El deseo trans [1 ed.]
 9788411320245

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Jacques-Alain Miller y otros

El deseo Vilma Coccoz (coord.)

trans

Vilma Coccoz, coordinadora de este libro, es psicoanalista, analista miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis del Campo Freudiano, miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, profesora del Instituto del Campo Freudiano (ICF). Colabora en prensa escrita y en publicaciones especializadas, y es autora de diversos libros, entre los que destacan: La Neurosis Obsesiva II. Lecciones introductorias a la Clínica Psicoanalítica (2001), Lo que Lacan sabía (2013), Freud, un despertar de la humanidad (2017) y Nuevas formas del malestar en la cultura (2021). Ha compilado La práctica lacaniana en instituciones, volúmenes I (2013) y II (2017),y ha participado en diversas obras colectivas. y

Los autores de los textos de este libro son miembros de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis del Campo Freudiano, y miembros de la Asociación Mundial de Psicoanálisis.

JACQUES-ALAIN MILLER Y OTROS

El deseo trans Vilma Coccoz (compiladora)

Director de la colección: VICENTE PALOMERA

CONTENIDO

O del prólogo: Vilma Coccoz, 2022. O de esta edición, RBA Libros y Publicaciones, S.L.U., 2022. Avda. Diagonal, 189 - o8018 Barcelona

http:/www.rbalibros.com Primera edición: abril de 2022. REF.: GELPO33

978-84-113-2024-5

ISBN:

DEPÓSITO LEGAL: B.

COMPOSICIÓN

«

4000-2022

EL TALLER DEL LLIBRE, $. L.

Impreso en España



Prólogo por Vilma Coccoz, y

Printed in Spain

Jneques-Alain Miller, Dócil a

Queda rigurosamente prohibida sin autorización por escrito del editor cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra, que será sometida a las sanciones establecidas por la ley. Pueden dirigirse Cedro (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesitan fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra a

(www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47). Todos los derechos reservados.

14 CUESTIÓN

lo trans, 13

TRANS Y EL ESTADO ACTUAL DE LOS DISCURSOS,

nic Laurent, Biopolítica de la norma trans, 43

41

iquel Bassols, El empuje a lo trans y la nueva normalidad, 57 Télix Rueda, Una sólida ortodoxia, 73 Irginic Leblanc, De la creencia a la diferencia de los sexos más allá del binarismo: un recorrido por la sexuación, 84 News Carbonell, Judith Butler y el conductismo hipermoderno, 102 nía Arribas, Comentarios a los conceptos de «falo lesbiano» (Butler) «dildo» 118 (Preciado), y AUJETO DE DERECITO

Tan

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Claude Maleval, al transgenerismo,

ha

IMPOSIBLE DE LEGISLAR, 135

El transexualismo objeta

137

Aromí, Despatologización del trans, 155 081 Alba Zaidel, Leer lo trans, 171 Vnanca Goya, No todo lo que brilla es oro. Comentario sobre la ley trans, 180

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CONTENIDO

8

3. CLÍNICA

DE LO SINGULAR,

_— PRÓLOGO

199

e

Manuel Fernández Blanco, Transexualidad o transgénero, 201 Jorge Sosa, La cuestión trans entre la clínica y la política, 215 Gabriela Medin, Intersexo. Desafíos de una condición congénita no binaria, 229 Liana Velado, Lo trans, 247

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4. PRECISIONES CONCEPTUALES, 255

Antonio Di Ciaccia, Lo real del sexo, 257 Vicente Palomera, El efecto del «empuje a la mujer», 265 Laura Canedo, Corinne, una invención de identificación. Acerca

Vil 1

ívOC Conce, Les egalmon

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mes de abril de 2021 Jacques-Alain Miller declaraba inauguraE el año trans en el Campo Freudiano concebido como un tiempo de Eliboración de la respuesta por de los psicoanalistas de orientaparte el

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FIN lacaniana, ante el impacto suscitado por lo que nombró el «huMuCAn 27ans» en el la de panorama época. Citaba entonces a Victor Hugo, quien llegó a decir, refiriéndose a Baudelaire, que el poeta roMántico había creado «una nueva emoción». «Con la entrada en esFena del personaje trans, menudo colorido, a nuestra comedia huHINA, (...) una nueva emoción conmueve la civilización. Esto que lo aporta es un problema. No un problema en el género, intrínsefimente confuso, pero sí un desorden, un 71/1/7, en la inmemoa

1

guerra Mlde los sexos». electo fue inmediato, una serie de publicaciones vieron entonluz, y en distintos medios se convocó a los analistas a tomar la libra, se actualizaron lecturas y estudios, se dio a conocer una clíMN novedosa mantenida hasta el momento en reserva y a la

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con resultados diversos

contrastados. Lo acontecimientos se precipitaron, la dimensión política

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Miller, Dócila lo trans, incluido

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PRÓLOGO

PRÓLOGO

diática se mostró marcada por el signo de la urgencia debido a la ausencia de una legislación a la altura de los reclamos de los activistas. Anticipando la participación de los analistas de la ELP en un debate social requerido por la dimensión pública del fenómeno y teniendo en cuenta que no pocos llevaban tiempo trabajando en ello, aceptamos la propuesta de Miller de confeccionar un volumen colectivo en

otorgaba a las mujeres la oportunidad de disentir, de desear Otra cosa. Freud dio una respuesta a la altura de este desafío ético: la realidad de sus cuerpos sufrientes reclamaba tomar en cuenta la incidencia de Otra escena —así llamó al inconsciente—, y les ofreció un lugar de palabra donde explorar, uno a uno, los enigmas de su condición. Desde sus primeros pasos, Freud dejó de lado las «concepciones tiniversales» que el pensamiento fabrica bajo la tendencia a desdeñar lo que no se puede saber y a las que define como el resultado de «una construcción intelectual que resuelve unitariamente, sobre la base de tina hipótesis superior, todos los problemas de nuestro ser y en la cual, por tanto, no queda abierta ninguna interrogación y encuentra Ml lugar determinado todo lo que requiere nuestro interés»? Gracias a la enseñanza de Lacan esta vocación de la perspectiva analítica dirigida a objetar los universales en favor de la singularidad Encontró sus fundamentos lógicos donde sustentar la apreciación Justa de esta forma del malestar que afecta a la subjetividad de nues-

10

español.

He aquí el resultado. Los diferentes textos portan la marca del estilo de cada uno, acorde con la ética del psicoanálisis y su principio de consideración de cada existencia en singular, en nombre propio. En su conjunto queda plasmada la seriedad con la que los analistas abordan las cuestiones de la subjetividad tal y como se define en su práctica, concernida, en palabras de Lacan, por «el carácter excéntrico, paradójico, desviado, errático, incluso escandaloso por el cual el deseo se distingue de la necesidad». En este abanico de textos se ofrece un pormenorizado análisis acorde con la complejidad del tema y de los requerimientos para una valoración crítica y argumentada, que haga posible orientarse adecuadamente en la atención de quienes enuncian actualmente un «deseo trans».

Frente a la globalización de la expectativa de felicidad suscitada alpor el «estallido del género» y su cohorte de reivindicaciones cuyo cance político es indiscutible, este libro se presenta como una pausa, un intervalo de reflexión, nos invita a colocar en suspenso las consignas propias de un fenómeno de masas a fin de darles su justo alcance pudiendo ir más allá, y valorar los matices, las incertidumbres, los interrogantes que despiertan de la experiencia. El discurso analítico surgió, precisamente, de la atención y respuesta al discurso histérico, cifrado en los síntomas de una epidemia la atmósfera de y metáforas de un nuevo desco diseminado gracias a contagio que tuvo lugar en el ambiente ibseniano del siglo x1x que

Iro tiempo. Las teorías de

género reeditan la tradicional dicotomía entre el y cuerpo, entre psique e instinto, etc., mediante la duplicidad He yénero y naturaleza o sexo. Tal perspectiva ahonda en el error comun que induce la pequeña diferencia de los seres sexuados y acentúa In impotencia del lenguaje para resolver los enigmas de la sexualidad. Los psicoanalistas, munidos de los avances en la elucidación de la Elmuctura triple del parlétre elaborada por Lacan, y advertidos de Nue el desafío no pasa entre lo físico y lo psíquico, sino entre lo psíquioy lilógica, se esfuerzan en tomar en cuenta los impasses, intentanDo localizar el «hiato irreductible», lo real, que impide la formulaide de El universales, Mon distinción que de la experiencia rasgo el

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5

Pala,

Treud, concepción del universo (Weltanschauung), en Obras completas, Hiblioteca Nueva, Madrie, 1973, tomo TEL, pág. 3191 La

12

PRÓLOGO

DÓCIL A LO TRANS*

analítica, en la medida en que ampara el decir en nombre propio, objeta la identificación que se ofrece y se reclama desde el ámbito colectivo y social. Ser fieles al principio lacaniano según el cual el ser hablante «se autoriza de sí mismo y de algunos otros» en lo relativo a su elección

por JACQUES-ALAIN MILLER

sexuada, otorga la posibilidad de favorecer la creación de otros enlaces entre los seres hablantes, de estructura triple, y enfrentados, por lo tanto, a la inexistencia de una escritura de la relación sexual que pudiera otorgarles la certeza de un ergo sum... mujer, ergo sum...

hombre. Esa imposibilidad es la condición misma de la existencia del discurso analítico y el faro que orienta nuestra acción ante el desvarío del goce que sacude nuestro mundo solicitando, una respuesta auténtica por parte de quienes hacen suya la divisa ética freudiana: A/lí

donde Ello era, yo debo advenir.

[a tormenta ha estallado. La crisis trans está entre nosotros. Los Hina están en trance (digámoslo de inmediato, esto era esperable), Mientras que los psi, protrans y antitrans se apuñalan con el entusiasMnilelos partidarios de la Punta Gruesa y del Punta Fina" en Gulliver.

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Precisamente, qué indecencia la de bromear, reír y burlarse, cuanbloque está en juego en esta guerra de ideas es de lo más serio y se tramenos que de nuestra civilización y su famoso malestar o in-

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Cormidad, diagnosticado por Freud a principios de los años treinta El plo pasado. ¿Es conveniente el estilo satírico para un tema tan seCientamente no. Así que me enmendaré. No volveré a hacerlo, Escribí «guerra de ideas». Es el título del último libro de Eugénie Me llegó de forma inesperada. No creo que se encuentre allí ni

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Podueción: Jorge Castillo, Cinthya Estrada, Carolina Vignoli, Maitena Neesión: Nicolás Bonisoño, Alejandra Loray, Susana Schaer, Vil-

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palabra «trans». La obra termina con la actualidad del radical y la guerra de los sexos. Considerando que esta jo-

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of minors with gender dys «Policy Change regarding hormonal treatment children's hospital», 5 de mayo de 2021, y phoria at Tema-Barn-Astrid Lindgren Sex Hormo Karolinska Ends All Use of Puberty Blockers and Cross4.

«Sweden's Studies», 8 de mayo de 202r, disponible en nes for Minors Outside of Clinical la evidencia. web de la Sociedad de la medicina de género basada en

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CUESTIÓN TRANS

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BIOPOLÍTICA DE LA NORMA TRANS

EL ESTADO ACTUAL DE LOS DISCURSOS

las dos, tanto la ción «como tal, en tanto que sexuada, comporta a vida como la muerte». Esto es lo que Judith Butler niega cuando solo quiere tomar en condenomisideración para la política de las identidades el mínimo común formulado en térnador de todas las exigencias identitarias, el de estar de un cuerpo minos de exigencia de vida. «En nombre del cuerpo vivo, e incluso a alcanzar su pleno desaque tiene derecho a vivir, a persistir la «vida digna en rrollo» alo largo del tiempo; colocan así la cuestión de vivible o digna, que el primer plano de la política» SLa norma de la vida de goce, esun atraviesa todas las identidades concebidas como un modo de la norma, como lo destaca Eric Marty. punto crucial de la geopolítica «El concepto de Ella elimina el lazo vida-muerte que introduce el sexo. lo en este Norma, en tanto que ello se opone al de la Ley y sustituye es, fuera de, sin trasfonsentido, el concepto positivista por excelencia, sin serie de posido, sin secretos, sin oscuridad, sin otros mundos, una pura tividades que regulan la vida en lugar de albergar la muerte» de muerte que La norma trans se niega a reconocer la amenaza solo tiene lugar implica la reasignación activa del género. La muerte de rechazo de inclusión en el propor la amenaza de suicidio en caso de muerte en sus tocolo. Es querer ser el amo, que acepta el riesgo condiciones. Es una primera forma de desanudar

propios términos

y

los lazos del sexo y la muerte. El otro desanudamiento entre sexo, muerte y reproducción conel uso siste en ignorar los riesgos para la fertilidad provocados por masivo de hormonas.

pág. 42Lacan,El Seminario, libro 20: Aun, Barcelona, Paidós, 1985, Barillas cité L.y 2016, par pág. 147 Fayard, Butler, Rassemblement,

7. 8. J.

discussion», postface de Butler J. et Worms F., ble et Vinvivable, Presses Universitaires de France, 2021, pág. 70. des Modernes, París, Seuil, 2021, pág. 380 9. É. Marty, Le Sexe pentier A., «Pour situer

la

Le

EL TRANSEXUALISMO Y LA LÓGICA DEL SEXO

Cuando Lacan toma conocimiento de los trabajos de Robert Stoller en 1971, los recomienda y al mismo tiempo señala «el carácter cominoperante del aparato dialéctico con el cual el autor de MS Hibro -__ esas cuestiones |...]. La cara psicótica de esos casos pura Elndida por completo por el autor, falto de cualquier punto de Me rencia, no habiendo llegado nunca a sus oídos la forclusión peniana».- Esta expresión «la cara psicótica» tiene todo su peso comaeanalieElla no dice que todo sea psicótico y por lo tanto que el peno aportaría nada a la clínica de la psicosis. Ella afirma que la cara psicótica a explorar pasa por la lógica de la forclusión. continúa su movimiento de despatologización de las cate' porías clínicas,” a favor de mantener su coherencia lógica en lo que él denomina «el discurso del sexo». Ese movimiento dará lugar fa «Todo Mosa declaración, hecha para Vincennes, según la cual el mundo está loco, es decir, somos todos delirantes».'? Esta despatolozación ho quita nada a la lógica del discurso del psicoanálisis y su nica. Lacan se satisface, durante esta primera presentación dos

mente

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pubajos de Stoller, con decir que lo importante es leer esos casos a partir del hecho de que no hay esencia del hombre o de la mujer, que ton solo significantes, que son dos (deux) y que solo su lación: 1 fue cuenta. Se habla de ellos (d'eux). Lacan ya había realizado una operación lógica del mismo orden Fon motivo de la publicación del libro de Maud Mannoni sobre «El

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LA CUESTIÓN TRANS

Y

BIOPOLÍTICA DE LA NORMA TRANS

EL ESTADO ACTUAL DE LOS DISCURSOS

de niño retrasado y su madre».'3 Las tesis de la autora formaron parte de sastre del el un debate donde se trataba de saber cómo, en cajón debilidad era una saatraso, la psicosis y la debilidad confluían. ¿La lida a la psicosis infantil, o una vía original de subsistencia del sujeto? En ese momento, no todo se atribuyó a trastornos del desarrollo neude la rológico. Lacan formula su solución refiriéndose a una lógica la relación de los dos términos clínicos. Lo expresa así: «Es en medila da en que [...] el niño débil toma el lugar [...] de ese algo a lo que madre lo reduce, a no ser más que el sostén de su deseo, en un térmidel débil la dimensión no oscuro, que se introduce en la educación psicótica».'* Esto no quiere dice que todos los débiles sean psicóticos, la lógica forclusiva que opera en la repero que no debemos ignorar

51

un significante, hecho de discurso. Él se inscribe en las palabrerías sobre el sexo que nos hace olvidar lo inconmensurable de los goces de los lados hombre y mujer de la sexuación. Uno puede soñar con localizarse en un órgano, el otro no.

sc

partir de ahí, Lacan opone dos maneras lógicas de hacer con el iignificante fálico, el del transexual y el de la homosexual. El transexual ya no lo quiere como significante. Sale del discurso y pasa a lo leal a través de la cirugía. La homosexual no lo quiere como signifiMinte, pero permanece en el discurso sexual. Desarrolla el discurso iimoroso, de tal manera que arruina todo prestigio de ese falo, «... rompiendo el significante en su letra».'5 El ejemplo princeps es el moviÁ

miento de las Preciosas.

lación del sujeto débil al saber.

PASAJE «DE LO REAL» DOS POSICIONES: EL TRANSEXUAL, LA HOMOSEXUAL

Sto Al año siguiente de su primera presentación de los trabajos de ler, Lacan da él mismo su propia respuesta a la pregunta que formu de ló ¿Cómo esclarecer esta nueva respuesta a través de la lógica la lógica de la posición transexual y la de la la forclusión?

Contrapone homosexualidad femenina frente a lo real, planteada por el discurso la del psicoanálisis o «discurso sexual». La imposibilidad de inscribir de dis relación sexual implica que la diferencia sexual es un hecho diferencia curso y no-de esencia. Que haya un órgano que haga una solo da la imaginaria es solo una ilusión de encarnación. El órgano volver ilusión de acceder al otro sexo al dejar de ser un órgano para retardado y su madre, Buenos Aires, Paidós, 1991 Pue El Seminario, libro 11: Los cuatro conceptos del psicoanálisis,

Mannnoni, E/ niño

13. M. 14. ]. Lacan,

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PASAJE «A LO REAL»

Para el transexual, que aquí nos interesa, Lacan muestra la lógica forclusión en dos etapas. Por una parte, la posición del sujeto Ininsexual participa del error común. Él encarna la diferencia

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que tal Nilerencia,

puro hecho de discurso en un órgano: «la pequeña que pasa, engañosamente, a lo real por la intermediaHON del órgano». En un segundo tiempo, después de someterse al ETor común, nace una pasión particular. «Su pasión, para el tranes la locura de querer liberarse de este error, el error UmIN que no ve que el significante es el goce y que el falo es solo 17 O gnificado».7 TICO Allí, Lacan ya no habla de psicosis, sino de pasión le locura, La liberación descada por el transexual apunta al órgaes

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LA CUESTIÓN TRANS

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BIOPOLÍTICA DE LA NORMA TRANS

EL ESTADO ACTUAL DE LOS DISCURSOS

la aplicación del protocolo holandés en Inglaterra, Suecia y Finlandia. En Inglaterra por razones legales, en Suecia por razones estrictamente médicas de beneficio / riesgo del tratamiento, en Finlandia la preferencia no invasiva de tratamientos. Mientras la reasig-

por nación afirmativa era el modelo dominante, las asociaciones de activistas y los equipos de endocrinología y cirugía estaban en la misma longitud de onda, las asociaciones de activistas presionando en las calles para que los tratamientos fuesen más abiertos y más numerosos. La brecha que surge en la nueva geopolítica de la norlas cartas de ma, entre países del Norte y países del Sur, repartirá manera diferente y dará lugar a debates que serán complejos y acalorados.

POLÍTICA DE NORMAS Y PODER BIOMÉDICO

Las tesis de Michel Foucault sobre la política de las normas, permitieron de entrada a las comunidades de minorías sexuales hacer valer sus deseos de modificar la norma patriarcal. Durante la epi demia de sida, las asociaciones de pacientes activistas AIDES, ARCAT-SIDA, Act Up-Paris y Act Up en los Estados Unidos sc inspiraron en los trabajos de Foucault de diversas formas para for jar nuevas luchas de poder con el biopoder médico. AIDES quiso ser universalista y manifestó su reticencia ante la burocracia sani taria y su control moral, ARCAT-SIDA se vio a sí misma como un encuentro de intelectuales específicos y Act Up-Paris fue la prime ra asociación en presentarse como identitaria en ese concierto, Como señala Philippe Mangeot en un artículo de referencia sobre la historia de esas asociaciones, Act Up-Paris testificó sobre «una práctica ininterrumpida de cortocircuito: universalista y minorita rio al mismo tiempo; desafiar al Estado y pedirle cuentas constan

i

55

temente; ocupando tanto la calle como los ministerios; profiriendo y otra vez, un discurso colérico y a favor del peritaje»? Las asoclaciones trans son herederas de esta historia en sus diferentes prácti£as en relación con el poder biomédico, especialmente de Act Up en HI práctica proteiforme. Los autores estadounidenses señalaron, con un cierto SchadenJeude (regodeo) sobre las ambigiiedades reveladas por la French Theory, que el reciente período pandémico había sacudido brutalmente el uso de las tesis de Michel Foucault sobre la denuncia del poler biopolítico médico por parte de la izquierda y la derecha estadouhidenses nada típicas.” Por un lado, la derecha estadounidense se ha Apoderado de las tesis que denuncian los poderes de la burocracia sahitiria y su biopolítica invasiva. Por otro lado, los demócratas, incluiEi su ala radical, han hecho de la ciencia médica, encarnada en Anthony Fauci, el héroe de la pandemia. Exigieron a los gritos la exIntisión de sus poderes coercitivos. Las asociaciones trans, que han dado un fuerte giro identitario, Oepuirán queriendo la simbiosis con el poder biomédico a medida Nue se instalen las distancias con el protocolo holandés? Además, el Irtirso por parte de la burocracia sanitaria a prácticas excesivas Ti Nudge en el ámbito de lo íntimo, sustituye a la política por un Nntrol más o menos discreto de los comportamientos. Estas práctiUM imbién adquieren, como vemos, en la campaña por la tolerancia, UN viraje identitario ¿Será viable la alianza entre las asociaciones

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Schullenberger, «How we forgot Foucault», American Affairs, 20 de

2021,

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Miller, «L'école de

tolérance», Lacan Ouotidien, 1.2 930,2 de junio «Message anti-diseriminations: quand PÉÉtat prétend nous enscigner la Marianne, 3 de de 2021,

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56

LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO

ACTUAL DE LOS DISCURSOS

identitarias radicales y la burocracia sanitaria? Tendremos que inel terpretar los desarrollos a los que vamos a asistir. La campaña Bar derecho a la interpretación que acaba de lanzar Jacques-Alain Miller podrá desenvolverse mejor si se restablecen las condiciones para un debate abierto.

EL EMPUJE A LO TRANS Y LA NUEVA NORMALIDAD MIQUEL BASSOLS

TA

FALSA ORIENTACIÓN

trans recubre hoy un amplio abanico de posiciones subjetivas con Eipecto al sexo, mucho más allá de lo que este prefijo indicaba cuanbel término transexual fue introducido, a mediados del siglo pasapor el sexólogo David Oliver Cauldwell y popularizado poco desMés por el endocrinólogo Harry Benjamin.' Hay una historia de las 1

tomados uno por uno, y el significante «transexual» merece leído a través de ellas. Es también un modo de entender que hay pos

1

requería de un «ajuste del cuerpo a la mente»? El tratalo hormonal, primero, y el quirúrgico, después, fueron las Tias concebidas para tratar lo que se clasificó unos años más tarde 1 y que

obra de

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Benjamin, publicada por Julian Press, Nueva York,

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Son los términos utilizados por

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Benjamin en

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1966,

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LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO ACTUAL DE LOS DISCURSOS

58

como «disforia de género». Aquel fenómeno excepcional es hoy considerado, sin embargo, como un hecho cada vez más común, hasta el normalidad y de punto de ser promovido a la condición de una nueva reclamar su reconocimiento por la norma jurídica. Es la llamada desde lo un desplazamiento más, en realidad, de la

Y

trans, patologización frontera siempre móvil y ficticia entre lo normal y lo patológico3 Sin embargo, la supuesta inadecuación entre cuerpo y mente sigue siendo el mayor argumento para apoyar este reconocimiento de lo trans como una nueva identidad sexual y legitimar las formas de su tratamiento medicalizado. al contexto A pesar de las referencias que puedan hacerse nuevo cultural y social en el que se produce el discurso trans, la concepción biomédica de un desajuste entre cuerpo y mente sigue siendo ampliamente asumida, incluso por las corrientes más aparentemente crítiasí todo cas con el poder biopolítico. Lo trans ha venido a designar sentimiento de inadecuación y desajuste con respecto a la identidad sexual atribuida por el Otro al cuerpo del sujeto, ya sea desde su na cimiento 0 a lo largo de su vida. Es esta, sin embargo, una concepción clínica que se basa, ella misma, en una falsa orientación: epistémica, clásica que separa cuerpo y mente en un y política. Es la concepción dualismo que viene arrastrándose por una lectura reduccionista des de Descartes, es decir, desde el nacimiento de la ciencia moderna. Conviene no olvidar, sin embargo, que el famoso dualismo cartesia lares divina el no cuerpo/mente cs, en realidad, un trinitarismo en que deter desempeña un papel fundamental como tercera substancia que mina la relación entre las otras dos, la res cogitans y la res extensa, repa tidas supuestamente entre mente y cuerpo. Lares divina guardaba para Descartes un lugar mediador irreductible, y no por menos religiosos Noestaría de más volver sobre esta división al texto clásico de guilhem (1966), Lo normaly lo patológico, México, Siglo XXI, 1980. 3.

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Can

EMPUJE

A

LO TRANS Y LA NUEVA NORMALIDAD

59

tleberíamos obviarla, ya que subyace escondida en muchas argumentarlones sobre los géneros y los sexos. Porque ¿sería menos religiosa la lea de haber nacido en un cuerpo equivocado que la idea según la cual “Dios los creó hombre y mujer»? La primera idea siempre supondrá ulpuna versión de la segunda. Si hay error o equivocación, inadecuaTÓNn o desajuste, de la mente con el cuerpo es porque este se supone ya Mmurcado de origen por una identidad sexual primera. El problema es ilónde se cree que está esta primera identidad: ¿en los genes y los caracIeres biológicos del

organismo?, ¿en sus caracteres llamados secundaNos? ¿enla asignación que los otros hacen de un sexo a este organismo Mel momento del nacimiento? La dimensión del Otro del lenguaje ya presente de entrada para distinguir y vincular, de forma más o Menos adecuada, cuerpo y mente para cada caso. l'sta tercera substancia cartesiana es, entonces, el único puente poNible entre la cosa pensante y la cosa extensa, el nexo que modularía Milquier sentimiento de desacuerdo o de inadecuación del sujeto TN st cuerpo, con lo real del sexo. Inevitablemente, desde esta diviibstancia se orienta toda concepción científica, clínica y política Puan tratamiento de lo trans. El psicoanálisis nos enseña a leer esta Erre substancia, con Jacques Lacan, como la «substancia gozante» Ue el significante introduce en el cuerpo." A partir de entonces, el lucero corte no pasa ya entre cuerpo y mente —diferencia siempre leeológica y cultural—, sino entre psique y logos, entre lo psíquilógico, entre sujeto y significante, o incluso entre pulsión y lenA falta de esta referencia en la estructura simbólica del

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sitúa a nivel de la substancia gozante [...] El significante

del poce, Sin el significante ¿cómo siquiera abordar esa parte del cuerO acan, 27 Seminario, libro 20: Atun, Buenos Aires, Paidós, 1981, pág. 33). ONO es entre lo físico y lo psíquico que debe hacerse el corte sino entre lo Afuieo

y

lo lógico» (Lacan, Mi enseñanza, Buenos Aires, Paidós, 2008, pág. 48).

60

LA CUESTIÓN TRANS

Y

EL ESTADO

EL

ACTUAL DE LOS DISCURSOS

definen por su lenguaje, en la que los significantes hombre y mujer se diferencia relativa y no por una esencia natural, la idea de una inadecuación o desacuerdo entre cuerpo y mente seguirá teniendo siempre sombra aquel lastre religioso que acompaña a la ciencia como una imposible de exorcizar. La propia noción de lo trans no parece que pueda sustraerse hoy a del sexo, un real que, esta inyección de sentido para abordar lo real sea que se lo aborde desde por sí mismo, no tiene sentido alguno, ya la genética o desde la anatomía.

EL GOCE DE TRANSITAR

de En un principio, el proceso transexual indicaba la experiencia una transformación del cuerpo en su pasaje a Otro lugar, al goce del Otro Sc trataba de una experiencia abso sexo, generalmente el femenino. lutamente íntima de lo más real del cuerpo que pasaba necesaria sím mente por la eviración, la castración real, fuera de toda imagen o De bolo que pudiera localizar esta experiencia de goce en el cuerpo. vivir ahí el sentimiento irreductible de una inadecuación radical, de de un goce del cuerpo lo en un cuerpo equivocado. Es la experiencia lado no-fálico de la sexuación, produci

que el psicoanálisis sitúa del do por una elisión del símbolo fálico que da al cuerpo del sujeto su consistencia imaginaria. «Elisión del falo» es el término que Lacan utilizaba en su texto del año 1958, «De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis», para dar del goce transexual el falo que falta ala una fórmula muy precisa: «a falta de poder ser hombres» madre, le queda la solución de ser la mujer que falta a los la certeza del sujeto «le Así, podía entenderse el proceso trans como 6. J. Lacan, Escritos, México, Siglo XXI, 1994,

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LO TRANS Y LA NUEVA NORMALIDAD

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tina transformación efectiva de su cuerpo en un «empujea La mujer» como lugar imposible de simbolizar. La clínica sigue mostrando hoy casos en los que esta certeza se incluye en un proceso psicótico de consecuencias irreversibles. Hoy, sin embargo, esta referencia no recubre de ningún modo el junto de lo que se llama trans en el lenguaje y en el discurso social.

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[rans» es un significante, un prefijo adherido a un género enel que debemos distinguir posiciones de goce diversas: desde psicosis muy ilesencadenadas, psicosis ordinarias, neurosis, también rasgos de perVersión y también, por supuesto, sujetos «normales» Freud que, para ho eran más que una buena mezcla de todos los anteriores. Para ED lolros «trans» es hoy un significante transclínico, despatologizado en li medida que se ha convertido ya en parte del discurso de una (a)norMalidad común. De hecho, podemos muy bien decir —siguiendo las Nlervaciones de Jacques- Alain Miller en su texto titulado Dócila lo 7 Buns que el discurso del sujeto histérico se ha enganchado a este Mjnificante amo de un modo epidémico, como un nuevo significante Imo de nuestra época. Decir aquí «sujeto histérico» no se refiere a ninPuma patología en particular, dado que para Lacan el sujeto histérico por definición, el sujeto dividido por el significante en la estructura Ub lenguaje ordenada en un discurso. El discurso histérico es en este +

1

tido

que sitúa en el lugar del agente al sujeto dividido por el lenMe y por el goce, un sujeto que pide el reconocimiento de una Nntidad consigo mismo imposible de obtener desde el lugar del 10. Y es esta exigencia la que hoy podemos escuchar también en la el

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analista de nuestro tiempo debe ser dócil al significante Trina», ello no quiere decir que deba ser dócil a la exigencia de recomiento de los Sujetos que se autodefinen como trans, sin poner en L

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presente volumen

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LA CUESTIÓN TRANS

62

Y

EL EMPUJE A LO TRANS Y LA NUEVA NORMALIDAD

EL ESTADO ACTUAL DE LOS DISCURSOS

Del cuestión los significantes amo en los que se apoya esta exigencia. histérico de mismo modo, Freud fue dócil a los significantes del sujeto de reconocimiento. Esta posición de su época, pero no a sus exigencias alo trans» docilidad es hoy tanto o más importante cuando el «empuje al «empuje a la mujer», tal como pono puede leerse ni superponerse El empuje a lo trans, díamos leerlo en el texto antes citado de Lacan. interesandistinto del «empuje a la mujer», nos plantea una paradoja de un lugar a otro. te en la idea misma de pasaje, de tránsito «el El propio Jacques-Alain Miller señalaba al respecto” que El plus de goce, cambio trans es hoy un plus de goce en sí mismo». del Otro, sino en el prometido o exigido, no se encuentra en lugar el empuje del Uno el pasaje mismo hacia ese lugar supuesto. No es de un sino es el empuje al hecho mismo de transitar, al

Otro, que el Uno y modo siempre reversible, en el intervalo que se abre entre transitar, el Otro. Dicho de una manera más breve: el goce está en —epistémica, clíni no en llegar. Y esto cambia toda la perspectiva Un buen ejemplo de ello ca y política sobre el «fenómeno trans». del libro 4 la conquista del es el testimonio de Miquel Missé, autor realidad, «el cambio cl cuerpo equivocado,* cuando afirma que, en hoy la promesa de un sexo no existe» y que la experiencia trans es el tránsito sin cambio definitivo. Lo importante hoy es espacio, más abre entre el Uno el o menos ambiguo e indeterminado que se sobre la naturale Otro, entre el sujeto y el sexo, sin certeza alguna No se trata, entonces, de g0 za o la identidad del punto de llegada. —

y

de En su intervención el día 2 de mayo de 2021,4 propósito Polémica política. por Zoom de su libro 3.

03

zar de Otro lugar, sino de gozar del tránsito mismo a Otro lugar cue, en realidad, no existe ni consiste como tal en nada certero para el sujeto. Y cuando hay certeza —son casos excepcionales— es porel está hecho. tránsito de Dicho solo otra manera: que ya para el verdadero trans existe realmente la diferencia de los sexos, porque En él quien hace la experiencia del Otro sexo, del goce de lo Otro

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Otro... si

existiera. 10

Hablar del empuje a lo trans ¿no sería entonces un pleonasmo tina redundancia? Es como decir «el empuje al empuje», es un empuje que abre un espacio imposible de recorrer entre el Uno y el Diro, al estilo del espacio que Lacan consideraba al inicio de su SeMinario 20: Aun— con la paradoja de Aquiles y la tortuga. Lo más inInresante de esta paradoja no es solo que Aquiles no puede alcanzar hunea a la tortuga —solo puede alcanzarla en la infinitud—, sino sí Nue la propia tortuga es «tortuga para sí misma», es Otra para misMa, de modo que ella también se encuentra con esta paradoja. Es, fihilmente, la paradoja del intervalo real entre el Uno y el Otro mula que no puede nunca recorrerse del todo, que no pedi hacer Mine uN «todo» para ser transitado. Solo con la lógica del «no-todo» Pulemos abordar las paradojas del goce, también cuando se trata del

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vilo

UMpuje al goce de lo trans.

Digamos, entonc que este empuje a lo trans es hoy un aconteciMnto de civilización, un significante que presenta también la verMe de un nuevo ideal para recubrir la falta de ser, la falta de idens,

El del

sujeto consigo mismo en su relación, nunca armoniosa, , con Maldad. Y el discurso del psicoanálisis debe saber escucharlo en

la presentación

Barcelona, Egales Editorial M. Missé,A la conquista del cuerpo equivocado, conversación con Shula 2019. El libro fue presentado el 28 de octubre de 2019, en Puede escucharse su intervención Eldar, Francesc Vila, psicoanalistas de la ELP. 9.

h?v-9DGIN eJkvo, en Youtube: https://www.youtube.com/wate

No Conil

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hay que olvidar esta indicación de Lacan que rompe no solo toda sime , posible entre lossexos, sexos, sisino sobre todo ualquier reciprocidad entre el y Nr: el entre el goce del EN y del si existiera, J. Uno Lacan, El goce “le 27 Semina ai

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Nuenos Mires, Paidós, 1981, págs. ;

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64

LA CUESTIÓN TRANS

Y

EL ESTADO

EL EMPUJE A LO TRANS Y LA NUEVA NORMALIDAD

ACTUAL DE LOS DISCURSOS

— sin tener un cada uno de los registros —epistémico, elínico y político juicio previo sobre su significación. al Y la cuestión es más importante todavía cuando se recurre legislador para intentar ordenar este acontecimiento del malestar en

nuestra civilización.

A

PROPÓSITO DE LA LEY TRANS

La ambigiiedad que henos señalado en el uso actual del significante realmen«trans» plantea la cuestión de si puede llegara convertirse prefijo te en objeto de una legislación efectiva. Funciona como un en subgéneros de apto para añadirse a términos que se multiplican universal. Lo trans se un género que tiende a hacerse cada vez más casi como la condición mis de propone hoy como un género géneros, llaman un «término ma del ser humano. Es lo que los lingiiistas A fuerza de cobijar un campo cada vez paraguas» (umbrella term). más extenso de significaciones, termina por no tener ninguna. Algunos lo consideran como una identidad de género en sí misma, otros como pasaje que un pasaje sin identidad fija, una identidad fluida, como un también como un billete sin siempre podría ser de ida y vuelta, y otros

vuelta posible. En todos los casos, se dan por sentados dos lugares y: el pri definidos entre los que poder transitar. Y este es precisamente también de mer supuesto que el psicoanálisis cuestiona, a partir hay muchos testimonios que ponen de relieve una imposibilidad: no binaria de los sexos que permita establecer una

una representación relación entre ellos y, por ende, un tránsito entre ellos. En relación con el proyecto de ley trans" se ha abierto un espar

fractura de la verdad. En los propios partidos políticos llamallos de izquierda y en los movimientos sociales que han tratado el tema, hay posiciones diversas, a veces manifiestamente contrarias. En una sociedad democrática, es un hecho que necesita de una conVersación argumentada. Dicho esto, la pregunta está justificada: ¿es Fonveniente ir explícitamente en contra de esta ley o no? Digamos mue, hor principio, cuantas menos leyes, mejor. Cuando el discurso Jurídico quiere organizar con normas jurídicas el goce sexual del ser humano suele producir estragos. Es algo que Spinoza tenía ya muy Uiro; quien pretende regularlo todo por medio de leyes igos, Cuanto másá se quiera legislar sobre las costumbres, sobre ilmigos, 11 formas de goce, más efectos de segregación se producirán en los Unculos sociales, siempre a contracorriente de las mejores intencioNeiniciales. Precisamente, por lo delicado que es la relación del sujeEon el sexo —singular, porque el deseo del sujeto está siempre fueDile la norma—, querer hacer una norma jurídica sobre las entidades sexuales es de entrada una cuestión que hay que planune, Hay formas diversas de legislar y no es exagerado decir que punto delirante en el proyecto de ley tal como se ha planteanincuna ofensa, ME:es ninguna ya que los psicoanalistas saben que todo el "No nido delira de una forma u otra. icti los puntos conflictivos Uno de los de esta ley se refiere, sin embargo puntos ietos performativos que se dan por supuestos en los sujetos que O Nrese trans No basta con decir «yo soy un hombre» presentan como trans. hombre, o decir «yo soy una mujer» para ser una mujer sue Ema estas declaraci claraciones como un acto de certeza, como una realiidentid: del | sujeto, identidad sobre —" sujeto, es algo que el psicoanálisis obre la CAN cuestión. es un tema especialmente importante cuando se Clean suje sujeto antes o durante la pubertad, Cuando viene un niño al "le

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el tiempo de debate en el 11. Este texto está escrito durante ee 2021 ñol sobre la proposición de la ley trans, junio

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dice «yo soy una niña» o «yo soy un niño» verdad debemos dar a este para sacar conse cinco

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LA CUESTIÓN TRANS

Y

EL ESTADO ACTUAL DE LOS DISCURSOS

EL

Lo cuencias en el tratamiento tal como propone este proyecto de ley? sujetos entre que está ofreciendo este proyecto es, por ejemplo, que los doce y los dieciséis años pueden pedir un tratamiento hormonal de un sin consentimiento de los padres, solo por intermediación

hombre» o «yo representante legal que toma el enunciado «yo soy un verdad sobre la que no hace falta interro soy una mujer» como una las razones de esta afirmación gar nada. Preguntarle al sujeto por Los sobre su ser es considerado inoportuno, incluso patologizador. tener padres no pueden oponerse a ello y el hecho de oponerse puede el consecuencias legales. Todo ello está fundamentado en lo que psi coanálisis escucha como un delirio del «yo soy...», incluso si se trata de un «yo soy psicoanalista». Ya en la década de 1940, Lacan sostenía decir «yo soy una guacama que es un enunciado tan delirante como de la República francesa». La norma jurí ya», o «yo soy ciudadano todas dica, queriendo legislar sobre los derechos de las personas con las buenas intenciones del mundo, se apoya en el delirio del yo, cs

decir, en una identidad del yo con el sujeto del inconsciente. ¿No convendría antes un profundo análisis de lo que quiere decir para cada sujeto singular esta afirmación que puede tener consecuencia del irreversibles? El proyecto de ley deja fuera de lugar al sujeto de inconsciente, impide hacer ningún historial sobre la cuestión, saca relación con esta afirma escena al sujeto de la palabra y del goce en suficiente ción que se toma como una autodefinición incuestionable, tratamiento hormonal o támbién qu por sí misma para iniciar un desde Freud rúrgico. La cuestión es fundamental si consideramos, ya sexual del

el

sujeto, que de la vida que la pubertad supone un reinicio iba encuentro con lo real del goce del cuerpo implica poner patas ar! todo el andamiaje de las identificaciones en las que se sostiene sti hoy relación con el goce. Es un tiempo para comprender que Cono extiende en muchos casos varias décadas en la vida del sujeto. luso de EXper tene Las Cróygl cemos ya muchos casos de desene anto, 16

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fu LA NUEVA NORMALIDAD

LO TRANS

67/

Y

sujetos que no han encontrado lo que esperaban y que no han

sido escuchados antes en su singularidad. ¿Cómo se puede hacer con Esto una ley para todos? Másincluso, ¿quiénes son hoy todos los «trans »?

Es

un cajón de sastre.

Cuando el legislador quiere legislar «para todos» sobre la cuesdel goce sexual, se pierde inevitablemente, món empieza a delirar Mepn los fantasmas de la época, fantasmas que son de hecho delirios rompartidos. Tal como escribía Lacan en Subversión del sujeto y dia-

Ivtica del deseo: en este punto, el legislador es un impostor.? No ale; Mide de inmediato, entendiendo que es la ley simbólica de la bm y del lenguaje. Pero la ley de la palabra del lenguaje y

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noes cuando se trata del goce, no hay modo de ——_— UN norma jurídica que funcione como una ley del Otro que valga Pinitodos. Hay queir necesariamente uno por uno. Por lo tanto, es 80 ver caso por caso qué quiere decir un deseo «trans». La Pes querer regular normativamente una relación del sujeto con su TUEIo y con el goce sin escucharlo antes en su singularidad Los psicoanalistas nos encontramos, cada vez más, con jóvenes : NE JNE Vienen con una pregunta sobre su identidad sexual, también con UN esco «trans». Y es fundamental poner por delante la ley de la de hacer antes cualquier recurso a una norma jurídica. Ha libra UN preguntar, por ejemplo, cuándo apareció ese deseo, en ue UuNtura se produjo. Hay que distinguir si se trata de iaoactión forclusió de alqui iltado de una forclusión vínculo simbólico con el cualquier Óli identificación de de estrategias de identificación simbólica strategias ante la aparición de Mi jurídica. Y

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decir que no hay metalenEs que no hay otro del ( Legislador (el que pretende eri(J.

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68

LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO ACTUAL DE LOS DISCURSOS

el un goce extraño como sucede en el momento de la pubertad. Pero Es muy disproyecto de ley no permite distinguir nada de todo esto. tinto si se trata de una neurosis o de una psicosis, sin necesidad de patologización alguna. Cuando hay una certeza sobre el goce, la norma jurídica no sirve de nada, hay que ver entonces cómo acompañar al sujeto en un síntoma que sc incluye en un proceso que cs siempre complejo. Entonces, el paraíso soñado por el discurso trans puede ser un infierno para algunos sujetos. Hay ya muchos testimonios de experiencias desastrosas que siguen las mejores intenciones del Otro. si Hay que abrir en cada caso una conversación, y también escuchar algo empuja a un punto de identificación irreversible. Por otra parte, vemos ya que hay una normatividad del discurso la trans que se está instaurando como una suerte de norma fálica con cual identificarse y que plantea dificultades en el Otro social, que con frecuencia no puede escuchar ni interpretar de qué se trata. La cues tión es entrar en conversación con estos discursos, sin un prejuicio dado de entrada. Con respecto a esto, es necesario subrayar hoy la nueva «moralina» que transcurre en la ideología de una supuesta liberación sexual, que es también un retorno del discurso americano pos-68 en Europa. Después de la época hippie de los sesenta, en nom bre de la liberación sexual, retornan antiguos prejuicios con nuevos semblantes que no son mejores que los anteriores para tratar el males dl tar del síntoma. Algunas formas de feminidad son hoy tildadas reaccionarias o de heteropatriarcales. Pero, a la vez, comienza a api recer un discurso que va contra esta crítica, un discurso que retomi lo que era objeto causa de deseo rechazado y lo hace aparecer ahora de nuevo en ese lugar. Lo que en un momento cra objeto causa del deseo se convierte en un ideal rechazado, y a la inversa, lo que era tin ideal rechazado se convierte ahora en causa del desco. Hay una ban da de Moebius en la que el objeto causa del deseo se convierte en sig nificante amo. Uno se trasviste en otro, en un nuevo viaje «trans», 1

EL EMPUJE A LO TRANS Y LA NUEVA NORMALIDAD

69

de la moda funciona así, pero también los discursos identiLarios. Lo trans viene a llenar el vacío que abre la pregunta ¿qué es lo Éric quieres? lo Marty plantea muy bien en su último libro Sel pue iliscurso del género ha venido a llenar un vacío y se ha inmuusada en un nuevo significante amo para inducir polos de identificación. Estulin así cómo el discurso de la teoría de género iniciado

curso

por Judith

Butler, especialmente en Estados Unidos y el mundo anglosajón Ipocitó este malestar identitario, metiendo discursos diversos E Fentrifugadora, incluido también a Lacan. Pero la propia Judith Butler hoy cuestión en referencia su a la noción de género como pone Emasiado ambigua e imprecisa. Seguramente,

..

es ahora un buen lomento para volver a leer estos textos con esta perspectiva para lar en conversación con un discurso que suele diluir lo más imporhte que aporta la experiencia del psicoanálisis.

NO

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OBSERVACIONES PREVIAS

Esta perspectiva,

podemos señalar al menos cuatro puntos que rían considerarse detenidamente antes de pretender legislar de lo universal sobre el empuje a lo trans que se produce en nuestra



1

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que se aborde desde la noción de sexo como de género In identidad sexual no es para el ser humano un hecho bioló iLas 100 genético. posiciones sexuadas no están hechos por anatómicos, sino por el modo en que cada sujeto hace la experiencia de tener un cuerpo y de interpretar esta ario Peea artir de Experiencia partir asu vínculo con los otros seres humanos

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Modernes, París, Seuil, 2021,

EL EMPUJE A LO TRANS Y LA NUEVA NORMALIDAD

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70

De modo que la identidad sexual misma esa resultado, cristalización, de una serie compleja de identificaciones que los otros para ser humano realiza a lo largo de su vida con ponder a la cuestión de la sexualidad. Lo que hoy

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«género» no depende pues de la anstomiía, pero mmpoco 0 ser En tiene por la que llamamos «sexo». Y anatomía no En cada caso el destino de la subjetivación de la seutalidad. este punto, Lacan corrige sin duda 1 afirmación 5 según la cual la anatomía sería el destino,

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tratamiento

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aversivo o de modificación de conducta para adaptarlas a él. Sin embargo, en el momento de referirse —en el artículo 26.3 a la existencia de «enfermedades psiquiátricas» previas, las desliga totalmente de la decisión de modificar el cuerpo y la conducta sin que puedan ser tenidas en cuentan a la hora de Iniciar el tratamiento. De hecho, la experiencia clínica nos Muestra que la decisión de someterse a estos modos de tratamiento puede ser en algunos casos un síntoma incluido en el de modificación del «género», y que estos tratamienproceso los pueden ser igualmente coercitivos —ya sea desde la admihistración de hormonas hasta la cirugía para adecuar al suje10 1 otros patrones de género. Todo ello sin que pueda saberse Incluso se llega a prohibir investigarlo de manera explícisi responden o no a estas condiciones la previas.

humano, haciéndolo a la vez responsable de las consecuencias de su modo de gozar. la Este hecho de principio no implica, sin embargo, que ción sexuada de cada ser humano sea, como deja suponer

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acto proyecto de ley, un acto el que realiza por su propia smmeionn aquello que como es, por ejemplo, el acto de decir «yo promeron. pu. basta con decir «yo sí se trata de la posición sexuada no caso todavia condición es en paraser x efectivamente. Esta tiene más verdadera por el hecho de que toda eletión sexual

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necesariamente un pie en el inconsciente, sin que el sujeto TT da saber qué la determina. Es lo que solemos na | otra en sin poder siento x» dice fundarlo «me alguien ; a veces incomunicabl: íntimo, sentimiento un sea no que dele a eli intraducible al discurso común 0 al saber científico. La

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que podría haber una «autodeterminación» del género o del SEXO Es, EN este sentido, un abuso de lenguaje que puede lindar a veces con una creencia delirante. No cs, sin embargo, menos delirante que cualquier otra creencia de autodefinición de identidad. Ninguna posición sexuada puede ser considerada «patológica» en sí misma. El proyecto de ley insiste justamente en este

hecho para «despatologizar» las posiciones que no se adecúan o identifican con el patrón heterosexual y con el género atribuido a la anatomía. Tiene en este sentido un valor"decidido conla tra segregación de la que son objeto, según cada contexto social, las posiciones que no se adecuan a su patrón. Y se opone, de manera igualmente justa y pertinente, a todo

realidad, es contradictoria con muchos Mesatio" ds c Freud. Subjetivar lo real de la sexualidad implica para e se las — por humano un pasaje —nunca lineal ni continuo sentaciones, símbolos e imágenes, con las que encuentra un modo siempre singular de experimentar el goce 1 y cuerpo. En este punto, más que legislar de modo genera de cada ser un colectivo, se trata de respetar la elección singular

2.

