Perspectivas Da Urbanização. Reestruturação Urbana E Das Cidades 8569437188, 9788569437185

Este livro vem a público num momento de múltiplas crises. Não bastassem as internacionais, tão próprias do desenvolvimen

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Perspectivas Da Urbanização. Reestruturação Urbana E Das Cidades
 8569437188, 9788569437185

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Perspectivas da urbanização

William Ribeiro da Silva Maria Encarnação Beltrão Sposito (orgs.)

Perspectivas da urbanização Reestruturação urbana e das cidades

CONSEQUÊNCIA

© 2017 dos autores Direitos desta edição reservados à Consequência Editora

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Dados internacionais de Catalogação-na-Publicação (CIP) Per548 Perspectivas da urbanização : reestruturação urbana e das cidades / Organizadores: William Ribeiro da Silva; Maria Encarnação Beltrão Sposito. — 1. Ed. – Rio de Janeiro : Consequência Editora, 2017. 230p. ; 16x23cm. Edição Bilíngue, português e espanhol. ISBN 978-85-69437-18-5 (broch.) 1. Urbanização. 2. Cidades e vilas. 3. Geografia. 4. Planejamento urbano. I. Silva, William Ribeiro da. II. Sposito, Maria Encarnação Beltrão.

CDD 307.76

Sumário

Prefácio ........................................................................................................................... 7 Carmen Bellet, José Maria Llop Apresentação Um tema, um livro, um debate – reestruturações e cidades médias ................... 13 Maria Encarnação Beltrão Sposito, William Ribeiro da Silva CAPÍTULO 1. Cidades médias e rede urbana............................................................ 29 Roberto Lobato Corrêa CAPÍTULO 2. Cooperação e conflito na cidade média: algumas

reflexões acerca do fenômeno urbano na globalização.......................................... 39 María Laura Silveira CAPÍTULO 3. Cidades pequenas e médias na Europa: “determinismo regional” ou dinâmica de “autonomia territorial”? ................... 53 Loris Antonio Servillo CAPÍTULO 4. O lugar das cidades pequenas e médias na investigação sobre o urbanismo. Um ponto de vista francês .................................................................... 79 Christophe Demazière CAPÍTULO 5. Cidades médias como provedoras de bens e serviços públicos e

coletivos e como construtoras de cidadania e de direitos...................................... 99 Carlos Brandão CAPÍTULO 6. Reindustrialização e transformações urbanas recentes na microrregião do Médio Vale do Paraíba fluminense e as suas cidades médias............ 119 Júlio Cláudio da Gama Bentes CAPÍTULO 7. A expansão temporal das atividades comerciais varejistas na cidade de Presidente Prudente (SP): as fronteiras do horário noturno e dos finais de semana......................................................................................................... 145 Sergio Moreno Redón

CAPÍTULO 8. ¿De Ciudad media a capital regional? El caso de Chillán y la posible nueva Región Del Ñuble, Chile........................... 169 Cristián Henríquez, Federico Arenas, Francisco Maturana, Leonel Pérez CAPÍTULO 9. Las cooperativas de trabajo y la resignificación del espacio indus-

trial en ciudades medias de Argentina .................................................................... 191 Diana Lan CAPÍTULO 10. Cidades médias: temas para pesquisa.............................................209 Roberto Lobato Corrêa

Sobre os autores ........................................................................................................... 215

Prefácio

¿Por qué reflexionar y analizar hoy las ciudades medias? El estudio y la reflexión académica sobre las ciudades medias es hoy quizás más que nunca una cuestión fundamental, no sólo para enriquecer y ampliar la visión del fenómeno urbano, demasiadas veces reducido al fenómeno metropolitano, sino también para tratar de iluminar las políticas públicas y sus líneas de planificación e intervención territorial en cada contexto geográfico. Las ciudades de talla media y rol intermediario, como todo tipo de asentamiento humano, necesitan de contextualización, pues aquellas variables generalmente utilizadas en su definición (tamaño de la población y funciones de intermediación) están referidas a un territorio concreto, a un sistema territorial con el interactúan con frecuencia. Los trabajos de la Cátedra Unesco “Ciudades intermedias, urbanización y desarrollo” (CIMES), radicada en la Universitat de Lleida (España), y del grupo de investigación Rede de Pesquisadores sobre Cidades Médias (ReCiMe), con sede en la Universidad Estadual Paulista - Presidente Prudente (Brasil), contribuyen a la reflexión y visibilización de las ciudades medias ilustrando la diversidad del fenómeno urbano contemporáneo. El primero, con tareas mixtas de investigación de carácter más bien aplicado o mixto sobre ciudades medias/intermedias a escala global a través de la red CIMES, pero también colaborando con organismos internacionales, United Cities and Local Governments (UCLG) y Hábitat. El segundo, creando una prolífica y activa red de investigación en Brasil y otros países de América Latina que realiza estudios y monografías locales sobre ciudades medias a través de rigurosas e innovadoras metodologías comparativas. Las colaboraciones entre ambos grupos han dado ya frutos interesantes (proyectos de investigación, intercambios, publicaciones y seminarios en colaboración) que esperamos continúen en el tiempo. 7

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Decíamos que los trabajos de ambos grupos contribuyen a la reflexión y visibilización de las ciudades medias en contextos geográficos diferentes. Pero ¿por qué creemos que es ello tan necesario?. ¿Qué aportan y que podrían aportar las ciudades medias al proceso de urbanización?. ¿Por qué creemos es interesante hoy insistir en el estudio y en la potenciación de las ciudades medias?. Las respuestas a estas preguntas podrían conducir a debates amplios y diversos pero aquí lo centramos en tres grandes puntos: la “territorialidad” de las ciudades medias; la posibilidad de fomentar a través de ellas los valores de la proximidad (economías domésticas y provisión de servicios directos más adecuados a las necesidades locales); y la gobernabilidad (dar la voz a territorios sin voz, fomentar políticas más directas ligadas a necesidades locales concretas, posibilidad de políticas locales más participativas). Tres grandes “valores” de las ciudades medias que potenciados podrían contribuir a procesos de urbanización más equilibrados, sostenibles y socialmente más equitativos.

La territorialidad de las ciudades medias En las últimas décadas se está produciendo un renovado interés sobre las ciudades intermedias desde las políticas de desarrollo territorial: primero, por su capacidad reequilibradora, ya que éstas ejercen como centros de servicios y de mercado para amplios territorios a los que articula, y, segundo, por las oportunidades que la nueva organización socioeconómica ofrece a algunos de estos centros a través de las externalidades urbanas que se producen en su interactuación en las redes. El tamaño limitado de la ciudad, que en principio podría asociarse a mejores condiciones ambientales, la mayor eficiencia y menor congestión del sistema de movilidad, y la posibilidad de desarrollar entre los ciudadanos un mayor sentido de identidad y pertenencia, podrían dar lugar a una mayor eficiencia económica. Esto, siempre y cuando se goce de una buena accesibilidad e interacción a través de las redes de cooperación, como ya ha ido siendo destacado desde la Nueva Geografía Económica. La mayor eficiencia económica y social se lograría así, independientemente del tamaño, a través de una buena accesibilidad y a través de la interacción con ciudades vecinas, o con ciudades distantes y bien comunicadas, a través de las redes de cooperación.

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Por ello las funciones y el alcance de éstas, más que el tamaño y la jerarquía, convierten las ciudades medias en objeto de atención de todas las políticas de reequilibrio territorial, especialmente en áreas en las que la urbanización reciente ha contribuido a la fuerte concentración de población en unos pocos centros urbanos. Las ciudades medias podrían desde este punto bien definirse por estar en la encrucijada del sistema de flujos con el sistema territorial, por ser rótulas territoriales de lo “glocal”, centros que aseguran la persistencia y coexistencia de la heterogeneidad espacial con la interdependencia global. Y aunque en algunos contextos territoriales su presencia sea bien escasa o su dinámica sea más bien débil hay que recordar, que a escala global, estas ciudades tienen una gran importancia. Según estudios recientes, realizados por la Cátedra UNESCO “Ciudades intermedias, urbanización y desarrollo” (CIMES) para el programa GOLD IV de UCLG, tan sólo existen 503 ciudades con más de 1.000.000 de habitantes en el mundo, mientras son 8.923 las ciudades de entre 50.000 y 1.000.000 habitantes. Pero más allá que su cuantía y el número de habitantes que éstas puedan alojar, lo importante es su presencia territorial. Allí dónde existe un mínimo de armadura urbana, allí encontramos ciudades medias y muchas otras ciudades pequeñas. El mapa que acompaña este texto (Figura 1) trata precisamente de ilustrar este hecho: la notable presencia e importancia territorial de ciudades de estos rangos en los diferentes contextos geográficos. El valor de la proximidad Es a través de estas ciudades medias que un importante número de población del planeta, sea urbana o rural, puede acceder a servicios y equipamientos más o menos básicos. Las ciudades medias contribuyen de manera significativa a la integración y cohesión territorial de las regiones, que a través de las funciones de intermediación articulan el sistema de flujos con el sistema espacial de los lugares. De entre las funciones clásicas las ciudades medias se han destacado como centros de centros de mercado y centros regionales proveedores de servicios básicos y especializados. A través de ello las ciudades medias vehiculan las economías locales y más domésticas. Y es desde ellas que podría fomentarse comercio con recorridos cortos, producción, distribución y consumo de productos locales. A las ciudades medias les puede ser relativamente sencillo poner en valor la

Fuente: Fourth Global Report on Decentralization and Local Democracy of United Cities and Local Governments (GOLD IV), (UCLG, 2016). LLOP, J. M.; IGLESIAS, B. Mapas y base de datos sobre aglomeraciones urbanas mayores de 50.000 habitantes. (Cátedra UNESCO-CIMES, 2016).

Figura 1. Mapas y base de datos sobre aglomeraciones urbanas mayores de 50.000 habitantes. 2016.

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economía de proximidad y los productos de km.0 que son producidos en su propia área de influencia: su papel como centro de mercado clásico, las relaciones de interactuación con su territorio y la accesibilidad de la que gozan se lo facilitan. Además el tamaño limitado de la ciudad, que en principio podría asociarse a mejores condiciones ambientales, la mayor eficiencia y menor congestión del sistema de transporte y movilidad, y la posibilidad de desarrollar entre los ciudadanos un mayor sentido de identidad y pertenencia, podrían dar lugar a una mayor eficiencia económica y social. Tamaño y accesibilidad también facilitan el acceso habitantes del territorio inmediato a bienes y servicios que suelen concentrar este tipo de ciudades. Accesibilidad y movilidad deberían de ser pues en éste tipo de ciudades una cuestión prioritaria por su responsabilidad territorial. Tamaño y proximidad podrían aprovecharse para desarrollar además nuevos paradigmas de gobernabilidad política estableciendo sistemas más participativos y transparentes que permitan el desarrollo de políticas más próximas al ciudadano y adecuadas a sus necesidades.

Gobernabilidad A pesar de albergar un buen número de la población urbana y de su importancia territorial las ciudades medias tienen un papel político más bien moderado. A escala nacional y regional casi no tienen voz y a escala internacional nula representatividad. Estas ciudades pueden lograr muchos de los efectos de aglomeración si tienen la infraestructura, los equipamientos, la capacidad y el poder político adecuado. Pero a día de hoy su visibilización y su empoderamiento continúan siendo cuestiones pendientes. En algunas cumbres y eventos internacionales ha empezado a ponerse de relieve la importancia de los asentamientos urbanos medios y pequeños – Congreso Mundial de las Ciudades de UCLG, Bogotá, 12 a 15 de octubre de 2016; III Cumbre Mundial del HABITAT de las Naciones Unidas, Quito, 17 a 20 de octubre de 2016, etc. Necesitan esta voz a escala internacional para visibilizar el fenómeno pero sobretodo necesitan voz y representatividad política en los diferentes parlamentos y congresos nacionales.

Las valiosas aportaciones incluidas en el libro, así como el trabajo desarrollado por ReCiMe, nos ayuda a comprender las dinámicas y características de las ciudades medias y aquello que pueden aportar a un desarrollo territorial y social más equilibrado y justo. Hay que continuar desplegando esa necesaria mirada sobre las ciudades medias para comprender mejor las diferentes necesidades de las personas que viven en esas otras realidades urbanas. Carmen Bellet y Josep María Llop Departamento de Geografía y Sociología Universitat de Lleida, Cataluña (España) Cátedra UNESCO Ciudades intermedias, urbanización y desarrollo, Lleida, Cataluña (España)

Apresentação

Um tema, um livro, um debate – Reestruturações e cidades médias

Maria Encarnação Beltrão Sposito1 William Ribeiro da Silva2 “Tudo que se vê não é Igual ao que a gente Viu há um segundo Tudo muda o tempo todo No mundo” “Nada do que foi será De novo do jeito Que já foi um dia Tudo passa Tudo sempre passará” Como uma onda

Lulu Santos

De algum modo, nós, pesquisadores, sabemos que os poetas são capazes de dizer muita coisa com poucas palavras. Temos uma ponta de inveja deles. Gastamos anos em leituras, em pesquisas, para de algum modo chegar mais ou menos no mesmo lugar que eles. No entanto, quando temos um livro em mãos, sabemos que o “mais ou menos”, neste caso, faz alguma diferença. Gastamos mais páginas, mais palavras, encadeamo-las com menos graça, é bem verdade, mas compensamos isso buscando articular as afirmações gerais – “tudo que se vê não 1 2

Universidade Estadual Paulista, campus de Presidente Prudente. Universidade Federal do Rio de Janeiro.

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é igual ao que a gente viu há um segundo. Tudo muda o tempo todo [...]” – às particularidades e singularidades de nossos objetos de pesquisa, desejando, de algum modo, olhá-las de outro ponto de vista, relativizá-las, procurando contribuir para o desvendamento da complexidade e da diversidade que caracterizam a realidade, tanto quanto visando apreender as contradições das dinâmicas e processos em curso. Este livro vem a público num momento de múltiplas crises. Não bastassem as internacionais, tão próprias do desenvolvimento do capitalismo avançado; não chegassem as latino-americanas, tão características de nossas formações econômicas dependentes; temos agora a brasileira, eivada de paradoxos e desafios. Um pouco inventada, mas muito profunda, porque não pode ser apenas compreendida como crise política ou econômica, já que suas raízes são sociais, fincadas que estão nas históricas desigualdades que nos acompanham e nas evidentes distorções da democracia representativa. Não é diferente se desviamos nossas lunetas para a urbanização: reconhecemos rapidamente que as transformações são muitas, percebemos que se acompanham de velhas crises e que novas são instaladas. As crises, tão debatidas no meio acadêmico para analisar os processos de rupturas, de mudanças, de inovações; são também extremamente importantes para a reflexão sobre as cidades, em suas novas formas e processos espaciais. Historicamente, nos momentos de crises estruturais, as maiores modificações na produção do urbano e nas cidades processam-se em diferentes níveis e dimensões. Podemos apreendê-las em múltiplas escalas geográficas, perscrutá-las de várias perspectivas, inquiri-las continuamente e sondá-las com vários instrumentos conceituais e metodológicos. Este foi o desafio enfrentado pelos autores que oferecem suas contribuições à composição deste livro. Trata-se de uma coletânea que resulta de um longo caminho de pesquisa trilhado pela Rede de Pesquisadores sobre Cidades Médias (ReCiMe)3 que avança na tentativa de conhecer as faces das perspectivas da urbanização, em particular, as relativas à produção e estruturação das

3 Em especial, este livro refere-se a um dos objetivos alcançados pela pesquisa “Cidades médias, novos papéis, novas lógicas espaciais”, apoiada pelo CNPq, no âmbito do edital Casadinho/PROCAD - CNPq/CAPES, conjunto entre a Universidade Federal da Grande Dourados (UFGD), a Universidade Estadual Paulista (UNESP) e a Universidade Federal do Rio de Janeiro (UFRJ).

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chamadas cidades médias. Neste sentido, a rede se esforça periodicamente para promover encontros no intuito de debater resultados parciais ou conclusivos de pesquisas de seus membros e com pesquisadores também interessados na temática. Assim, este livro contém os debates realizados em dois eventos científicos organizados pela rede. O primeiro deles, ocorrido entre 27 e 30 de abril de 2015, foi o III Simpósio Internacional sobre Cidades Médias (CIMDEPE)4, cujo tema central foi “Perspectivas da urbanização – reestruturação urbana e das cidades”, o qual tomamos como título deste livro. O segundo transcorreu entre 29 de junho e 1 de julho de 2016 e foi o XIII Workshop da ReCiMe. Ambos tiveram lugar na Universidade Federal do Rio de Janeiro, na cidade do Rio de Janeiro, Brasil. O recorte espacial que orientou as reflexões destes autores foi o atinente aos estratos intermediários das redes e sistemas urbanos contemporâneos, agrupados genericamente como “cidades médias”, o que não se constitui em absoluto um conceito, mas apenas uma noção guarda-chuva, sob a qual e a partir da qual podemos avançar e contribuir para compreender uma parcela do urbano contemporâneo. Não tomamos, para isso, tais cidades como objeto ou totalidade em si, mas como parte do próprio movimento que a sociedade engendra, reestruturando e se apoiando no processo de urbanização, reconfigurando e vivendo os espaços urbanos que lhe dão materialidade e sentido, e que se apresentam objetiva e subjetivamente como constituintes da nossa própria trajetória individual e coletiva. O recorte temporal é o do período contemporâneo, ajustado por cada autor, conforme as variáveis escolhidas, os espaços analisados e as dinâmicas em pauta. Vários deles fazem alusões às escalas temporais da longa duração, quando é necessário encontrar as matrizes dos processos, tanto quanto se projetam, quando é importante tratar dos futuros possíveis. No entanto – e sobretudo –, os autores debruçam-se sobre o presente, este continente de prevalência das transformações sobre as permanências. Concebem-no como um período em que o ritmo das mudanças é a própria es-

O I CIMDEPE teve como tema central “Cidades Médias: Dinâmica econômica e produção do espaço urbano”, o que explica a sigla que lhe nomeia. Ocorreu em Presidente Prudente, na Universidade Estadual Paulista (UNESP), entre 6 e 9 de junho de 2005. O segundo evento desta série – II CIMDEPE – teve lugar em Uberlândia, de 6 a 9 de novembro de 2006, na Universidade Federal de Uberlândia. Sobre o III CIMDEPE, ver http://www. cimdepe.com.br/o-evento/. 4

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sência do modo de produção, das formas de estruturação espaço-temporal, das práticas sociais, entre elas as de natureza espacial, dos caminhos e descaminhos que se redesenham continuamente, tornando volátil não apenas a experiência humana, como revelando a insuficiência de nossos aportes para explicar o mundo. Assim, tornando evidentes as necessárias revisões de saberes consolidados e das possibilidades analíticas de enfrentá-los. A consciência sobre as limitações de nossas explicações não têm sido a poção que nos paralisa, mas o elixir que nos orienta a continuar a refletir, a apreciar os matizes analíticos que estão contidos neste livro, a entrecruzar os percursos feitos por cada autor, a chegar a um dado ponto, apenas para saber que ainda é pouco, mas poder ter melhor clareza de quais são as questões que devem orientar o trecho subsequente. Não é casual que o livro comece e termine com textos escritos pelo mesmo autor – Roberto Lobato Corrêa – da Universidade Federal do Rio de Janeiro, intelectual de primeira grandeza na Geografia Urbana brasileira. Ele fez a conferência de abertura do III CIMDEPE, intitulada “Cidades médias e rede urbana”, título do primeiro texto deste livro e oferece uma síntese de grande qualidade, por meio de reflexão que nomeia como ensaio, no qual trata das cidades médias, por meio de suas inserções na rede urbana. De antemão deixa claro que as cidades médias não são entidades ontologicamente definidas, mas, como construção intelectual que são, exigem clareza quanto aos critérios a serem adotados para sua caracterização como parte da rede urbana, o que leva ao reconhecimento da instabilidade que acompanha os esforços de sua conceituação, dada sua natureza relacional, como ele muito bem frisa. Tendo concluído sua conferência e seu texto com dois grupos de questionamentos (os atinentes ao traço dinâmico da urbanização brasileira e os relativos ao caráter e escopo dos critérios a serem considerados para sua identificação), ofereceu-nos ele, no ano subsequente, na palestra de encerramento do XIII Workshop da ReCiMe, uma agenda de pesquisa, encetada por um bem-delineado conjunto de desafios a serem enfrentados por nós, como o título do último artigo deste livro muito bem sintetiza: “Cidades médias: temas para pesquisa”. Nesta segunda contribuição, Corrêa organiza suas ideias em torno de três temas que foram apresentados no texto anterior – “Novas cidades médias”; “Relações espaciais e organização interna da cidade média”; “As elites locais” –, aos quais agrega três outros – “Cidades médias e forma-

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ção regional”; “Competição e comparação entre cidades médias”; “Cidades médias e decadência”. Discorre sobre cada um deles, apontando seus elementos centrais e demonstrando sua relevância no período atual, reforçando com suas indagações, o que já é mais que um sentimento, pois é consciência entre os pesquisadores que estudam tais espaços: ainda que tenhamos já acumulado alguma reflexão sobre cidades médias, é maior o que se apresenta em nossa frente. São itinerários a serem, antes de percorridos, desenhados com as réguas e compassos teóricos que formos capazes de bem adotar, adaptar, construir e utilizar, com os pés e os olhos que precisaremos ter para esquadrinhar o território em suas relações com a sociedade. Contribui, para isso, o texto de María Laura Silveira, do Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), da Argentina, “Cooperação e conflito na cidade média: algumas reflexões acerca do fenômeno urbano na globalização”. Ela toma como referência as contribuições de alguns autores (SANTOS, 1982; CORRÊA, 2006; SPOSITO, 2007) para conduzir a “uma ideia historicizada de cidades médias”, destacando, tal como o fez Corrêa, que é importante se considerar um quadro mais amplo e não eleger uma categoria isolada para a reflexão. A lupa que ela utiliza para apreender o objeto deste livro – as cidades médias – é o da globalização, ou seja, seu texto se desenvolve a partir das especificidades deste período, no qual tais cidades são levadas a desempenhar novos papéis, tanto quanto nelas se constituem novas necessidades. O bascular das situações espaciais das cidades nas redes urbanas, gerando novos modos de articulações, é analisado pela autora a partir dos dois circuitos da economia urbana (SANTOS, 1975; SILVEIRA, 2004, 2014), eleitos, assim, como seu recorte analítico central. Seu raciocínio desenvolve-se, também, por meio de comparações e distinções entre os papéis das cidades de cada estrato da rede urbana, numa divisão interurbana do trabalho cada vez mais orientada pelos interesses das grandes corporações, levando-lhe a redigir toda uma seção do texto – “Novos conflitos do território usado: a cidade média tem voz?” – levantando a dúvida sobre a representatividade política de tais cidades num período da história em que os grandes capitais ampliam seu alcance espacial e aportam nos estratos intermediários dos sistemas urbanos, mantendo-se sediados, muitas vezes, nos espaços metropolitanos.

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A imaginação geográfica do leitor vai se transportar para a Europa, por meio do texto de Lóris Antonio Servillo, da University of Leuven, na Bélgica, “Cidades pequenas e médias na Europa: ‘determinismo regional’ ou dinâmica de ‘autonomia territorial’?”. Ele frisa o papel das cidades médias, das pequenas e das vilas na história territorial da Europa, chamando atenção para o fato de que “[...] paradigmas epistemológicos dominantes e agendas políticas predominantes têm deixado essa dimensão territorial relativamente inexplorada, a favor de um foco mais forte sobre as áreas metropolitanas – os centros de poder da economia europeia – e sobre as regiões rurais como áreas ‘problemáticas’ de marginalização”. Para relativizar esta tendência, ele parte da análise multinível encetada no projeto EPSON5 TOWN (SERVILLO et al., 2014), bem como em outros estudos efetuados na União Europeia (DIJKSTRA; POELMAN, 2014; BREZZI et al., 2012; RUSSO et al., no prelo), na direção de vencer o que ele considera um desafio epistemológico decorrente das pequenas áreas urbanas serem comumente vistas sob duas perspectivas, que ele denomina “epistemologias oponentes” – a do “determinismo regional” e a da “autonomia territorial”. A análise permanece em território europeu, estimulando nosso olhar comparativo, com a leitura do texto de Christophe Demazière, da Université François-Rabelais de Tours, na França, denominado “O lugar das cidades pequenas e médias na investigação sobre o urbanismo. Um ponto de vista francês”. Apesar da especificidade que o subtítulo do texto expressa, consideramos que não se trata apenas de estudo do caso francês, mas muito mais de uma perspectiva que enriquece o livro ora apresentado, segundo dois enfoques ao menos: a) o da compreensão das cidades médias e pequenas a partir de uma rede urbana bastante densa e estabilizada, se comparada à brasileira, integrada nas últimas décadas ao sistema urbano constituído pela União Europeia; b) o do urbanismo, enquanto no livro prevalece a leitura geográfica dos processos e dinâmicas em curso, o que levanta questões que vão além da análise, para alcançar as formas e instrumentos da intervenção urbana. Demazière parte de uma constatação – “as cidades médias e pequenas ocupam um lugar à parte na investigação sobre o urbanismo” – lembran-

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European Observation Network for Territorial Development and Cohesion.

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do que não podemos, para estudá-las, “copiar as pesquisas feitas sobre metrópoles”. Para isso, numa primeira parte de seu texto, ele sintetiza as contribuições oferecidas por pesquisadores franceses ao tema (LAJUGIE, 1974; MICHEL, 1977; LABORIE, 1978) a partir de três óticas diversas entre si, mas importantes para o debate: “As cidades apresentadas pelos atores públicos”, “Quais são os critérios para definir as ‘cidades pequenas’ ou as ‘cidades médias’?”; “A tradição de estudo das cidades pequenas e médias na França”. A segunda parte de seu texto desenvolve-se a partir de uma pergunta – “As cidades pequenas e médias, um tema de pesquisa à margem?” – que aguça seu pensamento para colocar em questão se “As metrópoles estão no coração do desenvolvimento econômico contemporâneo” e para oferecer “Pistas para a análise do desenvolvimento das cidades pequenas ou médias”. O tratamento das cidades médias a partir da centralidade que detêm e da localização estratégica que ocupam nos sistemas urbanos é a escolha feita por Carlos Brandão, professor da Universidade Federal do Rio de Janeiro, para desenvolver o tema “Cidades médias como provedoras de bens e serviços públicos e coletivos e como construtoras de cidadania e de direitos”. Apoiando-se em duas ideias6 – as cidades médias como pontos de articulação que desenham fluxos estruturados pela oferta de serviços coletivos urbanos e tais cidades como elos do urbano-regional e do público privado – o autor busca, na literatura, os fundamentos teórico-metodológicos que oferecem contribuição à compreensão do papel dos equipamentos, bens e serviços como meios de consumo coletivo. Segundo uma perspectiva marxiana, sua proposta analítica visa a construção de um “conceito de sistemas de provisão de bens, equipamentos, serviços e infraestruturas coletivas de utilidade pública”. O tema é focalizado para o caso brasileiro, partindo de caracterização da “trajetória histórica sui generis [deste país] no ocidente”, considerando ainda o futuro próximo do Brasil que deverá ser marcado por “uma urbanização difusa e complexa, de baixo crescimento econômico e sob sérios riscos de regressão social e política”, indicando a possibilidade de con-

Ele recupera e amplia pontos desenvolvidos, respectivamente por Sposito (2007) e Steinberger e Bruna (2001). 6

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ceitos, apresentados por ele em publicação anterior – inter-ramificações econômicas, inter-regionalidades e inter-urbanidades (BRANDÃO, 2011) – constituírem-se em ferramentas úteis para pensar os nós de interação como locus central para provisão de bens e serviços coletivos, no sentido de se prover um padrão de oferta deles que seja adequado à superação da destituição de direitos e desigualdades em diferentes escalas geográficas. Em sua proposta, tal provisão de bens e serviços coletivos deveria ser realizada “escalarmente, desde os polos urbanos principais” e passando pelas “cidades médias, articulando para cima, para baixo, com sua hinterlândia e no mesmo nível hierárquico”. Trata-se, portanto, de contribuição importante, tanto pela qualidade da discussão apresentada como pela valorização de uma perspectiva política que se volta à solução das múltiplas carências, em termos de meios de consumo coletivo, reveladas e vividas nas cidades brasileiras, estruturadas e diferenciadas de modo desigual na nossa rede urbana. Os próximos textos do livro foram elaborados segundo recortes territoriais e/ou analíticos mais particulares e são muito importantes para a observação e o juízo das dinâmicas e processos que, se têm abrangência maior no capitalismo contemporâneo, ganham especificidades nas cidades médias. Júlio Cláudio da Gama Bentes, doutor pela Universidade de São Paulo, aborda o tema “Reindustrialização e transformações recentes na microrregião do Médio Vale do Paraíba Fluminense e suas cidades médias”. A reestruturação produtiva e espacial com a reindustrialização de sua área de estudo constitui-se sua base analítica. A região estudada pelo autor é paradigmática para mostrar como a passagem do sistema fordista para o de regime de acumulação flexível, no que toca ao ramo industrial automobilístico, reestrutura a economia e o espaço, redefinindo o padrão de desenvolvimento regional e o de urbanização do território analisado, com destaque para o processo de dispersão urbana, nos termos propostos por Reis (2006). Uma das dinâmicas analisadas pelo autor, com ênfase, é o da dispersão das atividades, associadas a modos de vida que se redefinem por intermédio desta tendência e que são propiciados pela intensificação da mobilidade regional. Ele mostra que a reestruturação produtiva e espacial não tem rebatimentos apenas na economia, mas se estende reconfigurando a “lógica do espaço de fluxos” e compondo os conteúdos do “processo de dispersão urbana”. Assim, o autor articula o processo central – a reindus-

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trialização de uma região – às condições urbanas necessárias a ele e às repercussões espaciais de tais mudanças. Tendo em vista este conjunto de dinâmicas, a reestruturação espacial alicerça-se no aparecimento de novas áreas comerciais e de serviços, como shopping centers, bem como em novas formas de morar, com destaque para os loteamentos e condomínios fechados e para os investimentos realizados pelo programa Minha Casa Minha Vida. Os quatro municípios estudados por ele são apresentados ao leitor por meio de um conjunto farto de informações e representações cartográficas que vão, no decorrer do texto, fundamentando o fio que conduz o seu pensamento. O tempo é a variável central na escolha analítica feita por Sergio Moreno Redón, pós-doutorando da Universidade Estadual Paulista, por meio de seu artigo “A expansão temporal das atividades comerciais varejistas na cidade de Presidente Prudente (SP): as fronteiras do horário noturno e dos finais de semana”. As relações e distinções entre os horários comerciais praticados pelas empresas e aqueles previstos na legislação são realçadas pelo autor, mostrando que, na cidade estudada, há “diferença significativa entre o avanço noturno dos novos grandes estabelecimentos planejados, que já foram pensados para operar com um horário dilatado, e a resistência dos estabelecimentos varejistas dos eixos urbanos tradicionais”. Moreno desenvolve suas ideias analisando as relações entre tempo, horários comerciais e consumo, visando sintetizar as duas visões presentes, na Geografia, sobre tais articulações: uma que vê o tempo como “método de análise de qualquer objeto de estudo”, e outra que o toma como “objeto de estudo”. Esta leitura, feita pelo autor, da produção bibliográfica (BLANCHARD, 1931; SANTOS, 1990; HÄGERSTRAND, 1967; 1991) sobre o tema, ajuda a compreender melhor como se estabelecem as fronteiras entre o tempo do comércio e a legislação, como caminho para serem analisadas as mudanças nos horários comerciais de Presidente Prudente (SP). Isto é detalhadamente explanado no texto, possibilitando ao leitor apreender como empresas de maior porte reorientam o uso do tempo e criam tensões políticas entre agentes locais e regionais, e aqueles que representam os interesses econômicos de maior monta e maior abrangência espacial. O leitor redirecionará seu olhar, do ponto de vista territorial, por meio da leitura do texto de Cristián Henríquez, Federico Arenas, Francisco Maturana e Leonel Pérez, os dois primeiros da Pontifícia Universidad Cató-

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lica de Chile, o terceiro da Universidad Autónoma de Chile e o quarto da Universidad de Concepción, que redigiram o texto “¿De ciudad media a capital regional?: el caso de Chillán y la posible nueva región del Ñuble, Chile”. Nele, o debate desenrola-se em torno da questão contida no título, pois, se agora o país está dividido em 15 regiões político-administrativas, há intenções de criação de mais uma, o que levaria a cidade média de Chillán a ampliar seus papéis regionais e ascender na estrutura política do país, face a sua nova posição de capital regional. Tendo em conta esta possibilidade, Henríquez et al. debruçam-se sobre a análise desta cidade, apoiados em publicação já efetuada pela ReCiMe (HENRÍQUEZ et al., 2012) e em livro mais recente (HENRÍQUEZ, 2014), mas acrescentando novos elementos que nos levam a refletir sobre as intrínsecas relações entre Chillán e a provável região que comandará. No texto, argumentam em torno da pertinência ou não da criação de tal região, questionando seu papel de articulação e sua “factibilidade”. Não deixam, entretanto, de apontar, ao final, que a subdivisão do espaço, no Chile, para a constituição de novas entidades territoriais, responde mais a decisões de natureza política associadas a jogos de interesse, sem isso significar que, com tais atos, em que pese o sentimento de identidade que há entre moradores da possível região, eles venham a ter maior bem-estar. A “ressignificação do espaço industrial”, pela ótica da origem de cooperativas de trabalho, como modo de manter o mercado de trabalho e de recuperar empresas, é o prisma escolhido por Diana Lan, da Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, para analisar o papel das indústrias metalomecânicas em cidades médias argentinas. Ela o faz, tratando a dinâmica desde o período das substituições de importações até o que tem início nos anos de 1990, neste país, assim como em outros, o capitalismo financeiro de acumulação flexível, amplia o desemprego e gera precarização do trabalho. Tendo em vista este objeto de análise, o título de seu texto é “Las cooperativas de trabajo y la resignificación del espacio industrial en ciudades medias de Argentina” e nele as relações entre o econômico e o urbano, e mais especificamente, entre o industrial e as cidades médias, é esquadrinhado por meio do estudo destas cooperativas. É feito pela autora um retrospecto histórico, com apoio em alguns autores (ARCEO et al., 2008; TORT; LOMBARDO, 2010; ALONSO, 1999), para, em seguida, ela propor uma tipologia de conformação das coopera-

Apresentação 23

tivas de trabalho. Além desta tipologia, muito útil para agrupar informações e elaborar tipos possíveis, o texto oferece elementos empíricos que sustentam uma visão teórica, de importância política: a redefinição do espaço industrial, a partir das cooperativas de trabalho, leva a uma valorização das condições de vida e ao direto comprometimento dos agentes envolvidos, que se traduz numa “gestão produtiva sem exploração social”. A autora frisa, com sua análise, que busca ir além da aparência, por meio do movimento do passado para o presente. Ela mostra como formas herdadas, produzidas por diferentes lógicas, revelam diversas divisões territoriais do trabalho, até chegar às cooperativas, expressando “combinações possíveis para este tempo e lugar”. Como os leitores podem ter notado por esta sintética apresentação dos textos que compõem este livro, o debate sobre as múltiplas formas de reestruturação e suas incidências em cidades médias, tanto quanto o apoio oferecido por elas aos novos vetores que promovem tais reestruturações, foi efetuado por diversos pontos de vista e tomado como referência objetos diferentes – sistemas urbanos, redes urbanas, cidades médias, cidades pequenas, regiões etc. – de tal modo que cada autor contribuiu com a ReCiMe na direção de fortalecer o par reestruturação urbana (SOJA, 1993) e reestruturação da cidade (SPOSITO, 2007). Este par tem nos parecido útil como ferramenta conceitual para valorizar a análise em múltiplas escalas geográficas e não tomar, como já frisado nesta seção do livro, as cidades médias em si. Foi esta a razão pela qual tanto o III CIMDEPE, como o título deste livro, indicam tais reestruturações como perspectivas para se ler a urbanização contemporânea e, portanto, compreender tais cidades como parte deste processo e, fortemente, reconfiguradas, ou melhor, reestruturadas pelos movimentos interescalares que a globalização amplia. Deste modo, o ambiente contemporâneo de crise política e econômica enfocado pelos textos presentes no livro torna a reflexão acerca das reestruturações urbanas e das cidades bastante oportuna e fértil, por permitir o debate sob perspectivas teóricas e empíricas com amplas variações escalares, empíricas e analíticas, com destaque para a diversidade internacional dos aspectos abordados. A reestruturação lida em par (urbana e da cidade), portanto, revela-se bastante complexa no que se refere às cidades médias, discutidas em perspectivas diversas, percebe-se um amplo espectro de possibilidades analíticas e diversidade nos ritmos dos processos, sobretudo quando postas lado

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Perspectivas da urbanização

a lado: - processos da urbanização argentina, brasileira e chilena, em contextos de produção e reprodução contínua de cidades e inclusive de novas cidades, produzindo amplas redefinições das redes urbanas; - com os contextos das cidades europeias, em amplo processo de redefinições, porém, com estabilidade quando se consideram as redes urbanas historicamente constituídas em territórios mais consolidados. Com isso, ainda que em níveis, dimensões e ritmos variados, encontra-se um papel de destaque das cidades médias quando se reflete sobre as Perspectivas da Urbanização, uma vez que os padrões do novo regime de acumulação impõem maior demanda por flexibilidade nos processos econômico-territoriais e encontram nestas cidades locus fundamentais de intermediações de processos e de expansão do consumo moderno, notadamente organizado em redes e por grandes companhias de capitais nacionais ou internacionais. Então, com base nos elementos apresentados pelos textos deste livro e mesmo diante de um cenário de crescimento das incertezas e em que o quadro de complexidade se mostra nebuloso e, por isso mesmo, amplamente instigante, temos um reforço do pressuposto inicial que motivou a pesquisa, que é a necessidade de se incluírem reflexões e análises das cidades médias, com suas particularidades destacáveis, quando se pretende discutir a urbanização, sendo parte relevante da totalidade do processo. Para finalizar esta seção do livro, em nome de seus autores e dos membros da ReCiMe, registramos alguns agradecimentos, ainda que eles não abranjam o conjunto de pessoas e instituições que tornou possível a realização dos dois eventos científicos já citados, como as pesquisas em desenvolvimento na rede, cujas reflexões consubstanciam-se nesta obra. Somos devedores da Universidade Federal do Rio de Janeiro, em especial ao Instituto de Geociências, ao Departamento de Geografia e ao Programa de Pós-graduação em Geografia, que nos recebeu nas duas ocasiões em que estivemos reunidos para o debate, sob a coordenação de William Ribeiro da Silva, que também organiza esta publicação e é coautor deste texto. Esta instituição cedeu-nos seus ambientes e seus equipamentos, assegurando-nos o apoio de seu pessoal técnico, a acolhida competente e carinhosa de seus alunos e professores os quais, sobretudo, propiciaram-nos aportes como expositores, debatedores ou assistentes, tendo, assim, papel fundamental no debate realizado. Ao Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tec-

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nológico (CNPq) devemos o apoio que vem sendo dados às pesquisas da ReCiMe e à própria construção desta rede, tanto quanto ao financiamento parcial do XIII Workshop da rede. À Siemens Brasil agradecemos o financiamento de parte do III CIMDEPE e, ainda, de parcela deste livro, tanto quanto a exposição que realizaram durante este evento científico, tornando-nos conhecedores de sua atuação na oferta de novos meios de transporte coletivo urbano. Igualmente agradecemos o apoio à publicação deste livro, oferecido pelo Programa de Pós-Graduação em Geografia da Universidade Estadual Paulista (UNESP), campus de Presidente Prudente, por meio da cessão de parte dos recursos que recebe da Coordenação de Apoio de Pessoal de Nível Superior (CAPES), fundação associada ao Ministério da Educação do Brasil (MEC). À Cátedra UNESCO: Ciudades Intermedias. Urbanización y Desarrollo, sediada na Universidade de Lleida, na Espanha, temos que agradecer a parceria que vem sendo solidificada a cada ano, bem como o apoio institucional a este livro e a elaboração do prefácio dele, redigido por seus diretores Carmen Bellet e Josep María Llop, professores do Departamento de Geografia e Sociologia desta universidade. Agradecemos, igualmente, a todos os profissionais que trabalharam na melhoria dos textos originais, de modo a adequá-los à composição do livro: tradutores, revisores de língua portuguesa, técnicos da área de normalização bibliográfica e diagramação etc. Todos os participantes dos dois eventos científicos, de diversos países, membros ou não da ReCiMe, tiveram papel importante no processo e, a eles, agradecemos pelas exposições feitas, cujos textos estão publicados nos anais, disponibilizados no site do III CIMDEPE7. Igualmente somos gratos pela assistência e, sobretudo, pelas questões elaboradas aos que se apresentaram, pois elas, certamente, contribuíram para o aperfeiçoamento das primeiras versões dos textos que, agora, vêm a público. Por fim, com destaque, registramos nosso muito obrigado aos autores, pois, sem eles, esta publicação não teria a abrangência e a qualidade que tem. Como organizadores deste livro, convidamos vocês, leitores, a apreciar

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Em http://www.cimdepe.com.br/

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as ideias de seus autores, desejando mais que conhecê-las, distingui-las, mais que realizando uma leitura cuidadosa, encarando-as com alguma desconfiança, de modo a constituir-se no processo de leitura, um campo de tensão fértil à construção de um pensamento novo. Este sempre é o desejo de quem escreve e espera o diálogo, tanto o que se caracteriza pela concordância como o que propicia a crítica. É isto que esperamos deste livro.

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Perspectivas da urbanização

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Capítulo 1

Cidades médias e rede urbana

Roberto Lobato Corrêa1

Introdução Este texto, elaborado na forma de ensaio, aborda alguns pontos julgados importantes envolvendo as cidades médias e sua inserção na rede urbana. Os pontos aqui abordados fazem parte da longa literatura a respeito da rede urbana e são apresentados visando refletir sobre as cidades médias e/ ou consolidar o conhecimento sobre elas. As cidades médias não constituem entidades ontologicamente definidas, sendo o resultado de uma construção intelectual, da adoção de critérios julgados pertinentes e do conhecimento a respeito da rede urbana. Como construção intelectual a noção ou conceito de cidade média é instável, dependendo dos elementos considerados na sua definição, por exemplo, funções e tamanho demográfico. A noção ou conceito de cidade média é de natureza relacional, envolvendo relações com centros menores e maiores do que ela. Nesse sentido, a cidade média só pode ser compreendida como parte integrante de uma rede urbana. Esta é entendida como o conjunto de centros, hierarquizados ou funcionalmente especializados e com diversas dimensões demográficas, articulados entre si via fluxos materiais e não materiais, originando uma rede do tipo solar, dendrítico, christalleriano ou de múltiplos circuitos. É neste contexto que se situam as cidades médias, cidades de intermediação no âmbito da rede urbana. A inserção das pequenas cidades na rede urbana foi vista a partir do papel que desempenhavam no mundo agrário próximo, conectando o rural e o ur-

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Universidade Federal do Rio de Janeiro

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Perspectivas da urbanização

bano, após as mudanças verificadas após 1970 no mundo agrário. Estas mudanças levaram essas pequenas cidades a se transformarem, gerando cinco tipos de cidades, a saber: prósperos lugares centrais, centros especializados, reservatórios de força de trabalho, núcleos que vivem de recursos externos, oriundos do Estado ou de pequenas economias de emigrantes e núcleos que, dada a grande proximidade a um grande centro urbano, tornaram-se subúrbios dormitórios. Estes cinco modelos de transformação são, em realidade, tipos ideais, passíveis de ocorrerem em formas puras ou combinadas. A inserção das cidades médias na rede urbana é diferente e mais complexa, envolvendo um número maior de aspectos, entre eles os seguintes: as funções urbanas, as relações espaciais externas e o papel das elites locais e regionais na vida econômica e política da cidade. A combinação destes aspectos gera uma complexa tipologia de centros.

As funções As funções urbanas constituem a base por meio das quais uma cidade, seja ela pequena, média, grande ou, ainda, um centro metropolitano, insere-se em uma dada rede urbana, participando assim da divisão territorial do trabalho regional ou nacional ou mesmo à escala global. As funções urbanas, ressalta-se, são um tema longamente enraizado na Geografia Urbana. Tipos de funções urbanas e combinações entre elas já foram identificados em distintos contextos espaciais e temporais. Neste texto apontaremos brevemente algumas funções, as mais importantes, acreditamos, pensando-se em termos de cidades médias. São as seguintes: funções de lugar central, de drenagem e consumo da renda fundiária, industrial, portuária e função de capital político-administrativa. Função de lugar central As funções centrais, definidoras dos lugares centrais tal como apontado na teoria de Walter Christaller, constituem em termos de atividades a base das cidades médias. Estas são, por excelência, lugares centrais, situando-se, em termos de hierarquia urbana, como capitais regionais. A comercialização e o beneficiamento de produtos de sua hinterlândia constituem aspectos tradicionais das funções do lugar central.

