Los caminos del poder. Tres años de crisis en la escena política (Perú, 1975-1978)

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Los caminos del poder. Tres años de crisis en la escena política (Perú, 1975-1978)

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LOS CAMINOS DEL PODER

TRES AÑOS DE CRISIS EN LA ESCENA POLÍTICA

HENRY PEASE GARCÍA

DESCO Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo 1979

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INDICE

INTRODUCCIÓN CAPITULO I: LOS LIMITES DEL PROYECTO VELASQUISTA LA POLITICA ECONÓMICA AL APARECER LA CRISIS LOS LIMITES DE LAS REFORMAS LOS LIMITES DEL REGIMEN POLITICO LA PRESENCIA DE FACTORES INTERNACIONALES EL PUNTO LIMITE

CAPITULO 2: LA COYUNTURA DE AGOSTO DE 1975 Y EL INICIO DE LA “SEGUNDA FASE” DECADENCIA DE UN REGIMEN… Y DE UN LIDER LOS LIMITES DE LA LUCHA POLÍTICA EN LA CUPULA LA CAIDA DE VELASCO REACCIONES ANTE EL GOLPE DEL 29 DE AGOSTO LA “SEGUNDA FASE”: CAMBIOS OPERADOS EN EL REGIMEN POLÍTICO ¿Por qué “SEGUNDA FASE”?

CAPITULO 3: EL LENTO CURSO DEL VIRAJE LOS TERMINOS DEL VIRAJE EN EL GOBIERNO DE LA FUERZA ARMADA EL PROCESO DE RECOMPOSICIÓN DE LA CLASE DOMINANTE Y EL ESTADO BURGUES LA SEGUNDA FASE COMO PERIODO DE CRISIS ORGANICA EN LA RELACION ESTADO – SOCIEDAD

SEGUNDA PARTE: DEL VIRAJE A LA CONTRARREFORMA CAPITULO 4: PREPARANDO EL DESMONTAJE (29 AGOSTO 1975 – 16 JULIO 1976) HECHOS, COYUNTURAS Y ELEMENTOS EXPLICATIVOS DEL PERIODO UNO: UNA PRIMAVERA PARA LA DERECHA

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DOS: EL MOVIMIENTO POPULAR EN LA MIRA TRES: EL “SOCIALISMO” VERBAL DE LA SEGUNDA FASE CUATRO: LA POLÍTICA EN LOS HECHOS : LA CRISIS LA PAGA EL PUEBLO….EL GOBIERNO LA ADMINISTRA CINCO: MARZO 76: ANUNCIO OFICIAL DEL VIRAJE SEIS: LOS EXIGENTES AMIGOS DE LA BURGUESIA SIETE: EL CERCO SE CIERRA…PARA EL PUEBLO OCHO: LA COYUNTURA DE JULIO 76 Fernández Maldonado expone el “paquete” Barúa” Crisis Institucional y Depuración en el Ejercito

II. SIGNIFICACIÓN Y RESULTANTE DEL PERIODO DEFINICIONES DADAS EN EL PERIODO LAS FUERZAS PRESENTES EN LA ESCENA RESULTANTE Y PERSPCTIVAS

CAPITULO 5: UN AÑO DE EMERGENCIA Y UN PUEBLO QUE DICE ¡BASTA! (16 JULIO 1976 – 19 JULIO 1977) HECHOS, COYUNTURAS Y ELEMENTOS EXPLICATIVOS DEL PERIODO UNO: PAGAR LA CRISIS…Y CALLAR DOS: POLÍTICAS DE CONTRAREFORMA TRES: BUSCANDO UNA SALIDA POLÍTICA Con los Empresarios Con los Partidos de la Burguesía Con los Partidos y Organizaciones del Campo Popular CUATRO: LA POLITICA ECONOMICA QUE EXIGIO IMPLANTAR UN AÑO DE EMERGENCIA Los logros del Ministro Barúa Sr. Piazza: el país no es una empresa

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CINCO: EL MOVIMIENTO POPULAR ENFRENTA AL GOBIERNO Tres huelgas importantes en 1976 Estabilidad Laboral en debate El movimiento popular en la coyuntura de junio y julio de 1977

SIGNIFICACIÓN Y RESULTANTE DEL PERIODO Definiciones dadas en el periodo las Fuerzas presentes en la escena resultante y perspectivas Una digresión necesaria

CAPITULO 6: EL CAMINO A LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE (19 Julio 1977 – 29 agosto 1978) I. HECHOS, COYUNTURAS Y ELEMENTOS EXPLICATIVOS DEL PERIODO UNO: OCUPANDO EL NUEVO ESPACIO POLÍTICO La carrera por la inscripción Campaña Electoral accidentada y desigual

DOS: NEGOCIANDO CON EL F.M.I EN LA RUTA DE LA CONTRARREFORMA El General de Caballococha continuando el desmontaje de las reformas cambio de rumbo TRES: MANO DURA CON EL PUEBLO CUATRO: LAS JORNADAS DE MAYO 78 La reacción inmediata y espontánea El paro como reacción organizada Estado de Emergencia: comienzan los allanamientos Un paro unánime: el rechazo que oculta el gobierno violencia y desórdenes Ostensible manipulación de información Disolución de la CNA

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CINCO: COYUNTURA ELECTORAL DE JUNIO DEL 78

SEIS: ENTRE LAS ELECCIONES Y UNA NUEVA CONVIVENCIA II. SIGNIFICACIÓN Y RESULTANTE DEL PERIODO

DEFINICIONES DADAS EN EL PERIODO LAS FUERZAS PRESENTES EN LA ESCENA RESULTANTE Y PERSPECTIVAS

CAPITULO 7: NOTAS Y OBSERVACIONES SOBRE EL PROCESO POLÍTICO EN PERSPECTIVA (1978 -79) EL DERROTERO DE LA CRISIS LAS ALTERNATIVAS DEL CAMPO BURGUES EN EL PERIODO DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE (1978 – 79)

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INTRODUCCION

En octubre de 1978 se han cumplido diez años de gobierno militar en el Perú y una simple observación de to que ocurre podrá demostrar, más allá del deterioro del régimen político, la presencia de una aguda polarización social y de muchas incertidumbres respecto del curso político futuro. En la escena política se vuelve a percibir la presencia de viejos representantes políticos de las clases dominantes, cuyo actuar pareciera afirmar que nada ha cambiado en esta década. Pero junto a ellos es visible la presencia de otras fuerzas que hacen tambalear la concepción político tradicional al representar directamente al pueblo, rompiendo muchos esquemas y previsiones. En medio de una profunda crisis política y económica, el pueblos se ha hecho presente en la escena sin inmisericorde, de aquellos que pagan con su vida diaria tos costos de una crisis económica profunda, fruto de un sistema económico implacable con las necesidades populares. Hemos visto la prolesta de miles de obreros y campesino, de empleados públicos y maestros, de pobladores de barriadas, de un número de cada vez mayor de desempleados y subocupados, que más allá de toda estadística expresa un clamor inorgánico aun, pero políticamente presente en el momento actual. Un régimen aparentemente errático, que hizo abandono de todo intento reformista preside la escena, tratando de imponer disciplina y amenazando directamente a este pueblo, al que ni siquiera intenta ya ofrecer un proyecto y una ideotogía con visos de credibilidad. En su devenir, la “Segunda Fase” ha confiado en la derecha económica para que con su inversión reactive la economía y supere la crisis, mientras que ha confiado a la antigua derecha política el intento de encuadre político y el dominio ideológico de la escena. Es la resultante de una opción burguésa de este gobierno que no logra, sin embargo, el apoyo concreto y orgánico de la burguesía con sus representantes corporativos y políticos. Esta presentación de la crisis actual está mostrando ya interrogantes sobre este régimen, su recomposición y su relación con las clases dominantes. Nadie tiene dudas sobre su carácter antipopular y por si alguna las tuviera, el pueblos ha estado presente en las calles para expresarto, con amplia dosis de expontaneismo y aún superando la capacidad de la izquierda para conducirto. Podrán cerrar tos ojos tos macartistas de siempre, aquellos que tras cada acto popular sólo ven “agitadores”, encubriendo con ello la presencia directa del pueblos y la magnitud de una explotación que día a día cobra más vidas. Es una explotación que produce miles de niños desnutridos y adultos tubercutosos, comiendo hoy sobras de alimentos e incluso buscando proleínas en alimentos preparados para animales, dado que la crisis económica ha superado toda previsión; así, sobre la antigua pobreza de nuestro pueblos, el gobierno ha cargado las facturas del reformismo y la defensa de tos intereses de la burguesía, en una economía que se rige por las exigencias del capital y subordina a ello las necesidades populares. Todo esto es una muestra patente de las opciones y tos intereses de clases que ordenan la sociedad Perúana actual.

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Es esta dura realidad nuestro libro es un intento limitado; sin embargo, puede ser útil par amostrar situaciones y dar elementos de análisis a tos actores de la lucha política. Entendemos que puede aportar ala conocimiento del proceso político, y éste es sólo uno de tos niveles de análisis que requiere la realidad para, comprendiéndola, contribuir a su transformación. Este trabajo no aspira a ofrecer una interpretación global de este período histórico. La conformación social del país, la recomposición del Estado t las clases dominantes, así como la nueva y significativa presencia de las clases populares en el proceso político, demandan estudios de otra dimensión, necesarios para perfilar el curso político y entender la dinámica concreta del presente. Sin contar con todos tos elementos mencionados, nos aproximamos a un campo más bien restringido y ofrecemos algunas constataciones. El estudio parre del seguimiento de la escena política –con sus ocurrencias, sus actores y sus límitos en sucesivas coyunturas- y centra su foco de atención en el Régimen Político, no sólo en sus características institucionales o formales sino en el juego de las fuerzas que se enfrentan durante la llamada “Segunda Fase” del gobierno de la Fuerza Armada. Limitando su campo de análisis al nivel de to político y dando por supuestos algunos elementos de la caracterización de la sociedad Perúana actual –y del régimen político de esta década 1- se busca ofrecer una visión general de la “Segunda Fase” y de su significación, explicando cómo y por qué surge. Esto nos obliga a hacer una referencia introductoria a la “Primera Fase”, a sus límitos y desarrollo, para ver qué es to que cambia y to que permanece a partir del 29 de Agosto. Nos interesa mostrar cómo se reordena el régimen político en la “Segunda Fase” y cómo se desenvuelve entre las distintas demandas sociales del período. Empezamos preguntándonos, ¿por qué el régimen es así?, ¿por qué a pesar del viraje, no logra representar orgánicamente a la burguesía?, ¿por qué vuelve a recurrir a elecciones y aún en medio de ello la crisis política no se resuelve ni tiene perspectivas fáciles de estabilidad, incluso dentro del campo burgués? Las respuestas no son simples, ni se resuelven sólo en este campo. Hay que indagar en la propia inconsistencia de las alternativas burguésas del presente, en sus límites internos que impiden el diseño de alianzas estables y de políticas del movimiento popular, el avance dado en profundidad y en niveles de conciencia, la dificultad de embarcarto en cualquier proyecto políticos de la burguesía, y la distancia que media entres y emergencia y la capacidad de la izquierda actual para constituirse en alternativas de poder. El libro dejará planteadas muchas preguntas. El material trabajado conlleva a nuevas demandas de investigación que no pueden tener respuestas sólo en el nivel de este trabajo. Las interrogantes llevan a la necesidad de investigar la composición actual de la clase dominante, su fraccionamiento 1

Algunos elementos pueden encontrarse en nuestro trabajo anterior sobre el régimen político presidido por el General Velasco, con el cual este libro guarda relación de continuidad, aunque aborda la escena en términos más amplios y se centra en variables de ésta, y no básicamente de la lucha al interior del gobierno. Ver: PEASE, Henry: “El Ocaso del Poder Oligárquico. Lucha política en la escena oficial 1968 – 1975”. DESCO, Lima 1977

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y la concreción de proyecto políticos, hasta hoy inorgánicos, pero capaces de alargar la crisis política y profundizar la crisis económica. Ello obliga a evaluar las políticas económicas y tos modelos de desarrollo expuestos, en un a país poco acostumbrado al debate. Es igualmente necesario investigar las nuevas formas de la presencia popular y sus niveles de organización, en un momento que muestra cada día un nuevo avance y alguna sorpresa. Es un momento en que tos instrumentos actuales de investigación social se quedan cortos y a veces parecen hasta superfluos frente a la creatividad concreta de la praxis popular en momentos de crisis y de ascenso de masas. Aspiramos a brindar en este estudio elementos, intuiciones e iniciativas para dinamizar nuevas interrogantes en la investigación política y social. Partimos de tos hechos de la escena cuyo análisis nos lleva a explicar el régimen político, para luego extraer conclusiones sobre el rumbo político y la coyuntura actual, que en sí mismas son sólo preguntas e indicaciones para investigadores más acuciosos. En la primera parte del libro procuramos ubicar la “Segunda Fase” en relación con la década y el conjunto del proyecto militar. Mostramos tos rasgos de la coyuntura en la que cae Velasco y se inicia el nuevo régimen; señalamos algunos indicios del funciónamiento institucional de la cúpula a partir de la “segunda Fase” y presentamos, en el capítulo 3, una visión global del curso político del régimen que explica algunas de las preguntas aquí planteadas. En la segunda parte del libro ofrecemos una periodización de la escena política que muestra cómo se concreta el viraje del proyecto Velasquista, cómo se enfrenta al movimiento popular y se declara la finitud del régimen, buscando una salida política. La escena se analiza a partir del estudio de tos hechos registrados en la Cronología Política y otras fuentes de información abiertas al investigador2. Tos hechos no han sido escogidos al capricho; se procura ordenar el conjunto de ellos, seleccionados en función de tos ejes de análisis explicitados 3. Durante todo el período, estos hechos giran en torno al manejo de la crisis económica –incluyendo entre las políticas asumidas, el desmontaje de las reformas y el acercamiento a la derecha política- y al enfrentamiento del movimiento popular que rechaza recurrentemente el desmoronamiento de su ya miserable ingreso real y el desmontaje, no sólo de reformas sino de medidas de mínima y a veces sólo formal 2

Nos referimos principalmente a la Cronología Política publicada por DESCO, así como a sus informativos mensuales. La referencia bibliográfica es: PEASE, Henry, FITOMENO Alfredo: Perú 1975-76: Cronología Política (Tomos IV y V). DESCO 1977. A to largo del libro toda referencia a esta fuente se indicará sóto mencionando Cronología Política, con el número del hecho y la página. Tos 6 Tomos de este trabajo tiene numeración correlativa, tanto para tos hechos como para las páginas. Tos dos primero tomos (1968-73) tos trabajó al autor con Olga Verme. El Tomo III (1974) con Alfredo Fitomeno y Julio Calderón; tos tomos siguientes (1975, 1976 y 1977) con Alfredo Fitomeno. 3

Nos referimos a lagunas críticas metodológicas respecto de “El Ocaso del Poder Oligárquico”, en el sentido de que se construye el escenario con hechos que luego sirven mecánicamente de prueba. La observación debe considerar el trabajo previo de la Cronología Política y el resto de fuentes que brinda el escenario, dentro del cual se seleccionan algunos hechos que nos sirven de indicadores de las hipótesis surgidas a partir de nuestro trabajo de observación y análisis del conjunto de la escena. Esta, además, es resumida por nosotros por razones de espacio, pero el análisis del conjunto de la escena. Esta, además, es resumida por nosotros por razones de espacio, pero el análisis se hace sobre un conjunto de hechos más amplios, que puede confrontarse en estas fuentes.

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prolección legal. Los capítulos 4, 5 y 6 presenten esta periodización que coincide con cada uno de tos tres años del régimen, no por elegir la formalidad anual sino por coincidir con tos resultantes de las coyunturas vividas. La tercera parte con un soto capítulo final ofrece, a partir de la periodización anterior, un análisis del curso político en perspectiva y algunas notas sobre el proceso político. Este capítulo 7 complementa tos elementos de análisis presentados en el capítulo 3 sobre el proceso que se viene desarrollando, aunque sólo nos limitamos a presentar sus rasgos globales. Inevitablemente, sobre todo al presentar tos hechos, el análisis incluye la crítica que expresa el autor desde su opción. No se observa la política desde posiciones neutras, menos aún en un tiempo de gran polarización social. Nuestro interés por estudiar la política proviene de nuestro compromiso con estos pueblos concretos, maltratados y agredidos por las fuerzas del poder. Mal haríamos en callar lo que pensamos. Al explicitarlo expresamos también nuestra posición decididamente contraria a este orden de cosas, verdadero desorden establecido en tanto que resulta funciónal a las clases dominantes y maltrata a los pueblos mayoritarios, día a día. No vemos en este sistema capitalista, en su consustancial explotación de las mayorías, en su lógica central –la rentabilidad del capital- y en su confianza en el mercado –como “ordenador” ajeno a las necesidades reales del pueblos-, ninguna víabilidad de solución ni desarrollo para este pueblos. Menos aún con tos rasgos de este sistema en su fase imperialista, succionador sistemático de las riquezas aquí producidas. Explicitar esto supone decir que lo que este trabajo aporte al conocimiento de este proceso político se da en y a parir de una opción, de la misma manera que ocurre en cualquier ser humano. No explicitarlo sería simplemente engañar, o pretender hacerlo. Esto no significa que el análisis no intente ser riguroso o que el trabajo sea la observación de la realidad desde el cristal de nuestros deseos y aspiraciones. Justamente, para transformar la realidad es preciso, sin dejar de optar, ver toda la realidad y no imaginarlo como se desea. Para ello se hace este trabajo y tiene límites, derivados no de la voluntad de no ver sino de nuestra propia formación, de la escasez de instrumentos y fuentes, de todo lo que es parte de una ciencia social en construcción. Si entregamos al lector este y anteriores trabajos, no es por entender que son obras concluidas, sino porque valoramos la discusión y la crítica como única forma de avanzar en el conocimiento, y no cabe discusión ni crítica sin algo escrito. Expresamos nuestro agradecimiento a Federico Velarde, Rolando Ames, Fernando Sánchez Albavera, Marcial Rubio, Raúl Guerrero, Luis Peirano y Enrique Bernales que nos ayudaron mucho con su crítica y discusión. A nuestros compañeros de DESCO la gratitud por el aliento que supone trabajar con verdadera cordialidad y compromiso, en un lugar común que acepta las diferencia de posición como una forma de contribuir a forjar alternativas unitarias para estos pueblos. A Annie Ordóñez, pilar de todo el esfuerzo editorial de DESCO, mi gratitud por ayudarme a hacer

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compresible el texto, con reiteradas correcciones de estilo. A Eva Toskechi, que con tanta voluntad ha mecanografiado las varias versiones del manuscrito, expresamos también nuestro reconocimiento. Y a Mary, por lo menos agradecerle su paciencia y amor infinitos, sobre todo en tantos madrugones y fines de semana en que este libro me expropió de su lado.

CAPÍTULO I LOS LÍMITOS DEL PROYECTO VELASQUISTA

El estudio del período conocido como “segunda Fase” en esta década de gobierno militar nos lleva a una necesaria, aunque sólo introductoria, referencia al período inmediatamente anterior, al gobierno que bajo responsabilidad institucional de la Fuerza Armada, presidió el general Velasco 4. Analizaremos los límites del proyecto Velasquista a partir de elementos visibles en la escena política, principalmente entre 1974 y 1975, aunque muchos de estos límites pueden caracterizar a toda la “Primera Fase”. Entre 1968 y 1975 se transformó el llamado orden oligárquico y se emprendió un conjunto de reformas y políticas gubernativas que alteraron la conformación del poder en consecuencia la política del Estado, haciendo posible una profunda dinamización del movimiento popular y abriendo nuevos horizontes al proceso social. Se rompió el aislamiento político y diptomático que vivía el Estado Perúano en el orden internacional y se enfrentó como nunca antes el poder imperialista, a partir de una sucesión de medidas nacionalistas que, sin embargo, no cancelaban en sí mismas nuestra situación de dependencia. El gobierno de Velasco, surgido en plena crisis del Estado Oligárquico, to cancela como forma arcaica de dominación y plantea desde la cúpula el problema de definir una alternativa, a partir de un régimen político dirigido por la Fuerza Armada. Tos trabajadores del campo y la ciudad lograron expresarse políticamente como en pocos momentos de la historia de este siglo, constituyendo las más diversas organizaciones y gremios, en un período intenso marcado por un sostenido esclarecimiento ideológico en amplios sectores populares impactados por el mensaje del gobierno y de tos partidos de izquierda emergentes. La dinamización del movimiento popular vuelve a dejar planteada el problema de la democracia, fundamentalmente irresuelto en la sociedad Perúana a pesar de las propuestas políticas presentes en la escena desde los años 30. Pero ahora se aplican muchos de los planteamientos tantas veces enunciados; la aplicación de las reformas hará más visible la naturaleza del Estado y su esencia capitalista, que impide toda democratización real del poder y la economía en esta sociedad. El 4

La personalidad y el rol conductor de Velasco sellaron este período en forma particularmente intensa; por ello apellidamos Velasquistas al proyecto político que resultó impuesto en el período 1968-75, conocido ahora como “Primera Fase”, Velasco y su gobierno son objeto todavía de tos más fuertes improperios, que provienen particularmente de una burguesía nativa resentida que por unos pocos años se vio, en parte, lejos del gobierno, aún cuando no necesariamente del poder.

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carácter burgués del Estados Perúano pasó a ser directa y visiblemente la cuestión en juego, polarizando las diversas opciones sociales y atravesando incluso parcialmente el proyecto Velasquista. Sin analizar en este trabajo el conjunto del proceso político 1968-75 5, es preciso señalar los límites que están presentes en el proyecto Velasquista para comprender el deterioro del régimen y la coyuntura de 1975 que de origen al gobierno de la “Segunda Fase”. A esto, aunque sólo introductoriamente, dedicamos este capítulo. El estudio de los límites de este proyecto político, encontrando elementos causales de su deterioro, nos lleva a cuestionar el modelo de desarrollo implícito en las acciones del gobierno. Debemos subrayar que entendemos este modelo en función de la resultante del proceso político, más que a partir del diseño previo de un verdadero plan de gobierno total y coherente. En efecto, bastante se has discutido ya el curso contradictorio del proceso político, la existencia de distintos proyectos que pugnan en el seno del gobierno y su definición en el campo de las reformas estructurales. El curso del proceso, sin embargo, supone la conciliación y definición de una política de desarrollo, aún cuando no se explicite coherentemente o incluso cuando su formulación suponga la existencia de una lucha política no resuelta en la cúpula. Es decir, existe un modelo aunque sea contradictorio y aunque resulte turbado en su aplicación por tos términos de la lucha política. Y si nos referimos a la estrategia de desarrollo, el curso será definido primeramente por to términos reales en que se da la política económica. El conjunto de reformas aplicadas desde 1968 no han alterado las características fundamentales de la economía Perúana: su carácter capitalista, la presencia de sectores productivos retrasados y sólo parcialmente incorporados al mercado, y la dependencia del capital extranjero. Tos cambios introducidos en la propiedad no alteran la lógica de acumulación privada que tiene la economía, ni replantean la estructura productiva –exportadora de materias primas y con una industria dependiente de insumos y bienes de capital importados- establecida en función de las necesidades de un reducido sector de la población, incapaz de proporcionar el empleo y tos bienes necesarios para las mayorías. El gobierno desarrolla una política de industrialización bajo el esquema de sustitución de importaciones que, para entonces, ya había demostrado su invíabilidad en varios países de América Laúna. Para desarrollar esta política se otorgó a los empresarios un régimen promocional sin precedentes que les permitió obtener beneficios de corto y mediano plazo anormalmente elevados. Se incentivaba así a la burguesía al mismo tiempo que se le enfrentaba políticamente con reformas –la comunidad laboral, el poder empresarial y supervisor del Estado, la ley de estabilidad laboral- que 5

Referimos al lector a nuestro trabajo anterior sobre la llamada “Primera Fase” particularmente en lo que se trata el Capítulo 5 sobre tos cambios operados en la clase dominante y el Estado, que explican las referencia que aquí hacemos a la recomposición del poder en la sociedad peruana. Ver PEASE, Henry “El Ocaso……”

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afectaban las ganancias y su concepción liberal del proyecto político. La política contradictoria dada en este ramo brindó a los empresarios “no sólo la oportunidad de resistir a la reforma sino que también de realizar elevadas utilidades en el corto plazo”6. Así estos mantuvieron en pie su enfrentamiento político con el velasquismo, acumulando fuerzas hasta lograr la coyuntura precisa para revertir este proceso. En la base de estas contradicciones estaba el objetivo del gobierno de aumentar la inversión privada, campo en el cual no tuvo mayores logros dada la fuga de capitales producida particularmente en este sector. La política económica se diseña sustentada en el ahorro interno –que al comenzar el régimen es básicamente privado- y complementariamente en el ahorro externo. Para lograr este objetivo debe incentivar y proleger la ganancia de las empresas, además de dar confianza a tos empresarios. Este tema se convierte en uno de tos nudos de tensión del gobierno, en tanto cada reforma y cada estatización espantan a la burguesía nativa, y en menor medida, al capital extranjero. En este campo el gobierno se mueve entre el desconocimiento y el chantaje, a la vez que sortea una aguda pugna interna. No consigue grandes éxitos en lo que a la inversión privada nativa se refiere; logra romper el bloqueo externo de créditos que lo afecta en los primeros años y termina en la práctica haciendo descansar en el ahorro externo su política económica 7, para lo cual contratará una abultada deuda externa y deberá conceder las condiciones adecuadas a la inversión extranjera. A pesar de no obtener resultados tos incentivos, afectando por una parte tos ingresos del fisco y por otra parte la concreción de sus reformas. Al hacer descansar su política en el ahorro externo, creó las condiciones para que, en la crisis, la presión internacional, en función de la deuda externa, termine confluyendo con las presiónes de la burguesía nativa, haciendo invíable la continuidad del proyecto reformista. Lo más novedoso de la política económica seguida durante la “Primera Fase”, fue el sustantivo incremento de la inversión pública, hasta constituirse en factor determinante del crecimiento del Producto Nacional. En efecto, entre 1970 y 1974 la tase de incremento de la inversión bruta fija pública fue de 23.5%, mientras que la privada fue sólo del 5%. En 1974 la primera creció en 57%, mientras que la segunda sólo to hizo en un 10.6%. Estas cifras muestran un cambio importante 6

El profesor Roberto Abusada, del Departamento de Economía de la Universidad Católica, ha publicado diversos trabajos sobre esta contradictoria política industrial, destacando el generoso carácter de tos incentivos promocionales que llevaron a realizar grandes ganancias en el corto plazo y a resistir con eficacia la reforma de la empresa. Explica cómo fue percibida la reforma por tos empresarios y señala cómo junto a las medidas reformistas se daban grandes incentivos “sin precedentes en la historia de la promoción industrial en el Perú”. La óptica de este investigador, que en nada cuestiona el capitalismo, no podrá ser calificada de comunista por ningún empresario; sin embargo sus conclusiones contrastan con el coro de lamentaciones de éstos, que se presentan siempre como “víctimas” de tos “atropellos” de la “Primera Fase”. Puede consultarse su artículo “Políticas de industrialización en el Perú 1970-76” en la Revista Economía de la Universidad Católica, Volumen I, Dic. 1977 y también la ponencia presentada a la IV Convención de Comercio Exterior, titulada “Antecedentes y posibilidades de Crecimiento de la Exportación no Tradicional” Lima, 1979. 7

Luego de un período inicial durante el cual el ahorro externo se resiste a venir –siendo negativas sus tasas para 1970-, a partir de 1972 se pasa a depender cada vez más del ahorro externo. Parece ser que en el plano internacional se dan condiciones extraordinarias de crédito, que hacen bajar la relación del ahorro nacional con el ahorro bruto total de 98% en 1972 a 43% en 1975 (ver Informe Estadístico de la Economía Peruana – CIEPA 1978)

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respecto del comportamiento económico del Estado Oligárquico precedente y corresponden con la expansión de la actividad económica del Estado al tomar en sus manos parte sustantiva de la banca, tos recursos naturales y tos servicios públicos expropiados, así como parte significativa de la industria básica. Aunque la mayor inversión se concentra en proyectos de larga maduración, esta política corresponde con tos planteamientos formulados en la década del 60 y enarbolados por distintas corrientes progresistas frente al abstencionismo literal propugnado por las fracciones oligárquicas8. Esta política, sin embargo, no altera lo sustantivo de la economía Perúana, es decir su racionalidad económica en función del capital, coadyuvando a su reproducción. Ni las expropiaciones por sí misma, ni la inversión pública en sí, cambian esta lógica de la economía. En el conjunto de la política aplicada, terminan siendo uno de tos principales ejes de contradicción. Se muestra aquí el carácter conciliador y contradictorio del proyecto reformista castrense, que terminará incentivando a tos sectores de la burguesía, capaces no sólo de reinterpretar sino de cambiar el proyecto Velasquista.

Esta realidad, limitante de toda transformación real, se produce durante un gobierno que progresivamente anuncia la “recusación del capitalismo”. Si bien no es ésta la formulación inicial9, a ella se llega a partir de las formulaciones sucesivas y de las contradicciones visibles al aplicar las primeras reformas. Aunque esta recusación se expresa en tos discursos oficiales e incluso en algunas normas y leyes, difícilmente puede entenderse como algo aceptado por el gobierno en su conjunto10 y definitivamente no logra concretarse en la política económica aplicada, aunque haya sido parte de tos proyectos en pugna. Así, la política económica de corto y mediano plazo es conciliadora con tos intereses de la burguesía, no cuestiona en esencia el sistema un transforma 8

Las cifras están tomadas del ya citado informe estadístico del CIEPA, que en este capítulo será la fuente citada cada vez que no se explicite otra fuente. Sobre el punto cabe recordar que antes de 1968 el Estado estaba marcado por las exigencias de las fracciones oligárquicas que se opusieron sistemáticamente a que el mismo tuviera peso en la economía. No hay que olvidar que hasta 1963 –en que se crea el Banco de la Nación- incluso tos impuestos se cobraban a través de un ente mayoritariamente privado y que en 1968 el Banco Central de Reserva era mayoritariamente privado en su directorio, Se había dado –en las décadas del 50 y el 60- una expansión del Estado en servicios no económicos y en obras públicas de infraestructura, sin asumir significativamente actividades productivas. 9

En su formulación inicial, el proyecto político es en esencia definido como antioligárquico y nacionalista. Lo antioligárquico es concretado en las primeras medidas con efecto contundentes y to nacionalista se expresará desde la estatización, sin pago real, de la IPC, hasta las estatizaciones negociadas posteriormente, en variables coyunturas. La recusación del capitalismo es un enunciado posterior que sigue el curso de la definición previa, “ni capitalista, ni comunista”, planteada no sólo en discursos sino en la propia normatividad. El mismo gobierno señalará que su modelo progresivo se plasma en la Ley de Propiedad Social, que al promulgarse en 1974 recibe el calificativo de “prioritaria”. 10

Tos mismo discursos de Velasco lo presentan como un conductor que concilia, a partir de su opción por una de las tendencias, más que como expresión del conjunto. Es posible incluso la aprobación y el silencio ante formulaciones que nos e comparten, en unos casos por debilidad, en otros por ignorancia y en otros por razones tácticas. Pero las vinculaciones que en tos tres períodos estudiados se encuentran entre parte del gobierno y distintos sectores de la burguesía indican la opción real presente, aunque no exhiban lazos orgánicos.

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su estructura productiva. Al hablar de conciliación con tos intereses de la burguesía no confundimos conciliación con concertación; es decir, nos referimos a tos intereses objetivos y no a to que el empresariado entendía entonces como sus intereses. En este nivel hubo contradicciones y enfrentamientos reales, así como audiencia concreta ante la gestión de tos empresarios más flexibles. La lógica del gobierno llevaba a la imposición de su proyecto más que a la concertación de voluntades políticas; ello correspondía también a la inflexibilidad de la mayor parte del empresariado ante toda medida de reforma y toda acogida de las demandas populares. El análisis de la crisis económica y política, que ya es visible en 1974 supone entonces hurgar más allá de tos niveles declarativos y de las formulaciones legales, para llegar a la estructura económica, su lógica de acumulación y la presencia cíclica de las crisis propias del sistema11. Pero al hacerlo es importante situar tos hechos en relación con las características del momento histórico en que se origina este gobierno. Es preciso recordar cuál era el horizontes ideológico de la década del 60, en marcado en la percepción propia de tos sectores medios que enfrentaban al orden oligárquico tradicional con distintas posiciones reformistas. Si se analiza la escena política Perúana de entonces puede observarse la ausencia del movimiento popular; hoy esta presencia, incluso con las limitaciones que tiene su expresión política, determina ya una sustantiva diferencia. Las banderas políticas entonces presentes fueron las que Velasco recogió el 68 (reforma agraria, nacionalización de la IPC y la Cerro de Pasco, relaciones con tos países socialistas, cambio del rol económico del Estado y fortalecimiento de la inversión pública, etc.) y en la demanda expresa en la coyuntura, tal el caso de la Comunidad Laboral dada en tiempos en que la reforma de la empresa planteaba en términos mucho más tradicionales. Si se analiza el espectro político de entonces, es claro que la izquierda tiene un carácter marcadamente reformista. Puede encontrarse en sus doctrinas el planteamiento de metas socialistas enrumbadas siempre al largo plazo y sin fórmulas alternativas explicitas en la coyuntura. Incluso aquellos partidos de la nueva izquierda –que insurge a mediados de esa década- carecen de propuestas alternativas y casí podía afirmarse que no forman parte del sistema político. En efecto, luego del fracaso del foquismo guerrillero el debate de la izquierda estaba centrado básicamente en la estrategia para la toma del poder, más que en tos pasos concretos que supone la transición al socialismo. Se explica así, en este contexto, la carencia de un proyecto económico alternativo y la aceptación mecánica de la tesis industrialista, con modificaciones que no cuestionan su esencia. Aunque es obvio que durante la “Primer Fase” maduran nuevas posiciones políticas, es visible también que 11

No es este el campo de este trabajo, aunque no podemos dejar de recurrir a ello para centrar nuestra atención en el proceso político. Remitimos al lector a un reciente trabajo editado por DESCO, el libro “Economía Peruana: un ensayo de interpretación” en el que Carlos Otero y Hugo Cabieses desarrollan una explicación de la crisis, contribuyendo al debate sobre sus causas y desarrollo actual. Otros dos trabajos recientes de Armando Pillado M., aportan en esta perspectiva. Me refiero a “Acumulación, Crisis, Estado y Socialismo”, DESCO, 1978 y al trabajo de divulgación “El Capital Hacia la Crisis – Perú 1965-78”, DESCO, 1978.

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en todo el período hay ausencia de alternativas económicas concretas, tanto en tos sectores del gobierno que se radicalizan, como en la izquierda en su conjunto. En 1974, es evidente la aparición de la crisis económica a partir de la cual se empezará a cuestionar –desde diferentes perspectivas- el modelo de desarrollo, haciendo más visibles los límites reales del proyecto militar12 y el anuncio progresivo de una inminente crisis política. El proceso político mostrará tos límites de cada una de las reformas emprendidas, al chocar con el encuadre que supone la política económica. Antes de la crisis, en la capacidad conflictiva de cada reforma, se podrá apreciar la contradicción que supone su impulso dentro de tos parámetros del orden económico existente, lo cual incentivará la acción de las fuerzas políticas que tos defienden, junto con la menos visible influencia de tos sectores empresariales que –en continua estrategia de rodeo y enfrentamiento- logran expresarse en el régimen y claman por nuevas limitaciones a las reformas. Así el voluntarismo político de tos propulsores de las reformas se irá estrellando con el propio régimen. Se mostrarán con mayor crudeza los límites propiamente políticos del proyecto –en la composición del gobierno, en la vinculación vertical con el movimiento popular, en la unidad de la Fuerza Armada- y de esta forma la lucha de tendencias en la cúpula expresará contenidos más profundos que lo enunciado por los propios actores. Todo esto se expresa en 1974, mostrando un régimen deteriorado y haciendo ver cómo declina el impulso inicial dado a las reformas. Cabe revisar estos límites en el momento en que aparecen más visibles en la escena política económica seguida en torno a tos primeros síntomas de la crisis, para ver luego los límites en las reformas, en el propio régimen político –basado en la institucionalidad castrense- y en el contexto internacional.

LA POLÍTICA ECONÓMICA AL APARECER LA CRISIS Al gobierno le cuesta reconocer la existencia de la crisis económica. Mucho tardará en reconocer que es responsable de ella y nunca podrá aceptar que to es por la insuficiencia del reformismo, por su contradictoria estrategia de desarrollo y por la naturaleza estructural de ésta. El diagnóstico es vital para afrontar el problema. Por ello, reconocimiento y diagnóstico también significan opción. Casí todos los actores políticos identifican al Ministro Vargas Gavilano con la negativa a reconocer la existencia de la crisis. Ello, sin embargo, más que ubicarse en una soto Ministro –bastante débil por cierto- debe llevar a preguntarse por el comportamiento global del régimen en la coyuntura de 1974. En ella, luego de que el gobierno sortea la pugna expresada por el Almirante Vargas Caballero y afronta tos embates generados por la expropiación de la prensa, tiene lugar una exposición del Ministerio de Economía en la que, con el triunfalismo que ya es característico en el régimen, sostiene - a fines de octubre- que “…un balance honesto nos permito afirmar que nuestra 12

No afirmamos que sólo ante la crisis aparecen las críticas. Estas existen desde antes, aunque sea discutible su nivel de concreción y la formulación de alternativas. Pero la aparición de la crisis económica hace evidente en el propio gobierno tos límites de las reformas y como tal influye en la acción –ofensiva y defensiva- de tos actores de la escena.

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economía sigue siendo sólida”. En su exposición abunda en cifras optimas, pero parece reconocer en algo tos “efectos de la crisis económica internacional” al afirmar: “todo esto, en términos más claros, significa que la dependencia del exterior aún tiene poderosa gravitación en la economía interna, dependencia que solamente será disminuida en la medida en que el Perú alcance una estructura de producción adecuada”.13 En efecto, ya entonces desde dentro y fuera del gobierno se cuestiona la estructura productiva. Esta vaga formulación, no concretada en medidas, no indica sin embargo que el gobierno como tal la asuma. Además, en varios informes, desde 1973 el Instituto Nacional de Planificación (INP) irá advirtiendo la necesidad de tomar medidas para enfrentar tos efectos “de la crisis economía internacional”, proponiendo mejorar la Programación de Inversiones, perfeccionar la regulación de importaciones, controlar la sobrefacturación, atacar tos problemas del agro –“cuello de botella” del crecimiento económico- y anunciando que se acentuará la inflación14. Tos planteos del INP no son atendidos en muchas ocasíones. La exposición del Ministerio, sin embargo, quedará encuadrada en su propio triunfalismo y encerrada en una coyuntura represiva. El seminario Oiga planteará duras interrogantes al gobierno, acusándoto de ocultar la crisis “coyuntural”, cuestionando las cifras del Ministerio y haciéndose eco de la demanda de tos industriales que tienen dificultades para proveerse de insumos. Este hecho se produce en medio de un repunte político de tos grupos tradicionales –marginados de tos diarios, pero presentes en Semanarios como Opinión Libre- que arman una polémica en torno a tos contratos de financiamiento del oleoducto, calificándotos de anticonstitucionales y de violar la soberanía; por sujetarse a tribunales foráneos. En esta campaña se orquesta, a partir de Opinión Libre y el Colegio de Abogados de Lima, la acción del APRA. Acción Popular y el Partido Popular Cristiano. En efecto, rápidamente Armando Villanueva –que representa en el APRA la línea dura frente al gobierno- demanda un “Frente Civil” democrático; Belaúnde acoge la iniciativa desde Washington, como ocasíón propia de sentirse “nacionalista” y lavarse del barro dejado por el Acta de Talara. Bedoya se unirá a ellos de inmediato, dando así la sensación de una orquestada acción para desestabilizar al gobierno15. Este caerá en la lógica represiva a la que es tan propicio y terminará deportando a varios de tos actores, dejando a medias una respuesta a OIGA, revista que a raíz de este hecho fue clausurada.

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Cronología Política. Hecho No. 2931, p. 1028

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INP: Informe socio-económico Enero-Junio 1974 y proyecciones a Diciembre. 17-XII74 – No. 21-24/DI/INP. Pp.5 y 6. En ese sentido mismo año, el INP togra la creación del Comité Intersectorial de Promoción de Inversiones, que le permito intervenir en la autorización de inversiones privadas. 15

Cronología Política. Hechos No. 2945, 2949, 2963, 2966, 2967 y 2976. pp. 1036 y 1057.

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Desde entonces esta exposición y tos hechos que siguieron recuerdan las dificultades iniciales para reconocer la existencia de la crisis, aún en su endulcorada y falsa versión de simple “efecto de la crisis internacional”. Poco después, sin embargo, las medidas del nuevo presupuesto expresan intentos limitados de afrontar la crisis, en una dirección coherente con la política económica que el régimen viene aplicando, pero contradictoria con las reformas y formulaciones políticas planteadas. La creciente contradicción entre el curso de las reformas y la política económica, lleva a paralizar la primeras. Las sucesivas coyunturas refuerzan el “realismo” de tos sectores más conservadores y agudizan el “utopismo” con el que se califica a tos militares progresistas. El grito de “basta de reformas” que recordáramos en un trabajo anterior, se concreta ahora en la prioridad de resolver la crisis para luego continuar con las reformas. Señalamos así el sentido de la política, a partir de las tendencias, pero es obvio que se ha de producir en un proceso gradual que supone sucesivas depuraciones. Frente al realismo de “la Misión”16, expresado más coherentemente en la “Segunda Fase”, que termina por apelar al pragmatismo liberal tradicional, la tendencia progresista no logra tener un proyecto económico alternativo. En esto pude haber resultado decisivo el que esta tendencia no controlará tos cargos económicos del aparato estatal, aunque tal facto no sea explicación única. El hecho es que su pugna con la “la Misión” estaba centrada en torno al problema del MLR y la vinculación con las organizaciones populares. Así to expresó la prensa de entonces donde, incluso cuando se constataba la pérdida de impulso de toda acción de cambio, tos sectores más progresistas del régimen solamente reclamaban reformas en tos sectores de vivienda y salud, apoyando casí en comparsa tos términos de la política económica. Sobre esto, sin embargo, cabe también anotar que en nuestro medio poco se ha acostumbrado a ofrecer críticas de fondo y alternativas de política económica, dejando así una especie de “coto de caza” reservado a tos tecnócratas. Posteriormente la evolución de las crisis hará que incluso la izquierda lejana al poder afronte con mayor lucidez esta temática. Con estos límitos, junto con el presupuesto bienal de la República para 1975-77, se aprobarían medidas dirigidas a mitigar tos efectos de la crisis, siendo ecplícitamente reconocida como efecto de la crisis internacional. Se señalará entonces que ésta “afecta sustancialmente a nuestra economía”. El paquete de medidas incluyó el aumento de consumo popular –aumentando sin embargo tos precios de una buena parte de éstos- y el reajuste de remuneraciones del sector público, por debajo de tos aumentos reales del costo de vida.

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Con este nombre, tomado de la escena de entonces, se explica to que era una de las tendencias en la cúpula, carácterizando la acción concentrada de varios Ministros que constituyen entre 1974 y 1975 la versión más conservadora y autoritaria del régimen. Aunque tiene presencia desde años antes, como tendencia alcanza rol definitorio en este período y orquesta su acción tanto en la cúpula como en las organizaciones promovidas por el gobierno e incluso en un movimiento que oficialmente no se reconocía apoyar – a pesar de las evidencias que luego saldrán a la luz-. Sobre el punto ver PEASE, H. “El Ocaso…”Capítuto 4.

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En resumen, se buscaba aumentar tos ingresos del gobierno pero no se recurría a impuestos directos –a las personas de altos ingresos y las utilidades de las empresas. Sino a impuestos indirectos, siempre de mayor impacto social, aunque de más rápida recaudación. Se buscaba disminuir el déficit fiscal pero era preciso subsidiar más y más productos de impacto en una economía popular que desde 1973 veía bajar el ingreso real debido a la fuerte inflación. Estos subsidios, además de aumentar el egreso presupuestal no lograban frenar el alza de precios en tos bienes esenciales de la canasta familiar. En la exposición de estas medidas, la crisis es reconocida sólo como factor externo, sin aceptar la responsabilidad que cabe al gobierno en ella, ni replantear la política económica seguida. Así resulta encubriéndose las causas estructurales de la crisis y tos errores de las políticas económicas seguida. En conjunto se procura “armonizar” el curso de las reformas y la política económica, hecho posible en el papel pero no en la realidad. Se reitera la necesidad de profundizar y consolidar las reformas, de “mantener un nivel de consumo que permita la satisfacción de las necesidades básicas”. Estos no son meros enunciados, el texto se puede sustentar en tos forcejeos internos, pero la realidad de la aplicación no profundizará las reformas y sí comprimirá tos consumos de la población al deteriorar aún más el ingreso eral. Cabe, sin embargo, recoger tos enunciados porque serán explícitamente rechazados por posteriores medidas de política económica, formuladas expresamente para comprimir el consumo y sustentadas así. De la misma forma, en este paquete no se explícita el objeto de favorecer la tasa de ganancia de las empresas para incrementar el ahorro y la inversión privada. Esta ausencia no significa que entonces la economía no to permitiera –to incentivó en todo la “Primera Fase”- sino probablemente que el gobierno no requería explicitarlo para convencer al sector privado, con el cual mantenía aún relaciones tensas. Pero ya en 1975 el gobierno prevé la necesidad de afrontar más orgánicamente la conducción de la política económica, para to cual el Ministerio de Economía resulta un funciónario débil en medio de una amplia red de Ministerios de la producción cuyas funciónes se cruzan. Esta tarea es asumida por el nuevo Premier General Morales Bermúdez, quien como Ministro de Economía había diseñado y ejecutado to nuclear de la política económica en tos primero años del régimen. Morales Bermúdez presidirá, y hará funciónar, el Comité Interministerial de Asuntos Económicos y Financieros; desde tos primeros meses de 1975 se lleva a cabo una revisión global de tos problemas económicos que culminará en el mes de junio de ese año con el primer paquete de medidas económicas, conocido así en tanto tos anteriores fueron parte del propio presupuesto venial y el gobierno se cuidó de no mostrar un conjunto de medidas anti-crisis como tal. En junio de 1975 se daba así el reconocimiento expreso de la crisis y el inicio de sucesivos “paquetes” anticrisis que, uno a uno, han ido aplicándose hasta la actualidad.

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El paquete Morales –de junio de 1975- tuvo como antecedentes el informe del Banco Mundial sobre la economía Perúana, el cual luego de plantear la necesidad de reducir la demanda para evitar el crecimiento del consumo y de las importaciones, hizo varias recomendaciones básicas, entre ellas aumentar el precio de la gasolina, revisar la política de subsidios –es decir reducirtos al máximo- y aumentar las tasas de interés bancario para promover el ahorro y la inversión. Recomendaba también flexibilizar la política frente al capital extranjero, particularmente en petróleo y minería, así como el sistema de control y fiscalización de precios existentes en ese entonces. Todo esto, en síntesis, termina defendiendo las ganancias de las empresas en general y del capital extranjero en particular; para ello se visualiza ya entonces la necesidad de comprimir el consumo por la vía de un incremento de salarios inferior a la inflación existente.

La importancia de este informe –cuyos términos acogerá progresivamente el gobierno- está en que fue usado para la reunión del Grupo Consultivo de París, que se comprometió, en abril de ese año, a estudiar la posibilidad de otorgar préstamos para proyectos de inversión por un monto de 2,850 millones de dólares, cantidad que podía elevarse a 3,500 millones17. Esa declaración nos hace pensar en este informe como elemento de presión para que el gobierno cambie su política económica en términos de adaptarla aún más a tos requerimientos del capital financiero internacional, siguiendo la pauta de sus organismos de crédito18. El paquete de junio, denominado “Plan Coyuntural” de reajuste de la economía”, ubica la crisis a nivel coyuntural con to cual no cuestiona si el curso de la política seguida, ni las bases mismas de la economía en que se aplica19. El plan consistió por un lado, en el aumento de precios de tos 17

DESCO. Informativo Político. No. 31. Lima, Abril 75. pp. 39 y 40

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Ya en pleno desarrollo de la crisis esta danza de millones genera más de un espejismo y hace recordar la renegociación de la deuda externa dada a principios del régimen; la forma en que se chantajeó frente al problema de la Internacional Petroleum Company (IPC), las jugadas tácticas que el gobierno realizó –desempolvando incluso antiguos proyectos para explicar una maniobra publicitaria del BID- (Cronología Política. Hecho No. 487 p. 104) y posición que el propio Morales Bermúdez esgrimió ante el Club de Paris en junio de 1971, señalando que el Perú debía elegir pagar su desuda o invertir en planes de desarrollo. La aceptación de la alternativa del Club de Paris -nuevos créditos e inversiones a la vez que se pagaba la deuda anterior sin reestructurarla- llevó entonces a la ejecución de grandes proyectos cuya prioridad cabe analizar para entender a la ejecución de grandes proyectos cuya prioridad cabe analiza para entender cómo el crédito extranjero impone sus prioridades, su tecnología y sus reglas de juego, generando además las condiciones para presionar sobre la política económica, cuando las deudas se van acumulando y llega la hora de pagar aún más. El manejo eficiente de estos instrumentos termina reorientando las economías dependientes hacia las más ortodoxas condiciones del capital financiero (Cronología Política. Hecho No. 1225 p.281) 19

En ese momento el Gral. Morales Bermúdez carácterizaba la situación y deba las siguientes razones para la aplicación de las medidas: a) la existencia de un desajuste de precios con efectos desfavorables en el ingreso de las familias. Las finanzas públicas y la producción nacional, que se expresaba en la gran diferencia existía entre tos productos esenciales – que mantenían por algún tiempo precios fijos- y tos productos que se expedían sin mayor control, cuyos precios habían subido libremente; b) la existencia de divergencias entre tos precios internos y tos que regían el mercado exterior, lo que devino en el crecimiento del contrabando fronterizo; c) el alza del precio de tos insumos que se utilizaban para elaborar tos productos denominados básicos había incidido en la reducción de la rentabilidad y , por to tanto, en la considerable baja de su producción; d) entre Enero y Mayo de 1975 el subsidio de diversos productos afrontado por el gobierno no había logrado sus verdaderos objetivos, lo que se expresaba en ese momento por ejemplo, en el hecho de que el subsidio de la harina de

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productos –tanto los controlados como tos fiscalizados y tos no sujetos a control- a la vez que se producía un importante recorte en tos subsidios a tos alimentos. Por otro lado, se daba un pequeño reajuste de sueldos y de salarios20 que de ninguna manera compensaba el impacto de estas medidas, sumadas al sostenido proceso inflacionario precedente. En síntesis, el gobierno buscaba reducir el déficit fiscal reduciendo subsidios, con to cual elevaba tos precios de tos productos esenciales, a la vez autorizaba –y/o constaba, según el caso- la elevación de tos precios. Trataba, además, de equilibrar la balanza de pagos por la vía de la reducción del consumo. Como en la lógica de esta política está la prolección de la ganancia y el estímuto de la inversión privada, no podía reducirse el déficit de la balanza comercial racionalizando drásticamente las importaciones 21 ni introduciendo una programación industrial que alterara la política anterior. Tampoco cabía controlar la sobrefacturación, ni otras formas de salida de capitales. Más aún, éstos saldrán de manera importante dado el tipo de cambio que el gobierno se negaba a alterar. El gobierno no intentará poner cupos tributarios adicionales a una empresa privada que se buscaba incentivar, a pesar de la imposibilidad de justificar socialmente ese esfuerzo del Estado. Sólo quedaba la ortodoxia liberal que forma parte de tos recetarios de la banca internacional contribuyendo a la concentración monopólica del capital y utilizando cada crisis para eliminar a tos sectores menos competitivos y recuperar la tasa de ganancia para el gran capital. En esta perspectiva había que consumir menos, pero empezando por aquello que más afecta al consumo popular; había que manejar el proceso inflacionario sólo dentro de las leyes del mercado libre y controlar el salario de modo que en términos reales cada vez menor. Con ello se conseguiría –si se aíslan otras variables- alivíar la balanza de pagos y recuperar la ganancia de las empresas. El sentido impreso a la política económica, implícito en este paquete y explícito luego, tendrá límitos adicionales porque se aplica sin la rigurosidad del caso, pero indicará el rumbo de la solución que se busca a la crisis, vista entonces sólo como problema coyuntural.

trigo no hubiera a logrado el normal abastecimiento de pan francés a la población; e) el desequilibrio que afectaba a la oferta y a la demanda, así como tos altos subsidios y la reducción del ahorro público necesarios para tos programas de inversión, significaría requerir nuevos que aumentarían nuestra deuda externa; f) nuestra estructura de precios perjudicaba a la de gastos, limitando la capacidad adquisitiva de tos sectores público y privado; y, g) de no haberse adoptado la creación de nuevos cuadros de precios y remuneraciones que se aplicaban a partir de ese momento, el gobierno se habría visto en la disyuntiva de afrontar un déficit fiscal, reduciendo la disponibilidad de recursos para la inversión pública, a lo que se agregaría una mayor importación de alimentos y de petróleo, lo que se hubiera reflejado también en la disminución de la producción interna alimenticia y el aumento del desempleo. 20

Se elevaron tos sueldos y salarios mínimos vitales y se reajustaron las remuneraciones con un incremento de 1,600 soles al trabajador público y entre 400 y 2,020 al trabajador privado, monto sujeto a negociación colectiva y elevable hasta el tope de 2,500 si la situación de la empresa lo permitía. 21

Desde un par de años antes, este problema está presente en la discusión. Esta industria no satisface necesidades económicas de las mayorías populares: ni produce tos bienes que satisfagan las necesidades básicas, ni to que produce está al alcance de tos ingresos del pueblo. Tampoco genera un empleo significativo. Sin embargo, ninguna medida decidida a replantear esta estructura productiva se toma y pocas veces en la historia se han dado incentivos más generosos a las empresas. Por otra parte, el déficit de la balanza comercial proviene en buenas medidas del constante aumento de importaciones. Y si bien ha aumentado la importación de alimentos, es el rubro de bienes de capital y de insumos industriales el que lleva el ritmo, como puede verse en la nota siguiente.

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Las medidas no alcanzaron tos efectos esperados. Como demostraron tos acontecimientos económicos posteriores, no se togró ningún de tos objetivos perseguidos, salvo el de reducir el ingreso real de tos trabajadores. El déficit fiscal se incrementó y la reducción de subsidios resultó insuficiente. Por otro lado, el aparato productivo sintió tos efectos de estas políticas recesivas. A pesar de éstas, el déficit de la balanza de pagos aumentó y se redujeron las reservas internacionales en más de 500 millones de dólares debido al creciente servicio de la deuda externa –que pasó a ser, de 1974 a 1975, del 30 al 37% del vator de las exportaciones -, al fuerte crecimiento del volumen de importaciones y a la caída de las exportaciones.

El impresiónante crecimiento del quantum de importaciones entre 1974 y 1975, particularmente en el rubro de bienes de capital; sólo se explica como una resultante de actividades especulativas apoyadas en el mantenimiento de un dólar sub-valuado, to que llevó a las empresas a políticas de sobrestockamiento22. Esto muestra –siendo sólo un ejempto- la irracionalidad de esta política economía en términos del conjunto social. Pero a la vez indica su carácter de clases, sirviendo a algunos grupos sociales capaces de lucrar incluso en la crisis y a pesar de la contradictoria política gubernativa. Una vez más en el manejo de la economía capitalista to aparentemente irracional resulta racional a la ganancia de la burguesía.

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EVOLUCION DEL QUANTUM DE IMPORTACIONES (1970 – 1975)

AÑOINDICE DEL QUANTUM DE IMPORTACIONESBIENES DE CAPITALCOMBUSTIBLES Y CONEXOSMATERIAS PRIMAS Y PROD. INT.1970 1972 1973 1974 1975100 112 139 157 223100 91 138 174 276100 345 541 522 1,025100 122 113 128 162El cuadro muestra el impacto del gran stock de capital en 1975 y el peso significativo del aumento de importaciones. Pesa también el aumento de la importación de petróleo, mantenimiento subsidiada la gasolina; otra de las contradicciones notorias de esta política, que luego se corrigió, pero dentro de un conjunto de medidas que golpeaban aún más la economía popular.

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Es preciso resaltar algunas constantes, que a partir de Junio de 1975 se repetirán en todos los paquetes: se asume, en primer lugar, una política de alza de precios y salarios que da la imagen de cuidar la economía popular, haciendo exactamente to contrario. El trabajador advierte que le están bajando el salario real, aunque tos primeros días sienta que gana más soles. Las cifras posteriores confirmarán este hecho y harán que algunas expresiónes aparentemente jocosas pasen a formar parte de la antotogía de la infamia23. Esto hará que la prensa oficial alabe la “justicia” del gobierno y dé una imagen falsa de la realidad, Será parte de la armazón psicológica que encubrirá luego el viraje gradual del gobierno. La constante invariable en todos los paquetes que le siguen y el único objetivo que siempre se cumple, será la reducción del ingreso de tos trabajadores. En contraste., otra constante de tos paquetes siguen será la dificultad para reducir el déficit económico del presupuesto nacional24.

En el déficit presupuestal impacta el fuerte servicio de la deuda pública –cuyos intereses van en constante aumento- así, como el mantenimiento –aunque en proporciones decrecientes- de tos subsidios y la inversión pública. Impacta, además, la rigidez de tos gastos corrientes del Estado y en particular tos gastos de defensa en un tiempo en que la crisis era sentida como fenómeno coyuntural, es decir pasajero y manejable. En la coyuntura de Julio de 1975, con la lucha política centrada en la ofensiva del MLR contra diversas organizaciones populares y el debate centrado en éste y en tos problemas de la prensa expropiada, no serán muchas las reacciones populares frente a este primer paquete. Ello ocurre a pesar de que desde hace ya varios años se negocia con tope máximo tos pliegos de reclamos, to que supone un límito en la negociación sindical y un buen servicio del gobierno a las empresas. No 23

Nos referimos al comentario posterior del Ministerio Barúa, cuando comparando la “canasta básica” y tos aumentos, en su posterior paquete, indicó que al hombre del puebto le quedaba un saldo para “una cervecita”. Basta ver de carca las condiciones de vida de las clases populares para entender que es muy serio –y signo de insensibilidad- hacer estas bromas cuando se está jugando con el hambre de las mayorías. 24 El déficit Económico fue de 14,090 en 1974, de 30,591 en 1975, de 48,432 en 1976 y de 38,200 en 1977 (en miltones de soles). Tos intereses de la deuda pública -dentro de tos gastos corrientes- fueron importantes. INTERESES DE LA DEUDA PÚBLICA 1970 - 77 AÑOSINTERNAEXTERNA1970 1972 1974 1975 1976 1977100 129 256 368 570 1,400100 297 495 521 642 965(Ver Informe Estadístico del CIEPA 1978)

22

obstante la CGTP, la CTP y la CTRP se pronunciarán apoyando genéricamente las medidas, aunque cuestionando algunos de tos dispositivos referentes al salario. La CGTP resalta en su apoyo el hecho de que nos e haya evaluado la moneda y que no se hayan congelado tos salarios, “hecho que hubiera disminuido de capacidad adquisitiva de las masas populares”. Se puede observar aquí el impacto del estilo de las medidas: habrá baja del salario real pero el primer iimpacto de las medidas no es reconocido aún por la más fuerte y antigua de las centrales sindicales. Al lado de estos apoyos habrá la crítica del partido Vanguardia Revolucionaria y del CCUSC, denunciando la política seguida25. Sin embargo, si bien estas organizaciones expresan una prolesta, no influyen aún en tos hechos de esa coyuntura de manera significativa, ni plantean alternativas de política económica para entonces. Las medidas y hechos comentados muestran cómo el gobierno de la “Primera Fase” afronta la crisis y cómo existe una relación

de continuidad entre el “paquete” de medidas del Premier

Morales Bermúdez y tos sucesivos “paquetes” del gobierno de la “Segunda Fase” que éste preside. Obvíamente habrá diferencia de grados y progresivamente se tendrán que plantear tos cambios en las políticas de reforma, inherentes a la racionalidad de este manejo de la economía. Lo que queda resaltado, además, es el cordón umbilical que liga la política económica de toda la década, diseñada por este general en tanto Ministerio de Economía (1970-73), retomada como Premier y cabeza del Comité Interministerial de Asuntos Económicos y Financieros (1975) y desarrollada como Presidente en la “Segunda Fase”. Se maneja la economía nacional cuidando la rentabilidad de la inversión privada, en primer lugar, confiando tercamente en tos resultados de tos incentivos tradicionales brindados a la empresa privada26 y si descansando al máximo en las 25

Cronología Política. Hechos Nos. 3649 p. 1498 y 3692 pp. 1524-25

26

Analícese, por ejempto, qué ha significado el sacrificio fiscal al haber mantenido la presión tributaria muy baja (13% frente a un 18% que recomiendan tos organismos internacionales para países como el Perú). Si se acepta el 18% como norma, el sacrificio fiscal puede ser vatorado en: SACRIFICIO FISCAL EN RELACION AL PBI (1970 – 1975) AÑOSMILTONES SOLESSACRIFICIO FISCAL % DEL P.B.I1970 1971 1972 1973 1974 19759,867 12,164 14,144 19,756 21,480 21,1664.0% 4.6% 4.8% 5.5% 4.8% 3.2%FUENTE: Víctor Rondinel, El Proyecto de Desarrolto de 1968 y la Política de Financiamiento. Tesis de Grado, U.N.I., Programa de Economía. Si luego se compara el porcentaje de sacrificio fiscal con relación al déficit económico se observa: AÑOSDEFICIT ECONOMICOSACRIFICIO / DEFICIT1970

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posibilidades del endeudamiento externo. Se aplica, incluso forzadamente, una política industrialista bajo el esquema do sustituci6n de importaciones, al que luego se le acopla una serie de incentivos para industrias de exportación. No se cuestiona en la práctica la estructura productiva y se sacrifica la producción agropecuaria en aras de una industrialización que ni genera el empleo necesario, ni produce bienes esenciales al alcance de las mayorías ni tampoco ayuda a equilibrar la balanza comercial, a la que más bien presióna con la importación de más y más insumos y bienes de capital. Estos problemas estructurales no son afrontados en tos años de holgura y más bien serán agudizados con la política de inversión pública en proyectos de larga maduraci6n. Hubo, asímismo, errores en el manejo del comercio exterior y baja de las exportaciones tradicionales. En discursos posteriores el gobierno reconocerá algunos de estos problemas, aunque refiriéndose a ellos soto como tema de reflexión para el largo plazo. Pero, poco se consigue al vertos sólo como cuestiones técnicas aisladas. Son parte de un todo coherente, que se administra articulando las demandas del empresariado nativo y del capital internacional. Por esto, al presentarse la crisis en su versión más aguda, to sustantivo de esta política saldrá a la luz en forma meridiana. Esta política prioriza la atención de las demandas del capital imperialista mientras, en segundo término, trata de contentar a tos sectores nativos de la burguesía, concediendo en parte ante sus demandas y procurando garantizar al menos to sustancial a una parte de estos sectores: la ocasíón de lucro para el mas adaptable o... el más vivo. En efecto, cuando las presiónes externas para ordenar la administración de la crisis en función del puntual pago de la deuda, han comprimido el consumo de tal manera que ni las capas medias pueden comprar -y ello afecta a la industria nativa, pues se agudiza la recesión- se buscarán nuevos incentivos para la industria, bajo el mito de un supuesto modelo

de

exportación

no

tradicional

con

un

incremento

del

Certex

tan

impresiónantemente elevado que fácilita operaciones normalmente impensables. Tras el mito de la exportación no tradicional –que hoy nadie puede dejar de ver y escucharestos incentives son más bien subsidies a la burguesía nativa para que acepte la 1972 1974 19753,282 10,831 14,090 30,591300% 130% 152% 69%Es decir que sóto en 1975 el sacrificio fiscal fue menor que el déficit económico, to cual hace pensar que se hubiera evitado el déficit hasta ese año y reducido en forma importante en 1975. El sacrificio fiscal se debió en gran parte a las generosas exoneraciones tributarias a las empresas y a la mala recaudación. En perspectivas se ve en este caso otro de tos defectos más criticables de la política diseñada que terminaron incentivando a la burguesía nativa con grandes ganancias de corto plazo, que a la larga terminan fuera del país. Este es sóto uno de tos costos de la política industrialista seguida… habrán más y mayores.

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prioridad imperialista, soporte la coyuntura y se reacomode a nuevos proyectos industriales. A la vez se buscará corregir aquellos elementos de cada reforma que afectaban en parte a tos empresarios, tos únicos capaces de reactivar -y tos únicos que merecen incentivos- en esta forma de concebir la economía. Es hora de flexibilizar. . . todo; pero también de ser inflexible con el campo popular. Así, al aparecer la crisis económica, se puede observar en la escena política la necesidad de corregir el rumbo reformista. Es el límito propio de todo reformismo; y como en la "Primera Fase" el proceso político ha ido ra dicalizando las posiciones en juego, será necesario remover tos obstácutos presentes en el propio gobierno para que este pueda asumir un rumbo coherente con la política económica dada. Hay pugna en la cúpula y esta es una dimensión central del conflicto, aún cuando se exprese en torno a problemas más inmediatos. Por su naturaleza estructural, to económico será decisivo en la definición de la correlación de fuerzas, claramente desfavorable a las opciones progresistas desde 1974. Hay, sin embargo, otras dimensiones internas y externas que influirán notoriamente en la resultante.

LOS LÍMITES DE LAS REFORMAS Si el deterioro del gobierno resulta evidente al examinar como comienza a "administrarse" la crisis, esta visión podrá ampliarse a su real magnitud cuan do se evalúe el curso de las principales reformas. La pretensión de este trabajo no es realizar la necesaria evaluación de cada reforma, sino simplemente poner en evidencia algunos rasgos presentes al finalizar la llamada "Primera Fa se". Para entendertos no baste comprender tos límitos del modelo o las criti cas que cada reforma en particular original Es preciso recordar el cúmuto de expectativas generadas por este proceso, que con todas sus limitaciones es el único intento de cambio en la sociedad Perúana, aplicado desde el gobierno en to que va del siglo. Por

ello

en

cada

caso

la

lucha

de

tos

propulsores

de

las

reformas

por

profundizarlas, por impedir que se reinterpreten o por ir más allá de estos, adquiere una dinámica que sobrepasa el análisis serene de tos procesos estructurales; le impregna un voluntarismo propio de la praxis y empuja hacia acciones aún desfasadas del curso real del régimen. Al concluir el Gobierno de Velasco no hay ninguna decisión expresa que se aparte del curso de las reformas. No hay viraje, a pesar de que tos "realistas" presentes en la cúpula centren su atención en las medidas económicas y planteen el aumento de la producción como bandera prioritaria.

25

Lo que puede verse es más bien el límito de las reformas mismas, centrado en la incapacidad del régimen do replantear la estructura productiva y la racionalidad capitalistas de esta economía. A la vez el régimen será incapaz de ver tebrar alianzas con el movimiento popular, mostrando una actitud cada vez más autoritaria y vertical. Esta apreciación estará presente en pocos pero importantes sectores de la población, ubicados en una izquierda que no logra concretar una alternativa d e poder, aunque expresa sus críticas y trabaja al lado del movimiento popular en la conquista competitiva de posiciones. Estará presente también en cuadros que desde organismos del Estado o de las organizaciones por este propugnadas, se radicalizan a partir del proceso mismo y se enfrentan en un desigual combate con "la Misión" y el MLR. Llegará parcialmente a la cúpula, contribuyendo a la radicalización de algunos de sus elementos, pero sin plasmarse en alternativas. S ó l o son parte do una elite, pero pesan en el cuadro político. Tras ellos -de una u otra forma- amplios sectores populares sienten la crisis, llegando a distintos grados de reflexión sobre tos límitos estructurales del proceso y las reformas. La formulación, sin embargo, importa poco cuando el campesino se siente exptotado por el curso que toma la reforma agraria en las empresas aso ciativas o por no haber llegado a ellas; cuando el comunero aprecia la burla que el empresario hace de su Comunidad Laboral y la cómplice política del Estado, que termina desconociendo CONACI para efectos reales; o cuando amplios sectores esperan una "propiedad social" casí mítica, que no se expresa en empresas que operen. Variarán así las apreciaciones y ópticas, pero habrá en la mayoría un común alejamiento y apatía respecto del gobierno, junto con la lucha concreta por defender sus organizaciones -sindicales o comuneras, campesinas o barriales- de la política del gobierno que busca controlarlas y de la penetración matonesca del MLR que pretende alcanzar hegemonía en ese proyecto de encuadramiento. Por ello cabe señalar -incluso antes de analizar el estado de las refor mas- que la lucha política dada por el movimiento popular en el nivel de sus organizaciones se va tornando propiamente defensiva en materia económica 2 7 . Hasta 1973 hubo un incremento paulaúno del salario real promedio 2 8 . En ese año, una fuerte presión 27

N o s r e fe r im o s a qu í a la r ea c c ió n de to s tr ab aj ad o re s fr en te a l a po l íti ca e co nó m i ca q ue h ac e qu e pr og re si va m en te , ca da p li eg o d e r ec la m o s s e co n vi e r ta e n un a l uc ha p or i mp ed i r la re du c ci ón d el sa l ar io r ea l y n o e n u na l u ch a p or me jo ra r su s co nd i c io ne s d e v id a . To qu e d eb e tom ar s e en c ue n ta , a la ve z, e s la no to r ia di na m i za c ió n d el mo v im i en to po pu la r e n e s te p er io do qu e in di c a el ob se r va do r , ya e n 1 9 7 3 , l a em er ge n ci a de u n n ue vo po to e n e l es pe c tr o p ol íti c o . Es e l m ov i m ie n to p op ul ar co n ca pa ci da d d e i mp ac ta r en l a e s ce na , c en tr ad o aú n en el fr en te s in di c a l y c on di s ti n ta s o rg an i za c io ne s re gi on al e s . Es ta pr es en c i a in fl ui r á de c i si v a me n te en la d ina mi z a ci ón de l ro l de t o "M i s ió n y e l MR L” . 28

Ver PEASE, Henry: El Ocaso… p. 139. El cuadro.

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sindical hizo aumentar el número de huelgas en 379 respecto del año anterior, elevándose a 15.7 (en millares) el número de horas/hombre perdidas. Pero a partir de 1974, el salario real empieza disminuir sensiblemente y en 1975 la presión sindical se elevará notablemente 2 9 . A la baja del salario real corresponde un incremento de las utilidades de las empresas, que aumentan en estos años su participación en el ingreso nacional. Es la más concisa demostración de to que significa la política de gobierno 3 0 . La acción sindical está defendiendo algo muy concreto: que el salario no siga bajando. Pero, además, el movimiento sindical lucha en defensa de su propia existencia ante tos intentos del MLR y el conjunto de aparatos estatales que procuran encuadrarto en sus términos. Paros decretados por tos trabajadores mineros (CENTROMIN), Telepostales y Maestros (SUTEP), así como por la Federación 29

Ibid. p. 137 y 1). 139.

30

Así, mientras en 1972 las Remuneraciones de obreros y empleados representaron el 51.3% del Ingreso Nacional, en 1975 fueron el 47.5% y en 1977 fueron 46.5%. Por su lado, las Utilidades de Empresas en 1972 eran el 17.7% del Ingreso Nacional, subiendo al 22.7% en 1975 y al 24.7% en 1977. En la medida en que el lugar de tos otros rubros componentes del Ingreso Nacional no ha variado sustancialmente, la única explicación de la reducción del rubro Remuneraciones respecto al total es que las utilidades de Empresas se ha n in cr e me n ta do . Ver al respecto el siguiente cuadro: AÑOSREMUNERACIONES*UTILIDAD DE EMPRESASINDEPENDIENTESRENTA PREDIALINT. NET.TOTAL1972 1973 1974 1975 1976 197751.3 49.0 47.0 47.5 46.9 46.517.7 22.2 23.7 22.7 23.9 24.725.6 23.9 24.1 25.0 24.9 24.64.5 3.9 3.9 3.6 3.2 3.01.2 0.6 1.3 1.1 1.1 1.1100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00FUENTE: Banco Central de Reserva del Perú, Memoria 1977; Lima, 1978 *Obreros y Empleados

27

Departamental de Trabajadores de Arequipa (FDTA), expresan esta lucha defensiva que el gobierno verá, tanto entonces como ahora, siempre como acto subversivo y como provocación partidaria, sin reconocer sus causes reales 3 1 . La contingencia sindical expresa una parte de la acción popular. En el campo, la aplicación de la reforma agraria hará surgir viejos y nuevos problemas. Un amplio conjunto de cooperativas y SAIS adjudicatarias será muestra del avance de esta reforma contra el latifundista, pero en cada empresa campeará el poder concentrado por el aparato estatal, con notoria incapacidad operativa 3 2 y el impacto de una política económica que agrede al campo, al controlar tos precios de sus productos y encarecer tos insumos, a la vez que el sistema de comercialización merma toda ganancia posible No se trata simplemente de problemas técnicos: esto resulta de la aplicación de una política económica que privilegia to urbano industrial y comprime económicamente al sector rural. Es consecuencia también de la falta de crédito y de su distribución entre las empresas modernas, del desgaste de varios años en que la atención se centró en la transferencia de la tierra, y resultado de las fallas una capa burocrática bastante tradicional que ha reforzado su poder sobre el campo. Pero esto sólo atañe a una parte del sector rural: las comunidades campesinas marginadas

de

todo

impacto

real

de

la

reforma

agraria,

tos

minifundistas

empobrecidos aún más y muchos campesinos que no alcanzan a ser suje tos de la reforma, están presentes también en la demanda y en la espera. La reforma agraria ha sido rápida pero le queda un cúmuto de problemas por resolver; y en el curso del proceso, en 1974 no escapa al impacto de la lucha que atraviesa el gobierno y a la política de "la Misión", que si bien no puede imponerle directamente al MLR, tiene en el SINAMOS y en la estructura burocrática elementos que instrumentar. En este cuadro político se instala la CNA*, en el cual se reproduce la pugna sin que tos partidarios de "La Misión” togren controlarla. Compile en el campo con la CCP*, cuyas movilizaciones

se

expresarán

principalmente

en

la

toma

de

tierras

y

en

la

organización sindical del campesinado. Si bien nadie puede aspirar a cambiar el 31

Cronología Po lít ica . Hechos Nos. 3533, 3538, 3563, 3569, 3589, 3590, 3642, 3661 y 3757. pp. 1433-34, 1436, 1447, 1450, 1461,1495, 1503 y 1557. 32 El aparato estatal, ineficaz y centralista, es capaz de interferir en las empresas campesinas pero no es capaz de conducirlas ni de resolver sus problemas. Hay que observar corno se dan las relaciones con las Cooperativas y cómo quedan constantemente irresueltos to s problemas planteados por tos campesinos. También es notoria la persistencia de poderes tocales rearticulados con el aparato estatal, capaces de mermar aún más tos ingresos de estas empresas. Esto se agrega a las condiciones de descapitalización que muchas de ellas tenían al momento de ser adjudicadas y en muchos casos por responsabilidad de tos Comités de administración, que formaba el gobierno y controlaba totalmente en el período de transferencia, o también por la tolerada descapitalización hecha por tos propios dueños al venir la reforma. Todo to dicho tiene obvia explicación en el carácter de ese Estado, por elto es punto de partida, razón última que incluso en perspectiva reformistas podría ofrecer resultados menos críticos. *Confederación Nacional Agraria (CNA) y Confederación Campesina del Perú (C C P)

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campo en pocos años, es claro que el problema no es sólo de tiempo. En el mismo aparato estatal se discutirán críticas a la reforma agraria que colindan pro gresivamente con el cuestionamiento del proyecto político en curso: tos cambios no pueden circunscribirse al sector rural y la pauperización del campo no es simple fruto de matos ejecutores, ni de la ausencia del "sabio patrón". La aplicación de la reforma agraria lleva a cuestionar la política agraria como conjunto. Desaparecido el latifundista, salen a la luz problemas estructurales irresuellos que Forman parte del conjunto de la economía y requieren de uno política agraria esencialmente distinta en todos tos ángutos. La reforma agraria no ha logrado incorporar al mercado a vastos sectores de economía campesina. Tampoco ha proporcionado al régimen una base -social de sustento, capaz de asumir su defensa, y obvíamente no ha resuello el problema agrario. Desaparecido el terrateniente, el agro se expresa en su más profunda condición de sector subordinado de la economía capitalista. La distancia que separa a tos campesinos del poder se expresa en un cúmuto de mecanismos económicos que reproducen su pauperización de manera alarmante. Así una de las reformas agrarias más avanzadas y radicales de América Laúna, puede coexistir con una de las políticas económicas más pauperizadoras del campo. Esta contradictoria resultante sólo se entiende analizando el juego real de fuerzas y la capacidad de recuperación del orden burgués dada con el manejo del conjunto de la política económica. Es probablemente uno de tos ejemptos más claros para analizar tos límitos del reformismo; es decir, tos resultados de cambiar algo, una parte, manteniendo to esencial del sistema. La Comunidad Industrial sigue también un derrolero crítico hasta 1975. Se ha permitido la burla de la ley por las empresas. Se ha impedido la organización de tos comuneros, quebrando CONACI* para reemplazarla per la organización de tos más sumisos. Todo el año muestra la lucha entre las dos fracciones de CONACI, anulándose mutuamente en su capacidad de ejercer presión para que la ley se aplique y las Comunidades funciónen. El intento de conciliación que esa Ley suponía mostró su base irreal, pero en el curso político la lógica de las banderas de tos empresarios impactó sobre el gobierno que -con sus operativos e impidiendo la organización comunera- favoreció la capacidad de maniobra de las empresas, decididas a evadir la Comunidad. Lejos de su intención original, la Comunidad laboral reforzó la conciencia política y sindical de tos trabajadores. Ello fue visto como una amenaza por parte del gobierno, que por su ubicación en el poder togró imponerse a la larga.

El curso de la reforma educativa y del proyecto de propiedad social queda, en 1975, realmente soto en la teoría o en la Ley. La primera se intenta aplicar a través de una de las

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burocracias más tradicionales, comenzando justamente por la organización del sistema educativo, ocasíón para formular muchas normas de escasa aplicabilidad real. Esta reforma se aplica prescindiendo del magisterio, al que en función de su lucha sindical se enfrenta, tratándoto como enemigo. Pesa, en 1975, un conjunto de marchas y contramarchas de esta reforma que la hacen más que incipiente fácilmente truncada. El proyecto de propiedad social, tan largamente debatido, queda de partida entrampado en la lógica de una economía capitalista incuestionada en tos hechos -aunque recusada en el discurso político- y en la fundamentación del proyecto mismo, al definirto como el modelo alternativo que ofrecía el régimen. De entrada es evidente que parte del gobierno no está dispuesta a dar esa prioridad y, más aún, que su togro es imposible cuando depende de la inversión que realice el Estado, justamente ese Estado que afronta una severa crisis económica. La lentitud en la aplicación de este proyecto no da lugar a concreciones en sus primeros años, haciéndoto así fácilmente reinterpretable en el futuro. La reforma de la prensa -la última en iniciarse- concitará hacia fines de la "Primera Fase" una ardua pugna interna al régimen, en medio de una crítica generalizada dentro y fuera del país. Se ha logrado marginar a tos antiguos dueños, pero la alternativa no deja más posibilidades que el triste espectácuto de una prensa oficial. En el primer año de esta experiencia (1974-75), tos diarios quedan bajo el control de directivos nombrados por el gobierno y se ofrece una transferencia a "sectores organizados de la población". Tos diarios expresan públicamente la pugna que dentro del gobierno no existe, entre tendencias progresistas y reaccionarias 33 . Se podrá ver cómo en unos casos se cultivan algunos "sueños de opio" de quienes se sienten ya en otra sociedad y ven factible el socialismo en este régimen. En otros, con pocas variaciones respecto al estilo de prensa anterior, se desarrollará un macartismo a ultranza para expresar su apoyo a las tendencias más reaccionarias del régimen, desatando una sorda pugna de recriminaciones y amenazas. AI acercarse la coyuntura de Julio de 1975 -en la que debía hacerse efectiva la supuesta transferencia- el gobierno no está dispuesto a hacerla y la posterga por un año más. Pero en la cúpula el efecto de esta reforma ha agudizado la lucha interna a niveles tales que llegará a optarse por una verdadera "cacería" de "infiltrados".

A través de esta prensa se han logrado expresar parcialmente las demandas del movimiento popular. Quizá to único realmente nuevo sea que frente al silencio anterior hoy tos problemas del campesino y del obrero tienen, al menos, algún lugar en la información. Sin embargo, esta entrada es administrada con concepción burocrática y vertical, 33

Sobre el tema referimos al lector al libro PRENSA: Apertura y Límitos de Luis Peirano, Eduardo Ballón, Leyla Bartet y Gilberto Valdez. DESCO, Lima 1978, que presenta el primer año de esta reforma, analizando contenidos de varios temas importantes tratados por la prensa de entonces.

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neutralizando en parte sus efectos políticos y dificultando toda posibilidad de que el pueblo tenga verdaderos canales de expresión. Esta ligera enumeración podría seguir un curso más complejo, innecesario para una apreciación de conjunto. El deterioro visible en las reformas es fruto del propio proyecto político, de su incapacidad de dar un salto cualitativo que acerque el poder al pueblo y altere la conducción económica general. Estos entrampamientos centrales potencian a su vez la acción de las fuerzas conservadoras: las convierten en "realistas" y muestran utópica la lucha sectorial y casí defensiva de tos propulsores de las reformas. Pero, en conjunto aíslan al régimen de todo apoyo popular mínimamente orquestado. No se puede olvidar que son siete años de ejercicio del poder, dictando desde arriba el curso del proceso. Para contener la propia dinámica de movilización que este supone -y la más amplia demanda popular - el régimen recurrirá al enorme poder concentrado en el Estado y mostrará su peor faceta. Sus últimas formulaciones políticas -la OPRP, por ejempto- ponen de manifiesto desde la partida, la más absoluta incapacidad de arrastre. Esto no es producto de la incapacidad de tos hombres que el gobierno ponga al frente, sino fruto del gobierno mismo; de su composición, de su concepción del encuadre político, del límito demostrado para acercarse a las masas, manteniendo todo el poder en la Fuerza Armada gobernante. El límite de las reformas tiene que observarse en relación con el manejo de la economía -que brevemente señalamos en el punto anterior- porque allí está el núcleo del reformismo, su sustantiva incapacidad de ofrecer una alternativa real de transformación. Las reformas propuestas -sin negar que contribuyeran a cambiar el orden oligárquico- son incapaces por sí mismas de transformar la económica de este país, de hacerla producir en función de las necesidades del pueblo y de impedir que las decisiónes sean orientadas por tos dueños del capital y por tos que lucran con la intermediación. Vistas desde este ánguto las reformas, resulta utópica e irreal la sola mención de la prioridad o hegemonía de una propiedad social enarbolada por el régimen como el núcleo de su proyecto. Es como si hace años, antes de expropiar a tos agroexportadores, se les hubiera mostrado primero una ley para aplicarla gradualistamente, sin prever que al momento planearían un golpe, y aun más que eso.

Tras los intentos de conciliación, repitiendo que el nuevo sector afectará al actual sector privado -al que sin embargo se le imponía la Comunidad Laboral- se descubre la invíabilidad del reformismo en su definición misma. Es el punto límito del proceso, que tiene ya varios años en la escena. Pero volviendo al nivel propiamente político, tos límitos son aún mayores...; ¿De quién es este proyecto político? ¿Cuáles son tos sectores

31

sociales que lucharán por imponerto? ¿Quiénes darán la vida incluso por impedir que se frustre?. . . Después de siete años de gobierno la base social de éste no ha cambiado. Su sustento es la Fuerza Armada y aunque el régimen togró aprovechar el consenso pasívo y la expectativa generada por sus actos, no articuló lazos ni alianzas con organizaciones del pueblos. Los intentos de crear organizaciones populares y de fomentar la directa participación popular, no sólo no cuajaron sino que chocaban desde la partida con la institucionalidad del régimen, con su concepción (coherente con su composición institucional) y con su consecuente necesidad de conciliación. Es la que se ha llamado "revolución desde arriba", que no puede ser revolución al no hacer carne con las propias demandas de amplios grupos sociales y que encuentra su punto límito al chocar no sólo con

tos

viejos

poderes

desgastados

sino

con

la

burguesía

moderna,

reforzada

transnacionalmente. Las reformas dinamizaron el proceso social activando elementos de cambio y ruptura presentes en varias décadas anteriores. Tenían efectos de transformación que al desbrozar el camino forzaban al replanteo de la base social del régimen. A ello no llegaron pues en la misma composición del gobierno estaba la raíz de su contención. Tos últimos años de la "Primera Fase" muestran un movimiento de contención -vía el encuadre de organizaciones populares que se produce en un régimen que si bien no está internamente de acuerdo con una política de encuadramiento represivo -y allí actúa la pugna interna de tendencias-, no tiene la capacidad de romper su propio configuración y establecer alianzas directas con el movimiento popular. La radicalización de algunos elementos del régimen pudo llegar incluso a plantearse e intentar establecer víncutos con el movimiento popular, aunque su capacidad de acción se limitaba básicamente a generar nuevas organizaciones y competir. Pero ni esto siquiera era víable por los límites del régimen en su conjunto y para muchos el refugio fue quedarse en la mera formulación ideológica. Queda por ver también, en un análisis más amplio, el rol que cabe en esta parte a la izquierda Perúana que optó en parte por el apoyo reverente y en otra -con creciente importancia- por el enfrentamiento global y en bloque, calificando al régimen en su conjunto y dogmatizando las definiciones hasta el punto de trabar toda posibilidad de entendimiento racional.

LOS LÍMITES DEL RÉGIMEN POLÍTICO

Aunque al tomar el poder en 1968 no parece laser una decisión institucional de la Fuerza Armada, en la propia coyuntura de octubre de 1968 el nuevo régimen se define asumiendo esa institucionalidad. Sus normas y documentos básicos – Estatuto, Manifiesto Revolucionario y Plan Incasustentan la acción de gobierno a partir de la Fuerza Armada como institución. Es más, en

32

todo su mandato el Presidente Velazco se presenta como representante de la Fuerza Armada, gobierna con ministros que en todos los casos son Oficiales Generales propuestos por sus Comandos y define en los hechos, y en el discurso politico, que la unidad de la Fuerza Armada es el sustento vertebral del régimen. En la “Primera Fase” hay diversos intentos por ampliar la base social de apoyo al régimen. La mayor parte de éstos fracasa y al analizarlo es evidente que el gobierno no acepta ni alianzas partidarias, ni una relación horizontal y concertada con organizaciones populares. En cada ocasión en que esta temática se aborda, queda claro que la opción definitoria – y la opción particular de Velasco – está en términos de la institucionalidad castrense; y si bien ésta se fuerza hasta el extremo, no se rompe – tampoco sale de sus normas y su legalismo-, ni aparece claro que en perspectiva de mediano plazo se pudiera llegar a ello. Más aún, la ideología formulada por el gobierno, incluyendo la tesis del no partido, aportaba a afianzar esta relación. El régimen político se sustenta así en una base de consenso castrense – muy centrada en los mandos – aún cuando en su desarrollo pesa el liderazgo de Velazco y del núcleo básico que con él toma el gobierno, expresando ambos la voluntad de transformación que inaugura esta experiencia. Una necesidad de conciliación y de establecer parámetros de distinta flexibilidad en la pugna interna condiciona el desarrollo del proceso político, dando lugar a sucesivas crisis que enfrenta el gobierno condicionado su resultante final. Difícilmente un proyecto político único y coherente podía tener su origen y único sustento en la Fuerza Armada. De hecho la lucha política se dio en la cúpula del gobierno y en la fuerza Armada. Dentro de ésta última fue procesada por los canales institucionales, lo que significó lógicamente concentración de poder en el comando y dispersión en la base. Sin embargo, Velasco ofreció al militar promedio un nuevo proyecto ideológico. ¿Hasta dónde prendió este proyecto? ¿qué límites tuvo ese liderazgo?; es algo aún difícil de investigar, pero resulta evidente al concluir la “Primera Fase” que allí también hay crisis. El enfrentamiento más conocido fue con la Marina, donde en 1975 hubo incluso un breve putch mediante el cual se derribó a su Comandante General. Pero en los distintos Institutos se podrá apreciar – aunque latentes – una variedad de grados de adhesión al gobierno, lindantes algunos en la oposición velada.

Impactó mucho en estos heterogéneos grupos medios la campaña anticomunista de la burguesía y la posterior expropiación de los diarios. Ello caía sobre terreno preparado: la formación ideológica del militar es anticomunistas y muy pocas veces el comunismo es definido como algo concreto. En el lenguaje corriente, lo popular y lo sindical resulta “sospechoso” por naturaleza. En más de un momento la burguesía y sus órganos de expresión utilizaron esto para poner a la defensiva al gobierno. En varios períodos puede observarse cómo la mayor parte de los editoriales están dirigidos básicamente a la oficialidad castrense. Los ministros se definían muchas veces pensando

33

en el público militar, su base real de sustento; cualquiera que haya experimentado en la administración pública el contacto con distintos jefes militares puede dar cuenta de estos rasgos, que si bien en verdad no cuestionan el esfuerzo y la sinceridad de muchas opciones personales, limitan sí su resultante y su eficacia. En medio de múltiples acusaciones, desarrollando su propia lucha contra “molinos de viento” algo míticos, la comprensión de la realidad social se dificulta y entrampa, más aún con la actuación de un régimen en plena pugna interna. A estos límites se agregará la propia percepción de la crisis y el aislamiento del general Velasco en razón de su enfermedad. Mirando hacia atrás aparece muy largo el período para haberse sostenido de un régimen sólo militar y con fuerte lucha de tendecias. No es este un gobierno transitorio que resuelve una coyuntura y vuelve a sus cuarteles como en 1962-; tampoco es un gobierno que insurge como reacción defensiva ante una amenaza inmediata sobre el sistema, que deba reprimer militarmente. Surge para cancelar el orden oligárquico y lo hace, pasando luego a definir un proyecto propio que intenta imponer a las fuerzas sociales en pugna, a partir de una posición que supone niveles de conciliación de intereses aunque en el plano político no logre la flexibilidad necesaria para concertar alianzas y se escude en su propia institucionalidad – y en la endeble sociedad civil precedente – para retener en la Fuerza Armada todo el poder de decisión gubernativa. Este proceso coadyuvará al deterioro del régimen, junto con factores propiamente institucionales como los ascensos y retiros forzosos, la preocupación por los problemas geopolíticos reabiertos desde 1973, la demanda de una mayor representatividad real, etc. La necesidad de estudiar en profundidad el rol de la Fuerza Armada en este período se hace evidente en un país en el cual ésta ha tenido y tiene un poder significativo no sólo como aparato ejecutor del Estado, sino como permanente alternativa de gobierno y factor definitorio en las opciones del poder. En todas las sociedades modernas el poder de la Fuerza Armada es definitorio más allá del campo operativo que la legislación le define; pero en América Latina es ya una tradición inevitable – que ninguna fuerza política puede ignorar – el hecho de que la Fuerza Armada asume el rol gobernante en forma intermitente. Estudiar la composición social, el desarrollo ideológico y las articulaciones concretas con tos grupos de poder, es indispensable para visualizar no sólo las opciones en la coyuntura sino la perspectiva estable de tas instituciones miIitares. Si a este campo no se dirige también la atención política, si se continua repitiendo dogmáticamente esquemas de análisis -válidos para interpretar pero no para ser norma inmutable- muchos fracasos aguardarán tras tos períodos aparente democratización y gobierno de la "civilidad". En este aspecto las fuerzas de la derecha muestran en tos últimos años gran elasticidad y capacidad de reinterpretar situaciones, consiguiendo la penetración política de tos aparatos de fuerza.

34

Durante esta década se ha expresado en el Perú tos institutos armados, aumentando su margen de juego a partir de la crisis de la dominación oligárquica. Para sorpresa de tos actores políticos tradicionales, es un gobierno de la Fuerza Armada el que cancela la deteriorada vigencia de la burguesía agro-exportadora e interna imponer condiciones a tos grupos de poder más moderno. En la base se encuentran instituciones creadas para la defensa territorial, poco acostumbradas a ejercer directamente la represión interna –tarea que dejan a las fuerzas policiales, pero que asumen represión interna -tarea que en última instancia- y que en este siglo han pasado por un sostenido esfuerzo de institucionalización y reorientación ideológica. En América Latina, a partir de la segunda postguerra, el énfasís de la formación militar se traslada al frente interno, preparándose para la lucha anti-subversiva propugnada desde la época de la "guerra

fría" por la

administración

norteAméricana. Tos problemas

geopolíticos, que en el siglo pasado tienen particular vigencia un segundo plano -que sin embargo no desaparece y más aún se enerva en determinadas coyunturas recientes.EI factor definitorio será, sin embargo, el hecho de entender como misión central de la Fuerza Armada garantizar la capital transnacional y a ello responden tos regímenes militares típicos de esta década. Esta visión general no exime de contradicciones al interior de cada una de las sociedades y ha mostrado distintas variantes de actuación militar en las últimas décadas, dándose en el caso Perúano una experiencia peculiar sólo explicable por las características particulares propias de la crisis oligárquica. Surgido en este contexto el régimen de Velasco, no estarán ausentes de él las tensiones que más claramente se desarrollaron en el continente y esto aparecerá claramente en el curso de la "Segunda base", cuando han sido potenciados tos sectores militares más identificados con el sistema capitalista moderno. La definición antisubversiva es suficientemente amplia para incluir una variada gama de matices. Quizá tos casos límito puedan apreciarse en aquellos países del Cono Sur, donde el movimiento popular se ha expresado -al menos en parte- en la insurgencia guerrillera, urbana o rural y/o en grandes y poderosos movimientos de masas. Sin embargo, es evidente que la Fuerza Armada no soto se enfrenta a aquellos proyectos políticos que intentan imponerse por acción militar, es decir, por subversión en sentido estricto. Y el límito, difícil de trazar, tiene implicancias evidentes para toda alternativa progresista. La ideotogía misma de la democracia resulta cuestionada, aún en sus versiones más formales, cuando todo el campo de to popular, así conto toda presencia sindical y política de sus organizaciones debe enfrentar no simplemente la gestión política y económica de la burguesía sino, ante su avance orgánico, encontrarse frente a frente con aparatos militares amplios y especializados en la represión.

35

La historia reciente de América Latina muestra en forma descarnada esta realidad y valida una vez más la comprensión del carácter político de la conducción militar y de su rol funciónal de garante del sistema. El capitalismo se impone por la fuerza, como toda forma de explotación en la historia, y estas últimas décadas to muestran en forma recurrente. El desarrollo ideológico de la formación militar tiene así un rol definitorio porque se trata nada menos que de convertir a tos militares en defensores de un orden desigual, de un poder que exptota y exige represión; porque el destino de la acción militar deja de estar centrado en la expansión geopolítica o en la pugna

bélica con otros Estados y pasa a ser una

lucha contra su propio pueblos que supone represión y enfrentamiento con sus organizaciones. El amplio desarrollo de las llamadas "doctrinas de la seguridad nacional, en esta década, surge como correlato de la presión en el centro hegemónico dada a la vez que el movimiento popular asume roles cada vez más prolagónicos. La dimensión el "enemigo interno” se deforma a un punto tal que to popular termina resultando necesariamente enemigo fundamental del personal de estas instituciones, a pesar de que como tal su composición social no sea estrictamente burguésa. La formación que se imparte en las Fuerzas Armadas de América Latina, su organización basada en el ejercicio de parcelas de poder compartido e incluso -no es nuestro caso- el desarrollo de un importante sector de empresas militares de armamentos y anexos, hará que el víncuto de la Fuerza Armada con las clases dominantes se tome más estrecho en el continente. Pero en el caso Peruano existen elementos que fuerzan a profundizar el análisis. La concepción de la defensa como misión indesligable del desarrollo estaba presente en la configuración de esta Fuerza Armada que, por otra parte, no tenía al frente un enemigo popular expresado en términos militares. Ello sirve de base a sucesivas formulaciones ideológicas, que intentan redefinir el rol de la Fuerza Armada y que se encuentran en esta década expresadas tanto por tos comandos como por personajes del gobierno castrense. Tos límitos de esa definición tienen que ver con el orden de tos factores mencionados pero, más que eso, con la opción que se toma en la problemática

del desarrollo. En su

evolución ideológica,

la

Fuerza Armada

abandona su apoyo a la clase dominante tradicional y reconoce la necesidad de reformas aún antes del 68 3 4 . Pero el mismo rol que juega al enfrentar a las clases jerárquicas le hace dictar desde el gobierno tos límitos de las transformaciones 34

D e b e e s t u d i a r s e , p o r e j e m p t o , e l g o b i e r n o t r a n s i t o r i o d e l a fu e r z a A r m a d a e n 1962-63 d u r a n t e e l cu a l s e cr e a el I n s t i tu t o N a c i o n a l d e P l a n i f i c a c i ó n y s e d i c ta l a Ley d e B a s e s d e l a R e f o r m a A g r a r i a . T a m b i é n c a b e d e t e n e r s e e n su r o l d u r a n te e l g o b i e r n o d e B e l a ú n d e , d o n d e e l pr e s i d e n t e tu v o e n t u si a s t a s s e g u i d o r e s c a s t r e n s e s . E n u n e s p e c t r o m á s a m p l i o d e l a h i s to r i a y d e l a te m á t i c a , c a b e o b se r va r l a t e n d e n c i a d e tos g o b i e r n o s m i l i t a r e s a e x p a n d i r e l a p a r a t o e s ta t a l y e l p o d e r co n ce n t r a d o e n é s t e , t o c u a l t o s e n fr e n t a t a n t o e n to n c e s c o m o a h o r a c o n l a s te n d e n c i a s p r i v a t i s t a s más liberales.

