Mysterium salutis : manual de teología como historia de la salvación. T. III, El acontecimiento Cristo 9788470572777, 8470572776

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Spanish; Castilian Pages [552] Year 1980

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Mysterium salutis : manual de teología como historia de la salvación. T. III, El acontecimiento Cristo
 9788470572777, 8470572776

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MYSTERIUM SALUTIS *

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TEOLOGÍA COMO HISTORIA DE LA SALVACIÓN III

MANUAL DE COMO HISTORIA

*

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MYSTERIUM SALUTIS MANUAL DE TEOLOGÍA COMO HISTORIA DE LA SALVACIÓN Dirigido por JOHANNES Y

MAGNUS

FEINER

LÓHRER

EL ACONTECIMIENTO CRISTO Con la colaboración de JUAN ALFARO - HANS URS VON BALTHASAR ÉTIENNE CORNÉLIS - NOTKER FÜGLISTER ALOIS GRILLMEIER - ADALBERT HAMMAN WALTER KERN - ELMAR KLINGER HERIBERT MÜHLEN . ALOIS MÜLLER RUDOLF SCHNACKENBURG - RAPHAEL SCHULTE CHRISTIAN SCHÜTZ - PIET SMULDERS HERBERT VORGRIMLER - DIETRICH WIEDERKEHR

SEGUNDA

EDICIÓN

I EDICIONES CRISTIANDAD

EDICIONES CRISTIANDAD

Huesca, 30-32

Huesca, 30-32

MADRID

MADRID

CONTENIDO © Copyright universal de esta obra en BENZIGER VERLAG, EINSIEDELN 1969 publicada con el título

MYSTERIUM SALUTIS GRUNDRISS H E I L S G E S C H I C H T L I C H E R DAS CHRISTUSEREIGNIS

DOGMATIK Prólogo

*

Cap. I:

Tradujeron este tomo al castellano GUILLERMO APARICIO y JESÚS REY

23 Cristo en la fe y en la historia [E. Klinger]

1. Estructura formal de la fe en Cristo 2. Dimensión metafísica de la fe en Cristo 3. El acontecimiento Cristo y la teología de la historia Bibliografía

Los capítulos X y XI fueron traducidos por JOSÉ SAGREDO, SJ

Cap. I I : El acontecimiento Cristo, acción del Padre y acción del Hijo ...

Supervisor de la edición española P. JUAN ALFARO, SJ Profesor de Teología, Pontificia Universidad Gregoriana

27 29 37 45 52 55

Sección primera: EL ACONTECIMIENTO CRISTO, ACCIÓN DEL PADRE [ R . Schulte]

1.

Reflexiones fundamentales a) Teología trinitaria y cristología b) Principios fundamentales c) Limitaciones de una teología fundada en la «conveniencia» ... 2. El acontecimiento Cristo como acción del Padre a) El designio salvífico del Padre; la predestinación de Cristo ... b) Papel del Padre en la misión salvífica del Hijo c) Iniciativa del Padre en la entrada de Cristo en la historia d) Salvación del mundo por la misión del Hijo y del Espíritu ... e) La glorificación de Cristo, manifestación de la gloria del Padre. Bibliografía

Imprimí potest: DR. ENRIQUE PASCUAL RICARDO,

Obispo Aux. y Vic. Genera] , Madrid, 15-111-71

55

55 56 56 59 61 61 64 66 74 78 81

Sección segunda: EL ACONTECIMIENTO CRISTO, ACCIÓN DEL HIJO [A. Hamman]

1. 2.

Derechos para todos los países de lengua española en EDICIONES CRISTIANDAD, MADRID 1971 Segunda edición: 1980 Depósito legal: M. 22.052—1980

3.

La obra del Hijo El tiempo del Hijo a) El Hijo y el tiempo b) El Hijo y la historia de la salvación La misión del Hijo a) El drama de la Cruz b) La salvación del mundo

Cap. I I I : Fundamentos veterotestamentarios Testamento [N. Füglister] ISBN: 84-7057-277-6

Printed in Spain ARTES GRÁFICAS BENZAL - Virtudes, 7 - MADRID-3

1.

82

86 89 89 90 92 92 92

de la cristología del Nuevo

El mediador real de la salvación a) La promesa a David y la historia del yahvista b) Los Salmos reales

94 95 96 98

8

CONTENIDO

CONTENIDO

c) d) e) f) g) 2.

3.

4.

5.

Isaías y Miqueas Jeremías y Ezequiel Ageo y Zacarías Déutero-Zacarías Textos intertestamentarios

101 106 108 109 114

El mediador sacerdotal de la salvación a) Textos veterotestamentarios tempranos b) Textos veterotestamentarios tardíos c) Textos intertestamentarios

116 116 119 124

El mediador profético de la salvación a) Textos preexílicos: el profeta mosaico b) Textos exilíeos: el siervo de Yahvé c) La expectación profética en los textos tardíos del Antiguo Testamento y en el judaismo

126 126 129

El mediador celestial de la salvación a) Un teologúmeno del antiguo Israel: el ángel de Yahvé b) Textos sapienciales: personificación de la Sabiduría divina ... c) El Hijo del hombre en la apocalíptica

149 150 152 155

Implicaciones teológicas a) Aspecto aporético b) Aspecto soteriológico c) Aspecto incarnatorio d) Aspecto eclesial e) Aspecto universalista f) Consideraciones metodológicas

164 164 166 171 176 179 182

Bibliografía Cap. IV:

Cristología del Nuevo Testamento

146

' 185 [R. Schnackenburg]

Cuestiones metodológicas

186

9

Sección tercera: LA CRISTOLOGÍA DE LOS SINÓPTICOS

1. 2. 3.

