Arqueología de la Cuenca del Río Saja (Cantabria) 9781407313962, 9781407343549

This book presents the rich and varied archaeological record from excavations carried out between 2004-2010 in the Saja

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Arqueología de la Cuenca del Río Saja (Cantabria)
 9781407313962, 9781407343549

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Agradecimientos
Autoría
Indice
Introducción
Capítulo 1. El área de estudio
Capítulo 2. Historiografía
Capítulo 3. Estudio diacrónico
Capítulo 4. El registro arqueológico
Bibliografia

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BAR S2737 2015 MUÑOZ FERNÁNDEZ & RUIZ COBO (Dirs)

Arqueología de la Cuenca del Río Saja (Cantabria) Directores

E. Muñoz Fernández J. Ruiz Cobo

ARQUEOLOGÍA DE LA CUENCA DEL RÍO SAJA

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BAR International Series 2737 2015 07/07/2015 08:36:51

Arqueología de la Cuenca del Río Saja (Cantabria) Directores

E. Muñoz Fernández J. Ruiz Cobo

BAR International Series 2737 2015

ISBN 9781407313962 paperback ISBN 9781407343549 e-format DOI https://doi.org/10.30861/9781407313962 A catalogue record for this book is available from the British Library

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Agradecimientos Queremos mostrar nuestro agradecimiento a Carmen Barredo, Victor Crespo Lastra y Mercedes Pérez Bartolomé que formaron con los autores el equipo de campo y que durante muchos sábados nos acompañaron al monte, compartiendo coche, sendero y comida sin otro objetivo que disfrutar de la “arqueología real”. Y a Jose Luis Alonso, José Diego Estébanez y Ángeles Valle Gómez que nos ayudaron a que este proyecto, como otros anteriores, sea una realidad. A la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria que ha autorizado y financiado las salidas al campo, dentro de su plan anual de Intervenciones Arqueológicas. Y como siempre nuestro reconocimiento a todos los vecinos de los pueblos del Saja a los que hemos preguntado una y otra vez sobre las cuevas y minas de sus montes y que en todas las ocasiones nos han ayudado.

Autoría Capítulo 1. El área de estudio: J. Ruiz Cobo. Capítulo 2. Historiografía arqueológica: E. Muñoz Fernández y A. Bermejo Castrillo. Capítulo 3. Estudio diacrónico: E. Muñoz Fernández, J. Ruiz Cobo. P. Smith. Capítulo 4. El registro arqueológico. Fichas de yacimientos. E. Muñoz Fernández y J. Ruiz Cobo.

INDICE Introducción

7

1. El área de estudio

9

1.1. Rasgos generales de su paisaje

11

1.2. Descripción sectorial

21

1.3. El karst

24

2. Historiografía arqueológica

29

2.1. La formación del registro

31

2.2. Valoración final

34

3. Estudio diacrónico

39

3.1. El Paleolítico Inferior

41

3.2. El Musteriense

62

3.3. El Paleolítico Superior y el Epipaleolítico

70

3.4. El Mesolítico y el primer Neolítico

94

3.5. La Prehistoria Cerámica

102

3.6. De la protohistoria a la tardoantiguedad

117

3.7. La Alta y la Plena Edad Media

125

3.8. Las cuevas con “marcas negras”

144

4. El registro arqueológico. Sistemática utilizada.

151

4.1. Yacimientos en cueva

155

4.2. Yacimientos al aire libre

315

4.3. Yacimientos prehistóricos dudosos

349

4.4. Hallazgos prehistóricos aislados

350

4.5. Hallazgos prehistóricos dudosos y mal documentados

359

4.6. Yacimientos al aire libre de cronología histórica

359

4.7. Hallazgos romanos y medievales

375

4.8. Yacimientos romanos y medievales dudosos

376

4.9. Yacimientos de interés paleontológico

377

Bibliografía

381

Introducción Este trabajo forma parte de un proyecto de estudio más amplio que tiene como espacio de desarrollo toda la Cantabria atlántica y se lleva a cabo de forma progresiva, tomando como unidad de análisis la cuenca fluvial. El equipo de trabajo lo integran varios miembros de los grupos CAEAP y GEIS C/R, bajo la dirección de los autores de este libro, aunque en el mismo colaboran otros investigadores de diferentes organizaciones, desde hace ya una década. El objetivo básico del proyecto global es dejar constancia del modo más preciso posible de un registro arqueológico muy rico y variado. Se incluyen en sus trabajos parciales todos los yacimientos arqueologicos cualquiera que sea su cronología, desde el Paleolítico Inferior hasta la Edad Media. El medio utilizado es plasmar en fichas individuales cada uno de los yacimientos, recogiendo de forma exhaustiva la documentación que sobre él se encuentre inédita. El primer territorio estudiado, en el año 2004, fue el sector alto de la cuenca del Asón. Desde entonces se ha revisado, siempre con la pertinente autorización administrativa y en ocasiones con subvención económica, una amplia serie de territorios. Así, en 2004 y 2005 se prospectó el tramo medio de la cuenca del Asón y en 2006 el territorio que constituye la cuenca baja de este mismo río. Durante el año 2007 se estudió la cuenca del Nansa, aprovechando la realización del Inventario Arqueológico de Cantabria y el año 2008 se dedicó al estudio de la cuenca del Miera. Todos estos trabajos han sido publicados en diferentes años en la serie arqueológica BAR. En cuanto a la cuenca del río Saja ya había sido objeto de una intensa prospección en los primeros años de la década de los ochenta por el grupo CAEAP. En varias salidas al campo se revisaron los yacimientos conocidos y se localizaron un buen número de estaciones nuevas. Ahora, con una nueva prespectiva, se retoma el estudio de este territorio para lo cual se solicitó y obtuvo autorización y financiación para su prospección arqueológica durante una campaña en el año 2010. Sus resultados, junto al estudio de los demás yacimientos previamente conocidos en el sector, se ofrecen aquí. El número de yacimientos nuevos localizados en esta nueva campaña fue relativamente importante, e incluye tanto cuevas como estaciones al aire libre, de muy diferentes cronologías. Además de este trabajo de búsqueda se llevó a cabo la recopilación de toda la información arqueológica disponible sobre este sector, sin duda el más rico de la región, tanto en número de estaciones como en la propia importancia de muchas de ellas. Consideramos que el principal objetivo de este trabajo y de los anteriores de la serie, es dejar constancia documental precisa de una realidad arqueológica muy vulnerable, teniendo en cuenta la presión que todo este sector de Cantabria está sufriendo como consecuencia de nuestro modelo de adaptación al medio, basado en el crecimiento continuo. Maliaño 2015 Los autores

Capítulo 1. El área de estudio

Acantilados, labrados en calcarenitas, desde el Molino de Toñanes (Oreña).

Capítulo 1. El área de estudio El área de trabajo incluye de forma completa los municipios de Valdáliga, Comillas, Ruiloba, Alfoz de Lloredo, Santillana del Mar, Reocín, Mazcuerras, Cabezón de la Sal, Udías, Ruente, Valle de Cabuérniga, Los Tojos y la Mancomunidad de Campoo-Los Valles. Además se abarca de forma muy marginal el flanco oriental del municipio de San Vicente de la Barquera, ayuntamiento que ya fue parcialmente tratado en el estudio dedicado a la cuenca del Nansa. En este trabajo queda excluido el municipio de Miengo, que se estudiará en la cuenca del río Besaya. En total la superficie del área es de 842 km2, lo que supone el 16% del total regional. Se trata de un sector

apartado se transcribe de las memorias del Mapa Geológico Nacional, 1:50.000 (IGME 1978). Aunque en una extensión reducida, en la parte más alta de la cuenca, afloran materiales del Carbonífero, en concreto conglomerados, lutitas y areniscas del Stefaniense, en las laderas del Iján, a escasa distancia del nacimiento del Saja. Entre el Carbonífero y los materiales triásicos afloran en la zona alta de la sierra formaciones de origen volcánico que se atribuyen al Pérmico (IGME 1978). La mole del Pico Iján es un dique de este tipo, compuesto por granodioritas biotíticas. El Triásico está representado por dos facies litológicamente muy diferentes. El episodio más antiguo es el Buntsandstein, integrado por materiales silíceos, sobre todo cuarzo-arenitas, de color gris

Fig. 1.1. Mapa de Cantabria detallando sus municipios e indicando el sector de trabajo correspondiente a la cuenca del Saja. 91: Valdáliga, 25. Comillas, 68. Ruiloba, 90. Udías, 1: Alfoz de Lloredo, 76. Santillana del Mar, 85. Suances 60., Reocín, 12. Cabezón de la Sal, 41. Mazcuerras, 14. Valle de Cabuérniga, 66. Ruente. 86. Los Tojos, 87. Mancomunidad Campóo – Los Valles. Además de los numerados se incluye el flanco oriental de San Vicente de La Barquera. especialmente rico en yacimientos arqueológicos, sobremanera el curso bajo del río. En cambio el tramo alto, de relieve muy montañoso y con escasa superficie carstificable, es muy pobre en estaciones arqueológicas. 1.1. Rasgos generales del paisaje a) Litología y estructura La columna estratigráfica del sector es variada en la medida en que se trata de un territorio relativamente amplio y afectado por un sistema complejo de fracturas. A continuación se comentan, de manera muy sucinta, los materiales que afloran en extensiones significativas. La información de este

blanquecino, el cuarzo filoniano (a menudo blanco o rosado), las metacuarcitas y una varidad de chert conocida como lidita. Los fragmentos aparecen muy bien redondeados. En cuanto a las areniscas, son de tipo subarcosa y en ocasiones están cementadas por carbonatos. Estos materiales sólo aparecen en la sierra del Escudo de Cabuérniga, en una ancha franja en continuidad con el valle del Nansa. La siguiente litología son los materiales del Keuper, representado como es habitual en la región, por arcillas rojizas abigarradas y plásticas, asociadas a yesos y localmente a sal. Los afloramientos más extensos de este tipo se localizan en Cabezón de La

Sal, en el sector de Caviedes y en el valle de Mazcuerras. Además, en forma de pequeñas manchas diapíricas, aflora al sur de Comillas, en una reducida extensión en Puerto Calderón, al norte de Oreña y en varias manchas inmediatamente al norte de la sierra del Escudo de Cabuérniga, como la de Treceño. La aparición de sal cerca de superficie ha permitido su explotación desde al menos época romana hasta el 100,00 90,00 80,00 70,00 60,00 50,00 40,00 30,00 20,00

Ruiloba

Udias

Comillas

Suances

Santillana del Mar

Reocín

Alfoz de Lloredo

Cabezón de la Sal

Ruente

Mazcuerras

Valle de Cabuerniga

Valdáliga

Los Tojos

0,00

Santiurde de Reinosa

10,00

Fig. 1.2. Área relativa de los municipios que conforman la cuenca del Saja, ordenados por extensión, en km2. No se incluye el sector de San Vicente de la Barquera ni la Mancomunidad Campóo – Los Valles. siglo XIX en varios de estos lugares. Así, se conocen salinas explotadas en época histórica en Treceño, en Caviedes (el Pozo Salado) y por supuesto, en Cabezón de la Sal. De las dos primeras se conservan aún parte de las estructuras de extracción y almacenamiento. Siguiendo en el eje cronológico, el tercer grupo de sedimentos son los materiales del Jurásico. Está representado en la zona por una columna estratigráfica variada, que comienza con las calizas dolomíticas y las calizas microcristalinas, en algunos tramos brechificadas, del Trias Superior / Lias Inferior. A continuación comienza un tramo en el que alternan calizas arcillosas y margas que cronológicamente abarca desde el Sinemuriense Superior – Pliensbachiense a Toarciense. Los materiales jurásicos aparecen en forma de manchas, en general de tamaño muy limitado, en las zonas bajas de los valles, como núcleo de los anticlinales.

El Dogger comienza con un tramo calizo (bancos gruesos de caliza microcristalinas con delgadas intercalaciones de margas), sigue con margas calcáreas y margas hojosas, generalmente de tonos oscuros o negros y acaba con bancos de calizas limolíticas y con margas calcáreas (Calloviense). Tras estas series jurásicas de formación marina aparecen las facies continentales del Purbeck, ubicadas entre el Jurásico Superior y el Cretácico Inferior. Su litología comienza con un tramo de conglomerados polígenicos, con cantos de caliza, cuarcitas, sílex y cuarzo, frecuentemente cementados por carbonatos o por arenisca calcárea. La aparición de cuarcitas en los depósitos del Purbeck explica la presencia de cantos de este material en las terrazas cuaternarias y su utilización como recurso por los grupos humanos. A continuación aparecen margas calcáreas con intercalaciones de areniscas y por encima conglomerados con abundantes cantos calcáreos, así como de cuarcitas y sílex. Sobre el Purbeck se instalan los sedimentos de facies Weald, también de génesis continental, que suponen gran parte de la superficie de la cuenca del Saja, especialmente en su sector interior. Se datan en un momento Valanginiense Superior – Barremiense. De muro a techo se compone de areniscas de grano grueso, arcillas hojosas de tonos negruzcos y paquetes de areniscas más o menos calcáreas, con intercalaciones de lumaquelas. Le sucede un paquete de areniscas de grano fino a medio, limolitas y lutitas. En el sector norte de la cuenca los materiales son limos, arcillas limolíticas y finas capas de areniscas y ocupan gran parte de la superficie, junto a las calizas aptenses. Una litología básica para la distribución del poblamiento prehistórico son las calizas urgonianas, que siguen en la secuencia cronológica a las facies Weald. Se datan en el Cretácico Inferior (Aptiense) y son de génesis marina arrecifal. En el territorio de estudio esta litología aflora en forma de una gran mancha en la zona plegada de Comillas – Udías, hasta Oreña y Ubiarco, todo dentro de la plataforma costera. El paquete comienza con un tramo asignado al Bedouliense Inferior formado por arcillas limolíticas y limos arenosos gris-amarillentos, con un tramo de calizas muy arenosas, con estratificación cruzada; su potencia es de 120 m. Le siguen las capas de Bedouliense Medio, compuesto por calcarenitas grises, localmente dolomitizadas, de unos 55 m de espesor. El tercer tramo lo forma un paquete de 75 m de margas arcillosas y arcillas limolíticas grises, con intercalaciones de calizas brechoides en la base. A continuación aparece el aptiense verdaderamente calizo, donde se han desarrollado las formaciones del karst de Udías- Oreña es el Gargasiense – Clansayense. Lo forma un potente tramo de calizas y

calcarenitas que presentan intensas dolomitizaciones en su zona media, aunque de distribución muy irregular. Se ha estimado que la potencia de esta unidad, tomada en conjunto, es de unos 400 m. Las cavidades excavadas en estas calizas explican gran parte de la distribución de yacimientos prehistóricos en la cuenca del Saja.

Fig. 1.3. Foto aérea de la Masera (SIGPAC). El sector más alto de esta elevación, presenta una pendiente mucho más alta que el resto de la cuesta. Su cima ha sido utilizada como lugar de hábitat a lo largo de la Prehistoria y la Historia. En el área sinclinal de Comillas – Cóbreces se localiza la siguiente litología, datada en el Albiense y formada por dos unidades: una serie de arcillas y areniscas con restos carbonosos, de unos 200 m de potencia y un paquete de calcarenitas nodulosas, calizas microcristalinas grises en bancos finos (0,5 a 1 m) seguidas de calizas estratificadas en bancos de 10 a 50 m, de tonos grises a verdosos.

El siguiente piso, que aflora en el mismo sector que el anterior, es el Cenomaniense, compuesto por dos unidades. La primera, adscrita al Cenomaniense Inferior, la integran paquetes de calcarenitas grises (10 m), seguidas de un tramo de arcillas, limos y areniscas (30 m) y un tercer bloque de arcillas, limos y arenas con estratificación cruzada, de 40 m de espesor. Este último tramo presenta intercalaciones de calcarenitas grises masivas. En esta banda intercalada se ha formado la cueva de Altamira. El Cenomaniense Medio - Superior está representado por calcarenitas bioclásticas en bancos de 20 a 80 cm, de tonos gris – amarillentos, con margas hojosas en la base. El Turoniense - Coniaciense lo integra una serie alternante de margas hojosas, localmente limolíticas, con intercalaciones de calizas arcillosas a veces nodulosas, de tonos gris – verdosos, con una potencia variable de 250 a 400 m. La mayor extensión de esta litología se localiza en el núcleo del sinclinal de Santillana, donde forma una mancha subcircular de más de 20 km2. También aparece en una mancha significativa en el núcleo del sinclinal de Cóbreces. Sobre la gran mancha Turoniense – Coniaciense situada al este de Santillana, se superponen tres pequeños testigos del Santoniense – Campaniense, muy importantes desde el punto de vista topográfico. Se trata de los cerros del Alto Vispieres, Yuso y La Masera. Está formado por margas hojosas y calizas arenosas, con una potencia de 230 m, que dan lugar a un relieve tabular. Estos cerros han sido aprovechados para el hábitat desde fases prehistóricas y especialmente en la protohistoria.

Los materiales del final del Cretácico Superior (Maestrichtiense) y del Terciario tienen muy poca entidad, dado que sólo afloran en un pequeño sector delimitado al oeste por la Ría de San Vicente, al este por la de La Rabia y al sur por El Barcenal. Allí afloran calcarenitas, más o menos arenosas, a veces

El Terciario acaba con interesantes depósitos del Oligoceno, también de facies marina, representado por un potente tramo de arcillas, de color rojo vinoso, con finas intercalaciones de areniscas calcáreas, seguido de otro de areniscas y conglomerados calcáreos y por último un tramo de arcillas grises con

Fig. 1.4. Mapa geológico del valle del Saja, a partir de IGME 1975. dolomitizadas, del Maestrichtiense – Paleoceno, calizas del Ilerdiense, areniscas más o menos calcáreas del Cuisiense Inferior, calcarenitas del Cusiense al Lutenciense, margas arenosas del Biarritziense (afloran en el sector de La Acebosa), areniscas y conglomerados del Priaboniense.

intercalaciones de areniscas calcáreas en la base. En cuanto a los depósitos cuaternarios se estudiarán en un apartado específico. Tectónica

Las estructuras tectónicas más destacables del área de estudio son:

Keuper. La explotación de sal en esta localidad se ha llevado a cabo a lo largo de toda su historia.

- La franja cabalgante del Escudo de Cabuérniga, que consiste en el cabalgamiento de sedimentos del Carbonifero y de facies Buntsandstein sobre materiales del Weald, del Trías y del Juras. Es un

- Diapiro de Punta Calderón. Aquí los materiales del Keuper asoman en el núcleo del anticlinal de Caborredondo, provocando en su entorno una zona fracturada, con inversiones locales de capas.

Fig. 1.5. Esquema de estruturas de la zona de trabajo. A partir de IGME (1978), hojas de Comillas, Cabezón y Torrelavega, simplificado. anticlinal volcado y fallado, que vierte hacia el sur. - En relación con la estructura anterior y al sur de ella, se encuentra el sinclinorio conocido como Entrante de Cabuérniga, de configuración triangular y dirección noreste - suroeste. La mayor parte de su extensión está ocupada por su núcleo formado por depósitos detríticos del Weald. En los anticlinales afloran materiales del Juras e incluso del Trías. El caso más característico es el de Valle de Cabuérniga, que citamos más abajo. Aparecen también algunos diapiros: -Diapiro de Cabezón de la Sal. Consiste en una manifestación del caracter tectónico eyectivo del

La existencia de diapiros subyacentes se puede poner en relación con la aparición de zonas fuertemente tectonizadas, como el denominado “área tectonizada de San Vicente- Val de San Vicente”, donde aparecen cabalgamientos de bajo ángulo e inversiones de capa, a modo de escamas, que afectan a materiales del Cretácico Superior y del Weald. Son frecuentes también las estructuras de plegamiento, en concreto series de tipo sinclinal – anticlinal. - Sinclinal de la playa de Merón. Estructura amplia con buzamientos suaves, cuyo eje se orienta esteoeste. Afecta a materiales del Oligoceno.

Más al este se encuentra la zona plegada de Comillas – Udías, donde aparecen como fenómenos más interesantes el Cabalgamiento de Comillas – Caviedes y el propio área sinclinal de Comillas – Cobreces. - Anticlinal de Caborredondo. Se desarrolla a partir de Suances, hacia el oeste, hasta desaparecer pasado Novales. Mantiene una dirección suparalela a la del sinclinal de Santillana del Mar- San Román. - Sinclinal de Santillana – San Román. Sinclinal de dirección general noreste- suroeste, de largo desarrollo, ya que cruza buena parte de la marina regional, desde Santander hasta el sureste de Torrelavega. En su sector occidental, el situado en nuestra área de estudio, su núcleo está formado por materiales del Maestrichtiense al Cuisiense.

a) La franja de colinas de la plataforma litoral, entorno que se desarrolla desde la Sierra del Escudo hasta la costa. En este territorio no se aprecia con nitidez, al menos a cierta escala, la existencia de antiguas rasas de origen marino, por lo que las colinas llegan hasta la propia línea de costa. Se trata de un relieve muy variado, cruzado y labrado por un buen número de cursos de agua, muchos de ellos de poca entidad. Se combinan superficies de modelado suave, labradas en materiales detríticos del Weald, con cubetas cársticas y con macizos calcáreos, algunos de extensión importante. La primera banda, quizás fruto de un antiguo enrasamiento muy erosionado, se encuentra a unos 100 m sobre el nivel del mar. El resto de la superficie está entre 200 y 300 m, llegándose sólo en algunas cumbres a superar los 400 m.

- Anticlinal de Valle de Cabuérniga. Responde al tipo “anticlinal domo” y verge ligeramente al este. Sus flancos están constituidos por materiales del Juras y del Weald. En su núcleo aparecen, en gran parte cubiertos por depósitos aluviales del Cuaternario, las arcillas plásticas, limolitas y areniscas rojas del Buntsandstein. Del mismo tipo son el sinclinal de Bielva y el anticlinal de Viaña. - Sinclinal de Bárcena Mayor. Se extiende desde Bárcena Mayor hacia el oeste, es un largo pliegue asimétrico orientado en dirección ONO-ESE, con buzamiento axial muy suave, que afecta a materiales detríticos del Weald en toda su extensión. - Anticlinorio de Palombera. Se trata de una estructura compleja, formada por varios anticlinales, que orienta su eje en sentido ESE-ONO, afectado por un sistema de fallas que en muchos casos tienen saltos importantes. Relieve, hidrografía y clima El relieve Las principales unidades del relieve que encontramos en la cuenca del Saja son, de norte a sur:

Fig. 1.6. Cauce del río Cedeja, al sur de Herrera de Ibio, al poco de salir del desfiladero. La costa, aunque de paisaje variado, está dominada por los largos acantilados, que salvo en algunos tramos que llegan a los 50 m de caída, se mantienen generalmente en torno a los 20 m. Las desembocaduras de los pequeños cursos de agua forman ensenadas, como las de El Portillo, Fonfría, Luaña o Toñanes. En general, si la litología es caliza, junto a estas ensenadas aparecen agrupaciones de pequeñas cavidades con utilizaciones durante el Mesolítico. Si los cursos son de mayor entidad se forman rías, como en San Vicente la marisma de Rubín (río Escudo) o la ría de la Rabia (río Ruiseñada), junto a Comillas.

b) Las sierras transversales. La cuenca del Saja está cruzada en sentido oeste – este por el extremo oriental de la Sierra del Escudo de Cabuérniga y por la Sierra de Ibio, ambas producidas por la misma estructura tectónica. La primera es un largo cordal con cumbres en torno a los 900 m y collados de 600

m, que conforma una verdadera barrera natural en la cuenca. La Sierra de Ibio es de topografía menos definida y va ganando altura hacia el sureste, donde se convierte en el interfluvio Saja- Besaya. c) Los desfiladeros. Sólo puede considerarse como tal

Fig. 1.7. Modelado del terreno de la cuenca del Saja – Escudo. En el tercio superior de la cuenca se aprecia el importante corredor formado por el valle de Valdáliga y el último tramo del valle del Saja. Este paso fue utilizado por las vias de comunicación tradicionales - Camino de Santiago por ejemplo – y por las actuales – Feve y Autovía Santander – Oviedo.

el de las Hoces de Santalucía, donde el Saja corta la sierra del Escudo, es un paso estrecho de un par de kilómetros y que comunica el valle de Ucieda con el de Cabezón de la Sal. Esta misma vega finaliza también en un estrechamiento, de menor entidad, en Virgen de la Peña, dando paso al valle de Periedo.

Perfil del río Saja

Perfil del río Argonza Fig. 1.8. Perfiles de los ríos Saja y Argonza. A partir de www. El río Escudo, antes de su desembocadura en la Marisma de Rubín, labra un estrechamiento entre la sierra de Los Tomases al noreste y la del Pico Sarria al sureste, a la altura de Labarces. Las calizas de ambos laterales han permitido la formación de varios abrigos, algunos de tamaño importante, que han sido utilizados por los grupos humanos a lo largo de la prehistoria, como los del grupo de Roiz. Debe valorarse su carácter estratégico en relación con el control de las manadas, especialmente de ciervos, durante el Tardiglaciar. El pequeño cauce del río Cedeja, un afluente del Saja por la derecha, que recorre el valle de Ibio, abre un estrechamiento entre la sierra de Mazcuerras y la de Ibio, a lo largo de un par de kilómetros. Otro corte realizado en esta misma sierra lo lleva a cabo, a escasa distancia del anterior, el río Pulero, que desemboca en el Saja en la localidad de Mazcurreras. d) Las vegas. Sólo se forman verdaderas vegas a lo largo del curso del río Saja. La situada más al sur es Vega de Cabuérniga, una superficie de forma lenticular de unos 4 km de longitud por 1 km de

anchura, con una altura absoluta media de 250 m, de origen tectónico y totalmente cubierta por depósitos de aluvión. Unos kilómetros más al norte se forma la vega de Ruente – Ucieda, de menor entidad y situada a 175 m de altura media que finaliza en las hoces de Santalucía. La vega de mayor extensión es la ocupada por Cabezón de la Sal, con 5 km de longitud por 2,5 de anchura, situada a 125 m de altura. Está rellena por depósitos de aluvión y en su flanco oriental conserva importantes depósitos de terrazas cuaternarias. Finaliza en el estrechamiento de Virgen de la Peña. La última depresión fluvial es la ocupada por Torrelavega. Es la de mayor tamaño y aparece peor definida que las anteriores. Allí el río Saja se une al Besaya, conformando una amplia superficie llana, rellena de depósitos cuaternarios. Se trata del sector más profundamente antropizado de todo el territorio, donde se ubican, además de un gran núcleo de población, un nudo de comunicaciones y dos grandes empresas químicas. e) Los cordales divisorios del valle del Saja en su sector medio y alto son muy diferentes en extensión y morfología, lo que provoca una clara asimetría en la cuenca. El cordal occidental, que hace de interfluvio con el Nansa al sur de la Sierra del Escudo de Cabuérniga, es relativamente estrecho y alargado. En relación con ello presenta fuertes desniveles, pues tiene alturas de 1000 m en su zona media y de 2000 m en su confluencia con el cordal que cierra la cuenca por el sur y hace de interfluvio con el valle de Campóo. Las cimas más destacadas son, de norte a sur Matarrigela (889) sobre el Valle de Cabuérniga, Guariza (1026) sobre Fresneda, Cueto de Tamaredo (1119), sobre Saja y Cueto de la Concilia (1923), ya junto al collado de Sejos. En cambio el cordal oriental, que hace de interfluvio con el Besaya, es mucho más ancho y complejo, dado que presenta buen número de valles secundarios. Lo forman una serie de sierras cortas y de orientación este – oeste, como los Montes de Ucieda, entre la vega de Mazcuerras y la de Ucieda. Al sur el Alto de Piedrafiesta, entre el valle de Ucieda y el de Viaña. Ambos culminan en el pico Tordías (965), en la divisoria central. Entre el valle principal y el valle del Argoza se extiende, en sentido noreste- suroeste, el cordal de Campucas – Los Trillos, con cimas por encima de 1200 m. Las principales cumbres del interfluvio principal son, de sur a norte, Ibio (794 m), Mozagro (854 m), Tordías (965 m) y Obios (1219 m). Por último la sierra que cierra la cuenca por el sur y forma interfluvio con el valle de Campoo es un cordal alto, de unos 20 km de largo y claramente asimétrico en altura. Hacia el occidente los altos llegan a los 2000 m (Cueto de la Horcada 2064, o Cordel 1958 m), pero al este del puerto de Palombera las crestas bajan sensiblemente, como el Pico del Ropero (1491).

La hidrografía En lo que se refiere a la red hidrográfica, el curso principal del territorio es el río Saja, con 54 km de longitud, que nace en la Mancomunidad de CampooCabuérniga, a unos 800 m de altura, cuando se unen dos cursos de montaña, el Diablo y el río Corba. Su desarrollo en su primera mitad es el normal de los cursos cantábricos, de sur a norte, pero en su último tramo vira hacia el este antes de unirse al Besaya en Torrelavega, y cuando desemboca en un estrecho estuario, entre Suances y Miengo ha vuelto ya al sentido sur-norte.

pendiente y sólo aporta pequeños arroyos de montaña. Al norte de las Hoces de Santa Lucía, tras formar la vega de Periedo, el río comienza a trazar amplios

En su curso más alto el Saja, desde su nacimiento hasta su convergencia con su afluente el río Argoza, algo al sur de Fresneda, es sólo un arroyo de montaña, con rápidos y pendientes fuertes y labra un típico valle de sección en V. El Argoza, procede de Bárcena Mayor y ha nacido en las laderas del puerto

Fig. 1.10. Croquis de temperaturas medias en la comarca del Saja. meandros creando vegas no demasiado anchas y poco definidas, como las de Barcenaciones, Rudaguera y Villapresente, esta última de mayor entidad. Después de cruzar la vega de Torrelavega, un espacio ancho donde recibe al Besaya, cambia de rumbo y se dirige hacia el norte, cruzando ahora ya una vega ancha y uniforme que lo lleva hasta su desembocadura, entre Suances y Miengo, formando la ría de San Martín de la Arena. El resto de los cursos de agua se desarrollan exclusivamente en el sector de la marina por lo que se comentarán en el apartado dedicado al estudio sectorial. El clima

Fig. 1.9. Croquis hidrográfico de la cuenca del Saja. de Palombera. En el siguiente tramo, desde Fresneda a las Hoces de Santa Lucia, el río va comunicando anchas vegas. En la de Renedo de Cabuérniga, se incorpora el río Viaña, que tiene un desarrollo de 7 km. Poco despues, ya en la vega de Ucieda, se incorpora el río Bayones, de 10 km de longitud. Todos los afluentes de cierta importancia se incorporan por su lado oriental, dado que el interfluvio occidental es mucho más estrecho y

En el aspecto de las precipitaciones, según los modelos climáticos al uso, extrapolados de un pequeño número de estaciones y sobre todo de la topografía, la comarca del Saja presenta un cierto gradiente de humedad en sentido costa – interior, aunque de distribución relativamente irregular. Así, la franja norte de la plataforma litoral aporta valores medios de precipitaciones inferiores a los 1200 mm anuales, es decir en el intervalo 1000-1200. En el resto de la Marina presenta valores entre 1200 y 1400 mm y sólo en un islote centrado en el núcleo del medio Saja, al sur de Cabezón y al norte de Cabuérniga, en el sector de Mazcuerras- IbioBarcenillas, aparecen valores superiores a 1400. Este islote de altas precipitaciones se explica por el efecto sombra de las sierras transversales.

Las temperaturas medias de esta comarca varían, lógicamente, con la altura. Así, utilizando modelos generados a partir de la topografía y la orientación (Gutierrez y Pons 2012) se pueden establecer las siguientes frajas térmicas: - Una gran parte de la plataforma litoral, más ancha hacia el occidente y más estrecha hacia oriente, tiene una temperatura media de 14º C.

Fig. 1.11. Modelización de temperaturas medias en el sector occidental de Cantabria. A partir de Gutiérrez y Pons (2012). En el sector interior, la mayor parte de la superficie registra entre 1200 y 1400 mm y sólo en el suroeste de la cabecera las precipitaciones medias superan 1400 mm y llegan en las cumbres a superar los 1600 mm. Así pués, simplificando, encontramos un sector “seco”, que viene a coincidir con el centro de la Marina y un sector más húmedo en los bordes de la Marina y en el interior de la cuenca.

Fig. 1.12. Climograma de Cabezón de la Sal. Serie histórica (30 años). A partir de datos procedentes de la Estación metereológica de Cabezón de la Sal.

- En el bajo valle del Saja, en una estrecha franja situada al sur de la plataforma litoral la temperatura media es de 13º C. - Todo el territorio interior del Saja, es decir, la cuenca media – alta, al sur de los cordales transversales, presenta temperaturas medias de 12 y 11 grados, esta última medida en las laderas y cumbres de la montaña. - Por último la temperatura de las cabeceras de la cuenca varía entre los 10 y los 8º C, según la altura de las cumbres. La oscilación térmica a lo largo del año sigue una tendencia contenida. Como vemos en el climograma de un punto del medio Saja, en Cabezón de la Sal, se aprecia que las temperaturas medias sufren una suave variación con valores en torno a 10-11 grados en invierno, 12-15 en primavera y otoño y 16 a 19 en verano. En cuanto a los vientos, como en el resto de la región, resultan dominantes los de componente oeste, que siempre vienen cargados de humedad y son responsables de la mayor parte de las precipitaciones. Es característico el viento del sur, generalmente cálido y seco, aunque en invierno, al cruzar las cumbres nevadas de la cordillera, resulta un viento fresco o frío. El viento de componente norte y noreste resulta frío y seco y es indicador de buen tiempo.

Fig. 1.13. Modelado del terreno de la cuenca del Saja. A partir de www. dma.medioambientecantabria.es/saja/saja.htm. No se incluirá en el estudio el flanco oeste de San Vicente de la Barquera ni la ribera este del Saja en su curso bajo. En el color más claro el piso colino, que ocupa toda la cuenca baja del río.

1.2. Descripción sectorial

a) El valle medio y alto

El valle del Saja, por su peculiar geología y topografía, permite una organización fácil en dos ámbitos espaciales y paisajísticos muy claros, separados de forma neta por un accidente topográfico: la Sierra del Escudo de Cabuérniga. Al norte de la misma se extiende la plataforma litoral, formada por colinas con sustratos en su mayor parte del Cretácico Superior. Dentro de este primer espacio, su franja más septentrional, inmediata a la costa, afectada por antiguos procesos de enrasamiento marino, presenta una morfología mucho más llana que el resto, aunque sólo en determinados sectores.

El valle medio – alto del Saja, responde al modelado típico de los valles interiores de la cornisa excavados sobre materiales detríticos. El territorio queda enmarcado al norte por la Sierra del Escudo de Cabuérniga, al este por el cordal divisorio con el Besaya, con altitudes medias en las cumbres en torno a 800 m y con cimas como el Moral o el Toral. Al oeste lo separa de la cuenca del Nansa otro cordal, en este caso con alturas superiores, y con cumbres como Sejos. El sur lo forma la sierra de Íjar que lo separa del valle de Campoo.

En el aspecto de los sustratos su estructura es relativamente sencilla y el accidente más destacado es la franja cabalgante del Escudo de Cabuérniga, que forma un auténtico dique de conglomerados, areniscas feldespáticas y limolitas, con altitudes en este tramo de entre 700 y 800 m. La anchura de esta sierra varía entre 2 y 3 km.

Fig. 1.14. Alto de Ibio (816 m), desde Herrera de Ibio. Esta sierra está labrada en materiales del primer Trias. El resto del territorio está formado por materiales detríticos que corresponden a facies Weald (limolitas, areniscas y arcillas) en las partes medias y altas de los cordales y a la facies Purbeck en los tramos más bajos de las laderas, con una composición similar. Sólo en los núcleos de los valles, aparecen por erosión fluvial los materiales jurásicos (margas y calizas arcillosas), como en los valles de Viaña, Sopeña y Ucieda.

directamente en la costa, formando pequeñas calas. En otros casos se trata de cursos endorreicos, de escasa longitud, desarrollados íntegramente en los amplios macizos cársticos. El curso fluvial situado más hacia el oeste es el Escudo. Se trata de un río de tamaño medio a pequeño, incluso en la escala de drenaje de la Cornisa Cantábrica. Su cuenca cubre aproximadamente 71,9 km2 y su recorrido es de sólo 25,6 km; su principal afluente es el río Bustriguado, de poco más de 7 km de longitud. El Escudo nace en la ladera norte de la sierra del mismo nombre y desemboca en el estuario de San Vicente de la Barquera, formando la marisma de Rubín. El interfluvio entre el Escudo y el Capitán es un amplio sector de colinas, caracterizado geológicamente por una gran diversidad de sustratos. De hecho se la conoce como “zona tectonizada de San Vicente – Lamadrid”. Se trata de un área de estructuración muy compleja, de influencia diapírica. La mayor parte de las series corresponden al Cretácico Superior. El río Capitán se une, inmediatamente antes de su desembocadura, con el Arroyo de La Rivera. Ambos forman una amplia marisma, conocida como de

Este tipo de sustratos compactos pero no muy resistentes han provocado un modelado suave y así la energía del relieve y las pendientes del medio y alto Saja son claramente inferiores a los de la cuenca del Nansa y más similares a los del Besaya. Quizás el rasgo más interesante de la cuenca interior del Saja es que ha conservado su cobertera arbórea mucho mejor que otros valles vecinos, especialmente que el Besaya, mucho más antropizado. Esto puede ponerse en relación con el escaso poblamiento humano que aparece hoy en el sector: el núcleo más importante podría ser el Valle de Cabuérniga, y también son de cierta relevancia Ucieda y Selores b) La franja litoral Se trata de un espacio limitado por el sur por la Sierra de Cabuérniga, que se continúa al este por la Sierra de Mazcuerras y por el norte por la línea de costa. En el espacio abarcado por la cuenca del Escudo y la del Saja tiene una anchura media de sólo once kilómetros y su relieve lo forman series de colinas, que salvo excepciones, no superan los 300 a 400 m. Las colinas han sido modeladas por una densa red de arroyos de los que muchos de ellos desembocan

Fig. 1.15. Desembocadura del arroyo del Capitán formando la marisma de Zapedo, en Valdáliga. Zapedo. El Capitán es un arroyo de varios kilómetros de longitud que nace en las inmediaciones de Caviedes. Aunque el sustrato de estas cuencas de Ruiseñada y Capitán está integrado en gran parte por materiales detríticos del Weald –limos, arcillas y areniscas-, que conforma el monte Corona (217 m) y sus estribaciones; la presencia de algunos bloques de calizas ha permitido la existencia de cavidades, que, como las de Requejil, han sido utilizadas en la prehistoria como lugar de hábitat. La pequeña cuenca del Arroyo de La Revilla y de su afluente el río Ruiseñada atraviesan una amplia extensión de colinas a modo de estribaciones del monte Corona, en su flanco norte. Sus últimos dos kilómetros de recorrido lo hacen en la ría de La Rabia.

Algo más al oriente se localiza el macizo cárstico de Udías, donde aparece un pequeño curso endorreico, el arroyo de la Molina. Este carst engloba los valles de Ruiloba, la sierra de Peña Castillo, el Hoyo Pilurgo, el área deprimida de Valloseco, Casas de la Mina, Toporías, las Sierras de Hoyo Alto; al sur parte del monte Barbecha y al sureste la depresión cárstica de La Busta. Se trata de una importante extensión de calizas aptenses, en facies urgoniana, con buen número de cavidades, muchas de ellas con yacimientos arqueológicos. Una de las cavidades más interesantes en este sentido es la cueva de La Meaza, en el centro occidental y la del Linar en el sureste.

la Rogería, en cuya desembocadura funcionó el pequeño molino de la Serraneda. Por último, el Arroyo de Rabió, cruza la depresión de Ubiarco y desemboca formando la ensenada de Santa Justa. La importancia de estos sistemas de cubeta cárstica – arroyo – ensenada es clave desde el punto de vista de la organización de hábitat durante la prehistoria, porque concentran gran parte de los recursos utilizados por los grupos humanos en el Mesolítico y Neolítico.

Un rasgo muy característico de este sector de la plataforma costera es la aparición de amplias depresiones cársticas de fondo plano rellenas de arcillas de decalcificación. Están excavadas en calizas aptenses, un material muy carstificable y en ellas se concentra buena parte de las cavidades de la zona. De oeste a este encontramos la depresión de La Concha- La Iglesia, de 244 has, integrada en origen en una mucho mayor que ha sido arrasada por el mar. La depresión de Novales, con 153 has, se encuentra en el extremo nororiental del carst de Udías. Abarca los núcleos rurales de Herrería, Ciguenza, Biescas y Novales y también cuenta con varias cavidades, entre ellas la de mayor importancia, la cueva de Las Aguas, con un amplio registro arqueológico. Más al oeste, también labrada en calizas aptenses, se encuentra la cubeta cárstica de Oreña, muy cerca de la línea de costa. La cueva de mayor relevancia en este caso es la de Cualventi. Por último, a poca distancia hacia el norte del tramo medio del Saja, se localiza la pequeña depresión de Santillana del Mar, en este caso de origen mixto, con su borde sur netamente marcado y recorrido por un curso enderroico, el Arroyo del Ojo. En un antiguo rellano de esta cubeta se abre la boca de la cueva de Altamira. Entre la ría de la Rabia en Valdáliga y la ría de San Martín de Suances, desembocan, directamente en el mar, cinco pequeños cursos de agua, en general con desarrollos inferiores a los 5 km. En muchos casos nacen en las colinas, cruzan las depresiones cársticas litorales y forman pequeñas ensenadas entre bandas de acantilados, con playas de cantos. Se trata del Aº Gandarilla, que desemboca en la ensenada de El Portillo; el Aº del Barrio, que cruza la depresión cárstica de Ruilobuca y desemboca en la ensenada de Fonfría; el Aº de La Conchuga, que nace en el borde norte del carst de Udías y en su desembocadura forma una playa amplia, la de Luaña. Del drenaje de la depresión de Novales parten el arroyo de San Miguel – La Presa, que corta la rasa acantilada de 50 m en el Bolao. El Aº de la Cuesta del Valle recorre el valle de Oreña y desemboca sobre los acantilados, sin formar ninguna ensenada. De la misma depresión, más al oriente, parte el Arroyo de

Fig. 1.16. Curso medio – bajo del Saja, en San Pedro de Rudagüera. En este tramo el cauce aún conserva parte del bosque galería bien conservado. En cuanto al valle principal del río Saja, atraviesa el cordal del Escudo de Cabuérniga por las hoces de Santa Lucía, formando un estrechamiento de 1,8 km de longitud. Después el valle se abre en una amplia llanura donde, de oeste a este se asientan los núcleos de Santibañez, Carrejo, Cabezón, Vernejo, Cos, Mazcuerras, Villanueva de la Peña y en la mitad este los núcleos de Ibio (Riaño, Herrera y Sierra). Esta llanura está surcada por algunos pequeños afluentes del curso principal y está labrada en una cierta diversidad de sustratos. La mayor superficie la ocupan sedimentos poco carstificables del cenomanense, aunque también corta el borde sureste del carst de Udías-Novales-Golbardo, cerca de este último núcleo. Ya en Puente San Miguel vuelve a atraversar materiales calcáreos, en este caso las calcarenitas del Cenomaniense que forman el reborde del núcleo del sinclinal de Santillana - San Román. Desde Torrelavega hasta Suances, el Saja corta los materiales en general poco compactos aunque de litología variable del sinclinal de Santillana – San Román. Las formaciones de terraza más interesantes de este último tramo del río se concentran en su lateral derecho, sobre todo desde Requejada hacia el norte. En el flanco izquierdo se conservan manchas de terraza de tamaño medio y pequeño en Torres, Ganzo, Mijares y en las inmediaciones de Viveda. El paisaje de este sector es el característico de una cuenca baja, con suaves relieves en las inmediaciones

del río y con amplias extensiones de colinas desde el valle a la costa. Se trata de un espacio muy alterado 1.3. El karst En el área de estudio aparece una importante diversidad de materiales calizos, susceptibles por tanto de formar cavidades, aunque su grado de karstificación es muy variable. Cabe destacar que la mayor parte de la litologías verdaderamente carstificables se sitúan en el sector bajo de la cuenca, que se corresponde con el territorio de La Marina. A continuación se comentan algunos rasgos de los distintos tipos de litologías, sus karts asociados y su ubicación en el territorio.

por la acción del hombre y es dificil imaginar el paisaje original. siempre en el sector medio y alto de la cuenca. El Jurásico Marino fue estudiado en este sector por G. Flor (1973). La mancha de mayor tamaño se encuentra en la cuenca del arroyo Argonza, formando el ángulo sudoriental de la cuenca. También es importante la que pone al descubierto la erosión del arroyo Cambillas. De menor entidad es la que ocupa el fondo del valle de Cabuérniga, en el tramo de Terán – Sopeña. Tiene forma lenticular, con su eje mayor transversal al valle, con 2,5 km de anchura norte-sur por más de 6 km en el eje este – oeste. Está en

1.3.1. Rasgos generales De forma esquemática se recogen a continuación las litologías carstificables de la cuenca del Saja: a) Eoceno Inferior. Cuisiense. Son las conocidas en la literatura geológica como “calizas de la Peña Saría”. Se trata de calcarenitas grises, arenosas en la parte superior y en algunos niveles masivas. Como ya se comentó en el apartado dedicado a los sustratos, forman un paquete de unos 90 m de potencia, y en general aparecen en bancos de espesor reducido, inferior al metro. Se localizan en el interfluvio Escudo – Capitán. Tanto por su capacidad de karstificación reducida, como, sobre todo, por su estructura en estratos finos, hace que en esta litología solo se formen cavidades de escasa entidad. b) Cretácico Superior. Cenomaniense. Una extensión muy superior es la ocupada por las calcarenitas del Cenomaniense Medio y Superior, que afloran en una amplia zona en el reborde del anticlinal de Santillana, especialmente en su prolongación hacia el sur, en Helguera, cerca de Reocín. También afloran, en un área de inferior tamaño, en el reborde del sinclinal de Toñanes. El conocido como “Karst de Santillana” está formado en esta litología. La potencia del paquete es muy variable, pero no parece superar los 50 m. Se presenta estratificado en capas de 0,50 m aproximadamente. Paralela a esta capa aflora una estrecha banda de calcarenitas, muy similares a las anteriores, en el mismo sinclinal de Santillana, del Cenomaniense Inferior. c) Jurásico. Aunque los materiales jurásicos ocupan una extensión relativamente importante en la cuenca, sobre todo en la cabecera, los materiales calizos suelen ser calizas margosas e ir asociados a margas lo que limita mucho su carstificación. En tres de los paquetes jurásicos aparecen calizas, en general en estratos de pequeño espesor. En el territorio de estudio estas series calizas afloran en varios puntos, en general formando manchas de tamaño limitado,

Fig. 1.3.1. Croquis de las litologías cársticas de la cuenca del Saja. relación con el núcleo de un anticlinal y su afloración se debe a la erosión del río y a la propia forma de la vega. Otra mancha de este material esta en la vega de Ruente – Ucieda; es de forma triangular y aparece cubierta en gran parte por derrubios de ladera. En esta formación se encuentra la surgencia de la Fuentona de Ruente, que ha merecido varios trabajos de investigación (Saiz de Omeñaca y otros 1973, León García 1973). También tiene cierta entidad el afloramiento de materiales jurásicos que forma parte del fondo de la vega de Treceño. Sigue el fondo de la vega durante más de 6 km, con una anchura muy reducida, inferior al km. Como en los casos anteriores resulta rara la formación en este sustrato de verdades cavidades y cuando aparecen son muy gravitacionales. En este último sector se puede citar la cueva de La Sardina, en El Turujal, por su carácter presumiblemente arqueológico.

Una última mancha aparece aguas arriba del Saja, a un 1,5 km, hacia el sur de este núcleo. Alberga la famosa cueva del Poyo, una de las pocas cavidades del sector. d) Cretácico Inferior. Bedouliense Medio/ Gargasiense-Clansayense. En principio resultan carstificables dos paquetes de este grupo: Las capas de calizas con Toucasia del Bedouliense Medio, con una potencia de unos 60 m y las calizas del Gargasiense- Clansayense. Este último está

Fig.1.3.2. Relieves calcáreos en la cima del Monte Barbecha (Bustablado). constituido por un potente tramo de calizas y calcarenitas, con dolomitaciones locales, para los que se ha calculado una potencia variable de entre 112 m en Casar de Periedo y 350 m en Novales. Se trata de biomicritas y intrabiomicritas que aparecen de forma masiva y en algunos niveles en estratos con bancos de 1 a 2 m. El núcleo calizo lo forman las calizas del Gargasiense- Clansayense, que quedan siempre flanqueadas por las del Bedouliense Medio. Entre ambos pisos aparece un tramo menos carstificable de materiales del Bedouliense Superior, generalmente calizas arcillosas combinadas con arenas, limos y margas. Ambas litologías calizas forma una gran mancha en el sector central de la marina del área de estudio, que engloba Ruiloba, Toporías, Novales, Golbardo y de la que parte una gran lengua hacia el noreste hasta Ubiarco. A diferencia de los karst anteriores, tanto la potencia total, su estructura interna y el alto contenido en carbonatos de su composición, propician la formación de importantes redes de conductos. En general bajo las calizas aparece, como nivel de base impermeable, los materiales detríticos – arcillas limolíticas, limos y areniscas- en facies Weald. Las formas kársticas de mayor interés en lo relativo al hábitat prehistórico son las cubetas cársticas, ya citadas más arriba. Se localizan sobre los sustratos calizos de mejor calidad, concretamente sobre las calizas aptenses, salvo la de Santillana del Mar, relativamente atípica, labrada en materiales del Cretácico Superior.

Se caracterizan por tratarse de relieves poco destacados: las cubetas son de fondo casi plano y en ellas destacan abundantes relieves calizos residuales, tanto hüm como rocas de menor tamaño. Como en su mayor parte se localizan en la plataforma costera los relieves calizos que las rodean son de escasa entidad. En cuanto a los rellenos se trata de arcillas de decalcificación con espesores reducidos, entre uno y dos metros. Las cubetas más extensas son, de occidente a oriente, las de Ruiloba, cruzada por dos cursos de agua, la de Novales, también atravesada por otros dos regatos; más al oriente, junto a la costa se encuentra la de Oreña, anexa a otra mucho más pequeña, la de Arroyo. La cubeta litoral más oriental es la de Tagle, de pequeño tamaño, atravesada por un arroyo endorreico. La de Santillana está formada por la fusión de tres largos valles cársticos, cada uno con su curso endorreico. Una de las más interesantes es la de La Busta, integrada también por tres depresiones: La Busta en el centro, La Torcona al norte y Los Lagos al oeste. En el núcleo de Udías se encuentra el polje del Llano – La Virgen, formado al fusionarse dos depresiones diferentes que mantienen cada una su red endorreica diferenciada: El Arroyo de Subía – La Trusca el primero y Jageo – La Virgen el segundo.

Fig. 1.3.3. Cubeta de Novales. Las condiciones de temperatura y humedad de estos entornos las hacen ideales para el hábitat humano. También es frecuente que los cursos endorreicos no crucen necesariamente una cubeta cárstica, sino que formen valles más estrechos, en algunos casos comenzando en zonas de sustrato detrítico y sumiéndose al llegar a las capas calizas. Estos cursos forman a veces valles de cierta entidad. Quizás el mayor de ellos es el valle kárstico de La Molina, en el karst de Udías, de desarrollo lineal, con un arroyo de curso endorreico, el Arroyo de Currina, con dos afluentes y de 2,5 km de longitud. De menor entidad es el valle kárstico de Las Rozas, al sur de Quijas, con un curso endorreico, el arroyo de Rucabio, de 1,5 km de desarrollo.

También son frecuentes las grandes dolinas sin apenas relleno sedimentario, conocidas en la zona como “Hoyos”. Destacan las situadas en el flanco occidental del Barbecha, también en el karst de Udías. Algunas, como la de Vallosero, con 100 has de extensión desde su reborde y 90 m de fondo y la de Hoyo Pilurgo, con 126 has y 100 m de profundidad, son de dimensiones impresionantes.

2.3.2. Estudios realizados Los importantes procesos kársticos localizados en esta litología han dado lugar a la publicación de un buen número de trabajos, tanto de espeleología descriptiva, como, en menor grado, de investigación karstica. Se puede citar aquí el estudio de SESS del karst de Udías (SESS 1983), los trabajos de R. Bohigas sobre los karst del oeste de Ruiloba y del valle de La Pica en Oreña (1982 y 1987), la exploración del karst de Reocín (Moreno Rioja y Becerril Fernández 1995), el estudio de Rat (1968) sobre el sinclinal kárstico de Monte Barbecha, o la investigación del karst de Santillana del Mar. A continuación se resumen brevemente los resultados de algunos de estos trabajos. El karst de Udías

Fig. 1.3.4. Típico paisaje de fondo de cubeta cárstica, en este caso en Oreña. Las arcillas de decalcificación rellenan el fondo en que afloran los relieves calizos muy erosionados. Estas amplias depresiones están separadas por cresterías de caliza de relieve muy accidentado y generalmente sin cobertera de suelo. En sus laterales pueden formarse amplios campos de dolinas. Los más densos se localizan en la ladera oriental del monte Barbecha, donde el campo de dolinas mide más de 300 has. Los sistemas subterráneos de mayor relevancia por su tamaño son los de El Linar, Las Aguas, El Portillo I Haces, Tijeras – Rupicos, Sopeña- Coladorio y Rotablín – El Pernal. También son cuevas importantes por su desarrollo las de Villegas, La Cotera, La Raposa, Hoyo de Los Herreros o La Cuevona de Quijas entre otras. La gran mayoría de ellas albergan yacimientos arqueológicos por lo que se incluirán en este trabajo.

El estudio del karst de Udías se publicó monográficamente en el Boletín Cántabro de Espeleología (1983). En este trabajo se realiza una descripción de la depresión cerrada de Udías, de 9,5 km2 que comprende los barrios de la Virgen, Cobijón y El Llano. La génesis de la depresión se relaciona con la existencia de dos fallas subparalelas de sentido norte – sur y con un diapiro en el flanco sur. Esto ha supuesto el hundimiento de un amplio bloque ocupado por el centro de la depresión. La litología soporte son las capas detríticas del Weald sobre las que se asientan los pisos del Bedouliense y del Aptense. La depresión de Udías está formada por cuatro unidades: el valle del río Suvia y las torrenteras de su cabecera, la depresión cerrada de La Virgen, el grupo de dolinas de la vertiente noroeste y el sector de Toporías. El eje central de la depresión es el cauce del Suvia, que se forma de la confluencia de varias torrenteras, y tras 2,8 km de recorrido epigeo se sume en la cueva del Rescaño, donde combina tramos hipogeos con un tramo aéreo creando un estrecho cañón calcáreo. Otra unidad es la depresión cerrada de la Virgen, formada en un pequeño bloque calizo del Bedouliense Medio. El arroyo de la Virgen drena la ladera sur, labrada en detríticos del Weald y tras un breve recorrido epigeo se sume en la cueva de la Virgen. Atraviesa entonces el bloque calcáreo y resurge en el lugar de El Calce, cerca del pueblo de Llano, formando un sistema kástico con varias cavidades – Virgen, Cortes, Estacas - denominado “complejo de La Virgen”. El arroyo recien nacido, tras unas decenas de metros, se une al curso del Suvia.

produce por la cueva de Rupicos, con dos niveles fósiles y uno activo, que conecta después con la de Tijeras. El agua, tras un recorrido subterráneo de 400 m, brota en la boca de Tijeras. Desde aquí recorre el fondo de una uvala, al sur de Concha, en cuyo extremo norte vuelven a sumirse. Se plantea la hipótesis de que este curso sea el mismo que resurge en el sifón de la cueva de El Portillo I para pronto brotar al exterior y desembocar en la cala de El Portillo. De este modo la propia cueva de Haces y las galerías secas de Portillo I, que tienen el mismo rumbo, serían la prueba de que el drenaje lleva este sentido. Se han realizado algunos trabajos sobre bioespeología para estos karst urgonianos, como el de Menéndez García (1973), sobre la zona de Oreña o sobre la cinecología de la cueva del Calero (1973). Fig. 1.3.5. Cubeta cárstica de Ruiloba (Concha – La Iglesia), junto a Comillas. En su reborde concentra un buen número de yacimientos en cueva. El drenaje de la depresión es la cueva de Udías, una gran cavidad de desarrollo de tendencia longitudinal situada en el extremo norte y más bajo de la depresión, junto al pueblo de Rodezas. El karst de Udías, al menos en gran parte, tiene como zona de emisión preferente la cubeta de Novales, situada en su flanco noreste. Se trata de una zona muy fracturada en que contactan las calizas aptenses con los materiales detríticos del Albense. Las principales cavidades que funcionan como emisoras aquí son las de La Presa, el emisor activo y la de Las Aguas, testigo de un nivel fósil. La dirección de ambas sugiere que su génesis está relacionada con la falla de Toporías (SESS 1983).

El karst de Santillana del Mar Aparte de los estudios sobre los karst urgonianos sólo se cuenta con estudios para el karst de Santillana del Mar, realizado a comienzo de los años setenta del pasado siglo (San Miguel 1971) y con el trabajo sobre el análisis químico de los ríos de Santillana, de León García (1971). Además de estos estudios se han realizado y publicado un buen número de trabajos de tipo descriptivo, en que se da cuenta de la exploración de áreas concretas. Resulta destacable el trabajo dedicado a Alfoz de Lloredo por el Speleo Club Universitario (2003). Este municipio concentra sus cavidades en dos áreas: el sector de La Busta y el de Oreña. En este último caben destacar el sistema de la cueva del Agua y el sistema de Rosneras, que los trabajos de este equipo podrían llegar a conectar. Este trabajo se divide en

Karst al oeste de Ruiloba También a comienzos de los años ochenta se realizó un programa de investigación en este caso espeleológico y arqueológico en este sector de Ruiloba, por Bohigas (1982) y CAEAP (1981). Realmente dicho sector calizo es sólo la estribación más nor-occidental del karst aptense de Udías. El primer autor realiza aquí una descripción pormenorizada de las cavidades del área: por una parte el grupo del Portillo se forman sobre calizas aptenses, mientras que las de Haces y el sistema Tijeras – Rupicos- Torca del Palomar lo hacen sobre las calizas del Bedouliense. Esta capa está muy carstificada a pesar de su pequeño espesor, de sólo 60 m. La dirección de las cavidades de Haces y Portillo y de Tijeras – Rupicos se ajustan bien al sentido del rumbo de los estratos calizos. El funcionamiento hidrológico de este conjunto sería el siguiente: El drenaje del sector sur de la zona se

Fig. 1.3.6. Surgencia karstica de La Virgen, en el karst de Udías. El nivel superior se encuetra fosilizado, pero el inferior todavía tiene cierta actividad estacional. dos partes: en la primera se describen una docena de nuevas cavidades en el entorno de la cueva de Rosneras – Cueva del Agua. En un trabajo

complementario del mismo equipo se describen otras cavidades de la zona de Alfoz de Lloredo, algunas ya conocidas, muchas de ellas de interés arqueológico,

como la de San Millán, las del grupo de Villegas, La Mies y Ojoaltren (o Las Alumbreras).

Capítulo 2. Historiografía

Grabados de la Braña de los Pastores de Cabrojo (Cabezón de la Sal).

Capítulo 2. Historiografía 2.1. La formación del registro La cuenca del Saja es un área relativamente bien conocida, aunque en la parte alta del valle apenas se conocen asentamientos. En total se han catalogado 500 yacimientos y hallazgos: 211 cavidades (33 de ellas con indicios y /o depósitos secundarios), 94 yacimientos prehistóricos al aire libre, 5 yacimientos prehistóricos al aire libre dudosos, 101 hallazgos prehistóricos al aire libre, 2 hallazgos prehistóricos dudosos al aire libre, 190 yacimientos romanos y/o medievales, 10 hallazgos romanos y/o medievales y 18 yacimientos romanos y/o medievales dudosos. Además de 8 yacimientos, únicamente con interés paleontológico. La mayoría de los yacimientos son conocidos sólo por prospección superficial o por noticias antiguas.

sus investigaciones sobre la cueva de Altamira, tanto del yacimiento como del extraordinario conjunto rupestre, que fue el primero reconocido y que motivó una fuerte polémica sobre su autenticidad hasta su reconocimiento definitivo a principios del siglo veinte. El estudio de los materiales del yacimiento fue ejemplar para su época, llegando a clasificar, de forma muy acertada, las industrias como magdalenienses. Los avatares sobre el descubrimiento de la cavidad y la polémica generada son muy conocidos. Este mismo autor halló industrias paleolíticas en la vecina cueva de la Venta del Cuco, con un yacimiento re-depositado.

Las primeras noticias Las primeras noticias sobre la aparición de yacimientos y/o hallazgos arqueológicos se remontan, como ocurre con otras áreas de la región, al siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX. La cita más antigua, del siglo XVIII, se refiere a la necrópolis medieval de Santa María La Mayor, de la Iglesia de Ruiloba, noticia que ha pasado inadvertida hasta fechas recientes. En el siglo XIX se hallaron algunos yacimientos y hallazgos como las hachas de bronce de Ruiloba – descubierta durante la realización de un convento en 1867- y de Virgen de la Peña; la lápida de consagración de la iglesia de Nuestra Señora de Viveda – dada a conocer la Comisión de Monumentos – y los hallazgos romanos descubiertos durante la realización de extracciones mineras en Reocín, Numa y San Bartolomé de Udías, o de forma casual como una moneda aparecida en Casar de Periedo. Las primeras investigaciones científicas de la segunda parte del siglo XIX Las primeras exploraciones sistemáticas de la zona fueron realizadas por M. Sanz de Sautuola, que reconoció varias cavidades con yacimiento prehistórico y se interesó por los hallazgos romanos producidos durante las labores mineras en algunas explotaciones de la zona, como la Mina Numa y Reocín. Fueron muy importantes

Fig. 2.1. Graffiti de J.Mª de Pereda, de 1898, en la cueva de Las Cáscaras de Pelurgo.

En este mismo contexto se hallaron las cuevas de Cualventi (denominada de Oreña o de Royales) y la de Las Brujas; la primera por A. González Linares y la segunda por E. Pérez del Molino, si bien no fueron consideradas por los investigadores hasta fechas recientes y de la segunda todavía se desconoce el relleno arqueológico, que aparenta ser muy pobre. En 1890 Romualdo Moro, patrocinado por el Marqués de Comillas, halló y excavó la cueva de Las Cáscaras. Las investigaciones de principios de siglo Una vez reconocida la autenticidad de las pinturas de Altamira, H. Alcalde del Río realizó prospecciones sistemáticas, orientadas fundamentalmente a la localización de nuevos conjuntos rupestres. Este investigador reconoció siete cavidades con yacimiento o con manifestaciones rupestres, La Peñona de Caranceja, El Linar, La Concha I, destacando las de La Meaza, La Lora o Clotilde – ésta junto a Breuil-, Las Aguas o Los Santos y La Cuevona,

todas ellas con arte rupestre, si bien la última todavía no estudiada y las otras tres publicadas en la obra “Les Cavernes de la Región Cantabrique”. También halló un hacha del Bronce en Novales. Además excavó en el yacimiento del vestíbulo de Altamira, de la que publicó una monografía.

Fig. 2.2. Material solutrense de Altamira, hallado por Alcalde del Río (1904), a partir de Corchón (1971).

Muy importantes fueron las investigaciones de H. Breuil y H. Obermaier en la cueva de Altamira, las más completas realizadas sobre este importante yacimiento. Con sus resultados publicaron una monografía muy completa, todavía hoy imprescindible. Con anterioridad, H. Breuil y E. Cartailac habían realizado un estudio sobre la cavidad. En el contexto de estas investigaciones se halló el yacimiento conocido como Alrededores de Altamira y la cueva de las Estalactitas, abierta por una cantera, que fueron publicadas en la monografía de la cavidad. También interesantes fueron las investigaciones realizadas por J. Carballo más orientadas a la Prehistoria Reciente, quien reconoció los yacimientos de La Braña de Los Pastores, incluyendo el abrigo de Peñas Negras y el castro de La Masera, publicando el primer yacimiento de forma monográfica.

Las investigaciones de la post-guerra Una vez finalizada la Guerra Civil se irán recuperando las investigaciones, si bien en general de muy bajo perfil científico. Así, V. Andérez excavó y publicó, de forma muy sumaria, las cuevas de La Meaza y Cotero Camposo o de Tabor, esta última aparecida de forma casual en una cantera. Hacia estas mismas fechas V. Calderón de la Vara excavó la cueva de La Meaza, que aportó datos de interés, destacando el hallazgo de una inhumación del Calcolítico – Bronce Antiguo. Así mismo, este autor, excavó la cueva de Luma, el castillo de Peñacastillo y la necrópolis medieval de La Jorcá, aunque sólo publicó las dos primeras que

Fig. 2.3. Alto de Peñacastillo, donde fue localizado un castillo medieval, considerado en principio un asentamiento de tipo castreño por V. Calderón de la Vara.

atribuyó a la Edad del Hierro. Por otra parte, el escultor J. Otero reconoció tres yacimientos en la zona, romanos y medievales, en concreto los de Mies de Llanes, Vispieres y el Alfar de Santillana del Mar. Todos ellos fueron dados a conocer por otros autores. En los años cincuenta el área fue prospectada por el equipo de Camineros de la Diputación, que localizaron e hicieron sondeos arqueológicos en un buen número de cavidades, aunque se trata de trabajos no documentados y solamente se han podido comprobar los de Los Hoyos I y La Cachirula. Además realizaron algunas excavaciones en cuevas ya conocidas, como La Lora o Clotilde, La Meaza y El Linar. Los años sesenta y setenta En la década de los sesenta se realizaron numerosas intervenciones de campo que apenas

fueron documentadas. Sin duda el documento más interesante para reconstruir dichas actuaciones es el manuscrito inédito de V. Gutiérrez Cuevas del año 1969, titulado “Las Cuevas de La Montaña que contienen interés arqueológico”. Así, la S.E.S.S. y el Seminario Sautuola reconocieron al menos 14 cuevas con interés arqueológico, aunque cuatro de ellas con indicios o mal documentadas y otras cuatro pasaron desapercibidas hasta fechas recientes. Ninguna de ellas fue bien publicada. También realizaron sondeos en cavidades reconocidas con anterioridad, como Las Aguas o Los Santos y Cualventi, que fue redescubierta. Sin duda las cuevas más interesantes que reconocieron fueron las de Las Canalonas, que ellos denominaron La Esperanza y Los Avellanos I, que fueron excavadas por el Seminario Sautuola. Estos mismos practicaron excavaciones en la cueva de El Linar, que fueron publicadas por A. Moure Romanillo y por V. Gutiérrez Cuevas. García Guinea reconoció o dió a conocer tres yacimientos romanos o medievales. En estas mismas décadas se produjeron otros hallazgos. Así hay tres cuevas y un yacimiento romano o medieval reconocido por los lugareños – si bien dos de ellos están mal documentados-, 3 yacimientos al aire libre (2 de ellos dudosos), 6 hallazgos al aire libre (dos dudosos), 8 yacimientos romanos o medievales (de ellos 4 dudosos) y 3 hallazgos romanos /medievales. Durante las labores de restauración de cuatro edificios religiosos aparecieron yacimientos medievales. De finales de los setenta hasta la actualidad Las actuaciones arqueológicas desarrolladas en el área de estudio han sido de distinto tipo y naturaleza, desde las excavaciones arqueológicas hasta las prospecciones. Las excavaciones se han centrado en unos pocos yacimientos arqueológicos de distintos momentos. Excavaciones muy limitadas se llevaron a cabo en la cueva de Altamira por parte de un equipo coordinado por J. González Echegaray y L.G. Freeman; R. Montés realizaron sondeos en El Linar. Cualventi fue excavada por un equipo del Museo de Prehistoria coordinado por M.A. García Guinea. Por su parte el Museo de Altamira realizó

intervenciones muy limitadas en la propia cueva de Altamira, Cualventi, El Linar y Las Aguas o Los Santos.

Fig. 2.4. Ejemplar de Ischiropsalis en la cueva de Las Canalonas, conocida en la historiografía de los años sesenta como de La Esperanza. Reconocida y estudiada por un equipo del MPAC y posteriormente por el CAEAP.

También se han excavado o sondeado varios yacimientos medievales, en su mayor parte necrópolis, como las de Nuestra Señora de La Hayuela, Colegiata de Santa Juliana y San Fructuoso de La Mina, por parte del Museo de Santander; la Torre del Pico La Torre y la necrópolis de San Pedro de Chas, por un equipo del I.E.S. de Cabezón de la Sal y el Monasterio de San Martín de Tobía y la Mota de Tres Palacios por L. Mantecón Callejo, acompañado en el segundo por J. Marcos Martínez. Y se ha practicado una excavación subacuática en el Embarcadero de San Vicente de La Barquera. Las excavaciones y sondeos de urgencia se han realizado en algunos yacimientos afectados por la Autovía del Cantábrico, como La Veguilla, Helguera, Prado de la Cruz y Área III de la Peñona de Caranceja, por GAEM. Otras excavaciones de urgencia han sido las del Alfar de Santillana del Mar, por J. Peñil Minguez y la necrópolis de Tresileja por R. Bohigas Roldán. Las memorias de resultados de la mayoría de estas excavaciones o sondeos no han sido publicados, si bien algunos se encuentran en curso de publicación. Estudios monográficos de arte rupestre se han realizado en varias estaciones paleolíticas, como las Brujas, por parte de C. González Sainz y miembros del CAEAP; El Linar, Redonda y Estación, fueron publicadas por CAEAP y las cuevas de Cualventi, El Linar y Las Aguas han

sido estudiadas por el Museo de Altamira. La única estación rupestre al aire libre de la Prehistoria Reciente, la de Cabrojo, fue estudiada por R. Balbín Berhmamm y otros miembros de la Universidad de Cantabria. En el capítulo de prospección y localización de yacimientos el avance ha sido espectacular. Así, se han catalogado 2 cavidades descubiertas por grupos de espeleología, 1 cavidad y 10 túmulos (uno de ellos dudoso) por miembros de la Universidad de Cantabria; 2 yacimientos prehistóricos al aire libre por parte de arqueólogos independientes; 1 yacimiento romano por parte de un aficionado de reconocida experiencia; 15 yacimientos medievales fueron identificados por R. Bohigas Roldán y 1 hallazgo prehistórico y 1 yacimiento medieval fueron descubiertos durante la realización de obras públicas.

época histórica (7 de ellos dudosos) y 11 hallazgos de época histórica (7 de ellos dudosos). El objetivo principal de estas investigaciones fue la realización de un estudio arqueológico completo de los yacimientos, sobremanera de los menos conocidos, por lo que también se revisaron todas las estaciones arqueológicas reconocidas con anterioridad. En ocasiones, esta revisión produjo la localización de evidencias nuevas que suponen la ampliación de las fases de uso de estos puntos. De hecho, un importante número de yacimientos, sobre todo cavidades, habían permanecido inéditos, por lo que se desconocía totalmente su ubicación y las características de sus yacimientos. La recogida de información oral procedente de los peones camineros de Diputación, de antiguos miembros del Seminario Sautuola y de varios grupos de espeleología ha sido determinante en este aspecto.

La arqueología de gestión desarrollada por arqueólogos profesionales ha ofrecido muy buenos resultados pues se han reconocido 88 yacimientos y hallazgos aunque 61 de ellos se deben a la empresa GAEM. También ha sido importante la aportación de otros arqueólogos, entre los que destaca L. Mantecón Callejo e I. Castanedo Tapia. La mayor parte de estos yacimientos ha sido publicada.

Fig. 2.6. Frecuencias relativas de tipos de yacimientos.

2.2. Valoración final

Fig. 2.5. El trabajo de prospección desarrollado por el CAEAP ha sido clave en la localización de buena parte del registro de la cuenca del Saja.

Con todo, la mayor parte de los yacimientos han sido reconocidos por CAEAP acompañados en ocasiones por miembros del GEIS C/R. En concreto reconocieron 290 yacimientos y /o hallazgos, de los que 166 son cavidades, 47 yacimientos al aire libre (1 yacimiento dudoso), 58 hallazgos prehistóricos, 15 yacimientos de

Actualmente se conoce medio millar de yacimientos y hallazgos en la cuenca del Saja, aunque en algunos casos su carácter sea dudoso. El total de cavidades con yacimiento arqueológico asciende a 178 (lo que supone el 35,6 % de los yacimientos), además hay 33 cuevas en las que se ha apreciado la existencia de posible yacimiento arqueológico (son el 6,6% del total), 94 yacimientos al aire libre (18,8% del total), 5 yacimientos prehistóricos al aire libre dudosos (el 1%), 99 hallazgos prehistóricos al aire libre (19,8%), 2 hallazgos dudosos al aire libre (0,4%), 59 yacimientos de época histórica (el 11,8%), 10 hallazgos de época histórica (2%) y 18 yacimientos de carácter dudoso de época histórica (el 3,6%) (ver gráfico 1).

Los yacimientos y/o hallazgos han sido reconocidos en prospecciones arqueológicas más o menos programadas, como las realizadas por Sautuola, Alcalde del Río, los camineros de la Diputación, Bohigas Roldán, el CAEAP, etc. Así, predominan los yacimientos reconocidos por prospección arqueológica programada con 334 yacimientos – el 66,8 % - (183 cuevas – 22 otras cuevas, 58 yacimientos prehistóricos al aire libre, 23 yacimientos de época histórica, 4 hallazgos de época histórica y 7 yacimientos de época histórica dudosos), 91 de arqueología de intervención – el 18,2 %- (6 cuevas – 3 otras cuevas- 34 yacimientos prehistóricos al aire libre – 1 dudoso –, 30 hallazgos prehistóricos al aire libre, 14 yacimientos de época histórica y 7 yacimientos de época histórica dudosos y 75 hallazgos casuales y otros – el 15%- (17 cuevas 3 otras cuevas- 7 yacimientos al aire libre – 2 dudosos- 12 hallazgos prehistóricos – 2 dudosos-

De los 500 yacimientos considerados la prospección de CAEAP localizó 290, lo que supone el 58 %. De ellos 144 son cavidades -el 80,89 % de las cuevas, 22 otras cuevas – el 66,66 %-, 46 yacimientos prehistóricos al aire libre – el 48,93%- 1 yacimiento prehistórico dudoso al aire libre – el 20%, 58 hallazgos prehistóricos – el 58,58 %-, 8 yacimientos de época histórica – el 13,55 %-. Como ya se ha señalado las prospecciones estuvieron orientadas a los yacimientos prehistóricos, con las excepciones ya señaladas, aunque se revisaron todos los yacimientos conocidos, en su mayor parte en cavidades.

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Fig. 2.7. Aportación del grupo CAEAP a la identificación de yacimientos, por grupos. Frecuencias relativas.

, 22 yacimientos de época histórica, 6 hallazgos de época histórica y 4 yacimientos dudosos de época histórica). Las prospecciones del CAEAP estuvieron centradas en la exploración intensiva de las áreas kársticas y tuvieron un carácter menos exhaustivo en el entorno superficial del resto de las áreas, como la franja sur, dominada por los sustratos detríticos, como la arenisca. También se realizó de modo sistemático la revisión de yacimientos reconocidos con anterioridad, muchos de ellos prácticamente desconocidos. En principio quedaban fuera de los objetivos de estas prospecciones la localización de conjuntos rupestres al aire libre, el fenómeno dolménico y los asentamientos castreños, tratados en estos trabajos de forma muy superficial.

Fig. 2.8. Fragmento de mándibula humana en la cueva de Liandres, yacimiento identificado y estudiado por CAEAP en 2010.

Los 34 yacimientos en cueva reconocidos con anterioridad fueron revisados, salvo algunas muy concretadas, como Altamira, Estalactitas, etc. De ellas 7 estaban inéditas y fueron producto de informaciones orales, 2 fueron redescubiertas (Cotero Camposo que se daba como destruida y Las Canalonas, que estaba totalmente perdida), en 8 se realizaron aportaciones de mucho interés (La Meaza: grabados, pinturas e industrias solutrenses, Haces III: numerosos materiales de diversas épocas y manifestaciones rupestres, La Peñona de Caranceja: estratigrafía amplia de la cueva, La Lora o Clotilde: manifestaciones rupestres y materiales arqueológicos romanos, El Linar: manifestaciones rupestres y numerosos materiales desde el Paleolítico Inferior hasta la Edad Media, Los Hoyos I: manifestaciones rupestres y restos arqueológicos relevantes y Las Brujas: manifestaciones rupestres y materiales arqueológicos de interés). En 7 cavidades se realizaron aportaciones de cierto interés, aunque de menor relevancia que las anteriores. Este sería el caso de La Concha I,

Cáscaras, Las Aguas, Los Avellanos I, La Cachirula, Venta del Cuco y Abrigo de Las Brujas, cuevas donde ahora se ha dado a conocer al menos la secuencia estratigráfica visible en superficie y algunos materiales o manifestaciones rupestres. Solo en 10 cavidades no se realizaron nuevas aportaciones, aunque en varios casos como Altamira, lógicamente no fue posible su estudio. En el caso de los yacimientos al aire libre las aportaciones son de menor calado, dada la dificultad de detección de este tipo de asentamientos de superficie en la Marina de Cantabria. De todos modos sí se realizaron importantes aportaciones revisándose todos los yacimientos reconocidos con anterioridad. En buen número de yacimientos de época histórica se llevaron a cabo trabajos de documentación y topografía y se estableció con claridad su ubicación espacial. Resumiendo, la arqueología de la zona que nos ocupa es a día de hoy relativamente bien conocida, especialmente la de fase prehistórica, con la salvedad del fenómeno dolménico y los asentamientos castreños, cuyo grado de conocimiento es mucho más marginal. En cualquier caso, en los últimos años, en toda la Región, se ha producido un espectacular avance en el estudio de ambos fenómenos, lo que en esta zona tiene un pálido reflejo, con un número muy limitado de túmulos dolménicos y sólo con algunos yacimientos aislados de la Edad del Hierro, incluyendo algunos castros, de los que se posee algunos datos de interés. La arqueología romana y sobre todo la medieval también han experimentado un importante avance, aunque en la cuenca del Saja de forma más limitada, destacando en este sentido las necrópolis medievales y sobre todo las utilizaciones de las cuevas, estas últimas como consecuencia de la investigación de la Arqueología Prehistórica. Hoy en día se ha llegado a caracterizar, aunque mínimamente y sólo en yacimientos en cueva, la tardoantigüedad, época desconocida hasta hace prácticamente una década. El siguiente capítulo a tratar es el de la documentación de las manifestaciones rupestres de carácter y naturaleza muy distinto que el de la prospección y hallazgo de yacimientos. Los yacimientos no son muy numerosos aunque aparecen algunos ejemplos extraordinarios, entre

los que destaca la cueva de Altamira, uno de los principales yacimientos del mundo. CAEAP ha estudiado algunos yacimientos paleolíticos, como El Linar, Redonda y Estación. El Museo de Altamira ha estudiado Las Aguas, El Linar y Cualventi. La cueva de las Brujas fue revisada por un equipo formado por C. González Saiz, de la Universidad de Cantabria y por miembros de CAEAP. Todavía no han sido revisados en profundidad yacimientos tan importantes como Altamira o La Clotilde, publicadas a principios del siglo XX. La única estación de la Prehistoria Reciente bien documentada es la de Cabrojo, estudiada de manera independiente por un equipo de la Universidad de Canabria y por Y. Díaz Casado. El capítulo de excavaciones afortunadamente ha sido relativamente poco numeroso. Hasta los años setenta los potenciales yacimientos eran sondeados para reconocer su carácter arqueológico, aunque prácticamente no queda documentación sobre los resultados de estos trabajos. Las excavaciones programadas de !

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Fig. 2.9. Sistemas de localización de yacimientos. PPA: Prospección arqueologica, Arq. Inter.: Arqueología de intervención. Casual: Hallazgos casuales.

época antigua fueron muy pocas, como Cotero Camposo, Meaza, Las Cáscaras, Las Canalonas, Los Avellanos I, Los Hoyos VIII y La Lora o La Clotilde, a las que habría que añadir algunos yacimientos de época histórica, como la cueva de Luma y el Castillo de Peñacastillo. En su mayor parte estos trabajos tampoco fueron publicados. En las que lo fueron, como Cotero Camposo y La Meaza la información aportada es muy limitada. De algunas de ellas, como Los Avellanos I y Las Canalonas, sólo se cuenta con escuetas citas.

En fechas recientes se han excavado Altamira, El Linar, Las Aguas y Cualventi, de las que únicamente se han publicado las primeras realizadas en Altamira y El Linar, encontrándose todas ellas en proceso de publicación. También se han excavado varios yacimientos medievales de los que se han publicado algunos,

caso de La Hayuela y Mota de Tres Palaciones. Se cuenta en la zona con la publicación de una excavación subacuática – el Embarcadero de San Vicente de la Barquera- y de varias excavaciones de urgencia, como Prado de la Cruz, Alfar de Santillana, etc.

Capítulo 3. Estudio diacrónico

Abrigo de Santa Isabel, en Quijas.

Capítulo 3. Estudio diacrónico Se resumen a continuación los principales resultados obtenidos en la investigación del sector, organizados por periodos culturales. Se ha optado por un esquema clásico y muy sencillo a partir del estudio de nueve estadios o fases crono-culturales: Paleolítico Inferior, Paleolítico Medio o Musteriense, Paleolítico Superior y Epipaleolítico, Mesolítico y Neolítico antiguo, Calcolítico y Edad del Bronce, Edad del Hierro, Romanización , Tardoantigüedad y Edad Media. Por razones de espacio los análisis se limitarán a concretar los principales rasgos de los yacimientos y de las series industriales de cada una de las épocas, incluyendose también una comparativa con lo que ocurre en otros territorios de la Región. Además se aportan algunas láminas inéditas de materiales para cada fase. Una parte de las ilustraciones proceden de materiales depositados en el MPAC pero en otros casos los dibujos se realizaron en el campo, en el propio yacimiento, por lo que la calidad no es la deseable. Sólo en casos muy concretos se han incluído láminas sobre materiales ya publicados, especialmente si se trata de series dispersas o con publicaciones antiguas o difíciles de obtener. Un número importante de series se encuentran en trámite de publicación, especialmente yacimientos localizados durante trabajos de arqueología de gestión y otros llevados a cabo por CIMA (Centro de Investigaciones Museo de Altamira). En este caso no ha sido posible su inclusión, más que de forma muy genérica. Los datos espaciales se ofrecen en formato tabla, y los rasgos industriales en gráficos.

3.1. El Paleolítico Inferior J. Ruiz Cobo 3.1.1. Introducción En la zona de trabajo no se ha estudiado monográficamente este periodo, aunque sí se ha incluído en el estudio de R. Montes denominado El primer poblamiento de la Región Cantábrica (Montes Barquín 2003), donde se aborda el análisis de los yacimientos con series industriales significativas. Se incluyen en este trabajo los yacimientos de Oyambre, del que se estudian 206 piezas, Alrededores de Altamira, con 136, Suances (Punta del Dichoso), con alrededor de 90 piezas y la recogida de CAEAP de la cueva del Linar, realizada en el curso del río, la mayor del conjunto, con 580

items. También se incluye uno de los lotes de Peña Caranceja, en concreto el de la estación de Peña Caranceja II, procedente de las investigaciones realizadas en este sitio por GAEM, en relación con el seguimiento de las obras de la Autovía del Cantábrico. Este lote está formado por 185 piezas. R. Montes asigna todos estos yacimientos, junto con un buen número de otras estaciones de la Cornisa, al Pleistoceno Superior, más específicamente al interglaciar Riss- Würm, coincidente con el estadio isotópico 5e. En la zona también han aparecido algunas evidencias faunísticas de cronología antigua, concretamente en explotaciones mineras. Se trata de depósitos faunísticos de origen no antrópico, de los que en ocasiones sólo se cuenta con referencias antiguas: Mina de San Bartolomé, en Udías, donde se citan varios molares de Elephas primegenius, Mina Bonita, Udías, que proporcionó un cráneo casi completo y otros restos fragmentarios de uro, la Mina de Reocín, donde se sabe que aparecieron restos de Equus y de Elephas, sin mayores precisiones, y la Mina Cartesiana, en Comillas donde se da cuenta del hallazgo de restos de Equus sp. (Montes Barquín 2003). 3.1.2. La información disponible El registro conocido Prácticamente toda la información disponible sobre los momentos más antiguos de la prehistoria de este territorio proceden de las series líticas recuperadas en yacimientos al aire libre o en depósitos secundarios en cuevas. Ya se ha comentado que los registros de fauna conservados en las minas son muy escasos, no responden a comportamientos antrópicos y actualmente están perdidos en su mayor parte. Se pueden atribuir casi cincuenta estaciones a un momento Paleolítico Inferior, aunque en algunos casos esta asignación resulta dudosa, especialmente para las estaciones de pequeño tamaño. En función a la entidad de las series recuperadas en estos sitios se pueden diferenciar entre pequeños conjuntos, formados por un puñado de piezas y grandes estaciones en que se han recogido un número muy significativo de restos, como las ya citadas en el apartado anterior de Alrededores de Altamira, Linar, etc. Además se han producido más de veinte hallazgos aislados de material significativo, en su mayor parte al aire libre, pero son lotes muy breves, formados por una o dos piezas. Se incluyen en este grupo sólo los hendedores, chopper, chopping tool y picos triedros, dado que para el resto del utillaje no hay seguridad sobre su adscripción cronológica.

En cambio se han considerado yacimientos aquellos puntos que han proporcionado series con un número mayor de piezas. En su mayor parte los yacimientos se encuentran al aire libre - 42- y se trata de superficies limitadas, en que los materiales afloran como resultado de la erosión que sufre el suelo. En 6 cavidades se han recogido, en contextos secundarios, lotes de materiales arrastrados desde paquetes de suelo o de terraza desmantelados.

cerca de 2 piezas sueltas. Es posible que se trata de otra estación independiente.

Las estaciones - yacimientos y hallazgos aisladostanto las de superficie como las de cuevas, se distribuyen a lo largo de la plataforma costera, en algunos casos en la propia línea de costa o en la rasa litoral. En otros casos se encuentra en el borde de los fondos de valle y colinas del sector de la Marina y de la parte baja del valle del Saja. Se conocen un total de 41 estaciones de este tipo con tamaños muestrales por debajo de las 100 piezas, además de más de 20 hallazgos aislados, con una o dos piezas cada una. En cuanto a las series con un número de piezas significativo – Oyambre, Alrededores de Altamira, El Linar, Caranceja II y Suances, servirán de base para establecer unos rasgos básicos en lo que se refiere a las materias primas, técnicas y utillajes. 3.1.3. Distribución de los yacimientos. Ubicaciones ecológica y topográfica Se aprecia una tendencia importante a que los yacimientos aparezcan agregados en áreas más o menos amplias y también es frecuente que en sus inmediaciones se encuentren hallazgos aislados. Esto podría relacionarse con alguno de los siguientes factores:

Fig. 3.1.1. Industria lítica del yacimiento de Vinueva. A partir de Muñoz Fernández et alii (2002). 1. Pico triedro sobre lasca. 2 Hendedor tipo 0, 3. Canto tallado unifacial. Todos en arenisca.

- Factores de conservación y exposición de materiales del cuaternario, especialmente suelos. - La existencia de algún rasgo del paisaje pleistoceno que provocó una más intensa utilización de ese sector por los grupos humanos. Sería el caso de fuentes de aprovisionamiento de materias primas, agua, etc. Se identifican varias áreas de agregación de yacimientos, en muchas de las cuales se han producido también hallazgos aislados de material significativo, que se comentan a continuación. 1. San Vicente de La Barquera. Las dos estaciones se encuentran en la península situada al norte de la marisma, sobre suelos de naturaleza caliza. Se integran en este grupo los yacimientos de San Vicente de la Barquera y Punta del Castillo. En este caso la situación topográfica es sobre rasa litoral, en lugares más o menos expuestos y el contexto sedimentario de suelo formado sobre calizas. A cierta distancia de este sector, en las colinas que cierran el estuario por el sur, se localizó un hendedor aislado en los alrededores de Abaño,

Fig. 3.1.2. Industria lítica de Peña Caranceja. Bifaz micoquiense de arenisca. A partir de R. Montes Barquín (2003). 2. Oyambre. Se trata de un sector enrasado, sobre sustratos calizos y margosos, delimitado por amplias playas bordeadas por un cordón de cantos marinos. Incluye los yacimientos de Oyambre A, B, C, Oyambre Playa y Mayorazgo. El área interior del cabo de Oyambre, donde están Oyambre A, B y C, tiene una topografía relativamente ondulada con importantes desniveles. Oyambre Playa es una rasa acantilada desmantelada por la acción del mar que ha

puesto al descubierto paleosuelos. En estos casos los materiales aparecen mezclados con los cantos de las barras litorales. Tanto la posición topográfica como el contexto de deposición es el mismo que en el del sector anterior.

cubeta de la rasa litoral se encontraron, en las cercanías de la Venta de la Vega de Casasola, dos hendedores sobre lasca. 4. Cachirula. Los yacimientos de este sector son los de Cigüenza y Junto a la cueva de La Cachirula II. Ambos comparten su posición en el fondo de una cubeta cárstica labrada en la plataforma litoral. Las piezas se encuentran en un contexto de arcillas de decalcificación, formadas por el desmantelamiento de las calizas aptenses. En la cubeta de Oreña se ha producido un hallazgo aislado, en concreto en una huerta del Barrio de Perelada. Se trata de un hendedor sobre lasca en cuarcita. En las inmediaciones de la Ermita de San Roque del Monte Cildá, de Oreña, en una ladera, en posición desplazada, se encontró un hendedor sobre lasca y una lasca, en un contexto de suelo poco desarrollado sobre areniscas del Weald. 5. Punta Calderón. Se trata de una ensenada litoral labrada en un alto acantilado. En el lugar hay una pequeña cala con cantos rodados de difícil acceso. Sólo se asocia a un yacimiento.

Fig. 3.1.3. Industria lítica del yacimiento de Peña Caranceja. A partir de Muñoz Fernández et alii (2002). En la playa de Merón, en los cortes de la propia playa, realmente en continuidad con las estaciones anteriores, se han documentado dos hallazgos aislados, Merón I y Merón II, el primero un hendedor y el segundo un chopper. 3. Sector de El Tejo. Asociado a un curso fluvial, el del Arroyo. Incluye el yacimiento de Peña Alta en una pequeña elevación litoral donde las piezas afloran por erosión, y los yacimientos del Mayorazgo de Santa Marina, ubicados en el fondo de una amplia depresión cárstica. En este caso la ubicación topografica de las estaciones es de ladera y de fondo de valle, en ambos casos en contextos de suelo sobre roca madre caliza. En las inmediaciones de la cueva de El Portillo se recogió un pico triedro. También se han producido hallazgos aislados de Ruiloba. Asi, en las inmediaciones de la localidad de La Iglesia se han producido varios hallazgos aislados, designados como La Iglesia I, La Iglesia II, con un chopper y varios hendedores aislados. Se asocian a suelos de terra rossa formados en el fondo de una amplia cubeta cárstica. En la parte alta de la sierra que separa esta

Fig. 3.1.4. Hendedor localizado en el Coterío de Peñalba, cerca de Toñanes. 6. Sector de Ubiarco y Suances. Los yacimientos aparecen asociados a dos ambientes. A la cubeta cárstica de Ubiarco, en concreto a su flanco norte y las rasas acantiladas de Suances. En estos sectores se localizan los yacimientos de Ubiarco B, Ubiarco C y en Suances La Tablía, Suances D, B y la Jerra. Además de los yacimientos hay tres hallazgos aislados de material suelto en sus entornos. Inmediatamente al sur de Suances se localiza el yacimiento de Despeñaperros, donde las piezas aparecen en un amplio rellano de ladera sobre la ría de San Martín, también en contexto de suelo. En el camino que de Ubiarco lleva a Tagle, se encontró en el mismo contexto que el grupo anterior, un talón de un bifaz y un chopper. 7. Sector de Santillana. Se trata de otra cubeta cárstica, en este caso labrada sobre materiales calizos de poca calidad, calizas margosas, con varios cursos endorreicos. En este punto se localiza el yacimiento

de Santillana del Mar - Mijares. En la cima de la colina que cierra la cubeta por el sur se encuentra el yacimiento de Alrededores de Altamira. En la subida a la loma de Altamira se encontró un hendedor aislado. En la misma cubeta de Santillana, hacia el norte, cerca de la Cueva de La Raposa, en la cima de una pequeña elevación, se encontraron dos piezas: un hendedor y una lasca. 8. Hinojedo. En la cima del monte de La Masera, en un suelo formado sobre las calizas arenosas se encuentra el yacimiento de La Masera. En un rellano de ladera, en un contexto secundario, integrado en un glacis de acumulación de ladera se localiza el yacimiento del Castro. En el fondo del valle de Hinojedo se localizó un hendedor sobre lasca y un núcleo. Y en sus cercanías, en el entorno de la Mota de Trespalacios, también en el fondo de la vega, se produjeron dos hallazgos aislados: un chopping- tool y un hendedor.

Fig. 3.1.5. Industria lítica del yacimiento de Veguilla. A partir de Muñoz Fernández et alii (2002). 1. Canto tallado unifacial, 2. Hendedor tipo 0.7, 3. Hendedor tipo II.

Fig. 3.1.6. Industria lítica de los Alrededores de Altamira. A partir de Montes (2003). Bifaces e industria sobre lasca.

En Viveda se han producido dos hallazgos aislados, denominados Pedrero A y B, en cortes de las carreteras que cruzan la depresión. En ambos casos se trata de hendedores sobre lasca de tipo 0 de Tixier. 9. Sector de Monte Barbecha. Yacimiento de Casar de Periedo y Monte Barbecha II. El primero se ubica en un rellano de ladera a media altura sobre el valle y el segundo en un sector de cima. En ambos casos se trata de contextos de suelo formados sobre rocas calizas aptenses de calidad. Además, en la pista de subida al Monte Barbecha, se encontró un chopper de arenisca y otras piezas menos significativas.

elevación, en un sector con buenas condiciones de habitabilidad. Los materiales ocupan una superficie amplia. También en este sector se encuentran los yacimientos de Llanda, Ladrero y Pando. Los tres en posición derivada. En el lateral derecho del río, en Helguera se encuentra el yacimiento del mismo nombre, en la cima de una

10. Sector de Cabezón de la Sal - Villanueva de la Peña. En una vaguada, en un punto con buenas condiciones de habitabilidad se localiza el yacimiento de Cabezón de la Sal. En un contexto de suelo desarrollado sobre arcillas del Keuper. Algo más hacia el este, siguiendo la vega del río se encuentra el yacimiento de Villanueva de la Peña, en la vertiente derecha del Saja. Los materiales aparecieron sobre terraza pleistocénica del Saja, en un nivel de limos formados sobre el nivel de cantos. Yacimento de Vinueva. Entre el grupo de Cabezón – Villanueva de la Peña y el de Villapresente. En la ladera de una pequeña elevación. El material aflora de forma dispersa, y quizás procede de la cima de la elevación. Se encuentra en el horizonte B de un suelo formado sobre roca madre caliza. 11. Sector de Villapresente – Reocín. Los yacimientos de este grupo se encuentran asociados a la vega del Saja, a ambos lados del río, en ocasiones sobre altozanos formados por los paquetes de terraza. Aparecen tanto en contexto de suelo sobre material calizo o más frecuentemente en niveles de limos sobre los paquetes de cantos. Villapresente 1 se localiza en la parte alta de una elevación, en concreto en una plataforma formada por una antigua terraza. Los materiales aparecen englobados en una terraza del río, entre cantos rodados. Villapresente 2 está en el fondo de la vega, en un sector llano de la misma. En un suelo con los restos de una terraza desmatelada. El Cristo, en Villapresente se encuentra en una vaguada en suave pendiente, sobre roca madre caliza. Los yacimientos de Peñalba I y II se encuentran en Cerrazo (Reocín), en la cima de una pequeña

Fig. 3.1.7. Hendedores del yacimiento de Peña Caranceja. A partir de R. Montés Barquín (2003). pequeña elevación en contexto de suelo. Se trata de la terraza T3 del Saja, a + 35 m del cauce actual. El nivel fértil es un espeso depósito de limos muy finos, que descansa sobre el nivel de cantos que forman la terraza. El mismo contexto ocupa el yacimiento de La Veguilla I, en la terraza T3, a + 35 m del cauce. Los materiales aparecen en un espeso nivel de limos finos prensados de gran dureza, a más de 1 m de profundidad, que descasa sobre el nivel de cantos. El yacimiento fue sondeado y proporcionó un importante lote de industrias. En las cercanías del yacimiento anterior se recogieron 2 hendedores sobre lasca de forma aislada. En cambio La Veguilla II, está en una zona llana, de vega, pero en un contexto de suelo, en el horizonte B, sobre roca madre caliza.

12. Grupo Caranceja. Varios de estos yacimientos fueron reconocidos por GAEM durante la construcción de la autopista Santander – Torrelavega. Está integrado por los yacimientos de Peñona de Caranceja I a IV y V a XI. El primer grupo, Caranceja I a IV, está formado por yacimientos extensos ubicados en una ladera pronunciada y en una zona deprimida entre cumbres, en la parte alta de La Peñona de Caranceja. Se encontraban en contextos de suelo formados sobre roca madre caliza. El grupo de Caranceja V a XI se encuentran en la cima de una elevación, en el horizonte B de un suelo formado sobre calizas.

principal, mezclados con cantos rodados. A diferencia de las anteriores, donde los lotes de materiales eran reducidos, en El Linar se recogió una gran cantidad de industrias líticas (580 piezas), que se clasificaron, a posterior, en función al tipo de pátina que presentaban. Se asignan al Paleolítico Inferior aquellas con una pátina mas marcada. Estos materiales parecen proceder del desmantelamiento de

En conjunto se han localizado un total de 42 estaciones, aunque en ellas se incluyen dos que realmente son grupos de estaciones muy cercanas entre sí, las de Peñona de Caranceja G1 y G2. Todas las estaciones se encuentran en el curso bajo y medio del río, es decir, al norte de la Sierra del Escudo de Cabuérniga. En la propia línea de costa se encuentran 13, en la plataforma litoral y sus colinas 11 y en el nicho semi-interior, es decir, en el valle del Saja y sus montañas asociadas, 18. En su mayor parte los yacimientos son contextos primarios (36 casos), es decir, las piezas se encuentran, más o menos desplazadas de su posición original, pero integradas en el contexto original donde cayeron. Sólo en 6 casos aparecen evidencias claras de que las piezas están fuera de contexto, sea en un cordón de cantos litoral, en una playa de cantos, o en un glacis de ladera en los ambientes de colinas semiinteriores. También se trata de contextos secundarios los yacimientos del Paleolítico Inferior localizados en las cuevas de la zona, en concreto en seis cavidades, todas en el sector bajo de la cuenca. Se trata de las siguientes: El Barcenal I. En un sumidero activo con un pequeño curso de agua semipermanente que arrastra sedimentos procedentes del desmantelamiento de los suelos que recubren la rasa marina donde se abre la cueva. Las piezas han aparecido en el cauce del río, en el fondo del vestíbulo. El Barcenal II. Esta cueva, como la anterior, situada en sus inmediaciones, se abre en la rasa litoral, a escasa distancia de la costa, en un paisaje ondulado labrado en sustratos calcáreos. Los materiales aparecen en el fondo del vestíbulo, en un laminador, donde fueron depositados por el agua. El Linar I. Es un complejo de bocas abiertas en la base de la pared de una gran cubeta caliza. Una de ellas funciona como sumidero activo de un curso de agua, que en ocasiones, tiene un fuerte caudal. Los materiales del Paleolítico Inferior aparecen en el cauce del río que recorre el vestíbulo de la boca

Fig. 3.1.8. Terrazas desmanteladas depositadas sobre relieves kársticos en La Busta. Corresponden al nivel T2. Parte de su relleno se integró en el yacimiento del río del Linar. una terraza fluvial situada a unos 20 m de la boca (Montes Barquín 2003). En el río existente a unos 200 m por debajo de la cueva de las Aguas de Novales se encontró, cerca de la boca, en el fondo del lecho, un hendedor sobre lasca y un núcleo percutor, considerados como hallazgos aislados. La Tejera. La boca se abre en la parte baja de la ladera de un pequeño vallejo formado por un riachuelo que corta la rasa. La cavidad funcionó como sumidero activo, aunque hoy día se encuentra fosilizado. Su desarrollo es claramente descendente y las piezas aparecen mezcladas con los sedimentos que forma un cono de derrubios en su interior. Sistema de Rotablín - El Pernal. Es un sistema complejo, con dos bocas abiertas en el fondo de dos dolinas por las que se sumen sendos cursos de agua. En la zona de entrada de El Pernal, en el lecho del río, se recogió una interesante serie de materiales del Paleolítico Inferior. Este lote, procedente como en los casos anteriores, del exterior de la cueva, debe de proceder de las colinas detríticas que se encuentran al sur de la cueva. La Rogería. Se trata de un sumidero activo situado en el fondo de una dolina ubicada en el borde de la amplia cubeta de Oreña. En el cauce del río, y en el vestíbulo se hallaron algunos materiales del Paleolítico Inferior, que deben de proceder de los suelos de tipo terra rossa que rellenan la cubeta caliza.

Fig. 3.1.9. Croquis de la cuenca baja del Saja con indicación de los principales depósitos de terraza. Se aprecia que todos ellos se sitúan en la zona baja del cauce del río principal. La mayor parte de las cuevas donde se han localizado depósitos secundarios de esta fase se encuentran ubicadas en el ambiente litoral, sea junto a la costa o en la plataforma - Barcenal I, II-, en relación a cubetas cársticas - El Linar, Rotablín, Las Aguas, Rogería y La Tejera -. En lo que respecta a los yacimientos de superficie, la integración en unidades del paisaje es la siguiente: las estaciones aparecen con frecuencias similares en tres unidades de paisaje: 11 en la rasa litoral, 10 en las vegas y 13 en colinas de la plataforma litoral. Sólo 4 se encuentran en cubetas cársticas y 2 en playas y ensenadas, en posición secundaria, caídas con seguridad de la superficie de rasa, generalmente afectada por un curso de agua. Las unidades topográficas tienen también valores similares: 11 aparecen en rellanos de ladera, 9 en altozanos, 10 en fondos de vega, y 7 en cimas. Las estaciones aparecen agrupadas en muchos casos. El grupo más denso es el de Reocín - Villapresente Helguera, formado por 11 estaciones. El de Suances por 6, Oyambre por 5 y Cachirula por 3. Los demás sólo los forman 1 o 2 estaciones. En resumen, las estaciones que aparecen en la zona más cercana a la línea de costa se asientan generalmente sobre la rasa litoral, apareciendo las piezas en áreas denudadas por la erosión. Sólo en algunos casos se asocian a pequeñas ensenadas creadas por arroyos donde se forman playas de

cantos. Las estaciones de la plataforma litoral se encuentran tanto en cimas y laderas de colinas como en el fondo de vegas de arroyos y cubetas cársticas. Por último, las estaciones de sector semiinterior de la cuenca, aparecen a partes iguales en laderas y cimas de colinas y en el fondo de la vega, también en altozanos del fondo del valle o en el propio fondo en algunas ocasiones. En cuanto a los contextos sedimentarios, el más frecuente es el suelo formado por sustratos calizos, sea calizo puro o calizo margoso. En este caso las piezas se encuentran en el horizonte B, de estos suelos, formados por arcillas lavadas. En este tipo de contexto se deberían de encontrar en origen los materiales líticos aparecidos en depósitos secundarios en las cuevas de la zona. Sólo en un caso la estación se encuentra sobre un suelo formado sobre arcillas del Keuper. En 5 casos las estaciones se asocian a depósitos de terraza. Cuando están bien conservados los yacimientos se ubican en la terraza T3, situada a más 35 m sobre el cauce, en un nivel de limos finos formados sobre el propio paquete de cantos que forma la terraza. 3.1.4. Los Estratigrafías

contextos

de

sedimentación.

A un momento Cuaternario se asignan tipos de depósitos: aluviones, terrazas rellenos de las cubetas de decalcificación, marismas, playas, dunas y coluviones. punto de vista arqueológico, como sedimentarios de yacimientos y como

diferentes fluviales, morrenas, Desde el contextos lugar de

abastecimiento de materias primas, la mayor relevancia es para los tres primeros, cuyos rasgos principales para el Saja se comentan a continuación.

concretamente en el Paleolítico Inferior y Medio, dado que muchas estaciones al aire libre de este momento se relacionan con terrazas fluviales.

En cuanto a los depósitos de aluvión se asignan genéricamente al Holoceno dado que el relleno que hoy día presentan los ríos atlánticos de la región se ha producido a partir de la deglaciación.

El estudio del sistema de terrazas fluviales de esta cuenca, junto con las del Besaya y del Pas, ha sido abordado por A. González (1995). Sus resultados, adaptados a un enfoque arqueológico por R. Montes (2003), son resumidos aquí. En estos ríos se plantea la existencia de hasta 6 niveles de terrazas:

Fig. 3.1.11. Terraza en Valle de Quijas, un sector de importante concentración de estaciones del Paleolítico Antiguo.

Fig. 3.1.10. Boca de la cueva de El Linar, en La Busta. Los aluviones son muy frecuentes en la cuenca del Saja y comienzan aguas abajo del pueblo de Saja (concretamente 3 km al sur) con depósitos que se mantienen en una estrecha franja hasta la localidad de Renedo de Cabuérniga. Allí el fondo de valle se ensancha, especialmente en Sopeña, donde la extensión cubierta supera el kilómetro de anchura. El fondo de vega sigue repleto de aluviones varios kilómetros hasta la dembocadura del desfiladero de las hoces de Santa Lucía. La mancha de aluvión se hace muy ancha al norte de la Sierra del Escudo, donde supera los 3 km. Los aluviones cubren allí todo el fondo de la vega, situada a unos 100 m de altura. Continuarán desde aquí, de forma ininterrumpida, con anchuras variables, hasta la desembocadura del río. En cuanto a las terrazas fluviales se asignan al Pleistoceno y están formadas mayoritariamente por bolos y cantos de cuarzo y de cuarcita, englobados en una matríz arenosa. Generalmente su potencia no es muy grande, aunque resulta siempre variable. Su distribución es importante en el estudio de las primeras fases de ocupación de la Prehistoria,

T6. Situado a 60 m de altura máxima sobre el cauce actual. Compuesto por arenas y clastos que se superponen a las gravas de T5. Se asigna al Pleistoceno Antiguo. T5. A 35 m de altura, está formado por gravas y cantos en matríz limosa. Una datación radiocarbónica realizada sobre madera escapa al rango del método por lo que se entiende que su cronología debe ser superior a 47.000 años B.P. Se dataría en el Pleitoceno Medio. T4. A 30 m de altura sobre el cauce actual. Al parecer los depósitos de este piso están alterados. De edad incierta se asignaría también al Pleistoceno Medio. T3. Entre 25 y 15 m sobre el cauce actual. Bien representada en todas las cuencas, lo componen niveles de cantos a los que se superponen arenas. Se ha estudiado en Polanco, donde se identificaron paleocanales formados en un medio estuarino. Se asigna al Pleistoceno Superior Inicial (este periodo comienza en el 128 ka, en el Riss – Würm y está representado por varios yacimientos de superficie en la región; se corresponde con el estadio isotópico 5e). T2. Entre 10 y 5 m. Se trata de un potente depósito de cantos englobado en un matríz arenosa identificado en todas las cuencas. Se ha datado en las últimas fases del Pleistoceno Superior.

T1. A 2 m, está formado por cantos englobados en materia arenosa. De cronología holocénica, frecuentemente está enmascarado por depósitos de llanura de inundación formados por arcillas y limos. En las cuencas del Saja, Besaya y Pas se ha comprobado que los materiales arqueológicos del Paleolítico Inferior aparecen frecuentemente en el nivel de limos fluviales de la parte superior del nivel T3. Solo muy raramente aparecen en el nivel de cantos inferior. Estos yacimientos aparecen sólo en las cuencas bajas de los ríos. Se ha planteado que el nivel de cantos de esta terraza se formase en las fases finales del Riss y la capa de limos y arenas corresponda al interglaciar Riss- Würm. En las inmediaciones de Requejada se ha realizado un sondeo en el yacimiento del Hondal integrado en este contexto sedimentario. Se trata de un nivel formado por limos y arenas, cementado por carbonatos de los suelos superpuestos. Los materiales no presentan fuertes rodamientos e incluso se han realizado remontajes entre piezas (Montes 2003). Todo indica que las condiciones de formación de la estación eran de baja energía. El yacimiento corresponde a un momento del interglaciar Riss- Würm. Aunque en términos generales la cronología de los depósitos de terraza no está aún bien establecida para los ríos de la Cornisa Cantábrica, es cierto que la mayor parte de los autores plantean cronologías similares a grandes rasgos (Ruiz Fernández y Poblete Piedrabuena, 2011 y Hoyos 1989). Así, las terrazas más altas, las situadas por encima de 50 m se consideran formadas en el Pleistoceno Inferior. De hecho, los niveles de 70 m se han atribuido por algunos autores al interglaciar Gunz – Mindel. Los niveles de 35 – 40 se ubican en el Pleistoceno Inferior a Medio y algunos autores los sitúan con más precisión en el interglaciar Mindel – Riss. Quizás el nivel para el que se cuenta con más asignaciones uniformes sea el de 24-32 y 15- 20 (que en este apartado asignaremos al nivel de 20 m) que se sitúan en el Pleistoceno Superior, concretamente en el interglaciar Eemiense. Menos estudiados y más raros son los niveles de en torno a 10 – 12 m, cuyo depósito se data en el Würmiense. El nivel de 3-5 m se ha considerado por algunos autores como formado en el tardiglaciar y los niveles de 2 m e inferiores se atribuyen y datan en el Holoceno. Volviendo a los niveles de terraza del río Saja, todos los depósitos se encuentran en el sector bajo de la cuenca, los más meridionales inmediatamente al norte de la sierra del Escudo de Cabuérniga. En la cartografía geológica del IGME se diferencian cuatro niveles en función a su altura sobre el río: Q1T1, a 80 m, Q1T2, a 40 m, Q1T3, a 20 m, Q1T4, a 3 m.

