Mysterium salutis : manual de teologia como historia de la salvacion
 9788470571008, 8470571001, 9788470571299, 847057129X, 9788470571947, 847057194X, 9788470571978, 8470571974, 9788470572777, 8470572776, 9788470573507, 8470573500

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MYSTERl SALUTIS

MANUAL DE TEOLOC COMO HISTORIA DE LA SALVACIÓN IV/1 LA IGLESIA

»* LLUTIS

MYSTERIUM SALUTIS MANUAL DE TEOLOGÍA COMO HISTORIA DE LA SALVACIÓN

LA

IGLESIA:

EL ACONTECIMIENTO SALVIFICO EN LA COMUNIDAD CRISTIANA TOMO I

Dirigido por JOHANNES FEINER Y MAGNUS LÜHRER

I

EDICIONES CRISTIANDAD Huesca, 30-32 MADRID

Con la colaboración de WOLFGANG BEINERT YVES CONGAR HEINRICH FRÍES NOTKER FÜGLISTER PIETRO ROSSANO HEINRICH SCHLIER OTTO SEMMELROTH

l

EDICIONES CRISTIANDAD Huesca, 30-32 MADRID

COLABORADORES DE ESTE TOMO

BEINERT, "WOLFGANG

Nació en 1933. Doctor en teología, es profesor de dogmática e historia de los dogmas en la Universidad de Ratisbona. CONGAR, YVES, OP

Nació en 1904. Doctor en teología, es profesor de teología fundamental y eclesiología en la Facultad Teológica de Le Saulchoir. © Copyright universal de esta obra en BENZIGER VERLAG, EINSIEDELN 1972

FRÍES, HEINRICH

Nació en 1911. Doctor en teología, es profesor de teología fundamental y director del Instituto Ecuménico de la Universidad de Munich.

publicada con el título

MYSTERIUM SALUTIS GRUNDRISS HEILSGESCHICHTLICHER DOGMATIK DAS HEILSGESCHEHEN IN DER GEMEINDE

* *

Nació en 1931. Doctor en teología, es profesor de exégesis del Antiguo Testa-

*

Los capítulos I, II, III y IV fueron redactados en alemán; el V, de Y. Congar, en francés, y el intermedio sobre la teología de la misión, de P. Rossano, en italiano. Todos ellos fueron traducidos de sus originales. Supervisor de la edición española P. JUAN ALFARO, SJ Profesor de Teología Pontificia Universidad Gregoriana Los textos de la Escritura se tomaron de la versión dirigida por el P. Luis ALONSO SCHOKEL, LOS Libros Sagrados Imprimí potest: JOSÉ MARÍA MARTÍN PATINO

Provicario General Madrid, 11-1-1973 Derechos para todos los países de lengut española en EDICIONES CRISTIANDAD, MADRID 1973 Depósito legal: M. 3.765.—1969 (IV/1)

FÜGLISTER, NOTKER, OSB

ISBN: 84-7057-129-X

Printed in Spain by ARTES GRÁFICAS BENZAL - Virtudes, 7 - MADRID

mento en la Facultad Teológica de la Universidad de Salzburgo. ROSSANO, PIETRO

Nació en 1923. Doctor en teología y licenciado en Sagrada Escritura, es profesor en la Gregoriana de historia de las religiones (religiones no cristianas) y subsecretario del Secretariado para los no cristianos. SCHLIER, HEINRICH

Nació en 1900. Doctor en teología, es profesor de exégesis del Nuevo Testamento en la Universidad de Bonn. SEMMELROTH, OTTO, SJ

Nació en 1912. Doctor en teología, es profesor de dogmática en la Hochschule filosófico-teológica de San Jorge, en Francfort del Main.

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

19

EL ACONTECIMIENTO SALVIFICO EN LA COMUNIDAD CRISTIANA CAPITULO I

ESTRUCTURAS DE LA ECLESIOLOGIA VETEROTESI'AMENTARÍA [Notker Füglister] 1. Manifestaciones de la Iglesia veterotestamentaria a) Pueblo de Dios b) Asociación de tribus c) Resto santo d) Diáspora e) Comunidad cultual f) Ciudad santa g) Reino de David h) Las dos casas de Israel i) Reino de Dios

30 31 34 39 41 44 48 53 55 58

2. Relaciones de Israel con Dios a) Propiedad de Dios b) Aliado de Dios c) Santuario de Dios

62 62 65 70

3. Misión de Israel a) Un pueblo entre los pueblos b) Pueblo mediador c) El universalismo salvífico

72 73 76 80

4. El a) b) c)

86 86 90 94

individuo en la comunidad Individuo y colectividad Tareas y funciones individuales La personalidad corporativa

5. Cuestiones metodológicas a) Formas contingentes y estructuras constitutivas b) Pluralismo polarizado c) ¿Promesa o realidad?

97 98 100 102

Bibliografía

105

CONTENIDO IX.