Marcos Mateo Lucas

221

221 232 242

Sección cuarta: LA CRISTOLOGÍA DE PABLO Y DE JUAN

251

1.

El himno cristológico de Flp 2,6-11

251

2.

Pilares de la cristología paulina: el Mesías crucificado, el Hijo de Dios, el Kyrios, el segundo Adán

262

Cristología joánica: encarnación del Logos, el Hijo como revelación del Padre, descenso y ascenso del Hijo del hombre, misión del Espíritu y glorificación del Padre

273

3.

Sección quinta: OTRAS MODALIDADES DE LA CRISTOLOGÍA DEL NT

1. 2. 3. 4.

La primera carta de Pedro y las pastorales La cristología de la carta a los Hebreos La imagen de Cristo en el Apocalipsis Unidad de la cristología del Nuevo Testamento

Bibliografía Cap. V:

Desarrollo de la cristología en la historia de los dogmas y en el magisterio eclesiástico [P. Smulders]

284

284 291 297 303 310

315

186 Sección primera:

Sección primera: LA RESURRECCIÓN DE JESÚS Y LA CRISTOLOGÍA DEL NT

EL JUDEOCRISTIANISMO 188

1.

La resurrección de Jesús, punto de partida histórico de la fe en Cristo

188

2.

La resurrección de Jesús, principio teológico fundamental de la cristología primitiva

194

1. Dos tipos de cristología 2. Testimonios antiguos 3. «Kerygmata Petrou» y Hermas 4. Conclusión

316

316 317 318 321

Sección segunda: Sección segunda: LA PRIMERA CRISTOLOGÍA DE LA IGLESIA

1. Estado de la cuestión 2. La cristología de «exaltación» 3. El Cristo xa-coc c á p x a y Jtatác itvEÍÍiJwx

202

204 209 215

SÍNTESIS DEL CATOLICISMO PRIMITIVO: I. LA PALABRA DE DIOS EN LA HISTORIA HUMANA

1. 2. 3.

Ignacio Justino Ireneo

322

323 325 327

10

CONTENIDO

CONTENIDO

Sección tercera: SÍNTESIS DEL CATOLICISMO PRIMITIVO: II. OCCIDENTE Y ORIENTE

c) Cristología dinámico-funcional d) Cristología atenta a la historicidad e) Cristología solidaria f) Cristología situada en la historia de la alianza y de la revelación g) Conexión entre cristología y soteriología existencial

332

1.

Tertuliano

332

2.

Los alejandrinos: Clemente y Orígenes a) Clemente b) Orígenes

335 335 337

3.

Visión retrospectiva

340

1.

EL PRELUDIO DE LAS GRANDES CONTROVERSIAS

1. 2. 3.

De Malquión a Apolinar: negación del alma humana de Jesús ... Nicea-San Atanasio-Concilio I de Constantinopla La escuela antioquena

341

341 344 351

2.

Sección quinta: LA GRAN CONTROVERSIA CRISTOLOGICA: DE EFESO A CALCEDONIA

1. 2. 3.

Efeso: Cirilo contra Nestorio El símbolo de unión del 433 El Concilio de Calcedonia

361

361 366 369

3.

Sección sexta: EL CONCILIO I I I DE CONSTANTINOPLA

Observación Bibliografía

375

final

379 380 4.

Cap. VI:

Esbozo de cristología sistemática [D. Wiederkehr]

382

Sección primera: INTRODUCCIÓN Y PRINCIPIOS GENERALES

1.

2.

3.

382

Tarea de una cristología sistemática a) Unidad y pluralidad de la cristología b) Necesidad e intentos de integración sistemática Constantes de la cristología a) El sujeto histórico b) El predicado teo-lógico c) La unidad como diferencia e identidad d) Significado soteriológico *. e) Lenguaje de confesión de fe

382 383 384 386 387 388 388 389 390

Exigencias que la cristología neotestamentaria plantea a la sistemática a) Cristología personal b) Cristología relacional

391 391 392

393 394 395 396 397

Sección segunda: LA REALIDAD DE CRISTO Y LA RELACIÓN DE DIOS CON EL MUNDO

Sección cuarta:

11

5.