71



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proyecto de ley deja de lado la discusión sobre la distinción, tan EIN como ideológica, entre «lo normal» y «lo patológico». Si bien UNA posición sexuada puede ser considerada patológica en sí El

72

LA

CUESTIÓN TRANS

Y EL

TADO

ACTUAL DE LOS DISCURSOS

el misma, la experiencia clínica nos muestra que, en no pocos casos, inscribirse en pedido o la decisión de un «cambio de género» puede sufrimiento y de conseun proceso subjetivo experimento con gran inmediacuencias imprevisibles. En estos casos, promover un pasaje de un supuesto derecho to y sin cuestionamientos previos en nombre sexual lleva al sujeto, en el mejor a gozar plenamente de la identidad de los casos, a una frustración con respecto a lo que esperaba obtener, manifiestamente delirantes o de y, en el peor, a desencadenamientos el derecho a crisis subjetivas irreversibles. Así, la aparente libertad en de cada sujeto puede llevar de hecho gozar según la «autodefinición» al ideal prometido y no obtenia una doble segregación: con respecto del sujeto. do, y con respecto a la singularidad sintomática delicada cuando se trata de 4. La cuestión se hace especialmente los padres del sujeto, acceder, ya sea con el acompañamiento o no de la pubertad. Y ello por una razón a esta promesa en edades previas a cada día. La sexualidad no cs que la experiencia analítica nos muestra desde la infancia hasta un proceso evolutivo lineal que se desarrolla de disconti la edad adulta, sino que plantea a cada sujeto momentos nuidad radicales, que resignifican todo el proceso anterior. La pubci vida sexual, tad es, en este sentido, una suerte de recomienzo de la sobre los encuen antes del cual no hay una decisión predeterminada sobre la sexuación en tros sucesivos. Dar por sentada esta decisión alienan edades tempranas es abonar al sujeto a un determinismo tan al género atribuido a su anato te como puede serlo el de la sumisión mía. La apariencia de libertad se revela entonces como una nueva sumisión a los patrones culturales, sean los que sean.

UNA SÓLIDA ORTODOXIA FÉLIX RUEDA

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ORTODOXIA

Identidad», se alimentan barreras identitarias. Los ejemplos son diversos, pero uno significativo de esta perspecliva de establecer barreras es la creación, habitual en las des estadounidenses, de safe spaces,7 espacios seguros, intelectuales tlonde los estudiantes se puedan refugiar de aquellas ideas, livas o expresiones que choquen con las suyas y les puedan causar una emocional fuerte. Por ejemplo, algunos estudiantes han quee pedido que se avise de que el libro de Chinua Achebe, Todo se desmo-

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Nue estudiantes que se han sentido víctimas debido al oala Molencia doméstica pueden elegir evitar esas obras, ellos consique Eleran podrían (trigger) disparar traumático pasado un recurrente fue En diciembre de 2014, Jeannie Suk escribió un artículo en la Non 07 line de The New Yorker* sobre un grupo de estudiantes de ¡erecho que pedían a sus colegas profesores de Harvard que no ense

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Haidt. Disponible en: https:/www.theatlantic com/maga. hive/2015/09/the-coddling-of-the-american-mind/399356/ Hay trad 5//Www va NN https//www.nuevarevista.neV/la-sobreproteccion-de-la-mente-america Í hack Obama se hizo eco de dicho artículo de The Atlantic (11 de jagosto de estudiante 10) apoy: poyando que los estudiantes fi «consentidos ni protegidos» con : no fueran divers arío EU puntos puntos de vista diversos. Darío Villanueva, en su libro Morderse la lengua (Es : Calpe, 2021), subraya, entre UN entre otros, este punto fundamental de transformala universidad, y

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LA CUESTIÓN TRANS

76

Y

EL ESTADO

UNA SÓLIDA

ACTUAL DE LOS DISCURSOS

ñaran la legislación sobre violaciones (rape) 0, en un caso determinado, que no usaran la palabra violar, por ejemplo, en la expresión «esto viola la ley», ya que podría causar sufrimiento rememorando situaciones traumáticas en los estudiantes. Es de destacar cómo este «movimiento actual trata sobre todo del bienestar emocional... subraya la finalidad de proteger a los estudiantes de todo daño psicológico»? En este sentido, si bien el derecho a no ser ofendido existe en toda tradición, la dimensión discursiva ha cambiado, ampliándose como evidencia de una ofensa cualquier conducta verbal considerada como «inconveniente», relativa al sexo, raza, credo religioso, nación o discapacidad. Esta evidencia es de carácter manifiestamente subjetivo y crea una zona de indefinición entre ley y moralidad, que a su vez de palabra.” produce un extenso debate sobre la censura y la libertad Más allá del debate que han generado estos «espacios seguros», sobre el derecho a la palabra y la libre expresión, que incluye escu char el discurso de los intolerantes, de los antidemócratas o de los contrarios a la misma idea de libertad de expresión. Estas reivindica ciones de la identidad, que crean barreras, nos recuerdan la afirma la ción de Lacan en 1968: «Creo que, en nuestra época, la cicatriz de el evaporación del padre es lo que podríamos poner bajo la rúbrica y título general de: segregación». No estamos en la época patriarcal, eso pasó, Lacan ya lo advirtió al considerar al psicon en 1938, en su escrito Los complejos familiares, nálisis como uno de los efectos de dicha declinación del padre. Trein ta años después, en 1968, situaba los efectos de esa evaporación, que en la actualidad se han acelerado. 9.

Lukianoffy Haidt,

10. M.

II.

J.

op. cit.

Sauver la liberté Canto-Sperber,

Lacan, Nota

expression, París, Albin Michel,

sobre el padre, El psicoanálisis, 17

20,

pág:

0

ORTODOXIA

77

Tenemos, por tanto, la dimensión de segregación, pero además también lo que Jacques-Alain Miller ha precisado: «no hay solamente Macara segregativa; añadiré que hay, igualmente, una aspiración al bien universal, a que todos nos hablemos bien, gentilmente, los unos tle los otros, haciendo huir el mal decir de nuestro discurso».

LA

ÉPOCA DEL IMPASSE

Durante este período de conquista de la opinión pública por esta malgama de corrientes sociales, ha hecho irrupción lo que podemos tlenominar «el fenómeno trans», que ha adquirido una relevancia hotable. Pero ¿qué hace que este fenómeno haya adquirido una releVincia tal, este lugar fundamental en los discursos contemporáneos Mindo el número de casos comprometidos en la situación de FIÓN es tan desproporcionado frente a su dimensión pública? Crco que el fenómeno trans puede servirnos de guía para entener esta mutación acelerada de la civilización, que, en mi opinión, se orresponde con la afirmación que Jacques-Alain Miller realizó: hemos dejado atrás la época del malestar para entrar decididamen-

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del impasse».'3 ¡Qué quiere decir esto? la

Para Freud la vía de la cultura era la vía del superyó, es decir Bear de manera inconsciente de la renuncia al goce. La cual era anti-

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JA, Elienne, JA, pay Made

2021 E

15,

Miller, «Conversation d'actualitéa ec 'Ecole espagnole du Champ du desir, 0.2 108, pág. 38. mai 2021» (1). La Cause Miller, 27 Otro que no existe y sus comités de Mie, Buenos Aires, PaiAfirmación que Miller extrae de su lectura de los últimos párrafos del Lacan «dl psicoanálisis, razón de un fracaso», Orros escritos, Buenos Ai2

Muclón, 2012, pág,

309

UNA SÓLIDA

LOS DISCURSOS LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO ACTUAL DE

78 /

nómica con el psicoanálisis, que era un recurso contra el malestar en la cultura. Lacan realizará una relectura de este circuito del superyó" situando que en el discurso del amo se establecía una el sujeto y la satisfacción. El objeto a no satisfacía al sujeto Se que Sin embargo, a diferencia del por sostener la realidad del fantasma. el discurso del amo, en el que se inscribe una ruptura entre sujeto y restable—, en el discurso capitalista se su goce —hay una pérdida de que todo el goce es ce el circuito entre a y $, creando la ilusión posible, sin pérdida alguna, «nothing 1 imposible», úendo todos los goces. Y, por tanto, pudiendo ser objeto de reivindicación como derechos. El camino actual de la civilización muestra que el plus de gozar ya está a punto de no solo sostiene la realidad del fantasma, sino que transformar la realidad en fantasma. Esta fantasmatización de la realidad se comprueba en la prevalen cia del reino de las imágenes en las pantallas, por la fascinación que la las envuelve y su efecto de virtualización de la realidad; en trans día formación de la relación a la verdad, su volatilidad, que hoy en moneda —esti toma la vertiente, no de las dos caras de la misma de la ver sería la consideración que la censura tenía en otras épocas sí dad, como algo que había que reprimir— sino la misma cara que la de lo fake la prosigue en ocasiones sin discontinuidad: la la corrección política, con el lenguaje inclusivo, que conforman épo avalancha de vel ca de la posverdad. Se impone la verdad como una la dades subjetivas, apuntaladas en una identidad,5 que comandan

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acción social borrando de este modo las fronteras entre lo público

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ORTODOXIA

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privado. Lo subjetivo ha devenido político, lo cual está en la base de los movimientos Woke. Muy diferente de la afirmación de Lacan: “el inconsciente es la política». Ambas vertientes, la de lofake y la de la corrección política, atacan Ti noción de verdad articulada a la razón, que está en la base del proyecto de la Ilustración. Proyecto que fue el de Lacan, tal como lo NeÑaló en la contraportada de sus Escritos. El de las luces frente al curantismo del yo. Uno de los primeros libros sobre los movimientos, aun no llama-

Woke, fue el del crítico de arte Robert Hughes. En un libro muy vertido sobre lo que llama la cultura de la queja afirma que el lo xv estaba obsesionado con la creación de santos, el x1x con la inducción de héroes —recordemos las referencias a Carlyle,7 que bre el culto al gran hombre, como un efecto de la era de la ciencia, te Miller en su curso «Un esfuerzo de poesía»— y nuestro siglo lo 11 con la fabricación de víctimas.** Entonces en nuestra época los

1%

Derrick Bell, primer profesor titular afroamericano de la Universidad fue uno de los creadores de la teoría crítica racial. Bell adoptó la jefividad y la dimensión del relato como elementos clave para entender la reUN entre los sistemas legales y las minorías. Bell cuestionó los conceptos de Malidad y neutralidad jurídica, y movió el centro de gravedad de su teoría escribe: «La doctrina de la Teoría Crítica de la Nbjetivismo, Bell Raza se cael la de frecuente la forma de uso primera persona, contar anécdopor li narración, la alegoría, el tratamiento interdisciplinario de la ley y el uso Apologético de la creatividad». Los movimientos feministas y de estudios críUe penero tienen sus propios derivados de la CRT que en cierto modo son lnyros a estos conceptos de la CRT, basados en las mujeres como una clase so16.

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finicda por el sexo.

Esto en 14.

J-A. Miller, El banquete de

particular el cap. XVII («Clínica de 15. $/St.

los analistas, Buenos Aires, Paidós, 2000, la

civilización»),

En

https://meislamofobia.org/por-que-los-musulmanes-no-necesitaneritica-racial Coria parte-2-2/Mn 1094-16

TN Carlyle, Los héroes, ON

Hughes, La

Barcelona,

Orbis, 1985.

cultura de la queja, Barcelona,

Anagrama,

1994, pág, 28,

80

LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO

UNA SÓLIDA

ACTUAL DE LOS DISCURSOS

únicos héroes posibles son las víctimas,” que son reconocidas como tales en la medida en que un derecho les es negado. Miller precisa esta cuestión, dice que la «estructura del pensamiento de la época», el Zeitgeist, el signo de los tiempos, ene se impone a todos, hipotéticamente, es la injusticia distributiva, encin llama el lo muy antigua que toma forma hoy en día, en que de supremacía,” que se juega en cualquier binarismo y

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te en el binarismo hombres mujeres. La injusticia fundamental sería la diferencia. Y bajo la dimensión de la injusticia de la diferencia se reactualizaría la guerra inmemorial de los sexos.

los Esto precipita un esfuerzo por rechazar, forcluir, la diferencia, lo Sr, lo cual impediría poder leer y orientarse en la época, ya que que el define la legibilidad de un discurso, tal como Teseo lo Seminario 17, es el significante amo”! La diferencia entre la pora del malestar y la del impasse sería que esta última pretendería ser e ción. la una época sin St, fluida, época del rechazo de castra

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7

CONSIDERACIONES

La Una primera consideración puede ser extraída delo sue antecede. «afinidad estructural entre el yo y la vocación de víctima», «la ley de la victimización inevitable del yo», tal como señaló en su curso Dom la lo Jacques-Alain Miller.” Esto ha llevado a que las víctimas son en medida en que un derecho les es negado. La defensa de este derecho

JA.

1

1) Lu

Incluido en es volumen. 20. J.-A. Miller, Dócil a del psicoanálisis, 21. E: Lacan, ;EEl Seminario, libro 17: El reverso Paidós, 1992, pág. 204J.

22. J.-A. Miller, Donc, Buenos Aires, Paidós, 2011, págs,

cde

la

5.

lo trans.

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120-121.

Ar

81

llega a convertirse en una identidad articulada al yo. Y esta en comunidades que reivindican el derecho a un goce. Una nueva alianza entre la identificación y la pulsión. Es la articulación de un lazo social relacionado con un modo de goce y no alrededor de un líder. Una segunda consideración. Lo que en otro momento fueron las minorías del desorden, sexual, racial..., los heréticos del orden predominante, objeto de humillación y persecución, hoy son la ortodoxia. EI psicoanálisis tiene relación con esta reivindicación de los derechos a partir del hecho de la escucha. Desde hace décadas escuchar es reconocido comorun bien global. liscuchar a alguien decir su malestar, su dolor, sin sancionarlo, sin dlesaprobarlo, se admite como parte del sentido común de la época, escuchar produce un bien, incluso una satisfacción. En el dispositivo freudiano, frente a la confesión —en la que se entra en la esfera de un gran juez que es Dios— no hay gran juez, ni pecado. Por el solo hecho de admitir a alguien en el dispositivo analílico no se lo rechaza, se lo acepta. La escucha, admitida en las costumbres, forma parte de este moviMiento civilizatorio que es el «empuje al bienestar emocional», que llene como aspiración que todos nos hablemos cortésmente, como hien universal. La voluntad de que se hable cortésmente, que se diga bien, es una pretensión de borrar el mal del discurso, que el goce desdel del Otro. Sin embargo, tal como dice Darío Iparezca campo Villanueva: «Modificar el lenguaje nunca erradicará la maldad». $

19. Ibid, pág. 17.

ORTODOXIA

Mel Py

Miller, «En dirección de

la

adolescencia», Carretel, 13, Bilbao, pág. 17. psicoanálisis ante las nuevas identidades fue el tema de las XVI Jornaen 2017,

LP,

JA,

Miller,

LV'éconte avec et sans

interpretation. https://www.youtube.com/

EsoPprUoJmk

Antiguo rector de la Universidad de Santiago de Compostela (1994-2002). Ingesimo director de la Real Academia Española Go15-2018). Autor de Morder 10.

82

LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO

UNA SÓLIDA ORTODOXIA

ACTUAL DE LOS DISCURSOS

del Esta aceptación de la escucha es una consecuencia del éxito dispositivo freudiano que ha hecho de la escucha algo apreciado, conduce insensiblemenla pero, si no se acompaña de interpretación, teala idea de que lo que dice el sujeto esuna verdad incontestable. Es cual es la escucha suprimiendo toda posibilidad de interpretación, lo lo contrario del psicoanálisis.” Esto nos lleva a una tercera consideración. El rechazo del inconsholofraciente y lo real del sexo se ve en la creación de este lenguaje el machisseado, que quiere ser del bien decir, que excluya el racismo, mo, etc.: el lenguaje inclusivo. los Este neolenguaje orwelliano, que suscita la preocupación de estructural del lenlingiiistas, se ve confrontado con la dimensión de equívoco propia guaje, por un lado, y por otro por la dimensión

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Finalmente, tomo de Monique Canto-Sperber, de su libro Sauver una cita de Tocqueville: «Habéis partido de los abusos de la libertad, y os encuentro bajo los pies de un déspota», * que nos evoca al Lacan en Vincennes cuando afirma: «A lo que iles aspiran como revolucionarios es un amo, lo tendrán».

la liberté de expression,

E

a

del lenguaje. Con su dimensión estructural, porque si se dice un significante sc Es binario por dejan de decir otros. No se pueden decir todos a la vez. estructura. La holofrase sería una voluntad de no decir aquello que es el intervalo—, de decir todo, lo uno y incluye la diferencia

—que

lo contrario, sin perdida.

Por otro lado, el lenguaje es fundamentalmente equívoco y abicr to en sus homofonías a múltiples interpretaciones y significaciones, remi El lenguaje inclusivo quisiera acabar con el equívoco, que nos el inconsciente, y te al título freudiano del chiste y su relación con del inconsciente de la fijar los sentidos a los significantes. Rechazo al chiste como época que vemos como pone en verdaderos aprietos ejercicio de subversión frente a lo instituido. https://elcnl

que viene al hilo del tema que tratamos. la-malchael tural.com/dario-villanueva-modificar-el-lenguaje-nunca-erradicara disponible en: https 27. J.-A. Miller, Lécoute avec et sans interpretation, www.youtube.com/watch?v -P'56PprUo)mb

se la lengua (Espasa, 2021),

Canto-Sperber, Sauver la liberté d'expression, París, Albin Michel, 2021 Lacan, 2/7 Seminario, libro 17: El reverso del psicoanálisis, Buenos Aires. telón, 1992, pág, 223 UM

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DE LA CREENCIA A LA DIFERENCIA DE LOS SEXOS...

SEXOS DE LA CREENCIA A LA DIFERENCIA DE LOS MÁS ALLÁ DEL BINARISMO: UN RECORRIDO POR LA SEXUACIÓN*

Aquel, aquella, esa persona, digamos, a la que le importa muy poco todo lo es decir, eso, que se nombra como su asignación de género a través de su sexo de nacimiento, a quien tampoco leimporta lo que significaría ser un hombre según los criterios legales reconocidos en el estado de California donde vive, esta persona, nacida en un cuerpo femenino se llama Harry Dodge. Nació Wendy Malone, es una conocida artista de vídeo y performance estadounidense que afirma pertenecer al «género fluido», hi hombre ni mujer: «un especial, un dos por uno», como le hace decir il sti doble en una de sus películas. Por lo tanto, algunos utilizarían el

VIRGINIE LEBLANC

pronombre neutro «e», elegido por un número de personas no binarias, Iransgénero o que reivindican su transidentidad.

Tu incapacidad para vivir en tu propia piel estaba llegando a su punto

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noche, porque tu pc más alto, tu cuello y tu espalda latían de dolor día y imi a ños. Ni cho ( y, por tanto, tus pulmones) lle aba oprimido casi treinta Í la s vendas, ,P pero en las maña querías, incluso cuando dormías, quitarte iv mod ifica de sostenes deportivos nas el suelo siempre aparecía cubierto los llamabas. dos, pedazos de tela sucia. «Aplastadores», así 1 disfrazada de com mpa Solo quiero que te sientas libre, te dije con rabia sión, compasión disfrazada de rabia. ¿Todavía no lo entiendes?, me respondiste a los gritos. Jamas —_— £an libre como tú, jamás me sentiré a gusto en Así son las cosas y me sentiréa gusto en mi propia piel. —— .— el género femenino que me fue asignado en e No quiero [...] pre. z transe edici: ulin q ue la medicina miento No q u1ero12) tampoco C el un género ma. scutino No bien. quiero xual me promete y que el Estado me otorgará si me porto 1

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los dos.

A 71 3 Andrea Zúñiga, Marcela Fernández Sozi, Vilma Cocc"COZ, 495, $1 | ln cu 50-81, Tres puntos, 2018, págs. 50 M. Nelson, : Los argonautas, Madrid, Preciado, Je: reci pero sin re de una cita de Beatriz siva la segunda parte porque se trata nombre ferencias, solo aparece al margen derecho su A

* Traducción: 1.

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85

encuentro y posterior relación amorosa con la intelectual Maghe Nelson es el tema del relato Los argonantas, que fue un aconteciMiento cuando salió a la luz hace tres años, y un acontecimiento literaNono solo por su forma híbrida, sino también por la propia hibridación es el

tema principal de esta historia. ¿De qué trata este acontecimiento? ¿Es la historia de esta familia diferente muchas otras, en la

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encuentro entre Harry y Wendy nacerá un niño, nacido por Imeminación artificial con un donante anónimo, pero que tendrá un Urrdadero padre en Harry en el mismo momento en que este tome la lecisión de abandonar su cuerpo femenino sometiéndose a una doble Nue

Mustectomía y a inyecciones regulares de testosterona? 10 está causado precisamente por el carácter decididamente conEinporánco de esta obra, entre narrativa no ficcional, autobiografía sobre la fluidez de las identidades, de la sexuación en la

mayo alidad?

Probablemente un poco de todo esto, lo que proporciona un espefiel, o una cámara de eco muy precisa de de las una mayores Procupaciones de nuestro tiempo. Al igual que cierto número de Ebro, películas 0 series cuestionan la ho coincidencia, en determinaleon Aliyetos, entre el sexo de hacimiento y el pénero enel Que se reco-

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DE LA CREENCIA

sexuales o comunidades de género, nocen, o las múltiples prácticas de crecer inteagrupadas hoy en día bajo este acrónimo que no deja +: lesbianas, gais, bisexuagrando nuevas comunidades; LGBTQIA más allá de los que les, trans, queer, intersexuales, asexuales y más, identifican ahora pueden llamarse «cisgénero», es decir, los que se diferencia de los transgéneros, con el sexo que se les asignó al nacer, a desean transformar su cuerno se reconocen en ese sexo, pero no

A

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87

masculinas está siendo abolida en favor de la diversidad de prácticas y comportamientos sexuales y sexuados, o incluso asexuales, para aquellos que se agrupan bajo la autonominación de «nosex»? ¿O debemos considerar esta proliferación tanto mediática como artística como una recuperación, por parte del discurso capitalista, de

demada libertad de construirse a sí mismo, más allá de cualquier marca biológica y significante? ¿Otra manera —para decirlo con el lilósofo Thierry Hocquet, por otra parte, un ferviente partidario de In anulación — pura y simple de mención del sexo en el estado civil de destacar su pequeña diferencia? Lo cito en un artículo publicado En Télérama en julio de 2017: «Fulano se dice asexual, ¡el otro trans! Á uno no le gustan los tomates y el otro es alérgico a los huevos. La Epoca está saturada de estrategias de singularización». ¿Deberíamos entonces, con el psicoanálisis, reconducir estos sujelos a la roca de la contingencia biológica y a esta cita retomada por lreud de Napoleón, fuente de muchos malentendidos: «La anatoMín es el destino»? ¿Y de qué orden es la elección que impulsa a cierlun sujetos que sienten una discordancia entre su sexo de nacimiento In certeza de haber nacido en el cuerpo equivocado —disforia de JNhero, como dice el DSMV— hoy en día, cuando la ciencia permite Ihirer coincidir el sexo con el género en el que él o ella se reconoce? la

que

los transexuales. po, al contrario de

la palabra Como ocurre a menudo, la etimología es reveladora: cis- derivado del latín, que sig cisgénero tiene su origen en el prefijo nifica «del mismo lado» (este significado se encuentra, por ejemplo, el antónimo del prefijo trans en el término Galia Cisalpina) y es identidades también derivado del latín. Esto significaría que hay la existencia sexuales estables. Incluso podría llevarnos a pensar en defini misma de una identidad sexual, siendo que la identidad, por de «lo mis lo ción, se vincula al carácter de permanencia, por tanto, evidencia aparente, que está mo». Esta es una primera cuestión y una

lejos de ser una para el psicoanálisis.

y

GÉNERO SOBRE LA DISYUNTIVA ENTRE SEXO Y

de mencio Pero es cierto que esta fluidez de género que acabamos lo vivido (yoico), se podría nar, esta disociación entre lo biológico y la pasando decir, con todas las gamas que van de la creencia a certeza las revis mascarada 0 la comedia, es noticia en por la performance, la el desde la cultura popular, tas: tiene sus fuertes representantes en David rock de relumbrón encarnado durante un tiempo por un Christi Bowie andrógino hasta Boy George 0, más recientemente, la diferencia and the Queens, o Conchita Wurst. ¿Significa esto que sexuales fememinas entre los sexos y la binaridad de las identidades

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ANALISTA

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LACANIANO: CON LOS OJOS ABIERTOS

estas preguntas implica suspender el juicio sin precipimás mínima etiqueta diagnóstica, imagen y semejanza a

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que practicó, él mismo, un verdadero aggiornamento a lo Drpo de su enseñanza, Responder a estas cuestiones como psicoUilita lacaniano no significa, por tanto, posicionarse a favor o UN ontra, sino tener en cuenta esta nueva situación, como indicó

88

LA CUESTIÓN TRANS

Y

DE LA CREENCIA

EL ESTADO ACTUAL DE LOS DISCURSOS

del J.-A. Miller durante su comparecencia en el Senado a propósito todos» en 2013, e inspiránproyecto de ley por «el matrimonio para dose en la teoría lacaniana de la forclusión: lo La negativa a aceptar este hecho en lo simbólico nos lo devolverá en real de una manera mucho más amenazante. Es mejor avanzar valien de que la temente con los ojos abiertos para legislar. No soy partidario sí de que capturemos ley se limite a traducir el estado del mundo, pero deseable, que es la huma sus resortes, para orientarlos en la dirección

nista. No seamos espectadores, no bajemos los brazos... ¡pero no nos contemos historias!*

abiertos» es estar a Hoy en día, «avanzar valientemente con los ojos los suje altura de lo real que es lo de nuestro siglo, una época en el que del lugar que el Otro tos ya no se ordenan principalmente en función de Georges les asignaba; como dice uno de nuestros colegas, Philippe de la relación de cada uno «se produce un cálculo que se hace a partir con su goce y en los «aparejos» posibles para este goce»> el sujeto Se tratará entonces de lograr cernir qué posición tiene anuda la con respecto al anudamiento entre el cuerpo y palabra, un relación miento que indexa una determinada posición del sujeto en con el Otro y en su lazo social en general. función Esto supone, por tanto, no desear que las cosas sean así en a de un orden simbólico, cuya preservación se atribuyó rápidamente los psicoanalistas: es el caso de los estudios de género, que reprochan fálico. Sino el justamente al psicoanálisis de querer preservar orden la

más bien, de estar atentos a las palabras de estos sujetos, caso por

ci

Audiencia para el matrimonio entre personas del mismo el Comisión Jurídica del Senado, martes 12 de marzo de 2013. Disponible en situ web videos.senat.fr. chibe de la Uforca, mayo de 2013, Ledésnr et la dol, pág. 40,106 3. Véase el folleto 2. J.-A. Miller,

se

A

LA DIFERENCIA DE LOS SEXOS...

89

lista podría ser una primera interpretación de la orientación dada por J.-A. Miller de ser «dócil a lo trans», dócil en el sentido de dejarhe enseñar por estos sujetos, al igual que Freud inventó el psicoanálihs gracias a las llamadas histéricas que escuchaba y tomaba en serio.

¿MILITAR

A

FAVOR

O

EN CONTRA DE LA DIFERENCIA DE SEXOS?

Dejarse enseñar: en primer lugar, para orientarse en la multitud de prácticas abiertas por «la decadencia de la imago paterna» —detec-

lla

por Lacan ya en 1938 en sus Complejos familiares— y el consipuente desvelamiento del carácter de semblante de las identidades Iexuales femeninas y masculinas. Pero no para cada una y cada uno:

porque hay un mundo entre los sujetos que pretenden cambiar de M0 para conseguir el que desean y los que, como Harry Dodge, «no NN a ninguna parte», no se reconocen ni en una identidad ni en la Nim, y, sin duda, y expresado de una manera más justa, ni en un Nierpo marcado como masculino, ni en un cuerpo marcado como

Emenino.

Asimismo, se trata de nuestro lado, de identificar el asunto de forMI precisa, puesto que el corazón de este enjambre de significantes NN va desde la transidentidad hasta lo transgénero pasando por la

Iiexualidad,

tiene el mérito de dar a entender la flexibilidad de NMienes se autodenominan gender fluid. Situar las cosas precisamenno reproducir apresuradamente, en nombre del respeto a la UN plosión de las prácticas de goce y del rechazo a los diagnósticos disCminatorios, nuevos tipos de segregaciones clínicas. Me parece portante mantener unidos dos hilos: el de la diversidad y el de la

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Porun lado, solo podemos observar una verdadera diversidad de CNO, así como UNA Multiplicación de modalidades de goce, que

LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO

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ACTUAL DE LOS DISCURSOS

DE LA CREENCIA A LA DIFERENCIA DE LOS SEXOS...

al sin duda estalla debido a la forma en que la ciencia aliada capitalisPor otro lado, podemos mo autoriza casi todas las transformaciones. de sexos discernir la firme creencia y reivindicación de la diferencia

autodenominan entre aquellos o aquellas que eventualmente se «transexuales». Esto es precisamente lo que plantea Maric Édith Cypris en sus las que hace sorprendentes y preciosas Memorias de una transexual, a ordireferencia J.-C. Maleval en su libro Coordenadas para la psicosis el apacinaría.* Ella testimonia de forma muy precisa su recorrido y Pero también sc guamiento que le supuso la operación quirúrgica. le de entrega, y no sin rabia, a la elaboración una repartición que per mite distinguir a los verdaderos transexuales de los transidentitarios la dife presentados por ella como quienes cuestionan precisamente rencia sexual. los transexuales no Nótese que hoy en la actualidad cerca de la mitad de sino que quieren «sufrir» intervenciones de transformación genital, demanda «incom quieren papeles del sexo opuesto. Habida cuenta esta transexuales, pleta» de tratamiento considero que estas personas no son de estado civil significa suscribir la abolición el y que otorgarles cambio mujer de los sexos. [...] El rans quiere conservar su pija, su trabajo, su ahora chi embarazada, pero que ¡les reasignemos sus documentos! De la aventura para la más el desafío es social. Dejar de sufrir la agonía de enla realización de sí; de ahora en más la ¡hazaña sc juega por completo Social a los lloriqueos.' suspensión de las respuestas de la Seguridad

la diferencia entr Entre los verdaderos/as transexuales que creen en el hombre y mujer y para quienes el inmenso sufrimiento justifica Coordenadas para las psicosis ordinarias, Buenos Aires, 4. J.-C. Maleval,

ma, 2019. 5.

Ibid.

Cira

9I

cambio de sexo y la variación en las transidentidades, M.-É. Cypris hos y uestra todo un abanico que abarca el término «trans» y que es preciso que es cuestión de saber descifrar. ayudarnos en ello, podría tomarse en consideración un tercer

pa

paradigma, que permite comprender mejor cómo, en un sujeto hablante, la sexuación puede mezclar tanto esta labilidad del género fomo una huella más fija, la que la pulsión ha impreso en el cuerpo hablante: Es el caso, en particular, de ciertos sujetos llamados Jexuales, cuyos recorridos pueden permitirnos comprender hasta Nué punto lo que está en juego para nosotros, mucho más allá del enero ofrecido por el Otro del cuerpo anatómico o social, es un nm. ¡udero recorrido en la sexuación.

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TRAVESÍA AL MÁS ALLÁ?

Cuando tenía

siete años tuve un hermanito y cuando mi madre lo mbiaba delante de mí estaba desnudo y comprendí que yo no era Miño, que tampoco era una niña, que yo era otra Cosa, y esta otra NN No existía porque lo que no se dice, no existe»? Vincent Guillot Ni metido de niño a una docena de operaciones, cuyas secuelas NN conserva, sin estar seguro de lo que hicieron exactamente los Tilicos que decían haberle operado de apendicitis. «Me faltan tro11, y ho solo de mi historia»,* dice con el humor negro que ahora uti-

1

para defender a los que la tradición llamaba Mende que el Do

«hermafroditas» significante «intersexual» ocupara su lugar en el acró-

lata parte del texto fue parcialmente presentada en la

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le u041, Vincent O

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de PEnfant que llevó por título: La sexuación de los niños, el Guillot,

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dos sexos,

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2017.

LA CUESTIÓN TRANS

92

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DE LA CREENCIA A LA DIFERENCIA DE LOS SEXOS...

ACTUAL DE LOS DISCURSOS

T nimo de las sexualidades no heterosexuales, ese de LGBTOI+. En sitúa la actualidad, Vincent comparte la vida con su marido Loic y se las indistintamente en el género masculino y femenino. Y fue una de Francia fuera condenada tres personas que hizo campaña para que mutilación realizaveces en 2016 por la ONU por las operaciones de das a niños intersexuales. Su testimonio no deja de resonar. la Vemos lo lejos que estamos de lo que preconizaba, ya en 2012, Comisión Nacional de Ética en Suiza, en la que participó nuestro mucha colega Francois Ansermet, a saber, que hay que tratar con la urgencia precaución «los casos especialmente delicados donde de médica de una operación de asignación de sexo en un niño incapaz discernir se basa en consideraciones psicosociales. Existe un gran la (futura) autodetermi riesgo de que no se respete suficientemente nación del niño y su integridad física»? los Francois Ansermet retomó recientemente esta antinomia entre

intersexuales piden paradigmas «trans» e «intersexual»: «Las personas endocrinas y quirúrgicas tempra que se abandonen las intervenciones

ellas».

Por

nas, mientras que las personas zans querrían tener lado, es un un lado, es un «o», 0 bien hombre, o bien mujer, y por otro del consentimiento «Ni», ni uno, ni otro. Pero para todos, la cuestión la autodeterminación en cuanto al sexo parece fundamental. Sin embargo, interesarse por estos sujetos «nacidos con caracteres sexuales (genitales, gonadales o cromosómicos) que no se correspon masculinos den con las definiciones binarias tipo de los cuerpos la femeninos» y que militan por mantener indeterminada, desde incl acceso a

y

minació ze. la asignación a un sexo u otro, revela iminación orgánica, precisame nte cómo se mezclan, o incluso a veces se oponen precisamente ibili inari estáa Hexibilidad en el más allá del binarismo sexual y esta fijeza de la modalidad de goce que afecta muy tempranamente al cuerpo ñ J un po a Vincent, y desde hace muchos años, varios investigadores inari aC cuestionaron el binarismo sexual apoyándose en la idea de un continuo entre lo masculino y lo femenino según las tenues variaciones mu. | combinación genética y cromosómica. La antropóloga Anne i L Musto-Sterling postula a existencia d € cinco sexos, mientras que el a Eric Macé g0 cuenta nada menos que ¡48! ñ pi opio Freud, que, por cierto, se interesó primero en el hermaME

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insistió roditismo de las anguilas, as ¿no insistió ya en 1905 en sus Teorías N de e tal dualismo i — ales infantiles en el hecho que era tod om videncia? Cito:: «Si «S1 nos fifuera posible renunciar a nuestra envoltura

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todo prejuicio o 1 las cosas terrenas, lo que más ex ñarí quizá, la existencia de dos ios sería, quizá, sexos que, siendo tan semejantes e no obstante, su diversidad con signos manifiestos»." Ev ltlencian, i qué decir d € Lacan cuando, , ar: argumentando en su seminari la pregunta:«ad «¿Todo lo que no es hombre es mujer? menta

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de la Comisión Nacional de Ética de Suiza «Actitud ant 9. Véase el informe desarrollo sextal las variaciones del desarrollo sexual», Documento de posición Documento de posición ne 20/2012, Berna, noviembre de 2012, pág. 217, Lacan quotidien, 1. 920, 6 ¿de mayo de 2021, dispomible en F.

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DE LA CREENCIA A LA DIFERENCIA DE LOS SEXOS...

DE LOS DISCURSOS LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO ACTUAL

94

En la década de 1970, Michel Foucault, redescubriendo las memosacerdotes y rías de Herculine Barbin, examinó el modo en que los sexual. En los médicos forzaban a la joven a cambiar su asignación frase estas conmovedoras memorias, leemos, entre otras cosas, una criminal, porque un muy actual de Herculine: «¿Era yo culpable, el mío?».* error me asignara en el mundo un lugar que no era Nacida a mediados del siglo x1x en el seno de una familia muy modesta, Herculine no tardó en realizarse plenamente en su trabajo vivían en internados, como profesora de niñas de buena familia que sobre los labios y los lazos que mantenía con pero su pequeño bigote autoridades eclesiásticas, que la hicieron sus alumnas alertaron a las fu examinar por un médico: «pseudo hermafroditismo masculino», el diagnóstico. Herculine, rebautizado oficialmente como Abel, sun los trein encontró su lugar en el lazo social y acabó suicidándose a ta años.

a lu partir de este diagnóstico, Michel Foucault, en su prefacio al psicoanáll edición americana titulada El verdadero sexo, reprocha el poder de asigna sis formar parte de estos expertos que se arrogan le al individuo a este verdadero sexo como él lo llama: «Ya no corres o social ponde al individuo decidir de qué sexo quiere ser, jurídica sexo ha clep mente; al contrario, es el experto quien determina qué lt do la naturaleza, y al cual, por consiguiente, la sociedad debe exigir A

que se atenga». de poder, Entre ellos, el psicoanálisis sería uno de estos dispositivos se al a según Michel Foucault, culpable de empujar sujeto confesar 6 de considerar cualquier irregularidad sexual, ya sea anatómica relativa a las llamadas prácticas sexuales desviadas, como un «error

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Michel Barbin Herculine, llamada Alexina B., Memorias presentadas por 0“ suTalasa Ediciones, ” 6 2007, pág: Foucault con el título E verdadero sexo, Madrid, 13 15. M. Foucault, £/ verdadero sexo, op. cit pag 14.

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«verdadero sexo» que propugnaría como lugar de asunción, de realización subjetiva: «[El psicoanálisis] —afirma— hos promete a la vez nuestro sexo, el verdadero, y toda esta verdad de hosotros mismos que palpita secretamente en él».'* Mucho más real aparecería entonces, para Foucault, la indeterminación de un «cuerpo utópico»7 bañado en «el limbo feliz de una no-identidad» como la de Herculine. «Ella sigue sintiéndose de un sexo indeterminado, pero esta vez privada de las delicias que experimentaba al no tenerlo 0, 1] menos, al no tener el mismo que aquellas con las que vivía y a las amaba deseaba Lo fue tanto. y que entonces evoca en su pasado son limbos felices de una no identidad... ».'* ¿ls realmente llamativo que tanto Herculine/Abel Barbin como Michel Foucault utilicen el significante «error» para cuestionar la al ipnación sexo por parte del Otro social? Pues es precisamente ile mismo significante el que utilizará Lacan para volver a plantear li cuestión de la entrada en la sexuación del ser hablante. Si asume Til noción de error, no es ciertamente en nombre de una norma heterosexual que lo promovería. Sino más bien, para insistir en la Mnemlización de este error, un «error común», como lo llamará en su seminario. Común a cada sujeto hablante que cree tranilivarse «haciendo consistente lo natural» del «hay» o «no hay» el Tino: Partiendo de las elaboraciones freudianas, pero yendo un más allá, Lacan insiste así en el hecho de que para entrar en la CIÓN, que es muy diferente de la promoción del verdadero sexo Tuultiano, «hay que pagar realmente el precio, el de la pequeña Nerencia, que pasa engañosamente a lo real por intermedio del debido lo cual justamente deja de ser tomado a ino, por tal y, al Vespecto a esc

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15,

Mouemle, El cuerpo utópico, Buenos Aires, Nueva visión, 2009. 27 verdadero sexo, op.cit. pág. 17.

Foucault,

LA CUESTIÓN TRANS

96

Y

DE

EL ESTADO ACTUAL DE LOS DISCURSOS

es mismo tiempo, revela lo que significa ser órgano. Un órgano no todo instrulo instrumento más que por mediación de esto, en que mento se funda: que es significante». El falo freudiano, que se origina en el cuerpo para convertirse en la verdad del sexo, el símbol o de lo que falta para decir precisamente de nuestra sigue siendo, pues, central en la medida en que una parte de anatomía está concernida y permite localizar cierta porción goce. El primer paso de Lacan fue poner de relieve esta función signifi sino un significante, y cante del falo, que ciertamente no es el órgano, libidini el la forma en que el cuerpo de cada una y cada uno, cuerpo en particular, han pasado por zado, sexualizado, y la energía sexual, de la sexuación, el tamiz de las palabras. Pero Lacan, con las tablas allá donde podemos lee1 abre, desde los años setenta, un salvífico más de la sexuación. La sexuación, no los embrollos con el sexo, sino los cuestión de discurso, pero también de la mane qu e es ante todo una de goce ra en que un sujeto se ha pos icionado, ha acogido una marca mucho más allá de la | abilidad de las que no variará y cuyo alcance va

identificaciones. literaria Es lo que demuestra de manera magistral una obra Eugenides, Middle impactante, la novela del estadounidense Jeffrey de la sexuación que nos lleva desde las sex, una verdadera epopeya orillas del Esmirna turco hasta Detroit a través del siglo xx. sin niebla tóxica cli Nací dos veces: fui niña primero, en un increíble día sala de urgencias cer Detroit, en enero de 1960; y chico después, en una de 1974 [...] En mi partida de maes ca de Petoskey, Michigan, en agosto En mi úl miento, mi nombre figura como Calíope Helen Stephanides. il timo carnet de conducir [...] mi nombre de pila es simplemente Fui ridiculizado por Como Tiresias, primero fui una cosa y luego otra. 4

19.

J.

Lacan, El Seminario, libro

19:

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cit

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17



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LA DIFERENCIA DE LOS SEXOS...

97

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compañeros de clase, convertido en conejillo de Indias por los mé palpado ficos, por especialistas y calibrado por Don Dinero. Una N— jade Pointe se enamoró de mí, sin saber lo que yoera. E gustéa su hermano.) Un carro blindado me condujo a una batalla ur ; rirtió Dana; una piscina irtió en ito; abandoné mi para tomar O Eso ocurrió antes de y que cumpliera dieciséis ; [...] ¡Háblame, Musa, de la mutación recesiva años. ligada a mi cromosoma 1**

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la eZ tan graciosa como conmovedora, que lleva esta historia. Mternativamente narradora ambas en !

relatora, y a veces la mira llama Calíope, como la musa de la poesía épica, no es por Mipuesto Dor casualidad: pues Middlesex es una travesía En como que la Odisea inspirada por la misma musa a lomero. En primer lugar, es la travesía concreta de los abuelos de lfope que huyen de la masacre de los griegos por parte del ejércit furco para llegar a Detroit. La travesía también es la fuente de la ma futura, ya que se aprovecha para consumir y borrar inmediataMenIe el vínculo que los une: puesto que, antes de ser marid Desdémona Lefty Mujer, son ante todo hermano y hermana de impactante estos inmigrantes y sus hijos por vivir como b NN Niegos ortodoxos a pesar de la Gran Depresión, los y la tiranía de la felicidad al estilo ameniegDo es Un viaje din.: [ y

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de la en particular, Joven sis ese cuerpo de magnifica niña, desalojada de Ubitat por su transformación en un ser extraño, medio homb sátiro, desgarbado, sin pechos, que finge la regla a sus padres, pero florecer que ve un «bulbo» las deja de hacer de las que no suyas, y que no parece ofrecer

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2003, págs,

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98

DE LOS DISCURSOS LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO ACTUAL

DE LA CREENCIA A LA DIFERENCIA DE LOS SEXOS..

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pomos mismas sensaciones que las que obtienen sus amigas con de las duchas en este mismo periodo de la pubertad. Pero cuando finalmente es entregada al profesor Luce, una espe realizados con cie de caricatura de los experimentos más demenciales los leva niños en nombre de la dimensión cultural del género, como dos a cabo por John

el sexo Money en los años sesenta, Calíope elige

«e masculino al que se siente íntimamente más conforme en contra ella ilustrara su los consejos del terapeuta, quien hubiera soñado que femen! la teoría: ya que su sexo reproductor, como se llama cosa, es un gran no, entonces cortémosle su pequeño pene para que parezca -

clítoris. afrontar st Cal, como se rebautiza a sí mismo, opta por huir para pasaje e nueva identidad lejos de sus padres. La travesía es, pues, un se ha la niña que conver un género a otro, una discontinuidad entre tido en una adolescente desgarbada y el joven efebo que está mejo! del deseo de 1 alojado en su cuerpo. Es también el cumplimiento esperal»i querida abuela griega, que había predicho a su nuera que de Cal del desti un niño. Pero más que eso, es la asunción por parte él la pareja incestuosa de st no que ha sellado genéticamente para abuelos. recorrido, lo que nos imprt A pesar de tal discontinuidad en su el siona y nos enseña de una forma tan magistral es, por contrario el cori70n una verdadera continuidad en la relación con su goce: en la de la variación genética, de las mutaciones físicas y psíquicas, fy de goce cuando za de la huella dejada por sus primeras experiencias acertadamente descrita era niña y luego adolescente, y que son tan heterosexual qu Porque Calíope no se convirtió en el verdadero ella era en el fondo (este sería su verdadero sexo foucaultiano) antro

un de haber sido supuestamente homosexual. Todo lo contrario, si bien está mar sujeto que siempre ha amado a las mujeres y que, cado como todo ser hablante por el moce fálico, cuyas diferente 14.

99

modalidades descubre con «bulbo», también tiene que lidiar con un hoce que Lacan llamará Otro. Esto se experimenta más allá de las palabras, incluso a veces cuando se es hombre, la narradora descri y su descubrimiento extático con dos de sus amigas, en —_—

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aparece deslocalizado, claramente mucho más allá

Du se ha convertido en un hombre que consigue,

al final de este Jecorrido, atreverse a superar la vergtienza que se le clava en el cuer po pue permitirse compartir la vida de una mujer sigue siendo Tomo dice al final, «en lo esencial continúo siendo la hija de Tessie. Boy yo quien se acuerda de llamarla todos los domingos. Es a mí hen ella cuenta la creciente lista de sus dolencias. Como tud b

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a.

seré yo quien la cuide en su vejez».” Por eso tenemos mucho que aprender de estos sujetos llamados

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Nuaje, también deben hacer ese complejo recorrido en el que se lan y menudo se desarticulan la identificación sexuada h res | al deseo parental las modalidades y tan singulares de €l la de corazón variación genética, de las Un ; la Muicas, yace fijeza de la huella dejada por las primeras experi del lle goce. Y que se pueda decir que se es un hombre. "No, Marcado por el goce fálico, pero, también, tener que lidiar UN yoce Lacan llamará Otro, que se experimenta más allá de que

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LOS DISCURSOS LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO ACTUAL DE

100

DE LA CREENCIA A LA DIFERENCIA DE LOS SEXOS...

última enseñanza de Lacan, y en particular esta misteriosa evocación del tercer sexo? «No hay relación sexual, eso es lo que he dicho. ¿Qué la suple? decir, los Porque está claro que aquello que llamamos las personas, es la posibili seres humanos, hacen el amor. Esto tiene una explicación: dad —notemos que lo posible es lo que hemos definido como lo que hay dos? cesa de escribirse— de un tercer sexo. Por cierto, ¿por qué de Eva, Es difícil de explicar. Esto es lo que se evoca con el doble

1OI

hexuales nos recuerdan hasta qué punto, como el analista, «El ser seXttado no se autoriza sino de sí mismo de algunos y con el ciertamente, de los significantes de una época y de sus comuhidades, pero mucho más allá, o más bien debajo de estos, ya que vanza solo con lo que él/ella siente y debe aprender a lidiar con lo Tue tan temprano ha tocado su cuerpo hablante.

fon

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saber, Lilith». cul Al evocar la figura de Lilith, en esta referencia a la tradición tural de la Cábala, es efectivamente a una figura de la mujer como Otro que Lacan convoca, escapando a la vez de Adán —ya que no bajo el nace de su lado sino como su igual y se niega en amor a yacer también de Dios, en la medida en que se niega a reconci él —,

pero

liarse con el primer hombre. El tercer sexo oficiaría así de suplencia a la no relación en la reli rencia a un más allá, cercano a lo real: «Ella no está en todo caso enel 4 Adán y su goce es Otro, fuera de la castración, de

objeto para lugar el semblante fálico».3 Lacan nos pro por tanto, no vectorizado por bastante diferente de sus elabora yecta aquí en un espacio topológico ciones anteriores, y por medio de la figura del tercer sexo (que encarna ler, ría enla tradición Lilith) nos permite franquear y hacer correspont (Eva naci la como en una banda de Moebius, la mujer como objeto a no-todo. de Adán), aunque también con su más allá, del lado del Con la-imagen de este inasible no-todo, la cuestión del tercer sexo llamados inter queda, pues, abierta. Lo cierto es que estos sujetos inédito, lección del

Lacan, El Seminario, libro 21: La topología y el tiempo, 9 de enero de 1979. de un tercer sexo», Psicoanálisis, 23. Cf. N. Guérin, «La posibilidad (2015/3), págs. 7-22, disponible en línea en Car 22. J.

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Lacan,

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Solo es factible entrometerse en lo político s1 se reconoce que n [e d iscurso, yY no solo 1 el analítico, que no sea del goce, al menos q

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de él se espera el trabajo de la verdad. J.