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As cidades médias caracterizadas como lugares centrais, contudo, apresentam diferenças entre si. Algumas localizam-se em prósperas regiões agrárias que passaram pelas transformações no campo, modernização e industrialização do campo, transformando-as em ativos e movimentados centros urbanos. Outras localizam-se em áreas que permaneceram fortemente vinculadas às atividades pastoris que, ainda que modernizadas, não impactaram tão fortemente como aquelas submetidas às mudanças na agricultura. Quais são as diferenças entre as cidades médias do mundo do complexo agroindustrial e do mundo predominantemente pastoril? As cidades da Amazônia ribeirinha, a exemplo de Santarém (PA), não se enquadram em nenhum dos tipos acima apresentados. São cidades médias do mundo amazônico à espera de estudos que evidenciem as semelhanças e as diferenças com os outros dois tipos. Aponte-se que entre as cidades médias há diferenças no que tange ao equipamento funcional, isto é, número e qualidade das empresas e estabelecimentos comerciais e de serviços, incluindo a variedade de bens e serviços oferecidos, assim como o peso dos circuitos superior e inferior no comércio varejista e no comércio atacadista, seja ele tradicional, seja ele moderno. É nesse sentido que se tornam interessantes estudos comparativos envolvendo cidades médias do complexo agroindustrial, do mundo pastoril e do mundo amazônico. Outros tipos a serem identificados contribuiriam muito para a compreensão das cidades médias. Função de drenagem e consumo da renda da terra A drenagem e o consumo da renda da terra, produzida no mundo rural ou agrário, têm se constituído em longa tradição entre os centros da rede urbana brasileira. No passado, e até 1970 aproximadamente, o absenteísmo dos proprietários rurais era muito importante, seja em áreas de economia agrícola, seja em áreas pastoris, a exemplo das áreas de Cerrado ou da Campanha gaúcha. Mas esta função de drenagem e consumo da renda do mundo rural não gerava necessariamente uma cidade média. As transformações verificadas no mundo rural transformando-se em um mundo agrário, sob o comando da cidade, ampliou o papel das muitas cidades com funções de drenagem e consumo da renda da terra. O desenvolvimento de um complexo agroindustrial ampliou o referido papel das cidades,

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Perspectivas da urbanização

introduzindo-o como uma das características das cidades médias, ainda que não necessária para assim defini-las. Função industrial As cidades médias que possuem uma significativa atividade industrial, capaz de tornar menos visível seu papel como lugares centrais, apresentam características especiais, tanto na organização espacial interna quanto em suas interações externas. Nesse caso essas interações, dependendo do grau da especialização produtiva, poderão exibir amplo alcance espacial que, em certos casos, podem ser direcionados para poucos centros urbanos. Suas relações verticais, para usar uma expressão proposta por Milton Santos, são mais importantes que suas relações horizontais. Questiona-se, porém, se a cidade industrial pode ser considerada uma cidade média. Esta é definida por seu papel de intermediária entre a metrópole ou mesmo a grande cidade e uma dada hinterlândia regional, sendo assim, caracterizada como um lugar central, hierarquicamente uma capital regional. Adicionalmente, esta capital regional tende a se localizar no centro econômico de sua hinterlândia mesmo que tenha uma localização excêntrica a esta. E o que dizer das cidades localizadas no âmbito de um espaço urbano-industrial, a exemplo do eixo do Vale do Paraíba ou de uma região como aquela em torno de Campinas? Mas isto torna a temática das cidades médias mais estimuladora para reflexões e pesquisas. Pensamos, por exemplo, em cidades como Taubaté e Americana ou Limeira ou mesmo na aglomeração de Ipatinga-Coronel Fabriciano e Timóteo. Função portuária As cidades portuárias caracterizam-se por serem pontos intermediários entre sua hinterlândia terrestre, à sua retaguarda, o mar e hinterlândias distantes. A função da transferência de mercadorias implica em ampla escala espacial de atuação, muito mais ampla que a sua atuação como lugar central, em muitos casos limitada espacialmente, desempenhando papel econômico menos importante que o de sua função portuária. Não estamos nos referindo às metrópoles que obtêm função portuária como Rio de Janeiro ou Salvador, nem à grande cidade portuária como Santos. São as cidades portuárias demograficamente de tamanho médio

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que nos interessam. Entre elas pode-se mencionar Rio Grande (RS), Itajaí (SC), Paranaguá (PR), Ilhéus (BA) e Parnaíba (PI). Portos, no presente ou no passado, diferenciam-se quanto à força econômica da função portuária, mais expressiva nas três primeiras cidades citadas e menos nas duas últimas, particularmente em Parnaíba. Expansão portuária, crise e decadência portuária estão presentes neste tipo. Estas cidades apresentam usos do solo que revelam sua função portuária e a força espacial dela, seja na própria zona portuária, no centro comercial, seja nas áreas residenciais. Tipo particular de cidade média deve ser analisada, seja individualmente, seja em uma perspectiva comparativa, seja ainda em uma perspectiva histórica. Função de capital A política colonial ibérica incluía a criação de cidades com função político-administrativa visando organizar e controlar os territórios conquistados. Esta tradição se fez presente no Brasil dos séculos XIX e XX, quando foram criadas as cidades de Teresina (PI), Aracaju (SE), Belo Horizonte (MG), Goiânia (GO) e Brasília (DF), esta em 1960 e com outros propósitos. Tornaram-se centros metropolitanos e cidades grandes. Palmas, capital de Tocantins, é a mais nova das cidades-capitais, podendo ser considerada uma cidade média. Além de suas funções político-administrativas que espacialmente abrangem todo o território estadual, a cidade desempenha outras funções de natureza econômica? E qual a sua atuação espacial? Como evoluirá demográfica e economicamente a nova capital? E mais, na tradição brasileira de criação de cidades-capitais e considerando possíveis expansões do povoamento e criação de novas unidades da federação, é possível pensar em novas cidades-capitais, temporariamente cidades médias?

As relações espaciais Derivadas das funções urbanas e do consumo final, as relações espaciais efetivam a inserção de uma cidade na rede urbana. Estas relações envolvem a circulação de mercadorias, informações, valores e pessoas, assim como a circulação de poder. Por outro lado, as relações espaciais são

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Perspectivas da urbanização

meios que contribuem para a perda, a manutenção ou a ampliação das funções urbanas. A teoria dos lugares centrais e seus desdobramentos, a exemplo das formulações a respeito dos dois circuitos da economia dos países subdesenvolvidos e das formulações teóricas sobre os mercados periódicos, de um lado, e a teoria da difusão espacial, de outro, constituem bases pelas quais as relações espaciais no âmbito da rede urbana têm sido analisadas. A análise das relações espaciais tem privilegiado uma cidade específica, como se exemplifica com os estudos sobre áreas de influência de Campinas, Campina Grande e Aracaju, realizados na década de 1960, ou uma rede urbana regional, a exemplo do estudo sobre o sudoeste paranaense, publicado em 1970. As contribuições da Rede de Pesquisadores Sobre Cidades Médias (ReCiMe), mais recentes, são notáveis a este respeito – Mossoró, Campina Grande, Marília, Londrina e Passo Fundo, entre outras cidades. Sobre as relações espaciais de e para as cidades médias, apresentaremos alguns aspectos julgados importantes. Trata-se de pontos que não são exclusivos às cidades médias, mas que nestas ganham especificidades que tentaremos apresentar. Relações espaciais e distância No âmbito de uma rede urbana sob o comando de uma metrópole regional, a distância com que uma cidade média atua, ou seja, o seu alcance espacial máximo (range) deriva de um conjunto de atributos interligados entre si. O primeiro é a densidade demográfica da hinterlândia da cidade, conforme apontado por Brian Berry há cerca de 50 anos. Maior a densidade demográfica, menor o alcance espacial; pois a demanda de bens e serviços é satisfeita em área reduzida que concentra um relativamente denso contingente demográfico. Inversamente, menor a densidade demográfica, maior o alcance espacial da cidade. Neste caso a distância aumenta para abarcar um maior número de consumidores, garantindo, assim, a demanda necessária para a oferta de bens e serviços que contribuem para caracterizar a cidade média nesse contexto regional. Compara-se, por exemplo, o alcance espacial de cidades como Bauru (SP) e da aglomeração urbana de Juazeiro (BA) e Petrolina (PE). O alcance espacial das cidades médias é afetado também pelas atividades especializadas, que não atendem ao mercado da cidade média enquan-

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to lugar central, cujo alcance espacial pode ser definido, segundo Milton Santos, como relações espaciais marcadas pela horizontalidade. A noção de verticalidade, apontada por esse autor, pode descrever as relações espaciais a longa distância, derivadas de atividades especializadas, vinculadas à produção industrial, à exportação de produtos primários como grãos e minérios ou à função portuária. É em grande parte por meio dessas interações a longa distância que se estabelecem as diferenças entre cidades médias localizadas na mesma rede urbana regional ou em outras redes, assim como com centros metropolitanos localizados extrarregionalmente. Redes regionais distintas são, assim, articuladas. Milton Santos, adicionalmente, argumenta que nas cidades médias há um relativo equilíbrio no que tange ao alcance espacial do circuito inferior, espacialmente limitado, e do circuito superior, mais amplo, porém seletivo, englobando uma população de maior status social. Este ponto, contudo, necessita de maiores pesquisas. Relações espaciais e intensidade A intensidade das relações espaciais de e para cidades médias é variável. Primeiramente porque estas relações não se localizam em uma planície isotrópica, homogênea no que diz respeito às densidades demográficas, renda da população, tanto no que tange à renda média como à concentração da renda, à natureza da produção industrial, agrícola e pastoril e a outras características econômicas e sociais. A variação da intensidade das relações espaciais não se efetiva apenas quando cidades médias distintas são comparadas entre si, mas também no interior da hinterlândia de uma dada cidade média, traduzindo a existência de sua heterogeneidade econômica e social, como se exemplifica com a hinterlândia de cidade localizada no contato de regiões distintas como Agreste e Sertão, zonas de ocupação consolidada e zona pioneira e área de pequena propriedade rural e de grande propriedade. A variação da intensidade das relações espaciais varia também durante o ano, distinguindo-se o período da safra do período da entressafra, especialmente se se trata de cidade média com importante função no processo de produção do mundo agrário. As implicações das variações nas relações espaciais tanto no que se refere ao alcance espacial quanto à intensidade são muitas. Envolvem o nú-

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Perspectivas da urbanização

mero e a natureza das funções urbanas, particularmente aquelas de lugar central, a população urbana e o próprio dinamismo intra-anual da vida urbana. Nesse sentido há significativas diferenças entre cidades médias de regiões agrícolas modernas e antigas, regiões pastoris ou de extrativismo vegetal ou mineral.

Cidades médias e elites O papel de intermediação que as cidades médias desempenham não se limita às funções de lugar central, de drenagem e consumo da renda fundiária, industrial e portuária ou ainda de capital político-administrativo. A intermediação implica também no poder de comandar atividades e a própria organização do espaço regional, contrapondo-se, assim, ao papel da metrópole regional para quem este papel adquire relevante força. Em outras palavras, a cidade média deve ter uma elite local capaz de realizar esse papel em escala regional. A inclusão das elites na análise geográfica não se constitui em tradição fortemente enraizada entre os geógrafos. Estas consideram as cidades, suas funções e a dinâmica delas como se fossem o resultado de fatores externos a elas, como a posição geográfica da cidade. Os agentes sociais concretos que criam e recriam o espaço são considerados sobretudo quando a organização interna da cidade é objeto de análise. Consideram-se, então, os proprietários da terra, promotores imobiliários, grupos industriais, o Estado, e ainda os movimentos sociais. Os agentes sociais acima mencionados atuam sobre o espaço urbano da cidade média, ainda que nem sempre com exclusividade. Questiona-se se a estes agentes sociais cabe efetivamente o espaço urbano como foco exclusivo de suas atividades que, de modo geral, não atraem a ação de agentes externos. Se isto for verdadeiro, então existe uma divisão do trabalho entre elites locais e regionais que atuam na escala intraurbana, e elites metropolitanas ou grupos econômicos internacionais que atuam tanto na escala intraurbana, metropolitana sobretudo, e na escala regional, na hinterlândia das cidades médias. Creio que não exista ainda uma resposta consistente a este respeito e sugere-se que pesquisas sistemáticas sejam realizadas. Creio também que uma poderosa elite local ou regional amplie o papel das cidades médias,

Cidades médias e rede urbana 37

podendo-se então estabelecer a distinção entre cidades médias com função, ainda que com limites, de gestão do território ou de criação efetiva de seu espaço de atuação, e cidades médias sem esta função. Ambos os tipos ratificam as diferenças entre cidades médias. Entre os questionamentos a serem considerados estão os seguintes: • origem das elites locais e regionais, assim como a gênese dos capitais que controlam; • os investimentos realizados, considerando o volume de recursos, a natureza dos investimentos e suas realizações; e • as relações institucionais que legitimam as ações e o poder das elites locais e regionais, envolvendo redes formais de poder, que viabilizam alianças de classe e fortalecem a cidade média.

À guisa de conclusão As cidades médias constituem importante temática para a Geografia Urbana, exibindo inúmeras possibilidades de estudo, assim como inúmeros exemplos a serem estudados. A tarefa é longa, mas o caminho já está sendo trilhado por aqueles que participam do grupo ReCiMe. As perspectivas de pesquisas sobre cidades médias são amplas e renováveis. Primeiramente porque o dinamismo da urbanização brasileira assim o permite. Pequenas cidades podem se tornar cidades médias, ainda que este processo de evolução seja extremamente seletivo: muitas cidades pequenas assim deverão permanecer. A este propósito questiona-se sobre os processos, incluindo agentes sociais e meios, pelos quais uma cidade pequena torna-se uma cidade média. Por outro lado, cidades médias tornam-se grandes cidades e, em relação a isto, os mesmos questionamentos podem ser feitos. Questiona-se ainda sobre os limites que travam a transformação de uma cidade média em grande cidade. Em segundo lugar, há que se considerar critérios para identificação de cidades médias no futuro próximo. Pois o conceito de cidade média não está dado para sempre, congelado. O critério demográfico, sempre problemático, deve ser criticamente considerado. A urbanização brasileira tem produzido dezenas de cidades com 100.000-200.000 habitantes, que vivem de uma economia cuja natureza não está claramente qualificada. Por outro lado, a urbanização brasileira tem produzido novas formas e ampliado

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Perspectivas da urbanização

as antigas. Há aglomerações urbanas e eixos urbanizados, que abrangem cidades de diferentes dimensões demográficas e funcionais. Este processo dissolve algumas cidades médias integrando-as em novas formas de urbanização? A temática está longe de ter sido esgotada, e isto é uma situação promissora para investigação. Os próximos 15 anos estão, em realidade, à espera dessas pesquisas.

Capítulo 2

Cooperação e conflito na cidade média Algumas reflexões acerca do fenômeno urbano na globalização María Laura Silveira1

Fenômeno urbano na globalização: contexto e relevância das cidades médias Entendendo o fenômeno urbano como um dos traços mais marcantes da civilização contemporânea2, Jacqueline Beaujeu-Garnier e Georges Chabot (1963) propõem uma elucidativa premissa de método: O fenômeno urbano está sujeito a renovação; responde a uma certa forma de civilização da qual ele é uma expressão. A definição não será então a mesma para todos os tempos e todos os países. (BEAUJEU-GARNIER; CHABOT, 1963, p. 35).

Em outras palavras, cada divisão territorial do trabalho, isto é, uma forma de trabalhar e de distribuir o trabalho com a mediação do Estado, permite reconhecer um período histórico que abriga um dado fenômeno urbano. Com seu próprio ritmo e natureza, tal fenômeno se revela como uma manifestação do encontro daquilo que Milton Santos (1988, 1993) denomina forças de concentração e forças de dispersão.

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) O fenômeno urbano é sem dúvida um dos traços mais marcantes da civilização contemporânea. E a expressão mesma de fenômeno, significando um surgimento surpreendente, mostra o que pode ter de paradoxal o desenvolvimento das cidades. Não falamos, com efeito, de fenômeno rural, pois nos parece normal que os homens raspem a terra e a semeiem para obter seu alimento (BEAUJEU-GARNIER; CHABOT, 1963, p. 7).

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Em cada momento da história, essas forças levam a uma geografia diversa da produção e do consumo e, nos dias de hoje, vemos, mormente, a concentração de certas produções e a dispersão da informação, do crédito e do consumo. A urbanização associada a esses processos mostra uma aceleração e o respectivo crescimento de grandes corpos urbanos e do número e tamanho das cidades médias, a transformação das formas e funções das cidades assim como das hierarquias na rede urbana. Não raro e em um aparente paradoxo, coexistem a multiplicação e a diminuição do número e tamanho das pequenas aglomerações. Já em 1988 Roberto Lobato Corrêa oferecia uma importante contribuição ao definir a rede urbana como reflexo e condição da divisão territorial do trabalho. Nessa ocasião, escrevia o autor: É à primeira vista através das funções articuladas de suas cidades – bancos, comércio atacadista e varejista, indústrias e serviços de transporte, armazenagem, contabilidade, educação, saúde, etc. – que a rede urbana é uma condição para a divisão territorial do trabalho. (CORRÊA, 2006, p. 26).

E o autor (CORRÊA, 2006) completa sua ideia afirmando que, graças à rede urbana, são viáveis as produções agropecuárias, a mineração e a indústria, assim como as formas de circulação e consumo. Entretanto, é efetivamente devido à ação de centros de acumulação de capitais, às grandes metrópoles, cabeças de redes urbanas de extensão mundial ou nacional, que a divisão territorial do trabalho aparece condicionada pela rede urbana [...]. A rede urbana é um reflexo, na realidade, dos efeitos acumulados da prática de diferentes agentes sociais, sobretudo as grandes corporações multifuncionais e multilocalizadas que, efetivamente, introduzem, tanto na cidade como no campo, atividades que geram diferenciações entre os centros urbanos. (CORRÊA, 2006, p. 26-27).

De tal modo, esse conceito de rede urbana permite pensar a cidade em um contexto que, no período da globalização, vai além da contiguidade regional. Um período revela uma forma de uso do território e um fenômeno urbano e, a partir desse conjunto de existências, poderíamos aproximar-nos de uma ideia historicizada da cidade média. Como havia escrito Milton Santos em 1978:

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Queremos insistir, mais uma vez, no fato de que o número de cidades em um sistema, o seu tamanho e a sua importância relativa devem ser estudados como um fenômeno total: nenhuma explicação satisfatória pode ser encontrada fora de um quadro abrangente e global. Categorias isoladas não comportam uma real explicação. (SANTOS, 1982 [1978], p. 50).

Por isso, para alcançar uma noção de cidade média é necessário, como assevera Maria Encarnação Beltrão Sposito (2007), reconhecer seus papéis na divisão territorial do trabalho: As cidades médias têm seus papéis alterados nesse processo e têm, em função de situações geográficas mais ou menos favoráveis e atraentes aos investimentos externos e de iniciativas de atores locais e regionais, maior ou menor capacidade de se integrarem de forma mais ampla às novas formas de configuração de relações em múltiplas escalas. (SPOSITO, 2007, p. 239-240).

Nessa mesma linha traçávamos o retrato dinâmico advindo da globalização: Os sistemas de cidades constituem uma espécie de geometria variável, levando em conta a maneira como as diferentes aglomerações participam do jogo entre o local e o global. É dessa forma que as cidades pequenas e médias acabam beneficiadas ou, ao contrário, são feridas ou mortas em virtude da resistência desigual dos seus produtos e das suas empresas face ao movimento de globalização. (SANTOS; SILVEIRA, 2001, p. 281).

É a partir do reconhecimento dos materiais da história do presente que deveríamos debruçar-nos no encontro das cisões significativas, pois, sem autonomia de existência na rede urbana, a cidade média não poderá pretender autonomia de significado nos estudos do território. Em outros termos, desprovida do seu contexto histórico, a cidade média permanecerá apenas como uma cisão quantitativa, que inexoravelmente perderá sua coerência, uma vez que as definições não são incólumes ao passo do tempo. Doravante, é mister enfrentar a questão de construir epistemologicamente um objeto e uma noção relacional.

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Enumerando três elementos a serem considerados no quadro teórico sobre a cidade média, isto é, a presença de uma elite empreendedora, a localização relativa e as interações espaciais, Corrêa (2007) assevera que: [...] é essa elite empreendedora que marca a diferença com outras cidades com a mesma dimensão demográfica, porque é ela que estabelece uma relativa autonomia econômica e política numa cidade, criando interesses locais e regionais, competindo em alguns setores de atividades com as grandes cidades e centros metropolitanos. (CORRÊA, 2007, p. 29).

Hoje, boa parcela das cidades médias é chamada a desenvolver papéis centrais na produção e no consumo do mundo globalizado, já que, graças à tecnificação contemporânea, à busca de superação da capacidade ociosa de certas indústrias, às migrações, à expansão da psicoesfera por meio da publicidade, do crédito e do consumo e às exigências políticas das populações, o número e o tipo de necessidades que devem ser satisfeitas aumentam regularmente nessa porção do espaço geográfico. Daí também os contínuos rearranjos dessas cidades e das redes das quais fazem parte.

Circuitos da economia urbana: pensando as articulações na rede urbana Mais uma vez, torna-se necessário alcançar uma apreensão histórica e concomitante da urbanização e da cidade. Para tanto, buscamos retomar dois planos de análise, propostos por Milton Santos (1994), isto é, a economia política da urbanização e a economia política da cidade. Entendemos por economia política da urbanização o modo em que os fatores de produção de cada período são distribuídos no território e são causa da aglomeração da população em núcleos de tamanhos diferentes e com papéis distintos. Referimo-nos aqui tanto aos instrumentos técnicos e às infraestruturas como aos empregos, capitais, informação e dinheiro, incluídos os inúmeros instrumentos financeiros contemporâneos. Quem tem mais força para distribuir esses fatores no território, atingir as formas de organização que permitam alcançar os mais altos excedentes e comandar tais fatores a

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partir de um punhado de pontos na rede urbana é, certamente, o circuito superior3. Por outra parte, a economia política da cidade é compreendida como o modo em que, no meio construído da cidade, cada agente encontra seu lugar e as demandas que lhe permitem produzir e, assim, obter excedente. Há, portanto, uma valorização recíproca e desigual entre o lugar e a atividade, revelando que a cidade é um meio construído e um mercado composto por dois circuitos interdependentes, o circuito superior e o circuito inferior. Quanto mais densa é a divisão social e territorial do trabalho, um leque maior de atividades de diferentes graus e combinações dos fatores de produção pode ser reconhecido em cada nível da rede urbana. Em outras palavras, no território e na cidade, verificam-se processos seletivos de modernização por meio das transformações da divisão territorial do trabalho, das importantes diferenças de renda entre os agentes e das demandas interdependentes. O corolário é um conjunto de atividades desenvolvidas com graus desiguais de capital, tecnologia e organização. O circuito superior – incluindo sua porção marginal, que dialoga com a economia hegemônica em condições de vulnerabilidade – e o circuito inferior estão integrados em oposição dialética. Nas áreas metropolitanas de regiões onde o meio técnico-científico-informacional se faz mais presente, a integração entre os circuitos tende a dar-se nas próprias aglomerações ou na rede urbana contígua, mas, em cidades de menor tamanho ou em regiões mais rarefeitas, essa integração se perfaz atravessando grandes distâncias. Daí que hoje uma questão fundamental seria: no período da globalização onde se integram ou articulam os circuitos da economia urbana? É interessante mencionar algumas características constitutivas do período que permitem refletir sobre essa problemática. É verdade que a nova base técnica diminui algumas das tendências à macrocefalia em certas regiões, uma vez que não há exigência de concentração para todas as atividades, o que levaria a pensar que amiúde a articulação entre comandos e tarefas se difunde na rede urbana. Além disso, a atual divisão territorial do trabalho implica um aumento seletivo dos graus de tecnociência, informação e finanças nas regiões e redes ur-

Fazemos referência aqui à teoria dos circuitos da economia urbana, proposta por Milton Santos em 1975 e retomada em pesquisas de nossa autoria (SILVEIRA, 2004, 2014). 3

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banas, com forte rebatimento nas cidades médias de áreas modernas. Embora aumente a divisão social do trabalho, cuja manifestação mais clara é a multiplicação do número de profissões, por vezes diminui a base dessa divisão social do trabalho, isto é, são criados menos empregos de baixa qualificação, levando a uma expansão do circuito inferior. Transforma-se a natureza das articulações horizontais e verticais entre agentes e atividades econômicas e surgem novas sinapses, nexos e dependências intraurbanas e interurbanas nas regiões. Reconhecendo na internacionalização da produção e do consumo o vetor fundamental da transformação dos papéis da cidade média, Sposito (2014) assinala que essas aglomerações, graças aos novos transportes e comunicações e à procura de localizações de menores custos, tornaram-se objeto de escolhas locacionais de atividades de produção industrial que antes se orientavam às metrópoles, mas também de grandes grupos comerciais, franquias, firmas do agronegócio4, universidades públicas e investimentos imobiliários. Nesse novo contexto poderíamos dizer que, embora a presença do circuito superior não seja extensiva e intensiva em todas as cidades, esse conjunto de agentes domina as atividades a partir das empresas de consultoria, das fábricas de grandes holdings, das redes comerciais, franquias e feiras agropecuárias, mas, sobretudo, por meio dos pontos de uma rede bancária e financeira internacionalizada. Eis os conteúdos das modernizações contemporâneas. Desse modo, os sistemas de ações das grandes empresas industriais, comerciais, de serviços e holdings de capital aberto conduzem à adoção de novas formas organizacionais nas cidades médias. É o caso da chegada de bens de consumo e de capital, cujos custos de produção e distribuição foram abatidos por essas mesmas empresas e agora são vendidos com produtos financeiros embutidos; dos maiores conteúdos de informação nos processos produtivos; das novas situações de monopólio, asseguradas também pelo uso exclusivo de uma porção do território; da necessidade de formas importadas de trabalhar tais como novas profissões e patentes, e de Denise Elias (2011) propõe falar de cidades do agronegócio para referir-se àquelas que estão inseridas nas regiões produtivas agrícolas e são sedes do exercício da gestão local ou regional do agronegócio globalizado, abrigam as formas de cooperação dessa atividade e as funções urbanas relacionadas.

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dinheiro externo, bancarizado e financeirizado. Igualmente poderíamos assinalar a aplicação de um planejamento e contabilidade globais; as políticas agressivas em favor dos acionistas; a presença do capital financeiro que se alastra pela rede urbana; o crescimento do trabalho mais vulnerável a partir de novos tipos de contratos, terceirização e outros sistemas; a expansão dessas empresas no território evitando a capacidade ociosa e permitindo a obtenção de lucros financeiros através do crédito e da conquista de novos mercados, a partir de parcerias com instituições financeiras e outros agentes do circuito superior; a articulação horizontal dentro do circuito superior ao longo da rede urbana através de nexos invisíveis. A implantação de grandes sistemas técnicos, que permite a dissociação entre produção e gestão e a circulação ampliada de insumos, mercadorias, pessoas e dinheiro, deixa ver novas manifestações das relações entre o Estado e as atuais formas de organização da produção em sentido amplo. O território torna-se técnico-científico e um importante fator de produção, ao tempo que o custo do seu constante reequipamento é social, já que é enfrentado pelo Tesouro, pelos bancos públicos ou a partir de parcerias público-privadas. Nessa ordem de coisas, o circuito superior marginal das cidades médias cresce, porém em condições de vulnerabilidade. De um lado, as modernizações seletivas e a urbanização provocam uma maior desigualdade da renda, o que leva à permanência ou mesmo ao crescimento do circuito inferior e da porção marginal do circuito superior. De outro lado, a chegada de um circuito superior externo torna a porção marginal ainda mais instável e vulnerável. Algumas manifestações deste último processo são os problemas que as empresas locais devem enfrentar, já que umas desaparecem após serem adquiridas por grandes capitais e outras ficam subordinadas a uma nova dinâmica econômica porque são incapazes de oferecer o mesmo crédito ou a mesma variedade de produtos e serviços, atrair com a mesma publicidade, financiar as mesmas formas de fidelidade ou utilizar formas de emprego flexível dos grandes grupos econômicos. Amiúde, empresas locais ou regionais, com escassos nexos financeiros, não podem acompanhar o passo. Em consequência, boa parcela das demandas produtivas e do respectivo abastecimento é satisfeita por um circuito superior externo, fortalecendo uma articulação vertical e, por sua vez, aumentando os fluxos materiais e imateriais ao longo da rede urbana. Essas mesmas firmas tornam-se uma porção marginal residual do circuito

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superior e, desse modo, perdem sua capacidade de integrar o dinheiro local do circuito inferior. A cidade média torna-se, outrossim, um sumidouro da riqueza socialmente produzida. Como vimos, quando uma cidade incorpora novas variáveis técnicas, informacionais e financeiras que robustecem o circuito superior, a integração entre as atividades econômicas tende a dar-se fora da cidade, ao sabor da topologia de uma grande empresa alheia aos interesses regionais. Por isso, o crescimento econômico e a expansão territorial do circuito superior criam desordem na cidade e na rede urbana, mas também fortalecem os laços externos. A porção marginal do circuito superior e o circuito inferior são desvalorizados mais rapidamente. Menos capitalizadas e tecnificadas, com formas de organização mais horizontais, menos capazes de agregar valor aos seus produtos e serviços e com margem de lucro mais reduzida, as atividades desses agentes permitem a sobrevivência, embora também perpetuem a pobreza. Mas, também, o próprio crescimento das desigualdades leva à expansão do circuito inferior. Associada à pobreza, essa economia de baixo grau de capital, tecnologia e organização já não fica restrita às áreas metropolitanas, porque agora a cidade média conhece a expansão de um trabalho local mais ou menos espontâneo, genuinamente flexível e com articulações horizontais que definem sua coerência interna. Sua complementaridade, ostensivamente visível, é considerada, amiúde, como causa da “desordem” urbana. Todavia, pela falta estrutural de liquidez, o circuito inferior não funciona sem crédito e, em decorrência, torna-se o principal mercado de crédito pessoal. O outro lado da medalha é a desarticulação horizontal e o desvio de excedentes do lugar para as metrópoles e para o exterior. Paralelamente, o endividamento é uma das evidências mais claras da articulação vertical dos circuitos da economia urbana nas diversas escalas da rede urbana e das cidades. Todos esses traços esboçados parecem ser causa e consequência da instalação do que Santos (1996) denominou solidariedade organizacional5. “Na caracterização atual das regiões, longe estamos daquela solidariedade orgânica que era o próprio cerne da definição do fenômeno regional. O que temos hoje são solidariedades organizacionais. As regiões existem porque sobre elas se impõem arranjos organizacionais, criadores de uma coesão organizacional baseada em racionalidades de origens distantes, mas que se tornam um dos fundamentos da sua existência e definição”. “A verticalidade cria interdependências, tanto mais numerosas e atuantes quanto maiores as necessidades de cooperação entre os lugares” (SANTOS, 1996, p. 226). 5

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Verifica-se, portanto, uma tendência a que algumas metrópoles, no país ou no exterior, comandem os aspectos políticos das produções regionais. Todavia, a nova divisão territorial do trabalho exige da cidade média um certo comando técnico das produções modernas do entorno. Tal comando tende a articular-se na cidade a partir da presença de uma porção marginal emergente do circuito superior e de uma ação delegada da porção pura do circuito superior. Nesse sentido, a informação é mais importante a cada dia, uma vez que os processos técnicos modernos, tanto no campo como na indústria e nos serviços, não se realizam sem ela. Por isso, algumas cidades médias têm um papel na produção de uma parcela da informação e da formação de mão de obra especializada a partir da implantação de instituições de ensino e de pesquisa pura e aplicada. Haveria entre aquelas cidades médias que desempenham essa função e as demais uma significativa diferença qualitativa. Causa e consequência desse processo seletivo de implantação das variáveis da época é a disputa entre demandas corporativas e demandas sociais, particularmente em cidades médias de modernização recente. O corolário é, tantas vezes, um conjunto de ações públicas de natureza “esquizofrênica”.

Novos conflitos do território usado: a cidade média tem voz? No atual uso do território, que é competitivo e hierárquico, algumas empresas têm mais possibilidades de utilizar as existências territoriais, revelando desse modo uma maior presença do circuito superior em alguns pontos da rede urbana. Assim, certas cidades médias parecem consagradas a desenvolver uma alta e competitiva especialização funcional, por vezes concorrendo com outras cidades em outras regiões e países com idêntica pretensão de acolher capitais e empresas. Não raro, a ordem política e social deve adaptar-se à nova ordem econômica, tantas vezes alheia aos interesses do lugar. Daí a questão seria: se a integração entre os circuitos da economia urbana se completa fora da cidade, levando a uma verdadeira “exportação” de algumas atividades de produção, mas sobretudo do seu comando, quem representa a voz da cidade média na estrutura do Estado? Sobre uma estrutura econômica preexistente desenvolve-se uma nova forma de produção, circulação e consumo e tal substituição de uma divisão territorial do trabalho por outra não se faz de modo harmonioso. A partir

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da atual inserção da cidade média na divisão territorial e internacional do trabalho, dos novos conteúdos organizacionais das empresas e dos modos de regulação do poder público, herdados e fundados em uma certa forma de representatividade política, despontam defasagens e conflitos. Por uma parte, a concentração do comando das empresas, que advém das fusões e aquisições de empresas locais, tem um impacto direto sobre a urbanização. Há uma redução do número de polos decisórios sobre os circuitos de produção planetários, uma maior concentração dos vetores de comando, uma rigidez maior nas relações entre áreas polarizadoras e áreas polarizadas com a respectiva tendência à concentração com efeitos cumulativos. Por outra parte, hoje, quando tanto se fala em descentralização, não é infrequente verificar numerosas formas de concentração política no âmbito do Estado. Chamado a ser moderno em função das necessidades da atual divisão internacional do trabalho como a construção de infraestruturas que tornam o território mais fluído, o Estado tende a favorecer um circuito superior externo à região. Mas, também e sobretudo, o Estado é centralizado quanto às finanças. Cabem ao segmento federal do Estado as principais funções, como a relação com o Banco Central, as políticas monetárias, as obrigações externas e a coleta do dinheiro advindo das atividades econômicas nas diversas porções do território nacional. Mas, como o resto da economia, também o Estado é monetarizado e a relação entre os entes federativos se realiza na base de repasses e royalties. Estado e mercado aproximam-se mais do que se afastam de uma visão centralizada do que deve ser redistribuído entre atividades e lugares. Dentre as contradições que poderiam ser reconhecidas no atual uso do território, parecem ganhar força aquelas que enfrentam as reivindicações e interesses vinculados aos aspectos técnicos da produção, mais aderentes ao lugar, e aquelas mais ligadas aos aspectos políticos dessa mesma produção, frequentemente vindos de fora. Essa contradição, confusamente percebida em função da mistura entre interesses corporativos, privatistas e coletivos, desponta como um novo conteúdo para a discussão política. Na reflexão de Ana Clara Torres Ribeiro (2011): Vive-se, de forma silenciosa, um novo tipo de mal-estar, resultante de bloqueios não explicitados ao pensamento radical e livre. Esse impedimento decorre de uma verdadeira sobrecarga de senso comum e de informações

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desconexas mantidas num plano pré-analítico. Com tanta euforia participativa e tantos ativismos espetaculares, define-se um período contraditoriamente marcado por riscos de consenso aparente e carregado de violência simbólica e, assim, de mecanismos de coerção. (RIBEIRO, 2011, p. 21).

Contudo, a atual divisão do trabalho torna mais complexa a percepção do real porque é difícil saber a quem pertence a ação quando se trata de agentes globais e, também, porque os agentes responsáveis das atividades no lugar têm cosmovisões e interesses diferentes e contraditórios. O papel das elites regionais, assinalado por Corrêa (2007), é aqui fundamental, assim como a descoberta, por parte da sociedade, da falta de comando sobre o valor do seu trabalho6. E a voz da cidade média? O município é uma forma político-administrativa homogênea, com representatividade política, que, a partir de processos de urbanização acelerados, já não se confunde com os limites da aglomeração urbana. Não raro, a atual cidade média extravasa os limites do município, desenhando novas conurbações e configurando formas de uso do território sem representatividade política. A cidade média está aparentemente desprovida do comando de boa parcela do trabalho que nela se desenvolve, ora pela falta de reconhecimento do Estado sobre a unidade e a coerência interna desses subespaços, ora em função da diferença de poder que existe entre o segmento local do Estado e as grandes empresas. Já em 1976 Kayser se referia à perda de controle urbano nas estruturas regionais. Nas áreas de commodities agrícolas ou minerais, por exemplo, a densidade de infraestruturas e técnicas orientadas à produção coexistem com problemas de escassez de habitação, serviços de saúde e ensino, agravados por vezes pelos fluxos migratórios. Soma-se a isso o peso que a sazonalidade das atividades tem nos consumos produtivos, o que submete a vida econômica do lugar a períodos de menor liquidez com impacto sobre os demais consumos. Não é ocioso lembrar que quanto menos capitalizado é um agente mais dependente se torna da liquidez. Nesse contexto, en-

6 Para Ribeiro (2011, p. 20), “esses impulsos [globais] – compostos de informação, técnica, ação corporativa e alianças políticas – escolhem muito bem os alvos da destruição economicamente útil. A escolha desses alvos é cada vez mais precisa, exata, levando a que esferas da vida social permaneçam imutáveis ou sofram ajustes apenas superficiais na aparência”.

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quanto falta o poder compensatório do Estado, abundam os conflitos e os clientelismos. E, amiúde, o dinheiro advindo dos royalties busca silenciar a diversidade de vozes, próprias de atividades e agentes desassistidos pelo Estado e subordinados aos agentes mais poderosos. Não raro, o Estado no seu nível local também desenvolve uma visão modernizadora e monetarizada que favorece o circuito superior. A cidade média parece, assim, não ter voz na ordem nacional e internacional por carecer de uma representatividade política adequada, que lhe permita mostrar que não é apenas um relé de políticas corporativas globais e nacionais, mas também o reino de uma divisão territorial do trabalho plural. A falta de comando político do trabalho realizado no lugar e as condições de vida das pessoas são problemas que vão além das divisões político-administrativas. Pensando o território brasileiro, Santos (2000) assinalava que a consequência desses processos é um surpreendente fermento político, cuja manifestação mais visível é a ingovernabilidade. Daí sua proposta de construir uma federação de lugares, resultado de uma divisão do território em áreas de identidade, legitimadas pelas próprias condições de existência. Em outras palavras, tratar-se-ia de uma regionalização do cotidiano, fundamento da emergência de um “quarto nível político-territorial” para que o território possa abrigar a todos (SANTOS, 2000). Portanto, parece fundamental levar em conta as tendências contemporâneas do uso do território, reconhecendo que a urbanização, principal manifestação das transformações atuais, difunde, embora seletivamente, as variáveis da modernização atual em um número cada vez maior de pontos. Mas essa modernização precisa não apenas de pontos, mas também de aglomerações que permitam realizar a cooperação em diferentes ramos e escalas. Daí a crescente importância das cidades médias na dinâmica do território. Assim mesmo, compreender a multiplicação de formas de trabalho que incorporam parcialmente ou diferentemente as variáveis da época contribuirá a mostrar que a cidade média não é apenas o resultado de uma ou mais localizações corporativas, mas um lugar prenhe de contradições e cosmovisões que dão nova forma e conteúdo à vida no território. Eis uma inspiração necessária para a política.

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Capítulo 3

Cidades pequenas e médias na Europa “Determinismo regional” ou dinâmica de “autonomia territorial”?1 Loris Antonio Servillo2

Introdução Cidades médias, cidades pequenas e vilas sempre tiveram um papel central na história territorial da Europa. O rico e complexo patchwork dos sistemas urbanos interligados configura um “mosaico urbano”, que é provavelmente o aspecto mais característico do espaço europeu (BAGNASCO, 2000; LE GALÈS; THERBORN, 2010). No entanto, paradigmas epistemológicos dominantes e agendas políticas predominantes têm deixado essa dimensão territorial relativamente inexplorada, a favor de um foco mais forte sobre as áreas metropolitanas – os centros de poder da economia europeia – e sobre as regiões rurais como áreas “problemáticas” de marginalização (BUNNELL; MARINGANTI, 2010). Em uma época em que o “sensacionalismo da metropolização” é criticado por diversos autores (BELL; JAYNE, 2009; BRENNER; SCHMID, 2014; DAVIDSON; IVESON, 2015), este capítulo pretende refletir sobre as tendências socioespaciais e sistemas urbanos na Europa com um foco específico em assentamentos menores. Com base (parte-se de) na análise multinível realizada dentro do projeto ESPON3 “TOWN” (SERVILLO et al., 2014), o capítulo aborda especificamente o desempenho das regiões caracterizadas pela presença predominante de assentamentos menores, utilizando dois indicadores simples que permitem a comparação em toda a União EuEste capítulo baseia-se nos resultados do projeto EPSON TOWN (SERVILLO et al., 2014) e é uma versão revista do texto de Servillo e Russo (no prelo). Traduzido da versão original: Small and medium sized towns in Europe: ‘regional determinist’ or ‘territorial autonomy’ dynamics?, por Lívia Maria de Souza Magalhães. 2 University of Leuven 3 European Observation Network for Territorial Development and Cohesion.

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ropeia: mudanças na população e no Produto Interno Bruto per capita no período 2001-2011. Isso parte da identificação e da inventariação de pequenas e médias cidades estabelecidas no projeto ESPON “TOWN” – alinhado com o método desenvolvido pela Comissão Europeia – DG Regio (DIJKSTRA; POELMAN, 2014) e pela Organização para a Cooperação e Desenvolvimento Econômico (OCDE) (BREZZI et al., 2012) para a identificação de áreas urbanas e metropolitanas (RUSSO et al., no prelo). Em seguida, o capítulo intensifica a análise espacial da urbanização a nível regional para sublinhar o papel das cidades e assentamentos menores em tendências gerais regionais. Essa abordagem permite a reflexão sobre um desafio epistemológico decorrente do fato de que a abordagem para pequenas áreas urbanas e estudos regionais é vista como entre duas epistemologias oponentes. Por um lado, uma perspectiva “determinista regional” parece supor que as áreas urbanas menores podem ser assimiladas ao seu contexto regional mais amplo. Por outro lado, uma perspectiva de “autonomia territorial” aborda cada “área urbana” como um elemento territorial independente, cuja dinâmica socioeconômica pode ser entendida por conta própria e com uma capacidade independente para desenvolver a sua própria trajetória socioespacial. As evidências da pesquisa TOWN indicam, de fato, que ambas as dimensões estão presentes em dinâmicas socioeconômicas. Há um forte caráter de “incorporação” de aglomerados menores dentro de sistemas urbanos e estruturas territoriais, em que, no entanto, tendências macro, contextualização nacional/regional e dependência na trajetória regional são confrontados com dinâmicas locais e capacidade de condução da liderança local. A fim de tratar desses pontos, o artigo aborda algumas questões centrais no debate de estudos regionais e urbanos. Em primeiro lugar, são destacadas a diversidade e a complexidade das estruturas de urbanização na Europa, além da polaridade urbano/rural, que tem catalisado até agora a maior parte da atenção dos cientistas regionais e, especialmente, os formuladores de políticas. Essas características refletem uma combinação de configurações históricas – principalmente nacionais, mas também regionais – de estruturas de assentamento – por exemplo, ditadas por histórias administrativas e os papéis funcionais de assentamentos menores – e nuances regionais na evolução contemporânea dos sistemas urbanos. Em segundo lugar, a análise dos desempenhos de regiões caracterizadas por baixo grau ou urbanização oferece novos insights sobre como padrões de

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urbanização e contextos podem ter importância ou, em outras palavras, sobre como as tendências gerais observadas a nível europeu são articuladas localmente de acordo com as estruturas predominantes de urbanização. Meso e macrotendências podem ser detectadas no desempenho dos aglomerados de regiões, em que as estruturas de assentamento e especificidades nacionais mostram o efeito de diferentes fatores, incluindo algumas políticas nacionais específicas. Ao mesmo tempo, suburbanização – na dinâmica metropolitana – pode ser lida cruzando a Europa, com processos espaciais diversificados.

Relação territorial: duas abordagens implícitas para assentamentos menores Há uma questão básica de pesquisa no que diz respeito à relação entre assentamentos e seu contexto regional: até que ponto as dinâmicas gerais que caracterizam os assentamentos menores são incorporadas no seu contexto regional? Assumindo que este é o caso, levantam-se questões adicionais referentes ao grau em que esta inserção regional opera de uma maneira determinista ou ainda deixa espaço para a ação independente por parte de tais lugares? Em outras palavras, dois pressupostos contrastantes podem ser identificados em estudos urbanos existentes e, em geral, em estudos geográficos que – com um certo grau de exagero – podem ser caracterizados como “determinismo regional” versus a “autonomia territorial”. A abordagem “determinista regional” supõe que a dinâmica socioeconômica e o desempenho de assentamentos menores são exclusivamente determinados por sua localização regional. Aqui, a região é concebida como sendo relativamente homogênea e a matriz de forças relacionais, oscilando entre características territoriais, e meso e macroforças condutoras, operam de uma maneira determinista, não deixando espaço de manobra por assentamentos menores. Em outras palavras, as pequenas e médias cidades são invisíveis e sem influência para dinâmicas regionais. Esta conceitualização da conurbação em torno de um grande centro urbano através de relações funcionais – por exemplo, Large Urban Zone – implica que todos os assentamentos menores são apenas parte de uma estrutura urbana maior. O núcleo urbano (área core) representa a força motriz com que os outros aglomerados são incorporados a estas estruturas centrais e “fixas”, atribuindo relações funcionais entre os lugares.

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Perspectivas da urbanização

A abordagem da “autonomia territorial”, por outro lado, vê a “área urbana” como um elemento territorial independente cuja dinâmica socioeconômica pode ser entendida in situ. Isso possui implicações importantes para as capacidades políticas e as oportunidades disponíveis para as áreas urbanas (menores). Aqui, elas são concebidas como “formas territoriais” que têm uma capacidade variável, independente para desenvolver a sua própria trajetória socioespacial. Nessa abordagem, o contexto regional opera como um contexto neutro. Essa abordagem influencia muitos dos estudos que se concentram em questões específicas, como algumas práticas de desenvolvimento sustentável (KNOX; MAYER, 2009) e, em geral, a definição de agendas estratégicas para municipalidades urbanas (ELISEI, 2014). Nesses estudos, áreas urbanas (menores) aparecem como elementos territoriais autônomos, e o foco é sobre como eles criam uma agenda política e procuram “gerir” o seu desenvolvimento socioeconômico. A escala regional e seu papel na criação de um quadro geral de ação desaparecem no plano de fundo. A pesquisa TOWN e, provavelmente, a maior parte das pesquisas em estudos urbanos, está localizada entre essas duas posições e aqui reside a complexidade deste tema de pesquisa. Essa questão implica a necessidade de entender as complexas relações multiescalares que caracterizam o contexto territorial das Cidades Pequenas e Médias (Small and Medium Sized Towns - SMST). Logo, a questão é até que ponto os assentamentos menores, que estão embutidos na macrodinâmica regional mais ampla em áreas maiores (urbana ou rural), têm as suas específicas capacidades socioeconômicas, culturais e administrativas e, desse modo, possuem certo grau de autonomia territorial para “conduzir seu próprio caminho”, que é digno de estudo. No entanto, há uma falta de informação sobre as tendências pan-europeias relevantes em termos de dinâmicas socioeconômicas, perfis econômicos e papel (papéis), e esta lacuna no nosso conhecimento impede o aprofundamento da investigação da existência de fatores estruturais e seus impactos sobre implicações para assentamentos, como SMST.

