapidar la imagen de quienes se entregan con vocación a su loable labor, educar al pueblo mexicano. Tony

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ste libro representa un acercamiento al análisis y a la investigación de las técnicas e intervenciones dirigidas al docente con problemas en el aula desde una visión sistémica. En este trabajo se pretenden aclarar algunas ideas relacionadas a los principales problemas que los maestros tienen tanto en su vida personal, (pareja, hijos, economía, salud física y mental) como los de su escuela (didáctica, relaciones con alumnos, compañeros, insti­ tución, política), qué hacen, cómo los resuelven y cómo influyen en su desempeño, lo que opinan sus alumnos, como es que esas situa­ ciones repercuten en su ámbito laboral, en la persona del maestro y el papel de la institución, lo que hace y lo que debería de hacer al respecto. Dentro de la complejidad holística y multifactorial que encierra el tema, la teoría de sistemas aporta una posibilidad para mirar diferente estas situaciones. Los profesores representan social­ mente un sector de la población que participa ordinariamente en la educación de los pueblos, por ello, su estabilidad representa una oportunidad para la eficiencia y la eficacia de la educación en México.

“Recuerdo que en mi época de secundaria, hace ya algunos años, mi maestra de secundaria de la clase de ciencias sociales era la maestra Aragón. La recuerdo muy bien porque era muy metódica, muy entregada con su trabajo, nos encargaba trabajos muy interesantes. Recuerdo muy bien una serie de fichas donde hacíamos análisis geo­ gráficos y demográficos de la ciudad de Chihuahua, del Estado y del País. Recuerdo que la maestra los revisaba de uno por uno y nos atendía individualmente y se preocupaba por nosotros, incluso, tuvo la idea de organizar un viaje de fin de cursos y a todo el grupo de segundo de secundaria nos llevó a Mazatlán. En ese viaje me tocó ser parte del heroico comité de repartición de comida. Aquella maestra que era muy dura, poco social, que no reía con cualquiera, muy metódica, se ganó el corazón de sus alumnos. Sabíamos que su calificación sería muy minuciosa y tenía mucha importancia para nosotros poder cumplir con los detalles que al final de cuentas, nos traería una buena nota. Yo nunca me detuve a pensar cómo era su familia, ni que problemas tenía, ni si la maestra estaba bien o estaba mal, yo nada más disfrutaba del trabajo en el aula con ella. En los tres años de secundaria, maestras que se les notara el gusto y el co­ nocimiento por su materia, recuerdo sólo dos o tres; ella era una de ellas”. Extraído del diario de observación y practicas de Tony García, 2005. En palabras de Díaz-Barriga, “la docencia se muestra como un hecho paradójico, se muestra una profesión en la que está presente el desarrollo de una multitud de habilidades humanas, donde en sus términos, se concreta un proceso de frustración que deteriora la actividad profesional del profesor y anula su propia personalidad”. Este autor reitera que: “Es necesario distinguir entre frustración y angustia. La tarea docente produce ambas. Pero mientras la segunda puede ser productiva, la primera puede desencadenar el deterioro personal del docente”. (Díaz Barriga, 1993: 73) En este trabajo se realiza un estudio de los problemas familiares del docente, a partir de conocer los diferentes tipos de interacciones familiares, las técnicas terapéuticas sistémicas para estos problemas y las dificultades que ordinariamente tiene el maestro dentro del aula. Además se realiza un análisis de las emociones que maneja el maestro en las clases cuando se conjugan el estrés y sus problemas.