La red de terrazas más antigua es la asignada por IGME al nivel T1, que podría equipararse, aunque se encuentra algo más alto, al nivel T6 del esquema de González y Montes antes comentado. Este piso T1 en el Saja está representado solo por tres manchas, conservadas en ocasiones en puntos relativamente alejados del cauce fluvial actual, que a continuación se comentan: a) La terraza más interior de este piso y también la de mayor extensión es la de La Castañera de Cerrazo, que forma una cima llana de planta ovoide al oeste de este núcleo de población. Su altura media absoluta es de 140 m (máxima 149 m) y se encuentra a 80 m sobre el cauce del río. Enfrente y al otro lado del río aparece una superficie de abrasión gemela, también a 149 m, en el lugar de San Benito, no catalogada como terraza en la cartografía. b) En Sierrallana aparece una cima llana ocupada por otra terraza de este piso T1, a unos 100 de altura absoluta y a 80 m de altura relativa. En el extremo norte de esta misma sierra se encuentra otra mancha de terraza de menor entidad, entre 105 y 115 m, situada de forma que sigue la dirección del río. Correspondería al mismo piso que la anterior. Al nivel de terraza de 40 m, asignado al piso T2 del IGME y T5 del sistema González – Montes, se asignan las siguientes manchas: a) El localizado más al interior es el grupo de La Busta, formado por dos manchas, una pequeña colgada al norte y otra mucho más extensa al sur. Descansan sobre calizas aptenses y están asociadas a depósitos de arcillas de decalcificación que rellenan la cubeta cárstica de La Busta. Su altura absoluta es de 120 m y dado que en este tramo el Saja está a 80 m, su altura relativa es de 40 m. b) En el lugar de San Benito, al sur del nivel enrasado citado más arriba, aparece una mancha de terraza de 600 m de largo, que sigue la dirección del río actual. Su altura relativa es de 50 m. En el grupo de 20 m – T3 del IGME y T4-3 de González – Montes- se han incluído algunas terrazas con valores superiores a 30 m y otros ligeramente inferiores a 20. Presenta como rasgo de más interés su asociación a materiales del Paleolítico Inferior. a) Las terrazas más extensas de este piso se encuentran entre Mazcuerras y Villanueva de la Peña. Se trata de tres largas manchas que siguen el curso del río, se encuentran entre 15 y 20 m sobre el cauce actual y son las situadas más al interior de la cuenca. b) En Mijares una amplia extensión de fondo de vega se identifica como terraza en el mapa del IGME, aunque se asigna a un nivel más alto que el que ocupa. Su altura relativa es de 20m.

c) En Villapresente, a lo largo del borde de la vega, aparecen tres manchas de terraza. Las más occidentales forman rellanos de ladera a 70 de altura absoluta. La llanura aluvial está a algo menos de 50 m (altura relativa 20 m). La tercera mancha, de menor entidad, está algo más baja, pero su altura relativa es similar. d) En la ribera derecha, frente a Villapresente, aparecen dos manchas alargadas que siguen el curso

del río, entre Valles y Helguera. Se encuentran sobre formaciones de relleno de cubeta, con cotas máximas de 72 y 68 m. Su altura relativa es de 32 a 25 m. e) Desde Viveda hacia el norte, recorriendo el flanco oeste del río a lo largo de tres kilómetros aparecen tres terrazas, entre los 30 y 40 m de altura absoluta, que se deben de adscribir al nivel de 20 m.

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Fig. 3.1.12. Yacimientos del Paleolítico Inferior en la cuenca Saja – Escudo.

Fig. 3.1.13. Distribución de yacimientos del Paleolítico Inferior. 1. San Vicente, 2. Punta del Castillo, 3. 4 y 5 Oyambre A, B y C, 6. Playa de Oyambre, 7. Mayorazo, 8. Peña Alta, 9. Cigüenza, 10. Alrededores de La Cachirula II, 11. Puerto Calderón, 12. Ubiarco B, 13. Ubiarco C, 14. Santa Justa, 15. Alrededores de Altamira, 16. Castro Mijares, 17- 19, Suances D, B y A, 20. La Jerra, 21. Despeñaperros, 22. Caspano, 23. Castro Masera, 24. El Castro, 25. Casar de Periedo, 26. Barbecha II, 27. Cabezón, 28. Villanueva de la Peña, 29 y 30, Peña Caranceja Grupo 1 y 2, 31. Vinueva, 32 y 33. Peñalba I y II, 34. Llanda, 35. Lladera, 36. Panda, 37. Helguera, 38 y 39. Veguilla I y II. 40 y 41 Villapresente I y II, 42. El Cristo. El nivel de menos de 10 m (T2 y T1 de González y Montes) y T4 del IGME, en el Saja está intimamente asociado a los aluviones holocénicos y está mucho más representado en el flanco oriental al norte de Torrelavega, un sector que no entra en el área de estudio. A partir de Requejada los depósitos de terraza son muy amplios en este lateral del río y

llegan hasta el pueblo de Cudón, en Miengo. En Golbardo aparece una terraza reciente de este nivel, de pequeña extensión, asociada a calizas recifales aptenses, junto al cauce actual del río y otra se conserva en Barcenaciones.

Fig. 3.1.14. Industrias del Paleolítico Inferior. Yacimiento de Suances o Suances A.1. Bifaz parcial, 2 y 5. Hendedores sobre lasca, 3 y 6. choppers y 4. raedera. El otro contexto de interés para los yacimientos arqueológicos de superficie son los rellenos cuaternarios de las cubetas de decalcificación. Los suelos más característicos formados en estos ambientes son de la familia de los luvisoles, de tipo terra rossa que evolucionan a terra fusca por lavado. Se trata de suelos espesos, de textura arcillosa y pesados para el cultivo. El horizonte A, orgánico, varía entre 10 y 30 cm por término medio, aunque puede ser mucho mayor y el B, formado por arcillas anaranjadas a rojizas es muy espeso, pudiendo superar los 3 m de potencia. Localmente puede incluir gravas y bolos de areniscas redondeadas. El horizonte C siempre está formado por calizas masivas y compactas de topografía irregular, con abundantes crestones. La variedad de terra fusca es la más extendida y presenta horizontes A/(B)/C, siendo el horizonte A de humificación variable, dependiendo de la vegetación y la pendiente, entre otros factores. En la terra fusca

es típica la estructura del horizonte B que se separa en agregados duros y compactos en forma de columnas y se fisura en grietas en las que se concentran filamentos y polvo de carbonato cálcico secundario. El horizonte C comienza con cantos de caliza de tamaño centimétrico, generalmente aplanados y de aristas redondeadas por lavado y poco despues se localiza ya la caliza masiva. Se trata de suelos lavados y descalcificados, ligeramente ácidos con contenido moderado en nutrientes. La terra fusca evoluciona por terrificación a terra rosa, que presenta una estructura más grumosa. En la zona se utilizan como prados pero en ocasiones también para cultivos. En estas cubetas también están bien representadas las zonas con luvisoles crómicos, suelos de tipo terra rossa, encerrados en microtopografías cársticas y asociados a litosoles calizos.

Resulta característica del horizonte B de estos suelos la formación de acumulaciones de agregados de mineral de hierro. Se ha detectado que en muchos casos aparecen dos capas diferentes de acumulación de agregados minerales de óxidos y sexquióxidos de hierro. Una de ellas parece coincidir con la base del nivel de arado y la integran pequeñas nodulizaciones y la otra se localiza mucho más abajo, cerca ya del comienzo del horizonte C y lo forman nódulos de tamaño y forma mucho más variable, en ocasiones grandes nódulos o costras, Se ha relacionado la génesis de estas acumulaciones de hierro (Montes Barquín 2003, a partir de los estudios de Bonifacio Sánchez) con la existencia de condiciones ambientales templadas, mas bien cálidas pero necesariamente húmedas. Serían los procesos de lavado y evaporación los que producen flujos ascendentes y descendentes de agua en la capa barrosa situada por encima del nivel freático. Estos ciclos provocaron la formación de nódulos de hierro concentrando los iones de este metal, por otra parte muy abundantes en las arcillas de decalcificación. El estudio interdisciplinar de varios de estos suelos en yacimientos como La Verde o Peña Caranceja (Montes Barquín 2003) sugiere que las capas de concentraciones de nódulos podrían tener dos cronologías diferenciadas: la más cercana al horizonte A sería holocénica y la más profunda podría situarse en el último interglaciar. Estos luvisoles son por tanto uno de los contextos arqueológicos básicos para el estudio de las primeras ocupaciones humanas de la zona, en tanto en cuanto han mantenido su estructura intacta.

pocos tipos de útiles, tanto sobre lasca como macroútiles. Entre las piezas que tienen como soporte las lascas el grupo dominante son los denticulados, las escotaduras y las raederas. Entre estas últimas las

Fig. 3.1.15. Terraza sobre la que se instala el yacimiento de Veguilla I (Puente San Miguel). formas más frecuentes son las más sencillas, las simples, las sencillas de cara plana y las transversales. Entre los macroútiles predominan – y esto es otro rasgo característico – los hendedores sobre lasca, en su mayor parte de tipo 0 de Tixier, seguidos de los de tipo II, 0.7 y I. En cambio son muy poco frecuentes los tipos más evolucionados, los tipos III y VI. En general se trata de piezas poco regulares, con retoques escasos y con el filo oblícuo.

4.1.5. Las industrias Como ya se ha comentado, las series industriales proporcionadas por los yacimientos son de tamaño muy limitado, si bien hay varias estaciones con un número significativo de efectivos, como Playa de Oyambre, Alrededores de Altamira, El Linar y Peñona de Caranceja. La industria ha sido realizada en su mayor parte sobre cantos de arenisca y en menor medida sobre cantos de cuarcita. De forma mucho más esporádica se ha utilizado el sílex, el cuarzo y la ofita. Dentro del grupo de las areniscas se han selecionado variedades diversas, especialmente las compactas, pero también aparecen piezas sobre variedades con los granos de cuarzo muy poco cementados. Los cantos son de génesis fluvial y proceden tanto de los propios aluviones del río como de antiguas terrazas. Se obtuvieron en lugares próximos a los yacimientos, sin que se hallan utilizado materiales recogidos en puntos alejados de los mismos. Uno de los rasgos característicos de este utillaje es su uniformidad y el hecho de estar polarizado en unos

Fig. 3.1.16. Hendedor de Fonfría I. Mucho menos frecuentes en las series resultan los bifaces, que cuando aparecen son de tipo sencillo, sean amigdaloides, fricones o abbevillenses. Están mejor representados los picos triedros, muchos de ellos sobre lasca. Son muy abundantes en las series los cantos tallados, especialmente en algunos yacimientos litorales, como el de la Playa de

Oyambre. En este grupo dominan los cantos unifaciales sobre los bifaciales y los de filo sencillo sobre los apuntados. Teniendo en cuenta que muchos de los yacimientos quizás son de facies taller, los restos de talla suponen una parte importante de las industrias. En este grupo predominan las lascas, la mayoría de ellas secundarias y son mucho más raras las primarias. En relación con este sesgo funcional los núcleos son abundantes y entre ellos son muy frecuentes los de tipo irregular, generalmente unipolares seguido de los de talla unifacial de percusión cortical y de los discoides. El índice Levallois es muy reducido aunque sí que aparecen en algunas series puntas y lascas Levallois e incluso núcleos. En cuanto al índice de facetaje es muy bajo, tanto en su modalidad estricta como amplia, predominando ampliamente los talones lisos y los corticales. No es posible, a día de hoy, dado que se desconoce la cronología de las estaciones, establecer una evolución si quiera aproximada de las industrias. Por otra parte, dentro de un análisis estilístico, hay que destacar que parece una industria muy especializada en el procesado de cantos de arenisca. Esto proporciona al utillaje un aspecto en general muy tosco, aunque a la vez supone una especialización en la talla muy concreta. .

En este sentido debe de valorarse que en los cantos de arenisca la parte más compacta y resistente es el córtex, lo que explica que éste se encuentre presente en muchos útiles. Esta especialización del utillaje resulta clara en el caso de los hendedores sobre lasca, en su mayoría realizados sobre lascas con toda la cara superior cortical. La extracción de estas lascas de un macronúcleo requiere un golpe muy fuerte y preciso, que generalmente se ha realizado en los bordes de cantos muy grandes, con mucha probabilidad utilizando la técnica de la percusión lanzada, con el núcleo durmiente. Una vez extraída la lasca, muchas con el filo oblícuo, se regularizaba mediante retoques laterales y en ocasiones con un único retoque. Ningún yacimiento del periodo ha sido excavado en extensión con metología arqueológica y los materiales proceden en su mayoría de superficie, por lo que es muy probable que las colecciones estén muy seleccionadas. Además el sílex y la ofita son materias primas que se degradan mucho y es muy probable que algunas piezas de estas litologías hayan desaparecido. En resumen, aún se conocen poco las industrias del Paleolítico Inferior de este sector, faltas de una caracterización cronológica, por lo que su evolución y desarrollo apenas son conocidos

Fig. 3.1.17. 1 a 4. Suances B, E, C y D. 5. La Masera. 7 a 9. Estación de superficie de la Carredada – Despeñaperros (Suances). 1, 3, 4, 6, 7 y 8. choppers; 5. hendedor de tipo 9.7; 9. hendedor de tipo 0; 2. lasca retocada.

Fig. 3.1.18. 1 a 7. Yacimiento del Motocross de Hinojedo. 1. Raspador de cuarcita; 2. lasca Levallois; 3. denticulado; 4. pieza retocada, 5. raedera, 6. cuchillo de dorso natural; 7. canto tallado rostrocarenado.

Fig. 3.1. 19. 1, 5-7. Yacimiento del Motocross de Hinojedo, 2, 3, 4. Yacimiento de Hinojedo. 1. hendedor; 2. Chopper; 3. raspador (¿); 4. bec; 5. hendedor de tipo 0.7; 6. hendedor tipo 0.7 y 7. pico triedro.

Fig. 3.1.20. Materiales del Paleolítico Inferior del sector de Oyambre. 1. Hendedor sobre lasca Levallois de arenisca. 2. Oyambre: Bifaz ficrón sobre arenisca. 3. Oyambre, Hendedor tipo III de cuarcita, 4. Oyambre, escotadura sobre arenisca. 5. Oyambre F, núcleo sobre lasca de arenisca y 6: Oyambre playa: Chopper sobre canto de arenisca.

Fig. 3. 1.21. Industria lítica de El Linar. 1.3 picos triedros; 4. bec aburilante alterno; 5. escotadura; 6. lasca retocada; 7. bifaz de cuarcita.

3.2. El Musteriense E. Muñoz Fernández A diferencia de lo que ocurre con el Paleolítico Inferior, el número que yacimientos que puede asignarse al Musteriense es muy limitado, pués sólo se ha documentado en las cuevas de La Cueva (o El Abrigo de Roiz I), Subida a la Cruz, El Portillo I, El Linar, Sopeña – Coladorio y La Castañera, así como en los yacimientos al aire libre de Oyambre F – G, Oyambre H, Milladorio y Los Solares.

ejemplares (el 84,89% de los restos de talla). Las lascas más numerosas son las secundarias (el 58,71%), seguidas de las de decorticado primario (el 20,10%), de las simples (el 19,74%) y de las de borde de núlceo (el 1,42%). Las láminas son escasas, con 22

Ningún yacimiento de esta fase ha sido objeto de excavación con metodología científica, ya que en las últimas excavaciones efectuadas en la cueva de El Linar no se localizaron niveles con materiales musterienses. Todos son conocidos por prospección superficial, con la excepción de la cueva de la Subida a la Cruz y los yacimientos de Milladero y Los Solares, hallados durante la realización de obras por parte de la arqueología de gestión. 3.2.1. Los yacimientos La información disponible sobre los yacimientos es muy limitada, aunque se conozcan conjuntos industriales relativamente amplios como los de El Linar, Sopeña – Coladorio y las estaciones de Oyambre. En el caso de la cueva de la Subida a la Cruz y de los yacimientos de Milladorio y Los Solares no se posee apenas información, en espera de su publicación. En la cueva de La Cueva de Roiz, únicamente se conoce una pieza atribuible al Musteriense. En la base de un sondeo practicado por la S.E.S.S. se halló un bifaz muy ancho y grande, con retoques bifaciales, en ofita. En la cueva de El Portillo I aparecieron industrias musterienses en el interior de la cavidad, a más de un centenar de metros de la boca, presumiblemente arrastrados desde el vestíbulo. Se hallaron algunos útiles: raderas, denticulados, escotaduras, etc., además de numerosos restos de talla, incluyendo núcleos discoides y Levallois, todos ellos en cuarcita. Del cauce del río de la cueva de El Linar proceden miles de piezas que fueron clasificadas en función a su pátina, por lo que las atribuciones son poco seguras. La colección asignada al Musteriense es la más rica de todas y está formada por 1033 piezas, de las cuales 992 son de cuarcita (96,03%), 18 de sílex (1,74%), 10 de cuarzo (0,96%), 8 de arenisca (0,77%), 4 de lutita (0,38%) y 1 de cristal de roca (0,09). En esta serie, los restos de talla son muy numerosos con 662 piezas (el 64,08% de las piezas aparecidas). En este grupo predominan las lascas, con 562

Fig. 3. 2.1. Foto del Abrigo de Roiz I. ejemplares (el 3,32% de los restos de talla), predominando las secundarias (el 63,63 %), sobre las simples (el 31,81) y las simples de borde de núcleo (el 4,54%). En cuanto a los núcleos están bien representados, con 78 ejemplares (el 11,78 % del total de restos de talla). La mayoría son de tipo irregular (el 74,35 %), globulares (15,38%), discoides (6,41%) y Levallois (3,84%). Además se hallaron varios cantos y otras piezas en un total de 23 (2,22 % del total de restos de talla). La colección presenta un índice Levallois muy bajo (I.Lev=4,98), al igual que el facetaje, tanto el estricto (7,11) como el amplio (19,10). Predominan los talones corticales (36,95%) y los lisos (36,82%) sobre los rotos (16,91%). En lo relativo a los útiles es una serie de tamaño importante pues la integran 348 ejemplares (lo que supone el 33,68 % del total de piezas). De ellos 329 se encuadran en la lista tipológica (31,84% del total industrial) a los que hay que añadir 15 hendedores sobre lasca (el 1,45%), 1 disco (0,09%) y 3 cantos usados como percutores – yunques (el 2,29 %). Dentro de los útiles clasificados en la lista tipológica 50 se consideran Levallois (el 15,19%) y entre sus

soportes dominan las lascas Levallois, la mayor parte de ellas atípicas, aunque las puntas Levallois y las puntas pseudo – Levallois están bien representadas. Sólo hay una punta musteriense, muy característica. Las raederas son abundantes, con 43 ejemplares, entre las que están bien representadas las simples, seguidas de lejos por las transversales, las convexas y las ladeadas, destacando dos con retoque de tipo La Quina y dos semi – Quina. Los útiles de tipo Paleolítico Superior son relativamente escasos, con 39 ejemplares (el 11,85 del utillaje), dominando los perforadores, en su mayor parte atípicos, sobre los raspadores, de diversos tipos. Los cuchillos de dorso natural también son frecuentes (el 12,46%), aunque algo menos abundantes que las escotaduras (el 15,50%), donde aparecen diseños clactonienses y retocadas, destacando dos que utilizan como soporte lascas Levallois.

que carece de filo, también muy regular. Le siguen en importancia los del tipo II (el 26,66%) con formas tanto normales como transversales, destacando uno con el filo en tejado, también muy regulares. Aparecen varios del tipo III (el 20%) muy característicos y regulares y por último hay uno del tipo VI sobre lasca Kombewa con rotura. También hay un disco grande sobre lasca secundaria con el talón parcialmente conservado y con retoques bifaciales. Y por último citar varios núcleos, uno de ellos sobre cuarzo y un fragmento de canto con huellas de percusión por haber sido usados como yunque y percutor.

El grupo mejor representado son los denticulados (el 20,66 % del utillaje), entre los que son dominantes los simples (uno sobre lasca Levallois y otro sobre lasca Kombewa), aunque también son muy comunes los marginales (uno sobre lasca Levallois). Hay algunas lascas retocadas, varias de ellas con retoques escarpados bastos. Resultan escasas las puntas de Tayac, aunque dos de ellas son muy características. En cuanto a las escotaduras en extremo suponen el 5,77% del total del utillaje. Los chopper son escasos (2,43%) con tantos ejemplares distales como laterales. Además aparece una lasca con retoques astillados. La serie incluye 15 hendedores, casi todos ellos muy caracerísticos. Dentro de este grupo los mejor representados son los de tipo 0 de Tixier (el 40 % de los hendedores), realizados sobre lascas primarias con el eje de la lasca igual al del útil, simétricos y con retoques laterales; sólo aparece uno del subtipo 0.7,

Fig. 3.2.2. Industria lítica musteriense de El Linar. 1-4 hendedores sobre lasca, 5. pico triedro.

En la cueva de Sopeña – Coladorio se hallaron industrias líticas del Musteriense en la superficie del fondo de la cavidad. Sólo se localizaron 20 piezas, a las que quizás habría que añadir 2 fragmentos de cantitos de ocre. La mayor parte de las piezas son de

extremo roto. Hay un perforador lateral típico, 3 piezas con escotaduras clactonienses inversas, una de dorso natural y una de ellas sobre fragmento de lámina. Un denticulado lateral directo; una lasca primaria con retoques marginales directos en un

Fig. 3.2.3. Distribución de yacimientos del Musteriense. 1. La Cueva, 2-4 Oyambre F, G y H, 5. Subida a la Cruz, 6. El Portillo I, 7. Sopeña – Coladorio, 8. El Linar, 9. Milladorio, 10. Los Solares y 11. La Castañera. cuarcita (el 85%) y está también representada la arenisca con dos cantos (10%) y el sílex (5%). Del total industrial 11 piezas se clasifican como útiles (el 55%), que incluyen 3 raederas, dos simples y convexas y una doble convexa, destacando una sencilla de dorso natural con retoques semi – Quina; una punta psedo-Levallois muy característica, con el

borde; el extremo de un hendedor sobre lasca, probablemente Levallois con retoques bifaciales en ambos bordes y un levantamiento en el filo que es convexo. En cuanto a los soportes de los útiles, han sido realizados sobre lascas simples (4), secundarias (3),

primarias (2) y láminas simples (1). Los restos de talla son muy escasos, sólo 6 ejemplares (el 30% del total de la industria). Hay 2 lascas (1 simple y 1 secundaria), 1 lámina simple (de sílex) y 3 núcleos sobre canto (1 globular y 2 irregulares). De los restos de talla 2 tienen el talón liso (uno es una lámina), 2 cortical, 3 suprimido (uno es laminar), 3 diedro, 2 facetado convexo y 1 roto. Además se hallaron 2 fragmentos de canto y 1 fragmento irregular de arenisca. En el cauce del río de la cueva de La Castañera se hallaron algunas piezas de cuarcita que pueden atribuirse al Musteriense. El conjunto incluye lascas Levallois, raederas, escotaduras, denticulados, núcleos, etc que pueden o bien proceder del mismo vestíbulo de la cueva o de los alrededores de su boca.

Predominan las lascas secundarias (el 63,06%), frente a las simples (27,02%) y las primarias (el 3,60%), los núcleos son relativamente numerosos (el 6,30%), siendo todos ellos irregulares. Y hay 2 cantitos rotos (el 1,53% de la industria). El yacimiento de Oyambre H proporcionó 96 piezas, la mayor parte de cuarcita - arenisca (el 95,83%), mientras el sílex resulta muy secundario (el 4,16%). Los útiles son muy numerosos con 23 elementos (el 23,95%). Hay 1 raedera sencilla convexa, 2 raspadores sobre lasca, uno de ellos atípico inverso , 1 cuchillo de dorso atípico, 3 cuchillos de dorso natural, 3 lascas con escotaduras (2 laterales clactonienses y 1 transversal), 5 denticulados (3 laterales marginales y 2 transversales - 1 inverso y 1 marginal -; 1 lasca con retoques, 4 choppers (2 sencillos - 1 distal y 1 lateral - y 2 en punta - 1 distal y 1 lateral- ; y 3 hendedores sobre lasca del tipo 0 de Tixier, bastante regulares. Los restos de talla son 71 piezas (el 73,95 % de las industrias). Predominan las lascas de decorticado secundario (el 65,67% de las lascas), seguidas de las lascas simples (el 26,86% de las lascas), las primarias (el 2,98%) y de las lascas simples de borde de núcleo (el 1,49%). Aparecen algunas láminas secundarias (el 2,81% de los restos de talla) y 4 núcleos (el 5,63%) todos ellos irregulares. 3.2.2. La utilización del espacio Se conocen muy pocos yacimientos del periodo, tanto en cavidades como al aire libre. Se utilizan tanto cuevas con vestíbulos amplios y bien orientados, como La Cueva de Roiz y El Linar como otras con vestíbulos más reducidos, aunque relativamente amplias, tanto bien orientadas - Subida a la Cruz, Sopeña- Coladoiro y La Castañera - o con orientaciones desfavorables, caso de El Portillo I.

Fig. 3.2.4. Industria lítica de El Linar. Útiles

varios.

En el yacimiento de Oyambre F-G se han recogido 130 piezas. De ellas 121 son de arenisca y/o cuarcita (el 93,07%), 3 de sílex (el 2,30%), 4 de cristal de roca (el 30,7%), 1 de cuarzo (el 0,76%) y 1 de caliza (el 0,76%). Los útiles son relativamente numerosos, todos ellos fabricados en cuarcita / arenisca, con 15 ejemplares (el 11,53 %). Los útiles sobre lasca son escasos – 7 piezas- e incluyen un cuchillo de dorso atípico, un cuchillo de dorso natural, un bec atípico asociado a una escotaudura, 2 lascas con escotaduras laterales y dos denticulados marginales directos. Además aparecen 2 hendedores sobre lasca del tipo 0 de tixier y 6 chopper (hay 2 en punta -uno distal y uno lateral- y 4 sencillos – 2 distales y 2 laterales-). En cuanto a los restos de talla son abundantes: 111 piezas (que suponen el 85,35% de la industria).

Todos los yacimientos, tanto en cueva como al aire libre, se encuentran en la comarca de La Marina, algunos de ellos cercanos a la línea de costa. Se pueden establecer varios modelos de asentamiento, dependiendo del lugar topográfico que ocupan los yacimientos: a) Cuevas situadas en las laderas de pequeñas afloraciones kársticas, como las de la Subida a la Cruz, El Portillo I y La Castañera. b) Cuevas situadas en la base de pequeñas sierras, como las de La Cueva de Roiz, El Linar y Sopeña – Coladoiro, todas ellas muy cercanas a corrientes de agua. c) Yacimientos al aire libre situados en la cima de pequeñas elevaciones dominantes, como el de Milladorio.

d) Yacimientos al aire libre situados en rellanos de ladera de altozanos calizos, situados muy cerca de la actual línea de costa, caso de los yacimientos de Oyambre F, G y H. e) Yacimientos al aire libre ubicados en zonas llanas del fondo del valle, como Los Solares. 3.2.3. Las industrias líticas Debido a que todos los materiales conocidos proceden de contextos de superficie, unicamente se han hallado industrias líticas, estando prácticamente ausentes los restos orgánicos. Las industrias líticas han sido elaboradas básicamente en cuarcita y en menor medida en variedades compactas de arenisca, de buena calidad, aunque también hay algunas de sílex. Como materiales secundarios se han utilizado la lutita, el cuarzo, la ofita y el cristal de roca. Todas las materias primas son de procedencia local y en su mayoría de origen fluvial.

La industria está muy diversificada, como ocurre con las series del periodo. Los macroútiles están representados por los hendedores sobre lasca y por los choppers, presentes en un buen número de yacimientos, aunque en la cueva de la Cueva de Roiz apareció un gran bifaz de ofita. Los hendedores son de diseño muy regular, generalmente el eje de la lasca se corresponde con el del útil y suelen presentar retoques en ambos bordes. Predominan los de tipo 0 de Tixier, aunque aparecen también representados los tipos 0.7, II, III y VI. En cuanto a los choppers son tanto distales como laterales, predominando los de filo simple sobre los apuntados. La industria sobre lasca está dominada por las raederas, generalmente sencillas, las escotaduras y los denticulados. Los restos de talla más abundantes son las lascas, entre las que predominan las secundarias y las simples. En cuanto a los núcleos, también frecuentes son en su mayor parte de tipo irregular. Las series presentan índices laminares y de facetaje muy reducidos, y en cuanto a los valores del índice Levallois son medios o bajos.

Fig. 3. 2.5. Industria lítica del Linar. Industria variada.

Esta baja representación de estaciones musterienses en el valle del Saja probablemente derive de tres factores: - Por un lado una buena parte del territorio no es kárstico, por lo que, además de faltar cavidades, las estructuras edáficas están muy erosionadas y en la mayor parte de la zona no se conservan. En las áreas kársticas aunque se conservan los suelos, éstos se encuentran normalmente muy erosionados y es probable que hayan desaparecido en buena parte. - Por otro lado en muchas de las cavidades no se ha llegado a la base de la secuencia durante las excavaciones realizadas, por lo que es muy probable que existan ocupaciones musterienses por debajo de los niveles del Paleolítico Superior. - Por último, muchas de las cuevas han debido sufrir importantes procesos de erosión hídrica, derivados de fases de reactivación de los sistemas, como demuestran las cuevas de El Linar, El Portillo y La Castañera, cuyos materiales han aparecido en los cauces de las corrientes de agua de las cuevas. Así pues es muy probable que buena parte de los yacimientos hayan desaparecido.

Fig. 3.2.6. Industria lítica del Linar. Industria

variada.

3.2.4. Valoración final En la cuenca del Saja sólo se conocen yacimientos musterienses en el área de La Marina, faltando en los valles medios y altos, quizás por la escasez de cavidades.

Se han utilizado cavidades con vestíbulos relativamente amplios, independientemente de su orientación, aunque predominan las que presentan orientaciones de boca favorables. No parecen existir grandes ocupaciones en los yacimientos localizados, salvo quizás en la cueva de El Linar, cuyo yacimiento está totalmente desmantelado. En cuanto a las estaciones al aire libre sus ocupaciones no parecen muy prolongadas, a juzgar por el reducido número de piezas aparecidas y por los propios lugares que ocupan los asentamientos.

Fig. 3.2.7. Industria lítica de El Linar. Utillaje variado.

3.3. El Paleolítico Superior y el Epipaleolítico E. Muñoz Fernández 3.3.1. La información disponible El conocimiento del Paleolítico Superior y del Epipaleolítico es muy deficitario en la zona, a pesar de encontrarse en esta cuenca varios yacimientos de los más importantes de la región, como Altamira, Cualventi y El Linar. Se han practicado excavaciones arqueológicas modernas en las cuevas de Los Santos o Las Aguas, El Linar, Cualventi y Altamira, aunque ninguna de ellas ha sido publicada, si bien ya se encuentra preparada la monografía de los últimos trabajos llevados a cabo por el Museo y Centro de Investigaciones de Altamira en todas ellas. Únicamente se han publicado las excavaciones efectuadas en la cueva de Altamira por un equipo coordinado por J. González Echegaray y L.G. Freeman en los años ochenta. De las excavaciones y prospecciones antiguas sólo cabe citar las llevadas a cabo por Obermaier en esta misma cueva, que fueron publicadas en su momento.

Magdaleniense. En la misma situación se encuentra el Abrigo de El Barcenal I (Valdáliga), en cuya superficie se han recogido restos de talla – 9 de sílex, 1 de radiolarita y 1 de cristal de roca), con presencia de una laminilla. En El Barcenal II, cercano al anterior, aparecieron 2 lascas de sílex y 1 fragmento de Patella sp, pudiera haber albergado un yacimiento de este momento, pero muy pobre. En la cueva de Pica de la Joya II (La Concha, Valdáliga), apareció una punta microgravette y una lasca simple de borde de núcleo donde se observan extracciones anteriores de laminillas rectas, ambas de sílex y de muy buena factura. Las piezas halladas sugieren la existencia de una ocupación del Paleolítico Superior.

El resto de los yacimientos de esta fase sólo son conocidos por prospecciones, sondeos o por excavaciones antiguas muy poco documentadas. En cuanto a los conjuntos de arte rupestre, en general están mejor documentados, si bien la cueva de Altamira, con el conjunto más importante, carece de un estudio completo y la mayoría de los datos disponibles proceden de los estudios realizados por H. Breuil a principios del siglo XX. Varias cavidades e incluso algunos yacimientos al aire libre, como los talleres de sílex del Castillo de Vispieres, pudieran presentar ocupaciones del Paleolítico Superior. Ese sería el caso de la cueva del Barcenal I (La Revilla, San Vicente de la Barquera) donde se observa un nivel de unos 30 cm en el colapso existente en la parte interior de la cavidad, con esquirlas óseas, sílex y varias conchas –entre las que predominan las de Patella vulgata, de mediano tamaño, seguidas de las Littorina littorea y con presencia de Mytilus edulis-, quizás del

Fig. 3.3.1. Punta microgravette de sílex de la cueva de Pico de La Joya II. En dos puntos del interior de la cueva de Rodrigón II (Sejo de Abajo, Valdáliga), hay conos de derrubios con arcillas, uno procedente del abrigo de boca de la cueva de El Rodrigón y otro de una boca todavía no localizada, donde han aparecido restos de talla de sílex y cuarcita, los primeros bastantes patinados, que pudieran pertenecer al Paleolítico Superior.

En la cueva de las Estacas II (La Virgen, Udías), una cavidad muy reducida, apareció una lasca de sílex y algunos restos óseos de ciervo, aflorando en un nivel arcilloso amarillento. En El Portillo I (Casasola, Ruiloba), en una galería situada a la derecha del

restos de talla – 2 de arenisca y 1 de sílex- y un fragmento de canto de cuarcita en superficie. En el karst de La Busta aparecen varias cavidades con evidencias, más o menos claras, de yacimiento que

Fig. 3.3.2. Distribución de yacimientos del Paleolítico Superior y Epipaleolítico. 1. Cueva del Barcenal 1, 2. Cueva del Rodrigón II, 3. Cueva del Requejil, 4. Abrigo del Barcenal I, 5. Abrigo de la Peña de la Cueva, 6. Cueva de la Cueva, 7. Pico la Joya II, 8. Cueva de Subida a la Cruz, 9. Cueva de La Meaza, 10. Cueva del Portillo I, 11- 12: Cueva de La Concha I y II, 13. Cueva de Las Estacas II, 14. Cueva de Villegas III, 15. Cueva de La Peñona de Caranceja, 16. Abrigo de la Peñona de Caranceja, 17. Los Santos o Las Aguas, 17b Cualventi, 18. Cueva de El Linar, 19. Cueva Redonda, 18. Cueva de Los Hoyos IV, 20. Cueva de Las Alumbreras, 21. Cueva del Caracol, 22. Cueva de la Lora o La Clotilde. 23. Cueva del Jiboso, 24. Abrigo de Santa Isabel, 25. Cueva de los Hoyos IV, 26. Cueva de la Venta del Cuco, 27. Altamira, 28. Yacimiento de La Marcela, 29. Yacimiento de la Mies del Castillo, 30. Cueva de las Brujas. vestíbulo, se observaron conchas de Patella vulgata de buen tamaño, caídas por un vano del techo. En la cueva de Peñubia (Casasola, Ruiloba) apareció un resto de talla de cuarcita asociado a esquirlas óseas. En La Cadorra (La Iglesia, Ruiloba), se han hallado 3

podrían asignarse a un impreciso momento del Paleolítico Superior. Así, en La Ería (La Busta, Alfoz de Lloredo), se ha estudiado, en su vestíbulo principal, un espeso nivel brechificado, de más de medio metro de potencia, con cantos angulosos de caliza, que indican que se depositó en un momento

frío. La estratigrafía aparece cortada y colgada por la reactivación hídrica del sistema. En el nivel aparecen varias lascas de cuarcita y restos óseos de caballo. Es muy probable que esta capa pueda datarse en un momento frío del Paleolítico Superior.

Fig. 3.3.3. Boca de la cueva del Caracol, en Barcenaciones, probablemente con un yacimiento del Paleolítico Superior afectado por el agua.

buril y varias láminas de sílex, además de restos de ciervo. En la inmediata cueva de Sopeña- Coladorio III (Bustablao, Cabezón de la Sal) en la superficie del vestíbulo se observaron una lasca de sílex y esquirlas óseas. En el Abrigo de la Peñona de Caranceja (Caranceja, Reocín), aparece una gran excavación antigua, no documentada, en cuyos cortes se observa un nivel pardo terroso, y en su superficie se vieron varias piezas de cuarcita y sílex. En la cueva del Caracol (Barcenaciones, Reocín) se conservan restos de un yacimiento muy erosionado por las inmediatas aguas del Saja, donde se han localizado restos de talla de cuarcita y sílex y un fragmento de molar de ciervo. En la vecina cueva del Caracol II apareció una gruesa lasca de sílex calcedonítico, probablemente en relación con la cueva del Caracol. La cueva del Jiboso (Quijas, Reocín), conserva restos de yacimiento redepositado por la acción de las aguas y en ella se hallaron 2 lascas de sílex, y 2 molares – 1 de ciervo y 1 de caballo-.

Muy cerca de la cueva anterior, se encuentra la cueva de La Peña (La Busta, Alfoz de Lloredo). Se trata de una cavidad prácticamente vaciada donde apareció 1 lasca de decorticado primario y 2 fragmentos de canto de cuarcita. En cueva Redonda (La Busta, Alfoz de Lloredo), en el sector central de su techo, colgado a más de 1,5 m de altura, aparecen restos concrecionados de un nivel muy rico en evidencias, que incluye conchas de Patella vulgata de gran tamaño, junto a Littorina littorea y restos óseos – algunos de ciervo- así como piezas de cuarcita. También en el poljé de Oreña aparecen varias estaciones del mismo perfil. En la cueva del Medio (Oreña, Alfoz de Lloredo), a unos 80 cm de la superficie se observa un nivel de 20 cm de potencia, con varias lascas de sílex y esquirlas óseas. En el vestíbulo de cueva de La Cotera (Oreña, Alfoz de Lloredo), en un sector muy rebajado, se observa un nivel pardo – grisáceo con numerosos restos paleontológicos – entre ellos de ciervo y de gran bóvido – y una pieza de sílex. En el abrigo de Los Hoyos VI (Oreña, Alfoz de Lloredo), en superficie, se halló una lámina con córtex. La cueva de Sopeña – Coladorio (Bustablado, Cabezón de la Sal), es una cavidad bastante vaciada, donde aparece, por debajo de un paquete de conchero mesolítico, un nivel amarillento de 80 cm de espesor, con industrias y fauna. Entre las primeras destaca un

Fig. 3.3.4. Canino de león de las cavernas de la cueva de Barcenaciones. De todas ellas destacan las cuevas de Barcenal I, Redonda y Sopeña Coladorio, con importantes yacimientos del Paleolítico Superior. Entre las cuevas con indicios y mal documentadas cabe citar la de Covalacea (El Burco, Mazcuerras), con indicios de yacimiento, la del Monte de Oreña y la Estación de Casar de Periedo, donde se han citado yacimientos del Paleolítico Superior, todos sin información precisa o bien registrada, si bien la del monte de Oreña pudiera ser La Cotera, según información oral de R. Prieto Herrera. Por último, en la cueva de la Subida a la Cruz, se hallaron varios niveles del Paleolítico Superior.

3.3.2. El Paleolítico Superior Inicial Solamente se han podido comprobar la existencia de ocupaciones del Paleolítico Superior Inicial en la cueva de Altamira. En este yacimiento, durante las últimas intervenciones realizadas por el Museo de Altamira se refrescó el corte próximo a la entrada, en cuya base se halló un nivel, bastante rico, que ha sido datado por C14 en un momento muy avanzado del Gravetiense.

Entre los restos paleontológicos predominan los de ciervo, seguidos por los de caballos, grandes bóvidos, cabras, rebecos, jabalíes, etc, destacando la presencia de reno y de foca. Además hay conchas de Patella vulgata y Littorina littorea.

3.3.3. El Solutrense Está mucho mejor representado habiendo aparecido en La Peña, La Meaza, El Linar, Las Aguas o Los Santos, Cualventi, Altamira, Peñona de Caranceja y el yacimiento al aire libre de la Playa de los Locos y con dudas en La Lora o Clotilde y en Roiz II. De ellas únicamente se han excavado modernamente las de El Linar, Cualventi y Altamira, si bien todavía de ninguno de ellos se han publicado monografías de las mismas. La cueva que más datos conocidos tiene es Altamira, aunque procedentes de las excavaciones antiguas donde sólo se distinguió un nivel, difícil de separar de los niveles del Magdaleniense Inferior. En las limpiezas del corte norte realizado por el Museo de Altamira distinguieron varios niveles solutrenses con numerosos restos, algunos de ellos fueron fechados por C14. Las excavaciones antiguas mejor documentadas y más amplias fueron las del Alcalde del Río en 1904, en un área de unos 20 metros cuadrados y la de H. Obermaier de 1924 y 1925 que excavó una trinchera de 8 por 6 por 3 m. El primero distinguió un estrato con Solutrense de 40 a 80 cm de potencia, del que se conserva una colección muy seleccionada con poco menos de un centenar de útiles, la mayoría de los cuales son puntas solutrenses. De las excavaciones de Obermaier se conserva una importante colección, también seleccionada, donde distinguió un nivel espeso situado inmediatamente por debajo del Magdaleniense Inferior. La colección está formada por más de un millar de efectivos de los que casi la mitad son útiles. Son muy numerosas las puntas solutrenses, en su mayor parte de muesca y de cara plana, siendo también frecuentes el resto de los diseños, incluyendo las de base cóncava. Los raspadores son más abundantes que los buriles, destacando entre los primeros los nucleiformes y los carenados y entre los segundos los de fractura y los planos. Están bien representadas las escotaduras, los denticulados y las piezas con retoques continuos y en cambio las laminillas retocadas son muy escasas. Entre los restos de talla son muy numerosas las láminas. La industria ósea es diversa e incluye azagayas y agujas, las primeras de distintas secciones y aparecen algunas con aplastamiento central.

Fig. 3.3.5. Piezas solutrenses de Altamira. A partir de Corchón (1971. En las Aguas se han hallado niveles solutrenses en el interior de la cueva durante las últimas excavaciones realizadas por el Museo de Altamira, cuyos resultados aún no se han publicado. En la cueva de El Linar se han practicado excavaciones de los años setenta, aunque sólo en las últimas, organizadas por el Museo de Altamira, se hallaron niveles con industrias solutrenses bien conservadas, aunque, como en el caso de los trabajos en Las Aguas, sus resultados aún no han visto la luz. De El Linar, la única industria que se ha podido estudiar ha sido la recuperada en el río de la cueva, en posición derivada y mezclada con materiales de otras épocas. Está formada por 356 efectivos. Predominan las piezas de sílex, con 204 piezas (el 57,30 %), seguida de la cuarcita, con 130 (36,5 %), 5 de radiolarita (el 1,40 %), 6 de cuarzo (el 1,68 %), 5 de cristal de roca (el 1,40 %), 1 de lutita (0,28 %), 1 de arenisca (0,28 %) y 1 oligisto (0,28 %).

Entre los útiles predominan los sílex, con 105 piezas (el 77,77 %), 25 utilizan como soporte la cuarcita (18,51 %), 2 son de cuarzo (el 1,48 %), 1 de radiolarita (el 0,74 %), 1 de cristal de roca (el 0,74 %) y 1 de lutita (el 0,74 %). Los raspadores son uno de los grupos dominantes (IG: 16,29) entre los que abundan los de soporte lasca y los nucleiformes destaca uno carenado en hocico sobre gran lámina. Están bien representados los perforadores (IP: 11,85) y los buriles (IB: 14,07) destacando los diedros. Las piezas con retoques en los bordes son un grupo también dominante (suponen el 19,25 %) al igual que las escotaduras (el 14,81 %), y los denticulados (el 8,14 %). Sólo hay una laminilla retocada, en concreto una laminilla truncada. Las puntas solutrenses son relativamente escasas (el Sílex Lascas simples Lascas dc 2º Lascas dc 1º Lascas simples b.n. Láminas simples Láminas d 2º Laminillas simples Lascas de retoque Núcleos irregulares Fragmen. prisma Fragmen. Canto Total

Cuarci ta 33 (7 f)

1

El índice laminar es muy bajo (IL 12,17). La industria no está facetada, con un índice de facetaje estricto de 3,51 y el amplio de 8,03. Predominan los talones lisos (32,16 %) y los corticales (16,58 %) siendo frecuentes los rotos (36,18 %). En la cueva de La Meaza se observa un nivel arcilloso amarillento en superficie donde apareció una punta de muesca de un sílex de gran calidad, procedente de la Playa de Los Locos. En el mismo nivel se observan restos de ciervo, varias conchas de C. de roca 3 (3 f)

Caliza

Ofita

1

2 (2f)

Areni sca -

29 (8 f)

Cuar zo 1 (1 f) -

1 (1f)

2

-

-

-

9 (2 f)

-

-

1 (1 f)

-

-

-

2

-

-

-

-

-

132 (47 f) 69 (16 f) 18 (7 f) 3

12

-

-

-

-

-

-

-

12

2 10

-

1 -

-

-

-

-

-

3 10

9

-

3

-

-

-

-

-

12

2

-

3

1

-

-

-

-

6

-

-

-

1

-

-

-

-

1

170

3

80

3

4

4

2

1 1

1 267

90 (32 f) 36 (7 f) 8 ( 4 f) 1

Radiolarita 2 (2 f)

productos de talla), en su mayor parte láminas y en menor medida laminillas. Hay alguna lasca de retoque (el 0,91%) y son frecuentes los núcleos (el 17,43%), todos irregulares con la excepción de dos discoides.

Total

Tabla 3.3.6. Restos de talla / materias primas de El Linar. 3,7%), hay 3 de sílex, un fragmento mesial de punta de cara plana, un fragmento mesial de laurel y una rota bifacial de base cóncava. Y 2 de cuarcita, un fragmento proximal con la base recta y un fragmento mesial bifacial de muesca. Además de los útiles convencionales hay un compresor con grabados en ambas caras y 2 cantos de marga rotos, aunque sin huellas de uso. Hay 218 restos de talla. Predominan las lascas, con 164 piezas (el 75,22 %), grupo dominando por las simples (el 50,60 %), las de decorticado secundario (el 35,97 %) y las de decorticado primario (el 12,19 %). Los productos laminares son mucho más escasos y sólo aparecen 13 ítems (suponen el 5,96 % de los

Patella vulgata grandes y algunos sílex. De la cueva de La Peñona de Caranceja L. Sierra habla de dos niveles de los cuales el inferior proporcionó "la base de una hoja de sauce solutrense", junto con dos buriles, un núcleo y restos de ciervo. Probablemente pueda atribuirse al Solutrense el nivel inferior de la boca, donde aparecieron dos choppers (uno distal y uno lateral) y varios restos de talla de arenisca. En la cueva de La Cueva o Abrigo de Roiz I el grupo S.E.S.S. realizó un sondeo donde apareció una pequeña colección lítica conservada en MPAC, además de algunas piezas aparecidas en superficie,

probablemente extraídas del mismo sondeo y no recogidas. 2. Raspador atípico 15. Raspador nucleiforme 24. Perforador atípico 29. Buril diedro de ángulo 30. Buril sobre rotura 61. Pieza con truncatura oblicua 62. Pieza con truncatura cóncava 65. Pieza con retoque continuo en un borde 69. Punta de cara plana 74. Escotadura 75. Denticulado Total

Sílex 1 1

Cuarcita -

Total 1 1

2

-

2

1

-

1

2

-

2

1

-

1

1

-

1

2

2

4

-

1

1

2 4 17

1 3 7

3 7 24

Tabla 3.3.6. Utillaje retocado de la Cueva de Roiz.. Los restos líticos suman 291 piezas. Predominan los sílex, con 187 piezas (el 64,26 %), 3 radiolaritas (1,03 %), 87 cuarcitas (el 29,89 %), 3 cuarzos (el 1,03 %), 4 cristales de roca (el 1,37 %), 4 calizas (el 1,37 %), 2 ofitas (el 0,68 %) y 1 arenisca (el 0,34 %). Los restos de talla son 265 (el 91,75 % de la industria), de los que 222 son lascas (el 83,77 % de los restos de talla), grupo dominado por las lascas simples (el 59,45 %), seguidas de las lascas secundarias (el 31,08 %) y de las primarias (el 8,10 %). Hay 25 productos laminares (el 9,43 % de los restos de talla) predominando las láminas sobre las laminillas, casi todas simples. Las lascas de retoque suman 12 (el 4,52 %) y los núcleos 6, todos ellos irregulares (el 2,26 % de los restos de talla). Además hay 1 fragmento de cristal de cuarzo y 1 fragmento de canto de arenisca. Los útiles son 24 (el 8,24 % de la industria), de los que 17 son de sílex (el 9,09 % de los sílex) y 7 de cuarcita (el 8,04 % de las cuarcitas). Hay 2 raspadores (IG: 8,33), uno atípico y uno nucleiforme, 2 bec (IP: 8,33) y 3 buriles (IB: 12,5), uno diedro y dos sobre rotura, 2 piezas con truncatura, 4 piezas con retoques continuos, 1 punta de cara plana (Isol: 4,16), las escotaduras (el 12,5 %) y los denticulados son muy numerosos (el 29,16 %). Los restos paleontológicos corresponden en gran parte al ciervo del que dos individuos son juveniles. Hay 12 conchas de Patella vulgata (7 de pequeño

tamaño), 1 fragmento de Mytilus edulis y 1 fragmento de Ostrea edulis. A menos de 100 m de la cueva de La Cueva se encuentra el abrigo de la Peña de la Cueva, donde han aparecido piezas de sílex y cuarcita, una azagaya de bisel sencillo y sección circular, además de conchas de Patella vulgata y Ostrea edulis. Este yacimiento se encuentra actualmente casi destruido. En las últimas excavaciones realizadas en la cueva de Cualventi, llevadas a cabo por el Museo de Altamira, limitadas a un amplio sondeo, no se hallaron en estratigrafía niveles solutrenses, aunque en las realizadas por el M.P.A.C. de mucha mayor envergadura, proporcionaron, en los niveles de base del Magdaleniense, al menos dos puntas de muesca típicas. Posiblemente, dada la importante actividad hídrica del sistema, al tratarse de un sumidero, los niveles solutrenses pueden haber sido en gran parte desmantelados y solo conservarse marginalmente. En la Playa de los Locos, en Suances, se ha identificado una pequeña afloración de sílex jaspeado, junto a la cual apareció una punta de laurel y algunos restos de talla. Un yacimiento de carácter muy dudoso es el de la cueva de La Lora o La Clotilde, de donde procede una pequeña colección lítica y ósea - dos azagayas recuperada en las excavaciones de los camineros. 3.3.4. El Magdaleniense Este horizonte cultural se ha documentado en las siguientes estaciones: La Concha I, Los Santos o Las Aguas, El Linar, Cualventi, Venta del Cuco, Altamira y La Peñona de Caranceja. Además pudieran también corresponder a este momento los yacimientos de Las Alumbreras y el de Santa Isabel de Quijas.

Fig. 3.3.7. Peña donde se abren los abrigos de Roiz, sobre el río Escudo, con utilizaciones desde el Paleolítico Medio al Mesolítico. Desde el año 2003 el Museo Nacional y Centro de Investigaciones de Altamira desarrolla el proyecto denominado "Los tiempos de Altamira", centrados en

el estudio de los yacimientos del Pleistoceno Superior avanzado situados en el entorno de Altamira. Como parte del mismo se han realizado sondeos y refrescado cortes en varias estaciones. En concreto se seleccionaron las de Altamira, Cualventi, El Linar y Las Aguas, todas ellas además con manifestaciones rupestres del ciclo paleolítico. Los resultados, cuya monografía ya está ultimada, son extraordinarios y en todos ellos se han identificado secuencias del Magdaleniense Inferior y Medio y se han realizado gran número de análisis. Los yacimientos son muy ricos, tanto en industrias como en restos faunísticos, por lo que se esperan los resultados con gran interés, habida cuenta que matizan y a veces cambian radicalmente las presunciones de investigaciones precedentes. A la espera de la publicación de estos resultados hay que limitarse a reseñar lo conocido con anterioridad, aunque con mucha precaución. En la cueva de Altamira se identificó el Magdaleniense desde el inicio de las investigaciones y ya el mismo Sautuola lo señaló. En la excavación realizada por Alcalde del Río se diferenció un nivel de entre 35 y 45 cm de potencia. Posteriormente el vestíbulo de la cavidad fue excavado por H. Obermaier y más recientemente por J. González Echegaray y L.G. Freeman, señalando estos últimos algunas estructuras. La mayor parte de los materiales recuperados, desde los trabajos del siglo XIX hasta las excavaciones de González Echegaray se han perdido, sobre todo en lo

referido a industrias lítica y fauna, no así la industria ósea, muy variada, con más de doscientos objetos, destacando la presencia de azagayas de sección cuadrangular, varias de ellas con tectiformes grabados muy característicos, además de algunos omóplatos grabados con cabezas de cierva estriadas. Los restos paleontológicos están dominados por los ciervos, seguidos muy de lejos por los caballos y los grandes bóvidos. Los restos malacológicos son muy abundantes y están dominados, como resulta habitual en esta fase, por las conchas de Patella vulgata y de Littorina littorea. El nivel fue clasificado como Magdaleniense Inferior Cantábrico. En la limpieza del corte norte de las antiguas excavaciones y en el exterior de la cueva, de las que se ha publicado un omóplato decorado con cabezas de cierva estriadas, se han observado numerosos niveles sucesivos varios de los cuales se han fechado por C14, en un periodo que abarca desde los inicios del Magdaleniense Inferior hasta los inicios del Medio. En la cueva de Cualventi, un equipo de MPAC, en los años setenta y ochenta del pasado siglo, llevó a cabo excavaciones de las que sólo se ha publicado un bastón de mando y algunas referencias estratigráficas. Se diferenciaron varios niveles con industrias atribuidas al Magdaleniense, tanto al Superior como al Inferior, siendo especialmente ricos estos últimos. En los niveles superiores aparece algún arpón y un notable bastón de mando decorado. Los niveles inferiores son también muy ricos en evidencias, tanto industriales como faunísticas.

En la cueva de El Linar se practicaron varias excavaciones, la primera de las cuales se debe a A. Moure Romanillo y V. Gutiérrez Cuevas, miembros del Seminario Sautuola, en los años setenta. En la excavación practicada en el vestíbulo principal se diferenciaron cinco niveles, todos ellos muy pobres, destacando los denominados Ib y II, este último formado por tierra negra grasienta y mucho más rico. Únicamente proporcionó 45 útiles líticos y algunas

parcialmente concrecionadas y el inferior de color pardo oscuro, con más de 30 cm de potencia, muy rico en evidencias. Los sedimentos fueron cuidadosamente cribados, recuperándose todo el material, frente a las intervenciones anteriores. La industria ósea se reduce a 10 piezas. Hay 2 fragmentos de azagayas recuperadas en el nivel I, uno mesial de sección cuadrada y uno distal de sección aplanada; 2 fragmentos mesiales posiblemente de

Nivel I

Nivel Ib

Nivel 2

1 2 (1 radiolarita) -

1 -

1 1 1 1 1 1

1 1 1 1 1 1 1 3

-

1 1

1 1

1

-

-

1

1

-

-

1

2

-

2

4

2

-

-

2

1 -

Total

31

2

6 (1 cuarcita) 1 20 3 2 3 6 (1 C.R. y 1 ofita) 53

8

76. Pieza astillada 77. Raedera 78. Racleta 85. Laminilla de dorso 88. Laminilla denticulada 89. Laminilla con escotadura 90. Laminilla Dufour 92. Diversos

2 (1 cuarcita) 1 1 14 1 2

1. Raspador simple 2. Raspador simple atípico 8. Raspador sobre lasca 15. Raspador sobre núcleo 17. Raspador - buril 21. Perforador - raspador 23. Perforador 24. Perforador atípico 28. Buril diedro ladeado 36. Buril sobre truncatura retocada cóncava 37 Buril sobre truncatura retocada convexa 58. Pieza con retoques abruptos continuos 65. Pieza con retoques continuos en un borde 66. Pieza con retoques continuos en dos bordes 74. Denticulado

Total

1 1 1 35 3 2 4 8 86

Tabla 3.3.8 Utillaje retocado de la cueva del Linar. Excavación realizada para la instalación de la verja.C.R.: Cristal de Roca. piezas óseas, todo ello poco característico. Esta ocupación fue catalogada como Magdaleniense Superior / final, aunque no se hallaron útiles característicos ni se realizaron dataciones absolutas. En diciembre de 1985 el colectivo CAEAP realizó las zapatas para la instalación de la verja de la entrada de la galería de los grabados, en el fondo del vestíbulo de la boca superior. Se distinguieron tres niveles, el primero formado por el revuelto superficial, el segundo muy fino, con arenas finas y calcitas

punzones de sección aplanada; 2 fragmentos mesiales posiblemente de punzones de sección circular (uno de nivel I y el otro del nivel II); 5 fragmentos de aguja del nivel II (una casi completa rota por el ojal, tres fragmentos mesiales y un fragmento distal) y 1 dudoso fragmento de hueso de sección plano convexa del nivel I. También aparecieron varios colorantes. Nivel I: 3 ocres rojos, 5 óxidos de hierro y 1 arenisca

ferruginosos. Nivel II: 3 oligistos rojos, 26 ocres rojos, 1 nódulo de limonita y 3 areniscas ferruginosas. Predominan los talones sencillos, los lisos. Los talones facetados son muy escasos y en cambio son muy frecuentes los talones rotos. Otros útiles y piezas: 1 canto usado como percutor y 1 canto pintado, quizás con la cabeza de un oso por una cara y una línea en M por la otra. 2 fósiles y 1 fragmento de fósil. Todos ellos procedentes del nivel 2. La materia prima más abundante es el sílex, que supone el 75,79 % (75,91 % para el nivel II), le siguen la cuarcita, con el 18,06 % (17,54 para el nivel II), el cristal de roca, con el 2,84 % (el 3,66%), el cuarzo, con el 1,4 % (1,27 %), la arenisca, con el 1,36 % (1,27%), la ofita, con el 0,22 % (0,31%), la radiolarita, con el 0,11 % y el xilópalo, con el 0,11%. Hay 869 piezas líticas. Se han contabilizado 754 restos de talla (538 corresponden al nivel II), de los que 209 son lascas (127 del nivel II). Este grupo está dominado por las simples (el 42,10% del total y el 46,45 % del nivel II) y las secundarias (el 41,62% y 36,22% en el nivel II, aunque son frecuentes las primarias (el 16,26% y el 17,32% del nivel II). Los productos laminares son numerosos, con 118 piezas (el 15,64% de los restos de talla) y 76 en el nivel II (el 14,12%). Las láminas (el 3,58% de los restos de talla y el 2,78 % del nivel II) son menos frecuentes que las laminillas (12,06% y 11,33 del nivel II). Hay algunos golpes de buril (1,05% y 0,55% en el nivel II) y son muy frecuentes las lascas de retoque (suponen el 55,03 % de los restos de talla y el 61,33 % del nivel II). En cambio sólo aparecen 4 núcleos (el 0,53% de los restos de talla y el 0,37% del nivel II) todos ellos irregulares, en sílex. En cuanto a los útiles están bien representados, con 86 ítems en total, de los que 53 corresponden al nivel II. Todas las piezas están realizadas en sílex, con la excepción de un perforador atípico de radiolarita, dos denticulados de cuarcita y dos diversos, uno de cristal de roca y otro de ofita. El utillaje retocado representa el 9,77% de la industria recuperada en conjunto, porcentaje que llega al 8,45% para el nivel II. Índices: IG: 4,65 (3,77). IGA: 0. IBdr: 33,33 (50). GA: 0. IP: 4,65 (3,77). IGAr: 0.IBtr: 66,66 (50). G.P.: 41,86 (37,76). IB: 3,48 (3,77). IBd: 1,16 (1,88). Ill: 52,32 (54,71). IBt: 2,32 (3,77). ISustrato: 22,09 (18,86). Los raspadores son muy escasos, sólo aparecen 4 ejemplares. De ellos dos son de extremo de lámina, uno de ellos en el talón, un raspador sobre lasca simple y uno sobre núcleo. Hay 2 piezas dobles, un

raspador sobre lasca asociado a un buril sobre rotura y un raspador sobre lasca asociado a un perforador. Hay 4 perforadores, uno típico sobre lasca simple, con ambos bordes denticulados y tres atípicos sobre lasca, todos ellos sobre lascas simples. Solamente aparecen 3 buriles, uno diedro ladeado sobre lámina simple con ambos bordes retocados y dos sobre truncatura, uno convexa sobre lasca secundaria y el otro cóncavo sobre lasca simple. Hay una lasca simple pequeña con retoques semiabruptos marginales inversos en un borde. Hay 4 piezas con retoques continuos en un borde, tres con retoques simples directos en un borde (2 lascas y 1 lámina simple) y una lámina secundaria con retoques simples directos en el borde transversal. Hay una lasca simple con retoques simples directos en ambos bordes y una lámina simple con retoques simples discontinuos en ambos bordes. Hay tres piezas con escotaduras, con una lasca simple, una lasca secundaria y una lámina simple con una escotadura lateral directa. Los denticulados son más frecuentes, con ocho ejemplares. Cuatro simples, uno sobre lasca simple de borde de núcleo de cuarcita, uno inverso asociado a una escotadura sobre lasca simple, uno sobre lámina simple y uno sobre lámina con retoques simples continuos en el otro borde; uno marginal inverso sobre lasca secundaria de cuarcita, uno sobreelevado sobre lasca simple con retoques simples directos en el otro borde, uno transversal asociado a un posible bec sobre lasca secundaria y uno doble sobre lasca simple. Hay una lasca simple con retoques astillados, una raedera simple convexa sobre lasca simple y una racleta rota sobre lasca simple. Las laminillas retocadas son muy abundantes con 35 de dorso, destacando tres con retoques semiabruptos y dos con retoques semiabruptos en ambos bordes, hay 3 denticuladas, 2 con escotadura y 4 Dufour, una con retoques simples inversos en un borde y macrohuellas de uso en el otro borde y una rota con retoques marginales directos en un borde, las otras dos son típicas. Y, por último, hay 8 útiles diversos, con dos lascas simples retocadas, una lasca simple con algún retoque abrupto en un borde, una lasca simple de cristal de roca con retoques planos en la cara dorsal, una lasca secundaria con algún retoque abrupto, una lasca simple de ofita con retoques marginales en uno de los bordes del talón y un lámina simple con algún retoque marginal, además se ha clasificado entre los diversos una punta de doble dorso semiabrupto sobre laminilla simple. Aparecen además 26 esquirlas óseas con marcas de procesado. Hay 17 con marcas de descarnado (9 del nivel I y 8 del nivel II), 2 esquirlas con marcas transversales a modo de tensores (1 del nivel 1 y 1 del nivel II), 2 esquirlas con marcas oblicuas finas y paralelas (1 del nivel I y 1 del nivel II), una esquirla con marcas oblicuas finas y paralelas (1 del nivel I y 1 del nivel II), una esquirla con marcas de pulimento

(del nivel II), 2 esquirlas con líneas incisas (del nivel II) y 2 lascas de hueso (del nivel II). Los restos paleontológicos son muy numerosos, dominando ampliamente el ciervo, presente en los tres niveles; además hay cabra montés y caballo en el nivel II, jabalí en el nivel I, gran carnicero en ambos niveles y otros restos, siendo muy abundantes las esquirlas no identificables.

fragmento de Patella vulgata y en el nivel II aparecieron 13 fragmentos de Patella vulgata, 1 completa y 3 fragmentos de Littorina littorea, 5 fragmentos de caparazón de Paracentrotus lividus y 1 fragmento minúsculo de una concha marina no identificable. Sin mucha seguridad los niveles, especialmente el II, fueron atribuidos al Magdaleniense Superior / Final. En 1994 la cavidad fue excavada por un equipo dirigido por R. Montes Barquín, que realizó tres sondeos, uno grande en el vestíbulo principal y dos muy limitados en el vestíbulo de la derecha, identificando estratigrafías muy convulsionadas por las aguas, formadas básicamente por arenas de origen fluvial, con restos de niveles arqueológicos muy lavados y erosionados, a veces protegidos por bloques. De la publicación de los resultados de las mismas se extraen datos de interés, como a continuación se expone. En el vestíbulo principal se excavaron tres metros cuadrados y se exhumó una estratigrafía formada por nueve niveles: - Nivel superficial de 10 cm de espesor y totalmente revuelto.

Fig. 3.3.9. Concha de Littorina obtussata perforada, procedente de la serie paleolítica del Linar (M.P.A.C.). En cuanto a la malacofauna señalar que en el nivel I se hallaron 2 conchas de Patella vulgata (y 14 fragmentos) 1 de Littorina littorea (y 2 fragmentos) y 2 fragmentos de Cepaea nemoralis. En el nivel Ib, un

- Nivel 2, con 10 cm de espesor, formado por arenas finas de color claro, prácticamente estéril. - Nivel 3. Presentaba un espesor variable, entre 3 y 28 cm, con abundantes bloques, limo - arenoso de color gris pardo, muy lavado y con indicadores de erosión, rico en evidencias.

- Nivel 4, de unos 35 cm de grosor, con arenas gruesas de color ocre- amarillento con bloques, estéril.

Lascas simples Lascas secundarias Lascas primarias Láminas simples Láminas secundarias Laminillas simples Laminillas secundarias Laminillas simples B.N. Laminillas de G. Buril Lascas de retoque Núcleos irregulares Cantos completos Cantos rotos y /o fragmentos Fragmentos irregulares Fragmentos de placa Total

El nivel 1 sólo proporcionó 7 restos de talla y el nivel 2 39 piezas líticas, con 7 útiles. El nivel 3, excavado en una superficie de dos metros cuadrados,

Sílex

Cuarcita

Cuarzo

Otras

Total

2

Cristal de roca 7

43

36

-

36

-

2

-

16

17

-

-

1 xilópalo

19

3

-

-

-

4

1

-

-

-

88 (59) 87 (46) 34 (22) 22 (11) 5 (4)

49

82

6

-

-

-

-

1

-

-

-

88 (60) 1

2

2 (1)

8

8 (3)

360

44

4

7

-

4

-

-

-

-

415 (330) 4 (2)

-

1

-

-

5 (4)

-

4 (pequeños) 2

1 (pequeño)

-

2 (arenisca)

5 (3)

-

3

8

-

16

-

-

5 (3 cristales) -

-

1 arenisca

1(1)

587

153

13

24

4

781

Tabla 3.3.10. Restos de talla de la cueva del Linar. Excavación realizada para la instalación de la verja. - Nivel 5, de entre 8 y 41 cm de potencia, arenoso, de color marrón, con lentejones limosos negruzcos asociados a bloques, con numerosos restos. - Niveles 6 - 8. Paquete de 50 cm de potencia, con arenas gruesas de color anaranjado, dispuesto en finas capas superpuestas, y estéril, salvo el nivel 7 de unos 20 cm de grosor, con arenas de color gris oscuro con bloques asociados a lentejones limosos de color gris oscuro, con pocas evidencias. - Nivel 9. Potencia de entre 40 y 70 cm, formado por arcillas de decalcificación, producidas por la degradación de la caliza, con bloques y con el nivel freático en su base. Es estéril.

proporcionó 209 piezas líticas, de las cuales 53 eran útiles. La mayoría son de sílex, aunque es bastante frecuente la cuarcita; además hay radiolarita, arenisca, cristal de roca, cuarzo y lutita. Presenta un índice laminar discreto (I.L: 23,95). En lo que respecta a los talones, predominan los lisos y corticales y son muy abundantes los rotos. Los raspadores son mucho más frecuentes que los buriles, siendo muy escasos los perforadores. Las piezas de substrato son muy comunes y relativamente escasos las laminillas retocadas con un índice ligeramente por encima del diez por ciento. Entre los útiles destacan una punta de microgravette y una aziliense, ambas muy características. La industria ósea es escasa, e incluye 5 ítems: una azagaya de sección cuadrada, dos punzones sobre esquirla ósea (uno de ellos dudoso), un fragmento de varilla de fabricación y un

gasterópodo marino perforado. Además aparecen fragmentos de ocre rojo y un lápiz de ocre. En lo relativo a la fauna predominan los ciervos y se identifican también restos de corzos, caballos, cabras y carnívoros. Además hay conchas de Patella vulgata, Littorina littorea, Phorcus lineatus, Patella ulyssiponensis y Helix arbostorum. El nivel 5 proporcionó 197 piezas de las que 31 eran útiles y también fue excavado en una superficie de dos metros. Poco más de la mitad de las piezas son de sílex, apareciendo también arenisca, cuarcita y otras. Tiene un índice laminar bajo (22,8) y aparecen varios núcleos. Predominan los talones lisos y corticales, y son frecuentes los rotos. Se halló un canto de arenisca usado como yunque y como percutor. En este nivel predominan los buriles sobre los raspadores, abunda el utillaje de sustrato y en cambio las laminillas son escasas. Se recogió un fragmento de galena. En cuanto a la fauna, como el nivel anterior, está dominado por el ciervo y se registra la cabra montés y el corzo, hay restos de ave, Patella vulgata y Littorina littorea. El nivel 7 proporcionó 51 piezas líticas de las que 13 eran útiles. La colección está dominada por el sílex seguido de la cuarcita, arenisca y cuarzo, aunque aparecen otras rocas. Presenta un índice laminar bajo (28,9), predominando los talones sencillos y los rotos. En la serie dominan los raspadores sobre los buriles, son numerosas las piezas de sustrato y hay pocas laminillas retocadas. Se halló un canino perforado de ciervo con líneas paralelas en la base. Aparece ciervo, ave y Patella sp. En el nivel 8 sólo apareció un núcleo de cuarcita y restos de ciervo. En el vestíbulo superior se realizaron dos sondeos de un metro cuadrado uno en la rampa de entrada que resultó estéril y otro en el fondo del mismo en un rellano próximo al río. En dicha cata, denominada C, se exhumó una estratigrafía formada por cuatro niveles. El nivel 1 superficial tiene unos 10 cm de potencia, con limos de color pardo oscuro y algunos bloques, con material revuelto, el nivel 2 con una costra muy degrada de entre 5 y 10 cm de potencia; el nivel 3, de unos 10 cm de grosor, limoso, plástico y grasiento, de color negruzco, con bloques y plaquetas, rico en evidencias y el nivel 4 de al menos 5 cm de potencia, limoso, suelto y de color amarillo - rojizo, con evidencias. En el nivel 3 se recuperaron 1221 piezas líticas, de las que 53 son útiles (4,3 %) La mayoría de las piezas son de sílex (88,2%) seguido de la cuarcita, arenisca y otras. Presenta un índice laminar elevado (50,4) y son muy numerosas las lascas de retoque (50,9% del conjunto). Hay un canto usado como yunque y como percutor.

Entre los útiles predominan ampliamente las laminillas retocadas (69,2%), la mayoría de dorso, destacando 2 microgravettes y 1 punta aziliense. Hay algunos buriles y pocos raspadores, escasos perforadores y son frecuentes las piezas con retoques continuos y las de substrato. Se hallaron 4 piezas óseas, un fragmento distal de azagaya de sección circular, un fragmento mesial de sección aplanada y con dos biseles, uno de ellos central; un fragmento distal de punzón o azagaya de sección cuadrangular aplanada y una aguja de hueso. Proporcionó restos de ciervo, que son muy abundantes, de corzo, caballo, carnívoro, ave, Patella vulgata, Phorcus lineatus, Littorina littorea, Patella intermedia, Mytilus sp., Paracentrotus lividus y salmónido. El nivel 4 únicamente proporcionó 46 restos de talla, predominando ampliamente las de sílex, cuarcita, arenisca y radiolarita, además de restos de ciervo y ave. En la cueva de Las Aguas o Los Santos no se habían realizado excavaciones antiguas, si bien el equipo de camineros y miembros del Seminario Sautuola habían practicado sondeos en su interior, donde detectaron niveles magdalenienses, aunque los resultados no fueron publicados ni se conservan los materiales obtenidos en estas intervenciones. En la cueva de La Venta del Cuco se conservan restos de un yacimiento redepositado hacia el interior de la cueva. Fue prospectada por Sautuola, hallando materiales magdalenienses. En dicho lugar, entre limos grisáceos y en superficie, CAEAP recogió algunas piezas, restos óseos, algunos de ciervos y varias conchas de Patella vulgata, además se halló un fragmento medial de azagaya de sección cuadrada, 36 Littorina obtussata y 1 Nassarius reticulata perforada, además de un fragmento de Venerupis aurea. En la Peñona de Caranceja se ha citado Magdaleniense por L. Sierra y H. Obermaier. El primero cita materiales magdalenienses en el nivel superior del corte existente en la boca, de unos 3 m de potencia. En el paquete superior se observa un nivel muy espeso, de un metro de potencia, formado por arcillas amarillentas de apariencia estéril, debajo del cual hay otro de 80 cm de grosor, de color pardo negruzco con numerosos restos, que puede ser el Magdaleniense citado a principios de siglo, aunque pudiera ser anterior. Debajo hay un estrato más claro con industrias y escasa fauna. Caídos del nivel gris se hallaron 1 raspador simple sobre lasca muy característico, 1 raspador carenado con ambos bordes retocados sobre canto de arenisca, 1 laminilla simple de sílex y 13 piezas de arenisca, con bastantes lascas secundarias y algunas primarias, 1 incisivo de caballo perforado y fragmentos de Patella vulgata.

En la superficie del vestíbulo, que está muy revuelta, y donde aflora el nivel amarillento estéril se hallaron algunos materiales, con tres útiles de sílex (lámina auriñaciense, bec y laminilla truncada) varios restos

niveles oscuros ricos en evidencias y restos de un gran conchero lapidificado en la pared derecha del vestíbulo próximo a la boca formado por Patella vulgata de tamaño grande y Littorina littorea. En la superficie de la escombrera situada en la parte derecha de la boca se hallaron algunos materiales poco significativos, entre los que destacan una laminilla de dorso, 12 lasquitas de retoque de sílex y cuarcita, incluyendo restos de fauna. En la cueva de Las Alumbreras, parcialmente cortada por la caja de la vía del tren, aparece un yacimiento en superficie, situado en la parte derecha del vestíbulo, estando el resto del mismo erosionado por una corriente de agua procedente del interior de la cavidad. Se observan un corte de más de 40 cm de

Fig. 3.3.11. Boca de la cueva de la Concha II en Ruiloba. de talla de sílex y arenisca, un fragmento mesial de varilla plano - convexa y 2 esquirlas con marcas de procesado, 4 Patella vulgata y 8 Littorina littorea. En otros puntos de las proximidades se han hallado algunos materiales poco significativos. En el interior de la cueva, aunque próximo al fondo del vestíbulo, hay un testigo de 1 m de altura, que ha sido rebajado hasta una capa de arcillas amarillentas estéril, visible en el corte de la entrada. En la parte superior de dicho testigo se observa un nivel de limos de color marrón, entre dos niveles amarillentos de apariencia estéril, siendo mucho más espeso el inferior. El nivel está muy revuelto en la mayor parte del testigo. Se recogieron en superficie algunos materiales: 1 denticulado doble de cuarcita, 1 lasca con algunos retoques planos en la cara dorsal de sílex, restos de talla de cuarcita y sílex, donde destaca el predominio de las lascas primarias de cuarcita, algunos restos óseos, con presencia de caballo y varias conchas marinas (5 Patella vulgata, 2 Patella intermedia, 3 Littorina littorea, 1 fragmento de concha de Mytilus sp y 1 púa de Paracentrotus lividus). Hacia el fondo de la cavidad y en superficie, aparecieron algunos materiales de cuarcita y arenisca entre los que destacan un machacador de ocre sobre canto de arenisca y un raspador inverso en el extremo de una lasca primaria de cuarcita con una escotadura lateral. En la cueva de La Concha II o La Concha H. Alcalde del Río halló materiales que atribuyó al Magdaleniense, según cita de L. Sierra. Posteriormente fue casi vaciada por miembros del Seminario Pontificio de Comillas. De todas estas intervenciones no hay documentación ni se conservan materiales. El yacimiento era importante, conservándose testigos en el fondo del vestíbulo, con

Fig. 3.3.12. Industria lítica de superficie de la cueva de Las Alumbreras. altura, cuyo nivel más superficial, con limos grisáceos, es muy rico en industrias, que pudieran pertenecer al Magdaleniense, extremo muy dudoso. Se observan numerosas piezas líticas de sílex y cuarcita, destacando dos raspadores sobre lasca, una escotadura y varias laminillas de sílex. También resulta muy dudosa la atribución al Magdaleniense el abrigo de Santa Isabel cuyo relleno sedimentario está erosionado por la acción de las aguas. Conserva un nivel parduzco en algunos puntos hacia el centro de la cueva. En superficie se observaron varias piezas de sílex y de cuarcita, entre las primeras destaca un buril diedro múltiple, una laminilla de golpe de buril y dos laminillas y entre las segundas dos núcleos sobre canto. Además apareció un canto de arenisca con una gruesa línea fusiforme, un fragmento de metápodo de ciervo, esquirlas óseas y un fragmento de Patella vulgata de tamaño grande.

3.3.5. El Aziliense Este periodo está bien representando en el área de estudio puesto que aparece en cuatro estaciones de forma clara y con más dudas en otras cinco. Debe tenerse en cuenta que se trata de un momento relativamente corto en el tiempo, especialmente en relación con los periodos anterior e inmediatamente posterior. Se ha documentado en las cuevas de El Rodrigón II, Requejil, La Meaza, Los Santos o Las Aguas y con problemas de asignación en La Concha I, La Concha II, Villegas III, Cualventi y Los Hoyos IV. Salvo las cuevas de Los Santos y Cualventi, ningún yacimiento ya sido excavado en época moderna. En el caso de Los Santos se localizó un nivel aziliense con un arpón de una hilera de dientes en un sondeo de un metro cuadrado, practicado junto a la entrada de la cueva por miembros del Centro de Investigaciones y Museo de Altamnira, dentro del proyecto “Los tiempos de Altamira”, cuyos resultados, como ya se ha comentado, no han sido aún publicados.

Lascas simples Lascas 2º Lascas 1º Lascas simples b.n. Láminas simples Láminas 2º Laminillas simples Núcleos Total

Sílex 16

Cta 8

C.Roca 1

Total 25

4 4 1

7 2 1

-

11 6 2

-

4

-

4

-

1

-

1

1

1

-

2

3 29

2 26

1

5 56

se observa un cono de derrubios, producido probablemente por un tejón, que afectaba a un nivel amarillento de textura arcillosa. En la superficie de este cono se observó un fragmento de arpón plano con perforación en ojal y de una hilera de dientes, con dos únicos dientes, además de un fragmento distal de punzón o azagaya de sección oval. También se estudiaron en este punto varias piezas de sílex, entre ellas una lámina simple y algunos huesos de ciervo.

Raspador sobre pieza retocada Raspador nucleiforme Buril múltiple mixto Buril plano Lámina de borde rebajado total Pieza con retoque continuo en un borde Lámina auriñaciense Pieza con escotadura Denticulado Pieza astillada Laminilla truncada Laminilla de dorso Total

Sílex 1

Cta 1

Czo -

Rdl -

Total 2

1

-

1

-

2

1

-

-

-

1

1 1

-

-

-

1 1

1

-

1

-

1

1 -

1

-

-

1

2 -

1 2

-

1

3 3

1

-

-

-

1

1

-

-

-

2

11

5

1

1

18

Tabla 3.3.13. Restos de talla de la cueva del Requejil.

Tabla 3.3.14. Utillaje retocado de la cueva del Requejil.

En la cueva de Cualventi se identificó, durante las excavaciones efectuadas por el M.P.A.C., dirigidas por M.A. García Guinea, hace varias décadas y que nunca fueron publicadas. Concretamente en el nivel B, que aparece restringido al fondo del abrigo de boca, y que está parcialmente concrecionado, se hallaron bastantes evidencias, incluyendo muchas piezas retocadas sobre laminillas. Apareció asimismo un hogar realizado con cantos de arenisca que fue atribuido al Aziliense o al Magdaleniense Superior / Final. Por debajo se excavó un nivel estéril con caída de bloques por encima de otro muy espeso que aportó evidencias del Magdaleniense Superior – Final.

La cueva del Requejil también aportó evidencias azilienses, en este caso en la pequeña galería contigua a su vestíbulo. Todo este sector de la cavidad, desde la pared derecha, está protegido por una gruesa concreción pavimentaria donde se aprecia la existencia de una pequeña calicata antigua. La concreción tiene una potencia de 30 cm y por debajo de ella aparece un nivel grisáceo con un rico conchero formado por Patella vulgata y Littorina littorea, de espesor desconocido. La parte izquierda de la galería, que no está cubierta por la concreción, está afectada por la circulación hídrica estacional, que ha revuelto parte de los sedimentos. Allí se recogió una muestra de superficie de gran interés.

En la parte derecha del vestíbulo de la cueva de El Rodrigón II y en el fondo de un vestíbulo colmatado,

Se recuperaron 77 piezas líticas. Hay 40 sílex (el 51,94%), 31 cuarcitas (el 40,25%), 3 areniscas (3,89%), 1 radiolarita (1,29%), 1 cuarzo (1,29%) y 1 cristal de roca (1,29 %). Hay 56 restos de talla (el 72,72 % de la industria), de los cuales 44 son lascas (el 78,57 % de los restos de talla. Predominan las lascas simples (el 56,81 % de las lascas) sobre las secundarias (el 25 %), las primarias (el 10,71%) y las simples de borde de núcleo (el 3,57 %). Hay 7 productos laminares (suponen el 12,5 % de los restos de talla), predominando las láminas sobre las laminillas, casi todas ellas simples. Los núcleos son frecuentes (el 8,92%) tanto globulares, como irregulares, en sílex y cuarcita. La mayoría de las piezas presentan talones lisos y corticales, siendo numerosos los rotos y tiene un índice moderado de laminaridad (19,40). Los útiles son 18 (el 23,37 % de la industria). Hay 4 raspadores (IG: 22,22) con dos raspadores en extremo de lasca retocada, uno de ellos de cuarcita, con el talón facetado y dos raspadores nucleiformes, uno de ellos de cuarzo. Los buriles son más escasos (IB: 11,11) con uno plano y uno mixto, con uno diedro de ángulo y el otro sobre truncatura retocada recta. Hay una lámina de dorso de sílex, una lámina con retoques simples directos en un borde y una lámina auriñaciense sobre lámina secundaria. Hay una lasca de cuarcita con escotadura lateral directa. Hay 3 denticulados, dos simples laterales uno de los cuales sobre lámina y uno marginal transversal sobre lasca secundaria de cuarcita. Hay 3 piezas astilladas sobre lascas simples, una de radiolarita y dos de cuarcita. Y 2 laminillas retocadas (Ill: 11,11), una de doble dorso y una con truncatura oblicua.

La malacofauna está bien representada, con 19 Patella vulgata (24,67 %), 5 Patella intermedia (6,49 %), 13 Phorcus lineatus (16,88 %), 11 Littorina littorea (14,28 %), 22 Ostrea edulis (28,57 %), 11 Scrobicularia plana (14,28 %), 1 Venerupis decusata (1,29 %) y 2 Cepaea nemoralis (2,59 %). En las excavaciones antiguas de la cueva de La Meaza aparecieron materiales azilienses. Así, V. Andérez reseña la existencia de arpones, cantos, algunos de ellos manchados de ocre rojo, fauna, etc. Y V. Calderón de la Vara halló al menos un arpón plano en la sala final, donde hay pinturas En MPAC se conservan tres arpones planos de doble hilera de dientes y con perforación en ojal. En las cuevas la Concha o Tijeras aparecen masas de conchas lapidificadas donde se diferencian Patella vulgata y Littorina littorea, que pueden atribuirse al Aziliense. En La Concha I el conchero de 20 cm de potencia aparece protegido por una gruesa capa estalagmítica de unos 20 cm de grosor, encima de la cual hay un conchero asturiense; y en La Concha II se conserva un conchero de casi 80 cm de potencia, protegido por una costra calcítica. En la cueva de Los Hoyos IV o de La Ojáncana hay restos de un conchero del mismo tipo y de unos 60 cm de potencia, inmediatamente por debajo de un conchero asturiense de unos 10 cm de potencia.

Entre los otros útiles (el 3,89% de la industria) hay tres cantos de arenisca usados como yunques y percutores, un canto de arenisca de donde se han extraído lascas usado como yunque y percutor, un canto roto de arenisca utilizado como yunque – percutor y un canto roto de arenisca, usado como yunque. En el apartado de la industria ósea aparecen un fragmento de la parte proximal de un arpón plano en proceso de fabricación, con la perforación en ojal que sólo conserva un diente muy reducido, un punzón sobre esquirla ósea y una esquirla ósea con seis marcas paralelas. Se han analizado 29 esquirlas óseas con marcas de procesado, 12 con muescas, 2 denticuladas con retoques continuos en un borde, 1 con retoques continuos en el extremo, 1 fragmento de costilla con marcas a modo de tensor, 6 con marcas de descarnado y 1 lasca de hueso. Los restos paleontológicos son muy abundantes y están dominados por el ciervo, al que siguen la cabra montés, el corzo, el gran bóvido y el caballo.

Fig. 3.3.15. Arpón aziliense de la cueva de Rodrigón II. Más dudoso es el yacimiento de Villegas III, que aparece en una sala interior, procedente con seguridad de una boca colmatada. Allí se observa un nivel de unos 40 cm de potencia, de color amarillento grisáceo, intercalado entre niveles limosos arenosos estériles. Se observan varias piezas de sílex y cuarcita, un compresor de marga, numerosos restos paleontológicos, algunos de ciervo y conchas de Patella vulgata y Littorina littorea.

3.3.6. El poblamiento durante el Paleolítico Superior Antes de abordar en profundidad el tema hay que tener presente tres cuestiones. Por una parte la escasez de excavaciones e investigaciones en el área, que aunque cuenta con algunas intervenciones recientes, entre las que destaca el proyecto de CIMA, todavía no están publicadas. Por otra parte hay que considerar las limitaciones del registro derivadas de las alteraciones sufridas por los yacimientos, tanto por la acción erosiva, fundamentalmente fluvial, como por la alteración antrópica, procesos que han hecho desaparecer un buen número de yacimientos, sobre todo los situados al aire libré, prácticamente desconocidos en el área. Y por último, en muchos yacimientos los niveles del Paleolítico Superior se encuentran a cierta profundidad, por lo que son difíciles de alcanzar en las excavaciones, por lo que es muy probable que algunos yacimientos con rellenos posteriores tengan en la base rellenos del Paleolítico Superior o algunos con yacimientos ya conocidos tengan relleno en profundidad, todavía no localizados. Posiblemente por esta causa sólo se conoce un yacimiento del Paleolítico Superior Inicial, el de Altamira, con Gravetiense. Así, únicamente en Altamira han aparecido materiales del Gravetiense cuando se conocen algunos conjuntos rupestres probablemente de los inicios del Paleolítico Superior, como el de la propia cueva de Altamira o parte de los conjuntos de Las Aguas y Cualventi. Es probable que la parte inferior de los depósitos de algunas cavidades se conserven niveles de esta fase. Frente a este periodo, el Solutrense está bastante bien representado y ha sido reconocido en ocho o quizás en nueve yacimientos de la zona, todos ellos cavidades, excepto el yacimiento de La Playa de los Locos, con un taller de sílex. La información disponible sobre los yacimientos es muy limitada, a la espera de la publicación de los resultados de las intervenciones realizadas por CIMA en las cuevas de Altamira, Cualventi, Los Santos y El Linar. El resto de los yacimientos o son conocidos por sondeos y excavaciones antiguas, como La Peña o Peñona de Caranceja o por hallazgos superficiales. No se han podido estudiar series amplias, siendo las más expresivas las de Altamira, La Peña y Linar (río), del resto únicamente se conservan materiales aislados. Así, en la cueva de Cualventi, se conocen sólo el hallazgo de dos puntas de muesca en la base de la estratigrafía del Magdaleniense Inferior; en La Meaza apareció una punta de muesca en el nivel que aflora en superficie; en La Peñona de Caranceja apareció una punta de sauce y en la Playa de los Locos una punta de laurel, conocida sólo por una cita. En las antiguas excavaciones practicadas en Altamira se recuperaron gran número de materiales del Solutrense, incluyendo un buen número de puntas

entre las que destacan las de muesca y las de base cóncava, alguna de ellas de ofita. La industria ósea es numerosa e incluye azagayas con aplastamiento central. La fauna era muy abundante y estaba dominada por el ciervo. Además aparecieron Patella vulgata y Littorina littorea. En el río de la cueva de El Linar se recuperó una importante colección con toda probabilidad mezclada con la de otros periodos, dado que la muestra se separó en función a la pátina. Predominan los sílex aunque hay muchas cuarcitas, apareciendo el resto de los materiales de forma anecdótica. Predominan los raspadores sobre los buriles y los perforadores, dominando entre los primeros los planos y entre los segundos los truncados. Son numerosas las piezas de sustrato, casi no hay laminillas y las puntas solutrenses son relativamente escasas, con representación de todos los tipos, incluyendo una de muesca en cuarcita y una de base cóncava en sílex. Los abundantes restos de talla están dominados por las lascas y los productos laminares son escasos, tanto las laminas como sobre todo las laminillas. Sus índices de facetaje y laminar son muy reducidos. La colección en su conjunto puede encuadrarse en el Solutrense Superior. Y en la Peña se obtuvo una pequeña colección de materiales procedentes de un reducido sondeo antiguo, formada por algo menos de tres centenares de piezas. Los útiles son porcentualmente abundantes. Predominan los buriles sobre los raspadores y los perforadores, los primeros diedros; son muy frecuentes los útiles de substrato, tanto denticulados como escotaduras, siendo más numerosos los primeros, siendo el útil más numeroso; hay varias piezas con truncaturas y con retoques continuos en sus bordes. Los restos de talla están dominados por las lascas, predominando las simples con más de la mitad de los efectivos, aunque sean numerosas las primarias; hay varios productos laminares, lascas de retoque y núcleos. Presenta un índice laminar y de facetaje muy bajo. Predomina el sílex aunque sean numerosas las piezas en cuarcita y aparezcan también otras variedades de rocas. Los tres conjuntos con suficiente utillaje presentan graves problemas al ser colecciones mezcladas y seleccionadas. Las de Altamira proceden de unas excavaciones antiguas cuyos materiales han sufrido importantes avatares históricos hasta casi la construcción del nuevo museo. En el caso de La Peña proceden de un sondeo poco contrastado y que no fue publicado por lo que las piezas pudieran proceder de más de un nivel y la colección recuperada en el río de El Linar está totalmente descontextualizada y presenta mezclas. Con todo se pueden extraer algunas conclusiones de conjunto. Las industrias han sido elaboradas fundamentalmente en sílex, si bien aparece numerosas cuarcitas con porcentajes en torno al 30 % además de otras rocas en pequeñas cantidades, como la radiolarita, el cuarzo, el cristal de

roca, la ofita, la lutita, el oligisto y la arenisca, siendo especialmente abundante esta última en la Peñona de Caranceja, situada a pocos metros del cauce del Saja. Los útiles están dominados por los raspadores y los buriles, de diferentes tipos, los útiles de sustrato son muy numerosos, las laminillas retocadas son escasas, probablemente debido en buena parte al origen de las colecciones y son frecuentes las puntas solutrenses, destacando las de muesca y las de base cóncava, elaboradas tanto en sílex como en cuarcita, destacando algunas de ofita en Altamira. Los restos de talla están dominados por las lascas, presentando un índice laminar y de facetaje muy bajo. La industria ósea sólo ha aparecido en Altamira, donde, por cierto, es relativamente abundante. Los nueve yacimientos solutrenses documentados se distribuyen a lo largo de la comarca de La Marina, nunca lejos del mar, no apareciendo ningún yacimiento en los tramos medios o altos del valle.

orientadas al norte, Los Santos al noroeste y Cualventi al oeste. La funcionalidad de los yacimientos es muy difícil de establecer, dada la escasa información conocida. Es indudable que las cuevas con ocupaciones del Solutrense son las que presentan mayores vestíbulos y están en gran parte bien orientadas. Aparentemente algunas presentan muy buenas condiciones de habitabilidad, aunque los yacimientos en ocasiones están desmantelados y además ofrecen secuencias muy amplias que abarcan otros periodos, como Las Aguas, Cualventi, Linar e incluso La Meaza u otras con secuencias más reducidas, como los abrigos de Roiz. Menos condiciones de habitabilidad ofrecen las cuevas de Altamira y La Peñona de Caranceja, con vestíbulos mucho más reducidos y peor iluminados, sobre todo Altamira, precisamente la que conserva una estratigrafía más amplia. Es probable que una buena parte de las ocupaciones estén en relación directa con el extraordinario conjunto rupestre. El yacimiento de La Playa de Los Locos parece un taller de sílex de uso ocasional. El Magdaleniense se ha documentado con seguridad en siete cuevas y en dos cavidades con dudas. La industria está mal conocida aunque los estudios emprendidos por el CIMA en los principales yacimientos paliarán este extremo. Se han podido considerar los materiales de las excavaciones antiguas de Altamira y las de El Linar; del resto se poseen series más fragmentarias. La mayoría de los investigados pertenecen al Magdaleniense Inferior y Medio, presente en Altamira, Las Aguas, El Linar y Cualventi.

Tabla 3.3.16. Raspador de la cueva de La Cárcel. La mayor parte de los yacimientos se encuentran al pie la ladera (La Peña, Roiz II, Linar, Cualventi y Peñona de Caranceja), el resto aparecen de forma aislada, así, Altamira se abre muy cerca de la cima de una colina, Los Santos o Las Aguas a media ladera, La Meaza es un vallejo kárstico y la Playa de Los Locos al pie de un cantil. La única en posición dominante y estratégica es Altamira, que tiene una orientación desfavorable. La anchura media de las bocas de las cuevas con yacimiento solutrense es de 18,38 m apareciendo varias con bocas muy grandes como Las Aguas y otras muy reducidas como Altamira, aunque la mayoría presenten bocas muy grandes. Presentan unas superficies útiles amplias, con la única posible excepción de La Peñona de Caranceja, que está cortada y en menor medida la de Altamira. Casi todas presentan orientaciones favorables, si bien las de Altamira y Peñona están

En cuanto al Magdaleniense Superior / Final se atestigua en Cualventi y a momento Magdaleniense indeterminado se pueden adscribir las estaciones de La Concha I, Venta del Cuco y Peñona de Caranceja. También los conjuntos de Las Alumbreras y Santa Isabel se pueden atribuir con muchas dudas a este momento. Ofrecen dudas los sondeos y excavaciones efectuadas en la cueva de El Linar anteriores a las investigaciones del Museo de Altamira, cuando se hallaron niveles muy bien conservados del Solutrense y del Magdaleniense Inferior / Medio. Sin duda el conjunto más interesante, por su estado de conservación, es el recuperado en la entrada del laminador de los grabados para construir la zapata de la verja. La colección recuperada ha sido atribuida al Magdaleniense Superior - Final aunque no haya proporcionado ninguna pieza característica y no se disponga de dataciones absolutas. La industria lítica es muy difícil de encuadrar a pesar de la gran abundancia de laminillas retocadas, con más de la mitad de los efectivos, ya que hay varios yacimientos del Magdaleniense Inferior igualmente muy ricos en este tipo de piezas, como ocurre en la propia cueva de El Linar. La industria ósea es muy escasa y poco indicativa. La fauna es también poco representativa. No es segura su adscripción al Magdaleniense

Superior / Final. Las excavaciones realizadas en otras partes de la cueva, especialmente las del vestíbulo principal, muy alterado por la acción del agua, y el sondeo estratigráfico realizado al fondo del vestíbulo superior han aportado series limitadas extraídas de niveles con amplios retoques fluviales, en alguno de los cuales aparece malacofauna holocénica. Tampoco han aparecido instrumentos característicos.

condiciones de habitabilidad al tratarse de espacios más reducidos y a veces en situaciones poco favorables, como en el fondo de pequeños valles cerrados. De hecho, los niveles que pueden observarse en ellas son mucho menos ricos y complejos. Probablemente se trate de lugares especializados, de tipo cazadero, oteadero, refugio, etc.

Las industrias magdalenienses se caracterizan por estar preferentemente realizadas en sílex, aunque la cuarcita es importante y también están presentes otros materiales de forma ocasional. Entre los útiles destacan las laminillas retocadas, que en la mayor parte de los conjuntos, por no decir en todos, representan más de la mitad de los útiles, tanto en excavaciones antiguas como en otras más recientes. Los buriles y los raspadores son frecuentes y hay piezas de sustrato, aunque faltan fósiles guía, relativamente abundantes en la industria ósea y el arte mobiliar.

El Aziliense aparece en nueve cavidades aunque cinco de ellas resultan algo dudosas, al no haber proporcionado arpones planos ni disponerse de dataciones absolutas.

Los datos paleo-económicos son similares a los obtenidos en otras partes de la región, a la espera de la publicación de los resultados del proyecto del Museo de Altamira, antes citado.

Las cavidades con ocupaciones azilienses se distribuyen a lo largo de toda la Marina, sin que se observen diferencias con los del Paleolítico Superior. Son mayoría las cavidades en que no se han documentado ocupaciones previas del Paleolítico Superior (Robrigón II, Requejil, La Concha I, Villegas III y Los Hoyos IV). Hay tres sitios situados al pie de ladera, cuatro en laderas de pequeños valles kársticos, uno en ladera y uno en el fondo de un vallejo.

Los yacimientos de esta fase se distribuyen a lo largo de La Marina, de forma muy similar a lo que ocurre en el Solutrense - no se han detectado materiales del Solutrense en La Concha I, Venta del Cuco, Las Alumbreras y Santa Isabel-. Como ocurre con el Solutrense la mayoría de las cavidades se sitúan al pie de la ladera, con la excepción de Las Aguas y Santa Isabel, en posiciones de ladera; La Concha I y Venta del Cuco, en el fondo de un valle kárstico; la de Altamira en la cima de una colina y La Meaza en la ladera de un pequeño valle kárstico. En posición dominante sólo están la de Altamira, Las Aguas, Cualventi y San Santa Isabel. Las cavidades presentan amplios abrigos de boca, como las solutrenses se encuentran orientadas de forma aleatoria, sin que predomine un rango concreto. Sin duda las cuevas de Cualventi y Las Aguas, con numerosas ocupaciones han debido ser lugares de hábitat prolongado. El resto de las cavidades no presenta ni las dimensiones ni las condiciones de estas dos, incluida El Linar, con varias bocas y un yacimiento no tan potente. El caso de Altamira debe de estar en relación con su función de santuario parietal. El resto de las cavidades ofrecen escasas

Su industria lítica es poco conocida y no parece diferir mucho de la magdaleniense; mucho más característica es la industria ósea con arpones muy típicos. Es muy interesante la aparición de tres arpones planos de doble hilera de dientes en La Meaza, límite occidental para este tipo concreto de arpones.

Tampoco para este momento se aprecia ninguna tendencia concreta en la orientación de las bocas. Aparecen tanto cavidades con amplios vestíbulos (caso de La Meaza, Las Aguas, La Concha I, La Concha II y Cualventi) como de tamaño medio (Requejil, Los Hoyos IV). En dos casos se trata de espacios colmatados (Rodrigón II y Villegas III). No resulta fácil la caracterización de las cavidades con ocupaciones azilienses debido a la falta de datos empíricos. Posiblemente las cuevas más amplias y habitables pudieron haber servido de hábitat prolongado, frente a otras más reducidas y con niveles generalmente más finos, que quizás funcionaron como estaciones especializadas. Resumiendo, para la cuenca del Saja – Escudo se conocen de forma muy deficitaria las industrias del Paleolítico Superior y el Epipaleolítico, a pesar de la abundancia de yacimientos. Este escaso conocimiento se agrava para el caso de las primeras fases del Paleolítico Superior.

3.3.7. El Arte Rupestre Paleolítico 1. Introducción El número de estaciones con manifestaciones de este ciclo es importante en la cuenca del Saja puesto que aparece en las cuevas de El Portillo, La Meaza, Las Aguas, El Linar, Cueva Redonda, Cualventi, Altamira, Las Brujas, La Clotilde y La Estación. También se ha citado en la Cuevona y El Giboso. Entre todas ellas destaca Altamira, con un conjunto diacrónico excepcional, con cientos de manifestaciones, muchas de ellas de extraordinaria calidad.

de signos y manchas pequeñas de color pardo y morado. La Meaza Cavidad reconocida en 1907 por H. Alcalde del Río. Nuevas manifestaciones rupestres han sido señaladas por CAEAP y por GAEM. Necesita un estudio monográfico.