Abordagem metodológica A fim de superar o problema de dados comparáveis em toda a Europa, o projeto TOWN associou certos padrões regionais de desenvolvimento ou performance com estruturas urbanas subjacentes, com o grau evidente de

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aproximação quando se trata de classificar regiões NUTS3 – na maior parte dos países, esta classificação corresponde ao primeiro nível superior acima do município, por exemplo, a província –, de acordo com “predominantes” tipos de assentamento da população. Desde que se tenha uma variedade de definições administrativas das áreas urbanas na Europa e de forma diferente das unidades administrativas através das quais os dados estatísticos são recolhidos (SERVILLO et al., no prelo), o projeto baseou-se pela primeira vez em uma definição morfológica de assentamentos urbanos. Usando os métodos DG Regio e OCDE apresentados no documento The New Degree of Urbanisation (DEGURBA) – “O Novo Grau de Urbanização” (DIJKSTRA; POELMAN, 2014), o projeto de pesquisa ESPON “TOWN” identificou áreas urbanas morfológicas por toda a área do ESPON – 27 Estados-membros da UE mais a Suíça, Noruega, Islândia e Liechtenstein. Eles estão determinados a agregar as células de grade contíguas de 1x1 Km de mais de 300 habitantes em polígonos morfológicos urbanos, que são depois classificados de acordo com arbitrário tamanho da população e limites de densidade. Usa-se como uma unidade de base espacial de um banco de dados de mais de dois milhões de células de grade de 1 Km² produzidos por GEOSTAT e os dados populacionais associadas em 2006. A análise apresentada selecionou todos os assentamentos urbanos acima de um limite de 300 hab./Km², e classificou-os em três grandes grupos de High Density Urban Clusters (HDUC) (Aglomerados Urbanos de Alta Densidade), Small and Medium Sized Towns (SMST) (Cidades Pequenas e Médias) e Very Small Towns (VST) (Cidades Muito Pequenas), de acordo com os limites arbitrários de tamanho da população e densidade4: • HDUC: população > 50.000 habitantes e densidade > 1.500 hab./Km²; • SMST: população entre 5.000 e 50.000 hab.; população > 50.000 hab. e densidade < 1.500 hab./Km²; • VST: população < 5.000 hab. e densidade > 300 hab./Km². O mapeamento de tais classes de assentamentos urbanos configurou uma “geografia objetiva do urbano”, que permite a inspeção visual e até mesmo analítica das estruturas territoriais prevalecentes de urbanização

Uma descrição detalhada dessas classes e as questões conceituais e metodológicas encontradas em sua construção são apresentadas em Russo et al. (no prelo).

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Perspectivas da urbanização

em todo o espaço europeu. Esta classificação – e o mapeamento relacionado – é um primeiro passo que facilita uma análise de como a geografia baseada em grade de polígonos de mapas de assentamentos urbanos durante a geografia NUTS3 pode ser estabelecida. No entanto, o procedimento de aumento/crescimento/desenvolvimento vertiginoso da informação sobre polígonos de assentamento urbano – geralmente, o tamanho da população e a densidade tomados por polígonos em diferentes classes – para os níveis administrativos envolve um processo bastante complexo de estimação, que tem sido sujeito a uma inevitável margem de erro5. Depois de ter sido caracterizada e classificada de acordo com o tipo predominante de assentamento, esta tipologia regional tem passado por uma tabulação cruzada com indicadores de “desempenho”. A identificação de regiões que são predominantemente caracterizadas por assentamentos menores não pode relatar o papel preciso de um SMST individual. No entanto, a análise do desempenho geral dessas regiões – medidos no intervalo de tempo da primeira década de 2000 – indica as mudanças socioeconômicas em menores áreas de assentamentos urbanos ao contrário de regiões que são caracterizadas por diferentes graus de urbanização.

Assentamentos urbanos ma Europa: tipologias e tendências territoriais A Figura 1 apresenta uma tipologia regional que classifica regiões de acordo com suas estruturas de assentamento prevalecente, ou seja, a classe de 5 Verificamos que há uma certa diferença entre a população estimada das grades inclusa (total ou parcialmente) em áreas NUTS3 e a população real como fornecida pelo EUROSTAT. Esta diferença é geralmente em torno de 1-2%, mas em alguns casos – especialmente em casos de pequenas áreas NUTS3 onde há “mais fronteiras” cortando através de células de grade – a estimativa de erro poderia ser maior devido à aproximação em atribuir valores de células de grade a zonas fronteiriças NUTS3, que são “divididos” – como é o caso principalmente da Alemanha e do Reino Unido, com vários assentamentos urbanos dispersos que se estendem por diferentes fronteiras regionais. Assim, eles podem tomar valores maiores, levando a uma sensível sub/sobre estimativa da população e densidade populacional de polígonos – e, assim, sua atribuição a uma das diferentes classes que foram criadas. Nesses casos, o cálculo das proporções de população nas diferentes classes de assentamento urbano foi reestimado com base na população “real” de 2006.

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Figura 1. União Europeia – Tipologia regional de acordo com os tipos prevalecentes de assentamento de população.

Fonte: reelaboração de Servillo et al. (2014).

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Perspectivas da urbanização

assentamentos urbanos onde a maioria relativa da população vive, entre SMST, HDUC, VST ou outros assentamentos. A contagem da população subjacente mostra que em uma “representativa” região NUTS3, levando em conta os valores médios transversalmente à área ESPON, HDUC, SMST, VST e outros assentamentos residuais irão sediar, respectivamente, os 31,7%, 28,0%, 19,5% e 20,8% da população; que a região “média” será, portanto, classificada como uma região com “HDUC como tipo predominante de assentamento de população”. Apesar do óbvio caráter aproximado desta classificação – só sabemos que tipo de assentamento prevalece em termos de população, nem a distribuição da população nem a sua estrutura territorial –, ela fornece uma ampla ilustração da diversidade de estruturas populacionais em diferentes regiões em todo o espaço europeu. Assim, é possível distinguir três tipos principais de estruturas de assentamentos urbanos prevalecentes a nível nacional: • Os países com uma prevalência clara de agrupamentos populacionais de alta densidade, como o tipo “modal” de assentamento urbano em suas regiões NUTS3, como Bélgica, Suíça, Grécia, Países Baixos, Espanha, Reino Unido, bem como menores Estados insulares, como Malta e Chipre; • Os países com uma sobrerrepresentação da população que vive em assentamentos menores, como França, Hungria, Irlanda, Lituânia, Luxemburgo, Noruega e Eslováquia; • Os países que mostram uma distribuição mais equilibrada da população entre os diferentes tipos de assentamentos urbanos, como Áustria, Bulgária, República Checa, Dinamarca, Estônia, Finlândia, Itália, Letônia, Polônia, Portugal, Romênia, Suécia e Eslovênia. O primeiro grupo inclui tanto os países que polarizaram fortemente estruturas de assentamento com uma prevalência de áreas metropolitanas – por exemplo, Suíça, Reino Unido e as ilhas do Mediterrâneo – quanto países com grandes porções de território caracterizadas por densidade de dispersão alta-média – como no caso da parte flamenca da Bélgica e muitas regiões costeiras do Mediterrâneo. O segundo grupo engloba os países em que a presença de grandes porções de território caracterizadas por assentamentos populacionais menores ultrapassa as poucas áreas urbanas maiores. Isto é, notavelmente, o caso da França e seu sistema urbano histo-

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ricamente centralizado. Finalmente, a terceira categoria inclui os países da UE que apresentam estruturas de assentamento diversificadas. O mapa aponta para diferentes tipos geográficos, bem como para as circunstâncias históricas dos processos de urbanização que caracterizam cada país, envoltos em quadros institucionais específicos (ANTROP, 2000; JORDAN-BYCHKOV; BYCHKOVA JORDAN, 2002; PUMAIN, 2000). De certa forma, confirma a hipótese de que o processo de construção da nação na Europa pode ser visto como uma história da subordinação das cidades e sua absorção dentro de hierarquias urbanas nacionais (HARDING; BLOKLAND, 2014). Isso pode ser visto nas diferentes estruturas em países vizinhos como a França, com a sua prevalecente monocentralidade, e outros países com uma histórica estrutura policêntrica, como a Itália e a Alemanha. Ao mesmo tempo, arranjos institucionais, diferente política de uso da terra e desigual crescimento da pressão sobre os assentamentos podem induzir desenvolvimentos espaciais divergentes (VASANEN, 2012), também dentro do mesmo país, como no caso da Bélgica, com a sua clara diferença em estruturas urbanas entre Flandres e Valônia. Tais nuances também podem ser detectadas em regiões que possuem uma estrutura urbana semelhante que antecede os Estados nacionais modernos e que têm sido desassociados por definição das fronteiras administrativas. É o caso da maioria das zonas transfronteiriças entre a Alemanha e a Polônia, e entre a Áustria, República Checa, Eslováquia e Hungria. No entanto, os padrões territoriais pré-Estado nacional (re)surgiram nas últimas décadas devido ao enfraquecimento progressivo das fronteiras nacionais e aos efeitos do aumento dos fluxos e atividades transfronteiriças. É o caso das áreas centrais da Europa – entre a França, Bélgica e Alemanha –, a região oriental através da antiga fronteira entre os países da UE-15 e ECE como o polaco-germano, e nos sistemas policêntricos entre Viena, Bratislava e Brno. Dessa forma, estruturas de urbanização refletem uma combinação de processos históricos que têm afetado diferentemente a maioria dos países europeus ao longo dos últimos 100-200 anos, bem como características recorrentes de pequenos e médios assentamentos que podem ser vistas como características do espaço europeu como um todo. Entre os primeiros, nós criamos tanto padrões específicos de cada país quanto outros que são transnacionais em natureza, aludindo a processos de industrialização no século XIX e de suburbanização no século XX. Entre os últimos, mais

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Perspectivas da urbanização

padrões gerais e restrições realçam um papel específico de assentamentos menores em áreas – regiões nos Alpes, no interior da França, no nordeste da Espanha e na Europa Oriental –, em que a maior parte da população é bastante dispersa em “cidades muito pequenas” – com menos de 5.000 habitantes –, ou em outros tipos de “assentamento” – áreas caracterizadas por assentamentos esparsos que não atingem os 300 habitantes por limite de Km². Além disso, a região central da Europa, em parte sobreposta com o “Pentágono”, que aparece como a área mais densamente povoada do espaço europeu, mantém uma forte base de SMST. Essa região abrange uma área que se estende do Sul da Inglaterra pelos países do Benelux e pelo Oeste da Alemanha ao Norte e Nordeste da Itália. Ao mesmo tempo, outros agrupamentos importantes de SMST – e, por outro lado, de tipos regionais em “vermelho” na Figura 1 – são encontrados no cinturão industrial do Sudeste da Alemanha e na Polônia, e em todo o arco do Mediterrâneo Ocidental da Espanha à Itália, por trás de regiões costeiras fortemente afetadas pela alta densidade de expansão urbana que mudou o tamanho e a morfologia das áreas urbanas.

Performances regionais Regiões com diferentes graus de urbanização A fim de verificar o desempenho das regiões caracterizadas por diferentes estruturas populacionais de assentamentos e, especificamente, aqueles que sobrerrepresentam a “dimensão urbana menor” versus aqueles em que a população está concentrada principalmente na HDUC, apresentamos uma classificação mais simplificada, que somente se atém a grupos de regiões que podem ser inequivocamente caracterizadas em termos de uma destas duas “típicas” estruturas de assentamento. Assim, podemos distinguir dois grupos de regiões com inequivocamente diferentes “graus de urbanização”, e um com um intermediário: • Regiões onde menos de 30% da população vivem em HDUC; portanto, mais que 70% da população vivem em assentamentos populacionais menores, incluindo – mas não exclusivamente – SMST; • Regiões onde mais de 70% da população vivem em HDUC; portanto, caracterizadas como apresentando um elevado grau de urbanização;

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• Regiões onde a população HDUC é entre 30% e 70% – portanto, regiões que não têm uma estrutura de assentamento populacional nítida, evitando posteriores considerações sobre a associação entre a estrutura de assentamento e o desempenho regional. Essa classificação, em outras palavras, permite-nos concentrar em regiões que são mais propensas a serem caracterizadas por uma prevalência de assentamentos menores, a fim de obter uma percepção sobre os tipos geográficos e socioeconômicos que são mais propensos a serem associados a este tipo de estrutura de população, e, eventualmente, avaliar o seu desempenho comparando-o com o de regiões que são caracterizadas por um grau de urbanização mais elevado. Esta técnica oferece a oportunidade de analisar o seu desempenho relativo e comparar com o das regiões caracterizadas por um elevado grau de urbanização. Certamente, é evidente também a aproximação desta agregação6. O próximo passo é a análise dessa tipologia de regiões com um foco no desempenho em termos de taxas de crescimento da população e de PIB per capita. As taxas de crescimento são geralmente calculadas durante o período 2001-2011, e o PIB per capita é considerado em preços correntes de mercado7. Performances são expressas tanto em termos de desvios da média global, que capta macrotendências por toda a área de ESPON, e em termos de desvios da média nacional, o que coloca em evidência as tendências locais isolando-as dos efeitos regionais mais amplos.

Por exemplo, uma região com assentamentos menores predominantes de cerca de 500.000 habitantes pode ser constituída por 150.000 habitantes que vivem em um ou dois HDUC – por exemplo, uma cidade de 90.000 hab. e outra de 60.000 hab. – integrada em um contexto regional em que 350.000 habitantes podem viver em 7-8 SMST – por exemplo, equivalentes a 250.000 hab. –, e em cerca de 100 VST ou outros assentamentos – aproximadamente 100.000 habitantes. Neste caso, as funções de assentamentos menores – ou de duas cidades grandes (HDUC) – dentro dos dados regionais gerais poderiam não ser averiguadas. Todavia, a prevalência de SMST e VST oferece uma boa aproximação do padrão geral de urbanização naquela região. 7 Usando o Padrão de Paridade de Compra (Purchase Parity Standard - PPS), o PIB per capita teria produzido resultados mais significativos e comparáveis, especialmente a nível global da UE. Porém, a possibilidade de utilizar os conjuntos de dados EUROSTAT PPS é comprometida pela existência de importantes lacunas de dados na série temporal 20012011, e a dificuldade de recalcular esse indicador para contar para alterações de limite NUTS3 que foram introduzidas com a edição NUTS3 de 2010. 6

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Perspectivas da urbanização

Desempenho socioeconômico na escala da UE Os resultados regionais de crescimento regional da população em todo o contexto mais amplo da UE apontam para a tendência bem-conhecida de uma mudança da população do Leste e do Norte para o Sul e o Oeste da Europa – ou alta taxa de emigração do primeiro e alta taxa de imigração do segundo –, tendo ocorrido durante a década 2000, o que é ilustrado no mapa da Figura 2. Este padrão pode ser explicado em um sentido mais amplo com o alargamento da UE para leste e a extensão contextual da área de livre mobilidade Schengen, e com os efeitos da migração externa, principalmente dos países do Norte da África e do Oriente Médio. As poucas exceções consideram as áreas afetadas pela fraqueza econômica estrutural, como, por exemplo, o Mezzogiorno italiano. O mapa capta a atratividade extrema do “cinturão do sol” europeu na primeira parte dos anos 2000 para uma ampla gama de conjuntos de migrantes (RUSSO et al., 2012), que continua a ser relevante, apesar da contratendência na última parte da década, devido à recessão econômica que atingiu a maior parte das regiões que tinham se desenvolvido mais anteriormente em termos de atração de migrantes e trabalhadores (SMITH; ATKINSON, 2011; RUSSO et al., 2014). Todavia, esse mapa permite ir além dessas tendências gerais, diferenciando por regiões com distintos “graus de urbanização”. Ainda que a população pareça ter crescido, sobretudo em regiões mais urbanizadas na década de 2000 (Quadro 1), não se pode discutir que esta dinâmica populacional irregular indica uma tendência mais ampla de mudança da população de assentamentos menores para áreas urbanas maiores. Pelo contrário, parece que, pelo menos em uma grande parte da Europa Central e do Sul, regiões caracterizadas por um menor grau de urbanização tiveram um bom desempenho em reter ou atrair população. Em particular, eles tiveram um papel decididamente importante no Arco Mediterrâneo, especialmente em regiões costeiras e do interior na Espanha, França, Grécia e Itália.

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Figura 2. União Europeia – Resultado do crescimento populacional em tipos de região por grau de urbanização (desvio da média da EU, 2001-2011).

Fonte: reelaboração de Servillo et al. (2014).

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Perspectivas da urbanização

Quadro 1. União Europeia – Crescimento médio da população de regiões NUTS3 classificadas por grau de urbanização na UE e em contextos nacionais (2001-2011). Crescimento populacional em NUTS3, 20012011 (média)

Desvio das taxas de crescimento populacional a partir da média de UE 27 (média)

Desvio das taxas de crescimento da população a partir da média nacional (média)

Pop 2006 em HDUC < 30%

0,55%

-2,92%

-1,55%

Pop 2006 em HDUC 30%-70%

3,84%

0,40%

0,64%

Pop 2006 em HDUC > 70%

3,38%

-0,02%

0,74%

TOTAL

1,84%

-1,61%

-0,62%

Tipologia baseada em grau de urbanização

Em geral, o Quadro 1 mostra como as regiões caracterizadas por um menor grau de urbanização cresceram significativamente menos do que os outros dois grupos, mas isto pode ser atribuído ao peso do impacto negativo de despovoamento que ocorreu nos países do Oriente, que foram fortemente caracterizados por despovoamento nas zonas rurais e regiões com assentamentos menores, com exceção dos resultados muito elevados das regiões adjacentes a áreas urbanas maiores, como pode ser visto na Figura 2. No entanto, a distribuição das taxas de crescimento do PIB per capita apresenta significativamente diferentes percepções. Em alinhamento com o que foi reportado no Quadro 1, que fornece os principais valores médios em toda a área ESPON, parece que as regiões menos urbanizadas cresceram, entre 2001 e 2011, em média, mais do que aquelas com um alto grau de urbanização – embora menos do que as regiões na classe “intermediária” (Quadro 2). Como será visto mais adiante, este é o caso tanto em termos de desvios da média da UE e dentro dos países. Essa informação, juntamente com o fato de que as regiões mais urbanizadas ganharam população relativamente às menos urbanizadas, pode estar indicando que os primeiros tipos regionais perderam um pouco de sua riqueza para os segundos, tanto em termos gerais quanto em escala local, como será mostrado mais tarde. Em outras palavras, pode-se

Cidades pequenas e médias na Europa 67

deduzir que a desurbanização tem envolvido principalmente as classes mais ricas, enquanto os estratos menos ricos da população são mais propensos à migração interna e trans-regional de regiões menos para mais urbanizadas.

Quadro 2. União Europeia – Crescimento médio do PIB per capita de regiões NUTS3 classificadas por grau de urbanização na UE e em contextos nacionais (2001-2011).

Tipologia baseada em grau de urbanização

Crescimento do PIB per capita em NUTS3, 2001-2011 (média)

Desvio das taxas Desvio das taxas de crescimento de crescimento do PIB per capita do PIB per capita a partir da média a partir da média de EU-27 (média) nacional (média)

Pop 2006 em HDUC < 30%

41,63%

31,71%

1,38%

Pop 2006 em HDUC 30%-70%

42,46%

32,86%

1,13%

Pop 2006 em HDUC > 70%

20,74%

11,18%

-3,02%

TOTAL

38,00%

28,22%

0,51%

Em termos de distribuição espacial (Figura 3), as maiores taxas de crescimento de PIB per capita durante o período considerado são registradas no Leste Europeu e as mais negativas na Europa Ocidental – exceto as regiões com problemas estruturais, confirmando um cenário de convergência acompanhando a situação no início dos anos 2000, caracterizada por grandes disparidades de renda entre o centro e a periferia. Entretanto, algumas áreas centrais da “velha União Europeia” tiveram um desempenho acima da média da UE – Benelux, Alemanha Sul-Ocidental, Áustria e Sul da França.

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Perspectivas da urbanização

Figura 3. União Europeia – Resultado de crescimento do PIB per capita em tipos regionais por grau de urbanização (desvio da média da UE, 2001-2011).

Fonte: reelaboração de Servillo et al. (2014).

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Contextualização nacional de tendências regionais A análise torna-se mais rica quando as variações regionais são comparadas com as médias nacionais, como nas Figuras 4 e 5. Essa perspectiva leva em consideração um elemento de contextualização, com destaque para os fenômenos que ocorrem no interior dos países, eliminando o “efeito país” e escolhendo diferenças espaciais em mais detalhes. Em termos de assentamentos menores, existem áreas maiores com uma forte capacidade de retenção da população ou mesmo de serem polos de crescimento. Pontos expressivos importantes são encontrados na França, onde as regiões caracterizadas por graus mais baixos de urbanização no Sudoeste e em torno das cidades de segundo nível resultam significativamente melhor do que as regiões da mesma categoria no centro. Tendências similares são registradas em uma vasta extensão do Sul da Alemanha para a Itália Norte-Central, na Inglaterra Oriental, no Leste da Irlanda em torno da região de Dublin, na Polônia setentrional, na Finlândia e nas regiões centrais da Romênia. Equilibrando isso, pontos frios – onde as regiões com baixos graus de urbanização perderam população significativamente – são observados no Oeste da Península Ibérica, no centro da França, Áustria Ocidental, Alemanha Oriental, Latvia Ocidental e Bulgária. Do contrário, na Áustria, Bulgária, Dinamarca, Grécia, Noruega e Suécia, a dinâmica populacional favorece de forma mais significativa as áreas mais urbanizadas. Fenômenos submacro interessantes podem ser lidos nestes grupos de regiões. Por exemplo, Portugal, Espanha e França mostram uma tendência de polarização com o crescimento de sua região da capital e de regiões urbanizadas no litoral e um despovoamento geral das regiões centrais. Essa mudança da população em direção à costa Sul-Ocidental na Península Ibérica provavelmente indica o papel em expansão do turismo e processos imobiliários relacionados. Além disso, o crescimento da população em regiões caracterizadas por pequenos assentamentos nos custos franceses ocidentais e austrais é substancial, o que sugere que um processo interessante está acontecendo na França, possivelmente relacionado com as políticas de descentralização executadas na França nos últimos anos e a tendência geral positiva do Sul da França em torno do polo de Lyon.

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Perspectivas da urbanização

Figura 4. União Europeia – Resultado do crescimento populacional em tipos de região por grau de urbanização (desvio da média nacional, 2001-2011).

Fonte: reelaboração de Servillo et al. (2014).

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O núcleo central da Europa, que consiste em Bélgica, Alemanha Ocidental e as regiões do Nordeste da Itália, mostra um crescimento geral, tanto das regiões fortemente urbanizadas quanto daquelas caracterizadas por um menor grau de urbanização, com poucas e irregulares exceções. Pode-se argumentar que a tendência geral de crescimento e os processos de suburbanização têm afetado intensamente as regiões com assentamentos menores, e isso indica um papel mais forte da estrutura policêntrica dos sistemas urbanos nestas áreas. No entanto, na Itália, a tendência tradicional polarizada a longo prazo entre o crescimento populacional no Norte e o despovoamento no Sul parece mais proeminente do que uma distinção entre graus de urbanização. Pelo contrário, um processo intenso de metropolização deu-se nas regiões orientais da Alemanha e nos países escandinavos, onde uma mudança importante da população parece ter ocorrido a partir de regiões com assentamentos menores em direção à capital e a outras áreas urbanas maiores. Aqui, o papel de polarização das áreas urbanas de maior dimensão parece ser determinante na atração de população das regiões menos urbanizadas, mas, ao mesmo tempo, para produzir processos de suburbanização dos assentamentos circundantes. As regiões da Europa Oriental apresentam um quadro diferenciado. Enquanto uma tendência de declínio geral da população é clara, exceto para as áreas metropolitanas, o quadro de crescimento da população em comparação com as médias nacionais mostra a importância de algumas regiões com baixo grau de urbanização. Uma diferença notável é perceptível em relação à distância para grandes aglomerados urbanos. Há uma clara interdependência entre áreas metropolitanas e regiões urbanas mais urbanizadas – por exemplo, Riga, Varsóvia, Cracóvia, Praga, Brno, Bratislava, Budapeste, Bucareste, Sófia –, com seus bairros caracterizados por assentamentos menores, em uma escala que vai muito além do que “regiões funcionais”. No que diz respeito a estas áreas metropolitanas do Leste, também é necessário mencionar que, na maioria dos casos, o limite administrativo NUTS3 entre as áreas urbanas centrais e o primeiro cinturão de assentamentos suburbanos foi desenhado artificialmente para a gestão dos fundos estruturais da UE. Logo, as diferenças regionais no mapa são capazes de mostrar os desempenhos interligados entre a área urbana central e os subúrbios das regiões metropolitanas maiores. Em suma, há uma evidência geral da forte dinâmica de suburbanização em torno dos principais polos urbanos, em especial as cidades que são ca-

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pitais. As regiões com assentamentos menores em torno de áreas metropolitanas parecem ter melhor desempenho, indicando amplos processos de suburbanização e até mesmo sub-regionalização. Esse processo é predominantemente evidente no entorno das áreas metropolitanas do Leste, por exemplo, Praga, Cracóvia e Bucareste, mas também Madri, Paris, Londres, Munique e outras áreas metropolitanas da UE 15 mostram tendência semelhante, embora mais diversificada. Esses fenômenos sugerem uma combinação de polarização urbana global, tendências de suburbanização das áreas metropolitanas e formas de tomar emprestados os efeitos de dimensão (MEIJERS et al., 2015). A presença de efeitos de saturação e o surgimento de externalidades negativas nas áreas metropolitanas em termos de qualidade e de acessibilidade de espaço para um maior crescimento provavelmente têm determinado diferenciadas – e contextualizadas – tendências de deslocalização de empresas e de população, apoiadas pela melhoria dos sistemas de mobilidade – principalmente na estrada. Além disso, é possível que as atividades enraizadas em áreas caracterizadas por assentamentos menores foram capazes de resistir melhor e de reforçar a sua autonomia nas áreas em que foram estabelecidas redes com áreas urbanas maiores. É uma espécie de onda longa de efeitos de “empréstimo-dimensão” que afetam as cidades que são vizinhas a áreas urbanas maiores, fazendo com que elas consigam atingir uma massa crítica virtual em termos de acessibilidade a serviços e outras características urbanas. Retornando o olhar para o crescimento do PIB per capita, mais uma vez o quadro geral mostrado na Figura 3 muda significativamente quando esse é comparado com a média de cada país, como na Figura 5. Esse mapa evidencia que o crescimento em riqueza em regiões com menor grau de urbanização na Bélgica, Alemanha e Áustria contrasta com a diminuição das regiões metropolitanas nos mesmos países, incluindo as regiões vizinhas “intermediárias” – representadas com sombras de cinza. Por outro lado, o crescimento nas regiões menos urbanizadas na Eslováquia, Hungria, Polônia, Bulgária e Grécia ocorre às custas de áreas remotas com baixo grau de urbanização. O Reino Unido é caracterizado pela polarização do crescimento nos tipos regionais extremos opostos, isto é, nas principais áreas urbanas e nas regiões de assentamentos menores, à custa daquelas regiões intermediárias em que a população está distribuída uniformemente em grandes aglomerados urbanos e assentamentos menores. A França aponta uma característica irregular neste sentido, com

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Figura 5. União Europeia – Resultados de crescimento do PIB per capita em tipos regionais por grau de urbanização (desvio a partir da média nacional, 2001-2011).

Fonte: reelaboração de Servillo et al. (2014).

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um forte papel das regiões, incluindo os polos urbanos de segunda linha. Em qualquer caso, devem ser pontuadas como regiões marginais que são destinos turísticos – nacionais e internacionais – em áreas centrais dão-se particularmente bem: é o caso da Cornualha e do Lake District, no Reino Unido, a região Centro-Sul na França, o Oeste da Alemanha, algumas províncias na Sardenha e na Sicília, bem como as regiões alpinas na Itália O quadro geral é o de um reequilíbrio de renda em muitos países do Oeste e do Centro, onde as áreas menos urbanizadas na periferia possuem melhor desempenho que o núcleo central. Por outro lado, a falha parece alargar na borda Sudeste da Europa, onde as regiões caracterizadas por menores graus de urbanização são deixadas para trás em um processo de metropolização em curso típico destas economias. Significativos pontos quentes “nacionais” são, portanto, encontrados no Sul da França, no Oeste da Espanha, na Alemanha Oriental através do Oeste polonês, no Sul da Noruega, Estônia e Bulgária Ocidental; fenômenos locais interessantes consideram regiões NUTS3 específicas em Apulia, centro da Sardenha, Sul da Grécia e Norte da Escócia.

Conclusões A análise pan-europeia fornece percepções em termos de tendências gerais para regiões menos urbanizadas no contexto das tendências mais amplas que tiveram lugar na primeira década dos anos 2000 – o alargamento da UE da primeira parte da década, a derrocada financeira da segunda, a intensificação da migração inter-regional e externa, a dinâmica específica do turismo como uma alavanca de urbanização. Regiões que são caracterizadas por menores assentamentos parecem ser capazes de oferecer menos inércia espacial em direção a fenômenos de maior escala. Podemos ler desta forma o fato de que a macrodinâmica das mudanças populacionais tende a prevalecer em comparação com as especificidades regionais. Portanto, parece que as características territoriais podem oferecer poucas capacidades de se recuperar rápido para a dinâmica territorial macro. Pelo contrário, as áreas urbanas de maior dimensão podem ter uma massa crítica que dá maior chance de definir estratégias para inverter as tendências socioeconômicas, tais como mudanças na população ou reconfigurações produtivas. É um exemplo a dominância de

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uma tendência caracterizada por uma mudança da população do Leste e do Norte para o Sul e o Oeste da Europa – ou alta taxa de emigração no L e no N, e alta taxa de imigração interna no S e no O –, que afeta grandes macrorregiões caracterizadas por assentamentos menores. No entanto, a “normalização” da análise a respeito das médias nacionais permite escolher as tendências “locais” e variações nacionais notáveis sobre padrões globais, especialmente em relação às tendências de suburbanização, o papel das regiões periféricas e a importância da proximidade e conexões funcionais com maiores áreas metropolitanas (SÝKORA; MULÍČEK, no prelo). Juntamente com fenômenos de escala macro, há também uma macro/meso dependência de trajetória regional com diferenças nacionais específicas, o que pode indicar que as características específicas de sistemas urbanos e políticas nacionais importam. É o caso dos diferentes processos de suburbanização ocorrendo em torno dos principais polos urbanos na Europa – Sul da França, Norte da Suécia, etc. –, mas também a dinâmica costeira da Península Ibérica, que é afetada pela dinâmica do turismo nacional e internacional e processos relacionados – bolha imobiliária, expansão urbana de alta densidade, expansão urbana, migração de prata etc. Logo, diversos fenômenos territoriais destacam-se entre a grande variedade de fenômenos relacionados a características regionais, a contextos nacionais e a macro/meso dinâmicas. A crença de que os assentamentos menores possuem comportamentos espaciais uniformes e/ou problemas socioeconômicos em toda a Europa é enganosa. Ao mesmo tempo, assentamentos menores não são elementos isolados em contextos espaciais, mas incorporados em dinâmicas multiescalares. Por isso, é possível identificar conjuntos de problemas e ativos que podem caracterizar regiões específicas e que são o quadro geral socioeconômico, configurando os limites em que assentamentos específicos podem ter espaço para dirigir suas próprias dinâmicas socioeconômicas. Em termos gerais, o capítulo contribui para uma melhor compreensão da relação entre assentamentos menores e seu contexto regional, entre um determinismo regional e uma perspectiva de autonomia territorial. Por um lado, reafirma a natureza fortemente “incorporada” de assentamentos menores dentro de sistemas urbanos e estruturas territoriais caracterizadas por macrotendências europeias, variações nacionais e um certo grau de trajetória dependente. Embora, ao mesmo tempo, ele desvela um certo número de dinâmicas locais específicas e tendências territoriais circuns-

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critas. Estas considerações deixam amplo espaço para iniciativas políticas ajustadas destinadas a reforçar o papel de assentamentos menores, a fim de superar as tendências de metropolização e a desigualdade territorial. Esses resultados se alinham com os produzidos em outros estudos (SMITH, previsto; HAMDOUCH et al., previsto), indicam dependências de trajetória regional e as tendências de maior escala incorporando trajetórias locais por um lado, e por outro lado, o reconhecimento de que assentamentos urbanos menores podem ter uma certa, embora variável, capacidade estratégica de orientar de forma “autônoma” sua própria trajetória de desenvolvimento, dependendo do seu contexto institucional e funcional. Esta combinação também evoca a integração de outras duas abordagens epistemológicas para o estudo de fenômenos regionais: uma abordagem puramente “territorialista”, que interpreta o espaço urbano como delimitado, coerente e discreto (para uma crítica, ver BRENNER; SCHMID, 2014, p. 14) e uma abordagem “funcional”, o que abre a análise de tais unidades discretas em sistemas regionais enquanto o desempenho regional geral é determinado pelas inter-relações entre suas partes componentes. É o caso da inter-relação entre as áreas urbanas ou núcleos metropolitanos e sua “margem”, de áreas urbanas dentro de sistemas policêntricos e de “periferias” rurais de sistemas metropolitanos fortemente centralizados. No entanto, o projeto de pesquisa “TOWN” tem se dirigido predominantemente à tarefa “intermediária” de olhar de forma mais ampla o desempenho regional e relacioná-lo com estruturas territoriais subjacentes, com foco naquelas caracterizadas por pequenos e médios assentamentos. Ela traz à tona a necessidade de mais pesquisas ajustadas com foco nas relações funcionais entre e inter-regiões.

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Capítulo 4

O lugar das cidades pequenas e médias na investigação sobre o urbanismo Um ponto de vista francês Christophe Demazière1

Introdução Na França, o campo dos estudos urbanos tem a particularidade de se ter estruturado e desenvolvido em grande parte a partir das preocupações dos poderes públicos, o que deu lugar à encomenda de estudos ou de trabalhos de investigação-experimentação (SCHERRER, 2012). O interesse de alguns investigadores da área das ciências sociais pelas “cidades pequenas” ou pelas “cidades médias” insere-se, certamente, nesse âmbito. Na década de 70 do século XX, estes espaços urbanos foram alvo de políticas nacionais de ordenamento do território, dando origem a alguns trabalhos científicos cujo objetivo era tentar caracterizá-los melhor, nomeadamente do ponto de vista da Geografia e do planeamento urbanístico, disciplinas sobre as quais nos debruçaremos neste capítulo (LAJUGIE, 1974; MICHEL, 1977; LABORIE, 1978). Mas se “o espaço não metropolitano do território francês”, segundo os termos usados por B. Kayser (1969, p. 372), foi objeto de pesquisas repetidas, esta tradição de estudo merece ser, hoje em dia, reconsiderada. Nos últimos dez ou quinze anos, as políticas territoriais dos países desenvolvidos tendem a focalizar-se sobre as metrópoles, os supostos focos principais do crescimento econômico e da inovação (MOTTE, 2007; CAMPAGNAC, 2015). No caso francês, podemos citar a política dos polos de competitividade, o apelo à cooperação metropolitana, o recente processo de atribuição da distinção “French Tech” ou a criação de uma nova ca-

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Université François-Rabelais de Tours et Conseil National de la Recherche Scientifique

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tegoria de estrutura de cooperação intermunicipal: as “metrópoles”. Neste contexto, poderão o planejamento urbanístico e a geografia fazer evoluir o ponto de vista sobre cidades pequenas ou médias, das quais se fala cada vez menos, para não dizer que sequer se fala?2 Para estudar as cidades secundárias é necessário ter em consideração os importantes trabalhos de origem anglo-saxônica sobre as cidades “globais” (SASSEN, 1991), “mundiais” (BEAVERSTOCK et al., 1999) ou as “regiões urbanas globais” (SCOTT, 2001). A visão que defende que as grandes cidades constituem focos vanguardistas de uma sociedade fundada sobre o conhecimento deve imporse sem luta no campo de estudos do desenvolvimento urbano? Qual pode ser o contributo específico dos trabalhos de investigação contemporâneos dedicados às cidades secundárias para a evolução da investigação na área urbanística? A hipótese que defendemos é a de uma complementaridade entre os trabalhos de investigação sobre o desenvolvimento das cidades pequenas e médias em uma economia globalizada e os métodos de análise provenientes do estudo das metrópoles dos países desenvolvidos. As second towns permanecem um tema distinto, cujo estudo não pretende copiar, mas completar os trabalhos sobre as metrópoles. Para demonstrar esta ideia, na primeira parte deste capítulo voltaremos à definição de cidades pequenas ou médias. Há razões intrínsecas que explicam por que razão as noções de “cidade pequena” ou de “cidade média” são imprecisas. Por um lado, estas cidades secundárias são ao mesmo tempo uma categoria no âmbito das políticas públicas e um tema de investigação na área da geografia e do ordenamento do território. Por outro lado, uma análise das pesquisas dedicadas a estas cidades ao longo de várias décadas mostra uma grande evolução do tipo de abordagens, debatendo as possíveis especificidades das cidades secundárias. Em uma era em que numerosas pesquisas estudam as relações entre a globalização e as cidades, devemos considerar as cidades secundárias desprovidas não apenas de vantagens, mas também de interesse para os investigadores? Quais seriam as particu-

Esta interrogação foi o tema central do colóquio Villes petites et moyennes, un regard renouvelé, organizado em Tours em 2010, durante o qual se estabeleceu um estado da arte internacional. O seu organizador participou depois em várias investigações comparativas a nível regional, transnacional ou europeu (DEMAZIÈRE, 2014; SERVILLO et al., 2014; HAMDOUCH et al., 2016). As ideias defendidas neste capítulo resultam desta repetição entre abordagem teórica e análises empíricas das cidades pequenas e médias. 2

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laridades destas cidades e como destacá-las? Para tratar estas questões abordaremos, na segunda parte deste capítulo, as críticas que os investigadores que estudam os espaços não metropolitanos apontam à investigação sobre as megalópoles. Defendemos que as cidades pequenas e médias podem ser analisadas do ponto de vista da maneira como se relacionam com a globalização, mas é também preciso ter em linha de conta que estas cidades têm uma menor exposição aos fluxos globais de capitais e de produtos. Qualquer cidade secundária pertence a um sistema territorial mais vasto e, por vezes, a sua localização está intimamente relacionada com a dinâmica de uma grande aglomeração ou com as decisões tomadas em outros continentes. No entanto, algumas possuem também uma forte identidade, alicerçada em torno de um patrimônio ou de conhecimentos locais, que pode ser fonte de um desenvolvimento capaz de captar fluxos de rendimentos, em vez de capitais.

As cidades pequenas e médias: uma categoria heterogênea com que desafios comuns? Para abordar as “cidades pequenas” ou as “cidades médias” enquanto categorias científicas, parece-nos que a investigação deve transpor três obstáculos. O primeiro é que estes espaços, antes de serem um objeto de estudos científicos, são categorias reivindicadas e construídas pelos poderes públicos. É importante conhecer as visões favoráveis, autopromocionais ou ainda nostálgicas das cidades secundárias, para podermos nos distanciar delas. Depois, no campo dos estudos urbanos, existe uma grande variedade de critérios possíveis para a identificação das cidades pequenas ou médias. Quais são os mais importantes? Por fim, nas últimas décadas os estudos de geógrafos sobre estas cidades evoluíram muito, passando de uma abordagem monográfica a uma investigação que inclui os territórios dentro de um quadro mais abrangente, o que leva a uma diluição da sua especificidade. Abordaremos estes três pontos sucessivamente. As cidades apresentadas pelos atores públicos Chamar a atenção para as cidades secundárias não deve levar à sua idealização. Nos anos 70 do século XX, M. Michel (1977, p. 657) via no novo interesse das políticas públicas pelas cidades médias uma “ideologia”:

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Os discursos sobre a “cidade média” não só não se contentam, como por vezes nem se preocupam, com uma definição estatística ou funcional. Associam-lhe, ou preferem-lhe, uma descrição afetiva e lisonjeira que se baseia essencialmente na consideração de aparências ou impressões subjetivas, em que a “cidade média” aparece cheia de adornos, qualidades e virtudes. As palavras-chave usadas são o prazer, o charme, a discrição, a modéstia, a humanidade, a harmonia, o equilíbrio [...]. (MICHEL, 1977, p. 657).

Nessa época, mais de setenta municípios franceses de 20.000 a 100.000 habitantes se beneficiaram da parte do Estado de um contrato de “cidades médias” (TELLIER, 2014). Esta política exprime, assim, a visão estatal de um ordenamento do território nacional que assente sobre cidades cujas diferenças de tamanho permite atribuir-lhes diversos papéis: crescimento das atividades terciárias superiores e reequilíbrio província/Paris para as “metrópoles de equilíbrio”, acolhimento de populações provenientes do mundo rural e de indústrias que se descentralizam para as “cidades médias”. Por sua vez, os representantes locais eleitos subscrevem a política das cidades médias que, antes da descentralização, permite a instalação de equipamentos, a melhoria da qualidade de vida e o desenvolvimento econômico e social. No final dos anos 80 do século XX, para continuarem a influir nas decisões do Estado, algumas cidades constituíram a Fédération des Mairies de Villes Moyennes, que continua a propagar imagens positivas: “cidades à escala humana”, “capazes de oferecer mais proximidade do que as grandes cidades e mais serviços do que os municípios pequenos”, que “contribuem para o ordenamento equilibrado do território francês”3. A geógrafa H. Mainet (2011) estudou a comunicação territorial através da consulta aos sites de 110 pequenas cidades francesas de diferentes configurações espaciais (isoladas ou integradas em lógicas de aglomeração). A autora mostra que as imagens e os discursos utilizados oscilam entre as referências rurais e o mimetismo urbano, revelando o posicionamento de identidade ambíguo próprio das pequenas cidades. Por um lado, os sites realçam a convivialidade e o ambiente de proximidade do tipo “aldeia”, mas por outro elogiam a qualidade da oferta de serviços ou de um ordena-

Site das Villes de France, rubrica Aménagement du territoire, consultado em 29 de dezembro de 2015. 3

O lugar das cidades pequenas e médias na investigação sobre o urbanismo 83

mento dos espaços públicos semelhante ao das grandes cidades. Segundo H. Mainet (2011), as imagens produzidas inscrevem-se em uma competição territorial para atrair ou reter as populações e os agentes econômicos. Ao valorizarem a proximidade ao campo e à natureza, bem como a capacidade de atrair numerosos serviços, os decisores públicos destes territórios formulam um discurso que tenta corresponder às expectativas dos futuros habitantes ou dos turistas, na esperança de se beneficiar do maná que representa a entrada de rendimentos externos. De um modo geral, os autarcas podem usar a expressão “cidade pequena” ou “cidade média” para construírem uma identidade territorial ou mobilizarem recursos, enquanto para o investigador a realidade espacial é totalmente diferente. Entre outros exemplos, podemos citar o Presidente da Câmara de Chinon (8.000 habitantes em 2012), Yves Dauge, que não só cofundou a Association des Petites Villes de France, como convenceu o Conseil Régional du Centre [Conselho Regional da região Centro] a iniciar uma política de apoio financeiro aos projetos das “cidades médias” que beneficia o seu município (DEMAZIÈRE, 2014). Do mesmo modo, o município espanhol de Dos Hermanas (120.000 habitantes), situado na primeira cintura da área metropolitana de Sevilha (700.000 habitantes) e totalmente integrado na área metropolitana no plano funcional, participa de um programa europeu de cooperação transnacional dirigido às cidades médias, a fim de criar uma especificidade que o município considera proveitosa face aos decisores públicos da metrópole de Sevilha (TESSON, 2012). Quais são os critérios para definir as “cidades pequenas” ou as “cidades médias”? Inversamente às apresentações vantajosas dos atores das cidades secundárias, é crucial saber se as cidades – denominadas “médias”, “pequenas”, “intermédias”... – constituem uma categoria pertinente no âmbito das ciências sociais. Ao classificar a cidade média como um “objeto real não identificado”, o geógrafo R. Brunet (1997, p. 188) sublinha que esta constitui inegavelmente uma camada do sistema urbano, mas também que temos dificuldade em defini-la através de critérios precisos. De fato, quando procedemos a comparações internacionais, somos confrontados com uma grande diversidade de critérios na identificação das cidades pequenas ou médias (SANTAMARIA, 2000). A maior parte dos investigadores começa por utilizar os dados demográficos, mas existem quase tantos valores-limite como investigadores ou organismos

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encarregados de coletar e tratar os dados sobre as cidades. Por exemplo, o limite inferior para a identificação de “cidades pequenas” é 250 habitantes na Dinamarca, 4.500 na Irlanda do Norte, 5.000 na Áustria ou 30.000 no Japão (SERVILLO et al., 2014). Na França são comumente considerados “cidades pequenas” os centros urbanos que possuem entre 3.000 e 20.000 habitantes, mas o limite de 5.000 habitantes é escolhido por alguns investigadores (ver por exemplo KAYSER, 1972). Na Polônia, 10.000 habitantes é o limite que se emprega mais vezes para distinguir uma aldeia de uma cidade pequena, mas para alguns investigadores esse limite baixa para 5.000 ou sobe para 20.000, por vezes 50.000 habitantes (SERVILLO et al., 2014) (Quadro 1).

Quadro 1. Definição das cidades pequenas ou médias: diferenças segundo as diferentes fontes Para as associações de representantes locais eleitos

Para os investigadores

Cidades pequenas

Municípios de 2.500 a 25.000 hab. (Association des Petites Villes de France)

Centros urbanos de 5.000 a 20.000 hab. (LABORIE, 1978; EDOUARD, 2012)

Cidades médias

Municípios-cenZonas urbanas tros de 20.000 Centros urbade a 100.000 hab. e nos de 20.000 a 30.000 a EPCI ** que os 100.000 hab. 200.000 hab. integram (LAJUGIE, (Programme (Fédération des 1974) villes moyennes, Villes de France) 2005-09)

Para o Estado (DATAR)*

-

Para o ORATE*** Zona de construção contínua com uma densidade superior a 300 hab./ Km2, que albergue de 5.000 a 50.000 habitantes Polo de emprego e polo de serviços no quadro de uma região urbana funcional

Sede de um governo local * Délégation interministérielle à l›aménagement du territoire et à l›attractivité régionale ** Établissements publics de coopération intercommunale *** Observatoire en Réseau de l’Aménagement du Territoire en Europe Fonte: segundo Doré (2010) e Servillo et al. (2014).

