Manual de lengua gótica

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ANA AGUD APARICIO M a PILAR FERNANDEZ ALVAREZ

MANUAL DE LENGUA GOTICA

E D IC IO N E S U N IV E R S ID A D D E S A L A M A N C A B IB L IO T E C A D E L A C A J A D E A H O R R O S Y M O N T E D E P IE D A D D E S A L ,\M A N C A 1982

©

EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

Ediciones Universidad de Salamanca. Patio Escuelas, I. Teléfono (923) 21.40.30. Apartado 325 - SALAMANCA (España). Primera Edición: Octubre, 1982. I.S.B.N.: 84-7481-213-5 Depósito Legal: S. 753-1982. Imprime VARONA. c / Rúa Mayor, 44. Teléfono (923) 25 33 88. Salamanca.

Las autoras dedican este libro a sus compañe­ ros del Seminario de Clásicas de Salamanca, en agra­ decimiento a su constante apoyo y estímulo.

PROLOGO

En el panorama de la Lingüística Indoeuropea en España supuso una apor­ tación decisiva la serie de Manuales dirigida por el Prof. Tovar hace muchos años, y en la que él mismo fue autor del único manual de lengua gótica aparecido en nuestro país. Las autoras han querido proseguir la tarea iniciada por él ofrecien­ do ahora un nuevo manual de gótico, plenamente actualizado, que ayude a los estudiosos de las lenguas germánicas e indoeuropeas a abrirse paso por esta atrac­ tiva lengua de nuestros propios antepasados germánicos (la raíz germánica de la paz, “ fred-” , está aún en el nombre de una de las autoras). El manual ha sido concebido desde el punto de vista de la lingüística históricocomparativa, ofreciendo para cada elemento de la gramática sus correlatos en las otras lenguas indoeuropeas, cuando son claros, y las hipótesis y polémicas refe­ rentes a los de más difícil correlación. El centro de este manual lo compone una serie de lecciones progresivas, en cada una de las cuales se ofrece información combinada de los diversos niveles de la lengua y de las partes de su gramática. De este modo el lector puede desde el primer momento enfrentarse directamente con textos originales. Cada lección incluye, como ejemplo y ejercicio práctico, una selección de ellos, en orden de dificultad creciente. Al autodidacta un apéndice con sus traducciones le permitirá la autoevaluación. Precede una introducción destinada a informar al lector tanto sobre el trasfondo étnico y cultural de la Biblia de Ulfilas como sobre los rasgos generales de su lengua y los problemas que plantea su sistema gráfico. Se incluye también un apartado sobre la localización del gótico entre las lenguas germánicas e indoeuropeas. Una serie de apéndices intenta ofrecer finalmente una información sistemáti­ ca sobre paradigmas gramaticales y fonética histórica, incluidas las leyes de final de palabra. Y una antología amplia de textos, seleccionados en orden de comple­ jidad temática y lingüística creciente, según el texto de Streitberg, acompañada de un glosario gótico-griego-español, cierran el manual. Tanto en la Introducción como en los Apéndices el lector encontrará una pues­ ta al día de los problemas lingüísticos más difíciles que plantea la lengua gótica. Una bibliografía ordenada por temas le ayudará a ampliar aquellos puntos y po­ lémicas que aquí sólo están expuestos en forma sucinta. Las autoras se proponen completar próximamente este manual con un volumen anejo en el que se haga un estudio realmente pormenorizado de los problemas básicos de la lingüística VII

gótica, desarrollando por extenso lo que aquí aparece en forma comprimida, adap­ tada al formato de un manual. Este libro no habría sido posible sin la ayuda de algunas personas a las que expresamos aquí nuestro más cordial agradecimiento. En primer lugar a los pro­ fesores Michelena y Tovar, que revisaron el manuscrito y nos ofrecieron valiosas sugerencias. En segundo lugar al Prof. Villar, que además de un asesoramiento constante y una meticulosa revisión final ha puesto a nuestra disposición todos los medios del Departamento de Indoeuropeo que dirige. No hace falta decir que asumimos toda la responsabilidad por cuanto de discutible o equivocado pueda aparecer en estas páginas. Nuestro agradecimiento finalmente al Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Salamanca, que con su ayuda financiera y su infraestructura editorial ha hecho posible la publicación de este libro.