36

entendiéndose intérprete de las aspiraciones populares y definiéndose en la práctica como el único intérprete válido. En el curso de la década se camina así hasta asumir un rol de conten ción del movimiento popular. Haciendo uso del prestigio adquirido, con tos primeros pasos de las reformas y con posición nacionalista inicial, la Fuerza Armada evoluciona hacia la represión de toda alternativa a su proyecto po lítico; en la "Segunda Fase" se darán igual tratamiento a quienes se oponen al desmantelamiento de las reformas que esta misma emprendió. En todo el proceso se mantiene la misma lógica, propia de quienes definen como rol de garante la función de la Fuerza Armada y se asígnan el derecho de imponer todo el pueblo su propia visión de to que debe ser el país. Hasta aquí, sin embargo -en tanto sigamos su propia formulación ideológica- la Fuerza Armada aparece al margen de las clases y conformada en términos monolíticamente unitarios. La teoría y la historia niegan estos supuestos, ya que pocos períodos son tan ricos en hechos indicativos de la inserción y función social de tos aparatos de Estado, como esta década. En todo el proceso, desde el mismo 3 de octubre, la unidad y coherencia de tos componentes de la Fuerza Armada es inexistente. Hay militares a favor y en contra del golpe; militares que aceptan negociar con la IPC y militares que rechazan toda concesión e incluso el diatogo con ésta; militares que concilian con las fuerzas oligárquicas y militares decididos a sacarlas de la escena; militares que asumen la defensa de tos intereses, las preocupaciones y tos mitos de la burguesía liberal y militares decididos a imponerle límitos, en algunos casos a sacarla del poder; militares que llegan a concebir su proyecto como capitalismo de Estado y militares que incluso intuyen perspectivas de proyectos socialistas aún con grandes márgenes de indefinición. También se pudo observar la presencia de militares decididos a apoyar y negociar con organizaciones de los pueblos, así como de militares que sólo entendían el diátogo en términos de encuadramiento y siempre que tras la imagen de supuesta horizontalidad asomara la cachiporra como alternativa. En medio de todo esto -que se mezcla en el tiempo- parece haber una importante legión de oficiales que centran su preocupación en el ascenso y tos logrosprofesio nales 3 5 , con débil 35

Cabe recordar, sin embargo, q u e e n l a " P r i m e r a F a s e " V e l a s c o n o r e s u l t a m u y c o n c e s i v o e n l a p r e b e n d a b á s i c a ; e s d e c i r , e n e l i n c r e m e n t o d e h a b e r e s . Su liderazgo permito c o n t r o l a r e l g a s t o e n e s t e n i v e l , a u n q u e e n o tr o s a s p e c t o s ( i n s t a l a c i o n e s , comp r a d e a r m a s , a u m e n t o d e o t r o s d e va c a n t e s e n g r a d e s a l to s , e t c . ) n o n e c e s a r i a m e n t e s e h a y a h e c h o . A p e s a r d e l a f u e r t e i n f l a c i ó n , n o t o r i a m e n t e a l t a y a e n 1 9 7 3 , a l f i n a l i z a r 1976 –un año d e s p u é s d e l a c a í d a d e V e l a s c o - e l t o p e d e su e l d o de un General b o r d e a b a tos 40,000 s o l e s p o r to d o c o n c e p to . E n p o c o t i e m p o s e h a e l e v a d o a ce r ca d e l t r i p l e , j u s t a m e n t e el m i s m o t i e m p o c o m p r i m e h a s ta e l m á x i m o s a l a r i o r e a l d e t o s trabajadores.

37

conciencia de tos problemas sociales de los pueblos y por ello mismo sujetos a una mayor influencia de la ideotogía dominante. Ante esta realidad, observable por el más lejano actor político hablar de la unidad de la Fuerza Armada sólo es utilizar un clisé de coyuntura que expresa necesariamente el liderazgo de turno. Por ello, sólo podemos entender este rasgo institucional del régimen a partir de la organización militar y del carácter vertical de su dirección. Institucionalidad quiere decir que tos Comandos están de acuerdo y como, además, entre tos comandos hay jerarquía, la unidad tiene un carácter coyuntural que varía según tos límitos no sólo castrenses, sino conjunto del sistema político 3 6 . En este sentido, la década ofrece muchos ejemptos de la existencia de una articulación concreta con tos grupos de poder, aún cuando este mismo período ser caracteriza por la lenta recomposición de la burguesía a partir del desplazamiento de las fracciones oligárquicas. Estamos hablando pues, de un aparato de Estado que como tal no puede entenderse al margen del Estado mismo y de las clases que to definen en su conjunto, a pesar del rol preponderante que ha tenido en el gobierno de la década. Esta constatación tantas veces confirmada no debe, sin embargo, llevar a un análisis en bloque ni confundir actores e intenciones con el sistema de dominación como tal. Si se hace no podrán ser percibidos tos límitos mismos del sistema y las posibilidades, de cambio propias de la dinámica social, también válidas para las instituciones castrenses. En el rol de la Fuerza Armada en esta década se ha potenciado a partir de la concentración de poder económico en el Estado y ello debe tenerse presente en cualquier estudio del régimen actual y sus proyecciones. Se dan elemen tos -más desarrollados, por ejempto, en Brasíl o Argentina- para encontrar campos de articulación directa con tos grupos de poder a nivel empresarial, que es preciso indagar para nuestro caso.

La comprensión del rol de la Fuerza Armada y el seguimiento de tos rasgos de este régimen político hacen aparecer más claramente tos límitos del proyecto Velasquista que se han señalado en este capítulo, tanto en cuanto a su política económica como a las reformas concebidas. A la vez puede verse como antes de la coyuntura de agosto de 1975 el deterioro del régimen es evidente y la crisis abarca también el campo institucional militar. Más allá de hechos anecdóticos y apreciaciones que sólo se sitúan en tos actores políticos -en Velasco, su enfermedad o su carácter, por ejempto-, y sin negar la contribución secundaria de estos factores el deterioro de 36

Sobre el punto ver: PEASE, H.; El Ocaso… pp. 232-236

38

régimen radica en su misma conformación institucional. Ello se insinúa sotto vocce en tos últimos

años,

cuadro se discute sobre

la

utopía de las posiciones

progresistas que no dan indicios de decidirse a romper el carácter institucional del gobierno y quedan entrampadas entre este límito y la imposibilidad de articular alianzas con grupos sociales mayoritarios, expresables políticamente.

LA PRESENCIA DE FACTORES INTERNACIONALES Finalmente, tras el deterioro del régimen está la presencia de tos problemas limítrofes, exacerbados por una coherente política de tos Estados Unidos. To primero es un hecho y to segundo una hipótesis que en el contexto laúnoAméricano suena a realidad. Desde la caída del Presidente Allende se agudiza la tensión política con Chile. Hay evidente y reconocido apoyo del gobierno NorteAméricano a la tiranía chilena. Este apoyo

se

expresa

también

en

armas,

continuando

una

política

que

37

ininterrumpidamente ha priorizado la ayuda militar a ese país . Hay, a su vez, un conjunto de hechos a nivel continental que atizan el enfrentamiento y llevan a un aislamiento del Perú. Desde declaraciones hasta acusaciones al Perú de ser cabeza de playa de la Unión Soviética (URSS) en el continente. En todo ello se inscribe además la campaña internacional de la Sociedad InterAméricana de Prensa contra el régimen que expropió tos diarios. En la lógica de este curso político se produce una carrera armamentista que Perú, a la inversa de Chile, afronta sin padrinazgo, misiones militares, ni "donaciones" del sistema norteamericano de ayuda mutua "en defensa continental”. Además, el hecho de comprar armamento en la URSS abrirá agudos enfrentamientos con tos Estados Unidos, por intentar romper uno de tos más oscuros lazos de dependencia, la tecnológico-militar. El cuadro de tensión generado tiene repercusiones en la Fuerza Arma da. A este gobierno no se le desestabiliza con operativos al estilo de tos que la CIA puso en 37

El a po yo de to s EEU U . a Ch il e en a rm a s h a s id o tra di c i on al me n te m u y i mp or ta n te y no se in ter r um pe en el p er íod o de Al l en de , au nq ue se el ev a a l ca er é s te . En tre 19 50 y 1 97 0 Ch il e r ec i bi ó má s a yu da m i li ta r ( 17 5,8 m il to ne s d e dó la re s ) qu e ni ng ún p aís en Amé r i ca La tin a , e x ce p tu an do Bra si l (N AC L A´ S L a ti n Am er i c a , Vo l . III N o . 8 . Oc t. 19 73 ) . Es ta p re fer en c i a ap ar e ce a ún m ás ex pl íc i ta a l an al i za r la ay ud a e co nó m i ca y mi l i tar pr e s ta da e ntr e 1 94 6 y 19 77 pa ra C hi l e y Pe rú : e n es e pe r ío do Ch i le re cib ió 1 06 5.7 mi l ton e s d e d ól ar e s m ie n tra s qu e e l Pe rú re c ib i ó 5 90 .2 ( U .S. Ov e r se a s T oa n s an d Gra n ts . W as hi ng to n , 19 77 ) . L as c om pr a s mi l i tar es d e am bo s pa ís e s a to s EEU U e n el pe r ío do 19 71 -7 4 fu e ro n : ( en m il e s de d ól ar e s) 19 70 19 71 19 72 19 73 19 74 CH IL E7 ,69 92 ,53 86 ,1 88 15 ,01 26 8 ,19 4 PER U2 ,1 95 1 ,5 26 90 62 4 ,59 04 3 ,5 90 ( N ACL A'S La tin Ame r i ca n) . Vol . IX No . 1 2 - Ma rz o 1 97 5) . Esto s y o tro s el em en to s an al íti c o s s ob re la s r el a ci on e s e n e s te pe r ío do h an s id o to ma do s d el e nsa yo "Ca r te r y e l Pe rú " d e Ra fae l Ro n ca gl i o to y Al be r to Ad ri an z én p re se n tad o a l Se m in ar i o In ter na c i on al de l C ID P. s ob r e im pa c to s n ac io na l e s de l a po l íti ca d e Ca r te r e n Amé ri c a L ati na , Mé x i co 1 97 9 .

39

práctica en Chile, incluyendo el apoyo a la huelga de camioneros, por ejempto, dirigidos principalmente a apoyar a tos partidos opositores. Perú si la única base de sustento del régimen es la Fuerza Armada, tos problemas de defensa eran aspectos clave pues en ello y para ello son forma dos tos militares. De allí al efecto desestabilizador de muchas versiones militares tradicionales hay un soto paso: “el Perú está aislado del resto de América Laúna; “Velasco lleva al Perú a la guerra y la derrola”; “… en el fondo es preferible el imperialismo al riesgo de una agresión y derrola frente a Chile”. Estas concepciones dejan de lado una visión más amplia y científica de la política internacional y de la geopolítica. Olvidan, además, que la esencia de la defensa descansa en un pueblo preparado para ella, cosa que ningún tecnocratismo militar es capaz de reemplazar. Pero no sólo se trata de efectos desestabilizadores en el plano interno: todo el régimen se vuelve tenso y rígido, agudizando su carácter represor, y el cúmulo de variables que tiene que sortear el gobierno en la coyuntura interna y externa el más claro indicador de su deterioro. En la fase final del Gobierno del General Velasco, la nacionalización de Marcona ha de agitar las aguas de las relaciones con tos Estados Unidos, en un cuadro mucho más desfavorables para el Perú que el de tos conflictos iniciales en 1968. Parece cerrar el círcuto y simbolizar la inconsistencia, la debilidad y aislamiento de un régimen, a la par que resalta un sabor de aventura y riesgo, de coraje y arrojo, muy valioso en la cualidad personal pero insuficiente como fuerza acumulada para romper un sistema social.

Se expresa nuevamente uno de tos límitos centrales del régimen: el carácter coyuntural de su enfrentamiento a la potencia imperialista, en tanto que su economía capitalista to hace blanco fácil de la presión externa: EI corte de créditos es tan grave como la amenaza bélica. En la crisis económica que ya está presente en 1975, un régimen como el Perúano no puede darse el lujo de enfrentarse al Departamento de Estado. Es signo de contradicción entre la voluntad reformista de Velasco y la vigencia real de un sistema económico capaz de reinterpretar las reformas en todo aquello que no sea ortodoxo. Y la ortodoxia ante la crisis se convierte en exigencia... más aún, es la crisis uno de tos mecanismos de este sistema para encuadrar toda heterodoxia.

EL PUNTO LIMITE La coyuntura de agosto y todos los elementos ubicados tras ella, mostraran como al concluir la "Primera Fase" el proyecto militar que Velasco representa está en crisis. No es

40

simplemente la crisis económica: es que el avance de las reformas y la políticas seguida van llegando a un punto límito ` que muestra, al desnudo, la raíz estructural de tos problemas sociales. En la economía, la crisis hace planas las opciones: se cargo la crisis sobre el ingreso ya mermado de las mayorías, o se rompe con el sistema y su ortodoxia; se evalúan, cuestionan y reorientan las reformas para coadyuvar a una economía diseñada en base a las necesidades populares, o el curso de esta política económica las reinterpretara en unos casos y acabará con ellas e otros. En cuanto a la conducción política, el régimen se encuentra ante la disyuntiva de quedarse apoyado sólo en el terreno de la "Fuerza Armada" y a la larga caer, o abrirse hacia una representación popular real. To primero corresponde con la política económica vigente, pero sólo podía lograrse desarticulando y reprimiendo al pueblos con la brutalidad demostrada en 1976; To segundo es subversivo… porque subversión es todo aquello que cambie "el orden", y subversivo es aquel que to intenta... y fracasa. Los límites del proyecto Velasquista quedan así presentes en los hechos y conflictos dados en sus últimos años. Latentes desde la base de constitución del régimen político, salieron a la luz una vez que las reformas y políticas nacionalistas desbrozaron el camino. En la coyuntura de agosto de 1975 se expresarán en uno faceta más concreta, con la vitalidad de tos actores en pugna. Pero tras la coyuntura, tos límitos que hemos procurado presentar en este capítulo introductorio explican no soto el desarrollo de tos hechos sino so naturaleza estructural y si bien no llevan mecánicamente a la "Segunda Fase" como resultante, fijan parámetros a las posibilidades en juego, condicionando la correlación de fuerzas.

CAPITULO 2 LA COYUNTURA DE AGOSTO 1975 Y EL INICIO DE LA "SEGUNDA FASE"

Los límitos y el deterioro del gobierno de la "Primera Faso" se han evidenciado de distinta manera a to largo de tos años 1974 y 1975. Entre tos hechos indicativos hay uno –aún poco estudiado- que al comenzar 1975 supone una advertencia: nos referimos a tos sucesos del 5 de febrero, producidos a partir de la huelga policial por aumento de remuneraciones. En esta ocasíón se suma al saqueo de tiendas y almacenes, la acción callejera de prolesta y el incendio de algunos edificios públicos. Unos hablaran de acción del "lumpen", mientras que otros -incluso con fotos periodísticas- podrán mostrar la presencia del APRA en tos disturbios. Es obvio que ambas cosas existieron y que

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también hubo negligencia en el propio gobierno al tener la ciudad sin custodia policial por más de 24 horas -desde bastante antes que comenzaran tos disturbios, sin haber tomado medida preventiva alguna. Pero la importancia política del hecho dejó dos constataciones que de algún modo estarán presentes desde entonces. Por un lado la evidencia del juego aprista a dos bandas: articulando apoyos individuales en torno al Ministro Tantaleán y “la Misión", a la vez que aprovecha el descontento popular para orquestar actos de prolesta -como el incendio del diario Correo y el Círcuto Militar-, dando muestras de su presencia en la escena tras varios años de aparente inactividad. Por otra parte, una contrastación más gruesa: el pueblo tiene algo que decir y, más allá de sus demandas y movilización sindical, su actitud es de prolesta ante el alza de precios y el deterioro de las condiciones de vida. A pesar de que la coyuntura de agosto de 1975 presenta en la escena oficial sólo tos elementos centrales, este hecho marcará el curso de ese período e impactará en tos actores, particularmente en aquellos que por no estar en la cúpula del gobierno no suelen compartir el activismo y el sobredimensionamiento de la pugna interna, que parece marcar todos tos actos de tos primeros 38

En la coyuntura de Agosto de 1975 se articulan los elementos que explican la caída de Velasco, aunque están presentes desde tiempo atrás. Tos hechos y explicaciones que aquí, se presenten pueden contribuir a recordar las características de ese momento político, sirviendo a la vez para entender cómo surge el nuevo gobierno.

1.

DECADENCIA DE UN RÉGIMEN. . . Y DE UN LIDER

El último mes do gobierno del General Velasco muestra la décadancia de un régimen, que parece estar tan irremediablemente enfermo como su líder. La imagen de un gobierno cada vez mas totalitario se deja sentir en el ambien te político; pero no con signos de fortaleza sino de decrepitud, tales como la dificultad concreta de superar su lucha interna y la dificultad de obtener el consenso de las mayorías ante el deterioro de la economía popular y de las mismas reformas aplicadas. El hecho más saltante es la deportación de 29 personas en un soto día, el 5 de agosto 3 9 . En un sólo acto político es clausurada la revista "Marka", porque "vierte 38

Sobre tos sucesos mencionados y algunas interpretaciones ver: Cronología Política. Hechos Nos. 3168. 3169, 3170, 3175, 3176, 3177, 3179, 3180, 3202; pp. 1221 a 1240. Un análisis de las versiones periodísticas de tos sucesos del 5 de febrero puede verse en el ya citado libro de Peirano et. Al. PRENSA: apertura y límitos, cap. 4 pp. 143-164 39

Cronología Política. Hecho No. 3705 p. 1535

42

expresiónes inaceptables en contra del gobierno chileno y de sus principales dirigentes", y se ordena la deportación de sus directivo. Se amplía el cuadro represivo con la deportación de políticos y dirigentes sindicales, cubriendo casí todo el espectro político: desde un funciónario de la Confederación Nacional Agraria (CNA) -que apoyaba al gobierno- hasta dirigentes de sindicatos controlados por la izquierda opositora, incluyendo asímismo dirigentes de tos partidos aprista y acción popular. Se les acusa de haber "intensificado sus actividades subversivas", para to cual -dice el gobierno en su comunicado- "han realizado frecuentes víajes a diversos lugares del país, con el objeto de impartir consignas, de efectuar invasíones de tierras, paros, huelgas y actos de violencia, destinados a subvertir el orden y crear situaciones de zozobra entre la población trabajadora". En un estilo que tiene ya precedentes, no sólo resulta subversiva la acción de oposición, sino aquella que se explica más en términos de la lucha interna del gobierno. Se formula la acusación y ello basta para justificar la medida represiva, incluyendo entre tos afectados a elementos de derecha e izquierda, como para mostrar la neutralidad de las medidas, el equilibrio "ni capitalista, ni comunista" del gobierno y la supuesta acción orquestada de tos partidos de izquierda y derecha contra el régimen.

El gobierno endurece la mano a partir del 5 de agosto. Un tocutor de Televisión es despedido y deportado por manifestar su desacuerdo con estas medidas, luego de la lectura del comunicado oficial informando sobre las deportaciones, en el Programa "24 horas" 4 0 . Cuando días después un buen número de empleados públicos se adhiere a un documento público de prolesta, el gabinete emprenderá una detestable depuración

de

estos

elementos,

destituyendo

a

unos,

pidiendo

renuncias

y

41

propiciando penosas retractaciones en otros . Se vuelve a negar así el proclamado participacionismo, recurriendo a la reaccionaria política de exigir del empleado público una castración política. En declaraciones posteriores a su derrocamiento, el General Velasco responsabiliza de esta medida a tos Comandantes Generales de la Fuerza Armada incluyendo entre ellos al General Morales Bermúdez y señala que podría haber sido uno de tos pasos previos al golpe del 29 de agosto, dirigido a crear u n ambiente adecuado para éste 4 2 . Aunque esta versión es verosímil, dada la estructura de toma de decisiónes, es preciso recordar que el ambiente de entonces se expresa en este hecho, pero no es 40

Cronología Política. Hecho No. 3723 pág. 1543.

41

Cronología Política. Hecho No. 3743 pág. 1551.

42

Caretas No. 512. Febrero - 1977

43

causado sólo por éste. En efecto el fortalecimiento de tos aparatos represivos, la intolerancia

como

estilo,

agudización

de

las

acciones

dirigidas

a

quebrar

organizaciones populares y la exigencia de una militancia "que se cuadre", es parte del proceso político desde hace varios años 4 3 ; conforme se producen coyunturas tensas sea en las relaciones con países limítrofes o simplemente en la pugna que existe entre tendencias en el gobierno, las medidas represivos se hacen sentir 4 4 . Toda acción opositora e incluso el reclamo gremial planteado por organizaciones sindicales de un pueblo cada vez más golpeado por el alza de precios, serán vistos por el gobierno como actos subversivos. Por esta razón la deportación masíva de 29 personas no es sin hecho aislado: en el mes anterior se denunciaba, por ejempto, la detención e incomunicación de Edmundo Murrugarra, sin haberto pasado a órdenes del Juez. La detención de este dirigente tampoco es un hecho aislado: el mes anterior,

sin

comunicado

del

Ministerio

del

Interior

acusaba

a

Vanguardia

Revolucionaria del asalto a la sede de ESAL –llevado a cabo en Abril- y de promover invasíones a través de la Confederación Campesina del Perú (CCP) en Huarabí bajo y Querecotilto. En el comunicado se juntan acciones de dos grupos distintos pues el asalto según se había aclarado ya anteriormente había sido realizado por un grupo escindido de este partido. Entender, por otra parte, las acciones del movimiento campesino como mecánicas derivaciones de este partido, resultaba iluso o premeditadamente confuso 45 . El hecho es que la declaración del Ministerio del Interior -represiva y amedrentadora - va a sumarse a la acción del MLR, del Ministerio de Industria y sus operativos contra CONACI y del Ministerio de Trabajo que no sólo tolera sino articula la acción contra todo sindicalismo que no "se cuadre", y no soto ante el gobierno sino ante sus más reaccionarias tendencias expresadas en el MLR. Hay así, en esta coyuntura, un progresivo aislamiento del gobierno; no sólo está huérfano de apoyo popular expreso, sino carece de tos mínimos tolerables de consenso pasívo, En ese aislamiento y deterioro impacta la enfermedad del Presidente Velasco. a pesar del desarrollo del mito y de su imagen en la prensa, que to presenta como hombre de gran 43

Ver al respecto el último período de la Presidencia de Velasco y la forma que asume la lucha política en PEASE, Henry. “El Ocaso…” Cap. IV Pág. 123-188. 44

En recientes declaraciones a Marka, Héctor Cornejo Chávez justifica el apoyo que dio desde El Comercio a la deportación y cierre de Marka, explicando que estábamos entonces al borde de una guerra con Chile. Ello no queda demostrado por la información pública, aunque todo el período 1973-1975 estuvo marcado por sucesivas tensiones con Chile. Pero, además de la duda sobre la forma en que se usan estas situaciones para avanzar en el frente interno, es obvio que el Perú no es tan débil como para llegar al extremo de impedir que una prensa no oficial se exprese en contra de uno de tos tiranos mas desprestigiados en el mundo. En chile se han dicho peores cosas no sólo de Velasco sino del Perú como nación…; el mismo Pinochet las escribió en su libro sobre geopolítica. Resulta pues deleznable el argumento; más bien habría que explicar el silencio y apoyo del Dr. Cornejo, recordando tos estrechos límites impuestos a la prensa expropiada en esos meses y la posición del propio Cornejo en la pugna que atravesaba al gobierno. 45

Cronología Política. Hechos Nos. 3584 y 3595 pp. 1459 y 1463

44

coraje ante la adversidad. Sin la menor duda sobre esta valía personal, el impacto político producido por la enfermedad no disminuye por ello. Ha logrado aislar progresivamente al Presidente del contacto con el pueblo y con tos cuarteles. Ha puesto sobre el tapete el problema de la sucesión. Se ha agudizado el mal en tos últimos meses, luego de un derrame cerebral, y esto ha condicionado también la dinámica del gobierno, aislando al Presidente incluso de sus ministros. "En esos días se ve autoritario al Presidente" -comentará más de un funciónario-, mientras aparecen signos de que más de un ministro teme enfrentar al Presidente, incluso en la simple discusión. Todo ello se produce en plena agudización de lucha de tendencias, en la cual tos actores intentan imponerse aceleradamente. Ya Velasco está rodeado de un muro de contención que limita incluso el acceso de algunos ministros, compañeros de armas o comprometidos asesores. El jefe de su Casa Militar -General Ibañez Burga- y su amigo el Ministro Tantaleán parecen cumplir la tarea de rodearlo, dando como resultado el crecimiento aislamiento del Presidente. Un signo externo, pero indicativo, podrá verse el 7 de junio, luego de la ceremonia de la Jura de la Bandera. El Presidente fue aislado después de la ceremonia y no salió al balcón cuando el pueblo desfiló ante Palacio. Ya sea por su enfermedad o por maniobra de sus íntimos, el hecho generó una frustración importante en gran parte de los presentes. La explicación del hecho parece estar en la comprobación de que el MLR fue marginado por el Comité Organizador, dando como resultado que tos organizadores del evento se cotocaran en el centro de la pugna entre tendencias y en contra del Ministro –prolector del MLRGeneral Tantaleán Vanini 46 . Pero la enfermedad de Velasco, presente desde 1973, no debe verse en sí misma sino en la medida en que afecta a la conformación de la cúpula, plantea el problema de la sucesión y fortalece al pequeño grupo que al rodearto articula y potencia a "la Misión" como tendencia. Este tipo de factores influyen en la coyuntura porque abren y cierran espacios a tos actores políticos, pero no se explican por sí sotos ni pueden analizarse mecánicamente como factores causales.

LOS LÍMITES DE LA LUCHA POLÍTICA EN LA CÚPULA

El aislamiento del Presidente se da como una variable personal, signada por su enfermedad, pero no sólo es eso. La lucha de tendencias entre to que llamamos "la Misión” y tos "militares progresistas" se ha agudizado entre 1974 y 1975, hasta límitos que son ya en sí mismos desestabilizadores. Al llegar el mes de agosto, la tensión parece indicar que

46

Cronología Política. Hechos Nos. 3550, 3552, 3559, 3568. pp. 1440 a 1450.

45

o se elimina una de las dos tendencias o la crisis va a pacer estallar al régimen en su conjunto. La lucha contra el MLR se da, expresándose públicamente en tos diarios y en las acciones del movimiento sindical y comunero. Se pone claramente de manifiesto en las críticas a to ocurrido el 7 de junio con el Presidente Velasco, llegando al extremo de que el Comité Organizador declarará formalmente que "se trato de ocultar la figura del Presidente” 47 . Mientras esto ocurre, la lucha en la base avanza y la Federación de Pescadores censura a su secretario General, Gil Peñaranda, eje articulador del MLR en este gremio –el más importante de tos que controla-. Las denuncias contra el MLR no cesan en estos meses, a pesar de que es consigna del gobierno no darles espacio en Ia prensa. En carta pública se reclama

al

Presidente

que

tos

ministros

no

intervengan

apoyando

al

MLR

en

organizaciones sindicales y se denuncia la acción del APRA penetrando junto con el MLR. Este reclamo proviene de bases sólidas del movimiento popular: la CGTP la FEB, la FETIMP, la Federación Gráfica, la Federación de Periodistas y la CONACI 48 pero no es escuchado. A fines de junio se había denunciado desde varios diarios no controla dos por el MLR, que tras este actuaba el APRA, ofreciéndose como alternativa de refuerzo a las tendencias más reaccionarias del gobierno: No sólo tos diarios sino el propio Ministro Fernández Maldonado denuncia que el APRA y las formas de fascismo están enquistadas en el aparato estatal. Este último to hace en un discurso que incluye también un ataque a "un sector de Vanguardia Revolucionaria que ha estado actuando a espaldas de nuestra realidad". La dureza del Ministro en el ataque al APRA y a cualquier forma de fascismo o neo-fascismo, da cuenta que sus palabras se dirigen a poderes que actúan dentro del gobierno 4 9 . Se combina así en plena pugna de tendencias el significado de la política expresada en el MLR con to que el APRA significa ideológica y políticamente 5 0 . 47

Cronología Política. Hecho No. 3570 p. 1451

48

Cronología Política. Hecho No. 3573 p. 1453

49

“… quienes ataquen con el rumor, la calumnia y el activismo fascista a la Fuerza Armada en nuestro país, están atacando directa y realmente al pueblo del Perú en revolución. Todos quienes están enquistados en el aparato estatal y actúan en contra de nuestra causa tienen que tener por seguro que el ojo vigilante de la Fuerza Armada y del pueblo jamás permitirá que sus fines antiperuanos y contrarrevolucionarios tengan el éxito que ellos se imaginan”. “Cualquier forma o neoaprismo son, por esencia también enemigos irreconciliables de la causa del Perú, de su pueblo, de su Fuerza Armada y de su Revolución”. Cronología Política. Hecho No. 3601 p. 1466 50

Al margen del uso ideológico y político, cabe investigar la presencia del APRA en el proyecto de “la Misión”. Hay indicios, y muy significativos, del juego aprista: crítico a un nivel y entrista a otro. Más allá de las vinculaciones apristas del Ministros Tantaleán, el comportamiento del MLR en el medio sindical recuerda métodos y estilos de ese partido. Pero además hay en este último tiempo apoyos expresos como su anuncio de participación en el mitin del 7 de junio en torno a la ceremonia de la Jura de la Bandera. El estilo, la amplia experiencia táctica de la dirigencia aprista y tos hechos de este período hacen difícil pensar que estas acusaciones carecieron de alguna base.

46

Las medidas tomadas con tos diarios a fines de junio se ubican en este cuadro de lucha entre las tendencias en pugna. La represión llega a tos diarios, aunque se mantengan equilibrios como resultado de la defensa que cada tendencia hace de sus voceros

oficiosos 5 1 .

El propio

Presidente

Velasco

denuncia

que en tos

periódicos "Hay infiltrados, tanto Perúanos como extranjeros"; y el calificativo "infiltrados" comenzará a tener efectos contundentes, estrechando aún más el espacio político 5 2 . Se promulga el D.L. 21185 que dispone que soto tos Perúanos podrán trabajar en tos órganos de prensa que dependen del Sistema Nacional de Difusión 5 3 ; poco después se reglamenta el proceso de transferencia de tos diarios de circulación nacional y se prorroga por un año más la facultad del gobierno para designar a tos Directores y Gerentes de cada diario, trucándose así el proceso real de transferencia 5 4 . En el mismo dispositivo se incluye una suspensión de la estabilidad laboral a tos trabajadores que ingresaron a tos diarios después de la expropiación, con to cual se abre la puerta para concretar el despido de tos que entonces se llamó "infiltrados". Una agudización del debate en tos diarios. Siguiendo el curso de las tendencias que pugnan en el gobierno, está en la base de esta decisión. Vendrán entonces las prolestas y entre ellas la renuncia del Director do expreso, Dr. Ruiz Eldredge, mostrando el descontento que estas medidas causan, en quienes asumieron compromisos directos con el gobierno en el campo de la prensa. AI llegar el mes de agosto existe en la escena una cargada tensión en tos propios cuadros del gobierno, reflejo del deterioro del curso Político. En su último mensaje al país con motivo del 28 de julio, Velasco reiterará tos l í m i t o s del proceso político, introduciendo sobre la ya antigua distinción entre capitalismo y comunismo el ambiguo terreno del rechazo a todo pro capitalismos o pro comunismo. Rechazará el antiaprismo y el anticomunismo, acusando a quienes exageran la importancia de uno u otro de propiciar una política de “antis”. A tos que en su opinión exageran la importancia del APRA, tos acusa de "ocultar la real y efectiva infiltración de elementos comunistas en importantes áreas de la vida nacional”. A tos que en su concepto exageran la importancia del comunismo, tos acusa de encubrir "maniobras destinadas a favorecer la caduca dirigencia aprista". Aparece así en este discurso 51

Cronología Política. Hecho No. 3580 p. 1455

52

“Sotto Voce” Se hablará también de infiltrados militares, para acusar de comunistas a tos militares progresistas, aunque elto se concretará en cambios sóto en la “Segunda Fase”. 53

Diario la Crónica, diario oficial El Peruano, Revista Variedades, Telecentro, ENRAD – Perú, publi-Perú y emisoras radiales del Estado. 54

Cronología Política. Hechos Nos. 3610 y 3619 pp. 1472 y 1483

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un matiz diferencial que no es poco importante en la coyuntura política de entonces y que lleva justificar –como en la práctica ocurría- que el gobierno califique de infiltrados básicamente a tos llamados comunistas. En efecto, más allá del amplísimo espectro que cubre el utilizado calificativo de "Comunista" -que para entonces incluye a tos militares progresistas, por ejempto – el matiz del presidente puede verse al hablar en un case de infiltración Comunista y en al otro referirse no a infiltrados (categoría ya trabajada ya machaconamente en e tos diarios y en el propio lenguaje presidencial) sino a caducos dirigentes que son favorecidos. Adicionalmente, el Presidente habla de comunistas infiltrados en importantes “áreas de la vida nacional”, no simplemente del gobierno, es decir que con ello tos identifica como algo ajeno –extranjero- a la vida nacional; distinto es el trato dado a la dirigencia aprista, calificada soto de caduca y por tanto sin cuestionar su derecho a ser tal. Si se recuerda que el 5 de febrero es el APRA, y no partido comunista alguno, el que tuvo un rol preponderante; si se toma en cuenta que no hubo por parte del gobierno investigación a fondo, ni una respuesta represiva significativa al nivel de sus otras acciones represivas y si se ve que el General Fernández Maldonado salió al frente atacando centralmente al APRA –y este discurso tuvo lugar soto un mes antes-; aparece claro el sentido claro la opción del Presidente, confirmando su cercanía a “la Misión” 5 5 . En la tensa situación de entonces aún tos matices tienen importancia, como lo tuvo en enero de 1975 la posición conciliadora del Presidente con el MLR 5 6 . La política de esta organización y su vinculación con aquellos miembros del gobierno proclives al acercamiento al APRA y rabiosos anticomunistas, indica que el Presidente está optando por “la Misión”. Es obvio que esta percepción podrá reflejarse desde antes en la cúpula, siguiendo la actuación de algunos ministros allegados al Presidente, pero su concreción en política de exclusión parece estar llegando. En la coyuntura de entonces la opción de Velasco por “la Misión” no parece nítida en hechos, pero empieza sentirse. Comienza con la tolerancia ante el MLR y la política que representa el Ministro Tantaleán. En el transcurso de tos últimos años esta política ha ido más allá de las reglas de juego internas, como lo demuestra el nivel de recursos estatales con que cuenta, a pesar del carácter no oficial de ese movimiento 5 7 . El MLR mantiene la iniciativa política y no se le pone freno desde el 55

Cronología Política. Hecho No. 3681 p. 1513

56

Cronología Política. Hecho No. 3134 p. 1197

57

Recuérdese que el gobierno desautorizó toda forma no oficial de organización que tos apoyará; sóto admitió organismos creados por el mismo y de ser posible a través de una norma legal. Cuando se formó el comité coordinador de organizaciones populares en respuesta a tos sucesos del 5 de febrero fue rechazado; cuando se formó el movimiento de la

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gobierno, cosa si se hace con las organizaciones del gobierno que pugnan con este movimiento. En este caso, la conciliación funcióna a favor “la Misión”. Resulta evidente en agosto que al agudizarse la lucha política, esta conciliación seria definitoria de la línea del gobierno; así será percibido por cualquier acto situado fuera de este, especialmente en el campo popular, cuando cada vez que sufre una agresión del MLR, to encuentran respaldado por el poderoso aparato estatal. Con todo, a pesar de favorecer estas posiciones, Velasco mantendrá aún el rol pendular y articulador del conjunto del gobierno que cumple desde 1968, y tanto en la nominación de directores de diarios como en la constitución OPRP se procurará incluir a ambas tendencias. En el primer caso sale Frías con lo cual se concilia con tos “militares progresistas”; pero tos dos grandes diarios –El Comercio y la Prensaestarán en manos de personajes que sin tener una pública identificación con “la Misión”, por razones y rasgos diferentes hacen un juego que le es favorable. El primero, por su tradicional anticomunismo y el silenciamiento que impone a to popular. El segundo, por su trayectoria y silenciamiento que impone a to popular. El segundo, por su trayectoria obsecuente y que to hace desmantelar to poco que en ese diario hubiera de progresista. Y en la Crónica, Gonzales Posada –cuñado del Presidente- serán también una carta de apoyo a “la Misión”. Expreso y Correo, a tos que se suma Ultima Hora, estarán en la trinchera de tos “militares progresistas”, con diferencia entre sí pero unidos en el combate contra “la Misión” 5 8 . La constitución de la “Organización Política de la Revolución Perúana” se lleva cabo en el momento de máximo deterioro del régimen y, como si este procurará anular, coincide su aparición pública con la deportación de 29 personas y la clausura de Marka, sin que los dirigentes de este nuevo aparato político fueran siquiera informados de lo que iba a ocurrir. El gobierno, que había discutido por largo tiempo el proyecto, terminará generando un ente prácticamente “nombrado” y casí parte del aparato estatal. Entre las 32 personas designadas para formarlo están presentes las dos tendencias que pugnan en el gobierno, en deseo equilibrio que soto funcióna en el papel. Es un verdadero “ring de box” 5 9 .

revolución peruana fue rechazado también, aunque que con mas elegancia, dado que tos firmantes eran importantes funcionarios. Y bastante antes tos comités de defensa de la revolución y de la reforma agraria, había sido también liquidados. Soto el MLR obtuvo, pese al rechazo activo de las organizaciones populares de diversos tipos y línea, la anuencia y el apoyo oficial sin ser una organización aprobada por el gobierno en su conjunto. 58 59

Cronología Política. Hecho No. 3675. p.1511 Cronología Política. Hecho No. 3693. p. 1527

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Así, como al llegar a agosto del deterioro del gobierno es grande. La lucha entre “la Misión” y tos “militares progresistas” atraviesa todo el gobierno e impide que este afronte coherentemente tos requerimientos de un rumbo más neto. A nivel político en el transcurso del año se ha podido percibir la progresiva hegemonía de “la Misión” en tanto llega a tener la iniciativa, actúa dentro y fuera del gobierno, logrando incluso contar con la amplia tolerancia presidencial. El aislamiento del Presidente parece favorecer a "la Misión", que logra con mayor facilidad que sus calificativos hacia el grupo contrario -"infiltrados", "comunistas"… etc.- sean asumidos por el Presidente, aún cuando se trate de militares muy cercanos a lo largo del proceso, a tos que- con mis "benevolencia"- se calificaría de "ingenuos" o "tontos útiles". En agosto, el debate político y la pugna interna no se centran en tos temas esenciales del momento: la política económica y el virtual estancamiento de las reformas. Aunque estos problemas están supuestos y dados en tos enfrentamientos de las tendencias en pugna, la atención se dirige a "la Misión" y al MLR come tales, a sus acciones contra toda organización popular que no controlen y contra todo periodista que lo descubra y denuncie La necesaria simplificación del debate y su influencia en las más diversos campus do la administración está paralizando al régimen que, por otra parte, no se atreve a reconocer la verdadera dimensión de la crisis económica en razón do la lucha política que to atraviesa. Por mucho tiempo cada tendencia luch6 en la cúpula procurando ganar la opción del Presidente. En agosto parece claro que ha optado -aunque mantenga su rol articulador- y esa opción se da en un cuadro de aislamiento personal que favorece el mito y dificulta la confrontación abierta. Dada la estructura del régimen, dicha confrontación resulta imposible: Cuando Ministro se enfrentó con el Presidente terminó saliendo del gabinete y truncando su carrera militar. Todo ello cede el paso a la intervención en términos militares.

3.

LA CAIDA DE VELASCO

El proceso político puede explicar así tomo tos "militares progresistas",

se alejan del

Presidente Velasco en el lento año 1975, durante el cual parecen actuar siempre a la defensiva. Se han formado nuevas alianzas en función de la amenaza que tos actores ven en el curso del proceso. El golpe del 29 de agosto fue al mismo tiempo contra Velasco y contra "la Misión". AI justificarlo tos actores pusieron el énfasís en uno u otro aspecto, aún cuando se arribara a esa decisión por reconocer que el Presidente estaba cada vez más limitado.

50

El 29 de agosto aparecen aliados tos "militares progresistas" con lo que entonces se conocía como, el sector institucionalista, representado por el General Morales Bermúdez. Si durante todo el período fue difícil precisar las tendencias -por el carácter militar y formalmente unitario de tos actores-, en este caso lo es aún más porque se trata de militares presentes "en los cuarteles", más que en cargos políticos y porque esta tendencia parece expresar a una mayoría silenciosa, corriente de opinión formada dentro de la Fuerza Armada, sin expresión política abierta. Lo que parece expresar esta corriente es el desgaste que tanto la lucha interna como el ejercicio del poder directo y excluyente, ocasíona en la Fuerza Armada. Ahora es dentro del Ejército donde se produce una corriente que reclama banderas propias, no explicitadas en escena. Influida por la lucha ideológica, dada casí abiertamente al interior del régimen durante los últimos años, esta corriente está condicionada per el macartismo que la rodea. Se expresa especialmente en preocupaciones propias de la institución militar: tos problemas geopolíticos al Sur y lo que implica el aislamiento del Perú del resto de América Laúna, por las profundas diferencias ideológicas que el gobierno tiene con tos tiranos del continente; la presión armamentista y tos problemas de abastecimiento; la presencia de un gran número de oficiales activos en cargos civiles de la Administración Pública; el reclamo de una conducción más institucional del gobierno, que en la práctica traslade poder a los mandos militares, tal como ocurrirá en la llamada "Segunda Fase". Esta corriente supone, sin embargo -aunque lo esté explicito.-, elementos más profundos que se expresaran claramente en el curso político de la "Segunda Fase": Tos temas centrales de preocupación no son tos problemas fundamentales del país, tos de la mayoría del pueblo. Se hará hincapié en lo institucional y en lo que supone el ejercicio del poder. La proliferación de ambiciones y frustraciones que genera este ejercicio

-puesta

de

manifiestos en ascensos, cargos y prebendas- es expresión de las contradicciones de clase más visibles en tos sectores medios; el temor a to popular junto con una variedad de posiciones en esencia conformistas con el status que, que deforman la visión política haciendo aparecer como técnicos, organizativos o personales tos problemas más agudos de la economía, el gobierno y la política. La dificultad de llegar a una apreciación más exacta proviene de la acusación de esta corriente, básicamente dentro del Ejército. Las políticos del gobierno en la "Segunda Fase" harán innecesario un análisis más concrete pues se verá cómo la ambigüedad inicial sirve para desandar el camino recorrido por las reformas y repetir tos complejos, motes y demandas de la burguesía criolla y sus aliados imperialistas. Sólo hay que destacar la renovada vigencia del mito macartista: comunistas son todos los que se salgan de la ortodoxia capitalista y el comunismo -así de genérico- merece todos los calificativos negativos, convirtiéndose en "el más grande peligro". Para muchos será

51

preferible un Pinochet -asesino de masas- a cualquier posición calificable de "comunista", aún cuando no se defina como tal 60 .

Pero en tal

caso, quienes actúan "en nombre" de tos institucionalistas serán tos

comandos del Ejército -el General Morales Bermúdez y varios Comandantes de Región, dando con sus cargos el aval formal de la cúpula castrense a estas posiciones. Por ello el golpe del 29 de agosto aparece también como decisión institucional del Ejército: En ese hecho, sin embargo, está presente la acción de tos "militares progresistas", uno de cuyos líderes comanda la Segunda Región Militar. Especular a estas alturas sobre donde se ubicó la "iniciativa" parece ocioso, pero es un hecho que se dio una alianza entre militares de distintas posiciones, que tenían en común la necesidad de eliminar a Velasco y a "la Misión" 61 . En el golpe la correlación de fuerzas militares y políticas favorece a las corrientes representadas por tos institucionalistas, con el General Morales Bermúdez a la cabeza. Al asegurar el control del Comando del Ejército y de varios Comandos Regionales, la hegemonía en términos militares resultaba fácil y sobre todo legitima en términos internos ya que la iniciativa partía de la más alta jerarquía institucional. Tos militares conocidos por su ubicación en la tendencia progresista soto tienen un mando clave, la Segunda Región Militar, a cargo del General Leónidas Rodríguez. Las demás figuras conocidas ocupan cargos ministeriales. En conjunto esta tendencia ha actuado casí a la defensiva durante todo el año 1975 y aún desde antes. A pesar del ingreso al Premierato del General Morales Bermúdez, en quien confiaban para la tarea de contener a "la Misión", esta va aumentando su poder entre enero y agosto, y logra ser hegemónica en la política del régimen tiñendo con la imagen que proviene de sus actos a todo el gobierno 62 .

60

En el Ocaso del Poder Oligárquico señalamos esta realidad como variable presente en cada periodo, llamando la atención sobre muchos hechos que así to demuestran en un país que en la década del 60 vio calificar a Fernando Belaúnde – de acción popular- y a Héctor Cornejo Chávez – de la democracia cristiana- con este mismo anatema sin preocuparse de la relación entre estas posiciones y la de tos partidos comunistas, ya no puede extrañar su utilización en este periodo. Pero, además hay que ver como la ideología dominante defiende caricaturizando al contrario. Del comunismo sólo se repite en América Latina to que hay de totalitario, de violencia y de represión en las experiencias históricas que llevan ese signo. Y esto se hace a partir de experiencias históricas capitalista que tiene en su haber tanto o más totalitarismo, violencia y represión además de instalarse sin ambages, para reproducir la explosión económica de las masas, que permite la acumulación monopólica de esta época. Además toda alternativa al capitalismo que se proponga será incorporada mecánicamente a las experiencia históricas dadas en tos países llamados comunistas… mostrando de ellos obviamente sólo lo que conviene y el margen de sus particularidades históricas. 61

Con Velasco salen del Gobierno tos más importantes exponentes de “la Misión”: Tos ministros Tantaleán, Sala Orosco, Jiménez de Lucio, Zabaleta, Segura, Richter, así como el jefe de la casa militar, general Enrique Ibáñez, cuyo poder se acrecienta en el último año por su capacidad de regular el acceso al presidente aislado. De todo ellos soto el general Richter permanecerá en actividad.

52

El golpe del 29 de agosto no ubicara en la primera línea del poder a tos militares progresistas. Apoyan con su imagen y con la unidad militar que controlan, pero endosan un cheque en blanco a Morales Bermúdez que gana la iniciativa, el poder de gobernar y que consolidará luego el monopolio del poder militar. El golpe del 29 de agosto es básicamente una acción del Ejército y no de la Fuerza Armada. Luego de producida obtiene la adhesión de la Marina y la Avíación. La primera viene de pasar un ya largo período de crisis institucional irresuelta. Enfrentada a toda tendencia progresista desde 1968, la Marina tiene un choque frontal con el Presidente Velasco cuando este fuerza el retiro del Almirante Vargas Caballero, en 1974. Desde entonces la sucesión del Comando de la Marina -Almirante Arce, Faura y Gálvez- será una cúpula impuesta 63 , que no logra recomponer la legitimidad del comando. Cercanos a

las

posiciones

progresistas,

se

enfrentan

a

una

oficialidad

profundamente

reaccionaria, posición a la que ha llegado combinando sus opciones ideológicas tradicionales, el actuar cercano e incentivador de importantes grupos de derecha y, en los últimos tiempos con especial fuerza, la identificación mecánica de toda posición progresista con la agresión a su "ser institucional" de la que culpan al Velasquismo en el poder. Con este complejo proceso la Marina estuvo distanciada del resto de la Fuerza Armada; se sintió golpeada por to que se calificó de excesos de Velasco o del Ministro Arce, pero cuyo origen obvíamente está en las pretensiones cuasí golpistas que albergó el Almirante Vargas Caballero al enfrentar públicamente al Presidente y parte del gobierno, sin medir sus propias fuerzas 64 . Aunque todo to que se refiere a las instituciones castrenses que hayan sido de trato reservado, estos hechos muestran públicamente la existencia de la crisis institucional.

62

Escasas son las ocasiones en que tos "militares progresistas" salen directamente al ataque. Una de ellas, el discurso del General Fernández Maldonado en Ayabaca. Denunciando al APRA y al neofacismo, va a encontrar respuesta en el mensaje del 28 de julio del propio Presidente. Este acusará a su compañero el 3 de octubre – y con él a otros- de “ocultar” la infiltración comunista. La capacidad de convencimiento e intriga de más de un habitante palaciego, llevaba al punto de quiebre tos que fue una relación básica de confianza entre Velasco y tos coroneles del 68. Ante tal situación éstos, formados y liderados por Velasco durante tantos años pasarían por un lento distanciamiento que poco a poco sale a luz en to que al Presidente se refiere. Este hecho, sumando al tipo de ministerios que ocupan más técnicos que políticos, en perspectiva interna (ministerios como tos de energía y minas, relaciones exteriores o agricultura que, sin desmerecer sus importancia en la política de conjunto no tiene mucha capacidad frente a lo que es central en ese momento: la lucha contra el MRL en el movimiento popular y en tos diarios). Explica probablemente su ubicación a la defensiva en este largo periodo. 63

Así es percibido, aunque en ambos casos se cumpla la norma de grado y antigüedad. Para lograrlo en el segundo caso se invitó al retiro a varios almirantes, pero producido el hecho resultaba legalmente indiscutible. En el tercer caso, el nuevo comandante es fruto del mini golpe que -supuso salida de la Escuadra a la Mar-, apreciación en la que coinciden todos los observadores de entonces. Lograron la salida de Faura pero no lograron imponer el nombre del nuevo Comandante. Se les impuso el nuevo Comandante, siguiendo la norma de antigüedad. 64

Véase al respecto en PEASE, Henry. El Ocaso… Cap. 3 pp. 71 a 122

53

En el golpe del 29 de agosto el General Morales Bermúdez reincorpora a la Marina al

equipo

que

gobierna.

Presente

en

el

anterior

período

sólo

en

términos

institucionales y formales, no había tenido la capacidad de definir quién era su representante 6 5 . En el mismo momento del golpe, el propio Morales Bermúdez asíste a la ceremonia de reconocimiento del nuevo Comandante, Almirante Parodi 6 6 , en acto que al contar con su presencia adquiere un significado mayor para la Institución y, dada la monolítica orientación de ésta, será significativo para la línea política del nuevo gobierno.

4.

REACCIONES ANTE EL GOLPE DEL 29 DE AGOSTO

La caída del Presidente y la conclusión de la "Primera Fase" es un hecho castrense que sorprendió a las diversas fuerzas sociales. Velasco sale de Palacio ante un pueblo que guarda silencio. Ni un grito a favor, ni grito en contra el líder militar vivado en muchas ocasíones y que pocos años después recibiría en su entierro la más grande manifestación hecha por el pueblo de Lima, no tiene a su lado -al salir de Palacio- un pueblo que diga NO. Se expresa aquí una consecuencia del modelo mismo de participación del régimen: se exige pasívidad al pueblo. Esta no toma parte en las decisiónes políticas. Los militares gobernantes eran tan "dueños" del poder que las decisiónes eran tomadas, aún sin consultarlas -ni en busca de consejo- con las propias entidades políticas que generaban. Más de las intenciones y proyectos que pugnaron dentro del gobierno, la única participación tolerada resultaba "comparsa" en la coyuntura. Toda iniciativa popular se sentía distante, manipulable, y como tal se rechazaba. Esta actitud y el deterioro de Ios últimos años hace imposible, incluso inconcebible, la presencia popular defendiendo aunque sea verbalmente a Velasco. Pero lo mismo ocurrirá con sus sucesores que ascienden al gobierno. No generan aplauso sino expectativa, temor a la regresión o aliento hacia ella -según las opciones- y sobre todo una sensación de lejanía del gobierno. Las fuerzas de derecha en cambio, festejarán la caída de Velasco. Su caída les abre las puertas, pues la intuición popular de éste y el derrolero de su gobierno hacían 65

En realidad, dadas las normas castrenses y el estatuto del gobierno, ningún instituto tenía capacidad de elegir a su representante: este era, en la junta, el oficial general más antiguo. A partir de ello se asumen tos cargos. Hasta la caída de Vargas Caballero, en la marina se aplicó mecánicamente sin que hayan trascendido roces o tenciones. Pero luego que este ministro es forzado a renunciar –Hecho que en su caso que to obliga a solicitar su pase al retiro- y de la junta de almirantes se pronuncia públicamente en contra, tos acontecimientos salen ya de la esfera disciplinada y castrense para devenir en sucesivas acciones de pugna en la que se mantiene formalmente la norma. Sin embargo, al forzar el retiro de tos que se ubican en orden de sucesión, se deja campo al hombre adecuado a aquella parte que gana la partida. Esta situación, indicadora de la crisis a la que llega la propia institución castrense, se dará en la aviación al principio del gobierno, siendo rápidamente resuelta. Durante la “Segunda Fase”, en el ejército se aplicará el mismo camino para consolidar la misma línea de Morales Bermúdez eliminando a los militares progresistas. 66

Cronología Política. Hecho No. 3766 p. 1562-63

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muy difícil el dialogo y la concertación de acuerdos. Sin embargo, también sujetos pasívos en lo inmediato, pues se trata de una decisión militar. Serían pocos los que tras el lenguaje y las afirmaciones de ortodoxa continuación, logren ver entre líneas el regreso a posiciones observadoras. Pero aprovecharan sin descanso todo el nuevo espacio político que se les abre para defender su prensa, su empresa, su capacidad de seguir subfacturando exportaciones y sobrefacturando importaciones, su evasíón tributaria así como el bajo impacto de los impuestos en las utilidades empresariales. Obvíamente, para todo ello insistirán en su preciada libertad política siempre que ella se base y desarrolle en condiciones de desigualdad, única forma de retener su poder dominante. La caída de Velasco por acción militar trae consigo la caída de tos personajes identificados con "la Misión", uno a uno, come, para confirmar que eran el centro de la lucha en la cúpula de ese entonces. Es, en resumen, una expresión sólo militar de la lucha política, con una resultante que cambiar: el curso del proceso. Las fuerzas sociales y políticas permanecen a la expectativa; unas en espera del ansiado viraje, otras -por el momento- aspiran a eliminar la política anti-sindical y autoritaria que aparece como necesario correlato de la forma en que se afronta la crisis

económica.

movimiento

Pero

popular,

en

aún

líneas

generales

inorgánico

y

muy

campeara

el

escepticismo

dividido,

tenderá

a

un

y

el

mayor

distanciamiento. La coyuntura pone de relieve momentaneamente la escena oficial, particularmente la acción de la cúpula militar. Pero no se explica sin la presencia y acción de las fuerzas sociales que integran el poder, con base local y extran jera. En el curso posterior habrá incluso denuncias que se referirán al juego imperialista provocando la caída de Velasco 6 7 . Sin ser este un factor ausente, requería de mediaciones y al parecer las había. Pero ello, al igual que muchos acontecimientos debe ser parte de la investigación histórica, más distante y p rofunda que este nivel de análisis. En todo caso la coyuntura tiene ya –con los elementos del deterioro del régimen vistos en el capítulo 1- suficientes indicios para dar cuenta del carácter del curso político. En los propios límites del proyecto Velasquista, en el desarrollo de todo el período, está indicado el rumbo que se plasma en esta coyuntura. Desde varios años antes existe un tendencia global que define la correlación de fuerzas en sentido contrario las tendencias progresistas surgidas a partir del Velasquismo. Esta tendencia global parte de tos niveles más estructurales de esta sociedad inserta en el capitalismo imperialista y hace ver los límites del reformismo, aun en sus más avanzadas versiones. Se nutre a su vez de una coyuntura 67

Ver al respecto las diversas afirmaciones del ex Secretario del Prensa del Pdt. Velasco. Augusto Zimmermann en su libro “Los últimos días del General Velasco”. Lima, 1978.

55

internacional desfavorable que estrecha su margen de juego y tiene impacto en las instituciones castrenses. Con esta coyuntura se plasma una nueva y más amplia ofensiva de Ias fuerzas reaccionarias que significará, en toda la "Segunda Fase", un ciclo político que reduce el margen de juego de la cúpula militar y la mantiene fácilmente a la defensiva. Sin embargo, derrolero no será mecánico, ni perderá la conflictividad propia de un período en que la burguesía carece año d una representación orgánica en el gobierno.

5. LA "SEGUNDA FASE": CAMBIOS OPERADOS EN EL RÉGIMEN POLÍTICO La figura de Morales Bermúdez, sus antecedentes como Ministro de Economía "moderado" y "monetarista", confortan a los sectores más lúcidos de la burguesía. Pero se ve que un largo trecho falta por recorrer y no se endosan cheques en blanco. En los seguidores del régimen -espectro amplio y difuso, sin expresión orgánica- e incluso en quienes, aunque distante otorgan vigencia al consenso pasívo que estos regímenes utilizan, hay un margen de crédito y de confianza en que se retome el curso de las reformas iniciales o se logre cambiar el propio curso de estos. Es claro que una observación más profunda hace presentir negras nubes en el horizonte: el curso de las reformas no se cambia por simple decisión vertical. En cuanto al régimen, mantiene y acrecienta una institucionalidad militar que de por sí no es dinámica ni factor de cambio, sino base de mantenimiento del poderes. Pero, en medio de todo, la presencia de los militares progresistas que acompañaron a Velasco desde el 68 y que mantenían vínculos y diálogos más abiertos con el movimiento popular y parte de la izquierda, fue vista entonces como signo de confianza. El cuidado con que en sus comienzos trató el nuevo régimen a la figura de Velasco es también otro elemento de legitimación. Se percibirá al ex-presidente más enfermo y retirado, que derrocado o "caído en desgracia". Buena parte del pueblo identificara más con el curso de la enfermedad que con el curso deteriorado del régimen y el viraje que se viene. En sus inicios, el nuevo gobierno se presenta apoyado en varias herencias de la "Primera Fase" que procura levantar: el prestigio de Ias reformas, la propia figura de Velasco, la presencia de los "militares progresistas". . . Desarrollará intencionalmente esa margen con actos y con palabras hasta Marzo de 1976, comenzando por el hecho que llega a justificar ante muchos ojos el golpe: eliminar a "la Misión", al MLR y sus secuaces. Hay al comenzar un elemento que cambia el eje de la toma de decisiónes e irá definiendo el nuevo régimen político: la Junta, formada por los tres Comandantes Generales de la Fuerza Armada y el Presidente, funcióna como tal regularmente. Durante la presidencia de Velasco se conocieron pocas decisiónes de este organismo; sólo actuó en momentos claves: ratificación de Velasco, grave enfermedad de éste o en la función propia -más de

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cada Comandante que de los tres reunidos- de proponer al Presidente ternas para Ministros. Pero en el gobierno mismo, la Junta no sesionaba aparte del gabinete y en este sus miembros pesaban más o menos como un ministro más. En la práctica, su funciónamiento en la "Primera Fase" era parecido al de la Junta Militar de Gobierno de 1962-63, en la que cada ministro era miembro de la Junta que tenía cuatro Co-Presidentes, uno de los cuales ejercía la función. Esto daba al Presidente un mayor margen de juego; lo hacia Presidente de la República y no solo Presidente de una Junta que decide todo lo que resulte central. Pero ello permitía, sin embargo, la expresión de las distintas tendencias que representaban tos ministros en forma directa y no sólo tras Ios bastidores, presiónando a los miembros de la Junta. En la "Segunda Fase" el General Morales Bermúdez instala la Junta y define, como bandera propia, en funciónamiento institucional en torno a ella. La reúne semanalmente separada del gabinete y progresivamente se le asígna un espacio propio de poder político, restado de una parte al Presidente mismo y de otra al gabinete. Ello reforzará el peso político de cada Comandante y alterara en términos reales la correlación de fuerzas, pues data no solo expresión sino capacidad real de imponer y/o vetar decisiónes a los sectores más conservadores. Esto hace posible, por ejemplo, que en 1975 tos militares progresistas no estén representados en la Junta, aunque tengan presencia en el poder. Este organismo, por su parte, ve disminuido su poder e influencia al depender no sólo de un Presidente sino de la decisión de tres miembros de la Junta. En cambio operado será significativo en el manejo político de toda la "Segunda Fase". Será una de las Fuentes de legitimación del Presidente Morales Bermúdez ante Ias instituciones que lo nombraron, primera y lo ratificaron luego. El freno que la Junta significa en el curso amplio de las definiciones será decisivo para iniciar el viraje que tiene más adeptos en la cúpula ampliada -generales y almirantes ubicados en funciónes castrenses. En perspectiva el General Morales Bermúdez tendrá capacidad de manejar un nivel de decisión estratégica, al lograr mantenerse -su logró básico- a pesar de tantas tormentas, presidiendo una Junta que va recomponiendo sus miembros. Este nuevo estilo no requiere de una nueva norma jurídica. El Estatuto del gobierno es suficientemente amplio como para permitirlo. Así se expresa, en fin de cuentas, una acentuación de la capacidad de juego de las fuerzas reaccionarias que pronto se reflejara en el aislamiento y depuración de la tendencia progresista. A la vez, la cúpula mantiene -y defiende en los primeros años- la capacidad de concentración de todos los poderes estatales. Esto último no impide que conceda gradualmente mayor atención a las demandas de las fuerzas reaccionarias en continuado ascenso.

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Las banderas institucionalistas llevan a buscar niveles de mayor representatividad castrense en las acciones de gobierno. Es evidente, sin embargo que no se trata de democratizar la estructura militar, pues en su actual estructuración ello es inconcebible. A la vez que se críticas a la "Primera Fase" por no haber sido representativa de la Fuerza Armada, se trasladaran cuotas de poder a los Comandantes Regionales, incluso llamados y reunidos en situaciones difíciles antes de decidir. El desplazamiento parcial de poderes será más visible en la crisis de 1976, pero está presente en la orientación inicial del régimen. Este nuevo elemento también fortalecerá las posiciones más reacciona. rias. Servirá de canal de expresión para la "pequeña" política y su secuela clientelista; servirá de freno para todo lo que asuste a los Comandos y sobre todo impedirá fáciles consensos en perspectiva progresista. La institucionalidad castrense no está hecha para gobernar, ni su composición social y desarrollo ideológico propicia el cambio, siendo además suficientemente grande la heterogeneidad como para dificultar todo camino que suponga emprender nuevos proyectos, incluso reformistas. El General Velasco, manejando los límites institucionales del Estatuto del Gobierno, mantuvo a la Fuerza Armada distante de las decisiones políticas inmediatas. Si bien toda su estructura de Estados Mayores, Servicios de Inteligencia, Comando Conjunto, etc., intervenga en la formulación de leyes y estudios, todo concluía en el gabinete y sólo allí se decidía lo esencial. Lo que Velasco no hace es transferir a otra cúpula una parte del poder de decisión o compartirlo con ella. Esto permitió que la Fuerza Armada participara en el gobierno y a la vez este desarrollara su propia lógica. En la "Segunda Fase" por el contrario, la imagen de esta forma de conducción está deteriorada y el camino asumido para superarlo lleva implícita la paralización de todo cambio importante, pues estos nuevos mecanismos se adaptan mas para mantener el orden que para cambiarlo. En efecto, en la estructuración institucional militar es más fácil alcanzar consenso para mantener las cosas como están que para cambiarlas, más aún si ésta decisión política que arrastra tras sí problemas ideológicos, de información, etc. Por ello el efecto global de la participación de los Comandos o la cúpula ampliada en los niveles de decisión del gobierno, resulta un impedimento a toda transformación real. Esta presencia de la cúpula militar ampliada se hace pública en varias ocasíones. Los Comandos Regionales suelen reunirse y expresar adhesión pública -vieja costumbre- así como demandas no públicas, participando en coyunturas claves. La elaboración del Plan Túpac Amaru quizás el ejemplo más conocido. En su versión final -avanzada ya la depuración de los militares progresistas- sur definición estuvo en manos de una Comisión de Oficiales Generales de las instituciones castrenses. EI texto final ampliamente conocido muestra un esqueleto de medidas que nada reforman pero reflejan bien el viraje,

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yuxtaponiendo frases para contentar a distintos actores, sin concretar mucho. Es lo posible, dentro de lo que parece ser la mentalidad de la cúpula castrense dentro de la cual se notan los frutos de la conciliación de posiciones evidentemente no homogéneas. En ese nivel difícilmente podría haberse contado decisiones de transformación, aún con criterio reformista, dada la heterogeneidad propia de estas instituciones. Pero lo que interesa señalar es el estable aumento de un nuevo espacio para la toma de decisiones y lo que ha cambiado respecto del régimen precedente, tomándolo a la vez más complejo y más fácil de influir por los grupos de poder. En este mismo asunto hay antecedentes distintos en la "Primera" y en "Segunda Fase". Entre 1968 y 1974 no se conoció la existencia de un Plan de Gobierno. Una a una, las reformas se planearon con reserva y solo fueron anunciadas al ejecutarse. Si bien podían estar informados los Comandos, la decisión partía y se centraba en la cúpula militar del gobierno: Gabinete OAP. En 1974 se anuncia la existencia de un Plan de Gobierno -Plan Inca- aprobado por el Comando Conjunto. La posibilidad de una amplia consulta en 1968 debe ser pues descartada y parece más bien que este Plan se elabora en 1974 con el fin de formalizar lo ya hecho y lo pendiente, en un momento en que el régimen debe conseguir consenso incluso en las instituciones militares 68 . Parece coherente pensar que una amplia consulta entre generales y almirantes no hubiera dado como fruto el Plan Inca. Ni la conformación, ni la estructuración de las instituciones militares está hecha para la consulta. Estos operan con criterio jerárquico, a con los altos niveles. Esta consulta se hizo así para el Plan "Túpac Amaru" lo no para el Plan Inca. Y la Junta parece tener en ello algún rol. En efecto fue conocido que desde 1975 se emprende la evaluación del Plan Inca, en pequeño equipo y con la aprobación del Presidente Morales Bermúdez. Se llega a formular un nuevo plan. Preliminares discusiones, aún con la presencia tos militares progresistas, dan lugar a enfrentamientos "sotto voce" que impactan. Pero dada la estructura jerárquica, el Plan sólo podía operar por decisión de la Junta, ese espacio nuevo de decisión, en tanto tiene distinta función. Vetado este plan, el mismo Presidente que lo había impulsado lo rechaza en discurso del 31 de marzo, denunciando que en su elaboración había habido "infiltración ideológica". Como este soto se puede dar a través de personas, en este caso con galones y estrellas, tos infiltrados deben ser purgados. 68

Siempre con el margen de error propio de un observador externo, entendemos que el Plan Inca pudo obedecer en esa coyuntura a una triple necesidad. Por un lado, obtener consenso de la Fuerza Armada, reforzando una institucionalidad quebrada en la pugna con el Comandante de la Marina (se recurría además al tecnocratismo planificador tan desarrollado en la formación castrense, para indicar que el régimen no improvisaba y dar cuenta de una exacta fidelidad –imposible en política- a un plan preestablecido tantos años antes). A la vez se notificaba a la burguesía de los límites de un proceso que había avanzado paso a paso generalizando una sensación amplia de inseguridad; y en esto la presencia de ideas puestas por elementos progresistas –tales como la preponderancia de la propiedad social- tendría efecto contrario, a pesar de su gradualismo y de su inviabilidad evidente a partir de una análisis más estructural de la economía. Finalmente, podría buscar ampliar una base de consenso, indicando un derrotero por realizar, en relación a la demanda militancia.

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Lo que nos interesa destacar con esta disgresión es la presencia de rasgo distinto en la institucionalidad del régimen, que tiene relación con desplazamiento de tendencias en el gobierno, y de fuerzas en el nivel global. De un régimen que representa a la Fuerza Armada -con rasgos propios de la verticalidad militar- pero que gobierna desde el gobierno, se pasa a un régimen que comparte decisiones con una cúpula ampliada de Fuerza Armada como necesaria condición para lograr consenso en su única base real de apoyo. Ello conllevara necesariamente un margen año mayor concesiones a las demandas militares, tanto políticas como de recursos. Y eso será bien aprovechado por la derecha.

6. ¿Por qué “SEGUNDA FASE”? Durante la "Primera Fase" Velasco impone su voluntad; conduce, señala un norte, atrae apoyos de distinto corte y acumula consenso progresivamente a partir de la toma de la IPC. Todo el gobierno estaba impregnado de la personalidad e incluso, en parte, de su estilo. Su figura se proyectó más allá del gobierno, con una imagen definida de caudillo. Su liderazgo se impone durante todo su gobierno. Al presidente se le teme y en el fondo se le admira. Muy distinto es el rol del General Morales Bermúdez: Presidente de la junta militar prestigiado como técnico, cabeza de un equipo que no es tat...; parece simbolizar un vacío de liderazgo. El aparato publicitario reiterara sus lidades, valiosas pero no atractivas en términos de liderazgo. No tiene en sus manos al comenzar un solo triunfo en dirección popular y su imagen vista en el lugar de mando, a veces dubitativo, a veces confuso... siempre “sobre la ola". El rol "conductor" es ahora puesto de relieve por la prensa. Antes no había necesidad de hacerlo, porque el líder era conductor y esta conducción se sentía. En contraposición, la dubitativa y contradictoria figura de Morales Bermúdez será identificada luego con las marchas y contramarchas del régimen, hasta reducir el margen de credibilidad incluso entre sus allegados y colaboradores.

Para justificar el golpe, el nuevo gobierno explicar la presencia de desvíasíones personalistas, que imputará a Velasco. Acinia, a partir de ello, denoniinaci6m que lo distingue del período anterior: "Segunda Fase", así definida para profundizar y consolidar la primera, eliminando las desvíaciones personalistas de su conducción. Progresivamenle . la Llamada "Segunda Fase" será un nuevo gobierno, cambiando Io que puede del régimen anterior, en función de las demandas propias del campo

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burgués,

recibiendo

el

aplauso

de

los

enemigos

de

la

"Primera

Fase"

y

distanciándose do todos tos apoyos a medias logrados por ésta. Pero, desde el inicio, la sola distinción establece un corte útil el rompimiento de solidaridades -incluso en la Fuerza Armada- con el régimen anterior. Ese corte servirá también para facilitar la regresión: se aceptará la crítica a la "Primera Fase" y la introducción de cambios que desmantelen las reformas. Se culpará de la crisis y de las dificultades actuales al gobierno anterior -como sintiéndose parte de otro gobierno-, a pesar de haberlo integrado. La distinción mencionada más arriba sirve para que el nuevo gobierno fortalezca su propia imagen y personalidad política. Distinguiéndose del anterior, tendrá las manos libres para actuar buscando nuevos rumbos y nuevos aliados dentro y fuera del país. Aprovechará el prestigio que pueda darle el gobierno anterior en el momento adecuado, dado que se ha establecido una distinción suficiente para cambiar pero no por ello antagónica en sí mismo, "Segunda Fase" supone continuidad y diferenciación a la vez. Su giro, sin embargo, apunta a lo segundo. En esta coyuntura, así como en los años en que se desarrolla la "Segunda Fase", se apreciarán así algunos rasgos que diferencian la institucionalidad del gobierno inlluyendo en el juego de fuerzas. Los rasgos de la conducción, ya anotados, se expresarán en un derrotero que gradualmente erradica del gobierno a la tendencia progresista, abriendo los canales y espacios necesarios para que las fuerzas políticas reaccionarias aseguren el rumbo del curso político. Ello se podrá apreciar en la segunda parte de este trabajo, al recorre la periodización de la escena política. Los rasgos del régimen tendrán, sin embargo, una fluidez propia de un período en el cual tanto la burguesía nativa como el movimiento popular -ambos con poca organicidad en el espacio abierto- imponen condiciones que Ilevan a marchas y contramarchas. La asímetria propia de esta sociedad capitalista se expresa en la capacidad de las fuerzas reaccionarias para recuperar más y más posiciones, a pesar de que en el nivel político la crisis de la burguesía -incapaz de proponer un proyecto hegemónico y en pleno proceso de recomposición orgánica-

no esté resuelta. La burguesía nativa estaba

políticamente arrinconada al concluir la "Primera Fase", aunque todas las tendencias estructurales corrieran en su favor. No podrá enfrentar por sí misma, mediante alternativos liderazgos civiles, a los militares gobernantes. La "Segunda Fase" con una conducción militar claramente proburguésa -deshaciendo heterodoxias-, le abrirá Ias coyunturas adecuadas para que renazca la civilidad... pero sin por ello excluir la necesidad de compartir ese rol alterno con los nuevos lideres militares.

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CAPITULO 3 EL LENTO CURSO DEL VIRAJE

La "Segunda Fase" del gobierno de la Fuerza Armada concreta un cambio evidente en el curso político de esta década. Todo observador puede percibir que algo importante ha cambiado a pesar de que el gobierno se encuentra en las mismas manos, es decir en la cúpula de la Fuerza Armada. Lo importante es aqui precisar Ios terminos del viraje y no sólo afirmar que éste existe. Hacerlo supone analizar los hechos, los actos de gobierno, la actuación de las distintas fuerzas sociales y más aún, ofrecer una aproximación al conjunto, de la década, es decir a todo el proceso político y sus condicionates estructurales. Por esto al empezar este trabajo presentamos introductoriamente los límites del proyecto Velasquista en la "Primera Fase", su deterioro y la coyuntura en la que Velasco fue derrocado para dar inicio a la "Segunda Face". El curso político presentado en los capítulos 1 y 2 concreta la llamada “Segunda Fase". Sobre está sólo mencionamos hasta ahora algunas definiciones iniciales en cuanto al régimen político construido a partir de la institucionalidad de la Fuerza Armada.

Este capítuto intenta ahora ofrecer una visión de conjunto de la "Segunda Fase" (1975-78); es tributario de las constantes observadas en el seguimiento de la escena política, que se ofrecerá al lector en la segunda parte de este libro. Se trata de una aproximación inicial que intenta analizar globlamente el significado del período, teniendo la "Primera Fase" como perspectiba formulando apreciaciones que se retomarán en el capítulo final, para examinar la salida política, sus tendencias y límites. El análisis a este nivel tiene mucho de provisorio -de hipótesis sugeridas por la observación de la escena-, pero lo entendemos útil para comprender on presente político lleno de interrogames, que no espera el paciente análisis de la historia y reclama respuestas siempre urgentes de todo actor social.

Luego de precisar los términos del viraje del gobierno, señalaremos algunas percepciones generales sobre la recomposición de la clase dominante y el poder burgués, que se sitúan en la base de explicación de los cambios producidos en el Estado y presentaremos elementos que definen la crisis políticas y económica dentro de la cual actúa este gobierno configurando una salida coherente con su carácter burgués aunque limitada aun en sus logros definitivos.

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LOS TERMINOS DEL VIRAJE EN EL GOBIERNO DE LA FUERZA ARMADA Hablar de viraje supone partir de un supuesto de continuidad y ruptura, implícito en la concepción de "Primera" y "Segunda" Fase que usa el régimen actual. En efecto, el régimen parte de una definición y base de sustento común: la Fuerza Armada como institución gobernando, monopolizando el control de los aparatos de Estado. Por esto es importante, si se trata de ver esas relaciones de continuidad y ruptura, recorder en perspectiva lo que significa el proyecto Velasquista y los límites introductoriamente explicados en el Capítulo 1. Más aún, necesitamos resumir lo que era el curso político y recordar que estaba en juego en la coyuntura de agosto de 1975, al concluir la "Primera Fase". Puede dentro de estos límites hablarse de gobiernos distintos -identificándolos con Ios nombres de sus presidentes- pero sólo en el enten dido de que hay una base de institucionalidad común. El gobierno de Velasco se identifica con la cancelación del llamado Estado Oligárquico, con la exclusión de la burguesía agro-exportadora y los terratenientes tradicionales y con el inicio de un conjunto de reformas, enmarcadas primero por este carácter nacionalista y antioligárquico, y luego, por los intentos sucesivos de construir un proyecto alternativo, a los planteamientos liberales de la burguesía industrial. El curso político muestra relaciones de colaboración y conflicto entre este gobierno y la burguesía -en proceso de recomposición y con firmes tendencias monopólicas- que se desarrollan atravesando la propia cúpula del gobierno y exhibiendo proyectos políticos alternativos que terminan conciliados en una política resultante, definida en términos de la institucionalidad del régimen. Resulta así una variante castrense del reformismo presente en la sociedad Perúana tímidamente desde décades anteriores. Caracterizar come reformista la "Primera Fase" implica reconocer que el régimen, por su carácter y composición, no cuestiona el sisterua capitalista con sus logros, aunque se pueda constatar formulaciones verbales e intentos fallidos de hacerlo, con variable dosis de realismo. Pero este reformismo produjo transformaciones concretas en el Estado y la sociedad precedentes, y de ninguna manera puede ser confundido con los reformismos de la década del sesenta o con lo que significa el gobierno actual 69 . 69

Reformismo y revolución se usan en nuestro ambiente más como, calificativos que como conceptos. El primero tiene en la izquierda una connotación peyorativa que contrasta con la valoración positiva del segundo. Más aún, cada cual imagina -diseña en abstracto- su revolución y fácilmente recurre a tipificar como, reformista a quien no comparta el 100°/o de su modelo, aún cuando se trate de simples matices. Con similar lógica se califica de "ultraizquierdistas" a muchos de los que cuestionan las reformas y sus defensores. Nos parece importante plantear un nivel de análisis distinto que sirva pare explicar y distinguir, para facilitar opciones menos planas en el estudio y en la praxis. En nuestro trabajo anterior (El Ocaso. . .p.47) señalamos, al examinar el cuadro político de Ios primeros años, que se podía afirmar la existencia de una revolución política pero no - ni entonces, ni después- la realización de una revolución social. Esta supone un acceso al poder de las clases dominadas, que en una sociedad capitalista –aún con todos los rezagos tradicionales el Perú lo era el 68 - son Ios trabajadores, con todos los aliados necesarios. Ello no ha ocurrido. Más aún, todas las revoluciones de la historia -incluso las precapitalistas- muestran un papel protagónico de las masas, aún conducidas por otras clases,

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El poder del Estado nunca estuvo en manos del pueblo, de las clases exptotadas, ni sus representantes directos han tenido lugar alguno en el gobierno. Durante la década la Fuerza Armada es la que gobierna, continuando un período que, a partir de la pugna habida en la clase dominante -expresión de un anterior proceso de modernización-, potenció el rol intermediario de las capas medias. Incluso las reformas más audaces fueron presentadas como acto de autoridad y no como fruto de la acción o demanda popular inmediata. El gobierno los militares asumen la representación de distintos y contractorios intereses. Incluso las tendencias que en la cúpula expresan mejor las demandas contra la burguesía; lo hacen sin la capacidad de articular y movilizar a las clases populares, encuadrando su rol en un régimen institucional castrense que no permite concertar alianzas con el pueblo organizado. La conciliación e incluso el enfrentamiento coyuntural con la busguesía y el imperialismo, parten de un ejercicio institucional del poder hecho por la cúpula de la Fuerza Armada, que cumple un papel articulador a partir del cual concilia los intereses en pugna. Los cambios iniciales, marginando a las fracciones oligárquicas en décadancia 70 , aumentan el peso del gobierno castrense en el manejo del Etado y a partir de éste se procura imponer un proyecto político en cuya definición hay pugna en la cúpula que no permite a los sectores más radicalizados enfrentar de manera estable y contundente los que en este régimen no se daba y, por definición, no debia darse. AI analizar la resultante de este proceso y caraclerizarlo de reformistas tratamos de recalcar que no se cambió lo esencial de esta sociedad -su ser capitalista- ni de este Estado –burgués- (el carácter bugués no debe entenderse mecánicamente como gobierno de burgueses ni como ausencia de contlictos agudos con sectores de la burguesia. No es mecánica la traslación de los niveles de la estructura a los aparatos políticos e ideológicos y las capas medias o aparatos como la Fuerza Armada pueden bien cumplir ese rol con márgenes de autonomía que se amplían mucho en situaciones de crisis); en ello radica la inviabilidad del proyecto y la facilidad para concretar el viraje cuando la recomposición del campo busgués lo hace posible. Esto implica desocncoer todo lo que ha cambiado en el EStaod y la Sociedad presendente, fruto de las medidas nacionalistas y antiogárquicas e incluso fruto de los intentos de conciliación como la Comunidad Laboral y el de intento de imponer a la burguesía nativa un Estado económicamente fuerte. Más aún, vemos en las reformas iniciadas una potencialidad dinamizadora de las masas que bien podía definirse como potencialidad revolucionaria. Pero de allí a una revolución hay saltos caulitativos como la concreción de alianzas con organizaciones del pueblo que iban en contra de las definiciones del régimen. Más aún, desde fines de la “Primera Fase”, lo que cada reforma tuviera de dinamizador de la participación popular fue anatematizado por parte del gobierno y progresivamente depurado. Justamente, por esas potencialidades que no eran aceptables por el régimen en su conjunto y apenas eran intuidas por muchos de sus ministros progresistas. Una digresión más… aquí el margen de la pugna entre tendencias. Y no confundamos tamoco el curso objetivo de hechos y resultados, con lo que visualizaron los actores políticos, con lo que aspiraron o buscaron hacer. El salto tampoco es mecánico y supone un análisis mayor. En comparación con el proyecto Velasquista, el reformismos del gobierno Belaundista precedente es sólo un tibio populismo que en poco concreto su vago programa.No transformó nada sustantivo del orden precedente. El gobierno en Morales Bermúdez no puede siguiera ser calificado de reformista; su ñínea es la contrareforma, el desmontaje de las reformas del período precedente, lo cual tampoco lo ubica en el estrema derecha. Es que los conceptos no deben ser usados plana y linealmente. 70

Esta decadencia es un hecho objetivo a nivel económico –por el peso que van cobrando los sectores más modernos de la economía- y a un nivel político por la reiterada incapacidad de las fracciones oligárquicas de obtener condiciones de hegemonía en el manejo del Estado. Pero no debe confundirse decadencia con debilidad polpitica, ni con inevitabilidad de las reformas –al menos de estas reformas. La voluntad transformadora del Velasquismo dentro del horizonte ideológico del 68 y de la percepción de los ectores medios de entonces es un hecho innegable que apenas resiste comparación con las posiciones del gobierno precedente.

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intereses propiamente burguéses. En la resultante, el reformismo y la conciliación de intereses -es decir, la tendencia a no cambiar lo esencial del poder de la burguesía, aún cuando se le afecta en sus proyectos políticos y en sus agentes mas directos por un tiempo- era consustancial a un régimen que no tiene, ni logra obtener, una base popular real, capaz de darle sustento por sí misma.

Todo esto ocurre en un período en el cual los cambios operados respecto del orden tradicional no sólo se den en la cúpula o en los aparatos de estado, sine, que impactan en obvía interacción en el desarrollo de un movimiento popular en proceso de constitución orgánica. La presencia de grandes masas urbanas y rurales, con mayores niveles de organización y conciencia política, era un hecho palpable desde la década anterior, acentuado desde 1968 y con impacto en la escena política en forma recurrente desde mediados de la "Primera Fase". Esto impacta en el propio gobierno, potenciando las soluciones verticales y corporativas que, sin embargo, no logran cuajar y desatan la pugna interna al régimen, en terminos mucho más agudos que al empezar las reformas.

Como la lucha política no se suele observar en los niveles de la estruclura, sino en los actores y proyectos políticos que actúan a partir de ella, con distintos grados de conciencia sobre sus límites, será importante recordar la lucha política dada en los últimos años del régimen, a partir del desarrollo de Ias contradicciones ya mencionadas. Sin repetir, en toda su complejidad, un análisis de Ias tendencies que pugnan en la cúpula, articuladas con Ias fuerzas sociales enfrentadas en esta sociedad 71 , cabe sí referir al lector a los límites expuestos en los capítulos 1 y 2 al analizar la coyuntura de 1975. En ésta se han podido ver cómo desde tiempo atrás las posiciones progresistas están a la defensiva frente a tendencies que articulan mejor un proyecto burgués construído endeblemente a partir de la experiencia militar. El análisis de la lucha política entre 1973 y 1975 puede mostrar cómo se fortalece el campo burgués como conjunto, a la vez que se debilitan los representantes tradicionales de la burguesía nativa, incluyendo algunas expresiónes gremiales más tradicionales 72 . Esto hace 71

Para lo cual volvemos a referir al lector a nuestro trabajo El Ocaso…, en el cual se describen a partir de la escena oficial gruesas tendencias en la cúpula, presentando una periodización de la “Primera Fase” en función de ls sucesivas resultantes. 72

En esos años puede verse cómo aparecen más claramente los límites del proyecto Velasquista al cambiar la coyuntura internacional, al agudizarse los problemas económicos y manifestarse las crisis económica; al llegar las reformas a límites que ponen en envidencia los problemas de las estructura capitalista de esta sociedad. Todo ello potencia el campo burgués y en éste se da un doble proceso: aparecen en ofensiva, primero, en 1973 y 1974, sus antiguos políticos civiles, auxiliados por ministros que les son cercanos –Vargas Caballero, por ejemplo-, y gremos como la SI o los colegios profesionales. Son coyunturalmente derrotatos a la vez que –aquí la otra dimensión- dentro del Velasquismo surge una tendencia que pretende ser respuesta más orgánica a los intereses de la burguesía. Simbolizados en “la Misión”, significan la posibilidad de una

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observar a diversos analistas la factibilidad de un proyecto capitalista a partir del Estado y su aparato militar y tecnocratico, capaz de encuadrar al movimiento popular, recurriendo a formas corporativas de cooptación. Esta alternativa suponia, sin embargo, resolver la pugna que en la cúpula expresan las posiciones progresistas, que combatían resueltamente esta tendencia; al aparecer decisivos factores coyunturales -internos y externos- en momentos en que la crisis económica reclama respuestas más ortodoxas esta lucha interna queda sobre-dimensionada y condiciona la crisis final de gobierno de Velasco. En 1974 y 1975 puede apreciarse el deterioro global del régimen y la potenciación de las soluciones autoritarias, p e r o a s í c o m o se observa arrinconadas a las posiciones progresistas -y virtualmente trabadas las reformas- la definición del curso político no se da por la exclusión de estos opositores de "la Misión". Velasco opta por esta tendencia en términos sustantivos, pero no acepta la exclusión del contrario. Carece de una alternativa económica y mantiene la vigencia de reformas que van llegando al Iímite de su desarrollo y exigen reformulaciones claras para afrontar la crisis. M á s aún los distintos actores de ese período, incluso en los primeros m e s e s d e l a “ Segunda Fase", no se plantean en sí mismas las medidas de contrarreforma que luego impondrá el gobierno de Morales Bermtidez. Esto, siendo contradictorio, es enteramente explicable -no solamente a nivel de la conciencia de los actores- puesto que las reformas terminan siendo políticas aisladas, entrabadas por el manejo de la política económica y por el impacto en el campo popular de la política represiva. Es en el pragmatismo de la política económica que se definirán los cursos reales del proceso global; per ello se mostrarán utópicas las posiciones de Velasco y de los reformistas de entonces. Por ello, antes de analizar el viraje y el gradualista proceso de contrarreforma, debe recordarse que es en la "Primera Fase” -y no en la "Segunda" que se inicia el progresivo arrinconamiento de las reformas y sus defesonres 73 . Pero no hay que confundir arrinconamiento y viraje. No hay en el gobierno de la “Primera Fase” -menos alternativa coherente con los sectores más poderosos –transnacionales- dialogantes, con los empresarios más ágiles y dispuesto a subordinar a los sectores más liberales o privatistas de la burguesía, con los cuales pueden –y buscan- también dialogar, pero siempre y cuando no “saquien los pies del plato” y desestabilicen sus proyecto político. En la coyuntura aparece debilitada la SI –que llega a perser el reconocimiento oficial- frente a otros subgrupos. Esta tendencia en la cúpula del gobierno se mantiene en ofensiva hasta el deterioro final de la “Primera Fase”, desarrollando una amplia pugna con los sectores progresistas para imponer sus términos de relación con el movimiento popular. 73

Esto puede apreciarse claramente en 1973 y 1974 cuando se analizan las trabas que el propio gobierno pone al desarrollo de la Comunidad Industrial, la imposibilidad de profundizar la Reforma Agraria, la pugna con toda organización popular en torno a la actuación del MLR o el surgimiento encasillado del proyecto de propiedad social. No es ya sólo la pugna inicial por imponer tal o cual reforma, sino el resultante de varios años de políticas contrapuestas y conciliaciones en la cúpula la que van definiendo sucesivos empantamientos hasta eliminar aquellos contenidos que en cada reforma implicarán el fortalecimiento de las opciones populares.

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aún en Velasco- indicios de disposición a concertar con la burguesía nativa cambios en las reformas. Lo que ocurre es que con la progresiva hegemonía de "la Misión" se están vaciando de contenido popular las reformas, se corta y limita toda iniciativa de las organizaciones de base y se encuadra todo el proceso en un curso represivo que corresponde con la política económica al avecinarse la crisis. Y ésta tiene su primeras definición en el "paquete Morales" de Junio de 1975, encaminándose hacia lo que se conoce como políticas de estabilización.

A partir de este punto puede analizarse el viraje que encarna la "Segunda Fase". Su . gradualismo corresponde con el hecho de que es la misma Institución - l a Fuerza Armada- la que sustenta al gobierno en ambas fases el cambio de gobierno introduce reajustes

en

el

régimen político,

creando

el

espacio

adecuado para

que

los

74

representantes de la burguesía nativa retomen la iniciativa , y junto con los militares "pragmáticos" concreten el desmantelamiento de las reformas. Corresponderá al gobierno de Morales Bermúdez realizar gradualistamente la depuracion militar, aplicar en su más ortodoxa versión la política económica que administra la crisis en función de las demandas (let capital transnacional, corregir las reformas en función de las demandas de la burguesía nativa y aplicar la dosis de represión necesaria para contener toda protesta popular contra ese curso político. En el último año de la "Primera Fase” podía verse que toda potencialidad de desarrollo popular que las reformas incluyeran, resultaba reabsorbida por el sistema imperante. Su traducción política era antipopular mas allá del reconocimiento objetivo de la endeblez del proyecto, de la pugna interna al régimen, y de las interrogantes abiertas por el cuadro nacional. La "Segunda Fase" iniciará la recomposición de ese cuadro político de coyuntura y en el gradualismo do sus primeros meses resolverá principales incógnitas.

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Nos referimos aquí al conjunto de pasos dados para modificar el reducido espacio político que quedaba a la burguesía nata durante los últimos años de la “Primera Fase”. Sin diarios, con prensa chica deficiente y fácilmente clausurable, y sin espacio de actuación para sus viejos políticos civiles, tenía restringido el campo de la gestión apropidamente política. La experiencia ganada con los aparatosos comunicados de la Sociedad de Industrias –que poco rédito le dieron- dejaba este campo limitado para la acción inmediata. Ello disficultaba la posibilidad de retornar la ofensiva política, a pesar de constatar que el régimen estaba desgastado por la pugna interna, rodeado de una difícil coyuntura internacional y enfrentando el inicio de una grave crisis económica. Estos elementos que potenciaban –desde dentro y fuera- el poder burgués, no saban sin embargo, en sí mismos, posibilidad de abrir un espacio político para sus representantes nativos. La opción de entonces estuvo al parecer en el rodeo de los militares más consevadores, atizando los enfrentamiento dados en la cúpula y entre ésta y el movimiento popular, a la vez que se reclamaban las medidas protectoras de sus inversiones mediante presiones locales y foráneas. La “Segunda Fase”, por el sólo hech de originarse en el derrocamiento de la anterior y con el manto de una “apertura democrática” a la prensa, los partidos y los deportados, emprendió el reajuste de ese espacio, dentro del cual se dará luegos la ofensiva burguesa. Los rasgos señalados en el capítulo 2, indicando modificaciones en la Junta y en la relación entre el gobierno y mandos castrensesm sirvieron en ese entocnes para que la ofensiva burguesa hiciera carne en la base institucional del régimen y forzara, a partir de ello, la depuración de los ya arrinconados militares progresistas.

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A partir de esta entrada puede verse directamente en la escena come se Ileva a cabo el viraje hasta configurar la imagen de otro gobierno, con márgenes de conciliación aún menores y una política expresamente ajustada a las iniciativas políticas que la burguesía le va demandando 75 . Si se sigue el curso de la política económica, resulta claro que el gobierno es incapaz de asumir una opción que replantee la base de la política burguésa seguida. Será evidente ya que abandona progresivamente todo esfuerzo por limitar el impacto de la crisis en la economía popular, cargando sobre el pueblo su objetivo declarado de reducir la demanda y su meta -también explícita ahorade aumentar la rentabilidad de las empresas comprimiendo Ios salarios de Ios trabajadores. En la oposición intuitiva de Velasco a Ios aumentos que más impactan en el costo de vida popular -caso del pan y la gasolina, al margen de precisiones técnicasestá simbolizada la diferencia de las dos fases en materia de la política económica de corto plazo. Se trataba de una negativa sin altemativa, por tanto irreal, pero a su vez definitoria en sí misma. En la "Segunda Fase", la crisis será administrada en una sola dirección: cargando su costo sobre Ios hombros del pueblo.

En la apertura hacia los partidos del campo burgués está también otro indicador del viraje. No sólo se trata de permitir su existencia -no interrumpida en el anterior períodosino del esfuerzo explícito de la "Segunda Fase" por ganar su consenso. Ocurre que desde el inicio de la "Segunda Fase", el gobierno abre gradualmente el espacio político para que los políticos civiles de la burguesía se expresen. El acercamiento a la civilidad 76 , como encarnación desigual en la vida política, se convierte en objeto del esfuerzo de la "Segunda Fase", destinado a lograr apoyo y legitimidad. La política laboral y la represión a las fuerzas populares será, sin embargo, el más directo indicador del vitaje. Si en la fase anterior la represión tocaba a la vez elementos de izquierda y derecha, en la "Segunda Fase" . sólo se reprimirár a las fuerzas populares. No se toca a la burguesía, salvo esporádicamente a sus revistas; má s aún, se le alaba y estimula, buscando crear incentivos para obtener su concurso en la solución de la crisis. En el transcurso de un viraje gradual, el gobierno de la "Segunda Fase" abandonaría todo intento de buscar el respaldo popular. Con esta afirmación no hacemos referencia a la cancelación de Ios operativos e intentos de encuadramiento, vista con alivio luego del asfixiante período de "la Misión", sino el hecho que su política ni siquiera le deja 75

El gobierno, a la cabeza del Estado, pierde la iniciativa política y progresivamente ve reducidos los márgenes de “independencia relativa” de las clases básicas de la sociedad, que obtuvo inicialmente. 76

Uso este término en la aceptación común que identifica así a políticos tradicionales representantes orgánicos o no de la clase dominante. Al referirme a la burguesía nativa pongo énfasis en los sectores menos transnacionales de la burguesía, consciente de que hay heterogeneidad dentro de ésa y a la vez que no hay posibilidad alguna de una “burguesía nacional” y más aún en esta época del capitalimo.

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margenes para articular un apoyo pasívo. Toda su atención, su discurso, sus medidas mas importantes, se han de orientar prioritariamente a recomponer su imagen dentro del campo burgués, y en particular ante los empresarios privados. Ha de disimular incluso los desplantes de esta clase engreída y en muchos casos -como en el desacato de la Sociedad de Industrias al decreto presidencial de reposición de los despedidos en huelga de hambre- ni siquiera respondera verbalmente a la solencia del "verdadero poder". Sólo lo popular, lo sindical, lo que es hecho o expresado por Ios trabajadores y quienes lo apoyan, sera anatematizado, caficado de subversivo y por lo tanto perseguido. Poco a poco la consecuencia entre las palabras, la prensa y los hechos económicos y policiales es absoluta. Los esfuerzos por corregir en nombre del "humanismo" toda deportación e incluso toda acción judicial contra Ios representantes de la burguesía, aparecen recurrentemente en esta etapa a la vez que se endurece la represión y el abuso hacía el campo popular. El gobierno tiene enemigos inmediatos a la derecha; pero toda posición progresista es vista como enemiga real, variando el grado en función de su mayor o menor capacidad de expresar a amplios sectores populares.

En esto también hay un rasgo propio de la opción de las personas, diferentes en la "Primera" y "Segunda Fase", pero no sólo de ello. Tanto el apoyo -activo o pasivo- como la oposición -en distintos grados- se definen en función del curso político del gobierno; y en la "Segunda Fase", sin matices ni confusiones, el curso político del gobierno es decididamente antipopular. Los margenes de conciliación son muy estrechos en un período de crisis económica y política. Este es el piso objetivo del viraje, que estrecha los márgenes de maniobra del gobierno a partir de su propia opción burguesa. Probablemente una evaluación de las reformas y de las medidas del gobierno en sí mismas, podrá ofrecer una idea mas precisa del viraje. En este campo sólo recordaremos la modificación de la Le y de Comunidad Industrial, la nueva Ley de “Inestabilidad Laboral”, la modificación de la política de apoyo a las empresas de Propiedad Social o la transferencia al sector privado de varias empresas. Se dan hechos importantes, además, en la política minera petrolera, así como en todo el tratamiento global al capital imperialista al cual ya no se intenta poner condiciones. Pero es importante hacer dos precines: no sólo se trata de tomar en consideración Ios dispositivos legales, una reforma se puede paralizar sin modificar la ley, al menos por un tiempo. Cualquiera que observe el abandono y la crisis de las empresas campesinas, a la vez que comprueba el permanente manejo estatal de las mismas, puede inferir que la Reforms Agraria ha dejado de ser -como to fue en un inicio- el centro vital de la política del gobierno. Pero, a la vez una segunda precisión es necesaria: cuando la "Segunda Fase" cornienza, el

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impulso de las reformas ya está deteriorado, si no detenido. La pugna en la cúpula atravesaba también las reformas y ya existía en parte del gobierno la consigna de combatir la crisis sólo con más producción, incuándose la idea de Ilegar a un paréntesis en las reformas. Es evidente que entonces no había una decisión tomada en la cúpula y que dista mucho una situación de deterioro real de una decisión política de conceder. Pero es necesario recordar la situación anterior porque ella explica mejor tos límites estructurales de las reformas y del proceso como conjunto, dando cuenta de la verdadera correlación de fuerzas desde antes del viraje. Por esto también, en el primer período de la "Segunda Fase" los esfuerzos por retomar el impulso inicial resultan poco eficientes y pronto son arrasados por el curso derechizante del proceso. Un serio estudio de la política exterior podría agregar mayores elementos explicativos al viraje operado. En la escena política hay, algunos indicios: se busca un acercamiento neto a los Estados Unidos; se silencian las antiguas críticas a la realidad imperialista; se orienta la Cancillería hacia los países limítrofes y el resto del Continente, quedando de lado y en segundo plano la apertura tercermundista. Si bien es cierto que los cambios aquí son diptomáticamente mesurados, los ejes son claros: el Perú no vuelve a la situación anterior al 68 - aislado del Tercer Mundo y de los paises socialistas-, pero sus prioridados cambian. La atención se centra en los Estados Unidos y en los gobiernos del Continente, a la par que hay un alejamiento de toda decisión o intervención que pueda molestar al gran patrón norteAméricano. Esta política es coherente con todo el curso del viraje y en particular con la política económica que, ante tan reducidos márgenes de juego en el ambiente financiero internacional, busca el apoyo político de la principal potencia capitalista. En este campo, sin embargo, el análisis muestra la necesidad de explorar algunas hipótesis explicativas del curso político en relación a una posible intervención imperialista. El viraje se explica por los límites del proceso político anterior, pero no se posibilita mecánicamente. Uno de esos límites estaba en el carácter sólo coyuntural de las medidas nacionalistas tomadas, lo que dejaba un amplio campo para el chantaje en momentos en que la coyuntura fuera adecuada. La caída de Velasco se produce en un cuadro internacional desfavorable a su proyecto: rodeado por gobiernos tiránicos dispuestos a exterminar toda alternativa progresista, con un conflicto latente en el sur -de notorio impacto en la Fuerza Armada- y con una persistente campaña internacional para aislar al gobierno Perúano y presentarlo como agresor y satelite de Moscú. Es indudable que todo esto impacta on la Fuerza Armada, reforzando la tesis de que el Perú corre peligro de see arrastrado a un conflicto bélico, sin contar con el apoyo del gigante norteAméricano y, más aún, contra un país opoyado por éste. Durante la "Segunda Fase" se maneja con altibajos esta situación, mostrando la cara -distinta y mas real- de un

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gobierno que se derechiza y busca el apoyo explícito del antiguo patrón. En el camino, ¿qué rol juga el Departamento de Estado y sus óganos de información? Mucho se especuló sobre la visita de Kissinger en las puertas del viraje, anunciado en el discurso de marzo de 1976, pero lo tratado con éste se desconoce. Por entonces, Kissinger pudo vanagloriarse de realizar negociaciones sin precedentes con el Perú. Se trata aún de cabos sueltos en cuanto a la información, pero ls hipótesis hace encajar perfectamente los intereses de la burguesía y del imperialisnto en este lento viraje de la "Segunda Fase". A partir de este momento la misma cúpula de la Fuerza Armada crítica a sus representantes anteriores, que se atrevieron a enfrentar -aunque sea parcialmente- los intereses de la burguesía y el imperio, los elimina y enrumba la conducción del gobierno en función de las necesidades del gran capital. Cuando el viraje se observa en el nivel más simple -en la depuración, uno a uno, de los militares pogresistas- y cuando se recorren las sucesivas coyunturas, viendo la combinación de presiónes intemacionales y hechos internos en la lenta agonía de régimen entrampado, se observa una racionalidad y calcuto que difícilente pudiera tener origen sólo en el gobierno y la Fuerza Armada Perúana. Por ello este es un campo cuya investigación histórica es necesaria, aunque en la coyuntura sepamos y soportemos la resultante y la raíz estructural de ésta. Si

continuamos

reagruparniento

observando de

las

tos

fuerzas

rasgos

del

sociales

y

viraje, de

su

aparecerá expresión

organizaciones, personas y grupos sociales que apoyaron al gobierno

en

la

escena

política. -e

un

Partidos, incluso

-

algunos que surgieron a partir de este- evolucionan hacia la unificación y eI acercamiento al movimiento popular, que en unos casos expresaba distancia y en otros oposición a la "Primera Fase". La izquierda Perúana, aun desarticulada y dividida, muestra unidad coyuntural en algunas movilizaciones que enfrentan la dura represión y que tienen su mejor expresión en el paro del 19 de julio de 1977. La oposición popular al gobierno tiene otras manifestaciones, más inorgánicas pero expresivas no sólo de una mecánica reacción ante el hambre y el abandono, sino indicadoras de que toma conciencia del significado objetivamente contrario a sus intereses que hay en el curso del gobierno. El mismo entierro de Velasco expresaba, a niveles aún muy expontáneos, la identificación con la figura del fallecido General y el contraste con el gobierno de Morales Bermúdez. Analizar las fuerzas reaccionarias será más complejo porque a partir de la "Segunda Fase" actuarán en estrategía doble dirigida a fortalecer a los sectores más décadas del gobierno, apoyándolos pero reclamando más y más contra-reformas, así como una salida política que de más y mejor acceso al gobierno para sus representantes políticos civiles. Aquí el lento viraje del gobierno encontrará un punto límite de su propia evolución. En medio de un profundo deterioro económico y político, sectores "duros" de la burguesía reclaman urgentemente el poder y buscan desplazar de este a tos militares, sin aceptar

71

una prevía recomposición, para resolver la crisis económica a lo Friedman -en América Latina esto quiere decir a lo Pinochet- con una ideologización muy fuertemente macartista de empresarios resentidos con la "Primera Fase" y decididos a disciplinar al obrero. Antiguos y estancados representantes políticos, también desplazados por la "Primera Fase" y deseosos de nuevas oportunidades, influyen sobre estos halcones tradicionales. Paralelamente frente a esta demanda de ultraderecha hay sectores moderados y más consensuales de la burguesía, que optan por apoyar al gobierno y procuran el recambio gradual. Unos y otros tienen expresión en la cúpula del gobierno y su influencia agrega contradicciones a la política seguida. Ante la cercanía del reparto pleno y absoluto de la "torta" se agudizan los conflictos interburguéses. "Las aguas han vuelto a su nivel" en tanto que este viraje hace del gobierno una barca oscilante entre las demandas de los distintos grupos de poder, sin capacidad de enrumbar el curso político. Si en 1968 la Fuerza Armada logró un importante margen de juego debido a la crisis de hegemonía que habia en el bloque en el poder, ahora una clase dominante en proceso de recomposición ha retomado la iniciativa y fuerza a que este gobierno fije un calendario de salida. No son suficientes las concesiones. El gobierno debe deshacer las reformas pero además debe fijar un calendario de salida. Sus vacilaciones en tan difícil camino lo Ilevarán a más de una coyuntura de aislamiento, en las cuales coincide el rechazo popular con la presión de la burguesía nativa. En el camino emprendido a partir de 1977, hacia la entrega del gobierno a Ios civiles, se expresarán los límites propios de la recomposición de la clase dominante y sobre todo la dificultad de concretar un proyecto p o l í t i co que tenga algo que ofrecer a las mayorías populares y, a partir de ello, pueda construir una hegemonía. La crisis política posterior al viraje enmarcará la escena con una permanente recurrencia a las medidas represivas que se aplican a un pueblo que se resiste a ser mero observador de su violenta pauperización.