LACAN,

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Uínica de la civilización».' En este punto conviene no olvidar que discurso Minlquier supone, organiza, un modo de gozar. El auge del y sus desórdenes en el campo de la sexualidad y de la identiTd apuntan a la economía del goce de nuestra civilización. Desde lu perspectiva se abordará la crítica y el análisis de los trabajos de Udith Butler en las páginas siguientes. La teoría del género, que nació en la academia norteamericana, prendido en el campo político y social de las últimas décadas de manera tal que está aún por analizar. ¿Qué cs lo que de la teodel género ha sido tan acorde al síntoma de la Época se ha

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del psicoanáálisis

revers El reverso 17: El

7

17:

PRELIMINARES

la arena! 10H En los dos epígrafes de Jacques Lacan encontramos a partir de los para abordar la teoría del género, principalmente desarrollos de la filósofa norteamericana Judith Butler. Pe ae pli y m— un corte epistémico importante entre el la la nas «conjeturales» a partir de la articulación entre "es ía y prár tica. En efecto, para el psicoanálisis la teoría es

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er universa | praxis, ya que solo así es posible soslayar la Por ello encuentra su política en la singularidad del síntoma. Dew: de esta perspectiva, la teoría del género plantea reservas. ¿Cómo es posible conecbir argumentos que atañen ata in »xclusive ¡nie teórico, l jetivi desde un ángulo exclusivamente jetividad q

nos va bien recordar que «no hay clínica del sujeto sin Inconsciente —

el

En el límite, una afinidades que trazan las ciencias que nosotros llamamos conjeturales me la ilusión de un quedará a merced de esa deriva política que se alza con condicionamiento universal.

103

In

NEUS CARBONELL

y

CONDUCTISMO HIPERMODERNO

¿Cuáles son las ambigiiedades y las contradicciones que entraña universalidad teórica? Estas preguntas nos surgen a propósito de la hotable influencia que la teoría del género está ejerciendo en el camsocial político, Para y legal. mantener viva la dimensión de la praho xls en la coyuntura actual —que para nosotros supone al sujeto del

JUDITH BUTLER EL CONDUCTISMO HIPERMODERNO

, praxis de la teoría es

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esto

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que lendido como un «reguero de pólvora» y ha condicionado polí14 y legislaciones? Esta es también una pregunta que subyace al bujo de lectura y análisis que ha precedido la escritura de estas Inas, En efecto, es innegable que la ideología del género ha Neliclo en las culturas occidentales con un éxito inaudito. Lo que llevado a Éric Marty a definir «el género como el último mensahilrológico de Occidente»? Sin duda, la izquierda lo ha abrazaTomo la última de sus reivindicaciones, pero también las granForporaciones lo usan para vender sus productos o marcas.

La experiencia de PA Miller, pág. Le Marty, a" BN 1003,

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real en

la cura psicoanalítica, Buenos Aires,

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sexe des Modernes.

pág,

Pense de Neutre et théorie du genre, París,

12,

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JUDITH BUTLER

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Solo algunas voces desde el marxismo se han atrevido a ponerlo en cuestión, no sin cargar con las mayores acusaciones. Aguas pen sadores de inspiración marxista han dudado de las implicaciones

de suscribir causas identitarias en contra de la tradición de izquier das fundada en la unidad, principio de la lucha de clases.* Quizás el fundamento en este sentido no deberíamos perder de vista que teórico del movimiento LGTBI+ se encuentra en la Queer theory de Estados Unidas: "u apari que surgió en el mundo académico los ción sustituyó a la influencia que tuvieron hasta principios de años noventa del siglo pasado los Feminist Studies cuando los Quecr Studies prorrumpieron en el seno de los departamentos de literatu el ra comparada y estudios culturales. En este contexto triunfa pri mer libro de Judith Butler, Gender Trouble, publicado en 1990 Pero su éxito no se explica exclusivamente por el entorno univers| | tario, es necesario añadir el medio político norteamericano en sido hegemónicas en el pen que las reivindicaciones identitarias han samiento socioliberal desde los años sesenta y continúan siéndolo Lo novedoso más bien es que estas causas se hayan exportado coli tanto éxito a la política europea, sustituyendo a otras tradiciones «

Pongamos como hipótesis que se trata de un signo del ncoliberalit la mo actual, o de la época que Jacques-Alain Miller denominó

hipermodernidad>

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Dor-Cala ha incluido en su publicidad iconografía LC TBI Compa

ñías españolas como BBVA, Inditex, Repsol, Santander o Telefónica forman pur te de la Red Empresarial por la Diversificación e Inclusión LGTBI y se publición en las marchas pro-LGBTI.

Ver David Bernabé, La trampa de la diversidad, Madrid, Akal, 2018, Comandatuba: http://2012.congresoamp.eom 5. JA. Miller, Conferencia en es/template.php? file=Textos/Conferencia-de-Jaeques Alain-Miller-en-Comin

AUTONOMÍA, DERECHO EN

Y EL

A LA

CONDUCTISMO HIPERMODERNO

LIBERTAD

Y

105

LIBERTAD PERSONAL

JUDITH BUTLER. ¿UNA NUEVA VERSIÓN DEL CONDUCTISMO?

Debemos al libro de Éric Marty, Le sexe des Modernes, un admirable análisis de la teoría del género, así como de los usos del pensamiento de autores franceses por parte de Judith Butler. Voy a reteher dos tesis de Marty. La primera, que Judith Butler lo

representa

Mis esencial del pragmatismo sociocultural americano. La segunesis demuestra que, para sostener sus ideas, Butler lleva a cabo

Il

sesgado y espurio del pensamiento en el quese apoya, tanTea para seguirlo como para denostarlo. El pensamiento de But1 se revela marcado por el individualismo y el ahistoricismo. 10, además, a pesar de presentarse como un discurso subversivo, Icoría que sostiene y el uso político que defiende se pliega al dis10 del amo que comanda hoy, un discurso que vamos a definir N una hermosa expresión de Jacques-Alain Miller: «la dictaduel plus de gozar».* La reivindicación del derecho al goce como hifestación del individualismo impregna de conflictos la vida hemporánea. Existe una aparente contradicción entre las reiNilicaciones que apelan a los derechos humanos para legitimarse Il erecimiento de la segregación y de las formas de autoritarismo, 14 esta contradicción se disuelve si somos capaces de restituir su Por la. un lado, bajo las luchas identitarias se oculta una reiDilicación al goce de cada cual que obtura el lazo social y hace Me las formas de exclusión. De igual manera, vivimos bajo el Edel autoritarismo que se ha infiltrado en lo más íntimo de la los sujetos. Ya no se trata únicamente de regímenes abierWe autoritarios, sino de la proliferación de normas que dicTN liso

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JUDITH BUTLER

LOS DISCURSOS Y EL ESTADO ACTUAL DE LA CUESTIÓN TRANS

106

de las veces en nombre de los tan la cotidianidad, la mayor parte

más nobles ideales. Butler la elabora en dos de La teoría del género tal y como Judith Gender Gender Trouble (1990) y Undoing sus libros más notorios, existen entre ellos, se basa en (2004) y a pesar de las diferencias que de diversas formas y que pode una idea fun damental que se repite modo: la heterosexualidad obligatoria mos enunciar del siguiente establece a través de prácticas regula (compulsory heterosexuality) se todo aquello que no se ajus doras del género que hacen ininteligible cuándo?) la cultura ha impuesto (¿desde Es decir, normas. estas a ta establecen la hetero sexualidad como la de normas que suerte una De tal manera que aquellos única forma de expresión de los cuerpos. de violen estas normas sufren toda suerte que no se pueden aj ustar a humanos. Butler recurre a lan cias a causa de no ser recono cidos como la confirmar su tesis, ya sea por ví1 teorías de otros pensadores para la vía de su crítica. En su libra de subscribir lo que sostienen, ya por deconstruir los discursos que mantt de 1990 sitúa la necesidad de «e la política: «La deconstrucción nen la identidad como práctica más bien establece identidad no es la deconstrucción de la política; “e términos en los cuales la identidad como políticos los mismos ahistoricismo. Igualments articula»? Esta tesis supone un necesario así como la «ilusión de un lleva implícita una noción de individuo, las palabras de Lacan condicionamiento universal» para decirlo con del epígrafe de este artículo. la de Butler lo encontramos en ahistoricismo del Un ejemplo de Levi-Strauss. Butler repro crítica a la noción del tabú del incesto la heterosexualidad obligatoria cha a esta noción que establece fundante a la institución introducir la prohibición del incesto como -

York y Londres, Routledge, Butler, Gender Trouble, Nueva son mins), (Las traducciones de otras lenguas

7. ). 203.

2007,

8

Y EL

CONDUCTISMO HIPERMODERNO

107

tel parentesco. Para hacer de esta noción una «práctica reguladodel género» debe sacarla de su contexto histórico y epistémico del MÍ como de su complejidad. El establecimiento de las leyes purentesco son la gran aportación de Levi-Strauss a la antropología Principalmente, la visión estructuralista de que las comuIM

LT

hidades humanas se rigen por sus leyes de parentesco y que todas llos comparten una prohibición: hay matrimonios permitidos y los que no, especialmente los consanguíneos en primer grado. Las ]iyes del parentesco más bien vienen a regular el plus de juez en pro de la organización y la supervivencia de las comunidades. De le modo dos cuestiones son primordiales desde la

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¡murcia

Iropológica: la reproducción que asegure la supervivencia del tipo y la economía. Lo que en ningún modo niega que los sujetos hayan tenido sus conflictos con ellas, como atestigua el malestar In civilización. Volveremos sobre este punto. Por el momento ordar, como apunte histórico, que pedir a la norma jurídica que nhozca el plus de gozar es algo propio de la civilización hiperDderna y guarda relación con las condiciones de vida que la cieny la tecnología han hecho posibles a partir de la industrializael psicoanálisis también ha hecho sus aportes en este nn Aunque fido en tanto en cuanto partió de la desnaturalización del sexo risimente el descubrimiento freudiano del inconsciente vino : de relieve los caminos contingentes y no escritos que llevan a er guieto a asumir su sexualidad. Si bien fue Lacan quien descifró logica por la cual la asunción de una posición sexuada no está asepara el ser hablante, ya que es azarosa, contingente y fruto

la

Exqtívoco.

108

JUDITH BUTLER

LOS DISCURSOS LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO ACTUAL DE

En Judith Butler coexisten la noción de sujeto y la del Yo aunque ambas. Por sujeto, Butler nunca queda explícita la articulación entre entiende el efecto de la representación ejercida por ciertas leyes sería resultado de un discurso, que lo producen y someten. Así, este al A Butler le interesa especialmente el discurso que se refiere génc hombre o ser mujer es el resulta ro, de tal modo que afirma que ser someten." Se do de ciertas normas que producen al mismo sujeto que el posmoderno trata, pues, de un sujeto que, acorde con pensamiento efecto del lenguaje en su vertiente de repre y la deconstrucción, es sentación. De tal modo que el sujeto es aquello que el discurso cons lo así: truye y hace representable. Butler expresa El poder jurídico «produce» inevitablemente lo que pretende simplt esta do mente representar; por tanto, la política debe preocuparse por la ley pro ble función del poder: la jurídica y la productiva. En efecto, encubre la noción de «sujeto ante la ley» para invocar

emi

duce y luego formación discursiva como premisa fundacional naturalizada que put teriormente legitima la propia hegemonía regulatoria de esa ley*

Con esta noción sujeto, Butler intenta escabullirse de una ontología discurso del ser. No obstante, el hecho de que el sujeto sea lo que un lo devuel representa para otro sujeto, es decir, que sea «inteligible», veala naturaleza óntica. Esta noción de sujeto la pone en apuros par Gen articular uña política que se base en la capacidad de actuar. En der Trouble lo resuelve de la siguiente manera: «Lo que me muevs ex 1 políticamente, y aquello para lo que quiero hacer espacio, colectivo — afirma momento en el que un sujeto —una persona, un

4. J.

Butler, Undoing Gender, Nueva York, Routledge, Butler, Gender Troubleyop, cit. Pág: 3:

CONDUCTISMO HIPERMODERNO

109

derecho o el derecho a una vida habitable cuando no existe tal Nutorización previa, cuando no hay una clara convención habilitante

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SUJETO Y TEORÍA DE LA SUJECIÓN

8. J.

Y EL

2004, pág, 210.

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lugar».'

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esta cita se ve bien que, pese a haber intentado esquivar la idea tel ser, este se asoma bajo la forma de la persona o del colectivo que puede oponerse al poder, es decir, que tiene capacidad de actuar. Un

Probablemente sea Y0, como veremos.

por eso que en Undoing Gender, Butler recurre el

identidad de género cs, entonces, una «imposición» sobre el Mujeto de las «prácticas de poder» constituidas por la ley, que es pro]ibitiva, y por las normas reguladoras, según sus mismos términos. Ta heterosexualidad y el binarismo sexual están al servicio del poder | cual impone también los roles de género. Habría en Tios géneros que no serían «inteligibles» y que, por lo tanto, estarían primidos: los géneros no heterosexuales y «no binarios». En esta nstrucción queda sin explicar, sin embargo, las razones por las cuaNemergerían estos géneros «no inteligibles». Quedan sin argumenLI los mecanismos por los cuales las leyes y las normas fallarían a la Mide «producir» al sujeto. Cuestión no menor para su teoría políque puede explicar por qué acaba recurriendo a la noción de «la lonomía del Yo». Por otro lado, el sujeto se define sexuado, aunE enta definición atañe principalmente a su De To tal que el deseo, tal y como ella lo nombra, solo puede enconDat lugar en lo social si es representable, «inteligible». Finalmenlevenir «inteligible» no es otra cosa que obtener el reconocimienMel campo político: «el reconocimiento se convierte en el lugar de poder por el cual lo humano es producido de manera diferente».”* 1 el núelco de toda la política de género tal y como está especial-

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10

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1]

pág. 224, Nutler, Undoing

op, cit, Gender,

pág.

2.

JUDITH BUTLER

LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO ACTUAL DE LOS DISCURSOS

ITO

el reconocimente desarrollada en Undoing Gender. Para Butler, miento, ser reconocido como ser sexuado, es equivalente a ser reconocido como humano, es lo que hace que la vida sea vivible (lveable). Lo explica de este modo:

Para ser oprimido primero debes volverte inteligible. Descubrir que eres fundamentalmente ininteligible (de hecho, que las leyes del lenguaje y del has logrado el lenguaje te encuentran imposible) es descubrir que no hu si ceso a lo humano, encontrarte hablando solo y siempre como fueras descubrir que tu lenguaje cs lo mano, pero en el sentido de que no eres, las normas por las vacío, que no recibes ningún reconocimiento porque favor? que se lleva a cabo el reconocimiento no están a tu

Pero ¿quién es el «tu» de esta cita? ¿Quiénes el que se puede recono cer a sí mismo aún sin el reconocimiento del Otro, sin ser «intelig ble» a los otros? Vale la pena recordar aquí que en Lacan el incons ciente es el Otro y que lo ininteligible lacaniano no es lo que los otros de sí mismo: csi) no entienden de uno, sino lo que cada cual ignora interesado aquí por el sujeto del que se goza. Butler podría haberse el inconsciente para articular una política subversiva, pero prefiere Yo, siervo de los significantes amo. el Butler cree, pues, profundamente en la intersubjectividad, hasta cuenta com lo punto de convertirla en la esencia de humano: «quién humano, y qué normas gobiernan la aparición dela humanidadreal» La intersubjetividad en Butler es «un proceso de traducción cultural el límite delo que es familiar que supone «aprehenderal otro[...] en La intersubjetividad es siempre humanista, como se lec en esta cita

a

13.

Ibid., pág. 28.

14.

Ibid, pág, - =

CONDUCTISMO HIPERMODERNO

IIT

Lacan abandonó bastante pronto la noción de intersubjetividad que había sido muy importante para su construcción del de transconcepto [crencia. La abandona cuando se da cuent de es amen que un fantasma. Es, NN -—el fantasma la de inteligibilidad. Entonces, para Lacan el precisamente, el deviene malentendido, y su ética apunta a cómo malentenhguaje la de buena manera. Cada intento de eliminar el equívoco en erse hombre del buen entendimiento, de la inteligibilidad o de la traducFión, implica olvidar el inconsciente y ponerse al servicio de los signifiS

e

;

Hintes que

comandan.

“DI LA CRÍTICA DE LA IDENTIDAD A SU REDENCIÓN

OR

LA VÍA

DEL YO

In su primer libro Butler parte de una crítica a la política basada en Tiidentidad para retornar a ella más adelante. En un inicio, denunlilas debilidades del movimiento feminista a causa de su

mm

ción» del concepto de mujer, incluso afirma que en este punto se Muentran los «límites de la política de la identidad».'5 Ella opone a los planteamientos «una crítica a las categorías de identidad que las Iucturas judiciales engendran, naturalizan e inmovilizan».** Pero logra desasirse realmente de este concepto porque sugiere una Istrucción variable de la identidad». En otro de sus primeros 1

that Matter, Butler habla del «error de la identidad» 1 en necesidad de su uso para la contestación democrática." La bilidad de su noción de sujeto la lleva, inevitablemente, a estas conUicciones y ambigtiedades. Ton

Dodies la

1 12. Ibid., pág.

Y EL

10

1

Gender Trouble, pág. 0.

ul, pág,

7,

/hirl, pág, mat Matter, Nueva York, Routledge,

odres

8,

1993, pág. 220.

JUDITH BUTLER Y EL CONDUCTISMO HIPERMODERNO

DISCURSOS LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO ACTUAL DE LOS

II2

En Undoing gender, se ve compelida a razonar abiertamente las discordancias creadas por los usos políticos de los movimientos LGTBI+ si bien la que se han apoyado en su teoría. Entonces constata que teoría queer nació para debatir el debate identitario del género, sus efectos han sido otros: «Si se entiende que la teoría queer se opone, de identidad, incluyendo la asigna por definición, a toda afirmación ción estable de sexo, entonces la tensión parece ciertamente fuerte».' Claro está que no se puede debatir la política identitaria partiendo de Butler se entrega al Yo, supuestos identitarios. Ante esta evidencia, sin que su argumentación cambie excesivamente. Si el sujeto se deti ahora nía como el efecto de los discursos que lo representan, el Yo resulta de las «normas», con las cuales puede mantener también una relación «crítica y transformadora». En fin, la subversión de Butler conductismo hipermo se rinde al Yo y su teoría se convierte en un derno. Para poner fin al sufrimiento de los sujetos que no pueden «institucio adaptarse a las «normas» del género deben cambiar las al reconocimiento nes legales económicas». Estas deben dar cabida U

y

de «cuán esencial es convertirse en un género para el propio sentido de de la personalidad, el sentido de bienestar de uno, la posibilidad florecer como un ser corporal». Finalmente, se trata de que la reali dad se adapte al Yo. Esto es lo que Butler denomina «la autonomin lus del Yo» en el marco de una «filosofía de la libertad»: «hasta que cl condiciones no cambien radicalmente, la libertad exige la falta libertad, y la autonomía está implicada en la sujeción». Butler pro de adaptación. Además de «ue pone, finalmente, un nuevo régimen el cano el mundo que imagina es una propuesta de utopía. Como era

conductismo de antaño, hay una idea muy pobre de lo que es el sufrimiento del ser que habla. No es seguro que exista una realidad Enpaz de hacer desaparecer el desajuste entre el cuerpo y el lenguaje tel ser que habla. En un momento del libro Judith Butler evoca una experiencia personal que le sirve para hacerse la pregunta adecuada, pero a la Cial da una respuesta equivocada. Cuenta que durante años fue miembro de la Comisión Internacional Gay y Lésbica para los DereEos Humanos. Lo que más la sorprendió fue la cantidad de ataques Molentos contra las personas homosexuales y las minorías sexuales: En el

Tuve que reflexionar sobre qué tipo de ansiedad es provocada por la aparición pública de alguien que es abiertamente gay, o se presume que Es pay, alguien cuyo género no se ajusta a las normas, alguien que es seXtral, alguien cuya sexualidad desafía las prohibiciones públicas, alguien Fiyo cuerpo no sc

Ibid., pág.

22, Ibid., pág. 101.

ciertos ideales

morfológicos:

regación y de odio que produce el goce supuesto en el Otro. De modo no le hubiera sido necesario tener que proponer de nuevo horma para salvar al Yo, lo que implica de nuevo el discurso del 0 Butler atribuye al hecho de la clasificación binaria del género

presiones

quienes por su sexualidad ponen en cuestión a este Imen. Pero la violencia es algo más complejo. Lacan la sitúa en sus registros: cl imaginario —la agresividad—, el simbólico —la lencia del lenguaje—, y el real —el pasaje al acto—, y siempre en Tudo del lenguaje y el goce en el ser hablante. a

3.

21, Ibid., pág. 100.

ajustaa

Butler hubiera leído a Lacan atentamente y hubiera tomado su 10n de goce, habría encontrado otra respuesta para los efectos de

19. Undoing Gender, pág. 720.

113

E

/id,,

pág.

34.

LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO

114 BUTLER

Y

ACTUAL DE LOS DISCURSOS

JUDITH BUTLER

EL PSICOANÁLISIS

Butler diserta sobre un Lacan irreconocible para quienes hayan estu diado sus textos. La filósofa norteamericana se inventa un Lacan no lacaniano a quien hace decir lo que le conviene para sostener su idea las de «heterosexualidad obligatoria». Esta impostura es acorde con la bibliografía: pocas referencias a Lacan que aparecen en Te ción de los escritos y alguna referencia a sus primeros seminario», y campo le Butler parece haberse quedado con el Lacan de la palabra y el lenguaje en psicoanálisis», pero aun así la Tn difícil de solo es no Probablemente porque sesgada. Lacan plantea es descifrado su ensc haber de hay también sino trocear, que leer, ñanza para captar bien lo que está trabajando, lo que está Bento simbólico, do, a cada momento. Así, Butler tiene una idea del orden

ea

ETE

lea

E

laca del Nombre del Padre y del falo que podrían parecer conceptos fa los nianos, pero que no lo son. Por ejemplo, se refiere a

sto

y

identidad su «función simbólica o idealizante»,* sugiriendo una cada uno entre pene y falo. El falo en Lacan tiene su función según los tres registros y de él se encuentran cosas muy diversas a la lag cli responden a preguntas también distin los seminarios escritos €

y

que

Pacr tas. Lo mismo ocurre con el uso de las nociones de Nombre del Butler parecería que Lacan fuera un y de Metáfora Paterna. Según como yu religioso valedor del padre, guardián de la sieción sexual, e no hub en 1956 en el Seminario 6: El deseo y su interpretación Lacan ra dicho que «no hay Otro del Otro». Por otro lado, al (timo Butler habla del Edipo en Lacan parece no haber existido. Asimismo, El reverso del como si este no hubiera dictado nunca el Seminario 17: habia ide psicoanálisis. Butler empieza a publicar en 1990 y Lacan ya de más allá del Edipo en 1969, ¿cómo entender este uso sesgado

_

24.

Bodies

That Matter,

op.

cit, pág.

03.

Y EL

CONDUCTISMO HIPERMODERNO

IIS

Icoría? Butler simplifica la enseñanza de Lacan, la mutila y tergiverconveniencia. de Aa su Además que falta precisión sobre los conceplos que cita, hay muchas otras nociones ausentes que contradirían la Ieoría expuesta. Pero, sobre todo, no se puede criticar a Lacan ltleas sobre la sexuación sin

referirse a la noción de objeto

por sus

4 y

de real.

IA NETEROSEXUALIDAD LACANIANA

|

ideología del género ha puesto en circulación dos términos que se Tim como denuncia: heteronormatividad y heteropatriarcado, jun-

Ton sus derivados

heteronormativo y heteropatriarcal. A estos térInos se oponen las categorías de «no binario», «no normativo» y, Mty especialmente, «lo transgénero». Lo trans no solamente se liende como el paso de un sexo a otro, sino, sobre todo, como el Pruceso mismo de la «transición», lo que constituye la forma concluPunte de impugnación a la «heterosexualidad obligatoria». ¿De qué Tata en este régimen y su éxito? Podríamos decir que, por un lado, Nel reconocimiento de que identificarse con un semblante de sexo Tevela la medida del goce del ser hablante. Algo a lo que el psicolinis ha contribuido sin duda. Actualmente, los semblantes del sexo hi hecho implosión en una civilización en que la ciencia tiene una Mime capacidad para modificar y actuar sobre los cuerpos. Pero afecta necesariamente al goce sexual del ser hablante. Desde Pemipectiva lacaniana, podemos decir que un ser hablante puede Imicionar» para cambiar el aspecto de su cuerpo, pero en cuanto Mo goza su cuerpo no hay transición posible. Por otro lado, no es Io que se sepa lo que un ser hablante quiere cuando demanda lificar la imagen del cuerpo, así como la forma de nombrarlo. Meue escucharlos a cada uno, porque tampoco es seguro que se li hacer un todo de las de transformación, de tránsi-

no

demandas

o

IIÓ

JUDITH BUTLER

LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO ACTUAL DE LOS DISCURSOS

de qué goza cada to, del cuerpo. Como tampoco es seguro que se sepa candidato a la transición, ni cómo modificar el cuerpo tiene que vel lo con el «se goza» de cada cual, es decir, con lo que se anuda y que no del entre el cuerpo y el lenguaje. En este sentido, no leemos la teoría trasmi género como una contestación, sino como una ideología que el cuerpo te los ideales del discurso del amo actual. Por un lado, puede modificar para alimentar el plus de gozar gracias a la ciencia y lan los servicios de la industria del cuerpo. Por otro, la potencia de a

reivindicaciones de los particularismos responde a la fuerza con que inclusi se impone el plus de gozar. La aparición de los «lenguajes último. vos», por ejemplo, guarda relación con esto La lucha por el nombre y la aparición de «neolenguas» merece rían un artículo aparte, pero podemos decir que esta discusión hace si no se quiert aparecer la dificultad del lenguaje para nombrar, de relieve la clifi pagar el precio de la «libra de carne». Así se pone cultad en las formas de civilización actuales para consentir a lo uni versal. La reivindicación de lo particular es el signo de la época. Se hi

vuelto insoportable ceder a la alienación del lenguaje para contar reclamaría como uno entre otros. Por eso se exige la palabra que no el precio de la alienación. En esta operación, pues, la teoría del gn las lu ro, que nació poniendo en cuestión el sexo y sus nominaciones, reintroducido. Así como ha reintroducido la idea del sexo com identificación. Lo trans es el mayor ejemplo de todo esto: nombrar hombre o mujer, inscribirse como hombre o mujer en'cl registrt dal incluir la categoría «género diverso» en los formularios oficiales, solo algunos ejem a un hijo un nombre considerado «neutro», son del males plos de cómo la cuestión de nombrarse encarna una forma tar actual. la Lacan resuelve la alienación del ser al lenguaje introduciendo separación como su par y con cl objeto4 como resultado de esta ops ración. A la sazón, la idea de «heterosexualidad obligatoria» 15

Y EL

CONDUCTISMO HIPERMODERNO

I T7

podría estar más lejos de la heterosexualidad lacaniana que, para Empezar, es siempre contingente; como lo es el sexo, producido por el Ecuívoco del inconsciente y no por unas normas trascendentales. La heterosexualidad es el amor al heteros, a lo Otro, lo distinto, «cualtuiera que sea su sexo», y sin olvidar «lo insaciable del amor». Por todo lo dicho quizás no debería sorprendernos que la mujer len la excluida de la teoría del género.” De hecho, se la eliminó de

plumazo con la reprobación a este significante que, como uniVersal, no podía representar a todas las mujeres, como si las hubicTi ¿A qué atribuir esta elisión? Una cita del Seminario 16: De un 10 al otro, nos pone sobre la pista para responder: «Por ahora no Irata de saber si las mujeres están reprimidas, se trata de saber si Mujer lo está, en tanto tal y, por qué no, para ella misma, por puesto». ¿No será la teoría del género, entonces, un signo de la presión de la mujer en la civilización contemporánea y, por tan, lina expresión de su malestar? lin

NJ

Lacan, «El atolondradicho», Otros escritos, Buenos Aires, Paidós, 2012,

>

ou Éri Marty dedica a lo femenino den6 Merece unaa mención el análisis que Eric el movimiento LGTBL+, especialmente en lo trans. Op. cit., págs. 496-499. mención

O

Ag,

el

análisis

Lacan, 27 Seminario, libro 208,

10:

i

i

que

De un Otro al otro, Buenos Aires, Paidós,

COMENTARIOS

Dentro del posfeminismo Butler y Preciado comparten el objetivo reconocimicn político de la visibilización, a través de la lucha por el

lo to, de identidades que no encajan plenamente en que, a su juicio, sociedades contempo es la norma heterosexual predominante de las ráneas. Uno de los elementos con los que definen tal heterosexuali

dad normativa es la cuestión anatómica —el imaginario morfoló los cuerpos gico, diría Butler—:' las imágenes que prevalecen de masculino y femenino en tanto que opuestos y excluyentes. Lo quí “í hace a ambos posfeministas (y no tanto feministas) es que alinean en las filas de las que revalorizan el lado femenino de tal binario, porque a su parecer tal movimiento perpetúa la norma heterosexual y la esencialización (es decir, toma como natural y bio lógicamente dado lo que es un constructo cultural) de lo femenino Sus proyectos consisten en la deconstrucción de tal binario para hacerlo menos rígido (Butler) o para desmantelarlo por completo

0

(Preciado).

DILDO EN PRECIADO

teciado concibe su proyecto filosófico como la construcción de ficDes que acaben con el binario hombre-mujer tanto en el plano culMl como en el biológico. A su modo de ver, desde la Ilustración y hi mediados del xx ha regido un paradigma de la oposición de los 08, pero los grandes avances médicos y tecnológicos de las últimas ucas (desde la píldora hasta la vaginoplastia, pasando por la proemición de implantes, prótesis y hormonas) han hecho que tal tlelo se haya vuelto obsoleto y que los cuerpos hoy día, en lo que chido llama la «sociedad farmacopornográfica», puedan ser maleahe Intercambiables en cuanto al género y al sexo. En Manifiesto contrasexual propone el par del dildo y el ano frente al pene y la vagina porque no es rígido, permite intercambiar roles sin rólanos, y está disociado de la reproducción. Preciado no diferencia Ire el cuerpo y la tecnología a él adherida: ambos forman parte de

O] Buder, «The el

imaginario morfológico, en Cuerpos

. del «sexo», Buenos Aires, portan. Sobre los límites materiales y discursivos si

2002, págs. 95-142.

ju

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Y

*

IIQ

una conceptualización realizada por Butler (en lin texto originalmente publicado en 1992)” como crítica del binarismo heterosexual. Construye su argumento como una alternativa al concepto de falo propuesto por Lacan en «La significación del falo»? considerando tanto a Lacan como a Freud exponentes de esa heteroJexualidad normativa que combate. Pocos años después, el falo les"himno es llevado a su paroxismo por Preciado con su concepto de dilto en Manifiesto contrasexual (primera edición en 2000). En su caso, la Ítica a Lacan es rápida, y en forma de alusiones.

SONIA ARRIBAS

Butler, «El falo lesbiano y

LOS CONCEPTOS DE «FALO LESBIANO» Y «DILDO»

El falo lesbiano es

COMENTARIOS A LOS CONCEPTOS DE «FALO LESBIANO» (BUTLER) Y «DILDO» (PRECIADO)

1. J.

A

que ma »,

Parto a

1

1)

Journal

Lesbian Phallus and the Morphological Imaginary», Cultural Studies, vol. 4, 0.9 1, 1992, págs. 133-171.

Lacan, «La significación del falo», en Zseritos

Pa

Diffe-

of Veminist

005-075,

TI,

Buenos Aires, Siglo

COMENTARIOS

LOS DISCURSOS LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO ACTUAL DE

120

una tecnología de producción de zonas erógenas que privilegia unos los órganos «natura órganos entre otros —el pene, sobre todo. Como cl les» están atravesados por la tecnología, proponer el dildo para

sexo— y sus «variaciones sintácticas: dedos, lenguas pepinos, piernas, el cuerpo entero» o «semánticas: puros, pistolas, porras, dólares»* sip, nifica asumir ese aspecto tecnológico de lo humano. Se trata de crea la fluidez la nuevos constructos sexuales que promuevan plasticidad y En la utopía de Preciado, el sistema de reproducción heterocen trado la familia son invalidados, y en vez de padres o madres sí y

hablará de «cuerpos susceptibles de embarazo» y «cuerpos suscepti bles de donar esperma» sin patrones «anatómico-políticos» rígidos einmutables gracias a la cirugía facilitada por el sistema público. Los «natural». actos reproductivos no darán pie a lazos de filiación feno La teoría detrás de esto es un relato evolutivo, una especie de fases que menología del dildo, esbozada a brocha gorda en cuatro elementos del cómic y uni ocupan ocho páginas zigzagueantes, con sucesión abigarrada de fetichismo a lo Freud, platonismo, decon trucción y deleuzismo. La comparación entre la plusvalía de Marx el dildo, como advertencia metodológica al inicio, es un abróchens: rada por los cinturones antes del despegue. La primera fasc es inaugu elemental fet al un recurso simbólico al dildo para sustituir pene, un chismo freudiano —cortocircuito no deseado por Preciado, quiehi el psicoanálisis. Son jamás ha ocultado su animadversión hacia 1 graciosos los dibujitos de formas erectas de dildos superpuestos del cuerpo y al cuel zapatos de finísimo tacón, a distintas partes lacaniano para tomarlas por sight po entero— y no hace falta ser dí ficaciones fálicas imaginarias. Aquí también está la declaración dildo. Todo es dildo. Incluso el que «cualquier cosa puede devenir y

4 5.

P. Preciado, Manifiesto contrasextal, Barcelona, Anagrama, 2010, pag Ibid., pág. 30.

24

A

LOS CONCEPTOS DE «FALO LESBIANO» Y «DILDO»

121

pene» afirmación que Preciado no esclarece y que desemboca en la Idea de que «el dildo no es un objeto que vendría a sustituir una flta»,7 con lo que de un golpe Preciado transcribe erróneamente, Minque sin citarlo, a Lacan —quien habló de la falta de objeto—* y Mscribe implícitamente a este lo que él mismo ha estado haciendo Justa ahora, que es hacer prevalecer la imagen-objeto. Todavía en la rimera fase, se apoya en la deconstrucción para sostener que el dil1 es una operación de desplazamiento o un suplemento (es decir, la stitución de algo supuestamente original para que su primacía hulte cuestionada). La segunda fase invoca platónicamente el ideal | dildo «suave, silencioso, brillante»? el cual se corresponde con los ildos vivos» o «pollas» de dos estrellas porno, afianzándose en la ultación de la dimensión imaginaria. El tercer momento denota la [uencia de Deleuze: el dildo se convierte en una sustancia gozante localización y el cuerpo pierde la forma y deviene «pura horizonidad», «superficie plana». Finalmente, la cuarta fase invoca,

bién deleuzianamente, «la repetición al infinito de un significantextual. Así, el falo es devorado por la misma fuerza transcendental Elo había naturalizado. Como el capital, como el lenguaje, el dilhusca solamente su propia expansión polimorfa; ignora los límiagarra a todo para crear la diferencia, genera la diferencia lodos lados, pero no se identifica con la diferencia misma. Es

je

Mito y no esencia».

E /bid., pág. 09.

bid, NO

27 Seminario 4, Lacan habla de la falta de

objeto

ve objeto, Barcelona, Paidós, 1994, págs. 11-94).

E /bil,, pág, 72. 10 /bid,, pág, 72.

Ire.

pág 73.

(EZ

Seminario 4: La re-

COMENTARIOS

DE LOS DISCURSOS LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO ACTUAL

122

CRÍTICA A LACAN EL FALO LESBIANO DE BUTLER Y SU

criticar

lesbiano: Butler tiene tres objetivos en su vindicación del falo la única forma posible la idea de que «la morfología del hombre es sostiene del cuerpo humano»,'* provocar a la teoría feminista que se radicalmente distinto de en «la morfología femenina en su carácter lesbiana que no la morfología masculina» y cuestionar a la teoría estaría en línea con los quiere saber nada del falo. Su planteamiento no actuales movimientos intersexuales, trans o transgénero (pero referencia a uni transexuales)? que repiensan el cuerpo humano sin de que hay dos anatomía binaria excluyente: sin recurso a la idea La utilidad política de esta ficción cuerpos diferenciados y opuestos. de artefacto que se pue le es que, según Butler, sirve como una especie habitual conexion transferir de un cuerpo a otro, desnaturalizando la masculina.

entre el falo y el pene como el órgano de la morfología ima el Tal movimiento de resignificación cultural opera en plano morfológi ginario, ofreciendo el falo lesbiano como un «imaginario la idea de una «pura» morfologha co» alternativo al pene. Frente a la construcción del femenina recuerda lo masculino repudiado en de una «pura» morfologh la cuerpo femenino; y frente a concepción reproducibl: masculina, realiza una parodia del pene, una imitación cli El falo lesbiano permite situarse entre medio y sustituible de este. histórica lo masculino y lo femenino, eliminando el privilegio que E

mente se ha otorgado al falo-pene. considera el lulu Butler construye su argumento frente a lo que la afirmación ie centrismo del psicoanálisis. Sustenta esta crítica en también Lacan, está hablando del ful que cuando Freud, pero

13.

«El falo lesbiano», pág. .Cf.Butler, J.-C. Maleval, «E transexualismo objeta

do en este volumen.

1

LOS CONCEPTOS DE «FALO LESBIANO» Y «DILDO»

1

lo

iños a Lacan como si fueran de este, pero siendo realmente suyos. ¿Cómo, entonces, según Butler, Lacan estaría haciendo equivaler falo con el pene, cayendo así en el binarismo sexual anatómico, el

Iriarcado y el «imperialismo epistemológico antropocéntrico y ilrocéntrico»?* Butler lee párrafos sueltos de «El estadio del espe(1953-1954), el Seminario 2 (1954-1955) y significación del falo» (1958) e intenta mostrar que en este escriLacan incurre en unas «contradicciones» al conceptualizar el lo como significante que solo se entienden, según ella, si se tiene en hleración el marco explicativo del «El estadio del espejo», la ensión de unificación producida por la imagen especular en la conación del yo. Muller recoge acertadamente algunos momentos del estadio del (1936), el Seminario

7

unidad del cuerpo, conseguida especularmente en la imatel Otro, y su cualidad de objeto como función imaginaria del Después cita a Lacan, en el Seminario 2, cuando este, al retomar lileas de «El estadio del espejo», se pregunta: «Se trata de saber les son los órganos que entran en juego en la relación narcisista, pnaria con el otro, donde se forma, bilder, el yo». Acto seguido de la siguiente afirmación del Seminario 2: «Lo importan-

0:

la

ota

/bid., pág. 110.

E /bd., pág.

30.

al

transgenerisimos,

14 lui

123

Incluso cuando este último subraya su carácter significante, realmenle están ambos refiriéndose al pene. En cuanto a Lacan, fundamenta tesis de dos maneras: primero, tomando los momentos en que Lacan dice explícitamente que el falo no es el pene como aseveracioEs no reconocidas o inadvertidas de que sí lo es (y llamando a este el «falo lacaniano»); y segundo, atribuyendo una serie de tér-

E 12.

A

Lacan,

tienos

117. 27 Seminario

2.

11 Yo en la teoría de

Aires, Paidós, 2008, pág, 147.

Freud y en la técnica psicoana-

LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO

124

COMENTARIOS

ACTUAL DE LOS DISCURSOS

la relación narcisista, que ciertos órganos están involucrados en el otro y la en cuanto esta estructura a la vez la relación del yo con constitución del mundo de los objetos».7 Al comentar esto, Butler reconoce que Lacan no nombra ningún considera órgano en concreto.* Pero —y aquí comienza su crítica— necesariamente a los órganos que Lacan tiene que estar refiriéndose masculinos. Con ello no presta atención al hecho de que cuando Lacan dando plantea la pregunta («Se trata de saber cuáles») no solo no está formula la interrogación en un por supuesta la respuesta, sino que

te es

al contexto de exposición en el cual su construcción teórica está servi cio de la formalización de lo que sucede en la clínica, es decir, en un los datos plano que solo se podrá responder en el caso por caso, con Los saltos argumentativos de Butler para defender la presunta equivalencia por parte de Lacan del falo con el pene son vertiginoso“ Trac a colación la aseveración de Lacan en el escrito «La significa el falo ni es un órgano ni un efecto imaginario ción del falo» de

que Para Butler, la insistencia de Lacan (lo que Butler llama sus «negaciones») en separar el falo del pene, o el que Lacan enfin los datos biológicos que la sexuación no se explica en referencia a anatómicos, solo puede significar lo contrario: para Lacan, el falo es La el pene. Cito a Butler cuando conecta el estadio del espejo con significación del falo»: «Esta función extrapoladora del narcisismo los órganos antes se vuelve falogocentrismo en el momento en que mencionados implicados en la relación narcisista, llegan a constitu el principio o el modelo por el cual se conoce cualquier otro objeto 1 í

y

17. Ibid., pág. 148. 18. J. Butler, «El falo

can «niega explícitamente un efecto imaginario». 19.

Ibid.

La 123. En la página 117 reconoce «ue del el falo sea una parte cuerpo la posibilidad de que

CONCEPTOS DE «FALO LESBIANO» Y «DILDO»

125

cualquier Otro. En este punto, los órganos se instalan como un “sighificante privilegiado”».” ¿Cómo llega a esta conclusión? Lee en paralelo «El estadio del espejo» y «La significación del falo» y halla en ambos la misma Estructura: si en el primero, a su juicio, «los órganos» establecen las Fondiciones de «cognoscibilidad» (esta es la palabra que usa para dar Menta de la dimensión especular del yo); en el segundo, el falo dispoTe las condiciones de significabilidad del mundo. Y ambos, pene y flo, vienen a ser lo mismo, porque son privilegiados. El paralelismo lructural que localiza Butler proviene de imponer sobre «La signihiración del falo» el modelo imaginario (unificador del cuerpo) que Ican extrae para la formación del yo. Ahora bien, tal superposición imipula según sus intereses el texto lacaniano. En primer lugar, mientras que Lacan expone abiertamente que el yo es una ficción e Incluso una forma ortopédica —la imago del propio cuerpo—, sobre | alo insiste en que no lo es: «el falo en la doctrina freudiana no es na fantasía, si hay que entender por ello, un efecto imaginario». hregundo lugar, al traer a colación los datos clínicos que dan cuentel carácter ficcional del yo, Lacan pone de relieve que este apareEinbolizado en sueños con imágenes arquitectónicas y espaciales mpo fortificado, estadio, ruedo, castillo, etc.),” sin referencia a lo MÓmico.

Butler también introduce otras pequeñas pero sustanciales modilo que escribe Lacan, tergiversando las palabras de este. Imiones a

Ne equivaler el autocontrol proporcionado por la imagen especu/bid., págs. 123- 4 Lacan, «La significación del falo», pág. 669. O Lacan, «El estadio del espejo como formador de la función del yo [je] tal 16 nos revela en la experiencia psicoanalítica», en Escritos 1, Buenos Aires, OCC págs. 09-105, pág. 103. 10

lesbiano», pág.

A LOS

EJ

126

COMENTARIOS

DISCURSOS LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO ACTUAL DE LOS

lar sobre el cuerpo con el control que, según ella, ejerce el falo como significante sobre «las significaciones que produce». Pero Lacan no dice que el falo produzca significaciones, sino que «está destinado bicn designar en su conjunto los efectos del significado»,* lo cual es distinto. Más adelante, Butler llega a humanizar al falo al decir que través de los es él, el falo, el que niega tercamente «su construcción a

A

LOS CONCEPTOS DE «FALO LESBIANO» Y «DILDO»

127

Cuando investiga la imagen del yo, ni cuando conceptualiza el falo en Tanto que significante:

1

Lacan |...] al insistir en que el falo no es ni una parte anatómica ni una relación imaginaria [...] ¿Debemos aceptar la prioridad del falo sin

cuestionar la investidura narcisista mediante la cual un [mi negrita, Butler pasa aquí del plural al singular] órgano, una parte del cuerpo, ha sido elevada/erigida a la condición de principio estructurador y centralizador del mundo?

el mecanismos transfigurativos y especulares de lo imaginario», es decir, hecho de que es un «efecto imaginario» y una «transfiguración iu

soria».>

Por otra parte, Butler identifica un predominio de la figura retó rica de la sinécdoque en «El estadio del espejo». De acuerdo con esto, las piezas del cuerpo dividido «llegan a representar (en el espejo la part gracias al espejo) la totalidad; o, para decirlo de otro modo, sustituye al todo y así llega a ser un indicio del todo».” Lacan, si embargo, no habla de «representación», sino de «identificación» ch el sentido de «transformación producida en el sujeto cuando asu una imagen». Cuando Lacan se remite a alguna figura retórica pai de mu explicar el mecanismo especular” lo hace para dar cuenta carácter alienante, para situar el deseo en el campo del Otro y paña mostrar los efectos subjetivos de la aparición de la dimensión imp naria del yo. Butler lanza la siguiente pregunta, falsamente atribuyendo su del muncol premisa (la elevación del pene a principio centralizador centralizacor» hi a Lacan, cuando este no alude a ningún «principio y

op. cit., pág. 122. Butler, «El falo lesbiano», cit., págs. 079-070. 24. J. Lacan, «La significación del falo», op. Butler. 126. cursiva En en 25. Ibid., pág. 26. Ibid., págs. 127-128. op. cit., pág: 100. 27. J. Lacan, «El estadio del antecedentes», en Escritos 1, Buenos 28. Por ejemplo, en «De nuestros Siglo XXI, págs. 59-06, pág. 0423. J.

espejo»,

refiere al estadio del espejo como a un «draIi»: una construcción histórica y dialéctica que se tiene que consIruir con el Otro en tanto que una instancia constituyente y anticipalora en un plano simbólico, ni constituida ni anatómica.** Todavía después, cuando está a punto de comenzar su propia elulbración sobre el falo lesbiano, Butler concluye lo siguiente (y llegain este punto es difícil discernir si lo pone en boca de Lacan ossi es "a misma quien lo defiende): «Si el falo solo significa en la medida

[ican, sin embargo,

se

ue 70 sea el pene y el pene se califica

como esa parte del cuerpo falo no debe ser, luego el falo depende fundamentalmente del € para poder siquiera simbolizar. En suma, el falo no sería nada Nel pene»3" Su concepto de falo lesbiano —una mezcla sofisticada Tompungida de identificación masculina heterosexista con «la des-

Ni

We el

ho

traición» y el «esfuerzo vano y/o patético por imitar lo tico»? del lesbianismo— recuerda al no tan sofisticado chiste oluntario de esa niña, tal como lo cuenta Miquel Bassols,?3 que llela

pág. 0 /brd.,Lacan, NJ/bid., «El estadio del espejo», cif., pág. pág. 1 Butler, «El falo cit, pág. 125.

op.

Atrea

TJ

TOM

100.

132.

op. lesbiano»,

136.

Bassols, «Lo femenino, más allá de los géneros». Disponible en: https://

youitubecom/watch?

y

=eGagPROW $908»

13535

128

COMENTARIOS

ACTUAL DE LOS DISCURSOS LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO

sentido.

fantasía nialgo Lacan también mantiene que el falo no es una el sc mu imaginario. Este rasgo lo hace diferir del registro en que ambos manifiestan cue ven Preciado y Butler, en la medida en que de dildo son ficciones imaginarir sus conceptos de falo lesbiano y fiecto Preciado hace gala de que su filosofía y su «autoteoría»* son ce filosofía sea ficción, pero sí, respecto nes; Butler no dice que su útil en el plans falo lesbiano, que es «tal vez una ficción que resulte Lacan subraya que

sm

por su función»*

y que

Lacan, «La significación del falo», op. cit., pág. 009. Barcelona, Espasa, 2008, pág. 35. P. Preciado, Testo yonqui, op. cit., pág. 135 36. J. Butler, «El falo lesbiano», del op. cif, pág, 009. falo», 37. J. Lacan, «La significación

«re

que

do con respecto a lo instintivo o natural. Lacan define el falo como | significante privilegiado de esa marca en que la parte del logos se e al advenimiento del deseo».3 Para esclarecer este punto introduel término hegeliano Aufhebung: con esto, como ha explicado Eric Wrent, quiere decir que el significante lingúístico trae tanto la

ación como la elevación y sublimación de lo instintivo. Finalmente —y esto muy importante—, Lacan mantiene en la uma página que, una vez inserto el ser humano en el lenguaje, lemanda (por ejemplo, el llanto de un bebé): refiere a otra cosa que a las satisfacciones que reclama. Es demanda ile una presencia 0 de una ausencia. Cosa que manifiesta la relación primMordial con la madre, por estar preñada de ese Otro que ha de situarse

Ue

Min acá de las necesidades

que puede colmar. Lo constituye ya como

7

10 /bid., pág. 072. O Laurent, « Elunarismo lacaniano y la variación de las conductas sexuahtips/psicoanalisislacaniano.com/2020/03/07/el aurent-unarismo-lacaniaMicion conductas sextiales-20200307/ ;

17.

129

efectividad, su incidencia práctica. Lacan subraya que estos efectos tienen que ver con la inserción del UN humano en el lenguaje. Y explica que tal condición lingiística ce que la referencia a lo biológico (los instintos o necesidades) queE como una Urverdrángung, una represión primordial. El mundo, modulado por el lenguaje, está falicizado, esto es, destanto

/bid., pág. 070.