VIII

INTRODUCCION

1. NOTICIA PRELIMINAR SOBRE LOS GODOS. Tradicionalmente la patria originaria de los godos se sitúa en Escandinavia. El nombre de la isla de Gotland sugiere que éste pudiera haber sido su primer asentamiento, pero hay discrepancia entre los usos funerarios de los godos y los hallazgos arqueológicos de esa isla, que además presenta hacia el siglo I a.C. una considerable densidad de restos, lo que no abona la hipótesis de que todo un pue­ blo marchase de allá durante esa época. Una leyenda goda, recogida por el tam­ bién godo Jordanes en su libro “ De origine actibusque Getarum” , del año 511, habla en efecto de que los godos marcharon “ como un enjambre” , en tres naves, guiados por el rey Berich, desde la isla de “ Scandza” hasta la otra costa del Bálti­ co, la zona que recibió el nombre de Gotiscandza. Por esos tiempos se detecta una sensible disminución de restos arqueológicos en las zonas oriental y occiden­ tal de Gotaland, el extremo Sur de la Península Escandinava, y esto concordaría bastante bien con la leyenda de la emigración de los godos hacia el Sur. Los ro­ manos tienen noticia de este pueblo desde el siglo I d.C. El nombre mismo de los godos se ha transmitido con bastantes variantes. Por una parte está la actual denominación lituana “ gudai” aplicada a los pueblos es­ lavos al Sur de Lituania, que seguramente perpetúa la vieja designación de los godos que ocuparon esa zona. En las primeras fuentes griegas y latinas el nombre aparece como tema en -n: roÚTovec; en Estrabón, guiones en Plinio, Got(h)ones en Tácito, rúi?coveq en Ptolomeo. También las primeras runas presentan formas afínes a éstas: gutani en el anillo de Pietroassa, gotna en antiguo islandés, etc. En cambio en fuentes posteriores el nombre aparece como tema en vocal: Tót^oi en griego, gothi en latín. La denominación que los godos se daban a sí mismos es gutfyiuda, “ pueblo godo” (así en el Calendario, cfr. el capítulo “ Fuentes de la lengua gótica” ). Junto a estas formas, que presentan todas ellas grado reduci­ do del vocalismo radical, existe la designación gautar (en ant. nórd.), con la que se identifican los pobladores de las zonas oriental y occidental de Gotaland. La etimología es incierta. Fonéticamente no hay mayores problemas en relacionar estas variantes con la raíz indoeuropea *geut- “ verter” , pero semánticamente ha­ bría que asumir una evolución bastante tortuosa (Krause alude a la posibilidad de una designación metonímica de algún animal macho, en relación con una le­ yenda de un rescate de los godos del estado de esclavitud “ por el precio de un caballo” ). 3

Hacia el siglo II d.C. se produce un nuevo movimiento migratorio de los go­ dos hacia el Sureste. En este período las fuentes históricas hablan de ellos ya co­ mo escindidos en las dos grandes ramas de ostrogodos y visigodos. Los primeros, cuyo nombre contiene probablemente una alusión a su localización oriental, reci­ ben también el nombre de greutungios, probablemente en origen designación de otro pueblo distinto y vecino. En cuanto a la designación de los segundos, se co­ noce también una forma simple visi o ves/, que ha sido puesta en relación con la raíz *wesu- “ bueno” (ant. indio vasu-, gal. vesu-). El término podría significar pues algo así como “ los nobles” . Secundariamente su localización geográfica oc­ cidental habría sugerido la etimología popular que relaciona este nombre con el del Oeste. Otra designación de los visigodos, seguramente tardía, es la de tervingios, en la que probablemente está contenida la raíz *dreu- “ árbol” . La rama ostrogoda se asienta al Norte del Mar Negro, donde forma un impe­ rio de considerables dimensiones. La rama visigoda se documenta arqueológica­ mente en el valle del río Mures (actual Rumania), desde donde había un fácil ac­ ceso a Transilvania y era posible controlar los llanos de Valaquia y Moldavia. Los visigodos ocupaban pues uh territorio que se extendía al Norte de la frontera ro­ mana del Danubio, sobre una población autóctona romano-dacia que no dejó de influir en su cultura. La relación de los godos con el Imperio romano es muy accidentada, con épo­ cas de abierta guerra u hostigamiento y otras de paz y cooperación. A raíz de un ataque godo repelido por Constantino II los godos de Moesia son admitidos en el Imperio como foederati, con lo que la frontera pasa al Norte del Danubio y ellos se encargan de la seguridad de la zona a cambio de un subsidio anual (año 332). A raíz de esto sigue un período de paz, en el que debe haber influido la pro­ gresiva cristianización de los godos. Pero en tiempos de Valente se producen nue­ vos enfrentamientos, y en la paz de 370 se suprime el carácter de federados de los godos, volviendo la frontera del Imperio al Danubio. La irrupción de los hunos en Europa en el 375 acaba en poco tiempo con el gran reino ostrogodo de Ermanarico. Los visigodos conocen entonces con Alarico un tiempo de expansión y prosperidad que culmina con la toma y saqueo de Roma en 410. A la muerte de Alarico su cuñado Ataúlfo emigra con los godos al Sur de la Galia y a España (reino de Tolosa, reino de Toledo). Francos y burgundios derrotan a los godos de Francia en Vouillé en 507, y el reino visigodo de España se desintegra con la invasión musulmana de 711. La rama ostrogoda se desplaza también hacia el Oeste, y se establece en Pannonia, pasando más tar­ de al Norte de Italia, de donde posteriormente, a la muerte de Widemer, marchan al Oeste integrándose en los reinos de Galia y España, y siguiendo su misma suerte. Desde ese momento los godos desaparecen como pueblo independiente. Sólo quedan asentamientos aislados, siendo el de Crimea el que se documenta hasta fechas más recientes (cfr. infra). La información de que disponemos sobre la cultura y organización de los go­ dos es bastante fragmentaria. Así como los ostrogodos de Ucrania parecen haber sido básicamente ganaderos, los visigodos son sobre todo agricultores, y mues­ tran también una floreciente y rica artesanía. El vocabulario gótico transmitido contiene muchos nombres de profesiones: carpinteros, herreros, médicos, pesca­ 4