O lugar das cidades pequenas e médias na investigação sobre o urbanismo 85

No que diz respeito às “cidades médias”, os limites mais utilizados na França circunscrevem um estrato de cidades que possui entre 20.000 a 100.000 habitantes. Todavia, no interior desses limites podemos distinguir diferentes acepções de cidade. Assim, a política nacional das cidades médias levada a cabo entre 1973 e 1982 tinha como alvo os municípios desse tamanho. Posteriormente o Institut national de la statistique et des études économiques (INSEE), privilegiando o critério de zona de construção contínua para definir a zona urbana, preferiu falar de centros urbanos do mesmo tamanho. Nos anos 2000, para estudar as cidades médias na sua qualidade de zonas de vida e de emprego, a DATAR preferiu examinar as zonas urbanas de 30.000 a 200.000 habitantes (DE ROO, 2007). Estas escalas podem ser combinadas em uma abordagem multifacetada do fenômeno urbano. Assim, em uma pesquisa recente para o Observatoire en Réseau de l’Aménagement du Territoire en Europe, L. Servillo et al. (2014) associaram três perspectivas complementares para a definição das cidades pequenas e médias: • Uma abordagem morfológica, na qual a cidade corresponde a uma zona de construção contínua em redor de um determinado número de habitantes; • Uma definição administrativa, em que a cidade é uma unidade territorial de governo local; • Uma visão funcional, segundo a qual a cidade reúne empregos, serviços e funções das quais também se beneficiam os seus arredores. Aplicando o primeiro critério – zonas de construção contínua com uma densidade superior a 300 hab./Km2 e com uma população entre os 5.000 e os 50.000 habitantes –, L. Servillo et al. (2014) identificam 8.314 cidades pequenas e médias no espaço europeu4, que albergaram um total de 109 milhões de habitantes em 2011, ou seja, 21,6% da população europeia. Na França, as contagens efetuadas pelo INSEE mostram que os 869 centros urbanos com um número de habitantes entre os 5.000 e os 50.000 representam 17,3% da população em 2010. Assim, apesar de vaga, a noção existe. As cidades pequenas e médias aparecem como uma noção relativa, resultante dos extremos superiores e inferiores de uma hierarquia regional,

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O espaço europeu corresponde aqui à UE27 mais Islândia, Noruega, Suíça e Liechtenstein.

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nacional ou continental. A fatia média da estrutura urbana é definida em função de limites estatísticos, de perímetros espaciais e de níveis de polarização variáveis. Assim, Blois, Bourges ou Châteauroux – cuja área urbana conta, respectivamente, com 120.000, 125.000 e 90.000 habitantes – são considerados à escala nacional como cidades médias (DE ROO, 2007). Mas, para o Conseil Régional du Centre-Val de Loire, tratam-se de grandes cidades, estando o termo “cidade média” reservado a uma quinzena de municípios com menos de 10.000 habitantes que, fora do espaço de grandes aglomerados, concentram de maneira considerável os empregos e os serviços e asseguram desse modo um papel de polo urbano em relação ao espaço rural (RÉGION CENTRE, 2011). Ao peso demográfico das cidades, é conveniente associar sempre outros critérios, que variam segundo as questões investigadas: migrações domicílio-trabalho, funções e equipamentos urbanos, oferta de serviços, acessos etc. (SANTAMARIA, 2000). Apercebemo-nos então que o papel das cidades pequenas e médias varia consideravelmente. Já há quarenta anos J. Lajugie escrevia: [...] tal cidade de pequenas dimensões [...] deveria ser considerada como uma cidade média numa região pouco povoada e pouco urbanizada, enquanto uma cidade duas ou três vezes mais povoada, inserida no tecido urbano de uma região com grande densidade demográfica, não tem necessariamente esse peso e nem sempre reflete essa vocação. (LAJUGIE, 1974, p. 18).

Por outras palavras, as funções desempenhadas por um espaço urbano interagem com um meio bem mais alargado. A tradição de estudo das cidades pequenas e médias na França Para muitos investigadores, a melhor maneira de abordar as cidades secundárias, analisar as diferentes situações no seio de um mesmo espaço regional e determinar as potencialidades de crescimento é imergir-se no território, observar as práticas cotidianas e ir ao encontro dos decisores. Esta postura metodológica demonstra a tradição de estudo das cidades pequenas e médias, que continua a ser muito utilizada na França, no seio de diferentes ramos das ciências sociais: geografia (VEYRET-VERNER, 1969; COMMERÇON; GEORGE, 1999), economia regional e urbana (LAJUGIE, 1974), ciência política (MABILEAU; SORBETS, 1989), sociologia (MORIN,

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1965). Em consulta ao portal Persée (http://www.persee.fr), que contém mais de 120 revistas e mais de 150.000 artigos científicos de ciências humanas e sociais, S. Gaudin (2013) recenseou mais de 190 artigos publicados entre 1920 e 2005 explicitamente dedicados às “cidades médias” e que se relacionam sobretudo com a geografia. S. Gaudin mostra que a abordagem monográfica se desenvolveu no período entre as duas grandes guerras, sendo utilizada em zonas industriais como Briançon, Annonay ou Lorient. Nos anos 70 do século XX, os artigos científicos descreviam a integração destas cidades em novos esquemas econômicos e sociais (MICHEL, 1977; ALLAIN, 1984). São multitemáticas as observações realizadas: crescimento urbano, mutações comerciais ou industriais, identidade e imagem, política local etc. No que se refere às “cidades pequenas”, a tradição monográfica é igualmente forte. Esta abordagem cumulativa é considerada por J.-C. Edouard (2012, p. 28) um “trabalho de pesquisa indispensável e incontornável”. A partir da década de 70 do século XX, os trabalhos sobre as cidades pequenas orientam-se para a observação localizada de mutações que afetam as sociedades ocidentais no seu conjunto. Interessa […] menos a cidade pequena, no que diz respeito a um território claramente definido, do que as evoluções e os conhecimentos de alcance geral que podemos observar com mais facilidade numa escala territorial que permite uma abordagem mais completa dos fenômenos observados. (EDOUARD, 2012, p. 26).

De um modo geral, a evolução dos trabalhos sobre as cidades pequenas e médias leva a uma certa diluição do objeto. Como foi demonstrado por alguns investigadores a partir dos anos 60 do século XX em relação aos bairros operários (COING, 1966), as pesquisas das últimas décadas sobre as second towns mostram que estas estão implicadas em mutações sociais ou econômicas muito mais vastas (DEMAZIÈRE, 2015). Assim, no contexto de expansão dos Trinta Anos Gloriosos, algumas das empresas que praticavam a Organização Científica do Trabalho implantaram as suas unidades de produção em cidades médias, juntando assim uma componente manufatureira a um perfil econômico por vezes fortemente baseado na administração e nos serviços à população (DE ROO, 2007). Através do mecanismo de subvenção a favor do ordenamento do território, o Estado procurava então implantar indústrias modernas – desde a indústria au-

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Perspectivas da urbanização

tomobilística à eletrônica – em um certo número de zonas consideradas subindustrializadas. Para as empresas, a cidade média foi uma “cidade meio”, ou seja, um “meio de explorar as fontes de mão de obra” não qualificada e sem experiência de trabalho industrial (MICHEL, 1977, p. 670). A partir dos anos 80 do século XX, algumas cidades conheceram uma desindustrialização rápida, capaz de precipitar uma crise econômica local. Assim, Dreux (Eure-et-Loir) assistiu ao fecho de muitos grandes estabelecimentos, e a sua indústria emprega atualmente apenas uma pessoa em cinco, portanto, duas vezes menos que em 1990 (DEMAZIÈRE, 2015). Em consequência da desindustrialização, a totalidade do emprego assalariado diminuiu 10% na zona de emprego. Estas observações levam a questionar a especificidade dos estudos contemporâneos sobre estas cidades relativamente às pesquisas sobre as metrópoles “mundiais” ou “globais”.

As cidades pequenas e médias, um tema de pesquisa à margem? Uma característica da investigação urbana, desde as suas origens, é o fato de ser dominada por métodos de análise provenientes do estudo das metrópoles dos países desenvolvidos. No continente europeu, Londres e Paris foram objeto de análises demasiado numerosas para poderem ser citadas. Na América do Norte, no início do século XX Chicago criou uma escola de pensamento sociológico epônima e, nos anos 80 do mesmo século, Los Angeles deu origem a uma outra, na área da geografia. Ao contrário, os trabalhos marcantes acerca das cidades médias são muito menos numerosos. Podemos citar Middletown: A Study in American Culture, o estudo de R. e H. Lynd (1929) sobre a cidade de Muncie (30.000 habitantes), a 100 Km de Indianapolis. Nesta obra, que se tornou um clássico da sociologia, os autores aplicam pela primeira vez os métodos da antropologia cultural ao estudo de uma cidade ocidental. Nesta parte do capítulo, procuraremos em primeiro lugar compreender por que razão as cidades secundárias são tão negligenciadas nos trabalhos de investigação contemporânea sobre as relações entre globalização econômica e urbanismo. O argumento defendido é que a maioria das análises das cidades “globais” adota uma abordagem que tornam “invisíveis” os

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espaços urbanos não metropolitanos. Ora, isto constitui um limite importante a esses trabalhos. Em seguida, mostraremos que na França um determinado número de trabalhos explora a relação entre a reestruturação dos sistemas produtivos e o desenvolvimento das cidades pequenas e médias. Além disso, o desenvolvimento de algumas cidades secundárias apoia-se por vezes sobre a sua identidade patrimonial, privilegiando uma economia residencial. As metrópoles no coração do desenvolvimento econômico contemporâneo? A atenção contínua dada às grandes cidades (metrópoles) não é só devida ao seu tamanho. Para o historiador J. Connolly (2008, p. 3), um certo número de questões-chave são colocadas pela emergência de grandes centros urbanos em todo o mundo: o funcionamento das economias industriais e terciárias; os fluxos de pessoas, bens e ideias; os modos como as culturas e as identidades se formam e se reformam; a repartição do poder econômico e político. Por todas estas razões e ainda por outras mais, a análise das características das metrópoles domina os trabalhos universitários sobre as cidades de ontem e de hoje (CONNOLLY, 2008, p. 3).

Neste esquema geral podemos verificar que nas últimas três décadas se desenvolveram muito as análises geográficas da inovação tecnológica, das estratégias de firmas multinacionais ou da financeirização, aumentando o foco das pesquisas urbanas sobre as cidades maiores (SCOTT, 1988; SASSEN, 1991; VELTZ, 1996). Por um lado, é nas metrópoles mundiais que se manifestam com maior evidência estas novas tendências; por outro lado, não se observa a difusão dessas tendências para os espaços urbanos não metropolitanos5. O desenvolvimento econômico contemporâneo revelase muito discriminatório no plano geográfico. Qual é então o lugar das cidades pequenas e médias que se desenvolveram durante os Trinta Anos

5 Assim, P-Y. Léo et al. (2012) demonstram a fraca presença de serviços superiores (pesquisa-desenvolvimento, conselho e estudos, mas também de certos serviços operacionais) nas zonas urbanas francesas com 100.000 a 300.000 habitantes, o que não lhes parece que favoreça muito o desenvolvimento dessas cidades, do ponto de vista do emprego, das qualificações da população ativa e dos rendimentos.

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Gloriosos com a descentralização da indústria e o acolhimento de populações de origem rural? J.-P. Laborie (1993, p. 134) considera que essas cidades já não oferecem um espaço de acolhimento com qualidades inferiores às das metrópoles, elas tornaram-se num espaço diferente. Na hierarquia urbana dominada por Paris e pelas cidades com funções metropolitanas, elas ocupam uma posição definida pela ausência de uma qualidade: a sua organização urbana não desenvolve as proximidades espaciais que dinamizam pesquisa e produção (LABORIE, 1993, p. 134).

No próximo tópico voltaremos à tese defendida por J.-P. Laborie. Por agora pretendemos aprofundar o paradoxo existente na área de pesquisa sobre as relações entre mundialização e desenvolvimento urbano, que abre em princípio a possibilidade de analisar os espaços não metropolitanos, mas em que numerosos trabalhos se limitam a explorar um punhado de grandes aglomerados urbanos. Vários autores consideram que os quadros teóricos e os modelos analíticos predominantes contribuíram para introduzir na pesquisa urbana um fator de distorção associado às metrópoles (ROBINSON, 2002; McCANN, 2004). É nomeadamente o caso das análises das hierarquias urbanas que nestes últimos 20 anos culminaram com os trabalhos sobre as cidades “globais” (SASSEN, 1991) ou “mundiais” (BEAVERSTOCK et al., 1999). Este tipo de abordagem parte muitas vezes da análise das relações entre empresas para desenhar os laços que ligam lugares afastados. Assim, o Global Analysis of World Cities Group (GaWC) definiu uma hierarquia mundial das cidades em função das concentrações das atividades terciárias, como os serviços financeiros, jurídicos e contábeis (BEAVERSTOCK et al., 1999). A medição do número de sedes sociais das empresas destes setores permite estabelecer uma hierarquia urbana que atribui um estatuto de cidade mundial alfa, beta ou gama. As cidades com estas características são cerca de cinquenta em todo o mundo, estando todas as outras fora do radar. Estas pesquisas ilustram a concentração do poder econômico, social e cultural em uma mão cheia de metrópoles. Todavia, ao mesmo tempo, elas “encorajam a ideia de que as cidades mais pequenas são colocadas no fim da linha de um desenvolvimento concebido para o topo da hierarquia urbana, e que as experiências dos seus habitantes merecem pouca atenção” (CONNOLLY, 2008, p. 4).

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As pesquisas realizadas sobre as hierarquias urbanas suscitaram várias observações críticas quanto ao seu método e alcance (ROBINSON, 2002; BELL; JAYNE, 2009). Em primeiro lugar, as relações das metrópoles entre elas e o seu lugar na hierarquia são examinadas a partir de um número muito reduzido de atividades (sem dúvida cruciais), logo de um número muito reduzido de atores, que existem em algumas cidades, ou apenas em algumas partes dessas cidades (os centros de negócios). Esses trabalhos não são, por isso, muito reveladores das outras cidades, que não se beneficiam da presença destas formas de atividades ou deste tipo de atores. Em segundo lugar, na maior parte dos trabalhos acerca das cidades mundiais, a abordagem é muito cartesiana. Apenas um pequeno número de cidades pertence às categorias alfa, beta ou gama que definem a hierarquia das “cidades mundiais” (ROBINSON, 2002, p. 535). As categorias analíticas são rígidas e não dão conta de situações intermédias. Em terceiro lugar, as análises desenvolvidas ignoram os estudos realizados pelos investigadores implantados nos territórios metropolitanos. Ora, todos esses grandes territórios foram objeto de múltiplos estudos sutis, que só um verdadeiro conhecimento do terreno permite, feitos por investigadores muitas vezes envolvidos nas reflexões estratégicas a nível local ou regional. Resumindo, “analisar a globalização como uma rede de conexões, como a que possuem as cidades mundiais, pode ser um projeto científico, mas não tem alcance geral” (CLANCEY, 2004, p. 2337-2338). Tal como os trabalhos sobre as second towns não pretendem esclarecer as dinâmicas de Nova York, Londres ou Tóquio, a tônica posta nas conexões entre metrópoles mundiais deixa em aberto o campo da investigação sobre as cidades pequenas ou médias. Pistas para a análise do desenvolvimento das cidades pequenas ou médias Tomando em linha de conta os resultados das pesquisas sobre as cidades “mundiais”, e também as críticas que esses trabalhos suscitaram, a análise do desenvolvimento das cidades secundárias deve ultrapassar muitos desafios. Em um contexto em que os fluxos de capitais se alargam e infiltram cada vez mais áreas geográficas, como evitar a imagem das cidades dominadas pela globalização e marginalizadas pelo urbanismo metropolitano? A geógrafa J. Robinson (2002) abre uma pista quando destaca a noção de “cidades comuns”, afirmando que todas as cidades, independentemente do

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Perspectivas da urbanização

seu tamanho ou localização, possuem aspectos dinâmicos e de inovação ao mesmo tempo que experimentam constrangimentos e desafios. Na França, a internacionalização das empresas e o aumento da pressão competitiva afetaram o sistema produtivo de algumas cidades secundárias, com um recuo marcado do emprego industrial, nomeadamente nos setores tradicionais que praticam a subcontratação (DAVEZIES, 2010; DEMAZIÈRE, 2014). Mas não é assim em todo o lado e algumas cidades secundárias localizadas fora das zonas de influência metropolitana conhecem algum desenvolvimento industrial. Assim, em Châtellerault (Vienne), as atividades metalúrgicas resistem: em 2009, 42% do emprego na região era no setor industrial, o que correspondia à 15ª bacia de emprego mais industrializada da França (BOUBA-OLGA et al., 2012). Châtellerault possui uma especialização na cutelaria que remonta ao século XVI e os saberes tradicionais que daí resultaram foram transferidos ao longo do tempo para novos setores – sendo os mais recentes a aeronáutica e a industria automóvel. Outras cidades médias francesas distinguem-se pelo fato de serem centros de inovação, apoiando-se em uma dinâmica empreendedora ou na presença de estabelecimentos de ensino superior e de investigação. A partir do estudo de quatro cidades médias – Albi, Alès, Fougères e Quimper –, J. Tallec (2014) demonstra que o desenvolvimento da inovação se pode produzir fora de um meio metropolitano, completando assim o ponto de vista formulado por J.-P. Laborie (1993) vinte anos antes. As quatro cidades estudadas diferem em muitos pontos: Albi e Alès sofreram com o fim da exploração das minas de carvão, enquanto no caso de Fougères e de Quimper a evolução da indústria foi menos traumática. Para cada uma dessas cidades, J. Tallec (2014) mostra a importância e a diversidade das diferentes formas sociais de inovação que se manifestam através de ações mobilizadoras de recursos em diferentes escalas espaciais. Relata a implantação de laboratórios ou de estruturas de ensino superior em uma cidade média e mostra como essas estruturas se abrem sobre o meio que as rodeia. A inclusão em um campo mais local de relações ao longo do tempo, mas também a exigência de assegurar as missões que lhes são confiadas levam os responsáveis destas estruturas a desenvolver estratégias que têm efeitos locais, no plano econômico (colaborações com empresas, spin-off acadêmico etc.) e no plano do ordenamento (projetos relativos a polos tecnológicos). Assim, o desenvolvimento da inovação pode-se produzir fora de um meio metropolitano, e a estruturação e a coordenação de ramos industriais inovado-

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res podem ser uma força motriz no desenvolvimento das cidades médias. Em um plano mais geral, vemos, por estes exemplos, que os trabalhos de investigação que colocam em especial a questão do encaixe das atividades econômicas nas estruturas sociais (GRANOVETTER, 1985), são, de certa forma, pertinentes na análise do desenvolvimento das cidades pequenas e médias. Completam bem os modelos teóricos que explicam o crescimento das grandes cidades em redor de economias de aglomeração, mas que não se aplicam às second towns (CARRIER; DEMAZIÈRE, 2012). Por outro lado, à medida que algumas cidades secundárias francesas conhecem uma especialização do seu aparelho produtivo, em ligação estreita com evoluções setoriais ou com estratégias de empresas definidas em uma escala espacial bem mais alargada, manifesta-se uma tendência para a diversificação, em redor do desenvolvimento de certos serviços de assistência à pessoa: saúde, social, educação ou formação, comércio a retalho, administração etc. Esta evolução corresponde às tendências estruturais demográficas e sociais, como o envelhecimento da população das cidades médias e pequenas ou o acesso massivo aos estudos secundários e superiores (DEMAZIÈRE, 2014). As atividades comerciais em causa desenvolvem-se em ligação com a carta administrativa francesa ou através de sistemas de subsídios que satisfazem e garantem a procura local. Além disso, com a expansão da mobilidade, dá-se uma desagregação crescente entre o lugar de residência, o lugar de trabalho e o lugar de consumo. L. Davezies (2009, p. 48) considera que uma parte cada vez maior das receitas que entram nas cidades ou nos territórios dos países industrializados nada tem a ver com a produção local de bens e serviços transacionáveis. As pensões de reforma, os salários públicos, as prestações sociais e os reembolsos das despesas de saúde, as despesas turísticas, as receitas de ativos que vivem no território e trabalham fora dele (pendulares) são algumas das formas de rendimentos que vêm irrigar os nossos territórios sem relação com o nível ou a qualidade do seu sistema produtivo.

L. Davezies (2009) mostra que os rendimentos podem ser importados e constituir um motor complementar do desenvolvimento econômico local quando são gastos no território e dão lugar à criação de empregos. No total, os equipamentos que dotam as cidades pequenas e médias, bem como

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o seu patrimônio construído e natural, são fatores que contribuem para a sua capacidade de atração residencial ou turística. O caminho de desenvolvimento seguido é aqui bem diferente do das cidades secundárias industriais, mas também dos grandes aglomerados urbanos, na medida em que os setores de serviços de assistência à pessoa podem, por vezes, dominar o emprego local, ou pelo menos conhecer uma progressão bem mais expressiva do que as atividades exportadoras de bens e de serviços para outros territórios.

Conclusão É do conhecimento geral que cerca de 70% da população europeia vive na cidade, mas já não o é tanto, pois um cidadão em cada dois reside em um aglomerado urbano com menos de 100.000 habitantes. As cidades pequenas ou médias são a realidade cotidiana de numerosos cidadãos, mas estão hoje em dia relativamente à margem da investigação urbana. Dentro da tradição de estudos das cidades secundárias, a abordagem monográfica parece datada. É inclusivamente desadequada no contexto da expansão das mobilidades e da abertura das economias nacionais. Na França, as cidades pequenas, embora tenham fixado durante uma grande parte do século XX a população proveniente do êxodo rural, oferecem hoje em dia um volume e uma variedade de empregos, de equipamentos e de serviços que ficam em desvantagem quando comparados com as grandes zonas urbanas. Além disso, existe uma tendência para a partida dos jovens, que vão estudar ou arranjar um primeiro emprego, dos casais em que ambos trabalham ou ainda das categorias sociais superiores. Esta situação apela a uma nova geração de trabalhos de investigação sobre as cidades secundárias francesas, enriquecidos com comparações internacionais e que integrem os contributos do estudo sobre os grandes aglomerados urbanos. Sublinhamos que os trabalhos de pesquisa acerca das cidades mundiais dão lugar a considerações interessantes e a comparações esclarecedoras, mas não contribuem, enquanto tal, para a interpretação das mutações das cidades pequenas e médias. Segundo D. Bell e M. Jayne (2009, p. 684), com a expansão dos trabalhos de pesquisa acerca das cidades mundiais nos últimos vinte anos, paulatinamente “as cidades pequenas foram consideradas como irrelevantes. São supostamente cidades

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sem interesse do ponto de vista urbanístico, das quais se chega a pensar que não conseguiram ser urbanas”. O problema das análises das cidades “globais” ou “mundiais” parece ser a tendência a generalizar a partir de casos muito específicos. N. Commerçon convida ainda a um debate sobre a especificidade e a diversidade quando considera que as cidades médias podem “ou fundir-se numa nebulosa, ou brilhar com a sua luz singular numa constelação” (COMMERÇON, 1997, p. 9). Em última análise, o estudo das cidades pequenas ou médias pode certamente contribuir para um olhar crítico, ainda que parcial, sobre a pesquisa urbana na área da geografia e do ordenamento do território.

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Capítulo 5

Cidades médias como provedoras de bens e serviços públicos e coletivos e como construtoras de cidadania e de direitos Carlos Brandão1

Introdução A rede urbana é constitutiva e constituinte, integrante e estruturadora/articuladora do movimento e da dinâmica da região. É preciso estudar suas permanências, rupturas, normas e ritmos, seu regime de expansão, questionando sua inserção e posição nos sistemas e complexos de cidades existentes em várias escalas espaciais. A rede urbana expressa também uma hierarquia de decisões que são tomadas e “circulam”. Ela “é um reflexo, na realidade, dos efeitos acumulados da prática de diferentes agentes sociais” (CORRÊA, 2007b, p. 27). As cidades médias, ao deterem centralidade e estarem localizadas em pontos estratégicos de determinado sistema de cidades, cumprem um papel decisivo neste contexto. A Rede de Pesquisadores sobre Cidades Médias (ReCiMe), em seu projeto original, elencou algumas dinâmicas que foram selecionadas para possibilitar a realização de análises comparadas por parte de seus pesquisadores. Essas dinâmicas eleitas poderiam dialogar muito com a proposição aqui neste capítulo da cidade média, para além de outras definições, ter o papel também como uma possível provedora privilegiada de bens e serviços públicos e coletivos e nexo fundamental para o diálogo sobre o que a literatura urbana chamava de oferta de meios de consumo coletivo na estruturação do espaço urbano. As dinâmicas elencadas pela ReCiMe diziam respeito ao papel das cidades médias na difusão do comércio e dos

Instituto de Pesquisa e Planejamento Urbano e Regional, Universidade Federal do Rio de Janeiro.

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serviços especializados; na desconcentração da produção industrial; na difusão do agronegócio e no aprofundamento das desigualdades socioespaciais. Entre dezenas de perguntas estruturadoras da rede de pesquisa, uma poderia aqui ser destacada: quais são os meios de articulação dessas cidades a outros espaços e qual é a espessura dos fluxos que se desenham? (SPOSITO, 2007, p. 52-62). Esses fluxos também poderiam ser estendidos/ entendidos para os serviços coletivos urbanos. Outra contribuição interessante ao debate foi aquela proporcionada por Steinberger e Bruna (2001), que tomaram as cidades médias enquanto elos do urbano-regional e do público-privado. A partir dessas duas contribuições, seria interessante pensar o papel que a cidade média poderia cumprir, pelo seu porte, dimensão, centralidade e escala de complexidade, sobretudo no contexto regional interiorizado brasileiro, na provisão e suporte de bens e serviços coletivos essenciais. Esta é a principal ideia que pretendemos defender neste capítulo.

Em busca de elementos terórico-metodológicos sobre equipamentos, bens e serviços sociais e meios de consumo coletivo Manuel Castells, em “A Questão Urbana”, de 1972, assenta as bases para o debate de como o espaço se constitui como expressão concreta dos modos através dos quais cada sociedade se particulariza, segundo seus processos sociais distintos. Aponta ainda as complexas relações entre o modo de produção e a forma espacial. Discute o papel dos meios de consumo coletivo para a reprodução da força de trabalho, procurando aquilatar os papéis do Estado, das lutas e dos movimentos sociais urbanos para a produção e reprodução social no/do espaço. Ele propõe que se investigue o espaço enquanto produto material em articulação com outros processos materiais. Posto que o espaço urbano é estruturado, seria fundamental conceber a cidade como projeção da sociedade no espaço e perceber como se estrutura o espaço2. “O processo que estrutura o espaço é o que concerne à reprodução simples e ampliada da força de trabalho; o conjunto das práticas ditas urbanas conotam a articulação do processo ao conjunto da estrutura social [...]”. “É para conceber estas relações internas e 2

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Naquele texto clássico, Castells concebia o urbano como o espaço da reprodução simples e ampliada da força de trabalho, buscando teorizar sobre os meios de consumo coletivo (MCC), no que seria depois seguido e desenvolvido por Lojkine (1977). Para Castells (1972, p. 492), “como todo processo social, o consumo coletivo se compõe de elementos que somente podem ser definidos em suas relações [...]”. “O consumo coletivo refere-se, no essencial, ao processo de reprodução da força de trabalho e ao processo de reprodução das relações sociais, mas enquanto articulado à reprodução da força de trabalho (consequentemente obedecendo a ritmos específicos)”. Em uma síntese do seu pensamento afirma: Todo processo de consumo define unidades de realização destes processos. Essas unidades, articulando meios coletivos de consumo, constituem a base material das unidades urbanas. Eis por que a problemática urbana é articulada diretamente às relações entre classes sociais e processos de consumo (CASTELLS, 1972, p. 492).

Cinco anos depois, Jean Lojkine publicou O Estado capitalista e a questão urbana, em que afirma que “as formas de urbanização são antes de mais nada formas da divisão social (e territorial) do trabalho” (LOJKINE, 1977, p. 121). O que, a nosso ver, vai caracterizar a cidade capitalista é: 1) de um lado, a crescente concentração dos “meios de consumo coletivos”, que vêm juntar-se aos meios de circulação material, que vão criar pouco a pouco um modo de vida, novas necessidades sociais – podendo-se falar de uma “civilização urbana”; 2) de outro, o modo de aglomeração específica do conjunto dos meios de reprodução (do capital e do trabalho) que se vai tornar, por si mesmo, condição sempre mais determinante do desenvolvimento econômico (LOJKINE, 1977, p. 124).

sua articulação com o conjunto da estrutura que propomos o conceito de sistema urbano. Por sistema urbano, entendemos a articulação específica das instâncias de uma estrutura social no interior de uma unidade (espacial) de reprodução da força de trabalho” (CASTELLS, 1972, p. 337).

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Embora David Harvey em A Justiça Social e a cidade, de 1973, não trabalhe diretamente com esta questão dos MCC, poderíamos lembrar que ela está apta a dialogar com as três formas de integração ou mecanismos de coordenação – reciprocidade, redistribuição e mercado de troca –, que, sob inspiração de Karl Polanyi (1968), ele associou a três modos distintos de organização social, respectivamente, igualitário, ordenado e estratificado (HARVEY, 1973, p. 177). No contexto das formas baseadas na reciprocidade/igualdade, grande parte dos meios urbanos de consumo era provida no âmbito da unidade individual e familiar. As formas de integração redistributiva/ordenada promoveriam desindividualizações nesses meios, e as formas do mercado de troca/ estratificado realizariam processos de maior generalização e socialização nesses meios coletivos de sobrevivência (mobilidade, saúde, moradia, saneamento etc.), até se chegar ao espaço urbano complexo do capitalismo, em que o papel dos MCC na reprodução ampliada da força de trabalho é decisivo. Embora não seja o caso de desenvolver aqui todos os desdobramentos que estão apenas em potência no capítulo seis de Harvey (1973), ele constrói uma argumentação centrada no fato de que o que ele chama aí de urbanismo vai requerer a circulação de excedente e sua concentração no espaço, determinando que: [...] a cidade funcione como um lugar de disposição de produto excedente3, [...] a criação da necessidade na sociedade urbana contemporânea são todas manifestações diferentes desse mesmo fenômeno. A cidade pode, assim, ser interpretada parcialmente com um campo destinado a gerar demanda efetiva (HARVEY, 1973, p. 195).

Poderíamos desdobrar aqui essa ideia para dizer que ao longo da rede urbana se encadeiam decisões que são tomadas e “circulam” e que a cidade seria o lócus importante desse encadeamento de decisões atinentes aos MCC. De outra parte, Edmond Preteceille (1983) desenvolveu importante teorização sobre o que ele chama de equipamento coletivo, que “ultrapassa a esfera unicamente do consumo, na medida em que designa um conjunto “Mobilizar e concentrar excedente social em base permanente implica na criação de uma economia espacial permanente e na perpetuação de algumas condições (densidade populacional, comunicação e acesso etc.) (HARVEY, 1973, p. 205). 3

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de valores de uso onde encontramos, ao mesmo tempo, meios de produção, ou suportes da circulação e da troca, e meio de consumo” (PRETECEILLE, 1983, p. 42). Segundo ele, os MCC deveriam ser vistos de forma relacional, ou seja, de cada um de seus elementos inseridos “em um conjunto de outros meios de consumo [...] e as relações sociais que organizam o processo de consumo que se apoia sobre este conjunto de meios, que definem o uso social de um meio em particular” (PRETECEILLE, 1983, p. 4). Uma visão abrangente, que articulasse o conjunto de suportes e de relações de circulação dos equipamentos e serviços coletivos, seria requerida para que se concebesse “o sistema de equipamentos coletivos constituindo um potencial de meios de consumo e de força de trabalho especializada participando do processo de consumo” (PRETECEILLE, 1983, p. 51). Por fim, ele arremata que a existência dos meios socializados de consumo e de uma força de trabalho especializada constitui condição necessária ou favorável ao desenvolvimento dos consumos socializados e, através deles, ao desenvolvimento das forças produtivas pela melhoria das condições sociais de reprodução da força de trabalho, na medida em que estas formas socializadas de consumo são efetivamente adequadas qualitativamente às necessidades da reprodução ampliada da força de trabalho. Adequação esta que é sempre reivindicada pelas lutas sociais, mas sempre posta em causa [...] (PRETECEILLE, 1983, p. 53).

A partir desta visão abrangente se poderia chegar a um conceito de sistemas de provisão de bens, equipamentos, serviços e infraestruturas coletivas de utilidade pública.

O Brasil como espaço da destituição de direitos a meios de consumo coletivos urbanos O Brasil apresentou uma trajetória histórica sui generis no Ocidente ao avançar suas bases materiais e apresentar processos potentes, acelerados e simultâneos com as características de: modernização conservadora; industrialização truncada e incompleta – sem núcleo inovador e sem regime de financiamento de longo prazo – e urbanização desigual, sem urbanidade e com travamento e interdição do acesso aos direitos para a maioria

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de sua população – uma parte com as características de massa inorgânica, no sentido de Caio Prado Jr., não absorvida adequadamente pelos mercados formais do núcleo moderno capitalista. Forças sociais heterogêneas esculpiram no território nacional uma das dez maiores e mais complexas economias e sociedades nacionais-urbano-industriais do planeta e uma das sociedades mais desiguais, excludentes, predatórias. Uma nação com construção travada, tendo no núcleo de seu poder uma das elites mais conservadoras e retrógradas já existentes na história mundial e uma imensa massa populacional destituída de direitos, cidadania plena e acesso adequado a bens e serviços coletivos. Este enorme espaço-mosaico em movimento, chamado Brasil, é simultaneamente dinâmico, heterogêneo e desigual. Por um lado, apresenta mecanismos de potente dinamismo econômico, resultantes do seu engate de subordinação externa e dos efeitos de multiplicação e aceleração da renda e da riqueza, proporcionados sobretudo pela sua dimensão continental, pela grande massa demográfica e por sua sofisticada rede urbana, paradoxalmente concentrada e dispersa. De outro, apresenta as cicatrizes dos travamentos das reformas sociais e da interdição do acesso aos direitos para grande parcela da sociedade, marginalizada dos frutos do progresso material e excluída dos centros de decisão. O Brasil montou, ao longo de décadas, uma economia urbana moderna e diferenciada, com complexa estrutura produtiva (industrial, agropecuária e terciária) e heterogeneidades sociais, regionais, rurais e culturais marcantes. Ergueu, com enorme rapidez e conservadorismo, uma das sociedades urbanas de massa mais complexas do planeta. Uma sociedade multicultural vivendo em uma economia urbana simultaneamente moderna, de “fuga para a frente” (territorial e dos direitos), excludente, de predação ambiental e social, ocupando espaços com irregularidade e exclusão. Uma história de dinâmica máquina de crescimento (econômico-espacial), simultaneamente espalhada, circunscrita e encravada, setorial e espacialmente. Uma espécie de amálgama de disparidades, convivência do variado e fuga para a frente expansiva. Cerca de setenta anos de industrialização acelerada, intensos fluxos migratórios, urbanização em que coexiste concentração e dispersão, potente integração e nacionalização dos mercados (de bens, de trabalho e de consumo), sofisticação das classes sociais, sobretudo da fração média, enriquecimento regionalizado dos valores culturais, insurgência de lutas políticas, estruturação de um pacto federativo sui generis, provisão

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massiva de bens e serviços públicos – porém insuficientes e sem qualidade adequada –, dentre outros, foram processos rápidos e intensos que se entrecruzaram e amalgamaram para forjar uma nação em construção sobre um território continental, heterogêneo, que atingiu algumas das maiores taxas de crescimento econômico da história do capitalismo. Em suma, em grande parte de nossa história, esta sociedade de massas urbana e precarizada conviveu com altas taxas de crescimento econômico e mobilidade social e espacial, sobretudo no período 1930/1980. Tudo indica que essas características já não estão postas. Sob pacto de dominação conservadora, sua estrutura sociopolítica soldou um contrato social produtor de diversas expressões de desigualdades, montando uma das maiores máquinas de reprodução de assimetrias do planeta, que desativa direitos enquanto reativa a potência espoliativa e de fuga para a frente do poder privado e a preservação dos direitos de propriedade, com precária constituição de sujeitos sociopolíticos portadores de decisões transformadoras. Consolida-se, assim, um espaço nacional em que todos “vivem atormentados pelo ‘susto’ da modernidade. Padecem da perplexidade diante dos estilos de vida e das formas de convivência impostas pela emergência do mercado e do dinheiro como formas predominantes de sociabilidade no capitalismo” (BELLUZZO, 2005, p. 35). No século XXI, a anomia social e o Estado de excepcionalidades permanentes ganharam terreno. Mais recentemente grassa a hegemonia da pequena política, em que as questões parciais e as alianças parlamentares e eleitoreiras, a política menor e as manipulações midiáticas, ameaçam as conquistas sociais, por exemplo, da Constituição de 1988. Além do esgotamento do padrão de acumulação e de seu regime de regulação, ocorreram mudanças profundas no “padrão de sociabilidade”. Os próximos anos serão de uma urbanização difusa e complexa, de baixo crescimento econômico e sob sérios riscos de regressão social e política. O Brasil pode ser caracterizado, ao longo de sua história, como uma máquina potente de produção de cidades e simultaneamente por processo de rápida urbanização precarizada e marcada por várias expressões de destituição para a maioria de sua população. Uma urbanização complexa – simultaneamente, metropolizada, litoralizada e interiorizada, com variados centros regionais medianos e uma miríade de cidades locais-pequenas-quase-rurais, isto é, uma rede urbana paradoxalmente concentrada e dispersa ao mesmo tempo. Este processo múltiplo e diversificado requer

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que se lance mão da rede urbana enquanto uma mediação teórica imprescindível entre escalas espaciais, rede urbana e porte de cidade, a partir da análise de seus núcleos organizadores de processos diversos e centros de poder e de emanação de decisões. Os principais centros urbanos da rede precisam ser investigados em sua dinâmica de coordenação de decisões cruciais das economias micro e mesorregionais ou nacionais e pontos de importantes conexões com a economia supralocal. A metrópole – enquanto sistema urbano econômico e social complexo – resultante de determinações e processos plurais, que resultam da alta densidade demográfica, porte e adensamento de funções urbanas, integração de infraestruturas física e econômica etc., com seu padrão específico de ocupação e uso do solo e deslocamentos e assentamentos humanos e alta densidade das interações e articulações intra e intersetoriais que se constroem em determinado tecido metropolitano territorializado; a pequena cidade enquanto interface entre o meio urbano e as variadas ruralidades brasileiras; a cidade média enquanto “espaço de transição” (SPOSITO, 2007), elo de retransmissão e nó de comando e de interação com suas hinterlândias e interface entre cidade e região. Os conceitos de inter-ramificações econômicas, inter-regionalidades e interurbanidades, esboçados em Brandão (2011), poderiam ser lembrados para tratar do papel de elo e nó de interação e transmissão, podendo se constituir em locus central para a provisão de bens e serviços coletivos. Em países enormes e heterogêneos, como o Brasil, é crucial promover o suporte infraestrutural da provisão bens e serviços públicos essenciais e de uso coletivo para a consolidação de uma sociedade de direitos de massas, que busque ofertar, adequada e territorialmente, o acesso aos direitos sociais – acesso à saúde, educação, seguridade social, transporte urbano de alta densidade, moradia, saneamento, aprendizado etc.

Prover um adequado padrão de oferta de bens e serviços coletivos para enfrentar a destituição de direitos e as desigualdades nas escalas microrregional, supralocal e do lugar no Brasil Em países tão grandes e desiguais como o Brasil, o desafio de transformar, ao longo da trajetória histórica, o padrão de oferta de bens e serviços

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e a provisão de infraestruturas de utilidade pública e inovativas é tarefa hercúlea. A ação pública deve executar estratégias coletivas no sítio-lugar, instilando, no espaço-tempo da (con)vivência cotidiana, uma cultura permanente de transformação pedagógica-politizante. É necessário promover políticas redistributivas – não apenas focalizadas e compensatórias – que tenham capacidade de engendrar assimetrias virtuosas, de forma difusa e pervasiva, geradoras de combates frontais às heterogeneidades estruturais e aos mecanismos socioeconômicos de destituição, exploração e marginalização. Ações que logrem enfrentar a potência e a persistência das estruturas de dominação política e de produção das múltiplas expressões de desigualdades presentes nos territórios. Essas ações exigiriam o aprimoramento da capacidade de interveniência do Estado em ambientes institucionais e econômicos refratários ou pouco capacitados/aptos a absorver e enraizar processos dinâmicos. Além do mais, a ação estatal no espaço se processa instável e contraditoriamente, e o Estado é atravessado por dinâmicas e interesses contraditórios. Há forças contraditórias em disputa, seja nas conjunturas de roll back (momento destrutivo da regulação passada), seja em conjunturas de roll out (momento de montagem proativo da re-regulação). É preciso analisar em cada conjuntura histórica os projetos de “reescalonamento do Estado”, em seus momentos roll back e roll out. Esse debate é decisivo para as ações espaciais estatais. O Estado, em sua ação espacial, deve provocar e dar impulso a ações concretas que busquem o abandono de atitudes acomodatícias por parte da população local, procurando institucionalizar o envolvimento e promover o diálogo e a concertação contratualizada de interesses, a fim de criar elementos políticos redutores de incertezas e neutralizadores de fatores de instabilidade, oportunismos e ciclos políticos, além de engendrar novos instrumentos de geração de escolhas públicas e coletivas para a solução de problemas específicos, impulsionando a criatividade social, com aderência, plasticidade e pragmatismo com lugares específicos. Apoiar segmentos prioritários de grande capilaridade espacial ligados aos complexos de saúde e educação, habitação, saneamento, transporte urbano, recursos hídricos, energias renováveis, agricultura e processos produtivos de baixa intensidade de uso de recursos naturais e energia, dentre outros, é decisivo em países como o Brasil, que requerem redobrado esforço de inversão em serviços públicos de natureza social e coletivos, em utilidade pública, isto é, em Capital Básico Social e em atividades indiretamente produtivas. Deve

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fomentar tecnologias sociais que atendam demandas dos setores sociais mais necessitados, especialmente em temas como segurança alimentar e nutricional, energia, habitação, saúde, saneamento, meio ambiente, agricultura familiar, geração de emprego e renda, inserção de jovens. Além disso, é necessário enxertar implantes diversificadores, elos de cadeias e circuito de ofertas transformativas de situações cristalizadas nos espaços mais destituídos de direitos, realizando inversões pulverizadas densificadoras e enraizadoras de dinamismos, antes ocultos ou latentes e agora aptos a serem revelados por estratégias de planejamento territorial. Certamente a atuação na escala meso e microrregional, sob o comando da cidade média, seria importante, da mesma forma que as ações na extremidade escalar, no sítio, no evento, no espaço cotidiano, no lugar, “na ponta”, tornando-se decisiva tal atuação para o êxito ou fracasso dessas políticas. Nesse sentido, é importante identificar e qualificar os limites e as potencialidades de construção de estratégias de desenvolvimento que possam avançar maiores níveis de integração e coesão social, físico-territorial e econômica do país nos próximos anos, valorizando o trunfo de nossa diversidade e criatividade e a complexidade do nosso processo de urbanização. Seria preciso fortalecer a mobilidade socioespacial dos de baixo e lutar por fazer circular em quantidade e qualidade os meios coletivos e de cidadania contra-hegemônicos. O esforço de grande transformação da situação socioespacial brasileira deve ser articulado simultaneamente em variadas dimensões – tecnológica, produtiva, social etc. –, em várias escalas espaciais – no lugar, na micro, meso e macro região, e nos espaços nacional, continental e internacional –, coordenando diferentes níveis de governo – União, estados e municípios – e tendo por base múltiplas institucionalidades e diversificados sujeitos sociopolíticos. Deve-se pretender, com tais políticas, a “recomposição territorial” através da ação planejada; a reconstrução de espaços públicos e dos canais institucionalizados de participação e a criação de variadas arenas que possam aglutinar e dar vazão aos diferentes interesses. Vem dos ensinamentos do pensamento crítico latino-americano uma interessante visão de que o processo de desenvolvimento implica necessariamente um conjunto de mudanças materiais, sociais, simbólicas e mentais pelas quais o aparato de produção e reprodução de determinado país é

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articulado e acoplado à vida concreta de sua população, de tal modo que o aparelho econômico libere o produto que fique à serviço da população, ao invés de lhe ser alheio. Esta seria a “essência de desenvolvimento”, envolvendo simultaneamente as coesões econômica, espacial-territorial e social, garantindo a equidade das oportunidades, mas, sobretudo, a universalização dos direitos. Para sua construção, seria preciso avançar em ações sistêmicas que possam construir a aderência e a coerência entre o perfil produtivo e ocupacional, a base de interação espacial e a coesão social. Nesse sentido, o Brasil necessita construir estratégias e instituições capazes de conectar os canais de interação entre crescimento econômico, integração territorial, construção de cidadania social, ciência, tecnologia e inovação e aprimoramento de capacidades humanas emancipadoras. Só assim poderá romper a histórica e persistente marginalização da maior parte da população brasileira dos benefícios do progresso técnico e do acesso aos serviços sociais públicos coletivos básicos para a adequada construção da almejada homogeneização social, ainda mais nesta conjuntura de brutalidades e intolerâncias. A eterna dupla tarefa da nação brasileira – combater suas desigualdades e valorizar suas diversidades – nunca foi tão atual. Foi consagrado desde o texto do Plano Plurianual 2004/2007 a urgência em se transformar profundamente o padrão de oferta de bens e serviços e de provisão de infraestruturas sociais de utilidade pública. Com o Programa de Aceleração do Crescimento (PAC), em seu segmento Infraestrutura Social e Urbana – saneamento, habitação, metrôs, trens urbanos, universalização do programa Luz para Todos e recursos hídricos –, promoveram-se importantes inversões públicas e privadas, contudo, carentes de diálogo e coordenação entre elas. Poder-se-ia ter avançado em maior consistência e articulação das múltiplas interfaces entre: o Sistema Nacional de Fomento – Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (BNDES), a Caixa Econômica Federal (CEF), o Banco do Brasil (BB), o Banco do Nordeste (BNB) etc. –, o Sistema de Proteção e Provisão de Bem-Estar Social, o Sistema de Aprendizado/Educação/CT&I e o Sistema Nacional de Políticas Urbanas, Rurais e Regionais. O certo é que a mudança no Padrão de Oferta de Bens e Serviços tem potencialmente a possibilidade de reforçar os efeitos dinâmicos e sinérgicos entre estes sistemas – alguns deles ainda precários em sua estruturação. Como simples exemplos, dentre muitos outros de caráter sistêmico que poderiam ser lembrados: existia a possibilidade de ter articulado melhor suas políticas de CT&I e industriais em torno de

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equipamentos de monitoramento de água, de mobilidade urbana de massa, de saúde, de lazer, de cultura; era para ter se dado maior impulso às ações educativas, artísticas, de prevenção de doenças, pedagógicas-politizadoras; elas deveriam ter sido melhor articuladas através de postos e pontos de atendimento, eventos, utilização de espaços físicos como escolas, arenas e estádios de futebol, rádios comunitárias, emissoras públicas, clubes etc., em uma ação pública de indução massiva, catalisadora e integrada no terreno da vida cotidiana, a começar pelas áreas mais carentes dos espaços urbanos e rurais de cada região brasileira. Na verdade, esses exemplos e outros visam demonstrar que não deveria haver contradição, mas, antes, complementaridade, entre ações exigentes de tecnologias avançadas e de ponta e ações que reclamam antes tecnologias sociais e mobilização, ativismo e agito socioculturais. Propõe-se aqui formas emergenciais, um verdadeiro “tratamento de choque” na provisão de direitos, com adequadas quantidade e qualidade, que promovam a habilitação cidadã, com base na oferta incisiva, concentrada e enfeixada de bens e serviços de utilidade pública, enquanto meios de reprodução da vida social, infraestruturas sociais e meios de consumo-direitos coletivos, ou seja, instrumentos auxiliares na formação ampliada das forças e capacidades produtivas e criativas-emancipatórias humanas, que possam desatar e mobilizar ações universalizantes e de criação de patamar adequado de homogeneidade social, pela via da construção da habilitação e das inovações sociais e institucionais. Devem ser acionados, apoiados e articulados setores e segmentos prioritários de grande capilaridade espacial, ligados aos complexos de saúde, educação, habitação, saneamento, transporte urbano, recursos hídricos, energias renováveis, agricultura e processos produtivos de baixa intensidade de uso de recursos naturais e energia, dentre outros. As ações de indução pública e coletiva devem ultrapassar a simples lógica fragmentária, “setorialista” e compartimentada, promovendo a capacidade articuladora do tecido sócio-produtivo-territorial, ao lado de impulsionar os adequados engate e conexão de aparelhos produtivos localizados e a distribuição de riqueza e renda, habilitando e distribuindo territorialmente direitos sociais aos cidadãos. Essa ação de conjunto do Estado brasileiro deveria partir de uma visão de “não inventar a roda” – não propor, de início, nem novas políticas públicas, nem novas instituições etc. –, mas partir do que já se tem disponível – alguns ativos, capacitações e recursos ociosos ou latentes – em cada

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território: equipamentos, ações e iniciativas já existentes, identificação de lideranças, agentes de transformação e novas lógicas de participação etc. Seria importante utilizar institucionalidades já disponíveis e capacitá-las para a nova tarefa, por exemplo, os Centros de Referência da Assistência Social (CRAS). Antes de tudo, cabe construir um “efeito demonstração” da presença robusta e benfazeja do Estado no território – a população precisa sentir “de que lado estão os aparelhos estatais”! Esta ação deveria partir da própria Presidência da República, através de sua Secretaria-Geral. Em suma, é urgente prover o suporte adequado de bens e serviços públicos básicos, essenciais e coletivos, transformando o formato e as modalidades de chegada – com solidez, estabilidade e consistência – do Estado no território, com plasticidade e resiliência, no chão das práticas cotidianas e do imediato sensível, das experiências localizadas, no locus específico de reprodução social das “pessoas de carne e osso”. Urge realizar a provisão desses bens e serviços para a consolidação de uma sociedade de consumo e de direitos de massa, que logre acessar (territorialmente) plenamente direitos sociais e cidadania – saúde, educação, seguridade social, transporte urbano de alta densidade, moradia, saneamento, aprendizado etc. Do mesmo modo, é fundamental prover infraestruturas sociais que aperfeiçoem habilidades e propiciem habilitações. É preciso construir a atuação com alta efetividade do Estado brasileiro, por meio de institucionalidades, instrumentos e mecanismos que, capilarmente, difundam, concretizem e enraízem ações de Estado em todo o vasto território nacional. Operacionalmente, serão necessárias aproximações sucessivas e ingresso adequado no sítio para atingir apropriadamente o lugar (place) em que a atuação pública é mais necessária, sobretudo nas porções territoriais mais débeis. O lugar/cotidiano é a expressão do singular que precisa ser captada nas ações públicas emancipatórias e é o locus último da efetivação e da efetividade dessas ações. Os “estoques” e “fluxos” de bens, infraestruturas, funções e serviços, agentes de transformação dessas áreas, precisam ser identificados rapidamente. Pelo interior do Brasil, a rede de cidades médias deverá ser utilizada na implementação da estratégia, criando o supralocal – na hinterlândia do centro urbano intermediário. Nos grandes centros metropolitanos, deveria ser centrado em suas periferias e nas áreas mais densas demograficamente e com maior carência de equipamentos urbanos. Nos espaços rurais e regiões isoladas, a ação teria que guardar muitas especificidades. Deveria ser dada atenção especial às cidades pequenas e espaços

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rurais, distantes de outras cidades melhor equipadas, buscando-se atender as demandas por serviços sociais, mesmo que os contingentes populacionais sejam pouco expressivos. O certo é que as interurbanidades, inter-ruralidades e inter-institucionalidades precisam progredir em renovadas formas de sociabilidade e reciprocidades urbanas e rurais, que precisam ser acionadas e revolvidas, gerando Plataformas Territoriais de Articulação da Cidadania em todo o Brasil, em uma grande mobilização nacional cidadã, pedagógica e politizadora, neste momento dramático e reacionário da vida nacional. A cidade média, por apresentar “interações espaciais intensas, complexas, multidimensionais e marcadas pela multiescalaridade” (CORRÊA, 2007a, p. 30), poderia se constituir em privilegiada plataforma territorial de articulação da cidadania, em cada escala particular em que se encontra imersa.