34. J.

«DILDO»

innificado», no «los significados», con lo que por un lado aísla una inción de indicación o señalamiento para el falo, y por otro, recalca

referencia a las cri En «La significación del falo» Lacan sostiene, en del falo en Freud, que ticas de las psicoanalistas feministas a la noción «cultu el falo como significante no tiene que ver con «una posición fenómeno ralista» en el sentido ordinario del término» o «en cuanto Pre el social» ?* Este culturalismo, sin embargo, es en que se mueven Para ambos, cual ciado y Butler cuando se enfrentan al psicoanálisis. del que provenga, es suscept! quier concepto, sea cual sea el discurso cambiarlo de ble de ser sometido a una resignificación cultural para

el falo «se esclarece

Y

|

SIGNIFICACIÓN DEL FALO» BREVES APUNTES A «LA

*

CONCEPTOS DE «FALO LESBIANO»

significante destinado a designar en su conjunto los efectos del sighificado, en cuanto el significante los condiciona por su presencia de Mgnificante».* Sobre esto, dos matices no retenidos por Butler: Lacan Emplea el verbo «designar» y no «significar», y dice «los efectos del

asistido a una clase de educación sexual. ga a casa después de haber los niños tienen pene. La A la madre le dice que les han explicado que Y ella responde: «Las madre le pregunta: «Y las niñas ¿qué tienen? ». niñas tienen pena».

teorético»

A LOS

1

,

,

130

COMENTARIOS

LOS DISCURSOS LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO ACTUAL DE

decir, del po provisto del «privilegio» de satisfacer las necesidades, es del Otro der de privarlas de lo único con que se satisfacen. Ese privilegio lo se lla dibuja así la forma radical del don de lo que no tiene, o sea, que ma su amor.* del mundo en rela Aquí Lacan no explica el efecto de la falicización el privilegio ción solo con lo que Butler diría rápidamente que es el masculino, sino en relación con algo que está relacionado con «ho la madre, 1 tener». La demanda dirigida a un Otro (habitualmente la satisfacción «ue otra persona que cumpla esa función) no busca el reclama, sino otra cosa. Cuando la demanda está atravesada por En un orden lenguaje, ese Otro se sitúa «más acá» de las necesidades. las nece lingúístico, la referencia de la demanda no reside en colmar el sidades, puesto que en juego también está la dimensión del amor, cual consiste, en la breve definición que da Lacan, en dar lo que 10 el privilegin tiene. Un mundo falicizado es, pues, un mundo en que la del Otro se constituye en cuanto a la existencia de que haya posibi cues lidad de dar lo que no se tiene. En estas breves líneas, Lacan pre del significan un giro fundamental, al pasar de hablar del privilegio relacionarlo con el te falo a poner este privilegio entre comillas y tener y atribuírselo al Otro.

1

LOS DISCURSOS DE PRECIADO Y BUTLER

con la Aunque a menudo se los coloca juntos por su vinculación lucha por el reconocimiento de la identidad de personas que 16 5 lo cierto ex eu ajustan al binario de lo masculino y lo femenino, cuando se entra en detalles, sus propuestas son distintas.

CONCEPTOS DE «FALO LESBIANO»

Y

«DILDO»

131

En cuanto a la confrontación con el psicoanálisis, Preciado en jeneral solo se limita a colocarlo dentro el campo de la norma heteTosexual imperialista que hay que desterrar, como se pone de manifesto en Yo soy el monstruo que os habla.” Butler, por su parte, se ha esmerado en hacer notar —por medio e lo que llama una electura selectiva»* de Lacan— cierta tendencia el psicoanálisis a privilegiar lo heterosexual y a afianzar el patriar(do. Al mismo tiempo, sin embargo, también ha querido, de una u dia Manera, que sus propias reflexiones estuvieran informadas por escritos de diversas figuras del psicoanálisis, aunque no por los los de la clínica. Se podría mostrar que muchas de las preguntas e de manera inquisitiva y crítica dirige al psicoanálisis, como si

presentarse en partes antes de obtener su imagen especular como lidad? Más aún, Butler no ha querido tomar nota de la logiación de la teoría de la sexuación realizada por Lacan a medida Ne avanzaba su enseñanza, precisamente para conseguir una conplunlización rigurosa de esos datos sin caer en derivas culturalistas, ».)*!

mente

criticables.

En lo que se refiere al dildo y al falo lesbiano, el primero pertene4 li etapa del pensamiento de Preciado en que todavía se identificomo «bollo» (lesbiana): es pensado como un sustituto al penelo imaginario (pues para él el falo es siempre el pene), el símbolo de Merza orgásmica que engloba y trasmite la libido o sustancia

$1

Preciado,

Yo soy

malistas, Barcelona,

11) del falo», pág. 070. 41. J. Lacan, «La significación

A LOS

Butler, «El

Y /bi,, pág.

falo

120.

el monstruo que os habla, Informe para una academia de

Anagrama,

2020,

cit, pág. 110, lesbiano», op.

COMENTARIOS

ESTADO ACTUAL DE LOS DISCURSOS LA CUESTIÓN TRANS Y EL

132

todo el planeta, y que permite a Preciado gozante a gran escala por la dominación y degrada afirmarse en su masculinidad y fantasear ha vuelto a aparecer ción de la mujer. Esta imagen, sin embargo, no desde que comenzó la transi en escritos posteriores, especialmente especie de Aufhebunk ción y cambió su nombre legal a Paul. En una del falo», lo que similar a la que describe Lacan en «La significación dle filosófico sublimado, un alegato discurso es un después impera lucha política para deja! una norma y utopía trans para todos, en una del binarismo biológico y cul atrás el paradigma, obsoleto según él, el falo «está destinado a desiyy tural de los sexos. Si como dice Lacan, del significado», y no tanto las signifi nar en su conjunto los efectos ele en el discurso caciones, se perciben los efectos de este significante la última. Tienen que Preciado, tanto en la primera etapa como en la cual su propia trayectoria ver con la erección de una posición por humanidad hacia un unive! vital asume plenamente el devenir de la lo hace sinónimo al salismo trans, y donde la única referencia amor os habla puntual de fragilidad corporal. En Yo soy el monstruo que li de la universalidad» masculina za que haber pasado al «privilegio ha permitido salir de la alteridad y vivir en paz.“ bandera de una En Butler el falo lesbiano aspira a situarse como sino lesbiana identidad que no sea ni «masculina» ni «femenina», al «falo laca el binarismo con el que lo defiende: frente (Señalemos

«lesbiano»). Su posición,

4

niano» masculino y dominador; el suyo, hacerse valer como tiña diferencia de la de Preciado, no pretende afianza en la contestación (pr nueva norma universal, sino que se vocabulario una «contracstís ejemplo, lo que llama con su peculiar de cualquier norma a st jue tegia de la oposición confesional») 45. 46. 47.

Por ejemplo: Testo yonqui. Sexo, op. cit-, pág. 78. op. Cit», Pág 38: P. Preciado, Yo soy el monstruo, cít., pÁg. 138. op. ). Butler, «El falo lesbiano»,

A

LOS CONCEPTOS DE «FALO LESBIANO» Y «DILDO»

133

excluyente. Pero este afán se alimenta de la instauración y creencia en hormas y deberes con los que mantenerse en su posición transgresori, dependiendo de cllos.

TL CASO DE LA JOVEN HOMOSEXUAL DE FREUD ESTUDIADO POR LACAN

Tn la cita de Lacan de «La significación del falo», antes comentada remarqué que Lacan pone de relieve" que hay una -— imensión del amor implícita en lo que llama el «privilegio» del tro como posibilidad de dar lo que no se tiene. Este punto es ignodo por Butler, pero es fundamental en la concepción del falo de can, y en los desarrollos posteriores de su teoría de la sexuación. Un De la naturaleza de los semblantes, Jacques-Alain Miller introlice una distinción entré función y naturaleza del falo que puede Ivir para ilustrarlo: «el falo es una falta en ser, es incluso su parapma. Simultáneamente, es también lo que significa esta falta en 1 esto es, falta en ser y, a la vez, significante de dicha falta».* El mundo aspecto, el del significante, es al que me referí anteriormenal traer a colación la vertiente de Aufhebung del falo. Pero al señaque hay una segunda vertiente, la de la naturaleza del falo de la Mdre como falta en ser, Miller hace ver que hay algo que queda lio cuando nos quedamos solo en el nivel significante. Y lo inteante para nosotros es que Lacan abordó la naturaleza del falo tirriendo la clínica de la homosexualidad femenina, que es premente aquella donde, como también dice Miller, «parecería que 1

a

18

60,

A, Miller,

De

la naturaleza de los semblantes, Barcelona, Paidós, 2002.

falo

Lacan alude ala naturaleza del al recordar la falta de pene en la maenla última página de sus escritos,

En Treud

DISCURSOS LA CUESTIÓN TRANS Y EL ESTADO ACTUAL DE LOS

134

el órgano sujeto economiza el objeto que traería a la realidad masculino», precisamente para ir contra la creencia común de que

el

el falo es el pene.

Tanto Lacan en

el Seminario

4” como Miller en La naturaleza

de

semblantes, en su análisis de lo que dice Lacan de «Sobre la psico de Freud," ponen géncsis de un caso de homosexualidad femenina» del de relieve que la naturaleza del falo sitúa a este no como estando lado del padre, sino como algo que «está inscrito como falta del lado

Jos

niña»5 Esto es así porque esta homosexual crea una

pantom! a ma —o, diría Butler, una parodia performativa— para mostrar ul padre cómo dar a una mujer. En el desarrollo del caso, Lacan sc fi) pasaje crucial de un falo imaginario (un niño

de la

en que se produce un falo simbólico, donde precisamente sí que antes cuidaba la joven) al lo cumple el carácter significante del falo, que consiste en dar que nu destinados a la se tiene. (Conviene recalcar que los conceptos están singularización al caso, sin pretensión universalizadora a ningtih colectivo, sean «homosexuales» o «lesbianas»). Como advierte Miller, lo llamativo de la lectura de Lacan es «ue da el apuntala esta clínica en la noción de amor. Es el amor que cuen

desen ta de ese dar lo que no se tiene. En el caso se ve también que se «de suerte sí en el objeto de amor algo que está más allá de mismo, excelencia el objeto de amor», apun que el falo femenino parece por tando a una nada, dando nada, o sea, algo que solo está ahí simboli camente.” 49. Ibid., pág. 263. 50. J.

Lacan, El Seminario, libro

4:

La relación de objeto, 1950-1957, Barcelona.

Paidós, 1994, págs. 97-149de un caso de homosexualidad fermenina 51. S. Freud, «Sobre la psicogénesis 151 (1920)», en Obras completas, vol. 18, Buenos Aires, Amorrortu, 2007, págs 147 52. Ibid., pág. 270. 53, Ibid., págs. 271-272.

5

EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE DE LEGISLAR

EL TRANSEXUALISMO OBJETA AL TRANSGENERISMO * —

Diría y

JEAN-CLAUDE MALEVAL

cotidiana»,' esta autora invita una despatologización de la Minsidentidad, de modo tal que el fenómeno transexual, que había Urgido anteriormente, se encontró fácilmente integrado en el actihimno crítico de los partidarios de una deconstrucción social del hero. Sin embargo, poco a poco se hace evidente que la pretendiIntegración no llega a efectuarse. Los transexuales siguen fuermente apegados a una concepción binaria del sexo arraigada en lología; mientras que los transgéneros se esfuerzan por implelenitar la fluidez de los géneros construidos socialmente. Estos últidenuncian que el concepto de sexo sirve de base naturalizada a Noutmategias patriarcales de dominación. Su práctica de la variación a

UB

Duducción: Marcela Fernández Zosi, Butler, 27 género en disputa, El feminismo

1)lona, Paidós,

2007,

y la

subversión de la identidad,

EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE DE LEGISLAR

EL TRANSEXUALISMO OBJETA AL TRANSGENERISMO

de género, concebida como una empresa política de subversión, no podría estar limitada por una concepción esencialista del sexo. Los debates entre transexuales y transgéneros pueden ser vche mentes. Los transgéneros consideran que los transexuales no han asi milado lo que las personas intersexuales nos enseñan, a saber, que, profundizando el análisis, el sexo en sí mismo es una construcción social. De ahí la constatación de Paul B. Preciado, según la cual la

que acusa de apoyar la concepción dominante de un binarismo sexual biológico. Sin embargo, el psicoanálisis no solo comparte el constructivismo de la teoría de género con respecto a la diferencia entre mas-

138

diferencia entre «personas cisgénero» y «personas transgéncro» El, la parece, de momento, «abisal y dramática»; sin embargo, según diferencia es «política más que somática», de modo que él se conside los ra en condiciones de predecir que «se volverá obsoleta durante el siglos venideros»; es decir, cuando la teoría de género obtenga consenso. Esta no es la opinión de una transexual revindicada como lo es Marie Édith Cypris, quien contradice este punto de vista cuan do afirma que la identidad multigénero solo es una «binaricdad las variaciones de

género, según esta autora, jui dan reducidas a lo masculino-femenino «agitado en una coctelera» Los activistas queer van bien encaminados para adoptar la visión de P. B. Preciado que apunta a hacer del transexualismo una noción obsoleta. Este enfoque está respaldado por el DSM-5 que decudi fusionar el transexualismo en la disforia de género. El manual aún menciona rápidamente una vaga diferencia de grados entre transp nero y transexual, pero esto es más un recordatorio histórico que tin intento de diferenciarlos. Todos coinciden en que la desaparición (li la transexualidad está programada. La hipercrítica a la teoría de género no exime al psicoanálisis al

caricaturizada»>

2.

CEP. B. Preciado,

Testo yonki. Sexo,

drogasy biopolítica, Barcelona,

ma, 2020, pág. 86. La belle au moi dormant, 3. M. É. Cypris, Mémoires d'une transsexuelle, PUF, 2012, pág. 311.

Anipta

Var

139

Culino y femenino, sino que ha procedido, mucho antes que dicha teoría, a una desnaturalización de la sexuación. En su conferencia de

sobre «La feminidad», Freud invita a familiarizarse con «la Idea de que las proporciones de la mezcla de lo masculino de lo y femenino en el individuo están sujetas a grandes oscilaciones»;* sin 1931

embargo, Freud permanece parcialmente apegado a la noción, forMmulada anteriormente, según la cual «la anatomía és el destino»5 Lacan la rechaza explícitamente: «la anatomía, advierte, a propósito le la cual Freud se equivoca cuando dice sin otra precisión que es el ilestino».* Y subraya que cuando Freud busca en el psiquismo lo que

]ce que el sujeto pueda situarse como ser macho o ser hembra, solo Iiscierne equivalentes, actividad y pasividad, Freud explica «que la [crencia polar actividad-pasividad sirve para nombrar, recubrir, etaforizar, lo que en la diferencia sexual sigue siendo insondable»? can vuelve sobre este punto muchas veces en su enseñanza. Se burte «todos los que creen que el hombre y la mujer existen», precindo que «es imposible dar un significado, me refiero a un signifillo analítico, en términos de masculino y femenino».* Insiste en

|

5. Freud, «La feminidad» (1932), Nuevas lecciones introductorias al psicoa115, en Obras completas, tomo III, Madrid, Biblioteca Nueva, 3" ed., pág. 3165. 5 5. Freud, La disolución del complejo de Edipo, en Obras completas, tomo III, rid, Biblioteca Nueva, 3" ed., pág. 2750.

6],

Lacan, El Seminario, libro 10: La angustia, texto establecido por J.-A. MiNuenos Aires, Paidós, 2006, pág. 193. | O Lacan, E/ Seminario, libro 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psiD/155, texto establecido por J.-A. Miller, Buenos Aires, Paidós, 1993, pág. 199.

EJ

Lacan, Le Séminaire, livre 107, inédito,

1,4:

La togíque

du

fantasme, lección del

9

de

abril

EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE DE LEGISLAR

EL TRANSEXUALISMO OBJETA AL TRANSGENERISMO

los niños no son más que Sigsificar que «los hombres, las mujeres y tes [...] ligados al uso cursocorriente del lenguaje»? No omite que estudiar ser del cuerpo, ciertamente, es sexuado»,'* pero a la hora la sexuación del parlétre, considera que esto es «secundario», porque

afirma a menudo que solo se trata de una forma extrema de esta última. Sin embargo, el enfoque comportamental del DSM-5 discierne una dificultad, nos incita a no confundir la disforia género y la «no conformidad con los roles ligados al género». Se Tequiere del signo de un «malestar» psíquico para identificar a la pri-

140

-

e

los órganos

esta resulta ante todo de hechos, de discursos, a los que deben (o no) ajustarse. En definitiva, el binarismo esencialista del transexual se basa sin duda en un señuelo. Sin embargo, no se puede desconocer que su dis curso y sus sentimientos lo distinguen radicalmente de las perso nas transgénero. «El verdadero transexual —constata Jacques-Alain

I4I

del género. Se

e

mera.

La disforia de género —especifica el Manual— debe distinguirse del simple incumplimiento de los estereotipos comportamentales de géne10 por la presencia de un fuerte deseo de ser de otro sexo diferente al asignado y por el alcance y la omnipresencia de las actividades e intercses vinculados a las diferencias de género. El diagnóstico [el de disforia de género] no pretende simplemente describir la no conformidad con los comportamientos estereotipados de roles de género (por ejemplo, «Marimachos» en las chicas, comportamiento «afeminado» en los chi£0s, travestismo ocasional en los hombres adultos). Dada la mayor aperlura de las expresiones atípicas de género en toda la gama del espectro

l

Miller— actúa sin miramientos. El gender fluid, es muy poco para Crec firmemente en la diferencia de sexos y en los estereotipos de gén Reclama a ro inmóviles que, desde su punto de vista, la acompañan. gritos pasar del otro lado, con el propósito de cambiar sus caracterís ticas sexuales secundarias, incluso primarias, y no duda en movili zar a Mister Bistouri y Milady Hormone para llegar a su fin». De an que obstác tilo J.-A. Miller considere que el transexual es «un verdadero

transgénero, es importante que el diagnóstico clínico se limite a las pertohas que presentan el malestar y la discapacidad especificadas en los triterios de diagnóstico.

los defensores de la teoría del género «ya

epistemológico» para qui transexual» verdadero sexual la diferencia nadie cree más en que un

resumen, la disforia de género del DSM-5 se caracteriza en su Nyor parte por un malestar clínicamente significativo y duradero

Ii

LA DISFORIA DE GÉNERO ES UN CAJÓN DE SASTRE

lido por una incongruencia entre el sexo expresado y el sexo ini-

SOBREDIAGNOSTICADO

La existencia de este «verdadero» transexual es fácilmente cuestlo nada por quienes quieren convertirlo en un precursor de la Mudo 9.

Miller, Hu J. Lacan, El Seminario, libro 20: Aun, texto establecido por J.-A.

nos Aires, Paidós, 1975, págs. 44-47: 10. Ibid., pág. 13. É. mm Marty y J.-A. Miller, «Entretien sur “Le sexe des Modernes”», Quotidien, 1. 927,29 de marzo de 2021,

Lara

mente

asignado. Debe distinguirse, por lo tanto, de la inconforhd ligada al género que no sería un sufrimiento mental, sino una Teva, incluso una elección política. Tiene tan poco interés para el nico que olvida rápidamente su existencia. Sin embargo, en la fica, la mera demanda a la medicina es suficiente, por sí sola,

1

DSM-5,

Manuel diagnostique et

limtric Association,

2013, pág. 602,

des statistique

troubles mentaux, American

142

EL TRANSEXUALISMO OBJETA AL TRANSGENERISMO

EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE DE LEGISLAR

umbral para ocupar el lugar de lo «clínicamente significativo», cuyo de apreciación se deja librado al sentimiento individual de cada uno. Las frecuentes presiones a las que son sometidos los empleados de las Gender Identity Clinics los incitan a no ser demasiado exigentes con cel este umbral. De hecho, la distinción pertinente que se hace en DSM 5 no tiene importancia práctica, solo basta con que la demanda de fluidez de género pase, en primer lugar, por la medicina, a través de la prescripción de hormonas, para que sea registrado un malesta1 duradero. En un campo en el que el autodiagnóstico se ha converti do en la norma, cuestionarlo suele encontrar fuertes reacciones Rebatirlo, invocando el párrafo sobre la no conformidad de género cs La disforia «le exponerse a la acusación definitiva de «transfobia». género se convierte entonces en un cajón de sastre heterogéneo y

sobrediagnosticado. El intento del DSM-5 en limitar la disforia de género a quienes experimentan un sufrimiento «significativo» está resultando un fraca so. Sin embargo, este es el camino que emprende una transexual cuan do intenta diferenciar su experiencia de la de las personas transgénero «Me resulta difícil concebir dice ella— que uno pueda desearse tn recorrido así, tan doloroso y contra natura, y declarar que goza de bi na salud mental». «En la transexualidad —prosigue—, hay un estado patológico que conduce a formular esta demanda de cambio de sexo se identifica claramente: el sufrimiento». Según ella, no tiene nada que y

ver con el proceso «en principio puramente voluntario» de las perso nas transgénero que «no conocen ninguna imposición mental comp rable a la de los transexuales». Así, ella propone seguir utilizando el término «transexualismo» para «los pacientes que se consideran tran sexuales y que experimentan esta condición como una patología, reservar el término «transgénero» para aquellos que no se consideran

143

Á este respecto, sería erróneo suponer que la cirugía puede funcionar como una línea divisoria. Es frecuente que las personas transgénero que se masculinizan se sometan a una mastectomía. Ciertamente es más raro que lleguen a intervenciones en los órganos genitales, pero tampoco se excluye.

ESPECIFICIDAD CLÍNICA DEL TRANSEXUALISMO

¿Cómo distinguir, en adelante, transexualismo y transgenerismo? Cómo precisar la intuición expresada por M. É. Cypris según la cual

“ciertas motivaciones que suscitan vocaciones de identidad sexual híbridas voluntarias no tienen, sin lugar a dudas, relación con el estalo de necesidad vital que sienten los transexuales».3 Parece que estamos demasiado enfocados en el proceso transidenlitario como factor común. Más bien, conviene discernir que el punlo de partida del malestar no es idéntico: el transexual rechaza una

Imagen que le horroriza. Al no reconocerse allí, expresa un déficit de lientidad. Además, se leimpone la certeza de un tratamiento posible 1 su intenso dolor. En cambio, el transgénero quiere mejorar una Imagen que asume, no se queja de su base identitaria, y tiene el sentiMmiento de dominar un proceso que lo lleva a variar voluntariamente MI pénero, Lacan consideraba que el psicótico tenía el objeto en el bolsillo; a

embargo, este no es el caso del transexual, quien parece tener el Nbjeto 4 pegado a su imagen. Regularmente la describe como un horror: repugnante, malsana, bestial, inhumana, disfrazada con un

SN

y

en su mayor parte se postulan para la adquisición de un género híbrido»,

bajo los efectos de una psicopatología,

y

MITE,

RCA.

etuces

Cypris,

Lacan,

cirigida

por

op.

cit, pág.

20.

discours aux psychiatres», conferencia en Henry Ey, 1967, inédito, «Petit

el

Cercle

EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE DE LEGISLAR

EL TRANSEXUALISMO OBJETA AL TRANSGENERISMO

trozo de carne entre las piernas, etc. Sabemos que esta vivencia es tan angustiante que puede provocar autolesiones. La serenidad con la que los transexuales entregan sus cuerpos a la cirugía es remarcable y reveladora del alivio esperado. El intenso dolor psíquico que suscita su imagen evoca una especie de proceso melancólico vinculado al horror que le provoca la misma. «Este cuerpo de hombre —dic uno— me repugna tanto que, extrañamente, se hace aún más odiosa mente presente cuando lo «disfrazo» de mujer». A veces es solo un cuerpo que «no encaja», que deja «perplejo», que enmascara «el ser en toda su pureza». Se lo asocia regularmente con lo que M. |: Cypris llama «una descompensación persistente de la identidad sexual».5 La imagen de la transexual, desprovista de brillo fálico, no está investida, de modo que le da la sensación de falta de identidad «Yo no tenía identidad sexual —afirma Sylviane Dullak— en abso luto, ninguna identidad», mientras que después de su reasignación, señala: «Yo soy, mientras que antes mi definición era similar a lu impersonal».”7 «Ahora me doy cuenta de que, igual que los prisione —dlc1 ros incomunicados, en realidad estaba privada de mi identidad —, atrofiada, mi masculinidad carecía de sentido».'* st Jan Morris posición subjetiva suele ir acompañada de una vida sexual bastante pobre. «Sentía que mi cuerpo no era mío —refiere J. Morris— |...] procuraba embarcarme en placeres que no tuvieran que ver comal pene ni con la vagina». La dinámica de la transfeminización chi cl transexual parece estar relacionada con la observación de Lacan

«a falta de poder ser el falo que le falta a la madre», a ciertos sujetos «les queda la solución de ser la mujer que les falta a los hombres».>*

144

y

15. M. É. Cypris, op. cit., pág. 307. Je serai elle. Mon odyssée transsexuelle, París, Presses de la 16.-S.

Dullak,

1983, pág. 5317. Ibid., pí 18. 19.

.

Morris, El enigma, Barcelona, RBA Libros, Ibid, pág. 77.

J.

No solo la imagen del cuerpo carece de valor, es incluso repugnante, sino que es una coraza que enmascara «la pureza del ser» o que dificulta el advenimiento del «yo puro, verdaderamente íntimo».

Por tanto, podríamos estar tentados de discernir en el rechazo de la imagen del cuerpo el principio inicial y mayor del proceso transeXual; sin embargo, esto quizás sería demasiado precipitado, actualmente resulta indisociable de la intuición de una solución adecuada al malestar, por lo que parece inútil privilegiar a uno u otro. Dice M. E. Cypris, con delicadeza: Mi

autodiagnóstico fue esencialmente motivado por llevar a la incandescencia la necesidad imperiosa de cambiar de sexo: el aborrecimiento de ser un hombre y el deseo de ser mujer, según la imagen del trazado simétrico pero indivisible del logo de yiñg y yang. Estos dos sentimienlos no solo eran de una profunda potencia, sino que además, parecían estar dotados de la misma intensidad; sus efectos combinados instalaron tna fiebre ardiente, náuseas de mi misma, apremiantes y continuas.”

Mi. Cypris nació unos años

después de la metamorfosis de Christihe Jorgensen, quien hizo saber al mundo que los avances en la mediFina hacían ahora posible considerar el cambio de sexo. Pero para

nacieron en 1915, como Jeanne Nolais, en su infancia, la Ininsexualización ni siquiera era concebible, fue entonces solo el odio lucia su sexo su principal tormento: «No podía saber: esta cosa enorMe, inimaginable, querer otro sexo, ni siquiera conocía la posibiliMuienes

cin

10),

148. 2011, págs.

59-77

134

145

Lacan,

una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psiZcritos 2, Buenos Aires, Siglo XXI, 1987, pág. 547. Cypris, op. cít., pág. 70.

o, ME 1

«De

EL SUJETO DE DERECHO

146

EL TRANSEXUALISMO OBJETA AL TRANSGENERISMO

IMPOSIBLE DE LEGISLAR

Y LO

dad, así que no podía imaginarlo. Me contenté con rechazar mi sexo, con todas mis fuerzas y de todas las formas posibles». El transexual moderno ha incorporado la existencia de una solu ción al rechazo de su imagen, de modo que el aborrecimiento de scr hombre y el deseo de ser mujer se han convertido, en la expresión de

Sin M. É. Cypris, indivisibles como en el logo del ying y el yang. duda, esto no siempre fue así. Hoy los dos sentimientos combinados

dan lugar a un mandato mental, que se presenta fácilmente como un de una cet imperativo anclado en la anatomía, y que toma la forma de tomar teza irreprimible en la que el sujeto no tiene el sentimiento la iniciativa. «Proclamo —dice J. Morris mi inocencia y mi irres elección ponsabilidad en el error que me fue impuesto al nacer». La del transexual no está atravesada por la duda. —

De todos los que nos hallamos en esta situación —dice J. Morris—, no ni el miedo al sotros somos los más decididos. Nada puede detenernos, la ridículo ni a la pobreza, ni a la amenaza de aislamiento, ni siquiera encerrada en 1 posibilidad de la muerte misma. [...] si volviera a verme temibles que fueran jaula, nada me apartaría de mi objetivo, por muy con las perspectivas, por muy poco halagúeñas que fueran las posibles secuencias, removería cielo y tierra para buscar un cirujano, chantajes hacerlo yo) ría a barberos y médicos abortistas, o cogería un cuchillo para . | dos veces. T_ misma, sin miedo, sin escrúpulos, sin pensarlo ;

.

:

DIVERSIDAD DE TRANSGÉNEROS

Detengámonos ahora en las vivencias de dos personas transgénero el entre las más características, porque se esfuerzan en llevar proceso 22. C.

Rihoit

y J.

Nolais, Mistoire de Jeanne transsexuelle, París,

di, 1980. 23. J.

op. cif., pág. Morris,

210.

Opera

Mun



147

transgenérico hasta sus límites actuales. Uno, P. B. Preciado, se abstiene de dirigirse a la medicina con el fin de asumir lógicamente su proyecto político voluntario; el otro, Thomas Beatie, con la llegada del «hombre preñado» hace realidad una androginia consumada. Á pesar de su cambio de estado civil, ninguno de ellos cae en la etiqueta de «transexual», no son defensores de la concepción binaria del sexo, sino que, al contrario, se esfuerzan por hacerlo más fluido. P. B. Preciado busca «visibilizar la belleza de la androginia»,** lo cue le permite no rechazar su imagen, al contrario: cultivarla. «Ocupo dos extremos diametralmente opuestos del género —explica—, por un lado, mis prácticas de masculinización intencional ejercitadas omo una forma de gimnasia de género contra la educación recibida, tontra los programas de género que dominan la representación, a veces incluso contra mi propio deseo; por el otro, el cuidado femeniho del cuerpo: la peluquería, la manicura, el peeling, los masajes, la pedicura, la depilación». Su proyecto, afirma, no es transformarse tn hombre, ni transexualizarse, si toma testosterona, sin pasar por un pedido a la medicina, es por «un lujo político» y para traicionar lo jue la sociedad ha querido hacer de él. P. B. Preciado nunca tuvo la lnsación de que su identidad sexual careciera de brillo fálico: por el ontrario, menciona una «carrera sexual de alto conquistador sin lla», iniciada desde su más tierna infancia. La voluntad de variar pénero y su reivindicación de un «virtuosismo de género” no posan en un mandato mental al cual le hubiera costado resistir: firma en voz alta que se trata de un paso político voluntario y no de

1

11

op. PB, Preciado,

5,

/bid., pág. 232.

16.

/bid., pág. 52.

Uy

bid. pág.

1H

Ibid,

73.

pág, 207,

cit., pág. 242.

EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE DE LEGISLAR

EL TRANSEXUALISMO OBJETA AL TRANSGENERISMO

El sexo una cuestión vital en juego basada en un malestar intenso. le horrorizaba: que le asignaron no le convenía, por su fijeza, pero no «Siempre he sido un cuerpo andrógino».” Su imagen es asumida: inicialmente no es sentida como extraña, sino más bien como debien do ser mejorada. Todas estas características específicas de oponci en Tho punto por punto el transexual al transgénero se encuentran

me salvé de las rodillas despellejadas, los codos raspados, los dedos de los pies aplastados e incluso los brazos rotos» 3* Después de su mastectomía, descubre que no necesita otra cirugía para ser hombre, porque ya tiene todo lo que necesita para «ser feliz con su cuerpo».5 T. Beatie ho experimenta un déficit de identidad. Su imagen corporal no le impidió sentirse siempre hombre. «Nunca pensé que había nacido en el cuerpo equivocado y nunca quise ser otra persona. Estaba feliz de ser

148

mas Beatic. Este fue conocido en 2008 por haber sido el primer hombre en dai el a luz, de forma legal y pública a un niño. No fue primer transgéne su ro en dara luz, pero fue el primero en dar a conocer públicamente hi acto y buscar un reconocimiento legal. T. Beatie considera que desafiado «el más inmutable de todos los tópicos de género»,* la vida al saber, que es una mujer la que da a luz a un hijo y aporta mundo. Según él, «tener un hijo no es un deseo ni masculino ni

femenino, es un deseo humano» 3 No fue el rechazo de una imagen corporal angustiante lo que mott fácil vó su cambio de género, sino la voluntad de hacerse «la vida más «li el «sentimiento de estar más a gusto en [su] piel de hombre que y

Preciado, T. Beatie cra una «marimacho»** la horrible. La había adoptado y sen que su imagen no le era ni ajena ni tía que podía mejorarla. Incluso antes de tomar hormonas, había tra bajado para cultivarla convirtiéndose en un excelente karateka. «la verdad —dice— es que tenía exactamente el cuerpo que necesitaba vivir. Tenía buen cuerpo, delgado y robusto, fuerte y sólido, Mu

mujer». Como P.

B.

«1

para

20. 30.

Ibid., pág. 110. T. Beatie, Labor of love. The story ofone man's extraordinary pregnanoy,

keley, Seal Press, 2008, pág. 250. 31. Ibid., pág. 197. 32. Ibid., pág. 153. 33. Ibid., pág. 82.

Her

149

quién era por dentro. Nunca me sentí confundido con respecto a mi identidad de género. Siempre supe, mucho antes de que pudiera expresarlo, que realmente era un hombre» 3 Cabe señalar que el cuerpo de Beatie no es «malo», lo que lo diferencia claramente del Iransexual. A pesar de sus imperfecciones, lo aprecia. De ninguna anera busca destruir su imagen, al contrario, busca perfeccionarla. Muchos transexuales afirman estar atrapados en el cuerpo equiVocado debido a un error de la naturaleza. Esto no cs lo que sienten personas transgénero: para Kate Bornstein, quien aboga por un ender Outlaw, tal expresión solo puede ser una «metáfora desartunada»*7 y no un reflejo auténtico de los sentimientos transgéne| La causa de la transidentidad se encuentra en la biología para punos; y en lo social para los otros. "T. Beatie no hace referencia ni a un dolor intenso ni a un mandaIrreprimible al principio de su proceso: «Hacer estos cambios no phificaba que me sintiera infeliz o confundido antes de hacerlos. is bien, eran formas prácticas de fortalecer la imagen de mí mismo facilitar mi adaptación en un mundo que define estrictamente el yo, porque sabía

%

y 15.

10, 17.

DI,

Zbid., pág. 82.

/bid., pág, 101. /bid., pág. 0.

Bornstein, Vintage Books, Ki.

Gender

Outlaw: on Men, Women and the Rest

1994, pág, 06

of Us, Nueva

EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE DE LEGISLAR

EL TRANSEXUALISMO OBJETA AL TRANSGENERISMO

Sin mucha relación, fue la confidencia, memorable, que me hizo un sujeto transgénero, luego de su masculinización, este, decía, había sido motivado por el desco de «subir de rango». Esta afirmación no es ciertamente compatible con los ideales de la teoría

de las personas más infelices que he conocido». Observación reilerada desde entonces, aunque esta desgracia conozca grados, no siempre desemboca en actos extremos. En definitiva, un acercamiento atento a la palabra de estos sujetos lleva a discernir diferencias en cuanto a la percepción de su identidad, en cuanto al origen del proceso de transidentidad, y en cuanto a la intensidad del sufrimiento psíquico, mientras que la clínica-comportamental del DSM opera su confusa amalgama en la disforia de

150

género»*

del género resultantes de las luchas feministas. Sin embargo, matizó sus comentarios políticamente muy incorrectos al señalar que estaba

«un poco decepcionado». El desempeño de T. Beatie se basa menos en el sufrimiento que en su voluntad de enfatizar que el embarazo puede disociarse de las identidades de género y de sexo. «No dejé que el embarazo definic ra quién era yo», dice. No dije: « »Estoy embarazada, por lo tanto, soy una mujer». Tuve una fuerte identidad de género masculina 1 lo largo de todo esto y eso solo prueba que madre y padre son té1 minos sociales. No es necesario tener un parentesco biológico con un hijo para ser madre o padre». En resumen, ha llevado a cabo una puesta en acto lograda de las consecuencias de la teoría de género. La «sólida» identificación masculina de T. Beatie y de P. B. Pri ciado es opuesta a la identificación ciertamente afirmada, pero obst1 culizada, a la cual hacen referencia los transexuales. Frente al robus to atuendo fálico de algunos se opone la imagen inicialmente apagada de otros, en déficit de identidad. Existe en el transexual una disco dancia entre su ser y su imagen dolorosa, mientras que el transgéni ro asume su imagen imperfecta. El mandato de transexualizarse 116 tiene las mismas raíces que el deseo de hacer variar el género. Tants los transgéneros como los transexuales sufren de la estigmatización social de la que son objeto, pero los últimos experimentan además un dolor, a menudo intenso, provocado por la imagen de su cuerpo forman par —afirmaba Harry Benjamin en 1904— «Los transexuales

te

pénero. La identidad tal como la conciben los transgéneros, luego de la (leconstrucción operada por la crítica butleriana, haciendo tabla rasa tlel sí, del sujeto, de la persona, del cogito, etc., ya no se refiere a nada más que a un «yo», el cual, según Butler es una práctica en perpetua

ronstrucción/deconstrucción, que no designa nada que preexista a su Ngnificación —que apenas conoce la permanencia—, por lo que sus Elecciones sexuales deberían ser tan maleables como las del género. Bin embargo, T. Beatie mantiene una posición poco ortodoxa al respecto, considerando que la sexualidad y el género no responden a la misma lógica. Le gustaban las mujeres antes de su transición, esto no Mimbió después. Al estar, desde su infancia firmemente identificado ul hombre, siempre se ha experimentado a sí mismo como heterolexual, ya que desea a las mujeres, pero no como lesbiana. Su obserVición al respecto es la más frecuente: los que se sienten atraídos por los hombres continúan siéndolo después de su transición, lo mismo pura los que se sienten atraídos por las mujeres. J. B. Preciado es un partidario más ortodoxo de la teoría queer: se inclina por considerar Nue las variaciones de género deben ir acompañadas de un aumento le las posibilidades de elección sexual, de una desaparición de la 19,

38.

T.

Beatie,

op. cit., pág. 7.

ISI

FONO,

1. Benjamin,

pág.

30.

7he

manssexual Phenomenon, Nueva

York, The Julian Press,

EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE DE LEGISLAR

EL TRANSEXUALISMO OBJETA AL TRANSGENERISMO

heterosexualidad y del advenimiento de un «cuerpo polisexual»." Sin embargo, al ser él mismo bisexual, seductor de niñas en su infan cia, luego, teniendo como amante a Víctor, antes de vivir una pasión con Virgine D., etc., es difícil establecer con su ejemplo que las varia ciones del género amplían las opciones sexuales. El psicoanálisis incita a dar crédito a la observación de T. Beatic: no toda la sexualidad se rige por la elección del género. Los múltiples fracasos del deseo, la frecuente disociación de este y del amor, el ape go a parejas sexuales violentas, o conscientemente reprobadas, ctc., todo ello atestigua que el modo de goce responde a una lógica incons ciente que va más allá de las elecciones voluntarias. El sujeto del inconsciente está anclado por su sinzhome, en un modo de goce que sí leimpone y lo orienta. Desde esta perspectiva, el transexual está bici nombrado porque su goce mayor consiste en cambiar de sexo, conce bido por él como una esencia enraizada en la biología. Para él, esto tiene prioridad sobre el encuentro sexual. No siempre trata de evitar lo, pero este le resulta insípido al lado de la exigencia imperiosa transición. Entre los primeros transexuales, hubo un fuerte predominio de la transfeminización, pero gradualmente, en los albores del siglo xx1, 11 transmasculinización se hizo más frecuente. Hoy, la incidencia «li ambos parece aproximadamente equivalente. Estas distintas progrí siones sugieren que una lógica diferente está funcionando. Es proba ble que el surgimiento de la teoría de género haya contribuido al

La mayoría de los que tienen una experiencia con la demanda de la transidentidad constatan una marcada disimetría entre los sujetos los se transmasculinizan. transfeminizan y Entre estos que que se Últimos, encontramos con mayor frecuencia sujetos que se diferencian claramente de los transexuales al testificar que no se sienten del Otro sexo, sino que aspiran a devenirlo. Además, su integración social Es mejor y los trastornos asociados son más raros. Muchos clínicos consideran que no son los mismos mecanismos psíquicos en su con-

152

(

desarrollo de la transmasculinización incluso más que al de la trans feminización. El proceso voluntario de los transgéneros es partit larmente sensible a los fenómenos culturales; el de los transextnles también lo es, pero su proceso impuesto depende menos de los cam bios sociales.

junto los que gobiernan estos dos modos de transidentidad. En su mayor parte, la transexualización toma la forma de transfeminizatión que parece partir de una deficiencia del sostén fálico de la ima-

en

corporal; por otro lado, entre quienes se transmasculinizan, los Iransgéneros son más numerosos y su proceso menudo parece Encontrar su dinámica en lo que Lacan llamó «la incertidumbre respecto de su propio sexo». Si solo consideramos los comportamientos más evidentes, el a

Imnsexualismo emerge como la forma extrema de disforia de géne10 y del proceso transgénero; tener en cuenta la palabra de los sujelos revela, al contrario, la transexualidad como un tipo clínico bien Mimcterizado que no puede asimilarse a una de las variedades del Innsgenerismo. Testimonia sobre una lógica de otro orden que se Imponcal sujeto. Pone en evidencia el impasse de la teoría de géneTo obre el sujeto del inconsciente y sobre sus modos de goce. Butse equivocó: la gran figura clínica de «Problemas de género» ho es Christine Jorgensen, la transexualidad apenas se menciona en libro, sino Herculine Babin, intersexual, cuya trágica historia hi exhumado M. Foucault, destacando la determinación social del

lo

le

nero,

0. TE)

40. P. B.

Preciado, op. cit., pág.

30.

153

Lacan, «De una cuestión cif,

pág. 527,

preliminara todo tratamiento

de la psiposible

EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE DE LEGISLAR

154

Mantener la confusión entre los diferentes modos de funcionamiento de los transgéneros y de los transexuales, englobados en cl «cajón de sastre» de la disforia de género, complica la recepción de sus demandas cuando se dirigen al médico, al psicólogo o al psicoanalista. Por supuesto, cada transidentitario debe ser escuchado sobre todo en su singularidad, pero, gracias a la psicoterapia, el transgénc ro puede cuestionar su proceso, a veces modificarlo, modularlo, incluso fortalecerlo, el del transexual es más radical, —es suficiente mente conocido— la solución que está considerando debe tenerse en la cuenta, menudo es preciso acompañarla. Esto, recordemos, con condición de que tenga la edad suficiente para medir las consecuen cias. A veces, un acompañamiento advertido puede reducir el rigo

DESPATOLOGIZACIÓN DEL TRANS ANNA AROMÍ

a

de su solución.

021 año Trans." 2022

La mujer no existe.? Dos momentos de infleón que se anuncian, en los que de hecho ya está inmersa la comuidad psicoanalítica lacaniana ¿Qué tienen en común ambos moentos? Entre otras cosas, una sensibilidad de época que se puede sumir en la expresión «hartos del padre»? Hartos del padre, a da cual le toca apañárselas lo mejor posible con las consecuencias E su caída. 2021 año Trans es una afirmación fuerte, y como tal podría espeIe que llegara acompañada de algún fenómeno astral, un eclipse algún otro signo que marcara la entrada en este nuevo tiempo. Igo semejante a lo ocurrido en 2017 con Campo freudiano año ce-

JA. Miller, Dócila lo trans, incluido en este volumen. La Gran Conversación Virtual Internacional de la AMP sobre La mujer 1 Mie tendrá lugar en abril de 2022, consultar en https://www.grandesassises1

puoza.com/es/ 1 Enel encuentro de J.-A. Miller con Christine Angot, en el Teatro Sorano abril de 2013, para Miller la expresión hartos del padre surgía como efecto la lectura del libro de la autora Una semana de vacaciones, disponible en https:// Y youtube.com/watch?v=cOglTD3cgGa

ole

DESPATOLOGIZACIÓN DEL TRANS

EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE DE LEGISLAR

156

¿Qué consecuencias tienen estas declaraciones? Ticnen algo de performativo, en el sentido que decir es hacer, y sobre todo consti tuyen un indicador que abre un horizonte. La cuestión es que este horizonte necesita que se crea en él para orientar el trayecto. Creer en él significa que nada obliga a hacerlo, nada salvo el deseo del analista puesto en función en el campo de lo político movilizando los poderes de la transferencia. Digo el campo de lo político y no de la política siguiendo el escla recimiento que propuso Xavier Esqué hace algunos meses5

r0.*

-_

J.-A. Miller lo definió en la presentación del libro Polémica política, “ trata de formar parte del debate público para aportar una perspectiva analítica, que puede ser saludable en la medida en que va contra el sen tido común y puede revelar así los axiomas que organizan los debates Entonces 2021 habrá sido Año Trans a condición de que cada cual la haya puesto de su parte para captar esta interpretación abriendo | perspectiva de lo trans como territorio de plena competencia para «

psicoanálisis.

CAÍDA DE LA DISFORIA

El anteproyecto de Ley para la igualdad real y efectiva de las perso nastrans y para la garantía de los derechos de las personas LC TROL: J.-A. Miller, Campo freudiano año cero, disponible en: https://el campo-freudiano-ano-cero-jacques-alain-miller de desco, disponible en https:/zadigespana.com/2021/0./1 5. X. Esqué, Escuela p.ory

4.

4

que quiere avanzada. En primer lugar, se espera que contribuya a luchar activamente contra la segregación al afirmar que los ciudadanos transexuales (y más ampliamente aquellos que se acogen en la sigla LGTBO1+) tienen derecho a no ser agredidos ni matados por su condición, y también al trabajo, al casamiento y a todos los derechos civiles como cualquier otro habitante en el país. No es una afirmación banal si se piensa que cada año en España uno de cada cinco adultos

LGTBOI-

atacado por su condición, y que cada pocos días una agresión grave aparece en los medios. Es decir, que la ley trans en este punto es sinónimo de derechos civiles y de no segregación. En segundo lugar, esta ley viene como respuesta, largamente reclamada, a sellar la caída del diagnóstico «disforia de género», que ha producido mucho malestar. Se llama disforia (término opuesto a eufoes

un estado de insatisfacción patológica que suele acompañar la Nepresión o los estados de ansiedad. Este diagnóstico ha estado funciohando en la realidad como una frontera por la que se ha obligado a palos al acceder cambio registral de nombre y Ma sujetos que querían IE exo, así como a los tratamientos quirúrgicos y/o hormonales en la todo ello nidad pública, no sin antes someterse a un cuestionario plade prejuicios (¿cruza las piernas al sentarse?) o, lo que es peor, fingir una problemática mental falsa. La opción de salvar estos escollo y operarse en clínicas privadas ha existido siempre, aunque solo al Iltance de quienes han dispuesto de capital para pagársela. Conviene señalar también que el término de disforia ha recubier141) a

uo

Dilo, ha

tenido esta función clasificatoria (diagnóstica en el sentido

v=O-wirrmWmGo

Anteproyecto disponible en https://www.congreso.es/public_oficiales! CONG/BOCG/B/BOCG-14-B-150-1.PDF 7.

en España, conocida como ley trans, está llamado a regular cuando se apruebe dos aspectos centrales para reforzar una democracia se

Ple manera no siempre evidente, dos funciones distintas. Por un

escuela-de-deseo/ 6. J.-A. Miller presentación del libro Polémica política, disponible en http

www.youtube.com/watch?

157

11

Entrelos múltiples estudios dedicados a estos delitos, ver https://felgtb.org/ Poontent/uploads/2020/061NFORME_ DELFTOSDEODIC Do19.pdf A

EL SUJETO DE DERECHO

158

Y LO

DESPATOLOGIZACIÓN DEL TRANS

IMPOSIBLE DE LEGISLAR

Volvamos un instante a la euforia porque conviene advertir que no es posible pasar de la disforia a la cuforia sin pagar un alto precio. Lo dicen —cuando se les escucha— aquellos y aquellas que eligieron rehacer el camino con una detransición:" ni el camino era de rosas ni la llega-

más pro de que todo diagnóstico clasifica y segrega), pero también y de po fundamente una función denotativa, es decir, dar la impresión el significante der cernir y explicar el fenómeno. Parecía que con cuando en la se sabía de qué se estaba hablando, «disforia de

género» realidad se trata de algo enormemente complejo y hasta cierto punto opaco, incluso para los propios sujetos. verbal porque, Por esta razón, utilizo aquí el pasado como forma algo que ya más allá de la aprobación de esta ley, me parece que hay el no ha pasado a las profundidades del gusto: hace tiempo que trans vinculado al tastama se percibe de la misma manera y no se piensa la segregación y par Si disforia de género ha sido un significante de de sujetos incú la segregación, que supuestamente explicaba la causa hoy modos en sus cuerpos en búsqueda de un alojamiento para suscr, sí mis el en gran medida está aceptado que trans se argumenta por

(la el paraíso esperado. Es el riesgo inseparable del empeño en creer que la felicidad espera indefectiblemente al otro lado del quirófano.

mo, separadamente de la disforia. la disfo Y en este punto aparece el problema de pretender los discursos «pue ria por la euforia. ¿Son los propios sujetos trans o son los rodean quienes promueven esta sustitución? Lo veremos un port Desde el punto de vis más adelante, pero no es esto lo más interesante.