dores, alfareros, etc. La metalurgia y orfebrería de los godos alcanzaron gran re­ putación, en particular su técnica de engastar piedras preciosas o semipreciosas en oro, como muestran el tesoro hallado en Pietroassa y sobre todo el de Guarrazar. Ello es también índice de un intenso comercio con Oriente, lugar de proce­ dencia de las piedras utilizadas. Aunque es todavía asunto controvertido, parece que los godos conocieron también un alfabeto rúnico, pero los testimonios son escasos e inseguros. Los visigodos tuvieron un intenso comercio con el Imperio, del que hay abun­ dantes huellas en el léxico, aunque éstas se deben en parte también al hecho de que muchos godos prestaron servicio en el ejército romano. Al historiador Eunapio se deben algunas noticias sobre la organización tribal de los visigodos, que sólo parecen haber formado una unidad en tiempos de gue­ rra, como alianza o confederación. Los términos que designan a los líderes son regalis, regulus, arkhon, basiliskos. Una figura especial parecer haber sido la del “ juez” , que sólo ejerce cuando se produce una confederación con fines bélicos, y que debía unir a su competencia judicial algunas militares, y tal vez religiosas. Había también un “ consejo federal” , formado por gentes de linaje sobresaliente, que al parecer elegía a los jefes y asistía al “ juez” . Finalmente Tácito habla de una “ asamblea general de los guerreros” , pero su existencia es incierta. Sólo es segura la existencia de asambleas locales para asuntos internos. De todos modos también el pueblo godo acaba perdiendo este cierto igualita­ rismo gentilicio, por progresiva concentración de la riqueza y el poder en pocas manos, y la tendencia del liderazgo tribal a hacerse hereditario. Con anterioridad o paralelamente a la cristianización los godos parecen ha­ ber poseído una religión tribal sobre la que hay muy poca información, en parte por ser materia secreta que no se comunicaba a extraños. Esta religión pagana parece haber ofrecido culto y sacrificios, incluso humanos, a los propios antepa­ sados. Pero desde el año 395 las fuentes romanas aluden a los godos únicamente como a cristianos. La forma de cristianismo que adoptan los visigodos es la confesión arriana. La Iglesia está bajo la custodia de diáconos, sacerdotes y obispos. El único obis­ po godo del que se tiene noticia en el siglo IV es Ulfilas.

2. EL OBISPO ULFILAS. Sobre la personalidad y biografía del obispo godo Ulfilas o Wulfila el docu­ mento más importante es el escrito de Auxencio sobre la vida, doctrina y muerte de éste su maestro, al que atribuye numerosos tratados e interpretaciones bíbli­ cas, pero sin mencionar la traducción de la Biblia. Otras fuentes, que sólo apor­ tan algún dato externo o incluso informaciones poco fiables, son: el también go­ do Jordanes (s. VI), que informa sobre la emigración de los gothi minores (cfr. infra); los continuadores de la historia eclesiástica de Eusebio: Filostorgio por un lado, y Sócrates, Sozómeno y Teodoreto por el otro, con noticias de valor diver­ so; Isidoro de Sevilla, que menciona su traducción de la Biblia al gótico, y Wa5

lahfrido Estrabón, que habla de esa traducción, pero no indica su autor. El nombre mismo del obispo se ha transmitido en dos variantes: la que utili­ za Auxencio, Ulfilas, (en fuentes griegas también Oí)A,(píA,a dags, frente a rúnico dagaR; 1) gen.sg. temático en -is, y gen. pl. en -e, frente a formas derivadas del gra do o en el resto del germánico; 8) forma reduplicada del sufijo dental de los pretéritos débiles, en plural en optativo: walidedum, walidedjau (frente a a.isl. voldum, aaa. welitum). La tradición de la investigación germanística ha intentado una y otra vez acer­ car el gótico en particular a la rama nórdica del germánico, con la que un paren­ tesco inicial más estrecho sería verosímil dada la procedencia escandinava de los godos. Contribuyó a esta tendencia el hecho de que gótico y germánico occidental 15

no parecen compartir ninguna innovación. Los pocos rasgos comunes a gótico y germ. occidental, con exclusión del nórdico, son todos ellos arcaísmos: distin­ ción de personas en el plural del verbo, retención de nasales ante espirante sorda, etc. No obstante todo ello, los rasgos comunes a escandinavo y gótico no son más abundantes ni más significativos que los que comparten escandinavo y germ. oc­ cidental. Son comunes a gótico y nórdico el “ endurecimiento” de las geminadas -yy-, -ww-, la desinencia -t de 2a pers. sg. del pret. fuerte, el sufijo -in en el nom. del participio femenino, la presencia de presentes incoativos en -na- correlaciona­ dos con prets. en -ño-, la falta de verbos contractos tipo aaa. stán, gán, y el uso del pron. indefinido gót. hvarjis, a.n. hverr. Por otra parte germánico occidental y nórdico comparten además de abundante vocabulario, el rotacismo de s sono­ ra, los prets. de la 7a clase en *é2\ evolución de *é¡\ evolución de vocales átonas en muchos contextos; falta de -/e n 3a pers. sg. del verbo “ ser” (excepto aaa.); sufijos para la formación de abstractos en -dom, -scapi; desarrollo de demostra­ ciones con sufijo -se: aaa. dese, a. ingl. I>es, a.n. ¡)esse. Este estado de cosas tiene una explicación más natural y acorde con lo que se sabe de la historia de los germanos que la hipótesis de una protolengua gotonórdica. En una primera época godos y escandinavos fueron vecinos muy cerca­ nos, y ello explica sus numerosas coincidencias. Este contacto se interrumpe con la emigración de los godos, en tanto que escandinavos y germanos occidentales continúan habitando regiones contiguas y manteniendo un estrecho intercambio. Incluso autores como Zhirmunskij consideran que hasta el s. V no hay una dife­ renciación real de nórdico y occidental. Un apoyo a esta idea es la considerable homogeneidad de todas las runas de este período. Sin embargo se tiene también la impresión de que las runas reflejan una especie de koiné escrita que podría ocultar diferencias en la lengua hablada (así Makaev y Kuhn; posición contraria Antonsen). La determinación del lugar del gótico en el marco del germánico en su con­ junto está dificultada por el hecho de que todos sus testimonios proceden de un único momento histórico, sin precedentes atestiguados ni continuación, salvo res­ tos onomásticos y el pequeño resto léxico del gótico de Crimea. Con todo algunos autores creen detectar cierta influencia posterior del gótico sobre el aaa., relacio­ nada con la cristianización de los germanos, pero sólo referida al léxico.

