Crítica de la Filosofía del derecho de Hegel [2ª ed.]

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CRITICA DE DEL

M·ARX

K A R L

LA.FitOSOFIA.

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EDICIONES. NUEVAS ·BUENOS . AIRES ...

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Título

del original alemán

Zur Kritik der Hegelschen RechtJPhilosophie

Traducción directa de A. R: y M. H. A.

Primera edición, 1965

Segunda edición, 1968

© Hecho el

la

depósito que ley 11.723

marca

CONTRIBUCION A LA CRITICA DE LA FILOSOFIA DEL DERECHO DE HEGEL INTRODDUCCIÓN Para Alemania la crítica de la religión ha alcanzado su fin sustancialmente 1; y 1a crí­ tica de la religión es la �ondición prelimi· nar de toda crítica 2• ·• · La.·. e:Xistencia del error_'· en ·el· _tet1'�no_ pre­ · fino está vulnerada una vez - �� -d .

..

co11 Feuethach, cuya Qbra _ La esencia del cris&ianismo, aparecida ·e n 1841, era _eansiderada por Marx: como la ,·conclusión defi­ nitiva· de- toda la crítica· de la religión que se b11bfa desarrollado en Alemania,, después de Schleierma­ cher, Schelling y Hegel, entre los·_ hegelianos de izquierda, como D. F. Strauss, los hermanos Bauer, Feuerbach, etc. 2 Marx considera el procedimiento crítico y �a. conclusión. alcanzada por Feuerbach en su cd.dca de_-Ja religi6n como la clave del misterio para cualquier otro problema humano. Por eso quiere _



q

:cosa· úe

se

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realiz�

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8

KARL

MARX

pro aris et focis rela.tiva a 1 e�ha si�o refutada. El hombre que sólo ha encontrado Su propio reflejo en la fantástica realidad del cielo donde buscaba un superhombre, ya no estará dispuesto a encontrar sólo la apariencia de sí mismo, sólo la negación del hombre, allí donde busca y deberá buscar su verdadera realidad a. El fundamento de . la crítica irreligiosa es éste: ··el hombre ha la re­ ligión a om re. En · realida , a religión "és la .autoMndenti; y el autosentimiento del hombre que aún no se ha encontrado a sí mismo· o que ha vuelto perder�e. hombre no es un. ser abstracto, agazapado

a

Pero.�

aplicar el n'létodo y las conclus.iones de Feuer­

bacb a la filosofía del derecho, en el p.resente es­ crito, y luego, en sus obras poste.riores, a la eco­ nomía, convirtiéndose -según la. expresión de Artum Labriola- en el Feuerbach de la econo­ mía. Cfr. Art. Labriola, Marx neU economict e come teorico del socialismo, caps. I-N; Mondolfo, El materialismo histó1'ico en p;·--Engels (Rosario 1940), págs. 145 y sigts., y Fetterbach y Marx1 Buenos Aires., 1934. 3 Es decir, en el mundo terrenal humano de las relaciones sociales. _

FILOSOFlA DEL DERECHO DE HEGEL

9

in verf o. os 1smos on religión es la teorfa gene -de ese mu do, su compendio enciclopédico, su ógica en forma popular, su point d1 honneur espi­ ritualista, su entusiasmo, su sa-nción moral, su complemento solemhe, el fundamento ge­ netal de su consuelo y de su justificación. Es la realización fantástica de la esencia hu­ mana, porque la esencia humana carece de verdadera realidad 4• La lucha contra 1 re� 'l' ió e ues, indirect-'" a e a con­ el ar es relig�ón la que del do, l!tª �l:!:Q_ ue e

...

La

"

espirrtUal. [La miseria religiosa

'hIB"

-

es a fa vez la expre­ sión de la miseria real y la protesta contra la miseria La religión es el suspiro de la ·criatura abrumada, el sentimiento de un mundo sin corazón, así como es el espíritu

reaí.J

·

4 Especialmente' en el proletariado, cuya con­ dición está caracterizada, según Marx, por la pér­ dida de la esencia humana.

