De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa (Cantabria, España) 9781407306759, 9781407336756

The Nansa Valley, in many ways the westernmost drainage basin in Cantabria (N Spain), has traditionally been a blank pag

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa (Cantabria, España)
 9781407306759, 9781407336756

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Copyright
Indice
Autores
Agradecimientos
Introducción
Capítulo 1: El método
Capítulo 2: El entorno
Capítulo 3: Historiografía
Capítulo 4: La información arqueológica
Capítulo 5: Estudio diacrónico
Capítulo 6: El paisaje y el hombre
Referencias
Anexo

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BAR S2134 2010

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa (Cantabria, España)

MUÑOZ FERNÁNDEZ & RUIZ COBO (Dir)

E. Muñoz Fernández J. Ruiz Cobo (Directores)

DE PESUÉS A PEJANDA

BAR International Series 2134 2010 B A R

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa (Cantabria, España)

E. Muñoz Fernández J. Ruiz Cobo (Directores)

BAR International Series 2134 2010

ISBN 9781407306759 paperback ISBN 9781407336756 e-format DOI https://doi.org/10.30861/9781407306759 A catalogue record for this book is available from the British Library

BAR

PUBLISHING

INDICE

Introducción

1

CAPÍTULO 1. Método

3

CAPÍTULO 2. El Entorno

11

2.1. Rasgos generales 2.2. Descripción sectorial 2.3. Origen y evolución de la cuenca del Nansa CAPÍTULO 3. Historiografía 3.1. Historiografía arqueológica 3.2. El estudio del karst

13 24 44 55 57 64

CAPÍTULO 4. La información arqueológica

71

4.1. La cuenca baja 4.2. La cuenca media 4.3. La cuenca alta: Polaciones 4.4. Yacimientos en cueva con indicios 4.5. Hallazgos aislados 4.6. Yacimientos medievales

74 175 211 219 221 222

CAPÍTULO 5. Estudio diacrónico 5.1. 5.2. 5.3. 5.4. 5.5. 5.6.

Paleolítico Antiguo Paleolítico Superior y Epipaleolítico Mesolítico y Primer Neolítico Prehistoria cerámica Protohistoria y Antigüedad Edad Media

239 242 250 270 287 304 310

CAPÍTULO 6. El paisaje y el hombre

335

Referencias

349

Anexo

359

III

IV

Autores A. Bermejo Castrillo Colectivo para la Ampliación de estudios de Arqueología y Prehistoria E. Muñoz Fernández Colectivo para la Ampliación de estudios de Arqueología y Prehistoria y Grupo de Exploraciones e Investigaciones Subterráneas Carballo / Raba A. Rubio Celemín J. Ruiz Cobo Grupo de Exploraciones e Investigaciones Subterráneas Carballo / Raba

Introducción Método El Entorno: Morfología / Geografía Estudio Sectorial Estudio del Karst - Historiografía La Información arqueológica Estudio diacrónico Paleolítico Antiguo Paleolítico Superior y Epipaleolítico Mesolítico Prehistoria cerámica La Protohistoria e Hª Antigua La Edad Media Resultados

V

G.E.I.S. C/R Bermejo, A., Ruiz, J. Ruiz, J. Ruiz, J. Muñoz, E. Ruiz, J., Muñoz, E., Ruiz, J. Muñoz, E. y Ruiz, J. Muñoz, E. Ruiz, J. Ruiz, J. Muñoz, E. Muñoz, E., Ruiz, J. Rubio, A., Ruiz J., Ruiz J.

VI

Agradecimientos

A nuestros amigos Agustín y Ángeles Valle, que nos ayudaron a localizar varios yacimientos del Nansa y nos acompañaron en muchas salidas al campo. Y al resto del equipo de trabajo: Carmen Barredo, Víctor Crespo, Mercedes Pérez y Ricardo Prieto que han recorrido con nosotros los senderos y las peñas de este territorio. A Peter Smith por su colaboración en los trabajos de composición, en las pacientes correcciones y en las buenas charlas sobre el tema. A la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria que ha financiado la prospección de la cuenca del Nansa, dentro del programa de revisión del Inventario Arqueológico Regional. Y a los vecinos de los pueblos del Nansa que nos han hablado de sus cuevas y nos han orientado para poder localizarlas.

VII

VIII

Introducción

El objetivo prioritario que el equipo de trabajo se marcó, tanto durante los trabajos de campo, como en las jornadas de estudio de materiales y datos, fue básicamente disfrutar con la investigación. Si de forma subsidiaria se ha conseguido aportar datos nuevos o llegar a algunas conclusiones sobre la adaptación humana a un paisaje concreto, ha sido un efecto colateral. Por otra parte disfrutar con una investigación de este tipo en un paisaje como el que ofrece aún el valle del Nansa, y con un grupo de amigos bien avenidos, no resulta difícil. Más difícil ha sido conseguir exponer la información obtenida de forma sistemática. En este trabajo se ha querido priorizar desde el principio la información arqueológica sobre los resultados derivados de su análisis. El valor de la información consiste en que, en gran medida, procede de yacimientos nuevos para la ciencia, conocidos gracias precisamente a este proyecto. La prospección de este territorio se ha llevado a cabo dentro de un proyecto de Revisión del Inventario Arqueológico de Cantabria, financiado por la Consejería de Cultural, Turismo y Deportes del Gobierno de Cantabria. El carácter de nuevas localizaciones de buena parte de las series conlleva que, en muchos casos sus series materiales son exiguas, bien porque están tan excelentemente conservados que sus restos casi no son visibles, bien porque su conservación es tan deficiente que sólo aparecen evidencias marginales, como por ejemplo muchos concheros mesolíticos, cuyos restos aparecen cementados en las paredes y techos de las cuevas. En relación con esa prioridad se ha reservado la mayor parte del espacio a ofrecer las fichas de yacimientos, junto a sus plantas y al dibujo o fotografía de sus materiales. En cuanto al análisis es muy sencillo en la mayor parte de las ocasiones. Para dotar al estudio de un marco de interpretación se ofrece en los primeros capítulos, un estudio del medio ambiente, en la medida en que será el interlocutor continuo de las culturas humanas, y de un estudio de la historiografía, es decir, del proceso de conocimiento, llevado a cabo desde comienzos del siglo pasado. Este libro es sólo un escalón más de un proyecto que los grupos G.E.I.S. C/R y C.A.E.A.P. llevan desarrollando desde hace un par de décadas. Como fruto de esta colaboración se ha sistematizado el registro arqueológico del valle de Camargo, Piélagos, Matienzo y del valle del Asón en su conjunto, además de la cuenca Nansa, presentada aquí. Actualmente se trabaja ya con la información disponible para estudiar el valle del Miera. Creemos que su principal aportación no será ciertamente divertir al lector, sino dejar impreso, con la mayor fidelidad posible, un registro cultural que, casi de forma milagrosa, ha llegado a nuestras manos y que nos habla, en el extraño lenguaje de las cosas, de la vida de la gente que ocupó nuestra Región antes que nosotros.

Maliaño 2010 Los autores

1

De Peués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

El método

Capítulo 1 El MÉTODO

El método

1. El método Bermejo, A. Ruiz Cobo J.

por lo que hereda sus reglas. Estas reglas, de productividad, diversidad genética, territorio, etc, con el apoyo de la información objetiva obtenida de los registros por métodos analíticos, permitirían realizar una interpretación adecuada de los datos arqueológicos brutos. La perspectiva que regirá la interpretación será materialista desde el momento en que se están analizando realidades objetivas / objetivadas1.

Esquema teórico El planteamiento teórico que subyace a este trabajo es necesariamente sencillo, en tanto en cuanto la información disponible para la zona de estudio, tanto arqueológica como ambiental, es muy limitada: faltan muchos datos de calidad distribuidos entre las diferentes fases; de hecho, para varios de estos horizontes culturales no se llega al mínimo necesario para realizar siquiera una aproximación cultural básica.

Al menos teóricamente sería posible, a partir de los resultados obtenidos del estudio del dato arqueológico, establecer qué modelo de sociedad formó esa cultura, con qué sistemas de jerarquía, concentración de poder, acumulación de riqueza, etc, pero el objeto básico de la actividad arqueológica como tal se ha cumplido incluso si no es posible llegar a un conocimiento o reconstrucción detallado de los subsistemas complejos – religioso, social, patrones de cambio cultural, etc-.

El objeto de estudio del trabajo es conocer la evolución de la cultura humana en la cuenca del Nansa, desde sus orígenes hasta la Edad Media. La metodología utilizada parte de un enfoque ecológico y cuantitativo. El proceso de investigación comienza con la obtención de información a partir del estudio de restos, objetos y elementos organizados e imbricados en el paisaje, de forma analítica, estableciendo grupos de objetos originados o modificados en una misma fase (segmento de la secuencia temporal). Una parte fundamental del proceso es la propia localización de estos datos en el campo y su sistematización.

En el esquema teórico utilizado los grupos humanos ocupan un nicho ecológico en un ecosistema estable en cada fase, se distribuyen por un territorio e interactúan con el medio en un único sistema. Sus desarrollos culturales se interpretarán como modalidades de interacción con el medio: la construcción de una mampara de ramas en la pared de un abrigo o la mezcla de determinados desgrasantes para realizar una cerámica que permita determinado uso. La interpretación de aspectos culturales complejos como las manifestaciones artísticas o las modalidades de rituales de inhumación por ejemplo requeriría disponer de mucha más información y probablemente de ámbitos espaciales de estudio mayores.

Con estos grupos de objetos / elementos sincrónicos relacionados con el hombre y con toda la información paleo-ambiental conocida para esa fase se establece una reconstrucción de la cultura humana de ese horizonte cultural. A priori, se parte de unos esquemas de organización de los horizontes culturales, conocido en los espacios donde se ubica el área de trabajo, con una asignación cronológica. El cómo se interpretan los datos arqueológicos y ecológicos para realizar la reconstrucción es el quid del problema. Se puede crear un vínculo de significado entre el objeto y su contexto con el individuo, grupo humano o sociedad que lo produjo, modificó, procesó, etc. Este vínculo puede ser de tipo puramente funcional, es decir económico, o de tipo simbólico - social.

Aunque la información disponible hoy día sobre paleo-ecología es reducida, sabemos que las sociedades de las distintas fases crono-culturales se ajustan y modelan diferentes paisajes en el territorio de estudio: desde paisajes con una matriz homogénea de bosque, hasta paisajes de tipo mosaico, con grandes islas boscosas, manchas de cultivos y corredores fluviales en las primeras fases productivas. El paisaje se va antropizando de forma acelerada desde fases protohistóricas hasta la Edad Media.

El vínculo entre el dato arqueológico y su interpretación puede diseñarse a partir de un esquema ecológico según el cual los grupos humanos formaron parte de un entramado biológico producido por el mismo ecosistema y cultural, derivado de sus adaptaciones al medio,

5

De Peués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

Metodología

Bronce, Edad del Hierro y romanización y Edad Media. Independientemente de que en el trabajo se hayan agrupado en un mismo epígrafe dos o más por la escasa información disponible, se considerarán compartimentos estancos, separados por indicadores culturales de fácil identificación en el registro cultural.

El trabajo comprende tres tipos de tareas que se desarrollan en muchos casos secuencialmente: a) búsqueda de la información en el campo, b) estudio de las evidencias en el campo y en laboratorio y organización de los resultados y c) interpretación de los mismos.

Dependiendo del tipo de registro (restos industriales, restos de fauna, restos humanos, documentación paleo botánica, etc…), su organización y su integración en la estación, se han diferenciado varias utilizaciones, que se interpretan como planos de actividad de los grupos humanos o funciones: a) Función hábitat (con diversas modalidades: basureros, áreas de taller, destazadero, áreas de habitación, cazaderos, refugio de pastores – cuadra), b) función cementerio, que presenta variaciones culturales, c) función ritual.

La búsqueda de información se ha realizado del modo más sistemático posible, dentro de las limitaciones de tiempo, presupuesto y equipo. Debe reconocerse aquí que el esfuerzo de prospección no se ha repartido por igual en los distintos sectores de la cuenca del Nansa, y así se han dedicado muchos más días a las regiones calcáreas, especialmente a las de la cuenca baja (donde por otra parte hay mucha más caliza) que a los amplios territorios detríticos de la cuenca media y alta. En estos sectores la prospección se ha dirigido más a los medios de cumbre y de media altura, espacios que concentran los yacimientos arqueológicos.

Método de trabajo El sistema utilizado para la realización de este trabajo presenta tres apartados fundamentales:

En principio, aunque se trata de una prospección viciada, es cierto que se ha presionado más en aquellos paisajes en que se sabía, por la experiencia acumulada en el estudio de otras zonas, que se encontraba el mayor número de yacimientos arqueológicos.

a) Trabajo de laboratorio Incluye por una parte, el estudio de los materiales depositados en los fondos de museos, básicamente el M.R.A.P. y en menor medida el Museo de Altamira y por otra, el vaciado bibliográfico de referencias arqueológicas de la zona de estudio.

Una vez en el yacimiento se han estudiado todas las evidencias visibles y se ha documentado al mayor detalle posible su organización espacial. Este trabajo se completa con el estudio en laboratorio de series procedentes de estos yacimientos y depositadas en los fondos de los museos regionales.

En los fondos museográficos se ha seguido siempre la misma rutina: los materiales, se dibujaron si eran significativos, se fotografiaron y se estudiaron sus rasgos básicos, resumiéndose la información en fichas diseñadas al efecto. Se ha considerado "material significativo" en el caso de la cerámica los bordes, fondos y asas y sólo en caso de estar decorados, los fragmentos de panza. En el apartado de la industria lítica las piezas retocadas y pulimentadas. La industria ósea y metálica se ha estudiado de forma completa dada su escasez.

Para llevar a cabo el análisis de los datos se parte de la dicotomía estación arqueológica – yacimiento arqueológico. La estación se interpreta como el lugar en que se desarrolló una parte importante de los procesos que derivaron en la formación del registro y el yacimiento es ese registro. Las estaciones generalmente se utilizaron durante más de un periodo cultural y con unas restricciones y orientaciones funcionales. Los yacimientos una vez identificados se asignan a uno o más periodos culturales.

En cuanto a la fauna, se han catalogado todos los restos, clasificándose en dos grupos: identificable y no identificable. En general la clasificación se ha realizado sin problemas, salvo en caso de especies similares – grupo cabra y ovicápridos-, recurriéndose entonces a atribuciones genéricas o a la ayuda de especialistas.

Como ya se ha comentado, con carácter preeliminar, se han admitido una serie de horizontes culturales, más o menos perfilados y ubicados en el eje cronológico gracias a dataciones absolutas, muchas veces de contextos de fuera del área de estudio. Se trata de las siguientes: Paleolítico Antiguo, Paleolítico Medio, Paleolítico Superior y Epipaleolítico, Mesolítico - Neolítico Antiguo, Neolítico, Calcolítico y primera Edad del

En lo que respecta a las series de malacofauna se han clasificado las series hasta el grado de especie, salvo en caso de conchas fracturadas del género Mytilus. Se ha calculado el valor del número mínimo de individuos (N.M.I) según las convenciones clásicas.

6

El método para establecer la localización de sumideros, surgencias y tabular la posibilidad de bocas fósiles.

Por último, la clasificación de los restos humanos ha intentado ser exhaustiva, intentando establecer el N.M.I. y la presencia de individuos de diferentes rangos de edad en caso de ser posible.

c) Encuesta en la zona. Se ha manejado un modelo básico de encuesta que incluye los siguientes puntos:

Todas estas pautas se han mantenido tanto en el trabajo de laboratorio como en los estudios realizados en el propio yacimiento.

- Pueblo. Localidad. Barrio y lugar. - Caracteres básicos del encuestado, edad aproximada, vinculación con la zona (pastor, cazador, etc.).

b) Trabajo de campo b.1. Método de prospección en cueva

- Cavidades que conoce, incluyendo nombre tradicional, descripción de la boca, rasgos paisajísticos del lugar donde se encuentra y presencia de elementos indicadores en el paisaje, como árboles destacados, arroyos, pistas, etc.

La prospección en cavidades exige varias fases necesariamente secuenciadas en el proceso de identificación de yacimientos. - Proceso de localización de la cavidad en el campo. - Proceso de localización del yacimiento en la cavidad. - Puede añadirse una tercera fase de documentación, que supone el último desarrollo de la prospección y que consiste en el estudio integral de las evidencias de superficie observable, tanto del suelo como de la pared de la cavidad.

- Conocimiento de alguna leyenda o tradición vinculada con la cavidad, o su utilización como refugio durante la guerra o en la postguerra.

La localización de la cavidad en el campo

Se han utilizado varios sistemas de búsqueda:

1. El plan de prospección

- Búsqueda de cavidades conocidas por otros medios. - Utilización de itinerarios. - Por unidades del relieve. - En determinadas zonas concretas, de tamaño reducido - hüm, cantiles sobre el río, etc.- se ha utilizado un sistema de búsqueda sistemática.

- Titularidad encuentra.

/ propiedad del lugar donde se

d) Reconocimiento físico en el terreno.

El plan de prospección incluye varios puntos: - Diseño de una metodología de trabajo. Técnicas utilizadas. - Objetivos a cumplir. - Equipo humano y técnico. - Delimitación del territorio de trabajo. - Plan de desarrollo temporal del trabajo. - Información previa del territorio, que incluya los yacimientos ya conocidos, y su estado de conservación.

Localización del yacimiento dentro de la cavidad En el trabajo se manejarán algunos conceptos que es importante concretar ahora: Indicio: Material de posible interés arqueológico que no puede asignarse con seguridad a un momento anterior a la época moderna y que no permite asegurar la existencia del yacimiento. Sometido a determinadas pruebas - dataciones absolutas, por ejemplo- pudiera convertirse en una evidencia.

2. Equipo y técnicas Se han utilizado varias fuentes de información: a) Estudio del mapa geológico, lo que ha permitido la delimitación de las áreas carstificables, diferenciando intensidades de carstificación por litologías.

Evidencia: indicador de la existencia de un yacimiento, de mayor o menor entidad, o mejor o peor conservado, en posición primaria o secundaria. Como tal es revelador de una actividad humana de época pre-moderna.

b) Estudio de la información espeleológica disponible para la zona. A partir del mismo se ha confeccionado una base de datos previa de cavidades del territorio. No se incluyen en general pequeñas cavidades y abrigos que los estudios espeleológicos no consideran como cuevas. Se ha realizado también un estudio de las redes de drenaje

Yacimiento: evidencia contextualizada, es decir una serie organizada de evidencias. e. Una vez localizada la cueva, se ha manejado el siguiente protocolo de trabajo de prospección:

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De Peués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa comarca, en concreto la que lleva de Pesues a Puentenansa y la de Cades a Sobrelapeña. En ambos casos se ha llevado a cabo un seguimiento directo de los taludes tras las sucesivas obras de ampliación y mejora de las vías: la ampliación llevada a cabo de la carretera general Pesues – Puente Nansa y la del vial de Cades a Sobrelapeña en 2008.

- Estudio general de la planta. Diferenciación de zonas (vestíbulo / galería principal / galerías laterales / gateras, divertículos y laminadores). - Selección del tipo de prospección a realizar: prospección parcial de determinadas zonas y prospección intensiva de áreas vestibulares.

También se ha realizado un seguimiento de detalle de las obras de ampliación del vial que lleva desde Cabanzón al cruce de Puente El Arrudo.

- Identificación de alteraciones presentes en el sedimento: naturales (goteo, colapso, cortes, etc.) animales (madrigueras, remociones, uras, etc.) y antrópicas.

Por último, se ha desarrollado una prospección intensiva, aunque en este caso a posteriori, de los terrenos movilizados por las obras de saneamiento de la red de aguas.

A partir de ello se ha llevado a cabo un estudio detallado de los cortes y del sedimento que aflora en las alteraciones. V. actual Mat.xerófilo Encinar E.globosus Matorral Matorral Prado Prado /Mat Pinar Prado Bosque mxt

Sustratos Calcáreo Calcáreo Calcáreo Calcáreo Detrítico Calcáreo Detrítico Detritico Detrítico Cuaternario

Piso Colino Colino Colino Colino Colino Colino Montano Montano Montano Colino / Basal

Orientacion Indiferente Indiferente Indiferente Indiferente Indiferente Indiferente Norte/oeste Cumbres Cumbres Protegido

V.potencial Encinar Robledal Robledal Encinar Robledal Robledal Hayedo Abedular Abedular Aliseda

Correspondencias de vegetación actual - vegetación potencial. En general los resultados han sido interesantes en aquellas zonas en que los cortes afectaban a zonas con suelo conservado, sobre todo de tipo arcillas de decalcificación. Este el caso del entorno de Cabanzón y Casamaría.

f) Fase de documentación. Estudio integral de las evidencias de superficie. Una vez localizado el yacimiento se ha llevado a cabo un estudio detenido de cada una de las evidencias de superficie. Aunque se ha intentado que el trabajo de dibujo, toma de medidas y fotografía de los restos se lleve a cabo con la misma calidad que en los trabajos realizados en laboratorio, es cierto que las condiciones no son las mismas y por tanto los resultados difieren en calidad.

En los casos en que se han localizado industrias líticas, y exclusivamente durante el curso de los trabajos relacionados con la revisión de la Carta Arqueológica de Cantabria, se han recogido aquellas piezas aparecidas en taludes o caídas a la calzada, dado el riesgo que corría su conservación. Después de su estudio han sido entregadas en el Museo Regional de Arqueología.

B2. Método de prospección al aire libre La prospección ha partido del seguimiento de buena parte de la amplia red de pistas madereras que cruzan el territorio de trabajo. En el área costera la prospección se ha realizado en los cortes de los caminos y de los trazados de parcelas.

Un sistema que se considera de interés orientativo para la prospección de superficie resulta el estudio de la toponimia de la zona. Así, se ha realizado un vaciado de tres ediciones de mapas topográficos de la cuenca del Nansa recogiéndose algo menos de 400 topónimos diferentes. Se han considerado que podrían indicar la existencia de un yacimiento arqueológico una treintena. De hecho muchos se correspondían ya con lugares arqueológicos conocidos, como por ejemplo El Hitón (Sejos), Piedrahita (grupo megalítico de La Raiz)2. En relación con esta posibilidad se han visitado la

Sólo en algunas ocasiones se ha tenido la oportunidad de estudiar superficies más o menos amplias de terreno en cultivos y en general los resultados han resultado decepcionantes. El estudio más sistemático se ha realizado en los taludes de las carreteras principales que cruzan la

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El método mayor parte de estos lugares, en varios casos con resultados positivos.

jurásicas; b) sustratos detríticos que incluyen el resto de las posibilidades.

El análisis de la información

- Orientación de la ladera: a los puntos cardinales y sus combinaciones primarias.

El estudio ecológico se orienta a obtener información sobre cómo era el paisaje con el que interaccionaban las sociedades humanas, y cual era la red de recursos potenciales que este medio ofertaba para su supervivencia. Este paisaje que aunque fue variando por la presión humana y por sus propias dinámicas, presenta unos rasgos comunes.

- El piso altitudinal, derivado de la altura absoluta. Se han diferenciado entre: - piso basal (menos de 100 m) - piso eucolino (101 a 300 m) - piso submontano (301 a 700 m) - piso montano: > 700 m - piso montano superior a 1.500 m.

Para describir el contexto ambiental se llevan a cabo tres estudios diferenciados: Estudio del territorio - 1) El medio / descripción general / descripción sectorial, 2) Estudio ecológico, diferenciándose una serie de biotopos, 3) Los recursos (reconstrucción de la evolución del paisaje).

Variables físicas descriptivas de la estación: - Anchura de boca - Orientación de la boca - Tipo de estación: - Cueva, cueva de vestíbulo amplio, abrigo - estructura aire libre - megalito - necrópolis de lajas - estación al aire libre - hallazgo aislado - patrimonio construido: torre / castillo / iglesia.

Método de la reconstrucción: En principio, dentro del estudio ecológico se estudia la evolución de cada uno de los biotopos. Para ello se ha llevado a cabo una reconstrucción, utilizando en su mayor parte información actual, de la cobertera vegetal. Variables descriptivas del entorno ecológico / topográfico de la estación. - Coordenadas UTM: no se reflejarán en el trabajo pero se utilizaron para situar las estaciones, de forma automática en los mapas de distribución. Se tomaron con un GPS, con precisión de 1 m.

Reconstrucción de la vegetación potencial.

- Z: La altura, contrastada con la situación derivada de las coordenadas UTM en el mapa 1: 25.000.

Para el estudio de la habitabilidad de un espacio de tipo cueva o abrigo se analizaron de forma combinada tres variables: la ocupabilidad física, la humedad y la temperatura. Su estudio se realizó en los ambientes de vestíbulo de las cuevas, y en las zonas medias de los abrigos. Dentro del vestíbulo se tomaron las medidas de temperatura y humedad en áreas con luz natural, pero alejados de la influencia directa del exterior.

Estudio de habitabilidad de un espacio en cueva / abrigo.

- Ambiente: con el objetivo de simplificar los posibles entornos ecológicos de las estaciones, se han limitado los ambientes a cuatro posibilidades: - Las laderas y cumbres calizas - Las laderas silíceas - Las cumbres

También se estableció como parámetro de ocupabilidad física el área del vestíbulo interior, calculado a partir de la planta de la cavidad, considerando sólo la zona iluminada de forma natural. Se valoró también la existencia de una plataforma natural delante de la boca de la cueva, o frente al abrigo rocoso.

Una estación se considera incluida en uno u otro biotopo en función de su entorno, considerando como tal el ambiente dominante en un radio de 250 m, según la topografía manejada. - De forma paralela se estudia la posición topográfica de la estación. En este apartado se indica:

a) La ocupabilidad física mide el espacio útil: está por tanto muy relacionada con la anchura de boca, pero no siempre. Se considera un espacio como ocupable aunque sea reducido, si es un espacio de suelo más o menos llano, libre de formaciones y grandes bloques, y mínimamente amplio. Sólo se establece una escala de 0 a 3. 0: espacio no

- La pendiente del entorno (energía del relieve en un radio de 250 m alrededor de la estación) - El sustrato donde se encuentra, limitado a dos posibilidades: a) sustratos calcáreos: incluyen las calizas aptenses, bedoulienses, carboníferas,

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De Peués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa ocupable, 1: ocupabilidad reducida, 2: ocupabilidad media, 3: alta.

En algúnos apartados se han utilizado algunas técnicas de análisis espacial, como la medida de la densidad de yacimientos de una época por zona, técnicas de áreas y análisis del vecino más próximo. Esta última es una técnica indicada para establecer el grado de agrupamiento de las estaciones de una misma fase crono cultural. Para su cálculo se aplica la formula Rn: 2*Distancia media * Raíz cuadrada de N/S. La Distancia media es el promedio entre los núcleos más próximos en el mapa, y d es la distancia de cada núcleo respecto al más próximo a él. N es el número de núcleos.

b) La humedad se ha establecido a partir de un muestreo de mediciones con un higrómetro convencional. También se ha tenido en cuenta la presencia o ausencia de charcas estacionales y la abundancia relativa de líneas de goteo. Admite dos valores posibles: un espacio húmedo toma un valor de 1, y un espacio seco un valor de 2. c) La temperatura ambiental. Se ha controlado a partir de un muestreo de mediciones en varias estaciones de la zona. Está muy relacionado con la insolación de la boca, así como con la existencia de corrientes de aire. En caso de ausencia de corrientes de aire el valor viene determinado por la insolación de la ladera. No se puede tener en cuenta valores actuales si hay arbolado en la boca, sino utilizar la insolación potencial de la boca. Al Sur y Este la insolación es máxima. Al Norte y Noroeste es menor. La incidencia de los vientos dominantes debe ser valorada, aunque en principio se consideran orientaciones expuestas las Norte, Oeste y combinaciones entre ellas, y orientaciones protegidas las de Este, Sur y Sureste. La variable temperatura ambiental admite tres valores posibles: 1: estación fría, 2: estación fresca, 3: estación cálida.

Este índice da unos valores comprendidos entre 0 y 2,15. Cero es la concentración absoluta de los puntos; 1 es la dispersión aleatoria o al azar y 2,15 la dispersión ordenada, en el que cada punto está a la misma distancia de otros 6 puntos. El valor 0,9 indicaría por tanto una dispersión al azar. Notas 1

En esquema se puede entender que sólo los Procesos (materiales) realizados por los grupos humanos dejan unas evidencias que se materializan en forma de productos. Su articulación espacial genera el Registro. Este registro original llega a nosotros alterado por el tiempo e incluso en gran parte se ha perdido. Pero el subconjunto restante, el Registro Arqueológico, es susceptible de interpretación en la medida en que los procesos materiales que lo generaron tienen una explicación ecológica.

Los valores de las tres variables se combinan y se obtiene un coeficiente de habitabilidad, que se da en valor relativo, de 0 a 1. Esta variable se podrá utilizar de forma discontinua, como valor de habitabilidad, según la siguiente tabla:

Habitabilidad nula: Habitabilidad baja: Habitabilidad media: Habitabilidad alta:

Se pueden diferenciar procesos de distinto tipo: productivo, de transformación, transporte, almacenaje y consumo, de materias primas o consumibles- y cada uno de ellos generará unos productos o evidencias y presentará unas pautas que permitan su identificación. Los procesos de tipo no económico, del ámbito religioso, ritual – funerario tendrán también sus propias características.

Valores de H 0 a 20 21 a 40 41 a 60 >61

La información procedente de las fichas de yacimientos / estaciones se ha resumido en una serie de variables, de tipo continuo o de clase, cargadas en una base de datos en el programa Acces. Sus tablas se han exportado después a la aplicación estadística SPSS donde se han procesado. El tratamiento espacial de la información se ha llevado a cabo de forma combinada entre Acces y el sig ArcMap. El tratamiento gráfico de las imágenes se ha llevado a cabo básicamente con Corel Draw y el de las fotografías con Corel Photo.

2

Se han considerado con carácter de indicadores de yacimiento arqueológico los siguientes topónimos: Canto Construciales, Canto Grande, Cantos de la Marnia, El Cantón, El Hitón, Cotera del Cubo, Cotero Alto, Cotero de los Acebos, Coterón, El Cotero Moroso, Castro Pical, Forada, Peña, La Quinta, Cotero de Fresnedo, Cueto Turis, Estrada, Mojón del Zalve, Mesa, Moros, Pico Loro, Piedrahita, Casas de la Torre, La Tejera, La Torre, Pozobal, Pico del Cueto, Prado Corona, Quinta, La Quintanilla, Punta del Castillo, Coronas, Sierra de Las, Otero, El Tombo.

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El entorno

Capítulo 2 EL ENTORNO

Víbora descansando en la pared del cráter del túmulo del Tesoro (El Hortigal).

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

El entorno

2. El entorno J. Ruiz Cobo

- Se trata de una cuenca estrecha y alargada en la que los diferentes tramos bajo, medio y alto están claramente definidos por umbrales topográficos. Estos sectores conforman los valles de Val de San Vicente Herrerías, Rionansa - Tudanca y Polaciones, respectivamente. Cada uno de ellos está separado del siguiente por un paso estrecho más o menos prolongado al interponerse bandas de roca consistente. Son los estrechos de Bejo y las gargantas de Puentenansa y Lamasón.

2.1. Rasgos generales El territorio incluido en el estudio toma como núcleo la cuenca hidrográfica del río Nansa, en el flanco occidental de la región, ampliada con la del río Gandarilla, abarcando, de norte a sur, el municipio de Val de San Vicente, parte del de San Vicente de La Barquera, Herrerías, Lamasón, el valle de Carmona, en el municipio de Cabuérniga, Tudanca y Polaciones. En total se trata de una superficie de 445 km2, lo que supone algo más del 8% de la superficie regional.

- En términos relativos es un territorio alto: Tanto la cabecera del colector principal del Nansa como la de sus mayores afluentes, el Vendul y el Lamasón, se encuentran en sierras de más de 2000 m de altura por lo que el valle presenta una importante energía del

En general, en la cuenca media y alta, la baja densidad de poblamiento permite la existencia de un paisaje bien conservado, aunque sus vegas han sido

Fig. 2.1.1. Mapa de Cantabria con indicación de la cuenca del Nansa profundamente modificadas por la acción del hombre.

relieve, característica del tercio oriental de Cantabria. Este rasgo queda patente en la altura media de la cuenca, que toma un valor elevado, de 753,7 m y en el hecho de que el 50% de su superficie esté situado por encima de los 700 m.

Pueden establecerse tres rasgos que esbozan la personalidad de la cuenca del Nansa, frente al resto de las cuencas de la región:

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

Fig.2.1.2. Modelado superpuestos.

del

terreno

con

cursos

fluviales

cuenca se reparte a intervalos iguales entre los 200 y los 1400 m de altura (Frochoso 1990).

- Por último es un territorio pendiente en que las zonas llanas o muy abruptas son escasas. La tendencia de pendiente es continua lo que se aprecia en la distribución de clases de altitud que sigue un patrón muy regular, en el que el 80% de la superficie de la

Así la distribución de las clases de altitud intermedias es regular, lo que se explica por un importante desarrollo de vertientes prolongadas que decrecen en altura de forma regular. Los escarpes se limitan a las

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El entorno sierras altas y medias y a los encajes de los ríos, producidos al atravesar paquetes de rocas consistentes. Las zonas llanas aparecen sólo en forma de pequeños rellanos, a media ladera y en algunos collados. El resto, la mayoría de la superficie, es un sistema de pendientes comprendidos entre 10 y 40%.

La distribución de valores de altura por tramos del río revela claramente cómo en el bajo la mayor parte de la superficie, más del 60%, se encuentra por debajo de los 300 m, y el resto entre 300 y 700, en el piso colino.

25000

100%

>700

20000

300 a 700

80%

0-300 m

15000 Has

60% 40% 20%

10000 5000

0%

Tramo bajo

Tramo medio

0

Tramo alto

0-300 m

El estudio del perfil longitudinal del río indica que tras un rápido descenso desde sus fuentes, los arroyos que conforman la cabecera del río se unen en Polaciones en un tramo de tendencia muy suave - en 6 km solo descienden 100 m-. Esta tendencia es cortada por la prolongación occidental de la Sierra de Peña Sagra que produce un escalón en el curso, lugar utilizado para la construcción del embalse de la Cohilla. Desde ahí hasta Tudanca el río desciende, en 4 km, 340 m, lo que provoca una ruptura importante del perfil longitudinal. Después la pendiente se estabiliza en una tendencia suave, en torno al 15 por mil, hasta su desembocadura. Se aprecian sólo dos pequeñas rupturas inmediatamente después de la confluencia de cada uno de los afluentes principales del río: el Vendul en Cosío y el Lamasón, cerca de Camijanes (Frochoso 1990). 0-300

Herrerías S.V.B. V.S.V. Lamasón Polaciones Rionansa Tudanca Total Frecuencia

2728 4048 4962 324 0 2011 111 14184 30.46

300 a 700 1298 100 152 3032 0 5119 1712 11413 24.51

+700

Total

0 0 0 3762 9002 4740 3464 20968 45.03

4026 4148 5114 7118 9002 11870 5287 46565

>700 m

Fig. 2.1.4. Histograma de superficies en hectáreas por intervalos de altura para la cuenca del Nansa.

Fig. 2.1.3. Superficie relativa por sectores de la cuenca

Municipio

300 a 700 m

El tramo medio concentra su mayor superficie en el piso intermedio (300-700) donde se sitúa el 80% del territorio. Sólo un pequeño sector de la vega se encuentra por debajo y menos el 20% por encima de 700 m, en el piso montano, correspondiendo lógicamente al área de cumbres. El curso superior del río, conformado por los valles de Polaciones y Tudanca reparte sus valores entre el piso submontano (300-700), donde está el 40% y la mayor parte de la zona por encima de los 700 m. En este sentido destaca que toda la superficie de Polaciones, sus más de 9000 hectáreas, están situadas en piso superior.

Superficie en hectáreas por intervalos de altura sobre el nivel del mar (a partir de VVAA 1985). S.V.B.: San Vicente de la Barquera, V.S.V.: Val de San Vicente.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa estuario de San Vicente, ofrecen valores medios en similares (1.137 mm para Comillas y 1.072 para San Vicente). Los valores se reparten homogéneamente a lo largo de todo al año, con el máximo en diciembre y el mínimo en julio

El clima La información disponible sobre temperatura, precipitaciones e insolación es reducida para el área de trabajo, especialmente teniendo en cuenta que se trata de un territorio estrecho, una especie de lengua dispuesta de Norte a Sur, con un importante gradiente de cambio. Se cuenta con datos de la cercana localidad de Comillas, así como de San Vicente de la Barquera.

Ahora bien, todo el sector de colinas que conforma la cuenca baja, así como toda la vega del Nansa, sin incluir Polaciones, presenta valores de entre 1200 y 1400 mm anuales. Según se abandona el fondo del valle las precipitaciones se incrementan notablemente

Datos de la Estación de Comillas. Informe PORN de Oyambre (*) Meses ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL Temperatura 9.0 9.0 10.7 11.7 13.8 16.4 18.9 media Precipitación 102 89 79 97 85 71 57 media Horas diarias 3.0 3.5 4.5 5.5 6.0 6.6 6.8 de sol

AGO SEP 17.8 17.8

OCT 15.1

NOV DIC 11.8 9.5

77

99

122

124

135

6.4

5.2

4.3

3.2

2.4

Temperaturas medias, precipitaciones y horas diarias de sol de la estación de Comillas. Datos de San Vicente de la Barquera. Datos de 1955-1964 ENE FEB MAR ABR MA JUN JUL Y Precipitaciones 94 53 85 85 77 59 30

AGO SEP

OCT

72

114

114

NOV DI C 144 14 5

Datos de precipitaciones de la estación de San Vicente de La Barquera. 160

250 140

200

120

100

150 mm

80

60

100

40

50

20

M A

M JN JL A

S

O N

D

N

S

JL

F

M

E E

M

0

0

Fig. 2.1.5. Diagrama pluviométrico de Vendul (Rionansa), (a partir de Aedo et al 1990) y de San Vicente de La Barquera. En lo relativo a la pluviometría aunque la cuenca del Nansa tomada en su conjunto aporta un valor medio de casi 1400 mm (1391) en la parte inferior de la cuenca baja, los valores se encuentran claramente por debajo de esta media, en torno a 1000 – 1200 y en el

y así, en el piso submontano, entre los 400 a 700 m las precipitaciones medias son ya de unos 1500 a 1600. En el piso montano, por encima de 800 se superan ya los 1600 mm (Vendul 1994 mm) y en las laderas y cumbres de la sierra de Peña Sagra se llega a

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El entorno los 1800- 2000 mm. Las precipitaciones, aunque importantes a lo largo de todo el año, son más intensas en el final del otoño y principios del invierno.

Según los modelos basados en la topografía (Aedo et al 1990) la temperatura descendería claramente fuera del ambiente de vega y en las zonas de montaña baja los valores medios estarían en torno a los 10º. Ya en las áreas en torno a 1000m se llegaría a valores entre 6 y 8º.

Para el sector más litoral se dispone de información sobre temperaturas de la estación de Comillas, inmediatamente al Este del territorio de trabajo y de la de San Vicente de la Barquera, en el Noreste. En este área, la influencia del océano provoca que las temperaturas medias sean relativamente uniformes a lo largo del año, con pequeñas diferencias entre los valores máximos y mínimos. Se aprecia la existencia de una meseta de temperaturas medias superiores a los 15 grados entre inicios de verano y comienzos del otoño, pero los valores invernales medios no bajan de los 9 grados. De hecho, los mínimos del mes más frío son de 6,2ºC, lo que revela el carácter oceánico de este entorno, definido por la suavidad de sus temperaturas.

En el área litoral, los diagramas ombro-térmicos indican un perfil oceánico, con un suave mínimo en el verano, que está lejos de constituir una estación seca. En las temperaturas el rasgo más destacado es su suavidad, y durante todo el año se mantiene la temperatura necesaria para la existencia de actividad vegetativa.

Fig. 2.1.7. Croquis de precipitaciones del bajo y medio Nansa (elaborado a partir de varias fuentes).

Fig. 2.1.6. Croquis de temperaturas del área de trabajo (elaborado a partir de varias fuentes). Destaca la dicotomía entre la rasa litoral, la cuenca baja y la vega de la cuenca media del Nansa, con valores por encima de 12º y el resto del territorio, incluyendo la cuenca del Lamasón.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Paisaje vegetal

abedulares y robledales conservados en las laderas más abruptas; ya comienzan a verse explotaciones de pino y la extensión del matorral se va haciendo mayor, en relación muchas veces con el abandono de los pastizales. Comienzan a aparecer eucaliptales a partir de los 350 m de altura, generalmente limitados a los sustratos menos aptos para las praderías. En los pastizales, aunque presentan una cierta variabilidad, la asociación dominante es Lino bienne- Cynosuretum cristati, que incluye varias gramíneas y algunas leguminosas. Ocupa áreas cuya vegetación potencial es el robledal.

Más de la mitad de la superficie del espacio de trabajo - el 55 %- se encuentra situado en el piso colino, es decir, por debajo de los 700 m, y de este área la mayoría en el sub-piso litoral, es decir, entre 0 y 300 m. Según se aumenta la altura la temperatura va paulatinamente disminuyendo y a la vez se incrementan las precipitaciones, al condensarse los vientos cargados de humedad. Aparece así en las asociaciones vegetales de la cuenca del Nansa, como en las de otros valles cantábricos, un gradiente altitudinal que coincide con la dirección general del río sur - norte. Por otra parte, dado que la presión antrópica se incrementa con el descenso, las áreas altas presentan mayor cobertera de bosque caducifolio que el resto, lo que hace que resulte habitual identificar "curso alto" con "vegetación bien conservada", pero debe tenerse en cuenta que todas las formaciones que pueden verse hoy día en la zona son fruto de su manejo por las poblaciones humanas, en diferentes épocas de la prehistoria y la historia.

Junto al río se conservan en el tramo medio bosques galería, con asociaciones de caducifolias, combinadas en ocasiones con pequeños pinares y eucaliptales que ocupan las laderas. A partir de Rionansa ya se pueden ver algunas manchas de eucaliptos y de pinos, junto a extensiones de matorral, aunque el dominio es para los prados. La vegetación caducifolia se refugia en las zonas más húmedas, junto al río y sus afluentes, en aquellas zonas alejadas del hábitat humano o con pendientes altas. En el curso bajo el dominio total es

Hoy día la parte más alta de la cuenca conserva hayedos y robledales, pero sus áreas de cumbre cimas, estribaciones y collados- están cubiertas por pradería de diente, explotada por el ganado en régimen extensivo. Los prados de siega son más escasos y se encuentran en las laderas, junto a los núcleos de hábitat, son menos productivos que los prados de las zonas bajas y soportan sólo una corta anual (Cendrero et al 1986). En esta zona se incrementan las extensiones de pastos de diente, con gramíneas de bajo valor forrajero y de landas, etapas de degradación del bosque autóctono, producido por tala y quema por los ganaderos. La superficie de los collados aparece cubierta en gran medida por pastizales aprovechados en régimen comunal por rebaños de vacuno y caballar, criados en régimen de semilibertad.

Fig. 2.1.8. Ejemplar de Anthurus archeri, bajo los matorrales que cubren la ladera sobre Venta Fresnedo.

En este sector destacan por su tamaño las dos manchas del hayedo de Uznayo, al sur y al este de este núcleo, que cubren buena parte de la ladera norte de Peña Sagra. Otra mancha del mismo tipo se conserva en el interfluvio entre el Vendul y en Nansa, al Este de San Sebastián de Garabandal. De menor entidad es el Robledal de Ristromedo, en la falda de Peña Sagra, sobre el pueblo de La Laguna. En la cuenca del Lamasón, en el tramo alto del río Tanea, afluente del Lamasón, se conserva un bosque caducifolio formado por roble y haya en el Arroyo de los Abedules, que cubre también una extensión importante.

para los prados de siega, muchas veces abandonados y convertidos en las zonas de ladera pendiente en extensiones de matorral y de helecho. La importancia de los eucaliptales es ahora mayor y así, este cultivo pasa de suponer el 15 % de la superficie municipal del municipio de Herrerías, a un 25 % en el de Val de San Vicente (AEMS (2001). En el curso medio y bajo se encuentra muy bien representado, en las zonas de sustrato calizo, el encinar cantábrico, dominado por la encina, Quercus ilex, asociada al madroño, Arbustus unedo y sobre todo al laurel, Laurus nobilis, y a otras especies de hoja perenne. En muchas zonas, sobre todo en los rebordes de los valles, esta formación se enriquece con especies atlánticas, especialmente con el avellano, Corylus avellana y con el espino albar, Crataegus monogyna.

En el curso medio, formado por relieves suaves de pendientes medias, la vegetación está dominada por prados y se van reduciendo la importancia de las caducifolias, aunque aparecen todavía algunos

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El entorno

Ya en el entorno litoral aparecen ecosistemas muy especializados, que incluyen las asociaciones de playa, duna, acantilado, marisma y marjal salino. Su posición, coincidente con las zonas de mayor densidad de hábitat humano, provoca que estos ecosistemas se encuentren en muchos casos profundamente alterados. Quizás escapan a esta norma, por su morfología y su difícil acceso, los ecosistemas de acantilado marino, donde se desarrolla la asociación Crithmo maritimi - Limonietum occidentale. En ella resultan típicas de las fisuras el hinojo marino, Crithmum maritimun, el plántago marino, Plantago maritima, el coronopo, Plantago coronopus, o la lavanda marina, Limonium vulgare y la armenia marina - Armenia maritima. En los rellanos de los cantiles nace un denso y característico cesped de acantilado formado por Festuca pruinosa.

Fig. 2.1.10. Diplópodo del género Glomeris en el techo de una cueva del medio Nansa. de San Vicente se está viendo afectado por la expansión de masas de matorrales de Chilca o Carqueja, Baccharis halimifolia, originaria de la costa este norteamericana. Estos espacios sirven de cobijo a comunidades empobrecidas de especies de aves acuáticas. El Río El Nansa nace en el macizo de Peña Labra, que hace de límite entre Palencia y Cantabria, a una altura de unos 1100 m. Su primer tramo, desde su nacimiento hasta el embalse de La Cohilla, presenta los rasgos típicos de las zonas de cabecera de los cursos cantábricos, con pendientes de cauce elevadas y perfil de valle en forma de V. Las montañas que lo flanquean son de relieves suaves y no muy elevadas respecto al fondo del valle. Su régimen es de tipo “verano temprano” en que el máximo caudal se produce en los meses de marzo a mayo. El valor medio de caudal de entrada en el embalse de la Cohilla, es decir, al final del curso alto, es de 3,52 m3/seg, con valores máximos de 5.41 y mínimos de 1.99. La zona baja de las laderas está cubierta por prados y las zonas medias por bosques caducifolios, de robles y castaños.

Fig. 2.1.9. Vegetación típica del sector bajo del Nansa: se combinan algunos cultivos con amplias extensiones de eucaliptal y el resto, prados de siega (Uvala de la Magdalena). Cabe destacar que en la marisma de San Vicente, en el denominado Brazo Mayor formado en la desembocadura del río Gandarilla se conservan praderas de Zostera marina y Zostera noltii, y en los marjales subhalófilos asociados, menos afectados por la salinidad, aparecen áreas con salicornia y amplias masas de juncos, carrizos y cañaverales. Las especies más frecuentes en estos medios son la caña alta, Phragmites communis, Scirpus maritimus, la espadaña o planta del puro, Thypha latifolia, el junco marino, Juncus maritimus, la acelga marina, Beta vulgaris y el halimione, Halimione portulacoides. Partiendo de la marisma de la Rabia todo el estuario

En el sector de cabecera el Nansa recibe las aguas del río Pejanda, que nace en la ladera sur de Peña Sagra, por su margen izquierda, y del río Collarín, nacido en Peñalabra, por la derecha. A continuación y aprovechando el progresivo encajonamiento del cauce, se levanta el embalse de la Cohilla, en cuyo entorno las laderas de pendiente elevada conservan algunas masas de arbolado.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

Fig. 2.1.11. Triton marmoreo en una fuente junto al Alto del Tombo, en Casamaría. Al salir del embalse de la Cohilla el río forma una imponente garganta que llega hasta la presa de la Lastra, diminuyendo a continuación la pendiente de los márgenes. En esta zona el río forma tablas rápidas y algunos rápidos. A continuación, y hasta Puentenansa el Nansa atraviesa un valle cerrado pero no llega formarse un cañón, la pendiente del cauce es menor y consecuentemente se reduce también la velocidad del agua, dominando las tablas. En este sector, poco poblado, la vegetación de ribera se conserva bien.

Fig. 2.1.12. Red hídrica del Nasna. Fuente: Cartografía Digital C.A.C. Garabandal formando una cuenca amplia y con mucha energía del relieve. En la primera parte el Vendul es un arroyo de montaña que labra un valle de perfil en V y trazado encajado en los materiales detríticos del Purbeck y del Weald pero en su segunda mitad forma una vega de fondo plano, hasta su desembocadura en Puente del Vendul, en Cosío.

Las poblaciones de Puentenansa y de Celis se asientan sobre tramos abiertos del cauce, con llanuras de inundación anchas, con depósitos cuaternarios de aluvión, que llega hasta el embalse de Palombera, aprovechada por los prados y que conserva sotos bien desarrollados.

En Puentenansa se incorpora por el lado derecho el río Quivierda que, con un desarrollo algo superior a los 4 km, ha labrado el pequeño valle de Carmona, de relieves suaves y fondo plano, aprovechado casi totalmente por prados de siega. La mayor parte de los sustratos están formados por materiales detríticos pero también aparecen algunos diques de calizas del carbonífero y dos manchas de materiales del Lías.

En el tramo medio del río se producen los principales aportes de cauces afluentes. Después de La Lastra sólo llegan al río algunos "canales" o arroyos de montaña, que sólo están activos en momentos concretos del año. Con desarrollos inferiores a los tres kilómetros y cuencas reducidas, su cauce presenta secciones en V y laderas muy pendientes. En Cosío desemboca ya un afluente de mayor entidad, el río Vendul, con 11,5 km de longitud, que tras su nacimiento al norte de Peña Sagra, a unos 750 m de altura, recorre el valle de San Sebastián de

Entre Puentenansa y Palombera sólo se incorporan al Nansa arroyos de montaña y barrancadas de funcionamiento estacional. Resulta característico el

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El entorno Arroyo de Rioseco que desemboca en el Nansa algo antes de Celis, con unos 3 km de longitud, trazado lineal y fuertes pendientes. Su fondo, habitualmente seco por presentar un drenaje mixto kárstico y superficial, está cubierto por grandes bloques y cantos de litologías variadas, procedentes de la erosión de la ladera sur de la Sierra del Escudo. Un perfil similar presenta el Arroyo Latarmá también con parte del cauce drenado por una red cárstica.

El régimen de los sectores medio y bajo se encuadraría en el tipo "pluvial atlántico", de las clasificaciones al uso y en el que el máximo caudal se corresponde con los meses de mayor pluviometría, en la época de lluvias, del invierno y la primavera. Al final de esta el caudal comienza a disminuir para llevar a caudales de estiaje hacia el final del verano. Una vez superada la presa de Palombera el río vuelve a formar un valle de perfil en “V” conservando sotos en las dos márgenes. La pendiente del río es ahora menor, y aparecen como formas dominantes las tablas rápidas y lentas, con algunos rápidos entre ellas. Se trata de una zona poco habitada y en general la calidad del agua es alta. Tras Camijanes y hasta la boca del estuario de Tina Menor la pendiente continúa decreciendo y se forman acumulaciones de cantos y gravas. El bosque de ribera se conserva bien, mezclándose con especies del bosque templado húmedo. En la desembocadura el Nansa forma el estuario de Tina Menor que con una superficie de 155 has y un perímetro de 17 km, tiene un tamaño medio respecto al resto de los formados en Cantabria. Aquí el caudal medio anual del río es de 11,3 m3/seg. En el ambiente más interior del estuario el río forma un cauce estrecho, en que casi no aparecen páramos intermareales y donde predomina la influencia fluvial sobre la mareal. Los fondos dominantes son de fangos y la mayor parte de la superficie está cubierta por comunidades de Baccharis y pequeños carrizales, así como vegetación vivaz y algunos prados en zonas desecadas.

Fig. 2.1.13. Soto fluvial en el medio Nansa, con típica asociación de especies caducifolias.

Después el estuario se abre, el lateral Este se encuentra muy modificado por la instalación de una piscifactoría, pero el flanco Oeste se conserva bien, sin alteraciones y aparecen allí comunidades de Baccharis y una amplia franja de juncales y espartinales así como isletas de vegetación vivaz. A continuación se encuentran las praderas de Zostera, combinadas con otras especies típicas de marisma, se trata de paramos intermareales con fondos de fangos y arenas finas. Más al exterior, se forman los arenales que llegan hasta la desembocadura y conforman la playa del Sable en el área emergida, sus fondos son arenosos y los márgenes rocosos presentan una fuerte pendiente.

En Palombera se une al Nansa su principal afluente, el Lamasón. Con un recorrido de unos 17 km, este río presenta una cuenca pequeña, algo superior a los 80 km2 y un trazado con una pendiente importante, superior al 6%. Nace en Peña Sagra, a unos 1600 m de altura, y drena parte de las laderas de Peña Sagra y Branillas. Presenta un esquema en Y, y se forma por la unión entre el río Tanea, que drena la pared noreste de Peña Sagra y el arroyo de la Fuente que recorre la vega del mismo nombre. La confluencia entre ambos se produce junto a Sobrelapeña - Quintanilla. Ya como río el Lamasón corta el paquete de calizas carboníferas formando un potente desfiladero de abruptas laderas, quizás el de mayores dimensiones de la zona, hasta llegar a Venta Fresnedo donde el paisaje se abre y el cauce, aunque encajado, presenta plataformas laterales. Al final de su recorrido el río flanquea el rellano de Riclones por la derecha y conserva una potente terraza a +40 m por su lateral izquierdo.

La ictiofauna de presencia constatada en el Nansa incluye las siguientes especies (AEMS (2001): lamprea marina (Petromyzon marinus), anguila (Anguilla anguilla), salmón atlántico (Salmo salar), trucha común (Salmo trutta), sábalo (Alosa alosa), piscardo o foxino (Phoxinus phoxinus), gobio (Gobio gobio), corcón (Chelon labrosus) y salvelino de fuente (Salvelinus fontinalis).

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

Datos de la cuenca del Nansa Superficie de la cuenca Longitud de la red Densidad de drenaje Longitud curso principal Altitud media Precipitación media Coeficiente de escorrentía Caudal medio Caudal máximo Caudal mínimo Pendiente del Nansa (º) Longitud del Lamasón Superficie de Subcuenca del Lamasón Pendiente media del Lamasón

obstetricans obstetricans), la rana común (Rana perezi) y la bermeja (Rana temporaria). Además aparecen también la salamandra común (Salamandra salamandra), y los tritones alpino (Triturus alpestris cyreni), jaspeado (Triturus marmoratus) y palmeado (Triturus helveticus). Durante el desarrollo del proyecto se ha constatado la presencia de la mayor parte de las especies citadas, además del lución (Anguis fragilis) y de la víbora de Seoane (Vipera seoane).

414.1 km2 129,5 0,31 57,4 754,2 1391,4 0,62 11,31 192,63 0,83 2,1º 17.246 81,8 6,6 º

Algunos datos sobre la cuenca del Nansa (a partir de varias fuentes). La fauna acuática del tramo medio es la habitual en estos entornos, destacando la relativa buena calidad de las aguas lo que incide en el perfil de las poblaciones. En un muestreo en la zona más baja del Lamasón aparecen poblaciones densas de lapa de agua dulce, Ancylus fluviatilis, y caracolillos de río como Theodoxus fluviatilis y Radix ovata.

Fig. 2.1.14. Radix ovata sobre un bloque de caliza, en el medio Nansa. Los ecosistemas potenciales en el Holoceno temprano

Como vertebrados ligados al río cabe destacar la existencia de algunas poblaciones de nutria (Lutra lutra) (Elliot 1983) de la que se ha constatado su presencia durante el desarrollo de este proyecto en el área del karst de Rejo - Las Cabras, en concreto en el área de Fontefría. También aparecen otras especies más ubicuas, como la rata de agua (Arvicola terristris y A. sapidus), los musgaños (Neomys sp), el turón (Mustela putorius) y la gineta (Genetta genetta). Es posible que aún exista alguna población de desmán pirenaíco, aunque se trata de un extremo a comprobar.

Los parámetros termopluviométricos del sector medio y bajo de la cuenca permiten encuadrar este territorio en el piso bioclimático colino (Rivas Martínez 1984), por lo que su vegetación potencial durante el holoceno sería el bosque atlántico mixto, en concreto el robledal que se combinaría con fresnedas y avellanares en los suelos de vega. Desde el punto de vista de la vegetación potencial deben diferenciarse cuatro medios:

Además se han citado una importante serie de quirópteros: Rhinolophus ferrumequinum, R. hipposideros, R. euryale, Myotis daubentonii, M. bechstein, M. nattereri, M. emarginatus, M. mystacinus, M. myotis, M. blythii, Barbastella barbastellus, Plecotus auritus, Pipistrellus pipistrellus, Eptesicus. serotinus, Nyctalus leisleri, N. lasiopterus, N. noctula, Miniopterus schreibersii y Tadarida teniotis (AEMS (2001).

- Áreas condicionadas por factores ecológicos extremos, que impiden la formación o consolidación de suelos maduros. En este grupo se encontrarían las comunidades de acantilados costeros, las playas y las dunas.

En el grupo de la herpetofuana se han citado para la cuenca del Nansa (AEMS (2001) el lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi), la lagartija de turbera (Lacerta vivipara), la culebra de collar (Natrix natrix), la culebra viperina (Natrix maura), el sapillo pintojo ibérico (Discoglossus galganoi), el sapo común (Bufo bufo), el sapo partero (Alytes

- Áreas influidas directamente por el clima de la zona con suelos normales, más o menos profundos, en que crecería la vegetación boscosa potencial, de bosque caducifolio.

- Áreas con suelos de tipo gley, que sufren periódicamente inundaciones, por aguas dulces o salobres: rías y marismas y vegetación fluvial.

- Además, en este grupo debe de incluirse las áreas de litosol calizo en que crecerían matorrales de hoja

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El entorno perenne. Esta formación se ha extendido durante los últimos siglos a zonas más amplias formando encinares sobre calizas, pero la información disponible en otras zonas de la región indica que buena parte de los encinares cantábricos actuales eran robledales en el primer holoceno.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa especialmente arbitraria. Conforma el flanco noreste del territorio de trabajo, entre la cuenca del Nansa y la del Escudo, que, como el Gandarilla, desemboca en San Vicente de la Barquera.

2.2. Descripción sectorial Se diferencian varios sectores para facilitar su estudio: el valle del Gandarilla, la cuenca baja del Nansa, el curso medio y el valle de Polaciones, correspondiente al tramo más alto de la cuenca. En la medida en que la mayor parte de los yacimientos arqueológicos se localizan en el sector litoral y en la cuenca baja, la descripción de estas será más detallada. La caracterización de las zonas altas y medias del valle es mucho más sucinta puesto que en ellos sólo se han localizado algunas estructuras megalíticas en las cumbres de los cordales y se trata en buena medida de “desiertos arqueológicos”.

2. Cuenca baja del Nansa. Incluye a su vez las zonas de Prellezo, Pechón y el Bajo Nansa, formado por el resto del municipio de Val de San Vicente y parte del municipio de Herrerías, hasta las estribaciones occidentales de la Sierra del Escudo. En su reborde oeste está limitado por la cuenca del Deva y en el Este linda con la cuenca del Gandarillas. Se ha situado la frontera al sur de la confluencia del Lamasón, en Puente El Arrudo, entre Otero y Rábago, donde se unen las estribaciones de las sierras de La Collada y del Escudo de Cabuérniga estrechando el valle.

1. La cuenca del río Gandarilla. Aunque no

Fig. 2.2.1. Mapa topográfico del Nansa. Pisos topográficos. corresponde al área drenada por el río Nansa su inclusión obedece a que se inserta dentro de la plataforma litoral de este río y su exclusión resultaría

3. Medio Nansa. Formado a su vez por varios subsectores: Vega de Cades, Vega de Riclones-Celis,

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El entorno Valle del Lamasón, valle de Puentenansa, valle de Carmona y cuenca de San Sebastián de Garabandal. Este tramo queda encajonado entre el valle del Deva y la divisoria de aguas con el Saja. Se incluye también aquí el valle de Tudanca.

al tamaño del río, hasta casi el pueblo del Hortigal, donde se une con el agua de los arroyos que bajan de Somonte, La Cubilla y el Cornejo. Los arroyos nacen junto a las cumbres formadas por resaltes de materiales relativamente consistentes calcarenitas, dolomías y calizas - siguiendo la secuencia marcada por el sinclinal asociado por el norte al anticlinal de Bielba. Ahora bien, en la zona media la morfología de valle se conforma como tal, con un fondo plano y ancho, al desarrollarse sobre materiales de sustrato más blandos. A lo largo de toda la vega el río sigue la curva marcada por los materiales más blandos - margas turonenses- en que labra el valle de Gandarillas, y aprovecha para dejar depósitos bien conformados de aluvión durante más de dos kilómetros.

4. El valle de Polaciones. Corresponde al tramo más alto de la cuenca. Dadas las peculiares características de este entorno se desarrollará un tratamiento diferenciado del mismo.

La cuenca del río Gandarilla El Gandarilla es un río pequeño que atraviesa la plataforma litoral y todos sus parámetros son reducidos. Su cuenca, con 27,5 km2, supone sólo un pequeño porcentaje del área total de trabajo (6%), pero su importancia en el aspecto arqueológico es muy alta, dada su posición litoral. Litológicamente se trata de un área variada dado que está cruzada por una serie sinclinal - anticlinal que comienza en Bielva y acaba en los largos encabalgamientos del oeste de San Vicente.

Poco después de Hortigal el río labra un estrecho valle, de sentido sur- norte, con un recorrido sinuoso adaptado a la alternancia de capas, que a modo de pequeño desfiladero de un kilómetro de longitud, corta la sierra de Peña Mayordoma- Los Tomases. Los cantiles están tallados en materiales preferentemente calizos que comienzan con calcarenitas, continúan con calizas, areniscas conglomeráticas con intercalaciones de areniscas calcáreas y terminan con calizas. Se trata de rocas más compactas pero con un grado de carstificación relativamente bajo. La altura de los cantiles es algo menor de los 100 m pero las pendientes de las paredes son localmente importantes. Los primeros taludes calizos se encuentran al sur de Hortigal y están formados por calcarenitas del Maestrichiense- Paleoceno. En este punto se encuentran algunas de las mejores cavidades del valle: a) junto al río, en la pared este del valle, en una zona de cantiles, se sitúa la llamada Cueva de la Cueva (Hortigal), que ofrece un amplio abrigo y buenas condiciones de uso como espacio de hábitat, b) ya en la cuenca del Escudo, sobre un afluente se encuentra la pequeña cueva de la Zorra, en la misma litología. Ya en calizas del Cuisiense, en la parte alta de la sierra de los Tomases, y también fuera de la cuenca del Gandarillas, se encuentran las cuevas de Piedrahita 1 a 3, como la anterior de tamaño y desarrollo pequeños.

Fig. 2.2.2. Talud labrado por el río Gandarillas al cortar el paquete calcáreo al norte del Hortigal.

De forma abrupta el paisaje se abre al llegar a la amplia llanura litoral, donde recibe al arroyo de Bajo Socobio y se forma la marisma de Pombo, cruzada por el llamado Brazo Mayor, antes de llegar a San Vicente. Se trata como antes de un relieve muy estructural en que se pasa de las facies calcáreas del Luteciense que forman el final de la barra, a las margas arenosas del Biarritziense y los materiales detríticos del Priaboniense, que permiten la formación de una amplia llanura situada al nivel del mar, antes de unirse al estuario de San Vicente. Esta

El río nace de la confluencia de tres arroyos que recorren una cuenca en forma de sector de círculo, delimitada de oeste a este por los altos de Peña Linares -462 m-, El Riguero - 368-, el Alto de Fuentefría -578y el Pico de Burbón. Inmediatamente antes de la localidad de Gandarillas el río forma una vega, relativamente ancha en relación

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa depresión es consecuencia de un pequeño diapiro y en el último tramo del curso del Gandarillas aparece cubierto por una capa de materiales cuaternarios de marisma.

Al norte del estuario aparece un destacado relieve de rasa, que aunque no puede considerarse plana, al estilo de Prellezo o Pechón sí tiene una superficie ondulada, con una cima amesetada de 106 m de altura y un entorno en suave pendiente hacia los bordes, conformando el cabo de San Vicente. La costa es de tipo acantilado abrupto en todo el recorrido, aunque con mayor desnivel en el extremo occidental, en la zona de la Punta del Fraile, y Punta de Cueto Marías, donde el corte acantilado medio es de unos 40 m. Hacia la Liñera y Punta La Silla el salto es de unos 10m. La mayor parte de la rasa, salvo el lateral sur, en que se concentran una larga serie de litologías, está labrado en la serie aptense, formada por calizas y dolomías. Aquí se localizan también algunas cavidades, al norte de Santillán, en concreto el conjunto del Cuélebre, la cueva del Hoyo del Río Pozo y el conjunto de la Sierra de Borias.

El último tramo del río, ya en la marisma, el cauce vuelve a adaptarse a la litología y toma un rumbo hacia el noreste recorriendo el flanco sur de una nueva barra, formada también por materiales calcáreos del comienzo del terciario. Se labra así en la cara sur de la rasa litoral de Santillán - Borias, una ladera más o menos pendiente desde Cueto del Arco hasta el norte de San Vicente.

En total, en sus sólo 10,5 km de longitud, el río Gandarillas atraviesa morfologías, biotopos y paisajes muy diferentes, pasándose de un ambiente de montaña baja, una amplia vega, un pequeño desfiladero y un sector de marjales y marismas y al norte una rasa acantilada caliza con vegetación de pradería y algunas islas de bosques caducifolios y encinares. De todos modos la vegetación de la cuenca del Gandarillas está integrada mayoritariamente por asociaciones implantadas por el hombre y casi no se conservan formaciones naturales. Tanto en zona alta de la cuenca como en la baja la cobertera más importante, como en el resto de la Marina regional, es el prado de siega. La siguiente asociación en extensión son las repoblaciones de eucalipto, situadas en las zonas menos productivas, seguidas por los matorrales, que se han extendido sobre prados abandonados.

Fig.2.2.3. Cantiles de calcarenitas del Maestrichiense, cortadas por el río Gandarillas, al sur de Hortigal. El arroyo Gandarilla en su desembocadura se integra en el estuario de San Vicente de La Barquera, formando un brazo secundario, de menor entidad que el formado por el río Escudo, llamado a pesar de ello Brazo Mayor o marisma de Pombo. Del interior al exterior aparecen en el complejo de llanuras fangosas tres extensiones de marismas y un canal mareal principal y ya en el núcleo del estuario principal, un delta de flujo bordeado por canales.

Las únicas asociaciones sin utilidad directa para el hombre son un pequeño retazo de bosque galería típico, formado por aliso y sauce, que crece junto al río en la mitad sur del desfiladero del Hortigal y los bosques caducifolios en que se combina el roble y el aliso que acompañan al río en las inmediaciones de Gandarillas y que recubren las grandes dolinas de Peña Mayordoma. En las zonas no antropizadas de las marismas crece la típica asociación de halofitas, y en la rasa litoral se combinan los litosoles con praderas marítimas combinadas con landas y sólo en los fondos de las dolinas crecen algunas manchas de asociaciones de caducifolias, con avellano y roble, como la bien conservada mancha del hüm y del sumidero de la Sierra de Borias, en Santillán.

Las llanuras fangosas son superficies aplanadas, inclinadas hacia los canales, aparecen colonizadas por plantas halofíticas y suelen presentar grietas de desecación. En su interior mantienen importantes poblaciones de anélidos, como la gusana Nereis diversicolor. En el entorno aparecen áreas de marisma, o llanuras fangosas con vegetación, que ocupan la mayor parte de esta zona del estuario. Presentan una característica seriación de formaciones vegetales, que comienza por algas Entoromorpha, y extensiones de Zoostera y más arriba plantas halofíticas, como Spartina maritima y por último Salicornia, Halimione portulacoides y grupos de Juncus maritimus.

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El entorno Arqueológicamente es una zona con un registro variado: en la sierra de Los Tomases- Piedrahita, aproximadamente entre La Acebosa y El Barcenal, se encuentra un conjunto megalítico formado por una docena de estructuras tumulares, de las que varias han sido objeto de excavación arqueológica. En el mismo entorno se encuentran las cuevas sepulcrales de Piedrahita I y II, con materiales correspondientes al comienzo del II milenio a.C. También sobre la misma elevación aparece un campo tumular que podría corresponder a la Edad del Hierro. En la zona media, junto al Hortigal, se encuentra un núcleo de ocupación mesolítica, formado por los yacimientos de La Cueva, Cueva Oscura y La Cantera. Pero el área más rica se localiza en la rasa litoral de Borias, donde con un sustrato de calizas aptenses, aparecen seis cavidades con yacimiento arqueológico - Cuélebre I y II, Hoya del Río Pozo, Sierra de Borias I, II y III, la mayoría con niveles mesolíticos. También es muy importante la densidad de estaciones de superficie (Cuélebre I a VII, Camino al Cuélebre y Río Pozo), con materiales de dos fases: el Paleolítico Inferior y el Mesolítico de adscripción asturiense.

Fig. 2.2.4. El río Gandarillas a su paso por el pueblo del mismo nombre. Se trata de un paisaje de calidad, aunque intensamente antropizado.

Fig. 2.2.5. Croquis geológico de la cuenca baja y media del Nansa

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Cuenca baja del Nansa

a) El karst de Pechón

Dentro de este sector pueden aislarse tres entornos marcados por una litología y una morfología diversa. Así, de norte a sur, el paisaje comienza con una franja de materiales calizos que forma el karst de Pechón al oeste de la desembocadura y el de Prellezo al Este, situada a una cota inferior a la de la rasa. La siguiente unidad son los paquetes de cuarcitas que por su resistencia a la erosión han conservado la altura y la morfología de rasa marina, con una altura algo superior a los 200 m y una topografía básicamente plana. En la mitad occidental se encuentra la rasa de Pechón y en la oriental la de La Jerra, sobre Prellezo.

Las bandas calizas que a modo de escalón aparecen situadas al norte de las sierras planas de cuarcita constituyen también un antiguo nivel de enrasamiento marino, correspondiente al nivel de 80 - 100 m, aunque su superficie original se ha conservado mal por efecto de la erosión cárstica sufrida por la caliza (Moñino et al. 1987). El karst de Pechón ocupa una superficie aproximada de 1,5 km2 y su morfología general es ondulada, con cotas de altura máxima de 51 y 69 m que coinciden con las cimas de relieves residuales de tipo hüm, como los de La Ería (61 m), o Peña Pinto en el extremo oriental (69 m). Entre ellos aparecen conjuntos de dolinas y depresiones en ocasiones amplias como la de Piquezo al norte y las de Pechón y la Hoya en la mitad este.

Inmediatamente al sur los materiales detríticos del final del terciario -margas arenosas, areniscas, conglomerados y arcillas - permiten la formación de una franja deprimida, a modo de depresión prelitoral, formada por el valle de Pesués bajo la rasa de Pechón y los Tánagos inmediatamente al sur de La Jerra.

Litológicamente la secuencia comienza, al norte de las cuarcitas ordovícicas, por una estrecha franja de caliza griotte: calizas tableadas microcristalinas, de tonos rosados, con una potencia en este área de 9 metros que se datan en el Dinantiense.

La franja que ocupa la mitad inferior del bajo Nansa está formada por las estribaciones de las sierras de La Collada al oeste del río y de la Sierra del Escudo de Cabuérniga. Ambas unidades están cortadas por el Nansa, aguas al sur del embalse de Palombera, que ubicamos ya en el tramo medio del río. Esta franja presenta una litología variada que comienza al norte con la serie muy alternante de detríticos y calizas del cretácico superior, que envuelve un núcleo terciario, en el área sinclinal de Bielva. Al sur corre la franja detrítica del Buntsandstein que forma la sierra del Escudo de Cabuérniga y que se continúa en La Collada, al otro lado del río.

Este paquete está parcialmente oculto en la zona por un potente coluvión de ladera formado por materiales detríticos asentados sobre la ladera norte de la Sierra Plana de Pechón. Este depósito, con más de tres kilómetros de longitud y unos 300 m de anchura máxima, en el área del núcleo de Pechón, está formado por fragmentos de cuarcita y limos. Al norte de las calizas dinantienses afloran las calizas del Namuriense Inferior y Medio. Se trata de un paquete de unos 300 metros de espesor, de calizas masivas, recristalizadas, de tonos grises y oscuros. En algunos tramos están dolomitizadas y en otros presentan laminación paralela - caliza de Montaña-. Parece que se trata de un tramo totalmente azoico, aunque es posible que las recristalizaciones correspondan a huellas de fósiles. La potencia de este tramo ha permitido el desarrollo de importantes fenómenos cársticos. El karst de Pechón ha sido objeto de un estudio específico, centrado en sus cavidades (Sainz de Omeñaca 1972). El tramo costero, entre la desembocadura del Deva en Tina Mayor y la del Nansa, en Tina Menor, con una longitud de unos 5 km, presenta una costa básicamente acantilada, donde las extensiones de playa no llegan al medio kilómetro en total. En el lateral este de la desembocadura del Nansa se encuentra la pequeña playa de Tina Mayor y a poca distancia, una vez bordeada la Punta de La Barrera, la Playa de Pechón. Tras un largo tramo de acantilados la costa se hace accesible en la cala de Aramal y en la bocana de Pechón, donde se encuentra el tómbolo de

Fig. 2.2.6. Ensenada de Aramal A continuación se comentan los principales rasgos de cada una de estas unidades.

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El entorno Playa de Mío que une la costa con los islotes de Lastras.

ocupación de fases históricas. Y en la cueva de Refugio II posiblemente enterramientos de la Prehistoria cerámica.

Los acantilados son altos y abruptos en todo el desarrollo de la costa con valores de cota altitudinal de 53, 57, 72, 68, 53, y 54 m.

Las estaciones de superficie están poco estudiadas y sólo se conoce un yacimiento al aire libre, que podría asignarse al Paleolítico Inferior: el yacimiento de Pechón, situado en la rasa litoral, cerca de la cueva del Cueto, que ha proporcionado un hendedor, una raedera y lascas de cuarcita.

Se trata de un sector muy antropizado en que las urbanizaciones ocupan una superficie significativa. Entre ellas aparecen pastizales de siega, la formación dominante, que cubren suelos de arcillas de decalcificación.

b) El karst de Prellezo En los extremos oriental y occidental se conservan sendas manchas de bosque caducifolio, dominado por el roble y con algunos castaños y avellanos y en las cresterías y en los hüm calizos crece matorral mediterráneo, constituido por la encina y su cortejo.

Se desarrolla sobre los mismos materiales que el de Pechón, el fino paquete dinantiense y los potentes bancos calizos namurienses, pero no aparece la cobertera del coluvión de ladera, al menos en la escala que lo hacía en Pechón. Un poco al este del curso del pequeño arroyo del Cú, se encuentra la frontera con las calizas aptenses del karst de Boria, al norte de Santillán. Cabe destacar la importancia de los depósitos cuaternarios asociados a la rasa marina, formados por cantos y limos.

La pendiente de la plataforma continental en este tramo es relativamente importante, y así la curva batimétrica de - 20 m se encuentra a sólo un kilómetro de la actual línea de costa y la de 50 a menos de 2 km.

La extensión del karst es similar a la del de Pechón, con 1.4 km2, pero la densidad de cavidades es algo mayor. Su morfología está más afectada por la erosión y algunos pequeños cursos de agua recorren la plataforma caliza labrando estrechos valles que acaban en ensenadas. Así un regato en Linares conforma la ensenada de La Mina, el arroyo de Prellezo acaba en la amplia ensenada de Perellín y el arroyo del Cú forma también un gran entrante de mar llamado ensenada de Fuentes, que sirve de divisoria con el municipio de San Vicente. La superficie presenta una topografía muy irregular y aparece salpicada de hüm, en general de tamaño muy reducido y especialmente abundantes en la mitad occidental del karst. Las depresiones calizas son más escasas que en el karst de Pechón y de menor tamaño.

Fig. 2.2.7. Ensenada labrada en las calizas carboníferas, junto a la cueva de Trolo, con características formaciones kársticas (Prellezo).

La costa es de delineación muy quebrada y se conforma por la sucesión de cabos o puntas - Punta de la Cabritera, de Sobrecueva, del Morro de Berellín o Punta de África- y de ensenadas en las que se forman calas pero con muy escasa sedimentación. Los acantilados son altos y abruptos, con alturas de entre 60 y 40 m. El área más baja es el de la Ensenada de Fuentes, donde el salto es sólo de 30 m.

La mayor parte de las estaciones arqueológicas de este sector se encuentran en cuevas, en general de pequeño tamaño y corresponden a ocupaciones mesolíticas. La densidad de ocupación de la zona para este momento es muy importante dado que en esta superficie tan limitada aparecen casi una veintena de yacimientos. Desde occidente a oriente se atribuyen a este momento las cuevas del Abrigo del Camping, la cueva y abrigo de Las Cuevas o las Calaveras, el conjunto de Hoyo Laredo - borde de hüm-, las cavidades del núcleo de Pechón - Pechón y La Paja y las pequeñas cuevas del Refugio I y La Jilguera. En el extremo oriental destaca el núcleo de Peña Pinto conformado por cuatro yacimientos con concheros holocénicos. En la cueva del Cueto, situada en el fondo de una dolina, frente a la Playa de Mio, además del mesolítico, se han estudiado evidencias de

La mayor parte de la extensión está cubierta por prados de siega y sólo en algunos hüm y en el fondo de algunos valles crecen formaciones de arbolado mixto; destaca el encinar mediterráneo que cubre el flanco norte del valle del arroyo del Cú. La densidad de cavidades con yacimiento arqueológico es también aquí muy alta y se conocen

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa 14 abrigos y cuevas con niveles. En su mayor parte se encuentran junto a la propia línea de costa, asociados a ensenadas y en algunos casos sobre los propios taludes de acantilados, como Sobrecueva, la Cueva del Castillo o Linares III. Sólo algunos yacimientos en cueva se sitúan en el interior de la rasa, el abrigo de Prellezo, la cueva del Rojo y la cueva y abrigo de la Fuente de la Llerana.

c) Las Sierras Planas Son unidades morfológicas y litológicas muy peculiares y en el aspecto paisajístico sus volúmenes rompen la tendencia en suave descenso del relieve desde la montaña media hasta la plataforma litoral. Climáticamente protegen del efecto directo del mar al corredor interior que, a modo de larga vega, comunica Unquera - Pesues - La Acebosa.

En cuanto a las estaciones de superficie destaca la existencia de un castro que aprovecha como defensa natural el reborde acantilado de uno de los cabos - la punta de Linares- entre las ensenadas de la Mina al Oeste y la Ballena al Este.

Se trata realmente de un largo y único dique de varios kilómetros de longitud, dispuesto en paralelo a la línea de costa y cortado por los ríos Deva y Nansa, con alturas en torno a los 220 m sobre el nivel del mar actual. La cima de estas sierras revela su origen marino y presenta un plano inclinado unos 3º hacia el mar y algunas acumulaciones de antiguas playas de cantos, formadas en la plataforma cuando ésta se integraba en la dinámica marina (Moñino et al. 1987). En el territorio de Cantabria se conforman dos relieves, la sierra plana de Pechón, entre el Deva y en Nansa y La Jerra, entre el Nansa y Prellezo. Estos relieves se continúan en Asturias en la sierra plana de Pimiango. La primera es la de mayor extensión, con una longitud de 3 km y una anchura máxima de 1.2. La de la Jerra, o Prellezo no llega a los 2 km de largo y su anchura es sensiblemente inferior, en torno a 0,9 km. Su topografía es muy similar, con laderas pendientes en los bordes que llevan a una superficie casi plana, de altura muy homogénea - cotas de 216, 212, 209, 213, 211- fruto de su génesis, como plataforma de abrasión marina.

Fig. 2.2.8. Rasa caliza de Pechón, los relieves calizos residuales aparecen cubiertos por vegetación de encinar y el fondo de rasa por prados.

Su conservación se relaciona con una litología mucho más resistente que la de los materiales cretácicos y terciarios sobre los que cabalgan. Están labradas en materiales detríticos muy compactados a los que se asigna una edad Skidawiense (Ordovícico). En la base aparecen cuarcitas rosadas que pasan a blanquecinas en el resto de la serie, organizadas en bancos de 10 a 70 cm de potencia. En los cortes se aprecia estratificación cruzada, laminación paralela y marcas de corriente. Presentan algunas intercalaciones de pizarras y niveles muy delgados carbonosos en la parte alta (IGME 1979). La potencia de este tramo en la columna de Pechón, entre el cabalgamiento de la base y la caliza griotte es de unos 550 m. El rumbo de las bandas es Este - Oeste, y los estratos se disponen subverticalmente, con intensos buzamientos hacia el Norte de entre 60 y 70º.

En los alrededores de Prellezo, al norte del núcleo, se han localizado dos concentraciones de material lítico, - Prellezo I, II que pueden asignarse a una fase cerámica. Al sur del núcleo de Prellezo se ha localizado una concentración de piezas líticas destacando una punta de retoque plano, por lo que es posible que en esta zona existiese un poblado de fase calcolítica. También en la rasa litoral, cerca de la cueva de Trolo, apareció alguna pieza que podría atribuirse a un momento antiguo del Paleolítico, asociado a los depósitos de rasa marina que cubren la zona. Por último, en la ensenada labrada por el Arroyo del Cú, aparecieron algunas piezas líticas en contexto de suelo, de diversas cronologías.

Se han conservado depósitos superficiales cuaternarios en la parte superior de las rasas, en forma de acumulaciones, poco potentes, de cantos, gravas y arenas de origen marino. En las laderas, tanto al norte como al sur de las sierras, sobre todo en la de Pechón, aparecen importantes acumulaciones de derrubios de ladera, en forma de lámina y de cono, constituidos por

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El entorno una matriz arenosa con clastos de cuarcita alterada y depositados allí por el drenaje superficial, procedente del borde de la rasa.

Así, el registro arqueológico de esta unidad es muy limitado. Muy probablemente estas cimas planas fueron ocupadas y usadas como campos de cultivo desde las primeras fases cerámicas en este sector, pero las evidencias disponibles hoy día son casi circunstanciales. Se cuenta con una referencia histórica sobre la aparición de estructuras tumulares en la parte alta de la sierra, continuando así con la pauta documentada en el oriente asturiano, en que en las sierras planas son característicos los túmulos y sus estaciones de superficie asociadas. Se sabe, por un vecino de Prellezo, que en la parte alta de esta sierra plana, aparecieron a mediados del siglo XX, en una roturación, varias hachas pulidas. Esto sería una prueba de que efectivamente existieron allí estructuras tumulares o estaciones de superficie, perdidas en la actualidad por la acción del arado y de las roturaciones realizadas para la plantación de eucaliptales, pero se trata de una información no contrastada.

Fig. 2.2.9. Sierra Plana de Pechón, vista desde la Jerra, en Prellezo.

d) La depresión prelitoral En las zonas de pendiente perimetral de las rasas casi no se acumulan materiales que permitan el desarrollo de suelos bien conformados. En las áreas de topografía más llana, sobre todo en las cimas y rellanos, dadas las malas condiciones del drenaje por el sustrato formado por cuarcitas, se generan suelos de tipo podsol, en ocasiones combinados con los depósitos de rasa marina o establecidos en los taludes de los bordes de la rasa, en posición secundaria.

Este sector toma la forma de un corredor desarrollado entre Unquera, Pesués y los alrededores de La Acebosa. Topográficamente se trata de una banda deprimida, de relieves muy suaves, con amplias áreas llanas, formada sobre materiales blandos, situada entre las elevaciones de las sierras planas al norte y la sierra prelitoral al sur. Está cortada por las marismas formadas en las desembocaduras de los ríos Deva, Nansa y Gandarillas y su anchura es muy superior en el interfluvio Nansa-Gandarillas que en el NansaDeva.

Los podsoles de esta zona se caracterizan por presentar acumulaciones de materia orgánica en forma de finos subhorizontes, dentro del horizonte B del suelo y acumulaciones de óxidos de hierro, por lo que se les denomina de tipo podsol férrico - húmico (Gutian y otros 1985). Se trata de suelos muy permeables por la importante granulación arenosa, producto de la descomposición de las cuarcitas que incorporan. Forman horizontes de humus bruto poco potentes, con abundante arena de cuarzo lavada. En general aparecen cubiertos por brezal o prado y también han servido para instalar explotaciones forestales de eucalipto.

En lo que respecta a los sustratos, el corredor está labrado en litologías poco resistentes, correspondientes al final de la secuencia terciaria, que siguen una disposición en finas bandas, de norte a sur: margas arenosas grises del Biarritziense, arenas y conglomerados, con algunas calizas, del Priaboniense, y arcillas rojizas, calizas arrecifales y areniscas y conglomerados del Oligoceno. Estas litologías provocan la total ausencia de formaciones y cavidades cársticas. La posición baja de la zona y su situación entre los cursos bajos de los ríos Deva y Nansa permiten que se acumulen y conserven depósitos fluviales, aluviones y terrazas y de marisma. Los primeros rebordean directamente a los cauces y se asocian a los fangos de marisma. La terraza mejor desarrollada es la de Pesués, a unos + 45 m sobre el nivel del mar y también en Unquera aparecen depósitos de este tipo, en este caso correspondientes a un nivel inferior (+ 6 m). En el curso bajo del Gandarillas, dada su escasa entidad sólo se observan materiales de aluvión y fangos de marisma. La composición litológica de las terrazas es importante en el aspecto de que pudo ser

La vegetación actual está muy degradada en estos entornos. Las faldas de la sierra plana de Pechón están cubiertas por repoblaciones de eucaliptos, algunos restos de pinares y matorrales y en la parte alta de la sierra por prados, mezclados también con landas. En cuanto a la sierra de La Jerra está totalmente rodeada por un gran eucaliptal y ocupado por un pinar abandonado en la zona alta. De todos modos, el uso tradicional de las sierras ha sido el cultivo extensivo y han sido roturadas repetidas veces, lo que ha afectado radicalmente a sus yacimientos arqueológicos.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa utilizada como área de abastecimiento determinados momentos de la Prehistoria.

en

antiguo del Paleolítico. Por otra parte la potencialidad agrícola de la zona lleva a que pueda haber sido utilizada por el hombre en fases cerámicas. En este sentido se ha citado un posible túmulo en el lugar de La Tejera, en Los Tánagos, del que hoy día no se aprecian restos visibles, quizás por encontrarse en el sitio un polígono industrial.

La relativa variedad litológica da lugar a una gradación de tipos de suelos difíciles de diferenciar cartográficamente. En general se trata de suelos fértiles y ligeros, de la familia de las rendsinas pardas que pueden asociarse a extensiones de terra fusca. En general se trata de suelos descalcificados, con horizontes húmicos pardos, ricos en minerales, y con horizontes B poco desarrollados, situados a escasa profundidad. De todos modos el importante trabajo humano tradicional de este sector ha creado un nivel de arado que unifica los horizontes A y B.

e) La franja de colinas Este tramo abarca desde la depresión prelitoral hasta las estribaciones occidentales de la Sierra del Escudo de Carmona, formada por la franja cabalgante del Escudo de Cabuérniga, entorno integrado ya en el medio Nansa. Resulta una zona compleja de caracterizar y sólo es homogénea en el aspecto topográfico dado que se trata de una amplia banda de colinas. Corresponde con la denominada "zona plegada del río Nansa" que puede establecerse a partir de la descripción estructural (IGME 1976).

La vegetación actual está dominada por los prados de siega, aunque cada vez más su posición cercana al mar hace que sea intensamente utilizada por el hábitat humano - Unquera, Pesués, Los Tánagos- y sus infraestructuras asociadas - carreteras, polígonos industriales y urbanizaciones. Así pues es también una zona muy degradada en que la conservación de los yacimientos arqueológicos de superficie puede ser circunstancial.

La litología, organizada en bandas de disposición este- oeste, es muy variada y con rápidos cambios en los sustratos. Estructuralmente está caracterizada por amplios pliegues de dirección Este - Oeste. Los anticlinales son survergentes, con su flanco meridional roto por fallas cabalgantes de gran ángulo de orientación paralela al eje (IGME 1976). Se corresponden con el sistema alterante sinclinal anticlinal, que comienza al norte con el anticlinal Río Nansa- Abanillas, sigue con el sinclinal del Linar y acaba con el largo anticlinal de Cabanzón - Bielba. El tramo comienza por el norte con una sierra estrecha y alargada, de disposición este - oeste, formada por calizas arenosas y dolomías luteciensesla de Prío - Serdio, cuyas elevaciones más destacadas son El Cantón (161), La Espina (161-165), Bocao (167), Pandos (161). Estas cotas sugieren que forma parte de un enrasamiento litoral que ha sido rebajado por la erosión de forma homogénea. A pesar de tratarse de materiales calcáreos no presentan fenómenos cársticos importantes. Este no es el caso de la siguiente banda, de calizas cuisienses en que sí se han formado algunas cavidades de interés, como más adelante se comentará al estudiar el karst de Muñorrodero.

Fig. 2.2.10. Paquete de detríticos albenses, formado por finas capas de arenas y limolitas en la desviación a Luey. La nómina de yacimientos arqueológicos es, en relación con la ausencia de cuevas, muy limitada. De todos modos sí que aparecen algunas estaciones de superficie de cronologías antiguas, vinculadas precisamente con los depósitos de tipo terraza. Este es el caso de la localización de materiales del Paleolítico antiguo en la terraza de Unquera, encontrado por Breuil y Alcalde del Río a principios de siglo, y en que se asociaba un molar de rinoceronte de Merck junto a industria lítica. En el camino de la Cotera del Mazo, aparecieron también industrias de un momento

Al sur, y sin solución de continuidad, se encuentra la sierra más elevada de la zona, que lleva desde el Pico de los Moros, sobre Helgueras, hasta la localidad del Portillo, cortada por el Nansa en las cercanías de Luey y formada por finas capas de materiales en su mayor parte detríticos.

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El entorno Los depósitos cuaternarios en la zona tienen muy poco desarrollo. Además de los aluviones que rebordean buena parte del cauce del Nansa, cabe citar algunas extensiones de terraza conservadas, en concreto la de Muñorrodero y la de Sobanejo, al oeste del barrio de Trascudia. La primera se extiende en un par de hectáreas, en el flanco este del río, en un tramo en que el Nansa ensancha su cauce, y se dispone sobre los aluviones, a una altura entre 15 y 20 m sobre el nivel del mar. Está formada por cantos de cuarcita y arenisca y limos. En el suelo formado sobre la terraza, en un nivel de limos, aparecieron algunos materiales líticos correspondientes al Paleolítico Antiguo, quizás a un momento Musteriense. La terraza de Sobanejo, de menor superficie, se conserva también en el margen oriental del cauce, a una altura entre + 30 y + 40 m, y está formada por una acumulación de cantos de cuarcita y arenisca. No se conocen materiales arqueológicos asociados a este depósito. De un momento pleistocénico son también los suelos de tipo terra rossa y terra fusca que aparecen cubriendo las irregularidades de las calizas terciarias y sobre todo cretácicas de la zona. En el horizonte B, de lavado, de estos suelos se han localizado varios yacimientos arqueológicos que pueden asignarse a un momento Paleolítico Inferior o Medio. Algunos se encuentran junto al cauce principal del Nansa, como los de Sobre Las Cabras, al Pié del Rejo o el de Luey, otros en elevaciones laterales como el de Serdio o el de La Boriza o sobre pequeños afluentes, como La Ermita de Cabanzón o Escajo Suspino, ambos en la zona de Casamaría.

resistencia a la erosión provoca que conformen la sierra de Rocao - Pandos. Esta banda, de escasa potencia, no presenta fenómenos de carstificación reseñables, aunque en ella sí se ha formado una gran dolina alargada al este de Serdio, en la Peña Mayordoma, ya en la cuenca del Gandarillas. El tramo calcáreo sigue con una capa de 60 m de calcarenitas arenosas, muy fosilíferas, en la base nodulosas y estratificadas en bancos de 0,40 a 0,60 cm y en el resto masivas. Esta litología conforma el flanco sur de la elevación de Rocao - Pandos, donde se han formado algunas dolinas pero donde los fenómenos cársticos son muy limitados. Esta zona, en la mies de Serdio, vierte sus aguas hacia el norte, que acaban formando un pequeño cauce al noroeste de Rocao. En una de las depresiones situadas al oeste de Serdio se encuentra una fuente, utilizada tradicionalmente por los habitantes de la zona, conocida como Fuente La Cueva, en que se han localizado evidencias de yacimiento arqueológico prehistórico y medieval.

Este tramo de colinas está cubierto hoy día en gran parte por prados de siega, combinados con eucaliptales y sólo en algunas extensiones muy limitadas en la vega del Nansa, por cultivos de maiz o pequeños huertos. El karst En todo el tramo de colinas aparecen tres extensiones significativas de materiales calcáreos: a) la banda Luteciense- Cuisiense ya citada, b) la importante mancha de calizas aptenses del Rejo, que en forma de cuña, con más de seis kilómetros de longitud por uno de anchura, recorre la zona media del territorio en dirección este – oeste y c) una fina banda de calizas aptenses en contacto ya con la gran masa detrítica del Bundsandstein que conforma la sierra del Escudo de Cabuerniga y que se ha considerado ya dentro del sector medio del Nansa.

2.2.11. Suelo pardo formado sobre calizas arenosas, en las inmediaciones de la Ermita de Cabanzón. La última capa está formada por calcarenitas grises, también en bandas de 40-60 cm o masivas, asignadas al Cuisiense- que conforman un conjunto de cerca de 90 m de potencia. Destaca en esta franja la importante formación de dolinas que cubren una franja de más de dos kilómetros de longitud, donde se encuentra la depresión cerrada de Serdio, desde las Brañas hasta el sur de esa localidad. Esta banda es el soporte de los mejores sistemas cársticos de la zona, por la pureza de

La primera incluye tres pisos, todos calcáreos, con una potencia total de unos 240 m, y formados por estrechas capas de calizas, muchas veces arenosas o dolomitizadas, con buzamientos de entre 40 y 50º hacia el mar. De norte a sur comienza con un paquete de 90 m de calcarenitas arenosas, con dolomitizaciones parciales y rica en nummulites. Su

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa las calizas en algunos sectores. El sistema cárstico se alimenta a través de varios sumideros, como el de Las Calderas y en parte resurge en la cueva de la Fuente del Salín. También se conocen algunas cavidades fósiles, como las de Recueto y la Mina, de unos 150 m de desarrollo cada una (SAEC 1985).

de Los Moros- con fuertes pendientes, el tramo del desfiladero del Rejo / Las Cabras, también con laderas muy abruptas y la cuenca de recepción de la Magdalena, una superficie muy plana, amesetada, y ocupada por una amplia uvala. En esta uvala, recorrida por varios pequeños regatos que se sumen en una serie de dolinas, se encuentran los sumideros de La Magdalena 1 y La Magdalena 2, conocidos localmente como El Encoladoiro, en los que se han localizado materiales arqueológicos. La uvala se encuentra en parte sobre calizas aptenses – 70,6 hectáreas - y el resto, hasta sus 112,3 hectáreas totales, en materiales detríticos, areniscas del Albiense inferior y arcillas y limos del Cenomanense Inferior y calizas del Albiense medio.

La cueva más interesante, tanto desde el punto de vista cárstico como arqueológico, es la de la Fuente del Salín con manifestaciones parietales y yacimiento arqueológico paleolítico. El acceso al Salín sólo puede realizarse en momentos de sequía prolongada, por entrarse por una bóveda sifonante que cierra la boca. Tras el sifón se continúa por una galería activa, hasta llegar a unas gateras ascendentes recubiertas por coladas que llevan a través de unas galerías que aprovechan el sistema de diaclasado, a la sala de las pinturas (Bohigas et al. 1985). También en esta misma capa se encuentra, al otro lado del río Nansa, cerca de Prio, la cueva Osa, con evidencias de ocupación durante el neolítico.

Los trabajos espeleológicos desarrollados en la zona indican que el agua de escorrentía captada por la uvala de La Magdalena desagua en parte por el sistema Rejo- Viento. Se ha calculado un valor de 15,8 litros/ segundo de agua captada para La Magdalena y en cambio se estima que el sistema Rejo - Viento tiene en drenaje medio de 4,7 a 4,9 litros /segundo. Este déficit permite plantear la existencia de otro u otros sistemas de cavidades activos que deberían de situarse al Sur del Rejo.

En cuanto al karst del Rejo está formado en calizas aptenses, litología que propicia la existencia de las mayores pendientes del sector, en concreto en dos puntos: la ladera Sur del Pico de los Moros y el desfiladero del Rejo, en que el Nansa corre entre paredes muy altas entre La Langa y El Bejaruco, durante algo más de un kilómetro. Este karst, que podemos llamar del Rejo, o Rejo - Viento, por ser la cueva más conocida del mismo, ha sido objeto de un trabajo específico (SCC 1993). Su litología se ha estudiado en la columna de Luey (IGME 1976) donde queda definido por un conjunto de calizas y calcarenitas, normalmente microcristalinas, que, sobre todo en el tramo inferior, aparecen dolomitizadas, aunque de forma irregular.