5.2. Estructura de la lengua gótica. 5.2.1. Fonética. El alfabeto de Ulfilas, como inspirado en el griego, tiende a ser fonológico, esto es, cada signo nota un fonema. Sin embargo ciertas características de los so­ nidos del gótico que no tienen correlato en griego, así como algunas costumbres gráficas de la escritura griega debidas al desfase entre tradición ortográfica y pro­ nunciación real, son causa de que en gótico algunos signos o grupos de signos sean de interpretación dudosa. La investigación de los últimos decenios se ha apli­ 16

cado intensamente al problema de fijar el sistema fonológico del gótico, sin que hasta el momento se hayan alcanzado resultados verdaderamente concluyentes. 5.2.1.1. El antiguo sistema de oclusivas del indoeuropeo aparece en germáni­ co y en gótico como un sistema de oclusivas y fricativas. El alfabeto de Ulfilas distingue cuatro series por el punto de articulación: labiales, dentales, guturales y labiovelares, y tres por el modo de articulación: oclusivas sordas, oclusivas so­ noras y fricativas sordas. Distingue también dos silbantes, sorda y sonora; y tres nasales, de las que sólo dos, la labial y la dental, son fonemas independientes, pues la tercera, la n velar, es sólo la variante alofónica de la dental ante conso­ nante gutural; y finalmente las líquidas / y r. labiales /p / /b / /{ / /m /

dentales /t/ /d / /w /n /

guturales /k / /g / /h /

labiovelai /q / /g w / /h v /

silbantes: / s / / z / líquidas: / r / / l / La letra que se transcribe como J) se pronuncia como la z española; la h se pronuncia como la inicial de inglés house; la nasal gutural aparece como g, si­ guiendo la tradición gráfica griega: aggilus Q.yye'koc,, siggwan [ángilus, singwan]. Las labiovelares se pronuncian como velares seguidas de w: qifian [kwizan], hvarbon [hwarbon]. Los fonemas oclusivos sonoros / b / , / d /, /g /, tienen en ciertas posiciones alófonos fricativos, sordos o sonoros. Ello se refleja en la grafía: ante la -s de nominativo una b aparece como/ (salvo que preceda l, m, r): hlaifs, hlaiba; igual­ mente una d aparece como p: frof>s, frodamma. Esto se produce también en final de palabra: liuhaf>, liuhadis; giban, gaf. En el caso de la labial, también se realiza com o¿ / ante t: giban, gaft. Por el contrario cuando estos sonidos están precedi­ dos de nasal o líquida se conserva su condición sonora: lamb, dumbs, haband. (El caso de g es oscuro). Los alófonos fricativos sonoros aparecen en posición interior tras vocal, aun­ que esto no se refleja gráficamente (por el contrario en antiguo inglés este mismo fenómeno fonético tiene reflejo gráfico casi siempre). Pero en fuentes latinas una b gótica en esta posición no se transcribe como b sino como v: Liuva, Erelieva. Con todo no hay verdadera certeza de este fenómeno para el caso de la dental, que podría ser en gótico de Ulfilas una oclusiva en estas posiciones, como supone Streitberg. Otro problema que plantea el consonantismo gótico es lo que Thurneysen ha llamado la “ alternancia de fricativas” (Spirantenwechsel), y que hace referen­ cia a una serie de grafías alternativamente sordas y sonoras para un mismo for­ mante morfológico: b/f, g/h, d/fr, z /s (fraistubni / waldufni, hatizis / agisis;frods / unfropans, manniskodus / gabaurjo¡>us, etc. Los primeros intentos de explica­ ción de este fenómeno lo pusieron en relación con el acento. Thurneysen pro­ 17