EL PROCESO DE RECOMPOSICION DE CLASE DOMINANTE Y EL ESTADO BURGUES Más de un observador se ha preguntado en estos años ¿por qué no cae este régimen?, ¿quién lo sustenta? El notorio aislamiento del gobierno y Ia percepción de la crisis en la propia institucionalidad castrense, obliga a Ilevar el análisis al problema del poder en el Perú. El lento y gradualista viraje del gobierno, expresión de la invíabilidad del reformismo enarbolado por el régimen militar, concedió ante muy importantes demandas de la burguesía nativa, aplicó la política demandada por el capital financiero transnacional y encausó con represivos diques la lucha política popular de modo que el sistema socioeconómico no fuera cuestionado en términos reales. Pero a pesar de sus logros favorables al orden burgués, este mismo gobierno se vio reiteradas veces aislados del apoyo político

72

de la burguesía nativa y sólo consiguió su apoyo relativo a costa de fijar un calendario para entregar el poder en 1980. Las preguntas sobre lo que es la burguesía en el Perú y sobre los cambios dados en el Estado quedan pues abiertas, como eje explicativo de todo el período. En varias partes de este trabajo se ha hecho referencia al proceso de recomposición de la clase dominante, dado a partir de la crisis oligárquica. Al incluir la "Primera Fase" puede verse homogeneizada por la cancelación de fracciones oligárquicas, potenciándose los sectores burguéses urbano industriales, más modernos, en una década en la cual la asociación con los grupos de la burguesía internacional se ha dado tanto por la vía privada como por la estatal. Esta burguesía en recomposición ha adquirido en la década mayor experiencia en el enfrentamiento de los problemas políticos, en la necesidad -bastante satisfecha- de convertir sus organizaciones gremiales en eficaces centros de concertación. No es ya seguidora de otras fracciones tradicionales

más poderosas, que marcaban el

ritmo de su gestión política -en la cooperaciónt y el conflicto- pero ha carecido durante el régimen militar de canales políticos estables y eficaces. En tos sectores nativos de esta burguesía pesa la historia política reciente. Enfrentada en Ios años 60 a los sectores oligárquicos, no tuvo la fuerza ni los elementos para derrocar en sus términos a la burguesía agroexportadora, a los sectores financieros tradicionales y a los gamonales. Más aún, gran parte de estos grupos burgueses nativos actúan como herederos ideológicos de las fracciones oligárquicas, aún ahora, con un marcado enfasís privatista; otros sectores, más recientemente constituídos, asumen posiciones burguesas de mayor amplitud y flexibilidad frente al poder económico del Estado. AI cancelar el orden oligárquico, el proceso Velasquista obtuvo para la Fuerza Armada y la tecnocracia introducida en el Estado, márgenes importantes de poder que aún no ha perdido. El poder expropiado a tos agroexportadores, a los enclaves imperialistas o a los viejos banqueros ha pasado . a manos del aparato estatal, controlado por una Fuerza Armada que tiene diez años de ejercicio de la función pública. EI deterioro del p r o y e c t o m i l i t a r y la "Segunda Fase", que reorienta sus actos en mayor coherencia con las demandas nativas y foráneas, de la burguesía, no significa que se haya desmantelado de poder económico del Estado, ni que el manejo de éste -en manos de la Fuerza Armada, la tecnocracia y la burocracia- se convierta de golpe en variable dependiente, sin margen de negotiación con la burguesía. Más aún, esa burguesía nativa, con poder acumulado -fortalecido por su ligazón con la burguesía transnacional y por la lógica del sistema- y con valiosa, aunque reciente experiencia en el manejo de sus canales gremiales de acceso al poder, tiene que ser analizada en toda su complejidad. Aunque se carece de investigaciones recientes

73

-necesarias para afinar el análisis de sus fracciones y grupos de poder- puede apreciarse la heterogeneidad de la economía que le da el sustento y la Iimitada integración de la estructura productiva. Ello condiciona la presencia de heterogéneos intereses inmediatos, lo cual dificulta el consenso en las medidas de política y mediatiza su capacidad de formular un proyecto alternativo. Puede apreciarse sectores claramente integrados al capital transnacional junto con sectores monopólicos menos articulados y una amplia gama de medianas y pequenas empresas, muy dependientes del mercado interno y sujetas ahora al mayor impacto de la crisis. En su historía reciente hen experimentado el impacto del reformismo -que mayoritariamente vieron como terrible amenaza comunista capaz de desplazarlos- y es cierto que ese pasado les proporciona un margen de unidad ideológica basicos en todo enfrentamiento con la izquierda y eI moviminto popular. En su percepción del gobierno de Morales Bermúdez, Ios intereses inmediatos y las dificultades que genera la administración de la crisis harán más dificil una reacción homogénea pues las medidas favorecen a unos sectores -los de mayor capacidad concentradora- y dañan a otros. Es más, en el análisis de la burguesía en el Perú -de esta clase dominanes de hoy, ya depurada en lo esencial de las fracciones oligárquicas es indispensable resaltar el predominio de Ios representantes de la burguesía transnacional. Sus intereses y demandas son

Ios

que

deben

ser

atendidos

por

el

Estado

en

primera

instancia.

Sus

condicionamientos potencian en la burguesía nativa a aquellos elementos que se asocian directamente a sus empresas o bloques empresariales y de convicción en intermediarios. Aun cuando las Ieciones de la burguesía nativa que están menos articulados, les tributan el reconocimiento de la iniciativa y sólo ven salidas potenciando nuevas inversiones extranjeras, existen contradicciones entre estos sectores, dificiles de zanjar en la administración de la crisis económica. De hecho la política económico anticrisis ha golpeado a la pequeña y mediana industria, al tiempo que ha favorecido -aunque en forma indisciptinada- las demandas del capital transnacional. En este nivel cabe recordar que la minería y el petroleo siguen siendo decisivos en la economía Perúana y en este campo la inversion extranjera y la inversion estatal son las que tienen importancia. Más aún, puede decirse que buena parte de la presión de Ios grupos transnacionales se orienta en primer término a mejorar sus condiciones en estos sectores. En la crisis, además, ha sido definitoria la presión de los grupos financieros transnacionales. Todo ello deja en segundo término a Ios sectores industriales que producen para el mercado interno y, entre estos, aún más arrinconados a los sectores nativos medianos y pequeños de la burguesía. Pero no debe verse este panorama en forma estatica. Hay margen de concesión y reacomodo, incluyendo reorientación de actividades y bastante especulación. Ello se va produciendo paralelamente a la crisis.

74

En esta burguesía en reacomodo, pesa definitivamente el carácter intermediario que impone la asociación con la burguesía internacional. De allí viene su mayor fortaleza Io hace aparecer muchas veces débil e inepta a la burguesía nativa, en cuanto a su peso político, pues la clave de su poder viene de su asociación y correspondencia con el encuadre imperialista. Esto hace saltar a Anibal Quijano las "discontinuidades" que genera el hecho de que sólos burgueses Peruanos puedan ocupar un lugar en el manejo del Estado 77 lo cual Ileva a hacer hincapie, una vez mas, en la incapacidad de la burguesía para formular un proyecto político nacional capaz do resultar ractivo para amplios grupos sociales. Esta constatación resulta muy importante para el análisis de las necesidades políticas de la burguesía hoy, que une a su fortaleza material una notable debilidad política y fuerza a replantear el roI tradicional del Estado, donde la nueva tecnocracia y la Fuerza Armada pueden desempeñar un rol particularmente importante.

No es este tin fenomeno limitado al caso pertrano. Recorre toda América Latina desde mediados de la década del 60 y se ha expresado en cada país, con diferencias que provienen de cada formación social. La burguesía, aun aquellos países que tuvieron en el pasado un significativo capital nacional, o puede ofrecer un proyecto nacional, capaz de imponerse por la hegemonía, siguiendo la pauta de las democracias burguesas típicas. Como clase es básicamente transnacional en esta etapa imperialista y ello impide la concertación e intereses con Ios más amplios grupos sociales que dependen del mercado interno. Requiere de una reformulación del rol del Estado, dejando de lado Ias posiciones abstencionistas de este en el pasado y fortaleciendo el rol intermediario de Ios aparatos de fuerza y de la tecnocracia.

Las variantes internacionales incluyen diversos régimenes en las cuaIes el grado de cohersión ha sido mucho más definitorio que en el caso peruano. Hoy en Latinoamérica el capitalismo se impone... ni siquiera su forma política se elige per votacion 7 8 y se mantiene recurriendo a refinados métodos de represión masíva. Como siempre la represión es función de la amenaza, y la barbarie del Cono Sur no se explicaría sin 77

Nos referimos al artículo de Aníbal Quijano “Las nuevas condiciones de la lucha de clases en el Perú” en la Revista Sociedad y Política No. 7, Mayo 1977, en el cual analiza la recomposición de la burguesía en el Perú y sus dificultades políticas. 78

En este trabajo no pretendemos desarrollar un análisis comparativo de la situación de América Latina. Sólo hacemos una referencia que ubique al lector. En este sentido hay que recordar que la realidad continental no es uniforne. Las excepciones formales de Colombia y Venezuela, así como algunos casos centroamericanos, corresponden a sus propias particularidades, sin por ello dejar de ser una excepción no representativa de América Latina hoy. En Argentia, Chile, Brasil, Perú, Ecuador, Bolivia y Uruguay se gobierna a partir de las Fuerzas Armadas con regímenes que no son juntas transitorias, ni dictaduras caudillistas del pasada. No son iguales pero lo común gana de lejos a los particular, sobre todo en la direccionalidad económica.

75

tener en cuenta el grado de desarrollo previo del movimiento popular en esos paises. El caso Peruano muestra otra discontinuidad en la década, al desarrollarse el proyecto Velasquista al mismo tiempo que favorecian las sanguinarias dictaduras del con Sur. Este régimen lograba entonces -a partir de condiciones particulares de esta sociedad- construir un espacio que ha permitido el desarrollo de nuevas formas de articulación con el capital transnacional, sin enfrentar al movimiento popular y aún admitiendo su desarrollo. Los límites ya enunciados de esta experiencia y el enfrentamiento decidido con el movimiento popular en la "Segunda Fase", indicarán semejanzas y diferencias que permiton ubicar al Estado de hoy dentro de esta nueva situación internacional. El Estado burgués tiene así nuevas y decisivas funciones que cumplir; en el caso Peruano ello potencia la importancia de la Fuerza Armada y de una amplia tecnocracia desarrollará en toda la década; Aunque on la "Segunda Fase" el gobierno ha actuado a la defensiva -frente a la burguesía nativa y su partidos- este rol de intermediación resulta inevitable. Ha sido uno de los factores que ha dado estabilidad al régimen, favoreciendo la opción por una salida gradual que haga posible la negociación interburguesa -y entre burguesía burocracia y Fuerza Armada- para encontrar un rediseño institucional y definir los límites de un nuevo régimen político. No es tarea fácil, pero es irrenunciable. La Segunda Fase -y sobre todo el período de la Asamblea Constituyente- será un tiempo político rico en ejemptos de esta recomposición del poder burgués en el Perú. No debe confundirse, sin embargo, lo que es una necesidad objetiva -y una tendencia global mas allá del caso Perúano- con su concreción mecánica en la coyuntura, ni con lo que perciben los actores y las fuerzas sociales y politicas, incluido el campo burgués. Más aún, en este caso, por la historia reciente de la "Primera Fase", buena parte del empresariado y de tos líderes políticos tradicionales han actuado con esquemas

políticos

liberales

y

antiestatistas

que

incluso

ahora

dificultan

la

negociación interburguesa. La radicalización de posturas antimilitaristan han sido reflejo de este hecho en las elecciones de 1978, expresado preferentemente a los núcleos más nativos de la burguesía. De los dintintos actores políticos, el Partido Aprista parece haber sido el que más claramente ha visualizado esta tendencia, que por otra parte corresponde mejor a su composición social. Pero si hay algo evidente en tod el período, es que la burguesía transnacional favorece este curso políticos articulando sus presiones y su apoyo al gobierno de la “Segunda Fase”, para encamilarlo a aquella solución que la coyuntura permita –entre la “democracia restringida” y la dictadura militar tecnocrática-, pues sus intereses se consolidad con un Estado así definido, aunque varíen las formas de régimen.

76

LA SEGUNDA FASE COMO PERÍODO DE CRISIS ORGANICA EN LA RELACION ESTADO-SOCIEDAD

En este período que estudiamos, se expresa nuevamente la incapacidad de la clase dominante y sus aliados de concretar un proyecto hegemónico, es decir, capaz de atraer y enrumbar a grandes grupos sociales. Esto configura a situación particular de crisis que Ilega a ser característica central de la “Segunda Fase", aunque sus antecedentes esten en la recomposición del bloque en el poder, dada durante el gobierno de Velasco. Hay que indagar por propia inconsistencia de las alternativas políticas burguesas, visible en el Perú y en tantos paises de América Latina. Las Ilamadas "políticas de desarrollo" han fracasado en el Continente, los modelos industriales vía sustitución de importaciones -primero- y siguiendo el modelo exportador de manufacturas -luego- no mostraron ser capaces de satisfacer las necesidades de amplios sectores sociales sin empleo y sin acceso a los bienes esenciales, que esta industria no produce. 7 9 La crisis de la producción agropecuaria -desincentivada por las políticos que favorecen el polo urbano industrial de economíaha Ilevado a nuestro pail a importar lnas y más alinaentos. El acaso del reformismo experimentado en la década es sentido en la "Segunda Fase", sin que surjan alternativas al frente. La burguesía nativa no logra, en este tiempo, concretar un mensaje capaz de enrumbar el conjunto social y muestra en forma descarnada sólo la defensa "chata" de sus intereses ininediatos. Volver a la historia reciente permite comprender los términos de la nueva crisis que se presenta en la “Segunda Fase” y la caracteriza como periodo. Hay que recordar que el gobierno de la Fuerza Armada se inicia con la quiebra definitiva del orden oligárquico y que el proyecto Velasquista surge en esa etapa como un intento de resolver la crisis de hegemonía dada en el bloque en el poder y extendida al Estado oligárquico

como

forma

de

dominación.

El

proyecto

Velasquista

marcará

las

características de la recomposición de las clases dominantes. Hará suyas las más 79

Los incentivos otorgadas por el gobierno –el Certex por ejemplo- dan cuenta de una política destinada a satisfacer las necesidades de lucro inmediato de parte de la burguesía nativa, procurando corregir –sólo para ella- los efectos de las crisis económica y la política recesiva. Es en buena cuenta dar de ganar a estos voraces y “necesitados” empresarios, sin que el gobierno ni ADEX hayan sido capaces de mostrar la viabilidad de este tipo de políticas para el desarrollo de la economía. Más aún, esa industria, que se protege a tal alto costo, no sólo no provee el empleo adecuado, sino que genera presiones mayores sobre la balanza comercial, sin aportar bienes esenciales que el pueblo pueda consumir para satisfacer sus necesidades básicas. Se pregona un modelo a la brasilera, ramplon, sin advertir lo que ocurre movimientos “espontáneos” de los estratos populares más vastos posibilitan la llegada al poder de la clase subalterna más adelantada por la debilitación objetiva del Estado, la toma de poder es efímera”. Gramsci señalará que el elemento espontáneo es característico de las clases subalternos y esto hará que se fonunda la lucha de clases con el bandisaje, el terrorismo y otras manifestaciones similiares (Ver Portelli; op. cit. p. 126-7)

77

avanzadas banderas de transformación existentes en la escena política de aquel entonces; cancelará la vigencia política y social de las fracciones oligárquicas; concentrará el poder económico expropiado, básicamente en manos de los aparatos de Estado; estatizará buena parte de los enclaves imperialistas ubicados en la explotación de los recursos naturales; tratará de imponer condiciones y límites a la burguesía, generando un largo conflicto con los sectores liberales – o privatistas más tradicionales – y estableciendo parcial asociación con los elementos más modernos de ésta, que no por ello hacen suyo el proyecto reformista. El régimen abre entonces un espacio político que, aunque restringido en cuanto a la participación popular, dinamiza con las reformas y su mensaje ideológico, el ascenso del movimiento popular, dinamiza con las reformas y su mensaje ideológico, el ascenso del movimiento popular en el campo y la ciudad. El movimiento popular madura al compás de las expectativas y frustraciones generadas por las reformas y, más allá de éstas, encontrando en la “Segunda Fase” nuevas formas de generar impacto y maduración política. Esta presencia en la escena política de un movimiento popular más conciente de sus reales intereses, impacta en el período conocido como “Segunda Fase” y configura rasgos particulares de la crisis política que este régimen busca encauzar. La presencia popular con reacciones violentas y en mucho espontáneas aún, se produce en el marco de una profunda crisis económica administrada contra los intereses del pueblo, mediante un amplio despliegue de los aparatos represivos, al mismo tiempo que se produce un viraje político que arría las banderas reformistas y aísla al gobierno de todo apoyo popular, incluso pasivo.

El fracaso del proyecto Velasquista en medio de una crisis institucional que atañe a las propias contradicciones de ese régimen político, potencia en la escena la ofensiva de la burguesía nativa y fuerza la lenta renegociación entre ésta y los militares, tarea dificultada por el impacto de la crisis económica. El gobierno de Morales Bermúdez abre un espacio a la burguesía nativa a partir del cual, sin embargo, le será difícil retomar la iniciativa política. La dinámica propia del movimiento popular en la escena política – enfrentado sin intermediaciones al bloque dominante – abrirá el camino a una situación que hace visible en la escena política una crisis orgánica en la relación Estado – Sociedad, dentro de la cual se desarrolla un gobierno que parece no representar a nadie en lo inmediato; es atacado a la vez por la burguesía nativa y por las fuerzas populares, hasta encontrar rumbo en concertaciones trabajosas y endebles dentro del campo burgués. En forma aparentemente errática – pero con una

78

sustantiva direccionalidad burguesa – se administra una sucesión de coyunturas tensas y conflictivas hasta configurar una salida política, aún hoy en proceso de maduración.

Una crisis orgánica es una crisis de autoridad, o del Estado en su conjunto, que va más allá de la pugna o el reacomodo en la clase dominante, cuestionando la capacidad de ésta como conjunto para imponer su hegemonía a las clases asubalternas. Supone una separación de los grupos sociales de sus representantes esencialmente a la sociedad civil mostrando a la clase dirigente sólo como clase dominante. Este concepto tomado de Gramsci 8 0 supone – en uno de los ejemplos usados por éste – que importantes capas sociales pasan de la pasividad política a una acción reinvindicativa “que es revolucionaria en la medida que es inorgánica” y su inorganicidad se refiere tanto a la ruptura del vínculo entre las masas y sus representantes tradicionales como al acento espontáneo en el movimiento popular expresado en la escena 8 1 . Gramsci señala la correspondencia de esta crisis con movimientos reaccionarios en las clases dominantes y con situaciones de crisis económica, por sí misma y al margen de la magnitud de sus efectos, genera una crisis de este tipo.

82

En el estudio de la "Segunda Fase" la noción de crisis orgánica es útil para señalar la magnitud de la crisis política y social, para explicarse las características que asume el régimen político y para comprender cómo la crisis pasa a ser una característica permanente de la escena política. Es preciso, sin embargo, introducir un matiz sobre las características de esta sociedad civil, que resulta importante para analizar el caso y para incentivar la discusión teórica. ¿Hubo en el pasado algún período de organicidad? Esta sociedad civil ha sido tradicionalmente débil. En el Perú la clase dominante ha recurrido poco a la hegemonía y mucho a la coerción. Tanto en el ordenamiento oligárquico como en la "Primera Fase", hay ausencia de amplios canales de participación y articulación política. Sin embargo, el poder no se ha 80

Ver sobre el punto Gramsci, Antonio: Antología “Escritos Políticos”. Ed. S. XXI, México 1970. También Sacristán, M.: Antología Gramsci, S. XXI, Ed. México 1978. 81

Portelli, Op. Cit. P. 126.

82

“Estos accesos revolucionarios coinciden generalmente, señala Gramsci, con un movimiento reaccionario de la derecha de la clase dominante y ambos por el mismo motivo – por ejemplo una crisis económica-. De ahí que las posibilidades de éxito de estos movimientos sean aleatorias, ya que incluso en los casos en que los movimientos “espontáneos” de los estratos populares más vastos posibilitan la llegada al poder de la clase subalterna más adelantada por la debilitación objetiva del Estado, la toma de poder es efímera”. Gramsci señalará que el elemento espontáneo es característico de las clases subalternas y esto hará que se confunda la lucha de clases con el bandidaje, el terrorismo y otras manifestaciones similares. (Ver Portelli; op. Cit. P. 126-7)

79

ejercido

sólo

con

recurrencia

a

la

coerción

o

dictadura,

habiendo

períodos

significativos en los que la actuación de los partidos o la expectativa generada por las reformas y las nuevas organizaciones han ofrecido márgenes diferenciales de consenso. Puede decirse, entonces, que en el pasado hubo períodos en que sí hubo organicidad, pero en la pasividad 8 3 . Es importante la distinción para no aplicar mecánicamente conceptos construidos en otras latitudes políticas y para comprender las diferencias existentes con las formas de dictadura ejercidas, por ejemplo, en el llamado año de Emergencia. Lo evidente es que siendo el ejercicio del poder del Estado una combinación de consenso y coerción, en este período el gobierno se apoyó sustantivamente en la coerción dada la dificultad para obtener consenso; esto se ha dado tras un gradual viraje de sus iniciales posturas reformistas, hasta el punto de no tener nada propio que ofrecer ante amplios grupos sociales. En su derrotero, soportó el embate de la burguesía nativa hasta conceder ante sus demandas -que incluían un cronograma de salida- y en medio de ello surgió, con diversos grados de violencia, la protesta popular masiva, en gran parte espontánea pero con sucesivas expresiones de articulación con las fuerzas políticas de izquierda, que acompañan en la década el desarrollo del movimiento popular. Es importante, en todo caso, no confundir crisis orgánica con crisis revolucionaria y entender que su resolución -aunque el proceso dure años- puede favorecer inicialmente al campo burgués para el presente, aunque sea un indicador de su debilidad estratégica para el largo plazo. Es decir, la existencia de una crisis orgánica en la relación Estado-Sociedad, condiciona la salida política que el gobierno y la burguesía nati va tratan de concertar. Esta salida resulta endeble, sujeta a nuevas coyunturas de crisis y por ello mismo aparece -en todas sus variantes alternativas- la necesidad de represión. Pero la existencia de condiciones objetivas de crisis orgánica no supone que el movimiento popular este en condiciones de ser la iniciativa de poder; no están dadas las condiciones subjetivas de una crisis revolucionaria.

Estos elementos pueden contribuir a estudiar mejor el proceso político este período. Pueden explicar mejor la necesidad de un gradual retorno a los cuarteles, generando 83

A pesar de las características sólo formales de la “democracia” dad en el orden oligárquico, los regímenes de Prado (1956-62) y Belaúnde (1963-68) hacen posible el desarrollo de partidos como el APRA y Acción Popular, que arrastran masas populares tras sus líderes y construyen consensos importantes para la estabilidad de esos gobiernos. Endeble, pero existente, hay una recurrencia a las funciones de hegemonía, aunque en una sociedad cerrada y excluyente para grandes masas, principalmente rurales. En el gobierno de Velasco el mensaje reformista impacta en el pueblo, hasta el punto de desactivar momentáneamente la capacidad de reacción de los partidos. El régimen recurre a diversos intentos de organización y encuadre de masas, a la vez que permite –como nunca antes- el desarrollo de diferentes organizaciones fuera de su control. Los intentos de control que priman en los últimos años no son capaces de desarticular el desarrollo del movimiento popular alcanzando en el período y si bien afectan el consenso del régimen, no lo aíslan en la forma que mostrará la “Segunda Fase”.

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un tiempo político en el cual -tras la formalidad de Asamblea Constituyente- se reconstituya las alianzas y se definan los límites del nuevo régimen político. El seguimiento de la escena política entre 75 y 1978 permitirá, en la segunda parte de este libro, ver la necesidad de nuevo régimen político y sus límites, apreciables tanto en la coyuntura, en juego de alternativas no descartadas, como en el más largo plazo. En este iodo la crisis orgánica sale a la superficie, puede ser vista en la escena. Pero crisis orgánica no se resuelve fácilmente, incluso recurriendo a nuevos pro yectos con mayor capacidad de articular a las capas medias y de cooptar parte de los sectores populares. Una alianza como la que hoy se visualiza entre el APRA y los dirigentes militares, esta expresando la necesidad que tiene la clase dominante de obtener aunque sea parciales condiciones de hegemonía. Esta alternativa lleva en sí, sin embargo, límites importantes que radican tanto en conformación de la burguesía como, en la presencia de un movimiento popular más consciente de sus intereses. Por eso la conciliación sigue siendo difícil la renegociación también lo es, más aún cuando esta economía no proporciona, para el corto y mediano plazo, los recursos que financien un gobierno populista. Y en este plano, de las alternativas de desarrollo, la burguesía y aliados políticos -civiles o militares- tienen muy poco que ofrecer en una etapa de predominio de los intereses transnacionales. Por eso su dominación es inseparable del ejercicio periódico de alternativas de fuerza.

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SEGUNDA PARTE

DEL VIRAJE A LA CONTRARREFORMA

La “Segunda Fase” del Gobierno de la Fuerza armada se inicia declarando enfáticamente la continuidad y profundización de la línea política expresada en su fase anterior, por el proyecto velasquistas. En el curso de varios meses, gradualmente podrán apreciarse los cambios iniciales introducidos en la institucionalidad del régimen y en el juego de las fuerzas presentes en la escena política. Rápidamente se hará evidente la ofensiva de la burguesía como conjunto y el avance de posiciones derechistas nativas frente a un gobierno que progresivamente ha perdido la iniciativa política y se debate en sucesivas tensiones de cúpula, explicables desde el conjunto de la escena. En la evolución de este periodo será vital examinar el año de vigencia del Estado de Emergencia, que permite pasar del viraje gradualista dado el primer año a la posterior contrarreforma o desmantelamiento real de las reformas y medidas del velasquismo que habían afectado a los sectores de la burguesía nativa. El seguimiento de la escena tendrá importancia adicional porque permitirá apreciar las dimensiones del desmontaje, así como la dureza y direccionalidad de la represión. Pero en el periodo siguiente (1977 – 78) la dinámica propia del movimiento popular, con una ofensiva de nivel cualitativamente superior al pasado, será un factor importante para definir el curso del régimen político, será un factor importante para definir el curso del régimen político. Durante la vigencia de la legislación de emergencia, un paro nacional unitario significa una quiebra del espacio institucionalmente determinado, que excluía y reprimía toda huelga. Este hecho obliga – junto con otros factores – a acelerar la salida política y a levantar el Estado de Emergencia, ya en peligro de convertirse en norma obsoleta que podía minar, aun más, la imagen del régimen. Junto a esto, el propio reacomodo de fuerzas mostrará que el régimen sólo puede apelar al uso de mecanismos de coerción para contrarrestar la crítica y la oposición, tanto de la derecha como de la izquierda. Primero se va aislando ante la ofensiva de la derecha y luego, dada la dinamización alcanzada en 1977 y 1978, ante la ofensiva de un bloque popular en formación. Para estudiar esta etapa conocida como la “Segunda Fase”, intentamos periodizar la escena política; su seguimiento permite apreciar la coyuntura y las fuerzas que actúan en ella. La visión de conjunto que ofrece, facilita el análisis de los límites del régimen y ayuda a situar las características de la salida política que encuentra.

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En función de los hechos y coyunturas definitorias, se han identificado tres periodos principales. El primero abarca desde el 29 de agosto de 1975 hasta el 16 de julio de 1976. Es un tiempo caracterizado por el viraje gradual, dentro del cual la tendencia progresista que subsiste en el gobierno actúa cada vez más aislada y a la defensiva. Se desarrolla en este tiempo la fase previa al desmontaje de la reformas, incluyendo la depuración de sus defensores. Marca el término de este periodo, la eliminación de la tendencia progresista y el momento en que el gobierno abandona todo intento real de continuidad reformista en la línea del proyecto velasquista, llegando al enfrentamiento abierto con el movimiento popular – y no sólo mediante la articulación “tras bambalinas”, característica de la actuación de la burguesía en gran parte de la “Primera Fase” El segundo periodo cubre desde julio de 1976 hasta el 19 de julio de 1977, fecha del paro nacional unitario. Es el tiempo de “emergencia” en el cual el gobierno aplica sistemáticamente mecanismos represivos destinados a excluir de la escena a la izquierda, al movimiento popular e incluso a los sectores progresistas que se van desvinculando del régimen. Tras varios meses a la defensiva y en condiciones bastante precarias, podrá notarse que la unificación de fuerzas de bloque popular y el enfrentamiento al gobierno en sucesivas movilizaciones, contribuirán decisivamente al aislamiento de éste y obligarán a replantear las medidas de emergencia. En este periodo se aprecia el desmontaje de las reformas y el esfuerzo del gobierno por obtener el expreso respaldo de las fuerzas del campo burgués, con magros resultados en tanto éstas demandan la finitud del régimen. Su aislamiento llevará a definir la salida política electoral y a generar un nuevo espacio político para el juego de fuerzas, que dará cabida, a su vez, a una mayor dinamización del movimiento popular, a pesar de mantenerse en el tercer periodo una direccionalidad represiva principalmente antipopular. Este tercer periodo del régimen, que comienza en agosto de 1977 y culmina tiempo después de la instalación de la Asamblea Constituyente, será decisivo en el reagrupamiento y la polarización de fuerzas. La periodización de la escena ha sido establecida con criterios metodológicos similares a los de nuestro trabajo anterior, ya citado, aunque buscamos enfatizar en este caso la escena amplia. En efecto, en “El Ocaso del Poder Oligárquico” prestábamos especial atención a la escena oficial y a la ubicación de las tendencias existentes en la cúpula. Aunque esa periodización estudiaba las tendencias existentes en el seno del gobierno, mostrando su articulación con las fuerzas sociales en pugna, indicábamos el énfasis puesto en la cúpula y la validez que tenía – especialmente en los dos primeros períodos – dado que el gobierno retenía la iniciativa política frente al conjunto de la sociedad civil. Ya en tercero de los períodos de la “Primera Fase” presentados, tuvimos que empezar analizando diversos elementos de la escena amplia para explicar el deterioro de la iniciativa política del gobierno, en relación al

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conjunto de la sociedad civil. Sin embargo, a pesar de los límites indicados, ese trabajo fue útil en tanto la acción del régimen se daba en una mayor desestructuración de la sociedad civil – por las características del espacio político restringido para la acción de los partidos y la prensa – y dado el lento ascenso del movimiento popular y los mismos mecanismos de exclusión propios del régimen. Estos rasgos serán alterados en la “Segunda Fase” por la ofensiva que se muestra desde la sociedad civil hacia el Estado, particularmente en el primer periodo, desde el 29 de agosto, pero con elementos ya presentes en los últimos años de Velasco. Esto nos induce a ampliar el ámbito de atención, refiriéndonos también a las tendencias que se expresan en la cúpula pero sin centrarnos en su pugna para el análisis. Con todo, recorrer la escena amplia es tarea más compleja que tiene límites dadas a las dificultades de información sistematizada, particularmente en lo referente a las fuentes periodísticas. En cada uno de los tres capítulos que presentan la periodización de la escena política, deben distinguirse dos partes diferentes, pero complementarias. Una primera sección presenta una selección de hechos, coyunturas y elementos explicativos del curso político del período. Se trata de una selección hecha en base a las fuentes mencionadas en la introducción y otras citadas en cada capitulo. Es decir, se trata de hechos extraídos de un universo más amplio, investigado y accesible al lector en esas fuentes. Seleccionamos los hechos en función de ejes básicos para analizar la escena: se trata de ver cómo se relaciona el gobierno con los empresarios, con los partidos del campo popular y con el movimiento popular en sus distintas expresiones. Se trata de examinar cómo actúan estas fuerzas y de apreciar las principales coyunturas. Se trata de analizar las medidas más significativas que expresan este juego de fuerzas – es decir no tanto en sí mismas como en cuanto son expresión de su direccionalidad política – y permiten reconocer las reacciones de instituciones significativas: la prensa, la iglesia y otros componentes de la sociedad civil. La primera parte de cada capítulo presenta un resumen de los hechos e incluye apreciaciones propias del autor y de los actores citados en la escena, que explican los hechos - y en parte lo no ocurrido – así como la forma en que fueron percibidos. Sirve para recordar lo esencial del curso político, indicando al lector referencias a las fuentes que permiten ampliar información particular al respecto. No se trata de construir artificialmente un escenario sino de dar una visión representativa de esas relaciones políticas básicas, que exprese la coyuntura y explique la direccionalidad del proceso político, a partir de los hechos registrados en las fuentes a nuestro alcance. En la segunda sección de cada uno de estos capítulos se analiza el significado del período como conjunto y se examina su resultante vinculada al proceso continuado de estos tres años. Está formulada a partir de los hechos y coyunturas señalados en la parte anterior, y a los supuestos sobre el conjunto del periodo que están dados en la primera parte del libro.

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Entendemos la periodización de la escena política como un instrumento para analizar el proceso político. No es el único, obviamente, pero aporta una comprensión del conjunto, que se enriquecerá con investigaciones económicas y sociales que profundicen en los niveles de la estructura, en las percepciones ideológicas de los actores, en el análisis de los efectos de las políticas aplicadas, etc.

CAPITULO 4

PREPARANDO EL DESMONTAJE (29 Agosto 1975 - 16 Julio 1976)

HECHOS, COYUNTURAS Y ELEMENTOS EXPLICATIVOS DEL PERÍODO Este primer período de la "Segunda Fase" se inicia con el derrocamiento del Presidente Velasco; cubre once meses durante los cuales se produce un viraje gradual que culmina con la exclusión de los "militares progresistas" de la cúpula del gobierno. Por ello hacemos el corte en la fecha en que pasa al retiro el General Fernández Maldonado, dejando el comando del Ejército y el cargo de Primer Ministro. Se trata de un período intenso que comienza con las justificaciones al derrocamiento de Velasco, mostrando una ofensiva de la derecha política desde la prensa y los partidos, bastante bien articulada con una ofensiva empresarial contra el movimiento popular así como con la sólida presión imperialista expresada en la negociación respecto de la nacionalización de Marcona y en el margen de gestión de nuevos créditos para una economía en crisis, que se administra en un caldeado ambiente geopolítico. Tras unos meses de contradictorios intentos de los sectores progresistas, para definir en sus términos el rumbo de la “Segunda Fase”, se combinará la eliminación gradual de éstos con el diseño de la política económica que administra la crisis, cargando sobre el consumo popular sus costos fundamentales. Se prepara el desmontaje enfrentando las demandas del movimiento popular y diseñando el andamiaje legal del "Estado de Emergencia", usado más adelante por el gobierno para complementar la aplicación de sus “paquetes” económicos.

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Presentamos en primer lugar, un conjunto de hechos y coyunturas que explican el curso político del período y permiten apreciar las fuerzas en pugna, sus límites y niveles de conciencia, procurando combinar un ordenamiento cronológico y el tratamiento de algunos momentos definitorios. Luego analizaremos, en el punto II, los rasgos característicos del período y las perspectivas de su resultante.

UNO UNA PRIMAVERA PARA LA DERECHA Un titular del diario Correo de la época, "La primavera de Lima", nos sirve para resumir el significado aparente de los primeros meses deI régimen. En agosto de 1975 es tal el ambiente político represivo en que cae el gobierno, que las primeras medidas de la "Segunda Fase" se ven con un respiro de alivio. Coincide el calendario con el inicio de la primavera, pero la referencia de Correo parece más bien referirse a lo que fue la "primavera de Praga" durante el corto plazo liberal de Dubcek. Si este fue el intento comparativo, hubo un algo de sentido predictivo en el titular; al igual que en Praga, le sucederá en Lima un intenso período represivo que nos regresa al "orden establecido", que en nuestro caso puede ser una democracia formal o una dictadura militar, pero cuyo signo es, en esencia, ajeno a toda óptica de cambio social real. En la primera sesión del gabinete se dejan sin efecto las órdenes de extrañamiento y la clausura de revistas dispuestas en agosto. Progresivamente reapareceran las revistas clausuradas, interviniendo en el debate político de tal forma que, en articulación con las dirigencias de los partidos, las fuerzas conservadoras llegarán casi a adueñarse del espacio político. Tomando la iniciativa, estas revistas han de influir decisivamente en el gobierno y los mandos de la Fuerza Armada. En el curso posterior, el gobierno actuará en la prensa a la defensiva, a pesar de contar con los diarios de circulación nacional. Estos, en efecto, expresarán el debate de las corrientes alternativas que tiene el gobierno en sí; responderán a la derecha, pero sin articularse eficazmente para dar una lucha frontal. Los límites que el propio gobierno les había impuesto y los cambios que se producen el propia OCI dificultan esta articulación. Aparece como una pesada maquinaria. En setiembre y octubre aparecen dos nuevos seminarios: “Equis X” y “El Tiempo”. Reaparecen tambien las revista Oiga y Opinión Libre, clausuradas en agosto por Velasco. Con perfecta orquestación y diferenciándose sólo en pequeños matices, constituirán el centro de la ofensiva reaccionaria desde el primer momento,

86

reclamando un inicial apoyo al nuevo gobierno y levantando a los sectores más conservadores de éste, así como a los partidos políticos de derecha. 8 4 .Estas revistas unifican su mensaje en varios ejes que impactaran en la escena y en el gobierno. Todas concentran su ataque en la prensa de circulación nacional, denunciando a los "infiltrados" y propiciando su cambio. El anticomunismo como bandera central que se coloca en cabeza de todo opositor progresista al régimen y el ataque a toda expresión y demanda del movimiento popular, caracterizan los primeros números

de

estas

revistas.

Las

huelgas

serán

presentadas

como

"maniobra

comunista" o "intento desestabilizador" y se Ilegará a culpar a los trabajadores de la crisis económica, curiosa postura en la que Ios sectores explotados resultan responsables de los actos del poder. Se hablará de "complot rojo" en unos casos, de "infiltrados" a todo nivel y de la necesidad de imponer una "disciplina laboral". Sólo Oiga recordará, a la vez que ataca a las dirigencias sindicales, el efecto deI decreto deI año 1913 que el Ministerio de Trabajo aplica contra los trabajadores en esta coyuntura . 8 5 De esta forma, con variantes poco significativas, se ha de orquestar la presión al gobierno para que depure a los sectores progresistas, que ellos denominarán “infiltrados” o "tontos útiles"; se defenderá a la empresa privada contra la comunidad laboral 8 6 ; se expresará el temor de los empresarios ante la existencia del proyecto de propiedad social, reclamando límites para éste; se defenderá a los “pequeños” y medianos agricultores ante la reducción del límite de inafectabilidad; y se atacará al nuevo Frente de Defensa de la Revolución que propicia el gobierno. Se aplaudirá la caída del General Leonidas Rodríguez y cada medida del gobierno que abra campo a los sectores más conservadores, y comenzará el reclamo de elecciones bajo diversas variantes. Se producirá así un debate político de claro sesgo conservador, en el cual incluso actores vinculados al desarrollo de la "Primera Fase" jugarán un rol ideológico y político que significa regresión.

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La primera es dirigida por Ismael Frías. Nombrado Director de Ultima Hora por la "Primeras Pase'', fue el eje del apoyo periodístico a la Misión" y el MLR, recibiendo biendo el inusual reconocimiento de este último al dejar el cargo. Antiguo militante trotskista, apoya al gobierno militar en varios cargos. Periodista en Expreso y en La Crónica, asesor del Ministro Jiménez de Lucio y fugaz integrante del equipo del SINAMOS en su inicio, caerá en julio de 1975 al recomponerse la dirección de los diarios. El Tiempo es dirigido por un antiguo periodista de El Comercio - AI fonso Baella- que fue jefe de la página politica de ese diario en la época en que se enfrentó con la "Primera Fase", En Oiga se recompondrá el antiguo equipo sin Francisco Igartúa, que trabajaba entonces en México, y en Opinión Libre se concentra un equipo de periodistas de La Prensa de Beltran, radicalizados en su opción derechista conforme avanza el curso deI proceso de cambios. (Cronología Política. Hecho No. 3682 p. 1513). 85 Cronología Política. Hechos Nos. 3816, 3850, 3912, 3914, pp. 1595 a 1660. 86

Opinión Libre, de entrada, planteará cambiarla por accionariado difundido.

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Frente a esta prensa de derecha reaparecerá la revista Marka y aparecerá un Semanario dirigido al medio laboral: La Palabra deI Pueblo. Ambos se ubican a la izquierda del régimen. En 1976 se les unirá la revista Momento, más cercana a una línea del Partido Comunista, el cual mantendrá su semanario Unidad, dirigido principalmente al medio laboral 87 . Esta prensa acogerá la óptica popular en la coyuntura, expresando su crítica a la conducción económica y política, mostrando como tras el "aumento de la producción" -bandera principal del gobierno - se esta dándo una política antilaboral incentivada - demandando aún más radicalidad - por las revistas de derecha. En su ataque a estas últimas señalan su capacidad de penetración en el régimen y denuncian la existencia de una "ofensiva patronal" articulada con el Ministerio de Trabajo

88

.

El ambiente político resulta así dinamizado por la presencia de esta prensa ágil y con mayor impacto que en períodos anteriores. Sin embargo, su articulación con otros actores políticos dará vigencia y rol preponderante a las revistas de derecha. El espacio político se abre también para los partidos, cuyos dirigentes reactivaran declaraciones a la prensa, a través de comunicados, entrevistas y presiones, evidenciando su retorno a la escena. Esos partidos son obviamente los antiguos partidos del orden político anterior al 68. Defensores de posiciones oligárquicas o reformistas de entonces, han radicalizado su opción conservadora durante Ios últimos años y, sin nada nuevo que ofrecer, sienten que se Ies abre espacio para convertirse en alternativa ante el desgaste del régimen. El APRA y Acción Popular Belaundista aplauden rápidamente la primera medida política del régimen, levantando las órdenes de deportación y aperturando las revistas. Poco después una declaración del Partido Aprista celebrando su 45 0 Aniversario, procura retomar una posición progresista, recurriendo para ello a sus origenes y afirmando que apoyó las reformas, pero que sus críticas no fueron escuchadas. Califica de pronunciamiento revolucionario al cambio del 29 de agosto y apoya la definición dada por el Presidente Morales Bermudez a la "Segunda Fase", cuyos propósitos, sostiene " . . abren una nueva y positiva etapa del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada". Culmina este pronunciamiento - uno de los más cercanos al gobierno con la reivindicación de la vigencia de los partidos. En el otro extremo del espectro de los antiguos partidos, el Partido Comunista también apoya los cambios producidos en el gobierno 89 Pronto desaparecerá la unanimidad en el apoyo de los partidos de derecha, para dar lugar a la estrategia de oposición en unos casos y de entrismo en otros. Acción Popular 87

El partido Comunista no enfrentará la política económica del gobierno en este período y aún tiempo después, llega a apoyar las medidas de Barúa. Habrá otros niveles de crítica clara a las fuerzas de derecha, pero cuidando su relación con el gobierno. 88

89

Cronológia Política. Hechos Nos. 3830, 3936, 4113 pp. 1605, 1673 y 1831. Cronologia Política. Hechos Nos. 3796, 3781, y 3820pp.1585, 1576 y 1598.

88

Belaundista expresará “su radical discrepancia y categórico rechazo” cuando en noviembre el presidente Morales Bermúdez anuncia que la Fuerza Armada permanecerá seis años más en el poder 90 . Por su lado, el ex – Alcalde Bedoya Reyes cuestionará como futuro Premier al General Fernández Maldonado, porque “se declaró solidario con la revolución Chilena dirigida por Salvador Allende” 91 . En esta misma óptica, que introduce mensajes dirigidos a las instituciones militares para acelerar su crisis, el ex – Presidente Belaúnde declarará al comenzar 1976 que “el futuro de la República no puede estar sujeto a los vaivenes de un muy discutible escalafón, sino a la seriedad y presión del calendario de consultas populares” 92 . Los partidos políticos comenzarán a utilizar el nuevo espacio abierto. Este tiene una direccionalidad específica: es el campo en el que la derecha puede desarrollarse mejor y retomar la iniciativa política. Al margen de intenciones declaradas este es el curso del proceso político aperturado con el golpe del 29 de agosto, dado el cuadro político en que aparece y la composición del régimen. En efecto, las revistas y los partidos aprovecharán al máximo las nuevas condiciones dadas en la cúpula del gobierno, presionando sobre ésta y sobre la cúpula de la Fuerza armada. La crisis económica y la distinción entre “Primera” y “Segunda Fase” serán las cuñas iniciales para introducir una progresiva lógica de revisión de reformas y la consiguiente depuración de civiles y militares progresistas. Ese espacio dejará un lugar progresivamente limitado para las organizaciones populares surgidas "al calor del proceso". En estas habrá un inicial respaIdo al nuevo régimen por parte de la CTRP, la CNA y organismos similares. Comenzara el movimiento de las "100 bases" sindicales de la CTRP, luchando por derribar a la antigua dirigencia que estuvo vinculada al MLR y "la Misión". En lento proceso que culminará en el mes de abril, lograrán la forzada renuncia del Secretariado Ejecutivo -afiliado al MLR - y se formará una directiva provisoria que, sin embargo, en el mes de mayo no puede retener el poder gremial ante Ios operativos armados por funcionarios del SINAMOS para apoyar a una directiva más manejable. En CONACI continuará también la pugna sin resolverse. "La Misión" ha caido y, si bien se desactiva el MLR, el gobierno de la "Segunda Fase" procura que las dirigencias de reemplazo no molesten" con exceso de iniciativa 93 . El Frente de Defensa de la Revolución Peruana que el gobierno propicia en sus primeros meses, articulando estas organizaciones y circunscrito sólo a ellas, no logrará desplegar ni asumir una defensa real de las reformas. El curso del proceso político va más rápido que su lenta y burocrática 90

Cronología Política. Hecho Nº 3967 p. 1688.

91

Cronología Política. Hecho Nº 3981 p. 1695.

92

Cronología Política. Hecho Nº 4028 p. 1774.

93

Cronología Política. Hechos Nos. 3805, 3496, 4100 y 4199 pp. 1535, 1589, 1687 y 1822-23.

89

conformación y en el mismo gobierno los apoyos y las trabas encapsulan su acción. Durante este período el gobierno todavía busca articular un apoyo popular “dirigido” desde la cúpula. Este intento será abandonado en julio de 1976, quizás ante la constatación de la impopularidad de sus políticas.

DOS

EL MOVIMIENTO POPULAR EN LA MIRA

Las condiciones "primaverales" que caracterizan el espacio político en el que campea la derecha, no son tales para el movimiento sindical. Este afrontará serios retos, apenas puesto de la larga lucha contra "La Misión" y el MLR. Al alza del costo de vida y a las dificultades propias de la negociación sindical, se agrega la opción abierta de un gobierno que en su política laboral opta cada vez más explícitamente por proteger los intereses de las empresas. El Ministerio de Trabajo siempre se ha caracterizado por la venalidad de su alta burocracia, la abierta parcialidad de sus fallos y la inconmensurable madeja burocrática que imposibilita toda negociación abierta. En los últimos años la política implementada por "la Misión" y la intervención de este Ministerio en apoyo del MLR y de la quiebra de sindicatos que éste realizaba, lo convirtió en sede política de las corrientes más reaccionarias del gobierno. En la "Segunda Fase", si bien se abandona al MLR y se desactivan sus dirigencias especializadas en quebrar sindicatos opositores y formar entes paralelos, persiste en la política laboral el carácter antisindical y propatronal que estaba en la base del comportamiento anterior. Lo sindical es visto como potencialmente subversivo. Toda huelga termina siendo declarada "ilegal", y lo que se examina en ella no son las condiciones concretas de los trabajadores, sino la calificación política de sus dirigentes a los que siempre se Imputara objetivos desestabilizadores. Esto no toma en cuenta u oculta

deliberadamente

que

el

obrero

-tanto

entonces

como

ahora

-

lucha

defensivamente, no para aumentar su salario real y mejorar su nivel de vida, sino para que este no descienda aún más; es decir para empobrecerse a un ritmo menos brusco. En este período, como para mostrar que debe ser coherente con la dureza de la política económica, este Ministerio sacará a relucir y comenzará a aplicar después de años de desuso, un Decreto Supremo dado en 1913 para trabar – y por tanto ilegalizar – toda declaratoria de huelga. Se enfrenta así a todo el movimiento sindical

94

94

Es ya casi una característica en los últimos años, que toda huelga importante sea declarada ilegal…aun cuando después se negocie. En la mentalidad gobernante toda huelga es subversiva, aunque se diga lo contrario y esta rigidez se agudiza

90

Clamarán

contra

este

Decreto

sindicatos,

centrales,

periódicos

y

revistas

95

progresistas . Plantearan la necesidad de definir una nueva política laboral, pero este decreto seguirá vigente hasta comienzos de febrero de 19 76 , a pesar de la intervención personal del Presidente un mes antes. El cuadro producido tiene claras connotaciones políticas pues la protesta obrera no se da aisladamente. Hay signos de

una

ofensiva

patronal

en

varios

frentes:

despidos,

arbitrariedades,

incumplimiento de pactos colectivos, negativa a negociar, influencia directa de empresarios y recurso a sus "apoyos" castrenses en el Ministerio de Trabajo. La ofensiva empresarial tiene su correlato político en la campaña de las revistas de derecha, que hace responsables de la crisis a las huelgas, clama por "disciplina laboral", demanda cambiar la Ley de Estabilidad Laboral y crea el ambiente necesario para impactar en amplios sectores, especialmente en la Fuerza Armada, y empujar al gobierno a una represión masiva. El alto índice de huelgas registrado en 19 75 tiene así su explicación, tanto en el alza del costo de vida como en esta política gubernativa y en la ofensiva patronal. Entre las distintas acciones de esta ofensiva, la empresa "Plásticos El pacífico" se lleva las palmas, al despedir a todos los trabajadores de la empresa que participaban en una huelga decretada por la Federación de Trabajado res de Calzado. Cuando esta huelga se levanta para negociar, la actitud de la empresa -dispuesta a recibir, previa reinscripción sólo a los trabajadores que ella no tache Ilevará a mayores acciones de defensa gremial, arrastrando a la CGTP, a decretar un paro en Lima y Callao -medida a la que hace muchos años no había recurrido que se realiza el 29 de diciembre. Este hecho, producido mientras que se lucha contra la aplicación del Decreto del año 19 13 y a la vez que se producen en cadena una serie de conflictos sindicales -no conciliados por el Ministerio - ha de Ilevar a un fuerte clima de tensión, que la derecha aprovecha para justificar sus acusaciones contra tos sectores progresistas y revertir el curso político en provecho propio. Entre octubre y marzo se suceden importantes luchas sindicales, evidenciando un cuadro político social cada vez más tenso. Los trabajadores de Toquepala paran en octubre, reclamando aumento de salarios; suspenden la huelga a los 7 días al conforme avanza la crisis. Pero en este caso la acción enerva al más ecuánime sindicalista pues va cerrando todo espacio de legalidad para la lucha sindical: “la huelga debe aprobarse con la concurrencia de los dos tercios del total de los trabajadores, en votación secreta y debe adjuntarse la nómina de los declarados en huelga, con designación de sus domicilios”. La puesta en práctica de este decreto significa exigir “la condición imposible”, no sólo a los sindicatos de empresas con sedes muy dispersas sino a los sindicalistas que vienen de vivir una experiencia de represión en toda su historia, con sucesivas aperturas y cierres del espacio requerido para actuar. La aplicación del Decreto es amedrentadora, aun para el trabajador no politizado, que al igual que las mayorías sabe lo que pasa cuando la policía o la PIP llegan a su domicilio (Cronología Política. Hecho Nº 3858 p. 1630). 95

Cronología Política. Hechos Nos. 3858, 4057 y 4075 pp. 1630, 1793 y 1801.

91

lograr la reposición de su dirigente - Victor Cuadros – y tras la larga negociación, que los obliga a un paro de 72 horas en diciembre, obtienen una resolución favorable 9 6 . Este resultado no es obtenido por otras empresas "menos decisivas". En octubre los trabajadores despedidos de Paramonga en 1973, realizan una huelga de hambre para lograr su reposición. En ese mismo mes paran los trabajadores de Nissan y Moraveco; los primeros reclaman la reposición de dos dirigentes y protestan por la reducción de personal que dejará en la calle a 117 trabajadores, mientras que el despido e incumplimiento de leyes es invocado por el Sindicato de Moraveco 9 7 . En noviembre paran los obreros municipales; la huelga también es declarada ilegal y se autoriza a los Alcaldes a contratar nuevos personal 9 8 . Hay ejemplos más grotescos, aunque particulares. El

SIMA Callao –empresa de

construcción naval a cargo de la Marina – es declarado en reorganización, como paso previo para despedir a 250 trabajadores por haber realizado paros laborales. La rigidez e insensibilidad social recurre en este caso no sólo a argumentos económicos, sino de “seguridad nacional” - a pesar de ser obreros civiles que construyen barcos, generalmente petroleros – para “suspender a todo personal obrero como medida disciplinaria, sin goce de remuneración y por el término no menor de seis días” 9 9 . Esta acción que mancha la imagen de la Marina, representa quizás el cúmulo de prepotencia reunida a partir del ejercicio del poder. Ninguna autoridad civil o laboral podrá cuestionar este hecho. En la práctica, se argumentará razones militares para encubrir la intransigencia hecha política. La posterior huelga de los gráficos impactará por dejar a la ciudad sin diarios y un largo conflicto en “Manufacturas Nylon S.A”, que ocasiona un paro en los sindicatos de la carretera central, servirá para indicar el amplio campo de maniobra patronal para reducir personal de sus plantas 1 0 0 . La CTP (Central 96

Cronología Política. Hechos Nos. 3842 p. 1620 y 4005p. 1707.

97

Cronología Política. Hecho Nº 3844p. 1621.

98

También en noviembre paran 48 horas los trabajadores de Nacional; la empresa se niega a reponer a 9 trabajadores, según lo ordenado por el Ministerio. Este tiene que recurrir a la intervención policial para que se cumpla la orden que los empresarios rechazan. Fundición Callao, en ese mismo mes, no paga salarios a dos trabajadores repuestos y para demorar el trámite de ejecución, enjuicia a dos funcionarios. La Fentup parará en noviembre y los empleados bancarios pararán 48 horas ese mes por “incumplimiento de pactos colectivos”. Esto no es sino una muestra de algunos casos, que investigaciones más acuciosas podrán analizar más a fondo. Pero es evidente que en la raíz de los conflictos confluyen la ofensiva empresarial, la rigidez del gobierno y la crisis económica que recae sobre los hombros del pueblo. (Cronología Política. Hechos Nos. 3923, 3924, 3934, 3939 y 3960 pp. 1666, 1672, 1675 y 1685.) 99

Cronología Política. Hecho Nº 4025 p. 1772.

100

Cronología Política. Hecho Nº 4051 y 4356 pp. 1787 y 1986

92

Aprista) llamará también a un paro ante la vigencia de los D.L: 21394 y 21396 que ponen tope a las negociaciones sindicales, y dada la persistencia del Decreto del año 1913 1 0 1 . A pesar de que esta Central expresa su apoyo al gobierno y de que su trayectoria es mucho mas conciliadora con las empresas, no vacilará en realizar el paro

aún

después

de

que

el

Presidente

anuncia

la

modificación

de

esos

dispositivos. Esto, sin embargo, no le atraerá el ataque orquestado de la derecha. Sus revistas saben con que tipo de sindicalismo pueden contar y esperan que las movilizaciones fortalezcan a la central aprista, por entonces en decadencia. Aunque en febrero de 1976 el gobierno suspende el Decreto de 1913 y modifica los topes salariales, y a pesar de las declaraciones del Presidente Morales Bermúdez reconociendo la necesidad de una nueva política laboral, el efecto no se concretará en cambios reales y la política laboral se endurecerá más aún. A las carencias materiales se agrega la represión, el despido, el abuso ante cada protesta. Comienza una lógica que agarrara carne meses después: se quiere un pueblo inerte, que sufra la crisis y que encima calle, no proteste, no use sus organismos de defensa. En ese cuadro, una declaración de los sacerdotes de ONIS es muestra de la reacción que se produce ante la lógica de estos hechos; en ella se protesta contra la ilegalidad de las huelgas, los despidos de trabajadores amparados por autoridad de trabajo y por la detención de dirigentes y asesores sindicales, manifestando sobre el problema de fondo:

"Los problemas aquí señalados tienen como causa desencadenante, de un lado, la actual crisis capitalista y de otro, las orientaciones básicas de la política económica adoptada en el país, lo que agrava las ya deterioradas condiciones de vida de las clases más pobres. La cuestión prin cipal no es pues solo saber si las futuras decisiones económicas afectarán en mayor o menor medida a las clases populares. La cuestión es más bien como impedir que las condiciones vigentes las sigan afectando. Por lo tanto la protesta y movilización del pueblo en defensa de sus legítimos intereses no pueden ser considerados frutos de manipulación. Juz garlas aquí equivale a menospreciar la capacidad de tos sectores popula res para designar sus dirigentes y escoger Ios programas adecuados a la satisfacción de sus mas urgentes demandas" 1 0 2 .

101

Cronología Política. Hechos Nos. 4057 y 4092 pp. 1776 -77.

102

Cronología Política. Hecho Nº 4072p 1800.

93

Paradójicamente, en el mismo mes en que se desarrolla esta situación y se constata la ilegalización real de las huelgas y la ofensiva antisindical, el re presentante Peruano en la OEA reclamará incluir "los derechos de agremiación y de huelga" dentro de la carta de esa organización 1 0 3 . A estas paradojas irá acostumbrándonos el gobierno, mostrando siempre una doble cara que expresa su propia contradicción.

Esta postura externa no se condice con una medida que ya desde el mes de diciembre inquieta a todo el medio laboral y sirve de advertencia: se trata de la detención de varios abogados, asesores sindicales, entre ellos los Dres. Díaz Chávez, Ledesma Izquieta, Oña Meoño y Salas, que están detenidos junto con varios dirigentes mineros como Hernán Cuentas y Víctor Cuadros, serán enviados a la selva, a la Colonia Penal de El Sepa

104

. Las detenciones se producen en medio

de conflictos sindicales en Centromin y otras minas, y conforme a la política antes descrita, durante todo diciembre el gobierno ni siquiera se preocupara de explicar el hecho. El tratamiento dado a los aboga dos sindicales es indicativo de lo que ha de ser un elemento central de política del gobierno. En la práctica, el gobierno desconoce el derecho d e h u e l g a q u e p r o c l a m a p a r a s u i m a g e n e x t e r i o r y e s t a c o n s t a n t e polariza el cuadro político. La prisión de los abogados y dirigentes mineros que se mantiene por largo tiempo a pesar de todo género de protestas en el Perú y el extranjero es sólo un indicio.

TRES EL "SOCIALISMO" VERBAL DE LA SEGUNDA FASE Es importante analizar el discurso político porque es expresión de Ias tendencias que hay en la cúpula, sirve de enlace entre las dos fases y a la vez constituye punto central de contradicción con el curso real del proceso. Se ha podido ver como el espacio político abierto a partir de agosto de 1975 fue prácticamente copado por las fuerzas de derecha. Al mismo tiempo, la relación

del gobierno con el movimiento

sindical se hizo más rígida, endureciendo el curso político y derivando en clara represión a pesar de intentos conciliatorios expresados por el

propio

Presidente al comenzar 1976. En estos dos aspectos la resultante que se aprecia puede ser fruto de tendencias contrapuestas, menos definidas que antes, pero visiblemente contradictorias.

El discurso político expresa en cambio la opción que

por entonces parecía primar en el Presidente -por lo menos hasta marzo- plasmada 103

Cronología Política. Hecho Nº 3983 pp. 1696-97

104

Cronología Política. Hecho Nº 3675p. 1511.

94

en algunas disposiciones valor simbólico para las posiciones progresistas. Si nos limitaríamos a analizar el nivel de las declaraciones, encontraríamos coherencia entre ellas durante los primeros meses. Pero al confrontar estas con Ios hechos, tanto en el campo laboral como en las medidas económicas y en los cambios militares, la apreciación es otra. Es notoria en este caso la clara contradicción, que Ileva a pensar en la posibilidad de en manejo hábil de las declarativas posiciones de avanzada, como parte de una estrategia que "cubre la retirada" y permite el viraje gradual del gobierno a la derecha 1 0 5 . Desde el 29 de agosto hasta los primeros meses de 1976 el discurso político enfatiza en un nivel la continuación y profundización del proceso de cambios, y radicaliza las precisiones referidas tanto al modelo final como al cuestionamiento de la base económica y de la política seguida hasta entonces. Si nos atenemos sólo al discurso, podría incluso afirmarse que se está proponiendo

una revisión de la

política económica de la “´Primera Fase”, no exactamente en un rumbo tradicional.

En su primer discurso como Presidente, el mismo 29 de agosto, el General Morales Bermúdez recalcará que el gobierno continúa "con Ios mismos principios" y con el mismo

modelo.

Enfáticamente

afirmará:

"Nada

de

esto

a

cambiar

un

solo

milímetro…". El cambio en la presidencia se definirá como referido exclusivamente a "sus procedimientos políticos", al "manejo y la conducción política". Sólo una referencia al objetivo de buscar "la unión y la concordancia de lodos Ios peruanos" podría interpretarse en dirección diferente, aunque ello está presente en muchas formulaciones habladas y escritas en la "Primera Fase" 1 0 6 . AI Ilegar a Lima, dirigiéndose a la reunión de Ministros de los Países No Alineados que tenía lugar en esos momentos,

reiterará

"la

militancia

tercermundista

y no alineada

de

la

Revolución Peruana" y “… el solemne compromiso de la Fuerza Armada... Con una insoslayable política contra toda forma de dependencia o sometimiento a interés 105

La hipótesis anterior es posible, pero no resulta muy avaIada por el curso posterior del proceso. Difícil resulta pensar en maquiavelismo tan perfectamente calculado. De serlo, su perfección indicaría más bien la presencia de estrategias "trae del trono”, con una visión no solo localizada en el gobierno sino en un espectro más bien continental. Contrastaría esta estrategia técnicamente lúcida, con la incapacidad del gobierno de retomar la iniciativa en materia económica y política, tanto entonces como en el curso posterior. Hay hechos, sin embargo, que apuntalan la hipótesis: Ios militares progresistas son encumbrados y, uno a uno eliminados. AI mismo tiempo que se Ilevan a cabo las primeras depuraciones, se formulan las declaraciones y medidas más avanzadas -siempre en términos relativos- , y de esta forma se amengua el golpe. 106

C ron o lo g ía Po lít ic a . H e ch o N ° . 3 67 5 p . 1 51 1 .

95

extraños”, para culminar expresando que "la Revolución que hoy los despide es misa que hace unos días los recibió con fraterno abrazo" 1 0 7 . En su primer mensaje al país, días más tarde, el nuevo Presidente estableció la distinción entre "Primera" y "Segunda Fase", haciendo una cuidadosa justificación de la primera y presentando la necesidad de una "actividad y metodología distintas", casi como un problema técnico, sin enfatizar la crítica propiamente política. Reafirmó entonces "la necesidad de profundizar y consolidar el proceso" y subrayo - esto si es nuevo- la necesidad de efectuar "ya importantes transformaciones en el campo político para completar debidamente los sistemas social, económico y político, a fin de concretar el esquema total de la democracia social de participación plena". Nada de esto se sale del curso definido en la "Primera Fase". Pero, por si hubiera dudas, se precisa

lo

que

se

entiende

por

"profundización":

"...

no

significa

desvíos

direccionales", "significa intensificar las acciones iniciadas pare lograr el objetivo final en memos tiempo", "significa reorientar las acciones emprendidas, si se han desviado de su finalidad, reconocer los errores y enmendarlos, significa también comenzar las acciones señaladas en el Plan de Gobierno (ref. Plan Inca) y aún no iniciadas". Dentro de la generalidad de la exposición, el discurso indicaba continuidad de dirección. Cualquier análisis que sólo se basa en el nivel de lo expuesto, tendería a confirmarlo en ese momento, aunque es obvio que ningún análisis debe seguir sólo las palabras y en este caso los límites reales de direccionalidad podían apreciarse desde tiempo antes y se han presentado esquemáticamente en la primes parte de este trabajo 1 0 8 . El Presidente Morales Bermúdez concreta el "cambio de estilo" invitando a la Policía de Investigaciones a "abandonar los métodos tradicionales que se han venido empleando" y expresando admonitoriamente: "No son, pues, precisamente el abuso, la prepotencia, el autoritarismo, maneras adecuadas para mantener una buena imagen de nuestra institución" 1 0 9 107

C ro n o lo g ía Po lít ica . He c ho N ° 3 76 7 p. 15 63 .

108

No solo es el Presidente el que interviene. EI Premier Vargas Prieto, en un discurso en Moquegua, Ievantará la imagen de José Carlos Mariátegui el Amauta que constituye la figura principal del socialismo en el Perú. Sobre él dirá: “El combativo revolucionario que hiciera de su vida y de su obra un sólido molde de conducta e ideas", "su pensamiento y su vida van ilustrado las mejore páginas e inscrito sangre de ideas nuevas y libertarias en el mapa ideopolítico del Perú". El carácter simbólico de Mariátegui, primer pensador marxista coherente en el Perú, había sido poco usado antes por el gobierno, siendo más bien patrimonio de la izquierda peruana. 109

Viendo en perspectiva estas palabras y recordando la conducta política desarrollada desde principios de 1976 por el Ministro del Interior, General Cisneros Vizquerra, uno duda si optar por elegir una interpretación dura del maquiavelismo del régimen o pensar que por entonces había una inocencia virginal en la cúpula. Porque pocas veces en la historia de la represión ha campeado con tal impunidad el abuso, la prepotencia, el autoritarismo y pocos Ministros del Interior han hecho tanto escarnio verbal a los perseguidos políticos como este General. (Cronología Política. Hecho N° 3806 p. 1590).

96

El anuncio hecho por el Presidente Morales Bermúdez de que "la pro piedad social será reforzada" y de que "las cooperativas agrarias serán reestructuradas para ir hacia su integración en el sector de propiedad social", causará expectativa en los sectores progresistas del gobierno, que van que el im pulso de este tipo de empresas su prioridad sobre los otros sectores de propiedad y más aun la pretendida hegemonía no sería alcanzado sin un apoyo real y concreto del Estado 1 1 0 . En el mismo sentido, la importante respuesta aI Presidente de la SIP 1 1 1 viene a reiterar el sentido de la reforma de la prensa y a borrar la idea de que la “Segunda Fase” significa “otro gobierno” Desde principios de octubre, el discurso político incluirá un conjunto de apreciaciones que indican la presencia de algunas de las críticas hechas al sentido y direccionalidad de la conducción económica de la "Primera Fase". Ello parece indicar la presencia de posiciones alternativas con la discusión de política económica pero, como se podrá ver más adelante, éstas no se expresan en medidas concretas. El 3 de octubre, en Huancayo, el Presidente expresará: "El pluralismo que preconizamos será respetado, pero no debe entenderse como un pluralismo neutro ni de alianzas y coaliciones, sino como pluralismo orientado a la construcción de una sociedad humanista, socialista cristiana" 1 1 2 . Se acoge aquí una crítica sobre Ia imprecisión y ambigüedad que significaba el planteo del pluralismo tal como fue utilizado desde años antes. Al precisar que se trata de un pluralismo “orientado” y calificar más específicamente la sociedad final, el Presidente acoge una de las críticas hechas desde la tienda progresista. Muy distinto será este pluralismo del que ofrecerá verbalmente a partir del 31 de marzo: se vuelve a la utilización neutra del concepto, en lo económico y lo político, lo que equivale a garantizar la hegemonía a los detentadores actuales del poder, a los capitalistas. Pero es el discurso pronunciado ante los empresarios en CADE 75, el 16 de octubre, el que mostrara más apertura en cuanto al replanteo de la política económica. Comenzará relacionando la crisis económica con el "proceso de industrialización

110

Cronología Política. Hecho N° 3829 p. 1605. La derecha -y el empresariado en particular- sí tomaron en cuenta, tanto antes como ahora, el discurso político. La viabilidad del sector de Propiedad Social -visto como amenaza- pensaban se lograría convirtiendo las Cooperativas Agrarias en empresas de este sector, e inyectando altos niveles de inversión en los primeros años. Al respecto, un análisis de este tipo puede verse en el artículo de Roberto Abusada "Políticas de Industrialización en el Perú 1970-76” en la revista: Economía- Universidad Católica No. 1 p.13. 1978. 111

112

Cronología Política. Hecho N° 3832 p. 1607. Cronología Política. Hecho N° 3848 p. 1623.

97

dependiente, poco racional y de escasa eficiencia" 1 1 3 , para luego desarrollar una de las más duras críticas hechas por el gobierno al sector industrial y al modelo que él mismo ha contribuido a desarrollar en la "Primera Fase": "con crudeza revolucionaria podemos afirmar que la imagen artificial de una industria pujante y vigorosa, en ciertos sectores productivos, esconde el hecho de que lo que ha proliferado en el país son empresas ensambladoras o transformadoras de insumos importados . . . ", "una industria que no puede funcionar sin insumos y bienes de capital extranjeros, es una industria que verá limitadas sus perspectivas de expansión y alterado su funciona miento normal, cada vez que los ingresos de divisas al país resulten insuficien tes". EI Presidente señalará que el gobierno " . . . ha reconocido la necesidad impostergable de construir las bases de un desarrollo industrial autónomo que, teniendo como marco la economía en su conjunto, sea programado y estructurado según las necesidades que imponen de un lado nuestra soberanía y del otro, la promoción social ...se trata de construir paulatinamente una nueva economía, con un sustento auténticamente socialista, sin dañar la exigua base económica sobre la que hasta hoy se asienta el país, pero al mismo tiempo, despojándola de sus opresores e injustas connotaciones inherentes a su esencia capitalista" 1 1 4 En este último discurso, el Presidente va a plantear nuevos elementos para interpretar la crisis económica, que Ilevarían un diagnóstico muy distinto del que el gobierno

ha

venido

haciendo:

la

referencia

al

proceso

de

industriali zación

dependiente es un paso a ello. Pero, a la vez va a plantear Ia redefinición de la política industrial que pase por programar Ia industria en función de necesidades nacionales y sociales, señalando que el gobierno dirige paulatinamente hacia una economía “de base socialista”. Estos aspectos indican un rumbo que no es precisamente el que viene modelando la política económica.

Pareciera

referirse

al

debate interno sobre la programación de importaciones y la racionalización de la industria en función de las necesidades y no del lucro y la especulación, como siempre ha estado. Estos y otros puntos eran parte de diversas propuestas presentadas por el Instituto Nacional de Planificación que no se concretaron en medidas. Es obvio que uno o dos discursos no permiten deducir toda una política coherente y alternativa. Pero parece hacer signos de cambio que podrían concretarse 113

Recuérdese que hasta entonces -y oportunamente- el gobierno no reconoce la crisis en su carácter estructural y sólo la presenta como crisis coyuntural sin aceptar el hecho de que es resultado de la estructura capitalista actual, promotora del industrialismo dependiente; y de la política del gobierno que, manteniendo y produciendo esa economía, lo incorporó la presión de los grandes proyectos Pú blicos.

114

Cronología Política. Hecho N ° . 3 88 1 p . 1 64 3 .

98

en políticas. Lo que habría, que evaluar, sin embargo, era la factibilidad de esas políticas, teniendo en cuenta no sólo las palabras sino la concreción en medidas; recordando los límites políticos del régimen, su composición, etc. En la formulación política tendrán importancia las precisiones que introduce el Presidente sobre el rumbo final del proyecto que guía al gobierno. En varios de los discursos, comentados haya referencias a la sociedad “socialista” o a una economía “de base auténticamente socialista” que son innovaciones respecto del discurso de la “Primera Fase”. En ella, en efecto, el Presidente Velasco se refirió siempre a una "democracia social de participación plena", a una sociedad "ni capitalista, ni comunista", pero nunca habló de una sociedad socialista. La precisión máxima fue que el modelo del régimen se inspiraba en valores y corrientes de pensamiento humanistas, socialistas, libertarias y cristianas 1 1 5 . Debemos precisar que sólo se trata de palabras y matices, pero al respecto cabe recordar todo el valor simbólico del término y la vinculación que su formulación ofrece con el cambio efectivo y real de la sociedad capitalista, que en cualquiera de sus acepciones se da por supuesto. En efecto, puede haber múltiples precisiones al concepto usual de socialismo, pero en cualquiera de ellas proponer el socialismo implica rechazar el capitalismo y oponerle una economía socializada y un Estado con dirección popular. En cualquiera de sus opciones, supone que la propiedad privada no es hegemónica ni define la lógica de acumulación del proceso económico. Olvidar esto es pura y simplemente ignorancia o confusionismo que ni siquiera los socialdemócratas europeos -integrados al sistema capitalista- utilizan ahora sin hacer antes precisiones y salvedades. EI Presidente hablará en Puno, afirmando: "Hemos escogido la ruta del socialismo peruano". Lo hace a los pocos días de eliminar de su equipo a los Generales José 115

Puede consultarse al respecto en Velasco: la voz de la Revolución, varios de lo s discursos del exPresidente. El 2 8 de julio de 1 97 1 sostendrá "…esta revolución se inscribe, con toda su probada autonomía conceptual, en la tradición más ilustre del pensamiento libertario, socialista y humanista" (p. 105). El 1° de diciembre ante el Presidente Allende: "…de lo anterior se desprende que nuestra revolución se sitúa en una posición en la que confluyen valores humanistas libertarios, socialistas y cristianos" (p. 16 7) . El 28 do octubre de 19 71 en la reunión del Grupo de l o s 77 : "Esta posición que recoge e l legado mejor de las tradiciones libertaria, socialista y cristiana, en lo que esta última tiene de renovador pensamiento social, representa la confluencia de las vertientes más ilustres del pensamiento revolucionario. . ." ( p . 2 72 ) . Parece implícita la negativa de Velasco a Ila mar "socialismo peruano" o "sociedad socialista" a su proyecto. En noviembre de 19 70 había sostenido: "Sin embargo, al ver que recusamos por igual las vías capitalista y comunista, algunos definen nuestro movimiento como socialista, olvidando que, por la enorme variedad significativa que ha llegado a adquirir esta apelación, ha perdido capacidad de expresar por sí sola fundamentales diferencias de concepción y de práctica política concreta. En efecto, bajo la denominación "socialista" se cobijan las más variadas formulaciones teóricas y las más plurales r e a l i d a d e s p o l í t i c o - s o c i a l e s e n e l m u n d o c o n te m p o r á n e o , l o cu a l t o m a n e b u l o s o s i g n i f i c a d o r e a l d e l a p a l a b r a . P o r t a n to , a l n o p e r m i t i r el t r a z a d o d e l í n e a s su s t a n t i va s d e d i f e r e n c i a c i ó n , n o d e f i n e u n a p o s i c i ó n c o n c r e t a y d e t e r m i n a d a s i n o e n e l m á s g e n e r a l d e l o s s e n t i d o s . O t r o s n o s a d j u d i c a n e c l e c t i c i s m o “ te r c e r i s t a ” q u e m u y p o c o a g r e g a a l a co m p r e n s i ó n d e l p r o c e s o p e r u a n o … ” ( p . 1 1 ) .

99

Graham H. y Leónidas Rodríguez, que desde 1968 se identifi can con las posiciones progresistas. Cuando, al día siguiente, durante una importante

manifestación

campesina en el Cuzco se le reclama la presencia de Leónidas Rodríguez, propondrá la organización de un Frente de Defensa de la Revolución Peruana en base a organizaciones "del pueblos" 1 1 6 . En ambas ocasiones y a pesar del entusiasmo de algunos diarios, quedará flotando la duda sobre el oportunismo de las palabras, mientras se desarma el equipo inicia. Posteriormente -ante la propia oficialidad de la Fuerza Armada, sostendrá que "la lucha por nuestra segunda independencia es la lucha por la construcción del socialismo peruano" 1 1 7 . En esta misma ocasión -como corolario de Ios anteriores signos que aparentaban un replanteo de la conducción económica afirmará que el gobierno "… adoptará medidas de máxima austeridad para evitar que el impacto golpee la economía de los sectores populares". Esta misma posición será reiterada en Chincha, a fines de febrero 1 1 8 , siguiendo toda la Iógica de los planteamientos anteriores. Un mes más tarde el viraje supondrá suprimir la palabra socialismo, pero el significado de este replanteo concretará mucho más allá de las palabras. De este modo lodo el discurso político irá expresando un desfase entre palabras y políticas, una composición contradictoria pugnando en la cúpula sin mucha claridad. Se produce en un periodo en el cual las fuerzas de derecha agreden desde las revistas y desde los partidos, a la vez que políticos y empresarios desarrollan el centrismo tradicional. En todos estos casos se parte de una distinción

que,

enfrente

la

"Primera"

y

la

"Segunda

Fase",

reclamando

pragmatismo para resolver la crisis…, obviamente en una dirección tal que liquidará gradualmente todo reformismo. Hay en este período algunas medidas, casi simbólicas, dirigidas a hacer avanzar las reformas. Fueron reclamadas por los sectores progresistas, aunque ninguna de ellas en particular, ni todos en conjunto, pueden significar que es tos sectores retomen la iniciativa política. Representan el impulso inicial, con energía retomada 116

C r o n o l o g í a P o l í t i c a . H e c h o s N°. 3291 y 3295 pp. 1665 y 1667.

117

C r o n o l o g í a P o l í t i c a . Hecho N° 3990 p. 1699.

118

E s t a s m o d a l i d a d e s s o n m u y d i f e r e n t e s a l a s q u e s e u s a n e n l a s g r a n d e s c o r r i e n te s p o l í t i c a s d e l m u n d o y m e q u i e r o r e f e r i r f u n d a m e n ta l m e n t e a l o q u e u s t e d e s c o n o c e n d e l c a p i t a l i s m o y d e co m u n i sm o , n o s o t r o s q u e r e m o s l o g r a r e n n u e s t r a p a t r i a e s d e m o c r a c i a s o c i a l d e p a r t i c i p a c i ó n p l e n a a b a s e d e u n a a u té n t i c a v í a s o c i a l i s ta d e u n s o c i a l i s m o p e r u a n o q u e s e b a s a e n l o q u e n o so t r o s s a b e m o s y c o n o c e m o s e n l a s h e r e n c i a s e s p i r i tu a l e s q u e e l Pe r ú t e n í a , u n s o c i a l i s m o q u e se b a sa e n v e r d a d e r o s i n te l e c tu a l e s r e v o l u c i o n a r i o s q u e h a te n i d o n u e s t r a P a t r i a y u n s o c i a l i s m o q u e se a p r o fu n d a m e n t e h u m a n i s t a ; u n s o c i a l i s m o q u e te n g a la g r a n b a n d e r a d e l n a c i o n a l i s m o , u n so c i a l i s m o q u e l l e v e s i e m p r e l a v o z c r i s t i a n a . Es o e s l o q u e r e m o s p a r a el P e r ú " . C r o n o l o g í a P o l í t i c a . H e c h o N° 4137 pp. 1851-57.

100

de la "Primera Fase", y podían indicar que las palabras antes analizadas tenían una intención, utópica o no, que pronto va a ser co rregida para asumir el "pragmatismo". Pero incluso hay un largo salto entre lo que significarían tales medidas y lo expresado en los discursos sobre política económica, programación industrial, etc. Las medidas se refieren a la reforma agraria, reduciendo de 150 a 50 hectáreas el límite de inafectabilidad 1 1 9 ; al Decreto Ley que congela el monto de los alquileres 1 2 0 , entendido como una medida coyuntural y aislada; al Decreto Ley que autoriza a que las Coo perativas que lo desean mayoritariamente pueden pasar integrar el sector de propiedad social 1 2 1 ; y la medida que dispone que el Jefe de CONAPS tenga voz en el Consejo de Ministros, con lo cual se le da el mismo nivel

que el Instituto Nacional de Planificación SINAMOS en la estructura del

Estado. Las intervenciones del Presidente Morales Bermúdez, desde fines de año, sobre la necesidad de una nueva política laboral -concretándose en la anulación del Decreto Supremo de 1913 y la corrección de los Decretos sobre topes de negociación colectiva- se interpretaron también dentro de este conjunto de medidas de corte progresista, aunque de ninguna manera definieran el curso global del proceso político. En las medidas de política económica se concreta opción real de este período y en los cambios de militares y civiles se expre sa el real curso político.

CUATRO

LA

P O LÍ TI CA

EN

LO S

HE CHO S :

LA

CRI S IS

LA

P ACA

EL

P UE BLO . . . E L GO BI E RNO LA AD MI NI S TRA Revisando en perspectiva la política económica del gobierno, la "Segunda Fase" muestra una relación de continuidad con el período anterior, particularmente con las medidas del "paquete Morales" de julio de 1975. Lo único evidente es que al caer Velasco se eliminó un obstáculo importante para que la política económica administrativa la crisis de acuerdo a las demandas del capital. Era un hecho conocido que el Presidente se oponía sistemáticamente aunque sin plantear alternativa coherente al aumento de precios de la gasolina, el pan y algunos productos

básicos

para

el

consumo

popular.

También

se

suponía que toda

devaluación porque -al igual que muchos no iniciados- participaba del mito existente sobre toda medida devaluatoria, entendiéndola co mo tradicional, valorada 119

Cronología P o l í t i c a . H e c h o N° 3991 p. 1700.

120

D e c r e t o L e y N° 21379 d e l 9.1.76.

121

D e c r e t o L e y N° 21317 d e l 25.11.75.

101

ideológicamente y no como instrumento. Forzaba de esta forma a una política conciliadora, que no resultaba racional ante la crisis. La racionalidad, sin embargo, no es algo abstracto ni neutro. Supone direccionalidad política y así como se evidenciaba la carencia de una política popular alternativa -y eso no es tanto problema de hombres como asunto que tiene que ver con la composición e intereses que el gobierno asume como propios-

es obvio que el cambio operado el 29 de agosto

resulta derribando ese poder de veto parcial, dando curso a una política que con menos margen de conciliación, cargara el costo de la crisis sobre los hombros de la mayorías empobrecidas. Esta direccionalidad es coherente con el curso global de la economía, intricada en su lógica por las reformas. La decisión anunciada de continuar y profundizar las reformas no confluye en medidas que supongan un replanteamiento real en el diseño económico básico. En momentos parecen estar planteándose otras alternativas con la cúpula y esto se expresa parcialmente en las declaraciones del Presidente, en los planteamientos del Instituto Nacional de Planificación y en - la información que se trasluce. Pero no se concretan medidas que redefinan la forma de afrontar la crisis y cuestionen Ios ejes que encuadran el proceso económico en la ortodoxia capitalista. Hay así la impresión de que hubo un "salto cualitativo que no se quiso dar", estando sus planteamientos presentes aunque sin alcanzar el peso necesario en la correlación de fuerzas. En perspectiva, parece, sin embargo, que un cambio de política era demasiado pedir al régimen como tal, ya que aún contando con elementos progresistas y críticas desde dentro, estos carecían de una alternativa económica. El Ministro Barúa expone al país, en los últimos días de setiembre de 1975, la "difícil situación por la que atraviesa la economía nacional como consecuencia de la crisis que viene de la economía mundial" 1 2 2 . Bajo este diagnóstico "tipo", que ya es parte del lenguaje político oficial que no acepta aún mayor grado de explicación sobre la crisis -informará el Ministro sobre el deterioro de la balanza comercial producido por un incremento en valor de las importaciones, mientras que disminuía el valor de lo exportado. Informa que durante el primer semestre de 1975 no crece el ingreso por habitante porque "la actividad productiva... mostró un lento crecimiento, similar al

122

Este diagnóstico se repetirá muchas veces, sin proporcionar la información suficiente, ni ofrecer las condiciones pare el debate. Las respuestas sobre las causas de la crisis se referían siempre a l o internacional, sin entrar a discutir lo que fue propio del manejo de la economía durante la "Primera Fase", tanto en lo coyuntural como en lo básico , es decir en lo que toca a la estructura productiva. Tampoco es cuestionada la política de industrialización y su correlato opresivo para el agro; y lo que se refiere, a fin de cuentas, a la lógica misma de una economía capitalista dependiente recusada en las palabras pero no en la conducción de la política económica de la "Primera Fase". Ante este límite, las reformas -que con todo eran vistas como amenazas por la burguesía nativa- fueron acciones heterodoxas frente a la lógica del sistema.

102

aumento de la población”'. Indicó que en el agro y la minería habían disminuido Ios niveles de producción 1 2 3 . En cuanto al agro -según el Ministro- el deterioro de la producción proviene de factores climáticos, de problemas de comercialización, del alza de costos de insumos tales como fertilizantes y pesticidas, y de Ios bajos precios que tuvieron los productos del campo en 1974. Varios de estos problemas son consecuencia directa de la política económica que se aplica desde la "Primera Fase", pero ni se enuncia ni se admite como tal. Así se hace evidente que no existe la voluntad, o Ia fuerza, para un replanteo de política que, en este aspecto, corrija de raíz la explotación del campo por la ciudad y la prioridad dada a la política industrialista dependiente 1 2 4 . El Ministro culpará a las huelgas y a la continua reducción de Ios precios internacionales del deterioro de la producción en el sector minero que bajó en el año 6%. Lo primero está forzando una política expresa que, alentada por las revistas más reaccionarias, termina culpando a los trabajadores de baja producción y mediante un salto lógico -fácil en las simplificaciones periodísticas- también de la crisis económica. Olvidan aquí tanto el Ministro como las revistas que los conflictos laborales están en directa relación con las condiciones concretas -económicas, patronales y políticasque viven Ios trabajadores; olvidan también la incapacidad del Ministerio de Trabajo para “conciliar” los conflictos, que desembocan en irremediables huelgas. Más aun, ocultan que el endurecimiento de la política laboral -desde fines de la "Primera Fase" Ileva, desde Ia partida, a que el Estado, protegiendo específicamente la utilidad de estas empresas, enfrente como enemigos a los trabajadores que plantean el conflicto. No sólo se trata de un problema ideológico sino que es consecuencia lógica de la política económica que se sigue y, por tanto de los intereses que el Estado hace suyos en cada conflicto. Al culpar a los trabajadores, el Ministro sigue 123

No se reconoce aquí la responsabilidad del gobierno y del empresariado en el crecimiento especulativo en el volumen de importaciones –al que nos referimos anteriormente- y en la caída de las exportaciones. Respecto a este último aspecto todo reconocimiento del problema se limitará, en e l fu tu ro in me di a to , a culpar de esta caída a la s h ue lg a s re su l tad o , otra vez, l o s explotados como responsables de las decisiones y rigidez- del poder. Un análisis de lo s términos del intercambio en el período, muestra además, que fueron en general positivos y que Io s problemas no son entonces do valor sino do volumen. Más aún, los saldos negativos de la balanza de pagos, existentes desde 1972, debieron inducir al replanteamiento total de la política de comercio exterior.

124

La política agraria era ya entonces fuertemente cuestionada como parte de la política económica global. Las relaciones ciudad-campo adquieren en el período una agudizada línea desfavorable al sector rural. El problema no es la reforma agraria, en cuanto redistribución de tierras, aunque así lo quiera ver la burguesía. Aunque sobre sus límites y sobre las empresas surgidas de ella haya críticas centrales y válidas, el problema está en la política agraria global. En el aspecto propiamente económico hay incapacidad en el Estado de volcar créditos, asistencia técnica y proyectos realistas que incentiven la producción alimenticia y la incorporación al mercado de vastos sectores campesinos. La estructura productiva -el qué y cómo se produce- no ha sido tocada y la política de comercialización así como los precios fijados por el Estado, afectan decisivamente la producción y el nivel de vida de los campesinos.

103

la lógica de esta política y contribuye a la campaña de distorsiones múltiples que la burguesía y sus revistas llevan a cabo contra los Sindicatos, la Comunidad Laboral y la Estabilidad Laboral. En campo estrictamente económico, olvida el Ministro que no hubo una política de comercio exterior que alentara el crecimiento del volumen de las exportaciones en aquellos productos con posibilidades en el mercado mundial. Además la pequeña minería afronta serios problemas financieros y fue prácticamente abandonada a su suerte. El Ministro señalará también el menor ritmo de crecimiento de la industria, afectada por la disminución de la demanda de bienes de consumo en una población de bajos ingresos. Ello confirmará la siempre ocultada pauperización de los sectores populares y medios en Ios últimos anos, pero hará recordar también las críticas a una industria cuya producción se orienta principalmente a un consumo de sectores altos y medios, buscando ampliar esos mercados en el Pacto Andino. Aunque ya en el mencionado discurso del Presidente en CADE 75 se presentan elementos de esta crítica, ninguna reformulación de políticas se concreta. El gobierno "administra la crisis", pero no redefine las políticas de mediano y largo alcance, que toquen el fondo de los problemas que esa crisis expresa. El Ministro terminará anunciando un reajuste de precios y salarios, y una pequeña devaluación que pone la moneda a 45 soles por dólar americano. Sostiene que como consecuencia de las medidas el Producto Interno deberá tener un crecimiento del orden de 5.5% 1 2 5 ; esta meta no será alcanzada, y ya desde entonces su optimismo no será compartido por ninguno de los analistas del momento. Afirma, a la vez, que la devaluación no producirá una mayor inflación -especialmente en lo que toca al consumo popular- porque el gobierno controla Ios precios de los productos de primera necesidad. Expresará que Ios beneficiarios de la devaluación no serán, como antes, "pequeños grupos" y concluirá, con optimismo, reiterando una supuesta "solidez"

de

nuestra

economía.

Por

entonces,

comentaristas

especializados

entenderán que el déficit de la balanza de pagos ofrece perspectivas mucho más serias; señalarán que "mucha gente del mundo de los negocios" está convencida de la necesidad de una devaluación adicional, opinando que ésta se dará en 6 ó 9 meses (como efectivamente ocurrió, en junio de 1976); criticarán el optimismo de Barúa respecto a que la devaluación no incrementará la presente tasa de inflación,

125

Pa ra Ile ga r a es a ta sa , el M in i s tro es pe ra q ue e l pr od uc to d el a gr o cr e z ca al 2 .5 %, e l in du s tr ia l e n 7% y e l d e la co n s tru c c ió n en 1 2 %. Poco de sp ué s M arka l e m os tr ar á su e qu i vo c a ci ón e n Ios esti ma do s (C ro n o lo g ía Po lít ica . He ch o s N ° 3 83 3 p p . 16 08 -9 y N ° 4 08 1 p. 18 06 ) .

104

calificándola de "deseo político" y expresarán que "no es visto co mo remotamente posible" el incremento de la producción que ofreció alcanzar el Ministro 1 2 6 . Con estas medidas el gobierno continúa cargando, en progresión geométrica, la crisis sobre los sectores populares. Cada vez que se anuncia un paquete, que incluye un aumento de salario, se está disminuyendo el salario real porque los precios se aumentan más. El gobierno tiene elementos suficientes que le señalan que el curso económico se desenvuelve en forma diferente a las previsiones del Ministro Barúa. El Instituto Nacional de Planificación, por ejemplo -indicando la presencia de posiciones minoritarias en el gobierno- sostendrá luego que los efectos de las medidas van en la dirección antes señalada y propondrá correctivos no logrados e insuficientes 1 2 7 . En la resultante, la devaluación de setiembre no logró los objetivos buscados. Por un lado, no aumentaron las exportaciones, sino que más bien, como veremos luego, se comprimieron en forma importante. Por otro lado, las importaciones

aumentaron

significativamente.

En

tercer

lugar,

el

proceso

inflacionario agudizó aún más. En cuarto lugar, la recaudación de ingresos para el Estado no sólo resultó insuficiente, sino que el déficit presupuestal aumentó. Por último, se comprimió aún más el salario real de los trabajadores con el siguiente efecto en la disminución de la demanda y contracción de la producción y el empleo. En enero de 1976 el Ministro Barúa vuelve a dirigirse al país. Anuncia un "Programa de Reactivación Económica" que incluye medidas tributarias entre otras, incremento de impuestos a la renta de personas naturales, pero no a las utilidades de las empresas; inclusión de empresas públicas que no tributaban impuesto a la renta e incremento de impuestos a las Cooperativas Agrarias de Producción y Sociedades Agrarias de Interés Social), Medidas Fiscales (incremento del Presupuesto de Inversión en 27.7%

respecto al aprobado en 1975 -61, 254 millones de soles-,

estableciendo a la vez reducción del 5% en gastos de consumo corriente y duradero 126

C ro n o lo g ía Po lít ica . He c ho N° 3840 p. 1616.

127

En un estudio sobre los e fe c to s de la d ev a lu a ci ón , so s tu v o el INP, po r en to n ce s , qu e de el la "no se espe ra un in c re m en to s ig n i fi ca ti v o en n ue s tr a s e xp or ta c io ne s o u na r ed uc c i ón s i gn i fi ca ti v a e n nu estr a s im po r ta c io ne s ". Señ a la q ue "e l e fe c to p ri n c ip al de la d ev a lu a ci ón se rá l a re di s tr i bu c ió n d el in gr e so na c io na l ha ci a tre s ár ea s fun da me n ta l e s : a) se c to r e xp or ta c io ne s , p or un in c re me n to d el va lo r de ca mb io ; b) transferencias de in gr es o s de Ios se c to re s de su el do s y sa l ar i o s fi j o s , a su e ld o s y sa l ar io s fle x ib l e s v ía in fl a ci ón ; c ) el Es ta do , a tra v é s de i mp ue s to s a la r en ta pa r ti c ip ar á co n u n po rcen ta je d e l a tra n s fer en c i a p or la in fl a ci ón ... y po r de va l ua c ió n pa r ti c i pa rá p or c on c ep to de im pu e sto a l a re n ta . . . " El e stu d io s eñ a la m á s ad el an te , l a ne ce s i da d de u na po l íti ca qu e d eb er ía ten er como ob je ti v o la re ca ud a ció n to ta l d e la tr an s fe re n ci a ( ma yo r e s im pu e s to s a l a re n ta ) co n e l pr op ós i to de q ue la tra n sfe r en c ia de ri qu e za y la i n fla c ió n con s ti tu ya un el em en to d el a ho rr o es ta ta l ... Par a e l la rg o pl azo se po dr á i ni c i ar el a ná li s i s d e l a es ta ti z a ci ón de l se c to r co me r c io a fi n d e e fe c ti vi z a r lo s c on tr a to s co n ce r tad o s de p ro du c c ió n … ma y or c on tr o l de s ue ld o s y s a la r io s q ue p er mi tan un e fe c ti v o co n tro l d el pr oce so in fla c i on ar i o in te rn o y e vi ta r el e x ce s i v o us o d e l a po l íti ca mo ne tar i a y fi s c al ( A PE- IN P De va lu ac ió n; Li ma , Oc tub re de 19 75 – mi me o pp .19 y 20 ) .

105

del gobierno central); medidas referidas al campo de la balanza de pagos, (reducción de la importación de bebidas alcohólicas -30%-, papel periódico -15%-; medidas para fomentar exportaciones no tradicionales -incremento del Certex) reducción de subsidios en 8,200 millones de soles, quedando s61o 9,815 millones para tal fin; reajuste de precios en todos los productos sujetos a control y fiscalización, salvo en algunos ya aumentados en junio de 1975. Se aumentaron las remuneraciones en 840 soles mensuales como asignación por variación de precios y se estableció en 55 soles diarios el límite para negociación colectiva que resultaba menor que el anterior fijado en 1975 en 70 soles diarios. Volvió a presentarse la ya famosa "canasta Barúa", con cálculos que nadie creyó y que la evolución posterior desmentiría.