CAPITULO II

ECLESIOLOGIA DEL NUEVO TESTAMENTO [Heinrich Schlier]

LA IGLESIA EN EL APOCALIPSIS

209

1. 2. 3. 4. 5.

209 210 211 212 214

Iglesia de Jesucristo Iglesia redimida Iglesia confesora La hostilidad del mundo Iglesia probada y triunfadora

SÍNTESIS PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA I.

II.

III.

IV.

V.

VI. VIL VIII.

107

LA IGLESIA EN EL EVANGELIO DE MATEO

108

1. 2. 3. 4.

108 112 115 117

Iglesia y reinado de Dios Discípulos y seguidores Los Doce La preformación de la Iglesia

216

Bibliografía

224 CAPITULO III

CAMBIOS EN LA IMAGEN DE LA IGLESIA Y DESARROLLO HISTORICO-DOGMATICO [Heinrich Fries]

LA IGLESIA EN LOS ESCRITOS DE LUCAS

123

ADVERTENCIA PREVIA

1. 2. 3. 4.

123 126 130 135

1. 2. 3. 4.

Tiempo de la Iglesia Tiempo de la acción eficaz del Espíritu La palabra apostólica Fe, culto, carisma y ministerio

LA IGLESIA EN EL EVANGELIO

142

1. 2. 3. 4. 5.

143 144 147 148 149

La Iglesia como grupo de creyentes Los discípulos La Iglesia universal Iglesia y mundo Estructura de la Iglesia

LA IGLESIA EN LAS CARTAS DE JUAN

153

1. El autor y la comunidad 2. Naturaleza de la comunidad 3. Iglesia y mundo

153 155 157

RASGOS ESENCIALES DE LA IGLESIA EN LAS CARTAS DE PABLO

160

1. Nombres de la Iglesia a) Pueblo de Dios y ixx\r)oía. b) Cuerpo de Cristo c) Templo de Dios 2. El misterio de la Iglesia 3. La edificación de la Iglesia 4. Los miembros de la Iglesia

160 160 164 169 171 174 180

LA IGLESIA EN LAS CARTAS PASTORALES

187

LA IGLESIA EN LA EPÍSTOLA A LOS HEBREOS

195

LA IGLESIA EN LA PRIMERA EPÍSTOLA DE PEDRO

203

1. El ofrecimiento de la gracia 2. La Iglesia como pueblo de Dios 3. Iglesia en el mundo

203 204 207

15

231

Los tres primeros siglos: la Iglesia como «misterio» 233 Consecuencias del giro constantiniano: la Iglesia como «imperio» 244 La Iglesia en la Edad Moderna: «confesiones» dentro de la Iglesia 259 La Ilustración, el Romanticismo y la Restauración: la Iglesia como «institución» y «sociedad» 271 5. El Vaticano I 280 6. Búsqueda de la totalidad 283

Bibliografía

291 CAPITULO IV

EL NUEVO PUEBLO DE DIOS COMO SACRAMENTO DE SALVACIÓN Sección primera: EL SENTIDO DE LA IGLESIA [Wolfgang Beinert]

298

1. La Iglesia, ¿algo superfluo? 2. Configuración fundamental de la Iglesia a) «Ecclesia ante legem» b) «Ecclesia sub lege» c) «Ecclesia sub gratia» 3. Carácter cristológico de la Iglesia 4. Apostolicidad de la Iglesia 5. El ministerio de la Iglesia a) Iglesia para el mundo b) La Iglesia de Dios Bibliografía

298 299 299 302 303 305 307 310 311 317 320

Sección segunda: LA IGLESIA COMO SACRAMENTO DE LA SALVACIÓN [Otto Semmelroth] I.

321

IGLESIA Y FE

322

1. La Iglesia como comunidad de los creyentes 2. La Iglesia como objeto de fe

323 327

16

CONTENIDO

CONTENIDO II.

III.

LA IGLESIA COMO SACRAMENTO RADICAL

330

1. Sentido y uso de la expresión «Iglesia como sacramento» a) Sentido de esta expresión b) Notas históricas 2. Valoración teológica a) Eficacia y acción de la Iglesia b) Necesidad de la Iglesia para la salvación c) Institución y carisma

332 332 333 34I 341 347 354

LA ACCIÓN SALVIFICA DE LA IGLESIA SACRAMENTAL

Bibliografía

b) Bautizados que no han cometido personalmente el pecado de cisma o de herejía, pero pertenecen a una comunión cristiana surgida de una ruptura de la unidad por herejía o por cisma. 4. Las herejías en la vida de la Iglesia y en la historia de la salvación 5. Herejías antiguas y herejías del tipo «Reforma» a) Diferencias entre las herejías del tipo «Reforma» y las herejías antiguas b) Razón y sentido de una nueva visión de las cosas c) El deber de una postura ecuménica

362

370

1. 2. 3. 4. 5.