Consideraciones previas a) Necesidad de un marco sistemático b) La relación entre Dios y el mundo como marco c) Unidad de las estructuras cristológica y trinitaria d) Validez de este marco para la sistemática Temática de la relación de Dios con el mundo sobre la base del acontecimiento Cristo a) La intervención de Dios y la cristología indirecta b) Jesús como intervención de Dios c) Concreción escatológica d) Jesús como intervención escatológica de Dios y la doctrina de las dos naturalezas Cristología pascual y cristología prepascual a) Forma histórica de la intervención personal de Dios en Jesucristo b) La resurrección de Jesús, forma definitiva de la relación de Dios con el mundo c) Significado retroactivo de la resurrección de Jesús (Pascua) ... d) La misión de Jesús como misión del Hijo de Dios e) Origen eterno de la misión del Hijo: preexistencia La historia humana como forma posible de la relación escatológica de Dios con el mundo a) Libertad absoluta de Dios b) Conveniencia antecedente c) Imposibilidad fundada en la creaturalidad y en el pecado d) Posibilidad abierta por gracia e) Antropología cristológica • f) Analogía entre relación antropológica y cristológica con el mundo g) Antropología soteriológica La filiación eterna en la existencia humana de Jesús a) Predominio del concepto de naturaleza b) Contrapeso del concepto de filiación c) La existencia humana de Jesús como realización creada de la filiación (analogía) d) Identidad del hombre Jesús con el Hijo eterno e) Recepción humana del ser como historicidad f) La historicidad como versión humana de la filiación eterna ... g) Significado del fin en la versión humana de la filiación

398

398 398 398 399 401 402 402 404 405 407 411 412 413 418 421 423 428 428 429 430 430 431 433 434 435 435 436 437 438 440 440 441

CONTENIDO

12

6.

La estructura filial de los rasgos humanos de Jesús a) La ciencia de Cristo en el cumplimiento de su misión b) La voluntad y la libertad de Cristo en el cumplimiento de su misión c) Significado soteriológico y antropológico de la filiación d) Forma kenótica y pleromática de la relación de Dios con el mundo en la mediación cristológica

CONTENIDO

443 445 447 449 455

Cap. V I L

FUNDAMENTO BÍBLICO DE LOS MINISTERIOS DE CRISTO

1.

2.

LA REALIDAD CRISTO EN EL HORIZONTE DE LA RELACIÓN DEL MUNDO CON

DIOS

1.

2.

3.

4.

460

Análisis del marco sistemático 460 a) Polaridad y sentido de la relación 461 b) La mediación cristológica dentro de esa relación 463 c) Carácter total de la mediación cristológica 465 d) La mediación cristológica como solidaridad y representación. 468 El contenido de la relación del mundo con Dios en virtud del acontecimiento Cristo a) Contenido preexistente de la relación negativa con Dios b) El contenido de la relación positiva con Dios aportado por Jesús c) Jesús como fundamento de la nueva relación con Dios d) La relación de Jesús con Dios en su triple significado escatológico e) Fundamento de la efectividad escatológica f) Jesús como acontecimiento escatológico del hombre y la doctrina de las dos naturalezas Dimensión histórica del puesto de Cristo en la relación del mundo con Dios a) La muerte de Jesús como culminación de su relación con Dios. b) La muerte y resurrección de Jesús como diálogo existencial ... c) El camino prepascual de Jesús como camino filial d) La encarnación como obediencia e) La relación histórica de Jesús con Dios como relación eterna de Dios consigo mismo (preexistencia)

471 472 473 476 477 479 480 487 488 489 490 492

3.

Cristo como profeta a) El profetismo en el Antiguo Testamento b) Jesús como profeta según los sinópticos c) Jesús como revelador según Juan y los demás escritos del Nuevo Testamento Cristo, sumo sacerdote a) La teología del Siervo de Dios en el Antiguo y en el Nuevo Testamento b) La soteriología paulina c) Cristo, sumo sacerdote, en la epístola a los Hebreos d) Carácter sacrificial de la obra de Cristo según Juan Cristo, el Señor a) La concepción del reino de Dios en el Nuevo Testamento ... b) Cristo como Mesías y Señor en la Iglesia primitiva c) La soberanía de Dios según Pablo, Heb y Jn

493

507 507 510 514 520 520 523 528 534 537 537 540 541

544

1.

Algunos datos sobre historia de los dogmas 544 a) La trilogía ministerial 544 b) El ministerio sacerdotal de Cristo 547 2. Desarrollo sistemático de los ministerios de Cristo a la luz de la encarnación 551 a) El ministerio profético de Cristo 551 b) El ministerio sacerdotal de Cristo 557 c) El ministerio de Cristo como Señor 565 Bibliografía 568 Cap. VIII: Los misterios de la vida de Jesús

570

Sección primera: 1. 2. 3. 4.

Jesucristo como relación permanente del mundo con Dios (resumen). 501 504

507

Sección segunda: ESTUDIO SISTEMÁTICO DE LOS MINISTERIOS

PANORAMA HISTÓRICO [A. Grillmeier]

La estructura filial de la relación de Jesús con Dios en sus actos humanos fundamentales 496 a) Autotrascendencia filial e histórica de la ciencia de Cristo 497 b) Autotrascendencia filial e histórica de lá voluntad de Cristo. 499

Bibliografía

Las funciones salvíficas de Cristo como revelador, Señor y sacerdote [J. Alfaro] 507

Sección primera:

Jesucristo en cuanto relación permanente de Dios con el mundo (resumen) 458 Sección tercera:

13

Origen bíblico Época patrística Misterios de Cristo y teología sistemática Los misterios de Cristo en la piedad y en la mística a) Época de los Padres b) Épocas medieval y moderna

571

571 575 578 579 580 581

Sección segunda: LOS MISTERIOS DE LA PREHISTORIA DE JESÚS [ R . S c h u l t e ]

1.

Encarnación, concepción y nacimiento de Jesús

586

589

14

CONTENIDO

CONTENIDO

2.