El nuevo paquete del Ministro Barúa concitará la crítica casi unánime. La revista Equis X, expresa su disconformidad señalando que el programa “no

ataca las

causas", que lo que ha fallado es la planificación del desarrollo y el manejo de la coyuntura económica y que no solo se requieren medidas económica, sino políticas. Plantea como necesidad urgente, la reestructuración de la deuda externa, el aumento de la producción, la protección al sector privado para que apoye a la construcción del socialismo (sic) y la disciplina de las empresas 1 2 8 . La revista Marka señalará cómo el curso de la crisis demuestra que ésta no es coyuntural sino estructural y que el problema se evade

-"paquete tras paquete"- es la no

modificación de la dependencia imperialista. Mostrará como todos los cálculos optimistas de Barúa, en setiembre resultaron inexactos. Criticará la reducción de los subsidios

a

los

alimentos,

recordando

la

enorme

proporción

del

pueblo

no

asalariado- sub-empleado, obrero inestable de pequeñas y medianas empresas, campesinado- que no recibe siquiera los aumentos decretados y, por tanto, soporta el alza de precios en condiciones cada vez más dramáticas 1 2 9 . Sostuvo Marka, como también otras voces de la izquierda, la necesidad de plantear una moratoria de la deuda externa. Expresaba que esta medida podría ser el inicio de acciones efectivas para materializar el rompimiento de los fuertes lazos que nos unen al imperialismo y de empezar a dirigir la econo mía por el verdadero camino del desarrollo". Señaló que esto "... significaría la reordenación de la política del comercio exterior y la reestructuración de nuestro sistema de Planificación". En estos planteamientos está implícita una alternativa a la política económica seguida, 128

C ro n o lo g ía Po lít ica . He c ho N ° . 40 53 p . 17 90 y 4 06 7 p. 17 97 .

129

C ron o lo g ía Po lít ic a . H e ch o s N ° , 4 05 4 y 40 81 pp . 1 79 0- 91 y 1 80 6- 0 7.

106

o más bien una base para ella, porque sostener la necesidad de una moratoria de la deuda externa, supone cuestionar entonces la base de la direccionalidad política del régimen. Plantear la moratoria suponía desenmascarar el carácter de clase de este Estado incapaz de enfrentar Ios intereses imperialistas- y plantear el problema del poder en su relación con la coyuntura. Es obvio quo sólo la moratoria no es un planteo de política económica, obvio también que tal propuesta supone un enfrentamiento de tal natura leza que obliga a replantear la política seguida en todos sus términos. Es cierto también que la izquierda no tenía una alternativa concreta, que sustentara un conjunto de políticas de corto plazo para afrontar la crisis. El gobierno limitará –entonces como ahora- a sostener que la moratoria es inviable y a calificar esa posibilidad de disparatado planteamiento. Pero lo que debía precisarse era, en concreto, qué significaba una moratoria: sostener su necesidad que equivale en todos los casos a la extrema postura de aislarse y decir "no paso”. Era también posible replantear la base de negociación a partir de una po sición nacionalista que combinara acciones políticas y diplomáticas

en

distintos

frentes,,

con

una

firme

exigencia

de

un

período

significativo de gracia o con el planteo de una moratoria selectiva. Es distinto afirmar que se desconoce la deuda, a tomar la moratoria como punto de partida de una negociación bajo distintas bases. Pero eso no podía discutirse si para el gobierno el pago de la deuda, en las condiciones dadas, era una invariable, que no se podía replantear ni siquiera ante el hambre popular. En esto es cierto que faltó entonces realismo y programa en la izquierda. Pero al gobierno no le interesó plantearse el problema, ni afrontar el debate. Caricaturizó la posición opositora de Marka y siguió el curso que indicaban las exigencias de los prestamistas foráneos a costa de sacrificar al pueblo hasta extremos insospechados. No por gusto era entonces plenamente coherente la posición adoptada ante el problema micro y la política quo desmantela todo impacto positivo de las reformas para contentar a la burguesa nativa, a la vez que se reorienta la política exterior hacia Ios países latinoamericanos que tienen posiciones más reaccionarias. Otros órganos de prensa como Oiga critican también la política seguida y el optimismo que sucede al ocultamiento de la crisis. El Tiempo reclama "política realista y pragmática, lejos del ilusionismo verbal", recordando el viejo recetario de Beltrán y de Ulloa que ahora el régimen ha de asumir ca da vez más coherencia; y, en esta lógica, toda alternativa a la ortodoxia liberal, todo lo que afecte a los grupos de poder es “ilusionismo verbal” 1 3 0

130

Cronología Política. Hecho N° 4056 p. 1792.

107

Casi solitario aparecerá entonces el apoyo dado al gobierno por el Partido Comunista (Unidad). Apoya las medidas de Barúa como las "únicas posibles". Al expresar su apoyo, afirma: "junto con el anuncio de que se profundizarán los cambios estructurales (por ejemplo, señala, con la Ley General de Vivienda) el país sabe ahora que el peso de la crisis no recaerá, en lo fundamental, sectores que más posee

131

sobre las espaldas del pueblo, sino sobre los

. Aparentemente pareciera que las palabras pronunciadas por

el Presidente y sus Ministros enceguecieran la capacidad de análisis sobre los decretos que firman y las acciones que toman en la política laboral, por ejemplo. En todo caso se trata de un acto "de fé” hecho por este partido y dramáticamente invalidado por Ios hechos de esa misma coyuntura. Otras organizaciones y partidos se pronunciaron sobre el tema en época, como el SUTEP y el Partido Comunista Revolucionario 132 , pero sin hacer exposiciones más amplias ni ofrecer alternativas de política. Eso resulta difícil desde la lucha popular -dura y entorpecida por el restringido espacio político que existe para el pueblo- pero debe hacerse para pasar de los calificativos al debate esclarecedor. En el Perú las clases dominantes han rehuido siempre el debate político real y con base científica, mis aún cuando en épocas como la actual sus representantes políticos más preciados parecen necesitar altas dosis de gerovital, y no solo en razón de su edad cronológica. Es preciso desde el campo popular, y para mejor defensa de sus intereses, forzar el debate y el análisis; pasar de los calificativos a la confrontación de posiciones y tesis políticas, aún cuando cada organización se vea lejos del ejercicio del poder. De otra forma se seguirán venciendo “elefantes” al pueblo. Dar cuenta de las alternativas políticas y de su concreción sería más fácil si en el período se hubieran dado condiciones de debate abierto. No es así. El gobierno formula su política anti-crisis y la impone al país; no sólo no incentiva el debate y la formulación de alternativas, sino que cuando estas se dan -aunque sean elaboraciones incompletas- el debate no se produce y más aún se reprime toda oposición. Esta es una constante que se agudizará m mesa mes, y a partir de junio de 1976; significará que quien se oponga sustantivamente a la política económica devendrá en subversivo y, por lo tanto, en sujeto de represión. A ello se agrega el hecho de que sean pocos los actores que puedan centrar el debate en lo fundamental, tanto por la propia opción como por grandes limitaciones en la información que sale al público y por el espacio político que encuadra todo debate. A la política del gobierno responden las revistas de derecha con una burda ideologización de los intereses inmediatos de los sectores más tradicionales. Impactados 131

132

Cronología Política. Hecho N° 4052 pp. 1788-89. Cronología Política. Hechos N°. 4052 y 4055 pp. 1788 y 1791.

108

por Ios cambios de la "Primera Fase", solo ven la manera de aprovechar la crisis para retomar las riendas directas del poder estatal. Si Ios empresarios actúan demandando la modificación de las reformas 133 y el aumento de los incentivos como única forma de resolver la crisis, los agentes políticos de la burguesía reclamarán la vuelta a un régimen constitucional y la depuración de todo lo que simbolice la "Primera Fase". Los primeros mostrarán más fácilmente el doble juego que combina la gestión de "incentivos" con el ataque a través de sus gremios. Los segundos serán más planos y frontales en su oposición, recurriendo al estilo de prensa más tradicional. La derecha carece de alternativas económicas claras. En el fondo sabe que en lo esencial la política del gobierno sigue el curso de sus intereses, aunque deba reclamar más, tanto para doblegarlo políticamente hasta reemplazarlo, como para corregir aspectos técnicos del manejo de la crisis, donde se producen diferencias no sólo de matices sino de grados y giros de distintos grupos de poder, unidos por el objetivo de aprovechar la crisis para reformar todo el control del Estado. La respuesta de los sectores de izquierda se produce en dos campos, cada uno con sus propias Iimitaciones. A la inversa de los empresarios, e incluso de los antiguos representantes políticos de éstos, la izquierda está lejos del poder. Ni siquiera los cuadros comprometidos con la "Primera Fase" tendrán acceso al gobierno. El diálogo que puedan mantener con los "militares progresistas", que quedan

aún en el gabinete, no

solo es limitado sino carente de resultados y más parecido a un coro de lamentaciones... que calla recriminaciones mutuas. La izquierda se expresa más bien en algunas revistas y fundamentalmente en la actuación del movimiento popular. Las críticas y alternativas que plantea –desde Marka e incluso desde los comunicados de las organizaciones promovidas inicialmente por el gobierno- no merecen ni atención ni discusión en un gobierno que tiene opción claramente distinta y que no está acostumbrado a discutir de igual a igual con nadie. Las palabras escritas no generan debate y a las acciones del movimiento popular solo se responde con represión.

Lo que en la política anticrisis se define es la direccionalidad del régimen: es el paso de la conciliación y el proyecto propio, al enfrentamiento directo con el movimiento popular y con quienes opten per su defensa. Esta disyuntiva se superpone a los planteamientos que desde la izquierda cuestionan, ya más ampliamente, el carácter conciliador del reformismo, anal izando sus resultados e indicando con su crítica cómo la alternativa real supone cambiar de raíz la estructura económica y la política que la administra y reprodu133

Eliminar la estabilidad laboral, modificar la comunidad laboral, limitar la propiedad social, disminuir el poder empresarial del Estado y privatizar las empresas rentables de este….

109

ce. El régimen no tiene ninguna posibilidad de hacerlo. Su propia conformación lo impide. So opción se centra en "administrar la crisis" dentro de los parámetros del sistema y a lo más, los rezagos progresistas aspirarán a que estos años sean un paréntesis, luego del cual pueda retomarse el impulso inicial y recién entonces "profundizar" las reformas. A estas alturas es dramáticamente visible la utopía presente en esta posición 134 .

CINCO MARZO 76: ANUNCIO OFICIAL DEL VIRAJE En este período, así coma en Ios años posteriores, habrá momentos en que el gobierno se ve aislado de todo apoyo; arrinconado entre un mundo de palabras de su prensa, que no son capaces de generar consenso alguno. Es normal que en coyunturas como esta hable el Presidente al país -buscando una fecha conmemorativa o aun sin ella, como en este caso- y procure formular una justificación ideológica adecuada que amplíe la base de consenso pasivo de un régimen cada vez más a la defensiva. Marzo de 1976 nos recuerda eso. Han pasado seis meses de gobierno sin que éste ha sido capaz de asumir liderazgo alguno dentro del conjunto social. La crítica desde la derecha y la izquierda se profundiza, al mismo tiempo que en muy diversos sectores la política económica sigue golpeando con fuerza, sin ofrecer alternativas de solución. Los discursos presidenciales -pronunciados en un activista recorrido por diversos departamentos- no son capaces de atraer ningún apoyo. La burguesía ataca en todos Ios frentes y tiene puesta la puntería en la Fuerza Armada, donde es evidente que existe una crisis institucional que ya ha cobrado sus facturas a las posiciones progresistas, con la caída de los Generales Graham y Rodríguez Figueroa. En marzo, el Presidente anuncia -con palabras y con hechos- que habrá un viraje. No solamente se continuará con una política económica antipopular, sino que deberán introducirse cambios en las reformas y en la ampliación de Ios márgenes de exclusión que establece el régimen. Para entender esta coyuntura es preciso considerar el agotamiento del impulso inicial de la “Segunda Fase"; es decir, la percepción de un gobierno que está a la defensiva frente al avance de los sectores reaccionarios en la 134

Entre Abril y Junio hay, en las revistas, diferentes críticas que no reproducimos en la medida que los ejes son similares al período inmediato anterior y el debate no aporta nuevos elementos. Se trata de un “ diálogo de sordos” en tanto, que al gobierno no le interesa debatir prefiere seguir las presiones empresariales y foráneas, a lo más con discusiones internas. Posteriormente el gobierno sostendrá que la izquierda no propone alternativas; pero ante l o s planteos de moratoria de Marka –que luego recoge Momento- no acepta el debate y se caricaturiza la posición. Sin negar que la izquierda recién desbroza el camino- en una materia q ue mucho depende de la información que el gobierno maneja como “secreto militar” -el debate no se da porque no hay interlocutor y apenas se expresa en algunos artículos de C .H . Cabrera en La Prensa, por ejemplo. La crítica de las revistas de derecha tampoco es escuchada. Estas, sin embargo, son expresión de alguna parte de la burguesía, la más radicalizada. Op in ió n L ib re atacará las medidas fiscales y las referentes a exportación. Eq u is X, en cambio, señalará uno de los nudos de la política del gobierno: no logra reducir su propio gasto.

110

prensa y Ios partidos, en las demandas del imperialismo y en su propia configuración interna, pues es dentro y no solo fuera del gobierno donde Ios sectores más conservadores adquieren cada vez más coherencia y definen el curso del proceso. Si al tomar el poder derrocando al Presidente Velasco el gobierno tuvo alguna oportunidad de iniciativa política, ahora se le ve a la defensiva, respondiendo a las críticas o callando ante ellas, a la vez que se constata que hacen mella en su única base de sustento: la Fuerza Armada o más bien, la cúpula ampliada de esta, que es la que cuenta. El gobierno va a tomar gradual conciencia de su propia impopularidad y ha de asumir, en consecuencia, una política dirigida a desincentivar sus propios proyectos destinados a organizar y encuadrar el respaldo popular. Las huelgas y la protesta popular le van a indicar que poco ha de lograr con más palabras y ofertas, cuando se está imponiendo al pueblo una política que le carga Ios costos de la crisis. Este alejamiento de todo intento de búsqueda de respaldo popular, tiene relación con la presión de elementos de la derecha y miembros del gobierno a quienes lo popular "apesta", aun cuando esté encuadrado. El Frente de Defensa de la Revolución inicialmente promovido, dejará de ser promocionado por el gobierno, al mismo tiempo que, cuidadosamente, sus dirigentes expresan una que otra crítica. Ocurre que siendo este proyecto más amplio en márgenes y estilos que el del MLR y “la Misión" -y aunque la "Segunda Fase" recusó a ésta últimael gobierno no está dispuesto siquiera a discutir ninguna decisión y menos con dirigentes de sectores populares, aún cuando actúen brindando su apoyo al régimen. El gobierno llega al mes de marzo atacado por la derecha y rechazado por la izquierda. La primera combina la adulación y el halago a Ios miembros más conservadores del gobierno, con el ataque a toda expresión o rezago progresista. Los diarios, que en su mayor parte son dirigidos por elementos progresistas, han de ser las "cabezas de turco" y recibirán sin descanso el ataque de toda la derecha. El gobierno concretará en ellos el primer hecho contundente de esta coyuntura de viraje: el 16 de marzo destituye a todos los, directores de diarios, reemplazándolos por personas que en ningún caso se pueden caracterizar por su lealtad a la "Primera Fase", ni por su parte del espectro progresista de la "Segunda". M á s aun, entre los nombrados ha de incluirse a más de un crítico de la "Primera Fase" 1 3 5 . El Presidente Morales en persona remarcará el sentido del hecho, sosteniendo que los nuevos directores deben "retomar el camino de la prensa socializada sin manipulación…" y señalando que "no deseamos una prensa que distorsione…" 1 3 6 . En su mensaje, acusará a esta prensa -es decir a los Directores salientes- de contribuir "a este aparente debilitamiento de la autoridad". 135

Cronología P o l í t i c a . Hecho N °

136

Cronología P o l í t i c a . Hechos N ° . 4 1 7 3 y 4 1 9 3 p p . 1 8 8 0 a 1 8 9 7 .

4172p. 1880.

111

Insinúa el Presidente la presencia de "nuevas oligarquías" en el seno de los diarios, los ataca por mantener la línea "sensacionalista, alienante y venal" "que ha caracterizado su información", y lo acusa de convertirse en "voceros de ideologías ajenas al país y al proceso revolucionario, tergiversadoras de su realidad y alentadora de la desunión y la lucha de clases entre peruanos". Es decir, otra vez como en julio de 1975, el problema es de "infiltrados". Resulta incomprensible esta andanada presidencial si no se ubica en el contexto; si no se recuerda que una constante de la "Segunda Fase" será la combinación de debilidad ante los poderosos con ensañamiento frente a los caen, de distorsión sistemática de la realidad en cada ocasión en que se acerca una crisis. Esta política expresa un confusionismo sistemático que solo se entiende cuando, por controlar todos los medios masivos de comunicación, no hay peligro de réplica ni de ridiculización a corto plazo. En este caso, no existe en el gobierno ni el más elemental pudor. Que se recuerde, los conflictos de la OCI con los diarios no han sido por "sensacionalismo alienante y venal" -no aparece un solo choque o crítica al respecto-, sino por discrepar políticamente con el gobierno. Los conflictos han surgido por pedir explicaciones sobre el retiro del General Rodríguez -hecho político y no solo castrense-, por informar del homenaje que le hicieran los campesinos en Caudivilla; por impulsar el debate sobre lo que debe ser el Frente auspiciado por el gobierno -en contra de los verticales de siempre- o por informar, admitir y publicar comunicados de los trabajadores en conflicto. Esto último si preocupa al gobierno. Para éste, apoyar las demandas de los trabajadores es alentar la lucha de clases. Invocarlos a que callen y no peleen para obtener una migaja más, es fomentar la "unión nacional". Por ello, con los nuevos y "morales" directores, los diarios fomentarán la unión nacional, silenciando las informaciones y declaraciones de los trabajadores 1 3 7 -salvo que apoyen ocasionalmente algo hecho por el gobierno- y acusándolos de ser "traidores a la patria, subversivos, etc., cada vez que se enfrentan a un conflicto sindical. En marzo de 1976 este curso era previsible. Algunos pueden haber creído en la sinceridad de las palabras del Presidente, a pesar de todo; pero luego, con tiempo para apreciar lo que este cambio de hombres buscaba como alternativa y con la perspectiva del conjunto del viraje político dado, se comprenderá que el cambio de 137

Al escribir esta parte -en febrero de 1978- hay alrededor de 100 trabajadores despedidos que Ilevan en huelga de hambre mes y medio. Los diarios sólo informan "a cuenta gotas" y dando sólo la visión del gobierno. Gran parte de la ciudadanía desconoce el hecho o, a lo más, tiene una Iimitada y distorsionada visión del mismo. EI gobierno, con insensibilidad que la historia juzgará, no acepta negociar, a pesar de un decreto suyo ocasionó los despidos (implantando un estilo de ven ganza política a raíz del paro del 19 de julio). En cualquier momento puede morir alguno y tampoco se sabrá, o seremos informados de ello por un comunicado "técnico" que adjudica la causal a otro hecho. Esta es la prensa que el gobierno necesitaba desde marzo de 1976. Si la anterior era limitada y mediatizada, ésta alcanzará aún mayores límites.

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directores era coherente con el viraje que el Presidente anuncia el 31. En el fondo, lo que el gobierno necesitaba eran diarios con parámetros aun más estrechos, que no dieran cabida alguna a las demandas de las organizaciones populares ni a las críticas sustanciales que se hicieran a la política económica 1 3 8 . Por esto, "el problema de la credibilidad" que el Presidente reconoce en su Mensaje del 31 de marzo es importante; se centra en el contradictorio discu rso político así como en las medidas del gobierno, especialmente en materia económica, que no sólo son insuficientes sino persistentemente ofrecen un diagnóstico de los problemas que a los pocos meses se demuestra falso. El mensaje del 31 de marzo 1 3 9 se produce así en plena "crisis de credibilidad", luego de un orquestado ataque de la derecha y un cuestionamiento sólo de la izquierda opositora, sino de amplios cuadros que militaron desde las filas del gobierno. Ni en unos, ni en otros, el mensaje generó un apoyo real; a la derecha le seguirá pareciendo insuficiente y a los sectores progresistas les indicará un cambio de rumbo, aún cuando se mantengan -ya casi sin posibilidad de juego- "militares progresistas" en el gobierno 1 4 0 . En concreto, el mensaje expresa el viraje del gobierno. Su dirección principal es el ataque a lo que dentro del gobierno podría calificarse de progresista tanto en personas coma en la prensa. En lo que se refiere a medidas concretas, por primera vez se expresa que la prioridad del sector de propiedad social es política -o sea, no económica- y en ese contexto se afirma "debemos defender la propiedad privada reformada", lo que resulta plenamente coherente con la política real que sigue el gobierno y que poco después será propiedad privada a secas, al anular en lo esencial la comunidad laboral. Sin embargo, el discurso intenta mantener los rasgos de un proyecto propio, coma modelo que el gobierno insiste en ofrecer y que cada vez se torna más confuso e incoherente con su praxis.

Así, el Presidente insiste en señalar que el modelo "no puede ser capitalista" porque la sociedad capitalista, por más concesiones que haga, "no puede eliminar nunca por 138

Obviamente no nos referimos a uno que otro artículo en la semana -como ocurre en La Prensa de L . J . Cisneros con log artículos de Cesar H . Cabrera- sino a la línea del diario y a las campañas periodísticas a la información abierta que en vez del coro de aplausos a cada paso del régimen analice, critique y cree opinión. 139

Cronología P o l í t i c a . Hecho N ° 4 1 9 3 p p . 1 8 9 0 a 1 8 9 7 .

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Izquierda y derecha, así como progresistas, son términos ambiguos. Los primeros sólo nos sirven para señalar los límites del espectro o del gobierno, según indiquemos. Progresista lo usamos dentro de los términos en que definimos a esta tendencia en el Capítulo 4 de El Ocaso del Poder Oligárquico. No lo hacemos simplemente como calificativo.

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completo la explotación". La veracidad de esta afirmación se puede ver empíricamente en todo el período en que la Fuerza Armada intenta aplicar las distintas reformas, pero aparece más crudamente cuando la crisis económica polariza las alternativas. Sin embargo, este gobierno -diciendo que no quiere ser capitalista- aplica una política concreta que estimula y reproduce el capitalismo en toda la década, al mismo tiempo que sostiene verbalmente que "lo recusa" coma sistema. En este mensaje, el Presidente comprende su propia contradicción y parece intentar una formulación política que la haga explicable: el modelo planteado será tal al final; pero en el presente ese modelo ("democracia social de participación plena" o "socialismo humanista y cristiano") no se ha de imponer "a sangre y fuego", en "forma total e inmediata". Por ello "es necesario en esta revolución aceptar formas mixtas en las que se puedan presentar ciertas estructuras de tipo capitalistas”. Las debilidades de este planteamiento saltan a la vista pues la sociedad actual funciona y se reproduce con un modelo, el capitalista, que exige políticos coherentes ante la crisis, y la coherencia de su lógica no solo rechaza reformas que lo cuestionen, sino tampoco funciona cuando un Presidente anuncia que se le va a sustituir. El gobierno tiene la experiencia de casi ocho años aplicando reformas que el sistema reabsorbe: se entregan tierras al campesino pero el sistema "se chupa" todo excedente y descapitaliza al campo; se propugna la cogestión pero los empresarios no la aceptan -coma tampoco aceptaron la estabilidad laboral- e impiden su desarrollo; el gobierno "pide" más inversión y los empresarios le exigen modificar la Comunidad, porque eso es la lógica del sistema y no un simple capricho de éstos.

Todo lo anterior será justificado en el discurso, recurriendo al más burdo maniqueísmo: "o bien la Revolución fracasa, se trunca, retorna al pasado y muere” -porque si no se procede gradualmente “el sistema económico tendrá un colapso” – o “se impone un socialismo de dictadura implacable, vía violenta, en la que el pueblo no puede tener una verdadera participación en las decisiones colectivas". Aparecen así solo dos alternativas extremas y un centro justo, que supuestamente Ilevará al modelo de sociedad buscado. Es una falacia decir que "retornaremos al pasado", porque el pasado es pasado. Las clases tradicionales que sustentaban el Estado oligárquico como forma de dominación ya no existen coma tales y la burguesía - en recomposición y homogeneizada- al igual que las nuevas fuerzas sociales, suponen un Estado que tiene diferencias con ese pasado ya lejano, aunque por mediación de los mandos de la Fuerza

Armada

se

haya

mantenido

la

esencia

de

dominación

burguesa

que

corresponde a este Estado. A la vez, es otra falacia presentar la situación presente

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coma neutra, con participación que se puede perder o simplemente co mo algo mejor, en referencia a anteriores formas de dominación. Lo que el gobierno entiende como revolución -o aunque solo fuera la voluntad de cambiar algo de este "orden socioeconómico"- ya no existe en términos objetivos y la referencia al "socialismo de dictadura implacable", identificado connotativamente al decir "vía violenta", no tiene asidero. Se trata de un simple recurso ideológico reaccionario, porque caricaturiza las experiencias históricas ajenas, identifica socialismo con dictadura y violencia cuando ni dictadura ni violencia son inherentes a las alternativas socialistas. El Presidente plantea una falsa alternativa para justificar el mantenimiento de un orden injusto. Se recurre como siempre al mito de la violencia y de la dictadura. En pocos meses el pueblo va a sentir que la violencia y la dictadura se agudizan sobre él que se explota aun más y se Ie obliga a callar. ¿Y eso no es lo mismo? Cada vez que se utiliza este tipo de macartismo refinado habría que recordar que ya en esta década la mayor violencia de América Latino no se simboliza en Cuba, sino en Pinochet -o en los régimenes brasileño y uruguayo-; pero que además, a diferencia del caso cubano, ni squiera tras la violencia inicial el pueblo ve mejoradas sus condiciones de vida porque estos regímenes nacen para servir al gran capital transnacional. Ya es hora de que en política exijan pruebas de las afirmaciones a los actores; que no se deje tergiversar la historia y que si se sostiene la validez de un proyecto político nacional se discutan sus términos como tales comparando si se quiere historia con historia, pero completa, no simplificando manipuladoramente lo exterior para atacar Io interno. Esto vale decirlo, además, porque en nada se puede achacar a las posiciones progresistas que se planteaban entonces, de calco o copia de modelos socialistas "importados" En el gobierno se habían deslindado posiciones hasta el exceso, abusando incluso de la pretendida "autonomía conceptual". Y en los actores fuera del gobierno -aún en el Partido Comunista (U)- no existe planteo alguno de alternativa "violenta". La violencia viene del injusto sistema impuesto, de la insoportable carga de la crisis sobre los hombros del pueblo y de las demandas de la derecha más reaccionaria. Es violencia instalada en y por el mismo sistema de dominación. Por ello es más grave la falsa alternativa del Presidente: no solo confunde sino desvía el lente para que los subversivos no sean Ios elementos de derecha -expresados por ejemplo, en el golpe de Bobbio-, sino todos aquellos que luchan desde el pueblo.

Hay partes de este discurso que resultan de antología en un jefe de gobierno, por el divorcio que suponen con la realidad de su propio gobierno. Para fundamentar la defensa de la propiedad privada reformada, sostiene que ésta es la única manera de

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"evitar la inaceptable manipulación de las mayorías, que significaría una imposición a sangre y fuego de una fórmula política como nuestra democracia social de participación plena…". Sostiene esto el jefe de un régimen que hace 8 años impone al país, no solo sus esquemas sino también el resultado de su pugna interna, sus caprichos y las rabietas de sus jefes. Se considera manipulación imponer cambios a Ios empresarios, pero no lo es imponer su subsistencia como régimen a todo el país o imponer al pueblo que cargue con la crisis. Resulta que el gobierno manipula si impone su modelo definido como “no capitalista” (o como democracia social de participación plena); pero no se considera manipulación si paraliza las reformas, elimina todo órgano autónomo de expresión, prohíbe las huelgas, mete preso a quien le da la gana y reduce cada vez más el salario real de las mayorías, mientras difunde e incentiva la utilidad de las empresas, o sea el modelo que los capita listas imponen a todo el pueblo. En la coyuntura del 31 de marzo, el Gabinete y la Junta se identificaron con Ios términos del mensaje del Presidente, haciendo evidente que el margen de juego de los sectores progresistas llegaba a ser nulo. Quizás la reacción más precisa que se deseaba, pero por ello mismo aislada, fue la del empresario Octavio Mavila, de Honda del Perú, al colocar un aviso en El Comercio el 3 de abril, en el cual expresaba: "Respuesta al señor Presidente General de División, Francisco Morales Bermúdez: Tenemos confianza. Ahora, sin temor, invertiremos 160 millones de soles" 1 4 1 . Es obvio que este empresario no tenía sus millones "bajo el colchón" y que la decisión de invertir combina diversos factores; pero si era la reacción que el Presidente buscaba entre los empresarios, éstos piden más y, además, muy pocos podrán hacerlo por razones más complejas. Poco después, un amplio número de entidades 1 4 2 publicará un aviso en el que sostienen que el Mensaje "es positivo". Sin embargo, tiene "algunas discrepancias de fondo". El documento reconoce que el mensaje contiene "voluntad de cambios", pero que no bastan las palabras: que es preciso conseguir realidades concretas y mostrar "unidad de mando". Reclaman "una nueva política que demuestre que hay una efectiva variación en la conducción del gobierno". Mas explícitos no pueden ser los empresarios; han comprendido el viraje que anuncia el Presidente pero lo quieren en concreto modificar la Comunidad Laboral, limitar la estabilidad laboral, que el gobierno busque "modelos adecuados a la realidad nacional" (¿nos recomendarán copiar Taiwán, como lo hace más adelante Opinión Libre"), que el sector de Propiedad Social se constituya "en actividad complementaria a las ya existentes", etc. La simple lectura de este comunicado puede indicar dos 141 142

Cronología Política. H echo N° 4198 P. 1899. Cronología Política. Hecho N° 4219 p. 1912-13.

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elementos de la coyuntura: en primer lugar comenzó a explicitarse –ergo, alcanzó mayores niveles de consenso en la cúpula- el viraje en lo referente a las reformas, aunque queden "militares progresistas" en cargos claves. En segundo lugar, si en los últimos meses el gobierno estaba a la defensiva, ahora estará progresivamente arrinconado hasta que se entregue totalmente a ser expresión de la burguesía nativa… y cuando ello ocurra surgirán pocas alternativas. EI gobierno dio marcha atrás, dando como resultado que la avalanche ahora sea "pedir más" y forzar el retroceso. Por un tiempo todo su actuar se limitará a respon der a las demandas que estos grupos de poder formulan.

SEIS

LOS EXIGENTES AMIGOS DE LA BURGUESIA

Luego del 31 de marzo acaba todo impulso progresista. Pareciera que la presencia en el gabinete, de algunos cuadros militares identificados con esta tendencia solo permite intentos coyunturales de postergar las decisiones que más adelante indicarán el viraje en cada reforma. En todo caso se trata de un breve período de espera que, como siempre, se cancela eliminando a Ios actores que en la cúpula ya no representan poder real. EI gobierno busca ahora el apoyo y la compresión de los empresarios; esta búsqueda lo lleva también a continuar acercándose a la “clase política” desplazada el 68 y que desde agosto de 1975 va regresando progresivamente a la escena. Estos "exigentes amigos" han de demandar del gobierno más y más pruebas de ortodoxia, aunque en lo básico este ya ha ido cediendo. Como contraparte en este período se prepara y afina el instrumental represivo para el futuro, contra toda respuesta que venga del lado popular. Ya no espera captar una base social de apoyo y “competir con la derecha y con la izquierda”. Simplemente enfrenta y reprime, especialmente en el campo sindical. En su lógica económica, el capitalista debe ser “incentivado”; el obrero, tratado como mercancía, simplemente debe ser manejado, manipulado. Como aquí no funciona una sociedad civil abierta y sólida, el Estado debe garantizar, reprimir, etc., complementando esa acción del mercado y la empresa. Así lo hace: cada huelga es contra él, y como tal la reprime; la renegociación colectiva es entre Estado y empresa por un lado, y sindicato por otro. Y el amedrentamiento, junto con el aumento de la represión selectiva, se desarrolla y perfecciona en el período.

OCHO LA COYUNTURA DEJULIO 76

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En el mes de julio se van a producir, entrelazados, un conjunto de hechos que definen la resultante de este primer período de la "Segunda Fase” confirmando el curso político anterior y dándole expresión en la conformación del gobierno. Julio comienza bajo el impacto del nuevo "paquete" del Ministro Barua, que el 30 de junio fuera anunciado al pais por el Premier Fernández Maldonado. De inmediato, y casi "en frio", se declara el Estado de Emergencia Nacional que ha de prolongarse por mas de un año. Poco después, sin embargo, será visible que la "Emergencia" está en el propio Ejército, que allí y no en el pueblo hay intentos de rebelión que el régimen sofocara sin gran esfuerzo. El período se cerrará con la caída del Premier Fernández Maldonado y la salida de los sectores progresistas del gobierno.

En este trabajo los hechos observables en la escena se presentan en cada período como indicativos del proceso político - sin pretender agotarlos, presentando sólo lo más

saltante

-

para

luego

analizar

el

período

en

conjunto,

extrayendo

sus

características de la realidad misma. Pero hay coyunturas partículares que presentan los hechos interrelacionados. Tal es el caso de este mes de julio en el cual la dureza del nuevo paquete económico, Ios terminos de Ia exposición del Premier, el golpe del Gral. Bobbio, el Estado de Emergencia y el retiro de los sectores progresistas se dan no sólo casi al mismo tiempo sino en la misma lógica política. Veremos así el corte de tiempo que esta coyuntura significa, aislando estos elementos, para describirlos y señalar su significado, de modo de integrarlos más adelante en una visión de conjunto de la resultante.

FERNANDEZ MALDONADO EXPONE EL "PAQUETE BARUA" El 30 de junio el Premier Fernández Maldonado y el Ministro Barúa harán juntos una exposición al país, en la cual se anuncia un nuevo “paquete” económico. Esta vez se devalúa en 44% la moneda; se restringe Ios gastos de remuneraciones,bienes y servicios, así como el 32% de los gastos de inversión de empresas estatales y el 68% de Ios gastos de inversion con cargo al Tesoro Público; se dispone un impuesto del 15% a las exportaciones tradicionales y se reduce el CERTEX del 40% al 30%, aumentándose de inmediato el impuesto a la gasolina, Ios pasajes, y casí todos Ios precios de los bienes; se flexibiliza el sistema de control de precios y se dispone un reajuste de sueldos y salarios que va de 750 soles a 1,500 soles mensuales, en escala ascendente.

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En su diagnóstico, el Ministro Barúa comienza afirmando que el país está consumiendo por encima de lo que produce y tiene que cubrir esa brecha con importaciones. Explica cómo a partir de este exceso de consumo se genera la brecha externa -proveniente de Ios déficit de la Balanza de Pagos- que se esta cubriendo con préstamos externos, pero ahora con limitaciones porque el país tiene un tope en su capacidad de endeudamiento. Expone que no sólo los créditos a largo plazo sino los créditos a corto plazo comienzan a ser negativos a partir de 1974, estos últimos por desconfianza de los agentes que trabajan con divisas debido a la disminución de nuestras reservas internacionales. A partir de ello justifica la devaluación del sol. Desarrolla luego Ia explicación de la situación de la Balanza Comercial y el impacto que en ella tiene la crisis internacional 1 4 3 . En la lógica de la exposición del Ministro Barúa hay dos ejes importantes para el análisis y un componente incuestionado. Los dos ejes del diagnóstico son la existencia de un consumo mayor de lo que se produce y la insuficiencia del ahorro interno. El componente invariable e incuestionado es el pago puntual de la deuda externa y la gestión - cada vez más onerosa - de nuevos créditos que alivien el déficit actual. EI diagnóstico utilizado lleva a una política que busca comprimir el consumo e incentivar el ahorro, metas que - dejando eufemismos de lado - significarán comprimir el consumo popular y alentar las ganancias de las empresas en espera de éstas sean reinvertidas en el país. Lo que no se dice al sostener que hay exceso de consumo es que éste no se reparte por igual en la población; que la presión sobre la balanza comercial no proviene tanto de alimentos y bienes que satisfacen necesidades básicas, como de insumos y bienes de capital adquiridos por una industria que no produce en función de las necesidades populares – empleo incluido - y de un conjunto de proyectos estatales de larga maduración que en mucho siguen la misma lógica. El gasto público y el gasto de defensa impactan decisivamente en la balanza de pagos. Pero las medidas tomadas - y la política seguida desde antes- centra su objetivo en la compresión del ingreso real de Ios trabajadores, reclamando - al que vive ya por 143

El Ministro, también triunfalista, expone su expectativa en la próxima operación de grandes proyectos de inversión (Petróleo de la Selva - vía oleoducto que aho rrara 2 0 0 millones de dólares -, producción de Cerro Verde). Desarrolla luego la más amplia y fundamentada explicación de la decisión del gobierno de incentivar el ahorro nacional, que en lo fundamental es ahorro de las empresas y del Estado, aunque en la exposicón del Ministro se desarrollen como medidas para promover el ahorro do las familias. Tras esta edulcorada vision del "ahorro nacional” lo que se favorece es la rentabilidad de las empresas, el aumento de sus ganancias que supuestamente han de reinvertir; salvo que especulen, sobre-facturen o fuguen capituales con otros medios, cosa que el gobierno se niega a ver y controlar. Esas ganancias y esas nuevas inversiones se dan dentro de la lógica de concentración y centraIización del capital, que fortalece el poder de la empresa capitalista en la economia peruana y fortalece el sistema que lo sustenta. Y es Ia defensa de esas ganancias, que terminan fuera del pais en alta proporción, la que asume la política del gobierno.

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debajo de los Iímites mínimos - que consuma menos y produzca más, como si de este dependiera. Lo que ha significado esta política - cada vez más explícita - ha sido la compresión del salario real: un reajusto de sueldos y salarios a ritmo siempre mucho menor que la inflación. Como se confía en las ciegas leyes del mercado, tampoco se racionalizará esa compresión del consumo. Ni se revisa ni se restringe el consumo suntuario de una minoria, así como tampoco se afecta en mayor proporción el consumo secundario de los sectores medios, que aunque serán afectados progresivamente no lo son en la proporción grotesca en que aumentan los bienes y servicios esenciales. Con varios años de aplicación de esta política el consumo popular de bienes esenciales se ha deteriorado a niveles dramáticos, sin que por ello se resuelva el déficit de la balanza de pagos. Más adelante, la recesion generada por esa política producirá un reordenamiento industrial que afecta a las empresas pequeñas y medianas porque el equilibrio se alcanzará en función de la lógica de concentración del capital monopólico. Tras la meta explicita de incentivar el ahorro nacional, lo que se hace con esta política es cuidar las ganancias del capital instalado – proteger la rentabilidad de las grandes empresas concentradoras – y facilitar lo que para el gobierno resulta el único modo de conseguir la recuperación económica: aumentar la inversión privada. La rentabilidad se está aumentando al reducir el salario real y al facilitar los despidos. Hay coherencia interna en esta política. La rentabilidad se está aumentando al reducir el salario real y al facilitar los despidos. Hay coherencia interna en esta política y ninguna medida que afecte las ganancias del capitalista será promovida por el gobierno. Ni siquiera se intentará controlar la fuga de capitales o la especulación; más aún, serán tomadas más y más medidas para favorecer una inversión que en proporción cada vez mayor descapitaliza a la larga este país. Los incentivos demandados por la burguesía – nativa y foránea – serán otorgados progresivamente en función de la segunda. Ha llegado el momento de sacrificar incluso reformas identificadas con el régimen – como la comunidad laboral, la propiedad social y la estabilidad laboral – porque esto permitirá contentar a la burguesía nativa, a la vez que el manejo económico le concede sólo aquello que sea compatible con las demandas del capital transnacional.

Aquí se ubica el componente incuestionado e invariable: tal como lo demandan las grandes empresas y la banca internacional, el problema de la deuda externa es el eje del manejo de la crisis. Hay que pagar, a la vez que se gestionan más créditos cuyas condiciones

son

cada

vez

más

duras.

No

se

puede

replantear,

ni

siquiera

momentáneamente, los términos de negociación. Y al pedir más crédito de coyuntura hay

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que satisfacer las exigencias de los organismos de crédito de coyuntura hay que satisfacer las exigencias de los organismos de crédito, que coherentemente demandan medidas que favorezcan al capital transnacional y les den la oportunidad de obtener mas jugosas ganancias. Aunque el gobierno trata de postergar la negociación directa con el FMI, la banca privada internacional le pondrá condiciones que llevan en esa dirección, porque tos intereses en juego son los mismos. Tratamos de resumir el sentido de la política trazada, dejando a análisis más especializados lo específico de las medidas económicas. En este sentido es importante la exposición que hace el Premier Fernandez Maldonado, introduciendo al Ministro de Economía, porque explica en términos más amplios el curso político del régimen. El Premier era uno de los militares integrante desde la "Primera Fase", de los Ilamados sectores progresistas. Ubicado en 1968 imo uno de los Coroneles que constituyeron el equipo de Velasco, es percibido en todo el período como uno de los más decididos defensores de las reformas, encabezando en 1975 la oposición a los sectores más conservadores y represivos. Cuando se derrocó al Presidente Velasco no estuvo en Palacio -

en la reunion de gabinete - sino en la Division Blindada, junto con los

generales

Vargas Prieto y Rodríguez Figueroa, expresando así su participación en

golpe. Convertido en Comandante General del Ejército, Primer Ministro y Ministro de Guerra desde el 1° de Febrero de 1976, era blanco principal de Ios ataques de la derecha dentro y fuera del Ejército. En el ejercicio de ese cargo parece no tenor margen de juego alguno por la composición de Ias dos Regionales y el desarrollo de la crisis militar. Fernandez Maldonado simboliza entonces a los "militares progresistas"… o más bien a lo que queda ellos. No se da en todo este período ninguna acción visible que le permita tomar la iniciativa. Más bien aparece arrinconado, ubicado en funciones formales -castrenses o políticas--, absolutamente leal a su compañero de promoción Morales Bermúdez, y en espera -no conscientemente, como es obvio zarpaso final que lo saque de la escena. El mensaje que dirige al país el 30 junio agrega a la importancia de lo que dice el hecho de ser el último Premier, pues pocos días después de defender la política del gobierno sera derribado por presión militar, aceptada -con complicidad o no- por el Presiente Morales Berrmidez.

El tono del Mensaje expresa la posición do Ios "militares progresistas" la cúpula: sin tener iniciativa política ni alternativa económica, a la defensiva y esgrinniendo como argumento, casi a nivel psicológico, la utopia final deI modelo. Tiene este general el valor de decirlo, el peso de la sinceridad, pero ya entonces -y objetivamente desde antes- el rol de perdedor. Porque si bien el mensaje expresa reiteradamente la voluntad del

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compromiso con la utopía -el modelo final "socialista"- ello no refleja ya la decisión de buena fe del gobierno, ni corresponde con la realidad. En la coyuntura aparece como un juego de palabras porque la política desde el poder se expresa en decisiones, y todas las que toma el gobierno reflejan el viraje a la derecha y los cada vez mayores compromisos con los grupos de poder económico. En este contexto, nadie puede creer en la profundización y consolidación de las reformas, y menos aún en un salto cualitativo que supone cualquier transición a una sociedad socialista, cualquiera que sea el apellido y los matices ésta Ileve. La exposición del Premier recurre a la labor realizada por el gobierno para explicar que ésta -tanto en transformaciones como en proyectos de versión- supone un costo social y económico. Obviamente se refirio a la "Primera Fase", pues la segunda poco tiene que mostrar. En esas realizaciones -que presenta acrítica y triunfalistamente- y en la reiteración de la decisión de Ilevar adelante "un proyecto original de socialismo", sustenta el eje central de la justificación del esfuerzo que pide a las mayorías. Explica la crisis recurriendo principalmente al argumento de su caracter internacional en el mundo capitalista. "El Perú no es una isla económica, ni tampoco una isle política. Nos movemos en un contexto esencialmente capitalista...”, A Ios factores exógenos se agrega el reconocimiento de algunos factores coyunturales, que en ningun caso asume como una crítica a la estrategia de desarrollo seguida. No puede explicar cómo remando hacia la derecha se termina en la izquierda. Señala que sin los cambios estructurales y sin "la política económica nacionalista y revoluciunaria", los efectos de la crisis habrían sido "devastadores”. Pero no logra explicar por que, entonces, no se emprenden cambios estructurales a fondo en la base económica, ni por qué antes fueron mermados y ahora deben esperar los debilitados planteos reformistas. Tampoco explica como se puede afirmar que la política económica seguida es revolucionaria, si la estructura productiva sigue siendo la tradicional y la Iógiica de la economéa sigue siendo capitalista a pesar de las reformas que en su concepto llevan al socialismo.

Reconoce el Premier la existencia de "algunos errores conteptuales", que pone el enfasís en las causes exteriores de la crisis y la presenta como “portada". Más aún, termina explicitando que Ios errores no están "en la concepción del modelo de desarrollo sino en la conducción de las políticas aplicadas". Pero el centro de las contradicciones del mensaje está en la idea de réntesis" que otorga a esta coyuntura, en el reconocimiento de que no existe alternativa a la política del gobierno y que sólo ese es válida porque, en caso contrario, se aplicaría una política

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estatista de un "inmenso costo social". Es decir, la misma falacia macartista expuesta por el Presidente el 31 de marzo Dice el Premier: "La aparente contradicción mire nuestro esquema socialista participatorio y pluralista, y los métodos muchas veces de corte calpitalista a los que ahora aplicamos, se puede entender por nuestro rechazo a las fórmulas estatistas totales q u e acumularían en el aparato burocrático la resdistribución de una renta globalmente captada, con lo cual designariamos a los productores sociales de la riqueza del fruto directo de su trabajo con la lógica imposición de drásticas medidas económicas, contracción de la demanda y un inmenso costo social" 144 . En este caso el confusionismo mezcla planos y situaciones para llegar a justificación de cualquier política. La contradicción no está en los métodos sino en la política económica, en sus fines de corto y largo plazo. ¿Se pretende Ilegar al socialismo aumentando la rentabilidad, la riqueza y el poder de las grandes empresas?, ¿se pretende llegar al socialismo pauperizando al pueblo y reprimiédolo para que no proleste?, ¿se va a llegar al socialismo acabando con la reformas? Más aún ¿llevan las reformas al socialismo? No ... bajo ninguno de sus matices. Si se hubieran profundizado, podrían haber servido para generar un cuadro de fuerzas que hiciera posible un salto cualitativo, hecho distinto y basado en el pueblo. Pero ya entonces todo esto es más historia pasada que coyuntura presente.

La utilización del "contrario", -la "posibilidad" de llegar al "estatismo”'- como la razón que explica la aplicación de Ios "métodos" capitalistas que no son simplemente métodos, sino objetivos ... ; s i no, habría que leer exposiciones de Barúa, es ya insostenible, en la teoría y en la práctica. ¿Es que se tiene un modelo que no tenga métodos propios?, ¿es que se tiene estrategia para llegar a ese modelo?, ¿es que se tiene temor a que el aparato burocratico "acumule" la redistribución de la renta? ¿Por qué no se confía en el pueblo y se organiza con él -desde la base- un esfuerzo, aunque defensivo, que impida ese burocratización?. Pero, más aún: se teme cambiar los métodos porque al caer en el supuesto estatismo "desligaríamos a productores sociales de la riqueza, del fruto directo de su trabajo ...". Acaso hoy no están desligados de ese riqueza o es que se considera productor social sólo a Ios 200 empresarios principales? Este párrafo reproduce la interminable contradicción refejada en la utopía del régimen, entrampada en "matices" ideológicos, pero que en el fondo significa no concretar opciones claras. Se usa la ideología dominante en el sistema capitalista, que ha anatematizado toda alternativa al capitalismo tachándolo de suversión, comunismo, 144

“Programa de Reactivación Económca”. Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) p. 7, Lima 1976

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materialismo, ateismo, burocratismo, estatismo, represión, altos costos sociales; y se aplica esta ideologización para justificar que se mantenga la vigencia del capitalismo. En el fondo seria más coherente reconocer la matriz ideológica de este raciocinio, es decir, que si todo lo que se sale del capitalismo es peor que éste y todo lo que permanece en sus límites es la única alternativa posible, entonces a "batir Palmas" y a mantener el sistema. Sostener la necesidad de cambiar este sistema es y será signo

de

contradicción: porque quienes defienden el capitalismo tienen millones de razones para no cambiar y sin embargo no pueden ganar consenso convenciendo de las bondades del sistema, porque la mayoría lo sufre. Por ello sólo pueden actuar ahora generando con sus palabras no enemigo mítico y envasando allí todo lo que se les oponga. Con el enorme costo social de la crisis -ya en 1976- y con las negras perspectivas de las medidas que se vienen, es incomprensible que el Premier hable en esta ocasión de temor a Ios costos sociales de otra alternativa: equivale a cerrar los ojos o a repetir formulaciones ideologizadas, sin pensar en ellas. De esta forma, en toda su contradicción, el mensaje expresa el intento de justificar las medidas económicas recurriendo a una utopía que ya es percibida en toda su debilidad. Se acusaba a la derecha de querer retornar al pasado y a la "ultra izquierda" de que "jamas ha elaborado ni propuesto un propuesto coherente y realista de desarrollo socialista que no sea el dogmático y totalitario … " Esta formulación del espectro político es simplificada e incompleta, aunque pueda tener parte de razón 1 4 5 . Pero sirve al Premier para cerrar Ios ojos ante críticas que no han sido rebatidas, ni siquiera discutidas. Pueden no constituir un proyecto, con toda la elaboración tecnocrática

del

caso,

pero

son

formulaciones

concretas,

que

cuestionan

la

direccionalidad de esta política y la recusan de partida para en el debate concretar altelnativas. Cuando un gobierno elige este estilo conduce a "un dialogo de sordos". Este estilo viene desde la "Primera Fase" y tiene el sello autoritario del régimen. Cuando en vez de encausar el debate se encasilla como "ultra" y se anatematiza, sólo queda lugar para el ronroneo de la adulación burocrática, que castra toda imaginación y creación.

145

En efecto, se puede criticar a la izquierda por la carencia de alternativas económicas de corto plazo, pero para hacerlo hay que analizar cuál es esa izquierda y cuáles son sus límites. En su desarrollo reciente, en su lucha ubicada básicamente al nivel sindical, en su enfrentamiento global a la “Primera Fase”, pueden hacer muchas limitaciones que, sin embargo, pueden corresponder al desarrollo histórico que entonces tiene el movimiento popular. Pero después de estar ocho años en el gobierno, estos sectores progresistas no tienen laternativa que concrete en el manejo de la economía su discurso ideológico. Eso es mucho más grave, más aún si se actúa como acusador; si se es parte de un régimen que no sólo no ha incentivado el debate sino que ha anatematizado toda la crítica de izquierda a su política económica. La utopía no es capaz de recubrir toda la realidad dura de los hechos y la política de verdad se define en éstos que tiene en la resultante de la “Primera Fase” y en estos meses de la “Segunda” mucho más correspondencia con las necesidades objetivas del orden burgués que con planteo alternativo socialista alguno.

124

El mensaje concluye, retomando el inicial triunfalismo que ve la victoria “a la vuelta de la esquina", reclamando al pueblo "la fé que nos ha demostrado en calles y plazas". "La solución pluralista sigue siendo vigente y válida. EI socialismo participatorio sigue en pie. Nuestra voluntad de Ilevar adelante un proyecto revolucionario que garantice la justicia social, dentro de un clima de libertad responsable, sigue en plena vigencia". En la misma lógica de las medidas de Barúa y las palabras de Fernandez Maldonado habrá, sin embargo, algo más: la necesidad de consolidar la represión. Es obvio que el gobierno no obtiene consenso para aplicar sus programas, ni siquiera entre las minorias, pues no satisface las exigencias inmediatas de la derecha política -y las grandes empresas no movilizarán masas en su apoyo-, se puede satisfacer a tan diversos grupos empresariales -medios y pequeños parlicularmente- que serán afectados por la recesión. A falta de consensos mayoritarios, una política como está sólo puede ser aplicada con represión. Se requiere que el trabajador no proteste ni paralice las fábricas. Se requiere desarticular toda oposición para que no se organice la protesta del pueblo. Por ello el Estado de Emergencia, la suspensión de garantías, el toque de queda, el cierre de revistas, la persecusión y deportación de todo el que cuestione la política económica, serán parte de la lógica de estas medidas. Así, poco después de la exposición de las medidas económicas se declar a r á oficialmente el Estado de Emergencia. Para aplicar este paquete y su correlato represivo, será necesaria la eliminación de los sectores progresistas de cúpula, porque aún estando arrinconados constituyen un estorbo que afecta necesidad de que el gobierno sea coherente y la imagen de un régimen le debe reconciliarse con la derecha política para ser víable. No se necesitan muchos días para hacerlo porque la crisis atraviesa el Ejército y permitirá una composición coherente.

3. CRISIS INSTITUCIONAL Y DEPURACION EN EL EJÉRCITO Un

intento

de

levantamiento

militar

encabezado

por el Gral.

Cartos

Bobbio,

Comandante de Centro de Instrucción Militar (CIMP), expresará también en este mes la crisis institucional exacerbada por la lucha política de los últimos años. Pocos días después la caída, por acción de la cúpula militar, del Premier Fernandez Maldonado y la salida de Ios ministros progresistas del gabinete, Ilevará al sentido esperado de la resultante del período. Un intento fallido de mini golpe de algunos jóvenes oficiales

125

progresistas -el 20 de julio- cerrará el conjunto de hechos castrenses que resaltan en esta coyuntura. Poco puede analizarse de los dos intentos de levantamiento militar, dado el formalismo de la reducida información official 1 4 6 . Queda claro que todo caso que la iniciativa de Bobbio representa a las corrientes mas reaccionarias del Ejército, que unos observadores entendieron comparable a un pinochetazo y otros resaltaron como camino habia la entrega del poder a los partidos tradicionales. En todo caso, no es facilmente comparable la situación peruana a la que produce un Pinochet. Pero esto no significa que el cuadro económico no demandará dura represión y exclusión política, ni que entre actores no hubiera precipitados. Ocurre que el régimen de Morales Bermúdez I o gró ese objetivo sin ser derrocado, con esa capacidad de viraje oportuno varias veces demostrada, al margen de todo l o declarado sobre sus intentos reformistas. Por otra parte, las perspectivas de una salida electoral inniediata, en j u n i o de 1 9 7 6 , resultan muy débiles por el propio curso impreso a la "Segunda Fa se" hasta entonces. También en julio -aunque sin mayor trascendencia- parece haber un intento de rebeldía de un grupo de oficiales jóvenes identificados como progresistas y rápidamente depurados. N o parecen concretar un golpe, aunque hay aún versiones contradictorias sobre los hechos. S u efecto en la coyuntura de julio no fue importante, aunque sirvió después para que el Ministro del Interior articular a un amplio y contradictorio comptot civil-militar que usó cobertura para reprimir sistemáticamente a diferentes sectores políticos 147 . Estos hechos están expresando la magnitud alcanzada poe la crisis institucional que afecta a la Fuerza Armada tras ocho años de ejercicio contradictorio del gobierno. Pero no es sólo en este mes que la crisis ha aparecido presente en la escena política. En el golpe de Morales Bermúdez y en todo e se período hay signos de su existencia y desarrollo. S i bien los antecedentes que se produjeron en la "Primera Fase" afectaban a la Marina principalmente, es evidente que ya esos hechos indicaban descomposición de 146

La poca información pública está resumida en el Cronología Política. Hechos Nos. 4456, 4457 y 4459 pp. 2055 a 2059. El intento golpista del 10 de julio se presentará en los comunicados como un hecho castrense que no cuestiona el “proceso revolucionario” ni la conducción del Presidente Morales Bermúdez Maldonado el 11 parece presentarlo a él mismo como le principal cuestionado. Existe notoria diferencia entre el primer comunicado de la Junta Revolucionaria –que califica de rebeldía el acto de Bobbio- y este segundo comunicado que aparentemente anuncia el término del conflicto. El firmante, General Fernández Maldonado, caéra sólo seis días después de firmar este comunicado y en este corto lapso los diarios darán versiones contradictorias sobre los nuevos nombramientos en los altos mandos (ver Cronología Política, Hecho No. 4463 p.2061) lo que va indicando el proceso de continuo juego en la cúpula. En todo caso, Bobbio no podría cuestionar sólo al Presidente, menos aún cuando éste había dado ya sobradas muestras de que entendía su función de “conductor” al margen de cualquier línea predefinida por el gobierno, es decir, siguiendo el viento agitado en la cúpula castrense por la burguesía. Intentanto ir más rápido, o más regresivamente, Bobbio podía querer jugar el rol de cancelador de los progresistas en la cúpula, pero el Presidente tenía demasiado “nivel” para ser objetivo vialble. 147

En la revista ABC Nos. 46 y 47 (1978) puede leerse un trabajo del Mayor (R) Fernádez Salvatecci, “Yo acuso …yo debo causar” que es uno de los pocos testimonios del caso.

126

la única base de poyo del régimen. En la "Segunda Fase" se expresa la crisis en el Ejército y aparece en la escena con la depuración gradual de militares progresistas que ocupaban mandos militares y/o estaban en la línea de sucesión para comandar el Ejército. El hecho más significativo se habia producido en octubre de 1976, al pasar al retiro los Generales José Graham Hurtado y Leonidas Rodríguez 148 . Pero hubo también movimientos en los mandos de la Fuerza Aérea, que indican que la crisis toco también a esta institución 149 . La depuración de los militares progresistas fue gradual e individualizada. La exclusión de los generales Graham y Rodríguez fue acompañada de declaraciones reafirmando la decisión de "profundizar la revolución", al tiempo que se anunciaba que el General Fernandez Maldonado sería Comandante General y Premier el 1° de Febrero siguiente. Pero estos cambios permitían que en esa fecha, tal como ocurrió, los Comandos regionales del Ejército responderán más directamente al Presidente Morales Bermúdez, pudiendo quedar fácilmente aislado Fernández Maldonado, según el curso de la coyuntura. El cambio de hombres es decisivo cuando se conoce la heterogeneidad de posiciones que hay en la cúpula. Tanto entonces como en julio se repetirá que se trata sólo de un cambio de hombres; pero tanto entonces como en julio, al caer Fernández Maldonado, tras la caída de los actores vienen las medidas que concretan el viraje. En todo este período la tendencia progresista está a la defensiva, hasta el punto que antes de caer, el propio Fernández Maldonado apareció defendiendo las medidas anticrisis. Dentro de la ambiguedad del proceso podía haber sido una concesión más, que sin embargo no dejaba de mostrar a este general como un obstáculo para que, una a una, se desmantelaran las reformas. 148

Ambos eran Generales de División en línea de sucesión para el Comnado del Ejército y ambos ocupaban lugar central en el proceso político desde octubre de 1968 en que eran aún Coroneles. Graham es invitado al retiro pocos mese antes de la fecha en que sucedería al Comandante, Gral. Vargas Prieto. Se le aplica una Ley de la “Primera Fase” que permite al Comando, a su criterio, invitar al retiro a oficiales de alta graduación. Rodríguez Figueroa era entonces Comandante de la II Región Militar y Jefe de la OCI, en adición a sus funciones militares. Solicita su retiro cuando sorpresivamente y sin consulta, se cambia al Comandante de la División Blindad, unidad clave de esa Región. Graham seguía siendo Jefe del COAP desde 1969. Este acontecimiento causó fuerte impacto y obligó al gobierno a recurrir a toda su autoridad formal para impedir la protesta de us propia prensa. Desde El Comercio, Ultima Hora y Correo, funcionarios vinculados en el SINAMOS al Gral. Rodríguez expresarán su desconcierto inicialmente. En un editorial Expreso reclamará también una explicación. No pudo impedir el Presidente Morales Bermúdez que en plena manisfestación cmapesina en el Cuzco se le raclamara la presencia del Gral. Rodríguez Figueroa. Estas acciones dan cuenta del impacto que tuvo esta decisión en los propios cuadros civiles del gobierno; pero al igual que en el pasado, confirmarán una vez más que el poder político está en el gobierno de la Fuerza Armanda y que “no hay derecho al pataleo”, ni a la discusión. Cronología Política. Hechos Nos. 3910, 3916, 3825, 3929, y 3933 pp. 1658 a 1670. 149

También en la Fuerza Aérea se habían producido problemas que transcendieron, aunque no se dieron explicaciones al respecto. El 19 de octubre de 1975 asumió el Mando de la Fuerza Aérea Peruana, el General Dante Poggi, luego de que se retiraran a “su solicitud” el Comandante anterior y los dos Generales que le seguían en orden antigüedad. Se habló entonces de un “mini-golpe” realizado por Generales más jóvenes. Poco después, también sin que se dieran explicaciones al respecto, pasan al retiro tres Generales Jóvenes: los Mayores Generales Thorndike, Calle y Niezen. Cronología Política. Hechos Nos. 3890 y 3911 pp. 1640 y 1659

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La crisis institucional deberá ser estudiada con otros instrumentos de análisis. Los hechos que aparecen en la escena dan cuenta de su impacto en la coyuntura y de la coherencia que existe entre la correlación global de fuerza y la direccionalidad que se observa en el desarrollo de la crisis institucional de la Fuerza Armada. Los márgenes de autonomía logrados en la "Primera Fase” son cada vez más estrechos y lo que en esta década ha alcanzado indica importancia de estudiar a la Fuerza Armada en su composición, su ideología y su desarrollo institucional. Esto, sin dejar de entenderla como aparato ejecutivo del Estado, subordinado al carácter de este y que en tal sentido debe ser analizado sin traslaciones mecanicistas, pero sin aislarla del conjunto social para poder entender no sólo lo que es aspiración de sus actores sino lo que pueden significar en la vida política.

II.

SIGNIFICACION Y RESULTANTE DEL PERÍODO

El seguimiento de Ios hechos y coyunturas descritas en este capítulo da una idea global del significado de este corto período de menos de once meses que se inició con el derrocamiento del Presidente Velasco. Ofreceremos ahora una visión de conjunto que procura explicar el significado de Ias definiciones dadas en este período, a partir de la escena recorrida, resaltando las fuerzas presentes y las perspectivas de la resultante del período, que enmarcarán el curso político posterior.

DEFINICIONES DADAS EN EL PERÍODO

Todo gobierno recibe al comenzar, un margen de credibilidad y expectativa que cubre sus primeros pasos hasta la definición de sus políticos. En nuestro caso estos serán términos relativos por tratarse de un gobierno militar que surge sorpresivamente, y sosteniendo que se trata de la continuación sustantiva del mismo régimen anterior, en el cual -afirman- sólo ha habido un cambio de personas y de "métodos políticos". Este período inicial de la “Segunda Fase" será suficiente, para definir el sentido de la continuidad y la rúptura, en su evidente complejidad. Al concluir haber desaparecido defenitivanente todo impulso reformista, lo cual no significa mecánicamente que se identifique al gobierno con los sectores más extremos de la derecha política. Ocurre que el gobierno tiene que responder a una base de sustento heterogénea dentro del cambo burgués, correspondiente con la recomposición de la burguesía y el Estado en el Perú. Sin desarrollar la discusión sobre Ios rasgos particulares del régimen, ni a relación de continuidad y rúptura -que planteamos en la primera parte libro en relación a la "Primera Fase", podemos constatar que en este primer período se ha concretado la preparación del desmontaje del proyecto reformista tal y cual se daba en el gobierno de Velasco. Los últimos años este gobernante

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indicaban el deterioro del proyecto y los límites de su intento de definir los alcances de la recomposición del Estado burgués, una vez excluídos los sectores oligárquicos. En la coyuntura de agosto de 1975 -y en los meses que le siguen- la burguesia nativa encontrará los elementos para retomar la ofensiva contra un gobierno que no la expresa plenamente. Recurrirá tanto a antiguos representantes políticos como a elementos de la nueva tecnocaria militares más conservadores, para que expresen en la lucha inmediata las demandas de desmontaje del proyecto Velasquista, y logrará excluir deI gobierno a los actores que se aferran al proyecto reformista precedente. Debemos destacar la correspondencia entre las presiones de los elementos nativos de la burguesía y las exigencias del capitalismo trasnacional que encuadra esta experiencia, porque en ello se sustenta la fuerza de la burguesía nativa en la coyuntura. En este período hay diferencias -en cuanto a demandas concretas- dentro del campo burgués, pero la unidad fundamental contra el campo popular -que se apreciará en Ios años siguientes con ejemplos más nítidos-

pasa en este primer período por la unidad de la burguesía

para eliminar la experiencia reformista y sus rezagos. Ello corresponde tanto con la experiencia “sufrida” por la derecha durante la "Primera Fase", como con las exigencias de una ortodoxia cads vez más rígida que trae la presencia y profundización de la crisis económica. Tras una imagen dubitativa inicial, en la que el gobierno intenta continuar planteando medidas reformistas, la iniciativa política pasará a manos de la derecha expresada en el gobierno, en los mandos de la Fuerza Armada, en la prensa privada y en el renaciente actuar de los dirigentes de partidos políticos tradicionales. Pero es en la definición de la política económica ante la crisis donde se encontrará el eje de la opción del gobierno. La política del Ministro Barúa será definida como un intento de "ajuste" a la marcha de la economía mundial, procurando resolver tos desequilibrios internos y externos – las famosas brechas- con un conjunto de "paquetes" que comprimirán más y más el salario real, incentivando la ganancia de las empresas, y "flexibilizando" las medidas que afectaran a la burguesía. L a política económica de la "Segunda Fase" guarda relación de continuidad con la lógica de las medidas dictadas en junio de 1975 por el equipo que encabezaba e, General Morales Bermúdez como premier, pero esas resultaban

"...siendo económicamente insignificantes"1 5 0 ,aunque

inauguraban una política de "ajuste" que se dirige progresivamente por los caminos de las conocidas políticas de estabilización. Ya en este período, su impacto en la economía popular será significativo y tendrá efecto en la dinamización de la protesta sindical. El gobierno desarrolla en 150

H a g o r e f e r e n c i a a l a n á l i s i s d e C. H. Cabrera, siguiendo el derrot ero de la polí t ica e c o n ó m i c a y a f i r m a n d o q u e e n J u nio de 1975 se produce un cort e " … una clara rupt ura c o n e l p e n s a m i e n t o e c o n ó m i c o a n t erior. P recisament e, la idea clave en t odos los procesos d e d e s a r r o l l o n a c i o n a l h a s i d o l a del divorcio ent re la est ruct ura ext erna e int erna de p r e c i o s . . . " . V e r a l r e s p e c t o : " P e r ú: la crisis y la polí t ica de est abilización" en la serie " M a t e r i a l e s d e T r a b a j o" N o 1 7 - I L DI S - Lima, A bril, 1978.

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estos meses una política represiva en zig zag, que contrasta con la apertura del espacio político que se ofrecerá fundamentalmente al campo burgués. Esta política será decisiva en el aislamiento de todo apoyo popular que caracteriza en adelante al gobierno de Morales Bermúdez. En este período la definición del curso político pasa por el desarrollo de la crisis institucional de la Fuerza Armada, expresada particularmente en el Ejército. El gobierno se ha de conducir dentro de ella ampliando la participación de los mandos castrenses en las decisiones políticas y procediendo a una gradual depuración de los sectores progresistas que concluye en la coyuntura de Julio, al conseguir su eliminación del Comando del Ejército y del Gabinete. De esta forma, eliminados los sectores progresistas y garantizada la opción del Presidente Morales Bermúdez en el curso de la política de estabilización, el desmantelamiento de las reformas de la "Primera Fase" está preparado. Sin embargo, para contener la incipiente protesta popular s e r e quiere conseguir la aplicación de una política represiva que impida toda huelga y limite incluso la protesta verbal como correlato de la política económica. Se declara así, al concluir el período, el Estado de Emergencia Nacional.

2.

LAS FUERZAS PRESENTES EN LA ESCENA

La escena política muestra en este período una ofensiva desde la sociedad civil hacia el Estado, que contrasta con el notorio repliegue que se da en período anterior -fines de la "Primera Fase"- y en el posterior año de emergencia. El gobierno de la "Segunda Fase" ofrece, al comenzar, la apertura de un espacio político mas amplio, que es copado rápidamente por las fuerzas del campo burgués. A partir de entonces, estas fuerzas lograrán ampliar progresivamente ese espacio político para expresar sus demandas: después de Julio tendrán momentáneamente cortada su expresión pública, al empezar el Estado de Emergencia, pero será sólo un breve intervalo del cual saldrán más fortalecidas. Desde los primeros meses el gobierno pierde la iniciativa política. Dentro de éste hay tensión y reacomodo que va arrinconando a los sectores progresistas. Elementos "moderados" del gobierno -junio a otros decididamente accionarios- serán "levantados" por la prensa de derecha y calificados positivamente por los viejos líderes políticos. Las revistas de derecha, los gremios de la burguesía, los partidos del campo burgués, movilizarán sus recursos para atacar a la "Primera Fase", y a los militares identificados con ella, para fortalecer a los militares más conservadores y para señalar al nuevo gobierno el curso del viraje. Toda acción del movimiento popular es anatematizada y cada una de las reformas es presentada como medida que traba la solución de la crisis económica. El espacio político permitido es el más adecuado para la actuación de la derecha: la prensa, con sus altos costos; las figuras políticas, construidas durante años; la gestión pública y privada de los diversos gremios empresariales. No es campo de mítines y amplias movilizaciones de masas, tampoco hay a la vista inmediatas contiendas electorales.

130

En el espacio, reducido aún, en el que la burguesía ha tenido años de práctica. Conforme avanza este período -particularmente después de marzo- se ampliarán las oportunidades para el campo burgués, conforme se aíslan y retroceden las posiciones reformistas del régimen. Ya en marzo estas fuerzas contarán con la amplia prensa del gobierno, de la cual se excluyó a los voceros de los sectores progresistas. E l impacto de las campañas de la prensa de derecha puede bien evaluarse observando como el régimen asume poco a poco sus banderas, sus temores y sus mitos. El propio Presidente Morales Bermúdez reflejará en su mensaje del 31 de marzo y en posteriores intervenciones, la acogida dada a los contenidos de ésta prensa. Las medidas tomadas después de Julio, irán concretando luego la coherencia de las palabras con los hechos. En el espacio abierto para la burguesía vuelven a actuar los tres principales partidos políticos. El APRA inicia ya, su cuidadoso camino de "opositor leal", que años más tarde mostrará en la campaña electoral y en la Constituyente. Aunque exige que los militares vuelvan a sus cuarteles, les ofrece un lugar de poder en el llamado Congreso Económico y recoge la rama de olivo -olvidar el pasado- que le ofrece en Trujillo el Presidente Morales Bermúdez. Es un inicio premonitor del posterior curso político, también válido para Acción Popular Belaundista, que radicaliza la demanda electoral a pesar de que para buena parte de la burguesía es conveniente que los propios militares redefinan las reformas. Este partido tendrá líderes que se muestran algo más conciliadores -como Ulloa que exalta la figura de Morales Bermúdez en declaraciones ya citadas-, expresión de cómo hay en la burguesía elementos lúcidos, capaces de advertir el curso político y dejarlo transcurrir en su propia lógica, aprovechando el momento para indicar a los menos visionarios que es lo que debe ser atacado. Bedoya Reyes aparecerá básicamente en la prensa de derecha, levantando declaraciones audaces, sin destacar con un juego particular en este conjunto. Frente al bloque burgués, no encontraremos en un solo bloque a la izquierda y al campo progresista que se expresa todavía en parte del gobierno. Pesará por un buen tiempo el espectro político de la "Primera Fase", en el cual se decantarán las posiciones progresistas en múltiples juegos de opciones, quedando cada vez más a la vista las limitaciones del reformismo y de esta experiencia en particular. No , aparece tampoco una articulación de coyuntura, ni avanzados niveles de organización política. Lo más visible es un movimiento popular que se expresa a nivel sindical más que en el plano político, respondiendo a la crisis con una creciente sucesión de huelgas sectoriales y de fábrica. Sin embargo, la conducción nacional, a nivel de centrales, tiene a fines de 1975 un paro decretado en todo Lima y Callao por la CGTP. Esta central es obligada a tomar una medida de fuerza frente a la ofensiva patronal y a la endurecida política laboral del gobierno. Es un paro de 24 horas enmarcado en conflictos que tienen como base el caso de una empresa, cuya patronal radicalizo posiciones al extremo. No es solo un paro por demandas salariales inmediatas,

131

aunque ello no puede estar ausente pues es parte de las movilizaciones, de conjunto. En este hecho culmina la protesta masiva contra la política laboral del gobierno, expresando además las dificultades del Partido Comunista en el movimiento sindical. En efecto, ese partido apoya aún al gobierno y no quiere enfrentarlo en conjunto, pero cada vez encuentra menor margen de juego y menores posibilidades de defender entre tos trabajadores a ese gobierno. La respuesta del movimiento sindical es más amplia que el hecho mencionado y en parte ha sido mostrada en este capítulo. Pero conforme avanza este período se sitúa más y más a la defensiva. Es que una de las dimensiones claves de la ofensiva burguesa se da en el campo sindical y hay que resaltarla. Las huelgas corresponden no sólo con un mayor endurecimiento de la política laboral del gobierno -y de los márgenes de negociación colectiva-, sino con una ofensiva dada en muchas empresas y expresada en la violación de pactos colectivos, en la más armoniosa relación que guardan los empresarios con el Ministerio de Trabajo, en el aumento de despidos y trámites de reducción de personal, etc. Esta ofensiva aparece recubierta por una bien articulada campaña de la prensa reclamando "disciplina laboral" y culpando a las huelgas del desarrollo de la crisis.

En este campo la izquierda opositora al gobierno, dividida en muchos y pequeños partidos y grupos, casi no tiene expresión política más allá del plano sindical; adquiere presencia en la prensa semanal con la reaparición de Marka y la aparición de dos pequeños semanarios, de corta duración. Responde a la derecha con menos recursos y en un campo más limitado. Al mismo tiempo que estos sectores expresan su oposición de conjunto al régimen, los sectores progresistas del gobierno intentan una poca exitosa rearticulación. Consiguen inicialmente que el gobierno retire su apoyo at MLR y a las dirigencias de organizaciones como la CTRP y CR-CONACI que enfrentaron al final de la "Primera Fase", pero no logran articularse ampliamente ni superan la capacidad de neutralización que elementos moderados del gobierno les imponen. El Frente de Defensa de la Revolución Peruana, que en momentos aparece apoyado por el propio Presidente Morales Bermúdez, no logra despegar -en medio de enormes trabas burocráticas- ni menos articular a organizaciones del campo y la ciudad. Sirve inicialmente paro entretener a aquellas fuerzas ligadas al proyecto Velasquista y evolucionará al final del período hacia el campo opositor. En los sectores progresistas hay signos también de enfrentamiento y descomposición, propios de un largo y contradictorio periodo con escasas expresiones orgánicas. Aunque pueden ser percibidos más cercanos a las posiciones del Partido Comunista y el CUOS (Consejo Unificador de Organizaciones Sindicales) no hay una vinculación estable entre ellos.

132

Las fuerzas que se oponen al campo burgués están así divididas,expresando la desarticulación provocada en el período precedente, aunque es claro que sus demandas y percepciones se acercan con el decantamiento del reformismo. No puede decirse que los sectores progresistas que hay en la cúpula tengan un vínculo adecuadamente orgánico con estas distintas fuerzas, aunque defiendan e incentiven sus demandas, en los casos más cercanos, o exijan tolerancia frente a los opositores más radicales. Las reglas de juego del propio régimen castrense siguen, como en el pasado, limitando esta relación,

CAP I TULO 5

UN AÑO DE EMERGENCIA Y UN PUEBLO QUE DICE ¡BASTA! (16 Julio 1976 - 19 Julio 1977)

HECHOS, COYUNTURAS Y ELEMENTOS EXPLICATIVOS DEL PERIODO

La resultante del primer período que identificamos en la "Segunda Fase” encierra gruesamente las caracteristicas de este segundo período de algo más de un año de duración. Comienza en la coyuntura de Julio, la recomposición el gobierno luego de la exclusión de los sectores progresistas. Se desarroIla a partir de entonces encuadrado en la legislación de emergencia dada primeros días de Julio, bajo el impacto del nuevo paquete de medidas no económicas del Ministro Barúa. Se estrecha el espacio político: revistas clasuradas, prohibición de paros y huelgas, suspension de garantías, persecusión atención de dirigentes políticos y sindicales al arbitrio de la autoridad político-militar. Se concretarán entonces las medidas de contra-reforma. El período concluye con la coyuntura del Paro Nacional unitario del 19 de julio de1977, que condiciona el replanteamiento de las medidas de emergencia y fuera acelerar la salida política. Los hechos y coyunturas que presentamos en este capítulo permiten comprender el curso político de este período y su impacto en los años siguientes. Su magnitud apenas resulta indicada por tos hechos principales, la intensidad de los acontecimientos. El comentario puntual esta dirigido a expresar el significado de los hechos, su dirección, aunque no pueda evitar en ellos la marca que ocasiona la represión y el abuso.

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UNO

PAGAR LA CRISIS. . . Y CALLAR

AI anunciar las medidas económicas el 30 de junio, estaba debidamente preparada la acción represiva. Esta no se hace esperar y 48 horas después de la exposición televisada del Ministro Barúa, ya se ha decretado el “Estado de Emergencia", utilizando como pretexto desórdenes menorol ocurridos en Lima y Callao en protesta por las medidas, y respondiendo específicamente al paro decretado por los microbuseros 151 . La ciudad ha visto desórdenes muchos mayores sin con ello llegar a ver aplicar un "Estada de Emergencia Nacional". Pero esta disposición servirá al gobierno para poner en marcha todo el andamiaje legal-represivo destinado a impedir la protesta popular y liquidar incluso cualquier forma de crítica a la política del gobierno. Se clausuran todas las revistas, quedando así el gobierno con el absoluto monopolio de tos medios de comunicación 152 , y comienzan las medidas represivas: se deporta a Hugo Blanco y al abogado sindical Ricardo Díaz Chávez; se detiene al ex-Secretario General de la CGTP, Gustavo Espinoza y al ex-Secretario de prensa de Velasco, Augusta Zimmermann, liberándolos posteriormente. El periodista Alfonso Baella T., director del derechista seminario El Tiempo, se asila en una Embajada hasta que se declara que no es perseguido. Comienzan otras persecusiones, que ya serán claramente en una sola dirección: hacia el campo popular. La legislación de emergencia pone bajo control militar todos los departamentos del país y suspende las garantias individuales y sociales que establece la letra de la constitución. Se impone además el toque de queda en Lima y Callao que será regulado, en lo que al horario se refiere, pero mantendrá su vigencia hasta Abril de 1977. La suspension de garantias signilica que por orden de la autoridad político-militar se ingresa al domicilio, se detiene y se persigue sin vigencia de protección legal alguna, se prohiben las reuniones -salvo aquellas que gusten a la autoridad- y los órganos policiales tienen plena capacidad para actuar. A pesar de que siempre se ha reprimido, con o sin garantías, la suspension de éstas traba la defensa legal y sirve para amedrentar. Pero en esta circunstancia la legislación es más amplia: el toque de queda regula la circulación en la ciudad y pone en mano de jóvenes soldados la capacidad de disparar a quien no obedezca su orden de "alto". Con ello se amedrentará especialmente a la población de barrios populares, para quienes no hay defensa posible ante cualquier abuso. Con ello se trabará la acción política y sindical, que siempre ocupa horas de la noche. En los sectores medio y acomodados las trabas serán menores, por el sólo hecho de vivir en mejores condiciones de habitación y movilidad. Con cinismo -entre paternalista y machista- algunos ministros alabarán esta medida como "protectora de la unidad familiar…", afirmando que es "aplaudida por las señoras…". El núcleo de esta legislación estará, sin embargo, en la ilegalización de las 151 152

Cronología Política. Hechos Nos. 4420, 4421 y 4422 pp. 2036-2040 Cronología Política. Hecho No. 4418 p.2035

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huelgas, marchas y mítines de protesta contra la política económica que se impone así to establece la legislación durante el Estado de Emergencia. El sólo hecho de decretar on porn ocasiona inmediata detención y persecusión de dirigentes, si como la suspension de la estabilidad laboral y el despido masivo. Apoyada en estas normas de emergencia se desarrolla una lógica represiva estrechamente vinculada a la necesidad del régimen de imponer la reducción del consume popular y aplicar el desmomaje de las reformas sin oposición manifiesta significativa. En julio de 1976, protestar o criticar -incluso sólo con la palabra- es considerado subversive. Lo es también la acción sindical -de dirigentes y asesores-, salvo que "cooperen" con el gobierno y ni siquiera amenacen con la huelga. A partir de ello se sucederán detenciones, deportaciones, allanamientos y persecusión. Es un manejo refinado, pero no por ello menos brutal. Se detiene, desaparece gente por un tiempo, se persigue a los que se esconden y se tenía incluso como rehenes a familiares para forzar que se presenten los dirigentes escondidos. Se suelta a los detenidos, cuando ya ha pasado la coyuntura, pero son notificados de que en cualquier momento y a la primera señal se repetirá la detención. Se deporta a otros o se fuerza el asilo; algunos casos incluso serán llevados a la Justicia Militar. Hay así una política ágil como para ser eficaz en desarticular e impedir toda oposición política y toda defensa laboral. El número de presos oficialmente reconocido no es elevado; pero los que sufren la figura de "depositados" (que el gobierno no reconoce como presos) es mayor. La represión consigue por un buen tiempo impedir toda expresión real de protesta. Ello hará creer a algunos mienbros del gobierno que la protesta existe, que han sido "comprendidos" por el pueblo. Así to expresa el propio Premier Arbulú 153 y así se usa en la propaganda official, que siempre presentará a un pueblo "patriota y comprensivo" ante sus explotadores y calificará de subversión y defensa de intereses extraños a toda protesta de opositores políticos o sindicales. El control de todo medio de comunicación de masas permitirá adermás desinformar, presentando los acontecimientos no sólo parcialmente sino en dosis tales que resulte difícil establecer conexión entre un hecho y otro. Los afectados con estas medidas son ahora exclusivamente quienes se ubican al lado del pueblo. No hay represión -y habrá anmistía- para los sectores más conservadores que en la "Primera Fase" resultaron afectados. Ellos serán sllenciada su prensa por un tiempo, pero podrán reabrirla luego, al establecer un "pacto de caballeros" con el gobierno. Esto, sin embargo, no significa que no tengan "audiencia" en un gobierno que los reclama e incentiva. Las críticas -que las hay- no son al sistema y pueden ser asimiladas, a la vez que la apertura es útil a la imagen del gobierno. En cambio, todo lo popular se reprime 153

Cronología Política. Hecho No. 4820 pp. 2312-13

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y es declarado subversivo. La dimensión del campo popular se reprime porque muchos cuadros de la "Primera Fase" se incorporan gradualmente a Ia oposición desde el pueblo. Serán también perseguidos, detenidos y deportados. De este modo, la represión toca tanto a cuadros que se alejan del gobierno, como a opositores del conjunto amplio de la izquierda. Desde julio es perseguido Rafael Roncagliolo, sociólogo y periodista despedido de Expreso, y Presidente de una de las dos Federaciones de Periodistas del Perú. Para apresarlo actuaron -por varios meses- la policía y Ios servicios de inteligencia, sin que medien más causa conocidas que sus sucesivas declaraciones contra el viraje del gobierno 1 5 4 . En su búsqueda la policia detuvo a familiares de Roncagliolo y a otro periodista cercano a él, Alfredo Fitomeno. Esta repetida muestra de abuso, junto con el acosamiento a las familias 1 5 5 . Se convirtió luego en parte del estilo policial para forzar a entregarse a dirigentes sindicales que se escondían para evitar la prisión. Roncagliolo terminó por asilarse en la Embajada de México en setiembre. El Ministro Cisneros había declarado el 25 de agosto que se le perseguía por "actividades subversivas” pero luego afirmará, el 14 de setiembre, que "el Sr. Roncagliolo ha realizado actividades subversivas en el país. Si la conciencia le acusa, es posible que haya solicitado asilo, pero lo cierto es que no hay orden de detención contra él. Insinuará luego que se trata de una maniobra publicitaria. En el mismo sentido declarará el Premier Arbulú: "Nadie lo ha perseguido en ningun momento 1 5 6 . Este es también un estilo utilizado en adelante por estos Ministros, califica todo de subversivo, sin explicarto. Y se desconocen públicamente medidas persecutorias e intimidatorias que se aplican. Algo semejante ocurre en el case de Augusto Zimmermann, ex-Secretario de Prensa del Presidente Velasco, quien se asila en la Embajada de Panamá a principios de agosto 1 5 7 . El Ministro del Interior negó tambien que hubiera orden de detención contra él, insinuando que sería una maniobra publicitaria para difundir su reciente libro sobre los primeros años del Gobierno de Velasco, que a su vez el gobierno confoscó. El Ministro sostuvo que no se perseguía a nadie por razón de sus ideas..., Pero cuando estas ideas se quieren convertir en actos, en algunos casos se convierten en actividad subversiva, frente a las cuales no vamos a toner ningún reparo. . ." 1 5 8 . 154

“Lo que exise hoy en el Perú es un gobierno contrarevolucionario, que expropiando la revolución ha iniciado el camino de la restauración capitalista”, en el Excelsior de México. Cronología Política. Hecho No. 4509 p.2083 155 Cronología Política. Hechos Nos. 4565 y 4581 pp. 2126 y 2137. 156

Cronología Politica. Hechos Nos. 4582 y 4625 pp. 2137 y 2170. Cronología Política. Hecho No. 4537 p. 2105 pp. 2112-13 157

Cronología Política. Hecho No. 4537 p. 2105 pp. 2112-13

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Cronología Política. Hecho No. 4537 p. 2105.

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Es evidente que el Ministro no tiene ningún reparo y no sólo frente a lo que considera subversivo; mas aún, él y todo el gobierno acomodan a su medida "lo subversivo", pudiendo ocurrir que la simple expresión de ideas se convierta en subversión. Así aparece en el caso de Zimmermann, cuyo libro fue requisado 1 5 9 . El Director de Marka, Cartos Urrutia, es detenido también en agosto por protestar en una carta, publicada en Expreso, contra la clausura de las revistas y por incluir en ella un comentario a las declaraciones del Ministro el Interior sobre la persecusi6n de las ideas 1 6 0 . El asilo y la deportación serán también aplicados a oficiales del Ejércit o luego de darlos de baja, dando cuenta de la magnitud de los desplaza mientos internos que va ocasionando el viraje. En octubre se asilaron en la embajada de Venezuela el Mayor José Fernández Salvatecci y el Capitán Eloy Villacrez. En diciembre lo hizo el Capitan Portella. Habían sido dados de baja recientemente y el Ministro del Interior los acusó de estar involucrados en intento subversivo efectuado por un supuesto "Ejército Popular Peruano". El gobierno reconoció la labor de "seguimiento" realizada y la detención del Capítan Portella. La denuncia de este supuesto plan subversivo, muy levantada por la prensa, contribuyó a justificar y ampliar fácilmente la represión. Luego de ser perseguidos, se asilan en la Embajada de Panamá Antonio Ara gón y Elio Portocarrero, vinculados por el Ministro del Interior al E.P.P. El primero era conocido come dirigente del Pueblo Joven "Villa El Salvador", teniendo antecedentes en el trotskismo. Portocarrero participó en la guerrilla del MIR en 1964-65. Ambos eran considerados cuadros "militantes del proceso" hasta pocos meses atrás 1 6 1 . Más adelante el Ministro trató de vincular a la CGTP con este supuesto EPP y en los comentarios periodísticos sobre conferencia de prensa dada por el Ministro, Expreso sindicaba a Patria Roja y Bandera Roja como las organizaciones extremistas implicadas. En noviembre un deportado más, Diego Ruiz Eldredge Goycochea, es también vinculado por el propio Ministro del Interior al E.P.P. La posición política de este estudiante, ligado más bien a tendencies de la izquierda marxista opositora en nada vinculada a la "Primera Fase", hace pensar que si fuera cierta toda la variedad 159

El Libro de Zimmermann relata periodísticamente una versión de los primeros años del Gobierno Velasco que el Ministro considera como “aspectos negativos y sacando a publicidad aspectos que son internos al gobierno”. Le agrega la acusación de dividir a la Fuerza Armada (Cronología Política. Hecho No. 4657 p.2188), justificando con ello el haberlo requisado. El libro relata hechos políticos de un gobierno de la Fuerza Armada y obviamente da su versión de la actuación de su cúpula gobernante. Es indefendible el supuesto derecho del gobierno a tener “asuntos internos” no divulgables y con esta lógica cualquier cosa atenta contra la unidad de la Fuerza Armada, pues gobernar supone, salvo en dictaduras –y el gobierno no se reconoce como tal- ser cuestionado y criticado.. 160

“Es decir no se persiguen las ideas sino la práctica de las ideas. Miestras las ideas están en la cabeza son respetables, pero cuando se expresan o se llevan a la acción entonces deben ser reprimidas. Claro, no todas las ideas, sino aquellas que son subersivas, es decir, opuestas al gobierno” (Cronología Política. Hecho No. 4564 p.2125). 161

Cronología Política. Hecho No. 4707 y 4821 pp.2227 y 2314Cronología Política. Hecho No. 4707 y 4821 pp.2227 y 2314.

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de posiciones que incluye el tal "Ejército " sólo San Martín de Porres podría dirigirlo 1 6 2 . Por informaciones posteriores se pudo confirmar varios años después la existencia -el 20 de julio de 1976- de un intento de levantamiento que no llegó a cuajar y fue rápidamente sofocado por Ios Comandos. Una serie de artículos publicados en la revista ABC reprodujeron en 1978 un texto del Mayor Fernandez Salvatecci. Este hace un confuso relato que enfatiza frustración de oficiales jóvenes ante el viraje del gobierno y las características de su Comando Militar, sin que de esta u otras afirmaciones pueda deducirse la posibilidad de que tras estos oficiales existiera la amplia aglutinación de posiciones de izquierda que le adjudicó el Ministro Cisneros. Mas aún, desea so importancia y la posibilidad de constituir amenaza a la estabilidad del régimen -comparativamente mucho menos serio que el golpe de Bobbio-, lo que debe destacarse es el uso que el gobierno hizo del hecho, anunciando casi tres meses después la existencia de un "Ejército Popular" y justiftcando, en función de este, una represión mas amplia que cubría sectores aún hoy decididamente enfrentados dentro de la izquierda. La deportación mas notoria se produce el 8 de Enero, afectando en este caso al General Leonidas Rodríguez -uno de los Coroneles que inteivino con Velasco en el golpe del 68, retirado en octubre de 1975- y a otros oficiales retirados: el ex-Ministro de Industria, Contralmirante Jorge Dellepiane; el excretario del Consejo de Ministros, General-Abogado, Arturo Valder y el Capítan de Navío, Manuel Benza. Todos ellos, distanciados del Gobierno de la “Segunda Fase", pertenecian al Partido Socialista Revolucionario, formado sea antes. Sin poder acusarlos de subversivos por formar un Partido -dada que formalmente no estin prohibidos de hacerlo- el gobierno los acusa do haber realizado "actividades políticas con el propósito de presentar a la opinión pública y muy especialmente dentro del seno de las instituciones castrenses, una situación de truncamiento del proceso revolucionario. . . "Es decir, estos ciudadanos -con todos sus derechos, en tanto que militares ya retirados- extrañados del país por participar en "actividades políticos" enteramente normalmente y además hacer afirmaciones ciertas en este caso (¿quién salvo un demente o un loco puede pensar que hay un proceso revolucionario en 1976?), pero que incomodan al gobierno. Si el problema es interno a la Fuerza Armada los mecanismos a aplicar deberían ser otros para el caso, aunque es utópico pensar que la Fuerza Armada gobernante no puede ser críticada y pueda mantener fuera de discusión y de la discusión a sus miembros. En la realidad, se les 162

Cronología Política. Hecho Nos. 4668, 4674, 4683, 4690 y 4694. Pp. 2201, 2199, 2211, 2215 y 2296.

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expulsó por el sólo hecho de formar un Partido "que mantenía discrepancias muy fuertes con el régimen", como reconocerá posteiormente el Canciller on Madrid 1 6 3 . Y lo importante para el gobierno era que ese Partido pudiera tener impacto en la oficialidad por incluir a destacados oficiales de la "Primera Fase". Esta parece ser la razón por la cual se desata tiempo después una fuerte persecusión al PSR. Como para simbolizar el curso del gobierno, su cercanía a la burguesía n a t i v a y sus agentes políticos a la vez que su distanciamiento y enfrentamiento a los trabajadores, Ios últimos meses de 1976 y Enero de 1977 concentran, estas deportaciones, a la par que se inicia el diálogo con las revistas de derecha 1 6 4 Ilamado "pacto de caballeros" y la reapertura de estos. Al mismo tiempo se indulta a quienes favorecieron a la Internacional Petroleum Company en 1968: el ex-Ministro Ulloa puede ya regresar con aire de perdonavidas. Sin embargo, la represión no esta dirigida principalmente al campo político militar. Su objetivo principal es el medio laboral. Lo político será subversivo sólo si está vinculado a estos intereses y Ios primeros perseguidos serán los asesores sindicales. Se detiene y deporta al abogado Camilo Valqui por "instigar huelgas" y al abogado Oña Meoño por el mismo motivo, en diciembre 1 6 5 . También en diciembre se deporta al dirigente metalúrgico Julian Sierra. Poco antes, en setiembre, había sido despedido de la firma SETRO S.A., junto con otro trabajador recien repuesto por orden del Ministerio de Trabajo. Poco después, el Ministro del Interior confirmó haber detenido a Sierra porque el y otro dirigente "instigaron a los trabajadores para que malograrán herramientas que iban a ser exportadas". Puede verse en este caso cóono la represión política reemplaza a la autoridad jurisdictional de trabajo en la resolución de conflictos. Pero hay un antecedente que hace dudar más de lo normal de las 163

Dijo el Canciller: “Estos militares, en situación de retiro, habían creado un partido –el Partido Socialista Revolucionario- que mantenía discrepancias muy fuertes con el régimen, lo que está considerado una violación del Estatuto Militar” (Desco –Informativo Político No. 53- Feb.77. p.16 Amplia información sobre el hecho puede encontrarse en el No. 52 de enero pp. 9-14). Parece que no es cierto tal “violación del Estatuto Militar”; pues éste no limita la actividad política de los oficiales en retiro. En todo caso, en decalracines posteriores el Ministro del Interior .que era un General del Ejército- con referencia a la formación del PSR y la actuación en éste de los Grles. Rodíguez y Vladés, respondió: “la ley no contempla ninguna restricción a los militares en retiro. Yo creo que la ética profesional sí contempla algunas restricciones”. (Cronlogía Política. Hecho No. 4834 p. 2322-3). Como se ve, la subjetiva “ética profesional” justifica una deportación y si la opinión del Canciller vale, el elemento que encubre la palabra ética profesional es mantener “discrepancias my fuertes con el régimen”. Si ese es el trato, y el margen de juego que dan a un general sus colegas generales del régimen, es comprensible comunes… más aún de los trabajadores. 164

El diálogo incluyó al Semanario Unidad, del Partido Comunista, cuya inclusión en la reapertura en nada cambia la direccionalidad de la medida: ni siquiera la proporición derecha-izquierda es 5 a 1 porque la significación de Unidad no equivale a uno en términos relativos a ese conjunto. En cambio, su presencia sirve al gobierno para justificar su “pluralismo”, encubridor de su direccionalidad real. A su vez, la línea de Unidad y su partido deja poca posibilidad de expresión a los demás trabajadores y a los perseguidores (Cronología Política. Hecho No. 4866 p. 2339). 165

Cronología Política. Hecho No. 4808, 4834 pp. 2304 y 2320-21. Cronología Política. Hecho No. 2875 (Tomo III) Hechos Nos. 3061, 3213, 3217, 3375, 3418, 3428, 3435, 3470 y 3524 (tomo IV); y hechos Nos. 4618 y 4865 (Tomo VI). Cronología Política. Hecho No. 4573 p. 2131

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razones esgrimidas por el Ministro: Julián Sierra fue despedido en 1974 por esta flrma y libró una titánica lucha, apoyada por organizacones laborales, diarios y revistas, hasta ser repuesto por la autoridad de trabajo en abril de 1975. La empresa usó entonces todas Las argucias posibles. El caso adquirió un verdadero carácter simbólico, para la empresa, para cada aquellos reaccionarios y timoratos que ven el cuco en cada triunfo de los trabajadores, y también para las organizaciones sindicales. ¿Puede entonces creerse que esta es una decisión objetiva? ¿El Estado de Emergencia no es el manto que encubre estas pequeñas pero venganzas?

166

enormes

.

En el mundo de los trabajadores este período es tenso y ainedrentador sin descanso en la "caza de brujas" y sin margen real para el trabajo sindica. La lógica es muy simple: el gobierno legisla para la "Emergencia" y en consecuencia prohibe paros y huelgas, todo aquel que las promueva será considerado subversivo. Pero el pensamiento es muy difícil de controlar, e incluso sí uno habla puede expresar "ideas subversivas", o pueden ser interpretadas por el Ministro del Interior o por aquellos empresarios que al amparo del "orden" buscan deshacerse de todo el que moleste. De esta forma el gobierno aplica sus propias leyes y el Ministro del Interior puede darse el lujo de decir "Yo no tengo la espada desenvainada contra nadie". "Yo detengo a todos aquellos que incumplen los dispositivos legales"- Le faltó decir: yo mismo hago dar la ley, para defender la ganancia de unos pocos, para poner orden y eliminar a todo "comunista", para poder definir yo mismo que es subversivo y qué no lo es; establezco ademas q u é es una falta punible en las relaciones laborales, cómo conviene penarla y ademas aplico la pena 1 6 7 . Si las deportaciones o los asilos forzados se dan en cases significativos los llanamientos

de

locales,

la

persecusión

de

dirigentes,

las

detenciones

y

amedrentamiento no tienen límite, aunque se suceden alternados con la Iiberación de detenidos en busca de dar la apariencia de apertura. Es un zig za g interminable que anula toda oposición o toda presión sindical por sus hechos. El Ministro Cisneros reconoce esta política. Refiriéndose a las detenciones dira, "…tratamos de hacerlas antes de que se produzcan los acontecimientos, a fin de hacer lo posible por evitar todo enfrentamiento; con las Fuerzas del Orden". Esto significa que la simple presunción puede dar lugar a la detención como en efecto ocurre y que en todos los cambios político y sindical, por ejemplo puede especularse con posible “desorden" y detenerse a los actores que se oponen al régimen. EI gobierno administra el país 166

Cronología Política. Hecho No. 2875 (Tomo III) Hechos Nos. 3061, 3213, 3217, 3375, 3418, 3428, 3435, 3470 y 3524 (tomo IV); y hechos Nos. 4618 y 4865 (Tomo VI). 167

Cronología Política. Hecho No. 4573 p. 2131

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como si fuera su propiedad privada: define qué se hace, qué está prohibido, qué es bueno y malo, y cómo sancionar toda violación Ias reglas que ha establecido. El mismo gobierno aplica luego sus normas, beneficio de unos pocos. Es brutalmente indicativo apreciar cómo en las mismas declaraciones, el Ministro Cisneros habla de esta política que se sique con los trabajadores y, a la vez, declara que el indulto a los autores de 'pagina 11" y el anuncio del retorno del ex-Ministro Ulloa es "una demostración de que el gobierno cree que este año debe ser un año de unidad nacional" 1 6 8 . Ya sabemos para qué y entre quiénes es esa unidad. Con esta lógica, es comprensible el allanamiento de locales -que afecta a maestros, a estudiantes de la UNI, a la Universidad "La Cantuta" o a la Juventud del Partido Comunista, por ejempto- o las detenciones a voluntad del ejecutor. De estas arbitrariedades hay ejemplos interminables 1 6 9 . Las detenciones son "pan de cada día" sin que exista manera de establecer bien la causal, al amparo de una legislación de emergencia que se aplica cual si fuera un estado de guerra por más de un año, facultando a autoridades de todos los niveles a actuar. Cada uno de los conflictos sindicales da lugar a la persecusión y detención -tanto preventiva, como posterior- de dirigentes, asesores y todo aquel que "la autoridad" estime vinculado al hecho. En Ios tres casos de huelga efectiva dados entre Julio y diciembre

de 1976

-pescadores,

municipales y telepostales- la detention es

significativa y la persecusion recurrre a todo tipo de acciones amedrentadoras, dirigidas en más de un caso a esposas de los dirigentes "depositados" en la Prefectura, originando la inmediata mediación de la Iglesia. Desde fuera es imposible medir exactamente el número de afectados por estos hechos, aunque los efectos son evidentes. En setiembre, Ios maestros señalarán que hay "decenas" de detenidos en el país y darán cuenta de allanamientos de locales en Cuzco, 168

DESCO, Informativo Político No. 52, Enero 77 p. 17.