Espaços e escalas para a provisão de bens e serviços coletivos Necessitamos partir de uma concepção da produção social do espaço. As interpretações conservadoras veem o espaço como receptáculo e abrigo de locação de atores-objetos e suas decisões individuais. O espaço é visto como uma plataforma homogênea harmoniosa e passiva, em um plano geométrico dado. O que é fruto de relações sociais aparece como relação entre objetos. Há uma coisificação do espaço. Ao contrário desta visão, na realidade concreta, o espaço é uma produção social contestada e disputada. É tradução e objetivação da divisão social do trabalho posta na sociedade. É ligadura e junção de confluências e conflitualidades de projetos em disputa de sujeitos sociopolíticos situados. É locus de embate de projetos alternativos rivais em confrontação e contraponto de representações, sentidos e significados sociais e políticos. É unidade privilegiada de reprodução social, encarnação de processos diversos e manifestação de conflitualidades. Portanto, construir uma visão crítica sobre a provisão de bens e serviços coletivos deveria ser algo posicionado em análises dos conflitos que se estruturam e das lutas que se travam em torno do ambiente construído socialmente. Devemos construir uma perspectiva que parta da cidade média e de seu plano escalar mesorregional para avançar no terreno para o

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plano escalar microrregional/supralocal/lugar/sítio. Tomando uma visão de escalas não em sua dimensão ordenada cartográfica-analógica-métrica, estática, mecanicista e geometral, mas como entidades inerentemente inexatas e dinâmicas, pois são inscritas e esculpidas em determinado espaço e erguidas ou erigidas, material e simbolicamente, em processos, por natureza, sociais, portando como locus em que a vida social é organizada e reproduzida dinamicamente. Para além de tomar a escala espacial como categoria e unidade de análise, recurso epistemológico e heurístico, a tomemos enquanto categoria da prática, plano discursivo e narrativa, campo e instrumento de projetos e estratégias de desenvolvimento que se encontram em disputa, enquanto encarnação concreta de relações sociais, histórica e geograficamente determinadas, de natureza eminentemente relacional, contestável, processual e contingente, passando a ser interpretada como locus e veículo in situ, através dos quais as relações socioespaciais se estruturam e operam. A discussão das escalas deve ser incorporada ao processo de planejamento. O território (e suas múltiplas escalas) pode cumprir o papel de locus e catalisador da articulação, da integração, da elaboração e da implementação da ação pública estruturante e pode, ainda, dar maior consistência a estratégias de desenvolvimento mais duráveis. Se se decide priorizar os centros regionais medianos, a questão da escala espacial de referência se torna decisiva. Segundo Corrêa (2007a, p. 26), “a cidade média deve ser pensada segundo uma dada escala espacial [somente] em relação à qual pode adquirir sentido”. Dever-se-ia, em uma ação ousada de planejamento, instituir um sistema de oferta de bens e serviços e a provisão de infraestruturas de utilidade pública, referente ao perfil produtivo e base de interação espacial, estabelecendo padrões de especialização dos territórios, que estruturam o plano escalar que vai do mesorregional e microrregional e atinge o local e seu supralocal imediato e se cristaliza no lugar, no sítio, no plano da vida cotidiana. A cidade média, enquanto lugar central com destacada posição relativa na hierarquia regional, poderia ser um foco de circulação, um nó de tráfego, com amplo alcance territorial na coordenação de ações estratégicas daquela provisão. O Brasil precisa romper com sua trajetória histórica perversa de ter construído persistentes privilégios para uma minoria e a destituição de

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direitos lato sensu e a marginalização da maior parte da sua população aos benefícios do progresso técnico e material e do acesso aos serviços sociais públicos básicos, o que travou a construção civilizatória de um mínimo de homogeneização social. O país montou, ao longo de sua história, um padrão perverso de desenvolvimento para o desfrute de 1/5 da sociedade, enquanto interditou os direitos plenos a esses benefícios por parte dos outros 4/5. Tal situação precisa ser revertida. Seria necessária uma política de provisão de bens e serviços coletivos realizada escalarmente naquele plano analítico proposto que transita do plano escalar dos polos urbanos principais, das cidades médias, articulando para cima, para baixo, com sua hinterlândia e no mesmo nível hierárquico.

Considerações finais Embora o Brasil tenha construído virtuosamente a articulação econômica, a integração dos mercados regionais e a unidade nacional, todo o processo se deu sob um pacto de dominação ultraconservador, antidemocrático e antipopular. Apesar de ter engendrado socioeconomias urbano-regionais e rurais bastante complexas e modernas, estas estiveram – e continuam estando – submetidas à estrutura política arcaica deste pacto, que soldou alianças políticas e um contrato social produtor de todas – e simultâneas – expressões de desigualdades. Acredito que o país tenha montado, talvez, a maior máquina de (re)produção de desigualdades do planeta. A expansão e a apropriação territoriais privatistas conformaram forças produtivas, mas também forças predativas muito potentes, marcadas pela “fuga para a frente”, com o privilégio da órbita da circulação dos capitais e o controle inabalável da propriedade (rural e urbana) fundiária que sempre costuraram as equações políticas e econômicas que produzem o espaço brasileiro. Na verdade, são forças totalitárias que, em sua extensividade e intensividade, dominam os espaços rurais, regionais e urbanos. Mesmo com a modernização urbanizada, não se consolidam legitimação e força política suficientes para romper o impasse da implementação de políticas sociais e habilitação pela educação e pela propriedade em sentido estratégico de longo prazo. O travamento do não acesso à educação, à propriedade e aos serviços públicos de qualidade destitui a maior parte da população brasileira dos

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direitos fundamentais da vida cidadã. Uma provisão com qualidade, que instale a habilitação cidadã, deveria ter por base os serviços de utilidade pública enquanto meios de reprodução, de consumo coletivo, ou seja, instrumentos auxiliares na formação ampliada das forças e capacidades produtivas e inovativas humanas que promovessem ações universalizantes e de criação de patamar adequado de homogeneidade social, pela via da construção de habilitação e das inovações sociais e institucionais. Tal ação incisiva nos territórios destituídos deveria ser pensada e executada desde dentro da rede urbana brasileira, engendrando as potencialidades de interconexão de suas principais aglomerações espaciais e assentamentos humanos, e tendo as cidades médias como estruturadoras, articuladoras e organizadoras do território, como um substrato ou plataforma sobre a qual aglutinariam e atuariam as políticas públicas da transformação emancipatória. É preciso averiguar recorrentemente as estruturas que conformam a interurbanidade, as relações e interações entre espaços sociourbanos e sua posição no concerto de uma divisão interurbana e intraurbana do trabalho social, conformando uma determinada sociabilidade urbana em variados planos e dimensões espaciais. Pensar dinamicamente a natureza das formas urbanas de organização social, a reprodução social da existência da vida material que se projeta no espaço urbano. Projeção que, por sua vez, se processa desde dentro da rede urbana e do sistema de cidades regionais, desde o espaço interno da cidade até sua hinterlândia. O princípio heurístico e analítico seria o da interurbanidade, capaz de demonstrar a posição em uma divisão interurbana e intraurbana do trabalho social, de revelar as formas de sociabilidade urbana em dado recorte espacial e as posições dos diversos espaços urbanos em uma relação hierárquica superior, e de averiguar as estruturas e hierarquias que conformam as relações e interações entre os diversificados espaços sociourbanos. Nesse plano, coloca-se ênfase nas articulações inter-setoriais desde dentro da rede urbana e com as diversas dinâmicas regional, rural e da urbanização em cada território, integrando a matriz de relações inter-setoriais com a matriz de relações interurbanas. A interurbanidade demonstra a posição em uma divisão interurbana e intraurbana do trabalho social, sendo assim, revela as formas de sociabilidade urbana em dado recorte espacial e as posições dos diversos espaços urbanos em uma relação hierárquica superior.

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O território deve ser o espaço-resultante, o imediato sensível, localizado, da implementação das políticas públicas eficazes. Serão necessárias aproximações sucessivas, a partir da cidade média, para o ingresso no sítio, para atingir adequadamente o lugar em que a atuação pública é mais necessária, sobretudo nas porções territoriais mais destituídas de direitos. Nesse contexto, impõe-se a necessidade de políticas consistentes de provisão de bens e serviços em seus espaços urbanos e regionais, utilizando-se o papel de nó estratégico das cidades médias, sobretudo aquelas dos mais carentes e com maior destituição de direitos e serviços coletivos. As transformações sociais dos últimos doze anos incorporaram aos mercados capitalistas – de consumo, de trabalho, de moradia etc. – milhões de famílias que antes faziam parte da histórica massa redundante e marginalizada do país. O momento atual de regressão social e política mexerá com estes processos que transformavam as unidades familiares. Uma pergunta central é: qual será a trajetória, no futuro próximo, nas dimensões material, simbólica, cultural e política dos que vinham sendo incluídos? O que esperar dessa nova dinâmica urbana de baixo crescimento, marcada por fragmentação social e despolitização? Como se desenrolará o conflito de classes nos espaços urbanos e regionais?

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Capítulo 6

Reindustrialização e transformações urbanas recentes na microrregião do Médio Vale do Paraíba fluminense e suas cidades médias Júlio Cláudio da Gama Bentes1

Introdução A microrregião do Médio Vale Paraíba fluminense, importante região industrial do estado do Rio de Janeiro, passa por uma intensa reestruturação produtiva e espacial, iniciada na década de 1990-2000, com a atração de novas indústrias – principalmente automotivas. As novas indústrias estão sendo implantadas com formas urbanas desconectadas dos tecidos consolidados (espaço intraurbano), que são características do processo de dispersão urbana. Essa reestruturação levou a modificações das relações sociais, econômicas e espaciais na microrregião. A rede rodoviária, como também as redes de comunicação, ganharam maior destaque e são parte do cotidiano regional dos moradores dessa microrregião. A microrregião do Vale do Paraíba fluminense situa-se no terço médio da bacia hidrográfica do rio Paraíba do Sul2 (Figura 1) e possui localização estratégica, interna ao triângulo cujos vértices são as mais importantes capitais do país – São Paulo, Rio de Janeiro e Belo Horizonte, grandes centros consumidores e acumuladores de capital.

Doutor em Arquitetura e Urbanismo pela USP. Laboratório de Estudos sobre Urbanização, Arquitetura e Preservação - LAP, Faculdade de Arquitetura e Urbanismo da Universidade de São Paulo - FAU/USP. 2 Esta bacia hidrográfica está localizada no bioma da Mata Atlântica e é conformada ao norte pela Serra da Mantiqueira e ao sul pela Serra do Mar, divisores de águas da bacia.

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Figura 1. Bacia Hidrográfica do Rio Paraíba do Sul (mancha laranja), que ocupa parte dos territórios dos estados de São Paulo, Rio de Janeiro e Minas Gerais.

Obs: A microrregião do Médio Vale Paraíba fluminense está destacada. Fonte: CEIVAP - Disponível em: . Acesso em: 10 maio 2014.

Essa microrregião possui área de 3.828.702 Km2 e população de 680 mil habitantes segundo o Censo de 2010, sendo formada por nove municípios (Figura 2), três deles cidades médias: Volta Redonda, com população de 257,8 mil habitantes em 2010; Barra Mansa, com 177,8 mil; Resende, com 119,7 mil habitantes.

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Figura 2. Mapa do estado do Rio de Janeiro com a microrregião do Vale do Paraíba fluminense em destaque.

Obs: Ao lado, os municípios do Vale do Paraíba fluminense. Fonte dos mapas: Wikipédia.

Essa microrregião fluminense é atravessada longitudinalmente pela principal rodovia do país, a Presidente Dutra (BR-116), como também pela antiga Estrada de Ferro Central do Brasil. Ambas conectam as metrópoles de São Paulo e do Rio de Janeiro. Esta rodovia e seus acessos viários estruturam as formas urbanas dispersas que estão sendo implantadas na região. O trabalho tem como objetivo estudar a reestruturação produtiva e espacial em curso na microrregião do Vale do Paraíba fluminense, analisando sua reindustrialização e as subsequentes transformações urbanas que envolvem atividades e formas dispersas, impactando suas três cidades médias e demais municípios. O Vale do Paraíba fluminense distingue-se por seu ciclo industrial, iniciado nos anos 1930-40 na Era Vargas. Esse ciclo – fordista – tem como marco a Companhia Siderúrgica Nacional (CSN), criada em 1941 pelo Estado brasileiro e instalada no então distrito de Volta Redonda (pertencente à Barra Mansa). Essa empresa assegurou em definitivo a industrialização do país. Com a industrialização fordista, essa microrregião teve um forte e acelerado crescimento populacional, urbanizando-se. O conjunto fordista CSNVolta Redonda era uma verdadeira company-town que polarizava a região

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e centralizava o seu desenvolvimento. Esse conjunto caracterizava-se espacialmente por suas formas urbanas concentradas. A rápida expansão urbana motivada pela industrialização fez com que, ainda nos anos 1960-70, os municípios de Volta Redonda e Barra Mansa ultrapassassem, cada, os cem mil habitantes, formando uma conurbação (BENTES, 2008). Resende só alcançou este número na década de 1990-2000. As duas primeiras cidades médias concentravam a industrialização, além das atividades de comércio e de serviços com melhor qualidade na microrregião. A adoção do modelo neoliberal e de suas medidas de ajuste econômico pelo governo brasileiro, no início dos anos 1990-2000, levou a profundas transformações na economia, nas atividades produtivas e nas relações trabalhistas, com a consequente reestruturação dos espaços urbanos. A CSN foi privatizada em 1993, o que gerou significativos efeitos sobre a microrregião e seu território. Essa região passou por uma forte crise social e econômica pós-privatização, o que levou a demissões em diversas atividades econômicas, além da desarticulação e fechamento dos fornecedores locais da CSN. Como metodologia da pesquisa, o estudo teórico-conceitual e a análise do espaço urbano-regional foram as principais estratégias para identificar e examinar as mudanças em curso e seus rebatimentos espaciais na microrregião. Foram realizados trabalhos de campo para documentar o processo de dispersão urbana. Observaram-se as formas urbanas e atividades dispersas, além da circulação e modos de vida regionais. A reunião e confrontação dos elementos teóricos e empíricos possibilitaram a elaboração de análises para compreensão mais ampla dos fenômenos em curso, com reflexões sobre a reindustrialização e as transformações urbanas recentes, envolvendo o processo de urbanização dispersa.

A reestruturação produtiva e espacial com a reindustrialização da microrregião Na década de 1990-2000, teve início a reestruturação produtiva e espacial da microrregião do Vale do Paraíba fluminense, após a privatização e reorganização da CSN. A região começou a se reindustrializar com a instalação de novas plantas fabris, relacionadas principalmente ao setor metalomecânico, que inclui a indústria automobilística. Os novos empreendimentos foram implantados de maneira dispersa pelo território regional.

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O processo de dispersão urbana, conforme as definições elaboradas por Reis (2006), ocorre com a formação de áreas cuja urbanização se estende por um vasto território, com núcleos urbanos separados no espaço por vazios intersticiais, mas que mantêm vínculos estreitos entre si, formando um único sistema urbano. A população passa a adotar novos modos de vida, com maior mobilidade, o que possibilita a organização da vida cotidiana na escala metropolitana ou intermetropolitana e regional, abrangendo vários municípios. Ainda segundo esse autor, o modo de vida metropolitano leva ao que este denominou de “regionalização do cotidiano”. Com a urbanização dispersa, em curso nessa microrregião, ocorre o esgarçamento do tecido urbano, com a formação de novos núcleos de diferentes dimensões na região, interligados pelas redes viária e de comunicação. Novos empreendimentos são implantados desarticulados dos tecidos urbanos tradicionais dos municípios (espaços intraurbanos), com infraestrutura e urbanização desconectadas – dispersas no território regional. Em 1994, o governo do estado do Rio de Janeiro e a Prefeitura de Resende iniciaram negociações com a Volkswagen (VW, atual MAN), que havia anunciado a intenção de instalar no Brasil sua fábrica mundial de ônibus e caminhões. Segundo os sociólogos José Ramalho e Marco Santana (2002), a empresa elaborou um extenso formulário e enviou a diversos municípios – configurando-se, portanto, em um verdadeiro processo seletivo –, primeiro separando 100, depois 40, 15 e, ao final da competição, reduzindo-se a duas cidades médias: Resende e São Carlos (SP)3. No ambiente econômico e político altamente competitivo da época, a instalação da Volkswagen em Resende (Figura 3) foi um marco importante para a recuperação da condição industrial do Vale do Paraíba fluminense, possibilitando, ao mesmo tempo, segundo Lima (2006), a reinserção dessa região no movimento econômico e produtivo do país. Os fatores decisivos dessa negociação não foram apenas técnicos, mas também políticos. O município de Resende acabou tendo um papel secundário na negociação, cabendo ao governo estadual a negociação política e a oferta de incentivos e benefícios econômicos, que foram articulados com o Governo Federal, como o financiamento pelo BNDES. Os governos estadual e municipal ofereceram à empresa uma série de recursos: incentivos fiscais,

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Esta cidade paulista recebeu a fábrica de motores da Volkswagen, inaugurada em 1996.

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com a isenção total de impostos estaduais por 10 anos; liberação de impostos municipais e da taxa de água por 15 anos; instalação de infraestrutura viária; melhoria dos portos para exportação; qualificação da mão de obra, entre outros. Além disso, o Grupo Porto Real (privado) propôs doar um terreno de 200 ha sem qualquer contrapartida. Dessa forma, Resende conseguiu vencer a disputa pela fábrica da VW (LIMA, 2006; OLIVEIRA, 2008). Neste ínterim, simultaneamente ao anúncio oficial da instalação da fábrica da VW em Resende, feito pelo Estado em 1995, surgiu o movimento pela emancipação do então distrito de Porto Real4. Para o sociólogo Raphael Lima (2006), a negociação para a implantação da VW e as possibilidades de crescimento econômico advindas desta indústria tiveram um papel essencial para a separação de Porto Real, com a emancipação fazendo parte do jogo político e dos interesses dos atores regionais. A localização da fábrica serviu de “moeda de troca” (RAMALHO; SANTANA, 2002), com a indústria permanecendo no município de Resende desde que fosse aceita a separação de Porto Real. Assim foi feito, trocando-se a fábrica da Volkswagen pela emancipação5. Dessa forma concretizou-se a separação, alterando-se o perímetro de Porto Real, com o futuro município abrindo mão de parte de seu território, 90 ha, e sendo mantido em Resende o terreno para a instalação da fábrica da VW6. Com sua independência, Porto Real iniciou uma estratégica e agressiva política de atração de investimentos, tornando-se um dos municípios que mais recebe recursos no estado (LIMA, 2006). Isso levou à rápida modernização do seu parque industrial, com a diversificação das atividades. Com isso, alterou-se significativamente o perfil econômico do município, onde predominava a atividade rural até 1996, quando se destacava a pecuária leiteira.

O desejo de autonomia de Porto Real vem desde a década de 1960-70, quando do primeiro desenvolvimento industrial de Resende, período em que as indústrias químico-farmacêuticas começaram a ser instaladas às margens da Rodovia Presidente Dutra (LIMA, 2006). 5 A emancipação foi confirmada em 05 de novembro de 1995, com o novo município sendo estabelecido em 28 de dezembro do mesmo ano. Em 1996 foram realizadas as eleições municipais. 6 O limite original do distrito, que era o Rio Paraíba do Sul (que contorna Porto Real), foi modificado e deslocado para a estrada que separa as plantas industriais da VW (Resende) e posteriormente da PSA Peugeot-Citroën (Porto Real). O município de Porto Real tem uma área de 50,7 km2.

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Figura 3. Vista aérea da fábrica da Volkswagen em Resende, atual MAN Latin America. Sem data.

Fonte: Site BMB Mode Center. Disponível em: . Acesso em: 01 maio 2014.

A Prefeitura de Porto Real, no seu primeiro ano de funcionamento em 1997, conseguiu a instalação da fábrica da Guardian – grande empresa norte-americana de fabricação de vidros planos –, que também foi implantada de maneira dispersa no território, com a planta industrial inaugurada em 1998. A empresa beneficiou-se de recursos oriundos de fundos de investimentos públicos, além de incentivos fiscais e a doação de terrenos. No mesmo ano, o grupo francês PSA Peugeot-Citroën decidiu instalar sua fábrica no país. Porto Real deflagrou uma “campanha” para a implantação do polo metalomecânico, pois já contava com a base logística instalada para a VW, com a PSA constituindo-se na primeira fábrica de automóveis do estado do Rio de Janeiro. Os mecanismos de atração dessa indústria foram basicamente os mesmos utilizados com a Volkswagen. Junto com a in-

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dústria, foram implantados ao redor da fábrica diversos fornecedores, no chamado Tecnopolo I, que posteriormente foi ampliado com o Tecnopolo II. As instituições municipais e estaduais voltadas para o desenvolvimento econômico atuaram na criação do polo metalomecânico, através de legislações e mecanismos de incentivos a investimentos na região, orientando o crescimento econômico e a geração de empregos. Em 1999 foi inaugurada a planta da GalvaSud (atual CSN Porto Real)7, produzindo bobinas de aço galvanizado para abastecer, principalmente, as indústrias automotivas instaladas na microrregião e nos estados de São Paulo, Minas Gerais e Paraná, além do Mercosul. Com a implantação dessas indústrias, a arrecadação de impostos em Porto Real cresceu significativamente, mesmo com todos os incentivos fiscais concedidos às indústrias. Entre 2007 e 2012, o crescimento da arrecadação de ICMS foi de 132%. Entre 2001, início do funcionamento da PSA, e 2003, o crescimento do PIB de Porto Real foi de 1.300%, superior a qualquer município fluminense, segundo Lima (2006). O PIB do município em 2010 foi de 4,82 bilhões de reais, sendo o 6o maior PIB per capita do país e o maior do estado do Rio de Janeiro, com 290.834 reais por habitante8. O município de Resende, cidade média que sofreu um grande impacto com as perdas do antigo distrito de Porto Real e dos seus respectivos investimentos, buscou atrair novos empreendimentos em diferentes áreas da cidade. A Votorantim Siderurgia (2009)9, instalada no oeste do município, tem sua produção de aços longos10 agregada à da antiga Siderúrgica Barra Mansa, do mesmo grupo empresarial e que localiza-se na cidade média homônima. Foi também instalada a fábrica de automóveis da nipo-francesa Nissan (2014), próxima ao polo de Porto Real (leste), e que tem sua produção assoEssa empresa foi criada como uma joint venture entre a CSN e o grupo alemão ThyssenKrupp, sendo totalmente adquirida pela CSN em 2003 (LIMA, 2006). 8 Dados tabulados a partir de informações do Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE) e do Centro Estadual de Estatísticas, Pesquisas e Formação de Servidores Públicos do Rio de Janeiro (CEPERJ). Ranking do PIB per capita e avanço do ICMS foram obtidos a partir da reportagem “Porto Real tem o melhor PIB per capita”, do Diário do Vale, publicada em 26 dez. 2013. Disponível em: . Acesso em: 01 maio 2014. 9 As datas entre parênteses referem-se ao ano de inauguração. 10 Produtos voltados principalmente para a construção civil e mecânica: vergalhões, barras, fio-máquinas e perfis. 7

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ciada com a linha de montagem instalada na planta industrial da Renault em São José dos Pinhais (PR). Em Itatiaia, município que também se emancipou de Resende, em 1988, ocorreu a expansão da fábrica de pneus da francesa Michelin (2012), seguida pela instalação da indústria de máquinas pesadas sul-coreana Hyundai (2013), em parceria com a BMC Brasil Máquinas. Essas plantas fabris estão localizadas no polo industrial desse município, entre o tecido intraurbano de Itatiaia e Resende, às margens da Via Dutra e a menos de 20 Km da divisa com o estado de São Paulo. Este é o único polo industrial da região que tem acesso ferroviário, sendo prevista a construção de um terminal rodoferroviário. Além dessas indústrias, esse polo conta com um centro de logística e distribuição da Procter & Gamble (2010). Em 2013 foi anunciada a construção da indústria de automóveis britânica Jaguar Land Rover em Itatiaia. A concorrência envolveu oito estados, tendo como fatores decisivos para a escolha do município a presença de fornecedores na região e a proximidade dos principais mercados consumidores brasileiros, com a possibilidade de atender a América Latina. As transformações que levaram à reindustrialização do Vale do Paraíba fluminense só foram possíveis a partir da adoção por parte do governo brasileiro da política neoliberal, no início da década de 1990-2000. Foi implementado um conjunto de medidas macroeconômicas, formuladas por organismos internacionais, que tinham como objetivo promover políticas de ajuste econômico e social com a realização de reformas estruturais, justificadas pela necessidade de restabelecer a competitividade e o crescimento do país. Isso resultou em profundas modificações institucionais, com o Estado diminuindo drasticamente sua participação e desregulamentando a economia, retirando-se em grande parte do processo produtivo, abrindo o mercado nacional e privatizando empresas – como a CSN. Foram reduzidos os investimentos estatais em desenvolvimento, em especial na infraestrutura, transferindo-os, em sua maioria, para a iniciativa privada, atraindo ainda investimentos estrangeiros. Com isso, alterou-se a organização e a localização da produção no Brasil. Esse fato, associado à globalização – com a ampliação dos mercados consumidores, maior intercâmbio de produtos e serviços entre países, acirramento da concorrência – e aos movimentos de emancipações muni-

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cipais, a partir da Constituição Federal de 198811, teve como consequência a “guerra fiscal”, com estados e municípios buscando atrair diretamente investimentos externos. Essas alterações influíram no processo de urbanização, com a reestruturação dos espaços urbanos. Nessa conjuntura, foi criado pelo governo brasileiro, em 1994, o “Novo Regime Automotivo”12, que, associado ao acirramento da “guerra fiscal” no começo dos anos 1990-2000, possibilitou o início da reindustrialização do Vale do Paraíba fluminense. Esse regime automotivo propiciou a reformulação do setor ao longo dessa década13. O mercado nacional foi aberto aos produtos estrangeiros e foram criados incentivos por parte dos governos federal, estaduais e municipais, de maneira a estimular os investimentos fora das áreas que já concentravam tradicionalmente a produção de veículos (RAMALHO; SANTANA, 2002). Assim, teve início no Brasil o redesenho geográfico dos investimentos e plantas industriais automotivas, que passaram a ser instaladas em municípios que, na maioria dos casos, não tinham tradição deste tipo de indústria, gerando a mencionada “guerra” por vantagens para atrair as montadoras (RAMALHO, 2006)14. As indústrias automotivas instaladas no Vale do Paraíba fluminense valeram-se da lógica de incentivos fiscais, buscando isenções de impostos

Essa constituição de caráter municipalista permitiu a criação de diversos municípios durante a década de 1990-2000, o que fragmentou politicamente o território. Ela possibilitou ainda um maior repasse de verbas do Governo Federal para os municípios, utilizando o Fundo de Participação dos Municípios (FPM), em que os repasses dos recursos são feitos em patamares conforme o tamanho da população. Assim, com os repasses garantidos do FPM, os municípios podem abrir mão dos impostos, ou parte desses, em troca da instalação dos empreendimentos. 12 Esse regime, criado com o Plano Real, tinha como objetivos: manter em funcionamento as grandes montadoras existentes no país; reestruturar as empresas brasileiras do setor; atrair novas montadoras e marcas, estimulando a instalação de novas plantas industriais no país; consolidar o Mercosul e reforçar o papel de liderança do Brasil na região (RAMALHO, 2006). 13 Segundo Ramalho e Santana (2006), a reestruturação desse setor deve-se à longa crise e à recessão econômica no mercado interno brasileiro, associada ainda à entrada de concorrentes estrangeiros no país e ao lento abandono da política de substituição das importações, ocorrido no final dos anos 1980-90 e no começo da década seguinte. 14 Anteriormente, as montadoras automotivas, presentes no país desde os anos 1950-60, estavam concentradas no estado de São Paulo – principalmente nos municípios do ABC Paulista e no Vale do Paraíba paulista. 11

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e vantagens logísticas, como observado anteriormente. A “guerra fiscal” ocorreu inclusive entre municípios da mesma região, envolvendo mais diretamente as cidades médias de Volta Redonda e Resende, além dos antigos distritos de Porto Real e Itatiaia. Com isso, cada nova possibilidade de investimento na microrregião, seja privado ou público, cria grandes expectativas de desenvolvimento e provoca a disputa entre os municípios, o que não favorece a integração regional. Foram também decisivos para a reindustrialização da região a preexistência da indústria, com a garantia de fornecimento de aço pela CSN, então recém-privatizada, e de uma cultura industrial. Contribuiu ainda para isto o início da operação privada da Rodovia Presidente Dutra, através de concessão em 1996. Com o aquecimento da economia e, principalmente, do consumo no Brasil, ocorrido no final da década passada (2000-2010), mais indústrias e empreendimentos dispersos surgiram no Vale do Paraíba fluminense. No caso das indústrias automobilísticas, pesou na decisão de instalação das novas fábricas o estabelecimento pelo Governo Federal de um novo regime automotivo chamado de “Inovar-Auto”, que entrou em vigor no começo de 2013 e valerá até 2017. Esse regime aumentou o IPI15 para veículos importados e com menos de 65% de conteúdo nacional, visando estimular a implantação de fábricas automotivas no Brasil. Com isso, além das novas indústrias destacadas anteriormente, foram anunciados, em 2011, investimentos na ampliação das fábricas da MAN (anteriormente VW)16 e da PSA17, com conclusão prevista para 2016, como também a diversificação das atividades industriais na microrregião. As indústrias instaladas no Vale do Paraíba fluminense a partir da década de 1990-2000 são parte da “nova geografia industrial”, como definida por Castells e Hall (2001). Esses autores entendem que nenhum país pode prosperar sem certo nível de conexão com as fontes de inovação e produção, e que o impulso para a construção de novos espaços industriais produz uma onda de reindustrialização mundial, que vai contra os mitos do pós-industrialismo. A nova geografia industrial vincula-se à nova econoImposto sobre Produtos Industrializados. A MAN Latin America adquiriu em 2009 a VW Caminhões e Ônibus e ambas pertencem ao mesmo grupo empresarial. 17 Investimentos de 1 bilhão de reais na MAN e 3,7 bilhões na PSA. 15 16

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mia global e informacional, ao processo de globalização, informatização e comunicação. Na microrregião, as fábricas instaladas configuram um novo espaço industrial – que envolve alterações nos padrões de produção e de localização industrial (como observado anteriormente) –, seguindo a lógica espacial do espaço de fluxos, como conceituado por Manuel Castells (2012). O espaço de fluxos é o suporte material das práticas sociais simultâneas e dominantes na sociedade pós-moderna, que são comunicadas à distância. Ele possui uma nova lógica espacial – dominante –, que está se traduzindo na manifestação espacial do poder que é preponderante na sociedade em rede (contemporânea) e que resulta em novas formas espaciais. Como observado por Michael Storper (1990), a substituição do antigo sistema tecnológico e institucional fordista pelo regime de flexibilidade da produção introduz um conjunto de novas realidades. Este conjunto configura o novo desenvolvimento econômico regional e uma nova forma da urbanização, como está sendo observado no Vale do Paraíba fluminense. As novas indústrias instaladas na região, com características do período atual pós-fordista, já foram planejadas e implantadas com base nesses princípios da economia informacional e global, com suas linhas de montagem projetadas no regime de produção flexível, modular, envolvendo processos inovadores de produção e gestão, como o sistema just in time. Nessa forma de produção, são adotados novos vínculos com os fornecedores – instalados dentro da planta industrial e operando diretamente na linha de produção –, alterando-se ainda as relações de trabalho. O processo de flexibilização da produção e das relações de trabalho nas indústrias automotivas da microrregião é simultâneo à reorganização mundial desse setor industrial. A produção flexível e sua lógica de implementação espacial, com base no espaço de fluxos, possibilitam a diminuição da polarização espacial global do desenvolvimento industrial, incentivando a multiplicação de polos de crescimento industrial. De modo concomitante, os meios de inovação industrial de alta tecnologia e dos setores industriais que seguiram em direção à flexibilidade da produção levaram ao ressurgimento do fenômeno dos polos e distritos industriais, segundo Storper (1990). Assim, as novas indústrias implantadas nos municípios de Resende, Porto Real e Itatiaia seguem a tendência de se concentrarem geograficamente em polos industriais, com o objetivo de reduzir custos e gerar maior

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produtividade. Esse agrupamento de empresas e indústrias facilita o encadeamento com as demais empresas e fornecedores, proporcionando ainda a reunião de mão de obra e de suprimentos. Isso permite maior rotatividade de estoques e de produção, bem como a redução de custos na contratação e treinamento da mão de obra e ainda a socialização dos empregados (STORPER, 1990). As novas fábricas instaladas na microrregião, como também as de seus fornecedores locais, foram e estão sendo implantadas com formas urbanas dispersas no espaço regional, gerando por aglutinação, ao longo do tempo, centralidades com os polos industriais. A concentração e ligação das estruturas industriais urbano-regionais ajudam na maximização do acesso ao contexto cultural e informacional dos sistemas de produção, tendo como características comuns funcionarem como nós, que articulam diferentes redes com intensivas interações: empresariais, de pesquisa, industriais (produção), acadêmicas, entre outras. Essas plantas industriais e os polos em que estão instaladas apresentam características de não lugares, como definido por Marc Augé (1994), que são pontos de não permanência e transitórios, conectados pela Via Dutra e seus acessos. Caracterizam-se como espaços abstratos, em que não se criam laços sociais e afetivos profundos e duradouros. O aumento no número de fábricas automotivas na microrregião fez com que o conjunto dos municípios de Resende, Itatiaia e Porto Real fosse apelidado de RIP ou ABC Fluminense, em alusão ao ABC Paulista. O nível de inovação nas indústrias do Vale do Paraíba fluminense é, em sua maioria, secundário, pois os departamentos de pesquisa e projeto presentes nessas fábricas estão conectados globalmente em redes próprias, comandadas por suas matrizes. Nas indústrias da microrregião são realizadas pesquisas para a regionalização de produtos, adequando-os aos mercados brasileiro e latino-americano e, em alguns casos, criando-se produtos regionais. Porém, há exceções, como o “consórcio modular”, implantado pela Volkswagen na sua fábrica de ônibus e caminhões em Resende nos anos 1990-2000. Esta planta industrial foi considerada, à época, uma inovação mundial na forma de organização da produção, com a divisão de trabalho dentro da planta industrial. Nesse modelo de fabricação, a flexibilização chegou ao extremo, tornados os fornecedores parceiros no projeto e na construção dos caminhões, com a participação direta na montagem dos

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veículos e sendo responsáveis pela fabricação. Posteriormente, até o controle de qualidade passou a ser terceirizado. A cadeia de fornecedores sofreu uma mudança radical. Isso inclui, além da divisão de tarefas na montagem dos veículos, a repartição de investimentos, custos, responsabilidades e riscos. Isso alterou também as relações de trabalho, normatizando os padrões de remuneração e benefícios entre os funcionários dos parceiros do consórcio modular. No entanto, a participação dos trabalhadores no funcionamento da fábrica não apresentou inovações com o consórcio modular, diferente do que ocorreu com a organização produtiva. Outro exemplo de inovação foi o projeto da picape Peugeot Hoggar, veículo desenvolvido inteiramente no Brasil, no interior da fábrica da PSA em Porto Real. Esta empresa possui um centro de pesquisa em um edifício à parte, dentro do sítio industrial, e estabeleceu parcerias com universidades fluminenses e paulistas, neste último caso com apoio da Fundação de Amparo à Pesquisa do Estado de São Paulo (FAPESP). As indústrias instaladas na região são integrantes de um sistema global de produção flexível, sendo partes interdependentes dos meios de inovação espalhados por todo o planeta, aumentando ainda mais as sinergias produtivas de maneira a obter maior produtividade e competitividade. Essas fábricas estão articuladas em redes com outros polos industriais mundiais, compartilhando e racionalizando a produção, incluindo as demais fábricas do mesmo grupo empresarial – localizadas no Brasil ou em outros países –, e ainda os fornecedores – instalados localmente no interior ou ao redor das plantas industriais, como também espalhados pelo globo. Já a direção nacional e os departamentos de compras, vendas e marketing dessas empresas industriais estão localizados majoritariamente em São Paulo, e de lá reportam-se às suas matrizes nos países de origem, no caso das multinacionais. Dessa forma, as indústrias dispersas instaladas na microrregião mantêm vínculos estreitos com a metrópole paulista, que, no caso brasileiro, exerce a função de comando nacional e continental, como observado por Santos (1993) e Sposito (2007). Essas relações de interdependência global podem ser exemplificadas a partir do caso da PSA18, que, além da fábrica em Porto Real, possui duas

O total de veículos fabricados nas duas plantas é de 253.048, sendo 115.302 na fábrica argentina. Dados de 2013. Fonte: Sites PSA Brasil e Argentina.

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outras na Argentina – em El Palomar (veículos), na Região Metropolitana de Buenos Aires (RMBA), e em Jeppener (motores e componentes), próxima a essa região metropolitana. Os modelos de veículos e motores produzidos no Brasil são diferentes dos fabricados na Argentina, com as linhas de produção sendo complementares. Sua sede latino-americana está localizada na cidade de São Paulo. A mão de obra para as novas indústrias foi recrutada, em sua maioria, na própria região. Como nos revela Ramalho (2006), para a instalação da nova fábrica, a VW realizou uma pesquisa na região para adaptar seus salários aos existentes no Vale do Paraíba fluminense, de modo a não “inflacionar” o mercado. A possibilidade de menores salários e a presença de sindicatos fracos foram considerados também como fatores positivos para a implantação das novas fábricas fora do estado de São Paulo, sobretudo pela ação sindical no ABC Paulista ser forte. Com a chegada das novas indústrias, criou-se uma grande expectativa quanto à oferta de empregos. Tanto em Resende quanto em Porto Real, as demandas de trabalho foram crescentes, mas não na quantidade imaginada pela sociedade local e anunciada pelos políticos, então acostumados com o modelo fordista do antigo conjunto CSN-Volta Redonda estatal. Como as novas indústrias já surgiram estruturadas pela produção flexível, não geraram um grande número de empregos diretos, por não necessitarem de mão de obra intensiva. O bom nível de escolaridade na região deve-se à presença de escolas técnicas profissionalizantes em suas cidades médias. Em Volta Redonda destaca-se a Escola Técnica Pandiá Calógeras (ETPC), fundada em 1944 para a formação dos filhos de operários da siderúrgica e dirigida até hoje pela CSN, que oferece diversos cursos técnicos em atividades relacionadas com a indústria. Em Resende encontra-se a Academia Militar das Agulhas Negras (AMAN). Além disso, aumentou-se a oferta dos cursos de nível superior na região, com a instalação de um polo da Universidade do Estado do Rio de Janeiro (UERJ) em Resende, implantado nas edificações da antiga fábrica da Kodak (2001). O campus Regional de Resende19 está localizado no polo Nesse campus está instalada a Faculdade de Tecnologia (FAT) e são oferecidos os cursos de graduação e pós-graduação em Engenharia de Produção, de acordo com a crescente instalação de indústrias no Vale do Paraíba fluminense.

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industrial do município e é acessado diretamente pela Via Dutra, desconectado do espaço intraurbano e sendo um exemplo de dispersão urbana não industrial. Em Volta Redonda, o tradicional polo da Escola de Engenharia Metalúrgica da Universidade Federal Fluminense (UFF) foi ampliado, oferecendo diversos cursos20. Os municípios da região contam ainda com muitas universidades particulares21. Os cursos oferecidos estão relacionados, em sua maioria, às necessidades industriais da região.

Outras atividades dispersas, modos de vida e mobilidade regional Na reestruturação produtiva e espacial em curso no Vale do Paraíba fluminense, com a reindustrialização e dispersão urbana, os empreendimentos industriais funcionam como catalisadores do processo de ocupação e organização do território regional, como observado anteriormente. Essas indústrias, por atraírem mão de obra qualificada e com salários mais elevados, característicos da atividade industrial, possuem o efeito de atração e multiplicação das atividades comerciais, de serviços e residenciais na microrregião, gerando, inclusive, novas centralidades. Essas atividades também são articuladas pela lógica do espaço de fluxos e apresentam características do processo de dispersão urbana. Dessa forma, a reestruturação produtiva da região levou ao aumento da demanda por casas e apartamentos, melhores restaurantes, comércios e serviços espalhados pelo território regional, como shopping centers, hipermercados, hotéis para executivos, centros empresariais e educacionais. Com isso, são gerados também novos empregos nos setores da constru-

20 O Polo Universitário de Volta Redonda da UFF possui três unidades: Instituto de Ciências Humanas e Sociais; Escola de Engenharia Industrial e Metalúrgica; Instituto de Ciências Exatas. Nessas unidades são oferecidos curso de graduação em diferentes áreas da Engenharia, além de Física, Matemática, Química, Administração, Ciências Contábeis, Direito e Psicologia; e de pós-graduação em Engenharia Metalúrgica, Modelagem Computacional e Administração. 21 A maioria dos cursos das universidades particulares é oferecida no período noturno, muito frequentados por trabalhadores industriais, facilmente perceptíveis pelos uniformes de trabalho.