PROPIEDADES ESENCIALES DE LA IGLESIA [Yves Congar] INDICACIONES PRELIMINARES SOBRE LAS PROPIEDADES ESENCIALES DE LA IGLESIA.

1. 2. 3. 4.

Vocabulario Breve resumen histórico de la problemática de las notas Relación de las notas entre sí y con el misterio de Cristo y de la Iglesia. Apreciación del uso apologético de las propiedades-notas. Verdad de la Iglesia

I.

II.

457 461 462 466 470

La santidad en la Escritura y en la historia En qué sentido es santa la Iglesia Pecado y miserias de la Iglesia Defectos y reformas de la Iglesia La santidad como argumento de la verdadera Iglesia para la apologética.

472

472 476 482 485 489

371

371 373 376

Sección tercera: LA IGLESIA ES CATÓLICA I.

378

Sección primera: LA IGLESIA ES UNA

455

Sección segunda: LA IGLESIA ES SANTA

CAPITULO V

17

382

TEOLOGÍA DE LA UNIDAD

382

1. Las formas de la unidad a) Unidad de fe b) Unidad en el culto y por los sacramentos c) Unidad de vida social orientada y gobernada por la caridad.

386 389 394 403

2. La Iglesia es una comunión a) Una teología de la comunión b) La unidad eclesial en la historia del mundo

410 412 422

LAS RUPTURAS DE LA UNIDAD

425

1. El cisma a) En qué consiste el cisma b) Cómo se produce un cisma y cómo se guarda la unidad 2. La herejía '. a) Historia de la idea b) Definición de la herejía c) Cómo se llega a la herejía 3. Situación de los herejes y los cismáticos en relación con la Iglesia. a) Bautizados que han cometido personalmente el pecado de cisma o de herejía

429 429 435 441 441 444 446 454

II.

492

CATOLICIDAD DE LA IGLESIA

492

1. Perspectiva histórica a) Origen y valor de la expresión b) Breve historia de la idea de catolicidad 2. Teología de la catolicidad a) Las fuentes de la catolicidad en la Trinidad b) La fuente de la catolicidad en la naturaleza humana y en el cosmos

492 492 494 501 501

3. La realización de la catolicidad a) La incorporación de pueblos y culturas. Catolicidad y misión. b) Ecumenismo y catolicidad 4. La nota de catolicidad. Uso apologético

508 510 514 515

TEOLOGÍA DE LA MISIÓN [Pietro Rossano]

1. Origen y fundamento de la misión 2. Destinatarios y modo de misión 3. Finalidad de la misión Bibliografía

505

517

517 526 534 544

Sección cuarta: LA IGLESIA ES APOSTÓLICA I.

454 2

547

LA APOSTOLICIDAD DE LA IGLESIA

547

1. El «apóstol» según el Nuevo Testamento 2. Historia de la idea

547 550

18

CONTENIDO

II.

3. Teología de la apostolicidad a) La sucesión apostólica b) Diferencias entre apostolado y episcopado c) Prueba histórica y escriturística de la «sucesión apostólica». d) Los componentes de la sucesión apostólica: apostolicidad de ministerio y de doctrina. La «tradición según la sucesión».

555 556 557 561

4. Sentido de la apostolicidad

576

PRIMADO y EPISCOPADO

1. La función de Pedro según el Nuevo Testamento 2. El obispo de Roma, sucesor de Pedro a) Breve resumen histórico b) Punto de vista teológico Bibliografía

INTRODUCCIÓN

567

582

583 597 597 600 606

SIGLAS Y ABREVIATURAS

611

ÍNDICE ONOMÁSTICO

619

ÍNDICE ANALÍTICO

631

Tras haber expuesto en el tercer volumen de esta obra el acontecimiento central, Cristo, desarrollaremos en esta primera parte, la más amplia, del cuarto la doctrina sobre la Iglesia. Aparecerá en primer lugar bajo el título global «El acontecimiento salvífico en la comunidad cristiana»; las cuestiones centrales de la doctrina de la gracia seguirán en una segunda parte, el tomo I V / 2 , bajo el título «La acción salvífica de Dios en el individuo». En dicho tomo entraremos en la problemática de esta segunda parte, estudiando también su relación con la eclesiología. En todo caso, nos parece acertado hablar en primer lugar de la Iglesia, pues así podremos evitar más fácilmente un estrechamiento individualista de la doctrina de la gracia. El objetivo de esta introducción es hacer una presentación breve y fundamentada de la concepción eclesiológica en el marco de una dogmática centrada en la historia de la salvación. El título, al hacer referencia a la comunidad cristiana (de Cristo), subraya ante todo la relación esencial existente entre cristología y eclesiología. Sólo partiendo de Cristo puede decirse qué es la Iglesia. En ambos casos destacaremos su carácter de acontecimiento. Al igual que en el tercer volumen hablábamos del acontecimiento Cristo, seguiremos hablando aquí del acontecimiento salvífico en la comunidad con referencia a aquél. Es evidente que no se trata de un segundo acontecimiento, subsiguiente o sobreañadido al primero. El acontecimiento Cristo sólo tiene sentido en cuanto acontecimiento salvífico si implica su aceptación por parte de los hombres. Ahora bien, esto quiere decir que al acontecimiento Cristo pertenece intrínsecamente la comunidad formada por cuantos lo aceptan en fe, esperanza y amor. Esta perspectiva es fundamental para toda la eclesiología, pues pone de manifiesto, ya en su primer principio, que la Iglesia es en su ser más íntimo la comunidad de los que creen, esperan y aman. Ciertamente, al exponer la doctrina sobre la Iglesia se deberá hablar también de sus estructuras, de sus momentos institucionales, etc., puesto que la realidad de la Iglesia ha de expresarse en la dimensión de la historia y de la sociedad, con todo lo que en ellas se da. Pero sería fatal