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Veamos algunos ejemplos: 12 profesores detenidos al allnar el local de la Cooperativa Magisterial en julio (Cronología Política. Hecho No. 4505 p. 2083); siete dirigentes de pescadores detenidos en Julio –antes de que estalle el conflicto ocasionado por la privatización de la pesca- (Ibid. Hecho no. 4511 pp. 2085-6); varios dirigentes mineros de CENTROMIN son detenidos al mismo tiempo que se negocia con el Ministerio de Trabajo el pliego de recalmos, en agosot (Ibid. Hecho No. 4563 p.2124); detención de estudiantes de la Universidad de Ingeniería –en número de 100 en un momento- (Ibid. Hecho No. 4598 p.2150) en setiembre; dos dirigentes de la Comunidad Industrial Gráfica Varesse, en el mismo mes (Ibid, Hecho No. 4646 p.2180); doce dirigentes de “Villa el Salvador” son detenidos al comenzar noviembre (Ibid. Hecho No. 4732 p.2246); la detención del Secretario General de INRESA, también en ese mes (IBid. Hecho No. 4766 p.2269); la detención de 27 trabajadores de SIDERPERU por intentar un paro de solidaridad los perscadores (DESCO, Informativo Político No. 53 p. 16); o al Secretario General de FESIDETA y SIDERPERU en Enero (Informativo Político No. 52 p. 28) en el mismo mes; detención de 3 dirigenmtes de PPJJ en Trujillo –hecho conocido sólo en marzo, cuando sus familiares denuncian los maltratados que han sufrido- (Informativo Político No. 54 p. 11); en marzo también se detiene dos día al ee-Secretario General de la CGTP, Gustavo Espinoza, y al abogado sindical Barrantes Lingan, así como al Presidente del Instituto Criminológico Peruano, Juan G. Crisóstomo, detenido en circunstancias en que se encontraba ejerciendo su profesión de abogado y liberado 20 días después (Informativo Política No. 54 p. 11 y 12); tres Catedráticos y nueve estudiantes son detenidos también en Ayacucho (Informativo Política No. 54 p. 28). Esto no es siquiera una muestra de las detenciones habidas. Son sólo algunos casos que han logrado salir a la luz en los diarios y revistas.

141

Arequipa, Chiclayo, Iquitos y Lima 1 7 0 . En octubre de 1976, un "Comité de lucha por Libertad y Repatriación de Luchadores Sindicales y populares" demanda la libertad de 16 trabajadores mineros y de 8 dirigentes de obreros municipales. En octubre se detiene al Secretario General de la Federación Provincial de Trabajadores del Callao, Conrado Alvan, quien el mes anterior declare tipificando la situación sentida por tos trabajadores: "… no se puede hacer nada, por cuando por cualquier reclamo que se hace, se nos acusa de agitadores" 1 7 1 . En diciembre, FESIDETA reclamará la libertad de 40 detenidos en Chimbote y Trujillo 1 7 2 . En Febrero, hay 50 detenidos en "seguridad

del

Estado",

según

una

carta

pública

que

aparece

en

Correo

denunciando que están "en celdas carentes de salubridad, con mala alimentación y deficiente o casi nula atención médica", señalando que algunos han recibido malos tratos y que "algunos Ilevan más de tres meses de detención 1 7 3 . Por esto, cuando el Ministro Cisneros declare en febrero que debe haber entre 118 y 120 detenidos; que "salen 6. . . Entran 8" 1 7 4 , está describiendo la lógica real de esta "represión selectiva". Esta forma de resión implica que los afectados directos son muchos más que Ios reconocidos oficialmente, ya que la ciudadanía no puede tener una visión real de magnitudes; pero todos, poco a poco, van comprendiendo que el ambiente es irrespirable y que todos y cada uno están a merced de una larga cadena de autoridades con poder para detener, perseguir, deportar y “manejar” al país, sin estar obligados para brindar otra explicación que los anatemas de costumbre. Eso ya había sido anunciado en agosto por el Ministro Cisneros, cuando declaraba "el Ministerio del Interior viene realizando una serie de investigaciones Ios centros laborales del Perú para establecer la infiltración de elementos ultraizquierda en Ios mismos" 1 7 5 . Se unifica así en una todopoderosa mano, la capacidad de definir como subversivo y ultraizquierdista a todo aquel que moleste al gobierno o al empresario "incentivado" por esta político antilaboral. Este podía deshacerse así de todo el que molestaba, del que no era sumiso, a la par que amedrentaba al resto. En algunos casos, incluso del Ministerio del Interior le vendrá la orden de despedir a los que ya están detenidos: en otros puede ser la empresa la que "pase el dato". Una práctica

170

Cronología Política. Hecho No. 4043 p. 2179.

171

Cronología Política. Hecho No. 4599 y 4706 pp. 2151 y 2227.

172

Cronología Política. Hecho No. 4810 p.2306. DESCO.

173

DESCO, Informativo Político No. 53 p.16

174

DESCO, Informativo Político No. 53 p.17

175

Cronología Política. Hecho No. 4544 p. 2111

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reformulación de la estabilidad laboral, con la puntería puesta en los dirigentes y en todo aquél que sea opositor político. Se combinará adecuadamente la acción de detener y liberar, con los juicios ante el Tribunal Militar. Estos procesos implican que -no se sabe como- y más trabajadores en conflicto, asesores y dirigentes políticos, terminan “agrediendo" a los símbolos nacionales y a tos institutos armados (¿no será dado que la Fuerza Armada gobierna, ésta resulta incuestionable por ser tal?). En este pais, aplicando legislación antigua, pero no menos inaceptable, el fuero Militar -con Jueces que son oficiales de arma, nombrados por sus ministros y cuya carrera depende de éstosjuzga a los civdes por délitos que supone atentan contra la seguridad nacional, la integridad de los Institutos Armados o los símbolos patrios. Ello se aplica en esta época y no sólo a los supuestos casos de guerrilleros que son tan aislados 1 7 6 . A las detenciones y deportaciones se agregará también la persecusión sistemática. El caso del abogado sindical Genaro Ledesma Izquieta será particularmente notorio, consignando en su denuncia que se detuvo y chantajeó a campesinos que supuestamente lo ocultaban 1 7 7 . Esta situación será denunciada por diversos ciudadanos, en público y en privado, cuando es evidente la injusticia que ampara este curso político. En setiembre se publics el "pronunciamiento" de unas doscientas personas, que lo incluyen catedráticos universitarios, sacerdotes, profesionales, ex-altos funcionarios de la "Primera Fase", periodistas, artistas y dirigentes sindicales. En dicho pronunciamiento se declara: ". . Consideramos un deber expresar nuestra prolesta por la vigencia de una serie de medidas que restringen elementales derechos democráticos, fundamentalmente de los sectores populares. . .". El pronunciamiento reclama levantar el Estado de Emergeneia, el toque de queda la suspensión de garantías; cesar las "persecusiones, detenciones y deportaciones de las personas por razón de sus ideas o de sus luchas por Ia causa popular” restituir el derecho al pleno funcionamiento de las organizaciones laborales, incluido el derecho de huelga; reconocer el derecho al trabajo y a la estabilidad laboral, reponiendo despedidos; y "el levantamiento de todas las trabas los óganos de prensa ligados a la defensa de los intereses del pueblo y Ias garantías prácticas y efectivas para el debate científico, ideológico y político la situación nacional" 178 . Este comunicado fue aceptado y publicado por La Prensa, que no podía ya dejar de hacerlo pues días antes había aceptado otro que 176

Ver algunos hechos, siempre incompletos, en Cronología Política. Hechos Nos. 4642, 4847 pp. 2178 y 2329 e Informativo Político No. 53 p.16; No. 56 p. 16. 177

Informativo Político No. 56 p.17

178

Cronología Política. Hecho No. 4641 pp. 2176-77

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reclamaba sólo la reapertura de todas las revistas clausuradas 179 . Si se revisan los nombres de los firmantes de la última declaración mencionada, y su vinculación con los grupos de poder, poder emprenderse cómo estas personas son insensibles ante lo que el pueblos y sus organizaciones lab rates viven. Ellos no sienten la represión ni se ven afectados por casos de represión que les sean cercanos, pero si requieren expresarse para defender mejor sus intereses. Obvíamente la falta de información hace que algunos estén desinformados sobre la represión existente y sólo valoren la ausencia de vistas. Varias organizaciones laborales también demandarán en setiembre la libertad y reposición de todos los trabajadores despedidos y detenidos. En los firmantes se encuentran organizaciones que apoyaron al gobierno en el pasado. El comunicado es firmado por la CGTP, la CNT, la CTRP-Lima y varias Federaciones no afiliadas a estas Centrales (Gráficos, Pescadores, Comercio Lima-Callao, etc.). Posteriormente los Obispos de la Iglesia Católica Peruana emiten un documento titulado "Reflexiones de Fe sobre el Momento Actual", que en un largo texto, con amplias referencias doctrinales, plantea entre otros puntos el Deber y Derecho al trabajo (dentro del cual señala que “la iniciativa individual y el simple juego de la competencia no serían suficiente para asegurar el éxito del desarrollo" y que "No hay que arriesgarse a aumentar todavía más la riqueza de los ricos y la potencia de los fuertes, confirmando así la miseria de los pobres y añadiéndola a la servidumbre de los oprimidos”) y el derecho a una Remuneración Justa del trabajo ("si el obrero obligapor la necesidad o acosado por el miedo de un mat mayor, acepta, aún no queriéndola, una condición más dura, porque la impone el patrono o el empresario, esto es ciertamente una violencia, contra la cual reclama la justicia"). Reclaman los Obispos "que sin una grave necesidad del bien común 180 no se recorte la plena vigencia de aquellos derechos que la Doctrina Social de la Iglesia ha proclamado desde el inicio hasta el presente", explicitando entre estos derechos el de libre asociación sindical y el de huelga. El documento influye reflexiones sobre las inversiones, las funciones de la propiedad, los conflictos geopolíticos y la superación de la crisis. Sobre esta última, entendiendo “que tiene un precio que todos debemos asumir", explicita que "los estratos medios y altos, sobre todo tos que tenemos funciónes de responsabilidad" dei "proceder con ejemplo de austeridad en la restricción de su consumo, ya que son los menos afectados por las condiciones de vida" 181 . El gobierno difundió ampliamente en los diarios este documento. Estos últimos editorializan sobre su sabiduria, pero ninguno destacó aquello que -como lo 179

Cronología Política. Hecho No. 4607 p. 2154

180

Pero es esta sociedad quien define esa grave necesidad del bien común es el gobierno, el mismo que cada vez más vinculado a los empresarios es parte interesada en que no haya huelgas. Por algo hace mucho que cada huelga se concreta en conflicto con el Estado. 181

Cronología Política. Hehco No. 4666 pp. 2194 a 2198

144

citado - contradice en esencia la política del gobierno en el manejo de la crisis económica -dado que carga más a los más pobres-, en el campo laboral –dado que impone una injustificada suspension de sus medios de lucha- y en el derecho al trabajo. De este modo, la demanda entra al terreno de tos derechos humanos, el gobierno no reconoce violar y que más aún en su propaganda exterior dice defender. Cuando en agosto de 1977, el representante del gobierno firma declaración de la ONU sobre estos derechos, nadie puede olvidar cómo la situación aquí descrita los ha pisoteado 182 . Y esta conclusión es válida, o en los elementales derechos materiales -alimento, comida y vestido- que la política económica hace mas dificil aún alcanzar, como en las libertades indivitluales y sociales. El libre transito, el no ser detenido a libre voluntad, el vivir en su propio país, el organizarse y expresar sus ideas, el organizarse sindicalmente, el mismo derecho de huelga, son elementales derechos humanos, tan necesarios como aquellos que violan la tortura o la cartel. Nuevamente en este caso ninguna enumeración es suficientemente completa. Pero, ¿quién duda que los ejemplos anteriores suponen una objetiva violación de los Derechos Humanos?. Por si hiciera falta más, se informa de maltratos fisicos y torturas afligidas al ex-guerrillero Gonzato

Fernandez

fiasco 183 ,

quien

termina

hospitalizado;

anteriormente

se

hen

mencionado malos tratos en los detenidos (en Seguridad del Estado, en Trujillo…) y hay que recordar que la sola detención con esta legislación, en este estado actual, y más aún dada la situación de las cárceles- es ya de por sí violatoria de los derechos humanos. Así lo denuncian familiares de los detenidos en las carceles del Callao y Lurigancho, así lo denuncia también el Colegio de Abogados de Loreto –por los maltratos sufridos por un Abogado en Iquitos 184 -, demostrando que todo ello no es simple problema causado por algunas "autoridades subalternas" que abusaron de la Ley. Estas autoridades actúan al amparo de una Ley que propicia el abuso y como ejecutores de una política represiva que se diría contra el pueblo como si fuera un enemigo, generando el espacio donde se hace posible la violación de derechos. Nadie imagina al Ministro del Interior ordenando la tortura. Pero el mismo desata la caza de brujas

-o de subversivos, o de agitadores, o de

todo esto a la vez- contra quien se identifica con la protesta del pueblo. Se encarga genericamente la función represiva la policía o a los servicios de inteligencia; se suspende toda ley que garantice derechos individuales y procedimientos legales; se impide incluso que se conozcan hechos y causas reales, porque no hay prensa libre y menos si es cercana al pueblo, ni hay tampoco acceso a la información real pare esa prensa. Así, todo lo demás viene por añadidura. 182

Informativo Político. No. 59 p. 9

183

Cronología Política. Hecho no. 4733 p. 2247 Informativo Político. No. 56 p.12

184

145

La dramatica revelación de un ciudadano, que no parece ser ni dirigente ni político, cuya detención se hizo buscando a un homónimo, es aleccionadora. "Me pregunto: aunque no hubiena habido error ¿era necesario asustar e

insultar a mi

esposa e hijos por teléfono? ¿era necesurio esperar a noche sin papel ni documento, revólveres en mano, tratar de forzar puestas y proferir chantjistas gritos para que la victirna intimidada se entregase, sin saber a quiénes ni para qué?" La carta del Sr. Herrera Monge 185 revela un caso que más bien constituye un estilo. Sin embargo, no se detuvo a sus familiares para encontrarlo (como en la persecusión de Rafael Roncagliolo o en la de los dirigentes telepostales, por ejemplo), ni su situación demoró mucho en aclararse. Lamentablemente, el sistema mismo hacia necesario que actuase así el ejecutor policial cuando se detiene al simple sospechoso -en forma preventiva- o se detiene persigue a muchos, y ello no se quiere reconocer, la no identificación la policia sirve para que "el depositado" no sea reconocido oficialmente como detenido, por lo menos por un tiempo. Mientras tanto familias desesperadas deambulan de comisaría en comisaría, temiendo encontrar en la morgue al ser querido. Hay muertos también: el caso del estudiante Lozano, levantado con esfuerzo por la revista Equis X, fue el más visible. Murió estando en manos de la polcia y la oscuridad de los Comunicados emitidos al respecto fue notoria 186 . Un dirigente minero de Cerro de Pasco -Lucio Baldeón- muerto de un disparo en la sien hecho desde el puesto policial de Colquisjirca, según denuncia pública de la Federación Regional, es otro hecho oscuro 187 . La desaparicin -sin dejar rastro- del dirigente máximo del "Pueblo Joven Gambeta" del Callao, es otro hecho sonado y que aún ha quedado sin respuesta, los óganos de prensa señalarán también casos extremes. Pero ello no es una muestra del "caso límite", al que felizmente no se Ilega sino en contadas circunstancias, pero al borde del cual se pone a amplios sectores de la acción. La

comparación

con

otros

países

-en

esta

dramática

competencia

de

tiranías

latinoamericanas que violan los derechos humanos- deja aparentemente bien parado al gobierno peruano, porque la magnitud de las violaciones es menor si el análisis se centra sólo en los casos de muerte y tortura. Hay que recordar, sin embargo, la diferencia en cuanto a las situaciones históricas y magnitud de la oposición organizada. Perú es preciso revisar toda la declaración de derechos del hombre, porque si sólo se habla de muertos y torturados se estará tocando sólo lo que aparece más extremo. Todo lo demás en el ha sido masivamente violado: libertades y necesidades materiales, garantías de organización gremial y política; domicilio y familiares. Se ha impuesto el orden en el que la única actitud 185

Informativo Político. No 551 p. 16. Cronología Política. Hechos Nos. 4811, 4825, 4828, 4836 y 4838 pp. 2306 a 2325 187 Informativo Política. No. 53 p.22 186

146

tolerada al pueblo es el silencio y el trabajo, cuando hay trabajo. Y la aplicación de esta política represiva, violatoria de derechos humanos, tiene una dirección clara: es el pueblo, los trabajadores, campesinos 188 , Ios dirigentes sindicales y sus asesores; los dirigentes políticos que se identifican con sus interés y por ello son la izquierda opositora al régimen. No es igual la situación de las minorías. Ni cargan con la crisis en proporción a sus posibilidades –más aún cuando los núcleos más poderosos ganan más, protegidos por el Estado-, ni la represión se dirige a ellos. Pronto vuelven sus deportados, incluso los que tiene sentencia judicial son indultados, y reaparecen sus revistas. El gobierno comienza a ser denunciado en el exterior por violar los derechos humanos, en un contexto en el que esta situación se focaliza en las dictaduras del Cono Sur. Estas denuncias se son justamente en un período en que la Cancillería prioriza las relaciones con los países del continente, la mayor parte gobernados por tiranos que tienen las manos manchadas de sangre. Preocupara en este campo la hostilización de extranjeros acogidos en este país forzados migrantes de este continente en manos dictatoriales. El traslado la Dirección de Migraciones al Ministerio del Interior 1 8 9 - a integrarse más con los organismos policiales- es sólo un indicador de la política seguida, restringiendo su permanencia en el país y acosándolos por medio de la hostilización burocrática. A ello se suma un nuevo dispositivo legal que exige autorización del gobierno -a través de la Cancilleríapara realizar cualquier reunión internacional 1 9 0 . En este mismo campo causó sorpresa e indignación la desaparición en abril de 1977 del ciudadano argentino Carlos Alberto Maguid , que residía en Lima y hasta la fecha no ha aparecido. Se le supone muerto, secuestrado, posiblemente sacado del país por manos extranjeras. Su esposa denunció por esta acción al grupo ultraderechista argentino denominado

188

Porque se expresan menos en la prensa y también por economía de espacio no sean dado auí mucho ejemplos de la represión en el campo. Esta existe sin duda. La intervención de 12 cooperativas en el Alto Piura (cronología política. Hecho No. 4867) o el enfrentamiento dado en Huamachuco (Cronología Política. Hechos No. 4768) son algunos de los hechos que transcienden. Tampoco se han desarrollado hechos de violencia represiva policial dado particularmente en pueblos jóvenes que lucha por un espacio para vivir en la ciudad o para impedir su reubicación, choque policial en el Pueblo Joven “10 de febrero”, con saldo de muertos, heridos y desaparecidos (ver Informativo Político No, 52 p. 19) o en “Condevilla Señor”, con similar saldo (Informativo Político No, 54 p. 15) ejemplifican esas situaciones. 189

Cronología Política. Hecho No. 4787 p. 2289

190

Cronología Política. Hecho No. 4714 p. 2232

147

“Triple A", aunque también se especuló sobre la acción de órganos más ligados a los aparatos represivos de la dictadura militar argentina 1 9 1 . En medio de obvias dudas -que en este caso no eximen totalmente a las autoridades Peruanas

surgen previsoras las palabras del citado Mensaje de los

Obispos Católicos en octubre do 1976, señalando que “es obligación grave de todos evitar en nuestra patria la posibilidad de un espiral de violencia... ". EI llamado final del mencionando documento es indesligable de todo el texto

y de aquella parte

anterior del mismo en la que al referirse los salarios de hambre afirma ". . . esto es ciertamente soportar uno violencia, contra la cual reclama la justicia". La violencia del sistema económico que explota a las mayorías, a la que se agrega la violencia represiva para impedir que estas luchen -gremial y políticamente- por cambiar esta situación injusta, es una situación que engendra violencia. La espiral desatada en América Latina no es casual ni se debe a "mentes enfermas" que se vuelven subversivas. En este período, muchos Peruanos van adquiriendo en carne propia, vivencias reales y dolorosas de la violencia del orden establecido. El régimen no ataca sus causes... sólo detecta sus efectos y dentro de estos su ideología convierte en causa lo que es epidérmico o aquello que expresa el clamor de las mayorías.

DOS

POLITICAS DE CONTRARREFORMA

Hasta julio de 1976 el curso de la “Segunda Fase” había significado un viraje gradual con respecto al gobierno anterior. Sin embargo, hasta entonces se mantiene en el régimen el mínimo de forcejeo, a la defensiva, que suponía la presencia de militares progresistas en la cúpula. A partir de la caída del Premier Fernández Maldonado los hechos indicadores del viraje se sucederán uno a otro, complementando el endurecimiento de la política económica con medidas que eran especialmente reclamadas por las revistas de derecha. Estas, aunque clausuradas durante un semestre, podrán ver cómo el gobierno va concretando uno a uno sus reclamos: caen los ministros que más atacaron y cuestionaron – incluyendo el propio Premier-; renuncian o se alejan los funcionarios más ligados a la “Primera Fase”, siguiendo el camino de los directores de diarios en marzo; se impone disciplina laboral con la política represiva que se encumbre con el “Estado de Emergencia”; ello mismo sirve para combatir todo lo que estos reaccionarios ven “rojo” y para suspender – en sus efectos prácticos- la Ley de Estabilidad Laboral. El tercermundismo de la política exterior es reemplazado por un acercamiento a las dictaduras latinoamericanas y por una política en la que participan más los comando militares – en visita a sus colegas- que Torre Tagle. La sumisión a Washington vuelve a presidir el comportamiento de la política exterior, cada vez más 191

Informativo Político. No. 55 p. 19

148

necesitada de su indulgente apoyo a la gestión incesante de nuevos créditos. Los “Hombres privados”192.aumentan su presencia y peso en las decisiones del gobierno, sin asumir por supuesto responsabilidad en éste. En efecto, en pocos meses se concretan éstas y otras demandas de la burguesía nativa. La desestatización de la pesca de anchoveta es una de las primeras. El gobierno se saca de encima a más de 5,000 trabajadores y pone a la venta las bolicheras, ofreciendo a estos últimos la “oportunidad” de adquirirlas con sus indemnizaciones de retiro y con préstamos adicionales. En medio de un panorama de crisis en el que el propio gobierno sostenía que sobraba la mitad de hombres y lanchas, se pretende que el riesgo económico sea asumido por los trabajadores a costa de lo único que acumulan para la vejez y se los fuerza a competir con empresas privadas, que rápidamente podrán desplazarlos. Las voces de protesta de los pescadores – acalladas con dura represión – y la crítica de la Sociedad Nacional de Pesquería – que pone énfasis en la gravedad de quebrar la unidad fábrica-flota – no merecieron del gobierno ninguna atención. La medida se impone sin el menor “dialogo” que permita el mínimo debate político. Aprovechando la situación de emergencia se aplica toda la dureza represiva a los trabajadores de la pesca, que luchaban por mantener su puesto de trabajo.193 También en materia petrolera variarán las restricciones para entregar nuevas áreas de explotación en contrato con compañías extranjeras. Formalmente se siguen las pautas del llamado “modelo peruano” – que hace tiempo ha sido superado en el Ecuador – y las nuevas aperturas se dan en un cuadro que disminuye la capacidad de negociación del gobierno, que adjudica áreas reservadas para el largo plazo. Más adelante se firmarán contratos aún más favorables para la Occidental Petroleum.194. En la cancillería se sentirán también los cambios.

El énfasis que ahora se pone en diálogos, visitas y entrevistas con los países del Cono Sur – que comienza con la entrevista sostenida con el dictador Brasileño-, tiene su correlato en el menor peso de las relaciones con los países del Tercer Mundo. Obviamente el viraje en estos casos es más “diplomático”, pero se expresa en posiciones más conciliadoras con los interéses de las grandes potencias; por ejemplo absteniéndose de votar en las resoluciones sobre Angola y Puerto Rico, en 192

Frase introducida por el Presidente Morales Bermúdez para referirse al empresario privado. Suponemos que ha querido hacer un contraste con hombre público, pues está muy lejos de querer atacarlos o “satanizarlos” 193

Sobre este tema Carlos Malpica escribe el trabajo titulado La desnacionalización de la flota de Pesca Perú: una medida anti-histórica. Ed. Labor. Diciembre 1976. Allí se analizan el Paro y la medida del gobierno. En este documento se reproduce la crítica de la Sociedad de Pesquería. 194

Cronología Política. Hecho Nº 4493 pp. 2076-77

149

la cita de países No Alineados realizada en Colombo

195

. En cuanto al Pacto Andino, en agosto de

1976 el Perú cambiará su posición sobre el tratamiento del capital extranjero (Decisión 24) planteando la necesidad de elevar el porcentaje máximo de remisión de utilidades y modificando “los aspectos que no son claros o que por el momento actual del mundo no son realistas” 196. Llego la hora de “flexibilizar” la antes firme posición peruana. El cambio de rumbo en el proyecto de propiedad social se sentirá netamente en las primeras declaraciones del nuevo Jefe de CONAPS, quien califica de “enemigos de la revolución” quienes”….consciente o inconscientemente han propiciado un enfrentamiento entre el sector privado reformado y el de Propiedad Social, como si fueran antagónicos

197

. Respondiendo a las

demandas de la empresa privada, se plantea arrinconar en las zonas deprimidas al sector de empresas de propiedad social, impartiendo la directiva principal de no competir con la empresa privada, es decir no ubicarse en los núcleos vitales del proceso de acumulación. De esta forma se puede mantener el sistema actual y la hegemonía del capital privado198, dejando que las empresas de propiedad social tengan el mismo o similar rol que las empresas cooperativas dentro del capitalismo. Más adelante se criticará también los mecanismos que orientan la acumulación hacia el sector en vez de centrarlos en cada Empresa de Propiedad Social y, con el argumento de dar el poder real a cada empresa, se preparará el terreno para limitar aún más su impacto en el conjunto.

En torno a este tema cabe recordar que la propiedad social fue presentada por el gobierno como la alternativa a la propiedad privada y que a través de estímulos estatales debía convertirse en el sector preponderante de la economía. Aún en sus contradictorias referencias al pluralismo económico, el gobierno sostenía que a largo plazo la hegemonía corresponde al sector de propiedad social. Sin embargo ningún elemento de su política podía garantizarlo, menos aún la ley 195

Cronología Política. Hecho Nº 4675p. 2206

196

Cronología Política. Hechos Nos. 4483p. 2072 y 4589p. 2141.

197

Cronología Política. Hecho Nº 4524p. 2097.

198

Otra vez en este caso – como ocurrió en la Comunidad Laboral- el gobierno parece desconocer la lógica del sistema económico en el que opera. Es para éste la voluntad de los actores- que calificará rápidamente de “infiltrados”, sobre todo siendo civiles- y no lo que la ley significa en el contexto en que se da. Esta – y toda la ideología del gobierno, ahora reformulada – planteaba la necesidad de construir un sector de empresas “plenamente competitivo” con los demás y con el apoyo del Estado, que lo definía como “sector prioritario” de la economía. Y tal era la prioridad otorgada que básicamente en ella se basaba el carácter “esencialmente distinto”, no capitalista para Velasco y socialista para Morales Bermúdez, de la nueva sociedad propuesta por el régimen. Al margen de la utopía o validez de esta propuesta, la competencia está planteada desde la partida y el antagonismo es sentido por el empresario que ve en este proyecto un peligro para su empresa (que en adelante tendrá que competir con otras apoyadas por el Estado) y para el sistema que él defiende: la hegemonía de la propiedad privada. Los infiltrados son así, primero el mismo Velasco y luego Morales Bermúdez, aunque pueda especularse sobre la sinceridad con que antes la apoyaba este último. Cronología Política. Hecho Nº 4496 pp. 207778.

150

de empresas de propiedad social dada en 1974. los empresarios reaccionaron ante esta lógica con un rechazo decidido a toda promoción de estas empresas, calificándolas de competencia desleal, por gozar de incentivos particulares que el propio gobierno no aplicaba. La burguesía no puede aceptar que se le cuestione el futuro; su vocación de poder exige ser hegemónica hoy y mañana. Lo que se reclamaba del viraje era así una definición frente a un planteamiento que no podían aceptar. Pero la realidad de entonces ofrecía una situación aún más precaria, presente ya en 1975, en la dificultad de obtener los recursos de capital para crear empresas de Propiedad Social. La situación económica general condiciona su crecimiento, en tanto que el Estado no dispone de fondos – presupuestales o crediticios – para generar estas empresas. Si estas deficiencias ya eran visibles anteriormente y cuestionaban la preponderancia real del sector de Propiedad Social, en la situación posterior lo convertirán en algo insignificante. Por lo mismo, lo que se concreta en este período no es el desmontaje de un proyecto existe, sino la variación de un objetivo declarado, antes de haber sido aplicado en términos significativos. Es el fácil viraje ante la presión de los empresarios, en nombre del realismo y de sus intereses predominantes.

La acogida del gobierno a las demandas de los empresarios se da también en lo relativo a la Ley de Estabilidad Laboral, aunque la norma legal siga en pie todavía. Durante mucho tiempo, la derogatoria de esa ley fue el reclamo central de la burguesía porque limitaba – aún con claros escapes – la capacidad de cada empresas de deshacerse de todo trabajador que molestara. Obviamente, la argumentación se ha de centrar en aspectos disciplinarios y laborales de rutina. Se dirá que la empresa pierde capacidad de eliminar el ocioso y al inepto. Se presentará muchos ejemplos de ello, a pesar de que la norma prevé el procedimiento para estos aspectos. Aún admitiendo posibles abusos, es obvio que el problema no es el de los casos “justos” o extremos de “criolla” inconsecuencia. Lo que el empresario ha estado acostumbrado a tener es el arma de chantaje para que el obrero sea obediente y sumiso, incapaz de reclamar ni discutir; para que incluso ante los abusos que lo afectan, prefiera callar para no quedarse en la calle. Esto es real y vital en la experiencia de los trabajadores. Pero tiene además connotación política, pues se aplica prioritariamente a los dirigentes sindicales que – salvo en contactos sindicatos, muy fuertes – no han tenido en el pasado margen de protección para cumplir su función sin resultar, a corto o mediano plazo, despedidos.

Indudablemente en la polémica está presente otra limitación: la capacidad de despedir masivamente ante situaciones de crisis o cuando se pretexta esta necesidad, pero lo que en definitiva se busca es deshacerse de trabajadores caros y antiguos para contratar otros a menor costo. Este reclamo de los empresarios asume tal tono que pareciera que, al amparo de esta Ley, la mayor parte de los trabajadores fueran ociosos e indisciplinarías. Se ha de anunciar varias veces

151

la modificación de la Ley 199 y entre los términos del nuevo ante-proyecto se especuló incluso con la posibilidad de aquel empresario tuviera “derecho” a eliminar a un pequeño número por año, sin dar cuenta de ello a nadie. El hecho es que la nueva ley no se concreta en este período sino en el siguiente, pero la situación política cambia de tal manera que la estabilidad laboral casi no existe ya como tal. Porque la autoridad de trabajo, cumpliendo obviamente directivas políticas y sin descartar la “gestión” de los empresarios, dictamina sucesivamente facilitando el despido y la reducción de personal. Porque la Legislación de Emergencia – primero restringida a Pescadores, Mineros y Periodista, pero luego generalizada a todos – permite el despido a voluntad cada vez que se genera un conflicto y se plantea la posibilidad de huelga. Difícil será estimar el número de despedidos desde entonces – incluso antes del D. S. 010-, pero es un hecho que se ha logrado amedrentar a los trabajadores y que la presión de las empresas sobre el gobierno para cambiar esta Ley ha decrecido momentáneamente. Asi lo admite – implícitamente – el Ministro del Interior cuando para fundamentar la necesidad de modificar la Ley de Estabilidad Laboral sostiene que antes del Estado de Emergencia – es decir, no durante éste – muchos dirigentes han estado realizando actividad netamente política en los centros de trabajo, aprovechándose de la estabilidad laboral200.

Esta Ley – a pesar de sus grandes límites – es una de las conquistas más sentidas por los trabajadores en una sociedad acostumbrada a lograr eficiencia sólo a través de la explotación y el abuso. En el sector estatal, sin embargo, el verticalismo y la conducción prepotente no tiene nada que envidiar a la empresa privada tradicional y esto ha sido agudizado con la presencia de directivos acostumbrados a la disciplina castrense. Para un régimen que se proclama humanista, este es el campo en que muestra sus mayores contradicciones, por más que recurra a estigmatizar como “Política” o “subversiva” la reacción de los trabajadores. Y el entrampamiento proviene de los valores y de las estructuras propias del sistema que contribuye a reproducir. No sólo de las personas.

La inestabilidad laboral impuesta por la política del gobierno será uno de los hechos de mayor impacto en la población urbana. El otro es la reducción de salarios reales, como producto de la política económica seguida. El trabajador rural será afectado también por esta política, que se 199

Había mucho de utopía en la formulación inicial del proyecto de Propiedad Social, a pesar de que entonces pudiera pensarse que al aprobarse la Ley lo importante era la voluntad política que hubiera detrás. Superar el capitalismo supone alterar la lógica de funcionamiento del sistema, sus reglas de funcionamiento basadas en el lucro. La existencia de empresas estatales y de empresas de propiedad social en números significativo no altera esa lógica. Depende también de la orientación de esas empresas, de su ubicación en los sectores de punta y del reordenamiento total de la estructura productiva en función de las necesidades sociales y no del lucro, que es motor de la acumulación privada. Nada de eso quedaba garantizado en la Ley. 200

Cronología Política. Hechos Nos. 4530 y 4596 pp. 2100 y 2194.

152

superpone a los graves efectos que desde antes la política económica causa en el agro. En cuanto al proceso de reforma agraria, si bien no se devuelve masivamente tierras a sus antiguos propietarios, habrá sin embargo, algunas devoluciones dispuestas por el Tribunal Agrario 201. A la par, se pauperiza la mayor parte de empresas campesinas por efecto de la situación económica y el control ejercido por el Estado sobre ellas se torna cada vez más opresivo para los trabajadores – socios. Un indicador de esto y del ajuste que a todos los trabajadores se impone, será la creación de una Dirección para la regulación de salarios en las Empresas Campesinas, invalidándose cualquier aumento salarial que no cuente con la aprobación de la respectiva Zona Agraria.202

La modificación de la Comunidad Industrial, respondiendo a las demandas de los empresarios, se concreta en Febrero de 1977 en una Ley que desnaturaliza el modelo original y reduce sustentantivamente la participación de los trabajadores en la propiedad y en la gestión de la empresa203. Como siempre, el gobierno proclamará que estas modificaciones son hechas en beneficio de los trabajadores y criticará la Ley anterior, diciendo que “…ha perjudicado al final a los que pretenden favorecer”204. Los trabajadores no los sentirán así y más bien harán constar durante la elaboración de esta nueva ley, “su preocupación” porque ésta se elabora sin escucharlos 205. CONACI, a nombre de los Comuneros Industriales, rechazó la nueva Ley y señaló que a pesar de lo ofrecido no se le hizo conocer el anteproyecto206. Este trato desigual, en un terreno en el cual ya ni siquiera se intenta conciliar, es bien representativo del curso del régimen y de su opción. Con 201

“Yo soy muy respetuoso de los Sectores y en realidad ésta es una pregunta que debe ser formulada al Ministro de Trabajo. Está todavía a nivel de funcionarios de Trabajo, el estudio de esta modificación. Lo único que puedo decirles, en términos generales, es que si es necesario modificar la Ley de Estabilidad Laboral para lograr una mayor productividad en el país y para mejorar las relaciones laborales entre empresarios y trabajadores, habrá que modificarla. Lamentablemente hay muchos dirigentes sindicales que aprovechándose de esta estabilidad laboral, en épocas anteriores al estado de emergencia, han estado realizando una actividad netamente política en un buen número de centros de trabajo”. Cronología Política. Hecho Nº 4596 p. 2194 202

Cronología Política. Hecho Nº 4621p. 2167

203

Cronología Política. Hecho Nº 4645 p. 2180

204

La diferencia fundamental de la nueva Ley con la anterior es que antes la comunidad laboral, como institución, obtenía un bloque de acciones que le daban derecho a voto en la asamblea de accionistas, que podía llegar hasta el 50% del capital. En la nueva Ley los trabajadores recibirán acciones individuales preferenciales, que no le darán derecho a voto. Estas acciones no formarán parte del capital social de la empresa, sino de un nuevo rubro llamado “participación Patrimonial del Trabajo”. Este no podrá exceder del tercio del patrimonio total de la empresa. El Fondo de la Participación Patrimonial del Trabajo forma parte del patrimonio de la empresa, pero no del capital social. Este fondo de los trabajadores puede llegar como máximo a una cantidad igual al 50% del capital social. Es decir que el patrimonio de la empresa será de una vez y media el capital social, y el fondo de los trabajadores no podrá superar el tercio del patrimonio. Las deducciones que haga la empresa a favor de la Comunidad continuarán siendo el 25% de las utilidades, libres de impuestos y serán repartidad entre todos los trabajadores de la empresa, sean o no miembros de la Comunidad Industrial. 205

Véase, por ejemplo, las afirmaciones del Presidente Morales Bermúdez en Cronología Política Hecho Nº 4778pp 2277-

80 206

Cronología Política. Hecho Nº 4800p 2298.

153

palabras que aparentan armonía, el gobierno no sólo encubre la desigualdad estructural que caracteriza al sistema capitalista, sino soslaya su negativa a intentar propiciar conciliaciones e incluso a tener presentes y escuchar las demandas de los trabajadores. Se le impone aquí una Ley que recorta sus derechos, de la misma forma en que se le impone la disminución de su ingreso real. La experiencia de los trabajadores en este período es así una sucesión de golpes, tanto a su situación real como a las expectativas generadas por la “Primera Fase” de este régimen. En un proceso gradual, los trabajadores verán que en todos los frentes el gobierno gira en su contra para responder a las demandas de

los empresarios, abandonando sus banderas de reforma o

reduciéndolas a su misma expresión. Los empresarios y sus voceros políticos podrán palpar más y más muestras del “dialogo eficiente”, que sí existe para ellos. Sus representantes tendrán acceso incluso a la evaluación y formulación de normas para la actividad empresarial del Estado.207

La aparición del Plan Tupac Amaru será ocasión para que el propio gobierno explicite su crítica a los objetivos expresados en el Plan Inca, obviamente centrados en su aplicación y en sus “desviaciones”. La fórmula genérica que adoptan los objetivos de este Plan deja amplio campo para la reformulación de las reformas, según el curso político. La ausencia de debate, si bien está influída por la total desconfianza que el gobierno genera tanto en la izquierda como en la derecha, se debe también a la imprecisión y generalidad de las formulaciones que evaden lo que es central en todo proyecto político, más aún en una coyuntura. En este campo, complejos y en apariencia detallados documentos – como el Plan Tupac Amaru – evaden lo central, aquello que definirá el curso de las políticas sectoriales: el plan económico, eje de una estrategia de desarrollo, que aquí se sustituye por “paquetes” coyunturales sucesivos, básicamente centrados en aliviar la angustia financiera.

En las formulaciones discursivas del gobierno y de su prensa se apreciará también la concreción del viraje político. El término “socialismo peruano” que el mismo Presidente Morales Buermúdez introduce en el lenguaje oficial a principios de su gobierno, y al que recurre hasta meses antes, deja de gustarle en el mes de agosto.

“No me gusta el término libertario, ni me gusta el término socialista. Porque, en nuestra responsabilidad política son términos que el mundo, no nosotros, los tiene confundidos, son términos que nos sindican en el mundo en este momento, y, nosotros, lo que queremos realmente es la grandeza de nuestra Patria, trabajar 207

154

unidos nosotros los peruanos. Aquí en el Perú ya no hay oligarquías. Eso ya se acabo. Pero no podemos engrandecer el Perú, seguir adelante si no aceptamos la iniciativa de los hombres peruanos. ¿Es un pecado aceptar la iniciativa de los hombres privados del Perú? No Señores.208

Es interesante observar cómo la primera formulación que hace al respecto, desemboca en una defensa de la iniciativa de los “hombres privados”(sic). Hay confusión, pero no sólo en el mundo sino en las palabras del Presidente. Entender su confusión, en todo caso, es un juicio menos severo que hablar de utilización oportunista de un concepto que tiene un valor simbólico en la política nacional desde hace mucho tiempo. El propio gobernante reconoce ese valor simbólico, refiriéndose a la incomprensión de la derecha, sector que evidentemente le preocupa y que quiere atraer e incentivar. Mas adelante, el Presidente declara en una entrevista:

“Pensamos que el término Socialismo, a pesar de haberlo empleado en muchos discursos el que habla, me he dado cuenta que no es bien interpretado en el Perú…Me he dado cuenta por ciertas reacciones y ciertos análisis internos aquí, dentro del Perú, en diferente estamentos sociales, que no es una palabra bien interpretada. Y muy simplemente le voy a decir: los grupos de derecha, no hablo de ultraderecha, porque con la ultraizquierda, los grupos de derecha donde hay buenos peruanos, que, claro, tienen su pensamiento de derecha, pero es gente muy positiva en la vida del país y que entienden muchos de los problemas aunque no estén muy de acuerdo con todo el proceso revolucionario, ellos pueden estar de acuerdo con determinados aspectos y en eso apoyan; pero la mayor parte de la gente de los grupos de derecha, confunden la palabra Socialismo con Comunismo. Eso yyo he podido detectarlo en conversaciones, en análisis de informaciones, etc. Y los grupos del otro lado le dan diferentes interpretaciones que no coinciden con los postulados de las Bases Ideológicas..”209

Lo que la derecha, ninguna derecha, aceptará jamás es que se cuestione la propiedad privada y el sistema en el cual es hegemónica: el capitalismo. En tanto que el socialismo – en cualquiera de sus versiones – cuestiona el sistema capitalista y pretende reemplazarlo, no hay acuerdo posible. En ese punto la conciliación no cabe y el cambio de palabras refleja una opción. La situación concreta en que estas afirmaciones se dan es sin embargo distinta. Una alternativa socialista no es sólo cuestión de palabras y la política del régimen no es ni socialista, ni alternativas al capitalismo. Es una política capitalista que se mide en sus acciones, en su conducción económica, en sus 208

Cronología Política. Hecho Nº 4790p. 2290

209

Cronología Política. Hecho Nº 4587p. 2139

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reformas y en algo esencial: la marginación del pueblo respecto del poder. Que la palabra socialismo es hoy insuficiente como definición, nadie lo duda. Pero lo que define en la partida es un mínimo: no hay socialismo capitalista ni capitalismo socialista. En la “Primera Fase”, el General Velasco no pretendió calificar de socialista el proyecto que encabezaba, aún cuando explicitaba la recusación del capitalismo en el discurso político. Las reformas emprendidas no cancelan el carácter capitalista de la sociedad peruana ni lo pretendían, salvo en el caso del proyecto de propiedad social, que lo enuncia en la ideología aunque no lo materializa. La ideología formulada por ese gobierno corresponde gruesamente con sus realizaciones; tiene grandes vacíos y aspectos indefinidos, y las bases ideológicas así lo expresan. Hubo cuidado en no calificar de socialista al modelo del régimen y en llamar bases – es decir no formulación definitiva – a ese documento. Ningún analista serio podrá encontrar en las realizaciones y en las formulación ideológica de entonces, una alternativa socialista concreta; sin negar por ello en absoluto los valores de esas reformas, su carácter antioligárquico y nacionalista, así como el valor de las posiciones surgidas a partir de su praxis, que llevaron a muchos actores a entender que la ruptura del sistema capitalista era necesaria, aún cuando no llegaran a concretarla en un proyecto político alternativo y viable. Pero el problema de fondo no es de personas ni de valores o buenas intenciones. En la base está la capacidad de analizar con criterios científicos la realidad, de vincularse con las fuerzas sociales capaces de cambiarla y de lograr convertir en un proyecto social válido y propio para esta realidad, un modelo socialista alternativo. Eso no es cuestión de discursos y el gobierno, en particular, abusa del discurso y se enreda en su propio confusionismo, porque no sólo fue incapaz de resolver las contradicciones existentes en el gobierno anterior, sino que al afrontar la crisis económica – que hace planas y dramáticamente visibles las opciones, dificultando la conciliación – opta por abandonar las reformas y el nacionalismo, y además requiere justificarlo en palabras.

Más allá del confusionismo de las palabras, lo que expresa el Presidente es el nuevo curso político y la búsqueda del consenso de la derecha moderna. Estos “ buenos peruanos”210 no se enfrentan a un régimen socialista pidiéndole conciliación. Lo que hacen es pedir coherencia ideológica a un régimen capitalista que concilia con ellos en lo fundamental y que en el viraje de las reformas, así como en las medidas anticrisis, está eliminando los obstáculos para la compresión política plena con esa derecha. En la realidad actual del continente, la burguesía no tolera recetas heterodoxas. Las condiciones del capitalismo monopólicos, de las transnacionales y de la crisis económica, no dejan amplios márgenes a las burguesías criollas para ser concesivas con el pueblo y el proceso político de los últimos años, al avanzar las reformas, han tornado aún más rígidos ideológica y políticamente a los empresarios. Cuando “confunden” socialismo y comunismo con todo cambio – cuando en todo planteamiento 210

Cronología Política. Hecho Nº 4620p.2161

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socialista sólo ven totalitarismo, que no ven en el capitalismo de hoy-, hay que recordar que en este sistema esto no es casual ni accesorio. El eje ideológico es: toda alternativa al capitalismo es la destrucción. Socialismo – comunismo-violencia-terror rojo – subversión, etc., son parte de una misma secuencia lógica.

La concreción del viraje toca también a la posición nacionalista del régimen. No es casual pues el enlace estructural; es propio del sistema. La negociación sobre el pago por la expropiación del Marcota concluye en condiciones bastante onerosas, que dan cuenta del escaso margen de juego del gobierno

211

. El curso de la política anticrisis y su recurrencia al crédito internacional y al apoyo

de los Estados Unidos para obtenerlo, serán ahora el centro de las preocupaciones del gobierno. En este campo es difícil conocer la dimensión y oportunidad de la presión imperialista, y las concesiones hechas a puerta cerrada. Ello pertenece al campo de la práctica política que el régimen maneja en exclusividad, en un país desinformado políticamente. Nadie puede negar, sin embargo, dos constataciones que no aparecen en forma gratuita: la primera es que las relaciones con los Estados Unidos son óptimas, sin roce importante, cosa que no ocurrió en la “Primera Fase”. La segunda es expresada por el Secretario de Estado Norteamericano, Henry Kissinger, en octubre de 1976; ejemplificando los progresos en las relaciones entre su país y Latinoamérica, expresó que se habían logrado “negociaciones sin precedentes con los gobiernos de Panamá y Perú”212. TRES BUSCANDO UNA SALIDA POLÍTICA

En la concreción del viraje el gobierno tenía la implícita necesidad de concretar con la burguesía nativa términos de acuerdo mis estables. Esto era aún más necesario si el rechazo popular lo había obligado a cerrar drásticamente el espacio político, con la legislación de emergencia. El gobierno emprende el diálogo con los empresarios y con 211

La bondad y el patriotismo no se miden tan simplemente. Pueden teóricamente ser personas muy buenas, amorosas y patriotas los “hombres privados” de las derecha. O También los de la izquierda, que no sabemos si serán para el Presidente hombres privados o sub-hombres, pues hombres públicos no son. Sin embargo, el amor a la patria es indesligable de la solidaridad con los hombres que mayoritariamente constituyen esta Patria y el sistema capitalista defendido por la derecha los oprime y explota en cualquiera de sus versiones lo reconoce el propio Presidente cuando dice el 31 de marzo, refiriéndose a la sociedad capitalista: “….por más concesiones que haga no puede eliminar nunca por completo la explotación que la ideología encubre. En el fondo es la opción por los propios intereses o por los ajenos, por el bienestar de las mayorías, recubierta con los mitos, los enemigos míticos, los tecnicismos y los valores de la ideología dominante” 212

Esta Expropiación merece ser estudiada por mostrar los estrechos límites de maniobra que quedaban al Estado peruano en esta negociación, por la imposibilidad de vender hierro fuera de los condicionamientos de Japón y Estado Unidos. Pero la simple lectura de las cifras indica un caso tal de fraude en la empresa norteamericana, que justificaba el no pago por las instalaciones expropiadas, cosa que por los rasgos dependientes de esta economía – en una coyuntura muy distinta al 68 no se hizo. En 1974 Marcona declaraba exportar aproximadamente 9 millones de toneladas largas a un precio FOB de 8 dólares/tonelada. Este precio sin embargo, en 1977, que fue el más bajo alcanzado por este mineral, - por la crisis del mercado – era de 15 dólares/toneladas, cosa que permite ahora a Hierro Perú mostrar gran rentabilidad exportando sólo 4´200,000 toneladas largas ese año.

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los partidos del campo burgués. Incluye en esta línea algunas fuerzas del campo popular pero claramente en condiciones marginales pues el diálogo obedece entonces al rumbo del proceso político. Los hechos que se señalan al respecto, pueden expresar los elementos que se traslucían al público.

I.

CON LOS EMPRESARIOS

En busca del consenso y respaldo expreso de la burguesía, el gobierno ha hablado y actuado gradualmente desde el período anterior. En cada mensaje se destaca ahora el rol de la empresa privada y de la inversión extranjero no sólo para resolver la crisis sino para generar empleo. Los empresarios son parcos en la respuesta y sus demandas muestran la heterogeneidad de intereses de la burguesía nativa, a la vez que indican su derrotero común respecto a lo fundamental. El mensaje presidencial del 28 de julio, al anunciar la modificación de la Ley de Comunidad Laboral -cuya "esencia" no ha sido comprendida, según el Presidente 213 pone énfasis en una verdadera priorización de los intereses "privados" de la burguesía y obtiene el pronto apoyo de la CONACO, cuyo Presidente declara estar "impresionado" por "la franqueza de sus planteamientos, con aspectos positivos y reflexiones muy importantes. Obviamente, lo que "le impresiona" positivamente es que Morales Bermúdez resalta la importancia de la empresa privada y la decisión de "reajustar" la Comunidad Laboral 214 .

Para el Presidente la importancia de la inversión privada se justifica ahora por la necesidad de aumentar las fuentes de empleo. Así lo afirma en Iquitos, a la vez que ataca a los "grupos sectarios" que, "abusando de la falta preparación política y de cultura de nuestro pueblos - ", introducen en "las gentes idea extrañas a la realidad nacional" 215 . Comprendiendo bien el sentido de estas declaraciones presidenciales, la 213

Este mensaje debió titularse “El gobierno incomprendido”. Para el Presidente no sólo no fue comprendida la esencia de la Comunidad Laboral tampoco fueron comprendidas las medidas de “la Segunda Fase”, ni sus llamados “fraternos”, combinados con una represión poco fraterna y una política económica menos fraterna aún. Tampoco son comprendidos los cambios militares hasta se insinúa la intromisión civil en ese campo reservado, reiterando la nunca probada pretensión de “…tergiversar el sentido de las situaciones y aprovecharlas políticamente”, ¿Somos tan idiotas los peruanos? ¿Tan incapaces de comprender? Este discurso pronunciado cuando el gobierno reprime toda expresión en su contra e impone al país el Estado de Emergencia, demuestra hasta qué punto este gobierno distorsiona la realidad para cubrir su propia reiterada. 214

Cronología Política. Hecho No. 4534 p. 2103

215

En estos casos el Presidente desconoce que no sólo en el Perú sino en toda América Latina están ampliamente demostrado, con cifras y cuidadosas investigaciones que en esta época de transnacionales la empresa privada moderna se muestra incapaz de generar no sólo el empleo que esta población requiere sino incluso el empleo industrial que generó en

158

Sociedad de Industrias las aplaudirá expresando a través de su Presidente Interino que el anuncio "… es reconfortante, porque señala y reconoce el único camino que debe seguir el país para salir de la crisis económica, apoyar la inversión privada, apoyar a la empresa privada". A la vez recordarán los empresarios que han hecho "planteamientos concretos que aún no han sido, debidamente recogidos" y que esperan” ...que antes de fin de año este anuncio se haga realidad…" 216 . Los trabajadores, especialmente los comuneros industriales, han sido pues notificados.

En el mismo sentido se pronunciará el Gerente de la CONACO, quien pone énfasis en la necesidad de inversiones extranjeras y expresan que "hay e reconocer que existe un clima muy propicio para el trabajo del empresario. Se viene alentando la confianza y el respeto que se había perdido en el Perú con relación a la sana empresa privada…". El trabajador conoce ya ese clima impuesto con el Estado de Emergencia y la anulación de toda capacidad gestión sindical. En la misma oportunidad el Vice-Presidente de la Cámara Comercio de Lima considerará muy saludable el enfoque "realista" que se formula, "…dejándose de lado análisis y planteamientos demagógicos, sin lento sustento económico e inspirados en modelos ajenos a nuestras realidades nacionales"; pero a la vez, indicando su oposición ante los "simplificaciones y generalizaciones", señalará: "no puede de ningún modo ignorarse nuestra situación de dependencia del exterior y la profunda crisis que afecta a la economía”.

Es interesante indicador la preocupación que se evidencia en este case, la situación de dependencia, que podría indicar la presencia de empresas nacionales que amplían su marco de compresión de esta realidad cada vez más favorable, en todo el Continente, a las transnacionales. Cabe preguntarse, sin embargo, sobre el carácter estructural de esa dependencia, sobre la habilidad de una ruptura de esa situación mientras predomina la lógica "privada" articulada mayoritariamente al capital transnacional, a su tecnología y lógica de funcionamiento. Y estos no son "esquemas demagógicos" sino resultados de investigaciones científicas, bastante amplías, hechas en América Latina.

los países de desarrollo originario, en la dase competitiva del capitalismo. Parece desconocer que toda la tecnología moderna –sin la cual la empresa privada deja de ser rentable en este sistema- está dirigida a ahorrar mano de obra. Parece olvidar que todo sistema económico tiene su propia coherencia y que en el capitalismo la rentabilidad del capital, y no la necesidad de dar empleo y satisfacer las necesidades sociales, se impone prioritariamente. 216

Cronología Política. Hecho No. 4749 pp. 2260-61

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La reunión de CADE 76 dará lugar a una nueva exposición de los planteamientos del empresariado, que reclama concreciones del gobierno logrando sucesivos avances en el terreno de la articulación de sus intereses. En la inauguración, el Vice-Presidente de la Southern Perú Co. “.....responsabiliza a la política del gobierno de todos los males que aquejan a la economía del país. Llama consecuentemente a reducir la acción pública a ser mínima expresión, en el entendido de que sólo ello, y el despliegue de la iniciativa privada, p e r m i t i r á n superar la crisis e incluso el atraso del país". Como bien anota en La Prensa César Humberto Cabrera, "olvidó decir también que la acción gubernamental que hoy tan acremente crítica tuvo su origen inmediato en el impase económico y político a donde condujeron al país los defensores al país libre iniciativa, y esto, independientemente de las críticas que se puedan hacer a la gestión gubernamental, tal como nosotros mismos lo hemos en oportunidades anteriores" 2 1 7 .

Las criticas y demandas de la burguesía nativa -en el ejemplo bien articuladas con el capital extranjero- encuentran a un gobierno “a la defensiva que progresivamente recorta el alcance de las reformas y políticas iniciadas es la "Primera Fase". En su discurso, el Presidente Morales Bermúdez, sin responder a las críticas, anuncia la modificación de la Comunidad Iaboral para adecuarla a Ios empresarios empresarios e informa también del rumbo el gobierno quiere dar al sector de propiedad social, para que no sea competitivo con el sector propiedad privado. Se le orienta a "dar la preferencia, por no decir exclusividad, a los proyectos que permitan emplear la mayor cantidad de mano de obra". Anuncia a su vez "la individualización orgánica” de las empresas 2 1 8 . ¡Que diferente óptica la de este discurso con la del pronunciado por el mismo Presidente en CADE 75, un año antes! Para el más superficial lector, aparecerá evidente en esos dos documentos el viraje que tanto niega el gobierno entonces. En la óptica de hoy -es la hora del pragmatismo- lo que importa es producir más, sin discernir cualitativamente el q u é , el cómo y el para quién. Esas son decisiones "privadas", a aunque ocasionen crisis en la balanza de pagos por su necesidad de traer más y más insumos y bienes de capital importados, a la vez exportan -legal e ilegalmente- más y más capitales. El imperio de estas decisiones privadas, tomadas en función de las mayores ganancias y no de una racionalidad productiva del conjunto económico social, es lo que reclama el empresariado.

217

Cronología Política. Hecho No. 4775 p. 2276

218

Cronología Política. Hecho No. 4778 pp. 2270-80

160

El gobierno escuche las demandas, no contestadas a las críticas y real sus reformas en aquello que más habían alcanzado por cambiar los empresarios modificar la Comunidad Laboral y asegurar la no competitividad "desleal" de Ia Propiedad Social. La reducción progresiva de controles y la decisión de no planificar realmente la economía, ni siquiera en la crisis 2 1 9 , es la respuesta inicial del gobierno a las demandas de privatización. Luego, en una lógica gradualista, vendrán acogidas más explicitas a las demandas de tos empresarios.

En su acercamiento a Ias industriales, el gobierno concede primero la modificación de la Comunidad Laboral -concretada en Ley el 1° de Febre ro-, aunque es más lento en aceptar la plena liberalización que reclaman del control estatal. La sociedad de industrias reclamará entonces -el mismo día que se aprueba la nueva Ley de Comunidad Laboral una nueva Ley de Industrias. Los industriales piden más, aunque en este campo la Ley vigente y la capacidad de planificación del gobierno les dejan amplio margen de Luego 2 2 0 . Sin embargo, la relación del gobierno con la Sociedad de industrias no tiene fluida en este momento, por su cuestionamiento del poder estatal. En abril, al pronunciarse sobre el Plan Túpac Amaru, sostendrá que este "refleja cambio sustancial de actitud…" pero no recusa la ideología de la "Prime ra Fase" ni cambia el estatismo del gobierno, a pesar de sus "resultados contraproducentes". En 219

Nos referimos principalmente a la negativa a programar importaciones, a planificar una industria diferente, a aceptar las críticas que desde el propio gobierno se le hicieron antes. 220

La Sociedad de Industrias, en su pronunciamiento, pide: 1)

2)

La sustitución del D.L. 18350 (Ley General de Industrias) por otro instrumento legal con las siguientes característica: a)

Que tenga para la industria finalidades promocionales y no meramente punitivas.

b)

Que considere el porcentaje de participación de la Comunidad Laboral en la industria en pie de igualdad con los otros sectores y no constituya, como hoy, una carga discriminatoria.

c)

Que elimine los controles y trabas burocráticas, para el funcionamiento y la creación de empresas.

d)

Que evite la intervención estatizante en sectores que operan con eficiencia productiva.

e)

Que se dirija a una real descentralización

f)

Que proteja al patrimonio industrial contra la devaluación y el obsoletismo.

g)

Que coloque al país en condiciones de igualdad y aptitud para enfrentar el reto del Grupo Andino.

h)

Que favorezca promocionalmente la exportación de productos peruanos.

La participación de la Entidades Representativas de los Sectores Privados en las discusiones de las leyes que les conciernen, como el medio más eficiente de evitar los errores que se han cometido

Informativo político No. 53 Febrero 77 p. 15

161

sus conclusiones propone un conjunto de requisitos PIan, que la identifica plenamente con Ios planteamientos que entonces estaban sosteniendo Ios antiguos partidos políticos 2 2 1 .

El énfasis que pone la Sociedad de Industrias en el calendario político y la Constituyente, no será compartido por todos los empresarios, pero será indicativo entonces del aislamiento en que se encuentra el gobierno a pesar del viraje. A principios de junio un pronunciamiento de una "Confederación de Pequeñas y Medianas Empresas" reclama un "dialogo sobre la situación económica... antes de volcarse exclusivamente en el diálogo político". Expresa la necesidad de destinar medios para aliviar la situación de emergencia a la que los está llevando la crisis económica, especificando la necesidad de mejorar Ia capacidad adquisitiva de los pobladores y la urgencia de generar liquidez 222 . Estos empresarios sienten en carne propia el impacto de la crisis, aunque no parecen visualizar cómo la política económica del gobierno -favoreciendo a las grandes empresas que concentran capital- los está arrinconando aún más. El impacto en la disminución del consumo popular está afectando recesivamente la demanda para estas empresas y generará no solo quiebras si no ventas forzadas a las empresas más grandes, con capacidad concentradora menos dependientes de las fluctuaciones del consumo popular. Son más radicales aún en la posición anti estatista y en el reclamo de la "inviolabilidad de la propiedad privada", sin medir su escaso margen de juego en una economía que favorece los grandes monopolios transnacionales.

2.

CON LOS PARTIDOS DE LA BURGUESÍA

221

Finalmente, la Sociedad de Industrias señala en sus conclusiones que en un Plan de Gobierno que “sea realmente instrumento funcional y eficiente de desarrollo para el Perú y que rectifique los errores del pasado. “ debería a) ser producto de la ciudadanía; b) considera la necesidad de provocar al poder constituyente para que elabore, sin agenda previa, la Constitución que el Perú reclama; c) recurrir al único mecanismo de consulta al pueblo que es digno de Fé, el voto secreto y universal d) garantizar en forma absoluta e irrestricta la libertad del poblador peruano es todos los campos de su actividad y de modo especial la libertad de prensa; e) hacer de conocimiento público la verdadera y exacta posición económica por la que atraviesa el país; el ocultamiento de los datos aparte de ilícito y discriminatorio genera desconfianza y temor con graves efectos incluso para la promoción económica; f) fijar un calendario a término fijo y breve para la permanencia de las Fuerzas Armadas en el Gobierno, por la responsabilidad exclusiva que les compete en el reencuentro de la estabilidad económica nacional; g) derogar la ley de industrias y sustituirla por una legislación industrial que sea promocional para la industria privada. Todo ello es necesario para convertir la empresa industrial en la base del desarrollo económico autosostenido e impedir así aquellas etapas de nuestra historia republicana que ofrecieron al país una prosperidad falaz; h) revisar con criterio funcional los resultados de la reforma agraria dando al agro peruano el impulso necesario a través del aumento de los productos del agro y satisfacer de ese modo las necesidades de nuestra población. DESCO, Informativo Político No. 55. Abril 1977. p. 15 222

Informativo, Político No 57. Junio 1977 p. 17

162

El esfuerzo del gobierno por acercarse más a los empresarios es parte de un diálogo más vasto y difícil que lleva a ampliar el espacio de actuación de los partidos políticos del campo burgués. Es que, a estas alturas, no solo los agentes políticos tradicionales reclaman elecciones. También lo hacen los empresarios de la Sociedad de Industrias. Ello es parte de un panorama global en el cual el gobierno, al tratar de reacomodarse para expresar más netamente los intereses de la burguesía, tendrá que conceder no solo reajustes en las reformas sino su propia declaración de finitud, a fin de dar a la burguesía nativa acceso gradual al directo ejercicio del poder político a través de sus agentes civiles. Entre estos Acción Popular, el partido del ex presidente Belaúnde, asumirá desde el primer momento el reclamo más beligerante, Su Secretario General se niega a reconocer apertura alguna, aún en diciembre de 1976 223 pocos días antes de que el Gobierno indultara a los dos ex Ministros de Belaúnde que fueron sentenciados por el escándalo de la “página once” del Acta de Talara.

Así, el gobierno tiene planteado el problema de su próximo término, pero tomará tiempo en afrontarlo. Las primeras declaraciones serán ambiguas y reactivarán el reclamo de elecciones. El Presidente afirmará, al concluir 1976, que la Fuerza Armada "no piensa permanecer eternamente en el poder, pero

tampoco piensa hacer una entrega tan a

corto plazo que podría ser perjudicial para todo el Perú . . . " 224 . Esta afirmación es hecha en diciembre, cuando ya se anuncia la reapertura de las revistas que participan en el "Pacto de Caballeros" ofrecido por el gobierno.

Pero la publicación del proyecto de Plan Túpac Amaru desatará nuevos sucesivos reclamos de una salida política, que se agregan a tos expresados en períodos anteriores. La discusión será centrada por los partidos en el calendario electoral que este Plan no incluye explícitamente. La discusión misma permitirá ir distinguiendo las posiciones de los partidos que intervienen en el debate. Las revistas influirán en este 223

El diálogo fue suprimido en el Perú por la dictadura de Velasco. Este déspota intimidó a la prensa: persiguió a los periodistas insumisos; confisco 'Expreso'; monopolizó la radio y la televisión; parámetro los diarios de circulación nacional; clausuró revistas, deportó políticos. Su sucesor pretendió una rectificación tímida de algunos de tales actos arbitrarios y permitió la aparición de algunas revistas, para luego clausurarlas. No advirtió ninguna modificación sustancial entre una y otra etapa. Dialogar es debatir. Se dialoga en el Parlamento, en la televisión, en la radio, en las revistas y diarios. Todos estos canales de diálogo están erradicados". Cronología Política. Hecho No 4815 pp. 230910.

224

Cronología Política. Hecho No 4868 p. 2340.

163

panorama, poniendo énfasis en la exigencia de elecciones y procurando acortar los plazos previstos 225 .

3. CON LOS PARTIDOS Y ORGANIZACIONES DEL CAMPO POPULAR

Dado que el debate se centra en la salida electoral, los pronunciamientos de las organizaciones gremiales y políticas ligadas a los sectores populares si no se expresan en la escena, pues su atención está puesta en los problemas que entraña para ellos la represión y la cada vez insostenible situación sindical; frente a la verdadera ofensiva desatada por el binomio empresa gobierno tienen además evidente desventaja en la prensa. El Partido Socialista Revolucionario (PSR), un nuevo partido formado durante el Estado de Emergencia, será una de las excepciones al expresar su rechazo global al Plan Túpac Amaru. En su pronunciamiento señala que "… desemboca en una sola dirección: la renegociación de la dependencia y la modernización capitalista a favor de un grupo de empresas monopolísticas y en contra de los trabajadores y las familias". Analizará la crisis económica señalando que se trata de una crisis estructural y no coyuntural, como la define el gobierno. Dedica una parte del documento a denunciar "la liquidación de las reformas", señalando que el modelo lleva a ello. Destaca, a su vez, el acento "antilaboral" presente en el texto del plan, que "acusa sistemáticamente a los trabajadores de ser la causa inicial de los problemas del país" 226 . En este caso, la discusión del Plan ocasión para criticar la política económica y el modelo del régimen. La

comparación

con

otros

países

-en

esta

dramática

competencia

de

tiranías

latinoamericanas que violan los derechos humanos- deja aparentemente bien parado al gobierno peruano, porque la magnitud de las violaciones es menor si el análisis se centra sólo en los casos de muerte y tortura. Hay que recordar, sin embargo, la diferencia en cuanto a las situaciones históricas y magnitud de la oposición organizada. Perú es preciso revisar toda la declaración de derechos del hombre, porque si sólo se habla de muertos y torturados se estará tocando sólo lo que aparece más extremo. Todo lo demás en el ha sido masivamente violado: libertades y necesidades materiales, garantías de organización gremial y política; domicilio y familiares. Se ha impuesto el orden en el que la única actitud tolerada al pueblo es el silencio y el trabajo, cuando hay trabajo. Y la aplicación de esta política represiva, violatoria de derechos humanos, tiene una dirección clara: es el pueblo,

225

Informativo Político No 53. Febrero 77 pp. 12-13.

226

Informativo PolíticoNo. 56 Mayo 77. Pp 10-11

164

los trabajadores, campesinos 227 , Ios dirigentes sindicales y sus asesores; los dirigentes políticos que se identifican con sus interés y por ello son la izquierda opositora al régimen. No es igual la situación de las minorías. Ni cargan con la crisis en proporción a sus posibilidades –más aún cuando los núcleos más poderosos ganan más, protegidos por el Estado-, ni la represión se dirige a ellos. Pronto vuelven sus deportados, incluso los que tiene sentencia judicial son indultados, y reaparecen sus revistas.

El gobierno comienza a ser denunciado en el exterior por violar los derechos humanos, en un contexto en el que esta situación se focaliza en las dictaduras del Cono Sur. Estas denuncias se son justamente en un período en que la Cancillería prioriza las relaciones con los países del continente, la mayor parte gobernados por tiranos que tienen las manos manchadas de sangre. Preocupara en este campo la hostilización de extranjeros acogidos en este país forzados migrantes de este continente en manos dictatoriales. El traslado la Dirección de Migraciones al Ministerio del Interior 2 2 8 - a integrarse más con los organismos policiales- es sólo un indicador de la política seguida, restringiendo su permanencia en el país y acosándolos por medio de la hostilización burocrática. A ello se suma un nuevo dispositivo legal que exige autorización del gobierno -a través de la Cancilleríapara realizar cualquier reunión internacional 2 2 9 . En este mismo campo causó sorpresa e indignación la desaparición en abril de 1977 del ciudadano argentino Carlos Alberto Maguid , que residía en Lima y hasta la fecha no ha aparecido. Se le supone muerto, secuestrado, posiblemente sacado del país por manos extranjeras. Su esposa denunció por esta acción al grupo ultraderechista argentino denominado “Triple A", aunque también se especuló sobre la acción de órganos más ligados a los aparatos represivos de la dictadura militar argentina 2 3 0 .

227

Porque se expresan menos en la prensa y también por economía de espacio no sean dado auí mucho ejemplos de la represión en el campo. Esta existe sin duda. La intervención de 12 cooperativas en el Alto Piura (cronología política. Hecho No. 4867) o el enfrentamiento dado en Huamachuco (Cronología Política. Hechos No. 4768) son algunos de los hechos que transcienden. Tampoco se han desarrollado hechos de violencia represiva policial dado particularmente en pueblos jóvenes que lucha por un espacio para vivir en la ciudad o para impedir su reubicación, choque policial en el Pueblo Joven “10 de febrero”, con saldo de muertos, heridos y desaparecidos (ver Informativo Político No, 52 p. 19) o en “Condevilla Señor”, con similar saldo (Informativo Político No, 54 p. 15) ejemplifican esas situaciones. 228

Cronología Política. Hecho No. 4787 p. 2289

229

Cronología Política. Hecho No. 4714 p. 2232

230

Informativo Político. No. 55 p. 19

165

En medio de obvias dudas -que en este caso no eximen totalmente a las autoridades Peruanas surgen previsoras las palabras del citado Mensaje de los Obispos Católicos en octubre do 1976, señalando que “es obligación grave de todos evitar en nuestra patria la posibilidad de un espiral de violencia... ". EI llamado final del mencionando documento es indesligable de todo el texto

y

de aquella parte anterior del mismo en la que al referirse los salarios de hambre afirma ". . . esto es ciertamente soportar uno violencia, contra la cual reclama la justicia". La violencia del sistema económico que explota a las mayorías, a la que se agrega la violencia represiva para impedir que estas luchen -gremial y políticamente- por cambiar esta situación injusta, es una situación que engendra violencia. La espiral desatada en América Latina no es casual ni se debe a "mentes enfermas" que se vuelven subversivas. En este período, muchos Peruanos van adquiriendo en carne propia, vivencias reales y dolorosas de la violencia del orden establecido. El régimen no ataca sus causes... sólo detecta sus efectos y dentro de estos su ideología convierte en causa lo que es epidérmico o aquello que expresa el clamor de las mayorías.

DOS

POLITICAS DE CONTRARREFORMA

Hasta julio de 1976 el curso de la “Segunda Fase” había significado un viraje gradual con respecto al gobierno anterior. Sin embargo, hasta entonces se mantiene en el régimen el mínimo de forcejeo, a la defensiva, que suponía la presencia de militares progresistas en la cúpula. A partir de la caída del Premier Fernández Maldonado los hechos indicadores del viraje se sucederán uno a otro, complementando el endurecimiento de la política económica con medidas que eran especialmente reclamadas por las revistas de derecha. Estas, aunque clausuradas durante un semestre, podrán ver cómo el gobierno va concretando uno a uno sus reclamos: caen los ministros que más atacaron y cuestionaron – incluyendo el propio Premier-; renuncian o se alejan los funcionarios más ligados a la “Primera Fase”, siguiendo el camino de los directores de diarios en marzo; se impone disciplina laboral con la política represiva que se encumbre con el “Estado de Emergencia”; ello mismo sirve para combatir todo lo que estos reaccionarios ven “rojo” y para suspender – en sus efectos prácticos- la Ley de Estabilidad Laboral. El tercermundismo de la política exterior es reemplazado por un acercamiento a las dictaduras latinoamericanas y por una política en la que participan más los comando militares – en visita a sus colegas- que Torre Tagle. La sumisión a Washington vuelve a presidir el comportamiento de la política exterior, cada vez más necesitada de su indulgente apoyo a la gestión incesante de nuevos créditos. Los “Hombres

166

privados”231.aumentan su presencia y peso en las decisiones del gobierno, sin asumir por supuesto responsabilidad en éste. En efecto, en pocos meses se concretan éstas y otras demandas de la burguesía nativa. La desestatización de la pesca de anchoveta es una de las primeras. El gobierno se saca de encima a más de 5,000 trabajadores y pone a la venta las bolicheras, ofreciendo a estos últimos la “oportunidad” de adquirirlas con sus indemnizaciones de retiro y con préstamos adicionales. En medio de un panorama de crisis en el que el propio gobierno sostenía que sobraba la mitad de hombres y lanchas, se pretende que el riesgo económico sea asumido por los trabajadores a costa de lo único que acumulan para la vejez y se los fuerza a competir con empresas privadas, que rápidamente podrán desplazarlos. Las voces de protesta de los pescadores – acalladas con dura represión – y la crítica de la Sociedad Nacional de Pesquería – que pone énfasis en la gravedad de quebrar la unidad fábrica-flota – no merecieron del gobierno ninguna atención. La medida se impone sin el menor “dialogo” que permita el mínimo debate político. Aprovechando la situación de emergencia se aplica toda la dureza represiva a los trabajadores de la pesca, que luchaban por mantener su puesto de trabajo.232 También en materia petrolera variarán las restricciones para entregar nuevas áreas de explotación en contrato con compañías extranjeras. Formalmente se siguen las pautas del llamado “modelo peruano” – que hace tiempo ha sido superado en el Ecuador – y las nuevas aperturas se dan en un cuadro que disminuye la capacidad de negociación del gobierno, que adjudica áreas reservadas para el largo plazo. Más adelante se firmarán contratos aún más favorables para la Occidental Petroleum.233. En la cancillería se sentirán también los cambios. El énfasis que ahora se pone en diálogos, visitas y entrevistas con los países del Cono Sur – que comienza con la entrevista sostenida con el dictador Brasileño-, tiene su correlato en el menor peso de las relaciones con los países del Tercer Mundo. Obviamente el viraje en estos casos es más “diplomático”, pero se expresa en posiciones más conciliadoras con los interéses de las grandes porencias; por ejemplo absteniéndose de votar en las resoluciones sobre Angola y Puerto Rico, en la cita de países No Alineados realizada en Colombo

234

. En cuanto al Pacto Andino, en agosto de

1976 el Perú cambiará su posición sobre el tratamiento del capital extranjero (Decisión 24) planteando la necesidad de elevar el porcentaje máximo de remisión de utilidades y modificando 231

Frase introducida por el Presidente Morales Bermúdez para referirse al empresario privado. Suponemos que ha querido hacer un contraste con hombre público, pues está muy lejos de querer atacarlos o “satanizarlos” 232

Sobre este tema Carlos Malpica escribe el trabajo titulado La desnacionalización de la flota de Pesca Perú: una medida anti-histórica. Ed. Labor. Diciembre 1976. Allí se analizan el Paro y la medida del gobierno. En este documento se reproduce la crítica de la Sociedad de Pesquería. 233

Cronología Política. Hecho Nº 4493 pp. 2076-77

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Cronología Política. Hecho Nº 4675p. 2206

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“los aspectos que no son claros o que por el momento actual del mundo no son realistas” 235. Llego la hora de “flexibilizar” la antes firme posición peruana. El cambio de rumbo en el proyecto de propiedad social se sentirá netamente en las primeras declaraciones del nuevo Jefe de CONAPS, quien califica de “enemigos de la revolución” quienes”….consciente o inconscientemente han propiciado un enfrentamiento entre el sector privado reformado y el de Propiedad Social, como si fueran antagónicos

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. Respondiendo a las

demandas de la empresa privada, se plantea arrinconar en las zonas deprimidas al sector de empresas de propiedad social, impartiendo la directiva principal de no competir con la empresa privada, es decir no ubicarse en los núcleos vitales del proceso de acumulación. De esta forma se puede mantener el sistema actual y la hegemonía del capital privado237, dejando que las empresas de propiedad social tengan el mismo o similar rol que las empresas cooperativas dentro del capitalismo. Más adelante se críticará también los mecanismos que orientan la acumulación hacia el sector en vez de centrarlos en cada Empresa de Propiedad Social y, con el argumento de dar el poder real a cada empresa, se preparará el terreno para limitar aún más su impacto en el conjunto.

En torno a este tema cabe recordar que la propiedad social fue presentada por el gobierno como la alternativa a la propiedad privada y que a través de estímulos estatales debía convertirse en el sector preponderante de la economía. Aún en sus contradictorias referencias al pluralismo económico, el gobierno sostenía que a largo plazo la hegemonía corresponde al sector de propiedad social. Sin embargo ningún elemento de su política podía garantizarlo, menos aún la ley de empresas de propiedad social dada en 1974. los empresarios reaccionaron ante esta lógica con un rechazo decidido a toda promoción de estas empresas, calificándolas de competencia desleal, por gozar de incentivos particulares que el propio gobierno no aplicaba. La burguesía no puede aceptar que se le cuestione el futuro; su vocación de poder exige ser hegemónica hoy y mañana. Lo que se reclamaba del viraje era así una definición frente a un planteamiento que no podían 235

Cronología Política. Hechos Nos. 4483p. 2072 y 4589p. 2141.

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Cronología Política. Hecho Nº 4524p. 2097.

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Otra vez en este caso – como ocurrió en la Comunidad Laboral- el gobierno parece desconocer la lógica del sistema económico en el que opera. Es para éste la voluntad de los actores- que calificará rápidamente de “infiltrados”, sobre todo siendo civiles- y no lo que la ley significa en el contexto en que se da. Esta – y toda la ideología del gobierno, ahora reformulada – planteaba la necesidad de construir un sector de empresas “plenamente competitivo” con los demás y con el apoyo del Estado, que lo definía como “sector prioritario” de la economía. Y tal era la prioridad otorgada que básicamente en ella se basaba el carácter “esencialmente distinto”, no capitalista para Velasco y socialista para Morales Bermúdez, de la nueva sociedad propuesta por el régimen. Al margen de la utopía o validez de esta propuesta, la competencia está planteada desde la partida y el antagonismo es sentido por el empresario que ve en este proyecto un peligro para su empresa (que en adelante tendrá que competir con otras apoyadas por el Estado) y para el sistema que él defiende: la hegemonía de la propiedad privada. Los infiltrados son así, primero el mismo Velasco y luego Morales Bermúdez, aunque pueda especularse sobre la sinceridad con que antes la apoyaba este último. Cronología Política. Hecho Nº 4496 pp. 207778.

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aceptar. Pero la realidad de entonces ofrecía una situación aún más precaria, presente ya en 1975, en la dificultad de obtener los recursos de capital para crear empresas de Propiedad Social. La situación económica general condiciona su crecimiento, en tanto que el Estado no dispone de fondos – presupuestales o crediticios – para generar estas empresas. Si estas deficiencias ya eran visibles anteriormente y cuestionaban la preponderancia real del sector de Propiedad Social, en la situación posterior lo convertirán en algo insignificante. Por lo mismo, lo que se concreta en este período no es el desmontaje de un proyecto existe, sino la variación de un objetivo declarado, antes de haber sido aplicado en términos significativos. Es el fácil viraje ante la presión de los empresarios, en nombre del realismo y de sus intereses predominantes.

La acogida del gobierno a las demandas de los empresarios se da también en lo relativo a la Ley de Estabilidad Laboral, aunque la norma legal siga en pie todavía. Durante mucho tiempo, la derogatoria de esa ley fue el reclamo central de la burguesía porque limitaba – aún con claros escapes – la capacidad de cada empresas de deshacerse de todo trabajador que molestara. Obviamente, la argumentación se ha de centrar en aspectos disciplinarios y laborales de rutina. Se dirá que la empresa pierde capacidad de eliminar el ocioso y al inepto. Se presentará muchos ejemplos de ello, a pesar de que la norma prevé el procedimiento para estos aspectos. Aún admitiendo posibles abusos, es obvio que el problema no es el de los casos “justos” o extremos de “criolla” inconsecuencia. Lo que el empresario ha estado acostumbrado a tener es el arma de chantaje para que el obrero sea obediente y sumiso, incapaz de reclamar ni discutir; para que incluso ante los abusos que lo afectan, prefiera callar para no quedarse en la calle. Esto es real y vital en la experiencia de los trabajadores. Pero tiene además connotación política, pues se aplica prioritariamente a los dirigentes sindicales que – salvo en contactos sindicatos, muy fuertes – no han tenido en el pasado margen de protección para cumplir su función sin resultar, a corto o mediano plazo, despedidos.

Indudablemente en la polémica está presente otra limitación: la capacidad de despedir masivamente ante situaciones de crisis o cuando se pretexta esta necesidad, pero lo que en definitiva se busca es deshacerse de trabajadores caros y antiguos para contratar otros a menor costo. Este reclamo de los empresarios asume tal tono que pareciera que, al amparo de esta Ley, la mayor parte de los trabajadores fueran ociosos e indisciplinarías. Se ha de anunciar varias veces la modificación de la Ley 238 y entre los términos del nuevo ante-proyecto se especuló incluso con la 238

Había mucho de utopía en la formulación inicial del proyecto de Propiedad Social, a pesar de que entonces pudiera pensarse que al aprobarse la Ley lo importante era la voluntad política que hubiera detrás. Superar el capitalismo supone alterar la lógica de funcionamiento del sistema, sus reglas de funcionamiento basadas en el lucro. La existencia de empresas estatales y de empresas de propiedad social en números significativo no altera esa lógica. Depende también de la orientación de esas empresas, de su ubicación en los sectores de punta y del reordenamiento total de la estructura productiva en función de las necesidades sociales y no del lucro, que es motor de la acumulación privada. Nada de eso

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posibilidad de aquel empresario tuviera “derecho” a eliminar a un pequeño número por año, sin dar cuenta de ello a nadie. El hecho es que la nueva ley no se concreta en este período sino en el siguiente, pero la situación política cambia de tal manera que la estabilidad laboral casi no existe ya como tal. Porque la autoridad de trabajo, cumpliendo obviamente directivas políticas y sin descartar la “gestión” de los empresarios, dictamina sucesivamente facilitando el despido y la reducción de personal. Porque la Legislación de Emergencia – primero restringida a Pescadores, Mineros y Periodista, pero luego generalizada a todos – permite el despido a voluntad cada vez que se genera un conflicto y se plantea la posibilidad de huelga. Difícil será estimar el número de despedidos desde entonces – incluso antes del D. S. 010-, pero es un hecho que se ha logrado amedrentar a los trabajadores y que la presión de las empresas sobre el gobierno para cambiar esta Ley ha decrecido momentáneamente. Asi lo admite – implícitamente – el Ministro del Interior cuando para fundamentar la necesidad de modificar la Ley de Estabilidad Laboral sostiene que antes del Estado de Emergencia – es decir, no durante éste – muchos dirigentes han estado realizando actividad netamente política en los centros de trabajo, aprovechándose de la estabilidad laboral239.

Esta Ley – a pesar de sus grandes límites – es una de las conquistas más sentidas por los trabajadores en una sociedad acostumbrada a lograr eficiencia sólo a través de la explotación y el abuso. En el sector estatal, sin embargo, el verticalismo y la conducción preporente no tiene nada que envidiar a la empresa privada tradicional y esto ha sido agudizado con la presencia de directivos acostumbrados a la disciplina castrense. Para un régimen que se proclama humanista, este es el campo en que muestra sus mayores contradicciones, por más que recurra a estigmatizar como “Política” o “subversiva” la reacción de los trabajadores. Y el entrampamiento proviene de los valores y de las estructuras propias del sistema que contribuye a reproducir. No sólo de las personas.

La inestabilidad laboral impuesta por la política del gobierno será uno de los hechos de mayor impacto en la población urbana. El otro es la reducción de salarios reales, como producto de la política económica seguida. El trabajador rural será afectado también por esta política, que se superpone a los graves efectos que desde antes la política económica causa en el agro. En cuanto al proceso de reforma agraria, si bien no se devuelve masivamente tierras a sus antiguos propietarios, habrá sin embargo, algunas devoluciones dispuestas por el Tribunal Agrario 240. A la quedaba garantizado en la Ley. 239

Cronología Política. Hechos Nos. 4530 y 4596 pp. 2100 y 2194.

240

“Yo soy muy respetuoso de los Sectores y en realidad ésta es una pregunta que debe ser formulada al Ministro de Trabajo. Está todavía a nivel de funcionarios de Trabajo, el estudio de esta modificación. Lo único que puedo decirles, en

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par, se pauperiza la mayor parte de empresas campesinas por efecto de la situación económica y el control ejercido por el Estado sobre ellas se torna cada vez más opresivo para los trabajadores – socios. Un indicador de esto y del ajuste que a todos los trabajadores se impone, será la creación de una Dirección para la regulación de salarios en las Empresas Campesinas, invalidándose cualquier aumento salarial que no cuente con la aprobación de la respectiva Zona Agraria.241

La modificación de la Comunidad Industrial, respondiendo a las demandas de los empresarios, se concreta en Febrero de 1977 en una Ley que desnaturaliza el modelo original y reduce sustentantivamente la participación de los trabajadores en la propiedad y en la gestión de la empresa242. Como siempre, el gobierno proclamará que estas modificaciones son hechas en beneficio de los trabajadores y críticará la Ley anterior, diciendo que “…ha perjudicado al final a los que pretenden favorecer”243. Los trabajadores no los sentirán así y más bien harán constar durante la elaboración de esta nueva ley, “su preocupación” porque ésta se elabora sin escucharlos 244. CONACI, a nombre de los Comuneros Industriales, rechazó la nueva Ley y señaló que a pesar de lo ofrecido no se le hizo conocer el anteproyecto245. Este trato desigual, en un terreno en el cual ya ni siquiera se intenta conciliar, es bien representativo del curso del régimen y de su opción. Con palabras que aparentan armonía, el gobierno no sólo encubre la desigualdad estructural que caracteriza al sistema capitalista, sino soslaya su negativa a intentar propiciar conciliaciones e incluso a tener presentes y escuchar las demandas de los trabajadores. Se le impone aquí una Ley que recorta sus derechos, de la misma forma en que se le impone la disminución de su ingreso real. La experiencia de los trabajadores en este período es así una sucesión de golpes, tanto a su términos generales, es que si es necesario modificar la Ley de Estabilidad Laboral para lograr una mayor productividad en el país y para mejorar las relaciones laborales entre empresarios y trabajadores, habrá que modificarla. Lamentablemente hay muchos dirigentes sindicales que aprovechándose de esta estabilidad laboral, en épocas anteriores al estado de emergencia, han estado realizando una actividad netamente política en un buen número de centros de trabajo”. Cronología Política. Hecho Nº 4596 p. 2194 241

Cronología Política. Hecho Nº 4621p. 2167

242

Cronología Política. Hecho Nº 4645 p. 2180

243

La diferencia fundamental de la nueva Ley con la anterior es que antes la comunidad laboral, como institución, obtenía un bloque de acciones que le daban derecho a voto en la asamblea de accionistas, que podía llegar hasta el 50% del capital. En la nueva Ley los trabajadores recibirán acciones individuales preferenciales, que no le darán derecho a voto. Estas acciones no formarán parte del capital social de la empresa, sino de un nuevo rubro llamado “participación Patrimonial del Trabajo”. Este no podrá exceder del tercio del patrimonio total de la empresa. El Fondo de la Participación Patrimonial del Trabajo forma parte del patrimonio de la empresa, pero no del capital social. Este fondo de los trabajadores puede llegar como máximo a una cantidad igual al 50% del capital social. Es decir que el patrimonio de la empresa será de una vez y media el capital social, y el fondo de los trabajadores no podrá superar el tercio del patrimonio. Las deducciones que haga la empresa a favor de la Comunidad continuarán siendo el 25% de las utilidades, libres de impuestos y serán repartidad entre todos los trabajadores de la empresa, sean o no miembros de la Comunidad Industrial. 244

Véase, por ejemplo, las afirmaciones del Presidente Morales Bermúdez en Cronología Política Hecho Nº 4778pp 2277-

80 245

Cronología Política. Hecho Nº 4800p 2298.

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situación real como a las expectativas generadas por la “Primera Fase” de este régimen. En un proceso gradual, los trabajadores verán que en todos los frentes el gobierno gira en su contra para responder a las demandas de

los empresarios, abandonando sus banderas de reforma o

reduciéndolas a su misma expresión. Los empresarios y sus voceros políticos podrán palpar más y más muestras del “dialogo eficiente”, que sí existe para ellos. Sus representantes tendrán acceso incluso a la evaluación y formulación de normas para la actividad empresarial del Estado.246

La aparición del Plan Tupac Amaru será ocasión para que el propio gobierno explicite su crítica a los objetivos expresados en el Plan Inca, obviamente centrados en su aplicación y en sus “desviaciones”. La fórmula genérica que adoptan los objetivos de este Plan deja amplio campo para la reformulación de las reformas, según el curso político. La ausencia de debate, si bien está influída por la total desconfianza que el gobierno genera tanto en la izquierda como en la derecha, se debe también a la imprecisión y generalidad de las formulaciones que evaden lo que es central en todo proyecto político, más aún en una coyuntura. En este campo, complejos y en apariencia detallados documentos – como el Plan Tupac Amaru – evaden lo central, aquello que definirá el curso de las políticas sectoriales: el plan económico, eje de una estrategia de desarrollo, que aquí se sustituye por “paquetes” coyunturales sucesivos, básicamente centrados en aliviar la angustia financiera.

En las formulaciones discursivas del gobierno y de su prensa se apreciará también la concreción del viraje político. El término “socialismo peruano” que el mismo Presidente Morales Buermúdez introduce en el lenguaje oficial a principios de su gobierno, y al que recurre hasta meses antes, deja de gustarle en el mes de agosto.

“No me gusta el término libertario, ni me gusta el término socialista. Porque, en nuestra responsabilidad política son términos que el mundo, no nosotros, los tiene confundidos, son términos que nos sindican en el mundo en este momento, y, nosotros, lo que queremos realmente es la grandeza de nuestra Patria, trabajar unidos nosotros los peruanos. Aquí en el Perú ya no hay oligarquías. Eso ya se acabo. Pero no podemos engrandecer el Perú, seguir adelante si no aceptamos la iniciativa de los hombres peruanos. ¿Es un pecado aceptar la iniciativa de los hombres privados del Perú? No Señores.247 246

247

Cronología Política. Hecho Nº 4790p. 2290

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Es interesante observar cómo la primera formulación que hace al respecto, desemboca en una defensa de la iniciativa de los “hombres privados”(sic). Hay confusión, pero no sólo en el mundo sino en las palabras del Presidente. Entender su confusión, en todo caso, es un juicio menos severo que hablar de utilización oportunista de un concepto que tiene un valor simbólico en la política nacional desde hace mucho tiempo. El propio gobernante reconoce ese valor simbólico, refiriéndose a la incomprensión de la derecha, sector que evidentemente le preocupa y que quiere atraer e incentivar. Mas adelante, el Presidente declara en una entrevista:

“Pensamos que el término Socialismo, a pesar de haberlo empleado en muchos discursos el que habla, me he dado cuenta que no es bien interpretado en el Perú…Me he dado cuenta por ciertas reacciones y ciertos análisis internos aquí, dentro del Perú, en diferente estamentos sociales, que no es una palabra bien interpretada. Y muy simplemente le voy a decir: los grupos de derecha, no hablo de ultraderecha, porque con la ultraizquierda, los grupos de derecha donde hay buenos peruanos, que, claro, tienen su pensamiento de derecha, pero es gente muy positiva en la vida del país y que entienden muchos de los problemas aunque no estén muy de acuerdo con todo el proceso revolucionario, ellos pueden estar de acuerdo con determinados aspectos y en eso apoyan; pero la mayor parte de la gente de los grupos de derecha, confunden la palabra Socialismo con Comunismo. Eso yyo he podido detectarlo en conversaciones, en análisis de informaciones, etc. Y los grupos del otro lado le dan diferentes interpretaciones que no coinciden con los postulados de las Bases Ideológicas..”248

Lo que la derecha, ninguna derecha, aceptará jamás es que se cuestione la propiedad privada y el sistema en el cual es hegemónica: el capitalismo. En tanto que el socialismo – en cualquiera de sus versiónes – cuestiona el sistema capitalista y pretende reemplazarlo, no hay acuerdo posible. En ese punto la conciliación no cabe y el cambio de palabras refleja una opción. La situación concreta en que estas afirmaciones se dan es sin embargo distinta. Una alternativa socialista no es sólo cuestión de palabras y la política del régimen no es ni socialista, ni alternativas al capitalismo. Es una política capitalista que se mide en sus acciones, en su conducción económica, en sus reformas y en algo esencial: la marginación del pueblo respecto del poder. Que la palabra socialismo es hoy insuficiente como definición, nadie lo duda. Pero lo que define en la partida es un mínimo: no hay socialismo capitalista ni capitalismo socialista. En la “Primera Fase”, el General Velasco no pretendió calificar de socialista el proyecto que encabezaba, aún cuando explicitaba la recusación del capitalismo en el discurso político. Las reformas emprendidas no cancelan el carácter capitalista de la sociedad peruana ni lo pretendían, salvo en el caso del proyecto de 248

Cronología Política. Hecho Nº 4587p. 2139

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propiedad social, que lo enuncia en la ideología aunque no lo materializa. La ideología formulada por ese gobierno corresponde gruesamente con sus realizaciones; tiene grandes vacíos y aspectos indefinidos, y las bases ideológicas así lo expresan. Hubo cuidado en no calificar de socialista al modelo del régimen y en llamar bases – es decir no formulación definitiva – a ese documento. Ningún analista serio podrá encontrar en las realizaciones y en las formulación ideológica de entonces, una alternativa socialista concreta; sin negar por ello en absoluto los valores de esas reformas, su carácter antioligárquico y nacionalista, así como el valor de las posiciones surgidas a partir de su praxis, que llevaron a muchos actores a entender que la ruptura del sistema capitalista era necesaria, aún cuando no llegaran a concretarla en un proyecto político alternativo y viable. Pero el problema de fondo no es de personas ni de valores o buenas intenciones. En la base está la capacidad de analizar con criterios científicos la realidad, de vincularse con las fuerzas sociales capaces de cambiarla y de lograr convertir en un proyecto social válido y propio para esta realidad, un modelo socialista alternativo. Eso no es cuestión de discursos y el gobierno, en particular, abusa del discurso y se enreda en su propio confusionismo, porque no sólo fue incapaz de resolver las contradicciones existentes en el gobierno anterior, sino que al afrontar la crisis económica – que hace planas y dramáticamente visibles las opciones, dificultando la conciliación – opta por abandonar las reformas y el nacionalismo, y además requiere justificarlo en palabras.

Más allá del confusionismo de las palabras, lo que expresa el Presidente es el nuevo curso político y la búsqueda del consenso de la derecha moderna. Estos “ buenos peruanos”249 no se enfrentan a un régimen socialista pidiéndole conciliación. Lo que hacen es pedir coherencia ideológica a un régimen capitalista que concilia con ellos en lo fundamental y que en el viraje de las reformas, así como en las medidas anticrisis, está eliminando los obstáculos para la compresión política plena con esa derecha. En la realidad actual del continente, la burguesía no tolera recetas heterodoxas. Las condiciones del capitalismo monopólicos, de las transnacionales y de la crisis económica, no dejan amplios márgenes a las burguesías criollas para ser concesivas con el pueblo y el proceso político de los últimos años, al avanzar las reformas, han tornado aún más rígidos ideológica y políticamente a los empresarios. Cuando “confunden” socialismo y comunismo con todo cambio – cuando en todo planteamiento socialista sólo ven totalitarismo, que no ven en el capitalismo de hoy-, hay que recordar que en este sistema esto no es casual ni accesorio. El eje ideológico es: toda alternativa al capitalismo es la destrucción. Socialismo – comunismo-violencia-terror rojo – subversión, etc., son parte de una misma secuencia lógica.

249

Cronología Política. Hecho Nº 4620p.2161

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La concreción del viraje toca también a la posición nacionalista del régimen. No es casual pues el enlace estructural; es propio del sistema. La negociación sobre el pago por la expropiación del Marcota concluye en condiciones bastante onerosas, que dan cuenta del escaso margen de juego del gobierno

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. El curso de la política anticrisis y su recurrencia al crédito internacional y al apoyo

de los Estados Unidos para obtenerlo, serán ahora el centro de las preocupaciones del gobierno. En este campo es difícil conocer la dimensión y oportunidad de la presión imperialista, y las concesiones hechas a puerta cerrada. Ello pertenece al campo de la práctica política que el régimen maneja en exclusividad, en un país desinformado políticamente. Nadie puede negar, sin embargo, dos constataciones que no aparecen en forma gratuita: la primera es que las relaciones con los Estados Unidos son óptimas, sin roce importante, cosa que no ocurrió en la “Primera Fase”. La segunda es expresada por el Secretario de Estado Norteamericano, Henry Kissinger, en octubre de 1976; ejemplificando los progresos en las relaciones entre su país y Latinoamérica, expresó que se habían logrado “negociaciones sin precedentes con los gobiernos de Panamá y Perú”251. TRES BUSCANDO UNA SALIDA POLÍTICA

En la concreción del viraje el gobierno tenía la implícita necesidad de concretar con la burguesía nativa términos de acuerdo mis estables. Esto era aún más necesario si el rechazo popular lo había obligado a cerrar drásticamente el espacio político, con la legislación de emergencia. El gobierno emprende el diálogo con los empresarios y con los partidos del campo burgués. Incluye en esta línea algunas fuerzas del campo popular pero claramente en condiciones marginales pues el diálogo obedece entonces al rumbo del proceso político. Los hechos que se señalan al respecto, pueden expresar los elementos que se traslucían al público.