Al respecto Selvini et al. (1987) expone un dilema que tiene que ver con el momento en que se presenta una queja por parte del maestro sobre el comportamiento de un alumno ante un psicólogo u orientador. La autora se cuestiona de quién es el síntoma en rea­ lidad, del alumno o del docente, puesto que se ignoran los aspectos relaciónales circulares de la interacción humana como sistema de comunicación, hay una cristalización de la situación en un esquema lineal preconstituido a partir de quien decreta cuál es el síntoma. Cabe la posibilidad de que para los problemas del docente en el aula sea necesario tanto de una intervención clínica como de apoyo pedagógico. Resalta la idea de que se requeriría apoyo pedagógico por los instrumentos, técnicas, estrategias para utilizarse en el aula pero anteponiéndonos a esto, un maestro inestable o un maestro con problemas psicológicos o relaciónales necesita un apoyo clínico que le permita tener una visión de su subjetividad dentro del aula y así poder resolver o salir airoso ante los posibles escenarios que le suceden en el salón. Una crítica que acepto al realizar este trabajo es que la profesión clínica no es ni política ni moralmente neutral y tampoco son neutrales sus evaluaciones. “Las prácticas operan con miras a sostener valores, determinado orden político y algunas jerarquías de privilegio”. (McNamee & Gergen, 1996). “Una mirada sistémica para los problemas del docente en el aula” es estudiada en esta investigación desde el enfoque cualitativo, con el método de estudio de caso, con la técnica de entrevista semiestructurada. La técnica de obtención de datos tiene que ver con la experiencia directa con docentes, en terapia y en asesoría académica, vista desde diferentes enfoques, que permiten explicar las diferentes percepciones docentes y actitudes asumidas por los sujetos investigados conformando así los referentes teóricos que sustentan la investigación de campo. Esta investigación proporciona una mirada desde la perspectiva de los sistemas, donde el docente, al ser parte de varios sistemas complejos, como lo son el sistema educativo, la familia parental y su familia de origen, se mueve en cada uno, tiene vida, cambia, se aco­ moda, lucha por superarse, danza con otros, se esfuerza por perte­ necer, se conflictúa, se acerca y se aleja. Este trabajo intenta dar una

explicación con un estudio de caso, de cuáles son las dificultades y cuál es la génesis de esos problema.? Este trabajo representó serias dificultades, ya que la terapia tamiiiar sisiémica, ofrece desde la perspectiva de sistemas, una pro­ puesta de intervención para los problemas en el espado clínico y los problemas del docente y en el aula tiene muchos aspectos de incidencia. El problema de principio no puede ser resuelto solamente desde la perspectiva de la terapia familiar sistémica, ya que no existe una teoría ni metodología completa que permita resolver las diferentes relaciones del maestro-alumno. La inclusión de perspectivas teóricas lineales al mirar también lo individual, como se dijo en alguna clase, “es necesario ver lo individual” enriquece la mirada sistémica. £1 abordaje teórico de sistemas, tuvo que ampliarse para poder dar entrada a algunos conceptos del campo de la psicología o la sociología, que permiten dar una concepción más amplia y clara de lo que sucede en la relación del maestro y sus problemas en el aula, tratando siempre de regresar al enfoque de los sistemas.

C apítulo I

¿T ienen problemas LOS DOCENTES?

C apítulo I ¿T ienen problemas los docentes ? “El problema es el problema” Anónimo

Conociendo el entorno donde labora un docente

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a visión para el desarrollo de este trabajo está planteado desde mi experiencia como Terapeuta Familiar, a lo largo de mi trayecto como Docente de Secundaria en la materia de Formación Cívica y Etica (FCyE) y en el departamento de Orientación Escolar, así como dentro del análisis de la materia de observación y práctica docente con alumnos normalistas y como Asesor Técnico Pedagógico de Profesores de Secundaria. Todos estos ámbitos me han servido para complementar mi visión del problema. Con estos campos he tenido la oportunidad de observar, analizar y tratar de ayudar a algunos maestros que tienen problemas familiares y difi­ cultad para manejar sus grupos. “Estos afectos suscitados, al no ser elaborados, si no pueden transmitirse mediante la represión, negación o frustración de los mismos, esta frustración produce un agotamiento personal, del cual sólo es posible salir reprimiendo y negando todo ese afecto ligado a su actuar cotidiano. Así, la tarea docente es el objeto de múltiples frustraciones que, en última instancia, acaban por anular de cierta forma la dimensión humana de la tarea educativa y del profesor, lo que provoca rutina, conformismo e incapacidad académica”. (DíazBarriga, 1993: 73)