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ção civil e de serviços, inclusive em atividades turísticas. No entanto, os trabalhadores menos qualificados da região são subcontratados ou estão em atividades que não necessitam de especialização. Os novos equipamentos urbanos localizam-se principalmente nas cidades médias, ao longo das redes, em vias e linhas conectoras dos espaços de fluxos, como a Rodovia Presidente Dutra e os acessos viários aos municípios. Eles estão voltados tanto para o atendimento aos moradores do município-sede quanto aos da região e aos que estão de passagem, com implantações desarticuladas do tecido urbano tradicional (espaço intraurbano). Em Volta Redonda, cidade média mais populosa da microrregião, esses equipamentos foram instalados na área de expansão urbana ao sul de seu território, em seu principal acesso viário (Rodovia dos Metalúrgicos). Há três hipermercados, além de condomínios e loteamentos. Recentemente foi anunciada a construção do Shopping Park Sul, empreendimento comercial de grande porte com múltiplos usos. Esse município já conta com o Sider Shopping (1989), shopping de médio porte localizado na Vila Santa Cecília (antiga Vila Operária da CSN). Em Resende, foi instalado no entroncamento entre a Via Dutra e o principal acesso viário ao município um hipermercado (Spani – 2008) e posteriormente construído o shopping center da rede fluminense PátioMix (2011), de médio porte e com usos múltiplos. Eles formam conjuntamente uma centralidade comercial. A empresa francesa Accor anunciou em 2013 a construção na microrregião de quatro hotéis da bandeira Ibis, rede hoteleira de baixo custo já presente em São Paulo e no Vale do Paraíba paulista. Esses empreendimentos serão construídos nas cidades médias, junto à Rodovia Presidente Dutra ou em acessos viários, o que ajudará a suprir a carência de hotéis na região. Além desses, há diferentes equipamentos urbanos dispersos, como o Hospital da Unimed (2009) em Volta Redonda, que tem médio porte e alta complexidade de atendimentos, e o Hospital Regional do Médio Paraíba, localizado no entroncamento da Via Dutra com o acesso à cidade. Esse hospital está sendo edificado pelo município (com recursos estaduais) e será de alta complexidade, atendendo aos 12 municípios (âmbito maior que o da microrregião) que formam o Consórcio Intermunicipal de Saúde do Médio Paraíba (CISMEPA). Com isso, pretende-se diminuir a lotação dos hospitais existentes no espaço intraurbano de Volta Redonda.

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Também em Volta Redonda está prevista a construção do Aeroporto Regional do Vale do Aço, articulado com o novo terminal rodoviário interestadual e tendo acesso à Via Dutra. Em Resende, a partir da reindustrialização, teve início uma forte expansão urbana no oeste do município. Surgiu uma série de loteamentos com casas autoconstruídas e conjuntos habitacionais para as classes de renda média-baixa e baixa, na região conhecida como “Grande Alegria”. As áreas de dispersão urbana de baixa renda no oeste desse município estão, em sua maioria, em terrenos planos, enquanto os loteamentos e condomínios voltados para o atendimento das faixas de renda média-alta e alta localizam-se, em grande parte, nas franjas dessas áreas, nas encostas dos morros. Em 2008 foi terminada uma ponte sobre o rio Paraíba do Sul, criando um novo acesso direto à cidade – Acesso Oeste. Com essa conexão direta à Via Dutra e a presença da siderúrgica, a zona oeste do município foi ainda mais ampliada, em um processo de dispersão urbana com uso predominantemente residencial, repetindo a malha urbana típica de áreas residenciais. Não há articulação direta do tecido dessa área com o espaço intraurbano do centro da cidade. A contínua expansão urbana no vetor oeste pode, no futuro, levar à conurbação de Resende com Itatiaia. Os projetos habitacionais do programa Minha Casa Minha Vida em Volta Redonda e em Resende também estão sendo implantados com formas urbanas dispersas, localizados nos extremos dos territórios municipais, próximos às estradas regionais. Recentemente houve o aumento na implantação de loteamentos e condomínios fechados de médio e grande porte em Resende e Volta Redonda, muitos com serviços, clubes de lazer e atividades esportivas. Esses são utilizados como primeira residência e apresentam características que lembram as gated communities norte-americanas. Nessas cidades médias foram instalados os condomínios fechados da “grife” imobiliária Alphaville, com os lotes residenciais e comerciais rapidamente vendidos. No tecido urbano consolidado das cidades médias de Volta Redonda, Resende e, em menor proporção, em Barra Mansa, como também nas bordas do espaço intraurbano, está ocorrendo uma intensa verticalização. Os lançamentos imobiliários ocorrem tanto por construtoras locais quanto pelas de grande porte com atuação nacional, vindas de fora da região. As múltiplas atividades urbanas dispersas pela microrregião são induzidas e estruturadas a partir da Rodovia Presidente Dutra e de seus

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entroncamentos viários e estradas que dão acesso ao tecido urbano dos municípios. Isso tem levado a modos de vida de grande mobilidade, com características regionais e semelhantes aos existentes nas metrópoles. As relações sociais e os modos de vida, antes organizados basicamente no interior das cidades, tornaram-se dispersos e estruturados regionalmente, orientados de acordo com os interesses globais das novas indústrias, que são estranhas aos elementos preexistentes na microrregião. Para a maioria dos habitantes tornou-se comum morarem em um município, trabalharem em outro e estudarem ou se divertirem em um terceiro. No entanto, a localização e a acessibilidade dos equipamentos urbanos dispersos e, principalmente, das áreas residenciais dispersas, interferem na qualidade de vida da população. A mobilidade dos mais ricos e a imobilidade dos pobres afeta diretamente os modos de vida e as possibilidades de trabalho e renda (SPOSITO, 2007). As dinâmicas urbanas e regionais, assim como as formas urbanas, tornaram-se mais complexas, intensificando as inter-relações entre distintas escalas espaciais, internas e externas ao Vale do Paraíba fluminense: intraurbana, regional e extrarregional. A Rodovia Presidente Dutra possui cada vez mais características de via urbana no trecho que atravessa a região, com congestionamentos entre Volta Redonda e Resende durante a semana, pela manhã e no final da tarde (horários de rush), coincidentes com a entrada e saída da maioria dos empregados das indústrias dispersas. Em grande parte desse trecho não há vias marginais, o que faz somar o tráfego rodoviário pesado, principalmente de grandes caminhões, com o urbano. Ao mesmo tempo em que a Via Dutra serve ao tráfego urbano-regional, ela é utilizada como principal meio de conexão entre as regiões metropolitanas de São Paulo e do Rio de Janeiro. Além do intenso fluxo da Via Dutra, destaca-se a forte movimentação nas rodovias: Lúcio Meira (BR-393), entre Três Rios, na divisa dos estados do Rio e Minas Gerais, e os municípios de Volta Redonda e Barra Mansa, principalmente de cargas; dos Metalúrgicos (VR-001), com o trânsito urbano. Nesta última rodovia, há um grande fluxo de veículos entre o tecido intraurbano de Volta Redonda e os empreendimentos comerciais dispersos. Os limites da dispersão urbana nessa microrregião são definidos pelas distâncias a serem percorridas facilmente pelos automóveis e ônibus freta-

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dos, semelhante ao observado por Robert Fishman (1987) em Los Angeles e por Reis (2006) em São Paulo. As divisões político-administrativas dos municípios não são definidoras da dispersão, tendo-se como únicos limitadores a Serra das Araras, a sudeste dessa região, e o pedágio na Via Dutra, a oeste em Itatiaia, próximo à divisa com o estado de São Paulo22. A reestruturação produtiva e espacial, com a reindustrialização em curso no Vale do Paraíba fluminense, vem provocando transformações nas relações sociais e econômicas, alterando a matriz de desenvolvimento dos municípios da microrregião. Isso pode ser comprovado a partir da análise do Produto Interno Bruto (PIB) da região e dos seus municípios. A partir do estudo do PIB do Vale do Paraíba fluminense no período entre os anos de 1999 e 2010, observou-se que ocorreu uma transição na atividade preponderante, com a maior concentração do PIB nas atividades de comércio e serviços (incluindo a administração pública), seguido pela indústria, que dominava anteriormente. O PIB da região em 2010 foi de 26,66 bilhões de reais, com 44,09% referente ao comércio e serviços e 41,68% à indústria. Examinando os números de 2010 relativos aos municípios da microrregião, percebeu-se que o PIB regional é bastante desigual, com as cidades médias de Volta Redonda concentrando 34,4% e Resende 24%, seguido por Porto Real com 18%, que está à frente de Barra Mansa, com 12%. Estes quatro municípios concentram a maior parte do PIB regional, com os outros cinco municípios somados representando apenas 11,4% da microrregião. O crescimento desses quatro municípios ocorreu em ritmos diferentes, com alterações na composição desse indicador da atividade econômica. No período 1999-2010, nas cidades médias de Volta Redonda e Barra Mansa, o PIB das atividades de comércio e serviços ultrapassou o industrial. Os dados de 2010 confirmam essa tendência: Volta Redonda com 46,8% do seu PIB nas atividades de comércio e serviços, incluindo a administração pública, e Barra Mansa com 63%23. Já Resende e Porto Real têm seu PIB concentrado na indústria, respectivamente com 52,3% e 49,6%. 22 Esse pedágio, alvo de contenda judicial, não é tarifado para os veículos emplacados em Resende, já que separa o centro desse município do seu distrito de Engenheiro Passos. 23 Mesmo sem contar com a administração pública, o PIB de comércio e serviços desses municípios é maior que o da atividade industrial.

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Os dados apresentados comprovam não a desindustrialização das cidades médias que, no passado, concentravam as indústrias – Volta Redonda e Barra Mansa, antigas centralizadoras da polarização regional –, mas, sim, a transformação dessas em polos de comércio e serviços, com a implantação de atividades dispersas. Volta Redonda continua na liderança do PIB da região, por ter maior diversidade de atividades econômicas e maior população. Este município abriga a planta principal da CSN, maior indústria da microrregião, que, além de ampliar a produção, instalou no interior de sua planta industrial uma fábrica de cimento (2009) para aproveitar a escória siderúrgica e recentemente inaugurou uma instalação para a fabricação de aços longos (2014). A manutenção do desenvolvimento dessa cidade média pode ser confirmada pelos números absolutos de 2010 – o PIB industrial de Volta Redonda foi de 3,53 bilhões de reais, enquanto o de Resende foi menor, com 3,35 bilhões, apesar desse último município ter mais da metade do seu PIB na atividade industrial. Ao mesmo tempo em que a microrregião se reindustrializa nesses municípios, incluindo ainda Itatiaia, o comércio e os serviços mais desenvolvidos da microrregião (com maior valor agregado) concentram-se em Volta Redonda. Esta cidade média possui atividades especializadas – centros médicos, universidades, comércio de maior padrão –, atraindo moradores das demais cidades e reforçando o seu caráter de polo regional.

Considerações finais Hoje, o Vale do Paraíba fluminense apresenta-se com um conjunto de novas realidades, evidenciando profundas transformações em seus processos sociais. A microrregião caracteriza-se por um novo desenvolvimento econômico-regional e por formas urbanas dispersas, alterando-se a configuração e a escala dos espaços urbanos, com modos cotidianos que se desenvolvem regionalmente. As transformações provenientes da reestruturação produtiva e espacial foram acompanhadas pelo aumento da renda nas cidades que receberam as novas indústrias, mudando-se o perfil dos municípios dessa microrregião. O maior percentual do PIB industrial em Resende e Porto Real demonstra o processo de reindustrialização do Vale do Paraíba fluminense. Os dados apresentados comprovam a reestruturação produtiva da micror-

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região e as consequentes alterações nas relações econômicas e sociais, que são rebatidas no espaço regional. A reindustrialização dessa microrregião fluminense, iniciada nos anos 1990-2000, é parte do processo de desconcentração-concentrada da indústria, antes muito concentrada na Região Metropolitana de São Paulo. As indústrias do Vale do Paraíba fluminense possuem estreitas relações com a metrópole paulista e com o capital internacional, como observado anteriormente. No entanto, a reindustrialização dessa microrregião ocorre somente duas décadas depois de iniciada no estado paulista. No trabalho foi evidenciada a conformação e o desenvolvimento do processo de dispersão urbana na microrregião, que ocorre de maneira crescente e abrange as atividades industriais – origem da dispersão –, como também as demais atividades urbanas. Elas são articuladas pela lógica do espaço de fluxos e suas formas urbanas estão dispersas no território regional. Nessa lógica, as hierarquias territoriais e do trabalho podem ser transformadas rapidamente, conforme determinados setores industriais expandem-se mundialmente ou a concorrência entre empresas é intensificada. Essa mesma lógica leva à estruturação de uma hierarquia da inovação e da produção, que são articuladas em redes globais, na qual as indústrias desta região estão inseridas. No entanto, é preciso chamar a atenção para a possibilidade oposta, de retração industrial, que pode acontecer devido às oscilações econômicas, políticas e normativas, tendo como efeito o enfraquecimento de toda a microrregião. As antigas formas urbanas e modos de vida do período industrial fordista, que eram muito presentes na microrregião, modificaram-se com a reestruturação produtiva e espacial, com formas urbanas dispersas e modos de vida que passam a ocorrer na escala regional. A proximidade relativa das formas urbanas concentradas e dispersas na microrregião, essas últimas representativas do período de desenvolvimento atual – pós-fordista –, estabelece um forte contraste que torna evidente e denuncia as novas formas de urbanização e industrialização, como também os processos sociais envolvidos. Observa-se que, simultaneamente ao surgimento das novas indústrias, implantadas com formas dispersas, e ao crescente cotidiano regional, o antigo centro polarizador fordista – concentrado na CSN e na conurbação das cidades médias de Volta Redonda e Barra Mansa – foi sendo deixado em segundo plano. Estes municípios passam a receber, em grande parte, os benefícios indiretos e os ônus dessa nova onda de industrialização na microrregião.

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O município “vencedor” da competição por um determinado empreendimento, como uma grande indústria, recebe os benefícios sociais e econômicos, além do eventual “bônus” político para o administrador que conseguiu o investimento. Contudo, os ônus do novo empreendimento são distribuídos por toda a região e, especialmente, para as cidades médias, pois os trabalhadores – ao terem modos de vida regionais – vão morar, utilizar a infraestrutura e os equipamentos urbanos principalmente desses municípios. Há cada vez mais uma relação de interdependência entre os municípios da microrregião, que vem ampliando-se ao longo dos anos, mesmo não existindo quase nenhuma articulação institucional entre eles24. Essa interdependência é reconhecida pelos gestores municipais, como foi observado por Oliveira (2008). A falta de entendimento entre os municípios dessa região não permite a elaboração de um planejamento regional. As cidades médias de Volta Redonda e Barra Mansa, que são conurbadas, elaboraram seus Planos Diretores de Desenvolvimento Urbano no mesmo período de tempo (em 2006), e, ainda assim, não houve nenhuma iniciativa formal no sentido de planejar conjuntamente seus territórios e continuidades urbanas. Sem o planejamento urbano e regional, abrem-se lacunas para a ação do mercado imobiliário. Valendo-se das fragilidades institucionais, os promotores imobiliários atuam como planejadores privados, promovendo a dispersão urbana. Este processo é estruturado em uma escala mais ampla do que a do território municipal.

24 As únicas articulações regionais existentes são: Consórcio Intermunicipal de Saúde do Médio Paraíba (CISMEPA), criado em 1998 e formado por 12 municípios da região (já mencionado); Consórcio Intermunicipal de Segurança com Cidadania do Médio Vale do Paraíba (CISEGCI), composto por 13 municípios; Comitê da Bacia Hidrográfica do Médio Paraíba do Sul (CBH-MPS), composto pelos municípios e empresas que englobam o terço médio fluminense do Rio Paraíba do Sul.

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Capítulo 7

A expansão temporal das atividades comerciais varejistas na cidade de Presidente Prudente (SP) As fronteiras do horário noturno e dos finais de semana Sergio Moreno Redón1

Introdução Os horários comerciais são os períodos de tempo em que uma atividade econômica é efetivada. No caso do comércio varejista, é o momento em que ela vai permanecer aberta ao público. Nesse sentido, o horário tem uma influência significativa sobre a organização empresarial – principalmente no que se refere à distribuição das horas de trabalho e do número de trabalhadores – e sobre os clientes. Portanto, deve ser considerado como um elemento da lógica espacial das empresas de varejo, da mesma forma que é considerada, por exemplo, a localização. É do interesse deste capítulo chamar a atenção para as mudanças nos tempos, concretamente nos horários de funcionamento do comércio varejista2. No conjunto da sociedade contemporânea, o incremento das atividades para horários noturnos parece ser uma constante (LINDER, 1970). No entanto, nem todas as atividades econômicas vão consegui-lo. As atividades comerciais, favorecidas pelas mudanças produzidas pela globalização, encontram-se entre as que, de forma generalizada, estão indo nesse sentido. O caráter local do horário comercial, como vai se mostrar a

Bolsista de Pós-Doutorado junto ao Grupo de Pesquisa Produção do Espaço e Redefinições Regionais (GAsPERR), na Faculdade de Ciência e Tecnologia da Universidade Estadual Paulista - Presidente Prudente (Brasil). 2 Este tema é fruto de uma pesquisa em andamento, financiada pela Fundação de Amparo à Pesquisa do Estado de São Paulo (FAPESP), durante o biênio 2014-2016.

1

145

146

Perspectivas da urbanização

partir da legislação brasileira, faz necessária a proliferação de estudos de caso que mostrem como estão se desenvolvendo o processo em diversos contextos. Os objetivos deste capítulo são, de um lado, analisar a evolução dos horários comercias na cidade média de Presidente Prudente e, de outro lado, identificar quais são as fronteiras temporais (limites) para o comércio varejista. A metodologia utilizada tem seguido dois passos. Primeiro, a análise da sequência histórica dos horários nas diversas legislações da cidade de Presidente Prudente, identificando as principais mudanças, além dos principais limites que ainda não foram superados. E, segundo, um extenso trabalho de campo, aplicando questionários nos estabelecimentos do Calçadão e da Avenida Coronel José Soares Marcondes3, assim como nos shopping centers e hipermercados da cidade. O trabalho de campo foi realizado em diferentes dias e horários, durante o período compreendido entre julho e setembro de 2014. No Calçadão foram aplicados com sucesso um total de 79 questionários, o que compreende 91,86% do total de estabelecimentos do eixo e, na Avenida Coronel Marcondes, 192 questionários, correspondendo a 85,33% do total.

Tempo, horários comerciais e consumo Sobre o tempo, a Geografia tem aportado duas abordagens principalmente. A primeira considera o tempo como método de análise de qualquer objeto de estudo, enquanto a segunda o considera como parte do objeto de estudo da disciplina. Assim, a primeira abordagem faz referência ao estudo a partir da história. Encontramos um exemplo no Método de Geografia Urbana, de Raoul Blanchard (1931, p. 13), quando estabelece como elemento de análise a evolução histórica da cidade, “a vida da urbs vista e explicada geograficamente”4. Milton Santos, que teorizou neste sentido sobre a necessidade de periodização em Geografia, defendia que o tempo devia ser definido dentro de um contexto propriamente geográfico e men-

3 4

O trabalho de campo foi feito no trecho entre o Parque do Povo e a rua Varella. Tradução do autor a partir do texto em catalão.

A expansão temporal das atividades comerciais varejistas na cidade de Presidente Prudente (SP) 147

surável, considerando-o uma das variáveis geográficas (SANTOS, 1990, p. 222). Mas isto não significa que o tempo deva ser medido necessariamente no sentido estrito de quantificação, e sim de existência empírica (SANTOS, 1990, p. 222). Por isso, se todo dado geográfico pertence a um período histórico, também o tempo pertence. O que inclui a segunda abordagem dentro da primeira. É a partir desta consideração que se interpreta neste capítulo a segunda abordagem, que analisa o tempo como mais um elemento do espaço e, portanto, pode ser quantificado e qualificado. Os trabalhos do geógrafo sueco Hägerstrand – e da escola geográfica de Lund – sistematizaram a segunda abordagem, tanto a partir do estudo da difusão das inovações como do estudo dos itinerários dos indivíduos na cidade (HÄGERSTRAND, 1967, 1991). Os estudos sobre difusão fazem referência ao conceito de modernização, que tenta explicar por que as inovações aparecem em uns lugares e não em outros e em momentos diferentes. Os segundos, sobre itinerários, tentam entender como e por que os indivíduos se deslocam em trajetos que percorrem rotas e lugares onde realizam as atividades. Neste sentido, o tempo é considerado como um objeto que os indivíduos consomem, repartido entre os trajetos e as atividades – os traços e os prismas representados na cartografia de Hägerstrand. Os itinerários mostram as sincronizações e “sinchorizações” (reunidas em um mesmo lugar), formando padrões de comportamento espaço-temporais (CRANG, 2003). Neste capítulo, os lugares – ou melhor dito, as atividades que se realizam nos lugares sobre os quais alguém tem a capacidade de decidir – são considerados como portadores de tempos no mesmo sentido que Hägerstrand usou. Se o indivíduo dispõe de um tempo limitado para realizar suas atividades, alguns estabelecimentos também dispõem de tempo para permitir ou não a realização dessas atividades. Portanto, se considerar os lugares – os lugares entendidos a partir de agentes urbanos que controlam as atividades que neles se realizam – como “proprietários” de uma quantidade de tempo ao dia, eles vão decidir quando se pode realizar ou não a atividade ou atividades ali contidas. O exemplo simples do horário comercial das lojas pode ser explicativo. Há uma diferença fundamental entre quando está aberta ou fechada uma atividade, devido ao fato de que o fechamento significa a permanência no lugar, mas não das condições para realizar a atividade. Portanto, com o horário muda o conteúdo do lugar e também o acesso.

148

Perspectivas da urbanização

Ao alterar o conteúdo também vão alterar as relações espaciais, isto é, os fluxos. O fato de que as condições que permitem a realização das atividades não se mantenham durante todo o tempo de igual forma vai obrigar os fluxos a se sincronizarem com os horários. Assim, por exemplo, aqueles consumidores das lojas do centro urbano vão ter que ir em um horário em que as atividades estejam abertas, o que limita de fato o tempo restante que os consumidores podem utilizar em outras atividades. Desde o ponto de vista descrito acima, os horários comerciais vão funcionar, de um lado, como elementos que possibilitam a realização das atividades durante um período de tempo, e, de outro lado, como condicionantes dos fluxos, no sentido que deu Hägerstrand para Activities constraint, quando participar de determinadas atividades impossibilita a participação em outras (PARKES; THRIFT, 1980, p. 22). Neste caso, a restrição pode-se produzir antes do evento, durante o processo de planejamento. Por exemplo, quando um indivíduo combina a atividade de compra com os horários de não trabalho e os horários comerciais da cidade onde ele mora, possivelmente pelo fato de não coincidirem não vão poder visitar, ou vai ter um período de tempo muito limitado, alguns estabelecimentos. O estudo das mudanças nos horários comerciais parece oportuno quando se fala de consumo. Linder (1970) argumentou que a sociedade do consumo “demands time to consume”, em referência ao aumento do tempo de lazer gerado pela redução do tempo do trabalho e das modificações nos tempos destinados às necessidades fisiológicas básicas, como dormir ou comer (PARKES; THRIFT, 1980, p. 100). Linder colocou pela primeira vez o tema da evolução das sociedades a partir do tempo livre, indicando que nas sociedades mais avançadas o tempo livre é escasso. Wilensky (1961), nos anos sessenta do século XX, já tinha identificado que o crescimento econômico – dos Estados Unidos durante as décadas posteriores à II Guerra Mundial – tinha induzido à aparição do “tempo de lazer” com uma conotação social moderna, embora esse tempo não signifique tempo para fazer o que cada indivíduo quiser. A distribuição desigual do tempo livre5 vai depender do tempo dedicado ao trabalho e do

Para os autores Wilensky (1961) e Gershuny (1992), a relação entre tempo de lazer e tempo livre é evidente, desde que o primeiro é realizado dentro do segundo. 5

A expansão temporal das atividades comerciais varejistas na cidade de Presidente Prudente (SP) 149

tempo de trabalho não remunerado – como, por exemplo, as tarefas do lar. Nesse sentido, só alguns grupos vão dispor de mais tempo livre do que de trabalho, como os aposentados, ou os desempregados. Mas, para a maioria das pessoas que trabalham, o tempo de lazer é mais um tempo limitado e concentrado em alguns dias e horas na semana, como os finais de semana (WILENSKY, 1961; GERSHUNY, 1992). Isto é, quando há tempo livre. Coincidindo com o que já foi dito, as atividades chamadas terciárias têm ganhado espaço e relevância nas cidades. Mas só algumas atividades econômicas têm conseguido se situar entre aquelas que se realizam no tempo livre. O consumo e suas atividades correlatas estão entre as principais a serem consideradas, embora o processo não aconteça de forma espontânea. Assim, por exemplo, Bowlby (2002) mostra como, nos anos pós-guerra mundial, na Grã-Bretanha, o marketing dos produtos de comida e de equipamentos para o lar tinha orientado as donas de casa para incorporar entre as suas atividades habituais as compras, incrementando as horas que elas se dedicavam a esta atividade (BOWLBY, 2002, p. 118).

As fronteiras do tempo do comércio e a legislação Apesar dos novos meios de comunicação terem possibilitado a liberação dos horários do consumo6, dentro da dinâmica das cidades, os horários comerciais seguem sendo um importante marcador dos ritmos do consumo. Muitos centros urbanos e ruas comerciais mudam significativamente sua aparência após o horário comercial. Quando estão em pleno funcionamento, as ruas e lojas conhecem uma animação, pelo fluxo de pessoas e carros, que contrasta vivamente com a atmosfera de abandono, quando os estabelecimentos estão de portas fechadas. Mas os horários comerciais não são homogêneos. Distribuem-se de forma desigual no espaço, de acordo com o grau relativo de modernização,

Principalmente a partir dos anos 1990, o crescimento do Comércio eletrônico ou eComércio tem sido considerado como um dos novos fatores de inovação comercial (ONU, 2004). O comércio “físico”, embora tenha se adaptado ao rápido crescimento dessas ferramentas, a transformação dos mercados onde têm avançado mais permite entender o motivo pelo qual elas têm sido consideradas uma ameaça, como, por exemplo, a venda de viagens ou de livros (EPSTEIN, 2001; THOMPSON, 2005; MORENO, 2011). 6

150

Perspectivas da urbanização

não dado pelo ano de implantação, e sim pela adaptação às novas condições do capitalismo (HARVEY, 2003; SANTOS, 1990). Assim, encontramos estabelecimentos com os mesmos horários e, às vezes, com pequenas diferenças. Mas também há estabelecimentos com grandes diferenças. O conjunto deles define a hora mínima e máxima em que a cidade oferece as suas atividades comerciais para os citadinos. A expansão das atividades em horas noturnas nas cidades é um processo que pode ser denominado “colonização do tempo”. O sociólogo Murray Melbin (1987) o denominou dessa forma, tomando como hipótese que o processo era a continuação da conquista do planeta pelo homem. Assim, ele utilizou o conceito de fronteira como o período onde as atividades não tinham atuado ainda, mostrando que a fronteira temporal pode mudar de um período para outro, mas com uma expansão ao longo do tempo. De acordo com o sentido do conceito dado por Melbin, neste capítulo se utiliza o termo fronteira, tentando estabelecer, a partir da legislação, os limites ao tempo do comércio. A atividade comercial, como outras atividades terciárias, tem seguido também esta expansão. Mas não se conhecem as formas como o processo estaria se dando nas cidades médias e as consequências que isto supõe para a organização temporal das cidades e da sua região de influência7. Além dessa problemática, no caso dos horários comerciais, não é comum ter um registro histórico dos horários dos estabelecimentos, o que dificulta o seu estudo. Desse modo, a proposta neste capítulo é analisar as legislações em matéria de horários comerciais como uma fonte fiável de como estas têm evoluído. Elas são resultado de uma convenção entre os agentes sociais, que têm interesses no controle no tempo comercial, e configuram-se como o principal marco regulatório dos diferentes interesses. Portanto, cabe considerar a legislação, de modo geral, como um fator limitante da atividade comercial no tempo, porque ela demarca o período máximo em que os estabelecimentos podem permanecer abertos, favorecendo os interesses de uns agentes e não tanto os de outros. O processo de expansão, em geral, será produzido pela relação entre fatores que facilitam e fatores que dificultam (PARKES; THRIFT, 1980, Existe uma ausência de estudos sobre a produção social do tempo, em geral, se compararmos com a produção do espaço. Neste sentido, Parkes e Thrift já indicaram o quanto o “power to control the use of time is less well understood” (1980, p. 100). 7

A expansão temporal das atividades comerciais varejistas na cidade de Presidente Prudente (SP) 151

p. 328-330). São três os fatores facilitadores (enabling factors): inovações como o gás ou a luz elétrica; o impulso da demanda (demand push factors), isto é, a aparição de atividades a partir da necessidade para o funcionamento da vida urbana, como o metrô ou os hospitais; e os fatores de atração do fornecimento8 (supply pull factors), que fazem referência às necessárias cadeias de atividades para a produção de outras atividades, como o funcionamento dos sistemas de transporte que, por sua vez, precisam de serviços de manutenção, comunicações, fornecimento de energia, ou mesmo de limpeza. Já os fatores que dificultam a expansão das atividades também são três: a segurança; as escalas territorial e temporal, onde estão situadas as atividades; e os impedimentos sociais. O primeiro fator é essencial: sem segurança, dificilmente se consegue uma certa normalidade no processo. O segundo fator faz alusão a que quanto maior é uma cidade, seja em sua extensão urbana, mas, sobretudo, em complexidade social, menos limitante será. Nesse sentido, quanto mais complexa é uma sociedade, uma porção pequena de tempo se torna fundamental para a consecução de uma finalidade (PARKES; THRIFT, 1980, p. 100). Por exemplo, pense-se na organização de um sistema de transporte de uma grande metrópole e em uma pequena cidade. Em terceiro lugar, os impedimentos sociais reúnem uma série de fatores diversos, que vão desde o sistema de transportes às leis, os valores sociais, ou os costumes. A legislação pode ser considerada dentro destes fatores.

As mudanças nos horários comerciais da cidade de Presidente Prudente9 A legislação brasileira sobre os horários comerciais é principalmente local. De acordo com a interpretação do artigo 30 da Constituição Federal de 1988, o tempo do comércio é uma questão de interesse local10:

Tradução do autor. Neste último caso pode ser traduzido também como atração da oferta. Parte deste item foi apresentado no 55º Congresso Internacional de Americanistas, em San Salvador (El Salvador), dos dias 12 a 17 de julho de 2015. 10 Existe jurisprudência do Superior Tribunal Federal de Justiça (STF) a respeito. Artigo ratificado nas Súmulas do STF 419 - 01/06/1964 e 645 - 24/09/2003. 8

9

152

Perspectivas da urbanização

Art. 30. Compete aos Municípios: I - legislar sobre assuntos de interesse local11.

As Constituições dos Estados membros da federação não fazem menção ao assunto, ou replicam a fórmula já expressada. No caso da Constituição do Estado de São Paulo não há nenhuma menção sobre as competências das prefeituras neste assunto. No entanto, não podem se considerar todas as atividades comerciais como de interesse local. Algumas estão sujeitas à regulação de instituições federais ou estaduais, como é o caso dos bancos sob a competência do Banco Central do Brasil. Portanto, a legislação local não tem competência para regular os horários em todos os casos12. Em Presidente Prudente, a legislação em matéria de horários comerciais apresenta 13 documentos, sendo sete leis e seis decretos (Quadro 1). A primeira lei encontrada que ordenava o tempo das atividades comerciais é do ano de 1962. Ainda hoje está vigente, como documento principal. É a lei 806, que instaurou a Semana Inglesa13 e determinava o fechamento aos sábados no horário do meio-dia.

Quadro 1. Presidente Prudente – Leis e Decretos em matéria de horários comerciais. Lei / Decreto Assunto

Revogada

806/1962

Fechamento do comércio às 12 horas aos sábados

Não

911/1964

Nova redação à letra “b” do artigo 15, da Lei 806, que instituiu a Semana Inglesa

Não

Disponível em: . O Supremo Tribunal Federal de Justiça do Brasil estabeleceu jurisprudência a partir da Súmula 19 que dita: “A fixação do horário bancário, para atendimento ao público, é da competência da União”. Disponível em: . 13 Semana Inglesa faz referência às jornadas de trabalho diárias de 8 horas e 4 horas aos sábados, deixando livres as tardes dos sábados e dos dias de domingo. Ver a respeito: . 11

12

A expansão temporal das atividades comerciais varejistas na cidade de Presidente Prudente (SP) 153

Lei / Decreto Assunto

Revogada

2639/1988

A inclusão de item ao artigo 5º da Lei Municipal nº 806 de 1962

Não

3135/1991

Estabelece novo horário de funcionamento das farmácias e drogarias e regulariza o plantão de sábados e domingos e inclusive os feriados

Sim

D*. 7917/1992

Estabelece horário excepcional e provisório do comércio

Sim

3777/1993

Estabelece novo horário de funcionamento das farmácias e drogarias e regulariza o plantão de sábados e domingos e inclusive os feriados

Sim

Dispõe sobre a abertura do comércio aos domingos

Não

D. 8126/1993

D. 10758/1996 Dispõe sobre a abertura do comércio aos sábados

Não

Institui a Codificação das Leis Municipais e dá outras providências

Não

D. 11565/1997

Dispõe sobre o funcionamento do comércio varejista e serviços no mês de dezembro de 1997

Sim

D. 11420/1997

Regulamenta o funcionamento do Shopping Popular - Camelódromo

Sim

Estabelece novo horário de funcionamento das farmácias e drogarias e regulariza o plantão de sábados e domingos e inclusive os feriados

Não

Regulamenta o funcionamento do Shopping Popular – Camelódromo

Não

5005/1997

5379/1999 D. 16462/2004

* Fonte: Elaboração do autor.

Embora seja significativa a quantidade de legislação existente, só três decretos modificaram o estabelecido na lei de 1962: o decreto 7917, de 1992, que estabelecia um período de 90 dias para testar um horário comercial diferente, e os decretos 8126, de 1993, e 10758, de 1996, para dar permissão à abertura do comércio aos domingos e aos sábados respectivamente (Quadro 2).

154

Perspectivas da urbanização

Quadro 2. Presidente Prudente – Horários comerciais de acordo com a legislação

Lei / Decreto 806/1962 7917/1992 D. 8126/1993 D. 10758/1996

Horário dia de segunda a sexta-feira

Horas mensais

Horários sábados

Horas mensais/ sábados

8h - 18h

200

8h - 12h

16

180

9h - 13h / 1ºS 9h 17h*

20

9h - 18h

Permissão para abrir aos domingos 9h -17h

32

*1ºS - Primeiro sábado de cada mês. Depois do dia 4, o horário se amplia de 13h até 17h. Fonte: Elaboração do autor.

Os três decretos já foram revogados, mas a influência deles é fundamental na evolução dos horários. Principalmente a influência do primeiro, que marcou a tendência a seguir. O decreto 7917, de 1992, estabeleceu um horário comercial, que diminuía as horas durante os dias de segunda até sexta-feira e as aumentava aos sábados: Art. 1 Fica autorizada a abertura do comércio varejista, em caráter experimental; pelo período de noventa (90) dias, de segunda à sexta-feira, das 9:00 às 18:00 horas e no sábado das 9:00 às 17:00 horas, na semana que sucede ao dia oficial de pagamento do salário dos trabalhadores (Art. 1 Decreto 7917/1992).

Para os sábados restantes, o horário passou a ser das 9h às 13h (Art. 2. Decreto 7917/1992). Assim, pelo decreto, o tempo total de abertura do comércio conheceu uma redução de 16 horas ao mês. É importante salientar, no entanto, a transferência de horas, pois, enquanto entre segunda e sexta-feira o tempo de funcionamento do comércio perdeu 20 horas ao mês, aos finais de semana ganhou quatro horas. Esta tendência de levar as atividades comerciais para o final de semana ficou mais evidente com os decretos 8126, de 1993, e 10758, de 1996. Este último permitia abrir o comércio todos os sábados de 9h às 17h, o que equivalia a aumentar em seis horas o horário comercial. E o decreto 8126, sem estabelecer um horário concreto, permitia a abertura os domingos.

A expansão temporal das atividades comerciais varejistas na cidade de Presidente Prudente (SP) 155

Apesar de não ter, na atualidade, uma lei ou decreto que defina um novo horário standard – ou normal nos documentos legais – para os sábados, os comerciantes de Presidente Prudente adotaram um horário próprio. Para o Centro, o horário “habitual”14 é das 9h até 17h no primeiro sábado depois do pagamento e até 15h nos três seguintes, principalmente no Calçadão; para a Avenida Coronel Marcondes, o horário ficou de 8h às 13h todos os sábados. Os horários reais e as fronteiras temporais do comércio em Presidente Prudente O levantamento dos horários que estão sendo realizados no comércio de Presidente Prudente evidencia que há diferenças significativas entre o horário standard, o habitual e o real (Quadro 3). Os dados levantados nos questionários mostraram que os horários comerciais da cidade vão desde os dos hipermercados, como Walmart, que abre às 8h e fecha às 23h, até aqueles do Calçadão, que seguem um horário parecido ao estabelecido na lei de 1992.

Quadro 3. Presidente Prudente – Horários dos grandes estabelecimentos comerciais

Estabelecimento

Ano inauguração

Parque Shopping Prudente

Horários 2ª - 6ª

Sábado

Domingo

1986

10h - 22h

10h - 22h

14h - 22h

PrudenShopping

1990

10h - 22h

10h - 22h

14h - 22h

Muffato Max

2005

8h - 22h

8h - 22h

8h - 22h

Makro Atacadista

2008

7h30 - 22h

7h30 - 22h

8h - 18h

Walmart

2010

8h - 23h

8h - 23h

8h - 23h

Assaí Atacadista

2011

7h - 22h

7h - 22h

8h - 18h

Havan

2012

7h - 22h

7h - 22h

10h - 20h

Maxxi Atacado

2012

8h - 21h

8h - 21h

-

Fonte: Elaboração do autor.

14

Utiliza-se aqui habitual para designar o horário standard não definido pela lei vigente.

156

Perspectivas da urbanização

Embora haja diferenças significativas entre os estabelecimentos dentro de cada eixo comercial, existe certa coerência, o que indica uma homogeneidade por eixo ou por centro. Por exemplo, de segunda a sexta-feira, 50% dos estabelecimentos comerciais do Calçadão seguem o horário de abertura às 9h e, destes, 92% fecham às 18h. Já na Avenida Coronel Marcondes, o horário de abertura mais comum é às 8h, seguido por 33% dos estabelecimentos, dos quais 70% fecham às 18h. A implantação dos grandes estabelecimentos comerciais planejados começou no final da década de 1980 e se estendeu até o ano 2012 (Quadro 3)15. O caso dos dois shopping centers coincide, de forma mais que evidente, com as propostas de modificação da lei16. O primeiro, o Parque Shopping, foi inaugurado no ano de 1986, com o nome de Strip Center e com Lojas Americanas como loja âncora. Este empreendimento, considerado pioneiro em ter um horário noturno, foi o precedente de outros que estenderam o horário comercial da cidade para além das 18h. Em uma notícia, o jornal local O Imparcial – poucos dias depois da inauguração – apontava a importância do novo horário para a cidade e, com um discurso nitidamente progressista, advertia contra a irracionalidade de apresentar qualquer resistência: [...] Não há como negar a importância de um empreendimento como o Strip Center, inaugurado no último dia 18, cujo verdadeiro peso, em termos de economia (inclusive de tempo) de conforto e da própria possibilidade de investimento oferecida dever ser aquilatado com isenção e de acordo com sua real dimensão. Por isso mesmo, não parece sensata qualquer resistência a uma nova realidade, imposta pelas próprias características de um shopping center: o horário comercial noturno. [...] A bem da verdade, é preciso esclarecer que os funcionários do shopping estarão distribuídos em dois turnos, diurno e noturno, o que significa que não haverá sobrecarga de jornada de trabalho. Acrescenta-se a isso, ainda o fato de o horário noturno ser restrito ao shopping. Seja como for, as reações contrárias à

Pela natureza destes estabelecimentos, em que todos os estabelecimentos abrem e fecham no mesmo tempo, só foram aplicados um questionário para cada um. 16 Apesar de diversas referências à exclusividade do horário noturno para o shopping center, não se tem encontrado evidência de lei ou decreto que permita a extensão. A hipótese é que utilizam uma licença especial que outorga a prefeitura, procedimento contemplado no artigo 3 da lei de 1962. 15

A expansão temporal das atividades comerciais varejistas na cidade de Presidente Prudente (SP) 157

introdução do novo horário devem ser encaradas como típicas e comuns a determinado estágio de desenvolvimento de um município e certamente deverão esmorecer com a paulatina absorção de uma realidade incontestável: o irreversível progresso de uma cidade com vocação de metrópole. (Jornal O Imparcial, 23 de novembro de 1986).

Os horários comerciais dos dois eixos analisados são muito diferentes. Tomando como referência o horário standard, para os dias de segunda até sexta-feira, pode-se afirmar que existe uma diversidade grande de horários. De forma significativa, encontramos farmácias, restaurantes, bares e lanchonetes entre aqueles que abrem antes do horário standard, ou que fecham depois. De fato, este tipo de serviço, geralmente, segue horários diferenciados por terem acordos sindicais diferentes. Ou no caso das farmácias, por exemplo, por ter uma legislação própria. No Calçadão, estes casos são a maioria, e são poucas as lojas que fecham um pouco mais tarde, para tentar captar os últimos clientes (Quadro 4). Os estabelecimentos deste grupo representam 11% do total dos estabelecimentos estudados e só três são do comércio varejista.

Quadro 4. Calçadão – Estabelecimentos com horário diferente ao standard (de 8h às 18h) Horário de 2ª - 6ª

Tipologia

Quantidade

7h

22h

Farmácia e drogaria

1

7h30

18h30

Restaurante

1

7h30

18h30

Bijuteria e relógios

1

7h30

19h30

Bar e lanchonete

1

7h30

20h20

Farmácia e drogaria

1

8h

18h30

Bar e lanchonete

1

8h

18h30

Bijuteria e relógios

1

8h

18h30

Calçados e acessórios de couro

1

8h30

19h

Bar e lanchonete

1

Total

9

Total de estabelecimentos estudados

79

Fonte: Elaboração do autor.

158

Perspectivas da urbanização

Na Avenida Coronel Marcondes foram identificadas algumas atividades com serviço 24 horas, como hospitais, funerárias, hotéis, serviço de bombeiros, serviços de transporte (mototaxi) e um posto de gasolina. Além de todas as atividades anteriormente citadas, apareceram outras atividades com horário fora do standard, como postos de gasolina, academias, panificadoras, lava-jatos, estabelecimentos de venda de carros, serviços de reparação de eletrodomésticos, venda de flores, cabeleireiros, supermercados, agências de viagens, uma loja de roupas, entre outros (Quadro 5). Os estabelecimentos deste grupo representam 49% do total dos estabelecimentos estudados, mas só 9% (18 estabelecimentos) são do comércio varejista.

Quadro 5. Avenida Coronel Marcondes – Estabelecimentos com horário diferente ao standard (de 8h às 18h) Horário de 2ª - 6ª

Tipologia

Quantidade

0h

24h

Farmácia e drogaria

1

0h

24h

Hospitais, clínicas e consultórios médicos

2

0h

24h

Hotel

1

0h

24h

Outros serviços pessoais

5

0h

24h

Bombeiros

1

0h

24h

Postos

1

0h

24h

Serviços transporte

2

12h

24h

Restaurante

1

18h

24h

Restaurante

1

5h30

14h30

Alimentação

1

6h

18h

Bar e lanchonete

3

6h

21h

Bar e lanchonete

1

6h

22h

Postos

1

6h

23h

Academia e clubes esportivos

1

6h

24h

Postos

1

6h30

18h

Bar e lanchonete

1

6h30

22h

Alimentação

1

7h

17h

ADL Administração pública local

1

7h

17h

Hospitais, clínicas e consultórios médicos

5

A expansão temporal das atividades comerciais varejistas na cidade de Presidente Prudente (SP) 159

Horário de 2ª - 6ª

Tipologia

Quantidade

7h

18h

Hospitais, clínicas e consultórios médicos

3

7h

18h

Outros tipos de comércio

1

7h

18h30

Bar e lanchonete

1

7h

19h

ADE Administração pública estadual

1

7h

19h

Estacionamento e lava-jato

1

7h

21h

Bar e lanchonete

1

7h

22h

Academia e clubes esportivos

1

7h

22h

Bar e lanchonete

1

7h

22h

Farmácia e drogaria

1

7h

23h

Farmácia e drogaria

3

7h30

12h

Material de construção

1

7h30

17h

ADE Administração pública estadual

3

7h30

17h30

Moda, têxtil e confecção

1

7h30

17h45

Outros serviços empresariais

1

7h30

18h

Oficinas

1

7h30

18h

Venda de carros, motos e assessórios

1

7h30

18h15

Estacionamento e lava-jato

1

7h30

19h

Venda de carros, motos e assessórios

1

7h30

23h

Farmácia e drogaria

1

7h45

21h

Cafeteria

1

7h45

21h

Farmácia e drogaria

1

7h45

21h

Supermercados

1

8h

19h

Alimentação

1

8h

19h

Estacionamento e lava-jato

1

8h

19h

Farmácia e drogaria

1

8h

19h

Hospitais, clínicas e consultórios médicos

2

8h

19h

Outros tipos de comércio

1

8h

19h30

Outros serviços pessoais

1

8h

20h

Cabeleireiro e centros de beleza

1

8h

21h

Educação

1

8h

21h

Farmácia e drogaria

1

8h

22h

Bar e lanchonete

1

8h

22h

Farmácia e drogaria

2

160

Perspectivas da urbanização

Horário de 2ª - 6ª

Tipologia

Quantidade

8h

23h59

Farmácia e drogaria

1

8h15

21h

Supermercados

1

8h30

18h30

Lazer e agências de viagem

1

8h30

18h30

9h

19h

Outros serviços pessoais

1

ADE Administração pública estadual

1

9h

19h

Alimentação

1

9h

19h

Cabeleireiro e centros de beleza

2

9h

19h

Outros tipos de comércio

2

9h

20h

Moda, têxtil e confecção

1

9h

20h30

Bar e lanchonete

2

9h

21h

Bijuteria e relógios

1

9h

21h

Calçados e acessórios de couro

1

9h

21h

Farmácia e drogaria

1

9h

21h

Outros tipos de comércio

1

9h

21h30

Educação

1

9h

22h

Educação

1

9h

20h

Móveis, eletrodomésticos e decoração

1

Total

 

 

92

Total estabelecimentos estudados

192

Fonte: Elaboração do autor.