...nacido bajo la ley a) La circuncisión b) La presentación en el templo c) A los doce años en el templo Bibliografía

596 597 602 607 610

Sección tercera: CAMINO DE LA CRUZ (VIERNES SANTO)

1.

Sección tercera: LOS MISTERIOS DE LA. VIDA. PUBLICA. DE JESÚS [ C h . S c h ü t z ]

1.

El bautismo a) Escenario b) El comienzo ( á w r ) ) c) Grande Jordanis mysterium d) El Cordero que quita el pecado del mundo 2. La tentación de Jesús a) Prenotandos b) El misterio de la tentación de Jesús 3. La transfiguración de Jesús a) El dilema de la exégesis b) En camino c) La paradoja 4. Los milagros de Jesús a) Interpretaciones sinóptica y joánica b) Historicidad de los milagros de Jesús c) Los milagros de Jesús a la luz del misterio de Cristo Bibliografía Cap. IX:

El misterio pascual [H. U. von Balthasar]

611

611 611 613 616 621 624 624 626 635 635 636 638 639 640 653 656 659

La El El La La

encamación, orientada a la pasión testimonio de la Escritura testimonio de la tradición «kénosis» y la nueva imagen de Dios pasión en los autores espirituales

666 668 671 674 682

LA MUERTE DE DIOS

6.

El hiato La «palabra de la cruz» y su lógica Cruz y filosofía El puente sobre el hiato Aproximación experimental al hiato a) En la antigua alianza b) En la nueva alianza Cruz y teología

4. 5.

6.

7.

La vida de Jesús y la cruz a) Obediencia hasta la muerte de cruz b) Existencia consciente de que llega la hora c) ¿Existencia como anticipación de la pasión? d) Existencia compartida Eucaristía a) Entrega espontánea ante la pasión b) Pan y vino: banquete y sacrificio c) Comunidad El Huerto de los Olivos a) La soledad b) La hora del pecado c) Reducción a la obediencia Entregado a los pecadores Proceso y condena a) Cristianos, judíos y paganos en la condena b) Postura de la Iglesia c) Postura de Jesús Crucifixión a) La cruz como juicio b) Palabras desde la cruz c) Los acontecimientos de la cruz Cruz e Iglesia a) El corazón abierto b) Iglesia nacida de la cruz c) Iglesia crucificada con Cristo Cruz y Trinidad

706

706 706 707 709 709 710 710 711 712 713 713 713 715 717 720 720 722 723 724 724 727 729 731 731 732 734 735

666

Sección segunda: 1. 2. 3. 4. 5.

3.

8.

ENCARNACIÓN Y PASIÓN

1. 2. 3. 4. 5.

2.

666

Sección primera:

15

686

*

686 688 690 696 699 699 701 704

Sección cuarta: ENTRE LOS MUERTOS (SÁBADO SANTO)

1. 2. 3.

Prenotandos metodológicos El Nuevo Testamento Solidaridad en la muerte a) El «sheol» b) El «sheol» como estado c) Solidaridad d) Ambigüedad de la permanencia en el «sheol» 4. El Hijo de Dios estuvo muerto a) Experiencia de la segunda muerte b) Experiencia del pecado como tal c) Carácter trinitario 5. La salvación en el abismo a) El «purgatorio» b) «Rompimiento de las ligaduras»

73g

738 741 745 745 747 743 749 75^ 751 753 755 75^ -¡yi 750

16

CONTENIDO

CONTENIDO

Sección quinta: EL RETORNO AL PADRE (DOMINGO DE PASCUA)

1.

La afirmación teológica fundamental a) Carácter único de la afirmación b) Forma trinitaria de la afirmación c) El testimonio del propio Resucitado 2. Estado de la exégesis a) La aporía y los intentos de solución b) Opciones de la exégesis 3. Desarrollo simbólico de los aspectos teológicos a) Necesidad de los símbolos b) ¿Cómo sucedió la resurrección? c) El estado del Resucitado d) Fundación de la Iglesia e) Vivir el misterio pascual Bibliografía Cap. X:

El efecto de la acción salvífica de Dios en Cristo [A. Grillmeier].

Notas previas

Cap. XI: 760

761 761 771 780 785 785 791 798 798 800 801 803 807 809

1. 2.

3.

Antiguo Testamento Nuevo Testamento a) Los evangelios sinópticos b) El Evangelio de Juan c) Las cartas paulinas d) Otras concepciones de la salvación en el NT Resumen a) La salvación, comunión con Dios en Cristo y en el Espíritu ... b) El hombre salvado c) Dimensión comunitaria de la salvación d) Salvación y consumación

1. 2. 3. 4.

La mariología en el contexto de la cristología Simbolismo y mariología Comienzos de la mariología La mariología y el Concilio Vaticano II

1. 2.

Cuestiones formales Elaboración del principio fundamental

1. 2.

3.

819

Predestinación de María Concepción inmaculada, plenitud de gracia e integridad de María. a) Concepción inmaculada b) Plenitud de gracia c) Integridad Ascendencia de María y desposorios con José

3.

Símbolos y fórmulas de fe Teología patrística a) Cristo, luz de los hombres b) Cristo vencedor. La redención como «cbnquista» c) Cristo, dispensador de inmortalidad y divinización Problemática moderna a) Redención del individuo b) Redención de la comunidad

Bibliografía

889

889 893 893 899 902 903

Sección cuarta: EL ACONTECIMIENTO CENTRAL: MARÍA, MADRE DE DIOS

1. 2. 3. 4. 5. 6.