La cueva del Rejo - Viento es un conducto de 665 m de desarrollo total, con un desnivel máximo de 35 m, desarrollado en dos galerías principales: la de entrada del Rejo, una galería fósil, y la galería del Viento, semiactiva, situada en la zona epifreática. Las dos cavidades se desarrollan en sentido oeste- este, siguiendo estrictamente el rumbo del anticlinal de Abanillas. El Rejo, tras una boca grande, de 10 m de anchura por 5 de altura, desciende suavemente en galería casi única durante unos 150 m hasta su unión con el Viento, a favor de planos de diaclasado y de juntas de estratificación (SCC 1993). El Viento, es una surgencia activa periódicamente, de suelos ligeramente ascendentes formados por la roca madre con algunos depósitos de arena. Presenta un trazado en galería única lineal, paralela al Rejo que continúa tras la unión con él durante casi 100 m. En este tramo el río resulta ya visible casi de forma continua, y en el suelo alternan áreas de roca madre con depósitos de limos y bloques. El último tramo de la cavidad presenta un trazado laberíntico con varios sifones y en la que se aprecia que el río penetra en la cavidad a través de pequeños conductos del techo, excavados en la roca madre. Esta zona se encuentra justo en la vertical y sólo a 10 m bajo uno de los sumideros de la uvala de la Magdalena (SCC 1993).

La extensión del karst que drena hacia el Nansa tiene una superficie de 312,5 hectáreas distribuida en tres tramos, de oeste a Este, un cordal - La Redonda / Pico

2.2.12. Desfiladero del Rejo - Las Cabras, con un importante salto labrado en calizas aptenses.

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El entorno La amplia boca del Rejo ha sido utilizada como espacio de asentamiento durante el Tardiglaciar por grupos de cazadores y en fases cerámicas, de forma puntual, como cementerio. De hecho, el sistema cárstico del Rejo constituye un área de concentración de yacimientos, que incluye el Rejo, El Rejo II, El Rejo III, Las Cabras, y las cavidades del sumidero de la Magdalena, Encoladoiro I y II. Más al sur, también en calizas aptenses, asociadas al paisaje de desfiladero labrado por el Nansa se abren las cuevas de Barón, junto a la confluencia del Arroyo del Escajo, con un yacimiento de época mesolítica y algo más al sur, la de las Cabras, en una cueva inmediata al cauce del río, con una ocupación tardiglaciar y del musteriense.

a 142 y 145 m, con un diámetro conjunto superior a los 400 m. La cueva y la sima pronto convergen en una única cavidad con un desarrollo de más de 1000 m, en buena parte de planta longitudinal, con un desnivel de –62 m. Se trata de un sumidero activo, con techos altos, y cubierto por sedimentos detríticos y varios colectores fósiles, con una red colgada cerca de boca, de unos 200 m de desarrollo. El estudio de esta red no ha proporcionado ninguna evidencia arqueológica. La cueva de Ridio también es un sumidero activo por el que se sumerge un pequeño arroyo que vuelve a resurgir tras un recorrido de 180 m. El tramo de la cueva recorrido por el arroyo es de unos 90 m, en un entorno de sedimentos arenosos, y el tramo fósil, colgado sobre el área activa, mide 50 m. En general la cavidad presenta un trazado relativamente complejo con importantes acumulaciones detríticas.

2.2.13. Regato que drena la depresión de Ridio, sumiéndose por la cueva de Ridio – 1.

2.2.14. Dique de calcarenitas en la desviación a Bielva desde la carretera de Pesués a Rionansa.

La última capa citada, con una longitud en la zona de unos 8 km, y una potencia de 200 m, atraviesa la cuenca transversalmente y se refleja muy bien en formas topográficas abruptas. Así en su extremo oriental conforma unos largos cantiles en la pared norte de la Canal de Antonio, al este de Rábago y continúa sobre Santa Águeda con un relieve escalonado característico hasta Puente Arrudo. Las calizas cruzan después sobre Cades hasta el pueblo de Otero, donde forman dos amplias cubetas calizas para salir después al norte de la Eria. Junto a la banda se sume allí un arroyo en un característico sistema endorreico con un sumidero fósil, la cueva del Vallejo. Un kilómetro más al oeste, en el lugar de Ridio otro arroyo vuelve a sumirse en otra amplia dolina con varias bocas fósiles.

En el aspecto arqueológico esta banda de calizas aptenses es relativamente rica. Se han localizado yacimientos arqueológicos en las cavidades fósiles asociadas a Ridio – Ridio 2, 3 y en el pequeño abrigo de Ridio 4, labrados todos en los bordes del paquete aptense. La más interesante es la cueva de Ridio 3, con importantes testigos cementados en las paredes y en el techo de la cavidad, en que pueden diferenciarse dos niveles, uno de cronología holocena, asignable al mesolítico y otro a un momento epipaleolítico, quizás del tardiglaciar. Junto a otra depresión cárstica, y también en relación con un sumidero activo, se encuentra la cueva del Vallejo, donde se han localizado testigos de una ocupación correspondiente al mesolítico o al epipaleolítico. Por último, entre Otero y Cades se encuentra la cueva del Pico con ocupaciones del Tardiglaciar.

Este karst, dada su escasa entidad, sólo se estudia de forma marginal en los trabajos espeleológicos. Dos de sus cavidades – la de Guareña y la de Ridio se han estudiado en el trabajo dedicado a la bioespeleología del sector de Cades (Campderrus et al 1992). La Torca y la cueva de Guareña drenan la depresión cerrada del mismo nombre, al oeste de Otero, formada por dos uvalas contiguas, cuyos fondos se encuentran

En cuanto a las estaciones arqueológicas al aire libre, independientes del tipo de sustrato, se han identificado concentraciones de material lítico,

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa correspondientes a campamentos y áreas de trabajo del Paleolítico Antiguo, sobre el valle del río Escajo Suspino, cerca de Casamaría y al norte de la Venta del Vallejo. Otros yacimientos del mismo tipo se distribuyen en los bordes del cauce principal del Nansa, asociados en ocasiones a depósitos fluviales, como los de las terraza de Muñorrodero, o a suelos de tipo terra rossa / terra fusca como los de Luey o Sobaño. En un suelo de este tipo, pero con cantos procedentes de una terraza desmantelada, a +14 m sobre el río se encuentra el yacimiento de Al Pie del Rejo, que ha aportado material del Paleolítico Inferior.

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El entorno grandes bloques erráticos, cuyas paredes ofrecen tradicionalmente un lugar de abrigo para los pastores. En dos de ellos se han localizado manifestaciones de pinturas esquemáticas, trazos rojos, de diseño muy sencillo y muy mal conservados, por su exposición directa a la intemperie. En el mismo entorno, en la ladera norte de esta sierra se ha localizado una estructura tumular, en un collado, mirando al valle de Casamaría.

El Medio Nansa En función al tipo de sustrato, que en este amplio territorio determina claramente el relieve, se pueden diferenciar tres sectores, de norte a sur: una estrecha franja detrítica, una larga cuña calcárea y el resto, que constituye las tres cuartas partes de la superficie total, una gran extensión de materiales detríticos, en las zonas medias y altas y en las que sólo afloran calizas jurásicas en el fondo de los valles.

En la misma zona, pero sobre la línea de cumbres, se conoce una agrupación de estaciones de superficie, denominada conjuntamente del Collado de Cades. Se trata de concentraciones de material lítico que se interpretan como resultado de la existencia de cabañas, de cronología neolítica y vinculadas a la utilización pastoril de estas sierras.

La franja detrítica del norte En este primer sector está labrada la vega de Cades, en que el valle se ensancha tras el estrechamiento de Puente Arrudo; pero se trata de un tramo reducido, de menos de un kilómetro de longitud, porque pronto el valle vuelve a cerrarse en el largo sector que acaba en Palombera. El río corta aquí materiales detrítico terrígenos, en concreto limolitas rojo vinosas, con intercalaciones de areniscas rojizas, con estratificación cruzada, del Buntsandstein, que conforman hacia el Este la Sierra del Escudo de Cabuérniga. En el fondo del valle se forman, en este ligero estrechamiento, acumulaciones de aluvión que rebordean al río y sirven de base para el crecimiento de un bosque galería bastante bien conservado en algunos tramos.

La cuña calcárea de Riclones Después del estrechamiento aprovechado por el dique de cierre de la presa de Palombera comienza una vega en parte ensanchada por el curso bajo del Lamasón, que confluye aquí con el Nansa y que incluye también el rellano de Riclones y la vega de Celis - La Cotera. Durante unos cinco kilómetros, el Nansa corta las masas de caliza de montaña del Carbonífero, que incluyen calcarenitas arrecifales, brechas calcáreas, calcarenitas microcristalinas y margas. Ahora el valle presenta una anchura importante, aunque realmente no se trata de una vega de fondo plano sino que su topografía es suavemente ondulada, con pendientes muy inferiores a las de laderas que lo rebordean.

El

Destaca por su morfología un amplio rellano, sobre el que se asienta el barrio de Los Picayos y el pueblo de Riclones, situado a menos de 200 m, y de origen fluvio - cárstico. Aparece una serie de dolinas que siguen el sentido E-W de las bandas del sustrato sobre las que se excavan. El último kilómetro del río, antes de la vega de Puente Nansa, el cauce vuelve a cerrarse, y aparecen fuertes crestas, de más de 500 de altura en sus dos flancos y laderas muy abruptas, sobre todo en el Oeste, en la Castañera de San Roque. En estos materiales calcáreos están labradas las sierras que conforman los interfluvios del NansaLamasón: la sierra de La Collada de Cades, de sentido Este - Oeste, y alturas máximas superiores a los 600 m, que constituye el flanco norte y oeste del cauce del Lamasón y cuya mitad norte está formada por materiales detríticos triásicos; y la sierra de Ozalba, totalmente calcárea, con alturas que superan los 900 y con una ladera norte muy tendida que acaba en el rellano de Riclones y un flanco sur abrupto, que acaba en el cabalgamiento de la Fuente- Puente Nansa.

Fig. 2.2.15. Suelo pseudogley, formado sobre los materiales detríticos del Bundsandstein, en la collada de Cades. registro arqueológico de esta zona de sustrato detrítico es muy limitado, dada la falta de cavidades. En el flanco norte de la sierra de la Collada de Cades, labrada en areniscas del Bundsandstein, aparecen

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Dentro del área calcárea del medio Nansa se incluye también el curso bajo del río Lamasón que con una longitud de 17,2 km es el principal afluente del Nansa. Se trata de un río de montaña, con una pendiente de 6,6º que nace de la unión del río Tanea que drena las laderas altas del flanco norte de Peña Sagra, y del río Lafuente, en la vega de Sobrelapeña Quintanilla. Después forma un desfiladero de más de dos kilómetros de longitud al cortar el paquete calizo carbonífero, hasta llegar, en su último tercio a Venta Fresnedo, en el extremo occidental del rellano de Riclones, en un área de paisaje mucho más abierto, donde forma una pequeña vega.

el mayor desarrollo es el de la cueva de La Candeña, en la ladera norte del macizo de Ozalba, con sólo 400 m. Esto se relaciona con la existencia de paquetes detríticos intercalados, que por su carácter impermeable cortan el desarrollo en profundidad del sistema y explican la presencia de grandes resurgencias en la media ladera del macizo. En este trabajo se estudian una veintena de cavidades, de tamaño y morfología variable, la tercera parte de las cuales son verticales y varias corresponden a zonas activas del sistema.

Fig. 2.2.17. Gruesa beta de cristal de roca en las calizas carboníferas que forman la ladera norte de la sierra de Ozalba, sobre la plataforma de Riclones. El cristal de roca ha sido muy utilizado como materia prima en fases paleolíticas.

El flanco occidental de la zona, la situada al oeste del curso del Lamasón, y que comprende la fachada caliza meridional de la Sierra de la Collada y el macizo calcáreo de Arria, ha sido explorado en detalle por el grupo STD / Bathynellidae, donde han localizado unas 45 cavidades (Camacho y Puch 2003), muchas de ellas de desarrollo vertical.

Fig. 2.2.16. La Peña del Pozón, un resalte calizo en calizas carboníferas sobre el cauce bajo del Lamasón.

Los depósitos cuaternarios en el sector son escasos y sólo destaca la aparición de una importante masa de materiales de terraza al norte del río Lamasón, justo antes de su confluencia con el Nansa. Se encuentra en el nivel de + 40 m, sobre el nivel del río. Está formada por limos arenosos, grandes bolos de conglomerado y cantos de areniscas de grano grueso, y en menor medida cantos de caliza carbonífera.

La importante masa caliza que forma este sector, con una potencia cercana a los 1000 m, ha permitido el desarrollo de diversos aparatos cársticos sólo estudiados parcialmente. Se cuenta con un breve estudio dedicado al karst del Macizo de Tres Peñas (SCC 1981) y otro sobre el drenaje del valle de Rioseco, centrado en un sector de la cuenca de este arroyo, situado al noreste de Celis (Moratinos et al. 1982) además de algunas publicaciones sobre cavidades concretas de la zona, como la Micolón (S.C.C. 1985) o la de los Marranos (Moratinos y Torres 1987).

Además aparecen abundantes depósitos lineales de derrubios de ladera que cubren los bordes de los valles, como el del flanco sur del rellano de Celucos Riclones, formados por limos y clastos. En estos depósitos es relativamente frecuente encontrar gruesos cristales de cuarzo, de tipo cristal de roca. Se trata de cristales bipiramidales idiomórficos que alcanzan tamaños centimétricos, lo que unido a su tipo de fractura subconcoide posibilita su talla, por lo

En principio en el estudio del karst de Trespeñas destaca lo discreto de las cavidades conocidas, y así,

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El entorno que fueron utilizados como materia prima por los ocupantes de las cuevas de Chufín, El Porquerizo y de Las Brañucas, junto a Micolón. Proceden de una gruesa veta de cuarzo situada a media ladera, que al desmantelarse la caliza se integra en las masas arcillosas.

un perfil idóneo para su uso por grupos de cazadores. En esta cavidad se han identificado evidencias de ocupación del Paleolítico Superior y del Mesolítico, aunque probablemente se utilizó de forma continuada. El núcleo de ocupación más intenso se encuentra en el rellano de Riclones, donde convergen el Lamasón y el Nansa. Se conocen aquí diez yacimientos en cueva agrupados a su vez en dos sectores. Junto a la desembocadura del Lamasón se encuentra el grupo de Chufín formado por cinco cavidades - Chufín, Chufín II, III, IV y la Herradura, y al otro lado del río Lamasón y el grupo de cuevas de las Vijeras, con tres cavidades con yacimientos de hábitat asignables a momentos epipaleolíticos y mesolíticos.

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En el grupo de Micolón se sitúan Sonrasco, Micolón, Micolón II, Brañucas y El Fósil. Han aportado evidencias de ocupación desde el Paleolítico Superior hasta época histórica, destacando los yacimientos de hábitat de Chufín y Brañucas y los conjuntos de arte rupestre de Chufín y Micolón.

5

0 A/ Lm. T r i as

A. G. F/ M d P/ W

CT A B.C.

CT A G.C.

Cl z. Negr a M ar g. Cl c.

Fig. 2.2.18. Frecuencias de materias primas en los aluviones de la Peña del Pozón, en el Lamasón. A/Lm Trias: Areniscas y limolitas compactas del Trias, A.G.F./Md P/W: Areniscas de grano fino y medio del Purbeck / Weald, CTA B.C: Cuarcita blanca, CTA G.C. Cuarcita Gris compacta, Clz Negra: Calizas negras carboníferas, Marg Cc: Margas negras.

En la vega que va de la confluencia con el Lamasón hasta el Barrio de Las Bárcenas se han depositado materiales de aluvión, formados por cantos de areniscas, conglomerados y calizas, en menor medida cuarcitas. También de cronología cuaternaria son los suelos de tipo terra rossa que cubren las depresiones de las calizas, especialmente en el rellano de Riclones.

Fig. 2.2.19. Mandíbula de oso de las cavernas, en la cueva de Lengo II (Lamasón).

Este sector está cubierto por praderías de siega en las zonas bajas, que en muchos casos se encuentran ya cubiertos por helechales y matorrales de ericáceas. Destaca el buen nivel de conservación del bosque ripario, en que se combinan avellanos, robles y espinos en los bordes de ladera con sauces y mimbreras junto al cauce. En los resaltes calizos crece el matorral de encinas, acompañado por algunos laureles y acebos.

Formando parte de este mismo agrupamiento, pero al otro lado del río Nansa y justo enfrente se encuentran las cuevas los Joracos de Celis y de La Raposa. La primera se encuentra justo en la base del arranque del potente farallón de Palombera que separa la vega de Celis de la de Cades. Ha aportado algunas evidencias de ocupación, quizás de un momento Paleolítico Superior Antiguo o del Paleolítico Medio. La Raposa es una cueva pequeña, situada en la zona baja de la ladera y ofrece evidencias de yacimiento del Paleolítico Superior.

La disponibilidad de cavidades cársticas permite que se haya conservado un importante registro arqueológico en este sector. Justo sobre el reborde oriental de la vega de Cades, en la ladera sureste, se encuentra la cueva del Pico. Su amplio abrigo de boca y sus condiciones micro ambientales, secas y cálidas, así como su posición altitudinal ligeramente sobre el valle y cerca de la hoz de Puente Arrudo, configuran

Remontando el curso del río se encuentran los yacimientos de La Cueva de Herrería, a escasa distancia del fondo del valle y que ofrece un amplio abrigo de boca, de orientación cálida y seca y con yacimiento del tardiglaciar y El Porquerizo con manifestaciones de arte rupestre paleolítico. En la

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa misma vega de Celis, en el cantil labrado por el arroyo de Rioseco, pero a poca distancia del Nansa, se encuentra la cueva de Los Pendios. Su boca, aunque relativamente pequeña, con unos 5 m de anchura, da paso a un vestíbulo amplio y seco que, dada la orientación al este de la cueva, ofrece buenas condiciones de uso como espacio de hábitat. Ha proporcionado evidencias de uso de final del paleolítico o del epipaleolítico.

Los Marranos, con un discreto conjunto de arte paleolítico, Lengo II, con evidencias paleolíticas, mesolíticas y un importante registro paleontológico, como resultado de su utilización como cueva de hibernación por los osos de las cavernas y la cueva de la Rozá, con restos humanos. En el flanco este del macizo de Arria, en un entorno de desfiladero, se abren las cuevas de La Cendeja y de Comporquera, con ocupaciones de época cerámica. Cerca ya de la confluencia entre el Lamasón y el Nansa, junto a la Peñona del Pozón, en la ribera izquierda del río, se encuentra el grupo de las Vijeras.

En la ladera sur de la sierra de Ozalba, sobre el barrio de Los Picayos y Riclones aparecen otra serie de cavidades con yacimiento arqueológico, aunque este espacio no ofrece tan buenas condiciones de uso como el anterior por lo que sólo han aportado evidencias de distintas fases de la prehistoria cerámica y de época histórica. Este es el caso de la gran cueva de La Cuevona de Riclones, la Hoya de la Cubilla o el Calero del Carbonizo.

La montaña detrítica del medio Nansa Este sector se corresponde con el extremo más occidental de la unidad morfoestructural de la cresta mesozoica el entrante de Cabuérniga (Frochoso 1990). Litológicamente está formado por sustratos de facies Weald, con limolitas, areniscas y arcillas en una disposición suavemente ondulada en series anticlinal - sinclinal, descansando sobre las capas de detríticos del Purbeck y bajo ellas se encuentran las calizas margosas y brechas calizas del Lías. Al norte del territorio un largo encabalgamiento, entre Lafuente y Puente Nansa, hace aflorar materiales triásicos y los paquetes liásicos. Se trata de una zona relativamente deprimida, que une la vega en La Fuente, a través del corredor del collado de Ozalba con el valle de Obeso- Puente Nansa. Aquí, conformando el fondo de la vega, afloran en mayor extensión las calizas margosas y las brechas del Lías. La vega de Obeso- Puentenansa- Cosío es un tramo de unos cinco kilómetros de recorrido, con fondos típicamente planos, y con anchuras variables, entre los 100 y 400 m. El hábitat es escaso, y se concentra en varios núcleos: Cosío, Rozadío, San Sebastián de Garabandal y Sarceda. El protagonismo del paisaje lo toman, a partir de Puentenansa, las sierras, los espacios de montaña. El doble interfluvio Tanea- Nansa- Saja, está labrado en formaciones detríticas -areniscas, arcillas y limolitasque producen relieves suaves, con grandes laderas convexas. Los cursos de agua principales excavan los valles en materiales jurásicos, generalmente más consistentes. Así los depósitos de fondo de vega son escasos y se reducen a algunas isletas de aluvión.

Fig. 2.2.20. Sierra de Cuesta Navea. En primer plano una estructura tumular. En la ladera labrada sobre la vertiente norte del río Latarmá, se encuentran, en posiciones de altura relativa importante, las cuevas de los Joracos del Carbonizo II, la cueva de Solnuevo y las cueva de Comaría y del Covajo de Comaría. Salvo esta última, con evidencias mesolíticas, las demás han aportado sólo materiales de época medieval y de la Edad del Bronce, cuando fueron utilizadas como rediles.

La vegetación actual está dominada por los matorrales y sobre todo, en las cumbres, por las praderías de diente. En un modelo económico tradicional la única utilidad de estos espacios es la ganadera, combinada con la explotación del bosque y ese es el único uso que hasta el día de hoy se da a estos espacios.

También existe un núcleo importante de cavidades en la pequeña vega de Venta Fresnedo, junto al Lamasón. Junto a este río se encuentran las cuevas de

En relación con ello las únicas evidencias arqueológicas localizadas en estos ambientes están

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El entorno relacionadas con el fenómeno megalítico. En la parte más alta de los cordales aparecen varios grupos de estructuras tumulares, como el conjunto de Cires (Lamasón), el de Cuesta Nabea (Rionansa) o el de Bercuín (Lamasón - Rionansa). En las sierras que separan el Nansa del Saja se encuentran los conjuntos de la Collada de Carmona y más al sur, el conjunto de Sejos. Además de túmulos, aparecen algunos menhires y varias localizaciones de arte esquemático: el ídolo del Hoyo de La Gándara, el Covacho del Moro y los propios grabados de Sejos.

El valle de Polaciones está constituido por dos unidades morfoestructurales: las crestas permotriásicas, formadas por conglomerados y areniscas, que a ambos lados del valle conforman las sierras de Peña Sagra, y la propia cuenca intramontana de Polaciones, con sustratos de areniscas y pizarras carboníferas, en que se ha modelado el paisaje de valle.

Las únicas calizas carstificadas de este sector aparecen en el fondo del valle, en el área de Tudanca, bajo potentes paquetes detríticos. Se trata de finas capas de caliza que alternan con margas, en las que se han formado grandes cuevas, en muchos casos dominadas por génesis gravitacional, como La Cuevona de Santotis o el Tío Marcelino, una surgencia activa parcialmente, y con yacimientos arqueológicos medievales en sus galerías secas. Sólo se ha localizado una cavidad con yacimiento prehistórico, probablemente mesolítico o epipaleolítico, la cueva de La Canalona, en La Lastra, que fue reutilizada durante el calcolítico como espacio sepulcral y probablemente en el mesolítico o neolítico como cazadero. El Alto Nansa: Polaciones El valle de Polaciones, con unos 90 km2 es una de las zonas de Cantabria con menor densidad de población, pues sólo quedan allí unos 400 vecinos, repartidos en una docena de núcleos rurales. En relación con ello su paisaje está relativamente bien conservado y mantiene en algunas laderas y crestas importantes bosques de caducifolios, aunque también son grandes las extensiones de matorral y de pradería de diente.

Fig. 2.2.21. Estrecho de Bejo, el abrupto acceso por el sur al valle de Polaciones.

La totalidad de su superficie se encuentra por encima de los 700 m de altura, lo que lo sitúa de pleno en el piso montano (700 a 1800 m). Lógicamente esto conlleva una serie de implicaciones en el clima y en el paisaje.

Así pues esta comarca está excavada sobre todo en materiales blandos y se encuentra en cierto modo protegida por el sur y sureste por el dique de las crestas permotriásicas. Estos sustratos han sufrido una intensa erosión, torrencial, glacial y fluvial que en los últimos millones de años han conformado un paisaje típico de montaña silícea, definido por largas laderas, cimas anchas y un drenaje de tipo "dendrítico" que en la propia cubeta se va organizando en un único cauce. Los tramos de pendientes son uniformes, con un 36 % de la superficie con valores de 0 a 30 y el mismo valor para las pendientes medias (30 al 50 %). Las pendientes altas suponen el 26,5 % del total superficial. Las clases dominantes de pendientes en Polaciones se encuentran entre el 13 y 27 %, es decir, que la zona central es relativamente llana.

Así, respecto al resto del valle del Nansa, el rasgo ecológico más destacable de Polaciones es que corresponde a una región fitogeográfica diferente del resto de la cuenca, dado que su perfil es intermedio entre el ambiente atlántico y el mediterráneo. Algunos autores (Aedo et al 1990) designan a esta franja de transición región eurosiberiana provincia orocantábrica, y en ella entrarían los territorios de Liébana, Polaciones y la comarca de Los Valles Campóo, Valdeolea, Valderredible.

41

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa La sierra que flanquea el valle por el este es, en origen, una estribación de Peña Labra y está culminada por Sejos y Helguera y Los Escajos y Cueto del Haya, sobre La Cohilla. Este cordal se comparte con el valle del Saja.

40 35 30 25 20 15 10 5 0 0 a 30 %

30 a 50

> 50

Fig. 2.2.22. Frecuencias relativas de pendiente en el valle de Polaciones. El Nansa, mientras atraviesa el valle de Polaciones, presenta una escasa energía del relieve y no proporciona escarpes elevados. Al salir del valle ve interrumpido su discurrir por la sierra de Peña Sagra, donde produce el encajamiento del estrecho de Bejo. Las paredes de este cañón, de 4 km de longitud presentan un desnivel muy fuerte, de mas de 500 m, y sólo están separadas entre sí unos cientos de metros.

Fig. 2.2.24. Caos de bloques de calizas liásicas en el vestíbulo de la Cuevona de Santotis.

Este tipo de paisaje labrado exclusivamente en sustratos detríticos, con alturas y pendientes elevadas, provoca que el registro arqueológico sea pobre. Faltan

Fig. 2.2.23. Vista de Polaciones desde Lombraña, con el cordal de Peña Labra que cierra el valle por el sur. Por otra parte, el valle, a pesar de que en el sector central presenta pendientes medias, es todo él un entorno de montaña, y se organiza en función a una densa red de drenaje de tipo "dendrítico" formada por arroyos que van confluyendo en los cauces principales: Arroyo de Pejanda, Arroyo Bedujal, del Espinal, Larraigado, Collarín que recogen el drenaje y lo llevan al Nansa.

Fig. 2.2.25. Croquis topográfico del valle de Polaciones, obtenida a partir de la ortofoto editada por el Gobierno de Cantabria.

Según se abandona el fondo del valle comienza un ascenso continuo que conforme avanza va incrementado la pendiente, hasta llegar a las cumbres que rodean el municipio: la sierra de Peña Sagra Cucón, de 2000 m, que como un dique de dirección oblicua cierra el valle por su flanco noroeste; Callejos y Pajaril al Oeste, con las menores cotas de la divisoria, de 1400 a 1200 m que separan el valle de Liébana. La larga sierra de Peña Labra, culminada por el Pico Tresmares al Sur es la divisoria con Campóo.

totalmente las cuevas, exceptuando la Cueva del Moro, un abrigo en areniscas y el Abrigo de Ristromedo, también en un bloque de pudingas y sólo aparecen manifestaciones ligadas al mundo megalítico y algunos, escasos, yacimientos de época medieval. En el primer grupo destaca el conjunto de Sejos, con un cromlech, algunos hitos y un túmulo. Dentro del

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El entorno apartado medieval se conservan restos de arquitectura románica en algunas ermitas rurales, y restos de un castillo alto medieval.

43

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

2.3. Origen y evolución de la cuenca del Nansa

asociados revelan con claridad su origen marino. Por otra parte, la presencia en estos sedimentos de cantos de pudinga indica que en el momento de la elaboración de esta rasa marina ya existían unos cursos que drenaban las crestas triásicas de Peña Sagra. Es decir que la cuenca del Nansa ya estaba organizada, en lo que podemos llamar el proto-Nansa.

La evolución morfológica del valle del Nansa ha sido estudiada básicamente por dos autores, aunque en diferente medida y con distintos enfoques y planteamientos. Mary estudió la evolución de la línea de costa a escala del Cantábrico y sus niveles de enrasamiento asociados, aunque para ello debe de analizar otro tipo de evidencias contemporáneas (Mary 1979, 1983, 1985, 1992). Por otra parte, desde un enfoque geomorfológico centrado en el valle del Nansa, Frochoso estudia las distintas evidencias cuaternarias de la cuenca (Frochoso 1990). Por último, de manera mucho más marginal se cuenta con las aportaciones de Hernández Pacheco sobre el glaciarismo de esta zona de la Cordillera y de otros autores como Sáez de Omeñaca, sobre modelado cárstico. Para esta breve descripción se seguirán básicamente las ideas planteadas por los dos primeros autores.

Las evidencias y su interpretación Las evidencias morfológicas más claras de dinámica preglaciar son las propias sierras planas de Pechón y Prellezo, estudiadas por G. Mary. Este autor las agrupó en función a su altura en dos grupos: uno superior que incluye las superficies de 211 a 260 m y otro inferior, de 150 m (Mary 1979). Las de 211 a 260 m corresponderían a una misma superficie con una pendiente en torno a 10º. Son evidencia de la acción erosiva del mar y corresponderían a dos ciclos diferentes de arrasamiento marino en un momento de regresión.

Fig. 2.3.1. Depósito de cantos en la rasa de Pechón, al este del Llano, 212 m. Se aprecia la capa de podsol superior y las cuarcitas basales. Este mismo autor considera la plataforma calcárea labrada al norte de las sierras planas como fruto de la dinámica continental que trabajó un enrasamiento de 155 m identificado por el autor en el área asturiana. Sobre esta rasa aparecen abundantes depósitos continentales y marinos. En Santillán, cerca de San Vicente, en una rasa a 120 m de altura absoluta, Mary estudia una acumulación de cantos de cuarcita, probablemente procedentes de la Sierra de Prellezo, de génesis marina. Considera este depósito con correspondiente al enrasamiento de 155 m.

Sobre las sierras planas de Pechón y Prellezo aparecen depósitos de cantos y bloques redondeados, en matríz arenosa. En Pechón, en la sierra plana a +210 m de altura, Mary (1983) estudia un depósito de 3 m de potencia, con la siguiente secuencia estratigráfica:

A este mismo momento debe de corresponder el depósito de Rocao, situado 3 km más al interior, en la sierra plana de Serdio, donde a 155 m aparece un depósito de cantos de cuarcita y arenisca.

- Base de gruesos cantos ovoides y pequeños bloques. - Nivel intermedio dominado por cantos de tamaño medio (mayores de 40 a 50 y 80 a 120) que alternan con lechos de cantos aún mas gruesos. - Nivel superior con abundantes cantos muy gruesos (Long. max: 160 a 240 mm) asociados a los de las clases inferiores y a gravas.

En el fondo de algunas dolinas próximas a los acantilados costeros a unos 30 m de altura, se conservan algunos rellenos que indican un nivel antiguo del mar. En Pechón (Mary 1983) describe uno en que diferencia varios niveles de arenas, cantos y gravas.

La litología de los cantos es en gran parte la del sustrato, pero también aparecen bloques redondeados de pudinga procedentes de tramos altos del río. Presentan grados de desgaste elevados y redondeados y aplanados y su morfología y la de los sedimentos

- Base: formada por arenas finas continentales, con espesor entre 5 y 6 m. - Capa de gravas y pequeños cantos, 2 m de espesor.

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El entorno

Altura relativa sobre río

- Cantos de tamaño medio (0, 4 m) y cantos englobados en una matriz arenosa y húmeda respectivamente. - Nivel de arenas con granos de cuarzo desgastados y brillantes, cantos y gravas muy redondeados, con índices de desgaste elevados relacionables con la procedencia marina.

planas serían islas. Como ya se ha dicho, estas plataformas ya estaban emergidas en el Eemiense (interestadio Riss –Würm). Inmediatamente al N de las sierras planas aparecen una superficies labradas en caliza carbonífera situadas entre 40 y 80 m a modo de escalón sobre el mar. Sainz de Omeñaca (1972) y otros autores han considerado que también podrían ser fruto de una abrasión marina, posteriormente degradada por la carstificación (Sainz de Omeñaca 1972). En cambio Mary considera que la morfología actual de estas plataformas no procede directamente de una génesis marina, sino que estas superficies fueron enrasadas a 155 m y que la dinámica continental las rebajó hasta la altura actual (entre esa altura y 50 m).

180 160 140 120 100 80 60 40 20 0 0

10

20

30

En este sentido y para valorar la antigüedad de este enrasamiento debe tenerse en cuenta que en la rasa de + 50 m de Cueto Marías, entre Prellezo y San Vicente aparece material achelense, con una cronología al menos Riss - Würm. Este nivel de enrasamiento se considera contemporáneo con la terraza baja de Muñorrodero, situada a + 7 m y que también proporcionó material del Paleolítico Antiguo o Medio.

40

Distancia al mar en km

Fig. 2.3.2. Disposición de los depósitos fluviales del nivel + 45 citados en el texto. Podrían ser cantos abastecidos desde la superficie de abrasión superior por erosion continental, pero entonces faltaría algun elemento anguloso o subanguloso. Así se podría tratar de un relleno producido por el mar en una antigua dolina. El nivel marino mínimo sería de 30 y el máximo sería el del depósito fluvio - torrencial de Pesués citado a unos 50 m de Pesués, en torno a 50 m.

Fig. 2.3.4. Punta de Sobrecueva en la rasa de Linares (Prellezo) a 50-60 m. En la entrada a la derecha se encuentra la cavidad estudiada por Mary, (Garganta de Job) conocida como cueva de Cuelliburru . Fig. 2.3.3. Sedimentos marinos cementados y colgados en el acantilado de la Isla Sarnosa (Pechón). El paquete más grueso lo constituye un nivel de pequeños cantos muy rodados, con un techo a 6,5 m sobre el nivel del mar actual.

Mary también estudia otro depósito en la zona de cronología pre - Würm, cerca de la desembocadura del Nansa. Cerca de Prellezo, al oeste de la Garganta de Job, en el área de Linares, un abrigo (conocido como cueva de Cuelliburru) conserva una estratigrafía formada por dos escalones: a) el nivel superior tiene su base a 11 m y una potencia de unos 7 m y está formado por cantos de arenisca y bloques de caliza cementados por carbonatos. Mary relaciona este depósito con un mar situado a unos 15 a 18 m.

Las alturas de las superficies planas de la zona sugieren que cuando se formaba la terraza de Pesués, a +50 m, la costa debería de encontrarse algo más retraida que hoy, al norte de Pesués, y las sierras

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa b) El nivel inferior del arco está oculto por el mar, y se podría relacionar con el nivel marino de 5 a 6 m identificado también en otras zonas. Se trata de capas de derrubios separados en tres paquetes por planchas de travertinos, que Mary identifica con una secuencia de periodos climáticos templados y fríos.

valles principales. Situado entre + 90 m sobre el río en Tudanca y + 45 en Pesues. c) Acumulaciones de cantos de génesis básicamente fluvial que siguen el trazado de la red fluvial actual. Varía entre +25 en el curso medio y + 7 m en el área baja. A continuación se comentan los rasgos básicos de cada uno: a) En la cuenca de Polaciones aparecen acumulaciones de grandes bloques dispuestos en collados y en superficies llanas que no parecen tener mucho que ver con la organización actual del drenaje. No conservan o no se observan entre los grandes bloques sedimentos finos, quizás porque han sido eliminados por la erosión. Son cantos alóctonos desconectados de su fuente de procedencia. Así por ejemplo, en el collado de Sejos, a 1450 m de altura, aparecen abundantes bloques de pudinga triásica, de gran tamaño, en ocasiones con más de 10 m de eje.

Fig. 2.3.5. Gran bloque - de unos 7 m de eje mayor- situado en el extremo Este de la Sierra de La Collada, sobre el interfluvio Lamasón Nansa. Se localiza en una zona de pendientes muy suaves y es de areniscas compactas.

Hernández Pacheco (1944) consideró estos sedimentos como bloques erráticos, es decir trasportados por lenguas glaciares de época Mindel. También aparecen en la divisoria con Liébana y en otros puntos de la cuenca del Nansa. Frochoso desestima la hipótesis glaciar antigua porque considera que para poder trasportar estos bloques el glaciar debía de ser de gran magnitud por lo que trendría que haber dejado evidencias más nítidas faltan los circos y plataformas- que abastecieran de hielo a un sistema de este rango.

En el valle del Nansa se conservan algunas paleosuperficies, especialmente en aquellos tramos del valle excavados en litologías compactas, que se han considerado anteriores a la última glaciación. En general estos espacios han sido utilizados por el hombre para instalar sus hábitat desde la Edad Media hasta la actualidad; así hoy día se disponen también sobre ellas parte de las vías de comunicación y otras infraestructuras, campos de cultivo etc. Este es el caso de Camijanes, instalado sobre una plataforma casi plana labrada entre 100 y 110 m de altura absoluta, unos 60 m sobre el río. Lo mismo ocurre en el caso de Celis, unos kilómetros más al interior. Como luego veremos en algunos de estos rellanos se han estudiado depósitos fluviotorrenciales. En cuanto a los depósitos de sedimentos cuaternarios del interior de la cuenca, anteriores a la glaciación Würmiense, siguiendo los planteamientos de Mary y Frochoso pueden diferenciarse tres grupos según su morfometría y sobre todo en función a su altura relativa. a) Grandes bloques situados en las cabeceras de cuencas, en áreas de interfluvio, sin relación con el drenaje actual.

Fig. 2.3.6. Depósito de cantos -areniscas wealdicas dominantes- en matríz arcillosa sobre La Herrería (Celis).

b) Acumulaciones de bloques y cantos de génesis fluviotorrencial situados en amplios rellanos sobre los

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El entorno

2.3.7. Croquis del modelo de levantamiento en escamas, propuesto por Mary (2000) para el litoral asturiano y cántabro occidental. Este autor, en función a la métrica, morfología y litología de los bloques, asigna algunos conjuntos a esta primera Fase I más antigua y otros a una Fase II más moderna, con bloques de menor tamaño. Plantea como hipótesis que estas acumulaciones fueron dejadas por fenómenos torrenciales que crearon voluminosos abanicos de materiales desarmados después parcialmente por la erosión. De todos modos Frochoso tiene dudas sobre que esta hipótesis sea válida para explicar este fenómeno de grandes bloques en todos los casos.

las areniscas, en matriz de limos. Se ha estudiado una concentración sobre la Herrería, a 152 m de altura absoluta y 55 m sobre el nivel original del río. En la plataforma de Camijanes, a 120 m de altura, a unos 65 m sobre el río, aparecen bloques dispersos, redondeados, en los campos, en algunos casos con 1 m de eje, de origen fluvial en el rellano. En los prados que hay desde el cementerio de Muñorrodeo hacia Tesna y los que bordean la carretera que lleva a Luey aparecen cantos y pequeños bloques de areniscas, desgastados y ovoides con un punto más alto a 70 m y 65 sobre el río. Estos depósitos pueden considerarse del mismo nivel que los conservados en Pesués, a 45- 50 m de altura.

b) Los depósitos de esta segunda fase, son de tipo fluviotorrencial y se sitúan a lo largo del cauce principal entre +90 en la parte alta a +45 m en los sectores bajos de la cuenca. Según se avanza en el curso los depósitos se encuentran a menor distancia del fondo del río y su morfometría va cambiando siguiendo una secuencia grano decreciente.

A este mismo grupo debería de pertenecer la potente terraza formada en un rellano de la Collada, cerca de la desembocadura del Lamasón en el Nansa, a unos 50 m por encima del curso actual. En ninguno de estos contextos se ha localizado material paleolítico antiguo in situ.

En la apertura al valle de Tudanca aparecen voluminosos bloques de pudingas triásicas, con superficies pulidas en el depósito de Santotis, a 475 de altura absoluta, unos 90 m sobre el río. También se ha localizado este nivel en Salceda a 170 m sobre el Nansa y sobre Cosío, junto a la unión del Vendul, a 167 m, además de en otros cortes en Puentenansa, muy bien conservado, donde resulta muy claro junto a la carretera que lleva a Polaciones, frente a la casa de los Peones Camineros de la salida sur del pueblo.

c) A un momento más avanzado corresponden los sedimentos depositados a cotas relativas más bajas, +25 a + 7 m. Depósitos de esta fase aparecen desde la parte alta de la cuenca, donde toman la forma de depósitos heterométricos en los sectores bajos de las vertientes de Polaciones y que enlazan con los sedimentos de génesis glaciar Würmiense. Sus bloques no son tan voluminosos como los de la fase anterior y se encuentran más repartidos por todas las cuencas, siguiendo la red fluvial actual. En el colector principal los depósitos de esta fase siguen una secuencia granodecreciente, sin grandes bloques, con materiales depositados más encauzados, ceñidos a la

A la altura de Celis se aprecia bien, sobre todo en el lateral oeste, la existencia de una plataforma labrada a 160 m de altura absoluta. En varios puntos se pueden observan depósitos de cantos donde coexisten algunos bien redondeados, de génesis fluvial y otros todavía algo angulosos, en diferentes litologías dominadas por

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa red actual y a sus vertientes, sin ocupar los

Alcalde del Río descubrieron un yacimiento arqueológico, en 1908, que proporcionó algunas piezas de cuarcita de formato reducido junto a un molar de Rhinocerus Merckii. El conjunto, hoy perdido, fue atribuido a un momento Musteriense.

S ec c ión S E -NW por C am ijanes

A ltura abs oluta (m )

400 300

Así pues, en varios casos, aparece material arqueológico del Paleolítico Antiguo - Achelense en Luey y Musteriense en otros puntos- asociado a este nivel de acumulación.

200 100 0

S ec c ión S E -NW por C elis

A ltura abs oluta (m )

400 300 200 100 0

Fig. 2.3.8. Secciones del curso medio del Nansa. Tanto en Camijanes como en Celis los núcleos rurales aprovechan la plataforma de +60-65 m para instalarse, con mejores condiciones climáticas que el fondo de valle.

Fig. 2.3.9. Depósito de cantos de Unquera, en la caja de la vía de tren, aproximadamente donde se localizó el yacimiento clásico por Breuil y Alcalde del Río a comienzos de siglo.

interfluvios, de claro origen fluvial.

Génesis y evolución del paisaje de la cuenca

En el camino de Tudanca hay un pequeño rellano a 440 m, 25 m sobre el río. De Cosío a Puentenansa este nivel aparece en forma discontinua, a unos 185 m de altura, unos 20 m sobre el río y está formado por cantos más pequeños y más desgastados. Se entiende que a una misma altura del valle, a una misma distancia al mar, los depósitos antiguos presentarían cantos y bloques de mayor diámetro y menor redondeamiento, más influjo torrencial, por tener la cabecera mas alejada. Este nivel se documenta también en Puentenansa, siempre próximo al fondo del valle. En Celucos está a 132 m, entre 10 y 12 sobre el fondo de valle.

Hace unos 50 m.a., en el Eoceno inferior, el lugar ocupado hoy por el valle del Nansa se encontraba bajo el agua, en algunos periodos se trataba de mares profundos y en otras épocas se desarrollaron ambientes de arrecife. En el Eoceno medio comienza una etapa de inestabilidad de los bloques (en la zona de estudio se aprecia en la deformación de los conglomerados de San Vicente de la Barquera). Es en este momento cuando se está labrando la superficie de abrasión que luego conformará las sierras planas. El nivel del mar se situaría entonces a unos 260 m por encima del actual y el borde litoral se encontraría, a juzgar por la topografía, en Abanillas. Desde aquí la costa se extendería hacia el norte con una pendiente uniforme de en torno al 10%.

El yacimiento arqueológico del Camino del Rejo (a 55 m de altura absoluta) se localiza junto a restos de una terraza fluvial desmatelada. Parece tratarse de material achelense, es decir de cronología al menos interglaciar.

Testimonio de este nivel del mar son los depósitos marinos localizados sobre las plataformas de abrasión que coronan las sierras planas. Una parte de los restos serían llevados allí por la dinámica fluvial y remodelados, como las pudingas, que hay que relacionar con la red fluvial que erosionaba ya las crestas triásicas de Peña Sagra. Así pues la red del Nansa estaría formada en este momento y habría que situar su desembocadura en las proximidades de

En Pioño, cerca de Bielva, aparece a 80 m de altura absoluta - 15 m sobre el río y en Muñorrodero a 14 m de altura absoluta y unos 7 m por encima del cauce actual-. En este nivel, en el suelo formado sobre los cantos aparecen industrias del Riss- Würm. En Unquera, a unos 5 ó 6 m sobre el estuario se encuentra un depósito de cantos de arenisca y cuarcita que por su morfología parecen de génesis fluvial. En las inmediaciones de este depósito H. Breuil y H.

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El entorno Camijanes, a partir de donde ya no hay alturas superiores a 250-300 m. (Frochoso 1990).

En el paso del Plioceno al Pleistoceno el levantamiento costero continúa y emerge la superficie

2.3.10. Variación de temperaturas a partir de 180 en los últimos 65 millones de años. Realizada a partir de imagen tomada de web Joint Statement on Climate Change, N.S.A, distribución libre GNU. Se aprecia bien que el Eoceno fue un periodo de temperaturas altas y la caída de las mismas desde mediados del Mioceno. de calizas, que se expone así a la erosión. Durante el Plioceno Superior y Pleistoceno inferior las condiciones climáticas son diferentes y el clima se vuelve seco, semiárido, lo que explicaría la formación de glacis costeros y los depósitos torrenciales del interior. Este tipo de clima podría conllevar la existencia de precipitaciones puntuales, torrenciales, que permitirían explicar la producción de grandes abanicos de sedimentos movilizados por coladas de fango, de los que hoy quedarían como testigos los depósitos de grandes bloques de las cuencas interiores, como los de Polaciones1.

Durante el Mioceno se desarrolla la orogenia alpina y todo este sector sufre un potente levantamiento, en concreto en las fases Sávica y Staírica, comportándose como un umbral de sedimentación. Se forma entonces una especie de plataforma que lleva desde las cumbres de la cordillera hasta el mar, que durante el Plioceno inferior comienza ya a ser arrasada por la erosión. El clima durante el final del Mioceno y en menor medida por la existencia de pulsaciones intermedias, en el Plioceno inferior, fue húmedo, con temperaturas de templadas a cálidas. De hecho, al sur de la cordillera, se producen extensos medios de laguna y de pantano que darán lugar a la conocida como facies de los páramos.

La distribución de los grupos de bloques en las cabeceras y su litología llevan a suponer a Frochoso (1990) que en este momento la cuenca de Polaciones todavía drena hacia Liébana. Se trata de una fase de clima cálido, que debe de corresponderse con un nuevo fenómeno transgresivo situándose el mar a unos 110 m sobre el actual.

Es probablemente en este momento cuando las plataformas de abrasión formadas en el momento anterior emergen, según un modelo de escamas (Mary 1992).

Mary detecta en la cima de un hüm en Porrua (Llanes) gravas de arenisca englobadas en matriz arenosa a 80 m de altura. Los interpreta como restos de un glacis de acumulación que desde el pie de las sierras litorales se extendió hacia el mar y serían la prueba de la existencia de un nivel trasgresivo a 80 m de altura sobre el mar actual.

Mary deduce que, como el nivel superior de enrasamiento trunca los estratos oligocenos de San Vicente de la Barquera plegados durante el mioceno inferior y medio, lo más antiguo que podría ser esta superficie de abrasión es Miocena. En relación con ello interpreta la presencia de caolinita en los depósitos como fruto de un clima de sabana que ya se había propuesto para el Mioceno Superior y el Plioceno Inferior.

La topografía actual de la zona de Pechón y sobre todo de Prellezo encaja bien con este esquema. Gran parte de las superficies planas situadas al oriente de la sierra plana de Prellezo se encuentran en torno a 100 con máximos en 114 Cueto del Arco y 109 en monte Boria. Probablemente todo este sector sufrió primero el enrasamiento de +155 m, que configuró la franja interior y el cabo de San Vicente (Cueto Jario 142,

Se puede asignar una edad Plioceno inferior a una nueva transgresión que elabora la superficie que actualmente se encuentra a 155 m situándose ya el borde costero y la desembocadura del proto-Nansa en las proximidades de Pechón.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Cueto del Arco 114, Santillán 109 y Monte Boria 109) y después, parcialmente los de 110 y 80 m que se conserva en algunos sectores del karst de Pechón, como en los cuetos de La Ería, con máximos de 73, en el extremo occidental, Pechón, 79 m o Peña Pinto 69 m.

que entender que es entonces cuando la red del Nansa se encajan en la cuenca y en algunos tramos supone una excavación de un centenar de metros, sobre todo en Polaciones y en el valle de Tudanca – Rionansa, dejando colgadas así las plataformas donde se encontraban los sedimentos pre-Riss. Los depósitos fluviales que pueden enlazarse con el nivel marino de 5 / 6 se han asignado a un momento interglaciar Riss - Würm (128 – 118 /110 ka). Este estadio supone el relleno sedimentario de las depresiones, cuencas y fondos de valle. Su torrencialidad fue menos acusada que en la fase anterior y tiene más tendencia fluvial, como revela la mayor clasificación de los sedimentos (Frochoso 1990). Esta fase interglaciar también deposita bloques en las partes altas de la cuenca, pero son de menor tamaño. Se encuentran ubicados en la cabecera a unos 60 m sobre el cauce, en Polaciones de 20 a 30. En los tramos medios y bajos los sedimentos dominantes están más elaborados, como en Celucos, donde aparecen a 10 - 12 m y en Muñorrodero 7 m. Este nivel de depósitos se relacionaría por tanto con la situación del nivel del mar unos +5 a 6 m por encima del actual y se dataría en el Eemiense según el estudio realizado en La Franca por Mary.

Fig. 2.3.11. Canto errático de pudinga, en la loma donde se asienta el pueblo de Santotis, directamente "posado" sobre las calizas jurásicas. En un impreciso momento, entre el Pleistoceno inferior y medio, en una fase de incisión, previa a la fase II de Frochoso, se produciría el reajuste de la cuenca alta del Nansa, que absorbería por captación al área de Polaciones, quedando por tanto la superficie de la cuenca del Nansa como en la actualidad.

Los datos recuperados en la Cornisa Cantábrica que hablan del paisaje de este momento son escasos, pero teniendo en cuenta la temperatura ambiente del estadio isotópico 5, en torno a un grado por encima de la actual y un clima algo más húmedo, aunque variable localmente (Kukla 2000), en el área litoral de la región, se desarrollarían bosques templados, ricos en especies. Podrían ser del tipo del paisaje postulado para el yacimiento guipuzcoano de Irikaitz, con un estrato arbóreo con buena representación de caducifolios, sobre todo Quercus, acompañados de Carpinus, Alnus, Frangula, Fraxinus, Corylus y Fagus y un estrato basal con Poacea y Ericacea (Iriarte et al 2005).

A lo largo del valle aparecen diferentes formas, en ocasiones con formaciones sedimentarias asociadas, consistentes en rupturas de pendientes continuadas en las vertientes o rellanos elevados en más de un centenar de metros sobre el fondo de los ríos. Algunos como los Tanea y Tánago indican fenómenos torrenciales (coladas fangosas y lavas torrenciales) en la parte alta y depósitos fluvio torrenciales en las zonas de curso medio. Ya en el valle principal se aprecia que la sucesión de sedimentos es, al menos desde Santotis, grano decreciente2..

A partir de la información de otras zonas de la cornisa se sabe que en los momentos finales del Riss (III), en condiciones climáticas frescas y húmedas, se mantienen algunas formas faunísticas antiguas, como Ursus deningeri y Palaeoxodon antiquus. Ya en el Eemiense, la zona se cubriría de bosques caducifolios y las asociaciones de fauna son ya iguales que las actuales: Equus, Bos / Bison, Cervus, Capreolus, Rupicapra y Capra (Montes 2003).

Esta fase torrencial coincide con un nuevo ascenso de la costa provocado por un reajuste tectónico que culmina con la elaboración del nivel marino de 35 40 m. Estos reajustes podrían no sólo afectar a los bloques costeros sino también al interior de la montaña lo que podría provocar reajustes en la red. Las evidencias del Riss - entre 300.000 y 118.000 años - son poco claras en el Nansa. En Picos de Europa la existencia de una fase fría previa al interglaciar Riss - Würm se ha detectado en la formación de derrubios ordenados y cementados entre depósitos torreciales pre - würm que debería de corresponderse con el Riss. Siguiendo el esquema clásico que plantea que las fases frías suponen momentos erosivos en las cuencas fluviales, habría

Para la zona de trabajo sólo se cuenta con informaciones puntuales sobre fauna, fruto de hallazgos dispersos. Es el caso de un molar de Rhinocerus merckii recogido en un contexto Paleolítico Antiguo, quizás musteriense, en Unquera y del molar de Mammuthus primigenius localizado en la

50

El entorno cueva del Rejo (SCC 1985). También se deben de asignar a un momento antiguo los restos de oso identificados en algunas cuevas de la zona. Este es el caso del yacimiento paleontológico de la Torca del Cueto de la Lucia, que ha proporcionado restos de Ursus deningeri y de Ursus spelaeus (Torres y col 2001). El yacimiento con un número mayor de restos de oso de las cavernas, es la cueva de Lengo II, en Cades, pendiente aún de un estudio específico.

del frío sobre la caliza durante la regresión consecutiva al nivel marino de 5 / 6 m. Distingue en esta acumulación tres tramos separados entre sí por placas travertínicas, que interpreta como interrupción de las condiciones frías (periglaciares) en momentos interestadiales.

Glaciar y post glaciar A partir de unos 90.000 años el comienzo del Würm supone un importante cambio en la dinámica del Nansa, formándose en las cabeceras aparatos glaciares que desbordaron hacia los valles sus lenguas de hielo. Los testimonios de este fenómeno se conservan bien aunque en general se considera que se trató siempre de un glaciarismo marginal. De todos modos un amplio espacio del valle fue ocupado por condiciones periglaciares y nivales.

Fig. 2.3.12. Depósito de gravas angulosas de cuarcita en la base de una ladera del vial de Cades (Herrerías) a Quintanilla (Lamasón), junto al sitio de la Fontanilla.

Se formaron pequeños aparatos glaciares en las cabeceras del Nansa y Saja, simples y con escaso desarrollo de las lenguas. En la cuenca del Nansa destaca el glaciar de Peña Sagra, de la cuenca del Vendul, con 3.250 m de longitud llegando a descender hasta los 850 m de altura y el del Collado, con 2.000 m de desarrollo y que llegó hasta los 980 m de altura.

Estos depósitos de gravas angulosas recubren buena parte de las vertientes del valle del Nansa y suponen en muchos casos su regularización, sobre todo en el tramo medio del valle. Un buen ejemplo de estas formaciones aparece en la zona de Fontanilla, sobre cuarcitas. Su morfología y estructura depende en gran parte de la litología original, así como de los lavados sufridos, la existencia de capas deslizantes internas, etc. En general, en determinadas litologías sirven de base al crecimiento de la vegetación, dada la importante presencia de materiales finos entre las gravas.

Así pues durante los estadios glaciares del Würm las cabeceras del Nansa estuvieron cubiertas por nieve o por condiciones glaciares hasta aproximadamente los 900 m de altura, por lo que toda la cuenca de Polaciones quedaría bajo estas condiciones y la cuenca media sufriría un ambiente periglaciar.

El periodo glaciar excava en los sedimentos del interglaciar anterior el talweb en cuyos bordes se depositan hoy los aluviones actuales. Se trata, de una amplia llana o vega, desarrollada de forma discontinua, principalmente en los tramos medios y bajos. Tiene aproximadamente 300 m de anchura y se encuentra a unos 2 - 3 m sobre el cauce actual. El cauce ocupa un estrecho talweg de 20 a 30 m.

En este sentido, en varios puntos del resto del valle, incluso en el área litoral, aparecen acumulaciones de sedimentos de tipo derrubio formados en condiciones frías. En los taludes de las Sierras Planas, desarrollados sobre la plataforma calcárea del norte, aparecen acumulaciones de derrubios de cuarcita y de arenisca (como el depósito de la cantera junto a la carretera de Pechón a Pesués, bordeando Tina Menor). Se trata de pequeños cantos y gravas muy angulosas, englobadas en una matriz arenoso arcillosa que en algunos puntos puede superar los 5 m de potencia.

El río Nansa se ha encajado directamente sobre esta terraza alcanzando en el fondo de su cauce el sustrato rocoso en casi en todo su recorrido, hasta unos 5 km de su desembocadura. Esta llanura o vega se ha podido conformar también en los interestadios del würm e incluso en las épocas estivales, por la fusión de parte de los hielos de las cabeceras que arrastrarían una importante carga sedimentaria.

En ocasiones estos derrubios pueden rellenar los tubos kársticos de la plataforma calcárea y aparecer en cuevas semi-inundadas por el mar, como los depósitos descritos por Mary en la cueva próxima a la Garganta de Job (Cuelliburru), testimonio de los niveles marinos de 15/18 y 5/6m. Este autor interpreta el depósito como el resultado de la acción

Clima y paisaje en el glaciar y postglaciar Hoy día, gracias a diversos tipos de análisis, especialmente los que utilizan como fuente las

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa variaciones de temperatura en el océano, se cuenta con un registro bastante detallado de las fluctuaciones climáticas en el suroeste de Europa en general y en la cornisa cantábrica en particular (Sanchez Goñi y d'Errico 2005).

asociaciones más características de los contextos musterienses de origen antrópico en la cornisa, están dominados por Bos / Bison (normalmente > 30%) y Cervus elaphus (>25 %), y con representación variable, en función al biotopo, de Equus caballus y Capra pyrenaica. Tambien aparecen con valores menores otras especies termófilas, como Sus scropha y Capreolus capreolus. Resulta interesante la cita en varias series de Dicerorhinus sp. La fauna de los episodios glaciares está bien documentada en los registros de yacimientos en cueva de la Cornisa: ciervo, cabra montés, caballo, uro y bisonte, serían las especies más frecuentemente consumidas. Además en las cuevas aparecen restos de carnívoros, con mayor o menor frecuencia. A esta fase corresponden también algunas acumulaciones de restos de Ursus spelaeus estudiadas en la zona, como la de la cueva de La Lucia, en Lamasón (Torres et al 2006) o de Lengo II, en la misma zona.

Fig. 2.3.13. Cauce del río Nansa, trabajando directamente el sustrato, a la altura de Cosio.

Fig. 2.3.14. Mapa del territorio litoral con la costa a -20 m.

En esquema hoy se admite que se produjeron un importante número de cambios bruscos de temperatura - acontecimientos de Heinrich-, de las que se han identificado 6 en el márgen ibérico, entre hace 130 y 10 k.a. Estos cambios coinciden con exactitud con las series polínicas recuperadas en los sondeos. Se estima un tiempo de respuesta de la cobertera de vegetación respecto al cambio de clima de sólo unos 150 años.

Un rasgo clave en lo que respecta a la reconstrucción del paisaje en el óptimo glaciar fue la situación de la línea de costa. Dado que se estima una cota de -120 para esta fase, en el Nansa la superficie emergida supondría una amplia plataforma, de varios kilómetros cuadrados, frente a la costa de Pechón – Prellezo. Si a escala macro regional se dispone de información relativamente precisa la realidad para la cuenca del Nansa es más adusta. La única serie con indicadores ecológicos, de fauna y flora es la de Chufín, con una datación en el 17.420 B.P., que quedaría calibrada entre el 20 y 21 ka. La serie polínica, publicada por Boyer Klein (1980) revela que la vegetación arbórea supone en torno al 33 % y sólo en una muestra llega al 50%. La especie de árbol mas representada es el pino, aunque también son importantes los valores de Alnus, el álamo, una especie termófila, ligada a la presencia de un ambiente de vega.

Según los resultados de estos sondeos, realizados en el margen atlántico de la Península Ibérica, en los momentos de clima templado en las áreas atlánticas se desarrollaron bosques mixtos, dominados por roble y avellano, con carpe, abedul y otras especies. El clima entonces fue similar al actual. En los estadios fríos las masas de arbolado retrocederían, extendiéndose formaciones esteparias, con ericáceas, gramíneas y compuestas así como herbáceas (Sanchez Goñi y d'Errico2005). En cuanto a la fauna, parece que las asociaciones que indican un recrudecimiento climático más severo sólo comienzan a aparecer en el Würm III, lo que sugiere que los estadios anteriores fueron más suaves. Las

Este perfil debe de interpretarse en relación con el microentorno de la cueva, situada en un medio de

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El entorno fondo de valle, junto a la confluencia de dos cursos de agua y abrigada por un alto farallón protector. En cuanto a la fauna recuperada en el yacimiento es la típica de los contextos de esta fase, con valores importantes de cabra montés y de ciervo.

momento se ha producido ya un incremento de las temperaturas y la humedad ambiente. - En los ambientes interiores se detecta entonces el comienzo de la colonización arbórea, que avanzaría primero por las laderas bajas, llegando luego a los collados de media montaña. Aparte de la vegetación que forma el piso de matorrales, destacan los bosques de pinos y se van haciendo progresivamente más frecuentes las especies colonizadoras, en concreto Corylus y Betula. También se incrementa el peso relativo de la asociación Quercetum mixtum.

La información obtenida a partir del estudio de seríes polínicas procedentes de turberas y sobre todo de estaciones arqueológicas, es muy parcial y se concentran en los momentos más recientes, en el tránsito al holoceno y en este periodo. La mayor parte de esta información ha sido recuperada y analizada por G. Mary y, en menor medida, por otros autores y ha sido largamente citada en abundantes trabajos, sobre todo en la arqueología regional. Así resulta ya clásica la referencia a las turberas de los puertos de Riofrío, en la vertiente norte del Macizo de Peña Prieta, a 1800 de altura, que cubren el periodo del Tardiglaciar al Holoceno. Para el Holoceno deben de utilizarse las series polínicas del Cueto de la Avellanosa, en Polaciones (Nansa).

- En la plataforma litoral la serie polínica de Tina Mayor revela que ya son importantes las masas de arbolado. Mary indica que el polen de herbáceas supone el 30% y el de árboles el 70%, en el que la mayor parte es de pino y el resto de robledal mixto (Mary 1992). c) En el Boreal, que se correspondería con la datación de 8.785±100 del mismo sitio, la vegetación arbórea supone ya más del 90% del total del polen. Este sería el paisaje donde se desarrollaron las culturas mesolíticas muy bien representadas en la zona.

De la valoración conjunta de esta información, integrada con otras series polínicas regionales (García - Amorena 2007) se pueden derivar, muy esquemáticamente el siguiente esbozo:

En este momento y en el Atlántico la vegetación se correspondería con clímax de la zona, sin intervención antrópica, comenzando en el Boreal la estratificación en pisos bioclimáticos de los diferentes taxones. La asociación Quercetum mixtum se concentra en las áreas de valle y en las laderas bajas bien orientadas mientras los pinares colonizarían las laderas y los collados del piso montano. El límite del arbolado debía situarse en torno a los 1.700 m.

a) Para el estadio glaciar: - Las temperaturas medias serían bastante más bajas que en la actualidad, unos 7º menos, y la humedad sensiblemente inferior. - El piso montano estaría sometido a condiciones periglaciares, con nieve perpetua en las cumbres. El clima y los suelos debieron limitar el desarrollo de la cobertera vegetal, que sería discontinua y estaría formada por herbáceas y ericáceas.

d) El Atlántico supone de nuevo un incremento en las temperaturas que tiene como corolario una progresiva sustitución de Pinus por Quercetum mixtum. Este momento y este mismo proceso queda claramente reflejado en la turbera del Cueto de la Avellanosa, situada a 1322 m de altura y cuya base se dató en 6020+-140 B.P. (Mariscal 1983).

- Las laderas medias y bajas estarían cubiertas por matorral, con bosquetes de pinos combinados con Juniperus en las partes más protegidas de los pequeños valles.

De todos modos las fluctuaciones de la temperatura desde el 6000 B.P. son de un rango bastante limitado. Así, según estudios de ámbito europeo, la temperatura media se ha incrementado, con rápidas fluctuaciones de +- 1º, en 2,3º desde esa fecha hasta la actualidad (Davis et al. 2003).

- Sólo las laderas más cercanas a las vegas y los propios fondos del valle, en las áreas más protegidas del karst y orientadas al sur, servirían como refugio de otras especies, como la encina, el viburno o el laurel. - Las rasas litorales, muy expuestas, estarían cubiertas por matorral de ericáceas combinadas con poáceas.

La vegetación de la plataforma litoral en el Atlántico, (a partir de la series de Oyambre, datadas en 5880±130 y en 5300±120) estaría dominada por la vegetación arbórea caducifolia. Estos bosques litorales estarían dominados por la asociación avellanos - robles, completada localmente con álamos y olmos, así como algunas hayas y carpes.

b) Para la vegetación del final del Preboreal (10.000 a 9000) en el piso montano se dispone de las series basales de Riofrío (Florschütz y Menéndez 1962 y Menéndez y Florschütz 1963), datada en 10.210 ± 155 B.P. y para la plataforma costera de la serie de Tina Mayor, datada en 10.000 ± 600. En este

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa El avance de las caducifolias termófilas se evidencia por fin en las series del Subboreal (5000 a 2700 B.P.), donde se constata el descenso del pino y el avance de Corylus, Betula, Quercus o Acer (Mariscal 1986). En esta fase el principal agente que modela la cubierta vegetal no será ya el clima sino las sociedades humanas, lo que se refleja con claridad en las series de polen (Mary 1992).

Notas Se dispone de un trabajo sobre el excepcional yacimiento del Plioceno Superior de Caranceja (Reocín, Cantabria), en que a partir del estudio de una amplia serie de muestras de carbón, madera y polen, se establece que junto al antiguo cauce del Saja, a escasa distancia por tanto de la cuenca del Nansa, crecía en esa fase un bosque dominado por árboles del grupo de las secuoyas y coníferas, asociadas a una importante diversidad de caducifolias. El clima estimado para esta flora tendría una temperatura media similar a la actual en la zona, pero con valores más extremos, mucho más frío en invierno y bastante más calor en verano, todo ello combinado con precipitaciones medias, entre 641 y 994 mm anuales (Alcalde et al 2004).

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En otros cauces de la región, como el Saja, Besaya y Pas, se ha planteado que los pisos referenciados como T4 (+30m) y T3 (+15-25m) podrían datarse en la fase final del Riss - nivel de cantos- y fase interglaciar nivel de limos y arenas- (Montes 2003).

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Capítulo 3 HISTORIOGRAFÍA

Punta de flecha de bronce, recogida en superficie en la Cueva del Rejo, a finales del siglo XIX, de la colección del Marques de Comillas.

Historiografía

3. Historiografía E. Muñoz Fernández 3.1. Historiografía arqueológica aire libre de Unquera, en esta caso junto a H. Breuil, en agosto de 1908, de los cuales únicamente se publicaron algunas notas. Así, las cuevas solamente son citadas por L. Sierra en 1909, en el contexto de una primera aproximación a los yacimientos prehistóricos de Cantabria, la mayoría reconocidos por el mismo Sierra, citando algunos de Alcalde del Río, entre ellos las cavidades que nos ocupa, donde señala la existencia de industrias del Magdaleniense Superior (Sierra 1909). El yacimiento de Unquera fue más citado en la bibliografía, recogiendo la cita publicada por H. Obermaier, obra de referencia hasta fechas recientes. Se señala la existencia de industrias musterienses de pequeño tamaño, realizadas en cuarcita, asociadas a restos de rinoceronte (Obermaier 1925).

La formación del registro La cuenca del Nansa es un área todavía mal conocida, habiéndose hallado la mayor parte de los yacimientos en fechas recientes. La distancia que lo separa de los grandes núcleos de población así como las hasta hace pocos años, pésimas comunicaciones, han sido decisivas en este sentido. A ello hay que unir su situación en el extremo occidental de la región, muy cerca de Asturias, de la que lo separa el valle del Deva y la comarca de Liébana. Apenas se han investigado con metodología arqueológica unos pocos yacimientos que casi nunca han sido publicados en extenso. Las primeras noticias La cita más antigua sobre materiales arqueológicos del Nansa se remonta al siglo XVIII, y se refiere al hallazgo de una estela romana en Lamasón, actualmente desaparecida, que fue trascrita en la época, si bien hasta fechas recientes no ha sido publicada por lo que tuvo escasa trascendencia (Gimeno Pascual 1989). También hay noticias muy imprecisas, del siglo XIX, sobre estructuras megalíticas en el collado de Sejos, referidas a un dolmen, actualmente no identificado (García Amos de Escalante 1899). A finales del siglo XIX la cueva del Rejo debió de ser visitada por Romualdo Moro, prospector del Marqués de Comillas, muy activo en el Norte de Burgos y Palencia, a juzgar por la punta de cobre que procedente de la colección del Marqués de Comillas se encuentra depositada en el Museo Regional de Arqueología y Prehistoria, junto a una breve serie de materiales.

3.1.1. Pieza sobre canto de marga silícea depositada en el M.R.A.P. procedente de la cueva del Rejo. En esta época se produce el hallazgo de un hacha de cobre en “Fina Mayor”, de contera ancha y filo semicircular, asignable al tipo “Cabrales” Al parecer el hallazgo se debe a A. Sanjurjo (Jorge Aragoneses 1953).

Las investigaciones de principios de siglo Las primeras exploraciones sistemáticas del valle del Nansa fueron realizadas por H. Alcalde del Río en la primera década del siglo, en el contexto de sus prospecciones, en casi toda la región, fundamentalmente orientadas a la localización de arte rupestre paleolítico.

También en estos años puede situarse el hallazgo, conocido como del Puente de la Maza. Se debe a Alcalde del Río, y se produjo junto al puente de San Vicente de la Barquera, justo en la frontera del área de estudio. Allí se descubrió un hacha plana de cobre, de contera ancha, filo semicircular, bordes curvos y

Este investigador reconoció las cavidades de Las Cabras y el Rojo (Rejo) en Luey, y el yacimiento al

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa sección rectangular, publicada por Jorge Aragoneses, en 1953 (Jorge Aragoneses 1953)1. En las excavaciones realizas en la misma entrada del puerto de San Vicente, bajo la dirección de J.L. Casado Soto, se ha encontrado un hacha pulida (Muñoz et al 1988) así como cerámica romana y medieval.

consultada por V. Gutiérrez Cuevas, que posteriormente fue publicada por M.R. González Morales (1982).

La investigación de la post-guerra En la década de los cuarenta, el ingeniero Santiago Corral, reconoció los ídolos de Hoyo de la Gándara, cuyo descubrimiento comunicó a J. Carballo, aunque éste consideró que los grabados carecían de interés (Díaz Casado 1993). En los años cincuenta la zona fue prospectada por el equipo de camineros de la Diputación al mando de A. García Lorenzo y J. Carballo, quienes realizaron sondeos en varias cavidades de la zona, en concreto en Las Cabras, El Rejo, Pechón y Los Marranos, esta última reconocida por ellos por primera vez y de la que se conserva un pequeño lote de materiales en el Museo Regional; desgraciadamente ninguna de ellas

Fig. 3.1.3. Restos humanos en la superficie de la cueva del Fósil (Riclones). De los años setenta a la actualidad Las primeras exploraciones científicas en el valle del Nansa se llevaron a cabo por el grupo S.E.S.S. a finales de los años sesenta y principios de los setenta, si bien centradas en la localización de cavidades con arte rupestre. En dichas campañas se localizaron algunos yacimientos en cueva, en concreto las de Cueto o Lanzal y Barón, además se consideraron como yacimientos los de El Cueto y Trascudia, aunque ambas han sido revisadas y no hayan aportado materiales ni niveles arqueológicos. La única que se publicó fue la del Cueto o Lanzal dentro de la monografía del karst de Pechón, donde se señala la presencia de cerámicas antiguas (León García et al 1973). Además se redescubre la cueva del Rejo, donde hallan, junto con materiales del Paleolítico Superior, un cráneo humano y cerámica que fue publicada por Begines Ramírez del Seminario Sautuola (S.E.S.S. 1981). Después de S.E.S.S. otros dos grupos locales de Espeleología intervinieron en parte del valle, en concreto el Grupo Speleo Club Cántabro (S.P.C.) y la Sociedad de Actividades Espeleológicas de Cantabria (S.A.E.C.). El primero exploró parte del municipio de Rionansa, hallando un buen número de yacimientos que dieron a conocer en diversos artículos, en concreto las cuevas de Micolón, Fósil, Micolón II y Porquerizo (ambas en Speleo Club Cántabro 1985) (aunque ya había sido reconocida con anterioridad por M. de Cos), además de descubrir las pinturas de la cueva de Los Marranos, que publicaron en un detallado artículo (Moratinos y Torres 1987). Y por último en la cueva de Traslacueva hallaron y publicaron el conjunto de grabados de controvertida cronología y caracterización. La cueva de Micolón fue estudiada y publicada por M.A. García Guinea y por

3.1.2. Reproducción del hacha de “Fina Mayor”, a partir de Jorge Aragoneses (1953). pasó a la bibliografía. En la cueva de Las Cabras y según referencias orales de F. Quintana, capataz de los camineros, hallaron industrias del Magdaleniense, destacando el descubrimiento de una costilla grabada con la cabeza de un ciervo. En la cueva del Rejo se halló un “hacha musteriense”, según una ficha realizada por los camineros y consultada por V. Gutiérrez Cuevas, sin duda un hendedor sobre lasca (Gutiérrez Cuevas 1969). En la cueva de Pechón hallaron sílex y macrofauna en un sondeo, según ficha

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Historiografía M.A. Puente Sañudo, del Museo Regional (García Guinea y Puente Sañudo 1982).

Los hallazgos de particulares han sido bastante numerosos, como es el caso de las cuevas de Chufín y Porquerizo localizadas por M. de Cos, aunque únicamente trascendió la primera ellas. Inmediatamente después de su descubrimiento fue estudiada en profundidad. Las manifestaciones rupestres han sido publicadas por varios autores, después de la primera monografía publicada por M. Almagro (1973) se han estudiado nuevas representaciones, destacando las aportaciones de F. Bernaldo de Quirós y V. Cabrera y las de C. González Sainz (González Sainz 2002) aunque se echa en falta una publicación monográfica de las mismas. El yacimiento fue excavado por un equipo dirigido por B. Quirós y V. Cabrera, quienes hallaron un importante yacimiento Solutrense del que únicamente se han publicado algunas notas (Cabrera 1977), careciéndose de la monografía.

Las cuevas de Micolón II y Porquerizo fueron publicadas por el Speleo Club Cántabro en artículos detallados, destacando la segunda con pinturas

Otros hallazgos realizados por particulares fueron las cuevas de Sonrasco, Monte de Pechón, Lagüera Pinu (hallada por A. Fraile guía de las cuevas de Chufín y Micolón), La Herradura, La Cuevona de Riclones y Moro (Díaz y Díez 1991), destacando la última con representaciones rupestres y la de Sonrasco, ya que de esta última se conserva un fragmento cerámico entregado por un particular en el Museo de Altamira. Todas ellas fueron publicadas con posterioridad por el grupo C.A.E.A.P. (Muñoz et al 1988) excepto la del Moro que fue dada a conocer en un artículo monográfico de A. Díez Castillo y Y. Díaz Casado (Díez y Diaz 1991).

Fig. 3.1.4. Boca de la cueva del Cueto o del Lanzal rupestres (Speleo Club Cántabro 1985). De la cueva del Fósil únicamente se citan dos fragmentos de cráneo que fueron depositados en el Museo Regional (Speleo Club Cántabro 1981). Este grupo además citó algunos yacimientos ya conocidos con anterioridad, como Chufín II-III, La Herradura (descubierta por los aldeanos), Chufín IV, Cuevona de Las Vijeras, Las Brañucas, Rejo, Encima del Rejo o Rejo II, de las que no aportan datos de interés, a excepción de la publicación, con foto incluida, de un molar de mamut hallado en El Rejo – Viento, descubierto por un miembro del S.A.E.A.C. y actualmente en paradero desconocido (Speleo Club Cántabro 1981, 1985). El grupo S.A.E.C. exploró básicamente parte del municipio de Val de San Vicente, descubriendo, a principios de los ochenta, la cueva de la Fuente el Salín (SAEC 1985), con un importante conjunto rupestre, que fue publicado por una parte por un equipo de arqueólogos vinculados a la Espeleología, dirigidos por R. Bohigas Roldán (Bohigas et al 1985) y por otro, por un grupo de investigadores de la Universidad de Cantabria, en concreto por A. Moure Romanillo, C. González Saiz y M. R. González Morales (Moure, González y González 1984). Este mismo grupo halló el molar de mamut del Rejo, citado líneas atrás (Speleo Club Cántabro 1993).

Fig. 3.1.5. Boca de la cueva de Chufin III En cuanto a los hallazgos de particulares realizados por investigadores también han sido frecuentes. La cueva de Linares I fue reconocida por P. Arias Cabal y C. Pérez Suárez, en el contexto de las prospecciones realizadas por estos en el oriente asturiano, aunque fue dado a conocer por el C.A.E.A.P. (Muñoz et al 1988). La cueva de La Paja fue descubierta por F. Bernaldo de Quirós y V. Cabrera, si bien fue publicada por M.

Otros colectivos extrarregionales han reconocido varias áreas de la zona de estudio, en concreto el Grupo de la Senyera de Valencia el área de Cades y el grupo Bathyllinae de Madrid, en el entorno de Lamasón, donde hallaron la Sima de las Margaritas, de interés paleontológico (Torres, Pérez Hidalgo 2000).

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa González Morales en su tesis doctoral sobre el mesolítico cantábrico (González Morales 1982).

cerámico y de fauna, depositado hoy en el M.R.A.P. El conjunto fue después estudiado por C. Fernández Ibáñez (1985) tratándose de la primera y única cueva sepulcral publicada en la cuenca del Nansa.

En lo que respecta a los yacimientos de superficie hay que diferenciar entre diferentes tipos: los relacionados con el fenómeno megalítico, la arqueología campamental romana y los poblados indígenas y la Edad Media.

También se produjeron algunos hallazgos por parte de particulares, como el menhir de Tánago, publicado por A. Ocejo, y el conjunto de Sejos, localizado por la “Asociación de amigos del Monasterio de Aguilar de Campóo” quienes lo comunicaron al Museo Arqueológico Nacional. Posteriormente fue documentado y excavado por P. Bueno, que publicó los resultados a principios de los años ochenta (Bueno 1982 y Bueno et al 1985). El ídolo del Hoyo de la Gándara fue redescubierto en los años setenta por Dionisio Fernández y dado a conocer por Fernández Manzano, Teyra y colaboradores (Fernández Manzano et al 1989)2.

Las aportaciones más numerosas han sido las orientadas a la localización de yacimientos del entorno megalítico. Las más antiguas, que datan de comienzos de la década de los ochenta, fueron realizados por A. Ocejo Herrera y el grupo C.A.E.A.P. en la zona de San Vicente de La Barquera, momento en que se localizan y se publican algunos monumentos megalíticos entre los que destaca el conjunto de Piedrahita, uno de los más importantes de la región (San Miguel, Ocejo y Muñoz 1982). Inmediatamente después A. Ocejo realizó prospecciones intensivas en parte del área de estudio, que además se centró en los yacimientos de la Edad del Hierro, hallando algunos monumentos megalíticos (Collado de Invernillas, Los Callejos) (Ocejo 1983-84), además de yacimientos medievales de gran interés, como el Castillo de los Picos de Ozalba y el Despoblado de Sobrelapeña (Sarabia 1992).

En el área de trabajo se han excavado estructuras integradas en tres conjuntos megalíticos diferentes. En los años ochenta P. Bueno excavó en el collado de Sejos, como ya se ha comentado, donde interpretó el conjunto como un crónlech (Bueno et al 1985). A finales de la misma década M.R. Serna, excavó dos

Fig. 3.1.7. Restos de la Torre de Bielva. Fig. 3.1.6. Cima donde se instala el Castillo de los Picos de Ozalba.

estructuras tumulares en la necrópolis de Piedrahita (La Acebosa, San Vicente de la Barquera), de la que se publicó una comunicación en el C.N.A. de 1989 (Serna 1991). Por último A. Armendariz excavó, durante seis campañas que acabaron en el año 2000, el gran túmulo del Cotero La Mina, también en El Hortigal (San Vicente de la Barquera) (Armendariz y Tira 1995).

Por su parte, González Gómez Casares prospectó puntualmente pequeñas áreas de la zona, hallando algunos túmulos megalíticos como La Panera de Helgueras, El Cumbre, y la Sierra de La Collada de Cades. Esta zona también fue objeto de prospecciones por parte de investigadores vinculados a la Universidad de Cantabria, localizándose varias necrópolis megalíticas: la de El Cierrón o la Tejera, el Calero de Bielva, el conjunto de Cuesta Nabea, el de Cires, Bercuín y la Collada de Carmona (Teira 1994).

En cuanto a la arqueología pre-romana han sido muy relevantes las investigaciones realizadas por el equipo dirigido por E. Peralta Labrador, que localizó y estudió el único castro conocido hoy día en la zona, el del Castillo de Prellezo (Peralta et al 2005).

A principios de los años ochenta J. Peñil y C. Lamalfa, localizaron la cueva sepulcral de las Anjanas, en Carmona, donde realizaron una rápida intervención en que se recoge un lote de material

En el apartado de la arqueología medieval, además de las aportaciones de A. Ocejo ya comentadas, deben destacarse las prospecciones realizadas por R. Bohígas

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Historiografía Roldán en el contexto de la catalogación de los yacimientos arqueológicos medievales de Cantabria, dentro del marco del desarrollo de su Tesis Doctoral, en que localiza el castillo medieval de Santaolalla (Polaciones) y las necrópolis de Bielva y de La Fuente (Bohigas 1986).

Carmona, hallando varias estructuras megalíticas y el castillo de la Collada de Carmona. Estos mismos autores, durante el desarrollo de un seguimiento de una obra privada en Obeso, en el año 2005, excavaron una necrópolis medieval junto a la iglesia de San Facundo, estudiando 16 tumbas y realizando una datación absoluta de una de ellas. Durante este mismo proyecto localizaron una caja de sarcófago en Puentanansa identificando su procedencia y relacionándolo con el antiguo monasterio de San Sebastián de Cabrojo.

Y por último la prospección de la zona ha sido el objeto de varios proyectos de investigación realizados por investigadores vinculados a la Universidad de Cantabria, sin resultados de interés. En concreto se trata del proyecto denominado “Hábitat y cultura material cántabro romana en las cuencas del Deva y Nansa” (1994), dirigido por M. Cisneros, el titulado “Hábitat y cultura material cántabro romana en las cuencas del Deva y del Nansa: Prospección arqueológica en los valles del Deva, Nansa y Alto Saja: sondeo de Majada Nueva” (1995), dirigido por M. Cisneros y A. Díez, “Itinerarios arqueológicos en los valles del Saja y Nansa: prospección y documentación” (1997), dirigido por M. González Morales y M. Cisneros y por último “Itinerarios arqueológicos en los valles del Saja y del Nansa: prospección y documentación (segunda campaña)” (1998), dirigido igualmente por M. Cisneros y M. González Morales. En todas estas prospecciones no se localizan nuevos yacimientos seguros, citándose las estructuras de Tanea, el castro de Carmona, el Cueto de Pechón, la cueva de los Pínfanos, las estructuras de la Zarzosa, el círculo de piedras y el túmulo dolménico de Serbrando, el túmulo de la Braña de la Haya y las estructuras del Prado del Agua. Como ya se ha señalado resulta dudoso el carácter arqueológico de todas ellas, careciendo en otros casos directamente de interés, como ocurre con la cueva de Los Pínfanos, localizada con anterioridad por B. Mañanes y en la que sólo aparecen huesos de cronología actual, o la referencia del castro de Carmona, en que no aparece ningún sistema defensivo, ni se ha localizado ningún elemento arqueológico.

Uno de los firmantes de este trabajo, J. Ruiz, localizó dos pequeñas cuevas prehistóricas durante los trabajos de ampliación del trazado de la carretera de Cades a Lamasón. Ignacio Castanedo, durante el seguimiento de la ampliación de la cantera de Las Brañas (Serdio) localizó el yacimiento del Paleolítico Inferior del mismo nombre. La última localización producida por la arqueología de gestión se debe a Ángeles Valle, que durante el seguimiento de las obras de ampliación del trazado de la carretera de Tudanca- Piedrasluengas ha localizado la cueva de Las Canalonas (La Lastra), con un importante yacimiento arqueológico. Nuestras exploraciones en la cuenca del Nansa estuvieron orientadas a la realización de un estudio arqueológico completo de la zona. Además de reconocer gran número de nuevos yacimientos se han revisado los ya conocidos con anterioridad. Las prospecciones fueron realizadas por el grupo C.A.E.A.P. en un principio junto a A. Ocejo, a comienzos de la década de los ochenta, por un equipo formado por C. San Miguel, M.L. Rivas, E. Muñoz y otros investigadores. Se reconocieron entonces un total de 57 cavidades con interés arqueológico, 9 yacimientos prehistóricos al aire libre y las necrópolis megalíticas de Piedrahita, Cotero de la Mina, Los Tomases y Tesoro de la Abuela y la necrópolis de pequeños túmulos piedra de la zona de Piedrahita, así como algún hallazgo aislado (molino circular del camino a Ozalba, hendedor de Venta Fresnedo, etc.).

La arqueología de intervención desarrollada por arqueólogos profesionales ha ofrecido mejores resultados. Así, durante la realización de varios seguimientos y estudios de impacto, el Gabinete de Arqueología GAEM, halló algunos yacimientos prehistóricos al aire libre: Cueto del Arco, Alto de Sobaño, Serdio y Hoyo Salcedo.

En una segunda fase, también a comienzos de los ochenta, realizada por miembros del C.A.E.A.P. y G.E.I.S. C/R, junto a Carmen Barredo, intervienen, además de la anterior, A. Bermejo, J. Ruiz Cobo, E. Muñoz y ocasionalmente V. Crespo Lastra, Agustín y Angeles Valle. En la misma se reconocieron un buen número de cavidades con yacimiento arqueológico (Sierra de Borias I, II, III, Hoyo el Río Pozo, Piedrahita I, Cuelliburru I-II, Cueto Aro I y II, Solnuevo, Cuevona de Otero, Las Cabralizas, Calero de Araillos y Comporquera), así como algunos yacimientos prehistóricos al aire libre (Camino del Cuélebre, Río Pozo, Muñorrodero y Encima de Las Cabras) y varios yacimientos megalíticos (Peñaforada, Coteruca de Casamaría). Por su parte, dentro del mismo proyecto, R. Prieto y A. Bermejo localizaron

El seguimiento del trazado de la autovía de Cantábrico, en el tramo de Lamadrid- Unquera permitió el estudio de una ferrería seca, en la zona de Sel del Rey, que podría datarse en un momento medieval (Marcos y Rasines 2002) y que quizás habría que relacionar con la existencia de pequeñas explotaciones de hierro en Prellezo y con la situación del yacimiento, junto a la ría de Tina Menor. Por su parte L. Mantecón Callejo y J. Marcos Martínez realizaron la Carta Arqueológica de

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa los yacimientos medievales de Torre de Bielva y Despoblado de Otero.

La interpretación del registro Determinados yacimientos del registro arqueológico del Nansa, correspondientes a zonas limitadas y a periodos culturales concretos se han publicado dentro de trabajos de síntesis. Este es el caso de la publicación por parte del grupo C.A.E.A.P. de la cueva de Piedrahita II y de la cueva y de las estaciones de superficie del Cuélebre en el trabajo sobre el área de Oyambre (CAEAP 1987).

Con objeto de la revisión del Inventario Arqueológico Regional, coordinado por la Consejería de Cultura del Gobierno Regional, este mismo equipo, revisó de nuevo la totalidad de los yacimientos conocidos y reconoció algunos nuevos, tanto en cavidades (Sima – cueva de La Eria, Boca del Castro, Peña Pinto II, III, IV, Detrás de Linares, Fuente de la Llerana I y II, Zorro de Pesués, Cuevas del Ridío I, II y III, Abrigo del Tombo del Carbonizo, Los Joracos del Carbonizo II, Abrigo de Cades, Cueva de Comaría, Covajo de Comaría, El Vallejo, La Teja, Cuevona de las Vijeras I, II y III y Cuevona de Los Picayos), y varios yacimientos prehistóricos al aire libre (La Boriza, Escajo Suspino, Junto a la Ermita de Cabanzón, Collada de Cades).

En el campo de la investigación del Paleolítico Superior el único yacimiento de hábitat que ha tenido un peso dentro de la literatura científica es el de Chufín (por ejemplo Straus 1983). Por el contrario el peso específico de las estaciones con arte rupestre es mucho mayor, y en la última publicación global sobre el tema se estudian todas ellas (ACDPS 2002).

Fig. 3.1.9. Molino circular localizado en una pista en Ozalba durante las primeras prospecciones del grupo CAEAP en el Nansa. Dado que el litoral de la cuenca del Nansa se localiza en el territorio asociado a la cultura Asturiense, en el trabajo de González Morales sobre este momento se incluyen algunas cavidades: las de Pechón y La Paja (González Morales 1982).

Fig. 3.1.8. Boca de la cueva de Las Anjanas, poco más que una grieta abierta en el cantil. Con todo, hasta la actualidad contamos con muy pocos estudios monográficos sobre el área que nos ocupa. En concreto sólo se han practicado excavaciones arqueológicas en seis yacimientos: Collado de Sejos, Cueva de la Fuente del Salín, Cueva de Chufín, túmulo del Cotero La Mina y de la Raiz y necrópolis medieval de San Facundo de Obeso. De ellas sólo la primera ha sido objeto de una publicación monográfica, publicándose notas del resto. Se han realizado sondeos en el yacimiento del Castro del Castigo en Prellezo y se han publicado las manifestaciones artísticas de Sejos, Hoyo de la Gándara, Cueva del Moro de San Mamés de Polaciones, Micolón, Fuente del Salín, Porquerizo y Los Marranos.

Con una perspectiva diferente, el trabajo de uno de los autores (E. Muñoz s.f.) dedicado al estudio de los yacimientos de conchero holocénicos de Cantabria incluye gran número de las estaciones de este tipo del Nansa (Cueva Oscura, Cuélebre, Cuevas II, Barón, Pechón, La Paja, etc.). La información manejada entonces no ha variado en lo principal hasta hoy (Muñoz 1998). Las diferentes estaciones megalíticas de la cuenca localizadas por el equipo de la Universidad de Cantabria citado más arriba, fueron incluidas en el catálogo dedicado al megalitismo de la región, realizado por L.C. Teira, a comienzos de los años 90 (Teira Mayolini 1994). Buena parte de ellas fueron incluidas también en un trabajo de síntesis sobre el

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Historiografía megalitismo regional (Ruiz Cobo y Díez Castillo 1994).

necrópolis (El Cierrón, La Tejera, Panera, La Collada, Calero de Bielva, La Collada de Carmona, Cires, Cuesta Nabea, Bercuín, Menhir de Tánago, Collado de los Invernales y Menhir de Los Callejos, una estación rupestre prehistórica al aire libre (Collado de Sejos), un castro (Castillo de Prellezo) y 7 yacimientos medievales, Ozalba, Joya de Santa Eulalia, necrópolis de Bielva, necrópolis de S. Pedro de Carmona, Necrópolis de La Fuente y despoblado de Sobrelapeña).

Por último citar la incorporación de tres estaciones con arte esquemático del Nansa –Sejos, Hoyo de la Gándara y Cueva del Moro- en el trabajo sobre este tema publicado por Y. Díaz Casado. Las dos primeras entrarían sin dificultad en esquemas estandarizados del “arte megalítico” resultando la tercera más compleja de asignar, aunque tampoco desentonaría excesivamente en este mismo mundo (Díaz Casado 1992).

Hay que tener presente que 7 de estas localizaciones (Linares, Cuevona de Riclones, Monte de Pechón, Barón, Lagüera Pino, Sonrasco y Castillo de Ozalba), no han pasado a la bibliografía hasta haber sido dadas a conocer por nuestros trabajos.

Así pues se aprecia que el registro arqueológico de la cuenca del Nansa en relación con su formación muy reciente se encuentra poco integrado en los trabajos de síntesis, salvo parcialmente en el campo del arte rupestre, del mesolítico y del megalitismo.

La arqueología de gestión ha reconocido 8 yacimientos (el 4,51 %) en concreto 6 estaciones al aire libre (Cueto Arco, Prellezo-Trolo, Alto de Sobaño, Serdio, Hoyo Salcedo y Las Brañas) y 2 yacimientos medievales (Castillo de la Collada del Castillo y Necrópolis de Obeso).

Resumen de historiografía arqueológica En total se conocen 177 yacimientos en la cuenca del Nansa de los que 111 son cuevas con interés arqueológico (67,23 %), 28 yacimientos prehistóricos no megalíticos al aire libre (15,8 %), 17 megalitos y / o conjuntos megalíticos (9,60 %), 2 conjuntos rupestres prehistóricos al aire libre (1,12 %), 1 castro (0,56 %), 10 yacimientos medievales (5,67 %), además de hallazgos aislados, varias cuevas con indicios y construcciones pleno medievales.

300

250

Nº yac. Total Nº yac. Aire libre Nº yac. Cueva

200

En cuanto al momento de su descubrimiento se trata de un registro muy reciente. Así, de los 177 yacimientos únicamente 6 fueron hallados antes de los años sesenta del pasado siglo (3,38%), en concreto 4 cuevas (Las Cabras, El Rejo, Pechón y Los Marranos), un yacimiento al aire libre (Unquera) y una estación rupestre al aire libre (Ídolo de Hoyo de la Gándara), si bien Pechón, Los Marranos y la Gándara no pasaron a la bibliografía y han sido documentados en fechas recientes.

150

100

50

0 < 1960

> 1960

A. Gestión

C.A.E.A.P.

Fig. 3.1.10. Frecuencias de aportaciones al registro, diferenciando en cueva y al aire libre.

Un segundo lote de 36 yacimientos (el 20,33 % del total) fueron catalogados por diversos autores después de los años sesenta. Este grupo incluye 17 cuevas (Linares, Fuente del Salín, La Canalona, Covacho del Moro, Fósil, Micolón, Micolón II, Cuevona de Riclones, Porquerizo, Las Anjanas, Monte de Pechón, Paja, Cueto o Lanzal, Barón, Lagüera Pino, Sonrasco y Chufín), un yacimiento al aire libre (Alrededores de Piedrahita), 11 monumentos megalíticos y/o

Por último nuestras prospecciones (realizadas por el grupo CAEAP y GEIS C/R) catalogaron 127 yacimientos (el 71,75 % del total), que incluyen 98 estaciones arqueológicas en cueva, 20 yacimientos prehistóricos al aire libre, 6 necrópolis megalíticas y 3 yacimientos medievales.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa dimensiones, accesible en marea baja y en su interior penetran las aguas vivas con los temporales duros del NO.

3.2. El estudio del karst Las primeras citas de cavidades en la zona se deben al trabajo de Puig y Larraz, de finales del siglo XIX. En la zona de San Vicente de la Barquera este autor habla de la Cueva del Cuegle o Gruta del Cuegle (conocida hoy como del Cuélebre, o Cúlebre). Esta cueva era muy conocida por los lugareños que la excavaron en los primeros años de la post-guerra, convencidos de la existencia de algún tesoro, extrayendo gran cantidad de sedimento que aparece hoy día acumulado junto a la boca.

Las siguientes aportaciones sobre este tema corresponden ya a la espeleología moderna. Básicamente cuatro grupos espeleológicos han llevado a cabo investigaciones en la cuenca del Nansa: la Sección de Espeleología del Seminario Sautuola, el Speleo Club Cántabro, la Sociedad de Actividades Espeleológicas de Cantabria (SAEC) y el S.T.D. / Bathynellidae, de Madrid. El grupo SESS llevó a cabo la prospección de la zona baja del río Nansa en los años 60 / 70 pero no llegó a publicar ningún resultado, aunque cabe destacar la exploración inicial de la cueva del Rejo. En esta cavidad, en una galería ascendente situada a la izquierda de la boca, miembros de este grupo recogieron un conjunto de cerámicas a mano fragmentos de una orza-, asociadas a restos humanos, al menos un cráneo de adulto. Estos materiales se conservan hoy en el M.R.A.P. Este grupo penetró también en las primeras galerías de la cueva del Salín, dándole un desarrollo de 80 m. En este contexto hay que citar los catálogos y estudios de los quirópteros de Cantabria, el primero de ámbito regional realizado por M. Meijide Calvo y el segundo, nacional, por Y. Tupinier, ambos publicados en 1982, en Cuadernos de Espeleología. En el trabajo de Meijide se citan las cuevas de Barón, Reju, La Cuevona de Cabanzón, la Teja de Riclones, Tío Marcelino, Queso de Estrada, Cotera de Luey, Cueto de Muñorrodero, La Mina, Los Mines, Los Murciélagos de Val de San Vicente y Salín. Se citan dos grandes colonias mixtas, la del Rejo y la del Salín y dos pequeñas colonias, la de Tío Marcelino y la del Cueto. Este autor hizo una revisión de las fichas del catálogo de cuevas del grupo S.E.S.S. El estudio de Y. Tupinier, sobre los quirópteros de España, no cita ninguna de las cavidades del Nansa.

Fig. 3.2.1. Tramo final del cauce del Arroyo Rio Seco

También se cita, en Val de San Vicente, la Cueva de Los Murciélagos, conocida con los nombres de Cueva de los Pájaros, Cueva del Nansa o Cueva de Muñorrodero. Se encuentra a orillas del río Nansa, cerca del lugar cabeza del Ayuntamiento, en un recodo que forma el río y hacia el medio de un acantilado, se abre la boca de la cueva a unos 30 metros sobre el nivel medio de las aguas. Tiene cerca de 50 metros de longitud y ancho variable entre cuatro y 20 metros. Hace algún tiempo fue demarcada como mina para explotar el guano que las aves, únicas moradoras de la cueva, había acumulado en ella. Es de difícil acceso, pues hay que hacerlo con auxilio de cuerdas descolgándose desde lo alto del acantilado. Todo sugiere que el autor se refiere a la cueva del Rejo, en Luey.