·

KARL

10

MARX

de una situación sin espíritu. La religión es el opio del pueblo. Ia superación de la religión como feli­ cidad ilusoria del pueblo es la exigencia. de su verda.dera felicidad 5• La exigencia de su­ perar las ilusiones sobre su siti.Iación es la �xigencia de superar una siqrncjgg, cp1e m:­ cesita ilusiopes La cdtica de la religión es, pues, en germen, la crítica de este valle de lágrimas, del cual la religión es la imagen sagrada.

\!:a

crítica ha

deshojado

las flores imagi­

cadená,)

cubrían la pero no para hombre lleve la cadena prosaica y sin consuelo, sino para que sacuda la ca­ dena y coja la flor La crítica de la religión quita al hombre las ilusiones a fin de que piense, actúe y amolde su realidad como un sin ilusiones que ha al­ canzado la a fin de que se mueva mismo y por consig nte narias que

que el

viva_)

(liombre razó�

�-sí

1tJ:

---

5 Pmque al perder fa felicidad ilus.oria el hom­ bre siente la exigencia de una felicidad verdadera, y entonces lucha, para adquirirla� contra los obs­ táculos que se le oponen.

1

FILOSOFÍA DEL DERECHO DE HEGEL

alrededor de

verdadero sol. La religión sol ilusorio que se mueve alrededor del hombre mientras éste no se mueve alrededor de sí mismo G. La histoffil. tiene, pues, la misión, una vez qLié la verdad del más allá se ha des­ vanecido, de establecer la verdad del más ag. Una vez esenmascarada la orma sa�raéfá""que representaba la autoalienadón�del primera tarea de la filosofía qúe se --ponga al servicio de la historia consiste en dese_nmascarar esa autoalienación bajo sus formas profanas. La crítica del cielo se tranS: forma así en crítica de la. tierra.. la crítica de la religión en critica del derecho, la crí­ tica de la teología en critica de la olítica: La exposición que sigue --contri ución a esa tarea no se vincula directamente con el original 7 sino con una ;?P� con la filo-

hoe7:mas

.

11

su

que el

___

hombre,Qa

-

0 Al perder la religicSn, que según Feuerbach reptesenta una proyección ilusoria del ser huma­ no en los cielos, es decir, una autoalienación del hombr�, éste vuelve a la conciencia de sí mismo y de su ser verdadero. 7 El derecho y el Estado en el mundo mo­ derno.

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KARL

MARX

sofía alemana del Estado y del derecho, por la única razón de que se refiere a Alemania.

partir del stattts qua ale­ mán, aunque fuese del único modo adecua­ do, es decir, negativo, el resultado sería siempre un anacronismo. Hasta la negación de nuestro presente político se ericuentra ya cotno trasto polvoriento en el desván histó­ rico de los pueblos modernos. Por más que rechace las pelucas empolvadas, siempre me quedan las pelucas sin empolvar. Cuando rechazo las condiciones alemanas de 1843, estoy, según la cronología francesa, apenas en el afio 1789, y desde luego muy lejos del foco del presente 8• Si

·

se

quisiera

·

La historia alemana se enorgullece de un movimiento que ningún pueblo, en el hori­ zonte histórico, ha realizado ní realizará más. Hemos coro artido, en efecto, las res­ taura 10nes de �os pue os mo

ja­

ern�s, si\

8 La Alemania de 1843 es.9- todavía en pleno régimen feudal, como la Francia anterior a 1789; de manera que la negaCÍón de ese .régimen., aunque proclamada en 1843, corresponde en hi cronología francesa a la Revolución de 1789.

FILOSOFÍA DEL DERECHO DE HEGEL

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revolucione�Hemos

compartir sus sido res­ mutados, prnnero, porque otros pueblos osa­ ron hacer una revolución, luego, porque otros puebl_os soportaron una contrarrevo lu­ ción; la primera vez porque nuestros amos tuvieron miedo, la segunda, porque nuestros amos no tuvieron miedo. Con nuestros pas­ tores a la cabeza, sólo una vez nos encon­ tramos en compañía de la libertad, y fue el día de su entierro. Una escuel a que legitima la infamia de hoy con la infamia de ayer, una escuela que declara rebelde todo grito del siervo contra el látigo cuando éste es un látigo antiguo, hereditario, histórico; una escuela a la cual la historia, como el dios de Israel a su sier­ vo Moisés, sólo le muestra su a posteriori; tal escuela, la -ese ela histórica del derecho 9, por eso inventado la historia-�a-

�abría

.