pone una regla complicada y con bastantes excepciones (que él atribuye a nivela­ ciones analógicas): “ Inmediatamente tras vocal átona (que no porta el acento prin­ cipal) aparecen fricativas sonoras si la sílaba átona empieza por una consonante sorda, y aparecen fricativas sordas si dicha sílaba empieza por consonante sono­ ra: -tub-, -duf-; si esta sílaba empieza por un grupo consonántico, consonante sorda + semivocal cuenta como comienzo sordo, y consonante sorda + líquida como sonoro: auhjodus, weitwodei / niuklahs, broprahans. Esto no se aplica a las con­ sonantes en final absoluto, que son siempre sordas, ni a las iniciales de segundo miembro de compuestos, que a este efecto funcionan como palabras independien­ tes: andaugi. Un problema delicado es el que plantea la grafía -ggw- en palabras que eti­ mológicamente lo que poseen es y que por lo tanto nunca han poseído una nasal. El que este grupo se escriba como el de nasal + gutural, en un alfabeto inventado ex profeso por una persona, sugiere que la pronunciación debe ser la misma. Sin embargo la palabra triggva, que aparece como préstamo en diversas lenguas románicas, no muestra en ninguna de ellas vestigio de nasal: esp. y cat. tregua, port. tregoa, prov. trega. Este testimonio tampoco es concluyente, ya que la nasal gutural es en general poco estable y se elimina fácilmente, pero al super­ ponerse a la falta de nasal etimológica adquiere mayor verosimilitud (por otra parte en esp. la secuencia -T|gw- se ha conservado: lengua). Una característica notable del consonantismo gótico es la existencia de líqui­ das y nasales silábicas por síncopa de la vocal breve de la sílaba final: fugls< *fuglaz, akrs< *akraz, bagms< *bagmaz, rign < *rigna (en alemán estas pa­ labras aparecen con vocal de apoyo posterior, aunque también se tiende a pro­ nunciar la consonante como silábica: Vogel, Acker, Regen). 5.2.1.2. Las semivocales / / / , / w / también plantean problemas de interpreta­ ción. Así como / / / es simplemente la variante no silábica de /i/, / w / nota un fonema de comportamiento menos transparente. En general parece que se pro­ nunciaba como la inicial de inglés water. Sin embargo no es claro si ante / u / se pronunciaba como inglés wood o como alemán wurde (como bilabial o como labiodental). En fuentes griegas aparecen tanto la grafía OüávSaXoi como Báv8aXoi. Y aunque en general /w / y / u / alternan como no-silábico / silábico, grafías como waurstw “ obra” , triggws “ fiel” sugieren una pronunciación silábica de la fricativa. Y finalmente hay el par walu / walw en el que la diferencia u /w se co­ rresponde con una diferencia de significado. Los datos que sobre la pronunciación de /w / arrojan las transcripciones de los nombres bíblicos no resultan tampoco muy esclarecedoras. Con w se transcri­ be la u griega: Pawlus riauXoc^ Daweid Aau(e)í8, aiwaggeljo euayyéXiov, Swamaion Iune ai [ %]; o en final absoluto abrevia, y o ) a.

gr. (pepeo, lat. feró, a.esl. bero: ind. *bherd, con vocal temática alargada y sin desinencia.

bairis: e)i; -s-)-z- (ley de Verner); en fi­ nal absoluto vocal breve cae; -z)-s.

Con vocal temática e y des. -si, como a.i. bhárasi.

bairilr. misma evolución que 2a; en po­ sición final-t)-d (ley de Verner)>-|7 (en­ sordecimiento en posición final).

A.i. bhárati.

bairos: De ser cierta la reconstrucción propuesta sería regular la evolución de *-owes>*-ows)-os.

No es clara, aunque parte de estos ele­ mentos están en otras lenguas. Hay un formante *-we)-va en I a du.a.i.. La -5 puede ser analógica de la 2a dual.

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bairats: Probablemente se ha eliminado una vocal breve en 3 a silaba.

Puede estar en relación con a.i. -thas.

bairam: -o-)-aVocal breve en sílaba final cae. -ms se reduce a -m.

Desinencia *-mes bien atestiguada en dor. (péponeq, a.i. bháramas (y en gra­ do o, lat. -mus)] sin -5 final en desinen­ cias secundarias indoiranias y en lit. (-ma, -me) y quizá en esl..

bairi/?: misma explicación que la 3a pers.

Desinencia *-te también clara en gr. (pépexe y en el pretérito a.i. á-bhara-ta; con aspiración de origen dudoso en pre­ sente del a.i. bháratha.

bairand: cae vocal breve final -o-)-a-nt)-nf>)-nd (la nasal mantiene sonora la consonante final).

Con grado -o- y desinencia -nti bien atestiguada: dor. (pépovxi, lat. gerunt, a.i. bháranti.

bairands: grupo -nt)-nd por influencia de nasal.

Gr. yepovx-, lat.ferent-, a.i. bhárant-.

Nota: Las formas del dual del verbo got. son de frecuencia muy escasa y para algunas de ellas falta todo testimonio.

Vocabulario: saian: v. red. alt.: “ sembrar” , waurd: n.-a: “ palabra” . qi]ian: v.ft.V: “ decir” . )?atei: conj. compl.: “ que” . laheds: fem. -i: “ alegría” . wair^an: v.ft.III: “ llegar a ser, producirse” . aggilus: mase. -u/-i: “ ángel” . swa: adv.: “ así” . taujan: v.d.I: “ hacer” . duhve: adv.: “ por qué?” . twad: adv.: “ a dónde?” . gaggan: v. red.def.III: “ ir” . slepan: v.red.IV: “ dormir” . ur-reisan: v.ft.I: “ levantarse” .

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Textos: Sa (1) saiands waurd saiji|> (Me. 4, 14). Amen qi|ia izwis (2) (Mt. 10, 23). Swa qi|^a izwis: faheds wair()i|) in andwair)>ja (3) aggile (L. 15, 10). Duhve }>ata taujats? (Me. 11, 3). Frauja (4), hvad gaggis? (J. 13, 36). Jah slepif? jah urreisi)? naht (5) jah daga (Me. 4, 27).

1) 2) 3) 4) 5)

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sa: N.sg.m asc. del dem sa, futía, so: “ este” . izwis: D. pl. del pron. pers. 2* pers. andwair, ia: D. sg., andwairpi, n. -ja: “presenda” . frauja: V .sg., franja, mase, -n: “ señor” . naht: D. sg., nahts, fem. -cons.: “ noche” .