Todas las escuelas son distintas e iguales a la vez. En algunas, el medio socioeconómico es alto, pero de poca participación de los padres, en otras se pueden encontrar jóvenes con muchas necesidades pero un acompañamiento muy cercano de sus tutores, pero en todas panes las quejas de los maestros son las mismas. Un ejemplo. Me encontré en una visita escolar con docentes que en su gran mayoría se han enfrentado con grupos cuyos alumnos tienen un nivel socioeco­ nómico bajo. El nivel sociocultural y educativo de los padres de familia es bajo también, ya que la mayoría de la gente sólo terminó la se­ cundaria. Según lo investigado, los jóvenes saliendo de secundaria se pasaban directamente a trabajar a las maquiladoras de la ciudad y en el mejor de los casos sólo entre tres y cinco jóvenes del total de egresados de 90 continuaban sus estudios. Las demandas de los maestros tenían que ver en relación a las ideas conformistas” que tienen los alumnos para el futuro. Luego de varias entrevistas, una de las conclusiones que se obtuvieron fue que aunque los maestros tuvieran mucha intención, aunque algunos de ellos hicieran clases novedosas y motivadonis, los alumnos hacían lo mismo. La institución necesitaba un plan, un proyecto que le diera seguimiento al egreso, para poder verificar los por qué, cuándo y cómo replantear, para cambiar los resultados. Existen muy variadas circunstancias que influyen inevitablemente en los resultados de las interacciones entre maestros y alumnos, como lo son: madres solteras, embarazo precoz, hijos con abuelas, drogadicción de padres e hijos, alcoholismo, pandillerismo, violencia doméstica, abandono de padres, migración, asesinato de algún familiar, etc. El número de alumnos que atiende un maestro en ocasiones tiene que ver con los resultados de sus interacciones, Uno de los mitos que se escuchan constantemente es que se supone que con grupos pequeños es más fácil trabajar y se tienen mejores resultados. En preescolar los grupos numerosos oscilan entre 28 a 34 alumnos; mientras que en primaria el rango está de 30 a 36 y en secundaria aumenta el número de los alumnos de hasta 56 a 60. En la mayoría de las escuelas particulares los grupos oscilan entre los 12 y 25 alumnos y aun así, las demandas de los maestros y los resultados académicos van directamente proporcionales a otros aspectos, como lo son, la

estabilidad emocional, la solución asertiva de los conflictos, la solvencia y el tacto pedagógicos. Ubicándome desde los muy variados tipos de contexto, algunos docentes que me han comentado que tienen dificultad en el manejo con sus grupos, se caracterizan por necesidad de actualización peda­ gógica, así como traer en mente problemas con su pareja, su familia extensa, su mamá, su hijo adolescente, sus compañeros, el director de la escuela; etc. En una ocasión estaba el maestro escribiendo en el pizarrón mientras algunos alumnos aventaban papeles. El maestro estaba entretenido escribiendo y sin darse cuenta salieron del salón dos alumnos, los demás estaban desatados en carcajadas. Al finalizar la clase le pregunté al maestro en qué pensaba cuando escribía al pizarrón, como para no percatarse de lo que pasaba mientras los alumnos jugaban y se salían del salón y me comentó; — ¡Si yo me volteo y escribo, ellos tienen la obligación de estar callados y escribir también! — , pero ¡son supuestos! el asunto es que este valor que se asume entendido, no lo tienen claro los alumnos ¡ni lo tendrán jamás! En una ocasión me tocó recibir a una prefecta que había sido enviada por una maestra para solicitar 20 reportes de disciplina. ¡20 reportes para un grupo de 37! La maestra argumentaba que no dejaban de reír y se merecían el reporte. Ojo aquí. ¿Qué emociones había en la maestra como para tener que recurrir a una sanción generalizada? ¿Qué aspectos debería de tomar en cuenta la maestra para plantear una solución distinta a su problema? Bueno, estas pre­ guntas me pasaban por la mente mientras le entregué los reportes a la prefecta. Busqué a la maestra al final de la clase y antes de que le hablara me recibió con: — ¡Ya no los aguanto! ¡Estos niños de ahora no tienen remedio! ¡Necesitamos correr a dos o tres para que las cosas se mejoren! Otra demanda que me llama la atención es la solicitud a ordenar algún grupo. En ocasiones los maestros mandan llamar a la prefecta, a la subdirectora, o a la directora con frases como: “Maestra, Lupita, que si puede ir a hablar con los alumnos del grupo 2 A, porque están jugando mucho en el salón”. Los maestros en estos casos le entregan la disciplina del grupo a un tercero sin darse cuenta que están aceptando su incapacidad para el control del grupo, entonces, lejos de resolverse el problema, se vuelve crónico, pues los chicos se acostumbran a que mamá subdirectora o papá

orientador le solucione la disciplina de clase al profesor que es el responsable. Y ocurre en ocasiones, después, la contraparte, los profesores expulsan a los jóvenes de la clase, los reportan, los suspenden, mandan hablar a sus padres, se enfrentan de tú a tú con los alumnos airadamente. como si los dos fueran chicos de secundaria probando quién tiene más poder.