.

. 9 La escuela hist6ríca del derecho (Historische lttlfistenschule) de Hugo�quiere apli­ car a la evolución�recho el coñcepto de la continuidad histórica, afirmado .por el inglés Bur­ ke contra la Revolución francesa. Puesto que, co�

roo decía Burk:e, todo lo que tenemos representa la herencia de nuestros antepasados, el derecha

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MARX

na si ella no fuera una invención de la his­ toria alemana. Como Shylock, pero el Shy­ lock lacayo, ella jura, por cada libra de car­ ne arrancada del corazón del pueblo, sobre su contrato, sobre su contrato histórico, sobre su contrato germano-cristiano. .

Algunos entusiastas ingenuos

�t

eutones por

lex1ón, bus- liberales por. · 10, nuestra historia de la can, por e libertad más allá de nuestra historia, en las primitivas selvas teutónicas. ¿Pero en qué se diferencia nuestra historia de la libertad de la historia de la libertad del jabalí, si sólo se la puede encontrar en las selvas? Ade­ más, ya se sabe que tal como se grita hacia el interior de la selva así responde el eco _hacia afuera. ¡Paz, pues, en las selvas teu­ la sangre y

tónicas!

alemana! ¡Absolu­ tamente! Esa situación está por debajo del ¡Guerra

a

la situación

sólo puede existir como traducción de relaciones consuetudinarias {producidas)or el instinto in­ consciente de los pueblos) en las leyes e institu­ ciones jurídicas. Queda excluida así cualquier crea­ ción voluntaria en antítesis a la tradición exis­ tente,, es decir, cualquier innovación revolucionaria.

FILOSOF1A DEL DERECHO DE HEGEL

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historia, está por deba jo de toda siendo un objeto de la crítica, así como el criminal que está por debajo del nivel de la humanidad sigue siendo un objeto del verdugo. En la lucha contra esa crítica no es una ru;­ ' s· de la cabeza sino la cabeza de� u�� es un bisttirí, síno bJ o es su enemigo, a quien no quiere re­ futar, sino aniquilar, porque el espíritu de esa situación está refutado. En sí y por sí, esa situación no. es un objeto digno de aten­ ción, sino una existencia tan despreciable como despreciada. La crítica de por sí no necesita llegar a una explicación con ese objeto, puesto que está ya en dar� con él. La crítica no se presenta ya como un fin en sI, sino únicamente como un medio. Su esencial es la �dignació�, su labor esencial es la denuncia. nivel de la

crítica, pero sigue

situación,tTu

U.!!_1t��

pathos

1'° Es decir, no creación de la mente humana, sino reflejo y espejo de una realigaf.l hj5rórjca ah­ j� Por eso n.o tiene rnclcter arbitrario. sig.o X necesa io históricamente; y esta necesi3ad intrínseca constlt

a.

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KAR'L

MARX

Todo se reduce al cuadro de una sorda presión recíproca de todas las esferas socia­ les, de un malhumor general e inactivo, de una limitación

conoce

como

que justamente

se niega,

tanto

encerrada

se re­

en

el

mar-

que

la

mez­

léñ f q� de un�erni.tlfa deTaCoñservación de to'das las mezquinda­

co

des y que él mismo no es quindad en el gobierno.

mas

espectáculo!

¡Qué La división de 1� so­ ciedad que procede hasta el infinito en las razas más variadas, que se enfrentan con sus pequeñas antipatías, su mala conciencia y su mediocridad brutal, y que precisamente por su

posición recíprocamente equívoca y sus­

picaz, quieren todas, sin distinción, aunque con formalidades distintas, ser tratadas por sus amos como existencias por concesión. TY aun deben reconocer y proclamar como concesión del cielo esta situación mis� de ser dominadas, gobernadas y poseídasU ¡Y por otro lado, aquellos mismos domina­ dores, cuya grandeza esnt en proporción in­

�a

versa a su

La

número!