El grupo S.E.S.S. realizó así mismo prospecciones sistemáticas del área del Pantano de Palombera, cuyos resultados no fueron publicados y estudiaron y publicaron el karst de Pechón, dando a conocer varias cavidades, algunas con interés arqueológico, como El Cueto o Lanzal, las Cuevas (denominada Las Calaveras), si bien en este caso no señalan la existencia de yacimiento arqueológico, El Muelle o La Jilgueruca. Parte de los resultados de los trabajos de Pechón se publicaron en el Boletín Cántabro de Espeleología. El Speleo Club Cántabro comienza a investigar el área de Rionansa - entre los pueblos de Celis, Celucos y Riclones-, en el año 1976. Sus resultados han sido publicados, desde el comienzo de los años 80, en distintos números del Boletín Cántabro de

Otra cavidad citada es la denominada Cueva de Tina Menor, de la que se dice literalmente: Hállase en la parte oriental de la desembocadura del río Nansa, llamada ría de Tina Menor: es de grandes

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Historiografía Espeleología (B.C.E.). Así, en 1981, en el primero de la revista, se incluye un trabajo sobre el kart de Tres Peñas, situado en el interfluvio entre el Nansa y el Lamasón, realizado por el Speleo Club Cántabro (S.C.C.). (SCC 1981). En este trabajo se estudian una serie de cavidades del macizo, y al margen de varias simas, es la primera cita de algunas cuevas horizontales para la zona: Cueva de Hoya de la Cubilla, Cueva Covalba, Cueva Tropezón, Cueva del Cagiguco, Cuevona de Riclones, Cueva Croka, Cueva del Sifón, Cueva del Fósil, Cueva de la Bodeguca, Cueva de Valdehaya, Cueva de la Sala, Cueva de la Herradura, Cueva del Laminador y Cueva de las Arañas.

donde aparece un yacimiento del Paleolítico Superior y representaciones parietales. Se estudia también la cueva de los Marranos, donde se habían encontrado ya en 1977 manchas de pintura roja y se localizan ahora algunos materiales arqueológicos. Así mismo, se da a conocer la cueva de Micolón II, que fue localizada en 1978, a unos 50 m de Micolón, describiéndose su morfología y citándose la aparición, a unos 13 m de la boca, de algunas industrias líticas. Se estudian las cuevas de la Herrería, en el barrio del mismo nombre de Celis y la cueva del Fósil, abierta junto al borde del pantano, donde se localizaron algunos fragmentos de cráneo humano. Se recoge también la noticia de que en la cueva de la Herradura, muy próxima a Chufín, se desenterró, hace varios años un esqueleto humano rodeado de conchas marinas que fue arrojado al río Lamasón.

Un año después se publica el trabajo El drenaje kárstico en el valle de Rioseco (Celis, Rionansa) (Moratinos et al 1982). Tras una introducción geológica se comenta la hidrología de superficie de este pequeño sector de la cuenca del Nansa, situado un kilómetro aguas arriba de Celis. Las cavidades implicadas en el drenaje que se estudian en este trabajo son las de Ruiconoria, Cueva de Tres Sapos o del Frío, la Sima de Champlum y la Cueva de Los Pendios, la única que permite su utilización como espacio de hábitat, por tratarse, a diferencia de las anteriores, de una cavidad fósil. Se trata de una resurgencia fósil de 117 m de desarrollo, en que sólo aparecen algunos goteos. Presenta concreciones y los suelos están constituidos por arcillas de decalcificación, arenas y coladas. Este mismo año se publica la Sima-Cueva de Rozacarin (Celis), por el S.C.C. Se trata de una cueva situada en el pueblo de Celis, conocida en la zona con el nombre de Hoyuhigal, en el contacto entre las calizas de montaña del Carbonífero y las areniscas del Permotrias. Las amplias extensiones de detríticos del Permotrias, impermeables, actúan recogiendo el agua que discurre hacia los terrenos calizos, situados a una cota inferior, donde se sumen de forma difusa. La cueva presenta un desarrollo de 2300 m con una diferencia de cota de 80 m. Por último, se publica una nota con el proyecto de lo que será un estudio integral de la cueva del Soplao, entonces en proceso de elaboración.

Fig. 3.2.2. Arroyo que nace de la cueva de la Fuente del Salín (Muñorrodero). En un segundo trabajo, publicado también en el BCE 1985, el Speleo Club Cántabro da a conocer tres cuevas próximas al barrio de Arenas, todas ellas cavidades activas: La Cueva de la Cabra, la Cueva del Lago y la cueva de Palombera. Esta última, con 21 m de desarrollo destaca por contener depósitos de guano, y ser utilizada por una colonia de murciélagos vespertilionidos (SCC 1985).

El año 1985 es en el que mayor número de trabajos se publican sobre las cavidades de la cuenca del Nansa. En el trabajo del S.C.C. "Nuevas cuevas de interés arqueológico en Rionansa" (SCC 1985) se dan a conocer las cavidades con arte y con restos arqueológicos localizadas desde el inicio de los trabajos. Son varias las estaciones incluidas en este artículo. En la Cueva de Traslacueva, en Hozalba, se estudian una serie de grabados, realizados en trazo ancho, con un instrumento de punta roma, sobre la calcita y la arcilla; se trata de representaciones poco sistematizables. Se publica también la cueva del Porquerizo, a escasa distancia del núcleo de Celis,

En este mismo número se publican dos cuevas con manifestaciones parietales: La cueva de Micolón y la del Salín. Micolón fue descubierta por el S.C.C. en el verano de 1976 que localizó sus pinturas y grabados, que fueron después estudiadas y divulgadas por

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa García Guinea. Este trabajo de 1985 se limita a

pinturas, de un yacimiento arqueológico, formado por restos óseos y conchas de Patella vulgata de gran tamaño. Por último se realiza un detallado estudio del contexto de estas manifestaciones y se ofrece información gráfica general y de detalle sobre la topografía y situación del yacimiento, lo que convierte estos estudios en fundamentales para el conocimiento del Salín. En 1987, en el número 8 del B.C.E. se da a conocer la cueva de Los Marranos, en Venta Fresnedo (Moratinos y Torres 1987). Se comentan las circunstancias del hallazgo, producido en 1978, cuando se localizaron dos de las figuras rojas, así como algunas piezas de industria lítica. En 1986 tras revisar las paredes se vieron el resto de las figuras catalogadas hasta hoy, comenzando el estudio de detalle de la cavidad. La cueva era muy conocida desde antiguo por los ganaderos que la utilizaban como refugio de sus animales domésticos y por los pastores para guarecerse, como demuestran los restos de sus hogueras. Se describe la cueva, publicándose su topografía, y los primeros calcos de las manifestaciones parietales, llevándose a cabo un detallado estudio de las mismas, y poniéndolas en relación con el resto de los conjuntos rupestres paleolíticos del valle -Chufín, Porquerizo, Micolón-.

Fig. 3.2.3. El Nansa desde la cueva del Rejo describir la morfología de la cavidad y a publicar su topografía. En 1987, en el número 7 del BCE se publica un breve estudio monográfico sobre las cavidades del valle de Primicias, un pequeño sector situado dos kilómetros al sur del valle de Rioseco, ya investigado por este grupo. Se localiza en la cara oeste del valle, algo al norte de Puente Nansa. Las amplias extensiones de ladera labrada en materiales detríticos canalizan la escorrentía hasta los sumideros de Selviejo, que a través de una serie de galerías, canalizan el agua hasta la amplia cueva de Cantulagata. En una enorne sala con un lago se embalsa y va saliendo por tubos no practicables hasta la surgencia en la Fuente del Oso, que constituye el principal abastecedor de agua del Arroyo de Primicias, de régimen estacional. La principal cueva del sistema es la de Cantulagata, con 1.100 m y un desnivel de –149 m. (SCC 1986). En cuanto al grupo S.A.E.C (Sociedad de Actividades Espeleológicas de Cantabria), formado en 1985 por espeleólogos procedentes de S.E.S.S, reconocieron en la zona baja del Nansa cuevas como la Fuente del Roble o la sima de Las Caldereras, y localizaron, en Octubre de 1985, el conjunto de manos pintadas del Salín (SAEC 1985). Este mismo año se publica un informe sobre el santuario rupestre (Bohigas et al. 1985). La importante sequía del final del verano de 1985, permitió que el nivel de las aguas de la entrada de la Fuente del Salín hiciese posible el acceso a sus galerías interiores lo que propició la localización del conjunto de manos pintadas.

Fig. 3.2.4. Ladera donde se abre la boca de la cueva del Fósil (Riclones). En 1993 se publica un trabajo específico sobre la cueva del Rejo- Viento por el S.C.C. fundamental hoy día para el conocimiento de la cueva. La cueva del Rejo es una cavidad conocida desde siempre por los habitantes de la zona y la primera referencia a una investigación de la misma se debe a Alcalde del Río (Sierra 1909) que localizó en la boca del Rejo un yacimiento asignable a un momento Magdaleniense. Los primeros trabajos de tipo espeleológico se deben a la Sección de Espeleología del Seminario Sautuola, que fue continuada por la Sociedad de Actividades Espeleológicas de Cantabria. En 1989 retoma su investigación el Speleo Club Cántabro para completar la topografía.

Posteriormente, miembros del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Cantabria llevaron a cabo otro estudio del conjunto. El trabajo, tras una introducción geológica, describe las diferentes manifestaciones parietales, básicamente manos negativas, algunas manchas y puntuaciones. En ambos trabajos se documenta la existencia, en la sala de las

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Historiografía También en 1993 se publica un resumen de las actividades del S.C.C. en 1988 (SCC 1993), que trabajó este año en tres sectores del valle del Nansa: En el área de Cabanzón - Camijanes, en los materiales jurásicos de Quintanilla y Obeso y en las calizas jurásicas de Las Navas, en el área de Garabandal. En Cabanzón publica la cueva de Barón, junto a la central hidroeléctrica de Trascudia. Esta cavidad había sido ya explorada por el grupo S.E.S.S. pero no se publicó ningún resultado de la misma. En el informe inédito de este grupo se cita la posible existencia de un yacimiento y en el trabajo de la SCC se habla de la

En su trabajo de 1993 la SCC publica la topografía completa de la red y realiza un análisis del karst y de su dinámica, relacionando la alimentación del sistema Rejo-Viento con el drenaje de la uvala de la Magdalena. Se cita allí la existencia de dos pequeñas cavidades con yacimiento en el área de la cueva, que no detallan, una de ellas probablemente es el Rejo II. Se destaca también la presencia de una importante

Fig. 3.2.6. Cueva C- 194. Situada en las inmediaciones de Sobrelapeña. Funciona como una surgencia.

3.2.5. Mapa de las zonas calizas básicas, con referencia a los karst estudiados en la zona. colonia de murciélagos, la mayor del Valle del Nansa localizada en la unión entre la galería Rejo y la del Viento. Así mismo se comenta la aparición de restos arqueológicos, conocidos ya desde principios de siglo en el vestíbulo del Rejo y se estudia su estratigrafía arqueológica.

aparición de cerámica a torno y de lapas en una de sus bocas. En la Ribera del Lamasón se publica la Cueva del Clavo, citada ya como cavidad arqueológica por Muñoz (1987), bajo el nombre de Chufin II. En cuanto a las evidencias arqueológicas destaca la aparición de huesos de ciervo e industrias de sílex y cuarcita. También en el entorno de Venta Fresnedo está la cueva del Tresmeranu (Cuevona de las Vijeras) abierta en la base de un farallón rocoso, en cuyo vestíbulo se identificaron industrias líticas - lascas de cuarcita y un útil de sílex-. Este yacimiento había sido con anterioridad reconocido por el C.A.E.A.P.

Durante las exploraciones llevadas a cabo en la cueva por el S.A.E.C. se localizó un molar de Elephas sp en una pequeña terraza formada por arcilla y pequeños bloques colgada en la galería principal, a unos 20 m del sifón que finaliza el recorrido topografiado. Dado que no presenta marcas de rodamiento, ni existen chimeneas abiertas que permitan explicar su caída desde un nivel superior, se plantea que quizás fue transportado por humanos o animales a través de las galerías desde el Rejo, o bien puede relacionarse con la existencia de una boca fósil en la zona.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa zona Norte de su territorio, en los términos de Peñamellera Baja y Herrerías. En total se han estudiado unas 300 cavidades de las que buena parte son simas.

Se publica también una referencia de la cueva de Lagüera-Pinu, aunque no se incluye su topografía. En esta cueva se conoce la aparición de un arado de tipo romano (Muñoz et al 1984). Las cuevas del Río I y II, al oeste de la Peña del Pozón, dos surgencias casi inactivas no aportaron restos arqueológicos. Tampoco aportó ninguna evidencia el estudio de la cueva de Quintanilla. En cambio en la cueva de Las Brañucas, yacimiento descubierto y dado a conocer por el

Este colectivo tiene como rasgo distintivo su orientación hacia la bioespeleología y ha llevado a cabo muestreos biológicos en 36 cavidades, realizando importantes aportaciones en este campo. Un resumen de sus actividades y de los resultados más

Fig. 3.2.8. Murciélago grande de herradura, en la cueva de Detrás de Peñalmar (Prellezo). sobresalientes se ofrecen en el B.C.E. de 2003 (Camacho y Puch 2003) y una actualización del mismo en el número de esta misma revista de 2007 (Camacho y Puch 2007). Fig. 3.2.7. Acceso a la Rozada, una de las bocas del sistema explorado por el grupo Bathynellidae.

En este último trabajo se estudian algunas cavidades que corresponden a la cuenca del Nansa. Quizás la más interesante sea la del Toyu, una de las bocas del sistema Lengo - Rozada -Toyu, junto al río Latarmá. Este sistema funcionó como cauce subterráneo del río Latarmá hasta que fue abandonado parcialmente por el descenso del nivel freático. De la cueva del Toyu se recuperó y estudió una completa serie faunística (Camacho y Puch 2007), compuesta por más de 70 taxones.

C.A.E.A.P. y situado a escasa distancia de Micolón, se localizaron lascas y útiles. La exploración de la zona de Obeso sólo se estudia la cueva de la Cuenca, además de haberse visto algunas simas. En la zona de Garabandal sólo se han estudiado simas, en general con desniveles reducidos. En una de ellas, un miembro del grupo halló dos cuentas prehistóricas de óxido de hierro, perforadas longitudinalmente, que fueron catalogadas con posterioridad por el grupo C.A.E.A.P.

La cueva de la Lucía se encuentra en un canal que desemboca en el Latarmá, aproximadamente en la ladera frente a la cueva arqueológica de Comaría. Se trata de una cueva seca, de grandes dimensiones cuyo mayor interés radica en su yacimiento paleontológico (Torres et al 2006). En las salas y galerías interiores aparecen acumulaciones de restos de Ursus deningieri que utilizaron la cueva durante importantes periodos. Esta especie ha sido datada por U/Th y ESR en el 9º Episodio de Oxígeno marino, en torno a 250 k.a. Mucho más tarde la cueva fue también ocupada por

En el año 1981 comienzan a trabajar en el valle de Lamasón y Herrerías el grupo espeleológico S.T.D. de Madrid, en un área que abarca además un sector de Asturias, en el municipio de Peñamellera Baja y el valle de Peñarrubia. Miembros de este grupo, ya reconvertido como Bathynellidae (BAT) han continuado sus trabajos hasta la actualidad. Desde 1998 a 2003 sus investigaciones se han centrado en la

68

Historiografía poblaciones de Ursus speleaeus, en el 5º Episodio, en torno a unos 75 k.a.

Palombera

Las Arenas. 21 Rionansa Rejo Luey, Val de San 665 / 35 Vicente Fuente del Salín Muñorrodero, Val de San Vicente Canal de Rucao Muñorrodero, Val 220 de San Vicente Quintanilla Quintanilla, 31 Lamasón Candeña Riclones, Rionansa Sima-Cueva de Riclones, Rionansa Casaquema Covalba Riclones, Rionansa 47 Micolón Riclones, Rionansa 441 Micolón II Riclones, Rionansa 33 Hoya de la Riclones, Rionansa 344 (-23) Cubilla Cagiguco Riclones, Rionansa 48 (Gallinero) Cuevona de Riclones, Rionansa 244 Riclones Cueva Croka Riclones, Rionansa 58 Sifón Riclones, Rionansa 16 Bodeguca Riclones, Rionansa 21 Valdehaya Riclones, Rionansa 82 La Sala Riclones, Rionansa 9 Laminador Riclones, Rionansa 29 Arañas / Chufin Riclones, Rionansa 41 Clavo / Chufin II Riclones, Rionansa 44 m Lagüera - Pino Riclones, Rionansa Río-I Riclones, Rionansa 71 Río-II Riclones, Rionansa 34 Brañucas, Las Riclones, Rionansa 10 Traslacueva Rionansa 21 m Porquerizo Riclones, Rionansa Herrería Riclones, Rionansa 10 Fósil, del Riclones, Rionansa 51 Herradura, de la Riclones, Rionansa 23 Tropezón Rionansa 40 El Soplao Rionansa 1200 La Mina Serdio, Val de San 125 Vicente Los Marranos Venta Fresnedo320 / 6 Lamasón Selviejo I Rionansa 23 / 18 Selviejo II Rionansa D: 12 Fuenterrocín Rionansa 352 / 61 Cantulagata Rionansa 1100 / 149 Fuente del Oso Rionansa 56 / 2 Vaotorno Rionansa 79 / 14 Escajizo Rionansa 44/ 19

Se estudia asimismo la cueva del Sumidero del Calderón, que supone el desagüe de una amplia depresión cárstica labrada en la zona de cumbres del macizo de Arria, a 536 m de altura. También de esta cavidad se estudia una importante serie de muestras de fauna espeleológica. Esta cueva es la localidad tipo de una nueva especie de sincárido el Iberobathynella cantabriensis Camacho y Serban 1998.

Fig. 3.2.9. Cueva de la Teja, o del Tejal, sobre Venta Fresnedo. Se trata de una cueva de fondo desplomado, técnicamente una sima. En su interior se han recuperado algunos restos arqueológicos de fase cerámica. Por último, se publica la cueva de Los Carneros, cavidad de pequeña boca y gran desarrollo, abierta en la pared norte del desfiladero labrado por el río Lamasón entre Venta Fresnedo y su desembocadura, a poca altura sobre el cauce. De esta cavidad se estudian ocho muestras que proporcionan 17 especies, de las que 5 son estigobias, es decir, de hábitat estrictamente cavernícola. Probablemente corresponden a este mismo sistema varias cavidades descendentes labradas en cara sureste de la Sierra de la Collada y estudiadas también por este grupo. En una de ellas, la cueva del Tejal, se ha recuperado material arqueológico. Nombre Barón Tejo, del Hoyón Solnuevo Tresmeranu Ruiconoria Tres Sapos Pendios, Los Cabra, de la Lago, del

Municipio

Desarrollo/ Desnivel Cabanzón, Herrerías 36 Cades, Herrerías 15 / 40 de Cades, Herrerías 60 /33 Cades, Herrerías Celis, Rionansa Celis, Rionansa Celis, Rionansa Las Arenas. Rionansa Las Arenas. Rionansa

40 481 193 117 265

Algunas cavidades de desarrollo horizontal localizadas en la zona de trabajo por grupos espeleológicos y por el grupo de investigación arqueológica C.A.E.A.P.

26

69

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Notas 1

Aunque tradicionalmente se citaba este hacha como de “Fina Mayor, Liébana” (Jorge 1953), la revisión de la documentación sobre el tema lleva a plantear a A. Giribert que probablemente esta pieza, un hacha plana de bronce, proceda realmente de Tina Mayor (Val de San Vicente) (Giribert 1986).

2

Aquí debemos citar el hallazgo de una punta de flecha de retoque plano en “un dolmen de Lamasón” (Ontañón 1994).

70

Capítulo 4 LA INFORMACIÓN ARQUEOLÓGICA

Concha de Triton nodifer de la muestra malacológica de la Cueva del Cuélebre o La Sierpe (San Vicente), en el M.R.A.P.

Fichas de yacimientos

4. La información arqueológica E. Muñoz Fernández J. Ruiz Cobo En este capítulo se ofrece, de forma resumida, toda la información obtenida y manejada en el trabajo, organizada por yacimientos. Se utilizada un modelo de ficha muy sencillo junto al que se adjunta en las estaciones en cueva la planta de la cavidad y en aquellas ocasiones en que resulte expresiva, su sección. Además se incorpora en la ficha un dibujo de los materiales arqueológicos procedentes del yacimiento.

Las fichas se han agrupado por sectores geográficos básicos, detallados en el mapa adjunto. El modelo de ficha, el mismo utilizado en otros trabajos de este grupo, consta de siete apartados. Se recoge el nombre por el que el yacimiento es conocido en los alrededores, bajo el que aparece la localidad donde se encuentra, seguida del municipio. No se incluirán las coordenadas U.T.M., por razones de seguridad. Tras ellas aparece la altura sobre el nivel del mar, en m. En un segundo punto se indica la localización del yacimiento en el espacio, seguida de una breve descripción de la estación, el “contenedor” del yacimiento, es decir la cueva o el lugar al aire libre. En un tercer apartado se asigna el yacimiento a una fase cronológica, de las preestablecidas en el apartado metodológico y a una facies funcional (hábitat, sepulcral, etc.) El cuarto apartado incluye la información disponible sobre el propio yacimiento: extensión o localización dentro de la cavidad, estratigrafía, materiales etc. Se incluirán tablas con los rasgos descriptivos de los materiales arqueológicos estudiados en el mismo. El apartado cinco se utilizará para aportar información sobre dos aspectos: la autoría del descubrimiento, la fecha del mismo y la autoría de la topografía y/o de otros estudios destacados del mismo. En el sexto se concreta el centro donde se encuentran depositados los materiales arqueológicos y en el séptimo se resume la bibliografía del yacimiento.

Fig. 4.01. Áreas de trabajo diferenciadas.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa estaciones de superficie del Cuélebre I a VIII, de cronología paleolítico antigua y mesolítica - neolítica, las cuevas de la Sierra de Borias, abiertas en el reborde de un pequeño hüm costero, junto a una pequeña surgencia cárstica, la estación de superficie de Borias y la cercana cueva de Hoyo del Río Pozo.

4.1. La cuenca baja Zona geográfica incluída La cuenca baja abarca el valle del río Gandarillas, los sectores litorales de Pechón y Prellezo, el sector de colinas litorales y en el valle de Herrerías, hasta la depresión de Cades. Administrativamente la zona abarca de forma total el municipio de Val de San

Por otra parte se localizan también en este sector las cuevas de la parte interior de la cuenca del río Gandarillas: Cueva Oscura, Abrigo de la Cantera y Abrigo de la Cueva, en el entorno de la localidad de Hortigal. En el fondo el valle se encuentra el túmulo del Cotero La Mina, objeto de una excavación arqueológica. En la sierra que cierra el valle por el este, en La Acebosa, se hayan las cuevas de Piedrahita I y II y el conjunto megalítico de Piedrahita, formado por varias estructuras tumulares, varias de las cuales también han sido objeto de una excavación arqueológica. En las inmediaciones se localiza una campa con un gran número de pequeñas estructuras formadas por piedra del lugar, designado en este trabajo como Conjunto tumular de La Acebosa.

Sector: Cuenca del río Gandarillas Estación de superficie de San Vicente de La Barquera. 1. San Vicente de la Barquera. Z: 50 m 2. El yacimiento se encuentra en el núcleo de la localidad y se descubrió al realizarse una zanja. Consiste en una serie de materiales englobados en las tierras del horizonte B que recubren la roca madre caliza.

Fig. 4.1.1. Mapa de la cuenca del Gandarillas con distribución de yacimientos arqueológicos. 1. Conjunto de estaciones al aire libre del Cuélebre. 2. Cuevas del Cuélebre 1 y 2. 3. Cuevas de la Sierra de Borias 1 a 3. 4. Yacimiento de San Vicente. 5. Estación de superficie de la Hoya de Río Pozo, 6. Cueva de Río Pozo. 7, 8, 9: Estaciones de superficie de Serdio: Las Brañas, Hoya Salceda y Serdio. 10: Abrigo de La Cantera, 11:Abrigo de la Cueva de Gandarilla, 12: Cueva Oscura, 13-16: Conjunto megalítico de la Raiz. 17: Cuevas de Piedrahita 1 y 2.

3. Paleolítico Inferior. Hábitat - Taller. 4. Los materiales arqueológicos se encuentran englobados en el horizonte B, sobre el sustrato calizo. Se recogieron: 1 bifaz amigdaloide; 1 canto tallado unifacial; 1 lasca Kombewa retocada. Todo ello en cuarcita. 5. Fue descubierto a principios de los años 1980 por A. Ocejo.

Vicente y la mayor parte del de Herrerías y del de San Vicente de la Barquera.

7. Los materiales se encuentran depositados en el M.A.P.C. Cuenca del Río Gandarillas

6. C.A.E.A.P. (1987). Montes Barquín (2003a: 39).

Incluye por una parte una serie de estaciones en cueva y al aire libre situadas en la parte norte del territorio, en la plataforma litoral, cerca por tanto del borde acantilado, al norte y noreste del pueblo de Santillán. Aquí se encuentra la cueva del Cuélebre I y II, las

Cueva del Cúlebre o Cuélebre 1. Santillán (San Vicente de la Barquera). Z: 45 m.

74

Fichas de yacimientos Se sitúa muy cerca de la actual línea costera, presentando buenas condiciones de habitabilidad.

Fig. 4.1.2. Bifaz procedente del núcleo de San Vicente de la Barquera. Cuarcita. (M.P.A.C.).

Fig. 4.1.3. Cueva del Cuélebre I. San Vicente de La Barquera.

2. Reducida cavidad con una boca amplia, de 2 m de diámetro, abierta en el suelo y orientada al Sureste, que da acceso a un vestíbulo muy descendente que desemboca en una plataforma llana, de 16,5 m de longitud por 8,8 m de anchura. 3. Hábitat (conchero) Asturiense. 4. En el fondo de la cueva y en la plataforma plana se conservan los restos de un importante conchero, de aproximadamente medio metro de grosor, adherido a las paredes por las precipitaciones calcíticas, así como pequeños testigos. En toda la rampa se observan conchas y huesos, y por último, en el exterior de la cueva hay montones de sedimentos extraídos de la cueva con conchas y huesos, ya que la misma ha sido muy excavada por los buscadores de tesoros, debido a que la cueva tiene leyenda. En la misma se recogieron algunas industrias líticas, en concreto: - 1 choppping-tool - 1 chopper - 1 núcleo - 5 lascas - 4 cantos rotos - 4 cantos completos (todos ellos de cuarcita, excepto dos de arenisca) - 1 esquirla ósea con huellas de pulimento, con el extremo fracturado (quizás un punzón) - restos paleontológicos: algunos de un ciervo joven - conchas marinas - algunos moluscos pulmonados: 2 Cepaea nemoralis - 1 concha fósil probablemente natural

75

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

Fig. 4.1.4. Cueva del Cuélebre I. San Vicente de La Barquera. 1: Núcleo sobre canto, 2-4: Chopper en cuarcita, 5 y 6 Núcleos en sílex.

En los fondos del M.R.A.P. se conserva un lote (ref. 11149) de fauna, que incluye 1 fragmento de maxilar de Equus, con incisivo, 1 incisivo, 1 M2 y 1 M3 de la misma especie, 1 M3 de Cervus elaphus, y varios fragmentos de huesos largos de ambas especies.

Muñoz, San Miguel y CAEAP (1988: 233). Muñoz (1992: 248). Muñoz (1996: 98). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 81). San Miguel, Ocejo y Muñoz (1981-82: 344).

También aparece un lote de malacofauna, publicado por CAEAP. Incluye: 62 conchas de Osilinus lineatus, 25 de Patella depressa, 2 de Patella intermedia, 1 Ostrea edulis de gran tamaño, 1 apex de Mytilus edulis y 1 Triton nodifer casi completo.

Cueva de la Zorra (o Cuélebre II) 1. Santillán (San Vicente de la Barquera). Z: 40. Se halla muy próxima a la cueva del Cuélebre, cerca de la línea costera, con condiciones de habitabilidad muy limitadas por su tamaño.

Además aparece 1 vértebra de pescado de una especie marina grande, con la perforación central ampliada. 5. Reconocida por el C.A.E.A.P. y por A. Ocejo a comienzos de los años ochenta. Topografiada por el grupo C.A.E.A.P

2. Pequeña cavidad con dos bocas, la mayor de 1 m de altura por 3,4 m de anchura, que da a una salita de 2,6 m de longitud, que se bifurca al fondo, dando a dos reducidas bocas.

6. Materiales depositados en el M.R.A.P. de Santander.

3. Hábitat ocasional Asturiense. 4. En la superficie del vestíbulo se hallaron:

7. C.A.E.A.P (1987): 89 y 152. Muñoz (1984: 102).

-

76

1 lasca simple de borde de núcleo de sílex 4 Patella vulgata

Fichas de yacimientos -

8 Patella intermedia 2 Patella atletica 3 Patella indeterminada 3 Osilinus lineatus 2 uñas de Pollycipes cornucopia además aparecieron restos de ovicaprino

entra en forma de lengua por el laminador y a unos 3.5 m de la boca se encuentra in situ. En este punto todo el suelo está cubierto por limos ricos en materia orgánica, con fragmentos de hueso y sobre todo conchas de Patella intermedia, vulgata y ullysiponensis, Osilinus lineatus y alguna concha de Cepaea nemoralis. Aparece asi mismo un fragmento de concha de Sepia, algunos huesos de Cervus elaphus y de Capreolus capreolus.

5. C.A.E.A.P y A. Ocejo a principios de la década de los ochenta. Topografia de C.A.E.A.P

En el suelo, debajo de la capa de conchero cementado, de más de 70 cm de altura y en superficie, se observaron: 19 Osilinus lineatus, 11 Patella vulgata, 19 Patella intermedia, 1 Patella ulyssiponensis. En el conchero cementado se observaron 38 Osilinus lineatus y 93 Patella sp. En el fondo del laminador y en superficie, aparecen, además de numerosas conchas, 1 lasca 2º de talón liso de cuarcita, 1 núcleo sobre canto de cuarcita, 1 canto roto de cuarcita, 1 fragmento de Seppia officinalis, 1 fragmento de carbón, 1 lasca 2ª con talón cortical de cuarcita y un fragmento de teja con acanalados rectos. En el fondo del laminador se encuentra, en superficie, un fragmento de panza de una olla de cerámica a torno, de paredes finas, con vidriado marrón. Fig. 4.1.5. Cueva del Cuélebre II. San Vicente de La Barquera. 6. Materiales en el M.R.A.P. de Santander 7. C.A.E.A.P (1987): 89 y 152. Muñoz (1984: 102). Muñoz (1992: 248). Muñoz, San Miguel y CAEAP (1988: 233). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 81). San Miguel, Ocejo y Muñoz (1981-82: 344). Cueva de la Sierra de Borias I 1. Santillán (San Vicente de la Barquera). Se encuentra en un pequeño cerro testigo próximo a la línea costera. Presenta buenas condiciones de habitabilidad. Fig. 4.1.6. Cueva de Sierra de Borias I y II San Vicente.

2. Se trata de un amplio abrigo que se prolonga en el fondo en forma de cueva de techo muy bajo, a modo de laminador. El abrigo conforma la cara Oeste de un pequeño hüm situado en la rasa litoral, junto a un sumidero cárstico. Mide unos 7 m de anchura por 2 a 3 m de fondo y en todo su lateral derecho continua por un laminador que se estrecha en forma de gatera. En el lateral izquierdo aparece un arco natural.

5. Localizada a mediados de los años 80 por el grupo C.A.E.A.P. Topografiada por C.A.E.A.P.

3. Hábitat. Asturiense. 4. El yacimiento aparece tanto cementado en la pared del fondo del abrigo, en una longitud de 1.2 m y como en la superficie en otro metro cuadrado. El nivel fértil

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

Fig. 4.1.7. Cueva de la Sierra de Borias I. Santillán. San Vicente de La Barquera. Material lítico de superficie. 1. Chopper, 2 y 4 percutores, 3 canto con filo carenado y 5, posible pico retallado.

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Fichas de yacimientos Cueva de la Sierra de Borias II

2. Pequeña cavidad abierta en la base de la pared este

1. Santillán (San Vicente de la Barquera). Z: 35m 2. Se trata de una cueva de pequeño tamaño - unos 2,5 m de anchura - en un abrigo de unos 5 m de ancho por 3 de fondo, que ocupa el flanco Sur del hum donde se encuentra el grupo de cuevas de La Sierra de Borias. Por su fondo se comunica con la cueva de Sierra de borias I. 3. Hábitat. Asturiense. 4. En superficie, entre los limos grises sueltos que forman la capa superficial, aparecen conchas de Patella sp., Osilinus lineatus y Ostrea edulis, así como un canto marino de arenisca compacta sin marcas. Se realizó un conteo con los siguientes resultados: 31 Patella vulgata, 63 Patella intermedia, 2 Patella ulyssiponensis, 27 Osilinus lineatus, 1 valva superior de Ostrea edulis. El yacimiento aparece también deslizado hacia la gatera del fondo, que comunica con Borias I.

Fig. 4.1.8. Cueva de Sierra de Borias III San Vicente. de un hüm calcáreo en la rasa litoral. Se trata de un abrigo con la visera desplomada que conserva sendas cavidades en sus extremos norte y sur, separados por unos 8 m. Actualmente la cavidad donde aparecen evidencias arqueológicas mide 0,85 m de altura por 1,30 de anchura, y da paso a un reducido vestíbulo de 3,7 m de longitud.

5. Localizada por el grupo C.A.E.A.P. Topografiada por C.A.E.A.P. Cueva de la Sierra de Borias III

3. Hábitat. Asturiense.

1. Santillán (San Vicente de la Barquera). Z: 34. 2. Pequeña cavidad de desarrollo subvertical abierta en la suave pendiente junto a la pared occidental del hüm. Presenta una pequeña boca de 0,6 x 0,7 que baja en forma de tubo muy pendiente 2 metros hasta que se ciega. De ahí parte una gatera casi vertical cuya entrada mide de 0,5 m de altura por 0,6 m de anchura, que llega a una galería algo mayor, paralela a la primera, donde aparece una lengua con yacimiento de tipo conchero. 3. Hábitat. Mesolítico (Asturiense). 4. En la galería del fondo aparecen conchas de Patella sp y de Osilinus lineatus, así como fragmentos de hueso, que parecen procedentes de otra boca superior que, por la orientación de la cueva no parecen de las anteriores.

Fig. 4.1.9. Cueva del Hoyo del Río Pozo. San Vicente de La Barquera.

4. En la superficie de la cavidad, en un nivel de tierras sueltas con pequeños bloques, aparecen varias conchas. En concreto se observan, entre 0,50 y 1 m de la boca, 15 conchas de Patella y 3 de Osilinus lineatus y algunos huesos fracturados.

5. Localizada por el grupo C.A.E.A.P. Topografiada por C.A.E.A.P. Cueva del Hoyo de Río Pozo 1. Santillán (San Vicente de la Barquera). Z: 67 m.

5. Localizada por el grupo C.A.E.A.P..

Se encuentra en la misma rasa litoral, al este del conjunto del Cuélebre. Actualmente ofrece condiciones de uso muy limitadas por su tamaño.

6. Topografiado por CAEAP.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Muñoz (1984: 102). Muñoz (1992: 99). Muñoz, Serna, Malpelo y Morlote (1992: 15-31). San Miguel, Ocejo y Muñoz (1981-82: 344).

Estación de superficie del Cuélebre I 1. San Vicente de la Barquera. Coordenadas U.T.M. / Z: 45 m.

Santullan.

Fig. 4.1.10. Industria lítica ligera del yacimiento al aire libre del Cuelebre I. 1. Raspador en extremo de lasca 2, lasca con retoques marginales, 3 y 4 muesca y 5, denticulado. 2. El yacimiento se sitúa unos 50 metros al sureste de la cueva del Cúlebre. Los materiales arqueológicos aparecen en áreas erosionadas, en dos núcleos próximos de poco más de 100 m2 cada uno, en una zona cruzada por dos caminos carreteros reexcavados en los depósitos de la rasa litoral. 3. Los materiales se localizan en superficie, sobre un suelo desarrollado sobre el sustrato calizo, aunque los materiales se hallaron en superficie, directamente sobre la roca madre, en pequeñas áreas descarnadas por la erosión. Aparecen un chopper, algunos picos marisqueros, lascas, núcleos y piezas de sustrato en cuarcita. 4. Mesolítico. Hábitat 5. Fue descubierto en la década de los años 1980 por miembros del C.A.E.A.P., quienes llevaron a cabo una prospección superficial.

Fig. 4.1.11. Hendedor de tipo O de Tixier de arenisca de grano fino, compacta. E.A.L. Cuélebre III.

6. Museo Regional de Prehistoria y Arqueología de Cantabria. 7. C.A.E.A.P. (1988). Muñoz, San Miguel y CAEAP (1988: 233).

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Fichas de yacimientos Estación de superficie del Cuélebre II 1. San Vicente de la Barquera. Santullan. Z: 45 m. Yacimiento de gran extensión, situado en la misma línea costera. 2. Los materiales se localizan en superficie, en un suelo desarrollado sobre el sustrato calizo 3. Paleolítico Inferior. Hábitat- Taller. Calcolítico (?). Hábitat- Taller. 4. Se recogieron más de un centenar de piezas: hendedores, bifaces, hojas de sílex, núcleos, en su mayor parte de arenisca compacta.

Fig. 4.1.12. Industria lítica de las estaciones de superficie del Cuélebre. 1 Cuélebre VI: Raspador, 2: Cuélebre IV: Raedera, 3, Cuélebre III: Fragmento de metate de molino, 4: Cuélebre III: Raedera, 5. Cuélebre III: Lasca retocada y truncada.

81

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

Fig. 4.1.13. Industria sobre canto de la Estación de Superficie del Cuélebre I. 1. Posible pico marisquero reutilizado, 2 Chopper, 3, Pico marisquero.

Fig. 4.1.14. Industria pesada en cuarcita del Cuélebre II, III, V y VII. 1. Cuélebre II: chopper, 2. Cuélebre III: chopper, 3. Cuélebre V: lasca retocada, 4: Cuélebre III: Chopper, 5. Cuélebre VII: Chopper, 6. Cuélebre VIII: pieza retocada, 7. Cuélebre VII: denticulado.

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Fichas de yacimientos 5. Fue descubierto en la década de los años 1980 por miembros del C.A.E.A.P.

6. Museo Regional de Prehistoria y Arqueología de Cantabria

6. Museo Regional de Prehistoria y Arqueología de Cantabria

7. Muñoz, E.; San Miguel, C. y CAEAP (1988). Montes Barquín (2003b: 46 y 50). Montes Barquín (2003a: 39-209).

7. C.A.E.A.P. (1988). Muñoz, San Miguel y CAEAP (1988: 233). Muñoz (1984: 102). Muñoz (1992: 99). Muñoz, Serna, Malpelo y Morlote (1992: 15-31). San Miguel, Ocejo y Muñoz (1981-82: 344). Estación de superficie del Cuélebre III 1. San Vicente de la Barquera. Santullan. Z: 45 m. Yacimiento al aire libre, ubicado sobre una plataforma labrada en los acantilados al noreste de la cueva de El Cuélebre.

Fig. 4.1.16. Material lítico de la estación de superficie de Cuélebre III y IV. 1. Cuélebre III: núcleo de sílex, 2: Cuélebre IV: lasca retocada.

Estación de superficie del Cuélebre IV-VII

Fig. 4.1.15. Estación de superficie del Camino al Cuélebre. Se observa en el suelo un canto, trabajado como núcleo.

1. San Vicente de la Barquera. Santullan.

2. Extenso yacimiento donde, en las zonas erosionadas, entre agujas de lapiaz, se observan retazos de un suelo de desarrollo incompleto, en cuyo horizonte B se localizan los materiales arqueológicos.

2. El yacimiento se localiza en una zona erosionada situada en el límite entre la línea mareal y la costa, a lo largo de unos 200 m. 3. Hábitat / Taller. Mesolítico.

3. Paleolítico Inferior. Hábitat / Taller. Neolítico - Calcolítico. Hábitat / Taller.

4. En esta zona apareció un pico asturiense, así como útiles y restos de talla de cuarcita y sílex.

4. El lote industrial está formado por más de 200 piezas, sobre todo piezas pesadas (bifaces, hendedores, choppers) y escasas piezas sobre lasca (raederas, escotaduras), fabricadas en su mayor parte en arenisca compacta. Además, en los fondos del M.R.A.P. se ha estudiado un fragmento de mano de molino, realizada sobre un canto aplanado de areniscas compactas.

5. Fue descubierto en la década de los años 1980 por miembros del C.A.E.A.P. 6. Museo Regional de Prehistoria y Arqueología de Cantabria 7. C.A.E.A.P. (1988). Montes Barquín (2003b: 46 y 50). Montes Barquín (2003a: 39-209).

5. Fue descubierto en la década de los años 1980 por miembros del C.A.E.A.P., que realizaron una recogida controlada del material suelto.

83

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

2. El material aparece en el camino carretero que lleva desde Santullán a la cueva del Cuélebre, a unos 300 m antes de llegar a ésta.

- Lasca de decorticado secundario, con doble bulbo, talón cortical, en cuarcita. - Núcleo NUPC en cuarcita. - Fragmento de lasca simple, talón ablacionado, de cristal de roca. - Lasca de decorticado secundario, talón cortical, en cuarcita.

3. Hábitat / Taller. Mesolítico / Neolítico.

5. Fue descubierto por miembros del C.A.E.A.P.

Estación de superficie del camino al Cuélebre 1. San Vicente de la Barquera. Santullan. Z: 30 m.

4. La industria lítica aparece en los rebordes y en el propio piso del camino, integrado en la parte alta del horizonte B del suelo. Se han estudiado "in situ" varios materiales: Utillaje retocado - Lasca de decorticado secundario, talón cortical, en cuarcita veteada. Presenta retoques marginales en un borde, Smdc. Métrica: 31-42-15 (fig. 4, 1). - Microraspador unguiforme realizado sobre una lasca simple de sílex calcedónico melado, litoral, con retoque Sepdc. Métrica: 12-17-5 (fig. 4, 2).

Fig. 4.1.17. Estación de superficie del Camino al Cuélebre. San Vicente de La Barquera.1. Lasca retocada de cuarcita, 2. Raspador sobre lasca de sílex, 3. Chopper de arenisca compacta. - Canto de arenisca de grano fino compacta, retocado unilateralmente a modo de chooper, con el filo ligeramente denticulado. Métrica: 86-96-27 (fig. 4,3). - Chopper sobre canto de cuarcita con retoque unilateral. Restos de talla

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Fichas de yacimientos Estación de superficie de Río Pozo - Además apareció el siguiente lote de industria lítica: 3 lascas simples (todas con talón liso), 14 lascas de decorticado 2º (12 de talón cortical y 2 rotas), 5 lascas de decorticado 1º (talón roto), 2 lascas simples de

1. San Vicente de la Barquera. Santullán. Z: 75 m. Se encuentra en una superficie arrasada, en ligera

Fig. 4.1.18. Estación de superficie de Rio Pozo. San Vicente de la Barquera. Picos asturienses (MPAC). pendiente, a unos 500 m al sur del camino que lleva de Santullán a la cueva del Cuélebre.

borde de núcleo (1 talón liso y 1 roto), 5 lascas 2º de borde de núcleo (3 de talón cortical y 2 roto), 3 núcleos de cuarcita y un percutor de arenisca sobre canto, roto (fig. 4.1. 18).

2.Yacimiento cubierto por matorral bajo y la erosión pluvial ha barrido la cobertera del suelo acumulando los materiales arqueológicos sobre las irregularidades de la roca.

5. Fue descubierto por miembros del C.A.E.A.P. Cueva Oscura.

3. Hábitat / Taller. Mesolítico / Neolítico. Gandarillas. San Vicente de la Barquera. Z: 121 m. 4. Directamente sobre la roca aparecen abundantes lascas de cuarcita y dos picos marisqueros así como otras piezas sobre canto. Sólo se han recogido para su entrega en el M.P.A.C. los dos picos marisqueros. El resto del material fue estudiado "in situ". Los picos están realizados sobre sendos cantos de cuarcita y son de tamaño grande (fig. 4.1.18).

Cavidad situada en un medio de colinas suaves, al oeste del valle del río Gandarillas. La cueva funciona como desagüe de un pequeño curso de agua, que hoy día se sume unos metros antes de la cueva. El vestíbulo ofrece un espacio amplio, pero relativamente húmedo.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa - Lasca de decorticado secundario en sílex calcedónico rosado litoral, de talón liso. - Fragmento de lasca de decorticado secundario, talón cortical, en cuarcita gris. - Laminita simple de radiolaria, talón liso.

2. La boca se abre en el borde de una depresión cárstica recorrida por un arroyo. El abrigo de boca mide 7 de anchura por 2,5 de altura. La boca da paso a un reducido vestíbulo de techo bajo.

Por otra parte, en los fondos del M.P.A.C. se conserva, con referencia 4890, el siguiente lote de materiales, entregado por el grupo C.A.E.A.P. en los años 80:

Fig. 4.1.19. Cueva Oscura de Gandarillas. San Vicente de La Barquera.

3. Hábitat. Mesolítico en facies Asturiense. 4. Entre la tierra revuelta de superficie del vestíbulo aparecen algunas conchas de moluscos marinos y varias piezas líticas. En concreto se observan conchas de Patella intermedia, Patella vulgata y Osilinus lineatus.

Fig. 4.1.20. Cueva Oscura de Gandarillas. San Vicente de La Barquera. Material lítico. 1. Fragmento de canto pulido, 2. Muesca de cuarcita.

Tanto en un bloque desprendido de la cornisa, como en el propio fondo del abrigo aparece, a un metro del suelo, una capa de 20 cm de concreción calcárea que incluye fragmentos de conchas marinas - Patella sp.pequeños fragmentos de carbón, astillas de hueso y un sílex. En superficie, aparecen, en el lateral derecho del vestíbulo:

- Un fragmento de lateral de un canto plano, de arenisca de grano fino, con doble fractura, presenta un suave pulimento en ambas caras planas y evidencia de exposición al fuego (fig. 20,1). - Lasca decorticado primario de cuarcita de calidad, lateral de canto, con retoque marginal en muesca. Métrica: 61-43-14 (fig 20, 2). - Lasca simple de cuarcita, talón liso, retoque marginal en el talón: 46-32-11. - Fragmento de arenisca ferruginosa, irregular. - Fragmento de lasca de decorticado primario en cuarcita, talón ablacionado. Métrica: 29-40-09. - Lamina simple de cuarcita, talón liso, 20-28-06. - Lasca de decorticado secundario, sílex mala calidad, local, color marrón sucio, talón cortical, 23-34-05. - Fragmento de canto de arenisca de grano fino, compacta, 28-14-20. - Dos fragmentos de diáfisis de hueso largo, con fracturas antrópicas, quemado.

- Raspador carenado, en una espesa lasca de sílex negro brillo local, tabular, de talón liso. Presenta retoque alto, sobreelevado, continuo y directo. Se trata de una pieza de muy buena calidad técnica. Métrica: 36-31-17 (fig. 21,1). - Canto fluvial, alargado, de arenisca compacta, que presenta finas marcas de utilización como percutor en los dos extremos de una cara y uno de ellos en la otra. Métrica: 109-63-32 mm (fig. 21,3). - Canto fluvial, de arenisca compacta, con fractura transversal a un medio, con finas marcas de percusión polares. Métrica: (73)-70-33 (fig. 21,2).

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Fichas de yacimientos - Fragmento de lasca de decorticado secundario, talón ablacionado, en sílex blanco sucio. Métrica: 1624-06.

Abrigo de la Cantera

5. Fue reconocida por el C.A.E.A.P. a principios de los años ochenta. Topografía: C.A.E.A.P.

2. La cueva tiene una boca, orientada al sur, que da paso a una única sala de 9 m de longitud cuyo tramo más profundo es un laminador de suelo en fuerte pendiente descendente, que acaba cegado.

1. Hortigal. San Vicente de la Barquera. Z: 57.

3. Hábitat. Mesolítico 4. En la pared derecha del vestíbulo, que ha resultado en gran parte vaciado, se conserva un estrato con conchero, de unos 15 cm de potencia, situado bajo otro potente estrato arcilloso. En el fondo de la cavidad, a la derecha, se localizan también restos de conchero, adheridos a la pared. Aparecen algunas lascas y cantos de cuarcita, así como restos de fauna: Paracentrotus lividus, Patella vulgata, Patella intermedia, Osilinus lineatus, Mytilus edulis. 5. Fue descubierta y topografiada a comienzos de los años 1980 por miembros del C.A.E.A.P. 6. Muñoz (1996: 98).

Fig. 4.1.21. Cueva Oscura de Gandarillas. San Vicente de La Barquera. Raspador carenado de sílex, fragmento de percutor y percutor completo, ambos en arenisca compacta

6. M.R.A.P y en el yacimiento. 7. C.A.E.A.P. (1984: 126 y 128). Muñoz (1992: 248) Muñoz (1996: 98) Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 81) Muñoz, San Miguel y C.A.E.A.P. (1988: 234) Fig. 4.1.23. Abrigo de La Cueva. San Vicente de La Barquera.

Abrigo de la Cueva del Hortigal 1. Hortigal. San Vicente de la Barquera. Z: 75 m. Abrigo muy destacado en el paisaje situado en la base de un amplio farallón rocoso que conforma la margen derecha del río Gandarillas.

Fig. 4.1.22. Abrigo de La Cantera. San Vicente de La Barquera.

2. Abrigo que ocupa la base de un gran espejo de falla, con una amplia boca, de 22,5 m de anchura por 4 m

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa de altura y orientado al sur - suroeste. Está dividido en dos partes. A la derecha el abrigo se encuentra a ras de suelo, siendo bastante amplio aunque en buena parte del mismo aflora la roca madre. Presenta unas medidas de 11 m de anchura de boca por 8 m de profundidad. En su extremo derecho presenta una fuerte rampa en el suelo, de casi 3 m de altura, donde sufre un fuerte estrechamiento, siendo de acceso difícil y que lleva a la segunda parte del abrigo, de 10 m de anchura por 2 m de profundidad, con algunas piedras, suelo llano, colgada 4 m sobre el suelo.

4. Aparecen concentraciones de restos humanos en tres puntos, todos en gateras intermedias laterales al desarrollo del eje:

3. Mesolítico. Hábitat. Edad Media. Hallazgo aislado.

Cueva de Piedrahita II

- Una clavícula, un fragmento de coxal y una tibia fracturada de subadulto. - Una vértebra y un fragmento de cráneo. - Fragmento basal de cráneo, del occipital. 5. Yacimiento descubierto por el grupo C.A.E.A.P. Topografía: C.A.E.A.P.

1. La Acebosa. San Vicente de la Barquera. Z: 158 m. 4. La parte inferior derecha del abrigo ha sido prácticamente vaciada. En su superficie se hallaron varias piezas de sílex, en concreto: 1 lasca con truncatura convexa, una lasca con un denticulado distal y 1 lasca. Además aparecen 3 lascas de cuarcita y varios restos malacológicos: 2 conchas de Patella vulgata y 2 de Osilinus lineatus. En el mismo sector se recogieron 3 fragmentos de panza de cerámica de color grisáceo - rojizo con el alma grisácea, de época medieval.

Se sitúa a 4 m al oeste de la cueva de Piedrahita, con la que sin duda se relaciona.

En la parte superior derecha, en un sector mejor conservado, aunque de reducidas dimensiones, se observan en superficie: 1 fragmento de tibia, quizás humana, la base de un cuerno de vaca cortado en perpendicular con un instrumento probablemente metálico y varios restos malacológicos: 2 conchas de Patella intermedia y 1 de Osilinus lineatus. 5. Cavidad reconocida y topografiada por el grupo C.A.E.A.P. en los años ochenta. 6. Materiales depositados en el M.R.A.P. 7. C.A.E.A.P. (1987: 92 y 152). Muñoz (1992: 248) Muñoz, San Miguel y C.A.E.A.P. (1988: 138-140). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 81).

Fig. 4.1.24. Cueva de Piedrahita I. San Vicente de La Barquera.

Cueva de Piedrahita I

2. Presenta una boca de forma triangular, de 1.5 m de altura por 2 m de anchura, orientada al Sur, que da acceso a un pequeño vestíbulo, de 3 m de longitud, que termina en una bifurcación , con una galería muy estrecha hacia la derecha. La galería principal, ancha y baja, de 6 m de longitud por 2 m de anchura desemboca en una sala muy ancha y baja, de 3.5 m de longitud por 9 m de anchura. En la parte izquierda del fondo de la sala hay dos pequeños laminadores que salen al exterior. Por la parte derecha de la sala y después de un estrechamiento de 0,5 m de alto por 0,8 m de ancho, se accede a una salita de planta ovoide, de 3 m de longitud por 1,8 m de anchura donde se encuentra el principal yacimiento de la cavidad.

1. La Acebosa. San Vicente de la Barquera. Z: 158 m. Se encuentra en la parte alta de una pequeña elevación prelitoral. No ofrece condiciones de habitabilidad. 2. Cueva de boca reducida, de 2,1 de altura por 1.40 de anchura máxima que da paso a una serie de galerías largas y estrechas, de trazado algo laberíntico, con un desarrollo de unos 50 m. 3. Indeterminado. Sepulcral.

3. Edad del Bronce. Sepulcral.

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Fichas de yacimientos dedos y está ligeramente biselado al exterior (fig. 26, 4). - Fragmento de cuello de una vasija cuyo labio está exvasado, arista de sección semicircular. Presenta una línea de pequeños trazos paralelos en disposición oblicua, realizados con un punzón, por debajo del labio en la pared interior y otra banda con los trazos mas finos se encuentra en la parte superior del labio y por debajo de la pared exterior del borde presenta trazos similares que conforman un motivo discontinuo (fig 26, 6). - Fragmentos de borde y panza de un vaso de paredes rectas, arista semicircular, decorado con tres cordones paralelos de sección aplanada (fig 26,3). - Fragmento de panza decorado con un cordón de sección triangular. - Fragmento de panza y base ligeramente indicada con aplicación de barro plástico, con dedadas simples en la base (fig 26, 7). - Fragmento de panza con restos de aplicación plástica, quizás del mismo vaso anterior.

4. Se han localizado restos arqueológicos en tres puntos diferentes de la cavidad: - Comienzo de la galería interior, a 6 m de la boca, pero ya en un laminador de 0,4 m de anchura por 1,60 m de anchura, se hallaron en superficie: 1 fragmento

Además aparecieron 14 fragmentos de panzas lisas o indeterminables, un fragmento de base plana y una lasca de sílex. Fig. 4.1.25. C. Piedrahita II. La Acebosa. San Vicente de La Barquera.

La serie de restos humanos corresponde a varios individuos. Los huesos están muy fragmentos y uno de ellos está quemado. Así mismo se estudiaron restos de fauna doméstica, en concreto de ovicaprinos, bovinos y équidos.

de panza lisa, a mano, alisada y gruesa, 3 conchas de Patella vulgata (1 quemada) y varios huesos humanos. - En la sala del fondo, que da acceso a la sala final: 1 fragmento de panza de cerámica, muy grueso que presenta una perforación de lañado post - cocción. - En la sala final que estaba totalmente revuelta por los tejones, se hallaron 24 fragmentos de cerámica prehistórica, de las cuales hay varias decoradas: - 1 fragmento de panza de carena alta decorado con tres gruesas líneas incisas horizontales por debajo de la carena, delimitados por hileras de tracitos cortos oblicuos y paralelos a modo de pequeñas lágrimas, realizadas a punzón, y por encima de la cual hay una hilera de tracitos similares que delimitan una gruesa línea horizontal. Es de color negruzco, no muy grueso y está muy decantado (fig. 26, 2). - 2 fragmentos de panza decorados con uñadas y una línea oblicua pintada de color vinoso, no muy gruesos, muy alisados y bastante decantados. Del mismo vaso se conserva un fragmento de panza y otro de base (fig. 26,5). - Fragmento perteneciente a la base de un borde, decorado con una banda pintada (?). - Fragmento de cuello con el borde ligeramente vuelto y con el labio biselado hacia el exterior y engrosado en la base, decorado en la base del cuello por un cordón muy poco resaltado de sección triangular (fig. 26, 1). - Fragmento del borde de un cuenco con el borde ligeramente vuelto y labio diferenciado por una gruesa ranura; el labio es afinado por presión de los

Procedentes de este yacimiento se estudió el siguiente lote en los fondos del M.R.A.P. Restos humanos:

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

Fig. 4.1.26. Material cerámico de la C. de Piedrahita II. La Acebosa. San Vicente de La Barquera. Cerámicas prehistóricas.

12 fragmentos de cráneo de al menos 2 individuos diferentes, un adulto y un subadulto.

6. Materiales depositados en el M.R.A.P. 7. C.A.E.A.P. (1984: 110-128). Muñoz, San Miguel y C.A.E.A.P. (1988: 233). Muñoz (1992: 248) Muñoz (1996: 100) Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 82) Ruiz Cobo (1993a: 40 – 53). Ruiz Cobo (1993b: 53-56). Ruiz Cobo y Serna (1990: 62- 76). San Miguel, Ocejo y Muñoz (1981-82: 344). Valle, Morlote y Serna (1996: 107)

7 costillas enteras, 4 clavículas, 4 vértebras cervicales, 2 cuerpos vertebrales, 3 fragmentos vertebrales, 1 fragmento de coxis, 1 fragmento de coxal, 1 fragmento de omóplato. Huesos largos: 2 húmeros (epífisis), 2 cúbitos (fragmentos), 2 fémures (2 epífisis distales y 2 proximales), 2 tibias (fragmentos epifisiarios), 2 peronés (epífisis distal), 5 astrágalos, 1 calcáneo, 18 tarsos y metatarsos y 9 falanges. En total se puede estimar un mínimo de 4 individuos, al menos uno de ellos subadulto.

Conjunto tumular de Piedrahita (o La Raiz)

Fauna:

1. El Barcenal (San Vicente de La Barquera).

Bos taurus: 1 molar, 1 premolar, 1 fémur y 1 húmero.

2. Grupo de al menos cuatro estructuras tumulares dispuestas sobre una dorsal de calizas arenosas labrada en la cresta de una estribación de la sierra de Piedrahita que conforma en flanco oriental del valle del Gandarilla. Se trata de un paisaje de colinas suaves cubiertas por un mosaico de prados de siega, matorral y eucaliptal.

Ovicaprinidae: 2 molares, 1 premolar, 1 escápula 1 vértebra. Meles meles: 1 mandíbula Ave: 3 huesos largos

3. Necrópolis. Neolítico - Calcolítico. 5. Cavidad reconocida y topografiada por el grupo C.A.E.A.P. en los años ochenta.

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Fichas de yacimientos 4. Se han realizado excavaciones arqueológicas, bajo la dirección de M.R. Serna en diversas campañas (1986, 1988, 1989, 1990, y 1996) publicándose algunos avances en diversos trabajos (p.e. Serna 2000).

La Raiz 3. Z: 115 m. La excavación del túmulo de la Raíz III, en las otras cuatro campañas, permitió establecer que se trataba de una estructura de 14 m de diámetro y más de un metro de altura, formada en gran parte por arcilla – parece que se diferenciaron dos capas diferentes, ambas de matríz arcillosa- y dispuesto directamente sobre las calizas del sustrato. No se ha identificado el tipo de cámara o su existencia. Ha proporcionado, en

En principio las estructuras tumulares más claras de la dorsal son cuatro, designadas de oeste a este, como La Raiz – 1 a la Raiz 4. La Raiz 1. Z: 132 m. Túmulo formado por piedras de caliza y arcilla, con 20 m de diámetro y 3 m de altura, con un gran cráter de violación en su zona central. Se encuentra cubierto por un denso matorral de ericáceas. La Raiz 2. Z: 132 m. Túmulo de 9 m de diámetro, con un altura inferior a un metro (en torno a 0,80). En el pozo de violación afloran cuatro ortostatos de caliza (los mayores con una longitud en planta de 111 y 105 cm).

Fig. 4.1.28. Fragmento de tapadera de arenisca, de La Raiz 3 (ref LR3/41). diferentes posiciones de la calota y áreas revueltas una breve serie industrial en la que destacan un trapecio y tres puntas de fecha de retoque plano de tipo romboidal. Además aparecen algunas piezas de sílex, cuarcita y cristal de roca. También aparecen algunos cantos rodados con huellas de uso como percutores y/o yunques. Como en La Raiz II aparecen pequeños fragmentos de cerámica a mano.

Fig. 4.1.27. Grandes láminas del túmulo de La Raiz 2. M.R.A.P.

En los fondos del M.R.A.P. se ha estudiado un lote de industria lítica compuesta por 45 items procedente del túmulo de La Raiz 3, con siglas de 1988, 1989 y 1990.

Fue excavado en 1986 y reveló la existencia de una cámara cistoide – planta rectangular – en posición centrada. Se encontró profundamente violado. Su masa tumular está formada por calizas y arcillas locales y dispuesta sobre una de las bandas calizas que afloran en la dorsal sobre la que se instala la necrópolis. En cuanto a las industrias recuperadas aparecen dos grandes láminas de sílex, fracturadas por la acción del fuego, una contera de otra lámina de menor tamaño, así como lascas de cuarcita y de sílex, dos cristales de roca, un canto de areniscas compactas con marcas de uso como percutor y varios pequeños fragmentos de cerámica a mano.

En el utillaje aparecen las siguientes piezas: LR3-1: trapecio fabricado sobre un fragmento de lámina de sílex gris brillo, para el que se ha utilizado retoque abrupto pero en doble bisel (fig 29,3). LR3-2: Punta de retoque plano bifacial de diseño romboide elongado, realizado sobre sílex negro (fig. 29, 1). LR3-3: Punta de retoque plano bifacial, sobre sílex blanquecino sucio (fig. 29, 2).

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

Fig. 4.1.29. Material lítico recuperado en las excavaciones del túmulo de la Raiz- 3. M.R.A.P. 1 y 2 Puntas de flecha, 3 trapecio, 4-6 láminas simples de sílex y 7 lasca de cuarcita con retoques marginales. Está realizada en un sílex marrón de baja calidad (fig. 29.4).

LR3-4: Gran lámina fracturada, en sílex blanco hidratado con huellas de uso intensas en ambos bordes y pátina (fig. 27, 1).

LR3-25: Lasca simple de cuarcita con retoques marginales en un borde y huellas de uso en el contrario (fig. 29, 7).

LR3-28: Lámina de borde de núcleo de cuarcita, con huellas de uso en un borde (fig. 27,2).

LR3-42: Fragmento de mano de molino, sobre canto de arenisca de grano fino (fig 30,3).

LR3-23: Pieza de hoz, sobre lámina de talón liso y fractura lineal, con huellas de uso y pátina de cereal.

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Fichas de yacimientos LR3-43: Pulidor sobre canto de arenisca de grano medio, fragmentado, con una superficie cóncava pulimentada (fig. 30,2).

metros hacia el Oeste se encuentran las bocas de las cuevas de Piedrahita I y II. 5. El conjunto fue localizado por el grupo C.A.E.A.P. y por Angel Ocejo a comienzos de los años 80.

LR3-44: Canto de arenisca de grano medio con una cara pulimentada. Por su métrica parece un pulidor, más que una mano de molino (fig. 30, 1). LR3-45: Canto de arenisca de grano medio con intensas marcas de percusión en ambos polos (fig. 30 ,4). En cuanto a los soportes aparecen 8 láminas (fig. 29, 5 y 6), 14 lascas simples, 7 lascas de decorticado secundario, 3 lascas de decorticado primario, 3 lasquitas de retoque, 1 núcleo, 3 fragmentos de talla, 3 fragmentos de canto y 2 cantos. La materia prima más utilizada es el sílex, con 21 piezas, seguida de la cuarcita con 13, la arenisca con 5 y el cuarzo con 4.

Fig. 4.1.31. Túmulo de La Raiz 4 muy alterado 6. Materiales depositados en el M.R.A.P. 7. San Miguel, Ocejo y Muñoz (1981-82: 343-345). Teira Mayolini (1994: 61-62). Ocejo (1983-84). Serna (2000). La última estructura de esta necrópolis, que no ha sido revisada, se localiza en el interior de un eucaliptal inmediato. Está muy afectada por la instalación de una torre de alta tensión en su cráter de violación. Estructura tumular de Cotero La Mina 1. El Hortigal. San Vicente de La Barquera. Z: 135 m. 2. Se encuentra en un prado situado en el fondo de la vega, en la cabecera del arroyo del Barcenal. Se trata de una vega de fondo muy plano, labrada entre la sierra de Los Tomases y la estribación norte de la sierra del Cueto – Carranceja.

Fig. 4.1.30. Industria lítica pesada de la Raiz-3: 1 y 2 Pulidores, 3. Fragmento de mano de molino, 4. Percutor. Todos a partir de cantos de arenisca.

3. Necrópolis. Neolítico - Calcolítico. 4. Gran túmulo formado por piedras de calizas locales – calizas arenosas del Eoceno- en matriz arcillosa. En origen estaba cubierto por prado de siega. Antes de ser excavado media 24 m de diámetro y 3,5 m de altura. En los bordes del pozo de violación se observaban restos de una cámara realizada con ortostatos de caliza. Uno de ellos medía cerca de 2 m de longitud.

También se ha estudiado como procedente de esta excavación (LR-3/41) un fragmento de tapadera en piedra, fabricado a partir de una plaqueta de arenisca de grano medio (fig. 4, 28). Por último citar que se recuperó un fragmento de cáscara de avellana carbonizado (sigla LR-3 – 1990 – H6), a una Z: 180185 cm. Raiz 4. Coordenadas U.T.M.: 387.160 / 4.800.440 Z: 115.

Actualmente el túmulo está totalmente desprovisto de suelo y se aprecia un enorme pozo en el centro, de varios metros de diámetro, de planta subcircular, en que afloran bloques y piedras en los taludes, parcialmente derrumbados.

Es un túmulo de 10 m de diámetro, con una altura ligeramente superior al metro. Afectado por la cimentación de una torre de alta tensión. A pocos

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa 5. Yacimiento reconocido por el C.A.E.A.P. a comienzos de los años ochenta y excavado en el año 2000 y posteriores por un equipo de la Universidad de Cantabria dirigido por A. Armendariz.

El túmulo fue objeto de seis campañas de trabajo, acabando definitivamente la excavación del monumento en el año 2000, por investigadores vinculados a la Universidad de Cantabria.

6. Materiales depositados en el M.A.P.C. 7. Armendariz y Teira (2000: 282-283) Armendariz y Teira (2008). Estructura tumular del Canal de la Concha 1. El Hortigal. San Vicente de La Barquera. Z: 127 m. 2. La estructura se localiza en la zona noroeste de la sierra de Los Tomases, que corresponde a una zona más o menos llana, probablemente una antiguo nivel de enrasamiento. Actualmente el lugar se encuentra ocupado por una plantación de eucaliptos.

Fig. 4.1.32. Foto del cráter producido por la excavación del Cotero La Mina

3. Necrópolis. Neolítico – Calcolítico.

Entre otras conclusiones los autores plantean que para montar el túmulo, formado por un casquete de piedras de caliza de 14 m de diámetro, se eligió “un promontorio arcilloso natural” que suponemos descasaba en el fondo de la vega (Armendariz y Teira 2008). El casquete de piedras recubriría en origen una cámara de grandes dimensiones, con un eje de 5 m y de planta imprecisa.

4. Se trata de un único túmulo aislado, formado por piedras de caliza local y tierra. Tanto su diámetro norte – sur como el este- oeste es de uno 6 metros, y su altura de 0,40. Su estado de conservación es deficiente y presenta sus contornos recortados por la plantación forestal. En el centro aparece un claro pozo de violación en que afloran algunos ortostatos de caliza definiendo una planta de 2,1 x 1,1 m.

La serie material recuperada en toda la superficie y volumen tumular incluye: - un hacha de piedra pulimentada y un fragmento de otra, ambas de ofita - cuatro puntas de flecha de retoque plano - una punta de dorso - ocho trapecios - tres raspadores - láminas, lascas y restos de talla y algunos nódulos y núcleos de sílex

5. Yacimiento localizado por el grupo CAEAP y A. Ocejo. 6. Materiales depositados en el M.P.A.C. 7. San Miguel, Ocejo y Muñoz (1982: 345). Ocejo (1986). En este conjunto debe citarse también la estructura conocida como El Tesoro de la Abuela. Se encuentra en la parte más alta del cordal, cerca ya del núcleo rural. Se sabe que su cámara fue volada en los años 60 y en el mismo apareció un fragmento de un hacha de piedra pulida, en concreto del talón. Aún se conserva parte de la estructura.

La mayor parte del material es de sílex, de excelente calidad, aunque también aparece cuarcita y cristal de roca. Aparece, además de abundante cerámica de cronología medieval y posterior, algunos pequeños fragmentos a mano de tamaño reducido.

Estructuras tumulares de Piedrahita

Se han recogido también varios restos de fauna y algunos dientes y huesos humanos muy fragmentados. El estudio preeliminar de estos últimos revela que proceden de un mínimo de tres individuos, uno de ellos masculino.

1. El Hortigal. San Vicente de La Barquera. Z: 125 m 2. El conjunto se localiza en un relieve casi llano, en suave pendiente hacia el sureste, en la falda de la elevación de Los Tomases – Piedrahita, sobre sustratos calcáreos arenosos. Aunque corresponde a la cuenca del Escudo se incluye aquí por razones de proximidad con la necrópolis de La Raiz.

La datación de un carbón de la base del túmulo proporcionó una fecha C-14 AMS de 5.133± 55 B.P.

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Fichas de yacimientos proximal y retoques inversos cerca del talón (fig. 34, 4).

3. Estructuras tumulares. Época indeterminada. 4. En una campa, cubierta por prado de siega, se localizan del orden de 30 estructuras de tipo tumular, formadas por piedras de tamaño medio, de 20 a 30 cm de eje, de caliza arenosa local. Sus diámetros varían entre 2, 5 y 1 metro y su altura es siempre inferior al 0,40 m.

2. Fusayola de barro cocido, de color siena, sin

5. Yacimiento localizado por el grupo CAEAP y A. Ocejo. 6. San Miguel, Ocejo y Muñoz (1982: 345) Ocejo (1986). Yacimiento de los alrededores de Piedrahita – La Ráiz 1. El Hortigal. San Vicente de La Barquera. 2. Se trata de un lote de materiales conservado en los fondos del M.R.A.P. que fue entregado por un particular (según referencia del M.R.A.P. lo entregó la maestra de La Acebosa, M.R. González, en 1973). Al parecer el lote procede al ararse una finca del entorno del túmulo del Tesoro de la Abuela.

Fig. 4.1.34. 1 -3.: Hachas y azuelas pulidas, 4. Gran lámina. Localizadas en el entorno de la necrópolis de La Raiz (San Vicente de La Barquera). M.P.A,C. desgrasantes apreciables. Su diámetro es de 30 mm y la altura máxima de 24 mm. La perforación tiene un diámetro de 14 mm (fig. 33, 3).

Fig. 4.1.33. Materiales estudiados en el M.P.A.C del lote de La Acebosa: Piedrahita- La Raiz. 1 y 2. Puntas de hierro, 3. Fusayola de cerámica.

3. Punta de hierro, con enmangue tubular abierto, de hoja asimétrica y de sección rectangular con bisel en ambos bordes por una única cara (fig 33, 1).

3. Calcolítico. Hábitat (¿) Edad Media. Indetermiando. 4. El lote está formado por los siguientes materiales:

4. Punta de hierro, de enmangue tubular cerrado, hoja simétrica, punta erosionada, y sección aplanada con bisel en ambos bordes por las dos caras. (fig. 33, 2).

1. Gran lámina de sílex blanco, de calidad, pero patinado, con retoques de uso en ambos bordes. Además presenta retoques directos en el extremo

Así mismo se estudió un lote formado por tres piezas pulidas que se describen a continuación: Acb-1 es una azuela de métrica media, elongación corta, sección

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa oval, forma general triangular (fig. 34, 1) Acb-2 es otro hacha de métrica pequeña, corta, plana, de sección elíptica y forma general oval (fig. 34, 2). Acb3 es una pieza de elongación media y de espesor medio de sección rectangular, se trata de una pequeña azuela; presenta evidencias de percusión en el talón (fig. 34, 3).

Cueva próxima al Camping

6. Materiales depositados en el M.A.P.C.

2. Abrigo de unos 10 m de anchura en la boca por 5 m de profundidad, bastante alto, con algunos bloques grandes, orientado al Suroeste.

1. Pechón (Val de San Vicente). Z: 47 m. Se sitúa en el fondo de una vaguada kárstica, cercana a la actual línea costera. Presenta buenas condiciones de habitabilidad.

1.2. Bajo Nansa: Litoral En este sector, que corresponde aproximadamente a la mitad occidental de la rasa litoral del área de trabajo, se incluyen dos áreas de concentración de yacimientos arqueológicos, separadas por la ría formada por el Nansa: Pechón y Prellezo.

3. Hábitat Mesolítico (Asturiense). 4. En dos oquedades de la pared derecha del abrigo, se conservan los restos de un conchero cementado por las precipitaciones calcíticas al techo de los recovecos, entre 30 y 40 cm sobre el suelo actual. Los restos aparecen en dos puntos del lateral izquierdo, en un nivel de limos grises, sueltos, con abundante materia orgánica y en el extremo derecho, concrecionado en dos pequeños bloques adheridos a la pared del abrigo. En el primer punto se realiza un conteo con el siguiente resultado:

En el karst de Pechón se localizan catorce cavidades, la mayor parte de ellas con yacimientos de facies conchero y cronología mesolítica de facies asturiense y neolítica. Se trata del Abrigo próximo al Camping de Pechón, la cueva de Boca del Castro, abierta en una de las paredes de la Isla Sarnosa, la sima - cueva de La Ería, la cueva de Monte Pechón, el Abrigo y la Cueva de Las Cuevas, el Abrigo y la Cueva de Hoyo Laredo, la cueva de Pechón, la Paja, el Cueto, las cuevas de Refugio I y II, la Cueva de La Jilguera y las pequeñas cavidades de Peña Pinto - I a IV-, ya casi sobre la desembocadura del Nansa.

- Patella vulgata: - Patella ulyssiponensis: - Patella intermedia: - Patella indeterminada: 1 - Osilinus lineatus: 9 - Mytilus edulis: 2

En el karst de Prellezo, separado del anterior por la desembocadura del Nansa en Tina Menor, se encuentran 18 cavidades y abrigos con yacimiento arqueológico. Junto a la propia línea de costa están las cuevas de Detrás de Peñalmar, Peñalmar, Detrás de Linares, Linares I, II, y III, Cuelliburro I-II y II, Cueva del Castillo, Trolo, Sobrelacueva y Abrigo del Arroyo del Cú. En la rasa litoral se abren el Abrigo de Prellezo, la Cueva de Las Mailas, la cueva del Rojo, la Cueva y Abrigo de Fuente Llerana y las cuevas de Coto Aro I y II.

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En el lateral derecho, concrecionadas, en dos pequeños bloques adheridos a la pared: - Patella vulgata: - Patella indeterminada: - Patella intermedia: - Osilinus lineatus: - Mytilus galloprovincialis: Total: 51 items.

En el litoral de Prellezo se localiza el único castro de todo el territorio, el Castro de Prellezo, donde se han identificado estructuras y recogido materiales de época protohistórica y romana. También en esta zona aparecen algunas concentraciones de material lítico en superficie, conformando los yacimientos de Prellezo – Trolo, y junto a la ensenada de Fuentes aparece un yacimiento de superficie. Por último se conoce un yacimiento, probablemente un poblado, de fase calcolítica, en la elevación del Cueto del Aro. También se ha localizado, en la parte más alta de una rasa litoral, al noreste de Prellezo, una estructura tumular, conocida como túmulo de Peñaforada.

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5 3 3 4 1

Fichas de yacimientos 4. El vestíbulo está casi totalmente vaciado, y en su pared izquierda se aprecia un corte con la estratigrafía. Las capas presentan buzamiento hacia la boca y parecen proceder de la gatera del fondo que comunica con un sistema de cavidades exterior. En la base aparece un nivel de unos 40 cm de potencia formado por arcillas / limos con pequeños clastos de manganeso y de hierro y algunos eboulis de caliza lavados con los restos arqueológicos. Sobre este aparece una capa formada por eboulis de caliza de arista viva, muy cementado, de 15 cm de potencia. El techo de la secuencia es un nivel de limos grisáceos muy sueltos, con material holocénico. El nivel arqueológico es el de arcillas. En el mismo

Fig. 4.1.35. Cueva próxima al Camping de Pechón. Val de San Vicente. En el lateral aparece un canto cementado, y un hueso largo no identificable. 5. Hallado durante la realización del proyecto de revisión de la Carta Arqueológica de Cantabria en 2007. Topografiada por C.A.E.A.P. / GEIS C.R. 7. Inédita Cueva de la Boca del Castro o de la Isla Sarnosa. Pechón. Val de San Vicente. Z: 23 m 1. Se encuentra en una abrupta ladera acantilada en la cara Este de la Isla Sarnosa o de la Boca del Castro, en Pechón. Para acceder a la misma debe de llegarse a la ensenada de la Boca del Castro y escalar a la Isla, descendiendo después hasta medio acantilado. Presenta buenas condiciones de habitabilidad, seca y bien orientada, aunque de pequeño tamaño.

Fig. 4.1.36. Cueva de la Boca del Castro o de la Isla Sarnosa. Pechón. Val de San Vicente. aparecen, con aspecto de depósito secundario, dos conchas de Patella vulgata de tamaño grande (con diámetros mayores de 4,5 y 5 cm) y un fragmento de otra concha de la misma especie, y una muela de Capra pyrenaica. Todo el material se encuentra embutido en el corte de arcillas pero parece desplazado desde otra zona. En otras zonas del mismo nivel aparecen esquirlas pequeñas de hueso.

2. Cavidad con boca de tamaño medio, de unos 3,5 m de ancho por 1,6 de alto que da acceso a un vestíbulo ancho, de fondo plano y poco desarrollo, unos 3 m de profundidad. Desde allí parten a la izquierda dos gateras impracticables y en la pared derecha una galería de pequeño tamaño que se ciega a los 2 m, con planta en ángulo.

5. El yacimiento fue localizado y topografiado por el CAEAP y GEIS C/R.

3. Epipaleolítico / Paleolítico Superior. Hábitat.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa izquierdo, se conserva el suelo original de la cueva, un falso suelo, que conserva varios metros de planta.

Sima / Cueva de La Ería 1. Pechón. Val de San Vicente. Z: 65 m.

3. Neolítico. Hábitat. La cueva se encuentra en la parte media- alta de un hüm en la rasa costera caliza de Pechón, en la zona de Ería, accediéndose desde el camino que partiendo de la carretera de Pechón a Unquera lleva hasta la Isla Sarnosa. Una vez recorridos unos 300 m del camino se cruzan varios prados en dirección oeste, y se llega hasta el hüm donde se encuentra la cavidad.

4. En los conos de derrubios que desembocan en la galería de la derecha, junto al plano de estratificación, aparecen varias conchas de Patella vulgata y cinco fragmentos de cerámica mano. Se trata de un vaso de tamaño medio, de diseño ovoideo, de paredes finas, unos 3.5 mm, de color gris negruzco exterior e interior, con abundantes desgrasantes de tamaño medio de cristales de calcita espática. Su superficie está bien alisada. Junto a las conchas y la cerámica aparecen dos fragmentos de hueso: una epífisis de hueso largo de Cervus elaphus y una esquirla con fracturas antrópicas. También aparece un canto de cuarcita sin marcas claras de uso.

Actualmente no presenta condiciones de uso como espacio de hábitat por encontrarse el suelo hundido por colapso, pero en origen estaba orientada al sur y ofreció un espacio amplio. 2. La cavidad hoy día es una sima de unos 3 m de diámetro producto del colapso de una cueva de

Fig. 4.1. 37. Cueva de la Ería. Val de San Vicente.

trazado descendente. El suelo, con una pendiente de unos 55º, desciende por una colada de limos unos 11,5 m y una anchura de unos 4 m, hasta llegar a una zona de acumulación con una pendiente de 20º, los últimos 6 m de la cueva, cubiertos por tierra negra y basura, ocultan un laminador. En esta zona la cueva se amplía con unos 8 m de anchura. A la derecha se conserva, junto a un plano de estratificación subvertical, una galería con suelo irregular. A ambos lados de la bajada, especialmente en el lateral

Se observan conchas en la zona central del cono de derrubios y sobre todo en la plataforma conservada en la galería de la izquierda. En este punto junto a las conchas aparece un M3 de Rupicapra rupicapra. En total se han contado 56 conchas de Patella vulgata y 23 de Patella intermedia. En un recoveco en la parte alta de la sima, en un nivel revuelto, aparecen fragmentos de hueso y un molar de Bos sp., que por la talla corresponde a la especie doméstica.

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Fichas de yacimientos

5. El yacimiento fue localizado por el grupo GEIS C/R y CAEAP. La cavidad ha sido topografiada por miembros del GEIS C/R.

Abrigo situado en un pequeño vallejo, junto a la base del monte de Pechón, en un área muy resguardada, al pie de un farallón rocoso. A pesar de sus reducidas dimensiones presenta buenas condiciones de habitabilidad.

Cueva del Monte de Pechón 1. Pechón (Val de San Vicente).

2 Abrigo corrido orientado al SE de unos 10 m de anchura por aproximadamente 2 m de altura y de casi 2 de profundidad. Se halla a unos metros a la izquierda de la cueva de Las Cuevas II.

Se sitúa en la parte inferior de la ladera de la rasa que se encuentra al Sur del núcleo rural. 2. Se trata de una cueva pequeña, difícil de localizar, descendente.

3. Hábitat. Mesolítico (Asturiense). 4. Conserva restos de un conchero adherido a las paredes por las precipitaciones calcíticas de unos 15 cm de potencia formado por lapas pequeñas (Patella vulgata, P. intermedia) y conchas de Osilinus lineatus. Es utilizado como huerto-macetero por los habitantes del chalet próximo.

3. Ocupación ocasional medieval. 4. Reconocida por un lugareño a principios de los ochenta, quien halló los materiales arqueológicos. 5. En el fondo de la cueva se hallaron fragmentos medievales destacando una olla casi completa, de reducido tamaño, de color pardo, la base plana y el cuello corto y vuelto, realizado a torneta, que nos fueron enseñadas hace años por el descubridor de la cueva.

5. Fue reconocido a principios de los ochenta por el C.A.E.A.P. grupo que además realizó la topografía. 7. Muñoz (1992: 248). Muñoz (1996: 98). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 77).

6. Los materiales se encuentran en poder de un particular.

Cueva de Las Cuevas II

7. Muñoz (1992: 248). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 74)

1. Pechón, Val de San Vicente. Z: 65 m

Abrigo de Las Cuevas 1. Pechón, Val de San Vicente Z: 63 m.

Fig. 4.1. 39. Cueva de Las Cuevas II. Pechón. Val de San Vicente.

Situada al pie de un farallón de una colina prelitoral, donde se forma un vallejo al pie de la Sierra Plana de Pechón. Presenta buenas condiciones de habitabilidad.

Fig. 4.1.38. Abrigo de Las Cuevas. Pechón. Val de San Viente.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

Fig. 4.1.40. Cueva de Las Cuevas. Pechón. Val de San Vicente. 1. Núcleo N.U.P.C. de cuarcita, 2-4. Lasca 2ª de cuarcita, 5. Perforador atípico de cuarcita y 6. Laminilla de dorso de sílex. donde se observa toda la estratigrafía. Desde el fondo del vestíbulo hasta la segunda boca ha sido parcialmente excavada conservándose testigos laterales de más de 1 m de altura, con un testigo con conchero adherido a la pared derecha del segundo vestíbulo.

2. Pequeña cavidad parcialmente desplomada en forma de túnel con dos bocas, la principal orientada al Sur y la secundaria al Norte. La boca principal es muy amplia, unos 6 m de altura por 11,5 m de anchura, cuya parte derecha tiene forma de amplio abrigo, que comunica con un corto vestíbulo que progresivamente va disminuyendo hacia el fondo hasta acabar, a los 18,5 m, en la segunda boca, de unos 2 m de altura por unos 4 m de anchura. El yacimiento, muy vaciado, contenía un importante relleno arqueológico del que solamente restan testigos laterales adheridos a las paredes por las precipitaciones calcíticas. Así en la parte derecha de la boca, se ve un amplio testigo

3. - Hábitat. Magdaleniense Superior / Final Epipaleolítico. - Hábitat Mesolítico (Asturiense). 4. En el amplio testigo de la pared derecha de la boca principal se observa una columna estratigráfica de 4,5 m de altura, contemplándose debajo de los restos de

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Fichas de yacimientos una costra calcítica un potentísimo conchero de unos 3 m de altura, formado por lapas pequeñas (Patella vulgata, P. intermedia, etc.), Osilinus lineatus, Mytilus edulis, Paracentratus lividus, etc.

que ha sido usado como yunque, ya que en el centro de la cara inferior tiene una concavidad pronunciada realizada a base de golpes. Métrica: (94)-62-21 (fig. 41 1). - Lasca simple de cuarcita. - Núcleo del tipo NUPC de cuarcita - Núcleo del tipo NUPC de cuarcita. - Núcleo irregular de cuarcita. - Núcleo sobre canto de cuarcita con una sola extracción en el extremo. - Varios cantos de cuarcita y arenisca.

Por debajo del conchero aparece un nivel negruzco de unos 20 cm de potencia. A los pies de este corte, en superficie, se estudiaron los siguientes materiales: perforador atípico sobre lasca 2ª, de talón cortical, en cuarcita (fig. 41, 5); una laminilla de dorso de sílex (fig. 40, 6), 2 lascas simples - una de cuarcita y una de sílex - 5 lascas de decorticado 2º, de las que 3 son de cuarcita (fig. 40, 2-4), una de sílex con talón facetado y una de radiolarita, una laminilla de borde de núcleo, de sílex, una esquirla ósea con retoques simples inversos en un borde, una esquirla quizás recortada y un fragmento de costilla con marcas de descarnado.

Estos materiales se encuentran depositados en el M.A.P.C., con referencia 4508. Además se clasificó una pequeña muestra de malacofauna de superficie; 27 Patella vulgata, 15 Patella intermedia, 13 Patella sp, 45 Osilinus lineatus, 4 Mytilus edulis, 1 Ostrea edulis, 1 caparazón casi completo de Paracentrotus lividus y se observó 1 gasterópodo marino grande no identificado.

Entre los materiales extraídos del conchero por el vecino que ha acondicionado la cueva, con escaleras y

6. M.P.A.C. 7. Muñoz (1992: 248). Muñoz et al (1992: 15, 26, 27 y 31). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 74, 76 y 77). Muñoz (1996: 98). Muñoz et al (1992). Abrigo del Hoyo Laredo 1. Pechón, Val de San Vicente. Z: 63 m. Se halla a unos metros de la cueva del Hoyo Laredo, presentando magníficas condiciones de habitabilidad, al hallarse muy protegido. 2. Abrigo corrido de planta rectangular, de alrededor de 2 m de altura, 12 m de anchura y unos 5 m de profundidad, orientado al Norte. 3. Hábitat. Mesolítico (Asturiense). 4. Conserva restos de conchero adherido a las paredes por precipitaciones calcíticas, de unos 15 cm de potencia, formado por lapas pequeñas (Patella intermedia, P. vulgata, etc.), Osilinus lineatus, Mytilus edulis, etc.

Fig. 4.1.41. Cueva de Las Cuevas. Pechón. Val de San Vicente. Industria lítica. Lote 4508. MRAP. 1 y 2: Picos asturienses, el superior utilizado como yunque.

Se realiza un conteo con los siguientes resultados: - Conchero del nivel superior, en un espacio de 15 x 15: Osilinus lineatus: 135, Patella sp.: 66 (aparecen vulgata, intermedia y ulissyponensis), Mytilus edulis: 2, Gibbula sp.: 1 - Conchero del nivel inferior: Osilinus lineatus 63 (mayor tamaño que el nivel superior)

que la utiliza como almacén ocasional, se hallaron: - Pico asturiense de cuarcita con el extremo distal roto. Métrica: (54)-56-40 (fig. 41 2). - Pico asturiense de arenisca con el extremo distal roto. Presenta una punta prominente y la base ancha,

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

Se observa también una lasquita de sílex y 2 lascas de cuarcita negra.

Conserva pequeños pegotes de conchero adherido al techo y a la parte alta de las paredes del vestíbulo por las precipitaciones calcíticas. El conchero está compuesto por lapas pequeñas (Patella vulgata, P. intermedia, etc.), Osilinus lineatus, etc. La cueva tiene algunas basuras.

5. Reconocido y topografiado por el C.A.E.A.P. a principios del ochenta. 7. Muñoz (1992: 248). Muñoz (1996: 98). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 77).

5. Reconocido y topografiado por el C.A.E.A.P. a principios de los años ochenta. 7. Muñoz (1992: 248). Muñoz (1996: 98). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 74, 76 y 77).

Cueva del Hoyo Laredo 1. Pechón, Val de San Vicente. Z: 63 m

Cueva de Pechón 1. Pechón. Val de San Vicente. Z: 60 m 2. Cavidad situada en un farallón rocoso en la ladera Sur de una pequeña colina. Presenta buenas condiciones de habitabilidad y está a unos 350 m de la actual línea costera. 3. Epipaleolítico (Aziliense). 4. Cavidad con una boca de unos 2 m de altura por unos 12 m de anchura, orientada al Sureste, cuyo vestíbulo, que es amplio, presenta en la parte derecha forma de abrigo triangular. Por la parte izquierda se prolonga unos 5 m y tiene una anchura de 2 m. El yacimiento ocupa toda la parte izquierda de la cueva, apareciendo un conchero adherido a las paredes a unos 15 cm del suelo, y suelto en la superficie, formado por Patella vulgata grandes y Littorina littorea; además de restos paleontológicos, algunos de ciervo y de restos de talla de sílex.

Fig. 4.1.43. Cueva del Hoyo Laredo. Pechón.

Fue reconocida en los años cincuenta por el equipo de camineros de la Diputación, quienes realizaron una pequeña calicata en la misma hallando algunos materiales. Fue publicada en los ochenta por M. R.

Fig. 4.1.42. Abrigo del Hoyo Laredo. Val de San Vicente. Cavidad situada en el fondo de una pequeña depresión kárstica de un cerro calizo prelitoral. No presenta condiciones de habitabilidad debido a su reducido tamaño, aunque se encuentra a unos metros a la derecha del A. del Hoyo Laredo, de magníficas condiciones. 2. Reducida cavidad orientada al Suroeste con una boca reducida de 0,6 m de altura, 1,5 m de anchura, que continúa por una galería rectilínea de unos 8 mde profundidad.

Fig. 4.1.44. Cueva de Pechón. Pechón. Val de San Vicente.

3. Hábitat. Mesolítico (Asturiense).

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Fichas de yacimientos González Morales. El plano fue realizado por el C.A.E.A.P.

- Nivel II: conchero de unos 10 cm de potencia, formado por lapas pequeñas (P. intermedia, vulgata, etc.), Osilinus lineatus, Mytilus edulis, etc.

7. González Morales (1982: 241, 244) Muñoz (1992: 248). Muñoz (1996: 98). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 77). Muñoz, San Miguel y C.A.E.A.P. (1988: 98). Muñoz, Santamaría y San Miguel (2003: 314).

- Nivel III: conchero de más de 1 m de potencia formado por Patella vulgata grandes y Littorina littorea. Se observan huesos de herbívoros y algunas piezas de sílex. 5. Fue descubierta a finales de los setenta por F. Bernardo de Quirós y V. Cabrera, aunque fue publicada por M. R. González Morales quien la cita erróneamente como gran conchero mixto, es decir formado por Patella vulgata grandes y Patella pequeñas, Littorina littorea, Osilinus lineatus, etc. Fue topografiada por el C.A.E.A.P.

Cueva de la Paja 1. Pechón, Val de San Vicente. Z: 55 m Cavidad situada al pie de un farallón calizo en la base de una pequeña colina prelitoral, cerca de la cueva de Pechón. Ofrece buenas condiciones de habitabilidad.

7. González Morales (1982: 240-241 y 242). Muñoz (1992: 248). Muñoz (1996: 98). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 77). Muñoz, San Miguel y C.A.E.A.P. (1988: 181). Muñoz, Santamaría y San Miguel (2003: 314).

2. Pequeña cavidad fósil con una boca amplia, de 3 m de altura y unos 8 m de anchura, orientada al Sur, que da acceso a un reducido vestíbulo de unos 4,5 m de profundidad, en forma de abrigo, con pequeñas prolongaciones laterales. Al fondo del vestíbulo se abre una galería de unos 2 m de anchura por 9 m de profundidad, continuando hacia la izquierda por una galería de 5 m de profundidad por 1,5 m de anchura, donde hay un pequeño pozo por colapso.

Cueva del Cueto o Lanzal 1. Pechón, Val de San Vicente. Z: 24 m

3. Yacimiento de hábitat del Epipaleolítico (Aziliense) y del Mesolítico (Asturiense). 4. La cueva está prácticamente vaciada conservando importantes testigos adheridos a la pared, de 1,5 m de altura, y al techo del vestíbulo por las precipitaciones calcíticas, diferenciándose los siguientes niveles:

Sumidero de gran desarrollo abierto en el fondo de una dolina existente en el borde de una uvala situada a un centenar de metros de la actual línea costera. Presenta buenas condiciones de habitabilidad. 2. Sumidero con una boca muy grande, de unos 3 m de altura por unos 5 m de anchura, orientada al Oeste, que da acceso a un amplio vestíbulo muy descendente, repleto de bloques, de unos 27 m de profundidad, con un cambio de rumbo hacia la izquierda en su centro. Por la pared izquierda del fondo del vestíbulo hay una gatera descendente, que por medio de un pozo muy angosto de la pared derecha y a pocos metros de la entrada, comunica con una salita subcircular donde se hallaron cerámicas. Desde el fondo del vestíbulo y por medio de un alto escalón rocoso se accede a la galería principal, de grandes proporciones y con abundantes fenómenos reconstructivos. A través de una galería estrecha y muy descendente se desemboca en una amplia sala de suelo irregular, en cuya parte izquierda hay un corredor que finaliza en una sala ascendente, y por la derecha, después de un pequeño corredor desemboca en una galería amplia, de complicado recorrido, hasta alcanzar el piso inferior con una corriente de agua. Mide unos 900 m de desarrollo.

Fig. 4.1.45. Cueva de La Paja . Pechón. Val de San Vicente.

3. Hábitat. Mesolítico (Asturiense). Indeterminado. Cerámicas tardo-antiguas (?). Indeterminado. Medieval (con algunas “marcas negras” de reducido tamaño).

- Nivel I: capa estalagmítica de unos 10 cm de grosor. Estéril.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa León García et al (1973: 18-21) Muñoz (1992: 248). Gómez Arozamena (2003: 220 y 222). Morlote et al (1996: 202, 204, 254). Muñoz, Valle, Smith y Serna (1996: 287). Valle, Morlote y Serna (1996: 107). Yacimiento del Camino a la cueva del Cueto 1. Pechón. Val de San Vicente. Z: 48 m En la pista que lleva a la cueva del Cueto o Lanzal y que recorre la rasa situada al norte de Pechón. 2. Se encontró una única pieza en el corte de la pista que lleva de Prellezo a La Hoya, unas decenas de metros antes de la cueva del Cueto. Se encontraba en el nivel de lavado de un suelo formado sobre sedimentos cuaternarios de procedencia marina.

Fig. 4.1.46. Topografía parcial de la cueva del Cueto o Lanzal (Leon et al 1973, modificada y simplificada).

3. Paleolítico Medio. Hallazgo aislado. 4. En la parte derecha del fondo del vestíbulo aparece en superficie un conchero formado por lapas pequeñas (Patella vulgata, P. intermedia), Osilinus lineatus, Mytilus edulis, Ostrea edulis, etc. Muy cerca y entre los bloques se halló un chopper de cuarcita. Las conchas aparecen entre los bloques. Proceden de un nivel, visible puntualmente, de 10 a 15 cm de potencia, que incluye material suelto y fragmentos de carbón (se observan dos conchas de Patella de pequeño tamaño, una de Ostrea edulis).

4. La pieza es una raedera lateral, tallada en el borde derecho de lasca de decorticado primario, talón cortical, con retoques marginales en el borde izquierdo. Está realizada en cuarcita gris de calidad. El retoque es de tipo Quina, sobreelevado. No presenta pátina, quizás por encontrarse entre arcillas (fig. 47).

En una salita existente al fondo del vestíbulo, en un lugar de difícil acceso, caídas desde el fondo del vestíbulo, se hallaron fragmentos de panza de cerámica oscura a torneta, quizás de ollas de perfil en “S”: . -

Fragmento de panza de unos 5 mm de grosor, de color negruzco con el exterior pardo y con desgrasantes gruesos de calcita. Fragmento de panza de unos 6 mm, negruzco con el exterior rojizo, con desgrasantes finos calcíticos. Fragmento de panza de unos 7 mm de grosor, de color rojizo, con desgrasantes gruesos de cuarzo.

En la galería alta que hay después del vestíbulo son abundantes las concentraciones de carbón, acompañadas de fauna doméstica, además de algunas “marcas negras” muy discretas.

Fig. 4.1.47. Raedera de cuarcita. Estación de superficie del Camino a la cueva de El Cueto.

5. A principios de siglo fue visitada por H. Alcalde del Río, quien firma en una pared del fondo de la cueva. El yacimiento fue reconocido a principios de los setenta por SESS, quienes además realizaron la topografía de la cavidad. A principios de los ochenta fue investigada por el C.A.E.A.P. hallando el conchero y las hogueras del interior.

5. Localizada durante el desarrollo del proyecto de prospección de la Cuenca del Nansa por miembros del grupo GEIS C/ R y CAEAP. Inédita 6. Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria.