Constantes problemas a los que se enfrenta eí docente Antes de ubicarnos en los constantes problemas a los que el docente vive día a día en el aula, voy a mencionar algunos conceptos teóricos que nos aportan diferentes autores respecto al docente en su rol dentro fuera del aula; así como la personalidad de éste. Una mirada sistémica a los problemas del docente en el aula tiene un principio holtstico nmlrifáctoriaJ, Bowen (1991), refiere., que el hecho de colocar al individuo y su proceso de diferenciación en el centro de estudio de todo un contexto, hay una dicotomía entre lo individual y lo relacional, entonces, hablar de sus aspectos relaciónales facilita la comprensión del hombre y de sus diferentes ciclos evolutivos sin necesidad de utilizar precisamente el método psicoanalítico. Bowen alude a que las situaciones relaciónales tienen más que ver con este aspecto de la etapa de la vida de las personas y particularmente de los ciclos vitales de la familia. En el libro de "Observación y Formación de Profesores”, el autor maneja la idea de que “.. .el docente, en su papel de mediador, se compromete en la situación pedagógica con lo que él cree, lo que él dice y hace, lo que él es. Su acción pedagógica se encuentra inscrita en una serie de vivencias particulares que se reflejan en su actitud ante los alumnos” (Postic, 1978: 109). Domínguez (2006) enfatiza una distinción entre la persona (como ser individual) y el maestro (como función social); refiere que los maestros lambién son personas que tienen su propia historia y que al conjugarla con el oficio de la docencia conlleva una doble tarea en relación al equilibrio de la persona del docente y al equilibrio en el oficio de docente. Esta distinción permite tener otra mirada del problema de docente en el aula, porque permite aclarar que estamos hablando a pane de docentes, de profesionistas; de

personas que sienten, que piensan, que tienen familia, que tienen perro, que tienen casa, tienen patio y que estas circunstancias tienen que ver en su contacto con el hecho educativo. Una de las dificultades está en que este oficio de la docencia implica capacidades más amplias del ser humano y las personas ordinariamente tienen dificultades para mantener en equilibrio la propia vida, ahora, trabajar con otras cuarenta o cincuenta personas más, en un salón de clases, durante siete horas, estamos hablando de que conviven con trescientos alumnos en un día, entonces, con­ sidero que mentalmente es un riesgo muy grande que se corre. Los Directivos tienen mucho que ver con esto. Un Director con una amplia visión de su institución puede prever diferentes escenarios ocasionados por maestros con alumnos y no esperarse a tener una crisis con un maestro con problemas. Un directivo competente analiza los perfiles de su personal, identifica según los perfiles los grados, las materias y las comisiones que a cada uno le va mejor, promueve espacios para intercambiar retroalimentaciones de los tra­ bajos cotidianos, en fin, pone de manifiesto una gestión transversal que construye, que trasciende. El problema considero es, que en la mayoría de los casos es que, aparte de no tener formación de gestión ni dirección educativa, no le interesa la persona, entonces, el maestro está aún más expuesto a los conflictos y para el maestro, entonces, será mejor falcar o cumplir sólo con su horario, al final de cuentas parece como si no le importara a nadie. El directivo del plantel es el responsable, en la institución, de la seguridad, aprovechamiento académico, organización, la gestión y el equilibrio entre los alumnos, personal docente, administrativo, padres de familia y comunidad. Por consiguiente, el directivo en­ frenta un fuerte problema ya que es éste quien debería ver en primera instancia el estado de la salud física y mental de los docentes frente a grupo y brindarles el apoyo o la información para su actualización o su tracamiento, en caso de requerirlo. Al observar este concexco se suele preguntar: ¿por qué a algunos maestros le suceden estas cosas y por qué a otros no? ¿Por qué al maestro de educación física los del grupo “a” si le hacen caso y por qué a la maestra de artes o de música no? Lo que he visto es que a los profesores “que se les complica” la situación con algunos grupos,