LECCION 3a Temas en -ja. El ide. conocía unos temas en los que la vocal temática *-o- estaba precedida por la sonante *-y- (cf. lat. medius, a.i. süryah) y eran declinados como los otros temas en *-o. En germ., tras las alteraciones de las sílabas finales, se han derivado dos ti­ pos masculinos de declinación, por el hecho de que en los sustantivos que tenían la sílaba radical larga o eran plurisílabos se ha producido delante de -j- una secundaria (y esto ya en la fase ide.), cosa que por el contrario no ha ocurrido en los sustantivos que tenían la sílaba radical breve. En N., A. y G. sg. el formante -jo- se realiza por lo tanto en forma distinta según que la sílaba precedente sea larga o breve (cf. Ley de Sievers-Edgerton). Así, el mismo sufijo debe reconstruirse como *-ja- para got. harjis y como *-ijapara hairdeis. Las desinencias de D. sg. y todo el pl. coinciden con las formas correspondientes de los temas en -a, así como también el G. sg. de las palabras con sílaba radical breve.

A) Temas en -ja con sílaba radical larga. Masculino Paradigma gótico

Forma protogermánica

Sg. N. G. D. A. V. Pl. N. G. D. A.

♦herdhiyoz ♦herdhiyeza? *herdhyé? *herdhiyom *herdhiye ♦herdhyoz ? ♦herdhyomiz ♦herdhyonz

hairdeis “ pastor” hairdeis hairdja hairdi hairdi hairdjos hairdje hairdjam hairdjans

Del protogermánico al gótico Sg. N.: *Herdh-iy-o-z < *kerdh-: Voc. breve cae en sílaba final. *e > i 39

G.: A.: V.: Pl.: Cf.

*i(y)is)iis)Ts tras la caída de la breve final, misma evolución que el N. *Kerdh-iy-o-m: Nasal y voc. breve caen. *iy)l)i *Kerdh-iy-e *iye)i(y)i)ii)l)i dags.

B) Temas en -ja con sílaba radical breve. Masculino: (Señalamos con * las formas no atestiguadas). Paradigma gótico

Forma protogermánico

Sg. N. G. D. A. V. PL. N. G. D. A.

*har-y-a-z < *kor-y-o-s *har-y-e-za? *harye? *haryom *harye *haryóz ? *haryomiz *haryonz

harjis “ ejército” harjis harja *hari *hari harjos harje harjam harjans

Del protogermánico al gótico Sg. N.: *Har-y-a-z: Got. debería haber dado *haris por pérdida de *o pero se in­ trodujo una -j- analógica de los demás casos. G.: *Har-y-e-za?. Caería vocal final. *e)i D.: cf. dags. A . y V., no atestiguados, suelen reconstruirse como hari por razones fonéticas. Neutro: No hay diferencia entre los neutros en -ja con silba radical larga y breve. Ambos se declinan como waurd, pero en todos los casos la -j- precede a las desinencias. Paradigma gótico Sg. N. G. D. A. Pl. N. G. D. 40

kuni “ generación” aruh (6) fian siponje qa|? du imma (Mt. 8. 21). tiva (7) ist (8) f^iatei (9) mi|? motarjam jah frawaurhtaim (10) matji|) jah driggkifi (11) (Me. 2, 16).

1) 2) 3) 4) 5) 6) 7) 8) 9) 10) 11)

haihait. perf. red, 3* pers. sg., haitan, v. red. I:“ llamar” , “ ordenar” . marein marei, A . sg. fem. -n: “ mar” . ains: N . sg. pron. indf.: “ alguno” . qaf?; 3* pers. sg. pret., qifwn, v. ft. V: “ decir” . imma: D. sg. pron. pers. 3*. anj>aruh: anfxir, N. sg. adj. y -uh, cop. encl. (cf. lat. -que). hva: N . n. sg. del pron. int. ist: 3* pers. sg. pres. ind., wisan, v. def.: “ ser” . f^atei: conj. compl. frawaurhtaim: D. pl. a d j frawaurhts: “ pecador” . matjifx, dnggidf>: 3 “ pers. sg. pres. ind., m atjan, v. d. I; drigkan, v. ft. III: “ comer, beber

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LECCION 4a La declinación de los temas en -wa. Las vocales etimológicamente breves La declinación de los temas en -wa. Son también una subclase de los antiguos temáticos. Comprende un número muy reducido de palabras. Cuando -w- no va seguido de vocal, aparece en forma vocálica -u-. Masculino Paradigma gótico

Forma protogermánica

Sg. N. /?i us “ criado” G. p wis D.|>, wa A. |> u V. /, US Pl. N. }>wos G.}, we D .p wam A. |? wans

*l»iwaz *fñweza? *f?iwé? */>iwam *f?iwaz *J?iwóz ? *f?-u. Pl. N.: ’t ’i-wó-s: Vocal larga se conserva en final ante -s. G.: Cf. dags. D.: *¡yi-w-a-miz: *-i- cae *-ms)-m 42