7. C.A.E.A.P. (1984: 125 y 128).

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Fichas de yacimientos Cueva de El Refugio 1. Pechón (Val de San Vicente). Z: 59 m. Cavidad abierta a dos metros altura en una pequeña elevación kárstica próxima a la costa. Presenta escasas condiciones de habitabilidad debido a sus reducidas dimensiones. 2. Tiene una boca de tamaño medio, de unos 2,10 m de altura por 1,20 m de anchura, orientada al Sur, que da acceso a un reducido vestíbulo, al principio ligeramente descendente, repleto de bloques de tamaño mediano y pequeño, de 6,6 m de longitud por unos 2 m de anchura máxima. En el fondo del vestíbulo hay un corte de 2,40 m de altura, en un cambio de rumbo hacia la izquierda, continuando la galería 6,6 m, con una anchura máxima de 2 m en el comienzo de la galería en la pared izquierda hay dos galerías muy reducidas impracticables. 3.

- Hábitat Mesolítico - Yacimiento sepulcral. Calcolítico-Bronce - Refugio Bajo-medieval/Moderno.

En el centro del vestíbulo, entre los bloques calizos, se hallaron, además de cerámicas modernas, fragmentos del cuello de olla con el borde vuelto, algo desarrollado y el labio biselado del exterior hacia el interior. La parte superior de la panza está decorada con un estriado profundo y regular. Debajo hay cinco líneas finas y no muy profundas, realizadas a peine, formando un motivo a ondas largas poco pronunciadas. Es de color ladrillo con engobe gris por el exterior, presentando desgrasantes finos de cuarzo. En el fondo del vestíbulo, junto a la pared izquierda, se halló un pico asturiense con la punta rota, de cuarcita (fig. 48.1) y 1 lasca 1ª de cuarcita (fig. 48. 2). En la galería del fondo se hallaron: - Dos fragmentos de una vasija grande prehistórica, con la base plana y la unión a la panza convexa, tratamiento basto y de unos 5 mm de grosor, con el interior grisáceo y el exterior pardo, que presenta el interior poroso. Posee desgrasantes gruesos y abundantes de calcita blanca. - Siete fragmentos de panza lisa, probablemente de la misma vasija, de unos 8 mm de grosor, de color negruzco con desgrasantes gruesos de calcita. - Fragmento parduzco, quizás de base, con desgrasantes grandes y abundantes de cristales de calcita blanca, de unos 7 mm de grosor. - Dos fragmentos de color grisáceo con el exterior rojizo, de unos 5 mm de grosor. Presenta desgrasantes muy abundantes y grandes de cristales de calcita.

105

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

Fig. 4.1.48 Cueva del Refugio. Pechón. Val de San Vicente. 1. Pico asturiense de cuarcita, 2. Lasca 1ª de cuarcita.

- Seis fragmentos de la panza y de la base de una vasija a torneta, con el fondo plano y la unión con la panza convexa, tiene 4 mm de grosor. Es de color parduzco con desgrasantes finísimos de mica. - Fragmento de panza a torneta, de color rojizo con el exterior negruzco, presenta escasos desgrasantes cálcicos. - Fragmento de cráneo y molar muy desgastado y con caries central profunda, humanos.

- Fragmento de una jarra a torneta, con el borde muy corto y recto y el labio de arista redondeada. Junto al borde posee el arranque de un asa de cinta. Tiene el exterior rojizo con el alma negruzca, y posee desgrasantes gruesos y escasos de cuarzo.

- Huesos de Sus, bovinos y ovicaprinos. 5. La cueva fue reconocida, investigada y topografiada por el C.A.E.A.P. a comienzos de los años ochenta. 6. Parte de los materiales se encuentran en el M.P.A.C. 7. Muñoz (1992: 248). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993): (289, 297 y 298). Cueva de El Refugio II Fig. 4.1. 49. Cueva del Refugio. Pechón. Val de San Vicente.

1. Pechón (Val de San Vicente). Z: 68 m. Se halla al pie de una pequeña elevación, muy cerca y a la derecha del Refugio I. No ofrece unas mínimas condiciones de uso como lugar de hábitat.

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Fichas de yacimientos pared derecha al inicio de la galería izquierda se halló un bloque de concreción con un fragmento de mandíbula de ciervo.

2. Cavidad muy reducida, con una boca de 2,5 m de altura por 1 m de anchura, orientada al Suroeste, que da paso a un vestíbulo ascendente, de 2 m de profundidad por 1 m de anchura, que comunica por medio de un estrechamiento, de 0,6 m de anchura, con una galería paralela al vestíbulo, de 3,4 m de longitud por 0,7 m de anchura, repleto de bloques. 3. Yacimiento sepulcral. Indeterminado.

Fig. 4.1.51. Cueva de La Jilguera. Pechón. Fig. 4.1.50. Cueva del Refugio II. Pechón.

5. Reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P. a comienzos de los años ochenta del pasado siglo.

4. En la salita final del fondo de la cueva y en superficie, que está rellena de bloques de tamaño mediano, se halló un fragmento de fémur humano.

7. Muñoz (1992: 248). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 78). Cueva de Peña Pinto 1 (o próxima a la Ría de Pechón).

5. Reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P. a comienzos de los años ochenta.

1. Pechón, Val de San Vicente. Z: 36 m

Cueva de la Jilguera

Cueva situada en una dolina suave de una afloración costera de la zona prelitoral, a unos 400 m de la actual línea costera. Presenta condiciones de habitabilidad buenas, aunque limitadas por su tamaño.

1. Pechón, Val de San Vicente. Z: 45 m. Se encuentra en la base de la cara sur de una pequeña colina prelitoral, a unos 300 m de la actual línea de costa. Presenta buenas condiciones de habitabilidad.

2. Cavidad muy reducida con una boca amplia, de 2 m de altura por 4 m de anchura, orientada al Oeste, que da acceso a un pequeño vestíbulo de 4,5 m de longitud por unos 3 m de anchura. En el techo del fondo de la cueva presenta otra boca en el techo de unos 2 m de anchura por 0,8 m de altura.

2. Sumidero fósil con una boca bastante amplia, de 1,5 m de altura por 2,5 m de anchura, orientada al sur, que da paso a un vestíbulo relativamente amplio, de unos 3 m de profundidad, en cuyo fondo se bifurca en dos galerías, la de la derecha de unos 5 m de profundidad, que se va progresivamente estrechando hasta cegarse, y la de la izquierda, de 2 m de longitud, hasta llegar a un estrechamiento de 0,5 m de anchura, comunicando con un vestíbulo paralelo y similar al principal, aunque más reducido, casi colmatado por bloques y que desemboca en una boca ancha y muy baja, paralela y a la izquierda que la principal.

3. Hábitat. Mesolítico (Asturiense).

3. Hábitat. Mesolítico (Asturiense) (?). 4. Junto a la pared izquierda de la entrada de la galería de la derecha se halló un bloque suelto de concreción con una púa de Paracentrotus lividus, y junto a la

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

4. En el fondo derecho hay un testigo de 0,20 m de altura, concrecionado, con una Patella vulgata. Junto al mismo se observó una Patella vulgata suelta. En el fondo izquierdo se observaron 20 Patella vulgata, una falange de Capra sp., 3 esquirlas óseas de aspecto prehistórico.

Fig. 4.1.52. Cueva de Peña Pinto I. Pechón

4. Conserva restos de un potente nivel de conchero adherido a las paredes por las precipitaciones calcíticas, observándose una columna de 1,80 m de altura, que se conservan en ambos laterales. El yacimiento se encuentra hoy totalmente vaciado. Junto a la pared izquierda del fondo la cueva se hallan conchas marinas en superficie, caídas del corte. El conchero está formado por lapas pequeñas (Patella intermedia, P. vulgata), Osilinus lineatus, Mytilus edulis, etc. Un conteo realizado con los ejemplares cementados produce los siguientes resultados:

Fig. 4.1. 53. Cueva de Peña Pinto - 2. Pechón. Val de San Vicente.

- Osilinus lineatus .................................. 73 - Patella vulgata ..................................... 46 - Patella ulysiponensis ........................... 12 - Patella intermedia ............................... 28 - Mytilus sp............................................. 37 - Mytilus edulis ....................................... 17 - Mytilus galloprovincialis ..................... 3 - Cepaea nemoralis ................................ 1

5. Reconocida e investigada por el C.A.E.A.P. / G.E.I.S. C/R. Cueva Peña Pinto 3 (Ría de Pechón III). 1. Pechón (Val de San Vicente). Z: 59 m. Se sitúa en la cima de una elevación sobre la ría, en posición dominante, habitable.

5. Fue reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P. a comienzos de los años ochenta.

2. Covacho con una boca amplia, de 1,6 m de altura por 2,6 m de anchura, orientada al Este y con una profundidad en la parte izquierda de 1,4 m, de forma triangular.

7. Muñoz (1992: 98). Muñoz, Malpelo y Gómez (1996: 107). Cueva de Peña Pinto 2 (Ría de Pechón 2)

3. Hábitat Mesolítico.

1. Pechón (Val de San Vicente). Z: 67 m .

4. En la pared izquierda del covacho y 0,60 m de altura se observan los restos de un conchero adherido por las precipitaciones calcíticas, con Osilinus lineatus y Patella vulgata y en la superficie varias Patella vulgata y esquirlas óseas. A unos 4 m a la izquierda del covacho y sobre una pared, hay un fragmento grande de conchero cementado con tres conchas de Patella vulgata.

Cueva situada al pie de un pequeño monte próximo a la ría, en posición poco dominante, habitable. 2. Reducida cavidad con una boca relativamente amplia, de 2,5 m de altura por 1,6 m de anchura, orientada al Este, que comunica con un vestíbulo reducido, de 2,5 m de profundidad y de 2,5 m de anchura, que se prolonga por dos galerías muy reducidas, presentando un pequeño escalón de 0,20 m de altura el de la derecha.

5. Reconocido por C.A.E.A.P. / G.E.I.S. C/R.

3. Hábitat Mesolítico.

108

Fichas de yacimientos

Fig. 4.1.54. Cueva de Peña Pinto 3. Pechón. Cueva de Peña Pinto 4 1. Pechón (Val de San Vicente). Z: 60 m. Se sitúa en la base del largo farallón calizo que conforma la pared oeste de la ría de Pechón, a poca distancia de la parte alta de la rasa, en un sector de fuertes pendientes. 2. Cavidad de boca mediana, de 2,6 m de anchura por 1,4 de altura, orientada al Sur, con un pequeño vestíbulo de planta cuadrada cuyo suelo está formado por un gran bloque clástico. En el fondo, en el lateral derecho, nace una estrecha gatera a favor de una diaclasa, de más de 7 m de longitud, que se va estrechando hasta hacerse impracticable. En el lateral izquierdo del vestíbulo aparece un colapso con forma de pozo que permite descender al nivel original de la cueva, muy colmatada por bloques.

Fig. 4.1.55. Cueva de Peña Pinto 4. Pechón. Sector litoral. Prellezo. Covacho de detrás de Peñalmar 1. Prellezo, Val de San Vicente. Z: 35 m. Cavidad muy reducida, en realidad un abrigo colmatado y colapsado, orientado al Sur, abierto al fondo de una dolina, situado al pie de un farallón de una reducida elevación costera, a menos de un centenar de metros de la actual línea costera. Es muy habitable.

3. Hábitat Mesolítico. 4. En el reborde del fondo del vestíbulo, entre tierras sueltas, algo calcificadas, aparecen abundantes conchas de mejillón, de tamaño grande, junto a lapas y otras especies de moluscos de roca. Un conteo de superficie produce los siguientes resultados:

2. Actualmente presenta una boca reducida que comunica con un vestíbulo muy descendente, de 4 m de profundidad, finalizando en una salita de 1,5 m de profundidad por 1,8 m de anchura.

- Patella vulgata ..................................... 9 - Osilinus lineatus .................................. 1 - Mytilus edulis ....................................... 25 - Mytilus galloprovicialis ....................... 16 - Otrea edulis ......................................... 2 - Nº total ................................................. 53

3. Hábitat. Neolítico. 4. En el fondo de la rampa que desemboca en la salita final se encuentran testigos de conchero de un gran tamaño adheridos a las paredes por las precipitaciones calcíticas y en la salita del fondo, sin duda procedente de la parte superior por medio de un colapso, se observan grandes testigos de conchero cementado, de 1,3 m de potencia, que, a su vez ha colapsado. El conchero está formado por Patella (vulgata, intermedia), Osilinus lineatus, Mytilus edulis, Paracentratus lividus, Cepaea nemoralis, etc. También se hallaron huesos y esquirlas, un núcleo de

Uno de los mejillones aparece cementado en una pequeña hornacina formada en la calcita de la pared del fondo, a +30 cm del suelo actual. Además se estudia un canto alargado de cuarcita marrón sin marcas observables y una esquirla de diáfisis de hueso largo con fractura antrópica. 5. Reconocido por C.A.E.A.P. / G.E.I.S. C/R.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa cuarcita, cantos de arenisca y cerámicas a mano, tanto en el testigo superior, a unos 40-60 m de la superficie del mismo, como en la salita inferior, destacando los restos de una vasija, grande de color pardo, con desgrasantes gruesos de calcita, con el borde recto y el labio simple.

Cueva de Detrás de Peñalmar Muestra Muestra 2 Muestra 3 1 Techo Camarín. Camarín. Boca Zona Zona zona superior media superior 5 34 27

Patella vulgata Patella intermedia Patella ulyssiponensis Mytilus sp (do-glp) Osilinus lineatus Cepaea nemoralis Scrobicularia plana Restos humanos Industria

Fig. 4.1. 56. Cueva de Detrás de Peñalmar. Prellezo.

En la zona media- baja del nivel de conchero interior apareció un pico marisquero, en cuarcita de calidad. Mide 80mm longitud por 68 de anchura y un espesor de 41 mm.

15

142

129

1

9

6

2

19

9

7

42

24

-

9

5

-

1

-

-

1 astrágalo humano 1 canto 1 pico percutor marisquero

-

En la base del corte, pero probablemente caído de la zona media o alta, aparece en superficie un astrágalo humano, en concreto el izquierdo, correspondiente a un individuo adulto. Se han realizado tres conteos de malacofauna en tres zonas diferenciadas verticalmente. La muestra 1 se tomó en el material empotrado en el techo, antes de descender al camarín, en un área de 40 x 50 cm. La muestra 2 se leyó en el área mas alta del camarín, de unos 40 cm de altura por 2 metros de frente. La muestra 3, dejando una zona intermedia sin leer, en el continuo, de 60 de altura por 2 de frente. Fig. 4.1.57. Cueva de Detrás de Peñalmar. Prellezo. Pico asturiense en cuarcita 5. Reconocida por el C.A.E.A.P.

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Fichas de yacimientos

Fig. 4.1.58. Izquierda: C. Detrás de Peñalmar. Sección, indicando la posición del conchero y la situación de los conteos. Derecha: Planta de la cueva de Peñalmar. Cueva de Peñalmar

Especie Patella vulgata Patella intermedia Patella ulissiponensis Mytilus sp (*) Osilinus lineatus Cepaea nemoralis Otros restos

1. Prellezo, Val de San Vicente. Z: 55 m Pequeña cavidad situada en un cantil de una pequeña elevación frente a la actual línea costera, en posición dominante. Ofrece buenas condiciones de habitabilidad. 2. Presenta una boca de tamaño medio, de 2,7 m de altura por 1,2 m de anchura, orientada al Este, que por medio de un pasillo de 1 m de longitud, desemboca en una salita de 2,5 m de profundidad por 1,5 m de anchura, hasta un estrechamiento de 0,60 m de anchura, girando bruscamente hacia la izquierda, por una galería ascendente, de 2,5 m de longitud por 0,8 m de anchura, que desemboca en una boca de 0,7 m de altura por 0,6 de anchura, orientada al Sureste.

C. de Peñalmar 5 23 3 1 5 1 Huesos no identificables

5. Reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P. 7. Muñoz (1992: 248). Muñoz (1996: 98). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 78). Cueva detrás de Linares 1. Prellezo (Val de San Vicente).

3. Hábitat. Mesolítico (Asturiense).

Se sitúa en la falda de una pequeña colina muy próxima a la actual línea costera. Presenta pocas condiciones de habitabilidad.

4. En el fondo de la salita interior, muy cerca del cambio de rumbo y en la pared derecha, presenta restos de un conchero adherido a la pared por las precipitaciones calcíticas a 0,55 m sobre el suelo actual. El conchero está formado por Patella (vulgata, intermedia), Osilinus lineatus, Mytilus edulis, etc.

2. La cueva presenta un amplio abrigo de unos 3 m de altura por 8 m de anchura, orientada al Noreste. La parte izquierda de la boca está a un nivel más bajo que el resto de la cueva, y presenta una fuerte inclinación hacia la derecha. Su desarrollo es de 4 m y su superficie es llana. La parte derecha se prolonga por el extremo derecho por una galería muy ascendente, de 4 m de longitud, que finaliza en una salita de 2 m de longitud por 4 m de anchura, en cuyo

Un conteo realizado con la malacofauna visible en superficie aporta los siguientes resultados:

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa extremo derecho hay un cono de derrubios que comunica con el exterior.

derecha del gran bloque situado a la izquierda del vestíbulo, a aproximadamente 1,5 m del suelo, y de unos 20 cm de potencia. El conchero está formado por lapas pequeñas (Patella vulgata, Patella intermedia), Osilinus lineatus, Mytilus edulis, etc. En el yacimiento se observa la siguiente estratigrafía:

Fig. 4.1.60. Cueva de Detrás de Linares. Prellezo. 3. Hábitat ocasional. Epipaleolítico.

Paleolítico

Superior

/

4. En la salita final de la parte derecha de la cueva, que es llana y tiene algunos bloques, se observó un nivel arcilloso-terroso, en cuya superficie aparecieron 2 conchas de lapa (Patella vulgata) de tamaño grandes y abundantes esquirlas óseas. Aparece un fragmento de maxilar y algunos dientes y otros huesos de Cervus elaphus y más hacia el exterior una falange de esta misma especie.

Fig. 4.1. 61. Cueva de Linares (Linares I). Prellezo.

- Nivel basal, formado por bloques calizos de tamaño grande. Potencia superior a 80 cm. - Nivel frío formado por eboulis de 4 cm de eje medio, con muy poco sedimento entre clastos. Potencia 40 cm.

5. Localizado por miembros del grupo GEIS / CAEAP en 2007, durante el desarrollo del proyecto de Revisión de la Carta Arqueológica de Cantabria, en el valle del Nansa. Topografiado por C.A.E.A.P / G.E.I.S. C/R.

- Nivel de concreción calcárea terrosa, de color blanco rosado, con conchas de Osilinus lineatus y Patella, que llega hasta el techo, donde se conserva adherido. Potencia superior a 40 cm.

Cueva de Linares o Linares I 1. Prellezo, Val de San Vicente. Z: 25 m

Especies Patella vulgata Patella intermedia Patella ulysiponensis Osilinus lineatus Cepaea nemoralis Erizo de mar (fgto cp)

Reducida cavidad situada al borde de una vaguada que desciende suavemente hasta el mar. Ofrece buenas condiciones de habitabilidad. 2. Cavidad orientada al Suroeste, con una boca amplia, de 13 m de anchura por unos 4 m de altura, con un murete que da acceso a un reducido vestíbulo de 8 m de profundidad, cuya parte izquierda está ocupada por un gran bloque.

Linares 1 18 39 6 99 1 1

Haciendo el conteo se observó un fragmento de hueso de Cervus elaphus y una lasquita de sílex, empotrada en la calcita.

3. Hábitat. Mesolítico (Asturiense). 4. Conserva restos de un conchero cementado por las precipitaciones calcíticas, en el fondo y en la parte

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Fichas de yacimientos 7. Muñoz (1992: 248). Muñoz (1996: 98). Muñoz, San Miguel y C.A.E.A.P. (1988: 204). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993:76 y 78). Covacho de Linares o Linares II 1. Prellezo, Val de San Vicente. Z: 27 m Se halla a unos 3 m por encima de la cueva de Linares. Debido a sus reducidas dimensiones no presenta condiciones de habitabilidad. 2. Reducida cavidad con una boca de 1 m de altura por 2 m de anchura, orientada al Suroeste, que comunica con un pequeño vestíbulo de 2,2 m de profundidad.

Fig. 4.1.62. Covacho de Linares (Linares II). Prellezo.

3. Mesolítico (Asturiense). Ocupación de hábitat ocasional.

5. Fue reconocida a principios de los ochenta por C. Pérez Suárez y P. Arias Cabal. Ha sido topografiada por el C.A.E.A.P.

4. En la superficie del vestíbulo se hallaron varias Patella de reducido tamaño y esquirlas óseas. 5. Reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P.

Fig. 4.1. 64. Cerámica a torno. Cueva de Cuelluburru II-I. Prellezo (Val de San Vicente).

7. Muñoz (1982: 248). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 78). Abrigo de Linares o Linares III 1. Prellezo, Val de San Vicente.

Z: 10 m.

Se halla en el fondo de la vaguada donde está la cueva de Linares, en el límite intermareal, aunque ocasionalmente es alcanzado por el mar. Presenta condiciones de habitabilidad buenas, pero limitadas por su tamaño. 2. Abrigo de reducidas dimensiones, con una boca de 2,3 m de altura por 3,8 m de anchura, orientada al Noroeste, y de 2,8 m de profundidad. 3. Hábitat. Mesolítico (Asturiense).

Fig. 4.1.63. Abrigo de Linares (Linares III). Prellezo. Val de San Vicente. 113

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa 2. Cavidad de pequeña boca, que da paso a una galería única.

4. Presenta los restos de un conchero en el fondo del mismo adherido a las paredes por las precipitaciones calcíticas. El conchero, de unos 10 cm de potencia máxima, está formado por Patella y Osilinus lineatus, etc.

3. Indeterminado. Romano. 4. Presenta un nivel de limos en la mitad del vestíbulo, muy revuelto por los tejones, al menos hasta unos 20 cm de profundidad.

Se realiza un conteo entre el material observable en superficie, con los siguientes resultados. Especies Patella vulgata Patella intermedia Patella ulyssiponensis Mytilus sp) Osilinus lineatus

Entre la tierra aparecen algunos fragmentos de huesos, un fragmento de diáfisis muy alterado de mamífero de talla media, 1 fragmento de diáfisis de ave y 1 fragmento de cerámica de pastas grises muy compactas, con engobe gris a negruzco, desgrasantes muy finos, hecho a torneta o torno lento, quizás romana (fig. 64). Bajo la capa revuelta aparece en la zona central, un nivel compacto, con carbones y esquirlas de hueso.

Linares 3 2 8 22

5. Reconocido y topografiado por el C.A.E.A.P. 7. Muñoz (1992: 248). Muñoz (1996: 98). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 78).

5. Reconocido y topografiado por el C.A.E.A.P.

Cueva de Cuelluburru II/I

1. Prellezo (Val de San Vicente). Z: 64 m.

1. Prellezo (Val de San Vicente). Z: 52 m (6).

Se sitúa en un pequeño vallejo lateral, que desemboca en la actual línea costera, presentando condiciones de habitabilidad.

Cueva de Cuelluburro II

Se sitúa en la ladera del mismo pequeño valle donde se encuentra el grupo de Linares y Cuelluburru. Se trata de una segunda boca de la cueva de Cuelluburru II. Aunque es un espacio pequeño, es seco y resulta habitable.

2. Presenta una boca, relativamente amplia, de 1,5 m de longitud por 3 m de anchura, de forma triangular, orientada al Sur, y con un murete de cierre. Da acceso, por medio de una pequeña rampa, a un amplio vestíbulo de 5,5 m de longitud por 6 m de anchura, en el fondo del cual hay un estrechamiento, al que se accede por una pequeña rampa, de 1 m de anchura. Se prolonga por una galería de 6 m de longitud por 2 m de anchura máxima, bastante bajo, con algunos fenómenos reconstructivos y varios fenómenos espeleogenéticos hasta llegar a una bifurcación. Continúa hacia la izquierda por una galería de 7 m de longitud por 2 m de anchura, con bloques, que comunica por un paso infranqueable con CuelluburruII y hacia la derecha por una galería de 6 m de longitud cuya parte final es ascendente, girando hacia la izquierda, de tan sólo 1 m de longitud.

Fig. 4.1.65. Cueva de Cuelliburru II-I

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Fichas de yacimientos 5. Reconocida por el C.A.E.A.P. a comienzos de los años ochenta. Topografiada por C.A.E.A.P. Cueva de Castillo 1. Prellezo (Val de San Vicente). Z: 25 m. Se sitúa en un recodo muy escondido, en la pared de un acantilado, colgada sobre la actual línea costera. Presenta buenas condiciones de habitabilidad, aunque limitadas por el tamaño del vestíbulo y de la propia boca.

Fig. 4.1.66. Cueva de Cuelloburru II. Val de San Vicente 3. Hábitat Asturiense. Fig. 4.1.67. Cueva de Castillo. Prellezo. Val de San Vicente.

4. Presenta restos de conchero adherido a las paredes por las precipitaciones calcíticas, a aproximadamente 1,20 m de anchura. Aparece la siguiente estratigrafía

2. Pequeña cavidad con una boca reducida, de 0,8 m de altura, por 1,3 m de anchura, orientada al Este, que comunica con un pequeño vestíbulo, de 2,7 m de longitud por 2 m de anchura. El vestíbulo desemboca en una sala amplia, todo ello rebajado 40 cm, de 8,3 m de longitud por 7,5 m de anchura. En la pared derecha hay una galería muy reducida, de 2,7 m de longitud. En el fondo de la sala hay una colada ascendente que comunica con una galería amplia y ascendente de 12,7 m de longitud por 4,6 m de anchura, bastante rebajada, conservando un testigo de 20 cm de altura, en la pared derecha. Es bastante húmeda por goteo y presenta fenómenos reconstructivos.

- Nivel 1. En posición basal, con 40 cm de potencia, muy compacto, formado por gruesos bloques e intensamente cementado, con matríz de arcillas rojas. - Nivel 2. Costra de concreción pavimentaria de 75 a 80 cm de potencia. En su zona media se ve un fragmento de mandíbula de macromamífero y un fragmento de concha de caracol marino - Littorina littorea ?-. La concreción tiene un tono rosado a blanquecino, e incluye algunos bloques escasos y fragmentos de concreción redepositada. - Nivel 3. Capa de concreción de entre 15 y 20 cm de potencia, mas suelta y en algunos sitios perdida. Esta capa, en otras zonas de la cueva mide 30 cm de potencia. Incluye restos de un rico conchero formado por conchas de Patella sp y de Osilinus lineatus, así como fragmentos de hueso de macromamífero. En este nivel se realiza un conteo, con los resultados siguientes: Especies Patella vulgata Patella intermedia Patella ulysiponensis Mytilus sp (dom glp) Osilinus lineatus Cepaea nemoralis

3. Paleolítico Superior. Hábitat. Tardo-Antiguo. Depósito. 4. En la sala final de la cueva y cerca del comienzo de la misma y junto a la pared derecha se halló en superficie una laminilla de dorso (fig. 69, 1) El nivel paleolítico se encuentra colgado sobre una costra pavimentaria, a 1,30 m sobre el nivel del suelo actual, por lo que la cueva está vaciada. Aparecen restos óseos cementados en un nivel de tierra compacta al fondo y mas concrecionado en los laterales que incluyen fragmentos diafisiarios y un molar de Capra sp. Al fondo de la sala de entrada se halló un fragmento de panza lisa de color pardo, perteneciente probablemente a una olla de perfil en “S” (fig. 69, 2). En la pared inmediata aparece un pequeño grupo de

Cuelluburru 2 (boca 1) 37 24 21 1 41 -

115

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa “marcas negras”, formado por cuatro manchas, una de ellas a su vez integrada por dos puntuaciones.

Fig. 4.1.68. Abrigo de Prellezo. Prellezo. Val de San Vicente. En los fondos del M.R.A.P. se han estudiado los restos citados más arriba (referencia 4562):

Fig. 4.1.70. Cueva del Trolo. Prellezo. Val de San Vicente.

- laminilla de dorso, retoque S/Apd, en sílex gris claro foráneo, brillo. - fragmento de panza de vaso a mano, de 5,5 mm de

7. Muñoz (1992: 248).

Fig. 4.1.69. Cueva de Castillo. Prellezo. Val de San Vicente. Industria lítica y cerámica. 1. Laminilla de dorso de sílex, 2. Fragmento de fondo de cerámica.

espesor, exterior alisado, color humo, interior gris claro, desgrasantes muy abundantes de pequeños cantos rodados de cuarcita blanca, de 1 a 3 mm de eje. - fragmento de fondo de cerámica a mano, pastas exteriores rojizas a marrones, interior negruzco, desgrasantes gruesos de cuarzo, superficie exterior burdamente alisada con irregularidades. Presenta restos de concreción. - 1 hueso poroso de macromamífero.

Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 78).

5. Reconocida a principios de los ochenta por el C.A.E.A.P. Topografiada por el C.A.E.A.P. 6. Materiales depositados en el M.R.A.P. de Santander.

2. Abrigo de reducidísimas dimensiones, con el techo parcialmente desplomado. Tiene unas dimensiones de 4 m de anchura por 2,5 m de profundidad, si bien

Abrigo de Prellezo 1. Prellezo (Val de San Vicente). Z: 66 m (11). Pequeño abrigo abierto en la cara Norte de una pequeña elevación costera. Con buenas condiciones de habitabilidad.

116

Fichas de yacimientos únicamente presenta techo los 0,70 m del fondo del abrigo, ya que el resto del techo está desplomado.

anchura, estando a su derecha, en un plano más alto, la secundaria, de 2 m de altura por 1 m de anchura; dan acceso a un vestíbulo bastante amplio, de 6,3 m de profundidad por 5 m de anchura con una pequeña galería colgada en codo en la pared derecha. De frente continúa por una galería colgada a 1,4 m del suelo, de 1m de anchura, que a los 5 m gira hacia la izquierda, haciéndose impracticable a los 4 m.

3. Hábitat Mesolítico. 4. En la superficie del fondo izquierdo del abrigo se hallaron 5 Patella ulyssiponensis y 1 Patella vulgata, muy pequeñas. 5. Reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P. a comienzos de los años ochenta.

3.

Cueva del Trolo

4. Presenta restos de conchero cementado a las paredes por las precipitaciones calcíticas en la pequeña galería de la derecha y en sus proximidades, observándose a 1,2 m de altura los restos de un conchero de 80 cm de potencia, por debajo de una colada, formado por lapas pequeñas, Osilinus lineatus, etc. Por debajo aparece otro conchero de unos 5 cm de potencia, con Patella vulgata grandes y Littorina

1. Prellezo, Val de San Vicente. Z: 5 m Pequeña cavidad situada en un farallón existente al borde de un riachuelo que inmediatamente desemboca en una playa reducida. Tiene buenas condiciones de habitabilidad.

- Hábitat Epipaleolítico (Aziliense) - Hábitat. Mesolítico (Asturiense)

Fig. 4.1.71 Abrigo del Arroyo del Cu y Cueva del Arroyo del Cú (Val de San Vicente).

littorea. 2. Presenta dos entradas contiguas orientadas al Sur. La principal es amplia de 2 m de altura por 2 m de

5. Localizada y topografiada por el C.A.E.A.P.

117

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa de metros de la ensenada de Fuentes. Desde el abrigo se domina la desembocadura del arroyo y la ensenada.

7. Muñoz (1992: 248). Muñoz (1996: 98). Muñoz, Gómez y San Miguel (1993: 76 y 78).

2. Abrigo rupestre, orientado al norte, de 22 m de anchura y poco más de 1 m de profundidad. En su extremo derecho se prolonga con una cavidad de 6 m de anchura y 4 m de profundidad con algunos bloques calizos.

Cueva de Las Mailas o del Arroyo del Cú 1. Prellezo (Val de San Vicente). Se sitúa en la ladera de una pequeña elevación muy próxima a la actual línea de costa.

3. Hábitat. Mesolítico. 4. En superficie aparece un nivel revuelto, formado por una matriz de limos arcillosos de color ocre, con abundantes conchas de varias especies marinas: Patella sp., Monodonta, Mytilus sp. Además aparecen algunos fragmentos de hueso, carbón y varios restos de talla de sílex, cuarcita y cristal de roca.

2. Presenta una boca mediana, de 2 m de altura por 2,5 m de anchura, orientada al Norte, que comunica con una galería rectilínea de 19 m de longitud por 2,5 m de anchura, que da acceso a una pequeña sala de 4 m de longitud por 5,5 m de anchura, en cuya entrada hay tres escalones. Continúa por una galería descendente, de 8 m de longitud por 5 m de anchura, que después de un estrechamiento de 2 m de anchura, que desemboca en una sala amplia, de 7 m de longitud por 10 m de anchura, muy descendente que va a dar a un pozo de agua.

Un conteo realizado en la tierra revuelta por un tejón, en el lateral occidental del abrigo ha proporcionado los siguientes resultados: Patella intermedia Patella vulgata Osilinus lineatus

3. Sepulcral. Calcolítico/Bronce. Hábitat.Paleolítico Superior. Uso ocasional. Tardo-antiguo - medieval.

51 26 25

5. El yacimiento fue descubierto a principios de los años 1980 por miembros del C.A.E.A.P. Topografía: C.A.E.A.P.-G.E.I.S. C/R (1982)

4. En la superficie del vestíbulo de la cueva se hallaron una lasca simple de cuarcita con escotadura clactoniense, 1 hendedor de tipo 0 de Tixier de cuarcita, 1 canto pequeño de cuarcita, 2 molares de ciervo (uno infantil), varias Patella vulgata bastante grandes, 1 fragmento de tibia humana y un fragmento de cerámica a mano con desgrasantes de calcita. En la galería de entrada se halló un fragmento de panza, quizás de una olla de perfil en “S” con desgrasantes de cuarzo y finísimas de mica y un fragmento de cerámica a torno o torneta de color grisáceo con desgrasantes muy finos de mica. En el fondo de la cueva de hallaron abundantes sílex muy patinados, de color lechoso, con dos núcleos, una lasca simple y varias lascas de fractura.

Cueva del Rojo 1. Prellezo, Val de San Vicente. Z: 70 m Yacimiento situado a unos 3,7 km de la actual línea costera, en el fondo de una pequeña dolina junto a una afloración kárstica. Presenta pocas condiciones de habitabilidad. 2. Sumidero activo con una boca de 1,2 m de altura por 2,6 m de anchura, orientada al Este, que da acceso a un vestíbulo muy descendente, de 10 m de profundidad por 4 m de anchura máxima, hasta un estrechamiento de poco más de 1 m de anchura. Desembocando en una galería amplia, de 20 m de longitud por 4 m de anchura, muy descendente, por cuya parte derecha circula el río, hasta un estrechamiento, a partir del cual toda la galería está ocupada por el riachuelo.

5. Reconocido a principios de los ochenta por el C.A.E.A.P. Topografiado por C.A.E.A.P. 6. Museo de Santander. 7. C.A.E.A.P. (1987: 89 y 152). Muñoz (1992: 248). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 78)

3. Hábitat. Mesolítico (Asturiense). 4. Conserva restos de un conchero cementado a las paredes de una potencia máxima de 30 cm en varios puntos del vestíbulo, en la parte derecha de la boca y en el fondo izquierdo del mismo. El conchero está formado por lapas pequeñas (Patella vulgata, P. intermedia y P. ulyssiponensis), Osilinus lineatus, Mytilus edulis, Venerupis decussata, Haliotis tuberculata, Paracentrotus lividus, Cepaea nemoralis,

Abrigo de Las Mailas o del Arroyo del Cú 1. Santillán (Val de San Vicente). Z: 50 m. Se sitúa en la ladera, directamente sobre la plataforma enrasada, asomado a la línea de costa, a unos cientos

118

Fichas de yacimientos etc., además de restos de ictiofauna y de algunos restos de talla líticos. En concreto se observan: 1 lasca simple de sílex, 2 lascas simples, 1 lasca 2ª con dorso natural, 1 lasca 2ª y varios cantos hendidos de cuarcita; y varios cantos hendidos de arenisca. En la galería del fondo de la cueva hay restos de conchero redepositado.

anchura y que tras unos 3 m de desarrollo se bifurca en dos galerías que pronto se hacen impracticables. Tanto en la cavidad principal como en la gatera aparecen cubiertos por un nivel de arenas con cantos de cuarzo. En las paredes de la cueva formadas por calizas aparecen también cantos de cuarzo blanco.

Fig. 4.1.73. Cueva de Fuente de la Llerana. Prellezo. 3. Hábitat. Mesolítico (Asturiense). 4. En el suelo de la gatera, entre la arena que la cubre, apareció un gran pico realizado en un canto aplanado, de origen marino, de cuarcita marrón (fig 73, 1) Así mismo aparecen varios restos de talla:

- Fragmento de lasca de cuarcita marrón, con fractura medial transversal, talón roto.

- Lasca de decorticado secundario, talón cortical, rodado, en sílex calcedoníco.

Fig. 4.1. 72. Cueva del Rojo. Prellezo. Val de San Vicente.

- Lasca simple, talón cortical, de sílex calcedonítico alterado.

- Lasca simple, talón cortical, rodado, en sílex calcedonítico.

El relleno sedimentario del vestíbulo ha sido en gran parte destruido por las obras para la extracción de aguas, asimismo presenta una acumulación de escombros en la boca.

- Lasca simple, talón liso, cuarcita, rodada. - Lasca simple talón cortical, sílex quemado y -

5. Reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P.

-

7. Muñoz (1996: 98) Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 78).

-

Cueva de la Fuente de La Llerana

-

1. Prellezo, Val de San Vicente. Z: 58 m Yacimiento situado en la plataforma litoral, junto a un pequeño curso enderroico, en la base de un hüm. Presenta buenas condiciones de habitabilidad.

-

2. Se trata de una cavidad con dos bocas amplias, ambas de unos 6 m de anchura y de escaso desarrollo, con una única gatera lateral, de menos de un metro de

-

119

rodado. Fragmento de lámina de sílex talón roto, alterado (fig. 74, 2). Lasca simple, talón cortical, en cuarcita grís, rota. Fragmento de lasca simple, talón cortical, en sílex calcedonítico. Lámina de sílex, talón roto, sílex calcedonítico, fractura medial transversal. Lasca de decorticado secundario, talón cortical, de arista de núcleo, en sílex calcedonítico claro, rodado. Fragmento de lasca simple, talón liso, sílex alterado. Lasca de decorticado secundario, talón liso, fracturada, en sílex calcedonítico rodado. Lasca simple, talón cortical, en cuarcita.

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa 5. Reconocida durante el desarrollo de la revisión de la Carta Arqueológica de Cantabria en 2007 por miembros del grupo GEIS C/R y CAEAP. Topografiada por miembros del grupo CAEAP.

sílex calcedónico, de tonos melados, de talón cortical, fracturada. Así mismo se estudio un canto de cuarcita de pequeño tamaño con algunas marcas de uso en un lateral (50-42-30). Se estudia una muestra de 17 ejemplares de Patella intermedia y otras 17 de Patella

Fig. 4.1.74. Cueva de Fuente de la Llerana. Prellezo. Material lítico.

vulgata. Abrigo de la Fuente de la Llerana 2. 1. Prellezo, Val de San Vicente. Z: 40 m Pequeño abrigo situado en el mismo hüm que la cueva de la Fuente de la Llerana, pero en su cara oeste, sobre el pequeño arroyo. Ofrece buenas condiciones de habitabilidad, aunque limitadas por su tamaño medio, pero el ambiente es más húmedo que en la primera cavidad. 2. Abrigo que hoy día es de pequeño tamaño, con unos 3,5 m de anchura y 1,5 m de fondo. Se trata realmente de la entrada de una cavidad mayor, totalmente colmatada de la que aparecen gateras en los rebordes, en concreto, a 4 m del abrigo se encuentra un pequeño conducto que conecta con el principal.

P. intermedia N

Longitud

Anchura

Altura

17,00

17,00

17,00

Media

27,35

21,18

7,88

Desv. típica

4,08

2,55

2,27

P. vulgata

Longitud

Anchura

Altura

N

17,00

17,00

17,00

Media

28,59

22,88

11,00

Desv. típica

4,20

2,79

2,36

Métrica de Patella intermedia y P. vulgata del Abrigo de Fuente de la Llerana.

El suelo está cubierto por bloques de tamaño pequeño y limos plásticos, muy húmedos, con mucha materia orgánica.

5. Reconocida durante el desarrollo de la revisión de la Carta Arqueológica de Cantabria en 2007 por miembros del grupo GEIS C/R y CAEAP. Topografiada por miembros del grupo CAEAP.

3. Hábitat. Mesolítico (Asturiense). 4. En superficie y entre las piedras aparecen abundantes conchas de Patella, de las especies P. vulgata y P. intermedia, así como una lasca simple de

7. Inédita.

120

Fichas de yacimientos parecen formar parte de motivos complejos. Se han aislado dos pentágonos uno de gran tamaño y otro muy reducido. Enfrente de este panel, pero en la pared derecha muy cerca del techo, hay otro más pequeño, formado por líneas muy gruesas. No se ha estudiado ningún material arqueológico en la cavidad. Únicamente aparecen carbones en las galerías interiores.

Cueva de Cueto Aro I ( o Cueto del Arco) 1. Prellezo (Val de San Vicente). Z: 7 m. Cavidad situada en la cara oeste de una pequeña elevación, Cueto Aro, cerca de la cima, en posición dominante. Se abre en la pared izquierda de un sondeo de cantera junto a la carretera local que lleva de Prellezo al cruce de Coto Aro.

5. Reconocida por miembros del grupo GEIS C/R y C.A.E.A.P. Topografiada por miembros del grupo C.A.E.A.P. 7. Inédito. Cueva de Cueto Aro II 1. Se encuentra a unos 5 m a la derecha de la anterior, excavada en la misma pequeña cantera que corta sus primeros metros.

Fig. 4.1.75. Abrigo de la Fuente de la Llerana 2.

La boca se abre en un pequeño frente, por lo que se han perdido los primeros metros de su trazado, y actualmente mide 2 m de altura por 1.5 m de anchura, orientada al norte. Da acceso a una galería ligeramente ascendente, que a los 3.5 m se hace llana y gira bruscamente a la derecha por una rampa pronunciada, de 9 m de longitud, girando a la derecha por un tubo descendente de 4 m de longitud. La galería gira después hacia la izquierda en un tramo 4 m de longitud, con 1,3 de altura y finaliza en un estrechamiento que conduce a una salita de planta circular, en cuyas pareces hay marcas de garras de oso. De su extremo parte una gatera muy descendente, impracticable. Toda la zona llana del fondo de la cueva está cubierta por una potente capa de sedimentos arenosos, muy sueltos, que deben relacionarse con la alteración de las calizas arenosas en que está labrada la cueva. 3. Arte rupestre indeterminado. En una cornisa muy aparente situada en la pared izquierda del vestíbulo, a unos 80 cm de altura sobre el suelo, aparece un panel de grabados incisos en trazo grueso, que presentan una clara pátina. Los grabados ocupan la cara superior de la cornisa, situada en plano casi horizontal, solo ligeramente inclinado hacia el suelo, en una superficie de casi medio metro cuadrado. Han sido realizados en la roca dura por medio de un instrumento de punta aguda, pero no demasiado fina. Aunque están representados varios motivos grandes, muchos de los trazos no

Fig. 4.1.76. Cueva de Coto Aro I. Prellezo. Val de San Vicente. 2. La galería de entrada tiene actualmente 1,5 m de longitud por 1 m de altura, con 1,8 m de anchura, de perfil marcadamente descendente, que después de un estrechamiento continúa unos 2 m también en claro descenso, ocupado por un cono de derrubios procedentes de la boca, formado por tierra y bloques. La galería de entrada desemboca en una sala circular, de 3.5 m de longitud por 4 m de anchura, con suelo

121

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa cubierto de arena, terminando en una pequeña galería descendente, impracticable.

gran colada muy pronunciada, midiendo 11 m de longitud por 6 m de anchura.

Fig. 4.1.77. Cueva de Cueto Aro I. Prellezo. Croquis parcial del panel principal. Fig. 4.1.78. Cueva de Coto Aro II. Prellezo. Val de San Vicente.

3. Hábitat del Paleolítico Superior. Hábitat Epipaleolítico / Mesolítico.

3. Arte rupestre indeterminado.

4. En la pared izquierda del comienzo del vestíbulo, hay un testigo de 1,15 m de potencia, donde se observa una estratigrafía formada de arriba abajo, por una capa estalagmítica gruesa. A 0,60 m se observa un conchero asturiense formado por Osilinus lineatus, Patella vulgata, Patella ulyssiponensis, etc., muy concrecionado y poco visible. Debajo aparece un nivel estéril.

4. En el fondo de la pared derecha del área de boca hay un pequeño panel, aproximadamente a un metro del suelo, de grabados incisos muy gruesos, formados por varias líneas largas y oblicuas, que aparentemente no parecen presentar una organización, bastante patinadas. 5. Reconocida por miembros del grupo GEIS C/R y CAEAP. Topografiada por miembros del grupo CAEAP.

En un testigo de la pared derecha se observó un metápodo de ciervo. En la superficie del dentro del vestíbulo y entre los bloques del suelo de hallaron:

Cueva de Sobrelacueva 1. Prellezo (Val de San Vicente). Z: 57 m (10). Cavidad de corto recorrido aunque de amplias dimensiones situada en una ladera alta, abrupta, sobre los acantilados costeros. Presenta buenas condiciones de habitabilidad. 2. Cavidad con la boca muy amplia, de 4,4 m de altura por 4,8 de anchura, que comunica con un gran vestíbulo, de 10 m de profundidad por 6 m de anchura. Se prolonga por una galería recta, ocupada por una

122

- Una lasca 2ª de borde de núcleo con el talón cortical, de cuarcita. - Una lámina simple rota con el talón suprimido, de cuarcita. - Una lámina simple rota con el talón liso, de sílex. - Una laminilla simple con el talón liso, de sílex. - Un núcleo de lascas sobre una lasca 1ª muy grande, de cuarcita. - Un núcleo del NUPC, de cuarcita. - Un núcleo irregular, muy pequeño y sin córtex, de donde se han extraído lascas, de radiolarita. - Un fragmento de canto. - Una lasca 2ª con el talón cortical, con una escotadura lateral directa, de cuarcita.

Fichas de yacimientos paralelos hasta la ensenada, formando un pasillo de 11 m de anchura.

Fig. 4.1.80. Castro de Castillo. Prellezo (Val de San Vicente).

En el año 2003 el equipo dirigido por E. Peralta Labrador realizó una intervención muy limitada en el castro, hallando algunas Patella, un fragmento de molino, una lasca de cuarcita y un borde de cerámica común romana.

Fig. 4.1. 79. Cueva de Sobrelascuevas. Val de San Vicente. Junto a la pared izquierda de la sala interior se observa un testigo parcialmente excavado, donde hay un nivel pardo con huesos grandes y Patella vulgata de gran tamaño.

En superficie se han hallado algunas piezas, en concreto una tachuela de hierro decorada por la cara interna del disco con una cruceta y cuatro glóbulos o puntitos; manos y metates de molino, uno de ellos de tipo barquiforme completo, cantos rodados; dos sílex, uno de ellos tallado; fragmentos minúsculos de cerámicas a mano, algún fragmento de cerámica común romana, un borde de cerámica medieval, cerámicas vidriadas y tejas. También se han hallado fragmentos de manteado de barro. Hace unos años y durante las labores de recogida de piedras por parte de los lugareños se recogió una espada de hierro, que fue entregada a un chatarrero, según información de los mismos.

5. Reconocido y topografiado por el C.A.E.A.P. a comienzos de los años ochenta. Castro de Castillo 1. Prellezo (Val de San Vicente). Z: 55 m. 2. Se sitúa en un promontorio marino en forma de península, cerrada por el istmo por un complejo sistema defensivo, delimitando una zona llana cercana a las 2,5 hectáreas.

5. El yacimiento fue descubierto e investigado por E. Peralta Labrador y colaboradores. En el año 2004 se ha declarado Bien de Interés Cultural.

3. Protohistoria. Hábitat. 4. Presenta una gran muralla con una puerta, actualmente desaparecida. Construida con bloques calizos, piedras y tierra, con bloques grandes en el borde externo, con una segunda muralla de menos entidad, actualmente desaparecida. A los pies de la muralla hay un gran foso de 6 m de anchura con un contrafoso por el exterior de unos 5 m de anchura.

6. M.P.A.C. 7. Peralta (2005). Fernández, Peralta y Ayllón (2003: 161-172). Yacimiento del Cueto del Arco 1. Prellezo. Val de San Vicente. Z: 80 m El yacimiento se localiza en una pista que parte de la carretera local que conduce a Prellezo, en dirección a la parte alta del Cueto del Arco, cerca ya del borde oeste de esta pequeña cima (112), en el borde de la finca.

Por debajo hay otras dos líneas de murallas, la superior de 50 m de longitud con un talud de 13 m de altura y la inferior de 51 m de longitud. Del extremo septentrional de estas murallas bajan perpendicularmente dos grandes alineamientos

123

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa - Lasca simple Levallois con talón liso, de cuarcita gris de grano fino, sin pátina, con retoques marginales de uso en un borde (fig. 81, 3). - Fragmento proximal de punta de flecha, realizada sobre una lámina de sílex de color marrón y gris sílex de tipo veteado-. No conserva talón ni bulbo. Presenta retoques bifaciales y cubrientes en ambas caras. Es estrecha y espesa, de perfil lanceolado, y ligeramente asimétrica (fig. 81, 1). Presenta paralelos ajustados en el yacimiento Neolítico Final Calcolítico inicial de San Juan de la Canal 2.

2. Los materiales aparecen en un contexto de suelo desarrollado sobre las calizas areniscas, y quizás proceden de la cima de la elevación. Se desconoce su extensión. 3. Paleolítico Medio. Hábitat. Calcolítico. Hábitat (?).

5. El material fue localizado por técnicos de la empresa GAEM durante la inspección visual de los terrenos donde se iba a instalar la estación de telefonía móvil de Prellezo. 6. Los materiales se encuentran depositados en el M.R.A.P. Area arqueológica Prellezo - Trolo 1. Prellezo. Val de San Vicente. 2. En un área espacial muy limitada se han producido varias localizaciones de material lítico, que se han citado como yacimientos independientes. 3. Calcolítico – Neolítico (¿). Hábitat – Taller. 4. El yacimiento se encuentra sobre la rasa costera, con un suelo detrítico con abundantes cantos de arenisca y con sílex naturales, muy deshidratados. Se trata de un sector de costa enrasada, con depósitos de rasa marina. Tradicionalmente se han instalado en la zona campos de cultivo por lo que el suelo está muy afectado por la acción del arado. Estratigrafía:

Fig. 4.1.81. Material lítico de Cueto del Arco. M.R.A. P. (a partir de GAEM 2007). 1. Punta de flecha de sílex, 2 y 4. Lascas 2ª de cuarcita, 3. Lasca Levallois, 5. Lasca simple de sílex.

En un punto medio de la zona se ha estudiado, en un corte del terreno donde aparece material lítico, la siguiente estratigrafía: a) Nivel de humus. Formado por limos arenosos sueltos, rico en materia orgánica. Incluye algunos pequeños cantos de cuarcita. Potencia: 20 cm. En la transición entre este nivel y el siguiente se encontró la pieza de cuarcita retocada, en concreto un fragmento de lámina.

4. El material apareció en el corte producido por una pista en la parte baja del Cueto del Arco y podría proceder de este promontorio. Se trata de una elevación con buenas posibilidades para la instalación de un hábitat en fase Calcolítica. El lote recuperado, formado sólo por material lítico, incluye: - Lasca simple rota de sílex, con talón fracturado, con intensa pátina lechosa (fig. 81, 5). - Lasca de decorticado secundario rota, talón fracturado, en cuarcita fina, de color grisáceo y sin pátina (fig. 81, 4). - Lasca de decorticado secundario, talón cortical, de cuarcita fina de color grisáceo, sin pátina (fig. 81, 2).

124

Fichas de yacimientos

5. Parte del yacimiento fue localizado por P. Arias y C. Pérez, parte por el grupo CAEAP en los años ochenta y las últimas localizaciones tuvieron lugar en 2007, durante los trabajos del proyecto revisión de la Carta Arqueológica de Cantabria. Túmulo de Peñaforada 1. Municipio: Val de San Vicente. Prellezo. Z: 52m. 2. Situado en el extremo de una morra alargada desarrollada en paralelo a la línea de costa y labrada en su lateral sur por el arroyo del Cú. Se trata de una superficie enrasada al Oeste de la desembocadura del citado arroyo. La estructura se encuentra en el punto más alto de la rasa. A pesar de su escasa altura absoluta desde este punto se tiene un amplio control visual del entorno.

Fig. 4.1.82. Yacimiento del Cueto del Arco. Prellezo. Val de San Vicente. b) Nivel de limos más arcilloso y compacto. Incluye también algunos cantos pequeños de cuarcita. Potencia 45 a 50 cm. c) Nivel de terraza / rasa, formado por un depósito de cantos de arenisca compacta, cuarcita y cuarzo. 50 cm de potencia. d) Nivel de limos amarillentos sin cantos. Potencia desconocida. Se conocen las siguientes localizaciones de material arqueológico en el área: a) En el camino carretero que conduce desde el núcleo rural de Prellezo hacia el cementerio y que actualmente está asfaltado, los investigadores C. Pérez Suárez y P. Arias Cabal hallaron restos de talla de sílex de aspecto fresco.

Fig. 4.1.83. Túmulo de Peñaforada. Prellezo, Val de San Vicente.

b) En el camino carretero que conduce desde Prellezo hacia las cuevas de Cuelluburro los investigadores C. Pérez Suárez y P. Arias Cabal, hallaron restos de talla de sílex.

3. Estructura megalítica. Neolítico (¿). 4. Se trata de una estructura de forma tumular formada por piedra de tamaño mediano, areniscas, cuarcitas y calizas, trabadas con tierra. Su diámetro Este - Oeste es de 9m y el Norte - Sur de 9.5 m. Su altura, desde su lado oeste, es de 0.85 m y 0.80 desde el norte. Presenta una importante violación en su zona central que ha desplazado parte de la masa tumular hacia un borde, deformando su sección. También está afectado por el trazado de un camino carretero antiguo que ha cortado marginalmente su flanco este.

c) Hallazgo encima de Trolo I. Z: 52 m. En el corte del camino que lleva a la cueva de Trolo, en la parte alta de la rasa marina en el rellano de ladera, y procedente de la excavación inmediata de un camino. En este punto se observó una lasca de decorticado secundario, en cuarcita, con fractura mesial.

En un corte cercano de la pista, a unos 20 de la estructura, aparecen algunos fragmentos de teja, de aspecto antiguo y pequeños fragmentos de cerámica a torno, quizás de cronología medieval o moderna.

d). Hallazgo junto a la pista que lleva a Trolo I: Z: 50 m. En el corte producido por una pista en los prados y que cruza la rasa costera desde Prellezo a la playa de Trolo, en un suelo formado por limos con cantos de cuarcita, se observó una lasca simple, rota, con talón roto, de cuarcita.

No hay seguridad alguna sobre el carácter “megalítico” de esta estructura, sin duda de origen antrópico. Es posible incluso que se trate de los restos de una atalaya costera, aunque su morfología

125

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa responde al esquema de túmulo megalítico característico de la zona. Sólo una intervención específica permitiría establecer su asignación cronológica. 5. Estructura localizada durante el programa de prospección de la cuenca del Nansa para la Carta Arqueológica de Cantabria, por los grupos GEIS C/R y CAEAP, en 2007. Yacimiento del Arroyo del Cú o de la Ensenada de Fuentes 1. Santillán, Val de San Vicente. El yacimiento se sitúa junto a una pequeña ensenada costera formada en la desembocadura de un arroyo. 2. Los materiales aparecen en un contexto de suelo formado sobre la roca caliza arenosa. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat- Taller. 4. En los desmontes realizados en dicha ensenada para la realización de la cimentación de la central nuclear, que no llegó a levantarse, se observan numerosos cortes, algunos de gran altura, donde aparece un suelo desarrollado sobre la roca madre caliza. En el horizonte B de estos suelos se hallaron varias lacas y núcleos de cuarcita, patinadas. 5. Reconocido por el grupo C.A.E.A.P. a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. 6. M.P.A.C. 7. C.A.E.A.P. (1987). Muñoz, San Miguel y C.A.E.A.P. (1988: 139).

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Fichas de yacimientos En cuanto a las estructuras megalíticas son relativamente escasas en este sector, como resulta habitual en toda la franja litoral de la región. Se ha citado un posible túmulo en el corredor litoral, en el lugar de los Tánagos, aunque es probable que se trate de una tejera.

Sector bajo Nansa Esta área incluye la vega situada entre Pesues al norte y el desfiladero del Rejo - Las Cabras al sur. En el área de Helgueras - Prío se localizan las cuevas de Santa Marina (o Helgueras III), la cueva de Las Conchas y la cueva Osa de Prío. En cuanto a las estaciones de superficie se conocen el yacimiento de Unquera, identificado y estudiado a comienzos de siglo XX, las estaciones de San Pedro de Las Baheras I y II, que técnicamente corresponden ya a la vega del Deva.

En un pequeño collado del cordal que separa el Nansa del Deva, en Helgueras, se estudió una pequeña necrópolis tumular, formada por dos estructuras, y una más dudosa, que se conoce como La Panera. Yacimiento de Unquera

A escasa distancia del núcleo rural de Pesues se encuentra, en el reborde de una dolina labrada en una antigua plataforma de enrasamiento, la cueva del Zorro, que proporcionó un yacimiento de facies de depósito, de época tardo-antigua.

1.Unquera. Val de San Vicente. Se localizaba muy cerca de la estación de ferrocarril, unos 500 m al Este, en la misma caja de la vía. 2.Yacimiento en contexto de suelo, las piezas aparecen entre arcillas rojizas en los laterales del trazado viario.

En la parte alta de esta rasa se han estudiado las estaciones de superficie de Hoya Salceda, de Serdio y de Las Brañas, las tres de un momento antiguo del Paleolítico.

3. Paleolítico Medio. Taller / Hábitat.

En la cara sur de esta misma superficie, casi en su base, se abre la boca de la cueva de la Fuente del Salín, con un importante yacimiento del Paleolítico Superior y manifestaciones rupestres de la misma época.

4. Se hallaron industrias musterienses de pequeño tamaño, de cuarcita y un molar de rinoceronte de Merck. En el lugar donde se encontraba el yacimiento, a lo largo de la trinchera del ferrocarril de vía estrecha, a su paso por la localidad de Unquera, a unos 500 m al Este de la estación, aparecen hoy una serie de infraestructuras lineales, de dirección Este - Oeste, que han destruido totalmente la estación.

En esta misma formación, pero más al este, en Serdio, se localiza la cueva de Fuente La Cueva, con materiales medievales y utilizada tradicionalmente como fuente. En una terraza fluvial del Nansa, cerca de Muñorrodero, se encontró una estación de superficie de fase Paleolítica Antigua, designada con el nombre del pueblo. Algo mas al sur, también en una terraza fluvial se localiza la estación de superficie de Luey, de cronología similar. Cerca del cauce principal del Nansa, en una zona de abruptas pendientes se sitúan las cuevas de Las Cabras y el Rejo I, II y III, con importantes yacimientos del Paleolítico Superior y algunos restos de fases cerámicas. En un contexto similar a Muñorrodero y Luey aparecen las estaciones de superficie de Encima de Las Cabras y al Pie del Rejo.

Fig. 4.1.84. San Pedro de las Baheras. Val de San Vicente.

Por último, en la amplia cubeta de La Magdalena, y actuando como antiguos desagües de la misma, se encuentran las cuevas del Encoladoiro I y II. La primera fue utilizada como refugio en un momento mesolítico y la segunda sirvió como espacio de depósito en la Edad del Bronce.

Al sur se encuentra la vía del tren, sobreelevada en un plinto de bloques de caliza de gran tamaño y relleno de cantos y gravas. Inmediatamente al norte hay un vial de cemento de 2,5 m de anchura bordeado al norte por un talud del mismo tipo que el

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa del plinton del ferrocarril. Al norte y a un nivel de 1,5 m por encima, se encuentra una canalización, un tubo, del Plan de Saneamiento del Gobierno de Cantabria, de 5 m de anchura formado por tierra apisonada. En este sector es donde se encuentra el yacimiento arqueológico. Estas estructuras

Situado junto a la carretera general, muy cerca del desvío que lleva a San Pedro de Las Baheras. Realmente este yacimiento se localiza en la cuenca del río Deva, pero se ha incluido aquí por razones de cercanía espacial al resto de los yacimientos del Nansa. 2. En un contexto de suelo, formado sobre lenares calizos, en el horizonte B, con nodulizaciones de hierro, se observaron varias piezas líticas. 3. Paleolítico Inferior / Medio. Hábitat / Taller. 4. En los cortes de la carretera se observaron varias piezas de arenisca, de aspecto inferopaleolítico, entre las que destaca un pico triedro.

Fig. 4.1.85. Yacimiento de Unquera. Val de San Vicente. continúan unos 800 m desde la estación de Unquera. Al norte de esta infraestructura se encuentra un amplio vial de servicio de la Autovía del Cantábrico, situada junto a él. En las tierras negras que recubren el tubo de saneamiento, aproximadamente a unos 400 m de la estación, aparecen algunos materiales arqueológicos: - 1 núcleo sobre canto de sílex gris, con tres extracciones, patinado. - 1 fragmento de canto con una percusión. - 2 fragmentos de hueso muy patinados y gruesos. No hay seguridad sobre que estos materiales procedan del mismo yacimiento, aunque no se han observado otros materiales a lo largo de toda la zona alterada. El material se encuentra en una matriz de tierras marrón oscuras, con algunos restos domésticos del siglo pasado, cantos procedentes de la terraza fluvial subyacente, formada por cantos de tamaño fino y de arenisca de grano fino, compacta y de grano medio y algunos cantos de caliza.

Fig. 4.1.86. Reconstrucción del vaso recuperado en la Cueva de Helgueras III o de Santa Marina. M.R.A.P.

5. Fue descubierto a principios de siglo por H. Alcalde del Río.

Actualmente la vegetación ha cubierto las superficies expuestas, pero en un corte se ha localizado fragmento de lasca de sílex, muy patinada, así como un canto fracturado.

6. Sierra (1909). Obermaier (1925: 165 y 183). Muñoz (2005: 80). Muñoz, San Miguel y C.A.E.A.P. (1988: 79).

5. Yacimiento localizado por el C.A.E.A.P. Yacimiento de San Pedro de Las Baheras II 1. San Pedro de las Baheras. Val de San Vicente. Z: 90 m

Yacimiento de San Pedro de Las Baheras I 1. San Pedro de las Baheras. Val de San Vicente. Z: 87 m.

Se encuentra unos metros al sur del anterior, en el mismo cruce.

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Fichas de yacimientos 2. Yacimiento situado en contexto de suelo formado sobre la roca caliza, como el anterior. 3. Paleolítico Inferior / Medio. Hábitat / Taller.

8 acanaladuras. Uno de los fragmentos de panza presenta el arranque alto del asa. Diámetro máximo en la panza: 185 mm. Diámetro de boca, estimado: 105 mm. Diámetro de fondo: 62 mm (fig. 86).

4. En este punto se observaron varias piezas grandes de arenisca, de aspecto inferopaleolítico.

5. Fue reconocida por el C.A.E.A.P. a principios de los años ochenta. Topografiada por el C.A.E.A.P.

5. Yacimiento localizado por el C.A.E.A.P.

6. Materiales depositados en el M.R.A.P. de Santander.

Cueva de Helgueras III o de Santa Marina 7. Muñoz (1992: 248). Muñoz, Malpelo y Gómez. (1993: 74 y 77).

1. Helgueras (Val de San Vicente). Z: 145 m. Cavidad abierta en el suelo, situada en la cima llana de una colina. Presenta buenas condiciones de habitabilidad.

Cueva de Las Conchas 1. Localización: Helgueras (Val de San Vicente). Z: 137 m.

2. Sumidero fósil muy pequeño, con una boca de tamaño medio, de 1,1 m de altura por 1,4 m de anchura, orientada al sureste, que da acceso a un vestíbulo subcircular muy descendente y con abundantes bloques, de 5,5 m de longitud por 6,6 m de anchura.

Cavidad situada en un alto, en posición muy resguardada y poco dominante, habitable. 2. Pequeña cavidad fósil con una boca amplia, de 5 m de altura por 5,5 m de anchura, orientada al Este, con un murete realizado a piedra seca, que da paso a un vestíbulo amplio, de 11,6 m de longitud por 5,5 m de anchura en la boca y proximidades y que se va haciendo más estrecha, hasta los 2 m de anchura. Se prolonga por una galería de 3 m de longitud por 1,8 m de anchura.

3. Uso económico marginal. Edad Media.

Fig. 4.1.87. Cueva de Helgueras III. Helgueras. Val de San Vicente. Fig.4.1.88. Cueva de Las Conchas. Helgueras. Val de San Vicente.

4. En el fondo de la cueva y junto a la pared izquierda se hallaron los restos muy fragmentados de una jarra realizada a torneta. Este material se encuentra depositado en el M.R.A.P con referencia 4384, procedencia superficie:

3. Asignación funcional / cultural - Hábitat. Mesolítico - ¿Depósito. Edad del Bronce ? - ¿Refugio?. Tardo-antiguo?

- 2 fragmentos de fondo y 9 fragmentos de panza de una vasija realizada a torneta, cocción oxidante, de color exterior ladrillo / siena a grís, interior siena y alma gris clara homogénea, grano fino y compacta, con desgrasantes finos de mica. Presenta motivo decorativo en el tramo alto de la panza formado por

4. En varios puntos de la cueva se ha hallado materiales arqueológicos. En la parte izquierda de la boca, una vez pasado el murete y en superficie, se halló un fragmento de cerámica prehistórica de

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa panza lisa, de color negruzco con el exterior pardo y con desgrasantes gruesos de calcita. En la parte derecha se halló un fragmento de panza gruesa, realizada a torneta, decorada con una estriado grueso, poco marcado e irregular. Y en el fondo de la cueva se encontraron pequeños fragmentos de conchas, incluyendo un ápex, de Scrobicularia plana y dos esquirlas óseas semi-fosilizadas, una de ellas quemada.

Patella vulgata ............................... 11 Patella intermedia ..........................18 Patella ulyssiponensis ....................9 Patella sp ........................................ 1 Mytilus edulis ................................ 4 fragmentos Scrobicularia plana ........................ 3 fragmentos Venerupis decussata ....................... 1 Ostrea edulis .................................. 2 fragmentos Venerupis aurea ............................ 2 Thais haemanostoma ...................... 1 fragmento Pollicipes cornucopia .....................1

5. Reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P. Cueva Osa 1. Prío (Val de San Vicente). Z: 66 m. Pequeña cavidad abierta al pié de un farallón, muy próximo al cauce del Nansa a unos 2,6 Km de la actual línea costera. Presenta buenas condiciones de habitabilidad. 2. Pequeña cavidad fósil con un amplio abrigo corrido de boca, de 30 m de anchura por 5,5 m de profundidad, aunque bastante bajo. En el fondo presenta una galería estrecha y descendente, paralela al abrigo de entrada, de 9 m de longitud por 1 m de anchura, que desemboca en una bifurcación, hacia la izquierda continúa 3 m, y hacia la derecha, donde se halla el yacimiento arqueológico, de 5 m de profundidad por 1,80 m de anchura, que por medio de un estrechamiento de 1 m de anchura, comunica con la parte derecha del abrigo de boca.

Fig. 4.1.89. Cueva Osa. Prio. Val de San Vicente. Industria lítica. Industrias:

3. Yacimiento de hábitat. Neolítico, en facies conchero.

1 lasca de cuarcita 1 denticulado con retoques carenoides sobre lasca 2º, talón roto, de sílex (fig. 89). 1 fragmento muy fino de cerámica roja, a mano, con desgrasantes finos de cuarzo, muy roja. 1 fragmento grueso de cerámica, de 6 mm de espesor, liso y tratamiento exterior pardo interior negruzco, desgrasantes gruesos de calcita, a mano. 1 canto largo roto con huellas de haber sido usado como yunque por ambas caras y con huellas de percutor en el extremo, parcialmente pulido.

4. Conserva restos de conchero, tanto en el suelo, como adherido a las paredes por las precipitaciones calcíticas. El yacimiento está parcialmente erosionado por la acción del agua. El conchero está formado por lapas pequeñas (P. intermedia, vulgata), así como conchas de Osilinus lineatus, Mytilus edulis, etc., algunas lascas, generalmente de sílex, varios fragmentos de cerámica lisa fina de color pardo con desgrasantes gruesos de calcita y restos paleontológicos. En la superficie de la pequeña galería de la derecha se observaron en superficie: Fauna: Cervus elaphus: 2 molares infantiles, Bos sp: 1 molar. Herbívoro indeterminado: 1 fragmento epífisis, 2 falanges y 1 fragmento de costilla y un 1 hueso determinable.

Fig. 4.1.90. Cueva Osa. Prio. Val de San Vicente.

Malacofauna:

5. Reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P.

Osilinus lineatus............................. 29 Cepaea nemoralis .......................... 1

7. Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 79).

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Fichas de yacimientos Muñoz (1996: 99). Situada en el extremo occidental de la rasa de Rucao, sobre la cueva del Salín, con la que quizás esté conectada. Ofrece un espacio de hábitat muy limitado, pero seco y bien orientado. Se encuentra en la base de un pequeño farallón labrado en el reborde de una cubeta, en un amplio rellano de ladera de la rasa.

Estación de superficie del Alto de Sobaño 1. Prio. Val de San Vicente. Z: 84 m. El lugar es un collado situado al sur de Prio, en una morra cortada hacia el sur por los cantiles labrados por el Nansa. 2. Yacimiento ubicado en un suelo desarrollado sobre la roca madre. Se trata de suelos de matriz dominante arcillosa con horizontes B bien desarrollados, formados sobre margas turonenses. 3. Paleolítico Inferior / Paleolítico Medio. Hábitat. 4. El material arqueológico aparecía en los cortes de la traza, en torno al P.K. 3+000, en el nivel B del suelo.. En concreto se recogieron las siguientes piezas: - Núcleo irregular de cuarcita, con una extracción de lasca.

Fig. 4.1.92. Cueva del Zorro. Pesues. Val de San Vicente.

- Lasca secundaria de cuarcita con talón liso.

2. Cavidad de pequeño tamaño, con 5 m de ancho y 1,80 de alto, que da paso a un pequeño vestíbulo, seco y con suelo de tierra muy revuelta por la fauna. La cueva continúa por una galería estrecha unos 20 m, con evidencia de ser recorrida por un pequeño curso de agua estacional.

- Lasca rota de cuarcita de talón cortical.

3. Tardo-antiguo. Depósito?.

- Lasca simple de borde de núcleo de sílex, con talón suprimido.

4. A 2 m de la boca, en el vestíbulo, aparecen cubetas con carbón, cubiertas por la tierra movilizada por la fauna.

Fig. 4.1.91. Alto de Sobaño. Prio. Val de San Vicente.

5. El yacimiento fue localizado durante los trabajos de seguimiento del trazado de la "Autovía del agua", al atravesar el término municipal de Val de San Vicente por miembros de la empresa G.A.E.M.

A 15 m de la boca aparece un nivel con carbones y un fragmento de panza de cerámica a torneta, de pastas compactas, grises a pardas, con desgrasantes de cuarzo, calcita y mica, de 6 mm de grosor. En la misma zona se estudió un maxilar de cerdo juvenil.

6. M.P.A.C.

En la galería del fondo, entre los limos revueltos por el agua, aparecen 2 fragmentos de mandíbula de cerdo, de diferentes individuos: un cerdo joven y un

Cueva del Zorro de Pesues 1. Pesues. (Val de San Vicente). Z: 42 m.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa infantil, y una esquirla de hueso con muesca inversa y fracturas antrópicas.

tres de adultos, dos izquierdas y una derecha (dos de las cuales presentan antebrazo) y dos infantiles, ambas derechas. En la pared derecha, enfrente del primer conjunto, hay una posible mano incluida dentro de una gran mancha de 40 por 20 cm. A 20 cm por debajo de la anterior hay una mano derecha de adulto. En la pared izquierda de la galería, en el segundo pilar, hay una mano derecha en negativo de un adulto. A su derecha hay restos de una mancha de 39 cm de longitud por 25 cm de anchura. En una pequeña cavidad de la pared derecha de la galería, hay una mano izquierda de adulto. En la pared izquierda, en el segundo pilar, hay una mano izquierda de adulto en negativo. Por debajo de la mano y a ras de suelo, hay manchas rojas. En el arranque de la rampa existente en lo que fue la antigua boca y en la pared derecha hay una mano izquierda de adulto en negativo, dentro de una gran mancha roja de 58 cm de longitud por 40 cm de anchura. Unos metros al interior y en la misma pared, hay una mancha roja de 1,30 m de largo por 1,50 m de ancho, y a 1,10 m del suelo. Dentro de la mancha hay dos manos en positivo de adultos, una izquierda y otra derecha. A la derecha de la mancha hay dos puntos aislados. Frente a la mancha y en la pared izquierda hay un punto aislado de 1 cm de diámetro.

5. Yacimiento reconocido durante el desarrollo del proyecto de prospección de la cuenca del Nansa, en 2007. Topografiado por C.A.E.A.P. Cueva de La Fuente del Salín o del Salín 1. Muñorrodero (Val de San Vicente). Z: 15 m. Se sitúa en la ladera de una pequeña colina, en la margen derecha del Nansa. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Se trata de una surgencia activa de gran desarrollo, próximo al kilómetro. Presenta una boca de pequeñas dimensiones por donde sale el agua en épocas de crecidas, está orientada al Noroeste. Continúa por una galería, normalmente inundada hasta que a los 20 m se abren dos gateras ascendentes por donde se accede a las galerías superiores. El piso activo es muy largo y generalmente se encuentra sifonado. Por las gateras ascendentes ya mencionadas, recubiertas de coladas, se accede al primer piso de las galerías fósiles, que continúa hacia la derecha por unas diaclasas, que desembocan en el antiguo vestíbulo de la cueva, de 18,4 m de longitud por 3 m de anchura, separado de la galería superior por dos grandes pilares de roca, estando situada la galería derecha a 1,5 m de altura. Siguiendo la pared derecha de la zona más alta se llega a una gatera que conduce a las galerías superiores, de gran desarrollo y amplias proporciones, con varios pisos sucesivos. 3.

- Hábitat del Gravetiense - Arte Rupestre Paleolítico.

4. En la “Sala de las Pinturas” se ha practicado un sondeo de 2 m2 donde apareció inmediatamente por debajo del nivel superficial, un pequeño estrato donde se halló un gran hogar y donde se recuperaron además de piezas líticas y huesos, abundantes lapas grandes y vértebras de salmónidos. Una muestra procedente de este nivel ha proporcionado una fecha de 22.340 ± 510/480 BP. Fig. 4.1.93. Cueva del Salín. Val de San Vicente.

Las manifestaciones rupestres, la mayoría de las cuales son rojas, se distribuyen por el área de la antigua boca, en varios grupos:

En la misma pared izquierda hay una gatera, donde en una marmita de 15 cm de diámetro se conservan restos de ocre rojo. Continuando por la pared derecha se llega a una gatera que conduce a las galerías superiores, y en la pared izquierda de la gatera y a 1,65 m del suelo, hay una posible mano derecha infantil en negativo, de color negro, que está mutilada.

El primer grupo se localiza en la entrada del área de acceso al antiguo vestíbulo en la cara anterior del primer pilar que separa las dos partes del mismo. A 1,70 m del suelo hay dos manos izquierdas rojas de adultos en negativo, una de las cuales presenta una fina línea transversal en la muñeca. En la cara adyacente del pilar hay un gran panel formado por cinco manos realizadas sobre una mancha de ocre,

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Fichas de yacimientos Cueva de La Fuente de la Cueva 1. Serdio (Val de San Vicente). Z: 100 m Se sitúa en el fondo de una dolina, con condiciones de habitabilidad muy limitadas. 2. Reducida cavidad con una boca bastante amplia, de unos 3 m de altura por 4 m de anchura orientada al Suroeste que comunica con un amplio vestíbulo descendente, con unas escaleras realizadas en arcilla, en cuyo fondo izquierdo presenta un manantial en una oquedad estalagmítica, de poco más de 1,2 m por 1 m que ha sido utilizada tradicionalmente como fuente. 3. Medieval, ocupaciones casuales e indicios de yacimiento prehistórico.

Fig. 4.1.94. Cueva de Fuente La Cueva. Serdio. Val de San Vicente. En comienzo del piso superior y bajo una cornisa, a 1,20 m del suelo hay una serie de puntos y una línea, en rojo. Continuando hay unas gateras de acceso a los pisos superiores de la cueva, con un segundo nivel de galerías. En la galería situada sobre la “Sala de las Pinturas” hay una dudosa pintura roja que pudiera representar el lomo y la panza de un équido, y en un bloque hay un pequeño disco rojo. Y En otra galería hay una gran mancha ocre de 100 por 30 cm, un signo formado por tres bandas paralelas bordeando un saliente rocoso, de 15 por 10 cm y un signo triangular formado por dos líneas rojas unidas por el vértice, con este último hacia la izquierda, la mitad del cual está relleno, todo ello en rojo.

4. En la parte derecha de la sala de la cueva se observaron niveles arcillosos de aspecto pobre en

Además se ha señalado una banda de líneas de dos o tres trazos grabados en un divertículo que se abre en una gatera cegada junto a la gatera que sirve de acceso a la “Sala de las Pinturas”. 5. Fue descubierta en 1985 por la Sociedad de Actividades Espeleológicas de Cantabria (S.A.E.C.). Ha sido estudiada por R. Bohigas y otros, quienes publicaron un artículo extenso sobre la misma. Posteriormente, miembros de la Universidad de Cantabria realizaron un estudio sobre las manifestaciones rupestres, así como un sondeo de 2 m2, todavía no publicado. Topografiado por S.A.E.C. (1985). 7. Bohigas Roldán et al. (1985: 80-98). Moure, González Morales y González Sainz. (1984: 14-23). Moure y González Morales, M.R. (1992: 1-2). Sociedad de Actividades Espeleológicas de Cantabria (1985: 99-104). VVAA (2002: 56-62).

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Fig. 4.1.95. Cueva de Fuente La Cueva. Serdio. Val de San Vicente. Cerámica a torno. 1. Jarra de boca cuadrada, 2. Fondo, posiblemente de jarra.

cuya superficie se halló una lasca 1ª de sílex con intensa pátina y un fragmento de canto de caliza. En las proximidades del manantial se hallaron: un fragmento grande del cuello de una jarra de boca cuadrada, de color ladrillo con el interior del alma

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa grisácea (fig. 95.1). Además se observaron varios fragmentos de cerámica vidriada y sin vidriar, estos últimos de color ladrillo, realizadas a torno (fig. 95, 2, y 96 1 y 2).

Arias et al (1995). Yacimiento de Muñorrodero 1. Muñorrodero. Val de San Vicente. Z: 33 m.

5. Fue descubierta por el grupo C.A.E.A.P., a mediados de los setenta. Fue publicada en los años ochenta por R. Bohigas quien la estudió en su tesis sobre los yacimientos medievales de la antigua Cantabria. Fue topografiada por R. Bohigas Roldán.

El yacimiento se sitúa en la margen izquierda de la carretera de Pesues a Puentenansa, a la altura del núcleo rural de Muñorrodero, junto a sus últimas casas. Se localiza en el talud de la carretera, sobre una pequeña elevación formada por la terraza T3 del río Nansa.

6. Museo de Prehistoria y Arqueología de Santander.

2. El material aparece en un contexto de suelo desarrollado sobre una terraza, en un nivel de limos amarillentos. 3. Paleolítico Medio. Taller / Hábitat. 4. En este punto se observaron varias lascas y núcleos de cuarcita de grano fino. Destaca un núcleo de tipo Quina de talla centrípeta, en el mismo material. 5. Fue descubierto en 2000 durante las obras de seguimiento de la ampliación de la carretera por un equipo formado por P. Rasines y por miembros del CAEAP.

Fig. 4.1.96. Cueva de Fuente La Cueva. Serdio. Val de San Vicente. Cerámica a torno.

7. C.A.E.A.P. (1981: 30). C.A.E.A.P. (1987:89 y 152). Serna et al (1994: 386). Muñoz (1992: 248). El Cierrón o La Tejera 1. Municipio de Val de San Vicente. Los Tánagos. La Tejera. Z: 32 m

Fig. 4.1.97. Yacimiento al aire Muñorrodero. Val de San Vicente.

libre

de

Se encuentra en el reborde oriental de la antigua llanura de inundación del estuario del Nansa, en una zona de cultivos, al sur de la Sierra de Jerra.

Yacimiento de Serdio

2. Estructura de forma tumular formada por tierra y rocas.

Situado en la cima de una pequeña elevación caliza.

3. Estructura megalítica. Neolítico (¿).

2. Los materiales aparecen en un contexto de suelo, muy desmantelado.

1. Serdio. Val de San Vicente. Z: 115 m.

4. Estructura con un diámetro N-S de 11,3 y 12,5 EW. Altura: 0,70 m. Conservación deficiente. Es probable que se trate de una tejera, tal y como explican los lugareños.

3. Paleolítico Inferior / Medio. Hábitat / Taller. 4. Proporcionó las siguientes piezas:

6. Teira Mayolini (1994: 60).

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Fichas de yacimientos - 1 hendedor sobre lasca del tipo I de Tixier sobre lasca secundaria de cuarcita, regular y con retoques simples en el extremo proximal del borde derecho y retoques alternos en el lateral izquierdo. Presenta talón cortical y el eje del útil se corresponde con el eje de la lasca. - 1 lasca de decorticado secundario, fracturada, con talón liso, con un retoque denticulado lateral marginado directo y con una escotadura transversal clactoniense. - 1 lasca simple con el talón suprimido de cuarcita, rota. - 1 lasca simple de borde de núcleo con el talón liso, de cuarcita. - 1 núcleo discoide de talla centrípeta, con córtex de cuarcita. - 1 núcleo irregular roto, de cuarcita. - 1 canto de cuarcita con el borde pulido. - 1 fragmento de panza de cerámica a mano, con desgrasantes gruesos de cuarzo y finos de mica. Es de color grisáceo, con el exterior pardo.

- Nivel de humus y tierra fértil, de color negruzco, de unos 30 cm de potencia

Fig. 4.1.98. Yacimiento al aire libre de Serdio. - Nivel de arcillas de decalcificación, de tonos claros, en muchas zonas perdidas, que son las que incluyen el material lítico. No tiene una potencia precisa, y rellena las irregularidades de las calizas. Aparece mejor conservado en el tramo más occidental de la rasa.

5. Fue localizado por el G.A.E.M. durante las obras de seguimiento de la Autovía del Agua 6. Los materiales se encuentran en el M.P.A.C. de Santander. Área arqueológica de Hoya Salceda

- Roca madre formada por calizas arenosas terciarias con nunmulites.

1. Hoya Salceda. Serdio. Val de San Vicente. Z: 125

Aparecieron los siguientes materiales:

Se accede desde el pueblo de Serdio, tomando una pequeña carretera que lleva hacia el Oeste por la parte más alta de la Sierra. Los materiales aparecieron a ambos lados de la carretera, en una distancia de más de un kilómetro.

- Hendedor sobre lasca de tipo II de Tixier, en cuarcita. - Raedera sencilla recta carenada sobre lasca simple de sílex. 382951/ 4802583. - Lasca de decorticado primario, fracturada, con talón cortical, tamaño muy grande, de arenisca. Las coordenadas del hallazgo son: 380.909 / 4.802.674 - Lasca de decorticado secundario, fracturada, con talón cortical, de cuarcita. Coordenadas UTM: 381.736 / 4.802.787. - Lasca de decorticado primario, talón cortical, de cuarcita. Coordenadas UTM: 381.834 / 4.802.764. - Dos lascas de decorticado secundario, talón cortical, de cuarcita. 382.125/ 4.802.688. - Núcleo de tipo N.U.P.C. de cuarcita. 382.606 / 4.802.626

2. La estación se encuentra en la cima del cordal de Serdio, conocido como Peña Mayordoma, en el lugar llamado Hoya Salceda. Se trata de una plataforma de enrasamiento; sus máximas cotas son Rocao 166 m y la loma de Serdio, con 159. Hoy día toda la zona se encuentra cubierta por pradería y son muy escasos los puntos donde se observa el sustrato. Sólo se pueden estudiar en los cortes de construcción de una urbanización de chalets, al occidente de Serdio.

Actualmente el estado de conservación es bueno en la mayor parte de la zona, aunque en el tercio más oriental se ha construido una urbanización de chalets. Además todo el yacimiento está recorrido por una pequeña carretera local.

3. Paleolítico Inferior. Hábitat. 4. El material más significativo es el hendedor de tipo II, en cuarcita y la raedera recta carenada, que unida a la existencia de núcleos de diseños sencillos revela que se trata de una estación del Paleolítico Inferior. Debe relacionarse su presencia en la rasa con la existencia de importantes acumulaciones de cantos de cuarcita y arenisca de la rasa marina.

5. Las localizaciones se efectuaron durante el seguimiento de las obras de la autovía del Agua en el área de Serdio por la empresa GAEM. 6. Materiales depositados en el M.P.A.C.

La estratigrafía en esta zona está formada por

135

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Estacion de superficie de las Brañas

5. Yacimiento localizado durante los trabajos de seguimiento de la ampliación del perímetro de la cantera de las Brañas, por I. Castanedo, en 2004.

1. Muñorrodero. Val de San Vicente. Z: 121m. La zona se localiza en la suave ladera sur de la rasa de Serdio, en su cuadrante suroccidental, sobre la una suave vaguada erosionada al norte de la elevación de El Cornejo, al Sur (215) que sería el techo de la rasa.

6. Materiales depositados en el M.P.A.C.

Realmente podría considerarse esta localización como una más del área de Hoya Salceda, pero su mayor concentración aconseja un tratamiento diferente.

Cueva situada al pie de un farallón sobre el río Nansa. Presenta muy buenas condiciones de habitabilidad.

Cueva de Las Cabras 1. Luey (Val de San Vicente). Z: 100 m.

2. Los materiales aparecen entre las tierras superficiales que fueron retiradas para la preparación de la explotación. 3. Paleolítico Antiguo. Hábitat – Taller. 4. Se localizaron varias lascas y núcleos de cuarcita y sílex. En total se trata de 8 piezas, que aparecían dispersas por la loma que forma el límite sur de la ampliación de la cantera. La pieza más significativa es un hendedor de arenisca compacta, localizado en una pequeña loma, semienterrado. Corresponde al tipo II de la clasificación de J. Tixier: hendedores sobre lasca con el filo obtenido a partir de extracciones previas del núcleo. Se estudiaron por Castanedo (2004) los siguientes materiales: - Lasca simple. Cuarcita. Talón liso. Métrica: 29x30x8 mm. (UTM: 381.234, 4.802.486, Z= 105). - Lasca de decorticado secundario. Cuarcita. Talón cortical. Métrica: 32x38x8 mm. UTM: 381.283, 4.802.427, Z= 112 m. - Lasca simple. Cuarcita. Talón liso. Métrica: 35x39x9 mm. UTM: 381.300, 4.802.408, Z= 113 - Lasca simple. Talón cortical. Métrica: 36x42x10 mm. UTM: 381.307, 4.802.405, Z= 115 m. - Lasca simple. Cuarcita. Talón cortical. Métrica: 12x19x5 mm. - Fragmento irregular cortical. Sílex. Métrica : 20x28x12 mm. UTM: 381.318, 4.802.409, Z= 121 m. - Núcleo irregular. Sílex. Métrica: 21x23x12 mm. UTM: 381.320, 4.802.401, Z= 123 m. - Núcleo irregular cortical Cuarcita. Métrica 49x52x29 mm. UTM: 381.326, 4.802.405, Z= 119 m. - Hendedor sobre lasca de decorticado secundario. Arenisca compacta. Tipo II. Métrica: 95x135x40 mm. UTM: 381.239, 4.802.543, Z= 115 m.

Fig. 4.1. 99. Cueva de Las Cabras. Val de 2. La cueva está colgada a unos 3 m del suelo, aunque resulta sencilla de escalar. Presenta una boca muy amplia de más de 5 m de altura por 7 m de anchura, orientada al Oeste. Desde la boca se prolonga por una galería rectilínea de 30 m de longitud, con una fuerte rampa ascendente, que comienza a los 3,7 m de la boca y llega hasta los 15 m de la misma. En el fondo presenta una rampa de bajada, muy pronunciada y una pequeña galería, de 2 m de longitud. La galería está iluminada por una abertura en el techo que se sitúa en la parte anterior. Por último, a la derecha de la boca se abre una galería estrecha y baja, con abundantes bloques pequeños, que a los 7,5 m presenta un brusco cambio de rumbo hacia la derecha, continuando por una galería de 7 m de longitud, que desemboca en una boca de tamaño medio, colgada en el cantil. 3. Musteriense. Hábitat. Magdaleniense. Hábitat.

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Fichas de yacimientos En el rellano existente junto a la boca se observan abundantes piezas, generalmente de cuarcita, y algunas esquirlas óseas, destacando entre todas ellas un raspador carenado en el extremo de una lámina de cresta de núcleo, muy espesa, con retoques carenoides en los dos bordes, muy similar a otro hallado en la vecina Cueva del Rejo (fig 100, 2). En la parte inicial de la galería de la derecha, se observaron algunas lascas de cuarcita y esquirlas óseas, y en la pared izquierda, y a unos 6 m de la segunda boca, a unos 0,60 m del suelo, se estudió una mancha rectangular de color rojo oscuro, de posible origen antrópico. Según una cita de L. Sierra la cueva posee un yacimiento del Magdaleniense Superior. Además, y según información oral de F. Quintana, capataz del equipo de peones camineros de la Diputación, en la cueva realizaron una calicata, quizás la existente en el fondo de la misma, donde hallaron materiales del Magdaleniense, entre los que destacaba un fragmento de costilla con la cabeza grabada de un ciervo, hoy perdido. 5. La cueva fue reconocida a principios del siglo XX por H. Alcalde del Río. En los años cincuenta fue sondeada por el equipo de camineros de la Diputación y en los ochenta fue investigada por el C.A.E.A.P., quienes publicaron notas sobre la misma. Topografiada por C.A.E.A.P.

Fig. 4.1.100. Cueva de Las Cabras. Val de San Vicente. 1. M.R.A.P. 4968. 2. In situ. 1. Hendedor de tipo 0 de Tixier y 2 Raspador de cuarcita.

6. Únicamente el hendedor y algunas piezas halladas en superficie por el C.A.E.A.P. se encuentran depositadas en el Museo de Santander.

4. La mayor parte del yacimiento de la cueva ha desaparecido, siendo esta alteración especialmente visible en la parte final de la misma, cuya bajada es en realidad una antigua calicata, observándose testigos muy pequeños, de más de 3 m de altura, adheridos a las paredes. Hacia la mitad de la galería principal, en una zona llana, hay una conejera por lo que se ha rebajado el suelo unos 50 cm, encontrándose por debajo de la misma un nivel marrón-parduzco con materiales, que pudiera estar revuelto. En la pared izquierda se conservan pequeños testigos adheridos a la pared, bastante espesos, donde se observa, además de esquirlas óseas y algunas piezas de cuarcita, una lasca Levallois, en un nivel muy espeso, arcilloso y de color parduzco. Además, y en superficie, en esta zona se halló un hendedor tipo 0 de Tixier con huellas en la cara superior, por haber sido usado como yunque. Esta pieza se encuentra depositada en el M.R.A.P. con la referencia 4968. Se trata de un hendedor en cuarcita de mala calidad o arenisca muy compacta, sobre lasca de decorticado secundario y talón liso. Presenta retoques de alteración recientes, sin pátina en extremo distal y huellas de percusión derivadas de su uso como yunque (fig. 100, 1).

7. Muñoz (1992: 248) Muñoz (1996: 96). Muñoz (2005: 79 y 81). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 79). Muñoz, San Miguel y C.A.E.A.P. (1988: 76). Muñoz y Serna (1995: 113). Sierra (1909: 103-117) (116). V.V.A.A. (2002: 318).

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa 4. Al ampliar la carretera de acceso al pueblo desde la general y en un contexto de suelo, se observaron algunas lascas de cuarcita.

Yacimiento de Encima de Las Cabras 1. Luey. Val de San Vicente. Z: 126 m. Yacimiento situado en la margen derecha de la carretera principal que recorre el valle del Nansa, a la altura del desvío a la carretera local que lleva a Abanillas. 2. Durante unas obras de mejora y ampliación de la carretera se observaron piezas en el horizonte B de un suelo de poca potencia, desarrollado sobre la roca madre formada por calizas aptenses, en un rellano cercano a la cumbre de un pequeño relieve calcáreo, sobre el Nansa. 3. Paleolítico Medio. Hábitat / Taller 4. Se observaron piezas de pequeño tamaño, bastante patinadas, de arenisca, cuarcita, cuarzo y sílex. Destaca la presencia de algunos útiles: raederas, denticulados, escotaduras, etc. Se ha asignado a un momento Musteriense. 5. Yacimiento localizado por el grupo C.A.E.A.P 6. Muñoz (2005: 79 y 81) Yacimiento de Luey 1. Luey. Val de San Vicente. Z: 95 m. Yacimiento situado en la margen de la carretera que recorre el valle del Nansa, de Pesues – Puente Nansa, a la altura de Luey.

Fig. 4.1.101. Estación al aire libre de Luey. Val de San Vicente. Corte estratigráfico. 2. Los materiales aparecen en el horizonte B del suelo. Fig. 4.1.102. Cueva del Encoladoiro. Val de San Vicente.

3. Paleolítico Medio. Hábitat / Taller

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Fichas de yacimientos

5. Yacimiento localizado por el grupo C.A.E.A.P.

Hacia el interior del vestíbulo aparecieron algunas esquirlas óseas.

Cueva de El Encoladorio o del Sumidero de La Magdalena I

5. El yacimiento fue reconocido e investigado por el C.A.E.A.P.

1. Luey (Val de San Vicente). Z: 74 m.

7. Inédita.

La cueva se abre unos metros por encima del Sumidero de La Magdalena, en el fondo de una depresión kárstica.

Cueva de El Encoladorio II o del Sumidero de La Magdalena II 1. Luey (Val de San Vicente). Z: 72 m.

2. Cavidad de tamaño medio, cuya boca principal, orientada al Este, mide 1 m de altura por 3,5 m de anchura, dando acceso a un vestíbulo largo de 16 m de longitud por 3,5 m de anchura, hasta terminar en un escalón de 2 m de altura. Continúa por una galería de 33 m de longitud por unos 2 m de anchura, hasta un pequeño resalte, donde gira hacia la derecha por una galería ascendente de 7 m. de longitud por 1,5 m de achura. Desemboca en una galería rectilínea con el suelo llano, de 65 m de longitud por 3 m de anchura. Después gira ligeramente hacia la izquierda por una galería descendente de 25 m de longitud por 3 m de anchura máxima hasta desembocar en el segundo vestíbulo, con un escalón de 1,80 m de altura. El segundo vestíbulo, que es descendente, está relleno de bloques, mide 4 m de profundidad por 3 m de anchura, con una boca de 1,2 m de altura por 3 m de anchura.

La cavidad se sitúa muy cerca de la cueva anterior, en el mismo fondo de la depresión kárstica. 2. Sumidero con una boca relativamente amplia, de 1,6 m de altura por 4 m de anchura, orientada al Sureste, que comunica con una reducido vestíbulo de 3 m de profundidad por 4 m de anchura, repleto de bloques, que desemboca en una sala. La sala mide 4 m de longitud por 5 m de anchura, de la que parten varias galerías. Por la parte izquierda se abre una galería, ocasionalmente activa, abierta después de un salto bastante grande. De frente continúa por una galería que, al principio es ascendente, con una galería en la pared derecha que desemboca en una pequeña boca. La galería mide 8 m de longitud por 2 m de anchura, girando hacia la izquierda por una

Fig. 4.1.104. Cueva del Encoladoiro II. Val de San Vicente. Vasija prehistórica, realizada a mano. galería de 8 m de longitud por 1,6 m de achura, en cuyo comienzo se halla la pieza cerámica. Continúa por una galería de 13 m de longitud por 1,40 m de anchura, con dos columnas calcíticas, donde finaliza la cueva.

Fig. 4.1.103. Cueva del Encoladoiro II. Val de San Vicente. 3. Hábitat Mesolítico (¿) 4. En el vestíbulo de la boca principal y en el escalón de la izquierda se halló en superficie una valva de Scrobicularia plana y un fragmento de lámina simple con el talón liso, de sílex blanco.

3. Depósito. Edad del Bronce (¿)

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa 4. En el interior de la galería de la derecha, y cerca de la pared derecha, se observa un gran vaso, quizás completo, aunque estaba pisado por lo que está roto en varios fragmentos, con toda la superficie cubierta por una gruesa capa de concreción, con el fondo plano, ligeramente indicado por lo que la unión con la panza es cóncava, poco panzuda; el borde no se observa bien. Es de gran tamaño, gruesa y de color rojizo con desgrasantes gruesos de calcita, alisada.

grandes dimensiones, es recta y ligeramente descendente, en realidad una prolongación de la cueva del Viento, luego se hace descendente hasta llegar a un cambio de rumbo a la izquierda donde hay varias galerías superpuestas hasta finalizar en un sifón. Después del mismo hay unas galerías de reducido tamaño y de unos 50 m de desarrollo. La cueva tiene unos 700 m de desarrollo.

5. Reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P. Cueva del Rejo 1. Luey (Val de San Vicente). Z: 55 m. Se sitúa en una ladera muy pronunciada, a unos 34 m por encima del cauce del Nansa, en medio de un pequeño cañón, siendo de dificultoso acceso. Presenta buenas condiciones de habitabilidad. 2. Cavidad de gran desarrollo con una boca muy amplia, de forma triangular, de 5 m de altura por 10 m de anchura, orientada al Oeste, que da acceso a un enorme vestíbulo de unos 30 m de longitud por unos 10 m de anchura, cubierto por bloques, ligeramente descendente. En la parte izquierda del fondo del vestíbulo hay una pequeña galería ascendente de unos 14 m de profundidad. El vestíbulo se prolonga por una galería recta, en cuyo fondo se hace muy ascendente y repleto de bloques. Continúa por la pared derecha por medio de una galería baja y estrecha, muy concrecionada, hasta un salto de unos 3 m de altura, que por medio de un laminador finaliza en una sala de grandes dimensiones, muy descendente que se une a la cueva del Viento, a unos 150 m de la boca. El Viento presenta una boca alta y ancha siendo

Fig. 4.1.105. Cueva del Rejo. Val de San Vicente.

Fig. 4.1.106. Cueva del Rejo. Val de San Vicente. Fragmento de fondo de orza prehistórica. parcialmente activa. La cueva continúa por una galería rectilínea y ascendente, con un escarpe que hay que escalar, de unos 3,5 m hasta desembocar a los 100 m de la boca, en la gran sala donde se une con el Rejo. Después de la sala, la galería presenta

3. - Hábitat del Magdaleniense (al menos medio). - Yacimiento sepulcral del Calcolítico/Bronce. - Utilización esporádica. Medieval. - Restos paleontológicos.

140

Fichas de yacimientos

4. Por toda la superficie y entre los bloques se observan infinidad del restos líticos, óseos y malacológicos productos de la erosión del yacimiento paleolítico del vestíbulo, cuyos niveles se han conservado únicamente debajo de un bloque enorme situado en la parte izquierda de la boca y cementados por las precipitaciones calcíticas a las paredes de la pequeña galería de la izquierda situada a unos 30 m de la boca. Debajo del bloque de la entrada aparece un testigo de más de 1 m de potencia, sellado por una pequeña costra estalagmítica. Por debajo aparece un grueso estrato negruzco muy rico en materiales, especialmente Patella vulgata, más abundantes en la parte superior, y por debajo un nivel marrón, con abundantes bloques y cantos, más pobre en evidencias. En la pequeña galería de la izquierda aparecen los restos adheridos a las paredes de unos 6 m de espesor.

pulido y grabado y una esquirla con una serie de líneas oblicuas y paralelas). Entre las azagayas predominan las de sección circular seguidas de las de sección cuadrangular; solamente tres azagayas conservan la base, dos con bisel simple y una con bisel doble. Entre las decoraciones de las azagayas y de las varillas predominan las que presentan líneas cortas y paralelas, en disposición perpendicular al eje de la pieza. La industria ósea poco elaborada y los huesos con marcas de procesado con muy poco frecuentes, con únicamente 38 ejemplares (10 esquirlas con marcas de descarnado, 3 esquirlas recortadas, 12 esquirlas con muescas inversas, 2 esquirlas con retoques laterales, 3 esquirlas con retoques distales, 1 esquirla con restos de ocre, 4 tensores y 3 varillas e fabricación en asta). Los restos paleontológicos son muy abundantes aunque están mal conservados. La gran mayoría son de ciervo, habiendo presencia de jabalí, cabra montés y caballo. La malacofauna es abundante, con numerosas Patella vulgata de gran tamaño, se recogieron: 89 Patella vulgata grandes, 4 Patella ulyssiponensis, 3 Patella intermedia, 12 Littorina littorea y 2 Cyprina islandica.

Todo el vestíbulo está erosionado probablemente por reactivaciones kársticas, habiendo quedado en superficie los restos arqueológicos y los bloques lavados. En la superficie del vestíbulo se recuperó una importante colección de materiales arqueológicos con 2217 piezas, de las que 414 eran útiles convencionales y 23 otros útiles (percutores, yunques, compresor, machacadores de ocre, etc.) y 1780 restos de talla, cantos y plaquetas. En cuanto a la materia prima predomina la cuarcita, seguida del sílex y de la radiolarita; la caliza, la arenisca y el jaspe son frecuentes; y excepcionalmente el cristal de roca, el ópalo, la marga y la pizarra. Las piezas retocadas son muy abundantes, predominando las piezas con retoques abruptos y los buriles están pobremente representados. Entre los útiles destacan por su abundancia las piezas con retoques astillados, las escotaduras y las piezas con retoques en un borde, los denticulados y los raspadores. Los raspadores son frecuentes (IG=14,01), dominando los carenados sobre los planos. Los perforadores son numerosos (IP=6,74), no así los buriles (IB=4,67), dominando los de fractura y los de plano natural, siendo muy raros los de truncatura. Las piezas truncadas son muy poco frecuentes (1,73%) y no hay laminillas retocadas ni piezas con retoques planos. Entre los restos de talla predominan las lascas, de las que hay más 2ª que simples, siendo frecuentes las 1ª. El índice laminar de los restos de talla es bajo (8,59), dominando las láminas 2ª sobre las simples, siendo muy escasas las laminillas. Las lascas de retoque son excepcionales y los núcleos muy abundantes (7,52% de los restos de talla), dominando los irregulares, aunque con presencia de los globulares y los discoides.

Fig. 4.1.107. Cueva del Rejo. Val de San Vicente. Material metálico. M.R.A.P. Además se hallaron algunos fragmentos aislados de cerámica lisa medieval. En la pequeña galería situada a la izquierda del fondo del vestíbulo miembros de la S.E.S.S. hallaron varias piezas de la Prehistoria reciente, conservándose en el Museo de Santander la parte

La industria ósea es escasa, con únicamente 18 útiles (9 azagayas, 7 varillas, 1 fragmento de asta

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa inferior de una gran orza con decoración plástica a dedadas (fig. 106) y un cráneo de adulto completo.

investigada por S.E.S.S hallando un cráneo humano y el fondo de una gran orza ovoide. A finales de los setenta el C.A.E.A.P. recogió abundantes industrias en superficie, que posteriormente fueron publicadas. A principios de los ochenta la Sociedad de Actividades Espeleológicas de Cantabria (S.A.E.C.) exploró la cavidad hallando un molar de mamut. Y por último en 1989 fue explorada y topografiada por el Speleo Club Cántabro. Topografía del Speleo Club Cántabro. La topografía de detalle, de la galería de entrada, se debe al C.A.E.A.P.

Y, por último, en el fondo de la cueva miembros del S.A.E.C. hallaron un molar de mamut. En los fondos del M.R.A.P. además de varios lotes de material, ya citados, se encuentra depositado un conjunto de evidencias procedentes de la colección del Marques de Comillas, referenciado como 1840. Se encuentra etiquetado como “Cueva de Luey, entrega del Marques de Comillas” e incluye algunas conchas de Patella vulgata (7 de buen tamaño), una serie de lascas y láminas de sílex y cuarcita, un

6. Los materiales recuperados por la S.E.S.S. y por el C.A.E.A.P. se encuentran en el Museo de

Fig. 4.1.108. Cueva del Rejo. Val de San Vicente. 1. Raspador en hocico, 2. Perforador, 3. Raspador carenado atípico, 4. Perforador, 5. Lasca retocada, 6. Raspador carenado atípico. fragmento de panza de cerámica con barro plástico aplicado, un molar de gran bóvido y una punta de flecha de metal. Esta es la pieza más destacada: se trata de una punta pequeña (mide 49 x 13 x 1,5 mm) con aletas agudas y pedúnculo rectangular de base recta. Parece realizada sobre una chapa y la sección es extremadamente delgada, que presenta filo unilateral. En cuanto al metal presenta una fuerte pátina oscura y aunque parece hierro, no es posible establecerlo con seguridad, pues podría ser bronce. Se encuentra en buen estado de conservación (fig. 107).

Santander. 7. Bohigas, Muñoz y Peñil (1984: 151). C.A.E.A.P. (1984: 126 y 128). Muñoz, San Miguel y CAEAP (1988: 76-77 y 163). Muñoz (1992: 248). Muñoz (1996: 96). Muñoz y Malpelo (1993: 289, 297 y 298). Muñoz, Malpelo y Gómez (1995: 112-123) Muñoz y Serna (1995: 112-122). Muñoz, Santamaría y San Miguel (2003: 113). Muñoz (2005: 81). Sierra, L. (1909: 116) Speleo club Cántabro (1993: 89-95).

5. La cueva fue descubierta a principios del siglo XX por H. alcalde del Río y citada por L. Sierra en 1909 señalando la presencia de materiales del Magdaleniense Superior. En la década de los cincuenta fue sondeada por el equipo de camineros de la Diputación, quienes hallaron un hendedor sobre lasca. A principios de los setenta la cueva fue

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Fichas de yacimientos

Fig. 4.1.109. Cueva del Rejo. Val de San Vicente. 1. Raspador sobre lasca, 2. Buril sobre rotura, 3. Lámina retocada, 4. Lasca con macrohuellas de uso, 5. Lasca retocada, 6. Buril sobre fractura, 7. Núcleo.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Cueva del Rejo II

Cueva del Rejo III (o a la derecha del Rejo)

1. Luey (Val de San Vicente). Z: 87m.

1. Luey (Val de San Vicente). Z: 96 m. Cavidad situada en la parte alta de un farallón que cae sobre el Nansa. No presenta buenas condiciones de uso. 2. Cavidad fósil muy reducida, cuya boca mide 1,20 m de altura por 1,10 m de anchura, estando orientada al Oeste. Presenta un vestíbulo de 3,7 m de longitud por 1,10 m de anchura, ligeramente descendente, que se va estrechando progresivamente desde la boca. Continúa hacia la derecha por una pequeña galería de 1,20 m de longitud por 0,60 m de anchura por 0,7 m de anchura, que gira hacia la derecha, por una galería descendente de 2 m de longitud por 0,5 m de anchura. 3. Hábitat. Mesolítico (?) Sepulcral. Neolítico/Calcolítico. 4. Hacia la mitad del vestíbulo y en superficie aparecieron varias conchas (Osilinus lineatus y Patella intermedia) y algunos huesos humanos, en concreto una muela, una costilla y una falange.

Fig. 4.1.110. Cueva del Rejo II. Val de San Vicente.

5. Reconocida por el C.A.E.A.P. a comienzos de los años ochenta. Topografiada por C.A.E.A.P. Pequeña cavidad abierta en una ladera muy pronunciada, por encima de la cueva del Rejo. Presenta condiciones de habitabilidad, aunque es muy reducida.

7. Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 79). Muñoz y Serna (1995: 113).

2. Cavidad fósil con una boca de tamaño medio, de 2 m de altura por 1,5 m de anchura, orientada al Oeste, que da paso a un pequeño vestíbulo descendente que progresivamente se va reduciendo desde la boca, hasta que a los 3,5 m se hace impracticable. 3. Hábitat. Paleolítico Superior. 4. En la superficie de la misma boca se observó una lasca 2ª con el talón liso de cuarcita y algunas esquirlas. Por el interior también hay esquirlas óseas. 5. Descubierta y topografiada por el C.A.E.A.P. a comienzos de los ochenta. 7. Muñoz (1992: 248). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 79). Muñoz y Serna (1995: 113). Speleo Club (1993: 93).

Fig. 4.1.111. Cueva del Rejo III. Val de San Vicente.

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Fichas de yacimientos Yacimiento al Pié del Rejo

Conjunto tumular de La Panera de Helgueras

1. Luey. Val de San Vicente. Z: 99 m.

1. Situación. Municipio Val de San Vicente. Helgueras.

Yacimiento situado en un sendero peatonal que desde la casa existente a la izquierda de la carretera de Pesues – Puente Nansa conduce hasta el Nansa.

A oeste del pueblo de Helgueras, siguiendo algo más de un kilómetro una pista se llega a la ladera Sur del monte El Cumbre. Entre este sector y en dirección al Barrio de Santa Marina aparecen tres túmulos. Otro más se encuentra en un collado al Suroeste de ese monte, cerca del paraje de Sicomellanos.

2. En el lugar, un corte de unos 10 m de longitud, aparece una terraza alta del Nansa, formada por una capa de limos amarillentos con cantos de arenisca. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat / Taller.

Las estructuras se encuentran entre los 250 y los 150 m sobre el nivel del mar.

4. Los restos materiales aparecen depositados en la parte superior de un suelo de arcillas de decalcificación, que incluye algunos cantos que parecen proceder del desmantelamiento de una terraza situada en un tramo algo superior de la ladera.

2. Los túmulos ocupan un área de relieves suaves en que alternan los prados de siega, amplias áreas de matorral y algunas explotaciones de eucalipto. 3. Estructuras funerarias megalíticas. Neolítico. 4. Se encuentra entre un collado y una morra, siempre en la zona de divisoria de aguas, a lo largo de 1,5 km aproximadamente. El grupo está compuesto por cuatro estructuras tumulares formadas por piedras de caliza y tierra. Están alteradas. La situada más al sur, en un pequeño collado antes de la cota de El Cumbre mide 13 m de diámetro. Presenta ligera depresión central y en su superficie no se observan ortostatos. Junto a estos túmulos apareció un hendedor de tipo 0 de cuarcita.

Fig. 4.1.112. Estacion de superficie "al Pie del Rejo”. Pico triedro.

6. Conjunto localizado por Gonzalo Gómez Casares. 7. Teira (1994).

Proporcionó dos choppers de filo convergente, un pico triedro sobre canto (fig. 112) y dos lascas de arenisca. Actualmente aparecen, empotradas en el corte del sendero, un canto roto, de arenisca de grano medio y una lasca de arenisca. 5. Yacimiento localizado por el grupo C.A.E.A.P. 6. Material depositado en el M.P.A.C., excepto el pico triedro, que permanece en el yacimiento. 7. C.A.E.A.P. (1981: 30). Montes Barquín (2003: 39). San Miguel, Bermejo y Muñoz (1984: 23 y 27). Muñoz, San Miguel y C.A.E.A.P. (1988: 139).

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

Sector Valle de Herrerías

En el extremo occidental de la sierra, ya casi sobre la confluencia Lamasón - Nansa, se encuentra, en un bloque errático, el abrigo de Cades, también con manifestaciones pintadas esquemáticas. En sus inmediaciones aparecen estaciones de superficie, probablemente de un momento Neolítico – Calcolítico designadas como estaciones de la Sierra de La Collada. Junto a ellas se han citado dos túmulos megalíticos.

El Nansa, al poco de entrar en el municipio de Herrerías, excava un profundo desfiladero en el sustrato calizo, al sur de Trascudia. En el extremo norte de este desfiladero se encuentra la cueva de Barón, con ocupaciones de hábitat del final del Paleolítico y del mesolítico, que habría que relacionar con sus posibilidades como punto de pesca fluvial y como cazadero. En la salida sur se abre la boca de la cueva de Cabralizas, donde se han localizado evidencias de uso de un momento indeterminado del final del Paleolítico o del Epipaleolítico.

En este sector el río Lamasón excava un largo desfiladero, inmediatamente al Norte de la vega de Venta Fresnedo. En su pared este se abren las bocas de las cuevas de Las Vijeras I, II y III y frente a ellas, en la pared oeste, la de la cueva de Lagüera Pino, que podría haberse integrado también con el grupo de Chufín.

El siguiente grupo de cavidades se relacionan con la existencia de una estrecha y larga banda de roca caliza que cruza la zona en dirección Oeste - Este. En el extremo occidental del mismo se encuentran, en la cuenca del arroyo Escajo Suspino, el grupo de cuevas del Ridio, junto a una surgencia cárstica. En la del Ridio 3 se han estudiado evidencias de ocupaciones del final del Paleolítico y del epipaleolítico.

Cerca del collado que comunica Casamaría con Asturias se encuentra la estación al aire libre de La Boriza, que puede atribuirse al Musteriense por la tipología de sus piezas. En la ladera norte de la Sierra de la Collada se encuentra, en un pequeño rellano cerca de la cumbre, una estructura tumular aislada, designada en la toponímia como La Cotera.

A un kilómetro escaso en dirección Este, en el mismo paquete calizo se localiza la cueva del Vallejo, en este caso junto a un sumidero activo. En su vestíbulo se ha estudiado un nivel de hábitat que podría atribuirse al mesolítico.

Al otro lado del Nansa, en el extremo noreste de la sierra del Escudo de Cabuérniga, ya junto al collado que lo enlaza con Garavillines, se encuentra el conjunto tumular de Arnero, sobre la Mina Lacuerre. Y por último, cerca del fondo del valle, en las proximidades de Cabanzón, se localizan las estaciones de superficie de Escajo Suspino y de la Ermita, puestas al descubierto por la ampliación del trazado del vial que lleva de Cabanzón al cruce de Puente Arrudo.

Siguiendo hacia el Este, en el pueblo de Otero se abre la cueva del mismo nombre, con evidencias de ocupación como refugio en la Edad del Bronce y en la Edad Media. Por último, a escasa distancia, se localiza la cueva del Pico, que da ya al valle de Cades, con ocupaciones del Paleolítico Superior y Epipaleolítico. Mas al sur se localizan los yacimientos formados en las calizas de la Sierra de la Collada. En la parte oriental, mas alta, se abren las bocas de la cueva de Comaría, con yacimientos de facies redil de la Edad del Bronce y de la Edad Media, la cueva del Covajo de Comaría, con utilizaciones esporádicas mesolíticas, el Abrigo del Tombo del Carbonizo con representaciones esquemáticas pintadas, y la cueva de los Joracos del Carbonizo II y la de Selnuevo, con evidencias medievales. En la mitad occidental del la sierra, se encuentran las cuevas de La Cuevona de Cades, con evidencias de hábitat o refugio de la Edad del hierro y medievales, la cercana cueva de Minguín, con un depósito de la Edad del Bronce, la cueva de La Teja, con material aislado, probablemente de época cerámica y la cueva del Covajo de Cades, con evidencias medievales.

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Fichas de yacimientos En el fondo del vestíbulo principal aparecieron los restos de una olla medieval, con el borde corto y vuelto, muy panzuda y con asa de cinta, estando la panza estriada, siendo de color rojizo (fig. 115).

Cueva de Barón 1. Camijanes. Herrerías. Z: 55 m La cueva se encuentra al pie de un farallón situado a la orilla izquierda de un riachuelo muy cerca de su confluencia con el Nansa. Se halla a unos 14 km de la actual línea costera. Presenta buenas condiciones de habitabilidad.

Fig. 4.1.114. Cueva de Baró. Herrerías. A la izquierda un núcleo de laminillas y a la izquierda una laminilla fracturada, ambas en sílex. En la parte derecha de la segunda boca hay un espeso nivel arcilloso con algunos bloques calizos donde se observan varias piezas líticas, entre ellas un núcleo de donde se han extraído laminillas (fig. 114, 1), una laminilla 2ª rota y varias lascas de sílex. Fig. 4.1.113. Cueva de Baró. Herrerías. 2. Cavidad en forma de túnel con tres bocas. La principal está orientada al Este, de 1,5 m de altura por 2,5 m de anchura, con un murete de cierre. Comunica con una galería rectilínea, de 36 m de longitud, de buenas proporciones, de unos 1,5-2,5 m de altura por 2-3 m de anchura, hasta desembocar en una boca orientada al Oeste, de 2,5 m de altura por 2,5 m de anchura, muy cerca de la cual y a su derecha hay otra boca de 1,5 m de altura por 2,5 m de anchura, orientada al Noroeste, en un plano superior. Fig. 4. 1.115. Cueva de Barón. Herrerías. Olla medieval, borde y fondo de cerámica a torneta.

3. - Hábitat. Paleolítico Superior - Hábitat. Mesolítico, facies conchero (Asturiense) - Redil de ganado. Edad Media. 4. En el vestíbulo Este aparece un conchero en superficie formado por lapas pequeñas (Patella vulgata y Patella intermedia), Osilinus lineatus, etc.; 1 lasca 1ª y 2 núcleos irregulares de sílex, 1 laminilla de sílex blanco de talón ablacionado, 1 lasca simple de borde de núcleo en sílex gris con el talón liso, 1 laminilla simple de radiolarita, 1 núcleo de laminillas en radiolarita y 1 canto de arenisca con huellas de haber sido usado como percutor, que además está parcialmente pulido en un extremo. Además aparece una falange 2ª de Capra sp.

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En el M.R.A.P. con ref. 445 se conserva: - 1 hemi-mandíbula de Cervus elaphus, con M2, M1 y PM. Fractura medial de la rama, concreción calcárea adherida. - 1 fragmento medial de costilla de herbívoro grande, con marcas de corte en laminado paralelo, solo por su cara externa. 5. Reconocida por SESS a principios de los setenta. Es investigada y topografiada por el C.A.E.A.P. a principios de los ochenta.

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

6. Algunos materiales se encuentran depositados en el M.P.A.C. 7. Muñoz (1992: 248). Muñoz, San Miguel y C.A.E.A.P. (1988: 109). Muñoz y Bermejo (1987: 21). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 79). Speleo Club Cántabro (1993: 96 y 97). Cueva de Las Cabralizas 1. Camijanes (Herrerías). Z: 45 m (14). Fig. 4.1.117. Punta de dorso rota de Las Cabralizas.

Cavidad pequeña aunque de amplias proporciones, situada al borde del río Nansa, que a veces la llega a inundar en su entrada.

2ª de borde de núcleo con el talón de cuarcita, 1 lasca simple con talón suprimido de cuarcita, 1 lámina simple con el talón roto de cuarcita, 1 lasca simple con el talón liso de sílex, 2 lascas simples de borde de núcleo de cuarcita, 1 lasca 2ª con el talón cortical de cuarcita, 1 lasca simple con el talón liso de sílex, 1 lasca simple de cuarcita, 1 lasca 2ª rota de arenisca, 1 incisivo de ciervo y 2 esquirlas óseas 5. Reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P. Cuevas de Ridio 1. Cabanzón (Cades). Coordenadas 377.718 / 4.796.525 Z: 137

U.T.M.:

Se encuentran junto al valle del arroyo del Molino, al sur de Cabanzón. Los yacimientos se encuentran en la pared de una dolina donde se sume un pequeño arroyo, junto a un bosque de avellanos. Fig. 4.1.116. Cueva de Las Cabralizas. Herrerías. 2. Pequeña cavidad fósil de 17 m de anchura por unos 10 m de altura, orientada al Este, que comunica con un gran vestíbulo, que asciende hacia la parte derecha, que es llana. Se prolonga por una galería muy reducida, de 6,5 m de longitud por 3,8 m de anchura. 3. Hábitat. Magdaleniense-Epipaleolítico. 4. Casi toda la cueva está vaciada por procesos naturales, apareciendo el suelo de roca, estando éste muy inclinado. Conserva un pequeño testigo adherido a la pared izquierda y a 9 m de la boca. Hay un nivel de limos de color amarillento-cremoso, de unos 20 cm de potencia, donde se observan 1 lasca 1ª de cuarcita, 1 lasca 2ª de sílex y 1 punta micro-gravette sobre laminilla simple de sílex (fig. 117). Caídas del corte aparecen: 1 lasca 2ª rota de cuarcita, 1 lasca 2ª con escotadura lateral de cuarcita, 1 lasca

148

Fichas de yacimientos

Fig. 4.1.118. Cuevas del Ridio 2 y 3. Cabanzón. Herrerías. Las cuevas del Ridio se abren en la pared norte de una dolina con una cavidad activa donde se sume un pequeño curso de agua, denominada Ridio -1. Junto a ella, a su derecha y un poco más alta, aparece una pequeña boca cegada, denominada Ridio - 2. A escasos metros se encuentra la boca de Ridio 3. Cueva de Ridio 3 2. Se trata de la boca situada más al Este de las tres. Es una cavidad de tamaño medio, con una boca de unos 3,5 m de ancha por 4,5 m de altura, que da paso a un vestíbulo amplio y seco, con planta en forma subcircular con un fondo de unos 8 m y que sólo continua por una estrecha galería que parte de su esquina derecha. Se trata de una galería de 0,90 m de anchura que después de 3 m de recorrido conecta con otra pequeña galería transversal que continua, de forma impracticable en ambos sentidos. 3. Hábitat. Epipaleolítico / Mesolítico.

149

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa 4. En el vestíbulo aparecen masas de concreción a lo largo de toda la pared derecha, en el sector de fondo del techo, en el fondo del vestíbulo y en el tercio mas profundo de la pared izquierda. En la parte superior de las masas cementadas aparecen conchas de Cepaea nemoralis y algunos moluscos marinos – Osilinus lineatus y varias especies del género Patella- huesos, industria lítica y carbón (nivel 1), y en la mitad inferior grandes huesos – de ciervo y cabra básicamente- y restos de industria lítica en sílex y cuarcita, (nivel 2).

interior de la cavidad, comenzando a 2 m de distancia desde la boca hasta su fondo y prolongándose en una gatera donde el nivel 2 forma el suelo de la misma. Estratigrafía - Nivel 1: Capa de concreción con abundantes conchas de Cepaea nemoralis, algunas Patella vulgata, P. intermedia y Monodonta, carbón y huesos, de unos 30 cm de potencia. Está colgada sobre el suelo de la cavidad, a 2 m en la zona media del vestíbulo y a 0.80 m en el fondo, donde forma una banqueta.

Las masas cementadas aparecen desde unos 2 m hasta un 0.5, en un plano descendente hacia el Ref P1

Distancia Altura a boca 3.50 1,75

P2

5.87

1,35

P3 P4 P5

6.35 7 7.40

1,42 1,30 1,30

P6

8

1,05

P7

F.V.

0,70

P8

F.V.

0,75

P8’

F.V. Techo F.V. Techo

1,30 1,50 1,92

P8’’

P9

F.V. 0,75 Banqueta

P10

Pared 0,75 izquierda

P11

Pared 1,90 izquierda

Nivel 1

Nivel 2

Potencia: 44 26 conchas de Cepaea nemoralis 1 Sílex negro Conchas de Cepaea nemoralis 1 astrágalo de Capra pyrenaica Fragmentos de Cepaea nemoralis Idem Potencia: 28 cm 49 Conchas de Cepaea nemoralis 5 Cepaea nemoralis 2 Patella depressa 11 Cepaea nemoralis 1 Patella ulyssiponensis 4 sílex. Fragmentos de Cepaea nemoralis / Potencia: 21 cm 23 Cepaea nemoralis Potencia: 28 cm 1 lasca de sílex 4 lascas de cuarcita 1 Patella vulgata 64 Cepaea nemoralis. Potencia: 26 cm 1 Osilinus lineatus 1 Patella vulgata 1 Patella ulyssiponenis 4 Cepaea nemoralis 1 laminilla de silex 1 laminilla de cuarcita. Potencia: 20 cm 15 Cepaea nemoralis 1 Lascas cuarcita 1 Lasca borde núcleo cuarcita. Potencia: 45 cm 1 lámina, 3 lascas y 2 lasquitas de cuarcita. 1 lasca de borde de núcleo, 1 laminilla, 2 lascas de sílex. 3 lascas de cristal de roca.

Relación de puntos de estudio de los testigos del Ridio 3.

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Potencia: 31 cm Fragmentos de diáfisis Fragmentos de diáfisis Fragmentos de diáfisis Idem Potencia: 20 cm Potencia: 40 cm 4 sílex, 1 cuarcita Potencia: 41 cm 1 lasca de sílex fragmentos de hueso.

Abundantes fragmentos de hueso. 1 Lasca de sílex.

Potencia: 45 cm. 2 Patella vulgata 1 Molar de Cervus elaphus. 1 lasca de decorticado 1º de cuarcita de gran tamaño.

Fichas de yacimientos 1 laminilla simple de sílex gris. 1 núcleo con córtex, sílex gris brillo, foráneo. 1 núcleo de laminillas en sílex gris. 1 fragmento de núcleo de laminillas en sílex beteado. 1 fragmento de núcleo, sílex negruzco.

- Nivel 2: Capa de concreción, con algunos clastos calizos, y abundantes fragmentos de huesos largos de macro-mamíferos, algunos identificables de Capra y Cervus. Potencia variable entre 25 y 45 cm. Nivel 3: Capa de limos rojizos muy compactas y cementadas, con abundantes clastos de oxido de hierro de tamaño pequeño, menor a 1 cm. Potencia: 20 cm. Formado por movimiento de agua.

Cuarcita 2 lascas de decorticado 2º, talón roto, en cuarcita. 1 lasca simple, borde de núcleo, talón liso, cuarcita gris. 1 lasca simple, fracturada, talón roto, cuarcita 1 lasca simple talón diedro, cuarcita. 2 lascas simples, talón cortical, cuarcita. 1 lasca simple, rota, talón roto, en cuarcita. 1 lasca simple, borde de núcleo, talón roto, de cuarcita. 1 lasca de decorticado 2º talón cortical, cuarcita. 1 lascas de decorticado 2º, rota, talón roto, en cuarcita. 1 lasca secundaria de borde de núcleo, talón liso, en cuarcita. 1 laminilla simple, talón roto, cuarcita. 1 fragmento de canto de cuarcita. 1 canto de cuarcita. 1 núcleo sobre canto de caliza compacta

Nivel 4: Capa de limos rojizos muy compactos y cementados con cantos de caliza y arenisca de aristas romas, de tamaño centimétrico, entre 3 y 10 cm. Nivel fluvial formado por el funcionamiento del sistema hídrico de la cueva. Material arqueológico Se realizó un estudio de superficie de las evidencias cementadas visibles, diferenciándose varios puntos de muestreo: P12. Suelo y pared de la gatera del fondo En el suelo de la gatera, aparece abundante material arqueológico suelto. Son frecuentes los bloques de concreción con evidencias, procedentes de la limpieza del suelo del vestíbulo. Bajo ellos se encuentra “in situ” el nivel 2, formado por restos óseos y tierra más suelta.

Caliza 1 gran núcleo de lascas en un canto de caliza, que conserva algo de córtex.

Industria lítica

Arenisca

1 raspador sobre lámina rota retocada, en sílex gris hidratado en blanco. Su forma tiende a unguiforme (fig. 119, 1). 1 buril sobre truncatura, con retoque abrupto en un borde, sobre una lasca simple de sílex (fig. 119, 3). 1 lamina simple, con retoques inversos marginales, en sílex, retoque SEpdc (fig 119, 5). 1 lasca simple, con una truncatura convexa, en sílex calcedonítico litoral (fig. 119, 2). 1 lasca simple de borde de núcleo, con retoque en escotadura lateral inversa, en sílex gris. 1 raspador sobre lasca secundaria, en una gruesa lasca de cuarcita, retoques Smdc (fig.4).

10 fragmentos de plaqueta de areniscas finas micáceas Fauna: - Cervus elaphus: 3 fragmentos de epífisis de huesos largos –húmero, tibia, ulna-. 1 fragmento de maxilar, 1 M3 y 1 M2. 1 incisivo. - Equus caballus: 1 epífisis distal de radio. - Capra pyrenaica: 1 fragmento de epífisis distal de húmero, otros fragmentos de huesos largos. 1 astrágalo. 1 M3, 1 M2. - Capreolus capreolus: 1 M3 - 2 Patella intermedia - 1 fragmento de concreción con 20 conchas de Cepaea nemoralis y una lasca de sílex negro.

Restos de talla Sílex

B. Resumen de frecuencias 1 lasca simple talón liso, en sílex gris 1 lasca de decorticado 2º, talón cortical, en sílex gris. 1 lasca de decorticado 2º, talón liso, en sílex 1 lámina simple, talón liso, con retoque Spdc, en sílex negro. 1 lámina de arista de núcleo, en sílex gris. 1 lámina simple de borde de núcleo, talón roto, en sílex gris.

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1. Nivel 1 (testigos cementados) -10 lascas, lasquitas y fragmentos de sílex, 13 de cuarcita y 3 de cristal de roca. - 1 astrágalo de Capra pyrenaica - 1 fragmento de mandíbula de Capreolus capreolus - 2 conchas de Patella depressa

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa - 2 conchas de Patella ulyssiponensis - 2 conchas de Patella vulgata - 1 concha de Osilinus lineatus - 174 conchas de Cepaea nemoralis

concreción densa y compacta de 10 cm de potencia bajo el que aparece un potente nivel, de 50 cm, de arcillas plásticas rojizas. En la parte alta del mismo aparecen dos lascas de cuarcita, de talón liso. No se han localizado otras evidencias.

2. Nivel 2 (testigos cementados) Ridio – 1 -

Cuarcita: 2 Sílex: 6 Patella vulgata: 2 conchas

Se trata de una boca de tamaño grande, por la que se sume el río, situada a poca distancia al oeste de las

Fig. 4.1.119. Cuevas del Ridio 3. Cabanzón. Herrerías. Industria lítica. 1. Raspador sobre lámina retocada, en sílex. 2. Lámina de retoque continuo sobreelevado, fracturada. 3. Buril sobre truncatura, 4. Raspador sobre lasca, 5. Muesca inversa sobre lámina. -

Cervus elaphus: 1 molar

dos bocas anteriores.

3. Galería (Nivel 2 y mezcla del Nivel 1): -

En un testigo en el lateral izquierdo del vestíbulo aparece un nivel compactado, formado por arcillas de color siena, en que se ha localizado una astilla de hueso concrecionada. Entre las piedras que cubren el vestíbulo en los bordes del curso del río se ha localizado una pequeña lasca de cuarcita.

Cuarcita: 17 Sílex: 16 Plaquetas de arenisca: 10 Cervus elaphus (N.R.): 7 Equus caballus: 1 Capra pyrenaica: 4 Capreolus capreolus: 1

En la cercana cueva de Ridio – 4 se han estudiado algunas esquirlas óseas con pátina y fractura antrópica que podrían indicar la existencia de yacimiento arqueológico.

Cueva de Ridio –2 Situación: A unos 10 m al oeste de Ridio –3.

5. Yacimiento reconocido durante la revisión de la Carta Arqueológica por el grupo C.A.E.A.P. y G.E.I.S. C/R.

Descripción: Se trata de una boca de pequeño tamaño, con unos 2 m de ancho de boca por 2 m de fondo y colmatada. En su fondo aparece un testigo de tipo banqueta que permite ver un nivel de

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Fichas de yacimientos aparece un molar de Bos sp. de un individuo subadulto.

Cueva del Vallejo o del Parque de la Madera 1. Cabanzón (Herrerías). Z: 114 m

A seis metros más al interior, en la pared derecha, se conserva el mismo nivel en las grietas de la pared, con matriz limosa de color gris. Incorpora dos conchas de Patella intermedia. Junto a la pared, en superficie, aparecen otras dos conchas de Patella intermedia, así como algunas lascas. Se han estudiado: una lasca de decorticado 2º, talón cortical, una lasca secundaria de borde de núcleo, rota, talón roto, en cuarcita, una lasca simple talón liso en cuarcita, dos lasca simples, una de talón liso y otra de talón diedro en cristal de roca y una lasca de decorticado 2º, talón cortical en cuarcita.

Cavidad situada en el reborde de una depresión cárstica recorrida por un pequeño arroyo, en la parte alta de la cuenca del Arroyo del Escajo Suspino, afluente por la izquierda del Nansa. Para llegar a ella se parte del lugar de Venta de Vallejo, junto a la desviación a Otero de la carretera de Cabanzón a Otero, de donde nace una pista que debe seguirse medio kilómetro hasta llegar a la depresión cárstica donde se encuentra la cueva. 2. Se trata de una cavidad de dimensiones medias, con una boca de unos 9 m de ancho por 4,5 m de alta, que da paso a un amplio vestíbulo, con una galería colgada en su pared izquierda. Toda ella es ligeramente descendente y funciona como sumidero que drena la dolina cuando el sumidero activo, relleno de arcillas y situado a unos metros, se colapsa.

5. Reconocida por C.A.E.A.P. Estudiada por C.A.E.A.P. y GEIS C/R. que también realizaron la topografía. 6. No se han recogido materiales.

Fig. 4.1.121. Cueva del Vallejo. Herrerías. Lascas con retoques mínimos, en cuarcita.

La Cuevona de Otero 1. Otero (Herrerías). Z: 203 m Fig. 4.1.120. Topografía de la cueva del Vallejo (o Parque de la Madera).

Se trata de una cueva amplia, orientada al Este, con excepcionales condiciones de uso como espacio de hábitat. Se encuentra bajo las últimas casas del pueblo, las situadas sobre la ladera oriental del alto donde se sitúa el pueblo.

3. Mesolítico. Hábitat. 4. En el lateral izquierdo del vestíbulo, junto a la boca, se conserva un testigo de un metro de altura. En su zona media, a 30 m sobre el nivel del suelo, aparece, en este testigo, un nivel fértil de 40 cm de potencia. Está formado por matriz arcillosa plástica, con muchos huesos, especialmente fragmentos diafisiarios con fracturas antrópicas, algunos restos de carbón y piezas de industria lítica. En esta zona se han estudiado seis lascas de cuarcita, dos de ellas con retoques mínimos (fig. 121). En el mismo nivel

2. Presenta tres bocas, una principal y dos accesorias, abiertas sobre el valle interior de Otero. La principal mide 3,5 m de ancho por 2,10 de alto. Las tres dan a un amplio vestíbulo, de unos 15 m de fondo por 10 de ancho, de techo relativamente bajo, en torno a 1,7 a 2 m de altura, aprovechado actualmente como redil de ovejas. La cueva no presenta mucho desarrollo y de las galerías que parten del amplio vestíbulo sólo destaca un laminador ascendente, que lleva a una boca cegada.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa cm de potencia, situado bajo el nivel superficial, que incluye esquirlas de hueso de fractura antrópica, carbón y un fragmento de cerámica a mano. Presenta la superficie exterior roja y el interior negro, con dos capas, con 8 mm de espesor. El nivel presenta materia orgánica y parece resultado de utilizar la cavidad como establo. En el laminador situado a la derecha de la boca, de suelo ascendente, que acaba en una boca cegada, aparecen varios fragmentos de cerámica a torno. Corresponden a una jarra de cuerpo periforme, de la que se conservan fragmentos del fondo, borde, y panza, de color siena. Destaca un fragmento de borde que conserva todo un asa de sección aplanada, con decoración de un realce impreso con ungulaciones en disposición oblicua. 5. Reconocida por miembros del grupo GEIS C/R y CAEAP durante el desarrollo del proyecto de prospección de la cuenca del Nansa, en 2007. Estudiada por C.A.E.A.P. y GEIS C/R. en 2007 que también realizaron la topografía.

Fig. 4.1.122. Cuevona de Otero. Herrerías.

6. No se han recogido materiales. Cueva del Pico o La Pica

3. Edad del Bronce. Refugio, redil. Edad Media. Indeterminado.

1. Cades (Herrerías). Z: 130 m. Cavidad situada muy cerca de la cima de una colina y en posición dominante, sobre la depresión de Cades. 2. Reducida cavidad, orientada al Sureste, con un amplio abrigo de boca, de 8 m de anchura por 1,80 m de altura, que inmediatamente comunica con un pequeño vestíbulo llano, de 3,6 m de profundidad por 4,2 m de anchura máxima por 0,70 m de altura. El vestíbulo se prolonga por una galería recta y ascendente de 7 m de profundidad por 3 m de anchura, cubierto por una colada y un gran bloque en la entrada, que finaliza en una boca muy reducida de 0,60 m de anchura, desde donde cae el cono de derrubios. 3. - Hábitat del Paleolítico Superior - Hábitat. Mesolítico. 4. En la superficie del centro de la boca y en el lateral derecho se observan abundantes restos de talla de sílex, incluyendo alguna lámina de cuarcita, de cristal de roca y de arenisca. En concreto se estudian los siguientes restos:

Fig. 4.1.123. Cuevona de Otero. Herrerías. Material cerámico.

Cuarcita - Raspador sobre lasca de decorticado secundario (fig. 125, 1). - Escotadura sobre lasca simple de talón liso.

4. A 10 m de la boca, en el lateral izquierdo del vestíbulo o galería principal, aparece un corte en que se observa un nivel de arcillas de unos 15 - 20

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Fichas de yacimientos - 2 lascas de decorticado secundario de talón liso. - 1 lámina de cresta de núcleo. - 1 lasca simple de talón liso, fracturada. - 1 lasca secundaria de borde de núcleo. - 2 lascas de decorticado secundario de borde de núcleo. - 1 núcleo de lascas (fig. 125, 2).

7. Montes Barquín, Muñoz Fernández y Morlote Expósito (2005: 80, 100 y 104). Lasheras, Montes, Rasines y Muñoz (2003: 97). Muñoz (2003: 97). V.V.A.A. (2002: 318).

Sílex

1. Cades (Herrerías). Z: 575 m.

- 1 lasca simple de talón liso - 1 lasca de decorticado secundario, talón roto, fracturada - 1 lasca simple, fracturada, talón liso, en sílex litoral - 1 lasca simple de borde de núcleo, talón liso - lasca de decorticado secundario, talón diedro - lasquita de retoque, de decorticado secundario - 2 lascas simples, talón liso.

Cavidad de amplia boca, aunque muy escondida, situada en la parte alta de la ladera norte del valle del río Latarmá, afluente del Lamasón. Presenta buenas condiciones de habitabilidad.

Cueva de Comaría

2. Cueva con una boca muy amplia de 8 m de anchura por unos 4 m de altura, cerrada por un murete muy bajo, orientada al Suroeste, que da

Fig. 4.1.125. Cueva del Pico. Herrerías. Izq. Raspador sobre lasca. Dcha: Núcleo acceso a una sala muy amplia y bastante húmeda por goteo de 22 m de longitud por 13 m de anchura. Se prolonga por una galería ascendente, a 5,5 m de altura, que termina a los pocos metros. A 8 m de la boca y en la pared derecha, hay una galería de unos 20 m de desarrollo por 1,5 de anchura, hasta hacerse impracticable.

Fig. 4.1.124. Cueva del Pico o La Pica. Herrerías. Además aparecen algunas lascas y fragmentos de cristal de roca.

3. Refugio / Aprisco. Calcolítico/Bronce Refugio. Ocupación ocasional Edad Media.

Fauna: - 1 incisivo superior de Sus scropha - 1 M2, 1 M3, 1 falange tercera y un fragmento diafisiario de Capra sp Restos malacológicos: 1 concha de Littorina littorea, 1 de Patella vulgata, 1 de Patella ulysiponensis y 3 conchas de Cepaea nemoralis. También en superficie se estudian seis fragmentos de panza de una jarra a torno, de cerámica medieval. Por último, en un saliente del techo de la parte izquierda del fondo del vestíbulo hay un panel con unos seis puntos rojos de reducido tamaño, muy separados.

Fig. 4.1.126. Cueva de Comaría. Herrerías. 4. En toda la parte posterior de la cavidad se conservan testigos laterales, de aproximadamente 0,5 m de altura máxima, estando el resto del vestíbulo muy pisado por el ganado vacuno, que utiliza la misma para midiar, estando muy

5. Reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P a comienzos de los años ochenta.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa embarrada. En un testigo de la pared izquierda englobado en un nivel terroso duro, muy húmedo y algo arcilloso se observó en la superficie del corte, un fragmento de panza gruesa prehistórica, alisada de color pardo y con desgrasantes cálcicos; esquirlas óseas, carbones, etc. En la superficie del mismo testigo se observó un fragmento de cerámica a torno, medieval.

3. Hábitat Mesolítico. 4. En la pared derecha del fondo del vestíbulo y elevado entre 10 y 60 cm del suelo, con el techo bajísimo, se observa en superficie un nivel arcilloso, de color grisáceo, donde había dos lascas de sílex, algunas esquirlas óseas y varios Cepaea nemoralis aislados.

5. Yacimiento localizado por el grupo C.A.E.A.P. Topografiada por C.A.E.A.P. / GEIS.

5. 5. Yacimiento localizado por el grupo C.A.E.A.P. Topografiada por G.E.I.S. / CAEAP.

Cueva del Covajo de Comaría Abrigo del Tombo del Carbonizo 1. Cades (Herrerías). Z: 555 m. 1. Casamaría (Herrerías). Z: 465 (6). Se sitúa en la parte alta de un vallejo lateral del arroyo Latarmá., cerca de las cumbres de unas colinas, relativamente altas, estando muy escondida, próxima y por debajo de la famosa cueva de Comaría. Presenta buenas condiciones de habitabilidad.

Abrigo labrado en la pared de un peñón muy destacado de arenisca, en una ladera alta, visible a distancia. El conjunto se encuentra en la base de un gran bloque de arenisca y micro-conglomerado, de unos 20 m de frente y 8 m de altura, situado en el borde de un collado, en el extremo de una pequeña estribación de la Sierra de Enmedio, que separa los valles de Casamaría y del formado por el río Latarmá, afluente del Lamasón.

2. Cavidad fósil con una boca muy amplia, de 13 m de anchura, orientada al Suroeste. Presenta un vestíbulo muy amplio, aunque con los techos bajos en la parte izquierda, donde se ha construido un aprisco de piedras, bien conservado, de 6 m por 4 m que se adapta al terreno; en la parte izquierda del vestíbulo el suelo es muy descendente. El vestíbulo mide 10 m de profundidad y desemboca en un estrechamiento, de 4 m de anchura, que da acceso a una sala amplia aunque no muy alta, de 11 m de longitud por 16 m de anchura con algunas pequeñas prolongaciones, una por la pared derecha, otra por la izquierda y la última y ascendente, por el fondo.

2. Abrigo bastante amplio, de 8 m de anchura por 2 m de profundidad, orientado al Oeste, que se prolonga por debajo del bloque y por medio de un laminador hasta la otra cara del bloque, donde hay otro abrigo más reducido. Se trata de un punto de alta visibilidad desde el que se controlan los dos valles, situados al norte y al sur, y el paso oriental, sobre el antiguo camino de Casamaría a Cades. La zona se dedica a la ganadería extensiva de ganado bovino y caballar y está cubierta por landas continentales, con brezo, escajo y herbáceas. Las cumbres y collados ofrecen pastos de diente. 3. Arte Esquemático. Calcolítico / Bronce.

Fig. 4.1.127. Cueva del Covajo de Comaría. Herrerías.

156

Fichas de yacimientos

En un friso muy aparente, situado a un metro y medio sobre el suelo actual se han identificado cinco figuras, cuatro de los cuales se concentran en un pequeño plano de 25 cm de longitud por 16 cm de altura. Todas ellas están realizadas con pintura roja, de color vinoso – anaranjado. Las figuras se describen a continuación: Figuras 1 y 2: Dos barras o trazos verticales, el primero de 9 cm de longitud por 1,3 de anchura y el segundo de 6 x 1,5, separados unos 4 cm. El de la izquierda se curva ligeramente hacia el otro en su extremo superior. Este conjunto se sitúa a 154 cm de altura sobre el suelo actual del abrigo. Fig. 4.1.128. Abrigo Carbonizo. Herrerías.

del

Tombo

del

Figura 3. A unos pocos centímetros de distancia, hacia la izquierda, y a 169 sobre el suelo, aparece un trazo suelto, similar a los anteriores, de 5 x 1,5 cm.

4. El abrigo mide unos 8 m de frente, y su profundidad máxima es escasa, con 2 m. En su borde exterior, ya fuera de la estrecha cobertura que ofrece la cornisa, se conserva un muro formado por bloques sueltos. El suelo se encuentra cubierto por una capa de limos arenosos, con vegetación de herbáceas y se observa que el abrigo lo utiliza el ganado como refugio. Las pinturas aparecen en un panel de aproximadamente un metro de longitud, formado por relieves planos separados por grietas verticales.

Figura 4. Figura compleja, quizás un antropomorfo, de 9 cm de longitud por 5 de altura, con patas de 3,5 cm. Se encuentra a 15 cm de la figura anterior y a 159 cm de altura sobre el suelo. Presenta un desconchado que afecta a su tercio superior. Figura 5. En un panel independiente, a 40 cm a la izquierda, aparece una figura de diseño ligeramente cruciforme, aunque quizás se trate de una representación animal o humana, mide 8 x 4 cm y se

Fig. 4.1.129. Abrigo del Tombo del Carbonizo. Herrerías. Representaciones parietales.

157

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa encuentra a 181 cm de altura sobre el suelo.

5. El yacimiento fue descubierto por el grupo C.A.E.A.P. Topografiado por C.A.E.A.P.

5. El yacimiento fue descubierto en 2007 por miembros de los grupos C.A.E.A.P. y G.E.I.S. C/R. durante la revisión de la Carta Arqueológica de Cantabria. Topografíado por C.A.E.A.P. 7. Inédito. Cueva de los Joracos del Carbonizo II 1. Cades (Herrerías). Z: 492 m. Situada en lugar destacado, ofrece un espacio amplio pero húmedo. 2. Se encuentra en la base de un farallón calizo labrado en la zona alta de la Sierra de la Braña de Enmedio, al Sureste del collado del Abrigo del Tombo del Carbonizo, a unos 400 m del mismo. El farallón y la boca de la cueva están orientados al Sureste. Se trata de una cueva de boca grande, de unos 7 m de ancha por 2 m de alta, que da paso a un amplio vestíbulo cubierto por una potente capa de barro plástico de color marrón oscuro. 3. Refugio / Redil. Alta Edad Media.

Fig. 4.1.131. Cueva de Los Joracos del Carbonizo II. Herrerías. Material cerámico.

4. Entre el limo que cubre el vestíbulo aparecen abundantes fragmentos de carbón y algunos, muy escasos, fragmentos de hueso. En el lateral derecho del vestíbulo, junto a la pared, en un área de techo muy bajo, a unos 5 m de la boca, aparecen dos fragmentos de la boca, un asa, varios pequeños fragmentos de panza y fondo completo, de un vaso a torno, medieval, de cuello cilíndrico.

Cueva de Selnuevo 1. Cades (Herrerías). Z: 490 m. Situada en lugar destacado, ofrece un espacio reducido. 2. Se encuentra en la base de un farallón calizo labrado en la zona alta de la Sierra de la Braña de Enmedio, al Sureste del collado del Abrigo del Tombo, a unos 400 m del mismo. El farallón y la boca de la cueva están orientados al Sureste. Pequeña cavidad abierta a escasa distancia de Joracos del Carbonizo II, en la misma base del farallón. Es una cueva de pequeñas dimensiones.

Se trata de una jarra a torno, con un asa de cinta, de 115 mm de diámetro de boca, 194 mm de altura y un diámetro máximo de 155 mm. Presenta tres acanalados suaves en la zona media, por debajo del asa y el resto de la superficie lisa.

3. Indeterminado. Medieval (?). 4. Cerca de la boca, entre los bloques de pequeño tamaño que tapizan la entrada, se observó un fragmento de tapadera de piedra, realizada en arenisca tableada micácea, fracturada diametralmente. Sus medidas son: Diámetro: 75 / (45). Espesor: 19 mm (fig. 133). 5. El yacimiento fue descubierto por el grupo C.A.E.A.P. Topografiado por C.A.E.A.P. Cueva de Lengo II

Fig. 4.1.130. Cueva de Los Joracos del Carbonizo II. Herrerías.

1. Cades (Herrerías). Z: 190m.

158

Fichas de yacimientos

4. En el vestíbulo de la cueva se han hallado en superficie abundantes restos: - Malacofauna (1 Patella vulgata pequeña, 4 fragmentos de Mytilus, 1 fragmento de Venerupis decussata, 1 Patella intermedia, 2 fragmentos de Patella aspera) - Moluscos pulmonados (3 conchas de Cepaea nemoralis y abundantes fragmentos - Paleontología (fragmento de mandíbula quemada de animal pequeño, 1 molar de ovicaprino, 1 pezuña o tercera falange de ovicaprino, 1 molar de Canis sp. y esquirlas óseas

Fig. 4.1.132. Cueva de Selnuevo. Herrerías. Cavidad situada en la falda de una pequeña elevación, no dominante y debido a sus exiguas dimensiones, poco habitable.

- Huesos con marcas de procesado (costilla con marcas de descarnado y esquirla ósea cortada). - Cerámicas (cerámicas a mano, no muy gruesas y de color pardo-oscuro, con desgrasantes gruesos de cuarzo

2. Cavidad con una boca reducida, de 1 m de altura por 2 m de anchura, orientada al Noroeste, que da paso a un reducido vestíbulo, de 5 m de profundidad por 3 m de anchura máxima en el fondo. De frente continúa por un laminador que hubo de forzarse y que llega hasta una galería muy descendente, hasta desembocar en un laminador con coladas. Desde este punto la galería se hace amplia y ascendente, hasta llegar a un pequeño ensanchamiento con abundantes columnas. Hacia la derecha continua por un laminador descendente que desemboca en una galería amplia con abundantes oseras, que continua por dos laminadores, el de la izquierda se colmata. Por el laminador de la derecha, con muchas oseras, desemboca en una sala ancha y baja, que continúa hacia la derecha por una galería descendente, con el suelo cubierto de colada calcítica. Desemboca en un laminador que comunica con una galería amplia

- Piezas líticas: punta microlítica con pedúnculo realizado a retoque abrupto, raspadores microlíticos, y restos de talla de sílex y de cristal de roca. Una vez pasado el laminador que da acceso al interior de la cueva se observa un cono de derrubios deslizado desde el vestíbulo, donde aparecen sedimentos grisáceos muy ricos en materia orgánica, con abundantes restos paleontológicos, con huesos de ciervo, cerámicas toscas oscuras de panza, abundantes Cepaea nemoralis, algunas lascas de sílex, etc. Tanto en el fondo de la galería de la izquierda, como en el suelo y cornisas de la pared derecha aparecen huesos aislados de oso de las cavernas. Y, por último, en el interior de las galerías de la derecha se observan gran cantidad de oseras, especialmente en un laminador que comunica con la galería del fondo, donde además hay muchos restos de osos de las cavernas. Más al interior y en la rampa y fondo de la galería, antes del laminador que da paso a la galería final, hay un impresionante yacimiento paleontológico de oso de las cavernas, observándose en superficie más de una veintena de cráneos, muchos de ellos de individuos infantiles. Además, en el comienzo de la rampa final, junto a los restos de oso, se encuentran algunos huesos, varios de ellos en conexión anatómica, de rebeco. Y para finalizar, al comienzo del laminador donde hay abundantes oseras y restos de oso, y junto a la pared derecha, se halló una aguja de hueso completa, muy robusta y con perforación circular.

Fig. 4.1.133. Cueva de Selnuevo. Herrerías. Material lítico. donde finaliza la cueva. 3.

- Hábitat. Solutrense o Magdaleniense - Hábitat Neolítico - Restos paleontológicos (oso de las cavernas).

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Cueva de La Cuevona 1. Cades (Herrerías). Z: 527 m. Cavidad corta aunque de amplias proporciones situada en la parte alta de la ladera de una colina bastante alta, dominando el valle de Venta de Fresnedo. Es habitable. 2. Cavidad fósil con una boca muy amplia, de 4 m de altura por 9 m de anchura, orientada al Suroeste, que da paso a un amplio vestíbulo, de 21 m de longitud por 12 m de anchura en el fondo donde es más ancho aunque con el techo más bajo. Es llana, el suelo está repleto de bloques y es muy húmeda. Se prolonga por una galería que hacia la derecha, concrecionada, de unos 6 m de longitud por 1,5 m de anchura máxima.

Fig. 4.1.134. Cueva de Lengo II. Herrerías (Topografía parcial).

3. Hábitat ocasional. Edad del Hierro (¿) Hábitat ocasional. Medieval.

5. Reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P. 7. Muñoz (1992: 248). Muñoz (1996: 99). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 79). Cueva del Covajo de Cades. 1. Cades (Herrerías) 379 m. Cavidad situada en la parte alta de la ladera de una colina bastante alta, en posición dominante y con condiciones de habitabilidad. 2. Reducida cavidad fósil con una boca bastante amplia, de 5,2 m de altura por 4,6 m de anchura, orientada al Sur, que da paso a un vestíbulo descendente, de 6 m de longitud por 2,5 m de anchura, hasta desembocar en una sala llana, de 9 m de longitud por 6,6 m de anchura. En el fondo de la parte izquierda se prolonga 1,20 m, apareciendo abundantes bloques y una colada estalagmítica, protegiendo a un espeso nivel terroso.

Fig. 4.1. 135. Covajo de Cades. Herrerías. 4. En un pequeño entrante de la pared izquierda del vestíbulo se observan varios fragmentos de panzas lisas a mano, bastante finas y de color pardogrisáceo. En la misma zona aparecen otros materiales: un fragmento de mano de molino realizado a partir de un canto labrado y con intenso pulido en los bordes y en ambas caras (fig. 137, 3); una "maza" sobre un canto plano de marga compacta, con entalladuras laterales y piqueteados en uno de los extremos; un canto de cuarcita apuntado con varias extracciones en un extremo (137, 1) y un fragmento de hueso trabajado a modo de mango con evidencias de exposición al fuego (fig. 137, 2).

3. - Utilización ocasional. Edad Media. 4. En la parte izquierda del fondo de la cueva y por debajo de abundantes bloques, hay una colada estalagmítica protegiendo a un espeso nivel terroso con carbones grandes, abundantes fragmentos de hueso de fauna doméstica y donde además se observó un fragmento de panza realizado a torneta, de color ocre, decorado con varias líneas pintadas oblicuas y paralelas, de color vinoso. 5. Fue reconocido y topografiado por el C.A.E.A.P. 7. Inédito

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Fichas de yacimientos torneta medievales, destacando uno de base plana con la unión a la panza convexa, de color oscuro, decorado con líneas oblicuas y paralelas, pintadas en color oscuro. 5. Reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P. Cubío de La Teja 1. Cades (Herrerías). Coordenadas UTM: 379.256 / 4.793.786 Z: 402 m Se encuentra en la zona alta de la ladera sureste de la Sierra de la Collada, sobre la confluencia del Latarmá con el Nansa. No ofrece buenas condiciones de uso como hábitat dado que técnicamente se trata de una sima. Se accede desde las cabañas del Cotero Fresnedo, siguiendo por la ladera hacia el Norte hasta llegar a la zona media, donde en un rellano con algunas grandes encinas se encuentra la cueva.

Fig. 4.1. 136. Cueva de La Cuevona de Cades. Herrerías.

2. Su boca es una sima con un diámetro de unos 6 m que desciende por un largo tubo unos 20 m hasta llegar a un cruce de galerías donde la pendiente se hace menor. La cueva presenta después un desarrollo complejo y largo.

Muy cerca, hacia el centro de la cueva hay fragmentos de cerámicas similares, varios fragmentos de cerámicas lisas de panza, a torneta, medievales, esquirlas óseas, cantos y huesos de Bos taurus y Sus sp. En la parte derecha de la cueva y en superficie hay huesos, carbones y cerámicas a

3. Prehistoria Indeterminado.

cerámica

indeterminada.

Fig. 4.1. 138. Cueva de La Teja. Herrerías. Fig. 4.1. 137. Material lítico y óseo del yacimiento de La Cuevona de Cades. Herrerías. 1. Canto de cuarcita pulido con extracciones, 2. Fragmento de útil de uso, quizás resto de un mango, 3. Mano de molino.

4. En el cono de la entrada aparecen materiales modernos, teja, cerámica vidriada y fauna. En una galería que parte de la base del cono hacia la derecha se localizó un hueso trabajado de tipo ahorquillado y en una pared, depositado en una

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa pequeña repisa, un útil sobre piedra pulida. Se trata de una pieza de sección circular, fracturada en la zona media, con pulimento en gran parte de su superficie, con una faceta plana lateral y con profundos piqueteados en el polo. Su métrica es de 120-58-41 mm (fig. 139).

7. Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 72). Abrigo de Cades 1. Cades (Herrerías). Z: 225 m. Pequeño abrigo situado en la cara Este de un gran bloque errático de cuarcita, situado en una ladera visible a distancia.

5. Yacimiento localizado por CAEAP y GEIS C/R. Estudiada por ambos grupos, que también realizaron un croquis de su topografía.

2. En la cara Este de un bloque errático de cuarcita, de 10 m de longitud por 5 m de anchura, hay un abrigo muy reducido de 2 m de anchura por 0,2 m de profundidad.

6. Material entregado en el M.R.A.P. Cueva de Minguín 1. Cades (Herrerías). Z: 481 m.

Fig. 4.1.141. Bloque con el abrigo de Cades. Herrerías. 3. Arte Esquemático. Edad del Bronce (¿).

Fig. 4.1.140. Cueva de Minguin. Herrerías.

4. En el abrigo hay un panel de pinturas rojas situado en un friso inclinado, aproximadamente a 1,20 m del suelo, ocupando una superficie de 50 cm de anchura por 40 cm de altura. Consiste en dos series de tres barras verticales de en torno a 7 cm de longitud por 1,5 cm de anchura, muy mal conservadas.

Cavidad situada en una ladera alta, en posición dominante, habitable. 2. Pequeña cavidad con una boca relativamente amplia, de 2 m de altura por 6,6 m de anchura, orientada al Sureste, parcialmente cerrada por un muro construido a piedra seca. La boca da acceso a un vestíbulo bastante amplio, de 11 m de profundidad por 6,5 m de anchura, que se prolonga por dos reducidísimas galerías ascendentes. Hacia el centro del vestíbulo y en la pared izquierda se abre, por una oquedad de 0,4 m de anchura, una galería muy descendente, de 5,3 m de profundidad por 2,4 m de anchura máxima, paralela al vestíbulo, que discurre hacia la boca.

5. Reconocida por C.A.E.A.P. / G.E.I.S. C/R. Cueva de La Cuevona de Las Vijeras 1. Cades (Herrerías). Z: 120 m. Se halla al pie de un amplio farallón labrado en la margen izquierda del río Lamasón. Se la ha citado también como Cueva del Trasmerano, pero parece ser que esta es otra cavidad, abierta en la misma ladera.

3. Depósito. Calcolítico / Bronce. 4. Hacia el centro de la pequeña galería de la izquierda y en el fondo de la cueva se encontraron varios fragmentos de la panza de una gran orza ovoide de color negruzco, con aplicación de barro plástico a dedadas.

2. Cavidad fósil con un amplio abrigo de boca, de 14 m de anchura por 4 m de longitud, muy inclinado hacia la derecha y orientado al sur- sureste. Gran parte de la superficie del abrigo de acceso está ocupada por una gran colada en forma de lomo que parte de una gran estalagmita que cierra la cueva. La cueva, en fuerte pendiente ascendente, continúa por una galería ascendente con coladas, de 28 m de

5. Reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P a comienzos de la década de los ochenta del pasado siglo.

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Fichas de yacimientos longitud, hasta llegar a un relleno, donde hay una galería a la derecha, muy ascendente, que desemboca en una pequeña boca no practicable que comunica con la parte alta del cantil donde se abre la cavidad.

Fauna: - 6 diáfisis de huesos largos con fracturación antrópica, alguno de Capra sp. - 2 fragmentos de falanges con doble fractura transversal y longitudinal y un fragmento de metápodo con muesca inversa de percusión, de Cervus elaphus. - Empotrado en el nivel junto a la pared, en una masa algo calcificada, aparece un fragmento de mandíbula con dos molares, de Sus scropha juvenil. - En la misma colada de limos aparece junto a los sílex algunos fragmentos de concha de Cepaea nemoralis y dos conchas casi completas, en total de 6 individuos.

3. Hábitat. Paleolítico Superior Sepulcral. Indeterminada. 4. Aparece yacimiento en dos puntos de la cavidad: En el lateral norte, o flanco derecho del abrigo de entrada se observaron en superficie varias lascas de sílex y cuarcita y un útil de sílex, además de restos de fauna. Y en la plataforma llana existente en el fondo de la cueva y junto a la pared derecha, se observaron algunos huesos humanos de un individuo. En el abrigo, junto a la pared, en una colada de 20º de pendiente, aparece un nivel fértil, quizás deslizado desde mas arriba. En superficie se han estudiado los siguientes materiales: - Lasca simple, talón liso, rota, de sílex gris - Lasca secundaria, talón liso, de cuarcita fina negra, con restos de proceder de un nivel ligeramente concrecionado. - Lasca simple, talón fracturado, rota, en cuarcita gris fina. - Lasca simple, talón liso, rota, cuarcita gris. - Lasca secundaria, extremidad distal de arista de núcleo, en sílex negro, con córtex rojizo, quizás sílex negro local. - Lasca simple, rota, talón diedro, sílex patinado en blanco. - Lasca simple, talón roto, en cuarcita gris fina. - Fragmento de canto con doble fractura. - Fragmento de canto con fractura a un medio, con evidencias de exposición prolongada al fuego en una cara y dos golpes en un polo.

Fig. 4.1.142. Cuevona de Las Vijeras. Herrerías. En la última galería de la cueva, tras una prolongada subida a lo largo de 25 m de recorrido, hay un suelo formado por limos en una plataforma ligeramente inclinada, unos 10º, en la que el goteo y el lavado del agua han puesto al descubierto una amplia colección de huesos humanos y animales. En la

Fig. 4.1. 139. Cueva de La Teja. Herrerías. Material lítico. Útil pulido sobre canto de cuarcita.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa zona central aparece en la concentración principal los siguientes restos:

fragmento de astrágalo, 1 fragmento de falange, 1 fragmento de húmero), y de Cervus elaphus (1 fragmento de asta, 2 molares M2, fragmento diafisiario con fracturas antrópicas, 1 falange) y varios fragmentos de diáfisis con fracturas y una costilla. 1 lasca de decorticado 2º, talón suprimido, en sílex gris de calidad, de canto, 1 lámina de arista de núcleo talón extirpado de cuarcita negra de calidad y 1 lasca de cuarcita talón roto, concrecionada. Algunos de los restos se encuentran ya en la superficie de la gatera derecha.

- 1 fragmento de cráneo de Canis familiaris y un incisivo suelto, parece estar todo el conjunto empotrado en la arcilla. - 1 fragmento de escápula de Bos sp, 2 fragmentos de costilla de Bos sp. - 6 huesos humanos de un individuo adulto, de edad madura, con molares sanos, en concreto: 1 fragmento de maxilar inferior de adulto, con M2 y M3 suelto, 1 fragmento de diáfisis de radio, 1 extremidad proximal de tibia, 1 fragmento medial de tibia, 1 fragmento de tibia con extremidad proximal, 1 fragmento medial de peroné.

En superficie y suelto, apareció también un grueso fragmento, de 7 cm de grosor, de concreción pavimentaria que incluye restos de 7 conchas de Cepaea nemoralis.

- 3 huesos de un individuo subadulto, de edad media, - quizás un adolescente-: 1 fragmento de diáfisis de fémur, 1 extremidad distal de húmero y 1 fragmento diafisiario de tibia. Aparecen también dos fragmentos de costillas humanas y tres cantos fluviales de cuarcita o arenisca compacta.

En la superficie de la gatera derecha se han estudiado un calcáneo humano, de adulto, dos fragmentos de diáfisis con intensas marcas de mordeduras de carnívoros, un fragmento de escápula cementada y una rótula de adulto. En el fondo de la gatera de la izquierda se localizó un fragmento de cráneo humano de un individuo infantil. 5. Descubierta por miembros de los grupos C.A.E.A.P. y GEIS C/R durante la revisión de la

5. Descubierta por el C.A.E.A.P. a principios de los ochenta y topografiada por el Speleo Club Cántabro a finales de los ochenta. 7. Speleo Club Cántabro (1993: 96 y 97). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 79). Cuevona de Las Vijeras II 1. Cades (Herrerías). Z: 105 m. Se localiza varios metros por debajo de las Vijeras I y se puede llegar a ella desde el cauce del Lamasón, ascendiendo por el cortado del cauce en un ángulo formado por el río una vez pasada la llamada Peña del Pozón. 2. Se trata de una cueva pequeña, con una boca de tendencia rectangular, de 1,8 m de altura por 1,5 m de anchura, orientada al sureste. El vestíbulo también es reducido, con unos 4 m de longitud por 2 de anchura y acaba pronto en dos gateras al fondo, que se comunican entre sí. En la pared izquierda una gatera ascendente acaba saliendo al exterior. Presenta suelo de tierra.

Fig. 4.1. 143. Cuevona de Las Vijeras II. cuenca del Nansa, dentro del proyecto de la Carta Arqueológica de Cantabria. Topografiada por el CAEAP.

3. Epipaleolítico- Mesolítico. Hábitat. Indeterminado (Mesolítico ?). Funerario.

Cuevona de Las Vijeras III

4. En superficie, entre la tierra que forma el suelo, aparecen diferentes materiales, entre 1 y 4 m de la boca: 3 conchas de Patella vulgata, de tamaño variable, huesos de Capra sp. (1 cuboides, 1

1. Cades (Herrerías). Z: 85m. Se encuentra cerca de la Peña del Pozón, pero al otro lado del río, sobre un ángulo que forma el

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Fichas de yacimientos cauce. Se accede subiendo la pronunciada ladera del corte del río, unos 10 m. Está a unos 30 m de las Vijeras II.

Cueva de Lagüera Pino o Lagüera-Pinu.

2. Se trata de un amplio abrigo colgado sobre el río, con un suelo muy pendiente que conserva gruesas concreciones pavimentarias que sellan un nivel de grandes eboulis de arista viva, en una matriz limosa compacta. En la zona central conserva una pequeña plataforma horizontal, justo en un ángulo formado por una diaclasa, de 4 m x 2 m.

Se localiza sobre una ladera muy cortada sobre el río Lamasón, justo al pasar hacia el norte la Peña del Pozón. Se puede llegar a ella desde el río, ascendiendo por un sendero muy perdido entre los matorrales.

1. Cades (Herrerías). Z: 137 m.

2. Cavidad de boca alta y relativamente estrecha, orientada al oeste, que da paso a un vestíbulo muy abierto, con suelo de roca madre, y con una colada casi vertical que cierra el fondo de la cueva a unos 5 m de la boca. La cueva continúa solo por unas gateras hasta un desarrollo total de 10 m. 3. Romano. Depósito (¿) 4. En la parte alta de la colada, en una repisa alta sobre el suelo de la cueva, en forma de oquedad, el Sr. Antonio Fraile halló una reja de arado de tipo romano, en hierro. 5. Localizada por el Topografiada por CAEAP

Fig. 4.1.144. Vijeras III, o Abrigo de Las Vijeras. Herrerías.

Sr.

Antonio

6. Material depositado en el M.R.A.P. 7. Bohigas Roldan et al (1984). Muñoz y Peñil (1984: 143,144). Speleo Club Cántabro (1993: 96).

3. Mesolítico. Hábitat. 4. En la zona inferior del abrigo aparece un nivel de concreción pavimentaria con limos, colgado a 1 m del suelo, en que aparecen seis conchas de Cepaea nemoralis junto a una lasca de cuarcita gris, de calidad, de pequeño tamaño, talón liso. A unos dos metros, en el pequeño abrigo de fondo plano, aparece un nivel de limos rojizos donde se han estudiado tres fragmentos de diáfisis con fracturas antrópicas, corresponden a huesos largos de Capra sp. y Cervus elaphus. 5. Descubierta por miembros de los grupos C.A.E.A.P. y GEIS C/R. Topografiada por el CAEAP.

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Fraile.

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa carretera que conduce a Casamaría, pero en parte territorio de Asturias y en parte en Cantabria. Se trata de una ladera de cierta pendiente, con tramos del 30º, con afloramientos de calizas y áreas con suelo de arcillas. Está cubierta por landas formadas por escajo y brezo combinadas con prado de diente. En una zona de media ladera, cerca de donde se

Estaciones al aire libre: Valle de Herrerías Yacimiento al aire libre de La Boriza 1. Casamaría. Herrerías. Z: 215 m. Se sitúa en una ladera orientada al Sureste, sobre la

Fig. 4.1.145. Yacimiento al aire libre de La Boriza. Casamaría. Herrerías. 1. Hendedor sobre lasca de tipo 0 de Tixier, de arenisca compacta. 2. Muesca inversa de cuarcita, 3. Lasca simple, cuarcita, 4. Núcleo de arenisca, 5. Lasca de decorticado 2º, 6. Lasca simple con retoque de uso, 7. Extremo distal de pico triedro de arenisca.

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Fichas de yacimientos encuentra el yacimiento, nace una fuente conocida como Fuente de la Sierra.

dos más planas que conforman la inferior. Está realizado sobre un canto de areniscas de grano fino compactas, de tonos marrones. Métrica: 57-78-41 (fig. 145, 4). (fig. 145, 4). A unos 100 m ladera abajo de la concentración principal.

2. Los materiales aparecen en superficie en el sendero que cruza la ladera, ascendiendo desde el pueblo hasta la zona alta, en un tramo medio alto, cerca ya de la cumbre. Algunas piezas se localizaron cerca del prado inferior y el resto en la zona más alta, aunque es probable que todo el material proceda de la cumbre, de donde se va deslizando. Las piezas se encuentran entre la tierra lavada del sendero, en una matriz de arcillas de decalcificación, de tonos marrón claro. En el mismo contexto aparecen costras de óxidos e hidróxidos de hierro, típicas del horizonte de lavado de los suelos de tipo terra fusca.

- Lasca simple, talón liso, de arenisca de grano fino compacto, marrón. Métrica: 35-28-7. - Gruesa tableta de núcleo de sílex, está patinado. Presentan un córtex fino y uniforme y parece ser una variedad local. Se observan en su periferia algunos levantamientos accidentales. Podría ser natural. Métrica: 52-48-20 mm. Se localizó en la zona más baja del terreno, ya cerca del prado de siega inferior. Además, en la zona mas baja de la ladera, cerca de la finca que ocupa el fondo del valle, ya en el tercio inferior de la ladera, aparece, entre los afloramientos calizos del lapiaz, un fragmento de sílex de color negro, procedente de las nodulizaciones locales.

3. Paleolítico Inferior / Medio. Hábitat / Taller 4. En la concentración principal, en la zona media – alta de ladera, en el sendero aparecen: - Triedro sobre espesa lasca primaria de arenisca compacta, talón roto, sólo conserva la punta. Presenta tres retoques de regularización en el extremo distal. Métrica: 91-63-32 mm. Se localizó a 15 m ladera abajo de la concentración principal, en otro sendero del ganado (fig. 145, 7).

5. El yacimiento fue descubierto por miembros de los grupos G.E.I.S. C/R y C.A.E.A.P.

- Hendedor sobre lasca, tipo 0 de Tixier, en arenisca de grano fino compacta, de tonos rojizos. Presenta dos lascados directos en el lateral derecho, de regularización. Métrica: 114-92-44 mm (fig. 145, 1).

Se encuentra en la ladera de una pequeña sierra alargada.

Estación de superficie del Escajo Suspino 1. Cabanzón. Herrerías. Z: 132 m.

2. El perfil del suelo de la zona parte de calizas arenosas y calcarenitas que forman bancadas de estratos. Sobre este sustrato se desarrolla un horizonte B de arcillas de tipo terra fusca y un horizonte A bien conformado en cuya parte superior aparecen las piezas líticas.

- Lasca simple, talón liso, de cuarcita marrón, de calidad. Métrica: 53-50-14 mm. - Lasca secundaria, talón cortical, de arenisca de grano fino compacta, marrón clara. Métrica: 73-5829 mm.

3. Hábitat / Taller- Paleolítico Medio.

- Lasca simple de talón liso, de areniscas finas compactas, de color beige, con algunos retoques de uso en un lateral. Métrica: 59-40-16 (fig. 145, 6). Junto a la pieza anterior. En la misma zona, en la superficie del prado que corona la colina, con abundantes toperas de Arvicola, junto a un amplio lapiaz que se extiende hacia el noroeste, se estudiaron las siguientes piezas: - Muesca realizada mediante retoque inverso, en una gran lasca secundaria, talón cortical, de cuarcita marrón clara. La muesca ha sido obtenida mediante tres golpes de retoque simple. Métrica: 61-66-21 mm (fig. 145, 2).

4. El material es exclusivamente lítico y aparece entre la tierra que conforma el nivel B del suelo, de arcillas lavadas. Las piezas aparecen a lo largo de una pista excavada durante el saneamiento de Tina Mayor - Tina Menor, por la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria, en 2007. La alteración mide unos 300 m de larga por 20 de ancha. Los restos afloran a lo largo de 200 m y probablemente el yacimiento está en posición secundaria habiéndose deslizado desde la parte alta de la sierra, dado que en la zona aparecen terrazas de cultivo ajustadas a los bancales naturales y "morcueros" formados por fragmentos de roca. Se ha recogido, para su entrega en el M.R.A.P. el siguiente lote:

- Núcleo sobre canto, con percusión bipolar. Presenta cuatro extracciones por la cara superior y

167

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa - Raedera lateral convexa sobre lasca simple, talón cortical, de arenisca de grano fino compacto. Presenta retoques simples en un lateral. 64-51-27. - Lasca laminar simple, talón liso, con retoques simples directos en un lateral y retoques inversos en el otro, en cuarcita. 42-33-12. - Raspador sobre lasca simple, talón retocado con retoque sobreelevado directo y lateral con retoque simple continuo, en cuarcita. 37-40-12. - Lasca simple, talón cortical, con retoques simples marginales en un lateral, en cuarcita. 37-58-13. -Lasca simple, talón liso, con retoques marginales en un lateral, en cuarcita. Métrica: 35-44-12. - Lasca simple, talón lineal, en cuarcita. Métrica: 39-37-6.

Además aparecen fragmentos de panza y uno de fondo de cerámica gris a negra, a torno, con desgrasantes de cuarzo, de cronología probablemente medieval. 5. El yacimiento fue descubierto por miembros de los grupos G.E.I.S. C/R y C.A.E.A.P. 6. El yacimiento está inédito. Estación de superficie junto a la Ermita de Cabanzón 1. Cabanzón. Herrerías. Z: 165 m. Se encuentra en el corte de la carretera local que lleva desde Cabanzón a Otero, que ha sufrido recientemente un ampliación. 2. Morfológicamente se corresponde con un pequeño collado encontrándose las piezas en el arranque de ladera, quizás ligeramente deslizadas de su posición primaria por efecto del arado. 3. Hábitat / Taller. Paleolítico Antiguo. 4. Estratigrafía: Los materiales aparecen en la parte media y baja del nivel A de un suelo de tipo terra fusca que cubre las calizas de la zona. Las piezas aparecen a lo largo de 150 m de distancia, en que cambia el perfil edáfico. En la mayor parte del recorrido no se conservan horizontes de suelo definidos sino que todo el relleno parece removido y deslizado a favor de ladera y alterado por el arado. Una parte del material estudiado, en concreto las piezas de gran tamaño, sobre canto, fueron localizadas formando parte de una estructura alargada compuesta por dos muros soterrados que aflora desde la parte alta de la colina hasta media ladera.

Fig. 4.1.146. Estación de superficie del Escajo Suspino. Cabanzón. Herrerías. Se han estudiado las siguientes piezas in situ: - Núcleo sobre canto con 4 extracciones, en arenisca de grano fino compacto. 160- 90-81. - Lasca de decorticado 1º, talón suprimido, con retoques marginales en un lateral, en cuarcita. Métrica: 61-53-23. - Fragmento de canto, con doble fractura, utilizado como núcleo, con dos planos, en arenisca de grano fino compacto. Métrica: 53-71-32. - Arista de núcleo de canto, talón plano, arenisca de grano fino compacto. Métrica: 64-44-35. - Lasca simple, fracturada, talón ablacionado, en cuarcita. 30-21-17. - Lasca simple talón plano, arenisca de grano fino compacto, 49-53-35. - Núcleo sobre gran canto de cuarcita gris de calidad. Métrica: 141-110-72.

En material se localizó en superficie, entre la tierra revuelta y sobre la estructura citada. Material lítico retocado Sector meridional - Raedera doble sobre lasca secundaria de cuarcita marrón de calidad. Presenta retoques directos simples y escamosos en ambos laterales. El extremo proximal está fracturado o retocado posteriormente, pues sus retoques no presentan pátina. En la cara inferior aparecen retoques planos de adelgazamiento en un lateral. Métrica: (116) - 98-31 (fig. 148, 2).

- Lasca simple, fracturada, talón liso, en cuarcita. 47-52-11. - Lasca de decorticado 1º, talón cortical, arenisca de grano fino compacto. 39-48-17. - Lasca de decorticado 2º, talón cortical, en cuarcita. 41-27-11.

- Lasca de decorticado primario, talón liso, en arenisca compacta de grano fino, con algo de mica. Presenta dos retoques directos en el talón y fractura distal. Métrica: (71) - 53- 32. (fig. 148, 1).

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Fichas de yacimientos

Fig. 4.1.147. Estación de superficie junto a la Ermita de Cabanzón. Cabanzón. Herrerías. 1. Lasca de talón cortical con retoques continuos en un lateral, en cuarcita, 2. Lasca laminar, 2º, en cuarcita, tableta de núcleo, en sílex, 4. Lasca retocada de cuarcita, 5. Raspador atípico de cuarcita, y 6. Núcleo sobre lasca de arenisca.

Sector norte

- Escotadura transversal directa realizada sobre una lasca de decorticado secundario, talón liso, de cuarcita de calidad.

- Hendedor de tipo O, talón roto, con amplios levantamientos bifaciales en el lateral izquierdo y levantamientos simples en el derecho, con huellas de uso y alteraciones recientes. En arenisca compacta, con fuerte pátina (fig. 148, 3).

- Raspador atípico, marginal, realizado en el extremo de una lasca simple de borde núcleo, en cuarcita. - Lasca simple, talón liso, con retoque simple en el lateral izquierdo, continuo y retoque simple en lateral derecho en doble muesca. Cuarcita.

- Hendedor sobre lasca, de tipo 0 de Tixier, talón plano, filo oblicuo, con retoques simples perimetrales en el resto del contorno. El filo presenta gruesos retoques de uso. En arenisca compacta, con fuerte pátina.

- Lasca de decorticado 2º, talón fracturado, de borde cortical, en marga silícea. Métrica: 58-50-13 m. Restos de talla

169

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

Fig. 4.1.148. Estación de superficie junto a la Ermita de Cabanzón. Cabanzón. Herrerías. 1. Hendedor tipo 0 de Tixier de cuarcita, 2. Raedera doble, cuarcita y 3. Hendedor sobre lasca de tipo 0 de Tixier con el borde reutilizado. Sector meridional

- Núcleo sobre lasca muy espesa, de decorticado primario, talón plano, de arenisca compacta rojiza, de tipo unidireccional. Presenta varias extracciones marginales perimetrales y una fuerte pátina oscura. Métrica: 156-98-58 mm.

- Lasca simple de cuarcita marrón, talón cortical, fuerte pátina. Fractura distal. Métrica: (46)- 63-22. - Lasca simple de arista de núcleo, de cuarcita marrón, talón liso, fuerte pátina. Fractura distal y erosión proximal. Métrica: (55)-30-15.

- Lasca de decorticado primario, talón cortical, con retoque en el extremo trasversal, en cuarcita.

- Lasca de decorticado primario, talón liso, con fuerte pátina. Presenta retoques inversos planos de adelgazamiento en ambos laterales de la cara bulbar. Cuarcita. Métrica: 39-42-18.

- Lasca de decorticado secundario, fracturada, talón roto, con amplios levantamientos bifaciales en un borde, en arenisca de grano fino compacta.

170

Fichas de yacimientos - Lasca simple, talón liso, en cuarcita de calidad, presenta alteraciones y melladuras recientes.

Estación de superficie de la Collada de Cades 1. Cades. Herrerías. Z: 282 m.

- Lasca de decorticado 2º, talón cortical, con fractura oblicua, en arenisca.

2. El yacimiento aparece en forma de tres concentraciones de piezas, cada una en un alto de la sierra, con una distancia de total de unos 300 m. Las evidencias aparecen por la alteración derivada de la propia pista y de un pequeño aparcamiento realizado junto a un área recreativa, denominada La Collada de Cades.

- Lasca de decorticado 1º, talón cortical, con retoque astillado, en cuarcita. - Lasca simple, talón liso, fracturado, con retoque astillado, en cuarcita de calidad. - Fragmento de lasca simple, fracturada, talón roto, en sílex local.

La zona está formada por areniscas rojas del Trías tableadas. La roca madre aflora a unos 60 cm de la superficie. Sobre ella se ha formado un horizonte B del suelo de limos arenosos, de 30 cm de potencia y un horizonte A de 25 cm a 30 cm de limos arenosos con mucho contenido en materia orgánica. Se trata de un característico suelo de tipo podsol con muy bajo drenaje en las zonas de topografía horizontal. Está cubierto por landas continentales.

- Lasca simple, fracturada, talón roto, en cuarcita. - Núcleo discoide de talla centrípeta, en cuarcita de calidad. - Núcleo sobre canto de cuarcita, con dos planos. - Lasca de decorticado 1º, flanco de núcleo, talón fracturado, en arenisca de grano fino compacto. Patinada. Métrica: 95-87-36.

3. Neolítico - Calcolítico. Hábitat. 4. El material, exclusivamente lítico, aparece en la zona media y basal de un horizonte A de un suelo podsolizado. Se ha recogido un lote de materiales que se describen a continuación:

- Lámina de decorticado 2º, talón liso, con retoques marginales, en cuarcita. 61-36-15. - Lasca de decorticado 1º de gran tamaño, talón liso, con retoque de uso en un lateral y retoques alternos en el otro, en arenisca compacta. - Lasca de decorticado 1º, talón liso, en cuarcita de calidad. 50-72-49. - Lasca simple, talón diedro, con un retoque marginal en lateral, a modo de escotadura. En cuarcita. 35-40-11.

Fig. 4.1.149. Material lítico ligero de las estaciones de la sierra de La Collada de Cades.M.R.A.P.

Cerámica - Borde de vaso, a torno, de perfil ligeramente saliente al exterior, arista apuntada, con marcas de torno en ambas caras, color negruzco a marrón rojizo, desgrasantes de mica.

- Pieza geométrica, atípica, realizada sobre una lámina de sílex, en variedad de color blanco brillo de calidad. Presenta una serie de golpes directos de conformación sobre una fractura y retoques de uso en el lateral activo, además de cierta pátina (fig. 149, 1).

5. El yacimiento fue descubierto por miembros de los grupos G.E.I.S. C/R y C.A.E.A.P.

- Lámina de sílex fractura medial, talón liso, con algunos retoques escamosos (fig. 149, 2).

5. El material se encuentra depositado en el M.P.A.C.

- Lámina de sílex con fractura medial, talón roto, con finos retoques de uso en un lateral, en una variedad de tono siena claro

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa 2. Se trata de dos estructuras de tipo tumular, situadas en el extremo oriental de la Sierra de La Collada de Cades que forma una amplia morra sobre la confluencia del Lamasón y el Nansa. 3. Túmulo dolménico. Neolítico – Calcolítico. 4. Son de pequeño tamaño y están bastante alteradas. Una de ellas se encuentra a 280 m de altura, y está formada por piedra arenisca y tierra y presenta un profundo cráter de violación donde aflora una laja de arenisca. A 550 m al Este se localiza otra con pozo de violación y dos ortostatos de arenisca, uno hincado. 5. Fueron mostradas a L.C. Teyra por Gonzalo Gómez Casares que las publica de forma sucinta en un addenda. Fig. 4.1.150. Hallazgo aislado del Camino al Tombo del Carbonizo, junto a la estación de superficie de la Collada de Cades.

6. Teyra (1994). Estructura Casamaría

(fig 149, 3).

tumular

de

La

Coteruca

de

1. Municipio de Herrerías. Casamaría. Z: 502 m.

- Lasca de sílex, talón liso, en una variedad de color blanco brillo de calidad.

En la ladera Norte de la Sierra de La Braña de Enmedio, en un paraje llamado La Coteruca.

- Fragmento de lámina de sílex, talón liso, variedad de color blanco brillo de calidad.

Se trata de una amplia ladera, muy despejada, en que se combinan materiales detríticos y bandas calizas que resaltan en el terreno. Vegetación de matorral y prados.

- Lámina de cristal de roca, fracturado, talón fracturado. - Lasquita de cristal de roca talón cortical. - Lasca de arenisca de decorticado primario con pulimento perimetral. Además en el lugar aparecen algunos fragmentos de cristal de roca utilizados como núcleo, con extracciones laminares y microlascados. A unos cientos de metros, siguiendo el cordal, en la cima de una pequeña elevación, en la pista que la atraviesa, se halló un canto de una variedad de marga muy compacta, alargado, y con huellas de pulimento y de golpeo en uno de sus extremos (fig. 150). Es posible que deba considerarse como un hallazgo aislado.

Fig. 4.1.151 Estructura tumular de La Coteruca de Casamaría.

5. Yacimiento localizado por el grupo CAEAP. 6. El yacimiento está inédito.

2. El túmulo se sitúa en una ligera morra formada en un amplio rellano de ladera.

Conjunto tumular de La Collada de Cades

3. Túmulo dolménico. Neolítico- Calcolítico.

1. Se encuentra en la misma estribación que las estaciones de superficie anteriores.

4. Estructura tumular, bien conservada, de tamaño medio. Presenta un diámetro Norte - Sur de 7,90, diámetro Este - Oeste de 6.70 m y una altura de 0.70

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Fichas de yacimientos m. Se aprecia una ligera depresión central muy suavizada. Está cubierto por prado de siega. 5. El yacimiento fue descubierto por miembros de los grupos G.E.I.S. C/R y C.A.E.A.P. Túmulo del Calero de Bielva 1. Municipio de Herrerías. Bielva. Z: 345 m. A 1,5 km al Noreste del pueblo de Bielva. Collado labrado en materiales detríticos, entre la Peña Linares (462) al Norte y el Alto de La Trapilla (312 m) al Sur.

Fig. 4.1.152. Estructura tumular Arnero-1 3. Estructuras tumulares. Neolítico - Calcolítico.

2. Se trata de un área de pendientes suaves, alomados, dominados por la superficie llana de Peña Linares. Actualmente se encuentra cubierta por pradería y matorral.

4. El conjunto está formado por tres / cuatro estructuras tumulares dispuestas de forma agrupada en la zona central del collado. Junto a ellas aparece además una afloración de arenisca que presenta una cruz grabada y un hito mojonero con otro grabado cruciforme. Además, en la misma zona central de la campa aparece un ortostato más o menos desbastado, que permanece hincado en el terreno, aunque vencido hacia un lado.

3. Túmulo dolménico. Neolítico- Calcolítico. 4. Estructura tumular de 8 m de diámetro y 50 cm de altura, cubierta por herbáceas, con pequeñas piedras sueltas que afloran. Denominada "El Calero". No se observan restos de ortostatos. Durante la revisión del yacimiento se localizó, en el collado de La Trapilla, a 287 m, en la campa donde se encuentra una pequeña capilla, una estructura que podría ser de tipo tumular, y corresponderse con la cita. 6. Arias et al (1995). Teira (1994). Conjunto megalítico de La Sierra de Arnero 1. Rábago. Herrerías. Z: 470 m.

Fig. 4.1.153. Estructura tumular Arnero-2

Se localiza en un pequeño collado labrado en una estribación de la Sierra de Arnero, que separa los valles del Nansa del valle del Escudo. La estribación alargada ofrece una amplia superficie plana, a unos 450 m de altura media, sobre el pequeño curso endorreico de Lacurre e inmediatamente al sur de la sierra de Garavillines (613 m).

El túmulo situado en el extremo occidental, junto a la carretera que lleva a las minas del Soplao, mide 12 m de diámetro Norte- Sur por 11,2 m Este Oeste. Está afectado en su lateral Este por una zanja que lleva hasta la mitad de la carcasa, de 1 m de anchura aproximadamente, probablemente por su utilización como calero. Esta zanja permite ver su estructura, que comienza por una capa de 40 cm de tierra, sin piedras. La altura máxima de la estructura es de 1,10 m. Presenta un suave pozo de violación en la zona central, de 1,5 m de diámetro por 0,30 m de profundidad. Está recubierto por helechos y rodeado por prado de siega.

2. Se trata de un entorno de media montaña, cubierto por prados de siega. La mayor parte de las estructuras se encuentran localizadas en la misma finca, cerrada por un muro y con una cabaña en su extremo Este. Sólo una estructura, reutilizada como calero, está fuera del perímetro de la finca, localizándose junto a la carretera de acceso a las minas de La Florida- Soplao. El eje mayor de la necrópolis, con la misma orientación que la estribación, más o menos Este - Oeste, es de 570 m.

La siguiente estructura se localiza ya dentro de la finca, a pocos metros de su borde Este. Su perímetro está deformado y toda la estructura está aplanada, aunque dado que el prado en su entorno es liso

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa destaca con claridad. Mide unos 8 m de diámetro medio con una altura de 0,70 m.

5. Yacimiento descubierto por miembros de los grupos G.E.I.S. C/R y C.A.E.A.P.

Siguiendo el eje del collado, a unos 70 m al Oeste aparece otra estructura cubierta por helechos, de mayor tamaño, aunque de perímetro perdido. No ha sido posible establecer su métrica por la vegetación que la cubre, aunque es de tamaño mayor a la anterior.

Fig. 4.1.154. Hito con cruz grabada Entre ambas aparece, en el lateral sureste de la campa, un afloramiento de areniscas tableadas que presenta en un extremo una cruz latina grabada, de 12 cm de longitud por 8 de anchura, en trazo ancho, algo erosionada. En las inmediaciones aparece un hito de areniscas locales, de 0,90 m de altura por 0.30 m de anchura. Presenta grabada una cruz latina de 15 cm por 9, muy lavada. La última estructura tumular, situada ya cerca de la cabaña, en el extremo oriental de la campa, se encuentra muy alterada, además de estar cubierta de matorral. Su métrica debe de estar en torno a los 10 m de diámetro medio, pero su carácter arqueológico resulta dudoso. Aunque todas las estructuras citadas responden, en mayor o menor medida, a la morfología y métrica característica de los túmulos de la región, no puede asegurarse en ningún caso su carácter prehistórico.

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Fichas de yacimientos m de longitud por 13 m de anchura. En el comienzo de la pared derecha de dicha sala hay un pozo de 4 m que da acceso a una galería larga y sinuosa. En la parte izquierda de la sala hay una galería descendente, paralela a la misma, en cuyo comienzo se hallaron los materiales prehistóricos. Del fondo de esta galería parten dos galerías, una hacia el Sur y la otra hacia el Este, largas y de recorrido sinuoso, de dificultoso recorrido.

4.2. La Cuenca media La zona incluida Se han asignado a este sector los yacimientos situados en las cuencas del río Lamasón y los situados en la cuenca del Nansa al sur de la garganta del embalse de La Cohilla, es decir los pertenecientes al municipio de Rionansa, hasta su límite con el área de Tudanca - Polaciones, que se tratará de forma independiente.

3. Depósito. Edad del Bronce. 4. En la galería descendente situada a unos 17 m de la boca, se observaron restos de una gran vasija prehistórica, lisa, con el fondo completo, que sin duda fue depositada en una repisa llana desde donde han caído los fragmentos que se han dispersado por la rampa. Actualmente se observan una veintena de fragmentos de panzas de un vaso de tipo orza, de pastas exteriores rojizo a pardos e interior negruzco. La distribución de los restos permitió identificar el punto donde se encontraba el vaso en origen, una superficie plana sobre la rampa.

También se incorporan en este apartado los yacimientos de la cuenca del Quiviesa, afluente del Nansa, que conforma el valle de Carmona y la sierra que lo cierra por el norte y por el este. Cueva de Sonrasco 1. Riclones (Rionansa). Coordenadas 381.976 / 4794.044 Z:149 m (5).

UTM:

Cavidad grande situada en una ladera próxima al interfluvio Lamasón-Nansa. No presenta condiciones de habitabilidad.

5. Fue reconocida por un particular quien entregó un fragmento de la panza de la vasija en el Museo de Altamira. La topografía fue realizada por el Speleo Club Cántabro.

2. Cavidad de gran desarrollo, con una boca reducida, de unos 2,5 m de anchura por 1 m de altura, orientada al Noreste, que comunica con una rampa muy descendente, de 15 m de longitud por 2,5 m de anchura, que desemboca en una sala amplia, muy descendente y accidentada, de unos 27

6. Un fragmento de panza en el Museo de Altamira, el resto está en la cueva. 7. Speleo Club Cántabro (1984: 16 y 20)

Fig. 4.2.1. Cueva de Sonrasco. Rionansa. A partir de SCC (1985) simplificada.

175

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa es el más importante, con una docena de ciervas, generalmente incompletas, además de un bisonte acéfalo. En la pared izquierda y derecha hay paneles de grabados no figurativos, teniendo el de la izquierda un posible pez.

Cueva de Chufín o del Moro Chufín 1. Riclones (Rionansa). Coordenadas 381.976 / 4794.044/142 m (5).

UTM:

Se halla en la margen derecha del río Lamasón, muy cerca de la confluencia con el Nansa. Presenta magníficas condiciones de habitabilidad.

Hacia el interior de la cueva y un poco antes de la sala final, en la pared derecha hay dos figuras aisladas, una posible zancuda en grabado inciso ancho y una figura no naturalista realizada con el dedo sobre la calcita decalcificada.

2. La cueva presenta una boca amplia, de 3,5 m de altura por 15 m de anchura, orientada al Norte, dando acceso, a un vestíbulo de 15 m de largo por 15 m de ancho en la boca. Desde el fondo del vestíbulo se accede a un laminador que desemboca

En la pared derecha y muy cerca del final de la sala, hay un panel de figuras rojas, con un caballo y un bóvido, incompletas y muy toscas, junto a un grupo

Fig. 4.2.2. Cueva de Chufín. Rionansa. en una sala bastante amplia, en cuyo fondo hay una sima situada a 50 m de la boca, donde actualmente se embalsa el agua del pantano. Desde esta zona y por medio de angostas galerías se accede a dos reducidas bocas.

de siete líneas verticales. Más hacia el interior y en la misma pared, hay dos hileras de puntos rojos y un grupo de líneas verticales. En la pared izquierda y en el techo inmediato hay varios grupos de puntuaciones rojas formando tres, cinco y ocho hileras de puntos, una de ellas rodeando una oquedad natural. Muy cerca hay un posible antropomorfo realizado en grabado grueso sobre la calcita. Por debajo y en frisos inclinados de la pared aparecen tres paneles de grabados incisos finos. En el primero hay un caballo, unas posibles astas de reno y la cabeza de un uro. En el panel segundo hay múltiples líneas grabadas, destacando la presencia de una posible venus. En el tercer panel hay un cáprido y dos bisontes acéfalos en grabado grueso.