E sms

no más que «lis ta del psicoanálisis «los trans» como tal no existen, de seres hablantes, no mujeres» o «los hombres» porque, tratándose La política, la sociología, la hay generalización posible, es uno por uno. trata de la po jurídico... son discursos que generalizan, pero aquí no el sentido de Freud cli lítica, sino, como hemos dicho, de lo político en diferente de la psicología social o que la psicología individual no: es ee 0 la política. el sentido de Lacan de que el inconsciente es

e

1h

:

álist:

us Obras

Freud, Psicología de las masas y análisis del yo, 9. Buenos Aires, Amorrortu, 1989. del fantasma, elase del 10. J. Lacan, Seminario: La lógica S.

inédito.

10

completas, y

de mayo

vol-

de

1

159

L)

mo

Seguramente convendría añadir elementos y matizar ideas, pero, EN líneas generales, me parece que este es el marco de lo que llamo la aquí caída de la disforia de género, y que en el texto de la ley apaTece repetidamente bajo el término «despatologización». ntonces, como ciudadanos pero también como psicoanalistas,'? Teo que no podemos estar más que de acuerdo con el reconocimiende una situación de hecho para muchos sujetos, y con la especificaón de derechos que amparen a esta ciudadanía que se agrupa en la hdera LGTBQOI+. Porque, aun contando con enorme proyección edliática, como es el caso; una bandera necesita de leyes para brinlos sujetos una protección efectiva.

la

EPATOLOGIZACIÓN MAL ENTENDIDA

liso no esclarecido de la

palabra «despatologización» está produun enorme malentendido, que lamentablemente se refleja en

Nido

11

Mun,

Hay encuestas que cifran en un 11% el número de adultos que detransies decir, que deshacen el camino de la transición. Sobre el tema ver en-

documental 7he Trans Train, disponible en https://www.youtube.com/ bZ8adsRuiM (subtítulos en castellano). La Fundación para la Clínica Psicoanalítica de Orientación Lacaniana ha 1 Mo un comunicado sobreel tema, «Consideraciones de la FCPOL ante el anyecto ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la galos derechos de las personas TRE, disponible en https:/fepol.org/

E Bros

le

el

de

LG

160

EL SUJETO DE DERECHO

Y LO

DESPATOLOGIZACIÓN DEL TRANS

IMPOSIBLE DE LEGISLAR

el texto del anteproyecto de ley y que sería muy importante que pudiera ser revisado y corregido. ideo el Una cosa es la despatologización abordada desde discurso cuando se quiere apli lógico, incluso político, y otra muy distinta es la clínica. Esto es algo que car como un a priori a todo el ámbito de cuando dic refleja, por ejemplo, en el artículo 32 del anteproyecto «los procedimientos específicos sc elaborarán desde una perspectiva malentendido despatologizadora». Es un buen ejemplo del peligroso

e

al que nos referimos.

e—

La despatologización consecuente a la caída del “1 disforia de género debería quedar limitada, en su concepción y cn dos puntos. El primero es el derecho puesta en práctica, al menos en El segundo básico a ser escuchado sin por ello ser patologizado. hay diferencias, y estas cido que un niño y un adulto no son iguales, la ley rencias así como sus consecuencias deberían ser reconocidas cn sin pul Lo que aquí llamamos el derecho básico a ser escuchado derecho 3 ello ser patologizado significa que cada cual debe tener queres preguntarse por la propiedad de su deseo, a no estar seguro de desea, a angustiarse po emprender cierto camino que, sin embargo, de pa el las consecuencias de sus actos, etc. mínima esto es derecho der pensar antes de hacer, y poder pensar con otro, formado para ele

es

A

acompañarlo. En general, se cree que la transición es una respuesta a al go sent sexualiclad, Per do como un desfase, algo que anudar entre cuerpo y funcio conviene reconocer que, para un sujeto, una transición puede Muchos testimonios reliera nar como respuesta o como pregunta. i el sentido >nsible, ienci una experiencia corporal con un goce incomprensible, en de no poder darle un nombre, ni de poder entonces darse un nombr la civilización a sí mismo. Así, entre los significantes disponibles en ne más san Li en el Otro social, el sujeto puede encontrar un «soy» isfacci de anudamiento pstquico, ll de forma rio. Pero que la satisfacción, en forma y

anudamiento

psíquico,

161

“fue, es una cuestión subjetiva y contingente: puede funcionar como fespuesta para unos, mientras que para otros puede abrir todavía otras preguntas. Lo vivo siempre escapa. Lo que se puede verificar es tJue, aun en el mejor de los casos, se trata siempre de una solución parcial, porque no hay manera humana de que la sexualidad no tende perturbador en el psiquismo. Es lo que tiene de maldición Y atracción al mismo tiempo.

algo

Aunque la ideología imperante parece haber decidido que hay We reducir la clínica al terreno de la pura gestión conductual, la clíca no se deja borrar tan fácilmente porque tiene la fuerza no solaEnte de un par de siglos de psiquiatría y uno de psicoanálisis, sino bién y sobre todo porque es lo único que la civilización ha inven0 hasta ahora para recoger sin aplastar la fuerza del pathos huma| limbién llamado dolor de existir, también llamado hablar de lo hos pasa con alguien formado para entenderlo, que es, propiamente hlando, el legado de Freud. II psicoanálisis hace, pues, mucho tiempo que ejerce su función patologizadora de lo humano. Ciertamente, la clínica psicoanalíhurgió apoyándose en la riqueza del saber acumulado de la psiMtra llamada clásica, pero sin reducirse a ella, porque la usó para hr lo específico de una experiencia que lleva a reconocer hasta punto el dolor o el mal forman parte de lo íntimo del ser hablanEsto Freud lo llamó pulsión de muerte y Lacan, goce, para decir Eilamos tejidos desde que nos conciben en una trenza de lenguaHuerpo que no se deja «terapeutizar», que solamente se puede 1 viviendo, es decir, inventándose una vida con la que bordear

heleo de goce

maligno. Iyunos, después de haberlo intentado sin éxito suficiente, acupsicoanálisis para que los ayude a tejer esta malla vital, y desMud encuentran psicoanalistas formados para recibir este encar-

E

hdlejar que

la

conversación analítica desfallezca en la empresa.

162

EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE DE LEGISLAR

DESPATOLOGIZACIÓN DEL TRANS

Tomar como transfobia cualquier interrogación sobre el deseo » sobre la satisfacción por los resultados de una transición es un erro! La fórmula «el trans quiere trans» no solamente es un despropósito desde el punto de vista clínico, sino que es expresión de una segregi ción acabada. El trans quiere trans es una frase que inevitablemente encierra y empobrece porque obtura la posibilidad del encuen con algo distinto, con un Otro diferente. Quizá en el futuro habrá psico nalistas trans que querrán ocuparse de estas cuestiones, pero esper mos que será en tanto que psicoanalistas y no en tanto que trans qu sostendrán su práctica. No solamente los derechos de una parte de los ciudadanos, sino también el potencial de la propia clínica se ve erosionado por este traño empeño en excluir al fenómeno trans de cualquier vincula 10n con la patología mental. El artículo 26 del anteproyecto le afirmo de quí la que «se prohíbe el uso de terapias [...] basadas en suposición cualquier identidad de género es consecuencia de enfermedad o tras torno». Se puede entender y se puede estar de acuerdo con la volun tad de alejarse de prácticas que fueron erróneas y nocivas en el paí claricas do, pero esto no debería llevar a error, y hay que afirmar que entre los trans no solo existen sujetos que sufren psíquicaments de su condición, sino que la transexualidad está clínicamente cleseri ta por la psiquiatría como un modo de compensación exitosa pari ul cel gunas psicosis. Tanto Freud como Lacan leyeron las memoria presidente Schreber3 desde esta perspectiva y las enseñanzas de sh caso constituyen aún hoy un paradigma de eficacia en una estabili=+ ción paranoica. La despatologización no puede constituir un « prim clínico, la psicosis tampoco podría serlo. El psicoanálisis funciona um c+

e

e

13.

Ver D.

P,

Schreber, Memorias de un neurópata, ¡fi

paranoia descrito autobiográficamente; y ]. Lacan, tratamiento posible de la psicosis, entre otros,

De

y

5. Vre ud, Sobre un

“tó pre liminar una cuestión

ca

/

7

e

a

163

principios, no cona priori. Pocas cosas están tan bien repartidas como locura, y la población LGTBQI+ lógicamente no está exenta de

la

Para su propia protección convendría que esto no se olvidara y se reconociera que el empuje a la despatologización tiene también Este límite. Por tanto, la ciudadanía LGTBQI+, además del reconocimiento que reclama, tiene derecho a poder elegir un abordaje clínit0 no segregativo, si lo desea. ella.

Por su parte, como ha propuesto Jacques-Alain Miller," al psicoaNúlisis le toca la responsabilidad de saber hacerse «dócil al trans», Tomo en sus principios Freud aprendió a hacerse dócil a"la histeria. Pero esta docilidad no significa rendir las armas ni admitir la disoluTión de la clínica de lo singular ni, como advierte a los

practicantes de traTimientos uniformizadores. Al contrario, hacerse dócil al trans es el desafío de inventar Meptar una nueva clínica a la altura de los Nc

Laurent, aceptar convertirse en meros administradores

Tiempos.

105 NIÑOS PRIMERO? Iurin de

patriarcado, la época ya no soporta el falso semblante de ¡las lijeres primero! Pero, ¿y los niños? Caída la era de los ideales lernos, hace tiempo que el pacto de protección generacional que tía sobre la infancia parece disolverse también. Realmente, ¿qué 1 hay hoy de lo que es la infancia? No abriremos aquí este debate, Ein embargo, sería urgente mantener, pero ofreceremos algunas INtaciones,

HOJA 16

Do,

Miller, Dócil a lo trans, op. cit. Laurent, «Edad de la razón, ¿edad de la inclusión?», Lacan Quotidien, disponible en https:/elp.org.es/edad-de-la razon-edad-de-inclusion/

164

DESPATOLOGIZACIÓN DEL TRANS

EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE DE LEGISLAR

Como los adultos, los niños tienen derecho a ser escuchados, como hemos dicho más arriba, porque tienen derecho a dudar, a angustiar se, a no saber. Además, es bien sabido que no hacen otra cosa que pee los ni guntarse y preguntar, aunque en realidad, como dice Freud, ños solo preguntan cuando ya tienen una respuesta, o parte de ella, y si lo hacen es para explorar los límites del saber del adulto. Este pun to es crucial para el tema que nos ocupa como veremos más adelante, Pero la cosa no se agota en la pregunta: se necesitan respuestas in A veces el sujeto —el niño para el psicoanálisis es un sujeto del consciente de pleno derecho— alcanza una respuesta, a veces ho, 4 no lo bastante convincente para él. Y en este punto es donde los niños tienen derecho a ser interpretados. Interpretados entendido a la ma nera lacaniana, es decir, que tienen derecho a obtener una interloct ción que haga presente la posibilidad de otra cosa. Esto es una intel pretación en el psicoanálisis: abrir posibilidades, no remachar sobr lo ya sabido, que es más bien una cadena cuando no una condena, La infancia, para el psicoanálisis, es el tiempo para que elemento originariamente disjuntos, como son el cuerpo, el lenguaje, loss ros el deseo, el tiempo..., encuentren un modo de organizarse. La nan cia es el tiempo para que se construya una ficción que reúna y ex Todo est e tra que todos estos elementos y, con ellos, al sujeto mismo. bajo de construcción, que es enorme y que los adultos han olviduco los niños no lo pueden hacer solos, necesitan apoyarse en los maye incluso otros mi que tienen cerca, disponibles: familiares, maestros, ños. Y aquí entra de lleno la interlocución imprescindible con rl Otro, como decíamos más arriba, los niños son seres sociales y nece tan del Otro para crecer. Por eso resulta tan llamativo que, en tes el to de la ley, en ningún momento se mencione la dependencia que ella de menor tiene de los adultos ni las consecuencias que se derivan UN

UD

el

En este

punto, que es delicado, debemos ser extremadamente

cisos, En el texto de la ley se insiste

en

pri

afirmar como un derecho

105

prefijo auto-, autoasignación, autodefinición, autodeterminación, libre desarrollo, etc., aplicado al sexo o al género. Pero cuando este duto- se refiere a los niños implica un problema grave, cuando no un verdadero despropósito, porque hace del menor un ser no solo psíquica, sino también jurídicamente equiparable en todo al adulto. Y esto es

un problema porque, planteado así, ¿quién se opondría?, ¿quién querría quitar derechos a los niños? Lo que se olvida como señaló Ester Giménez-Salinas'* hablando del interés superior del menor y sus paradojas, es que, si los niños tienen derechos, en algún momento se les van a pedir obligaciones, porque en el campo jurídiLo ho es concebible una cosa sin la otra. Además, aquí no se trata soIimente de la judicialización de la infancia porque, como venimos Insistiendo, lo que está en juego más profundamente es la diferencia Entre niño y adulto. Si hasta determinadas edades los menores no pueden votar, no pueden mantener relaciones sexuales, no pueden dejar de acudir a la Micuela, etc. ¿Por qué su palabra haría ley cuando dicen «soy una (0 hiña un niño) en un cuerpo equivocado»? Cuando un niño insiste en decir «soy Supermán», puede que los Puelres le compren un disfraz, pero de ningún modo lo dejarían lanpor la ventana. Entonces, si dice «tengo un cuerpo equivocaUh», por ejemplo, ¿por qué los padres deberían tomarlo en todos los Eos como un trans, y además definitivo? Las palabras de un niño no Hen el mismo peso que las de un adulto. No pueden ni deben teporque un menor no tiene todavía los recursos para soportar el las palabras, sobre todo de las que él mismo profiere. Desde el psicoanálisis entendemos que la infancia es un tiempo de aprender — ensayar, jugar, inventar e

Ne

lo ode

además Giménez Salinas,

TT 16

1

«

¿Tolerancia

disfrazarse,

o exclusión,

represión

o

», educación?

166

EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE DE LEGISLAR

DESPATOLOGIZACIÓN DEL TRANS

inventarse; y esto último los niños deben poder hacerlo libre, gratui tamente. Ya les llegará el momento en que tendrán que pagar y ha cerse enteramente responsables de lo que dicen y de lo que hacen, los adultos pagan pero la infancia es el tiempo de cierta gratuidad: de por ellos. Este punto es central en la reflexión ética, por ejemplo, Hannah Arendt,” que situó aquí la elección de saber si el mundo quiere, o no, que siga habiendo niños, lo cual significa que haya adul tos que se hagan responsables de ello.

Esta diferencia entre adulto

y

niño no está escrita claramente cn

establece en caca cuerpos, y por eso es algo que cada sociedad momento; también por eso podemos hablar de ética en este punto consideramos urgente una conversación civilizadora. Como decía mos más arriba, la caída del patriarcado no puede no comportar cam bios en la concepción de la infancia, pero esta concepción no se pued dejar en manos del mercado y de la publicidad, que hoy por hoy pa recen los más interesados en «pensar» el asunto. Puestos a disolver binarios, parece que la diferencia entre infancia el interés superior dí y adultez se está borrando y no precisamente en los menores. los

y

UN REAL DE ÉPOCA

Existe una especie de delirio binarófobo que lleva a querer bortal toda diferencia. Pero la diferencia no es lo mismo que el binaria

mo. A este nivel sirva la afirmación

pescada en un reportaje de una joven mujer trans: «Soy una chica y tengo pene, por lo tanto, es un pene de chica». Cuando se pretende borrar la diferencia en algún

punto aparece un real que no se deja someter porque es el real del propio lenguaje, tema que he abordado en otro texto.” El lenguaje se deja torcer generosamente, pero solamente puede hacerlo hasta cierlo punto porque no hay manera de evitar que un significante se defiha por su oposición con otro significante. Imposible salir de ahí. Incluso para criticar lo binario se ha de utilizar el lenguaje que por su i Estructura lo es irremediablemente. Sila especie humana pudiera aparearse sin lenguaje, como los animales que se limitan a copular sin pensar, muchas de las cosas que Neuí nos ocupan no tendrían razón de ser. Pero los humanos nacemos tejidos en palabras, de manera que no nos podemos aparear sin preguntas trenzadas en /alengua,” así como tampoco podemos penNunos sin ella. Necesitamos un «soy» para pensarnos, aunque de aluna manera, en el fuero interno, cada cual perciba que este «soy» leja de todos modos preguntas que no llegan a cerrarse nunca. Este Nrus lenguajero nos trabaja desde el interior toda la vida, haciéndomal que bien, abierta y humana. Con esta lalengua cada cual se Tomtruye un mundo y también se construye un cuerpo, lo cual en mito sentido son la misma cosa. Definitivamente, para vivir las pabras cuentan y en esto radica la potencia del psicoanálisis.

|,

14

M. Bassols, La diferencia de los sexos no existe en el inconsciente,

Mitación disponible en Entre el pasado y el futuro. UA 17. H. Arendt, «La crisis en la educación», ejercicios sobre la reflexión política, Barcelona, Península, 1996: E 18. Véase, por ejemplo, Ph. Ariés, El niño y la vida familiar en el Antiguo de la foma gimen, Madrid, Taurus, 19885 0 también Lloyd de Manse, Mistoria Madrid, Alianza Universidad, 1991,

167

PON

Grama, https://www.scb-icf.ne/nodus/continguv/article.

yo8rev=828pub=1 Aromí, «Enjambres», Boletín de las 49 Jornadas de la ECF, París, 2019, pomible en https:/elp.org.es/enjambres/ 1 Lacan escribe /alengiua en una sola palabra a partirde El Seminario 20, Aun miliear que, a diferencia del significante, la lengua está al servicio del goce y comunicación, 10

a

AL

DE LEGISLAR EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE

DESPATOLOGIZACIÓN DEL TRANS

la Esta lalengua sirve también para explicar que, en la orientación hombre/ el caniana, no abordamos el goce sexual desde binarismo masculino/femenino. El goce mujer, ni siquiera desde la oposición fálico sí que está sometido a la ley binaria, hay alternándose con 10 de un ser hablante, hasta hay. Pero este goce no especifica lo singular exis cierto punto podríamos decir que es un goce banal. Para Lacan definición, a cual te un goce suplementario, que escapa a cualquier Este goce es an quier binarismo y, por tanto, también al del lenguaje. titético a las palabras, Lacan lo llama femenino porque algunas

Conocer que este último suministra una riqueza de matices para acercarse a la sensibilidad LGTBQOI-+ sin necesidad de explicitar la

168

la mística, por ejemplo, mujeres empezaron a dar cuenta de él, en de ellas porque ellos (san Juan de la aunque no sea algo exclusivo ce la Cruz, por ejemplo) también lo experimentan. Es con fugacidad de tratar eso este goce conlo que cada cual se inventa una manera de cada cuerpo con el real posible de terapeutizar, que es el encuentro del sexo. el psicoanáliwis Expliquemos también que, en su fundamento, de eu hace valer un irreductible del sexo que proviene del hecho saber preestablecido, para abrochar cuerpo y lenguaje no hay un abro cada cual debe inventar una forma de lazo para producir este chamiento. Y hacerlo, además, sin esperanza de sutura, porque humano no esti como dice Lacan, siempre se goza mal. El cuerpo hecho para acceder a la satisfacción sin malentendido. Como dera una pareja mos al principio, la sexualidad y las palabras componen lúcidos expli imposible, imposible de evitar. Por eso algunos trans deciden operarse, sino elit la can que el viaje no empieza cuando la vida que cada cual consigue hacer existir después de operación elucac ión Y aquí encuentra su lugar lo que podríamos llamar una ele sentimental, en el sentido de las palabras que se proponen pata cir el amor, el deseo y el goce. Una educación sentimental que la escuela) sobre todo con la adquiere (además de en la familia y el cine... Hay que ee cl amigos, los libros, las conversaciones, arte y

1

y

sigla. Es

169

de Almodóvar, por ejemplo, o también de Bigas coso Luna. Bigas ha sido, digamos, un Francisco de Goya del cine en el sentido de que ha esbozado los claroscuros (más los oscuros que los claros) del erotismo y de la sexualidad, mientras que AlmodóEl

sería más bien un Francis Bacon, dirigiéndose directamente al Tentro de la distorsión blanda y real del sexo. Este inventor de muEres con Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón una (lucación sentimental con la que varias generaciones se incorporon al ateísmo sexual, sobre todo en España. Como decía recienmente Álvaro Colomer” ahora todo esto ya está aprendido y ra hablar de transexualidad, el lenguaje que conviene es el de lidiancidad. Otra manera de decirlo es que hay un real de época y los sujetos mos respuesta de este real. A cada generación le toca reconocer € es producto de un tiempo simbólico y de unas experiencias vivi1. In mi caso, necesité muchos años de análisis y un pase para desEnderme del fantasma de un Moisés —aquí las niñas, allá los niE que organizaría el mundo. Por eso me alegra ver que los Ehes están ahí de partida, convencida de que entre ellos habrá Ehes encontrarán, frente a lo inconmensurable de la vida, motipara analizarse si lo desean. Pero las generaciones que siguen ya hútivas de un mundo que se lee, entre otras cosas, con el abeceMo Igtbig+. Todo esto no significa que los mayores debamos autosegreVilr

En los últimos meses, en numerosas intervenciones de psicon nalistas en redes como Lacan Web Télevision, por ejemplo, suryt el relato del arrepentimiento de sujetos que oyeron los cantos sirena de Mister Bistouri y Milady Hormone como los llama Milles en su conversación con É. Marty. Por esta razón elegí aquel títu lo que vi refrendado en el final del libro de Miquel Missé, conc expresa un agradecimiento a su padre, el cual no solo discutía con él —cuando era una adolescente—, sino que le sugería de diver maneras que no alterara su cuerpo aunque eligiera no someterse 1

(

14.

RA. Zaidel, Freudiana, 0.” 92,

Barcelona, septiembre de

2021.

li

15. J.-A. Miller y É. Laurent, El Otro que no existe y sus comités de ética, nos Aires, Paidós, 2005. 16. J.-A. Miller, «Entrevista de Jacques-Alain Miller a Éric Mar ty sobre sexe des modernes», 31 de marzo de 2021, elp.org.es

La

185

asignación sexual femenina, es decir, que no dejara que trastorharan lo que para ella era su forma de goce, en el cuerpo real. ¿Cómo entender ese consejo? Se inscribe en esa feminización del mundo en el que la condición de posibilidad es infinita pero no sin

la

consecuencias.

187

NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO

NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO. COMENTARIO SOBRE LA FUTURA LEY TRANS AMANDA GOYA

ventana, porque el binarismo no lo inventó el patriarcado, ni la informática, es el principio diacrítico del significante propio del lenguaje, como ya lo demostrara hace más de un siglo la lingilística estructural. Un ejemplo solo, pillado en nuestra socorrida Wikipedia. Entre los antecedentes históricos del género fluido, se mencionan las dificullades mismas para fijar una definición del término, algo no trivial cuando se pretende trazar un nuevo dominio. Luego se toman casos de grupos no binarios que han incidido en la construcción de identiúades fluidas, por ejemplo, el travestismo. Cito: ,

Desde que el factor trans ha entrado en la política, una imparable fuerza centrífuga expande su influjo hacia el borrado de la diferencia sexual, en beneficio de lo que en lenguaje matemático escribiríamos n géneros.

-

Solo la invasión cotidiana de la abominable pandemia de la Cn vid-19, con sus infinitas y letales reverberaciones sobre nuestras vi das, ha podido eclipsar el protagonismo de una disputa que tiene al

género y a la cuestión trans como significantes amos, en este recient capítulo de la secular guerra de los sexos que marca un cambio de ¿po ca. Y como todo significante amo, induce el espejismo de una unida ele entre significante y significado, incitando al sujeto a la quimera ser idéntico a su propio significante. Pero una paradoja se inmiscuye entre los partidarios de la licw facción del género, y es que las múltiples nominaciones que se rejutl ten en el amplísimo abanico del gender -fluid (transgénero, hombr: trans, mujer trans, trans-femenino, trans-masculino transexual, mi jer transexual, hombre transexual, persona transexual y un largo el cétera) no dejan de ser combinatorias de lo que en su base resi: siempre: el célebre y repudiado binario que se pretende expulsar colar por la pero que retorna. Lo arrojado por la puerta se vuelve a

Las comunidades travestis, tanto en el espectáculo como en la política, han cuestionado los roles de género a lo largo de la historia mediante el uso de vestimentas o el montaje de performance, que dejan en entredicho la absoluta masculinidad o femineidad de los seres humanos. (El subrayado es nuestro) Sus acciones transgreden las normas sociales. Se relacionan con el género fluido, ya que buscan lo no-binario por medio de la situación y la vestimenta, Sin embargo, el travestismo solamente oscila entre lo masculino y lo femenino sin tomar en cuenta otros géneros como agénero, bigénero, trigénev0,

poligénero, entre otros.

Bútese la carencia de definición de los términos de esa serie ad hoc, pretendidamente numérica, después de haber reconocido, a su pesar,

travestismo no puede escapar de lo masculino y lo femenino. Un reflejo de esta fuerza centrífuga cristaliza en el terreno de las leyes y reglamentaciones diversas, según el contexto, en las que el Ejercicio del poder toma la delantera para incidir en lo que, siguienEo a Foucault, llamamos la biopolítica. Detengámonos en España, en el Anteproyecto de ley para la IgualUe real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derece las personas LGTBI, presentado en el Congreso de los DipuTulos el 29 de junio pasado a iniciativa del Ministerio de Igualdad, Nue el

hos

189

EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE DE LEGISLAR

NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO

dirigido por Irene Montero. A partir del mes de octubre la ley scrá debatida en el Parlamento. Ese acto se llevó a cabo después de un largo período de fuertes ten siones no solo entre los dos partidos de gobierno, PSOE y Podemos, impulsor este último de dicha ley, porque el PSOE, representado cn aquel momento por la que era primera vicepresidente del Gobierno,

que como poco debería contemplar la necesidad de un indispensable «tiempo para comprender». Pero cambiar la mención del sexo en el documento de identidad es

188

Carmen Calvo, disentía en los puntos más radicales de la ley, como cl tratamiento hormonal en la pubertad antes de los dieciséis años que pretendía Podemos. En los recientes debates sobre el borrador de la ley algunas agru des paciones feministas, temerosas de perder conquistas obtenidas pués de años de luchas, se han opuesto a ciertos grupos de militantes LGTBI que apoyan la ley. Estos amenazaron al PSOE con no permi tirles concurrir al desfile anual de celebración del Orgullo Gay si nu cedían a las presiones de Podemos. La principal novedad de este borrador es que las personas mayo res de dicciséis años podrán cambiarse el sexo en su DNI sin infor mes médicos o judiciales, simplemente mostrando su voluntad en un registro civil, punto que difiere de la que en 2007 aprobó el ejecutivo | de Zapatero. Se trataba en aquel tiempo de una ley pionera cit mundo, que consistía en autorizar el cambio de nombre y de sexo ce aquellas personas que no se identificaban con el asignado al nacer si gún su anatomía, pero sin necesidad de haber pasado por una reasip nación quirúrgica del sexo. La única condición impuesta por aquella normativa-era un imprescindible informe psicológico que diagnos cara la llamada «disforia de género», algo que elimina el actual ants 1

proyecto. Pero al quitar la condición del informe psicológico, so pretexto 1h «despatologizar lo trans», «expresión debida a Judith Butler coma la posibilidad de ofrecer un traba expresa la ley, se elimina también jo de elaboración para quien hace una petición de esa envergadura

lina cosa, intervenir en el cuerpo con tratamientos hormonales o quiTúrgicos es otra. Cuando la medicina se introduce de manera invasiVi eno real del cuerpo, la decisión será inexorablemente irreversible. Y lo más sangrante, quitar el ámbito propio de una puesta en cues“Hón en un dispositivo de escucha, no dar la palabra a quien se propohe un franqueamiento tan decisivo y sin retorno en su existencia, ¿no EN

acaso promover una ominosa «objetalización» de quienes pierden Í su estatuto de sujeto, de sujeto de la palabra, de sujeto de deseo?

qué libertad se apela como principio democrático si el sujeto sutiesto de la decisión no tiene la oportunidad de interrogar el deseo Nue subtiende a su demanda? listo no impide acordar plenamente con la legítima aspiración a la 1 discriminación de las personas lesbianas, gais, bisexuales, transelinles, intersexuales (LGTBI+) puesta de manifiesto desde la «Exhición de motivos» y reiterada en numerosos pasajes de la ley, lo Ne no equivale a prestar apoyo a ciertas medidas que la ley promuepara propiciar el cumplimiento de sus fines y que suponen un borraile la diferencia entre la infancia y la vida adulta. Mucha legislación internacional ha servido de apoyo para la retelón del proyecto de la ley española, que al promover la igualdad li no discriminación se hace eco de un principio jurídico universal "amado en diferentes textos internacionales sobre los derechos manos, reconocido además como un derecho fundamental en el rnamiento jurídico español. Desde la Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada 1 Naciones Unidas en 1946 al finalizar la guerra, que en su artículos declara que derechos y libertades proclamados en dicha DeNición son válidos para toda persona, sin distinción de raza, color, A

190

EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE DE LEGISLAR

NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO



sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier

otra condición. Pero dicha proclama universal, con todo lo justa y antisegregativa de las el que pueda parecer, no deja de alojarse en opos de la el cas, en este mundo que, por el contrario, se rige por principio «plus-valía» como causa del deseo, y del «plus-de-gozar», una no la ción esta última que Lacan deduce de Marx y que traslada desde de goce pro economía política a la economía del goce, una pulsada por una ciega compulsión al consumo de objeros que nunci la aplacarán el vacío central de la existencia, y del que se alimenta 1n

E pen

PR

saciable voracidad del capitalismo.

Tampoco la Unión Europea ha quedado fuera de este concierto, como leemos en el artículo 21 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, que habilita al Consejo para adoptar acciones adecuadas para luchar contra la discriminación por motivos de sex, El Tribuno raza, religión, discapacidad, edad u orientación sena Europeo de Derechos Humanos por su parte, exige E su jurispri dencia que se garantice el cambio registral del sexo sin el requisito previo de sufrir procedimientos médicos, tales como una operación de reasignación sexual o una terapia hormonal. En la misma línea se pronuncia la Constitución Española «ui rige desde 1978, muchos años antes de que la cuestión que nos oc el a la pa tomara la escena pública. El artículo 14 proclama derecho igualdad y a la no discriminación, por razón de nacimiento, raza sexo, religión, opinión, o cualquier otra condición o oircunsida 1 personal o social. Es un principio que se aplica a diversos Ambite de la vida. En lo relativo a las personas transexuales que la ley propone lla est mar personas trans, la OMS ha desempeñado un papel erucial en asunto, pues al proponer una Clasificación Internacional de enferm

191

elimina la transexualidad del capítulo sobre trastornos mentade comportamiento, trasladándola a la de «condiciones relativas ala salud sexual», lo que supone un aval a la llamada «despatologización» de las personas trans, un punto clave en la futura ley, que proclama como un grandísimo logro que el diagnóstico de disforia le género no constituya más una condición para el cambio de la mención registral del sexo. Sin duda no se trata de reivindicar este diagNóstico, sino de señalar los riesgos que la llamada despatologización fomporta para las personas trans. Como se puede observar, asistimos a un consenso entre las instanElis jurídicas y reglamentaciones diversas que actúan en el Estado espuñol: Carta Magna, Tribunal Constitucional, Tribunal Supremo, Código Penal, Fuerzas Armadas, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad lel Estado, Instituciones Penitenciarias, etc., en lo tocante a la reivinlicación por la igualdad de los derechos de las personas englobadas Mel conjunto LGTBI+, al menos en lo que está escrito, luego sus Iplicaciones quedan sujetas a la discrecionalidad de los agentes enNigados de hacerlas cumplir. El derecho al cambio registral de la mención al sexo se apoya enel la de Constitución, que reivindica el libre desarrollo de ículo ro. li personalidad. Allí se afirma que establecer la propia identidad es UN decisión vital que coloca al sujeto en posición de desenvolver su Puonalidad. Al mismo tiempo se elimina la exigencia de la operaMN quirúrgica de reasignación sexual para admitir el cambio de y de sexo en el Registro Civil. En ese mismo sentido se pronea el Tribunal Constitucional el 18 de julio de 2019, que estableNue «con ello está permitiendo a la persona adoptar decisiones con Hacia jurídica sobre su identidad». Estas no son sino variantes de lo UN en el borrador anterior de la ley, defendido por Podemos el 3 de dades," les y

bre

1

Undécima revisión (CIE-11) de

2018,

EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE DE LEGISLAR

NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO

febrero de 2021, se definía como «autodeterminación del sexo», cx presión que no aparece en esta última versión del 29 de junio que cs tamos comentando, aunque sí su concepto, como acabamos de lcct Divisamos aquí la vinculación que presenta Éric Marty en su cx traordinaria conversación con ]J.-A. Miller; entre la gran porosicul la «ideósfera que hay en ciertos fragmentos del discurso LGBT y neoliberal, tanto como para afirmar que es posible una lectura ncoll beral del fenómeno LGBT, la self-making y el individuo como «cm presario de sí» 3 Mucho se ha dicho y escrito entre los psicoanalista sobre la var pretensión de autodeterminarse cuando se trata del sexo, que última mente se llama género. Miller llama «metáfora de género» preci mente al pasaje desde el mundo de la diferencia sexual, cerrado, jerul quizado, fijo; al mundo extenso, ilimitado, del género fluido. Dichu pasaje deja algo esencial en la estacada: el descubrimiento de Frew lel

¿En qué consiste el tratamiento médico de dicha transición? El Imtamiento prescribe un bloqueo hormonal al inicio de la pubertad para frenar el desarrollo de los pechos, o de la barba y la nuez, cuan-

192

fundamento inconsciente de la sexualidad, de las elecciones de goce, ln del sexo», en lo que, a que podríamos llamar la «heterodeterminación inconsciente, pesar de todo, no deja de ser una decisión, aunque Eso no es todo. Hay algo en la ley, como poco, aberrante: el inten XI 14 to de borrar la diferencia entre el niño y el adulto. El capítulo la parte final estipula que el cambio registral del sexo en la documen tación de identidad podrá ser solicitado por personas entre doce 1 y

torce años asistidas por sus representantes legales, elegidos por un: fensor judicial en conformidad con el artículo 300 del Código Civib cuando los progenitores no den su consentimiento. A partir de ls dieciséis años también se pueden aplicar los tratamientos hormona les para «transicionar» como suele decirse, algo que ya fune tomaba así desde la ley de 2007.

lo estos empiezan a desarrollarse. Posteriormente, la aplicación de hormonas cruzadas (testosterona para chicos transexuales y estrógehos para chicas transexuales). En la actualidad, los menores trans ya Nenen acceso a estos tratamientos controlados por un equipo médico. luchas veces acceder a ellos exige una larga tramitación que dependemás de la diferente regulación de las comunidades autónomas. Desde uno de los colectivos trans que han participado en la elabora1 del borrador, responden que abordar estos tratamientos en ese Nomento «puede ser ya tarde» porque el pecho o la barba empiezan Tecer mucho antes. Los riesgos de estas iniciativas no deben subestimarse e implican

para los colegios, entre ellos un texto en el que se afirma, ejemplo, que «la identidad sexual o de género está en el cerebro». Mmbién hace tiempo ya que funcionan ciertas normativas en Esparomo la de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, Niue se indica a los profesores que cuando observen en un alummenor de edad conductas que no coinciden con el género asigna1 nacer deben denunciar los hechos observados. En esta sección de la ley, «Capítulo XT: De la aprobación judicial Nelico

Ti modificación de la mención registral del sexo de

personas mamenores de catorce», se reitera más de una vez OMpetencia del juez para pedir las pruebas que considere necesapara acreditar la machurez del menor —un oxímoron en toda re-

Tea 2.

Lacan Quotidien

3.

Ibid.

1.5 927,

lacanquotidien.fr

193

ee doce años

y

EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE DE LEGISLAR

NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO

gla— y la estabilidad de su voluntad de rectificar la mención a su sexo. ¿Cómo valorar la madurez necesaria del menor y la estabilidad de su voluntad? Nada se dice al respecto. Este descarado intervencionismo sobre la vida sexual de los niños deja poco margen de maniobra. El texto de la ley propone garantiza! también los tratamientos hormonales en los menores que lo soliciten. Antes de los dieciséis años no podrán hacerlo sin el consentimiento de los padres, después de esta edad será suficiente con su propia de

quiso volver atrás, des-transicionar, porque sin duda no encontró lo que esperaba, como se podía prever. Cito el Informe de la FCPOL:

194

La demandante describe una infancia muy traumática. Desde los cuatro o cinco años mostró inconformidad de género, asociándose más con jue-

05 y ropa masculina. Se sintió muy alienada en la

escuela secundaria y tomó píldoras anticonceptivas para dejar de tener la menstruación. Se sentía asqueada por su cuerpo y se sentía deprimida y muy ansiosa. A partir de los catorce años empezó a cuestionar activamente su identidad de género y comenzó a ver vídeos en You Tube ya investigar en internet sobre el trastorno de identidad de género y el proceso de tran-

claración.

Quiero mencionar un extenso y pormenorizado Informe redacta do por la FCPOL (Fundación para la Clínica Psicoanalítica de Orien tación Lacaniana, vinculada a la ELP) para alertar y promover cl de bate sobre la futura ley trans. Entre otras muchas cosas, el inform habla de una casuística escalofriante sobre algunos efectos subjetivos los protocolos trans eh que pueden recogerse con la aplicación de Reino Unido, donde las leyes son más radicales aún, pues permiten las hormonas y 14 promueven los cambios corporales producidos por cirugía en púberes, para contento de la medicina y los laboratorios farmacéuticos, nuevos amos del mundo. Los beneficios que genera este mercado de lo trans son tales que algunos no vacilan en realizas prácticas no permitidas, como hormonar a niños de diez años para efectuar la «transición». Mencionaré un célebre caso que llegó hasta el Tribunal Supreme de Reino Unido, el de la joven Keyra Bell, tratada en la Tavistor Portman Fundation, para transicionar, como se lo denomina. Iseyra demandó a la Tavistock, al National Health Service y a varias mul tuciones más, entre ellas la entidad Transgender Trend Ltd, por una evaluación que le fue realizada en la Tavistock para prescribir la ul ministración de antagonistas hormonales que suprimen el desarrolla de las propias hormonas, y por no haber sido debidamente informa da de las consecuencias que esto podía acarrear. Keyra se arrepintió

195

sición. Dice la joven: «Pensé que por fin había encontrado la respuesta a por qué me sentía tan masculina, incómoda con mi cuerpo femenino por qué era mucho más parecida a un estereotipo de chico que a un eslercotipo de chica en cuanto a expresión física e intereses».

y

y

comienza el relato de la amarga historia de Keyra que culminó a h Veinte años con una mastectomía, a la que llegó no sin ambivalen1 Del detallado informe del caso solo añadiré una declaración de MI

eyra al final del relato:

Maño siguiente [después de la mastectomía] empecé

a

darme cuenta de

visión que tenía de adolescente de convertirme en hombre era esInetamente una fantasía y que no era posible. Mi constitución biológica heguía siendo femenina y se notaba, por mucha testosterona que tuvieMen mi organismo o por mucho que fuera al gimnasio. La sociedad me tjue

la

percibía como un hombre, pero no era suficiente. Empecé a verme solo romo una mujer con barba, que es lo que era. Me sentía como un fraute y empecé a sentirme más perdida, aislada y confundida de lo que lo Eataba antes de la transición,

NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO

LEGISLAR EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE DE

196

de que, si Keyra quiere des-transicionar entonces, pues se percata en el futuro quisiera tener hijos, podría tenerlos, pero jamás ama mantarlos. Una castración que, sea como sca, tendrá que enfrentar. El gigantesco y ya cristalizado malentendido en torno al género y ala cuestión trans seguirá dando que hablar, como inferimos del caso lo de Keyra Bell, que no es el único, y que parece augurar que «no tor lo que brilla es oro», y que algunas reacciones contrarias a una «tran sición» que promete la utopía de una armonía sexual empiezan a hi cerse ofr, al menos en Reino Unido. el Post Voy a concluir apelando a una expresión de Lacan en todo trata Scriptum del escrito de 1958 De una cuestión preliminar a estimado miento posible de la psicosis.“ Este texto que estás leyendo, lector, bien podría haber llevado esa expresión como título: «psiconts social»

del ¿Por qué? Lacan comienza distinguiendo la relación especial irrach1 presidente Schreber con Dios, de la alegría e iluminación que la experiencia mística. En el primer caso, la subjetivación delirante de la relación del magistrado con Dios está teñida por el asco, por tl rechazo a que su cuerpo sea penetrado por los rayos divinos, conto taciones todas ellas negativas más propicias una mezcla que a tin unión, como es el caso en la mística. del delirants Hay en algunas lenguas, en esta bizarra experiencia define comal al con el «Ser Supremo», una ausencia del «Tú», que reserva para el «significante del Otro de la palabra» El Tú solo se llamado de Dios y para el llamado a Dios, en este singularísimo ea a

Cuando releí el luegoel comentario de Post-Scriptum, y debate, me ratificaron,

2, México, Siglo XXI, pág. 550. ciertos pasajes parecían resonar con la cuestión trans; el Seminario del C. F. de Madrid sobre el 4. ].

Lacan, Escritos

te Palomera en

cambio que mantuvimos en 5. Ibid., pág. 557

el

escribo

Vii el

inter

197

logo. En su comentario de este escrito en Madrid, Vicente Palomera señalaba que en la ley trans no hay tú, hay en su lugar, autonominación, es decir, una mezcla provocada por la ausencia del Otro de la palabra que comporta al mismo tiempo la ausencia de separación.

¿Hacia dónde nos conduce Lacan? Lo cito: «Por eso desde la misma atalaya adonde nos ha llevado la subjetividad delirante, nos volveremos también hacia la subjetividad científica».” En dicha semejaunza se basa para designar con la expresión «psicosis social [...] al hombre con un discurso sobre la libertad que no hay más remedio the calificar de delirante, con un concepto de lo real donde el deternismo no es más que una coartada, pronto angustiosa si se intenta tender su campo al azar, |...] Que semejante psicosis se muestre mpatible con lo que llaman el buen orden es cosa fuera de duda, 10 no es tampoco lo que autoriza al psiquiatra, aunque fuese el psiunalista, a confiar en su propia compatibilidad con ese orden para verse en posición de unaidea adecuada de la realidad ante la cual su elente se mostraría desigual». Sorprende la actualidad de esta valiente denuncia que Lacan dipia la subjetividad científica hace más de sesenta años, y su perencia para leer el fenómeno trans, que incluye la imperativa ria de la ciencia para tratar el sempiterno malestar de la sexualitl que ahora se viste con el ropaje de «lo trans», con todo el respetjue se merecen las personas que se amparan bajo este anhelo de

nsicionar». Lo que ha convertido la incitación a lo trans en una psicosis social li apelación a la libertad democrática para autonombrar el sexo, o penero «aun si no nos hemos ocupado aquí de esta diferencia— 1 si esto fuera no solo posible, sino, sobre todo, deseable. Dicho pocas palabras, las teorías de género distinguen el sexo natural y el DB

/bu,, pág.

557.

LEGISLAR EL SUJETO DE DERECHO Y LO IMPOSIBLE DE

198

sin duda suscribimos los género como construcción social, algo que las raíces incons psicoanalistas, pero a condición de no desconocer cientes que inciden en tales construcciones sociales. descono El rechazo del inconsciente y de lo real del goce que este del sujeto». cimiento conlleva se paga una vez más con la «forclusión de siete dé Nunca más pertinente la expresión de Lacan de hace más cadas: «el loco es el hombre libre».

7.

Lacan,

pág. 166.

Acerca de la causalidad psíquica, Escritos I, México, Siglo

X*

la

3

CLÍNICA DE LO SINGULAR ;

TRANSEXUALIDAD O TRANSGÉNERO* MANUEL FERNÁNDEZ BLANCO

transexualismo ha sido clásicamente objeto de interés de los Micoanalistas. Lacan, en el Seminario 18, recomienda la lectura de 1%]

Muda

orientación, por no haber escuchado nunca hablar de la forclulacaniana, que explica de inmediato y muy fácilmente la forma Estos casos».'

10

* Versión

ampliada del artículo

«Notas sobre

ubilicado en Preudiana, 1.” 92, Lacan, E7 Seminario, libro 18:

1)

171),

transexualismo

un discurso que Buenos Ares, Paidós, 2000, págs, 30-31, De

no

y

transgénero»

fuera del

semblante

TRANSEXUALIDAD

CLÍNICA DE LO SINGULAR

202

O

TRANSGÉNERO

203

Respecto de los casos de transexualidad femenina (de hombre a Mujer), sin síntomas psicóticos manifiestos, se me ocurre plantear las siguientes preguntas: ¿Podría ser que en la transexualidad femenina sc aspirase a producir un nuevo anudamiento entre imaginario y real (cl proceso de la modificación real del cuerpo produce una nueva imagen), que supla la inexistencia del significante de la mujer sin someterse al universal fálico? ¿Podríamos pensar que en la transexualidad femenina se aspira a la feminidad absoluta, a una feminidad no limitada por la función fálica? Porque la transexual femenina no es

En este seminario, publicado con el título De un discurso que no de la relación se fuera del semblante, Lacan distingue la sexualidad xual. La sexualidad es del orden de lo biológico. Ironiza diciendo que la sexualidad en cl se puede comenzar a percibir el sentido que tiene lo Freud muestra campo de las bacterias. Opone la sexualidad a que del funcionamiento del inconsciente que no tiene nada de biológico. Se trata de las relaciones entre hombre y mujer. Lacan señala que no muchachita de hay que esperar la fase fálica «para distinguir a una un varoncito, ya desde mucho antes no son en modo alguno seme la lectura del libro «e jantes».? En este punto es donde recomienda Stoller. Cuando le critica que eluda «la cara» psicótica en los casos de transexualismo parece aludir, sin nombrarla, a la clínica del «em

la mujer, del lado del no-todo. Es La mujer, toda mujer. Podría-

puje a la mujer» en la psicosis. Parece claro que el fenómeno de empuje a la mujer resulta central en muchos casos de transexualismo femenino (de hombre a mujer) del ft Sin embargo, esto nos obliga a precisar una clínica diferencial del nómeno de empuje a la mujer. No podemos equiparar la clínica desencade empuje a la mujer en los casos de psicosis extraordinarias nadas, de la que el caso Schreber sería el paradigma, con la dela tran sexual que se considera víctima de un error de la naturaleza por sen tirse una mujer prisionera en el cuerpo de un hombre. En Schreber lo sitúa como ol ser La mujer es el resultado de una imposición que el empuje jeto de la voluntad de un Otro que vive como exterior, y cel la feminización se da en el curso de un desencadenamiento franco la transexual que busca adecuar 16 proceso psicótico. En cambio, voluntad interna cuerpo a su ser femenino parece guiada por una con frecuencia, no encontramos en estos casos síntomas psicólicos

mos pensar que para la transexual femenina la mujer existe. in los casos de transexualidad femenina (hombre a mujer) con rerhazo del pene, el rechazo del órgano es en realidad el rechazo del Nynificante, del sentido fálico. Falta el consentimiento a inscribirse En la función fálica. Es algo que Lacan aclara, en el Seminario 19, Minndo expresa: Un órgano no es instrumento más que por mediación de esto, en lo que todo instrumento se funda: que es un significante. El transexual no lo quiere en calidad de significante, y no así en calidad de órgano. En eso patlece un

error, que es justamente el error común. Su pasión, la del transexual, es la locura de querer librarse de ese error, el error común que no ve tjue el significante es el goce y que el falo no es más que su significado:

a

y

evidentes. Esto nos debe llevar a plantear una clínica diferenctal fenómeno de empuje a la mujer.

el

Porotra parte Lacan, en el Seminario 18, parcce referirse exclusivamenEN transexualismo femenino, al empuje a La mujer. En la vertiente DN ransexualismo masculino, la casuística era más escasa. Pero Lacan

Nilice

na

no se puede

Ibid., pág.

30.

E

hablar

—,

que una mujer —puesto que de más una mujer solo encuentre a E7 hombre en

Lacan, 27 Seminario, libro 191.0 peor (1971 1972), Buenos Aires, Paidós,

1

2.

en «Televisión»: «De ahí

PY

17.

TRANSEXUALIDAD

CLÍNICA DE LO SINGULAR

204

la psicosis. [...] Así lo universal de lo que ellas desean es locura».*Si cn la la transexualidad femenina se aspira a ser la mujer absoluta, en transexualidad masculina (de mujer a hombre) podríamos ver la asp señalado ración a ser El hombre. El hombre universal. Como ha todo Catherine Millot, los transexuales masculinos quieren ser como el mundo, quieren ser hombres5 Porque las mujeres no son comu todo el mundo, son una por una. Volviendo al Seminario 18, Lacan señala que para el muchacho la muchacha trata en la adultez de hacer el hombre, dando signos a semblan de que se lo es, lo que ubica la cuestión en la dimensión del es del or te. Esto ocurre también en el cortejo animal, etológico, que el den del semblante. Pero Lacan matiza: «Es verdad que comporti sexual humano consiste en cierta conservación de este

miento hi semblante animal. La única diferencia es que este semblante se ve este cula en un discurso, y que en este nivel de discurso —y solo en efecto que no fuera del es llevado hacia, permítanme, algún semblante»* Relaciona esto con el pasaje al acto: «En los límites cel discurso, por cuanto este se esfuerza en sostener el semblante mistrio. al acto». Lacan hay de tiempo en tiempo real. Lo llamamos pasaje cuando el discurso encuen apunta aquí que el pasaje al acto aparece más adelante. tra su límite para sostener el semblante. Y, un poco añade que «El falo es propiamente el goce sexual por cuanto ch coordinado con un semblante, es solidario de un semblante». La 11

ticulación de 4. J.

goce y

semblante

Lacan, «Televisión», en

pasa, >

entonces, por el regis! to falica E

Otros escritos, Buenos Aires, Paidós, 2012, pag

sobre el transexualismo, Bareclona, Paradiso, 5. C. Millot, Exsexo. Ensayo

pág: 93-

Lacan, El Seminario, libro 18. De un discurso que Buenos Alres, Paidós, 2009, pág. 31 6. J.