20

21

INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN

que este aspecto quedara tan en primer plano que se pasara por alto lo que es nuclear en la Iglesia, la comunidad de los que reciben con gratitud la salvación que nos ha sido regalada en Cristo Jesús y la realizan fraternalmente en la práctica de la vida cristiana con la libertad abierta por él y por su Espíritu. Es preciso subrayar con insistencia este aspecto, pues al delimitar una enseñanza sobre la Iglesia no es posible hablar expresamente de todos los aspectos por igual. No supone malentendido alguno para la eclesiología el recordar constantemente lo que se ha dicho antes sobre el acontecimiento decisivo, el de Cristo; del mismo modo, todo lo que tratemos más adelante bajo la palabra «gracia» ha de pensarse con dicha referencia y comprenderse partiendo de la realización de la Iglesia como comunidad de la fe, la esperanza y el amor. Es inevitable delimitar los «tratados»; pero hay que procurar a cada paso superar estas fronteras mediante una visión de conjunto dentro de la cual las diferentes afirmaciones se iluminen recíprocamente. Para alcanzar una visión correcta de la Iglesia es también fundamental el considerar todo lo que sobre ella decimos con referencia al «mundo», razón de ser de la Iglesia. Cuando en este volumen tratamos del acontecimiento salvífico en la comunidad de Cristo Jesús no hay que entenderlo como si en cierto modo reserváramos aparte un ámbito salvífico autosuficiente que descansa en sí mismo y se deslinda frente al mundo. La Iglesia sólo es Iglesia cuando se abre al mundo. Hablando en imágenes, la Iglesia es exactamente la levadura que fermenta a toda la masa. La imagen puede ser insuficiente. Pero indica que la fidelidad de la Iglesia a su origen y a su misión, y por otra parte la realización de su existencia como comunidad aparte, y su radical apertura al mundo no constituyen una alternativa, sino que son dos momentos que se condicionan entre sí. Hemos de remitir aquí una vez más a la relación entre historia universal y particular de la salvación, tal como se expone en el primer volumen de esta obra '. Además, hay que insistir en que la significación del acontecimiento Cristo es precisamente la de un concretissimum universale2. Lo mismo vale a propósito de la Iglesia, la cual, en cuanto comunidad de Cristo Jesús, proclama ante el mundo la salvación que en él nos ha sido dada y la hace presente en y para el mundo. «Cristo es la luz de los pueblos». Y, a su vez, «la Iglesia es en Cristo el sacramento, es decir, el signo e instrumento en orden a la más íntima unión con Dios y también a la unidad de todo el género humano» (Lumen gentium, 1). Por esta referencia al mundo como un todo, la Iglesia es universal.