3. Solutrense. Hábitat. Paleolítico Superior. Arte Rupestre. 4. En el vestíbulo de la cueva se practicaron excavaciones dirigidas por V. Cabrera y por F. Bernardo de Quirós hallando una estratigrafía parcialmente alterada y de poca potencia donde aparecieron gran número de elementos materiales del Solutrense Superior con más de medio millar de útiles, realizados en sílex, cuarcita, radiolarita y cuarzo, destacando esta última donde se han realizado abundantes útiles (puntas solutrenses, laminillas de dorso, raspadores). La colección es muy rica en puntas de muesca. Además proporcionó abundantes restos paleontológicos, dominando el ciervo y la cabra montés, y hay algunos útiles óseos y malacofauna. Se obtuvo una dotación radiocarbónica del 17.420 B.P.

5. La cueva fue reconocida en 1972 por M. de Cos. El arte rupestre fue estudiado por M. Almagro Basch y se excavó el yacimiento del vestíbulo por parte de un equipo dirigido por V. Cabrera Valdés y F. Bernardo de Quirós. A principios del año 2000 C. González Sainz publicó tres representaciones de bisontes que habían permanecido inéditas. Topografía por el equipo de M. Almagro Basch.

En el fondo del vestíbulo hay grabados incisos gruesos distribuidos en tres paneles. El central, que

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Fichas de yacimientos galería de 6,2 m de profundidad por 3 m de anchura, girando hacia la derecha donde finaliza en una sala de 6.2 m de profundidad por 3 m de anchura, con un cono de derrubios procedente de otra cavidad superior. La sala de entrada continúa hacia la derecha por una amplia sala, aunque bastante baja, de 18,5 m de profundidad por 12 m de anchura. Una gatera impracticable de la pared derecha comunica con la cueva de Chufín, y una gatera descendente e impracticable de la pared izquierda comunica con la cueva del Chufín III, situada a unos metros a la izquierda de la II, y en un plano más inferior. Chufín III presenta una boca mediana que da acceso a un estrecho y largo vestíbulo, en cuyo fondo la galería gira hacia la izquierda hasta terminar en una grieta abierta en el techo de la pared derecha, por donde comunica con Chufín II, aunque el paso es impracticable. 3. Hábitat. Paleolítico Superior (Solutrense?) 4. En el vestíbulo el equipo de excavaciones de la cueva del Chufín, dirigido por V. Cabrera y por F. Bernardo de Quirós practicó una calicata de un metro cuadrado, apareciendo un nivel de unos 30 cm de espesor, con arcillas amarillentas estériles.

Fig. 4.2.3. Cueva de Chufin 2-3. Rionansa.

6. Materiales depositados en el Museo de Altamira y Museo Arqueológico Nacional.

En la sala contigua al vestíbulo y en la gran sala anexa aparecen gran número de materiales en superficie, observándose tanto en la parte izquierda como en la derecha de esta última sala, un importante paquete sedimentario, de hasta 0,8 m de potencia, muy rico en evidencias, numerosos huesos, algunos de ellos de ciervos, y abundantes industrias de cuarcita, sílex y cuarzo, destacando un raspador y una lasca con algunos retoques cubrientes, ambos de sílex y un extremo distal de azagaya, de sección oval. El yacimiento rebosa por el fondo de la cueva de Chufín III, donde además de las industrias líticas y restos paleontológicos, se halló una azagaya rota por la base, de sección circular. Y, por último, en la sala de la izquierda de la cueva hay un cono de derrubios con arcillas amarillentas, caídas de una boca superior colmatada, donde apareció en superficie una lámina simple de sílex.

7. Almagro Basch (1973: 9-67). Almagro, Cabrera y Bernaldo de Quirós (1976: 351354). Beltrán (1976: 367-376). Almagro Basch et al (1977: 9-30). Bernaldo de Quirós (1992: 123). Cabrera Valde´s (1977: 780-781). Cabrera Valdés (1977:157-164). Casado (1977: 16-289). Straus (1983: 55-56). González Sainz (2002:257-277). V.V.A.A. (1989: 100-101). V.V.A.A. (2002: 65-68). Cueva de Chufín II-III 1. Riclones (Rionansa). 381.770/4794.570/124m.

Coordenadas

UTM:

Se hace un estudio del material de superficie en que aparece un total de 66 restos de talla y 11 piezas con retoques.

Se abre unos metros a la izquierda de la cueva del Chufín, en un cantil calizo labrado en una ladera pronunciada, dominando el cauce del río.

En cuanto al material retocado aparece la siguiente serie:

2. Cavidad fósil con una boca relativamente amplia, de 2,2 m de altura por 4,3 m de anchura, orientada al Noroeste, que comunica con un reducido vestíbulo, de 5 m de profundidad por 4,3 m de anchura. El vestíbulo desemboca en una sala amplia, de 9,4 m de profundidad por 5 m de anchura. La sala continúa hacia la izquierda por una

- Escotadura doble transversal contigua inversa, sobre lasca secundaria, talón liso de cuarcita. - Lasca simple con retoques marginales, rota, talón liso, en cuarcita.

177

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa - Denticulado sobre lasca secundaria de borde de núcleo, talón roto, en cuarcita. - Buril sobre truncatura convexa, con retoque denticulado, sobre lasca secundaria de talón liso, en sílex beteado morado – malva. - Pieza de retoque astillado, en lasca simple, talón liso, de sílex rojo. - Raspador en extremo de lasca, con retoque abrupto, sobre lasca simple de talón liso, en sílex

7. Muñoz (1992: 248). Muñoz, San Miguel y C.A.E.A.P. (1988: 107). Speleo Club Cántabro (1981: 25 y 27). Speleo Club Cántabro (1993: 96 y 97). Cueva de la Herradura 1. Riclones (Rionansa). 381.824/ 4794.551/115 m.

Soport. Cuarc. Sílex Radio. Cuarzo Total LD2 12 7 2 7 28 LCS 10 10 1 2 23 LM2 2 0 1 0 3 LMS 1 4 0 0 5 LMT 0 2 2 0 4 NUC 1 1 0 0 1 FGT 0 0 0 2 2 Total 25 24 6 11 66 Restos de talla. Soportes por materias primas

Coordenadas

UTM:

Cavidad situada al Oeste de la cueva del Chufín, en una ladera empinada del río Lamasón. Habitable. 2. Cavidad con una boca amplia, de 5 m de altura por 4,5 m de anchura, orientada al Noroeste, que da paso a un vestíbulo de 8 m de profundidad por 4,5

Talón Cuarc. Sílex Radio. Cuarzo Total Cortical 10 2 0 1 13 Liso 9 12 3 3 27 Diedro 0 2 0 0 2 Fractura 7 6 3 6 22 do Sin 0 1 0 1 2 Talón Total 26 23 6 11 66 Fig. 4.2.4. Cueva de La Herradura. Rionansa. Restos de talla. Tipos de talón por materias primas. LD2: Lasca de decorticado 2º, LCS: Lasca simple, LM2: Lámina con córtex, LMT: laminilla, NUC: Núcleo, FGT: Fragmento. Radio: Radiolarita.

Fig. 4.2.5. Cueva de la Herradura. Rionansa. Industria lítica. Escotadura en cuarcita. m de anchura. El vestíbulo se prolonga ligeramente hacia la derecha por una galería rectilínea y ascendente hasta cegarse por sedimentos y cantos fluviales. Desde el fondo de la cueva hasta el vestíbulo se observa un cauce que ha socavado los sedimentos, presentando testigos laterales.

gris local. - Raspador carenado sobre lasca simple de borde de núcleo, en sílex negro brillo. -Raspador carenado en hocico sobre lasca simple de borde de núcleo, en sílex negro brillo. - Lasca simple, talón roto, con retoque abrupto en un borde, sílex gris. - Truncatura retocada oblicua sobre lasca secundaria, talón suprimido, en cristal de roca.

3.

- Hábitat Paleolítico Superior. - Sepulcral. Calcolítico/Bronce.

4. El vestíbulo está muy excavado por los lugareños buscadores de tesoros, quienes hallaron un esqueleto humano encima del cual, a la altura del pecho, tenía depositada una gran concha marina. En el testigo existente en la parte izquierda de la boca se observa un nivel de arcillas y limos amarillentos, espeso y de aspecto pobre, donde apareció una escotadura sobre lasca de cuarcita (fig. 5), algunas lascas de cuarcita y varias esquirlas óseas.

5. Fue sondeada por el equipo de excavadores de Chufín a finales de los setenta, no hallando nada. El yacimiento fue descubierto poco después por el C.A.E.A.P. La topografía fue realizada por el Speleo Club Cántabro.

178

Fichas de yacimientos 7. Muñoz (1992: 248). Muñoz, San Miguel y C.A.E.A.P. (1988: 107). Muñoz, Malpelo y Gómez (1996: 107-108). Speleo Club Cántabro (1981: 25 y 27). Speleo Club Cántabro (1985: 28). Cueva del Chufín IV 1. Riclones (Rionansa). 381.820/4794.551/115 m.

Coordenadas

UTM:

Cavidad situada al pie de un farallón rocoso, cerca de la cueva del Chufín. Presenta condiciones de habitabilidad a pesar de las pequeñas proporciones de la cueva. Fig. 4.2.6. Cueva de Chufin IV. Rionansa.

2. Reducida cavidad fósil, con una boca de tamaño medio, de 1,6 m de altura por 7,6 m de anchura, orientada al Norte, dando acceso a un vestíbulo de reducidas proporciones, de 4 m de profundidad por

5. Descubierta y topografiada por el C.A.E.A.P. a comienzos de los años ochenta.

Fig. 4.2.7. Cuevas de Chufin II-III-IV. Industria lítica y ósea de superficie. 1 a 7: Chufín II. 8: Chufín III, 9: Chufín IV. 1. Rapador sobre lasca, 2. Lasca retocada, 3. Raclette, 4. Lámina retoque continuo, 5. Denticulado con golpe de buril, 6. Raspador sobre lasca retocada, 7 Extremo de azagaya de sección oval. 8 Azagaya de sección circular. 9. Microraspador nucleiforme.

179

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa 7,6 m de anchura por 1,6 m de altura, de forma triangular. Termina en una pequeña sala después de un estrechamiento de 5 m de profundidad por 7 m de anchura. Prolongándose hacia la derecha por una galería que a los pocos metros se hace impracticable. En el centro del vestíbulo hay una afloración rocosa de 1,6 m por 1,2 m.

escalar un metro, continua por una galería que prolonga el vestíbulo, de 13,3 m de longitud por 2,3 m de anchura, hasta finalizar en una salita, de 4 m de profundidad por 3,30 m de anchura. Continúa hacia la derecha por una galería bastante amplia de 10 m de longitud por 2 m de anchura, con una pequeña galería abierta en la pared derecha, hacia la mitad del recorrido, de 5,5 m de recorrido, bastante estrecha. La galería principal gira hacia la izquierda, de 11,5 m de longitud por 3 m de anchura, donde finaliza la cavidad.

3. Hábitat. Paleolítico Superior. 4. En la superficie del vestíbulo se observaron algunos restos de talla de cuarcita y cuarzo y un rapador sobre lasca de cuarzo. Además, en la cara que da hacia la boca de la afloración rocosa que ocupa gran parte del vestíbulo, hay varias líneas gruesas, una de ellas sugiere el lomo de un cuadrúpedo, probablemente naturales.

3. Yacimiento sepulcral. Indeterminado. (Calcolítico / Bronce ?). 4. Al comienzo de las galerías interiores, inmediatamente despues del salto mencionado, se observan en superficie varios restos humanos correspondientes a dos individuos. En concreto se estudia el siguiente lote:

5. Reconocida por C.A.E.A.P. y topografiada por el Speleo Club Cántabro. 7. Muñoz et al. (1987)

De un individuo adulto: - Extremidad proximal de radio

Cueva del Fósil 1. Riclones (Rionansa). Coordenadas UTM: 382.389 / 4793.935 Z: 106 m (2). Yacimiento situado en la ladera del río, en un frente escarpado, muy cerca del actual nivel del embalse. No habitable.

De un individuo subadulto / infantil: - Tibia casi completa, sin extremidad proximal, de 19 cm de longitud, sin soldar. - 1 fragmento de radio - Fémur, conserva sólo la epífisis distal - Fragmento de diáfisis de fémur - Falange 2ª - 2 costillas fragmentadas. 5. Fue reconocida a finales de los años setenta del siglo pasado por el Speleo Club Cántabro, quienes además publicaron la topografía de la cavidad. 6. Los dos fragmentos de cráneo descubiertos por el Speleo Club Cántabro se encuentran en el Museo Regional de Prehistoria y Arqueología de Santander, el resto de materiales permanece en la cueva. 7. Speleo Club Cántabro (1981). Cueva de las Brañucas

Fig. 4.2.8. Cueva del Fósil. Rionansa.

1. Riclones (Rionansa). Coordenadas 382.566/4793.738/ 71 m (10).

2. Cavidad fósil con dos bocas amplias, siendo la principal la de la derecha, orientada al Noreste, de 8,3 m de altura por 4,3 m de anchura, con un salto inmediato de 3 m de altura, dando paso a un pequeño vestíbulo de 7,3 m de profundidad por 3,7 m de anchura. En el fondo parte una galería a la izquierda, de 6,7 m de longitud, que desemboca en la segunda boca, que es prácticamente inaccesible. Desde el fondo del vestíbulo y por medio de un estrechamiento con bloques, que es necesario

UTM:

Se sitúa en la base de un espolón rocoso, en la margen derecha del Nansa, a unos metros sobre el cauce del río, muy cerca de la cueva del Micolón. Presenta magníficas condiciones de habitabilidad. 2. Abrigo de amplias proporciones, con una boca muy amplia, de 3,2 de altura por 8 m de anchura y

180

Fichas de yacimientos con una profundidad de 8 m estando orientado al Sureste.

Materia prima Frecuencia Frecuencia absoluta relativa Sílex 18 .15 Radiolarita 4 .03 Jaspe 1 .01 Cuarcita 60 .51 Cuarzo 31 .26 Arenisca 4 .03 Total 118 .99

3. Hábitat del Paleolítico Superior. 4. En la superficie del abrigo aparecen gran número de piezas líticas, dispersas en toda la zona, mezcladas con la tierra superficial. También aparecen materiales en la ladera situada al pié de la cueva. Su densidad es especialmente alta en el fondo del vestíbulo, junto a la pared. El nivel fértil aflora en superficie y se trata de un paquete muy suelto, formado por limos grises con gran contenido en materia orgánica. Se ha estudiado el siguiente lote:

Tabla de frecuencias por materias primas

Utillaje retocado - 1 raspador sobre lasca con tendencia a ungüiforme de sílex. - 1 raspador sobre lasca espesa de decorticado secundario, en sílex negro. - 1 raspador nucleiforme sobre núcleo de cuarzo. - 1 buril sobre fractura en lámina simple de borde de núcleo, talón roto. Sílex gris brillo. (fig. 10, 6). - 1 denticulado con retoque simple directo en un lateral, sobre lasca de decorticado secundario, talón cortical. En cuarcita gris (fig. 10, 7). - 1 escotadura lateral directa sobre lasca de decorticado secundario, talón cortical. En cuarzo. - 1 escotadura lateral inversa y con retoques laterales simples, sobre lámina de decorticado secundario, fracturada. En sílex. - 1 pieza astillada sobre lasca de decorticado secundario, talón suprimido. Cuarcita gris. - 1 lasca con retoques marginales directos en un borde, sobre lasca de decorticado secundario de borde de núcleo, en cuarzo.

Fig. 4.2.9. Cueva de Las Brañucas. Rionansa.

181

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Soporte Cortex Lasca Simple Lasca Simple Lasca Simple Lasca Secundario Lasca Secundario Lasca B. núcleo Simple Lasca B. núcleo Secundario Lasca B. núcleo Secundario Lasca B. núcleo Secundario Laminilla Secundario Núcleo Restos de talla de sílex

Talón Fracturado /Sup Liso Diedro Fracturado Puntiforme Fracturado Liso Cortical Retocado Fracturado

Estado Fracturado Fracturado Fracturado -

Unidades 2 1 1 2 1 1 2 1 1 1 5

Soporte Cortex Lasca Secundario Restos de talla de Jaspe

Talón Fracturado /Sup

Estado -

Unidades 1

Soporte Cortex Lasca Simple Lasca Secundario Restos de talla de Radiolarita Soporte Cortex Lasca Simple Lasca Simple Lasca Simple Lasca Secundario Lasca Secundario Lasca Secundario Lasca Secundario Lasca B. núcleo Secundario Lasca B. núcleo Secundario Lasca B. núcleo Secundario Laminilla B.N. Simple Lámina B. Núcleo Simple Laminilla Simple Núcleo Restos de talla de cuarcita Soporte Cortex Lasca Simple Lasca Simple Lasca Secundario Lasca Secundario Lasca Secundario Lasca Secundario Lasca B. Núcleo Secundario Laminilla Simple Núcleo Restos de talla cuarzo

Talón Fracturado /Sup Fracturado /Sup

Estado Fracturado -

Unidades 2 2

Talón Fracturado /Sup Liso Diedro Cortical Liso Fracturado Diedro Diedro Fracturado Cortical Liso Fracturado Liso -

Estado -

Unidades 12 9 1 6 7 4 1 1 1 1 7 5 1 4

Talón Fracturado /Sup Liso Cortical Liso Fracturado Puntiforme Fracturado Fracturado -

Estado Fracturada Fracturada Fracturada -

Unidades 10 1 9 2 2 1 3 1 1

Talón Liso Fracturado Fracturado

Estado Fracturado

Unidades 2 1 1

Soporte Lasca Lasca Lámina

Cortex Secundario Secundario Secundario

Restos de talla de arenisca. Listado de retos de talla de Las Brañucas.

182

Fichas de yacimientos

Fig. 4.2.10. Industria lítica de Las Brañucas. Superficie. 1. Escotadura lateral inversa, 2. Lasca con retoque marginal, 3. Lasca retoque abrupto, 4. Escotadura, 5. Pieza esquirlada, 6. Lámina con retoque marginal, fracturada, 7. Buril sobre trucatura, 8. Denticulado sobre lasca, 9. Núcleo sobre canto, 10. fragmento de gran lámina. 1y 7. Sílex gris, 2 – 4. Cristal de roca, 5, 8-10. Cuarcita, 6. Sílex melado litoral. - 1 lasca con retoques marginales directos en un borde, sobre lasca simple de cuarzo. - 1 lámina con retoques simples marginales en un borde, talón liso, en sílex de variedad litoral. - 1 núcleo / chopper en cuarcita con levantamientos unipolares, en plano cortical (fig. 10, 8).

- 1 gran núcleo sobre canto de cuarcita, con levantamientos unipolares, tipo NUPC. Fauna: 1 M2 de Cervus elaphus, y un fragmento de M3 de Cervus elaphus.

183

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa un cáprido, de 16 cm. En un saliente rocoso situado en el techo de entrada a la sala hay dos líneas curvas que se cruzan en un extremo y dos líneas en forma oval, de 16 cm, inmediatamente a su derecha hay un signo vulviforme en forma triangular con el lado superior curvo con una línea vertical, de 31,5 cm. En otro saliente del techo hay un signo formado por cuatro conjuntos de líneas paralelas curvas que se cruzan entre sí, de 30 por 30 cm. Sobre este grabado se ha querido ver una mano en negativo. En un saliente del techo hay cinco grabados de signos vulviformes, muy semejantes al descrito con anterioridad. Superpuesto a unos de los signos hay una línea roja en arco. A la derecha hay una curva de 77 por 32,5 cm. En el techo hay un nuevo motivo vulviforme como los ya indicados. En un friso inclinado de la pared izquierda hay un cáprido a la carrera, de 20 cm, con dos líneas convergentes por debajo de la cabeza, al que se superpone un motivo vulviforme similar a los del resto de la cueva, y la parte anterior de un cáprido, de 13,5 cm.

5. Reconocida a principios de los ochenta por el C.A.E.A.P. Topografiada por el C.A.E.A.P. 7. Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 80). Speleo Club Cántabro (1993: 97 y 100). Cueva de Micolón o de la Fuente de Micolón 1. Riclones (Cantabria). Coordenadas UTM: Se sitúa en un farallón de la orilla izquierda del Nansa, no presentando condiciones de habitabilidad, aunque se halla muy cerca de la Las Brañucas con un importante yacimiento del Paleolítico Superior. 2. Presenta un pequeño abrigo de boca de unos 3 m de anchura, orientado al Este, del que parten dos galerías ascendentes, en forma de gatera y de angostas proporciones, siendo la de la izquierda la más importante, que desembocan, a unos 12 m, en la “Sala de las Pinturas”, siendo de recorrido laberíntico. La “Sala de las Pinturas” tiene unos 2,5 m de diámetro, con varios niveles y recovecos. La cavidad continúa por galerías largas de trazado laberíntico.

En la pared derecha de la sala hay una cierva de 58 cm. Por debajo de la misma hay dos osos, uno de ellos únicamente el prótomo, pintados en rojo y una mancha alargada, también en rojo. Por detrás del panel hay el prótomo de un caballo en rojo, de 41 cm, habiendo a su izquierda cuatro líneas verticales y paralelas rojas. A la izquierda de la cierva completa y un poco por encima del misma hay el grabado de la parte anterior de una cierva, realizada a trazo múltiple, de 41 cm.

3. Arte Rupestre Paleolítico Superior. Cantera de sílex. Paleolítico Superior. 4. En la “Sala de las Pinturas” hay un importante conjunto de pinturas rojas y grabados incisos, generalmente bastante gruesos, su descripción es como sigue:

Por encima y a la izquierda de los anteriores hay un

Fig. 4.2.11. Cueva de Micolón. Rionansa. Topografía Speleo Club Cántabro. cuadrúpedo muy tosco grabado con líneas verticales y paralelas a la parte posterior, de 49 por 36 cm, y a su izquierda y por encima, la figura grabada de un ciervo, de 41,5 por 37,5 cm. Y por encima, en la

En la pared izquierda de la entrada a la sala hay un grabado de 19 cm que representa el lomo y el cuerpo de una cáprido. Sobre el techo de entrada a la Sala se ha representado la cabeza y el cuello de

184

Fichas de yacimientos chimenea del techo, hay un cérvido incompleto, de 83 cm.

una sala bastante amplia, de 7 m de longitud por 6 m de altura por 6 m de anchura, con el suelo muy irregular, descendente al comienzo de la sala y ascendente en la parte derecha, húmeda por goteo, presenta bloques grandes en la parte izquierda del fondo de la sala, que tiene abundantes concreciones. La sala desemboca en un conducto de 1 m de anchura por 0,5 m de altura. En la pared se abre una galería transversal en cuyo fondo hay un lago,

A la izquierda del muro frontal del camarín, en un saliente rocoso, se ha grabado el cuello y la cabeza de un ciervo, de 45 cm; habiéndose figurado a su izquierda y por encina, la parte anterior de una cierva, de 57 por 35,5 cm. Por debajo y en un saliente rocoso hay el prótomo de un caballo rojo, de 17,5 cm. A la izquierda de las figuras anteriores hay la cabeza de un uro grabada. Por debajo aparece un gran signo curvilíneo en rojo de 35 cm; a su derecha hay dos ángulos paralelos pintados en rojo, delimitados por grabado, y a su izquierda, por debajo, una línea arqueada roja. Además de las representaciones catalogadas existen otras pinturas rojas en Micolón como una posible cabeza de bisonte en el corredor de acceso a la “Sala de las Pinturas”. Por último, en el interior de la cueva hay afloraciones de sílex que han sido explotadas, por lo que a los pies de las mismas hay muchos fragmentos, donde además se halló un buril. 5. La cueva fue descubierta en 1976 por el Speleo Club Cántabro, habiendo sido estudiada por M.A. García Guinea y M.A. Puente. Topografiada por Speleo Club Cántabro.

Fig. 4.2.12. Cueva de Micolón II. Rionansa. prologándose unos metros tanto hacia la derecha como hacia la izquierda.

7. García Guinea (1978: 131-139). García Guinea y Puente Sañudo (1982: 29-52). González Echegaray y González Sainz (1994: 28). Muñoz (1996: 60). Speleo Club Cántabro (1985: 18-20). V.V.A.A. (1989: 102-103). V.V.A.A. (2002: 69-73).

3. Paleolítico Superior (¿) Hábitat. Romano. Indeterminado. 4. A un metro de la boca, en superficie en un nivel de tierras muy sueltas y revueltas, a mano izquierda, aparece un fragmento de cerámica de tipo terra sigillata hispanica altoimperial. Se trata de un fragmento de panza con arranque del borde donde presenta dos finas líneas incisas. Sus pastas y barniz, muy consistentes, indican que procede de los talleres de Tricium Magallum (fig. 13). Además aparecen algunos huesos de ovicaprino con escasa pátina.

Cueva de Micolón II 1. Riclones (Rionansa). Coordenadas 382.640 // 4.793.648 Z: 119 m.

UTM:

Cavidad situada cerca de la cueva de Micolón, pero en un farallón labrado inmediatamente al Sur del de esta cueva. Está situada unos 20 m por encima del nivel del embalse.

En el inicio del corredor existente pasada la sala de entrada, a unos 13 m de la boca sobre las arcillas, se hallaron algunas piezas, en concreto una lasca simple con escotadura (fig. 14, 2) un núcleo discoidal de sílex con una cara cortical (fig. 14, 1) y un núcleo (¿) de radiolarita muy concrecionado.

2. Presenta dos bocas muy próximas de mediano tamaño y similares proporciones, orientadas al Sureste, accediéndose desde la izquierda, de poco más de 1 m de anchura, ya que la derecha tiene un escalón de 2 m de altura. Las bocas dan acceso a

185

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa 2. Presenta una boca de tamaño medio, con 2 m de ancha por 2 de alta, de perfil subcircular, que da acceso a un vestíbulo muy húmedo que continua unos 20 m. girando a la izquierda en el fondo. Toda su superficie está cubierta por una capa de limos marrones muy plásticos.

Fig. 4.2.13. Cueva de Micolón II. Riclones (Rionansa). Fragmento de terra sigillata.

5. Reconocida en 1978 por el Speleo Club Cántabro, que además publicó el yacimiento, incluyendo la topografía. Topografía del C.A.E.A.P.

Fig. 4.2.15. Cuevona de Los Picayos. Rionansa. 3. Hábitat / indeterminada.

Redil.

Prehistoria

cerámica

Fig. 4.2.14. Piezas líticas recogidas por S.C.C. en Micolón II. A partir de SCC 1985. 6. Materiales depositados en el M.A.P.C. de Santander 7. Muñoz (1992: 248). Muñoz, San Miguel y C.A.E.A.P. (1988: 111). Speleo Club Cántabro (1985: 23, 26, 27-28).

Cuevona de Los Picayos

Fig. 4.2.16. Cuevona de Los Picayos. Rionansa. Raspador sobre lasca, en cristal de roca.

1. Riclones - Los Picayos (Rionansa). Coordenadas U.T.M. 380.484 // 4.793.067 Z: 342 m Se encuentra en la ladera de Castro Pical, a cierta altura sobre el rellano ocupado por el barrio de Los Picayos. Se accede desde la carretera de Venta Fresnedo a Riclones, de la que se toma un sendero que asciende diagonalmente por la ladera hacia Castro Pical.

4. En la capa de limos que cubre el vestíbulo aparecen abundantes carbones, algunos muy gruesos y fragmentos de diáfisis de huesos largos con fracturas antrópicas. Se estudian 6 diáfisis, una vértebra, un fragmento de hueso quemado, en su

186

Fichas de yacimientos mayor parte de ovicaprino y dos molares de Sus sp., probablemente doméstico. Aparece también una lasca de cristal de roca, bien conformada con bulbo y talón, y una lasca de cristal de roca con retoques sobreelevados, a modo de raspador (fig. 2, 16).

5. Localizada por el Topografiado por CAEAP.

grupo

C.A.E.A.P..

5. Localizada por el grupo C.A.E.A.P. Topografiada por C.A.E.A.P. Cueva del Calero de Araillos 1. Riclones. Ladera de Los Picayos. Rionansa. U.T.M.: 381147 / 4.793.077 Z: 345 m. La cueva no ofrece buenas condiciones de como espacio de hábitat dado que su entrada es muy estrecha y descendente. Se llega desde el pueblo de Riclones tomando un camino que sube hacia la cueva del Gallinero y desde allí se continua en diagonal, por monte bajo, hasta la cueva, en mitad de la ladera, junto a una encina. 2. Cavidad con una boca de 2,5 m de ancha por 3 m de alta. Inmediatamente junto a la boca hay un salto tras el que la galería continua descendente en una rampa de arcillas con musgo, durante unos 10 m, para pasar luego a un caos de bloques, también con una pendiente de unos 40º. Después la cueva llega a una sala más amplia con el suelo a varios niveles, y una repisa ancha en un lateral. Al fondo la cueva, más ancha aún acaba en una sima de unos 4m que parece conectar con nivel inferior. En los laterales aparecen varias oseras, en tres casos rodeadas de bloques de la cueva. 3. Depósito. Edad del Bronce.

Fig. 4.2.17. Cueva del Calero de Araillos. Rionansa.

4. En dos estructuras, de planta con tendencia circular, realizadas con bloques dispuestos a hueso, rodeando yacijas de oso, aparece un nivel de limos muy sueltos, ricos en materia orgánica y grumos blancos, con gruesos fragmentos de carbón y algunos huesos. Se identifica algún hueso de vacuno y abundantes huesos de oso de las cavernas. En una de las estructuras aparece un fragmento de cerámica a mano, con una fractura reciente en tres trozos. Se trata de un fragmento de panza, de una carena suave, con exterior e interior negro y un fina capa exterior parda, con desgrasantes muy abundantes de cristales de calcita, de hasta 2 mm de espesor. El diámetro es amplio y el espesor varía entre 4 y 5.5 mm. Superficie rugosa por los desgrasantes.

Cueva de la Cuevona 1. Riclones (Rionansa). Coordenadas 382.186 // 4.793.259 Z: 197m

UTM:

Se sitúa en la ladera del Monte Tres Peñas en posición muy dominante y muy visible a distancia. No presenta buenas condiciones de habitabilidad. 2. Cavidad con una boca muy grande, de 25 m de anchura, muy alta, orientada al Norte, que conduce a un amplio vestíbulo, de 18 m de longitud, que desemboca en una sala muy amplia. La sala tiene 20 m de longitud por 14 m de anchura, y su parte final se halla ocupada por una gran colada estalagmítica muy ascendente. En la pared derecha presenta dos galerías descendentes que se unen en el interior. La

Junto a la sima del final de la cueva, en un rellano, aparece una concentración de carbones y evidencias de fuego, con arcilla cocida y un nivel marrón rico en materia orgánica.

187

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa cueva continúa por el fondo por una galería de corto desarrollo.

aparecen algunas marcas oblicuas. Presenta una delineación irregular de la panza en su zona baja,

Fig. 4.2.18. Cueva del Calero de Araillos. Rionansa. Cerámica y estructuras. asimétrica. Aparecen fragmentos de borde, panza y fondo que casan en su mayoría. Diámetro de boca: 120 mm, diámetro de fondo: 82 mm. Diámetro máximo: 162 mm (fig. 20).

3. Depósito Tardo-antiguo y Medieval. Conjunto de “marcas negras” (Medieval ?). 4. En el inicio de la segunda galería de la derecha se hallaron dos ollas toscas de perfil en “S”, con el cuello corto y vuelto, de color pardo, a torneta. Muy cerca aparecen algunos grupos de "marcas negras", de tamaño reducido, muy mal conservadas y de asignación dudosa.

- Fragmento de asa de vaso a torno, medieval, de

Hoy día, en el fondo de la galería que sale del lateral derecho del vestíbulo, muy descendente y estrecha, aparece una densa concentración de carbón, un fragmento de cerámica tardo-antigua y un fragmento mesial de peroné humano, de un subadulto. También se estudia un fragmento de hueso quemado. Uno de los vasos de perfil en S, el recogido por el grupo C.A.E.A.P. se encuentra depositado en el M.R.A.P. con Ref: 4581. Este lote está formado por: - Olla casi completa, realizada a mano, de pastas exteriores reductoras, negras exterior e interior, con desgrasantes de tamaño medio - 2 a 3 mm- de caliza y de carbonato blanco. Presenta arista circular, algo apuntada, panza esférica y fondo sencillo, algo engrosado en el centro. En la superficie, espatulada,

Fig. 4.2.19. Cueva de La Cuevona de Riclones. Rionansa.

188

Fichas de yacimientos sección subrectangular, de 47 mm de anchura y 6 de espesor (fig. 21).

Muñoz et al (1996: 287). Serna et al (1994: 387y 392). Speleo Club Cántabro (1981: 23-24). Cueva de la Hoya de la Cubilla 1. Riclones (Rionansa). Coordenadas 381.940 – 4.793.320. Z: 215 m.

UTM:

Se sitúa en la parte baja de la ladera del monte de Tres Peñas, estando en posición dominante. Presenta pocas condiciones de habitabilidad. 2. Cavidad de bastante desarrollo, con una boca bastante amplia de unos 2 m de altura por 4 m de anchura, orientada al Noreste, que comunica con un pequeño vestíbulo que a los 4 m presenta una caída notable hacia las galerías inferiores, aunque con un hueco en el lateral izquierdo. La galería inferior, de gran desarrollo presenta una corriente de agua. 3. Aprisco o Calcolítico/Bronce. Fig. 4.2.20. Olla de la Cuevona de Riclones. M.R.A.P.

refugio

ocasional

del

4. En la superficie se hallaron dos fragmentos de cerámica prehistórica de pequeño tamaño. Uno de ellos, el más característico, presenta las superficies espatuladas, casi bruñidas, mide 0,6 mm de espesor y por su morfología podría corresponder a un cuenco de tamaño pequeño.

- 10 fragmentos de panza de cerámica a mano no significativas.

5. C.A.E.A.P., comienzo de los Topografiada por Speleo Club Cántabro.

ochenta.

7. Speleo Club Cántabro (1981: 17-18). Cueva de la Cueva 1. Celis - Herrería (Rionansa). Coordenadas UTM: 383.312 / 4.793.428 Z: 125 m. Se sitúa en un relleno de la margen derecha del río Nansa, teniendo muy buenas condiciones de habitabilidad.

Fig. 4.2.21. Asa de cinta, de vaso medieval, de la Cuevona de Riclones

2. Cueva con un amplio abrigo de boca, de 2 m de altura, por 12 m de anchura por 3 m de profundidad, orientada al Oeste. En el fondo continúa por una gatera de 0,40 m por 0,35 m que da acceso a una estrecha galería de 6 m de longitud que a su vez da acceso a una salita con concreciones laterales.

5. Reconocida por un lugareño, quien halló una olla prácticamente completa. Investigada por el C.A.E.A.P. Topografiada por Speleo Club Cántabro. 6. La vasija hallada por el C.A.E.A.P. en el Museo de Santander.

3. Paleolítico Superior.

7. Morlote, Muñoz, Serna y Valle (1996: 203, 204, 254). Muñoz (1992: 248). Muñoz, Serna y Gómez (1993: 313-319).

4. Cavidad reconocida por el C.A.E.A.P. y por el Speleo Club Cántabro a principios del años ochenta. El yacimiento fue publicado por el Speleo Club Cántabro.

189

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

Fig. 4.2.22. Cueva de Hoya de La Cubilla. Rionansa. 5. En la superficie del vestíbulo se hallaron un denticulado y una lasca de sílex, un raspador carenado sobre lasca de cristal de roca y varias esquirlas óseas. Topografiada por el Speleo Club Cántabro en los años ochenta. 6. Materiales depositados en el M.R.A.P. de Santander.

Fig. 4.2.23. Cueva de la Cueva de Herrerías. Rionansa.

7. Muñoz (1992: 248). Speleo Club Cántabro (1985: 23 y 28).

190

Fichas de yacimientos de esta galería, de 3 m de anchura, presenta sedimentos en la mitad izquierda hasta una rampa que desemboca en un estrechamiento de 0,60 m situado a 5 m de la entrada de la galería. Después del estrechamiento aparece una zona llena con bloques que finaliza en una gran colada ascendente, después de la cual la galería se estrecha, haciéndose impracticable a los pocos metros.

Cueva de los Joracos 1. Arenas, Celis (Rionansa). Coordenadas UTM: 382.368 – 4.794.367 Z: 184 m. Cavidad situada en la ladera de una colina, en la margen derecha del Nansa. Ofrece condiciones de habitabilidad limitadas. 2. Cavidad con una boca amplia, de 6 m de altura por 6,4 de anchura, orientada al Suroeste. Da acceso a un vestíbulo de 9 m de longitud por 6 m de anchura, aflorando la roca madre por casi todo él, quedando un espacio con sedimentos junto a la pared izquierda. Por la parte derecha de la boca se abre una galería, que progresivamente se va reduciendo en tamaño hasta desembocar en una boca de 1,6 m de altura por 1,4 m de anchura, toda ella menos el área de boca, con el suelo rocoso. El vestíbulo se prolonga por una galería rectilínea que a los 19 m se hace impracticable. La primera parte

3. Hábitat ocasional del Paleolítico Superior. 4. A uno y otro lado del estrechamiento situado a 14 m de la boca de cueva y en la superficie de un nivel arcilloso de color amarillento, se hallaron algunas lascas de sílex y tres lascas de cuarcita. Una de ellas, sencundaria, de talón cortical, presenta retoques marginales y de uso en uno de los laterales. Las otras dos son de pelado de núcleo de tipo canto. 5. C.A.E.A.P. a comienzos de los ochenta. Topografiada por C.A.E.A.P 7. Muñoz (1992: 248). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 80). Cueva de La Raposa I 1. Celis (Rionansa). Coordenadas 382.827/4794.202/237 m (15).

UTM:

Cueva situada al pie de un relieve calizo, con buenas condiciones de habitabilidad. 2. Pequeña cavidad con una boca de tamaño medio, de 3 m de altura por 1,6 m de anchura, orientada al Suroeste, que da acceso a un pequeño vestíbulo de 6 m de longitud, que en un fondo se hace más ancho, con 2,5 m de anchura. Se prolonga por una galería hacia la derecha de 2 m de desarrollo por 0,7 m de anchura. 3. Paleolítico Superior y refugio ocasional del Calcolítico/Bronce. 4. En la superficie del fondo del vestíbulo donde se observa un rellano arcilloso de color rojizo se observaron 1 lámina simple de sílex con retoques simples directos en ambos bordes, 1 raspador carenado de cuarzo y 2 lascas de sílex. Además, en la parte izquierda de la boca, se halló un fragmento de panza fina alisada de color pardo-oscuro.

Fig. 4.2.25. Cueva de La Raposa I de Celis. Rionansa. Fig. 4.2.24. Cueva de los Joracos de Arenas. Rionansa.

191

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Presenta condiciones de habitabilidad. 2. Cueva con boca relativamente grande, de 4 m de altura por 3 m de anchura, orientada al Sur, que comunica con un reducido vestíbulo de 6 m de longitud por 3 m de anchura. En el fondo del vestíbulo hay una bifurcación, continúa de frente por una galería rectilínea, bastante larga que termina en un salita. Desde el fondo del vestíbulo y hacia la derecha continúa por una galería ascendente y luego descendente, con varios cambios de rumbo, hasta hacerse impracticable. 3. Hábitat del Paleolítico Superior Arte rupestre Paleolítico. Uso ocasional. Edad Media. 4. El yacimiento del vestíbulo de la cueva está aparentemente revuelto, además de tener abundantes sondeos antiguos. En superficie se hallaron abundantes restos, depositados en el M.P.A.C. Durante las labores del cierre de la cueva se practicó una calicata para instalar la verja, donde se halló un nivel pobre y revuelto, destacando entre los materiales hallados, un raspador de sílex y dos fragmentos de cerámica lisa medieval.

Fig. 4.2.26. Cueva de La Raposa I de Celis. Rionansa. Lámina retocada.

5. Reconocida en los años ochenta por el C.A.E.A.P. Topografiada por C.A.E.A.P. 6. La lámina retocada se halla en el Museo de Santander, el resto de los materiales se conservan en la cueva.

La serie del M.P.A.C. se clasifica así:

7. Muñoz (1992: 249). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993): 76 y 80.

Utiles - Raspador en extremo de lámina con retoque fronto-lateral y retoque de uso en un lateral, en sílex melado sucio, traslúcido con fractura en un lateral de la extremidad proximal (fig. 28, 1). - Raspador doble sobre lasca de decorticado primario, talón extirpado. Retoques SEmdc en extremo de lasca y en lateral. En sílex beteado negro

Cueva del Porquerizo 1. Celis (Rionansa). 383.752/4793.090/132 m.

Coordenadas

UTM:

Se sitúa en la base de un farallón de la margen derecha del Nansa y a unos 10 m sobre éste.

Fig. 4.2.27. Cueva del Porquerizo. Rionansa.

192

Fichas de yacimientos

Fig. 4.2.28. Cueva del Porquerizo. Celis. Industria lítica. 1. Raspador en sílex, 2. Raspador doble, sílex, 3 a 6. Piezas con retoques marginales, sílex 7. Muesca sobre lámina, en sílex y 9. Raedera sobre lasca de cuarcita.

de procedencia local, cortex fino (fig. 28, 2). - Raedera denticulada lateral sobre lasca de decorticado primario en cuarcita azul de calidad, retoque SEpdc, talón cortical (fig. 28, 8). - Núcleo de cristal de roca / cuarzo, sin negativos claros, clasificado como raspador nucleiforme. Métrica: 39-32-31. - Lámina simple, talón cortical, cuarcita azul, retoque marginal lateral, SEmdc, 56-26-11. - Lasca simple de radiolarita rosada, talón liso, con retoque en muesca (Smed) en un lateral (fig. 28. 7).

- Lasca simple, de flanco de núcleo, talón lineal, con retoque de uso continuo en un lateral, en sílex gris brillo de calidad. - Lasca de decorticado secundario, talón lineal, sílex gris brillo foráneo, retoque de uso en un lateral (Smmdc), 35-25-4. - lámina simple de arista de núcleo, en sílex melado, con retoque inverso de uso Mmic, 32-11-5 (fig. 28, 5). - fragmento de lasca simple de sílex blanco hidratado, fractura mesial, con retoque de uso lateral (23)- 34-5.

Piezas con retoque de uso Restos de talla

193

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa -

Sílex: 7 lascas simples, 6 lascas 2ª, 1 fragmento de lámina simple, 1 laminilla simple de sílex, 1 laminilla simple de borde de núcleo. Cuarcitas: 4 lascas simples, 12 lascas 2ª, 4 lascas 1ª, 1 lámina con retoques marginales y 1 núcleo irregular del que se han obtenido lascas. Cristal de roca y cuarzo: 3 lascas simples, 1 lasca 2ª, 1 lasca 1ª y 40 fragmentos.

- 1 hueso largo de ave, con marcas de descarnado y fractura antrópica. Cerámica a torno. - 1 fragmento de panza y arranque de fondo de cerámica a torneta, con desgrasantes de mica, color ocre interior, gris exterior, con 3,5 mm y 5 mm de espesor. - 1 fragmento de panza y arranque de fondo de cerámica a torneta, con desgrasantes de mica, color ocre interior, negra exterior, con 5 mm y 7 mm de espesor. - 1 fragmento de plazo de loza blanca. En una oquedad poco profunda de la pared derecha situada a 4,5 m de la boca y a 1,75-180 m del suelo, hay una hilera doble de puntos rojos, de aproximadamente 2,4 cm de altura por 1,4 cm de anchura cada punto, en la hilera superior 10 puntos y en la inferior 9, midiendo la hilera 25,8 cm de longitud.

Fig. 4.2.29. Cueva del Porquerizo. Rionansa. Un fragmento de ocre de 12-12-4 mm.

En la misma boca de la cueva y a unos 3 m de altura, en la pared derecha hay un gran panel de líneas fusiformes gruesas, dispuestas en distintas direcciones.

Microfauna: un incisivo de roedor. Fauna

5. La cueva fue hallada por M. de Cos, descubridor del Chufín, aunque la dió a conocer y la publicó el Speleo Club Cántabro. La empresa G.A.E.M. reconoció el panel de grabados durante las labores de cierre de la cavidad. La cueva está declarada B.I.C. Topografiada por Speleo Club Cántabro. 6. M.P.A.C. 7. González Sainz y González Morales 81987: 221 y 225). Muñoz, San Miguel y C.A.E.A.P. (1988: 111). Speleo Club Cántabro (1985): 23,25-27. V.V.A.A. (1989: 99). V.V.A.A. (2002: 63-64).

Fig. 4.2.30. Cueva del Porquerizo. Motivo pintado. - 42 fragmentos de diáfisis de hueso largo, con fracturas antrópicas. Por la métrica deben de corresponder en gran medida a Cervus elaphus. - 58 esquirlas de hueso largo, menores a 5 cm de eje mayor, algunas con incisiones antrópicas. - 2 esquirlas quemadas. - 1 fragmento diafisiario de tamaño grande, - Bos sp ¿-. - 1 epífisis distal de falange 2ª de Cervus elaphus. - 1 epífisis distal de falange 3ª de Cervus elaphus. - 5 fragmentos de molares de Cervus elaphus. - 1 incisivo de Cervus elaphus. - 1 molar de leche de Cervus elaphus. - 1 fragmento de escápula de Capra sp. - 2 fragmentos de molares y de 1 incisivo de Capra pyrenaica. - 3 fragmentos de molares de Rupycapra rupycapra.

Cueva de Los Pendios 1. Celis (Rionansa). Coordenadas UTM: 384.305 / 4.793.327 Z: 150 m. Se sitúa al borde de un vallejo de Rioseco, cerca de la confluencia con el Nansa. Presenta condiciones de habitabilidad. 2. Cavidad fósil con una boca mediana, de aproximadamente 1 m de altura por 5,8 de anchura, que comunica con una vestíbulo largo y bajo, de 16,5 m de longitud por 6 m de anchura. En la pared derecha del mismo hay una gatera bastante larga, de unos 30 m de longitud. Desde el fondo del vestíbulo

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Fichas de yacimientos hay una gatera que conduce a una galería estrecha y alta, que se bifurca a los 28 m. Continúa hacia la derecha por una galería de 71 m de longitud. De frente la galería principal prosigue, haciendo varios cambios de rumbo, hasta llegar a una bifurcación que se abre a dos pequeñas salas. La cueva tiene un desarrollo de 117 m. 3.

buenas condiciones de habitabilidad, aunque se encuentra en posición dominante, siendo visible a cierta distancia. 3. Cueva con una entrada bastante amplia, de 1,6 m de altura por 3,6 m de anchura, orientada al Noroeste, que comunica con un vestíbulo de 6,6 m de profundidad, que va estrechándose progresivamente desde la boca hasta un estrechamiento de 1 m de altura por 1 m de anchura. La angostura da acceso a una sala, cuyo suelo presenta bloques de 7,3 m de profundidad por 3 m de anchura. Hacia el medio de la pared derecha de la sala se abre una galería, cuyo suelo también tiene abundante bloques medianos y pequeños, de 9,3 m de profundidad por 2,6 m de anchura.

- Paleolítico Superior (¿)

Fig. 4.2.31. Cueva de Los Pendios. Rionansa. - Arte Rupestre Paleolítico (¿). Fig. 4.2.32. Cueva de Las Burras. Rionansa.

4. En la superficie del vestíbulo se observaron en superficie varias esquirlas óseas, dos Patella vulgata y un fragmento de prisma de cristal de roca. En el laminador existente al fondo del vestíbulo hay algunas esquirlas óseas.

3.

- Depósito funerario. - Calcolítico-Bronce.

4. En la interacción de la sala final con la galería de la derecha y en la entrada de dicha galería, se observan en superficie restos de un individuo, además de abundantes restos cerámicos, que se clasifican:

Al comienzo de la galería lateral de la derecha existente en el interior de la cueva, hay una mancha roja de unos 20 cm de altura, y a unos metros hay una larga línea negra vertical realizada con carbón vegetal.

- Fragmentos, uno de ellos muy grande, de una olla ovoide con decoración plástica. Varios fragmentos pertenecen a la parte inferior de la panza con una capa plástica de color rojizo, con dedadas irregulares a pellizcos y con fragmento de la parte superior de la panza. Presenta un cordón muy abultado decorado con impresiones de uñas muy anchas hasta quedar un lado muy sobresaliente. Es de color grisáceo y presenta desgrasantes de mica, mientras que la capa de barro plástico tiene desgrasantes gruesos de calcita y finos de mica. Diámetro máximo: 326 mm (fig. 33, 2).

5. Fue reconocida por el C.A.E.A.P. a principios de los años ochenta. Topografiada por Speleo Club Cántabro. 7. Montes, Muñoz y Morlote (2005: 98). Moratinos, Colina y de la Puente (1982: 11). Muñoz (1992: 248). V.V.A.A. (2002: 318). Cueva de las Burras 1. Celis, Rionansa. Coordenadas UTM:

- Fragmento del cuello de una vasija con el borde recto y con el labio muy exvasado plano. De color gris, poroso, con desgrasantes medios de calcita, de 6 mm de espesor (fig. 33, 1).

Cueva situada en la parte alta de un pequeño vallejo lateral encajonado del Nansa, formado por un torrente que recorre la abrupta ladera. No presenta

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Cueva de La Joya de la Roza 1. Celis (Rionansa). Coordenadas UTM: 384.742 / 4.793.231 Z: 288 Cavidad fósil abierta en la falda de una colina, en el borde de una depresión kárstica muy poco profunda, bastante elevada del valle del río Nansa, está bastante enmascarada. Presenta condiciones de habitabilidad limitadas. 3. Yacimiento sepulcral. Calcolítico-Bronce. Fig. 4.2.33. Cerámica de la Cueva de Las Burras. Rionansa. - Seis fragmentos lisos, muy toscos, con desgrasantes gruesos de caliza y calcita blanca, de 5 mm. - Cuatro fragmentos de panza lisos, similar a los anteriores, con engobe ocre por el exterior, de 4 mm.

4. Cueva fósil con una boca de tamaño medio, de 6 m de altura por 1 m de anchura, orientada al Sur, que da acceso a un pequeño vestíbulo plano, de 13 m de longitud por 1,2 m de anchura por unos 2 m de altura. En el fondo del vestíbulo, la cueva gira hacia la derecha por una galería que a los 6 m gira bruscamente hacia la izquierda por una galería de 13 m de longitud, en cuyo fondo se bifurca por tres pequeñas galerías de muy reducidas proporciones. En el interior de una oquedad natural situada en el fondo del vestíbulo, junto a la pared izquierda, se observaron en superficie varios huesos humanos: fragmento de húmero, fragmento de tibia, fragmento de hueso largo y un fragmento de ala de coxal.

- Tres fragmentos de panza, de color negruzco, alisado, poco compacto, con líneas incisas profundas, de 5 mm de espesor (fig. 33, 3). 5. Reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P. 6. Materiales depositados en el M.R.A.P. con referencia Caja 660 número 4400. 7. Muñoz et al. (1993: 76 y 80).

Fig. 4.2.35. Fragmento cerámico de la Cueva de la Joya de la Rozá (M.R.A.P.). Junto a los huesos se estudia un fragmento de cerámica gruesa, de unos 7 mm. de grosor, de la panza de una vasija grande, lisa y con una perforación circular realizada después de la cocción, de color ocre-parduzco, de color exterior rojo e interior y alma negruzca (fig. 35).

Fig. 4.2.34. Cueva de la Joya de la Roza.

5. La cueva fue reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P. a principios de los ochenta.

196

Fichas de yacimientos 7. Muñoz et al (1993):76 y 80. 7. Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 80). Cueva del Puente Cueva del Cintón 1. La Cotera (Rionansa). Coordenadas UTM: 1. La Cotera (Rionansa). Coordenadas UTM: 385.761 / 4.791.816 Z: 364 m.

Se sitúa en la falda de una pequeña afloración rocosa muy cerca de la margen derecha de un arroyo que desemboca en el Nansa. No presenta condiciones de habitabilidad.

Cueva situada en una ladera, poco visible y con buenas condiciones de habitabilidad.

2. Cavidad fósil con una entrada de 1,6 m de altura por 1 m de anchura, orientada al Este, que comunica con un vestíbulo que en su entrada es muy descendente, repleto de bloques, de 4 m de longitud por 1,7 m de anchura. El vestíbulo se prolonga por una galería que a los 4 m presenta un brusco cambio de rumbo hacia la derecha, donde adquiere un desarrollo paralelo a la principal, que a los 6 m desemboca en una sala. La sala de 2 m de largo por 1,8 m de ancho presenta un cono de derrubios formados por arcillas que deben sellar una antigua

2. Cavidad fósil con una boca amplia, de unos 7 m de altura por unos 6 m de anchura, orienta al OesteNoroeste, que da paso a un vestíbulo descendente, de unos 7,5 m de longitud por unos 6 m de anchura, con una pequeña galería descendente abierta en la pared derecha de unos 3 m de longitud, que acaba en un pequeño ensanchamiento. El vestíbulo desemboca en una sala de amplias proporciones, de unos 20 m de longitud por unos 15 m de anchura, descendente por la parte derecha. La cueva presenta abundantes bloques en el vestíbulo y en la parte izquierda de la sala. 3. Hábitat medieval (¿) 4. En varios puntos de la cueva se han hallado materiales medievales: a) Fondo de la pequeña galería situada a la derecha de la boca: - Fragmento del cuello de una jarra de boca cuadrada, con el borde muy alto y el labio afinado convexo. Presenta partes de color gris con engobe pardo por ambas caras, tiene desgrasantes muy finos de mica (fig. 39,2). - Fragmento de la parte inferior de una vasija, quizás la misma del fragmento anterior, con la base plana y la unión con la panza convexa (fig. 39, 4).

Fig. 4.2.36. Cueva del Puente. Rionansa.

- Fragmento del cuello de una vasija con el borde corto y vuelto y con el labio engrosado plano. Presenta partes de color gris-rojizo y tiene desgrasantes abundantes de tamaño medio de calcita y finos de mica (fig. 39, 6).

boca. 3. Hallazgo ocasional del Bronce Pleno ¿.

- Fragmento de la parte inferior de una vasija, probablemente la misma del fragmento anterior, con la base plana y la unión a la panza cóncava (fig. 39, 7).

4. En el extremo final donde termina la cueva y en superficie se halló un borde de cerámica prehistórica, muy alisada y decorada con acanaladuras paralelas en el cuello y en la parte superior de la panza (fig. 37), además de restos de ovicaprinos de aspecto antiguo.

- Fragmento de panza con arranque de asa, de color ladrillo, con desgrasantes muy finos de mica.

5. Hallada por el C.A.E.A.P. a comienzos de los ochenta. Topografía de C.A.E.A.P.

b) Parte izquierda del comienzo de la Gran Sala:

6. M.P.A.C.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa anteriores. Presenta partes de color ladrillo con engobe pardo por el interior, tiene desgrasantes de mica. - Dos fragmentos de panza pintadas, uno de los cuales está decorado con varias líneas, de color vinoso, oblicuas y paralelas, una más grande y dos más cortas. Presenta partes de color naranja con el alma grisácea (fig. 39. 9 y 10). - Fragmento de panza con arranque de cuello vuelto, quizás de una olla, decorada con líneas incisas, gruesas, paralelas y poco profundas; de color ocre con engobe exterior parduzco y con desgrasantes de mica (fig. 39, 1). - Gran fragmento de panza, decorado con líneas incisas gruesas, separadas y muy marcadas, algo irregulares. Es de color ladrillo con engobe parduzco por el exterior, con desgrasantes finos y abundantes de mica. - Fragmento de panza con incisiones profundas, separadas y paralelas, de color ladrillo con engobe pardo-rojizo por el exterior y desgrasantes finos de mica. - Dos fragmentos de panza de color gris con desgrasantes de mica. - Esquirla pequeña calcinada. - Extremo de cuerno de cabra. - Cuerno roto de cabra con un corte oblicuo en un borde. - Hebilla de hierro en forma de “D”, que conserva parte de la aguja, formada por una plancha doblada de hierro (fig. 39, 13).

Fig. 4.2.37. Cueva del Puente. Rionansa. Vaso cerámico. - Varios fragmentos de una olla con el borde vuelto y labio plano. Toda la parte superior de la panza está decorada con incisión bruñida formando un motivo reticulado inclinado, con las líneas verticales inclinadas de izquierda a derecha y líneas horizontales. Hay un fragmento muy grande de la base, que es plana, con la unión a la panza convexa. Es de color pardo, aunque está quemada por el interior y presenta hollín por ambas caras del cuello. Tiene desgrasantes de mica y es de unos 4 mm de grosor (fig. 39, 12 y 8).

Además se hallaron otros fragmentos de cerámica (fig 39, 3, 4, 5, y 11). 5. La cueva fue reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P. a principios de los años ochenta.

Fig. 4.2.38. Cueva del Cintón 1. Rionansa.

7. Muñoz (1992: 248). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 80). Serna, Malpelo, Muñoz, Bohigas, Smith y García Alonso (1994: 386).

- Dos fragmentos de la base de una vasija, con el fondo plano y la unión con la panza convexa. La panza está decorada con líneas oblicuas y paralelas y varias líneas cortas perpendiculares a las

198

Fichas de yacimientos

Fig. 4.2.39. Cueva del Cintón 1. Rionansa. 1 a 12: Material cerámico. 13: Hebilla de hierro. Parcialmente cerrada por una estructura de madera, que da acceso a un pequeño vestíbulo de 10 m de profundidad por 6,6 m de anchura, cuya parte interna se encuentra cerrada por un muro de mampostería a hueso situado a 6 m de la boca, después del cual el vestíbulo gira ligeramente hacia la derecha por una galería cuyo suelo es ascendente, con goteo, de 11 m de longitud por 6 m de anchura máxima en el fondo.

Cueva del Cintón II 1. La Cotera (Rionansa). Coordenadas UTM: 385.757 / 4.791.785 Z: 342 Cavidad situada en un ladera, cerca y por debajo de la cueva del Cintón, bastante amplia y habitable. 2. Presenta una boca bastante amplia, de 1,4 m de altura por 6 m de anchura, abierta al Sur.

199

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa 3. Hábitat Neolítico.

25 cm de altura. La cueva se prolonga por una galería recta de 3,5 m de longitud con una gran

4. En el fondo del vestíbulo, una vez flanqueado el muro cierre y en superficie, se hallaron: - Fragmento de cerámica prehistórica con la base

Fig. 4.2.41. Cueva del Cintón III. Rionansa. rampa de subida hasta cegarse. 3. Hábitat ocasional. Paleolítico Superior/ Neolítico. 4. En el fondo del vestíbulo y en superficie se hallaron una lasca de sílex y algunas esquirlas óseas. La mayor parte del relleno sedimentario de la cueva ha sido vaciado.

Fig. 4.2.40. Cueva del Cintón II. Rionansa. plana y la unión a la panza oblicua, ligeramente convexa. Es gruesa, con el interior negruzco y el exterior pardo, con desgrasantes muy gruesos y abundantes de cuarzo. - Laminilla simple con retoques en un borde de cristal de roca, laminilla simple de cristal de roca, lasca simple de cristal de roca y fragmento sin córtex de sílex menor de 1,5 cm. -1 Patella intermedia y 1 fragmento de Patella intermedia. - Incisivo de ciervo, molar de jabalí, molar de gran bóvido, fragmentos de huesos y esquirlas óseas.

5. Reconocida por el grupo C.A.E.A.P. a principios de los ochenta. Topografía de C.A.E.A.P. Yacimiento de la terraza sobre Chufín. 1. Riclones (Puente Nansa). Se sitúa en la parte alta del interfluvio formado entre el Lamasón y el Nansa, en el sector más cercano a su confluencia. Es una zona de pendientes suaves, en que se conservan depósitos fluviales de terraza.

5. Reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P. 7. Muñoz (1992: 248). Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 76 y 81).

2. En un camino carretero aparecen los restos de una terraza desmantelada con bolos de tamaño medio y pequeño, en matriz arenosa de color amarillento. En este sedimento se hallaron los materiales arqueológicos.

Cueva del Cintón III 1. La Cotera (Rionansa). Coordenadas UTM: 385.730 / 4.791.750 Z: 315 m.

3. Hábitat. Paleolítico Antiguo. Hábitat. Calcolítico (¿).

Cueva situada en una ladera por debajo de la Cueva del Cintón II. Presenta condiciones de habitabilidad.

4. Se recogieron un cuchillo de dorso natural y una raedera sencilla convexa, ambas en cuarcita. En la misma pista, y a unos 500 m, en superficie, aparecen limos grisáceos, donde se observaron varias lascas de sílex y de cristal de roca, carentes de pátina, destacando una laminilla de sílex.

2. Cavidad fósil muy reducida, con una boca, en arco de medio punto, de 2 m de altura por 3,2 m de anchura, orientada al Sureste, con un murete de cierre. La boca da acceso a un vestíbulo de 4,5 m de profundidad por 3,5 m de anchura máxima, llano y con amplios testigos laterales y en el fondo, de unos

200

Fichas de yacimientos

Fig. 4.2.42. Cueva de Los Marranos. Rionansa.

5. Fue reconocido por el Speleo Club y el C.A.E.A.P. a comienzos de la década de los años ochenta. 6. Materiales depositados en el M.R.A.P. 7. Speleo Club Cántabro (1985: 26 y 28).

201

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa 3. Hábitat Paleolítico Superior. Arte Rupestre Paleolítico. Hallazgo esporádico Bajo-medieval.

Municipio de Lamasón Cueva de Los Marranos

4. En el Museo de Santander se conserva un pequeño lote de materiales líticos con pátina de agua, procedentes del sondeo efectuado en los años cincuenta por el equipo de camineros.

1. Venta de Fresnedo (Lamasón). Coordenadas UTM: 379.820 / 4793.205/408. Cavidad situada a unos 30 m sobre el cauce de la orilla izquierda del río Lamasón por debajo del caserío de Venta de Fresnedo. Presenta buenas condiciones de habitabilidad.

En 1977 miembros del Speleo Club Cántabro reconocieron la cavidad hallando algunos materiales arqueológicos y las muestras artísticas. Las piezas arqueológicas fueron localizadas en el interior de agujeros realizados para la realización de hogueras, en concreto aparecieron:

2. Tiene una boca amplia, de 2 m de altura por 10 m de anchura, parcialmente cerrada por un murete, orientada al Sureste, dando paso a un vestíbulo bastante amplio, de 14 m de longitud por 8 m de anchura, con abundantes bloques. Al fondo de la pared izquierda del vestíbulo hay una galería rectilínea, cerrada por un murete de piedras, de 32 m de desarrollo, de unos 4 m de anchura máxima y entre 1 y 2,5 m de altura.

1 raspador alto en hocico asociado a un raspador carenado sobre lasca 2ª de cuarcita (fig, 43, 2). 1 denticulado transversal (fig, 43, 4). 1 lámina simple de cuarcita (fig, 43, 1). 3 lascas simples de sílex (fig. 43, 3). En el primer río de la cueva fue hallada 1 lasca de cuarcita con un borde retocado, muy rodada. Y en la

Fig. 4.2.44. Los Marranos. Hebilla metálica. A partir de Moratinos y Torres (1987). galería de las pinturas se halló una hebilla de bronce dorado, rectangular y de sección convexa, con aguja triangular con los bordes redondeados, calada en la base y con un eje largo hacia la parte posterior, con paralelos en el siglo XV-XVI (fig. 44).

Fig. 4.2.43. Cueva de Los Marranos. Lamasón. Industria lítica recogida por S.C.C. A partir de Moratinos y Torres (1987). 1. Lámina, 2. Raspador, 3. Lasca

En nuestras visitas y en el fondo de una pequeña galería situada en el fondo izquierdo del vestíbulo estudiamos un núcleo muy grande sobre canto de cuarcita.

En el fondo la galería gira bruscamente haciéndose una gatera, con una salita en su fondo, con varias bocas muy reducidas. En el fondo del vestíbulo, hay dos galerías paralelas de unos 10 m de longitud con el suelo de cantos rodados, que convergen en una sala descendente por cuyo fondo aparece un río, que se sume en una salita, hasta hacerse impracticable. También por el fondo del vestíbulo y por debajo de la galería izquierda ya comentada, hay una gatera descendente que después de un dificultoso recorrido, con techos muy bajos, conduce al segundo cauce fluvial de la cueva, continuado por galerías amplias de bastante recorrido.

En la galería situada a la izquierda de la entrada hay un pequeño conjunto de pinturas rojas: 1. Se sitúa a 4 m del inicio de la galería en la pared izquierda, y a unos 20 cm del suelo. Alineación horizontal de varios puntos, muy perdidos. 2. A 16 m del comienzo de la galería, y en la misma pared, en el interior de una concavidad que se ha rellenado de color, aparecen varias alineaciones de puntos muy mal conservados.

202

Fichas de yacimientos 3. Por encima del grupo anterior hay varias hileras de puntuaciones, muy mal conservadas. De 28 cm de anchura. 4. A 1,5 m y en la misma pared izquierda, en el interior de una concavidad hay una agrupación con varias hileras de puntos, mal conservadas. De 8 cm de altura por 8 cm de anchura. 5. A 19 m del inicio de la galería hay un estrechamiento donde hay un grupo de cuatro puntuaciones en hilera arqueada. A su derecha hay una alineación similar, y por último, a la derecha de las anteriores hay tres puntos. El panel mide 27 cm de anchura.

pequeña galería a la izquierda de la boca, de tan sólo 1,3 m de longitud, que desemboca en una amplia sala de forma ovalada, de 8,5 m de longitud por 5,5 m de anchura. 3. Calcolítico-Bronce. Redil / Refugio. 4. En los pequeños testigos existentes en la pared izquierda de la sala hay un nivel arcilloso rojizo, de unos 15 cm de potencia, en el cual se observa una costilla grande cementada y dos esquirlas óseas. En el fondo de la sala y hacia el centro de la galería hay una ura de zorro y entre la tierra depositada en la

Además de las pinturas se han señalado algunos grabados incisos, poco profundos, de dudoso origen antrópico, y cuyo carácter prehistórico no resulta aceptable. 5. La cueva fue reconocida en los años cincuenta por el equipo de camineros de la Diputación, quienes realizaron un pequeño sondeo de la misma (comunicación oral de Fernando Quintana). Probablemente de este sondeo proceda un pequeño lote de materiales conservados en el Museo de Santander. En 1977 miembros del Speleo Club Cántabro reconocieron la cavidad hallando algunos materiales arqueológicos y las manifestaciones rupestres, que publicaron en un estudio. La cueva ha sido declarada B.I.C. Topografiada por el Speleo Club Cántabro.

Fig. 4.2.45. Lamasón.

Cueva

de

Comporquera.

entrada de la misma, se observaron los siguientes materiales: - 1 maxilar de Sus scropha. - 1 fragmento de escafoides de Sus sp - 1 falange 3º de Sus scropha - Fragmentos de cinco de diafisis con roturas antrópicas - 4 costillas indeterminadas - 1 costilla con marcas de corte artificial - 1 fragmento de panza de cerámica a mano de 7 mm de espesor, color siena a rosa, superficie alisada fina, irregular, con desgrasantes gruesos de calcita y mica.

6. Materiales depositados en el M.R.A.P. de Santander. 7. Muñoz (1992: 248). Muñoz (1996: 60). Moratinos y Torres (1987):141-149. V.V.A.A. (1989: 105). V.V.A.A. (2002: 317-318). Cueva de Comporquera 1. Venta de Fresnedo (Lamasón). Coordenadas UTM: 379.310/4792.366/397 m (37).

5. Yacimiento localizado por C.A.E.A.P. y G.E.I.S. C/R. Topografiada por los mismos grupos.

Cueva situada en la parte alta de una colina, en un lugar muy resguardado. Presenta buenas condiciones de habitabilidad.

Cueva de Cendeja 1. Venta de Fresnedo (Lamasón). Coordenadas UTM: 379.421/4792.963/233 (8) m.

2. Surgencia fósil de pequeño desarrollo, tan sólo 11 m, aunque de amplias proporciones. Presenta una boca muy amplia de 7 m de altura por 4,5 m de anchura, orientada al Este. Comunica con un vestíbulo que a las 2 m se hace ascendente, con una

Se halla hacia la mitad de una ladera, en posición dominante. No presenta condiciones de habitabilidad.

203

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa 2. Sumidero fósil con una boca bastante amplia, de 1,5 m de altura por 3,7 m de anchura, parcialmente cerrada por un muro a hueso realizado con grandes bloques, orientada al Sur. Da acceso a un vestíbulo muy descendente, de 11 m de longitud por 5 m de anchura, cuyo fondo es llano y tiene abundantes

3. Aprisco de ganado del Calcolítico/Bronce. 4. En la superficie del fondo del vestíbulo y junto a la pared derecha se halló un fragmento de panza prehistórica, de unos 5 mm de grosor, de color pardo-rosáceo y con abundantes desgrasantes

Fig. 4.2.47. Cueva de La Rozada. Lamasón. bloques. El fondo del vestíbulo desemboca en un estrechamiento, de 1 m de anchura, parcialmente cerrado por un murete. La cueva continúa por una galería recta y descendente, de 7 m de longitud por 2,5 m de anchura, hasta hacerse impracticable.

cálcicos. 5. Yacimiento localizado por C.A.E.A.P. y G.E.I.S. C/R. Topografiada por los mismos grupos. Cueva de La Rozada 1. Venta de Fresnedo (Lamasón). Coordenadas UTM: 379.649 / 4.793.395 Z: 197 m. Cavidad situada en un rellano de ladera de una pequeña elevación, muy escondida e inhabitable. 2. Cavidad fósil de gran desarrollo. Presenta una boca relativamente amplia, de unos 4 m de altura aproximadamente por 2 m de anchura con un abrigo de boca con unas puertas de cierre en el fondo, que desemboca en un vestíbulo muy descendente, repleto de bloques, de 4 m de profundidad por 3 m de anchura. Se prolonga por una galería recta muy descendente, repleta de bloques en cono de derrubios, de 24 m de longitud por 6 m de anchura, hasta finalizar en una sala muy ancha y baja, de donde parten varias galerías muy amplias por la parte izquierda, y con laminador descendente por la parte derecha, todo ello de complicado recorrido. 3. Yacimiento sepulcral. Cronología indeterminada (Calcolítico/Bronce ?).

Fig. 4.2.46. Cueva de La Cendeja. Lamasón.

4. Hacia la mitad de la rampa de entrada, a 10 m de la boca, se observa un nivel terroso muy rico en

204

Fichas de yacimientos carbones de buen tamaño y algunos huesos. Unos metros más abajo, y junto a la pared derecha, se encontró una tibia y un peroné humanos. En una revisión de la cavidad, se estudió un fragmento de coxal, un radio fracturado, una tibia con los extremos erosionados, dos costillas, un calcáneo, un cuboides y un metacarpo, todo ello de un individuo adulto. En otro sector en un lateral aparecen dos falanges de un subadulto. Como único contexto se estudia un fragmento de canto y un hueso animal quizás aguzado.

embebidas en la piedra, resultan de cronología dudosa. Se trata de figuras antropomorfas esquemáticas y de trazos subparalelos.

5. Reconocida y topografiada por el C.A.E.A.P. Cueva de la Fontanilla 1. Venta Fresnedo. Lamasón. Coordenadas U.T.M. 379.438 / 4.791.372 Z: 224 m

Fig. 4.2.49. Algunas de las representaciones del abrigo exterior de la cueva de La Fontanilla (Lamasón), de cronología dudosa.

Pequeña cavidad muy visible desde la carretera, situada en posición dominante sobre el río, con buenas condiciones de habitabilidad, aunque de reducidas dimensiones.

5. El yacimiento fue localizado por miembros del grupo G.E.I.S. C/R y CAEAP durante el seguimiento de la ampliación del vial de Puente Arrudo – Quintanilla de Lamasón, en 2008.

2. La boca es de pequeño tamaño y se orienta al sur. Se abre en la zona derecha de un abrigo poco profundo, de 4 m de anchura por 2,6 m de anchura. La cueva se prolonga por la parte derecha por una reducida galería de 4,1 m de longitud que se estrecha al fondo.

6. Los materiales se conservan en el propio yacimiento. Estela de Lamasón Quintanilla de Lamasón. Lamasón. Esta pieza apareció en un sitio elevado junto al pueblo de Quintanilla, cuando se araba un finca junto al lugar conocido como Casas del Dosal. Se trataba de un bloque de piedra con un epígrafe, inscrito en una cartela rectangular, con doble marco. En un primer renglon aparece la fecha, separado del resto del texto por una línea horizontal.

Fig. 4.2.48. Abrigo y covacho de la Fontanilla (Lamasón).

Texto de la inscripción: 3. Hábitat. Mesolítico (¿)

co(n)s(ulatu) CCCLIIX, munimentum Aemili Semproni Elesigainum, an(n)o(rum) XXX, me(moriam) pos(uit) pate(r) su(u)s, Flauinus, pientis(s)imo filio suo.

4. En el fondo derecho del abrigo de boca se observó, en superficie, una lasca de decorticado 2º de cristal de roca y un molar de Capra pyrenaica. En la pared izquierda, en la zona inicial de la pequeña galería de la derecha, se observa, a unos 15 cm de altura sobre el suelo actual, los restos de un fino nivel, de 10 cm de potencia, con escorias de hierro. En el fondo de dicha galería hay escorias de hierro y algunas esquirlas óseas patinadas, de aspecto prehistórico.

Dimensiones Altura 97,3 y anchura 62,5 cm El origen de la información es un manuscrito anónimo de la Biblioteca Nacional, sin fecha publicado por H. Gimeno en 1989. La cronología de

En la pared del abrigo aparecen algunas representaciones realizadas con carbón, que aunque

205

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa la estela es del 320 d.C. El epígrafe está datado en el año 358 de la era consular.

bastante revuelto. Actualmente, entre la tierra revuelta, en el área final del vestíbulo, a unos 5 m de la boca, se observa un fragmento de vértebra humana y el fragmento distal del radio de un adulto.

Actualmente esta pieza se ha perdido y todo lo que se conoce de ella parte de un manuscrito del siglo XVIII.

En la galería de la entrada, una vez superado el cono de derrubios procedente del exterior, a unos 5 m de la boca, se hallaron abundantes fragmentos de cerámica. El lote está constituido por 30 fragmentos entre los que destaca:

7. Gimeno Pascual (1989: 23-28). Iglesia Gil y Ruiz (1999: 80-82). Valle del Río Quiviesa En esta pequeña cuenca, subsidiaria del Nansa, sólo se conocen tres yacimientos arqueológicos: la cueva sepulcral de las Anjanas, en las ladera calizas labradas al Noreste de Carmona, el conjunto tumular de La collada de Carmona, en el cordal que separa el Saja del Nansa, un castillo roquero, de época alto medieval que ocupa la parte más alta de una cima caliza, cerca de las Anjanas y una necrópolis altomedieval sobre el pueblo de San Pedro. Estos últimos se estudiarán en el apartado dedicado a la arqueología medieval. Cueva de Las Anjanas 1. Carmona. U.T.M.: 389195 / 4790910

Z: 352

Pequeña cavidad abierta en la base de una diaclasa que corta un espejo de falla en plena ladera calcárea sobre un pequeño valle alto y abrupto cuyas laderas presentan una fuerte pendiente. La boca está muy escondida y no resulta habitable dadas sus reducidas dimensiones.

Fig. 4.2.50. Cueva de Las Anjanas. Carmona. - Borde de una orza con el borde recto y labio convexo, decorado por debajo del labio con un cordón poco resaltado decorado con dos impresiones de uñas verticales aisladas, muy gruesa (fig. 51, 1). - Cuello de una vasija con el borde ligeramente vuelto y labio convexo. En la base del cuello presenta un cordón poco resaltado, de sección triangular, decorado con uñadas gruesas. - Tres fragmentos de panza decorados con un cordón poco resaltado, con una serie de ungulaciones en disposición vertical (fig. 51, 2). - Fragmentos de panza, algunos de ellos con barro plástico aplicado (fig. 51, 3). - Fragmento de panza con restos de un mamelón irregular de planta tendente a circular y de sección troncocónica. - Fragmento de base plana, con la unión con la panza ligeramente indicada.

2. La boca se orienta hacia el Este y tiene 2,2 m de alta por 1 m de anchura aunque a nivel del suelo es de sólo 0,6 m de ancha. La boca comunica con un vestíbulo estrecho y descendente que desemboca en una galería recta que lleva a una bifurcación. Desde la boca hasta la bifurcación tiene unos 11 m de longitud por 1 m de anchura, con algunos bloques. Desde la bifurcación hay una galería hacia la derecha, un pequeño salto de menos de medio metro, muy estrecha y con piedras, que finaliza a los 7 m en una colada ascendente. La galería principal desde la bifurcación es recta y va estrechándose hasta un pequeño pozo de hundimiento a partir del cual la gatera se hace impracticable, tiene 9 m de longitud. 3. Calcolítico - Edad del Bronce. Sepulcral. 4. En la cueva aparece un nivel superficial de color marrón oscuro, con abundante excremento de cabra, algunos huesos de cabra y pequeños bloques, todo

206

Fichas de yacimientos Además de las cerámicas se hallaron algunos restos humanos: 1 falange, 1 fragmento de húmero y 1 fragmento de tibia y restos de mamíferos: Cervus elaphus (1 falange), Felix silvestris (1 húmero derecho), ovicaprinos (2 fragmentos de costilla, 1 húmero derecho, 1 fragmento de cráneo, 1 molar inferior, 1 molar superior y 1 fragmento distal de metatarso).

5. La cavidad fue descubierta a principios de los años ochenta por J. Peñil Minguez y C. Lamalfa Díaz, quienes recogieron los materiales del nivel superficial. El conjunto fue después estudiado por C. Fernández Ibáñez. Topografiada por C.A.E.A.P. 6. Materiales depositados en el M.R.A.P. 7. Muñoz (1992: 248). Muñoz y Malpelo (1993: 289, 297, 298 y 301). Muñoz, Malpelo y Gómz (1993: 83 y 84). Muñoz, San Miguel y C.A.E.A.P. (1988: 200). Fernández Ibáñez (1985 49-52). Conjunto de La Collada de Carmona 1. Situación. Sierra del Escudo de Cabuerniga. Carmona. Coordenadas U.T.M. (vértices): 392.870 / 4.788.560 y 392.660 / 4.789.890. Altura absoluta: 600-670 m. Se encuentra en la parte más alta del cordal que divide el medio Nansa y el medio Saja, labrado inmediatamente al sur de la Sierra del Escudo de Cabuerniga. 2. El paisaje corresponde al característico de la montaña media detrítica de la región, con amplios cordales de relieve suave, con lomas y collados, actualmente ocupados por prado de diente. 3. Estructuras tumulares. Neolítico.

Fig. 4.2.51. Cueva de Las Carmona. Cerámica a mano.

4. Se han descrito seis túmulos situados a una altura media de 650 m, con un desnivel interno de 50 m, un eje de desarrollo de 1340 m. El diámetro medio de las estructuras es de 12 m. En uno de ellos se

Anjanas.

Nombre

Localidad / U.T.M. Paraje X

U.T.M. Y Z

Diáme.

Alt

Alteraciones

Collada-1

La Collada

392.870

4.788.560

635

0,6

Pozo de violación

Collada- 2

La Collada

392.830

4.788.850

647

1,2

Pozo de violación

Collada-3

La Collada

394.250

4.789.280

606

0,75

Pozo de violación

Collada-4

La Collada

392.750

4.789.480

670

1,95

Pozo de violación

Collada-5

El Mojón

391.970

4.789.650

597

0,5

Pozo de violación

Collada-6

El Mojón

392.660

4.789.890

632

N-S: 9.4 E-W:10.3 N-S: 11.6 E-W:13.3 N-S: 12.7 E-W:11.2 N-S: 18.6 E-W:18.9 N-S: 6 E-W:7 N-S: 11.3 E-W:10.3

1,05

Pozo de violación

Conjunto de La Collada. Características de las estructuras tumulares.

207

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa aprecia la existencia de dos ortostatos de areniscas dispuestos en ángulo que corresponderían a la cámara.

grandes dimensiones, y forma paralelepípeda. Las medidas de la representación son 1 m de altura por 1,05 de anchura en la base y 0,97 de altura en la parte superior. Está realizado en grabado repiqueteado con instrumento metálico, muy grueso y profundo (fig. 52).

Descripción de los túmulos: Ver tabla 5. Localizado y estudiado por L.C. Teira, A. Díez y J. Ruiz durante los trabajos de prospección realizados para el Departamento de Arqueología de la Universidad de Cantabria a comienzos de los años 90.

Es una representación esquematizada de tipo “ídolo”, compuesta por motivos geométricos. Dentro de un marco rectangular aparece una línea quebrada rebordeando el conjunto y dentro de ella una serie de ocho líneas quebradas horizontales, separadas por rectas. Se ha realizado mediante un grabado profundo, ancho y muy pulido.

6. Ruiz Cobo y Díez Castillo (1994) Teira (1994: 59).

5. Descubierto en los años cuarenta por D. Santiago Corral, ingeniero de la hidroeléctrica Saltos del Nansa, que lo comunicó a J. Carballo y redescubierta en los años 70 por D. Dionisio Fernández, médico de Puentenansa. Ha sido publicado por varios autores.

Ídolo del Hoyo de La Gándara 1. San Sebastían de Garabandal (Rionansa). Coordenadas UTM: 383.750/4.780.590/ 855 m. Se localiza en un rellano de ladera al noreste de Peña Sagra, en la cabecera del río Vendul, junto al Canal de los Saltos del Nansa

6. Fernández Manzano et al (1989). Díaz Casado (1990).

Se trata de un sector de ladera relativamente tendido, con pequeños rellanos, con suelos detríticos y orientada al noreste, sembrado de bloques fluvio glaciares de materiales permotriásicos. 2. Grabado realizado conglomerado.

sobre

un

bloque

Conjunto de Cires 1. Situación. Municipio de Lamasón. Coordenadas U.T.M. de los vértices: Extremo Suroeste: Traslaventa: 377.420 / 4.786.340 Z: 914 m. Extremo Noreste: Prado Mingo: 377.590 / 4.788.990 Z: 598 m.

de

Necrópolis situada sobre una estribación de la sierra de Las Coronias - Cueto La Zarzosa, que se dirige sobre los pueblos de Cires y Río, entre los arroyos de Lafuente al Norte y el Arroyo de Los Virujales al Sureste. 2. Morra de topografía suave, formada por materiales detríticos, de facies Weald - areniscas y arcillas abigarradas- y Purbeck - conglomerados silíceos y calcáreos, areniscas, arcillas, margas calcáreas y calizas. Cubierto por praderías de diente. 3. Estructura funeraria megalítica. Neolítico. 4. Descripción del yacimiento: El conjunto está formado por una docena de estructuras tumulares distribuidas a lo largo de la morra desarrollada entre el collado de Traslaventa - Cueto La Zarzosa y el Cueto de Sobrelapeña con una longitud de eje en torno a los 2 km. A pocos metros de la estructura referenciada como Cires 9 se cita la aparición de un fragmento proximal de lámina de sílex y una lasca del mismo material (Teira 1994).

Fig. 4.2.52. Grabado del Hoyo de la Gándara. San Sebastián de Garabandal. Rionansa. A partir de un original de J. Ruiz. 3. Arte Esquemático. Calcolítico- Edad del Bronce. 4. Se trata de un grabado realizado en la cara sur de un bloque errático de conglomerados silíceos de

Descripción de los túmulos: Ver tabla

208

Fichas de yacimientos de estructuras de tamaño medio, en torno a los 9 a 10 m y en general mal conservadas, con profundos pozos de violación. Descripción de los túmulos: Ver tabla 6. Teyra (1984: 60). Arias et al. (1995) Conjunto de Bercuín 1. Lamasón / Rionansa. El conjunto se encuentra en la parte mas alta del cordal que forma el interfluvio entre el río Nansa en su zona media y el valle del Tanea - Lamasón. El sector de cordal donde se instala está comprendido entre el alto de Hozacagigo (1000 m) y el de La Branilla (903), con un desarrollo aproximado de 5 km.

Fig. 4.2.53. Material lítico de LlandelallanaCires. M.R.A.P. 1. Lámina de sílex, 2. Punta de flecha con retoque invasor, fracturada, en sílex.

Las coordenadas U.T.M. de los vértices son X: 382.640 / 4.787.380 y 382.650 4.786.850. La altura media del conjunto es de 910 m.

En los fondos del M.R.A.P. se ha estudiado un lote de industria lítica probablemente procedente de este yacimiento, al parece recogido en el lugar de Llandelallana – Cires, que debe corresponder al extremo occidental del conjunto, formado por un fragmento de punta de retoque plano, doblemente fracturada (fig. 53, 2) y una lámina de sílex, fracturada transversalmente, que conserva el talón (fig, 53, 1).

2. Cordal labrado sobre materiales detríticos, arenisca, micro-conglomerados y arcillas- de facies Weald, cubierto por prado de diente. Se trata de un típico pastizal de altura. 3. Estructura tumular. Neolítico. 4. El conjunto está formado por tres estructuras tumulares, de tamaño reducido y conservación muy deficiente lo que pone en duda su carácter prehistórico.

6. Arias et al. (1995). Teira (1994: 58 y 59) 7. Material depositado en el M.R.A.P.

6. Arias et al. (1995) Teira (1984: 60-61).

Conjunto de Cuesta Nabea 1. Municipio de Rionansa. Coordenadas U.T.M. Estructura extremo oriental Cuesta Nabea 1: 383.352 / 4.789.900, Z: 580 m. Estructura extremo occidental: 382.890 / 4.789.950 Z: 630 Grupo situado en una pequeña morra que se dirige al Este desde el Pico Jaro (698), en la divisoria entre el valle del Tanea y el del Nansa. 2. El conjunto se encuentra un paisaje de media montaña, utilizado como zona de pastos por la ganadería, en régimen extensivo, con amplias zonas de matorral. 3. Estructura funeraria megalítica. Neolítico. 4. Se conocen tres túmulos alineados en la zona más alta de la morra, con una longitud de eje de unos 500 m, entre los 580 y los 630 m de altura. Se trata

209

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Nombre Nombre

Localidad Diám. Localidad/ / U.T.M. U.T.M.XX U.T.M. U.T.M.YY ZZ Diám. Paraje Paraje Cuesta m Bercuín 1 Cuesta Cosio Nabea 383.220 382.640 4.789.900 4.787.380 588 930 95,7 Nabea 1 Bercuín 2 Cosio 382.660 4.786.970 900 5,5 Cuesta Cuesta Nabea 383.010 4.789.940 615 8.5 m Bercuín 3 Cosio 382.650 4.786.850 900 5,5 Nabea 2 Cuesta Cuesta Nabea 382.880 4.789.960 633 10.2 Conjunto Nabea 3 tumular de Cuesta Nabea. Características de las estructuras.

Alt Alt

Alteraciones Alteraciones

0,30 0,3 0,3 0,40 0,3

Masa tumular Alterado desmantelada Alterado Pozo de Alterado violación Pozo de violación

0,40

Conjunto tumular de Cuesta Nabea. Características de las estructuras.

Nombre Localidad / Paraje

U.T.M. X

U.T.M. Y Z

Diámetro

Alt

Alteraciones

Cires 1

Prado Mingo

377.670

4.788.930

598

3

Pozo de violación

Cires 2

Prado Mingo

377.590

4.788.990

612

N-S: 16 E-W: 15 Md: 7.2

0.3

Cires 3

La Corteja

377.440

4.788.510

667

Cires 4

Sampedrillas

376.970

4.788.460

782

Cires 5

Sampedrillas

376.950

4.788.460

785

Cires 6

Cires

376.560

4.788.070

570

Cires 7

Cires

376.550

4.788.080

824

Cires 8

Llandelallana

375.810

4.788.010

913

Cires 9

Llandelallana

375.820

4.788.020

914

Cires 10

Llandelallana

375.850

4.788.030

913

"Ligero" pozo de violación Pozo violación. Laja Pozo violación marcado Pozo violación marcado Pozo violación marcado. Cámara Pozo violación "tenue". Cámara Pozo violación / cráter Pozo violación marcado. Arrasado Pozo saqueo. Laja

Cires 11

Llandelallana

375.850

4.787.990

916

Cires 12

Agua Seles

375.950

4.788.590

860

Cires 13

Traslaventa

377.330

4.786.420

912

Cires 14

Traslaventa

377.420

4.786.340

914

N-S: 11.5 E-W: 12.2 N-S: 7.6 E-W: 7.7 N-S: 10 E-W: 9.4 N-S: 9.6 E-W: 10.4 N-S: 7.2 E-W: 7.3 N-S: 11 E-W: 12.3 N-S: 5.4 E-W: 5.2 N-S: 6.8 E-W: 6.4 N-S: 7.8 E-W: 7.9 N-S: 6.2 E-W: 7.8 N-S: 11 E-W: 12 N-S: 13 E-W: 13.8

1.4 0.4 0.6 0.6 0.45 0.75 0.30 0.5 0.2 0.75 0.3 0.85

Características de las estructuras tumulares del grupo Cires. D.M.9,4 (On: 2.87)

210

Arrasado. Cámara visible vaciada Cámara. 2 piezas sílex Cráter violación amplio Alterada por pozos

Fichas de yacimientos

4.3. La cuenca alta: Tudanca- Polaciones.

- Fragmento de borde de una jarra con el borde alto y recto y labio engrosado hacia el exterior, de

Este sector comprende el territorio de los municipios de Tudanca y Polaciones. En general la densidad de yacimientos es mucho menor que en los sectores anteriores, en buena parte por la falta de sustratos carstificables y también, en gran medida, por que los trabajos de prospección han sido menos intensos en este tramo de la cuenca. Es más alta la representación de yacimientos al aire libre, sobre todo de facies megalítica. En Tudanca se conocen las cuevas del Tío Marcelino, en el pueblo de Santotis, con utilizaciones rituales durante la Edad Media y la cueva de Las Canalonas en La Lastra, utilizada como espacio de hábitat en el mesolítico y neolítico y sirvió después como cementerio durante el Calcolítico o la Edad del Bronce. En Polaciones se conocen dos yacimientos en abrigo: el Covacho del Moro, en San Mames, con grabados del ciclo esquemático y el Abrigo bajo bloque de Ristromedo, cerca del anterior, con un interesante yacimiento, quizás de cronología neolítica. Cueva del Tío Marcelino 1. Santotís (Tudanca). 388.277/4779.498/436 m.

Coordenadas

UTM:

Se encuentra en el fondo del valle. Se trata de una surgencia activa y no ofrece condiciones de uso como espacio de hábitat.

Fig. 4.3.1. Planta del Tío Marcelino. Realizada por A.D. Pico Tres Mares, 2006.

2. Surgencia activa de gran desarrollo, con una enorme boca que da acceso a un vestíbulo ocupado por el río, solamente franqueable por un lateral desde el que, a unos 100 m y a la derecha, se accede a una galería alta y seca donde se encuentra el yacimiento. La cavidad tiene un desarrollo próximo al kilómetro. Se encuentra actualmente en curso de exploración por el grupo espeleológico Pico Tres Mares, que la ha hecho objeto de varias salidas a lo largo de 2006 y 2007 ampliando su desarrollo y mejorando la topografía de partida.

terminación redondeada, realizada a torneta. Tiene varias líneas oblicuas pintadas (fig. 1). - Fragmento de panza con arranque de borde vuelto de una olla, con decoración estriada, a torneta (fig. 3). - Fragmento de fondo plano con unión a la panza cóncava, a torneta (fig. 4). - Fragmento de fondo plano con la unión a la panza oblicua, a torneta (fig. 5). - Fragmento de fondo plano con la unión a la panza cóncava, de pastas groseras, quizás de cronología tardo antigua (fig. 6). - Objeto de madera. Se trata de una pequeña pieza circular, aplanada, de sección rectangular, con un rebaje central, a modo de estrecho carrete (fig. 7).

3. Depósito. Romanización. Tardo-antiguo. Depósito y “marcas negras”. Edad Media (¿). 4. En la galería lateral abierta en la parte derecha del vestíbulo hay abundantes restos de hogares en superficie, con cubetas rellenas de carbón.

En las paredes de la sala donde se localiza el yacimiento arqueológico se observa algún pequeño grupo de “marcas negras”, mal conservadas.

En la superficie se recogieron algunas piezas que se clasifican:

211

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

Fig. 4.3.2. Material arqueológico del Tío Marcelino. 1 a 5: cerámicas medievale, 6: Cerámica romana o tardo- antigua. 7. Pieza de madera. 5. Fue descubierta a principios de los años 1980 por miembros del C.A.E.A.P., que realizó una prospección superficial.

3,1 m de longitud que se ensancha desde la boca, acabando en un cul de sac. 3. Hábitat. Mesolítico (¿) Sepulcral. Calcolítico.

6. M.P.A.C. 4. Está parcialmente excavada, observándose en el fondo del vestíbulo un corte de 0,2 m de altura, donde aparecen huesos de al menos un individuo infantil y un adulto.

7. Muñoz, Malpelo y Gómez (1993: 74). Morlote, Muñoz, Serna y Valle (1996: 207, 210, 254). Muñoz et al (1996: 287).

- Al primero podrían corresponder 2 huesos largos, 1 coxis, 1 tibia y 1 falange,

Cueva de La Canalona 1. La Lastra (Tudanca). Coordenadas U.T.M.: 387.902 / 4.779.290 Z: 564.

- Al individuo adulto: 1 astrágalo, 1 falange, 1 molar, 1 incisivo pequeño con un alto grado de desgaste y 1 costilla.

Se sitúa casi en la cima de una reducida colina que a modo de estribación domina un vallejo lateral al curso principal del Nansa.

En el revuelto de superficie de la zona excavada se observaron varios huesos humanos: 1 vértebra lumbar, 1 epífisis de fémur de adulto, 1 calcáneo juvenil, 3 fragmentos de cráneo, 1 fragmento de hueso no identificable, 1 falange, 1 vértebra, 1 epífisis proximal de cúbito, 2 falanges (una de la mano y una del pié), 1 molar, 1 fragmento de molar,

2. Se trata de una pequeña cavidad, de ambiente seco, con una boca de 1,2 m de altura por 1,7 m de anchura que comunica con un reducido vestíbulo, de

212

Fichas de yacimientos 1 premolar con raíz en gancho, 4 incisivos (1 infantil) algunos muy desgastados, 1 premolar.

Covacho del Moro 1. San Mamés (Polaciones). Coordenadas UTM: 384.327/4775.508/1148 m.

Además aparecen varios restos de industria lítica: 1 lámina simple de borde de núcleo rota, de sílex negro local, 1 fragmento mesial de lámina simple de sílex negro de buena calidad (tipo Kurtzia), 1 lasca simple con talón suprimido, rota, con retoques profundos directos en el borde derecho, de sílex gris de buena calidad, 1 lasca extraída del borde de un raspador carenado, con el talón liso, de cuarcita gris, 1 fragmento de lasca simple de sílex gris y 1 canto roto de arenisca pulido por una cara,

Se sitúa en un rellano de ladera, no presentado condiciones de habitabilidad. 2. Pequeño covacho abierto en areniscas. Presenta una boca reducida, de 0,6 m de altura por 2,85 m de anchura, orientada al Noreste, que da acceso a un vestíbulo de 5,5 m de desarrollo por 2,85 m de anchura máxima, estrechándose a partir de la boca.

Fig. 4.3.4. Covacho del Moro. Polaciones. (A partir de Diez Castillo y Diáz Casado 1991).

Fig. 4.3.3. Cueva de La Canalona. La Lastra. En cuanto a la industria cerámica está representada por 1 fragmento de panza a mano de color pardo grisacea, con desgrasantes de calcita, de factura tosca y superficie alisada, de 6 mm de grosor; 1 fragmento de panza cerámica a mano, bicolor, negro-pardo amarillento con desgrasantes de calcita, de 7 mm de grosor, 2 fragmentos de cerámica indeterminadas, a mano, con el exterior rojizo y el interior grisáceo, compactos, de 4 mm de espesor, 1 fragmento de panza grueso, a mano de color gris, alisado y compacto, 1 fragmento de borde cerámica a mano, vuelto al interior y labio plano decorado con pequeños trazos realizados con el borde de una espátula, gruesa y de color gris, con desgrasantes de calcita,

3. Arte Esquemático. 4. En un plano de estratificación de la pared norte, ocupando una superficie de 1,40 m de longitud por 1 m de anchura, desde la boca de la covacha, se hallan los grabados en repiqueteado muy grueso realizado probablemente con percutor metálico. El panel comienza con dos cazoletas inscritas en doble círculo, comunicadas por un canalillo. De la segunda cazoleta, que es ligeramente más grande que la primera, parte una cruz de brazos iguales, cuyo extremo izquierdo se remata por una pequeña cazoleta. Inmediatamente a su derecha y por debajo de la primera hay una cruz latina con pequeñas cazoletas en los extremos. A unos 10 cm hay otra cazoleta sencilla reducida. A su izquierda hay un motivo muy complejo con una gran cazoleta inscrita por tres círculos, de la que parte un canalillo curvo que llega hasta una pequeña cazoleta inscrita en un círculo de la que parten tres canalillos por la parte superior que se rematan en sencillas cazoletas.

También se han estudiado algunos restos fauna: 1 valva rota de Mytilus galloprovincialis, 1 fragmento de hueso largo, 1 molar de Capra pyrenaica y un molar de ovicaprino, 3 esquirlas óseas de micromamíferos y 1 lasca de hueso, 5. Yacimiento localizado durante el seguimiento de las obras de ampliación del trazado de la carretera de Piedrasluengas, por Ángeles Valle y colaboradores, en 2008.