7. Ibid., pág. 32. 8.

Ibid, pág.

33-

no

1

fuera del sembhant

O

TRANSGÉNERO

205

Lacan señala que «La verdad a la que no hay ninguno de estos óvenes seres hablantes que no deba hacer frente es que hay quienes no tienen el falo. [...] La identificación sexual no consiste en creerse hombre o mujer, sino en tener cuenta que hay mujeres, para el muChacho, que hay hombres, para la muchacha»? El falo distribuye los sexos. Lacan nos dice: «Para los hombres, la Muchacha es el falo (objeto de su desco), y es lo que los castra. Para las nujeres, el muchacho es la misma cosa, el falo, y esto es lo que las casIra también porque ellas solo consiguen su pene, y que es fallido». Para el hombre, la mujer es la hora de la verdad, porque la mujer lú en posición de señalar la equivalencia entre goce y semblante. reso, es más fácil para el hombre enfrentar a cualquier enemigo en plano de la rivalidad que enfrentar a la mujer. Si para el hombre el semblante (la mujer en lugar de objeto a en su htisma) es goce, «En cambio, nadie conoce mejor que la mujer, rue en esto ella esel Otro, loantagónico del goce y del semblante». mujer es el Otro del goce fálico. Lacan dirá que «todo lo que se 1 enunció como resorte del inconsciente no representa más que el rror de esta verdad. [...] No es algo particularmente agradable de tichar, es lo que suele empaquetarse bajo la rúbrica del complejo Hastración».'* Podemos decir que el complejo de castración, bajo modalidad femenina de envidia del pene o masculina de rechazo ln pasividad, es común a ambos sexos. Lacan, también en el Seminario 18, se refiere a la identidad de hero, Afirma lo siguiente: «La identidad de género no es otra que lo que acabo de expresar en estos términos, el hombre y la

Did,

TZOTA Fr /bid., pág. 34

ZA

TRANSEXUALIDAD

CLÍNICA DE LO SINGULAR

206

allí precozmente mujer. Es claro que la cuestión de lo que surge solo se plantea a partir del hecho de que en la edad adulta el desti no de los seres hablante es repartirse entre hombres y mujeres». de Esto lo dice el 20 de enero de 1971. Pero un año después, el 12 sabemos enero de 1972, en su Seminario 19 (...0 peor), afirmaba: «no consideró que qué son el hombre y la mujer. Durante un tiempo se

|

1

suturaba, lo esta bipolaridad de valores sostenía suficientemente, tocante al sexo».'* Ese «se consideró» resuena un poco a Lacan contra Lacan. Tene Como mos que llegar al Seminario 20 (Aun), para dar un paso más. ha señalado Marie-Hélene Brousse: «Al pasar del sujeto al cuerpo hablante, , la diferencia deja de estar organizada por el orden binario el todo, que incluye a todos los y cede su puesto a una oposición entre el justa seres hablantes cualquiera que sea su género, y no todo, que todo, que mente ya no permite consistir a la diferencia binaria».'5 Un incluye a todos, y un no-todo donde no están todos, hace lógicamen te imposible el binarismo en la sexuación. sexual Por eso, desde la perspectiva psicoanalítica, la diferencia solo puede establecerse en función del modo de goce. Y, para orien tarnos en este laberinto, la mejor guía es no confundir sexo y génett Desde el punto de vista del género se pueden multiplicar las opcion cambiante, y nes. Se puede pensar la posibilidad de un género fluido y la línea del pensa aspirar a un género performativo, autodefinido, en 10 miento queer, tal como expresamos en otro momento.

|| |

|

O

TRANSGÉNERO

207

Lo que constatamos es que el término de transexualidad ha sido

desplazado por el de transgénero, que es la expresión políticamente correcta en la actualidad. Pero, cito Marie-Hélene Brousse: «Lo que a

así se indica es

que «trans» se refiere al ser de discurso y no a la falta en her, es la consecuencia del dominio del lenguaje sobre el cuerpo en tanlo que habla». Pero la diferencia sexual solo se puede cernir a partir ie la singularidad de goce, ni siquiera es posible abordarla a partir de la particularidad de goce. La particularidad de goce permite la agrupatión segregativa de los que dicen compartir el mismo modo de goce, pero no es la singularidad de goce. Si el transgénero se refiere al ser de iliscurso, el transgénero ubica la cuestión en la dimensión del semblan-

Como ha destacado Daniel

Roy: «las identificaciones sexuadas son

empre dependientes de los semblantes: todo lo que llegará hacer constiruna identidad sexual, ya sea viril o femenina, va a desplegarse incilablemente en la dimensión del cortejo o de la mascarada. Esta es la imensión, hoy día, llamada de “género”».'* Quizás situar la variedad las identidades sexuales en la dimensión del semblante contribuya a plicar la clínica actual del fenómeno trans. Yendo a la clínica, tengo que decir que desde hace algún tiempo atraído mi atención el incremento de casos de niños y adolescentes en la consulta que realizaba en el hospital hasta el 1 de marzo

ins

020,

Revisé a finales del año 2019 algunos de los últimos casos Ele en total). Seis se presentan como trans masculino. Solo uno de EOS alt esent: como trans femenina. En este último Misos se presenta caso, el su1) expresa que le gustaría que los médicos la hormonasen para tei

CO

pechos y que le quiten «eso». Expresa también que le gustaría Ela ciencia encontrara una solución para que pudiera tener hijos.

1

13. Ibid., pág. 31. libro 19: ...o peor (1971-1972), pág. 38. 14. J. Lacan, El Seminario, de la diferencia sexual», 15. M.-H. Brousse, «El agujero negro

|

1.9

87, 16.

Barcelona, setiembre-diciembre 2010, pág. 37M. Fernández Blanco, http://discordia jornadaselp.com/no

que-son-el hombre-y-la-mujer/

rendiama

saber

«Il agujero

de la diferencia sexual», pág. 39negro

DOM

Brousse,

Il,

perspectivas sobre de 1020, Pág, 154

1D, Roy, «Cuatro enero

la

diferencia sexual», Carretel,

n.2 15,

TRANSEXUALIDAD

CLÍNICA DE LO SINGULAR

208

de Solo en dos de los casos de trans masculinos se expresa deseo transformación genital: para ser «un hombre completo», dice uno. 1 otro expresa: «Yo me quiero operar, que me pongan todo para ser til hombre», en este caso con una enunciación más débil. Los otros cuatro el desarrollo del casos, trans masculinos, expresan gran malestar por pecho y la intención de realizar una mastectomía. Uno de los sujetos

dice: «Con el pecho sí tengo disforia, pero con mi vagina no tengo dis foria. Lo del pene no me interesa». El rechazo, en este caso, se produce la en el registro de la imagen que se muestra. La supresión del pecho y terapia hormonal, sin transformación genital, suele ser la demanda más común en los casos trans masculinos que yo he recibido en los úl timos tiempos. El cambio se pide respecto a los caracteres sexuales se

cundarios. Lo que parece remitir a un goce vinculado al semblante, Vemos entonces como en la mayoría de los casos trans masculinos de niños y adolescentes, que acabo de referir, el rechazo se proc los yt respecto de los caracteres sexuales secundarios, no respecto a nitales femeninos. Aquí puede resultar interesante remitirnos a 1 primera lección del Seminario 20 donde Lacan dice lo siguiemt «Ciertamente, lo que aparece en los cuerpos bajo esas formas cm máticas que son los caracteres sexuales —que no son sino sectini la rios— conforma al ser sexuado. Sin duda. Pero el ser es el goce el más acelan cuerpo como tal, es decir, como asexuado».'* Y, un poco secundarios te, añade: «Y que no vengan a hablarme de los caracteres de la mujer, porque, hasta nueva orden, son los de la madre los «ue sextiacho, predominan en ella. Nada distingue a la mujer como scr sino justamente el sexo».” ces Ninguno de estos sujetos a los que me he referido se presenta

1

de la división subjetiva con una pregunta. Se presentan con una 19. J.

Lacan,

El Seminario 20, Aun (1972-1073), Barcelona, Paidós,

20. Ibid., pág. 15.

1981,

ti

TRANSGÉNERO

209

puesta amparada en los significantes amos de la época en la que el diagnóstico de disforia de género sc rechaza por su carácter patológico. La pretensión de conformar una identidad autoconstruida coMienza por darse un nombre propio que no le deba nada al Otro (en el sentido de la deuda simbólica). Tal como destaca Daniel Roy: «Tendríamos que aprender del hecho de que estos niños dejan oír como su primera demanda un cambio de nombre por otro, escogido por ellos mismos. [...] una declaración de parte de quien se hace res-

ponsable de la llegada de un nuevo ser hablante a nuestro mundo».” Se observa, en la mayoría de estos casos, el intento de producir un Nuevo anudamiento donde la transformación real del cuerpo crea na nueva imagen con efectos de nominación. Pero, el fenómeno rans actual no se deja explicar exclusivamente desde la clínica de la orclusión, y podríamos ponerlo en serie con la pretensión del sujeto

forma «fluida». Se vislumbra, en algunos casos de'la clínica transgénero, la no mediación edíIca, pero sí la operatividad de la castración. Lo que demuestra que | nuténtico agente de la castración es el lenguaje. En el Seminario 18, Lacan expresa que «este arreglo entre el goce el semblante que se presenta como castración [...] se muestra, de alha manera, inepto». Esto es así por estructura, ya que el intento E capturar el goce en la palabra, a través de identificaciones inconstes, siempre produce un resto. Pero la castración tiene un trataiento diferente en el discurso capitalista. El discurso del capitalista, | contrario que el discurso del amo (que es también el del inconsEle), se basa en el rechazo de la castración. El sujeto antidetermiIta del discurso capitalista se postula pretendiendo dirigir sus pro-

úlel discurso capitalista de elegir el sexo de

11D,

pag

O

1]

070:

Roy,

op. cif., pág. 150, Lacan, El Seminario, libro

pág: 154

18,

De un discurso que

no

fuera del semblante

TRANSEXUALIDAD

CLÍNICA DE LO SINGULAR

210

le viene como anillo al pias identificaciones, por eso la ideología queer dedo. Se trata de un sujeto que pretende decidir todo, sin deberle nada al Otro. Como ha destacado Jacques-Alain Miller, en el discur del sujeto sin punto de so capitalista, se trata «de la promoción

referencia» El sujeto del discurso capitalista sueña, entonces, con poder co mandar sus propias determinaciones. En esta lógica, su aspiración abo más radical es la de poder decidir y elegir todo sin limitaciones y lir cualquier determinismo, incluido el sexual. Se trata de un recha encasillado en cual zo radical, en la línea de la ideología queer, a ser deseo del sujeto cl quier categoría. Este rechazo va acompañado del establecida. Esto autodesignarse, al margen de cualquier definición la imposibilidad. Un transexual supone la abolición del límite de masculino puede ser el padre de los hijos a los que daa luz.* O, como ha reflejado Éric Laurent: «Muchos apuntana la diversidad de situa ciones trans, especialmente entre sujetos que se consideran no bin: Por rios. Un paciente de MtF dice: «Soy una mujer y tengo un penc. relaciones tanto, es el pene de una mujer». Quiere utilizarlo en sus

sexuales».

El sujeto, «sin punto de referencia», sueña con poder autodesty de lus nar su identificación sexual de acuerdo al uso performativo semblantes. Este sujeto ignora, como ha señalado Daniel Roy, ue es una identificación sexual sostenida en un semblante «siempre si fracasan enla tomática, en la medida que los semblantes convocados 23. J.-A. Miller,

«Intuiciones Milanesas II»,

Cuadernos de

Psicoanálisis,

n=

pág-41-

1: Fernández Blanco, «Cuando mi padre estaba embarazado mí...». Disponible en internet: https://www.lavozdegalicia.es/notiervap

24. M.

nion/2021/04/25/padre-embarazado-mi/o003_202 104€ 125 de la razón, ¿edad de inclusión? 25. É. Laurent, «Edad net: Escuela Lacaniana de Psicoanálisis (el p.org.es).

177995.htm ».

Disponible

enmntrs



O

TRANSGÉNERO

21I

inscripción del goce en juego, goce sexual siempre en exceso en la economía del propio cuerpo: la identificación sexual señala la discordancia entre los semblantes y el goce». Por eso el «tránsito» puede resultar fallido.

Una de las cuestiones más preocupantes relativas al fenómeno trans en la actualidad es la frecuencia con que el derecho a asumir tina identidad trans se confunde con un empuje a lo trans, cortocircuitando el tiempo de comprender y favoreciendo posibles pasajes al eto. La lógica del funcionamiento de las asociaciones de personas Lrins y de sus familiares (en el caso de niños y adolescentes), y el de las Instituciones públicas, favorece esta deriva. Ya no es necesaria una evaluación psi para iniciar el proceso médico de transformación corporal y, por ejemplo, en la instrucción del Servicio Galego de Saúde, ara la atención a personas transgénero, se pide a los profesionales he adopten una visión trans positiva. Por otra parte, los cambios discursivos van acompañados de cam104 en los criterios diagnósticos. Tomemos como ejemplo las modiraciones en el DSM. En 1980, en el DSM III, aparece la categoría Mynóstica de «trastorno de la identidad sexual» que, en las postenres ediciones del DSM, pasa a denominarse «trastorno de la idenluel de género». Pero, en la versión definitiva del DSM-5, del año 1, se introduce el término «disforia de género» (se elimina el térIno trastorno), y se reconocen géneros alternativos al binomio hom1omujer, Lacan desarrolló en el Seminario 20 que solo en función del modo poce (fálico o no-todo fálico) es posible pensar la distribución seAquí considero que reside la clave fundamental. Como decía Les, no conviene confundir el sexo y el género y, por lo mismo, la Ición transexual y la posición transgénero. Tampoco se trata de

il

ID Roy, cit, op.

pág,

150

TRANSEXUALIDAD

CLÍNICA DE LO SINGULAR

212

confundir ninguna de estas posiciones con el travestismo. Tal como aclaró Catherine Millot, en su libro Exsexo. Ensayo sobre el transexua lismo, los hombres que se visten con ropas femeninas obtienen con esa imagen en el espejo, o con el ofrecimiento de esa imagen a la mi rada de otro, excitación sexual. El travestido juega menudo de modo exhibicionista a mostrar el pene, a revelar el engaño, como uni manera de obtención de goce sexual fálico.” Sin embargo, los trans masculinos suelen ocultar sus genitales femeninos, de los que se avet giienzan. Con Lacan sabemos que, si la libido es masculina, el goce es lt menino. Miller ha destacado que Lacan, en su última enseñanza, ha generalizado el goce femenino haciendo de este «el goce como tal», un goce no capturado en el Edipo y reducido al acontecimien to de cuerpo.” Aclara que Lacan, posteriormente, encontró chi cito a MI goce en el hombre en el que, dice, está más oculto? Pero, ller, «el goce como tal no tiene la más mínima relación con la rel ** El goce tiene que ver con la fijación contingente qu ción sexual» dejó una marca imborrable y que se conmemora en la repetición, 11 del cuerpo fi goce es fundamentalmente autoerótico. Es un goce ra de sentido. Xavier Esqué en su texto de orientación para las Jornadas de la ELP de 2019, sobre «La discordia entre los sexos a la luz del psicun nálisis», refiriéndose al Seminario 17 de Lacan expresaba que «Il ob a

27. C. Millot, op. cit., pág. 96. 28. J.-A. Miller, «Uorientation lacanienne

ena 11, 13 (2011). L'Étre er VUN», del leccion París la VIII, ñanza del Departamento de Psicoanálisis de Universidad 2 de marzo de 2011, en Freudiana, 1.” 61, pág. 10. 10 de 2011, en Preudiana, 20. J.-A. Miller, ¿bid., lección del 23 de marzo

pág. 22. 30. Ibid.

O

TRANSGÉNERO

213

jeto de un análisis es saber qué se satisface»? Esto debe llevarnos a tomar en cuenta, sin fascinarnos, el desorden creciente en la sexuación. Algunos de los fenómenos en los que se expresa este desorden Lal vez sean la expresión actual de fenómenos antiguos. Podemos pensar, por ejemplo, que la envidia del pene «se hace trans». Por eso, Iras la diversidad, y la ruptura del ordenamiento fálico binario, el mejor modo de orientarse en la clínica es el síntoma como singulariilad de goce.

Como ha señalado Marie-Hélene Brousse, La identidad, y el género como identidad sexual, son del Otro y están en el Otro. [...] Lo que es nuevo hoy es que han aparecido recetas alternativas a las que estaban en juego en el lazo social. Esto es todo y es mucho [...] pero la multiplicidad de las identidades no modifica en nada su modo de funcionamiento. Siguen estando en el Otro, e intentan propoher nuevos modos de empleo del lazo social [...]. El gender es una tentativa de reducir el sexo al significante y a la función del semblante. [...] La Identificación sigue estando en el Otro [...] Pero el Otro no da una identidad una, [...] presta los significantes que desfilan en las identidades de papel que se atropellan, se contradicen y que en un análisis caen como

muerta.

piel

Otro solo da, por los procesos de identificación, falta en 5.1 Por eso, al final de un análisis, el parlétre escoge la soledad de

10 «el

Esqué, disponible en: http://discordia.jornadaselp.com/fracaso-perpeHavier-esque/ MAH. Brousse, «Las identidades, una política, la identificación, un proX:

11.

1

yy

Ia

identidad, un síntoma», disponible en castellano en: http://identidades. p.com/textos-y -bibliografia/texto-de-orientacion/las-identidades-unala identificacion un-proceso-y la-identidad-un-sintoma/

Melasel Mica

11

id,

214

CLÍNICA DE LO SINGULAR

LA CUESTIÓN TRANS ENTRE LA CLÍNICA Y LA POLÍTICA

la diferencia absoluta, una diferencia que no se basa en la segregación de los mismos con los mismos, sino en la identificación al síntoma semblantes y depurado en su análisis. Frente a la proliferación de los la multiplicación de las posibles identidades, la identificación al sín de goce fuera de sentido, cs toma, a la positividad del modo singular la única posibilidad de pensar la identidad desde el psicoanálisis. 1' la identidad inclasificable del sujeto del trauma.

JORGE

SOSA

Cuando cualquiera, nuestro mejor amigo, sea hombre o mujer, nos pide algo, esto no es para nada idéntico, e incluso a veces es diametralmente opuesto, a aquello que desea. J- LACAN,

Psicoanálisis

y

medicina

unos padres preocupados porque su hija de quince años les licho que siempre se ha sentido un chico y quiere llamarse Joan. tán desconcertados, pero su hija tampoco se siente bien, de hecho, medicada con antidepresivos. Cuando salgo a recibirla, me tentro con una joven vestida como una top model que extiende

Vienen

1

realidad oscila entre ser chico o chica y por eso cree que es binl, Pero en nuestro tercer encuentro, ha llegado a la conclusión que es lesbiana, porque está enamorada de su mejor amiga. “En verdad, esta historia sería divertida si no fuera porque, para esta UN, el no poder encontrar una manera de nombrar su goce y de darUN lugar en su ser supone un gran sufrimiento. En su esfuerzo por Cen

Mbrarse, ella toma del discurso social una serie de significantes con jue intenta atrapar ese goce que la acosa y que no entra en la repreANición que tiene de sí misma, Esto prueba que las soluciones que

216

CLÍNICA DE LO SINGULAR

LA CUESTIÓN TRANS ENTRE LA CLÍNICA Y LA POLÍTICA

adoptó en la infancia al enigma del deseo y del goce no le alcanzan para responder a la demanda pulsional surgida en la pubertad. Por supuesto, este caso no cumple con los criterios consensuado para recomendar un tránsito al otro sexo, lo traigo a colación porque nos recuerda la distancia que hay entre el sexo biológico y la asunción de una posición sexuada.

Actualmente, recibimos cada vez más personas que quieren cambiar de sexo o de género y cada vez más jóvenes, incluso niños. En Este último caso, son los padres los que se hacen portavoces de su demanda, a veces con preocupación y otras con precipitación, pues toman la demanda del hijo o de la hija como si fuera su deseo.

217

DEMANDA, DESEO, GOCE EL TRANSEXUALISMO

menudo se confunde lo que alguien pide en tanto «yo» con lo que Tenlmente desea, sin plantearse la pregunta de qué quiere decir ese dido. En otras palabras, se lo toma como un significado no como y realidad en es: sabemos lo un significante que no que que signifiSin embargo, se sabe desde Freud que hay una distancia entre lo Nue alguien pide y lo que desea. También la hay entre lo que desea y Muello de lo que goza. listo se hace evidente en ciertos casos en que el sujeto pasa al acto Mt decisión de cambiar de sexo y a continuación surge un síntoma estado de lin angustia inexplicables. Pondré un ejemplo relatado Tuna colega en un grupo de investigación. Una joven consulta por una sintomatología depresiva explica, y mo de pasada, que acaba de tomar la decisión de iniciar el «tránsiotro sexo. Por alguna razón, necesita aclarar que «eso no tiene tn que ver con su depresión». Sin embargo, el cuadro clínico desPurcee cuando se le dice que lo primero que hay que hacer es ocuMe de su depresión y, por lo tanto, debe suspender el otro tratalento, Esto demuestra que el problema es más complejo y que es renaria la hipótesis del inconsciente para explicar estas paradojas. Cuando hablamos de «disforia de género», en realidad nos esta1 refiriendo a una gran variedad de fenómenos, a veces muy conNo Entonces, ¿qué quiere decir Lacan cuando plantea que no se A

Podemos encontrar el fenómeno del transexualismo en otras época y en otras culturas. Por ejemplo, en algunas sectas adoradoras de la Diosa Madre, había hombres que se consagraban a la Diosa en uns ceremonias en las que, arrastrados por el éxtasis, se cortaban los geni

tales.

Pero esto no deja de ser una interpretación mediada por el discur so de la medicina moderna, puesto que —como afirma Lacan— solu existe lo que es dicho. Sentirse hombre en un cuerpo de mujer o mu jer en un cuerpo de hombre, ha tomado otro sentido desde el mu mento en que ha sido nombrado como un sufrimiento psíquico ejtr tiene una solución de tipo médico. Porque desde ese momento uh puede dirigirse a la ciencia para reclamar esa solución y al legislador para que lo reconozca como un derecho. El diagnóstico de «disforia de género» recorta un sufrimiento al mismo tiempo que indica su solución. Si el malestar es causado pr tener un cuerpo equivocado, la solución es adecuar ese cuerpo a la que el sujeto dice ser. Se supone que de esta forma logrará estar enar monía con su goce y desaparecerá el sufrimiento, 1.

radiso,

C. Millot, Exsexo. Ensayo sobre el transexualismo, Barcelona, Veiciones 1984, pág. 06,

a

1

ll

CLÍNICA DE LO SINGULAR

LA CUESTIÓN TRANS ENTRE LA CLÍNICA Y LA POLÍTICA

cl ha tenido suficientemente en cuenta la dimensión psicótica en transexualismo? Porque hay una gran diferencia entre el delirio tran sexual y la demanda de aquellos sujetos que sufren porque su cuerpo últimos no se corresponde con su género. Y también entre estos aquellos que rechazan el binarismo de género y militan por una sc xualidad en permanente construcción yoica.

El «empuje a La mujer» en la psicosis consiste en que el sujeto se rige como un significante de excepción, encarnando un goce del que «lodos» están privados. Se trata entonces de un goce que no ha sido Extraído del cuerpo por la simbolización del falo, de ahí que pueda

218

y

EL TRANSEXUALISMO DELIRANTE

—. paradigmátl

Sobre este fenómeno clínico contamos con ejemplos estudiado por cos para el psicoanálisis, como el «caso Schreber»,” Freud, o el caso de Robert, el niño tratado por Rosine Lefort.' I.h ellos vemos producirse lo que Lacan conceptualizó como «empujr consideró estr a La mujer» en las psicosis. En un principio, Lacan fenómeno clínico como una suplencia o restitución del Nombre de el Padre, ausente en la psicosis. Visto desde esta perspectiva, sínto del Padre, tin ma supliría la función normalizadora del Nombre al embargo, al final de su enseñanza, Lacan invirtió los términos, considerar que el Nombre del Padre mismo era un síntoma, f5 decir, una forma de anudar lo real, lo simbólico y lo imaginario. síntomas que pu den pero no la única. Esto significa que hay otros de Joyrrel cumplir esa función, como el delirio, 0, como en caso de una obra literaria en la que se pone en juego un modo-singular gozar de la lengua. 2. S.

e

Freud, Observaciones psicoanalíticas sobre un

caso de paranona (Demenal

"tas, Muelrak US completas "e . Schreber, Obras aso paranoides) autobiográficamente descrito (caso Schreber), Biblioteca Nueva, tomo II, 1973, pág. 1487. de la psychose», París, Seuil, 199% 3. R. y R. Lefort, «Les estructures a “De una cuestión preliminar 4. J.-A. Miller, «Suplemento topológico

Matemas,

T,

Buenos Aires, Manantial, 1987, pág.

Cl

143:

219

pensado como femenino. Schreber testimonia de este goce cuan0 habla de la feminización de su cuerpo y de la necesidad de su masculación como única forma de restaurar el orden del universo nvirtiéndose en «La mujer de Dios». En el caso de Robert también heontramos la misma lógica, en el pasaje al acto en que intenta corIse el pene con unas tijeras r

E

mera ”

ananicmc

Otro para adecuar su cuerpo a su ser. La rectificación ocurre de heho, en el delirio o en el pasaje al acto, sin pasar por el circuito de la manda, sin esperar nada del Otro. Si existe una demanda, en todo 0), es que el Otro sea testigo de lo que le ocurre, que tome nota de experiencia excepcional que no forma parte del saber de la cien- Nole pide al Otro que le ayude a cambiar su cuerpo, sino que sea tigo de su transformación. Además, esa «feminización» es rechazada por el sujeto de entraLa primera actitud de Schreber ante el fantasma que lo asalta de E escría bonito ser una mujer en el momento del coito» es de rebel¡de protesta viril. Solo después de un arduo trabajo delirante conHrá a ese «otro goce» como un sacrificio que tiene como fin restaer las leyes que rigen el orden universal y amarrar así el goce loco Dios, [a estabilización de su psicosis será el resultado de un arreglo sintohico -—una especie de transacción— entre el hombre que es y la mi: excepcional que debe cumplir convertido en «La mujer de Dios». ,

JA pág

Miller, «¿Producir

180,

E

el

$

sujeto?», Maremas,

1,

Buenos Aires, Manantial,

CLÍNICA DE LO SINGULAR

LA CUESTIÓN TRANS ENTRE LA CLÍNICA Y LA POLÍTICA

la Es muy importante este matiz: él no es «una» mujer, sino «La» mujer, encarnación del significante que falta en el inconsciente. Sobre este punto, quiero aportar un caso, en el que se puede apreciar Sc al menos un esbozo de este empuje, así como la respuesta del sujeto. Cuan trata de un joven de treinta años diagnosticado de esquizofrenia. dolo recibo primera vez, acompañado por su madre, está muy me

sentido de que reintroduce en el campo del sujeto una falta que es inherente a la estructura del lenguaje. Cuando esta falta no ha sido

220

por dicado y en un estado de abulia total. considerarme Después de un período de mucha reticencia, por los médicos, comienza a vivi una especie de aliado de su madre y de ficarse cuando puede explicar su delirio sobre lo que llama su «enfci la medad penil». Refiere que, durante su primera gran crisis, por que al estuvo hospitalizado durante varias semanas, murió, o menos est hasta invaginarse vo a punto de morir, y su pene se empequeñeció convertirse en un horrible agujero. Por lo que pude entender, gracias a la medicación, las alucinaciones el sujeto quedó en un estado (lí y el delirio remitieron en gran parte y el apatía total. Solo quedó un resto de su experiencia psicótica: per volviendo a crecer lentamente, aunecjus que había desaparecido estaba aún era «un pene de niño». Eso significa que aún necesita tiempo pari de casar y estar en condiciones de cumplir con el mandato materno ha tener hijos. Le angustia tanto esta demanda que su madre se convel tido en una figura persecutoria y, cada vez que ella ha puesto en primis hombre y asuma sus plano su exigencia de que se comporte como un comenzó a ese responsabilidades, ha tenido una crisis. En la última,

imbolizada por

221

el falo, el

sujeto se ve forzado a inventar otra soluCión para asegurar su existencia como sujeto. El «caso Schreber» es paradigmático en este sentido, porque su transformación en mujer Es el sacrificio al que debe consentir para restaurar el orden del uniVerso.

Ahora bien, la dimensión psicótica a la que alude Lacan cuando abla del transexual tiene un alcance más amplio, porque se refiere a forclusión de un saber, algo que no se traduce necesariamente en hitomas psicóticos.

y

char a través de la pared cómo su vecina lo insultaba y hacía comenta rios irónicos sobre su virilidad. Por eso un día salió a la escalera mten e

ha tó agredirla, con el resultado de que acabó ingresado. En esa épora «todos» lo mira angustia tampoco le permitía salir a la calle, porque ban y hacían comentarios alusivos sobre él. Todos decían «mujercita del forzamint El a La mujer», según Lacan, resulta

«empuje producido por la estructura del significante sobre

el

sujeto,

En

el

MBIAR DE SEXO

Electo, las personas

que sienten que su sexo biológico no se corresdle con su ser y desean cambiarlo, plantean una problemática erente. Los estudios clínicos y las biografías que conocemos muesNi que experimentan desde muy temprano un extrañamiento res10:11 su cuerpo que les hace imposible identificarse con el sexo que hu sido asignado. Luego —al menos en algunos casos— el encuenron un goce completamente «hetero» les produce tal desgarro jetivo que ya no pueden evitar la certeza de que viven con un po equivocado y que desean pasar a la otra orilla? Tin general, estas personas saben que tendrán que pagar un alto lo por este cambio, un precio que no se limita al sufrimiento físi-

6

Catherine e librode Catherine

Sobre este | punto es muyy interesante inte el eres i

!

e

- la conferencia de Micionado), y también

bre color de mujer

Anos,

FCPOL,

y

i

Millot,

(anEstela Solano titulada «Puede haber ro

Mi

Exsexo

mujer color de hombre», en Conferencias Jacques La-

rarse de la familia, perder un esta co, sino que puede comportar sepa la crítica o tener dificultades tus social, soportar la incomprensión y la vida. Pesca todo, ese deseo se impone como para trabaj ar y ganarse Los testimonios sobre la la única solución posible a su padecimiento. dicen que estas personas experiencia posterior al cambio de sexo no la armonía, pero sufren de hayan conseguido por fin la plenitud o arre más soportable. Por eso, en su gran mayoría, no se

otra manera, con su acto. pienten de su decisión y se sienten en paz más por el hecho dí En cuanto al goce, todo parece indicar que pasa el encuentro de los cuerpos. “t ser reconocido hombre o mujer que por siente represen la trataría entonces del goce de una imagen con que se siente que pertt al tado y de una nominación acorde con el sexo que de la tesis de que en cierto número nece. Este hecho es compatible con función de suplencia equiva casos la ablación del órgano cumple una un síntoi+ lente a la del Nombre del Padre, en tanto funciona como lo simbólico y lo imaginario? que anuda lo real con tiene esta rect ica Hay evidencias del carácter pacificador que hasta el punto de que al ción quirúrgi ca del cuerpo en ciertos casos, afirmar que con la amputación han pork gunos transexuales llegan a «integridad: do por fin sentirse «completos» o que hanrecuperadosu — Todo esto nos lleva a suponer que la intervención quirúrgica eu el nombre— pued viene a completar un cambio en la imagen y en el desenra ciertos casos funcionar como una suplencia que evita en dicha oper1 denamiento de una psicosis. Porque no olvidemos que «de más» —ya sea el pene o la ción implica la sustracción del órgano reintroducción en lo real ee — y, por lo tanto, una órganos femeninos la pérdida que no fue simbolizada. la diferen De todas formas, también habría que tener en cuenta Linformación py 111117 A.Leviy ].-C. Maleval, «L'apotemnophilic», J. D. Matet, Lacan Quotidien, 17 033) 84, 2008, pág. 733 (citado por

7. n.*

LA CUESTIÓN TRANS ENTRE LA CLÍNICA Y LA POLÍTICA

CLÍNICA DE LO SINGULAR

222

223

que encuentra J.-C. Maleval entre el psicótico y el transexual. Su planteamiento es que mientras que el psicótico tiene el objeto a en el bolsillo —tal como afirma Lacan— el transexual tiene el objeto a pepado a su imagen, Esta es la razón por la cual esta imagen no está investida fálicamente y es odiada, lo que explica el componente melanrólico que casi siempre está presente en estos casos. La diferencia con Ih melancolía consiste en que el odio de sí no se dirige a su ser, sino al órgano insoportable pegado a su cuerpo. Lo que está de más no es el de goce» del sujeto, sino «el órgano»*

er

ROS

CASOS DE «DISFORIA DE GÉNERO»

umbién nos encontramos hoy con sujetos en los que el deseo de mbiar de sexo tiene claramente una significación fálica, en tanto se

una identificación inconsciente al deseo o al objeto del deseo | Otro. Esto es perceptible a veces en el empuje con que un padre o hacen suya la causa de su hijo o en la prisa que tiene por padre Ir su deseo. Pero también lo encontramos en forma de angus(tando a un padre o una madre le retorna, por boca de su hija o 1, 4U propio deseo rechazado. Un ejemplo de este tipo es el de Marc, un joven de veintitrés Neue llegó a mi consulta por una grave depresión con ideación Tita, El cuadro clínico se había desencadenado después del enhiro con lo que Freud habría llamado «un goce ignorado». Seme contó, había conocido a un chico con el que había establecirelación homosexual «muy tóxica» y estaba desconcertado, ue no entendía cómo podía estar tan atado a alguien que lo tra0ya en

y

na N

Mimo

Maleval, volumen,

«El

transexualismo

objeta

al

transpenerismo», publicado en

LA CUESTIÓN TRANS ENTRE LA CLÍNICA Y LA POLÍTICA

CLÍNICA DE LO SINGULAR

224

taba tan mal, que lo trataba «como a un objeto de usar y tirar». Ha bía intentado poner distancia yéndose a estudiar a otra ciudad, pero cuando su amigo le escribió diciéndole que había intentado suici es darse, regresó a su lado inmediatamente, «como si solo hubiera tado esperando eso». El maltrato continuó, por supuesto, y este joven empezó a pensa seriamente en el suicidio como la única forma de resolver su confli estaban se to. Se refugió entonces en casa de su madre —sus padres busca parados y su única tregua consistía en salir por las noches enEstaba de sexo y drogas hasta acabar inconsciente en cualquier parte. Sus padres se separaron cuanto seguro de que acabaría matándose. tenía sicte años. Un año antes habían adoptado a su hermana meno! Según recuerda, desde muy pequeño jugaba como una niña, cosa «ut cu decepcionaba mucho a su padre, lo percibía en su mirada y en sus mentarios. Sin embargo, su mundo giraba en torno a él y su fantasia infantil era ser la mujer-florero de un hombre fuerte y protector con —

que tendría muchos hijos. Este joven no encontraba mucho placer en el cuerpo a cuerpo ha mosexual y su goce consistía en «sentir que tenía el poder de hacer de padres había sida gozar al otro». Un día dijo que la separación sus madre destrozada. una catástrofe para él. «Yo estaba ahí, con mi siendo el blanco de toda su ira». El corte de la sesión sobre este dicho hizo que reparara en que u encontraba en la misma posición, la de ser usado y tirado por un hombre que encarnaba la potencia y la virilidad. Desde ese momen esta identificación to, el sujeto empezó a tomar distancia respecto a también respecto a la fantasía infantil de no ser suficiente para rete neral padrea su lado. Su mala relación con los padres se calmó y hum bién pudo separarse al fin de su partenaire t raumático. Entonces sobrevino su «crisis existencial», un cuestionarmentr radical de toda su vida, que hizo surgir la pregunta: ¿soy una mujer:

el

el

E

225

¿Debería cambiar mi cuerpo? Recordó que hasta hacía poco tiempo ntaseaba con ser como la heroína de su serie preferida, una adolesrente con superpoderes y de apariencia ambigua, que era para él la esencia femenina». Había rechazado esta fantasía en el momento En que conoció a su novio y decidió ser «gay». En la sesión siguiente me advierte: «lo de ser una mujer es solo na idea». En efecto, se le ocurrían muchas cosas que le hacían dudar e esa conclusión. Por mi parte, insistí en esas dudas, hasta que surú un recuerdo de cuando tenía catorce años: su madre le contó que Les de su nacimiento había tenido cuatro abortos, de cuatro niñas, tisados por un síndrome que provoca la muerte del feto si este era sexo femenino. Por tanto, su madre había perdido cuatro niñas 0 cuatro veces la niña deseada— y a él le tocaba la carga de haber cido por ser varón. listo le permitió recordar también que siendo muy pequeño le Teguntaba a su madre insistentemente qué nombre le habrían esto si hubiera sido una niña. ¿Pero cómo es posible que supiera Na historia que aún no le habían contado? Lo importante en todo 10 es que más allá de ese «problema intelectual», según sus pro4 palabras, pudo hacer emerger su deseo infantil de «ser la niña Esti Madre no había podido tener» y ocupar así el lugar de las ni1

muertas.

5u fantasía de ser mujer y quizás sus impulsos suicidas estaban deminados por esta identificación. La prueba es que, desde ese moElo, su plan de convertirse en mujer y también la idea de suicidarperdieron importancia. Puesto que nunca tuvo la certeza de ser Mujer atrapada en un cuerpo de hombre, lo que operaba en su onsciente era la pregunta por lo que él había sido para el deseo de

1

puelres,

226 LA

LA CUESTIÓN TRANS ENTRE LA CLÍNICA Y LA POLÍTICA

CLÍNICA DE LO SINGULAR

«PASIÓN» DEL TRANSEXUAL, SEGÚN LACAN

En el Seminario 19 Lacan se refiere al transexual y define su proble mática en dos tiempos. Primero, afirma que padece del «error común», que consiste en confundir el pene en tanto significante — cs un significante en la medida que hace la «pequeña diferencia»— con el pene real. Luego, en un segundo tiempo, define lo que lo diferen cia, la «pasión» del transexual, incluso su «locura». Me detendré un momento en este punto. Lacan parte de que hombres y mujeres son reconocidos en fun ción de esa «pequeña diferencia», que es la presencia o ausencia «lí un pene. Pero al mismo tiempo remarca que este reconocimiento ch la un hecho de lenguaje. En efecto, por ser un hecho de lenguaje, prr sencia del pene remite a su ausencia y la ausencia no hace más quí evocar su presencia. Es esto lo que hace que el órgano sea marcado del falo, por la castración, que sea investido por la significación Solo convertido en un significante, puede el pene funcionar com instrumento de goce, tanto para un hombre como para una muje De modo que el goce del ser hablante es fundamentalmente goce dí | significante. El «error común» al que se refiere Lacan consiste en tomar com un hecho natural lo que en verdad es un hecho de lenguaje, es decir «no ver que el significante es el goce y el falo no es más que su | significado»* En efecto, para Lacan el falo supone la castración, cs significante de la falta que introduce el lenguaje. Por eso ces, al tiempo, el obstáculo que hace imposible la relación «natural» entre ls sexos y lo que suple esa falta con el goce del significante, el goce lala El «error común» en el que cae el transexual consiste, entonces, A encarnar la diferencia de los sexos —puro hecho de discurso— en un 1

mit

9. J. Lacan,

El Seminario, libro

19:

...0

peor, Vuenos Aires, Paidós,

pág.

1

227

gano y creer que es ese órgano lo que da acceso al goce del otro xo. Pero su «pasión» es querer librarse de ese error, es decir, de la posibilidad que representa el falo en tanto significante, librándose el órgano. De esta forma sueña con hacer existir la relación sexual Í donde esta es imposible, debido a que en el inconsciente no hay hgún significante que diga lo que es la esencia de La mujer.*

TIEMPO QUE HACE FALTA

verdad que hay cada vez más sujetos diagnosticados de Isforia de género», esto corre parejo con la promoción de un disMo que empuja a algunos de ellos a la realización de un cambio de 1) como Único modo de tratamiento de su malestar. Dicho discurhe apoya en el derecho de cualquier ser humano a elegir libremenpero es evidente que también está determinado por la existencia

“bien es

tinos intereses a los que poco les importa la salud.

trata de un discurNteramente basado en el fantasma de una «armonía natural entre Jex08», puesto que da por sentado que el cambio de sexo le permiTal sujeto acceder al objeto adecuado. Esto no se sostiene frente al Ubrimiento del psicoanálisis de que «no hay relación sexual» —en htido de una complementariedad entre los sexos— porque no esencia de la mujer» en el inconsciente. “wmo hemos visto, ya podemos reconocer algunos efectos de este timo en cierto tipo de síntomas, que en general son tratados como Mornos»: trastornos depresivos, de angustia, de la conducta aliLiria, del aprendizaje, ete. Pero solo son trastornos desde el pun-

Porotra parte, aunque resulte sorprendente,

se

To Sobre este punto se puede consultar el artículo de Éric Laurent, «Biopolíen este volumen, E linorma trans», incluido

228

CLÍNICA DE LO SINGULAR

to de vista del discurso dominante, vistos desde la perspectiva que nos da el psicoanálisis, son el retorno de un goce que plantea su obj: ción a los delirios de nuestra época. Otra consecuencia de este discurso, que cree en el yo como tn «ser» libre de decidir desde la más tierna infancia, es la inhibición cada vez más acentuada de los padres para autorizarse a desear o dí cir algo con relación a la sexualidad de sus hijos, lo que deja al niño solo con la carga de orientarse en cuanto al deseo y al goce, sin la 11 ferencia de un decir del padre o de la madre en cuanto a lo que se pera de él. Por supuesto, eso no impide que el deseo de los padres siga op rando desde su inconsciente, por lo que al sujeto solo le queda inter pretar los signos de ese deseo reprimido. Esto que intento decir no es una posición ideológica, sino una vel dad probada por el psicoanálisis: lo que dice el «yo» no es necesari mente lo que el sujeto desea y mucho menos lo que lo hace gozar, 1'o eso es necesario un tiempo para comprender lo que uno dice sin 11 ber, en eso consiste el tiempo de un análisis. También es necesarin que los profesionales que atendemos este tipo de casos, nos abstenyi mos —como hizo Freud— de creernos jueces, capaces de autorizar negar la elección de un sujeto, en función de nuestros prejuicios Lo único exigible, en todo caso, es no confundir la demanda con el desco. Solo así el sujeto tendrá la oportunidad de tomarse el tiempr que haga falta para saber si quiere lo que desea.

INTERSEXO. DESAFÍOS DE UNA CONDICIÓN CONGÉNITA NO BINARIA GABRIELA MEDIN

ch

clínica con niños y adolescentes intersexo es uno de los campos de bajo en interconsulta pediátrica en los que se pone de manifiesto forma contundente la complejidad de la sexuación en los seres manos y la importancia de las palabras que acompañan a la bioloy a la genética. Palabras que ofrecen puntos de amarre a las identaciones y que, junto con los modos de goce, darán lugar a la idenNel sexual. Los humanos estamos marcados por el lenguaje, que separa radicalmente del instinto biológico y que diferencia a extra especie del mundo animal. «El orden del instinto está perdi| desviado, transformado, reinterpretado por el sujeto, que emerte lo vivo por el hecho mismo de la operación de lenguaje».

Por este motivo, los humanos hacemos síntomas y trastornos en el po que no obedecen a las leyes de la biología, y los psicoanalistas

Lrabajamos en interconsulta somos convocados en muchas de esMluaciones. Sin embargo, este no es el único aporte que puede hatin psicoanalista que trabaja con médicos. En la clínica contemporánea otro aporte fundamental es recordar Médico la importancia que tienen las palabras que acompañan su E

Ornicar, n9 JA, Miller, «Encyclopédie», Revue

24, París, 1981, págs. 35-44.

INTERSEXO. DESAFÍOS DE UNA CONDICIÓN CONGÉNITA NO BINARIA

CLÍNICA DE LO SINGULAR

230

retomada por acto. Recordar la vigencia de la afirmación de Balint, Lacan; respecto de que el médico se receta a sí mismo. Esto supont del personaje de saber que encarna en el que el médico esté advertido la demanda que el cn ejercicio de su función y tome en consideración fermo le dirige. Como parte del equipo en el hospital pediátrico, tenemos la tarea de hacer valer que, junto con la importancia de ubicar cada caso con de la relación a un diagnóstico, a los protocolos y las normas propios del caso exce práctica médica, corresponde ver también lo que lo la norma, lo que destaca en su singularidad y no podrá reducirse a universal. Este texto tratará distintos aspectos del trabajo clínico con pacien la tes intersexo y sus familias tanto en el hospital pediátrico como en consulta privada. Desde la perspectiva del psicoanálisis, el trabajo confronta al con niños y adolescentes, así como con sus padres, nos desafío de acompañar los síntomas, los impasses y las vicisitudes que transita cada sujeto para encontrar su respuesta frente al encuentro de los trastornos con el real que comporta el diagnóstico de alguno agrupados bajo el nombre de desarrollo sexual diverso (DSD). Un punto destacable de la clínica que nos ocupa es que los pacien todos los tes intersexo ponen en escena la imposibilidad de encajar a de manera eur seres humanos en el binarismo femenino/masculino, fue cambiando a medida que la respuesta social frente al binarismo estos pacientes comenzaron a tener más visibilidad, se organizaron fuerza ee en asociaciones de pacientes y se constituyeron como una cambio respecto del manejo hospitalario.

DE QUÉ HABLAMOS CUANDO DECIMOS INTERSEXO?

denomina intersexuales a las personas cuyo sexo no se ajusta al nario femenino/masculino. En general, se incluye en este grupo a dividuos con condiciones congénitas cromosómica, gonadal, horonal o genital que no se corresponden con el estándar de anatomía xual o reproductiva femenina o masculina. Esta condición, que a de lleno la cuestión del sexo, ha planteado y aún plantea una in cantidad de controversias respecto del manejo de su salud y mbién de su asignación de género. , hermafroditas. las llamaba Durante gran parte del siglo xx, se La denominación se modificó porque realmente no se trata de per115 que reúnen los dos sexos a la vez, como indica la definición de le término que sí puede aplicarse, por ejemplo, a flores que tienen ilroceo y gineceo. Las personas intersexo, en cambio, presentan alil discordancia entre las características cromosómicas, la producn de hormonas y el desarrollo de los genitales y el aparato repro-

c

jelivo.

Internacional Intersexos de Chi0 se introdujo la definición DSD (diverse sex development) como paraguas para referirse a diferentes entidades clínicas que es imlante diferenciar? Más recientemente, esta denominación DSD, Miro criticada por patologizante, muchas asociaciones de pacienilefienden que no se considere una enfermedad, sino una condiN para la que intersexo es una mejor denominación.

ln el año 2005 en la Conferencia

y

$ Síndrome de insensibilidad

que puede ser comple5-alfa-reductasa, XY (síndrome de keto-esteroide de reductasa, disgenesia gonadal iencia 17 [I), síndrome de Denys- Drash, síndrome de Smith-Lemli-Opitz, síndroA Mayer Rokitansky Kuster Eliaiser (MRISTD, disgenesia mulleriana.

MS,

Lacan, «Psicoanálisis Manantial, 1986, pág. 87. 2, J.

y

medicina», Intervenciones

y textos 1,

Buenos Arm

231

a los

andrógenos

(STA)

Síndrome de Morris) o parcial (PAIS), deficiencia de

INTERSEXO. DESAFÍOS DE UNA CONDICIÓN CONGÉNITA NO BINARIA

CLÍNICA DE LO SINGULAR

232

Las entidades clínicas consideradas DSD en la literatura médica ele pueden ser identificadas o diagnosticadas en distintos momentos la vida, a veces de forma azarosa. En ocasiones a partir de un ding nóstico prenatal, pero también al nacimiento, a lo largo dela infancia de una hernia, o en la adolescencia por la falta de la

por

aparición

sde

APRDICIÓN

CS

Ta

MENUNT:

, LA PRÁCTICA EN EL:HOSEITAL

La práctica habitual durante las décadas de 1980 y 1990 era la asi nación de sexo por parte del equipo médico y la realización de ciu AAfuera la gías correctivas o cosméticas para lograr que la anatomía más acorde posible a las características estándares del sexo ast gado Esta práctica, basada en las recomendaciones de tratamiento eel hermafroditismo,* suponía la eliminación temprana de la incerhi dumbre, permitía poner un nombre de niña o de niño, asignar Un género y criar al niño o la niña según cl sexo asignado. En esa ¿pra resultaba sumamente difícil para las familias compartir con otr Se trataba de síndromes personas información, dudas, dificultades. sobre ls raros, que tocaban algo fundamental como la sexualidad y mucha visibilidad, Eneon que no había mucha información ni tenían del silencio de tramos, aún hoy, muchos relatos acerca de los efectos haber guardado o escondido la angustia que esta condición pr en los padres y en los niños/as afectados. El de Sonia es un ej imples ,

ss

e

y

ele

era Nací hace más de cuarenta años. Fui identificada como mujer marcados de rasgos ma como tal aunque mi infancia pasó por ctapas

233

culinos. Con menos de dos años aparecieron mis «hernias», esas que hubo que enmascarar y esconder porque en esa época era lo que tocaba.