crítica que

se

ocupa

de

ese

objeto

es

FILOSOFÍA DEL DERECHO DE HEGEL

17

de la refriegai y en la refriega no se trata de si el adversario es un adversario noble, igual en jerarquía e interesante, sino de alcanzarlo. Se trata de no fkjar a Jos alemanes ni mi"-;olo. instante para· ilú:slonar­ resignarsé-n:�-:fla ge -ha��Lli!. ·optese .,-f s1on rea 1 aun mas__op.res1y,_,_agr_e.gan o e a de._la .opr.esióp: hay que hacer la ignominia aún más ignominiosa, publicán­ dola. Hay que representar cada esfera de la sociedad alemana como la Pa,rtie honteus(l. e= de la sociedad alemana; ¡hay que obligar a esas relaciones petrificadas a entrar en dan­ za cantándoles su propia melodía! Hay que enseñar al pueblo a asustarse de sí mismo a fin de darle ánimo. Se satisface así una ne­ cesidad imperiosa del pueblo alemán, y las necesidades de los pueblos son en su propia ·persona los fundamentos últimos de su sa­ tisfacción l.2. la crítica

_

'gm.ciencia

,



..._.

11 Es decir, despertar en el pueblo alemán la conciencia de su situación para despertar su con­ ciencia revolucionaria.

12 La concienci� subjetiva de su situación ob­ jetiva despierta en el pueblo el sentimiento de

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Aun para los pueblos modernos puede no de interés esa lucha contra el con4 tenido limitado del status quo alemán� por­ que el status quo alemán es la realización plená del ancien regime, y el ancien régime es la oculta deficiencia del Estado moderno. La lucha contra el resente olítico de Ale­ �ñia es a lucha contra el e os pue o ernos y ellos están todavia ve1ados por el peso de las reminiscencias de ese pasado. Es instructivo para los puebios n:oder�os ver al que expe- rrmento en ellos su tragecha, representar su comedia como espectro alemán. su historia mie tras fue la fuetza reexis�� 2.-��;vülra-·urúi La-'liltima fase de una forma histórica universal es su come"dia. Los dióses. griegos, heridos una vez trá­ -� gicamente de muerte en el Prometeo encadenado de Esquilo, debieron volver a morir otra vez cómicamente diálogos de Lu­ ciano. ¿Por qué esta v.,wrcha de la histori!!l ht1mani�ad se alegre­ mente de su pasado. . Ese alegre destino hisPor

11agrante@ntra

·

del

ilusorifJ.i

i?)

�no

cuyos v�héroes

·vie]a.fQPni:-

..

en los

fa.r:� 'l'�tla

..

\(·

desprenda

20

KARL

MARX

tórico reclamamos para los poderes políticos de Alemania. Pero ya misma realidad. político-· social moderna está sometida a la crítica, y ya que, por lo tanto, la crítica se eleva a roblemas verdadera , o ella se a a uera e status quo alemán, o ten­ dria ue ªªir su ob 'eto por ·oc'téSüQb. j�. Veamos un e¡emplo. La relación de la in ustria y'l en general del mundo de la riqueza con . el mundo político es un pro­ blema fundamental de la época moderna. ¿En qué forma comienza a preocupar a los alemanes ese problema? En forma de aran­ celes proteccionistas -del sistema prohibi­ tivo- de la economía nacional. La teuto­ manía ha pasado del hombre a materia hasta tal extremo, que un buen día nuestros caballeros del algodón y nuestros héroes del.

que�

la

la época moderna tiene por,: su moderna; pero en Alemil'�ia, que aún esta en e ancten régime) la crítica no en­ cuentra su objeto verdadero;-�de manera que, si quiere dirigirse a él, se halla fuera de la realidad alemana, y si qu1ere volverse hacia ésta, coge un objeto que está por debajo de su objeto verdadero. o

13 ·

t

La crítica

en

a"TaSOciedad

FILOSOFÍA DEL DERECHO DE HEGEL

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hierro se vieron convertidos en patriotas. Se empieza, pues, a reconocer en Alemania la soberanía del monopolio en el interior, ya que se le concede la soberanía en el exte­ rior. Se empieza, pues, ahora en Alemania por donde se comienza a terminar en Fran­ cia e Inglaterra. �o orden podridQ, con­ .en el tetra el cualue ..---·· ri:éno de la teoría, y al que sólo soportan como se soportan las cadenas, es saluda,1JtfP3 �[á�ti�� exige en Alemania m�sofía. Su error no.está en exigirlo, sino en detenerse en esa exigen­ cia, que ni realiza seriamente ni puede rea­ lizada. Cree realizar esa negación volviendo la espalda a la filosofía y apartando la ca­ beza para murmurar algunas frases malhu.