Desde la cazoleta situada a la derecha parte un canalillo oblicuo que desemboca en una cazoleta rodeada de dos círculos concéntricos, el más interior en el borde de la cazoleta. Desde la cazoleta y hacia

213

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa abajo parte un canalillo que desemboca en una cazoleta que es tangente por el exterior con el círculo más exterior de los ya mencionados. Muy cerca y a la izquierda hay una cazoleta aislada. Hacia el interior hay una cazoleta aislada e inmediatamente un motivo formado por una cazoleta grande inscrita en dos círculos concéntricos similares a las de los otros grupos, del que parte un canalillo vertical, algo curvado, atravesado por otro en forma de aspa. A su izquierda hay una cazoleta aislada. Después hay una fisura natural que corta el panel, apareciendo detrás una cazoleta rodeada de un círculo (fig. 5).

pastores como refugio. La boca mide unos 4 m de anchura por 1,5 de altura y la profundidad es de unos 2 m. En la parte trasera, que da contra la ladera, aparece un muro que lo cierra. La boca está orientada al Sur. Se ha calculado un espacio útil de unos 8 m2. 3. Mesolítico- Neolítico. Hábitat. 4. El suelo del abrigo está en parte cubierto por hojarasca de roble, pero en algunos puntos aflora un nivel de textura arenosa, con cantos de cuarzo y cuarcita, que incluye fragmentos de carbón. En superficie se han observado algunas piezas de industria lítica: - Lasca simple de borde de núcleo, fracturada, con talón puntiforme, en sílex negro brillo local, de cierta calidad. - Lasca de decorticado 2º, de borde de núcleo, rota, talón liso, en sílex similar al anterior.

Fig. 4.3.5. Grabados de la Cueva del Moro (a partir de Díaz 1990). 5. Era conocida por un lugareño llamado F. Lamadrid Fernández, que se la mostró a D. Fernández, quien reconoció el hallazgo. Fue publicada por Díez Castillo y Díaz Casado en 1991. Topografía publicada por Díez Castillo y Díaz Casado en 1991. 7. Díez Castillo y Díaz Casado (1991: 493-496). Díaz Casado (1993: 83-88). Abrigo de Tremeo 1. San Mames (Polaciones). Coordenadas U.T.M.: 384.811 / 4.775.439 Z: 995 (E: 7).

Fig. 4.3.6. Topografía del Abrigo de Tremeo o Ristromeo. C.A.E.A.P.

Se localiza en la misma zona que el covacho del Moro. Se trata de una larga ladera orientada al Sur, en el bosque llamado de Ristromedo, directamente sobre el barrio de Tolomedo. El paisaje es un amplio bosque de roble que crece sobre pendientes fuertes, en que aparecen abundantes bloques de gran tamaño de conglomerados cuarcíticos.

- Laca de decorticado 2º, procedente de una placa, con talón liso y negativos de extracciones, en sílex negro grisáceo de calidad media (fig, 7, 4). - Lasca de retoque simple, sílex gris claro, talón lineal.

2. Abrigo formado junto a un gran bloque prismático, de unos 10 m de largo por 9 de largo y 5 de alto y una gran losa vencida sobre el mismo. Entre ellos dejan un espacio utilizado por los

- Fragmento de laminilla, talón lineal, sílex gris brillo (fig. 7, 5).

214

Fichas de yacimientos clásico y otras de cronología y función indeterminada (Díez Castillo 1996-97). A continuación se describen de Norte a Sur las más claras: a) Un menhir, conocido como El Hitón, situado en el extremo Norte del cordal y del conjunto arqueológico. Se trata de un ortostato de arenisca local, de sección subrectangular, relativamente escuadrado y que se conserva aún hincado, aunque muy vencido. Presenta un motivo cruciforme grabado en su cara distal (fig. 8). En un radio de 9 m en su entorno se han estudiado cuatro ortostatos de forma alargada y con evidencias de debastado, así como una laja hincada que podrían constituir un círculo en origen. Los ortostatos presentan una métrica variable entre 1,90 los dos mayores a 1,60 los menores y la laja supera el metro de longitud (Diez Castillo y Ruiz Cobo 1993).

Fig. 4.3.7. Material lítico del Abrigo de Tremeo o Ristromeo. - Lámina de arista de núcleo, talón liso, fracturada a ½, en sílex negro local (fig.7,1). - Lasca de decorticado 2º, talón liso, en cristal de roca. Se aprecia un retoque marginal en un borde y en el frente, a modo de raspador. - Lámina de decorticado 2º, talón liso, rota, en sílex melado, opalino, traslúcido de calidad. Presenta retoques de uso inversas en un borde (fig. 7.2). - Lámina de decorticado 2º, talón liso, de borde de núcleo, en cristal de roca (fig. 7.3). - Lasca simple, talón roto, fracturada, en cristal de roca.

Fig. 4.3.8. El Hitón, en el extremo norte del conjunto de Sejos, en la divisoria natural y administrativa entre la cuenca del Nansa y la del Saja.

5. Yacimiento y topografíado localizado por el C.A.E.A.P. y G.E.I.S. C/R. a principios de los años ochenta del pasado siglo.

b) Túmulo del Hitón o Peña Jincá. A algo menos de 200 m al Oeste, en un área llana, se localiza un túmulo de tamaño grande, bastante alterado en su periferia y con una profunda violación en el área de cámara, localizado por la Dra. Bueno en 1989. Está construido con bloques y piedras de areniscas locales, con un diámetro N-S de 16,50 y 17,50 m de diámetro E-W, con una altura aproximada de 1,65 m. (Diez Castillo et al s.f., y Diez Castillo 1996-97, Arias et al 1995).

Conjunto de Sejos 1. Municipio Polaciones. Coordenadas U.T.M. 389.790 / 4.771.420 Z: 1573 En la cabecera del cordal que separa las cuencas del Nansa y del Saja, en concreto en el tramo que une la sierra del Cordel con el Cueto de La Concilia, en un área de paso tradicional.

c) Un crónlech excavado y publicado hace unos años. Se trata del elemento más conocido de Sejos y dos de sus bloques presentan motivos grabados de tipo esquemático. Se encuentra situado en la zona media del cordal y está formado por cinco ortostatos de arenisca local, dos de ellos con grabados de tamaños entre los 2.95 y 1.96 m, todos ellos localizados caídos.

2. Collado de relieves suaves, labrado en sustratos detríticos, cubierto por pastizal de diente combinado con áreas de matorral de ericáceas, landas continentales. 3. Estructura funeraria megalítica. Neolítico. 4. A lo largo del collado y ocupando una posición más o menos central en el mismo, se localizan varias manifestaciones, algunas de tipo megalítico

215

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Este conjunto fue excavado por P. Bueno, a comienzos de los años ochenta y proporcionó una breve y poco diagnóstica serie industrial que incluía restos de talla de sílex y fragmentos de molinos de mano y algún canto con marcas. La excavación identificó los pozos de implantación original de los ortostatos lo que ha permitido su reconstrucción (Bueno y otros 1983).

e) En el siguiente rellano, ya fuera propiamente del collado de Sejos o en su extremo sur, a 1640 m de altura, se conoce un menhir, actualmente hincado. Es un gran bloque de arenisca de sección cuadrada y perfil ligeramente apuntado de 1,95 m de longitud visible, sin grabados ni alteraciones apreciables. Ha sido publicado como menhir de Cuquillo (Ruiz Cobo y otros 1993). Se han publicado los siguientes materiales (Bueno y otros 1982): - Fragmento de molino de mano de forma rectangular, aparecido al pié del menhir 2, a 60 cm de profundidad. En el mismo sitio aparecieron una lasca y un hacha pulimentada. - Sejos 4: Fragmento distal de hacha de cuarcita gris. Presenta filo convexo con huellas de uso. Métrica: 49-61,5-40 mm. - Sejos 5: Util de forma cónica, en arenisca. Presenta su superficie pulimentada y la base aplanada. Métrica: 39-39,5. - Sejos 6: Hacha triangular de arenisca de color marrón claro, superficie debastada, sección trapezoidal y filo convexo, con marcas de uso. Métrica: 91-42,5-22 mm. - Sejos 7: Machacador de arenisca con dos caras planas y laterales debastados, sección de tendencia trapezoidal. Métrica: 92-70-37.

Fig. 4.3.10. Menhir I de Sejos. A partir de Bueno y otros (1982).

- Sejos 8: Lasca en sílex gris, 35-43-9.

d) En la mitad meridional aparece una estructura tumular de tamaño medio a pequeño y mal conservada que presenta una cámara de la que restan cuatro ortostatos, situada a 1518 m de altura. En su calota se localiza un ortostato con un grabado esquemático que consiste en una línea vertical rematada por un semicírculo, todo en trazo ancho. A escasa distancia aparecen restos de otro posible túmulo muy alterado, en este caso sin evidencias de cámara (Díez Castillo s.f.).

- Sejos 9: Fragmento de molino barquiforme, sección de la cara activa cóncava y pulimentada por fricción. Métrica: 30-20-9,5. En la escombrera de la estructura Sejos Sur -1 se estudió un canto de cuarcita con marcas de uso como percutor (métrica: 89-53-48). En superficie, en la falda de la estructura tumular, se estudió, durante la prospección del área del Nansa, en 2008, una tapadera de arenisca de grano medio, micácea. Su diámetro máximo es de 43 mm, el mínimo de 41 y el espesor máximo de 10 mm. 6. Díez Castillo y Ruiz Cobo (1993). Bueno y otros (1983) (1985). Díez Castillo (1996-97). Teira (1994: 63). Menhir de Sebrando

Fig. 4.3.9. Tapadera de piedra, en areniscas micáceas de grano medio a grueso, localizada en la superficie de una estructura del grupo de Sejos.

1. Polaciones. San Sebastián de Garabandal.

216

Fichas de yacimientos

2. Sector de alta montaña. El cordal se desarrolla entre el sector medio de Peña Sagra y el alto del Cuco (1453) con pendientes en suave descenso hacia el sur, hasta llegar al Cotero Pajaril (1274). Está formado por material detrítico y cubierto por prado de diente.

Coordenadas U.T.M, : 381.801 / 4.782.019 / 808 2. Se encuentra en el collado de Tánagos, junto a unos invernales. El paisaje es el característico de los pastizales de diente de altura. 3. Menhir. Prehistoria Reciente.

3. Estructura funeraria megalítica. Neolítico. 4. Túmulo formado por tierra y piedras, en que se aprecian bloques sueltos por estar arrasado en su parte superior. Su diámetro Norte Sur es de 13,75 con 14 m E-W. Su altura es de un metro. 5. Descubierto y estudiado por A. Ocejo a comienzos de los años 80. 7. Ocejo Herrero (1983-84) Menhir de Los Callejos 1. San Mames. Cueto de Los Callejos. Polaciones. Coordenadas 4.775.650 Z: 1190

U.T.M.

380.450

/

2. Se sitúa en un collado alto con pastizales de altura, por donde discurre el camino tradicional. 3. Menhir. Prehistoria Reciente. Fig. 4.3.11. Menhir de Sebrando (foto M.A. Valle). 4. Gran ortostato de pudinga de 3 m de altura, 1,70 m de anchura y 0,30 m de espesor, ligeramente apuntado. Permanece hincado en el terreno, pero ligeramente inclinado. Tiene una orientación Noreste respecto al valle. 5. Fue descubierto, en el año 1981, por Gonzalo Moreno, Javier Alonso y José Luis Maté, que lo pusieron en conocimiento del investigador Ángel Ocejo, quién lo estudio posteriormente. Publicado como menhir de Tánago. 7. Ocejo (1983-84). Fig. 4.3.12. Hito o menhir de Los Callejos, sobre Polaciones.

Grupo de Invernillas - Cuco Túmulo del Collado de las Invernillas

4. Se trata de un ortostato de pudinga, hincado en el terreno. Tiene forma paralelepípeda con el extremo superior desbastado que le da forma redondeada. Mide 160 cm de longitud exenta, 80 cm de anchura por 55 de espesor medio; su anchura máxima en la base es de 90 cm (fig. 11).

1. Polaciones. Coordenadas U.T.M. 380.590 / 4.777.425 Z: 1.475 m En el cordal que separa los valles de Liébana y del Nansa, en el área mas alta de la cuenca. El cordal es una estribación al sur de la sierra de Peña Sagra.

217

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa 5. Descubierto y estudiado por A. Ocejo a comienzos de los años 80. 6. Ocejo Herrero (1986). Zona Panza Panza Panza

Torno Rápido Rápido Lento

Panza

Rápido

Fondo

Lento

Fondo

Lento

Panzacuello Panza Panza Panza Panza Fondo

Rápido Lento Rápido Rápido Rápido Rápido

Pastas / Cocción Grises Grises Rojizo interior (C.O.), exterior post-coccion reductora parcial Grisáceas

Desgrasantes Cuarzo No apreciables Mica

Cocción oxidante, rojiza Acabado grosero Cocción oxidante, rojiza Acabado grosero Cocción oxidante, rojiza

Mica

Rojizas, acabado grosero Grises, post-cocción oxidante Rojizas Rojizo

Muy finos

Decoración Peinado Peinado Cuatro molduras verticales Pintada tonos vinosos. -

Cuarzo, medios Muy finos

Estrías. Vidriado verde. Cuarzo, medios Muy finos Medianos Molduras Mica Moldurada Finos Vidriado ambas caras

Métrica 30-25-4 50-40-6 45-30-5 80-45-4 Diámetro fondo: 180 Diámetro fondo: 140 75-30-7 22-13-4 43-38-4 40-30-5 45-30-5 60-25-11

Material cerámico aparecido en un corte de la carretera, frente a la iglesia de Sobrelapeña (Sarabia 1992).

218

Fichas de yacimientos Covacho muy reducido abierto en una ladera, donde se hallaron varias pinturas muy reducidas de color rojo muy finas, una de ellas en forma de "R" abierta, de carácter y cronología desconocida.

4.4. Yacimientos en cueva con indicios y dudosos. A continuación se relacionan una serie de cavidades que han proporcionado evidencias poco claras que, aunque revelan que albergan yacimientos arqueológicos, no son lo suficientemente claros para establecer su cronología o su asignación. En otros casos se trata de materiales sin un contexto de interpretación claro.

6. Cueva del Cueto. Pico Recueto. Muñorrodero. Val de San Vicente. Cavidad de boca pequeña que da acceso a una rampa que desemboca en una galería amplia, con muchas concreciones. En ella la S.E.S.S. señaló la existencia de un yacimiento arqueológico, con algunos sílex y huesos. De todos modos la revisión de la cavidad parece indicar que no contiene yacimiento arqueológico.

El objetivo de este apartado es dar a conocer estos yacimientos para que, en posteriores revisiones sea posible su revisión siendo posible que aporten entonces evidencias más claras.

6. Covacho del Rejo III. Luey, Val de San Vicente.

1. Cueva de las Cuevas III. Pechón, Val de San Vicente.

Pequeño covacho existente a la izquierda de una cornisa que llega hasta la cueva del Rejo. En ella, junto a la boca del covacho, aparecieron algunas esquirlas óseas y lascas de cuarcita.

Cavidad muy reducida situada al norte de la cueva de Las Cuevas II, orientada al sur, de unos 2,5 m de longitud donde se observó una esquirla ósea de aspecto antiguo.

7. Abrigo al Pié del Rejo I. Luey, Val de San Vicente.

2. Cueva de Las Cuevas o de La Calavera.. Pechón. Val de San Vicente.

Pequeño abrigo corrido de 4,7 m de anchura por 1 m de profundidad en su parte izquierda. En la superficie del mismo se observó una lasca de sílex.

Se sitúa a menos de cincuenta metros del gran yacimiento de la cueva de Las Cuevas. Presenta una boca principal muy amplia y otras dos más reducidas. Su vestíbulo también es de gran tamaño y ofrece excelentes condiciones de habitabilidad. En la superficie de este espacio se observaron varios fragmentos de conchas marinas en un nivel formado por sedimentos arenosos.

8. Abrigo al Pié del Rejo II. Luey, Val de San Vicente. Como el anterior, es un abrigo de dimensiones reducidas, colgado a unos 2 o 3 m sobre el río y orientado al Sur, con 7,70 m de anchura por 2,5 m de profundidad. En su superficie se observó también una lasca de sílex.

3. Cueva de Piedrahita III. El Barcenal. San Vicente de La Barquera. Pequeño sumidero fósil situado muy cerca de uno de los dólmenes de Piedrahita, abierta en el fondo de una pequeña dolinaa. Presenta una entrada bastante amplia que da acceso a una galería descendente, de recorrido sinuoso con unos 20 m de longitud. En la superficie de la zona central de la cueva, se halló un fragmento de panza lisa, quizás tardo antigua o anterior, dadas las características de la pieza.

Ambos abrigos se encuentran por debajo de la boca de la cueva del Rejo, de donde quizás procedan los materiales hallados, aunque hay que tener presente que no se encuentran directamente por debajo de la boca y que en ambos las lascas de sílex son de aspecto fresco. Así pues es posible que tengan relleno arqueológico.

4. Abrigo de Bulladrones. El Barcenal. San Vicente de La Barquera.

Cueva abierta en una ladera poco pronunciada, con una boca de tamaño medio que da acceso a una galería corta y muy descendente. En la misma la SESS señaló yacimiento con "microlitos de sílex y huesos". Revisada la cueva no parece contener ningún yacimiento ni siquiera ofrece condiciones mínimas para ello.

9. Cueva de la Coteruca. Trescudia. Herrerías.

Abrigo abierto en la pared de una depresión que no ha sido revisado. En el mismo los lugareños hallaron un hacha de piedra pulida. 5. Cueva de La Zorra. El Barcenal. San Vicente de La Barquera.

10. Cueva de Rídio IV. Cabanzón, Herrerías.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Reducida cavidad situada a unos 100 m de distancia de las cuevas del Rídio. En superficie se observaron algunas esquirlas óseas con fracturas antrópicas y pátina por lo que podrían ser prehistóricas.

evidencia clara sobre la existencia de yacimiento arqueológico.

11. Cueva de Lengo. Cades. Herrerías.

Según cita V. Fernández Acebo los lugareños recuerdan la existencia de una pequeña cavidad, actualmente tapada por el embalse de la Cohilla, en la que aparecían "piedras de chispa", es decir, sílex.

17. Cueva del Embalse de La Cohilla. Rionansa.

Cavidad situada a unos 200 m de Lengo II, junto a una cabaña. Es una cueva pequeña con dos bocas abiertas al fondo de una dolina. En la entrada y entre las piedras arrojadas de un prado inmediato, se halló un fragmento de piedra pulida que parece proceder de un molino circular, de cronología romana.

18. Cueva del Monte de San Sebastián de Garabandal. Rionansa. Es una cueva abierta en el fondo de una sima, un miembro del Speleo Club Cántabro Universitario halló dos cuentas cilíndricas de óxido de hierro, de las que pudimos ver una. Parecen proceder del arrastre de materiales desde una zona situada más al exterior.

12. Cueva de Cendeña. Riclones. Rionansa. Cueva muy conocida en la zona, que se abre en el fondo de una dolina labrada en la parte alta de una sierra. Su boca es amplia y su topografía muy descendente. En su interior se estudiaron algunas esquirlas óseas de aspecto prehistórico. 13. Cueva de Cerca de Cendeña. Riclones. Rionansa. Se encuentra en el fondo de una dolina, también en una zona de montaña. Tanto la boca como el vestíbulo es bastante amplio. En superficie se observan restos de hogares asociados a huesos. 14. Cueva de Traslacueva. Riclones. Rionansa. Cueva abierta en la parte alta del monte de Tres Peñas. En la misma se han citado algunos grabados rupestres de difícil interpretación, que se han citado como prehistóricos en la bibliografía espeleológica. Como ya se comentó en el apartado dedicado al arte paleolítico esta asignación resulta muy dudosa. 15. Cueva del Embalse de Palombera. Riclones. Rionansa. Junto a este embalse se ha citado una cueva con grandes manchas rojas que fue tapada por las aguas, según testimonios de los lugareños. 16. Cueva de Los Ladrones. Celucos. Rionansa. En esta cavidad, conocida por los lugareños por haberse utilizado como refugio durante la guerra civil, aparecieron en los años cuarenta dos cráneos humanos. Se abre en la parte alta de la ladera de la sierra que se levanta sobre Celucos. Se trata de una cavidad amplia y corta. Actualmente está muy vaciada y en su revisión no se ha localizado ninguna

220

Fichas de yacimientos

4.5. Hallazgos aislados

conduce hacia Asturias, aproximadamente a 1,5 km de su inicio, al pie de una ladera, se observó un hendedor sobre lasca de tipo 0 de Tixier, sobre una lasca de cuarcita. Localizado por C.A.E.A.P.

Además de los yacimientos prehistóricos y medievales que componen el grueso del inventario arqueológico y de los yacimientos con evidencias en la cuenca del Nansa han aparecido una serie de materiales aislados, sin un contexto de asociación claro, que a pesar de ser poco relevantes, deben de ser tenidos en cuenta en la medida en que pueden indicar la existencia de yacimientos próximos.

11. De la carretera que lleva de Cades a Quintanilla Lamasón parte un camino carretero hacia el río Lamasón, algo antes de llegar al Punto Limpio. En la tierra revuelta del camino apareció una lasca simple con retoques de uso, en sílex de calidad y una pequeña lasquita de retoque. Localizado por C.A.E.A.P.

1. Hallazgo de Pechón: En el camino que conduce a la playa de Aramal se halló un hendedor sobre lasca del tipo 2 de Tixier, en cuarcita. Localizado por el grupo C.A.E.A.P.

12. Hallazgo próximo al Punto Limpio de Cades. Una vez pasado el Punto Limpio hay un pequeño ensanchamiento de la carretera, producido por el camino de acceso a una finca, donde aparece un corte del terreno, formado pr arcillas que cubren el sustrato calizo. En el un horizonte B del suelo, se observó un núcleo de cuarcita, con córtex.

2. Hallazgo de Pechón II. En el mismo camino se halló una lámina de cuarcita. Localizada por el grupo C.A.E.A.P. – G.E.I.S. C/R. 3. Hallazgo de la Sierra de Jerra. Prellezo. En la cima de la sierra plana se hallaron varias hachas pulidas, según el testimonio de un lugareño.

13. Hallazgo de Riclones. A la salida del núcleo rural de Riclones, en dirección a Los Picayos, y en la parte derecha de la carretera, en un panojal cultivado en un rellano, se observaron algunas lascas de sílex y una de cristal de roca, de aspecto fresco. Localizado por C.A.E.A.P.

4. Hallazgo de Pesués. En el M.P.A.C. se conserva un útil grande y atípico, realizado sobre una lasca 2ª de borde de núcleo, de arenisca, con una sigla muy larga, realizada a rotulador, donde se dibuja un esquema de donde apareció la piedra, junto a la carretera que lleva al pueblo.

14. Hallazgo de Celucos. En la pista que desde este pueblo conduce a los Picos de Ozalba, en la zona media de la ladera, una vez superada la curva más pronunciada, a menos de medio kilómetro del núcleo rural, se encontró un fragmento de molino circular de arenisca. Hoy día se conserva en el M.P.A.C. Localizado y entregado por C.A.E.A.P.

5. Hallazgo de Boria. Santillán. En un corte situado en una terraza que está a mano derecha de la antigua carretera general de Santander – Oviedo, se observaron 2 lascas de arenisca y cuarcita. C.A.E.A.P.

15. Hallazgo de Obeso. En una pista que cruza un gran pinar en el Barranco de Rioseco, se halló una lasca retocada de cuarcita de aspecto fresco. Localizado por C.A.E.A.P.

6. Hallazgo de la Ensenada de Liñera I. Santillán. En una pequeña ensenada costera, entre las piezas calizas poco rodadas, que conforman la playa de cantos, se estudió un pico asturiense. C.A.E.A.P. – G.E.I.S. C/R.

16. Hallazgo de Tresabuela. Polaciones. Pista que conduce desde Tresabuela a un grupo de cabañas al Sur. 384568 / 4771270

7. Hallazgo de la pista a la cueva Osa. Prio. Aproximadamente a un kilómetro al oeste del pueblo, en la pista terrera que conduce a la cueva Osa, en un rellano situado en la parte más elevada del mismo, se halló una pequeña lasca simple de sílex grisáceo, de aspecto fresco. Fue localizada por C.A.E.A.P. – G.E.I.S. C/R.

Se trata de una lasca de cuarcita localizada en la superficie de un pequeño montón de tierra junto a una pista, resultado de la excavación de la misma. Esta pieza fue encontrada por I. Castanedo en abril de 2006 con motivo de la realización de un informe de Impacto Arqueológico.

9. Hallazgo de Puente El Arrudo. En un corte de una terraza del rio, situado en la misma carretera general, a unos 100 m del hostal, en dirección a Puente Nansa, se observó una lasca 2ª bastante grande, de arenisca. Fue localizada por C.A.E.A.P. 10. Hallazgo de la pista a la cueva de Comaría. En la misma pista terrera que desde Venta Fresnedo

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

4.6. Arqueología Medieval

planta, aunque es cuadrada, es ligeramente irregular. En los alrededores aparecen restos de tejas.

Dadas las peculiaridades del registro de la Edad Media, se ha preferido tratar de forma independiente los yacimientos y monumentos de este momento. Se mantiene el orden del apartado anterior, comenzando por la cuenca del Gandarillas y siguiendo por el bajo y medio Nansa para acabar con los yacimientos de Polaciones.

No es posible precisar la cronología de la construcción, aunque a juzgar por su tipología y ubicación es probable que sea antigua. Posiblemente se trata de una “atalaya costera” un tipo de yacimiento aún poco conocido en la región. En ese sentido apunta el topónimo "El Castillo" con que se conoce el sitio en Prellezo.

1. Curso bajo Atalaya de El Castillo.

5. Fue localizado por el grupo C.A.E.A.P. en los años ochenta del pasado siglo.

1. Prellezo. Val de San Vicente.

Iglesia de Santa Eulalia de Prellezo

2. Se encuentra en la plataforma acantilada, a escasos metros del talud, en una zona alta. La zona está ocupada por prados de siega más o menos abandonados. El yacimiento está cubierto por landas marinas.

1. Prellezo. Val de San Vicente. 2. Se trata de las ruinas de un templo localizado cerca del cementerio de esta localidad en una elevación del terreno. Se identifican con la iglesia medieval dedicada a Santa Eulalia. 3. Cultual. Baja Edad Media- Edad Moderna. 4. Se conserva parte del lienzo que conformaba los pies del tempo y el arranque de los contrafuertes del ábside. La iglesia era de nave rectangular, con unos 10 m de largo por 6 de ancho y cabecera cuadrada, de 5 x 5 m con contrafuertes en las esquinas. 5. El yacimiento fue descrito y publicado por J. Ortiz Real, en el año 1998. Según este autor la iglesia fue en origen patrimonio de la Casa de Estrada, en el año 1438 pertenecía al señorío de Garci Fernández Manrique (Condado de Castañeda). 7. Ortiz Real (1998). Restos de iglesia primitiva de Santa María de Los Angeles.

Fig. 4.4.1. Planta de la atalaya de "El Castillo" de Prellezo. Realizada por C.A.E.A.P.

1. San Vicente de la Barquera. 2. Los restos se encuentran frente a la portada oeste de la iglesia de Santa María de Los Ángeles

3. Torre / Atalaya. Historia- Indeterminada. 4. Se trata de los restos de una construcción, probablemente una torre, de planta cuadrada del que quedan poco más que los cimientos. Se aprecia que el monumento se levanta sobre una pequeña elevación. Sólo en la esquina noroeste del perímetro se observan bien los restos del muro, construido con piedra caliza y arenisca. En el resto del muro está descubierto sólo por la parte exterior y no de forma continua y está levantado en mampostería. El espesor de la pared es de unos 0,6 a 0,7 m. En cuanto al tamaño ambos lados miden unos 5 m. La

3. Cultual. Baja Edad Media- Edad Moderna. Necrópolis. Edad Media. 4. R. Bohigas estudia restos de la cimentación de los muros de una iglesia adosada a la muralla. Se conserva la parte de los pies y en un ángulo aparece incluso la base de una columna. Se interpreta como un templo de fábrica románica, anterior al actual (Bohigas 1986).

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Fichas de yacimientos Por otra parte Ealo de Sá (1978) considera que el ábside de planta semicircular integrado en la muralla frente a Santa María de los Ángeles, y construido de muros de sillar rústico, con un friso tallado a bisel, puede ser del siglo IX. R. Bohigas considera que dada la orientación del conjunto y la planta circular encajaría mejor con la cronología del resto del templo (Bohigas 1986). El estudio de las evidencias sugiere que para la construcción de la garita de la muralla, ya en el siglo XV, se utilizaron algunas piezas labradas de la primitiva iglesia, que también aparecen integradas en varios lienzos de la actual iglesia gótica. En cuanto a la iglesia actual presenta como elementos de tradición románica sus puertas oeste y

Fig. 4.4.3. Estela de arenisca aparecida en la iglesia de Sª Mª de los Ángeles de S.V. de la Barquera (a partir de Martín Gutierrez 2000). Como parte de la fábrica de la actual iglesia de Santa María han aparecido dos típicas estelas medievales. La primera se conservaba empotrada en el suelo, junto al altar y la segunda apareció, al parecer, durante la realización de obras de mantenimiento. Sólo una de ellas ha sido publicada en detalle, por Martín Gutiérrez (2000). Se trata de una pieza de caliza muy compacta, cuya superficie está desgastada, de tipo circular con vástago, decorada por una roseta de ocho pétalos lanceolados e insculpidos de 8,5 cm de longitud inscrito en un círculo inciso. Sus medidas son: altura total 44 cm, diámetro del disco 25 cm, espesor 10 cm (fig. 3).

Fig. 4.4.2. Estela de arenisca aparecida en la iglesia de Sª Mª de los Ángeles de S.V. de la Barquera. (J. Ruiz). sur. La oeste, presenta tejadillo con cornisa decorada con ocho canecillos, decorados con bolas con caperuza, parejas de figuras, cabezas animales, etc. Cuatro arquivoltas de medio punto decoradas con dientes de lobo, lazos, o figuras de águilas. En los capiteles aparecen esculpidas figuras de animales y personajes a caballo y flores. La puerta meridional lleva columnas angulares y arquivoltas de medio punto. Los tres capiteles románicos conservados presentan un motivo de lucha de humano y animal, otro de águila que devora un animal y otro de dos personajes uno sentado y otro de pie. García Guinea (1996) considera estas puertas de comienzos del siglo XIII.

La segunda pieza, de la que Casado Soto (2003) publica una foto, está labrada en areniscas compactas de grano fino. También es una estela circular, pero con vástago de base plana, característico. Presenta como decoración la típica cruz de brazos curvilíneos convexos, en bajo relieve, inscrita en una orla circular. Sus medidas son: altura total 54 cm, diámetro del disco: 25,5 cm y espesor 18 cm. En el anverso aparece un comienzo de círculo grabado en la parte superior del disco (fig. 2). Hoy día ambas piezas se conservan en un nicho de la capilla del sepulcro del Inquisidor Corro.

La iglesia actual fue estudiada en detalle por Campuzano (1985) que data su construcción a partir del encargo de realización de la obra (1210) y calcula que debió de concluirse bien entrado en siglo XIV.

7. Bohigas (1986). Casado Soto (2003). Campuzano (1985). Ealo de Sá (1978).

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa García Guinea (1996). Castillo de San Vicente

7. Campuzano (1985). Muñoz Jiménez (1993).

1. San Vicente de la Barquera

Estrada. Torre de Estrada.

2. Se encuentra situado en el extremo oriental de la península alargada, y de sustratos calcáreos y topografía muy destacada que avanza de oeste a este, entre la ría y el mar.

1. Estrada. Val de San Vicente. Coordenadas U.T.M.: (Centro recinto): 382.954 / 4.801.853 2. Ocupa una posición de fondo de valle, aunque localizado sobre una pequeña mota caliza.

3. Castillo. Alta – Baja Edad Media. 3. Torre. Plena Edad Media. 4. Se trata de una construcción de pequeño tamaño en planta, con escasa superficie edificada. La forma del castillo actual es longitudinal, rectangular (54 x 20 en su punto más ancho), orientado este a oeste, adaptándose así a la forma alargada de la morra en que yergue.

4. Conjunto de torre-fortaleza, integrado por una torre defensiva, capilla anexa y recinto amurallado, con foso. Se trata del solar de la casa de los Velasco. La torre es prismática, levantada en mampostería y presenta pocos huecos. La capilla se encuentra arruinada, presenta una sola nave y portada con arco apuntado con escudos del linaje, conservándose algún canecillo. Se maneja una cronología en torno al siglo XIII –XIV para el conjunto.

Fig. 4.4.4. Castillo de San Vicente de la Barquera (Muñoz Jimenez 1993) En el extremo oeste presenta un cuerpo pentagonal, con 10,6 x 15 m, conformado por muros de mampostería de 1,10 m de espesor. Y en la parte oriental aparece un recinto cuadrado de 9,5 m de lado y muros de 2,5 m de espesor. Ambos cuerpos están unidos por un largo recinto de 30 m de largo por 10,5 de ancho, con muros de 2,5 m. El primero y segundo recintos corresponden a dos torres externas, una pentagonal y otra cuadrada, y el tercer recinto es un gran salón o rectángulo en su día abovedado.

Fig. 4.4.5. Croquis del conjunto de Estrada, realizado a partir de foto aérea. 7. Ruiz de la Riva (1991). Iglesia de Estrada 1. Estrada. Val de San Vicente. Coordenadas U.T.M.: (Centro recinto): 382.954 / 4.801.853

La primera noticia documentada que prueba la existencia de un castillo en la villa procede de la primera mitad del siglo XIV, lo cual no niega la existencia de un reducto fortificado anterior, citado en la documentación. En general se mantiene que la repoblación por Alfonso VIII supuso la remodelación del castillo hacia 1210 (Muñoz Jiménez 1993). Una cronología similar plantea Campuzano (1985) que habla de una fase de reedificación entre el siglo XIV y el XV.

2. Localizada dentro del perímetro amurallado de la torre de Estrada. 3. Cultual. Plenomedieval. 4. Esta pequeña ermita ha sido recientemente restaurada. Se trata de un edificio de pequeño tamaño, planta rectangular, con ábside cuadrado,

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Fichas de yacimientos bóveda de cañón en el ábside y arco toral casi semicircular, sólo ligeramente apuntado. Este arco descansa sobre pilares rematados por capiteles de sección rectangular, lisos. En la pared del fondo del ábside se abre una ventana muy estrecha, rematada con arco de medio punto.

la fundación del Lazareto es de 1232, principios del XIII, se realizó sobre un edificio religioso anterior, probablemente de tipo monástico. Sin embargo, Campuzano (1985) retrasa algo su construcción, que sitúa en el siglo XV. 7. Campuzano (1985). García Guinea (1995).

En la sacristía se conservan fragmentos de una pila bautismal decorada con molduras radiales y una pequeña columna de sección circular que quizás sea la basa de la pila. La puerta de entrada es de arco ojival y está coronada por un doble escudo gótico, grabado en bajo-relieve aplanado, compuesto por dos paneles separados por un grabado de una estrella de seis finos brazos apuntados. En un sillar del mismo muro aparece grabada una cruz griega patada, inscrita en un círculo. Bajo la cornisa moldurada que soporta el tejado se conservan media docena de canecillos con decoración naturalista: aparecen rostros humanos, la figura de un cuadrúpedo, una cabeza de jabalí, una figura humana tocando un cuerno, un hombre con un tocado y una figura a caballo. El del extremo izquierdo de la serie es un modillón de rollo. Campuzano (1985) adscribe esta ermita, basándose en su tipología de ábside rectangular, con bóveda de cañón apuntado y cubierta a dos aguas, a un impreciso momento entre el siglo XIII y el XIV.

Fig. 4.4.6. Ermita del Lazareto de Abaño. A partir de Campuzano (1985). Iglesia de La Acebosa

7. Campuzano (1985).

1. La Acebosa. San Vicente de La Barquera.

Iglesia del Lazareto de Abaño

2. El edificio se encuentra en el núcleo rural de la Acebosa.

1. Abaño. San Vicente de La Barquera 2. Se trata de la capilla anexa al antiguo lazareto. El conjunto ocupa la parte alta de una morra alargada desde la que se domina la rasa litoral de San Vicente.

3. Cultual. Baja Edad Media. 4. En la zona de la sacristía se conserva una serie de canecillos de tipo proa de nave de perfil convexo. Esto indica que en origen en este emplazamiento se levantaba una ermita de tradición románica, que por las evidencias conservadas habría que adscribir a un momento final del siglo XIII o a comienzos del siglo siguiente.

3. Cultual. Baja Edad Media. 4. Es una edificación de una sola nave y ábside cuadrado, con nervios que se apoyan sobre ménsulas angulares formando una bóveda de crucería. Presenta canecillos muy sencillos de proa de nave cóncava, casi de caveto.

7. García Guinea (1996). Iglesia antigua de Serdio

El arco triunfal es apuntado y carga sobre columnas de un solo fuste, al estilo románico. Los fustes son monolíticos y se apoyan en basas de anillos superpuestos. Se ha planteado para este edificio una cronología de entre finales del siglo XIII y sobre todo del siglo XIV (García Guinea 1995, 1996). De todos modos debe valorarse el hecho de que, aunque

1. Serdio. Val de San Vicente. 2. Se localiza junto al antiguo despoblado de Serdio, en un amplio rellano de ladera, actualmente ocupado por pradería.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa 3. Cultual. Baja Edad Media.

anchura. Aparece una pequeña capilla lateral en el lateral norte. En la pared sur debió de localizarse la puerta, de la que sólo queda un amplio vano de casi tres metros de longitud.

4. Hoy día el edificio se encuentra en ruinas, aunque gran parte de los muros se encuentran en pie. La nave principal está habilitada como establo y se han colocado unos toldos, tablas y pies metálicos.

La cabecera está realizada en muro de 0,80 m de espesor, es cuadrada, con unos 5,5 m de lado, por lo que es algo más pequeña que la anchura de la nave. En el lienzo sur se observa una credencia y un pequeño vano, casi a nivel de suelo. Es posible que también existiese otra credencia en el muro contrario, pero se encuentra muy destruido para asegurarlo. La forma en que falta los materiales constructivos de los esquinales del ábside indica que estaba cubierta por una bóveda de crucería que debía de apoyar sobre pechinas. En el lienzo de la pared este del ábside un amplio vano, de 1,50 m de alto por 0,80 de ancho, revela la existencia de una ventana. A los pies de la nave se ha adosado, en un momento posterior, una estructura rectangular, con muro de 0,40 m de espesor, cubierta por una bóveda de cañón. En los laterales norte y sur aparecen, a modo de nichos, otras dos estrechas bóvedas de cañón, de un metro de fondo y algo menos de altura. La nave se une a esta capilla por una puerta, cubierta por arco de medio punto, de 1,50 de altura por algo más de un metro de ancho. Tanto en la cara interior del arco de esta puerta como en la de los arcos de las pequeñas bóvedas laterales se aprecia la impronta de las tablas en el cemento, lo que revela que fueron construidas con una estructura de este material, quizás en un mismo momento. Por último, partiendo del lienzo oeste, nace un muro que podría formar parte de una portada que descansaría sobre pies de madera. En la iglesia actual de Serdio aparece, además de sillería de nueva factura, un buen número de bloques de calizas arenosas, de aspecto antiguo, que deben de proceder de la iglesia primitiva. Así mismo, en la pared norte, se encuentra, como elemento ornamental ciego, una puerta con arco de medio punto, realizada con bloques de arenisca bien labrados, que también debe de proceder del templo estudiado.

Fig. 4.4.7. Planta de la iglesia antigua de Serdio. La puerta del interior se encuentra en la iglesia actual. Croquis de J. Ruiz y A. Rubio.

Se trata de un edificio construido en mampostería de piedra caliza arenosa local, en general de tamaño mediano y pequeño, sobre todo pequeñas piedras aplanadas. La iglesia fue desprovista de toda la sillería de los esquinales y vanos, que fue reutilizada en la iglesia parroquial del núcleo actual. Así pues todas las esquinas y vanos están en ruinas.

Iglesia Nuestra Señora de los Ángeles de Prio 1. Prio. Val de San Vicente. 2. La iglesia se localiza en un extremo del núcleo rural de Prio, instalado en una amplio rellano de ladera labrado en las estribaciones litorales del interfluvio Deva – Nansa.

A juzgar por el espesor de los muros parece que existen al menos tres fases constructivas. Por una parte la nave, quizás la parte más antigua, presenta muros de mampostería de 0,60 m de anchura. La nave mide unos 13 m de longitud por 7,30 m de

3. Cultual. Plena Edad Media.

226

Fichas de yacimientos

Todo el conjunto está enmarcado por una moldura a modo de guardapolvos. Las arquivoltas descargan sobre molduras-imposta a manera de capiteles y estos a su vez se apoyan en pilares de sección cuadrada (García Guinea 1995). En uno de los sillares del pilar más exterior del flanco derecho se ha labrado un círculo con una cruz. Campuzano (1985) data la construcción original, de la que formaría parte esta puerta, en el siglo XIII. 7. Campuzano (1985). García Guinea (1995). Iglesia de La Virgen del Hayedo

Fig. 4.4.8. Dibujo libre de la portada de la iglesia de Prio. J.Ruiz.

1. Muñorrodero. Val de San Vicente. 2. El edificio forma parte del conjunto arquitectónico del cementerio actual de Muñorrodero, situado en una terraza fluvial del río Nansa.

4. Templo conformado por una única nave de planta rectangular y ábside de planta cuadrada. Aunque se trata de una obra del siglo XVI conserva una portada gótica, con arco ligeramente apuntado que se apoya sobre impostas de sección trapezoidal invertida situada como fondo de una portada de cuatro arquivoltas lisas. Las dos más profundas se resuelven en arista viva, la tercera tiene su arista recorrida longitudinalmente por un bocel remarcado por dos líneas incisas paralelas que recorren la rosca y el intradós de esta arquivolta. La cuarta tiene la arista recorrida por una moldura cóncava tallada con sección de media caña.

3. Cultual. Baja Edad Media. 4. Se trata de un templo sencillo, del que sólo se conserva el ábside, adornado con canecillos de caveto lisos- Presenta varias modificaciones posteriores, como indica la presencia de una ventana barroca en la parte posterior. Cabe destacar también el arco apuntado del ábside y la bóveda de crucería. De este templo procede una pila bautismal, de diseño románico, que hoy día se conserva en la iglesia de Nuestra Señora de la Natividad de Muñorrodero, así como la benditera y la imagen de la virgen.

Fig. 4.4.10. Detalle de los canecillos lisos conservados en la Iglesia de la Virgen del Hayedo (Muñorrodero). Se trata de un templo de finales del XIII, principios del XIV, con un ábside con canecillos de filiación románica.

Fig. 4.4.9. Pila bautismal conservada en la iglesia parroquial de Muñorrodero y procedente de la iglesia de la virgen del Hayedo.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa 5. Ruiz de la Riva (1991) da este monumento como perdido. Fue localizado durante el desarrollo del proyecto de prospección de la cuenca del Nansa, por R. Prieto y A. Bermejo.

Iglesia de San Salvador de Luey 1. Luey. Val de San Vicente. 2. La edificación se encuentra en el cementerio de Luey, ubicado junto a la carretera que lleva de Pesués a Puentenansa, en el fondo del valle y bastante alejado del núcleo rural actual.

7. Ruiz de la Riva (1991).

3. Cultual. Plena Edad Media. 4. Las evidencias aparecen tanto junto al muro donde está la puerta de entrada del cementerio, en concreto en su esquina norte, como en el interior del mismo, en el mismo sector. Se observa la base de un muro de mampostería que tendría unos 20 m de longitud y 0,80 de potencia. Dado que aparece el ángulo de la cabecera todo indica que ésta debió de ser cuadrangular. Destacan también las basas y los arranques de columnas del arco toral. Estos restos se identifican con los del monasterio de San Salvador de Luey, documentado en época medieval, en concreto en la primera mitad del siglo XII.

Fig. 4.4.11. Topografía del muro conservado de la torre de Bielva (A. Rubio y J. Ruiz).

7. Ortiz Real (1998: 30-31). Necrópolis de lajas de Bielva

Torre de Bielva

1. Bielva. Herrerías. Coordenadas U.T.M.:

1. Bielva. Herrerías. Coordenadas U.T.M.: 381.355 / 4.797.404 Z: 234

2. Tanto la necrópolis como la iglesia de Bielva se encuentran integradas en el propio casco del pueblo. Esta localidad se sitúa en un amplia estribación formado en la ladera suroeste de Peña Linares, sobre el río Nansa. Este rellano presenta una topografía muy lisa, con una cota máxima de 203 m, por lo que la altura sobre el fondo del río es de 100 m.

2. Se localiza en la cumbre de un mazo de perfil redondeado, a unos cientos de metros al Noreste del núcleo actual. 3. Torre. Plena Edad Media. 4. Actualmente se conserva sólo la mitad sur de la planta por haber desaparecido el resto como consecuencia de la explanación llevada a cabo en la finca anexa.

La necrópolis de tumbas de lajas apareció junto a la iglesia parroquial al realizarse las obras de la traída de agua del pueblo.

La planta mide, en el lado E-W, el conservado completamente, 9 m y los muros tienen un espesor de 0,90 cm. Los muros están construidos por sillarejo calizo en su mayor parte y actualmente presentan un alzado de en torno a un metro.

3. Necrópolis. Plena Edad Media (¿) 4. Las tumbas aparecieron en el exterior del ábside de la iglesia y eran de caja trapezoidal, con cubierta de losas dispuestas horizontalmente. Aparecieron sepulturas de individuos adultos y de infantiles, adosadas unas a otras.

Se aprecia la existencia de un foso en torno a la torre, con una anchura superior al metro y a una distancia de dos metros del borde exterior de la construcción. Se conserva así mismo un camino excavado en el sustrato que asciende desde el pueblo buscando el trazado de mínima pendiente.

También debía formar parte de la necrópolis un posible mausoleo de estilo gótico, embutido en un dado rectangular de sillería y cubierto por un tejadillo a dos vertientes (Campuzano 1985). 7. Bohigas (1986).

228

Fichas de yacimientos Campuzano (1985).

García Guinea (1995).

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Bielva 1. Bielva. Herrerías. 2. Se localiza en el centro del núcleo rural de Bielva. 3. Cultual. Plena Edad Media. 4. La iglesia presenta algunos elementos medievales. Por una parte la planta es de una sola nave rectangular y ábside cuadrado, y conserva una cornisa sobre canecillos de caveto lisos. En su interior se puede ver una pila bautismal románica decorada con series de arquerías. Ambos elementos podrían llevar a un momento final del siglo XII para la primera fase constructiva de la iglesia.

Fig. 4.4.12. Iglesia de San Juan. Cades. Despoblado de San Pedro de Otero 1. Otero. Herrerías.

A un estilo gótico tardío corresponden las bóvedas de crucería, con trazado casi renacentista y el arco apuntado que remata la portada, abierta en la fachada sur. Este arco va decorado con una doble línea incisa que recorre el trasdos del arco, en un esquema de ziz- zag alrededor de la ojiva (Bohigas Roldán 1996). El diseño general de la puerta, así como la decoración, son muy similares a las de la entrada de la iglesia de San Pedro de Otero, hoy perdida.

2. Localizado inmediatamente al sur y al oeste de la iglesia de San Pedro de Otero, en una zona llana formada por un amplio rellano, relativamente cercano al fondo del valle. 3. Hábitat. Edad Media (¿). 4. En el lugar se observan en la superficie del terreno diferentes estructuras soterradas que deben de corresponder al antiguo poblamiento al que se encontraba asociada la iglesia.

La presencia de una necrópolis de lajas y los rasgos románicos de la iglesia, unidos a la cita del siglo XII hacen que pueda plantearse un origen alto-medieval para el origen del edificio.

Dada la cronología del templo es probable que, al menos en parte, este hábitat deba de corresponder a un momento tardo medieval, aunque también es posible que corresponda ya a un momento barroco.

7. Bohigas (1986) Campuzano (1985).

Iglesia de San Pedro de Otero

Iglesia de San Juan de Cades

1. Otero. Herrerías.

1. Cades. Herrerías.

2. Se encuentra en un amplio rellano conformado en la zona más alta de una estribación, al sur del valle, a unos 100 de altura sobre el fondo del valle del Nansa. En el lugar donde se encuentra se localizaba en época histórica el núcleo rural de Otero, trasladada hoy día a su ubicación actual, mas alta, en la cumbre de la estribación.

2. Localizada en el núcleo de Cades, pero junto a la ladera. Este pueblo ocupa el fondo de la vega del Nansa. 3. Cultual. Baja Edad Media. 4. El actual baptisterio de la Iglesia de San Juan, de cronología barroca es el único resto conservado de una edificación anterior. Presenta arco toral apuntado sin capiteles y bóveda de sillares que arranca de una imposta de bolas. Para Campuzano (1985) este primer edificio puede asignarse a finales del XIII o comienzos del XIV.

3. Cultual. Baja Edad Media. 4. San Pedro de Otero es un templo de nave de única, de planta rectangular, separada del ábside por arco toral doblado de sección ojival. El ábside es de planta cuadrada cubierta por bóveda de crucería, hoy derrumbada. En los ángulos noroeste y sureste de la cabecera se adosan estribos oblicuos, quizás añadidos posteriormente. Al noroeste y sur de las

7. Campuzano (1985).

229

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa jambas del arco triunfal se adosan grandes contrafuertes.

encuentra en ruinas. De hecho ha desaparecido la puerta sur, descrita por Campuzano (1985). Se trataba de una puerta en arco apuntado decorada con dientes de sierra y protegida por un guardapolvo.

Adosada en la pared norte aparece una capilla de planta cuadrada, cubierta por bóveda de crucería, derrumbada también. La iglesia posee dos accesos: uno centrado en el hastial occidental con arco ojival y el otro en el muro meridional, que probablemente daba a un pórtico ya desaparecido. Este arco que en su día también era ojival, hoy día se ha desplomado, poco después de haberle arrancado unas dovelas.

En la cerca de la casa de Cades más próxima al cruce de Puente El Arrudo, entre las carreteras de Cades a Lamasón por la Venta Fresnedo y la carretera de Puente el Arrudo a Panes se conservan algunos restos arquitectónicos que proceden de esta iglesia: Dos canecillos, uno de ellos de caveto con una rosácea hexapétala y otro de caveto de fondo cóncavo con una figura de una serpiente enrollada y un sillar de arenisca triásica roja decorado con un motivo circular con una cruz patada en relieve, posiblemente proveniente de una jamba. Al parecer también de la iglesia procedía una pila bautismal de tradición románica, conservada un tiempo en esta misma casa y que después fue trasladada a Luarca. El estudio de los restos conservados permiten establecer la existencia de un edifico proto-gótico, de en torno al siglo XIII, (fase I) del que se conserva sólo parcialmente la cabecera, con los canecillos y la puerta oeste. La mitad este del edifico se desmontó, probablemente entre finales del XV al XVI y reconstruyó cubriéndose con bóvedas (según Campuzano a principios del siglo XVI ). Por último aparece una última construcción de la capilla lateral, realizada con otros materiales. 7. Campuzano (1985). Ermita de La Magdalena 1. Cabanzón (Herrerías). 4.797.225 Z: 146 m

Fig. 4.4.13. Iglesia de San Pedro de Otero. Croquis de la planta (A. Rubio. / J. Ruiz.).

U.T.M.:

378.895

2. El edificio se encuentra en un pequeño rellano en forma de collado bajo entre una sierra alargada situada el Norte y un alto, sobre la Venta del Vallejo, junto a la carretera local que lleva de Cabanzón a Otero, después del kilómetro 7.

Tiene espadaña con dos troneras de arco de medio punto y coronadas por bolas herrerianas añadidas en época moderna. En el muro norte se conserva una serie de cinco canecillos bajo una cornisa decorada con un motivo geométrico de “S” tendidas. Se conservan aún cinco canecillos del muro septentrional, comenzando por el extremo oeste aparece uno con decoración antropomorfa (un hombre cogiéndose el sexo ¿), uno de caveto liso, uno decorado con una serpiente –, otro con una flor de cuatro pétalos – estos dos últimos similares a los conservados en Cades y procedentes también de esta iglesia-, otro con una punta de diamante y el último zoomorfo, representando un cerdo.

3. Cultual. Baja Edad Media. 4. Se trata de un templo de una única nave de planta rectangular, orientada de Oeste a Este, con tejado a dos aguas y formado por dos cuerpos, de cronología diferente. El cuerpo situado hacia el Oeste es de planta cuadrada, con 7 m de lado. Está construido en aparejo sencillo de caliza y alguna arenisca, trabadas con argamasa y con sillería en los esquinales y en los vanos. El muro tiene un espesor de 70 a 75 cm. La techumbre es moderna, formada por troncos finos y recubierto de teja. Los laterales del edificio se prolongan en una cerca que conforma un pequeño

Actualmente el edificio, en manos particulares, dado que el obispado de Santander lo vendió en 1916, se

230

Fichas de yacimientos corral. En la pared Norte, sin vanos, se encuentra un contrafuerte de 0,9 x 0,9 m en planta.

En cuanto a la cronología original de la ermita, por sus rasgos estilísticos debió de levantarse a finales del siglo XII o en la primera mitad del siglo XIII (García Guinea 2007).

El cuerpo menor, situado en el extremo Este del edificio, es el ábside original de la ermita. Tiene planta cuadrada con 3 m de largo en los laterales con una anchura de 4 m. En la crujía la cornisa conserva siete canecillos de caveto simple, lisos.

En el Archivo Histórico Diocesano de Cantabria no se conserva documentación referida al este edificio. Por otra parte, dado que Madoz no consigna su existencia como ermita, podría pensarse que ya antes de la segunda mitad del siglo XIX dejo de utilizarse como espacio sagrado. Actualmente el edificio se utiliza como cuadra para ganado menor y la extensión que lo rodea ha sido alisada por la maquinaria.

La unión entre los dos cuerpos se produce mediante un arco toral apuntado y doblado, que descarga sobre pilares de fuste rectangular, con cimacio de sección trapezoidal a modo de capitel que enlaza con la imposta horizontal, de la misma sección, que recorre la totalidad de su perímetro y marca el arranque del cañón. El edificio se cubre por bóveda de cañón ojival.

7. García Guinea (2007). Iglesia de Virgen de Loreto de Casamaría. 1. Casamaría. Herrerías. 2. Se encuentra en el núcleo rural de Casamaría, que ocupa un rellano de ladera labrado en un punto relativamente alto de la misma. 3. Cultual. Baja Edad Media. 4. La mayor parte del edificio actual corresponde al siglo XVI, momento del que data el ábside, de tradición gótica, aunque ha sufrido una profunda remodelación en el siglo XIX y XX. El estudio de la iglesia revela la existencia de algunos restos de un edificio anterior. Así, empotrado en el muro que hace de cerca exterior, aparecen dos grandes fragmentos de fuste de columna, una de las cuales conserva además parte del capitel. Por otra parte, en la pared exterior del ábside aparecen una serie de canecillos de caveto simples, lisos y una ventana monolítica.

Fig. 4.4.14. Croquis del alzados y planta de la ermita de La Magdalena, en Cabanzón (A. Rubio y J. Ruiz).

Sector Cuenca Media La puerta principal se sitúa en la pared sur del edificio y para su construcción se han utilizado unas ménsulas probablemente procedentes de la antigua ermita y un dintel monolítico de arenisca que descansa sobre cargaderos de sección de cuarto de esfera.

Torre de la Collada del Castillo. Carmona. 1. Carmona. 2. La estructura se sitúa en el extremo de una morra de sustrato calizo, orientada al SW flanqueada por abruptos cantiles en todos los laterales, salvo en el extremo sureste en que se une al cordal.

Centrada en la pared oriental del ábside se abre una pequeña ventana con un marcado derrame hacia el interior. En la esquina sureste hay una hornacina cuadrada, rematada en arco de medio punto. En la fachada meridional del testero está la segunda ventana. Por último, en la pared occidental, en una posición muy elevada, aparece un tercer vano, con forma de saetera.

3. Castillo. Alta Edad Media. 4. En el mismo extremo de la morra hay una topografía llana en que sólo aparece una especie de cisterna excavada y algún muro soterrado muy poco visible.

231

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa 2. El yacimiento se encuentra en un pequeño rellano de ladera, a bastante altura sobre el fondo del valle.

En la parte anterior de la morra se encuentra la estructura principal. Está formada por los muros de cimentación de una torre cuadrada y una prolongación en forma de cierre anexo en su pared S.E. La torre tiene una planta con un eje de 5,7 m en sentido noroeste - suroeste y 6,50 m en sentido sureste- noroeste. El derrumbe del muro tiene una anchura de 1,50 a 2 m y conserva una altura máxima de 1,75 m. En el sector central aparece una depresión subcircular con un diámetro de 3 m. Tanto en el muro como en la depresión afloran algunos bloques.

3. Necrópolis. Edad Media. 4. En el lugar de Santillán, entre el barrio de San Pedro y la ermita de la Virgen de las Lindes, se localiza esta necrópolis conocida por los vecinos como el “cementerio moro”. R. Bohigas estudio, en superficie, varias fosas excavadas en la tierra y cubiertas por losas de arenisca de una sola pieza. Algunas losas están removidas y dejan ver los muros de lajas hincadas. La orientación de las tapas en posición original es Este – Oeste.

El recinto mide 10 m de largo en sentido sureste y una anchura similar a la de la torre. Se trata de un muro soterrado de 2,5 m de anchura en la base formado por bloques de caliza local y cubierto por pradería y matorral. En su extremo sureste aparece una profunda violación de forma subcircular en que afloran calizas y varios bloques escuadrados de arenisca de grano medio a grueso compacta. En la zona media de la estructura adosada se encuentra un posible muro transversal de un metro de anchura.

Hacia la cumbre del otero de Santillán el mismo autor estudia una caja de sarcófago de arenisca, de forma exterior trapezoidal, de 2,10 m de longitud por 0,70 de anchura en la cabecera y 0,50 en los pies. Se ha marcado una forma antropomorfa en el hueco de la pieza. Al parecer, según recoge Bohigas, en este punto se recogió hace años una pequeña estela discoidea con una cruz grabada en el disco, hoy perdida. 7. Bohigas (1986). Despoblado de Sobrelapeña 1. Sobrelapeña. Lamasón. 2. Se extiende sobre una pequeña meseta formado en la confluencia de los ríos Tanea y Lamasón, a media distancia entre las localidades de Quintanilla y Sobrelapeña, capital del ayuntamiento. Se asienta sobre un roquedo de sustratos triásico, formado por niveles de conglomerado silíceo. 3. Hábitat. Edad Media.

Fig. 4.4.15. Croquis de la planta de la estructura de La Torre de La Collada del Castillo (Carmona). GEIS C/R – CAEAP.

4. Los restos cerámicos aparecieron en el borde la carretera que partiendo de Sobrelapeña conduce a la localidad de Fuente.

En toda la ladera noreste y suroeste aparecen, formando parte de los conos de acumulación producidos por la dinámica de vertiente, abundantes bloques de areniscas compactas foráneas, con medidas en torno a los 0,40 x 0,30 x 0,3 m.

Las estructuras correspondientes al despoblado son visibles unos 300 m al sur de la iglesia de Santa María de Sobrelapeña. En el sector de mayor concentración, en la morra, aparece un posible edificio interpretable como las ruinas de una iglesia o ermita, junto a la que hay varias otras edificaciones.

5. Este yacimiento fue localizado por L. Mantecón y J. Marcos durante la revisión del Inventario Arqueológico Regional. Topografiado por G.E.I.S C/R y C.A.E.A.P.

Al otro lado de la carretera de Sobrelapeña a Río, a la derecha según se va a Río, se citan otras posibles estructuras menores. En otro sector, al Este de Quintanilla, aparece en otra morra caliza con otras estructuras.

Necrópolis de San Pedro de Carmona. 1. Santillán. San Pedro de Carmona. Carmona.

232

Fichas de yacimientos 5. Yacimiento localizado por el investigador A. Ocejo a mediados de los años 80. Lo comunicó a P. Sarabia Rogina, que lo publicó unos años después (Sarabia 1992).

En el pórtico de la entrada aparecen dos columnas con capiteles labrados con figuras muy estilizadas: el de la derecha con un caballo rampante y el de la izquierda con una representación de flores, ambos de un estilo claramente románico. En el corte sur del cerro de la iglesia aparece un depósito de tierras en posición secundaria, donde aparecen restos de cerámica y teja y algunos huesos. Durante la realización de este trabajo se identificó un fragmento de diáfisis de tibia humana en este mismo corte. 7. García Guinea (1996). Torre de Rábago 1. Rábago. Herrerías. 2. Los restos de esta estructura se encuentran dentro del núcleo rural de Rábago, en el barrio situado junto a la carretera que lleva de Pesues a Puentenansa. 3. Torre. Pleno – Bajo Medieval.

Fig. 4.4.16. Cerámica del despoblado de Sobrelapeña (a partir de Sarabia 1992).

4. En la localidad todavía se conserva el topónimo de La Torre para este lugar. Actualmente se observa un muro de 7 m de longitud con 5 m de altura y 0,5 m de espesor medio. En su construcción se utiliza la sillería para los esquinales y sillarejo en los paramentos.

7. Sarabia (1992) Iglesia de Santa María de Sobrelapeña

Se observan dos vanos cuadrangulares, a poca distancia del suelo, que pueden interpretarse como troneras. Se trataba de una torre de planta cuadrada, pues así aparece citada por Pascual Madoz, que comenta también que en ese momento ya estaba medio derribada.

1. Sobrelapeña. Lamasón. 2. La iglesia se levanta sobre un pequeño cerro alargado, inmediatamente al Sur del río Lamasón, algo alejado del actual núcleo del pueblo, con una altura relativa de unos 40 m.

7. Corbera, Frochoso, González y Sierra (1995).

3. Cultual. Necrópolis. Edad Media.

Iglesia de Santa Juliana de Lafuente

4. García Guinea interpreta la construcción como una iglesia de concejo levantada en el medievo. En el interior conserva arquerías en los laterales del presbiterio, formadas por dos arcos separados por una ancha pilastra de sillería, ciegos y apoyados en cimacios moldurados horizontalmente que cargan a su vez en capiteles labrados. Los fustes son monolíticos con basas de tipo ático sobre un pequeño plinto con lengüeta (García Guinea 1996: 195).

1. Lafuente. Lamasón. 2. La ermita se localiza en el centro del núcleo rural. Este pueblo se asienta junto a un afluente del Nansa, relativamente alejado del fondo del valle principal, pero en una posición de vega. 3. Cultual. Pleno Medievo. 4. Iglesia de planta de nave única, con ábside semicircular con dobles columnas. Conserva espadaña en el astial. Puerta resalada en el muro oeste, con tejadillo sostenido por ocho canecillos lisos, de caveto simple. Destaca la decoración de los capiteles de las columnas del abocinado de la

Los capiteles llevan volutas superpuestas - del tipo de las de Cervatos o Santillana - y bolas unas sobre otras en dos y tres filas. Arcos de medio punto con guardapolvos decorado de panal o nido de abeja. García Guinea data la construcción en la primera mitad del siglo XII.

233

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa puerta. El ábside, de sillería, conserva también una buena serie de canecillos, algunos de caveto, de rollos y decorados con motivos vegetales o iconográficos.

estructura clara formada por un muro soterrado, que corresponde a un edificio de 8 m de longitud por 4 de anchura y presenta un pozo de violación en su zona central.

Algunos detalles resultan paralelizables a los utilizados en las iglesias de la zona de Aguilar de Campóo en el siglo XII. Así pues se estima una cronología para su construcción de los últimos años del siglo XII. 7. García Guinea (1995).

Fig. 4.4.18. Cima donde se asienta el Castillo de Ozalba. Se sabe que un habitante del pueblo hizo una cata hace unos años en la que aparecieron conchas de ostra y huesos de animales. En un corte situado en el extremo oeste aparecen pequeños fragmentos de barro cocido y un fragmento de diáfisis de ovicaprino, en un nivel de tierras con materia orgánica.

Fig. 4.4.17. Planta de la iglesia de Santa Juliana de la Fuente. A partir de García Guinea (1995). Necrópolis de lajas de La Fuente

Ruiz de la Riva (1991: 548) cita este yacimiento como una referencia oral recogida entre los habitantes de la zona, que hablan de un "castillo" en ese pico. La revisión y correcta localización de este yacimiento se lleva a cabo la realizó A. Ocejo Herrero a principios de los años ochenta del pasado siglo.

1. La Fuente. Lamasón. 2. Los restos aparecieron junto a la iglesia de La Fuente, en pleno núcleo rural. 3. Necrópolis. Edad Media.

Necrópolis de San Facundo de Obeso

4. R. Bohigas (1986: 120) cita la existencia en "torno a la iglesia de un cementerio antiguo, posiblemente de tumbas de lajas".

1. Obeso. Puentenansa. 384893 4790513 297

Coordenadas

U.T.M.

2. Se encuentra a escasa distancia del pueblo de Obeso, en el reborde del ancho rellano de ladera que ocupa el núcleo. Se trata de un espacio desde el que se tiene un buen control visual del fondo del valle. La necrópolis se encuentra junto a la iglesia parroquial.

Ozalba. Castillo de los Picos de Ozalba 1. Rionansa. Coordenadas U.T.M.. 2. Se encuentra en la cima de un monte calizo, la cumbre intermedia de la sierra de Los Picos de Ozalba, al sur del collado del mismo nombre. En concreto se trata de la cumbre de El Castillo, de 829 m. El lugar está protegido por pendientes muy fuertes en todas sus caras.

3. Necrópolis. Alta Edad Media. 4. Hacia el este del pueblo, en una zona elevada, aparecieron restos de una necrópolis medieval formada por sepulturas de lajas. La excavación arqueológica realizada permitió el estudio de varias tumbas de lajas, situadas junto al ángulo suroeste

La cima de cumbre más o menos plana mide unos 40 m de longitud por sólo 5 m de anchura, con dos cima menores. Se observa la existencia de una

234

Fichas de yacimientos del templo. Un carbón recogido en una de las tumbas fue datado en el siglo XI.

Castillo de la Joya o de Santa Eulalia 1. Santa Eulalia (Polaciones).

Por otra parte se identificaron también algunos elementos antiguos conservados en la fábrica de la iglesia, que podrían ser de origen medieval. En el lateral norte de la nave aparecen canecillos de doble caveto liso, uno decorado con un rollo. En tramo de los pies aparece un antiguo esquinal de sillería coronado por un canecillo de rollos. En la cabecera aparece reutilizado dentro del muro un pilar de un altar prerrománico. Todo indica que en el lugar existió un edificio pregótico que habría que relacionar con la necrópolis medieval.

2. El yacimiento se localiza en la cima de un pequeño cerro alomado conocido en el pueblo como del Castillo de la Joya. La colina tiene unos 200 m de longitud por 60 de anchura y se orienta aproximadamente en sentido Suroeste – Noreste. Está labrada en capas de limolitas coronadas por bancos de areniscas compactas y microconglomerados y su altura es de 60 m respecto del fondo del valle donde se instala el pueblo. Actualmente la colina aparece cubierta en su mayor parte por un joven bosque de roble y la plataforma sureste por prado. 3. Castillo. Alta Edad Media. 4. En superficie sólo aparecen algunas evidencias soterradas en la cumbre de la elevación. De Este a Oeste aparece primero una zanja en forma de L, al norte de la que se aprecia el punto más alto de la estructura, lugar donde parece ubicarse la torre. Inmediatamente al oeste se encuentra una depresión sub-circular de unos 5 m de diámetro y unos 40 cm de profundidad. Al oeste continúa la estructura, que acaba a unos 15 m del punto de origen. Así pues la estructura principal mide unos 15 m de longitud por 6 m de anchura.

Fig. 4.4.19. Torre medieval situada en el mismo pueblo de Obeso. Dibujo de su fachada meridional antes de la restauración (Ruiz de la Riva 1991). 5. El yacimiento fue localizado al realizarse obras de explanación para construir un aparcamiento, que puso al descubierto alguna tapadera de las tumbas. Posteriormente se realizó una excavación de urgencia en el año 2005 dirigida por L. Mantecón y J. Marcos. Actualmente una de las tumbas está musealizada. Sector: Cuenca Alta. Tudanca y Polaciones

Fig. 4.4.20. Croquis de la planta y sección E-W del Castillo de Santa Eulalia. En gris la zona con estructura soterrada (GEIS C/R).

Documentalmente, consta la vinculación que tenían algunos lugares del valle de Polaciones con el monasterio de Santa María de Piasca, desde mediados del s. X, así Santa Eulalia cuya Iglesia había sido donada al monasterio lebaniego entre los años 945-951.

A unos 7 m al oeste de este conjunto, tras un segmento liso y llano, se encuentra un profundo foso, de 5 m de anchura por 2 de profundidad. Al oeste del fondo aparece una nueva elevación de escasa entidad, pero en la que no aparecen

235

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa evidencias. R. Bohigas cita otro foso menos profundo en el lateral contrario.

un profundo foso, y quizás mas al oeste se encontraría otra torre, aunque en este caso no aparecen evidencias. La evidencia más visible actualmente son los fosos que flanquean el castillo por sus lados norte y sur. El foso meridional es el de mayores dimensiones. R. Bohigas asigna el yacimiento a un momento antiguo de la Edad Media, quizás en el siglo X, dado que apunta una cita de esta fecha1. En el Becerro de las Behetrías (1352) se registra “Santa Olalla”, de la Merindad de Liébana y Pernía, como lugar solariego de los hijos de Díaz Gutiérrez de Ceballos. La población y la vieja iglesia se documentan desde antiguo. En el Cartulario de Santa María de Piasca, consta la cesión de la antigua iglesia y su heredad a este monasterio a través de Toldidi, hija de Materno, entre los años 945 y 951. Santa Eulalia sería una de las primeras posesiones de Piasca fuera del territorio propiamente lebaniego.

Fig. 4.4.21. Ventana románica de la iglesia de San Sebastián de Lombraña.

5. Yacimiento localizado por R. Bohigas. 7. Bohigas (1986)

En varios puntos de la cima aparecen pequeños bloques de arenisca. En la falda sur de la elevación se ha localizado un tramo de muro, formado por piedras de arenisca, de unos 7 m de longitud. A un nivel más alto, a – 2 m de la cima, aparece otro lienzo, en este caso de 1 m de longitud, de muro bien conformado, del que se conservan dos hiladas de sillares de arenisca, de unos 35 cm de largo cada uno.

Iglesia de Santa Eulalia 1. Santa Eulalia. Polaciones. 2. La iglesia se encuentra en el núcleo rural de Santa Eulalia. 3. Cultual. Edad Media. 4. Se cuenta con una referencia documental a esta iglesia de mediados del siglo X (una entrega) que permite saber que se trata de una iglesia privada en ese momento. No conserva vestigios de esa fase, dado que fue muy reformada en el siglo XV, aunque la puerta de entrada, a pesar de su diseño gótico, es de tradición románica y podría situarse a finales del siglo XIII.

En la parte más alta, junto a la estructura central, aparece en la falda sur, un pequeño corte en que aflora, bajo el nivel húmico, una capa de limos arenosos grises con abundantes grumos de mortero de cal, así como fragmentos de carbón y un molar de Bos taurus. Por último, en la ladera sur, a unos 35 m de la cima, se ha estudiado una antigua cantera de arenisca, con una longitud de 10 m, un fondo de 3 m y una altura de ataque de 5 m. Se encuentra parcialmente cubierta por sedimento y por vegetación y se aprecia claramente la pátina en la roca extraída.

Presenta arco un ligeramente apuntado con esquinal rematado por un bocel y chambrana biselada. Los cimacios de la puerta están decorados con un motivo de tradición románica: dos filas de dientes de lobo en disposición opuesta y separados por listel horizontal y con una sola secuencia de rombos tangentes en el derecho (García Guinea y Pérez González 2007).

A partir de esta información se puede abordar una reconstrucción de la estructura original. Parece tratarse de una torre de planta cuadrada, de unos 5 m de eje, orientada Suroeste-Noreste, siguiendo la dirección del cerro. Junto a ella, anexa por su flanco occidental se dispondría una estructura rectangular, a modo de recinto, de unos 10 m de longitud. En el lateral occidental la estructura estaría defendida por

En el interior conserva una pila bautismal de sección troncocónica, en forma de copa con embocadura de franja abocelada, lisa y apoyada en un tambor de fuste cilíndrico. Podría también

236

Fichas de yacimientos considerarse a esta pieza un diseño románico, aunque es muy sencilla para asegurarlo.

columnas, con fustes anchos sobre una basa muy sencilla. El capitel izquierdo presenta decoración de pequeñas volutas y el derecho es figurativo, representando el tema de la mujer desnuda con las piernas abiertas. En el interior de la iglesia se conserva una pila bautismal hemiesférica de tipo románico.

7. García Guinea y Pérez González (2007).

Debió tratarse de un edifico de una sola nave, con capilla mayor semicircular. De esta remodelación deben de proceder algunas piezas utilizadas en el pórtico, cerrado por un muro en que se apoyan los pilares. Entre las lajas que rematan el muro aparecen al menos dos que por su sección podrían proceder de tapas de sepulcro monolítico, en arenisca. También integrado en el muro se observa un fragmento de pilar de sección cuadrangular. Tres piezas de este muro presentan motivos cruciformes grabados en trazo profundo y ancho en su cara superior. En una de ellas se han representado tres cruces, una sobre peana y otra con peana y brazos y extremo en triángulo. En la laja inmediata hay tres cruces sencillas, de grabado profundo pero mal conservadas y en otra un círculo rebajado junto a un trazo vertical. 7. García Guinea, M.A. y Pérez González, J.M (2007) Fig. 4.4.22 Dibujo libre de la puerta de la Iglesia de Santa Eulalia (J. Ruiz).

Notas 1

Dice el autor Sobre la fecha de esta edificación fortificada puede aportar algo de luz la mención de Santa Eulalia en el Cartulario de Piasca. En el año 955 Paterno dona al cenobio lebaniego la iglesia de esta localidad junto con otros bienes que forman la dote de su hija Todilli que profesa como monja en Piasca (Perez de Urbel, Fr. J. 1945, III, documentos de Piasca, doc XII, p. 1374). Aunque este documento no se refiere directamente al castillo, la circunstancia de que un solo señor entregue a Piasca la integridad del patronato sobre esta iglesia de Santa Eulalia, supone una cierta base para sospechar la existencia de un poder señorial suficientemente fuerte en esta parte alta del valle de Polaciones que pudo haber tenido su asiento en esta fortaleza, la única conocida hasta el presente en el conjunto del valle (Bohigas 1986: 153).

Iglesia de San Sebastián o de Santa Cruz en Lombraña 1. Lombraña. Polaciones. 2. La iglesia se localiza en el núcleo rural de Lombraña. 3. Cultual. Edad Media. 4. El lugar de Lombraña aparece registrado en el Libro Becerro de las Behetrías (1352), como Lunbranna, en la Merindad de Liébana – Pernía como lugar de la comendadora del palentino monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos. Se trata de un edificio que en origen debió de ser de estilo románico, un ejemplo según García Guinea de "románico de aldea", aunque fue profundamente remodelada a finales del siglo XVIII. El rasgo más claro de su origen es la presencia de una pequeña ventana situada en el muro sur, que debió de localizase en el primitivo ábside. Esta ventana presenta un arco de medio punto, labrado en un único bloque, que descansa sobre dos

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Capítulo 5 ESTUDIO DIACRÓNICO

Pintura roja del ciclo esquemático, en el Abrigo del Tombo del Carbonizo (Cades).

Estudio diacrónico

5. Estudio diacrónico En este capítulo se aborda el estudio de los datos recogidos en el apartado anterior, organizados en una serie de periodos culturales. Se han seleccionado los siguientes episodios, separados por rupturas técnicas o económicas más o menos evidentes: Paleolítico Antiguo, Paleolítico Superior y Epipaleolítico, Mesolítico - Neolítico Antiguo, Neolítico, Calcolítico y primera Edad del Bronce, Edad del Hierro y romanización y Edad Media. Se han asignado al Paleolítico Antiguo yacimientos que han proporcionado casi exclusivamente series líticas en contextos de suelo con utillaje que tipológicamente se adscribe al Achelense y al Musteriense. Sólo se ha incluido un yacimiento en cueva, también con materiales de este tipo. La adscripción de los yacimientos del Paleolítico Superior resulta siempre relativamente sencilla, dado que está bien caracterizado en la Cornisa. En el Nansa aparece representado por un número alto de yacimientos, pero es muy poco lo que se sabe de cada uno de ellos. En cuanto al Epipaleolítico su estudio se realiza dentro del periodo anterior, en la medida en que la asignación de los yacimientos ha resultado muy difícil o imposible en la mayor parte de los casos. En general se ha optado por considerar epipaleolíticos los yacimientos de tipo conchero cuando estaba representada fauna malacológica de aguas frías.

lítica definitorias, como las puntas de flecha de retoque plano, asumiendo el riesgo que este tipo de asignaciones plantea. Dado que muchos yacimientos de fase cerámica no aportaron esta clase de piezas y en ellos se recuperaron fragmentos de cerámica a mano, se ha optado por realizar una asignación a un momento Calcolítico Final – Bronce Pleno, en función a la tipología y decoración de la cerámica. Para los escasos yacimientos de fases avanzadas de la Edad del Bronce también se ha utilizado este criterio. Los yacimientos de fases protohistóricas han proporcionado en general series industriales características y lo mismo puede decirse para el resto de los periodos, romanización y Edad Media. De todos modos la importante escasez de yacimientos y de datos para algunos periodos hace que sea literalmente imposible abordar su estudio en el marco de la cuenca del Nansa, un territorio pequeño y, salvo en la costa, poco poblado durante la Prehistoria y la Historia. Así pues, para realizar la interpretación de los datos recuperados se hace necesario ampliar el ámbito del análisis y realizar comparaciones con otras zonas de la región.

En cuanto a la siguiente fase, el Mesolítico, en la zona se encuentra representado por la cultura asturiense, que aunque está bien definida en general, en ocasiones resulta complejo realizar una asignación segura de algunos yacimientos mal conservados. Se ha optado por incluir en el mesolítico aquellas estaciones de facies conchero en que aparece malacofauna de aguas templadas. Los yacimientos interiores, con pocas o ninguna concha marina, se han asignado por su posición estratigráfica o por la aparición de material lítico, o de conchas de moluscos de tierra. También se han atribuido a esta fase algunos yacimientos al aire libre, situados en posición costera, con utillaje característico, en concreto picos asturienses. Yacimientos neolíticos se consideraron aquellos concheros que han aportado fragmentos cerámicos en asociación directa con las conchas y las estaciones de superficie con utillaje lítico característico – geométricos en asociación con fragmentos de molino, por ejemplo-. La asignación de un yacimiento, tanto de inhumación como de hábitat, al Calcolítico se ha realizado por la aparición de piezas de industria

241

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

5.1. El Paleolítico Antiguo

J. Ruiz Cobo E. Muñoz Fernández

El pequeño tamaño de las series que pueden adscribirse al Paleolítico Inferior y Medio en el Nansa y, en general, lo escasamente representativo de los tipos industriales que las componen, aconsejan realizar un tratamiento conjunto de ambos periodos, cuyo estudio se aborda así en el término Paleolítico Antiguo. Así pues, se recogen aquí los yacimientos de cronología anterior al Paleolítico Superior.

Nansa y Lamasón- c) en collados y zonas de cumbre de cordales de media altura y d) sólo en un caso, en una gran cavidad, la de las Cabras y quizás en El Rejo. A continuación se comentan algunos rasgos de cada uno de ellos. La estación situada más al Este es la de San Vicente de la Barquera. En el núcleo rural se localizaron hace varios años unas piezas en el corte de una zanja, en el nivel de lavado del suelo, formado sobre calizas arenosas. El lote recuperado está formado por un bifaz amigdaloide, 1 canto tallado unifacial y 1 lasca Kombewa retocada, todo ello en cuarcita.

Fig. 5.1.1. Rasa acantilada donde se encuentran las estaciones del Cuélebre con material Paleolítico Inferior (Cuélebre II). Se han localizado elementos industriales de este momento en una veintena de sitios dentro de la cuenca del Nansa, la mayor parte en el curso bajo de la misma. Aunque se trata de un número relativamente importante la realidad es que la mayoría de ellos han proporcionado números muy reducidos de piezas retocadas (< 5 piezas) a excepción de los conjuntos litorales del Cuélebre, al Noreste de San Vicente de la Barquera, que han proporcionado lotes relativamente importantes (>200 ítems en total). De hecho, las series que se tratan aquí no han sido incluidas en ningún trabajo específico, a excepción de las del Cuélebre, analizadas por R. Montes en su estudio sobre el Paleolítico Inferior en la Cornisa (Montes 2003), que adscribe el conjunto a un momento Achelense Superior basándose en los caracteres tipológicos del utillaje retocado. El resto de los conjuntos es, como luego veremos, de asignación más problemática, dado su tamaño.

Fig. 5.1.2. Hendedor sobre lasca secundaria de arenisca compacta procedente del yacimiento de Las Brañas (Muñorrodero). Foto de I. Castanedo. En el noreste del territorio de trabajo, sobre la rasa litoral, se encuentran las estaciones del Cuélebre, llamadas así por situarse a escasa distancia de la cueva del mismo nombre. Han proporcionado material lítico antiguo las estaciones del Cuélebre II y III, situadas a escasos metros. El lugar es una rasa caliza, cortada por un abrupto acantilado y cubierta por una escasa y rala vegetación de landas marinas y prados. La erosión producida por el litoral y la antrópica, en los senderos, provoca la pérdida de suelo y la aparición de las piezas.

Estos yacimientos se sitúan en cuatro ámbitos de paisaje diferentes: a) la rasa litoral, b) en las terrazas formadas a ambos lados de los cursos principales -

242

Estudio diacrónico El material lítico aparece en el horizonte de lavado del suelo desarrollado sobre las calizas urgonianas que conforman el sustrato. En dos concentraciones, Cuélebre II y III, el CAEAP recogió un total de 191

diedros. Aparecen 12 cantos tallados unifaciales y 1 bifacial, así como varias escotaduras. Las mejores piezas son un bifaz parcial en arenisca y un hendedor de tipo 0.

Fig. 5.1.3. Distribución de los yacimientos del Paleolítico Antiguo en el espacio de trabajo.1: Sobre la Cueva de Trolo, 2-3: Estación de superficie de Cuélebre II y III, 4: San Vicente de La Barquera, 5: Hoya Salceda- La Braña, 6: Serdio, 7: Unquera, 8-9: San Pedro Baheras, 10: Alto de Sobaño, 11: Muñorrodero, 12: Al Pié del Rejo, 13: Cueva de las Cabras, 14-15: Encima de las Cabras - Luey, 16: La Boriza, 17: Escajo Suspino, 18: Junto Ermita Magdalena, 19: Hallazgo del Cº a la cueva del Cueto, 20: Hallazgo del Cº de Venta FresnedoLatarmá.

piezas, fabricadas en su mayor parte en arenisca compacta (87,4%) y en cuarcita (12,5%). Montes (2003) clasifica en esta serie: 5 núcleos, 23 lascas, 27 piezas de la lista tipológica de F. Bordes, 1 bifaz, 1 hendedor, 117 desechos de talla y 17 percutores y cantos testados. Plantea que se trata de un pequeño taller lítico, producido por la extracción de lascas de pelado y por la fabricación de cantos tallados. No aparece técnica Llevallois, salvo en una pieza atípica y el facetaje se reduce a escasos talones

Durante la realización de las obras para la autovía del Cantábrico apareció un hendedor sobre lasca, de tipo 0 de Tixier, cerca de la localidad de Los Tánagos, conservado hoy en el M.R.A.P. Se trata de una pieza de tamaño medio a pequeño, en cuarcita, de gran calidad técnica. Sobre la rasa de Serdio se ubican tres yacimientos, lo que la convierte en una de las zonas más ricas de la banda litoral: Serdio, Hoyo Salceda y La Braña,

243

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa estos dos formados por varias localizaciones dispersas. El primero se localiza en la parte más alta y central de la rasa, a 115 m de altura. Las piezas aparecen en un contexto de suelo de terra fusca, en el horizonte de lavado. En varios puntos de la rasa se localizan depósitos de cantos de origen marino, algunos a escasa distancia del yacimiento.

directamente sobre el paquete de cantos fluviales, aparecieron varias lascas, un núcleo de cuarcita de grano fino y un núcleo de tipo Quina de talla centrípeta.

La serie industrial está formada por 1 hendedor de tipo 0 de Tixier (realizado sobre lasca secundaria de cuarcita), una escotadura y un denticulado realizado sobre lasca simple de borde de núcleo en cuarcita, y tres núcleos de cuarcita, uno de ellos de talla centrípeta. Hoyo Salceda incluye varias localizaciones situadas en el sector Este de la sierra. En el mismo contexto que el de Serdio se recogieron, durante la realización de un gaseoducto un lote reducido pero muy significativo. Aparece un hendedor sobre lasca de tipo II de Tixier, en cuarcita, una raedera sencilla recta carenada sobre lasca simple de sílex, cinco lascas de pelado primario y secundario en cuarcita y arenisca y un núcleo de cuarcita. Por último, la estación de La Braña se localiza a algo más de un kilómetro al oeste del pueblo de Serdio. En una superficie algo inferior a una hectárea se recogió un breve lote de industria lítica que incluye varias lascas de cuarcita y alguna de sílex, un núcleo de cuarcita y otro de sílex y un hendedor de areniscas compactas, de tipo II de Tixier. En el sector más bajo del Deva, en Unquera se localizó a principios del siglo pasado, en la trinchera del ferrocarril, un yacimiento que proporcionó algunas piezas de cuarcita y un molar de Coelodonta antiquitatis. El conjunto fue atribuido al musteriense (Muñoz et al 1998). El corte está formado por un nivel de terraza, situada a pocos metros sobre el nivel actual del río, cubierta por un nivel de limos arcillosos rojizos. Algo más al interior, en el bajo valle del Deva, se encuentran las estaciones de San Pedro de Las Baheras I y II, a poca distancia entre sí. Están ubicadas a 90 m de altura absoluta, y los materiales aparecieron en el nivel B de un suelo de terra fusca formado sobre lenares calizos, con nodulizaciones de hierro. Se trata de un lote reducido de piezas de arenisca de aspecto infero- paleolítico. La pieza más significativa es un pico triedro. En el reborde de la vega del Nansa y de sus afluentes aparecen varios yacimientos de esta facies: Muñorrodero, Junto a Las Cabras, Bajo el Rejo, Junto a la Ermita de Cabanzón y Escajo Suspino. En el primero, en un rellano formado por la terraza de + 25 m, en un nivel de limos amarillos formado

Fig. 5.1.4. Distribución de depósitos de aluvión y terraza en la cuenca del bajo y medio Nansa. El yacimiento denominado Junto a las Cabras, está localizado en un pequeño altozano, junto a la carretera Pesués- Puentenansa. Las piezas aparecen en el horizonte B de un suelo de terra rosa, formado sobre las calizas carboníferas. La serie industrial está formada por varias piezas de pequeño tamaño, bastante patinadas, de arenisca, cuarcita, cuarzo y sílex. El utillaje retocado incluye raederas, denticulados y escotaduras. Se ha asignado a un momento Musteriense. En el mismo contexto, pero algo más al norte, junto a la desviación a Luey, se localizaron algunas lascas de cuarcita. En una capa de limos formada sobre una terraza fluvial del Nansa, en el camino que desde la carretera al río, se localizaron también algunos materiales infero-paleolíticos. El yacimiento, denominado al Pié del Rejo, proporcionó dos choppers de filo convergente, un pico triedro sobre canto y dos lascas de arenisca. Las piezas, excepto el pico triedro conservado en el yacimiento, están depositadas en el M.R.A.P.

244

Estudio diacrónico

Fig. 5.1.5. Hendedores de las series del Paleolítico Antiguo del Nansa. 1, 2, 3: Estación de El Cuélebre (II) (S. Vicente) 4: Junto a la Ermita (Cabanzón), 5: La Boriza (Casamaría).

Junto a la carretera de Cabanzón a Casamaría, en una ladera orientada al sureste, al realizar obras de saneamiento, se ha localizado un yacimiento de superficie designado como Escajo Suspino. En el horizonte de lavado de un suelo de terra fusca, formado sobre calizas arenosas, aparecen abundantes lascas y algunas piezas retocadas, sobre todo en areniscas compactas y cuarcitas. Aparecen una raedera, un raspador sobre lasca, algunos cuchillos sobre lasca retocada, así como núcleos y lascas. La tipología de las piezas más significativas revela que se trata de un conjunto musteriense. Aproximadamente a medio kilómetro hacia el sureste, en la ladera de un cerro de cima aplanada, aparecen abundantes materiales líticos que conforman el yacimiento de "Cerca de la Ermita de La Magdalena", dado que ésta se localiza en el extremo del conjunto. Probablemente las piezas, en origen, se localizaban en la cima de la colina, de 196 m y han sido desplazadas por la erosión y por efecto del arado. La estratigrafía del lugar es la habitual en estos yacimientos: las piezas aparecen en el nivel de lavado de un suelo formado sobre roca caliza.

Las piezas más significativas son dos hendedores de tipo 0, ambos en areniscas compactas. También aparece una raedera doble, en cuarcita, una escotadura transversal directa en cuarcita y un raspador realizado sobre una lasca de cuarcita espesa de borde de núcleo. El utillaje se completa con varias lascas con retoques marginales, directos o inversos, conformando diversos tipos de filos, en cuarcita y arenisca. En cuanto a los restos de talla aparecen una veintena de lascas y restos de talla, en cuarcita y arenisca, en general de tamaño medio, y tres núcleos, sobre lasca y sobre canto de cuarcita. El estudio tipológico del conjunto revela que, aunque existen útiles de tradición achelense, la manufactura de las piezas deja ver que se trata de un conjunto musteriense. También en una posición de cima de colina, pero en este caso claramente más elevada, se localiza la estación de superficie de La Boriza, en la ladera de la sierra que se levanta sobre el pueblo de Casamaría.

245

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Nombre Cuélebre II Cuélebre III S. V.Barquera C. Cabras Unquera Baheras I Baheras II Alto Sobaño Muñorrodero Serdio Hoyo Salceda Las Brañas Junto Eta Mag Escajo Suspino La Boriza Bajo Cabras Pie del Rejo Sobre Trolo Luey Media : N:18 On: N:18

Unidad Topográfica Rasa Rasa Rasa Desfiladero Fondo Vega Borde valle Borde valle Collado Borde valle Collado rasa Collado rasa Rasa Borde valle Borde valle Collado Borde valle Borde valle Rasa Borde valle -

Altura Absoluta 45 42 50 100 7 90 90 84 33 115 125 121 165 132 215 126 99 52 95 92.5 49.3

Altura relativa 0 0 0 70 7 65 65 74 27 95 105 100 7 25 110 106 79 52 75 53.4 38.6

Caracteres posicionales de los yacimientos del Paleolítico Antiguo en la zona. Los materiales aparecen en superficie en los senderos labrados por el ganado. Probablemente todo el material procede de la cumbre de donde se va deslizando. La zona presenta suelos de tipo terra fusca formados sobre calizas Las piezas más características son un hendedor sobre lasca, de tipo 0 de Tixier, en arenisca compacta y un triedo sobre espesa lasca primaria de arenisca compacta, con retoques de regularización en el extremo distal. También parece una escotadura realizada mediante retoque inverso, en una gran lasca secundaria, de cuarcita. La serie se completa con varias lascas de cuarcita y arenisca, alguna con retoques de uso y un núcleo sobre canto, bipolar, en arenisca y algunos restos de talla en sílex.

Por último, junto a la Ermita de Casamaría se han localizado algunas lascas de cuarcita, probablemente en posición secundaria, que podrían indicar la existencia de un yacimiento del mismo tipo, aunque la muestra es demasiado reducida para establecer su carácter. Aunque no hay seguridad alguna sobre su cronología debe citarse la aparición de un núcleo de cuarcita bastante patinado en el corte norte de la carretera de Cades a Venta Fresnedo, aproximadamente a mitad de distancia entre ambos núcleos. Apareció en un contexto de suelo de terra rossa, que en este punto forma un potente paquete, a unos 40 cm de profundidad. Si se tratase de una pieza del paleolítico antiguo sería el hallazgo más interior de esta fase en el Nansa. Distribución en el espacio

En la plataforma calcárea que conforma el interfluvio Lamasón – Nansa, cubierta por depósitos de terrazas antiguas, aparecieron algunas piezas que por su tipología pueden asignarse a un momento Paleolítico Antiguo. Se conoce además la aparición de un hendedor aislado en el corte de la pista que parte de Venta Fresnedo hacia el oeste, paralela al curso del Latarmá. Se trata de un hendedor de tipo O de Tixier, realizado sobre lasca de decorticado primario, con el filo regular, en arenisca compacta.

El rasgo que más destaca en la distribución de las estaciones de este momento es su concentración en los sectores más bajos del territorio, en los ambientes litorales y en los tramos más bajos de los cursos de los ríos. Sólo el hallazgo aislado de la pista de Venta Fresnedo ya citado se encuentra en un ambiente de curso medio. De todos modos es muy probable que exista un importante sesgo en la prospección y que en los niveles de terraza formados en el tramo medio del río también existan yacimientos de esta época. En este sentido es posible que corresponda a esta época el núcleo localizado en el corte de la carretera Cades - Venta Fresnedo,

246

Estudio diacrónico descrito más arriba. Las variables que mejor indican esta situación geográfica son la distancia a la línea de costa actual, inferior siempre a los 10 km, y la altura absoluta, que proporciona un valor medio para esta facies de poco más de 90 m, con una altura relativa asociada de unos 50 m.

fluviales el nivel de cantos corresponda a fases avanzadas el Riss y el nivel de limos fluviales 70 8

60

50

40

E

30

20 N=

10

8

Ason

Nansa

Zona

Fig. 5.1.6. Núcleo de cuarcita recogido en un corte de la carretera de Cades - Venta Fresnedo. M.R.A.P. Esta distribución tiene relación en parte con la de los materiales cuaternarios con que se asocian, pero sólo parcialmente. Para evaluar estos datos debe de tenerse en cuenta los contextos deposicionales. Como ya se ha comentado antes aparecen estaciones de fases paleolíticas antiguas en cuatro contextos: a) En los suelos que cubren la rasa litoral labrada en calizas.

Fig. 5.1.7. Comparación de la media del índice de alargamiento (A/L) de los hendedores del Asón y del Nansa. superior se depositase durante el Eemiense. A esta fase se vienen asignando los yacimientos del Achelense superior de la zona. En cualquier caso durante la ocupación humana de estos espacios debieron encontrarse junto a la llanura de inundación del río y se trataba de espacios 100

b) En suelos formados sobre terrazas fluviales y situados por tanto en el reborde de la vega.

90

c) En collados y pequeñas cimas de colinas de la franja litoral.

80

70

d) En los vestíbulos de grandes cavidades abiertas en el curso bajo del río.

60

de alto valor ecológico para su modelo económico. Prueba de ello es la importante densidad de yacimientos de estos sectores.

Un segundo grupo se sitúa en los bordes de valles, apareciendo el material lítico en niveles de limos formados sobre el propio paquete de cantos. Es posible, como se ha planteado, que en estas terrazas

Una ubicación bien conocida en otros sectores de la región es la de collado o altozano en la franja de colinas. En el bajo Nansa se sitúan así los yacimientos de Alto de Sobaño, en una colina que se

IA

En lo que respecta al primer grupo la cronología de los yacimientos es muy posterior a la formación de las rasas - dado que su origen está en relación con el nivel de 215 m-. Pero es posible que los grupos humanos utilizasen las importantes acumulaciones de cantos que se conservan, tanto en la rasa de Serdio como en otros puntos de las plataformas enrasadas de Prellezo - Borias. A este grupo pertenecen las estaciones de San Vicente, Cuélebre II y III, Serdio, Hoya Salceda y Sobre Trolo. Por otra parte es posible que la línea de costa no se encontrase durante su formación en la misma posición que actualmente.

50 N=

10

8

Ason

Nansa

Zona

Fig. 5.1.8. Comparación de la media del índice de espesor de los hendedores del Asón y del Nansa.

247

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Por último en lo relativo a la ocupación de grandes cavidades, una facies relativamente bien estudiada en otros valles regionales, en el Nansa sólo aparece representada por una cueva, la de las Cabras. Este cavidad ofrece un espacio amplio y seco, con más de 50 m2 de vestíbulo útil. Es muy poco lo que se sabe del yacimiento antiguo que alberga, dado que se encuentra muy alterado. Quizás contenga también un nivel de ocupación musteriense la cueva del Rejo, donde los camineros hallaron un “hacha musteriense” de cuarcita, sin duda un hendedor sobre lasca, según cita de V. Gutiérrez Cuevas, que recoge esta información de la ficha de la cueva inédita, realizada por F. Quintana, capataz del equipo.

Fig. 5.1.9. Hendedor localizado en los alrededores de la estación del Cuélebre III.

En cuanto a las estratigrafías la mayor parte de los yacimientos en que se conoce sigue el mismo patrón. Por ejemplo, el grupo de Serdio - Hoya Salceda presenta la siguiente secuencia:

asoma sobre un meandro del curso principal; el de Junto a Ermita de Cabanzón, en una colina que separa las cuencas del Cornilla y del Nansa, y el del Escajo Suspino, probablemente desplazado desde la cima de una colina sobre el río del mismo nombre. En todos los casos se trata de colinas de relieve suave, bien situadas por encontrarse cerca del valle, pero no en la misma vega. Es muy probable que todos ellos correspondan ya a un momento musteriense, a juzgar por la tipología de sus materiales.

- Nivel de humus y tierra fértil, de color negruzco, de unos 30 cm de potencia. - Nivel de arcillas de decalcificación, de tonos claros, en muchas zonas perdidas, que son las que incluyen el material lítico. No tiene una potencia precisa, y rellena las irregularidades de las calizas. Afectado por el arado en la parte superior, conserva el nivel de lavado, horizonte B intacto en algunos sectores del corte. Cantos / Fgtos cantos

Utillaje de sustrato

Hendedores

Bifaces

Picos triedros

Chopper-ing

Lascas simples

Restos talla

Lascas LD2

Núcleos

Lascas LD1

Serie Cuélebre

-

-

Serdio Hoya Salceda La Braña S.P. Baheras Junto a las Cabras Pie del Rejo

2 -

1 2 1 -

23 lascas total 1 4 -

117

17 Percutor es

-

2*

1

-

-

2

-

-

-

-

-

Escajo suspino

2

2

4

3

-

2 frag. Canto

Junto Eta Magdalena

5

5

7

3

-

-

La Boriza

-

1

2

1

2

-

3 1 2 -

1 -

-

1 raedera 1 raedera 1 muescas

1 1 1 -

-

1 -

-

1 raspador 1 raedera 3 lasca ret. 1 raspador 1 lasca ret. 2 muescas 1 lasca ret.