Significado de la anunciación para María La revelación La concepción por obra del Espíritu Santo El «fíat» de María Papel de María como representante de la humanidad La anunciación y la maternidad como acontecimiento central en la vida de María

907

908 909 910 912 914 916

Sección quinta: MISTERIOS SUBSIGUIENTES A LA MATERNIDAD

1. 2.

877

878 880

Sección tercera: MISTERIOS PREVIOS A LA MATERNIDAD

815

Sección segunda: TESTIMONIO DE LA TRADICIÓN

867

867 868 870 876

Sección segunda: EL PRINCIPIO FUNDAMENTAL DE LA MARIOLOGÍA

815

819 822 822 826 829 840 847 848 849 849 849

867

Sección primera: PLANTEAMIENTO Y DATOS HISTÓRICOS

Sección primera: DATOS BÍBLICOS

María en el acontecimiento Cristo [A. Müller]

17

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1. Encuentro de María con Isabel (Le 1,39-56) 2. Nacimiento de Jesús 3. Matrimonio de María y virginidad perpetua 4. Presentación en el templo 5. Huida a Egipto y destierro k santidad del divino amor original de Padre es tal, que depara y entrega un «sí» que vence por amor a todo «no» creatural. Y ese «sí» es su Hijo único, su Hijo amado. El es el «sí» primordial e insuperable de Dios. «En su persona se ha pronunciado el sí a todas las promesas» (cf. 2 Cor 1,20). En Cristo ha aparecido y se ha hecho definitivo el sí salvador y culminador de Dios Padre. En él hemos recuperado el acceso al Padre, manantial original, el único inagotable de toda la vida (cf. Ef 2,18; 3,12; así como 1 Pe 3,18; Rom 5,2). Ya vemos, sobre todo por el contexto de las antedichas citas de la Escritura, cómo el amor del Padre por su Hijo único es la fuente de nuestro ser y de nuestra vida; y eso no sólo en virtud del poder creador, sino en virtud de algo que es mucho más y aún más incomprensible: el amor salvador y reconciliador. El amor del Padre por su Hijo es el origen de nuestra redención y santificación (cf. 2 Cor 1,19-22; así como Col y Ef). Ahí es donde acabamos de ver plenamente «hasta qué punto» Dios quiere ser y es nuestro Padre, «hasta qué punto» Dios es en absoluto Padre: en este Hijo suyo y en lo que este Hijo ha hecho es donde vemos al Padre (cf. Jn 1,18; 3,11-21.31-36; 5,16-40; 7,28s; 8,12-19; 10,34-38; 12,44-50; 14,8-11; 17; 1 Tim 6,16; Col 1,15). Por eso podemos tener la osadía de leer a la inversa la frase citada del evangelio de Juan: tanto ama Dios a su Hijo único, por quien lo ha creado todo, que por ello no odia nada de cuanto ha sido hecho (cf. Sab 1,25), sino que, por su amor paterno a este Hijo único amado y por la entrega de ese su Hijo, salva al mundo y lo lleva a una mayor plenitud. Cierto que al enunciar esta frase hay que eliminar hasta la última apariencia de cualquier tipo de necesidad monista o panteísta en Dios. No obstante, sigue en pie que no sabemos quién es Dios en el fondo y qué es lo que hace por nuestra salvación sino por el acontecimiento Cristo y que ese acontecimiento, una vez que ha sido realidad, no puede ya no existir. Y es en el acontecimiento Cristo donde descubrimos la unidad indescriptible entre Trinidad «económica» e «inmanente», y con ello la unidad indisoluble de la paternidad de Dios para con todo lo que de él viene.