El grado de conocimiento que hoy día tenemos de estos conjuntos es muy variable, aunque en general resulta deficitario, si bien los últimos años se han hecho esfuerzos para paliar esta situación, destacando el proyecto de investigación del Museo y Centro de Investigaciones de Altamira, denominado Los Tiempos de Altamira, donde se estudian algunos de los conjuntos más importantes, que actualmente se encuentra en espera para su publicación. 2. Las estaciones rupestres Los conjuntos conocidos, ordenados de oeste a este son las siguientes: El Portillo La primera manifestación reconocida en la cavidad fue un disco rojo descubierto por los miembros de la S.E.S.S. R. Bohigas Roldán y J.M. Ojeda. Posteriormente el CAEAP reconoce el resto de las manifestaciones de la cavidad. Es deseable la realización de un nuevo estudio en profundidad de este espacio. Se han catalogado las siguientes manifestaciones: 1. Disco rojo, situado en un saliente, en posición muy aparente, situado en una galería estrecha, a 60 m de la boca y en la pared izquierda. 2. Restos de un posible disco rojo, a unos metros hacia el interior, y en la misma pared. 3. En el fondo de la galería superior situada por encima de las anteriores representaciones hay dos paneles de grabados gruesos realizados sobre la arcilla de decalcificación del techo, muy patinados y de difícil lectura. 4. Siguiendo la galería se desemboca en otra mucho más amplia que lleva, a unos 180 m de la entrada, a un lugar amplio y llano, con un friso muy aparente en la pare izquierda, que aparece totalmente repleto de pintadas de carburo que han afectado a las pinturas rupestres, de las que se observan varias manchas grandes de color rojo que a veces sugieren la forman

Fig. 3.3.17. Boca de la cueva de Las Brujas de Suances. En el fondo de la cueva, en una salita muy aparente y en la pared derecha, presenta un signo sinuoso formado por tres hileras de puntos de tamaño reducido, posiblemente realizadas con los dedos. Por encima del signo y hacia la derecha hay pequeños grupos de puntos muy similares y sin disposición aparente. En la misma pared y a unos metros hacia el interior hay grabados incisos muy finos, todavía no analizados en profundidad. Y en la entrada de la pared izquierda de esta misma galería aparece una manchita roja. En la pared izquierda del vestíbulo hay unas manchitas rojas muy perdidas para las que se ha sugerido su interpretación como signo similar pero más reducido que el primero, extremo poco seguro. Los Santos o Las Aguas Fue reconocida en 1909 por H. Alcalde del Río y publicada en Les Cavernes de la Región Cantabrique en 1911. En este momento se publican dos grandes bisontes a tinta plana roja, con las cabezas grabadas, en ejecución muy cuidada la superior y más sumaria e incompleta la inferior, de mayor tamaño. Además hay varios signos (uno en forma de parrilla, otro en extraña forma de T), una línea curva y un grupo de puntitos rojos rellenando un fósil, además de reseñar la existencia de grabados incisos finos que no fueron interpretados. A principio de los años ochenta un equipo de la Universidad de Cantabria, dirigido por M. R. González Morales y C. González Sainz señalaron dos nuevos grabados incisos finos, la cabeza de un caballo muy similar a las típicas de los contornos recortados del Magdaleniense Medio y la cabeza de

una cierva, así como reinterpretaron el signo en T, que interpretan que está formado por un claviforme con protuberancia central y una línea sinuosa. Posteriormente miembros del grupo CAEAP y GAEM hallaron nuevas representaciones, destacando algunas cabezas de ciervas estriadas y grupos de puntuaciones. En el año 2005 la cavidad fue revisada por un equipo del CIMA, dentro del proyecto científico Los Tiempos de Altamira, cuyos primeros resultados ya han sido publicados con lo que se han podido establecer las características generales, en espera de su publicación definitiva. En la parte alta del extremo izquierdo de la cueva se han catalogado 31 unidades gráficas todas ellas pinturas rojas, la mayoría de ellas realizadas en un friso muy inclinado en posición algo arriesgada. Casi todas son manchas informes de pequeño tamaño, pequeños discos aislados, líneas paralelas, un signo cuadrangular sin cerrar, etc., destacando un panel situado en un lugar muy arriesgado, colgado a varios metros del suelo, formado por varias hileras verticales de puntos de tamaño reducido. En el extremo derecho de la cueva se sitúan la mayor parte de las representaciones, distribuidas en cuatro áreas. Las primeras aparecen en una hornacina de la pared izquierda. Se han catalogado 17 unidades gráficas, todas ellas manchas, salvo una línea y un punto aislados. Inmediatamente hay un camarín amplio, casi todo él ocupado por un gran bloque, en donde se localiza el gran panel, formado por dos bisontes rojos de gran tamaño, realizados a tintas planas, sobre los que se han superpuesto dos bisontes realizados a trazo estriado, realizadas mucho tiempo después. Aparecen también dos cabezas de cierva, con cuello, una a trazo estriado con relleno característico y la otra raspada y que se ha completado con una línea roja en la región frontal. Además se han señalado un claviforme con protuberancia central atípico, posibles partes de cuadrúpedos (morro de cierva, contorno cérvico - dorsal, morro), además de líneas aisladas, con trazo estriado, pequeño disco digital, líneas aisladas y manchas rojas. Encima del gran bloque y en el techo, hay un signo en forma de parrilla con un relleno de dos líneas longitudinales, una línea oblicua, un punto pequeño y restos de colorante, todas ellas rojas y la cabeza de una cierva realizada con trazo inciso muy fino. Después del gran panel hay un friso muy aparente por encima de la entrada al laminador de los grabados. En esta área se han señalado 16 unidades gráficas, todas ellas manchas rojas y algunas violáceas. El laminador de los grabados presenta unas dimensiones reducidas por lo que buena parte de las

representaciones han sido realizadas en posición forzada. En sus paredes y en su fondo se han catalogado 34 manifestaciones gráficas con cinco cabezas de cierva, con la característica decoración estriada, una cabeza de cierva a trazo inciso fino, un bisonte prácticamente completo a trazo estriado y raspado, un bisonte incompleto en trazo estriado reducido a la cabeza, los cuernos y el contorno cérvico-dorsal, seis posibles partes de cuadrúpedos (morros y líneas cérvico - dorsales), algunas líneas estriadas aisladas y varias pinturas rojas, con dos agrupaciones de puntos en nube, una de ellas en el interior de un fósil, puntos aislados, manchas, etc. El Linar Las manifestaciones rupestres fueron localizadas por CAEAP entre los años 1979 y 1987, aunque con anterioridad miembros del Seminario Sautuola, entre ellos A. Moure Romanillo, señalaron la existencia de una serie de puntos rojos de tamaño reducido que no han vuelto a ser localizados, así como unas grandes manchas rojas en la zona del "Barco Vikingo" y de un caballo negro en las galerías superiores que dan a la sima del Palombal. Fue estudiada por CAEAP y recientemente ha sido revisada dentro del proyecto "Los Tiempos del Altamira". Todas las manifestaciones se encuentran en un laminador existente en el fondo del vestíbulo superior, en los dos pequeños conductos paralelos de tamaño reducido. En el ramal derecho hay un falso techo calcítico, con la superficie totalmente lisa, de unos 8 m de longitud por 1 m de anchura sobre el que se han realizado los grabados incisos finos de distintos grosores. Hay algunas figuras, todas ellas de tamaño reducido, naturalistas, como la cabeza y el cuello de un rebeco con un relleno de líneas oblicuas en el cuello, atravesado por dos líneas arqueadas, la cabeza de un cáprido joven que antes habia sido interpretado como liebre y otras mucho más esquemáticas y esbozadas, como la representación completa de un bisonte en aptitud de embestir, una venus acéfala, dos cabras monteses, esbozos de morros, etc. En la otra galería y en sendos estrechamientos de la roca se han representado dos vulvas, una muy sumaria, que únicamente presenta algunos retoques, mientras que la otra ha sido grabada, pulida y retocada. Muy cerca de la misma hay un grupo de líneas incisas gruesas sin disposición aparente. Redonda o del Perro Fue reconocida en 1979 por el CAEAP y estudiada por este mismo colectivo, que también la ha publicado. En una de las galerías situadas al oeste, precisamente en el único área oscura de la cueva, hay un pequeño conjunto de grabados realizados con un palo o

instrumento similar sobre la calcita decalcificada que posteriormente se ha endurecido, aunque está muy deteriorada. En un pequeño camarín se ha representado el posible prótomo de un cuadrúpedo con un cuerno ramificado por lo que con muchas dudas ha sido interpretado como un ciervo. Se trata de una figura de buen tamaño. En otro punto, cercano al anterior, hay grabados muy deteriorados, algunos sobre una estalactita, lineales y mucho más finos. Cualventi Las primeras manifestaciones fueron señaladas por el equipo del Museo de Prehistoria de Santander que investigó la cavidad desde los años setenta hasta los noventa. Así, el director del proyecto, M.A. García Guinea, señaló y fotografío una gran mancha roja en una concavidad muy destacada de la pared de la covacha del vestíbulo, que fue descubierta durante las excavaciones y que había sido cubierta por un nivel asignado al Magdaleniense Inferior - Medio. Por otra parte, A. Pinto citó en esta cueva la existencia de una o dos cabras grabadas en un informe inédito de carácter espeleológico. En el interior de la cueva el GAEM reconoció cinco manchas rojas en un panel vertical en el lugar donde finaliza la zona practicable de la cueva. El resto de las manifestaciones, todas ellas ubicadas en la covacha abierta durante las excavaciones, fueron localizadas durante el Proyecto de los Tiempos de Altamira. En el extremo derecho de la Covacha se han identificado 18 pinturas rojas, con un prótomo de cierva a trazo tamponado con las orejas en "V", una cabra montés completa con un cuerno muy largo y arqueado, un gran bisonte a tintas planas en una hornacina, la línea cérvico - dorsal y grupa de un équido a trazo tamponado superpuesta al bisonte y un posible cuadrúpedo, quizás un équido, muy deficientemente conservado, además de algunos puntos aislados y manchas, varias de ellas quizás un equido, muy mal conservado y otros restos de figuras. En el techo hay una marmita a presión donde aparece un reducido panel con cinco figuras a trazo inciso fino, la cabeza de una cierva con la lengua sacada, tres cabras, dos de ellas reducidas a la cabeza y cuello y la otra casi completa y en aptitud dinámica y el vientre y la parte trasera de un cuadrúpedo, todas ellas de reducido tamaño. Altamira Las primeras pinturas fueron localizadas y estudiadas por M. Sanz de Sautuola a finales del XIX. Posteriormente fue estudiada por H. Cartailhac y H. Breuil y posteriormente por H. Alcalde del Río. El estudio y catalogación de la cavidad fue realizado por H. Breuil ayudado por H. Obermaier que publicaron un libro sobre la misma. Posteriormente se han producido algunas aportaciones de interés,

destacando las realizadas por J. González Echegaray y L.G. Freeman, destacando la revisión de las pinturas de la Galería Final. Recientemente se han producido importantes aportaciones realizadas por un equipo del Museo y Centro de Investigaciones de Altamira. Con todo, el conocimiento que se tiene hoy día del arte de Altamira es muy deficitario, en la medida en que el estudio más complejo es muy antiguo y sería necesario realizar un análisis completo de sus manifestaciones rupestres. En el lado sureste de la galería de entrada se encuentra el gran panel de los polícromos, de 25 m de longitud por 10 m de anchura. En la parte derecha del techo aparecen las representaciones más antiguas, con grandes claviformes con protuberancia central, uno de ellos fechado en los inicios del Paleolítico Superior y haces de líneas grabadas, que se han denominado “chozas”, infrapuestas en algún caso a los anteriores y de más amplia distribución en el techo. En la otra zona de la derecha aparecen grandes caballos rojos, algunos en posición dinámica y varias manos en negativo y positivo, además de otras figuras, como algún bisonte polícromo. En la pared izquierda del techo se encuentran los famosos bisontes polícromos, con más de una veintena de representaciones de este animal, varios caballos y una gran cierva. En el techo son muy numerosas las cabezas de ciervas con relleno estriado, anteriores a los polícromos, bisontes y otros animales negros, antropomorfos grabados y gran serie de signos; en el sector se observan un buen número de superposiciones. En el techo de la galería inmediata hay un gran panel de grabados digitales entre los que se distingue la cabeza de un uro. Muy cerca y sobre una colada, hay dos o tres caballos incisos mal conservados y varios grabados de ciervos, caballos y bisontes. En una oquedad de la pared hay un escaleriforme de gran tamaño y varios signos rectangulares compartimentados, realizados en ocre rojo. En las galerías interiores aparecen otras representaciones de cuadrúpedos, destacando los de la denominada Sala de la Hoya, con varias figuras negras, dos cabras, una cierva y un bisonte; la cierva fue fechada por C14. En la galería final, denominada Cola de Caballo, aparecen varios grabados y pinturas negras, con caballos, ciervos, etc, entre los que destaca la representación de dos grandes bisontes machos en actitud de cópula y un conjunto excepcional de tectiformes compartimentados y signos radiales en negro, así como varias máscaras que quizás representan rostros humanos, realizadas utilizando relieves naturales. Las Brujas Las manifestaciones rupestres de esta cavidad fueron descubiertas por el grupo CAEAP en 1980 y

estudiadas por miembros de este colectivo junto con C. González Sainz. En varios puntos de la cavidad han aparecido manifestaciones rupestres. Así, en la pared derecha de la entrada hay dos grupos de líneas fusiformes en disposición vertical, muy erosionadas. En el techo del fondo del gran vestíbulo hay un gran panel de grabados digitales muy erosionados y alterados por graffitis. En la galería inmediata al vestíbulo, abierta hacia la derecha, hay un panel de grabados digitales de líneas cruzadas alrededor de una oquedad, muy patinadas y concrecionadas. La Estación Cavidad reconocida en 1980 por CAEAP y estudiada por estos mismos autores. En una amplia sala del interior aparecen varios paneles de líneas digitales muy patinadas y una de ellas concrecionada. Hay un cuadrúpedo formado por varias líneas verticales y paralelas y la cabeza, una larga hilera de líneas cortas y paralelas atravesadas por un trazo horizontal y con

La Lora o La Clotilde La cueva fue descubierta por H. Alcalde del Río y H. Breuil en 1906 y fue publicada en la obra “Les Cavernes...”. En 1979 miembros del grupo CAEAP identificaron nuevas representaciones y posteriormente se hallaron otras por GAEM. El conjunto necesita una revisión en profundidad. Las manifestaciones rupestres se sitúan en la galería de la derecha. En su primera parte aparecen numerosas manchas rojas de reducido tamaño. En su tramo final hay un panel con gran número de grabados parietales. Así aparecen hasta nueve cuadrúpedos, varias representaciones de bóvidos, tres rellenos de líneas, uno de ellos en damero, algunos de difícil identificación y varios conjuntos lineales, varios de ellos con apariencia de signos. Además de las cavidades anteriores se han señalado manifestaciones en La Cuevona, reconocidas por H. Alcalde del Río, aunque nunca han sido estudiadas y no han vuelto a ser localizadas. En una sala seca de la

Tabla 3.3.13. Distribución de estaciones con Arte Rupestre Paleolítico en el área de trabajo. 1. La Meaza, 2. El Portillo I, 3. Los Santos o Las Aguas, 4. El Linar, 5. Redonda, 6. Cualventi, 7. Altamira, 8. La Cuevona, 9. La Estación, 10. La Lora, 11. Las Brujas.

varias líneas oblicuas a su derecha, además de otras asociadas y trazos aislados.

parte alta de la cueva había animales realizados con técnica digital, con varios uros y un bisonte. En la cueva de El Giboso, E. Ripoll señaló la existencia de una mancha roja, situada a unos 50 m de la boca y en

la pared derecha, que no ha vuelto a ser localizada, por lo que resulta más que dudosa. 3. Distribución y asociación a yacimientos Las cuevas se distribuyen por todo el área de La Marina, la mayoría de forma aislada, con la excepción de La Lora, muy cercana a La Estación y la de El Linar y Redonda, también a escasa distancia. En su mayor parte presentan importantes niveles de ocupación y se trata de espacio muy amplios y habitables. Este es el caso de La Meaza, Las Aguas, El Linar y Cualventi, todos ellos con grandes yacimientos del Paleolítico Superior, aunque en el caso de La Meaza ha sido poco investigado. El resto presentan ocupaciones del Magdaleniense y del Solutrense. La cueva de Las Brujas, aunque con un vestíbulo muy amplio, es muy descendente y en ella sólo se han encontrado indicios de ocupación prehistórica. En cuanto a la cueva de Altamira ofrece un espacio relativamente amplio y seco, aunque bajo, su entrada es pequeña y el lugar resulta oscuro. No obstante se han identificado ocupaciones desde el Gravetiense al Magdaleniense Inferior – Medio. En La Lora hay un yacimiento pequeño del Paleolítico Superior. En otras tres cavidades los vestíbulos son algo más reducidos, aunque también presentan ocupaciones del Paleolítico Superior, como El Portillo y Redonda. La Estación ofrece un vestíbulo ancho, aunque muy bajo, donde no se han documentado ocupaciones. En general se han decorado las cuevas con los principales yacimientos del valle. 4. Motivos representados Las representaciones son de diferente tipo y naturaleza. Hay un yacimiento excepcional, con cientos de representaciones: la cueva de Altamira. En Las Aguas aparece un conjunto bastante amplio, con más de un centenar de unidades gráficas. Los conjuntos de El Linar y Cualventi están formados por más de una veintena de unidades y en ambas aparecen representaciones de animales y a veces también signos complejos. En La Clotilde aparece un número similar a las anteriores, pero la mayoría en grabado digital. Las cuevas de El Portillo y La Meaza presentan un número limitado de grafías paleolíticas con algún signo complejo. Las cuevas Redonda, Las Brujas y La Estación contienen muy pocas figuras, todas atípicas, por lo que salvo la última de ellas, con representaciones digitales muy similares a la vecina cueva de La Clotilde, algo dudosas. En Las Brujas, aparecen líneas fusiformes en la entrada y paneles de grabados digitales no figurativas y en Cueva Redonda, un extraño prótomo quizás de cérvido y varios grabados gruesos aparentemente lineales realizados sobre la calcita decalcificada del techo.

Entre todas ellas destaca lógicamente la de Altamira con más del noventa por ciento de las representaciones de toda la cuenca, asociada a un yacimiento complejo, si bien las características físicas de la cueva, con boca pequeña, vestíbulo bajo y oscuro y orientación desfavorable, no parece que funcionase como lugar central de hábitat, papel que podría haber desempeñado la vecina cueva de Cualventi. 5. Cronología Destaca la cueva de Altamira con un conjunto enorme, donde están representados los principales motivos paleolíticos, tanto animales como signos, antropomorfos y motivos sencillos. En las fases más antiguas, de los inicios del Paleolítico Superior, son los haces de líneas en grabado inciso bastante ancho y los grandes claviformes rojos con protuberancia central, que a veces se les superponen, probablemente asociadas a motivos sencillos como puntos, manchas, etc. En el mismo techo de los polícromos se encuentran los grandes caballos rojos, algunos en pico de pato y varios en posición dinámica y varias manos, posiblemente de un momento más evolucionado, del Auriñaciense avanzado y del Gravetiense. En esta y en otras áreas de la cueva hay animales, signos, etc., muchos de ellos negros y grabados, que pueden asignarse al Solutrense. Los grabados digitales resultan muy difíciles de fechar, así como los grandes signos rojos, incluyendo un escaleriforme gigante. Son frecuentes las figuras de cierva con decoración estriada, muy similares a las representaciones realizadas en los omóplatos aparecidos en el propio yacimiento del Magdaleniense Inferior, que siguen un patrón muy característico y distribuidas por buena parte de la cavidad. También al Magdaleniense inferior se pueden asignar los tectiformes negros del fondo de la cueva. El conjunto de polícromos, en su mayor parte bisontes, son de un momento tardío del Magdaleniense Inferior, así como algunos grabados situados en otras zonas de la cueva. Un poco posteriores son varios bisontes negros. También otras figuras son posteriores a los polícromos, como alguno de los antropomorfos grabados. Esta evolución ha podido establecerse gracias a las dataciones radiocarbónicas y de uranio – torio y a las superposiciones identificadas en el gran panel. El siguiente conjunto más complejo es el de Las Aguas, si bien muy lejos del primero. En este conjunto, con fechaciones de costras y alguna superposición se han distinguido tres fases. La más antigua, distribuida por todas las zonas decoradas de la cavidad, está formada exclusivamente por pinturas lineales rojas, con puntuaciones y sobre todo manchas, faltando los animales, sin duda de época

pre- magdaleniense. Las figuras mas abundantes y expresivas son de un momento del Magdaleniense Inferior, varios bisontes grabados, incluidos los que se superponen a los bisontes rojos numerosas cabezas de ciervas, la mayoría estriadas y posiblemente algunas de las pinturas rojas, constituyendo este último un conjunto notable. En el conjunto estudiado en la cueva de Cualventi, a pesar de estar formado por un número reducido de representaciones y de localizarse la mayoría en una covacha abierta al fondo del vestíbulo, se pueden diferenciar dos fases. La más antigua sería preMagdaleniense, con las típicas ciervas tamponadas de la denominada “Escuela de Ramales”, probablemente del Gravetiense, apareciendo representados varios animales de gran tamaño, como la cabra montés y el bisonte. El pequeño panel de grabados incisos, formado por varias cabras, incompletas y una cabeza de cierva con la lengua sacada y otra figura incompleta, serían del Magdalenienses Inferior, momento en que se selló la covacha. El caso de la cueva de El Linar es diferente ya que las representaciones salvo las vulvas, son muy uniformes, con grabados de animales incisos finos, entre los que destaca una venus acéfala, con buenos

paralelos. Han sido fechados por argumentaciones estilísticas y por paralelos en el Magdaleniense Superior. Las vulvas son muy difíciles de fechar, aunque pudieran ser contemporáneas y presentan un carácter único. La cueva de La Clotilde y su vecina cueva de La Estación, con muchas menos representaciones, tienen grabados digitales entre los que destacan algunas figuras de bóvido cuyo cuerpo está relleno de líneas, en un caso formando un damero. Por paralelos estilísticos con representaciones de placas del área de Foz Coa pueden atribuirse al Epipaleolítico. El resto de las estaciones presentan representaciones atípicas de difícil fechación, caso de La Meaza con un signo complejo, puntos y disco, todo ello en rojo, aunque por paralelos podría avanzarse una cronología pre-Magdaleniense, mientras que los grabados no han sido analizados. En El Portillo aparecen discos aislados, manchas y posibles signos complejos, además de grabados atípicos, no analizados todavía en profundidad, quizás pre-Magdalenienses. Más dudosas aún resultan las cuevas de Redonda, con un posible prótomo de cuadrúpedo y líneas muy atípicas y Las Brujas, con grabados fusiformes en la boca y algunos grabados digitales, de imposible fechación.

3.4. El mesolítico y el primer neolítico J. Ruiz Cobo

Las primeras excavaciones practicadas en los concheros de la cuenca del Saja se remontan a finales del siglo XIX, cuando Romulado Moro investigó Las Cáscaras, que posteriormente es citada por J. Carballo y otros autores, aunque las excavaciones antiguas

3.4.1. Historiografía El sector occidental de Cantabria, ocupado en gran parte por la cuenca del Saja, entra dentro del área cultural adscrita tradicionalmente a la cultura Asturiense. Este periodo ha sido investigado con cierta asiduidad durante el siglo XX por diversos autores: Vega del Sella, G. Clark, M.R. González Morales, P. Arias y M. Fano. Con diferentes enfoques, sus estudios han ido perfilando una cultura todavía hoy con muchas sombras. De hecho, es poco lo que conocemos sobre los modos de vida y la cultura material de estos grupos mesolíticos, sin hablar, por supuesto, de aspectos sociales. Uno de los rasgos más clásicos del registro arqueológico asturiense es el gran número de yacimientos en cueva que se asignan a esta fase y la casi nula información que proporciona cada uno de ellos, sobre todo por la conservación muy marginal de sus depósitos y por su propio carácter de basureros. Situadas muchas veces cerca de la costa, sus condiciones de habitabilidad son muy limitadas y no sabemos si se utilizaron realmente para vivir, o como hipotéticamente se ha planteado, existió una serie de yacimientos de hábitat central y en relación con ella una densa red de campamentos litorales de uso esporádico, que serían estos concheros. En ellos todas las actividades se realizarían al aire libre, en su entorno. De hecho, en casos concretos, algunas no reunen unas mínimas condiciones de uso ni siquiera como refugio, ni sus vestíbulos ni el espacio situado frente a la cueva, por lo que resulta muy difícil explicar los depósitos de conchas que aparecen en su interior. En cuanto a la tecnología se tiene también una visión muy sesgada de la hipotética realidad original por su carácter minimalista, restringida a unos pocos grupos industriales profusamente representados. En el espacio de trabajo de las cuencas del Escudo y Saja, son escasos los yacimientos publicados monográficamente. J.L. Rivera Cobo estudió hace unos años el yacimiento del Abrigo de Peña Alta, en relación con el seguimiento arqueológico de la construcción de un campo de golf. Se identificó un yacimiento de facies conchero con cerámica asignable a un momento neolítico antiguo (Rivera Cobo 2003). Recientemente se ha publicado un breve estudio del Abrigo de Santa María, en Roiz (Perez Bartolomé y Ruiz Cobo 2013), también en relación con una actuación de urgencia por el trazado de una pìsta. Al margen estos dos estudios no se cuenta con trabajos de excavación en sentido estricto en el espacio de trabajo.

Fig. 3.4.1. Conchas de Patella de varias especies en la superficie del Abrigo de la Cuesta I. apenas fueron documentadas. En la década de los años cincuenta se excavaron la cueva de La Meaza, por V. Calderón de la Vara y Andérez, que identifican el yacimiento mesolítico y publican sus resultados. El segundo autor excavó la cueva del Seminario o Tabor que llegó a publicar. Por otra parte muchos de los yacimientos mesolíticos de este territorio ha sido incluidos en trabjos de carácter general, como el desarrollado por uno de los autores – E. Muñoz Fernández – sobre los yacimientos con picos marisqueros o la tesis doctoral del otro – J. Ruiz Cobo -, sobre las primeras economías de producción en la región. 3.4.2. El registro del Saja- Escudo A diferencia de los yacimientos de la cuenca del Nansa, recientemente revisados y publicados (Muñoz y Ruiz 2009), la red de yacimientos mesolíticos y del primer neolítico de la cuenca del Saja ha sido publicada sólo muy parcialmente. Tras el desarrollo de la campaña de prospección de 2010 el número de estaciones mesolíticas del Saja es bastante alto, aunque el grado de conocimiento que se tiene de cada una es muy limitado. Se han identificado evidencias, más o menos claras, de la existencia de yacimientos de esta fase en un total de 76 cuevas y abrigos. El criterio utilizado para realizar esta asignación es la aparición de asociaciones de conchas de perfil “holocénico” en contexto arqueológico, es decir, junto a restos de talla, industrias o restos de fauna, en la superficie de las cavidades, o adheridas a sus paredes por la concreción calcárea. En otras cuatro estaciones la falta de asociación entre las conchas y otros

elementos ha llevado a desechar esta asignación y a considerar el yacimiento como de fase indeterminada. En algunos casos es posible que se trate de yacimientos neolíticos, dada la presencia de indicadores como fragmentos de cerámica o huesos de especies domésticas, en asociación a las conchas. Sería el caso de Las Cáscaras, Villegas II, Hoyos VII, Aº de la Cuesta o Venta del Cuco. Además de en cuevas y abrigos también se conocen varias estaciones al aire libre que han proporcionado materiales líticos de esta fase. Una buena parte se concentran en el entorno de Oyambre, en el extremo occidental del litoral – estaciones de Área de Oyambre, Oyambre C, Ch, D, E, I, K y Oyambre Playa- y otras en el otro extremo, en Suances, en La Tablía y Suances A. Además podría adscribirse a este momento el yacimiento de superficie de junto a las cuevas de la Cachirula, probablemente relacionado con el uso en este momento de los vestíbulos de estas cavidades. La densidad de estaciones del Mesolítico al Neolítico antiguo en la cuenca del Saja – Escudo es de 0,1 yac/km2, un valor igual por ejemplo al obtenido en la cuenca media – alta del Asón. Ahora bien, debe tenerse en cuenta que este territorio presenta una gran extensión interior, por lo que la cuenca media – baja, es decir, al norte de la Sierra del Escudo, donde se localizan todas las estaciones, aporta un valor de 0,15, similar al proporcionado por la cuenca del bajo – medio Nansa (0,14) y al valor global del Miera (0,17 yac/km2). Esto refleja que la intensidad de la ocupación humana era similar en todos los sectores de la marina regional. La situación en el espacio De las 76 estaciones en cueva, la mayor parte, casi el 90%, se encuentran en la marina regional, frente a sólo un 10,5 % que se localiza en el ambiente semiinterior, es decir, en los valles calizos aledaños al curso medio – bajo del Saja / Escudo. En cuanto a los nichos asociados, la mayor parte, (el 68,4 %) se localiza en el piso calizo basal. Un porcetaje importante, (el 22,4 %) se abre en la propia plataforma litoral, en pequeños valles asociados a ensenadas en muchos casos. Son escasas las cavidades situadas en entornos del piso colino calizo (el 7.9 %). Sop. ABR CHO

F.O. F.E. F.O. F.E.

Grupo orientac 1 10 9,0 1 0,5

Total 2 3 2,2 0 0,1

3 7 8,8 0 0,4

20 20,0 1 1,0

CUE CVA Total

F.O. F.E. F.O. F.E. F.O. F.E.

17 15,4 5 8,1 33 33,0

3 3,7 2 2,0 8 8,0

14 14,9 11 7,9 32 32,0

34 34,0 18 18,0 73 73,0

Tabla 3.4.2. Frecuencias de tipos de orientación en cueva mesolíticas – neolíticas por tipos de soporte. ABR: Abrigos, CHO: Covachos, CUE: Cuevas, CVA: Cuevas de gran vestíbulo. Orientación 1: Sur, Este, Sureste. 2: Noreste, Suroeste, 3: Norte, Oeste, Noroeste. F.O.: Frecuencia observada. F.E. Frecuente esperada en una distribución al azar. 400

300

933

977 932

200

982

100

0 Altura abs

Gráfico 3.4.3. Distribución del parámetro Altura Absoluta en las estaciones en cueva con ocupaciones mesolíticas y neolíticas. La altura media a que se encuentran las estaciones mesolíticas en cueva es relativamente baja, con 76,6 m sobre el nivel del mar. Por otra parte, como se aprecia en el gráfico anexo, en su mayoría, las cavidades se encuentran por debajo de los 200 m – solo 4 superan este valor- y una gran parte de la población se distribuye entre los 10 y los 110 m, los intervalos de confianza de la distribución están entre 62 y 91 m. La cueva más alta es la cueva de los Moros de Bustriguado, situada en la cuenca del Escudo, en un entorno de media montaña, a 367 m de altura. Otras pocas cavidades, como las Cáscaras, el Lobo o Abrigo de Vidal, se encuentran también en este medio, pero siempre en el piso colino. Dado que en buena medida las estaciones mesolíticas y neolíticas se organizan en grupos espaciales, revisamos a continuación cada uno de estos agrupamientos, su integración en el paisaje y su composición básica. El grupo más occidental está formado por dos cavidades – el Abrigo del Castañal y el covacho de La Revilla - y varias estaciones de superficie situadas en el entorno de San Vicente y Oyambre. Estas

últimas podrían ser campamentos al aire libre relacionados con la explotación del litoral en las calas de la zona, dado que se integran en un paisaje estrictamente costero.

en los que crecieron durante el Holoceno densos bosques de caducifolios. Algunas estaciones, generalmente agrupadas, se asocian a desembocaduras de pequeños arroyos. Es el caso del grupo del Portillo – I, II, III, IV-, La Concha, Aces II y Fonfria IV, asociadas a la cala de Fonfría. Los grupos más densos se encuentran en hum situados en cubetas cársticas. Este es el caso del grupo de Liandres – Bregadorias, también muy cercano a Fonfría. Está formado por la cueva de Bregadorias y por las siete estaciones de Liandres, todas situadas en la ladera y en la base de un largo hum que cierra la depresión de Ruiloba por el norte. En pequeños hum situados dentro de la depresión de Ruiloba se encuentran las cuevas de Abadía 1 y 2 y los de Coteruca II, Carcel I, II y III y la cueva del Sur de Ruiloba. Otro grupo lo forman las cuevas de Villegas I y II, tambien en el borde de una depresión cárstica. En laderas de hum y de relieves calizos, junto a un arroyo que desemboca en la costa inmediata, se encuentran el rico conjunto de las cuevas de Los Hoyos – La Cuesta, integrado por siete estaciones con evidencias mesolíticas y neolíticas (Hoyos 0, I, II, IV, VII, Aº de la Cuesta y Aº de la Cuesta II).

Fig. 3.4.4. Picos marisqueros. 1-2: Liandres; 3-4: Suances A y La Tablía (Suances). Resulta muy interesante la ocupación del valle del río Escudo. Está formado por tres estaciones situadas en su sector interior –Abrigo de Cueva Vidal, Abrigo de Santa María y Cueva de los Moros-, especialmente la última, y por otras dos situadas en un estrechamiento a modo de pequeño desfiladero formado al sur del Barcenal – las de Peña la Cueva y Cueva de la Cueva-. En la franja de colinas de Lamadrid, drenada por la red del Arroyo Capitán, se encuentran las cuevas Requejil 1 y 2 con yacimientos de estas fases. Junto al Arroyo de la Cueva, un afluente del Capitán, se encuentra la cueva de la Mina y la del Callejón, ambas con conchero y en el último caso probablemente de época neolítica. Algo más al norte, junto al curso principal, se encuentra el Abrigo y la Cueva de Peña Alta. En la franja litoral aparecen varias cuevas, más o menos dispersas, como Cotero Camposo, Subida a la Cruz o el Abrigo sobre el Molino Viejo. Resulta interesante la concentración del entorno de Meaza, formada por esta cavidad y por Meaza 2, Hurdillo y Abrigo y Cueva de Peña Castillo. Se trata de un un entorno muy carstificado, con amplias áreas de caliza desnuda rodeadas por cubetas con rellenos cársticos

En el borde de la pequeña depresión litoral de Viesca se encuentran los abrigos de Viesca I y II. Por último también es rica la concentración localizada en la depresión de La Busta, al norte del curso medio – bajo del Saja. Está formada por El Linar, Ería I, II, III y Cueva Redonda. Además de estos grupos aparecen algunas cuevas aisladas, en muchos casos en zonas de colinas calizas, como Sopeña-Coladoiro, Venta del Cuco, Montealegre 3 o en la rasa litoral, como el Abrigo de Las Brujas. 3.4.3. Morfología de las estaciones En cuanto al soporte seleccionado, la mayor parte se trata de cuevas de escasa entidad (36, que suponen el 47 %), le siguen en importancia los abrigos (20 casos que suponen el 26%) y de cerca las cuevas con vestíbulo amplio (el 23,7%). Esta distribución se refleja en los parámetros de la anchura de boca de las cuevas, con una media de 8 m, donde influye mucho la existencia de un buen número de abrigos que incrementan el valor. En lo que respecta a las orientaciones se aprecia que no ha sido un factor de importancia en la selección de las cavidades. Así tienen tanta importancia las que toman orientaciones cálidas y secas, del sur, este y sureste (el 43,4 %) como las frías y húmedas, del norte, oeste y noroeste (el 42,1 %). Las intermedias (noreste y suroeste) sólo suponen el 10,5 %.Como los tres tipos básicos de soporte – abrigos, cuevas y

cuevas vestíbulares- tienen valores de frecuencia similares, se puede comparar directamente el tamaño de boca, que en los abrigos toma un valor medio de 14 m, de 2,8 en las cuevas y de 9,65 m en las grandes cavidades. Por otra parte, los abrigos se encuentran a alturas inferiores a las cuevas y a su vez estos están mas bajos que las grandes cuevas de vestíbulo amplio, situadas como media a casi 100 m de altura (95 m).

Los yacimientos se ubican siempre en las zonas vestíbulares de las cuevas, a muy escasa distancia de la boca. En general, dado que los niveles holocénicos son los últimos en la secuencia, se encuentran en la parte más alta de los paquetes sedimentarios. Como resultado de la humedad del Holoceno es muy

No existe una correlación estadísticamente significativa entre soportes y orientaciones, sobre todo para abrigos y cuevas, como se observa en los valores de f.o y f.e de ambas. Sólo en las cuevas de vestíbulo amplio se aprecia que se esperaban – para una distribución al azar- muchas más cuevas bien orientadas que las observadas, es decir que se eligieron amplios espacios para el hábitat, independientemente de hacia donde se orientase su boca.

Soporte ABR

CHO CUE

CVA

SIM Total

Media N Desv. típ. Media N Media N Desv. típ. Media N Desv. típ. Media N Media N Desv. típ.

Altura abs 61,25 20 39,33 30,00 1 77,89 35 61,36 95,67 18 84,97 43,00 1 76,61 75 63,11

Ancho boca 14,03 20 11,15 31,00 1 2,80 33 1,44 9,65 18 6,05 13,00 1 8,09 73 8,51

Tabla 3.4.5. Parámetros de altura absoluta y anchura de boca por tipos de soporte. 3.4.4. Los yacimientos La falta de excavaciones científicas impide el estudio de ninguna estratigrafía bien datada. En general en las estaciones de esta fase los yacimientos se conservan de forma marginal, aunque hay excepciones, dado que algunos yacimientos sólo se conocen por la observación de superficie y parecen estar intactos.

Fig. 3.4.6. Indutrias líticas de Oyambre. frecuente que los niveles mesolíticos aparezcan cementados por capas de concrección calcárea, lo que en última instancia, ha servido para que se conserven. En otros casos las evidencias aparecen en niveles de limos calcáreos grises, pulvurulentos, en superficie, normalmente protegidos por infructuosidades de la cavidad. Asi pues, no se dispone de información estratigráfica de calidad para ninguna de las estaciones estudiadas. De hecho en buena parte de ellas no hay un depósito de sedimentos en sentido estricto, sino acumulaciones de conchas cementadas por la concreción calcárea.

geométrico. También resulta característica la aparición de cantos con retoque unifacial, a modo de pequeños chopper. En otras estaciones de superficie han aparecido también picos marisqueros, como en el yacimiento Junto a las Cachirulas, La Tablía, Suances A y Liandres. Fauna y malacofauna

Fig. 3.4.7. Boca de la Cuevona de Oreña, abierta en un cantil sobre la ensenada de Puerto Calderón. En varias estaciones se han estudiado estratigrafías sencillas, en que el nivel mesolítico aparece en la parte más alta de la secuencia. A modo de ejemplo, se puede citar la secuencia de la cueva de Los Hoyos IV de Oreña donde, en un testigo de más de un metro de altura parecen dos niveles con diferentes texturas. El inferior, de más de 60 cm de potencia, incluye, en una matríz grís oscura, abundantes conchas de Littorina littorea y Patella vulgata, junto a abundantes esquirlas óseas. Sobre él hay un nivel de 10 cm de potencia, de tono más claro, con más carbonato, con conchas de Patella de pequeño diámetro, Phorcus lineatus y esquirlas óseas.

No se cuenta con estudios rigurosos sobre series de fauna y malacofauna para ningún yacimiento de la zona. La información disponible procede de las observaciones y conteos de superficie realizados en los años ochenta por el grupo CAEAP a los que se añaden otros llevados a cabo en este trabajo que se presenta ahora. En cuanto a la fauna dado el importante nivel de fracturación que presentan los restos, resulta complejo en muchos casos estimar la especie a que corresponde. El animal más citado es Cervus elaphus, que aparece en una docena de estaciones. Resulta frecuente la aparición de molares y dientes sueltos e incluso de fragmentos significativos en la superficie de los concheros. Con valores menores, aunque también frecuentes se encuentran Capreolus capreolus, que aparece en ocho yacimientos, y Sus scropha, en cinco. La presencia de Sus sp.,

Las series industriales En cuanto a las industrias en un buen número de yacimientos aparecen restos de talla de sílex y cuarcita, e incluso algunos útiles, junto a las conchas, pero la falta de un contexto estratigráfico claro y su propia escasez impiden abordar su estudio. Dentro de los yacimientos en cueva han proporcionado series significativas los yacimientos del Abrigo de Santamaria y el de Peña Alta. En el de Santamaría se estudió una serie cercana a los 200 items en la que destaca el uso de la cuarcita (62,2 %) y la arenisca compacta (28,8 %), sobre el sílex (1,9 %). Como piezas más significativas aparecen núcleos de técnica NUPC y un pico marisquero roto. En el Abrigo de Peña Alta aparece industria de sustrato y sobre canto. Ademas han aparecido picos marisqueros en El Portillo III, La Concha y Solapeña – este último yacimiento quizás ya de época neolítica. Las series industriales de las estaciones de superficie son más ricas y variadas. Destacan los conjuntos del entorno de Oyambre – Area de Oyambre, Oyambre C, CH, D, E, I, K y Playa de Oyambre, con importantes colecciones de picos marisqueros, y en algunas de ellas con raspadores microlíticos, denticulados, escotaduras, perforadores, truncaturas, piezas de retoque continuo e incluso algún microlito

Fig. 3.4.8. Pico marisquero de Liandres (Ruiloba), sobre un canto de arenisca compacta. ovicaprinos y Bos sp es marginal. En lo que respecta a la malacofauna, aunque se han realizado conteos en la inmensa mayoría de las estaciones mesolíticas y neolíticas de la zona, el estudio específico se limita aquí a aquellas series que han aportado más de 100 restos. Este conjunto está formado por 21 yacimientos, con valores de número de restos desde 101 (Abrigo de Santamaría) hasta Portillo I (con 628 conchas). El número total de conchas estudiadas en los yacimientos con N> 100

asciende a 4846 items, lo que supone una muestra significativa.

Phorcus, es decir, por especies de roca, lo que debe de relacionarse con la situación de las cavidades, asociadas espacialmente a entornos de ensenadas con

Yacimiento Santamaría Peña Alta Portillo III La Concha Solapeña Area Oyambre Oyambre C Oyambre Ch Oyambre D Oyambre E Oyambre I Oyambre K Oyambre Playa Junto Cachirulas La Tablía Suances A Liandres H.A. Total

Trun 1 1

PM 1 1 1 1 1 2 2 16 1 2 1 8 2 1 1 2 43

Ras 1 5 6

Dent 5 5

Esc 1 2 1 1 1 6

Per 1 1 2

Raed 2 1 3

Geo 1 1

Lc ret 2 2 4

Chp 2 1 1 1 2 7

Metate 1 1 2

Tabla 3.4.9. Utillaje de las estaciones mesolíticas. PM: Pico Marisquero. Ras: Raspador, Dent: Denticulado; Esc. Escotadura, Per: Perforador, Trun: Truncatura, Raed: Raedera, Geo: Geométrico, Lc ret: Pieza de retoque continuo. Chp: Chopper. Oyambre D probablemente sea de un momento neolítico. Aunque las variaciones de frecuencias por yacimientos son muy importantes sí se aprecia la existencia de unas especies dominantes, otras con valores marginales y otras de presencia testimonial. El primer grupo está encabezado por Patella intermedia, seguido de Phorcus lineatus, Patella vulgata y por último Patella ulyssiponensis. Otras lapas (Patella atletica, indeterminada), toman valores marginales y en ocasiones está no muy clara su filiación.

bandas de acantilados laterales. La presencia de especies de fango - las citadas de presencia puntual- y de estuario, como Ostrea edulis, Mytilus edulis es muy reducida, lo que marca una diferencia muy clara con lo que se ha observado en otras cuencas, como el Asón o el Miera, situadas junto a amplios espacios de bahía - estuario.

Con valores en torno al 1%, y sólo presentes en estaciones concretas, cabe citar Ostrea edulis, (38 ), Cepaea nemoralis (28), Mytilus edulis (20) y Littorina littorea (20). También aparecen con alguna frecuencia fragmentos de Paracentrotus lividus (44) y de Pollycipes pollycipes 34). De forma testimonial aparece una serie de especies, sólo presentes en algunos yacimientos. Se trata sobre todo de especies de fango, aportadas por yacimientos cercanos a las rías de San Vicente o a la del Capitán. Es el caso de Solem marginatus, Venerupis decusata, Scrobicularia plana y Cardium edule. También algunas especies de roca son de aparición puntual, como los fragmentos de decápodos y la Gibbula umbilicalis. Quizás otras fueron recogidas en las playas como elemento de decoración, como Haliotis tuberculata, en Liandres II. Así pues todas las series con tamaños muestrales significativos están dominadas por el grupo Patella-

Fig. 3.4.10. Industria lítica de Oyambre D, de un momento neolítico indeterminado. La 8 de Oyambre Ch. Si que puede resultar de interés estudiar la relación interna entre las especies de Patella en relación a su procedencia de zonas más o menos batidas del litoral.

P. rustica Pollycipes cornucopia P. ulyssiponensis Ostrea edulis P. intermedia P. vulgata Oslinus lineatus Cepaea nemoralis Mytilus sp Paracentrotus lividus

1 ,937

Componente 2 3 -,230 ,032

,915

-,220

,019

,779 -,191 ,023 -,143 -,148 -,444 ,274

,293 -,190 ,870 ,787 ,739 -,579 ,209

,197 -,151 ,210 ,344 ,247 ,404 ,886

-,002

,367

,801

Tabla 3.4.11. Matriz de componentes(a). Método de extracción: Análisis de componentes principales. Método de rotación: Normalización Varimax con Kaiser.

Para el análisis de las frecuencias de malacofauna se seleccionaron los yacimientos con N>100 items y las especies con representaciones superiores a 20 individuos. Se realiza un análisis factorial de componentes principales que diferencia tres factores que explican el 72 % de la variabilidad total. El primer factor lo forman dos especies de Patella P. ulyssiponensis y Patella atletica y el percebe. El segundo lo integran las especies más habituales de Patella – intermedia y vulgata- , Phorcus lineatus y parcialmente los erizos de mar. Por último, el tercero es un cul de sac en que entran el resto de las especies, sobre todo Mytilus y erizos de mar. Estos factores podrían interpretarse del siguiente modo: Las estaciones condicionadas por el segundo factor, presentan valores altos de especies de acantilado, de áreas “normales”, es decir, no muy batidas, además de caracolillos y en parte, mejillones. Probablemente se trata de yacimientos mesolíticos en su mayor parte, con áreas de captación dominadas por tramos de acantilados y ensenadas. El primer factor lo forman yacimientos con especies de Patella de aguas batidas, procedentes de tramos de acantilados con mayor exposición, además de percebes, típicos habitantes de estos entornos. Es posible – si hay correlación cronológica- que se trate de yacimientos neolíticos. El tercero es un grupo marginal formado por especies que aparecen de forma sostenida en los yacimientos, sin concentraciones importantes en ninguno de ellos, a modo de ruido de fondo. Algunas especies, como Ostrea edulis, no tienen un comportamiento normal, pues concentran todos sus efectivos en un único yacimiento – Requejil 1. Así pues, en la composición malacofaunística de los yacimientos, parecen entrar además de las variables ecológicas del territorio de captación del sitio, otros factores de índole cronológica. Es posible que yacimientos como Liandres II, Villegas I, II, Los Hoyos I, Montealegre 3 y Venta del Cuco, puedan ser neolíticas. De hecho, en varias de ellas han aparecido evidencias en este sentido, como en Villegas II, Montealegre y el Cuco, pero no son concluyentes.

Fig. 3.4.12. Picos marisqueros procedentes de las estaciones de Oyambre.

No es posible, con la información de que se dispone, asignar con una mínima seguridad las estaciones a un momento Mesolítico o Neolítico, teniendo en cuenta que las primeras fases de este último no han sido aún estudiadas con rigor en Cantabria.

La Mina El Portillo I El Portillo II La Concha Solapeña Liandres II Liandres IX La Cárcel Las Cáscaras El Requejil 1 Hurdillo Villegas I Villegas II Perro o Redonda La Cachirula Los Hoyos I

Pollycipes pollycipes

1

0

0

0

540

2

0

9

0

0

0

97

19

34

8

0

37

1

1

0

0

0

0

0

100

99 195

53

0

267

1

1

1

0

0

0

0

617

63

32

17

0

25

0

0

1

2

0

0

0

140

48

57

27

16

23

0

2

3

1

0

2

0

179

17

70

11

0

10

1

1

0

1

0

0

0

111

42 120

14

0

48

0

0

0

1

0

0

1

226

27

81

16

3

27

0

1

0

0

0

0

0

155

16

42

20

0

21

1

0

0

3

0

0

0

103

113 205

61

9

152

0

5

30

1

0

0

0

576

20

8

8

0

17

32

0

0

2

0

12

0

99

24

37

4

0

37

0

0

0

5

0

0

0

107

16

45

85

10

0

0

1

0

0

34

0

1

192

35

51

0

0

0

0

0

0

0

11

0

5

102

7

55

14

3

42

0

0

0

1

0

0

1

123

96

33

14

0

15

0

1

0

1

0

6

0

166

43 157

19

0

70

0

1

0

0

0

0

1

291

0

42

0

0

5

0

0

0

0

198

0

116

0

0

3

0

0

0

1

174

0

12

0

2

0

0

192 0

25

371

51

1118

38

19 44

Los Hoyos VII 26 102 23 Monte Alegre 3 19 30 5 Venta del Cuco 9 50 81 Total 857 1695 525

28 237 20

Total

Patella rustica

1

0

Littorina littorea

Cepaea nemoralis

1

52

Ostrea edulis 2

10

Phorcus lineatus 105

3

Patella sp 0

13

110 278

Patella ulyssiponensis

Mytilus edulis Paracentrotus lividus

Santamaría

Patella intermedia

42

8

Patella vulgata Castañal

35 4667

Tabla 3.4.13. Malacofauna del territorio de estudio. Tabla 3.4.13. Malacofauna del territorio de estudio. Se han seleccionado las series con N>100 y las Se han seleccionado las series con N>100 y las especies primarias y secundarias. especies primarias y secundarias .

3.5. La Prehistoria cerámica

J. Ruiz Cobo El grado de conocimiento de este periodo en la cuenca del Saja es muy sumario, por lo que podemos decir que sigue la pauta del resto de la Región. Faltan trabajos de síntesis que engloben a los yacimientos de esta zona, tanto para las estaciones neolíticas como para el Calcolítico y la Edad del Bronce. 3.5.1. Los yacimientos de hábitat Se han considerado de fase cerámica antigua Neolítico avanzado al Calcolítico- doce estaciones de Nombre Eta San Roque II

Coo X Coo Y Z 406822 4803233

A un momento neolítico podría asignarse el yacimiento de Oyambre D, una concentración de piezas aparecida en la rasa litoral del Cabo de Oyambre. Incluye material significativo: cinco raspadores - alguno doble, otros microlíticos y carenados-, un trapecio de retoques semiabruptos y piezas de sustrato. La aparición de algún pequeño chopper característico podría hacer pensar que se trata de un conjunto neolítico antiguo, de tradición mesolítica, por lo que se ha incluido en el horizonte anterior. En la cima de una colina cercana a la costa, al este de Hinojedo, se encuentra la estación de El Caspano, que proporcionó algunas piezas de sílex, entre ellas un trapecio, restos de talla y fragmentos de metates. Es posible que allí se encontrase un poblado del Neolítico avanzado o del Calcolítico antiguo. U.T. 263 CM

U.P. CO

Sector SI

Industrias Láminas

San Roque I

450536

4798437

185 CM

CO

SI

Láminas

Mte Barbecha I

402997

4800133

383 CM

CO

SI

Restos talla

Mte Barbecha II

402997

4800133

383 CM

CO

SI

Láminas

El Caspano

414982

4807018

141 CM

RS

LT

Geométricos

El Castro

416507

4805865

61 RL

CO

LT

Varios

Sierra de Ibio

405425

4797325

215 CM

CO

SI

Raspadores

P. Caranceja I-IV

406383

4799177

200 CO

CO

SI

P. Caranceja V-XI

406383

4799177

166 CM

CO

SI

CM

CO

SI

El Castro

416507

4805865

61 RL

CO

LT

Sustrato. Ind. Pesada. Sustrato. Ind. Pesada Rasp. Cerámica Varias

Monte Cildá

407407

4803831

288 CM

CO

LT

Varias

Prado La Cruz

Fig. 3.5.1. Estaciones de superficie de fase cerámica antigua de la cuenca del Saja. UT. Unidad topográfica (CM: cima, RL: rellano de ladera. U.P.: Unidad de paisaje. CO: Franja de colinas, RS: Rasa. Sector: LT: Litoral, SI: Semi-interior. Podría añadirse a esta serie el conjunto de Oyambre D, incluido en el grupo Neolítico antiguo del capítulo anterior. superficie, aunque en varias de ellas existen importantes problemas de asignación cronológica. En todos los casos son yacimientos al aire libre en que afloran industrias líticas, generalmente sin estratigrafías desarrolladas. Por ello, el único criterio de asignación utilizado ha sido la aparición de determinados tipos industriales significativos aislados, como geométricos o piezas de retoque cubriente, o bien asociaciones de útiles - denticulados alternos, microraspadores-, industria pesada - metates y manos de molino- y cerámica. Aunque en algunas estaciones es posible precisar un horizonte cultural - neolítico o calcolítico-, en el resto el escaso número de restos y lo poco significativo del material, impide concretarlo.

A una indefinida fase Neolítico - Calcolítico se adscriben la mayor parte de las estaciones de superficie. Un ejemplo es el del yacimiento designado como de la Ermita de San Roque II, en Alfoz de Lloredo. Se encuentran en la parte alta de una estribación del cordal que separa el valle medio- bajo del Saja, en una amplia campa, a la altura de Rudagüera y la depresión de Novales – Oreña, en un paisaje de montaña baja. Se trata de un lugar con buenas condiciones de hábitat donde apareció una concentración de material lítico, poco significativo, con presencia de formatos laminares. La calidad del sílex utilizado - variedad gris brillo- sugiere que se trata de una estación de un momento avanzado, probablemente calcolítica.

En el monte Barbecha, un cordal calizo situado al norte del cauce medio del Saja, entre el valle de Periedo al sur y el karst de Udías al noroeste, se encuentran las estaciones de Monte Barbecha I y II. Como en el caso anterior aparecen formatos laminares, sílex de calidad y alguna pieza de industria pesada, lo que indica que podría tratarse de una aldea agrícola.

ricos gracias a que han sido excavados o muestreados de forma intensiva.

Fig. 3.5.3. Situación del yacimiento de superficie de Ermita de San Roque II, en la parte alta de una pequeña sierra prelitoral, sobre Novales.

Fig. 3.5.2. Situación del yacimiento de El Caspano, en la cima de una colina litoral, junto al cauce bajo del Saja. Al otro lado del Saja, aunque cerca del cauce, en las cumbres bajas del macizo de La Peñona, se encuentra otro conjunto de estaciones: Peñona de Caranceja IIV, V-XI y Prado de La Cruz. La realización de una serie de intervenciones de urgencia ha permitido la recuperación de varias series líticas. Quizás el yacimiento más interesante es el de Prado La Cruz, que, en un sondeo de urgencia, proporcionó dos raspadores asociados a fragmentos de metate de molinos barquiformes, manos de molino, abundantes restos de talla y fragmentos de cerámica a mano. Cerca de las anteriores, en la cumbre de una sierra de escasa altura sobre el barrio de Caranceja, en el sector medio-bajo del Saja se encuentra el yacimiento de San Roque I. Se encuentra en una campa, con agua y buenas condiciones de habitabilidad. La industria incluye abundantes restos de talla y algunas láminas, en sílex de calidad. En un paisaje algo más interior, en el borde del valle de Ibio, también en la cima de una colina baja, se encuentra la estación de superficie de Sierra de Ibio. Se trata como en los casos anteriores de un lugar con buenas condiciones de habitabilidad. La serie lítica incluye un raspador microlítico de frente doble, un raspador simple carenado sobre canto de arenisca, piezas de sustrato y restos de talla. Se trata por tanto de un conjunto muy poco definido, que no puede asignarse a una fase concreta. Dos estaciones pueden asignarse al Calcolítico: El Castro de Hinojedo y el de Monte Cildá. En ambos casos se trata de conjuntos industriales mucho más

El primero, el Castro de Hinojedo, fue objeto de una recogida de superficie y de una excavación, dirigida por R. Ontañón Peredo, y sus resultados han sido publicados (Ontañón 2003). El yacimiento se encuentra en un amplio rellano de ladera, aunque es posible que esta no sea su posición original y se encontrase en la parte alta de la colina. Se trata en cualquier caso de un lugar con buenas condiciones de habitabilidad. En el horizonte A del suelo aparecen las industrias, sin que se hayan identificado estructuras claras. La serie lítica calcolítica estaba integrada por 1296 piezas de los que la mayor parte son restos de talla. El utillaje retocado son 196 piezas y el pulido - piqueteado 21. Aparece un buen número de raspadores, además de perforadores, buriles, piezas de borde abatido, así como 5 geométricos (segmentos de círculo, trapecio asimétrico, trapecio con dos lados cóncavos), uno de ellos con retoque a doble bisel. También aparecieron piezas foliáceas y puntas con retoques cubrientes. Es importante la representación del material pesado: 17 fragmentos de molino y 2 yunque- percutores. Así mismo apareció cerámica - 10 fragmentos, tosca, a mano, con un fragmento de borde de un labio aplanado y levemente exvasado, con decoración digital. A partir de varios indicadores – ausencia de fuentes inmediatas de aprovisionamiento de sílex, elevado índice de transformación de materias primas, importancia del utillaje pesado y presencia de cerámica- se ha considerado que se trata de un lugar de hábitat (Ontañón 2003). El yacimiento de Cildá se encuentra en una cima de una colina prelitoral, un lugar con buenas condiciones de hábitat. El CAEAP hizo dos recogidas de superficie que proporcionaron más de 200 evidencias, entre ellas 15 útiles. Aparecen raspadores, escotaduras, denticulados y otras piezas de sustrato. La aparición de metales de molinos planos y el estilo

de la industria retocada indican que se trata de una estación de fase cerámica, probablemente calcolítica.

La ubicación topográfica mejor representada es la de cima de colina o de pequeño cordal, una de ellas se encuentra en un rellano de ladera, quizás redepositada desde una posición más alta - El Castro de Hinojedoy otra en un collado entre dos cumbres. En dos casos se encuentran en cimas amplias, de tipo campa. En todos los casos las condiciones de habitabilidad de los lugares son muy buenas y es frecuente la presencia de agua en las inmediaciones. 40

35

30

25

15

10

5

0

P

A la vista de esta escasa representación es muy poco lo que se puede decir de los hábitat del IV y III milenio a.C. Simplemente sabemos que se distribuyen por todo el territorio de la cuenca media y baja, aunque son más abundantes en la franja semi-interior, a escasa distancia de La Marina, sólo 2 se encuentran en la rasa litoral.

20

R as pa do re er s fo ra do re P s z B o Bu ril rd es e A ba t id o M ue sc De as nt Fr ic ac ul a t. Re d os to ca G eo da s m et r ic A s os t il la d Fo as Re liac e t. Cu as br ie nt e M ol i n P os er cu to re s Y un qu es

Fig. 3.5.4. Yacimiento de Monte Barbecha.

Fig. 3.5.5. Industrias de la serie de El Castro. Frecuencias absolutas a partir de los datos de Ontañón (2003).

Fig. 3.5.5. Situación de las estaciones de San Roque de Caranceja (1) y de Sierra de Ibio (2), en cimas de elevaciones situados inmediatamente sobre el valle del Saja.

Las series industriales se reducen casi exclusivamente a la industria lítica, representada por raspadores de diversos formatos - sobre lasca, carenados y microlíticos, entre otros- piezas de sustrato denticulados, raederas, muescas- y en algunos casos piezas significativas, como los geométricos. Las puntas de flecha de retoque cubriente aparecen en la estación calcolítica del Castro de Hinojedo. Aparecen además material pulido y cerámica, por lo que se puede considerar un auténtico poblado.

Fig. 3.5.7. Estaciones de superficie de fase cerámica antigua de la cuenca del Saja. 1. Oyambre D, 2. Monte Barbecha, 3. Monte Barbecha II, 4. Ermita de San Roque II, 5. Monte Cildá,6. Sierra de Ibio, 7. Ermita de San Roque, 8. Peñona de Caranceja I-IV, 9. Peñona de Caranceja V-XI, 10. Prado de La Cruz, 11. El Caspano, 12. El Castro.

Fig. 3.5.8. Industria lítica ligera del yacimiento al aire libre del Castro de Hinojedo. Diversos tipos de raspadores.

Fig. 3.5.9. Industria lítica ligera del yacimiento al aire libre del Castro de Hinojedo. Utillaje diverso.

La utilización económica de las cuevas Durante el Calcolítico y la primera Edad del Bronce resulta frecuente el uso de los vestíbulos como espacios económicos, generalmente vinculados a la ganadería. En el Alto y Medio Asón y en el valle del

molinos planos asociados a restos de fauna doméstica (ovicaprino y bovino). La cueva de Las Canalonas también presenta un vestíbulo habitable, de unos 60 m2, orientado al sureste y protegido por un recoveco de la ladera. Su yacimiento fue objeto de una intervención, entre 1975-1980, por R. Rincón, que realizó varios sondeos en su interior. Las series depositadas en el MPAC incluyen fragmentos de un buen número de vasos cerámicos, lisos, con decoración plástica, impresa o incisa, un punzón de hueso de base reservada y una afiladera con marcas de percusión, sobre un canto de arenisca. Resulta destacable la aparición de un fragmento de lámina retocada con pátina de cereal, a modo de pieza de hoz (E6). La serie faunística incluye ganado bovino, ovicaprino y algo de ciervo, además de conchas marinas. Parece tratarse de un espacio de habitación.

Fig. 3.5.11. Fragmento de cerámica a mano, decorada con un aplique, de la cueva de Cueto Ruvalle. Fig. 3.5.10. Materiales de la cueva de las Canalonas (MPAC). E6, E7, E8 y E9 piezas laminares, el E6 una pieza de hoz. E32, 34 y 35: piezas óseas. El resto material cerámico. Miera resulta representada.

una

facies

relativamente

bien

En cambio en la cuenca del Saja sólo se han identificado tres cavidades con este tipo de ocupación: La Frontal, Las Canalonas y Cueto Ruvalle y con más dudas la cueva de la Venta del Cuco. La Frontal ofrece una amplia sala vestibular, superior a los 80m2, aunque orientada al norte. Ha sido históricamente utilizada como aprisco. En superficie se han estudiado fragmentos de una gran orza ovoide, además de otros restos cerámicos y fragmentos de

La ocupación de la pequeña cueva de Cueto Ruvalle resulta compleja de adscribir a una facies. En un nivel de revuelto superficial aparecen fragmentos de cerámica de varios tipos, una de ellas incisa y otra decorada con un botón circular rehundido. No se han identificado ni fauna doméstica ni restos líticos. La cueva de la Venta del Cuco, aunque orientada al sur, ofrece peores condiciones de habitabilidad, con un vestíbulo de 20 m2 y mayor humedad ambiente resulta difícil de adscribir a esta facies. También fue sondeada en los años sesenta y en los cortes de las catas de la primera sala interior, junto a la sima se observa que, sobre un nivel de conchero, aparece un nivel de limos grises. Es posible que se trate de un conchero neolítico, aunque es posible también su uso en esta época y que de este nivel procedan las cerámicas a mano y la fauna dispersa por la superficie del interior de la cueva.

No puede asignarse con seguridad a esta facies, por falta de información el yacimiento de la boca de El Pernal. Ofrece un vestíbulo amplio y muy húmedo, recorrido por un arroyo. En un corte natural se aprecia la existencia de un nivel amarillento con esquirlas óseas y sobre ella un nivel de limos grises de 30 cm de potencia. Caído del corte aparece un canto de arenisca con evidencias de uso como yunque. 3.5.2. Los yacimientos funerarios a. Las estructuras megalíticas Se conocen ocho conjuntos megalíticos en la zona, integrados por un total de 16 estructuras. Se trata de un número reducido para ambos valores en relación con otros sectores de la región, como luego se comentará. A estos se podría añadir el conjunto de Sejos y el de La Acebosa, en las inmediaciones de la cuenca, pero ya han sido estudiados en el trabajo dedicado a la cuenca del Nansa.

de la sierra. La Sierra, en la parte noreste, Cotero Jerra I y Cotero Jerra II. Los dos primeros tienen diámetros medios normales, en torno a los 12 m, y el último es mucho más reducido. En un paisaje muy diferente, ocupando la cima de unas colinas labradas en la rasa litoral, a escasos cientos de metros de la costa acantilada de Toñanes, se encuentra la necrópolis del Coterío de Peñalba, formado por tres estructuras. Sus diámetros se encuentran en el rango de los 9 a 10 m, presentan los característicos cráteres de violación y se encuentran cubiertos por el césped. Además, en la Marina, aparecen algunos túmulos aislados. El más claro de todos ellos es el de la Braña de Los Pastores, sobre la vega de Cabezón y junto al conjunto esquemático de la Peña del Huevo. Es una estructura de tamaño medio – bajo, con 7 m de diámetro y cerca de un metro de altura, afectada por una plantación de eucaliptos. En la rasa litoral, al este de Santillana, se encuentra el túmulo de Montealegre, de 12 m de diámetro y cerca de un metro de altura. En este caso, la forma de la masa tumular, plantea dudas sobre su carácter megalítico y es posible que se trate de la base de una torre de planta cuadrada, aunque sólo una excavación arqueológica podría aclarar este extremo. También se ha citado una estructura aislada en la vega de Periedo, pero nada sugiere que se trate realmente de una estructura tumular.

Fig. 3.5.12. Túmulo de Montealegre El primer conjunto, conocido como Las Albricias, se encuentra en la cima de una dorsal, que a modo de estribación, parte hacia el noreste de la Sierra del Escudo de Cabuérniga y hace de interfluvio entre las cuencas del río Bustriguado al este y del río Escudo, al oeste. Con una altura media entre 380 y 350 m y labrado en materiales detríticos, responde al típico paisaje de montaña baja de la zona. La necrópolis la integran tres estructuras tumulares, localizadas de forma aproximada en la parte más alta

El resto de los conjuntos se encuentran en el característico entorno megalítico, el paisaje de los pastos de montaña media, en estribaciones de los principales cordales divisorios. Este es el caso del túmulo del Alto del Toral, situado junto a esta elevación, a casi 900 m de altura, en el cordal que separa la cuenca del medio Saja del Besaya. Sólo se conoce este túmulo, de tamaño medio, que como rasgo más destacado presenta tres ortostatos que definen una cámara de planta rectangular, de 1,65 por 1,25 m y 0,70 m de altura visible. Otra estructura tumular se encuentra en la Braña de La Haya, en el borde de un rellano de ladera del cordal principal, a 777 m de altura, cerca de la cumbre del Matamiguela (889 m), en la divisoria Nansa- Saja. Se trata de una estructura muy arrasada, de 6,9 m por 6,2 m, con un amplio pozo de violación.

En el mismo paisaje, y en el mismo cordal, pero un par de kilómetros al sur, también en una estribación, se encuentra el túmulo de la Braña del Pozo. Su métrica es mayor, en torno a 11 m, con un metro de

Fig. 3.5.13. Túmulo del conjunto de Las Albricias, sobre Treceño. altura. En su pozo de violación aparecen dos lajas hincadas de arenisca y en su borde un bloque caído. En otra estribación, en este caso labrada en el cordal Nombre La Sierra

y altura muy reducida. En Sanguillo 2 se observan dos bloques que podrían formar parte de la cámara. En el mismo reborde sudoriental de la cuenca, en el collado de Rumaceo, (Mancomunidad CampóoCabuérniga) se encuentran otras dos estructuras. Este collado labrado a 1700 m, en la sierra del Cordel, es el paso natural entre el valle de Campo y el tramo más alto del Valle del Saja. Frente a ellos, hacia el oeste, en un paisaje similar de montaña alta, se encuentra el grupo de Sejos, también con estructura tumulares y en este caso con menhires, que no se incluye aquí aunque pertenece a esta misma cuenca. Rumaceo 1 mide algo más de 10 m de diámetro y 0,50 m de altura. Rumaceo 2 sería la mayor estructura del sector, con 17,3 m de diámetro en el eje norte – sur y de 12,1 m en el eje este. Su limitada altura, de sólo 0,40 m ya indica su pésimo estado de conservación. Bajo este collado, en el fondo del valle, se ha citado otra estructura, denominada Los Culeros. Está formada por bloques de arenisca y tierra, y mide 12,8 m de eje este – oeste por 10,6 m de norte- sur, con sólo 0, 7 m de altura. En su pozo de violación aparece una laja de arenisca que debía formar parte de la cámara. La densidad de estructuras da un valor de 0.019 yac/km2 es decir, 1,9 túmulos por cada 100 km2. Es

Coo X Coo Y Z U.T. 393410 4795853 325 CM

U.P. COL

Diámetro 12,7 / 11,4

Cámara P.V.

Cotero Jerra I

392123

4794812

374 CM

COL

13 / 12,8

-

Cotero Jerra II

392084

4794804

373 CM

COL

6.1 / 6.4

-

Coterío Peñalba I

404753

4805886

95 CO

COL

10,4 / 10,3

Coterío Peñalba I

404942

4806032

101 CM

COL

9,8 / 10

P.V.

Coterío Peñalba I

405037

4806034

95 EST

COL

8,7/ 8,5

P.V.

Braña de los Pastores

402441

4798267

250

Montealegre

409970

4806230

180 EST

COL

12,2 / 12

P.V.

Alto del Toral

404440

4789061

878 CM

MON

9,15 / 7,6

SI

Braña de la Haya

391450

4787160

777 CM

MON

6.9 / 6,2

P.V.

Braña del Pozo

392122

4785010

795 RES

MON

11,4 / 11

2 lajas

Sanguillo I

399530

4780480

844 CM

MON

6,9 / 6,9

P.V.

Sanguillo II

399663

4780169

845 CM

MON

8,4 / 8,3

SI

Culeros

394141

4768650

1527 VE

MON

12,8 / 10,6

1 laja

Rumaceo I

395021

4768148

1753 CM

MON

10,6 / 10

-

Rumaceo II

395078

4768144

1758 CM

MON

17,3 / 12,10

P.V.

Tabla 3.5.14. Listado de estructuras megalíticas del área de trabajo. que separa el valle de Viaña del de Los Tojos – Correpoco, formado por el río Lodar, a unos 850 m de altura, se encuentran los túmulos de Sanguillo 1 y 2. El primero de tamaño pequeño, en torno a 7 m y con un amplio pozo de violación, y el segundo de 8 m

un valor comparable al del Miera, con 2,3 y claramente inferior al del Nansa, con 4,2 estructuras por cada 100 km2. De todos modos, algunos conjuntos, como Sejos y La Acebosa, se encuentran en y muy cerca de la divisoria de cuencas SajaNansa.

sistema Matona-Rodrigón, apareció un fragmento de panza a mano bruñida, fragmentos de vasos de tipo orza con decoración plástica junto a restos humanos. En la cueva del Requejil, situada en la rasa litoral del occidente del territorio, aparecieron fragmentos de cerámica impresa en perfiles de tipo orza junto a restos humanos. En la cueva Rubárcena, en la rasa litoral de Comillas, apareció un fragmento de cráneo humano y restos de una cerámica de tipo orza. Muy cerca de la anterior, en la cueva de Cotero Camposo, se recogieron dos cráneos humanos junto a cerámica prehistórica lisa, además de otros restos. Fig. 3.5.15. Necrópolis de Las Albricias

b) Las cuevas con inhumaciones Se han incluído en esta facies las cavidades con restos humanos en asociación directa a restos cerámicos asignables al periodo Neolítico final / Calcolítico / Edad del Bronce. En total se atribuyen a este momento 23 cavidades, que se relacionan a continuación, de oeste a este. La cueva de la Garma se abre en una abrupta ladera, en la cuenca alta del río Bustriguado, un afluente del Escudo. Aportó cerámica a mano, lisa, asociada a huesos de un individuo subadulto y a restos de Sus domesticus y Bos sp. En la misma cuenca, pero en su sector más alto, cerca de una cima, se encuentra la cueva de Los Moros de Bustriguado. En su interior, además de yacimiento de quizás del Mesolítico, aparece cerámica incisa de patrón complejo – dientes de lobo y lágrimas-, aislada en el fondo del vestíbulo. También aparecieron fragmentos de orzas y un incisivo humano.

En la cueva de La Meaza se estudió, a mediados del siglo pasado, una inhumación individual al que apareció asociada una punta de lanza de hueso, una pieza de alta calidad técnica. El estudio de los restos humanos, depositados en el MPAC, indica que se trata de un individuo adulto de género masculino. En la inmediata cueva de Meaza II aparecieron también restos humanos pero no se cuenta con asociación a ningún elemento cerámico significativo. Se encontraban al fondo de la cueva, en una gatera muy angosta. Mucho más claro es el contexto de asociación de la cueva de Hurdillo, abierta en la misma ladera que las anteriores. Sobre un nivel de conchero, y procedente de un espacio limitado de la cavidad, aparecen, entre los restos extraídos por un carnívoro, fragmentos de cerámica a mano y restos humanos de un individuo infantil.

Fig. 3.5.16. Material de las cuevas de Fonfría I y III (1 a 3), Fonfría II (4 y 5).

Ya en la cuenca baja del Saja, en la cueva de El Rodrigón II aparecieron fragmentos de cerámica a mano asociadas a inhumaciones humanas. Los huesos se conservan en buena parte en conexión anatómica, concrecionados en el fondo de una estrecha galería. En la cueva de La Matona, realmente otra salida del

Fig. 3.5.17. Material arqueológico del depósito sepulcral de la cueva de Avellanos (La Busta). En una colina caliza, inmediata a una ensenada litoral, se encuentra el grupo de yacimientos en cueva de Fonfría. En dos de ellos, Fonfría I y III aparece yacimientos de facies sepulcral y cronología

calcolítico – bronce antigua. En la inmediata cueva de Fonfría II aparecieron cerámicas lisas, de perfil reconstruible pero no se han localizado restos humanos, aunque es muy posible que, como las anteriores, fuese utilizada como espacio funerario. Las tres cavidades son de formato reducido.

En la cueva de Las Cáscaras, en un contexto de conchero, aparecieron, además de restos humanos aislados, una gran concentración de huesos cementados por la calcita. Al parecer, en el momento del descubrimiento, en los años 20, se comprobó la existencia de una punta de flecha de pedúnculo aletas y retoque plano clavada en uno de los huesos largos. El estudio antropológico de parte de esta muestra, depositada en el MPAC, indica que se trata de cinco individuos, todos ellos adultos, aunque no permitió identificar el lugar original donde se encontraba la punta de flecha, hoy desaparecida (Etxeberria Gabilondo y Herrasti Erlogorri 1994). En el mismo sector de la cueva han aparecido fragmentos de cerámicas a mano. En la superficie de la sala final de la cueva de Canalonas II, abierta en la ladera del monte Barbecha, aparecieron una punta de flecha de sílex, de pedúnculo y aletas, un fragmento de orza ovoide, con barro plástico aplicado y numerosos restos humanos de al menos un adulto. Como procedente de la cueva de El Linar, abierta en la cubeta cárstica de La Busta, se ha estudiado en MPAC un pequeño lote de restos humanos, formado por tres huesos, que podrían corresponder a un individuo adulto, de edad avanzada. El complejo yacimiento de esta cavidad, y el gran número de intervenciones que ha sufrido, impiden aclarar el contexto concreto de estos restos, aunque sí se ha 800

Fig. 3.5.18. Material óseo de la cueva de La Meaza (MPAC). Punta de flecha y punzón. Fonfría I proporcionó un craneo completo, además de otros restos humanos, algunos subadultos y otros de adulto, junto a una punta de flecha de sílex negro de retoque plano y cerámica a mano. Fonfría III proporcionó, además de restos humanos de varios individuos, un cuchillo de sílex muy típico, un colmillo de jabalí con perforación angular en un borde, numerosas conchas de Littorina obtussata perforadas por abrasión, un hacha pulida con el talón roto, de ofita, una punta de flecha plana, de cobre, con aletas muy estrechas y espigo largo y un fragmento de candil de ciervo, cortado longitudinalmente y seccionado por los extremos, con una cara pulida y pequeños vasos cerámicos de perfil reconstruible. Se trata por tanto del conjunto funerario de más interés de la zona. En la parte alta de la cubeta de Ruiloba se encuentra la pequeña cueva de Las Rasas, en cuyo interior aparecieron, además de cerámica aislada, algunos restos humanos, asociados de forma imprecisa a otros restos cerámicos a mano. Es muy probable, por la morfología de la cavidad, una galería larga y estrecha y la forma del depósito, que se trata de un contexto sepulcral.

1.121

600

400

1.120

200

0 Altura abs

Fig. 3.5.19. Distribución de la variable altura absoluta para la facies cueva sepucral. evidenciado la existencia de un yacimiento de facies depósito, de un momento Bronce Tardío. No queda claro su función como lugar de inhumación en momentos anteriores. Algunos restos humanos aparecen en la parte derecha de la entrada de la primera sala. También en el reborde de la cubeta de La Busta se abren las cuevas de Los Avellanos. En dos de ellas se han identificado conjuntos sepulcrales de esta fase: Los Avellanos 2 y Los Avellanos. La primera es una cueva de boca pequeña y desarrollo medio en una de cuyas salitas se recogieron un hacha de ofita y restos humanos, destacando una mandíbula superior. En la

inmediata cueva de Los Avellanos, en una intervención antigua, se recuperaron una punta de flecha de sílex de retoque plano, de aletas y pedúnculo, una vasija de perfil ovoideo, con decoración incisa compleja de líneas y puntos y un cráneo humano de un individuo subadulto. Una nueva revisión del conjunto aportó restos cerámicos de otros vasos, entre ellos de orzas ovoides con decoración plástica y una importante serie de restos humanos procedentes de un adulto, un subadulto y un infantil. En la cubeta de Oreña, en la parte alta de la ladera de un hum, se abre la pequeña cueva de la Torre de Oreña, una covacha donde aparecieron fragmentos de un vasija realizada a mano y algunos restos humanos. En la zona norte de la misma cubeta se encuentra una pequeña sierra donde se abren las cuevas de Los Hoyos. En Hoyos I, de escaso desarrollo y trazado laberíntico, formado por estrechas galerías, apareció un premolar humano, un fragmento de tubo de cabeza segmentada y restos cerámicos a mano. Esta escasez de materiales y la aparición de piezas de cronología tardo-antigua, como un broche de cinturón, hace que no pueda ser considerada con seguridad como un contexto funerario de fase cerámica antigua. En Hoyos VIII, también de tamaño muy reducido, aparecieron, hace ya muchos años, restos humanos de varios individuos y fragmentos de cerámica a mano. También en Los Hoyos X aparecieron restos de un individuo. En la conocida como Cueva de las Estalactitas,

del III-II milenio, aunque sí apareció algún fragmento de cerámica lisa a mano. Recientemente se ha localizado, en la cueva de Hoyo Mulo – un sumidero situado en el fondo de una dolina- una punta de flecha de sílex, de pedúnculo y aletas incipientes de retoque cubriente. Además apareció un fragmento de hueso aparentemente humano. En la amplia cavidad de Hoyo de Los Herreros, abierta en el fondo de una gran depresión cercana al curso medio – bajo del Saja, aparecieron en un sector interior, además de cerámica medieval y vasos de madera, restos humanos de varios individuos, en su mayor parte adultos y cerámica a mano, entre ellas una pieza de tipo orza. Por último, en una gatera colgada sobre la amplia sala vestibular de la Peñona Caranceja apareció un premolar y un incisivo humano. No hay un contexto de asociación clara, aunque es posible que sí se tratase de un contexto funerario Calcolítico y de la Edad del Bronce, pero no es posible asegurarlo. L. Sierra señaló que H. Alcalde del Río encontró los huesos de dos individuos infantiles. 60 Nº C. Sep

50

Dens. X100

40

30

20

10

0 Alto Ason

Medio Ason

Bajo Ason

Total Ason

Miera

Saja

Nansa

Fig. 3.5.21. Gráfico comparativo de la densidad y del número de estaciones funerarias en cueva en varios valles de Cantabria.

Fig. 3.5.20. Punta de flecha de retoque bifacial cubriente de la cueva de Hoyo Mulo (M.P.A.C.). situada junto a Altamira, se ha estudiado un esqueleto humano, que fue datado por AMS en el 2955±75 B.P. No se trata de un contexto funerario acumulativo, como el resto de los conjuntos incluidos en este apartado. Aunque en la rampa de entrada a la cueva de Las Brujas aparecieron dos huesos humanos, el contexto revuelto y la aparición de materiales de diferentes épocas no permite considerarla un contexto funerario

Se han considerado por tanto conjuntos funerarios en cueva de fase Calcolítico Final – Bronce Antiguo, un total de 24 estaciones, aunque algunas de ellas presentan problemas de asignación. Todas ellas se encuentran en el sector bajo y medio-bajo de la cuenca, en la marina y en el comienzo del valle medio. Se localizan en entornos de colina (11 de ellos), en asociación a cubetas cársticas (5), sobre todo en posiciones de borde de valle y de ladera o en la propia rasa litoral. La altura absoluta media de esta facies es sólo de 147 m. Las cavidades utilizadas son casi siempre de formato medio y pequeño, sin vestíbulos amplios y sólo

sirvieron como espacio sepulcral. De todos modos a esta norma hay excepciones, y parece que algunos sectores de grandes cuevas, como La Meaza y Peñona de Caranceja, utilizables como lugar de habitación, sirvieron también como espacios funerarios. El formato más utilizado son cavidades con desarrollos limitados y bocas pequeñas. La anchura media de boca es de 4,4 m. No hay ninguna preferencia en cuanto a la orientación de las cuevas y así las componentes húmedas y frías son más de la mitad del total.

En la cuenca del Saja aparecen los característicos elementos industriales del Calcolítico en contextos sepulcrales. Uno de los elementos mejor representados son las puntas de retoque plano que aparecen en los conjuntos de Fonfría I, Avellanos, Hoyo Mulo y Cueva Junto a Canalonas. Otra pieza típica de este momento, pero poco representada en la zona, es la gran lámina de sílex, que sólo se ha registrado en la cueva de Fonfría. Del resto de la industria sólo cabe citar la aparición de un hacha de ofita pulimentada en Los Avellanos y otra en Fonfría. 3.5.3. Cuevas con depósitos rituales Se han asignado a esta facies cavidades que han proporcionado vasos cerámicos del Calcolítico – Bronce Antiguo, generalmente en posiciones interiores, en contextos de depósito, es decir, en asociación a carbón y/o restos de fauna. En la cuenca del Saja sólo se han atribuido a este grupo un corto número de cavidades: Cueva Negra, Cueva de la Cerviz y Cueva de Cobeján.

Fig. 3.5.22. Punta de flecha de la cueva de las Canalonas II, en la ladera del monte Barbecha. En cuanto al patrón de distribución, el principal factor que parece explicar su situación es la asociación a entornos de hábitat, concretamente al fondo de los valles y cubetas, aunque una serie de ellas escapan a estos grupos y se asocian a hábitat en altura, como Canalonas, junto a los poblados del Monte Barbecha. Aunque no forman agrupamientos densos, es cierto que la mayoría se encuentran relativamente cerca de otra de la misma facies. Este es el caso de las de Los Moros – La Garma, en el valle del Bustriguado, o el grupo de Matona – Rodrigón. También se encuentran muy cercanas las de Meaza – Urdillo, las de los Avellanos I y II y Fonfría I – III. Relativamente agrupadas están también las de Hoyos I y Hoyos VIII – Hoyo X. Esta posición agrupada, formando núcleos, resulta algo característico de la facies en otros sectores de la geografía regional. La densidad en cuevas sepulcrales de esta fase para la cuenca del Saja es relativamente reducida, a pesar de que se trata de un sector con muy buenas condiciones de habitabilidad, pero en este valor incide la importante extensión del sector medio y alto de la cuenca, literalmente vació de localizaciones. El valor, de 2,73 cuevas por cada 100 km2, sólo es comparable a la de la cuenca del Nansa (1,80 cuevas por cada 100 km2). En los demás sectores de Cantabria estudiados los valores superan las 5 cuevas por cada 100 km2, salvo en el Alto Asón que es de 4,3. En lo que respecta a los ajuares utilizados en las inhumaciones los más interesantes son los del conjunto de Fonfría, con piezas líticas, óseas, cerámicas, metálicas y elementos de adorno – colgantes se concha.

Fig. 3.5.23. Material cerámico de la Edad del Bronce del Linar. Como ocurría en otros territorios, varios yacimientos en cueva que han aportado cerámica calcolítica – bronce no pueden ser asignados con claridad a esta fase por la falta de un contexto claro. En este grupo se encuentran las cuevas La Matona, en un valle cercano

a la costa. En varios puntos de la cueva aparecen fragmentos de cerámica a mano, en algunos casos de superficie bruñida. La aparición de restos humanos plantea, que al menos una parte del yacimiento sea sepulcral. Por citar algunos ejemplos, en la cueva de la Cuesta 2 apareció un fragmento de cerámica a mano, pulida, en una galería interior. También en La Viesca III se repite un hallazgo del mismo tipo, en este caso en el fondo de la cueva. En la cueva de La Viesca IV es una cueva abierta en el suelo y de pequeño tamaño. En la parte izquierda de la sala hay una pequeña plataforma elevada sobre el suelo donde apareció un fragmento de panza lisa. En este grupo de cavidades indeterminadas se debe de incluir también la cueva de La Venta del Cuco, que proporcionó cerámica a mano en varios puntos en sectores interiores, y la Cueva de la Tejera en Ongayo, donde ocurre algo similar.

carbón. En uno de ellos, se ha estudiado un buen número de fragmentos de un vaso cerámico de carena alta y perfil troncocónico de boca abierta, con un motivo decorativo inciso complejo, formado por líneas de puntos combinadas con series de trazos oblicuos y con haces de líneas verticales asociadas a líneas de lágrimas. Se trata de un motivo muy característico de las primeras fases cerámicas de la

Fig. 3.5.25. Fragmentos de dos vaso cerámicos con decoración incisa compleja – línea y puntosy con decoración plástica – impresa –realce impreso con uñada- de la cueva de La Castañera. región. Fig. 3.5.24. Reconstrucción del vaso cerámico estudiado en la Cueva de la Cerviz (Barbecha). Solo tres cavidades pueden considerarse depósitos con una mínima seguridad. La cueva Negra se abre en la parte alta de la ladera del Barbecha, a 200 m de altura. Se trata de un entorno de hábitat, dada la existencia de asentamientos calcolítico al aire libre, de cuevas utilizadas como refugio y de cavidades sepulcrales. En este caso se ha estudiado, a 8 m de la boca, un nivel con carbones que incluía restos de una orza con decoración plástica e impresa. Se ha citado también, como procedente de esta cueva, un hacha de piedra. Es posible que se trate de un contexto de depósito. En la cueva de La Cerviz, abierta casi en la cima del Monte Barbecha, en posición dominante sobre el valle, aparece uno de los depósitos más claros de la zona. En el fondo de la gran sala con que comienza la cueva, en zona oscura, aparecen varios depósitos de

La cueva de Cobeján se encuentra en el sector interior de la cuenca, cerca del pueblo de Viaña, en un paisaje muy diferente de las anteriores. No ofrece un espacio con unas mínimas condiciones de habitabilidad y en su interior, en el fondo del vestíbulo, aparecen varios fragmentos de un vaso a mano, liso, sin un contexto claro de asociación. Quizás, por eliminación, estemos ante un depósito de tipo ritual. Por último, es posible que en las galerías interiores de la cueva del Linar existiesen depósitos de estas fases, como indica la aparición de un hacha metálica de tipo Barcelos y de vasos cerámicos decorados de tradición Cogotas I. El hacha apareció en pleno cauce del río, en el fondo del vestíbulo superior. Podría tratarse de un depósito metálico del tipo de la cueva del Ruchano, realizado también en el agua. De todos modos, por tratarse de un contexto muy alterado, no es posible concluir nada al respecto.

Yacimiento La Garma Los Moros de Bustigruado El Rodrigón II La Matona El Requejil El Requejil 2 Rubarcena Cotero Camposo La Meaza Hurdillo Fon fría 1 Fon fría 3 Las Rasas Las Cáscaras Las Canalonas 2 Los Avellanos 2 Los Avellanos La Torre de Oreña Los Hoyos I Los Hoyos VIII Las Estalactitas * Las Brujas* Hoyo Mulo * Hoyo de los Herreros Peñona *

Z 220 367

Sct M S

U.P. VL MN

U.T. LD CM

Tp. Cv CUE CVA

A.Bc 4 7,6

O.Bc SW W

734 45 55 56 64 70 108 169 35 35 155 279 285 110 125 46 66 45 150 90 107 130 79

M M M M M M M M M M M M S S M M M M M M M S S

CO CO CO CO RL RL CO CO RL RL CU CO CO CU CU CU CU CU CO RL RL CO CO

FV FV LD LD LD CM LD CM LD LD LD LD LD BV BV BV BV BV CM BV DO FV LD

CUE CVA ABR ABR CUE CUE CVA CVA CUE CUE CUE CUE CUE CUE CVA CUE CUE CUE CUE CVA CUE CUE CUE

2 10 8 8,6 1,4 1,4 11 8 4 1,5 2 2,2 3,1 0,8 4 0,8 1,3 4 5,5 5,4 5 4

E E N N N N SW SE SW W W S N N S W NW N NW N S S NW

Fig. 3.5.26. Cavidades sepulcrales de la zona de trabajo. Las marcadas con * son contextos dudosos o atípicos. Además en la zona aparecen cavidades, con toda probabilidad sepulcrales, que no han aportado elementos significativos. Muy características son las de Hoyos X y las de Liandres y el Abrigo de Las Injanas en un contexto de conchero.

3.6. De la protohistoria a la tardoantiguedad E. Muñoz Fernández 3.6.1. La Edad del Hierro Como ocurre en la mayor parte de la región, el periodo que abarca la Edad del Hierro, la Romanización y la época tardo-antigua es poco conocido, y a él se atribuye un número limitado de yacimientos, ninguno de los cuales ha sido objeto de una excavación en fecha reciente. La Edad del Hierro está representada en algunas cavidades, aunque en varios casos se trata de contextos dudosos. Aparece en las cuevas del Hoyo de Los Herreros, La Frontal I, Cueto Ruvalle y Sopeña – Coladoiro. Además se conocen dos asentamientos castreños, pero con yacimientos mal documentados, el Castío de Vispieres y La Masera, una estación al aire libre, Los Solares y dos hallazgos aislados, El Castro y Areneros de Cedeja.

Yacimientos en cueva No se conoce ninguna cavidad que haya proporcionado material arqueológico que pueda asignarse con seguridad a la Edad del Hierro. Ahora bien, en las cuevas de La Frontal, Cueto Ruvalle, Sopeña-Coladorio y Hoyo de Los Herreros, han aparecido materiales metálicos aislados cuya adscripción resulta problemática. Así, La Frontal proporcionó una cuenta de collar cilíndrica de bronce en la superficie de una acumulación de tipo carbonera en el interior de la cueva. En Cueto Ruvalle apareció una punta de lanza de hierro que no fue documentada. En Sopeña – Coladorio se halló una placa de hierro con remaches en las esquinas y en el Hoyo de Los Herreros una placa de bronce y hierro, que es el objeto más característico. Hallazgos de otra naturaleza En el yacimiento al aire libre de El Castro (Hinojedo), situado en un espolón amesetado que escalona la ladera de la vertiente meridional del monte han

Los yacimientos de hábitat Se pueden asignar a esta fase los castros de La Masera y el Castío de Vispieres, además de los yacimientos al aire libre de Los Solares, recientemente reconocido por GAEM durante las obras de construcción de la Autovía del Agua, situado en una zona llana del fondo del valle, cuya publicación actualmente está en preparación. Además se han citado otros castros que no son tales, como Las Vezas (en San Vicente del Monte, Valdáliga), publicado como tal por M. Cisneros Cunchillos y el de Cildad (Cerrazo, Reocín), citado por R. Bohigas Roldán.

Fig. 3.6.1. Alto de Vispieres, donde se encuentra un asentamiento de la Edad del Hierro.

El castro de La Masera se sitúa en la cima del monte del mismo nombre, de 150 m de altura, de forma ovalada y de casi quinientos metros de longitud. En la cara norte presenta una terraza terrera, a veces doble, probablemente una estructura defensiva. En el lugar han aparecido algunos fragmentos de cerámica a mano, varios de ellos decorados en el cuello con incisiones de trazos breves y groseras líneas verticales paralelas y fragmentos de panza con incisiones muy someras de líneas paralelas apretadas.

aparecido interesantes hallazgos de la Edad del Hierro. Así, en las excavaciones practicadas en los años noventa por un equipo dirigido por R. Ontañón Peredo se hallaron algunos materiales de esta fase. Muy cerca del punto de salida de la pista de motocross y en un estrato de matriz limoso- arenosa, en el horizonte B, aparecieron dos concentraciones de cantos de arenisca; una de ellas no proporcionó material alguno y en la otra, a pocos metros de la anterior, se recogieron quince fragmentos de una vasija realizada a mano, de pastas negras. Los cantos presentaban una disposición casi circular, rodeando una mancha oscura carbonosa.

En castro de Vispieres se sitúa en la cima llana de una colina que conforma un relieve muy destacado sobre la llanura litoral, con 227 m de altura. Esta cima está también ocupada por una torre medieval. La superficie es pequeña y no se conservan elementos defensivos. En un amplio rellano de ladera han aparecido algunos materiales protohistóricos.

A diez metros de las anteriores se observó una mancha, de forma aproximadamente circular, de color negruzco, de relleno de un hoyo de sólo 7 cm de profundidad, que podría haber alojado un palo parcialmente tallado. Muy cerca, y al sudeste de estas estructuras, apareció una cuenta oculada de pasta vítrea, característica de la Edad del Hierro.

Hallazgos aislados Se conoce un hallazgo aislado, el de Los Areneros de Cedeja (Riaño de Ibio, Mazcuerras) y varios hallazgos dudosos. En el primer punto apareció una punta de lanza de hierro de grandes dimensiones, con enmangue en tubo con remaches. En cuanto a los hallazgos dudosos son los de La Sierra (San Vicente del Monte, Valdáliga), de donde procede un fragmento de molino rotatorio de granito; la Pradería de San Ciprián (Santibañez, Cabezón de la Sal), donde se hallaron varios fragmentos de lajas planas de arenisca, grabadas con motivos podiformes realizadas con técnica incisa simple y el de La Tejera (Cabezón de la Sal), donde se excavó en régimen de urgencia un pavimento antiguo, formado por cantos rodados, un metate de molino plano, afiladeras, y disco de hierro con perforación central y otros materiales, todo ello de difícil fechación. Valoración crítica de la información El registro de la Edad del Hierro de este sector es muy limitado, no obstante los castros catalogados no parecen presentar aparatos defensivos importantes, lo que hace que resulten muy difíciles de detectar en superficie. Así pues es muy probable que existan otros muchos asentamientos de este tipo en la zona que no han sido aún localizados. Los dos que se conocen ocupan cimas de colinas muy dominantes y estratégicas, muy fáciles de defender.

resulten difíciles de diferenciar de los de época tardo – antigua. Los yacimientos corresponden a facies diferentes, y así aparece un campamento romano de campaña, varios lugares de hábitat, si bien ninguno parece presentar rasgos urbanos, varias minas, un número nada desdeñable de cavidades y frecuentes hallazgos aislados, incluyendo algunos elementos epigráficos. Ninguno de los yacimientos localizados ha sido excavado recientemente y un buen número fue localizado en el siglo XIX y no fue documentado con precisión, por lo que sólo son conocidos por imprecisas citas antiguas. Con todo, y a pesar del número relativamente alto de yacimientos, el grado de conocimiento de esta fase es muy limitado en la cuenca del Saja. Los yacimientos Todos los yacimientos y hallazgos reconocidos se sitúan en La Marina, a pocos kilómetros de la actual línea de costa, a excepción del campamento de campaña del Cueto del Haya, localizado en la zona alta del valle, en el interfluvio entre el Saja y el Nansa. En la red de estaciones no aparecen concentraciones claras sino que se distribuyen con regularidad por el espacio, aunque las minas se relacionan obviamente con los metalotectos asociados al karst.

En cuanto al yacimiento de El Castro ha proporcionado materiales escasos y es de interpretación más difícil, aunque todo indica que se trata de un complejo de hábitat que debe de relacionarse con el inmediato castro de La Masera. A diferencia de lo que ocurre en otros sectores de La Marina regional el número de yacimientos en cueva con materiales de la Edad del Hierro es muy escaso. Han proporcionado algunos fragmentos cerámicos, un objeto metálico aislado y una cuenta de cobre, aunque ninguno de ellos sea realmente característico, por lo que su asignación es muy dudosa. La Edad del Hierro de este sector de Cantabria aparece por tanto como un espacio pendiente de una prospección sistemática de superficie en la que deben de utilizarse criterios claros y metodología científica, alejada del uso de esquemas inferenciales que habitualmente sólo identifican “yacimientos fantasma”, como los de Las Vezas o Cildad. 3.6.2. La época romana A diferencia de lo que ocurre en otras áreas de la región en este sector son más abundantes las evidencias de época romana que las de la Edad del Hierro, aunque en ocasiones los yacimientos romanos

Fig. 3.6.2. Materiales procedentes de la Mina de San Bartolomé, de Udías. MPAC. Fusayola y fragmento cerámico. a. Campamentos de campaña – castra aestivaÚnicamente se ha catalogado uno, el de Cueto del Haya, en la zona alta del valle, en el límite con la cuenca del Nansa. Se sitúa en la cima de una colina, en posición estratégica y dominante. Presenta un foso y un "agger" que en buena parte han sido arrasados por la maquinaria pesada utilizada en las

repoblaciones forestales. El campamento tiene una extensión de casi 7 hectáreas.

tégula e imbrex y un denario de Augusto de la ceca de Roma.

b. Los yacimientos de hábitat

A esta serie de asentamientos hay que añadir algunos materiales recuperados en la superficie de las cuevas. Se trata en todos los casos de cavidades de perfil muy descendente, situadas en posiciones de vega, lo que indica que, con toda probabilidad, estas piezas proceden del exterior y en algunos casos quizás han sido usadas como vertederos.

Se conocen varios yacimientos de esta facies en la zona: Mies de Llanes, Los Pandos, Junto a la Raposa, Vispieres y La Huerta de Quintana. En el yacimiento de Los Pandos, situado en Vispieres, en la ladera del Alto de Santolaja, durante la construcción de la Autovía del Agua, el GAEM recogió algunas cerámicas, tanto de tipo común como sigillata hispánica tardía, además de materiales constructivos, incluyendo tégulas y ladrillos. La cima del Alto Santolaja es un espacio amplio y llano, en posición dominante y estratégica. Los materiales deben de proceder de su sector meridional, el más habitable. Cerca del anterior y en el mismo pueblo, se encuentra el yacimiento denominado Junto a la cueva de La Raposa. Los materiales proceden de un pequeño promontorio de escasa altura y de superficie llana, que termina por el sur formando una lengua lugar exacto de los hallazgos. Los restos de superficie aparecieron al construirse una carretera que atravesaba el lugar. También se recogió un importante lote en el vestíbulo de la cueva de La Raposa, restos que fueron arrastrados hasta allí por el efecto de la gota fría de 1984. Ha proporcionado cerámicas comunes, restos constructivos, entre los que destaca el tambor de una columna y varios fragmentos de molinos rotatorios. También próximos a los anteriores se sitúan los yacimientos de La Mies de Llanes y el de Vispieres, peor documentados y de localización más imprecisa, sobre todo en lo que respecta al primero de ellos. El de Vispieres se sitúa en la cima de una pequeña elevación muy baja, situada a caballo entre Vispieres y Reocín, de relieve llano. Como los anteriores, se trata de una ubicación estratégica y dominante. Procedente de este yacimiento se conservan algunos materiales cerámicos muy indicativos, como terra sigillata hispánica y cerámica común romana. Del yacimiento de la Mies de Llanes se tienen noticias poco precisas, aunque se señaló la existencia de restos de muros y la aparición de materiales. El yacimiento de La Huerta de Quintana se sitúa en la cima de una pequeña elevación, de relieve muy suave, estratégica y dominante. En el lugar se practicó un sondeo que llegó hasta 1,5 m de profundidad. En el estrato superior aparecieron materiales revueltos, incluyen fragmentos de terra sigillata hispánica, mientras que en el inferior aparecieron numerosos materiales romanos, incluyendo fragmentos de terra sigillata y cerámica común romana, teselas de mosaico, fragmentos de

Este sería el caso de la cueva de Las Brujas en la Jerra de Suances, situada al pie de la ladera de un cerro dominante, si bien los materiales es más probable que procedan del área llana inmediata a la cueva. En la rampa del vestíbulo y sin duda procedentes del exterior, se hallaron fragmentos de terra sigillata hispanica tardía y de cerámica común romana, fragmentos de tégula, un ladrillo circular roto, conchas de ostras y huesos. En el abrigo de las Brujas II, inmediato y por encima del anterior, apareció un fragmento de ladrillo, quizás de época romana.

Fig. 3.6.3. Fragmentos de ladrillo compacto, quizás de cronología romana, en el Abrigo II de Las Brujas (Suances). Las cuevas de La Cuesta, situadas en el borde norte de la depresión de Oreña (Alfoz de Lloredo) también han proporcionado evidencias de esta fase. En concreto han aparecido en la propia cueva de La Cuesta y en un covacho inmediato. La primera presenta un vestíbulo muy descendente y se halla en la base de una elevación calcárea. El estudio del lugar indica que los restos proceden del exterior de donde han caído. De hecho, el covacho citado se abre en el borde de una plataforma llana labrada directamente sobre la cueva de la Cuesta y ambos puntos se encuentran a escasa distancia. El yacimiento del covacho parece producido por su uso como vertedero ocasional. En el covacho se halló un fragmento de cerámica común romana y uno de tégula, además de numerosas conchas de lapa. En cuanto a la cueva de La Cuesta ha proporcionado fragmentos de cerámica común romana y posibles fragmentos de tégula, restos paleontológicos, peces y malacofauna.

Fig. 3.6.3. Distribución de yacimientos de la protohistoria- romanización. 1. Barcenal II, 2. El Linar, 3, 4 y 5. Hoyos I, IX, III, 6. Venta del Cuco, 7. Altamira, 8. La Raposa, 9. Hoyo de Los Herreros, 10. La Lora, 11. Los Solares, 12. Castro La Masera, 13. El Castro, 14. Alto Pasavientos, 15. S. Vicente de la Barquera, 16. Mina Numa, 17. Mina S. Bartolomé, 18. S. Sebastian de La Herrán, 19. C. de La Raposa, 20. Vispieres, 21. Huerta Quintana, 22. Los Pandos, 23. Campamento de La Haya, 24. Mina de Reocín.

La plataforma citada es la cima de un pequeño cerro testigo, próximo a la línea costera, que presenta una superficie bastante amplia, que parece incluso haber sido ensanchada mediante el uso de muros de contención. Con seguridad en este punto se encuentra un asentamiento romano que utilizó el covacho como vertedero y desde cuyo borde cayeron restos a la cueva de La Cuesta, abierta en su vertical. c. Cavidades En varias cuevas se han hallado materiales romanos a lo que hay que añadir la existencia de algunos hallazgos de dudosa cronología. Este sería el caso de

las cuevas de La Cárcel y La Cárcel IV, ambas en La Iglesia (Ruiloba), El Coterón II (Oreña, Alfoz de Lloredo) y La Mies (San Pedro de Rudagüera, Alfoz de Lloredo). En todas aparecieron fragmentos cerámicos aislados, quizás de cerámica común romana. Se conservan dos vasijas casi completas, de este tipo cerámico, al parecer recogidas en la cueva de Altamira, aunque se trata de un hallazgo de procedencia dudosa. Solo hay tres cavidades con materiales de asignación segura: Las Cáscaras (Alfoz de Lloredo), La Raposa

(Vispieres, Santillana del Mar) y La Lora o La Clotilde (Santa Isabel de Quijas, Reocín). En la cueva de Las Cáscaras, probablemente en su interior, se hallaron restos de una olla tardo celtibérica con el labio plano muy exvasado decorado con líneas pintadas. En una sala del interior de la cueva de la Raposa hay un colapso donde, por debajo del estrato superficial de arenas de arrastre, de 15 cm de grosor, apareció un nivel de 30 cm de potencia, de textura arcillosa, que incluía multitud de carbones, restos óseos y cerámica. Caídos de este nivel se hallaron fragmentos de cerámica común romana, en su mayor parte procedentes de ollas. Y en la cueva de La Lora apareció un fragmento de terra sigillata hispánica tardía y un gran fragmento de imbrex. d. Minas En el área considerada hay varias minas de época romana, en concreto las de Numa (Ruiseñada, Comillas), San Bartolomé (Canales, Udías) y Reocín (Reocín), cuya situación debe de relacionarse con la irregular distribución de las betas de blenda en las calizas recifales aptenses. Se extraía el plomo y el zinc. En la entrada de la mina Numa se halló un ara dedicada a Jupiter. Y en su interior aparecieron monedas, un hacha de piedra y otros materiales. Como otras minas de estos metalotectos utilizan en parte trazados de cuevas naturales que son ampliadas. En la cueva de San Bartolomé se hallaron varios objetos romanos: artesillas y mazas de madera, lámparas de barro, cerámica, una fusayola y una moneda de Antonino Pío, entre otros. Actualmente se observan en el lugar indicios de las galerías romanas y en superficie apareció algún fragmento de cerámica común romana. En las minas de Reocín se han identificado instalaciones y se han hallado numerosos materiales desde lucernas hasta monedas y objetos de madera, hoy día perdidos en su mayor parte. En el M.P.A.C. se conserva una lucerna. e. Otro tipo de yacimientos

encontró un gran bronce de Alejandro Severo y una moneda del siglo III; en la ría de La Rabia 16 monedas de los siglos II al IV, en Ubiarco un gran bronce atribuido a Alejandro Severo y en Casar de Periedo un denario republicado de Quintus Antonios Barbus. Además, en el denominado Museo del Cantábrico de Comillas se conserva un dístilo romano, de insegura procedencia. Aspectos cronológicos La época romana duró bastantes siglos aunque a efectos arqueológicos en el área estudiada de la región tan solo cabe hablar de tres fases: la conquista, el Alto Imperio y el Bajo Imperio, si bien de la primera de ellas sólo se conoce un yacimiento, el campamento de campaña de Cueto del Haya, situado en el mismo límite del territorio, y un hallazgo aislado, el denario republicado hallado en Casar de Periedo. Además, en muchos yacimientos, aparecidos en el siglo XIX y en la primera mitad del XX las referencias son poco precisas por lo que se desconoce su cronología exacta. En otros casos los materiales aparecidos resultan cronológicamente muy poco precisos, como sería el caso del yacimiento Junto a la cueva de La Raposa donde también hay que reseñar que no se han estudiado todos los materiales aparecidos. Han proporcionado materiales altoimperiales los de Vispieres, con un vaso completo de terra sigillata hispanica de la forma 46 y un fragmento grande de un cuenco de la forma 8 y el borde de una olla común romana. En el yacimiento de Huerta de La Quintana, apareció terra sigillata hispánica y un denario de Augusto. A época altoimperial deben atribuirse los fragmentos de una olla tardo celtibérica de la cueva de Las Cáscaras, con decoración pintada, de perfil muy similar a las del tipo 902 de A. Martínez Salcedo para la cerámica común romana del País Vasco, de época altoimperial aunque su uso se prolongó hasta el siglo IV. En varias de las minas también se han localizado materiales altoimperiales, como la moneda de Antonino Pío, aparecida en la de San Bartolomé. También han aparecido monedas altoimperiales en algunos hallazgos monetarios, a veces mezclados con otros del Bajo Imperio, como en la Ría de la Rabia.

En este apartado se incluyen el resto de los yacimientos y hallazgos de cronología romana. Así, en San Vicente de La Barquera hay un fondeadero donde aparecieron fragmentos de cerámica común romana; en el interior de la ermita de San Sebastián de Herrán apareció un altar altomedieval cuya columna, de diseño troncopiramidal, se ha labrado reaprovechando una estela romana.

De época bajo imperial han aparecido materiales en varios lugares. En Los Pandos se halló un fragmento de terra sigillata hispánica tardía, además de común romana. En la cueva de Las Brujas se hallaron tres fragmentos de un vaso de la forma 37 de sigillata hispanica tardía. También de este mismo material es un fragmento de panza lisa recogida en la cueva de la Lora o La Clotilde. La lápida de San Sebastián de Herrán se ha fechado en el siglo III.

También se han producido hallazgos de monedas, como el de San Vicente de la Barquera, con tres ases de bronce, uno de Iltirta uno de Tiberio de la ceca de Cascantum y otro de Claudio; Comillas donde se

En otros casos las cerámicas son mucho más difíciles de datar, es el caso de las aparecidas en las cuevas de La Cuesta I y de La Raposa, cuya cronología romana no es totalmente segura. Así, en ambas, aparecían

restos de ollas cuyos perfiles son similares a los de ollas de tipología romana, aunque en el primer caso están realizadas a mano y son toscas y podrían ser de época protohistórica. En el segundo caso se trata de ollas realizadas a torneta, una de ellas decorada con una incisión bruñida, por lo que es probable que corresponda a un momento tardo - antiguo. Finalidad de los yacimientos La casi total ausencia de datos empíricos derivada de la falta de investigaciones implica que resulte muy difícil establecer el rol desempeñado por los yacimientos conocidos. Además, es muy probable que las estaciones conocidas estuviesen conectadas entre sí y ser en cierta manera dependientes de asentamientos urbanos situados en las áreas inmediata o de la propia zona todavía no localizados. El yacimiento del Cueto del Haya es un castra aestiva relacionado directamente con la conquista del territorio por el ejército romano y en sus proximidades todavía no se han encontrado los castro pre-romanos que, necesariamente, deben de asociarse al mismo. En cuanto a los yacimientos de hábitat son relativamente escasos en relación con la extensión de la zona y tres de ellos se encuentran bastante concentrados en el espacio, en su sector nororiental, en el entorno de Santillana del Mar. Es muy probable que estuviesen relacionados entre sí, siendo aparentemente el de Los Pandos el más interesante, pues quizás se trata de una población de cierto desarrollo. También resulta interesante el núcleo de Suances, con dos yacimientos muy próximos, donde han aparecido restos constructivos de edificaciones de cierto porte, como el ladrillo circular aparecido en Las Brujas, correspondiente al suspensurae de un hipocaustum, de un edificio calefactado. Resultan también indicadores de una construcción de calidad la aparición de restos de mosaico en la Huerta del Cura, también en Suances. En el primer caso podemos estar ante una villae y en el segundo un asentamiento, probablemente de tipo urbano. En el monte de Los Hoyos debe de haber un pequeño asentamiento agro-ganadero, junto a las cavidades de La Cuesta, aunque es probable que corresponda a un momento tardo - antiguo. La funcionalidad de las cuevas con materiales romanos siempre es un tema controvertido y de difícil explicación. Es muy interesante el depósito de la cueva de La Raposa con un nivel muy espeso en una sala interior, posiblemente ritual, en función de depósito, si bien su cronología pudiera retrotraerse a la Edad del Hierro. El resto de cavidades únicamente han proporcionado materiales aislados, por lo que los producidos en las proximidades de la entrada (La Cárcel y La Cárcel IV), se pueden explicar como resultado de un uso marginal del entorno, de tipo

económico, como mantener frescos los líquidos. Este podría ser el mismo caso que el yacimiento de El Coterón II, donde apareció un fragmento grande depositado en una oquedad lateral del vestíbulo. De más difícil explicación es el material aparecido en la cueva de La Mies, donde además de cerámica se halló un molar de bovino y un nivel con carbones situado por debajo de las arenas superficiales, quizás los restos de una ocupación de tipo cuadra. De todos modos la cronología de este yacimiento bien pudiera ser anterior o incluso posterior a la fase romana. No puede establecerse, ni siquiera a título hipotético, la funcionalidad del depósito de la Lora o Clotilde y de las Cáscaras, la primera con un fragmento de cerámica sigillata depositado sobre un gran bloque en la zona de entrada de la galería de los grabados, bastante alejada de la entrada y Las Cáscaras, con los restos, bastante grandes de una olla pintada. La calidad de ambas vasijas es de extrañar en estos contextos. En relación a la importancia de los afloramientos urgonianos en el área considerada son muy abundantes los metalotectos, algunos de los cuales fueron intensamente explotados en época romana, a juzgar por el gran número de hallazgos producidos durante el siglo XIX, lamentablemente muy poco documentados. Además hay otro tipo de hallazgos como los de San Vicente de La Barquera, asociados a un antiguo fondeadero, o la lápida aparecida en Herrán, que demuestra la existencia de una población de cierta entidad en sus inmediaciones, que bien pudiera ser Santa Olaja, donde se encuentra el yacimiento de Los Pandos. También han aparecido varias monedas, algunos de ellos atesoramientos monetarios, como el de La Rabia, formado por un buen número de monedas de un amplio lapso cronológico. Con todo, probablemente al ser un área rica en metalotectos, con evidencias de intensa explotación, casi toda la economía de este sector, giraría en torno a la gestión del metal, como aparentemente sucede en otras zonas de la región cantábrica. Sin duda, a juzgar por los yacimientos y materiales aparecidos, el área de trabajo debió de haber estado profundamente romanizada, aunque el hábitat se concentrase en la comarca de La Marina, mientras los valles altos estarían prácticamente deshabitados. 3.6.3. La época Tardo antigua Como ocurre en gran parte de la región en la cuenca del Saja hay muy pocos yacimientos de este periodo, y todos ellos se encuentran en cavidades, aunque como ya se ha explicado el de Los Hoyos, situado junto a las cavidades de La Cuesta, en Oreña, comentado en el apartado anterior, pudiera ser tardoantiguo; en el mismo caso se encuentran algunas de

las cavidades en que han aparecido fragmentos cerámicos aislados. Los yacimientos mas seguros son los de la Venta del Cuco (Ubiarco, Santillana del Mar) y Los Hoyos I (Oreña, Alfoz de Lloredo), debido a que han proporcionado materiales de bronce característicos; así, en la Venta del Cuco apareció una hebilla perteneciente a un bronce de cinturón del tipo denominado "de charnela", de forma arriñonada, correspondiente a una placa de tipo liriforme, que está grabada; es una pieza muy característica de la tardo - antigüedad. Junto al broche se hallaron fragmentos de ollas con decoración pintada y estriada, uno de ellos con una línea a ondas, probablemente de época más reciente, alto medieval. Y en la de Los Hoyos I se encontró una placa de bronce de cinturón de tipo liriforme lisa y muy estilizada, de aspecto evolucionado, recientemente publicada.

"ollas de perfil en S", con el labio plano, decorado en la base del cuello con hoyuelos muy superficiales, muy similar a otra vasija aparecida en Cudón, que fue fechada por T.L. en el 1501±97 B.P. En la cueva de Villegas II apareció una olla del mismo tipo, aunque con el labio convexo y lisa. También han aparecido restos de ollas lisas, similares a aquella, en la cueva de Los Hoyos III, una de ellas decorada con un peinado muy fino, similar a la del tipo 704 de la cerámica común romana del País Vasco, característica de contextos bajo imperiales. Es muy posible que este tipo perviva en la zona hasta la época tardo - antigua. En la vecina cueva de Los Hoyos IX apareció un fragmento de una olla similar, lisa. En otras cuevas de la zona se han hallado varios materiales de muy difícil fechación de los que algunos pudieran ser de época tardo -antigua, como los fragmentos de El Linar. Se trata de ollas de perfil en "S" halladas en la gran sala que hay cerca del fondo del vestíbulo. Más dudosos resultan los bordes aparecidos en el Abrigo de Las Canalonas y en Sopeña - Coladoiro II. Y por último, en la cueva de Pando apareció un fragmento de cerámica lisa de aspecto antiguo, probablemente procedente del exterior. Funcionalidad de los yacimientos

Fig. 3.6.5. Broche de cinturón de la cueva de Los Hoyos I (a partir de Gutierrez Cuenca et alii en prensa.