A.: *fii-w-a-nz: *-ns final se mantiene, evitando la eliminación de Neutro: Para la formación del neutro cf. waurd. Fonética Las vocales etimológicamente breves La evolución de las antiguas vocales breves en got. es distinta según que es­ tén en la sílaba radical o en las demás, debido seguramente al acento inicial desa­ rrollado por el protogerm.; al ser la mayoría de las raíces germ. monosilábicas, dicho acento recae regularmente en la sílaba de la raíz. Las sílabas finales de las palabras polisílabas tienden a abreviar o eliminar sus vocales, y en algunos casos de palabras tetrasilábicas puede postularse una síncopa de la vocal breve en terce­ ra sílaba. Por este motivo aquí sólo expondremos la evolución de las vocales en sílaba tónica, dejando para el Apéndice sobre leyes de final de palabra su evolución en las sílabas secundarias. El vocalismo en sílaba tónica: *d, *a, *o)got. a: *pdtér)fadar; *ágros)akrs; *óktóu)ahtau *e ) ” i: *esti)ist *i > ” i: *ghostis)gasts *u > ” u: *sunus)sunus En virtud de esta evolución hay que contar con un estadio del germ. en que las vocales breves son a, i, u. De una manera regular en got. desde antes de los primeros textos, y menos regularmente en las demás lenguas germ., toda i breve ante h, hv, r se abre en una e breve abierta, que Ulfilas reproduce con el dígrafo {ai). *peku >germ. *fihu)got. faíhu *v7r, lat. vir, a.i. vira-, got. waír *sekw-, l a t . sequor, g r . £ 7 i O |i a i , g o t . saíhvan. En las mismas condiciones u breve da o breve abierta, escrita {au). *dhug(h)dtér)got. dauhtar, a.ingl. dohtor, aaa. tohter, a.s. dohtar. *deuk-/duk- (lat. düco) ) gót. tiuhan/ga-tauhum. aaa. burg, got. baurg. En virtud de este proceso llamado “ Brechung” (“ ruptura” ), están en el sis­ tema de las vocales breves los sonidos e, o como alófonos de i, u. Estas vocales aparecen también en la sílaba reduplicada de los pretéritos: le­ ían, pret. lailot; slepan, pret. saislep. (Incluso se ha llegado a postular una ley fonética según la cual *e breve ide. en “ unión interna abierta” daría en got. ai siempre que en la sílaba siguiente haya regularmente vocal media o abierta, cf. Twaddell 1948, Bennet 1967; pero es una hipótesis ad hoc para los verbos fuertes). 43

(ai) aparece también en algunas palabras de origen incierto: aifrftau: “ o ” , a. ingl. ej>)ia, ohjye; aaa. eddo, edo. waila: “ bien” , a.ingl., a.s. wel, aaa. wela. sai, traducción de gr. i8oú. Por el contrario, hay falta anómala de “ Brechung” en: hiri: “ hacia aquí” . nih: “ y no” hairum (3) jah triwam (Me. 14, 43). Jah galagidedun (4) ita (5) in hlaiwa (Me. 6, 29). Ni ainshun (6) |?iwe mag (7) twaim (8) fraujam skalkinon (L. 16, 13).

1) 2) 3) 4) 5) 6) 7) 8)

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qam: 3 pers. sg. pret. ft., v. ft. IV, qiman: “ venir” . managei: N. ag., fem. -n: “ multitud” . hairum: hairus, D. pl. mase. -u: “ espada” . . galagidedun: 3 a pers. pl. pret. d.ga-lagjan v. d. 1: “ depositar” . ita: A. sg., n. pron. 3 a pers. ains-hun: N. sg. indf.: “ alguien” ( + ni: “ nadie” ). mag: 3 a pers. sg. pret.-pres., magan: “ poder” . twaim: D. pl., twai: “ dos” .

LECCION 5a Pretérito fuerte. La forma del pretérito fuerte es heredera del perfecto ide., del que conserva: - un sistema de desinencias especiales, unidas directamente al tema. - reduplicación. - alternancia vocálica entre singular y plural. En general presentan reduplicación los pretéritos de los temas que no admi­ ten alternancia vocálica. Sin embargo existen pretéritos con ambas característi­ cas; es común a todos ellos tener en la raíz la vocal é. Los verbos fuertes comprenden las raíces de uso más frecuente, las que com­ ponen el fondo básico de las expresiones verbales de la lengua. Semánticamente el pretérito (y esto se aplica también al débil) no sólo expre­ sa el pasado, sino también el aspecto resultativo, que se supone que era el signifi­ cado básico del perfecto ide. En los períodos condicionales expresa irrealidad. Paradigma gótico Sg. bar bart bar Du. beru beruts Pl. berum beruf} berun

Forma pregermánica *bhora *bhorta? *bhore *bhérwe? ? *bhérme *bherete *bhérnt

Esquema

-0 -t -0 -u -uts -um -U,|)

-un

Del pregermánico al gótico

Explicación histórico-comparativa

bar: *bh)b por mutación consonántica; o )a -a cae (caída de voc. breves finales).

Gr. yéyova confirma voc. -o- en la raíz y des. -a (lat. -a-i)-í).

bart: cae final breve. t final sería regular tras fricativa gutu­ ral y labial (/larft, af-falht) y tras silban­ te, y de estos contextos se habría exten­ dido análogamente a los demás.

Gr. oiotfa, a.i. cakártha sugieren desi­ nencia *tH2e.

bar: cae breve final.

Des. -e como gr. yéyove. 45

beru: -u procede d e -w tras caída de bre­ ve final, y se extiende analógicamente a 2a pers., cuya desinencia debe ser ana­ lógica del presente.

En a.i. cakrvá puede representar un ti­ po antiguo *-we.

berum: Tras caída de breve final, *-m o evoluciona regularmente a -um.