Lo dicho aquí vuelve a expresarse, y en cierto sentido con más profundidad aún, al final del prólogo de Juan: «Contemplemos su gloria: gloria de Hijo único del Padre, lleno de amor y lealtad... A Dios nadie le ha visto. El Hijo único, que es Dios y está al lado del Padre, es quien le ha manifestado» (Jn 1,14.18)56. Esta información que el Hijo nos trae no es otra cosa que su propio ser del Padre, su ser de Palabra, que es lo que él era «antes de toda la creación» (cf. Jn 1,1-5.10; 17,24; Ef 1,4; 1 Pe 1,20) y ya «en el principio» (Jn 1,1). Por ser la Palabra de Dios, él es la Palabra por antonomasia, y por ello el lenguaje primordial del Padre en su relación con los hombres. Si toda criatura es palabra del Creador (cf. Sal 8; 19 y passim; Rom l,18ss), es decir, si toda criatura proclama en última instancia que Dios Padre es el origen y el autor de todo ser y de toda vida, eso lo hace porque participa del ser de Jesucristo, que es la Palabra primordial del Padre y acerca del Padre. Ahora bien, si se quiere saber qué es y qué abarca esa «información primordial», de qué modo desconcertante se pronuncia Dios en la Palabra, eso sólo se puede saber definitivamente en lo que Jesucristo mismo califica de testamento suyo y, consiguientemente, de testamento del Padre: la sangre del Hijo de Dios que se derrama «por muchos» (cf. Me 14,24 par.; Rom 4,17s; 8,29; Gal 4,27; cf. Is 53,1 ls), que a nadie se niega, que nunca deja de fluir y que es el signe? de alianza de Dios Padre. Vemos, pues, de nuevo cómo el pecado, que para nosotros es destructor, lejos de cerrarnos el manantial de vida de la paternidad de Dios, lo ha hecho desvelarse en su profundidad más recóndita: la sangre derramada en sacrificio por Jesucristo como corriente de vida o, como leemos en otro lugar, las aguas vivas que fluyen eternamente del corazón del Redentor, quien a su vez recibe el ser y la vida del corazón de Dios Padre (cf. Jn 1,18; 3,11-21.31-36; 4,13s; 4,32; 5,19-27.36-47; 6,53-58; 7,37-39 y passim; cf. también Is 12,3; Ez 47 y passim) para fluir eternamente en borbotones de vida. Al entregar a su Hijo —cosa que para la sabiduría humana es «descabellada» (cf. 1 Cor 1,17-31; 2,1-16)— se revela quién es Dios Padre como fuente inagotable e insondable de vida y cómo ha Üevado su acción salvadora hasta el extremo. Al hacer por los hombres que su Hijo se haga pecado y sufra la muerte del pecador, esto es, la cruz (cf. Is 53,12; Rom 4,25; 8,32; 1 Cor 11,23; Gal 2,20; Ef 5,2.25 y passim), por la obediencia de su Hijo ha abierto su propio corazón tan perfecta y definitivamente, que sus mismos efluvios de vida eterna emanan una virtud que lava y aniquila los pecados y a la vez, y más aún, imparte una perfecta vida nueva. Con esta misión salvadora y culminadora del Hijo se corresponde la misión del Espíritu Santo. Es más, esta última no es «más que» el otro aspecto de la única acción salvadora y culminadora de Dios Padre 5 7 . Es acertado el resumen de Pablo cuando dice: «Pero cuando se cumplió el plazo envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, sometido a la Ley, para rescatar a los que estaban sometidos a la Ley, para que recibiéramos la condición de hijos. Y la prueba de que sois hijos es que Dios envió a vuestro interior el Espíritu de su Hijo, que gfita: ¡Abba! ¡Padre!» (Gal 4,4ss; cf. Rom 8,14ss). Y en la carta a los Romanos apostilla: «Ése mismo Espíritu le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios; ahora, si somos hijos, somos también herederos: herederos de Dios, coherederos con el Mesías» (Rom 8,16s). Entre lo más importante del contenido de las promesas veterotestamentarias estaba ya el que en la plenitud de los tiempos comunicaría Dios su Espíritu a su pueblo de un modo totalmente especial, que todo el mundo podría contem-

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Sobre el aspecto de que la salvación fluye sobreabundantemente, cf., por ejemplo (además de las correspondientes promesas del AT): Rom 5,20; Ef 1,8; 1 Tim 1,14; Jn 1, 14-18; 3,31-36; 10,10; 15,11; 17,13; Ef 2,4s; Rom 10,12-

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Cf. para todo ello R. Schnackenburg, Das Johannesevangelium I (Friburgo 1965). Para la exposición detallada de la misión del Espíritu Santo, cf. el cap. XII.

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EL ACONTECIMIENTO CRISTO, ACCIÓN DEL PADRE Y DEL HIJO

ACCIÓN DEL PADRE

piar y comprobar M . Fueron sobre todo los profetas quienes en su propia existencia comprobaron lo que significa la presencia del Espíritu de Dios en ellos: en virtud de dicha presencia cumplen con su misión profética, y por el Espíritu de Dios explican el sentido y la fuerza de una vida (cf., por ejemplo, 1 Sm 10,5ss; 19,18-24) s) . En virtud de dicha vivencia del Espíritu, aun no siendo más que «profética» (cf., por ejemplo, Ez 11,18; 18,31), prometen la esencia y la eficacia de la presencia plena del Espíritu, presencia que constituye precisamente la característica del tiempo de salvación, es decir, del tiempo final (cf. Jl 3,1-5; Is 32,15; 42,1-3; 44,3; 61,ls; Jr 3 1 ; Ez 26,27; 37,14; 39,29; Ez 11,18; Mt 12,18; Le 4,18; Hch 2,1-36 y passim). Lo que en el AT se preanuncia y en cierto sentido se pregunta, se convierte con el NT en realidad totalmente patente de culminación escatológica. El punto clave para nosotros en este capítulo es que el Espíritu Santo enviado por Dios es el que hace que en el Hijo y con el Hijo los redimidos puedan dirigirse a Dios mismo como Abba, Padre: en ese Espíritu Santo quiere Dios Padre ser para nosotros Padre de modo divino pleno. Lo que este Espíritu nos certifica no es sólo que estamos redimidos y que Dios vuelve a aceptarnos como hombres, lo cual sería lo mismo que decir que hemos escapado a la ira divina para volver a estar en una relación pacífica de criatura a Creador. Esto mismo es profundo y maravilloso, ¿por qué negarlo? Pero el sentido y el efecto de la misión del Espíritu Santo es que Dios Padre se nos descubre como Padre con el perfecto cariño que por naturaleza corresponde al Hijo unigénito. Este es el nuevo regalo de Dios Padre: en el Espíritu podemos llamarle Abba, Padre. Está con ello fundada la relación filial totalmente real con Dios: Dios mismo, «a pesar» o precisamente por seguir siendo Dios, se nos ha manifestado como Padre nuestro que nos quiere con cariño eterno. Por el Espíritu divino así otorgado nos llamamos hijos de Dios, y lo somos (cf. 1 Jn 3,1; cf. 1 Jn 4,5). Es sobre todo el evangelio de Juan el que pone de relieve lo dicho aquí. El evangelista no se cansa de presentar a Jesús hablando del cariño divino del Padre en cuanto Padre por los suyos, esto es, por los hombres redimidos. Podemos decir que, dado que el Espíritu Santo es el amor divino perfecto que vive personalmente «entre» Dios Padre y Dios Hijo, y dado que es precisamente este Espíritu el que el Padre nos ha otorgado, esto significa que en él participamos de la plenitud de la vida intratrinitaria, hasta tal punto que en este Espíritu en cuanto Espíritu del Hijo (cf. Gal 4,6) podemos amar a Dios Padre realmente como Padre nuestro. Con ello está dicho cuál es el contenido y la realidad de la culminación de toda la humanidad y consiguientemente de todo el mundo. Dado que Dios Padre, origen inagotable de todo ser y de toda vida, quiere ser nuestro propio Padre y lo es por Cristo en su Espíritu, la humanidad escatológica y el mundo todo tienen acceso a la divina plenitud de vida en su perfección fontal: a la plenitud de vida en el Padre inagotable, quien por su único Hijo amado y en virtud del Espíritu es fuente viva de donde nunca dejará de manar (cf. Rom 8,26-39) toda la plenitud del ser 60 .