Pero en este tiempo, la Iglesia, en cuanto comunidad aparte, en cuanto «llamamiento a la fe» (G. Ebeling), y el mundo no son dos ámbitos de extensión idéntica. En toda la configuración de la Iglesia a lo largo de la historia no hay en el fondo más que dos cortes decisivos: el cumplimiento del acontecimiento salvífico en Cristo y la plenitud escatológica. «La nueva y eterna alianza en Jesucristo es la plenitud y el fin de toda la historia de la salvación porque, respecto del problema de la salvación del hombre, la historia no es ya ambivalente y abierta, sino que está decidida por el mismo Dios mediante la gracia eficaz y predefinida de Cristo, previa a toda correspondiente decisión del hombre y sin prejuicio de esta libertad humana; además, está decidida concretamente como amor de Dios en la basileia de Dios para la salvación del hombre. Esta acción, puesta por Dios en Cristo —que se encarnó, fue crucificado, resucitado y reside ahora en su Iglesia—, está presente en el mundo por el mismo Cristo, que actualiza así siempre de nuevo su presencia dentro de la historia» 3 . La separación y relación mutua entre la Iglesia y el mundo sólo quedará suprimida en el señorío pleno de Dios, al despuntar la nueva creación. Pero como las fuerzas del señorío divino ya actúan en la Iglesia, su historia, que acontece dentro y conjuntamente con la del mundo, es «la esperanza en la venida del Señor, porque en la consumación de la gloria en Cristo se revela lo que ya está dado en este fin, que es el NT» 4 . A la hora de desarrollar una eclesiología sistemática surgen dificultades de no poca importancia. En parte son debidas a que, dejando a un lado los tratados apologéticos, completamente insuficientes para la teología dogmática actual, no cabe acudir a una tradición de cierta amplitud en el campo de la eclesiología sistemática; no vamos a discutir aquí los motivos de esta falta. En parte se deben también a las transformaciones por las que ha atravesado y atraviesa la eclesiología en los últimos decenios, y sobre todo a raíz del Vaticano II, tanto en sus planteamientos generales como en sus problemas parciales. En este punto hay que tener en cuenta que en la eclesiología, más que en otros tratados, estas transformaciones no se verifican sólo al nivel de la reflexión científica, sino que están condicionadas por el cambio de configuración de la Iglesia, de tal forma que la reflexión teológica va por delante de los cambios en la vida y en las estructuras eclesiásticas, pero por otra parte vuelve también sobre ellos en un segundo momento. En el campo de la sistemática hemos de resaltar otro hecho importante: frente a una eclesiología basada sobre todo en el concepto de la Iglesia como Cuerpo místico vuelve hoy a acentuarse la idea de la Iglesia como pueblo de Dios, aunque por ello no hay nada decidido sobre el desarrollo concreto de la eclesiología y sobre la

1 A. Darlap, Teología fundamental de la historia de la salvación: MS 1/1, 94-105, 126-132, 175-201. 2 Cf. a este propósito P. Tillich, Systematische Theologie, I, Stuttgart, 21956, 24s (trad. española, Barcelona, 1972).

3 4

MS T/l, 199s (A. Darlap). MS 1/1, 200 (A. Darlap).

22

23

INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN

reunión de las diferentes imágenes bíblicas en una visión complexiva5. Incluso la aplicación de la categoría de sacramento como punto de partida para una visión global de la eclesiología dista mucho de ser indiscutible 6 . Ante este hecho se plantea una pregunta particularmente acuciante: ¿cómo recoger un material que responde a múltiples puntos de vista para desarrollarlo en la perspectiva de una dogmática centrada en la historia de la salvación? No hay más remedio que hacer una opción por un tipo determinado de procedimiento. Opción cuyos momentos principales vamos a fundamentar ahora. 1. Al igual que en el volumen correspondiente al acontecimiento Cristo, también en éste presentaremos en primer término los fundamentos teológico-bíblicos de la eclesiología, incluyendo los hechos del AT que son precisamente esenciales para la doctrina de la Iglesia. No se trata de dar respuesta a cuestiones concretas, de las que se volverá a hablar en los capítulos posteriores, sino de exponer la visión fundamental de la Biblia sobre la Iglesia, prefigurada en el AT. Al exponer las afirmaciones neotestamentarias sobre la Iglesia insistiremos más en la difusión de los diferentes aspectos teológicos que en el tratamiento de las cuestiones crítico-históricas, cuya discusión ha de hacerse más bien en el contexto de una eclesiología planteada a nivel de teología fundamental. En este punto existe cierta diferencia con la eclesiología de Hans Küng 7 ; su obra es en este aspecto un valioso complemento de la doctrina sobre la Iglesia que aquí ofrecemos. De todas formas es, si no metodológicamente, sí prácticamente, imposible establecer una frontera clara, puesto que la exposición dogmática ha de integrar en cierta medida planteamientos de tipo crítico-histórico. En el presente volumen ocurre esto menos en la exposición de la eclesiología neotestamentaria que en el capítulo que trata de las propiedades esenciales de la Iglesia, sobre todo en relación con el problema de su apostolicidad.