16

La filosofía o teoría, que constituye las con­ diciones ideales de Alemania, alcanza el grado de desarrollo a que en los pueblos vednos llega la práctica (condiciones reales') : pero en éstos ya se ha dest>ertado en las luchas sociales el esfuer­ :w de sup�ación; de manera que el estado actual aparece ya a la opinión pública como algo SO":" brepasado. ·

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moradas y triviales. La limitación de su ho-. rizonte tampoco incluye a la filosofía en el ámbito de la realidad alemana, o la men­ ciona simplemente por debajo de la práctica alemana y de las teorías que están al ser­ vicio de esta práctica. Queréis que se parta de reales gérmenes de vida, pero olvidáis que el verdadero germen de vida del pueblo ale­ mán ·sólo ha fructificado hasta ahora en su cráneo. En una palabra, no podéis superar la filosofía sin realizarla 17•

17 Los políticos prácticos no se dan cuenta de que la filosofía en Alemania es un elemento de su realidad actud, rriás aún, � único verdadero ger­ men de vida que ésta contiene. Pero para superar· la mediante· fa a:cción· práctica:· es· preciso 11evar la práctica de las condiciones ·-reales (atrasadas en comparación con la filosofía) a la misma altura de la teoría; es decir, realizar la filosofía antes de intentar superarla.

FILOSOFÍA DEL DERECHO DE HEGEL

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habido hasta ahora pertenece a ese mundo y es · su complemento, aunque sólo ideal. Su actltud fue crítica con el adversario, pero no consig o misma, puesto que partió de las hi­ pótesis de la filosofía y se detuvo en los re­ sultados obtenidos, o bien vio las exigencias y resultados obtenidos en o tra parte como exigencias y resultados directos de la filoso­ fía misma, a pesar de que éstos -supuesta su legitimidad- sólo pueden mantenerse, por el contrario, mediante la negación de la filosofía tal como ha sido hasta ahora, de la filosofía como filosofía. Prometemos trazar un cuadro más profundo de esa parte política 1 8 • Su defecto fundamental puede resumirse así : C!eÍ� poder realizar la filosoffa sin superar l�. La crítica de la filosofía alemana del Es­ ta.do y del derecho, que ha alcanzado gra­ su concepción más consecuente, cias a rica y última, es a la vez tanto el análisis

Hegey

18

La r ealización de esta promesa fue cumplida Marx más tarde ( 1 844-45 / . en ):¡c;on Engels, en La sagrada familia ( Crmca de la Mrtrítica crítica ) , publicada en 1 8 49, y en la Ideolo­ iJ

\1·¡

(¡�or

co,1�boración

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M A R X

del Estado moderno y de la realidad él como también la negación cate­ górica de toda forma existente hasta hoy de la conciencia política y jurídica alemana, cuya expresión más noble ' y universal, ele­ vada a la categoría de ciencia, es precisa­ mente la filosofía es.,peculatjya del derecho. Si sólo en Alemania era posible. la filosofía especulativa del derecho, este 12.e1J.iS.�P.2Í$!Pto, trascendente y abstracto del Estado moderno, (:U a realidad si ue siendo un más a lá, ati'n­ que este mas allá só o este a ende el Rin ; de la misma manera; inversamente, posible la representación a ana del - EStido mo erno mediante la absttacci6n del hombre {eal...,porque, y en la medida e n · que el E'st,.e,_do moderr�9- bªc.� él .n__¡._i..§PJ:Q. abstracción del hombre real o s6i a �atisface J� ?.?mbre total ��ag.inaria. Lo$ alemanes han crítico

anexa

a

s.�a

__

__ _

__

gia aleniana: crítica de ·la más 1·eciente filosofía alemana en Stts representantes Feuerbach, Bruno