Aos sábados, a situação muda. No Calçadão, aumentam os casos daqueles que não se ajustam exatamente com o horário “habitual”17 (Quadro 6), e, na Avenida Coronel Marcondes, diminui o número total, ainda que aumente o número de estabelecimentos varejistas (Quadro 7. Anexo). Destacam-se três estabelecimentos no Calçadão pela extensão do horário: Lojas Pernambucanas (8h - 17h), Casas Bahia (9h - 17h) e a loja Tanger (9h - 17h). As três se diferenciam do restante porque abrem mais horas e porque mantêm o mesmo horário todos os sábados, superando a alternância de um sábado estender o horário até 17h e os três seguintes do mês só É importante lembrar que, neste caso, o horário habitual não é definido pela legislação, mas por algum tipo de acordo entre os agentes. Ver seção 2.

17

A expansão temporal das atividades comerciais varejistas na cidade de Presidente Prudente (SP) 161

até 15h. Do total, 24% dos estabelecimentos abrem em horário diferente ao standard e 15 (18%) são varejistas.

Quadro 6. Calçadão – Estabelecimentos com horário diferente ao habitual (de 9h às 15h). Horário sábado

Tipologia

7h

22h

Farmácia e drogaria

Quantidade 1

7h30

15h

Restaurante

1

7h30

15h

Bar e lanchonete

1

7h30

15h

Bijuteria e relógios

2

7h30

15h

Calçados e acessórios de couro

1

7h30

15h

Ótica e Relojoaria (Ótica + Joalharia)

1

7h30

15h

Outros tipos de comércio

1

7h30

15h30

Bijuteria e relógios

1

8h

16h

Alimentação

1

8h

17h

Lojas de departamento

1

8h

20h20

Farmácia e drogaria

1

8h30

15h

Bijuteria e relógios

1

8h30

15h30

Calçados e acessórios de couro

1

8h30

18h

Bijuteria e relógios

1

9h

15h30

Calçados e acessórios de couro

1

9h

16h

Bijuteria e relógios

1

9h

17h

Móveis, eletrodomésticos e decoração

2

Total

19

Total de estabelecimentos estudados

79

Fonte: Elaboração do autor.

Na Avenida Coronel Marcondes, o conjunto de estabelecimentos que abre em horário diferente ao habitual representa 45% do total. E o comércio varejista é 17% do total (32 estabelecimentos). De novo, a diversidade de tipologias de estabelecimentos e variações de horários é uma caraterística predominante (Quadro 7).

162

Perspectivas da urbanização

Quadro 7. Avenida Coronel Marcondes – Estabelecimentos com horário diferente ao habitual (8h até 13h). Horário Sábado 0h 24h 0h 24h 0h 24h 0h 24h 0h 24h 0h 24h 0h 24h 5h30 14h30 6h 13h00 6h 15h00 6h 16h30 6h 21h 6h 22h 6h30 22h 7h 13h 7h 18h 7h 20h 7h 21h 7h 22h 7h 23h 7h30 12h 7h30 12h 7h30 12h 7h30 12h 7h30 23h 7h45 13h 7h45 21h 7h45 21h 8h 13h30 8h 15h 8h 15h 8h 17h 8h 18h 8h 19h

Tipologia Farmácia e drogaria Hospitais, clínicas e consultórios médicos Hotel Outros serviços pessoais Bombeiros Postos Serviços de transporte Alimentação Bar e lanchonete Bar e lanchonete Bar e lanchonete Bar e lanchonete Postos Alimentação Bar e lanchonete Outros tipos de comércio Bar e lanchonete Academia e clubes esportivos Farmácia e drogaria Farmácia e drogaria Hospitais, clínicas e consultórios médicos Material de construção Moda, têxtil e confecção Venda de carros, motos e acessórios Farmácia e drogaria Farmácia e drogaria Cafeteria Supermercados Outros serviços pessoais Cabeleireiro e centros de beleza Moda, têxtil e confecção Educação Alimentação Alimentação

Quantidade 1 2 1 5 1 1 2 1 1 1 1 1 2 1 1 1 2 1 1 2 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 2 1

A expansão temporal das atividades comerciais varejistas na cidade de Presidente Prudente (SP) 163

Horário Sábado Tipologia 8h 19h Educação 8h 21h Cabeleireiro e centros de beleza 8h 21h Farmácia e drogaria 8h 22h Bar e lanchonete 8h 22h Farmácia e drogaria 8h 23h59 Farmácia e drogaria 8h15 21h Supermercados 8h15 15h Moda, têxtil e confecção 8h15 15h Outros tipos de comércio 9h 14h Cabeleireiro e centros de beleza 9h 14h Fotografia, gráfica e vídeo clube 9h 15h Alimentação 9h 15h Calçados e acessórios de couro 9h 15h Moda, têxtil e confecção 9h 15h Móveis, eletrodomésticos e decoração 9h 17h Outros serviços empresariais 9h 18h Educação 9h 18h Outros tipos de comércio 9h 19h Cabeleireiro e centros de beleza 9h 19h Outros tipos de comércio 9h 20h Moda, têxtil e confecção 9h 20h30 Bar e lanchonete 9h 21h Bijuteria e relógios 9h 21h Calçados e acessórios de couro 9h 21h Farmácia e drogaria 9h 21h Outros tipos de comércio 9h30 20h Móveis, eletrodomésticos e decoração 12h 18h Móveis, eletrodomésticos e decoração 12h 18h Academia e clubes esportivos 12h 19h Alimentação 12h 23h59 Restaurante 18h 23h59 Restaurante 18h30 23h59 Restaurante Total Total estabelecimentos estudados Fonte: Elaboração do autor.

Quantidade 1 1 1 1 2 1 1 1 1 1 1 2 1 2 6 1 1 1 2 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 86 192

164

Perspectivas da urbanização

Aos domingos não há um horário standard ou habitual, mas os estabelecimentos que abrem são poucos18. De fato, no Calçadão não há nenhum estabelecimento, enquanto na Avenida Coronel Marcondes abrem os estabelecimentos já citados de 24 horas e outros como farmácias, postos e supermercados (Quadro 8). No total, 18% dos estabelecimentos, dos quais oito são estabelecimentos do comércio varejista (4% do total), e destes oito estabelecimentos, três pertencem a lojas dentro de um dos supermercados e outros três são estabelecimentos de alimentação, como padaria e rotisseria.

Quadro 8. Avenida Coronel Marcondes – Estabelecimentos que abrem os domingos Tipologia

Quantidade

Academia e clubes esportivos

1

Alimentação

3

Bar e lanchonete

4

Bijuteria e relógios

1

Calçados e acessórios de couro

1

Farmácia e drogaria

7

Hospitais, clínicas e consultórios médicos

2

Hotel

1

Outros serviços pessoais

5

Outros serviços públicos

1

Outros tipos de comércio

1

Postos

3

Restaurante

2

Serviços de transporte

1

Supermercados

2

Total

35

Total estabelecimentos estudados

192

Fonte: Elaboração do autor.

Os domingos são considerados como dia de repouso semanal de acordo com o disposto no decreto 27048, de 1949. Disponível em: .

18

A expansão temporal das atividades comerciais varejistas na cidade de Presidente Prudente (SP) 165

Considerações finais O horário comercial não é só uma adaptação às mudanças nas atividades e práticas dos indivíduos, é um indicador de organização das empresas. Só aquelas com uma maior capacidade de organização19 vão poder ter um horário extenso e oferecer um leque de combinações maior aos consumidores. Por este motivo, pode-se afirmar que os horários comerciais são um indicador, neste momento, do nível técnico de cada estabelecimento. A evolução recente dos horários comerciais no comércio varejista de Presidente Prudente tem mostrado uma tendência de expansão, com a aparição de novas formas comerciais, o que parece estar em sintonia com o processo identificado por Linder (1970)20. Mas, se a implantação dessas novas formas comerciais, principalmente shopping centers e hipermercados, tem expandido os horários da cidade, no caso dos eixos comercias estudados, esse fenômeno tem acontecido de uma forma muito desigual21. A mudança mais evidente é a expansão dos horários para os finais de semana, tentando capturar o conjunto de indivíduos que têm tempo livre, como já foi mencionado. No caso estudado, esta tendência parece evidente para todo o comércio em geral. A análise da legislação mostrou claramente a intenção de deslocar as horas da semana para o final de semana, fato que chegou de forma mais espontânea por decisão dos comerciantes22, a partir da experiência de um decreto já revogado. Fica evidente, portanto, que no comércio de Presidente Prudente existe uma dupla fronteira temporal. Apesar da cidade, em seu conjunto, ter estendido consideravelmente o horário comercial para o horário noturno, existe uma divisão clara entre a fronteira das novas formas comerciais plaNesse sentido, para ter um horário estendido, a empresa, nas condições laborais atuais, deve fazer frente a um número de trabalhadores maior e a mais gastos fixos, mas também, a dificuldades maiores na hora de contratar trabalhadores, por exemplo. 20 E não só no caso brasileiro, os conflitos identificados em algumas cidades da Espanha (AFEDECO, 2014) parecem indicar que é um processo generalizado em outros países. 21 Montessoro (1999) mostra como a implantação do shopping center Parque Shopping de Presidente Prudente mudou a centralidade da cidade e atraiu um número considerável de estabelecimentos de comércio e serviços ao redor dele. Mas, no sentido do horário comercial, os estabelecimentos mantinham o padrão indicado para a Avenida Coronel Marcondes, e não o horário do shopping ou similares. 22 Seria conveniente investigar como foi realizado este processo e quais agentes estiveram implicados. 19

166

Perspectivas da urbanização

nejadas e dos comércios de rua. De fato, só os primeiros têm alcançado o horário noturno. Para a maior parte do comércio, ainda existe uma fronteira muito evidente demarcada pelas 18h de segunda à sexta-feira. Outra fronteira ainda mais marcada é a estabelecida aos sábados e domingos. Os sábados são um período temporal onde o processo está avançando de forma mais desigual. Por enquanto, só algumas poucas lojas do Calçadão têm tentado estender o horário para além do horário standard. O resultado é que os grandes estabelecimentos planejados conseguem concentrar a centralidade durante boa parte do dia. Os horários dominicais são a maior fronteira de todas, afetando a todas as tipologias, mas de forma diferente, visto que os shopping centers e hipermercados reduzem as horas de funcionamento e os estabelecimentos comerciais varejistas dos eixos, tendencialmente, permanecem fechados.

Agradecimentos O autor agradece a colaboração de Vitor Miyazaki no trabalho de campo realizado e de Nécio Turra Neto pela correção do texto e as sugestões dadas.

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A expansão temporal das atividades comerciais varejistas na cidade de Presidente Prudente (SP) 167

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Capítulo 8

¿De ciudad media a capital regional? El caso de Chillán y la posible nueva región del Ñuble, Chile Cristián Henríquez1 Federico Arenas2 Francisco Maturana3 Leonel Pérez4

Introducción Chile es un Estado unitario dividido en la actualidad en 15 regiones político-administrativas, incluyendo la Región Metropolitana de Santiago, la que no solo incluye a la capital del país sino que además concentra más del 40% de la población, así como una parte muy significativa de la actividad económica: más del 48,8% del Producto Interno Bruto (PIB) regionalizado, al año 2013, según las cifras del Banco Central de Chile (2015). El proceso de regionalización fue implementado bajo la dictadura militar del General Augusto Pinochet, a través de la Comisión Nacional de Reforma Administrativa (CONARA) en 1974, aunque las raíces de este proceso pueden encontrarse en los primeros intentos de regionalización realizados por la Dirección de Planeamiento del Ministerio de Obras Públicas, en los años cincuenta y más tarde, en la propuesta de regiones de planificación impulsada por la naciente Oficina de Planificación Nacional (ODEPLAN) a 1 Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile. Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS) CONICYT/FONDAP/15110020. Vicuña Mackenna 4860, Macul, Región Metropolitana. 2 Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile. Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS) CONICYT/FONDAP/15110020. Proyecto AnillosSOC1106. 3 Instituto Chileno de Estudios Municipales, Universidad Autónoma de Chile. 4 Universidad de Concepción. Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS) CONICYT/FONDAP/15110020

169

170

Perspectivas da urbanização

fines de los años sesenta (ARENAS, 2009). Originalmente se crearon 12 regiones, más la Región Metropolitana de Santiago, en función de las 25 provincias, que conformaban la estructura político administrativa tradicional del país. La autoridad máxima de la región es el Intendente Regional (designado hasta ahora por el Presidente de la República), de la provincia el Gobernador (también designado) y del municipio el Alcalde, el que es elegido democráticamente. Las últimas dos nuevas regiones, creadas luego del retorno de la democracia en 1990, son las regiones de Los Ríos y de Arica Parinacota. Estas debieron pasar por un estudio de factibilidad que lidera el organismo encargado en el país, que corresponde a la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (SUBDERE), del Ministerio de Interior, la que define una serie de criterios y requisitos para que un territorio se transforme en una nueva región, provincia y comuna. Dentro de estos se considera aspectos como jerarquía económica, dimensión geográfica, población, redes, pero por sobre todo la existencia de una petición basada en un acuerdo social que incluya al conjunto de la comunidad regional organizada, y en la necesidad de mantener un equilibrio entre la posible nueva región y la que podríamos denominar “región residual”, es decir el resto del espacio regional una vez escindido aquel correspondiente a la nueva unidad político administrativa de nivel regional. La actual Región del Biobío, está conformada por 54 comunas organizadas en cuatro provincias: Concepción, Ñuble, Biobío y Arauco, siendo su capital Concepción, que junto a otras 10 comunas de la Provincia (Concepción, Coronel, Chiguayante, Hualpén, Hualqui, Lota, Penco, San Pedro de la Paz y Talcahuano), conforman el Gran Concepción, tercera metrópoli más importante del país luego de Santiago. En los últimos años ha surgido con fuerza la iniciativa de transformar la Provincia del Ñuble en una nueva región, la Región del Ñuble, en consideración de sus dinámicas y aspiraciones particulares. La capital de esta nueva región sería la ciudad media de Chillán, principal urbe y capital de la actual provincia homónima, cabecera urbana que articula a una red de centros menores. Esta ciudad (conurbación de Chillán y Chillán Viejo) posee una población urbana de 183.972 habitantes de acuerdo a datos no oficiales del censo de 2012, que representan al 10% de la población urbana regional y más del 40% de la población provincial (INE, 2013). En este escenario surgen los principales cuestionamientos a la mencio-

¿De ciudad media a capital regional? 171

nada solicitud de creación de una nueva región: ¿cómo son las actuales dinámicas de crecimiento de Chillán que sustentarían la creación de una nueva región? ¿Cuáles son los niveles de influencia de Chillán en su hinterland? ¿Hay factibilidad política para la nueva Región de Ñuble? ¿Cómo se visualiza el desarrollo de una ciudad media como ciudad capital de una nueva región?

Tendencias y proyecciones de la ciudad de Chillán El desarrollo reciente de la ciudad media de Chillán ha estado ligado al fuerte despliegue de actividades económicas importantes para el país y la región, correspondientes a rubros industriales y servicios, vinculados con actividades agrícolas, forestales y comerciales que han caracterizado la inserción del país en la globalización económica y en los flujos de capitales, bienes e informaciones. Esta ciudad ha cumplido un importante rol de intermediación entre lo local y global, y ha experimentado las transformaciones consecuentes sobre las estructuras y procesos urbanos, así como sobre la estructura socioeconómica de su población. En este sentido, en los últimos años la ciudad ha sido impactadas por fuerzas económicas vinculadas principalmente a las actividades silvoagrícolas (HENRÍQUEZ, 2014). La ciudad de Chillán se emplaza en la Región del Biobío, a los 36º 37’ S de latitud y 72º 06’ W de longitud, a una altitud media de 114 m, y pertenece a la comuna de Chillán y Chillán Viejo5 (Figura 1). Entre 1978 y 2013 la urbanización de Chillán ha aumentado 53,1% (1.783,0 ha), pasando de 1.577,5 ha en 1978 a 3.360,6 ha en 2013, creciendo a una razón de 50,9 ha por año (HENRÍQUEZ, 2014). El sistema urbano de Chillán, en el contexto regional, presenta funciones propias de lugares centrales que satisfacen las demandas de bienes y servicios de los centros menores del área adyacente en sus respectivas provincias, y también ofrece funciones específicas para zonas no locales (MARDONES et al., 2001). En términos de jerarquía urbana, tanto Chillán y como la ciudad de Los Ángeles, ubicada unos 100 km más al sur, corresEsta comuna se creó por iniciativa del presidente de la República Patricio Aylwin Azócar y se constituyó como comuna el 29 de diciembre de 1995, a través de la Ley Nº 19.434 (ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE CHILLÁN VIEJO, 2002). 5

172

Perspectivas da urbanização

ponden a las dos ciudades más importantes en la Región del Biobío luego de la conurbación Concepción-Talcahuano. A partir de un estudio sobre la jerarquía funcional de las ciudades de la región, se estableció que Chillán ocupa el segundo lugar (con 90 funciones) y Los Ángeles, el tercero (con 84 funciones), a continuación de la conurbación Concepción-Talcahuano, que ocupa el primer rango jerárquico de la región (con 93 funciones). Estas ciudades, incluidas en el estrato jerárquico II, desarrollan “absolutamente todas las funciones presentes en los estratos inferiores, agregando nuevos servicios propios de su nivel: edición de periódicos, ópticas, agencia de líneas, gobernación, aeropuertos, servicio de télex y los más variados servicios profesionales y financieros” (MARDONES et al., 2001, p. 343). Pese a que las actividades primarias no son consideradas estrictamente urbanas, presentan una importancia en la economía regional y también local (MARDONES et al., 2001). La actividad comercial desarrollada al interior de los mercados centrales de la ciudad está vinculada principalmente a la transacción de productos agropecuarios provenientes del hinterland rural contiguo. Se estima que 20 mil personas, en un radio de 25 km, viajan diariamente a vender o a abastecerse a este polo comercial. Esta actividad ha generado grandes problemas de congestión vehicular por las deficiencias en materia de conexión vial. Se estima que la ciudad tiene un parque vehicular de 43.918 y se realizan 296.197 viajes diarios (ÁLVAREZ, 2014). Su dinamismo también se ve expresado en que empresas de comercio y servicios asociadas al agronegocio comienzan a tener una gran preponderancia económica en la actualidad (HENRÍQUEZ et al., 2012). Un factor que explicaría este dinamismo urbano corresponde al crecimiento poblacional; en efecto hay una relación directa entre superficie construida y cantidad de habitantes. Sin embargo entre 1978 y el 2002 la población crece a una tasa levemente mayor que la superficie urbana, y a partir de este último año se produce un rápido crecimiento de la superficie urbana, mientras que la población lo hace a tasas menores (HENRÍQUEZ, 2014). Este patrón de crecimiento sugiere que a principios de la década de los noventa en el siglo pasado, aproximadamente, se produce un cambio en los patrones de crecimiento espacial urbano, que alcanza valores sin precedentes en la historia de la ciudad, lo cual puede ser vinculado con el auge económico experimentado por el país, especialmente a mediados de esa década. En efecto, el país creció, en términos de producto interno bruto

¿De ciudad media a capital regional? 173

(PIB), entre 1985 y 1994 a una tasa promedio del 6,8% (AGOSÍN, 1996), lo que es excepcionalmente elevado, tanto en comparación con la experiencia anterior, durante la crisis económica internacional de 1981, como la experiencia posterior, durante la crisis asiática de 1997. Las tendencias observadas tampoco reflejan claramente los efectos de la crisis financiera mundial de 2008-2009 (HENRÍQUEZ, 2014).

Figura 1. Chillán – Localización en la Región del Biobío.

Fuente: Elaboración propia.

En la Tabla 1 se exhiben las tasas de expansión urbana y de crecimiento demográfico anual. La tasa de expansión urbana se ha mantenido en un

174

Perspectivas da urbanização

nivel muy similar al observar el período inicial (2,2%) y final (2,5%). En el caso de la tasa demográfica, tiene un comportamiento muy similar, con una tendencia a la baja como se ha mencionado, bordeando el 1%. Esta afirmación se refuerza si se observa la evolución de la densidad de población entre 1978 y 2012, la cual ha retrocedido de 68,8 habitantes por hectárea a 56 hab./ha (HENRÍQUEZ, 2014).

Tabla 1. Chillán – Tasas de expansión urbana y demográfica (1970-2012). Periodo censal

Tasa expansión urbana (%)

Tasa de crecimiento demográfico (%)

1970-1982 2,20 2,73 1982-1992 1,88 1,88 1992-2002 2,63 1,36 2002-2012 2,58 1,03 Fuente: Datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y Henríquez (2014).

Si se compara el crecimiento demográfico de Chillán con urbes de tamaño similar u otras capitales regionales del país, se observa que no tiene una tasa de crecimiento destacada como, por ejemplo, Puerto Montt o Antofagasta. En efecto, en términos de jerarquía comparada ha perdido cinco puestos en el rango a partir de1960 (INE, 1999; INE, 2005). Lo anterior no significa que no sea relevante en la Provincia de Ñuble y que eso la haga tener un dinamismo polarizante, pero es una ciudad con tendencia regresiva y sujeta a los vaivenes del mercado, por ejemplo, a la caída de precios de cultivos tradicionales, la competencia interna y externa, entre otros factores. De todas maneras es una ciudad que tiene un peso demográfico que bordea al promedio de ciudades capitales regionales chilenas, sin considerar las tres grandes metrópolis (Santiago, Valparaíso y Concepción), que asciende a alrededor de 210.000 habitantes (Censo 2012). Su tamaño actual la posicionaría en el lugar 11 del ranking de ciudades capitales, por sobre Temuco, Copiapó, Valdivia, Punta Arenas y Coyhaique. Otro vector de desarrollo corresponde a la relación entre el crecimiento urbano y las tasas de crecimiento de plantaciones, de acuerdo a los datos de los censos agropecuarios (1976, 1996 y 2007). En términos generales, existe

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una relación estrecha entre el crecimiento espacial de la ciudad y el despliegue de usos de suelo ligados a la explotación de recursos naturales, al interior del territorio provincial. La relación de la tasa de crecimiento anual de superficie urbana de Chillán (2,13%), para el período 1976-2007, es similar con la tasa de crecimiento anual del rubro hortalizas y flores (1,93%) en la Provincia del Ñuble. Este rubro se puede vincular a un comercio de menor escala, orientado a satisfacer las demandas locales. Dentro de las principales hortalizas se puede mencionar tomates, choclos, espárragos, porotos granados, porotos verdes, entre otras (HENRÍQUEZ, 2000). Sin embargo, las tasas más altas de crecimiento anual de superficies plantadas corresponden al sector forestal (5,42%) y frutícola (4,56%), las que son mucho mayores a las manifestadas por el crecimiento urbano. De todas formas, estos dos últimos rubros se pueden considerar como variables importantes en la explicación de la expansión urbana, especialmente el rubro forestal, ya que está reflejando no solo una transformación del uso de suelo forestal, sino que además da cuenta de un fuerte proceso de industrialización, representado por el emplazamiento de empresas ligadas a la producción de madera y derivados que dependen del bosque de pino radiata y en menor medida del eucalipto. Este proceso se puede esgrimir como un factor importante del actual crecimiento urbano de Chillán (HENRÍQUEZ, 2014) y que se ve reflejado especialmente en el paisaje del secano costero de la Provincia. De acuerdo a las transformaciones y tendencias observadas en distintos ámbitos comerciales y productivos se puede establecer que la ciudad está fuertemente impactada por la irrupción de nuevos agentes económicos ligados a grandes cadenas comerciales de capitales nacionales e internacionales (mall, universidades, clínicas, etc.). El comercio tradicional no obstante, aún mantiene una presencia destacada, espacialmente a través del Mercado Central, ícono de la ciudad, brindando espacio a actividades tradicionales (HENRÍQUEZ et al., 2012). Algunas industrias destacadas en Chillán corresponden a Masisa, Carnes Ñuble, Propa S.A., Danone, Agrobest, Indaval y Sociedad de Pétreos S.A. Se puede decir que en Chillán se encuentran partes de circuitos espaciales de producción de algunos importantes productos asociados a las redes de agronegocio. En la comuna de Chillán Viejo también existen industrias, aunque de menor nivel económico respecto a la comuna de Chillán (HENRÍQUEZ et al., 2012).

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Ñuble región, ¿un territorio posible? Las disparidades entre territorios son un fenómeno que preocupa a diferentes teorías económicas de organización del espacio (MONCAYO, 2001). A partir de lo anterior, el bienestar que experimentan estos podría estar asociado a la cantidad de recursos y la posibilidad de decisión en cuanto al destino de recursos emanados del Estado central como, por ejemplo, a escala regional los presupuestos en el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) o escala comunal los provenientes del Fondo Común Municipal. Bajo este escenario es que diferentes territorios (a escala diferenciada) observarían que adquirir un estatus en un nivel de la división política administrativa (comuna o región, por ejemplo), podría traducirse en mayores beneficios para sus habitantes dado que al ser parte, junto a otros, de un territorio político administrativo más grande, los recursos se polarizan y no se garantiza una distribución equitativa entre los distintos espacios. Es así como en la Provincia de Ñuble – desde hace bastantes años – se ha expresado el deseo de independizarse de la Región del Biobío, puesto que sus habitantes perciben un “olvido” en cuanto a la focalización de recursos y la concentración que estos experimentarían en la provincia de Concepción. En efecto, estadísticas del Gobierno Regional del Biobío indican que al menos el 30% de los recursos del FNDR, en los últimos tres años, han sido ejecutados exclusivamente en dicha provincia, lo anterior resulta relevante si se considera que existen otras tres provincias en cuestión que abarcan más del 77% de las comunas de la región. Probablemente la explicación está dada por la mayor concentración de población en la Provincia de Concepción. En este contexto es que el año 1997 se constituye el comité “Ñuble Región” que agrupa a diferentes organizaciones sociales, culturales y comunas que han buscado a lo largo de los años una independencia regional para la provincia. Esta demanda, asociada a la de otros territorios, originó que en el año 2003 la SUBDERE desarrollara un estudio evaluando la posibilidad de crear nuevos espacios regionales. Dos casos fueron estudiados en esa oportunidad: Arica (vinculada a la actual Región de Arica y Parinacota), y Valdivia (asociada esta última a la actual Región de Los Ríos), ya que ambos se habían transformado en peticiones permanentes hacia el Estado central. En aquella ocasión, para efectos de realizar un cálculo estimado de costo de instalación de una nueva región en el país, se decidió

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analizar el caso de Ñuble, como supuesta nueva región, con el fin de simular un ejercicio de instalación de una nueva unidad político administrativa de nivel regional y compararla con los casos de Arica y Valdivia. Entre las razones de la elección, estuvo el hecho que se buscó un territorio que no tuviese fuertes reclamaciones o intenciones de transformarse en una nueva región (lo que claramente fue un diagnóstico equivocado), con el fin de no abrir, desde el Estado central, un nuevo frente de conflicto. En el mencionado estudio, solo el espacio que comprendería a la Región de Los Ríos calificaba para constituirse en región, según la metodología utilizada. En un ranking establecido en el marco de ese estudio, la hasta entonces hipotética Región de Ñuble, resulta en segundo lugar y, en tercer lugar Arica. Posteriormente el año 2007 la SUBDERE encarga un nuevo estudio que, finalmente, respalda la creación de las regiones de Arica y Parinacota y de Los Ríos. Entre tanto, ya se había instalado la demanda de Ñuble, incluyendo el argumento de que en el estudio del 2003 dicha provincia presentaba mejor posición relativa para constituirse en región, que el caso del territorio del extremo norte del país. Muchas de las provincias del Chile central podrían aparecer por sobre Arica en un análisis comparativo, usando la metodología del mencionado estudio. Lo anterior y sumado al ímpetu del comité “Ñuble Región”, originó que en el año 2013 la SUBDERE confeccionará un estudio para analizar la pertinencia de la creación de una nueva “Región de Ñuble”. Dicho estudio arrojó como resultado que desde un punto de vista técnico, si bien existían fortalezas que posibilitarían una posible creación del espacio regional, otras provincias de la región se encontraban igualmente perfiladas para constituirse en región bajo un escenario teórico. No obstante, desde un punto de vista de la participación y exigencias de la población, principalmente vinculadas al comité Ñuble Región que aglutina a personas de todas las comunas de la Provincia de Ñuble, se observa a partir del trabajo de encuestas llevado a cabo en dicho estudio, que un 88,2% de los habitantes de las comunas que componen la provincia se mostraban muy favorables o favorables a la creación de la región y el 84,29% indicaba que la calidad de vida en caso de crearse una Región de Ñuble mejoraría (SUBDERE, 2014).

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Chillán como centro articulador de la Provincia del Ñuble La Provincia de Ñuble, está compuesta por 21 comunas y según el último censo oficial disponible (2002) contaba con una población de 438.103 habitantes. La distribución de la población es bastante desigual, en efecto, al observar la Figura 2 queda de manifiesto que la conurbación Chillán-Chillán Viejo, concentra un 42,2% de la población provincial, lo cual evidencia la polarización en el espacio, puesto que la segunda comuna que le sigue – San Carlos – posee solo un 11,5% y posteriormente el resto de la población se distribuye de manera bastante homogénea no superando el 5% de la población total provincial en cada espacio comunal. La estadística recién indicada se vincula directamente con las interacciones de movilidad trabajo-estudio que se efectúan en el territorio. Así al observar los saldos, se aprecia que el 65% de las comunas presenta saldos negativos, expulsando población hacia comunas de mayor jerarquía. A la inversa, Chillán destaca con la mayor atractividad bordeando el 28%, es decir, es el polo de máxima atracción de la provincia. Al calcular la centralidad weighteddegree con el software Pajek y plasmar dichos valores en un carta con círculos proporcionales, se observa como la comuna de Chillán se constituye en las más central de toda la provincia, seguida de San Carlos, Coihueco y Bulnes (Figura 3). Lo anterior expresa que la centralidad de estas comunas estaría relacionada a la cantidad de población que poseen y a su localización geográfica, las que salvo Coihueco, se sitúan en la depresión intermedia del territorio en torno a la ruta 5, eje principal que conecta al país. En términos de interacción, la misma figura expresa que los mayores vínculos se establecen entre Chillán y diferentes comunas. Además para tales comunas, respecto a la totalidad de sus flujos enviados, la proporción que interactúa con Chillán es notoriamente predominante. Por ejemplo el 80,6% de los flujos de salida (respecto al total) desde San Carlos se dirigen hacia Chillán, Coihueco-Chillán (84,6%), San Ignacio y San Nicolás con Chillán (76,1% y 79,8% respectivamente). Lo anterior, denota la fuerte dominación de la capital provincial respecto a las otras comunas.

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Figura 2. Provincia de Ñuble – Población de las comunas (2002).

Fuente: Elaboración propia a partir de INE (2002).

Figura 3. Provincia del Ñuble – Centralidad de weighted y magnitud de interacciones.

Fuente: Elaboración propia a partir de INE (2002).

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Así, apoyados por el resultado expresado en la Figura 4, se concluye que desde un punto de vista de la interacción que generan las comunas, existiría un patrón espacial asociado a la distancia entre estas, donde en un principio, se podría establecer que la interacción comunal disminuye a medida que aumenta su distancia geográfica. No obstante, el conglomerado Chillán-Chillán Viejo, se constituye en una sola gran unidad, que polariza el espacio y no obedece a esta regla, lo anterior se fundamenta en que Chillán aparece como una unidad aislada jerárquicamente por sobre el resto de las comunas y vinculada con ellas de manera diferenciada. En efecto, el dendograma presente en la Figura 4, expone el índice de disimilitud, el cual permite observar qué comunas están interactuando de manera similar tanto en su conexión como en las magnitudes. Se constituyen cinco conglomerados de interacción, destacándose el conglomerado 4, en el que las comunas de Bulnes, Coihueco y San Carlos realizan una interacción similar, asociada principalmente hacia Chillán. Por otro lado, la agrupación 2, compuesta por comunas localizadas al sur de Chillán, cuya conexión si bien es hacia este espacio, es de menor envergadura que las mencionadas anteriormente en el conglomerado 4. La misma situación se desprende para el grupo de comunas 3, cuya localización es contigua a la capital provincial tanto al oeste como al este. Lo anterior expresa y refuerza la idea de polarización que realiza esta comuna y como, en cierta medida, las comunas localizadas en el secano costero se encuentran “desconectadas” de la capital provincial. Desde un punto de vista migratorio y analizando la atractividad que las comunas de la provincia han desarrollado entre 1982 y 2002, se observó que solo cinco comunas presentan saldos positivos de población (Figura 5). Chillán se alza como la segunda comuna con mayor atractividad bordeando el 15%, considerando además que en términos de la magnitud de la atracción de población, supera con creces al resto de las comunas. Adicionalmente, el gráfico deja de manifiesto la situación compleja de algunas comunas de la provincia, en términos de su posicionamiento ya que aproximadamente el 50% de ellas presenta una atractividad negativa, superior al 10%, inclusive algunas sobre el 25%, destacando los casos Ninhue, Cobquecura y el Carmen. Cabe señalar que los casos de Ñiquén y Trehuaco son bastante llamativos ya que su alta atracción está explicada por el periodo 1977-1982, donde posiblemente la actividad forestal pudo tener un rol en ese dinamismo, aunque se debe considerar que si bien dicha variación es

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porcentualmente importante, en términos de magnitud ella es despreciable para el análisis. A la luz de los antecedentes expuestos, se puede concluir que la Provincia de Ñuble es un territorio altamente polarizado. Posiblemente en algunas comunas rurales con vocación hacia cultivos tradicionales (los cuales han presentado una crisis desde hace ya bastantes años) han contribuido a una desvalorización de esos espacios, generando procesos de expulsión de población y baja actividad económica. Lo anterior potenciado por la baja población existente y una industria forestal de monocultivo de bajo valor agregado y empleo de mano de obra.

Figura 4. Provincia de Ñuble – Dendograma de equivalencia estructural de las comunas de la provincia.

Fuente: Elaboración propia a partir de INE (2002).

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Este escenario, que no es ajeno a otros sistemas a escala regional, como por ejemplo el caso de la Araucanía con la polarización de Temuco (MATURANA; VIAL; POBLETE, 2012), hace reflexionar acerca de la pertinencia de crear un nuevo espacio regional.

Figura 5. Provincia de Ñuble – Atractividad migratoria (%) entre 1982 y 2002 comunas de la provincia.

Fuente: Elaboración propia a partir de INE (1982, 1992 y 2002).

Desde el punto de vista físico natural, es posible encontrar espacios bastantes homogéneos en la configuración regional expresada por la ODEPLAN en polos de desarrollo, apoyada por lo realizado posteriormente por CONARA, con una coherencia bastante clara en el uso del espacio desde un punto de vista económico y natural, y que en muchos casos incluso es válida hasta nuestros días. La idea de precariedad expresada por los habitantes de algunos territorios, sumada a una noción de “identidad” haría surgir ciertos movimientos “regionalistas” (guardando la proporción) que demandan “autonomía” bajo la exigencia de poder acceder a más recursos y con mayor capacidad de decisión de inversión de estos. Bajo ese escenario, la Provincia de Ñuble se encontraría en una situación discutible para ser región. Quizás el primer aspecto es que, en la actualidad, no existe un polo urbano que pueda compensar el rol que ejerce

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Chillán. Por lo tanto, dadas las dinámicas espaciales actuales y la tendencia expresada por el sistema, sugerirían que la distribución de población no solo se mantenga bastante similar a la ya desarrollada, sino que las disparidades sean acrecentadas y que una nueva región reforzaría el rol de Chillán, con impactos posiblemente nocivos para las otras comunas, más allá que posiblemente en términos globales, el territorio de la nueva región pueda efectivamente ver aumentados sus recursos. El nuevo espacio regional estaría altamente polarizado y existiría una fuerte dependencia respecto de la capital provincial actual, en lo que podría definirse como nuevas formas de centralismo intra-regional. Este aspecto resulta fundamental en el debate, ya que la idea de regionalización iría asociada a un imaginario que se traduce en un directo aumento de recursos, basado en que en la actualidad en el espacio regional del Biobío no se ha podido entregar señales de una distribución equilibrada de las inversiones. Aquí es cuando en el imaginario de las comunas de la Provincia de Ñuble emerge la idea de independencia y, si bien Chillán podría polarizar aún más el espacio, la situación no sería peor que la que actualmente existe en dicho espacio. Así Chillán sería el polo concentrador de bienes y servicios, de poder político, de servicios culturales y de toda la gama de actividades que exijan alguna economía de escala o una mayor especialización, escenario bajo el cual el destino de las otras comunas no estaría del todo claro. Factibilidad para una nueva Región Hay dos estudios realizados por la SUBDERE (2003, 2013) que han evaluado creación de una región para el espacio provincial en Ñuble. Desde un punto de vista técnico, ambos estudios han determinado que sus posibilidades no serían del todo destacables, pese a que si se considera y comprende (especialmente en el estudio de 2013), que se trata de una unidad tanto natural como humana, que se diferencia del resto del espacio de la Región del Biobío. En efecto, en términos naturales principalmente expresados por la cuenca del Itata, existe un espacio que se concibe bastante homogéneo, más allá de las unidades ambientales que se extienden tanto al norte como al sur de la Provincia de Ñuble. No obstante esta diferenciación, la coherencia natural es solo un factor y existen otros elementos asociados a la cantidad de población, el capi-

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tal humano disponible, la superficie productivas en términos agrícolas y forestales, la conexión marítima, la conectividad vial, actividades económicas tanto urbanas como rurales, infraestructura, entre otros, que son elementos a considerar para la pertinencia de crear un nuevo espacio regional y que fueron analizados en los estudios anteriormente indicados y cuyo resultado es que la provincia no calificaba del todo para constituirse en una nueva región. Sin embargo, otro aspecto que debe ser considerado es la identidad del territorio y el deseo de sus habitantes. Respecto a esto ya se indicó la alta aprobación hacia la conformación de una región por parte de los habitantes que componen el espacio provincial, pero aun así cabe una reflexión: ¿es necesario crear una región para distribuir de mejor manera los recursos y focalizar el gasto? ¿Es necesario crear un nuevo territorio para descentralizar las decisiones? Sin duda no. En la actualidad, Francia debate sobre fusionar regiones, más que crear nuevos espacios y la asamblea de este país acaba de aprobar la creación de 13 regiones reduciendo las 22 que existían (GOBIERNO DE FRANCIA, 2015). En consecuencia, para muchos de los desafíos que se mencionan, el foco no sería la creación de nuevos espacios sino que avances en una descentralización fiscal y política, vinculados a un aumento de los recursos y programas específicos, que contribuyan al mayor bienestar de territorios rezagados, en los que sienten que el progreso y los recursos están polarizados. En esta línea, si bien las reivindicaciones identitarias pueden ser relevantes para la población de la Provincia de Ñuble, la identidad particular de diferentes territorios en Chile es bastante limitada, existe una homogeneidad en términos de idioma, costumbres y antepasados, lo que implica que salvo las excepciones producto de la presencia de población indígena, no existen grandes diferencias en términos identitarios. Lo anterior, se expresa en el éxito de la temprana construcción del Estado Nacional (ROJAS, 2013; VALENZUELA, 1999). Finalmente, cabe considerar que la sola existencia de un sentimiento identitario no es suficiente para construir un regionalismo consistente y, que es necesario considerar la existencia profunda de una base material, la coyuntura histórica (nivel de desarrollo relativo del Estado nacional), entre otros (ROJAS, 2013). Sin embargo, más allá de lo anterior el desarrollo actual de la provincia plantearía desafíos importantes al constituirse en una teórica nueva región. Las comunas que componen el secano costero presentan una notable

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decadencia, aspecto que queda reflejado tanto en su cantidad de población como en su pérdida por migración hacia otros territorios más dinámicos. Del mismo modo, las comunas localizadas en el sector cordillerano, y a pesar del desarrollo turístico importante de la comuna de Pinto, no presentan un dinamismo relevante, lo cual ha reforzado el rol de Chillán como centro articulador. En consecuencia, si este es el desafío en términos estratégicos y prospectivos, se requeriría de un proyecto de región distinto a lo hasta ahora conocido, sólidamente constituido y con una estrategia de apoyo sostenido desde el Estado central, si es que el objetivo es generar un espacio viable, cohesionado, con mejores niveles de bienestar y oportunidades y en el que estas se puedan irradiar a los diferentes territorios de la nueva unidad político administrativa.

Conclusiones. Desafíos político-institucionales para la ciudad y la región Si bien en Chile se han desarrollado estudios que contribuyen a la toma de decisiones en cuanto a segmentar el espacio y constituir una nueva región, en la práctica la decisión ha estado asociada más bien a aspectos políticos, donde la negociación y los juegos de interés cobran importancia, dejando los aspectos técnicos relegados a un segundo plano. En la actualidad, constituirse en región (para la Provincia de Ñuble o cualquier otro territorio), no es garantía de mayor bienestar, incluso si en términos globales la nueva unidad político administrativa consigue un aumento de recursos (lo que tampoco está garantizado ya que los fondos transferidos desde el Estado central serán los mismos, solo que ahora deberán dividirse en una unidad más por la creación de una nueva región). El desafío de una correcta asignación de los recursos en una nueva unidad político-administrativa y de la existencia de capacidad técnica y humana para su uso eficiente, no se resuelve por la sola creación de una nueva región. No obstante, si la nueva región fuera creada como un proyecto de largo plazo, planificado para generar innovación y desarrollo, con incentivos para contratación de capital humano, inversión de infraestructura, entre otros, se podría avanzar en dirección a un mayor bienestar de los habitantes de las distintas comunas que componen el territorio de la posible

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nueva Región de Ñuble. El problema radica en que dichas acciones tengan viabilidad y su ejecución los resultados adecuados, dado que la realidad demuestra que aplicando el mismo esquema existente para la creación de nuevas unidades político administrativas de nivel regional, se han conseguido escasos resultados. Lo que sí podría ocurrir con toda seguridad, es que Chillán se vería potenciada en cuanto a su rol como centro de control político y económico de nueva región y, sin duda, sería la comuna que contaría con un aumento sustancial de recursos y poder en el nuevo espacio regional, generando lo que se denomina un nuevo centralismo intra-regional. En este sentido también se vería beneficiada la comuna de Chillán Viejo. Por otro lado, de acuerdo a los resultados analizados la nueva región carecería de un segundo centro urbano que contrapese la jerarquía de Chillán, en este sentido se podría pensar en incluir a la ciudad de Parral y su hinterland lo cual le daría una mayor solidez a la propuesta, pero abriría otros cuestionamientos respecto al fraccionamiento de la Región del Maule. Sin embargo, los estudios de factibilidad SUBDERE no han considerado esta posibilidad, centrándose solo en la Provincia de Ñuble. Además, ante ese escenario, la modificación se efectuaría en dos espacios regionales, lo cual complejiza cualquier tipo de decisión, teniendo en consideración que finalmente habría que reconfigurar dos regiones, lo cual no parece sencillo en términos políticos, teniendo en consideración que en algún momento también se habló de la creación de la una nueva región en Maule sur. La Comisión de la Política Nacional de Desarrollo Urbano, ha abierto el debate al proponer ideas sobre una posible configuración regional de espacios metropolitanos, donde la Provincia de Arauco pasaría a ser parte de la Región de La Araucanía, la Provincia de Concepción un “espacio regional metropolitano” y el remanente de la actual Región del Biobío, constituirse como una nueva región. Dada la experiencia chilena en materia de creación de nuevas regiones, la viabilidad de un ajuste que implique a más de un espacio regional se ve limitada. Finalmente, a partir de lo planteado en este trabajo, la pregunta esencial asociada a la creación de una nueva unidad político-administrativa de nivel regional, esto es, por qué y para qué queremos crear una nueva región, está todavía por responder en el caso de la provincia de Ñuble.

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Agradecimientos Se agradece el financiamiento del Proyecto FONDECYT N°1130305. Se agradece los aportes emanados del estudio para la SUBDERE titulado “Línea Base, Consideraciones y Propuestas Técnicas para Determinar Pertinencia de Creación de Nueva Región de Ñuble”. Francisco Maturana y Leonel Pérez participaron en su confección.

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Capítulo 9

Las cooperativas de trabajo y la resignificación del espacio industrial en ciudades medias de Argentina Diana Lan1

Introducción De acuerdo a la coyuntura económica de Argentina hasta 2015, se puede decir que la producción industrial se había ido recuperando, luego de atravesar un proceso de desindustrialización y que las cooperativas de trabajo industrial reúnen acciones del presente y del pasado que tienen que ver con las dinámicas urbanas. Las cooperativas de trabajo se han convertido en una opción para la creación de formas de autogestión contra la pobreza, y en muchos casos han sido la alternativa más viable para las fábricas recuperadas que siguen intentando reanudar su producción bajo formas solidarias de organización. Este trabajo se propone estudiar, la resignificación del espacio industrial, a partir del surgimiento de cooperativas de trabajo, como una manera de mantener las fuentes de empleo y de recuperar empresas que se encuentran con serios inconvenientes para seguir produciendo. En pleno auge del período de sustitución de importaciones en la Argentina, las industrias metalmecánicas en ciudades medias, representaron un pilar fundamental de la economía transformándose en una de las actividades que otorgó gran cantidad de puestos de trabajo. En la actualidad, inmersa en un contexto regido por un capitalismo financiero de acumulación flexible, esta rama de la industria no parece adecuarse a las normas de competitividad exigidas por el mercado, lo cual la ha vuelto inviable. Esto ha impactado en los trabajadores a través del desempleo y la precarización laboral, resultado de las diferentes leyes de flexibilidad sancionadas a partir de la década de 1990. Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. CIG-IGEHCS - CONICET.