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La bondad y el patriotismo no se miden tan simplemente. Pueden teóricamente ser personas muy buenas, amorosas y patriotas los “hombres privados” de las derecha. O También los de la izquierda, que no sabemos si serán para el Presidente hombres privados o sub-hombres, pues hombres públicos no son. Sin embargo, el amor a la patria es indesligable de la solidaridad con los hombres que mayoritariamente constituyen esta Patria y el sistema capitalista defendido por la derecha los oprime y explota en cualquiera de sus versiones lo reconoce el propio Presidente cuando dice el 31 de marzo, refiriéndose a la sociedad capitalista: “….por más concesiones que haga no puede eliminar nunca por completo la explotación que la ideología encubre. En el fondo es la opción por los propios intereses o por los ajenos, por el bienestar de las mayorías, recubierta con los mitos, los enemigos míticos, los tecnicismos y los valores de la ideología dominante” 251

Esta Expropiación merece ser estudiada por mostrar los estrechos límites de maniobra que quedaban al Estado peruano en esta negociación, por la imposibilidad de vender hierro fuera de los condicionamientos de Japón y Estado Unidos. Pero la simple lectura de las cifras indica un caso tal de fraude en la empresa norteamericana, que justificaba el no pago por las instalaciones expropiadas, cosa que por los rasgos dependientes de esta economía – en una coyuntura muy distinta al 68 no se hizo. En 1974 Marcona declaraba exportar aproximadamente 9 millones de toneladas largas a un precio FOB de 8 dólares/tonelada. Este precio sin embargo, en 1977, que fue el más bajo alcanzado por este mineral, - por la crisis del mercado – era de 15 dólares/toneladas, cosa que permite ahora a Hierro Perú mostrar gran rentabilidad exportando sólo 4´200,000 toneladas largas ese año.

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II.

CON LOS EMPRESARIOS

En busca del consenso y respaldo expreso de la burguesía, el gobierno ha hablado y actuado gradualmente desde el período anterior. En cada mensaje se destaca ahora el rol de la empresa privada y de la inversión extranjero no sólo para resolver la crisis sino para generar empleo. Los empresarios son parcos en la respuesta y sus demandas muestran la heterogeneidad de intereses de la burguesía nativa, a la vez que indican su derrotero común respecto a lo fundamental. El mensaje presidencial del 28 de julio, al anunciar la modificación de la Ley de Comunidad Laboral -cuya "esencia" no ha sido comprendida, según el Presidente 252 pone énfasis en una verdadera priorización de los intereses "privados" de la burguesía y obtiene el pronto apoyo de la CONACO, cuyo Presidente declara estar "impresionado" por "la franqueza de sus planteamientos, con aspectos positivos y reflexiones muy importantes. Obviamente, lo que "le impresiona" positivamente es que Morales Bermúdez resalta la importancia de la empresa privada y la decisión de "reajustar" la Comunidad Laboral 253 .

Para el Presidente la importancia de la inversión privada se justifica ahora por la necesidad de aumentar las fuentes de empleo. Así lo afirma en Iquitos, a la vez que ataca a los "grupos sectarios" que, "abusando de la falta preparación política y de cultura de nuestro pueblos - ", introducen en "las gentes idea extrañas a la realidad nacional" 254 . Comprendiendo bien el sentido de estas declaraciones presidenciales, la Sociedad de Industrias las aplaudirá expresando a través de su Presidente Interino que el anuncio "… es reconfortante, porque señala y reconoce el único camino que debe seguir el país para salir de la crisis económica, apoyar la inversión privada, apoyar a la 252

Este mensaje debió titularse “El gobierno incomprendido”. Para el Presidente no sólo no fue comprendida la esencia de la Comunidad Laboral tampoco fueron comprendidas las medidas de “la Segunda Fase”, ni sus llamados “fraternos”, combinados con una represión poco fraterna y una política económica menos fraterna aún. Tampoco son comprendidos los cambios militares hasta se insinúa la intromisión civil en ese campo reservado, reiterando la nunca probada pretensión de “…tergiversar el sentido de las situaciones y aprovecharlas políticamente”, ¿Somos tan idiotas los peruanos? ¿Tan incapaces de comprender? Este discurso pronunciado cuando el gobierno reprime toda expresión en su contra e impone al país el Estado de Emergencia, demuestra hasta qué punto este gobierno distorsiona la realidad para cubrir su propia reiterada. 253

Cronología Política. Hecho No. 4534 p. 2103

254

En estos casos el Presidente desconoce que no sólo en el Perú sino en toda América Latina están ampliamente demostrado, con cifras y cuidadosas investigaciones que en esta época de transnacionales la empresa privada moderna se muestra incapaz de generar no sólo el empleo que esta población requiere sino incluso el empleo industrial que generó en los países de desarrollo originario, en la dase competitiva del capitalismo. Parece desconocer que toda la tecnología moderna –sin la cual la empresa privada deja de ser rentable en este sistema- está dirigida a ahorrar mano de obra. Parece olvidar que todo sistema económico tiene su propia coherencia y que en el capitalismo la rentabilidad del capital, y no la necesidad de dar empleo y satisfacer las necesidades sociales, se impone prioritariamente.

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empresa privada". A la vez recordarán los empresarios que han hecho "planteamientos concretos que aún no han sido, debidamente recogidos" y que esperan” ...que antes de fin de año este anuncio se haga realidad…" 255 . Los trabajadores, especialmente los comuneros industriales, han sido pues notificados.

En el mismo sentido se pronunciará el Gerente de la CONACO, quien pone énfasis en la necesidad de inversiónes extranjeras y expresan que "hay e reconocer que existe un clima muy propicio para el trabajo del empresario. Se viene alentando la confianza y el respeto que se había perdido en el Perú con relación a la sana empresa privada…". El trabajador conoce ya ese clima impuesto con el Estado de Emergencia y la anulación de toda capacidad gestión sindical. En la misma oportunidad el Vice-Presidente de la Cámara Comercio de Lima considerará muy saludable el enfoque "realista" que se formula, "…dejándose de lado análisis y planteamientos demagógicos, sin lento sustento económico e inspirados en modelos ajenos a nuestras realidades nacionales"; pero a la vez, indicando su oposición ante los "simplificaciones y generalizaciones", señalará: "no puede de ningún modo ignorarse nuestra situación de dependencia del exterior y la profunda crisis que afecta a la economía”.

Es interesante indicador la preocupación que se evidencia en este case, la situación de dependencia, que podría indicar la presencia de empresas nacionales que amplían su marco de compresión de esta realidad cada vez más favorable, en todo el Continente, a las transnacionales. Cabe preguntarse, sin embargo, sobre el carácter estructural de esa dependencia, sobre la habilidad de una ruptura de esa situación mientras predomina la lógica "privada" articulada mayoritariamente al capital transnacional, a su tecnología y lógica de funcionamiento. Y estos no son "esquemas demagógicos" sino resultados de investigaciones científicas, bastante amplías, hechas en América Latina.

La reunión de CADE 76 dará lugar a una nueva exposición de los planteamientos del empresariado, que reclama concreciones del gobierno logrando sucesivos avances en el terreno de la articulación de sus intereses. En la inauguración, el Vice-Presidente de la Southern Perú Co. “.....responsabiliza a la política del gobierno de todos los males que aquejan a la economía del país. Llama consecuentemente a reducir la acción pública a ser mínima expresión, en el entendido de que sólo ello, y el despliegue de la iniciativa privada, p e r m i t i r á n superar la crisis e incluso el atraso del 255

Cronología Política. Hecho No. 4749 pp. 2260-61

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país". Como bien anota en La Prensa César Humberto Cabrera, "olvidó decir también que la acción gubernamental que hoy tan acremente crítica tuvo su origen inmediato en el impase económico y político a donde condujeron al país los defensores al país libre iniciativa, y esto, independientemente de las críticas que se puedan hacer a la gestión gubernamental, tal como nosotros mismos lo hemos en oportunidades anteriores" 2 5 6 .

Las críticas y demandas de la burguesía nativa -en el ejemplo bien articuladas con el capital extranjero- encuentran a un gobierno “a la defensiva que progresivamente recorta el alcance de las reformas y políticas iniciadas es la "Primera Fase". En su discurso, el Presidente Morales Bermúdez, sin responder a las críticas, anuncia la modificación de la Comunidad Iaboral para adecuarla a Ios empresarios empresarios e informa también del rumbo el gobierno quiere dar al sector de propiedad social, para que no sea competitivo con el sector propiedad privado. Se le orienta a "dar la preferencia, por no decir exclusividad, a los proyectos que permitan emplear la mayor cantidad de mano de obra". Anuncia a su vez "la individualización orgánica” de las empresas 2 5 7 . ¡Que diferente óptica la de este discurso con la del pronunciado por el mismo Presidente en CADE 75, un año antes! Para el más superficial lector, aparecerá evidente en esos dos documentos el viraje que tanto niega el gobierno entonces. En la óptica de hoy -es la hora del pragmatismo- lo que importa es producir más, sin discernir cualitativamente el q u é , el cómo y el para quién. Esas son decisiones "privadas", a aunque ocasionen crisis en la balanza de pagos por su necesidad de traer más y más insumos y bienes de capital importados, a la vez exportan -legal e ilegalmente- más y más capitales. El imperio de estas decisiones privadas, tomadas en función de las mayores ganancias y no de una racionalidad productiva del conjunto económico social, es lo que reclama el empresariado. El gobierno escuche las demandas, no contestadas a las críticas y real sus reformas en aquello que más habían alcanzado por cambiar los empresarios modificar la Comunidad Laboral y asegurar la no competitividad "desleal" de Ia Propiedad Social. La reducción progresiva de controles y la decisión de no planificar realmente la economía, ni siquiera en la crisis 2 5 8 , es la respuesta inicial del gobierno a las

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Cronología Política. Hecho No. 4775

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Cronología Política. Hecho No. 4778 pp. 2270-80

p. 2276

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Nos referimos principalmente a la negativa a programar importaciones, a planificar una industria diferente, a aceptar las críticas que desde el propio gobierno se le hicieron antes.

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demandas de privatización. Luego, en una lógica gradualista, vendrán acogidas más explicitas a las demandas de tos empresarios. En su acercamiento a Ias industriales, el gobierno concede primero la modificación de la Comunidad Laboral -concretada en Ley el 1° de Febre ro-, aunque es más lento en aceptar la plena liberalización que reclaman del control estatal. La sociedad de industrias reclamará entonces -el mismo día que se aprueba la nueva Ley de Comunidad Laboral una nueva Ley de Industrias. Los industriales piden más, aunque en este campo la Ley vigente y la capacidad de planificación del gobierno les dejan amplio margen de Luego 2 5 9 . Sin embargo, la relación del gobierno con la Sociedad de industrias no tiene fluida en este momento, por su cuestionamiento del poder estatal. En abril, al pronunciarse sobre el Plan Túpac Amaru, sostendrá que este "refleja cambio sustancial de actitud…" pero no recusa la ideología de la "Prime ra Fase" ni cambia el estatismo del gobierno, a pesar de sus "resultados contraproducentes". En sus conclusiones propone un conjunto de requisitos PIan, que la identifica plenamente con Ios planteamientos que entonces estaban sosteniendo Ios antiguos partidos políticos 2 6 0 . 259

La Sociedad de Industrias, en su pronunciamiento, pide: 3)

4)

La sustitución del D.L. 18350 (Ley General de Industrias) por otro instrumento legal con las siguientes característica: i)

Que tenga para la industria finalidades promocionales y no meramente punitivas.

j)

Que considere el porcentaje de participación de la Comunidad Laboral en la industria en pie de igualdad con los otros sectores y no constituya, como hoy, una carga discriminatoria.

k)

Que elimine los controles y trabas burocráticas, para el funcionamiento y la creación de empresas.

l)

Que evite la intervención estatizante en sectores que operan con eficiencia productiva.

m)

Que se dirija a una real descentralización

n)

Que proteja al patrimonio industrial contra la devaluación y el obsoletismo.

o)

Que coloque al país en condiciones de igualdad y aptitud para enfrentar el reto del Grupo Andino.

p)

Que favorezca promocionalmente la exportación de productos peruanos.

La participación de la Entidades Representativas de los Sectores Privados en las discusiones de las leyes que les conciernen, como el medio más eficiente de evitar los errores que se han cometido

Informativo político No. 53 Febrero 77 p. 15 260

Finalmente, la Sociedad de Industrias señala en sus conclusiones que en un Plan de Gobierno que “sea realmente instrumento funcional y eficiente de desarrollo para el Perú y que rectifique los errores del pasado. “ debería a) ser producto de la ciudadanía; b) considera la necesidad de provocar al poder constituyente para que elabore, sin agenda previa, la Constitución que el Perú reclama; c) recurrir al único mecanismo de consulta al pueblo que es digno de Fé, el voto secreto y universal d) garantizar en forma absoluta e irrestricta la libertad del poblador peruano es todos los campos de su actividad y de modo especial la libertad de prensa; e) hacer de conocimiento público la verdadera y exacta posición económica por la que atraviesa el país; el ocultamiento de los datos aparte de ilícito y discriminatorio genera desconfianza y temor con graves

179

CUATRO

1.

LA POLÍTICA ECONÓMICA QUE, EXIGIO IMPLATAR UN AÑO DE EMERGENCIA

LOS LOGROS DEL MINISTRO BARUA

En el curso de este año el gobierno aplica el paquete Barúa

-con

las

medidas

tomadas el 29 de julio-, mostrando a la vez que tanto en este paquete como en Ios anteriores la única meta que se alcanza, incluso más allá de lo previsto, es la compresión del consumo popular. El Ministro Barúa caerá en mayo de 1977, luego de mostrar claramente que no tiene poder para disciplinar el Gasto Público en función de su programa. Tampoco logrará sus optimistas previsiones en cuanto al aumento de la producción y perderá paulatinamente el apoyo de la banca privada de los Estados Unidos, a la que recurrió en negociación directa para evitar la lenta y difícil gestión con el Fondo Monetario Internacional. La presión imperialista para imponer medidas dirigidas a servir a sus intereses financieros -a cualquier costo- tomará visos dramáticos que arrinconan al gobierno y lo obligan a aceptar, cada vez más, las recetas del Fondo Monetario Internacional. Todo el enorme esfuerzo gobierno por ganarse a los empresarios nativos y por atraer la inversión extranjera - expresados en las medidas políticas del viraje y en la corrección de las reformas- serán mediatizados por la evolución de una crisis cuyo manejo la burguesía puede criticar ya técnicamente, por la incapacidad demostrada por el gobierno para darle mejores condiciones de operación al no resolver coherentemente la crisis. El gobierno vacila entre presiones del capitalismo financiero internacional para cobrar su deuda y presiones del capitalismo productor por lograr condiciones más operativas a su ganancia. Entre estas opciones opuestas sigue presionando una amplia gama de intereses y necesidades del propio gobierno y de su base de apoyo, la Fuerza Armada.

En efecto, la política económica trazada no soto es criticable desde una opción de intereses alternativos, expresada en la crítica al sistema en su conjunto. Para quienes efectos incluso para la promoción económica; f) fijar un calendario a término fijo y breve para la permanencia de las Fuerzas Armadas en el Gobierno, por la responsabilidad exclusiva que les compete en el reencuentro de la estabilidad económica nacional; g) derogar la ley de industrias y sustituirla por una legislación industrial que sea promocional para la industria privada. Todo ello es necesario para convertir la empresa industrial en la base del desarrollo económico autosostenido e impedir así aquellas etapas de nuestra historia republicana que ofrecieron al país una prosperidad falaz; h) revisar con criterio funcional los resultados de la reforma agraria dando al agro peruano el impulso necesario a través del aumento de los productos del agro y satisfacer de ese modo las necesidades de nuestra población. DESCO, Informativo Político No. 55. Abril 1977. p. 15

180

defienden y se benefician del capitalismo dependiente, la política llevada a cabo es también criticable. Barúa no logra cumplir con la reducción del déficit fiscal ni parar la expansión del Presupuesto Público que al probarse para 1977, indica "una decisión del gobierno de incrementar su programa de gastos por encima de los existentes en el año anterior"

261

. En esta expansión del gasto se muestra patentemente la tensión infra-

burocrática, quedando claramente demostrado que en el mismo gabinete "no hay homoneidad de opinión respecto al proyecto económico a seguir". La situación lleva también a una pugna entre burguesía y burocracia que concluye, junto con la anterior, en la generación de una mayor inflación 262 . La eficacia lograda en comprimir el consumo, mediante la fuerza represiva del período, puede observarse al comparar la evolución del costo de la propia canasta familiar presentada por Barúa: "Es evidente que los aproximadamente 22,000 millones de soles de incremento neto del presupuesto de 1977 representa un sector público que lejos de `comprimirse' se expande. Es importante subrayar este punto pues los voceros oficiales del gobierno no han explicitado una determinada posición respecto a la política económica a seguir, intentando conciliar en torno a ésta, intereses con sectores del capital nacional y con los órganos financieros extranjeros. Esta expansión del presupuesto refleja la falta de homogeneidad de opinión respecto al proyecto

económico

a

seguir.

Esta

falta

de

consenso

asume,

quizás

momentáneamente, la forma de un "boicot pasivo atomizado". Este podría ser el reflejo de contradicciones intraburocráticas existentes debido a la imposibilidad del gobierno de obtener un proyecto político consolidado. Pero, además, refleja también las contradicciones propias de una situación de crisis, ante sectores de la burguesía y de la burocracia. Así, por ejemplo, el sector financiero privado se siente fuertemente agredido y colocado en situación de desventaja pues a) el proceso inflacionario ha disminuido su capacidad do captar ahorros, b) su liquidez se ve año aun más presionada por la política de contracción del crédito implementada por el gobierno como parte de sui proyecto de estabilización; c) sus rangos de acción se ven recortados por verse enfrentados con una de las organizaciones sindicales más fuertes del país (la FEB), lo que les impide aumentar se tasa de ganancia presionando sobre los, salarios, d) ven en el Estado un límite permanente a sus utilidades, pues su mecanismo de ganancias se halla directamente interferido por éste: cada vez que 261

Informativo Político No 52 Enero 77 pp. 31-32.

262

Informativo Político No 52 Enero 77 p. 32.

181

consigue aumentar su capital, el Estado puede obligarlos a tomar más bonos del tesoro para asegurar sus requerimientos de liquidez.

Todo lo anterior, impulsa al sector financiero a exigir que toda expansión del financiamiento se produzca a través suyo y no a través del sector público. Y este es un importante punto de coincidencia con el empresariado privado, que reclama mayor capacidad de financiamiento Entonces, son las pugnas inter e intra burguesía y burocracia las que, en esta situación de reflujo del movimiento popular, son fuentes generadoras de inflación. Pero estos sectores coinciden en la necesidad de disminuir la tasa inflacionaria. Y coinciden también en la forma de hacerlo: dis minuyendo el consume popular'.

EV O LUCI O N DE L COS TO DE LA CANAS TA FAMI LI AR 19 73 -1 97 7 (E n Sol es )

Unidad de Consumo en 1973

1973

1974

1975 Enero Julio

1976 Enero Julio

1977 Enero Julio

Gasto según el ingreso real (9)

Cantidad que se puede consumir en Feb 1977

449 panes 7.5 kg. 25.2 kg. 29.3 kg. 31 latas 3.4 kg. 12.6 kg. 3.7 kg. 6.4 kg. 3.6 kg.

2,726 157 82 164 132 244 29 71 183 289 81

3,229 225 111 214 147 285 32 71 204 320 83

3,659 225 133 232 152 381 43 71 241 352 86

4,407 292 134 335 205 401 56 71 259 435 91

4,988 337 158 416 264 403 65 101 300 512 94

6,029 427 199 504 293 484 68 158 370 582 147

6,374 427 199 504 293 484 68 158 370 582 147

6,989 449 218 504 469 484 71 158 444 691 191

5,061 291 151 304 245 453 54 133 340 537 151

3,142

3,310

2,402

291 panes 5.2 kg. 15.2 kg 15.3 KG. 29 latas 2.7 kg. 29 latas 2.7 kg. 10.6 kg. 2.8 kg. 5.0 kg. 2.9 lt. -

1,294

1,537

1,743

2,128

2,338

2,797

2,132 413 258 230 61 82 1,088

2,426 482 309 270 61 112 1,192

2,618 520 361 291 61 128 1,256

3,000 586 412 321 61 160 1,460

3,420 625 464 350 69 192 1,720

4,416 723 721 385 92 240 2,255

4,832 817 721 441 92 240 2,521

4,998 841 721 446 92 320 2,578

3,958 767 480 427 113 152 2,019

68 pasajes 13.7 galones 7.6 cilindros -

4,858

5,655

6,277

7,407

8,408

10,445

11,206

11,987

9,019

-

Alimentos Pan Francés Fideos Arroz Papa Leche evaporada Frijol castilla Azúcar Carne de res Carne de pollo Aceite de cocina Otros alimentos y bebidas No alimenticios Idumentaria Pasaje urbano Vivienda Kerosene Agua Prod. Ind. Div.

TOTAL INGRESO

103 pasajes 11.1 galones 1e cilindros -

-

182

FAMILIAR NOMINAL MENSUAL

-

4,858 (1)

5,349 (2)

5,349 (3)

6,199 (4)

7,039 (5)

8,209 (6)

9,019 (7)

9,019 (8)

9,019

FUENTE: INEI ELABORACION: GEPE - DESCO (1) La cifra ha sido tomada de en estudio elaborado por el Institute Nacional de Estadíticas en el año 1974. Se trata del ingreso de una familia de seis mienbros en el primer estrato de ingresos correspondientes a los estratos establecidos por la cuenta ENCA Ilevada a cabo en 1973. Al respecto ver: "Indices Precios al consumidor en Lima Metropolitano por Estratos", ONEC, Lima 1975. (2) A la cifra de 1973 se le ha agregado el 10.1%, que fue el incremento producido en los salaries nominales según datos del B.C.R. AI respeeto ver: Informativo político DESCO- Enero de 1977. (3) Se supone que en enero de 1975 el ingreso es el mismo del año 1974. (4) A la cifra de enero de 1975 se lo han agregado los 400 soles de reajuste de remunciones otorgadas por el D.L. 21202 y el aumento que podrían haber obtenido los trabajadores por convenio colectivo y que hemos considerado igual a 450 soles que es el mínimo permitido por la mencionada Ley. (5) A la cifra de julio de 1975 se le han agregado Ios 840 soles que se otorgaron en enero por el D.L. 21394. (6) A la cifra de julio de 1976 se le han agregado los 720 soles de reajusec salarial por el D.L. 21531 y el aumento de 450 soles por convenio colectivo tal como se hace para la cifra de julio de 1975. (7) A la cifra de julio de 1976 se le ha incrementado Ios 810 soles de reajuste concedido por el D. L. 21781. (8) No se ha producido ningún aumento adicional. (9) A la cifra de ingreso de Febrero de 1977 se le ha aplicado la ponderación del gasto que figura en el Cuadro No. 1. Cuadro elaborado en base a la canasta familiar presentado por el Ministro Barúa en Enero de 1976 para justifcar Ios S/. 840 de incremento de remuneraciones entonces concedido. Fuente Informativa Político No 53 - Febrero 77

Es reconocido por diversos analistas que ya se está solicitando al Ministerio de Industrias la reducción de la jornada de trabajo en un buen número de mepresas. A la vez que esto

183

-

ocurre, “Funcionarios del ámbito financiero sostienen…. que han sido ya incapaces de controlar la demanda de gasto de los Ministros y los Mandos Militares, aún dentro de un programa gradual…”263

El plan Barúa fracasa así, no sólo en sus previsiones, sino en los mismos objetivos propuestos. De este modo se prepara la negociación con el Fondo Monetario Internacional, que procurará imponer al gobierno sus exigencias draconianas. En su gestión inicial. Barúa había preferido negociar directamente con la banca privada norteamericana 264 , pero ya en Marzo de 1977 los mismos bancos que antes lo apoyaron reclamarán como condición preva el aval del Fondo Monetario Internacional. Al caer Barúa, el gobierno había desarrollado ya tensas negociaciones con la misión del Fondo, parte de las causales trascendieron al publicarse una carta del equipo de economistas del Banco Central de Reserva en la cual implícitamente se reclama disciplina y constancia al propio gobierno, a al vez que se expresa que el Fondo “…exige condiciones que creemos definitcamente inaceptables…” 265 . El gobierno ha de negociar cada vez más arrinconado y dando muestras de indefinición en la aplicación de su propia política. Su Ministro Barúa cae después e que los sucesivos paquetes económicos “…no produjeron los resultados esperados, por no hblar de un rotundo fracaso”266 263

Las ventas han disminuido no solamente en productos tales como cosméticos y otros bienes de consumo similares, sino aún en productos normlamente estables como jabones, muchas medicinas, llantas y lubricantes, constituyendo estos últimos un indicador tradicionalmente digno de confianza para determinar el nivel de actividad económica. Más de 50 empresas han solicitado reducir la jornada de trabajo ante el Ministerio de Industria y los basqueros predicen que en mayo y junio la proporción de dichas solicitudes va aumentar considerablemente. Mucas compañías pueden parar totalmente su producción. La industria de la construcción continúa recesada desde el año pasado. DESCO. Informativo Político No. 55 Abril p.41. 264

Incluso en Estados unidos se criticó la presión ejercisda por la banca privada sobre la política peruanal, a partir del crédito de US$ 397 millones otorgado para equilibrar la balanza de pagos. Se recalcó que ese rol político correspondía al FMI, organismo interncional que por su carácter de tal recubre de apariencia tecnocrática y apolítica la actuación imperialista de esta gran potencia. Ver en Cronología Política. Hechos Nos. 4472 y 4591 pp. 2065-66 y 2142 a 2145. 265

Los párrafos centrales de la carta de los funcionarios del Banco Central y las condiciones del Fondo están incluida en un artículo editorial de la “Carta Económica del Perú” reproducido en: Informativo Político No. 56 pp. 43-44. El texto completo de la carta, además del informe del FMI sobre la economía del país, aparecen también en Economía Peruana: un ensayo de interpretación de Carlos Otero y Hugo Cabieses. DESCO 1977 266

Informativo Político No. 57 p.36

184

EI enjuiciamiento de esta política anti-crisis no puede, sin embargo, hacerse sólo en los aspectos que se refieren a su implententación. Ya a través de períodos anteriores hicimos referencia a las distintas críticas que se centran en el propio diagnóstico de la situación y en la opción básica que la política trazada implicaba. Entender la crisis sólo como coyuntural y adjudicar sus causales sólo a los factores externos, era insuficiente e incompleto. Centrar todo el problema de la economia actual en el sector externo, en torno al pago de la deuda es, además, inhumano...y expresión de una opción de clase. Aunque en Julio do 1976, el propio Presidente, expresará una tímida autocrítica de la política económica, se referiría aún entonces sólo a la políticas de "corto plazo", sin cuestionar la propia conducción del conjunto de la economía y la estrategia misma de desarrollo 2 6 7 . Hubo entonces no sólo críticas de la izquierda opositora -con la cual el gobierno no aceptaba dialogo alguno- sino del propio Partido Comunista que, a pesar de todos los cambios del curso político, mantenía su respaldo al régimen. Este partido, comentando el mensaje del 28 do Julio do 1976 y las medidas económicas recientemente adoptadas, las que crítica con especial cuidado, se formularó preguntas como éstas. . . si es cierto que necesitamos aumentar la producción y es también cierto que esta necesidad es entorpecida por el boicot consciente de los capitalistas, por su negativa a invertir, por su resistencia sistemática a la Comunidad Laboral . . . ¿por qué se castiga los paros y las huelgas obreras y no el lock out de los patrones? ¿Por qué ahora Ios trabajadores huelguistas pierden su derecho a la estabilidad del trabajo y sufren la disminución de sus derechos vacaciones mientras que Ios empresarios actúan impunemente y no son objeto de sanción alguna?” … “Si el descenso de la producción y el uso insuficiente de la capacidad instalada afectan en primer término a los trabajdores, ¿por qué no se garantiza

plenamente

la

participación

obrera

de

los

aspectos

de

la

gestión

267

“… si bien la crisis presente tiene como causa importante la crisis mundial, es necesario analizar la parte de nuestra crisis qus se debió al manejo interno de nuestra economía y a la trabazón burocrática, resultado de una distorsión en cuanto a la instrumentación del Proceso. No fueron las reformas estructurales en sí las causas internas. Si la instrumentación y el manejo de la política económica del corto plazo se hubiera adecuado a la realidad, gran parte de los probleas actuales se hubieran salvado. Las normas dadas por el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada en su “Primera Fase” para cambiar las estructuras económico-sociales con el fin de poder contar con un país sólido y progresista, debieron acompañarse de medidad oportunas en la política económica en el cortor plazo para salvar la coyuntura y evitar que ese ésta pudiera derivar un problema estructural y de fondo”. Cronología Política. Hecho No. 4512 pp. 2086 a 2089

185

empresarial?” y refiriéndose al encarecimiento de las subsistencias, cuya causa el gobierno sitúa en la obra de Ios especuladores, el Partido Comunista se preguntará "por qué no se generaliza y legisla la participación directa y efectiva de la población…?" 2 6 8

Pero el gobierno no es sensible a la crítica, ni siquiera cuando parte de bienes lo apoyan. Y no hacemos referencia sólo a este partido, cuyo apoyo “molesta" ideológicamente al gobierno, sino incluso a las críticas expresadas desde dentro por sus propios cuadros. Esto demuestra una clara limitación de gobernantes, pero no sólo eso. Se trata de las limitaciones del régimen mismo, cuya correlación de fuerzas no le permite desatender Ios reclamos de la burguesía en primer lugar; y las propuestas implícitas en las preguntas del partido Comunista son inaceptables para la burguésfa, como lo eran también la ogramación de importaciones, el control de la sub-valuación de exportaciones y sobrefacturación de exportaciones, etc. Tomar esas medidas Ilevaría a enfrentamiento tal que el gobierno no podría seguir esperando que la activación" de la economía proviniese de la "volutad de la inversión privada" que es la única capaz de lograrla en su concepto. Este y otros aspectos centrales -que no parecen percibir los autores de ese pronunciamiento están en la base que impide al régimen cambiar su política económica, de corto largo plazo, y revisar su estrategía de desarrollo para apoyarla en el trabajo creativo de las mayorías, en la movilización real y efectiva de las porencias nacionales y no en el capital y el lucro privado, reticentes hoy ante cuaquier intento de reforma.

Es que todo el proceso va a mostrar reiteradamente la invíabilidad del reformismo, visible no a partir de radicales formulaciones ideológicas, sino la pragmática realidad que enfrentan las reformas -en su momento- y las posturas que intentan atenuar el efecto de la crisis en las mayorías, sin cambio sustantivo. Lo que la burguesía reclama es plena libertad de operación, control alguno y con todo tipo do incentivos. En caso contrario, no inviete aquí lo que el gobierno hace es reajustar y conciliar. Obtiene aplausos verbales, pero pocos resultados efectivos. Sin embargo, el cuadro se agrava cuando por su

propia lógica esa inversión -nativa y extranjera - origina

ciclos de crisis al desequilibrar la balanza comercial y al succionar hacia el extranjero recursos, mientras que no genera el empleo esperado. Cuando a esta situación se agregan Ios efectos de la propia política de inversiónes del Estado, no apartada de

268

Cronología Política. Hecho No. 4549 pp. 2114 a 2116

186

esta lógica y de las condiciones del financiamiento externo 2 6 9 , y encima se afrontan efectos del curso actual de la crisis del capitalismo internacional, se confluye en una hecatombe como ésta. Sobre todo ello, pero no antes, agréganse los errores cometidos por el gobierno al manejar la política de corto plazo, su propia indisciplina o su indecisión. Por todo esto el curso económico y político cuestiona muy a fondo las posibilidades de esta política y de este régimen, recordando que la exptotación económica de las mayoría se reproduce y agudiza no por consideraciones personales de Ios actores del sistema, sino por su incapacidad de replantearto. Cuando en el curso del proceso político la ideología capitalista defiende el mito de la inversión privada como el dinamizador que hace salir del subdesarrollo, recurriendo no sólo a otras realidades sino a otras fases del capitalismo y a otro siglo de la historia para ejemplificar tal afirmación, hay que recordar que esa ideotogía nunca ha cubierto el salto lógico que armonice el interés privado de aumentar la ganancia con el interés general de satisfacer las necesidades sociales y progresar. De bemos recordar que ese salto "automático" se logro en las porencias y países avanzados de hoy, oprimiendo y descapitalizando a otros pueblos; y que en la fase actual, monopólica, del capitalismo ningún pueblo se ha desarrolldo y liberado del imperialismo dentro de ese sistema.

2. ¡SR. PIAZZA: EL PAIS NO ES UNA EMPRESA! El curso del proceso político evidencia la agudización de la crisis económica y política tras la eficacia del gobierno en reprimir y pauperizar al pueblo, pues sólo en la reducción del consumo popular se cumplió el plan Barúa Caído este ministro, el gobierno presentará su nueva carta, el empresario Walter Piazza, conocido como cuestionador de la "Primera Fase" y defensor del "legítimo egoísmo” expresado en la empresa privada 2 7 0 . AI incorporarle, el gobierno ofrece una carta de aliento a los 269

Que imponen junto con su dinero no sólo altos intereses sino la tecnología (que es eficiente para sus economías, pero no para la nuestra) y sus prioridades. Al ver los costos de las inrrigaciones de la Costa cabe preguntarse si para las necesidades del país no sería más adecuado impedir la pérdida de tierras de cultivo, dad en alta proporción, e irrigar con técnica más tradicionales nuestra sierra, movilizando amplios contingentes de campesinos sin emplo real. Pero ¿las agencias internacionales financiarían estos proyecto? Allí la imposición tecnológica no funciona igual y más de un “técnico” del sistema calificaría de poco rentables estos proyectos, obviamente dentro de su criterios de rentabilidad capitalista. 270

El Ing. Walter Piazza – Ministro de Economía y Finanzas- sustentó su posición doctrinaria y política ante el Presidente Velasco en CADE 1972. En esta ocasión afirmó que el hombre…. “Hay que definirlo tal como es: un ser por naturaleza egoísta que

187

empresarios privados a quienes sistemáticamente trata de reivindicar, presentando un Ministro dispuesto a disciplinar la acción del gobierno. Las medidas que plantea al gobierno se expresan en un "Programa de Emergencia" que sigue la misma Iógica de los presentados por su antecesor. El Ministro mismo las resumirá de la siguiente manera en su exposición al país:

“1. Procurar reducir tos gastos del Gobierno para que el déficit fiscal disminuya, desde el rango de 55,000 a 80,000 millones de soles antes indicados, a un nivel manejable para este año de 30,000 a 35,000 m i l l o n e s d e soles.Este recorte de gastos tendría que hacerse en el breve lapso de 7 meses, lo que demanda un gran esfuerzo. Para ello se ran a tener que posponer una serie de proyestos e implantar políticas d e severa austeridad. Como una medida conducente a lograr este objetivo, y por 12 meses, se han

congelado

las

plazas

en

el Gobierno

Central y

los

sectores

administrativos de las Empresas Públicas y se ha prohibido la compra, entre otras cosas, de automóviles y equipo de oficina. 2.

Eliminar la pérdida de PETROPERU y procurar que esta Empresa empiece a generar recursos propios suficientes para un crecimiento diversiticado y sostenido. Para ello va a ser necesario elevar los precios de la gasolina y los

busca su felicidad, pero que sólo alcanza su calidad verdaderamente humana cuando su espíritu se proyecta sobre la sociedad”. De allí dibujo que “la sana ambición del hombre y su LEGITIMO EGOISMO, en la medida que no perjudiquen al conjunto social, han sido, son serán vigorosas fuerzas motoras de progreso”. A partir de esta formulación doctrinal defendióel pluralismo económico en los términos en que convenía a la empresa privada tal como ahora en que los empresarios privados podía acpetar la comunidad laboral: la participación sí, pero sin compartir la autoridad. El Presidente Velasco respondió señalando “reparos y discrepancias significativas” y sosteniendo que desde el punto de vista del gobierno “…hay un fundamental error INSUBSANABLE en sostener un enfoque de los problemas sociales, económicos y políticos basado en el individualismo o en una reducción de la compleja naturaleza de lo humano a la sola dimensión del egoísmo en el individuo o finalmente en aceptar que la ambición y el egoísmo siempre y por siempre serán vigorosas fuerzas motoras del progreso…” Sostuvo el Presidente Velasco, al rechazar ese planteamiento capitalista liberal, que el gobierno rechazaba también el comunismo estatista y el capitalismo con planificación estatal, al que identificó con los tercerismos. Señaló finalmente que “la participación es participación en la toma de decisiones o no es nada” y que en síntensis, el planteo del gobierno frente a la empresa privada reformada es”…a propiedad compartida dirección o autoridad compartida”. Ver Cronología Política Hecho No. 1898 pp.449 a 452.

188

combustibles. El nuevo precio a partir de manana de la gasolina de 84 octavos será de 75 soles por galón. 3.

Reducir en este año, en 200 millones de dólares, las importaciones del Estado de Bienes y Equipos, incluyéndose la Defensa Nacional.

4.

No efectuar ajustes bruscos en vuestra tasa de cambio y mantener el sistema de ajustes graduales, en función de nuestra realidad económica.

5.

Compensar, en parte, la pérdida de capacidad adquisitiva de la población -capacidad adquisitiva que se ve afectada por el incremento de los precios-, cuidando de proteger proporcionalmente más a los que menos ganan.

6.

Apoyar los recursos de caja en moneda extranjera, mediante la concertación, en condiciones adecuadas de financiamiento, de 250 millones de dólares que se requieren en lo que queda del año, en materia de Balanza de Pagos" 2 7 1 .

El Ministro Piazza expondrá este "Plan de Emergencia" a la vez que expli ca la situación económica en términos claros, que tocan la sensibilidad de buena parte del gobierno ya que implican una crítica que muchos no estaban dispuestos a aceptar. Ademas de insinuar una crítica a la falta de información al público sobre la verdadera situación económica -que El Comercio parece responder- 2 7 2 , el Ministro censura el optimismo habido en la programación de los proyectos de inversión a largo plazo, los limítes que han hecho que la producción agrícola no aumenta, las trabas impuestas por la burocracia a la empresa privada, el gran crecimiento del aparato estatal y la planifitcación del desarrollo -que no ha Iogrado ni armonizar los sectores público, privado y social lo expresarse en el desarrollo y financiación de los proyectos 2 7 3 . Su exposición incluirá obvíamente la defensa de la empresa privada, crítican que hayan sido maltratados "los promotores de empresas y profesionales" que

se

haya

considerado

sus

utilidades

"como

hechos

vergonzosos

y

antisociales" 2 7 4 . Senalara mas adelante, que cl estancamiento de la cconomia se d 271

Informativo Político. No. 57 Junio 1977 p.35

272

Informativo Política. No. 58 p.14

273

Informativo Política. No. 57 p.34

274

Puede afirmarse que los empresarios ejercen actividades “vergonzosas y antisociales” tanto en su generalizado comportamiento anti laboral como en la burla de la ley, en la suvaluación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones, en mil mecanismos para evadir la presentación de utilizades que si bien pueden no has hecho por todos y cada uno, son representativas y reconocidas públicamente. Pero hay,

189

be, on parte (pero las otras partes no las indica y por tanto esta es la cenlr al clima de desaliento que esto ha producido y a la falta de ahorro. El impacto de esta exposición y de estas medidas será muy grande en la coyuntura de entonces. Pero no sólo por obra del Sr. Piazza, sino, por venir luego de tantos "paquetes" en la misma dirección y por representar un golpe más sobre una poblacion ya enormemente pauperizada y cofinada a callar en base a los límites de la represión instituída al amparo del Estado de Emergencia.

Un titular del Semanario Oiga, "iSr. Piazza: el país no es una empresa", ha de reflejar claramente el ánimo general -al borde del estallido- presente al acercarse el final de este período de un año de "Emergencia", diseñado para aplicar la política de estabilización económica del gobierno. Más expresivo de la vision popular, el Semanario Unidad titulará esa coyuntura diciendo: "Piazza: habló el Patrón". Incluso en ese moniento, el Partido Aprista -que aunque se define como, izquierda democrática no se ha opuesto a la política económica del régimen- declarará, a través de su Secretario General Colegiado Armando Villanueva, que las medidas económicas "… se inspiran una política más de tipo empresarial que popular. Esas medidas se vinculan más a los intereses de las altas empresas que del pueblo productor que -remarcó- será el que pague el costo de la crisis" 2 7 5 .

La caida de Piazza, en medio de disturbios que se generalizan en todo el país, parece explicarse en la suma de tensiones generadas por su propia expo sición y por su decisión de reducir el gasto público, afectando a sus colegas de gabinete. Esto se da en un cuadro en el que los propios mandos militares regionales tiene oeasión de comprobar la reaecion popular ante las nuevas alzas. El desenlace se produce en plena discusión de los términos de negociación con el Fondo Monetario Internacional, para obtener el necesario y deseado stand by.

además, la permanete recurrencia a reduciar la crítica hehca al sistema a una crítica a este nivel, como si quienes plantean un cambio real fueran algo asi como neuróticos o “gentes cegadas por el odio”. No es así; aunque pueda haber también deformaciones, fruto de la tensión social. Al menos eso no es lo central a toda sociedad alternativa requirirá de empresaris profesionales, pero “incentivados” de otra manera, y no necesariamente privados… de un compromiso tangible con las necesidades de las mayorías por la lógica de lucro del sistema, que es aquí la única medida de su éxito o fracaso como empresarios. 275

Informativo Político. No. 58. Julio 77 p.16

190

CINCO EL MOVIMIENTO POPULAR ENFRENTA AL GOBIERNO El Estado de EMergencia estuvo destinado a impedir toda movilización y protesta de los trabajadores. Era el necesario complemento de la política económica del régimen y por ello el gobierno recurrió al despliegue de todo su aparato legal y represivo para aplicarla. Hay que calibrar on toda su dimension que significó para los trabajadores y sus organizaciones este período. En la base se soporta un proceso creciente de pauperización. En 1977 -segun cifras oficiales- el salario real del trabajador ha descendido en un 23% respecto a 1973, mientras que el sueldo real ha disminuido en un 33% para el mismo periodo. 2 7 6 Más dramática aún es la situación de los amplios 276

Sueldo, Salarios y Mínimo Nominal y Real en Lima Metropolitana 1973 – 1979 (En soles mensuales) SUELDOSSALARIOSMINIMO LEGALIndice de precios ConsumidorNominalRealIndiceNominalRealIndiceNominalRealIndice1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 Ene. Feb. Dic.*10338 11088 13977 17100 20458 26259 28329 29674 3857610338 9487 9062 7986 6883 5087 5189 5080 4671100 92 88 77 67 49 50

191

al

sectores sub empleados y desempleados 2 7 7 . A este estado de cosas se agregará en Ios últimos años la despedida ocasionada por la reducción de plantas o turnos, como aquella que proviene de los conflictos sindicales. De este modo, el trabajador lucha desde hace varios años por subsistir, más que por ampliar su nivel de vida a condiciones más humanas. Cada "paquete" económico reduce salario real, a pesar de que reciba más billetes. Pero, añadida a esta difícil situación, la ofensiva de los patrones y del gobierno se desata con verdadera furia. Los primeros agregarán a las condiciones objetivas de la crisis un resentimiento acumulado desde los primeros 49 455150 5670 7468 10788 11850 16794 18864 20209 262715150 4852 4842 5038 3987 3253 3455 3459 3181100 94 94 98 77 63 67 67 622400 3000 3540 4500 5400 6900 6900 8970 116002400 2540 2295 2101 1816 1367

192

años del gobierno de Velasco, porque se sintieron afectados por las reformas aunque sus margenes de ganancia fueran siempre estimulados. El gobierno, sin imaginación y desgastado al enfretar la crisis, entiende que las huelgas son provocaciones que atentan no sólo contra su plan económico sino contra su estabilidad. Consciente de su impopularidad creciente, reacciona contra el pueblo con actitud vertical y paternalista, impositiva de sus "políticas" e incapaz de dialogar y armnonizar incluso en los conflictos más simples.

Las organizaciones sindicales, sus dirigentes y asesores legales, se han convertido en subversivos. Se legisla de tal forma que no desaparecen formalmente los sindicatos, pero se procura atarlos de manos. El Estado de Emergencia y la suspensión de garantías se extienden al ámbito laboral por el D.S. 011-TR que prohibe e ilegaliza toda huelga, ordenando el despido masivo en caso, de producirse; pero como, además, están suspendidas las garantías, se detiene a cualquiera y de hecho la detención de dirigentes se darán desde el momento en que

1263 1535 1412100 106 96 88 76 57 53 64 59100.00 118.10 154.24 214.13 297.23 516.22 545.91 584.12 825.15FUENTE: BCR hasta 1978. DESCO, cifras de 1979 *Previsto suponiendo una tasa de inflación de 60% para todo el año y reajuste por un total de 30% adicional en las remuneraciones. DESCO. Resumen Semanal. (24 de Febrero al 2 de marzo 1979) No. 9 p.4 277

La población subempleada en 1977 era el 48.1% de la PEA. Este porcentaje se ha incrementado significativamente desde 1973 en que era 41.3. En 1976 fue de 44.7. El desempleo abiero fue de 5.8 en 1977, habiendo sido de 4.0 en 1975 (fuente Ministerio de Tabajo, Dirección General de Empleo)

193

se preve una posible huelga, aún en plenas negociaciones. Con una represión "selectiva" pero eficaz, dirigida principalmente contra dirigentes y organizaciones sindicales, se buscó -y logró al principio- desarticular al movimiento popular e impedir toda protesta. La prensa del gobierno no sólo rehusa dar acogida a sus reclamos sino que, ante cada movilización, desde forma, ataca e intimida. Las revistas que circulan sólo acogen simbólicos casos, aliándose casi siempre al coro antipopular. De este modo el sistema estaba armado para que el pueblo calle y soporte los sucesivos golpes de la política impuesta por el gobierno. Toda esta situación enmarca otro hecho real: el sindicato pierde toda capacidad de negociación. Debe presentarse desarmado a la mesa de negociaciones, porque no puede ordenar un paro ni negociar fuera del tope puesto por el gobierno. Si a ello se agrega la capacidad de la empresa para sobornar funcionarios y la recurrencia concreta al Ministerio del Interior ante cada conflicto importante, aparecera claro que el sindicato tiene al frente un poderoso aparato, dispuesto a impedir cualquier avance. Durante la vigencia del Estado Enrergencia la intervención del Ministerio del Interior es inmediata, deteniendo dirigentes, amedrentando familiares e incluso participando en un nivel negociación cuando los sindicatos reclaman por la detención

de

dirigentes 2 7 8 .

Esta

perdida

de

capacidad

de

negociación

se

complementa con la política del Ministerio de Trabajo -que favorece abiertamente a las empresas en conflicto- y con la campaña antisindical de los empresarios, debidamente acogida por diarios y revistas que, a su vez, silencian y distorsionan los comunicados de los trabajadores.

I.

TRES HUELGAS IMPORTANTES EN 1976

En el segundo semestre de 1976, tres grandes huelgas demostraron la capacidad de respuesta de los trabajadores frente a la agresión específica del gobierno. En ellas se luchó con notoria desventaja y, aunque se soportaron de rrotas en cada caso, se fue construyendo la conciencia de que sólo un paro general podría tener efectos reales. Las tres huelgas principales fueron la del gre mio de pescadores, la de trabajadores municipales y la de trabajadores telepostales.

La huelga de pescadores transcurre entre octubre y diciembre de 1976, período en el cual el gobierno apela a todos los métodos para quebrarla. Recurre la detención de dirigentes y a su desconocimiento legal, intenta impulsar sindicatos paralelos y 278

Informativo Político. No. 52 p. 21, Enero 1977; ver allí la intervención del Director Superior del Ministerio del Interior en el retiro de un pliego de reclamos.

194

obtener la censura de los dirigentes en sus bases, establece el toque de queda en todos los puertos del litoral y detiene a más de un centenar de dirigentes y trabajadores. En útima instancia, apela a la ya cotidiana acusación de subversivos, al despido general por violar la Ley de Emergencia y a brindar la “oportunidad" de reinscripción para quebrar el gremio 2 7 9 .

A todo lo largo del conflicto, esta actitud será apoyada por una campaña orquestada de la prensa del gobierno que, barajando contradictorias a argumentos, sostiene -en noviembre- que un número creciente -cinco mil- de trabajadores se aprestaba a salir a la mar, al mismo tiempo que insistía en la cuantiosa pérdida que esa huelga seguía ocasionando, dejando de lado –de principio a fin- la necesaria veda de pesca que se requiere año a año 280 .

Esta era una huelga claramente defensiva, originada en la decisión del gobierno de vender a pequeñas empresas las embarcaciones, ofreciéndolas en venta a los trabajadores en términos que de ninguna forma les podía parecer conveniente 281 . No se 279

Sobre el particular puede consultarse el tesmonio de Carlos Malpica en su folleto La desnacionalización de la flota de Pesca-Perú: una medida anti-histórica. Ed. Labor, Lima 1976. 280

En la obra citada, dice Malpica: “En mi calidad de asesor económico recurrí a prácticamente todos los periódicos y hablé con su directores sobre el problema pesquero. Unos me dijeron francamente que la actual situación de la prensa no permitiría este tipo de libertades, menos aún tratándose de un grupo laboral tan combativo. Otro, con una franqueza asombrosa, me manifestí que ta él estaba de refreso de sus veleidades izquierdistas y que creía en las virtudes del capitalismo, lo hiciera de verdad y no recurriendo a arcaimos antieconómicos y antisociales, me replicó que él creía que todo lo que hacía este gobierno estaba bien. Y luego me preguntó sobre la vida de viejas amistades, con lo que terminó el diálogo (…)”. “En los últimos meses, ni siquiera como aviso pagado se ha permitido a la Federación publicar sus opiniones respecto a la transferencia de las bolicheras que, sin lugar a dudas, a ellos más que a nadie interesa”. Malpica, Carlos, op.cit. p. 17 281

“Por su experiencia, los trabajadores del mar sabe que en este sector las pequeñas empresas están condenadas al fracaso. Casi tres décadas de historia le han demostrado esta verdad. Les constaba además que, en las empresas pequeñas que subsistieron, las condiciones de trabajos eran bastante más difíciles que en las grandes flotas y, además, como su situación económica siempre fue precaria, en canto se les perestara a los pescadores una oportunidad se trasladaban a una gran empresa. Esta y no otra es la verdad, de allí su desconfianza en la solución acordaba por el

195

propicia diálogo alguno, ni existe la más elementos actitud de discutir una medida tan cuestionable; el gobierno se presenta como "dueño absoluto de la verdad" y como "propietario privado" de este bien público. Las declaraciones y comunicados del Ministerio de Pesquería y de la empresa Pesca Perú expresan claramente esta posición que recurre de partida la condena del contrario 282 . Sin ser escuchados, los trabajadores van a huelga para defender su trabajo y sus derechos, siendo a causa de ello brutalmente reprimidos y desarticulados 283 .

La huelga de trabajadores municipales es mucho más breve y su Federación la suspende para dialogar. Esta versión es desmentida por el Ministro del Interior quien, con desparpajo que pasará a la historia, declara:

"Eso hay que acdararto. Los trabajadores Municipales no han levantado la huelga... La huelga la ha roto el Gobierno y que ahora por estrategia digan que la han levantado, eso es otra cosa" 2 8 4

Para entonces había once dirigentes detenidos y 420 obreros municipales virtualmente despedidos. El mismo curso segura la huelga de Telepostales, plantean en diciembre de 1976 un "pliego de necesidades mínimas" para un gremio pauperizado que tiene los más bajos sueldos de la Administración Pública. La represión incluye en este caso la detención de esposas de dirigentes escondidos (una en estado de embarazo), el Decreto Ley No. 21558. Por otra parte, un grupo laboral como los pescadores que percibe un promedio de doce mil soles mensales, con una carga familiar promedio de siete personas, prácticamente no tiene capacidad de ahorro y por lo tanto no puede pagar la cuidat inicial que, en gran parte de los casos, supera los tres millones de soles. Si la experiencia les había demostrado la poca viabilidad de las pequeñas empresas y adicionalmente no tenían dinero para la cuota inicial, lógica resulta su oposición a la medida y su exigencia de encontrar alternativas más convenientes y viables. Por otra parte, el Decreto Ley No. 21558 estableció que los pescadores tenían preferencia, casi exclusivamente, en los casos de embarcaciones cuyo valor no superase los 3 millones de soles; es decir, podía comprar sólo las bolicheras más chicas y en peor estado de conservación”. Malpica, Carlos…, Op cit. p. 16 282

Cronología Política. Hecho No. 4568 p. 2128, 4598 p. 2150, 4601 p. 2151 y 4701 p. 2225 283

Puede encontrarse mayor información sobre los motivos de la citada huelga en Cronología Política. Hecho No. 4710 p. 2229 284

Cronología Política. Hecho No. 4686 pp.221-12

196

amedrentamlento de empleaads en sus propias oficinas y por supuesto el despido de sus dirigentes 285 .

Este útimo caso la destitución se ampara, además, en la anacrónica

legislación que impide sindicalizarse al empleado público 286 .

2.

LA ESTABILIDAD LABORAL EN DEBATE

Sin necesidad de variar la Ley, el Estado de Emergencia ha hecho desahecer la estabilidad laboral. Aunque hay sucesivas declaraciones anunciando cambio de esta Ley, la política aplicada muestra como se está despidiendo arrinconando a los trabajadores, aún antes de cambiarla. Finalmente, el gobierno no Ilega a cambiar la Ley en este período sino el año siguiente, pues es innecesano mientras dure la vigencia de la legislación de Emergencia.

Así lo entiende, por ejempto, la revista Andean Report en su último número del 1976, cuando expresa:

"Se supone que cambiará la Ley de Estabilidad Laboral, pero los cambios no necesitan ser particularmente profundos. Bastaría un cambio en la actitud de las autorldades de Trabajo, y en muchas partes del país esto ya ocurre. Ya no es más una convicción definitiva la de que sus quejas acerca del comportamiento sus trabajadores son siempre, escuchadas a través de los canales normales. Los sindicatos más activos -los miebros, los maestros (SUTEP), los metalúrgicos (FETIMP) y los pescadores- van a tener un año difícil, dado que son el enemigo número uno del gobierno" 2 8 7 . 285

Cronología Política. Hecho No. 4860 p. 2335 y 4864 p. 2338; e Informativo Político No. 57 p. 23. 286

La experiencia de estos paros ha´ra más visible que ante esa situación ni siquiera las Federeaciones pueden lanzarse solas a una huelga. Habrá, además, paros en Bancarios (Cronología Política. Hecho No. 4741 p. 2252), en Pucalá (Cronología Política. Hecho No. 4551 p. 2117), en Maestros (Informativo Político No. 56 p. 33 No. 58 p. 33), una huelga de las Cooperativas Azucareras en mayo de 1977 (Informativo Político No. 56 pp. 29 y 30) y una huelga en Toquepala en julio (Informativo Político No. 58 p. 22). En todos los casos, la represión estará presente en función de su significado (no se vea esto como un listado –imposible a partir de la prensa- sino como mención de ejemplos). 287

Informativo Político No. 52 Enero 77 p. 38

197

Esta revista acoge así dos hechos centrales que los empresarios ven manejan, aunque se nieguen a reconocerlo. Que el viraje de política les favorece, aún con la Ley antigua; y que los sindicatos en la lógica actual, dado el verticalismo y la política del gobierno, son definidos como el "enemigo número uno" de este ultimo. Muchos empresarios aprovecharan esta situación forzando despidos y conflictos, a la vez que levantan una importante campaña de prensa contra los trabajadores. La lucha se centra en el "problema de la estabilidad laboral", pero incluye la denuncia antisindical, calificando de subversivos y agitadores a los dirigentes. Por su parte, los trabajadores denunciando la agresión patronal, la línea del Ministerio de Trabajo, la despedida constante de trabajadores y la disminución de su salario real.

Luego de que en Enero de 1977 el Ministro de Trabajo anuncia que está lista la nueva Ley de Estabilidad Laboral, "para ser colocada en agenda do Consejo de Ministros", la campaña se acrecienta, El mismo ministro señala que los despidos que vienen denunciando los trabajadores se deben a la "baja deliberada de la producción" o huelga blanca. El Decreto 011 -TR -de Emergencia- ha incluido entre las causales de despido a esta nueva causal, cuya prueba controla a su arbitrio la empresa. Esta situación será denunciada por la CTRP Lima 2 8 8 y Por la CGTP, que en su comunicado denuncia que al amparo del D.S. 011 se ha despedido masivamente a trabajadores, por "baja de producción" y explicita cómo a partir de ese decreto un simple "parte" policial -que el poder Judicial nunca admitó como prueba- es considerado instrumento legal

probatorio

de

Ios

"atentados"

contra

la

empresa 2 8 9 .

Esto

mismo

será

denunciando por 56 federaciones sindicales y comuneras que logran expresare en un suleto de La Prensa.

288

Informativo Político No. 54, Marzo 77 p. 16

289

“La más amplia unidad sindical y popular de debe dar en el Perú en defensa de la estabilidad laboral. Resulta indispensable impedir que en la nueva ley se inserte el espíritu del Decreto 011 y se establezca como causal de despedida la “baja de la producción”, cuando la más de las veces responde ella a la maniobra de los empresarios. Nadie puede admitir que el parte Policial sea considerado instrumento legal destinado a justificar atropellos policiales por cuando ni el Poder Judicial lo admite. No puede concebirse que los empresarios dispongan de un porcentaje de plazas para despedir anualmente trabajadores sin justificación alguna”. Informativo Político No. 54. Marzo 77 p.16

198

Las empresas asumen la pública defensa del D.S. 011-TR, en sucesivos comunicados pagados y contando para ello con amplio espacio. En febrero, once empresas -entre las que está la Philips Peruana, la Good Year del Perú y varias textiles- defienden el Decreto acusando a los dirigentes de ser "seudo aljadores", "infiltrados en la cúpula de los Sindicatos" que tienen como, meta "destruir la actividad productiva del país". Defienden el Decreto 011, indicando que "en el corto tiempo transcurrido" se esta recuperando la normalidad de la producción, habiéndose logrado su incremento y el restablecimiento del "principio de autoridad y de la disciplina" 2 9 0 . La firma Nizzola; en el mismo sentido, alabará el decreto luego de expresar que lo ha aplicado; Motor Perú y la Sociedad de Industrias harán lo mismo en sendos comunicados. Esta última "considera que debe derogarse el régimen legal que permi te esta situación", o sea la Ley de Estabilidad Laboral, "y que el D.S. 011-76-TR -que sanciona el sabotaje y el daño a la actividad productiva- es un buen paso en el camino conveniente" 2 9 1 . Las empresas Volvo y Profin Perú se sumarán a la campaña, mientras la CGTP y la Federación de Bancarios, por un lado, y la CTRP- Lima por otro asumen el contraataque, con mucho menor apoyo de Ios medios de comunicación. La primera denuncia la "desocupación masiva" que se está generando e informa que en 1976 hubo no menos de 12,000 despedidos, según cifras oficiales, sólo en Lima Metropolitana 2 9 2 .

La segunda denuncia los términos que incluiría la nueva Ley de Estabilidad Laboral, considerando como falta grave -causal de despido- la "falta de respeto al superior", 290

Informativo Político No. 53 Febrero 77 pp. 19-20

291

Informativo Político No. 54. Marzo 77 p.16-17

292

“En ese sentudo denunciamos que en 1976 se han producido más de 32 mil despedidos en Lima Metropolitana; dato que se deduce de las informaciones proporcionadas por el Ministerio de Trabajo al diario EXTRA y publicadas por éste en su edición del 16 del presente mes, en que se da cuenta de la presentación durante el año pasado de 160 mil expedientes de reclamos, el 20% de los cuales, o sea 32 mil versabn sobre reposición en el trabajo. Si se considera que cada expediente no es obligatoriamente referido a un solo trabajador sino a más, y se repara en la modalidad de despidos masivos que viene practicando las empresas, es fácil concluir que los despidos masivos que vienen practicando las empresas, es fácil concluir que los despidos masivos que vienen practicando las empresas, es fácil concluir que los despidos suman más de 32 mil trabajadores. La desocupación masiva no es, pues, resultado de ninguna “escala político-sindical de inspiración partidaria”; es llana y sencillamente producto de factores derivados del sistema y particularmente de la voracidad del empresariado capitalistas que lura más en épocas de crisis”. Informativo Político No. 53 Febrero 77 pp. 20-21

199

dejando "en manos de los empleadores la calificación de la falta grave de atentar contra la producción" y creando una autorización para "que las empresas, sin mediar causal alguna, puedan despedir trabajadores anualmente, de acuerdo a una determinada proporción 293 ".

Los diarios del gobierno se unirán a la campaña de los empresarios para atacar a los sindicatos, justo en momentos en que el Estado de Emergencia reduce al mínimo su margen de acción. Centran su mensaje en la necesidad de elevar la producción, mantener la disciplina laboral y modificar Ia actual Ley de Estabilidad Laboral. Reclaman "disciplina laboral", acusan de la baja producción y de los conflictos a "agitadores laborales" y presentan como un éxito del Estado de Emergencia la disminución de Ios huelgas en un 43.5% en 1976 sobre el año anterior 294 , asumiendo tanibien la defensa del D.S. 011 76-TR. 295 La campaña de prensa continuará en mayo, en los mismos términos. Se llegará a culpar a los sindicatos del "incumplimiento de los pactos laborales" -causa oficial del 89% de los conflictos sindicales entre 1974 1977- aunque es obvio, como sostendrá Unidad, que ese incumplimiento es responsabilidad principal de las empresas y materia de reclaino permanente por parte de Ios trabajadores.

En el punto máxima do la campaña, Oiga se preguntará: "¿son absurdos todos Ios reclamos laborales?". 293

Informativo Político. No. 54 Marzo 77 p.18

294

"Duranto 1976, y gracias a Ias medidas laborales dictadas por el gobierno revolucionario durante el Estado de Emergencia, las huelgas han disminuido en 43.5% en relación al año anterior, y las horas hombre perdidas en 66.3%. Las huelgas en 1976 Ilegaron a 440 y Ias horas hombres perdidas Ilegaron a 6 millones 822 mil 220, en tanto que en 1975 Ias cifras fueron realmente alarmantes: 779 huelgas y 20 millones 269 mil 428 horas-hombre perdidas. En el primer trimestre de este año, las huelgas Ilegaron a 35, en tanto que el pasado, y en el mismo lapso, el numero de huelgas Ilegó a 181. Las horas-hombre pérdidas en el mismo trimestre fueron 34 mil 475, miestras es el mismo lapso del año pasado, Ilegaron a 3 millones 907 mil 302". Informativo Político No 55. Abril 77 p. 22. A esta forma do argumentación, bajo la fría apariencia de Ias cifras que le convienen, nos acostumbra el gobierno, su prensa y Ios empresarios. Ni una palabra por qué de las huelgas: Ia disminución del ingreso real de los trabajadores, la violación de pactos colectivos, la incapacidad de arbitraje del Ministerio, etc., luego se multiplican cifras de horas-hombre perdidas, de millones de soles en "pérdidas", etc... Con estos argumentos se busca amedrentar a Ios trabajadores para que callen acepten . . . ¿qué pasaría sí a los gerentes, a Ios generales y a los altos burócratas les bajaran a la mitad su ingreso real?. 295 Puede verse ampliamente desarrollada esta campaña en los Informativos Políticos Nos. 54 y 55 de DESCO

200

"De esta manera, decenas de dirigentes sindicales han sido puestos en la calle. La suspensión de los derechos de reunión y de huelga han sido hábilmente utilizados por empresarios que como retribctión publicaban sendos avisos en tos diarios agradeciendo al gobierno por tales medidas que según ellos, habían permitido aumentar la producción. Más recientemente los diarios orquestaron una campaña destinada a ridicularizar las `absurdas' reclamaciones hechas por algunas dirigencias sindicales. Mencionaban, entre ellas, el pedido de un sindicato para que se otorgue un sueldo de gratificación a cada trabajador que saliera de vacaciones; y el de otro sindicato que pedía a su empresa una gratificación de cinco jornales por el “día de la Madre”. Tal campaña no podía haber sido sincronizada sin pedido o autorización expresa de alguna alta autoridad del Ministerio de Trabajo"296 .

L

La carts de on antiguo dirigente sindical -publicada en La Prensa~fega raegara

argumentos vivos a la defensa de Ins trabajadores, senalando:

"Tos trabajadores no son titeres para it a una huelga cuando 'un dirigente politizado' las ordena. Tos plazos de huelga se diseuten, analizan y aprueban por mayoria on Asamblea General de afiliados. Y ese mayors da sit voto por la huelga, cuando ve que es la unica forma de hacerse eseuehar o de enniendar tos desaguisados empresariales y burocrdticos de funciónarios. Tos trabajadores desde la epoca de Leguia hemos cornprobado que hav períodos, como el actual, en que tos patrónes se coluden para emprender batallas antisindicales provoc6ndotos do diversas maneras. Perú claro, resulta mat comodo para machos eulpar a tos trabajadoresy a sits dirigentes"(296).

Los ejemplos citados no sólo muestran el tenor reaccionario de la camapaña antisindical sino la perfecta articulación entre las empresas, el gobierno y su prensa. Ello se da en una situación de reflujo del movimiento sindical, amparado por la legislación de Emergencia, para justificar no sólo el estado de excepción que esta impone sino su concreción en una forma estable de legislación. Ello ocurre en el primer semestre de 1977, cuando muy distintas voces cuestionan y denuncian la vigencia de un Estado de Emergencia que sólo se mantiene para reprimir más fácilmente al movimiento sindical. Sin embargo éste, agredido par la represión "selectiva" y el cierre de todo espacio legal, no podido ser liquidado. Si bien los duros golpes recibidos en 1976 han mermado su capacidad de respuesta, lo han de impulsar hacia la unificación. Su actividad

296

Informativo Político No. 56. Mayo 77 p. 22

201

practicamente ilegal lo obliga a actuar "en la clandestinidad", pero no lo hace desaparecer.

3.

EL MOVIMIENTO POPULAR EN LA COYUNTURA DE JULIO DE 1977

Toda esta experiencia, reseñada aquí a lo más como simple muestra, ha de expresar en la coyuntura de junio y julio de 1977: La unidad, endeble aún, se va forjando en cada una de estas luchas, al comprobar que la agresión represiva y patronal no puede contenerse sino con una respuesta unitaria ni y masiva. Si bien se trata de una unidad coyuntural, con rasgos de inmadura política no superados 297 , es una unidad efectiva, lograda a pulse y que expresó -en la unica forma posible entonces- el rechazo de los trabajadores a la política de pauperización, represión y agresión sindical que se viene aplicando. Desde fines de junio de 1976 existen llamados a coordinar y realizar el piloto, bajo distintas formas 298 . La coyuntura en la que acaba este período, un año después, expresa la protesta popular en el Paro del 19 de julio; pero no sólo en esta forma, pues desde mediados de junio se extiende en todo el país la protesta contra las medidas económicas y la represión, con mucho de espontaneismo ydesarticulación, reflejando el clima político generado situación del pais.

En efecto, el 13 de junio paran los empleados bancarios por 90 minutos, protestando contra las nuevas medidas económicas; ese mismo día se producen disturbios en Lima, principalmente de universitarios, que dejan un saldo de 100 detenidos; el 16 hay disturbios estudiantiles en Arequipa, a raíz de los cuales son suspendidas las clases, y en el Cuzco se decreta el Toque de Queda luego de diversos disturbios. La CGTP informará el 19 que en Cuzco se ha producido un paro de 24 horas decretado por un "Frente Amplio” e indicará que se produjeron "cheques aislados cuya gravedad debe confirmarse, por conocerse extraoficialmente graves y dolorosas consecuencias". Tambien se informó el 22 de disturbios y saqueos en Sicuani, Espinar y Quillabamba, de una manifestación disuelta por la policía en Trujillo y de disturbios en Ayacucho. Un Paro General decretado por la FDTA en Arequipa realizó durante 48 horas los días 22 y 23 de junio, mientras continúan incidentes en Cuzco y Puno, donde el 24 el Comandante Militar, Gral. Matallana, "prometió a la ciudadanía que los precios de la carne, arroz,

297

Véase, por ejempl, la automarginación del paro por parte de los mineros, gremio conducido por el Partido Comunista del Perú – Patria Roja, para luego lanzarse solos y fracasar. 298

Cronología Político. Hecho No 4521 p. 2092 e Informativo Político No 22 y 31

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azúcar, leche evaporada no subirán hasta nuevo aviso". En Tacna, al finalizar el mes numerosos incidentes y protestas llevan al gobierno a imponer el Toque Queda 299 .

Para el gobierno y sus diarios, se tratará de una escalada subversiva para desestabilizar su poder; para El Tiempo, alimentador incansable del macartismo y su odio de clase poderosa, se trarará de "desestabilizar" al gobierno e iniciar una "semana roja". Para la Iglesia Católica, en voz del Episcopado del Sur andino, será ocasión de un enérgico Ilamado de atención que denuncia las causas reales de tales hechos y la miseria del pueblo. En efecto, los Obispos del Sur señalan, a partir de los sucesos ocurridos en su región, las causas de la violencia. En dicho documento denuncian la violencia de la represión y el sistema económico, formulan peticiones por el respeto a los derechos humanos y reflexionan, a partir del Evangelio, sobre lo que esta ocurriendo, sobre su significado y lo que demanda el compromiso con los pobres y la tarea evangelizadora. La tensión que este documento causa en el gobierno es inegable pues contribuirá aún año más a su aislamiento.

Para los obispos del Cuzco, Sicuani, Ayaviri, Puno y Juli, las causas de esta grave situación se definen de la siguiente forma 300 :

"Desde hace tiempo peso sobre nosotros una situación de violencia que se torno insoportable con las últimas medidas económicas: la continua alza del costo de vida, la congelación de salarios, la falta de estabilidad laboral, los bajos precios asignados a los productos de los campesinos, la escasez de tierra para la mayoría del campesinado, las leyes contra rias a los trabajadores, la prolongada suspensión de garantías v otras muchas medidas que de hecho golpean al pueblo en beneficio de una minoria.

Como causas de fondo descubrimos un modelo de desarrollo económi co y un sistema social y político que no toman en cuenta los intereses de la mavoría y se apoyan en una doctrina de la Seguridad Nacional que somete a las personas al poder del Estado y las pone a su servicio. La falta de

299

300

Informativo Político. No. 58 pp. 14 a 26 Informativo Político. No. 58 pp 43-44

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libertades

que

el

pueblo

soporta

lo

colocan

en

una

situación

de

desesperación que se traduce en rebeldía v estalla en violencia.

Estos hechos nos obligan a dar una respuesta de fe como cristianos y a tomar posición con el deseo de ser fieles al Senor y a su pueblo".

A partir de ellas se denuncia:



“La violencia de la represión y la voltunad de atemorizar al pueblo.



el sistema econónico, social y político que no tonta en cuenta tos intereses de la mayoria.



el hecho de que una minoría privilegiada descargue el peso de la crisis económica en los hombres de los sectores populares".

Y se formulan las siguientes peticiones:

"Anhelando para nuestra Patria la Paz, cuya base es la justicta y el respeto a los Derechos Humanos, pedimos:



Cese de la represión y amedrentamiento.



Información exacta sobre los muertos y desaparecidos.



Libertad para los detenidos.



Cese al alza del costo de vida, especialmente en los productos primera necesidad, transportes, gasolina.



Precios y salarios justos para los campesinos y trabajadores.



Asumir todos la austeridad que exige el momento actual, suprimiendo tos privilegios económicos.



Plena información y libertad de expresión para el pueblo.

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Respeto a las organizaciones indepedientes del pueblo y a su capacidad de decisión sobre los principales problemas que los afectan



Restablecimiento de las garantías constitucionales.



Un ordenamiento social basado en los intereses de las mayorías”.

En la coyuntura de julio, los sucesos del sur se ligan estrechamente al Paro Nacional, aún cuando por su dimensión sobrepasen la dirección de las organizaciones sindicales y políticas de la izquierda. La coordinación de Centrales y Sindicatos de diversa línea política se expresa en la misma convocatoria al paro -con la automarginación de la CTP, central controlada por el Partido Aprista- cuyo texto centra los terminos precisos de la demanda popular:

"Las organizaciones Sindicales abajo frmantes declaraciones nuestro más firme rechazo a las medidas económicas implementadas por el Gobierno cuyo objetivo es descargar la crisis econónica en las espaldas de los trabajadores y el pueblo peruano.

Constatamos que estas medidas económicas se traducen en el alza vertiginosa del costo de vida y el congelamiento de sueldos y salarios. Aparejada a esta situación el Gobierno viene desarrollando una violenta ofensiva contra los derechos y conquistas de la clase trabajadora para imponer sus medidas antilaborales v antipopulares. Es así que se continúa restringiendo las negociaciones colectivas, se ha suspendido el derecho de huelga al amparo de lo cual se ha desatado por parte del Gobierno de lo patronal una ola de provocaciones y despidos que apuntan a dictar una Ley de Inestabilidad laboral. Así mismo se interviene en las organizaciones sindicales, se persigue y detiene a los dirigentes con el afán de atemorizar a los trabajadores.

Manifestamos nuestro propósito de defender enérgicamente los derechos y conquistas alcanzadas. En tal sentido levantamos la siguien plataforma de lucha:

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1. Por un aumento general de sueldos y salarios de acuerdo con el alza del costo de vida y contra el Programa de Emergencia de Piazza. 2. Por el congelamiento de los precios de los artículos de primera necesidad.

3. Por la vigencia de los Pliegos Anuales, sin topes ni recortes. 4. Por la plena vigencia de la estabilidad laboral (Derogatoria del D.S. 011-76). 5. Por la reposición de todos los trabajadores despedidos. Libertad de los detenidos y repatriación de los deportados por razón de sus luchas sindicales y sociales. 6. Por la vigencia irrestricta de las libertades democráticas fevanta miento de la Lev de Emergencia. Toque de queda, libertad del derecho de huelga, de reunión, de prensa, libertad de organización, expresión y movilización. No a la intervención en los organismos representativos de los trabajadores. 7. Solución a la crítica situación por la que atraviesan tos trabajadores del mar. 8. Por la no intervención en las empresas campesinas y la supresión de la deuda agraria. 9. Por la no intervención en las universidades.

Las organizaciones sindicales abajo frmantes, hacemos un llamado a todas las organizaciones independientes y Bases de la CTP a unir fuerzas para llevar adelante la plataforma de lucha mediante EL PARO NACIONAL de nuestras organizaciones, el DIA 19 DE JULIO DE 1977.

Lima, Julio de 1977".

La unanimidad del Paro no será afectada ni por la campaña de prensa, por las amenazas que en mensaje televisado formuló el Ministro del Interno. Este último expresó que su ministerio "tomará todas las previsiones y realizará las acciones que sean necesarias para contrarrestar la realización del paro" y anunció que el gobierno se encontraba "empeñado en un gran esfuerzo para aprobar en breve importantes medidas económicas y laborales" 301 . El paro se cumplió en todo el país. La C.T.P. mostró no contar con bases o no poder controtarlas en su decisión de no parar, y sólo los Mineros se automarginaron. 301

Informativo Político. No. 58 p. 25

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Los diarios no pudieron ocultar entre líneas la unanimidad del Paro, a pesar de levantar sólo los desórdenes y supuestas adhesiones al gobierno:

"Los periódicos dedican gran espacio a comentar los sucesos de la víspera. Algunos de tos titulares son: "Paro de ayer fue parcial", "Las empresas del Estado suspendieron sus labores", "Lima quedó semi-paralizada", "Callao: Tensa Calma", "Ausentismo se produjo por temor. Paro fue parcial", "La CTP no paró", "Locales sindicales custodiados por la G.C, detenidos algunos dirigentes", "Calma y Serenidad hubo a ver en todo el país", "Carretera Central entre Vitarte y Chosica: Zona de Bloqueos", "Estudiantes de San Marcos Bloquearon los accesos a la ciudad Universitaria", "Centromin y Marcona no pararon", "Calma en el Centro de Lima", "Agitadores perturbaron el order en poblados de la zona sur: Atocongo", "Los pocos actos de violencia no tuvieron respaldo de mayorías", "Un grupo de huelguistas bloqueo Puente Dueñas", "Servicio de Transportes se retiró por precaución", "Continuidad*, Antena dio, una hermosa lección al rechazar el paro", "Exaltados causron violentos desórdenes en Zonas periféricas de la Gran Lima, principalmente en Avenidas Cotonial, Argentina y salidas al norte y Centro,", "Poder Judicial atendió ayer con absoluta normalidad ", "Murieron seis personas durante disturbios ayer", "El servicio aéreo se cumplió normalmente", "Helicópteros por Bloqueo en Vitarte traslado a tripulantes de un Jet", "Incendiaron Concejo de San Juan de Miraflores", "El paro fue sólo parcialmente acatado en interior del país”', "Muy pocos micros varios sectores de Lima”, “Paro convocado por ultraizquierda, ultraderecho comenzar el día". "Graves disturbios causan agitadores políticos en varios sectores de Lima", "Paro convocado por ultraizquierda, ultraderecha y CGTP se cumplió parcialmente en todo el país". En La Prensa se informa que en Huancayo se levantó el "toque de queda". Correo dice que, al cierre de su edición continuaba sesionando el Consejo de Ministros "abocado al estudio de los lineamientos del plan de medidas, económicas, planteado por el Ministro de Economia y Finanzas" 302

El gobierno queda golpeado y aislado. Sin retroceder en lo inmediato no pudo eludir el impacto nacional e internacional del "NO" expresado claramente por el pueblo 303 . 302

Informativo Político. No. 58 p. 25

303

En el New York Times del 28.7.75 aparecerá un artículo titulado “Militares peruanos advertidos por la Iglesia”, refiriéndose a toda la coyuntura y en Le Monde

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Dispuso, para ejemplarizar y descabezar el movimiento sindical, el D.S. 010-77-TR que faculta a las empresas para despedir -a su arbitrio- a los organizadores e instigadores del paro; apresó a dirigentes en masa y por buen tiempo. Todo ello confirmará aún mis su aislamiento, del que procura salir anunciando la convocatoria a elecciones para la Asambles Constituyente en 1978 y la entrega del poder en 1980. En esa misma ocasión -Fiestas Patrias-, recibirá otra sería llamada de atención, que ahonda aún más aislamiento: el 27 de Julio, el Cardenal Primado de la Iglesia Católica a la vez que invoca la "unión y solidaridad de todos" para superar la crisis "sin odios, rencores, ni violencias", advertirá:

"La violencia ni el exceso de autoridad, en estos momentos tan difíciles, son el camino adecuado para aliviar la seria situación del país ya que por el contrario ello nos llevaría a agudizarla aún más" 304 ..

En lo inmediato el gobierno -cuyo exceso de autoridad es cuestionado- no escucha llamados y aplica los dispositivos represivos, generando enorme cantidad de despedidos. Pero a partir de este momento, la coyuntura cambiará hacia una apertura limitada del espacio político, que se expresa en el levantamiento del Estado de Emergencia y en el llamado a elecciones, la primera de estas medidas concretada en agosto y la segunda anunciada el mismo 28 de Julio.

II.

SIGNIFICACION Y RESULTANTE DEL PERÍODO

Los hechos y coyunturas analizados nos permiten ahora intentar una visión de conjunto de este período que comienza en julio de 1976 -al recomponerse el gobierno- y concluye con el Paro Nacional Unitario del 19 de julio de 1977. Las medidas políticos que son consecuencia de esta coyuntura recién serán tomadas en agosto, un mes después, pero se definen en la lógica de la coyuntura del paro y sus efectos. Esta aparece claramente en los hechos, no resultante de todo este período signado por la Emergencia impuesta al pueblo.

del 31.7.77 aparece otro similar, aunque mpas breve, bajo el titular “El gobierno refuerza su control sobre la prensa”. 304

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Veremos, en esta parte, las definiciones que enmarcan el período, las fuerzas presentes en la escena política y las perspectivas de la resultante. Una disgresión final dedicada a ubicar este régimen dentro del contexto latinoameano, se hace necesaria dado que durante el Estado de Emergencia el gobierno adquirió rasgos dictatoriales que a cualquier analista inducían a la comparación con las dictaduras del cono Sur, cuestión que merece algunas precisiones.

I.

DEFINICIONES D A D A S EN EL PERÍODO

En la coyuntura de Julio de 1976 se dieron las definiciones que enmarcan el período que surge a continuación. La recomposición del gobierno -excluyendo a los sectores progresistas- y su opción decididamente antipopular encuadran el proceso político en terminos cada vez más definidos. En efecto, entonces el gobierno ya no tiene nada que ofrecer al pueblo, no aspira a desarrollar un proyecto propio, hace abandono de sus posturas reformistas y de los precedentes intentos de conciliación de intereses. En forma consecuente, tampoco espera nada del pueblo, es consciente de su impopularidad y se encierra en la cúpula. Abandona todo esfuerzo de propiciar organizaciones o buscar clientelas populares. Esta perspectiva política -inherente a los hechos analizados en el Capítulo anterior- supone ahora la necesidad del gobierno de concretar el apoyo político de la burguesía nativa para no quedar aislado. Me camino se comienza a recorrer en este nuevo período.

En la coyuntura de Julio 76 ha quedado establecido otro rasgo que se caracterizará todo el período: es el curso represivo, bajo el manto del "Estado de Emergencia" más largo de nuestra historia. El gobierno ha reducido sustantivamente el espacio político y comienza una represión sistemática contra toda expresión de la izquierda y los sectores populares. En la lógica de política económica y del desmontaje de las reformas es preciso impedir toda oposición sustantiva, y dadas las dificultades coyunturales, es necesario restringir el espacio político incluso a las posiciones de derecha que no cuestionan lo esencial de estas políticas, pero que afectan a un gobierno desgastado.

Estos rasgos marcan el proceso político. A partir de ellos podia verse prodrá de este período. Si en el año anterior se prepare el desmontaje del proyecto Velasquista, ahora se concretará este viraje en decisiones de contrarreforma, o en reajustes que corrijan las reformas. Si el proyecto Velasquista tentaba ofrecerse como alternativa a los partidos

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burgueses precedentes, a organizaciones gremiales y a la izquierda, el gobierno ahora trata de concretar una salida política que supone concertar una alianza política que pasa por Ios partidos burgueses ya existentes. Es concreción lógica de su acercamiento a la burguesía nativa en las condiciones actuales.

De esta forma, durante el "año de Emergencia" el gobierno negociará con Ios empresarios Ios correctivos que éstos demandan a las reformas y políticas de la "Primera Paso", y discutirá con estas y con los políticos del campor burgués los términos de una salida política que dé estabilidad a esta forma modernizada de dominación. Es un matrimonio difícil porque en ambos planos hay heterogeneidad de intereses y percepciones que dificultan los acuerdos. Además, como esto se produce al mismo tiempo que se administra una crisis económica ya grave, la negociación será contradictoria y complicada. Por otra parte, aunque el gobierno se encierra en la cúpula y desde ella dicta el curso de la represión, no resulta fácil la exclusión de amplios sectores populares dinamizados en la década. Por esto el curso político se complica haste punto de mostrar al final del período a un gobierno aislado, que recibe a vez el ataque de derechas e izquierdas.

En este período el gobierno pone en práctica las medidas que la burguesía nativa demandaba el año anterior. Si ésta exigía "disciplina laboral", gobierno la impone progresivamente impidiendo toda protesta de Ios trabajadores, prohibiendo en la práctica toda huelga y aplicando una política laboral que sólo escucha las demandas patronales, con amenazas, despidos y represión presidiendo toda negociación laboral. Si la burguesía demandaba como el régimen de estabilidad laboral, el gobierno suspenderá de hecho la vigencia de este derecho caro a los trabajadores y aunque la norma legal no se derogó hasta un año después, Ios dispositivos de Emergencia suspenden su vigencia real. A la vez se modifica la Comunidad Industrial, cancelando toda perspectiva de cogestión, toda como lo reclamaban los empresarios. En el mismo sentido, se restringe la definición del proyecto de propiedad social, corrigiendo el discurso político, que ahora sera coherente con la dimensión real de este sector de empresas. Aunque la Ley no ha cambiado, lo importante en este caso da en la definición de políticas -no competir con el sector privadoy la asignación de recursos, que lo mantiene en un nivel menos signifcativo que Ias actuales cooperativas.

En todos los casos, las reformas pierden prioridad y toda potencialidad que en el pasado hubiera de contribuir al desarrollo popular. Si bien -como señalamos anteriormente- este es

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un proceso que viene desde la "Primera Fase", en este año se definirá un curso político que cierra toda posible reversión de esa situación, sea al concretarla en Ley o al encuadrar cada reforma dentro de los límites de la política económica global. Si en la reforma agraria por ejemplo, no se concrete en forma signiffcativa una devolución de tierras-

ello

es

menos signifcativo para la burguesía actual- toda la acción del Estado se dirige a fiscalizar y controlar las empresas campesinas, cerrando al paso a sus dirigentes y encuadrándolas en el proceso de pauperización del campo, con situaciones cada vez mis dramáticas.

Sin embargo, en el proceso de contrarreforma habra tensión entre el gobierno y la burguesía nativa en torno a una demanda cara a ésta, aunque no decisiva para los sectores más transnacionalizados: la desestatización, que reduzca a su mínima expresión el poder económico del Estado. Si bien hay pasos en este sentido -particularmente en el sector pesquero- tanto milita como tecnócratas se opondrán a perder una base sustantiva de su negocia en el campo burgués. Otras políticas del gobierno, tales como la política anterior, concretarán nuevos virajes que corresponden con su reducido margen de juego actual.

Si la negociación con Ios empresarios Ilega a logros decisivos en el períod o -sin por ello contentartos-, las conversaciones con los partidos del campo burgués serán más dificiles. Se demanda elecciones en un contexto el cual el gobierno manifiesta todavía voluntad de permanencia. Aunque el viraje Ileva implícita una salida política, dentro de ésta hay formas y tiempos distintos. El gobierno se resiste hasta finales del período a concretar el cronograma que le demanda la derecha. Utiliza su propio viraje y la necesidad de resolver la crisis económica como elementos que justifican su permanencia Ir el campo burgués. Pero sus interlocutores no poseen -en todos los casos- la misma paciencia, ni comprenden fácilmente la necesidad de rediseñar un régimen político antes de dejar el gobierno.

Es por ello comprensible que la negociación sea dificil dentro del campo burgués y genere situaciones contradictorias. Lo es más al advertir significado de la crisis institucional de la Fuerza Armada, que el gobierno define en este año, y al observar que toda esta renegociación se produce dentro de un espacio político sumamente restringido. El gobierno no admite que se cuestione su política, ni siquiera desde el campo burgués. Menos aun permitire el impacto que pueden producir las críticas en su unica base propia sustento, la Fuerza Armada. Por ello cierra incluso las revistas de derecho aunque se cuida de no reprimir cuadros políticos de la burguesía -se acabaron las deportaciones a dos bandas-

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sólo reabrirá las revistas poco a poco previo compromiso, o "pacto de caballeros". Todo el año está marcado por esta rígida política que gradúa el espacio. Para la derecha, excluyendo e ilegalizando la acción de la izquierda. Es tiempo de dictadura que -como siempre- tiene direccionalidad política, pero incluso en el campo burgués actores deberán cuidar sus pasos para no salirse de los estrechos límites que otorga el régimen.

El período es así contradictorio en la política de corto plazo, aunque su derrotero sea claro y perceptible por cualquier observación. Las dificultades para la renegociación en el campo burgués -con este régimen en su seno- se expresarán en un progresivo aislamiento del gobierno hacia julio de 1977. Esta conflictiva renegociación con empresarios y políticos de la burguesía hará que en la coyunlura de Julio el gobierno no cuente con su apoyo, evidente que en el campo popular el gobierno no goza de credibilidad ni apoyo alguno. Por esto la coyunlura de julio lo muestra tan aislado y le exige un golpe de timón que acelera su declaración de finitud y la suspensión de legislación de Emergencia.

Las dificultades del manejo económico influyen evidententente en esta resultante de aislamiento y en esta falta de consenso, aún dentro del campo burgués. El Ministro Barúa fracasa al no poder disciplinar el gasto público, tiempo que impone férrea disciplina al pueblo con la ayuda del Ministro d e l Interior. Hay pugna entre los sectores del Estado y en ésta juega rol importante el gasto de defensa, aunque no es el único gasto que no se logra comprimir. El gobierno tiene aún afán de "hacer obra", al margen del sentido social político que ésta tenga en la coyunlura. En el complejo manejo de este Estado, los apetitos de poder entremezclados con rezagos de las políticas reformistas se enfrentan con una dracroniana política de estabilización, dando como consecuencia que Ias conciliaciones que hace la cúpula no resulta coherentes con los objetivos estabilizadores. Un tecnócrata civil, sin base apoyo en los gremios empresariales, no logrará imponerse a Ministros que son generales, con peso definitorio en el régimen castrense. Pero al fracasar Barúa tampoco un empresario -que puede representar a los sectores que el gobierno trala de alentar cada vez más. Para articular alianzas estables- puede imponer disciplina a los generales-ministros. La fugaz gestión de Walter Piazza deja a los empresarios con sabor amargo de hartazgo y fracaso, viendo que el gobierno resuelve sus problemas de corto plazo, a pesar de haberles aceptado varias de sus demandas.

En el período se agrava la crisis económica, no por hacer concesiones al campo popular sino por la propia concertación interburguesa, intraburocrática y entre burguesía y

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burocracia, todo ello en medio de consistentes presiones castrenses debido a los problemas de defensa. AI pueblo se le carga la crisis paquete tras paquete. En la perspectiva, ya muchos empresarios pueden ir que si se le pauperiza más -dado que se está afectando a amplios sectores medios - la recesión industrial pasará a convertirse en una quiebra masiva.

Todo este conjunto de tensiones se proceso en una cúpula que cada vez tiene menos margen de juego ante las presiones intemacionales. Barúa debe pararse para negociar con el FMI y también lo hará Piazza, pero ambos en antes de concluir esta gestión. No pueden salirse de los límites de las conocidas "políticas de estabilización" porque en su visión de la economía, propia de lo que al régimen es prioritario, el ángulo privilegiado es la defensa la acumulación capitalista y dentro de esta no se puede replantear entonces el pago de la deuda. Sólo queda obtener más y más préstamos para cuadrar la caja del Banco Central. Y en este terreno cada vez hay márgenes más derechos y condiciones más duras. El gobierno ha afirmado que procure atenúar tos efectos de esta política para el pueblo; ha reiterado que negocia para hacer menos duras las condiciones de la banca mundial; incluso para ello procuró demorar la recurrencia al FMI. Ahora ya no puede hacerlo. En el camino no ha sido capaz siquiera de contener su propio gasto. Y lo que no viene será peor aún. Si antes se negó a replantear la política económica, si no pretendió plantear la estructura productiva ni atender prioritariamente las necesidades populares, reformulando incluso el problema de la deuda, ahora esto ya es imposible dado el curso político. El hambre del pueblo no es para este régimen -ni lo ha sido- el problema número uno. Es algo que se toma en cuenta sólo en tanto el pueblo sea consumidor -y reactivador- de una industria débil y dependiente. Pero ahora ni siquiera esa perspectiva puede ser prioritaria, más aún dada la reducida población que puede tener acceso a los frutos de esa industria.

Con esta política, que muestra cada vez más estrechos márgenes, el gobierno ni siquiera puede tolerar el endeble debate que en el período anterior comenzaba a darse en materia económica. El gobierno sostiene al empezar y al concluir este período, que no existe afernativa, que no que otro camino y por to tanto en la practica, durante todo el año de Emergencia será subversivo discutir su política económica. Al recorrer la escena ya hemos visto lo que ocurre a los "subversivos". Aun así, en distintos sectores se ha evidence que no sólo es discutible la política seguida, sino que -aun dentro de los parámetros burgueses- cabia un manejo económico mas eflciente. Un análisis más profundo y un

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necesario debate, harán ver además que el problema de las alternativas es indesligable de la opción que caracteriza al Estado a la dominación burguésa.

Durante este período el gobierno recurre, como solución de su plazo, al aparato represivo. Lo único que al pueblo no se le ha prohibido pensar. . . mientras sus pensamientos no se traduzcan en propuestas que el gobierno estime subversivas. Es obvio que la represión se aplica en función de peligrosidad -aunque hay casos de típica venganza personal o política- dimensión de cada actor o grupo de actores. La represión fuerza un rol del movimiento popular, particularmento en el campo sindical. Ahora, un asesor o un dirigente sindical no sólo es potencialmente subversivo. Se han ilegalizado sus herramientas de lucha -la huelga en particular - se persique detiene, maltrata y amenaza ante la simple suposición de que se promoverá una huelga. ¿Cuáles son los Iímites de la represión? Dependerá de cada coyuntura, según la magnitud de la amenaza y de acuerdo al lugar y tipo de organización y/o persona a reprimir. Este país complejo tiene superpuestos muchos mecanismos de dominación, tradicionales y modemos: a un campo -en los lugares más retrasados- puede golpearsele y aun más, sin que nadie entere. En Lima la "civilización" exige no reconocer que se ha detenido a dirigente o político, tenerlo "depositado" mientras se le chantajea, amedrenta…. o simplemente olvida.

En cualquier análisis de casos resultará claro que el gobierno no vaciIa en violar todos los derechos humanos, incluidos los referentes a la conservación de la vida y la protección de la familia. Pero en un análisis global apreciarse que no se Ilega masivamente al use de la tortura o a causar la muerte por acción de las fuerzas represivas. Esto muestra una diferencia más en la situación Peruana y la del Cono Sur -que no es sólo debida a los rasgos del gobierno- pero no puede evitarse, desde entonces, la imagen de una pendiente que, engendrando violencia a partir de la violencia instalada en este Estado termine en situaciones aún peores. Así lo verán diversos observadores, que no pueden desconocer que en el propio manejo de la economía hay ya una violación sustantiva de derechos del hombre.

Los Iimitos de la represión deben verse, sin embargo, en otro nivel. Lo que en este período se muestra es que la represión, en la circunstancia concreta de este régimen--que no es expresión organica de la burguesía monopólica-, lo Ilevo a una coyuntura de aislamiento en la que el movimiento popular expresó masivamente su rechazo. Ese es el punto límite que fuerza al gobierno a cancelar la emergencia y retomar a otro ritmo su negociación con la

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derecha para encauzar en terminos más estables la lucha política. Ello es parto resultante de este tenso período.

2. LAS FUERZAS PRESENTES EN LA ESCENA El notorio estrechamiento del espacio político durante el Estado de emergencia, dificulta la identificación del conjunto de fuerzas en la escena. Pero hay elementos suficientes en los hechos revisados y en las definiciones que caracterizan el período, para ver el desarrollo de sus tendencias fundamentales. Salta a la vista una primera apreciación de conjunto que marca una diferencia respecto del período anterior. Entonces afirmabamos la existencia de una ofensiva política desde la sociedad civil hacia el Estado, a partir del espacio político, casi copado por los sectores burgueses a comienzos del gobierno de Morales Bermúdez. Ese período cumplió su objetivo y la escena se aprecia ahora mucho más estrecha para la prensa, los partidos, las instituciones de diversa indole no integradas al aparato estatal. Esto afecta fundamentalmente a la izquierda y el movimiento popular porque sus fuerzas políticas no tienen acceso alguno al gobierno ni son beneficiadas por el curso político global.

El Estado de Emergencia no impide que los empresarios se expresen presionen al gobierno, sean recibidos por los ministros y altos funcionarios, reúnan en sus asociaciones gremiales y defiendan sus intereses, Más aún si lógica misma del gobierno Ileva a incentivarlos, a buscar una concertación decisiones políticas. Aunque no en el mismo grado, Ios partidos de la burguesía saber que el curso político los favorece y que pronto serán llamas a "dialogar" con los más altos niveles del gobierno. Las revistas de derecha, aunque tambien fueron cerradas en Julio, podrán consolarse con una situación incuestionable: han sido escuchadas sus demandas de disciplina laboraI, corrección del conjunto de reformas, exclusión de los militares progresistas, represión de lo que ellos Ilamaban "comunista". . . etc. Es probable que coincidieran un grado y forma con las medidas tornadas, pero pocas veces la escena ha mostrado tanta concordancia entre lo demandado por la prensa y lo ejecutado al poco tiempo por el gobierno. Y en pocos meses habrá un "acuerdo de caballeros".

De este modo, en lo sustantivo el nuevo espacio político no está cerrado a los distintos componentes del campo burgués. Ello no los Ileva, necesariamente, a la coincidencia con el gobierno. No sólo por las obvias diferencias que existen dentro del campo burgués sino porque para un órgano de prensa es vital existir, es el instrumento de acceso al

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poder de sus dueños y para un partido es por definición inaceptable que los militares gobiernen -salvo transitorias coyunturas-, pues objetivamente Ios desplazan de su rol político en la escena. Estos canales de la representación política burguesía tienen que defender sus "condiciones de existencia”, más aún cuando tantos años de gobierno castrense los encuentra -en ambos casos – hartos de ser actores limitados y conscientes del peligro de resultar obsoletos -por razones cronológicas e ideológicascome representantes de la burguesía.

En el campo burgués se apreciará primero una diferencia entre el empresariado y los dirigemes políticos. Para los primeros es prioritario que Ios militares corrijan ya las reformas -incluyendo para buena parte de éstos la desestatización- mientras que para los segundos lo esencial es un cronograma que lleve a la realización de elecciones. Habrá confluencia -al final del período- cuando la misma Sociedad de Industrias reclame elecciones ante el impacto- cuando la misma Sociedad de Industrias de las dificultades que muestra el gobierno para administrar la crisis concederles más puntos en la privatización de empresas. Pero en todo el período pueden percibirse intensidades distintas en las demandas planteadas. Un probable punto de encuentro sería -al inicio- la importancia de que Ia propia Fuerza Armada deshaga sus reformas y pierda con ello posibles consensos futuros, pero incluso ante el deterioro evidente del gobierno, los actores priorizan su particular ánguto de interes.

EI campo burgués no es homogéneo. Se pueden observar tendencias radicalizadas del empresariado -y del ámbito castrense- para las cuales toda represión es insuficiente y la moderación que el gobierno trata de enarbolar -en Ia implícita comparación con el Cono Sur- resulta interpretada como debilidad. Habrá también sectores más opuestos a la drástica compocisión de consumo popular, que corresponden con aquella industria más afectada por la recesión, que desaparecería con un modelo a lo Fridman, con su contraparte Pinochetista. Los sectores de mediana y pequeña empresa podrán críticar incluso la preferencia que el gobierno da a la atención de las demanda de la burguesía transnacional, entremezcladas en la coyuntura con las exigencias de los grupos y organismos financieros. Se trata, sin embargo, de matices en tanto ya no caben -menos en esta dimensión de la crisis- posturas nacionlistas en un campo burgués donde las transnacionales son decisivas. Aún siendo matices, estos tópicos pesan en la negociación

interburguesa

centrada

coyunturalmente

en

un

Estado

con

poder

económico efectivo, gobernado de esta burguesía heterogénea. Es el campo de las alianzas y redefiniciones cuyo lento curso de Ilevar a concertar acuerdos más estables.

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En el plano político, a esta heterogeneidad se añade la presencia de partidos de opción burguesa, pero no orgánicos representantes de la burguesía. Ello es particularmente visible en el APRA, de un Estado económicamente fuerte, en cuyo gobierno aspiran a reemplazar a los militares.

Todas las fuerzas del campo burgués concentran sus presiones en la cúpula, a la que si tienen acceso. Encuentran a un intertocutor vacilante, que se resista a dejar las riendas del poder pero que quere negociar. La negociaciónn toca el punto de la salida política, el cronograma, pero supone definir cuál será el próximo régimen político, sus Iímites y el rol que alli jugara esta Fuerza Armada acostumbrada al ejercicio de las atribuciones de gobierno.