rico-teológico, tanto más cuanto que, prescindiendo de algunas cuestiones sueltas, no cabe hablar de una historia de los dogmas eclesiológicos en el mismo sentido que de una historia de los dogmas cristológicos. En cambio, para la sistemática es de suma importancia el ver cómo la imagen de la Iglesia se ha ido transformando en cada época y cuál es la visión de la Iglesia que hoy se nos ofrece. Pero no se trata aquí de un procedimiento exclusivo. El material histórico-teológico e histórico-dogmático será tratado en cada uno de los capítulos según convenga, especialmente en el capítulo sobre las propiedades esenciales de la Iglesia. Por lo demás, Mysterium Salutis no pretende sustituir a las monografías de historia de los dogmas. Por eso en cada uno de los problemas remitiremos expresamente al nuevo Handbuch der Dogmengeschichte, en el que ya han aparecido tres de los cuatro fascículos referentes a la eclesiología8. 3. Es fundamental para el ulterior desarrollo sistemático el capítulo IV: la Iglesia como sacramento de la salvación. En él se muestra con suma claridad la opción hecha para la visión sistemática fundamental. Aunque ésta no sea la única posible, nos parece plenamente justificada por diversos motivos. La visión sacramental de la Iglesia no sólo corresponde a la perspectiva principal en que se sitúa la Lumen gentium', sino que además encaja en una dogmática histórico-salvífica, puesto que muestra a la Iglesia en su referencia al acontecimiento irrepetible de Cristo y a la consumación escatológica. Hemos de subrayar, naturalmente, en este punto que la Iglesia no ha de entenderse como sacramento en un sentido estático, sino que ha de verse dentro de su realización histórica. La visión sacramental de la Iglesia reúne en una visión global su dimensión visible y social con su realidad invisible y espiritual, de tal forma que sale a la luz el significado permanente de la dimensión visible de la Iglesia y se evita una falsa absolutización y un aislamiento perjudicial de esta dimensión. Dicha visión pone de manifiesto toda la importancia histórico-salvífica de la relación entre Cristo, sacramento del encuentro con Dios 10, y cada uno de los sacramentos, en cuanto que son articulaciones y actualizaciones del sacramento radical, la Iglesia. Además hace ver la referencia de la Iglesia al mundo en cuanto que es signo de salvación para éste. Las diferentes imágenes bíblicas sobre el ser de la Iglesia pueden reunirse en una visión sacramental. Por eso la categoría del sacramento parece lo

2. A diferencia del volumen I I I , en el tercer capítulo del presente concederemos una importancia mayor al problema de la transformación de la imagen de la Iglesia que al desarrollo histórico-dogmático e histórico-teológico de las diferentes afirmaciones eclesiológicas. Este procedimiento podría ser más adecuado al desarrollo sistemático siguiente que la exposición de materiales aislados de tipo histórico-dogmático e histó5 Es significativo en este punto el cambio dado por la eclesiología desde la encíclica Mystici Corporis (1943) a la constitución Lumen gentium del Vaticano II (1964). Cf. al respecto M. Keller, «Volk Gottes» ais Kirchenbegriff, Zurich, 1970 (con bibliografía). 6 La visión sacramental de la Iglesia ha sido destacada por O. Semmelroth, K. Rahner, H. de Lubac, E. Schillebeeckx, entre otros. Son más reservados, al parecer, H. Küng y J. Ratzinger. Cf. el resumen de P. Smulders en la obra citada en la nota 9. 7 H. Küng, La Iglesia, Barcelona, 1970.

8 M. Schmaus, A. Grillmeier y L. Scheffcyk (eds.), Handbuch der Dogmengeschichte, III/3b: Die Lehre von der Kirche - Vdterzeit bis ausschliesslich Augustinus, 1970 (P. Th. Camelot); III/3c: Die Lehre von der Kirche von Augustinus bis zum abendlandischen Schisme, 1971 (Y. Congar); III/3d: Die Lehre von der Kirche vom abendlandischen Schisme bis zur Gegenwart, 1971 (Y. Congar). Cf. a este respecto P. Smulders, La Iglesia como sacramento de salvación, en G. Baraúna (ed.), La Iglesia en el Vaticano II, I, Barcelona, 1967, 377-431. Cf. sobre esto E. Schillebeeckx, Cristo, sacramento del encuentro con Dios, San Sebastián, 1965.

24

25

INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN

bastante comprehensiva como para enlazar al nivel de la reflexión los diferentes aspectos eclesiológicos. Habrá que guardarse, eso sí, de insistir excesivamente en la idea de lo sacramental. Debido precisamente a su amplitud formal, no se le puede pedir demasiado. La plenitud de contenido no puede derivarse simplemente a partir de dicha categoría. No obstante, en cuanto perspectiva global y principio unificador, se nos revela sumamente fecunda. Hemos de responder también a dos cuestiones fundamentales que se plantean a la hora de poner los cimientos de la eclesiología sistemática: la cuestión del acceso a la realidad de la Iglesia y la del sentido de la Iglesia. La primera cuestión concierne a la gnoseología. Sólo a la luz de la fe se nos revela lo que la Iglesia es en cuanto sacramento de la salvación. Sólo la fe es capaz de ver la Iglesia, concebida socialmente, como signo de una realidad salvífica invisible. Tal vez no esté de más el subrayar que esta concepción nada tiene que ver con un hipostasiamiento ahistórico de la Iglesia. Precisamente una visión de la Iglesia a partir de la fe posibilita y exige una consideración crítica de la concreta Iglesia histórica. Sobre todo, prohibe que la Iglesia se coloque en el lugar de Cristo, que cambie la palabra de éste por la suya propia ". Tiene también una importancia fundamental la cuestión del sentido de la Iglesia, cuestión que hasta ahora se ha dado por supuesta en la dogmática en vez de ser tratada expresamente. El planteamiento de esta pregunta no obedece exclusivamente al hecho de que en la actualidad hablen muchos de un cristianismo sin Iglesia. La respuesta a este interrogante pertenece también a la recta comprensión de la Iglesia misma. No basta responder a este respecto que la Iglesia es necesaria como medio para la salvación individual; la única solución adecuada es ver la Iglesia como un todo en la historia. La consideración histórico-salvífica se manifiesta también aquí como algo fundamental.