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La resignificación del espacio industrial y la conformación de las cooperativas de trabajo, en el período actual Tenemos un desafío por delante, nos encontramos ante formas viejas con contenidos nuevos, que conjugan el accionar de los trabajadores que pueden ser considerados como viejos/nuevos trabajadores. La realidad económica social nos exige, nuevas formas de pensar, dado que al mismo tiempo se dan topologías de empresas que usan el territorio a partir de diferentes lógicas: 1. Empresas que ocupan el territorio a partir de lógicas globales; 2. Empresas que tienen sus lógicas, pero no pasan las fronteras nacionales; 3. Diferentes fábricas, limitadas a áreas urbanas, como pueden ser las cooperativas de trabajo. Los antecedentes que dieron como resultado al entramado de empresas con diferentes divisiones territoriales del trabajo, que unen acciones del pasado con el presente, se basaron en un patrón de acumulación que se había instalado en los años 1970, con la dictadura militar, que se profundizó en 1980, y que se consolidó con las reformas estructurales de los noventa, finalizando con la peor crisis económica y social de la historia argentina. (ARCEO et al., 2008). La ruptura del proceso se puede sintetizar en: • una liberalización del sistema financiero; • la privatización de los servicios públicos – que quedaron en poder de las trasnacionales; • la desregulación por parte del Estado que sostiene una apertura comercial y financiera; • una política antinflacionaria que sobrevaluó la moneda nacional; • una redistribución de los ingresos claramente opuesta a los intereses de la clase trabajadora; • indigencia y desocupación. A fines del año 2001 se produce el colapso del régimen de convertibilidad y la crisis institucional con la caída del gobierno nacional. El colapso financiero generó una virtual paralización de la actividad económica. Con la crisis, muchas fábricas cerraron y la recuperación de fábricas fué una respuesta no capitalista sobre la producción. La Universidad de Buenos

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Aires realizó relevamientos de Empresas Recuperadas (1º Informe del Relevamiento de Empresas Recuperadas en Argentina, 2002-2003), y elabora un listado de Fábricas Recuperadas (FR) definidas como establecimientos dedicados a la producción de bienes y recuperados por sus trabajadores (Figura 1). De esta manera, se excluyen a las Cooperativas constituidas a partir del desmembramiento de las Empresas del Estado en la década de 1990 y a las Cooperativas que se conformaron en períodos anteriores a esa década. Se registraron 86 fábricas recuperadas a nivel nacional. La distribución espacial de la FR muestra que el 60% se concentran en la provincia de Buenos Aires (51), el 14% en la Capital Federal (13) y el 26% restante en otras provincias (22) especialmente en Santa Fe (11) y Córdoba (3). Considerando su distribución en la provincia de Buenos Aires, la mayoría se localizan en el Conurbano Bonaerense y le siguen en orden de importancia los partidos de Olavarría, General Pueyrredón, Adolfo Alsina, Junín y Tandil (PAPALARDO et al., 2015, p. 4).

Ahora bien, las FR, en muchos casos desembocaron en la figura legal de Cooperativas de trabajo, para poder seguir funcionando apoyadas por el Estado. Las fábricas recuperadas o las cooperativas de trabajo con sus distintas modalidades, constituyen otras de las nuevas expresiones geográficas que si bien mantienen la forma – el espacio que ocupa la fábrica es el mismo –, cambian su contenido como resultado de un proceso de transformaciones estructurales donde el trabajo, en tanto relación laboral estable, había perdido su significación. En términos generales las empresas entraban en quiebra y por lo tanto en convocatoria de acreedores, no sin sospechas de haber provocado un vaciamiento intencional de sus firmas y los obreros quedaban sin trabajo, por lo tanto en ese tiempo de incertidumbre, sin salario y sin perspectivas de solución se fue consolidando la lucha por la ocupación de las fábricas como una manera de defender su fuente laboral y sus medios de producción. Así surgen las cooperativas de trabajo, como otra de las expresiones geográficas de adaptación creadora que lograron sobreponerse y continuar hasta la actualidad. La legislatura bonaerense aprobó las expropiaciones de las empresas, y los obreros recuperaron sus fuentes laborales. Las cooperativas de trabajo están destinadas a cumplir un papel importante en la reactivación de la economía. Los individuos que pasan

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Figura 1. Fábricas Recuperadas – Argentina (2005).

Fuente: Papalardo, Sfich y Costa Álvarez (2005).

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a formar estas cooperativas dejan de ser asalariados para convertirse en asociados de una organización que trabajan con iguales derechos y obligaciones, lo que posibilita mejores condiciones de vida y de trabajo (TORT; LOMBARDO, 2010). Según Alonso (1999) la relación salarial de este momento histórico pasaba por un momento de fragmentación, de individualización y de desafiliación o de pérdida de sus referencias y soportes institucionales, que afectaban su centralidad social como su devaluación, subordinado siempre al discurso de la competitividad y del mercado. Durante la década de 1990, se consolidan y agudizan las consecuencias provocadas sobre el mercado de trabajo, dando como resultado que la identidad entre trabajo y ciudadanía se veía radicalmente amenazada. Entonces ¿que son las cooperativas de trabajo?, son asociaciones autónomas de personas que se juntan voluntariamente, formando una empresa de propiedad conjunta y que se gestionan democráticamente, por eso se diferencian de las empresas regidas por el capital o por el gobierno. A través de las cooperativas de trabajo se consigue: La reconstitución del tejido social dañado – ya que se le habría podido dar obras a las grandes empresas comerciales que contratarían personal pero se priorizaron las cooperativas de trabajo. Propiciar un modelo particular basado en la solidaridad, el respeto, la democracia, mediante una forma colectiva que deje de lado la metodología individualista de la década de 1990. Los progresos y desafíos tendrán que prestar atención a la participación de ciudadanos en emprendimientos asociativos de gestión democrática, como en el caso de las ciudades medias. Por ejemplo en Tandil, se viene dando un crecimiento del cooperativismo de trabajo inserto en relaciones sociales de cooperación y solidaridad. Estas cooperativas de trabajo a partir del año 2003, construyen una nueva configuración espacial que avanza hacia una estructura productiva sin explotación social, donde prevalece la igualdad y donde el Estado ha jugado un rol importante para apoyar a estas asociaciones de trabajadores que gestionan unidades de producción, democratizando sus formas organizativas. Tipología de conformación de las cooperativas de trabajo Existen distintas formas de consolidación de las cooperativas que responden en cierto medida al tipo de producto que elaboran, al capital dispo-

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nible, al mercado y a la vulnerabilidad económica y social a la quedaron expuestas luego de la quiebra de sus empresas de origen. Para el estudio de caso de Tandil, podemos afirmar que existen tres maneras diferentes para la conformación de cooperativas. Cooperativas de trabajo que han logrado sustituir importaciones casi totalmente, apoyándose en empresas nacionales que asumen la fabricación de las piezas o insumos antes importados. El caso de la Cooperativa de trabajo de IMPOPAR Ltda., (produce calefactores) se ajusta a esta situación. A comienzos de la década de los noventa, con el auge de los calefactores catalíticos, la empresa trabajaba a pleno con 250 trabajadores y obtenía fuertes rentabilidades que desviaba hacia otras actividades e inversiones inmobiliarias. Agotado este ciclo de los catalíticos y con dificultades para seguir importando un insumo clave por la prohibición de su fabricación en los países de origen, comenzó a declinar la producción y la ocupación. Desde mediados de la década de los noventa continúa el proceso de vaciamiento sostenido por el endeudamiento con bancos, trabajadores, proveedores y fisco. En 1999 la empresa entra en convocatoria de acreedores, por una deuda de US$ 17 millones, despide trabajadores, reduce salarios y precariza el trabajo. En el año 2002 se redujo a 52 la cantidad de empleados. Luego del receso por vacaciones encuentran la fábrica cerrada y toman conocimiento de que parte de las máquinas y matrices ya habían sido llevadas a una “empresa paralela, libre de deudas y con un contrato para fabricar 30 mil calefactores”. Los trabajadores toman la fábrica para evitar la continuidad del desguace y sostener su fuente de trabajo. La cooperativa se conforma en el año 2003 con 37 socios trabajadores. En 2004 se aprueba la Ley 13.247, de expropiación de la fábrica y la marca, a favor de IMPOPAR, la cual aún no se ha completado. Actualmente la cooperativa paga un alquiler por el uso de la marca y de las instalaciones de la fábrica – con opción a compra cuando se resuelvan aspectos legales derivados de la quiebra. La cooperativa, además, cuenta con dos marcas propias (IMPOCOOP e IMPOPAR). En la actualidad cuenta con 22 socios y eventualmente contrata trabajadores. La unidad productiva denominada “Industria Metalúrgica Popular Argentina Ltda.” (IMPOPAR Ltda.), se encuentra registrada en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), Folio 396 del libro 13, bajo matrícula Nº 25.451 y acta Nº 12.396 con fecha 23 de enero 2004, encontrándose inscripta en AFIP y en

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Ingresos Brutos con CUIT Nº 30-70860146-9. Está radicada en el Parque Industrial de la ciudad de Tandil, Parcela 4 A, y representa una unidad productiva de acuerdo a lo definido en la Resolución SEPYME 21/2010, que fabrica, comercializa y vende calefactores, cocinas y termotanques. Además realiza otros productos como cestos de residuos para equipamiento urbano. En la actualidad está abocada principalmente a la elaboración de calefactores a gas. Cuenta con maquinarias e instalaciones para mecanizar, estampar, plegar, matrizar y todo aquello relacionado con la manufactura de chapa, lavado antioxidante, pintura termoconvertible y otras operaciones relacionadas con este material. En el año 2015, IMPOPAR Ltda. (Figura 2), presentaba las siguientes fortalezas: • casi nula dependencia de importaciones. Actualmente los componentes son nacionales, salvo el caso de la pintura que se produce en Brasil. Ésta se puede producir internamente, pero requiere un componente cuya fórmula sólo tiene la casa matriz. Se han sustituido partes que antes se importaban mediante estrategias de cooperación inter-empresarial, por ejemplo, el encendido; • excelente calidad en cuanto a seguridad y funcionamiento expresado en la bajísima incidencia de fallas; • durabilidad del producto; • bajo costo de reparaciones y sistema de garantía. El mismo se limita a cambiar el equipo cuando se denuncia algún defecto. En cuanto a los principales inconvenientes que debe enfrentar la cooperativa tenemos a: la estacionalidad de la demanda de calefactores, y la estructura monopólica de su principal insumo (chapa) que incide en el costo del producto. A pesar de estas debilidades, sus productos actuales están consolidados en el mercado interno – calefactores a gas para un segmento medio –, y son competitivos por precio y calidad. Cooperativas que son el resultado del vaciamiento de la quiebra, por sus ex propietarios, quedando obsoletos los medios de producción o retirando las máquinas o partes de las mismas, para que las fábricas no vuelvan a producir.

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Figura 2. Cooperativa de trabajo, IMPOPAR Ltda – Línea de armado del calefactor.

Fuente: Fotos del trabajo de campo, 2014.

La fábrica, RONICEVI comenzó a funcionar en 1955, por medio de capitales locales y producía cabezas de cilindro que eran adquiridas por importantes empresas automotrices como Peugeot, Scania, Perkins, Volkswagen, John Deere, Zetor, Deutz, entre otras, y forma parte de esta segunda tipología. Una de las entrevistadas nos señalaba que “los productos que realizaba la fábrica eran de buena calidad y se exportaban a países como Estados Unidos y Australia”. En el período de mayor actividad, “llegó a tener 400 obreros, divididos en varios turnos, con una división social y técnica del trabajo según jerarquías, calificación y categorías, con funciones específicas” (RODRÍGUEZ, 2013).

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Los cambios acontecidos tanto a escala internacional como nacional producen que, a mediados de la década de 1970, se genere una reestructuración económica en la Argentina dirigida a desestimar el modelo sustitutivo de importaciones promovido por el Estado nacional en décadas anteriores. La preeminencia del capital financiero, las innovaciones tecnológicas y la orientación neoliberal que comienzan a asumir buena parte de las gestiones estatales, se traducirá en la Argentina en un proceso de reprimarización de la economía y en una apertura de los mercados, que irá en detrimento de la promoción industrial. RONICEVI no resultará ajena a este proceso “la decadencia puede rastrearse desde inicios de la década de 1980”, expresó un ex-trabajador de la misma. Entre las principales razones de esta crisis pueden mencionarse la menor rentabilidad que presenta la empresa frente a otras actividades económicas – esto no significa que se generen pérdidas, pero sí que disminuya la ganancia relativa –, esto ocasiona que los dueños dejen de invertir y se produzca una progresiva obsolescencia de las maquinarias y equipos. La primera gran crisis que se produce en la fábrica sucede en el año 2001, cuando la empresa entra en cesación de pagos y despide a más de 150 trabajadores. Muchos de ellos se retiran de manera definitiva, sin embargo otros vuelven a ser incorporados aunque en condiciones de extrema precarización. Son las leyes de flexibilidad laboral las que posibilitan esta estrategia desarrollada por la patronal, quienes imponen un régimen de polivalencia en las tareas desempeñadas, además de dejar de respetar los oficios y la antigüedad, tomando a los obreros sólo cuando hay demanda y dejándolos sin trabajo en los momentos de escases de producción. Los dueños no reinvertían en la fábrica, prefiriendo comprar bienes inmuebles. Sus intenciones era quebrar la fábrica, lotear los terrenos y venderlos. La industria metalmecánica, si bien se beneficia por las políticas implementadas a nivel nacional desde 2003 y por el crecimiento económico registrado en esos años, comienza a encontrar severos obstáculos a partir de la crisis internacional que se inicia en el año 2008, afectando a las grandes empresas que son las dueñas de las terminales de automóviles y la mayoría de la producción autopartista de la industria tandilense va dirigida hacia ellas. RONICEVI (Figura 3) en este período no ingresa en el proceso de incorporación tecnológica y adecuación del modelo productivo a las exigencias de las nuevas dinámicas del capital, permaneciendo como un resabio del ya obsoleto modelo fordista. La entrevistada de la Cooperativa relata

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que: “la empresa quiebra otra vez en el año 2009, pero al poco tiempo vuelve a ponerse en funcionamiento con el nombre de “NOGER”. Esto es una estrategia de los dueños para no pagar las deudas a los acreedores y los salarios a los trabajadores. En este período, “la única inversión es la compra de tres centros de mecanizado, que aumentaron la producción” y solo se contrata a trabajadores jóvenes sin ningún tipo de especialización.

Figura 3. Cooperativa RONICEVI.

Fuente: Fotos del Trabajo de campo, 2013.

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La empresa ingresa en una crisis sin retorno a comienzos del año 2012, cuando se paraliza la producción y se suspenden los suministros de gas y energía eléctrica. Según la entrevistada: “en agosto, cuando era evidente que la fábrica cerraba, los obreros decidieron tomarla y siguieron produciendo para no perder los puestos de trabajo y que no se sigan llevando la maquinaria y los equipos”. La Ley de quiebra 26.684 promulgada en el año 2011, permitirá a los obreros encontrar un amparo para permanecer en la fábrica e intentar conservar sus fuentes de empleo. De esta manera en el mes de marzo del año 2013 la Cooperativa RONICEVI queda formalmente constituida, en tanto la Justicia otorga a los trabajadores la tenencia legal y el permiso para producir. Aunque legalmente la Cooperativa se encuentra integrada por 47 miembros, actualmente sólo 15 se encuentran trabajando. Cooperativas de trabajo que no sufrieron vaciamiento de los medios de producción y que sus trabajadores se hicieron cargo bajo la modalidad de cooperativas de trabajo. Cada cooperativa es una asociación autónoma de personas que se asocian voluntariamente, formando una empresa de propiedad conjunta y que se gestionan democráticamente. Entre éstas tenemos la cooperativa que se conoce como: El Nuevo Amanecer que está constituida por los ex empleados de El Amanecer – tal es así que aún no figura en el registro del INAES. Los viejos/nuevos trabajadores conformaron la cooperativa El Nuevo Amanecer para salvar sus puestos de trabajo, contando con 15 empleados que se dedican a la producción de queso en barra Dambo y queso cremoso. Asimismo hay otra planta en la ciudad de Mar del Plata donde trabajan 50 personas y produce dulce de leche y caramelos Bandoleros (Figura 4). Los antiguos dueños, cuando entraron en el proceso de quiebra, dejaron la fábrica a los trabajadores con las máquinas y los medios de producción para que ellos se hagan cargo.

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Figura 4. Productos Cooperativa Nuevo Amanecer – Tandil, km 134.

Fuente: Imagen. Trabajo de campo 2013.

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Tal es el crecimiento de las cooperativas de trabajo que se está avanzando en la conformación de una Federación de Cooperativas de Trabajo, que reúne a diez cooperativas de trabajo, con 300 trabajadores en conjunto, y acordaron constituir una federación. En un partido donde la desocupación ronda el 10 por ciento, es palpable la necesidad de generar este tipo de espacio. “Si trabajamos juntas es probable que nos escuchen más”, dijo la presidenta de Cerámica Blanca, Nina Pochetino, al diario El Eco de Tandil el pasado 5 de marzo de 2013. Las nuevas expresiones del trabajo surgidas en la emergencia del modelo vigente son del movimiento de los propios trabajadores, que intentan defender y sostener el trabajo más allá del empleo. Proceso y forma de la redefinición espacial de la industria Existe una oportunidad histórica en las ciudades medias, ante la debilidad del actual modelo de acumulación capitalista. La redefinición del espacio industrial a partir de las cooperativas de trabajo, apuntan a priorizar la condiciones de vida y remarcamos su directo involucramiento que desemboca en una gestión productiva sin explotación social. Se intenta traspasar la trama de la apariencia, visibilizando el movimiento del pasado al presente, que permiten ver las formas heredadas según diferentes lógicas, que pasan por la constitución del territorio por parte de empresas que provocan jerarquías en su uso, así las ciudades medias también revelan la coexistencia de divisiones territoriales del trabajo, que van desde la aparición de parques científicos tecnológicos, pasando por grandes corporaciones, parques industriales como resultados de normas de promoción industrial y por último las cooperativas de trabajo que revelan combinaciones posibles para este tiempo y lugar. En el contexto nacional, luego de la crisis del año 2001, a pesar de la continuidad de los componentes estructurales de la economía argentina, se observa un período de crecimiento económico que genera nuevas expectativas para el desarrollo industrial. En Tandil, esto se refleja en la creación del Parque Científico Tecnológico, un espacio para empresas que incorporan alta tecnología, generando una asociación entre diferentes actores: empresas, Universidad y Municipio. Este proceso marca una acumulación de tiempos que se traducen en una organización espacial (LAN, 2013).

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En la Figura 5, queda registrado el porcentaje de uso de suelo industrial que tiene nuestra ciudad, según la respuesta de la superficie de las instalaciones en m2, sobre la edificación total que hay en la ciudad, tomada del Relevamiento industrial del año 2013. Así se obtuvo la localización industrial que responde al 4% de uso de suelo industrial sobre otros usos. La localización industrial mayormente concentrada, que se presenta en la Figura 5, se da en el Parque Industrial (PIT) y a manera de mencionar prácticas de intervención estatal por medio de políticas subsidiarias, que fueron decisivas para la configuración de la industria, es que analizamos el proceso y la forma del PIT.

Figura 5. Localización industrial – Tandil, 2013.

Fuente: Elaboración Personal, RIT 2013. CIG-IGEHCS.

El PIT se implementa a partir de políticas de promoción industrial, que en algunos casos se ha convertido en un mecanismo de transferencia de recursos, que generalmente es aprovechado por un grupo privilegiado de empresas. Cada parcela del territorio es valorizada en virtud de un juego de poder consentido por el Estado.

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La Figura 6, presenta la superficie edificada del PIT, a partir de dos imágenes de Google Earth para comparar lo que espacialmente estaba construido para 2002 y 2013.

Figura 6. Parque Industrial de Tandil, superficie edificada 2002 y 2013.

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Las imágenes tienen fecha: 25/3/2002 y 5/3/2013, y son elocuentes a la hora de analizar la densidad industrial en la última década, presentando un marcado crecimiento. La imagen del 25/3/2013, identifica los 46 establecimientos relevados, en sus correspondientes parcelas. Esta forma en formación contiene a la cooperativa IMPOPAR, que se encuentra radicada dentro del PIT. La forma se ha reconfigurado a partir de un proceso signado por acciones estatales de radicación, que fue muy lenta en el inicio, pero a partir de la conformación de un Ente consorcial mixto, se ha dinamizado.

Reflexiones finales Las nuevas formas-contenido que resultaron de la acción de los desocupados que fueron excluidos de la economía formal, durante la crisis del año 200, nos lleva a pensar, que: Las cooperativas de trabajo industrial se convierten en testigo y actor de un desarrollo simultáneo de diversas divisiones del trabajo, por eso se entiende que la redistribución del ingreso y la reindustrialización son pilares básicos para pensar en otra dinámica urbana. Hasta el año 2015 asistimos a vínculos evidentes entre el Estado y la sociedad, y los logros concretos se materializaron en la presencia de iniciativas productivas con otro perfil diferente al dominante. Es decir se apostó a un trabajo asociativo con plena equidad en el manejo de las unidades productivas y en la distribución de sus excedentes. Aparecen lógicas horizontales, pertenecientes al propio lugar, que en algunos casos, son racionalidades contrapuestas al orden global. La organización de los trabajadores de las industrias que se encuentran en crisis surge como una respuesta frente a la posibilidad de perder su sustento de vida. En este sentido, en Argentina y en particular en la ciudad de Tandil, se observa en los últimos años la conformación de varias cooperativas de trabajo: IMPOPAR, Cerámica Blanca, El Amanecer, RONICEVI, entre otras. En los casos estudiados las cooperativas son formas heredadas del pasado que sufren un proceso de resignificación industrial, donde se vislumbran nuevos contenidos producidos por los espacios de solidaridad que crean los trabajadores para poder subsistir frente a un contexto que no les ofrece demasiadas oportunidades. Es necesario remarcar que también

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existen importantes dificultades en estas experiencias, pero la organización de los actores y las acciones desarrolladas parecen constituir un dato de la realidad que no estaba presente hace algunos años atrás. Son experiencias singulares que encierran procesos, actores, acciones, es decir relaciones materiales y simbólicas que nos ayudan a reconstruir la relación entre trabajo y territorio. Esto pone en evidencia un presente que tiene como desafío construir una nueva realidad a partir de lo que está latente dentro de la sociedad, de lo que ya existe. Es a partir de la crisis económica que se recrean nuevas alternativas para desarrollar el trabajo y es entonces cuando comenzamos a revitalizar el lugar donde vivimos, para intentar generar otro desarrollo que implique ver las diferencias socioespaciales como recursos y no como un problema, como potencial del cambio y no como una forma de sostener, como hecho consumado, lo que ya se hizo. La búsqueda de otras posibilidades alternativas en nuevas configuraciones espaciales no deja de lado la lucha por una sociedad justa, sino que esto es lo que nos está marcando el camino para intentar corregir las estructuras y las lógicas generadoras de desigualdad.

Referencias ALONSO, Luis Enrique. El trabajo más allá del empleo: La transformación del modo de vida laboral y la reconstrucción de la cuestión social. In: ALONSO, Luis Enrique. Trabajo y Ciudadanía. Estudios sobre la crisis de la sociedad salarial. Madrid: Ed. Trotta, Fundación 1º de mayo, 1999. ARCEO, Nicolás; MONSALVO, Ana Paula; SCHORR, Martín; WAINER, Andrés. Empleo y salarios en la Argentina. Una visión de largo plazo. Buenos Aires: Capital Intelectual, 2008. 120 p. HARVEY, David. La condición de la posmodernidad. Investigación sobre los orígenes del cambio cultural. Buenos Aires: Amorrortu editores, 1998. p. 17-139 y 357-393. LAN, Diana. Territorio, industria, trabajo. División territorial del trabajo y espacio producido en la industria de la ciudad de Tandil-Argentina. 2011. 358 f. Tesis (Doctorado en Geografía) – Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata, 2011. ________. Relevamiento Industrial de Tandil - 2013. Municipalidad de Tandil: CIG-UNCPBA, 160 p. (en prensa).

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________. Territorio y trabajo. Desafíos y progreso en el período actual. Voces en el fénix, Córdoba, n. 28, p. 40-45, 2014. MUNICIPALIDAD DE TANDIL. Censo Industrial del Partido de Tandil. Tandil: Junta de Promoción Industrial, 1994. 74 p. PAPALARDO, María Margarita; SFICH, Vivian M.; COSTA ÁLVAREZ, Cecilia. Fábricas recuperadas: Territorio y crisis [En línea]. VII Jornadas de Investigación del Centro de Investigaciones Geográficas y del Depto. de Geografía, 2005. La Plata. Disponible en: . RELEVAMIENTO DE EMPRESAS RECUPERADAS EN ARGENTINA. 1er Informe. Buenos Aires: Programa Facultad Abierta. Secretaría de Extensión Universitaria. Facultad de Filosofía y letras – UBA, abril 2003. RELEVAMIENTO INDUSTRIAL DE TANDIL - 2002. Tandil: Foro Social Tandil XXI/Centro de Investigaciones Geográficas/UNCPBA, 2003. RODRÍGUEZ, Melina. Cooperativa de trabajo RONICEVI. Seminario “Territorio, industria y trabajo” de la Maestría en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias Humanas - UNCPBA (Trabajo inédito), 2013. Tandil. 12p. SANTOS, Milton. La naturaleza del espacio. Técnica y tiempo. Razón y emoción. Barcelona: Editorial Ariel, 1996. ________. Espaço e método. São Paulo: Nobel, 1992. TORT, María Isabel; LOMBARDO, Patricia. La sustentabilidad de la empresa social: la cooperativa de Campo de Herrera. Revista Realidad Económica - IADE, Buenos Aires, n. 253, p. 82-105, 2010.

Capítulo 10

Cidades médias Temas para pesquisa Roberto Lobato Corrêa1

A análise das cidades médias constitui-se como uma importante tarefa para o geógrafo. Este texto dá continuidade a dois outros apresentados em 2006 e 20152. Ambos são muito gerais, tendo o primeiro discutido o problema da definição de cidade média e o segundo as relações entre cidade média e rede urbana. O presente texto considera algumas propostas de investigação apresentadas no segundo texto, adicionando a esta outra proposta. Temas anteriores e novos temas constituem o que se segue.

Temas anteriores Três foram os temas selecionados do estudo de 2015. Foram selecionados por terem sido julgados muito pertinentes para as pesquisas sobre cidades médias no Brasil: novas cidades médias, relações entre atuação espacial da cidade média e sua organização espacial interna e o papel das elites locais. Ressalta-se que estes, assim como outros temas, já foram, pelo menos parcialmente, analisados no âmbito das pesquisas realizadas pela Rede de Pesquisadores sobre Cidades Médias (ReCiMe). a) Novas cidades médias Em alguns países como o Brasil a rede urbana exibe notável dinâmica na qual novos centros surgiram há menos de 50 anos. Estes centros apresenUniversidade Federal do Rio de Janeiro Construindo o conceito da cidade média. In: SPOSITO, Maria Encarnação Beltrão (Org.). Cidades Médias: espaços em transição. São Paulo: Expressão Popular, 2007. p. 15-25; e Cidades Médias e Rede Urbana (publicado neste livro). 1

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taram ritmos de crescimento variáveis e a maioria deles permaneceu como cidades pequenas. Mas será que algumas, criadas mesmo anteriormente, hoje com cerca de 100 anos de existência, não se tornaram cidades médias? Ou que daqui a 20 anos não se tornarão? Creio ser esta temática muito importante para consideração. Sugere-se a possibilidade de selecionar-se uma cidade pequena em sua evolução, acompanhando o seu crescimento pelos próximos 10 anos. Tarefa árdua, mas necessária. Neste processo de pesquisa, pouco caro ao geógrafo, a atenção deve se voltar à gênese da cidade e a evolução de sua função e relações espaciais, assim como o papel das elites locais. Certas regiões localizadas na Amazônia e no Centro-Oeste podem servir para esta investigação. b) Relações espaciais e organização interna da cidade média Há conexões entre as relações espaciais da cidade média e a organização de seu espaço urbano? Em outras palavras, há conexões entre a dimensão e conteúdo econômico e social da hinterlândia da cidade média, assim como da natureza e intensidade dos fluxos cidade média e região e o arranjo espacial das atividades terciárias e mesmo industriais? Este é um ponto que merece uma longa discussão e inúmeros estudos empíricos. Ao se considerar a questão, ainda que brevemente, deve ser argumentado que se trata de duas perspectivas que envolvem, de um lado, fortes conexões entre escalas espaciais distintas, mas, ao mesmo tempo, guardam uma relativa autonomia regional e intraurbana. São simultaneamente articulados e autônomos, resultando de processos específicos, assim como de agentes sociais distintos. Por outro lado, a terra urbana e a do mundo agrário têm atributos distintos. Adicionalmente processos e formas regionais exibem temporalidades distintas daqueles que ocorrem no espaço intraurbano. Integração entre as duas escalas existe, mas a sua análise é complexa e tem a armadilha de se criar uma integração espúria, dada a priori. A questão está de pé e merece a atenção dos geógrafos. c) As elites locais Os geógrafos tendem, tradicionalmente, a analisar a rede urbana considerando fatores externos, impessoais, como responsáveis pelo sucesso ou declínio das cidades da rede. Não há sujeitos sociais no objeto social sob análise. Isto é deixado aos outros cientistas sociais.

Cidades médias 211

A gênese e a dinâmica das cidades médias, entendidas como produto, meio e condição social derivam da ação de agentes sociais, particularmente da elite local, grupo que, via de regra, controla o aparelho de Estado local e muitas vezes regional, e que se acha muito articulada por intermédio de associações de classe como o Rotary e Lions Clubs, a maçonaria e outras instituições. Questiona-se sobre esta elite tanto no que diz respeito à sua origem, como sobre suas articulações políticas e econômicas com outras cidades. Questiona-se sobre suas atividades econômicas, tanto em sua natureza intrínseca como em sua espacialidade. É esta elite capaz de minimizar poder econômico e político da metrópole, ou o contrário, é absorvida pela metrópole? Se é ou foi a cidade média perde muito de seu papel regional. O papel da elite local constitui-se em tema para ser incluído nas pesquisas sobre cidades médias, sob pena de se considerá-las como objetos sem sujeitos.

Novos temas O estudo das cidades médias deve contemplar outros temas, a serem analisados sistematicamente. As possibilidades de novos temas são imensas e os que a seguir serão apresentados constituem apenas uma sugestão. O prosseguimento das pesquisas sobre cidades médias possibilitará outros novos temas. a) Cidades médias e formação regional O estudo comparativo de duas cidades médias situadas em formações regionais distintas permite estabelecer as diferenças e semelhanças entre cidades que resultaram de processos parcialmente semelhantes e parcialmente distintos. Semelhanças e diferenças são os resultados esperados. Por formação regional entendemos, no contexto destas breves notas, aquele espaço caracterizado por uma combinação de aspectos vinculados à organização técnica e social da produção e envolvendo a estrutura agrária, a densidade demográfica, as relações sociais, a indústria e a urbanização. A paisagem é parte integrante da formação regional. É possível distinguir, entre outras, as formações regionais do Sertão nordestino, do Vale do Itajaí, da Campanha gaúcha, do Oeste paulista, da

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Amazônia ribeirinha e do Pantanal mato-grossense. O que são as cidades de cada uma destas formações regionais, assim como de outras? Que semelhanças e diferenças estas cidades exibem? O estudo comparativo pressupõe certas regras próprias. Não se trata de analisar as características a, b, c, d etc. de cada cidade de per si e depois comparar os resultados. Trata-se de analisar a característica a para as cidades em comparação, seguindo-se a análise da característica b para cada uma das mesmas cidades e assim por diante. É possível, assim, estabelecer sistematicamente a comparação entre as cidades sob análise e verificar as semelhanças e as diferenças, uma a uma. O método comparativo é trabalhoso, pressupõe a cuidadosa seleção das cidades a serem analisadas, mas é útil. Que outras características, tomadas a priori, deverão ser consideradas neste processo de seleção? b) Competição e comparação entre cidades médias O interesse pelas cidades médias não se limita à comparação entre cidades situadas em formação regional distinta, mas inclui também a comparação entre cidades situadas na mesma formação regional e, via de regra, próximas ou relativamente próximas entre si. Caracterizam-se por apresentarem hinterlândias dotadas do mesmo processo de ocupação e mesmo modelo produtivo. A relativa proximidade entre elas permite-nos pensar que entre elas haja processos de competição e cooperação. A competição, processo comum no âmbito de qualquer rede urbana, ganha força, no entanto, quando o embate se dá entre cidades de certo porte e próximas entre si. A competição envolve políticas de ampliação do alcance espacial máximo das funções centrais de centros em competição, envolvendo, por exemplo, práticas tarifárias e de criação de economias de escala. Limites espaciais de atuação entre os centros competidores emergem, podendo ser limites de tensão ou limites regulados entre agentes das cidades competidoras. A cooperação pode existir entre cidades médias próximas. Esta cooperação traduz-se em práticas de negociação entre agentes das cidades próximas, que estabelecem regras de atuação e limites espaciais definidos. Neste caso trata-se de uma competição pacificada. A cooperação pode ocorrer também por uma divisão funcional na qual cada cidade desempenha algumas funções e não outras, efetivando uma cooperação. Mas esta cooperação pode ser a expressão de uma “aliança de classe” entre membros das elites locais.

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Esta questão é importante e pode, por meio de estudos comparativos, revelar uma dinâmica mais específica de redes urbanas consolidadas, dinâmica esta caracterizada por ritmos mais lentos e de menor visibilidade. Sugerimos que o Oeste paulista seja, por excelência, a região onde estudos com esta temática seja a mais relevante. c) Cidades médias e decadência As cidades médias emergem de um processo no qual elas se difereciam de um conjunto de pequenas cidades. Podem exibir um desenvolvimento por longo período e se transformarem em cidades grandes ou, ao contrário, exibirem um desenvolvimento de duração menor e se estabilizarem como cidades médias. Processos sobre os quais elas não controlam, pelo menos em parte, podem, entretanto, levar as cidades médias a uma estagnação e mesmo a uma decadência. O percurso de uma cidade média não é previsível, e a decadência pode estar no final do percurso. As razões da decadência são várias e constituem uma cadeia de falências de atividades econômicas marcadas pela perda de centralidade, mudanças no âmbito das acessibilidades regional e extrarregional, decadência da produção regional e seu deslocamento para áreas mais distantes e emigração constituem razões fundamentais que levam à decadência. A transformação de poderosas elites regionais em elites decadentes é uma consequência da decadência da cidade média. A chegada de capitais extrarregionais tanto na hinterlândia como na cidade é uma consequência impactante, mas a decadência da cidade e de sua hinterlândia pode assumir dimensões mais dramáticas. Este quadro acima apresentado verifica-se em um país como o Brasil, dotado de uma rede urbana extremamente dinâmica e ainda em constituição em algumas regiões? Quais são estas cidades e quais as trajetórias percorridas por cada uma delas? É possível elaborar um padrão de trajetórias para estas cidades? Por outro lado, que medidas as elites locais adotaram para inserir novamente a cidade média na rede urbana? Estas são algumas questões para investigação. Trata-se de uma análise que envolve um passado próspero e as características da decadência do presente.

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À guisa de encerrar Estas breves notas são encerradas com a sugestão de formações regionais nas quais as cidades médias devem ser selecionadas, possibilitando, quer por meio de análises de cidades individuais, quer por meio de análises comparativas, ampliar o conhecimento da diversidade de cidades médias no Brasil. As formações regionais sugeridas são as seguintes: Amazônia ribeirinha, Amazônia de terra firme, Recôncavo baiano, Zona da Mata, Agreste, Sertão, Chapada Diamantina, Mata mineira, Zona Metalúrgica, Sul de Minas, áreas do Cerrado, Zona do Oeste paulista, Oeste paranaense, Vale do Itajaí, Campanha gaúcha e Zonas Coloniais gaúchas.

Sobre os autores

Carlos Antônio Brandão Professor titular-livre do Instituto de Pesquisa e Planejamento Urbano e Regional da Universidade Federal do Rio de Janeiro (UFRJ), Brasil. Pesquisador produtividade do Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico (CNPq). Suas atividades de docência, pesquisa e extensão concentram-se na área do Planejamento Urbano e Regional, nas temáticas das escalas espaciais e produção social do espaço. Possui doutorado, livre-docência e é professor titular em Economia Urbana pela Universidade de Campinas (UNICAMP). Possui mestrado em Economia pelo Centro de Desenvolvimento e Planejamento Regional (CEDEPLAR) da Universidade Federal de Minas Gerais (UFMG). Realizou pós-doutorado no Centro de Estudos Sociais da Universidade de Coimbra. Coordenador do site www. interpretesdobrasil.org. [email protected] Carmen Bellet Carmen Bellet é professora do Departamento de Geografia e Sociologia da Universidade de Lleida, Espanha. Suas linhas de investigação e publicações têm se dirigido a temas como: processos de urbanização contemporâneos, segregação socioespacial, cidades médias e intermédias, e transformações urbanas. Desde 2008 é diretora adjunta da Cátedra UNESCO “Cidades intermédias, urbanização e desenvolvimento”. [email protected] Christophe Demazière Christophe Demazière é professor em Planejamento Urbano e Regional na Universidade de Tours, França. Coordenou mais de 20 programas de in 215

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vestigação sobre questões de desenvolvimento urbano e regional na França e na Europa, incluindo cidades pequenas e médias, planejamento espacial estratégico e administração da cidade-região. Atualmente, é vice-presidente da Association pour la Promotion de l’Enseignement et de la Recherche en Aménagement et Urbanisme (APERAU) e preside a sua sucursal na Bélgica, França e Suíça. [email protected] Cristián Henríquez Geógrafo da Pontifícia Universidade Católica de Chile (PUC) e doutor em Ciências Ambientais do Centro EULA – Chile. Professor do Instituto de Geografia, secretário acadêmico da Faculdade de História, Geografia e Ciência Política da PUC. Suas principais linhas de investigação são planificação territorial, sustentabilidade urbana, estudo de cidades médias, avaliação ambiental e aplicações geomáticas. É investigador associado do Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS). [email protected] Diana Lan Doutora em Geografia pela Universidad Nacional de La Plata-Argentina, Maitre es Sciences en Geographie (M.Sc.) Université de Montréal-Canadá. Diretora do Centro de Investigações Geográficas que pertence ao Instituto de Geografia, História e Ciências Sociais - CIG-IGEHCS/UNCPBA-CONICET. Diretora do Projeto “Territorio y ciudades de Argentina, a inicios del siglo XXI”. Diretora da Revista Estudos Socioterritoriais. Professora Titular - Departamento de Geografia - Faculdade de Ciências Humanas Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. [email protected] Federico Arenas Doutor em Ciências Econômicas e Sociais, menção Geografia, pela Universidade de Genebra e geógrafo pela Pontifícia Universidade Católica de Chile (PUC), especialista em planificação e ordenamento territorial. Professor titular e diretor do Instituto de Geografia da PUC. Publicou nu-

Sobre os autores 217

merosos trabalhos sobre a incorporação de considerações geográficas na planificação territorial, as transformações territoriais e sobre o aspecto institucional da planificação territorial. É investigador associado do Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales (CIGIDEN). [email protected] Francisco Maturana Doutor em Planificação Territorial e Dinâmicas do Espaço pela Universidade de Paris-Sorbonne e geógrafo pela Pontifícia Universidade Católica de Chile (PUC). Professor do Departamento de Geografia, da Universidade Alberto Hurtado (Chile). Suas áreas de investigação são os sistemas de cidades e sua evolução funcional, metropolização das cidades médias/ intermédias e recomposição espacial. [email protected] José Maria Llop Arquiteto-urbanista, desde 1974, pela Escola Técnica Superior de Arquitetura de Barcelona. Foi diretor de Urbanismo de Lleida (1979 a 1987), diretor e coordenador de Urbanismo de Barcelona (1988-1991) e diretor de Urbanismo e Meio Ambiente de Lleida (1991 a 2003). Exerceu a presidência da Agrupación de los arquitectos urbanistas de Catalunya (AAUC) entre 1989 e 2001. Foi diretor do Programa Internacional de Trabajo de la Unión Internacional Arquitectos (UIA), sobre “Ciudades intermedias y urbanización mundial”. Atualmente, é diretor da Cátedra UNESCO “Ciudades Intermedias. Urbanización y Desarrollo” e professor do Departamento de Geografia e Sociologia da Universidade de Lleida. [email protected] Júlio Cláudio da Gama Bentes Arquiteto e urbanista pela Universidade Santa Úrsula (USU, 2003) e mestre pela Universidade Federal Fluminense (UFF, 2008) e doutor em Arquitetura e Urbanismo pela Universidade de São Paulo (USP, 2014), tendo também especialização em Gestão Ambiental pela Universidade Federal

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do Rio de Janeiro (UFRJ, 2006). Desenvolve múltiplas atividades relacionadas à arquitetura, ao urbanismo e ao planejamento urbano e regional. Atua na área acadêmica como pesquisador e professor de graduação e pós-graduação, dedica sua prática profissional a projetos de arquitetura e de urbanismo e exerce a função de diretor do Conselho de Arquitetura e Urbanismo do Rio de Janeiro (CAU/RJ) e de conselheiro do Instituto de Arquitetos do Brasil (IAB-RJ). [email protected] Leonel Pérez Arquiteto pela Universidad de Bío-Bío e doutor em Urbanismo pela Universitat Politècnica de Catalunya, Barcelona. Realizou estudos sobre Desenvolvimento Sustentável pela Universita Degli Studi di Palermo, Italia. Professor associado da Universidad de Concepción, vinculado ao Departamento de Urbanismo da Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía. Atualmente é Investigador do Centro CONICYT/FONDAP 15110020, do Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS), e do Projeto CONICYT-PIA SOC 1403: “Patrimonio industrial: Formas de habitar colectivo en el sur de Chile. Aportes para su puesta en valor y recuperación integrada”. Lóris Antonio Servillo Loris Servillo é pesquisador pós-doutoral em KU Leuven (Bélgica), com doutorado em Planejamento Territorial e Desenvolvimento Local. Tem um interesse a longo prazo nos temas da justiça espacial e da coesão territorial, com um enfoque específico no papel das pequenas e médias cidades e na sua estrutura territorial, em como formas de processos de governação intermunicipais podem ativar regiões não normalizadas e estratégias territoriais e coordenação de temas específicos. Analisou as diferenças nos sistemas de planejamento e dinâmicas de mudança na Europa, o papel da UE na definição da agenda de desenvolvimento econômico urbano e regional e várias iniciativas urbanas, bem como a forma como a União Europeia trouxe a inovação de planejamento através de discursos, instrumentos e ferramentas. [email protected]

Sobre os autores 219

Maria Encarnação Beltrão Sposito Licenciada e bacharel em Geografia pela Universidade Estadual Paulista (UNESP), campus de Presidente Prudente. Mestre em Geografia pela mesma universidade, no campus de Rio Claro. Doutora em Geografia Humana (1991) pela Universidade de São Paulo, realizou pós-doutoramento (1995) na Université de Paris I, Sorbonne. Obteve o título de Livre Docência em Geografia Urbana (2005), na UNESP, campus de Presidente Prudente, onde trabalha, desde 1980, ocupando hoje a função de professora titular do Departamento de Geografia, atuando nos cursos de graduação e pósgraduação em Geografia e no curso de graduação em Arquitetura e Urbanismo. É membro do Grupo de Pesquisa Produção do Espaço e Redefinições Regionais (GAsPERR) e da Rede de Pesquisadores sobre Cidades Médias (ReCiMe), da qual é também coordenadora. Pesquisadora do CNPq. [email protected] María Laura Silveira Doutora em Geografia Humana pela Universidade de São Paulo. Foi Professora na Universidade de São Paulo e Bolsista de Produtividade em Pesquisa do CNPq. Atualmente é “Investigadora Principal” do Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) na Universidade de Buenos Aires e Professora de Pós-Graduação na mesma universidade e em outras universidades latino-americanas. Publicou numerosos livros, capítulos de livros e artigos sobre urbanização, região, território e epistemologia da geografia. [email protected] Roberto Lobato Corrêa Possui graduação em Geografia pela Universidade Federal do Rio de Janeiro, com especialização em Geografia pela Universidade de Strasbourg, na França, mestrado em Geografia Urbana - University of Chicago e doutorado em Geografia pela Universidade Federal do Rio de Janeiro (UFRJ). Atualmente é professor do Programa de Pós-graduação em Geografia da Universidade Federal do Rio de Janeiro. Tem experiência e grande publicação na área de Geografia, com ênfase em Geografia Urbana, atuando

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principalmente nos seguintes temas: espaço, cultura, rede urbana, geografia cultural e redes. [email protected] Sergio Moreno Redon Geógrafo formado na Universidade de Barcelona (Espanha) e pesquisador pós-doutoral pela Fundação de Amparo à Pesquisa do Estado de São Paulo (FAPESP) na Universidade Estadual Paulista (UNESP), campus de Presidente Prudente. Suas linhas de pesquisa estão no campo da Geografia Comercial e da Geografia e Tempo. Atualmente desenvolve a pesquisa no Grupo de Pesquisa Produção do Espaço e Redefinições Regionais (GAsPERR). [email protected] William Ribeiro da Silva Professor associado do Departamento de Geografia e do Programa de Pós-graduação em Geografia da Universidade Federal do Rio de Janeiro (UFRJ). Doutor e mestre em Geografia pela Universidade Estadual Paulista (UNESP) e graduado em Geografia pela Universidade Estadual de Londrina. Coordenador do Grupo de Pesquisa sobre Reestruturação Urbana e Centralidade (GRUCE). Membro da Rede de Pesquisadores sobre Cidades Médias (ReCiMe). Pesquisador produtividade do Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico (CNPq). [email protected]

Esta obra foi produzida no Rio de Janeiro pela Consequência Editora em abril de 2017 e impressa na Gráfica Rotaplan, tiragem de 1.000 livros. Na composição foram empregadas as tipo­logias Minion e Helvetica.