En torno al manejo de la economía -con las ya mencionadas dificultad es de Barúa y Piazza-, en la graduación del espacio político a los partidos, en el escaso margen de atención dado a las demandas de privatización y en el calendario electoral, se darán durante todo el período pugnas sucesivas que terminarán mostrando aislado a gobierno en la coyuntura de julio

En el campo popular la magnitud de la represión condiciona un período de reflujo del movimiento popular, con serias dificultades para continuar expresando sindicalmente la protesta del pueblo. La ausencia de organizaciones políticas populares en la escena. El repliegue que se produce en el período no será, sin embargo, total y la propia represión favorecerá los esfuerzos de unificación. Desde el período anterior las organizaciones antes ligadas al proyecto Velasquista revolucionarán hacia una mayor confluencia con el resto del movimiento popular. No hay posibilidades de mayores ilusiones basadas en la cúpula militar y eIlo se refleja en las posiciones asumidas por el FDRP*, la CNA CONACI que llama a un frente popular- y la CTRP - Lima.

Más aún, tiene varios años en la escena la depuración de posiciones reformistas. A pesar de Ios dogmatismos que han caracterizado el debate entre reformismo y revolución en la izquierda, este tiempo político crea condiciones para un acuerdo en la base, dado que toda opción popular es perseguida y carece de juego alternativo. No se van a superar -ni entonces ni ahora- las diferencias políticas, situadas en mucho a nivel

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de calificativos. Pero la acción política tendrá puntos de encuentro que se expresarán en julio de 1977. Los esfuerzos unitarios se sitúan en el campo sindical, limitados a la organización de un paro nacional de protesta que, para concretarse, supuso amplitud en la coordinación de distintas fuerzas políticas. La izquierda del espectro político tuvo entonces una ocasíon concreta do actuación unitaria, que enseña más que varios años de debate intelectual. La afrontó con éxito, aunque no debe verse exageradamente su impacto en las posibilidades de unificación de Ia izquierda.

Los fracasos sufridos por el movimiento sindical en las tres paralizaciones de 1976, unida a la represión sistemática sufrida por muchos otros esfuerzos aislados, fue construyendo la conciencia de la necesaria unidad en la coyuntura. La izquierda construyó así lentamente su respuesta a este año Emergencia, dada basícamente en el campo sindical en tanto era ese el nivel principal de su actuación en la década. Poco podre expresarse en el plan político, sin óganos de expresión y con partidos incipientes o muy reducidos. El espacio político se define para este campo popular por la exclusión. Pocos ejemplos habrán que expresen sus crítica a la política económica o al diálogo del gobierno con los partidos, en tanto la izquierda no tiene acceso fundamental a ese espacio 305 .

3.

RESULTANTE Y PERSPECTIVAS

El 19 do Julio do 1977 el pueblos dijo iBasta!

a sus opresores, sacando fuerzas de la

propia dureza de la represión. Es un hecho limitado pero de enorme trascendencia en la coyuntura. Es sólo un acto de protesta, pero sin precedentes en la historia. Es, en alguna medida, la constitución del movimiento popular como fuerza social capaz de causar un impacto político decisivo en la escena: Obviamente no invierte los términos del poder en el Perú de entonces, pero fuerza al gobierno a replantear el curso político inmediato.

Pocas coyunturas han mostrado al pueblo así, como protagonista de historia en el Perú republicano. Esta es una de ellas, sin duda la de más amplitud y cobertura. La coyuntura ofrece todo un conjunto de confluencias que le hicieron posible -entre ellas la pasividad de gran parte de la burguesía- pero sin duda en este hecho las clases populares no fueron seguidoras do proyecto ajeno ni tampoco actores de segunda línea en la escena. 305

En forma limitada la usará el PSR, con pronunciamientos que complementan muchas “pintas” en las calles. El PDC y el PC (Unidad) serán invitados al diálogo de partidos con el gobierno.

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El éxito de este paro, realizado en plena vigencia de la opresora legalización de Emergencia y cumplido a pesar de las amenazas del Ministerio del Interior y de la desarticulación informativa, fuerza al gobierno a poner término al Estado de Emergencia y a acelerar su acuerdo con las fuerzas burguesas que le reclamaban un calendario electoral. En pocas ocasiones se vió tan aislado un gobierno: críticado por derechas e izquierdas, con un empresariado reticente y cansado de ambiguedades y fracasos económicos, e incluso con la visile crítica de personajes de la intelectualidad y de la Iglesia que reclaman respeto por los derechos del pueblo. El movimiento popular impactó en todo esIe conjunto por su acción unitaria que, aunque coyuntural, resultaba un golpe decisivo.

El paro no fue un hecho aislado en tanto que la protesta popular -en gran medida espontánea- se daba en todo el territorio nacional, desde las medidas de Junio, con distintas grados de violencia. Lo espontaneo en política debe analizarse con cuidado, por su ambivalencia y por inducir a interpreciones triunfalistas. Sin embargo, lo objetivo es que, en este case,

la izquierda supo actuar sobre lo espontáneo y también a partir de las

contradicciones el campo burgués; por ello capitalizó los resultados de este hecho. Pero de allí a la toma del poder hay mucho camino por recorrer. Este es, en si, el heho político decisivo en esa coyuntura, más importante si se evalúan las condiciones represivas que lo precedían.

A partir de julio el gobierno tiene que suprimir el Estado de Emergencia al cual se adapta tan fácilmente la mentalidad castrense gobernante. Ya es eficaz. Se ha utilizado en un largo período, lo que sólo suele ser herramienta extrema para manejar tiempos cortos. Ello afecta su imagen incluso en el campo internacional, marcada por el desprestigio de las dictaduras del Cono Sur y por la alternativa propiciada por la administración Carter, y contribuye a su aislamiento local. También lo obliga a que rompa el aislamiento concertando alianzas políticas con los partidos del campo burgués y para ello eI primer paso es señalar su finitud, anunciando el cronograrna. Debe alcanzar ahora el consenso necesario para gobernar, pero no a partir de un proyecto político propio, ni del resultado de sus obras, sino de la oferta de elecciones, es decir del cronograma político tan demandado por la derecha. Pero, a la vez, la salida política debe tener en cuenta a ese pueblo que masivaniente se ha expresado y que sólo, parcialmente pueden captar los partidos del campo burgués. Es necesario poner en práctica instrumentos ideológicos, organizativos y políticos menos endebles que las entelequias intentadas por este gobierno hasta el período

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anterior. Será pues un lento pero decisivo, camino para rediseñar el sistema de dominación.

Así, la perspectiva que se abre después del 19 de julio es un tiempo político en el cual el gobierno castrense y los partidos del campo burgués tratan negociar los términos de un nuevo régimen político. Podrá apreciarse en el nuevo período que subsisten las tendencias incubadas en el anterior: por una parte sectores militares y tecnocráticos que ven en el Partido Aprista la oportunidad de confirmar una alianza estable, eficiente, con capacidad de oportar el apoyo de bases populares coaptadas tradicionalmente por el APRA. Por otra parte, sectores militares y políticos que reclaman una mayor represión para lo cual estarían dispuestos a dar un mayor tiempo a los militares o reemplazarlos Pqr un político civil que gobierne con ellos, a partir de exclusión formal y real de la izquierda. Hay también posturas provenientes de la desgastada democracia formal prevía al 68, que no avisoran la necesidad de definir primero un nuevo régimen político y sólo aspiran a obtener -cuanto antes- el retiro de los militares. El proceso político se inscribe dentro un cuadro internacional que favorece la constitución de "tecnocracias restringidas", apoyadas por la administración Carter ante el desprestigio las dictaduras del Cono Sur, viables si existen condiciones para fórmulas socialdemocratas, dóciles con tos intereses imperialistas. En este complejo cuadro has distintas fuerzas del campo burgués pugnan en la cúpula, mostrando desconcierto ante la presencia del movimiento popular.

Y es que, en el período que se abre en perspectiva, aparecen condiciones para que el movimiento popular deje de expresarse sólo en el plano sindical y pase -sin descuidar este último- a tener expresiones políticas propias. En el campo burgués, esta presencia popular, en medio de la administración de la crisis económica, lleva a afinar el aparato represivo.

El período que comienza en julio, si bien abre un nuevo espacio político en el que se legaliza el juego de las distintas fuerzas -para la competencia electoral- muestra la permanente recurrencia a la represión. Es una necesidad propia del sistema, que se exacerba por las dimensiones de la crisis económica y su impacto en el pueblo. La relativa liberalización que está implícita en proceso electoral , que sigue a un año de Estado de Emergencia, se contribución con sucesivos momentos represivos en todo el período siguiente.

4.

UNA DISGRESION NECESARIA

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El andlisis de la escena política en este período de Emergencia, caracterizado por una represión sistemática de las iniciativas del campo popular, hace necesaria una disgresión que compare este régimen político con las dictaduras que se vienen desarrollando en el Cono Sur del continente. Desde los primeros meses de este período, al ver en toda su profundidad el cuadro represivo y objetiva violación de derechos humanos fundamentales, más de uno se ha planteado la comparación de este régimen con el de Pinochet en Chile, Videla en Argentina o con la ya antigua dictadura brasileña. Pareciera por momentos que la diferencia fuera sólo de grados. Se trata, sin embargo, de condicional históricas diferentes. Como en más de una ocasión connotados elementos del régimen -más en privado que en público- se han distinguido de estas desprestigiadas dictaduras, presentándose como la única alternativa a ellas, conviene establecer de entrada comparaciones y explicaciones sobre las respectivas situaciones sociales y políticas.

Resulta insuficiente afirmar que entre la dictadura de Morales Bermúdez y la de Pinochet o Videla, hay sólo diferencia de grados. Ambas descansan de procesos sociales y realidades distintas: La Peruana se asienta en una sociedad en la que el movimiento popular es débil y ha sido golpeado por antiguos procesos desarticuladores. Engarzado en una econornia diversificada en distintos sectores productivos, que cuenta con un sector industrial menos avanzado y de más reciente surgimiento que en esos paises, el movimiento obrero no tiene una tradición de fuerza. Tampoco la tienen las instituciones de sociedad civil -a excepción de la Iglesia- pues ni Ios partidos, ni la prensa, ni gremios de clase media, ni las instituciones sociales y culturales son s6óidas y tienen gran peso en el sistema político. Fáciles de desarticular, sin arraigo, anunciadas con el pasado a voluntad de los sectores oligárquicos, las instituciones de la sociedad civil no se desarrollan en magnitud y peso político 306 . La política es tarea reservada a unos pocos, ante un desarrollo escaso de las “Instituciones Democraticas" y la permanente recurrencia a la dictadura. El Estado, por lo general, no se ha manejado en base a "consensos activos", menos aún "participantes"; la política se dicta desde un gobierno militar o un gobierno civil, a lo más hay debate entre "poderes del Estado" y grupos económicos, pero la política "se impone" a las mayorias y no se discute. La diferencias entre Ios gobiernos dictatoriales y "democráticos" (o entre dictadura y dictablanda, canto precisará el sociólogo francés Francois Bourricaud) se 306

El APRA es excepción, pero dentro de los términos de la regla. Sólo adquiere legalidad cuando sus líderes son coptadas por las clases oligárquicas y pasas a ser aliados que concilian con sus intereses. Este partido cuante con masas, organización y tradición, pero sólo llega al poder en alianza con los intereses oligárquicos y pasan a ser aliados que concilian con sus intereses. Este partido cuenta con masas, organización y tradición, pero sólo llega al poder en alianza los términos del sistema político anterior.

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refiere al mayor o menor espacio político de la cúpula para la participación reducidos sectores de las clases dominantes y sectores aliados o de apoyo; es más bien el "consenso pasivo" de las mayorias o la falta de este, lo que forzara el Paso de la dictablanda a la dictadura. Con este encuadre previo, la “Primera Fase" del gobierno de la Fuerza Armada cambia el signo político: se frenta al orden oligárquico, dirige su acción contra las clases que tenian el mayor poder político tradicional y reprime a sus agentes políticos. - Paralelamente, dinamiza la organización de amplios sectores populares 307 y realiza reformas planteadas en la escena política desde los años 30, para luego reprimir y procurar el encuadre del propio movimiento popular, cuando la dinámica de este muestra sus propios términos. Se apoya por largo tiempo en el "consenso pasivo' de amplios sectores y lo pierde con su política de "contestación" y "encuadre". Pero el movimiento popular se dinamiza más allá de previsiones. La "Segunda Pase" se asienta sobre esta realidad política, enfrenta su propio deterioro y al optar abiertamente por resolver la crisis económica en función de Ios intereses del gran capital, pierde incluso todo rezago de consenso pasivo y tiene que recurrir a la dictadura pura y simple -sin un margen mínimo de consenso, incluso pasívo- con Ios mismos instrumentos y métodos del antiguo aparato estatal hoy modernizado. Pero aún así estos regímenes se asientan sobre una sociedad menos articulada que las del Cono Sur, particularmente manejada por minorías -civiles y militares- que no tienen que construir estructuras políticas de consenso y Iegitmación de gran alcance 3 0 8 . La variante que está presente como elemento nuevo entre 1976 y 1977 es una absoluta falta de consenso y un movimiento popular mucho más organizada que en el pasado, pero distante de la organicidad y eficacia que confiere el tiempo y el desarrollo de los procesos sociales 3 0 9 .

En Chile o en la Argentina, por el contrario, los tiranos deben desarrollar -destrozar, incluso- on sistema de partidos de larga tradición y poderosas organizaciones gremiales (la CUT de Chile o la CGT do Argentina) o enfrentar, en el caso argentino, 307

Esta dinamización se produce por influencia de las reformas, pero no sólo a partir de ella y de hecho va más allá de la ovlunatd del gobierno en su conjunto, aunque parte de éste –luego calificada de “desviacionista”- lo impulsa también. Recuérdese, por ejemplo, que hasta este período la centralización campesina es casi inexistente (en éste se reactiva la CCP y se forma la CNA) y que recién se reconoce oficialmente a la CGTP y se negocia con ella. 308

Compárese la realidad nacional con los gremios, los partidos y la prensa de los países del Cono Sur del Continente. Aquí, el voto –hecho aislado y que ejerce sólo una parte de la población- se manea con líderes caudillescos y con clientelismo reproduciendo y manteniendo bajísimos niveles de educación política. 309

Si se comparan las medidas anticrisis del Beltrán en 1968, con las acutales y se recuerda que entonces no fue preciso aplicar un año de Estado de Emergencia como éste, puede verse alguna diferencia en la capacidad de respuesta popular a políticas económicas similares, diferentes sólo y parcialmente en cuanto a magnitud de la crisis, pero no es un impacto inmediato sobre la economía popular.

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una vasta guerrilla interna. Son sociedades en las cuales se ha gobernado en el pasado con necesaria generación de consensos en más amplios sectores sociales. Los niveles de educación política y expresión eran bastante más extendidos. Estas dictaduras, por otra parte, toman el poder sin ponerse caretas ni prometer una "profundización" de previos procesos de reforma. Se trata, por lo tanto, de situaciones histórica diferentes que requiere, quieren de una distinta forma de represión, tanto on grado conio on estiloy! on aparato. La represión es función do la necesidad de imponer; no se reprime en base a condiciones psicológicas del represor -que las hay, pero corresponden a otro nivel de análisis- sino en función de lo que se busca destruir, de su margnitud. Por ello en el Perú la represión puede ser selectivo y desarticulados, sin recurrir a presiones inasivas (en 1975, el 0.2% de Ia población uruguaya estaba en prisión y el 2% de esa población había sufrido interrogatorios o detención transitoria en los últimos 6 años, según Amnistía Internacional Informe 1970), a "desapariciones" y asesinatos en masa, etc. La represión en el Perú cumple su objetivo reaccionario con menos desgaste pero con similar eficacia. Más aún, aplicar aqui la política do Pinochet en cuanto a represión daría los propios intereses que el gobierno busca defender y el consenso que quiere en la burguesía mediana y pequeña, así como en el conjunto internacional.

Sin embargo, la distinción anterior no lleva a variar el juicio ético sobre fines logrados por este gobierno, ni simplemente significa que debe conspirarse como "mejor" o tan distante la situación. Evidentemente hay menos sectores medios afectados y a la situación de temor y amedrentamiento vivida por las mayorías, no se agregan matanzas en serie. Esto si es cuestion de grados, difícil además de medir cuando se controla toda la información 3 1 0 . Pero el curso real de todos estos regímenes es el mismo: hoy se reprime y se violan los derechos humanos del individuo libertad, tortura, muerte - para poder continuar violando sistemáticamente los derechos sociales de las masas, decir el derecho a la alimentación, al trabajo, a la salud... etc.

En efecto este gobierno, al igual que sus similares del continente, reto pare imporner a las mayorías el dominio y la explotación de la burguesía nativa e imperialista, para seguir descapitalizando nuestros países en función de las transnacionales y su Banca, para garantizar la supervivencia del capitalismo. Aplican en esta coyuntura una política gruesamente similar, en la medida que carga sobre el pueblo Ios costos 310

¿Cuántos murieron durante el toque de queda) ¿Cuántosen masacres o choques policiales?No se sabe, ni se sabrá por mucho tiempo sino lo que el gobierno quiere que se sepa.

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de la crisis econoniica y de la acumulación intensiva de capital que en plena crisis requiere la burguesía. Tienen en común también, la imposición de esa política sin mínimo de consenso, porque perdieron los apoyos iniciales de la pequeña y mediana burguesía, sectores medios e incluso populares, o sea porque nunca lo obtuvieron o se expresa eficientemente. Tienen en común, ademas, la intolerancia ante a imposición real y toda discusión a su política económica, aunque en ello también varien las situaciones on cada coyuntura.

Pero al mismo tiempo hay otras diferencias que es importante estudiar: gobierno Peruano actual no es una dictadura orgánica de los monopolios, en un gobierno militar que reniega del reformismo a partir de su propia de bilidad ante el avance de la burguesía modernizada que lo atravicsa, sin luto de este su expresión coherente. Prioriza la atención de las demandas de la burguesía imperialista, en medio de un proceso de recomposición que en el Perú toca a toda la clase dominante y al Estado, haciendo débiles las expresiones políticas de la burguesía nativa. Viene de un proceso que ha concentrado manos de la Fuerza Armada y de la tecnocracia un fuerte poder económico este período es parte de uno más amplio en el que se negocia el rediseóo del Estado Burgués. Por otra parte, cabe recorder que el viraje se produce en un medio de un contexto internacional que ha asumido en parte del cuestionamiento a las dictaduras del Cono Sur, desgastadas en tantos años de represión ante la imagen internacional, que no pueden controlar. Los terminos de la política de Carter en América Latina exigen, en este sentido, por lo menos cuidar Ias apariencias.

Este gobierno militar tampoco es una dictadura contrarrevolucionaria surgida en un montento histórico de auge del movimiento popular, que para subsistir deba liquidar -incluso fisicamente- poderosas organizaciones, incluyendo organizaciones armadas. Las diferencias, por to tanto, no son sólo de grado; ni como algunos piensan con ingenuidad se trata simplentente intenciones y moderación de los principales actores. Por esto mismo, el análisis del curso político, si bien no hay "pendientes inevitables" esta presente también la alternativa radical de nuevas formas "fascistas", dependiendo más que de uno u otro actor, del desarrollo global de las fuerzas. La mirada la previsión debe así dirigirse a más largo plazo y al nivel de Ia estructura para aquellos que en su opción verdaderarnente rechazan el "neofascismo".' al hacerlo podrán ver como Ios problemas no parten de lo político sino se aplican en Ias necesidades actuales de la dominación capitalista.

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Creemos que la comparación es necesaria y los estudios más específico también, porque en esta recurrence realidad latinoamerica los fenómenos políticos se reproducen a tiempos distintos y no en forma igual, y porque Ios gobernantes utilizan muy bien el "cuco" de afuera para generar temores y distancias o para convencer a débiles y timoratos. El reclamo de medidas represivas -que puede verse en alguna prensa de 1977 y 1978 corresponde a la enceguecida defensa de los intereses tradicionales y oculta en su ideologizacicón macarista la más absoluta insensibilidad humana y la deformación que generan los mitos de la burguesía. Entre esos mitos esta la caricatura de la "revolución violenta" y de las "dictaduras sangrientas" que se identifican en su momento - y en la propaganda del sistema capitalista - con el cotinunismo, con todo socialismo e incluso con todo aquello que rompa la ortodoxia capitalista. Aún ante la propia realidad de estos regímenes cercanos, sólo se mira la represión y la violación de derechos humanos en el sistema que se tome, aunque se ubique lejos histórica, geográfica y políticamente; así se reclama la misma represión que se proclama combatir, pero aplicada en defensa del capitalismo imperialismo actual.

Es por ello inprescindible denunciar las simplificaciones, hacer docencía el mas puro sentido del término, cuestionar estereotipos y discernir en experiencias históricas de distinto signo, lo cierto y lo falso, lo que es coyuntural y lo que es inherente al sistema. Denunciar esta propaganda que se mete a través de los más eficaces medios de comunicación, es indispensable para no contribuir a fortalecer las más brutales dictaduras. Todo régimen y todo promotor de estas sintplificaciones macartistas, encubre con su discurso ideológico iguales o peores violaciones de los derechos humanos que las que clara combatir y presenta sólo Ios errores o los fracasos del modelo contrario, haciendo abstracción de las situaciones históricas concretas. Búsquense cifras… ¿hubo más muertos en la revolución Cubana que en el Chile de Pinochet o en la Argentina de Videla?, no son comparables Ias cifras de prisioneros de un pequeño país como Uruguay y las de la Alemania nazi?, ¿está el chileno de hoy en condiciones de vida más humanas que el cubano, que en esta propaganda se presenta oprimido y hambriento?, ¿es que los derechos humanos son sólo "normas jurídicas" o tienen indispensable relación con las condiciones de vida de las mayorías? Y conste aqui que al comparar no optamos por los errores, excesos o límites de las experiencias históricas intencionadas; simplemente invitamos a desmitificar lo que es deformado, o presentado al margen de cada historía concreta, por la propaganda del sistema que vivimos.

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Esto y mucho más es parte de la realidad brutalmente manifiesta en 1976 y 1977 en el Perú. No sólo habra que examinar algunos hechos indicativos, como hace este trabajo. Habrá que i r al fondo y ver hasta que extremos la pauperización del pueblo para beneficio de una minoria. Habrá que ver cómo ese deterioro del salario real, del empleo y de la capacidad de luchar por mejores condiciones de vida, se expresa en niños enfermos y muertos por desnutrición o por enfermedades simples, en adultos tuberculosos -cuando la enfermedad habrá disminuido notoriamente en el país-. Habra que ver cómo la vida real de las mayorias y la forma en que se les impone una vigencia y una clara política de amedrentamiento para callar la protesta; habrá que ver cómo so reprime y se anatematiza toda acción política o gremial, cuando en el fondo responde las más elemental solidaridad humana y a la defensa de derechos mundialmente reconocidos.

CAPITULO 6 EL CAMINO A LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE (19 Julio 1977 - 29 Agosto 1978) En esta periodización de la escena política, el corte temporal se produce función de resultantes coyunturales que, por lo general, coinciden con fechas significativas -que usamos en el título- aunque los hechos sean más continuados y las medidas que enmarcan la resultante aparezcan semanas después. Este período comienza con la resultante del paro nacional del 19 de juIio de 1977 y termina, un mes después de instalada la Asamblea, cuando se logran concretar acuerdos básicos entre el gobierno y la mayoría de la constituyente. Esta situación se produce en medio de la última ofensiva del movimiento sindical, que al no lograr sus objetivos iniciará un período de reflujo observable en los meses siguientes. Hemos escogido el discurso del Presidente Morales Bermúdez del 29 de agosto, como indicador, no exclusivo pero si importante, de la coyuntura en que concluye este período.

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Levantado el Estado de Emergencia y convocadas las elecciones 3 1 1 , espacio político se amplía permitiendo el juego de las distintas fuerzas políticas. Una campaña electoral "al trote" se desarrolla al mismo tiempo que el gobierno administra la crisis económica en su momento más crítico, golpeando, aún más, la debilitada economía popular. La protesta del pueblo adquiere dimensiones nunca vistas en los últimos tiempos,

condicionando

la

respuesta

lesiva

de

un

gobierno

desgastado

cuya

legitimidad pasa por el cronograma salida. Es un tiempo político intenso que tras el andamiaje electoral -aparentemente igualitario- muestra al concluir que la asimetría propia de la política burguesa no ha sido capaz de impedir la expresión tangible de un movimiento popular, que ha dado el salto de lo sindical a lo político, avanzando niveles de madurez, conciencia y organización a pesar de la recurrente política represiva. 1.

HECHOS, COYUNTURAS Y ELEMENTOS EXPLICATIVOS DEL PERÍODO

UNO OCUPANDO EL NUEVO ESPACIO POLÍTICO I.

LA CARRERA POR LA INSCRIPCION

La convocatoria a elecciones significa para todas las fuerzas políticas constreñidas durante casi una década, la apertura de un espacio concreto que las acerca al poder y les brinda la ocasión de expresarse y medir fuerzas. En coyuntura de Agosto de 1977, es claro que este espacio es estrecho. Se trata de una confrontación electoral que permitirá "medir fuerzas" y posibilita una movilización parcial del pueblo, pero no por ello dichas fuerzas recibirán el poder político que retiene la Fuerza Armada hasta 1980, según su cronograma. Sin embargo, es obvio que ere espacio político se puede ampliar. Surgen en la coyuntura elementos que llevan a ello, así como elementos que indican que, sin embargo, podría cerrarse violentantente. Entre los primeros está el desgaste del gobierno, las dificultades que encuentra incluso en su única base de apoyo -la Fuerza Armada-, el compromiso mismo de las sucesivas promesas de apertura, la presión "democratizante" de la política de los Estados Unidos y la dificultad del gobierno para actuar sin el respaldo firme de la burguesía nativa, que da muestras de no quedar satisfecha con el viraje de reformas y se une intermitentemente a las presiones dirigidas a acelerar una salida política. Entre los segundos esta la agudización de la crisis y Ias necesidades represivas de una política 311

El primer anuncio de la convocatoria a elecciones para la Asamblea Constituyente…, con la misión exclusiva de elaborar la nueva Constitución, una carta que ase gure la continuación del proceso revolucionario; la conciliación de las transforma ciones estructurales con las libertades y las garantías democráticas, es decir, con la instauración de una democracia social", fue he ch o por el Presidente Morales Bermúdez en el mensaje de Fiestas Patrias (2 8 julio de 19 77 ) . En ese mensaje sólo se señalaron los plazos del cronograma y no se trato lo referente al Estado de Emergencia. Un mes después, el 29 de agosto, el Presidente anuncia la restitución de las garantía a suspendidas y el término del Estado d e Em ergencia, volviendo a reiterar l a perspectiva de la “transferencia del poder”. El Decreto de convocatoria (D.L. 21949) recién se expidió el 4 de octubre, estableciendo el 4 de junio como fecha de elecciones.

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económica que no puede lograr consenso alguno en las mayorías del país. El pueblo, sin embargo, ha mostrado en junio y julio que la represión es insuficiente para contener la protesta popular y que su aplicación a "ojos cerrados" puede llevar a extremos que la propia burguesía vería con preocupación, tanto por su efecto desestabilizador del sistema como por llevar a fortalecer el poder estatal en la coyuntura, justamente cuando cuestiona incluso la eficiencia técnica del gobierno en la administración la crisis económica. Las fuerzas políticas actuarán con amplios márgenes de duda sobre verdadero curso político, pero aprovechando casi todas con decisión, el espacio ganado al gobierno. Los partidos tradicionalmente vinculados a la derecha -APRA, Acción Popular Belaundista (AP), el Partido Popular Cristiano (PPC)- lograrán una ventaja desde la partida. No salen de un período que los reprimiera o desarticulará. A lo largo de la "Segunda Fase" han sido Ilamados aI diálogo para definir la salida política; se han presentado como pertinaces defensores de la salida democrática y cuentan en su favor con el apoyo de muchos empresarios convencidos de que son adecuados representantes políticos de sus intereses, dado el desgaste de los militares y la ambivalencia de su actuación. Resulta fácil para estos partidos articular en torno a banderas muy genéricas el descontento de pequeños y medianos empresarios, de amplios sectores medios y de sectores populares poco organizados, con difusa conciencia de sus propios intereses, pero que fácilmente pueden identificar al gobierno no causante de sus problemas económicos, agudizados al extremo en los últimos años. El discurso político -con la simplificación intencional que le es propiabuscará mecánicamente confundir al pueblo identificando las dos fases del gobierno afirmando que las reformas son las causantes de la crisis, identificando toda posición progresista con los "comunistas" de la "Primera Fase", causantes de la crisis y llegando incluso a sostener que la izquierda actual estuvo en el poder con el gobierno de entonces. En su ofensiva, cada fuerza del campo burgués procurará obtener el favor del empresariado, con márgenes distintos en su concesión a las otros fuerzas sociales: recurrirán unos a pociones reaccionarias radicalizadas, a la vez que explotan el sentimiento popular antimilitar -como el Partido Popular Cristiano de Bedoya Reyes-; otros, siguiendo más de cerca a las masas, procurarán convencer a la burguesía nativa la necesidad de un pragmatismo populista conciliador, definido como "izquierda democrática". Pero en conjunto, con posiciones que variarán en la coyuntura, logran un impulso decisivo para sus aparatos partidarios, apoyándose en las condiciones que ofrece el juego político de viejo estilo en el cual son expertos. Luego de diez años de relativo receso, sin haber sufrido masivas percusiones, esta derecha política se presenta desgastada. No ofrece nuevos cuadros. Reaparecen los mismos líderes, con mal disimuladas canal y con planteamientos políticos que cada vez resultan más huecos y desvinculados de la realidad.

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Este será su mayor límite, a pesar de que casi no hay debate y ello pide que se haga más palpable su decrepitud. Pero el nuevo espacio se abre también a otros actores que en los períodos anteriores no fueron "llamados" al diálogo, o en los casos en que estuvieron presentes -el Partido Comunista o el Partido Demócrata Cristiano, por ejemplo- tenían poco que aprovechar del curso político de un gobierno que alejaba más y más de sus planteos originales. Los partidos de izquierda -y posiciones progresistas, en general- han de ocupar también parte del espacio político creado, en condiciones adversas, pero con expectativas en su favor por las propias contradicciones del proceso. La realidad es en este caso polarmente distinta. La mayor parte de la izquierda viene de soportar la más sistemática represión de los últimos tiempos; en agosto sus cuadros apenas pueden salir del actuar clandestino y su vinculación con el movimiento popular los obliga a no descuidar la lucha sindical, agredida ahora, además, por los despidos masivos autorizados por el gobierno. Con dirigentes detenidos o perseguido con deportados y sin acceso significativo a los medios de comunicación, la izquierda se ubica en una coyuntura llena de dificultades, pero no se queda a defensiva. Durante largo tiempo su espacio político estuvo reducido al campo sindical y al difícil espacio generado por las reformas de la "Primera Fase" núcleo de sucesivos operativos dirigidos por el gobierno. Compuesta por su variedad de agrupaciones y partidos, compitió en ese campo limitado, sin ampliar su proselitismo a importantes sectores populares y medios, menos politizados que las dirigencias sindicales, urbanas y rurales, que se expresan en organizaciones gremiales más dinámicas. Hacen frente a la campaña del gobierno y la derecha que, englobándolos en un sólo saco, desarrolla un activo macartismo e incluso divide a los sectores populares menos politizados con su mensaje. Sin embargo, en el último "año de emergencia" se dan esfuerzos d e

unidad que en lo concreto superan parcialmente sus seculares

divisiones y amplían el espectro político en el que influyen. De las luchas populares de junio y julio surgen elementos que indican que sus logros provienen de la madure que se va adquiriendo y de la conciencia popular que cada vez más claramente va identificando a sus enemigos reales. El nuevo espacio político no se asume en forma triunfalista; se tiene conciencia de que este favorece principalmente a las fuerzas de derecha pero la coyuntura ofrece condiciones útiles para acumular fuerzas, brinda oportunidad de expresar las demandas reales del pueblos, de contribuir a su más seria educación política, de aprovechar

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márgenes más amplios de legalidad y de disputar a la derecha el monopolio del escenario político 312 . Puede verse a partir de agosto de 1977 que los partidos de izquierda dialogan entre sí 313 y se hacen presentes en la escena, no sólo desde el plano gremial -donde la unidad inicial más bien se resquebraja y se procura recomponer- sino en los distintas espacios que la prensa y la televisión ofrecen para debatir o exponer posiciones. La coyuntura,

desde

períodos

anteriores,

ha

ido

acercando

posiciones

antes

irreconciliables, incluso en organismos que como la Confederación Nacional Agraria surgen del propio gobierno. En el diálogo y en la práctica política estaban presentes no sólo distintas posiciones sino la dificultad de dar la lucha en un terreno vedado por casi una década, que no dejó espacio para el surgimiento de nuevos líderes que llegarán a ser conocidos más allá del campo gremial. Pero con todos los límites y dificultades existentes, la izquierda estará presente en el nuevo espacio, articulando y rearmando sus fuerzas a un ritmo veloz que supera incluso las expectativas de los más asustados derechistas, acostumbrados a inflar "su peligro". La actividad partidaria rearmada incluye la presencia de más partidos de lo que esperaba la derecha y, a pesar de que la dispersión es un problema crónico, aparece claro, que entre diversas organizaciones existen márgenes de dialogo que se pueden ampliar y que variarán, tanto con la aplicación de las normas electorales como en el curso político posterior. En un período relativamente corto, esta izquierda del espectro político expresará en el antiguo Partido Comunista (Unidad); en dos frentes que reúnen por primera vez a la izquierda marxista distinta al Partido Comunista -la U D P y el FOCEP 314 -; en un partido 312

Pueden verse declaraciones no triunfalistas sobre este espacio que se abre, en la Informativo Político Nos. 59 y 60, agosto y setiembre de 1977 313

Hasta Febrero de 1978 se dan conversaciones en busca de una dificil unidad de izquierda que en forma recurrente se verá bloqueada. Más de una década de pugnas y redefiniciones hacen dificil esta necesaria unidad y los plazos de la legislación entorpecen la obtención de alianzas. En cambio, los partidos de derecha necesitan explicitar alianzas en este momento. Ya en épocas anteriores las han concretado eficientemente luego de las elecciones. Las conversaciones existen y los puntos de convergencia son mayores. Pero consideran importante medir antes su caudal electoral. 314

La UDP (Unidad Democrática Popular) surge a mediados de diciembre de 1977, constituida por 5 organizaciones políticas: Vanguardia Revolucionaria -el Propietario: Partido Comunista Revolucionario -Clase Obrera; Movimiento do Izquierda Revolucionaria - IV Época; Movimiento de Izquierda Revolucionaria- Voz Rebelde; Movimiento de Acción Proletaria y personalidades de la izquierda. Posteriormente su integraron el Partido Comunista Revolucionario - Trinchera Roja; Organización Proletaria Revolucionaria; Círculo Marxista de Oposición Proletaria; Movimiento de Izquierda Revolucionaria - El Militante; Vanguardia Revolucionaria - Reconstrucción: Vanguardia Revolucionaria Político -Militar; Frente de Izquierda Revolucionaria Marxists - Leninista. Paralelamente, se conforma la Unidad Popular de Izquierdas (UPDI), que Integraba a Izquierda Popular, Insurgencia Socialista; Partido Vanguardia Revolucionaria – Posición Proletaria; Frente de Izquierda Revolucionaria - Partido Obrero Campesino; Frente do Izquierda Revolucionaria - IV Internacional; Federación Minera y un grupo independiente encabezado por Carlos Malpica. A mediados de enero do 1978, lo UDP y la UPDI se fusionan. Para las elecciones, la UDP llevo como aliado al Partido Comunista Mayoría, producto de reciente escisión del Partido Comunista (Unidad) y al Frente Unico de Trabajadores.

230

de reciente formación vinculado a las posiciones de izquierda de la "Primera Fase" -el PSR-;

en dos partidos progresistas que estaban inactivos desde 1968 y que se

vincularon a la "Prime Fase" -1a Democracia Cristiana y Acción Popular Socialista. Anunciada la convocatoria, las distintas fuerzas políticas discutirán públicamente los términos y límites de ésta, aunque el debate será bastante limitado. El apoyo más entusiasta a la convocatoria de la Asamblea Constituyente vendrá del Partido Aprista, que ya desde períodos anteriores venia clamándola 3 1 5 . El Partido Popular Cristiano considerará la convocatoria como un hecho positivo, aunque señalara las imprecisiones de su primer anuncio 3 1 6 . La Democracia Cristiana, en cambio, considerara "precipitada convocatoria" porque la revolución esta aún a medio hacer" 3 1 7 . Así se han pronunciando los distintos partidos, centrando su atención en la conformación de la Asamblea Constituyente. Sólo uno de ellos, Acción Popular Belaundista, manifestara en todo momento su frontal oposición a la Constituyente la exigencia de elecciones generales inmediatas. Esta posición de permanente rechazo se dará en medio de contradictorias posturas internas, que concluya en su autoexclusión del proceso electoral. En agosto, este partido considera que la Asamblea es "requisito previo y dilatorio" 3 1 8 de las elecciones generales que reclama para 1978; en setiembre, califica de "parametrada" a la Constituyente y señala que no cuenta con respaldo de la opinión pública 3 1 9 ; en octubre, ante la convocatoria, sostiene que "no es la solución a los problemas del país" y reitera que la única solución

a

generales

320

la

crisis

económica

y

política

es

la

convocatoria

a

elecciones

. Este planteamiento se reiterado en noviembre. En diciembre, su líder

máximo declarará que la convocatoria "era un peso hacia la constitucionalidad", pero que su partido ha propuesto que el 28 de julio de 1978 juro no sólo la FOCEP (Frente Obrero, Campesino, Estudiantil y Popular) se constituye en enero de 1978, e integra a un grupo independiente encabezado por Genaro Todesma, Laura Calicr, Manuel Scorza y otros; asimismo, el Partido Corona Marxista Revolucionario (POMR); el Partido Socialista de Trabajadores de Hugo Blanca (que luego se dividiría surgiendo of Partido Revolucionario de los Trabajadores), Posteriormente se integraron al FOCEP el Partido Comunista Peruano - Bandera Roja; el Frente Democrático Popular (FEDEP), y la Confederación de Campesinos del Perú do Saturnino Paredes. 315

Informativo Público. No. 59 p. 12 y no. 61 p. 10

316

Informativo Público. No. 59 p. 12

317

Su líder, Héctor Cornejo Chávez, había señalado anteriormente que sería funesto el regreso a la democracia formal y que “en ninguna época ni en ninguna parte se le ha ocurrido a revolución alguna someterse al veredicto de sus enemigos, de los indiferentes y adictos no muy convencidos, a medio camino…” (ver Informativo Político No. 60 p. 14 y No. 61 p.11) 318

Informativo Político No. 59 p. 12

319

Informativo Político No. 60 p. 15

320

Informativo Político No. 60 pp. 10 -11

231

Constituyente sino un nuevo Presidente, enfatizando que no pueden coexistir un gobierno de facto y uno Asamblea Constituyente y reiterando que la crisis económica es impostergable y sólo puede ser resuelta "con la anuencia del pueblos y sus representantes elegidos por el voto popular" 3 2 1 . Luego, este partido se inscribe y apresta a participar en las elecciones; su Secretario General Ilega a declarar que si logra mayoría, esa mayoría saldría de los límites puestos por el gobierno, legislaría e incluso el mismo día de su instalación elegiría un gobierno por adelante esto ha contradicho por el ex presidente Belaúnde. En el partido parecía haber que las diferentes sobre lo que debía hacerse con la coyuntura, planteando algunos dirigentes la urgencia de un pacto o frente de partidos del campo burgués 3 2 2 . Luego de inscribirse, Acción Popular BeIaundista se negará a presentar su lista de candidatos, al no obtener que el Comando Conjunto de la Fuerza Armada declare, a solicitud de su líder máximo, que no intervendría contra la Asamblea Constituyente si ésta se sale de los límites fijados en la convocatoria, expresamente en lo relativo a la institucionalización de las reformas. En ese momento, el aislamiento de Acción Popular es interpretado por muchos como intento golpista, dirigido a apoyar supues to militares descontentos con la convocatoria a la Constituyente, prestos en abril a derribar al gobierno y entregar el poder en plazos más cortos. Señalará también que esta decisión, claramente tomada por Belaúnde en persona, tiene relación con las pugnas internas existentes en ese partido y con estilo caudillista del ex-Presidente, que en reiteradas oportunidades impidió la consolidación de su estructura partidaria en función de su propia opción política, presente o futura. El hecho es que aunque esta abstención limita la capacidad de estas elecciones de reflejar el caudal político de cada fuerza, el proceso sigue su curso, y sin duda el vacio será fácilmente ocupado. Con uno jugada riesgosa, el ex-Presidente se garantiza una posición expectante en las elecciones siguientes dadas las posibilidades de desgaste de sus competidores. El retiro de Acción Popular será destacado por Opinión Libre y entusiastamente asumido por El Tiempo, órganos de prensa de la extrema derecha que sin problemas

incentivaron

intentos

golpistas

y

políticos

aún

más

represivas,

encubiertas bajo el manto de uno elección adelantada. La revista Caretas, cambio, reprochará duramente a Belaúnde esta decisión, entendiéndola co mo resultado del "desconcierto ideológico" por el que navega ese partido y, coincidencia con el APRA 321

Informativo Político No. 63 p. 9

322

En enero de 1978 el dirigente populista Javier Arias Stella escribe en La Presna sobre el Frente de partidos; posteriormente el Secretario General, Alva Orlandini, señala que esta afirmación no responde a la posición del partido sino a la opinión personal de este dirigente. Informativo Político No. 63 p. 14

232

-partido con el cual parece propiciar un pacto belaundista, inspirado por Ulloa-, exigirá un mayor pragmatismo que ofrezca a los militares la posibilidad de uno salida airosa y un lugar activo en el nuevo sistema político 3 2 3 . En el nuevo espectro, el debate no se centrará fácilmente en el tema de la convocatoria, es decir en los términos de la nueva Constitución. La preocu pación de los partidos hace referencia primero a cómo será la composición de la asamblea y a cuál será la amplitud del electorado permitido por ley. Las condiciones y libertades mínimás para el ejercicio democrático serán tema de la demanda de los partidos y se debatirá también, aunque en forma superficial, un tema que es parte de la convocatoria; la institucionalización de las reformas. Ocupado en armar su aparato partidario, en recoger no menos 40,000 firmás en 3 meses, en armar su lista de 100 candidatos y en afrontar otras dimensiones de la coyuntura -como la convocatoria a un paro nacional su revocatoria y posterior realización, así como la atención de una huelga de hambre de cerca de 100 despedidos, en el caso de los partidos de izquierda los partidos entrarán en febril activismo electoral durante los primeros meses de 1978; Sin grandes mítines, inmovilizaciones de masas, los Iíderes de la derecha

comienzan

a

recorrer

el

país

expresando

las

mismas

y

genéricas

formulaciones de hace diez años, a las que agregan una sistemática cadena de ataque a todos los intentos de reforma y a la conducción actual del gobierno. En el debate, reclamarán el voto de todo ciudadano mayor de 18 años –incluyendo analfabetos- la Democracia Cristiana, el Partido Socialista Revolucionario, el Partido Comunista (U), la Confederación Nacional Agraria y otros actores de la izquierda. El Partido Aprista -que lo propuso en Constituyente de 1933- sostendrá una posición ambivalente, recordando necesidad de que este derecho sea incorporado a la Constitución, a la ve que algunos líderes expresan que la ley electoral del gobierno actual no puede otorgar ese derecho. Los demás partidos de derecha evadirán el tema, cuidándose de explicitar una oposición frontal, pero recordando trabas legales o Movimiento Democrático Peruano, por ejemplo- o técnicas, y recurriendo a fantasma de la manipulación de este voto, como si en estos tiempos dependiera de la lectura y escritura 3 2 4 . AI comenzar 1978, una Comisión del Episcopado emitirá un documento de reflexión sobre el tierra, reabriendo un debate que el gobierno ya había cerrado al marginar a los analfabetos de la ley electoral, dada en octubre 3 2 5 . De este modo, dos 323

324

Caretas del 21.3.1978 Ver Informativo Político No 59 p. 12; No 60 pp. 13-14; No 61 pp. 10-11.

325

Se trata de un documento de la Comisión Episcopal de Acción Social dirigido a los Obispos y a las Comunidades Cristianas, para reflexionar sobre el problema de este amplio sector de la población. Fue

233

millones de peruanos quedan marginados de esta consulta electoral, a través de la cual se define la composición del organismo que se supone les reconocerá o negará este derecho fundamental. La participación directa de las organizaciones populares en la lid electoral, en particular de aquellas surgidas en la "Primera Fase" con apoyo del gobierno, es objeto también de debate ante la posibilidad insinuada por el gobierno de que tengan representación en la Asamblea. Esta participación es rechazada, tanto por los partidos de derecha como por varios partidos de izquierda. El Partido Demócrata Cristiano y el Partido Comunista (U), así como Confederación Nacional Agraria y la Confederación General do Trabajados del Perú, reclaman que se haga efectivo esto acceso. El gobierno parece indeciso al principio y el propio Jefe del SINAMOS declara que

las

"organizaciones

de

base”

participarán

real

y

efectivamente

en

la

Constituyente. Posteriormente, en la Ley Electoral, el gobierno sólo les reconocerá el derecho de participar en la misma forma y con los mismos requisitos que los partidos último,

el

Jurado

Nacional

de

Elecciones,

al

impedir

la

inscripción

de

la

Confederación Nacional Agraria como tal, cerrara toda posibilidad de parti ción directa de estas organizaciones 3 2 6 siendo objeto entonces del reclamo sólo de esta organización campesina, sino de otras fuerzas políticos. El Partido Socialista Revolucionario (PSR) y la Confederación Nacional Agraria (CNA) demandaran desde el inicio de esta etapa -en declaraciones y comunicados- la vigencia de las garantías recortadas para los sectores populares, estableciendo de facto el vínculo entre la escena electoral y la política real del régimen sobre los sectores mayoritarios. Se reclama reiteradamente el retorno de los deportados, la liberación de los detenidos políticos, la suspensión de toda persecución. La demanda será permanente desde agosto de 1977. Entonces, el PSR y la CNA reclaman la vigencia de estas condiciones democráticas como condición para que tengan legitimidad las elecciones para la constituyente 3 2 7 . El PSR reitera este reclamo en setiembre,

denunciando

que "esta

voluntad

represiva

intenta

repetir

la

farsa

utilizado por la prensa y entendido para la Confederación Nacional Agraria como pronunciamiento de la Asamblea Episcopal, cuestión ilegal aclarada, indicándose que se trataba de una Comisión de Obispos encargada de las funciones de Acción Social sin haber habido en esa ocasión una reunión de la Asamblea, que lo discutiera y lo dicta carácter resolutivo y oficial del máxima organismo de la Iglesia Peruana. La aclaración hecha se refiere a la forma en que fue interpretado –y no al documento. Pues éste precisa que es sólo un documento de reflexión; el documento y las posteriores aclaraciones formales dieron lugar –y ante cada ocasión en que la Iglesia se pronuncia o actúa en materia social del lado de las mayoría oprimidas- articula una campaña divisionista que busca relegarla a una función atemporal y desencarnada, porque ello conviene a su particulares intereses, olvidando el largo tiempo en que por propia iniciativa a toda perspectiva de cambio social. 326

Informativo Político No. 59 p. 12; no. 60 p. 17; No. 61 pp. 12-13

327

Informativo Político No. 59 p. 12

234

democrática que siempre ha vivido nuestro país" 3 2 8 . En octubre, tanto estas agrupaciones como el resto de la izquierda reiteran estas demandas reclamando la amnistía política y laboral. En este momento se suma pedido Ismael Frías, que intentaba formar el Movimiento Socialista Democrática. “Si se acaba de amnistiar a quienes delinquieron contra la economía nacional sacando divisas del país, no veo que se necesiten argumentos más convincentes para exigir tal amnistía (políticas y laboral)" declarará el profesor de derecho, Luis Pasara 3 2 9 . La Confederación Nacional Agraria agregará entonces una demanda que la afecta en inmediato: que cesen los "operativos" del gobierno destinados a descabezar desde dentro a

las

organizaciones populares. A pesar de las demandas, que fuera del marco electoral incluían además el pedido de la Iglesia de reporte a los despedidos y el rechazo legal del Colegio de Abogados de Lima a los Decretos que ordenaron los despidos, el gobierno mantendrá firme su política antilaboral y sólo a fines de marzo luego de una huelga de hambre de más de 40 años- ordenará la reposición de 78 de los despedidos, sin aceptar la reincorporación de miles de los trabajadores dejados en la calle como represalia por el paro nacional del 19 de julio. La demanda se generalizara luego -en el caso de los deportados- a casi todos los grupos políticos de izquierda y derecha. Los deportados serán amnistiados a la víspera del plazo de inscripción de candidatures ante el jurado nacional de elecciones, cuando es obvio que el hecho de que muchos de ellos son candidatos a la Constituyente ha de crear un problema al gobierno. Pesa sobre la imagen de éste el mantenimiento de políticas represivas contra los dirigentes de organizaciones populares a pesar de que permitió la actuación de los partidos de izquierda. Es claro también que esta política del gobierno limitó las posibilidades de hacer campaña electoral a la izquierda. El debate supuestamente más importante de ese momento estaba centrado en la institucionalización de las reformas, tema que la Ley Electoral incluyó en la convocatoria 3 3 0 . La pobreza del debate, el desinterés de los partidos en el mismo, tiene relación con dos elementos: la generalidad de esta formulación y el nivel normativo -generalmente sólo enunciativo -que tiene el debate constitucional. En efecto, lo primero es aún más evidente cuando el propio gobierno corrige rumbos, modifica las reformas- como la comunidad Laboral - y por tanto nos deja claramente 328

329

Informativo Político No.60 p. 13 In fo rma t ivo Po lít ic o No 61 pp. 10-13.

330

L a Asa mb le a Co ns ti tu y en te te n ía c om o ex c lu s i v a fi na l id ad l a d ac ió n de l a n ue va C on s ti tu ci ón Pol íti ca de l Es ta do , l a q ue co n te nd r á e se n c ia l me n te , e n tr e o tra s l as d is po s i c io ne s q ue in sti tu cio na l i ce n la s tr an s fo rm a c io ne s e s tru c tu ra le s qu e v i en e l le v an do a c ab o e l Go b ie rn o Re vol u cio na ri o d e l a Fu er z a Ar ma da " (D.L 21949)

235

establecido que es lo que la nueva Constitución ha de institucionalizar. Ello significa que tanto la derecha como la izquierda pueden aceptar o cuestionar el enunciado definido por la ley de convocatoria, y luego normar en la Asamblea con todo el margen de juego que deseen. Pero lo segundo es aún más claro. El desarrollo de las reformas, y de todos los problemas concretos que suponen, depende más del curso político global que propicie esta "apertura democrática" que de la articula ción de normas constitucionales, por más precisas que éstas resulten. El curso de la Reforma Agraria dependerá no tanto de una utópica norma que devuel tas tierras, sino de la política agraria que aplique el gobierno, que sin norma especial en la Ley puede llevar a la quiebra a las empresas campesinas y forzar una natural reorientación de la propiedad o del fruto de ésta. Si esto es válido para la más antigua y desarrollada de las reformas, lo es más aun para el resto. Y hasta aquí el ejemplo sólo se refiere a lo avanzado por las reformas, no a su profundización ni al enfrentamiento del resto de problemas estructurales evadidos por cada reforma. Sin embargo, el tema tiene importancia relativa por el indicador de la voluntad política de cada grupo, aunque en términos muy generales indica el punto de partida de los conciliaciones que harán los partidos de derecha o de la crítica que formularan los de izquierda. En los meses inmediatos a la convocatoria, pocos partidos tomaran posición clara al respecto. Lo harán Acción Popular Socialista, el Partido Comunista, la Democracia Cristiana y el APRA, para apoyar la institucionalización, reclamando profundización. Partido Popular Cristiano y Acción Popular se opondrán este último precisar6 más bien la necesidad de revisarlas en la Constituyente. En las motivaciones y enunciados se aprecia la presencia de diversos matices: Partido Comunista y Acción Popular Socialista apoyaran la institucionaliza ción reclamando profundización. El Partido Demócrata Cristiano dejará claramente establecido que las reformas están "a medio camino y las apoyará más en actitud defensiva frente a una coyuntura que no concuerda con sus expectativas". El APRA, en cambio, utiliza el tema para vender su imagen de cuida r apoyo al gobierno -crítico en los aspectos propiamente democráticos- seguidor de su rumbo Político. Reconoce como "un hecho histórico el pro revolucionario" y plantea la inclusión de las reformas en la Constitución, señalando que pertenecen al conjunto de banderas que este partido levantó desde los años 30 3 3 1 . De esta forma, incompleta y vertiginosamente rápida, el espacio político acoge nuevamente a los partidos, sin debate de fondo ni presencia de masas aún. Al cierre de las inscripciones, se han inscrito 13 organizaciones políticas para participar en la contienda electoral. A las ya mencionadas hay que agre gar dos más: el Partido 331

Informativo Político No. 59 p. 12 No. 60 pp. 13-14 y 16; No. 61 pp. 11 y 15

236

Demócrata Reformista del Perú -PDRP- que encabeza hija del ex-presidente Leguía (1919-1930)

y

el

Frente

Nacional

de

Trabajadores

y

Campesinos

–FNTC-,

encabezado por Roger Cáceres, ex-diputado por Puno, miembro de una importante familia de Juliaca 3 3 2 . Finalmente sólo 12 competirán por llegar a la Asamblea Constituyente, dado el rol de Acción popular, con un sistema electoral que favorece la dispersión de votos y votantes. En el curso del proceso seguido de agosto de 1977 a marzo 1978, el nuevo espacio ha dado lugar a que las distintas fuerzas calienten motores, preparen las estructuras partidarias y diseñen estrategias. El poder político es aún lejano, pero, el período inmediato resulta clave para definir el rumbo político futuro. En efecto, año sin la incorporación de la población analfabeta, el electorado ha variado en 10 años. Hoy se estima una población electoral de 4'96 6,016 incluidos los jóvenes que cumplieron 18 años, cifra ya distante de los 2'316,196 votantes que participaron en las elecciones municipales de 1966 3 3 3 . Las interrogantes, sin embargo, no provienen sólo del número de votantes. El proceso político de la década ha hecho más abierta esta sociedad. El campesinado -aunque en gran proporción marginado- ha hecho sentir su presencia en la escena política durante los últimos años. Los niveles de conciencia en trabajadores urbanos y rurales son más avanzados, tornando difícil repetir con tanto éxito el clientelismo y los populismos del pasado. Estos elementos y el desgaste natural de los líderes de la derecha -todos por encima de los 50 años y con más de veinte en la escena-, podían ocasionar sorpresa quizás por ello el APRA -sin presentar prueba alguna comienza a hablar de voluntad de fraude y Belaunde prudentemente se automargina. Bedoya Reyes puede lanzarse sin nada que arriesgar, contando con la coyuntura excepcional que le brinda el retiro de Belaunde. Su mensaje reaccionario, infringido casi exclusivamente a la burguesía más resentida, puede ampliar su efecto en una campaña al mejor estilo norteamericano, con millonaria inversión de dinero y vacía de contenido programático alternativo.

332

A muchos sorprenderá ya entonces el número de partidos que la izquierda ha logrado inscribir, más aún si se tiene en cuenta las agudas condiciones laborales y sociales de estos meses, que incluyeron un paro frustrado y un paro unitario cumplido en Febrero. Gruesamente, dentro de este campo el PDC se inscribió con 70,000 firmas: la UDP con 53,004; el PC (U) con 50,000; el PSR con 54,479; el FOCEP con 47,194 y APS (luego llamada ARS) con 41, 130. Suman 315,807 firmas por la izquierda que, sin ver votos, sirven de tentativa muestra. En la derecha el PPC presentó 154,850 firmas; AP 137,000; el APRA 77,777; el MDP 43,000, la UNO 68,001 y PDRP 50,879 sumando 531,507. EL FNTC presentó 86,000 firmas. Varios partidos informaron luego que se inscribieron con más firmas, entre ellos AP y MDP (los datos se toman del Resumen Semanal –Febrero- 1° semana, hecho a partir de la prensa de entonces). 333

Cifras de inscritos en el Registro Electoral proporcionada por el Jurado Nacional de Elecciones, tomadas del cuadro comparativo de participación electoral dado en el artículo de Enrique Bernales “Análisis y proyecciones Sociales” en La Prensa 3.2.79

237

Sin embargo, el cuadro político no está despejado para la izquierda. Más de un estudio demuestra que sus partidos y sus líderes son desconocidos en el país. La capacidad de llegar a grandes masas, muy dispersas, es limitada no sólo por las características de la coyuntura sino por el factor tiempo. No es raro que, por ejemplo, la opinión de muchos votantes este influida por conocer sólo la imagen gruesa de aquellos personajes que han ejercido el gobierno posiciones de figuración política una década atrás, forjando un nombre y una imagen; cuyas antiguas claudicaciones pueden ser tamizadas después de diez años de "primera plana" militar. En este campo, la izquierda tiene para recorre un largo camino, en el cual deberá imponer sus términos para no jugar constantemente en el terreno del adversario. En los meses transcurridos hay, sin embargo, importantes indicadores de madurez. Los esfuerzos de unidad entre partidos que sólo se diferencian ideológicamente par matices -reunidos por ejemplo en la UDP- y el diálogo que se ha notado entre el grueso de partidos y frentes que componen la izquierda, a pesar de tener aún grandes límites, pueden dar lugar a un resultado significativo en las elecciones. En conjunto, sin embargo, el panorama no se aparta mucho del tradicional en la democracia formal, dada en varias ocasiones de la historia peruana: Se combina la represión al pueblo y la dureza de la explotación económica con una escena electoral en la que participan partidos con aparente igualdad de condiciones, pero con opciones y realidades muy diferentes. El sistema mismos, su ideología dominante, sus recursos económicos, sus medios de comunicación, favorecen a la derecha y atacan a la izquierda aunque eventualmente deslinden posiciones criticando a la extrema derecha, como respuesta a los ataques que Bedoya les hace. El sesgo del sistema de información y comunicación no se corrige con otorgar algunos espacios gratuitos en la prensa, o la radio y la televisión, aunque ello sea una medida importante casi sin precedentes en América Latina. La igualdad de oportunidades supondría cambios estructurales de verdad, no dados aún, y una opción distinta del gobierno en la coyuntura. Este, en efecto, no sólo se entrega más y más a la derecha, sino requiere establecer un sistema de "cuotas de poder" en el que

la

derecha

hegemónica.

Puede

oponerse

a

tos

sectores

políticos

más

reaccionarios de tentar alianza con supuestos centros más conciliadores como el APRA, no puede aceptar que la izquierda triunfe porque ello cuestionaría su curso inmediato anterior y la decisión misma, ya tomada, de orientar las reformas hacia la mejor consolidación del sistema capitalista, quitándoles toda, potencialidad de cambio y anatematizando -para aislar- toda alternativa real de cambio social.

238

No habrá que olvidar, sin embargo, que tras la competencia es pequeño el poder inmediato a repartir; que las alianzas políticas más duraderas se establecerán a partir de tos resultados electorales y que incluso el margen de la apertura política dependerá de ello. Más aún cuando entre las cartas puestas sobre la mesa hay una que pocos jugadores han recogido: el rol político de la Fuerza Armada en el futuro. 2.

CAMPAÑA ELECTORAL ACCIDENTADA Y DESIGUAL

Los hechos revisados desde la convocatoria a elecciones hasta la inscripción de los partidos se refieren principalmente a la escena electoral, que obviamente no está aislada de todo el conjunto de hechos políticos al relacionarse con el conjunto de la política del gobierno -que incluye la administración la crisis y el sostenido viraje con las reformas- y con la dinámica del movimiento popular. Si bien los puntos que seguidamente serán analizados en este capítulo constituyen ejes centrales para comprender la coyuntura global del período y su desembocatoria en la coyuntura electoral resultante, es preciso ahora revisar someramente la campaña electoral en sí y la acción que en relación ella desarrollan el gobierno y las distintas fuerzas sociales. Es claro que el gobierno militar no está ausente de la escena elector pues su política global la condiciona decisivamente. Busca dar una imagen árbitro imparcial, pero no deja de insinuar amenazas cuidadosas que orientan la acción de parte de las cúpulas partidarias. Su enorme aparato publicitario -prensa diaria, radio y televisión- está actuando claramente en favor de fuerzas de derecha, pero principalmente del APRA. Esta prensa tiene roces ocasionales con los partidos burgueses y concede alg6n lugar, pequeño y desubicado, a los partidos de la izquierda. Sin embargo, las medidas de política global -nuevas alzas de precios, mantenimiento de disposiciones represivas como el D.S. 010, una nueva Ley de Estabilidad Laboral (que bajo eso nombre consagra la inestabilidad)- así como reiterados operativos y obstáculo a las organizaciones populares, marcan un período fuerte en tensiones. Dentro del gobierno se desarrolla una pugna clara, que trasciende desde la llegada General Molina al Premierato, en febrero de 1978. Se ha de desarticular gradualmente el conjunto de elementos que dieron omnímodo poder al Ministro

del

Interior, comenzando por la caída del Director de La Prensa, Dr. Luis Jaime Cisneros -hermano del Ministro- y luego del Jefe de la O.C.I., General Vinatea. La tensión estaría latente hasta la renuncia del Ministro Cisneros -muy cerca de las elecciones - luego de haber sido uno de los más claros ejes del poder, a la vez que simbolizaba las más duras posiciones contra los trabajadores durante el Estado de Emergencia. La siempre amenazante posición de este Ministro, le valdrá no sólo el rechazo de la izquierda sino incluso de órganos de derecha, que llegan a ver en sus declaraciones un "desafío a la civilidad". La pugna no es anecdótica, pues durante el período preelectoral de gobierno

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continúa golpeando sustantivamente la economía popular, a la vez no logra expresar con coherencia las demandas del empresariado, a pesar todo el viraje operado. Mientras los partidos de derecha compiten a la vez por los votos del pueblo y el apoyo de la burguesía, esta última desarrolla una ofensiva sistemática contra el movimiento popular. Crea una nueva agrupación, la Unión Nacional de Empresarios Privados, y desde allí, como desde los antiguos gremios, enfrenta cada intento de paralización y desarrolla una campaña macartista que sirve de manto a la defensa de sus intereses. Combinando la negociación y el ataque frontal, apoyándose en una bien financiada prensa semanal, reclama nuevas medidas, defiende las exoneraciones y privilegios concedidos el CERTEX, por ejemplo- y enfrenta decididamente al gobierno cuando éste, acosado por una larga huelga de hambre, ordena una reposición parcial de despedidos. Reclama coherencia y rechaza las vacilaciones, agudizando el ya dramático clima de hambre y conflicto en el que ha desembocado la política el régimen. En marzo y abril la coyuntura muestra una profunda crisis de gobierno. Sin embargo, más que eso, se trata de una crisis de autoridad ante el efectivo desacato que los empresarios hacen de la orden de reposición de despedidos. Libran una fuerte campaña por la privatización del cemento, que parece encontrar un muro de contención en la política del Premier Molina, y muestran la imagen de un gobierno arrinconado entre las presiones del Fondo Monetario Internacional, las demandas del capital nativo y la protesta popular. Este cuadro, que aquí no desarrollamos, impactos en la escena electoral que día a día se presenta más hueca y vacía de alternativas. Se trata de 12 paros o frentes opositores, ninguno con responsabilidad de gobierno en más de la década, que se presentan enfrentados en diverso grado al supuesto único responsable de la crisis. De estas fuerzas, la derecha y el empresariado más radicalizado tienen en el PPC de Bedoya Reyes su expresión más directa. En su millonario recorrido por el país ataca frontalmente la Reforma Agraria y expresa reiteradas veces, pero particularmente en un comunicado hecho público en febrero, las demandas de los empresarios: reducir el Estado "sobredimencionado", reforma la ley de industrias y las leyes que estatizan el comercio interior, entre otros puntos. Ataca sistemáticamente al gobierno militar en dos fases, defiende en todos los tonos de la propiedad privada y, en el mes abril, uno de sus dirigentes declara que habría que convertir las cooperativas azucareras en sociedades anónimas, afirmando que el PPC también luchará contra la institucionalización de las reformas. Uno de sus dirigentes proclama en mayo: "Si, somos un partido de gerentes", expresando la identidad política y social que tiene su campaña. En este período, el PPC representa la presión más orgánica que la burguesía nativa ha logrado en un partido político; su campaña se sincroniza con las demandas de los gremios empresariales" localizados, no sólo en cuanto su ya larga ofensiva por el poder del gobierno sino también por Ios efectos de una administración de la

240

crisis económica que afecta parcialmente, al tener que acceder más y más a las presiones del capital financiero internacional expresados en el Fondo Monetario Internacional. La campaña electoral del APRA responde, en cambio, a ese ejercicio de la ambigüedad que, si bien da a veces buenos resultados en el corto plazo puede dificultarle el apoyo del empresariado más radicalizado. Su estrategia se dirige principalmente a la Fuerza Armada y a su gobierno, reiterando Haya de la Torre la necesidad de olvidar antiguos odios. Reafirma que respetaría las reformas y se aleja de algunos planteamientos empresariales al sostener, por ejemplo, que tos diarios no deben pasar a sus antiguos dueños sino a sus trabajadores. Al mismo tiempo tiene especial cuidado en mostrar, con su ya larga experiencia al respecto, que los empresarios y sus intereses serán ampliamente respetados. Su ataque al gobierno es necesario, sin embargo, no sólo por la impopularidad de este sino por la necesidad de obtener un adecuado margen negociación posterior. Reiterando la existencia de "voluntad de fraude" uniéndose a la protesta popular contra las medidas económicas, señalara al gobierno como causante de la crisis, pero poniendo énfasis en la "Primera Paso De esta forma se ofrece, dentro del conjunto del espectro político, como "leal opositor" con el cual es posible asegurar una salida "con honor". Los partidos de la izquierda combatirán frontalmente al gobierno, poniendo el énfasis en la política hambreadora que lo caracteriza, así como en la represión sistemática y calculada que han soportado y soportan. La variación de grados y de énfasis, pero el enfrentamiento con el gobierno es materia central. La ausencia de alternativas programáticas es común a todo el espectro político, aunque en contadas exposiciones de la izquierda hay excepción que, sin embargo, caen en el vacío. Nadie tiene su preocupación puesta en carta Constitucional y cuando el PSR, la DC o la UDP formulan: algunas ha puestas alternativas de política económica, no hay interlocutores para el debate en el otro polo. La cada vez mayor cantidad de despedidos, el peso dramático del alza del costo de vida, la nueva ley de "Inestabilidad Laboral" y las tantas otras medidas antipopulares enervan los ánimos en esta corta campaña favorecen toda forma de protesta verbal. La campaña de la izquierda logra provechar tos espacios gratuitos de radio y televisión, aunque prácticamente se pierdan en medio de la gran prensa y la masiva campaña televisada y radial que puede hacer el gobierno en beneficio propio y de la ideología dominante, común a los partidos de derecha. A pesar de ello, el gobierno deberá recurrir al corte de programas políticos y a la represión de mayo, no sólo para mantener "su orden" sino para impactar en los sectores menos politizados. La referencia global a esta campana electoral dada al trole, requiere un seguimiento detenido de los nuevos hechos dados en la política económica y en la política dirigida a reprimir al movimiento popular, para lograr al apreciar en conjunto la resultante de este período, expresada en la coyuntura el total de Junio y sus resultados.

241

DOS I.

NEGOCIANDO CON EL F.M.I. EN LA RUTA DE LA CONTRARREFORMA EL GENERAL DE CABALLOCOCHA

Para muchos observadores políticos, la selección del general Alcibiades Saenz Barsallo como reemplazante del fugaz Ministro Piazza, en junio de 77, sólo puede explicarse en términos castrenses. Ante la pugna dada en la cúpula, que se resiste a una necesaria austeridad -siempre menos dramática que la que impone al pueblo- y siendo los gastos de defensa problema fundamental del momento, el gobierno recurre otra vez a un hombre de sus filas, que "se cuadre" ante las directivas de los comandos. Desde el primer momento pero más aún al analizar su gestión, la imagen de este Ministro no puede ser más representativa de la magnitud de la crisis. Más aún, demostrará que ya es tan sólo una crisis económica, sino mucho más que eso. Indicará que el deterioro llega al nivel de los cuadros del régimen. Aun suponiendo en este general las mejores cualidades castrenses, nadie podía encontrar en él antecedentes de versación alguna en materia política o económica. Evidentemente ello, con esa criolla ironía que a veces es el único consuelo de quienes cacen de "estrellas" para tener algo que decir al poder, varios semanarios se refieren al Ministro, no por su nombre sino por el de su ciudad natal: Caballococha. En lo fundamental, la política de este ministro seguirá el curso de las políticas anteriores. El gobierno -desde la gestión del Gral. Morales Bermúdez

como Premier- no ha

encontrado otra forma de afrontar la crisis que siendo los diagnósticos y recetas del capital internacional, aunque con altibajos grados y tiempos distintos, sobre todo en lo que al gasto público se refiere, la carga de más y más medidas contra el pueblos tuvo también variaciones, aunque ya en 1977 su efecto acumulativo torna la situación intolerable. De dos modos, las variaciones sólo eran cuestión de grados: actuar de golpe o actuar poco a poco. En este nivel, sin embargo, el efecto sucesivo de esta política es una implacable pauperización de las clases medias y populares; se está afectando la pequeña y mediana empresa, al favorecer las tendencias a la contratación de capital. Al mismo tiempo, en el que al gasto público se refiere si como a aquellas medidas que directamente afecten a las grandes empresas o sus aliados- las contramarchas hacen mayores los golpes que demanda del Fondo Monetario Internacional (FMI). En ese nivel hay poder de prensión sobre la cúpula y hay pugna en ella misma. Justamente la entrada de este ministro se relaciona con la pugna intraburocrática y las presiones del empresariado. En Agosto de 1977 "ni el Gobierno ni los bancos, parecen capaces imaginar una salida a lo que un banquero de New York finalmente llama dilema del Perú" 334 . En varios momentos -tanto en agosto como posteriormente en 1978- la impresión es que "se está tocando fondo", describiendo tanto la falta de divisas -frente a una mortal deuda externa 334

The Andean Report Vol. III – No. 8

242

cuyo servicio (amortización más intereses) sobrepasa en exigencias el 40% de las divisas obtenidas por todas las exportaciones en 1977- como la situación económica del pueblo, reiteradamente sacrificada por el gobierno en aras del pago la deuda y los incentives otorgados a las ganancias empresariales. En agosto de 1977 varios partidos se pronuncian sobre la crisis; todos señalan su gravedad y culpan al gobierno, aunque el énfasis de los partidos de derecha quede sólo puesto en la "Primera False". Así lo hace el Partido Popular Cristiano al sostener que la crisis es estructural, pero curiosamente del como estructural la falta de aliento a la iniciativa privada en la "Primera Fase", causal central que se complementa con la excesiva generación de medios de pago y deuda externa 335 . La Unión Nacional Odriísta y el Movimiento Democrático Peruano-resucitados voceros de la vieja oligarquía- se limitaran a reclamar atención para los sectores menos favorecidos y

moderación

en

los

gastos

del

gobierno.

La

Democracia

Cristiana

considera

"insatisfactorio, por general e inconcreto” el Mensaje Presidencial del 28 de julio y reclama una político de equidad "que distribuya el peso de la crisis entre todos, civiles y militares, en proporción a la capacidad económica de cada cual”; demanda ampliar el esfuerzo por reducir el precio de productos de primera necesidad 336 . El Partido Socialista Revolucionario propone un programa de emergencia, afirmando que ningún nativo aislado cambiará la situación dentro del sistema capitalista y senado que su propuesta de coyuntura se orienta hacia el socialismo, a pesar de ser sólo un conjunto de medidas y no su plan de gobierno 337 . El Partido Comunista, comentando el mensaje del 28 de julio, 335

“Los crecientes déficits presupuestales, acumulados y progresivamente; los igualmente crecientes déficits de las empresas estatales o para-estatales; la disminución de la inversión de capitales nuevos y el desaliento de la iniciativa privada sembrado principalmente en la Primera Fase del Proceso Revolucionario, ha inducido al Gobierno a generar medio de pago desproporcionados a la real riqueza nacional y a contraer una millonaria deuda externa destinada en parte a solventar sus propios déficits presupuestales y a adquirir bienes no reproductivos todo lo que pasa negativamente sobre la economía del país más que por el monto de la deuda externa acumulada por su mala estructura, pues está constituida por préstamos a corto plazo cuyos servicios de intereses y amortización representan, según información del anterior Ministerio de Economía, alrededor del 40 por ciento del valor de nuestras exportaciones, cuando no debieran ser superiores al 15 por ciento o a lo más al 20 por ciento del mismo. Con estos antecedentes es totalmente explicable que nuestra Balanza Comercial y nuestra Balanza de pagos se hayan tornado peligrosamente deficitarias y que cada vez sean mayores nuestras dificultades para obtener el proceso productivo e iniciar una etapa de recuperación, frenar progresivamente el proceso inflatorio, estimular adecuadamente la producción y la productividad y defender con proyecciones de futuro el poder de compra de la población, se impone una política de austeridad y de sacrificios y esfuerzos compartidos, que sólo puede plasmarse con amplio margen de participación popular y un abandono del triunfalismo y la demagogia”. Informativo Político No.59 p. 34 336

Informativo Político No.59 p. 30

337

El PSR propone: “I. Aumentar el poder adquisitivo de los sectores más deprimidos de la población, a fin de ir logrando una más adecuada distribución del ingreso y, al mismo tiempo, una incentivación del mercado interno y de la producción del ingreso bienes esenciales en el campo y la ciudad…”. “2. Estructurar una política cambiara acorde con las necesidad internas del país…” (política de cambio discriminatorio). “3. Eliminar el déficit de balanza de pagos a través de programación de importaciones selectiva y mecanismos de control…” “4. Mantenimiento del nivel de gasto público especialmente la inversión pública, para dinamizar la demanda interna, incrementando para tal efecto los ingresos tributarios directos…” “5. Disminuir los niveles actuales de desempleo…”. “6. Lograr un sistema de estabilidad en el trabajo y de respeto a los derechos inalienables de los trabajadores…”. “7. Iniciar transformaciones sustanciales dirigidas a cambiar la estructura

243

criticará que no se denuncie al FMI, aunque reconocerá que se han tomado medidas de reducción de precios de algunos bienes e incremento de remuneraciones, que aunque insuficientes son distintas a las del Fondo Monetario Internacional y el ex-Ministro Piazza, a quien ubica como hombre de la Sociedad de Industrias 338 . El Ministro Saenz administra la crisis sin ofrecer una idea clara del rumbo a seguir. Corrige algunas alzas de precios y otorga un aumento de remuneraciones, medidas que no son capaces siquiera de aliviar la situación popular. Las negociaciones con el FMI terminan en un acuerdo que ya al firmarse parece ser imposible de cumplir. Continúa la político económica

centrándose en medidas

coyunturales

para pagar la deuda,

gobernándose sin un plan económico v mayor alcance. Pero ahora, además, se ha consagrado la indisciplina en el gasto público que antes limitó las gestiones de Barúa y Piazza. Así, el Ministro Economía convertido en simple cajero llegara a encontrarse sin fondos para pagar. Es fácil comprender así que el año 1978 se inicie con un empantanamiento de las relaciones con el FMI, luego de haber firmado un acuerdo de stand by que el gobierno no puede cumplir 339 . La negativa de la Banca norteaméricana a otorgar un nuevo paquete de préstamos por 260 millones dólares sin aval del FMI y la indignación de este organismo ante ingenuas maniobras contables del Ministro para aparentar que cumple los términos del acuerdo 340 , llevan a un callejón sin salida al equipo económico que encabeza Sáenz Barsallo, en momentos en que los cuadros técnicos capaces de negociar en el exterior se habían alejado del gobierno. El gobierno ha impuesto nuevas cargos sobre la deteriorada economía popular en enero. Como efecto de esta política continuada que reajusta los sueldos y salarios a un ritmo mucho menor que la inflación, es notoria disminución cuantitativa y cualitativa del consumo de alimentos. Eso significa hambre y graves problemas de salud en el pueblo, como puede verse en cuadro que citamos 341 . Luego se dirá que es político-partidaria y productiva y el sistema financiero, ampliar el control y captación de excedentes del comercio exterior, controlar la producción y comercialización de bienes esenciales y ampliar la cobertura de los servicios sociales….” Informativo Político No. 59 p. 31 338

Informativo Político No. 59 p. 38

339

Este presiona en Enero para diferir el pago de la deuda de la URSS a la vez que mantiene su presión para reducir drásticamente el déficit fiscal, aumentar los impuestos y los intereses bancarios. Estas últimas medidas, en tanto afectan a las empresas, no son puestas en práctica por el gobierno en ese momento. 340

La revista inglesa The Economic (18.3.78) divulga la situación financiera de entonces y los “métodos contables” que ocasionaron el disgusto de la Misión del Fondo de febrero: “las reservas internacionales habían sido elevadas en año nuevo mediante un préstamo por pocos días de US$ 40 millones, obtenido de una subsidaria del DresdnerBank” (Oiga 27.3.78). 341

La siguiente información del Ministerio de Alimentación habla por sí sola; hasta el 1er. Semestre de 1978 el consumo de calorías y proteínas per cápita en Lima Metropolitana estaba muy por debajo de los requerimientos mínimos recomendados por la FAO, siendo esto más grave en el estrato de bajos ingresos:

244

subversiva la reacción popular en los paros organizados al comenzar ese año, olvidando que el mayor "agitador" es el propio gobierno. Y el inefable Caballococha se dará tiempo para filosofar ante las cámaras de televisión en sus intervenciones de 1977 y 1978, con frases de antología como aquella en que reclaman optimismo a un pueblo hambriento le recuerda que "sólo se muere una vez”. A este pueblo, desde hace ya mucho tiempo se le está matando a pocos, sobreexplotándolo más allá de los límites de toda experiencia anterior. Ello ocurre en medio de una crisis que obviamente no afecta a todos pero igual; la política del gobierno permite hacer grandes ganancias a unos pocos - agudizando proceso de concentración monopólica- a la vez que pauperiza al pueblo. Pero ahora incluso las pequeñas y medianas empresas tendrán agudos problemas. La política económica del gobierno -de la cual este Ministro es ineficaz ejecutor- es calificada muy duramente desde todas las tendencias políticas. La campaña electoral hace que incluso las fuerzas burguesas, que no intentan variar aspectos sustantivos del sistema, se unan al coro de la protesta popular. En momentos, una "tendencia al colapso"

parece

visualizarse 342

posibilitando

la

actuación

de

tendencias

más

autoritarias, opuestas a la salida política diseñada.

2.

CONTINUANDO EL DESMONTAJE DE LAS REFORMAS

Esta crítica situación social y económica no atenúa la voracidad de los actores empresariales en su embestida contra todo rezago reformista. En sus demandas de privatización y represión de la protesta popular, se junta la objetiva necesidad de retomar distintos resortes políticos, la natural tendencia a ampliar sus márgenes de CONSUMO DE CALORIAS Y PROTENIAS PER-CAPITA EN LIMA METROPOLITANA POR ESTRATOS DE INGRESO CALORIAS(*)PROTEINAS(**)Estrato MedioEstrato BajoEstrato MedioEstrato Bajo1972 1976 I Semestre 1977 I Semestre 1978 I Semestre2,712 2,496 2,352 2,0402,208 2,040 2,352 1,75249.5 45.0 40.0 35.444.4 41.6 40.5 34.3Requerimientos mínimos según la F.A.O.2,4002,40056.256.2(*) Número de calorías per-cápita diario (**)Granos de proteínas per-cápita diario FUENTE: Ministerio de Alimentación 342

Ver artículo de C.H. Cabrera en La Prensa del 27.3.78

245

ganancia a toda costo 343 y la oportunidad de arrinconar más y más al gobierno. Todas las anteriores concesiones no son suficientes; las relaciones son de colaboración y conflicto, aún cuando cualquier balance sobre la línea general del gobierno resulte a favor del empresariado en términos globales. La embestida contra el movimiento popular lleva toda esa agresividad de clase, propia de aquellos que niegan la existencia de la lucha de clases como fenómeno social y sólo pueden ver "rojos" o "antipatriotas" y “traidores a la patria” en quienes levantan las banderas populares, defienden sus precarias condiciones de vida y protestan –con la única arma a su alcance- ante cada nuevo paquete que condena al pueblo a la miseria. Las presiones por la privatización de empresas públicas cobran fuerza todos los planes de la cúpula, destacando la demanda por la devolución de las fabricas de cemento -que en el Semanario Oiga tiene un constante defensa y los avances logrados en el sector pesquero donde la puesta en venta de PE-PESCA da origen a fundadas especulaciones de esta tendencia global 3 4 4 que, sin embargo, al menos para el caso del cemento, no tendrán éxito. Esta antigua pugna entre empresariado liberal, tecnocracia y militares gobernantes continuara durante en largo trecho como constante de conflicto que expresa la inconclusa recomposición del poder en esta década,

a

pesar

de

la

fuerte

ofensiva

del

empresariado

privatista

y

sus

representantes en el gobierno. Si bien en el campo de la privatización, en el cual el empresario pugna con tecnócratas y militares aun poderosos, los resultados son aún muy lentos en el campo laboral tendrá la victoria definitiva con la práctica derogatoria de la Ley de Estabilidad Laboral dada en el gobierno de Velasco. A pesar todos los vacíos de

343

Natural en el sentido propio de su carácter capitalista, guiado por el lucro como motor y por ese “sano egoísmo” del que habla más de un empresario y que para el pueblo significa hambre. En sociedades como la nuestra –distinguiendo espejismos de países que se desarrollaron en un capitalismo de abundancia, acumulando sobre la explotación de otros continentes- no es ni natural ni ético defender este sistema. Quien lo dude mire a su alrededor… si no tiene anteojeras, ello bastará para darse cuenta de los efectos de esta forma de explotación. 344

Se pu so en ve n ta PEPESC A a los in v er s io n i s ta s pr i va do s n ac i on al e s . Se di o pl a zo h as ta e l 6 de ab ri l p ar a po s tu l ar , co n u n r es pa l do fi na n c ie ro no me no r de 2000 millone s d e s o le s (EI C om er ci o 12 .3 .) . La e mp re s a tie ne un a fl o ta de 7 atuneros, una fáb ri c a d e c on s e r va s , un a p la n ta de co ng e la ció n , c ám a ra s fr i go r ífi ca s , un a pl an ta pr od u c to r a de h ie lo y un a p la n ta de ha ri na d e pe s ca do . Seg ún Actu a li da d Ec o nó mi c a , e n 1977 c a s i ha tr ip l i ca do s u p ro du c c ió n em pe z an do a salir d e la v ir tu al qu ie br a en q ue se en cu en tr a- y su s tr ab a ja do re s qu ie re n im pe di r el "s a ne am i en to p re v io a l tra s pa so " qu e su po nd r ía un al to n úm er o de d es pi do s . Seg ún M ar k a tam b ié n Tr a c tor e s And i no s , Mo tor e s And i nos, M áq ui na s , H er r am ie n ta s And i na s y Co mp re so ra s An di na s (e mp re s a s es ta ta l- m i x ta s ) s e r ía n p ro nto p ue s ta s a l a ve n ta . As i m i sm o , l o s em pr e sa r io s d el c em en to – en l i tig io con el M in i s ter i o de Ind u s tr ia s - re c ur r ían a l a Co rp or a ció n Fi na n cie ra In ter na c io na l ( Ba n co M un di al ) pa ra qu e se p re s io ne al go bi er no p ar a lo gr a r r ep ri v a ti za r la s fáb ri ca s, d es pu é s d e 8 de ma nd as ju di c ia l e s in fr u c tu o sa s . Es ta v e z se r á Luis Bed o ya s u a se s or le ga l (M ar zo 16 de ma rz o ) . Es ta s p re v i s io ne s no pa re ce n h ab er s e c u mp l id o e n tod o s ca s o s , pe ro e s m uy po sib le q ue e x i s tie ra n e n to n ce s la s pr e si on e s . Re s um en Se ma na l , Te r ce ra Se ma na de Ma r zo de 1978.

246

esta Ley, que permitieron burlarla en la "Primera Fase” misma 3 4 5 , fue para los empresarios un obstáculo insalvable que siempre presentaron como atentado contra la producción. Su propaganda podría hacer pensar a algún observador externo que los peruanos somos haraganes e indisciplinados, capaces sólo de trabajar bajo la amenaza del despido. Esta larga batalla es también expresión de esa voluntad de clase, negada a toda conciliación, acostumbrada a enfrentar toda acción sindical con el amparo del Ministerio de Trabajo, tratando al trabajador como mercancía, como simple cosa que no debe rendirle un fruto al precio más bajo posible. Obviamente, esta bandera de la burguesía responde a sus necesidades objetivas de acumulación privada. El manto ideológico, el macartismo antisindical e incluso el uso

generalizante

de

ejemplos

aislados

como

muestra

de

abusos

posibles

-existentes en desorden- encubrirá el carácter real de esta lucha y su vinculación a la contradicción básica del sistema; pero su análisis, el estudio de lo que se hizo y dijo en esta lucha, podrá mostrar a cualquier ser honesto la caducidad del capitalismo como sistema si se mide por los valores humanistas que dice enarbolar. Esta lucha estaba ya ganada en marzo 78, al darse la nueva Ley de "Estabilidad Laboral". Un alto de Estado de Emergencia y una política ad hoc el Ministerio de Trabajo lo permitían, pero la nueva Ley -que extiende el período de prueba, inestabilidad real, de tres meses a tres años, por ejemplo para un plato fuerte que los empresarios seguían exigiendo; más aun, cuando la legislación de Emergencia concluía su vigencia momentáneamente. La nueva ley, sin embargo, no genera los aplausos esperados de la derecha porque su posición coincidió con la pretendida reposición presidencial de 78 despedidos que luego de una larga huelga de hambre colocaban al gobierno en situación difícil. Es que el empresariado no acepta concesiones y defiende ahora el "Principio de autoridad". En la crítica situación de este gobierno, empantanadas las negociacio nes con el Fondo Monetario Internacional, su prensa mostrara como "salvador" al presidente de la Occidental, Armand Hamer, que ofrece la inversión de 500 millones de dólares y logra un generoso contrato que además del 50% del crudo -según el llamado modelo Peruano- le permite obtener un "alguito más", una retribución adicional antes impensada. Es que en esta somera revisión del viraje del gobierno -que no intenta ser un listado y sólo sirve para indicar el rumbo- no podía faltar la alternativa de "poner en subasta el país"; aunque esta política, como tendencia, no haya cuajado más, por falta de interés de tos compradores foráneos que por sólida defensa de posiciones por parte de un gobierno arrinconado y flexible ante el poder del capital. 345

Ver al respecto: Empleo y Estabilidad Laboral. José Burneo, Adolfo Ciudad, Luis Pásara, DESCO 1976.

247

El ambiente generado en torno a la crisis económica y a la protesta Popular encubre sucesivos pasos que han ido vaciando de contenido las reformas. Pero el gobierno sigue defendiendo sus instrumentos de poder y aunque las presiones en este año fueron grandes, no se ha logrado avanzar mucho en el desmontaje económico del Estado. Los intentos de privatización parecen encontrar su límite en aquellos militares y tecnócratas que sa ben que su base de poder objetiva esta en el Estado y que si este es débil en la economía, su acceso al poder será a la larga no sólo limitada sino endeble. 3.

CAMBIO DE RUMBO

Conforme avanza el período la situación del equipo económico del gobierno se hace cada vez más precaria. Estancadas las negociaciones con FMI, recibe la crítica de todos los sectores, mezcla de criolla tomadura de pelo y justificada indignación. Es tan evidente la incapacidad de manejar la economía que a veces la discusión de fondo, es decir la línea central que hace que estas políticas -la de Barúa, Piazza, así como la de Caballococha- son iguales en cuanto a su impacto sobre la economía popular y a su intento resolver la crisis en función de los intereses del capital transnacional, pasa desapercibida, a segundo plano como era de esperar, de las distintas das de la burguesía surge la demanda de un gabinete técnico, con diferencia de matices en su composición. Es una oportunidad a la vista de participar en un gobierno, sin que los partidos

asuman

la

responsabilidad

política

de

sus

actos

y

las

facturas

de

impopularidad sigan siendo propiedad del gobierno militar. Ante el escepticismo general, el ex-Ministro Manuel Ulloa -uno de los pocos políticos propiamente orgánicos y capaces de la burguesía- reacciona explicando que los problemas tienen solución... pero que "a este gobierno nadie le cree". Afirmación cierta y válida no sólo para un pueblo golpeado y un empresariado desconcertado, sino particularmente para la banca internacional que al ver las contradicciones de este gobierno y el nivel de los negociadores actuales, la alteración de cifras oficiales y su trayectoria, poco le falla para comparar al Perú con esas imágenes tribales que ofrece la dictadura de Idi Amin. En este contexto, el gobierno sabe que tiene que aceptar las condiciones del FMI y a la vez cambiar de equipo económico. Previamente se han dado varios intentos de "puentear al Fondo", aunque sea transitoriamente, corriendo entre otras cosas a un crédito de la AID por 20 millones de dólares para no llegar al agotamiento de reservas 346 , a la vez que el Ministro Saenz declara que “El Perú cumple con sus pagos 346

El hecho es que enfrentar la situación de pagos internacionales, es de urgencia inmediata. Oiga (No. 15) informa que las reservas del Banco Central de Reserva se agotarían entre el 15 y 17 de mayo. La entrada de unas cuantas decenas de dólares que den respiro a nuestra economía mientras no se adoptan las –medidas que exige el FMI –por resultar políticamente inconvenientes- es fundamental en este momento. Este respiro podría estar dado por los 20 millones de

248

sin la ayuda del FMI”. En búsqueda del alivio financiero se logra en abril refinanciar la deuda con la URSS y se gestiona iguales postergaciones con los países acreedores de las adquisiciones navales. Se busca básicamente postergar la adopción de las medidas que exige el FMI porque serían desestabilizadoras del proceso electoral, pero sin embargo, a fines de abril el gobierno requiere llegar a un acuerdo con el Fondo. Las discrepancias con éste no sólo se refieren a una cuestión de grados en el manejo de nuevas cargos sobre la economía popular -que el gobierno busca postergar para después de las elecciones- sino atañen a la difícil relación del gobierno con los empresarios en la medida que el FMI plantea la supresión del CERTEX, ese regalo tributario hecho en el supuesto de que la exportación tradicional aliviará la economía. Las presiones de ADEX han sido fuertes en abril, en esta época en que se enarbola el modelo Taiwan como alternativo de desarrollo con tanta insistencia, en la medida que si responde a las necesidades particulares de acumulación de parte de la industria privada 347 . En este y otros puntos las contradicciones interburguésas dificultan la acción del gobierno. Una Misión de "unidad nacional", encabezada por el Canciller e integrada por varios empresarios y el Presidente de la Sociedad e Industrias, viajara a Washington en busca de apoyo político norteamericano para negociar con el FMI, cuando todo hace concluir que es imprescindible llegar a un entendimiento. Quedan atrás incluso las referencias a una moratoria que el propio Presidente Morales Bermúdez efectuara como forma de ponerle punto final diálogo, para empezarlo de nuevo. La Misión económica holandesa –cuyo informe no se publicó- ha recomendado negociar ya con el FMI y consecuentemente se acelera la dación de medidas del paquete negociado con el Fondo Monetario Internacional, partiendo de la base de que después de las elecciones aparecerán aquellas que obviamente causarán una amplia reacción popular 348 . dólares otorgados por la AID, según convenio firmado el día 26 de abril en la Cancillería y refrendado por el D.S. no. 03678-EF que no tiene fecha pero que fue publicado en El Peruano del 28.4.78. Se trata de un crédito que se sustenta en la Ley Pública 420 de los Estados Unidos y que servirá para la adquisición de 52 mil toneladas de trigo y 24 mil de aceite vegetal. El crédito se ha otorgado con condiciones por demás ventajosas: 21 cuotas anuales, 3 años de gracias, 2% de interés durante los primeros 3 años y 3% al rebatir en los siguientes. El producto de la venta se utilizará en “proyecto y obras de desarrollo de interés público”. El Canciller peruano dijo en la ceremonia de firma del convenio que el préstamo “se aproxima a lo que los países en desarrollo necesitamos en estos momentos”. 347

En debate sobre el CERTEX publicado por La Prensa (23.4.78). César Humberto Cabrera sostiene que es inconcebible que el capital esté siendo subsidiado en tiempo de crisis. Presentando cifras que demuestran lo afirmado, -que CERTEX- es un subsidio_, sostiene que “se debe proceder a eliminar inmediatamente el subsidio incorporado al CERTEX. En contraposición, en la misma página, el Presidente de ADEX sostiene #el CERTEX no significa un gasto fiscal sino una inversión muy lucrativa y cortísimo plazo, consiste en devolver al sistema parte de la recaudación adicional generada”. Afirma también que: “la exportación no tradicional sostenida por el CERTEX genera divisas adicionales que en forma progresiva cerrarán la brecha financiera externa y eventualmente podrán volcarse a un verdadero y autosostenido desarrollo nacional”. Resumen semana 4ª semana de abril - 1978 348

Mientras se producía lo anterior, la Misión Holandesa presidida por el Dr. Willem Duiserberg habría entregado sus recomendaciones al gobierno peruano el día 13 de abril. Se trataría de un documento en el que se plantea, entre otras cosas lo siguientes: es imprescindible entenderse con el FMI; es indispensable la transferencia del poder a la civilidad como

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El nuevo paquete de medidas económicas es un hecho público la segunda da semana de mayo. 23 Decretos Leyes, dos Decretos Supremos y otras posiciones menores hacen públicas las medidas menos conflictivas. Pare haberse llegado a un acuerdo con el FMI, sin que el deteriorado Ministro de Economía llegara a viajar a Washington. Las medidas son hasta entonces de cuatro tipos: a) destinadas a aumentar los ingresos corrientes del Estado b) destinadas a disminuir los gastos públicos; c) destinadas a reducir el definir de la balanza de pagos y d) un conjunto de medidas que siguen el desmontaje de anteriores reformas 3 4 9 . Al finalizar esa misma semana se anuncian cambio de los Ministros de Economía y de Industria, reemplazados por Javier Silva Ruete y Eduardo Lanatta Piaggio. El primero es un economista demócrata cristiano, ex-Ministro de Agricultura de Belaúnde, desligado de la actividad partidaria medio de recuperar la confianza: debe eliminarse los subsidios y los déficits sucesivos por PETROPERU; deben eliminarse los privilegios como los que aún subsisten en el uso de la gasolina para los militares se debe cambiar el equipo económico por otro técnicamente capaz, (Equis X 14/20.4.78): debe liquidarse el Banco de la Nación, que debería limitarse a actividades a la defensa nacional; debe revisarse los contratos petroleros firmados recientemente con la Occidental; se debe volver al sistema de las minidevaluaciones (Caretas, 20.4.78) Resumen Semanal, 3ª semana de Abril-1978. 349

Resumen de los Decretos Leyes aprobados: (1) DL 22160. Se reduce de 30% a 25% la rebaja en la materia imponible del impuesto a la renta de los empleados de la administración pública (“) DL. 22161. Se incrementa el 1% a 2% el impuesto a las remuneraciones de empleados públicos y particulares con ingresos superiores a 20 mil soles. Junto con eso se incrementa del 2% al 4% el mismo impuesto a las personas que ejercen independientemente su profesión. (3) DL 22162,. Por el que se incrementa el impuesto al rodaje de 3,200 soles a 4,385 soles para los automóviles y camionetas de hasta 800 kilogramos y los 50 kilos adicionales se abonarán a razón de 525 soles, siendo antes de 350 soles. (4) DL. 22163 Se modifica las tasas de impuesto a los bienes y servicios (5) DL 22164 Se incrementa los impuestos por viajes al exterior. )6) DL 22165 Se incrementará las tasas de impuestos de apuestas hípicas, loterías y pronósticos. (7) DL 22166 Se eleva la tasa de impuesto de venta al exterior de productos de exportación tradicional de 15% a 17.5% (8) DL 22167 Se emiten bonos reajustables de inversión pública por 1.500 millones de soles. Su valor nominal será ajustado considerando la variación del índice de precios al consumidor para Lima Metropolitana (9) DL 221568 Se autoriza la modificación periódica de las tasas que cobran las reparticiones del Gobierno Central, los Gobiernos Locales y las instituciones públicas por los servicios que prestan. Tanto este DL como el anterior deben ser ubicados en la línea de un intento de indexación de algunas variables económicas, propuesta hecha por el FMI hace varios meses. (10) DL 22169 Se suprime el pago de horas extraordinarias en la administración pública se reduce en un 50% el gasto presupuestal en las partidas de Asesoría. Consultoría y Peritaje; se reduce en un 30% el gasto presupuestal en las partidas de publicaciones e impresiones; se racionalizan los gastos en atenciones oficiales, celebraciones, comisiones de servicio y viajes al exterior; se racionalizan los gastos en servicios telefónicos, en consumo de energía eléctrica, en útiles de escritorio y se limita el uso de los vehículos de servicios oficial (11) DL 22170 Por el que las donaciones que se efectúen a los Consejo Municipales serán deducibles para la determinación de la renta neta. (12) DL 22171 Por la que se reduce las exoneraciones de derechos aduaneros a la importación de bienes de capital para los diversos sectores. (13) DL 22172 Por el que se reduce las exoneraciones de derechos aduaneros a varios sectores productivos (14) DL 22173 Por el que se crea un impuesto de 10% a la importación CIF de productos en general que se aplicará hasta el 31 de diciembre de 1978, exceptuándose las importaciones de alimentos, fertilizantes, fungicidad, herbicidas, petrle crudo, medicamentos y material quirúrquico, así como un conjunto de otros productos. Junto con este DL se promulgó el DS No. 43-78-EF con la relación de 76 productos exceptuados (15 DL 22174 Por el que las empresas vitivinícolas podrás ser propietarias de hasta 150 has de tierras de cultivo de vid. Esta es una concesión al Comité Vitivinícola de la Sociedad de Industrias que emitió un comunicado la semana anterior (ver Resumen Semanal 1º semana de Mayo) (16 DL 22175 Ley de Comunidades Nativas y de Desarrollo agrario de la Selva y ceja de selva. (17) DL 22176 Por el que se declara inafectable sin que se requiera resolución expresa, los predios rústicos cuya superficie no exceda de 15 has en la costa y 5 en la sierra, siempre y cuando dichos predios no se encuentren arrendados, enfeudados o explotados bajo otras formas de conducción indirecta. (18) DL 22177 Por el que se norma la participación del sector privado y se reajustan los precios de venta de las viviendas económicas (19) DL 22178 Por el que se declara de interés nacional la minera metálica aurífera (20) DL 22179 Por el que se amplía por 12 años más los beneficios tributarios para la zona de la selva (21) DL 22189 Por el que se declaran como zona de reserva las áreas de los terrenos adyacentes a la tubería del oleoducto nor-peruano (22) DL 22181 Por el que se aumentan 1000 soles mensuales a los plebicitarios de Tacna y Arica (23) DL 22182 Por el que se fija la sede de la secretaría del convenio Hipólito Unanue en Lima (24) DL 22183 Por le que se otorga subsidio a empleadas u obreras, 42 días antes y después del parto.