¿Vergienza? ¿Pudor? ¿Ignorancia? ¿Fanatismo? Nadie sabe exactamente el porqué hubo que mirar hacia otro lado. Pasaron los años y la falta de armonía entre mi desarrollo externo e interno me llevó a presapilar algo anómalo. Siempre fui mujer, lo que me enseñaron, pero siempre me sentí diferente a las compañeras que me rodeaban. Por suerte aparecieron los chicos en un colegio femenino; por suerte entraron en mi clase. Empecé a identificarme más con ellos. Me sentí más feliz. Sipuió la vida su curso y con los años me empezaron a hormonar. Pero mi Cuerpo se empeñaba en llevar algo oculto, modo de estigma. Todas mis compañeras ya eran mujeres. Yo, en cambio, a pesar de mi corpulencia seguía igual. Durante años me tacharon de embustera por no tMuerer ser partícipe del anunciamiento de una fecha que nunca pude lar, La incomprensión del entorno me llevaba a intentar infructuosamente, día tras día, tratar de convencer al resto acerca de mi inocencia, a

te mi veracidad. loma de decisiones no era fácil ni inocua para los propios profesioEs involucrados en el tratamiento. En el hospital donde trabajaba ncían reuniones interdisciplinarias, con la participación de varios clalistas (entre ellos profesionales psi), que llegaban a un consentando de considerar no solo la biología y la anatomía del pacienMino también el discurso parental. Sabiendo que el deseo de los res marca el campo enel cual se constituirá el sujeto, se tomaba en Mideración ese deseo y el discurso que antecede al sujeto.

y

Hampson, «Hermaphroditim 4. J. Money; of mendations concerning assignment sex, change of sex and psychology J.

gement»,

G. Hampson

y J. L.

Bull Johns Hopkins Hosp,

1797, 1955

Pags: 284-300.

re ma

Ote

es

uno de

los varios

testimonios publicados en

la

página de Grapsia.

prapsicorg/testimonial/sonia/

Tuve la

e

oportunidad de participar en estas reuniones cuando cra residenen el Hospital de Pediatría J, P. Garrampañando Pra, Liliana Ongaro ala

Buenos Aires,

INTERSEXO. DESAFÍOS DE UNA CONDICIÓN CONGÉNITA NO BINARIA

CLÍNICA DE LO SINGULAR

234

Desde la perspectiva de la medicina, podemos decir que primaba una posición binarista: no existe más alternativa que femenino u masculino, la indefinición se caracterizaba como algo fuera de la no ma que podía perjudicar el desarrollo y el devenir del sujeto y, pol tanto, había que resolverla. Por otro lado, se creía que soluciona efectos negall tempranamente la anomalía con cirugía tenía menos el niño o li vos que postergar su realización a un momento en el que niña comprendieran que se trataba de una intervención en su apari to sexual. Esta línea de trabajo ha sido criticada, dado que tendía an visibilizar el problema y estudios posteriores mostraron efectos nep tivos en la población tratada.” Así a partir del Consenso de 2005, comenzó a tomar fuerza una lus posición más conservadora respecto de la cirugía, postergando intervenciones cuando no eran imprescindibles ni constituían amenaza a la salud del niño/a, estableciendo una diferencia mi clara entre las necesidades de salud y las cuestiones cosméticas, el la subjetividad del niño o la niña pos de dar tiempo para considerar la actua y la conversación con las familias que permita encontrar ción más conveniente a cada caso. Cada vez más, por ejemplo, decide esperar para la gonadectomía en pacientes con CASI (sir drome de Morris), aunque se exige el compromiso de revistan frecuentes para vigilar la posibilidad de malignización y desa reli

1

de tumores. En la literatura médica, se han publicado distintos estudios” “rm Lampalzer ez al., «With Uncertainty and Lack of Knowledge 1 Dis and Questions of Consent se Sex Development: Controversies on Early Surgery A Pilot Study», Ser Med, n.* 8, 2020, págs. 472-480. 8. K. L. Boyse, M. Gardner, D. J. Marvicsin er al. «It was an over-whelra thing»: parents” needs after infant diagnosis with congenital adrenal hyperpt

235

amilias que refieren falta de información, falta de tiempo para procesar la información recibida, necesidad de más espacios de converación y, sobre todo, un profundo malestar frente al hecho de autori-

zar procedimientos con consecuencias definitivas cuando no había ha amenaza para la vida. Muchas familias comentan también la ensación de que se les brindó una información sesgada, sintiéndose Empujados a elegir una intervención por atribuir el saber al médico. 08 psicoanalistas estamos advertidos de que la relación médico-paente es compleja, que el paciente dirige al médico demandas que no empre el médico consigue leer, que hay una cuestión"de saber y conanza en juego y que dependiendo de cómo esta función se ejerza, rmite mayor o menor autonomía en el paciente. La inclusión de un Icoanalista en el equipo permite trabajar estas cuestiones. De todas formas, los avances en el manejo y la atención a los tiemh hecesarios para el niño no implican una disminución de la incertimbre, y la situación continúa siendo delicada. Como plantea el lículo de Lampalzer, aún hoy, el nacimiento de un niño con condiUn intersexo conlleva numerosas incertidumbres y desafíos respecte la decisión de cirugía temprana y del desarrollo de género. El nmento adecuado para la realización de cirugías sigue siendo un nto de mucha controversia. Cada vez más se hacen esfuerzos en el Nido de promover una decisión compartida respecto de la asignaN de sexo, y en algunos países se intenta diseñar protocolos de acción y herramientas clínicas con el objetivo de disminuir o evitar fepentimientos posteriores.”

7. U.

sia»,

Pediatr Nurs, 1.5 29, 2014, págs. 430-441 H.P. Crissman, 1. Warner, M. € jardner 9.

eZ

al, «Children with

disorder

Int

J Pediatr ievelopment: a qualitative study of carly parental experience», Vinol, NS 10, 2011, págs. 1-11. 10 1, Weidler, A, Baratzeral.,» A share decision making tool for individuals Ser Ped Surgery, vol. 8, My with complete androgen insensitivity syndrome», Mubre, eorro. 1010 sempedsurg.2019.150844. 2010, pág, 150844 E, e

INTERSEXO. DESAFÍOS DE UNA CONDICIÓN CONGÉNITA NO BINARIA

CLÍNICA DE LO SINGULAR

236

TRABAJANDO CON PADRES

El trabajo con los padres a partir del diagnóstico es de particular rele vancia. Al igual que en el caso de otros diagnósticos de enfermedades crónicas o condiciones congénitas, se impone para los padres un tra bajo de duelo por el hijo sano que se esperaba. Cada uno de los padres debe responder a una situación nueva e imprevista: esperaban una niña o un niño, no un intersexo. Hacerse a esta denominación, com prender los términos médicos, tolerar la incertidumbre de las prue bas, darse espacio para reflexionar sobre el camino que han de segur lleva tiempo. Cuando cs y el consentimiento o no a los tratamientos, posible tener un espacio de escucha y conversación, este tiempo transita mejor. Solo cuando el impacto traumático inicial pueda ordenarse en cadenas significantes, pueda ponerse en palabras, pu: da pensarse, será posible que esta marca congénita no devenga en tin marca que oriente un destino y haya espacio y lugar para la respues ta subjetiva del niño o la niña. El nacimiento de un bebé intersexo produce conmoción como la das aquellas situaciones médicas que cuestionan las coordenadas simbólicas establecidas. Sin embargo, la presencia del psicoanalista su práctica permite abrir el campo de respuesta subjetiva, poner ch marcha la dialéctica entre determinismo y subjetividad. «Cuando hay acontecimientos que marcan, como las condiciones particulares de procreación o circunstancias traumáticas, se puetl: quedar fijado al acontecimiento, viéndolo como una causa para tordo considerándolo a priori como determinante, pensándolo como del orden de la necesidad»."' La posibilidad de ubicar ese momento trat mático como un acontecimiento de su historia, aceptar esa condición y

11. F.

Odile

Ansermet,

La

fabrication

Jacob, 2015, pág. 182.

des enfants. Un vertige technologtqte,

Van

237

como algo propio de ese sujeto, pero sabiendo que por sí sola no explicará ni determinará de forma absoluta su sexuación ni su vida sexual, es crucial para que los adultos de referencia puedan dar el tiem-

sujeto necesita para hacer su recorrido y asumir su identidad y orientación sexual. El trabajo con los padres continúa luego del diagnóstico, en distinlos momentos de la vida del niño o la niña, dado que en ocasiones aparecen dudas, preguntas, síntomas. Una vez establecida una relación Iransferencial inicial pueden volver y solicitar nuevas entrevistas. La decisión respecto de la asignación de género a la,hora de la Frianza puede ser considerada actualmente un debate antiguo. Estamos en una época donde lo no binario tiene su lugar y hay más aperMura social para la diversidad. Sin embargo, en la vida cotidiana, la iecisión parental de asignación de género a su bebé intersexual es un lema que genera angustia, dudas e incertidumbres. Es importante Enmunicar a los padres que la identidad de género se constituye más Ulla de la asignación inicial. A este respecto, en muchas ocasiones es Necesario volver a recordar, volver a conversar que, más allá de la poción ética de evitar la dicotomización y patologización de las idenHluces intergénero o no binarias, las investigaciones que abordan la y los aspectos psicosociales confirman la imposibilidad de predecir durante la primera infancia la identidad de género de la po que el

alidad

a

achulta.

fundamentales del trabajo con los padres es el de información. Sostenemos en el equipo la relevancia de que los méTiros tengan en cuenta el modo en que cada familia prefiere que se Mmineje la información. Hay familias que quieren saber mucho, otras lo nec rio en cada momento. Ser sensible al estilo y necesidala familia, en un modelo asistencial centrado en esta, evita diTultades posteriores, La orientación es estimular la conversación hierta sobre el tema, alentar alos padres a que es una información Uno

lo ale

de

los ejes

CLÍNICA DE LO SINGULAR

INTERSEXO. DESAFÍOS DE UNA CONDICIÓN CONGÉNITA NO BINARIA

ofrecerles vincu que no debe ser guardada como un secreto impuro, larse con otros padres. Varios estudios reportan que, a diferencia de lo que muchas familias temen, cuando hay una información abierta el respecto de la condición no hay actitudes de discriminación y, por

médico con familiares y amigos reduce en gran medida el estrés de

238

contrario, supone un alivio para los padres. En el caso de esta población, cuya condición toca un tema íntimo, la esfera privi es frecuente que las familias tiendan a mantenerlo en da. La mayor parte de los padres refiere haberlo compartido con poca dile gente de su entorno más cercano. Sin embargo, es importante renciar secreto, de privacidad. Una cosa es elegir hablar de ello con un círculo íntimo y otra es que sea algo de lo que no puede hablarse se convierta en un secreto de familia que en ocasiones ni siquiera y

de la

potencia comparte con el afectado. Los psicoanalistas sabemos de «lo oculto», «lo callado», de «lo no dicho». Los niños distinguen con frecuencia aquellos temas que los adultos prefieren no hablar, detectan cuando hay algo que produce malestar en los adultos de 1: ferencia y tienden a protegerlos. Es algo que comprobamos habitual mente en la clínica, si un padre o una madre no quieren hablar de un hasta que tema, el niño puede hacer síntomas, pero no pregunta 11

hace mayor.

La relevancia del modo en que se maneja la información y de ls espacios de conversación es confirmada por la literatura cientifica En una revisión sistemática de los artículos publicados entre 2007 1 el abordaje psicosor al 2017, Roen” llega a la conclusión de que debe ser fortalecido y el abordaje médico aligerado, porque atin 1 raro el diálogo mantenido en el tiempo. Algunos estudios publica dos muestran que compartir la información recibida en el ámhita «Intersex or diverse sex development: critical review of payri social health care research and indications for practice», / Sex Res, 17-50, 12. K. Roen;

págs. 511-528.

0

los

239

padres.':

Un abordaje que tome en consideración el malestar, permita desplegarlo y compartir lo que se sabe pero también lo que no se sabe, que deje lugar para encontrar el modo de lidiar con la incertidumbre, es más honesto que promover la confianza exagerada en la técnitn como modo de resolución de la diferencia y del malestar que conlleva.

Ante la dificultad que plantea una condición infrecuente, que está considerada dentro de las llamadas enfermedades raras, se im-

pone para los padres no solo conocer nuevos términos, aprender el vocabulario médico, sino encontrar las palabras adecuadas para ombrar lo que en general se percibe como una anomalía, como un

llo,

Como se mencionó anteriormente, algunos de estos trastornos son Ingnosticados en la primera infancia, cuando hay anomalías genitavisibles o una hernia, pero en otros solo se diagnostica en la adoEicencia, ante la ausencia de menarca. Desde la perspectiva de los tres hemos visto que cuando el diagnóstico es prenatal o en el naImiento conlleva una gran cantidad de dudas respecto de la crianza; hembargo, los efectos son distintos cuando se diagnostica en la adocencia. Para entonces, el niño la niña ha sido criado y lo que surge | ¿Cómo no nos hemos dado cuenta? ¿Qué consecuencias tendrá Na su vida futura? Se impone en ese momento un duelo del hijo ho y «normal» que era hasta entonces. %

14

TP. »

"ri

Warner, M, Gardner er al., «Children with disorders qualitative study of carly parental experience», Int ] Pediatr

Crissman, E. Pr,

1 development: a

Mocrinol, 2011, pág, 10.

|

.

.

»

PubMed: 21992510]

y

.

.

INTERSEXO. DESAFÍOS DE UNA CONDICIÓN CONGÉNITA NO BINARIA

CLÍNICA DE LO SINGULAR

240

“comprende el mundo de la misma forma a lo largo de toda su infancla, esto vale también para su cuerpo y sus condiciones congénitas o

EL TRABAJO CON LOS NIÑOS

Los padres son las figuras de referencia para los niños, el modo cn las decisiones, los trata que ellos enfrenten y transiten las consultas, mientos en el caso de que los hubiera, repercute en ellos. El testimo nio de Marta da prueba de ello:

sus patologías.

Obviando mi pasado más remoto que recuerdo como niña más o mc los códigos nos feliz, pero con algunas sensaciones a veces extrañas por de mi entorno, que solo ahora recobran un sentido, os podría comen mi cas: tar que hasta la época en que me empezaron a hormonar en reinaba más o menos un equilibrio; mi madre a pesar de su fuerte ca los doce rácter era mi mejor confidente y mi maestra. Entre los ocho y la años siempre fui la más informada de la clase en el terreno de cvo los lución sexual; todos los inputs de mujer que recibía del exterior ya conocía y se los había transmitido yo a su vez a mis amiguitas por ad ele lantado. Pero un día, en mi adolescencia, cuando comenzó la época los médicos con las pastillitas, los brujos y curanderos, los emplastos las intervenciones, el en barros, las aguas apestosas, las inyecciones, ocultismo... todo se torció y surgió una gran rivalidad madre-hija qu de la solo cesó hace ocho o nueve años cuando me planté y me divorcié todo mi pantomima médica a la que se me había conducido. Ahora alcanzo a comprender como parece claro, diáfano... pero pueril; no han conseguido que una madre después de descubierto todo se siga manteniendo anclada en la fabulación otrora inducida. ¡Qué pena y

qué rabia me produce!'*

Pero más allá del trabajo con los padres, es tarca del psicoanalista | rabajo acompañar al niño/a hasta entender su condición y este es un El menor 15 el en el que debemos tomar en consideración tiempo,

En otro texto en el que trabajé la elección sexual en la infancia, de 2015, decía: «A partir de los desarrollos de Lacan, podemos afirmar tjue tener un cuerpo no es un hecho biológico, sino la consecuencia de tue estamos habitados por el lenguaje. De ahí, el cuerpo será identificado como siendo propio y siendo sexuado». «Un cuerpo separado el goce de lo vivo, o sea, mortificado por lo simbólico, deviene el luur de inscripción del rasgo identificatorio con relación al cual se porun nombre y un sexo. Es decir, que la identidad sexual del cuerpo lene dada por el registro simbólico».'5 «La marca del lenguaje en el cuerpo, los recorridos pulsionaE4, la fijación de ciertas modalidades de goce, las identificaciones DN operaciones que acontecen durante la infancia». En el tiempo re la infancia se producen operaciones subjetivas sobre las que se la la de elección identidad de género y objeto. «Luego Nstruye idolescencia plantea una vuelta de cara a asumir el encuentro h la sexualidad adulta, con lo real del sexo y con la alteridad de

partenaire».'* muchas ocasiones, los niños hacen síntomas que tienen que ver N que «de eso no se habla». Los síntomas son algo valioso que nos lenta. A partir de leerlos, trabajarlos con el niño lo acompañamos a Ivarse respecto de lo real en juego. Poder conversar sobre esos sínMis con los padres permite que se den cuenta de los efectos aplasNes del secreto y adviertan la necesidad de compartir con sus hijos Información adecuada a las preguntas que puedan surgir en cada Un

15.

Este es uno de los varios testimonios publicados en https//grapsia.org/testimonial/marta-2/ 14.

la

página de

24I

Grapsía

6,

De e la 16,

cel sexual en Medin, «La elección

invención, Barcelona,

/brd., pág. 139,

la

en Elecciones del sexo. De la infancia»,

Gredos, 2015, pág,

138.

INTERSEXO. DESAFÍOS DE UNA CONDICIÓN CONGÉNITA NO BINARIA

CLÍNICA DE LO SINGULAR

242

la el momento. También que descubran que hay cosas que niño o niña necesitan saber para poder prepararse, por ejemplo, cuando de los tra el haya un procedimiento. Para el niño/a entender porqué tamientos posibilita que consienta a ellos y no los viva como un daño la estancia o una agresión. Es notable ver el cambio de conducta en le lo hospitalaria cuando un niño sabe por qué está ahí y qué es que

van a hacer.

EL TRABAJO CON LOS ADOLESCENTES

El tiempo de la adolescencia implica el trabajo de asumir la posición sexuada, de probar, de experimentar su sexualidad con relación a un del el partenaire, de hacer efectiva su elección de objeto en cuerpo otro. El diagnóstico de DSD en este período de la vida conmueve y

desorienta. la re Francois Ansermet plantea respecto de las tecnologías de producción que se produce un punto de vértigo debido a que las dos cil toca la diferencia de los sexos y la de las generaciones, rencias sobre las que reposa el orden simbólico». En estas situació de represen nes nuevas «debemos hacer frente al vacío, a un vacío El tación, o donde las representaciones han sido puestas cn crisin», sin el apar al sujeto puede encontrarse «siderado, o lanzado vacío tambirh jo simbólico».'7 El diagnóstico en la adolescencia provoca de ese un punto de vértigo y angustia, redoblando la dificultad ele mento estructural que exige situarse a nombre propio respecto lo real del sexo. Las coordenadas simbólicas que ordenaban 11 ps sición sexuada se conmueven. « ¿Entonces soy hombre criada com mujer?». ¿Qué es eso de rechazo total a los andrógenos? », «¿CA +1

|

|

1

«

m7. d

F.

op. cit., Ansermet,

pág. 203.

243

Estoy fallada como mujer». En el caso de la adolescente que cnunciaba estas palabras, el efecto fue el de demorar el acceso a una relación amorosa, abrumada por el sentimiento de no sentirse en condiciones de ser amada. Ponía el propio rechazo hacia su condición en el campo del otro, hasta que pudo desplegarlo y resolverlo en sus sesiones. A lo largo de las mismas aparecieron el disgusto con su cuerpo, la sensación de no servir, el miedo a la reacción de sus partenaires y la decepción por lo que percibía como falta de efecto del tratamiento hormonal. La adolescencia también es un momento delicado para aquellos «ue han sido diagnosticados en la infancia. En cuanto a la enferme«had, si bien pueden estar habituados a las revisiones en el hospital, Muchas veces no saben el motivo de las mismas ni los efectos que se buscan. Hay familias en las que no se ha hablado abiertamente y toca entonces hacerlo frente a la pubertad y sus desafíos. Pero aun aquellos que conocen su condición y hablan abiertamente de ella, empiean a tener registro de las consecuencias que tiene la misma en el impo de la sexualidad y de la reproducción. Es en este momento tando surge la angustia frente a la posibilidad o no de tener descenencia, así como frente a la toma de decisiones que antes quedaban a rgo de los adultos responsables. No todos los adolescentes quieren pueden hablar de estos temas en el ámbito hospitalario. A veces teden hacerlo mejor fuera de él, por ejemplo, en la consulta priva10 en las asociaciones, compartiendo vivencias con otros que están mindo o han pasado por vicisitudes similares dado que comparten soy?

condición de intersexo.

Lograr participación y posteriormente autonomía en el diálogo yn el médico y en la toma de decisiones respecto del tratamiento es N aspecto de mucha relevancia que se trabaja en todas las condicioEi congénitas o en las enfermedades crónicas que estarán presentes cda la vida, Cada vez es más frecuente organizar consultas de tran-

CLÍNICA DE LO SINGULAR

INTERSEXO. DESAFÍOS DE UNA CONDICIÓN CONGÉNITA NO BINARIA

sición en las unidades de cada especialidad, para que el pasaje a las unidades de adultos sea llevado a cabo con éxito. Si bien hay pocos es tudios respecto de esta población, un estudio de un hospital en Reino Unido mostraba que el 50% de los pacientes perdían su seguimiento

bien durante los últimos años, la sensibilidad frente al tema ha aumentado, esta condición promueve interrogantes, tanto en su (limensión social como para cada sujeto, que, como hemos visto, Tequieren un espacio de tratamiento por la palabra. Como plantea Francois Ansermet respecto de las biotecnologías reproductivas, entiendo que frente a los desafíos de la clínica intersexo

244

en el pasaje a

adultos.

Todo el trabajo a lo largo de la adolescencia prepara para trat;

las en la consulta médica las dudas frente al funcionamiento sexual, al expectativas respecto de la fertilidad, las elecciones en cuanto cuidado de su cuerpo, el peso del estigma en los casos en que esto sí hace presente, la importancia de la adherencia al seguimiento en los casos en que es necesario y, en definitiva, la asunción de los cuida

dos y el trato con el médico a cuenta propia. Como vemos en mi chos testimonios, solo una vez que el sujeto acepta su condición, «le puede, en lugar de rechazarla, apoyarse en ella y hacerse dueño su destino.

PARA CONCLUIR

Desde su nacimiento, gracias a Freud, el psicoanálisis ha tomas lo asi dando cargo remover tabúes respecto de la sexualidad humana, cuenta de su complejidad y de su diversidad. Desde la orientación lacaniana, hemos podido acompañar a muchas personas que cel: ron transitar el camino de afrontar una condición de intersexn Acompañar sin prejuicios ni mandatos para conseguir una supuesta normalización y privilegiando las coordenadas singulares en cura

«Carc

¡

of the adolescent patient y R.Chawla, M. Rutter,J. Green et al., Special considerations, share decision maine congenital adrenal hyperpla and transition», Semin Pediatr Surg, vol. 8, 1.7 5, octubre de 20109, pág: 150817 18.

doi:10.1016/j.sempedsurg.2019.150845.

245

caso. Si

apuesta del psicoanálisis es abrir una vía que deje lugar a un futuro (devenir) posible. Orientarse hacia el futuro y no hacia el pasado. Contar con lo inesperado más allá de lo que ya está determinado. En un mundo que puede ir cada vez más hacia la predicción, apoyarse en lo impensable, en lo imposible, para abrir paradójicamente el campo de los posibles. El psicoanalista será así en principio un practicante de los imprevisibles. Entre eso que fue y eso que será, hay siempre potencialmente una brecha, un espacio abierto, propicio a lo inesperado, a la contingencia, del que podemos hacer uso para permitir al sujeto no hacer (le sus condiciones de origen un destino.” la

última enseñanza de Lacan nos permitió aprender que, así como los somos locos, todos somos a-normales, es decir, cada uno único, Merente, singular, fuera de norma, irreductible a las categorizacioy Universales. Esta singularidad se expresa en los síntomas y en las reciones, dado que el sujeto se recrea en cada acto. Acto que en alquier caso nunca es completamente logrado, dando cuenta de la lla fundamental que nos habita. En el año 1975, Lacan afirmaba obre todo, estamos fallados»,” y cada uno de nosotros, los huma%, hos vemos confrontados a responder a esa falla. «La elección pecífica de un sujeto puede efectivamente ser heterogénea a la his-

19,

1,

40.

op, cita, pág: Ansermet,

Lacan,

RSE,

Lección del

174: 15

de abril de 1975, inédito,

CLÍNICA DE LO SINGULAR

246

LO TRANS

ella toria que le precede. La historia y los factores determinantes que subvertidos por el suje implica pueden siempre ser potencialmente sorprender y relanza to, de forma inesperada. Una respuesta puede la clínica, se trata un devenir, más allá de todo determinismo. Y, en

LIANA VELADO

Solo esta apuesta de sostener siempre la apuesta por la respuesta» * posibilita la emergencia de lo nuevo y lo singular.

Jin este trabajo he incluido dos casos con relación al prefijo trans-, de más de cuyo tratamiento discurrió con una separación temporal veinte años. El primero es el caso Ángela, que traté en mi consulta privada y que presenté con el título «Una mujer elegante y discreta» eh la jornada de simultáneas de Pipol 8. Se trata de un transexual femenino que hizo unas primeras sesiones en 1989, momento en que significante «trans» aún no circulaba en lo social. El segundo, el

l,a mujer», el «tránsito» que motiva la intervención sobre el cuer10 y la suplencia que consigue al final del proceso. En Bruno, se tra(e una nueva identidad en pos de la cual, el sujeto moviliza lo ima-

1

1«Una mujer elegante y discreta», presentado 21, F.

Ansermet,

op. cif., pág. 205.

Pipol 8 «La elínica fuera de las

normas» 4.4

el

y

de

en la jornada de simultáneas

juliode 2017.

248

LO TRANS

CLÍNICA DE LO SINGULAR

ÁNGELA

Ángel consultó por primera vez en el año 1989, tenía entonces veinti siete años y se quejaba del malestar que le proporcionaba su cuerpo, sc sentía una mujer. Quería un cuerpo de mujer. Hizo tres sesiones ese año en las que habló sobre todo de su interés por feminizarse un poco más, hacía tiempo que se depilaba y se maquillaba, pero pretendía había tener más pecho. Solo los hombres despertaban su interés sexual,

tenido algún encuentro sexual, pero nunca una relación, el sexo no importaba demasiado. Había estudiado una carrera, se dedicaba a st trabajo con satisfacción y era muy aficionado a la pintura, actividad a la que dedicaba parte de su tiempo. En esa época yo trabajaba como médica-sexóloga, le prescribí una pequeña dosis de hormona fement na y volvió a las dos semanas diciendo que se había asustado porque crecían las mamas y quería interrumpir el tratamiento hormonal. No volví a saber de él hasta agosto de 2004, en esa ocasión dice cs tar angustiado y le invito a hablar. A partir de entonces acudirá regt larmente hasta 2007. Relata que en estos años se ha casado y ha teni do tres hijos, pero su deseo de tener un cuerpo de mujer se lu mantenido y en los últimos años se ha vuelto acuciante, lo que más desea es que lo vean como una mujer. Ha tomado hormona femenina intermitentemente, se ha depila do la barba con láser y su aspecto es cuanto menos ambiguo. Usa ropa interior femenina y en casa siempre falda y blusa de mujer. Quiet «al pene lo que lo operen, quitarse solo los testículos porque, explica, saber lu puedo disimular y además me proporciona placer». Quiere hombre en tanto mujey que siente una mujer en el sexo, atraer a un le vea como a una mujer. Me pregunta y, sobre todo, quiere que se «Si me opero, ¿sentiré como una mujer? ». Le digo que eso no es tna cuestión de anatomía, pero él cree que sí, que es anatomía y fist logía Esta afirmación me evoca una cita de Lacan en el Seminario 19 =u le

le

249

pasión, la del transexual, es la locura de querer liberarse de ese error, el error común que no ve que el significante es el goce y que el falo no es más que su significado» *

La familia Refiere pocos datos de su historia familiar, tiene una hermana tres ¡ños mayor, recuerda que desde muy niño se ponía los vestidos de ella y guardaba su ropa interior entre sus juguetes, la madre no decía

hada. También recuerda que en su infancia, durante un tiempo que To puede precisar, se «desconectaba del medio» y el pediatra le diaghosticó epilepsia, pero lo estudios neurológicos realizados no confirmaron el diagnóstico. De la madre dirá que tenía carácter pero que nbía ser dulce, ella repetía una frase: una mujer debe ser elegante y iliscreta y él quiere ser así, una mujer elegante y discreta. En varias asiones siendo ya mayor se mostró ante ella vestido de mujer, pero

li madre miraba para otro lado. El padre solo aparece en el discurso | yo pregunto, dice de él que era bueno y trabajador, no se ocupaba ticho ni de él ni de su hermana, y no estaba casi nunca en casa porue su trabajo lo obligaba a viajar constantemente.

esposa

conocieron en el trabajo y se hicieron muy amigos, ella sabía que |era «femenino» y no le importaba, incluso le aconsejaba sobre cosetica y le ayudaba a depilarse. En una oportunidad en que él estaba Betitiendo con su hermana esta mujer salió apasionadamente en su

1).

Lacan,

27

Seminario, libro

197.0

peor,

Buenos Aires, Paidós, 2012, pág.

17.

250

LO TRANS

CLÍNICA DE LO SINGULAR

defensa, entonces se sintió por primera vez importante para alguien de un año de noviazgo: De ella des y se enamoró. Se casaron después deseaba y había taca su carácter fuerte y decidido y su alegría. La relaciones sexuales frecuentes en las que, afirma, «yo siento que cs clla quien me penetra». Están bien juntos, hacen planes para la vida le importa que sc vista de mujer en casa, y tienen tres hijos. A ella no de seda y alguna a veces se dirige a él en femenino, le regala medias de esa épo otra prenda interior femenina por su cumpleaños. Habla los niños yil ca como un momento de felicidad, que duró hasta que viste de mujer en casa, en el mayores preguntan por qué su padre se los colegio los compañeros les hacen preguntas porque se maquilla ojos cuando va a buscarlos, no quieren eso. En este contexto decide volver a mi consulta. Está alterado porque futuro. Decida cree no poder renunciar a ese deseo y le preocupa su intervenir indicando que delante de los niños y en su entorno mejol no mostrarse con adornos y vestido de mujer. En casa comienzan las discusiones que van aumentando hasta que lo que antes alentaba, se hacen continuas, su mujer ya no tolera bien

insiste en que se vista y se muestri ya no lo mira como a una mujer e hace más acuciante como un hombre, pero él no puede renunciar, se a su deseo de que lo vean como una mujer y se plantea someterse ui ella. Las disen implante de mamas de silicona, algo intolerable para siones y peleas van subiendo de tono. ella Su mujer fue la primera y única que ha habido, antes de

st

experiencias sexuales fueron algunos encuentros esporádicos de hombres de los que no guarda un recuerdo muy preciso. Em pieza 1 nuevo a buscar hombres, pero no le satisface mucho porque atrar homosexuales y él desea seducir heterosexuales que lo vean como una mujer. No le interesa el sexo, quiere que parecer una mujer, es de ver precia sus genitales y mientras estén ahí no puede verse mujer el imterro dad, Es lo fundamental: que se le vea y verse mujer, no es con

251

por el otro sexo ni el deseo sexual lo que le mueve. Dice J.-C. Maleval: «Lejos de sentirse mujer para un hombre, el transexual masculiho busca convertirse en La mujer en su mismo ser [...] busca situarse fuera del sexo, es decir, fuera de la falta, satisfaciéndose de su ser rectificado». Para Ángela es la única satisfacción que importa: ser vista como mujer, Se precipita su divorcio, el proceso es tormentoso, se suceden las (lenuncias por parte de la mujer y la familia de esta, incluso una por ibuso sexual con aportación de fotos de él vestido de mujer. Se llega juicio que la mujer pierde y él consigue la custodia compartida.

un

| proceso

hacia la feminización

día viene a la consulta vestido de mujer, no miro para otro lado, ro no digo nada. Solicita una mayor frecuencia de las sesiones, me pure que le busque un endocrino para iniciar el proceso de feminizaón, habla también de los problemas que van surgiendo en su traba1 y con su familia, de las dudas sobre la castración, aunque poco a Co van desapareciendo y, si en los primeros momentos hablaba de ceso incontrolable de ser una mujer, después de dos años y medio Un

consulta habla de la certeza de ser una mujer. Esta certeza es posiE que se haya afianzado o incluso que haya surgido en el transcurde la cura. Dice Maleva al respecto: «el compromiso en una cura hace desaparecer la certeza vinculada al fenómeno elemental, más En, al contrario, lo confirma incluso lo hace emerger. Parece, por

5

Nsipuiente, que el efecto más probable de una cura analítica para Los sujetos deba ser esperado del lado de un compromiso en el difí1

JC,

Maleval, «El síndrome transexual», Cuadernos de psicoanálisis, 1.9 20: del sexo, Bilbuo, Eolin, 2002, pág, 04.

Jueticidad

CLÍNICA DE LO SINGULAR

LO TRANS

cil trabajo de cambio de sexo». Ángel quiere operarse, extirpar los testículos, el pene lo puede disimular, además le da placer, pero hace los testículos le asquean. Continúa tomando estrógenos, aunque el un uso particular de este fármaco, no lo toma en verano mes que

exultante de felicidad, hace una vida «discreta» pero más digna. Se dedica a ayudar a personas que tienen un cuerpo equivocado y quicren un cambio, y también asiste a sus familias, «eso que tendrían que. hacer los profesionales como tú que es ayudar a cambiar de sexo a quien lo necesita lo estoy haciendo yo», me dice. Sus palabras no fueron con acritud, pero en el tono percibí un reproche. Ángela ha encontrado, tal vez, una manera de ser mujer: La mujer que hace una vida discreta y una suplencia que parece sostenerla en la vida, ayudar a esos que descan cambiar de sexo.

252

la los hijos están con él, porque van a la playa y su pecho llamaría atención. Se trata de una concesión momentánea, lo hace por ellos, intento que la cir aunque no le parece justo para él. Le doy largas, Consulta gía quede en el horizonte lejano, que hable de otras cosas.

desestali con un psiquiatra que le dice que el cambio de sexo puede lizar a los hijos, le anima a posponerlo. Yo no le busco un endocrino, pero se lo encuentra su hermana. El endocrino lo dirige al psicólogo de la Seguridad Social y des el pués de dos semanas, después de haberle entrevistado también psi el quiatra del equipo, comenta que están de acuerdo en aplicarle pro tocolo de cambio de sexo dice «si han hecho eso es porque han vistn

253

-

y

algo, eso que yo he sentido desde niña pequeña, que soy una mujer Se inicia también el cambio de identidad en el registro civil.

Ángel sigue adelante y pronto tiene una nueva identidad sexual. un nuevo nombre, Ángela, y un aspecto más femenino. Los probli de mas con los hijos aumentan, no quieren verlo y le piden que seguir adelante con su cambio renuncie a la paternidad. Lo hace, renuncia a los hijos, no sin dolor, pero no puede abdicar de su ser femenino Ángela no vuelve por la consulta. Un día llama para comurnical fenomenal me que ya pasó la intervención quirúrgica y se encuentra café, le digo que st eun y es muy feliz; quiere invitarme a tomar un lo hace, re hablar puede pedir cita y venir a la consulta, pero no Transcurren cinco años durante los cuales no sé nada de ella, un lu día me saluda una mujer en la calle, de lejos, creo reconocerla y ll la vida, No esta mo por teléfono, la saludo y le pregunto cómo le va 4. Ibid., pág. 99.

BRUNO

Brenda tiene veinticuatro años cuando la recibo en la Clínica del “Campo Freudiano, acude porque le ha surgido una duda que la angustia. Aunque nació con cuerpo de mujer, hasta donde alcanza su memoria se siente chico, su cuerpo de mujer la hace sentir rara. Ha ¡Iniciado ya los trámites para cambiar de sexo, ha solicitado el cambio ile inscripción en el registro civil de sexo y nombre y ha comenzado El tratamiento hormonal. La familia está de acuerdo y la acompaña.

Una amiga le ha dicho que ese tratamiento, que será para toda la Vida, es cancerígeno y eso la asustó y la angustió y esta angustia la lleNa preguntarse si no está tan decidida como cree, si esa angustia es, h realidad, una excusa y lo que ocurre es que en el «subconsciente» [af lo dice) no está tan segura como cree. No quiere hablar de esto un el psicólogo del equipo de cambio de sexo, él puede pensar que no Ha segura y dificultar el proceso. La salud la preocupa, la cirugía no 1 estado nunca en sus planes, pero el tratamiento hormonal le inte1 para inhibir la menstruación y también para conseguir que su pecto sea más viril, Se siente chico y le gusta que le vean y le traten nimasculino pero lo

primero,

dice,

es la

salud,

no

quiere vivir con

ese

254

CLÍNICA DE LO SINGULAR

temor del cáncer, por otro lado, ya su aspecto es «masculino o por lo menos ambiguo». Le sugiero que sobre el tratamiento hormonal y sus efectos secundarios hable con el endocrino si le parece bien. Acu de a la siguiente sesión portando el DNI con su nuevo nombre, está contento. Bruno es el segundo de una fratría de tres. No tiene recuerdos cl su infancia, solo que jugaba a la pelota. En el colegio su mayor pro blema era el uniforme, no podía soportarlo, un día lo quemó en el la vabo de casa, entonces sus padres la sacaron de ese colegio y la inscri bieron en otro en el que no había norma para la vestimenta y yl siempre desde entonces usó ropa de chico. Entre los dieciséis y dicct siete años estuvo encerrada en su habitación, solo salía para las comi das e ir al baño, después empezó a salir por insistencia de la familia, la pero al cabo de un tiempo volvió a encerrarse y entonces su padre llevó al hospital y le prescribieron un ansiolítico. Respecto a este 14 traimiento solo puede decir que no soportabair a la calle porque sen tía que no controlaba el movimiento de las caderas, que su cuerpo Hí descontrolaba, la ropa de chico le quedaba mal y la de mujer ni pen sar en ponérsela. Comenzó poco a poco y con ayuda de una hermana a elegir mejor la ropa, adelgazó y su aspecto era más masculino y 1 sentía mejor. Mejoró la relación con sus amigos y amigas, y estuvi1 bien. Ha tenido dos novias, con la última convivió durante un año También le ha gustado algún chico, pero no ha habido relación con ninguno, no le preocupa si es una mujer o un hombre quien le gusta. lo importante es la persona, dice, del sexo que sea. En la cuarta sesión relata que ha tenido cita con el endocrino quien le ha dicho que el tra tamiento hormonal que toma no es cancerígeno para ella. Se siente bien, incluso aunque tuviera que dejar el tratamiento, ya es Brun Me dice que ya está resuelto lo que la llevó a la clínica y no seguira por lo menos de momento. Bruno no ha vuelto.

4

PRECISIONES CONCEPTUALES

LO REAL DEL SEXO*' ANTONIO DI CIACCIA

ue el talión articula como ley, o sea, ojo por ojo y diente por diente.”

lijercitémonos, entonces, con el título de nuestro futuro Congre1: Lo real del sexo. Si leemos la frase lo real del sexo, quiere decir, por lin lado, encontrar lo que es real en el sexo. Si lo leemos por otro lado, Juicre decir encontrar lo que es real a partir del sexo. En ambos casos jueda pendiente la cuestión de fondo que se plantea Lacan: ¿Cuál es función del sexo en psicoanálisis? 1

*

Florencia Medici, Isabel Capelli, Vilma Coccoz. 1 Texto de orientación preparatorio al XVIIT Congreso de la Scuola LacaniaNi Psicoanalisi del Campo freudiano, celebrado el 29 y 30 de mayo de 2021 en Plibiforma vídeo, Texto disponible en https://convegno2021.sIp-cf.i/2021/02/03/

|

“Traducción:

reule-del-sesso/

4)

y en Lacan Quotidien, 1% 912, Lacan, 27 Semimario, libro 197.0 peor, Buenos Aires, Paidós, 2012, pág. 53.

LO REAL DEL SEXO

PRECISIONES CONCEPTUALES

258

el Empecemos por el primer lado: lo que es real en sexo. Cito aL Y estruc can: «Que el sexo sea real no deja lugar a la menor duda. su tura misma es lo dual, el número dos. Piénsesc lo que se piense, no hay más que dos: los hombres, las mujeres» 3 Claro, entonces: el sexo real concierne a los hombres y a las muje corrientes, res. Aquí Lacan parece ir de la mano con las concepciones hasta con aquellas triviales y que creemos ser sugeridas por la natu «el mo raleza, posiblemente tomando como medida lo que él llama el delo [supuestamente] animal».* Modelo que sostendría que, en funciona lo plano sexual, habría una relación articulable entre que y lo que funciona para aquí para aquellos que son de un mismo sexo llos que son del otro sexo. Pero Lacan, después de haber declaraco los auvei que sexos hay solo dos continúa: «Se obstinan en agregarle > neses. Es un error. En el nivel de lo real, no hay auverneses» de la rí ¿Qué diablos tienen que ver los auverneses, esos plebeyos gión del Macizo Central que es Auvernia? Buscando por aquí y por de la allá he encontrado una respuesta probable. En 1781, con ocasión batalla de Wethersfield, preludio de la toma de Nueva York, al gene ral George Washington —que se maravillaba ante el hecho de «pu los soldados franceses luchasen como hombres y bailasen como m1 conde de ln jeres—, el general Jean-Baptiste Donatien de Vimeur la chambeau (jefe de las tropas aliadas de los colonos americanos le habría respondido: no son ni guerra de liberación de los ingleses) eh

y

hombres ni mujeres, son auverneses. Lacan recurre a esta anécdota para aclarar la vertiente sexo re ly repite: en el sexo real no hay auverneses, solo hay hombres y mujeres Punto. Del lado de la vertiente del sexo real la estructura es rigurosa

mente dual. Sin embargo, especifica dos planos. Primer plano. Cito: “Cuando se trata de sexo, se trata del otro sexo, incluso cuando se prefiere el mismo» * Es decir, tenemos el sexo, el que es propio a cada lino, y después tenemos el Otro, el Otro sexo, aquello que en otra parLacan denomina el Hétéros. Si en el sexo real la estructura es riguTosamente dual, lo dual no es lo que sc piensa. ¿En qué consiste este Lo veremos, después de la desviación que nos obliga a tomar en enta la anécdota del conde de Rochambeau. Esta anécdota perInite a Lacan aclarar el segundo punto. El conde de Roéhambcau lIribuye a sus soldados el término apropiado: solo son unos signifiintes. Lacan es más explícito aún cuando explica por qué se negó Elyudar a Simone de Beauvoir con su libro El segundo sexo. A fin le cuentas, Lacan le dice: mi estimada ignorantina (vayan a ver y onstatarán que no me alejo mucho de lo que había dicho); enton-

cito: «No hay segundo sexo una vez que entra en función el Unpuaje».7 Y aquí llegamos al punto preciso. En el lenguaje no hay un segunIn sexo. Mientras dos cachorros de león son muy parecidos hasta que 1 están en celo —el ejemplo es de Lacan—, el niño y la niña son, te el comienzo, totalmente distintos entre ellos, ya que, a diferen«le los leoncitos, es como significantes que ellos asumen un sexo.* Nro, «la pequeña diferencia —hurra— estaba ya allí para los pa1 desde mucho antes, y pudo ya tener efectos sobre la manera en 1, lo

1

fueron tratados como hombrecito y mujercita»? continúa LaNY cuando las cosas no cuadran a ella dirán: es un varón fallado rt

6 /brd., pág. 3. Ibid., págs.

152y

4. Ibid., pág. 94. 5. Ibid, pág. 153.

153.

259

153.

y /bid, pág. 93. E /bid. p. 32. D

Ch.

bid, pág,

16,

260

261

PRECISIONES CONCEPTUALES

LO REAL DEL SEXO

[manqué];* * y al él le dirán, al menos en Nápoles: es una femminiclli (mariquita, en español). Esta pequeña diferencia pasa, cito: «engaño samente a lo real a través del órgano, debido a lo cual justamente dej1 de ser tomado por tal y, al mismo tiempo, revela lo que significa sel

segundo sentido de «lo real del sexo». El amor, por otra parte, está indicado en dicha lista, es una suplencia al hecho de que «no hay relación sexual». Y esto vale también, más aún, vale especialmente, para ese amor extraño echt, genuino, auténtico, como lo llama Freud, que es el amor de transferencia. ¿De todo esto, qué enseñanza podemos extraer? Primera ensehanza: el parlétre, cualquiera sea su sexo anatómico, tiene que vérselas con el falo y con las contingencias de su significantización y, como — tonsecuencia, con una pérdida «llamada castración que se presenla como una falta que está en el origen del deseo, por lo que, con Latan, podemos definir: el falo es el significante del deseo. En este punto, cito a Lacan: «no sabemos qué son el hombre y la mujer. Durante un tiempo se consideró que esta bipolaridad de valoles sostenía suficientemente, suturaba, lo tocante al sexo». En realiTlad no, esta bipolaridad es solo efecto del significante. Pero ¿cómo se Tenliza esta bipolaridad si no se basa en la anatomía y si decir hombre D decir mujer solo son significantes sin determinación? ¿Qué les la horga determinación? Y acá está la segunda enseñanza de Lacan: la determinación es Tonferida a través de la función fálica, es decir, Phi de x. Esta función To es, dice Lacan, «una función del tipo ordinario». Si se articula esta función con un prosdiorismo, o sea con «todo» o con «no-todo»: «el Iyumento de la función así señalada [es decir, la x en cuestión, la x Indeterminada] adquirirá significación de hombre o [significación] Ue mujer según el prosdiorismo elegido, es decir, ya sea el existe o el

ele órgano. Un órgano no es instrumento más que por mediación esto, en lo que todo instrumento se funda: que es un significante». La pequeña diferencia es del orden del significante. Lacan trae aquí de un ejemplo, el del transexual: «El transexual no lo quiere en calidad significante, y no así en calidad de órgano. En eso padece un error, «uu

justamente el error común. Su pasión, la del transexual, es la locura de querer liberarse de ese error, el error común que no ve que el signi ficante es el goce y que el falo no es más que su significado». Lacan aporta también el ejemplo de la homosexualidad femenina En realidad, todos los seres hablantes, uno por uno, tienen una rela ción más o menos trastornada con el falo, hasta el punto de poder (li cir, sin reírse, que hay tantas formas sexuales como seres hablantes De aquí en adelante, Lacan podrá avanzar, como él dice, con esla verdad: «que el sexo no define ninguna relación en el ser hablant

es

Eso es lo que llama no hay relación sexual. | Es este el segundo sentido que tiene «lo real del sexo»: a partir de sexo, lo real, es que no hay relación sexual. Toda la lista de textos el Consejo nos ha transmitido como preparación del futuro Conyiri so"* entra en esta categoría. Léanla y verán. Hasta el amor entra Un

e

*

En español machona

o

marimacho.

(N.

del:.)

0

-

iste, ya sea el todo o el no-todo». líntonces Lacan nos dice que el parlétre se ubica en la vertiente hombre o en la vertiente mujer según el prosdiorismo elegido, o sea,

10. Cf.1bid., pág. 16.

II. Ibid., pág.

este

17.

12. Ibid. 13. Ibid., pág. 13.

Como ya fue mencionado en la nota 1, el presente texto formó parte del ce la trabajos preparatorios al XVITI Congreso SLP-CF, enviados a través Corriere.

ex

14.

SIE

15,

/bid,, pág,

16,

Ibid,

38.

pág. 54.

262

LO REAL DEL SEXO

PRECISIONES CONCEPTUALES

sitúa en la vertiente «todo» o en la vertiente «no toda». Evidentc mente, se trata de una elección inconsciente. Y aquí, precisamente para efectuar esta elección inconsciente, interviene otro enlace deter minativo, es decir, que el deseo del hombre es el deseo del Otro, y hay que leerlo en los dos sentidos, objetivo y subjetivo. En nuestro traba jo cotidiano, se injerta el hecho de que, en la cura, para el analizante, el deseo del analista es el deseo del Otro, esto también hay que lecrlo como un enlace determinativo en los dos sentidos. un lugar previo al significanla

siendo construceio que la masculinidad y la feminidad pura siguen nes teóricas de contenido incierto». No dista tanto de ello Lacan cuando afirma hacia el final de su obra: «No hay nada más vago que la pertenencia a uno de estos eos 1

2.

J.

de enero

E/ Seminario, libro

21: Los no incautos yerran (1973-74), lección

del

1974, inédito. Lacan, «Observación sobre el informe de Daniel Lagache: Psicoanáliestructura de la personalidad», Zseritos a, México, Siglo XXI, 1989, pág. 040.