En el volumen IV/2 siguen los capítulos en que se habla de los diferentes momentos parciales de la Iglesia como institución: la liturgia, los distintos sacramentos como articulaciones del sacramento radical, el derecho como derecho de servicio, los miembros de la Iglesia en sus diferentes aspectos (estados, ministerios y carismas, laicos, casados, religiosos). Como ya dijimos en la introducción al volumen 1 12 , no vamos a presentar un tratado exclusivo y cerrado de los sacramentos. Las consideraciones generales («De sacramentis in genere») se harán en relación con el capítulo que trata de la Iglesia como institución. Trataremos detalladamente en un capítulo específico de la eucaristía, como misterio central en el que se realiza la Iglesia. Por lo demás, los diferentes sacramentos serán tratados en el volumen IV/2 o en el V, dentro de sus correspondientes contextos eclesiológicos o antropológicos. Con ello podremos tener más en cuenta la situación vital, el Sitz irn Leben de cada sacramento, y rebajar un poco el peso excesivo que tenía el tratado de los sacramentos en el conjunto de la dogmática. Un capítulo conclusivo tratará de la Iglesia como historia. El hacer una reflexión teológica sobre la historia de la Iglesia es tal vez un deseo que hasta ahora no ha sido objeto de atención por parte de la dogmática. En el contexto de nuestra dogmática, centrada en la historia de la salvación, nos ha parecido que esta reflexión era ineludible. Por la misma razón, ya en el volumen I I I poníamos el acento principal en la exposición de los misterios de la vida de Jesús y sobre todo del misterio pascual. Sólo en dicho capítulo conclusivo veremos cómo es posible hacer semejante reflexión y cómo contribuye a la comprensión teológica de la Iglesia.

4. El desarrollo de la eclesiología sistemática se verifica concretamente en diferentes etapas. Ya a partir del Símbolo nos encontramos en primer lugar con una interpretación de las cuatro propiedades esenciales de la Iglesia. La sistemática va recogiendo a nivel de concentración teológica y en un grado ulterior de reflexión muchos de los elementos que dentro de la perspectiva bíblica se desplegaban en multitud de aspectos aislados. Así como la Escritura y la confesión de fe se interpretan recíprocamente, así también este capítulo sobre las propiedades esenciales de la Iglesia ha de ser leído a la luz de los fundamentos bíblicos estudiados en los dos primeros capítulos. Al referirnos a la catolicidad de la Iglesia, expondremos también los fundamentos de una teología de la misión. 11

Cf. sobre esto K. Barth, Kirchliche Dogmatik, IV/2, 756ss.

Los 12

MS 1/1, 45s.

DIRECTORES

EL ACONTECIMIENTO SALVIFICO EN LA COMUNIDAD CRISTIANA

CAPITULO I

ESTRUCTURAS DE LA ECLESIOLOGIA VETEROTEST'AMENTARÍA

«Al investigar el misterio de la Iglesia, este sagrado Concilio recuerda los vínculos con que el pueblo del Nuevo Testamento está espiritualmente unido con la raza de Abrahán. Pues la Iglesia de Cristo reconoce que los comienzos de su fe y su elección se encuentran ya en los patriarcas, en Moisés y los profetas, conforme al misterio salvífico de Dios. Reconoce que todos los cristianos, hijos de Abrahán según la fe (cf. Gal 3,7), están incluidos en la vocación del mismo patriarca y que la salvación de la Iglesia está místicamente prefigurada en la salida del pueblo elegido de la tierra de la esclavitud. Por lo cual, la Iglesia no puede olvidar que ha recibido la revelación del Antiguo Testamento por medio de aquel pueblo, con quien Dios, por su inefable misericordia, se dignó establecer la antigua alianza, ni puede olvidar que se nutre de la raíz del buen olivo en el que se han injertado las ramas del olivo silvestre, que son los gentiles (Rom 11,17-24)». En estas palabras del Vaticano II (Declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas, núm. 4) queda expresada tanto la justificación como la tarea que compete al estudio de las estructuras de la eclesiología veterotestamentaria en el marco de un tratado dogmático sobre la Iglesia del NT. Se trata, pues, ante todo, de dos cosas o aspectos. En primer lugar: en el Israel veterotestamentario está «prefigurada misteriosamente» la Iglesia del NT; el pueblo de Dios del AT, en cuanto «preparación y prefiguración» (Constitución sobre la Iglesia, núm. 9: «praeparatio et figura») 1, es el prototipo y el modelo estructural del pueblo de Dios neo1

Cf. también la Constitución sobre la Iglesia, núm. 2: La Iglesia «fue ya prefigurada desde el origen del mundo, preparada admirablemente en la historia del pueblo de Israel y en el Antiguo Testamento, constituida en los últimos tiempos, manifestada por la efusión del Espíritu Santo, y se perfeccionará gloriosamente al fin de los tiempos. Entonces, como se lee en los Santos Padres, todos los justos descendientes de Adán, 'desde Abel el justo hasta el último elegido', se congregarán delante del Padre en una Iglesia universal». Cf., además, el núm. 6: «Como en el Antiguo Testamento la revelación del reino se propone muchas veces bajo figuras, así ahora la íntima naturaleza de la Iglesia se nos manifiesta también bajo diversos símbolos...».