-

-

1

2 -

-

-

-

2

-

-

-

1

-

1

-

Industrias líticas de las series del Paleolítico antiguo del Nansa.* Se incluye un hendedor más localizado recientemente en las inmediaciones del Cuelebre III.

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Estudio diacrónico - Roca madre formada por calizas arenosas terciarias con nunmulites. Este mismo esquema siguen el resto de las estaciones. En los casos en que se encuentran sobre niveles limosos, como en Muñorrodero o Unquera, aparecen en el horizonte de lavado, en un paquete independiente al de los cantos que conforman la terraza fluvial. Las series industriales Es muy poco lo que puede decirse de series industriales tan reducidas. Debe tenerse en cuenta que el total de piezas estudiadas, incluyendo los restos de talla, no llega a las 300 piezas, de las que la mayor parte proceden de la serie del Cuélebre y el resto se reparten entre una decena de localizaciones.

En cuanto a las materias primas, como resulta típico de estas fases, el dominio es para los materiales de procedencia local. En el Cuélebre las areniscas compactas suponen casi el 90 % del total y el resto es para la cuarcita. En las demás series el dominio es para la cuarcita que supone más del 60% apareciendo en segundo lugar las areniscas compactas y sólo de forma puntual el sílex y la marga silícea. Este mismo sistema de abastecimiento de materiales próximos se documenta también en el resto de las estaciones de superficie de cronología antigua de la región. En general la estructura de las series revela la práctica de actividades de talla primaria, con pelado de cantos y conversión en núcleos. Así una parte importante son lascas de decorticado primario y secundario. Lo mismo apunta la presencia de percutores y yunques con marcas de uso. También se comprueba la práctica de la obtención de útiles sobre lasca a partir de núcleos, por los valores importantes de lascas simples y restos de talla. Los núcleos más frecuentes proceden de cantos de cuarcita y arenisca. En cuanto al utillaje supone siempre una parte reducida del total industrial y se distribuye a partes iguales entre utillaje de sustrato y macro piezas. En el primer grupo aparecen sobre todo raederas y escotaduras – denticulados, así como algunos raspadores y lascas con retoques de uso, sobre todo derivados de su uso como cuchillos. En cuanto al utillaje sobre canto aparecen algunos bifaces, un pico, dos choppers y varios hendedores. Esta es la pieza más característica de la facies y aparece en seis de los yacimientos estudiados. En general su perfil métrico y morfológico es muy similar al estudiado en otras zonas de la región. Así, las diferencias en parámetros como el índice de alargamiento, de espesor, o la volumetría general de las piezas son escasas y son reflejo sobre todo de la existencia de piezas de yacimientos de cronología avanzada, con piezas de tamaño menor.

Fig. 5.1.10. Distribución de sitios del Paleolítico Antiguo en relación con el mapa de temperaturas actuales. Se aprecia que todas las estaciones se encuentran en las áreas más cálidas de la cuenca.

En resumen puede plantearse que las series industriales del Paleolítico Antiguo de la cuenca del Nansa mantienen los mismos rasgos técnicos, métricos y estilísticos que los del resto de Cantabria.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

5.2. El Paleolítico Superior y el Epipaleolítico

E. Muñoz Fernández de sílex entre las que destaca un núcleo del que se han extraído lascas y laminillas.

La información disponible El Paleolítico Superior es un momento aún poco conocido en la cuenca del Nansa, fundamentalmente debido a que se han practicado un número muy limitado de excavaciones, que además no han sido publicadas, poseyéndose únicamente datos de cierta calidad de la cueva de Chufín. Debido a ello muy pocos yacimientos pueden ser asignados con seguridad a alguno de los periodos del Paleolítico Superior por lo que para la mayor parte de los sitios conocidos por prospección superficial la atribución cultural sólo puede ser hipotética o genérica. Por otra parte es probable que algunos yacimientos sin adscripción, por la falta de vestigios seguros, correspondan al Paleolítico Superior. Ese pudiera ser el caso de las cuevas del Cintón III (donde sólo se hallaron una lasca de sílex y esquirlas óseas), Fontanilla (con una lasca 2ª de cristal de roca, un molar de cabra montés y esquirlas óseas) o Fuente la Cueva (una lasca 1ª de sílex y esquirlas óseas). Un caso especial es el del yacimiento de la Canalona, en la Lastra, en cuya superficie aparecen restos de un importante yacimiento, con numerosos sílex entre los que destaca una pieza retocada y algunas cuarcitas, además de restos de cabra montés. El problema parte de la aparición de una valva rota de Mytilus edulis, especie más propia de un momento mesolítico, al que probablemente haya que atribuir el yacimiento. En cambio es mucho mayor el número de cavidades que son atribuibles con claridad al Paleolítico Superior, aunque no sea posible su adscripción a un momento concreto del mismo, dado que sólo se conocen algunos materiales de superficie, casi nunca suficientemente diagnósticos. En este grupo se encuentran un total de 29 yacimientos en cueva, con evidencias de uso de un momento Paleolítico Superior a Epipaleolítico. Es el caso de las cuevas del Rejo II, con una lasca 2ª de cuarcita y esquirlas óseas, muy próxima a la cueva del Rejo, con un importante yacimiento del Magdaleniense. También en este grupo se encuentra la cueva de Barón o Baró, donde apareció, en la parte derecha de la boca oeste, un espeso nivel arcilloso de unos 20 cm de potencia, muy por debajo de niveles de apariencia estéril, donde se observan varias piezas

En la cueva de Ridio 2, en el fondo del vestíbulo, se conserva un testigo de 90 cm de altura en cuyo techo hay un espeso nivel de 50 cm de espesor, formado por arcillas plásticas de color rojizo; en su parte alta aparecen dos lascas de cuarcita. La cueva se abre junto a la cueva de Ridio 3, con un importante yacimiento asignable al Magdaleniense / Aziliense. La Herradura, situada muy cerca de las cuevas de Chufín y Chufín II, con importantes depósitos sedimentarios con industrias solutrenses, en que se observa un gran relleno de limos y arcillas amarillentas en cuya parte superior se vieron varias lascas de cuarcita y esquirlas óseas. Posiblemente este yacimiento contenga vestigios de un nivel del Paleolítico Superior, aunque, dada la pobreza en restos en paquete, se trataría de una ocupación de escasa entidad. En la reducida cueva de Chufin IV, situada junto a las anteriores, se observaron en superficie un raspador sobre lasca de cuarzo y algunas lascas de cuarzo y cuarcita, que quizás puedan atribuirse al Solutrense, dada su proximidad con los yacimientos de Chufín II-III y Chufín, aunque no parece tener un relleno arqueológico importante. En el interior de la cueva de Micolón y debajo de los afloramientos naturales de sílex, se ha señalado la existencia de un gran número de fragmentos de sílex; de ahí también procede un buril sobre lámina de sílex y un raspador en extremo de lámina. Sin duda estos últimos elementos son característicos del Paleolítico Superior y habría que relacionarlos con los importantes grupos de grabados de la cavidad. Junto a Micolón se conoce el importante yacimiento de Las Brañucas, del que luego hablaremos. En la cueva de Micolón II, de espacio poco habitable, y en el interior de la misma, se hallaron en superficie una lasca con escotadura, un núcleo discoide de sílex y un posible núcleo- está muy concrecionado- de radiolarita. El aspecto de los materiales, la presencia de un núcleo discoide, además de la proximidad de la cueva a la de Las Brañucas y Micolón, apuntaría a una atribución en el Paleolítico Superior. La cueva de la Cueva, situada en el borde de la vega ofrece magníficas condiciones de habitabilidad, y en

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Estudio diacrónico su superficie se han estudiado un raspador carenado fabricado sobre cristal de roca, un denticulado y una lasca de sílex, además de esquirlas óseas. Es muy probable que albergue un yacimiento del Paleolítico Superior.

actualmente en el acantilado de la Isla Sarnosa, junto a Pechón. Presenta una estratigrafía de interés, donde, por debajo de un nivel de limos grisáceos muy sueltos, holocénicos, aparece una capa formada por eboulis de arista viva, de 15 de cm de potencia,

Fig. 5.2.1. Distribución de yacimientos del Paleolítico Superior.

Los Joracos se sitúa en la base de un potente cantil, bastante alto sobre el fondo del valle y ofrece condiciones de habitabilidad limitadas. En superficie aparece un nivel arcilloso, de color amarillento, del que proceden varias lascas de cuarcita y sílex, una de las primeras con retoques marginales. Probablemente contenga un pequeño relleno del Paleolítico Superior.

de época pleistocénica y bajo ella un nivel de 40 cm de arcillas y limos con nódulos de manganeso y hierro (sin duda removilizado), además de algunos eboulis. En este tercer nivel se observaron dos conchas de Patella vulgata de buen tamaño. Proceden de un cono de derrubios arrastrado desde una boca colmatada.

La Raposa I, en posición de ladera, con un nivel arcilloso de color rojizo, aportó, en superficie, una lámina simple con retoques simples directos en ambos bordes, en sílex, un raspador carenado de cuarzo y dos lascas de sílex. El conjunto podría situarse, con dudas, en un momento del Paleolítico Superior. En la cueva de Los Pendios se hallaron en superficie, un fragmento de prisma de cristal de roca, junto a dos conchas de Patella vulgata y esquirlas óseas, todo ello de aspecto Paleolítico Superior / Epipaleolítico. Fig. 5.2.2. Cueva de Cabralizas, junto al curso del Nansa.

En esta misma situación se encuentra el yacimiento de la cueva de La Boca del Castro, abierta

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Similar al anterior es el yacimiento de la cueva de Detrás de Linares, donde se observa en superficie un nivel arcilloso – terroso de color amarillento con algunas Patella vulgata y restos de ciervo. Por último, de la superficie de la cueva de Los Marranos y del sondeo realizado en su vestíbulo por los Camineros, procede un pequeño lote de piezas, de cuarcita en su mayoría y con algún sílex, en que destaca la presencia de un raspador con dos frentes carenados, uno de ellos en hocico, un denticulado, un núcleo muy grande sobre canto y una lámina simple, todos ellos en cuarcita. Las piezas de sílex son sobre lasca. La cueva presenta un pequeño conjunto de pinturas rojas. Además de estas cavidades, con yacimientos seguros, aunque de adscripción genérica al Paleolítico Superior, se conocen otras pequeñas cavidades, situadas muy cerca de importantes yacimientos de esta misma fase, que han ofrecido indicios de yacimiento, por lo que pudieron tener en origen un relleno tardiglaciar. Este sería el caso del covacha de Rejo III y los abrigos de debajo del Rejo I y II, todos ellos con lascas aisladas, la primera de cuarcita y las demás de sílex. También es posible que los materiales procedan de la cueva del Rejo, de donde habrían caído. Otro caso sería la cueva de Brañucas II, con esquirlas óseas de aspecto prehistórico y situada muy cerca de Brañucas, o la cueva de Fontecilla II, cerca de Fontecilla, que ha proporcionado un molar de ciervo, en un nivel arcilloso, protegido por una concreción.

- Capa de limos arenosos superficiales, con algunos materiales derivados, arrastrados por las aguas. - Nivel 1.1. Capa de arcillas oscuras, de unos 3 mm de espesor. - Nivel 1.2. Delgada costra estalagmítica - Nivel 1.3. Relleno estalagmítico blanco, bastante disgregado, incluyendo el relleno de un gour. - Nivel 2. Potente nivel de tierras oscuras, con numerosos restos óseos de macromamíferos y peces (son abundantes los salmones y los reos), además de conchas de Patella vulgata, de tamaño grande. Este depósito correspondía a un gran hogar donde se alternan las capas de arcilla quemada y los lechos de carbón. Únicamente fue excavado en uno de los cuadros.

Las ocupaciones pre-magdalenienses En la zona de trabajo son numerosos los yacimientos en cueva que pueden atribuirse a un momento premagdaleniense, aunque ninguno de ellos se conoce en detalle, destacando sólo los escasos datos publicados para la cueva del Chufín y en mucha menor medida la del Salín.

Fig. 5.2.3. Boca de la cueva del Chufín (Riclones). - Nivel 3. Nivel arcilloso, estéril, situado en una pequeña parte de un cuadro, de al menos 35 cm de potencia.

La única cavidad con materiales gravetienses es la de la Fuente del Salín, excavada por un equipo de la Universidad de Cantabria, bajo la dirección de J.A. Moure Romanillo y M.R. González Morales en los años 1990, 1991 y 2000. La excavación se limitó a dos metros cuadrados, en los que se documentó una estratigrafía consistente en:

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Estudio diacrónico El nivel 2 proporcionó muy pocos útiles: 4 de sílex (2 buriles, 1 pieza astillada y 1 laminilla de dorso) y 1 de cuarcita (1 denticulado). En cambio son abundantes los restos de talla, con numerosas

que se documentó un caso de conexión anatómica y aportó evidencias claras de hogares. Se obtuvo una fecha de C-14 de 17.420 B.P. La serie lítica industrial recuperada es importante y está elaborada sobre sílex, cuarcita, y cristal de roca, destacando esta última roca, no muy frecuente en el contexto regional, aunque sí resulta frecuente en el Nansa. La colección publicada incluye 272 útiles, donde dominan ampliamente los raspadores (estando mucho mejor representados los planos que los altos), seguidos de las raederas y piezas astilladas. No hay demasiadas laminillas (en su mayoría de dorso) y sí están bien representadas las puntas, que suponen casi el 20%. Resulta interesante la presencia de numerosas puntas de muesca y algunas de base cóncava.

Fig. 5.2.4. Plano de la posible estructura de habitación solutrense del vestíbulo de Cueva Chufin. A partir de Cabrera 1977). lasquitas de retoque y algunos golpes de buril. La industria ósea es algo más expresiva, con 4 fragmentos de azagayas de sección cuadrangular aplanada o circular / oval y 11 colgantes (10 Trivia sp. perforadas y 1 canino de ciervo). Los restos de colorante son también abundantes, especialmente los ocres rojos. El nivel se fechó a partir de dos carbones del hogar, el primero proporcionó Grk-18574: 22.340 B.P. ± 510 (480) y el segundo GX- 27756- AMS: 22.580± 100. Además se obtuvo una muestra de huesos de superficie, cuya datación fue de GX-29438: 23.190±900. Los resultados del sondeo no han sido publicados en extenso. En la cueva del Chufín o del Moro Chufín se practicó una excavación más extensa, que todavía, a pesar del tiempo transcurrido, no ha sido publicada, conociéndose los resultados por medio de una breve nota. En ella se especifica que el yacimiento contaba con un único y espeso nivel fértil, muy rico en evidencias, donde se identificaron posibles restos de una cabaña. Es más posible, como señala Straus, que se trata de una zona preservada del yacimiento gracias a los bloques desprendidos del techo de la cueva. El área preservada estaba bien conservada ya

Fig. 5.2.5. Variedad de tipos de sílex de la serie del Rejo. De izquierda a derecha: Sílex litoral, sílex negro local, sílex gris y sílex rojo (M.R.A.P.) Desgraciadamente esta colección no ha sido publicada en extenso, estando la mayor parte de ella inédita. En la colección completa el número de útiles sobrepasa el medio millar de ejemplares, siendo muy numerosos los útiles sencillos, como las lascas y las láminas retocadas, las raederas y piezas astilladas, además de los raspadores. Son muy interesantes los numerosos útiles en cristal que roca, que incluyen muchos raspadores y laminillas de dorso, que han permanecido inéditos, como buena parte del resto de la serie recuperada. La industria ósea no es muy numerosa e incluye azagayas, espátulas, colgantes y otras piezas. Abundan los huesos con marcas de procesado, apareciendo también varillas de fabricación. La fauna, bastante rica, estaba dominada por los

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa cápridos, seguidos de los ciervos y los bóvinos. Aparecen además restos de peces, aves, huesos de microfauna y algunas conchas de Patella vulgata. El resto de los yacimientos paleolíticos de la zona son conocidos sólo gracias a la prospección de superficie, con lo que buena parte de su información está sujeta a ciertas reservas. Probablemente sea solutrense el importante yacimiento de la cueva de Chufín II-III, que se abre a unos pocos metros del Chufín, con un potente relleno de más de 0,80 m de potencia en la sala inmediata al pequeño vestíbulo de la cueva. En este vestíbulo el equipo de excavación de la cueva del Chufín practicó un sondeo de un metro cuadrado, donde hallaron un nivel estéril de arcillas de color amarillento, de 30 cm de potencia. Es interesante reseñar la aparición de una lámina de sílex en la superficie de un cono de derrubios en la sala izquierda de la cueva, quizás procedente de una boca superior, todavía no localizada. El yacimiento del vestíbulo de Chufín II-III se extiende a lo largo de toda la sala interior, apareciendo gran número de restos en superficie, sobre todo junto a la pared derecha, rebosando por el borde, donde se observa el espeso nivel. También aflora en el fondo del laminador de la izquierda de la parte inferior de la cueva, con unos 80 cm de potencia y con numerosos clastos. Desde allí se ha deslizado por toda la parte inferior de la cueva hasta las proximidades de la segunda boca, siguiendo el fuerte desnivel de la galería. La industria lítica es abundante y aparecen piezas de sílex, cuarcita, cuarzo y radiolarita, en porcentajes similares a los del yacimiento de la cueva del Chufín. La serie incluye buen número de restos de talla, con lascas, de decorticado 2º y simples, laminillas y un núcleo de sílex y otro de cuarcita. Los útiles de sílex son: un raspador carenado, un raspador alto en hocico, un buril sobre truncatura convexa, una lasca con retoque abrupto extraída del frente de un raspador, una lasca con retoque abrupto y una pieza con retoque astillado. En cuarcita se han fabricado una lasca con escotaduras, una lasca con retoques marginales y un denticulado. En cristal de roca una lasca con truncatura retocada oblicua. Además se halló una lasca de sílex con retoques cubrientes en el dorso. En cuanto a la industria ósea hay que señalar la presencia del extremo distal y meso distal de dos azagayas, la primera de sección oval y la segunda circular. Los restos de fauna son abundantes, aunque sólo se han identificado restos de ciervo; aparecen así mismo varias esquirlas óseas con huellas de procesado. Probablemente los pequeños yacimientos

ya citados de La Herradura, y Chufín IV también conserven ocupaciones solutrenses. Cerca del grupo anterior, e inmediata a la cueva de Micolón, con un importante conjunto de arte rupestre, se sitúa la cueva de Las Brañucas. En su superficie, y en la ladera inmediata, aparecen gran número de restos de industrias líticas. Los materiales aparecen englobados en un nivel de limos grises muy sueltos, que conforma el estrato superficial de la cueva. Las piezas estudiadas se aproximan al centenar, en concreto la muestra incluye 93 items. En lo que respecta a las materias primas destaca la importancia del cuarzo (49,46%), aunque la mayoría son sólo fragmentos y sólo se ha estudiado un útil. Le siguen la cuarcita (25,81 %) y el sílex (23,66 %) y hay un útil de radiolarita. Los restos de talla son frecuentes, dominando las lascas, predominando las de decorticado 2º sobre las simples y apareciendo algunas lascas de decorticado 1º. Además hay láminas y laminillas, todas ellas simples, algunas de cresta de núcleo y un único núcleo de cuarcita. Son numerosos los restos de fauna, con abundantes esquirlas óseas, algunas con marcas de procesado. En la serie la mayor parte de los restos corresponden a ciervo y se identifican también algunos huesos de cabra montés, rebeco y quizás gran bóvido. También se ha hallado un hueso de ave y un incisivo de roedor. Los yacimientos magdalenienses Las cavidades con yacimiento del Magdaleniense son relativamente escasas en la zona, y salvo para el caso del Rejo, sus estratigrafías y sus series materiales son reducidas. La cueva del Rejo es uno de los yacimientos magdalenienses más importantes de la Región, aunque es muy poco lo que se conoce sobre el mismo. El yacimiento ha sufrido una profunda erosión fluvial y son pocos los sedimentos intactos que alberga la cueva. Se conserva yacimiento en la misma boca, pero debajo de un enorme bloque clástico que lo ha protegido. En este lugar se observan niveles de más de 1 m de potencia, sellados por una pequeña costra calcítica. Inmediatamente debajo se observa un grueso estrato de color negruzco a grisáceo, de casi medio metro de potencia. Se trata de un nivel muy rico en evidencias, con grandes conchas de Patella vulgata, que son más numerosas en la parte superior de la capa. También incluye numerosos restos de fauna, con huesos de ciervo, e industrias, fundamentalmente en cuarcita. Además, en la pequeña galería de la izquierda, situada al fondo del vestíbulo, se conservan vestigios de niveles

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Estudio diacrónico adheridos a las paredes, hasta los 6 m de potencia, en los que aparecen restos de niveles fértiles, con varios metros de espesor. Del Rejo se ha estudiado una importante colección procedente de superficie y compuesta por 2.218 efectivos. En lo relativo a las materias primas la mayoría son de cuarcita, con 1.128 piezas (50,85%), seguido del sílex, con 590 (26,60%), 234 radiolaritas (1,55), 98 calizas (4,41), 91 areniscas (4,10), 55 jaspes (2,47), 18 cristales de roca (0,81), 3 otros (pizarra - lutita, 0,12), 1 ópalo (0,04) y 1 ofita (0,04).

ambos bordes, realizado sobre cresta de núcleo y totalmente teñido de ocre rojo. Los perforadores suponen el 6,03 %, lo que supone un valor alto; en su mayor parte son atípicos y están realizados sobre soportes de cuarcita. Aparecen algunos útiles dobles de tipo perforador – raspador (1,93%), de sílex, cuarcita y radiolarita.

La mayor parte de estos materiales han sido recogidos en los aluviones y terrazas del río que circula al pié de la cavidad o en las áreas próximas. Así, entre los sílex domina la variedad negra, que procede de los conglomerados de la zona, habiendo también algunos procedentes de otras áreas, pero con mucha menor representación. Los cristales de roca proceden de vetas de cuarzo muy puro que afloran en la ladera de la Peña de Ozalba, y son muy abundantes en las arcillas de decalcificación depositadas en los derrubios de ladera del entorno de Riclones. Por último la ofita debe de proceder de un diapiro, quizás del centro de la región (el afloramiento de ofitas más cercano en el centro de Cantabria está bajo Saja, en el diapiro de Polanco). El total de restos de talla es de 1767 (suponen el 79,66 % de la industria) entre los que predominan las lascas (1406, el 79,56%) que distribuyen así sus valores relativos: lascas de decorticado 2º: 51,59%, lascas simples 36,65 %, lascas de decorticado 1º el 11,74) y las de borde de núcleo con y sin córtex el 4,33%. Los productos laminares de los restos de talla son 212 (el 11,99%), y entre ellos dominan las láminas de decorticado 2º, (49,05%) seguidas de las láminas simples (el 23,11), de las laminillas simples (el 15,09), de las láminas simples y secundarias de borde de núcleo (8,96), de laminillas 2º (3,30) y de las laminillas de borde de núcleo 0,47%). Son muy poco numerosas las lascas de retoque (0,84%), y muy abundantes proporcionalmente los núcleos (7,58%), lo que puede ponerse en relación con la procedencia de la muestra, patrón de recogida, etc. Además aparecen también fragmentos de canto, plaquetas y un prisma de cristal de roca. Los útiles son frecuentes, y aparecen 414 ejemplares (18,66%). El número de raspadores es alto, como indica el IG: 16,66. Por orden de frecuencia aparecen diseños carenados, sobre lasca y simples, siendo muy escasos los de hocico, tanto planos como altos. Entre ellos destaca uno muy grande de cuarcita, carenado, con retoques profundos en

Fig. 5.2.6. Fragmento de azagaya estudiado en la superficie de la cueva del Rejo. En cuanto a los buriles están proporcionalmente mucho menos representados, con un valor de IB = 6,28. La serie está dominada por los buriles sobre rotura seguidos muy de lejos por los diedros y los de truncatura retocada. Las piezas de sustrato son abundantes: los denticulados suponen el 14 %, las escotaduras el 13,28 y las raederas el 6,52%. Pero el grupo más destacado son las piezas astilladas, que suponen el 27,77%, la mayoría de ellas en cuarcita, seguidas de las de sílex, radiolarita y caliza. Aparece también un pico de sílex y 11 piezas con retoques marginales y 8 diversos. La serie incluye así mismo 23 útiles no convencionales: percutores, yunques, machacadores de ocre, un compresor de marga y una plaqueta con ocre. Resulta excepcional la ausencia de laminillas retocadas, que es el grupo de útiles más numeroso en cualquier colección del Magdaleniense Cantábrico. En lo relativo a la industria ósea la serie es reducida dado que sólo incluye 19 elementos. Aparecen 9 fragmentos de azagayas y 7 de varillas de sección plano- convexa. Entre las primeras 6 son de sección circular, 4 de sección oval, de las que únicamente 3

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa conservaban las bases (2 de bisel simple y 1 de bisel doble). Las piezas decoradas son 6 (4 varillas y 2 azagayas) con series de líneas finas, cortas y paralelas, en disposición perpendicular al eje del útil, tanto por una cara como por otra o en las dos. Además se halló un fragmento muy pequeño de asta de ciervo, pulido y con rayas incisas y una esquirla ósea pequeña con una serie de líneas rectas y paralelas, en disposición oblicua al eje del hueso, fuertemente incisas. Los huesos con marcas de procesado, las piezas en proceso de fabricación y los útiles poco elaborados suman 18 piezas, que incluyen algunos fragmentos de varilla de fabricación de asta de ciervo, varios tensores, esquirlas con muescas inversas y otras con marcas de descarnado.

Tomando la colección en conjunto y a partir del estilo de la talla de los útiles, puede asignarse al Magdaleniense, sin excluir la posible existencia de otros periodos. La serie de industria ósea, a pesar de su tamaño muy limitado, resulta significativa y ha aportado numerosas varillas de sección plano – convexa y un pequeño conjunto de azagayas, donde dominan las de sección circular, seguidas de las de sección cuadrangular. Todos estos caracteres resultan comunes durante el Magdaleniense Inferior y Medio. Sin duda se trata de un importante yacimiento de hábitat, situado en un estrecho cañón del río, en posición dominante y estratégica. Además su amplio área vestibular, con más 75 m2, iluminados, en condiciones secas y abrigadas resulta excelente para el hábitat.

La serie faunística es importante en número de restos y está dominada por el ciervo, aunque con presencia de cabra montés, caballo y jabalí. La serie de malacofauna, con 110 conchas marinas, está formada sobre todo por Patella vulgata (80,90 %) y en mucha menor media por Littorina littorea (10,90 %). Además aparecieron tres especies muy poco frecuentes en estos contextos: Patella ulyssiponensis (3,63 %), Patella intermedia (2,72%) y Cyprina islandica (1,81%). La muestra recuperada en superficie, aunque muy amplia, presenta muchos problemas. Por una parte es probable que proceda de niveles erosionados, habiéndose depositado las piezas junto con los bloques de caliza, generalmente de pequeño tamaño, mientras el sedimento más fino ha sido arrastrado por el agua. De hecho, a pesar de que la recogida de materiales fue importante, aunque limitada a unos 4 m2, en la superficie de la cavidad todavía son visibles gran cantidad de restos. Por todo ello es posible que la colección no tenga una procedencia homogénea y pertenezca a distintos momentos, además de haber sido seleccionada por la acción de arrastre del agua. Esto explicaría la ausencia de laminillas retocadas, aunque hay un pequeño número de ellas sin retocar, así como algunas lascas de retoque muy reducidas. Sin duda una buena parte de la serie estudiada corresponde al Magdaleniense, aunque de varios momentos del mismo. Según L. Sierra, H. Alcalde del Río halló materiales del Magdaleniense Superior. La colección lítica, a pesar de ser rica, carece de elementos característicos, aunque la presencia de algunas piezas, como los grandes raspadores carenados con los bordes retocados en extremo de gruesas láminas y / o lascas de cuarcita, resulta un útil abundante en las series del Magdaleniense asturiano.

Fig. 5.2.7. Molar de Capra pyrenaica, del yacimiento del Rejo, de la colección Marques de Comillas (M.R.A.P.). Este asentamiento podría estar especializado en la caza del ciervo, que parece la especie más frecuente en la serie, que se completa con caballo, cabra montés y jabalí, especies muy comunes en el Magdaleniense. La malacofauna marina es abundante en la cueva y está dominada por las dos especies mas consumidas en este momento. La presencia de algunas conchas de Patella ulyssiponensis y P. intermedia, probablemente holocénicas, podría sugerir la contaminación parcial del conjunto, aunque también es posible que fuesen paleolíticas. Desde luego su presencia no parece compatible con la existencia de Cyprina islandica, un molusco de clima frío, que aparece en varios yacimientos cantábricos con Magdaleniense Inferior (caso de Castillo, Juyo, La Luz, Balmori, Cueto de la Mina o Candamo). También presenta yacimiento Magdaleniense la vecina cueva de las Cabras, en cuyo fondo conserva los restos de una importante estratigrafía, con más de 3 m de espesor. En la superficie del vestíbulo se ha estudiado un gran raspador carenado sobre

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Estudio diacrónico lámina de cresta de núcleo retocado en cuarcita, muy similar a algunos aparecidos en la cueva del Rejo, además de otros materiales significativos. Ya L. Sierra atribuyó al Magdaleniense Superior algunas industrias de la cueva. En los años cincuenta el equipo de camineros de la Diputación practicó una calicata, donde, según comunicación oral de su capataz, Fernando Quintana, hallaron materiales magdalenienses, entre los que se encontraba un fragmento de costilla grabada con la cabeza de un ciervo, cuyo paradero actual se desconoce.

Fig. 5.2.8. Paisaje del entorno de la cueva de Las Cabras, situada, junto al Rejo en un abrupto desfiladero sobre el Nansa. En la cueva del Pico aparece un yacimiento muy erosionado por el goteo estalagmítico y de hecho, todo su frente está desmantelado. En el fondo del vestíbulo y en la base de la rampa que conduce a la segunda boca, se observa en la ura de un tejón, un espeso nivel de arcillas amarillentas, con numerosas evidencias, básicamente restos óseos. Muy cerca y adheridas a las paredes, se ven algunas conchas de Patella y fragmentos de hueso. En la superficie del nivel, entre las piezas calizas lavadas por el goteo, se observan abundantes restos de talla, de cuarcita, sílex y cuarzo. En el primer material se clasifican 8 piezas: 2 lascas de decorticado 2º, 1 lasca simple, 3 lascas de decorticado 2º de borde de núcleo, 1 lámina de borde de núcleo y 1 núcleo. En sílex 4 lascas simples, 1 lasca simple de borde de núcleo, 2 lascas de decorticado 2º y 1 lasquita de retoque. En cuarzo varias lascas y numerosos fragmentos. En cuanto al utillaje retocado se estudiaron 1 raspador sobre lasca y 1 lasca con escotadura, ambas en cuarcita. Además aparecen varios restos de cabra montés y un incisivo de jabalí. En cuanto a la malacofauna aparecen 1 Littorina littorea, 1 Patella vulgata, 1 Patella ulyssiponensis y 3 Cepaea nemoralis. Sin duda esta cavidad contiene un importante relleno del Paleolítico Superior, dada la industria lítica y el aspecto general del nivel, destacando la presencia

del raspador de cuarcita. La aparición de cabra montés también resulta característica. Junto a estos elementos es interesante la cita de malacofauna propia del Holoceno, como la Patella ulyssiponensis y los Cepaea nemoralis. En cuanto a las Littorina y las Patella vulgata, aunque pudieran ser de cualquiera de las dos ocupaciones, es más probable que se asocien al segundo conjunto, posiblemente de cronología Epipaleolítica. En el vestíbulo de la cueva del Porquerizo, cuyos niveles están bastante erosionados, aparece una capa superficial totalmente revuelta, de donde procede una importante colección lítica conservada en el M.P.A.C. donde se han clasificado 16 restos de talla de sílex (7 lascas simples, 6 lascas de decorticado 2º y 1 fragmento de lámina simple, 1 laminilla simple y 1 laminilla de borde de núcleo), 21 restos de talla de cuarcita (4 lascas simples 12 lascas de decorticado 2º, 4 lascas de decorticado 1º y 1 núcleo irregular), así como 45 cristales de roca y cuarzos. En cuanto al utillaje retocado aparecen piezas de sílex – raspador en extremo de lámina retocada y raspador doble sobre lasca- en cuarcita –denticulado sobre lasca con retoques marginales directos en un lateral- y en radiolarita – lasca con escotadura lateral directa- y cuarzo – raspador nucleiforme-. Además se hallaron 3 lascas y 1 lámina simple de borde de núcleo en sílex con macrohuellas de uso y una piedra de ocre rojo. La serie faunística incluye abundantes huesos de ciervo (entre ellos destaca un molar de leche) así como varias piezas dentarias de cabra montés, rebeco, un hueso quizás de bóvido y un hueso de ave con marcas de descarnado. Los restos estudiados ni son numerosos ni incluyen utillaje característico. Sin duda deben asignarse al Paleolítico Superior, destacando los raspadores, muy característicos. La fauna es la común para este momento, con el predominio de ciervo y la importante presencia de la cabra montés y rebeco. Estos rasgos aparecen en los yacimientos del Solutrense y del Magdaleniense del Cantábrico, sin que sea posible descartar momentos anteriores. Por último, sólo queda considerar varios yacimiento dudosos, sin duda situables entre el Magdaleniense y el Epipaleolítico. En la cueva de Las Cuevas II (Pechón) aparece, por debajo del nivel de conchero asturiense de más de 3 m de potencia, una capa negruzca, de unos 20 cm de potencia, de donde procede una pequeña colección recuperada en superficie, que incluye una laminilla de dorso de sílex y un perforador de cuarcita, varias lascas de sílex, cuarcita y radiolarita y una laminilla de borde de núcleo de sílex, junto a esquirlas óseas, algunas con marcas de procesado. No se observaron

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa conchas. Es muy probable que esta corresponda al final del Paleolítico Superior.

capa

se observaron varias láminas y una laminilla de sílex y cuarcita, varios núcleos (un N.U.P.C. de cuarcita, uno sobre lasca 1ª de cuarcita, muy grande y uno irregular, de radiolarita), una escotadura sobre lasca 2ª de cuarcita y un fragmento de canto. Además se observó un fragmento de metápodo de ciervo. El nivel podría haberse formado en momento Magdaleniense Superior – Epipaleolítico. En la cueva de las Cabralizas de Camijanes, abierta junto al curso del Nansa, se conserva un testigo muy reducido con un nivel de limos de color amarillento – crema, de unos 20 cm de potencia, en el que aparecen una microgravette de sílex, una lasca de sílex y una de cuarcita. Al pié del mismo, y en superficie, había 12 piezas de cuarcita, destacando una lasca 2ª con escotadura y una lámina, dos lascas de sílex y una de decorticado 2º de arenisca; además apareció un incisivo de ciervo y dos esquirlas óseas. La aparición de una punta microgravette, revela que el yacimiento debe atribuirse al Magdaleniense– Epipaleolítico.

Fig. 5.2.9. Restos de fauna y malacofauna en la superfice de la cueva del Pico. Se aprecia una concha de Littorina littorea, dos molares de Capra pyrenaica y un colmillo de Sus scropha. Las cuevas de Pechón, de La Paja y El Trolo, conservan potentes concheros formados por Patella vulgata y Littorina littorea, destacando la primera, con restos de ciervo e industrias líticas. En el segundo de los yacimientos el conchero aparece por debajo de un pequeño nivel de conchero asturiense. Es muy posible que estos niveles ya sean epipaleolíticos. De hecho, y aunque aparecen grandes concheros formados por Patella vulgata y Littorina littorea desde el Magdaleniense Inferior, este tipo de yacimientos son mucho más comunes durante el Epipaleolítico. Las estratigrafías observadas en La Paja y El Trolo también parecen del Epipaleolítico, dado que los niveles se sitúan casi inmediatamente por debajo de los niveles asturienses. En la cueva del Castillo de Prellezo se ha estudiado un pequeño testigo colgado a 1,30 m sobre el suelo actual, con niveles de arcillosos donde hay algunos huesos concrecionados, incluyendo un molar de cabra montés y caído del mismo, se halló una laminilla de dorso. Posiblemente corresponda a una pequeña ocupación del final del Paleolítico.

En la cueva de Ridio 3 aparecen testigos del relleno sedimentario en que se han diferenciado cuatro niveles, de los que el segundo, muy concrecionado, contenía abundantes esquirlas óseas, huesos de cabra montés y de ciervo. En una pequeña galería terminal abierta en el lateral derecho del fondo del vestíbulo, aflora esta estratigrafía inferior, en concreto el nivel 2 de la secuencia. Se trata de una capa formada por limos pardos, muy rica en huesos. En su superficie se observan numerosos restos. La serie lítica es abundante e incluye 17 piezas de cuarcita (con lascas, tanto simples como 2º, cantos, 1 laminilla, 1 raspador sobre lasca) 16 sílex (lascas, láminas, laminilla, núcleos, alguno de ellos de laminillas, 1 raspador en extremo de lámina retocada, 1 buril sobre truncatura, 1 lasca truncada, 1 escotadura y 1 lámina con retoques marginales inversos) y 10 piezas de arenisca (fragmentos de plaquetas). Entre los numerosos restos paleontológicos destacan los de ciervo, aunque también aparece la cabra montés, el caballo y el corzo. Sin duda se trata de un yacimiento asignable al final del Paleolítico o al Epipaleolítico.

En la cueva de Sobrelacueva, muy cercana a la anterior, se observaron varios testigos; uno de ellos, situado en el vestíbulo, incluye restos de un conchero asturiense; otro situado más al interior de la cueva, con más de 30 cm de potencia, está formado por un nivel de limos de color pardo, con conchas de Patella vulgata de gran tamaño y algunas esquirlas óseas. En el suelo de la cavidad y en superficie, en una zona del suelo muy erosionado,

258

Estudio diacrónico especie y que culturalmente coincide con un momento Aziliense evolucionado. 100%

Es posible que otros yacimientos conocidos en la zona, aunque no hayan proporcionado materiales atribuibles al Paleolítico Superior, contengan ocupaciones de esa fase por debajo de los horizontes documentados, extremo a comprobar en el futuro.

NUC LQR

80%

LMT LMS

60%

La problemática de la conservación de los yacimientos

LM2 LCBN

40%

LCS 20%

Una vez expuestas las evidencias arqueológicas conocidas para el Paleolítico Superior del valle del Nansa, se pasa a analizar el grado de conservación de los yacimientos, ya que para el análisis es necesario conocer las alteraciones postdeposicionales que en la mayoría de los casos han sido muy intensas, para comprender así su naturaleza.

LD2 LD1 Porquerizo

Chufin II

Rejo

Brañucas (2)

0%

Fig. 5.2.10. Frecuencias de restos de talla de Brañucas., Rejo, Chufín II y Porquerizo. NUC: Núcleos, LQR: Lasquitas de retoque, LMT: Laminitas, LMS: Láminas simples, LM2: Láminas con córtex, LCBN: Lasca de borde de núcleo, LCS: Lasca simple, LD2: Lasca de decorticado 2º, LD1: lasca simple. La Cuevona de las Vijeras aportó, en la parte derecha del vestíbulo, dos fragmentos de cantos de arenisca, 4 lascas de cuarcita y 2 lascas de sílex, además de huesos de cabra montés, ciervo, jabalí y conchas de Cepaea nemoralis; quizás perteneciente todo ello al Mesolítico, dada la aparición de esta última especie termófila. Muy próxima a ella se abre la Cuevona de las Vijeras II, donde se estudiaron una lasca de sílex, una lasca y una lámina de cuarcita, huesos de cabra montés, y de ciervo, además de algunas conchas de Patella vulgata y Cepaea nemoralis, quizás también mesolítica. En el mismo acantilado fluvial se encuentra las Vijeras III, con una lasca de cuarcita, huesos de ciervo y cabra montés, además de conchas de Cepaea nemoralis. Es más que probable que estos tres yacimientos se hayan formado en un momento situado entre un Aziliense avanzado y un Mesolítico Pleno, ya que aunque las industrias líticas y los restos faunísticos no son abundantes, aparecen especies de macrofauna muy frecuentemente capturadas durante el Paleolítico Superior – Aziliense, asociadas a Patella vulgata, una especie también típica de este momento y a abundantes conchas de Cepaea nemoralis en los tres yacimientos. Esto sitúa el conjunto en los comienzos del Holoceno, fase en que Cepaea nemoralis es recolectada en grandes cantidades, debido a la dulcificación climática, básica para esta

Sin duda la erosión hídrica ha sido la principal causa de destrucción de los yacimientos. En muchos de los yacimientos, tanto situados cerca del cauce actual del río (Las Cabralizas, Cuevona de las Vijeras III, Barón, etc.) como los situados a bastante distancia del mismo (Las Cabras, El Rejo, etc.) la erosión por corrientes de agua ha sido muy intensa. Posiblemente la responsabilidad en la mayor parte del vaciado de depósitos se deba a las reactivaciones kársticas, que pueden situarse a comienzos del Holoceno. El grado de erosión de los yacimientos es muy diferente, y así se han diferenciado los siguientes grupos: Biotopo Ladera Rasa litoral Vega Total

F. Absoluta 12 9 8 29

F. Relativa 41,4 31,0 27,6 100,0

Frecuencias de situación de yacimientos del Paleolítico Superior en los diferentes biotopos.

1. Yacimientos muy erosionados de los que únicamente se conservan pequeños testigos cementados en la pared de la cavidad: Trolo, La Paja, Las Cabralizas y Ridio II. 2. Yacimientos muy erosionados que conservan pequeños testigos situados en áreas recogidas de reducido tamaño: Ridio III, Boca del Castro, Detrás de Linares, Rejo, Las Cabras, Las Cuevas II, Castillo de Prellezo, Sobrelacueva.

259

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa 3. Yacimientos muy erosionados que conservan testigos en áreas no muy grandes del fondo del vestíbulo: Cintón III, Barón, La Herradura, Los Joracos, Cuevona de Las Vijeras III. 4. Yacimientos erosionados que conservan bastante volumen, muchas veces gracias a la protección de bloques, o por situarse en áreas interiores: Fuente de la Cueva, Chufín, Chufín II-III, Los Marranos. 5. Yacimientos con erosiones visibles en su superficie: Aº Debajo del Rejo I, Aº Debajo del Rejo II, Fuente del Salín, Pico, Pechón. 6. Yacimientos que posiblemente estén erosionados, ya que los niveles fértiles aparecen en la superficie o muy próximos a la misma: Fontanilla, La Canalona, Rejo II, Chufín IV, Micolón II, La Cueva, Las Brañucas II, Cuevona de Las Vijeras y Cuevona de Las Vijeras II. 7. Yacimientos aparentemente no afectados por la acción del agua: La Raposa I, Los Pendios, La Fontanilla II. 8. Otros: Lengo II. En este yacimiento sólo se halló una aguja de hueso del Solutrense – Magdaleniense, en el interior de la cueva, en un área aparentemente no afectada por la acción del agua, al situarse al fondo de la cueva, en una zona repleta de camadas y restos de osos de las cavernas. Resumiendo, la mayor parte de los yacimientos entre ellos los más importantes, han sufrido una profunda erosión producida por las aguas que han circulado por la cavidad. Un ejemplo paradigmático es el Rejo, la cavidad con la estratigrafía más amplia de todo el valle, donde ha desaparecido casi todo el yacimiento, conservándose únicamente testigos mínimos.

de un momento evolucionado del periodo, con puntas de muesca de muy reducido tamaño. Una datación de C-14 lo sitúa en una fase muy evolucionada del Solutrense. Es posible que contengan ocupaciones de este momento otras cavidades próximas, tanto con potentes rellenos sedimentarios – Chufín II/III, Las Brañucas, como con pequeños yacimientos, como Porquerizo. El Magdaleniense debe de ser más abundante, aunque únicamente esté certificado en las cuevas del Rejo y Las Cabras, y es muy probable que contengan depósitos de este momento algunas cuevas de atribución genérica al final del Paleolítico Superior, como Las Cuevas II, Sobrelascuevas, las Cabralizas, Ridio III, entre otras. Con todo, una buena parte de los yacimientos con industrias probablemente del Paleolítico Superior no son atribuibles a una fase concreta en el estado actual de nuestros conocimientos. Esto lleva a que la caracterización de las variables espaciales, posicionales y morfométricas de los yacimientos deban de realizarse en bloque, diferenciando sólo en algunos casos las estaciones de asignación epipaleolítica. En total se asignan a la fase 29 yacimientos de los que 21 podrían ser del Paleolítico Superior y 8 Epipaleolíticos. Las cuevas con yacimiento de estos momentos aparecen sólo en la cuenca media baja y baja del Nansa. Los yacimientos situados en posición más interior – Porquerizo, Pendios, Lengo II- se encuentra a poco más de 20 km de recorrido del curso del río desde la desembocadura. Se localizan Variable Altura absoluta Altura relativa Distancia valle Ancho boca Grupo orientación

El poblamiento durante el Paleolítico Superior Realmente se conoce muy poco del Paleolítico Superior del Nansa, como se desprende de lo ya comentado, aunque con todo se puede realizar un bosquejo de las ocupaciones documentadas, así como de los patrones de distribución de los sitios y de las materias primas utilizadas. Los inicios del Paleolítico Superior están atestiguados en el yacimiento de la cueva de la Fuente del Salín, donde se han documentado industrias del Gravetiense y en que se ha realizado una datación radio carbónica. Sin duda debe de haber otros yacimientos con ocupaciones de este momento que hoy día no conocemos. El Solutrense está mejor representado, conociéndose el importante yacimiento del Chufín, con industrias

Media 99,90 32,59 102,36 6,43 2,00

Std. Dev 56,37 33,30 118,03 4,24 0,98

Variables posicionales y métricas de cueva con yacimiento del Paleolítico Superior. en dos ambientes: junto a la línea de costa actual, y en posiciones de baja altura relativa en la cuenca media- baja; los valores extremos de altura absoluta - 237 m- y relativa – 150- indican una fuerte asociación a las zonas de vega y de ladera baja. Esta posición se pone de manifiesto también en los valores medios de las variables posicionales. La mayor parte de las cuevas se encuentra en posiciones de ladera, en los tramos bajos (41,4%), seguidas de las que ocupan bordes de relieves residuales en la llanura litoral (31%) y de las que se asocian directamente al borde de valle. De éstas, la

260

Estudio diacrónico mitad aparecen en posiciones de pared de desfiladero, como Rejo, Las Cabras, Cabralizas o Joracos. Algunas de las situadas cerca del río lo hacen junto a la confluencia de dos cursos, como el grupo de Chufín – Herradura, Chufín I, II-III y IV-.

cuevas – abrigo, es decir cavidades con un amplio espacio abierto exterior, con galerías interiores más o menos desarrolladas. De todos modos a esta norma escapan varias cavidades, aunque la mayor parte de las cuevas pequeñas presentan ocupaciones epipaleolíticas.

300

En cuanto a la orientación de la boca no parece que haya sido, al contrario que en otras épocas, un criterio clave en la sección, dado que hay tantas cuevas en orientaciones cálidas y secas (S, E, SE), como frescas y húmedas (N, W, NW).

200

819

100

El tamaño muestral es demasiado pequeño para permitir analizar las diferencias entre los yacimientos del Paleolítico Superior y el Epipaleolítico. La diferente posición respecto al mar puede venir derivada de errores de muestreo y de la consideración de yacimientos epipaleolíticos como paleolíticos.

-100 16

PS

Fig. 5.2.11. Comparación entre de la variabilidad del parámetro Altura Absoluta de los yacimientos del Paleolítico Superior y del Epipaleolítico. El estudio del mapa de dispersión de yacimientos permite comprobar como los asentamientos aparecen regularmente distribuidos a lo largo de la vega, a partir de la zona media del valle. Desde Pendios- Porquerizo, hasta Salín, aparecen una docena de yacimientos situados junto al valle, con distancias lineales máximas de 5 km entre ellos. En algunos casos también se encuentran junto a afluentes, como Ridio y los Marranos. A este esquema escapan los nueve casos en que las cuevas aparecen en la rasa litoral, cerca de la línea de costa actual; en la mayoría de los casos pueden asignarse al Epipaleolítico. También es destacable la ausencia de yacimientos en el pequeño valle del río Gandarilla, quizás por un error de muestreo, o de asignación.

Resumiendo, puede decirse que durante el Paleolítico Superior y Epipaleolítico se utilizaron casi todas las cavidades amplias, con vestíbulos secos y utilizables, que existían en el tramo bajo y medio-bajo del Nansa. Se ocuparon aquellas cuevas situadas en la franja litoral y en los bordes del valle, especialmente en los sectores más bajos de las laderas, con bocas abiertas directamente sobre el cauce principal. El patrón de distribución lineal, ajustado al valle, revela la importancia de los desplazamientos N-S y la escasa distancia media entre yacimientos con una densa utilización de la zona en el tardiglaciar.

Soporte F. Absoluta F. Relativa Abrigo 2 6,9 Cueva 14 48,3 Cueva gran 13 44,8 vestíbulo Total 29 100

Cuarzo

60

Cuarcita

50

Sílex

40

Caliza

Radio Arenisca

30

Jaspe Lutitas

20

Otras

10

Tipos de soporte utilizados por los yacimientos del Paleolítico Superior.

Brañucas (2)

0

La falta total de yacimientos en el área interior de la cuenca media puede relacionarse, al menos en parte, con la escasez de sustratos carstificables. En general se seleccionaron para el hábitat cavidades con buenas condiciones de uso, aunque también hay algunas excepciones. La anchura media de boca es de 6,43 m, con valores extremos de 1,3 y 17 m de boca. Así la mitad de los casos se trata de

261

Porquerizo

8

EP

Fase

Chufin-2

N=

Rejo

Altura abs

0

Fig. 5.2.12. Frecuencias de materias primas en las series.

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Las materias primas Sólo se dispone de información cuantitativa de materias primas para cuatro series líticas de la zona: Brañucas, Rejo, Chufín –2 y Porquerizo, con tamaños muestrales muy diferentes. Como es normal hay una relación directa entre el tamaño muestral y el número de materias primas utilizadas: así la serie con mayor diversidad es Rejo, que supera las 2000 piezas. La primera apreciación es la importancia de la utilización de la cuarcita, que supera en todas las muestras el 40%, y en tres de ellas el 50 % (Brañucas, Rejo y Porquerizo). Se trata de una materia estrictamente local y a la que se tiene acceso con facilidad en los aluviones y terrazas del Nansa y Lamasón. En general aparecen cantos de cuarcitas grises y rosadas, procedentes de la disgregación de los conglomerados que forman la parte alta del valle. Las variedades de cuarcitas ordovícicas litorales, de grano más grueso, no se han utilizado por su peor respuesta a la talla. La siguiente materia prima, que supone más de la cuarta parte del total es el sílex. En todas las series es importante la presencia de variedades locales, de tonos oscuros y mala calidad, y aparecen también sílex de tipo gris brillo y blanco, de procedencia foránea. En algunos casos se detecta la presencia de sílex de los sinclinales del centro de la región. El cuarzo, en la variedad de cristal de roca, es la última materia prima utilizada con asiduidad (13 % de media). Se trata de un recurso local y se detecta una mayor utilización en el área interior del territorio, cerca las fuentes de abastecimiento. Así, es frecuente en las series de Brañucas, Porquerizo y Chufín, situadas junto a la ladera norte de Ozalba, donde puede recogerse. En Rejo, en una posición mucho más alejada resulta una materia prima de uso marginal. Por último cabe citar la aparición de algunos materiales líticos secundarios, como las variedades de jaspe, radiolarita, lutitas, incluso de ofitas, en Rejo.

262

Estudio diacrónico Las manifestaciones rupestres paleolíticas

Las estaciones

El valle del Nansa constituye uno de los principales focos del Arte rupestre pre-magdaleniense del Cantábrico, conociéndose un buen número de cavidades, tanto con pinturas – Fuente del Salín, Los Marranos –, como con grabados y pinturas – Chufín, Micolón y Porquerizo-.

Los yacimientos conocidos son de tipología variada: así aparecen tanto conjuntos con un número elevado de manifestaciones formado parte de grandes conjuntos sincrónicos, caso de Salín y en menor medida, Micolón, como grandes conjuntos pertenecientes a distintos momentos, como El Chufín, apareciendo también pequeños yacimientos, como El Porquerizo y Los Marranos. Además hay varias estaciones con manifestaciones dudosas. Se conocen los siguientes yacimientos:

Paradójicamente, a pesar del número tan elevado de estaciones, éstas son conocidas desde fechas relativamente recientes, principios de los años setenta, y sus descubrimientos se produjeron una vez conocida la cueva del Chufín, quizás el principal yacimiento del Nansa.

Fig. 5.2.13. Ciervas del panel exterior del Chufín. Figuras grandes (a partir de las ilustraciones de Almagro Basch). Cueva del Chufín o del Moro Chufín Reducida cavidad con un importante conjunto de representaciones, pertenecientes a varios momentos. Por un lado aparecen tres paneles de grabados incisos gruesos en el fondo del vestíbulo. En el centro aparece el panel principal, con una docena de ciervas, cuya representación se limita en la mayoría de ellas a la cabeza, al cuello y al contorno cérvico – dorsal, aunque la principal está completa. Además también en el centro del panel hay un bisonte acéfalo. Por otra parte hay grabados lineales, tanto en la pared derecha como en la izquierda, destacando únicamente un posible pez en el de la izquierda. Este conjunto es característico del estilo II de Leroi- Gourhan, con paralelos muy estrechos en otros conjuntos, especialmente en la cuenca del Nalón. La cronología tiende a situarse en el Gravetiense.

Fig. 5.2.12. Bisontes del Chufín. Superior e intermedio del área interior. Inferior grabado en el panel exterior. A partir de las ilustraciones de C. González Sainz.

Sin duda se echa en falta la existencia de yacimientos con arte rupestre del ciclo Magdaleniense, a pesar de existir importantes yacimientos de este momento, como el Rejo y Las Cabras.

En el interior de la cavidad, en una sala amplia, hay dos conjuntos claramente diferenciables y algunas figuras grabadas de más difícil sistematización, como una posible zancuda y un antropomorfo. El primer conjunto, distribuido por ambas paredes

263

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa presenta figuras rojas, con la representación de un caballo y un bóvido muy toscos, grandes grupos de hileras de puntuaciones, destacando una rodeando a una oquedad, grupos de líneas verticales, etc. Sin duda alguna se trata de un conjunto muy arcaico, quizás del Gravetiense.

muy característico, distribuidas desde el Nalón hasta el Asón, conociéndose gran número de estaciones, la mayoría muy características, en la cuenca del Nalón. En el Nalón se ha fechado desde el Gravetiense al Solutrense antiguo, aunque los existentes en otras áreas, como la del Asón, donde se encuentran Venta de la Perra y la Luz, son fechables en el Gravetiense. En el interior de la cueva hay dos conjuntos: uno de pinturas rojas donde dominan las hileras de puntuaciones y aparecen varios animales, en concreto un uro y un caballo. Se trata sin duda de un conjunto de cronología muy arcaica, quizás contemporáneo al del vestíbulo. Y el tercer conjunto está realizado con grabados incisos finos, y en él aparece la asociación caballo – bisonte y ha sido atribuido al Solutrense. Se trata de las figuras más naturalistas y de aspecto mucho más evolucionado que las del resto de la cavidad.

Fig. 5.2.14. Caballos y uro del interior del Chufín. A partir de las ilustraciones de C. González Sainz. El segundo conjunto está formado por tres paneles de grabados incisos finos situados en frisos muy inclinados de la pared izquierda, donde se han catalogado varios herbívoros: 2 bisontes, 1 caballo, 1 cabeza de uro, 1 cáprido, además de posibles vulvas, etc. Los animales son bastante naturalistas y presentan detalles interiores. Son atribuibles al Solutrense.

Cueva del Micolón o de la Fuente del Micolón Cavidad bastante grande, aunque con dos bocas muy reducidas, que dan acceso a dos laminadores, que desembocan en una sala pequeña, aunque de buenas proporciones, donde se concentran las representaciones rupestres. Hay que indicar dos cuestiones relevantes en relación con la cueva. Por un lado, en una galería próxima a la sala con representaciones rupestres aparecen nodulizaciones de sílex incrustadas en las paredes de la cueva, al pié de las cuales se hallaron numerosos fragmentos de sílex, al parecer trabajados y en la galería que conduce a la sala y muy cerca de la misma se hallaron un buril y un raspador de sílex. Y por otro hay que tener presente que la cueva del Micolón se abre a menos de una decena de metros del abrigo de Las Brañucas, uno de los principales sitios de hábitat de todo el Nansa, con un impresionante yacimiento.

Fig. 5.2.15. Ciervas del panel exterior del Chufín. Figuras pequeñas. (a partir de las ilustraciones de Almagro Basch).

En resumen, en la cueva del Chufín aparecen tres conjuntos distintos. El primero situado en el vestíbulo, con representaciones de animales muy estereotipadas, realizadas en grabado inciso grueso, donde dominan las representaciones de ciervas y hay un bisonte acéfalo. Se relaciona con un buen número de estaciones cantábricas, que forman un conjunto

Fig. 5.2.16. Grabado de cáprido, Micolón. En este caso y a diferencia de la vecina cueva del Chufín, aparece un conjunto rupestre aparentemente sincrónico, formado por un número bastante elevado de representaciones, tanto en pintura roja como

264

Estudio diacrónico

Fig. 5.2.17. Planta del área de entrada y decorada del Salín, a partir de Morales y Moure (2008), ligeramente simplificado. grabados incisos gruesos, que son mucho más numerosos. Las pinturas se limitan a las presentaciones de dos prótomos de caballo, dos osos (uno de ellos completo), un gran signo rojo curvilíneo muy complejo y de carácter único, un grupo de cuatro líneas verticales y paralelas, dos pequeñas líneas arqueadas y otros motivos menos relevantes. Una de las líneas arqueadas se superpone a uno de los motivos vulviformes grabados. Además de una posible cabeza de bisonte, situada en el corredor izquierdo de la entrada. Hay un signo formado por dos ángulos paralelos pintados en rojo delimitados por grabado inciso.

la parte anterior de la cierva en trazo estriado y el cáprido con cuernos cortos en aptitud de carrera, muy detallado, más propios del Magdaleniense. Las demás figuras, especialmente los grandes ciervos y ciervas además del uro, en grabado inciso grueso muy poco detalladas probablemente sean contemporáneos a las pinturas. Los extraños vulviformes grabados probablemente sean contemporáneos a los cérvidos, siendo interesante que uno de ellos está por debajo de una pequeña línea arqueada roja. Sin dudas se trata de un conjunto excepcional, muy bien conservado. Cueva del Salín o de la Fuente del Salín

Los grabados son más numerosos: 4 cápridos (uno completo a la carrera, de pequeño tamaño y muy naturalista y tres incompletos, en esbozo), 3 cierva (destaca la parte anterior de una cierva realizada a trazo múltiple y otras dos en trazo grueso), 2 ciervos, 7 vulviformes muy particulares y otros signos sencillos. La aparente uniformidad del conjunto de representaciones tampoco resulta clara. Por un lado las representaciones de animales rojos son sin duda muy arcaicos, tanto los caballos con crinera en escalón y curva cérvico dorsal muy marcada; y los osos, muy poco detallados, de aspecto también arcaico. Los signos rojos complejos, uno de ellos con el contorno grabado, son muy particulares de la cueva, no teniendo paralelos conocidos. Los grabados presentan más problemas ya que hay dos figuras que parecen mas evolucionadas que el resto,

Cavidad de gran desarrollo, con un importante conjunto de representaciones, técnica y temáticamente homogéneo. En una salita que constituyó el primitivo vestíbulo de la cavidad aparecen un buen número de manos, generalmente negativas, aunque hay algunas en positivo, normalmente rojas, si bien aparecen algunas negras. Varias de ellas se realizaron sobre grandes manchas rojas, además de haber alguna mancha roja de buen tamaño, aislada. En un corredor que da acceso a las galerías más altas de la cueva además de manos aparecen manchas y puntos aislados y restos de ocre. Y por último, ya en el piso superior, hay una serie de puntos, una línea, tres líneas paralelas bordeando un saliente rocoso, un signo triangular, un disco rojo y manchas, todas ellas rojas.

265

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Las pinturas se pusieron en relación con un depósito existente al pie de las principales representaciones, que fue sondeado y datado por C-14 a partir de dos muestras de carbón del hogar, que proporcionaron fechas de 22.340 ± 510 / 480 y de 22.580 ± 100 y de una muestra de hueso recogida en superficie, que proporcionó 23.190 ± 900, por lo que el yacimiento podría atribuirse a un momento Gravetiense (González – Morales y Moure 2008). Por otra parte la datación de una muestra del carbón obtenida de una mano en negativo, proporcionó una fecha del 18.200 ± 70 B.P., es decir, Solutrense, por lo que se ha señalado que esta fecha pudiera estar rejuvenecida.

Cueva de Los Marranos Cavidad de mediano tamaño situada muy cerca del río que presenta un reducido conjunto de pinturas rojas. En una pequeña galería situada a la izquierda del vestíbulo hay varias hileras de puntuaciones, a veces en oquedades rellenas de color, tanto en varias series rectilíneas y paralelas como distribuidas en una línea arqueada. Las puntuaciones son de pequeño tamaño y están realizadas con los dedos teñidos de color, quizás con el meñique.

Fig. 5.2.19. Puntuaciones de color rojo de la cueva del Pico (Cades). Con toda probabilidad se trata de una estación del ciclo pre-magdaleniense, relacionable con el santuario de la cueva del Chufín.

Fig. 5.2.18. Manos pintadas del Salín. A partir de Bohigas et al (1985).

Yacimientos dudosos

Cueva del Porquerizo Reducida cavidad abierta muy cerca del río con algunas representaciones indudablemente paleolíticas. En la pared derecha y a unos 3 m de altura, hay un panel bastante grande formado por líneas fusiformes, generalmente verticales y tendentes a paralelas, en grabado inciso grueso. En la misma pared, a 4,5 m de la boca y a 1,80 m del suelo, hay una oquedad poco profunda, donde se han representado una hilera doble de puntos rojos, dispuesta en horizontal, con 10 puntos la superior y 9 la inferior, realizadas probablemente con un dedo untado de color. La cueva presenta restos de al menos una ocupación pre-magdaleniense, momento en que es probable que se hallan realizado las manifestaciones rupestres.

Un buen número de cuevas, a veces con importantes yacimientos arqueológicos, presentan algunas manifestaciones rupestres muy discretas, cuya atribución al Paleolítico no puede ser plenamente establecida. También se han considerado las de dudoso origen humano y otras de las que no se posee información precisa. - Cueva de las Cabras (Luey): En la pared derecha de la boca colgada en el cantil hay una mancha, aproximadamente rectangular, de color rojo amarronado muy intenso, que quizás pudiera ser natural. - Cueva del Pico (Cades): En un saliente amplio del techo de la cueva se han estudiado seis puntuaciones rojas de tamaño muy reducido, realizadas probablemente con un lápiz de ocre, de aspecto prehistórico. Los puntos se distribuyen de forma aleatoria, hacia los bordes.

266

Estudio diacrónico - Cueva del Chufín IV (Riclones): En el centro del vestíbulo hay una afloración rocosa muy aparente donde se observan varias líneas gruesas, una de las cuales sugiere el lomo de un cuadrúpedo. Probablemente se trata de grietas de origen natural.

Altura abs Altura relativa Distancia valle Ancho boca Grupo orientación Área vestibular

Min.

Max.

Mean

20 15

165 90

123,63 35,63

Std. Dev 46,06 24,85

35

270

119,38

94,58

3,00 1

18,00 3

9,3750 1,86

4,8972 1,07

18

220

72,7

67,4

Descriptivos para cuevas con Arte Rupestre Paleolítico. Además se conocen noticias orales sobre la existencia de una cueva con manchas rojas actualmente tapada por el Pantano de Palombera. Valoración final

Fig. 5.2.20. Series de Porquerizo, 2 –4 Chufín.

puntuaciones:

En el valle del Nansa, que ha sido muy prospectado en los últimos años, se conocen un buen número de estaciones rupestres, en concreto cinco, además de varias cuevas con manifestaciones dudosas, al presentar sólo figuras aisladas o ser de dudoso origen.

1

- Cueva de Traslacueva (Riclones): Pequeña cavidad situada en la parte alta del macizo de Trespeñas. No presenta condiciones de habitabilidad. En la pared derecha del fondo del vestíbulo aparece un panel de grabados muy gruesos, realizados sobre la calcita descalcificada, entre los que destaca el dibujo de la parte posterior de un pez. En el fondo de la cueva hay varios grabados lineales, en trazo grueso, realizados en la calcita, actualmente endurecida. La cueva no se encuentra en un contexto paleolítico, al estar a unos seiscientos metros sobre el nivel del mar. Por otra parte los grabados son muy difíciles de fechar, y al menos una parte de los mismos resultan probablemente naturales, quizás realizados por las cabras con los cuernos. - Cueva de los Pendios (Celis). Cavidad de casi doscientos metros de desarrollo que se abre muy cerca del cauce del Nansa, en una pared labrada por un arroyo afluente del Nansa, muy cerca de la confluencia con él. Presenta yacimiento arqueológico.

Fig. 5.2.21. Yacimientos en cueva con arte rupestre paleolítico.

En el comienzo de la galería lateral existente en el interior de la misma hay una mancha roja de unos 20 cm de altura y a unos metros una línea negra vertical, realizada con carbón vegetal. La mancha roja parece paleolítica.

Todas ellas, quizás con la única salvedad de unos pocos grabados de Micolón, que podrían atribuirse al Magdaleniense, son de fases pre-magdalenienses, con tres conjuntos muy representativos: Fuente del Salín, Chufín y Micolón. El primero es un conjunto formado prácticamente por manos. Los conjuntos

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Fig. 5.2.22. Grabados del panel central del vestíbulo de Chufín. A partir de Almagro et al (1977).

con manos son un tipo de estación rupestre relativamente numerosa y así este motivo aparece de forma casi exclusiva en Gargas, Maltravieso, Castillo. También son frecuentes los conjuntos con una o unas pocas manos, como el Santuario Oriental de Tito Bustillo, Cudón, Pech – Merle, Altamira, etc.

Presentan claramente convenciones premagdalenienses, aunque no cuenta con paralelos claros en otros conjuntos. Pudieran ser de cronología Solutrense. Algunos grabados de animales, en concreto un cáprido y la parte posterior de una cierva con grabado estriado, son muy característicos del Magdaleniense.

En general este motivo se atribuye a momentos antiguos del Paleolítico Superior, particularmente al Gravetiense, donde tradicionalmente se ha asignado al conjunto del Salín, en relación al yacimiento existente a sus pies, aunque la única mano fechada ha proporcionado una cronología del Solutrense superior, fecha que ha sido considerada errónea, por demasiado reciente.

Las cuevas de Los Marranos y El Porquerizo presentan hileras de puntuaciones rojas, como las del Chufín, por lo que pudieran ser contemporáneas.

También se atribuyen al Gravetiense o al Solutrense inferior los grabados del vestíbulo del Chufín, con ciervas muy características, además de con un bisonte acéfalo. Este tipo de grabados son abundantes y característicos del Nalón, donde se conoce un buen número de yacimientos, entre los que destaca La Lluera I y La Viña. En otras áreas de la región también aparecen, como en Hornos de la Peña, La Luz y Venta de La Perra. Posiblemente también sean del Gravetiense el conjunto de pinturas rojas del interior del Chufín, con un uro y un caballo, además de numerosas agrupaciones de puntuaciones. El conjunto más grande es el de Micolón, que incluye algunas pinturas de animales – caballos, osos y signos- y algunos grandes grabados numerosos animales, signos vulviformes, etc-.

Y por último en la cueva de El Porquerizo aparecen líneas fusiformes grabadas en la roca, motivo muy común en el Cantábrico, especialmente en Asturias (El Conde, La Viña, Samoreli, El Covarón, etc.) y en Cantabria y Vizcaya (Peña del Perro, Venta de la Perra, etc). Algunas han sido fechadas en el Auriñaciense debido a que aparecieron recubiertos de niveles de dicha época (El Conde, La Viña). Con todo puede tratarse de un motivo de amplia vigencia cronológica. Resulta destacable que la mayor parte de las cavidades con pinturas paleolíticas presenten yacimientos, más o menos claros o conocidos, de la misma fase que las pinturas, sea en la propia cueva o en un punto inmediato. Así ocurre en Chufín, en Micolón – Brañucas, Salín, Los Marranos y El Porquerizo. Dentro del grupo de las cuevas con manifestaciones muy reducidas o dudosas se ha documentado yacimiento en El Pico, en Las Cabras y en Los Pendios. En general las cuevas con manifestaciones de arte rupestre paleolítico se sitúan como el resto de las

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Estudio diacrónico cuevas con yacimiento paleolítico, en entornos de ladera cercanos al valle, aunque la media es algo superior a la de todas las cuevas con yacimiento. También es diferente la anchura de boca, claramente superior en el conjunto de cuevas con arte que en el total (9,4 frente a 6,4 m). En cuanto a la orientación es algo mejor en las cuevas con arte que en el total.

arte apunta a que quizás la comarca del Nansa dependió del potente núcleo del medio Saja – Altamira - Las Aguas- Linar – Cualventí-, a muy escasa distancia.

Donde más diferencia se aprecia es en las condiciones de habitabilidad. Si en general éstas son buenas para todas las cavidades con utilizaciones de hábitat, para las cuevas con manifestaciones parietales son excepcionales. No solo el tamaño de boca, de casi 10 m de anchura, sino sobre todo la orientación, en casi todas ellas al Este y Sureste y especialmente el área vestibular. Los vestíbulos interiores del Chufín, con más de 200 m2, los Marranos, con 112 m2 o Las Cabras con 70 m2 son los más destacados. El valor medio es de 72 m2. En algunos casos como Salín no es posible establecer el tamaño, pero sin duda fue amplio, dada la anchura de la sala decorada.

250 Area Vesbº (m2)

200

150

100

50

Ch uf ín

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Ca br as

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Br añ uc as

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Po rq ue riz

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0

Fig. 5.2.23. Tamaños vestibulares de cuevas con arte rupestre paleolítico, en m2. El hecho de que las cuevas con mejores condiciones de hábitat fuesen las decoradas en momentos premagdalenienses podría apuntar a que fueron utilizadas como lugares centrales de hábitat y quizás en algunos casos, como Salín, Chufín o Micolón – Las Brañucas, sirvieron como espacios de agregación. Siguiendo este planteamiento la falta de una estación central con arte del ciclo magdaleniense, podría indicar, si es que no se debe a un problema de muestreo, que durante este momento el estrecho valle del Nansa fue sólo un área de caza, un lugar de paso. La estación utilizada como lugar de ocupación central sería sin duda El Rejo, con un potente yacimiento de este momento. Así lo indican la diversidad de su utillaje, la abundancia de piezas decoradas y su variedad litológica. Pero la falta de

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5.3. El Mesolítico y el primer Neolítico J. Ruiz Cobo

La información disponible La costa del Nansa, una zona tradicionalmente rica en yacimientos mesolíticos, se sitúa dentro del área de distribución de la cultura asturiense, definida por Vega del Sella (1923) y estudiada después básicamente por Clark (1976), González Morales (1982) y Arias (1991). El yacimiento tipo, el “conchero", se localiza en pequeñas cavidades situadas junto a ensenadas, en los propios acantilados o abiertas en las paredes de los hüm que destacan sobre las plataformas litorales de Pechón o Prellezo.

gran parte del yacimiento. Se abre en el fondo de una dolina y debió de contener un importante yacimiento asturiense. Frente a ella, en la base de un resalte calizo aparece la pequeña boca del Cuélebre II, también con restos de yacimiento mesolítico.

Los criterios que se han utilizado aquí para asignar un yacimiento a esta fase son a) presencia de utillaje característico, en concreto picos marisqueros, b) acumulaciones de malacofauna marina holocénica, sin cerámica, c) acumulaciones de conchas de caracol de tierra (Cepaea nemoralis) en asociación a industria lítica, carbón o restos de fauna procesada. En caso de que en cualquiera de los contextos anteriores aparezca cerámica a mano de caracteres antiguos en asociación directa con los demás materiales, el yacimiento se ha considerado neolítico antiguo. En el territorio de estudio se conocen dos tipos de yacimientos: estaciones de superficie que aparecen como concentraciones de material lítico en los suelos del litoral, y yacimientos de hábitat en cueva, sea de tipo conchero marino en el litoral o de tipo mixto en las áreas interiores. Especialmente hay cuevas con materiales líticos, pero en que no ha aparecido conchero, que han sido asignados al Mesolítico, como el Abrigo de Ristromedo y la cueva de Las Canalonas, ambas muy reducidas y situadas en la zona alta del valle. Recorriendo la costa de Este a Oeste el primer grupo de yacimientos es el conjunto de Santillán, formado a su vez por tres agrupaciones: Cuélebre, Borias y Hoyo de Río Pozo; todos los yacimientos de este núcleo se encuentran en un kilómetro cuadrado, es decir la distancia máxima entre ellos no supera los 15 minutos. El paisaje es una plataforma de relieve ondulado, salpicado con algunas dolinas y algunos relieves residuales de tipo hüm. La cueva del Cuélebre es quizás la cavidad más conocida de la zona. Fue excavada en los años 40 del pasado siglo por los lugareños que extrajeron

Fig. 5.3.1. Pico marisquero en el momento de su localización en la estación de superficie de Borias (San Vicente de la Barquera). A poca distancia se localizan algunos yacimientos al aire libre que también han proporcionado industrias líticas sobre canto y sobre lasca y lámina: El Cuélebre I, IV y Camino del Cuélebre. En sus series destacan como ítems más significativos los cantos apuntados o retocados a modo de pequeños chopper. Algunos de ellos parecen picos marisqueros muy cortos. Un kilómetro hacia el sur se encuentra un cerro testigo donde nace un pequeño curso de agua, conocido como Fonfría. En las paredes del hüm aparecen tres cavidades designadas como Sierra de Borias I, II y III. Han proporcionado restos de un importante yacimiento de tipo conchero y también en este caso proporcionaron varios cantos retocados. Unos 300 m al oeste se encuentra el conjunto de Riopozo. En la pared este de otro pequeño cerro se localiza la cueva de Riopozo, cuya visera se encuentra hoy desplomada y que, en origen debió de tener una boca mucho más amplia. Actualmente es sólo un covacho donde se han localizado restos de

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Estudio diacrónico conchero holocénico. A pocos metros al Este se localiza, en el reborde de una amplia dolina, el yacimiento de superficie de Riopozo. Esta zona ha perdido el nivel de suelo y entre los sedimentos de la escorrentía aparecen lascas y restos de talla. De ahí proceden dos espectaculares picos marisqueros, depositados en el M.R.A.P.

En el interior se han identificado restos mesolíticos en el abrigo de Prellezo, abierto en la pared norte de hüm. Al sur de Prellezo, también en la base de relieves residuales, y junto al nacimiento del arroyo de Prellezo, se encuentran las cuevas de Trolo y el Abrigo y la Cueva de Fuente Llerana (Arroyo del Cú). En la ladera norte de la Sierra de Jerra se localizan en la pared de un resalte calizo las cuevas de Peñalmar. En una de ellas, detrás de Peñalmar, se ha estudiado una larga estratigrafía de conchero, con niveles cerámicos, un pico marisquero y restos humanos. La rasa caliza de Pechón también presenta una alta densidad de yacimientos asturienses. En el extremo occidental, en la pared este de un pequeño hüm, está el abrigo del Camping, con un típico yacimiento de esta fase, muy alterado. En una posición similar se encuentra la cueva de la Ería, aunque en este caso es una cueva grande, cuyo suelo ha colapsado. En la pared este de la isla Sarnosa, en pleno acantilado, se abre la cueva del mismo nombre, con restos de conchero.

Fig. 5.3.2. Ensenada de Berellín, donde desemboca el Arroyo de Prellezo, junto a la cueva de Trolo. En el interior de la cuenca del Gandarilla se han estudiado varias cavidades con yacimiento de esta época. Inmediatamente al sur del estrechamiento de Tamburrios se encuentra en la base de un cantil la cueva de la Cantera, con algunos restos de yacimiento mesolítico. Poco más al sur, también en la base de un acantilado labrado por el río se encuentra la boca del Abrigo de la cueva del Hortigal, que también ha proporcionado restos de esta fase. Quizás el yacimiento clave para este valle en el mesolítico sea Cueva Oscura, abierta en la pared norte del Hoyo del Gato, una dolina de la que nace un pequeño curso endorréico. Ha proporcionado industria y fauna asturiense. La rasa de Prellezo, continuación de la de San Vicente, es también rica en yacimientos arqueológicos. Siguiendo un típico esquema de yacimiento mesolítico litoral se localiza la cueva de Trolo. La boca se abre en la pared de un vallejo labrado por el Arroyo de Prellezo, que desemboca formando la ensenada de Berellín y facilitando así el acceso a la línea de costa, que en este sector es muy abrupta. Un esquema similar presenta el conjunto de Linares, formado por cuatro cavidades con yacimientos de tipo conchero - Linares I, II, III y Cuelliburru-. Algo más al oeste, en la propia pared acantilada, se encuentra la cueva de Sobrecueva.

Ya en el entorno del pueblo se encuentran, generalmente en la paredes de hüm, los conjuntos de Monte Pechón, Las Cuevas I y II, Abrigo y Cueva de Hoyo Laredo, Cueva de Pechón, cueva de La Paja, del Refugio y de La Jilguera. En plena rasa costera, en el fondo de una dolina, se ha estudiado la gran boca de la cueva del Cueto o Lanzal, con restos de ocupaciones mesolíticas. En el extremo oriental de la rasa, sobre la ría de Tina Menor, se encuentra el conjunto de Peña Pinto. De las cuatro que lo componen, las tres primeras se abren sobre la plataforma y la última en el cantil que da a la ría. Todas han proporcionado restos de conchero, aunque los testigos de la primera evidencian que debió de ser un yacimiento muy destacado. En un paisaje de colinas se sitúan casi todas las demás estaciones. En el bajo Nansa, a cierta distancia del fondo del valle, se encuentran las cuevas de Las Conchas de Helguera y de la Osa de Prío, ambas con buenas condiciones de hábitat, la primera con una ocupación mesolítica y la segunda probablemente ya neolítica. Algo más al sur, en el fondo de la depresión de la Magdalena, se halla la cueva del Encoladoiro, también con ocupación mesolítica. Sobre el curso del Nansa se localiza la cueva de Barón, ocupada desde el Paleolítico Superior, en un rellano de ladera sobre el río que comienza a formar desfiladeros con paredes acantiladas.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

Fig. 5.3.3. Distribución de yacimientos mesolíticos. Se ha indicado la línea de costa a –10 y a – 20 m respecto a la actual. No se incluye el yacimiento, de cronología imprecisa, del Abrigo de Ristromedo, en Polaciones. Junto al curso de un arroyo lateral, Escajo Suspino, se encuentran las cuevas del Vallejo y de Ridio 3, ambas con bocas amplias. En la misma franja caliza que las anteriores se encuentra la cueva de Pico, que da ya al valle de Cades y que fue también utilizada en el Paleolítico Superior. Presenta condiciones de uso excepcionales, amplia, seca y bien orientada. En el fondo de la vega, cerca de la unión del Lamasón con el Nansa, se encuentran las cuevas de las Vijeras, un conjunto de tres cavidades con yacimiento. La principal, Vijeras I, ofrece un gran espacio útil directamente sobre el Lamasón y fue ocupada probablemente en un momento epipaleolítico. Vijeras II es más pequeña, pero también utilizable y Vijeras III es un abrigo estrecho, en pendiente, con condiciones de uso mucho mas limitadas.

Algo más al sur, donde el Latarmá se une al Lamasón, se encuentra la cueva de Lengo II, de boca pequeña y reducido tamaño útil, lo que restringe su capacidad de ser utilizada como lugar de hábitat. Su ocupación debió de prolongarse hasta el neolítico. En un entorno diferente, de media montaña, a 555 m de altura, se abre la cueva del Covajo de Comaría, que ofrece un refugio amplio y seco, orientado al suroeste.

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Estudio diacrónico De las variables manejadas en el estudio del entorno resulta clave la temperatura. Así, todas las estaciones aparecen en la franja más cálida del territorio, con valores medios de temperatura anual de entre 12 y 16º. Los sustratos, aunque determinantes en gran parte, porque se trata en su gran mayoría de estaciones en cueva, no lo son tanto, en la medida en que en algunos sectores se ocupan casi literalmente todas las cuevas disponibles (caso del litoral) y en otros, como en la franja de colinas, y sobre todo en la media montaña, no es así.

Al tu ra s a b s o l u ta s 25 20 15 10 5

Es decir, es posible suponer que esta distribución, parcialmente concentrada en la costa, aunque con un importante uso de las zonas bajas, es un reflejo directo de las densidades de uso del territorio por los grupos mesolíticos.

> 200

176 a 200

151 a 175

126 a 150

101 a 125

76 a 100

51 a 75

26 a 50

De 0 a 25

0

Fig. 5.3.4. Distribución de frecuencias de altura absoluta de cavidades mesolíticas en el Nansa. Los yacimientos de Fontecilla y de la Canalona, el primero en una zona de desfiladero del Lamasón y el segundo en el medio Nansa, sobre Santotís, han proporcionado evidencias de ocupación en un momento impreciso, del Epipaleolítico al Neolítico –restos de talla, útiles líticos, algo de fauna, una concha de Mytilus galloprovincialis- y resulta compleja su asignación al mesolítico o al neolítico.

Abrigo Covacho Cueva Cueva vestibular Estación al aire libre Total

En posición más interior, ya en la cuenca alta del valle, se encuentra el Abrigo de Ristromedo, donde se ha estudiado una pequeña muestra de industria lítica. En este caso no resulta descartable su adscripción al Neolítico. Distribución de las estaciones Las estaciones mesolíticas siguen un doble patrón de situación: una gran parte de ellas se localizan en la rasa litoral, junto a la costa o muy próximos a pequeños arroyos que desembocan en calas. Este es el caso del gran grupo de Pechón, del grupo de Prellezo litoral y del conjunto del Arroyo de Prellezo, y del de Santillán. El resto de las estaciones, en torno a un tercio, se localizan en las vegas de los ríos principales y en sus inmediaciones. Sólo dos estaciones escapan a este patrón: el Cobajo de Comaría, que se encuentra en un entorno de media montaña, dentro del macizo y el de Ristromedo, situada en el curso alto, también alejada del valle. Así pues dos tercios de los asentamientos ocupan el entorno litoral, un tercio el entorno de valle en su curso bajo y sólo aparece alguna ocupación esporádica en el interior.

Fre. Fre. relativa absoluta 12 23,1 1 1,9 23 44,2 12 23,1 4

7,7

52

100,0

Frecuencias de tipo de soporte de los yacimientos mesolíticos. Para analizar la ocupación del territorio de estos grupos debe tenerse en cuenta que buena parte de estos yacimientos se generaron durante el primer mesolítico, un momento en que la costa se localizaba entre -20 y -30 m por debajo del nivel actual. La isobata de -20 m se encuentra por término medio a 1 km de la costa actual, lo que supone que estos grupos disponían de una franja adicional de territorio de 12 km2. Los sustratos de esta franja eran en su mayor parte calcáreos, por lo que debieron de ofrecer un buen número de cavidades que sin duda fueron ocupadas1. Esta posición queda reflejada en los valores medios de altura media absoluta, que para las ocupaciones mesolíticas es de 73 metros (con una desviación típica de 76). La distribución, alejada de la normal, presenta la moda muy desviada hacia la izquierda y el intervalo altitudinal que reúne la mayor parte de los datos es el de 50 a 75 m. Esto se explica porque la rasa donde se abren la mayor parte de las cavidades (65 %) presenta alturas de entre 45 y 75 m.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

La distancia media al vecino más próximo (calculada descartando las bocas abiertas en la misma pared), es de 436 m (con una desviación muy alta, de 546 m). Este valor, estimando una superficie para el sector (con yacimientos de esta fase) de 129 km2, proporciona un estadístico de Rn= 0,55. Se trata de un valor intermedio, poco significativo, alejado de la concentración absoluta y de la dispersión al azar. Procede de la fusión de dos poblaciones bien reflejadas en la distribución de frecuencias de distancias. Por una parte la mayoría de los puntos se encuentran a distancias pequeñas unos de otros (inferiores a 250 m). Después aparece una "cola" de yacimientos distribuidos de forma aleatoria es decir, significativamente lejos entre sí, aunque en algún caso formando pequeños núcleos. D.Vec.+Prx.

35

En términos de densidad el territorio del curso bajo medio del Nansa proporciona una densidad de 0,14 yac / km2. Se trata de un valor intermedio entre los estimados para los cursos bajo del Asón (0,20 yac/ km2) y el curso medio y alto de este mismo río (0,10 yac/ km2). También en esa zona se observó la dicotomía entre el patrón de distribución de los yacimientos litorales y los de los valles interiores (Ruiz Cobo y Muñoz 2007 y 2008). Se aprecia una diferente distribución entre los yacimientos mesolíticos del Nansa y del Asón. En este último aparecen yacimientos a lo largo de todo el valle, mientras que en el Nansa la mayor parte se localizan en el sector bajo de la cuenca. En cuanto a la concentración litoral, aunque se da en los dos valles, es mucho más intensa en la rasa del Nansa, que en la llanura litoral del Asón, por otra parte más amplia. Morfología y métrica de las estaciones

30 25

Los yacimientos mesolíticos se ubican en varios tipos de soportes cársticos: en abrigos más o menos amplios (23%), cuevas con grandes bocas y amplios vestíbulos (23%) y en pequeñas cavidades (46%). Además una pequeña parte se ha localizado al aire libre. Estos soportes se distribuyen de forma más o menos normal entre los diferentes ambientes, salvo por el hecho de que sólo se conocen estaciones al aire libre en la rasa litoral.

20 15 10 5 > 2000 m

1751 a 2000

1501 a 1750

1251 a 1500

1001 a 1250

751 a 1000

501 a 750

251 a 500

De 0 a 250

0

140

120

Fig. 5.3.5. Distribución de frecuencias de distancia al vecino más próximo de las estaciones mesolíticas.

100

80

60

Los yacimientos agrupados son los que ocupan las plataformas litorales, y los yacimientos dispersos son los que van recorriendo los valles. Estas dos poblaciones seguirán apareciendo a lo largo del análisis con otros rasgos diferenciados.

20

A re a ú til re a l

Lógicamente la mejor variable que diferencia a ambas poblaciones es la distancia al mar y el entorno de paisaje en que se encuentran. Las litorales se abren sobre todo en las paredes de los hüm de la rasa y en acantilados costeros y los demás en las laderas y cantiles fluviales. Desde las estaciones litorales se puede llegar al mar actual en menos de 10 minutos para el 90 % de los casos. Para llegar a la costa mesolítica se deben de caminar entre 10 y 15 minutos más, lo que en cualquier caso no supone una distancia significativa. En cambio los yacimientos del curso bajo se localizan entre la hora y las cinco horas de camino (5 y 21 km).

40

0

-20 A BR

CHO

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So p orte

Fig. 5.3.6. Distribución de los tamaños utilizables interiores de las cavidades con yacimiento mesolítico. Se aprecia una cierta tendencia de las grandes cuevas (cuevas con gran vestíbulo) a situarse más en áreas interiores y de las cuevas pequeñas a ser más abundantes en la costa. Esto debe relacionarse con el hecho de que en la costa se utilizaron casi literalmente todas las cavidades disponibles, mientras que en los valles se prefirieron aquellos

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Estudio diacrónico espacios con mejores condiciones de habitabilidad, siendo un criterio claro el tamaño. Los abrigos en general presentan tamaños útiles algo inferiores a los de cuevas con vestíbulos amplios. La

Aunque el valor medio, tanto en abrigos como en cuevas ronda los 30 m2, hay que tener en cuenta que una serie de estaciones aporta valores mucho mayores. Aparecen grandes espacios en todos los entornos, aunque en el ámbito litoral sólo se conoce

Fig. 5.3.7. Croquis estratigráfíco de Cuelluburru

superficie útil media en los primeros es de 28 m2 (Sdt 10) y en las segundas de 33 m2 (Std 6). En cuanto a las cuevas el valor medio útil es de 13,5 m2 (Std 3,6). Por supuesto el área útil podría ser superior si se utilizan galerías interiores, pero como ya se comentó el cálculo buscó seleccionar aquellos espacios secos al menos con luz atenuada. En general la mayor parte de las cuevas de vestíbulo amplio y de los abrigos pueden ser utilizados por una comunidad de tamaño medio, de 10 a 15 personas. Este no es el caso de las cuevas, muchas de las cuales presentan valores tres veces menores y sólo podrían albergar a una pequeña partida de cazadores – recolectores.

la cueva del Cueto o Lanzal, que ofrece una galería de entrada de unos 5 m de ancha con un fondo superior a los 20m. De todos modos se trata de un espacio descendente y húmedo, al menos en la actualidad. En el tramo bajo del valle destacan por su tamaño las cuevas de Las Conchas, con una boca de 5,5 m de ancha y un vestíbulo de más de 11 m de fondo. En este caso el espacio es seco y bien orientado. También en este sector intermedio se localiza el enclave de Ridio. Las bocas 2 y 3, se unen en un único abrigo, de unos 13 m de anchura, con un fondo variable, entre 4 y 10 m, que aunque orientado al oeste se encuentra en un valle muy protegido. En un entorno de media montaña se abre la gran boca del Covajo de Comaría, de 13 m de anchura, que da paso a un primer vestíbulo que alberga una cabaña y tras un estrechamiento se accede a otra sala, con luz atenuada, de 11 x 16 m.

Fig. 5.3.8. Cuevas de Ridio, bocas 2 y 3, probablemente un espacio central de hábitat en el Holoceno.

Así pues las estaciones con mayores espacios útiles se encuentran en el sector bajo de la cuenca, no en el propio litoral, donde las cuevas ocupadas presentan perfiles de uso más limitados. Es posible por tanto que los lugares centrales de hábitat se localizasen en la franja de colinas, a mitad de camino entre la montaña y la línea de costa.

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De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa Estratigrafía Como resulta habitual en los yacimientos mesolíticos, muchos ellos de facies conchero, los datos estratigráficos son escasos y poco indicativos. Dependiendo de las condiciones de humedad y del drenaje de la cavidad los niveles holocénicos han podido cementarse o no y en función al grado de alteración antrópico, estos testigos pueden o no estudiarse. El nivel holocénico puede aparecer en superficie, y las evidencias mesolíticas o neolíticas revueltas con los materiales depositados después, que no han llegado a formar un verdadero nivel. Este es el caso de veintidós yacimientos: La Cueva de Ortigal, del Cuélebre II, de la Cueva de la Sierra de Borias, Hoyo de Río Pozo, La Eria, El Cueto o Lanzal (10 a 15 cm de potencia), Peña Pinto 4, Cueva del Refugio, Linares II, Abrigo de Prellezo, Abrigo y cueva de La Llerana, Las Conchas, Cueva Osa, El Encoladoiro, Covajo de Comaría, Pico, Baro (también cementado), Cueva de Vijeras II, III (superficie y cementado), Lengo II y cueva de La Canalona. Los yacimientos mesolíticos aparecen en casi otros tantos casos (16) en forma de testigos cementados, en ocasiones muy reducidos, donde son visibles algunas conchas, fragmentos de hueso, algún carbón, etc. Este es el caso de las cuevas de Cueva Oscura (20 cm de potencia), Abrigo de La Cantera, Próxima al Camping de Pechón, Cueva del Cuélebre (50 cm de potencia, en algunas zonas en matriz de limos grises, con mucha materia orgánica, en ocasiones con pequeños bloques de aristas romas), Abrigo de las Cuevas (15 cm) Cueva de Las Cuevas, Cueva del Hoyo Laredo, La Jilguera, Peña Pinto (columna de 1,80 de altura) Peña Pinto 2, Peña Pinto 3, Detrás Peñalmar (Testigos de 1,3 m), Peñalmar, Linares III (10 cm), Rojo y Sobrelacueva. Por último, sólo en algunas estaciones (en torno al 10% del total), ha sido posible estudiar una estratigrafía más o menos sumaria en muchos casos a base de testigos parciales cementados en las paredes y techos de las cuevas. En la cueva de Las Cuevas de Pechón, se observa una columna de 4,5 m de altura. El nivel de conchero de aguas templadas tiene 3 m de altura y está formado por lapas pequeñas y otras especies. Por debajo del conchero un nivel negruzco de 20 cm de potencia que aporta material del epipaleolítico. En el abrigo del Hoyo Laredo se conservan altos testigos adheridos que permiten conocer su estratigrafía, de abajo arriba:

1. Nivel de concreción calcárea con restos de malacofauna, a + 40 cm del suelo, con una potencia difícil de estimar, pero superior a los 30 cm. Presenta fauna de aguas templadas (Osilinus lineatus). 2. Nivel de concreciones pavimentarias, casi sin evidencias, de unos 15 cm de potencia. 3. Nivel de carbonatos con restos de malacofauna, de aproximadamente 50 cm de potencia. Algunos restos se encuentran a 1,70 m del suelo, cerca ya del techo del abrigo. Osilinus lineatus, Patella vulgata, intermedia y ulyssiponensis, así como Mytilus edulis y Gibbula sp.

Fig. 5.3.9. Masa de conchero holocénico cementado de la Cueva de Las Cuevas, o Las Calaveras, en Pechón. Además del dominio de Patella se aprecia también la importancia de Mytilus. La cueva de La Paja está vaciada, y los testigos adheridos a la pared miden 1,5 m de altura. De muro a techo aparecen: Nivel 3: Conchero de mas de 1 m de potencia formado por Patella vulgata grandes, Littorina littorea, fauna y sílex. Nivel 2: conchero de 10 cm de potencia formado por lapas pequeñas y otras especies (varias especies de Patella, Monodonta y Mytilus). Nivel 1: capa estalagmítica de 10 cm de grosor. Estéril. En la cueva de Linares, muy vaciada, los testigos cementados de la pared del fondo presentan la siguiente estratigrafía: Nivel basal: formado por bloques calizos de tamaño grande, potencia > 80 cm.

276

Estudio diacrónico Nivel formado por eboulis de caliza de 4 cm de eje medio, de arista viva, con poca matriz, frío. Potencia 40 cm. Nivel de concreción calcárea con importante contenido en limos arenosos, de color blanco rosado, con conchas de fauna templada, un hueso de ciervo e industria lítica, que llega hasta el techo. Potencia superior a 40 cm. En Cuelluburru-2, una cavidad muy cercana y similar a la anterior, se observa la siguiente estratigrafía cementada en la pared de fondo: - Nivel 1, basal, de 40 cm de potencia muy compacto formado por gruesos bloques e intensamente cementado, con matriz de arcillas rojizas. - Nivel 2: nivel de concreción pavimentaria de 75 a 80 cm de potencia, en su zona media aparece un fragmento de maxilar de ciervo, alguna concha (L. littorea ¿). La concreción tiene un tono rosado a blanquecino e incluye algunos bloques y fragmentos de concreción redepositada. - Nivel 3: Capa de concreción calcárea de 15 a 20 cm de potencia, mas suelta y porosa y en algunos sitios perdida. Tienes hasta 30 cm de potencia máxima, incluye restos de un conchero muy rico con Patella y Monodonta, así como fauna.

rebajado. En los testigos de las paredes aparecen: Nivel de 5 – 10 cm de potencia, formado por conchas de Patella vulgata de tamaño grande y de Littorina Littorea, encostrado Nivel de 80 cm de potencia, cementado, formado por costras calcáreas con conchas de Osilinus lineatus. Todo el espacio vestibular de Ridio – 3 está vaciado. La estratigrafía se estudia en la pared derecha y en el fondo y en menor medida en la izquierda, y presenta un claro buzamiento desde la boca al interior, manteniendo la estratigrafía. Debe tenerse en cuenta que Ridio-3 es una boca fósil del sistema Ridio, que actualmente desagua por Ridio-1 a poca distancia y escasa diferencia de altura. De muro a techo aparece la siguiente estratigrafía: Nivel a. Se trata del nivel basal del suelo actual. Capa de limos rojizos muy compactos y cementados con clastos de caliza y arenisca de arista roma, tamaño centimétrico, entre 3 y 10 cm de eje. Nivel fluvial formado por el funcionamiento del sistema hídrico de la cueva. Nivel b. Capa de limos rojizos muy compactada y cementada, con abundantes clastos de óxido de hierro, de eje menor a 1 cm. Potencia 20 cm. Formado por movimiento de agua.

3 1

99 18 39 6

41 37 24 21

45 4

66 2

1 1

17

25

3 37

16

1

30

1 25 2 26 3 51 1 3

1

2 1 1

1 1 2 96 46

1

79

1

1 136 204 217

53

14 1 174 486 164 124 181 105

Series de malacofauna de estaciones meso-neolíticas del Nansa con tamaños muestrales > 45

277

Total

73 1 66 9 286 16

Aº Arroyo Cú

Cuelluburru

73 46 28 12

Ridio 3

Linares I

45 135 27 13

C. Cuevas

Eria 56 23

Peña Pinto 4 Detrás Peñalmar

6 16 12 5 4 2

Peña Pinto 1

66 3 18

Hoyo Laredo

M. lineata P. vulgata P. intermedia P. ulissyponensis P. sp. Mytilus edulis Mytilus galloprovincialis Mytilus sp Ostrea edulis Scrobicularia plana Gibbula umbilicalis Paracentrotus lividus Triton nodifer Cepaea nemoralis Suma

Prox. Camping

Cuélebre

El vestíbulo de la cueva del Trolo está muy

539 272 455 61 118 51 21 67 4 1 1 3 1 192 1786

De Pesués a Pejanda: Arqueología de la Cuenca del Nansa

100

Pechon Prellezo

75

50

25

Ostrea edulis

Paracentrotus lividus Cepaea nemoralis Otras especies