En la cueva del Barcenal II se hallaron los fragmentos de la parte superior de una vasija de las denominadas

El carácter de las cuevas con materiales tardo antiguos de la comarca del Saja es muy difícil de establecer, dado que en su mayor parte se trata de hallazgos aislados. La mayoría de los hallazgos se realizaron en el entorno vestibular de las cavidades. Junto a la boca se localizaron los materiales del Abrigo de Las Canalonas y de Sopeña-Coladoiro II. Algo más alejado de la boca, pero cerca del área vestibular, en El Barcenal II y en La Venta del Cuco. En todos los casos las cuevas ofrecen espacios útiles muy limitados, en general son descendentes, por lo que resultan poco habitables, aunque no puede descartarse que se trate de ocupaciones esporádicas, quizás en relación con la existencia de pequeños hábitat próximos que las utilizaron puntualmente para labores agropecuarias. En otras ocasiones, como en La Trapa, Villegas II, El Linar, Los Hoyos I, Los Hoyos II y Los Hoyos III, los materiales proceden del interior de las cavidades. Se trata tanto de vasijas, algunas quizás depositadas enteras, como Villegas II y Linar, como de objetos de bronce, en Los Hoyos I.

carbón vegetal, con numerosos fragmentos cerámicos y de donde quizás puedan proceder dos separadores de hueso, conservados en el M.P.A.C. de diseño muy similar a los del Portillo del Arenal, de probable cronología tardo - antigua. En este caso parece clara su función ritual. En los otros casos puede tratarse de depósitos rituales, continuando antiguas tradiciones, extremo difícil de comprobar. Con todo, actualmente apenas se conoce la época tardo - antigua como por otro lado ocurre en buena parte de la región. Solamente hay yacimientos en cueva que deben de ser indicativos de actividades muy marginales y por lo tanto poco representativas, si bien con materiales muy significativos y característicos del periodo, sin observarse aspectos retardatarios, como en ocasiones se ha presupuesto para estas fases. Fig. 3.6.6. Cerámica de La Trapa. El depósito más complejo es el de la cueva de El Linar, donde hay una sala muy amplia no muy lejos de las bocas, donde hay grandes gours rellenos de

Las formas de hábitat deben de ser una prolongación de los esquemas tardo romanos, con ocupación de los núcleos rurales y no sería raro que los yacimientos romanos conocidos, algunos con reocupaciones medievales, presenten fases de hábitat tardo antiguas.

3.7.1. La red de yacimientos

3.7. La Alta y la Plena Edad Media

J. Ruiz Cobo E. Muñoz Fernández Como ocurre con otras fases los estudios para este territorio son escasos, aunque sus yacimientos se han integrado en un buen número de trabajos diacrónicos. El más antiguo de ellos es la Tesis Doctoral de R. Bohigas dedicada a la Edad Media en Cantabria (1986). En ella se citan buena parte de los yacimientos de esta fase conocidos hoy en la zona, aunque dado que se trata de un trabajo de enfoque global, no se realiza un estudio pormenorizado de cada uno.

Se diferencian cuatro tipos básicos de yacimientos en la zona: los castillos roqueros, las estaciones de hábitat, las necrópolis de lajas y las utilizaciones de las cuevas. Además aparecen algunos restos de edificios religiosos, generalmente integrados en edificios posteriores. La escasez de la información disponible impide diferenciar, en la mayor parte de los casos, entre yacimientos de fase alto medieval y pleno medieval. Probablemente la mayor parte de la vigencia de los asentamientos defensivos de tipo “castellum” debería de adscribirse a la alta edad media, que podría ubicarse entre el siglo VII y el XI. En cambio las necrópolis de lajas es posible que se centren más a caballo entre ambos momentos, entre el siglo IX y el XII. En cuanto a las utilizaciones de las cuevas, gracias a la presencia de cerámica, se pueden discriminar con más facilidad entre ocupaciones alto medievales y otras más avanzadas, pero es cierto que muchas estaciones en cueva parecen ser utilizadas en

Fig. 3.7.1. Pila bautismal procedente de San Fructuoso de La Miña. Museo Diocesano de Santillana del Mar. También se incluyen estaciones de esta zona en el estudio sobre los castellum de Cantabria (Bohigas Roldán 2011), en concreto El Castrejón, Cabezón de la Sal, Camesa, Trespalacios y La Masera. En cuanto a las excavaciones, el castillo de Ruiseñada fue excavado a mediados del siglo XX por V. Calderón de la Vara y aunque sus memorias fueron publicadas, se consideró un pequeño castro de la Edad del Hierro. Una limitada excavación fue realizada en las inmediaciones de Cabezón de la Sal, donde se documentó una estructura defensiva. También se han publicado algunos informes de resultados de programas de excavación de necrópolis medievales, como las de La Ayuela, San Pedro de Caviedes, La Tresileja, La de Tobia, San Fructuoso de La Miña y la del claustro de la colegiata de Santillana del Mar. Cabe citar por último el estudio de la cueva de Las Injanas, publicado monográficamente, tras su destrucción como consecuencia de la construcción de la autovía del Cantábrico.

Fig. 3.7.2. Croquis de la planta de la estructura de los Moros de Bustriguado (JRC/ARC). ambos momentos. a) Los castellum altomedievales Se conocen varias estructuras que pueden considerarse como castellum, de fase altomedieval, aunque no puede descartarse que su vigencia se mantuviese en época pleno y bajo medieval. 1. El Castillo de Los Moros de Bustriguado ocupa la cima muy destacada de un monte calizo, a 480 m de altura, en un entorno de media montaña. Salvo por el flanco noreste, donde el acceso se realiza por una pendiente media, en los demas laterales lo protegen abruptos cantiles, en algunos casos muy altos, por lo que responde bastante bien al estándar de este tipo de yacimientos.

Su muralla perimetra la cumbre cerrando un espacio trapezoidal, con una longitud máxima de 31 m y una anchura variable de entre 20 y 14 m. El muro, con un espesor medio de 1,2 m, conserva, en la esquina noreste, una puerta de 1,8 m de anchura en la esquina opuesta mantiene una altura cercana a los 3 m. La estructura está levantada en mampostería de caliza trabada con cal. En la superficie del interior del castillo, el CAEAP halló un fragmento de panza cerámica realizada a torneta, decorado con un estriado grueso, muy marcado y regular, y un fragmento de panza lisa, muy fino y con desgrasantes finos de cuarzo. Además apareció una esquirla ósea y un fragmento de argamasa.

Fig. 3.7.3. Vista desde el oeste de la cima donde se instala el castillo de Camesa. Se aprecia la plataforma horizontal labrada en la cumbre. 2. El castillo de Peñacastillo en Ruiseñada se localiza en un paisaje totalmente diferente, en un sector de colinas calizas litorales, aunque la cima donde se instala también es un relieve muy destacado. Presenta un recinto exterior, montado en mampostería de caliza y argamasa, que cierra un espacio de 45 m de largo por 25 m de ancho. En el interior aparecen restos de un muro, como el otro de escasa anchura. También se aprecia la existencia de un foso. Fue excavado por V. Calderón y proporcionó una importante serie de materiales, con cerámicas a torno y torneta. Destacan las estriadas y pintadas y algunos fragmentos con vedrios verdes. También aparecieron siete puntas de saeta de hierro, de sección cuadrada y enmangue de tubo. Entre los restos de fauna predominan los ovicaprinos y en la serie malacológica Ostrea edulis. 3. En la cima de una elevación calcárea situada cerca del límite entre los municipios de Mazcuerras y de Reocín, al sur de la depresión de El Burco, se encuentra el conocido como “Castillo de Camesa”. Se

trata de un sector del interfluvio Saja – Besaya formado por montañas bajas, en parte labrado en calizas por lo que los cursos de agua son escasos. Exteriormente son pocas las evidencias que se observan, sólo un realce de muro soterrado en la cumbre y una amplia oquedad de planta rectangular, de un metro de profundidad labrada en la caliza, quizás una cisterna. En el lugar se han encontrado escorias, mortero de cal y un fragmento de cerámica a torno, con arranque de borde exvasado, con esmalte amarillento irregular por el interior y con un chorretón en la base del cuello por el exterior, bastante decantada y de color naranja. Existe documentación histórica que lo sitúa entre los siglos XI al XIII. Este yacimiento ha sido estudiado por R. Bohigas (1986) que lo relaciona con el territorio de Camesa, citado en las fuentes medievales de Santillana del Mar entre el siglo XI a XIII. Establece que podría haberse construido al menos a finales del siglo X. 4. En el sector interior del valle, sobre el valle de Sopeña de Cabuérniga se encuentra la fortificación de Castillo de Cotillo. Ocupa una posición de ladera, en un punto dominante. Se trata de una estructura de planta irregular, tendente a circular, de 0,8 hectáreas, con 128 m de longitud por 87 m de anchura, montada en mampostería de piedra de pequeño tamaño. Hacia el norte hay un posible agger muy arrasado y un foso, de 195 m de longitud y 133 m de anchura y posibles líneas defensivas. No ha proporcionado materiales arqueológicos. Además de estas fortificaciones, que responden perfectamente al modelo de castillo roquero, se conocen otras estructuras que siguen modelos diferentes. Recientemente ha sido publicado un estudio sobre la conocida como Mota de Trespalacios, en Hinojedo (Suances). Se encuentra en el fondo de la vega fluvial del Saja en su último tramo, en un lugar con buenas condiciones de hábitat. El yacimiento se identifica con facilidad dado que es una elevación de forma casi circular, de 15 m de diámetro y casi m de altura, formado por tierra con relleno de piedras. Se aprecian dos anillos más elevados separados por un foso de sección en U, uno de ellos a 23 m del centro y el otro a 34. El diámetro total de la estructura es de 76 m. El estudio realizado por Mantecón y Marcos (2008) lo considera una estructura defensiva de fase medieval. Las estructuras soterradas ya habían sido identificadas por una prospección geofísica llevada a cabo por B. Martínez, en 1987. Ha proporcionado cerámicas alto y pleno medievales.

Nombre del yacimiento

Coo X

Coo Y

Z

Biotopo

Pos. Topo

Pico la Torre

399600

4795980

163

Colinas

Cima Semi-int

Excavación

Cotillo

394812

4788158

464

Montaña

Cima Semi-int

Prospección

Castillo de Ruiseñada

397302

4801826

204

Colinas

Cima

Excavación

Castillo de Camesa

409429

4797915

292

Colinas

Mota de Trespalacios

414906

4805644

27

Vega

Cima Semi-int Prospección Fondo valle Semi-int Prospección

Moros de Bustriguado

389550

4794799

486

Montaña

Cima

Paisaje

Marina

Interior

Intervención

Prospección

Fig. 3.7.4. Castillos considerados en el área de estudio. La Mota de Trespalacios no responde al tipo de castillo roquero. En el tramo medio del Saja, cerca de Cabezón de la Sal, se han localizado restos de una torre en la cima de un altozano, concretamente uno de sus lados, formado por una hilera de piedras de sillería y sillarejo. En su entorno aparecieron fragmentos de cerámica, alguno de ellos decorado con un estriado grueso horizontal, atravesado por otro vertical en friso, más fino, así como cerámica estriada y pintada y un fragmento de molino. Se ha identificado la planta de la estructura que sería pentagonal.

Es posible que parte de este grupo de estructuras corresponda a momentos posteriores a la alta y plena Edad Media, aunque falta información de calidad para establecer su cronología. Se localizan en zonas de vega, como Trespalacios, o su planta es de pequeño tamaño, a modo de torre, como La Masera o Cabezón.

En el sector interior del valle, en Los Tojos (Barcena Mayor), se ha citado otra fortificación conocida como el Castillo de Castrejón, sobre un espolón rocoso, en posición estratégica. Aparecen tres recintos amurallados que defienden el acceso. No ha proporcionado material arqueológico.

Pero en cambio sí parece clara la cronología de los castillos roqueros de Los Moros, Peñacastillo, Camesa y Cotillo. Este tipo de yacimientos está siendo progresivamente mejor conocido en la región gracias a una serie de estudios. Es posible que el castillo de los Tojos también corresponda a este tipo. Su cronología parece abarcar, con diferencias para cada caso, entre los primeros años de la alta edad media hasta el pleno medievo (Bohigas Roldán (2011: 50).

En la cima del relieve conocido como La Masera, en Hinojedo (Suances), en posición dominante y estratégica, se localizaban los restos de una torre. Se aprecia la mota, que levanta un poco más de un metro del suelo. Por la zona han aparecido algunos fragmentos de cerámica y de teja árabe. Recientemente ha sido destruida por un particular.

En cuanto al uso concreto que se les dio la información disponible es precaria. La aparición en sus yacimientos de restos de alimentos – fauna y malacofauna- y de algunas estructuras de habitación, apunta a que efectivamente estos pequeños asentamientos sirvieron de hábitat para continentes de personas muy limitados.

Por último citar la existencia de una estructura de planta circular, de más de 20 m de diámetro, en una estribación al norte del valle de La Busta. Su morfología externa sólo permite asegurar que se trata de una acumulación antrópica, y dado que no parece tratarse de un túmulo, podría tratarse de una mota medieval.

Los castillos roqueros de la Alta Edad Media se han relacionado con el control espacial de un territorio muy concreto que podría coincidir con el alfoz medieval.

En total se han considerado sólo seis castillos, más o menos seguros. Su altura absoluta media es de 272, un valor relativamente alto. Todos, menos la mota de Trespalacio, una fortificación probablemente pleno medieval, se encuentran en posiciones de cima, en general en ubicaciones escarpadas, siguiendo el patrón característico de este tipo de yacimientos. En su mayor parte se encuentran en la franja de colinas.

b) Los hábitat Las estructuras que formaron parte de los primeros hábitat rurales, en las aldeas altomedievales, debieron de estar construidas utilizando materias orgánicas por lo que es muy poco lo que hoy sabemos de ellos. En un buen número de sitios se han localizado concentraciones de cerámica medieval, que podrían ser las únicas evidencias que quedan de estos asentamientos. En muchos casos sólo se puede inferir su existencia por la situación de las necrópolis, estas sí, montadas con lajas de piedra.

Se conocen un buen número de estaciones de hábitat, identificadas por la aparición de cerámica medieval, generalmente por la movilización de terrenos – zanjas, carreteras, etc.En Oyambre, en un rellano de ladera de una pequeña elevación costera, aparecieron fragmentos de cerámica a torneta, algunos estriados. En Cigüenza (Alfoz de Lloredo), en una zona llana del fondo de la cubeta se produjo un hallazgo similar, también con algunos fragmentos de cerámica estriada. En un contexto igual, en la vaguada de Ubiarco, apareció un buen lote de cerámica medieval. Sus rasgos – vedrio, boca cuadrada- apuntan una cronología plenomedieval, aunque bien pudiera haber otros anteriores y posteriores.

En un área llana, en la Tabía (Suances), en un lugar muy habitable, aparecieron siete fragmentos de cerámicas medievales lisas y uno decorado. También en Suances, en el lugar conocido como La Huerta de Quintana, en la cima de una pequeña elevación muy amplia y llana, un sondeo puso de manifiesto la existencia de un nivel alterado, con material medieval y romano mezclado. El yacimiento de Prado de la Cruz (Caranceja, Reocín), se encuentra en una cima dominante, en un lugar óptimo para el hábitat. Fue documentado en un seguimiento de urgencia. Aparece un buen número de fragmentos cerámicos medievales a torneta y a torno. Aparecen restos de ollas y jarras, lisas, con estriados finos y gruesos y con acanaladuras, así como fragmentos de asas de cinta. Uno de los mejores yacimientos de hábitat medieval de este sector es el de Peñona de Caranceja XIII. Se encuentra en una cima, en un área llana y resguardada, con buenas condiciones de habitabilidad. El material aparece en unos 200 m2, bajo el nivel superficial de humus. Se recuperó un importante lote de material medieval, que incluye 211 fragmentos cerámicos. Aparecen restos de ollas, jarras de cuello cilíndrico y de boca cuadrada – entre estas una casi completa y otra con vertedera trilobulada- vasijas de pequeño tamaño, un plato, etc. Aunque dominan los fragmentos lisos aparecen también algunos con estriado grueso y regular y con acanaladuras poco marcadas. Además de las tejas y las cerámicas hay un puñal de hierro con uno de los filos romos y con un pequeño espigo en la empuñadura y un fragmento de escoria de barro rojizo vitrificado.

Fig. 3.7.5. Sarcófago de caliza, semienterrado en la plaza del pueblo de la Ayuela (Udías). Ya se ha citado la aparición de cerámicas asociado al Castillo del Castigo, en La Masera. Aparecen también materiales en otros contextos, como en posición secundaria, en el Castro de Hinojedo, en la ría de San Vicente, en la Tejera de Navas. En un corte del terreno en una zona amesetada, en Rupuente (La Revilla, San Vicente de la Barquera), apareció un buen lote cerámico. Incluye fragmentos decorados con acanaladuras, estriados y cordones. Destaca un fragmento de cuello de una posible jarra de boca cuadrada. También en un corte del terreno, en Peredo (Viveda, Santillana del Mar), en un sector llano y bajo, aparecieron fragmentos de cerámica, entre los que destacan algunos estriados finos y gruesos, algunos con vedrio y un asa de cinta.

Cerca del anterior se encuentra el conocido como yacimiento del Área II de la Peñona de Caranceja, que proporcionó un lote cerámico menos significativo. Un yacimiento de menor entidad es el de la Mies del Castillo (Mijares). Además, en la zona de trabajo se han citado algunos despoblados – Santa Agueda, Santa Marina y las Rozas-, pero es muy posible que en su mayor parte correspondan a fases avanzadas de la Edad Media o incluso a los primeros siglos de la Edad Moderna. El yacimiento de Villapresente (Reocín) se puede asignar a un momento bajo medieval- moderno. Se han considerado posibles hábitats alto a pleno medievales doce estaciones al aire libre. Su altura media es de 101 m, un valor sensiblemente inferior al de los castillos, lo que hay que relacionar, tanto con ubicación en el paisaje como con su posición topográfica. Así, casi todos ellos se encuentran en la rasa litoral y en la franja de colinas asociada a la marina. Ocupan varios tipos de ubicaciones

Fig. 3.7.6. Mapa de distribución de las necrópolis de lajas. Numeración detallada en la tabla de la figura 3.7.26. topográficas, aunque dos posiciones son las más frecuentes: cima (4) y fondo de valle (4). Además se conocen una breve serie de yacimientos de tipo despoblado, dispersos por la zona baja del territorio, pero sus rasgos indican que corresponden a cronologías más avanzadas, bajo medievales y sobre todo de época moderna. Sabemos, tanto por la documentación histórica como por algunos datos arqueológicos, que los núcleos rurales, surgen a modo de pequeñas aldeas, entre los siglos IX y X. Es muy posible que, tanto estos asentamientos como los indicados por las necrópolis,

aunque tengan un origen al final del alto medievo, continúen en uso durante varios siglos. De hecho, muchas localidades actuales tienen un origen medieval. c) Las necrópolis A esta red de asentamientos habría que añadir la aportada por la distribución de las necrópolis de lajas, que sabemos que comienzan a utilizarse en la Alta Edad Media y continúan en uso en la fase pleno medieval. En conjunto se aprecia que el grado de uso del territorio era muy alto, pues aparecen ocupados casi todos los espacios habitables.

La mayor parte de las localizaciones se han conocido de forma casual, generalmente al hacer obras que suponen movilización de terrenos en el entorno de la iglesia parroquial. Por ello, en muchos casos, sólo se cuenta con la información oral de los vecinos de la aparición de tumbas conformadas con lajas, en ocasiones con huesos humanos. En varias de ellas estos restos acabaron en una fosa en el cementerio actual.

Fig. 3.7.7. Lápida sepulcral de Sierra de Ibio. Museo Diocesano de Santillana del Mar. En la distribución de las estaciones en la zona cabe destacar como novedad respecto a otros periodos, la densidad relativamente alta de uso del sector medio del valle, con 13 estaciones. También el uso de la plataforma litoral es intenso, con 16 yacimientos, lo que resulta normal por sus buenas condiciones de hábitat. El uso del tramo medio del Saja se concreta en la aparición de concentraciones en zonas como el valle de Cabezón, el de Ibio o el inmediato de Mazcuerras. Aparecen también yacimientos en puntos más interiores, como en Terán o en Barcenillas. Se trata de entornos con muy buenas condiciones de uso, protegidos y con suelos fértiles. En total se cuenta con información – en muchos casos muy escasa para cada una- de 29 yacimientos de tipo cementerio. En relación a la superficie de la cuenca (842 km) la facies presenta un valor medio / alto de densidad, concretamente de 0.034 yac/km2, o 3,4 estaciones por cada 100 km2.. Para valorar el dato se debe tener en cuenta que el tercio inferior del territorio es muy montañoso y no ha sido utilizado por el hombre de forma habitual para el hábitat en ningún momento de la historia. En el inmediato valle del Nansa, con un poblamiento medieval mucho menos intenso, el valor es de aproximadamente la tercera parte, 1,3 yac por cada 100 km2. La cuenca del Miera, con un sector interior de extensión mucho más reducida, y con una buena representación de la facies, la densidad es alta, con 5,3 yac por cada 100 km2 En la cuenca del Saja la altura absoluta promedio para las necrópolis tiene un valor intermedio entre los castillos y las estaciones al aire libre, con 150 m. Aunque se conocen algunas en la franja interior del territorio, se distribuyen casi por igual entre la plataforma litoral y la franja semi-interior. Respecto a su posición topográfica, el valor dominante es el fondo de valle, sea fluvial o se trate de una cubeta cárstica (12 casos). Le sigue la posición de cima (7) generalmente de una colina y el rellano de ladera, integrado en el paisaje litoral y prelitoral.

Fig. 3.7.8. Sarcófago monolítico conservado junto a la ermita de San Pedro de Chas, procedente de su necrópolis. Otro grupo más reducido lo forman las necrópolis detectadas por campañas de seguimiento de obra pública. Por último, sólo en cinco casos se han realizado excavaciones y sondeos, siempre de poca entidad. Se trata de las necrópolis de La Hayuela, San Pedro de Caviedes o de Chas, La Tresileja, La de Tobia en Cabezón, San Fructuoso de La Miña y la de la Colegiata de Santillana del Mar. Las tres primeras son más o menos representativas del resto, en cambio las otras dos resultan más específicas. El pueblo de La Hayuela se encuentra en la cima de un altozano, en la plataforma litoral, en un paisaje de colinas calizas. Es un lugar con buenas condiciones de hábitat, orientado al mediodía. El templo actual, una pequeña ermita, dedicada a San Nicolás, tiene elementos protogóticos y góticos y junto a él se conocía de siempre la existencia de una caja de sarcófago de piedra caliza, de 2,1 por 0,75 m de anchura en la cabeza y 0.50 en los pies, con ahuecado de forma ligeramente trapezoidal (Bohigas Roldán 1986), que se conserva hoy in situ. En 1980 fue excavado por el MPAC, bajo la dirección de E. Van den Eynde, localizándose numerosas tumbas de lajas de planta trapezoidal. En Caviedes, en un pequeño barrio alejado del núcleo situado en un rellano de ladera, se conserva, muy restaurada, una pequeña ermita junto a la que se localizó una necrópolis de lajas. Fue sondeada por un equipo bajo la dirección de R. Bohigas (Bohigas et alii 1996, García Alonso y Bohigas Roldán 2002). Durante los trabajos de reconstrucción de la ermita,

en estado de ruina, aparecieron diez fragmentos de sarcófagos, uno de ellos con la leyenda de: T FAMULO DEI. En el suelo de la nave, se excavó una cista trapezoidal de lajas de una sepultura infantil, sin restos en su interior. También se localizó una losa de cubierta de sarcófago con una cruz grabada.

También corresponde a la necrópolis de un monasterio la de San Martín de Tobia, en Cabezón de la Sal. En la excavación, dirigida por L. Mantecón, en 2005, han aparecido, además de otras estructuras, cuatro tumbas de lajas de cronología altomedieval, en una estratigrafía compleja, a las que se superponen inhumaciones en fosa simple, que parecen utilizarse

Fig. 3.7.10. Sarcófago y tapa de sarcófago de San Fructuoso de La Miña ( a partir de Van Den Eynde 1985 ). hasta el siglo XV. La primera ocupación se sitúa en el siglo X, a partir de dataciones radiométricas (Mantecón, inédito). En la Colegiata de Santillana del Mar, centro del principal monasterio del territorio en la Edad Media, también se han practicado excavaciones en diversos momentos, aunque las más interesantes por estar publicadas son las dirigidas en 1981 por Puente Sañudo (1985:353-359). En estos trabajos aparecieron 22 enterramientos, que el autor, en base a la interacción con otras estructuras del edificio, sitúa entre el siglo X y el siglo XV. Se trata en todos los casos de tumbas de lajas, de diversa morfología.

Fig. 3.7.9. Distribución de tumbas en las cuatro áreas excavadas en la necrópolis de la Colegiata de Santillana del Mar (a partir de Puente Sañudo 1985b). La necrópolis de la Tresileja se encuentra en Cos, y fue excavada en régimen de urgencia por R. Bohigas, en 1990, después de haber sido muy alterada por la instalación de una tubería. Se descubrieron 32 tumbas de lajas, en un único nivel, orientadas de este a oeste. Se obtuvo una datación de 745± 30, es decir, de mediados del siglo VIII (Bohigas Roldán 2002). En San Fructuoso de La Miña, se conserva, en el interior de la iglesia, un sarcófago muy decorado, de estilo asturiano, y otro más sencillo en el portal de la iglesia. La excavación de la necrópolis, en 1985, documentó nueve tumbas de lajas, una de ellas con un orificio de libación. El conjunto se relacionó con la existencia de un monasterio. Se obtuvo una datación radiocarbónica de 1190 B.P. sin calibrar.

El grado de conocimiento de las necrópolis de esta zona es, a la vista de estos datos, limitado, pero en sus rasgos generales parecen seguir las pautas de otros sectores de la región. d) Las iglesias Son escasos los restos de construcciones religiosas de época pleno medieval en este sector. En su mayor parte corresponden ya al final de esta fase, a finales del siglo XII. La obra más interesante es sin duda la colegiata de Santa Juliana, en Santillana del Mar, de comienzos del siglo XII, aunque está montada sobre un edificio anterior, de finales del siglo IX. En el valle de Oreña la Iglesia de San Bartolomé en estilo románico; en Puente San Miguel parte del ábside redondeado de otra iglesia de este tipo. La iglesia de Viveda conserva, además de una sencilla puerta románica, una placa de piedra con una inscripción de consagración de comienzos del siglo X. También debió de existir un pequeño templo tardo-románico o protogótico en el cerro de La Cárcel, en el Barrio de la Iglesia de Ruiloba, bajo la advocación de San Pedro.

e) Los yacimientos en cueva El uso de las cuevas ha sido una práctica habitual en la Edad Media de Cantabria, y esto parece especialmente cierto para la baja cuenca del Saja. Este uso sigue las mismas modalidades que en el resto de Cantabria y así se diferencia entre un uso económico marginal –con una amplia variedad de posibilidades –, de una utilización de la cueva como espacio de depósito y en relación con este, las cuevas con marcas negras. Como luego veremos estas dos últimas facies – depósito y marcas negras- no necesariamente se asocian en la misma cueva.

Fig. 3.7.11. Restos remontados de la iglesia románica de Puente San Miguel, bajo el actual puente. Resultan muy interesantes los restos localizados en la ermita de San Sebastián de La Herrán, un barrio de Santillana del Mar. En su interior apareció una columna – de 98 cm de altura- de perfil troncopiramidal, realizada a partir de una estela romana, con una inscripción. En su extremo superior presenta un rebaje para insertar la caja de reliquias. En su interior se encontraron cenizas y pequeños fragmentos de hueso. Además apareció la mesa del altar, de 18 cm de espesor y 32 de anchura. Cerca de Santillana del Mar, junto al Saja, en la localidad de Puente San Miguel, se conservan algunos restos de una ermita románica, concretamente el ábside y algunas piezas aisladas remontadas. Parece una obra del siglo XII. Por último citar la conservación, en la iglesia de San Román de Sejo, en la marina occidental, de una ventana de diseño románico, que hay que relacionar con la existencia en este punto de un monasterio premostratense. Varias pequeñas iglesias del bajo Saja presentan rasgos protogóticos o ya góticos, aunque se han citado como obras románicas. Podría ser el caso de La Santa Cruz de Caviedes, Valles, Abaño, Cintul o la Acebosa. En muchos casos han aportado evidencias de la existencia de necrópolis de lajas bajo o junto a sus fábricas, lo que sugiere que, en algunos casos, sí tuvieron una fase previa prerománica.

Fig. 3.7.12. Material cerámico medieval aparecido en cavidades: 1 a 3. Abrigo sobre la surgencia del Molino Viejo. 4. Cueva de Haces III. La facies de uso económico marginal se ha identificado en un buen número de estaciones en cueva o abrigo. En algunos casos no puede establecerse un horizonte cronológico dentro de la Edad Media, pero sí se podrían considerar como de un momento alto o pleno medieval un total de 23 yacimientos. Se trata de el Abrigo sobre la surgencia del Molino Viejo de Ruiseñada, La Meaza II, Cueva Luma, Cueva del Cotobo, Fonfría II, Villegas I, Las Canalonas III, Abrigo de Las Canalonas, Cueva del Lobo, Cueva de Linar II, Cotera Los Valles, Los Hoyos I, Los Hoyos II, Los Hoyos V, Covacho de San Pedro de Rudagüera, Montealegre III, Cueva de la Joya de la Casa, Sopeña Coladoiro III, Cueva y Abrigo de Las Aguileras de Los Tojos, Escuvies, El Poyo y Cuevona de Quijas.

En otras cuevas aparecen también usos económicos pero parecen corresponder a épocas bajo medievales y modernas, a juzgar por los tipos cerámicos representados. Sería el caso de las cuevas de La Barreda, la Sima de Treceño, la cueva de La Peña de Helguera, La Cachirula, Los Avellanos IV, La Mies del Valle, La Sardina en Treceño, Las Vasijas de Saja y de La Raposilla en la Veguilla. En general las estaciones se localizan siempre en un ambiente y en un paisaje similares y así, salvo tres casos (Abrigo y Cueva de Aguilera y Cueva del Poyo), el resto se encuentra en la franja litoral y en la banda de colinas, en posiciones cercanas o inmediatas a los fondos de valle cárstico, en los rebordes de las cubetas cársticas de la marina o en los tramos más bajos de la ladera de los hum. Reflejo de estas posiciones es su altura absoluta media, de solo 115 m sobre el nivel del mar, bastante inferior al proporcionado por las necrópolis. En algunos casos se encontrarían junto a las antiguas mieses y sirvieron para mantener frías las bebidas durante el trabajo. En otros casos podrían haber sido utilizadas como establos, gallineros, almacenes, etc, más o menos como ha ocurrido en época histórica. En algunas cuevas su posición respecto de las mieses, o en áreas de ladera, sugiere una relación con prácticas agrícolas y en otras con usos ganaderos.

No responden a un modelo de cavidad y en el grupo conviven abrigos de diversos tamaños con cuevas con grandes espacios vestibulares y pequeñas cavidades. El valor medio de anchura de boca del grupo es de 5,2 m. Tampoco hay ninguna orientación preferente. Lo que sí resulta uniforme es el patrón de yacimiento en que las evidencias materiales, básicamente cerámica, aparecen en superficie, en posiciones cercanas a la boca, o de fondo de vestíbulo. Las series están formadas por un número muy reducido de piezas, uno o dos vasos, generalmente jarras y ollas. Se han identificado usos rituales que pueden adscribirse a la alta y plena edad media en un total de 26 cavidades. En 11 de ellas aparece un doble uso: marcas negras en sus paredes y evidencias de la existencia de depósitos de carbón y/o cerámica. Se trata de La Frontal, Portillo IV, Villegas II, El Linar, La Tejera, La Cerviz, Hoyo de los Herreros, La Venta del Cuco, El Poyo y con dudas La Mies y Las Canalonas III. Como suele ocurrir con las estaciones con marcas negras, a menudo son cavidades con desarrollos medios o grandes y complejos paisajes interiores. Por otra parte, en 8 cavidades sólo se han reconocido depósitos de carbón: Las Injanas, El Estanque, Haces III, La Torca del Palomar, San Millán, Las Canalonas, Los Hoyos III y Sopeña Coladoiro. De todos modos en este grupo conviven depósitos de diferente perfil y distinta cronología. Por último, en otras 5 cavidades aparecen sólo marcas negras: La Raposa, Sopeña-Coladorio, El Butrón, Rotablín- El Pernal y La Lora. Es posible en este caso que los depósitos existan y no hayan sido identificados. Aparentemente no aparecen diferencias significativas entre las cavidades con marcas negras o con depósitos y ambos grupos presentan alturas absolutas similares y ocupan las mismas unidades topográficas, en laderas y en los rebordes de hum y bordes de valle. De momento no es posible establecer si ambos fenómenos – depósitos / marcas negras- corresponden a momentos cronológicos que se solapan en el tiempo o bien que se superpusieron en determinados espacios. 3.7.2. Los materiales arqueológicos

Fig. 3.7.13. Cerámica medieval de Sopeña Coladoiro. Vaso 2 y 7 Sopeña Coladoiro II. Abajo Sopeña Coladoiro III.

La gran mayoría de los materiales estudiados en los yacimientos de la cuenca del Saja son cerámicas, realizadas a torno o a torneta. En algunos yacimientos además han aparecido objetos metálicos, como las puntas de saeta de hierro del castillo de Peñacastillo de Comillas. De este enclave procede también una serie faunística.

Los yacimientos excluidos se pueden organizar según su carácter primario o secundario. 1. Yacimientos aparentemente primarios. A su vez, en función al material proporcionado se diferencian:

Fig. 3.7.14. Material cerámico de varias estaciones en cueva de la zona. Cerámicas medievales y posteriores se han hallado en 125 yacimientos – de ellos un total de 77 cavidades y 48 sitios al aire libre. Los conjuntos son de distinto tamaño y cronología, y en muchos casos se trata de materiales aislados o casi aislados muy poco

1.1. Yacimientos con fragmentos cerámicos aislados lisos: La Cueva, Requejil, El Portillo I (borde de jarra), La Abadía I, La Cadorra (1 asa de cinta y 1 base plana), San Millán, Los Hoyos II, Los Hoyos III, La Cuevona, La Raposa, La Zorra (asa de cinta y dos bases planas), Cueto Rubaye (base plana), Hoyo de los Herreros, El Rodrigón III (base plana ligeramente umbilicada), Los Avellanos IV, La Raposilla, Yacimiento de La Concha, Yacimiento junto a las cuevas de la Cachirula (asa de cinta), Y. de la Mies del Castillo, Necrópolis de San Pedro de chas, Necrópolis de El Diestro, Hallazgo del Prado al lado de la Ermita de la Concepción de Laspres, Hallazgo de Oreña, Despoblado de Enezo (borde) y Despoblado de Doñuca. 1.2. Yacimientos con fragmentos cerámicos aislados, algunos con decoración estriada: Fonfría II, Las Canalonas III, La Cotera, Los Hoyos I (asa de cinta), Los Hoyos V (2 fragmentos con estriado ancho y suave), Sopeña – Coladorio II (con estriado grueso), Las Aguileras, Abrigo de Las Aguileras, Y. de

Gráfico de barras

12

10

Recuento

8

6

4

2

0 CST

HAB

NEC

TEM

Funcion

Fig. 3.7.15. Gráfico de frecuencias de localizaciones por funciones para yacimientos al aire libre de fase alto y pleno medieval. representativos, en algunos de ellos de dudosa cronología medieval. También hay un buen número de yacimientos con materiales mezclados, en posición derivada, tanto en cavidades como en sitios al aire libre. Por último, de varios yacimientos apenas de cuenta con datos y sólo se conocen por citas bibliográficas. De todos estos conjuntos no se ofrece un estudio específico, ya que los datos que proporcionaron no resultan indicativos.

Oyambre A, Y. de Cigüenza, Necrópolis de San Eulalia de Oyambre, Castillo de los Moros de Bustriaguado, Y. de la Tablía (Sur), Torre del Castigo, Necrópolis de La Casuca, Y. del Area II de Peña Caranceja, Tejera de Peña Caranceja y Yacimiento de Camplengo. 1.3. Yacimientos con materiales cerámicos con otras decoraciones: Yacimiento de la Ermita de San Bartolomé (cerámicas estriadas y pintadas), Tejera de cerámicas de Nava y Mota de Tres Palacios (con

cerámicas pintadas, estriadas e incisas, de diversa cronología medieval). 2. Yacimientos con materiales en posición derivada: Cueva de Rupicos, C. de la Concha I, C. de Rotablín – El Pernal, C. de Tres Palacios, C. de la Rogería, Y. de Ubiarco, Y. de Ubiarco C, Y. de la Jerra, Castro de la Masera y Huerto de Quintana. Además de una serie de yacimiento sólo se cuenta con información procedente de notas bibliográficas algunas inéditas: Cueva de La Meaza, C. de Haces I, C. de Los Restos, Necrópolis de Tresileja, Necrópolis de San Fructuoso de Lamiña, Torre del Pico de la Torre, Yacimiento de el Castro y Fondeadero de San Vicente de la Barquera.

Fig. 3.7.16. Material cerámico aparecido en la necrópolis de Puente – Avios (Suances), a partir de Bohigas Roldán (1986).

Un tipo muy específico de yacimiento son los alfares de los que se conocen al menos tres en la zona: Ruiloba, Santillana del Mar y Suances, aunque sólo el de Santillana ha sido publicado por lo que sus producciones son relativamente conocidas y se han fechado en la plena Edad Media (siglo XII). En el Alfar de Ruiloba y en el de Suances aparecieron cerámicas altomedievales con decoración estriada y en el de Ruiloba también pintadas. Con conjuntos representativos de materiales se han considerado un total de 60 yacimientos, en su mayor parte de un único momento. De ellos 14 aportaron materiales altomedievales (el 21,54%), 26 plenomedievales (40%) y 25 bajomedievales y/o modernos (el 38,46%). a) Materiales altomedievales

Fig. 3.7.18. Jarra de la cueva de Luma (a partir de Bohigas Roldán 1986).

Fig. 3.7.17. Material cerámico medieval estudiado en cuevas. 1, 4, 7: Cueva de la Venta del Cuco. 2, 3, 5, 6, 8: Cueva de las Brujas II, Hoyos IB. 9: Cueva de El Pernal.

De los 14 yacimientos de esta fase 10 son lugares en cueva, 1 es un castillo, 2 son necrópolis y otro es un hallazgo aislado. En las dos cuevas se han hallado ollas aisladas, una completa, depositada en el fondo de un laminador en la cueva de Sopeña – Coladoiro III y otra fragmentada, en la Torca del Palomar. Se trata de ollas de pequeño tamaño con el fondo plano,

parte un asa de cinta. Están decoradas con un estriado irregular. En otros casos han aparecido materiales aislados, tanto pequeños fragmentos como partes importantes de vasijas, como en el caso de las cuevas de la Cárcel IV, con un borde ligeramente exvasado y labio de arista redonda, muy alisado y un fragmento de panza con decoración estriada. En el Abrigo de

Fig. 3.7.19. Material cerámico de varias estaciones en cueva de la zona.

la unión a la panza convexa, panza prominente, borde muy exvasado y labio de arista redonda, de donde

Las Canalonas un fragmento de jarra con el borde corto y ligeramente sinuoso con el labio plano. En

Peña Candia un fragmento de una olla con el borde exvasado y labio de arista redonda, decorado con un estriado muy ancho e irregular. Entre todas ellas destacan las primeras cuya cronología es algo dudosa.

han proporcionado además material cerámico más tardío. Así, en la cueva de Las Canalonas apareció una jarra con vertedera trilobulada de tipo sitra decorada con líneas incisas y en la cueva de

Fig. 9.3.20. Material cerámico de varias estaciones en cueva de la zona: Linar, Villegas, Las Brujas.

También han aparecido vasijas complejas o casi completas en otras cavidades, si bien en cuevas que

Cualventi otra pieza del mismo diseño, casi completa aunque con decoración pintada, con una línea

ondulada en el borde y con un reticulado irregular en la panza.

salvo tres tubulares, halladas en un laminador a la derecha de la entrada alta de la cueva de El Linar.

Por último, en las cuevas Haces III, El Linar y La Venta del Cuco se han estudiado fragmentos de varias vasijas significativas. En Haces III aparecieron los restos de una olla con el borde ligeramente exvasado decorada con líneas oblicuas pintadas, el borde exvasado de una vasija de arista apuntada y varios fragmentos de ollas de borde exvasado y asa de cinta con decoración estriada. En El Linar, en la Sala del Viento, aparecieron restos de varias ollas de borde muy exvasado y arista redonda, tanto lisas como con decoración estriada, un fragmento de una sitra lisa y un fragmento de vasija de borde continuo y labio bruñido. Probablemente procedentes de la misma zona de la cueva hay otros fragmentos entre los que destacan los de un pequeño vaso con el borde continuo y arista semicircular de perfil acampanando decorado con un extriado irregular, la vertedera de una sitra con un motivo arborescente pintado y un fragmento de panza decorado con una línea incisa a ondas y trazos rectos pintados. En la cueva de La Venta del Cuco aparecieron varios fragmentos de ollas de borde exvasado entre los que destaca una decorada con estriado muy apretado e irregular atravesada por dos líneas horizontales, una línea a ondas y otra ligeramente ondulada. Apareció también un fragmento de vasija de borde continua y labio de arista redonda ligeramente exvasada, decorada con estriado irregular y un asa de cinta decorada con cuatro trazos pintados paralelos en disposición vertical.

También han proporcionado materiales altomedievales los yacimientos del castillo de Peñacastillo, la necrópolis de La Ayuela y la de San Roque de Puente Avios, además del hallazgo de la Playa de Fronfría. El conjunto más completo corresponde al primer yacimiento. Los rasgos generales de las cerámicas altomedievales se pueden resumir, a partir de la muestra estudiada en varios puntos: - Los formas más frecuentes y características son las ollas, en general de tamaño pequeño (suponen el 67%). El 16 % del material estudiado son jarras. - En cuanto a los perfiles de borde son los exvasado los más frecuentes, sean en ángulo abierto (44%) o muy exvasados (17%). Resultan muy características las bocas de tipo sintra (17%). - Las secciones de arista son habitualmente semicirculares. - Son frecuentes las asas de cinta y los fondos planos. - En cuanto a las decoraciones la más característica es la incisión, regulares o irregulares, que aparecen en más del 50 % de las piezas. Las demás, como las pintadas, o las decoradas con ondas, son más raras, aunque también son muy indicativas. b) Materiales plenomedievales Las cerámicas de época plenomedieval son mucho más abundantes y están mejor caracterizadas, al conocerse las producciones del denominado Alfar de Santillana. En varias cuevas han aparecido vasijas completas o prácticamente completas de este momento. Así, apareció un jarra de boca cuadrada lisa en la cueva del Coterío de Peñalba1, pequeñas jarras con el cuello globular con ligero anillo de solero, cuello recto con molduras y asa de cinta, en la cueva de Oyambre (en este caso con el labio exvasado y afilado al exterior plano), Callejo (con labio plano), y Luma (labio de arista redonda). En la cueva de las Canalonas jarras poco panzudas con el borde alto y ligeramente exvasado, labio exvasado y 1

Fig. 3.7.21. El Linar.

Cerámica medieval de la cueva de

Entre las cuevas no seleccionadas destacan las de Rupicos, La Concha I y La Cuesta, donde hay restos de ollas con el borde exvasado, varias de ellas con decoración estriada. Probablemente de esta misma época, a juzgar por el tipo de pasta, sean las 52 fusayolas, casi todas rotas, todas de diseño ovoide

En los fondos del MPAC se conserva un pequeño lote de materiales procedente de esta cueva del Coterío de Peñalba. Incluye varios fragmentos de borde, panza y fondo de una jarra de boca cuadrada, con acanaladuras muy finas y poco profundas. Sus pastas son compactas y por el interior son de color ocre – anaranjadas y en el exterior de color sina a humo. Presenta desgrasantes finos de mica. La métrica diagonal de la boca es 140 mm, el espesor de pared de 3.2 mm y la anchura del asa 43 mm. El diámetro del fondo es de 112 mm.

moldurado y asa de cinta. En la boca de la entrada del río de El Linar y El Linar II aparecieron jarras con el borde alto y ligeramente exvasado y labio exvasado plano y en Cotobo jarras con el cuello cilíndrico y asa de cinta. También aparecen pequeñas jarras con el borde continuo y bajo, lisas, como la de la cueva del Poyo.

vasija con el cuello cilíndrico y labio engrosado y otros fragmentos menos característicos. En la cueva de Cotorrubio Superior apareció una jarra prácticamente completa, con el cuerpo periforme,

Son relativamente frecuentes los hallazgos de fragmentos aislados o casi aislados, como los restos de una olla de borde exvasado y labio de arista redonda en la cueva del Estanque, o el fragmento de un borde de una jarra de boca cuadrada procedente de la cueva de Villegas I. El mismo caso es el del fragmento de una olla de borde alto exvasado decorado con extriado muy apretado de La Joya de La Casa. Los fragmentos de una olla de la cueva del Frío y el fragmento de una olla con el borde exvasado

Fig. 3.7.23. Tramalón.

Cerámica medieval de la Venta del

base ligeramente indicada, borde alto y ligeramente exvasado, labio biselado y engrosado de arista redonda, asa de cinta decorada con cuatro gruesas marcas poco profundas realizadas con un instrumento de punta aflecada; el borde de una jarra de boca cuadrada con el labio plano y una tapadera plana. Fig. 3.7.22. Cerámica medieval en una cubeta rellena de carbón en la cueva del Estanque. y labio de arista biselada al interior, con asa de cinta de La Barrera. En dos cavidades han aparecido restos de dos vasijas, una bastante completa y de la otra fragmentos aislados; así en el Abrigo Encima de la Surgencia del Molino Viejo II, donde aparecieron los restos de dos pequeñas jarras con hombrera, borde continuo y asa de cinta y en la cueva de Villegas II, junto a un pozo, se hallaron los restos de dos jarras, con el borde continuo, la más completa con el labio exvasado plano y asa de cinta y la otra con el labio engrosado redondo. Y por último, en dos cavidades, han aparecido los restos de varias vasijas. En la cueva de Las Injanas aparecieron dos vasijas casi completas y fragmentos aislados de otras. Hay una pequeña vasija globular con ligero anillo de solero, borde continuo, labio exvasado y asa de cinta decorada con líneas pintadas; una jarra con el borde recto, labio moldurado y asa de cinta de sección ovoide, fechada por T.L. en 1116+79. Además aparecen fragmentos de la parte superior de una jarra de cuello cilíndrico, decorado con tres molduras y con el labio moldurado; el fragmento de una vasija con el borde recto y labio engrosado con dos líneas paralelas pintadas; un fragmento de una

Entre las cavidades no consideradas hay fragmentos de interés en las cuevas de Rupicos y Rotablín – El Pernal. Sólo seis yacimientos al aire libre han proporcionado materiales plenomedievales, es decir, un número reducido en relación a las series aportadas por las cuevas. De ellos algunos son poco representativos, como los de Rupuente, con un fragmento de posible jarra de boca cuadrada y varios fragmentos con decoración acanalada, estriada y cordones verticales. El castillo de Peñacastillo aportó restos de ollas. En la forja seca de Peña Caranceja se recuperó el cuello de una olla de borde exvasado y labio redondo. Los conjuntos al aire libre más representativos son los de Prado de la Cruz, Peñona de Caranceja XIII y el del Alfar de Santillana del Mar. En Prado de la Cruz han aparecido fragmentos aislados de una olla con el borde exvasado y labio de arista redonda, una vasija pequeña con el borde exvasado y el labio redondo y dos jarras con el borde alto y recto y labio de arista redonda, además de algunas panzas con decoración estriada y acanalada. En la intervención realizada en el yacimiento de La Peñona de Caranceja XIII se halló una jarra de boca cuadrada y fragmentos de jarras de boca cuadrada y cuello cilíndrico, una jarra con vertedera trilobulada, vasijas reducidas, un plato, etc. Hay varias panzas

decoradas con estriado grueso y regular y con acanaladuras poco marcadas. La colección proporcionada por el Alfar de Santillana es clave para comprender la evolución de la cerámica plenomedieval. El conjunto fue estudiado por J. Peñil Minguez. Proporcionó fragmentos de jarras de boca cuadrada, con dos asas de cinta, generalmente lisas, aunque aparecen con estriado y pintadas, jarras de cuello cilíndrico y boca trilobulada decoradas con un estriado regular; jarras de cuellos de paredes sinuosas con decoración en estampilla; jarras pequeñas con paredes sinuosas decoradas con bandas de estriado y otros diseños. A modo de resumen de la cerámica de este periodo se puede decir que, en el apartado de las formas, resultan muy frecuentes las jarras (suponen el 73 %) seguidas de las ollas (23 %). También aparecen otras formas, como platos. Son muy características las jarras de boca cuadrada (32 % de las jarras), pero también son frecuentes las de boca cilíndrica y aparecen algunas bocas de vertedera trilobulada (8 % de las jarras). Los diseños de los bordes son generalmente exvasados, con aristas de diversos diseños (semicirculares 25 %, planas 15 %, molduradas, biseladas, etc). Las asas de cinta aparecen en buen número de piezas (36%) y algunos fondos presentan anillo de solero. Las decoraciones son muy variadas (incisas, pintadas y son frecuentes los acanalados).

Fig. 3.7.24. Cerámicas medievales en cueva. 1. Covacho de la Carcel 3. 2. Cueva de la Cárcel 4. 3. Cueva del Río de la Busta. c) Las series bajomedievales y modernas

Estos conjuntos son mucho menos frecuentes y están peor caracterizados. La principal diferencia de la cerámica de esta fase con la de las anteriores es la aparición de vidriados y esmaltados, además de sus pastas, siempre muy decantadas. En muy pocas series se ha podido precisar su cronología. En la cueva de Las Canalonas apareció una pequeña jarrita periforme que se estrecha hacia la boca, cuyo borde está moldurado con arista redondeada y asa ondulada, sin duda de época bajo - medieval. En la cueva de las Vasijas apareció una pequeña jarra periforme de borde alto y ligeramente exvasado, arista redonda, anillo de solero poco marcado y asa de cinta, de color gris con engobe naranja y desgrasantes muy finos de mica; fragmentos de una vasija con el borde exvasado, la base plana y la unión ligeramente cóncava, de color pardo – grisáceo, con desgrasantes finos de mica; varios fragmentos de base, la mayoría con la unión a la panza cóncava y asas de cinta, una de ellas vidriada; también parece un conjunto bajomedieval. El resto de las cavidades han proporcionado fragmentos menos significativos, en su mayor parte vidriados y en muy pocos casos esmaltados. De todos modos algunos sitios sí han proporcionado fragmentos interesantes. Es el caso de la cueva de Meaza II, con restos de una jarra de base plana, anillo de solero, borde alto y recto y labio redondeado, con asa de cinta y vidriado interior, y un fragmento de base con ligero anillo de solero con el interior vidriado. La cueva de Portillo I aportó un borde de una jarra lisa. En la cueva de La Trapa aparecieron los fragmentos de una jarra con el borde corto y exvasado, arista redonda, unión de la panza con la base ligeramente cóncava y asa de cinta, con goterones de vidriado por el exterior; fragmentos de un cuenco con carena alta muy ligera, borde continuo, base plana y labio de arista redonda, con vidriado verdoso completo por ambas caras y de 10 cm de diámetro de boca. En el interior de esta misma cueva aparecieron cerámicas vidriadas y sin vidriar, destacando un fragmento de borde exvasado. En la cueva de Villegas I apareció el fragmento de una vasija con el borde continuo, labio de arista redonda y asa de cinta con vidriado por ambas caras; un fragmento con el borde exvasado y arista redonda y un fragmento de panza con estriado fino. En el río de la cueva de El Linar además de cerámicas más antiguas, se hallaron varios fragmentos vidriados, destacando uno con el borde ligeramente exvasado y arista redonda. En la cueva de Escuvies se halló el fragmento de una jarra con el borde alto y ligeramente exvasado y labio de arista redonda, muy destacado y asa de cinta, con las pastas decantadas y sin vidriar. En La Cuevona se encontró un fragmento con el borde exvasado, con un chorretón de vidriado melado por el exterior. En la cueva de la Peña aparecieron un fragmento de cuenco

de borde ligeramente exvasado y labio redondo, un fragmento del arranque de un borde, que está exvasado con vidriado verdoso- amarillento por el interior y un fragmento de jarra con el borde alto y recto, de labio ligeramente exvasado redondo y asa de cinta. En la cueva de La Sardina apareció un fragmento de vasija de labio exvasado y arista plana, un fragmento de vasija con la base plana con ligero anillo de solero y un fragmento de panza con el arranque de borde exvasado, con vidriado transparente. En el yacimiento de Pedredo I y a unos 40-50 cm de superficie, se hallaron un fragmento de olla con el borde exvasado, decorado con estriado fino, 2 fragmentos de una vasija con la base plana, anillo de solero, borde exvasado y labio redondo, con vidriado, numerosos fragmentos de cerámicas lisas entre las que sobresalen uno de asa de cinta, uno de borde y uno de base y dos fragmentos de panza con decoración estriada, uno grueso y el otro fino, pero muy marcado. En el Castillo de Camesa apareció un fragmento de panza con arranque de borde exvasado con esmalte amarillento por el interior y un chorretón en el cuello. En la Venta de Tramalón aparecieron, una jarra casi completa con el cuerpo periforme, base plana con anillo de solero macizo, con el borde alto y recto y el labio ligeramente moldurado redondo, de donde parte un asa de cinta, con vidriado transparente por ambas caras y la parte superior de una olla con el borde exvasado y la arista del labio plano, de donde parte un asa de cinta y un fragmento de panza lisa. Y por último, en el yacimiento de Villapresente, se hallaron numerosos fragmentos: uno con el borde exvasado, arista plana y asa de cinta, fragmento de panza con arranque de borde ligeramente exvasado, con decoración compleja, con una banda superior con estriado separado por una franja lisa aparece una banda con tres líneas onduladas en disposición horizontal delimitada por el extremo superior por una línea incisa, después es lisa hasta una banda con estriado regular. Tiene vidriado transparente. Aparecen además varios fragmentos de panza y de base, destacando uno de panza con decoración estriada. Son frecuentes los fragmentos esmaltados, entre ellos uno procedente de una gran fuente y otro con el borde exvasado con esmalte interno verdoso. Hay dos fragmentos de borde exvasado con esmalte verde oscuro, un fragmento con una banda de esmalte marrón y cuatro fragmentos de esmalte verdoso. Los demás yacimientos o han proporcionado colecciones exiguas o son mal conocidos. Además de todos los considerados hay que añadir los yacimientos de la Ermita de San Bartolomé, la Mota de Tres Palacios y la Tejera de Cerámicas de Navas, con colecciones relativamente importantes, de distintos momentos.

La cronología de los yacimientos considerados en este tercer grupo, como ya se ha señalado, es muy difícil de establecer. Las series más antiguas son Pleno y sobre todo Bajo – medievales, como La Trapa, Villegas I, Pedredo I. Los rasgos básicos de las cerámicas bajo medievales y de comienzos de la época moderna se pueden sintetizar así: - De las piezas estudiadas, la cuarta parte corresponde a jarras y solo un 7% a otras formas, como cuencos, platos o fuentes. - Los bordes exvasados son claramente dominantes sobre los continuos, aunque ahora aparecen algunos moldurados. Las aristas de borde habituales son semicirculares. - Las asas son frecuentes, aparecen en el 34 % de las piezas, siendo generalmente de tipo cinta. - Son muy característicos los vidriados en sus diferentes versiones, que aparecen en el 40% de los vasos. Todavía es frecuente la presencia de algunos tipos de estriados. Resultados del estudio de los materiales Una vez repasados todos los yacimientos y hallazgos de época medieval, donde se incluyen también las piezas cerámicas más tardías, se pueden extraer una serie de conclusiones:

Fig. 3.7.25. Cuencos cerámicos bajo-medievales o modernos de la cueva de La Trapa. Ambos son de pequeño tamaño y presentan vidriados. a) Las cuevas son los yacimientos más numerosos y los que han proporcionado los conjuntos más interesantes, destacando el hallazgo de un buen

número de vasijas completas o casi completas, con algunos conjuntos ricos e importantes. Los yacimientos presentan diferentes funcionalidades, como se explica en otra parte del trabajo. b) Los yacimientos y hallazgos al aire libre son mucho menos frecuentes y corresponden a varios tipos de asentamientos y diversos contextos de aparición. Se puede diferenciar entre: - Hallazgos cerámicos en campos de labor. Durante el reconocimiento de la zona en los años setenta – ochenta, se revisaron sistemáticamente todos los campos arados que se fueron localizando. Algunos de ellos proporcionaron industrias, generalmente del Paleolítico Inferior. Además se recogieron todos los fragmentos cerámicos que afloraban en superficie, con la excepción de algunos claramente actuales, que fueron después entregados en el M.P.A.C. En numerosos campos aparecieron fragmentos aislados de cerámica, sin que se apreciase la existencia de concentraciones significativas, lo que puede explicarse por la propia acción repetida del arado durante cientos de años. Este es el caso de yacimientos como Ubiarco, donde raramente aparecen cerámicas alto y plenomedievales, siendo mucho más numerosas las cerámicas tardías, generalmente vidriadas. Deben de proceder del desmantelamiento de viviendas y de sus alrededores, sin que se pueda distinguir en el lugar ningún otro resto de yacimiento, despoblado o granja. 2. Yacimientos con hallazgos similares pero situados cerca de yacimientos reconocibles. Este sería el caso de La Masera, donde hay una torre. 3. Yacimientos con numerosos hallazgos en áreas concretas, de reducida extensión. De este tipo son los yacimientos de la Tablía (Sur), Rupuente, Prado la Cruz, Peñona de Caranceja XIII, Pedredo I, Venta de Tramalón y Villapresente. En todos los casos parece existir una causa que explique la conservación de las concentraciones, como la profundidad del nivel fértil, el tratarse de yacimientos aparecidos en sondeos o cortes del terreno, etc. Deben de estar relacionados con la existencia de un hábitat o despoblado del que sólo se conservan los materiales cerámicos. 4. Necrópolis e iglesias medievales. En la mayor parte de las necrópolis y fábricas religiosas aparecen fragmentos de cerámica de forma aislada, sin duda procedentes de zonas de hábitat inmediatas. 5. Castillos y torres. En los castillos y torres aparecen numerosos materiales, especialmente en los primeros, al tratarse realmente de yacimientos de hábitat. 6. Proximidades de instalaciones productivas. Ese sería el caso de la Tejera de la Peñona de Caranceja, de la Forja seca de Peña Caranceja y de la Mina de San Bartolomé.

7. Alfares. Son los yacimientos aparentemente más interesantes: se conocen los de Santillana del Mar, Suances y Ruiloba. 8. Fondeaderos. Junto al extremo occidental del territorio se conoce el de San Vicente de La Barquera. Resumiendo, puede decirse que se conocen todavía de forma muy deficitaria los materiales medievales de la cuenca del Saja, que se reducen de forma casi exclusiva a cerámicas, siendo muy escasos los objetos de hierro. En este grupo destacan las puntas de saeta aparecidas en el castillo de Peñacastillo y el puñal de Peña Caranceja. De otros materiales son destacables las fusayolas halladas en la cueva de El Linar. Apenas se conocen restos faunísticos, que se reducen a las conchas y huesos recuperados en el castillo de Peñacastillo de Comillas. Esto contrasta con las series cerámicas, como se ha visto, relativamente ricas. 3.7.3. Análisis combinado de la información Un total de 57 yacimientos al aire libre se adscriben a estas fases alto y plenomedievales en la cuenca del Saja. La mitad de ellas (50.9 %), corresponden a necrópolis, el 21.1 % a hábitat al aire libre, el 17% a templos y el 10% a castillos. Realmente los templos, las necrópolis y los hábitat, son conjuntamente evidencia de la existencia de aldeas. Los yacimientos ocupan sobre todo la zona baja y media de la cuenca y dentro de esta banda se encuentran en la franja litoral (63%) y en la franja de colinas semi-interior (29.8 %). Solo 4 yacimientos están situados en el área interior de la cuenca. Así, la densidad de uso de la marina es muy importante y en cambio la del curso medio y alto es de entidad mucho menor. En cuanto a las unidades topográficas donde se instalan la más utilizada es el fondo de valle (43.9 %), seguido de las posiciones de cima de colina (28.1 %) o directamente en la rasa litoral (el 15.8 %). Sabemos por las fuentes que buena parte de estos pequeños núcleos de hábitat eran monasterios, comunidades reducidas formadas por algunos hombres y mujeres. Se considera que la implantación de estas fundaciones comienza en el siglo IX, aunque su mayor expansión se da en los dos siglos siguientes. Además de estructuras de hábitat la comunidad tendría un pequeño templo, que imaginamos de estilo prerománico. También debieron existir aldeas libres, organizadas en concejos, con los que hay que relacionar quizás los castillos roqueros, que servían de punto de defensa de estos primitivos alfoces, probablemente como centro de poder de un primitivo feudalismo.

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29

Nombre del yacimiento

Localidad

Coo_X

Sta Eulalia de Oyambre

El Tejo

392527 4804870

8

RL RA

M

C/O

Sejo

Sejo de Abajo 390720 4802443

52

CO CM

M

C/O

Lamadrid

Lamadrid

CO FV

M

C/O

Argüedes

Radillo

390036 4800362 145 RL CM

M

C/O

Labarces

Labarces

387419 4797468 235 RL RA

M

PRS

N. Vallines

Vallines

391430 4799187 124 CO RL

M

C/O

Santibañez

Santibañez

399287 4793850 175 VE FV

S

PRS

S. Fructuoso de Lamiña

Lamiña

396763 4787427 345 CO CM

I

C/O

La Jorcá

Terán

CO CM

I

EXC

Sta. Eulalia de Terán

Terán

394768 4786138 256 VE FV

I

C/O

S. Pedro de Ruiloba

La Iglesia

398736 4804060

45

CK CM

M

C/O

Ruiloba

La Iglesia

398663 4804043

30

CK FV

M

C/O

S. Pedro de Chas

Caviedes

392860 4798213 120 CL RL

M

EXC

La Hayuela

La Hayuela

397446 4799160 276 CO CM

M

EXC

Toporías

Toporías

400405 4799015 188 CO RL

M

C/O

El Diestro

Toñanes

403653 4805768

RL RS

M

C/O

Cintúl

Cos

401787 4794117 153 VE FV

S

C/O

San Andrés de Cos

Cos

400643 4793597 155 VE FV

S

C/O

La Tresileja

Cos

400830 4794035 138 VE FV

S

EXC

La Casuca

Sierra de Ibio 406337 4795460 277 VE RL

S

PRS

San Clemente

Sierra de Ibio 407485 4796266 163 VE FV

S

C/O

Sierra de Ibio

Sierra de Ibio 405425 4797325 215 VE FV

S

C/O

Cueva Línea

Quijas

409247 4799100 276 CO RL

S

C/O

San Román de Quijas

Quijas

407760 4799550 218 CO CM

S

C/O

Santa Juliana

Santillana

410421

VE FV

M

EXC

Puente Avios

Suances

412819 4806863 107 CO RL

M

C/O

S. Saturnino

Hinojedo

414658 4805850

RL FV

M

C/O

S. Pedro de Tagle

Tagle 412713 4808707 77 RL RS Cabezón de la Sal 400170 4796270 140 VE FV

M

C/O

S

EXC

Tobia

-

-

Coo_Y

Z U.P.. U.T. Paisaje

-

-

4804992

48

85

27

Intervención

Fig. 3.7.26. Necrópolis medievales en la zona de trabajo. Intervención: C/0: Casual, conocida de forma oral. PRS: Prospección de superficie. EXC: Excavación arqueológica o sondeo. La numeración se corresponde con la utilizada en el mapa.

3.8. Las cuevas con “marcas negras” pared de la cueva revela que se trata de “marcas negras” clásicas.

P. Smith J. Ruiz Cobo Se ha considerado interesante realizar el estudio individualizado del fenómeno conocido como Arte Esquemático Abstracto, precisamente en un territorio como la cuenca del Saja, donde su densidad e importancia, aunque todavía alta, es secundaria y no resulta comparable a la que el fenómeno tiene en cuencas como el Miera o el Asón. Las cuencas del Saja-Nansa, como veremos más adelante, parecen constituir la frontera occidental de este tipo de manifestaciones, conocidas también en la bibliografía como “marcas negras”.

La cueva de El Portillo IV se abre en un paisaje diametralmente distinto, en una dolina labrada en la rasa litoral y es de tamaño reducido. En el sector de fondo de la cavidad se halló un fragmento de borde cerámico probablemente tardoantiguo y en la pared un único panel de marcas negras. Se encuentra en una cornisa y sobre una estalactita. Se trata de trazos cortos y pequeñas manchas puntiformes.

Sólo una de las cavidades de la zona ha sido publicada monográficamente, la cueva de Villegas, por miembros del grupo CAEAP y uno de los autores – P. Smith-, en una obra dedicada al Arte rupestre en Cantabria (Arquenas 1991). En este trabajo se revisan el contexto arqueológico de las manifestaciones, su ubicación y sus características. 3.8.1. Los conjuntos En el capítulo anterior se abordó de forma superficial esta facies, indicando que en casi treinta cavidades aparecen yacimientos de época medieval y de tipo “ritual”, es decir no-económico, y en más de la mitad de ellas aparecen marcas negras. De estas, en media docena de casos no se han identificado depósitos de carbón asociados. Con depósito asociado se conocen las de La Frontal, El Portillo IV, Villegas II, La Mies, La Tejera, Las Canalonas, La Cerviz, El Hoyo de los Herreros y El Poyo. Sin un depósito claro asociado Venta del Cuco –aunque hay acumulaciones de carbón- , La Raposa, Sopeña Coladoiro, El Butrón, Rotablín – El Pernal y La Lora y Las Canalonas II (¿). No está claro el carácter del depósito de Las Canalonas III, con un piso superior con algunas marcas negras. La Frontal es una cueva de tamaño medio, de unos 60 m de desarrollo, aunque con una boca y vestíbulo amplios. Se encuentra en una ladera alta, en posición dominante sobre el valle. En su interior aparecen algunas acumulaciones de carbón vegetal, una cuenta cilíndrica de bronce, con huesos y algunos pequeños grupos de marcas negras en la pared. Concretamente hay cinco paneles, todos ellos con motivos básicos: uno con tres puntos en una cornisa, otro en una cornisa vertical con dos pequeñas marcas, otro es una línea recta oblicua, y los otros dos son marcas pequeñas. La selección del lugar de soporte en la

Fig. 3.8.1. Fragmento de cerámica medieval de la cueva del Poyo. En el borde de una cubeta cárstica labrada en la plataforma costera se encuentra la cueva de Villegas II. Una cavidad amplia, con un centenar de metros de desarrollo y trazado complejo. Las manifestaciones del ciclo Esquemático – Abstracto fueron publicadas monográficamente (Muñoz et alii 1991). Gracias a esta publicación se conoce también de forma detallada el contexto arqueológico de estas manifestaciones en la cavidad. Así, aparecieron, junto a la orilla del lago que hay en su interior, restos de dos jarras de cuello alto y cilíndrico, del alfar de Santillana, de un momento plenomedieval. En la sala contigua al vestíbulo, junto a la galería decorada, apareció un fragmento de una olla globular, de perfil en “S” de un momento tardo – antiguo o altomedieval. En este trabajo se realiza un detallado estudio de los paneles de “marca negras”, que se organizan en 9 sectores y 37 paneles, con las características marcas, puntos, líneas y manchas de este tipo de pintura. Se distribuyen por buena parte de las paredes de la cavidad, de forma muy irregular aunque se concentran en una galería interior. Junto a

Hoyo de los Herreros, este conjunto es el más complejo de la cuenca del Saja. En la zona media-alta de la ladera del Monte Barbecha (entre 200 y 300 m) se abren las cuevas de Las Canalonas: en tres de ellas se han identificado marcas negras. Las Canalonas es una cueva de buen tamaño, con un vestíbulo habitable. De su interior proceden algunos vasos cerámicos medievales, entre ellos una jarra con vertedera de tipo sintra, decorada con incisiones. En las paredes de sus estrechas galerías, y a lo largo de casi 300 m de recorrido, se han estudiado un total de 33 paneles de marcas negras dispuestas en grupos, en varias ocasiones enfrentadas. Llama la atención que algunas las representaciones están bien perfiladas, no se trata de absoluto de trazos bastos, o puntuaciones simples, sino que presentan una intención formal precisa. Junto a ellos hay grabados lineales que forman conjuntos de tamaño reducido. A escasa distancia se encuentran Canalonas II y III. Canalonas III es una cueva estrecha y de desarrollo laberíntico, con varios pisos. A unos 8 m de la boca aparecieron cerámicas a torneta y estriados, altomedievales y en el fondo de la cueva se conserva dos pequeños paneles de marcas, líneas y puntos, realizados con un lápiz de carbón. En Canalonas II, de menor tamaño, sólo se han identificado dos paneles de este tipo. También en la cueva de El Linar, abierta en el reborde de la depresión de la Busta, aparecieron además de cerámicas tardo-antiguas y medievales de diferentes cronologías, pequeños paneles de “marcas negras”, de tamaño muy reducido, formando tres paneles, pero su mala conservación impide establecer su verdadero carácter. En el reborde del valle medio – bajo del Saja, al norte de San Pedro, se encuentra la cueva de La Mies. Aunque de boca pequeña, su desarrollo es de 198 m, en galerías estrechas. En el fondo del vestíbulo se han estudiado niveles de cenizas con cerámica – probablemente tardo antigua y depósitos de carbón. En las dos pequeñas galerías laterales abiertas al fondo la pared izquierda aparecen 13 paneles de marcas negras, con líneas cortas y manchas puntuales. En la rasa costera, en el borde de una amplia dolina, se abre la cueva de La Venta del Cuco, de desarrollo medio. Conserva yacimientos de diversas épocas pero está bastante alterada. Ha proporcionado una hebilla liriforme, cerámica tardo-antigua y altomedieval y en parte de su recorrido interior aparecen pequeños grupos de marcas negras. Destaca la figura de un círculo y varias líneas aisladas en ángulos.

La Raposa es un sumidero parcialmente activo situado en el fondo del valle de Santillana, que ha aportado materiales, generalmente en posición secundaria. A cien metros de la boca, en una sala llena de bloques, aparecen veinte paneles de marcas negras, además de grabados incisos. En la rasa litoral se encuentra la cueva de La Tejera de Ongayo, también un sumidero fósil de pequeño tamaño, con 39 m de desarrollo. En una acumulación

Fig. 3.8.2. Marcas negras en una cornisa en la cueva del Poyo (Saja), en una posición muy característica de este ciclo. de carbones, en el centro de su sala final, aparecieron cerámicas quizás de época medieval. Junto a estos restos, en las paredes de los bloques, conserva pequeños paneles de marcas negras. En un pequeño valle cárstico labrado en la rasa litoral se encuentra la cueva de Sopeña Coladorio. Se trata de una cavidad de tamaño pequeño, aunque con buenas condiciones de habitabilidad y su relleno sedimentario ha sido muy alterado. En una grieta del techo del fondo de la cavidad hay un panel de marcas negras, formado por trazos y puntos. La cueva de la Cerviz responde perfectamente al modelo más frecuente utilizado por esta facies. Se trata de una cueva situada en la parte más alta del monte, aunque en la zona prelitoral. Su entrada es de gran tamaño y su desarrollo también es importante. En una de sus galerías aparecen numerosas zonas deprimidas con restos de carbón vegetal y en varios puntos conserva pequeños paneles de marcas negras, bastante alterados por el uso espeleológico de la cavidad. En la falda de una pequeña elevación situada en el borde del valle medio del Saja, en Periedo, se encuentra la cueva del Butrón, de tamaño reducido. No se conoce bien el contexto de las marcas, que aparecen agrupadas en varios paneles. Se trata de puntuaciones y marcas de pequeño tamaño.

El conjunto de marcas negras de Hoyo de Los Herreros, situada en la zona de Quijas, es decir en el tramo medio – bajo del Saja, es junto con Villegas II, el mejor de la cuenca del Saja. Se trata de una cueva abierta en el fondo de una gran depresión, de desarrollo medio y muy arenosa. En sus galerías interiores aparecen entre otros restos arqueológicos como restos humanos, concentraciones de carbón y fragmentos de cerámica medieval. Resultan muy interesantes algunas piezas realizadas en madera. Con todo, son los paneles de marcas negras, por su número – unos 800 - y rasgos característicos, lo más destacable de la cavidad.

diversidad media en tipos de trazos2. Los resultados se resumen en la tabla anexa. Se ha considerado que hay cuatro tipos de conjuntos, en función a su complejidad y tamaño: 1. Los grandes conjuntos. En el Saja sólo correspondería a este grupo la cueva de Hoyo de los Herreros, con cerca de 800 paneles distribuidos por una importante red de galerías y en diversas posiciones.

La cueva de La Clotilde o de la Lora, además de utilizaciones de otros momentos, también contiene un conjunto interesante de marcas negras. Se trata de una cavidad formada por estrechas galerías, con más de 200 m de desarrollo, abierta en la ladera cercana al cauce del Saja, en su tramo medio bajo. Las pinturas aparecen en el tramo final de la galería derecha de la entrada. No se conocen depósitos asociados, aunque la cueva se encuentra muy alterada. También en la cercana cueva de Rotablín- El Pernal, Reocín, un sistema kárstico parcialmente activo de grandes dimensiones, aparecen marcas negras de este tipo. Concretamente en una falsa galería, a unos 50 m de la entrada de Rotablín, se conservan pequeños grupos de marcas negras. En posición derivada se ha estudiado varios fragmentos de cerámicas alto y plenomedievales. La cueva del Poyo se encuentra en un entorno paisajístico radicalmente diferente del de las anteriores. Se abre en una ladera sobre el curso medio – alto del Saja, en Los Tojos. Se trata de una cavidad formada en calizas jurásicas, de tamaño medio, muy gravitacional. En su interior se han estudiado depósitos con material tardo-antiguo y medieval. Aparecen numerosas concentraciones de carbón vegetal, en ocasiones con cerámica a torno. En las paredes y en los bloques se conservan, en ocasiones en mal estado, pequeños grupos de marcas negras. Se han estudiado 10 paneles, formados en todos los casos por pequeñas puntuaciones y marcas. 3.8.2. Las marcas negras Los conjuntos esquemático abstractos resultan especialmente complejos de sistematizar por sus características estilísticas y quizás por su propia naturaleza, aunque sí han sido estudiados desde un punto de visto estilístico (Smith *. *). En este trabajo y exclusivamente para comparar la complejidad de los conjuntos, se ha controlado para cada uno una breve serie de variables, en concreto, el número de paneles, el número medio de trazos por panel y la

Fig. 3.8.3. Distribución de cavidades con marcas negras. 1. La Frontal, 2. El Portillo II, 3. Villegas II, 4-5. Las Canalonas I-II-III, 6. El Linar, 7. La Mies, 8. La Venta del Cuco, 9. La Raposa, 10. La Tejera, 11. Sopeña-Coladorio, 12. La Cerviz, 13. El Butrón, 14. Rotablín- Pernal, 15. El Hoyo de los Herreros, 16. La Lora, 17. El Poyo. 2. Cavidades de segundo orden, con un número medio de paneles, entre 60 y 150. En este grupo incluiríamos en el Saja sólo a Villegas II, con 90 paneles, y en el Pas por citar un ejemplo la cueva del Calero II.

2

Se han considerado los siguientes tipos de trazos: F: motivo complejo, L: Línea fina, T: Trazo (lineal grueso), P: Mancha puntual, M: Mancha extensa). Otras variables controladas, como el soporte y la distancia a la boca, no se incluirán en este trabajo por su enfoque generalista.

3. En un tercer grupo se clasificarían los pequeños conjuntos, con entre 40 y 15 paneles. Aquí entrarían una parte importante de las estaciones del Saja: Las Canalonas, La Mies, Venta del Cuco, Raposa, Rotablín y La Lora. 4. La última categoría la integran los conjuntos de carácter puntual, aquellos con menos de 15 paneles. Son la mayoría (10), en la cuenca del Saja. Normalmente los paneles están integrados por un escaso número de marcas, muy “limpias”. En algunos casos la reducida escala de sus manifestaciones hace pensar que no correspondan realmente a este ciclo. Así pues, el territorio del Saja presenta una distribución no-normal en cuanto a la riqueza en paneles de sus estaciones de marcas negras. Según se avanza en la complejidad el número de conjuntos disminuye casi exponencialmente. En cuanto a la diversidad de tipos de trazos no está, como cabría esperarse, correlacionada de forma positiva con el número de paneles, y así cavidades como Las Canalonas (I, II, III), La Raposa, la Venta del Cuco y sobre todo La Tejera, con muy pocos paneles, presentan valores de diversidad superiores en ocasiones a las de los grandes conjuntos. Asi pues parecen comportarse como valores independientes la densidad de trazos de la diversidad o complejidad de los conjuntos.

En algunas cavidades, especialmente en el ámbito de Asón – Miera hay paneles de gran densidad, con gran número de trazos, que parecen resultado del uso repetitivo de un sector concreto de pared. En general estos palimseptos no aparecen en cavidades con un reducido número de paneles. En la cuenca del Saja no aparece casi este tipo de estaciones, salvo puntualmente en Hoyo de Los Herreros o Villegas. Esta forma de “acumularse” las grafías sugiere que se trata del resultado de la reutilización de una misma Cueva

Nº Panel

NXT

Div.

paneles x trazos x diver

La Frontal

4

1,25

1

5

Portillo IV

1

5

1

5

Villegas II

90

6

1,54

831,6

Canalonas

32

5

1,41

225,6

Canalonas II

2

6,5

1,5

10,5

Canalonas III Linar

2

6

1,5

19,5

3

3,5

1,33

13,97

La Mies

18

4,5

1,47

52,92

Venta Cuco

15

5

1,58

118,5

Raposa

18

4

1,53

110,16

Tejera

4

4,5

1,75

31,5

Sopeña – Coladoiro La Cerviz

3

3

1,33

11,97

14

4,5

1,38

86,94

Butrón

5

4,5

1,2

27

Rotablín

28

4

1,28

143,36

Hoyo Herreros La Lora

ca. 800

5

1,43

5720

28

5,5

1,36

209,44

10

5,4

1,4

75,6

Poyo

Fig. 3.8.5. Marca negra compleja en la pared de la cueva de Las Canalonas (La Busta de El porqué en algunos conjuntos aparecen trazos bien realizados y de diseño variable y en otros casi todas las marcas son puntos o trazos cortos es algo que hoy día se nos escapa. Si, como se ha planteado (Ruiz Cobo 1998), el AEA es el resultado secundario de un ritual o de una mecánica gestual realizada junto a la pared, no parece necesaria la ejecución de trazos diversos con diseños más o menos complejos3.

Se podría sugerir que cada tipo de trazo, más o menos cuidado o conformado, fuese resultado de una parte del discurso ritual (¿). Es posible incluso, en el

Fig. 3.8.4. Número de paneles, número medio trazos por panel y número medio de tipos de trazo por panel. cavidad a lo largo de muchas visitas. Puede plantearse, a título hipotético, que en cada visita se realizó un panel o grupo de paneles muy cercano entre sí. Si este fuese el caso, la mayor parte de las cavidades del Saja serían resultado de un corto marco de un colectivo ágrafo, pero que conoce la existencia de la escritura y su valor, que este tipo de ejecuciones fuese una especie de remedo o réplica del acto de escribir, en el marco de un ritual más complejo.

número de visitas, incluso de una única visita, a excepción de Hoyo de Los Herreros y Villegas. 3.8.3. Discusión Se han identificado manifestaciones del ciclo AEA en 18 estaciones, aunque en algunos casos hay dudas sobre su carácter. De ellas, la mayoría, se encuentran en dos ámbitos paisajísticos diferentes:

hábitat medieval, aunque aparecen gran número de asentamientos medievales sin ninguna cavidad con marcas negras en sus inmediaciones. En la plataforma costera aparecen ambos tipos de yacimientos y lo mismo ocurre en el flanco sur del Saja en su curso medio bajo. Llama la atencion que en la zona sur de la mayor concentración de cuevas con marcas negras, ese óvalo citado antes, entre la Busta y Caranceja, es donde se encuentra un importante complejo de yacimientos de fase medieval, el grupo de Peña Caranceja, donde se ha excavado además de un asentamiento con varias localizaciones independientes, una importante serie de carboneras y junto al que se conoce un castillo y una necrópolis. Solo cabe destacar la falta de asociación de hábitat para la parte del norte de ese grupo de La Busta – Canalonas / Liar -. También se encuentra aislada la cueva del Poyo, aunque en este sector no se ha realizado una prospección de detalle de los asentamientos al aire libre.

Fig. 3.8.6. Vestíbulo de la cueva de la Cerviz. a) Cuatro cavidades se distribuyen de forma más o menos lineal y regular en la plataforma litoral, sobre todo en cubetas cársticas. Así aparece una en el entorno de Comillas, otra en Cóbreces, otra en Santillana y otra en Suances.

Por otra parte llama la atención la existencia de cavidades con marcas negras en espacios con alta densidad de hábitat, incluso con monasterios bien establecidos, como la cubeta de Santillana del Mar, que sabemos funcionó como centro de poder desde el siglo IX. Esto sugiere que la costumbre de acudir a la cavidad y realizar este ritual probablemente no se hizo de espaldas o en contra de la opinión de la jerarquía eclesiastica. Es muy posible que fuese una

b) Doce cavidades integran la principal agrupación de la facies, situada en un territorio de escasa superficie – un óvalo de 10 por 5 km- ubicado en la cuenca media – baja del Saja, entre la ladera oeste del Barbecha y las vertientes de Caranceja y Reocín, incluyendo la depresión de La Busta. Sólo dos cavidades escapan a estos grupos: una en el sector interior del valle de Bustriguado, un afluente del Escudo, la de La Frontal, y otra en la cuenca alta del Saja, la cueva del Poyo. Se puede intentar una comparación entre la distribución de cavidades con marcas negras y los puntos de hábitat, indicados para la Alta y Plena Edad Media por la localización de las necrópolis de lajas, los castillos y los asentamientos. Aunque no es posible establecer con precisión la situación de los hábitat medievales, sí puede inferirse la densidad relativa del mismo, en función a la distribución de los asentamientos. En general, aunque a primera vista, la red de distribución de ambos puntos- cuevas con AEA y yacimientos medievales- parece independiente, esto se relaciona con el tipo de sustrato. Un estudio más detallado revela que la mayor parte de las cavidades con AEA se encuentran junto a asentamientos de

Fig. 3.8.7. Trazos negros en posición característica en una galería de La Cerviz. práctica, quizás un tipo de festividad o celebración, autorizada o al menos consentida por el poder. Los parámetros posicionales de las cuevas con marcas negras en el Saja no son muy indicativos. La altura absoluta media es de 167 m, aunque salvo un yacimiento (El Poyo), los demás se encuentran por debajo de los 400 m. Un pequeño grupo se encuentra entre 200 y 400 m, la mayor parte se localiza por debajo de los 200 de altura.

Cavidad

Z

U.Pai

U.Top

277 42 68 280

U.A m S.I. LT LT SI

Tp.Cv

Or.Bc

Dep

Grp.

LDA DOL LAD LAD

Anc. Bc 7,6 2,7 11 7

La Frontal El Portillo IV Villegas II Las Canalonas Las Canalonas II Las Canalonas III El Linar La Mies La Venta Cuco La Raposa La Tejera Sopeña – Coladoiro La Cerviz El Butrón Rotablín Hoyo Herreros La Lora El Poyo

COL RSL RSL COL

CVA CUE CVA CVA

N S N SW

S S S S

4 4 1-2 3

285

SI

COL

LDA

3,1

CUE

N

N

4

195

SI

COL

LDA

1,4

CUE

N

S

4

110 100 154

SI SI LT

CUB VAL RSL

BVA BVA DOL

4 2,5

CVA CUE CUE

S W S

S S S

4 3 3

78 83 164

LT LT SI

RSL RSL COL

DOL BVA BVA

1 3 3,7

CUE CUE CUE

W N S

S? S S

3 4 4

360 102 110 130

SI SI LT SI

COL VAL COL COL

CIM LAD DOL DOL

8 1,3 25 5

CVA CUE CVA CUE

W S S S

S N S S

4 4 3 1-2

53 540

SI IN

VAL MON

LAD LAD

7 5

CUE CUE

NW E

N? S

3 4

Fig. 3.8.7. Caracteristicas de las cavidades con marcas negras. U. amb.: Unidad ambiental: LT: Litoral, SI: Sector Semi-interior, IN: Interior. U.Pai: Unidad de Paisaje: COL: colinas, RSL: Rasa Litoral, Val: Valle fluvial, CUB: Cubeta Kárstica. U.Top: Unidad Topográfica: LDA: Ladera Alta, LAD: Ladera, DOL: Borde/ Fondo de dolina, CIM: Cima, BVA: Borde de Valle. Anc.Bc: Anchura de boca. Tp.Cv.: Tipo Cavidad: CUE: Cueva, CVA: Cueva de gran vestíbulo. Dep: Depósito. S: Si, N: No. Los biotopos más utilizados son las colinas del sector semi-interior y los pequeños valles y cubetas de la plataforma litoral. En cuanto a la unidad topográfica más utilizada es la ladera, sobre todo la ladera alta, el borde de valle y las dolinas labradas en la plataforma costera. Tampoco la morfología de las cavidades es indicativa, pues con un valor medio de anchura de boca de 5,7 conviven grandes cavidades, con otras de tamaño medio y reducido. En general se trata de cuevas con desarrollos medios y grandes, como parece ser la norma en la facies. Las cuevas presentan orientaciones aleatorias, y está muy representada la orientación al norte y al oeste. Resulta interesante valorar la variación de la densidad de estaciones con marcas negras entre los diferentes valles de la Región. Así, en esta cuenca del Saja el valor de densidad es de 17 cuevas (0,02 cuevas/km2, es decir, 2 cuevas por cada 100 km2). Al oeste, en el inmediato valle del Nansa se han estudiado una docena de cavidades con usos medievales, pero sólo en dos, Tío Marcelino y la Cuevona de Riclones, se han estudiado marcas negras. Este yacimiento se encuentra, como El Poyo, en el tramo alto del valle, en un paisaje de montaña.

Al este, en la cuenca del Besaya también son escasas las cuevas con este tipo de manifestaciones, y en el Pas ocurre algo similar, con valores de densidad reducidos. En cambio en el Miera la densidad es bastante más alta, pues se ha localizado este ciclo en 15 cavidades (densidad de 0,05) y en el Asón, con 35 yacimientos, la densidad es de 0,06. Por otra parte, en este sector oriental no parece mantenerse la relación planteada para el Saja, en concreto el número de cuevas / densidad de hábitat, sino que las cuevas ocupan posiciones alejadas del valle, aunque es pronto para plantear esta cuestión. Por último en el Agüera el fenómeno se enrarece ya que un sólo aparece una estación, Los Corrales. Resulta complejo explicar la variable de “tamaño” de los conjuntos, indicada por el número de paneles. Esta variable, al menos en el Saja, no aparece correlacionada de forma positiva con la altura de la cavidad o lo accesible que resulte. En cambio sí parece correlacionado el número de paneles con el ancho de la boca y en general con el desarrollo de la cavidad.

Capítulo 4. El registro arqueológico

Abrigo de Roiz

Capítulo 4. El registro arqueológico Sistemática utilizada. El método de prospección La prospección de la cuenca del Saja ha sido abordada en dos momentos diferentes variando poco el método utilizado en ambos. A principios de los años ochenta el grupo CAEAP, formado, fundamentalmente, por Emilio Muñoz, Carmen San Miguel y Alejandro Bermejo, prospectó la cuenca, sobremanera la parte norte de la misma. Se identificaron un buen número de los yacimientos conocidos, muchos de ellos inéditos y de los que se contaba con información muy precaria y se había perdido su localización exacta. Por ejemplo, por sólo citar un yacimiento de interés extraordinario, la cueva de Las Canalonas o Esperanza, excavada unos pocos años atrás por el Seminario Sautuola, estaba totalmente perdida. Estas prospecciones fueron prodigas en hallazgos, especialmente de cavidades con yacimiento y estaciones prehistóricas al aire libre. Por otra parte, en el año 2010, se volvió a prospectar la zona, en este caso dentro de un proyecto específico autorizado y financiado por la Consejería de Cultura del Gobierno Regional. En este caso, el grupo de trabajo lo integraban Emilio Muñoz Fernández, Jesús Ruiz Cobo, Alejandro Bermejo Castrillo, Carmen Barredo, Víctor Crespo Lastra. Además colaboraron en el proyecto miembros del grupo de Espeleología Tres Mares, en concreto José Luis Alonso. Durante los trabajos se hallaron también un importante número de yacimientos, especialmente en cavidades, aunque también se identificaron varias estaciones de superficie, algunas estructuras tumulares y otro tipo de yacimientos. Con todo, determinados yacimientos como los castros, no han tenido la atención que se merecían. El párrafo anterior nos sirve para abordar el método de prospección realizada. La exploración de la zona ha sido realizada de forma asistemática. No se dividió la zona ni por sectores ni por cuadrículas, sino las salidas al campo fueron arbitrarias, aunque resultaron mucho mas frecuentes las realizadas a zonas donde se conocían numerosas cavidades con yacimiento arqueológico, prospectándose de forma bastante intensiva, sobremanera los cerros testigos calizos y más ocasionalmente las laderas de algunos montes, como el Monte Barbecha. Se comenzó con la revisión de los yacimientos conocidos, tanto cavidades como estaciones al aire libre, aunque progresivamente también se fueron reconociendo otros tipos de yacimientos, en general mucho más escasos. El reconocimiento directo de las cavidades, realizadas en mucho de los casos en varias ocasiones, fue determinante para su caracterización, ya que, en general, se poseían datos muy escasos procedentes de métodos destructivos: excavaciones y sondeos realizados con anterioridad, principalmente por el equipo de camineros de la Diputación y por el

Seminario Sautuola. En estas revisiones, además de la localización de numerosas muestras de manifestaciones parietales, tanto paleolíticas como posteriores, se hallaron en superficie abundantes restos arqueológicos que contribuyeron en gran medida al análisis que realizamos de los yacimientos. La catalogación se completó con el estudio parcial de los materiales existentes en el MPAC.. Sistemática de recogida de información En el reconocimiento de nuevos yacimientos se catalogaron todos los materiales observables en superficie. En la primera campaña de los años ochenta se procedió a la recogida de los mismos, especialmente en aquellos yacimientos que se estaban destruyendo por actividades antrópicas, como canteras o carreteras. También se recogieron las piezas existentes en los cauces fluviales de las cavidades, como El Linar, con varios millares de piezas, entre ellas un hacha plana de bronce, a pesar de que el río es un colector de las aguas fecales del pueblo de La Busta. La ayuda de los lugareños para la localización de las cavidades resultó bastante determinante, como la revisión de cavidades catalogadas por los espeleólogos. Con todo, algunos tipos de yacimientos, como los castros, y en menor medida los túmulos, apenas fueron considerados y hoy todavía apenas son conocidos en la zona. En el estudio se recogieron las informaciones disponibles sobre los yacimientos, con la excepción de los mejor conocidos de los que se ofrece una información sumaria, incluyendo la bibliografía más importante. Para el resto se ha procurado ofrecer una información exhaustiva. Los yacimientos se han ordenado de norte a sur y de este a oeste, comenzando por los municipios situados junto a la costa actual. El modelo de ficha utilizado es el mismo que en los trabajos anteriores. Tras el nombre con el que se conoce al yacimiento, seguido de otros nombres citados en otras publicaciones u otras denominaciones conocidas entre los vecinos, aparecen los siguientes apartados, designados por numeración árabe: 1. Este apartado incorpora, de forma muy sumaria, el nombre del paraje donde se encuentra el yacimiento, seguido de la localidad más cercana y por último el municipio en que se sitúa. A continuación, en el mismo bloque, se concreta la unidad topográfica en que se inscribe, seguido de un comentario sobre sus condiciones de habitabilidad. 2. En caso de yacimientos en cueva se realiza una descripción, más o menos sucinta de la cavidad, incluyendo el tamaño y orientación de la boca, las principales galerías, etc. También en caso de estaciones al aire libre se comenta la morfología del terreno donde se asienta el yacimiento.

3. En este apartado se realiza una asignación a un periodo crono- cultural, a uno de los siguientes periodos: Paleolítico Inferior, Paleolítico Medio, Paleolítico Superior- Epipaleolítico, Mesolítico / Neolítico Antiguo, Prehistoria Cerámica (Calcolítico – Bronce), Protohistoria, Romanización Tardoantigüedad y Edad Media. Además la información del apartado se completa con la asignación a una facies. Se han diferenciado las más características: - Hábitat, cuando aparecen evidencias del uso, más o menos regular, como espacio de habitación. - Refugio, cuando las evidencias de hábitat tienen carácter marginal. En este grupo se incluyen yacimientos en los que las evidencias señalan el uso como espacio de cuadra o redil por grupos de pastores. - Uso económico marginal. Aparece un buen número de utilizaciones de tipo económico que no implican el hábitat. Así, muchas cavidades fueron utilizadas como lugar para refrescar la bebida cuando se encontraban inmediatas a los campos de labor, o para mantener fríos o incluso para elaborar determinados alimentos, como la leche, el queso o la cerveza. También se han utilizado como lugar para ocultar determinadas pertenencias. - Usos productivos, o económicos directos. En algunas cronologías avanzadas, como en época romana y medieval, aparecen yacimientos de carácter pre-industrial, como las ferrerías. - Uso militar. En cronologías romanas y medievales aparecen yacimientos de facies defensiva- ofensiva, como las torres, los castillos y los campamentos militares. En todos ellos el hábitat no ha sido la acción central que explica su situación y morfología. - Depósito cultual. En principio se consideran aquellos yacimientos en que las evidencias conocidas no parecen responder a una lógica económica. Normalmente se trata de cerámicas o de restos de fauna ubicados en puntos interiores de las cavidades, en muchas ocasiones asociadas a acumulaciones de carbón vegetal. - Arte Rupestre. Incluyen las manifestaciones tanto en cueva del ciclo paleolítico o de otros ciclos, como las manifestaciones de tipo “marcas negras”, probablemente de cronología medieval. o las realizadas en otros soportes al aire libre - Depósito derivado. Ha debido también incluirse un contexto de deposición secundaria, para aquellos yacimientos en los que materiales se encontraban fuera de su posición original, por ejemplo por haber sido arrastrados por el agua. Una facies específica es la de basurero, que se tratará de forma concreta. - Indeterminado. Por último se ha debido de incluir una categoría imprecisa para aquellos yacimientos en

que las evidencias aparecen aisladas, sin un contexto de interpretación preciso. 4. En este punto se detalla la localización de las diferentes evidencias arqueológicas, tanto las propias industrias, como los restos de fauna, malacofauna y en su caso los restos humanos. Además de su localización en el yacimiento, y a continuación, se describen de forma sumaria. Si se dispone de información estratigráfica para el yacimiento se incluye también en este apartado. 5. Aporta, siempre de forma resumida, la información historiográfica disponible sobre el yacimiento: a quién se debe su descubrimiento, y que autores o equipos procedieron a su investigación. 6. Informa sobre el museo o centro de investigación en que se encuentran depositados todos o parte de los restos procedentes del yacimiento. En caso de que ninguna evidencia haya sido recogida este apartado no se incluirá. 7. Aquí se listan las referencias bibliográficas en que el yacimiento se ha citado o estudiado. Se ha optado, por razones de espacio, en limitar la cita a los dos apellidos, la fecha de publicación y la página en que se cita. En algunos yacimientos concretos, por ejemplo, Altamira, sólo se han incorporado algunas referencias, por su carácter más interesante o reciente. Para aquellos yacimientos en que la información disponible es mínima, por tratarse de lugares con evidencias aisladas, hallazgos ocasionales, cavidades desaparecidas, etc., el tipo de modelo de ficha utilizado es mucho más sintético. Se limita a incluir el nombre del yacimiento, el municipio y describir mínimamente las evidencia localizadas, comentando también su procedencia y bibliografía. Las fichas de los yacimientos se han organizado en cuatro bloques: 1. Yacimientos en cueva. Aparecen tanto los yacimientos de cronología prehistórica como los de época histórica. En la parte final de este apartado se incorporan las cavidades de registro dudoso, con indicios de yacimiento o bien aquellas que, por diversas razones, no han sido bien documentadas. 2. Yacimientos al aire libre de cronología prehistórica y protohistórica. Incluye un apartado de hallazgos aislados y dudosos. 3. Yacimientos romanos y medievales al aire libre. Incluye un apartado final con hallazgos aislados de esta cronología y de los dudosos. 4. Yacimientos paleontológicos En principio el orden en que se ofrecen es el que responde a su situación en el eje Oeste – Este y dentro de él Norte Sur, por municipios, a lo largo del territorio. La información se completa, para los yacimientos en cueva, con la planta de la cavidad, que se aporta al

final del capítulo dedicado a los yacimientos en cueva. Cuando se cuenta con información detallada se señala, generalmente con un asterisco en la planta la situación de los diferentes ítems arqueológicos localizados en la cavidad. Dada la ingente cantidad de industrias de todo tipo procedentes de las estaciones clásicas – El Linar, Cualventi, Las Aguas, Altamira, por citar sólo algunas-, el material gráfico aportado, básicamente dibujos de piezas, se limita a los elementos aparecidos en los nuevos yacimientos localizados. También se reproducen materiales de cierta entidad recogidos por diversos grupos que con anterioridad han estudiado los yacimientos de esta zona y que por diferentes motivos han quedado inéditos o han sido publicados parcialmente o en ediciones de distribución muy restringida. 4.1. Yacimientos en cueva 1. Abrigo del Castañal o de Laspres 1. Laspres. La Revilla. San Vicente de La Barquera. Z: 90 m. Pequeño abrigo situado en una reducida afloración cárstica situada a menos de 2 km de la línea costera. Debido a sus reducidas dimensiones resulta poco habitable. 2. Abrigo corrido de 2,20 m de altura por 18 m de anchura por 1,6 m de profundidad máxima, aunque una buena parte del mismo carece de techo, orientado al noroeste. 3. Neolítico. Hábitat. 4. En la superficie del abrigo, que aparentemente está bien conservado, se hallaron numerosos materiales: - 19 lascas secundarias, 1 lasca primaria, 3 láminas simples, 1 núcleo grande de N.U.P.C., 1 lasca de retoque, 1 canto, 1 fragmento de canto y 10 cantitos (2 rotos), de cuarcita. - 1 lasca secundaria de sílex - 1 lasca secundaria de cristal de roca - Fragmento de la parte superior de una vasija a mano, con el borde vuelto y con el labio aplanado, ligeramente engrosado. Tiene el interior alisado y el exterior bruñido. Es de color negruzco con engobe pardo, presenta desgrasantes gruesos de cuarzo y finos de mica, siendo bastante fina. - Fragmento de la panza de una vasija realizada a mano, gruesa, lisa y con desgrasantes gruesos de calcita. Es de color negruzco, con engobe pardo por el exterior. Es gruesa. - 3 molares infantiles de Cervus elaphus, 3 molares de Capreolus capreolus, y escasos fragmentos de huesos identificables y esquirlas óseas. - 110 Patella vulgata, 278 Patella intermedia, 42 Patella ulyssiponensis, 105 Phorcus lineatus, 2 Ostrea edulis, 1 Mytilus edulis, 1 Solen marginatus, 1

fragmento de caparazón de Paracentrotus lividus y 5 Cepaea nemoralis. 5. Fue reconocida a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. 6. MPAC.. 7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica: (1987: 93 y 155). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2005: 70). Muñoz Fernández, Malpelo Arozamena (1993: 76 y 81).

García

y Gómez

Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 234). 2. Covacho de La Revilla 1. La Revilla. San Vicente de la Barquera. Se sitúa en la parte alta de un cerro testigo próximo a la costa. Debido a sus reducidas dimensiones no tiene condiciones de hábitat. 2. Covacho con una boca de 1,2 m de altura por 3,1 m de anchura orientado al este, que da acceso a un vestíbulo de 2 m de longitud. Se prolonga por dos galerías muy reducidas, destacando la situada en el centro del mismo, a 0,5 m de altura, que al metro se hace impracticable. 3. Mesolítico (¿). Hábitat ocasional (¿). 4. En la parte izquierda, y en superficie, se observó: - Fragmento de canto de arenisca. Y en la parte derecha: - Fragmento de concha de Mytilus sp. - 2 pequeñas esquirlas óseas de aspecto prehistórico. 5. Fue reconocida a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. 3. Cueva del Barcenal I 1. La Revilla. San Vicente de La Barquera. Z: 33 m. La cueva se sitúa en el fondo de un vallejo costero y no ofrece buenas condiciones de habitabilidad. 2. Sumidero activo con varias bocas de las cuales por la del extremo sur entra el río. La boca principal, orientada al oeste, es alta y estrecha y da acceso a una rampa descendente que hacia la derecha desemboca en el río. Todo el área del vestíbulo está vaciada por éste. La galería del río gira hacia la izquierda hasta una bifurcación, la principal, con agua, presenta varios cambios de rumbo hasta hacerse impracticable, la de la izquierda, con una rampa ascendente, está elevada con referencia a la anterior, es ancha y baja, con un colapso junto a la pared izquierda, donde se halla el yacimiento

principal, es bastante recta y comunica con la galería principal.

- 5 Patella (1 vulgata, 3 intermedia, 1 rustica y fragmentos).

3. Paleolítico Inferior. Depósito secundario.

b) En el colapso del interior de la cavidad, por debajo de capas arenosas y a unos 80 cm de profundidad se observa un nivel espeso y arcilloso de color oscuro, con algunas conchas, huesos y sílex, de unos 30 cm de potencia. Caídos del corte se hallaron:

Magdaleniense / Aziliense. Hábitat. Prehistoria reciente. Depósito secundario. Edad Media. Depósito secundario. Manifestaciones rupestres. Cronología indeterminada. 4. En varios puntos de la cueva se hallaron materiales arqueológicos: A. Cauce del río del fondo del vestíbulo: - Raedera sencilla convexa sobre lasca secundaria de cuarcita / arenisca, con retoques marginales en un borde. - Chopper con el filo muy carenado y con los lascados muy planos, unifacial denticulado cóncavo, del tipo 1.8 de Querol /Santoja. Presenta melladuras de uso y ha sido fabricado sobre un canto de arenisca /cuarcita. Medidas: l: 145 mm, m: 117 mm y e: 80 mm. - 3 lascas simples y 1 núcleo irregular con córtex del que se han extraído lascas, de sílex. - 1 lasca simple, 3 lascas secundarias, 1 lasca secundaria de fractura de arenisca y 1 núcleo sobre canto, con casi todas las caras reservadas, de cuarcita / arenisca. - Fragmento de panza de cerámica a mano, con el borde vuelto y labio redondeado, con el exterior pardo – rojizo, el interior grisáceo y el alma negruzca, con desgrasantes grandes de cuarzo y calcita. - Fragmento de panza lisa a mano, con el exterior rojizo, el interior negruzco y el alma gris, con desgrasantes gruesos de calcita. - Fragmento de panza a mano decorado con dos profundas líneas incisas realizadas con un instrumento de punta aflecada, en disposición oblicua, de color pardo- negruzca y con desgrasantes gruesos de calcita. - 2 fragmentos de panza lisa a torno, de color grisáceo, con el interior blancuzco, con desgrasantes muy finos de mica. - Fragmento de panza lisa a torno de color rojizo. - Fragmento de parte superior de una vasija a torno con el borde continuo y el labio redondo. Es de color rojizo y presenta esmalte verde por ambas caras. - Fragmento del fondo de una vasija grande a torno con la base plana y la unión a la panza cóncava, muy gruesa, de color rojizo y con goterones de vedrio. - Fragmento de panza a torno, con esmalte verde por la cara interna. - 1 molar de bóvido y 1 molar de ciervo.

- 1 esquirla ósea con una muesca lateral inversa. - 18 conchas de Patella vulgata, 11 Littorina littorea y 1 Mytilus edulis. En lo relativo a las manifestaciones parietales, en una pequeña hornacina de la pared izquierda de la galería elevada de la izquierda hay un panel de grabados gruesos, realizados con un instrumento de punta roma sobre las arcillas de decalcificación. Aparecen varias líneas largas, algunas horizontales, sin disposición aparente 5. Reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. 6. MPAC.. 7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1980-81: 30). Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1987: 93 y 155). Muñoz Fernández (1992: 248). Muñoz Fernández, Malpelo Arozamea (1993: 76 y 81).

García

y Gómez

Muñoz Fernández y Ruiz Cobo (1993-95: 21). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 232). 4. Cueva del Barcenal II 1. La Revilla. San Vicente de La Barquera. Z: 33 m. La cueva se sitúa en la cima de una afloración de escasa altitud en el fondo del valle, situado muy cerca de la actual línea costera. No es habitable. 2. Sumidero fósil de perfil marcadamente descendente. Presenta una boca parcialmente colmatada, de 0,40 m de alta por 0,30 m de ancha, orientada al noroeste, que da acceso a un pequeño vestíbulo en fuerte pendiente, de 4,6 m de longitud por 4,6 m de anchura, con bloques y vertidos arrojados desde el exterior. En la pared izquierda hay una galería descendente en cuya pared derecha hay un laminador, con numerosos bloques, muy inclinado, de 9 m de longitud por 5 m de anchura, sin duda una prolongación del vestíbulo separado del resto por colmatación. La galería principal, que es muy descendente, gira a los 7 m hacia la derecha, donde también es muy descendente. A los 8 m desemboca, por medio de un estrechamiento, en una sala de 4 m de largo por 3 m de ancho, con un cono de derrubios que lo obstruye. Hacia la mitad de la galería y en la pared derecha hay una galería de 6 m de longitud por 1 m de anchura.

3. Paleolítico Inferior. Depósito secundario. Tardo – antiguo. Depósito. Edad Media. Depósito. Edad Media. Marcas negras. Los materiales aparecieron en superficie, en el laminador que se prolonga por el fondo del vestíbulo, entre los numerosos bloques calizos. Se hallaron: - Hendedor sobre lasca con roturas recientes en el talón y en parte del filo, del tipo 0 de tixier, fabricado sobre una lasca primaria de cuarcita con pátina terrosa. Es muy regular y presenta retoques bifaciales en el borde derecho y retoques simples, bastante finos, en el izquierdo. Medidas: l: 105 mm, m: 84 y e: 34 mm. - Lasca primaria con pequeñas escotaduras clactonienses, de sílex con intensa pátina lechosa. Medidas: l: 61 mm, m: 36 mm y e: 11 mm. - Lasca secundaria con el talón suprimido. Medidas: l: 25 mm, m: 28 mm y e: 8 mm. Fragmento de núcleo irregular, del que se han obtenido lascas. Medidas: l: 45 mm, m: 32 mm y e: 18 mm. - Fragmentos de la parte superior de una olla, quizás a torneta, con el borde exvasado y el labio plano. En la base del cuello está decorado con hoyuelos muy superficiales. Es de color grisáceo con desgrasantes finos poco numerosos de cuarzo y finísimos de mica. Es bastante fina, de 5 a 7 mm de grosor. - Fragmento de panza de color grisáceo con desgrasantes muy reducidos de cuarzo, de 5 mm de grosor. - Fragmento de panza de color grisáceo con desgrasantes numerosos muy reducidos de cuarzo, de 5 mm de grosor. - Fragmento de la panza de una vasija hecha a mano, de color grisáceo, con desgrasantes de cuarzo, carbón vegetal y calcita, de 13 mm de grosor. - Fragmento de la panza realizada a mano con desgrasantes de cuarzo, gruesos de calcita, mica y carbón vegetal, de 13 mm de grosor. - Fragmento de cerámica medieval perteneciente a una panza lisa, de color naranja con desgrasantes muy finos de mica, de 3 mm de grosor. En la galería más profunda, preferentemente en la pared izquierda hay pequeños grupos de “marcas negras”, con marcas, puntos y líneas cortas. 5. Reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. 6. MPAC. 7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (CAEAP) (1987: 93 y 155). Gómez Arozamena (2003: 222) Muñoz Fernández (1992: 248

Muñoz Fernández, Malpelo Arozamena (1993: 76 y 81).

García

y Gómez

Muñoz Fernández y Ruiz Cobo (1996: 21). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 234). Muñoz Fernández y Serna Gancedo (1985: 9, 11, 12, 14 y 25). Muñoz Fernández, Serna Gancedo Arozamea (1993: 313 y 314).

y Gómez

Smith y Muñoz Fernández (1984:139). Smith y Muñoz Fernández (2010: 679 y 680). 5. Covacho de Oyambre 1. Cabo de Oyambre. Los Llaos. Z: 40 m. San Vicente de la Barquera. Se sitúa en una afloración caliza muy cerca de la actual línea costera. 2. Pequeño covacho con una entrada ancha y baja que comunica con un vestíbulo muy descendente, parcialmente colmatada por bloques calizos. 3. Edad Media. Uso económico marginal. 4. En el fondo del vestíbulo, en superficie, aparecieron fragmentos de una jarra pequeña muy similar a la aparecida en la cueva Luma, con el borde continuo y alto, decorado con molduras y el labio exvasado y afinado hacia el exterior, plano. 5. Fue reconocida en la década de los ochenta del pasado siglo por A. Ocejo y por CAEAP. 6. MPAC. 7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica CAEAP (1985: 19). Muñoz Fernández (1992: 248). Muñoz Fernández, Malpelo García y Gómez Arozamena (1993: 82 y 83). 6. Abrigo de El Barcenal I (o Roiz III). 1. El Barcenal. Valdáliga. Z: 17 m. El yacimiento se halla en la base de un pequeño cerro testigo por cuyo margen circula un arroyo, en el lado izquierdo del río del Escudo, en el fondo del valle. Ofrece buenas condiciones de habitabilidad. 2. Abrigo corrido de 2,6 m de altura por 17,4 m de anchura por 2 m de profundidad. Presenta cierto buzamiento y en más de la mitad del suelo aflora la roca. 3. Paleolítico Superior (¿). Hábitat.