15

de

418

y

y]

en

Lacan,

PRECISIONES CONCEPTUALES

CORINNE, UNA INVENCIÓN DE IDENTIFICACIÓN

te, siendo «la maleza de las pulsiones» la inorganización de un goce anterior. Pero a su vez ese mismo redondel, tal y como nos dice Miller, es un artificio del significante en tanto lugar vaciado en el que se puede inscribir el sujeto; es decir, lugar del sujeto previo al significante, y previo a que «el significante desenrolle sus volutas capciosas».* De ello se desprende una orientación clínica: «apuntar de entrada

ocupa, resulta especialmente interesante la presentación del 27 de febrero de 1976, un «Caso de travestismo y transexualismo (Sr. M. H.)>.7 En ella se hace presente la complejidad de la posición sexual de este

276

el goce, y verificar que el sujeto está ligado al goce, está inscripto en se desprende del goce y que fabrica con las diversas maldiciones que lo afectan los medios para sustentar ese goce». Vemos entonces en cl

horizonte el «goce opaco, que excluye el sentido [...], un goce reacio, rebelde, incompatible respecto a la estructura del lenguaje, que no sc 6 Dn deja significar». y

UNA PRESENTACIÓN DE ENFERMO DE LACAN: EL SR. H.

trata de una orientación que vemos reflejada en las transcripcio nes de las presentaciones de enfermos de Lacan, disciplina que sostu vo a lo largo de décadas. En ellas ponía en juego la práctica del psi coanálisis a fin de extraer un saber a partir del despliegue del dect del entrevistado. Allí quedan plasmadas en cada caso la particuli forma de arreglárselas con el goce, es decir, sus más o menos fracasa Se

das invenciones. Si bien es cierto que de estas presentaciones no se desprende la eli boración de un saber universal, son numerosas las enseñanzas eje podemos extraer, y resultan una vía privilegiada en la que vislum brar y articular la teoría. Al respecto, y con relación al tema que no 4. J.-A. Miller,

Todoel mundoes loco,

Buenos Aires, Paidós, 2015, pág

5. Ibid., pág. 335. 6. J.-A. Miller, Sutilezas analíticas, Buenos Ares, Paidós, 2011, pág.

411

sujeto, la relación complexual* así como también el horizonte de una solución particular.

trata efectivamente de una transición, de una travesía de largo recorrido que se le impuso y lo acompañó desde la infancia. En ella aparece la extrañeza e incomodidad con relación al propio cuerpo, a su imagen, así como su decidida aspiración a convertirse en mujer. Si bien podríamos tipificarlo como una disforia de géneto, lo interesante es justamente poder ir más allá de cualquier clasificación a fin de constatar la difícil relación del parlétre con la sexualidad, y la particular posición del sujeto frente a la no relación sexual. Á sus veintidós años el Sr. H., aun a sabiendas de los perjuicios y humillaciones que le ha acarreado en la vida, no ha cesado de vestirse de mujer. Solo arropado en atuendos femeninos puede sentirse feliz. Auna costa de vivir encerrado, es así como obtiene la satisfacción que le comporta el encuentro con su propio carácter dulce y amable. Es incluso bajo estas condiciones cuando su personalidad — dice— se hace presente, produciéndose una modificación de sus de su gestos y comportamiento y recuperando su deseo y su interés por vivir. Á pesar de saber que es un hombre, de sentir que está mal posiciohado frente a sí mismo, no puede desistir de lo que sería para él la única solución posible: tomarse y ser tomado por mujer. En su decir, es esto lo que le permitiría olvidar su personaje de hombre, y así mitigar la angustia que lo embarga. Fue su voluntad de desembarazarse de su Se

condición masculina lo que lo llevó al consumo de drogas, así como a

7].

Lacan, Presentación de enfermos del

vestismoy transexualismo (Sr, M, 254

277

8).

Lacan,

H,)»,

27 Seminario, libro 19

0

27 de

febrero de

1976, «Caso de

tra-

inédito, peor,

Buenos Aires, Paidós, 2012, pág.

13.

278

CORINNE, UNA INVENCIÓN DE IDENTIFICACIÓN

PRECISIONES CONCEPTUALES

un intento de suicidio y otro de amputación de su incómodo miembro viril. En la misma línea, tras adoptar un nuevo nombre, Corinne, se deshizo de sus documentos de identidad. Siguiendo su relato, vemos que confluyen en sus seis años la presencia de la niña que llevaba ese nombre y la práctica de travestirse con las suaves ropas de sus hermanas. Pero también una pesadilla cn la que una mujer rubia con un extraño rostro de rasgos masculinos cortaba miembros de los cuerpos de sus familiares. EI. se reconoce en el esa mujer al teñirse de rubio o con su peluca, también en daño cau sado a sus padres con su travestismo, en su intento de amputación y en la maldad que le despertaba la envidia hacia sus hermanas por su condición femenina. En el condensado poema que escribió y que lee: «Lo eterno la her mujer rubia», Corinne persevera en encontrar su personalidad eje mosa, sufre por su travestismo afeminado, se despersonaliza, es cutada... al fin, no despierta de la pesadilla por la que se siente utili zada. H., sin dudar de ser biológicamente un hombre y sabiendo que no podrá devenir mujer, tal y como le señala Lacan, aspira, no obstante, a lograr una apariencia de tal. Lo intenta recurriendo ala depilación, hormonal poderse femini y espera de la cirugía y del tratamiento le zar y lograr la única solución posible para él: obtener el semblante mujer. En las breves líneas con las que contamos sobre la discusión, La el can concluye que se trata de un caso de transexualidad en que, all garlo al hombre solo la imitación, no hay duda sobre su determina ción para llevar a cabo la operación. Nos dice que, no obstante, trus | esta cirugía no obtendrá una satisfacción mayor a la que le procura revestir su cuerpo con la dulzura de las ropas de mujer, Si bien nu cabe esperar de este sujeto un cambio de posición, Lacan alienta que se lo acompañe en el tránsito,

sus pasajes al acto:

a

279

LO QUE EL CASO NOS ENSEÑA

Vemos en este caso cómo nada a priori determina su posición sexual, pero también cómo el discurso heteronormativo no le sirve de auxilio, sino que en este punto las volutas capciosas del significante se desenrollan de una manera particular. Él testimonia su intento de arreglárselas con el desgarro y los residuos producidos por el encuentro de la lengua con el cuerpo. Dan cuenta de ello sus tentativas desesperadas, así como también la invención que ensaya frente al problema insoluble de su cuerpo en la presencia del mundo. Se hace patente también la dislocación del cuerpo sexuado frente a

los órganos, especialmente al viril, que habiéndolo puesto en juego en encuentros con ambos sexos por los que no siente ningún interés, solo viene a incomodarlo al hacer presente su hombría. Vemos también en ello la distancia

que separa a un órgano de su función, y lo complejo que resulta cuando se trata en particular de los órganos sexuales. Pero esta dislocación aparece también con relación a su imagen y a su identidad. Así, sus ropajes, su nombre, sus recursos hormonarse y il la cirugía son ensayos de reparación en un intento de anudamiento de los tres registros que, a modo de identificación, le permitieran lograr un soporte a su ser. En este sentido asistimos a las operaciones sobre lo imaginario del cuerpo, sobre lo real de los órganos, así como también a su modificación en el registro de su identidad. Son la consecuencia de lo que comporta que para el ser hablante no haya relación sexual en aquellos casos en los que la ausencia de la regulación fálica impidió una inscripción del Nombre del Padre la y extracción de goce del cuerpo. Es la forma en que podemos leer el Iransexualismo como intento de invención de una identificación sipuiendo las indicaciones de Jacques- Alain Miller en la que se trataa

JA,

Miller, «La invención psicótica», Cuadernos de psicoanálisis, 1.7 30, Vizcaya, Eolia, 2007, pág. 04 9:

281

PRECISIONES CONCEPTUALES

CORINNE, UNA INVENCIÓN DE IDENTIFICACIÓN

ría de acceder a un «soy una mujer» cuando biológicamente se trata de un hombre. En este mismo texto, «La invención psicótica», en contramos dos orientaciones articuladas entre sí que resultan de gran interés para la teorización del caso, una con relación a la invención y

uso, determinando el género a partir del sexo biológico, y la orientación sexual a partir del establecimiento del binarismo hombre/mujer. Nole sirven en tanto «auxilio del discurso establecido», que le facilite tener un cuerpo, un órgano sexual, sentir placer, hacer lazo con

280

otra con relación al lenguaje como órgano fuera-de-cuerpo.

Otro... Y en este sentido nos confronta de forma privilegiada al enigma de la presencia del cuerpo, del ser en el cuerpo, a la relación con los órganos, con su forma particular de habitar el lenguaje.

el

EL OTRO ES UNA INVENCIÓN

Siguiendo la declinación de la frase de Lacan: «La función de cada el uno (de los órganos) se le vuelve problema, con lo que dicho esqui zofrénico se especifica por quedar atrapado sin el auxilio de ningtin la discurso establecido», encontramos una clave interesante. Miller articula a la cuestión de la invención a partir del aforismo «el Otro no existe». Extrayendo las consecuencias que se desprenden de esta pri misa, nos dice que el Otro no es más que una invención a la que esta destinado todo sujeto al instrumentalizar el lenguaje. Se trata de la

de cómo respuesta al traumatismo del encuentro con el significante; cada uno se las arregla de forma particular con el goce, construyendo una «invención del sentido, que es siempre más o menos un delirio» Pero distingue entre estas respuestas las que se acomodan a los «cis cursos establecidos», y las que son «verdaderamente inventadas Con relación a estas últimas ubica la invención de identificación Como podemos ver en este caso, a Corinne no le sirven los funda le mentos heteronormativos en tanto discurso establecido. No sirven al los principios típicos y consensuados, que proveen una solución

10. J.

Lacan, «El atolondradicho» (1973),

pág. 498. rt. J.-A., Miller, «La invención 12, Ibid., pág. 04.

psicótica»,

Otros escritos, Buenos Aries, Paulo

op tí. pag. 04:

El lenguaje, órgano fuera-de-cuerpo

"

Pero si tal como nos decía Lacan el órgano es instrumento por ser un significante,'3 yendo un poco más allá, siguiendo el desentramado que Miller hace de otra frase de «El atolondradicho», nos encontramos con que de lo que se trata es que el lenguaje mismo deviene un

Órgano. Un órgano fuera-de-cuerpo que se injerta al ser hablante, al que deberá encontrarle una función. Nos dice Lacan: «el lenguaje, |...] órgano que, por así ex-sistirle, lo determina con su función, ello antes de que la encuentre. Por eso incluso es reducido a encontrar que su cuerpo no deja de tener otros órganos». A partir del hecho de que el ser hablante está afectado del órganolenguaje modo de envoltura, se enfrenta a que su cuerpo no es sin a

otros órganos. Es decir, percibir que el sujeto no es solamente un ser de lenguaje, que no se relaciona solo con el órgano-lenguaje, sino que hay otros. Se trata entonces del órgano-lenguaje que socava los órgahos del cuerpo, significantizándolos y volviéndolos problemáticos. Si por una parte el órgano-lenguaje produce al ser hablante, es decir, le otorga el ser, por otra, le otorga también un tener esencial: el cuerpo. 13:

):

Le]

peor,

Seminario, libro 19.0 op. cit., pág. 17. Lacan, «El atolondracicho» (1973), 0p. cit, pág. 408. Lacan,

157

PRECISIONES CONCEPTUALES

282

Esto lo vemos de forma destacada en algunos casos en los que el al no enconuso de los órganos resulta especialmente problemático trar en los discursos establecidos un apoyo, un recurso para poder hacer uso de su cuerpo y de sus órganos, y al verse obligados a tenerlo

LOS EQUÍVOCOS DEL AMOR Y DE LOS SEMBLANTES VILMA COCCOZ

que inventar. Sí, A

MODO DE CONCLUSIÓN

En la civilización podemos decir que, por un lado, proliferan y toman fuerza los discursos que abogan y promueven en los sujetos que se la tomen como emprendedores de sí mismos, desprendidos de influencia del Otro en tanto discursos establecidos. Pero, por otro, devienen estos mismos parte del discurso establecido, aunque ahora las en una multiplicación de categorías tanto en lo que respecta a identidades de género como a las posiciones de elección sexual. Si bien la proliferación de categorías, al devenir parte del discurso común, permitirá en algunos casos encontrar en ellas una posibili lad de identificación, no es esperable que absorban la complejidad qu comporta la sexuación. Con frecuencia pueden incluso devenir uni multiplicación de boyas en un mar cada vez más difícil de transitar,

devenir como ofertas de goce que ponen en juego el cuestiona miento de las identificaciones posibles en edades cada vez más tem el de poner el acen pranas. Al fin, esto puede devenir un imperativo, to sobre el cuestionamiento en sí mismo de la identidad sexual, haciendo de las boyas un escollo en el recorrido. Frentea ello, para el psicoanálisis se tratará siempre y en cau la cano de de alojar el sufrimiento del sujeto respetando su palabra por fuera toda querella ideológica y de todo prejuicio. Y de hacerlo advertido de sexo se tratara de de que cuando hay en juego un anhelo de cambio

al

acompañar

al

sujeto en una compleja construce ión,

por detrás de las gentes

te busco.

No en tu nombre, si lo dicen, no en tu imagen, si la pintan. Detrás, detrás, más allá. PEDRO SALINAS,

La voz a ti debida

fuera posible renunciar a nuestra envoltura corporal, y una vez convertidos así en seres solo de pensamiento, procedentes, por ejemplo, de otro planeta, [y] observar con mirada nueva y exenta de todo prejuicio las cosas terrenas, lo que más extrañaríamos sería, quiZá, la existencia de dos sexos que, siendo tan semejantes, evidencian, ho obstante, su diversidad con signos manifiestos».' Sirvan estas palabras de Freud, de rigurosa actualidad aun si fueron escritas en 1908, para enmarcar la respuesta que se ha ido elaborando a partir del descubrimiento del inconsciente, y más concretamente, de la dimensión «complexual»* de la sexualidad aportada por tal descubrimiento, ante el aluvión desencadenado por la «autodeicini tonació oénero? del los vaticinios que pregonan el final del amor, signación» género* y «Si nos

>|

1. S. Freud, Teorías sexuales infantiles, en Obras completas, tomoTI,, Madrid, Bi blioteca Nueva, 1973, pág, 1203. 2, El es de Lacan, He dedicado $ un capítulo al «estallido del pénero» en el libro Nuevas formas Ma

>

[

término

del

en malestar

]

la cultura (Buenos Aires, Grama,

2021

pág.

45)

Di

PRECISIONES

284

LOS

CONCEPTUALES

ambos plasmados en consignas de un discurso libertario anunciando el fin del patriarcado. Se esgrimen los beneficios de la multiplicación el momento, treinta y sicte) y las dedel (Tinder registra,

por

género

licias del «autoamor» y del «poliamor» como alternativa justa frente inductor a la estafa ocasionada por el amor romántico, juzgado como «mandatos o estereotipos de género». y responsable de los Un examen atento de ambas cuestiones —el amor y el génerotienen en común, esto es, supone tomar en consideración aquello que la fascinación despiertan las imágenes en los seres humanos, tc

que niendo en cuenta que su naturaleza es hablar: «Cuando el Verbo sí 1 encarna —dice Lacan evocando el Génesis— las cosas empiezan andar francamente mal. Ya no es en absoluto feliz, ya no se parece cn lo más mínimo al perrito que mueve la cola ni tampoco al buen mono el Verbo que [les] hace gozar»' no que se masturba [...] si no hubiera estarían «carcomidos, mordidos por el síntoma», como tampoco explicaría la existencia de la práctica analítica. Dado que la diferencia de los sexos se traduce en signos externos, liver el modo de presentarse, por el atuendo y los comportamientos, su ch

«

sidad contrasta con la fijeza de las conductas del animal; son la const cuencia de una interpretación por parte de quien los exhibe y están nu ambas implicachas menos sujetos a la interpretación de sus receptores, de sus diferencias, en «la realidad percibida de los cuerpos» y razón raizadas en la equivocidad propia del lenguaje y correlativa dela auisen Tn ema cia de una referencia «natural» y unívoca para ambos sexos. de misterio, imprecisa y fluctuante han germinado los discursos eh

zona

los ci amorosos a través de las épocas y, también, se han ido perfilando ferentes modos de «vestirse de» hombre y de mujer. de amargura El conocido lema de que «las apariencias engañan» tiñe

las decepciones, favorece el gusto por los disfraces

y

ha ocupado

a los

11

Bo de la religión, Buenos Aires, Paidós, 2006, pág.

triunfo

285

DEL AMOR Y DE LOS SEMBLANTES

lósofos desde siempre, pero fue a raíz del descubrimiento del inconsciente cuando se alcanzó a conmover el esquema de la representación que uncal sujeto que percibe con el mundo que se muestra ante sus ojos.

No deja de ser llamativo que Freud bautizara el inconsciente como la Otra escena, en donde el deseo —la esencia del hombre según Spinoza— iba a ser considerado en su verdadero alcance subjetivo, muy especialmente a partir de acoger, en el dispositivo del análisis, la demanda de las mujeres, es decir, la realidad hasta entonces «más negada, más encubierta, más retenida, más rechazada, la de la histérica, en tanto [...] marcada por el signo del engaño»5 Y que se hacía presente, dándose a ver en los síntomas, como realidad corporal. Una novedosa consideración sobre la verdad fue posible entonces, «una verdad de un nuevo estilo», en palabras de Lacan y, por lo tanto, «un cambio de perspectiva al colocar el amor en el centro de la experiencia ética». Al interesarse el inventor del psicoanálisis por lo que tenían que decir las mujeres, silenciadas y despreciadas por el discurso cientifi-

cista, pudo localizar, en la dinámica y estructura de los síntomas, la incidencia de identificaciones cuyo carácter transgénero” se hizo patente.*

Además, y como resultado de su disposición a escucharlas, Freud fue sorprendido por el reclamo amoroso de una paciente que intentó arrojarse en sus brazos; advertido de que tal arrebato no podía deberse a sus encantos, indagó en el fenómeno hasta encontrar, en 5. J. Lacan, El Seminario, libro 11: Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis, Buenos Aires, Paidós, 1987, pág. 41. 0. ]. Lacan, El Seminario, libro 7: La ética del psicoanálisis, Buenos Aires, Paitlós, 1088, pág. 18. 7.

Según

lo ha

f

tino de

a,

precisado Jacques-Alain Miller. édi Sociedad de Médicos intervención en a Soci histeria masculina, sus colegas se revolvieron contra expts puso un caso dele histeri ellos, enardecido, invocó la etimología: ¡/ysteron significa útero!

8, En la única

Pret 4. J. Lacan, El

EQUIVOCOS

f

la

de

i

Vi

i

él ,

286

LOS EQUÍVOCOS

PRECISIONES CONCEPTUALES

fundamento mismo del análisis en tanto cura por la palabra, su motor libidinal. En lugar de juzgar y condenar los engaños de la demanda de amor, el análisis imponía admitirla en vistas a revelar su auténtico resorte: «Persuadiendo al otro que tiene lo que puede completarnos, nos aseguramos precisamente de que podremos seguir 1gnorando qué nos falta»?

el

LA REALIDAD PERCIBIDA DEL CUERPO

Las pretensiones de estatuir la justa y objetiva apreciación del mun do mediante un esquema dual de verificación, según se midiera con la vara de la verdad o de la realidad, se mostraba Jusulieiente para captar y resolver los atolladeros subjetivos, pero Tegabiva influen cia llegó a distorsionar la lectura de Freud y la práctica de los analis tas posfreudianos convertidos en «managers de almas». Tomando a su cargo la tarea heroica de restaurar «el filo cortante

u

ie

de la verdad» freudiana, Lacan elaboró, paso a paso, la estructura to los pológica de la condición humana que anuda los tner en

lo que se distribuye nuestra experiencia subjetiva: lo HMOÓ NEO, ima ginario y lo real. En su primera aportación al purromálie, El estadio del espejo como formador del yo, llevó a cabo una traducción del narel sismo, iniciando el desciframiento del poder de captura que ofi 1h las imágenes del cuerpo propio y corrige el esquema tradicional se gún el cual el alma es la unidad supuesta de las funciones del cuerpo

9.

a

10.

Lacan, El Seminario, libro

J.

La

expresión

11, 0p.

es de Lacan. El 1

utilización artera y perversa de ciertos hallazgos ciedad de consumo americana,

an iia siglo diseño freudianos documental

7 727

del"/yyo

sip

en

el

de

la

287

El «alma especular» "funciona como una unidad mental, pero demuestra estar condicionada por la percepción de la forma del semejante: en la asunción jubilosa de esa imagen como propia, Lacan descubre la raíz de la estructura paranoica del conocimiento humano, así como de la «organización pasional del yo» que se instituye merceda la identificación con la imagen especular, y responde a la función simbólica de la Verneinung, la denegación que entroniza al yo en su función de desconocimiento. Su pretendida identidad resulta ser una falacia, ignorancia de la discordia esencial entre el yo la dimeny sión del ser que solo puede realizarse en la palabra (orientada en primer lugar por un objeto que no aparece sino al margen) y que se busca en un intercambio de miradas, como lo demuestra la experiencia del infans, cuando gira la cabeza hacia más allá, de donde puede un advenir el signo de reconocimiento.

Actualmente, y como resultado de la mundialización, asistimos a una «hipertrofia del narcisismo», según Clotilde Léguil, un narcisismo de masas, resultante de un estadio del espejo electrónico. Se busca una definición de sí mismo en la imagen virtual, en el doble, en el selfi, intentando atrapar la mirada de «Mr. Nobody», cuya consecuencia de uniformización asfixia y aleja al sujeto de sostener una relación anóno nima a la existencia.” En la época del homo videns la influencia de las pantallas en la globalización del fenómeno trans es indiscutible.

MÁS ALLÁ DEL VELO

La elucidación de la pasión narcisista no tomaba en sexuado la ni del cuerpo importancia atuendo, solo

cit., pág. 139

excelente

DEL AMOR Y DE LOS SEMBLANTES

cuenta aún el en la siguiente

|

HE,

14,

Jacques- Alain Miller,

€.

Léguil,

«Je»

Conferencia Pipol V. Disponible en la web AMP. identités, París, PUF, 2018, pág. 21.

Une traverséc des

Los

PRECISIONES CONCEPTUALES

288

etapa de esclarecimiento de la estructura subjetiva, Lacan interponc entre el sujeto y el mundo la función de la cortina, del velo, «una de las imágenes verdaderamente más fundamentales» en la organización de la percepción. El valor de los objetos que capturan nuestro interés, incluso lo que se ama en el objeto de amor, depende de algo que está más allá. Esc algo es nada, afirma, es una ausencia, más aún, «como símbolo, no solo puede, sino que debe ser esa nada» que tiende a realizarse, a pin «la tarse, a dibujarse como imagen. Así se revela en el goce de espiar:

cortina cobra su valor, su ser y su consistencia precisamente porque sobre ella se proyecta y se imagina la ausencia». La cortina es la cn carnación, el «ídolo de la ausencia» y obliga a admitir «cierta ilusión fundamental en todas las relaciones urdidas del ser humano con su deseo», afirma Lacan. En el camino de la subjetivación que tiene lugar en la experiencia de la infancia, y confrontado al deseo del Otro, el niño debe atravesar el estadio del velo (análogo de la cortina), en el cual, mediante la sechue ción y los señuelos, en un juego de espejos, se planteará cómo enga ñar a la madre insaciable, intentando «camelarla», asegurándole que puede satisfacerla. Teniendo en cuenta la importancia esencial cue reviste ser amado para el niño, deberá incluirse en la relación con madre a partir de las envolturas, de los signos que ella le ofrecc a fin de subsistir en lo simbólico, por medio de este «doble de sí mismo —el falo imaginario deseado por la madre— y forja de su narcisin mo. Fue necesario el psicoanálisis para revelar el carácter irresistible, la potencia negativa de la falta de la madre donde se descubre, segtin de Lacan, «la verdadera naturaleza del falo», el significante impar,

l

13. J.

Lacan, El Seminario, libro

14.

JA.

Miller, La naturaleza

de

pag

4

289

niños falóforos» y por tanto la salida del circuito materno es decisiva.'5 En cuanto a la subjetivación de la diferencia sexual, esa ausencia cobra un alcance positivo en la dimensión simbólica y tendrá consecuencias en lo relativo al goce, según afecte al registro del tener o al registro del ser, dando lugar a la forma fetichista de la elección de objeto, propia del hombre y a la vertiente erotomaníaca del amor, característica de la mujer. "

Lacan nos enseña a cernir la función del falo en la comedia de los sexos, y la importancia del atuendo como un equivalente de la cortina o del velo, destinado, por lo tanto, a esconder lo que hay —pudenda— como lo que no hay: «todo uso del vestido participa de la función del travestismo».'* En un caso, para proteger lo que hay; en el otro, para enmascarar lo-que no hay; en ambos es en el registro del parecer donde las identificaciones sexuadas funcionan como máscaras (alojan un lugar vacío) y despiertan la incertidumbre, ¿cómo discernir que es un verdadero hombre o una verdadera mujer?

LA GRAN INCÓGNITA DEL CAMPO ESCÓPICO

La tercera contribución lacaniana al desciframiento de la fascinación que operan las imágenes produce un «vuelco ontológico» al comprobar que «en mi existencia soy mirado desde todas partes». Ello supuso una reformulación del narcisismo al introducir la pulsión en el

campo escópico, dado que

P velo 4: La relación de objeto, Buenos Aires,

los semblantes, buenos Aires, Paidós,

DEL AMOR Y DE LOS SEMBLANTES

cuya subjetivación dependen el deseo y la vida. Conviene recordarlo, el privilegio del falo no radica en la posesión del órgano, «la mujer participa del falo a título de ausencia, las mujeres producen, hacen

15.

1996, pág. 157.

EQUÍVOCOS

Freud

16.)

la

mirada preexiste

concibió la salida vía el

Lacan, 27

Seminario, libro

4:

a

toda institución de la

padre, Lacan postuló el exit por el síntoma. La relación de objeto, op. cit., pág.108.

290

LOS

PRECISIONES CONCEPTUALES

forma. Merleau Ponty distinguió lo visible y lo invisible, exploró las reveló una esquitrampas de la percepción, Lacan dio un paso más, zia entre la mirada y la visión. A través de la mutación que tuvo lugar en la experiencia subjetiva de la mirada occidental a causa de la invención del cuadro, se demostró su homología con la ventana y con el fantasma que organiza nuestro marco perceptual. El cogito cartesiano vino a coronar esta operación iniciada en el arte al instituir el sujeto de la ciencia, concediendo a los seres humanos el derecho sobre el mundo visible una vez consu mada la ceguera de Dios. El nuevo amo, asentado en la perspectiva geometral, tendrá acceso a descubrimientos, conquistas y deleites, las le pero no será «omnividente», su poder sc verá restringido por vacío es creado en cel yes de la óptica. El marco oficia un recorte, un el frag espacio donde podrá alojarse la escena pintada, el paisaje o mento de la historia o del mito. dle Lacan profundiza ese análisis con el cuadro Los embajadores Holbein que hace posible ilustrar la dimensión de la mirada en el delante ele campo de la visión; aparecen dos relucientes figuras y, ellos, en la parte inferior derecha, un objeto informe. Si colocamos encima un espejo cóncavo se visualiza una calavera. El mensaje es el destino claro, aun lujosamente adornados con oropeles e insignias, del ser humano es la muerte; lo insólito es haberlo incorporado en la lus estructura formal del cuadro, la ausencia de sentido que invalida apariencias se figura en esa mancha. Se trata, dice Lacan, del ¿sujeto ee anonadado», de la «encarnación ilustrada de la falta», el «centro la organización de los deseos a través del marco de las pulsiones fun damentales». Esa mancha que captura mi visión me mira a la man ra de un punto luminoso. el Esta demostración de la dimensión inconsciente que organiza el disfraz del mimetismo animal campo escópico permite diferenciar € letra porque, si bien es cierto que imitar es reproducir una imagen,

EQUÍVOCOS

DEL AMOR Y DE LOS SEMBLANTES

29TI

vestismo supone «insertarse en una función cuyo ejercicio se apodera» del sujeto, que se manifiesta distinto de lo que es. Años antes y en vistas a distinguir la idealización de la sublimación, Lacan se había servido de esa dimensión más allá de la imagen en su análisis del «amor cortés en anamorfosis», en el cual consiguió demostrar la estructura triple del amor, localizando un elemento he-

terogéneo, real, más allá de lo simbólico y lo imaginario, una mancha incluida en la imagen de La Dama como causa del deseo, sustitución del «objeto natural» —la mujer—, y en sus rasgos se incluye su ser infernal, signo de la pulsión. ,

EL AMOR CORTÉS Y LOS VESTIDOS

diferencia de la idealización que instaura el amor en el reino del engaño, el amor cortés, forjado durante los siglos x1 y x111 es una creación y se vincula, según Lacan, al «aburrimiento del juego homosexual» durante la decadencia de la sociedad feudal. «Es una manera refinada —afirma— de suplir la ausencia de relación sexual fingiendo que somos nosotros los que la obstaculizamos».”7 Enfatiza su valor de «encantamiento poético», cuyas huellas pueden hallarse hasta en «la organización sentimental del hombre contemporáneo». A través de una ética se forjaba una erótica derivada de la postergación del encuentro, potenciando el goce de los placeres preliminares añadidos a la interpretación de los signos del cortejo, de su ofrenda y de su recepción. Mujeres como Marie de la Champagne y Leonor de Aquitania celebraron esta novedad y colaboraron activamente en su difusión, A



17]. ” 18,

),

47

Lacan, Seminario, libro 20: Aun, Buenos Aires, Paidós, 1981, pág, 85. Lacan, 47 Seminario, libro y: La ética del psicoanálisis, op. cit., pág. 182.

LoS EQUÍVOCOS DEL AMOR

PRECISIONES CONCEPTUALES

292

creando cortes de amor destinadas a juzgar el comportamiento de los amantes. Historias célebres como la de Erec y Enide indagan en la interpretación inadecuada de los signos: respetuoso de las reglas del cortejo, Erec llegó a desposar a Enide, pero pasado un tiempo de dedicación exclusiva comenzó a ser víctima de habladurías que ponían en duda su condición de caballero, viéndose obligada Enide a animarle a buscar nuevas gestas en las que probar su heroísmo. En este relato escrito por André Le Chapelain, autor del Tratado del amor cortés, llama la atención la descripción de los vestidos, testimonio de «la revolución vestimentaria del siglo x11»"* propiciada por la incorporación de las telas traídas de Oriente (especialmente la seda) y el suntuoso trabajo de bordados y las incrustaciones de perlas Loreto Casay gemas. En su estudio de la indumentaria cortesana, nueva Reyes destaca la invención de las mangas desmontables, ajus tadas al vestido a través de hilos, cintas o botones que permitían, en tre otras facilidades, servir de escondite para una carta, u ofrecerse como prenda en el intercambio amoroso.” El atuendo, además de ser un signo de distinción genérica, social y religiosa, se convierte en medio de exhibición de la figura: «sofisticados cortes de sastrería, la optimización de las texturas y los colores de las te las, la ornamentación a través de joyería y bordado [...] el traje puede afirmación resuena con la disimular, realzar, simular, sugerir»

Tal

encontramos «en

los

espejismos que proveen moralistas, artesanos, artistas, hacedores

de

observación de Lacan respecto a la felicidad que

L. Casanueva Reyes, «Prendas de vestir y prendas de amor en la literatu 15 ra cortesana: el caso de las mangas», Revista Historias del Orbis Terrarum, (2015), pág. 9. 20. En el acto de la investidura de Enide como dama de la corte lucía «pele 19.

raras, sedas, oro, piedras preciosas, colores vivos, rico cinturón, alhajas diversos», Ibid., pág. 12. 21, Ibid.

adorno

SEMBLANTES

293

vestidos o sombreros, los creadores de las formas imaginarias». En las formas que anudan el discurso amoroso a los semblantes sexuales, comprobamos, con Miller, que «la imagen reina»:

EL ESPLENDOR DE LA IMAGEN

En la incidencia de los «operadores inconscientes» que propician el flechazo amoroso y la atracción sexual se destacan las representaciones del género —los vestidos del ser— los cuales, al exhibirse en la comedia de los sexos, otorgan consistencia a la mascarada femenina y a la parada viril. La categoría de semblante ayuda a precisar el valor que adoptan los modos de ser hombre o mujer, sobre los que pesa una incertidumbre, nunca se está completamente seguro de serlo, y la certeza no puede advenir del acto sexual: «no es posible extraer [de allí] un ergo sum hombre o ergo sum mujer», y por ello Lacan llegó a formular: «no hay relación sexual». Una verificación que se encuentra, según Miller, «en el principio mismo de la fascinación de toda imagen: es el gran incógnito, todo cuanto vemos es visto en el lugar de eso que no se puede ver»* Esla razón estructural por la cual «la declaración del ser sexuado» no se reduce a la adopción de un simple modelo o rol; el semblante «designa un significante que no está entre otros», supone «una elección [inconsciente] operada en el orden simbólico», aunque vincula-

1

y

Y DE LOS

22. J.

Lacan, El Seminario, libro

dós, 1992, pág. 123. 23. JA, Miller,

«La

7:

La ética del psicoanálisis, Buenos Aires, Pai-

imagen reina», //ucidación de Lacan, Buenos Aires, Pai-

dós, 1998, pág. 577, 24.

JA. Miller,

Los

mos del lapso, Buenos Aires, Paidós, 2004, P.423.

Los EQUÍVOCOS DEL AMOR

PRECISIONES CONCEPTUALES

294

da a un goce real que Lacan nombra «sexuación». Dicho significante, «ya sea el primero o el último es siempre auto, da la impresión de significarse a sí mismo», de tal suerte que «parece no haber nada más allá [...] y puede presentarse como fundador o como respuesta última y de este modo aparenta ser la cosa misma» Ese privilegio del semblante tiene su raíz subjetiva en el anuda-

miento de los tres registros, el semblante «surge como ex-sistente, lo simbólico se hace pasar por lo real con alfileres de imaginario». Una formulación de gran alcance clínico si consideramos, con Lacan, que «Uno tiene un cuerpo, no lo es en grado alguno»,” y resulta de una operación compleja de subjetivación. En'cuanto al falo, esencial en ese recorrido, demuestra ser, dice Miller, el «semblante por excelencia», la forma fálica es susceptible de todas las metonimias y de erigirse como gran representación: «la representación sublime está tomada del cuerpo de la mujer en su esplendor».” Aunque, precisa, el atractivo que ejercen las imágenes también puede deberse a «lo infor me, al punto que podría establecerse una dialéctica entre la forma que halaga el ojo y la cosa equívoca, indecible, la forma desprovista de contorno que confunde, perturba o se desliza en la imagen bien

formada».

partir de lo cual Miller establece un orden lógico en la función del velo. En el origen sitúa la mirada, una de cuyas formas es la man cha —segundo momento—, aquello que nos coloca bajo la mirada del mundo (calificado por Lacan de omnivoyeur) pudiendo 'surgi A

25. J.-A. Miller,

Pág: 174 26. J. Lacan,

De la naturaleza de los semblantes, Buenos Aires, Paidós,

2002,

El Seminario, libro 23: Le sinthome, Buenos Aires, Paidós,

Pág. 14727. Ibid., pág. 176. 28. J.-A. Miller, Los tsos del lapso,

cit.

pag

420.

SEMBLANTES

295

también como forma repugnante. En tercer lugar, se erige la forma sublime de la mancha: la belleza.

LA SUBLIME CONVERSACIÓN Y EL TRAVESTI

Desde esa perspectiva valoramos la trascendencia del proyecto ético y estético que tomó forma en el movimiento cultural iniciado en Francia durante el siglo xvi1 y que Benedetta Creveri explica con detalle en su libro La cultura de la conversación. El Ingar privilegiado concedido a las mujeres durante el Renacimiento las había mantenido, sin embargo, alejadas de la vida civil. En un territorio nuevo, más allá de la corte y de la Iglesia, elegantes damas —las influencers de la época— cultivaron la conversación en los salones (el primero tuvo lugar en el hotel Rambouillet), en ellos se fueron confeccionando nuevos semblantes de una cultura mundana a partir del fomento de un diálogo ilustrado entre hombres y mujeres y en el que los participantes se sometían a una exigencia civilizadora y crítica? En esta zona original donde reinaron Las preciosas era fundamental el cuidado por el estilo, que debía traducirse en la manera de vivir, de hablar, de ataviarse y de divertirse. La sofisticación de la indumentaria femenina alcanzó la cima inaugurando «el arte del lucimiento», la vida social era intensa y la atención a la politesse muy severa. Las questions d'amour inspiraban los retratos, aforismos, cartas, novelas, etc., y las mujeres ganaron autoridad en el dominio de la lengua. Entre los testigos privilegiados de estos cónclaves, donde se cultivaba la retórica en un ejercicio sofisticado de juego y trampas, 0.

op.

Y DE LOS

30.

id DB

Cravert,

Lar

cultura de la

conversación,

Madrid, Siruela,

2007,

296

PRECISIONES CONCEPTUALES

LoS EQUÍVOCOS DEL AMOR

descolló el personaje del abad de Choisy*" autor de la monumental Historia de la Iglesia, famoso por vestirse de mujer durante toda su vida. El marqués D” Argenson dejó escrito sobre él: «se diría que la Naturaleza se había equivocado, queriendo hacer de él una

mujer».

Al explorar la relación entre el fantasma y la perversión Lacan toma en consideración «el valor del deseo perverso desde el punto de vista de un más allá de lo nombrable, un más allá del sujeto»? y llega

reconocer en el perverso una similitud con la posición inconsciente de la mujer y un «deseo anudado a exigencias estéticas».** El caso del abad es altamente ilustrativo a fin de interrogar «la dimensión del desco y de la relación de interacción e intercambio con lo que se cris taliza en la estructura social».3 Como demuestra H. Castanet, al ves tirse de mujer, el abad «se identifica a un más allá», uña mujer que tiene el falo, pero en tanto oculto, participa del velo «envuelto en la magnificencia de la nada».3* Lacan subraya el carácter de «brecha vital de las creaciones cul turales respecto a la inercia social; la cultura pasa por la sociedad, pero cumple una función de desagregación, determina circuitos en el interior del rebaño [...] dejando abierta la brecha donde se sitúa la dimensión del deseo» 37 En el uso de los semblantes sexuales pue de verificarse una protesta respecto a lo que el sujeto padece en «la a

a

31.

Francois-Timeléon de Choisy (1644-1724) vivió en

la

corte de Luis XI v.

32. Citado por Hervé Castanet, Tricheur de sexe. L'abbé de Choisy: une passion du travesti au Grand Siecle, París, Max Milo Éditions, 2010, pág. 13. 33- J. Lacan, El Seminario, libro 6: El deseo y su interpretación, Buenos Ares,

Paidós, 2014, pág. 487. 34. Ibid, pág. 517. 35. Wid., pág. 534. 36,

1H,

37.

Ibid,

Castanet, 7uchewr de seve, 0p.

Y DE LOS

SEMBLANTES

297

identificación, que instaura y ordena las normas de estabilización

social».

Podemos valorar la dimensión política del travestismo del abad si tenemos en cuenta que su acción no se limitaba a la representación, donde hacía existir La mujer a través del culto a la belleza, la celebridad de su nombre propio se vincula a su obra literaria: «perversión y escritura en Choisy se anudan, indisociables» 3 Curiosamente, en aquella época de creación y conmoción de los semblantes, surgió la figura de la femmeforte, asociada a la lucha por la emancipación de las mujeres, cuyo empeño se haría sentir primero en las contiendas de la Fronda, más tarde en el compromiso con la Revolución. Con respecto a los semblantes viriles, asociados al activismo militar y sus valores de heroicidad, Miller desgrana en su texto «Bonjour Sagesse» la transformación de las costumbres que fue trazando «el camino de la desvirilización». George Brummell, figura destacada en la corte de Inglaterra durante el siglo x1x, célebre por el cuidado de su indumentaria, especialmente inimitable en el uso de la corbata, es considerado el último héroe no por sus hazañas bélicas, sino por encarnar el «parangón y árbitro de la elegancia», por su carácter de «autócrata de la opinión». En la misma época Baudelaire, eminente romántico, lleva a cabo una verdadera diatriba contra la naturaleza —donde no encuentra virtud ni belleza— y en favor de lo artificial, define los adornos como uno de los signos más nobles del alma humana, subraya «la alta espiritualidad del traje». El salvaje y el niño, a través de «sus ingenuas as-

38. Ibid., pág. 535. 39.

cit,

pág, 88

Ibid, pág.

15.

el 40. Con respecto a los ideales guerreros, señala que se recditaron luego en fa ismo: Miller, «Bonjour J.-A, el patriota y llegaron a st versión abyecta durante Cate Prevdienne, 1,995, París, Navarin, pág. 85. Sagesse», La

298

PRECISIONES CONCEPTUALES

piraciones hacia lo brillante, las plumas abigarradas, las telas tornasoladas, las majestuosas formas artificiales [...] demuestran la inmaterialidad de sus almas». Defiende apasionadamente la moda por su «empeño hacia lo bello», así como «el deber de la mujer de aplicarse en parecer mágica y sobrenatural: Es necesario que ella sorprenda, hechice; ídolo, debe dorarse para parecer adorada».*' Así fue ganando terreno la figura de la femme fatale,* un semblante femenino que se impuso más allá de los ideales revolucionarios, llegando a conquistar, en el caso de Mata Hari, un carácter de le-



yenda; y que se iría multiplicando, primero figuradas en la pintura de Munch, más tarde en las estrellas de cabarets hasta resplandecer en las pantallas de cine, en los rostros de las grandes divas, como Marlene Dietrich y Greta Garbo y, años más tarde, Rita Hayworth y Marilyn Monroe en cuya estela llegarán a brillar las reinas de la noche, las drag queens.

¿TRAVESTI

O DRAG

QUEEN?

como sostiene Éric Marty en su excelente libro Le sexe des moder nes, todo intento de deconstrucción de las identidades sexuales recala en la figura del travesti, debido a su indiscutible poder icónico. Espec cialmente aguda es su lectura crítica de la función imitativa —mimé sis— y en los modos de abordaje del «malestar» esencial que se com prueba en la oposición de lo masculino y lo femenino. Cita a Roland

Tal

y

Barthes: «El travesti oriental no copia a La mujer, él la significa». Por su parte, Judith Butler valora en el drag queen su performance —dicho imitativa, la destrucción de la pseudonaturalidad del modelo 41.

Ch. Baudelaire,

/2/ogío del maquillaje.

42. E. Bornay, Las hijas de Lilith,

Disponible en internet,

Madrid,

Cátedra, 1995.

LOS

EQUÍVOCOS

DEL AMOR Y DE LOS SEMBLANTES

299

femenino— que él parodia».* La carcajada que despierta es indicativa de que el original es también una imitación, según Butler. La fascinación barthesiana y la carcajada butleriana tienen en común la desaparición de la mujer natural como protagonista, ambos se vinculan a una falla esencial en la representación de los géneros, revelan una ausencia. Pero, aunque ambos coinciden en tomar en scrio al travesti como icono colectivo, Marty precisa sus diferencias, la autora americana toma como ejemplo el drag para afianzar su tesis sobre la fluidificación y fabricación de identidades abriendo un abanico de posibilidades «performativas», pero, en lugar de reenviar a lo femenino, remite al simulacro, a la influencia del Otro social que ha impuesto sus estereotipos, y donde se ha jugado la primitiva identificación de género. El drag, convertido en un «topos inexpugnable» de la teoría de género, no ha recibido, sin embargo, por parte de Butler, el estudio que merece su dimensión estética. Un elemento resaltado por la estudiosa del fenómeno, Esther Newton, e ilustrado con Greta Garbo.“ Tales connotaciones estéticas pueden ser causa del «malestar en el géncro» y, perturbando los códigos del «rebaño», llegar a inscribirse en perspectivas subjetivas.

Pero Butler priva al drag de imagen donde pudieran imprimirse signos personales en favor de su funcionalidad de comedia. El drag butleriano por excelencia es «Divine, travesti de las películas de John Waters, verdadero icono cinematográfico underground y trash, ligado a la subcultura gay, mezcla de vulgaridad, de sofisticación, de cinis43. É. Marty, Le sexe des Modernes, París, Seuil, 2021, pág. 143. La

traducción

es mía, 44:

kitsch,

Newton, citada por Marty señala que en la estética camp «se mezclan lo Le sexe dancismo, el mal gusto, la erneldad bandeleriana,el esnobismo»,

el

des mode mes,

op,

ella, pág

150.

PRECISIONES CONCEPTUALES

300

obscenidad».* Butler afianza la funcionalidad paródica del drag, aunque al precio de reducir su singularidad, «el malestar reflejado por Divine no está al alcance de todas las drag queens». El travesti del teatro oriental de Barthes parecería responder a un proyecto análogo, orientado a producir un «malestar en el género» observable, propio de un acto de representación, pero Marty demuestra hasta qué punto ambas estrategias difieren. Al añadir un grado más por medio de la representación fotográfica, Barthes convierte al travesti en una figura semiológica y no en un artefacto ideológico. El travesti transforma el cuerpo de la Mujer en escritura, sin preocuparse en lo más mínimo por su recepción, reduce su cuerpo a una combinación de signos: «la Feminidad se da a leer, no a ver», acentuándose su carácter de traslación, de traducción a través del desplazamiento del signo vacío, de lo Neutro. El «gesto de la feminidad» no se presenta en el travesti como un efecto de una feminidad imaginaria previa, sino como presencia de una enunciación singular, en el «divino detalle», escrito en «la tela del semblante», en la encarnación de lo heterogéneo, de la diferencia en los signos. «La peluca, el maquillaje, la indumentaria, la actitud» colaboran en la génesis del equívoco, en la suspensión del significado, promoviendo una difrac ción liberadora de la ideología o de la psicología de la mujer, su des genitalización, su desnaturalización (en las antípodas, pues, del gesto de desmitificación política pretendido por Butler). Su lógica se escla rece a partir del axioma lacaniano La Mujer no existe, porque su lugar sí existe, dice Miller, y es donde podrán alojarse las distintas versio nes, una por una. mo

y

45:

id,el pág. 151,

documental sobre su vida vemos hasta qué punto el actor Harris Glenn Milsteac, deploraba ser identificado con el personaje, en un vivo rec lamo 6.

le

ser

Ln

valorado por

su

excelencia artística

LoS

EQUÍVOCOS

DEL AMOR Y DE LOS SEMBLANTES

Ol

En el «circuito abierto en el interior del rebaño» por el movimien to drag surgido en la década de 19707 se fue abriendo una brecha donde las creaciones en el campo de la indumentaria, la danza y el

maquillaje se asociaban a la lucha del movimiento 1,GTHBI favore ciendo la extensión social de sus reclamos y las «transformaciones en el gusto» experimentadas en esos años. Ahora bien, la imitación de sus propuestas, potenciada por las pantallas y transformaca un fenómeno de masas, engulle su carácter rupturista y dificulta hallazgo de auténticos artistas que podrían abrir nuevos circuitos, al traducir en nuevas formas la herencia de sus sofisticados antececdentes a y, la vez, mantener vivo un compromiso político resistente 1 Las tentaciones del mercado. Nos parece que en este paisaje, la artista Olympia Mulkakis ocupa un lugar aparte. En su espectáculo Euforia de género, através de un complejo performance, consigue una auténtica intrincación, donde elementos políticos —vinculados a las luchas antidiseriminación yal franqueamiento de la rigidez de las reglas que conciernen al génerO— se trenzan con fuentes clásicas al introducir la fluidez y el movimiento en la escena teatral, atendiendo a un especial cuidado en la elección de telas y transparencias que le permiten proteger el equívoco: «Bajo los vestidos no se puede sino adivinar, eso puede cambiar en cualquier momento», afirma. La salvaguarda de la dimensión de los equívocos en el amor en y el género, al tiempo que favorece el cuidado de los semblantes, propende a convocar y a despertar el interés por los discursos que se tejen con las imágenes contribuyendo a forjar «la barrera de la belleza», que Lacan nos enseñó a reconocer como uno de los modos de en

el

47. Véase el documental París is burning dirigido por Jennie Livingston. «Rencontre avec 48, ympia Bukkakis», en La Cause Freudienne, €

París, Navarin,

pág, 100

n5

103,

PRECISION

302

JONCEPTUALES

defensa ante lo real, limitando la obscenidad que se justifica en un haempuje a la transparencia. Al intentar proteger ese territorio nos de proteger la el cemos eco del lema que Miller promovió con ánimo al cuidado práctica analítica: «un esfuerzo de poesía», incitándonos del humus fértil de la subjetividad y las creaciones, también las amoal imperativo de rosas. En esa zona de sombra aún cs posible resistir los vela utilidad directa y al contrato que, junto a la eliminación de donde los, en peligro la necesaria dimensión del semblante

ponen

alojar el cuerpo y sus goces a fin de otorgarle una presencia digna.

Aunque la cuestión trans hace tiempo que existe, su irrupción masiva en la esfera pública es muy reciente. Debido a sus enormes implicaciones, no solo en cuanto a la sexualidad y a las ideas, sino también en lo que afecta a otras dimensiones, como la social, la legislativa o la política, el debate está marcado por el signo de la urgencia. En este amplio diálogo no podían faltar los analistas de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis y, teniendo en cuenta que muchos [llevaban tiempo trabajando en ello, se ha confeccionado este volumen colectivo. Los textos que recoge esta obra ofrecen cada uno una visión particular en torno a diferentes aspectos de la cuestión trans. El conjunto, acorde con la ética del psicoanálisis y su principio de consideración de cada existencia en singular, es un pormenorizado análisis que se ajusta a la complejidad del tema y a los requerimientos para una valoración crítica y argumentada que posibilite orientarse en la atención a quienes enuncian actualmente un «deseo trans».

ESCUELA LACANIANA DE

PSICOANÁLISIS

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