250

y reciente Secretario de la Junta del Acuerdo de Cartagena. El segundo es un empresario muy ligado a la Sociedad de Industrias. La designación de Silva Ruete en la cartera de Economía y Finanzas -que luego alcanzara mayor poder al presidir el Comité Interministerial de asuntos económicosacoge sólo parcialmente las demandas de la burguesía nativa, porque se trata de un tecnócrata más que de un cuadro de los gremios de la burguesía o de los partidos que como Acción Popular o el Partido Popular Cristiano la representan más cercanamente en la coyuntura. Silva Ruete será visto con desconfianza y criticado desde que declara asumir "en el activo y el pasivo del proceso". Ello es sólo un adelanto del ataque reiterado que lo propiciara In Sociedad de Industrias y de su pugna con el Ministro Lanatta, que culminara con la renuncia de éste último mes después. Esta pugna tendrá como trasfondo el complejo campo de la negociación en gobierno y empresariado con la intermediación tecnoburocrática, y el cuestionado poder económico del Estado. La presencia de Silva sin embargo, ofrece garantías a la banca internacional y su habilidad será desplegada desde antes de jurar el cargo, recomponiendo íntegramente el equipo económico y volviendo a colocar en cargos claves a técnicos que habían migrado durante la gestión del ministro anterior. No obstante haberse superado con esta gestión la calamitosa ineptitud precedente, ningún alivio es posible para las mayorías populares y -más aún- nuevos golpes le llegarán de inmediato. Y es que el proyecto global del gobierno, y su reducido margen de juego, siguen la direccionalidad económica de este Estado que prioriza el capital y ni siquiera puede aspirar a reformar sus estructuras fundamentales. Una menor administración podía llevar a alivios en las cifras de mediano plazo, pero de ninguna manera mitigar los efectos del curso de la político seguida para el pueblo: éste tiene un ingreso real menor que en 1973 -su máximo ascenso- y aún en 1968. La población ocupada en t6rniinos reales ha disminuido a menos del 50 % do la P.E.A. y ello -que se mide vidas, enfermedades y padecimientos del pueblo- significa para el sistema capitalista. Junto con este cambio de Ministros, parece haber una concesión al pueblo: la caída del Ministro del Interior, General Cisneros; hombre que simboliza los 14 meses de Estado de Emergencia para el pueblos y que con la política represiva impuesta -que no es sólo su responsabilidad- y sus agresivas declaraciones, simbolizaba en la coyuntura el verdadero carácter del régimen. Aunque varios voceros de la izquierda pedían su renuncia, parecen haber sido otros los móviles reales de su caída. Desde el ascenso

del

Premier

Molina,

sectores

moderados

de

la

cúpula

habían

ido

desmontando poco a poco el andamiaje de poder de este Ministro, temiendo fuera a la

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larga una carta alternativa al propio Presidente. La caída de este ministro puedo tener significado en la cúpula, para la seguridad y el margen de juego de sus actores por no garantiza para el pueblos menos represión. Esto quedara muy claro al producirse la reacción popular unánime contra el nuevo paquete económico. Este fue adelantado en forma inesperada, un día antes de la juramentación de los nuevos Ministros. Con acuerdos de gabinete tornados en una inusual reunión de fin de semana, aparecieron medidas que faltaban, el domingo 14 de mayo. Se incrementa los precios de la gasolina, el kerosene, los pasajes, el pan, los fideos, el aceite, el gas y of productos de consumo popular. Con este cargamontón se otorgará un pequeño aumento -de billetes, que cada día valdrán menos- a los trabajadores. Pocos días después el repudio popular será expresado en todo el país. Se ha especulado mucho sobre el motivo que llegó a adelantar las medidas que con tanto cuidado el gobierno procuró aguantar hasta pasadas las importaciones de las elecciones del 4 de junio, que justamente por esos días se postergaban para el 18 del mismo mes a pedido del Jurado Nacional de Elecciones. Las medidas producían en un 18 %adicional Ios sueldos reales y un 14.8 % Ios salarios reales respecto a Enero de 1978. Se interpreto como una presión del Dr. Silva Ruete para que su antecesor firmara of impopular paquete, lo que obligaba a publicarlo antes de su juramentación, anunciada para el lunes 15; se afirmó también que el FMI, luego de aceptar la postergación de las medidas más allá del 4 de junio, cambio de criterio. En todo caso se hace patente en esta coyuntura el escaso margen de juego de un régimen como este, encerrado en los parámetros de una política económica que lo fuerza a negociar con el capital internacional hasta las mínimas decisiones gubernamentales. La tormenta política inmediatamente posterior, que puso en oposición al gobierno a todos los partidos que disputaban el voto popular, y la masiva, heterogénea y en parte espontánea reacción del pueblo en todos Ios rincones del país, ilustran el significado real de estas decisiones. Al finalizar este período, casi en las puertas de las elecciones para la Asamblea Constituyente, este paquete de medidas vuelve a recordar los límites de la gestión del nuevo equipo económico. Es indudable la diferencia

con ineptitud anterior; la capacidad del Ministro Silva Ruete será

reconocida en todos los sectores, pero ello no es suficiente. La derecha clamará por un equipo que la represente más orgánicamente y la izquierda reafirmara que no es el problema de personas, que por este camino no se va a alterar nada sustan cial de un rumbo político que agudiza la explotación del trabajador. Dos declaraciones hechas en Junio expresan con lucidez estas perspectivas. La primera de un industrial Samuel Drassinower, representante de las fracciones menos cavernarias de la burguesía, y

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empresario que destacó por su lucidez política en más de una ocasión pasada, logrando aprovechar bien su posición la dialogante y aperturista con el gobierno. Sus declaraciones en Caretas expresan que "ha llegado el momento en que el pago de la deuda pública ya no es prioridad principal. Debemos emplear todas las reservas para mantener al país en situación productiva. Si no se cuida primero a la propia familia, nada da". Con claridad, Drassinower afirmará más adelante: “a menos que se encuentre de inmediato una vía para mantener el flujo de Ios insumos y

la producción, aún más en las condiciones absurdas de

forzarla liquidez privada que rige el país, la industria colapsara. Gran parte de la que conocemos no podrá mantener el nivel de hibernación al que se le ha llegado bruscamente. Ninguna empresa puede pasar en un ins tante de la producción a la no producción como sistema. Y agregara que si nuestro aparato producción peruano llega a de.splumar.se, la capacidad instalada r el mercado se regirán al mejor postor, entre las inversionistas extranjeros. A precios de quema, naturalmente. Así está ocurriendo en Chile. Hace muy pocos días, en los diarios de Lima se ofertó una fábrica chilena -sin trabajadores decía el aviso- en licitación internacional. Yo que la conozco le diré que la base de este remate esta a precio de huevo para las multinacionales. Lo que dije hace poco en CLADE y el Ministerio de Guerra: se valora ahora al capital de trabajo por encima del propio trabajo nacional" 350 Que para los industriales que dependen del mercado interne la carga es insoportable, es un hecho ya evidente pues sucesivas devaluaciones encarecen y lo harán más aún- sus insumos al mismo tiempo que la pauperización amplios sectores médicos y la mínima demanda de los sectores populares que acceden a sus productos los llevan a una recesión mayor. Otros empresarios de los sectores exportadores, aprovecharán en cambio las condiciones de entonces. Por ello han pugnado desde hace meses, poniendo al gobierno entre varios fuegos. El dirigente de Moraveco debe estar expresando a aquella industria con menor capacidad de exportación, pero no sólo ellos se quejan del trato privilegiado que en la política de este gobierno tiene el capital internacional. En la misma perspectiva, Manuel Ulloa ha reclamado ya correctivo, hablando incluso de Moratoria; esa palabra anatematizada por el gobierno cuando fue planteada por la izquierda en 1975 y que luego hasta el propio Presidente utilizó en 1978, aunque en forma más sobria. Meses después, el Ministro Silva criticará la formula con una hábil caricaturización que la presenta como similar al desconocimiento definitivo de la deuda externa, que llevará a la ruptura a largo 350

Caretas No. 451 – p 26

253

plazo de toda negociación. Obviamente, ni los planteamientos de esta burguesía, ni los anteriores de la izquierda eran

simplistas. Hay algo, sin embargo, que cabe destacar: los

empresarios anhelamos ahora esa solución y presionan sólo ahora en esta dirección porque lo que defienden en último término son sus utilidades. En 1975, y antes aun, lo que se hacía ver primero era la carga de todos los costos al pueblos, su pau perización; y la izquierda, aun incipiente, débil y dividida, reclamaba alternativas que pusieran eso per delante. Ello no es viable en ninguna alternativa burguesa; en todas estas están primero los intereses del capital y el ingreso del trabajador sólo es considerado importante en tanto consumidor. En esta misma coyuntura la revista Marka sostendrá, representando gruesamente las posiciones populares, a través de un artículo de Felipe Portocarrero: la moratoria como posibilidad de instrumento de presión, no cabe sino inclinarse, con mayor o menor elegancia, ante la banca imperialista v el FMI ". Portocarrero anade: “…aún dentro de sus propios parámetros, el Plan de Silva Ruete se reduce a una combinación de medidas de corto plazo, destinadas a manejar más tecnicamente la actual recesión, a un vago y heterogéneo conjunto de orientaciones de mediano y largo plazo que no llegan a conformar sus carga y realista estrategia. Esta falta de perspectiva se recubre con una renovada confianza en las virtudes del mercado y en el carácter nocivo de la intervención estatal de carga raigambre neoliberal" 351 . Nuevamente, como a lo largo de todo el trienio, el tema de la moratoria destaca en la discusión de alternativas de política económicas, a pesar de ser sólo un elemento de ella y de requerir no sólo de precisiones sino del diseño de políticas más amplias. Todo ello supone opciones que el gobierno no puede tomar porque su composición, compromisos y carácter lo impiden. Es que esta política económica no pone -no puede poner- las necesidades básicas de la población como primera prioridad. No se acepta la urgente necesidad de trastocar la actual estructura productiva porque hacerlo afecta las ganancias de la burguesía, con todo el poder de presión que tienen sus sectores más transnacionalizados. En la coyuntura final de este período se podrá apreciar, además, como el gobierno tiene serias dificultades para satisfacer a la burguesía nativa y a la vez atender a las presionas del capital transnacional. La burguesía nativa, marcada por la penetración imperialista, fraccionada y sin un proyecto orgánico, muestra su debilidad y la 351

Marka del 22.6.78

254

necesidad de continuar penosas negociaciones. Unitaria en el enfrentamiento de toda alternativa popular, se desenvuelve en un complejo reacomodo propio del capitalismo dependiente y de los rasgos particulares de esta sociedad y esta historia reciente. TRES

MANOS DURA CON EL PUEBLO

El recorrido global de la escena política en este período, sería ininteligible sin un análisis de la presencia del movimiento popular y de la política con la que el gobierno le hace frente. La dinamización del movimiento popular en la década hace que la escena oficial, ya en 1973 y 1974, resulte ininteligible si se la isla. Aunque los mecanismos de dominación política retengan instrumentos y herencias del pasado, se ha ampliado el espectro político y el aparatoso montaje de un año de Emergencia no ha podido impedir la iniciativa popular en defensa de sus intereses. Este período se inicia marcado por el Paro Nacional unitario del 19 de julio de 1977. Los márgenes de la convocatoria y particularmente el levantamiento del Estado de Emergencia y de la suspensión de garantías, no se explican sin la presencia masiva de un pueblo que se pone de pie frente a sus poderosos opresores. Sin triunfalismos de ninguna especie, sin olvidar los límites de su dirección política, las dificultades de centralización y la inorganicidad aún presente en el movimiento popular, sólo anteojeras ideológicas pueden llevar a desconocer su impacto en la escena política. El gobierno reconoce el golpe recibido el 19 de julio de 1977, pero reaccionan con el más puro estilo castrense: entienden que debe castigar a los organizadores del Paro. No lo reconoce como un derecho del pueblo –nisiquiera en estas circunstancias – y aunque siente su impacto y el aislamiento en que ha quedado, diseña una política que castiga con el despido a miles de trabajadores, a la vez que toma medidas para romper su aislamiento: el cronograma y la convocatoria electoral demandada por la burguesía, y el levantamiento del Estado de Emergencia, demandado por el pueblo y convertido en una de las banderas del Paro del 19 de julio. El Decreto Supremo 010-TR autoriza durante 15 días a las empresas a despedir a todo aquél que a su criterio haya instigado al Paro. El dispositivo parte de la legislación de Emergencia que hace del derecho de huelga un delito y como tal le fija pena, aunque a posteriori, es decir con una norma de efecto retroactivo. Ser dirigente y estar de acuerdo con el Paro es razón suficiente para merecer el despido. Pero, además, el empresario ha de definir quién instigó… cosa harto ambigua. Es que esta norma – en esencia injusta se dicta como represalia al Paro con una intencionalidad política… el gobierno respondió también con una actitud política…”352 El Decreto no sólo concita el repudio de los trabajadores y los partidos progresistas. El Colegio de Abogados solicita su anulación porque vulnera el principio constitucional de irretroactividad de la ley

353

. La iglesia Católica expresa su preocupación a través de su máximo prelado el Cardenal

352

Marka del 22.6.78

353

Informativo Político Nº 59 p. 16

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Landázuri, y por hacerlo su voz será silenciada por los diarios en el mes de agosto, generándose un distanciamiento que el gobierno procurará corregir luego, en torno a las celebraciones realizadas ese mes al cumplir Monseñor Landázuri 25 años como Arzobispo354. En La Prensa se publicará – recién el 31de agosto, pues no aceptó el aviso pagado cuando se solicitó en julio – una declaración firmada por 21 organizaciones y más de 400 personas, entre las cuales están presentes intelectuales, religiosos, profesionales y artistas. Se titula “Derechos Humanos: exigencias inmediatas” y, además de reclamar la derogatoria del Decreto y la reposición de despedidos, incluye la demanda de otras libertades básicas355 Es difícil precisar el número de personas afectadas por esta arbitraria medida de despido, que se suma a aquellas que con menos publicidad han ido dejando sin trabajo a un creciente número de trabajadores durante el año de Emergencia y aún antes. Cifras conservadoras, elaboradas en función de las demandas de asistencia presentadas, llevarán a estimar en 3,500 el número de despedidos. El gobierno sólo reconocerá una cifra menor: 1,800, dirá el Ministro del Interior356. En este manejo de cifras será difícil contar con la información exacta. Los diarios no darán cifras globales y sólo resaltarán el número de reposiciones. En efecto, ante las críticas, el gobierno declara en agosto que investigará los despidos porque “ha habido abusos”, pero acto seguido – como para cerrar la puerta a toda reposición real – ordena a las empresas, públicas y privadas, reemplazar perentoriamente a los despedidos con nuevas contrataciones357. Podrá luego decir que las empresas – ahora sí, con razón – se niegan a reponer incluso a los que tienen orden de 354

Informativo Político Nº 59 p. 16

355

“El día 27, en la Catedral de Lima, se celebra un acto religioso con motivo de las Bodas de Plata Episcopales del Cardenal Juan Landázuri Ricketts, al que asisten numerosas delegaciones laborales y de pueblos jóvenes portando cartelones alusivos a la difícil situación por la atraviesan los sectores populares. Pocos días antes, la Confederación General de Trabajadores del Perú, CGTP, había manifestado que para lograr la libertad de los Secretarios Generales, de la CNT, CTRP y la propia CGTP había sido muy importante una carta y las gestiones personales del Cardenal. Posteriormente, el 29, se conoce el texto de una carta de la Confederación Nacional Agraria, en que luego de felicitarlo, dice que la CNA le expresa “…su plena solidaridad con la posición que Ud. Y la Iglesia han asumido en defensa de los derechos del pueblo, en momentos en que las libertades democráticas y los derechos humanos son pisoteados”. Además la CNA manifiesta que valora “…los pronunciamientos de la Iglesia en defensa de los intereses de los trabajadores de la ciudad frente a disposiciones recientes de despidos masivos y otras medidas represivas y antisindicales”. Informativo Político Nº 59 – Agosto 1977 p. 17 356

“En tal sentido, exigimos públicamente: 1. 2. 3.

El levantamiento del Estado de Emergencia y el restablecimiento de las garantías constitucionales; La inmediata derogatoria de los DD.SS. 011-76-TR y 010 – 77 –TR, así como la reposición de los despedidos; La libertad de los dirigentes sindicales y trabajadores detenidos, así como el no ocultamiento de los resultados de la violencia represiva en diversos puntos del país y por tanto la sanción a sus responsables; 4. la eliminación de toda forma de maltrato a los presos; 5. el respeto de hecho a las organizaciones autónomas de los sectores populares; 6. la supresión de la legislación que somete al Fuero Privativo Militar la mayor parte de los llamados delitos políticosindicales; 7. el regreso de los deportados por razones políticos-sociales; 8. el cese de alza de los precios de los productos de consumo popular; 9. el establecimiento de una escala de sueldos y salarios que permita mejorar efectivamente la condición de los trabajadores de más bajos ingresos; la libertad de expresión, sin recortes ni excepciones”. Informativo Político Nº 59p 45.

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reposición. En setiembre se informará que el Ministerio de Trabajo ordenó reponer a 484 trabajadores y multó a 152 empresas

358

. Cifra demasiado alta si se compara con los únicos 1,800

casos que reconoce el Ministro del Interior. Siendo parte de un conjunto de políticas amedrentadoras, ninguna presión hará variar esta política del gobierno. Se trata de un castigo “ejemplarizador”, destinado a infundir miedo en los trabajadores y quitar base de apoyo a las dirigencias sindicales. Se complementará ello en julio, agosto y setiembre con numerosas detenciones que irán disminuyendo paulatinamente, mientras se libera lentamente a los afectados359. Se complementa también con la prisión de los Secretarios Generales de las Centrales que pararon, posteriormente liberados “a pedido” de la CTP, la central aprista que ordenó no parar sin que el pueblo le hiciera caso. Como máxima expresión “legal” del andamiaje represivo, se abrirá en noviembre juicio militar a los dirigentes nacionales del Paro por “sabotaje y ultraje a los Institutos Armados”. Esta arbitra legislación convierte los tribunales militares – un fuero privativo para sus Institutos – en el lugar donde concluye todo enfrentamiento político sindical con el Estado, en abierta contradicción con todo criterio jurídico democrático. Este proceder, que es simple continuación de la política del periodo anterior, no impide al gobierno suscribir los pactos de Derechos Humanos de la ONU, dando ocasión para que la prensa oficial alabe su posición de “país pionero y lider de la promoción de los Derechos Humanos”.360. Una hábil combinación – con el nuevo espacio político que va abriendo prioritariamente hacia la derecha – permitirá al régimen presentar al exterior una imagen de su propia conducta política, que en comparación con la dramática situación de guerra interna – ocupados por sus propios Ejército – que exhiben otros países del Área, le permite aún amplios márgenes de acción. Al principio de este período, la prensa será puesta en alerta con la implantación de la censura previa, bajo una curiosa figura llamada evaluación, que tanto el Presidente como el Ministro del Interior se niegan a reconocer como censura. Esta medida está dirigida a impedir, según propias declaraciones, que se haga “subversión”. Lo considerado subversivo es, obviamente, todo lo que transmite la demanda popular ante la reiterada violación de sus derechos fundamentales. Esta política dura con el pueblo entrará necesariamente en contradicción con la apertura electoral. En agosto de 1977 entran en huelga los médicos y personal para – médico del Seguro Social. 357

A la vez que declara que los dirigentes sindicales son 35,000, com lo cual debe considerar como tales hasta a los que cubren los cargos asistenciales (Ver Informativo Político Nº 59 – agosto p. 14) 358

Informativo Político Nº 59 – Agosto pp. 14 y 15

359

Informativo Político Nº 60 - Setiembre p. 25

360

En setiembre se demanda la liberación de detenidos en Huancayo; en ese mismo mes un Cabildo Abierto en Cuzco reclama amnistia total y el Ministro Cisneros declara que sólo quedan 20 detenidos de los 700 que se detuvo a raíz del Paro en Julio, Informativo Político Nº 60, setiembre p.24.

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También lo hacen los trabajadores de Toquepala, en huelga que genera inmediatas amenazas y obviamente la declaración de ilegalidad. Luego se conocerán entre otras, la huelga de petroleros – declaración de ilegalidad. Luego se conocerán, entre otras, la huelga de petroleros – declarada ilegal, como siempre – y un Paro de 3 horas diarias decretado por la Federación de Empleados Bancarios, reclamando, en octubre la reposición de despedidos y el corte de juicios. Un paro de amplia base en el Cuzco, en noviembre de 1977, articulará múltiples demandas sindicales y ciudadanas. El 6 de ese mes los trabajadores de SIDERPERU inician una prolongada huelga que despierta la más amplia solidaridad en el pueblo de Chimbote paraliza la provincia en apoyo de estos trabajadores, generando masivas asambleas populares, enfrentamientos en las calles y las posibilidad de una huelga general indefinida en esta región. El gobierno negoció tarde y concedió, a la vez que procuraba separar las demandas sindicales de las de la ciudad. La suspensión garantías y la represión selectiva acompaño como siempre esta política. En diciembre se producirá una huelga de los trabajadores de Salud de 25 días de duración; una huelga de los trabajadores de la Southern en eIlo, así como huelgas de los trabajadores de cuero y calzado, y de los trabajadores municipales361. Un concurrid mitin obrero de la CGTP, en noviembre, demandará la reposición de los despedidos. La situación de pauperización de sus bases y la cada vez más crítica situación de los despedidos llevará a muchos sindicatos a presionar a la dirigencia de la CGTP para decretar un nuevo Paro desde fines de diciembre. Su propia dirigencia dará marcha atrás ante las presiones del gobierno, suspendiendo al Paro el 19 de enero, luego de recibir una nota de puño y letra del Presidente Morales Bermúdez, que no ofrecía mayor cosa. En un cuadro en el que la dirección de la CGTP es para significativa, pero no única, de la conducción de su propia Central y con el antecedente de la lenta concertación de la unidad con las otras centrales y Federaciones no controladas por el Partido Comunista (Unidad), esta decisión tendrá efectote estallido. La división del mismo PC (U) – que hace crisis generando luego el PC – Mayoría – y el abierto duelo verbal recriminatorio entre ambas tendencia, ofrecerán en enero y febrero de 1978 una nueva imagen dividida y crítica del movimiento popular,

atravesado por distintas direcciones partidarias. En esta dinámica se

rearmará la conducción unitaria, bastante dañada, para expresarse en el Paro decretado para finales de febrero. Sin las condiciones del Paro del 19 de julio de 1977

362

y con el precedente de

un desastroso enfrentamiento en las dirigencias nacionales, esta nueva jornada, si bien paralizará la gran mayoría de las fábricas, no tendrá el efecto de la anterior ni su repercusión. La circulación 361

Informativo Político Nº 59 pp. 19, 22 y 25; Nº 61 pp. 16, 17 y 18; Nº 62p. 12 y Nº 63 pp. 21, 22, 23, 24 y 25.

362

Em el cual hubo pasividad de los empresários enfrentados al gobierno por la caída del Ministro Piazza, además del impacto inmediato en todos los sectores de un duro paquete económico. En el paro de febrero no cerró sus puertas el pequeño y mediano comercio, pero este sector tiene un mínimo porcentaje de sindicalización. A su vez el gobierno había negociado con los microbuseros, que paralizaron el servicio el viernes 24 – antes del paro – haciendo una concentración en la plaza Manco Capac que sirvió para negociar y dividir…pero que les dejo nuevas frustraciones ante el posterior incumplimiento de lo ofrecido por el gobierno. El paro se enfrentó, además, a una acción policial, más entrenada en remover obstáculos, a partir de la experiencia de 1977.

258

de buena proporción de transportes públicos, articulada por el gobierno con nuevas ofertas a los gremios de choferes, permitirá a la propaganda oficial presentar al Paro como un rotundo fracaso ¡cómo no, si lo mismo hizo el 19 de julio cuando Lima era ciudad desierta! – y en base a ello actuarán enérgicamente las corporaciones empresariales. Cabe destacar por ello la información de un semanario que poco tiempo antes levantaba la bandera de la disciplina laboral y señalaba a las huelgas como causantes de la crisis, es decir un órgano desligado de las fuerzas políticas que propiciaron el Paro: “El paro fue efectivo. Los Bancos, no abrieron sus puertas en todo el país. Las dos terceras partes de la flota metropolitana de microbuses no circuló. Las fábricas donde existen sindicatos (medianas y grandes) pararon en un ochenta por ciento. La mayoría de las tiendas comerciales del centro de Lima no funcionaron. Las imprentas tampoco trabajaron. En Provincias el paro fue acatado también en la mayor parte del territorio. En chimbote la paralización fue total. La región minera del centro hizo huelga durante las 48 horas. Lo mismo sucedió en el sur. Sólo los sindicatos y federaciones, controlados por la CTP aprista, especialmente en el norte del país, rompieron el paro y trabajaron normalmente. La federación Textil que los apristas dirigen paró, sin embargo, pero fue por un conflicto propio, al margen de la huelga general decretada por la CGTP y el CUL.

A diferencia del anterior paro del 19 de julio, el del lunes y martes último no adquirió caracteres de violencias y de enfrentamiento físico con las fuerzas del orden. Al menos en su primer día. Hubo algunas excepciones a esta clima de tranquilidad. Pero fueron aisladas. Una de las zonas más agitadas de la Gran Lima fue San Juan de Miraflores. Allí hubo mítines y disturbios, a la altura del cine “Sussy”, a las 11 a.m del lunes 27. Las manifestantes rompieron las lunas de algunos micros e incendiaron un microbús. La policía disparó al aire para dispersarlos. Una turba saqueó el restaurante “El Rancho” Pero la calma prevaleció en la mayor parte de la capital, hay que reconocer que ello se debió a la cordura demostrada, a la vez, por el Gobierno y por la dirigencia sindical. No hubo, en esta oportunidad represión indiscriminada. Y tampoco hubo, felizmente, “guerrilla urbana” contra la policía”363

363

Equis X. Número 102

259

Esta nueva movilización no tuvo su origen en la discrepancia de dirigencias, como sostuvo el gobierno, sino en los mismos problemas que éste crea y no resuelve. Hay hambre en el pueblo, inseguridad en los trabajadores y abusos en las empresas. Hay despedidos en masas que no pueden esperar más tiempo para alimentar a sus familias. La actitud del gobierno ante el Paro muestra signos que corrigen

su política anterior en sus

aspectos represivos, más no en su direccionalidad. Tendrá relación con la pérdida progresiva de posiciones del Ministro del Interior, General Cisneros, que simbolizó la línea dura y la represión de los 14 meses de Emergencia. El gobierno, en este caso, no amenaza a los trabajadores antes del Paro y se muestra incluso conciliador. Cuida de no forzar las detenciones ni la represión callejera. Deja a los diarios y a la flamante “ Unión de Empresarios Privados” el ataque más certero. Este es un hecho nuevo, esencialmente distinto a la coyuntura de julio de 1977. Entonces el gobierno y se convierten en adalides del más cavernario ataque a los trabajadores. Los segundos, ocupados de sus inscripción ante el Jurado Nacional de Elecciones, ayudan a dispersar el ambiente364 La Unión de Empresarios Privados del Perú es una entidad recién formada en diciembre de 1977. La integran la Sociedad de Industrias, la Asociación Automotriz, la Asociación de Exportadores, la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos, la Camara de Comercio de Lima, la Cámara de Comercio e Industrias de Arequipa, el Comité de Defensa del Agro y la Ganadería y la Federación de Cámaras de Comercio del Perú. Al constituirse como entidad representativa de todo este conjunto, declara su “fe” en un sistema que se base en la libertad personal, la iniciativa particular, la retribución del esfuerzo y la rentabilidad; componentes todos ellos de la empresa privada y enmarcadas dentro del sistema liberal de la economía de mercado y el libre juego de la oferta y la demanda”. Las entidades mencionadas se reúnen porque consideraran necesario promover internamente una cabal idea de la bondad del sistema y externamente una imagen de la empresa privada que descarte las distorsiones ideológicas políticas “que han oscurecido en estos años la posibilidad, el vigor y el rendimiento social de que es capaz la empresa privada en el Perú”365 En esta entidad parece expresarse la unificación del empresariado privado en un ente con clara capacidad de articulación política y gremial. Sus fines así lo expresan y su ideología recoge los elementos característicos de la “burguesía liberal” que actuará predominantemente entre 1970 y 1974 con tan escasa visión política. Los cambios en el régimen y los reacomodos del propio lado empresarial podrán, sin embargo, dar a esta unión un rol político decisivo; si no se dividen luego. 364

La acción del gobierno incluyó una coloquial aparición en TV, del Presidente Morales Bermúdez para monologar con el país la víspera del Paro – en vez de la amenazante intervención del Ministro Cisneros anterior al paro de 1977-. Pero había ya indicios de que en el Gabinete pugnaba posiciones moderadas y duras, primando las primeras con el Presidente y el Premier Molina a la cabeza. Cuando días después el Presidente concede ante la huelga de hambre y ordena la reposición, los duros Ministros del Interior y de Trabajo, apoyados por los gremios de la burguesía sabotearán la orden presidencial y la harán inaplicable dando la imagen de un país en real desgobierno. 365

Aviso pagado, La Prensa 15.7.78

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Su visión ideológica, estrechada a la medida del pequeño interés, se expresa en los comunicados que emite ante el Paro, acusando a los dirigentes sindicales de ser “traidores a la patria”.”No al paro: el Perú ante todo” dirán en su primer comunicado los mismos que no conceden ni un milimetro a la hora de despedir trabajadores, de no aceptar conciliación ni tolerancia en un momento de crisis que no los deja a ellos en situación de hambre ni de desempleo. “Traición comunista a la Patria” afirmará el segundo comunicado, recordando que el Paro se realiza a pesar de que sus dirigentes habían suspendido el paro anteriormente convocado por la aparición de conflictos internacionales366 . Su verdadera visión de la realidad está en el texto: la reposición de despedidos es la reposición del sabotaje, dirán refiriéndose a los trabajadores despedidos al amparo del Decreto 010. Los gremios empresariales – UEP, Sociedad de Industrias, Asociación de Bancos – continuarán su campaña de comunicados, aunándose a la prensa oficial y derechista, calificando al Paro como “Fracaso del intento rojo de chantajear al gobierno”. En marzo, toda una cadena de editoriales y noticias pretende dar su deseada imagen de la realidad, a la vez que permite a los empresarios presionar al gobierno para que endurezca su política laboral; apoyan a las fuerzas políticas que se opusieron al Paro (APRA, Acción Popular, Partido Popular Cristiano) por sus posiciones realistas y responsables, encendiendo con ello aún más el macartismo desarrollado en este período. El gobierno quiere aparecer “arbitro”, pero su prensa hará campaña en función de la presión de los empresarios. Pocas veces la ideologización de la lucha política ha mostrado tan palmariamente la existencia de la lucha de clases en el Perú. Estos conspicuos empresarios son sus principales “agitadores”, aunque ideologicen responsabilizando a los comunistas de todos los males y los encuentren por todas partes. La intrasigente posición empresarial podrá apreciarse aún en situaciones más dramáticas pues a la par que el gobierno enfrenta el Paro con esta nueva estrategia, debe tomar en cuenta una huelga de hambre que casi cien despedidos realizan por más de 40 días a partir de la primera semana de Febrero. Los diarios ocultan y luego distorsionan el hecho, dando la impresión – para quien sepa de la existencia de la huelga – de que este es un país de indiferentes e inhumanos habitantes. A pesar de ello, este hecho – recurso desesperado y no muy articulado inicialmente con las dirigencias obreras – se mantienen por la voluntad de quienes ya nada tienen que perder. Cuando el Presidente Morales Bermúdez ordena la reposición 366

Tengase em cuenta que todo este período, más aún toda la “Segunda Fase” y aún los dos últimos años de la Primera, están marcados por un alto nivel de tensión geopolítica cuya información el gobierno administra no sólo en función de los objetivos nacionales sino de sus propios objetivos políticos. Obviamente esta tensión ha influido gravemente en el manejo de la crisis económica, pues es muy difícil reclamar de un país que ha perdido territorios varias veces en su historia y más aún de un gobierno castrense, que no valoren esta variable. Es obvio, sin embargo, que ésta ha sido utilizada dentro del marco de la política global del régimen – en la cual parece olvidarse que un pueblo hambriento tiene pocas razones para defender su suelo y que el siglo pasado fue ejemplar en mostrar hasta dónde llegó el egoísmo de la clase dominante en la guerra del 79 y hasta donde el lucro se antepone a la idea de Patria (Véase si no, aunque noveladas, las obras recientes del escritor Guillermo Thorndike y por supuesto lo dicho por historiadores de la época). El argumento de Chantaje a la CGTP en enero fue éste y – pasado el incidente del Norte – volvió a serlo en la denuncia de los empresarios, haciendo evidente la maniobra política local.

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de estos despedidos a fin de que depongan la huelga de hambre – recién en la Semana Santa, a fin de marzo -, la Sociedad de Industrias protestará en comunicado que refleja sólo insensibilidad sino carencia del más elemental pudor político. La huelga de hambre, iniciada tomando varias Iglesias de la capital, cobra fuerza a pesar de que el gobierno la silencia y a pesar de que se originan sin coordinar con las dirigencias sindicales organizadoras del Paro. La Jerarquía Eclesiástica, por elemental solidaridad humana, procura mediar en el conflicto ante el gobierno y ello explica la orden presidencial de reposición. La furia empresarial se dirige entonces contra la Iglesia y el gobierno, a la vez que la policía detiene y hospitaliza a los huelguistas367 . Toda clase de argumentos desde acusar al clero de ir en contra de sus principios368. Hasta amenazar con el lock out al gobierno – y una furibunda sesión de la Sociedad de Industrias, muestran una vez más la polarización social existente en el país. Estos episodios debieran ser estudiados por aquellos que, encubiertos por la ideología dominante o ignorantes de la realidad social, persisten en negar la lucha de clases como fenómeno social objetivo y sólo entienden estos hechos como fruto de agitadores que manipulan a los trabajadores. La terca realidad muestra aquí a los empresarios en su política de clase, exacerbada y sin tapujos, agudizando el conflicto social a pesar de que la forma presidencial es restrictiva y vienen acompañadas de la ansiada ley de inestabilidad laboral. El curso político del proceso se define así a través de estos hechos de la dura lucha del movimiento popular, que arranca a migajas la justicia que le toca demandar pero que va forjando a golpes y aprendiendo hasta de los fracasos, una respuesta popular propia. Aunque en momentos la escena parece dividirse en dos planos y actúa en el espacio electoral abierto, a la vez que apoya al movimiento popular en su lucha defensiva. El gobierno, sin cambiar en lo esencial, anunciará en esa coyuntura la ya mencionada ley que consagra la inestabilidad laboral. Pero no por ello contiene 367

La ley peruana considera la huelga de hambre como um atentado contra la vida, obligando al Juez a intervenir y ordenar la prisión de los dirigentes. Típicos instrumento para desviar la atención y negar la oportunidad de escándalo. No se legisla como atentado contra la vida el despido y la condena al desempleo de estos peruanos que al ir a la huelga en las condiciones actuales sólo realizan un gesto público por defender a sus familias de la muerte lenta, por hambre, condenados a ella por este sistema que les impone, además, morir en silencio, anónimos, de la TBC en aumento, o ver caer primero a sus hijos sin tener alternativa. Curiosa Ley, pero funcional al sistema. 368

Sin desarrollar uma discusión en el plano de la moral cristiana, no puedo dejar de anotar el uso capitalista de “lo cristiano” que se sirve em este caso de clérigos como el P. Griffiths en Oiga; porque no entiendo posible el cristianismo que olvida el amor como eje de su praxis y entiendo que la intervención de la jerarquía eclesiástica – que este sacerdote censura burdamente – es testimonio elemental de solidaridad. En esta época crucial para el pueblo, las opciones se miden a la luz de los actos y no de las complicadas declaraciones, que tanto han servido a los dueños del poder. Para este sacerdote y para los empresarios que han actuado en este asunto, lo cristiano era condenar la huelga de hambre como “Pecado”, olvidando sus causas, situaciones concretas y también sus verdaderos causantes: los defensores de un sistema a todas luces injusto y hambreador; olvidando, además, que los huelguistas están muriéndo de hambre lentamente, con sus familias, por obra de este sistema y que lo que hacen en sólo mostrar con un gesto la situación de fondo. Esta perspectiva, que aquí representa el P. Griffiths y Oiga, es la que fue llamada “Opio del pueblo” por Marx y sin ir tantos años atrás, ésta es la base ideológica – no teológica – por la cual para tantos cristianos, en el Perú, lo más grave en esta sociedad es el supuesto “peligro comunista” y no el pueblo explotado, no por sistema comunista alguno, que aquí no define la economía, sino por el capitalismo que defienden explícitamente o implícitamente en un masoquista eje bipolar que no deja alternativa ni distingue situaciones históricas.

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la decisión de los empresarios de desacatar la orden de reposición y mostrar así a un gobierno títere, que no puede obligarlos a aceptar un dispositivo presidencial. Quizá esta coyuntura pueda mostrar uno de los momentos de mayor deterioro del gobierno de la “Segunda Fase”. La Sociedad de Industrias acuerda iniciar acciones legales ante el poder judicial y a la vez recomienda a las empresas no reponer, es decir desacatar la orden del gobierno. Un enérgico comunicado de los Comandantes Generales de los Institutos Armados – de esos que sólo han aparecido en momentos límite – no impide, sin embargo, un hecho contundente: no se repuso a los trabajadores y la batalla la ganó el más fuerte en la coyuntura: La Sociedad de Industrias y no el Presidente369 . En todo el periodo, el movimiento popular es agredido desde todos los flancos – económico, político y laboral – y responde a su vez en todos ellos, sumando fuerzas en coyunturas claves. Ni la CTP, cuya dirección aprista concilia con el gobierno, puede parar una huelga a sus sindicatos textiles en marzo, auque declare que no tiene nada que ver con el paro de la CGTP - ¿acaso el hambre no es común?-; los trabajadores municipales, también en huelga ese mes, llegan a tomar el local del municipio limeño; también en marzo entran en huelga los trabajadores ferroviarios y una marcha de sacrificio de los mineros de la zona central llega a pie a Lima y es reprimida por la policía al llegar al Ministerio de Trabajo. Se informa de un herido y 12 detenidos, pues se les ha reprimido violentamente, hecho que en este como en casi todos los casos anteriores sucede a pesar de la formal vigencia de garantías constitucionales. La paralización minera en Toquepala y Centromin tiene éxito al lograr 120 soles de aumento, y se levanta la huelga. Ese mismo mes de marzo, tan cargado de protesta popular, verá en Trujillo una huelga de hambre de 20 despedidos llevada a cabo en la Casa Arzobispal – originando la mediación ante el presidente del Arzobispo, Monseñor Prado-; en Cajamarca un enérgico documento del Clero, suscrito por los Agentes de Pastoral y el Obispo Damert, reclama la libertad de los detenidos por los sucesos de Huacataz

370

y

expresa su “solidaridad con todos los trabajadores del Perú que sufren en carne propia la violación de los Derechos Humanos”. También durante este mes el Obispo de Tacna y Moquegua – en carta Pastoral – se solidariza con los trabajadores despedidos de Toquepala, recalcando la injusticia del Decreto que dio origen a dichos despidos.

Otra vez la iglesia es voz de los que no tienen voz, aunque ello pese a quienes siempre la quisieron mantener en y con el poder establecido. Quizás por ello, meses después se abren las páginas de la prensa oficial a articulistas que con inteligencia atacan a la iglesia y a su Jerarquía, 369

Nadie puede olvidar, sin embargo, que esta coyuntura se origina en un acto del gobierno: el despido ilegal e injusto, seguido de una orden a las empresas para reemplazar los trabajadores despedidos. Nadie piense tampoco que los empresarios aplicaron sin gusto la medida y no presionaban desde antes por algo similar, aunque probablemente de forma aún encubierta. 370

En esa ocasión se denuncia también el maltrato recibido por los campesinos detenidos, sin defensa real alguna.

263

propiciando – junto con Opinión Libre y el Tiempo – la caza de brujas dentro de esta institución. Pero aún así, siendo imposible que la Iglesia se aislé de un pueblo que vive momentos dramáticos, también en Arequipa los trabajadores despedidos en huelga de hambre reciben la visita solidaria del Arzobispo Rodríguez Ballón, a quien los ahora oficialistas “Defensores de la Fe” no podrían calificar de comunista. En abril se da un paro general en Arequipa y hay graves conflictos en La Oroya, Chimbote, Cerro de Pasco eIlo, llegando a declararse el Estado de Emergencia en este puerto. Un paro general en Chimbote apoya a los despedidos de PICSA y un paro de la Federación de Choferes da cuenta de que las ofertas del Presidente – que los hizo marginarse del paro nacional de Febrero – no se han cumplido. Y es que, por momentos, parece haber varios gobiernos a la vez en este campo de conflictos. Así, por ejemplo, la Federación de Empleados Bancarios y la CGTP reclaman en un comunicado la libertad del Secretario General de la FEB, detenido por el Ministro Cisneros casi al mismo tiempo que era recibido por el Presidente Morales Bermúdez. Y en este cuadro de desconcierto, el Presidente se reunirá a principio de mayo con la dirigencia de la CGTP con el objetivo de buscar una tregua sindical, situación imposible pues la pauperización del pueblo no tiene tregua. La huelga general de maestros decretada por el SUTEP alcanzará dimensión nacional, a pesar de la campaña oficial que combina el amedrentamiento y el silenciamiento. Esta huelga es el evento final del período que precede a las jornadas de mayo, en un cuadro global en el cual el movimiento popular no da tregua al gobierno. Se trata de acciones sectoriales y/o locales, no sincronizables, pero sí entrelazadas por la situación económica y social que vive el país. Marcan todo el período – y lo aquí mencionado no es un listado, ni mucho menos con la protesta popular contra el gobierno y su política, dada en pleno período de campaña electoral. Cualquier análisis del período muestra mes a mes al ascenso del movimiento popular en muy distintos niveles de organización. Ello no es expresión mecánica de la crísis económica, pero está muy marcado por ella. Sucede así porque hay avances en los niveles de conciencia y organización política – y ello se refleja también en la campaña y en los resultados electorales – la acción del movimiento popular, principalmente dada en el campo sindical es lucha frente a la pauperización creciente e inmediata que impone el gobierno. Las banderas de lucha son cada vez más amplias y solidarias – caso de la defensa de despedidos-, pero en cada huelga se encuentra la aspiración salarial concreta, indispensable para sobrevivir al presente. Este ascenso del movimiento popular debe pues analizarse dentro del cuadro de la crisis, sin fáciles triunfalismos ni confusión de deseos con realidades. Es, con todo, una experiencia nunca vista en la sociedad peruana y por ello la huella que imprime en la política será decisiva, aunque en la coyuntura poco se haya analizado con suficiente rigor.

264

CUATRO LAS JORNADAS DE MAYO 78

Las consecuencias sociales y políticas del paquete de medidas económicas de mayo generan la más activa protesta popular de los últimos tiempos. Más allá de toda prevención hay una reacción espontánea e inmediata en toda la población, incluso en las zonas más apartadas, que tiene un ingrediente de violencia acumulada por largo tiempo. Sólo la ceguera de un gobierno que trata de “tapar el sol con la mano” puede interpretar los sucesos en mayo de 1978 como una conspiración subversiva articulada a nivel nacional. Los hechos evidencian la protesta popular en casi todos los puntos del país, a la que se suma la acción del movimiento popular organizado que decreta un Paro nacional de 48 horas como protesta, exigiendo que por una vez los intereses del pueblo sean tenidos en cuenta.

1. LA REACCIÓN INMEDIATA Y ESPONTANEA

El conjunto de las medidas económicas adoptadas en Mayo incide abrumadoramente sobre los sectores populares, que expresan de inmediato su descontento. Así, el 16.5.78 se forma largas colas en los centros de abstecimiento que en varios casos desembocan en desórdenes, aislados brotes de violencia e intentos de pillaje. El diario La Prensa (16.5.78) da cuentas de disturbios y brotes de violencia en Cuzco. La situación se agrava en los casos de Huanuco, donde mueren 4 personas y resultan heridas 14 (Comunicado del Ministerio del Interior 17.5.78) y Arequipa, donde es incendiado el hipódromo de Prongoche ocasionando pérdidas por 10 millones de soles (El Comercio, 195.78). Los diarios dan cuenta de desórdenes en Chepén, Ayacucho, La Oroya, Cañete, Ica, Chimbote, Chiclayo y del bloqueo en distintos puntos de la Carretera Panamerica Norte y Sur.

En otros lugares del país la protesta se generaliza también en forma violenta desde el primer momento: en Huancavelica, Tacna, Mollendo, Casma y Huarmey se producen con reales brotes de violencia, expresión de la cólera de un pueblo que reiteradamente ha sido golpeado en su ya

265

misérrima economía. Se estimaba entonces que el costo de la canasta de consumo familiar se elevaba con estas medidas en un 41% y el salario real descendía alrededor de 18%. Con ello el consumo de calorías y proteínas bajará aún más. Como consecuencia de ello, más adelante Caretas podrá señalar con alarma que existe gente que come, en forma de papilla, alimentos balanceados preparados para aves. Las cifras mencionadas son siempre relativas, como todo cálculo cuando el gobierno no quiere informar. El pueblo puede no manejar estas cifras, pero conoce muy bien el significado de estas medidas económicas en sus vidas. 2. EL PARO COMO REACCIÓN ORGANIZADA Las más importantes organizaciones gremiales convocan, en este contexto, aun Paro Nacional Unitario para los días Lunes 22 y 23 de Mayo, levantando una plataforma común “La derogatoria de las medidas económicas, aumento general de sueldos y salarios de acuerdo al alza de costos de vida, derogatoria del D. L. 22126 de inestabilidad laboral, precios tope para alimentos, control de precios con participación popular, anulación del CERTEX, vigencia de libertades y derechos sindicales, seguro para choferes profesionales, precios justos para productos agrarios y comercialización directa por las organizaciones agrarias, créditos para insumos agropecuarios, condonación de la deuda agraria, sanción para responsables de masacres en Huanuco, Huancayo, etc, y contra cualquier intento de golpe fascista”. El comunicado aparece firmado por el Comité de Coordinación del Paro Nacional y las siguientes organizaciones: CGTP, CNT, CNA, CTRP- Lima, Federación de Choferes del Perú, Federación gráfica del Perú, Federación de Trabajadores de la Industria Cervecera del Perú y Federación de trabajadores de luz y Fuerza. El Comité Ejecutivo del Paro está conformado por las mencionadas organizaciones. Además han comprometido su participación las organizaciones siguientes: Comité Textil de Lucha, Federación de Seguros, Federación de Vidrios, Federación de Aduanas, Federación de Mineros, SUTELM, SUTEP, CEAT, Confederación de Campesinos, C.T. Ferroviarios, Federación de Cines, CUAVES y CCLUB (El Socialista, 18.5.78) 3. ESTADO DE EMERGENCIA: COMIENZA LOS ALLANAMIENTOS Como es ya costumbre, días antes del Paro el gobierno decretaba el Estado de Emergencia, la suspensión de las garantías constitucionales y el cierre temporal de las revistas y espacios políticos independientes en la radio y la televisión. Asumía, por tanto, el control total de este país incomunicadp; más aún…procedía a allanar domicilios, a

detener y perseguir a políticos y

dirigentes sindicales de la izquierda opositora y, en un caso aislado – al periodista Baella-, de la ultraderecha. Esto le permitirá después confundir a la opinión pública mezclando a dirigentes

266

políticos con “agitadores callejeros” o propulsores de disturbios, a pesar de que buena parte de éstos ya estaban detenidos o perseguidos al producirse los hechos.371 De inmediato el gobierno y la burguesía nativa despliegan toda su maquinaria propagandística para hacer fracasar el Paro. La unión de Empresarios Privados emitió comunicados repudiando el Paro, pero sin atreverse esta vez a centrar su mensaje en el macartismo expresado en febrero. Tuvo la osadía de afirmar que la “aplicación de las recientes medidas económicas habían afectado tanto a los trabajadores como a los empresarios”, hecho negado por las cifras y por la lógica; ofreció proponer medidas de carácter positivo “noble fin para el cual el sector empresarial privado ofrece sacrificarse hasta el máximo de sus posibilidades”. El mensaje de cuenta esta vez del temor a la ira popular, que ya sabe de esos sacrificios, que se llaman CERTEX, evasión de impuestos o sobrefacturación y que nunca fueron penados. El propio Presidente Morales Bermudez ofrecerá en un mensaje al país el 20 de mayo – aliviar el impacto de las medidas, que al igual que la oferta empresarial no se concreta nunca, afirmando que ningún organismo internacional ha impuesto al gobierno está política. Se hizo responsable absoluto de la política seguida durante los cinco años en que fue Ministro de Economía, reconociendo “una estrecha relación entra la coyuntura económica que se vive en este momento y el ejercicio que fue responsabilidad de cinco años”. (El Comercio 21.5.78). Reafirmó su pleno respaldo al sector privado y reconoció como “natural” la reacción popular, lamentando que “agitadores profesionales” de la “extrema derecha y la extrema izquierda” traten de romper el orden y la vida normal del país. Crítico a los partidos por su demagogia y por no haber aportado “ningún planteamiento realista” e incluso señaló la presencia de “hombres uniformes” entre los agitadores, en posible referencia al PSR que sería uno de los objetivos de su acción represiva. Concluyó pidiendo perdón al pueblo ( aunque obviamente…sin propósito de enmienda) y señalando su dolor por la situación en que vive hoy. Los términos del mensaje son ya conocidos y la credibilidad del régimen es prácticamente inexistente. El mensaje no podía impactar sino en algunos sectores ingenuos, además de los sectores empresariales que al ver a un gobernante en esas condiciones no necesitarían ahora intentar aislarlo…puesto que enfrentaba un peligro mayor y no estaba en condiciones aparentes de imponerles nada nuevo. Pero la gran mayoría nada podía esperar. En las palabras mismas, cualquier observador político podía percibir ya la necesidad de fabricar culpables de lo sucedido y de lo que vendría… esos agitadores que antes de que hablara el Presidente ya estaban detenidos o perseguidos (escondidos).

371

267

CAPITULO 7

NOTAS Y OBSERVACIONES SOBRE EL PROCESO POLÍTICO EN PERSPECTIVA (1978 -1979)

Este capitulo final recoge notas y observaciones sobre Ios meses posteriores a la instalación de la Asamblea Constituyente, centrando su objetivo sólo en la apreciación de las diversas alternativas que hoy se construyen como salida política que ponga término a la "Segunda Fase" del gobierno de la Fuerza Armada. Las observaciones se formulan partiendo de las constantes que aparecen en el conjunto del libro, tanto en la primera parte como en el seguimiento periodizado de la escena, pero sin desarrollar todos los elementos que allí se ofrecen para el estudio de las fuerzas sociales y políticas que actúan en el presente.

Veremos básicamente como se presenta en perspectiva el desarrollo de la crisis de hegemonía política y como se plantean las alternativas de salida en el curso político actual. Ofrecemos estas observaciones, sin haber sistematizado los acontecimientos aun recientes y limitando a grandes trazos la perspectiva de conjunto.

EL DERROTERO DE LA CRISIS

La "Segunda Fase" muestra a la cabeza del Estado a un gobierno que tiene un margen de juego bastante mas limitado que el de la "Primera Fase", respecto a las fuerzas sociales básicas. Su opción dentro del campo burgués es mucho más neta y sus márgenes de conciliación de intereses con las demandas de contenido popular son particularmente estrechos.

Este contexto, y su propia opción, llevan al gobierno a set metódicamente represivo, a enfrentar Ios intereses del movimiento popular en todo el período, aunque con distintas armas. La escena política muestra un alto grado de polarización social que si bien está

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influída por la aguda crisis económica, se define particularmente por la maduración de las fuerzas en pugna y por Ios niveles de conciencia que sabre sus intereses alcanzaron. En el campo burgués s se han radicalizado las posiciones. En el campo popular se ha rolo la pasividad 3 7 2 .

En efecto, el gobierno de la "Segunda Fase" administra una situación de profunda crisis en la sociedad peruana. A todos es evidente la crisis económica, a pesar de que el limitado debate haga resaltar sólo sus elementos coyunturales. Pero hemos observado como aflora a la escena una crisis más profunda, presentada en el Capitulo 3 como una crisis orgánica en la relación Estado-Sociedad. Esta crisis de autoridad se expresa en la ruptura de la pasividad de las masas, ante lo cual la única carta empleada por el Estado es la cohersión

y el uso de la fuerza, a la vez que

intenta una salida política acelerando la recomposición de las fuerzas del poder. Lo propio de este periodo es que esta crisis orgánica aflora a la superficie y puede ser observada en la escena, aunque desde mucho antes -en toda la historia republicana372

Cuando señalamos que la escena política muestra un alto grado do polarización social, hacemos referencia a condiciones objetivas que afloran en Ias alternativas de política y en el manejo do la crisis, cuyos efectos pauperizadores son cada vez más visibles. Las opciones se hacen más planas; entre el campo popular y la defensa de los intereses burgueses; las fuerzas sociales reaccionan en función do sus intereses y ello es claramente visible en la protesta popular que, aún en medio de su amplio espontaneísmo, tiene una marcada direccionalidad política. Es la ruptura de la pasividad de las masas y el enfrentamiento al poder, en un contexto en el que, aún entre vacilaciones coyunturales, Ios detentadores del sistema unen sus fuerzas contra el pueblos en 1978. Sin embargo, hay que distinguir esta polarización social de lo que sería una polarización política, que expresara en la constitución de dos bosques, al antagonismo d las clases básicas, en torno al cual giran otros sectores sociales. En el plano electoral esta coyuntura con 13 partidos es distinta, por ejemplo, de aquella que confluye en la Constituyente do 1933 con dos bloques: el antioligárquico, encabezado por el APRA, y el oligárquico expresado en el Sanchecerrismo. Actualmente, tras una década de escaso juego partidario y con unas elecciones que en lo inmediato no implicaban una transferencia del gobierno, no parecen haberse dado las condiciones subjetivas que Ileven a una polarización del espectro político en dos fuerzas, reflejando la amplia polarización social. Sin embargo, así como en el campo burgués se observa una unidad básica -en los diálogos, en las actitudes ante la movilización popular, en las tentativas de alianza en construcción, en los planteamientos, etc.- también se ha avanzado en el camino de la unificación de la izquierda. Ello se expresa en Ios dos frentes constituidos - UDP y FOCEP-, en la actuación unitaria en julio 77 y mayo 78 y en Ios niveles de coordinación dados en la Asamblea. Más aún, si bien la respuesta del movimiento popular ha tenido alta dosis espontaneísmo, en 1977 v 1978 la izquierda ha expresado políticamente esa protesta popular, dándole cauce. Entre la protesta popular y la izquierda hay niveles do articulación política que, aunque imperfectos, han operado en coyunturas importantes, impactando en la escena. Todo esto se, expresa en un proceso de reagrupación de fuerzas que sin embargo es embrionario en la constitución do Ios bosques. A pesar de la polarización social existente, las fuerzas del campo burgués pueden captar apoyo de importantes sectores populares, particularmente a través del APRA. En esto influye Ia distancia que con los 10 años de gobierno militar muestran los partidos burgueses frente al gobierno, presentándose todos como ajenos a Ias responsabilidades del poder. Sin embargo, aún manteniéndose esa capacidad de cooptación, hay amplios sectores cuya experiencia política se ubica claramente frente a esos partidos, en el amplio conjunto do la izquierda. Ese puede ser el punto de partida para el proceso de acumulación de fuerzas, desarrollando estructuras partidarias más sólidas, no sólo a partir del tercio del electorado obtenido en 1978, sino de amplia y compleja presencia de los Sindicatos, Cooperativas y otras organizaciones de base en el campo de la izquierda. Y de hecho esa izquierda, con todas las limitaciones que pueda tener, introduce un cambio importante en el espectro Político tradicional.

269

la sociedad peruana se caracteriza por la ausencia de condiciones estabilizadoras propias de un sistema hegemónico.

La burguesía tiene estructurales dificultades para concretar un proyecto hegemónico en el Perú de hoy. Tampoco puede imponerse haciendo uso de la pasividad y desarticulación que existía durante el apogeo del orden oligárquico. Su ubicación en la periferia del capitalismo, unida a una heterogénea base económica, dificultan a la burguesía la posibilidad de ofrecer un proyecto de desarrollo nacional, viable y atractivo para amplios sectores sociales en un largo periodo, La recomposición de la clase dominante -a partir de la exclusión de las fracciones oligárquicas- sumada a la heterogénea composición de la burguesía actual, dificulta notoriamente la concreción, de un proyecto hegemónico. En este contexto, al fracasar el proyecto velasquista, el lento curso del viraje ha deteriorado a tal extremo el gobierno de Morales Bermúdez, que soto encontró en el llamado a elecciones la forma de romper su aislamiento pero en esa coyuntura se expresaba ya a nivel nacional la presencia del movimiento popular, haciéndose un lugar en el sistema político. A partir de entonces, se aceleran los esfuerzos de renegociación dentro del campo burgués para diseñar nuevas formas de

dominación.

Continúa

actualmente

este

proceso,

reflejando

los

problemas

mencionados y los cambios producidos en la década, particularmente en el peso adquirido por tos aparatos de Estado.

La verdadera magnitud de la crisis se entenderá analizando todos estos elementos. Su expresión en la escena política ha tenido momentos "cumbre" en las amplias movilizaciones populares de junio y julio de 1977, y de mayo de 1978; encontraron desunido al campo burgués en la coyuntura y su impacto en el proceso político ha sido importante a pesar de no haber invertido la correlación de fuerzas. A partir de entonces el movimiento popular está presente e impacta en el sistema político; logra expresiones políticas propias, incluso en la competencia electoral, alcanzando una votación que no tiene precedentes. Tiene fracasos y períodos de reflujo, antes y después de 1978, pero no podrá ser ignorado o subsumido fácilmente en otras fuerzas de corte reformista como en el pasado.

En este nivel de análisis, la perspectiva de la crisis pone de manifiesto el curso de una larga y compleja maduración, con espacios abiertos para el corto plazo, cuyo análisis debe centrarse en las fuerzas políticas en pugna. La crisis orgánica no ha

270

devenido en crisis revolucionaria, a pesar de la presencia de muchas condiciones objetivas para ello. El marcado espontaneismo de Ias movilizaciones populares, la debilidad y división de las organizaciones gremiales y políticas, la capacidad desarticuladora del sistema represivo, el carácter embrionario de Ios intentos de construir un

bloque alternativo –hacia un

nuevo sistema hegemónico- que integre

amplias y diferenciadas capas populares y medias, son elementos de base que están presentes en la ardua tarea políticas presente y futura del campo popular. Por esto, en el análisis, la constatación de Ios rasgos profundos de la crisis no debe Ilevar a hacer saltos cualitativos verbales o "de papel", tan propios del triunfalismo y del activismo.

El reconocimiento de la crisis ha generado respuestas inmediatas en el gobierno y en todo el campo burgués; lo visible siempre en primer término es la represión sistemática, ya analizada en varias coyunturas, que hace aparecer como "normal" la vigencia

de

muchos

definición ortodoxa alianzas

para

373

dispositivos

calificados

de

antidemocráticos

en

cualquier

. Pero de inmediato se ha acelerado la compleja negociación de

reemplazar

al

desgastado

gobierno

actual.

Se

apresura

la

recomposición de las fuerzas del poder, tratando de definir los nuevos cauces institucionales que canalicen el juego de fuerzas Este intento se desarrolla hoy en et periodo de la Asamblea Constituyente, a la par que continúan

los embates

coyunturales deI movimiento popular y la respuesta represiva ante ellos.

El problema esté en saber si de las alianzas puede surgir un proyecto concertado, al menos con visos de ser hegemónica en un corto tiempo, no sólo con referencia al conjunto do la sociedad ---cosa cada vez más difícil para Ia burguesía, dado el avance producido en los niveles do conciencia y el rol desenmascarador

de las

dirigencias de izquierda - sino incluso para el complejo y heterogéneo campo burgués. En éste, en efecto, persisten liberalismos que presentan a parte de Ios industriales como herederos ideológicos de las fracciones oligárquicas, a la vez que se observan posiciones de empresarios aperturistas, más amplias, dispuestas a una 373

Me refiero a la vigencia do todo tipo de violaciones de las garantías democráticas, que a fuerza de la costumbre va in siquiera ocasionan reacciones de protesta en l o s defensores de la democracia. Incluso están expresadas en normas legales, que difícilmente subsistirían en t o s países definidos como tales. El omnímodo poder de l a autoridad militar cuando so declara el Estado de Emergencia, puede ser un ejemplo de ello. E n l a r e c i e n t e h u e l g a m i n e r a deI sur - 1 9 7 9 - los campamentos que alojan a los mineros se convirtieron en verdaderos cuarteles, llegándose a prohibir a l a Cooperativa deI lugar que preste dinero a sus socios; cortándoles la luz – como en el caso de la ciudad del Pescador en 1 9 7 6 – e incluso afectando la atención h o s p i t a l a r i a local. Este es sólo un ejemplo de lo mucho que ha sucedido en estos años que pone de manifiesto un poder de chantaje en el Estado – signo efectivo de totalitarismo – que ningún partido burgués ha denunciado, a pesar de presentarse como defensores de la democracia.

271

concertación con la tecnocracia y Ios aparatos de Estado. Es grande la diferencia de oportunidades

y

tratamiento

entre

las

empresas,

según

su

dimensión,

rama

productiva, posibilidad de ser exportadores y grado de asociación a la burguesía internacional. Y más allá del conjunto propiamente empresarial, la Fuerza Armada, la tecnocracia y las altas esferas burocráticas no son, ni serán, meros convidados de piedra en la negociación.

Los partidos del campo burgués muestran hoy pocos signos de renovación. Tienen, una vigencia, en buena medida por hacer estado lejos del gobierno en más de una década y porque no ha existido espacio y oportunidad para hacer surgir liderazgos alternativos. El PPC intenta constituirse como lo más cercano a un partido orgánico del empresariado, pero con resultados relativos, sin obtener resonancia en tos sectores más dinámicos de las masas. Acción Popular puede por un tiempo hacer uso del carisma popular de Belaúnde, pero tampoco es capaz de ofrecer una articulación amplia do sectores populares. Sólo el APRA puede ofrecer una base popular propia, mantenida con carisma y organización, que subsiste míticamente sin el desgaste producido por el ejercicio del gobierno; ademes, tiene presencia sindical, a la vez que amplia experiencia en aparatos represivos de nivel partidario. Pero, no obstante su capacidad de transar y claudicar, esta misma base social le impone un

comporta -

miento contradictorio para la ortodoxia que demandan muchos empresarios.

La renegociación que existe en el campo burgués es así compleja y difícil, aunque tenga como factor aglutinante la percepción del enemigo común que ha aflorado a la escena en la crisis. Esto no significa, sin embargo, que necesariamente sean inviables sus alternativas en construcción. Pueden alcanzar viabilidad relativa en el costo y aún en el mediano plazo, pues ello depende del curso del proceso político y de las opciones desarrolladas en ambos campos. Su viabilidad puede ser mayor si logra éxito la actual gestión económica financiera, aunque este sea un éxito relativo, logrado a costa deI hambre del pueblo y generador de nuevas crisis, puesto que no modifica la estructura productiva y las contradicciones inherentes al capitalismo periférico. Esta renegociación no resuelve problemas del nivel estructural y, en perspectiva, la crisis puede ser recurrente -como en todas las últimas décadas tomando vacías de contenido las fórmulas de solución políticas en plazos más bien cortos. Por ello, común

a todas las alternativas, esta presente también la amenaza

represiva. Debemos precisar este aspecto antes de referimos brevemente a las

272

alternativas de salida política actualmente en construcción. Lo hacemos a partir de la perspectiva que ofrece el periodo de la "Segunda Fase" ya analizado.

La alternativa totalitaria, civil-militar o sólo castrense, se presenta ante la posibilidad de fracaso de las alianzas y esfuerzos por desarrollar tos partidos del campo burgués, así como ante la posibilidad de que sus gobiernos no logren alcanzar el "orden" y la eficacia necesaria en la captación y subordinación de las masas. Pero la dictadura no sólo es alternativa a los proyectos de los partidos burgueses; es además indispensable complemento de esos proyectos políticos, aunque varíe en grado según la coyuntura. En efecto, aún

cuando estos partidos logren arrastrar masas poco conscientes de sus

intereses reales, tendrán dificultades para Iograr un amplio consenso y, con seguridad, en los partidos de la izquierda y en el movimiento popular encontrarán una oposición sustantiva que combatir y una madurez que impedir. Las alternativas económicas tan poco novedosas

que

exhibe

el

campo

burgués

y

el

escaso

margen

transnacionalización a esta burguesía nativa, dificultan también

que

deja

la

a mediano plazo la

recurrencia a fáciles concesiones, generando en perspectiva nuevas situaciones de crisis económica y política. Ante esta realidad, la represión -por la vía estatal y también por la vía de partidos como el APRA- es complemento indispensable de estabilidad para toda opción burguesa del presente. Muchos silencios de la Asamblea Constituyente --en agosto del 78 y en enero del 79- son testimonio de que los partidos del campo burgués comprenden la necesidad de represión y la aceptan, de igual forma que en el pasado. Los márgenes de exclusión a la izquierda están así presentes en el debate político actual, aunque no ocupen titulares de la prensa.

La perspectiva para el campo popular se presenta, por lo tanto, como un duro y consistente proceso de acumulación de fuerzas, en la construcción de un proyecto alternativo. Ello implica superar tos problemas de la unidad y la organización política y gremial, Pero supone también la concertación de estrategias viables y de amplia cobertura. Su actuación en el presente y en el futuro inmediato, pondrá de manifiesto en qué medida es posible concertar expresiones políticas que resulten alternativa de poder -problema no sólo electoral- ya que tos errores que se cometen ampliarán el espacio actual de las fuerzas que hoy controlan el Estado.

EI derrotero de la crisis de este sistema social encuadra así tos intentos de construir una nueva forma de dominación, expresándola en una Carta Constitucional y en un nuevo

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régimen político. Habrá otras variantes para el corto plazo -como las perspectivas de reactivación económica- que parecieran consolidar un eje entre el actual equipo económico, una más amplia tecnocracia y parte del empresariado. Pero además del análisis económico de corto plazo, habrá que observar las estrategias de desarrollo y sus nudos de inviabilidad. Dejando ese nivel a tos especialistas en economía, aunque recogimos algunos elementos desde la escena, procuraremos ofrecer una visión de las alternativas que se negocian en el periodo de la Asamblea Constituyente, centrándonos en las fuerzas del poder y limitando el análisis a los alcances de esta perspectiva de aproximación.

LAS ALTERNATIVAS DEL CAMPO BURGUES EN EL PERIODO DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE (1978-791)

El nuevo periodo se inaugura enmarcado en tos límites de una nueva convivencia, definida en términos transitorios, para hacer posible el funcionamiento, durante un año, del gobierno castrense y la Asamblea Constituyente elegida. Concluye agosto de 1978 con la decisión de la mayoría APRA-PPC de aceptar tos límites que el gobierno impone a la Asamblea. Debe limitarse a elaborar una Carta Constitucional. No debe aspirar a legislar, hecho que desafiaría al gobierno constituido de facto y que, dadas las condiciones de tensión que provoca la movilización popular, podría poner en peligro la salida política que interesa a todo el campo burgués.

Más aun, si se examinan tos mecanismos de funcionamiento de la Asamblea, resulta evidente que su mayoría ha renunciado a ser siquiera el centro del debate político, caja de resonancia de la lucha que desarrollan amplios sectores populares y de las pugnas que existen en el propio campo burgués. Con habilidad de antiguos parlamentarios, los representantes apristas conducen las primeras sesiones cercenando el debate y haciendo aprobar por carpetazo, un reglamento que privilegia el trabajo de comisiones y asegura que las demandas de los maestros, de los mineros, de los empleados públicos, de los despedidos por acto prepotente del gobierno y el empresariado, de todo un pueblo golpeado tantas veces, no lleguen sino esporádicamente a la Asamblea. La bancada de izquierda enfrentaría la mayoría, consiguiendo algunos pocos puntos al expresar tos términos de la demanda inmediata del pueblo. No pueden, sin embargo, cambiar el curso de tos acontecimientos.

274

La opción de la mayoría constituyente convierte a la Asamblea en marginal y opaca en la coyuntura. Ello será enrostrado a esa mayoría tanto por la izquierda como por aquella parte de la derecha que no quiso participar en las elecciones y busca recuperar imagen y postura a costa del desprestigio que este comportamiento pueda causar en el APRA o en el silencioso PPC. En efecto, Acción Popular denuncia la convivencia entre la mayoría y los militares gobernantes, centrando su ataque en su principal competidor: el partido aprista.

La Asamblea no resulta, como al inicio de la Constituyente de 1933, el eje del debate político. El gobierno tendrá recursos suficientes para administrar incluso la información periodística que se propale sobre esta. La política dictada por la OCI* refleja claramente la evolución de las relaciones gobierno constituyente. Sus diarios, radios y televisoras ponen de relieve los aspectos formales; atacan duramente a los constituyentes de la izquierda, silenciándolos -según conveniencias coyunturales- a la vez que advierten y distorsionan a la misma mayoría cuando sus representantes dan un paso no ortodoxo con tos términos del acuerdo. Esa misma prensa concentra todo su ataque en el movimiento popular, en concordancia con las medidas represivas del régimen, o administra el tradicional silenciamiento cuando las movilizaciones ganan algunos puntos, aunque sólo sea en las calles.

Se configura así un tiempo caracterizado por el rol encubridor --e ilusionador- que ofrece la Asamblea. Allí no radica el centro de las decisiones; ni siquiera es caja de resonancia de tos debates de fondo --salvo ocasionales logros de la izquierda-; pero su existencia ofrece un cronograma electoral, que incluso el gobierno ofrecerá adelantar si los representantes aceleran su trabajo. En esta sociedad son muchos y muy distintos los sectores que están hartos del gobierno y esperan antes que nada el recambio. La existencia de un cronograma electoral influye decididamente en la psicología de amplios sectores sociales. Muestra patentemente la importancia relativa de las alternativas y genera ilusiones más que expectativas, que condicionarán el curso político. Este rol encubridor se sustenta y desarrolla antes y después de las elecciones de 1978. Sus resultados lo expresan así. Ofrece al gobierno de Morales Bermúdez un "tiempo de descuento" a la vez que desplaza las expectativas de cambio hacia el momento de las elecciones nacionales en 1980. La Asamblea resulta encubridora en tanto coopera a esta situación, pero en si misma, en la denuncia sistemática que hacen la izquierda y en otro plano la derecha belaundista, pueden ofrecerse elementos nuevos que contribuyan a elevar el nivel de conciencia de las masas. Sin exagerar puede afirmarse que esta perspectiva es un nuevo dato de la realidad política, pequeña y endeble válvula de escape a la protesta popular, que influye aún en los

275

sectores politizados --por el doble activismo que demanda- y por tanto no puede dejar de tomarse en cuenta aún en las decisiones políticas y sindicales.

El ambiente preelectoral dinamiza a los partidos del campo burgués. Los resultados electorales les fijan exigentes metas en cuanto a la competencia entre sí y en la pugna con la izquierda. El nuevo período es para éstos un tiempo de organización y de reagrupación de cuadros, luego de la campaña electoral corta y precipitada que tos volvió a ubicar en la escena tras una década de hibernación. La organización aprista es la que da mayores muestras de activismo. Por algo, ni siquiera en la "Primera Fase" interrumpió su vida partidaria. Pero también el PPC y Acción Popular activan sus Comités en provincias y distritos. Mucho puede influir, sin embargo, el apoyo que logren en tos distintos niveles del amplio aparato estatal y del empresariado.

Es que este tiempo político se caracteriza antes que nada por ser un período de negociación y de alianzas. La viabilidad del cronograma depende en mucho de la capacidad de articular militares y políticos civiles, tecnócratas y empresarios, ideólogos burgueses y burócratas. Aunque el embate del movimiento popular ha producido unidad coyuntural en el campo burgués, la heterogeneidad de este genera contradicciones importantes. Los éxitos relativos del Ministro Silva Ruete, dirigidos también a acaramelar con el Certex a parte de esta industria dañada por la crisis, facilitan la negociación, pero sin ampliar mayormente sus márgenes. En el camino hay criticas de los empresarios más privatistas, ansiosos de desestatizar

todo -sigue la pugna sobre el cemento- y caerá

pronto el Ministro de Industrias que, representando mar orgánicamente a los empresarios liberales, se enfrentó a Silva Ruete. Este tendrá que mostrar no sólo habilidad coyuntural sino el apoyo de la tecnocracia internacional para cumplir el rol que le asigna este período de renegociación y se ofrecerá en perspectiva como uno de los posibles articuladores de un eje entre la tecnocracia, los militares y parte del empresariado.

Si lo económico marca la negociación con los empresarios -y algo de la torta hay que repartir a todos, aunque sea escuálida-- los partidos negocian para acceder al gobierno... y tos militares gobernantes para no dejarlo... o para dejarlo sólo en parte. La negociación en este nivel se dará influida directamente por los resultados electorales y por las estrategias que los partidos siguieron en esa confrontación. Hay al respecto relación de continuidad con el periodo anterior y de ello da cuenta la escena analizada en el capítulo 6.

276

El partido Aprista no soto ha obtenido la primera mayoría, sino que ha desarrollado una estrategia tal que lo convierte en el principal y privilegiado interlocutor del gobierno militar.

Comienza así el periodo de la Constituyente con sucesivos indicadores de una alianza entre los militares gobernantes, el APRA y la tecnocracia como la más factible forma de dar continuidad a una experiencia de "democracia restringida" y de permitir a los militares una salida "con honor", que para ser tal -entre otras cosas- no debe ser ni retirada ni abandono de muchos de tos resortes del poder. Esta alianza, todavía en construcción, tiene a su favor las demandas de la administración Carter por soluciones "democráticas y estabilizadoras", dentro de las cuales el horizonte socialdemócrata venezolano parecería inspirar a los portavoces del Departamento de Estado, aunque olvidando que aquí no parece haber tanto petróleo ni, por tanto, petro-dólares.

Esta alianza, sin embargo, cuenta con condiciones mas estructurales en su favor: la composición social del APRA, su base popular rearticulada en torno al carisma de Haya y al aparato partidario, su antigua relación con parte del empresariado, su cuidadoso juego de varios años con militares y tecnócratas... todo ello se expresa en garantías de estabilidad. A los militares el APRA ofrece un lugar importante en la administración, además de demagógica y conocida adulación desde el pasado periodo con Parlamento Aprista. No les reprochara su pasado reciente ni desmontará el poder del aparato económico del Estado -y aquí un punto de coincidencia con la tecnocracia- porque aspira a ejercerlo, y a partir de éste tener mayor margen de negociación con los empresarios privados y el capital transnacional. Saciará con ello las aspiraciones de sus cuadros, -propias

de

las

capas

medias-

tanto

tiempo

contenidas;

esta

ubicación

social

intermediadora puede ser vital en la alianza. Su discurso político hacia Ios sectores populares ha tenido que mostrar so antigua cara radical, aunque tamizada con ambigüedades de sus expertos líderes, bajo el emblema de la "izquierda democrática" y la imagen -algo forzada ya- de ser un partido al que nunca se permitió acceder al poder. Su flanco más débil, de llegar al gobierno, estará en las presiones de sus bases, porque no sólo puedo encontrar pocos recursos para financiar concesiones desde el gobierno –y duros empresarios para oponerse a ellas- sino que existe una izquierda real, políticamente presente en la escena y en Ios sindicatos, que puede desenmascarar sus claudicaciones en cuanto la evidencia de ejercicio del gobierno se generalice.

277

Estas perspectivas de alianza se constituyen gradualmente en el período, un partido que cuenta con locales en la mayor parte de distritos y provincial, que ha ganado electoralmente en 124 de éstas, tiene que preocuparse de "coordinar" con el gobierno el favor de las autoridades locales de la administración publica y en particular de Ios organismos que tienen que ver con el medio laboral. En no pocos lugares Alcaldes, Concejales, Sub-Prefectos y Gobernadores serán apristas, militantes o simpatizantes. Si no lo son, tanto en esas funciones como en distintos niveles de la burocracia central y regional, el período indicará a estos funcionarios la necesidad de contar, para su futuro en la carrera, con simpatías conquistadas mediante favores políticos. En Ios altos niveles de la tecnocracia ha habido simpatizantes - e incluso antiguos cuadros- apristas, que pueden coincidir con la línea de ese partido mucho mejor que con el privatismo del PPC que para ellos constituye una amenaza. Los diarios informan sobre visitas de directivos de empresas públicas al Presidente do la Asamblea; protocolares se dirá, o necesarias para la buena información de Ios Constituyentes. El sentido de la transición parece tener pañuelo blanco en más de una coyuntura y eso influye en el comportamiento tecnocrático. También los dirigentes sindicales apristas son recibidos y atendidos en la cúpula y como señal de su derrotero político aparece un sindicato de educadores "democráticos… que de inmediato cuenta en su favor con la prensa oficial y las autoridades educativas.

La tendencia que hace viable una concertación de este tipo no está exenta de dificultades. La primera es decisiva en la coyuntura: ancianidad de un líder venerable para apristas -y para muchos que no lo son y votan por Haya- que en estos días, al Ilegar enfermo a tos Estados Unidos, es saludado con palabras del Presidente Carter expresando que con el llega a Ios Estados Unidos la historia del Perú. Haya de la Torre es en efecto mas bien parte de la historia que del futuro político y sin embargo continúa dirigiendo, al parecer en términos reales, su partido. La avanzada edad del Jefe del APRA afecta a la generación fundadora de este partido: en la ultima presentación preelectoral de 1978, al cerrar la campaña en un programa televisado, 1os cuatro lideres apristas que hablaron sumaban más de 300 años.

El APRA tiene cuadros mas jóvenes pero algo decisivo cambiará al partir su fundador y líder máximo. Todo este período está marcado por la ancianidad de este hombre y por el esfuerzo sobrehumano que su partido le exige, incluyendo en estos días más de una morbosa actitud de sus opositores en la prensa, que aprovechan lo que parece ser una grave enfermedad.

278

Otros límites afectan --además de la ancianidad del líder-- esta alianza en proceso. La historia de enfrentamiento entre el APRA y el Ejército, aunque pareciera cerrada, tiene que vencer amplias resistencias que otros políticos pueden atizar. Los empresarios de esta heterogénea burguesía tienen otras alternativas de mayor confiabilidad. Al hacerse evidentes Ios lazos entre el APRA y el gobierno, el PPC y Acción Popular activan sus baterías para disputarle el triunfo dentro del campo burgués y lanzarse a competir por Ios votos contra el APRA y la izquierda. Si bien dentro de la burguesía surgen reiteradamente voces que claman por un pacto para compartir realmente el gobierno, con alternancia o apoyo al ganador inicial, los esfuerzos sólo se han concretado hasta ahora en la convivencia de transición que vivimos, entre el gobierno y Ios partidos de mayoría, limitándose a regular este período en el que funcionan gobierno de facto y Asamblea elegida. Una formula de convivencia, alternándose en el gobierno, o apoyando todos al ganador, puede resurgir como alternativa en función de los desplazamientos de coyuntura. Por ahora, la etapa actual está dominada por la pugna en la carrera pre-electoral, que sitúe a cada aspirante en mejor pie do negociación.

Pero Acción Popular y el PPC no son simples complementos del APRA en el campo burgués de la escena, ni sus aspiraciones de gobierno se limitan a esperar la fórmula de las alianzas, de punto fijo o de tesis similares, menos aún si el APRA tiene juego hegemonista y posibilidades de actuar con la cúpula militar actual. Belaúnde y Bedoya son válidos representantes del campo burgués. Con acceso populista a las masas el primero, mas

orgánico

representante

el

segundo,

de

un

empresariado

nativo

que

ve

intransigentemente la necesidad de desmantelar el aparato económico del Estado para negociar directamente, con base propia, con Ios grupos de la burguesía transnacional; ambiciona aplicar sus recetas liberales y no depender de intermediarios, nativos como ellos, que estorban su desarrollo como fracción intermediaria. Parece evidente que tienen menor apoyo internacional que el APRA, aunque en ningún caso hay puertas cerradas.

Bedoya Reyes y el PPC pasan por un periodo difícil, tras tos resultados electorales. En tos primeros meses casi no hablaban en la Asamblea, quizás porque su bancada resulta más difícil de controlar, y apenas tenían juego. EI silencio es un arma necesaria cuando -en tiempos de represión, como el mes de agosto de 1978- el gobierno aplica más o menos las mismas medidas por las que optaría un Bedoya que carece de cuadros e impacto en el medio sindical. Calla ante las movilizaciones y la represión de las masas porque en esta coyuntura teme promover su desarrollo, y más bien apura la convivencia transitoria para que el proceso político sea gradual y en dirección burguesa. Mas aún, a pesar de su

279

radicalismo antimilitar -y de haberle enrostrado al APRA su docilidad con los militares, durante la campaña--, será en esa coyuntura dócil complemento para que el APRA concrete con el gobierno la aceptación de los límites puestos a la Asamblea Constituyente. Luego de hablar de "separación de cuerpos" con el APRA, cuando tiene largo tiempo sin juego propio, se ofrecerá "patriotero" a aprovechar la tensión con Chile para insinuar una postergación electoral que a todos convenía, salvo al APRA, en esa coyuntura.

La estrategia seguida por Bedoya en la campaña electoral de 1978 Io ha distanciado de buena parte de la Fuerza Armada y aunque los empresarios mas privatistas puedan verlo como su mas orgánica expresión, a la larga deberán jugar a ganador. Saben también -como muchos han observado- que en esta ocasión ha salido a luz en Bedoya un político punzante, con habilidad para la maniobra, pero cuyo juego queda al descubierto dejando una imagen de oportunista y sin aureola de estadista. Ha mostrado falta de talla que un Belaúnde sabría reemplazar, con más pose que contenido.

El juego de Acción Popular está en ofrecer un ataque paralelo al gobierno y al APRA, aunque también en menor medida –sólo implícitamente al PPC, sin dejar de dialogar con los tres. Aparece con el mismo mensaje gaseoso de hace 15 años pero ubicado en la platea, sin el desgaste generado por la convivencia Constituyente en este período de transición. Reconstruye su siempre caótica estructura partidaria, con mayor acceso a sectores populares que Bedoya, y desarrolla dentro del campo burgués la prédica antiaprista tradicional, que puede sacar a relucir en Oiga tos antiguos pactos del aprismo, dado que éste es percibido en la coyuntura como d6cil aliado del gobierno. Tiene en so contra haber sido el Presidente derrocado por esta generación militar; su elección sería históricamente un enrostramiento del fracaso de esta Fuerza Armada en el poder durante mas de una década. Esto permite incluso recordar la vieja tesis del veto, que tos actores deberán sopesar, aunque formalmente sea negada tal posibilidad.

Se observa en el periodo que Acción Popular y el PPC tienen con el gobierno una relación más distante y tensa que el APRA. Ambos has mostrado su disposición a pactar, entre sí y con el APRA, pero con grandes dificultades. Ofrecen más o menos lo mismo, sin alternativas al crítico presente y recurriendo a lo que eran pace 15 años, sin mayor creatividad.

280

En perspectiva, aunque se muestren más distantes de la cúpula militar, el PPC y Acción Popular -juntos o separados- constituyen una carta alternativa cuyo desarrollo supone concertar en el corto plazo términos de acuerdo o apoyo con algunos sectores castrenses. De no lograrlo tendrán dificultades, aun en el caso de ser favorecidos por la votación en las previstas elecciones. Ofrecen menores condiciones de estabilidad, tanto por sus estructuras partidarias -sólo coyunturalmente remozadas- como por carecer de aparatos sindicales que enfrenten a la izquierda en este terreno. En este campo su alternativa reside en gobernar desde la cúpula, recurriendo a la represión directa más que a la competencia sindical; en este aspecto el aprismo -reeditando su pasado sindical y una experiencia tan cercana como la del MLR podría lograr mayor eficiencia coyuntural, combinando el ejercicio de la represi6n desde el Estado con la acción de sus aparatos sindicales y partidarios de larga tradici6n "bufalesca".

Una dictadura civil-militar, encabezada por alguien tipo Belaúnde o Bedoya que termine gobernando al estilo de un Bordaberry o con una nueva figura castrense que se imponga, constituye en la perspectiva una alternativa que no puede ser descartada, aunque su concreción encuentre dificultades. Incluso la alternativa de golpe castrense ha estado presente en este período como posibilidad, apareciendo más factible en momentos de tensión política o castrense -interna y externa- o de aislamiento. En su favor se anota la perspectiva económica -en la que algunos creen- en base a la cual piensan que luego de "tocar fondo" en la economía, sobrevendrá una bonanza coyuntural (y hay alzas en el precio del cobre, así como significativos avances petroleros) que haría replantear la transferencia procurando que Ios militares dejen el gobierno con otra imagen, en la que incluso caben supuestas posturas reformistas

Se ha llamado a esto "la Tercera Fase", pero el gobierno ha desmentido tal posibilidad. Esta lógica -simplista, pero no descartable- llevaría a "la historia

del

huevo y la gallina", dentro de la cual los militares nunca dejarían de gobernar, por propia voluntad.

Ocurre que los militares, pueden no actuar solos en esta perspectiva. A quellos que a esta apuesten podrían contar con el apoyo de parte del empresariado, que tiene más miedo al pueblo "suelto" y al APRA "concesiva" y populista que a una cúpula militar que ya dejo muy atrás cualquier pretensión de cambio social. Pero en ese caso, que implicaría menor margen de autonomía para el gobierno y la tecnocracia,

281

difícilmente

podrá

tentarse

la

concreción

de

concesiones

y

reformas

sin

desestabilizar su propio proyecto ale alianza. Tendría en su contra el contexto internacional y la acción de la izquierda en la escena, además del enfrentamiento al APRA y sus aliados castrenses y políticos... salvo que en este ultimo caso, el trauma actual que provoca a sus líderes la enfermedad de Haya, los induzca a ser, otra vez aliados "de segunda", con lo cual so desprestigio seria irremediable.

Es que en este campo de los defensores del orden burgués, se expresa el reflejo de la crisis del capitalismo periférico, subordinado a las transnaciona les, que no puede ofrecer al pueblo algo distinto al curso político actual. Todo el juego de alternativas económicas y sociales carece de respuestas, no sólo ante la recurrencia de la crisis económica sino ante cualquier perspectiva de desarrollo nacional. Incentivar una industria de exportación pare ofrecer más ganancias a un puñado de empresarios nativos de poco vuelo, aunque se haya mostrado que como modelo es inviable 3 7 4 ; mantener una industria dependiente y que no produce lo que la mayoría necesita, ni genera empleos en función al esfuerzo puesto en ella; aumentar incentivos para que venga más capital transnacional -cuya reticencia no se supera sólo con mas incentivos, pues hay ventajas comparativas de por medio en otras latitudes- es todo lo que enuncian sus proyectos económicos pare la industrialización, enarbolada como panacea que soluciona todos los problemas. Ninguna de estas fuerzas ofrece siquiera reformas en lo que a los aspectos sociales sustantivos se refiere. El APRA ofrece conciliar, negociar lo concreto; repite planteamientos de los años 30 ya superados por el proceso político, aunque su pasado demuestre que nunca intento aplicarlos. Acción

popular y

el PPC levantan

las

banderas del "reformismo

democrático" -más bien liberal o privatista - de los años 60, cuando se oponían con debilidad a los sectores oligárquicos. Hoy la realidad es distinta, ha cambiado bastante de lo que enmarcaba esa década y como también el velasquismo afectó a estos partidos, sólo pueden encuadrarse en el desmontaje de reformas previamente agotadas. Son profundamente reaccionarios, en el sentido literal del término.

374

L a via b il i da d n o s e m id e e n d iv i s a s , co s a q ue ta m bi én n os ha n m os tr ad o nuestra historia d e p aís expo r tad or ... me no s aú n s i pa ra o b te ne r la s ha y qu e im po r tar m ás y m ás in s um o s y b ie ne s de ca pi ta l , a la p ar qu e so i n ce n ti ve u na e s tru c tu ra p ro du c ti va de s vi n cu l ad a de l as ne ce s id ad e s p op ul ar e s . L a via bi l id ad se v i n cu la co n la s n e c e s id ad e s re al e s de l a po bl ac i ón e n cu an to a em pl eo y al i me n to s, ve sti do s y o tr o s b ie ne s es en c ia l e s .Pu e de n m os tr a r se en ga ño sa s c i fra s de in c re me n to d e d iv i s a s… qu e lu eg o se v an en fug a -l eg al e i le ga l de ca pi ta le s s in q ue e ll o so lu c i on e e n p er sp e c ti va la ten de n ci a c íc l i ca a l a cr i s i s e co nó m i ca y po l íti ca .

282

Estas fuerzas del campo burgués expresan una realidad presente en la mayor parte del Continente, desde más de una década atrás. Surge por agotamiento ideológico del capitalismo periférico, por la frustración de antiguos desarrollismos, por la incapacidad de formular mensajes que ofrezcan algo en positivo, capaz de arrastrar masas. En el caso peruano, adicionalmente, hay que considerar que estas posiciones vienen a set reacción a la más avanzada expresión del reformismo de la época y resultado de articular en el plano político los intereses de una burguesía nativa débil y heterogénea, signada por el rumbo de su asociación con el capital transnacional.

Sin embargo, esta falta de un proyecto ideológico en positivo no significa que carezcan de oportunidades coyunturales de obtener votos en una esce na electoral marcada por once anos de gobierno castrense y por una población electoral dispersa, aún manejable mediante ofertas locales y regionales, sometida al impacto de sus sólidos aparatos de comunicación de masas. La izquierda y el movimiento popular han avanzado en ella y son mayores sus niveles de conciencia política, pero quedan aún grandes espacios dentro de los cuales, con la asimetría del poder que hoy se ejerce -también en lo electoral, las fuerzas del campo burgués aún tienen importante margen de juego.

Estas fuerzas del campo burgués, vacías de una ideología que ofrezca un proyecto alternativo a la pauperización actual, no por ello carecen de armas ideológicas... y de las otras. En todo el continente puede observarse cómo ante la incapacidad de convencer en positivo, se utiliza el anatema. El anticomunismo en sus expresiones más grotescas se ha convertido en uno de los bra zos justificadores más empleados en la dominación actual. Y estas fuerzas lo utilizan, al igual que el gobierno actual, como complemento básico de la represión. Los esfuerzos de los partidos caen en campo abonado por la prensa y el sistema educativo, a pesar de que en estos niveles se produjeron cambios contradictorios en la "Primera Fase". Altos con mayor coherencia, luego del desmontaje de las reformas, toda alternativa al orden burgués es anatematizada por la prensa, la radio, la televisión y el sistema educativo: Se simplifica, como siempre, utilizando experiencias de otras realidades históricas y sacándolas de su contexto; identificando como no nacional todo

lo que afecte al

capitalismo, come, si este fuera "Made in Perú"; confundiendo en un sólo saco las diversas alternativas socialistas que existen, llegando a afirmaciones tan burdas como, aquellas que identifican a la "Primera Fase" con "el comunismo

283

internacional", y que culpan a la

izquierda y a Ios sindicatos de haber "causa do" la crisis económica en esa época en "que estuvieron en el poder".

En la noche misma de las elecciones del 18 de junio, escuchábamos por la televisión a jóvenes dirigentes apristas referirse en tales términos a la votación de la izquierda -culpando a la "Primera Fase" y señalando el peligro comunista creado por ésta- que debemos suponer que en ese momento la veían ya como, su enemigo principal, incluso aquellos que -al menos por edad- podían compartir el mensaje de "izquierda democrática" lanzado por su partido. El APRA, Acción Popular y el PPC desarrollan la ideología del macartismo dentro de todo el sistema que la potencia en la coyuntura. Sin embargo, este instrumental es incompleto, para el largo plazo, más aún si llegan a ser gobierno.

En efecto, una alianza del APRA con la cúpula militar y la tecnocracia, o una dictadura militar-tecnocrática -con o sin interregnos de un débil Presidente civil, o incluso con cabeza civil pero con recurrencia a un aparato militar sustantivo- tienen muchos más aspectos en común que diferencias. No es sólo su defensa del orden burgués, donde caben matices correspondientes a la heterogeneidad de fracciones y sectores, lo que Ios une. Es también el hecho de que con "democracia restringida" o "dictadura militar tecnocrática" surge en perspectiva una necesidad de exclusión, que supone represión. A la izquierda y al movimiento popular no se le combate hoy en America Latina con palabras y con ideas, más aún cuando estas últimas escasean. Se le enfrenta con represión desde el Estado y desde sus aparatos militares. Y mediante las maquinarias "bufalescas" de un partido come, el APRA, que ya en este tiempo transitorio jugaron algún rol, incluso en la Asamblea Constituyente. Se le regula con "Estados de Emergencia" y con operativos militarpoliciales.

En orden se recubre con los macartismos y las simplificaciones ideológicas ya referidas. Porque sólo creando miedo contra un “monstruo de siete cabezas” – mitología por simplificación y engaño –puede encubrirse un sistema de dominación que reprime, viola derechos humanos fundamentales y toma más inhumanas las condiciones de vida de las grandes mayorías. En nuestro caso estos partidos del campo burgués necesitan que se desarrolle al máximo esta ideologización, porque sólo así recubrirán su falta a las aspiraciones de cambio que la experiencia de esta década ha incentivado en amplios sectores medios y populares, incluyendo parte significativa de la burocracia y – a pesar de su cúpula actual de su normatividad – la Fuerza Armada.

284

En este oncenio

de gobierno castrense, amplios sectores populares y medios han

madurado en sus aspiraciones de cambio. EI pueblos aspira a una democratización real, que fácilmente podrá distinguirse de las formalidades de la democracia burguesa que en America Latina ha pasado a ser en forma evidente una verdadera dictadura contra el pueblo, no por la simple existencia de tiranos sanguinarios sino por las necesidades objetivas del capitalismo periférico, por sus cada vez más escasos márgenes de concesión. La cuestión de la democracia se presenta hoy en nuestros países como, algo subversivo, en tanto sus postulados requieren aquí la superación del capitalismo, bajo cualquiera de las formulaciones que en esta sociedad puedan hacerse del socialismo. En nuestro medio se procura identificar socialismo con totalitarismo o dictadura, y capitalismo con democracia. Lo primero corresponde a otras realidades históricas, cuya imagen se importa sacándola del contexto mismo de cada experiencia nacional. Lo segundo contradice la experiencia vivida por el pueblo -en forma cada vez más consciente por amplios sectoresporque hoy el capitalismo exige en casi toda America Latina la recurrencia sistemática a la dictadura, además de la pauperización creciente que nunca se supero en los uses de la periferia.

La incapacidad de la burguesía de construir un

proyecto nacional en el Perú, ya

visualizada por Mariátegui en tos años 30, resulta una realidad palpable en esta época transnacional. El carácter periférico --necesariamente dependiente- del capitalismo introduce límites y contradicciones que impiden al campo burgués concretar modelos políticos tipo europeo o norteamericano en nuestros pueblos. Todo esto está presente en la crisis del Estado burgués de boy y puede debatirse con cifras y hechos irrefutables: ha dejado de set simple opción doctrinaria. Por todo esto el periodo analizado presenta tantas contradicciones que, sin quitar responsabilidad a Ios actores, fuerzan a elevar el nivel de análisis más allá

de las circunstancias y de Ios actores que en la escena aparecen en

torno al poder.

En este período la renegociación de las alianzas exige también el diseño de una nueva institucionalidad constitucional, que no es el eje pero sí será expresión de los reacomodos de las fuerzas en pugna. Será aprobada otra Constitución destinada a ser violada. El proyecto de Carta Constitucional que hoy se discute no se diferencia en sustancia del texto, nunca cumplido, de la carta de 1933 salvo en inclusión del voto del analfabeto, aun no aprobada. Su

elaboración y la oferta de un cronograma de salida ha permitido a un régimen

deteriorado encabezar la renegociación dentro del campo burgués y continuar administrando

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la crisis económica en contra de las necesidades básicas de la población, hoy en medio de una miseria alarmante que cuestiona por si misma este desorden establecido en beneficio de las minorías.

En los días previos al inicio del debate del proyecto constitucional, casi concluida la etapa de comisiones, gran parte de la izquierda parece unirse a la extrema derecha para - con el mecanismo de la doble vuelta- impedir el acceso del APRA al gobierno. ¿Es que se cree que

un Bedoya

gobernará con menos margen de represión?,¿es que se olvida que

cualquiera de estos en el orden terminará pactando con el APRA y aliado con la cúpula militar?, ¿o es que se piensa que debe ser conservado el mito aprista? Más aún, una norma de este tipo puede dificultar la acumulación de fuerzas que la izquierda requiere, porque sólo en la utopia la doble vuelta reemplazará al golpe militar... En nuestro medio puede ser más bien su mejor complemento, para que ante esta amenaza las fuerzas del campo burgués se reunifiquen en la segunda vuelta, luego de que cada uno probó suerte y fuerza. Y afirmar esto no es creer a pie juntillas en la aparente igualdad de oportunidades electorales -para la izquierda- , ni pensar que el APRA es el mal menor. Lo planteamos como elemento para el análisis. Aparecen serios límites en el juego político actual, pero para esta izquierda puede ser muy seria la imagen de u n p a c t o con la extrema derecha con fines supuestamente tácticos, que coyunturalmente usará el APRA en su combate por tos votos populares. En el campo popular la perspectiva supone una lucha en todos los planos, una conquista del consenso mayoritario; y en las normas constitucionales apenas puede obtenerse un espacio de denuncia y de señalamiento de contradicciones, estableciendo acuerdos sólo en aquellos aspectos en los que se garantice meridianamente un espacio democratizante.

En la perspectiva de una "democracia restringida" o una "dictadura tecnocrática", civilmilitar o militar-civil, el curso del proceso ofrece aun interrogantes --que incluso han cuestionado las elecciones mismas- dentro de las cuales los actores, con el amplio campo de sus aciertos y errores, conducirán las fuerzas presentes en la escena.

Los elementos anotados en estas observaciones pueden contribuir al análisis de las perspectivas que se ofrecen pare construir el futuro. La "Segunda Fase" del gobierno de la Fuerza Armada no ha concluido, pero su derrotero se define en los parámetros anotados. Tras el abandono del proyecto Velasquista, se ha orientado el gobierno hacia su único y fundamental interlocutor: tos empresarios - nativos y foráneos- y, por consiguiente, los

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partidos de este campo. Pero en su derrotero de administrador de la crisis, ha pesado el proceso de recomposición del Estado y la clase dominante que enmarca esta década. Por consiguiente, lo que hoy se negocia no es una transferencia de poder sino el reacomodo dentro del mismo; y como la crisis ha hecho aflorar la existencia de profundas grietas en el sistema, se intenta rediseñar el régimen político, sus reglas y sus bases de consenso. Costará obtener "unidad de mando" en el propio campo burgués, a pesar de lo ya avanzado, y aunque se alcance a concretar un proyecto político que capte masas en

su

apoyo, los límites de esa forma de dominación están presentes en la perspectiva.

La izquierda y el movimiento popular constituyen hoy parte del sistema político, a pesar de la recurrente represión y de una correlación de fuerzas desfavorable. A partir de las experiencias obtenidas en este período, queda un largo trecho pare acumular fuerzas y constituirse en alternativa de poder. Ningún salto es mecánico, ni en los hechos estarán ausentes los límites, los errores y los aciertos de sus conductores. Sin embargo, hay un elemento que sin triunfalismo alguno puede incentivar el optimismo en estos ultimo años tos actores de la base, el pueblos de carne y hueso, han mostrado un nivel de iniciativa y lucidez mucho mayor que en el pasado. Es el propio pueblos el que se pone de pie, y ante ello cabe confiar en su potencialidad creadora de una nueva etapa histórica.

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