4. En la superficie se recogieron algunos materiales, cuya clasificación es como sigue:

Muñoz Fernández, Malpelo Arozamena (1993: 82 y 83).

- Sílex: 2 lascas simples de fractura (de color marrón), 1 lasca simple rota con el talón roto (variedad amarillenta), 4 lascas secundarias (3 con mucho córtex procedentes de nódulos de color amarillento, con el talón liso y una con el talón suprimido de color marrón), 1 lasca simple de borde de núcleo (con pátina diferencial con el talón liso) y 1 lasca secundaria de borde de núcleo (con el talón cortical, de color blancuzco). - Radiolarita: fragmento de laminilla simple con el talón puntiforme y con macrohuellas de uso. - Cristal de roca: lasca simple de fractura.

7. Abrigo de El Barcenal II (o Roiz IV)

5. Fue reconocida a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. 6. MPAC. 7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1987: 90). Muñoz Fernández (1992: 248).

García

y Gómez

1. El Barcenal. Valdáliga. Z: 25 m. Abrigo situado en la falda de un cerro testigo del fondo del valle, muy cerca del anterior. No tiene condiciones de habitabilidad. 2. Reducido abrigo corrido orientado al noreste de 1 m de profundidad por 1,8 m de anchura, orientado al noreste. Casi todo el suelo del abrigo está ocupado por la roca madre. 3. Prehistoria Indeterminada. Indeterminado. 4. En la superficie del abrigo se observaron dos lascas de sílex y un fragmento de concha de Patella sp. 5. Fue reconocida por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. 7. Muñoz Fernández, Malpelo García y Gómez Arozamena (1993: 82 y 83).

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8. Cueva de La Frontal 1. La Concha. Valdáliga. Z: 277 m. La cueva se sitúa en una ladera alta, en posición dominante. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. Surgencia fósil con una entrada amplia, en forma de arco de medio punto, de 4,1 m de altura por 7,6 m de anchura, orientada al norte, parcialmente cerrada por un murete. Presenta un vestíbulo bastante grande, de 10,5 m de longitud por 7,6 m de anchura, repleta de bloques, que finaliza en un estrechamiento, parcialmente cerrado por un murete. Continúa por una galería rectilínea, de 11,7 m de largo por 2,9 m

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+ de ancho, que desemboca, después de una rampa, muy ascendente, en una galería muy amplia, con abundantes fenómenos litogénicos, de 29,5 m de longitud por 7,5 m de anchura. En el comienzo de la pared derecha hay una galería lateral muy concrecionada de 12 m de longitud por 7,5 m de anchura. 3. Calcolítico – Bronce. Aprisco. Tardoantiguedad. Depósito. 4. Entre las piedras de la parte derecha del vestíbulo, que han sido arrojadas allí por haberse limpiado el mismo para usarlo como aprisco de ganado menor, aparecieron varios fragmentos de una gran orza

ovoide con decoración plástica, de color negruzco, aunque con el barro plástico rojizo, dos fragmentos de metates de molinos planos y restos de fauna (ovicaprinos, bovinos, etc.). En la rampa de acceso a la galería interior apareció un fragmento de base de cerámica, con el pié realzado. En la primera parte de la galería interior y junto a la pared derecha, hay acumulaciones de carbones vegetales con algunos huesos de aspecto antiguo, donde apareció una pequeña cuenta cilíndrica de bronce. Además hay algunas “marcas negras” pequeñas en la pared. 5. La cueva fue reconocida por CAEAP a comienzos de los años ochenta. 6. MPAC. 7. Muñoz Fernández, Malpelo García y Gómez Arozamena (1996: 108). Smith y Muñoz Fernández (2010: 679-680, 688 y 690). 9. Cueva de La Garma 1. La Garma. La Concha. Z: 220 m. Valdáliga. Cavidad situada en la ladera baja de una sierra de escasa altura. No presenta buenas condiciones de habitabilidad. 2. Surgencia fósil cuya boca, de 1 m de altura por 4 m de anchura, está orientada al suroeste, dando acceso a una galería bastante baja, de 10 m de longitud por 4 m de anchura, ligeramente descendente, repleta de bloques. En la pared derecha del fondo de la misma y por medio de un estrechamiento, se abre una amplia galería , de 10 m de longitud por 4 m de anchura, primero ascendente y luego descendente, entre cuyos cambios de nivel hay una zona con grandes bloques. En el fondo se bifurca por dos galerías bajas, cortas y de perfil ascendente. 3. Calcolítico – Bronce Antiguo. 4. En la parte izquierda de la zona interior de la galería de entrada se observaron algunos restos prehistóricos en superficie. En concreto, varios fragmentos de cerámicas prehistóricas lisas, probablemente pertenecientes a grandes vasijas ovoides, restos humanos, en concreto: 1 fragmento de tibia, 1 fragmento de húmero y otro de fémur. Todos parecen proceder de un individuo subadulto. Además se observó un colmillo de cerdo y 2 de Sus sp, de mucho mayor tamaño y un maxilar de Bos sp. 5. La cueva fue reconocida por CAEAP a comienzos de los años ochenta.

10. Abrigo de Cueva Vidal 1. La Concha. Valdáliga. Z: 230 m. Cavidad situada en la base de un espejo de falla, en la ladera de una sierra. Presenta buenas condiciones de habitabilidad. 2. Abrigo muy amplio, de 2,7 m de altura por 12,5 m de anchura. En el extremo izquierdo presenta una planta triangular, con el trecho descedente de 8 m de profundidad por 2,2 m de anchura. Está orientado al sur. En la parte derecha es mucho menos profundo, con sólo 1 m de profundidad y 6 m de anchura, orientado al oeste. Está cerrada parcialmente por un muro realizado a hueso, para acondicionar la cueva como aprisco de ganado. 3. Mesolítico (Asturiense). Hábitat. 4. La cueva fue rebajada cuando se acondicionó como aprisco de ganado menor, por lo que tiene allanado todo el suelo. En el fondo de un entrante de la pared derecha se observa un testigo de 60 cm de potencia donde se observan numerosas esquirlas óseas y una concha de Patella intermedia. Caídos del mismo hay 2 Patella intermedia y 4 Patella ulyssiponensis. En las proximidades se observan conchas de Patella y algunas de Phorcus lineatus y esquirlas óseas. 5. La cueva fue reconocida por CAEAP a comienzos de los años ochenta. 11. Cueva de la Pica de la Joya I 1. Pica de la Joya. La Concha. Valdáliga. Z: 186 m. Reducida cavidad situada en la base de un espejo de falla que se encuentra muy cerca de la cima de una elevación muy destacada, en posición dominante. Ofrece buenas condiciones de habitabilidad, aunque limitadas por su reducido tamaño. 2. Presenta una boca bastante amplia, de 1,2 m de altura por 4,5 m de anchura, orientada al suroeste, que da paso a un vestíbulo de 4,5 m de longitud por 4 m de anchura con numerosos bloques medianos y pequeños que se va cerrando desde la boca. En el estrechamiento hay un pequeño escalón que da acceso a una reducida galería de 2 m de largo por 2 m de ancho que continúa por dos galerías impracticables. 3. Paleolítico Superior / Epipaleolitico. Hábitat. 4. La cueva está muy bien conservada, aunque hay una calicata de unos 40 cm de diámetro, de aspecto antiguo, donde ser observan niveles terrosos amarillentos con carbones vegetales. En la superficie del vestíbulo aparecieron: - Pequeña punta de dorso sobre lámina simple, de tipo microgravette, de sílex, con intensa pátina lechosa.

- Lasca simple de borde de un núcleo donde se observan numerosas extracciones anteriores de laminillas, de sílex negro. 5. Fue reconocida a principios de los años ochenta del siglo pasado por CAEAP. 12. Cueva de Pica de la Joya II 1. Pica de La Joya. La Concha. Z: 187 m. Valdáliga. Cavidad situada en la cima de una colina en un valle lateral al principal, en posición estratégica y dominante, junto al anterior. No tiene condiciones de habitabilidad. 2. Pequeño sumidero fósil con una entrada de 1,4 m de altura por 2,4 m de anchura, orientado hacia el suroeste. Da acceso a una galería rectilínea, ligeramente ascendente, con una rampa situada a 3 m de la boca, hasta un estrechamiento situado a 9,5 m de la entrada, de hasta 2,6 m de anchura. Desde el estrechamiento la galería se prolonga 4,6 m con alturas en torno a 0,7 m y anchuras de 1,3 m. 3. Calcolítico – Bronce Antiguo. (¿). Sepulcral. 4. En la superficie de la parte posterior de la galería de entrada, entre los 5 y los 9 m de la boca, donde la galería tiene un estrechamiento se observan algunos huesos humanos, en concreto: 1 fragmento proximal y otro medial de tibia, 1 metacarpo y 1 fragmento de húmero de un individuo subadulto; 1 incisivo superior con grado de desgaste III de un individuo senil. Aparecen también varias esquirlas patinadas con evidencia de procesado. 5. Fue reconocida por el C.A.E.A.P a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. 13. Cueva de Los Moros 1. Bustriguado. Valdáliga. Z: 367 m. Cueva situada en la parte alta de una sierra, en la ladera del pico Castillo. Tiene condiciones de hábitat. 2. Sumidero fósil con una entrada de 4,1 m de altura por 7,6 m de anchura, orientada al oeste, que comunica con un vestíbulo llano, de 10,5 m de longitud por 7 m de altura, cuya parte más profunda ha sido excavada un metro de altura. En el fondo del vestíbulo hay un estrechamiento, de 1,2 m de anchura, que da paso por medio de una rampa descendente, a una galería de 10,6 m de largo por 4,2 m de ancho, con dos calicatas antiguas y algunos bloques. Finaliza en un estrechamiento de 0,8 m de anchura, que comunica con una galería descendente con bloques, de 8 m de largo por 2 de alto, con un escalón de 1,3 m de altura, hasta finalizar en una bifurcación. Hacia la derecha continúa por una galería de 7 m de longitud y hacia la izquierda por

otra descendente, de 13 m de largo por 3 m de ancho, muy descendente. 3. Mesolítico. Hábitat. Calcolítico – Bronce. Sepulcral. 4. En el fondo del vestíbulo hay una excavación de un metro de profundidad, donde aparece, a unos 80 cm de la superficie, un nivel parduzco con huesos, moluscos marinos, (ostras, almejas y mejillones). La potencia estimada del nivel es de unos 45 cm. En la superficie de la primera parte del mismo se observaron: - 2 lascas simples de cuarzo (1 con talón liso y 1 con talón roto), 2 lascas secundarias (una con talón liso), 1 lasca secundaria de cristal de roca, con el talón roto. 1 fragmento proximal de lámina de cristal de roca, con el talón liso. 1 lasca de borde de núcleo de cristal de roca, talón liso 1 núcleo irregular y 6 fragmentos irregulares, de cuarzo, 1 lasca de borde de núcleo de sílex, de una variedad marrón. 1 canto de arenisca, roto por el extremo. - Fragmento de molar de Capra pyrenaica y 1 astrágalo de Capra sp. - 2 molares y1 fragmento de omóplato de Cervus elaphus. - 3 fragmento de Mytilus sp, 1 fragmento de Ostrea sp. 3 conchas de Cepaea nemoralis con carbón en su interior. 4 valvas de Venerupis decussata completas y 2 fragmentos de concha de la misma especie. 1 Patella vulgata y 4 Patella intermedia. - 1 fragmento de panza de cerámica a mano con decoración incisa, en un patrón complejo en que se combinan trazos cortos con un diente de lobo. - 1 percutor sobre canto de arenisca micácea, con un chaflán. En la primera parte de la galería inmediata al vestíbulo se observaron: - 3 valvas de Ostrea edulis, 1 valva y 1 fragmento de Venerupis decussata, 1 valva y 2 fragmentos de Mytilus edulis, 2 Patella vulgata y 1 Patella intermedia. En el fondo de la galería había: - 4 fragmentos de cerámicas prehistóricas de grandes orzas ovoides con decoración plástica. Hay uno de la parte superior con el borde recto y el labio semicircular y dos de panza con aplicación de barro plástico a dedadas. Son de color negruzco. - 1 incisivo humano. 5. Reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP.

14. Abrigo de Santa Marina 1. Roiz. Valdáliga. Z: 107 m. Se encuentra enclavado en la ladera de una sierra litoral de escasa altura, en el reborde occidental del valle de Valdáliga, junto al núcleo rural de Roiz. 2. Está labrado en calizas blancas y mide unos 18 m de largo por algo más de 3 m de fondo, cubierto por la visera. Se ha formado en un plano de estratificación de unos 35º de inclinación, bajo un banco de calizas más coMPAC.tas que alternan con materiales más blandos, micro-conglomerados y areniscas. 3. Mesolítico (Asturiense). Hábitat. 4. A partir del estudio del corte natural situado en el sector central del abrigo, se puede establecer la siguiente estratigrafía: Nivel 1. Basal. Constituye el suelo actual del abrigo. Está formado por arenas finas con limos y cantitos de cuarzo, sin bloques. Potencia mínima observable: 40 cm. Nivel 2. Limos arenosos con fragmentos de caliza muy corroídos, pero en origen de arista viva. Matriz de color marrón claro a ocre. Potencia: 25 cm. En algunos sectores está brechificado. Nivel 3. Limos arenosos grises, sueltos, localmente cementados, ricos en materia orgánica. Incluye clastos, conchas de Cepaea nemoralis, malacofauna marina, industria lítica, carbón y huesos y algunos escasos eboulis lavados, así como fragmentos de concreción calcárea. Potencia variable, entre 25 y 40 cm. Nivel 4. Capa de concreción calcárea, que sólo aparece en algunos puntos del abrigo. Arqueológicamente estéril. Potencia variable, en torno a 10-20 cm. La erosión ha desmantelado este relleno en la mayor parte del abrigo, salvo en algunos testigos, incluyendo buena parte del nivel 1, que constituye hoy la base del abrigo. Actualmente se conservan evidencias de yacimiento en tres posiciones diferentes: a) En un fino testigo de material detrítico conservado en el extremo del lateral este del abrigo y en la zona central del mismo. b) Integradas en masas de concreción calcáreas adheridas al techo y a la línea de techo – pared.

c) También se han estudiado algunos restos sueltos, caídos del corte, dispersos por la superficie del abrigo. Así, en un bloque de concreción calcárea muy porosa, a modo de toba, aparecen varias conchas de Cepaea nemoralis, junto a dos huesos de macromamíferos con fracturas antrópicas. Suelto, en superficie, aparece un núcleo de cristal de roca, algo rodado. Aparecen evidencias en varios puntos: En un testigo formado por limos arenosos, conservado en los laterales de la pequeña gatera situada en el extremo Este del abrigo. Parte de su depósito está también cementado por carbonatos. Aquí aparecen: 1 lasca de decorticado 2º de sílex negro, 2 lascas simples de cuarcita, 1 lasca de decorticado 2º de cuarcita, 1 lasca de decorticado 2º de cuarcita, con retoque marginal, 1 fragmento de lámina 2ª de cuarcita y fragmento de canto de arenisca coMPAC.ta. En cuanto a la malacofauna aparecen 4 conchas de Phorcus lineatus, 5 de Patella vulgata, 4 de Patella sp y 2 conchas de Cepaea nemoralis. En el lateral este del testigo detrítico que ocupa la zona central del abrigo, aparecen 2 conchas de Patella intermedia, 1 Patella sp y 2 conchas de Cepaea nemoralis. En el interior de la gatera del centro del abrigo se observó una concha de Patella sp y un fragmento de nódulo de sílex negro mate, probablemente local. En una concreción situada a la izquierda de la gatera aparecen 2 fragmentos diafisiarios con fractura antrópica y 2 conchas de Patella sp. En el corte de limos del testigo central aparece un grueso fragmento de carbón y junto a él un molar de leche de Sus sp. En la base de una placa pavimentaria adherida a la pared del fondo, y en sus rebordes, se observan varios restos líticos: 2 lascas simples de sílex gris, 2 lascas simples de sílex marrón, 2 núcleos de sílex gris, 1 lasquita de retoque de sílex morado, litoral, 1 lasca de decorticado 2º de cuarcita, 1 lasca simple de cuarcita, 1 canto de arenisca coMPAC.ta con un golpe. Se ven también un buen número de conchas: 31 Phorcus lineatus, 3 Patella vulgata, 6 Patella intermedia, 2 Patella ulysiponensis, 2 Patella sp., 1 fragmento de Mytilus edulis y 3 conchas de Cepaea nemoralis. Además aparece un fragmento de hueso de Cervus elaphus. También aparecen restos cementados en los intersticios de una gruesa estalagmita formada frente a la placa anterior. Las evidencias industriales están representadas por medio canto de arenisca

coMPAC.ta, que podría ser una afiladera o una mano de molino, por su métrica y su morfología. Aparecen también un denticulado sobre lasca de sílex, 1 lasca simple de cuarcita, 1 lasca de lutita y 1 lasca simple de cristal de roca. En cuanto a la fauna se ven 17 conchas de Phorcus lineatus, 5 de Patella intermedia, 1 Patella ulysiponensis, 1 Mytilus edulis, 3 conchas de Patella sp. También se identifica un fragmento de ulna de Cervus elaphus. El Speleo Club Cántabro cita el conchero ofreciendo del mismo algunos datos. Así mismo publica una foto con algunos materiales entre los que destacan un fragmento de pinza de crustáceo y una concha de Nassarius sp perforada Del estudio de la distribución de ítems en el abrigo se puede establecer que la ocupación del abrigo fue integral, es decir, que en el holoceno temprano, existió una capa arqueológicamente fértil, de unos 30 a 40 cm de potencia, de matriz limosa. Material arqueológico Se ha estudiado la colección recuperada por la ACDPS en la pista existente por debajo del abrigo (Perez Bartolomé y Ruiz Cobo 2010-2012). El conjunto se compone de 156 piezas, procedentes de una recogida superficial y en posición secundaria. Se encontraban en el área afectada al trazar la pista forestal que discurre por la parte baja de la ladera sobre la que se encuentra el Abrigo. El corte en que afloraban los restos arqueológicos ha afectado al yacimiento en una longitud de unos 20 m y una altura de 2 m. La materia prima utilizada de forma dominante es la cuarcita, con 97 piezas (62,2 %). En segundo lugar la arenisca, con 45 piezas (28,8 %). La tercera corresponde al cuarzo, 11 piezas (7,01 %) y, en menor cantidad el sílex, con sólo 3 ítems (1,9 %). Todo el material se encuentra en muy buen estado de conservación, presenta cortes y lascados muy frescos, carece de pátina y de otras alteraciones. En el grupo de los restos de talla dominan las lascas secundarias (43,3 %), seguidas de las lascas simples (28,5 %) y el debris (18 %). El índice laminar es muy reducido (3 %). Se han recuperado 6 núcleos y 6 cantos. En la métrica se observa que hay un número considerable de lascas de tamaño bastante grande. El rango de la variable longitud está entre 12 mm y 72 mm y 39 piezas superan los 30 mm. En anchura oscilan entre 8 y 57 mm, siendo 60 piezas inferiores a 20 mm, 43 piezas entre 20-40 mm y 7 piezas tiene una anchura superior a 40 mm. Por último, el espesor varía entre 2-59 mm; 78 piezas tienen un espesor inferior a 10 mm.

Se observa un predomino del talón liso (32,2 %), seguido de cortical y roto (26,2 %); siendo muy escasos los talones de los tipos diedro y puntiforme. El valor cortical responde al tipo de talla, adecuado a la materia prima, los cantos rodados de cuarcita. Las piezas recuperadas que presentan algún tipo de retoque son muy escasas. Solamente en cinco se observan alteraciones debidas a retoques o a huellas de uso utilizando lupa binocular. - Buril de ángulo diedro, sobre lasca secundaria de borde de núcleo, en sílex calcedonítico, tipo maestritchiense. Presenta un lascado fresco. - Lasca secundaria en cuarcita, con talón puntiforme. Presenta retoque lateral simple directo. - Lasca secundaria de borde de núcleo en cuarcita, con talón liso. Tiene un dorso natural grande. - Lasca simple rota en arenisca, con talón liso. Presenta retoque simple directo. - Lasca simple de borde de núcleo en cuarcita, con talón liso, presenta macrohuellas de uso. La industria laminar es muy escasa, solamente aparecen 4 laminillas: - Laminilla de borde de núcleo, talón liso en arenisca, laminilla secundaria rota en arenisca, fragmento mesial de laminilla simple en cuarcita y laminilla secundaria con talón cortical rota en cuarcita. Se han recuperado 6 núcleos. Las materias primas de las piezas recuperadas son locales, en su mayoría en cuarcita o arenisca, dos son de sílex local y uno de cuarzo. - Núcleo unidireccional con plano de percusión cortical (NUPC), casi agotado, sobre canto de cuarcita. Sus dimensiones son: longitud 45; ancho 65 y espesor 32 mm. Presenta extracciones de lascado sobre una de las caras, con escasos retoques de avivado por la otra cara. Presenta huellas de piqueteado en la cara dorsal, por haber sido utilizado como yunque. - Núcleo de cuarcita, procedente de un canto rodado. - Fragmento de núcleo. - Fragmento de núcleo, sobre canto rodado de cuarcita, con extracciones de lascas, con percusión centrípeta. - Núcleo en cristal de cuarzo de forma globular, con extracciones de lascas. - Dos núcleos irregulares, en sílex local de mala calidad. Aparecen las siguientes piezas de industria lítica pesada: - Canto rodado de cuarcita, roto, de sección oval. El fragmento tiene unas dimensiones de 85.55 mm de largo; 48.08 mm de ancho y 30.21 de espesor. Presenta un piqueteado debido al uso como yunque en el extremo inferior de ambas caras

- Canto de cuarcita de sección tabular. Las dimensiones son: 124.41 de largo; 56.45 de ancho en su parte media y 19,06 mm de espesor. Tiene huellas de piqueteado en ambas caras de su utilización como yunque y también de abrasión en un borde lateral. - Pico asturiense fracturado. Está elaborado sobre un canto de cuarcita, con talla unifacial, conserva totalmente el córtex en la cara inferior y sin embargo, no conserva el córtex en la base, como es propio del útil, tal vez ha sufrido una rotura por reutilización. Sus dimensiones son: longitud 98.50, anchura 47.36 y espesor 24.22 mm. La talla es unidireccional y el extremo distal, la punta, se encuentra muy desgastada, casi roma por el aplastamiento del triedro terminal. También presenta desgaste por abrasión en ambos lados, siendo más intensa en el lateral derecho del útil (70 mm) con una serie de esquirlamientos y pérdida de materia que revierte hacia la cara cortical; mientras que en el lateral izquierdo, la abrasión se extiende en menor longitud (35 mm) y no se refleja en la cara inferior. Esta cara inferior presenta huellas de piqueteado, rasgo frecuente en casi todos los cantos que se encuentran en estos yacimientos. Parece haber sido utilizado como yunque, y posiblemente, en esta función se produjera la rotura de la parte inferior. Fauna y malacofauna Sólo se han localizado tres huesos identificables de ungulados: dos corresponden a Cervus elaphus y uno a Sus, en concreto a un individuo subadulto. En cuanto a la malacofauna el grupo mejor representado es Phorcus lineatus (52 conchas), seguido de Patella (33) y de Mytilus (2 fragmentos). También se han contabilizado 4 conchas de Cepaea nemoralis en las masas cementadas. La distribución de frecuencias de las diferentes especies de Patella no es representativo por sus reducidos valores, pero cabe destacar que aparecen conchas de las tres especies más típicas en los concheros holocénicos – vulgata, intermedia y ulysiponensis – y que el dominio es para P. intermedia. 5. El yacimiento fue identificado por miembros del Speleo Club Cántabro a comienzos de la década de los años 90 del pasado siglo, que localizaron los restos de conchero, tanto en la superficie del abrigo como adheridos por la concreción calcárea a las paredes y techo de la cavidad. En 2008 fue objeto de una intervención de salvamento efectuada por la Asociación Cántabra para la Defensa del Patrimonio Subterráneo (ACDPS), que recogieron industrias en una pista situada por debajo del abrigo. Este material sirve de base para el estudio del yacimiento, realizado por M.

Pérez Bartolomé y J. Ruiz Cobo, publicado por ambos autores (2010-2012). 6. El material recogido por el ACDPS se encuentra depositado en el MPAC. 7. Pérez Bartolomé y Ruiz Cobo (2010-2012). Speleo Club Cántabro (1995: 33-40). 15. Abrigo de la Peña de la Cueva (o Abrigo de Roiz II). 1. Peña de la Cueva. Roiz. Valdáliga. Z: 25 m. Yacimiento situado al pie de un espejo de falla, muy cerca del cauce del río del Escudo, en la base de una colina. Tiene buenas condiciones de hábitat. 2. Gran abrigo corrido situado a poco más de 1 m sobre el cauce del río Escudo. Tiene un gran entrante situado en su centro, de 10 m de profundidad. En la base, que está orientada al suroeste, mide 8, 5 m de altura por 34,5 m de anchura. El suelo es llano. 3. Solutrense / Magdaleniense. Hábitat. Mesolítico (¿). Hábitat (¿). 4. El abrigo ha sido acondicionado como aprisco de ganado, quedando algunos huecos cuadrados excavados en la roca para sostener a vigas de madera. El suelo se ha allanado y gran parte del relleno arqueológico ha sido dispersado por el prado inmediato, actualmente abandonado. En la superficie del abrigo y en el campo próximo se observan piezas de sílex y de cuarcita, una azagaya de bisel sencillo, de sección circular, numerosos restos paleontológicos y algunas conchas, desde Patella vulgata hasta Ostrea edulis, que es más común en el abrigo. 5. El yacimiento fue descubierto por la S.E.S.S. en 1970. Fue reconocido y publicado por CAEAP. 6. MPAC. 7. Muñoz Fernández (1992: 248). Muñoz Fernández, Malpelo García y Gómez Arozamena (1993: 82 y 83). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 105). 16. Cueva de La Cueva (o Abrigo de Roiz I) 1. Peña de la Cueva. Roiz. Valdáliga. Z: 35 m. La cavidad se sitúa en la parte baja de la ladera de una pequeña elevación, cerca del cauce del río Escudo. Se abre cerca de la anterior y presenta buenas condiciones de habitabilidad. 2. La cueva presenta un gran abrigo de entrada, de unos 10 m de altura por 40 m de anchura, orientado al sureste. En la parte derecha del fondo del abrigo se abre una galería estrecha y alta que comienza con una

rampa ascendente pronunciada, casi desprovista de sedimentos. 3. Musteriense (¿). Hábitat. Paleolítico Superior (Solutrense). Hábitat. Edad Media. Uso económico. 4. Hacia el centro el abrigo de boca, que está parcialmente ocupado por la vegetación, apareció un reducido lote de materiales en superficie, cuya clasificación es como sigue: - 2 lascas simples y 1 lasca primaria, de sílex.

borde, 1 pieza con escotaduras y 3 denticulados de cuarcita. - 33 lascas simples (7 de fractura), 29 lascas secundarias (8 de fractura) 9 lascas primarias (2 de fractura), 2 lascas de borde de núcleo, 1 lámina secundaria, 3 lascas de retoque y 3 núcleos irregulares, de cuarcita. - 1 lasca simple (de fractura) 1 fragmento de prisma y 1 núcleo irregular, de cuarzo.

- 1 lasca simple de cuarcita.

- 3 lascas simples (de fractura) y 1 lasca secundaria (de fractura), de cristal de roca.

- 3 lascas simples, l lasca secundaria y 13 trozos (3 con córtex), de cristal de roca.

- 1 lasca simple, 2 lascas secundarias y 1 lasca primaria (de fractura), de caliza.

- 1 fragmento de candil pulido de ciervo. - 1 esquirla ósea con marcas de descarnado. - Restos de ciervo ( 3 fragmentos de mandíbulas juveniles, correspondientes al menos a dos individuos y varios trozos de molares), una mandíbula de gato y esquirlas óseas. - 8 Patella vulgata (7 pequeñas), 1 fragmento de Mytilus edulis y 1 fragmento de Ostrea edulis. En el comienzo de la zona llana de la galería del fondo de la cueva apareció: - Fragmento de la panza de una vasija realizada a torno, de color ladrillo con el exterior pardo, con abundantes desgrasantes finos de mica. En la intervención realizada por la S.E.S.S. aparecieron numerosos materiales paleolíticos, entre los que destacan una punta de laurel unifacial y un gran bifaz de gran tamaño de ofita, muy patinado. En el Museo de Prehistoria se conserva una pequeña colección procedente de un sondeo realizado por la S.E.S.S. cuya clasificación es como sigue: - 2 raspadores (1 atípico y 1 nucleiforme), 2 perforadores atípicos, 3 buriles (2 sobre fractura y 1 diedro de ángulo), 2 piezas truncadas (1 cóncava y 1 ladeada), 2 piezas con retoques en un borde, 2 piezas con escotadura y 4 denticulados, todo de sílex. - 90 lascas simples (32 de fractura), 36 lascas secundarias (7 de fractura), 8 lascas primarias (4 de fractura), 1 lasca simple de borde de núcleo, 12 láminas simples (8 rotas), 2 láminas secundarias, 10 laminillas simples, 9 lascas de retoque y 2 núcleos irregulares, de sílex. - 2 lascas simples (de fractura) y 1 lasca secundaria, de radiolarita. - 1 punta de cara plana, con retoques cubrientes unifaciales, 2 piezas con retoques continuos en un

- 2 lascas simples (de fractura) de ofita. - 1 fragmento de canto de arenisca. - Varias esquirlas óseas. - 4 conchas de Patella vulgata. 5. La cueva fue descubierta en 1970 por la S.E.S.S. quienes realizaron algunos pequeños sondeos, hallando un buen número de materiales arqueológicos. A comienzos de los años ochenta fue investigada por CAEAP quien catalogó precisamente el yacimiento. 6. Los materiales recuperados por CAEAP y algunos de los hallados por la S.E.S.S. se conservan en el MPAC. 7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1980-81: 29). Muñoz Fernández (1992). Muñoz Fernández (2005: 81). Muñoz Fernández, Malpelo García y Gómez Arozamena (1993: 82 y 83). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 105). Smith (2002: 71). 17. Cueva de Las Injanas (o las Anjanas) 1. La Charola. Lamadrid. Z: 100 m. La cueva se sitúa en una ladera alta de una pequeña elevación caliza, aunque está bastante escondida. No presenta condiciones de habitabilidad. 2. Sumidero fósil con una boca de tamaño medio abierta en el suelo, que da acceso a un vestíbulo largo, recto y muy descendente, en cuyo fondo hay un salto donde se aprecia el depósito, desemboca en una galería estrecha y descendente que conduce hasta una sala de donde parten pequeñas galerías descendentes que a los pocos metros se hacen impracticables. Hacia el fondo del vestíbulo y en la

pared izquierda hay dos galerías cortas, una de ellas colgada. En la pared derecha del vestíbulo, a pocos metros de la entrada, hay una galería sinuosa, en cuyo inicio hay una boca en el techo. En la parte final hay una galería superior. La mayor parte de la cueva fue destruida durante la construcción de una de las salidas de la Autovía del Cantábrico. 3. Edad Media. Depósito. 4. Fue excavada de urgencia en el año 1999, momento en que se realizaron cuatro sondeos de cuatro metros cuadrados, dos en la galería lateral de la derecha, que resultaron estériles y dos en el fondo del vestíbulo, donde está el depósito arqueológico, donde se excavaron quince metros cuadros. En la excavación del fondo del vestíbulo se exhumó la siguiente estratigrafía: - Nivel 1. Tierra anaranjada de textura fina, con bloques en profundidad, de unos 40 cm de potencia, estéril. - Nivel 2. Tierra ocre clara con textura fina y suelta, con bloques de caliza y de calcita. Proporcionó cerámicas, huesos y restos vegetales carbonizados, con un área muy rubefactada, de espesor muy variable. - Nivel 3. Costra calcítica subhorizontal, de unos 7 cm de potencia, que desaparece por los lados. - Nivel 4. Tierra grisácea de textura fina, de una potencia máxima de 10 cm, con zonas rubefactadas, fértil. Se obtuvo una fecha de AMS del sedimento carbonoso, en Beta Analytic Inc, del 895 – 1025 d.C. para un intervalo de 2 sigma. - Nivel 5. subhorizontal.

Costra

calcítica

de

disposición

- Nivel 6. Tierra ocre oscura con textura fina, de unos 15 cm de potencia, localizado, que proporcionó un clavo de hierro. - Nivel 7. Tierra ocre oscura con textura fina, de unos 35 cm de potencia, muy localizado, con algún fragmento cerámico. - Nivel 8. Nivel muy espeso, de más de 2 m de altura, formado por capas de arcilla y de costra calcárea, estéril. En el nivel 2 aparecieron numerosos fragmentos cerámicos, cuya clasificación es como sigue: - Fragmentos de una vasija globular reconstruible en perfil realizada a torno, con la base plana con ligero anillo de solero, cuerpo globular, cuello cilíndrico, borde recto y labio exvasado. Tiene asa de cinta. En la panza y en el borde presenta líneas paralelas, algunas convergentes, en disposición vertical oblicua, realizadas a pintura vinosa. Es de color naranja – grisácea, con engobe gris, con desgrasantes de tamaño medio. Fue localizada con anterioridad a la excavación, por el GAEM.

- Fragmentos de una jarra, reconstruible en perfil y realizada a torno. Tiene la base plana, con la unión de la panza cóncava, cuerpo globular, cuello cilíndrico, borde recto y labio levemente moldurado. Tiene un asa de cinta de sección ovoide. Es de color naranja y tiene desgrasantes finos. Con probable engobe grisáceo en la zona superior. Fue fechada por T.L. en MAD, en el 1116 ± 79 d.C. - Fragmento de la parte superior de una jarra, de cuerpo ovoide, cuello cilíndrico con tres molduras y con el labio moldurado. Es de color gris y tiene desgrasantes finos. - Fragmento de borde recto con el labio engrosado, con dos trazos paralelos en disposición oblícua realizados a pintura de tono vinoso, de color interior naranja y exterior gris, con desgrasantes finos. - Fragmento de panza con arranque del borde, con varias líneas paralelas, en disposición oblicua, casi vertical, con el interior naranja y el exterior gris, con desgrasantes finos de mica. - Fragmento de cuello cilíndrico con el labio engrosado, con pastas grises y con desgrasantes finos. - Fragmento de la parte inferior de una vasija, con la base ligeramente cóncava y con ligero anillo de solero. Es gris con englobe ocre por el exterior y desgrasantes finos. En las paredes aparecen algunas “marcas negras” atípicas y reducidas, una de ellas fechada por AMS en el 1205-1290 d.C., calibrado con dos sigmas. 5. El yacimiento fue reconocido a principios de los años ochenta por CAEAP Fue excavada en la modalidad de urgencia en 1999 por un equipo coordinado por J. Marcos Martínez, P. Rasines del Río y M. García Alonso que publicaron sus resultados. Fue prácticamente destruida por la Autovía del Cantábrico. 6. MPAC. 7. Marcos Martínez, Rasines del Río y García Alonso (2002: 127-148). Muñoz Fernández (1992: 255). Sedano et alii (1982: 21-23). 18. Cueva del Rastrero II 1. Lamadrid. Valdáliga. Cueva situada en un pequeño cerro calizo que se encuentra en el fondo de un vallejo. Es poco habitable. 2. Reducida surgencia fósil con una entrada de 2,5 m de altura por 5 m de anchura, orientada al noreste. Da acceso a un pequeño vestíbulo cuyos primeros 2 m son amplios y el suelo llano, a partir de los cuales la cueva se va reduciendo progresivamente hasta hacerse impracticable y con el suelo muy ascendente.

Muñoz Fernández, Malpelo García y Gómez Arozamena (1993: 82 y 83).

3. Prehistoria. Indeterminado.

Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y Bohigas Roldán (1982: 47).

4. En la parte derecha del vestíbulo, a un metro de la boca, se observaron 2 esquirlas óseas y 1 fragmento de concha de sepia.

20. Cueva del Callejo (o de los Callejones o Las Lechuzas)

5. Reconocida por CAEAP a comienzos de los ochenta del pasado siglo.

1. El Callejo. Sejo de Abajo. Valdáliga. Z: 63 m. Cavidad situada en la base de un pequeño cerro calcáreo, próximo a la costa. Tiene buenas condiciones de habitabilidad.

6. Muñoz Fernández, Malpelo García y Gómez Arozamena (1993: 83 y 84).

2. Cavidad fósil con dos entradas orientadas al oeste, siendo la principal la situada más al norte, estando en un plano más inferior que la otra. La boca principal mide 4 m de altura por 3 m de anchura, da acceso a un vestíbulo de 4 m de longitud. Continúa por un laminador muy angosto, de 1 m de longitud por 1 m de anchura, que desemboca en una salita de 4 m de longitud por 1,8 m de anchura. Continúa por una galería bastante amplia, de 13 m de largo por 1,7 m de ancho, con una galería paralela a la derecha. Tiene tres galerías en la pared derecha, la primera ascendente y después de un cambio de rumbo desemboca en la segunda entrada, de 1 m de anchura y las dos mas profundas, la primera muy descendente, se unen a los pocos metros, haciéndose impracticables. Encima de la segunda entrada y colgada a 3 m hay una pequeña gatera recta. La galería mide 7 m de longitud por 1,4 m de anchura y tiene algunos gours en sus inicios. En su fondo se abre una galería impracticable.

19. Cueva de La Mina (o Las Lechuzas) 1. Sejo de Abajo. Valdáliga. Z: 104 m. La cueva se sitúa en la base de una pequeña elevación caliza, que destaca en la plataforma litoral. Presenta condiciones de habitabilidad. 2. Pequeña cavidad fósil con una entrada de 2,5 m de altura por 3,5 m de anchura, orientada al norte que da paso a un pequeño vestíbulo de 2,6 m de largo, que se va estrechando hacia el fondo. En el fondo hay un estrechamiento de 2,6 m de alto por 2 de ancho, que lleva a una salita alargada de 3,4 m de largo por 1,2 m de ancho, con una pequeña gatera impracticable en su pared izquierda. 3. Mesolítico. Hábitat. Sepulcral. 4. En la salita interior, que está parcialmente rebajada, quizás porque fue usada como refugio antiaéreo durante la Guerra Civil, se hallaron: - Lasca simple de sílex.

3. Neolítico. Hábitat.

- Lasca secundaria, un canto y dos fragmentos de canto, de cuarcita.

Edad Media. Uso económico. 4. En el pequeño laminador contiguo al vestíbulo se observa un importante conchero en superficie, donde se recuperaron los siguientes materiales:

- Lasca simple y núcleo irregular del que se han extraído lascas de cristal de roca. - Restos humanos: 2 fragmentos muy gruesos de cráneo, 4 molares y 2 falanges.

- Pequeño canto de cuarcita gris, con extracciones de lascas en su extremo y con huellas de percusión en su centro, por haber sido utilizado como yunque.

- Canino de perro.

- Canto hendido por la mitad, con el frente retocado por astillamientos desde los bordes, con huellas de percusión en el centro de ambas caras y por el extremo reservado, por haber sido usado como percutor – yunque.

- 19 conchas de Patella vulgata, 34 Patella intermedia, 8 Patella ulyssiponensis, 37 Phorcus lineatus, 1 Mytilus edulis, 1 Venerupis decussata, 1 Ostrea edulis y 1 pinza de Cancer pagarus. 5. El yacimiento fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP.

- 3 fragmentos de panza cerámica a mano quizás de una orza ovoide, de color negruzco, con englobe ocre- rojizo- grisáceo y con desgrasantes gruesos de cuarzo y muy finos de mica.

6. MPAC. 7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1981: 29).

- 2 fragmentos de cerámica a mano con las pastas muy groseras de color pardo rojizo y con desgrasantes gruesos de cuarzo y finos de mica, de 10 mm de grosor.

Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1987: 93 y 155). Muñoz Fernández (1992: 248).

- Pequeña jarra realizada torneta de perfil periforme, con la base plana ligero anillo de solero con la parte más ancha en la zona superior de la panza, el borde

Muñoz Fernández y Malpelo García (1993: 289, y 302).

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corto y recto, decorado con tres acanaladuras muy pronunciadas y el labio plano. Presenta pastas negruzcas. - Fragmento de vértebra humana (¿), calcinada. - 24 Patella vulgata, 11 Patella intermedia, 9 Phorcus lineatus, 1 Mytilus edulis (muy grande) y 1 Venerupis decussata (muy grande). En el interior de la cueva se halló un molar de gran carnívoro, quizás de un oso. 5. La cueva fue reconocida a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. 6. MPAC. 7. CAEAP (1981: 29). Muñoz Fernández (1992: 248). Muñoz Fernández y Malpelo García (1993: 289, 298 y 302). Muñoz Fernández, Malpelo García y Gómez Arozamena (1993: 83 y 84). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y Bohigas Roldán. (1982: 47 y 50). 21. Cueva del Rodrigón II 1. Sejo de Abajo. Valdáliga. Z: 37 (10). Cavidad situada en el fondo de un vallejo. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Cavidad fósil con una boca de 0,45 m de altura por 2 m de anchura, orientada al este que comunica con un vestíbulo ligeramente descendente que a los 7 m desemboca en una sala bastante amplia. A la izquierda de la sala hay un cono de derrubios procedente de un vestíbulo casi totalmente colmatado. En el extremo de la sala hay una boca abierta en el techo, en forma de sima. Inmediatamente a la derecha de ésta se abre una galería, de entrada sinuosa y con bloques, parcialmente tapada por una concreción parietal, hasta un cambio de rumbo a la izquierda, continúa por una galería recta de unos 20 m de longitud, que acaba en un cono de derrubios, que por medio de un paso infranqueable, comunica con la parte derecha del abrigo de entrada de la cueva del Rodrigón. Por último, en la pared derecha de la sala de entrada se abre una galería descendente, en laminador. Presenta abundantes bloques en la primera parte, hasta que a los 2,7 m presenta un cambio de rumbo hacia la derecha, donde se hace más angosta, hasta un cambio de rumbo hacia la derecha. Aquí se hace más alta, por una galería bastante recta. Tiene una galería secundaria abierta en la pared izquierda, de unos 35 m de longitud. 3. Paleolítico Superior (¿). Hábitat. Aziliense. Hábitat.

Calcolítico/Bronce. Sepulcral. 4. En varios puntos de la cavidad, en concreto en cinco lugares, se han observado materiales arqueológicos en superficie, de al menos cuatro yacimientos distintos. En el cono de derrubios existente a la izquierda de la sala de entrada, procedente de un vestíbulo casi totalmente colmatado, se observaron numerosas esquirlas óseas, fragmentos de huesos de ciervo, alguna pieza lítica de sílex (1 lámina simple y lascas), y un fragmento de arpón roto por la punta y por la base, con perforación oval, con únicamente dos dientes, de sección aplanada y de una hilera de dientes y un fragmento distal de punzón o azagaya de sección oval, con rotura reciente. El lugar estaba revuelto por los tejones, que utilizan la cavidad como madriguera. En el fondo de la sala, y a la izquierda de la entrada a la galería frontal, se observó un fragmento de cerámica prehistórica lisa bicolor, con una cara cubierta por una concreción, que curiosamente había sido arrancada recientemente, con anterioridad a nuestra visita, de una colada, sin que pudiéramos observar el lugar exacto de donde se había extraído. Ella apareció sobre una colada, de donde presumiblemente debe de proceder. Junto a ella apareció una Patella pequeña. En dos puntos de la galería frontal aparecieron restos arqueológicos. El primero se sitúa a unos pocos metros de la boca, en la pequeña salita que hay una vez pasado el estrechamiento, restos de un individuo adulto concrecionado al suelo, en posición primaria, si bien algunos huesos están ligeramente desplazados de antiguo y otros se encuentran pisados por las visitas ocasionales. El segundo punto se sitúa en el interior de la galería, en un cono de derrubios que se encuentra junto a la pared izquierda. Dicho cono está formado por arcillas plásticas, procedentes de una grieta del techo, en la actualidad totalmente cegada. En los goteos de cono se observaron varias piezas, en concreto dos de sílex con intensa pátina lechosa y dos de cuarcita. Estas piezas proceden del abrigo de entrada de la cueva del Rodrigón. En la galería existente a la derecha de la sala de entrada, y a unos 12 m de la boca y junto a la pared izquierda hay un gran cono de derrubios procedente del techo, con arcilla plásticas amarillentas, muy puras, en los goteos aparecieron tres lascas de sílex y dos de cuarcita gris. 5. Fue reconocido durante las labores de prospección del año 2010 dentro del proyecto de estudio de la Cuenca del Saja por el grupo CAEAP - GEIS/CR.

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22. Cueva de La Matona (o la Matona– El Robrigón) 1. La Matona. El Robrigón. Sejo de Abajo. Z: 45 m. La boca de La Matona se encuentra en un valle cercano a la costa, en un rellano desde donde cae el terreno hacia el cauce del río. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. Se trata de un sistema de desarrollo complejo. En la parte de la Matona presenta tres bocas de tamaño medio muy próximas entre sí, orientadas al norte, aunque bastante protegidas. Dan acceso a un vestíbulo amplio que se prolonga hacia la derecha por una galería descendente hasta una bifurcación. La de la izquierda de 50 m de largo y la de la derecha de 260 m, secas, anchas y de sencillo recorrido. De esta última parte una rampa descedente que da paso a una galería amplia y cómoda, totalmente fósil, de 222 m de longitud. En el extremo occidental se encuentra la entrada de El Rodrigón, de grandes proporciones, abierta en el fondo de una dolina y con amplios abrigos en los laterales, que llega a comunicar, por una oquedad muy reducida, con Rodrigón II, por donde han caído materiales paleolíticos. La cueva presenta un vestíbulo enorme con bloques hasta un gran hundimiento donde la cueva cae a la galería activa, de grandes proporciones. 3. Calcolítico – Bronce Antiguo. Sepulcral. Edad del Bronce (¿). Depósito. 4. En distintos puntos de la cueva se han observado materiales prehistóricos. Así, en la galería situada a la izquierda de la entrada más oriental hay varios fragmentos de panza de cerámica mano, con la superficie bruñida. En el pasillo existente entre esta y la segunda boca se observaron fragmentos de panza de orzas con decoración plástica. En la parte izquierda del vestíbulo más occidental aparecieron algunos huesos humanos, destacando el fragmento de una tibia. En otros puntos próximos hay esquirlas óseas de aspecto prehistórico. 5. Fue reconocida a principios de los años ochenta por CAEAP. 7. Sedano et alii (1982: 18-23). 23. Cueva del Requejil 1. Larteme. El Tejo. Valdáliga. Z:55 m. Cueva abierta al norte de la ladera de una pequeña elevación cárstica, a menos de una decena de kilómetros de la actual línea costera. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. Surgencia fósil con una boca amplia de 1,6 m de altura, por 8 m de anchura, orientada al norte, Comunica con un vestíbulo de 5 m de profundidad por 10,6 m de anchura, con una reducida galería

descendente en la pared derecha. En el fondo del vestíbulo se abre una galería de 0,8 m de altura por 2,4 m de anchura, que a los 5 m presenta un brusco cambio de rumbo hacia la derecha. A los 19 m gira hacia la izquierda, desembocando en una salita en cuyo fondo tiene una gran colada pavimentaria de 2 m de longitud por 6 m de anchura. 3. Aziliense. Hábitat. Mesolítico. Hábitat. Calcolítico / Bronce. Sepulcral. Hábitat ocasional. 4. La cueva aparenta tener el relleno arqueológico muy bien conservado, si bien hay una pequeña calicata cuadrada de aspecto antigua, en la galería abierta en el fondo del vestíbujulo, junto a la pared derecha, donde se observa una estratigrafía muy sencilla, con una gruesa capa estalagmítica, de unos 25 cm de potencia, por debajo de la cual hay un nivel con arcillas de color marrón – grisáceo, con conchero de Littorina littorea, del que solamente se observan los primeros centímetros. En distintos puntos de la cueva se hallaron numerosos materiales, en superficie. En el propio vestíbulo de la cueva aparecieron los siguientes materiales: - Fragmento de la parte superior de una vasija a mano con el borde continuo y el labio ligeramente engrosado, plano. La parte superior del labio está decorada con impresiones de hoyuelos poco profundos. Es de grosor medio, tiene la superficie alisada y las pastas son muy groseras, de color negro. - Fragmento de panza de una vasija fabricada a mano, finalizada a cepillo, con desgrasantes finos de cuarzo. - 2 fragmentos de panza de una vasija hecha a mano, algo gruesa, de color pardo – negruzco. - Conchas de varias especies: 1 Patella vulgata, 3 Patella intermedia, 5 Patella ulyssiponensis y 4 Phorcus lineatus, 10 valvas de Ostrea edulis, 1 Littorina littorea. Además apareció un fragmento de la base de un caldero de cobre /bronce y de hierro muy oxidado. En la parte izquierda de la galería contigua al vestíbulo se observan las huellas de una ocasional corriente de agua procedente del goteo del vestíbulo. En el cauce del reguero, de unos 80 cm de anchura, junto a la pared izquierda, se observan multitud de materiales en superficie, donde se recogieron: - Raspador en el extremo de una lasca retocada de sílex. - Raspador en el extremo de una lasca retocada de cuarcita, con el talón facetado. - Raspador nucleiforme realizado sobre un núcleo irregular de donde se han extraído lascas, de sílex.

- Raspador nucleiforme fabricado sobre un núcleo irregular del que se han extraído lascas, de cuarzo. - Buril múltiple, que por un extremo tiene un buril diedro de ángulo y por el otro uno sobre truncatura retocada recta.

- Fragmento de la parte proximal de un arpón plano en proceso de elaboración, con un diente muy reducido y con perforación oval. - Punzón sobre esquirla ósea, longitudinalmente con el extremo pulido.

recortada

- Buril plano, sobre lasca secundaria, de sílex.

- Esquirla ósea con seis marcas paralelas.

- Lámina de dorso de sílex.

- 12 esquirlas óseas con muescas (8 inversas y 2 directas simples y 2 inversas denticuladas), 2 esquirlas denticuladas en un borde (1 inverso y 1 micro-denticulado directo), 6 esquirlas con retoques continuos en un borde (5 inversos y 1 directo), 1 esquirla con retoques continuos en el extremo (1 directo de perfil cóncavo) 1 lasca de hueso, 1 fragmento de costilla con marcas finas apretadas y perpendiculares a modo de tensor y 6 fragmentos óseos con marcas de descarnado (5 sobre esquirlas y 1 sobre costilla).

- Lámina auriñaciense con retoques profundos directos en ambos bordes sobre lámina secundaria de sílex. - Lámina con retoques continuos directos en un borde de sílex. - Denticulado lateral sobre lámina de sílex. - Denticulado lateral sobre lasca secundaria, de sílex. - Denticulado marginal transversal sobre lasca secundaria de cuarcita. - Escotadura de cuarcita. - Pieza esquirlada sobre lasca simple, de radiolarita. - 2 piezas esquirladas sobre lascas simples de cuarcita. - Laminilla de doble dorso, el de la derecha abrupto y el de la izquierda semiabrupto, de sílex gris. - Laminilla con truncatura oblicua de sílex. - Canto plano grande de arenisca utilizado como núcleo en uno de los extremos, donde se han extraído lascas y con huellas de percusión en el extremo reservado y en el centro de ambas caras planas, por haber sido usado como yunque – percutor. - Canto roto de arenisca de grano medio con huellas de percusión en el extremo reservado y sumarias en el centro de una de las caras planas por haber sido usado como yunque – percutor. - Canto roto de arenisca con escasas huellas de golpeo en el centro de una de las caras planas por haber sido utilizado como yunque. - 16 lascas simples (una con macrohuellas de uso), 4 lascas secundarias, 4 lascas primarias, 1 lasca simple de borde de núcleo, 1 laminilla simple, 2 núcleos globulares donde se han extraído lascas y laminillas y 1 núcleo irregular (pequeño y con córtex, de donde se han extraído lascas), de sílex. - 8 lascas simples, 7 lascas secundarias, 2 lascas primarias, 1 lasca de reavivado de núcleo, 4 láminas simples (una de ellas con melladuras de uso), 1 lámina secundaria, 1 laminilla simple, 1 núcleo globular (con córtex, procedente de un canto de donde se han extraído lascas) y 1 núcleo irregular (de tamaño medio, con córtex, procedente de un canto de donde se han extraído lascas), de cuarcita. - 1 lasca simple de cristal de roca.

- Numerosos fragmentos de una gran orza ovoidea con decoración plástica (hay 4 fragmentos de base, 91 fragmentos de panza lisos, 86 fragmentos con aplicación de barro plástico- 3 fragmentos de panza decorados y 1 fragmentos de cuello). Se trata de una orza muy grande, con la base plana, la unión a la panza cóncava ya que está ligeramente indicada, aplicación de barro plástico con dedadas simples en la parte inferior de la panza, un área lisa en la parte superior de la panza, donde hay un cordón poco resaltado de sección triangular, el borde continuo y con el labio ligeramente engrosado y decorado con impresión de pequeños hoyuelos. Es de color negruzco con el exterior parduzco y con desgrasantes de grosor medio de cuarzo y tiene las superficies alisadas. - Numerosos fragmentos (1 de base y 34 fragmentos de panza – 22 con aplicación plástica-) de una gran orza ovoide con decoración plástica similar a la anterior, aunque algo más fina. Tiene la base plana y ligeramente indicada, ya que la unión con la panza es cóncava, la parte inferior de la panza presenta una aplicación de barro plástico rojizo, a pellizcos, uno de ellos con una gruesa incisión irregular en disposición horizontal y por último en la zona de separación de la parte con aplicación plástica y la lisa tiene un cordón poco resaltado de sección triangular. Es de color negruzco con el exterior grisáceo y presenta desgrasantes medios de cuarzo. - 3 fragmentos de panza lisa de una vasija realizada a mano, de grosor medio y de color rojizo, probablemente de otra orza. - Fragmento de la panza lisa de una vasija realizada a torno, de color naranja, con desgrasantes de cuarzo y mica. - Fragmento de teja árabe plana, de color rojizo y con desgrasantes de cuarzo. - Cráneo completo y algún hueso humano. Aparecieron en el inicio de la galería interior.

- Restos de Cervus elaphus (13 molares y 3 premolares y 2 fragmentos de mandíbulas de juveniles), Capreolus capreolus (2 fragmentos de mandíbulas, una con tres molares y la otra con uno), Capra pyrenaica (2 fragmentos de mandíbula, una con seis molares y la otra con uno – y 2 molares y 2 fragmentos de mandíbula, una calcinada y 2 molares de individuos juveniles), Gran Bovido (3 molares), Equus caballus (2 molares), numerosos fragmentos de huesos identificables y esquirlas óseas.

- Lasca secundaria de borde de núcleo de cuarcita grisácea.

- 19 Patella vulgata, 5 Patella intermedia, 3 Patella ulyssiponensis, 13 Phorcus lineatus, 11 Littorina littorea, 22 Ostrea edulis, 1 Scrobicularia plana, 1 Venerupis decussata y 2 Cepaea nemoralis.

Industria lítica: 1 lasca de decorticado secundario de talón liso con un denticulado lateral directo en sílex blanco de calidad. 1 lasca simple rota, de talón liso, en sílex gris.

5. La cueva fue reconocida a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP.

En el fondo de la galería interior, muy cerca del fondo del segundo vestíbulo, se hallaron:

6. MPAC.

- 1 canto de cuarcita.

7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1981: 29).

- 1 canto de arenisca.

Muñoz Fernández (1992: 248).

- 3 fragmentos de huesos identificables y 3 esquirlas óseas. - 8 conchas de Patella vulgata, 9 Patella intermedia, 1 Patella ulyssiponensis, 7 Phorcus lineatus, 5 Mytilus sp., 2 Ostrea edulis. 1 Littorina littorea, 2 Scrobicularia plana. Huesos de Cervus elaphus: 1 falange 3ª y 1 falange 2ª y 5 esquirlas óseas.

- 1 fragmento de cráneo humano.

289,

- 1 fragmento de cráneo de Meles meles, 2 fragmentos de hueso identificables y 2 esquirlas óseas.

Muñoz Fernández, Malpelo García y Gómez Arozamena (1993: 83 y 84).

- 5 Patella vulgata, 1 Patella intermedia, 1 Phorcus lineatus.

Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 125 y 218).

5. La cueva fue reconocida a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP.

Rasines del Río (1986-1988: 41-42).

6. MPAC.

24. Cueva del Requejil II (o Abrigo del Requejil).

7. Muñoz Fernández (1992: 248).

1. Larteme. El Tejo. Valdáliga. Z: 56 m. La cueva se sitúa a unos 10 m al este del Requejil. Tiene buenas condiciones de uso como espacio de hábitat.

Muñoz Fernández y Malpelo García (1993: 289, 293, 297 y 298).

Muñoz Fernández y Malpelo García (1993: 293, 297 y 298).

2. Cueva con un amplio abrigo de boca, orientado al norte, de 3,3 m de altura por 8,6 m de anchura y con 4 m de profundidad, con bloques en su extremo izquierdo. En el extremo izquierdo del abrigo se abre un laminador de 12 m de longitud por 3,8 m de anchura. En el fondo y hacia su izquierda hay un reducido vestíbulo, ligeramente ascendente y con bloques de 3 m de longitud, que desemboca en una entrada muy pequeña, de 1 m de altura por 0,8 m de anchura. 3. Mesolítico. Hábitat. 4. Tanto en el vestíbulo como en el fondo de la galería interior han aparecido materiales. En la superficie del vestíbulo aparecieron: - Lasca simple con retoques simples directos en un borde, de cuarcita. - Lasca simple de cuarcita grisácea. - Lasca secundaria de cristal de roca.

Muñoz Fernández, Malpelo García y Gómez Arozamena (1993: 83 y 84). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 125 y 218-219). 25. Cueva de Peña Alta (o de la Peñona) 1. Peña Alta o La Peñona. El Tejo. Valdáliga. Z: 15 m. Cavidad situada en el fondo de un vallejo costero. Presenta condiciones de habitabilidad. 2. Surgencia activa, con una entrada de 3 m de altura por 6,5 m de anchura, orientada al oeste que comunica con un vestíbulo de 7 m de longitud por 6,5 m de anchura. En el fondo del mismo hay una rampa descendente que gira hacia la derecha por una galería ocupada por el río, que va reduciéndose de tamaño hasta hacerse impracticable. 3. Mesolítico (Asturiense) – Neolítico. Hábitat. 4. En la parte izquierda del vestíbulo se conserva un testigo de 80 cm de potencia, con un nivel de arcillas con 1 núcleo sobre canto de arenisca, algunas

esquirlas óseas y numerosas conchas (Patella reducidas, Phorcus lineatus, Mytilus sp). 5. Fue reconocida a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. 26. Abrigo de Peña Alta (o de La Peñona) 1. Peña Alta. El Tejo. Valdáliga. Z: 17 m. Abrigo situado al pié de una pequeña afloración costera. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. Abrigo corrido de 35 m de anchura por 6 m de profundidad, orientado al noroeste. Presenta algunos bloques grandes. Al pié del abrigo hay una pendiente poco pronunciada. 3. Neolítico. Hábitat. Edad Moderna. Uso ocasional. 4. En el fondo del abrigo hay restos de conchero cementado en las paredes, así como numerosas conchas sueltas y otros restos. Durante las prospecciones y labores de seguimiento de la construcción de un campo de golf aparecieron numerosos hallazgos, cuyo resumen es como sigue: - La industria lítica era relativamente numerosa, habiéndose citado un raspador en hombrera, un buril, un denticulado, una escotadura, un pico muy atípico, 3 cantos tallados o núcleos, 3 núcleos (uno de ellos de sílex), un yunque – percutor, un canto con un borde pulido, 1 plaqueta con un borde pulido y numerosos restos de talla. La mayor parte de las piezas tienen los talones corticales, aunque aparecen dos con talones facetados. Entre la materia prima predomina la cuarcita, seguida de la arenisca, el sílex, el cristal de roca, habiendo una pieza de pizarra. - 2 fragmentos de cerámica con las pastas muy groseras y con desgrasantes visibles, realizados a mano, en ambientes reductores. Entre los restos paleontológicos se identificaron varios huesos de ciervo. - Los restos malacológicos son muy numerosos, habiendo aparecido Patella intermedia, Patella vulgata y Patella ulyssiponensis), Phorcus lineatus, etc, habiendo citado además Ostrea edulis, Venerupis decussata, Cardium edule y un fragmento de Pholas dactilus. También se hallaron fragmentos de cerámica a torno, algunos con vedrio, además de fragmentos de escoria de hierro. 5. El yacimiento fue localizado a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. En 1998 y en el 2000 fue prospectado por R. Bohigas Roldán

y J.L. Rivera Cobo, y en este ultimo año se realizó el seguimiento de la construcción de un campo de golf, apareciendo gran número de materiales al pié del abrigo. 6. MPAC. 7. Bohigas Roldán y Rivera Cobo (2002: 263-266). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2005: 67). Rivera Cobo (2002: 63-70). 27. Cueva de Rubárcena (o Cerca del Palacio de Sobrellano) 1. Comillas. Se sitúa en la base de una pequeña elevación próxima a la costa. No tiene condiciones de habitabilidad. 3. Prehistoria Reciente. Sepulcral. 2. Pequeña cavidad con una boca de 1,95 m de altura por 1,4 m de anchura, orientada al norte. Tiene 0,9 m de profundidad, con prolongaciones en los dos extremos, la de la derecha con una entrada de 0,93 m de altura por 0,22 m de altura, mide 1,6 m de longitud, con un gran bloque. 4. En la superficie y a la derecha del gran bloque se observó un fragmento de cráneo humano bastante grande y un fragmento de cerámica, perteneciente a una panza lisa, realizada a mano, de color grisparduzco, alisada y con desgrasantes de caliza. 5. Fue reconocido durante las labores de prospección del año 2010 dentro del proyecto de estudio de la Cuenca del Saja por el grupo CAEAP - GEIS/CR. 28. Cueva del Cotero Camposo (o de la Universidad Pontificia o Tabor) 1. Cotero Camposo. Comillas. Z: 70 m. Pequeña cavidad situada en un pequeño cerro testigo próximo a la actual línea de costa, en el fondo de una zona deprimida. No presenta buenas condiciones de habitabilidad. 2. La cavidad está parcialmente destruida. Según las descripciones, poco precisas, de V. Anderez, presentaba una entrada en sima de unos 3 m de profundidad, quizás tapada por una losa de arenisca, que comunicaba con la cavidad. Actualmente se accede a la misma por una entrada de 2 m de altura por 1,4 m de anchura, orientada al norte, que da acceso a una galería transversal de 20 m de desarrollo por 1,7 m de altura. 3. Mesolítico (Asturiense). Hábitat. Calcolítico / Bronce. Sepulcral. 4. El yacimiento fue parcialmente destruído en el momento de su descubrimiento. Poco tiempo después

30. Abrigo encima de la surgencia del Molino Viejo

fue investigada por V. Andérez, que vació casi todo el yacimiento del que queda un reducido testigo en una oquedad lateral. Andérez señala la existencia de un conchero, con cantos rodados, tres fragmentos de cerámica prehistórica lisa, dos cráneos humanos, restos de ciervo y jabalí y numerosos moluscos (Patella, Phorcus, Mytilus, Ostrea edulis y Sepia officinalis).

1. El Molino Viejo. Ruiseñada. Comillas. Z: 36 m. Abrigo situado en la base de un espejo de falla situado en una ladera próxima al fondo del valle. Tiene buenas condiciones de habitabilidad, aunque limitadas por su tamaño.

En una repisa de la pared, situada frente a la entrada actual y en superficie CAEAP halló:

2. Abrigo corrido de 10 m de anchura por 1,5 m de profundidad, con bloques en la mitad derecha, el más grande de 3 m por 2,5 m, orientado al este.

- 3 fragmentos de cerámica a mano, correspondientes a la panza y al fondo plano de una gran orza ovoide, con aplicación de barro plástico, muy gruesa, de color negruzco, con el exterior ocre y con desgrasantes gruesos de calcita.

3. Neolítico. Hábitat. 4. En la parte derecha del abrigo y en el centro hay numerosas conchas en superficie. Se observaron:

- Debajo de la repisa, y probablemente caídos de aquella, se hallaron varias esquirlas óseas, una de ellas un probable fragmento de costilla humana.

- Fragmento minúsculo de una cerámica prehistórica de 3-4 mm de espesor, de color negro con desgrasantes gruesos de calcita. - 5 Patella vulgata, 17 Patella intermedia, 1 Patella ulyssiponensis y 2 Phorcus lineatus. - Varias esquirlas óseas

5. Fue descubierta durante la extracción de bloques de piedra por unos canteros, en 1948. Después fue visitada por algunos seminaristas y estudiada por V. Andérez. A principios de los años ochenta fue redescubierta por CAEAP.

5. La cueva fue reconocida por CAEAP a comienzos de los años ochenta.

6. MPAC. (lo recuperado por CAEAP). 7. Andérez (1948: 129-140).

31. Abrigo Encima de la Surgencia del Molino Viejo II

Muñoz Fernández (1992: 248). Muñoz Fernández, Malpelo García y Gómez Arozamena (1993: 83 y84).

1. Ruiseñada (Comillas). Está situado en la parte baja de la ladera de una colina, muy escondido. No resulta habitable.

Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 218). 29. Cueva de la Subida a la Cruz

2. Abrigo alto de 14 m de anchura por 3 m de profundidad en cuyo fondo aflora la roca.

1. Comillas. La cavidad está situada en la cima de una pequeña elevación muy próxima a la actual línea costera. Tiene condiciones de habitabilidad.

3. Edad Media. Uso económico. 4. En el centro izquierdo del abrigo y hacia el fondo, se observaron los restos de dos jarras a torno. De una de ellas se conservan fragmentos de la boca y del fondo que permiten su reconstrucción. Se trata de una pieza de tamaño pequeño de 7 cm de diámetro de boca 13 de alto y 6 de diámetro de fondo. Presenta delineación en hombrera y dos acanaladuras en el borde vertical. Probablemente llevase un asa de cinta. De la otra se conserva el fondo y un fragmento del asa de cinta y sería una pieza de tamaño algo mayor dado el diámetro del fondo, de 6 cm, aunque de similar diseño.

2. Pequeña cavidad desplomada y totalmente colmatada de la que se desconoce su desarrollo, que no debía de ser grande. 3. Musteriense. Hábitat. Paleolítico Superior (al menos con Magdaleniense). Hábitat. Mesolítico (Asturiense). Hábitat. 4. Durante las obras que dieron como resultado el hallazgo de la cueva se observó en su fondo, una estratigrafía de más de 4 m de altura formada por varios niveles, algunos muy ricos en evidencias.

5. Fue reconocido durante las labores de prospección del año 2010 dentro del proyecto de estudio de la Cuenca del Saja por el grupo CAEAP - GEIS/CR.

5. Fue reconocido por el G.A.E.M. durante las obras de la construcción de la Autovía del Agua.

)

32. Cueva de La Meaza (o de Luma o de Numa) 1. La Molina. Ruiseñada. Comillas. Z: 108 m. Cueva situada en la ladera de un vallejo bastante profundo. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. Sumidero fósil con una entrada muy amplia, de unos 5 m de altura por 11 m de anchura, orientada al suroeste. Su boca de acceso a un inmenso vestíbulo descendente repleto de bloques, algunos muy grandes, de 60 m de longitud por 42 m de anchura. En el mismo fondo hay dos pequeñas plataformas llanas en forma de salita. 3. Solutrense. Hábitat. Aziliense. Hábitat. Mesolítico. Hábitat. Calcolítico – Bronce Antiguo. Sepulcral. Edad Media. Deposito (¿). Paleolítico Superior. Arte rupestre.

dominada por el ciervo rojo. Este mismo autor publica una relación de los mamíferos de la cueva, aunque sin especificar su procedencia estratigráfica, con ciervo, uro, caballo, jabalí, oso pardo, tejón, erizo común y rata de agua (¿). - En los niveles mesolíticos únicamente se han citado cantos de cuarcita. En los cortes y adherido a las paredes se observan los restos de un potente nivel de conchero, con numerosas capas muy ricas en conchas marinas. Aparece Patella vulgata, Patella intermedia, Patella ulyssiponensis, Phorcus lineatus, Mytilus edulis, Venerupis decussata, Tellina tenuis, Paracentrotus lividus, etc. En la excavación practicada en un rellano en el fondo de la rampa de entrada por V. Andérez, se observaron en los cortes varios niveles de conchero desde la superficie, todos muy ricos en conchas, claramente estratificados, de más de 1 m de espesor. El conchero de este conjunto de niveles está formado por especies marinas holocénicas.

4. El inmenso yacimiento de la cueva es mal conocido. La estratigrafía es observable en varios puntos de la cueva. Así, en una pequeña hornacina de la pared izquierda de la boca hay un importante conchero adherido a las paredes por las precipitaciones de calcita, de casi un metro de espesor, en cuya parte superior hay especies marinas holocénicas y por debajo hay un nivel muy espeso con especies pleistocénicas. A unos metros y hacia el interior de la cueva, junto a la misma pared se observa un espeso nivel de color amarillento con numerosos restos del Solutrense, a más de 1,20 m de la superficie del relleno de la cavidad. Hacia la parte anterior del centro del vestíbulo se observa la gran calicata realizada por V. Andérez en cuyos cortes hay varios niveles con conchero holocénico, de más de 1,20 m de espesor. En el fondo de la cueva, en la plataforma donde están las manifestaciones rupestres hay una calicata grande, quizás realizada por V. Calderón de la Vara, con un espeso nivel de arcillas oscuras muy ricas en fauna, del Aziliense. Se conoce la existencia de diversos materiales:

- En una de las calicatas realizadas por V. Calderón de la Vara se hallaron los restos de un individuo y una punta de lanza con largo pedúnculo de hueso.

- En la superficie del yacimiento situado a muy pocos metros de entrada y junto a la pared izquierda se encontró una punta de muesca con retoques cubrientes, bifacial de muy buena factura, realizada en un sílex veteado de gran calidad, algunas industrias de sílex, numerosos restos paleontológicos, algunos de ciervo, Patella vulgata y Littorina littorea.

- 2 lascas simples y 1 núcleo pequeño globular del que se han extraíado lascas de color negro y 2 laminillas con escaso córtex, de sílex.

- En varios puntos del interior de la cueva han aparecido materiales azilienses de los que actualmente se conservan algunas industrias, destacando tres arpones de doble hilera de dientes. Según V. Anderéz la industria lítica se caracterizaba por la presencia de instrumentos “menudos y minúsculos” poco esmerados, con numerosos cantos rodados frecuentemente manchados de ocre, y fauna,

En los fondos del MPAC. se conserva un lote de restos humanos procedente de esta inhumación. Está formado por los siguientes restos: Maxilar inferior: 1, con dentición completa, falta 2 Pm 1 incisivo y 1 canino. Omóplato: 2; Clavícula: 2; Húmero: 1; Cúbitos: 2; Falanges: 12; Radio: 2 (1 concrecionado y roto); Sacro: 1; Pelvis: 2, La izquierda completa y la derecha fracturada; Vértebras: 17; Costillas: 24; Fémures: 2; Tibia: 2; Peroné: 2; Calcáneo: 2; Astrágalo: 2. Al ángulo del coxal indica que se trata de un individuo masculino. La métrica y la osificación revelan que se trata de un adulto. Este mismo autor señala la presencia de cerámicas medievales que él atribuyó a la Edad Hierro. El grupo CAEAP recogió algunos restos en el sendero del vestíbulo de la cueva:

- 2 lascas de cuarcita. - 1 piedra de ocre rojo y 1 piedra de óxido de hierro. - Fragmento de panza lisa realizada a torneta de color rojizo y fragmento de panza lisa realizada a torneta, con el exterior grisáceo – rojiza, interior naranja y alma gris. - Fragmento de mandíbula de un mamífero grande, fragmento de tibia de oso (¿) y dos esquirlas óseas, una de ellas con marcas de descarnado. - 2 Patella vulgata, 6 Patella intermedia y 1 fragmento de Rudicardium tuberculatum.

En dos puntos de la cavidad hay manifestaciones rupestres. El primero situado hacia la pared izquierda de la parte posterior de la cueva, donde sólo hay una representación aislada y el segundo en la pequeña sala en forma de hornacina de la parte más profunda de la cueva. Se han catalogado los siguientes paneles: 1. En la pared izquierda del fondo del vestíbulo se observaron restos muy perdidos, posiblemente de puntuaciones rojas, de reducido tamaño. 2. En la pared derecha de la sala final hay un signo complejo, que es la figura mejor conocida de la cueva. Signo sinuoso formado por tres hileras paralelas de puntuaciones rojas, de reducido tamaño.

Madariaga de la Campa (1972: 40, 41, 74, 77, 92 y 138). Muñoz Fernández (1984: 98). Muñoz Fernández (1992: 248). Muñoz Fernández (1996: 60). Muñoz Fernández y Malpelo García (1993: 289, 293 y 296). Rincón Vila (1985: 114, 133, 142 y 144). Ruiz Cobo (1992: 38). Ruiz Cobo (1993: 44, 52 y 53).

3. Por encima y a la derecha hay un reducido grupo de puntos rojos sin disposición aparente.

V.V.A.A. (1986: 79-89).

4. Debajo del gran signo hay algún punto pequeño rojo.

33. Cueva de la Meaza II

5. A unos metros hacia el interior de la cueva y en la misma pared, hay un panel de grabados incisos finos, todavía mal documentados. 6. En la pared izquierda de la entrada de la sala hay una manchita roja. 5. La cueva fue descubierta en 1907 por H. Alcalde del Rió. En “Les Cavernes..” de 1911 se estudia el signo hecho a puntos y se cita el yacimiento. En 1945 V. Calderón de la Vara realizó sondeos en la misma hallando un importante yacimiento, con arpones azilienses, cerámicas medievales y una inhumación prehistórica con una punta lanza en hueso. En 1946 fue excavada por V. Andérez. Ambos publican los resultados de forma sumaria. En 1966 Loriente, Begines y San Miguel miembros del Seminario Sautuola realizaron sondeos que no fueron documentados. A principios de los años ochenta fue visitada por CAEAP quienes recogieron algunos materiales en superficie y realizaron interesantes observaciones sobre el depósito arqueológico. Entre 1996 y 1998 miembros del GAEM hallaron algunas manifestaciones rupestres. 6. Los materiales recuperados por V. Calderón de la Vara y por el C.A.E.A.P se conservan en el MPAC. 7. Alcalde del Río, Breuil y Sierra (1911: 50-52). Andérez (1953: 207-233). Arias Cabal (1992: 56). Bohigas Roldán (1986: 107). Calderón de la Vara (1955: 3-16). Carballo (1953: 157). Clark (1976: 95-99). CAEAP (1980-81: 44). Davidson y Bailey (1984: 35). León García y Smith (1993: 39).

V.V.A.A. (1989: 97). 1. La Molina. Ruiseñada. Comillas. Z: 111 m. Cueva situada en la ladera, que es muy tendida, de una depresión cárstica, a pocos kilómetros de la actual línea de costa. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Pequeña surgencia fósil con una entrada de 0,6 m de altura por 4,3 m de anchura, orientada al sur, que da paso a un vestíbulo llano, con algunos bloques medianos y pequeños de 5 m de longitud por 5 m de anchura. En el fondo del mismo hay un estrechamiento, de 0,4 m de altura por 0,6 m de anchura, con un escalón de 40 cm de altura, que comunica con una salita, bastante húmeda, de 8 m de longitud por 2,3 m de anchura, en cuyo fondo hacia la derecha, presenta un escalón de 20 cm. 3. Mesolítico. Hábitat. Calcolítico- Bronce. Sepulcral. Medieval. Uso económico. 4. En todo el vestíbulo y en la primera parte de la sala interior aparecen numerosos materiales en superficie y en la sala del fondo, además de conchero se hallaron restos humanos, parte de los cuales se conservan en la cavidad. En la superficie de la misma se recuperaron: - Lasca secundaria con macrohuellas de uso en ambos bordes, de sílex. - 2 lascas secundarias con el talón cortical, 1 lasca primaria con el talón cortical, 1 lasca secundaria de borde de núcleo con el talón cortical y 1 núcleo irregular muy pequeño sobre canto con un solo plano de fractura, de cuarcita. - Fragmentos de una jarra realizada a torno, con la base plana con ligero anillo de solero, asa de cinta, cuello alto y recto y arista redonda. Es de color naranja y con vedrío transparente por el interior. - Fragmento (uno de la parte inferior y cuatro de panza) de una jarra con la base plana con ligero

anillo de solero, de color naranja con el exterior pardo, con vedrio transparente por el interior.

Grupo de Espeleología de Santander (1979: 10 y 12).

- 2 fragmentos de panza de color naranja con desgrasantes finísimos de mica.

35. Cueva de Peñacastillo

- Fragmento de cráneo, fragmento de fémur y vértebra humanos. - Fragmento de mandíbula de corzo. - 3 Patella vulgata, 6 Patella intermedia, 2 Patella ulyssiponensis, 1 Littorina littorea y 1 Mytilus edulis.

- G.E.S. –

1. Peñacastillo. Comillas. UZ: 137 m. La cueva se sitúa en la parte media de la ladera de un cerro muy destacado en posición bastante dominante. Tiene condiciones de habitabilidad.

6. MPAC.

2. Reducida cavidad fósil con una boca de 1,7 m de altura por 3,5 m de anchura, orientada hacia el norte que da paso a un vestíbulo de 9,5 m de longitud por 3,6 m de anchura si bien a los 5 m se hace de 2 m de anchura.

7. Muñoz Fernández (1992: 248).

3. Mesolítico (Asturiense). Hábitat.

5. Fue reconocida a principios de los años ochenta del siglo pasado por CAEAP.

Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2005: 68). Muñoz Fernández, Malpelo García (1993: 289). Muñoz Fernández, Malpelo García y Gómez Arozamena (1993: 296, 301 y 302). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 218). 34. Cueva de Luma (o del Árbol) 1. Peñacastillo. Comillas. Z: 160 m. Cueva situada en la parte alta de la ladera de un monte destacado, en posición dominante. No presenta condiciones de habitabilidad. 2. La cueva presenta dos entradas, próximas entre sí y orientadas al norte. La principal da acceso a una galería recta en cuyo fondo presenta una galería a la derecha que desemboca en la segunda boca. La galería principal es muy sinuosa y lleva a una bifurcación con una galería descendente a la derecha que es muy estrecha y otra a la izquierda, de mayores proporciones. 3. Edad Media. Uso económico. 4. En la galería de entrada apareció una jarra completa aunque fragmentada. Presenta un cuerpo periforme, la base plana, el cuello recto y presenta molduras y asa de cinta. Está realizada a torno. Junto a ella se hallaron numerosos carbones vegetales. 5. Fue reconocida en los años cincuenta del pasado siglo por V. Calderón de la Vara quién publicó la vasija como una cremación de la Edad del Hierro.

4. En ambas paredes de la primera parte del vestíbulo y hacia el fondo hay restos de conchero cementado por precipitaciones calcíticas, de unos 15 cm de potencia. En la superficie del fondo de la primera parte de la cueva aparecieron algunos materiales: - Lámina simple con el talón liso, de sílex. - Lasca simple con el talón facetado, de cuarcita. - Esquirlas óseas. - 6 Patella vulgata, 7 Patella intermedia, 4 Patella ulyssiponensis, 4 Phorcus lineatus y 1 Cepaea nemoralis. 5. Fue reconocida por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. 6. MPAC. 7. Muñoz Fernández (1992: 248). Muñoz Fernández, Malpelo García y Gómez Arozamena (1993: 83 y 84). 36. Abrigo de Peñacastillo 1. Peñacastillo. Comillas. Z: 135 m. Se sitúa en la base de una elevación muy dominante. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Abrigo corrido de 1,3 m de profundidad por 5 m de altura y por 26 m de anchura, orientado al norte. Hacia su mitad tiene construido un murete que es perpendicular al mismo. En la parte derecha su suelo es ascendente. 3. Mesolítico (Asturiense). Hábitat.

6. MPAC.

4. Inmediatamente a la derecha del murete, en superficie, se observaron fragmentos de conchas de Mytilus y Ostrea.

7. Bohigas Roldán (1986: 106 y 107). Bohigas Roldán, Muñoz Fernández y Peñil Minguez (1984: 152-153). Calderón de la Vara (1955: 29-43).

5. Fue descubierto a principios de los años ochenta por CAEAP.

7. Muñoz Fernández, Malpelo García y Gómez Arozamena (1993: 83 y 84). 37. Cueva del Hurdillo (La Meaza III) 1. Canales. Udías. Z: 169 (+-6). Situada en la cima de una colina a la que atraviesa, en posición dominante y estratégica. Es habitable. 2. Cavidad de planta subcircular, de unos 8 m de diámetro, con forma de túnel muy corto, con la boca sureste parcialmente tapada por un muro y la boca noroeste totalmente cerrada por muros que llegan al techo. El techo es relativamente bajo, de 1,70 m de altura media. Aparece un gran bloque en el lateral izquierdo de la boca principal. La superficie está bien conservada salvo en el lateral derecho donde aparece excavada una amplia ura de tejón. 3. Mesolítico. Hábitat. Calcolítico (?). Sepulcral. 4. En la tierra gris y suelta, revuelta por una ura, que forma un cono frente a la madriguera, aparecen abundantes conchas marinas y terrestres. En concreto: 24 conchas de Patella vulgata, 37 Patella intermedia, 4 Patella vulgata, 37 Phorcus lineatus y 5 Cepaea nemoralis. Un canto rodado plano, de arenisca coMPAC.ta, sin marcas. También aparecen conchas de Phorcus y Patella en el lateral izquierdo. En el borde exterior del cono aparece un fragmento de cerámica a mano, rojo – negro – rojo, burdamente alisado, con desgrasantes de calcita abundantes, de 7 mm de espesor. También se observó en el lateral izquierdo un molar de M2 de Equus, un fragmento de maxilar inferior de ovicaprino joven, 1 fragmento de maxilar superior de Sus domesticus adulto, 1 fragmento de maxilar superior de Sus domesticus juvenil, sin erupcionar M3, una falange de ovicaprino, y otros huesos. Enfrente, junto a la gatera de la pared izquierda aparecen 2 pequeños fragmentos de cerámica negra y roja. En el nivel revuelto de la izquierda frente a otra gatera aparece una falange 3ª del pie, humana, y una epífisis distal de tibia humana de un individuo infantil. 5. Fue reconocido durante las labores de prospección del año 2010 dentro del proyecto de estudio de la Cuenca del Saja por el grupo CAEAP - GEIS/CR. 38. Cueva de las Estacas 1. Calce. La Virgen. Udías. Z: 125 m. Cueva situada en el fondo del valle, junto a una surgencia activa. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. Surgencia fósil con una boca amplia, de 2,5 m de altura por 9 m de anchura, orientada hacia el noreste. Da acceso a una amplia galería de 25 m de longitud por 12 m de anchura. En la parte derecha hay una

galería de 2,5 m de longitud por 0,4 m de anchura que por medio de una boca reducida sale al exterior. En la parte izquierda hay otra galería más amplia, de 9 m de largo por 1,3 m de ancho. 3. Prehistoria indeterminada. Hábitat ocasional. 4. En el fondo de la cueva la S.E.S.S. practicó un sondeo que resultó estéril donde se exhumaron los siguientes niveles: - Nivel 1, de 10 cm de potencia, tierras superficiales de color negro, orgánicas. - Nivel 2, de 10 cm de potencia, formado por arcillas arenosas con piedras y bolsadas de arcilla blanquecina. - Nivel 3. Capa de más de 30 cm de potencia, con arcillas muy coMPAC.tas, con numerosas piedras y huesos de aspecto reciente. En la galería lateral de la derecha aparecieron en superficie algunas esquirlas óseas y varias conchas de Patella vulgata. 5. La cueva fue explorada en 1977 por la S.E.S.S. cuyos miembros realizaron un sondeo que resultó estéril. Los materiales arqueológicos fueron hallados por CAEAP a principios de los años ochenta del pasado siglo. 7. Muñoz Fernández (1992: 248). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2005: 70). S.E.S.S. (1983: 61-63). 39. Cueva de las Estacas II 1. Calce. La Virgen. Udías. Z: 126 m. Se sitúa en el fondo del valle, muy cerca de una resurgencia. Debido a sus reducidas dimensiones resulta poco habitable. 2. Pequeña surgencia fósil orientada al norte cuya boca mide 1,6 m de altura por 1,6 m de anchura, que comunica con un vestíbulo recto de 6,3 m de largo por 1,3 m de ancho, con numerosos bloques en su fondo y con una colada calcítica. En la pared derecha tiene una galería impracticable. 3. Paleolítico Superior. Hábitat ocasional. 4. En el fondo de la cavidad y en superficie, procedentes de un nivel formado por arcillas plásticas amarillentas, se hallaron algunos restos arqueológicos: - 1 lasca secundaria de sílex - 1 esquirla ósea con marcas de descarnado - 1 fragmento de mandíbula con un molar y 1 fragmento de cuerna de ciervo y 7 esquirlas óseas. 5. Fue reconocida por CAEAP a principios de los años ochenta del pasado siglo.

6. MPAC. 7. Muñoz Fernández (1992: 248). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2005: 70). Muñoz Fernández, Gómez Arozamena y San Miguel Llamosas (1993: 58 y 61).

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158. Cueva de Sopeña Coladorio II (o Sopeña – Coladorio 2)

desde una galería muy estrecha. Es la única vasija alto-medieval conservada íntegra en la región. Se ha conservado intacta por hallarse en un lugar de muy difícil acceso.

1. La Peña. Bustablado. Cabezón de la Sal. Z: 125 m. Cavidad situada en la base de una peña, en el fondo de un vallejo cárstico. No ofrece condiciones de habitabilidad.

5. Fue reconocido durante las labores de prospección del año 2010 dentro del proyecto de estudio de la Cuenca del Saja por el grupo CAEAP - GEIS/CR.

2. Sumidero fósil con una boca de unos 2 m de anchura que comunica con un vestíbulo de 3 m de longitud por 2 m de anchura muy descedente y repleto de bloques hasta un laminador donde se hace impracticable.

160. Cueva de La Cerviz (Vervil o Servio o del Barbecha) 1. Monte Barbecha. Bustablado. Z: 360 m. Cabezón de la Sal. Situada casi en la cima del Monte Barbecha. Tiene pocas condiciones de habitabilidad.

3. Tardo – antiguo (¿). Uso económico. Edad Media. Uso económico.

2. Sumidero fósil con una entrada muy grande, de unos 8 m de anchura, orientada al oeste. Da acceso a un vestíbulo muy amplio, de 15 m de longitud por 10 m de anchura, ligeramente descedente. Esta da paso a una galería rectilínea ligeramente descedente, que progresivamente se va haciendo más estrecha. A la derecha de la misma hay una galería en forma de laminador, muy ancha y paralela a la principal. Después continúa por una galería muy amplia con varias simas de hundimiento.

4. En el fondo del vestíbulo apareció un fragmento de borde recto liso muy pulido y un fragmento de panza con un estriado grueso. 5. Fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. 7. Muñoz Fernández (1992: 255). 159. Cueva de Sopeña-Coladoiro III

3. Edad del Bronce. Depósito. Edad Media (¿). Depósito (¿). Edad Media. Marcas negras.

1. Bustablado. Cabezón de la Sal. Z: 209 m. Situada en la parte alta de una colina, por debajo de una zona llana, muy escondida. Presenta condiciones de habitabilidad.

4. En la galería de la derecha se observan numerosas zonas deprimidas con restos de carbón vegetal.

2. Cavidad fósil con una boca de 1,80 m de altura por 1,85 m de anchura, orientada al oeste. La entrada da acceso a un vestíbulo de 6 m de longitud por 2 m de anchura. Hacia la mitad del vestíbulo, en la pared derecha, se abre una galería de 6,2 m de longitud por 1,3 m de anchura, ligeramente descendente. En el fondo del vestíbulo se abre una galería en forma de laminador, cuya entrada está parcialmente obstruida por una colada, de 10,5 m de longitud, en cuyo fondo y en la pared derecha hay una galería paralela a la principal, de 10 m de longitud por 0,5 m de anchura.

A unos metros de esta galería y en una plataforma existente junto a la pared derecha, se observaron los restos de una vasija, aparentemente completa, decorada en toda su superficie por un motivo inciso formado por diente de lobo y series de líneas y lágrimas. Actualmente la vasija se encuentra pisada. Además en varios puntos de la galería secundaria aparecen pequeños paneles de “marca negras”, bastante alteradas.

3. Paleolítico. Hábitat. Edad Media. Depósito.

5. La cueva fue reconocida a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP.

4. En la superficie del fondo del vestíbulo y entre tierras arcillosas de color amarillento se observaron varias esquirlas óseas de aspecto prehistórico y una lasca simple de borde de núcleo con el talón liso de sílex grisáceo, de baja calidad.

6. Muñoz Fernández (1992: 255). Muñoz Fernández, Serna Gancedo Arozamena (1993: 313).

En el inicio del laminador, inmediatamente a la derecha de la entrada, hay incrustada y concrecionada una olla del tipo El Collado con decoración estriada. Está apoyada en la panza, con la boca de la vasija mirando hacia el oeste por lo que es la parte más observable. También se puede observar el fondo

1. Casar de Periedo. Cabezón de la Sal. Z: 140 m. Cavidad muy reducida, abierta en el suelo. No tiene condiciones de habitabilidad.

y

Gómez

161. Cueva de la Columna del Ahorcado

2. Cavidad fósil abierta en el suelo, con una entrada de 0,65 m de altura por 0,4 m de anchura, que da

)

acceso a una galería recta, de 12,5 m de largo por 2 m de ancho. En ambos extremos se ciega por coladas de arcillas aunque por la derecha comunica con el exterior por una boca muy pequeña, abierta en el techo. Está tapizada de bloques.

Muñoz Fernández (1992: 248). Muñoz Fernández, Gómez Arozamena y San Miguel Llamosas (1993: 58 y 61). Muñoz Fernández y Malpelo García 81993: 289). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 239).

3. Prehistoria Reciente. Indeterminado. 4. En el extremo sur de la cavidad, donde hay una rampa ascendente y junto a la pared derecha, se observó un fragmento de cerámica gruesa, prehistórica, de color pardo, con desgrasantes calizos gruesos.

Muñoz Fernández, Serna Arozamena (1993: 313).

Gancedo

y

Gómez

163. C. de la Peñona de Caranceja. Peña de Caranceja o La Peñona 1. Peñona de Caranceja. Caranceja. Reocín. Z: 79 m. Cavidad situada en un espejo de falla en la vertiente derecha del Saja, muy cerca del cauce del río. Presenta buenas condiciones de habitabilidad.

5. Fue reconocida en 2010 durante la realización del estudio de la zona dentro del proyecto de estudio de la cuenca del Saja por el grupo CAEAP – GEIS C/R. 162. Cueva del Butrón

2. Los primeros metros de la cueva han desaparecido por la construcción de la carretera N-634. Presenta dos bocas orientadas al noroeste. La entrada principal mide unos 6 m de altura por 4 m de anchura, con dos pequeñas galerías colgadas en la pared izquierda, la primera abierta a 3 m del suelo y situada muy cerca de la boca, de 5 m de longitud por 2,20 de anchura y la segunda en el fondo del vestíbulo, colgada a 2,6 m de altura de 5 m de longitud por 1,6 m de anchura. En el fondo de la pared derecha se abre otra galería de 2 m de largo por 0,9 m de ancho, muy ascendente, que desemboca en una entrada colgada en el cantil.

1. Casar de Periedo. Cabezón de la Sal. Z: 102 m. La cueva se encuentra al pie del escarpe de una pequeña elevación, en la margen izquierda del Saja, a muy pocos metros sobre el valle. No presenta condiciones de habitabilidad. 2. Reducida surgencia fósil con una entrada de 2 m de altura por 1,3 m de anchura, orientada al sur, por donde se accede a un vestíbulo muy ascendente de 3,8 m longitud por 1 m de anchura. En el fondo del mismo presenta una bifurcación hacia la derecha aparece una pequeña galería ascendente de 1,6 m de largo por 1,6 m de ancho. La galería de la izquierda es ascendente de 5m de longitud por 1,6 m de anchura hasta desembocar en una sala de 5,6 de largo por 3 m de ancho. En la pared izquierda hay una galería estrecha y descendente, que a los 2 m se hace impracticable.

El vestíbulo se prolonga por una galería de 9 m de largo por 3,8 m de ancho, que finaliza en un estrechamiento. En la pared derecha se abre una galería por dos estrechamientos que dan a una galería amplia, de 4 m de largo por 2 de ancho de la que parten gateras más estrechas, siendo la principal la situada en la pared del fondo muy descendente hasta hacerse impracticable. El estrechamiento de la galería principal da paso a una sala subcircular de 5 m de longitud por 5 m de anchura de la que parten dos pequeñas galerías, la principal muy descendente, obstruyéndose a 2,40 m.

3. Prehistoria Reciente (¿). Sepulcral. Medieval (¿). “Marcas negras”. 4. En el rellano del fondo del vestíbulo hay una pequeña calicata cuadrada de reducido tamaño realizada con anterioridad al descubrimiento del yacimiento en cuya tierra extraída se hallaron los materiales arqueológicos, cuya clasificación es como sigue:

3. Solutrense. Hábitat. Magdaleniense. Hábitat. Calcolítico- Bronce. Sepulcral.

- Varios restos humanos: incisivo de tamaño muy reducido, premolar bastante desgastado, fragmentos pequeños de un cráneo muy fino y un fragmento de hueso largo.

4. La cueva presenta un importante yacimiento arqueológico, habiendo aparecido restos a lo largo de casi toda la cavidad. De las excavaciones practicadas a principios de siglo no se conservan los materiales y las citas sobre ellos son muy parcas en información. La descripción más precisa es la ofrecida por L. Sierra que da la información de la existencia de dos niveles, el superior con industrias del Magdaleniense y el inferior con Solutrense, donde se halló la base de una hoja de sauce solutrense. En la pequeña galería colgada en la pared derecha H. Alcalde del Río halló dos enterramientos de niños, con la osamenta fosilizada.

En la arista que forma la galería interior con la sala y en la pared derecha hay varios pequeños paneles de “marcas negras” formadas por marcas pequeñas y puntuaciones. 5. Fue reconocida en los años ochenta por CAEAP. 6. MPAC. 7. Gómez Arozamena (2003: 222).

)

En los años sesenta la SESS practicó cinco calicatas en el primer salón de la cueva, que profundizaron hasta los 50 cm exhumando un nivel de arcilla roja prácticamente estéril, que únicamente proporcionaron una rótula perforada y algunos huesos.

- Fragmento de incisivo de Equus caballus perforado hacia su mitad, quizás por abrasión.

En los años ochenta la cavidad fue estudiada por CAEAP quienes recogieron algunas industrias y restos de fauna en superficie y realizaron la descripción de los depósitos. La descripción detallada de los elementos aparecidos en superficie, en las diferentes partes de la cavidad es la siguiente:

En la superficie del vestíbulo, que está muy revuelta, se hallaron:

1. Corte de la boca

- Laminilla simple con truncatura oblicua de sílex.

En la misma entrada hay un corte de unos 3 m de potencia producido al ensanchar la carretera general que discurre a sus pies. El corte está bastante patinado y no se puede observar en detalle. Con todo, al menos son distinguibles tres grandes paquetes sedimentarios. El superior, que forma la superficie del vestíbulo, tiene aproximadamente un metro de espesor, con arcillas amarillentas de apariencia estéril. Por debajo hay un estrato de color pardo – negruzco con numerosos restos – huesos, cantos de cuarcita e industria lítica, de unos 80 cm de potencia, y por último hay un estrato de color más claro que aunque poco visible, presenta industrias y escasa fauna.

- 1 lasca simple y 1 lasca primaria de sílex.

- Pequeños fragmentos de Patella vulgata. 2. Superficie del vestíbulo:

- Fragmento mesial de lámina auriñaciense de sílex. - Perforador atípico lateral sobre lasca simple, con retoques de sílex.

- 3 lascas simples, 6 lascas secundarias y 3 lascas primarias de arenisca. - Fragmento mesial de varilla de sección plano – convexa de asta. - 1 esquirla ósea con retoques bifaciales en el extremo y una esquirla con marcas de descarnado. - 4 conchas de Patella vulgata y 8 de Littorina littorea. 3. Galería ascendente que llega a la segunda boca. De la superficie de la galería proceden los siguientes materiales:

El corte estaba muy pisado y parte de él desprendido, habiendo caído a pequeños rellanos, en forma de escalón, con lo que se pudo distinguir por estratos, a pesar de estar en superficie y en posición derivada, al haber caído del corte.

- 1 lasca secundaria de sílex. - 1 lasca secundaria, 1 canto hendido, 1 cantito roto y 1 cantito completo de arenisca.

Al pie del corte y en su mayoría probablemente caído del estrato inferior, se hallaron los siguientes materiales:

- 2 fragmentos de la panza de una vasija fabricada a mano, bastante gruesa, con las pastas muy bastas y poco compactas, con desgrasantes gruesos de cuarzo, de color grisáceo.

- Chopper distal con el filo denticulado de arenisca. Es del tipo 1.1. de Querol / Santoja.

4. Lado derecho del fondo del vestíbulo:

- Chopper lateral con el filo denticulado de arenisca. Es del tipo 1.12. de Querol / Santoja.

En superficie, además de una moneda de 10 cm de cobre del Gobierno Provincial, del año 1870, se hallaron los siguientes materiales:

- 1 lasca simple, 3 lascas secundarias, 5 lascas primarias, 2 fragmentos de canto y 1 canto de arenisca.

- 1 lasca secundaria, 1 lasca secundaria de fractura y 1 fragmento de placa de cuarcita

- Varias esquirlas óseas no identificables.

- 1 concha de Littorina littorea.

Caídos del nivel grisáceo proceden los siguientes materiales:

- Varias esquirlas óseas no identificables. 5. Primera galería colgada de la izquierda del vestíbulo. En los goteos estalagmíticos aparecieron:

- Raspador simple sobre lámina simple con macrohuellas de uso en los bordes de sílex negro.

- 1 raspador – buril sobre lasca foliácea simple, con retoques simples directos en un borde y retoques denticulados en el otro, de sílex.

- Raspador muy grande fabricado en el extremo de un canto con ambos bordes retocados, alto y muy grueso, de arenisca.

- Varias esquirlas óseas.

- 1 laminilla simple de sílex.

6. Segunda galería colgada en la pared izquierda del vestíbulo:

- 7 lascas secundarias, 2 lascas primarias, 1 núcleo irregular con ½ de córtex del que se han extraído escasas lascas, 2 trozos de canto y 1 cantito roto de arenisca.

- Lasca secundaria de cuarcita. - Esquirlas óseas.

)

- Premolar e incisivo humano.

yacimiento, además de hallar numerosos restos arqueológicos en superficie.

7. Testigo junto a la pared derecha de la galería interior. En la galería contigua al vestíbulo se conserva un testigo de aproximadamente un metro de altura por unos 80 cm de potencia, con limos de color marrón en la parte superior, muy revuelta. En los cortes se observan conchas, huesos e industrias. En superficie se recogieron los siguientes materiales:

6. MPAC. Colección recuperada por CAEAP. 7. Alcalde del Río (1906: 258). Corchón Rodríguez (1971: 159). Jordá Cerdá (1955: 121-122).

- 1 denticulado doble de cuarcita.

Madariaga de la Campa (1972: 39, 74, 99 y 100).

- 1 lasca con algunos retoques planos en la cara dorsal, de sílex.

Muñoz Fernández (1992: 65-66 y 158). Muñoz Fernández, Gómez Arozamena y San Miguel Llamosas (1993: 67 y 69).

- 2 lascas simples y 2 lascas secundarias de sílex.

Muñoz Fernández y Malpelo García (1993: 289 y 297).

- 1 lasca simple, 4 lascas secundarias y 6 lascas primarias de cuarcita. - 1 fragmento de varilla de fabricación de asta.

Muñoz Fernández y Malpelo García (1993-95: 11).

- 1 esquirla ósea con una muesca denticulada lateral inversa.

Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 65-66 y 158). Obermaeir (1916: 180).

- 1 molar de Equus caballus, 1 mandíbula de Felix sp y varias esquirlas óseas no identificables.

Sierra (1909: 108).

- 5 conchas de Patella vulgata, 2 Patella intermedia, 3 Littorina littorea, 1 fragmento de concha de Mytilus sp y 1 púa de Paracentrotus lividus.

Utrilla Miranda (1981: 129-130).

8. Galería interior. En el suelo de la galería se hallaron los siguientes materiales:

1. Peñona de Caranceja. Caranceja. Reocín. Z: 81 m. Reducida cavidad situada unos metros por encima de la cueva de La Peñona de Caranceja. Su acceso resulta difícil. Presenta pocas condiciones de habitabilidad, dado sus reducidas proporciones.

164. Abrigo de La Peñona de Caranceja

- Raspador inverso en el extremo de una lasca primaria con una escotadura lateral, de cuarcita. - 1 lasca secundaria con macro-huellas de uso, 2 lascas primarias, 1 núcleo sobre canto con extracciones en el extremo, 1 núcleo grande sobre canto con dos extracciones de lascas, 1 núcleo grande sobre canto con extracciones dispersas de donde se han extraído lascas, 1 núcleo mediano irregular, con extracciones de lascas y 1 fragmento de canto de arenisca.

2. Reducido abrigo de planta triangular y de 4 m de profundidad y de 5,3 m de anchura, estando como la cueva orientado al norte. 3. Paleolítico Superior. Hábitat ocasional. 4. Una parte de la cavidad ha sido excavada unos 30 cm de profundidad, quizás por los arqueólogos de principios de siglo, probablemente por H. Alcalde del Río, quién excavó la cueva. En los cortes se observa un nivel parduzco terrígeno fértil. En la superficie se hallaron algunos materiales, cuya clasificación detallada es como sigue:

9. Sala del fondo. En la sala del fondo también se hallaron algunas piezas en superficie: - Machacador de ocre sobre canto de arenisca con huellas de golpeo en el centro de una de las caras planas.

- Lasca secundaria de sílex. - 1 lasca simple, 1 lasca secundaria, 1 lasca primaria, 1 gran núcleo sobre canto con extracciones de lascas en el extremo con varios planos de extracción y 1 fragmento de canto, de cuarcita.

- Núcleo sobre canto muy grande con extracciones de lascas, de cuarcita. - Esquirlas óseas. 5. La cavidad fue descubierta en abril de 1903 por H. Alcalde del Río, quien realizó sondeos en la misma hallando restos humanos de la Prehistoria Reciente. Fue visitada por L. Sierra en 1903. En los años sesenta fue explorada por la SESS quienes practicaron sondeos en varios puntos de la cavidad que apenas alguna ofreció escasos resultados. A principios de los años ochenta fue estudiada por CAEAP quienes realizaron descripciones precisas del

5. La cavidad fue reconocida a principios de la década de los ochenta del pasado siglo por CAEAP aunque es muy probable que la calicata antigua fuese realizada por H. Alcalde del Río a principios de siglo, que excavó la vecina cueva de La Peñona. 6. MPAC. 7. Muñoz Fernández (1992: 249).

)

Muñoz Fernández, Gómez Arozamena y San Miguel Llamosas (1993: 67 y 69).

corte. Caído del mismo se halló un canto grande arenisca con huellas de golpeo en el centro del mismo por haber sido usado como yunque.

Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 138).

En la falsa galería alta de la parte izquierda de la galería de entrada hay algunos grupos pequeños de “marcas negras” alejados más de medio centenar de metros de la boca.

165. Sistema de Rotablín El Pernal (o Jofresno u Hoyo de Los Herreros II y III) 1. Caranceja, Reocín. Z: 110 m. Sistema de gran longitud con dos grandes bocas situadas en el fondo de una dolina. La entrada denominada Rotablín es gigantesca y aunque el río ocupa una parte la boca resulta habitable.

En el lecho del río y en las cercanías de la boca aparecieron algunos materiales con adherencias de manganeso, cuya clasificación es como sigue: - Lasca secundaria con el talón cortical de cuarcita grisácea.

2. Sistema activo de más de una decena de kilómetros. Presenta dos grandes bocas en la que desembocan sendos arroyos, situadas en el fondo de dos dolinas muy amplias a varios cientos de metros una de otra. La entrada de Rotablín tiene más de 25 m de anchura, por cuyo extremo derecho circula el río, en el fondo de una dolina profunda por lo que para acceder a la misma hay que salvar un fuerte desnivel y una buena parte de la misma presenta bloques, uno de ellos muy grande. Continúa por una galería muy amplia por donde circula el río junto a la pared derecha y a un nivel inferior. Por la parte derecha es muy ascendente, con una falsa galería bastante llana. Tras unos trescientos metros se bifurca en tres pisos sucesivos, circulando el río por el inferior. A partir de aquí la cavidad continúa por galerías amplias, en su mayor parte activas, la principal en dirección noroeste, hasta hacerse impracticable, desembocado el río en una surgencia muy cerca del cauce del Saja. En las galerías situadas en la parte derecha de la cueva continúan por una galería activa hasta la boca de El Pernal. En esta parte de la cueva también hay tres pisos sucesivos. La entrada de El Pernal se sitúa en el fondo de una profunda dolina aunque menos pronunciada que la de El Rotablín. Tiene una boca muy amplia aunque actualmente está casi obstruida, de unos 2 m de diámetro. El río ocupa prácticamente todo el vestíbulo, que no es muy ancho no resultando habitable.

- Lasca secundaria con el talón liso de arenisca, muy rodada, procedente del interior de la cavidad, a más de medio kilómetro de la boca. - Fragmento de base plana en la unión a la panza convexa, decorada en la panza mediante un estriado grueso, algo irregular y bastante marcado de una vasija realizada a torneta, de color ocre y con desgrasantes de calcita. - Fragmento de panza con decoración estriada de color rojizo. - 1 fragmento de molar de Capra sp y 3 esquirlas óseas no identificables. En la falsa galería donde están las “marcas negras” se halló una esquirla quemada. En la zona de entrada de El Pernal y en el lecho del río se hallaron los siguientes materiales: - Hendedor sobre lasca del tipo II de Tixier cuyo eje del útil coincide con el de la lasca, regular, con retoques alternos en el borde derecho, simples inversos en la parte proximal y marginales directos en la parte distal y con retoques simples en el talón. Ha sido fabricado sobre una lasca secundaria de cuarcita, intensamente patinada. - Hendedor sobre lasca de tipo III de Tixier roto en la mitad distal. El eje de la lasca está ligeramente desviado respecto al del útil, regular, con retoques profundos en la parte proximal de la cara ventral. Ha sido elaborado sobre una lasca Levallois atípica de cuarcita, intensamente patinada.

3. Boca de El Rotablín: Paleolítico Inferior. En posición derivada. Prehistoria Reciente. Refugio ocasional. Edad Media. En posición derivada y “marcas negras”.

- Hendedor sobre lasca del tipo 0.7 de L. Benito del Rey, muy rodado. El eje de la lasca se corresponde con el del útil y es algo irregular y presenta el filo oblicuo. Presenta retoques bifaciales en el extremo distal del borde derecho y marginales directos en el borde derecho. Ha sido tallado sobre una lasca secundaria de cuarcita.

Boca de El Pernal Paleolítico Inferior. En posición derivada. Edad Media. En posición derivada. 4. En una zona de la parte izquierda de la boca de Rotablín, situada inmediatamente a la izquierda de un bloque enorme, la mayor parte de ella ocupada por bloques calizos sueltos, se observa un corte natural con los siguientes niveles: capa de humus de 30 cm de potencia; nivel amarillento con bloques calizos con alguna esquirla ósea de aspecto prehistórico en el

- Hendedor sobre lasca del tipo 0 de Tixier, cuyo eje de la lasca es perpendicular al eje del útil, regular y muy típico, con macrohuellas de uso en el filo. Con retoques marginales directos en el borde derecho y bifaciales en el izquierdo, sobre lasca de decorticado

)

secundario si bien con toda la cara superior cortical, de cuarcita.

- Fragmento de panza de color ocre con desgrasantes finísimos de mica, con un reguerón de vidriado por el exterior.

- Hendedor sobre lasca de tipo 0 de Tixier, muy ennegrecido por las aguas, cuyo eje de la lasca es perpendicular al eje del útil, ligeramente irregular y con el filo oblicuo. Presenta retoques carenados directos en el borde derecho. Ha sido fabricado a partir de una lasca de decorticado primario de arenisca.

5. Fue reconocida y estudiada a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP.. 6. MPAC. 7. ACDPS (1996-97: 41). Gómez Arozamena (2003: 223).

- Hendedor sobre lasca muy patinado e intensamente rodado del tipo 0 de Tixier; sobre lasca primaria de ofita.

Montes Barquín (2003: 40). Muñoz Fernández (1992: 249).

