Más Allá de la Ciencia y de la Fantasía [42]

LAS MUJERES Y MAS ALLA (Editorial) NO tengo la intención de reabrir en esta página la polémica acerca de la pretendida s

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Más Allá de la Ciencia y de la Fantasía [42]

Table of contents :
MAS ALLA DE LA CIENCIA Y DE LA FANTASIA Vol. 4 Nro. 42 NOVIEMBRE de 1956
Revista mensual de aventuras apasionantes en el mundo de la magia científica
SUMARIO
NUESTRA PORTADA por L. de La Torre: Un nuevo mojón se vislumbra ya en el camino del progreso. El control y repetición bajo condiciones
de laboratorio de la fusión del átomo de hidrógeno.
novela completa:
LA DIMENSION FATAL, por H. BATES
Para buscar a su esposa se lanzó a otra dimensión, pero era una zona experimental..72
cuentos:
RECETA PARA SOÑADORES, por JULIAN CARY
Un cuento dedicado a todos los que padecen aberraciones causadas por la ficción..4
MISERO ASTRONAUTA, por PETER GREEN
Nunca más volvería, y sin embargo..14
SERVICIO DE REPARACIONES por FELIPE K. DICK
La curiosidad suplantó a la aversión: tenía que enterarse qué era un "suiblo"..54
aventuras de la mente:
PILAS A TOMICAS, por G. H. MARTIN, DE MARGIONE y CLAUDE MASSOT
La V parte de "El átomo a sus órdenes"..30
EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO..27
novedades cósmicas:
ESPACIOTEST..24
CORRESPONDENCIA..114
LAS MUJERES Y MAS ALLA (Editorial)..2

Citation preview

PROGRESOS

FOTOGRAFICOS

Tres versiones fotográficas obtenidas en el transcurso de 20 años. Arri ba: una foto de la Lun1 tomada en el año 1899. A la derecha: otra foto tom.c:da en 1903. Abajo: fotografía

con el reflector de 2.50 m, de Monte Wilson, ai'ío 1919.

REVISTA MENSUAL DE AVENTURAS APASIONANTES EN EL MUNDO DE LA MAGIA CIENTIFICA

· novela completa: -por H.

LA DIMENSION FATAL,

BATES,

Para buscar a su esposa se lanz6 ·a otra di-mensi6n, pero era 1ma zona experimental

72

cuentos: RECETA PARA SOÑADOR.ES,

par

JuLIAN

CARY

Un cuento dedicado a todos los que padecen aberraciones causadas por la ficción. . . .

4

MISERO ASTRONAUTA, por PETER GREEN

N imca más volvería, y sin embargo . . : . . •

NUESTR~

14

PORTADA por L. de 11 Tone

SERVICIO DE REPARACIONES,

por

Ua nuevo mojón se vislumbra ya en el camino del progreso. El control y repeti_ clón bajo •ondiciones de laboratorio de la fusión del átomo de hfdró1eno.

FELIPE

K.

DICK

La curiosidad suplantó a la aversión: tenía qu.e enterarse qué era un "suiblo". . . • . .

54

aventuras de la mente: PILAS A TOMICAS, MARGIONE

Redacción y Adminlst.: Editorial Abril S•. A. Avenida Alem 884, Bs. As., Rep. Argentina

, 1

r 1

-por G. H. MARTIN, DE y CLAUDE MASSOT

La V parte de "El átomo a sus órdenes"....

30

EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO . . . . • . • • • •

27

novedades cósmicas: ESPACIOTEST

••• ••• • •• •• •• •• • ••• •• ••• • •

24

CORRESPONDENCIA • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 114

í !

LAS MUJERES Y MAS ALLA (Editorial). . . . . .

2

O tengo la intención de reabrir en

N la pretendida superioridad

esta página la polémica acerca de

Las mujeres

y ºmás

intelectual del hombre sobre la mujer. Desde que una de sus costillas se hizo mujer, Adán tuvo en éste uno ele los más frecuentes temas de discusión, y sus descendientes no nos quedamos corros. No entraré yo en el debate de si Za supuesta inferioridad de la mujer es impu.Ulble a su estructura anatómica o a su fisiología, o al estado de sujeció11 en que el hombre la ha mantenido durante tantos sigk>s. Estas discusiones son totalmente ociosas. ES cierto que en algunas sociedades (no en todas) la mujer ha sido considerada inferior al hombre. Nue~ tra civilización tiene también esta característica, aunque, evidentemente, nos encontramos en una época de rápida transición hacia una pronunciada equ~ paraci6n. Este hecho hist6rico indiscutido ha ocasionado en las mujeres una posición con;.tradictoria. Algunas aceptan tranquilamente su destino, otras son presas de un comp'lejo de inferioridad que se manifiesta en una locuaz intransigencia o en una exagerada imitación de posturas y costumbres mascul;.. nas. Las más, sin embargo, se dan cuenta de que el problema no puede ser resuelto con polémicas o con actitudes, siMAS ALLÁ

no que tiene que ser superado, trasUuUñdolo a una esfera intelectual más &rvada. Así que obran, piensan, trabajan y cumplen su ta_rea no ya de mujeres ·o de hom"'1res, sino de seres humanos. Desde este punto de vista, el pr~ greso de la mujer. se identifica con el progre.so de la humanidad. Por otro lado, muchos hombres, por más que proclamen la justicia de la i~ de oportunidades y de derechos (y deberes), en el fóndc es~ bien convencidos de su indiscutida su-perioridad. Será convicción instintiva o irracional, o derivada de oscuras corrientes ancestral.es, o del sistema educativo: sea lo que fuere, pero es cierto que, también en este caSia debilidad y sabiendo que no podía luchar contra semejante claudicación. Lina era un veneno para su sangre; una droga; un soporífero. ¿Por qué se había casado con él? . . . ¡Oh, por supuesto, el dinero! ¡Pero, diablos!, ella ~ía obtener mucho más que lo que él le daba si hiciera lo que a ella le gustaba hacer. Su carrera había sido entregarse con facilidad. . . Quizá no Je gustaba el trabajo. El no lo sabía; v no le preocupaba. , Lleg_ara por la mañana, por la tarde o por la noche, siempre había alguna fiesta. Nunca se molestó en averiguar a qué obedecían tales reuniones. Sabía que no era en su homenaje. Todavía no le había dicho que abandonaría el servicio astronáutico. Y pretendía borrar de su imaginación aquella idea; pues vagamente intuía que, si hada eso, también perdería a Lina ... Al principio fué una intuición vaga; pero fué creciendo y tomando forma, aunque él sabía que, en su ausencia, Básil monopolizaría a Lina. Conserva esa sonrisa en tu rostto,1muchacho. Hazle ver a Lina lo animoso que eres. No olvides: eres un miembro del servicio astronáutico, un caballero del cohete, un rudo y duro capitán. Sonríe, muchacho. Sonríe. Era feliz y no le agradaba la idea de 'tener que irse a la mañana siguiente. Llna estaba acostada en el enorme lecho, sonrojada y con los ojos cansados. Lo observaba vestirse, sin darle importancia y comiendo bombones, con cara de aburrida. -¿Cuándo vuelves, Roger'? -le preguntó -No tengo idea. Tal. vez no vuelMISERO ASTRONAUTA

va ... , qmt1v uecir ... , si me decido. . . Aún no había telefoneado a Samson. -¿Qué pasa, Roger? ¿Estás enfermo o algo por el estilo'? -Estoy muy bien. Hay que ser breve y cortante; no preocuparse por las reacciones de Lina; decirle directamente: "Terminé con el espacio. Conseguiré un trabajo en la Tierra. Dile a tu amig