nitiva de la historia toda de la salvación en cuanto acción del Padre, que inicia dicha culminación y la mantiene con una riqueza eternamente inagotable 62 . Lo que esa culminación lleva consigo se expresa en primer lugar con los diversos enunciados que hablan de la exaltación y glorificación de Jesucristo mismo, es decir, del Hijo encarnado al final escatológico de su existencia y su misión histórico-salvífica. Esta glorificación del Hijo vuelve a ser indicativo de algo ulterior, ya que en ella, sobre todo en su irradiación cósmica hacia la humanidad y el mundo, se revela definitivamente y se comunica vivamente la gloria misma de Dios Padre,

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e)

La glorificación de Cristo, manifestación, de la gloria del Padre. 61

Para terminar, y siempre dentro de nuestra temática antes explicada , hemos de decir unas palabras sobre la realidad de la plenitud escatológica defi58 59 60

Cf. a este respecto ya MS II, 61-76 (sobre todo, 73ss), 87-123. Cf. N. Füglister, Profeta: CFT II (Madrid 21979) 432-453 (bibliografía). Para el desarrollo objetivo de esta idea, cf. el cap. XII. " Cf. supra, pp. 55-59.

Exaltación y glorificación de Jesucristo las entendemos aquí como la acción por la cual Dios Padre introduce en la gloria eterna perfecta al Hijo, que por obediencia se encarnó para culminar con ello su obra salvadora. Esto ocurre cuando el Padre resucita a Jesucristo de entre los muertos, lo recibe en el cielo y le imparte la dignidad divina sentándolo a su diesta. No olvidemos tampoco que la Sagrada Escritura atribuye también preferentemente al Padre este acontecimiento que culmina toda la obra salvadora. Aquí vamos a ocuparnos sólo de este punto, ya que sobre todo ello se habla ampliamente en otro lugar 63 . La exaltación y glorificación de Jesucristo tuvieron lugar primariamente como resurrección de entre los muertos. Con ella se produce también la entronización en la gloria de Dios. Esto quiere decir, en primer lugar, que a Jesús se le otorga la plenitud divina de vida que él, por obediencia a la misión redentora del Padre, había entregado y derramado «por los muchos» muriendo voluntariamente, para recuperarla y poseerla eternamente de un modo totalmente peculiar. La gloria que del Padre proviene la recibe él, lo mismo ahora que antes, como Palabra e Hijo de Dios, con la particularidad de que ahora, recuperada por la muerte histórico-salvífica y elevada a plenitud definitivamente victoriosa de poder, la pone a disposición de todo el mundo. Como cabeza de todo el cuerpo que es la Iglesia, pasa a ser aquel en quien habita la plenitud de vida como tal, incluso «corporalmente», para desde él y por medio de él derramarse en todo el cuerpo y en cada uno de sus miembros 64. Esto nos vuelve a dar pie a comprender la plenitud del envío del Espíritu Santo: es Jesucristo exaltado y glorificado quien con el poder que el Padre le ha otorgado, envía ese su Espíritu a los suyos, a la Iglesia y a todo el mundo redimido 65 . A los suyos les da la gloria que él mismo poseía en el Padre ya desde antes de toda la creación, ya que él es el Hijo de Dios y por su entrega nos ha dado acceso a dicha gloria 66 . Esta glorificación de Jesucristo se expresa también en el título de Kyrios. También este título está en estrecha relación con la exaltación tras el cumplimiento de la misión salvadora (cf. Flp 2,6-11). Dios Padre ha glorificado de tal modo a Jesucristo, que «es el primero en todo» (Col 1,18). Todas las potestades y dominaciones le están sometidas (cf. Ef 1,19-22; Rom 10,12; 1 Cor 15, 23-28; 1 Pe 3,22). En este sentido, la confesión de que Jesucristo es Kyrios viene a ser sinónima de la confesión propiamente dicha de Dios 67. En este con62 El desarrollo del tema se encuentra sobre todo en el vol. V: Tiempo intermedio y consumación escatológica, espec. en el cap. VIII. 63 Sobre la resurrección y exaltación de Jesucristo, cf. también los caps. IV y IX. Cf. Col 2,9 (oco|MiTDca>5); así como Efesios, Hebreos, Juan. 65 Cf. sobre todo Jn 7,37ss; 14-17; Rom 8; 1 Cor 6,17 (cf. el contexto); 2 Cor 3,17s; Ef 66 3,14-21 (1 Tes 4,8) y passim. Cf. supra, pp. 74-78. " Cf. 1 Jn, sobre todo 5 y 6; así como 1 Cor 12,3, etc. Cf. también el cap. IV, sobre todo el apartado 4,2.