ordinariamente tienen problemas en diferentes aspectos de su vida, que les resuenan diariamente cuando están con sus grupos, sin darse cuenta, emocional mente están vulnerables ante toda la gama de cir­ cunstancias que el hecho educativo los obliga a enfrcnrar, determinados factores que predisponen, o, caracreríscicas, ya sea circunstanciales o actitudi nales, que los influencian. Ante tales aspectos se puede reconocer que los problemas que tenemos las personas, en los diferentes ámbitos de la vida, pueden influir en el desempeño laboral. En este caso, la mirada hacia los problemas del docente, refiere a, como el maestro rrahaja con personas, en el ámbito educativo formal, tiene implicaciones de gran trascen­ dencia. Tradicional mente el docente no reconoce que en ocasiones sus problemas le resuenan en el momento de estar con su grupo. “Los maestros reclaman la participación que tienen en su trabajo; rechazan que los planes y programas sean planteados sin su participación directa; suelen atribuir a los padres el fracaso escolar de los hijos, por su falta de participación, así como no poner atención en las tareas, la desnutrición y la pobre7J del medio al gobierno,” (Domínguez. 2006:32) Hoy en día, al docente se le dificulta la posibilidad de reconocer cuando las interacciones familiares le interfieren con su trabajo, identificar los momentos en que siente que va a perder la calma, a consecuencia de su inestabilidad emocional, y encontrar la forma de ímplementar audazmente cambios que promuevan diferentes ambientes dentro de su vida y del salón de clases, atendiendo a las reacciones que las estrategias planeadas pueden lograr. Un maestro en equilibrio emocional puede con sus alumnos ser un gran morivador. pero en caso contrario puede convertirse en el máximo verdugo pedagógico. Ante estas circunstancias, ¿cómo le hace un maestro para elaborar an ejercido de auto reflexión con la finalidad de salirse de su papel y verse desde fuera del aula para analizar su comportamiento, sus palabras, su forma de vestir? ¿Cómo reacciona ante lo que le dicen sus alumnos, lo que contesta, cómo revisa, cómo retuerza? Todos en teoría podríamos hacer éste tipo de ejercicio, pero creo que a

algunos maestros se nos dificulta más. Es aquí donde comienza el dilema: ¿Por qué algunos maestros no alcanzan a ver más allá de la acción y por qué no se detienen un poco en pensar que sucede en su vida para que los resultados que obtiene con sus alumnos sean distintos? La finalidad que me lleva a realizar esta investigación tiene que ver primordialmente con analizar, desde una visión sistémica, los problemas del docente en el aula, las diferentes propuestas de intervención familiar sistémica apropiada para estos casos y la gama de circunstancias que envuelven al docente sistémicamente y que evitan la auto-reflexión en sus prácticas dentro del aula. ¿Cuáles son los problemas familiares que pueden afectar en el desempeño laboral docente? Los problemas de las relaciones familiares de cualquier persona y en cualquier profesión, si no se resuelven pueden afectar el clima emocional y la estabilidad laboral y de la familia y por lo tanto, paralizar, interrumpir o alterar los proyectos individuales o comunes de sus miembros. En las familias podemos encontrar discusiones. Las discusiones muestran diferencias de opinión que aparecen en cualquier relación. La necesidad de tener razón e imponer su punto de vista sin capacidad de negociación o de escucha activa del otro, puede ser fuente de conflicto. Cada uno tiene su verdad sobre un problema determinado sin que exista una verdad única. Estas situaciones repetitivas sin resolución satisfactoria para las partes en conflicto genera un deterioro en las relaciones, que es un indicador evidente de la necesidad de ayuda profesional. Lamentablemente no nos damos cuenta de esta necesidad y comen­ zamos a tener problemas también en nuestros trabajos. El contexto y la familia me dan un foco distinto que permite analizar más a fondo las estructuras de la familia. Las condiciones sociales de la vida moderna paulatinamente van dificultando la vida de la pareja en aspectos fundamentales de su vida dinámica, como la disminución significativa de los tiempos para la convivencia, el desempeño de tareas centradas exclusivamente en la reproducción, la falta de medios y condiciones para la participación en actividades que posibiliten un enriquecimiento personal y de la pareja. Al final, todas estas dificultades afectan a terceros, los alumnos en el aula. ¿Cuáles son las dificultades del docente para manejar grupos en preescolar, primaria o secundaria? Las dificultades que enfrenta el