. Bauer y Max Stirner, y el so cialismo alemán en sus distintos profetas) que se publicó póstumamente en la -edición cuidada por Riazanof y Adoratski, Berlín, 193 2 . ·

FILOSOF!A DEL DERECHO DE HEGEL

29

pensado en EOlítica lo que otros pueblos han hecho. Alemania ha sido su conciencia teÓ­ rTca. La abstracción y la elevación de su pen­ samiento marcharon siempte al mismo paso que la unilateralidad y la humildad de su realidad. 1 el status uo del Estado alemán ex resa la · rea 1zac1on de ancie 1· a J realización de la espma en a car e del Es­ tado moderno, así el status quo de la teoría E_olítica alemana expresa la no realización del Estado moderno, la corrupción de su propia

carne�

-

.

.

adversaria decidida d.e l modo vigente hasta ahora de la. conciencia política ' e laalemana, la crítica de la f s' a, tiva del derec sjnq en tareas para cuya solución sólo exis� un medio, la ptáctk.l,!. Ya

como

·

"'·

/

30

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De todos modos, el arma de la crítica no puede reem lazar la crítica ai:mas;Ja uerza material debe ser abatida por la fuer­ za material; pero también la teoría se tr ans­ forma en fuerza material en cuanto se apo­ dera de las masas ui _ La ·teoría es capaz de apoderarse de las masas-ar cuanto aeroueStra ·ad homniem, y demuestra acl en tuamo se ha:cc radi:c:rt-ser radical es atacar Ias cosas -en '1a raT;; pero "fi2ara el hombre _la raíz es el hombre mismo':')La prueba evi­ dente del radicalismo de la teoría alemana, y por lo tanto de su energía práctica, es que parte de la supe�ción decididamente po­ sitiv.a de 1a re l desemboca eñltdoctr�· de que el hombre

hominw

.

..

111

��eligi6n.(_�'*2a.-

igióo

El tránsito de la teoría a la práctica fundado sobre la intervención de "la masa en su maciza calidad de masa", encuentra especialmente su ex­ plicación por Marx y Engels en La sagrada fami­ lia. Este concepto determina ��1 separación de la ideología de la izquierda hegeliana y su creación de la concepción crítico-práctica, del materialismo histórico. Cfr. Mondolfo, El materialismo históti­ co , cap. IX. .

.

.

FILOSOFÍA DEL DERECHO DE HEGEL

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el ser supremo para el ho e 20; termi­ na, pues, en e 1mperat1vo cate 'rico de de­ rri ar todas as re ac10 ne s sociales en que el hombre es u o, a andonado, desp reciado, relaciones que no se pueden representar mejor que con la excla­ mación de un francés a propósito de un pro­ yectado impuesto a los perros : ¡ Pobres pe­ rros; se os quiere tratar como a hombres ! · • Aun históricaJ?lente f a emancipación teó­ rica tiene para Alemania una importancia específicamente práctica. El pasado revolu­ cionario de Alem�nia es rico; es ec1 eforma. omo entonces a revolución comenzó en a �ile, así-he-y-cu,1:rfiGíZiciili cabeza del filósofo. I:utero venc10, sin duda, !a servidumbre ñina:'ada en la devoción, porque puso en su lugar la servidumbre fundada · en la convic­ la f� en la aut�_J2.?.f9.!1e .restauró la autoridad de la fe� á.1ras en"""Iáiros-· or-ué--coiívirtió a laicos · en curas . 1 ertó al hombre de la religiosidad es

préc�6-

·

ción')Quebró

2·0

Esta es · 1a conclusión de Feuerbach. y la pro­ posición fundamenral de su humanismo.

32

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M .11. R X

porque puso la !tlJ_giosidad en el iq­ terior del hombre. Emancipó el cuerpo de las cadenas por que ató a las cadenas el corazón. Pero si el protestantismo no fué la verda­ dera solución, fue por lo menos el verdadero planteamiento del problema. En adelante no se trata ya de la lucha del laico con el cléri­ go que está fuera de él, sino- de la lucha con �-g._gropio clérigo interig¡, con su naturaleza de clérigo ll1. Y si la metamorfosis protes­ tante de los laicos alemanes en clérigos ha e.mancipado a los papas laicos, a los prínci­ pes con toda su clerecía, constituida por los exterior

.