- Hendedor sobre lasca del tipo 0 de Tixier cuyo eje de la lasca se corresponde con el del útil, irregular. Presenta retoques marginales directos en el borde izquierdo y dos levantamientos profundos en la cara plana, fabricado sobre una lasca primaria de cuarcita.

Muñoz Fernández (1993-95: 21).

- Lasca Levallois atípica con el talón diedro, de cuarcita.

166. Cueva del Hoyo de Los Herreros

Muñoz Fernández, Serna Arozamena (1993: 310).

Gancedo

y

Gómez

Sainz Barreda y Canoura González (1993: 118-120). 1. Barcenaciones. Reocín. Z: 130 m. La cueva se sitúa en el fondo de una gran depresión cárstica. No presenta buenas condiciones de habitabilidad.

- Lámina Levallois con el talón facetado convexo de cuarcita. - Punta Levallois primaria rota por el extremo distal con el talón facetado convexo de cuarcita.

2. Sumidero prácticamente fósil con una entrada de 1,5 m de altura por 5 m de anchura, orientada al sur, dando acceso a un vestíbulo ligeramente descendente de 9 m de longitud por 9 m de anchura. Continúa hacia la derecha y hacia la izquierda, siendo mucho más larga la parte izquierda. Por la parte derecha se abre una galería bastante amplia y descendente con una sima por hundimiento en su fondo, de 9 m de profundidad. La sima continúa por una galería descendente hasta una bifurcación donde se abren dos galerías bastante altas, hacia la derecha con numerosas excéntricas y hacia la izquierda por una galería muy estrecha hasta una bifurcación que por la de la izquierda circula el río. Por la parte izquierda del vestíbulo y por medio de un laminador, se abre una galería amplia con bloques donde se hallaron la mayor parte de los materiales arqueológicos. Por la pared izquierda hay varias galerías muy estrechas y ramificadas, con dos pequeñas simas. En el fondo de la galería hay una bifurcación, la de la izquierda de trazado laberíntico y la de la derecha muy ancha larga y de trazado también laberíntico. Desde aquí la cuevas continúa por galerías muy anchas, aunque bajas, que terminan colmatándose. En el recorrido aparecen también dos simas poco profundas.

- Raedera ligeramente denticulada transversal inversa sobre lasca secundaria con el talón roto, de cuarcita. - Cuchillo de dorso natural sobre lasca secundaria con el talón liso de cuarcita. - 4 lascas secundarias (una muy rodada con el talón liso y tres con el talón cortical, una de ellas grande) y 1 núcleo grande (irregular, con córtex y de donde se han extraído lascas), de cuarcita. - 2 molares de gran bóvido. - Fragmento de la parte superior de una jarra de boca cuadrada (¿) con cepillado por el exterior, tiene el borde recto y ondulado y el labio redondo de color naranja. - Fragmento de la parte superior de una jarra con el borde corto y ligeramente exvasado y labio redondo. Con una línea incisa en el borde. Es de color blanco y presenta vidriado por ambas caras. - Fragmento de la parte superior de una vasija pequeña, quizás un vaso. Tiene la panza recta, el borde corto ligeramente exvasado y con el labio plano. Del labio parte un asa de sección oval, de color naranja.

3. Calcolítico. Sepulcral. Edad del Hierro. Indeterminado.

- 2 fragmentos de panza decorados con un estriado fino y regular, de color ocre.

Edad Media. Depósito y “marcas negras”. 4. En distintos puntos de la cavidad han aparecido materiales arqueológicos, a saber:

- Fragmento de panza decorada con un estriado regular, de color ocre con el alma a sándwich.

a) Fondo de la sima situada a la derecha del vestíbulo principal:

- 2 fragmentos de panza lisos de color ocre. - Fragmento de panza de color ocre, con el interior y con manchas por el exterior vidriados. )

- Fragmento de base plana de una vasija realizada a torno o torneta de color naranja con desgrasantes finísimos de mica.

e) En el fondo de la primera galería, situada junto a la pared derecha, muy cerca de la gran roca: - Fragmento de la parte inferior de una vasija grande con la base plana y con la unión a la panza cóncava. Presenta pastas groseras de color pardo – rojizo con el alma negra y desgrasantes muy grandes y numerosos de arenisca y cuarzo. Es de grosor medio.

- Fragmento de la panza de una vasija realizada a torno o torneta, de color pardo con engobe rojizo por el interior y con desgrasantes finísimos de mica, algo grueso. b) Cauce del riachuelo situado en la galería de la derecha accesible desde la sima:

f) Debajo del gran panel de “marcas negras” del segundo bloque decorado, próximo a la zona del yacimiento:

- Fragmento de panza a torno o torneta, de color naranja y con desgrasantes de mica, es muy fina.

- Entre los abundantes restos de carboncillos vegetales se halló un fragmento de panza lisa, con el exterior muy pulido y el interior casi bruñido, bastante fina, con las pastas de color rojizo y con escasos desgrasantes finos de cuarzo.

c) Pequeña sima situada en la parte izquierda del gran bloque de entrada: - Objeto de madera formado por un vástago de sección subcircular terminado en una especie de maza, ancha y cúbica, algo ahuecado, con el extremo achatado y liso. Junto a ella se observó un esqueleto de perro.

g) Inicio del laminador de la derecha, no muy lejos de la Galería del Yacimiento. - Fragmento grande de una especie de ensaladera de madera, realizada a torno, baja y abierta. Tiene el fondo plano, el borde continuo y el labio de arista redonda.

d) Galería del yacimiento, situado a la izquierda de la zona de entrada: - Fragmento de la parte superior de una vasija de madera realizada a torno, en forma de cuenco grande, con el borde continuo, donde hay una línea incisa. Tiene el labio destacado por una moldura por el exterior y con un rebaje por el interior, de sección redonda aplanada. Está muy bien conservada y es de muy poco peso.

h) Interior del laminador En varios puntos del mismo se han observado palos de avellano e incluso alguna tablilla. Se recogió: - Palo de avellano, ligeramente acartonado, que conserva parte de la corteza. Está apuntado por cortes y presenta un bisel ligero muy convexo. Está parcialmente quemado.

- Fragmentos que han permitido reconstruir el perfil de una jarra de madera realizada a torno, con la base plana, la unión a la panza convexa, el borde muy ligeramente vuelto y el labio biselado hacia el exterior. Se halló debajo de un gran bloque junto a la pared derecha, en una oquedad, junto a restos humanos.

Desde la galería del yacimiento hasta una sima situada muy al interior de la cavidad aparecen paneles de “marcas negras”, algunas de gran tamaño, formadas por líneas y marcas sin disposición aparente. Los más complejos son los situados en las pequeñas galerías de desarrollo complejo que se encuentran en la parte izquierda y hacia el fondo de la Galería del Yacimiento y en el gran laminador muy ancho con el suelo muy arenoso de la parte del interior de la cueva. Es el conjunto más grande y quizás el más complejo de “marcas negras” con la única excepción de la cueva de Cudón. Se conocen más de medio millar de paneles.

- Objeto de cobre con óxidos de hierro. Se trata de una plancha doblada en ángulo recto con dos horquillas remachadas en forma subcircular, muy oxidado y mal conservado. - 6 fragmentos de una gran orza ovoide con decoración plástica. Tiene la base plana, en la parte inferior de la panza se ha aplicado barro plástico a dedadas en disposición oblicua, y la superior es lisa y con un cordón muy poco resaltado de sección triangular con incisiones verticales a uñas. En las proximidades del borde presenta un cordón muy realzado con impresiones romboidales realizadas con el extremo de una espátula. Presenta pastas groseras de color negruzco con el exterior gris y con desgrasantes gruesos de cuarzo. La capa de barro plástico es de color ocre y presenta abundantes desgrasantes de cuarzo.

5. Cavidad reconocida y estudiada por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. 6. MPAC. 7. Díaz Casado (1993: 121). Gómez Arozamena (2003: 223). Morlote Expósito, Muñoz Fernández, Serna Gancedo y Valle Gómez (1996). Muñoz Fernández (1992: 249)

En dos puntos de la superficie se observaron numerosos restos humanos: varios fémures, mandíbulas, costillas, etc. Pertenecientes a varios individuos adultos. Estos restos no fueron recogidos.

Muñoz Fernández, Gómez Arozamena y San Miguel Llamosas (1993: 66 y lámina aparte).

)

Muñoz Fernández y Malpelo García (1992: 293, 297, 300 y 304).

En el techo del vestíbulo y en las paredes hay numerosos paneles de grabados, generalmente gruesos, que no parecen formar motivos determinables excepto algunas aspas, dameros, etc, además de dos inscripciones con la palabra “DOMINO”.

Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 243). Muñoz Fernández, Serna Gancedo Arozamena (1993: 310, 317 y 320).

y

Gómez

5. Fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por el grupo CAEAP.

Smith y Muñoz Fernández (2010: 679-680, 688 y 690).

6. MPAC.

167. Cueva de Escubies (o Escubias o Escuvías).

7. Gómez Arozamena, Muñoz Fernández, Rodríguez Muriedas y Smith (1992: 281, 282 y 287).

1. Barcenaciones. Reocín. Z: 70 m. Sumidero fósil situado en el fondo del valle, muy cerca de un riachuelo y del río Saja, en su margen derecha. Tiene buenas condiciones de habitabilidad.

Muñoz Fernández (1992: 249). Muñoz Fernández, Gómez Arozamena y San Miguel Llamosas (1993: 68 y 69).

2. Cueva con una entrada de 2 m de altura por 5,5 m de anchura, orientada al oeste. Presenta un vestíbulo llano de 10 m de longitud por 2 m de altura por 7,8 m de anchura. En la pared izquierda del fondo del mismo se abre una galería que finaliza en una sala bastante amplia, de 30 m de largo por 8 m de ancho descendente que desemboca en un estrechamiento. Este se abre a un laminador de 19,5 m de longitud por 8 m de anchura, donde hay varias afloraciones de ámbar. En la pared izquierda del comienzo del laminador hay una galería estrecha de pocos metros de longitud. El fondo del vestíbulo se prolonga por una galería de 7 m de anchura, ligeramente descendente, que a los 15 m gira hacia la izquierda disminuyendo hasta los 2 m de anchura. A los 8 m finaliza en un estrechamiento infranqueable. En la pared derecha del comienzo de la galería que prolonga el vestíbulo hay una galería de 5 m de longitud por 4,2 m de anchura, que se prolonga por una gatera impracticable abierta hacia la derecha.

Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 231). 168. Cueva del Caracol 1. Barcenaciones. Reocín. Z: 60 m. La cueva presenta un enorme abrigo de boca, al pie de un gran espejo de falla. Se encuentra junto a la desembocadura de un arroyo en el Saja, a muy pocos metros del cauce del río principal. Habitable. 2. Cavidad con un enorme abrigo de boca, de más de 30 m de anchura, alcanzando hasta los 3 metros de altura, de donde parten varias galerías. Está orientado al noroeste. En el extremo izquierdo hay una galería estrecha y alta, con varios cambios de rumbo hasta desembocar en un laminador bastante largo. Por la parte derecha del abrigo hay varias galerías, bastante amplias, que en el fondo se hacen laminadores, siendo la más larga la del extremo derecho. Al situarse a poco más de un metro sobre el cauce del riachuelo y hasta el propio Saja, la cavidad se inunda ocasionalmente, por lo que presenta un relleno arenoso y algunas zonas están muy lavadas.

3. Prehistoria. Indeterminado. Edad Media. Uso económico. Manifestaciones rupestres.

3. Paleolítico / Epipaleolítico (¿). Hábitat.

4. En el fondo del vestíbulo y junto a la pared izquierda hay varias calicatas antiguas no muy profundas, donde se observan niveles arcillosos amarillentos de apariencia estéril. A unos 15 m de la boca y junto a la pared izquierda y en superficie, aparecieron:

4. En el inicio de la galería situada en el extremo izquierdo aparecieron algunos materiales arqueológicos, en un área muy lavada por el agua y entre bloques. En concreto: - Lasca de borde de núcleo de sílex calcedonítico patinado.

- Lasca secundaria con el talón cortical de cuarcita.

- 2 lascas primarias con el talón cortical de cuarcita gris de grano grueso.

- Fragmentos de una jarra (uno de borde, uno de asa y un fragmento de panza liso) con el borde alto y ligeramente exvasado y con el labio redondo y con un fragmento de asa. Es de color naranja con engobe rojizo por el exterior, con las pastas muy decantadas, con desgrasantes muy escasos y finos de mica.

- Fragmento de molar de ciervo. 5. Fue reconocido en los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. 7. Muñoz Fernández (1992: 255).

- Fragmento muy pequeño de teja árabe, de color naranja con el interior grisáceo y con desgrasantes de cuarzo. - 2 esquirlas óseas no identificables.

)

169. Cueva del Caracol II

los que destaca un bisonte. No han sido estudiados y se desconoce su localización.

1. Barcenaciones (Reocín). Cavidad situada en la base de una elevación junto al río Saja. Es habitable aunque de reducidas dimensiones.

5. Los grabados rupestres fueron localizados a principios del siglo XX por H. Alcalde del Río, aunque han permanecido inéditos y actualmente están perdidos. En una sesión del Patronato de las Cuevas Prehistóricas de la Provincia de Santander del 18 de mayo de 1958, firmada por J. González Echegaray, secretario de la misma y según información de García Lorenzo: “En una sala de las finales de esa cueva se hallaron representaciones de animales, en estilo digital, en el techo. A primera vista el aspecto de estas figuras parecen dar a entender que se trata efectivamente de grabados prehistóricos. No obstante por hallarse junto a unos grafitos en los que se alude, en sentido humorístico a Alcalde del Río, el señor García Lorenzo piensa que será necesario un estudio de dichas representaciones artísticas. En la sesión del 5 del XI de 1966 se especifica: “El Sr. García Lorenzo .. sobre si son o no antiguas ..” El Sr. García Guinea, que los ha estudiado, niega su autenticidad y añade que ha descubierto numerosos grabados en las cuevas de Cobrante y Castro Urdiales.

2. Cavidad fósil con una boca de 3 m de altura por 1’5 m de anchura, orientada al suroeste, que comunica con un pequeño vestíbulo de 4 m de longitud por 1’5 m de anchura. Por el fondo y hacia la izquierda continúa por una galería al principio ascendente, que a los 10 m se hace impracticable. Hacia la mitad de la pared derecha presenta dos galerías impracticables. 3. Paleolítico / Epipaleolítico (¿). Hábitat. 4. En el fondo del vestíbulo y junto a la pared derecha se encontró en superficie una lasca muy grande de borde de núcleo con el talón liso, de sílex calcedonítico con intensa pátina blanca. 5. Fue reconocido durante las labores de prospección del año 2010 dentro del proyecto de estudio de la Cuenca del Saja por el grupo CAEAP – G.E.I.S./CR.

6. MPAC. 7. Gomarín Girado (1968: 22).

170. Cueva de La Cuevona

Muñoz Fernández (1992: 249).

1. Hoyón. Vinueva. Quijas. Reocín. Z: 80 m. Cueva situada en el fondo de una depresión cárstica. Tiene condiciones de habitabilidad.

Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 97). Rincón Vila (1968: 7-22).

2. Sumidero activo de gran desarrollo con dos bocas muy próximas entre sí, por una de las cuales se introduce el riachuelo; están orientadas al sur. La boca principal es bastante grande y da paso a un vestíbulo llano y recto que se prolonga por una galería rectilínea que desemboca en una bifurcación. Hacia la derecha sigue por una galería amplia, bastante larga y hacia la derecha llega a una sala muy amplia con numerosos bloques, de cuyo fondo parte una galería superior rectilínea, bastante larga. Por la parte derecha de la sala hay una galería amplia que lleva al interior de la cueva, con galerías muy largas.

V.V.A.A. (1989: 109). 171. Cueva de la Estación 1. Santa Isabel. Quijas. Reocín. Z: 41 m. Se encuentra en la margen derecha del Saja, a pocos metros del cauce, en la base de una pequeña elevación. Tiene pocas condiciones de habitabilidad. 2. Presenta una entrada ancha y baja, orientada al noreste, que da acceso a un vestíbulo largo que se ensancha hacia el fondo. Aquí presenta un brusco cambio de rumbo hacia la izquierda, aunque a los pocos metros vuelve a girar hacia la derecha. Continúa por una galería recta, muy amplia, con zonas de grandes gours, donde hay un murete realizado con grandes bloques, que se va haciendo más alta. Desemboca en una sala amplia que hacia la derecha finaliza en una rampa de tierra muy pronunciada y hacia la izquierda por una galería amplia, con algunas formaciones. En el fondo gira hacia la derecha por un laminador recto que desemboca en el río de la cavidad, que continúa por una galería ancha y baja, muy contaminada por los vertidos domésticos.

3. Medieval (¿) Uso económico. Paleolítico (¿). Arte rupestre (¿). 4. En el fondo del vestíbulo aparecieron en superficie: - Fragmento de la parte superior de una vasija a torno, con el borde exvasado. Es de color naranja con el exterior más oscuro, con un chorretón de vidriado melado por el exterior. - Fragmento de la parte inferior de una vasija a torno, con la base plana y con la unión a la panza convexa. Es de color naranja con el alma grisácea. - Fragmento de un hueso largo con marcas paralelas, quizás producidas por un carnívoro. En una sala superior del interior de la cueva se han hallado varios grabados digitales representado cuadrúpedos, entre

3. Paleolítico Rupestre.

))

Superior

/

Epipaleolítico.

Arte

4. En la sala del interior de la cueva, situada a 120 m de la boca hay un pequeño conjunto de grabados digitales realizados en la arcilla de decalcificación del techo. Están muy patinados y uno de los motivos está recubierto por una colada y en el borde del trazo ha crecido una estalactita, lo que corrobora su autenticidad. Se han identificado nueve motivos de los que destaca una figura de cuadrúpedo del que se ha representado únicamente la cabeza y el cuerpo, este último por medio de once líneas rectas y paralelas y un dibujo formado por una larga línea atravesada por pequeñas líneas verticales y paralelas. Hacia el interior de la cueva, en las columnas de calcita hay algunas pequeñas marcas negras aisladas. 5. La cueva fue explorada a principios del siglo veinte por H. Alcalde del Rió y H. Breuil. En los años cincuenta fue prospectada por E. Ripoll Perelló. Los grabados fueron descubiertos y estudiados a principios de los años ochenta por CAEAP. 7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1980-81: 28). Jeannel (1909: 475). León García y Smith (1993: 39). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2005: 66). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 138). San Miguel Llamosas (1991: 81-93). San Miguel Llamosas y Muñoz Fernández (2010: 129-132). V.V.A.A. (1989: 84). 172. Cueva de la Lora (o de La Clotilde) 1. Santa Isabel. Quijas. Reocín. Z: 53 m. Cavidad fósil situada en la cima de una pequeña elevación dominante, en la margen derecha del río Saja. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. La cueva presenta una boca amplia orientada al noroeste, de 1,8 m de altura por 7 m de anchura, que da acceso a un vestíbulo recto y descedente, bastante amplio. En la pared derecha del vestíbulo se abre una galería amplia y ligeramente ascendente, bastante recta en cuya pared derecha se ha abierto una boca. El vestíbulo se prolonga por una galería muy amplia, con una boca impracticable en el fondo de su pared derecha. Toda la galería tiene bloques. En la pared derecha de la galería principal se abre una galería bastante recta de 180 m de longitud. A esta misma galería convergen otras cuatro abiertas en la misma pared derecha de la principal. 3. Paleolítico Superior. Hábitat. Romanización. Depósito. Paleolítico Superior. Arte parietal. Edad Media. Depósito - “Marcas negras”.

4. En el museo de Santander se conserva una importante colección de materiales procedentes del vestíbulo, de los sondeos realizados por SESS En el inicio de la galería de entrada hay dos calicatas muy grandes y otras más reducidas, de donde probablemente se hallan extraído la mayor parte de los materiales conservados en el Museo. En la colección, que está sucia, aparecen piezas de sílex, cuarzo, arenisca y ofita. Destaca un núcleo de ofita, una azagaya de sección cuadrangular con aplanamiento central decorada (quizás la hallada por Caravés en un hueco lateral cerca de los grabados) una punta fina ósea decorada, 4 conchas de Patella vulgata, 9 Littorina littorea, restos de fauna identificable y no identificable, fragmentos de cerámica medieval (lisos y estriados), cerámica común romana y la mitad de un ímbrice. Además, CAEAP halló en esta cavidad varias piezas conservadas así mismo en el Museo, en concreto algunas lascas grandes de arenisca, en el fondo de la galería de entrada, algunas caídas de los cortes, donde se observan niveles de limos amarillentos de aspecto pobre. En el inicio de la galería interior de la derecha y posado sobre un bloque se halló un fragmento de galbo de un plato de terra sigillata hispánica. En la galería de la derecha presenta manifestaciones rupestres. En el área de entrada hay algunas marcas rojas poco llamativas y en el interior hay un gran panel con grabados digitales donde se han representado varios uros, algunos cuadrúpedos indeterminados y signos, además de varias líneas. Parecen ser epipaleolíticos. Las “marcas negras” se distribuyen por la parte final de la galería derecha donde se ha abierto una boca, habiendo además algunos paneles aislados en la galería de los grabados y una sala en el fondo de la pared derecha de la galería principal. En este misma galería principal y hacia la primera parte de la misma se han hallado multitud de grabados en el techo, probablemente realizados con un palo, sin bien algunos han podido ser realizados por los cuernos de las cabras. 5. La cueva fue descubierta en 1906 por H. Alcalde del Río y H. Breuil quienes publicaron las manifestaciones rupestres en Les Cavernes de la Region Cantabrique, en 1911. En los años cincuenta fue acondicionada para las visitas por el equipo de camineros de la Diputación, que además realizaron excavaciones que han permanecido inéditas, aunque los materiales se hayan conservado en el MPAC. En los años cincuenta E. Ripoll Perelló denunció algunos deterioros en los grabados. En los años setenta Garcia Caravés halló una azagaya muy larga en un recoveco de la pared, muy cerca de los grabados, que fue

entregada al Museo. La SESS realizaó sondeos de donde se extrajo una pequeña colección servada en el MPAC. Pudiera tratarse de la azagaya completa conservada en el mismo. En 1979 fue visitada por CAEAP hallando nuevas manifestaciones digitales, algunos materiales en superficie, numerosas “marcas negras” y grabados de cronología y significación imprecisa. Posteriormente fue estudiada por V. Fernández Acebo. 6. MPAC. 7. Alcalde del Río, Breuil y Sierra (1911: 40-46). Apellaniz Castroviejo (1982: 68-69). Barandiarán Maeztu (1973: 354). Bohigas Roldán, Muñoz Fernández y Peñil Minguez (1984: 143 y 144). Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1980-81: 42 y 44). Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1982: 36-44). Casado López (1977: 24, 116, 247 y 251). Fernández Acebo (2010: 133-140). González Echegaray (1978: 64). González Echegaray y González Sainz (1944: 21-43). Jeannel (1909: 475). Jordá Cerdá (1963: 88). León García y Smith (1993: 39-41). Leroi-Gourhan (1963: 88). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2005: 66). Muñoz Fernández, Malpelo García y Gómez Arozamena (1996: 109). Muñoz Fernández y Serna Gancedo (1991: 8). Muñoz Fernández, Serna Gancedo y Gómez Arozamena (1993: 311, 314 y 317). Muñoz Fernández et alii (2011: 364). Ripoll Perelló (1957: 53-56). Smith (1982: 33-35). V.V.A.A. (1989: 81-83). 173. Cueva del Jiboso 1. Santa Isabel. Quijas. Reocín. Z: 37 m. Cavidad situada al pie de una pequeña elevación, en la margen derecha del Saja y muy cerca de su cauce. No presenta condiciones de habitabilidad. 2. Cavidad de cierto desarrollo. Presenta una entrada estrecha y alta, orientada al norte, que da acceso a un vestíbulo descendente parcialmente colmatado, que se prolonga por una galería recta, estrecha y alta. A los 29 m se abre un laminador en la pared derecha del fondo de la galería de entrada, ancho y ligeramente descendente, con relleno de arenas, donde aparecieron los materiales arqueológicos, de 26 m de longitud por 4 m de anchura. Desemboca en una galería amplia, ocasionalmente activa. Hacia la izquierda continua por una galería ancha que a los 52 m se hace impracticable, aunque se encuentra muy cerca de la superficie. Hacia la derecha continua 123 m por una galería bastante recta con un ligero cambio de rumbo. En la pared izquierda del fondo de la

misma y a más de 1,5 m del suelo arranca un laminador del que se han explorado unos 50 m. 3. Paleolítico Superior. Hábitat ocasional. Depósito secundario, derivado. Arte rupestre. Medieval (¿). 4. En la pared derecha y hacia el medio de la galería de entrada hay varios paneles de grabados finos lineales entre los que destaca la representación de un pequeño pentángulo. En 1953 la cueva fue explorada por E. Ripoll que señaló la existencia de una mancha roja en la pared derecha y como a unos 50 m de la boca, que no ha vuelto a ser localizada, por lo que parece más que dudosa. En la superficie del laminador que comunica la galería de entrada con la galería principal, entre arenas grisáceas, se hallaron los siguientes materiales: - 2 lascas simples de sílex con pátina lechosa - 1 molar de ciervo juvenil, 1 molar de caballo y 1 fragmento de cráneo de macromamífero. 5. La cavidad fue reconocida a principios de los años ochenta por CAEAP, aunque E. Ripoll Perelló halló una posible mancha roja durante una visita efectuada en el año 1953. La topografía de la cavidad fue realizada en la década de los ochenta por miembros de A.C.D.P.S. 6. MPAC. 7. CAEAP (1980-81: 28). Gómez Arozamena, Muñoz Fernández, Rodríguez Muriedas y Smith (1992: 282). Muñoz Fernández (2002: 249). Muñoz Fernández (2002: 320). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 94 y 199). Ripoll Perelló (1957: 54). V.V.A.A. (1989: 80). 174. Abrigo Santa Isabel 1. Santa Isabel de Quijas. Reocín. Z: 39 m. Se encuentra en la ladera de una afloración caliza, cercana al río, en un antiguo cantil fluvial. Tiene condiciones de uso. 2. El abrigo presenta una boca de 11 m de anchura y se prolonga hacia la izquierda, donde es muy poco profundo. Hacia la parte derecha tiene 7’5 m de anchura por 5 m de profundidad. Casi todo él está erosionado por las aguas, conserva un testigo de 0’8 m de altura en el fondo izquierdo. 3. Magdaleniense o Aziliense. Hábitat.

4. El abrigo está muy erosionado y en la superficie del centro, con numerosos bloques se observaron diversas piezas en distintos puntos: En la superficie del centro izquierdo del fondo aparecieron: - 2 núcleos sobre canto de cuarcita, 1 laminilla de golpe de buril de sílex blanco, 1 lasca pequeña de sílex blanco, 2 lasquitas simples rotas de sílex, 1 lasca 2ª de borde de núcleo de cuarcita, 1 laminilla simple rota con el talón roto de sílex con pátina lechosa, 1 lasca 2ª rota de cuarcita, 1 canto de arenisca con gruesa raya incisa fusiforme a modo de afiladera, 1 fragmento de Patella vulgata grande, 4 esquirlas óseas y 1 fragmento de metápodo de ciervo. A unos metros a la derecha hay 1 lasca 1ª rota con el talón cortical de cuarcita. En el extremo derecho del abrigo se halló 1 fragmento de canto. En el riachuelo estacional del extremo derecho se halló 1 laminilla simple de borde de núcleo de sílex blanco y 1 lasca 2ª rota de cuarcita. Y, por último, en el extremo derecho, donde casi no hay suelo y junto a un árbol, se halló 1 canto roto, 1 buril diedro múltiple sobre lasca simple de sílex y 1 esquirla ósea. 5. Fue reconocido durante las labores de prospección del año 2010 dentro del proyecto de estudio de la Cuenca del Saja por el grupo CAEAP - GEIS/CR. 175. Cueva de Cobeján (o Los Perros o Cabezu) 1. Viaña. Cabuérniga.. La cueva se encuentra en la parte baja de una ladera, muy escondida. No tiene condiciones de habitabilidad. 2. Cavidad con dos bocas muy próximas aunque a distinto nivel. La principal mide 1 m de anchura, es bastante baja y está orientada al sureste. Da acceso a un vestíbulo descendente en cuyo fondo y hacia la derecha parte una galería mucho más estrecha, paralela al vestíbulo principal, que desemboca en una entrada muy pequeña. Continúa por una galería descedente de 34 m de longitud con una galería inferior a la que se accede por una sima muy reducida. En la pared derecha hay un laminador que accede a dos galerías, la mayor paralela a la principal, mide 48 m. 3. Calcolítico / Edad del Bronce. Depósito. 4. En la superficie de un colapso existente al fondo del vestíbulo aparecieron varios fragmentos de panza lisa de una vasija realizada a mano, con desgrasantes gruesos de calcita, con la superficie alisada, todos de la misma pieza.

5. Fue reconocida por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. 7. González Luque (2004). 176. Cueva del Poyo 1. Saja. Los Tojos. Cavidad situada en una ladera, en posición escondida. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. Sumidero fósil con una entrada bastante amplia, parcialmente tapada por un murete realizado a piedra seca, orientada al este. La boca da acceso a una galería recta, al principio descendente, con numerosos bloques de caliza. En el fondo hay un estrechamiento donde se ha construido un murete. Desemboca en una galería muy amplia y descendente repleta de bloques. Continúa por una galería recta con una galería más estrecha paralela a la misma. Esta galería en la parte más profunda presenta un cambio de rumbo, continuando por un laminador. 3. Tardo – antiguo. Depósito. Edad Media. Uso económico. Edad Media. Marcas negras. 4. En el recodo de la izquierda del vestíbulo que es muy bajo y está recubierto de bloques por la limpieza del vestíbulo y a unos 8 m de la entrada se halló, prácticamente completa, una jarra realizada a torneta con el cuello alto y cilíndrico, el borde recto y el labio exvasado plano con un asa cilíndrica, la boca plana y la unión a la panza cóncava, de color naranja. En el comienzo de la galería amplia y descendente y entre los bloques, hay numerosas concentraciones de carbón vegetal, en una de las cuales se halló un fragmento de panza gruesa, con un estriado muy ancho, de color pardo y desgrasantes gruesos de calcita. En la pared y en algunos bloques hay pequeños grupos de “marcas negras” en general deficientemente conservadas. 5. Fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por el grupo CAEAP. 7. Gómez Arozamena (2003: 222). Smith y Muñoz Fernández (2010: 679, 680 y 689). 177. Cueva de Las Aguileras 1. Saja. Los Tojos. Cavidad situada muy cerca de la cima de una colina. Tiene condiciones de habitabilidad.

2. Cavidad de buenas proporciones aunque de escaso desarrollo, con todo el suelo repleto de bloques no muy grandes.

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3. Edad Media. Uso económico.

178. Abrigo de las Aguileras

4. En la superficie del abrigo aparecieron fragmentos aislados de cerámicas medievales.

1. Saja. Los Tojos. Se encuentra muy cerca de la cueva de las Aguileras y en el mismo contexto. Presenta buenas condiciones de habitabilidad.

5. Fue reconocida por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo.

2. Abrigo muy amplio con todo el suelo cubierto por piedras. 3. Edad Media. Uso económico.

4. En la superficie del abrigo aparecieron algunos fragmentos aislados de cerámica medieval, destacando uno con decoración estriada y dos cantos.

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5. Fue reconocida a principios de los años ochenta por el grupo CAEAP. 6. MPAC.

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Otras cavidades A. Cuevas con datos insuficientes 179. Cueva de Los Restos Suances. En un acta de SESS de los años sesenta se recoge el hallazgo de cerámicas medievales en una cueva que fue denominada cueva de Los Restos que todavía no ha sido identificada. B. CUEVAS VERTEDERO 180. Cueva de La Cuesta 1. Bárcena. Oreña. Alfoz de Lloredo. Se sitúa en el interior del cerro testigo de Los Hoyos, en el fondo de una depresión. No presenta buenas condiciones de habitabilidad. 2. Cavidad activa con varias entradas. La boca principal mide 1,5 m de altura por 1,5 m de anchura, orientada al suroeste que da paso a un vestíbulo muy descendente de 20 m de longitud. El vestíbulo desemboca en un cruce de galerías siendo la principal la del centro, que prolonga al vestíbulo. La de la izquierda es muy reducida y la de la derecha presenta una bifurcación, continuando la de la derecha. La galería central es amplia y rectilínea siendo muy larga. De ella parten varias galerías en ambas paredes. Una de estas últimas da paso a una galería activa que desemboca en una boca amplia por donde sale el río de la cavidad. 3. Romano- Tardo antiguo. Vertedero. Edad Media. Vertedero. 4. En la superficie de los bloques del vestíbulo hay abundantes materiales, algunos de los cuales fueron recogidos por CAEAP cuya clasificación es como sigue: - 5 fragmentos de canto, 1 pequeño bloque irregular y 1 canto pequeño, de arenisca. - 3 fragmentos, uno de la parte superior y dos de la panza, de una olla realizada a torneta, con el borde ligeramente exvasado y la arista redonda aplanada, de color pardo con desgrasantes groseros de cuarzo y finos de mica. - Fragmento de la parte inferior de una vasija similar a la anterior, con la base plana y la unión a la panza convexa. Presenta unas pastas groseras de color grisáceo con desgrasantes de cuarzo y mica. - Fragmento de la parte superior de una olla similar a las anteriores, con el borde ligeramente exvasado y con el labio exvasado de arista redonda. Tiene pastas negruzcas, groseras, con desgrasantes abundantes de mica y escasos de cuarzo. - 3 fragmentos de panza, uno de ellos decorado con una gruesa línea en incisión bruñida, de color pardo – grisáceo con el alma rojiza, con desgrasantes de cuarzo y mica. Son gruesos.

- Fragmento de panza, bastante grueso, con las pastas con el exterior pardo – rojizo y el interior pardo – grisáceo, con desgrasantes de mica. - 7 fragmentos pequeños indeterminados, de color rojizo, con exterior grisáceo, muy degradados. - Fragmento de panza lisa, a torneta, medieval, de color grisáceo, con engobe naranja con desgrasantes de mica. - 2 fragmentos muy pequeños, quizás de tégulas. - Varilla rectangular de sección rectangular fina y una gran varilla, ligeramente doblada, de sección circular, ambas de hierro, muy oxidadas. - 2 molares de ovicaprino y 4 esquirlas óseas. - Mandíbula de pez marino, quizás del género Diplodes. - 5 Ostrea edulis, 2 Patella vulgata, 2 Patella indeterminada, una de tamaño muy reducido- 1 Mytilus edulis, 1 Solen sp. y 1 valva de Pollicipes pollicipes. En la galería de la derecha, abierta en el fondo del vestíbulo, se hallaron: - Fragmento de la parte superior de una olla de perfil en “S” realizada a torneta, con el borde exvasado y la arista plana, con las pastas groseras de color pardo – grisáceo y con desgrasantes abundantes de mica. - 3 Ostrea edulis, 1 Mytilus edulis, 1 Patella vulgata y 2 Patella intermedia. Y por último, en el fondo de la galería principal, se hallaron los materiales muy rodados, que se clasifican: - 6 fragmentos de panza lisa de una vasija realizada a torneta, con las pastas groseras, de color pardo – grisáceo, con desgrasantes de calcita y mica. - Fragmento de borde exvasado de una vasija, quizás con decoración estriada, de color naranja, con el interior gris, con desgrasantes muy finos de mica, medieval. - 7 fragmentos de panza lisos de color naranja con desgrasantes de mica, varios de ellos con el alma gris. Medievales. - Fragmento similar con el fondo plano y la unión a la panza ligeramente cóncava. - Fragmento de la parte superior con el borde continuo y arista redonda, quizás de un cuenco, similar al anterior. - Fragmento similar al anterior de un cuenco, con el borde continuo y el labio de arista semicircular. - Fragmento similar, quizás de una olla, con el borde corto y exvasado con el labio de arista semicircular. - Fragmento similar con el borde exvasado.

- 4 fragmento de tejas áreas (3 de color naranja y 1 grisáceo – rojizo) muy pequeños. - Fragmento de mandíbula de ovicaprino y un fragmento de mandíbula de suído. - 2 Ostrea edulis. 5. La cueva fue reconocida por CAEAP a principios de los años ochenta del pasado siglo. 6. MPAC. 7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1980-81: 28). Muñoz Fernández (1992: 249). Muñoz Fernández, Gómez Arozamena y San Miguel Llamosas (1993: 64 y 65). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 213). Muñoz Fernández et alii (2011: 354). Ruiz Cobo y Muñoz Fernández (2010: 662). Smith y Muñoz Fernández (2010: 679 y 680). 181. Abrigo de La Cuesta III 1. La Cuesta. Oreña. Alfoz de Lloredo. Z: 113 m (±11). Está en el fondo de un rellano próximo a la cima, en el interior de una pequeña elevación costera. No presenta condiciones de habitabilidad, aunque sí lo es el área inmediata situada frente a él. 2. Pequeñísima cavidad con una boca, orientada al sur, de 0’5 m de altura por 1’3 m de anchura, que da acceso a una galería de 2’3 m de longitud, que desemboca en una boca muy reducida. 3. Romano (¿).Vertedero 4. En la superficie del vestíbulo se observaron numerosas conchas de moluscos. En concreto: 25 Patella vulgata, 8 Patella intermedia, 5 Patella ulyssiponensis y 2 Patella rustica. Además se observó un fragmento de cerámica a torno, de color rojizo con numerosos desgrasantes de mica y algunos fragmentos de teja gruesa y tosca. 5. Fue reconocido durante las labores de prospección del año 2010 dentro del proyecto de estudio de la Cuenca del Saja por el grupo CAEAP - GEIS/CR.

2. Sumidero activo relacionado con la cueva de Altamira. Presenta una entrada amplia, de 3,5 m de altura por 5 m de anchura, orientada al oeste, por donde se sume el río de la cavidad. Comunica con un vestíbulo ligeramente descedente, de 27 m de longitud por 3 m de anchura. La galería gira hacia la derecha por otra muy amplia, toda ella recorrida por el río. Hacia la mitad de la cueva se abren unas galerías que dan acceso a otras más altas. La cueva tiene aproximadamente un kilómetro de desarrollo. 3. Musteriense (¿). Depósito derivado. 4. En el cauce del río se localizaron numerosas piezas de cuarcita, todas ellas rodadas y ennegrecidas por las aguas, destacando el hallazgo de algunos útiles: raederas, denticulados, lascas Levallois, etc. 5. Fue reconocida por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. 6. MPAC. 7. Fernández Acebo y Viar (1981: 9-11). Muñoz Fernández (2005: 83). San Miguel (1971: 18-23). 183. Cueva de La Rogería (o del Calero) 1. La Rogería. Oreña. Alfoz de Lloredo. Sumidero activo situado en el fondo de una dolina. No presenta condiciones de habitabilidad. 2. Sumidero de gran desarrollo, con casi dos kilómetros de longitud. Tiene la boca amplia, orientada al sur, por donde circula el arroyo. Es de desarrollo complejo, con tres pisos sucesivos. 3. Paleolítico Inferior. Depósito derivado. 4. En el cauce del río y en el vestíbulo se hallaron 2 hendedores sobre lasca del tipo 0 de Tixier, núcleos y lascas de arenisca, además de fragmentos de cerámica a torneta, algunos de ellos vidriados. 5. Fue reconocida por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. 6. MPAC.

C. Cuevas con depósitos derivados

7. Menéndez García (1973: 61-82). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 122).

182. Cueva de la Castañera

184. Cueva de Tres Palacios

1. San Esteban. Cavidad activa situada en el fondo de una dolina que se abre en una ladera. No presenta condiciones de habitabilidad.

1. Tres Palacios. Hinojedo. Suances. Sumidero activo situado en una zona llana, en el fondo del valle. No ofrece condiciones de habitabilidad.

7. Ruiz Cobo y Muñoz Fernández (2010: 662).

2. Sumidero estacionalmente activo con una entrada pequeña situada al noreste. Da paso a una galería muy recta de la que parten varias gateras laterales. 3. Edad Media. Depósito derivado. 4. En la superficie de la cavidad, y arrastrados desde la Mota de Tres Palacios, se hallaron numerosos fragmentos de cerámicas a torno, tanto vidriadas como sin vidriar. 5. Reconocida por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo.

7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1987: 93 y 155). 187. Cueva de El PortilloV 1. Casasola. Ruiloba. Se sitúa a 3 m a la derecha de El Portillo IV, en la pared de una dolina. Debido a su reducido tamaño no presenta condiciones de habitabilidad. 2. Covacho de aproximadamente 1,5 m profundidad aunque relativamente alto y ancho.

de

3. Prehistórico. Uso ocasional.

6. Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 122).

4. En la superficie del abrigo apareció una concha de Phorcus lineatus.

D. Cavidades con materiales aislados

5. Fue reconocido, a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP.

185. Cueva de Peña Mayor 1. La Barca. Peña Mayor. San Vicente de La Barquera. Se sítua en la punta que a modo de espigón se adentra en la Bahía de San Vicente de la Barquera. No ofrece condiciones de hábitat. 2. Restos de una cueva seccionada por las obras de construcción del propio espigón. Hay varios tramos finales de galerías con fenómenos reconstructivos. Presentan rellenos de arcillas de tonos claros, uno de ellos con cantos y los otros con moluscos terrestres y marinos de origen natural. 3. Prehistórico. Indeterminado. 4. En superficie se observó una lasca de cuarcita. 5. Fue descubierto por I. Castanedo Tapia y B. Malpelo García en 2003 durante la realización de un informe de impacto arqueológico.

7. Muñoz Fernández (1992: 255). 188. Cueva de Pando 1. Pando. Ruiloba. Cavidad abierta en una ladera. No tiene condiciones de habitabilidad. 2. Cueva con una entrada bastante reducida que da paso a una galería con numerosos fenómenos reconstructivos. 3. Romanización. secundario.

Tardo-antigüedad.

Depósito

4. En la misma boca de la cavidad se hallaron dos fragmentos de cerámica a torneta, lisos y con las pastas groseras, quizás procedentes del exterior. 5. Fue reconocida por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo.

186. Abrigo de El Castañal II (o Laspres II)

7. Smith y Muñoz Fernández (2010: 679 y 680).

1. Laspres. La Revilla. San Vicente de La Barquera. Se encuentra a unos metros al este del abrigo de El Castañal. Debido a sus reducidas dimensiones no presenta condiciones de habitabilidad.

189. Cueva del Pasiego

2. Abrigo corrido muy poco profundo situado inmediatamente a la izquierda del abrigo de El Castañal. 3. Prehistoria. Indeterminada. 4. En la superficie del abrigo se hallaron dos lapas. 5. Fue reconocido, a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP.

La Veguilla. Reocín. La cueva se sitúa en una pequeña elevación muy llana de la margen derecha del Saja. Presenta una boca amplia que comunica con un vestíbulo muy descendente hasta finalizar en una sala amplia. Presenta un relleno de arenas. En la parte derecha de la rampa de entrada el GAEM recogió un canto con señales de uso como percutor – yunque, que se conserva en el MPAC. Muñoz Fernández, Montes Barquín, Morlote Expósito y San Miguel Llamosas (2002: 78 y 79).

E. Cuevas con materiales medievales aislados

F. Cuevas con materiales medievales dudosos y/o de época moderna

190. Cueva de El Rodrigón III

192. Cueva de La Peña

1. Sejo de Abajo (Valdáliga). Z: 41 m. Se sitúa en la base de un cueto calizo. Presenta condiciones de uso, aunque muy limitadas por su pequeño tamaño.

1. La Helguera. Reocín. Pequeño sumidero fósil situado en la ladera próxima a la cima, bastante llana, de una elevación dominante. No ofrece condiciones de habitabilidad.

2. Cavidad fósil muy reducida, con una boca de 0’5 m de altura por 2’2 m de anchura, orientada al este, que da acceso a un vestíbulo de 1’9 m de longitud por unos 2’5 m de anchura.

2. Presenta una boca de 1 m de altura por 2,3 m de anchura parcialmente tapada de bloques, orientada al sureste. Da acceso a un vestíbulo muy descendente y con numerosos bloques terminando en un “cul de sac”. El vestíbulo mide 11 m de longitud por 7 m de anchura, aunque en los primeros metros su anchura se reduce a la mitad.

3. Medieval. Uso económico. 4. En el fondo izquierdo del vestíbulo y en superficie se observó un fragmento de cerámica, realizada a torneta, correspondiente a una base plana con el centro ligeramente umbilicado, de color naranja.

3. Bajo- medieval (¿). Uso económico. 4. En dos puntos concretos de la cueva se hallaron fragmentos de cerámica a torno. El primero se sitúa junto a la entrada, en la rampa del inicio del vestíbulo, y proporcionó:

5. Fue reconocido durante las labores de prospección del año 2010 dentro del proyecto de estudio de la Cuenca del Saja por el grupo CAEAP - GEIS/CR.

- Fragmento de la parte superior de un cuenco con el borde ligeramente saliente y la arista redonda. Es de color naranja y presenta desgrasantes finos de mica.

191. Cueva de la Barrera (o Los Corrales) 1. La Barrera. Perelada. Oreña. Alfoz de Lloredo. Se sitúa en lo alto de una sierra, aunque en el fondo de una dolina. Presenta condiciones de habitabilidad.

- Fragmento de panza con arranque de borde exvasado. Presenta un vidriado de color verdosoamarillento por el interior. Es de color ocre y tiene desgrasantes finos de mica.

2. Sumidero fósil con una boca de aproximadamente 1,2 m de altura por 6,8 m de anchura, orientada al norte, que da paso a un pequeño vestíbulo descendente de 6 m de longitud. En el fondo del mismo sea abren dos galerías paralelas, la de la derecha muy corta. La galería de la izquierda es descendente y rectilínea y presenta una pequeña calicata antigua. En la pared izquierda se abre una galería que desemboca en otra perpendicular a la misma y paralela a la de la entrada, recta, que finaliza en una salita con fenómenos reconstructivos.

El segundo punto que ofreció materiales se sitúa muy cerca, en el inicio de la cascajera formada al pié de la rampa de entrada. En el mismo se recuperaron algunos materiales: - Fragmento de la parte superior de una jarra lisa con el borde alto y recto y con el labio ligeramente exvasado redondeado y con un asa de cinta. Las pastas son rojizas por el exterior y naranjas por el interior y presentan desgrasantes muy finos de cuarzo y mica.

3. Medieval. Uso económico.

5. Fue reconocida a principios de los años ochenta por CAEAP.

4. En la primera parte de la galería interior, junto a la pared izquierda y en superficie, se halló un fragmento de la parte superior de una olla con el borde exvasado y con el labio biselado hacia el interior, de donde arranca un asa de cinta.

6. MPAC. 7. Muñoz Fernández (1992: 249). Muñoz Fernández, Gómez Arozamena y San Miguel Llamosas (1993: 68).

En el centro del vestíbulo hay un panel con grabados incisos, quizás realizados con un palo, sobre el barrillo de decalcificación del techo, de difícil lectura, lineales, de imprecisa cronología.

193. Sima de Treceño (o de Guaye) 1. Las Granjas. Requejo. Valdáliga. Sima situada en la falda de una colina. No ofrece condiciones de habitabilidad.

5. Fue reconocida por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. 6. MPAC.

2. Sima de unos 4 m de profundidad de planta circular.

7. Muñoz Fernández, Gómez Arozamena y San Miguel Llamosas (1993: 63 y 65).

3. Edad Media- Moderna. Uso económico.

)

4. En la superficie de la misma se hallaron algunos fragmentos de cerámica a torno: - Fragmento de la parte inferior de una vasija con la base plana y con ligero anillo de solero. Es de color naranja con el exterior ocre y presenta desgrasantes finos de mica. - Fragmento de base similar a la anterior. - 2 fragmentos de panza de color naranja con el exterior gris – parduzco. - Fragmento de panza de color naranja con goterones de vidriado. 5. Fue reconocida por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. 6. MPAC. 7. Muñoz Fernández (1992: 255). 194. Cueva de La Sardina 1. El Turujal. Treceño. Valdáliga. Cavidad situada en el fondo de una pequeña dolina labrada en una elevación poco destacada. Tiene condiciones de habitabilidad, aunque limitadas por su tamaño. 2. Cavidad fósil con una boca de tamaño medio que da acceso a un vestíbulo recto y algo amplio, que termina en un laminador de escasos metros. En la parte izquierda del vestíbulo hay una galería recta que desemboca en una boca reducida. 3. Medieval – Moderno. Uso económico. 4. En el fondo del vestíbulo se hallaron los siguientes materiales: - Fragmento de la parte superior de una vasija a torno con el borde exvasado y el labio ligeramente exvasado plano de color rojizo. - Fragmento de la parte inferior de una vasija con la base plana y con un ligero anillo solero, de color rojizo. - Fragmento de panza con arranque de borde exvasado, con restos de vidriado transparente de color rojizo. 5. Fue reconocida por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. 6. MPAC. 7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1980-1981: 42). Muñoz Fernández (1992: 254). 195. Cueva de Los Avellanos IV 1. Los Avellanos. La Busta. Alfoz de Lloredo. Cueva situada en el extremo oriental del cerro de Los Avellanos, en el fondo del valle. No es habitable.

2. Reducida cavidad con una boca de tamaño medio, orientada al este, que da acceso a reducido vestíbulo con algunos bloques, que se prolonga por un laminador unos 3 m. 3. Edad Media – Moderna. Uso ocasional. 4. En la superficie del vestíbulo se halló un fragmento de panza lisa, realizada a torno o torneta de color naranja, algo grueso. 5. Fue reconocido, a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. 196. Cueva de la Mies del Valle 1. Mies del Valle. Camplengo. Santillana del Mar. Cueva situada en el fondo de una dolina del fondo del valle. No presenta condiciones de habitabilidad. 2. Cavidad activa situada en el fondo de una dolina. La boca es bastante amplia y por ella entra una pequeña corriente de agua ocasionalmente activa. Comunica con un vestíbulo recto, bastante largo y ligeramente descendente. Es bastante corta. Fue utilizada como refugio en la Guerra Civil. 3. Moderno (¿). Interés económico. 4. Hacia el fondo del vestíbulo y en superficie, entre bloques aparecieron: - 3 fragmentos de panza a torno, de color ocre con el alma naranja gris y con desgrasantes de mica. - Fragmentos de panza a torno de color ocre con el alma grisácea con desgrasantes de mica. - 3 fragmentos de panza a torno de color naranja con desgrasantes de mica. - Fragmento de panza a torno de color naranja con goterones de vidriado por el exterior. - 5 fragmentos de panza a torno de color ocre con el exterior blanco, muy decantada. - Fragmento de bola de cañón de gran calibre de hierro, procedente de las fábricas de La Cavada. 5. Reconocida por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. 6. MPAC. 197. Cueva de Las Vasijas (o Innominada del Saja) 1. Saja. Los Tojos. Cavidad situada en una ladera, en posición muy escondida. No tiene condiciones de habitabilidad. 2. Se trata de una cavidad fósil muy reducida con un pequeño pozo en su fondo. 3. Bajo- medieval / Moderno. Indeterminado. 4. En la superficie de la cueva y en el fondo de la misma fueron localizados numerosos fragmentos de

vasijas y una completa, que fueron entregadas en el Museo de Santander. Los materiales se clasifican: - Pequeña jarra de perfil periforme, con el borde alto y ligeramente inclinado y con el labio exvasado de terminación redondeada. Desde el labio hasta la panza presenta un asa de cinta. Es panzuda, tiene la base plana y presenta un pequeño anillo de solero. Ha sido realizado a torno, tiene pastas de color grisáceo con engobe de color ladrillo por ambas caras y presenta desgrasantes finísimos de mica. - 2 fragmentos de una vasija con el borde exvasado, decorada con líneas incisas finas separadas en la unión entre la panza y el borde. Es bastante gruesa. - 7 fragmentos de una jarra de perfil periforme, con el inicio del borde exvasado de base plana y la unión de la base con la panza cóncava. Tiene unas pastas de color negruzco grisáceo con el exterior rojizo. Presenta un vidriado verdoso por el interior. - 2 fragmentos de una vasija con el borde exvasado, la base plana y la unión de la base con la panza ligeramente cóncava. Presenta unas pastas de color pardo – grisáceo con desgrasantes finos de mica. Es bastante fina. - Fragmento de base plana con la unión a la panza de perfil cóncavo. Presenta unas pastas grisáceas con desgrasantes de mica. Es gruesa. - Fragmento de base plana con la unión de la panza de perfil plano convexo. Tiene unas pastas de color naranja con una capa de engobe finísimo negruzco. Es algo gruesa. - Fragmento de base plana con la unión de la panza de perfil cóncavo. Es de color grisáceo por el interior, rojizo por el exterior y el alma bicolor. - 2 fragmentos de base plana con la unión de la panza de perfil cóncavo. Presenta unas pastas de color rojizo por el interior, pardo por el exterior y con el alma bicolor, con desgrasantes de mica. - Fragmento de asa de cinta de color ocre. - Fragmento de asa de cinta de color naranja con vidriado continuo.

2. Sumidero fósil con una entrada bastante amplia, de 1,80 m de altura por 6 m de anchura, que da acceso a un vestíbulo descendente hasta finalizar en una gran sala de planta oval. Ha sido acondicionada para el cultivo de champiñones, habiéndose rebajado parcialmente y construido muros donde se observan niveles arcillosos de color amarillento y de aspecto estéril. 3. Moderno. Uso económico. 4. En la superficie de la misma apareció un fragmento de panza lisa realizada a torno, de color ocre claro con desgrasantes de mica y fragmentos de cerámica vidriada. 5. Fue reconocida a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. G. Cuevas con indicios de yacimiento arqueológico 199. Cueva de Covalácea 1. La Maílla. El Burco. Mazcuerras. La cavidad se sitúa en un vallejo teniendo amplias proporciones. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. Sumidero fósil con una entrada muy amplia, orientada hacia el suroeste. Da acceso a un vestíbulo descendente de grandes dimensiones y con numerosos bloques, algunos de gran tamaño, acondicionada como aprisco de ganado. En el fondo hay una galería superior de escaso desarrollo. 3. Prehistoria. Indeterminado. 4. En la superficie de la galería del fondo de la cueva aparecieron algunas esquirlas óseas y un fragmento de mandíbula de ciervo (¿) de aspecto prehistórico. 5. Aunque fue reconocida a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP, la cueva era conocida por una carta de un particular a Sautuola, de finales del siglo XIX, donde especifica la necesidad de su exploración científica.

5. Fue reconocida por miembros del grupo de espeleología Sociedad Espeleológica de Investigaciones Subterráneas – Hornos. (S.E.I.S. / Hornos de Torrelavega, quienes recogieron los materiales que depositaron en el Museo de Santander.

7. Madariaga de la Campa y San Emeterio (1976: 282).

6. MPAC.

1. Caranceja. Reocín. Reducida cavidad situada en la ladera de un cerro testigo. No tiene condiciones de habitabilidad.

7. Muñoz Fernández y Bermejo Castrillo (1987: 25). 198. Cueva de La Raposilla 1. La Veguilla. Reocín. Cavidad situada en el fondo de una dolina, en la zona más baja del valle. Presenta condiciones de habitabilidad limitadas.

200. Cueva de la Peña Secocina

2. Pequeña cavidad fósil en forma de angosto laminador que a los 3 m se hace impracticable. Está orientada al norte. 3. Prehistoria Indeterminada (¿). Indeterminado.

4. En ella se hallaron en superficie varias esquirlas óseas de aspecto antiguo y un fragmento de hueso que podría ser humano. 5. Fue reconocido, a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. 201. Cueva del Monte de la Busta 1. Monte Barbecha. La Busta. Alfoz de Lloredo. Cueva situada en el fondo de una dolina, en la parte alta de la ladera suroriental del monte. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Sumidero fósil de amplias proporciones aunque de corto desarrollo, orientado al norte. Tiene una boca muy amplia que da paso a un gran vestíbulo descedente hacia la izquierda y ascendente hacia la derecha. 3. Prehistórico (¿). Indeterminado. 4. En la parte derecha del lateral izquierdo se observaron en superficie dos esquirlas óseas de aspecto prehistórico. 5. Reconocida a principios de los años ochenta por CAEAP. 202. Abrigo de la Sotambra del Embarcadero 1. El Embarcadero. Suances. Z: 10 m. El abrigo se sitúa en la base de un espejo de falla, muy cerca del borde la ría. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. Se sitúa muy cerca y a la derecha del embarcadero de la ría, por debajo de la cueva del Frío. Desde la carretera hay un sendero muy ancho, entre los bardales, que desemboca en el mismo, que es utilizado como escuela de escalada. 2. Abrigo corrido muy ancho y alto, situado en la base del farallón. Está orientado al sur. 3. Paleolítico. Indeterminado. 4. En el extremo derecho y a aproximadamente 2’2 m del suelo hay un testigo cementado de tamaño mínimo, donde hay una lasca 2ª de borde de núcleo de arenisca. En el extremo izquierdo gira bruscamente hacia la izquierda, en cuyo extremo derecho hay un testigo pequeño, que cae del techo donde se observaron algunos huesos y un diente, colgados a unos 2’5 m. 5. Este abrigo ya era conocido por CAEAP, quienes en 1980 reconocieron la cavidad y hallaron en el rellano de una pequeña calicata rectangular gran

número de sílex, aparentemente tallados y una valva de mejillón, de aspecto fresco y de dudosa antigüedad. La calicata, quizás realizada en los años sesenta, fue tapada por CAEAP Las piezas recogidas fueron entregadas al Museo de Prehistoria. 6. MPAC. H. Cavidades con manifestaciones rupestres de época desconocida 203. Cueva de La Cueva (o Las Canalejas 2). 1. Las Canalejas. Roiz. Valdáliga. Se sitúa en el fondo de un valle cárstico. No tiene condiciones de habitabilidad. 2. Es una cavidad con varias entradas, en realidad restos de un sistema muy desmantelado, cuyas bocas se abren al sur, al este y al oeste, siendo la principal la situada hacia el centro de la misma, orientada al sureste. Presenta varias galerías paralelas. 3. Edad Moderna (¿). Uso económico. Manifestaciones rupestres. 4. En la superficie de la galería rectilínea que finaliza en una boca, situada a la derecha del fondo del vestíbulo principal, apareció: - Fragmento de la parte superior de una jarra realizada a torno, con el borde ligeramente exvasado y con el labio plano. Está vidriado por ambas caras aunque por el exterior el vidriado no ocupa toda la superficie, de color castaño claro. Presenta una gruesa línea incisa, muy poco marcada en la parte superior de la panza. Es de color rojizo. Por otra parte, en el techo del vestíbulo, a unos 2,5 m de altura hay grabados incisos gruesos realizados sobre la calcita decalcificada, lineales, destacando la representación de una antropomorfo cruciforme atravesado por un triángulo, a modo de cruz latina, con tres apéndices en su base. 5. Fue reconocida por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. Ha sido topografiada por el Speleo Club Cántabro. 6. MPAC. 7. Gómez Arozamena, Muñoz Fernández, Rodríguez Muriedas y Smith (1992: 282). Muñoz Fernández (1992: 248). Muñoz Fernández, Malpelo García y Gómez Arozamena (1993: 82 y 83). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 232). Speleo Club Cántabro (1995: 37-39).

204. Cueva de Cueto Rubio Inferior (o Cueto Rubio II) 1. Cueto Rubio. Oreña. Alfoz de Lloredo. Cavidad situada en la base de una pequeña colina costera. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Sumidero fósil, con una entrada de 1 m de altura por 3 m de anchura, orientado al norte, que da acceso a un pequeño vestíbulo descendente, de 5 m de longitud por 3 m de anchura. En el fondo tiene dos galerías de escaso desarrollo y hacia la izquierda por una galería de 13 m de largo por 4 m de ancho, de la que parten varias galerías de reducidas dimensiones, una de ellas descendente, de 9 m de longitud por 2,5 m de anchura, cuyo extremo se abre al exterior por una boca de pequeño tamaño. 3. Cronología rupestres.

indeterminada.

Manifestaciones

4. En la parte izquierda del vestíbulo y en la arista que forma con la galería de la izquierda, hay varios paneles de grabados lineales incisos en trazo grueso, sobresaliendo uno en un saliente muy destacado, lineales, de difícil lectura. 5. Fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP 6. Muñoz Fernández, Gómez Arozamena y San Miguel Llamosas (1993: 63 y 65). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 214). 205. Abrigo de Peñas Negras 1. Peñas Negras. Cabrojo. Cabezón de la Sal. Se sitúa una ladera. Debido a sus reducidas dimensiones no resulta habitable. 2. Abrigo corrido de arenisca de unos 35 m de longitud por 1 m de profundidad, orientado al sur. 3. Manifestaciones artísticas. Esquemático (¿). 4. En la pared del abrigo hay algunas manifestaciones rupestres muy poco aparentes. En la parte oeste del abrigo hay una depresión circular con un círculo central de 17 cm de diámetro con el contorno repiqueteado y una línea ancha y profunda que lo atraviesa. La figura mide en total unos 40 cm. A su derecha aparece una cruz griega también repiqueteada y una depresión circular rebajada de 20 cm de diámetro que se prolonga en una especie de base o peana y con una pequeña cazoleta en su centro. A su derecha hay un rectángulo realizado por repiqueteado de 43 cm por 35 cm con varias líneas en su interior. A la derecha del anterior hay varias líneas y dos posibles figuras circulares con cazoleta central.

5. Fue reconocido por J. Carballo a principios del siglo XX. Ha sido estudiado por Y. Díaz Casado a principios de los años noventa. 7. Carballo (1936: 14). Díaz Casado (1993: 61-62). 206. Abrigo del Joblegón 1. Caranceja. Reocín. Si sitúa en la ladera oriental de La Peñona de Caranceja. No presenta condiciones de habitabilidad. 2. Pequeño abrigo corrido de arenisca muy poco profundo. 3. Cronología rupestres.

indeterminada.

Manifestaciones

4. Aparecen algunos grabados lineales realizados con líneas incisas muy anchas y profundas, además de una cruz latina. 5. Ha sido reconocido recientemente por G.A.E.M. I. Cuevas mal documentadas 207. Cueva del Monte Oreña Oreña. Alfoz de Lloredo. En una de las cimas de las colinas de Perelada, probablemente en las proximidades de la escultura del Cristo, la SESS halló una pequeña cavidad que había sido vaciada por el dueño de la pradería para abonar los campos, donde se observaron huesos, conchas e industria líticas. Pudiera tratarse la cueva de La Cotera o de Los Valles (comunicación oral de R. Prieto Herrera). Muñoz Fernández (1992: 254). 208. Cueva de Santillana del Mar Santillana del Mar. En una pequeña cavidad de Santillana del Mar un lugareño halló un hacha pulida, según comunicación oral de F. Bernaldo de Quirós. Muñoz Fernández (1992: 255). 209. Cueva de Suances Suances. En una cavidad innominada de la zona varios niños, entre ellos el informante, hallaron varias vasijas romanas que enseñaron al investigador J. González Echegaray. Comunicación oral de J. García Oliva. Muñoz Fernández (1992: 254).

210. Cueva de la Estación de Casar de Periedo 1. Casar de Periedo. Cabezón de la Sal. Pequeña cavidad situada en la base de una colina muy cercana y en la vertiente izquierda del cauce del Saja. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Surgencia fósil muy reducida cortada por las vías del tren, por lo que sólo conserva los últimos metros. Actualmente mide 3 m de longitud por 2,5 m de anchura. 3. Paleolítico Superior (¿). Hábitat. 4. Según testimonios orales de V. Gutiérrez Cuevas, miembro del Seminario Sautuola, y en el contexto de las exploraciones de la cueva del Linar, en la zona

próxima, realizó una pequeña calicata donde halló, por debajo del nivel superficial, un nivel negruzco muy fértil, de aspecto Magdaleniense. Tapó la calicata y no recogió los restos. 5. Hallada a principios de los años setenta del pasado siglo por V. Gutiérrez Cuevas, miembro del Seminario Sautuola. 211. Cueva de Peña Caranceja. En las actas de SESS de los años sesenta se cita una cueva reducida situada casi en la cima de La Peñona donde hallaron un útil metálico. Muñoz Fernández (1992: 254).

4.2. Yacimientos al aire libre 212. Yacimiento de La Barquera 1. La Barquera. San Vicente de la Barquera. El yacimiento se encuentra muy cerca de la línea costera. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales se hallaron en una zanja, en un suelo desarrollado sobre sustrato calizo. Se desconoce la extensión real del yacimiento.

214. Yacimiento del Área de Oyambre1. Oyambre. La Revilla. San Vicente de La Barquera. El yacimiento se sitúa en una colina muy baja junto a la actual línea de costa. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales han aparecido en una pista terrera y en los prados inmediatos en un contexto de suelo desarrollado sobre la roca madre caliza. 3. Mesolítico (Asturiense). Hábitat.

3. Paleolítico Inferior. Hábitat.

4. En la superficie del camino se observaron dos picos asturienses y algunos restos de talla de cuarcita.

4. En el yacimiento se hallaron algunas piezas, en concreto:

5. Fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP.

- Bifaz cordiforme sobre lasca con córtex con la base retocada y las aristas rectilíneas. Es de cuarcita. Medidas: l: 126 mm, m: 97 mm a: 40 mm, n: 83 y e: 42,5. - Chopper del tipo 1.4 de Querol - Santonja. - Denticulado marginal directo sobre lasca Konbewa de cuarcita. - Fragmento de lámina de cuarcita.

215. Yacimiento de Oyambre A (o Ubiembre A)

5. El yacimiento fue reconocido por A. Ocejo Herrero y por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. 6. MPAC. 7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1987: 91, 92 y 152). Montes Barquín (2003: 39). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 136). 213. Yacimiento de la Punta del Castillo 1. La Barquera. San Vicente de La Barquera. El yacimiento aparece en la misma línea costera. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Se encuentra en la zona litoral, junto a la línea de costa. Los materiales aparecieron en el fondo de una pequeña playa, junto a los cantos rodados, caídos del corte existente junto a la playa. Proceden de un suelo desarrollado sobre el sustrato rocoso. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat. 4. Se observaron en superficie núcleos, lascas y otros restos de talla de arenisca y cuarcita. 5. Ha sido reconocido recientemente por I. Castanedo Tapia y B. Malpelo García.

1. Oyambre. Los Llaos. La Revilla. San Vicente de la Barquera. Se sitúa en el rellano de ladera de una pequeña elevación junto a la actual línea costera. Zona no muy habitable. 2. En un rellano de ladera, utilizado para prado de siega, en un área de sustratos calizos se hallaron materiales, descubiertos por el paso del arado. Los materiales aparecieron de forma dispersa. 3. Paleolítico Inferior (¿). Hábitat (¿). Edad Media. Uso económico. 4. En la superficie de un campo arado en un contexto de suelo desarrollado sobre las rocas calizas se hallaron algunos materiales: - Chopper distal con el filo sencillo convexo, con varios levantamientos amplios en el filo, fabricado sobre un canto de arenisca cuarcítica, con intensa pátina terrosa. Es del tipo 1.13 de Querol /Santonja. Medidas: l: 87 mm, m: 84 mm y e: 48 mm. - Lasca simple de arenisca cuarcítica con intensa pátina terrosa con una escotadura lateral directa, grande. Medidas: l: 80 mm, m: 67 mm y e: 25 mm. - Núcleo irregular con córtex del que se han extraído lascas y productos laminares procedente de un canto de cuarcita de aspecto fresco. Medidas: l: 90 mm, m: 63 mm y e: 55 mm. -11 cantos de arenisca (1 completo, 1 cantito completo y 9 fragmentos de canto). - Algunos fragmentos de cerámica a torneta, destacando uno decorado con un estriado. 5. El yacimiento fue reconocido por A. Ocejo y por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. 6. MPAC.

7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1987: 90, 92 y 154). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 136). 216. Yacimiento de Oyambre B (o Ubiambre B) 1. Oyambre. Los Llaos. San Vicente de La Barquera. Yacimiento situado en la ladera de una pequeña elevación costera. No tiene condiciones de habitabilidad. 2. Yacimiento de extensión desconocida en un contexto de suelo desarrollado sobre la roca madre caliza. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat. 4. Los materiales aparecieron en la superficie, junto a un camino costero situado al este y a unos 50 m de un arroyo. Se clasifican: - Talón de un bifaz, quizás amigdaloide espeso, con retoques laterales cubrientes y con las aristas muy sinuosas, de arenisca con intensa pátina terrosa. - Chopping tool lateral con el filo sencillo convexo del tipo 1.10 de Querol Santonja, realizado sobre un canto de arenisca con intensa pátina terrosa y con alteración química por una de sus caras. Medidas: l: 89 mm, m: 77 mm y e: 50 mm. - Chopping tool lateral con el filo denticulado convexo, con retoques muy amplios por la cara superior y retoques muy planos por la inferior. Es del tipo 1.22 de Querol / Santonja. Medidas: l: 94 mm, m: 79 mm y 3: 41 mm. 5. Yacimiento reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por A. Ocejo y por CAEAP. 6. MPAC. 7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología y Prehistoria (1987: 90, 92, 94 y 154). Montes Barquín (1993a: 22). Montes Barquín (1993b: 26 y 27). Montes Barquín (2003a: 39). Montes Barquín (2003b: 26). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 136). 217. Yacimiento de Oyambre C (o Ubiambre C). 1. Oyambre. Los Llaos. San Vicente de La Barquera. Los materiales aparecieron en la vaguada de un pequeño arroyo que desemboca en una cavidad muy desmantelada, junto a la actual línea costera. No tiene condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron de forma dispersa en una vaguada, en pequeñas áreas descarnadas en un

suelo desarrollado sobre la roca madre caliza. La superficie de afloramiento de material es de unos trescientos metros cuadrados. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat. Mesolítico (Asturiense). Hábitat. 4. En las áreas erosionadas del yacimiento se recogieron algunos materiales: - Pico triedro sobre lasca primaria con la punta de sección triangular. Presenta retoques muy amplios directos en el borde recto y con retoques amplios en ambos bordes de la cara inferior. Es de arenisca cuarcitica gris de grano muy fino, de aspecto fresco. Medidas: l: 145 mm, m: 95 mm y e: 41 mm. - Pico asturiense típico con ambos bordes cóncavos y con la punta de sección triangular, realizado sobre un canto de cuarcita. La punta presenta señales de uso. Medidas: l: 84,5 mm, m: 59,5 mm y e: 26 mm. - Pico asturiense típico con la punta rota, con ambos bordes cóncavo y con la punta de sección triangular. Medidas. l. aprox.: 87 mm, m: 65 mm y e: 26,5 mm. - Chopper distal apuntado de arenisca cuarcítica de aspecto fresco, del tipo 2.1. de Querol / Santonja. Medidas: l: 132 mm, m: 54 mm y e: 24 mm. - Chopping- tool distal con el filo denticulado convexo de arenisca cuarcítica muy patinado y con descarillados antiguos. Es del tipo 1.7 de Querol / Santonja. Medidas: l: 65 mm, m: 49 mm y e: 30 mm. - Raedera transversal convexa con retoques muy amplios sobre lasca secundaria con el talón facetado a modo de dorso, de arenisca con intensa pátina terrosa. Medidas: l: 72 mm, m: 95 mm y e: 26 mm. - Fragmento de canto de arenisca cuarcítica con retoques muy finos denticulados en el extremo proximal y borde muy alto y estrecho. Medidas: l: 50 mm, m: 34 mm y e: 26 mm. - Denticulado ladeado directo sobre lasca secundaria de cuarcita. - Lasca secundaria de cuarcita con un denticulado transversal carenado inverso y retoques simples en un borde, de arenisca. Medidas: l: 60 mm, m: 50 mm y e: 25 mm. - Lasca simple con una escotadura lateral grande retocada de cuarcita. - Lasca primaria con una escotadura lateral retocada de cuarcita. - Lasca primaria con retoques inversos muy bastos semiabruptos intensamente patinada de arenisca cuarcítica. - Lasca secundaria con retoques simples inversos en un borde de cuarcita. - 2 cuchillos de dorso natural , de cuarcita. - 3 lascas simples – una muy patinada- 2 lascas secundarias, 1 lasca primaria, 1 laminilla simple y 3 lascas de retoque de sílex. - 14 lascas simples, 31 lascas secundarias, 2 lascas secundarias de fractura, 6 lascas primarias, 10 lascas primarias de fractura, 2 láminas secundarias, 1

laminilla simple, 1 lasca de retoque, 3 núcleos (1 discoide donde se han extraído lascas, con 1/3 de córtex, muy patinado, de 64 x 57 x 30 mm; 1 irregular con ½ de córtex donde se han extraído lascas y láminas, de 120 x 75 x 75 mm y 1 canto con un solo levantamiento de 64 x 42 x 28 mm) 1 fragmento de cantito, de cuarcita y/o arenisca – cuarcita. - 1 lasca secundaria de fractura de cuarzo. - 1 lasca simple de fractura de cristal de roca. - 1 canto hendido de caliza. 5. El yacimiento fue reconocido a principios de los ochenta del pasado siglo por CAEAP y por A. Ocejo Herrero. 6. MPAC. 7. Colectivo para la Ampliación del Estudios de Arqueología Prehistórica (1987: 90-92, 94 y 154). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 136 y 234). Muñoz Fernández, Serna Gancedo, Malpelo García y Morlote Expósito (1992: 15, 18, 26, 31). 218. Yacimiento de Oyambre Ch (o Ubiembre C). 1. Oyambre. Los Llaos. San Vicente de La Barquera. El yacimiento se sitúa en una explanada existente al pié de una ladera y muy cerca de la actual línea de costa. Es habitable. 2. El yacimiento se encontró en un área profundamente erosionada, a veces hasta casi un metro de profundidad, apareciendo los materiales en la superficie de unos limos arenosos amarillentos, ocupando una superficie de unos cien metros cuadrados. Es más que probable que el yacimiento se extienda por una superficie mucho mayor. 3. Mesolítico (Asturiense). Hábitat. 4. En el área erosionada se recogió una importante colección lítica, de aspecto fresco: - Pico asturiense típico, aunque con el eje desviado, con el borde derecho cóncavo y el izquierdo recto. Tiene desgaste de uso en la punta. Medidas: l: 110,7, m: 71 mm y e: 26,2 mm. - Pico asturiense típico con los bordes cóncavos y con la punta desgastada por el uso. Medidas: l: 107,2 mm 72 mm y e: 29,8 mm. - Pico asturiense típico con los bordes cóncavos. Medidas: l: 124,3, m: 72,5 y e: 33,7 mm. -Pico asturiense típico con el borde izquierdo cóncavo y el izquierdo derecho y con desgaste de uso en la punta. Medidas: l: 98,2 mm, m: 57,6 mm y e: 30,6 mm. - Pico asturiense típico, aunque ligeramente desviado con el borde izquierdo cóncavo y el derecho recto, muy patinado y con desgaste de uso en la punta. Medidas: l: 101,5 mm, m: 65,5 mm y e: 31,2 mm.

- Pico asturiense típico con ambos bordes cóncavos y con la punta desgastada del uso. Medidas: l: 86,8 mm, m_ 54,5 y e: 26,7 mm. - Pico asturiense típico con el borde izquierdo cóncavo y el derecho convexo y con la punta desgastada por el uso. Medidas: l: 89,5 m: 61,3 mm y e: 29,5 mm. - Pico asturiense típico con el borde izquierdo recto y el derecho cóncavo, estando ligeramente denticulado. Medidas: l: 87,7 mm, m_ 66 mm y e: 40 mm. - Pico asturiense típico pero con el borde ligeramente desviado, con el borde izquierdo convexo y el derecho cóncavo, de arenisca – cuarcita, de grano grueso, negra. Medidas: l: 73,4 mm, m: 37 mm y e: 54 mm. - Pico asturiense típico de arenisca – cuarcita de grano grueso, con la punta rota y con ambos bordes cóncavos. Medidas: l: 91 mm, m: 68 mm y e: 28,5 mm. - Pico asturiense típico aunque ligeramente desviado con ambos bordes cóncavos. Medidas: l: 86 mm m: 68 mm. y e: 26 mm. - Pico asturiense típico con ambos bordes cóncavos. Medidas: l: 97 mm, m: 60 mm y e: 25,5 mm. - Pico asturiense típico aunque ligeramente desviado con el borde izquierdo cóncavo y el derecho recto. Medidas: l_ 97 mm, m: 67,5 y e: 35 mm. - Pico asturiense típico, con el borde izquierdo conseguido por fractura, aunque con la punta retocada y tiene el borde derecho recto y el izquierdo cóncavo, de arenisca- cuarcita. Medidas: l: 90,5 mm, m: 59,7 mm y e: 30,5 mm. - Pico asturiense típico, con ambos bordes cóncavos y con señales de uso en la punta. Medidas: l: 114 mm y m: 73 mm y e: 45 mm. - Punta de pico atípico, de tosca factura, con retoques en ambos bordes y con desconchados en el borde derecho. Medidas: l: 897 mm, m: 45 mm y e: 33 mm. - Lasca secundaria con el talón cortical, extraída de la punta de un pico con retoques en el extremo de un borde. Pertenecía a un pico estrecho y alto. Medidas: l: 39 mm, m: 48 mm y e: 13 mm. - Chopper apuntado, semejante a un pico, de arenisca- cuarcita, con numerosos retoques. Es del tipo 2.9 de Querol / Santonja. Medidas: l: 109 mm, m: 103 mm y e: 37 mm. - Chopper lateral de filo sencillo convexo con numerosos retoques, de arenisca – cuarcita, del tipo 1.10 de Querol / Santonja. Tiene el filo muy desgastado. Medidas: l: 92 mm, m: 74 mm y e: 36 mm. - Laminilla simple con una truncatura oblicua formada por retoques semiabruptos, al igual que en un borde, de sílex. - Denticulado transversal directo sobre lasca secundaria de cuarcita. - Denticulado lateral marginal directo sobre lasca secundaria de cuarcita. -Fragmento de lasca de cuarcita con una escotadura lateral inversa.

- Lasca simple con retoques amplios y carenados directos en un borde, de cuarcita. - 11 lascas simples (1 de ellas con retoques mínimos de uso), 3 lascas simpels de fractura, 30 lascas secundarias, 12 lascas secundarias de fractura, 5 lascas primarias (1 de ellas con retoque mínimo o de uso), 15 lascas primarias de fractura, 1 lámina simple, 3 núcleos (uno tendente a discoidal con ½ de córtex del que se han extraído lascas, de 68 x 49 x 28 mm, uno irregular con la mitad de córtex del que se han extraído lascas, de 36 x 35 x 16 mm), 2 lascas de retoque y 20 cantos (2 rotos – uno de arenisca de grano grueso, 14 fragmentos – dos de arenisca de grano grueso, 1 canto pequeño roto y 3 fragmentos de canto pequeños) de cuarcita y arenisca – cuarcita. - 6 lascas simples, 2 lascas simples de fractura, 6 lascas secundarias, 9 lascas secundarias de fractura, 3 lascas primarias, 3 lascas primarias de fractura, 1 lámina simple, 2 laminillas simples, 3 núcleos (hay uno procedente de un canto pequeño de donde se han extraído lascas) y 8 lascas de retoque, de sílex. - 1 lasca simple de fractura, 9 lascas secundarias de fractura, 1 lasca primaria de fractura, 1 núcleo de donde se han extraído lascas de fractura, de 24 x 21 x 15 mm y 1 fragmento de cantito, de cuarzo. - 1 lasca de decorticado secundario, de cristal de roca. - 1 lasca primaria de fractura, de caliza (¿) y 1 lasca primaria de fractura de arenisca (¿). 5. Yacimiento reconocido por CAEAP y por A. Ocejo Herrero, a principios de los años ochenta. 6. MUPAC. 7. Colectivo para la Ampliación del Estudios de Arqueología Prehistórica (1987: 90-92, 94 y 154). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 234). Muñoz Fernández, Serna Gancedo, Malpelo García y Morlote Expósito (1992: 15, 18, 27-29, 31). 219. Yacimiento de Oyambre D (o Ubiambre D). 1. Oyambre. Los Llaos. San Vicente de La Barquera. El yacimiento se encuentra en un área muy erosionada, apareciendo los materiales en una superficie con limos arenosos amarillentos, ocupando una superficie inferior a los cien metros cuadrados. Es probable que se extienda por las áreas inmediatas. 3. Neolítico (¿). Hábitat. 4. En este yacimiento aparecieron numerosas piezas en superficie: - Raspador doble con retoques simples directos en ambos bordes, de buena factura, sobre lasca simple de cuarcita. - Raspador sobre lasca atípico, tallado a base de amplios retoques, sobre lasca secundaria de cuarcita.

- Raspador sobre lasca inverso, típico, realizado en el talón de una lasca secundaria de cuarcita. - Raspador carenado típico, muy alto y diminuto, realizado sobre una lasca de sílex - Raspador sobre núcleo, con playa cortical, de donde se han extraído lascas y laminillas, de sílex. - Perforador atípico sobre una lasca secundaria de cuarcita. - Lasca secundaria con una escotadura lateral directa, de cuarcita. - Lasca secundaria con una escotadura lateral directa, de cuarcita. - Denticulado lateral directo sobre lasca secundaria de cuarcita. - Raedera convergente sobre lasca secundaria de cuarcita. - Raedera simple convexa sobre lasca secundaria de cuarcita. - Trapecio con retoques semiabruptos en el talón y abruptos en los bordes y con macrohuellas de uso en la cuerda, de sílex. - Lasca simple con retoque escarpado basto, en cuarcita. - Lasca primaria con retoques amplios y profundos por toda la periferia, a excepción del extremo distal de arenisca – cuarcita. - Canto muy plano de arenisca cuarcita con retoques simples directos denticulados excepto en la base. - Chopper distal con el filo denticulado cóncavo de arenisca cuarcita del tipo 1.2 de Querol /Santonja. - 2 lascas simples – 1 talón liso y 1 suprimido- 1 núcleo agotado con playa cortical, procedente de un canto, donde se han extraído lascas y laminillas y 2 lascas de retoque, de sílex. - 34 lascas simples (17 con el talón liso, 10 suprimido, 3 puntiforme y 1 facetado convexo y 3 roto) 12 lascas simples de fractura, 35 lascas secundarias, 23 con el talón cortical, 7 liso, 2 puntiforme, 2 suprimido y 1 convexo), 9 lascas secundarias de fractura, 1 lasca primaria (con el talón cortical) 1 lámina simple (con el talón liso) y 1 lámina secundaria (con el talón cortical) de cuarcita y arenisca cuarcítica. - 1 lasca secundaria (con el talón cortical) de cuarcita y arenisca cuarcítica. - 1 lasca secundaria de fractura de cuarzo. - l lasca simple (con el talón liso) 1 y 1 lasca simple de fractura de cristal de roca. Talones: De lascas (27 corticales, 27 lisos, 14 suprimidos, 5 puntiformes y 1 facetado y 2 facetados convexos y 6 rotos). De láminas (1 cortical, 1 liso y 1 roto). Materias primas: Hay 123 (7 sílex, 113 arenisca cuarcítica / cuarcita, 1 cuarzo y 2 cristal de roca). 5. Fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP y por A. Ocejo Herrero. 6. MPAC.

7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1987: 90, 91, 92-93 y 153154). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 234).

encuentran muy próximos uno al occidente del F – el G- por lo que se estudian de forma conjunta. 2. Los materiales aparecieron en dos superficies muy próximas entre sí, situadas inmediatamente al oeste de Oyambre E, en una matriz de limo arenoso amarillento, en un suelo procedente de la disolución de la roca madre caliza.

220. Yacimiento de Oyambre E (o Ubiambre E) 1. Oyambre. Los Llaos. San Vicente de La Barquera. El yacimiento está en una explanada costera al pie de la ladera de una pequeña elevación. Presenta buenas condiciones de habitabilidad.

3. Musteriense. Hábitat. 4. En la superficie se hallaron numerosos materiales de arenisca-cuarcítica y de arenisca:

2. Los materiales aparecen en un área erosionada de limitada extensión, a unos metros al oeste del yacimiento de Oyambre D y con las mismas características que las anteriores.

- Hendedor sobre lasca del tipo 0 de Tixier, cuyo eje de lasca es perpendicular al eje del útil y no conserva el bulbo, siendo asimétrico. Presenta amplios levantamientos bifaciales en el borde derecho y en su cara inversa, en el extremo proximal del borde izquierdo. Ha sido realizado sobre una lasca primaria de arenisca, muy patinada. Medidas: l: > 140 mm, m: 127 mm, e: 55 mm. - Hendedor sobre lasca del tipo 0 de Tixier cuyo eje de la lasca está ligeramente desviado de la del útil, siendo simétrico. Presenta retoques inversos en ambos bordes, más amplios los del borde derecho. Es de arenisca, presenta escasa pátina y tiene macrohuellas de uso en el filo. Medidas: l= 111 mm, m: 943 mm y e: 34 mm. - Chopper lateral en punta del tipo 2.10 de Querol / Santonja de arenisca con intensa pátina terrosa. Medidas l_ 109 mm, m: 36 mm y e: 22 mm - Chopper distal punta del tipo 2 de Querol/Santonja de arenisca, ligeramente mellado. Medidas: l: 158 mm, m_ 115 y e: 67 mm. - Chopper lateral de filo convexo del tipo 1.22 de Querol/Santonja, de arenisca con intensa pátina y con macrohuellas de uso. Medidas: l: 87 mm, m: 84 mm y e: 37 mm. - Chopper distal de filo convexo del tipo 1.7 de Querol/Santonja de arenisca de grano medio con intensa pátina y macrohuellas de uso. - Chopper distal con el filo cóncavo de tipo 1.2 de Querol/Santonja de arenisca de grano medio, con melladuras. Medidas: l: 129 mm, m: 96 mm y e: 53 mm. - Chopper lateral con el filo denticulado convexo del tipo 1.10 de Querol/Santonja. Medidas: l: 120 mm, m: 111 mm y e: 53 mm. - Cuchillo de dorso abrupto atípico sobre lasca simple de cuarcita. - Cuchillo de dorso natural sobre lasca secundaria de arenisca – cuarcita. - Bec atípico formado por dos escotaduras retocadas directas fabricado sobre una lasca simple con una escotadura lateral retocada de arenisca – cuarcita. - Lasca secundaria con una escotadura retocada lateral directa de arenisca – cuarcita. - Lasca secundaria con dos escotaduras retocadas contiguas laterales directas, de arenisca – cuarcita.

3. Mesolítico (Asturiense). Hábitat. 4. En superficie aparecieron los siguientes materiales: - Pico asturiense típico con ambos bordes cóncavos y la punta rota, de cuarcita. Medidas: l: 89 mm, m: 46,7 mm y e: 27,2 mm. - Chopper lateral en punta del tipo 2.22 de Querol / Santonja de arenisca cuarcita. Medidas: l: 102 mm, m: 100 mm y e: 48 mm. - Canto plano roto con retoques semiabruptos por toda la periferia, a modo de disco, de arenisca / cuarcita. Medidas: 49 mm de anchura. - Escotadura transversal directa sobre lasca secundaria de arenisca / cuarcita. - Lasca primaria grande con retoques bifaciales en el extremo, de arenisca intensamente patinada. - 1 lasca simple y 2 lascas secundarias de fractura, de sílex. - 1 lasca simple, 1 lasca simple de fractura, 5 lascas secundarias, 1 lasca secundarias de fractura, 1 lámina secundaria y 2 núcleos (uno a modo de canto tallado bifacial donde se han extraído lascas y el otro del tipo N.U.P.C. grande) de cuarcita y arenisca. 5. Yacimiento reconocido por CAEAP y por A. Ocejo Herrero a principios de los años ochenta del pasado siglo. 7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1987: 90, 93, 153 Y 154). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 234). Muñoz Fernández, Serna Gancedo, Malpelo García y Morlote Expósito (1992: 15, 18, 26 y 31). 221. Yacimientos de Oyambre F y Oyambre G (o Ubiambre F y G). 1. Oyambre. Los Llaos. San Vicente de La Barquera. El yacimiento situado al pie de una pequeña ladera, muy próxima a la actual línea costera, en una explanada bastante grande. Ofrece buenas condiciones de habitabilidad. Ambos yacimientos se

)

- Denticulado lateral marginal directo sobre lasca primaria de fractura. - Denticulado lateral marginal directo sobre lasca secundaria. - 15 lascas simples, 12 lascas simples de fractura, 1 de arenisca de grano medio, 44 lascas secundarias, 21 lascas secundarias de fractura, 2 lascas primarias, 2 lascas primarias de fractura, 5 núcleos irregulares (uno muy grande con negativos de varias lascas y de una lasca para fabricar un hendedor, en el extremo del canto, medidas: l: 170 mm, m: 158 mm y e: 42 mm; 1 muy grande con extracciones de lascas de un canto. Medidas: l: 90 mm, m_ 64 mm y e: 309 mm; uno pequeño sin córtex, casi agotado, donde se han extraído lascas, medidas: l: 42 mm, m: 30 mm y 3: 20 mm; uno con ½ de córtex con escasos levantamientos de lascas, procedente de un canto, medidas: l: 41 mm, m: 37 mm y e: 22 mm y uno sobre lasca muy espesa primaria con el talón cortical con extracciones en el extremo, patinadísimo y con descascarillados recientes, medidas: l: 112 mm, m: 111 mm y e: 48 mm) 1 canto tallado y 2 cantitos rotos, de arenisca y cuarcita. - 2 lascas secundarias y 1 núcleo irregular (pequeño y con 1/3 de córtex, l: 33 mm m: 29 y e: 29 mm, de sílex. - 2 lascas simples de fractura y 2 lascas secundarias de fractura, de cristal de roca. - 1 lasca secundaria de fractura, de cuarzo y 1 lámina simple de caliza. 5. El yacimiento fue reconocido por CAEAP y A. Ocejo Herrero a principios de los años ochenta del pasado siglo. 6. MPAC. 7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1987: 90, 93, 94 y 154). Muñoz Fernández (2005: 81). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 136). 222. Yacimiento de Oyambre H (o Ubiembre H) 1. Oyambre. Los Llaos. San Vicente de La Barquera. Los materiales aparecieron en un área muy pendiente, en posición derivada, en el borde los acantilados marinos a unos doscientos metros de los anteriores. No presenta condiciones de habitabilidad, aunque sí algunas de las áreas próximas de donde proceden presumiblemente los materiales. 2. Se encuentra debajo de un sendero, en un área muy pendiente, que ocupa unos doscientos metros cuadrados. Entre los lenares aflorantes hay pequeñas depresiones con restos de un estrato con limos amarillentos, muy socavados por la erosión, donde aparecieron los materiales en superficie. La mayoría

de las piezas están patinadas aunque algunas tienen aspecto muy fresco. 3. Musteriense. Depósito secundario. 4. Aparecieron numerosos materiales en superficie, aparentemente de arenisca cuarcítica: - Raspador sobre lasca muy gruesa y con el frente amplio y semicircular sobre una cuarcita / arenisca de grano bastante grueso, grande y de buena factura. - Raspador inverso muy atípico sobre lasca. - Cuchillo de dorso atípico sobre lasca. - 3 lascas – cuchillos de dorso natural – una de ellas con numerosas macrohuellas de uso. - Lasca con escotadura lateral clactoniense de sílex. - Lasca simple de fractura con dos escotaduras laterales clactonienses. - Lasca con escotadura transversal retocada directa. - Denticulado transversal inverso, sobre una lasca Levallois atípica. - Denticulado lateral marginal directo, sobre lasca. - Denticulado lateral marginal directo, sobre lasca. - Denticulado lateral marginal directo, sobre lasca. - Denticulado transversal marginal directo sobre lasca. - Raedera sencilla convexa, sobre lasca. - Lasca grande, de forma almendrada, con levantamientos grandes directos en ambos bordes y en el extremo distal, , de arenisca de grano medio. - Hendedor sobre lasca del tipo 0 de Tixier, cuyo eje de lasca se corresponde con el del útil y es simétrico. Presenta retoques bifaciales en los dos bordes y en el talón. Ha sido elaborado sobre una lasca primaria de grano medio. Tiene melladuras de uso y una rotura en el filo. Medidas: l: 82 mm, m: 58 mm y e: 34 mm. - Hendedor sobre lasca del tipo 0 de Tixier, cuyo eje de lasca se corresponde con el del útil, simétrico. Presenta retoques simples directos en los dos bordes, aunque en el talón y en la zona proximal de ambos bordes son bifaciales. Ha sido elaborado sobre una lasca primaria, muy patinado y con melladuras de uso en el filo. Medidas: l: 142 mm, m: 91 mm y e: 34 mm. - Hendedor sobre lasca del tipo 0 de Tixier cuyo eje de lasca está ligeramente desviado con respecto al del útil, teniendo el bulbo no conservado; es ligerametne asimétrico. Presenta amplios retoques bifaciales en el borde izquierdo y semiabruptos en el derecho. Ha sido realizado en una lasca primaria, intensamente patinada. Medidas: l: 145 mm, m: 90 mm y e: 54 mm. - Chopper distal en punta realizado en una arenisca cuarcítica de grano grueso del tipo 2.21 de Querol / Santonja y con macrohuellas de uso. Medidas: l: 98.5 mm, m: 80 mm y e: 34 mm. - Chopper lateral en punta del tipo 2.23 de Querol / Santonja y con macrohuellas de uso. Medidas: l. 77 mm, m: 60 mm y e: 43 mm.

- Chopper lateral de filo convexo del tipo 1.4 de Querol /Santonja, con descascarillados recientes. Medidas: l: 127 mm, m: 109 mm, y e: 61 mm. - Chopper distal de filo sencillo del tipo 1.7 de Querol /Santonja, de aspecto bastante fresco y con macrohuellas de uso. Medidas: l: 69 mm, m: 65 mm y e: 37 mm. - 2 lascas simples de fractura y 2 lascas secundarias de sílex. - 16 lascas simples, 42 lascas secundarias (1 con rotura reciente y 1 de técnica Kombewa), 2 lascas primarias, 1 lasca simple de borde de núcleo, 2 láminas secundarias, 4 núcleos irregulares (hay uno grande con ½ de córtex, con varios levantamientos de lascas, de 90 x 69 x 46 mm, uno realizado a partir de una placa, tiene 1/3 de córtex, con varias extracciones de lascas, de 65 x 40 x 22 mm, hay uno agotado del que se han extraído lascas, de 40 x 32 x 22 mm y hay uno grande, con 2/3 de córtex, con dos extracciones de lascas, de 89 x 73 x 63 mm), 2 cantos (2 fragmentos, 1 procedente de un cantito) de arenisca y cuarcita. 5. Fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP y por A. Ocejo Herrero. 6. MPAC. 7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1987: 90, 93, 153 y 154). Muñoz Fernández (2005: 81). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 136). 223. Cueva de Oyambre I (o Ubiembre I) 1. Oyambre. Los Llaos. San Vicente de la Barquera. Yacimiento situado en una punta marina muy destacada denominada Punta Peñaentera. Presenta condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecen en una superficie llano intensamente erosionada de unos cien metros cuadrados en un contexto geológico similar al del resto de los yacimientos de la zona. 3. Asturiense. Hábitat. 4. En la superficie han aparecido numerosos materiales, la mayoría de arenisca / cuarcita y/o cuarcita, cuya clasificación es como sigue: - Pico asturiense típico con la punta rota con los bordes cóncavos. Medidas: l: 76 mm (aunque está roto), m: 73 mm y e: 37 mm. - Punta de pico asturiense típico, de cuarcita blanca – rosada, de gran calidad. - Chopper lateral de filo recto, fabricado sobre un fragmento de canto, del tipo 1.10 de Querol

/Santonja. Medidas: l: 145 mm, m: 83 mm y e: 53 mm. - Perforador atípico formado por la convergencia de dos bordes denticulados, sobre lasca secundaria de sílex. - Perforador atípico ladeado, retocado únicamente por uno de los bordes, realizado sobre una lasca secundaria. - Lasca simple con una escotadura lateral directa y con retoques marginales. - Denticulado marginal directo sobre lámina rota de sílex. - Denticulado lateral directo sobre lasca secundaria. - Denticulado lateral directo sobre lasca de decorticado secundaria. - Lasca secundaria con retoques astillados. - Lasca secundaria con retoques marginales inversos en el extremo distal. - 7 lascas simples, 2 lascas simples de fractura, 4 lascas secundarias, 3 lascas secundarias de fractura, 2 lascas primarias de fractura, 1 lámina simple y 4 laminillas simples, de sílex. - 8 lascas simples, 9 lascas simples de fractura, 69 lascas secundarias, 4 lascas secundarias de fractura, 3 lascas primarias, 11 lascas primarias de fractura, 1 lámina simple, 1 laminilla simple, 6 núcleos irregulares (uno muy grande sobre canto plano con más de 2/3 de córtex, del que se han extraído lascas uno de 83 x 64 x 58 mm, uno pequeño sobre canto con ½ de córtex, de donde se han extraído lascas, de 47 x 40 x 33 mm, uno pequeño, globular, con playa cortical, de donde se han extraído lascas, de 43 x 35 x 21 mm, uno procedente de un canto con 1/3 de córtex del que se han extraído lascas con escasa pátina y uno procedente de un canto con ½ de córtex del que se han extraído lascas ) y 8 cantos (3 rotos, 4 fragmentos y 1 fragmento de un canto pequeño) de cuarcita y arenisca. - 2 lascas simples de fractura, 1 lasca secundaria de fractura y 1 núcleo irregular (procedente de un canto, con 2/3 de córtex, donde se han extraído lascas de fractura) de cuarzo. - 3 lascas simples de fractura, 1 lasca secundaria y 1 fragmento irregular, de cristal de roca. 5. Yacimiento reconocido por CAEAP y por A. Ocejo Herrero a comienzos de los años ochenta. 6. MPAC. 7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1987: 90, 91, 93, 94 y 154). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 136). Muñoz Fernández, Serna Gancedo, Malpelo García y Morlote Expósito (1992: 15, 18, 26, 27 y 31).

224. Yacimiento de Oyambre J (o Ubiambre J).

- Lasca secundaria con el talón cortical de arenisca.

1. Oyambre. Los Llaos. San Vicente de la Barquera. Yacimiento situado en la parte alta de una pequeña elevación, muy cercana a la actual línea costera. Presenta buenas condiciones de habitabilidad.

5. Fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP

2. En una pequeña área ocupada por pastizales aparecieron algunos materiales arqueológicos. Se desconoce la extensión real del yacimiento. 3. Prehistórico. Hábitat (¿). 4. En la superficie del yacimiento se hallaron los siguientes materiales: - Lasca secundaria con el talón cortical, de arenisca, muy patinada, de 34 x 29 x 7 mm. - Lasca primaria con macrohuellas denticuladas en un borde, de 49 x 49 x 11 mm. - Núcleo piramidal irregular, sobre canto, con 1/3 de córtex, del que se han extraído lascas, con pátina terrosa clara. 5. Reconocida a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP y por A. Ocejo Herrero. 6. MPAC. 7. Colectivo para la Ampliación del Estudios de Arqueología Prehistórica (1987: 90-92, 94 y 154). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 136). 225. Yacimiento de Oyambre K (o Ubiambre K).

7. Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 136). 226. Yacimiento de la Playa de Oyambre 1. Playa de Oyambre. Los Llaos. San Vicente de La Barquera y El Tejo. Valdáliga. Z: 4 m. El yacimiento se sitúa en una playa muy extensa donde desemboca un arroyo. No presenta buenas condiciones de habitabilidad. 2. Yacimiento muy extenso en que los materiales aparecen desde la desembocadura de un pequeño arroyo hasta el monumento del Pájaro Amarillo, aunque son mucho más abundantes en la primera de las zonas citadas. La mayor parte del material del Paleolítico Inferior y todos los materiales asturienses aparecieron en la parte de la desembocadura del arroyo, dispersos y mezclados con los cantos de la playa. Algunos de los materiales infero paleolíticos se hallaron al norte de los anteriores, al igual que uno de los picos asturienses al pie de una pequeña terraza de donde presumiblemente, proceden los restos. Por encima de dicha terraza aparece un estrato arcilloso de tonos amarillos. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat y taller. Mesolítico (Asturiense). Hábitat.

3. Mesolítico (Asturiense). Hábitat.

4. En el yacimiento se han hallado numerosos materiales. La colección inferio- paleolítica ha sido estudiada por R. Montes Barquín, que pudo clasificar 206 piezas. La mayor parte son de arenisca (76,2 %) seguida de la cuarcita (22,2 %). Se estudiaron 16 bifaces (1 fricon, 2 abbevillenses, 1 amigdaloide, 1 discoide, 4 otros y 7 picos triedros), 10 hendedores sobre lasca (9 del tipo 0 y 1 del tipo III), 44 choppers, 18 chopping – tools, 21 útiles sobre lasca (la mayoría raederas y denticulados), 23 núcleos (12 del tipo N.U.P.C.), 19 lascas y láminas, 32 deshechos de talla y 23 cantos rodados testados.

4. En la superficie del prado aparecieron los siguientes materiales:

Los materiales atribuibles al asturiense son más escasos, su clasificación es como sigue:

- Pico asturiense típico con ambos bordes cóncavos, de cuarcita, de 119 por 57 x 39 mm. - Chopper lateral con el filo denticulado convexo de arenisca, de 133 x 123 x 40 mm. - Chopper distal en punta de arenisca, de 142 x 138 x 51 mm. - Raedera transversal convexa sobre lasca secundaria con el talón cortical de cuarcita, de 67 x 86 x 26 mm. - Buril sobre fractura realizado sobre una lasca simple de sílex.

- Pico asturiense típico con los bordes cóncavos, roto por la cara ventral y algo rodado. Medidas l: 99 mm, m: 56 mm y e: 22 mm - Pico asturiense típico con los bordes cóncavos, muy rodado. Medidas: l: 84 m: 58 y e: 28 mm. - Pico asturiense típico con los bordes cóncavos, muy rodado. Medidas: l: 90 m: 71 y e: 36 mm. - Pico asturiense típico con los bordes cóncavos, muy rodado. Medidas: l: 76 m: 60 y e: 30 mm.

1. Oyambre. Los Llaos. San Vicente de La Barquera. El yacimiento está en uno de los prados colindantes con el yacimiento de Oyambre J, al este del mismo. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales se hallaron en un área de unos cien metros cuadrados, dedicados a pastizal, desconociéndose las características y límites del yacimiento original.

- Pico asturiense típico, aunque ligeramente desviado, rodado. Medidas: l: 89 m: 65 y e: 32 mm. - Pico asturiense típico con la punta desviada y con ambos bordes cóncavos, muy rodado. Medidas: l: 126 m: 68 y e: 34 mm. - Pico asturiense atípico con la punta prominente desviada, someramente retocada, con el borde izquierdo recto y el derecho cóncavo. Medidas: l: 106 m: 52 y e: 19 mm. - Pico asturiense típico, de aspecto fresco y con la punta desgastada, con un lado recto y el otro cóncavo. Medidas: l: 98 m: 66 y e: 37 mm. Además de los picos se han hallado 5 pesas de red de cuarcita, a saber:

2. Los materiales aparecieron en un contexto de suelo, desarrollado sobre la roca calcárea. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat. 4. Proporcionó una breve serie lítica, incluyendo un probable hendedor sobre lasca de cuarcita – arenisca. 5. El yacimiento fue descubierto en 1998 por R. Bohigas y J.L. Rivera Cobo durante las prospecciones previas a la construcción de un campo de golf. 6. MPAC. 7. Bohigas Roldán y Rivera Cobo (2002: 263).

- Pesa de red con amplias escotaduras laterales bifaciales, de cuarcita gris. Medidas: l: 107 m: 82 y e: 29,5 mm. - Pesa de red con amplias escotaduras laterales bifaciales. Medidas: l: 99 m: 72 y e: 36 mm. - Pesa de red con dos grandes escotaduras laterales. Medidas: l: 172 m: 130 y e: 39 mm. - Pesa de red sobre gran fragmento de canto con amplias escotaduras laterales. Medidas: l: 175 m: 56 y e: 32 mm. - Pesa de red sobre canto hendido con retalla en ambos bordes. Medidas: l: 145 m: 65 y e: 36 mm.

228. Yacimiento del Mayorazgo de Santa Marina (Zona 11)

Además, en los fondos del MPAC se conserva un pico asturiense y un canto de cuarctia, donado por P. Cano, en 1998 procedentes de la “Desembocadura de la Rabia (Oyambre).

4. Proporcionó algunas piezas líticas.

5. El yacimiento fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por miembros del grupo CAEAP junto a Ángel Ocejo. Los materiales inferopaleolíticos han sido estudiados por R. Montes Barquín en su tesis doctoral. 6. MPAC. Aproximadamente un centenar desaparecieron en el antiguo museo de Prehistoria y Arqueología de Santander. 7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1987: 90, 93, 94 y 155). Montes Barquín (2003: 143-144). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 136 y 234). Muñoz Fernández, Serna Gancedo, Malpelo García y Morlote Expósito (1992: 15,17, 18,21, 26 y 31). 227. Yacimiento del Mayorazgo de Santa Marina (sector oeste) 1. Mayorazgo de Santa Marina. La Revilla. San Vicente de la Barquera. Z: 50 m. El yacimiento se sitúa en la rasa litoral, cerca de la línea costera. Tiene condiciones de habitabilidad.

1. Mayorazgo de Santa Marina. Sejo de Arriba. San Vicente de la Barquera. Z: 58 m. Los materiales se hallaron dispersos. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron en un contexto de suelo. 3. Paleolítico Indeterminado. Indeterminado.

5. El yacimiento fue descubierto en 1998 por R. Bohigas y J.L. Rivera Cobo durante las prospecciones previas a la construcción de un campo de golf. 6. MPAC. 7. Bohigas Roldán y Rivera Cobo (2002: 263). 229. Yacimiento del Mayorazgo de Santa Marina (Zona 10) 1. Mayorazgo de Santa Marina. El Tejo. Valdáliga. El yacimiento se sitúa en una zona llana cercana a la línea costera. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron en un contexto de suelo, en posición derivada. 3. Paleolítico Indeterminado. Posición derivada. 4. Proporcionó algunas piezas líticas. 5. El yacimiento fue descubierto en 1998 por R. Bohigas y J.L. Rivera Cobo durante las prospecciones previas a la construcción de un campo de golf. 6. MPAC. 7. Bohigas Roldán y Rivera Cobo (2002: 263).

230. Yacimiento de Peña Alta 1. Cara. El Tejo. Valdáliga. Z: 65 m. Los materiales se hallaron en una pequeña elevación cercana a la costa. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron en una zona muy erosionada en un contexto de suelo formado sobre roca caliza. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat. 4. Únicamente se observaron dos piezas líticas en superficie: un núcleo irregular sobre canto y una lasca, ambas en arenisca con intensa pátina terrosa. 5. Fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP 7. Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 32). 231. Túmulo de la Sierra 1. La Sierra. Treceño. Valdáliga. Z: 325 m. Se sitúa en la cima de una colina dominante. 2. Estructura tumular formada por bloques de arenisca y tierra, cubierta por prado. Mide 12,7 m de eje este oeste y 11,4 en el eje norte - sur, con una altura de 0,85 m. Presenta un gran pozo de violación. 3. Neolítico. Sepulcral. 4. No se han hallado materiales arqueológicos. 5. Fue descubierto en 1997 por A. Diez Castillo 7. Diez Castillo (1997). 232. Túmulo de Cotero Jerra 1

3. Neolítico. Sepulcral. 4. No se han hallado materiales arqueológicos. 5. Fue documentado en 1993 por C. Pérez Suárez y por miembros de la Universidad de Cantabria. 7. Teira Mayolini (1994: 224). 234. Yacimiento de la Estación Depuradora de Comillas 1. Comillas. El yacimiento se sitúa en una vaguada, muy próxima a la actual línea costera. No tiene condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron en un contexto de suelo poco desarrollado. 3. Prehistoria. Indeterminado. 4. Proporcionó algunas piezas de cuarcita. 5. Fue reconocido recientemente durante la realización a una depuradora de aguas por parte del G.A.E.M. 6. MPAC. 235. Yacimiento del Ramal 18 de Comillas 1. Comillas. Yacimiento situado en la ladera de una pequeña elevación, cercana a la línea costera. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales se hallaron en un contexto de suelo, en posición derivada, probablemente caídos desde la cima de una pequeña colina.

1. Cotero Jerra. San Vicente del Monte. Valdáliga. Z: 374 m. El túmulo se encuentra en lo alto de una cima dominante.

3. Paleolítico Inferior. Hábitat (¿). Prehistoria Reciente. Hábitat (¿).

2. Estructura tumular de 13 m de diámetro norte- sur por 12,8 m este – oeste cubierto por hierbas. Mide 1,2 m de altura.

4. Proporcionó industrias líticas de arenisca y de sílex.

3. Neolítico. Sepulcral. 4. No se han hallado materiales arqueológicos.

5. Reconocido recientemente por el G.A.E.M. durante la realización del seguimiento de una conducción de aguas.

5. Fue documentado en 1993 a partir de referencias de O. Ocejo Herrero por C. Pérez Suárez y por miembros de la Universidad de Cantabria.

6. MPAC.

7. Teira Mayolini (1994: 224).

1. La Concha. Ruiloba yacimiento situado en el rellano de una ladera, en posición dominante, en una pequeña elevación próxima a la línea costera. Es habitable.