maestro para manejar su grupo de alumnos que quiero compartir son las que tienen que ver con las situaciones que le pasan y que no se da cuenta que influyen en su temperamento y comportamiento. Todas aquellas ideas que maneja el maestro antes de entrar a clases, que nrervienen en él sin quererlo o sin pensarlo, que lo envuelven y le dan identidad, que tal vez reconoce como debilidad y que no le permiten tener un rendimiento esperado por el sisiema del que forma parte. Pero, ¿cómo llevar a cabo este tipo de planteamientos cuando en nuestras aulas algunos profesores no tienen dominio de sus emociones? ¿Cómo creer que el profesor va a inducir contenidos a partir de reconocer las diferencias de sus alumnos cuando responde violentamente a una actitud adolescente? Esa ayuda que supone Coll et al. (1998) que en teoría los profesionales de la educación tendríamos, carece de contextualización en cuanto la realidad económica, emocional, aprirudina) y actitudinal por parte del docente, que se imponen intermitentemente por encima de los ideaJes y los fines de la educación. ¿Quéalternativas sistémicas, técnicas o métodos tienen las instituciones para que los profesores manejen adecuadamente sus emociones dentro del aula? ¿Qué propuestas se pueden plantear para que el maestro logre nuevasformas de interacción, y obtenga los recursos necesarios para pro­ mover ambientes educativos sanos y estables dentro del aula, mejore su rendimiento y calidad de vida, se manifieste con ello un mayor aprove­ chamiento de sus alumnos y así mejorar su calidad de vida y la calidad en la educación? Lamentablemente el reproche constante, las interpretaciones inadecuadas, las ideas equivocadas y las emociones no expresadas o efusivamente expresadas pueden ser elementos centrales para empeorar cualquier tipo de relación interpersonal entre el maestro y los alumnos, al no disponer de la ayuda adecuada oportuna. De aquí mi interés por abrir una puerta a la posibilidad de orientar a los directivos y docentes para que nuestra niñez encuentre en espacio de aprendizaje significativo en las aulas de las escuelas mexicanas.

Orientando los problemas Andersen & Goolishian (1994) narran que contar la propia historia es representar la experiencia; es construir la historia en el presente. La representación refleja la redescripción del locutor y la explicación de la experiencia, en respuesta a lo que el terapeuta ignora. Ambos evolucionan juntos y cada uno influye sobre el otro y también sobre la experiencia y, por ende, sobre la representación de la experiencia. Esto no significa que en el transcurso de la terapia los terapeutas se limiten a narrar lo que ya se conoce. Ellos no recuperan una des­ cripción o un relato idénticos; por lo contrario exploran los recursos de lo aun no dicho. En opinión de McNamee & Gergen (1996) la gente tiene memoria imaginativa. Al recuperar un relato a pasado se invoca al poder de incontables nuevas posibilidades, de modo que se crean una nueva ficción y un nuevo relato. La imaginación se constituye dentro del poder de la invención del lenguaje y a través del proceso activo de la conversación: la búsqueda de lo aún no dicho. Fruggeri (citado en McNamee & Gergen, 1996) advierte que los psicoterapeutas construyen, a través de su propia comprensión y sus descripciones, el proceso interactivo en el que están involucrados junto con los pacientes. Existe la posibilidad de que el sistema educativo no se da cuenta de lo que pasa en las aulas de México, o bien, puede ser que los di­ rectivos finjan o desconozcan tales situaciones, o definitivamente a nadie le importa el tema. La preocupación que a muchos atañe es lo referente a lo cognitivo descuidando el equilibrio emocional de los docentes. Después de analizar los documentos y tareas de diferentes alumnos, me doy cuenta que un gran número de maestros tienen interacciones destructivas con sus alumnos, a causa de no saber cómo manejar los aspectos de su vida privada, no buscan ayuda, ni se les propone ni se les promueve mecanismos de asesoría o consultas terapéuticas, estas situaciones se dan en escuelas estatales, federales y privadas. Bowen (1991) comenta que “la teoría de sistemas confirma la convicción de que el psicoanálisis es un sistema cerrado de creencias”.