La desinencia *-me se atestigua en a.i. cakrmá; con ampliaciones diversas en at. -nev, dor. -|a.eg.

berup: Vocal temática sustituida por -u- analógica de I a y 3a pers. Caída de breve final y paso regular de * t)d )Í?. berun: Evolución regular *n)un y caí­ da de oclusiva final. J

La desinencia -te es clara en gr. taXoÍTiaTe.

La desinencia -nt no está atestiguada di­ rectamente para el perfecto en otras lenguas.

Nota 1. La desinencia *-tha de 2a pers. sg. parece remontar al grupo *-t-Hje. Nota 2. En todo el ámbito germ. existe la tendencia a nivelar analógicamente las formas del pl. de los verbos. En el pretérito en got., a. nord., aaa. la 2a pers. de pl. toma la vocal predesinencial de la 1a y 3a. En ags. y a.s. la 3a pers. propor­ ciona su forma a todas las demás. En got. la voz pasiva también tiene una sola forma para todo el plural. Nota 3. Ante la desinencia -t de 2a sg. las oclusivas se fricativizan: dentales pasan a s, labiales a f: anabiudan/anabaust: fraurban/frarft. Nota 4. Algunos autores, en particular Prokosch, defienden una participación am­ plia del antiguo aoristo en la formación del pretérito fuerte. Se basan para ello en la masiva falta de reduplicación del pretérito germánico; en la desinencia de 3a pl. -un < -n; en la vocal radical larga del plural en varias series, y en algunas peculiaridades acentuales. Aducen como apoyo la evolución del latín, que es muy semejante. Hay que advertir sin embargo la falta de toda huella del aoristo sigmá­ tico. En conjunto la teoría de un sincretismo de aoristo y perfecto en el pretérito germánico es verosímil, aunque sigan quedando puntos oscuros. Vocabulario: at-gaggan: pret. v. red. def. III: “ acudir” . dala}?: adv.: “ hacia abajo” . rign: n.- a: “ lluvia” . qiman: v. ft. IV: “ venir” . ahva: fem. -5: “ agua” . waian: v. red. alt.: “ soplar (el viento)” . winds: mase, -a: “ viento” . bi-stigqan: v. ft. III: “ chocar” . bi: prep. D.: “ junto a, con, contra, en torno a” . razn: n. -a: “ casa” . 46

ga-driusan: v. ft. II: “ caer’. unte: conj.: “ porque” . ga-suljan: v. d. I.: “ construir” . wisan: v. def.: “ ser” (pret.). ana: prep. D.: “ sobre” . drus: mase.: “ caída” . mikils: adj.: “ grande” . ga-teihan: v. ft. I: “ anunciar” . fiairh-gaggan: v. red. def. III: “ atravesar, entrar” . hveila: fem. -ó: “ momento” . Textos: Jah atiddja dala|? rign, jah qemun ahvos, jah waiwoun windos, jah bistugqun bi [>amma (1) razna jainamma (2), jah ni gadraus, unte ¿asuli)? was ana staina (Mt. 7, 25). Jah atiddja dala^ rign, jah qemun ahvos, jah waiwoun windos, jah bistugqun bi jainamma razna, jah gadraus, jah was drus is (3) mikils (Mt. 7, 27). Gataihun (?an imma [>atei Iesus Nazoraius J?airhgaggi|> (L. 18, 37). Qimif) hveila jah nu qam (J. 13, 32).

1) J amina: D. sg. mase, del dem. sa, fiata, so. 2) jainamma: D. sg. mase, del dem. jains: “ aquel” . 3) is: G. sg. mase, o n. del anafórico is, ita, si, que funciona como pron. de 3* pers.

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LECCION 6a Las series de verbos alternantes (verbos fuertes): Serie alternante I. Los sustantivos en -o. Las series de verbos alternantes (verbos fuertes): Serie alternante I. Los paradigmas de los verbos fuertes muestran una estructura muy arcaica, ya que conservan inalteradas alternancias vocálicas ide. eliminadas o reducidas analógicamente en otras lenguas. Los verbos fuertes del got. se clasifican por series alternantes. Algunas de estas series sólo se atestiguan en germ., pero la mayoría tienen al menos paralelos parciales en otras lenguas. Se cuentan en got. seis series alternantes. Los verbos con reduplicación en el pretérito suelen también clasificarse en dichas series según el vocalismo del presente. Los verbos reduplicado-alternantes tienen en presente -e- y en pretérito -o-: gretan, gaigrot. La Iserie alternante hereda la alternancia ide. *ei/oi/i, que en got. evolucio­ na regularmente *ei)T (escrito ei); *oi)ai; */>/', en Brechung ante r, h, hv)e (escri­ to ai). steiga, staig-stigum, stigans “ subir” greipa, graip-gripum, gripans “ agarrar” galeifjan, galaifj-gali^um, galijians “ ir, llegar” gateihan, gataih-gataihum, gataihans “ anunciar” . Fuera de los paradigmas verbales esta misma alternancia se atestigua en otras clases de palabras sobre una misma raíz: pret.- pres. wait “ yo sé” sustantivos witofy “ ley” , witubni “ conocimiento” , weitwo¡ys “ testigo” . Temas en -o Son continuación de los antiguos femeninos indoeuropeos en -a-, tipo gr. KÓpa, a.i. séna, lat. rosa, a. esl. zena; en got. son sólo femeninos. Regularmente *-d- da en germ. -o-, y en el paradigma de estos temas aparece como vocal predesinencial a u o según que la vocal haya abreviado o no (por leyes de final de palabra). Paradigma gótico Sg. N. giba G. gibos 48

Forma protogermánica *giba