233. Túmulo de Cotero Jerra 2 1. Cotero Jerra. San Vicente del Monte. Valdáliga. Z: 373 m. El túmulo se encuentra muy cerca del anterior. 2. Estructura tumular de 6,1 m de diámetro norte- sur por 6,4 m en sentido este – oeste y de 0,3 m de altura. Se encuentra muy arrasado y cubierto por prado.

236. Yacimiento de La Concha

2. Los materiales aparecieron durante las obras de construcción de un chalet. Estaban dispersos por una superficie no muy grande, ocupando un área llana. Se desconoce la extensión real del yacimiento, aunque

aparentemente la parte destruida es el área con mejores condiciones de habitabilidad. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat ocasional.

restos se hallaron en un contexto de suelo formado sobre sustrato calizo.

Prehistoria. Indeterminada.

3. Paleolítico Inferior. Hábitat. Edad Media. Indeterminado.

4. Los materiales aparecieron en contexto de suelo desarrollado sobre sustrato calizo, en un suelo formado por arcillas amarillentas. Su clasificación es la siguiente:

4. Proporcionó varias lascas y un denticulado muy grande en arenisca así como algunos fragmentos de cerámica a torno y/o torneta, entre ellos uno con decoración estriada.

- Chopper distal de filo sencillo convexo con grandes levantamientos desde el borde, sobre canto de arenisca de grano fino con pátina terrosa- amarillenta. Es del tipo 1.7 de Querol /Santonja.

5. Fue reconocido en 1987 por CAEAP durante la construcción de un gasoducto.

- Hendedor sobre lasca del tipo 0 de Tixier, sobre lasca primaria cuyo eje de la lasca se corresponde con el del útil y con el bulbo muy acusado. Tiene retoques finos directos en el extremo distal del borde derecho. Es de arenisca y presenta una intensa pátina y melladuras recientes en el borde transversal.

238-240. Conjunto tumular del Coterío de Peñalba

- Lasca primaria muy grande con el talón cortical, de arenisca muy patinada, a modo de hendedor sobre lasca.

7. Iglesias Gil y Pérez Sánchez (2002: 7). Pérez Sánchez (1989:33).

1. Carrastrada. Toñanes. Alfoz de Loredo. Z: 101 m. El conjunto está integrado por tres estructuras tumulares, localizadas en un collado, antes de la cumbre de la estribación.

- Lámina simple con el talón liso de cuarcita gris de aspecto fresco.

El conjunto se encuentra en la parte más alta de una elevación de la rasa litoral de Toñanes, situada al oeste del barrio de Carrastrada, del municipio de Alfoz de Lloredo, junto a un camino poco marcado. Se encuentran en una finca y los túmulos están cubiertas por prado de siega. Se describen a continuación.

- Fragmento de la panza lisa de una vasija fabricada a torneta, de color rojizo.

238. Túmulo del Coterío de Peñalba I

- Fragmento de canto de arenisca, muy patinado. - Pequeña lasca simple con el talón suprimido, de cuarcita blancuzca, de aspecto fresco.

5. El yacimiento fue reconocido por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. 6. MPAC. 7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1980-81: 29). Montes Barquín (2003: 39). Montes Barquín (2003: 26). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 29 y 33). Muñoz Fernández y Ruiz Cobo (1993-95: 21).

1. Carrastrada, Toñanes, Alfoz de Loredo. Z: 95 m. Se localiza en la parte alta de una sierra alargada litoral. Está cubierto por prado de siega. 2. Estructura tumular bien conservada, de 10,40 m de diámetro este – oeste por 10,30 m norte- sur. Su altura aproximada es de 1,30 m. Se localiza en un collado, En su superficie no se aprecian bloques ni rocas y presenta en la zona central una zona algo más hundida. 3. Neolítico. Sepulcral.

Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 124).

4. No se conoce la existencia de arqueológico asociado ni estratigrafías.

San Miguel Llamosas, Bermejo Castrillo y Muñoz Fernández (1984: 23 y 27).

5. Fue reconocida por CAEAP - GEIS C/R durante la realización de los trabajos de prospección de la cuenca del Saja, en 2010.

237. Yacimiento de Cigüenza 1. Cigüenza. Alfoz de Lloredo. Los materiales aparecieron en una zona llana del fondo de una cubeta cárstica muy próxima a la costa. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. El yacimiento apareció durante la realización de una zanja para la construcción de un gasoducto. Los

material

239. Túmulo del Coterío de Peñalba II 1. Carrastrada, Toñanes, Alfoz de Loredo. Z: 101 m. Se localiza en la parte alta de una sierra alargada litoral. Está cubierto por prado de siega.

2. Muy similar a la estructura anterior, se encuentra a 220 m al noreste de ella. Su diámetro norte- sur es de 9,80 m y el este oeste de 10 m. En la zona central, algo desviada hacia el oeste se aprecia una depresión de 2 m de diámetro en que crece un césped más oscuro. Su altura aproximada es de 1 m. Se encuentra en una finca y está cubierta por prado. En superficie no se aprecian bloques ni rocas.

- 7 fragmentos de cerámica a torneta, hay tres de panzas lisas de color grisáceo, una de ellas algo gruesa y cuatro de color ocre, tres de panza y una de asa de cinta.

3. Neolítico-Calcolítico. Sepulcral.

7. Montes Barquín (1993a: 27).

4. No se conoce la existencia de arqueológico asociado ni estratigrafías.

material

5. Fue reconocida por CAEAP - GEIS C/R durante la realización de los trabajos de prospección de la cuenca del Saja, en 2010. 240. Túmulo del Coterío de Peñalba III. 1. Carrastrada, Toñanes, Alfoz de Loredo. Z: 98 m. Se localiza en la parte alta de una sierra alargada litoral. Está cubierto por prado de siega. 2. Se encuentra en el extremo de una estribación alargada, en su cima. Mide 8,70 m de diámetro esteoeste por 8,50 m norte - sur. Su altura máxima es de 1,50 m. Está cubierto por prado de siega y presenta una ligera depresión descentrada. En superficie no se aprecian bloques ni rocas. 3. Neolítico. Sepulcral. 4. No se conoce la existencia de arqueológico asociado ni estratigrafías.

material

5. El yacimiento fue reconocido a principios de los ochenta por CAEAP. 6. MPAC. Montes Barquín (1993b: 26). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 138). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30). 242. Yacimiento Junto a las cuevas de La Cachirula II (o Junto a las cuevas de la Cachirula B) 1. Caborredondo. Oreña. Alfoz de Lloredo. Z: 29 m. El yacimiento se sitúa en una pequeña zona llana existente al pie de la cueva de la Cachirula I, con la que debe de estar relacionado genéticamente, muy cerca de la actual línea de costa. Tiene buenas condiciones de hábitat. 2. Los materiales arqueológicos aparecieron en un camino carretero que discurre junto a la cueva de La Cachirula, a lo largo de unos 50 m. La mayor parte de ellos se localizaron al pie de la cueva, junto al camino, aunque algunos aparecieron en la ladera de una pequeña elevación, situada al norte de la cavidad. Los materiales prehistóricos se hallaron en un suelo poco desarrollado donde afloran los lenares calizos.

5. Fue reconocido por CAEAP / GEIS C/R durante la realización de los trabajos de prospección de la cuenca del Saja, en 2010.

3. Paleolítico Inferior. Hábitat. Mesolítico (Asturiense). Hábitat.

241. Junto a la cueva de Las Cachirula I

4. El yacimiento ha proporcionado materiales en la superficie de una pista. Atendiendo a su pátina el conjunto puede dividirse en dos: un reducido grupo con intensa pátina, generalmente de color terroso y otro, mucho más numeroso, de aspecto fresco.

1. Caborredondo. Oreña. Alfoz de Lloredo. Z: 27 m. Se sitúa en un campo aproximadamente a un centenar de metros al sur de las cuevas del mismo nombre, en un área llana. Ofrece buenas condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales se hallaron en un contexto de suelo, formado sobre sustratos calizos. Se desconoce la extensión del yacimiento. 3. Prehistoria Indeterminada. Hábitat- Taller. Edad Media. Indeterminado. 4. En el lugar aparecieron los siguientes materiales: - Lasca 1ª con el talón cortical de cuarcita, con melladuras recientes. - 2 lascas 2ª de cuarcita, una de ellas rota, una con el talón cortical y la otra con talón roto. - 2 lascas simples y 1 lasca 1ª de fractura, de sílex.

a) Materiales muy patinados. - Lasca secundaria de arenisca con un denticulado directo en el borde izquierdo y con un denticulado marginal directo en el borde derecho. - 2 núcleos procedentes de cantos rodados de arenisca. Hay uno grande irregular, con 1/2 de córtex donde se han extraído lascas. Y el otro es globular y tiene una playa cortical; de los dos se han extraído lascas. - lasca simple de fractura de sílex. b) Materiales de aspecto fresco:

- Pico asturiense típico con ambos bordes cóncavos, realizado en un canto de cuarcita negra. Tiene la base ancha y la punta corta y destacada. Medidas: l: 91 mm, m: 62 mm y e: 33 mm. - Pico asturiense típico con ambos bordes cóncavos de cuarcita rojiza. - Raedera transversal marginal directa sobre lasca secundaria con el talón cortical de cuarcita. - Lasca simple de cuarcita con retoques simples directos en ambos bordes. - Lasca primaria de cuarcita con retoques marginales directos en un borde. - Lasca primaria rota de cuarcita con varias escotaduras clactonienses opuestas en ambos bordes. - Fragmento de canto de arenisca con una franja pulida en el extremo cortical y con concavidades producidas por golpes en el centro de ambas caras planas, a modo de percutor – yunque. - Canto grande de arenisca en cuyo extremo se han obtenido lascas, en el extremo opuesto, que está reservado, presenta huellas de percusión por haber sido utilizado como percutor y con huellas de golpes en el centro de ambas caras planas, por su uso como yunque. - 3 núcleos irregulares (uno muy grande del que se han extraído lascas en el extremo, uno mediano con 1/3 de córtex y uno pequeño con 1/2 de córtex, todos ellos procedentes de cantos). - 3 lascas simples (2 rotas), 2 lascas secundarias de fractura, 1 lasca primaria de cuarcita. - 1 lasca primaria de fractura, 1 lámina secundaria y 1 fragmento de canto de arenisca – cuarcita. - 2 lascas simples y 1 lasca primaria de fractura, de sílex. - 1 fragmento de canto de cuarzo. 5. El yacimiento fue localizado por CAEAP a principios de los años ochenta del pasado siglo. 6. MPAC. 7. Montes Barquín (2003: 40). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 124 y 215). Muñoz Fernández, Serna Gancedo, Malpelo García y Morlote Expósito (1992: 15, 20, 21-22, 26-27 y 31). 243. Yacimiento junto a las cuevas de La Cachirula III 1. Caborredondo. Oreña. Alfoz de Loredo. Los materiales aparecieron muy cerca de la cima de una pequeña elevación, muy próxima a la línea costera. No es muy habitable. 2. En una pista situada muy cerca de la cueva de La Cachirula y hacia el norte de la cueva, en un contexto de suelo desarrollado sobre la roca madre caliza se hallaron algunas piezas arqueológicas. 3. Prehistoria. Indeterminada.

4. En la superficie de la pista aparecieron tres lascas de sílex de aspecto fresco: - Lasca simple con el talón facetado. - Lasca secundaria con el talón cortical. - Lasca primaria con el talón suprimido. 5. Yacimiento reconocido a principios de los ochenta del pasado siglo por CAEAP. 6. MPAC. 244. Yacimiento de la Ermita de San Roque II 1. Cildád. Oreña. Alfoz de Lloredo. Z: 263 m. Situado en la cima de un monte, en una sierra prelitoral. El lugar ofrece buenas condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron en concentraciones, en un camino carretero, en un contexto de suelo. 3. Neolítico /Calcolítico (¿). Hábitat. 4. En la superficie del lugar se identificaron algunos restos de talla, incluyendo varios productos laminares, en sílex, algunos de tipo gris de buena calidad. 5. Yacimiento reconocido por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. 7. Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 34). 245. Yacimiento de Punta Calderón 1. Punta Calderón. Oreña. Alfoz de Lloredo. Z: 23 m. Yacimiento situado en una pequeña elevación, junto a la actual línea de costa. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. El yacimiento es de tamaño reducido, unos 80 metros cuadrados. Las piezas aparecen en un contexto de suelo calizo formado sobre lenares aflorantes. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat. 4. Proporcionó 10 piezas líticas en superficie, en concreto 7 de arenisca (1 bifaz parcial, 1 hendedor sobre lasca de tipo II de Tixier, 3 picos triedros – 2 sobre canto y 1 sobre lasca- 1 percutor - retocador, 2 lascas secundarias y 1 lasca primaria), 1 núcleo centrípeto de ofita, 1 chunk de cuarzo y 1 bifaz parcial de cuarcita. 5. Fue reconocido a principios de los años noventa por J. Muñiz que halló un bifaz. Poco tiempo después el yacimiento fue localizado por R. Montes Barquín, que realizó el estudio del mismo.

6. MPAC. 7. Montes Barquín (1994: 7-12). Montes Barquín (2003: 40). 246. Yacimiento de Monte Barbecha 1. Monte Barbecha. La Busta. Alfoz de Lloredo. Z: 383 m. Los materiales aparecieron en un rellano de la parte alta de la ladera del Monte Barbecha. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Las evidencias se encontraban en una pista, en un suelo desarrollado sobre la roca madre caliza. 3. Prehistoria Indeterminada. Hábitat. 4. En el yacimiento se hallaron algunas lascas de sílex y de cuarcita, de tamaño pequeño. 5. Fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. 6. MPAC. 7. Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 124). 247. Yacimiento de Ubiarco A 1. Ubiarco. Santillana del Mar. Z: 39 m. Reducido yacimiento situado en una pequeña vaguada alta por encima de los acantilados marinos. No presenta condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron en una vaguada muy erosionada por las aguas de escorrentía y por la acción eólica, por lo que probablemente se encuentren en posición secundaria. El suelo está desarrollado sobre un lenar calizo. 3. Prehistoria indeterminada. Indeterminado. 4. En superficie aparecieron algunas lascas pequeñas de cuarcita de aspecto fresco, que se clasifican: - 1 lasca simple rota, con el talón roto, 2 lascas secundarias (1 con el talón cortical y 1 liso) y 1 lasca primaria de fractura.

248. Yacimiento de Ubiarco B 1. Ubiarco. Santillana del Mar. Yacimiento situado en la parte norte de una amplia vaguada flanqueada por el norte por pequeñas elevaciones, muy cerca de la actual línea costera. El área es habitable. 2. Los materiales aparecieron en unos campos arados dedicados a pastizal y a maizal. Se hallaron en un suelo desarrollado sobre sustrato calizo. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat. Edad Media. Hábitat (¿). 4. En la superficie del campo arado aparecieron piezas de arenisca con intensa pátina terrosa, cuya clasificación es como sigue: - Gran pico triedro con el talón reservado, muy espeso, con retoques bifaciales en un borde y cubrientes por la cara inferior y con la punta de sección triangular. La dirección de talla es del tipo 3c de Querol / Santonja. Medidas: l: 162 mm, m: 95,5, e: 69 y sección de la punta: 45 mm. - Lasca secundaria grande con el talón liso, con retoques marginales directos en un borde y pequeños levantamientos inversos en el talón. - Canto hendido, con huellas de percusión en el centro de una de las caras planas, a modo de yunque. - Lasca primaria con el talón cortical; un núcleo grande irregular sobre canto que conserva ½ del córtex, con varios planos de extracción de donde se han extraído lascas; un núcleo irregular con 2/3 de córtex del que se han extraído lascas, procedente de un canto rodado, 3 fragmentos de canto y 4 fragmentos de cantitos. Además se hallaron numerosos fragmentos de cerámica a torno de aspecto medieval. - Fragmento de la parte superior de una vasija con el borde recto y el labio plano de color rojizo. - Fragmento de la parte superior de una vasija con el borde exvasado y vuelto al interior, de color rojizo. - Fragmento de la parte superior de una vasija con el borde exvasado, de color rojizo. - Fragmento de la parte superior de una vasija con el borde exvasado y con el labio afinado por el exterior.

5. Fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP

- Fragmento de la parte superior de una vasija con el borde continuo, probablemente de una jarra de boca cuadrada, de color pardo.

6. MPAC.

- Fragmento de la parte superior de una vasija con el borde exvasado de color blancuzco.

7. Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 124).

- Fragmento de la parte superior de una vasija con el borde exvasado decorado con cuatro líneas incisas onduladas en disposición horizontal enmarcadas por la parte superior por dos líneas horizontales paralelas de color grisáceo con restos de vedrio verdoso por ambas caras.

- Fragmento de la parte superior de una vasija con el borde exvasado y labio vuelto hacia el interior redondeado de color gris con restos de vidrio verdoso por ambas caras.

Tixier elaborado sobre una lasca Kombewa con córtex. El eje de la lasca es perpendicular al eje del útil, simétrico, con el filo convexo con macrohuellas de uso. Presenta retoques bifaciales en un borde y con retoques simples muy planos en el otro borde y en el extremo proximal. Medidas: l: 146 mm, m: 110 mm, n: 106 mm, y e: 45 mm. Índices: l/m, 1,32, y m/e: 2,11.

- Fragmento de base plana de color grisáceo con desgrasantes de mica. - 20 fragmentos de panza de color rojizo, 4 fragmentos de panza de color naranja, 4 fragmentos de panza con decoración estriada de color pardo, 3 fragmentos de color pardo, 3 fragmentos de color parduzco y 1 fragmento grisáceo.

- Hendedor sobre lasca con melladuras recientes en el filo, del tipo II de Tixier sobre una lasca secundaria. El eje de la lasca es perpendicular al eje del útil, es bastante regular y tiene el filo cóncavo. Presenta retoques simples bastante planos en el borde izquierdo. Medidas: l: 169 mm, m: 111 mm, n: 1000 mm y e: 45 mm. Índices l/m: 1,52 y m/e: 2,46.

6. MPAC. 7. Montés Barquín (2003: 40). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 124).

- Chopper lateral de filo sencillo convexo de arenisca de grano medio, del tipo 1.16 de Santoja / Querol. Medidas: l: 91 mm, m: 83 mm y e: 44 mm.

249. Yacimiento de Ubiarco C

- Lasca Levallois atípica con el talón facetado

1. Ubiarco. Santillana del Mar. Z: 56 m. Yacimiento situado en la parte sur de una amplia vaguada, muy Cortical

Liso

Diedro

Facetado

Convexo

Eliminado

Roto

Total

1

-

-

1

Levallois Lascas

-

-

-

-

No Levallois Lascas

4

3

-

-

-

3

1

11

Total

4

3

-

-

1

3

1

12

Fig. 4.3. Talones y facetaje del yacimiento de Ubiarco C. cerca del yacimiento de Ubiarco B, junto a línea de costa. Es habitable.

convexo, de sílex. - Raedera transversal convexa atípica.

2. Los materiales se hallaron en unos campos arados dedicados a maizal y a pastizal. Aparecen en un suelo desarrollado sobre sustrato calizo.

- Raedera transversal convexa atípica. - Lasca simple con retoques marginales directos en los bordes.

3. Paleolítico Inferior. Hábitat.

- 3 lascas simples, 3 lascas primarias, 10 núcleos irregulares (son bastante grandes y todos ellos presentan córtex), 2 cantos rotos y 3 fragmentos de cantitos, de arenisca.

Prehistoria Reciente. Indeterminado. 4. En superficie se hallaron algunos materiales arqueológicos en arenisca con intensa pátina terrosa: - Bifaz muy pequeño y típico, con las aristas rectilíneas, con retoques bifaciales cubrientes en ambas caras. Es un bifaz espeso amigdaloide, encajando en la banda III de F. Bordes. Medidas: l: 90 mm, m: 48 mm, a: 39 mm, h: 40 mm, o: 24,5 mm y e: 34,5. Índices: l/a: 2,30, l/m: 1,87, m/e: 1,39, n/m x 100: 83,3 y o/n x100: 51,04.

- 3 lascas simples (2 de ellas rotas) y 3 lascas secundarias (2 rotas y 1 de aspecto fresco), de sílex. - 1 lasca simple de oligisto. - Fragmento de metate de molino plano, de sección plano convexa, muy pulida por ambas caras, de arenisca. - Canto hendido de sección plano – convexa, con una pequeña oquedad producida por percusiones en el

- Hendedor sobre lasca, con marcas férricas y melladuras recientes en un borde, del tipo VI de

)

centro de una de las caras planas, por haber sido usado como yunque, de arenisca. - Numerosos fragmentos de cerámica a torno y a torneta, algunos vidriados, destacando uno con decoración estriada. 5. Fue reconocido por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. 6. MPAC. 7. Montes Barquín (2003: 40). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 124). 250. Yacimiento de Ubiarco D 1. Ubiarco. Santillana del Mar. Z: 52 m. Yacimiento situado en una llanada, muy cerca de la actual línea costera. Tiene pocas condiciones de habitabilidad.

J.L. Rivera localizó en el sitio un hendedor sobre lasca. 6. Las piezas recuperadas por CAEAP se conservan en el MPAC. 7. Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 124). 252. Yacimiento de Los Solares 1. Vispieres. Yacimiento situado en un área llana del fondo del valle. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron en un contexto de suelo desarrollado sobre la roca madre caliza. 3. Musteriense (¿). Hábitat. Edad del Hierro. Hábitat.

2. En un corte de una pista terrera se observaron varias piezas en un suelo desarrollado sobre la roca madre caliza.

4. Proporcionó un pequeño conjunto de piezas en cuarcita, con algún útil sencillo, así como cerámicas de la Edad del Hierro y más modernas.

3. Prehistoria Indeterminada. Indeterminado.

5. Recientemente reconocido por el GAEM durante el seguimiento de las obras de la Autovía del Agua.

4. Se observaron varias piezas de cuarcita de pequeño tamaño, de aspecto fresco. 4. Fue reconocido a principios de los ochenta del pasado siglo por CAEAP

6. MPAC. 253. Yacimiento de Prao Santano

7. Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 124).

1. Vispieres. Santillana del Mar. Yacimiento situado en la parte baja de una ladera. No tiene buenas condiciones de habitabilidad.

251. Yacimiento de la Playa de Santa Justa

2. Los materiales aparecieron en un contexto de suelo sobre la roca madre caliza.

1. Ubiarco. Santillana del Mar. Z: 3 m. Yacimiento situado en una pequeña playa, en la misma línea costera. 2. Los materiales arqueológicos se hallaron entre los cantos que deposita el riachuelo de Rabio, que desemboca en la misma playa. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat / taller (en posición derivada).

3. Paleolítico Inferior. Posición derivada. 4. En el yacimiento se hallaron algunas piezas líticas características, incluyendo algún hendedor sobre lasca. 5. Recientemente reconocido por el GAEM durante el seguimiento de las obras de la Autovía del Agua.

4. Entre los cantos se hallaron algunas industrias paleolíticas, en concreto un hendedor sobre lasca y otras dos piezas que se clasifican:

6. MPAC.

- Cuchillo de dorso natural con el dorso adelgazado y con macrohuellas de uso en el filo. Ha sido fabricado sobre una lasca secundaria de cuarcita con intensa pátina de color amarillento.

1. Vispieres. Santillana del Mar. Yacimiento situado en la ladera de un monte dominante. No tiene condiciones de habitabilidad.

- Laca secundaria con el talón liso de sílex con intensa pátina lechosa.

2. Los materiales se hallaron en un contexto de suelo formado sobre sustrato calizo.

5. El yacimiento fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. Posterior

3. Paleolítico Superior (?). Taller.

254. Yacimiento de Marcela

4. Proporcionó numerosos restos de talla de sílex.

5. Recientemente reconocido por el GAEM durante el seguimiento de las obras de la Autovía del Agua. 6. MPAC. 255. Yacimiento del Alto de Pasavientos 1. Vispieres. Santillana del Mar. Situado en un rellano alto de una elevación dominante. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales se hallaron en un suelo desarrollado sobre calizas. 3. Musteriense (?). Taller. Edad del Hierro. Hábitat. 4. Proporcionó algunas industrias líticas talladas, varios fragmentos de metates de molinos y un fragmento de cerámica a mano. 5. Recientemente reconocido por el GAEM durante el seguimiento de las obras de la Autovía del Agua. 6. MPAC. 256. Yacimiento de la Mies del Castillo 1. Mijares. Santillana del Mar. Se sitúa en la parte alta de la ladera de un monte dominante. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron en un contexto de suelo formado sobre roca madre caliza. 3. Paleolítico Superior (¿). Taller. Edad Media. Hábitat. 4. Proporcionó restos de talla de sílex y algunas cerámicas a torno. 5. Recientemente reconocido por el GAEM durante el seguimiento de las obras de la Autovía del Agua. 6. MPAC. 257. Yacimiento de El Pradón I 1. Mijares. Santillana del Mar. Se sitúa en la ladera de un monte dominante. No ofrece buenas condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron en un contexto de suelo formado sobre roca madre caliza. 3. Prehistoria indeterminada. Taller. 4. Proporcionó algunos restos de talla de sílex.

5. Reconocido por el GAEM durante el seguimiento de las obras de la Autovía del Agua. 6. MPAC. 258. Yacimiento de El Pradón II 1. Mijares. Santillana del Mar. Se sitúa en la ladera de un monte dominante. No ofrece buenas condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron en un contexto de suelo formado sobre roca madre caliza. 3. Prehistoria indeterminada. Taller. 4. Proporcionó algunos restos de talla de sílex. 5. Reconocido por el GAEM durante el seguimiento de las obras de la Autovía del Agua. 6. MPAC. 259. Yacimiento de Puntanías 1. Mijares. Santillana del mar. Yacimiento situado en el fondo de un valle prelitoral. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales se hallaron en un contexto de suelo sobre la roca madre caliza. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat. 4. Proporcionó escasos restos líticos, muy patinados, en arenisca. 5. Recientemente reconocido por el GAEM durante el seguimiento de las obras de la Autovía del Agua. 6. MPAC. 260. Yacimiento de Alrededores de Altamira 1. Vispieres. Santillana del Mar. Z: 146 m. Yacimiento situado en la cima de una pequeña elevación cercana a la costa, en posición dominante. La zona presenta buenas condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecen en el horizonte B de un suelo desarrollado sobre la roca madre caliza, en una amplia extensión. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat – Taller. 4. En el estudio del yacimiento realizado por Montes Barquín y J. M. Morlote Expósito catalogaron un total de 139 piezas de las que pudieron estudiar 135. La mayoría de ellas son

R. se se de

arenisca, seguida muy de lejos por la cuarcita y hay presencia de sílex y de cuarzo. En el conjunto predominan los útiles (el 66 %) sobre los restos de talla. Son muy numerosos los hendedores sobre lasca, con 34 ejemplares (19 del tipo 0 de Tixier, 4 del I, 2 del II y 2 del III). Están bien representados los bifaces, con 10 ejemplares (2 protobifaces, 4 ficrones, 1 cordiforme, 1 micoquiense, 1 amigdaloide y 1 limace) y 3 picos triedos sobre lasca. Los útiles de la lista tipológica de F. Bordes suman 44 destacando entre los útiles sobre lasca las raederas, las escotaduras, los cuchillos de dorso y los raspadores. Además hay 6 choppers y 3 chopping- tools. Predominan ampliamente los talones lisos y corticales. El índice de facetaje es muy bajo. Los restos de talla son escasos y entre ellos dominan las lascas secundarias y están presentes las primarias. Aparecen 13 núcleos, grupo dominado por los NUPC y los irregulares; además hay percutores. 5. El yacimiento fue reconocido por H. Breuil y H. Obermaier, que lo publicaron en su monografía sobre la cueva de Altamira. Posteriormente, en 1958, fue estudiado por J. González Echegaray. Recientemente ha sido estudiado y publicado por R. Montes Barquín y J.M. Morlote Expósito. Durante la construcción del Museo de Altamira aparecieron algunos materiales. 6. MPAC y Centro de Investigación y Museo de Altamira. 7. Breuil y Obermaier (1935: 214-217). Cabrera Valdés (1994: 35, 42 y 45). García Guinea (1985: 32 y 33). González Echegaray (1958: 349-369). Montes Barquín (2003: 43-44 y 144-145). Montes Barquín y Morlote Expósito (1994: 17-35). Muñoz Fernández y Morlote Expósito (1994: 17-35). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988). San Miguel Llamosas, Bermejo Castillo y Muñoz Fernández (1984. 21, 23 y 27). 261. Yacimiento del Castro 1. Mijares. Santillana del Mar. El yacimiento está situado en una pequeña elevación muy cerca del fondo del valle. Presenta condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecen en un contexto de suelo. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat. 4. Proporcionó una importante serie de material lítico, en su mayoría en arenisca, incluyendo algunos hendedores sobre lasca.

5. Recientemente reconocido por el GAEM durante el seguimiento de las obras de la Autovía del Agua. 6. MPAC. 262. Yacimiento de La Tablía (o Suances D) 1. Suances. El yacimiento se encuentra muy cerca de la actual línea de costa, en una vaguada muy pronunciada situada enfrente de la casa denominada La Tablía, a unos metros al norte de la carretera general. 2. Yacimiento de reducida extensión, aunque no se conocen con precisión sus límites. Los materiales aparecieron en una zanja realizada para la canalización de las aguas fecales, de 2 m de profundidad por 1 m de anchura. Los materiales se hallaron a lo largo de unos veinte metros en el horizonte superior con limos pardos debajo de los cuales aparecieron arcillas de color amarillento, producidas por la descomposición de la roca madre caliza. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat. Mesolítico (Asturiense). Hábitat. 4. En el yacimiento se hallaron los siguientes materiales: - Pico asturiense con la base muy ancha, espeso y con la punta muy aguda, de silueta triangula. Tiene retoques regularizadores muy altos en ambos bordes. Es de arenisca cuarcítica de color rojizo. - Hendedor sobre lasca primaria de arenisca con intensa pátina terrosa, del tipo 0 de Tixier. Presenta retoques distales en el talón y un levantamiento directo en el borde derecho. Presenta macrohuellas de uso en el filo. - Chopper distal denticulado con numerosos levantamientos y retoques de uso en el filo de arenisca, con intensa pátina grisácea. Es de tipo 1.9 de Querol / Santonja. - Cuchillo de dorso natural sobre lasca secundaria de sílex con pátina amarillenta. Presenta un bulbo muy acusado y tiene el talón cortical. Presenta macrohuellas de uso en el filo. - Denticulado marginal directo sobre lasca de decorticado secundario con el talón suprimido de arenisca con intensa pátina blanca. - Lasca primaria de arenisca con intensa pátina terrosa. Presenta escotaduras contiguas en el extremo distal, delimitando una tosca punta a modo de bec. Presenta unas melladuras recientes en el filo y macrohuellas de uso en ambos bordes. Tiene el talón cortical y el bulbo es muy prominente. - Lámina secundaria con retoques discontinuos inversos en ambos bordes. Presenta el talón liso y tiene el bulbo muy acusado. Es de sílex y su pátina es intensa y de color amarillento.

- Lasca simple con el talón liso y el bulbo muy prominente, de sílex melado, lasca simple de fractura de sílex melado, lasca secundaria con el talón cortical de arenisca con intensa pátina pardusca, lasca secundaria con el talón cortical de arenisca con intensa pátina rojiza- similar a la del pico asturienselasca primaria con el talón suprimido de sílex con intensa pátina blancuzca, 3 cantos hendidos de arenisca muy patinados – 1 de arenisca con pátina terrosa y 2 de grano medio muy patinados, uno de ellos con roturas recientes que afectan a gran parte de su superficie – y varios cantos de arenisca. 5. Fue reconocido a principios de los ochenta del pasado siglo por CAEAP.

Prehistoria indeterminada. Hábitat ocasional. 4. En la superficie del yacimiento CAEAP recogió las siguientes industrias que se han dividido teniendo en cuenta la pátina, en un caso muy intensa y en el otro mucho menos patinada. a) Conjunto con pátina intensa - Esferoide realizado por lascados amplios y retalla regularizada, con la mitad de la pieza reservada, fabricado sobre canto de arenisca. Es del tipo A de A. Rodríguez – Asensio. - Cuchillo de dorso natural sobre lasca secundaria con el talón cortical de arenisca.

7. CAEAP (1980-1981: 28).

- 2 lascas secundarias, una con el talón liso y la otra cortical y 2 lascas secundarias de fractura, todas ellas de arenisca.

Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 33).

b) Conjunto menos patinado

Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 211).

- Lámina secundaria con el talón suprimido de sílex de buena calidad con pátina lechosa, lasca simple con el talón suprimido de sílex con pátina lechosa, 2 lascas - una con talón diedro y la otra con el talón suprimido- de sílex de buena calidad con pátina lechosa, lasca secundaria con el talón diedro de cuarcita gris y dos lascas de fractura – una de sílex de buena calidad con pátina lechosa y la otra de cuarcita gris.

6. MPAC.

Muñoz Fernández, Serna Gancedo, Malpelo García y Morlote Expósito (1992: 16, 19, 26 y 28). 263. Yacimiento de Suances B 1. Suances. Z: 36 m. Se sitúa al oeste de la Punta del Dichoso, por encima de los acantilados costeros e inmediatamente al sureste de la playa de los Locos, presentando condiciones de habitabilidad. 2. Yacimiento de reducida extensión, poco menos de un centenar de metros cuadrados, en una explanada situada por encima de los acantilados costeros. Los materiales se hallaron en una superficie erosionada. Dicha superficie fue destruida por la construcción de un chalet, donde se rebajó más de dos metros, hasta la roca madre caliza. Los materiales aparecieron en los horizontes superiores, entre limos amarillento- grisáceos. Por debajo había un horizonte C de gran potencia y con distintas textura. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat.

5. Fue reconocido a principios de los ochenta del pasado siglo por CAEAP. 6. MPAC. 7. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1980-1981: 28). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30). 264. Yacimiento de Suances A (Faro de Suances o Punta del Dichoso) 1. Punta del Dichoso. Suances. Z: 15 m. El yacimiento se sitúa en un área de acantilados, en la cima de una pequeña elevación, con condiciones de habitabilidad.

2. Yacimiento no muy extenso, situado en la parte noreste de la Punta del Dichoso en dos puntos bien diferenciados, en áreas de lenares muy erosionados y en los caminos próximos. El otro área del yacimiento es mucho más reducido y se sitúa en una superficie muy erosionada, algo deprimida, que se encuentra al noroeste del yacimiento, inmediatamente por encima de los acantilados de la cara norte de la Punta del Dichoso.

presenta macrohuellas denticuladas de uso en el filo transversal y con el bulbo conservado. Presenta retoques semiabruptos en el borde derecho y macrohuellas de uso en el izquierdo. Medidas: l: 107 mm, a: 94 mm y e: 42 mm. - Chopper distal de filo sencillo convexo, del tipo 1.2. de Querol / Santonja. Presenta rotura antigua en el filo y macrohuellas de uso. Medias: l: 131 mm, a: 85 mm y e: 60 mm.

Los materiales aparecen en un suelo poco desarrollado sobre la roca madre caliza, en áreas muy erosionadas por las aguas de escorrentía y por la acción eólica. Los materiales infero – paleolíticas se hallaron en un horizonte B con limos amarillentosgrisáceos procedentes de la descomposición de la roca madre caliza, mientras que los post-paleolíticos se hallaron entre limos grises del horizonte situado Liso

Cortical

Diedro

Facetado

- Chopper distal de filo sencillo, de tipo 1.10 de Querol / Santonja, con macrohuellas de uso en el filo. Medidas: l: 96 mm, m: 84 mm y e: 55 mm. - Chopper distal de filo sencillo, de tipo 1.1 de Querol / Santonja. - Lasca simple Levallois con el talón diedro. Convexo

Punt.

Supr.

Roto

Total

Levallois Lascas

3

-

1

-

-

-

-

-

4

Láminas

1

-

-

-

-

-

-

-

1

Total

4

-

1

-

-

-

-

-

5

No Levallois Lascas

12

17

5

-

1

1

2

2

40

Láminas

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Total

12

17

5

-

1

1

2

2

40

Total Pz

16

17

6

-

1

1

2

2

45

Fig. 4.4. Tabla de industria lítica. Facetaje. Suances A. inmediatamente por debajo del humus superficial. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat. Mesolítico (Asturiense). Hábitat (¿). 4. En la superficie de este lugar CAEAP halló numerosos materiales de arenisca con intensa pátina terrosa y/o grisácea, que se clasifican: - Conjunto A. - Bifaz parcial fabricado sobre una lasca muy ancha, únicamente tallado por una cara, del tipo 1.1. del T. Echaide. Medidas: l: 127 mm, e: 82 mm, m: 70, o: 50, a: 24, e: 42, peso: 350 gramos y contorno del útil: 230 mm. Índices: l/m: 1,54 m/e: 1,95 m/m x 1000: 85,36 y o/mx100: 60,97. - Hendedor sobre lasca primaria del tipo 0 de Tixier, cuyo eje de la lasca se corresponde con el útil y

- Lasca simple Levallois atípica con el talón liso y con macrohuellas de uso. Medidas: l: 73 mm, a: 107 mm y e: 33 mm. - Lasca Levallois apuntada, con el talón liso, con melladuras de uso en el extremo, de cuarcita de color crema. - Lámina Levallois secundaria con el talón liso. - Punta pseudo-Levallois con el talón cortical. - Raedera sencilla convexa, ligeramente denticulada, asociada a una escotadura clactoniense transversal inversa, realizada sobre lasca secundaria, con el talón liso. - Raedera doble convexa realizada sobre una lasca secundaria de sílex, con intensa pátina lechosa y con una rotura reciente.

- Perforador atípico sobre lasca con el talón diedro. - Cuchillo de dorso natural sobre lasca secundaria con el talón diedro y con macrohuellas de uso. - Cuchillo de dorso natural con el talón cortical. - Denticulado transversal inverso formado por varias escotaduras grandes sobre lasca primaria sobre roturas recientes en el borde derecho. - Denticulado transversal marginal directo sobre lasca primaria. - Denticulado transversal sobre lasca primaria con el talón cortical. - Lasca secundaria con el talón liso con una pequeña escotadura clactoniense inversa. - Lasca secundaria con el talón liso con una escotadura transversal directa. - Lasca secundaria con el talón cortical con una escotadura transversal inversa. - Útil diverso sobre lasca con el talón liso, con el extremo roto.

- 1 lasca secundaria de sílex con el dorso natural, con el talón cortical, de sílex. - 3 lascas simples de fractura (1 de sílex, 1 de cuarcita, 1 de cuarcita o arenisca de grano medio). Además de las piezas recuperadas por CAEAP en el yacimiento han aparecido otros materiales de interés, como gran bifaz lanceado con ambas caras retocadas y con las aristas rectilíneas, tiene la punta rota. Es de ofita y presenta una pátina intensa. Además recuperó algún canto tallado, uno de ellos choping tools y varias lascas. Durante las obras de urbanización del lugar se hallaron al menos dos bifaces de gran tamaño y algunas piezas de menos interés. En el MPAC se conserva un reducido lote entregado el 27 del 3 de 1998 por J.L. Pérez Sánchez formado por varias piezas de arenisca: hendedor de tipo 0, roto, lasca con levantamientos laterales inversos, núcleos irregulares, lámina, lasca y 2 fragmentos de canto. Además un chopper pequeño de cuarcita y un canto roto de cuarzo.

- Núcleo irregular sobre fragmento con varios levantamientos de lascas.

5. El yacimiento fue reconocido en 1977 por R. Menéndez García quien halló varias piezas prehistóricas entre las que destaca un gran bifaz de ofita. A principios de los años ochenta fue estudiado y publicado por CAEAP En 1998 el yacimiento fue urbanizado, trabajos que contaron con el seguimiento de P. Sarabia Rogina.

- Núcleo Levallois de lascas, sin córtex.

6. MPAC.

- Núcleo irregular grande sobre canto, con varios planos de lascado, de donde se han extraído lascas.

7. González Sainz; Muñoz Fernández y San Miguel Llamosas (1986: 228).

- Núcleo irregular con escaso córtex, con varios planos de lascado, de donde se han extraído lascas.

Montes Barquín (1993a: 27).

- Núcleo con una única extracción, de una lasca, sobre fragmento de canto.

Montes Barquín (2003: 40, 44-45 y 147).

- Dudoso esferoide del tipo B de Rodríguez Asensio, con extracciones pequeñas en el extremo distal.

Montes Barquín (1993b: 22).

- Núcleo reducido de cuarcita, con ½ de córtex y escasos levantamientos donde se han extraído lascas.

Montes Barquín y Morlote Expósito y Muñoz Fernández (2002: 185-186).

- Núcleo irregular sobre canto, donde se han extraído lascas, con melladuras recientes.

Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 33).

- 7 lascas simples, 2 con macrohuellas de uso, 3 lascas simples de fractura, 10 lascas secundarias de fractura (2 de cuarzo y 2 de sílex), 4 lascas primarias de fractura, 1 pieza inclasificable por estar muy patinada, 2 cantos rotos y 1 fragmento de canto.

Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 115 y 206).

Conjunto B

265. Yacimiento de La Jerra (o la Ajerra o La Gerra).

Todas las piezas con la excepción del pico asturiense fueron hallados en la superficie de un pequeño corte natural. La industria aparecida se clasifica: - Pico asturiense elaborado sobre un canto espeso de cuarcita, con la base muy ancha, la punta estrecha y prominente y los lados cóncavos. Presenta numerosos retoques en ambos bordes. - 1 lasca simple con el talón liso de sílex con pátina lechosa.

Muñoz Fernández y Ruiz Cobo (1993-95: 21).

Muñoz Fernández, Serna Gancedo, Malpelo García y Morlote Expósito (1992: 16, 26 y 28).

1. La Jerra. Suances. Z: 90 m.Yacimiento situado en una zona llana muy próxima a la línea costera. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales se hallaron en un camino carretero, en un contexto de suelo desarrollado sobre roca madre caliza arenosa, teniendo el suelo bastante desarrollado.

3. Paleolítico Inferior. Hábitat. 4. Proporcionó varias piezas cuya clasificación es como sigue: - Pico triedro bifacial realizado sobre una lasca primaria de arenisca. Tiene levantamientos bifaciales desde los bordes con toda la cara inferior retocada, mientras que en la superior únicamente tiene dos grandes levantamientos, uno en cada borde. - Hendedor sobre lasca del tipo 0 de Tixier, cuyo eje de la lasca está ligeramente desviado con respecto al eje del útil. Presenta levantamientos bifaciales en el borde derecho y retoques profundos directos en el borde izquierdo. - Hendedor sobre lasca del tipo II de Tixier, cuyo eje de la lasca es perpendicular al del útil. Tiene filo en tejado. Presenta retoques profundos en el borde izquierdo y bifaciales en el derecho. Ha sido fabricado sobre una lasca secundaria de arenisca. - 6 lascas de arenisca, la mayoría de ellas secundarias. - Metate de molino plano, realizado sobre un canto de arenisca, con la superficie exterior pulida.

arcillas de decalcificación formadas sobre calizas, como se aprecia en el corte de la pista inmediata. Las piezas proceden del horizonte B de estos suelos. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat 4. Se han estudiado cinco piezas procedentes de este yacimiento, aunque no se ha realizado un estudio detallado del mismo. - Hendedor sobre lasca, del tipo 0 de Tiexier (¿), fracturado transversalmente, sobre una gran lasca de arenisca compacta de grano fino, rojiza. Presenta algunas muescas de uso en el filo, ligeramente oblicuo. - Chopper de filo distal, realizado con varias extracciones perimetrales, realizado sobre un canto aplanado de arenisca compacta de grano fino. Está fracturado en un lateral de forma longitudinal. - Chopper, de filo distal y regular, sobre un canto alargado de arenisca compacta de grano fino.

En el corte del camino se hallaron 3 fragmentos de cerámica a torno o torneta, de color parduzco, pertenecientes a panzas, dos lisas y una con decoración estriada. Cerca de los mismos se hallaron el borde de una olla, un fragmento de borde con el interior vidriado y un fragmento de panza lisa.

- Núcleo irregular, con todo el perímetro utilizado, de lascas y lascas laminares, en un canto de arenisca compacta de grano fino.

5. El yacimiento fue descubierto a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. Fue estudiado por C. González Saiz y por miembros del grupo CAEAP.

5. Fue reconocido durante las labores de prospección del año 2010 dentro del proyecto de estudio de la Cuenca del Saja por el grupo CAEAP - GEIS/CR.

6. MPAC. 7. CAEAP (1980-81: 28). González Saiz, Muñoz Fernández y San Miguel Llamosas (1986: 226, 228-229). Montes Barquín (2003: 40). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 122). 266. Yacimiento de Despeñaperros 1. Despeñaperros. Suances. Z: 79 m. Se encuentra en un rellano situado por encima de una ladera que cae sobre la ría de San Martín de la Arena. Es habitable. 2. Se trata de una zona de prados separados por tapias. Las piezas aparecen dispersas en el entorno de muros desarmados. Cruzando los prados aparecen acumulaciones lineales de piedras quizás resultado del uso de la zona para plantar viñedos, entre las que también aparecen piezas. El suelo de esta zona son

- Lasca laminar secundaria de arenisca compacta de grano fino, con el talón roto.

267. Yacimiento de El Caspano 1. El Caspano. Cortiguera. Suances. Z: 141 m. Situado en la cima de una pequeña elevación próxima a la costa. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron en un contexto de suelo, en los horizontes A y B, desarrollado sobre roca caliza. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat. Calcolítico. Hábitat. 4. Proporcionó numerosos materiales líticos del Paleolítico Inferior, con hendedores sobre lasca, un pico triedro, raederas, restos de talla, etc y del Calcolítico, con algunas piezas de sílex, entre ellas un trapecio y restos de talla, destacando varios fragmentos de metates. 5. Fue descubierto en 2006 por GAEM durante el seguimiento de las obras de construcción de un depósito de aguas. 6. MPAC.

7. Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30). 268. Yacimiento del Castro de La Masera 1. Hinojedo. Z: 152 m. Yacimiento situado en la cima del monte de La Masera, de únicamente 150 m sobre el nivel del mar, muy cerca de la ría de San Martín de la Arena. Es un lugar dominante y estratégico, con buenas condiciones de uso como lugar de hábitat. 2. El yacimiento ocupa toda la cima plana del monte, de unos 450 m de eje mayor. Las laderas caen en fuertes pendientes y en la cima únicamente se conserva un terraplén aparentemente defensivo en la ladera oriental. En el extremo nororiental del emplazamiento se conservaba la estructura de una torre de planta cuadrada, denominada el Castillo del Castigo. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat. Edad del Hierro. Hábitat. Edad Media. Hábitat. 4. En el yacimiento se conocen numerosos hallazgos, algunos de ellos durante la última alteración producida por el inicio de las obras para la instalación de un aeródromo deportivo. Son muy numerosos los materiales del Paleolítico Inferior, con hendedores sobre lasca, cantos tallados, núcleos, etc. También han aparecido cerámicas a mano, generalmente lisas, si bien algunas están decoradas con líneas paralelas en disposición vertical en el cuello, con pastas oscuras a anaranjadas, groseras. En el MPAC se conserva un lote de fragmentos de cerámica mano de la Edad del Hierro y a torno y torneta medievales, recuperados por M.A. Fraile, entre los 17 y 25 cm de profundidad. Además de todos estos hallazgos CAEAP a principios de los años ochenta del pasado siglo halló algunas piezas en superficie, cuya clasificación es como sigue: - En los muros de la cabaña arruinada se recuperó un hendedor sobre lasca de arenisca con intensa pátina rojiza. La lasca se orienta como el útil y presenta el filo convexo. Ha sido realizado sobre una lasca secundaria, con únicamente córtex en el extremo distal. Presenta levantamientos bifaciales en el borde izquierdo, siendo bastante abruptos en el borde derecho que presenta pequeños retoques directos; su filo es cortante. Es del tipo 0.7 establecido por L. Benito del Rey. En un prado situado en la ladera norte, muy próximo a la cima y en una superficie arada aparecieron: - Fragmento de la parte superior de una vasija realizada a torneta con el borde ligeramente exvasado y con el labio circular, de color ladrillo.

- Fragmento de la parte superior de una vasija con el borde ligeramente vuelto y con el labio vuelto de terminación circular, realizado a torneta, de color ladrillo. - Fragmento de la parte superior de una vasija realizada a torneta, con el borde vuelto al exterior y el labio redondo de color pardo. - Fragmento de base plana con la unión a la panza convexa de color pardo, a torneta. - Fragmento de asa de cinta de una vasija a torneta de color pardo. - Fragmento de panza con una línea incisa poco marcada de color pardo. - 4 fragmentos de panza lisos de color naranja. Muy por debajo del campo anterior, muy cerca de la base del monte, en otro campo arado, se hallaron los siguientes materiales: - Fragmentos de la parte superior de una vasija con el borde exvasado y el labio engrosado plano, realizado a torneta, de color rojizo con desgrasantes de mica. - Fragmento de borde exvasado, realizado a torneta, de color naranja con desgrasantes de mica. - Fragmento de borde exvasado, realizado a torneta, de color naranja con desgrasantes de mica. - Fragmento de panza decorado con un grueso verdugón semicircular realizada a torneta de color naranja y con desgrasantes de mica. - Fragmento de panza decorada con un estriado muy fino de color pardo. - 7 fragmentos de panza (3 de color naranja con desgrasantes de mica, 2 de color rojizo con desgrasantes de mica y 2 de color pardo). 5. J. Carballo reconoció el yacimiento como castro prerromano, citándolo en un artículo de los años cincuenta del pasado siglo. Fue investigado a principios de los años ochenta por M.A. Fraile y por CAEAP. El primero hizo una primera aproximación al castro prerromano, realizando una descripción detallada del aparato defensivo, hallando cerámicas características que describió. Por su parte CAEAP señaló la torre medieval además del hallazgo de un hendedor sobre lasca y de cerámicas medievales. Hace unos pocos años ha sido parcialmente alterado por el inicio de la construcción de una pista de avionetas, desapareciendo prácticamente la torre medieval. Durante las mencionadas obras, que no llevaron control arqueológico, se descubrieron numerosos materiales del Paleolítico Inferior, cerámicas y fragmentos de molinos de la Edad del Hierro y fragmentos de cerámica medieval. 6. Lo hallado por CAEAP se conserva en el MPAC. 7. Bohigas Roldán (2011: 5).

Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1980-81: 28). Carballo (1952). Fraile López (1990: 155-156 y 631). González Echegaray (1966: 108). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 33). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988.253). Ontañón Peredo (2010: 183-186). Peralta Labrador y Muñoz Fernández (1999: 58 y 59 ) 269. Yacimiento de El Castro (o Motocross de Hinojedo) 1. El Castro. Hinojedo. Suances. Z: 61 m. El yacimiento se encuentra en un rellano de ladera, al pie de La Masera. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron en una superficie bastante amplia en un suelo desarrollado sobre la roca madre caliza, aunque pudiera haberse deslizado desde la parte alta del monte. 3. Paleolítico Inferior. Depósito derivado. Calcolítico. Depósito derivado (¿) de hábitat. Edad del Hierro. Indeterminado. Edad Media. Depósito derivado. 4. Tanto en las recogidas de superficie como en las excavaciones se hallaron numerosos restos, con algunos materiales del Paleolítico Inferior, entre ellos un hendedor sobre lasca de arenisca, una cuenta de vidrio de la Edad del Hierro, cerámicas medievales y modernas y sobre todo materiales del Calcolítico. La industria lítica del Calcolítico recuperada, según R. Ontañón Peredo, está formada por 1296 piezas, con 847 sílex (el 65,35 %), 163 cuarcitas (el 12,57%), 155 areniscas (11,65%) y 131 cuarzos (10,10%). Hay 1190 restos de talla (91,8 %), con 533 lascas, 36 láminas, 40 laminillas, 13 piezas de reavivado de núcleo, 440 fragmentos irregulares y chunks y 47 núcleos (8 prismáticos, 2 discoides, 1 de NUPC, 4 irregulares y 32 fragmentos), además de 36 cantos. Predominan los talones lisos (49,23%) seguidos por los puntiformes (23,46%), los corticales (15,38%), facetados (8,07%), diedros (2,69%), suprimidos (1,15%) y rotos (57,3%). Se han contabilizado 196 útiles ligeros y 21 pulidos – piqueteados. La mayoría son de sílex (85,25 %), aunque también aparece la arenisca 8,29%), la cuarcita (5,52 %) y el cuarzo (0,92 %). Hay 40 raspadores, de los que 20 son sobre lasca simple, 1 sobre lasca simple retocada, 5 circulares, 7

nucleiformes 2 denticulados, 2 en hombrera u hocico (1 de ellos sobreelevado), 1 de frente alterno con dos muescas laterales, 1 sobre lámina y 1 doble. Aparecen 2 perforadores (1 sobre lasca denticulada). 4 buriles: 1 simple con dos paños, 1 simple lateral con dos paños, 1 simple lateral sobre fractura en lámina y 1 nucleiforme. 16 piezas con el borde abatido (14 lascas con borde abatido, 1 lámina de borde batido y 1 lámina de borde abatido arqueado, 2 laminillas con borde abatido, 1 lámina con borde abatido y 1 de borde abatido arqueado), 2 laminillas con borde abatido (1 de ellas parcial) 23 lascas con muesca, 18 lascas denticuladas, 6 láminas con muesca (3 láminas y 3 laminillas), 3 láminas denticuladas (2 sobre lámina y 1 sobre laminilla), 12 fracturas retocadas, (5 sobre lámina, 4 sobre laminilla – una de ellas bitruncada trapezoidal con un lado convexo – y 3 sobre lasca), 5 microlitos geométricos 83 segmentos de círculo – de ellos 2 rotos -1 con retoque en doble bisel-, 1 trapecio asimétrico y 1 trapecio con dos lados cóncavos), 30 piezas astilladas, 26 piezas con retoques continuos (1 sobre laminilla), 2 piezas foliaceas apuntadas, 5 piezas con retoques cubrientes (2 puntas con pedúnculo y aletas, 2 puntas en proceso de fabricación 1 lasca con retoques plano inverso lateral), 2 diversos, 17 fragmentos de molinos y 2 yunques y 2 percutores. Además se hallaron 10 fragmentos de cerámica tosca a mano, destacando un fragmento de borde con el labio aplanado y levemente exvasado, con decoración impresa digital. - 20 lascas simples: 6 con el talón liso, 2 diedro, 1 puntiforme, 1 suprimido y 10 roto. 15 lascas secundarias: 3 de fractura, 3 con el talón cortical, 2 liso, 1 diedro, 2 facetado convexo y 4 roto. 1 lasca primaria de fractura, 3 lascas simples de borde de núcleo, con el talón roto. 1 lasca de retoque, 1 fragmento de nódulo (en rodaja) y 10 núcleos (1 globular con córtex, procedente de un riñón, 1 plano sin córtex de reducido tamaño, 4 irregulares – 2 sin córtex y 1 con córtex, procedente de nódulos y 4 fragmentos de los que 2 tienen córtex y 2 no), de sílex. - 27 lasca simples: 6 con el talón liso, 1 diedro, 3 suprimido y 17 roto. 81 lascas secundarias, 2 de dorso natural: 72 con el talón cortical, 3 liso y 6 roto, 2 lascas primarias con el talón cortical. 2 lascas simples de borde de núcleo: 1 con el talón liso y 1 roto. 2 lascas secundarias de borde de núcleo: 1 con el talón cortical y 1 roto. 4 láminas simples: 3 con el talón liso y 1 suprimido. 1 laminilla simple con el talón suprimido. 1 lasca de retoque. 1 fragmento de placa gruesa. 11 núcleos: 7 irregulares – hay uno sobre fragmento de placa, 3 con córtex y 3 sin córtex, y 4 fragmentos – 2 con córtex y 2 sin córtex-, de cuarcita. - 5 lascas simples: 2 con talón liso, 1 facetado, 1 facetado convexo y 1 roto. 35 lascas secundarias: 5 de dorso natural: 1 con doble bulbo, uno con talón cortical y la otra puntiforme, 23 con talón cortical, 2 liso, 1 suprimido y 8 roto. 3 lascas primarias: 2 de fractura y 1 de talón roto. 2 láminas secundarias: 1

con talón cortical, 3 cantos, 9 fragmentos de canto y 4 núcleos: 2 N.U.P.C y 2 irregulares, de arenisca. - 2 lascas simples: 1 de fractura y 1 con el talón roto. 1 lasca secundaria con el talón liso y 2 lascas primarias (1 con talón cortical y 1 roto), de cuarzo. - 1 núcleo, irregular, sin córtex, de cristal de roca.

ancoriforme muy patinada. En el mismo bloque hay un pentángulo y una hilera de repiqueteado, muy cerca hay al menos tres cazoletas circulares aisladas, varias líneas incisas en distintas direcciones y una hilera de siete cazoletas circulares junto a la cual se han realizado al menos otras tres cazoletas. Junto a la misma hay una hilera de tres cazoletas circulares en disposición vertical y cuatro en horizontal; la hilera vertical desemboca en una gran concavidad natural de forma semicircular con los bordes pulidos. Y hay una cazoleta aislada ovoide en disposición vertical. Además, en otro panel, se han realizado dos cazoletas rectangulares con los bordes redondeados, dispuestas a modo de escalones y un conjunto de pequeñas cazoletas superficiales de reducido tamaño dispuestas de forma aleatoria. Por último se han grabado algunas líneas finas incisas y una cruz.

5. El yacimiento fue reconocido a principios de los años noventa del pasado siglo por CAEAP que recogió numerosos materiales en superficie. Fue excavado en los años 1993 y 1994 por un equipo dirigido por R. Ontañón Peredo. 6. MPAC. 7. Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30). Muñoz Fernández y Malpelo García (1993-95: 12). Muñoz Fernández y Ruiz Cobo (1993-95: 21). Ontañón Peredo (1993: 28-29) Ontañón Peredo (1994: 133-151 ) Ontañón Peredo (1995a: 145-179). Ontañón Peredo (1995b: 81-103). Ontañón Peredo (2000: 211-213).

La Laja II sólo presenta dos cazoletas dudosas. La Laja III es la más importante del conjunto. En el primer panel hay hilera de doce cazoletas circulares unidas por canalillos en uno de los tramos entre cazoletas dobles. En el segundo panel hay una hilera vertical compuesta por dieciséis cazoletas horizontales en cuya parte superior hay una hilera horizontal con cuatro cazoletas, una de ellas grande. Entre dos de las cazoletas hay un grabado cruciforme inciso con un semicírculo en la base. Muy cerca del cruciforme hay una línea en ángulo recto con una cazoleta circular en el vértice junto a la que hay dos cazoletas.

270. Yacimiento de la Braña de Los Pastores (o Cabrojo) 1. Peña del Huevo. Cabrojo. Cabezón de la Sal. Z: 222 m. El yacimiento se sitúa en una ladera. No presenta condiciones de habitabilidad. 2. Grabados situados en afloramientos de arenisca del Weald, con tres núcleos diferenciados.

En el siguiente panel aparece un antropomorfo cuya cabeza está formado por tres pequeñas cazoletas, los brazos en cruz rematados por dos círculos, aunque junto al brazo derecho hay dos círculos y otro más debajo; el cuerpo es muy largo y tiene forma rectangular y el sexo se marco por una prolongación triangular del cuerpo. Las piernas salen del cuerpo en ángulo recto, son cortas y acaban en dos pies de forma triangular. Junto al antropomorfo hay una cruz griega con círculos en los extremos y dos cruces patadas.

3. Edad del Bronce. Arte Rupestre. 4. El yacimiento está dividido en tres conjuntos aunque el principal sea el de la Peña del Huevo. - Afloramiento situado al oeste de la carretera de Bustablado. Los grabados se encuentran en la parte superior que es plana, de un afloramiento. Con una gran cazoleta circular con un canalillo y una serie de incisiones probablemente realizados por abrasión. Junto a estos motivos se han realizado dos cruces, una patada y otra de tipo griego.

En el siguiente panel hay un podomorfo con un pequeño círculo en su interior y una línea mas fina tangencial en su extremo. Muy cerca hay un círculo y a su izquierda siete líneas verticales y paralelas de las que la central es la más larga, en grabado inciso. Cerca aparecen dos formas circulares tangentes, quizás rebajadas y remarcadas.

- Peña del Huevo Los grabados se presentan en cinco afloramientos, algunos muy grandes, con grandes frisos verticales. Los conjuntos se han publicado por Y. Diáz Casado numerados con numeración romana y de este a oeste.

La Laja IV presenta cuatro agrupamientos de pequeñas cazoletas, varias concavidades oblongas a modo de escalones, incisiones lineales y cruces.

En la Laja I hay varios motivos grabados y comienza con una cazoleta circular con un canalillo y una cazoleta circular dudosa. Muy cerca hay una figura

La Laja V incluye dos paneles. En el primero hay una doble hilera de cazoletas, la superior con tres circulares y la inferior con cuatro, una de ellas apenas

)

esbozada. En el segundo panel hay numerosas cazoletas sin disposición ordenada, aunque hacia su centro hay una concentración de 24 cazoletas. Muy cerca hay otra concentración de cazoletas, dos de ellas más profundas, prolongadas por un trazo inciso, corto y profundo. Y por último hay seis líneas fusiformes paralelas, siendo la central mayor que el resto y otras líneas incisas sueltas. - Peñas Tasugueras En esta afloración, que destaca en el entorno, no se han reseñado grabados prehistóricos seguros, aunque en unos afloramientos próximos J. Carballo localizó tres figuras en forma de “P” que interpretó como figuras humanas estilizadas. En la zona del yacimiento han aparecido algunos materiales aislados. Así, J. Carballo hallo una especie de pico asturiense, aunque sin el característico apuntamiento (un chopper de cuarcita ¿), y posteriormente se han hallado algunos restos de talla de cuarcita y/o arenisca (2 núcleos y 1 lasca) y 1 lasca simple de sílex. 5. El yacimiento fue descubierto y publicado a principios del siglo XX por J. Carballo. En la década de los años ochenta fue estudiado por miembros del Departamento de Historia de la Universidad de Cantabria. En los años noventa fue reestudiado por Y. Díaz Casado. Los materiales arqueológicos fueron localizados por CAEAP y por I. Castanedo Tapia. 6. MPAC. 7. Carballo (1921: 348-350). Carballo (1922: 141-161). Carballo (1924: 206-209, 230, 309, 319, 320, 327, 331-335, 337-345, 349, 350, 345, 357-369 y 410). Carballo (1936). Balbin Berhrmann, González Morales, Serna González y González Sainz (1983: 93-104). Balbin Berhrmann (1989: 43-45). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 167). Muñoz Fernández y Ruiz Cobo (1993-95: 21). Serna Gancedo y Castanedo Tapia (2005: 54-58). 271. Yacimiento de Casar de Periedo (o de Bustablado). 1. Casar de Periedo. Cabezón de la Sal. Yacimiento situado en la ladera suave de una pequeña elevación existente al pie del monte Barbecha. No tiene condiciones de habitabilidad, aunque se encuentra en zona dominante. 2. Los materiales arqueológicos aparecen en el horizonte B de un suelo desarrollado sobre la roca madre caliza. Se hallaron en el borde de una pista, desconociéndose la extensión del yacimiento.

3. Paleolítico Inferior. Hábitat / taller. Prehistoria reciente. Indeterminado. 4. En el mismo se recogieron algunas piezas de arenisca, dos de grano fino con intensa pátina terrosa y la otra de arenisca de grano grueso, menos patinado. - Pico triedro bifacial con marcas férricas y con el córtex en la base parcialmente erosionado químicamente. Tiene el talón espeso y cortical y la punta es de sección triangular. Presenta retoques bifaciales con las aristas muy sinuosas, siendo del tipo 7A del Querol / Santonja. Medidas: l: 121 mm (rota), m: 88 y e: 73 mm. - Lasca secundaria con el talón cortical. - Fragmento grande del metate de un molino plano – convexo, con toda la cara superior muy pulida. 5. Fue reconocido en los años ochenta por CAEAP. Recientemente GAEM ha recogido nuevos materiales durante la construcción de la Autovía del Agua. 6. MPAC. 7. Montes Barquín (2003: 40). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 31 y 33). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 136-137). Muñoz Fernández y Ruiz Cobo (1996: 21). 272. Yacimiento de Monte Barbecha II 1. La Braña. Monte Barbecha. Casar de Periedo. Cabezón de la Sal. Yacimiento situado en la cima del Monte Barbecha, en posición muy destacada. Es habitable. 2. Los materiales se hallaron en un contexto de suelo calcáreo, en un espacio no muy extenso. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat. Calcolítico (¿). Hábitat. 4. Proporcionó industrias líticas de arenisca intensamente patinadas, incluyendo algunos útiles muy característicos: varios hendedores sobre lasca (de los tipos 0, II y III de Tixier), una raedera convergente con retoques tipo de La Quina, núcleos, etc. Además aparecieron algunas piezas de sílex de aspecto fresco, incluyendo láminas y útiles sencillos. 5. Fue reconocido por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. 6. MPAC. 7. Montes Barquín (1993: 26 y 27). Montes Barquín (2003: 40).

Muñoz Fernández (2006: 30). Muñoz Fernández y Ruiz Cobo (1993-95: 21 y 22).

Muñoz Fernández, Morlote Expósito y Montes Barquín (2002: 158).

273. Yacimiento de la Tejera de Cerámicas de Navas ( o de la Tejera de Navas)

275. Yacimiento de Cabezón de la Sal

1. Las Navas. Cabezón de la Sal. Z: 158 m. Yacimiento situado en la cima de una pequeña elevación próxima al fondo del valle. No presenta condiciones de habitabilidad. 2. Pequeño yacimiento excavado por la modalidad de urgencia. Se excavaron seis metros cuadrados, apareciendo los materiales en el horizonte A de un suelo muy poco desarrollado, formado sobre arcillas plásticas. Apareció un suelo formado por bloques de caliza, arenisca y calcarenita.

1. Cabezón de la Sal. Z: 150 m. Yacimiento situado en una vaguada. El lugar ofrece buenas condiciones como espacio de hábitat. 2. Los materiales se hallaron en un contexto de suelo desarrollado sobre las arcillas del Keuper. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat. 4. Proporcionó escasas industrias de arenisca, con un pico triedro, un chopper y restos de talla.

3. Prehistoria Reciente. Indeterminado. Edad Media. Indeterminado.

5. Fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP.

4. Además de numerosos cantos, tanto enteros como rotos, se hallaron varios fragmentos de metates de molinos planos, cantos con el borde pulido, percutores, etc., además de algunas lascas de cuarcita, cerámicas a torno, hierros, etc.

6. MPAC.

5. El yacimiento fue localizado y excavado por la modalidad de urgencia por la empresa GAEM en 1996 durante la construcción de un gasoducto. 6. MPAC. 7. Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30). Muñoz Fernández, Morlote Expósito y Montes Barquín (2002: 158). VV.AA. (2010: 222). 274. Yacimiento de Navas III 1. Las Navas. Cabezón de la Sal. Z: 156 m. Yacimiento situado en la cima de una colina, en posición estratégica y dominante. Presenta buenas condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron dispersos en una superficie de unos cuarenta metros cuadrados, en el horizonte A de un suelo poco desarrollado, formado sobre las arcillas plásticas. 3. Prehistoria Reciente. Hábitat. 4. En el yacimiento las piezas aparecieron durante el transcurso de las obras de construcción de un gasoducto. Entre los restos destaca una lámina con retoques simples en ambos bordes, además de algunos fragmentos de canto de cuarcita y arenisca. 7. Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30).

7. Montes Barquín (1993: 27). Montes Barquín (2003: 40). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30). Muñoz Fernández y Ruiz Cobo (1993: 21). 276. Yacimiento de Tresilejas 1. Parroquía de Santiago. Cos. Mazcuerras. El yacimiento se sitúa en una zona llana del fondo del valle. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron en un estrato arenoso, revuelto por las tumbas medievales, situado inmediatamente por encima del nivel de cantos de la terraza, desconociéndose su extensión. Se trata de una terraza baja del Saja, a pocos metros sobre el cauce actual. 3. Prehistoria indeterminada. Hábitat (¿). 4. En las excavaciones de urgencia realizadas en 1991 en la necrópolis medieval, que afectaron a una superficie de 78 metros cuadrados, aparecieron algunas industrias líticas, tanto en el denominado nivel superficial como en el nivel I. En la misma se hallaron 16 piezas de cuarcita de aspecto fresco: 1 bec, 2 escotaduras, 1 lámina retocada, 1 lámina y 11 lascas. 5. Los materiales fueron descubiertos durante las labores de excavación de urgencia del yacimiento, en el año 1990, por parte de un equipo dirigido por R. Bohigas Roldán. 6. MPAC. 7. Bohigas Roldán (2002: 13).

Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30). 277. Yacimiento de Villanueva de La Peña 1. Villanueva de la Peña. Mazcuerras. Z: 105 m. Yacimiento situado en la vertiente derecha del Saja, en una terraza próxima al cauce del río. 2. Los materiales se hallaron en una pequeña terraza pleistocénica del río. El bifaz apareció en un corte de la cuneta, con una exposición de menos de un metro, en un nivel de limos situado inmediatamente por encima del nivel de cantos. A unos metros al oeste de donde se halló el bifaz hay un camino carretero que atraviesa la terraza donde se hallaron algunos materiales. La pista ha sido rellenada con lascas de cudonero. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat / Taller. 4. En dos puntos próximos se hallaron materiales del Paleolítico Inferior, cuya clasificación es: Bifaz parcial subtriangular plano, con la base reservada realizada sobre un canto de arenisca, con intensa pátina grisácea y con una fractura reciente en la punta. Presenta un levantamiento en el lado derecho de la cara dorsal y numerosos en el borde izquierdo y alguno aislado en el talón, en la cara ventral. Pudiera tratarse de un hendedor de filo muy oblicuo. En el camino carretero se hallaron: - Lasca secundaria con el talón facetado convexo de cuarcita negra de aspecto fresco. Presenta un bec lateral aunque cerca del extremo distal, formado por dos escotaduras y con retoques simples directos en su extremo distal. - Lasca secundaria rota por el extremo con el talón liso de cuarcita morada de aspecto fresco, con una raedera lateral convexa con una gran escotadura y con algún retoque aislado en el borde opuesto. Además aparecieron algunas piezas dudosas de arenisca de buena calidad a nuestro entender cudoneras. Así, hay una pieza retocada a modo de hendedor sobre lasca, del tipo I de Tixier, una lasca simple, grande con el talón liso con retoques marginales abruptos en un borde, etc. 5. Fue reconocida a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. 6. MPAC. 7. Montes Barquín (1993: 26). Montes Barquín (2003: 27). Muñoz y Gómez Arozamena (2006: 30 y 33). Muñoz Fernández y Ruiz Cobo (1993-95: 21). 278. Túmulo del Alto del Toral

1. Alto del Toral. Herrera de Ibio. Mazcuerras. Z: 878 m. Yacimiento situado en la cima de un alto dominante. 2. Estructura tumular de 9,15 m en sentido este – oeste por 7,6 m en el eje norte- sur. El túmulo está formado por bloques de arenisca y por tierra. En su centro se observan tres ortostatos que conforman una cámara de planta rectangular, orientada al este, de 1,65 m por 1,25 m por unos 0,70 m de altura. 3. Neolítico. Sepulcral. 4. No ha proporcionado materiales arqueológicos. 5. El yacimiento fue descubierto en el año 2006 por L. Mantecón Callejo y J. Marcos Martínez durante la elaboración de la Carta Arqueológica de Mazcuerras. 279. Yacimiento de la Sierra de Ibio 1. Sierra de Ibio. Mazcuerras. Z: 215 m. Yacimiento situado muy cerca de la cima de un monte bajo y dominante, presentando buenas condiciones como lugar de hábitat. 2. Los materiales aparecieron en una pista terrera, en el horizonte A de un suelo poco desarrollado sobre sustrato de arenisca, a lo largo de unos cien meros. Se desconoce la extensión del yacimiento. 3. Prehistoria Reciente. Hábitat. 4. En la superficie de la pista se hallaron algunos materiales de aspecto fresco: - Raspador microlítico de frente doble sobre lasca simple de sílex negro. - Lasca simple rota, con el talón roto, con retoques profundos en un borde, de cuarcita. - Lasca secundaria rota, con el talón roto, con retoques simples directos en un borde, de cuarcita. - 2 lascas simples rotas, con el talón roto, 1 lasca secundaria rota, con el talón roto y 1 lámina simple rota con el talón roto, de sílex. - 2 lascas simples con el talón liso, 4 lascas secundarias (3 con el talón cortical y 1 con el talón liso) 1 lámina simple rota con el talón roto, 2 láminas secundarias (1 con el talón puntiforme y 1 con el talón suprimido) y 4 fragmentos de canto, de cuarcita. - 2 lascas secundarias (1 con el talón cortical de color blanco y 1 rota con el talón roto), de cuarzo. - 1 lasca simple rota con el talón roto, de caliza. 5. Fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. 6. MPAC. 7. Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30). Muñoz Fernández, Montes Barquín, Morlote Expósito y San Miguel Llamosas (2002: 79).

280. Yacimiento de Monte Cildá 1. Villapresente. Reocín. Z: 288 m. El yacimiento se sitúa en la cima de una colina, en posición dominante. Presenta buenas condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecen en una superficie amplia, aunque se desconocen los límites concretos del yacimiento. Las evidencias se encuentran en un contexto de suelo poco desarrollado. 3. Calcolítico. Hábitat.

5. Ha sido reconocido recientemente por el GAEM durante las obras de seguimiento de un tramo de la Autovía del Agua. 6. MPAC. 282. Yacimiento de Peñalba II 1. Cerrazo. Reocín. Yacimiento situado en una ladera poco acusada. Tiene condiciones de hábitat. 3. El material aparece en un contexto de suelo poco desarrollado.

4. En la pista de motocross CAEAP realizó dos recogidas de superficie y los materiales obtenidos fueron catalogados por R. Ontañón Peredo. Se recuperaron 265 piezas, la mayoría de cuarcita y arenisca (75,09 %), sílex (21,88 %) y cuarzo (3,01%). Proporcionó 232 restos de talla de sílex, 22 núcleos y 15 útiles. La mayor parte de las piezas son lascas (173) frente a las láminas. Predominan los talones corticales (33,52%), seguido de los lisos (16,76 %), diedros (1,73%), facetados (1,15%), puntiformes (2,89 %) y rotos (43,93%).

4. Ha proporcionado algunas piezas incluyendo dos hendedores sobre lasca.

Los útiles son escasos, pues sólo se han clasificado 15 piezas. Los raspadores suponen el 12,50% del total, las escotaduras el 18,75%, los denticulados sobre lasca el 21,50%, las piezas astilladas el 31,25 % y las piezas con retoques continuos el 25%. Además aparece un chopper, percutores y fragmentos de metates de molinos planos.

1. Cerrozo. Reocín. Se localiza al pie de una ladera, quizás en posición derivada. El lugar no ofrece buenas condiciones de uso como espacio de hábitat.

5. El yacimiento fue reconocido por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. Este grupo realizó una recogida de urgencia en la pista de motocross. Las piezas fueron estudiadas por R. Ontañón Peredo. 6. MPAC.

6. MPAC. 283. Yacimiento de Llanda

2. Los materiales aparecieron bastante dispersas en un suelo desarrollado sobre sustrato calizo. 3. Paleolítico Inferior. Posición derivada. 4. Proporcionó algunas piezas grandes de arenisca. 5. Fue descubierto recientemente por el GAEM durante la construcción de un tramo de la Autovía del Agua.

284. Yacimiento de Ladrea

281. Yacimiento de Peñalba I 1. Cerrazo. Reocín. Situado en la cima de una pequeña elevación. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron dispersos en una superficie bastante grande. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat. materiales,

5. Ha sido reconocido recientemente durante las labores de seguimiento de un tramo de la Autovía del Agua por parte del GAEM.

6. MPAC.

7. Ontañón Peredo (1993: 28-29). Ontañón Peredo (1996: 13-51).

4. Proporcionó algunos hendedores sobre lasca.

líticas,

incluyendo

1. Cerrazo. Reocín. Se sitúa en una ladera, quizás en posición derivada. No tiene condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron bastante dispersos, en un suelo desarrollado sobre sustrato calcáreo. 3. Paleolítico Inferior. Posición derivada. 4. Proporcionó algunas piezas muy patinadas de arenisca. 5. Ha sido reconocido por GAEM durante las labores de seguimiento de un tramo de la Autovía del Agua.

6. MPAC.

Muñoz Fernández y Ruiz Cobo (1996: 21). Pérez Sánchez (1989: 31-40).

285. Yacimiento de Los Pandos 1. Cerrazo. Reocín. El yacimiento se sitúa en la ladera poco acusada de una pequeña elevación. No tiene condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron dispersos en un suelo desarrollado sobre sustrato calizo.

287. Yacimiento de Villapresente II 1. Villapresente. Reocín. Z: 46 m. El yacimiento se sitúa en el fondo del valle, en un sector, casi llano, en la margen izquierda del río Saja. Ofrece buenas condiciones de habitabilidad.

3. Paleolítico Inferior. Posición derivada.

2. Los materiales aparecieron de forma aislada, en un suelo con los restos de una terraza desmantelada.

4. Proporcionó piezas muy patinadas de arenisca.

3. Paleolítico Inferior. Hábitat.

5. Ha sido reconocido por GAEM durante las labores de seguimiento de un tramo de la Autovía del Agua.

4. El yacimiento proporcionó un núcleo y dos lascas de arenisca de gran tamaño, intensamente patinadas.

6. MPAC.

5. La estación fue reconocida por un miembro del grupo CAEAP y por J.L. Pérez Sánchez, durante la construcción de un gasoducto en 1987. 6. MPAC.

286. Yacimiento Villapresente A)

de

Villapresente

I

(o

1. Villapresente. Reocín. Z: 79 m. Pequeño yacimiento situado en la parte alta de una pequeña elevación, muy dominante sobre el valle del Saja. 2. Los materiales aparecen englobados en una antigua terraza del Saja, entre los cantos rodados. Aparecieron, a lo largo de una canalización, mediando unos veinte metros entre los hallazgos. La terraza presentaba numerosos cantos, generalmente de arenisca.

7. Iglesias Gil y Pérez Sánchez (2002: 7). Pérez Sánchez (1989). 288. Yacimiento de Villapresente III 1. Villapresente. Reocín. Z: 42 m. Yacimiento situado en la margen izquierda del río Saja. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecían en el corte de la carretera, en un contexto de suelo.

3. Paleolítico Inferior. Hábitat / Taller.

3. Prehistoria indeterminada. Hábitat.

4. Entre los cantos de la terraza aparecieron tres piezas de arenisca muy bien conservadas:

4. En el corte se observaron algunas lascas de cuarcita de aspecto fresco.

- Raedera bifacial sobre lasca primaria con el talón cortical e arenisca de aspecto fresco, de color grisáceo. Presenta amplios retoques bifaciales.

5. Fue reconocido a comienzos de los años ochenta por CAEAP.

- Núcleo irregular con ½ de córtex, procedente de un canto de arenisca, con intensa pátina terrosa, con varios planos de fractura, donde se han extraído lascas. - Núcleo irregular de arenisca con escasa pátina grisácea, con 1/3 del córtex, procedente de un canto, con extracciones de lascas en el extremo del canto. 5. El yacimiento fue reconocido por CAEAP durante las obras de apertura de un gasoducto en 1987. El seguimiento arqueológico fue realizado por J.L. Pérez Sánchez. 7. Iglesias Gil y Pérez Sánchez (2002: 7). Montes Barquín (2003: 40). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30).

289. Yacimiento de El Cristo 1. El Cristo. Villapresente. Reocín. Yacimiento situado en una vaguada, en suave pendiente sobre el margen izquierdo del Saja. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron en una reducida extensión en un contexto de suelo formado sobre la roma madre caliza. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat. 4. Proporcionó industrias de arenisca, incluyendo hendedores sobre lasca.

5. Fue descubierto en 2006-2007 por el GAEM durante las obras de seguimiento de una obra pública. 290. Yacimiento de la Ermita de San Roque (o de la Campa de San Roque) 1. Caranceja. Reocín. El yacimiento se encuentra en la cima de una pequeña elevación, en posición dominante. Tiene buenas condiciones de uso como lugar de hábitat. 2. Los materiales aparecieron de forma dispersa, en la plantación de unos árboles, en un suelo poco desarrollado. 3. Neolítico / Calcolítico (¿). Hábitat. 4. Se observaron algunos restos de talla de sílex, incluyendo una lámina, además de alguna pieza de cuarcita (2 lascas y 1 fragmento de canto). Las piezas están frescas. 5. El yacimiento fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. 7. Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30). Muñoz Fernández, Montes Barquín, Morlote Expósito y San Miguel Llamosas (2002: 79). 291. Yacimiento del PK 42.840 1. Caranceja. Reocín. Yacimiento situado en la cima de una colina dominante que presenta buenas condiciones de habitabilidad. 2. En una zona de la cima de una colina aparecieron algunas piezas líticas dispersas en una superficie no muy amplia, en un contexto de suelo desarrollado sobre la roca madre arenisca, de escaso desarrollo. 3. Prehistoria Indeterminada. Hábitat (¿). 4. Proporcionó únicamente 4 restos de talla de aspecto fresco. En concreto, 1 lasca secundaria de fractura, 1 lasca primaria rota con el talón roto y 2 fragmentos de canto, uno de los cuales tiene una única extracción.

292. Yacimiento de La Peñona de Caranceja I-IV 1. Peñona de Caranceja. Caranceja. Reocín. Yacimientos extensos situados en una ladera pronunciada y en una zona deprimida situada entre dos cumbres, en la parte alta de La Peñona. No presenta condiciones de habitabilidad. 2. Las áreas I y II se sitúan en una ladera pronunciada, apareciendo los materiales en un contexto de suelo desarrollado sobre la roca madre caliza, mientras que las áreas III y IV se encuentran en una cima la primera y en una zona deprimida entre dos cumbres la segunda, en la que se conservan los restos de una terraza pleistocénica. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat. Calcolítico. Hábitat. 4. Proporcionó además de materiales medievales, algunas piezas líticas, a pesar de que los sondeos practicados únicamente proporcionaron materiales medievales. En el área I apareció un hendedor sobre lasca del tipo 0 de Tixier, de arenisca, una lasca simple de borde de núcleo de sílex con el talón facetado convexo, que presenta retoques mínimos en el borde transversal, etc. 5. Fue reconocido por el GAEM durante la realización de la Autopista del Cantábrico. Este equipo realizó además varios sondeos arqueológicos en el lugar. 6. MPAC. 7. Muñoz Fernández, Montes Barquín, Morlote Expósito y San Miguel Llamosas (2002: 123, 131 y 132-136). 293. Yacimiento de La Peñona de Caranceja V- XI 1. Peñona de Caranceja. Reocín. Z: 166 m. Yacimientos muy extensos situados en la cima dominante de una pequeña elevación que está en la margen derecha del Saja. Presenta condiciones de habitabilidad.

7. Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30).

2. Yacimientos de gran extensión distribuidos en torno a una cima muy dominante, denominada zona V, que es, con mucho, el área más rica del complejo de yacimientos. Los materiales aparecen en posición primaria en un contexto de suelo desarrollado sobre la roca madre caliza. Por debajo del humus superficial aparece el horizonte A, con industrias calcolíticas, superpuesto al horizonte B, donde se hallaron los materiales arqueológicos inferopaleolíticos y el C, que recubre la roca madre caliza.

Muñoz Fernández, Montes Barquín, Morlote Expósito y San Miguel Llamosas (2002: 139).

3. Paleolítico Inferior. Hábitat. Neolítico- Calcolítico. Hábitat.

5. Fue reconocido por el GAEM durante la realización de la Autopista del Cantábrico en el año 1995. 6. MPAC.

4. En el yacimiento se practicaron varios sondeos, aunque la mayor parte de los materiales aparecieron durante la realización de las obras. Se hallaron más de centenar y medio de piezas inferopaleolíticas con gran número de útiles, de arenisca y de cuarcita. Son muy abundantes los hendedores sobre lasca, la mayoría del tipo 0, aunque aparecen también otros tipos, destacando uno del tipo VI, sobre lasca Kombewa. Hay un pico triedro y varios choppers. La industria sobre lasca está dominada por las raederas, de tipos muy diversos, los denticulados, las escotaduras en extremo, etc. Los resto de talla son numerosos, habiendo presencia de piezas Levallois (1,16) y el índice de laminaridad es bajo (4,65). El índice de facetaje también reducido, tanto el estricto (8,21) como el amplio (10,95). Los materiales de la Prehistoria Reciente son mucho más escasos, habiendo aparecido únicamente algunas piezas aisladas, todas ellas procedentes del área V, y sólo uno en el área XI. Se hallaron un denticulado marginal, una pieza con escotadura y un buril sobre truncatura, 2 fragmentos de metates y 1 mano de molino plano, 2 lascas simples y 2 lascas simples de borde de núcleo. 5. Fue descubierto y estudiado por GAEM durante la realización de la Autopista del Cantábrico, realizado además varios sondeos arqueológicos. 6. MPAC. 7. Molino Merino, Muñoz Fernández y Serna Gancedo (1993-95: 17-18). Montes Barquín (1993: 23 y 27). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30). Muñoz Fernández, Montes Barquín, Morlote Expósito y San Miguel Llamosas (2002: 123, 124, y 130-136). Muñoz Fernández y Ruiz Cobo (1993-95: 22). 294. Yacimiento del Prado de la Cruz 1. Prado de la Cruz. Caranceja. Reocín. Yacimiento situado en la cima de una pequeña elevación muy dominante, en la margen derecha del Saja. Presenta buenas condiciones de habitabilidad. 2. Yacimiento de reducida extensión situado en un área de lenares calizos que colindaba con un área con substrato de arenisca. Fue excavado por la modalidad de urgencia. Los materiales aparecieron en la zona de contacto entre los horizontes A y B, en posición primaria. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat (¿). Neolítico – Calcolítico. Hábitat.

4. Se excavaron 12 metros cuadrados, habiendo proporcionado una colección muy limitada: - Fragmento de raspador sobre lasca simple de cuarcita. - Fragmento de raspador carenado sobre lasca secundaria, con el talón cortical, de cuarcita. - 2 fragmentos de metates de molinos barquiformes sobre cantos de arenisca, con pulimento por la cara superior. - Mano de molino barquiforme sobre canto de arenisca, pulido por una cara. - Canto de arenisca roto con un extremo pulido. - Fragmento de canto de arenisca con posibles huellas de pulimento. - Canto de arenisca con dudosas huellas de percusión en un extremo, quizás por haber sido usado como percutor. - 4 lascas simples (2 rotas) y 2 lascas simples de fractura, de sílex. - 7 lascas simples (6 rotas), 4 lascas secundarias, 1 lasca primaria rota, 1 lasca primaria de fractura, 1 lasca simple de borde de núcleo rota, 1 lámina secundaria, 1 núcleo irregular sobre fragmento de canto, 2 fragmentos de canto, 3 cantitos y 2 cantitos rotos de cuarcita. - 1 lasca simple rota, 2 lascas secundarias rotas, 2 lascas primarias (una rota), 1 lasca simple de borde de núcleo rota, 1 lamina simple rota, 1 canto roto con una extracción, 2 cantos, 1 canto roto, 37 fragmentos de canto, 3 cantitos, 1 cantito roto, 4 fragmentos de cantito y 1 fragmento irregular sin córtex, de arenisca. - Lasca simple de fractura, de cristal de roca. - Fragmento de cantito y fragmento irregular, de cuarzo. - Fragmento irregular de marga. Facetaje y talones. 22 lascas (5 con el talón liso, 4 cortical, 1 puntiforme, 1 suprimido y 11 roto), 3 láminas (1 cortical y 2 roto). - 4 fragmentos de panza de cerámica a mano con las pastas groseras, no muy gruesas. 1 de color pardo – grisáceo con desgrasantes de mica, 1 de color naranja con desgrasantes de cuarzo y mica, 1 de color naranja con desgrasantes de mica y 1 de color negruzco en el exterior pardo – rojizo con desgrasantes gruesos de cuarzo. - 8 fragmentos minúsculos indeterminados de cerámica a mano con las pastas groseras, no muy gruesas. 4 de ellos de color pardo – negruzco bastante gruesos y con desgrasantes grandes de cuarzo, 3 fragmentos de color negruzco y engobe grueso de color ocre por el exterior con desgrasantes escasos de cuarzo y 1 fragmento de color grisáceo con engobe por ambas caras de color ocre con desgrasantes gruesos de cuarzo. - Hendedor de tipo 0 de Tixier con el filo oblicuo y con retoques bifaciales profundos en el borde

derecho. Realizado sobre una lasca primaria de arenisca con intensa pátina terrosa. - Fragmento de canto de arenisca con alguna extracción dispersa con intensa pátina terrosa. 5. El yacimiento fue descubierto por el GAEM en el año 1995 durante las labores de seguimiento de las obras de construcción de la Autovía del Cantábrico. Este mismo equipo excavó por la vía de urgencia el yacimiento, realizó su estudio y lo publicó. Una parte importante del mismo desapareció durante la construcción de la obra. 6. MPAC. 7. Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30). Muñoz Fernández, Montes Barquín, Morlote Expósito y San Miguel Llamosas (2002: 134-138). 295. Yacimiento de Vinueva 1. Vinueva. Quijas. Reocín. Z: 95 m. Yacimiento situado en la ladera de una pequeña elevación. No tiene condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecen de forma dispersa en una superficie bastante amplia. Se desconocen los límites del yacimiento, aunque es muy probable que en la cima de la elevación se encuentre la parte más importante del mismo. Los materiales aparecen englobados en un suelo desarrollado sobre lenares calizos. Por debajo del humus superficial aparece un horizonte A, superpuesto al horizonte B, en el cual se encuentran los materiales prehistóricos. Por debajo se encuentra el horizonte C. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat. 4. Durante las obras de construcción de la Autovía del Cantábrico, el GAEM recogió numerosas piezas líticas, a saber: - Raspador típico carenado de arenisca, cuchillo de dorso natural de cuarcita, chopper de arenisca, pico triedro sobre lasca de arenisca, 9 hendedores sobre lasca (6 del tipo 0 de Tixier – 4 de cuarcita y 2 de arenisca – 2 del tipo II de Tixier – 1 de cuarcita y 1 de arenisca- y 1 reutilizado del tipo 0 de Tixier, de arenisca). Canto roto de arenisca usado como yunque y un canto de arenisca usado como percutor. - Núcleo irregular y un canto de cuarcita. - 2 Lascas secundarias, 1 lasca primaria, 1 lasca secundaria de borde de núcleo, 3 núcleos (2 irregulares y 1 NUPC), de arenisca.

No hay elementos laminares ni Levallois. Las lascas presentan los siguientes talones: 4 cortical, 1 suprimido y 1 recto. 5. El yacimiento fue reconocido por el GAEM durante las obras de seguimiento de la autovía del Cantábrico en los años 1995 y 1996. 6. MPAC. 7. Montes Barquín (2003: 40). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30). Muñoz Fernández, Montes Barquín, Morlote Expósito y San Miguel Llamosas (2002: 127-130). 296. Yacimiento de La Helguera 1. Helguera. Reocín. Z: 70 m. Yacimiento situado en la cima de una pequeña elevación de la margen derecha del Saja, en contexto de suelo. Presenta condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron en un contexto de terraza fluvial, la T3 del Saja, a + 35 m sobre el cauce actual. El nivel fértil es un espeso depósito de limos muy finos sobre el nivel de cantos de la terraza. Es de reducida extensión. El yacimiento desapareció con la construcción de la Autovía del Cantábrico. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat- Taller. 4. En el yacimiento se practicaron dos sondeos de un metro cuadrado cada uno que resultaron estériles. En el mismo han aparecido 4 piezas, 3 de arenisca (1 hendedor sobre lasca del tipo 0 de Tixier, 1 denticulado y 1 lasca secundaria) y uno de cuarcita (1 lasca simple). 5. Fue reconocido e investigado durante las labores previas de construcción de la Autovía del Cantábrico por el GAEM, en los años noventa del pasado siglo. 6. MPAC. 7. Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30). Muñoz Fernández, Montes Barquín, Morlote Expósito y San Miguel Llamosas (2002: 127). Muñoz Fernández y Ruiz Cobo (1993-95: 21). 297. Yacimiento de La Veguilla I 1. La Veguilla. Reocín. Z: 55 m. Yacimiento situado en una terraza pleistocénica de la margen derecha del río Saja. Es lugar es habitable. 2. Los materiales han aparecido en un contexto de terraza fluvial, en concreto en la T3 del Saja, situado a 35 m sobre el cauce actual. El nivel fértil es un espeso depósito de limos muy finos, prensados y de

gran dureza, situado a más de un metro de profundidad, recubriendo el nivel de cantos de arenisca de la propia terraza. Por encima del nivel fértil aparecen limos y una gran capa de humus. Los materiales aparecieron en una superficie bastante amplia. 3. Paleolítico Inferior. Hábitat – Taller. 4. En el yacimiento se practicaron tres sondeos arqueológicos de lo que sólo uno resultó fértil, proporcionando piezas líticas. En el yacimiento se han hallado numerosas piezas, en concreto 78, entre las que predominan las de arenisca (67,94%), seguidas de las cuarcitas (16,66), el sílex (12,82%) y el cuarzo (2,56%). Los útiles son abundantes, con 8 hendedores sobre lasca (2 del tipo 0 de Tixier, 3 del tipo 0.7, 2 del tipo II y 1 con el filo reutilizado), 1 chopper, 2 raederas sencillas convexas, 1 raspador, 1 cuchillo de dorso atípico, 1 cuchillo de dorso natural, 4 piezas con escotadura, 1 denticulado, 2 escotaduras en extremo y 5 lascas retocadas. Entre los restos de talla predominan las lascas (dominan las secundarias sobre las simples y las primarias, estando presentes las Kombewa) y son relativamente numerosos los núcleos, entre los que dominan los discoides. Presenta unos índices de laminaridad y de facetaje muy bajos y no hay presencia de productos Levallois. 5. Fue reconocido durante las labores de prospección previas a la construcción de la Autovía del Cantábrico, a principios de los años noventa del pasado siglo por la empresa GAEM. 6. MPAC. 7. Muñoz Fernández, Montes Barquín, Morlote Expósito y San Miguel Llamosas (2002: 124 y 127). 297. Yacimiento de La Veguilla II 1. La Veguilla. Reocín. Estación situada en una zona llana, en la margen derecha del Saja. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecen en el horizonte B de un suelo desarrollado sobre la roca madre caliza.

299. Túmulo de Braña de la Haya 1. Braña de la Haya. Cabuérniga. Z: 777 m. Se sitúa en la cima de una colina, en un lugar destacado. 2. Pequeño túmulo muy arrasado compuesto por tierra y bloques de arenisca. Mide 6,9 m de eje nortesur y 6,2 m de este – oeste. Presenta un importante pozo de violación de casi dos metros diámetro. 3. Neolítico. Sepulcral. 4. Fue reconocido de forma casual por M.R. González Morales en 1999. 7. Cisneros Cunchillos y González Morales (2000: 321). 300. Túmulo de la Braña del Pozo 1. Braña del Pozo. Selores. Cabuérniga. Z: 795 m. Está asentado sobre un resalte natural. 2. Estructura tumular muy arrasada compuesta por tierra y por bloques de arenisca. Mide 11,4 m de diámetro en sentido norte- sur y 11 en sentido este – oeste, y levanta aproximadamente un metro. Presenta sendos pozos de violación donde se observan dos lajas hincadas de arenisca del propio dólmen. En la periferia del mismo hay otro gran bloque caído. 3. Neolítico. Sepulcral. 4. No ha proporcionado materiales arqueológicos. 5. Fue reconocido a finales de los años noventa durante las prospecciones efectuadas por M. Cisneros Cunchillos y Gonzáles Morales. 7. Cisneros Cunchillos y González Morales (2000: 321). 301. Túmulo de Sanguillo 1 1. Braña de Saguillo. Correpoco. Los Tojos. Z: 844 m. Se sitúa en la cima de una colina, en posición dominante. 2. Estructura tumular constituida a base de tierra y piedras, de 6,90 m de diámetro. Presenta un gran pozo de violación de forma ovalada de 3,35 en el eje norte – sur por 1,60 m en el este – oeste. 3. Neolítico. Sepulcral.

3. Paleolítico Inferior. Hábitat.

4. No ha proporcionado materiales arqueológicos.

4. Proporcionó piezas de arenisca intensamente patinadas, incluyendo varios hendedores sobre lasca.

5. Fue reconocido a finales de los años noventa del pasado siglo por un equipo de la Universidad de Cantabria, dirigido por M. Cisneros Cunchillos y M.R. González Morales.

5. El yacimiento fue localizado a comienzos de los años ochenta por CAEAP. 6. MPAC. 7. Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30).

7. Cisneros Cunchillos y González Morales (2000: 321). 302. Túmulo de Sanguillo 2

Braña de Sanguillo. Correpoco. Los Tojos. Z: 845 m. Se encuentra muy cerca del anterior, en la misma posición topográfica.

2. Estructura tumular formada por bloques de arenisca y tierra de 17,30 m de diámetro en el eje norte – sur y de 12,10 m en el eje este – oeste levantando sólo 0,40 m. Está muy mal conservado, con un amplio pozo de violación.

2. Estructura tumular de planta circular, de 8,4 m de diámetro norte- sur por 8,30 m en sentido este- oeste y 0,6 m de altura. Está formada por bloques de arenisca y por tierra y presenta un pozo de violación de 3,75 m de eje norte sur y de 1,90 m en el eje este – oeste. Afloran dos grandes bloques de la cámara sepulcral.

3. Neolítico. Sepulcral. 4. No ha proporcionado evidencias arqueológicas. 5. Fue reconocido en 2007 por miembros de la Universidad de Cantabria.

3. Neolítico. Sepulcral.

4.3. Yacimientos prehistóricos dudosos

4. No ha proporcionado materiales arqueológicos.

306. Yacimiento de las dunas de Oyambre- La Rabia

5. Fue reconocido a finales de los años noventa del pasado siglo por un equipo de la Universidad de Cantabria, dirigido por M. Cisneros Cunchillos y M.R. González Morales.

1. Marisma de Zapero. El Tejo. Valdáliga. Z: 5 m. Yacimiento situado en una playa que hay junto a una marisma. Tiene buenas condiciones de habitabilidad.

7. Cisneros Cunchillos y González Morales (2000: 321).

El yacimiento se sitúa en la parte baja de una gran duna, observándose los materiales a lo largo de todo el corte de la misma, de unos 8 m de longitud. El nivel presenta un espesor de entre 0,80 y 0,10 m, en forma de cubeta, que buza ligeramente. Por encima y por debajo hay lechos de arena.

303. Túmulo de Los Culeros 1. Los Culeros. Mancomunidad CampooCabuérniga. El yacimiento se sitúa en la cima de una colina, en posición dominante. 2. Estructura tumular formada por bloques de arenisca y por tierra, con 12,8 m de eje este – oeste por 10,6 m de norte- sur, levantando 0, 7 m. Presenta un cráter central donde se observa una laja de arenisca muy inclinada de la cámara sepulcral.

3. Prehistoria Reciente o Histórico indeterminado. Hábitat. 4. En el corte se observaron cantos rodados quemados, carbones vegetales y una treintena de conchas de Mytilus galloprovincialis de gran tamaño, 2 Ostrea edulis, 1 Venerupis decussata y 1 Phorcus lineatus.

3. Neolítico. Sepulcral. 4. El yacimiento fue descubierto en 1992 por miembros del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Cantabria, por indicación de C. Pérez Suarez.

5. Fue descubierto por D. Eduardo Gutiérrez Caballero que lo comunicó al Servicio de Patrimonio Cultural de la Consejería de Cultura. Este organismo encargó su estudio y valoración a L. Mantecón Callejo. 7. Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 32 y 34).

7. Arias Cabal, Pérez Suarez y Teira Mayolini (1995). 304. Túmulo de Rumaceo 1 1. Rumaceo. Mancomunidad Campóo – Cabuérniga. El yacimiento se sitúa en la cima de una colina, en posición dominante. 2. Estructura tumular formada por bloques de arenisca y tierra de 10,60 m de diámetro en el eje este- oeste y de 10 m en el eje norte – sur de 0,50 m de altura.

307. Túmulo de Montealegre

3. Neolítico. Sepulcral.

2. Estructura tumular de forma circular de 12,2 m de diámetro por 0,95 m de altura que presenta un pozo de saqueo muy amplio en su centro. Está cubierto por pastizales.

1. Montealegre. Santillana del Mar. Z: 180 m El túmulo se encuentra en una elevación poco destacada sobre la rasa litoral.

4. No ha proporcionado evidencias arqueológicas. 5. Yacimiento reconocido en 2007 por miembros de la Universidad de Cantabria.

3. Neolítico (¿). Sepulcral (¿).

305. Túmulo de Rumaceo 2

4. El yacimiento no ha proporcionado evidencias industriales. Es posible que se trate de los cimientos de una torre medieval.

1. Rumaceo. Mancomunidad Campóo – Cabuérniga. El yacimiento se sitúa en la cima de una colina, en posición dominante.

5. Fue reconocido en 1992 por L. Teira Mayolini.

)

6. Teira Mayolini (1994: 228). 308. Castro del Castío (o Castillo de Vispieres) 1. Castío. Vispieres. Santillana del mar. Se sitúa en la cima de un monte muy destacado, en posición dominante y estratégica, donde también se encuentra una torre bajo – medieval. El lugar tiene condiciones de habitabilidad.

5. Fue reconocido en los años noventa por D. Reigadas y catalogado por L. Teira Mayolini. 7. Teira Mayolini (1994: 227). 4.4. Hallazgos prehistóricos aislados 311. Hallazgo de La Acebosa I

2. La cima del monte es llana. En un rellano de la ladera sur han aparecido algunos materiales arqueológicos característico, aunque en el monte no se observan estructuras artificiales.

La Acebosa. San Vicente de la Barquera. Núcleo de cuarcita hallado en un tramo de la Autovía del Agua por el GAEM.

3. Edad del Hierro. Hábitat.

312. Hallazgo de La Acebosa II

4. En un rellano en la parte alta de la ladera sur se han hallado varios fragmentos de metates de molinos barquiformes de arenisca y un fragmento de borde de cerámica a mano.

La Acebosa. San Vicente de la Barquera. Núcleo de cuarcita hallado en un tramo de la Autovía del Agua por el GAEM.

5. Los materiales han sido hallados recientemente por GAEM durante las labores de seguimiento de un tramo de la Autovía del Agua. Ha sido considerado un castro pre-romano por J. González Echegaray, sin una argumentación clara.

313. Hallazgo de los alrededores de Abaño

7. González Echegaray (1966: 108). VV.AA. (2010: 223).

Abaño. San Vicente de la Barquera. En este punto se hallaron 3 piezas líticas (1 fragmento proximal de un posible hendedor sobre lasca de arenisca, un cuchillo de dorso natural roto de cuarcita y una lasca rota de cuarcita. Se localizaron durante el seguimiento de las obras de construcción de la Autovía del Cantábrico por parte de P. Rasines del Río y J. Marcos Martínez.

309. Túmulo de la Braña de Los Pastores

- Marcos Martínez y Rasines del Río (2002: 333).

1. Cabrojo. Cabezón de La Sal. Se encuentra en la cima de una pequeña elevación, muy cerca y por encima de la Braña de los Pastores.

314. Hallazgo junto al Lazareto de Abaño

6. MPAC.

2. Posible estructura megalítica de planta circular, ligeramente ovalada, de unos 7 m de diámetro que levanta menos de 1 metro de altura. Está afectado por una plantación de eucaliptos. 3. Neolítico (¿). Sepulcral (¿). 4. No ha proporcionado materiales arqueológicos. 5. Fue reconocido CAEAP a comienzos de los años ochenta. 310. Túmulo de La Glorieta Casar de Periedo. Cabezón de la Sal. Z: 85 m. Se encuentra en el fondo del valle. 2. Posible estructura megalítica de unos 6 m de diámetro y más de 1,5 m de altura. Extraña su ubicación en el fondo del valle fluvial. 3. Neolítico (¿). Sepulcral (¿). 4. No ha proporcionado materiales arqueológicos.

Abaño. San Vicente de la Barquera. Durante la construcción de un tramo de la Autovía del Agua, el GAEM halló una lámina secundaria de borde de núcleo y un núcleo sobre canto de cuarcita. 315. Hallazgo del Puente de la Maza San Vicente de la Barquera. De este lugar procede un hacha plana de cobre o bronce. Presenta una contera ancha y recta, tiene los bordes rectos, que se abren en el tercio distal. El filo es arqueado y el bisel está bien marcado en uno de sus lados. Su perfil es periforme y la sección trapezoidal, con aristas bien señaladas. Se clasifica en el tipo Bujoes. Medidas= l: 158 mm, a: 71,55 y e: 12,3 mm. Peso: 622 gramos. Se conserva en MPAC. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1987: 92 y 152). Jorge Aragoneses (1953: 252-253). 316. Hallazgo de Debajo de la Ría de San Vicente San Vicente de la Barquera. En este punto CAEAP halló un núcleo de tipo N.U.P.C. de cuarcita gris, de 121 x 83 x 43 mm.

317. Yacimiento del Corte de la Playa de Merón (o Hallazgo de Merón II) La Braña, Rupuente. San Vicente de La Barquera. En un corte natural situado junto a la playa de Merón, al borde de la carretera que lo circunda, CAEAP halló dos piezas de cuarcita, conservadas en el MPAC: Chopper distal de filo sencillo recto del tipo 1.3 de Querol /Santonja, de 44 x 37 x 22 mm, y lasca simple con el talón convexo con un denticulado lateral directo, de 37 x 35 x 9 mm. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1987: 90, 92 y 154). 318. Hallazgo de Merón I Playa de Merón. Rupuente. San Vicente de La Barquera. Entre los cantos situados al noreste de la playa de Merón CAEAP halló un hendedor sobre lasca del tipo 0 de Tixier, del subtipo 0.7 de L. Benito del Rey, cuyo eje de la lasca se corresponde con el del útil, siendo asimétrico. Ha sido realizado sobre una lasca secundaria con retoques simples directos en los bordes y bifaciales en el talón. Es de arenisca y está muy rodado y presenta una intensa pátina terrosa, con melladuras recientes en el filo y en uno de sus bordes. Medidas: l: 104 mm, m: 78 mm y e: 35 mm. - Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1987: 90, 92 y 154). - Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 136). 319. Hallazgo de Oyambre A1 Oyambre. Los Llaos. La Revilla. San Vicente de La Barquera. En la punta marina que hay inmediatamente al este de la desembocadura de un arroyo (donde está Oyambre B) CAEAP encontró una lasquita de retoque de sílex. 320. Hallazgo del Cabo de Oyambre Cabo de Oyambre. Los Llaos. San Vicente de La Barquera. En el mismo cabo se halló un fragmento de lasca primaria con rotura reciente de cuarcita. Hallada por CAEAP Se encuentra en el MPAC. 321. Hallazgo del Pájaro Amarillo (o Playa de Oyambre II) La Revilla. San Vicente de La Barquera. En el camino carretero que va desde la Playa a las urbanizaciones y muy cerca de la playa, CAEAP halló varias piezas líticas, entre las que destaca un esferoide de tipo C de A. Rodríguez Asensio. CAEAP (1987: 93-155). 322. Hallazgo de Peña de Lleno

Labarces. Valdáliga. Hallazgo de un hacha de piedra pulida, producido en los años setenta y que acabó en las manos de un anticuario que se la vendió a un particular. 323. Hallazgo de Labarces Labarces. Valdáliga. En esta localidad CAEAP halló una lasca simple con el talón liso y con macrohuellas de uso, de cuarcita. Se conservan en el MPAC. 324. Hallazgo de la Plaza del Monte Plaza del Monte. Caviña. En este lugar I. Castanedo y B. Malpelo hallaron, en un seguimiento arqueológico realizado en 2006, una lámina retocada y un núcleo de sílex, además de algunas piezas no retocadas de cuarzo. 325. Hallazgo de Trasvía. Trasvía. San Vicente de la Barquera. En este lugar apareció un núcleo de cuarcita. Reconocido por CAEAP. 326. Hallazgo de Regato Callejo Comillas. En este punto se hallaron 2 piezas talladas, prehistóricas. 327. Hallazgo de La Estrada La Estrada. Comillas. Z: 25 m. En los terrenos del Plan parcial SDR y durante el seguimiento arqueológico realizado por la empresa Tanea Documentación y Conservación S.L. se hallaron un bifaz y una lámina de borde de núcleo rota, de sílex. 328. Hallazgo del Ramal 19 Ruiseñada. Comillas. En las obras de un gasoducto, el GAEM halló una lasca de cuarcita. 329. Hallazgo del Gasoducto de Comillas Comillas. Durante las obras de seguimiento de la Autovía del Agua, el GAEM halló: 2 lascas simples, 1 lasca secundaria, 2 núcleos (1 discoidal y 1 fragmento) y 1 raedera de cuarcita y 2 lascas primarias, 1 lasca secundaria de borde de núcleo y 1 fragmento de canto usado como percutor, de arenisca. 330. Hallazgo de El Portillo El Portillo. Ruiloba. Hallazgo aparecido entre los cantos y piedras de la desembocadura del arroyo de El Portillo. Reconocido por CAEAP. Pico triedro sobre canto de arenisca, rodado y con pátina terrosa; su punta está rota. Presenta amplios

retoques por ambas caras desde los bordes, siendo las aristas muy sinuosas y el talón está retocado. Medidas: l: 100 mm, m: 93 mm y e: 55 mm. Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 125). 331. Hallazgo próximo al Pozo Azul Casasola. Ruiloba. En un contexto de suelo desarrollado sobre la roca madre caliza apareció una pieza grande sobre canto de arenisca intensamente patinado. 332. Hallazgo de Casasola

336. Hallazgo de Liandres II Liandres. Ruiloba. Z: 34. Apareció a 40 m del anterior. Pico marisquero con los bordes tallados hasta el extremo inferior. La punta está pulimentada por el uso y presenta marcas de arado así como un lascado en la extremidad proximal de la cara ventral. Está realizado sobre un canto marino de cuarcita. Las medidas son 104 x 64 x 27 mm. Reconocido durante los trabajos de prospección del año 2010 dentro del proyecto de estudio de la cuenca del Saja por el grupo CAEAP – GEIS C/R. 338. Hallazgo de Liandres III

Casasola. Ruiloba. En una pista de esta localidad el GAEM, durante el seguimiento de una conducción de agua, encontró un núcleo discoide grande de arenisca, muy patinado.