Tratar de darle al problema de los docentes en el aula un contexto sistémico permite entender más ampliamente de una forma circular las diferentes situaciones que circunscriben este problema, y tratarlo de hacer lineal por medio de la teoría psicoanalítica cierra las posi­ bilidades a los paradigmas que encierran este problema. Las instituciones educativas necesitan investigaciones que per­ mitan tener más elementos, información necesaria para la creación de proyectos sistémicos para proveer al docente de herramientas para el manejo de sus emociones y la interacción con sus alumnos dentro del Ambito educativo. Existen interacciones fuera y dentro del aula que afectan emocionalmente tanto al maestro de educación precscolar, como al de primaria y secundaria, estos (actores influyen en su salud, en su desempeño, en el rendimiento y aprovechamiento de sus alumnos. Comenta Bowen [íbid.) que, en una época, los primeros médicos pensaban que el problema que tenían las personas sí debían a los espíritus malignos, y mientras mantuvieron esa creencia sus esfuerzos tera­ péuticos apuntaron a liberar a la persona de sus espíritus. Pero hoy en día, el mismo principio tiene la validez en el sentido que la teoría deñne como pensar en la naturaleza y el origen del problema. En este caso, “los problemas del docente en el aula” tienen una derivación sistémica, porque no es una sola situación la que les aqueja, sino son muchas; esos serían los espíritus que estuvieran rondando el problema de los maestros. Este rxabajo está enfocado básicamente a docentes de los niveles de precscolar, primaria y secundaria. Las limitaciones las encontraría en la resistencia de los involucrados para la práctica de las pro­ puestas diseñadas y en las limitadas fuentes bibliográficas de abordaje sistémico en instituciones.

Dialogando con los docentes Al dialogar con los docentes, me encontré con varias situaciones las cuales se asemejan. Una de las conversaciones más relacionadas con éste tema la encontré en una chihuíihuense, la doctora Carolina Domínguez, en su obra La persona del maestro. Relata en su libro:

“La dinámica de estos procesos de frustración es circular, pues afecta al sujeto, a la persona del maestro y a su vez al contexto donde se inscribe. Así, el maestro que no vive con placer su actividad no puede reconocerse en los resultados, viviendo de manera alienada, enajenada. Las imágenes poco favorables del docente, aunque latentes, se diluyen bajo un proceso de racionalización, donde aparece la imagen de un maestro que no tiene sentido del fracaso, de ahí que al no existir para él éste, no hay posibilidades de cambio.” (Domínguez, 2006: 35) Agrego parte de la entrevista realizada a la doctora Carolina Domínguez Castillo, terapeuta familiar y doctora en Educación, autora del libro La persona del maestro una presencia lejana, en las instalaciones de la UPN 081 el 15 de septiembre del 2010. ¿Cuál fue su intención principal al escribir sobre la persona del maestro? La intención que tuve al escribir este libro fue que en los discursos edu­ cativos se habla de la persona, se menciona al docente como persona pero faltan estudios sobre la persona del docente como tales y faltan investi­ gaciones. La perspectiva sistémica considero que esfundamental, es una perspectiva que en este momento está en auge. En investigación en las Ciencias Sociales empezó en Chile. Pablo Latapí también lo menciona en uno de sus libros. Esta visión de los sistemas como tal está tanto en la interacción como en la persona mirada como un sistema, yo creo que nos permite abrir otras perspectivas de conocimiento, y sobre todo de comprensión sobre el docente en este caso particular y sobre la calidad educativa en lo general. Hablando de cuando nos damos cuenta de lo que nos sucede, ¿cuáles considera usted que son las dificultades para que el docente se dé cuenta cuándo los problemas empiezan a afectarle en su desempeño, y a darse cuenta de la distinción que hay entre su profesión de docente y su persona?