21 La t6rica del -�.t�gw,mo ha o que la sido para Ma rx la de poner e man división social entre laicos ( dominados ) e igle­ sia ( dominante ) tenía su fundamento en la divi­ sión espiritual interior al hombre mismo. Así pue do reconocerse que la. lucha tien Pero a esta a la auto conclusión ( que es la de Feuerbach ) sigue la con­ clusión ulterior de�, es decir, que k autoalie· nación reli iosa tiene un fll.Jldamento social; ae e erá ser manera que la ver :a era emancipadon una eroanciJ2ació0 sodal,._ del proletariado que re­ conquista la humanidad perdida, para sí y p ara todos, universalmente. ·

.

_

·

·

.

FILOSOFt1.. DEL DERECHO DE HEGEL

33

privilegiados y los filisteos, l a metamorfosis filosófica del alemán clerical en hombre ha de emancipar al pueblo. Pero así como emancipación no se limitó a los príncipes, la - secularización de los bienes no se limitará a la expoliación de las iglesias, que fue p rac­ ticada sobre todo por la hipócrita Prusia 22• En el pasado la guerra ele los campesinos -el hecho más radical de la historia ale­ n1ana se estrelló contra la teología. Hoy, cuando la propia teología ha fracasado, el hecho más servil de la historia alemana -nuestro status qtto- se estrellará contra la vísperas de la Reforma la Ale­ mania oficial era la sierva más absoluta de Roma. En vísperas de su_ revolución es la sierva absoluta de algo inferior a Roma : Pru­ sia y Austria, de la aristocra�ia aldeana y de los filisteos.

la

-

filosofía. En

Pero

22

revolución radical alemana pa-

L a expolfaci6n de las iglesias fue para Marx forma hipócrita de la expropiación de los ex­ propiadores, que ya se hab ía propuesto la guerra de los campesinos, pero que había fracasado, estre­ llándose contra Ia teología. una

.

una

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M A R X

rece chocar con una dificultad capital. Las re­ voluciones neces� en efecto, un pasivo, una !?;§e material. ).:.a te?ría logra

eleffiento

re

izarse

en un

pueblo

sólo

�n

necesida es. o­ ra bie , al e orme desacuer o entr las re­ clamaciones del pensamiento · alemán y las respuestas de la realidad alemana ¿ correspon­ derá también un desacuerdo igual de la so­ ciedad burguesa con el Estado y consigo mis­ mo ? ¿Serán las teóricas directa­ b asta que el \ mente pensamiento procure acercarse a su realiza- ) cíón; también la realidad debe tratar de acer- / ., carse al pensamient

que

es

la rea izac1on

e

sus

necesidades necesidades prácticasW-o

ó)

Pero Alemania no ha alcanzado los gra­ dos intermedios de la emancip ación política al mismo tiempo que los pueblos modernos. Y aun los grados que teóricamente ha sobre­ pasado no los ha alcanzado aún práctica­ mente. habría podido, con un salto mortal, pasar no sólo sus propias barreras, sino también las barretis de los pueb los mo­ dernos, las barreras que en la realidad debe sentir como emancipación de sus barreras

�ómo

FILOSOF!A DEL DERECHO DE HEGEL

35

lucha.!?Juna

las cuales debe aún revolución radical sófo puede ser la revolu­ ción de las necesidades radicales, para las cua­ les parece que faltan precisamente las condi­ ciones y los lugares propicios para que sur­ reales y por

jan

:ia.

ha hecho ma ue acom ana1· con la a v1 ad a stracta e el ensam1ento el desarrollo de los pueo os moder­ activamente en as uchas Pero

si Ale

-

_,,, .

nia no ·

23 Ya se delinea en Marx la concepción crítico­ práctica de la necesidad histórica : toda revolución es osible en la histona en tanto representa una :¡ecesic a te un ada en as con ic10nes rea es, cuya ne�acio� constituye. ste concepto e nece­ si