Liandres. Ruiloba. Lasca secundaria de cuarcita de talón liso. Se halló muy cerca del anterior. Reconocido durante los trabajos de prospección del año 2010 dentro del proyecto de estudio de la cuenca del Saja por el grupo CAEAP – GEIS C/R.

333. Hallazgo de Venta La Vega

339. Hallazgo de Ruiloba

Venta la Vega. Casasola. Ruiloba. En este lugar CAEAP halló dos hendedores sobre lasca, en arenisca.

Convento de las Carmelitas Descalzas. Pando. Ruiloba. En año 1867 fue hallada, entre dos piedras, durante la explotación de piedra realizada para la construcción del convento, un hacha de talón con dos anillas, de bronce. Tiene el talón de igual longitud que la hoja, estrecho de tope cóncavo y con acanaladuras en la artesa. Su hoja es lisa, de sección hexagonal. La forma general es trapezoidal, con los lados abiertos que forman un amplio filo curvo. Presenta dos gruesas anillas de sección romboidal cuyo eje se encuentra en la altura del tope del talón. Sus medidas son: l: 200 mm, a: 55 mm.

334. Hallazgo de Tusio Tusio. Liandres. Ruiloba. En áreas erosionadas junto a la línea costera, J.L. Rivera Cobo, en el año 2005, halló varias lascas de arenisca y/o cuarcita en superficie. 335. Hallazgo de Liandres Ermita de los Remedios. Liandres. Ruiloba. En un sendero inmediato a este lugar se hallaron algunas lascas de cuarcita, una de ellas retocada. Fueron descubiertas a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. Las piezas aparecieron en sendos calveros producidos por la erosión en un pastizal cubierto por landas marinas. Se hallaron en rellanos situados en una pequeña elevación, junto a un sendero, próximo a la línea costera. 336. Hallazgo de Liandres I Liandres. Ruiloba. Z: 34. Apareció junto a un abrevadero. Se trata de un pico marisquero muy utilizado, corto y ancho. La punta presenta un suave pulimento en su cara inferior derivada del uso. Está realizado sobre un canto marino de arenisca compacta de grano fino y de gran calidad. Sus medidas son 69 x 66 x 30 mm. Reconocido durante los trabajos de prospección del año 2010 dentro del proyecto de estudio de la cuenca del Saja por el grupo CAEAP – GEIS C/R.

Cartailhac y Breuil (2006: 257). Jorge Aragoneses (1953:264). Lazaga Larreta (1888). Monteagudo (1977: 155). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 155). 340. Hallazgo de L Iglesia I La Iglesia. Ruiloba. En el lecho del arroyo de Anero, CAEAP halló un chopper de arenisca intensamente patinado, que se conserva en el MPAC. 341. Hallazgo de la Iglesia II (o del Camping de Ruiloba) La Iglesia. Ruiloba. En los alrededores del pueblo de La Iglesia, en concreto muy cerca del camping, apareció un hendedor sobre lasca del tipo 0 de Tixier, con retoques bifaciales en el borde derecho, sobre una lasca primaria de cuarcita y una lasca secundaria con el talón liso de cuarcita con dos escotaduras contiguas directas en el extremo, y una lasca secundaria con el

talón cortical de cuarcita. Fueron halladas por CAEAP y se conservan en el MPAC.

hendedor sobre lasca y un núcleo- percutor de cuarcita, que se conservan en el MPAC.

341. Hallazgo de la Iglesia III (o de la Cuneta de La Iglesia)

349. Hallazgo de Novales

La Iglesia. Ruiloba. En una cuneta de la carretera y aproximadamente a un kilómetro al norte del núcleo rural apareció un núcleo irregular, bastante grande, del que se han extraído lascas, realizado sobre un canto de cuarcita gris de aspecto fresco. Hallado por CAEAP. 343. Hallazgo de LaVirgen La Virgen. Udías. Durante el seguimiento de la Autovía del Agua, el GAEM halló una lasca secundaria con retoques astillados de sílex. 344. Hallazgo de Canales Canales. Udías. En la pista que sube hacia la cueva de Las Cáscaras CAEAP halló una pieza tallada de cuarcita. 345. Hallazgo de Canto de la Mesa Canto de la Mesa. Alfoz de Lloredo. En la pista que sube a la cueva de las Cáscaras, cerca de la cima, I. Castanedo Tapia, halló una lasca de cuarcita. 346. Hallazgo de la Pista junto a la cueva de Las Cáscaras. Hoyo Pilurgo. Alfoz de Lloredo. En la pista y a medio centenar de metros de la cueva de Las Cáscaras, en un suelo desarrollado sobre las calizas, con arcillas ferruginosas, CAEAP halló, a principios de los ochenta del pasado siglo, una lasca primaria muy grande con el talón cortical de arenisca, con intensa pátina terrosa. Se conserva en el MPAC. 347. Hallazgo del Riachuelo de la cueva de Las Aguas Novales. Alfoz de Lloredo. En el cauce del riachuelo que nace en la cueva de Las Aguas, que está acondicionado, y a unos 5 m de la entrada de la cueva, por donde discurre el sendero que lleva a la cueva de Los Santos o Las Aguas, CAEAP halló un núcleo sobre canto de arenisca, donde se han extraído lascas y láminas, con huellas del golpeo en la zona reservada por haber sido usado como yunque. Se conserva en el MPAC. Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 144). 348. Hallazgo del Río de la cueva de Las Aguas Novales. Alfoz de Lloredo. En el propio cauce del río, muy cerca de la surgencia, CAEAP halló un

Novales. Alfoz de Lloredo. En este pueblo, H. Alcalde del Río halló un hacha de talón con una anilla. Su talón es plano, con tope y contera rectos y rebordes anchos. La hoja es lisa con el filo algo exvasado y bisel ancho bien marcado, así como las aristas que señalan el paso a los lados, en forma de tejado. El asa es de sección romboidal y su eje se sitúa a la altura del tope del talón. Se conserva en el MPAC. Jorge Aragoneses (1953). Monteagudo (1977: 151). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 171). 350. Hallazgo del Coterío de Peñalba Toñanes. Alfoz de Lloredo. La pieza apareció en una ladera suave, labrada en areniscas y limolitas del Weald cortada por la pista. Lleva a un pequeño alto, de 103 de altura, donde se encuentran el conjunto tumular del mismo nombre. Se trata de un hendedor de arenisca de grano fino muy compacto, realizado sobre lasca de decorticado primario con una serie de levantamientos en la cara dorsal de configuración y alguno de uso. No se localizaron otras piezas. La pieza se dejó in situ. Fue reconocido durante las labores de prospección del año 2010 dentro del proyecto de estudio de la Cuenca del Saja por el grupo CAEAP - GEIS/CR. 351. Hallazgo Junto a las cuevas de Las Cachirulas A1 (o Entre Los Hoyos y La Cachirula I) Caborredondo. Oreña. Alfoz de Lloredo. En un campo llano que estaba arado a unos 300 m al sureste de las cuevas de La Cachirula, CAEAP halló un fragmento de metate de un molino barquiforme de arenisca de sección plano – convexa, con toda la cara superior pulida y con los bordes biselados, con marcas férricas. Se conserva en el MPAC. Sus medidas son: l: 77 m, a: 49 mm y e: 33,9. Peso: 590 g. 352. Hallazgo Junto a cuevas de las Cachiruras A2 Caborredondo. Oreña. Alfoz de Lloredo. En un campo arado situado a unos trescientos metros de las cuevas CAEAP halló: una lasca secundaria con el talón cortical de sílex, presenta retoques cubrientes en la cara dorsal y marginales en la cara plana; un extremo distal de lámina con macrohuellas de uso de sílex y 2 fragmentos de cerámica a torneta, de panza lisa, uno con el exterior ocre y con el interior grisáceo

y el otro de color gris. El lote se conserva en el MPAC. 353. Hallazgo Junto a las cuevas de La Cachirula D (o de la Desembocadura del Arroyo de las cuevas de La Cachirula) Caborredondo. Oreña. Alfoz de Lloredo. En el cauce de la desembocadura de un arroyo situado al este de las cavidades y entre los bloques calizos aparecieron: una lasca secundaria muy grande con el talón cortical con dos escotaduras muy amplias clactonienses en un borde y retoques simples inversos en el borde transversal y un núcleo irregular roto con únicamente dos lascados. Ambos están muy rodadas e intensamente patinadas y son de arenisca. Fueron hallados por CAEAP y se conservan en el MPAC. 354. Hallazgo junto a las cuevas de la Cachirula E Caborredondo. Alfoz de Lloredo. En una zona descarnada, al oeste de esta cavidad, CAEAP halló una lasca truncada de sílex. 355. Hallazgo entre Los Hoyos y Cachirula II Oreña. Alfoz de Lloredo. En un camino carretero, CAEAP halló 2 lascas de arenisca muy patinadas. 356. Hallazgo de Perelada Perelada. Oreña. Alfoz de Lloredo. En una de las huertas de la entrada del barrio CAEAP halló un hendedor sobre lasca de cuarcita. Se conserva en el MPAC. 357. Hallazgo de Oreña I Oreña. Alfoz de Lloredo. Apareció en una cubeta cárstica situada muy próxima a la costa, en un contexto de suelo desarrollado sobre la roca madre caliza. El hallazgo se produjo en el abrevadero existente junto a la cueva de Rojería. Se trata de una raedera convergente someramente retocada sobre lasca simple de cuarcita, con pátina grisácea. Hallado por CAEAP. Se conserva en el MPAC. 358. Hallazgo de Oreña II. En la explanada situada al oeste del monte Corona y en el mismo sendero que sube desde la carretera, apareció una lasca secundaria de arenisca, con toda la cara superior reservada y con el talón liso. Presenta una pátina terrosa muy intensa, melladuras en los filos y marcas férricas. Hallado por CAEAP y conservado en el MPAC. 359. Hallazgo de Oreña III. El hallazgo se produjo en la pista que lleva a la iglesia de Oreña, en un talud. Se trata de una lasca secundaria con el talón liso de arenisca con intensa pátina amarillenta y melladuras recientes. Hallado por CAEAP y conservado en el MPAC. Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 123).

360. Hallazgo de la Ermita de San Roque Monte Cildá. Oreña. Alfoz de Lloredo. Los materiales aparecieron en una ladera inmediata a la parte alta del monte, por lo que probablemente se encontraban en posición derivada. En una pista situada a unos doscientos metros al norte de la ermita, que atraviesa un eucaliptal, aparecieron dos piezas muy próximas, en un contexto de suelo poco desarrollado, sobre areniscas y arcillas del Weald. En la superficie de la pista se hallaron dos piezas líticas, cuya clasificación es como sigue: Hendedor sobre lascas simple de arenisca con intensa pátina terroso – grisáceo, del tipo II de Tixier, cuyo eje de la lasca se corresponde con el eje del útil, simétrico y con filo en tejado, y con pequeñas melladuras de uso. Posee retoques escaleriformes en el borde derecho, bifaciales en el borde izquierdo y retoques en el talón. Medidas: 114 mm de longitud, 80 mm de anchura y 34 de espesor. Lasca secundaria de arenisca, con toda la cara superior cortical y con el talón liso. Fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP Se conservan en el MPAC. Montes Barquín (2003: 40). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 138). 361. Hallazgo Monte Barbecha La Busta. Alfoz de Lloredo. En varios puntos del Monte Barbecha, sobre todo en la pista que va desde la finca de Santa Eulalia hasta el área de la cueva Cerviz aparecieron varias piezas líticas. Fueron hallados por CAEAP y se conservan en el MPAC. Se clasifican: 2 lascas simples y 1 lasca secundaria de sílex y 1 lasca simple de cuarcita. 362. Hallazgo de la Pista de la Subida a Monte Barbecha I Monte Barbecha. La Busta. Alfoz de Lloredo. En la pista que sube desde la iglesia parroquial y hacia el oeste el C.A.E.A.P encontró un chopper de cuarcita. 363. Hallazgo de la Pista de la subida a Monte Barbecha II Monte Barbecha. La Busta. Alfoz de Lloredo. En la pista que sube desde la iglesia y hacia el este el C.A.E.A.P descubrió una lasca de cuarcita. 364. Hallazgo de la Pista de Subida al Monte Barbecha III La Busta. Alfoz de Lloredo. En la pista maderera existente por encima de la cueva de El Linar CAEAP halló un núcleo grande irregular con córtex del que se han extraído lascas sobre canto de arenisca. Se conserva en el MPAC.

365. Hallazgo de Santa Eulalia I Santa Eulalia. La Busta. Alfoz de Lloredo. En la ladera del Pico de Palomaso o La Torreta, E. Peralta y J.A. Hierro hallaron un metate de molino barquiforme completo, en arenisca, durante la revisión de la Carta Arqueológica de Cantabria, en 2008. 366. Hallazgo de Santa Eulalia II Santa Eulalia. La Busta. Alfoz de Lloredo. En la pista que va desde la finca hasta la cima del monte y antes de la gran cueva de Las Canalonas, CAEAP halló algunas piezas líticas de aspecto fresco.

las labores de seguimiento de las obras de la Autovía del Agua. Depositadas en el MPAC. 372. Hallazgo de las Vías de Tren de San Pedro de Rudagüera San Pedro de Rudagüera. Alfoz de Lloredo. La pieza se halló en las mismas vías del tren. Se trata de una lasca secundaria de gran tamaño de arenisca cuarcítica con intensa pátina grisácea, con el talón cortical. Tiene una gran escotadura retocada en un borde y macrohuellas de uso en el filo. Además tiene melladuras recientes. Fue descubierto a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP y se conserva en el MPAC.

367. Hallazgo de Fresnedo I

San Miguel Llamosas, Bermejo Castrillo y Muñoz Fernández (1984: 27).

Fresnedo. Alfoz de Lloredo. Durante las obras de seguimiento de las obras de la Autovía del Agua el G.A.E.M. halló una lasca secundaria de arenisca y una lasca con una escotadura en extremo de sílex.

373. Hallazgo de la Carretera de Ubiarco a Tagle

368. Hallazgo de Fresnedo II Fresnedo. Alfoz de Lloredo. Durante las labores de seguimiento de la Autovía del Agua el G.A.E.M. encontró una lasca secundaria de dorso natural de cuarcita. 369. Hallazgo de Milladero Lloredo. Alfoz de Lloredo. El hallazgo se produjo en un pequeño altozano. Las evidencias aparecen en un suelo poco desarrollado, parcialmente desmantelado. Allí se localizaron algunas piezas líticas, incluyendo una lasca Levallois. Fue hallado recientemente por el GAEM durante la realización del seguimiento de un tramo de la Autovía del Agua. Depositado en el MPAC. 370. Hallazgo de Arvejiga San Pedro de Rudagüera. Alfoz de Lloredo. El hallazgo se produjo en una ladera, en posición derivada. Los materiales han aparecido de forma dispersa en un suelo poco desarrollado. Proporcionó algunas piezas líticas prehistóricas. Ha aparecido recientemente durante las labores de seguimiento de un tramo de la Autovía del Agua por parte de la empresa GAEM. Materiales depositados en el MPAC. 371. Hallazgo de La Maela 1. San Pedro de Rudagüera. Alfoz de Lloredo. En la cima de un altozano, en un contexto de suelo poco desarrollado, aparecieron algunas piezas líticas poco significativas. Fue reconocido por el GAEM durante

Ubiarco. Santillana del Mar. U.T.M.: 411712/ 4808308 Z: 33 m.. Las piezas aparecieron en un camino carretero que discurre por el fondo de un vallejo, en un contexto de suelo sobre substrato calizo. Talón de bifaz elaborado a partir de una lasca primaria de arenisca, con intensa pátina terrosa, cuyo eje está ligeramente desviado del útil. Presenta retoques profundos y retalla regularizada mediante retoques bifaciales en ambos bordes y con retoques muy reducidos en el borde izquierdo del talón. Chopper de cuarcita con una pátina intensa de color grisáceo, con marcas férricas. Presenta un filo sencillo distal denticulado, perteneciendo al tipo 1.7 de Querol / Santonja. Fue descubierto por CAEAP en los inicios de la década de los ochenta del pasado siglo. Está depositado en el MPAC. Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 122). 374. Hallazgo de La Mies de Llanes (o de Planes) Mies de Llanes. Santillana del Mar. Los materiales se hallaron en un contexto de suelo, aunque el yacimiento no ha vuelto a ser localizado. Se encontraron emás evidencias de muros de edificios. Se pueden asignar al Paleolítico Inferior y a un momento romano. Aparecieron algunas piezas de arenisca, entre ellas un bifaz. También se halló un molino rotatorio y otras piezas. El hallazgo se debe a J. Otero en 1953 que realizó dos sondeos. 375. Hallazgo Junto a la Raposa Vispieres. Santillana del Mar. El hallazgo se produjo en una explanada de la cima de una pequeña elevación no muy dominante. Los materiales fueron hallados en superficie, en terrenos arados, apareciendo en forma dispersa. Proceden de un suelo desarrollado sobre la roca madre caliza. Pueden asignarse al Paleolítico Inferior. Han aparecido dos piezas de arenisca con intensa pátina, cuya

clasificación es la siguiente: hendedor sobre lasca secundaria del tipo II de Tixier, con los bordes muy mellados y con marcas férricas. El eje de la lasca es perpendicular al del útil y presenta el fino en tejado. Tiene amplios retoques bifaciales en el borde derecho, que es romo y amplios retoques en el izquierdo, que es cortante. Medidas: l: 156 mm, a: 113 mm y e: 49 mm. Lasca secundaria de arenisca. Fue reconocido por CAEAP a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. Las piezas están depositadas en el MPAC. Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 138). 376. Hallazgo de Pedrero A (o El Liso I) En Pedredo, Viveda, Santillana del Mar. En un corte de la carretera apareció: Hendedor sobre lasca secundaria de arenisca, con escasa pátina grisácea, de tipo II de Tixier. El eje de la lasca se corresponde con el del útil y tiene el bulbo parcialmente conservado. Presenta retoques inversos bastante planos en el talón y en el borde derecho, que es romo, mientras que el izquierdo es cortante y presenta melladuras de uso. Medidas: l: 104 mm, a: 105 mm y e: 31 mm. Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30). 377. Hallazgo de Prededo B (o El Liso II). En el lugar de El Liso. El Pedrero. Santillana del Mar. En un camino carretero que discurre por las praderías situadas al noroeste del núcleo rural, CAEAP recuperó un hendedor que se conserva en el MPAC. Se trata de un hendedor sobre lasca del tipo 0 de Tixier, cuyo eje de la lasca es ligeramente oblicuo al del útil, de filo oblicuo, aunque es simétrico. Presenta retoques simples inversos en ambos bordes y ha sido elaborado sobre una lasca primaria con el bulbo conservado, de arenisca. Medidas: l: 198, a: 72 mm, e: 41 mm. Montes Barquín (2003: 40). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 138). 378. Hallazgo de la Subida a Altamira Vispires. Santillana del Mar. Durante las labores de construcción de una vivienda situada a mano izquierda de la carretera, aproximadamente a 1,5 km de la cueva de Altamira, CAEAP halló algunas piezas de arenisca, entre ellas un hendedor de tipo 0 de Tixier. Muy cerca, pero a mano derecha, junto a un abrevadero, apareció una raedera de cuarcita. 379. Hallazgo junto a la cueva de Altamira Vispieres. Santillana del Mar. En un sondeo realizado por miembros del Museo de Altamira frente a la actual entrada de la cueva de Altamira se halló una punta de pedúnculo y aletas incipientes, de sílex.

En el MPAC se conserva también, con la etiqueta “Hallazgo aislado Alrededores de Altamira” (ref. 4390): Un fragmento de borde, panza y fondo de un vaso a torno, de tipo cuenco, de paredes rectas, borde recto vertical y arista apuntada. Sus pastas son grises, compactas, con marcas de torno por el interior y con una banda pintada gris y otra ocre. Su altura es de 8,5 cm. 380. Hallazgo al sur de Punta Ballota Tagle. Hallazgos producidos muy cerca de la actual línea costera. Los materiales aparecieron en unos campos arados, en una extensión bastante grande, en un contexto de suelo desarrollado sobre la caliza. Se trata de una lasca secundaria de arenisca con intensa pátina terrosa. Varios fragmentos de panza realizados a torno y a torneta, de colores naranja a grisáceo, destacando uno decorado con un estriado fino en toda la superficie. Son de época medieval y moderna. Fue reconocido a principios de los ochenta del pasado siglo por CAEAP Depositado en el MPAC. 381. Hallazgo de Tagle Tagle. Suances. En el camino carretero que va de Hinojedo a Tagle el C.A.E.A.P halló un bifaz de arenisca que se conserva en el MPAC. Muñoz Fernández, San C.A.E.A.P (1988:122)

Miguel

Llamosas

y

382. Hallazgo de Suances C Suances. Hallazgo producido a un centenar de metros del yacimiento de Suances B. El hallazgo se realizó durante la explanación del terreno con maquinaria pesada. La explanación afectó a una superficie extensa, si bien en el momento en que fue descubierto únicamente restaba un pequeño testigo de diez metros cuadrados, encima del cual había una casita. El terreno se había rebajado más de dos metros de altura, por lo que se pudo analizar la estratigrafía. Inmediatamente por debajo del humus hay un horizonte de limos parduscos de unos 80 cm de potencia. En la base de este horizonte se halló la pieza prehistórica. Por debajo aparecía el horizonte C, con más de 2 m de potencia, formado por la disolución de la roca madre caliza. Proporcionó un chopper lateral con numerosos levantamientos y macrohuellas de uso en el filo que está denticulado. Ha sido realizado sobre un canto de arenisca con intensa pátina pardusca. Pertenece al tipo 1.12 de Querol / Santoja. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1981: 28). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30).

383. Hallazgo de Suances CH Suances. Si sitúa a unos 50 m al oeste del anterior, en un contexto similar. Durante las obras de construcción de un chalet se hallaron dos piezas prehistóricas: Hendedor sobre lasca secundaria de arenisca con un pátina muy intensa que llega a anular las aristas. Presenta retoques directos en ambos bordes y melladuras recientes y restos de cemento en el talón. Canto hendido de arenisca con intensa pátina terrosa. Presenta roturas recientes y marcas férricas y además tiene adherido cemento. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1981: 28). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30). 384. Hallazgo de Suances D Suances. Se halla a unos trescientos metros al oeste del anterior y sus características son similares. La única pieza recuperada procede de un pequeño corte en un prado, de unos 80 cm de altura, con 60 cm de profundidad, del horizonte B. Se trata de un chopping – tool lateral con el filo denticulado y con numerosos levantamientos, realizado sobre un canto de arenisca con intensa pátina terrosa. Pertenece al tipo 1.4 de Querol / Santonja. Fue reconocido a principios de los ochenta del pasado siglo por CAEAP Los materiales están depositados en el MPAC. Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1980-1981: 28). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30). 385. Hallazgo de la Playa de Los Locos Suances. Las evidencias se encontraron en la misma playa, junto a unos conglomerados correspondientes al Cenomaniense Inferior, constituido por pizarras cristalinas y cantos angulosos. Según Bonifacio Sánchez en el yacimiento se hallaron numerosos restos de talla y una hoja de laurel de sílex. Bonifacio Sánchez (1980: 27). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1987: 203). 387. Hallazgo de Hinojedo Hinojedo. Hallazgo realizado en el fondo del valle, no muy alejado de la actual línea costera. Los materiales aparecieron en la superficie de una antigua calzada, muy cerca de la iglesia parroquial, en un contexto de suelo desarrollado sobre la roca madre caliza. Hendedor sobre lasca primaria de tipo 0 de Tixier. El eje de la lasca casi se corresponde con el del útil, y conserva el bulbo. Presenta retoques escaleriformes inversos en el borde izquierdo, siendo el otro borde romo y cortical. Presenta macrohuellas de uso en el filo. De arenisca con intensa pátina terrosa. Núcleo irregular sobre canto roto, del que se han extraído

algunas lascas en el extremo. Presenta levantamientos recientes y marcas férricas. De arenisca con intensa pátina terrosa. Las piezas fueron halladas a principios de los ochenta del pasado siglo por CAEAP Materiales depositados en el MPAC. Montes Barquín (1993a: 27) Montes Barquín (1993b: 26). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 122). Muñoz Fernández y Gómez Arozamena (2006: 30). 386. Hallazgo de La Jilguera Suances. En este lugar I. Castanedo Tapia encontró una lasca foliforme de sílex. 388. Hallazgo del Camino de Tres Palacios I Tres Palacios. Hinojedo. Suances. Z: 21m. En el mismo camino de Tres Palacios, quizás la antigua calzada romana, muy cerca de mota de Tres Palacios, CAEAP halló un chopping – tool de arenisca con intensa pátina terrosa, con melladuras recientes en los bordes. Es lateral y tiene el filo denticulado. Pertenece al tipo 1.16 de Querol /Santonja. Medidas: l: 134 mm, m: 90 mm y e: 61 mm. Se conserva en el MPAC. Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 122). 389. Hallazgo del Camino de Trespalacios II Tres Palacios. Hinojedo. Suances. En la calzada existente junto a Tres Palacios el grupo CAEAP halló un hendedor sobre lasca del tipo 0 de Tixier, roto en su extremo distal y con melladuras recientes. El eje de la lasca es ligeramente oblicuo al del útil, presentando el filo muy desviado. Es muy tosco y asimétrico. Tiene retoques muy amplios y profundos, directos en ambos bordes y un levantamiento inverso desde la cara inferior. Ha sido elaborado sobre una lasca primaria de arenisca con intensa pátina terrosa. Medidas: l: 138 mm, m: 91 mm y e: 60 mm. Se conserva en el MPAC. Se conserva en el MPAC. 390. Hallazgo de los campos situados debajo de La Masera Cortiguera. Suances. En los campos situados al pié de monte y al noroeste del mismo CAEAP halló algunos materiales en superficie, puestos al descubierto por el arado. Aparecieron: 1 lasca secundaria con el talón suprimido de cuarcita, de aspecto fresco, 1 lasca primaria con el talón cortical y con rotura reciente en el filo de arenisca, 4 fragmentos de panzas lisas a torno y/o torneta (2 naranjas con el alma gris, 1 parduzca y 1 grisácea).

391. Hallazgo de Navas

397. Hallazgo junto a la cueva de Covalácea

Navas. Cabezón de la Sal. Durante las obras de seguimiento de la construcción de un gasoducto el GAEM halló una lasca primaria de cuarcita.

El Burco. Mazcuerras. En el camino que discurre junto a la cavidad el C.A.E.A.P encontró un núcleo sobre canto de arenisca, muy patinado y con roturas recientes.

392. Hallazgo de Cabezón de la Sal Cabezón de la Sal. En un solar de esta localidad CAEAP halló un fragmento de cerámica prehistórica.

398. Hallazgo al Sur de Peña Caranceja I (o Detrás de la Peña Caranceja)

Casar de Periedo. Cabezón de la Sal. Durante las labores de seguimiento de un gasoducto el GAEM descubrió dos útiles de sílex (pieza astillada y lasca con retoques inversos en un borde).

Caranceja. Reocín. Los materiales aparecieron a en una pista maderera, a lo largo de unos 50 m de recorrido. Se encuentra en la ladera sur de la colina de la Peñona de Caranceja, muy cerca del fondo del valle, desconociéndose los límites precisos del yacimiento. En dos puntos diferentes de una pista se localizaron materiales líticos. En el primero aparecieron: raspador simple en el extremo de una lasca secundaria de cuarcita negra muy poco patinada, con una escotadura lateral directa, muy próxima al talón que es puntiforme. Canto alargado de arenisca de grano grueso con una rotura reciente en el extremo, con huellas de percusión en el extremo y en la zona mesial, por haber sido usado como percutor- yunque. A unos 60 m aproximadamente se halló una lasca primaria con el talón liso, con dos escotaduras clactonienses inversas en el extremo y con los bordes muy mellados de arenisca. Reconocido a principios de los años ochenta por CAEAP Materiales depositados en el MPAC.

Muñoz Fernández, Morlote Expósito y Montes Barquín (2002:158).

Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 240).

393. Hallazgo del Barranco del Paliniano Virgen de la Peña. Cabezón de la Sal. En el fondo de un barranco, en un contexto de suelo desarrollado sobre arenisca, el GAEM halló un núcleo grande sobre canto de arenisca del que se han extraído lascas. Presenta una intensa pátina terrosa. Depositado en el MPAC. Muñoz Fernández, Montes Barquín, Morlote Expósito y San Miguel Llamosas (2002: 79). 394. Hallazgo de Casar de Periedo

395. Hallazgo de Virgen la Peña Virgen de la Peña. Mazcuerras. En los materiales del aluvión del río Saja apareció un hacha de talón sin anillas de bronce. Fue depositada en el Museo Arqueológico Nacional. Jorge Aragoneses (1953: 260-261). Monteagudo (1977: 149). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 168-169) Pérez Bustamante (1927: 27-32) 396. Hallazgo de los Areneros de Ceceja ( o de Riaño de Ibio) Areneros de Ceceja. Riaño de Ibio. Mazcuerras. Punta de lanza de hierro de grandes dimensiones con enmangue de tubo con remaches, hallada por un vecino denominado Juan Antonio Gómez Ruiz en 1972. Deibe Balbás (1986-1988:63-69)

Muñoz Fernández et alii (2002: 79). 399. Hallazgo junto a la Tejera de Peña Caranceja Peña Caranceja. Caranceja. Reocín. En la pare inferior de un prado próximo a la Tejera CAEAP halló una lasca secundaria con el talón cortical de arenisca, con intensa pátina terrosa, que se conserva en el MPAC. 400. Hallazgo de la Subida al Hoyo de los Herreros Barcenaciones. Reocín. En la pista que desde Barcenaciones sube al Hoyo de los Herreros el C.A.E.A.P halló un núcleo sobre canto de arenisca intensamente patinado. Muñoz Fernández, Montes Barquín, Morlote Expósito y San Miguel Llamosas (2002:79) 401. Hallazgo de la Necrópolis de San Román Quijas. Reocín. En la carretera que cruza la necrópolis el G.A.E.M. halló una lasca de cuarcita. 402. Hallazgo de la Fuente de Santa Isabel Santa Isabel de Quijas. Reocín. Una vez pasada la fuente que hay a mano izquierda de la carretera y en

el lecho de un arroyo estacional, CAEAP halló un hendedor sobre lasca de cuarcita.

tope del talón. Medidas: l: 61 mm, a: 41 e: 20 mm y peso: 338 grm. Se conserva en el MPAC.

403. Hallazgo de La Veguilla

411. Hallazgo de Hinojedo

La Veguilla. Durante la realización de unas obras un particular encontró dos hendedores sobre lasca de arenisca.

Hinojedo. Suances. En un huerto de Saéz de Omeñaca se hallaron varias piezas arqueológicas, quizás procedentes de la colección de su abuelo, con un puñal de bronce de hoja muy alargada con enmangue en lengüeta y cuatro remaches, fusayolas, punzones, etc. Probablemente este lote tenga varias procedencias, quizás extraregionales. El puñal presenta una placa de enmangue rectangular con tres orificios para roblones dispuestos en forma triangular con el vértice hacia la contera, con dos escotaduras. La hoja presenta los lados convexos, convergiendo rápidamente a partir del tercio distal. Desde la base de las perforaciones todo el puñal se ve recorrido por una gruesa y ancha nervadura, flanqueada por tres estrías longitudinales. Medidas: l: 248 mm, a: 27 mm y e: 7 mm. Peso: 107,5 gr.

404. Hallazgo de la carretera a Santillana del Mar Puente San Miguel. Reocín. En los cortes de la carretera que va desde Puente San Miguel a Vispieres se observaron algunas piezas de arenisca. Reconocido por A. Serna Gancedo. 405. Hallazgo de Puente San Miguel Puente San Miguel. Reocín. Aquí apareció una lasca grande de arenisca. 406. Hallazgo del PSIR del Besaya – Villapresente Villapresente. Reocín. En este lugar el G.A.E.M. localizó una lasca de cuarcita.

Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 200). Serna González (1993-1984: 261-269).

407. Hallazgo del PSIR del Besaya – Reocín

412. Hallazgo de Cortiguera

Reocín. Durante las obras de seguimiento el G.A.E.M. encontró una lasca de cuarcita.

Cortiguera. Suances. En este lugar se halló un hacha plana de cobre o bronce que hoy día se conserva en el Museo Arqueológico Nacional.

408. Hallazgo de la Autovía del Agua de Santillana del Mar

413. Hallazgo de la Mina de Reocín

Santillana. En distintos puntos de este trazado se han hallado materiales líticos por parte del G.A.E.M.

Reocín. Como procedente de esta se ha citado un hacha plana de cobre o bronce.

409. Hallazgo del Alto de La Ventanilla

Cartailharc y Breuil (1906: 79). 4.6. Yacimientos al aíre libre de cronología histórica, época romana y Edad Media.

Alto de La Ventanilla. Los Tojos. En este sitio el G.A.E.M. halló una lasca simple con talón liso, con retoques astillados en el extremo distal y retoques simples inversos en el lateral derecho, de sílex. Se conservan en el MPAC. Morlote Expósito, Montes Barquín y Muñoz Fernández (2002: 97-99). 4.5. Hallazgos prehistóricos dudosos y documentados

414. Yacimiento de San Vicente de La Barquera 1. San Vicente de la Barquera. Yacimiento subacuático situado en la ría de San Vicente de La Barquera.

mal

2. Los materiales aparecieron en dos grandes pozos, realizados a ambos lados del Puente del Barral, excavados para las escolleras levantadas durante las obras de ampliación del puente, en lo que fue un antiguo fondeadero. Los materiales aparecieron entre los lodos de la ría.

410. Hallazgo de Cabezón de la Sal I Cabezón de la Sal. De este pueblo procede un hacha de talón con dos anillas del Bronce Final, aunque se ha expresado algunas dudas sobre su procedencia exacta. Presenta un talón corto, cóncavo, con anchos rebordes, de forma trapezoidal y con la sección exagonal. El filo es poco curvado y tiene dos anillas grandes de sección circular, con el eje a la altura del

3. Calcolítico / Bronce Indeterminado. Romano. Instalación productiva. Edad Media. Instalación productiva. Edad Moderna y Contemporánea. productiva.

)

Instalación

4. En las excavaciones realizadas se recuperaron casi tres mil piezas de cerámica, ajuares de barcos, un hacha pulida, etc. 5. Las primeras piezas halladas en el yacimiento fueron recuperadas por aficionados locales. El yacimiento fue excavado en 1986 por un equipo dirigido por J.L. Casado Soto y M. Martín Bueno y en 1987 únicamente por el primero. 6. Museo Marítimo del Cantábrico. 7. Casado Soto (1998: 122-123). Casado Soto (2000: 65). Casado Soto y Sarabia Rogina (1995: 89-97). 415. Yacimiento de Rupuente 1. Rupuente. La Revilla. San Vicente de la Barquera. El yacimiento se sitúa en un pequeño barrio próximo a línea costera. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. El yacimiento se encuentra en una pequeña zona amesetada. Los materiales se hallaron en un corte de 50 a 60 cm de potencia, bajo una capa de humus edáfica, debajo del cual hay una capa arenosa, estéril, probablemente una paleoduna. 3. Edad Media. Hábitat (¿). 4. En el lugar se hallaron bastantes fragmentos de cerámica, la mayor parte realizados con cocción oxidante, algunas decoradas, tanto acanaladas como estriadas y con cordones verticales, destacando un fragmento de cuello de una posible jarra de boca cuadrada. 5. El yacimiento fue localizado en 2001 por L. Mantecón Callejo durante la realización de un informe de arqueología de gestión. 6. MPAC. 7. Mantecón Callejo (2010: 99-100). 416. Necrópolis de San Román de Labarces 1. Labarces. Valdáliga. El yacimiento se encuentra en una ladera tendida, en torno a un edifico religioso desaparecido. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Yacimiento situado en torno a un edificio religioso, bastante extenso. 3. Edad Media. Necrópolis. 4. En el lugar aparecen tumbas de lajas formadas por losas de piedra que han sido cortadas por la carretera.

5. Fue reconocido por A. Ocejo Herrero y por CAEAP a principios de los años ochenta. 417. Necrópolis de San Juan de Argüedes 1. San Juan de Argüedes. Rodillo. Valdáliga. Z: 145 m. Yacimiento situado junto a una ermita. El lugar, en la cima de un altozano, tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. Necrópolis situada alrededor de una antigua ermita, hoy convertida en garaje. Las tumbas aparecieron a unos 40 cm de profundidad. Durante la acometida de aguas a Lamadrid se hallaron dos tumbas de lajas, cuyos esqueletos se encontraban en posición de cúbito supino. Posteriormente apareció otra tumba de lajas. El actual propietario del edifico de la antigua ermita, al excavar junto a su muro, encontró una tumba en posición oblicua, por debajo de los bloques que hacen de cimentación. 3. Edad Media. Necrópolis. 4. No se han hallado materiales arqueológicos. 5. El yacimiento fue reconocido a principios de los años ochenta por R. Bohigas Roldán. 7. Bohigas Roldán (1986: 175-176). 418. Sarcófago de Vallines 1. Vallines. Valdáliga. Z: 124 m. El sarcófago apareció en el pueblo, fuera de contexto. 2. Sarcófago de arenisca de forma trapezoidal, con el hueco interior antropomorfo toscamente tallado, actualmente utilizado como jardinera. 3. Edad Media. Sepulcral. Posición secundaria. 4. Se encuentra fuera de contexto, aunque el lugar de procedencia en sin duda una necrópolis próxima. 5. El sarcófago fue reconocido científicamente por J. Ortiz Real, en 1996. 7. Ortiz Real (1997). 419. Necrópolis de Santa Eulalia de Oyambre 1. Ceceño. El Tejo. Valdáliga. El yacimiento se sitúa en una pequeña península costera. Debido a su reducido tamaño no presenta condiciones de habitabilidad. 2. Restos de una ermita de planta rectangular, con el ábside semicircular, con canecillos muy rústicos

alrededor del cual se observaron algunas lajas en posición, probablemente parte de tumbas de lajas. 3. Edad Media. Necrópolis. 4. En el yacimiento aparecieron, en superficie, algunos fragmentos de cerámica estriada. 5. El yacimiento fue descubierto en 2005 por el arqueólogo L. Mantecón Callejo. 420. Necrópolis de San Román de Sejo de Abajo 1. Sejo de Abajo. Valdáliga. Necrópolis situada junto a una ermita. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Las tumbas aparecieron en los alrededores de la ermita de San Román. 3. Edad Media. Necrópolis. 4. En el yacimiento no se han hallado materiales medievales. 5. Fue reconocido a principios de los años ochenta por A. Ocejo Herrero y por CAEAP que recogieron testimonios orales de los vecinos. 421. Necrópolis de San Juan Bautista de Lamadrid 1. Lamadrid. Valdáliga. Necrópolis situada en pleno casco rural. El lugar ofrece buenas condiciones de habitabilidad. 2. El yacimiento aparece en una zona llana. 3. Edad Media. Necrópolis. 4. Alrededor de la ermita han aparecido tumbas de lajas.

5. El yacimiento fue descubierto en el año 2000 por parte de miembros del IES Valle del Saja, de Cabezón de la Sal, que realizaron un sondeo en el mismo. 6. MPAC. 7. Bohigas Roldán, García, Garzón y Garzón (1996: 109-140). 423. Castillo de Los Moros 1. Bustriguado. Valdáliga. Z: 486 m. El castillo se sitúa en la cima de un monte calizo con pendientes muy abruptas. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Presenta una muralla adaptada al relieve, de planta trapezoidal, de 31 m de longitud, 21 m de anchura en la parte oeste y 14 m de anchura en el este. En la esquina noreste tiene una puerta de 1,81 m de anchura. La muralla llega a alcanzar los 3 m de altura en la esquina noreste, donde puedo tener una torre. Los muros son muy espesos, entre 1,6 y 1,8 m y están realizados con mampostería caliza, unida con mortero de cal, con piedras grandes por el exterior e interior y con un relleno de cascajo y mortero. Se observan las improntas de madera de la construcción del muro por bancadas sobre andamio. 3. Edad Media. Estructura defensiva. 4. En la superficie del interior del castillo, CAEAP halló un fragmento de panza cerámica realizada a torneta, decorado con un estriado grueso, muy marcado y regular, y un fragmento de panza lisa, muy fino y con desgrasantes finos de cuarzo. Además apareció una esquirla ósea y un fragmento de argamasa.

5. Reconocido por R. Bohigas.

5. Fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por R. Bohigas Roldán. Ha sido descrito por L. Mantecón Callejo.

7. Bohigas Roldán (1986: 175-176).

6. MPAC.

422. Necrópolis de San Pedro de Chas

7. Bohigas Roldán (1986: 175). Bohigas Roldán (2011: 50).

1. Caviedes. Valdáliga. Z: 120 m. La necrópolis se encuentra en un área llana, habitable. 2. En los alrededores y junto a la ermita aparecieron tumbas de lajas a dos niveles distintos. En el interior de la ermita apareció también otra tumba de lajas. 3. Edad Media. Necrópolis. 4. En el yacimiento se han hallado fragmentos de sarcófagos y de epígrafes, cerámica, vidrio, metal y restos humanos.

424. Mina Numa 1. La Molina. Ruiseñada. Comillas. Z: 140 m. La mina se sitúa en una ladera caliza. 2. Cavidad con numerosos fenómenos reconstructivos que ha sido ligeramente retocada en época romana. 3. Romano. Explotación industrial. 4. En la entrada de la mina fue hallado un ara dedicada a Júpiter por un individuo denominado

Flavio. Junto al ara se hallaron monedas, un hacha de piedra y otros restos. 5. La lápida se encontró en 1872 y fue estudiada por varios autores. En la década de los ochenta del siglo XX fue redescubierta por el CAEAP. Amador de los Ríos (1981: 371-372). González Echegaray (1986: 224). Herrera Rovira y Cabezas Ruiz (1992: 302-304). Madariaga de la Campa (1976: 268-271). Mantecón Callejo (2000: 40-41). Naranjo y Garza (1875: 5-10). Olavaria, M. de (1890:109). 425. Castillo de Peñacastillo o de Ruiseñada 1. Peñacastillo. Ruiseñada. Comillas. Z: 204 m. Castillo situado en la cima de una colina, en posición dominante y estratégica. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. Castillo topográfico que aprovecha la cima de una elevación, con dos murallas perimetrales. La muralla exterior está formada por mampostería caliza unida por argamasa, con 0,6 m de espesor y perimetra un recinto de 45 m de longitud por 25 m de anchura. La muralla interior, también de 0,6 m de espesor, está formada por mampuestos de caliza unidos por mortero en seco. La fortificación presenta un posible foso. 3. Edad Media. Castillo. 4. En las excavaciones aparecieron numerosos materiales arqueológicos. Las cerámicas, muy abundantes, han sido elaboradas a torno y /o torneta, dominando las ollas con el borde corto y exvasado, de las que aparecen tanto ejemplares lisos como decorados, estos últimos con estriados y pintados, aunque se hallaron algunos fragmentos con vedrios verdes. Además aparecieron 7 puntas de saeta de hierro de sección cuadrada y enmangue de tubo. Es destacable la aparición de una piedra de arenisca tallada con oquedades. Son abundantes los restos de fauna, entre los que predominan los ovicaprinos. En la serie malacológica es dominante Ostrea edulis. 5. Fue investigado por V. Calderón de la Vara, que realizó una excavación cuyos resultados fueron publicados en 1955. Este autor lo consideró un castro cántabro. Posteriormente fue estudiado y publicado por R. Bohigas Roldán en su tesis doctoral (Bohigas Roldán 1986). 6. MPAC. 7. Bohigas Roldán (1978: 26, 27 y 40). Bohigas Roldán (1979: 24-25). Bohigas Roldán (1986: 104-106).

Bohigas Roldán (2011: 50). Calderón de la Vara (1955). Fraile López (1989: 397). García Guinea y Carrión Irún (1996: 416). 426. Mina de San Bartolomé (o del Zanjón o de Zafarrancho) 1. El Zanjón. Canales. Udías. Z: 280 m. 2. Mina situada en una ladera muy tendida. Se trata de una explotación minera de la que se obtenía plomo y zinc, aunque también aparece mineral de hierro. Las excavaciones produjeron un profundo hoyo en el terreno, de unos 100 m de longitud por 30 m de anchura y de unos 40 m de profundidad, con algunas galerías subterráneas, en ocasiones de tamaño importante, que a veces llegan a cortar cavidades naturales, al situarse la mina en un terreno muy karstificado. En 1871 se halló una cabeza fosilizada de caballo. Durante las labores mineras efectuadas hacia 1860 se hallaron restos de antiguas entibaciones de madera de roble en una galería situada a 40 m de profundidad. Se conserva un pequeño tramo de 50 cm retocado a piqueta, de aspecto antiguo, que finaliza en un pozo natural. 3. Época Romana. Explotación minera. 4. En el siglo XIX apareció una moneda de Antonino Pio, artesillas o bancales de madera para el transporte, mazos de madera, lámparas de barro, etc. En los años ochenta del pasado siglo se hallaron algunos materiales poco significativos: un fragmento de jarra gruesa de color negruzco, con las pastas muy groseras, con desgrasantes grandes de cuarzo y muy finos de mica, una ficha circular elaborada sobre un fragmento de panza con vedrio y varios fragmentos de teja árabe. Se hallaron en los pequeños socavones existentes en lo alto del monte. 5. El yacimiento fue descubierto en la década de los años sesenta del siglo XIX durante las labores mineras y es citada por algunos autores, destacando un informe realizado por S. de Movellán, que remitió a Sautuola. A principios de los años ochenta fue investigado por CAEAP y por J. Herrera Rovira. 6. Los objetos hallados más recientemente se custodian en el MPAC. 7. Herrera Rovira y Cabezas Ruiz (1992: 304). Maestre (1864:103). Mantecón Callejo (2000: 41). Muñoz Fernández et alii (2011: 369). Naranjo (1873:5-10). 427. Necrópolis de San Nicolás de La Hayuela

1. Ermita de San Nicolás. La Hayuela. Comillas. Z: 276 m. Necrópolis situada en los alrededores de una ermita, en el mismo núcleo rural. La zona es muy habitable. 2. En la necrópolis han aparecido tumbas de lajas trapezoidales formadas por numerosas losas, muy características y una caja de sarcófago de planta trapezoidal con hueco antropomorfo.

5. La necrópolis aparece citada en un documento del siglo XVIII. En el año 1879 la Comisión de Monumentos de la Provincia de Santander la propone para formar parte del catálogo de monumentos provinciales. 7. Bohigas Roldán (1986: 158-159). Correa Ruiz (1959: 111-112).

3. Edad Media. Necrópolis.

430. Necrópolis de la Ermita de San Pedro (o de La Cárcel)

4. Durante las excavaciones se hallaron algunos fragmentos de cerámica con trazos pintados, otros decorados con estriado y con trazos vinosos y haces de líneas incisas.

1. La Iglesia. Ruiloba. La ermita se sitúa en la cima de un pequeño cerro muy destacado sobre el fondo del valle. Es habitable, aunque el espacio útil de la cima es muy reducido.

5. Fue reconocido a principios de los años ochenta por R. Bohigas Roldán, durante la realización de su Tesis Doctoral. En 1980 fue excavada en régimen de urgencia por parte de un equipo del Museo de Santander dirigido por E. Van den Eynde.

2. En la cima del cerro se conservan las ruinas de una pequeña ermita protogótica, muy modificada, en cuyo entorno aparecieron tumbas de lajas.

6. MPAC.

4. En el yacimiento han aparecido tumbas de lajas.

7. Bohigas Roldán (1986: 172 y 232). Van den Eynde y Gómez (1985: 367-372).

5. Fue reconocido por R. Bohigas.

428. Necrópolis de San Pedro de Toporías 1. Iglesia de San Pedro. Toporías. Z: 188 m. Yacimiento situado junto a la iglesia parroquial. El área es habitable. 2. En unas obras realizadas junto a la cabecera de la iglesia se hallaron tumbas de lajas. 3. Edad Media. Necrópolis. 4. En el yacimiento no se han hallado materiales arqueológicos. 5. El yacimiento fue reconocido científicamente por R. Bohigas Roldán a finales del pasado siglo, siguiendo testimonios de los lugareños. 429. Necrópolis de Santa María La Mayor (o de Santa María la Real) 1. La Iglesia. Ruiloba. Z: 30 m. La iglesia parroquial se sitúa en una llanura cárstica, en pleno casco rural. La zona resulta habitable. 2. Al sur de la fábrica religiosa se han hallado tumbas de lajas y sarcófagos. 3. Edad Media. Necrópolis. 4. No se han hallado materiales arqueológicos.

3. Edad Media. Necrópolis.

6. Bohigas Roldán (1986: 158). 431. Alfar de Ruiloba 1. Venta de Tramalón. Ruiloba. El yacimiento se sitúa en un área bastante llana que resulta habitable. 2. En este lugar se conservan los restos de dos tejeras de grandes dimensiones. Los materiales no está claro que se asocien a estas estructuras. 3. Edad Media. Instalación productiva. 4. Ha proporcionado cerámicas medievales, algunas con decoración de líneas pintadas, probablemente de cronología altomedieval. 5. El yacimiento fue descubierto por un lugareño y dado a conocer a R. Bohigas Roldán a finales del pasado siglo. 432. Necrópolis de El Diestro 1. El Diestro. Toñanes. Alfoz de Lloredo. Z: 48 m. Se sitúa en un área llana, próxima a la actual línea de costa. Tiene buenas condiciones de habitabilidad. 2. En una parcela dedicada a pastizal aparecieron tumbas de lajas. 3. Edad Media. Necrópolis.

4. En la necrópolis se han hallado algunos fragmentos de cerámica medieval.

435. Necrópolis de la colegiata de Santa Juliana

5. La necrópolis apareció a finales de la década de los setenta del pasado siglo y fue dada a conocer por M.A. García Guinea.

1. Santillana del Mar. La colegiata se sitúa en una zona llana rodeada de colinas. El lugar tiene buenas condiciones de habitabilidad.

7. Bohigas Roldán (1986: 52). García Guinea (1979: 118).

2. En el claustro de la colegiata fueron excavadas 21 tumbas de lajas, la mayoría formadas por numerosas losas, entre las que destacan algunas con la cabecera tallada en arco para el encaje de la cabeza. Además se halló la tapa lisa de un sarcófago.

433. Ermita de San Bartolomé de Oreña 1. Oreña. Alfoz de Lloredo. Ermita situada en una llanura y en pleno casco rural. La zona presenta buenas condiciones de habitabilidad. 2. Ermita románica de planta rectangular y ábside semicircular realizada en mampostería. Los materiales aparecieron en su interior. 3. Edad Media. Edificio religioso. 4. Durante las obras de restauración de la ermita se hallaron cerámicas medievales, algunas decoradas. 5. Las cerámicas fueron halladas durante las obras de restauración de la ermita. 6. MPAC. 7. Bohigas Roldán (1986: 49-50). 434. Alfar de Santillana del Mar 1. Santillana del mar. El alfar apareció en pleno casco urbano, un espacio que resulta habitable. 2. Alfar medieval que cuando fue reconocido estaba prácticamente destruido por lo que sólo pudieron recogerse cerámicas en el vertedero del mismo. 3. Edad Media. Instalación productiva. 4. En las excavaciones se hallaron fragmentos de cerámica medieval, destacando algunos de jarras de boca cuadrada y de cuello cilíndrico, con asa de cinta. 5. Fue descubierto por J. Otero y excavado por J. Peñil Minguez en la década de los años ochenta del pasado siglo. 7. Bohigas Roldán, Andrio Gonzalo, Peñil Minguel y García Alonso (1989: 119-120). Peñil Minguez, Fernández Ibañez, Ocejo Herrero y Marquez (1986: 363-383).

3. Edad Media. Necrópolis. 4. No proporcionó materiales arqueológicos. 5. Las tumbas aparecieron durante las labores de restauración y saneamiento del claustro, desarrolladas en 1981. Inmediatamente fueron excavadas por personal del MPAC. 5. Bohigas Roldán (1986: 228-230). Jorde Fuentecilla (1982: 55). Puente Sañudo (1985: 353-359). 436. San Sebastián de Herrán 1. Ermita de San Sebastián de Herrán. Herrán. Santillana del Mar. La ermita se encuentra en una zona, del fondo de la vega, aunque ligeramente elevada. El lugar tiene buenas condiciones de hábitat. 2. En el interior de la ermita apareció un altar altomedieval completo, formado por dos elementos. Por un lado está la columna, de 98 cm de altura, troncopiramidal, que aprovecha una antigua estela romana con una inscripción y por otro la mesa del altar, de 18 cm de altura por 32 cm de anchura. La columna presenta un rebaje en su cara superior para insertar la caja de reliquias. 3. Romano. Sepulcral. Edad Media. Fábrica religiosa. 4. En el interior de la misma se halló una cajita de madera para las reliquias. Se intentó datar por radiocarbono pero no se obtuvieron resultados. 5. Fue dado a conocer por J. L. Casado Soto y J. González Echegaray. Apareció, en 1986, de forma casual durante las obras de restauración de la ermita. 7. Bohigas Roldán (1986: 228). González Echegaray y Casado Soto (1985-86: 305312). Iglesias Ruiz y Ruiz (1999: 82-83). Muñoz Fernández et alii (2011: 2011: 371).

437. Yacimiento Junto a la cueva de La Raposa

439. Yacimiento de Pedredo I (o Pedredo A)

1. Vispieres. Santillana del Mar. Z: 79 m. Yacimiento situado en una lengua de tierra muy llana, en posición dominante. Tiene buenas condiciones de habitabilidad.

1. Peredo. Viveda. Santillana del Mar. El yacimiento se sitúa en una zona llana y bastante baja, actualmente dedicada al pastizal, si bien cerca de la primera casa del barrio.

2. En la mencionada lengua no se han observado estructuras. Presenta un suelo muy poco desarrollado, apareciendo los materiales en el horizonte A.

2. El yacimiento únicamente es conocido por el corte producido por la ampliación de la carretera de acceso al barrio, desconociéndose su extensión y características.

3. Romano. Hábitat.

3. Medieval. Hábitat.

4. Durante la construcción de la nueva carretera, que atraviesa la parte final del yacimiento, aparecieron algunos fragmentos de cerámica común romana. En la inmediata cueva de La Raposa se hallaron materiales arrastrados procedentes del yacimiento. 5. Fue descubierto a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP

4. En el corte izquierdo de la carretera de acceso al pueblo se recogieron materiales arqueológicos. Las cerámicas aparecieron en la zona de contacto de una espesa capa de humus y un horizonte A arcilloso y de color amarillento, a unos 40-50 cm de la superficie. El hendedor apareció en el horizonte edáfico inferior, a más de 80 cm de la superficie. Los materiales se clasifican:

6. MPAC.

- 5 fragmentos, uno de base plana y cuatro de panza, con las pastas de color rojizo y el alma grisácea.

7. Muñoz Fernández et alii (2011: 355). Ruiz Cobo y Muñoz Fernández (2010: 663).

- 3 fragmentos uno con el borde exvasado y dos de panza decorados con un estriado fino de color naranja.

438. Yacimiento de Vispieres

- 1 fragmento de asa de cinta de color naranja con el ama gris.

1. Vispieres. Santillana del Mar. Z: 85 m El yacimiento se localiza en la cima de una colina llana y ligeramente dominante. Es habitable. 2. Se desconocen las características del yacimiento. 3. Romano. Hábitat. 4. En el lugar se hallaron tres fragmentos de cerámica romana, de diferentes piezas. Así, se conserva el cuello de una cerámica común romana, con el borde ligeramente exvasado y labio redondo, de color marrón negruzco con desgrasantes de mica; un vaso de terra sigillata hispánica del tipo 46 con un barniz rojo claro brillante y un fragmento del borde de un cuenco de sigillata hispánica de la forma 8 con barniz rojo brillante. Se fechan en época altoimperial, siglos I-II d.C. Además, en el MPAC se conserva un lote de fragmentos de cerámica sigillata y de cronología medieval procedentes de un campo arado localizado junto a la finca de la familia Botín. 5. El yacimiento fue descubierto durante las obras de una conducción de aguas por Jesús Otero, hacia mediados del siglo pasado. 6. MPAC. 7. Bohigas Roldán (1986: 228). Muñoz Fernández et alii (2011: 355). Puente Sañudo (1985: 381-383).

- 9 fragmentos uno de borde exvasado y ocho de panza, uno de ellos decorado con un estriado grueso, de color ocre. - 1 fragmento de panza decorada con un estriado fino y muy marcado, de color pardo rojizo. - 1 fragmento de panza de color pardo. - 2 fragmentos con vedrío transparente, uno con el borde exvasado con el labio redondo y el otro de base plana con anillo de solero de color naranja. 5. Fue reconocido y estudiado por CAEAP a comienzos de los años ochenta del siglo pasado. 6. MPAC. 7. Montes Barquín (2003: 40). Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 138). 440. Iglesia de San Salvador de Viveda 1. Viveda. Santillana del Mar. La iglesia se sitúa en una zona llana y habitable en la margen izquierda del río Saja. 2. En la fachada meridional de la iglesia se conserva una lápida de consagración con una inscripción alusiva. 3. Edad Media. Edificio religioso.

4. En la inscripción se cita al obispo de Oviedo Obeco, del año 928 d.C. 5. Fue descubierta a mediados del siglo XIX por la Comisión de Monumentos de la Provincia de Santander. 7. García Guinea (1996: 110). 441. Necrópolis de San Pedro de Tagle 1. Tagle. Suances. Z: 77 m Yacimiento situado en el casco rural, en una zona habitable. 2. En los alrededores de la iglesia parroquial aparecieron tumbas de lajas. 3. Edad Media. Necrópolis. 4. No han aparecido materiales arqueológicos. 5. El yacimiento ha sido señalado por el párroco J.L. Lopez Fernández, quién informó de la aparición de las tumbas hace años.

época romana, mientras que el segundo, situado entre 70 y 140 cm de superficie, proporcionó materiales romanos. 3. Romano. Hábitat. Edad Media. Hábitat. Edad Moderna. Hábitat. 4. En el sondeo realizado, de 2 metros de lado por 1,5 m de profundidad, aparecieron numerosos materiales. En el estrato inferior se hallaron materiales romanos, con fragmentos de sigillata hispanica, uno de ellos decorado con círculos concéntricos, fragmentos de cerámica común romana a torno, entre los que destaca un fondo plano de color ocre claro y un fragmento de asa de sección circular. Además aparecieron fragmentos de tegula e imbrex, teselas de mosaico y un denario de Augusto de la ceca de Roma. Los materiales son fechables entre los siglos I y II d.c. En el estrato superior se hallaron fragmentos pequeños de terra sigillata, fragmentos de cerámica a torneta lisas, fragmentos de cerámicas esmaltadas y con vedrio y una medalla de cobre.

7. Sainz Fernández (2000: 46-56).

5. El yacimento fue sondeado en 1962 por M.A. García Guinea.

442. Yacimiento de La Tablía Sur

6. MPAC.

1. Suances. Z: 36 m. Yacimiento situado en un área llana, muy cerca de la actual línea de costa. El lugar resulta habitable.

7. Bohigas Roldán (1986: 172), Fernández Ochoa y Morillo Cerdán (1994: 104-105). García Bellido, Fernández de Aviles y García Guinea (1970: 66). Muñoz Fernández et alii (2011: 356). Vega de la Torre (1982: 257).

2. Los materiales aparecen un área reducida, en una zona dedicada a pastizal de siega y en un contexto de suelo. No se conoce su extensión y carácter. 3. Edad Media. Hábitat. 4. En el lugar aparecieron 8 fragmentos de cerámicas lisas con la excepción de uno de ellos, decorado. 5. Fue reconocido en el año 2003 por I. Castanedo Tapia y B. Malpelo García, durante la realización un informe de arqueología de gestión. 6. MPAC. 443. Yacimiento de La Huerta de Quintana (o de Suances) 1. Suances. Z: 97 m Situado en la cima de una pequeña elevación costera, junto a la iglesia parroquial. Presenta condiciones de habitabilidad. 2. Los materiales aparecieron en un contexto de suelo. En el sondeo se profundizó hasta 1,5 m y aparecieron dos niveles arqueológicos: el primero hasta 0,7 m de la superficie proporcionó materiales de diversas cronologías, desde época moderna hasta

444. Necrópolis de San Roque de Puente Avios 1. Puente Avios. Z: 107 m. Yacimiento situado en una zona llana, con buenas condiciones de habitabilidad. 2. Necrópolis de tumbas de lajas que se disponían adosadas las unas a las otras, alrededor de la desaparecida ermita de San Roque. Las tumbas conservaban restos humanos. 3. Edad Media. Necrópolis. 4. Proporcionó un lote de cerámicas medievales, destacando algunas estriadas y pintadas. 5. El yacimiento fue señalado en 1979 por M.A. García Guinea. 6. MPAC. 7. Bohigas Roldán (1986: 170-172). García Guinea (1979: 118).

445. Mota de Trespalacios 1. Hinojedo. Suances. Z: 27 m. El yacimiento se encuentra en la vega fluvial, en una zona llana por la que discurre un arroyo, en un lugar con buenas condiciones de hábitat. 2. Estructura defensiva formada por una elevación de forma casi circular, de unos 15 m de diámetro y de 1,6 m de altura, con relleno de piedras. Está rodeada por dos anillos de tierra limitados por fosos en “U”, el primero a unos 23 m del centro de la estructura y el segundo a 34 m. En total la estructura mide 76 m de diámetro. 3. Edad Media. Estructura defensiva. 4. Ha proporcionado cerámicas alto y pleno medievales. 5. El yacimiento fue reconocido a principios de los años ochenta por CAEAP En el año 1987 B. Martínez Barreda realizó una prospección geofísica en el lugar. El año 2006 fue sondeada y estudiada por L. Mantecón Callejo y J. Marcos Martínez. 7. Bohigas Roldán (2011: 49). Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (1984: 109). Mantecón Callejo y Marcos Martínez (2008: 111130). 446. Necrópolis de San Saturnino de Hinojedo 1. Hinojedo. Suances. Z: 27 m. La iglesia se sitúa en la llanura fluvial del Saja – Besaya, un lugar habitable. 2. Existen noticias de la aparición de tumbas de lajas durante la construcción de una casa situada junto a la iglesia. Además había una posible tapadera de sarcófago, reutilizada como banco. 3. Edad Media. Necrópolis. 4. No se han hallado materiales arqueológicos. 5. La necrópolis ha sido reconocida por L. Mantecón Callejo y J. Marcos en el año 2007, recogiendo informaciones orales de los vecinos durante la realización de la Carta Arqueológica de Cantabria. 447. Torre del Castigo 1. Hinojedo. Suances. Yacimiento situado en la cima plana de La Masera, en posición dominante y estratégica. Resulta habitable. 2. Restos de una torre que únicamente conservaba la mota, que levantaba un poco más de un metro del

suelo. Su planta era cuadrada. Recientemente ha sido destruida. 3. Edad Media. Estructura defensiva. 4. Por la zona han aparecido algunos fragmentos de cerámica y de teja árabe. 5. Fue descubierta por CAEAP a principios de los años ochenta. Recientemente ha sido destruida por un particular que ha explanado parte de la cima de La Masera. Hay una leyenda que la relaciona con la mota de Tres Palacios. 7. Bohigas Roldán (2011: 50). 448. Torre del Pico La Torre 1. Pico La Torre. Cabezón de la Sal. Z: 163 m Torre situada en la cima de un altozano, al noroeste de Cabezón de la Sal, en posición dominante y estratégica. El lugar presenta buenas condiciones de habitabilidad. 2. De la torre únicamente se ha documentado uno de los lados. Debido a un deslizamiento de ladera ocurrido en diciembre de 2005 se descubrió una hilera de piedras de sillería, sillarejo y mampostería. 3. Medieval. Estructura defensiva. 4. En la cima del monte CAEAP recogió algunas cerámicas medievales y un fragmento de molino rotatorio en la tapia de separación de prados. En concreto se hallaron los siguientes fragmentos a torno y/o torneta: - Fragmento de panza decorada con un estriado grueso en disposición horizontal, atravesado por otro vertical en friso, más fino. Es de color gris, tiene engobe naranja y presenta desgrasantes muy abundantes y de tamaño medio de cuarzo. - 4 fragmentos de panza lisas (uno grueso con dos capas, la interior ocre y la exterior grisácea, con desgrasantes abundantes de calcita y mica; uno de color ocre con el exterior naranja, con escasos y finos desgrasantes de mica; uno gris con desgrasantes escasos y finos de mica y uno muy fino, de color naranja, con abundantes y finos desgrasantes de mica). En las investigaciones más recientes aparecieron cerámicas, algunas con decoración estriada y pintada, además de un fragmento de molino. También se halló la planta de la torre, que es poligonal. 5. El yacimiento fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP En 20052006 fue investigado por R. Bohigas Roldán, M. García Alonso, A. Ocejo Herrero y J. L. Rivera Cobo.

6. MPAC. 7. Bohigas Roldán (2011: 48-49). García Alonso, Rivera Cobo, Bohigas Roldán y Ocejo Herrero (2006: 11-14). Muñoz Fernández et alii (2011: 377). 450. Necrópolis del Monasterio de San Martín de Tobia 1. Cabezón de la Sal. El yacimiento se encuentra en área habitable.

451. Yacimiento de San Ciprián 1. Santibañez. Cabezón de la Sal. El yacimiento se encuentra en una pequeña plataforma elevada, probablemente los restos de una ermita. La zona es habitable. 2. En el lugar existen los restos de una ermita y en él aparecieron gran número de losas decoradas de las únicamente se conservan dos, una de ellas decorada con podomorfos incisos. 3. Edad Media. Fábrica religiosa.

2. Se localiza en el antiguo cementerio de la localidad, lugar donde hubo un antiguo monasterio. En el sondeo realizado se halló una interesante estratigrafía. En la base, en el denominado nivel IV, se observan restos de estructuras con un muro de lajas de arenisca sin mortero y restos de cuatro tumbas de lajas. Por encima, en el nivel 3, se localizan inhumaciones en fosa simple, de los siglos XIV y XV. En el nivel 2 se hallaron muros y contrafuertes de la Edad Moderna.

4. Se han hallado molinos de mano.

3. Edad Media. Siglos X a XIV-XV. Necrópolis.

452. Necrópolis de San Andrés

4. Se desconocen los materiales arqueológicos al no haberse publicado las memorias de los sondeos. Únicamente se han citado monedas de Felipe III y Felipe IV.

1. Mies de Valencia. Cos. Mazcuerras. El yacimiento se encuentra en un área de pastos, con buenas condiciones de habitabilidad.

5. Fue reconocido por L. Mantecón Callejo en el año 2005, que realizó un sondeo en el yacimiento. Además practicó una prueba radiocarbónica. 450. Necrópolis de San Juan de Santibañez (o del Solar) 1. El Solar. La Llosuca. Santibañez. Z: 175 m. Se sitúa en una zona llana, con buenas condiciones de habitabilidad. 2. El yacimiento se encuentra junto a la iglesia parroquial, donde aparecieron tumbas de lajas formadas por varias losas, tanto en los laterales como en las cubiertas.

5. Los materiales fueron puestos al descubierto por el arado. 6. MPAC. 7. Bohigas Roldán, García Alonso y Presmanes (1995: 65-68). VV.AA. (2010: 222).

2. Necrópolis situada alrededor de una ermita actualmente desaparecida. La necrópolis estaba formada por tumbas de fosa cubiertas por una losa monolítica. Cuando se abandonó la ermita, hace más de un siglo, los esqueletos fueron trasladados al cementerio actual. 3. Edad Media. Necrópolis. 4. No se conocen hallazgos arqueológicos. 5. El yacimiento fue reconocido en la década de los ochenta por R. Bohigas Roldán, durante la realización de su Tesis Doctoral. 7. Bohigas Roldán (1986: 124).

3. Edad Media. Necrópolis.

453. Necrópolis de Tresileja

4. Se han localizado dos fragmentos de estelas discoideas, que pudieran pertenecer a una misma pieza. 5. El yacimiento fue descubierto por R. Bohigas Roldán durante la realización de su tesis doctoral, en la década de los años ochenta del pasado siglo. 7. Bohigas Roldán (1986: 63). Bohigas Roldán, García Alonso y Chatuch Durán (2003: 569-585).

1. Parroquia de Santiago. Cos. Mazcuerras. La iglesia parroquial se sitúa en una llanura aluvial llana, en una zona muy habitable. 2. En torno a la iglesia parroquial se dispuso una necrópolis medieval. En el año 1990 fue excavada de urgencia, abriéndose hasta 78 metros cuadrados. Aparecieron 32 tumbas de lajas, formadas por losas de areniscas, algunas de las cuales presentaban una almohadilla de piedra y una de las lajas tenía grabada

una punta de flecha. Uno de los huesos humanos fue datado en el año 1205 30 B.P. (cal 694-936).

5. El yacimiento se puso al descubierto en los años setenta del pasado siglo por las labores agrícolas y fue reconocido científicamente por M.A. García Guinea.

3. Edad Media. Necrópolis. 4. En el yacimiento aparecieron algunas cerámicas medievales.

7. Bohigas Roldán (1986: 124-125) Campuzano Ruiz (1999: 359). García Guinea (1979: 118).

5. El yacimiento fue descubierto en 1990 durante la realización de una traída de aguas. Fue excavada de urgencia por un equipo bajo la dirección de R. Bohigas Roldán

456. Necrópolis de San Clemente 1. Cagigal de San Clemente. Sierra de Ibio. Mazcuerras. Z: 163 m. Yacimiento situado en torno a una antigua ermita. La zona es habitable.

6. MPAC. 7. Babini, Ferré, Hernández, Manriquez y Ruiz (1994: 29-34). Bohigas Roldán (2002: 13). Rasines del Río (1995: 111-113). San Martín Cuevas (1994: 18-21).

2. En torno a una ermita, ya desaparecida, se hallaron tumbas de lajas realizadas con losas. 3. Edad Media. Necrópolis. 4. En el lugar aparecieron fragmentos de ladrillos y tejas árabes.

454. Necrópolis de Cintul 1. Cintul. Cos. Mazcuerras. El yacimiento está en un área llana muy habitable, en la vega fluvial.

5. El yacimiento fue reconocido científicamente por R. Bohigas Roldán durante la realización de su Tesis Doctoral, en los años ochenta.

2. En las proximidades de una ermita gótica, del siglo XV se han hallado tumbas y en las obras de construcción de unas naves ganaderas aparecieron escorias de hierro.

7. Alonso Ortiz (1996: 14-22). Bohigas Roldán (1986: 124). 457. Castillo de Camesa (o del Castillón)

3. Edad Media. Sepulcral. Instalación productiva.

1. El Burco. Sierra de Ibio. Mazcuerras. Z: 292 m. Castillo topográfico situado en la cima de un pequeño monte cónico, en posición dominante y estratégica. Presenta buenas condiciones de hábitat.

4. No han aparecido materiales arqueológicos. 5. Fue señalado como yacimiento arqueológico por J. Marcos Martínez y por L. Mantecón Callejo durante la realización de la carta arqueológica del municipio, en 2006.

2. Apenas afloran vestigios del castillo, únicamente los restos de un muro a ras de suelo del que se observan unos 3 m en el lado oeste de la cima, con piedras de mampostería caliza. También se observa una depresión que ha sido interpretada como una cisterna.

455. Necrópolis de La Casuca (Prao Santo) 1. La Casuca. Sierra de Ibio. Z: 277 m. Mazcuerras. Yacimiento situado en un rellano de ladera, en un lugar habitable.

El castillo está documentado entre los siglos XI al XIII.

2. Necrópolis en la que han hallado unas quince tumbas de lajas, realizadas con losas de piedra, tanto de adultos como de infantiles. Una de las losas que cubría la cabecera de la tumba presentaba una inscripción “Pennous”, precedida por una cruz griega. Una buena parte del yacimiento ha desaparecido por la construcción de una piscina.

3. Edad Media. Estructura defensiva. 4. En la cima del castillo, CAEAP encontró numerosas escorias y un fragmento de cerámica a torno, con arranque de borde exvasado, con esmalte amarillento irregular por el interior y con un chorretón en la base del cuello por el exterior, bastante decantada y de color naranja.

3. Edad Media. Necrópolis. 4. En la necrópolis se hallaron cerámicas, algunas de ellas con decoración estriada, un fragmento de carbón vegetal y un ocre rojo.

Además, M. A. Fraile López halló cerámicas de aspecto medieval y en la visita realizada al yacimiento se observó un fragmento de panza lisa y restos de mortero.

)

5. El yacimiento fue localizado por R. Bohígas Roldán a principios de los años ochenta.

7. Muñoz Fernández, Montes Barquín, Morlote Expósito y San Miguel Llamosas (2002: 123-124, 131-132, 135 y 139).

6. Los materiales recuperados por CAEAP se encuentran en el MPAC.

459. Yacimiento del Área II de la Peñona de Caranceja

7. Bohigas Roldán (1986: 157). Bohigas Roldán (2011: 48-49). Fraile López (1989: 398).

1. Caranceja. Reocín. Se sitúa en la cima de una colina en posición dominante. Es un lugar con buenas condiciones de habitabilidad.

458. Yacimiento de la “Forja Seca” de Caranceja y carboneras de la Peñona de Caranceja 1. Caranceja. Reocín. Yacimiento situado en la cara oeste de la Peñona de Caranceja. 2. Yacimiento complejo que consta de varios elementos, todos ellos destinados a la producción de hierro. Por una parte se han identificado los restos probablemente de la fábrica de una forja seca. Se encuentra en un rellano de ladera muy tendida labrado en una pequeña elevación, en las primeras estribaciones de la Peñona. Soterrados en el suelo y cubiertos por pradería se vislumbra una estructura de piedra de planta rectangular. A unos 50 m al noroeste hacia abajo, inmediato al cauce del arroyo, había un enorme escorial, con escorias porosos y pesadas de hierro. Muy cerca de la misma había dos carboneras. Estas se extendían a lo largo de toda la ladera noroccidental de La Peñona. Se identificaron 21, todas ellas circulares, pero de distintos tamaños, uno de ellos se reutilizó. Fueron excavados con metodología arqueológica. En una de ellos, el número 2, se extrajo una muestra de C14, calibrado a dos signas proporcionó una fecha de AD 1030 al 1290, interceptando la curva de calibración en cal AD 1220 y para un sigma cal AD 1165 a 1270. 3. Edad Media. Instalación industrial. 4. Entre los hoyos excavados destacó el número 6, el de mayores dimensiones, con 3 metros de diámetro, en cuyo fondo se documentaron dos postes de madera de sección cuadrangular apuntados, uno simple y el otro doble. En el hoyo número 2 se hallaron 36 cantos de arenisca de distintos tamaños, muchos de ellos fracturados. Y por último, en el hoyo 16 apareció un fragmento del cuello de una olla, con el borde exvasado y el labio redondo, de color naranja y con desgrasantes de mica, realizada a torneta. 5. Fue localizado y sondeado por GAEM durante las obras de seguimiento de la construcción de la Autovía del Cantábrico, en los años 1995 y 1996. 6. MPAC.

2. Los materiales aparecieron en desarrollado sobre la roca madre caliza.

un

suelo

3. Edad Media. Hábitat (¿). 4. En los sondeos practicados se hallaron 7 fragmentos de cerámica a torneta con desgrasantes de mica, de color naranja y gris, todos ellos lisos, excepto uno decorado con un estriado grueso y regular. Y un fragmento de teja. 5. Fue reconocido y sondeado por el GAEM durante las obras de construcción de la Autovía del Cantábrico. 6. MPAC. 7. Muñoz Fernández, Montes Barquín, Morlote Expósito y San Miguel Llamosas (2002: 136). 460. Yacimiento del Prado de la Cruz 1. Prado de la Cruz. Caranceja. Reocín. Situado en una cima dominante con buenas condiciones de uso. 2. Los materiales aparecieron dispersos en el área excavada del yacimiento, en un contexto de suelo. 3. Edad Media. Hábitat (¿). Los materiales fueron recuperados durante una excavación de urgencia. Los fragmentos de cerámicas medievales a torneta y a torno son muy numerosos: - Fragmento de la parte superior de una olla con el borde exvasado y el labio redondo, de color gris. - 2 fragmentos de la parte superior de una vasija pequeña con el borde exvasado y el labio redondo de color gris – pardo con desgrasantes finos de cuarzo. - Fragmento de la parte superior de una jarra con el borde continuo y con el labio exvasado plano, de color pardo con desgrasantes finos de mica. - Fragmento de la parte superior de una jarra con el borde continuo y con el labio exvasado redondo, decorado con un estriado fino y regular. - Fragmento de la parte superior de una jarra con el borde alto y recto y con el labio redondo, de color naranja.

- 21 fragmentos de bases (12 con la unión a la panza convexa – 2 decorados con un estriado grueso, uno de ellos muy oblicuo, 2 de color gris, 4 pardas, 3 ocres, 2 naranjas y 1 rojizo – 2 con la unión a la panza oblicua – 1 gris y 1 parda con engobe interior rojizo y 7 fragmentos de base plana – hay 1 con la base ligeramente cóncava de color blanco con abundantes y gruesos desgrasantes de cuarzo, 1 de color ocre con una línea gruesa de separación entre la base y la panza, del resto hay una gris, 2 pardas, 1 ocre, 1 rojizo). - 1 fragmento de asa de cinta de color gris con engobe grueso de color ocre con desgrasantes de mica. - 12 fragmentos de panza con el arranque de borde exvasado. Hay 3 con decoración estriada (2 con estriado grueso y regular de color pardo y 1 con estriado muy fino, regular y poco marcado de color pardo ) y 9 lisos (1 con arranque de asa de color pardo con engobe exterior ocre, 1 gris, 1 gris con engobe ocre, 1 pardo, 1 ocre, 2 naranjas y 1 rojizo). - 29 fragmentos de panza decorados: 25 con estriado grueso y regular (6 grises, 1 gris con exterior ocre, 3 grises con engobe por el exterior de color ocre, 1 grisrojizo, 5 pardos, 1 pardo con engobe naranja por el exterior, 4 ocres, 3 ocre con engobe pardo por el exterior y 2 naranjas), 2 con estriado fino y regular (de color ocre) y 2 con acanaladuras muy separadas 81 con acanaladuras gruesas y poco marcadas y 1 con acanaladuras muy finas, ambas con color pardo). - 155 fragmentos de panzas lisas (4 negruzcas, 19 grises – uno de ellos con el alma rojiza, 3 grises con el interior rojizo , 8 gris con engobe ocre, 1 gris con engobe naranja, 1 gris con engobe rojizo, 1 gris con engobe exterior ocre y 1 gris con engobe exterior de color naranja, 1 gris con el interior pardo–rojizo, 33 pardos –uno con el alma roja y negra-, 9 pardo– rojizos, 1 pardo con engobe exterior naranja, 26 ocres –3 con el alma gris–, 33 naranja –2 con el alma gris y 15 rojizos– 1 con el alma gris-. 1 fragmento de panza lisa de color ocre con vidriado transparente por el interior. - 13 fragmentos de tejas árabes, algunos muy planos. - 1 clavo de hierro grande con la cabeza ancha y la sección de la punta cuadrada. - 1 fragmento de escoria de hierro.

1. Peñona de Caranceja. Reocín. Yacimiento que estaba situado en la cima más oriental de La Peñona, en un área llana y resguardada, aunque muy dominante. Presenta condiciones de habitabilidad.

5. Reconocido y excavado en régimen de urgencia por el GAEM en el año 1995 durante las obras de construcción de la Autovía del Cantábrico.

1. Barcenaciones. Reocín. La instalación productiva se sitúa muy cerca de la cima de una colina.

6. MPAC. 7. Muñoz Fernández, Montes Barquín, Morlote Expósito y San Miguel Llamosas (2002: 134-138).

2. Yacimiento de extensión limitada, menos de doscientos metros cuadrados, en un contexto de suelo poco desarrollado sobre la arenisca de facies Weald. Los materiales aparecen inmediatamente por debajo del nivel superficial, en unos limos amarillentos producto de la descomposición de la roca madre. 3. Edad Media. Hábitat. 4. En este yacimiento se recuperaron numerosos fragmentos cerámicos por lo que se realizó un sondeo de un metro cuadrado que proporcionó abundantes fragmentos de tejas árabes. En total se hallaron 211 fragmentos de cerámica, destacando los fragmentos de una jarra casi completa de boca cuadrada, varios fragmentos de ollas, jarras – tanto de boca cuadrada como de cuello cilíndrico – una jarra con la vertedera trilobulada, vasijas reducidas, un plato, etc. En general los fragmentos son lisos, aunque hay algunos decorados con estriado grueso y regular y con acanaladuras poco marcadas. Además de las tejas y las cerámicas se halló un puñal de hierro con uno de los filos romos y con un pequeño espigo en la empuñadura y un fragmento de escoria de barro rojizo vitrificado. 5. El yacimiento fue reconocido por el GAEM en el año 1995 durante las labores de seguimiento de las obras de las construcción de la Autovía del Cantábrico. Este mismo equipo realizó un sondeo de un metro cuadrado. 6. MPAC. 7. Muñoz Fernández, Montes Barquín, Morlote Expósito y San Miguel Llamosas (2002: 130, 136137). 462. Tejera de la Peña Caranceja (o Tejera Próxima al Hoyo de los Herreros)

2. Tejera excavada en el suelo formada por un pasillo de entrada y un gran horno de planta circular cubierto por una falsa cúpula, que está desplomada, realizada a base de mampuestos calizos. Junto a la misma hay una escombrera de las tejas producidas en la misma. 3. Medieval (¿). Instalación productiva.

461. Yacimiento de Peñona de Caranceja XIII

4. En la escombrera y entre los restos de tejas, se hallaron algunos fragmentos de cerámica a torneta, cuya clasificación es como sigue:

- Fragmento de panza algo gruesa decorada con un estriado fino y separado, muy poco marcado de color gris – parduzco con el interior grisáceo y el alma de color naranja. - Fragmento de panza bastante fino con un estriado grueso irregular y bastante marcado. Es de color naranja con desgrasantes finos de cuarzo y mica. - Fragmento de panza lisa de color ocre con desgrasantes escasos y finos de mica. 5. Fue reconocido a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. 6. MPAC. 7. Muñoz Fernández, Montes Barquín, Morlote Expósito y San Miguel Llamosas (2002: 79). 463. Necrópolis de San Román de Quijas 1. San Román. Quijas. Reocín. Z: 218 m Yacimiento situado en la cima, bastante larga y amplia, de una colina. El área es habitable. 2. En este lugar se hallaron algunas tumbas de lajas al ensanchar la carretera. 3. Edad Media. Necrópolis. 4. No se han hallado materiales arqueológicos. 5. El yacimiento fue reconocido científicamente por GAEM a finales del siglo pasado, recogiendo referencias orales de los vecinos. 7. Muñoz Fernández, Montes Barquín, Morlote Expósito y San Miguel Llamosas (2002: 79). 464. Necrópolis de Cuevalínea 1. Caserío de Vizmorro. Quijas. Reocín. Z: 276 m. Yacimiento situado en un rellano de ladera. Tiene condiciones de habitabilidad. 2. Durante las labores de plantación de un eucaliptal se hallaron tumbas de lajas que conservaban los huesos humanos. 3. Edad Media. Necrópolis. 4. No proporcionó materiales arqueológicos. 5. Fue reconocido científicamente por R. Bohigas Roldán durante la realización de su Tesis Doctoral, siguiendo referencias orales de los vecinos. 7. Bohigas Roldán (1986: 157).

465. Minas de Reocín 1. Reocín. Mina de grandes dimensiones, de zinc y plomo, tanto de cielo abierto como de galería. 2. En las labores mineras del siglo XIX aparecieron entibaciones de roble que estaban lignitizadas. 3. Romano. Instalación productiva. 4. Ha proporcionado numerosos materiales romanos fechables entre los siglos III y IV d.C., en concreto: un pondus, bateas de madera, una polea, mazos y estacas de roble, monedas y lucernas. 5. Fueron descubiertas durante las labores mineras del siglo XIX y estudiadas por J. Carballo a principios del siglo XX. 6. MPAC (una lucerna). 7. Carballo (1939: 81-83). Domerque (1990: 127). Herrera Roriva y Cabezas Ruiz (1992: 300). Lasaga Larreta (1889: 41). Mantecón Callejo (2000: 41-42). Muñoz Fernández et alii (2011: 369). Olabarría (1890: 109). Vega de la Torre (1982: 252). 466. Yacimiento de Los Pandos 1. Vispieres. Santillana del Mar. Se encuentra en la parte alta de la ladera de una colina costera denominada Santolaja, con la cima muy llana y habitable. 2. Los materiales han aparecido en un contexto de suelo formado sobre roca madre caliza. Se desconocen las características del yacimiento. 3. Romano. Hábitat. 4. Ha proporcionado un fragmento de fondo de terra sigillata hispánica tardía, un fragmento el borde de un plato de cerámica del tipo 103 de A. Martínez Salcedo, con la pasta negra y con desgrasantes gruesos de cuarzo y finos de moscovita, 4 fragmentos de cerámica común romana (uno de base plana, uno de asa de cinta y dos de panzas lisas), 1 fragmento de ímbrex, un fragmento de pequeño ladrillo rectangular, un bloque de arenisca y un fragmento de metate de molino plano, de arenisca. 5. Recientemente ha sido reconocido por el GAEM durante la construcción de uno de los tramos de la Autovía del Agua. 6. MPAC

7. Muñoz Fernández et alii (2011: 354-355). 467. Campamento romano de Cueto del Haya 1. Cueto del Haya. Carmona. Cabuérniga. Z: 773 m. El yacimiento se sitúa en la cima de una colina, en posición muy dominante y estratégica. La zona es poco habitable. 2. Campamento de campaña de planta rectangular, de casi medio kilómetro de longitud. Presenta foso y agger. Ha sido muy dañado por las explotaciones forestales que han destruido buena parte de la estructura.

4. No han aparecido materiales arqueológicos en el yacimiento. 5. Estudiado por miembros del MPAC. 7. Bohigas Roldán (1986: 64). Manrique (2004: 94). 470. Necrópolis de La Jorcá 1. Terán. Cabuérniga. Yacimiento situado en la cima de una colina, en una zona habitable. 2. El mismo se hallaron tumbas de lajas.

3. Romano. Estructura militar.

3. Edad Media. Necrópolis.

4. No se han hallado materiales arqueológicos.

4. No se ha indicado la aparición de objetos arqueológicos.

5. Fue descubierto a principios de siglo por Gonzálo Gómez Casares y confirmado plenamente por E. Peralta Labrador. 7. Peralta Labrador (2011: 35).

5. El yacimiento es conocido por referencias orales de un lugareño a miembros dCAEAP Fue excavado en los años cincuenta del siglo pasado por Valentín Calderón de la Vara. No ha sido revisado.

468. Fortificación de Castillo

471. Necrópolis de San Fructuoso de Lamiña

1. Cotillo. Sopeña. Cabuérniga. Se sitúa en un escalón de ladera, en posición estratégica y dominante.

1. Cuesta de las Anjanas. La Esprilla. Lamiña. Ruente. Z: 345 m. Se sitúa en una lengua de tierra, en un área habitable.

2. Aparece una estructura de planta irregular aunque tendente a la circular, de 0,8 hectáreas, unos 128 m de longitud por 87 m de anchura, realizada con mampostería de pequeño tamaño, de piedra. Hacia el norte hay un posible agger muy arrasado y un foso, de 195 m de longitud y 133 m de anchura, además de posibles líneas defensivas. 3. Edad Media. Estructura defensiva. 4. No han aparecido materiales arqueológicos. 5. Fue reconocida por L. Mantecón Callejo y J. Marcos Martínez en el año 2005, durante la realización de la Carta Arqueológica de Cabuérniga. 469. Necrópolis de Santa Eulalia de Terán 1. Terán. Cabuérniga. Se sitúa dentro del casco urbano, en un área llana. La zona es habitable. 2. En los alrededores de la iglesia parroquial y durante la realización de diversas obras se han hallado tumbas de lajas con tapadera, en algunos casos doble. Dos de las tumbas con huesos humanos fueron documentadas por personal del Museo de Prehistoria de Santander. 3. Edad Media. Necrópolis.

2. En este lugar hay una ermita de época moderna con algunos elementos prerománicos. El coro está apoyado en dos columnillas con capiteles de estilo asturiano y en la iglesia parroquial hay una pila de agua bendita de arenisca del mismo estilo, probablemente procedente de la ermita. En el centro de la nave hay un sarcófago excepcional, muy decorado, con una Cruz de Los Ángeles en el frente de los pies, también de estilo asturiano. En el soportal de la fábrica religiosa se conserva una tapadera de sarcófago decorada con circunferencias inscritas y con una inscripción. A la salida del pueblo y utilizado como pilón, se conserva una caja de sarcófago con hueco antropomorfo. En las excavaciones de 1985 se documentaron nueve tumbas de lajas, entre las que destacaba una con un orificio de libación en la tapadera, así como muros, que fueron interpretados como restos de un monasterio. Se obtuvo una datación radio-carbónica: UGRA- 270: 1190 B.P., que calibrada en un intervalo de 2 sigma resulta ser de 663-1017, con intersecciones en 784/787/833/836/877. 3. Edad Media. Necrópolis. 4. En las excavaciones de urgencia de hallaron cerámicas medievales.

5. Los restos prerrománicos fueron estudiados a mediados del pasado siglo por González Echegaray, Carrión Irún y Pérez Regules. Fue estudiada por R. Bohigas durante la realización de su Tesis Doctoral. Fue excavada de urgencia por un equipo del MPAC. bajo la dirección de E. Van del Eynde, que estudió y valoró el sarcófago. 6. MPAC 7. Bohigas Roldán (1986: 220-224). Ealo de Sa (1984: 110-125). Gutierrez Cuenca (2002: 93). Muñoz Fernández y Malpelo García (1993-95: 13). Van den Eynde (1985: 321, 326, 327, 331 y 340). Van den Eynde y Fernández Ibañez (1986: 58). 472. Castillo de Castrejón

1. Bárcena Mayor. Los Tojos. El castillo se asienta sobre un espolón rocoso, en posición estratégica. El lugar es habitable. 2. En la vertiente norte del espolón donde se asienta es donde tenía el acceso, lugar que presenta tres recintos amurallados que lo defienden. 3. Edad Media. Castillo. 4. No se conoce material arqueológico procedente del yacimiento. 5. Ha sido recientemente publicado por R. Bohigas. 7. Bohigas Roldán (2011: 48).

4.7. Hallazagos romanos y medievales 473. San Vicente de La Barquera En la colección del Museo Municipal de Santander se custodian dos monedas, un as ibérico de Iltirta y uno hispano romano acuñado por Tiberio de la ceca de Cascantum. Además se conoce la existencia de un as de Claudio, procedente quizás de una cueva. Fernández Ochoa y Morillo Roldán (1994: 100). Vega de la Torre (1982: 238 y 246). Vega de la Torre (1985: 254). 474. Hallazgo del Prado de al lado de la Ermita de la Concepción de Laspres Laspres. Valles. La Revilla. San Vicente de La Barquera. En este lugar CAEAP halló: Fragmento de la panza de una vasija realizada a torno, con una incisión muy ancha, con el exterior gris- rojizo, interior rojizo y alma gris, de 3 mm de grosor. Fragmento de la parte inferior de una vasija realizada a torno, con la base plana. Es de color rojizo y tiene vidriado melado por el interior, con un grosor de 7 mm. Se conservan en el MPAC. 475. Hallazgo de Comillas En esta villa se hallaron dos monedas romanas: un bronce grande de Alejandro Severo y otra moneda del siglo III. Vega de la Torre (1982: 247).

Reconocido por CAEAP. 478. Hallazgo de la Venta de Tramalón Venta de Tramalón. Sierra. Ruiloba. El yacimiento se encuentra en la cima de una colina, muy dominante y próxima a la costa. Tiene condiciones de habitabilidad. Los materiales, hallados por CAEAP, aparecieron en un corte de unos 4 m de altura, al realizarse la explanada que hay detrás del bar, para construir un aparcamiento. Se encontraron a casi un metro de la superficie. Su clasificación es como sigue: Jarra muy fragmentada, aunque prácticamente completa, con el cuerpo periforme, fondo plano con anillo macizo de solero y con la unión a la panza cóncava, el cuello es alto y recto, con el labio moldurado ligeramente convexo, del labio parte un asa de cinta hasta la parte más ancha de la panza. Ha sido fabricado a torno y presenta vedrio transparente verdoso, por ambas caras del borde y labio además del asa y con pequeños goterones aislados por toda ella. Es de color ocre y presenta desgrasantes finos de mica. Fragmento de la parte superior de una olla con el borde exvasado y labio plano del que parte un asa de cinta. Ha sido realizada a torno, tiene pastas de color negro con el alma a sándwich (rojo y negro intercalado) y con desgrasantes finos de mica. Fragmento de panza liso con abundantes desgrasantes de mica. Material depositado en el MPAC. 479. Hallazgo de La Sierra San Vicente del Monte. Valdáliga. En este lugar se halló un fragmento de molino circular de granito.

476. Hallazgo de la Ría de la Rabia

480. Hallazgo de Oreña

A principios del siglo veinte se hallaron al menos 16 monedas romanas de los siglos II, III y IV d.C. de distintos emperadores y emperatrices. Muñoz Fernández et alii (2011: 372). Vega de la Torre (1982: 250).

Oreña. Alfoz de Lloredo. En un campo situado al noroeste de la iglesia de Los Hoyos y junto a un fragmento de metate de arenisca, se hallaron 2 fragmentos de panza lisas de aspecto medieval, uno de color rojizo y el otro de color ocre, ambos con desgrasantes de mica.

477. Hallazgo de la Playa de Fonfría

481. Hallazgo de Ubiarco

Fonfría. Casasola. Ruiloba. La playa de Fonfría es una ensenada muy reducida donde desemboca un arroyo, con numerosos cantos. En la parte sur de la playa, se observa un corte natural donde aparecen tres estratos: Humus de unos 20 cm de potencia. Paquete de limos de color amarillento – rojizo, con algunos fragmentos cerámicos. Capa de arcillas de tonos grisáceos.

En este pueblo se encontró un gran bronce que fue atribuido a Alejandro Severo.

En la segunda capa apareció el fragmento de la parte superior de una olla realizada a torneta, con el borde exvasado y el labio redondo, decorado con un estriado grueso y regular. Es de color naranja. Un asa de cinta en arco muy convexo, de color naranja, con el alma gris.

Muñoz Fernández et alii (2011: 372). Vega de la Torre (1982: 258). 482. Hallazgo de Casar de Periedo Al abrir la carretera en el siglo XIX se halló un denario republicano, de Quintus Antonius Barbus. Se conservan en el MPAC. Muñoz Fernández et alii (2011: 372). Vega de la Torre (1982: 239).

4.8. Yacimientos romanos y medievales dudosos

489. Cóbreces

483. Ferrería seca de Rioturbio

Alfoz de Lloredo. En la cima de una pequeña elevación aparecen los restos soterrados de un gran edificio ortogonal con numerosas divisiones internas.

Rioturbio. Comillas. En la desembocadura del arroyo de El Escorial, L. Mantecón Callejo y R. Bohigas Roldán hallaron escorias de hierro en el año 2002, durante la realización de prospecciones para las Normas Urbanísticas de Comillas. 484. Museo del Cantábrico Comillas. En las afueras del Palacio de Comillas se conserva un dístilo romano de inseguro procedencia, así como la tapa de un sarcófago medieval, objetos que formaron parte del antiguo Museo del Cantábrico, del Marqués de Comillas. Fueron redescubiertos por R. Bohigas Roldán y por L. Mantecón Callejo. 490. Toñanes Toñanes. Alfoz de Lloredo. En la cima de una elevación costera se observa una posible estructura rectangular de gran tamaño. 485. Liandres Liandres. Ruiloba. En este lugar, al quitar una higuera, se hallaron algunas cerámicas vidriadas, destacando un fragmento decorado con líneas incisas a ondas. Fueron descubiertas por A. González Rascón. 486. Hurdillo Hurdillo. Udías. En la ladera sur del cerro donde se abre la cueva de Hurdillo se observa un muro realizado con grandes bloques calizos, de aspecto antiguo. 487. Despoblado de Enezo Llano. Udías. Despoblado donde se conservan cimientos de edificios. En el lugar han aparecido fragmentos de teja y un fragmento de borde de una cerámica oxidada realizada a torno. Fue descubierto en el año 2003 por J. Gómez Bárcena. Gómez Bárcena (2002: 115-126). 488. Pelurgo Pelurgo. Alfoz de Lloredo. En la cima más occidental del monte de Pelurgo se observa un muro, bastante alto, realizado con bloques calizos de medio y gran tamaño.

491. Fresnedo Fresnedo. Alfoz de Lloredo. En la cima de un alto dominante hay una posible estructura defensiva, señalada por J. Santamaría Santamaría. 492. Camplengo Camplengo. Santillana del Mar. En la cima de una colina próxima al pueblo aparecieron fragmentos de cerámica medieval. Fueron halladas por el grupo CAEAP. 493. Despoblado de Doñuca Doña. Cabezón de la Sal. Pequeño despoblado donde únicamente se conservan los restos de una edificación de planta rectangular. En el lugar se han hallado fragmentos de teja y de cerámica. Fue señalado por García Gurruchaga siguiendo testimonios orales de los lugareños. García Gurruchaga (2002). 494. Chepa de Quijas Quijas. Reocín. Carbonera situada en un resalte natural, descubierto por G.A.E.M. que excavó el posible yacimiento. Muñoz Fernández, Montes Barquín, Morlote Expósito y San Miguel Llamosas (2002: 130). 495. Yacimiento de Villapresente Villapresente. Reocín. Se sitúa en una llanura aluvial en el fondo del valle. En la cuneta de la carretera, a unos 100 metros pasadas las vías del ferrocarril y en unos 10 m2. Los materiales aparecieron en el borde de una cuneta, entre los materiales de la capa de humus acumulados en el borde, en un espacio llano. Se puede asignar a un momento bajo medievalmoderno. En los terrenos apartados para la excavación de una cuenta, entre el humus superficial, se hallaron numerosos fragmentos de cerámicas a torno, consistentes y de buena calidad. Se han recuperado los siguientes fragmentos. - 2 fragmentos de una vasija con el borde exvasado, labio plano y asa de cinta. Presenta unas pastas de color rojizo. - 5 fragmentos de panza, uno de ellos con decoración estriada, de color naranja. - 2 fragmentos, uno de basa plana y otro de panza, de color ocre.

- 2 fragmentos, uno de basa de plana y uno de panza, de color gris. - 6 fragmentos de panza de color pardo. - Fragmento de panza con arranque de borde, ligeramente vuelto. La panza presenta una decoración bastante compleja. En el extremo superior de la panza presenta una banda con estriado no muy ancho, por debajo aparece una banda lisa seguida de una banda con tres líneas onduladas en disposición horizontal delimitadas por la parte superior por una línea recta. Por debajo aparece una banda lisa seguida por una banda de estriado regular. Es de color naranja y presenta un vidriado transparente. - 5 fragmentos con esmalte interno verdoso. Hay tres de borde exvasado, uno de ellos perteneciente a una gran fuente y dos de panza, uno de ellos con un goterón de esmalte verdoso por el exterior. - 2 fragmentos con esmalte verde oscuro. Hay un fragmento de borde exvasado, con esmalte por interior y uno de panza con esmalte por el exterior. - Fragmento de panza con una banda de esmalte marrón por el exterior. - 4 fragmentos de panza con esmalte melado, uno con el esmalte por el exterior y tres por el interior. El hallazgo se produjo a principios de los ochenta del siglo pasado por CAEAP aunque ha permanecido inédito hasta la fecha.

499. Despoblado de Santa Marina Ucieda. Ruente. Despoblado donde se observan viviendas en ruinas, cierres de piedra de campos y huertos y un callejón excavado, todo ello probablemente de la Edad Moderna. Fue reconocido en el año 2006 por L. Mantecón y J. Marcos Martínez durante la realización de la Carta Arqueológica de Ruente. 500. Despoblado de Las Rozas Ucieda. Ruente. Despoblado situado a media ladera junto al “Camino de Castilla”. En el lugar se observan ruinas de viviendas de una sola planta distribuidas en barriadas, de probable cronología de inicios de la Edad Moderna. Fue reconocido por E. Carrera y otros. Carral Sainz, J. (2000). Carrera, E, García, J. Mier, F. de; Saez de Omeñaca, J. y Saiz, J. (1991). 4.10. Yacimientos de interés paleontológico 501. Cueva de Hurdillo II 1. Ruiseñada. Comillas. Z: 155 m.

6. MPAC.

2. Se trata de un abrigo situado frente a una gran cavidad en gran parte rellena por derrubios de ladera. El abrigo está dividido en dos por un gran bloque y cubierto por concreciones calcáreas.

496. Despoblado de Santa Águeda

3. Paleontológico.

Santa Águeda. Mazcuerras. Pequeño despoblado del que únicamente se observan ruinas de dos casas llanas de época moderna. Fue señalado por J. Marcos y L. Mantecón en 2006, durante la realización de la Carta Arqueológica del municipio.

4. En las concreciones que cierran el abrigo aparece un gran número de huesos de grandes mamíferos. Se identifican dos vértebras, varios fragmentos de huesos de extremidad, un fragmento de mandíbula de gran bóvido, etc.

497. Cantera de ruedas de molino en la cumbre del Monte Ibio

5. Fue reconocido durante las labores de prospección del año 2010 dentro del proyecto de estudio de la Cuenca del Saja por el grupo CAEAP - GEIS/CR.

Sierra de Ibio. Mazcuerras. Cantera de ruedas de molino señalada por J. Marcos y L. Mantecón en 2006. 498. Pies de Romano Peñaflor. Ruente. Z: 690 m. Situado en la cumbre de la Sierra del Escudo. En el lugar se aprecia una forma natural en forma de pie y hasta 12 pies grabados, 4 de ellos en bajo-relieve y 8 en grabado inciso. Fue reconocido por L. Mantecón Cajello y J. Marcos Martínez en el año 2006, durante la realización de la Carta Arqueológica de Ruente.

502. Mina de El Ángel 1. La Rasa. Toporias. Cabezón de la Sal. Z: 370 m. 2. Antigua mina de plomo y cinc que seguramente intercepta varias galerías de un cueva natural. 3. Paleontológico. 4. En el lugar aparecieron tres molares de elefante. 5. Durante las labores mineras llevadas a cabo por la Real Compañía Asturiana, en la segunda mitad del siglo XIX (quizá hacia 1860-70), se hallaron tres molares de elefante, que el director de la explotación

José Mª de Torres, envió al ingeniero de provincia, Francisco Gáscue, quien los remitió a la Comisión del Mapa Geológico (Madrid). Todo esto anterior a 1890.

2. Presentaba una boca reducida y tenía perfil descedente, acabando en una salita.

7. Olavarría (1890).

4. Proporcionó numerosos restos de oso de las cavernas.

503. Mina de La Buenita (o La Bonita o La; Gándara) 1. La Gándara. Cobijón. Udías. Z: 160 m. 2. Antigua mina de plomo y cinc que intercepta varias galerías de una cueva del mismo nombre. Su recorrido es muy largo e intrincado, conectando con otras minas de los alrededores.

3. Paleontología.

5. Fue reconocida por SESS que recogió en su interior abundantes restos de oso, incluyendo cráneos, según información oral de M. Gómez Calderón. 6. En el MPAC se conserva una mandíbula de oso. 506. Cueva de Los Osos

3. Paleontológico.

1. Burco, La Maílla. Quijas. Mazcuerras. Z: 173 m.

4. Restos de Ursus, Rhinoceros, Bos-Bison, Cervus.

2. Cueva de localización extremadamente complicada, al encontrarse la boca, muy pequeña, abierta al este, en el suelo, en una parcela completamente cubierta por matorral. Posee un laminador de entrada, muy colmatado, que da acceso a varias salas amplias. No se conoce topografía. La boca ha sido parcialmente tapada por piedras.

5. Durante las labores de extracción de mineral, hacia 1860-70, se hallaron por los mineros varios huesos de mamíferos de buen tamaño, recogidos por M. Olavarría. Al parecer, permanecieron en Cobijón, abandonados, hasta que aproximadamente en 1992, fueron recuperados por J.Mª Agüero, quien los donó al Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira. En 1996 fue explorada por el Speleo Club Cántabro. 6. Museo y Centro de Investigaciones de Altamira.

3. Paleontológico. 4. Abundantes restos de osos.

1. La Busta. Alfoz de Lloredo. La cavidad se sitúa en una ladera abrupta. No tiene condiciones de uso.

5. Hacia finales de los años 60 del siglo XX, los vecinos hallaron un esqueleto que consideraron humano y que se enterró en el cementerio. En los años 70, la SESS realizó unos sondeos, en los que recogió abundantes restos de osos, actualmente todos desaparecidos. A mediados de los años 80 fue visitada por miembros de el grupo CAEAP, que realizaron una prospección superficial, en la que hallaron algunos huesos más de osos.

2. Cavidad con una boca de tamaño medio que da acceso a una galería b aja de escaso desarrollo.

6. Muñoz Fernández, San Miguel Llamosas y CAEAP (1988: 239).

3. Paleontológico.

507. Cueva de Barcenaciones

4. En el fondo de la cavidad Javier Noriega halló un fragmento de cornamenta de ciervo que entregó al Museo en diciembre de 1974.

1. Barcenaciones. Reocín Z: 80 m.

7. Altuna (1972). Graells, M. de la P. (1897). 504. Cueva de Darío (Encima de El Linar)

5. Citada en el catálogo de las cuevas de Cantabria, elaborado por SESS.

2. Reducidísima cavidad con una boca de 1’3 m de altura por 1’2 m de anchura, orientada al suroeste. Continúa por una galería recta, primero ascendente y luego descendente, de unos 5 m de longitud.

7. Begines Ramires (1965: 44).

3. Paleontológico.

505. Cueva de San Pedro de Rudagüera

4. El área de boca está rellena de ladrillos y piedras y parcialmente vaciada. Junto a la pared derecha, en superficie, se halló un canino de león de las cavernas.

1. San Pedro de Rudagüera. Alfoz de Lloredo. Cavidad perdida que se sitúa muy cerca de las vías del tren, en un pequeño farallón.

arenisca. En Casar de Periedo una lasca de sílex. En PK-12350 – Navas – una lasca de cuarcita. Junto a la Ermita de la Cruz de Caviedes CAEAP halló una lasca secundaria muy patinada de sílex. En un prado, en San Pedro de Rudaguera CAEAP encontró una lasca de arenisca. Por último en la iglesia vieja de Cóbreces, al excavar en el suelo, se halló, el 3 de septiembre de 1969, un lote de 11 monedas y un botón.

5. Fue reconocido durante las labores de prospección del año 2010 dentro del proyecto de estudio de la Cuenca del Saja por el grupo CAEAP – GEIS/CR.

Planta de la cueva de Barcenaciones 508. Cueva de Helguera 1. Helguera. Reocín. La cueva se encuentra en una ladera alta y no presenta condiciones de habitabilidad. 2. La cavidad ha sido parcialmente destruida ya que se encuentra en un antiguo frente de una cantera de pequeño tamaño. 3. Paleontológico (¿). 4. En la salita del fondo hay numerosos huesos, alguno de ellos de ciervo. 5. Reconocida a principios de los años ochenta del pasado siglo por CAEAP. Otros hallazgos no incluidos Además de los yacimientos y hallazgos relacionados se conocen otros, cuyos materiales se conservan en el MPAC. Se trata de un hendedor sobre lasca hallado en el camino a la cueva de Cualventi en 1980 y un cuenco de cerámica común romana hallado en los alrededores de la cueva de Altamira. Asi mismo se conservan cerámicas medievales procedentes de una ermita de Suances. En las obras del gaseoducto en Villapresente aparecieron algunas piezas, localizadas por el GAEM. En el Pk 13.010 de estas mismas obras apareciero una lasca dearenisca. En el PK 14.315 3 restos de talla de arenisca. En el PK 2.250 – Barcenaciones – cerámicas a torno y restos de talla de arenisca. En Quijas una lasca de sílex. En el PK 14315 – Cabezón de la Sal- cantos y restos de talla de

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