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ACCIÓN DEL PADRE

EL ACONTECIMIENTO CRISTO, ACCIÓN DEL PADRE Y DEL HIJO

texto es digno de notar que los cristianos aluden a este título de Kyrios cuando dirigen sus plegarias a Cristo (cf. 1 Cor 1,2; 2 Tim 2,22; Hch 9,14.21; 2 Cor 12,8; 1 Tes 3,12; 2 Tes 3,2ss; 1 Cor 16,22). Esto que aquí aparece como glorificación de Jesucristo no es, por una parte, más que lo que el Hijo en cuanto Hijo y Palabra de Dios era ya desde antes del tiempo y de la creación: él es «reflejo de la doxa» de Dios Padre (cf. Heb 1,3). Pero, por otra parte, la doxa escatológicamente definitiva de Jesucristo es también un «nuevo» don que el Padre otorga a Jesucristo tras el cumplimiento de su misión salvadora (cf. Flp 2,6-11, etc.). Es importante notar cómo, sobre todo en el Evangelio de ]uan, además de ser la «glorificación» algo que al Hijo le viene del Padre, es algo que como obra propia cumple el Hijo en la tierra de cara al Padre (cf. Jn 13,31s; 17,1.4s; así como 7,39; 12,23.28 y passim). Es en 1 Cor 15,24-28 donde vemos qué es lo último de todo en el cumplimiento de la misión histórico-salvífica y escatológica de Jesucristo en cuanto Hijo y Palabra de Dios, que se hizo hombre en la carne pecadora: «Entonces viene el fin, cuando él (Cristo) devuelva el reino a Dios Padre, tras haber aniquilado todo señorío, dominación y potestad. Pues él debe dominar 'hasta que haya puesto a sus pies a todos los enemigos' (Sal 110,1). El último enemigo derrotado será la muerte; pues 'todo lo ha puesto bajo sus pies' (Sal 8,7). Y cuando dice que todo está sometido, se excluye evidentemente a aquel que lo ha sometido todo. Una vez que todo le esté sometido, el Hijo mismo se someterá a aquel que ha sometido todo a él, para que Dios sea todo en todos». Con ello se pone plena y definitivamente de manifiesto ante todo el mundo la gloria de Dios Padre. Ya en el AT la gloria de Dios (kebod Yabwe) es un concepto clave, sobre todo en cuanto se la concibe como lo más santo y «lo más invisible» del ser de Dios. El deseo más hondo y más sagrado de los más santos de la antigua alianza era poder llegar a ver abiertamente y a experimentar el kebod de Yahvé (cf., por ejemplo, Ex 33,18-23; Ez 1,27; 43,3ss; 44,4; Job 19,25ss y passim)™. Entendida así, la doxa de Dios es el resumen de toda la realidad escatológica y de toda plenitud experimentable de vida (cf. Sal 145,lls; Hab 2,14; Is 40,5). Jesucristo, aparecido en la «plenitud de los tiempos», era ya, en cierto sentido, en la tierra «reflejo de la gloria divina» del Padre (cf. Jn 1,12-14; 2,20), pero sobre todo en su transfiguración (cf. Me 9,2-12 par.) y después de su resurrección. Todo lo que en cuanto a gloria poseía y revelaba el Hijo tendía, en última instancia, a la revelación definitiva de la gloria del Padre. La meta de toda la obra y de toda la historia salvadora es que todos los santos conozcan a Dios Padre (cf. Jn 17,3) en su gloria original (cf. Jn 17) y le contemplen «como es» (1 Jn 3,2). Ahora bien, esa gloria del Padre consiste, en último término, en que se manifiesta definitivamente y de modo inagotable como Padre eterno. El, que desde el principio es el origen y el autor de todo ser y de toda vida, y que, por tanto, es quien ha dicho la «primera palabra», es también quien va a decir la «última palabra», que será siempre la primera y la última, que será siempre la única. El es, en sentido primero y postrero, el alfa y la omega. Y ésta es precisamente la plenitud de su gloria y de su poder: aser en el v. 16b, véase en la misma obra § 114. 27 Cf. M. Brunec, De sensu «signi» in Is 7,14: VD 33 (1955) 257-266, 321-330; 34 (1956) 16-29. 28 Véase documentación en C. H. Gordon,