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ECLESIOLOGIA VETEROTESTAMENTARIA

MANIFESTACIONES DE LA IGLESIA VETEROTESTAMENTARIA

testamentario. Segundo: Se trata, además, de la continuidad e incluso de la identidad del único pueblo de Dios: los cristianos hemos sido «incluidos» e «injertados»2 en la vocación y misión de Israel. Lo cual significa que, precisamente por lo que concierne a la eclesiología, el AT nos afecta, afecta a nuestra autorrealización y a nuestra autocomprensión, a una autocomprensión extraordinariamente existencial. En efecto, aquella frase de Nicolás Berdief, que en último término afirma el misterio esencial de toda comunidad eclesial, difícilmente puede comprobarse y explicarse con más eficacia que tomando en serio las pretensiones fundamentales del AT: «La más alta verdad moral y religiosa de que el hombre ha de dejarse penetrar es que la salvación individual es imposible. Mi salvación presupone la del otro, la de mi prójimo, la salvación universal, la salvación de todo el mundo y su transformación»3. Al hablar de estructuras de la eclesiología veterotestamentaria, se impone la siguiente disposición de los puntos de vista. Primero (1) hemos de destacar fenomenológicamente las formas en que han ido cristalizando las manifestaciones de la «Ekklesia» veterotestamentaria, las múltiples concretizaciones y aspectos del único pueblo de Dios. Después (2) hablaremos de la relación con Dios, constitutiva para Israel. De ella deriva (3) la misión de Israel, la justificación de su existencia en el mundo y en medio de los pueblos, su cometido específico de cara al mundo y a la humanidad. Una vez determinada esta relación entre particularismo y universalismo, resta finalmente (4), volviendo a la constitución del pueblo de Dios, discutir la situación correlativa del individuo respecto de la colectividad, de cada creyente respecto de la totalidad del pueblo de Dios. Para redondear nuestro estudio haremos una serie de consideraciones metodológicas (5) a fin de destacar los rasgos centrales con la mirada puesta en la eclesiología neotestamentaria.

haber sido recogidos todos juntos por el NT, sino también y sobre todo porque cada uno de ellos representa modélicamente una de las posibles concretizaciones histórico-teológicas, uno de los múltiples aspectos de una realidad que es una y la misma, la realidad eclesial, que por su complejidad no puede en último término ser reducida a un común denominador. Sólo el conjunto de modelos y aspectos puede expresar en algún sentido lo que la Iglesia es, quiere ser y debe ser.

1.

Manifestaciones de la Iglesia veterotestamentaria

En el AT hay diversos nombres y conceptos que se refieren a la dimensión teológica que solemos designar con la palabra «Iglesia». Es útil tomarlos en consideración con algún detenimiento. Y esto no sólo por 2 En la Constitución sobre la Iglesia se expresa así, en el núm. 16, la relación particular y única existente entre Israel y la Iglesia: «Los que todavía no recibieron el evangelio, están relacionados con el pueblo de Dios por varios motivos. En primer lugar, por cierto, aquel pueblo a quien se confiaron las alianzas y las promesas y del que nació Cristo según la carne (cf. Rom 9,4-5); pueblo, según la elección, amadísimo a causa de los padres: porque los dones y la vocación de Dios son irrevocables (cf. Rom 11,28-29)». 3 Existentielle Dialektik des Gbttlichen und Menschlichen, Munich, 1951, 194.

a)

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Pueblo de Dios.

«Pueblo de Dios» se ha convertido —por decirlo así— en slogan teológico a partir del Vaticano II. Y en cuanto tal corre el riesgo de sufrir el destino que aguarda, tarde o temprano, a las frases de moda: ser trivializadas en vez de entendidas, darse por sabidas y por evidentes sin hablar de ellas, ocultar en vez de revelar los hechos en que se piensa. Sólo una cosa puede servirnos de ayuda en este caso: investigar el contenido bíblico de la palabra en cuestión, valiéndonos de la exégesis, y concretamente de la exégesis moderna, con todos sus diversos métodos literarios. ¿Cuál es su significación fundamental? ¿Cuáles las connotaciones e implicaciones de la realidad pensada? En el NT, Dios, en cumplimiento de sus promesas (cf. Am 9,1 ls), se preocupa «de sacar de entre los paganos (£0vn = naciones) un pueblo (Xocó