Antes que nada, por un lado, está la historia del magisterio, por otro lado, está la excesiva carga que nuestro sistema educativo se le otorga al docente en todas las áreas, se le hace cargo de el cuidado de los niños, de que aprendan, de que tengan valores de qu, participen en olimpiadas etc.; entonces la carga para el docente es excesiva, pero principalmente que nuestra tradición occidental impositiva, sobre todo, conlleva una mirada linealy separada; o sea que, una cosa es el trabajo, otra es mi hogar, otra cosa son mis amigos, otra cosa mis enfermedades o sea, estereotipada. Esta mirada linealy particularizada no ha permitido que el maestro tenga una visión sistémica desde su función, porque la función docente está ligada, (lo dicen muchos otros autores, sobre todo los europeos), es la naturaleza del trabajo docente; es de servicio de inte­ racción constante con muchas personas, y, por lo tanto, mucho desgtiste para el mismo. Esto conlleva muchos problemas de orden personallos maestros se enfermany se enferman por el trabajo, es una de las profesiones de más alto riesgo en enfermedades..

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¿En quefavorece entonces estaspropuestas de trabajo relacionadas a las visiones sistétnicas del desempeño del docente? Pues en que la profesión del docente sea más satisfactoria, que sea una profesión más consciente, una profesión que la persona disfrute, no que sufra. Como sabemos, dentro del enfoque sistémica, cuando tenemos más información puede haber ciertos cambios en el sistema y en esa medida puede haber mayor autorregulación en su desempeño; saber por ejemplo en laforma en que trabaja con los niños mediante equipos no solamente va en beneficio de los niños, sino van en beneficio de él o de ella como persona, porque entonces la carga de atención ya no va a estar en 50 niños, sino que ¡a puede manejar y poner mayor atención a pequeños grupos o a algunos niños en particular, esto mejora su desempeño y por lo tanto su cansancio y su estrés: entonces esta mirada sistémica permi­ tirá reconocer de que no tengo toda la responsabilidad con los niños, sino laforma en queyo trabaje con los niños también va a ir en beneficio de mi persona y por ende de los niños y por ende de la educación. Me parece que es muy importante toda sta línea que tiene grandes desarrollos en Europa, desdeferusalén, Italia, por lo que he estado investi­ gando m Inglaterra, Canadá. En América Latina tienen otraperspectiva, pero sifalta aún. Este trabajo sistémico, fundamentalmente es importante

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Los PROBLEMAS DEL DOCENTE U na

m ir a d a s is t é m ic a

desde reconocer que quien investiga es parte del sistema, estas miradas de segundo orden le otorgan al docente un primer plano acerca de sus problemáticas y al otorgarle a sus docentes este primer plano de sus pro­ blemáticas, y por consiguiente de mirarlos como personas contribuye desde el núcleo deL trabajo docente a una mayor comprensión de su na­ turaleza; y por lo tanto puede beneficiar y redundar en la calidad de la educación. Me parecen muy importante estos trabajos, estas perspectivas. Algunas palabras para concluir... Definitivamente desde la mirada sistémica no se puede desligar una cosa de otra, y que es una línea de trabajo que me da mucho gusto que esté abierta, que se profundice y que se contribuya a los estudios desde la investigación. La perspectiva de la persona del maestro en distinción con el docente es una paridad que necesita atención clara, precisa, para poder distinguir entre los diferentes significados a los problemas del docente. Selvini et al. (1987) analiza los problemas del psicólogo educativo con los docentes y los alumnos. La autora puntualiza algunas refe­ rencias en cuanto a la necesidad de adoptar una visión sistémica para la complejidad de las interacciones escolares, por ejemplo, la primera consecuencia operativa consiste en tratar de extender el campo de observación, colocando el trastorno señalado dentro de un contexto más amplio. Selvini et al. (íbid) afirma que cuando se investiga la naturaleza de un trastorno psíquico se buscan las causas y, en tanto se procede según un modelo lineal, se intenta identificar cuál es el origen de la patología. Desde una óptica sistémica, en cambio, tanto el concepto de patología como el modelo lineal de investigación causal, y tam­ bién la arbitraria puntuación de una secuencia de hechos, resultan estériles en relación con el cambio que se quiere provocar. En con­ secuencia, el problema se sustituye respectivamente por el concepto de disfunción sistémica específica, que implica a varias personas además del individuo señalado y de quienes lo señalaron; el modelo de circularidad, según el cual dentro de un sistema específico de donde ocurre una serie de fenómenos el fenómeno vuelve a condi­ cionar a otro el lugar de proyectarse en una secuencia irreversible; la

negativa a tomar por realidad lo que es mero resultado de una pun­ tuación arbitraria con la que se definió de una vez por todas