Las 100 mejores partidas de Spassky
 9788428603898, 8428603898

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Los momentos culminantes de un Campeón Mundial de Ajedrez

En 1969, Boris Spassky, el Gran Maestro Ruso, derrotó a Tigran Petrosian y se coronó Cam­ peón del

Mundo,

vengando así

la estrecha

derrota sufrida tres años antes. Como el actual Campeón del Mundo Bobby Fischer, Spassky posee un soberbio juego de ataque y es consi­ derado como uno de los más sobresalientes Grandes Maestros de todos los tiempos.

Los veinte años de lucha que le llevaron a la cumbre están magníficamente representados en esta colección de sus 100 mejores partidas, comenzando con su victoria en 1949 en el Cam­ peonato Juvenil de Leningrado cuando Spassky tenía once años y terminando con las partidas que le proclamaron Campeón del Mundo.

Este libro contiene, además, una fascinante se­ lección de jugadas victoriosas con sus corres­ pondientes análisis. Leonard Barden, ex cam­ peón británico y que ha conocido a Spassky durante los últimos diez años, contribuye tam­ bién con un largo y perspicaz prólogo en el que pinta un retrato tanto del hombre como del jugador.

BERNARD CAFFERTY es un destacado juga­

dor

internacional británico.

Además de esta

obra, ha traducido el clásico Pensemos como un gran maestro, de Alexander Kotov y publicado Las mejores partidas de Botvinnik.

LAS

100 MEJORES PARTIDAS DE

SPASSKY

Título original: SPASSKY's 100 BEsT GAMES

Edición original: B. T. BATSFORD LTD., LONDRES THE MACMILLAN COMPANY, NUEVA YORK

l,a

ed., 1972;

2.a

ed., 1973

Traducción GREGORIO VLASTELICA

Cubierta GRACIA j PERCEVAL

BERNARD CAFFERTY

LAS CIEN

MEJORES PARTIDAS

DE SPASSKY

Introducción de LEONARD BARDEN

EDITORIAL POMAIR.E Santiago de Chile 1 Buenos Aires México 1 Barcelona

e 1972 by The Chess Player ISBN: 0-7134-0275-6 (Gran Bretafí.a)

e

1973 by Editorial Pomaire, S. A.

Avda. Infanta Carlota, 100 1 Barcelona - 15 1 Espafí.a ISBN: 84-286-0389-8 Depósito Legal: B.30.017-1973 Printed in Spain Compuesto por EMEG� Londres, 98 y E. Granados, 91 1 Barcelona-U Impreso por Gráfi�s M. Parej a Montafia¡ 16 1 Barcelona-13

INDICE

Agradecimientos

9

Introducción de Leonard Narden

11

1 949-57

Perfeccionamiento continuo ( partidas ·1-24 )

37

1 958-6 1

Fracaso y éxito ( partidas 25-44)

97

1 962-65

Camino de regreso (partidas 45-7 1 )

151

1 966-69

La segunda vez ( partidas 72-8 8 )

22 1

1 969-70

Digno campeón ( partidas 89-98 )

275

Sucesos rec ientes ( partidas 99- 1 00)

299

1 971

¡Descubra la continuación vencedora!

307

Soluciones

313

Historial de juego ie Spassky

317

lndice

de adversarbs

321

lndice

de aperturas

323

AGRA D E C I M I E N T O S

El autor desea expresar su reconocimiento a R.G. Wade y D.T. Fairbank, bibliotecario del Club de Ajedrez de Bir­ mingham, por permitirle el acceso a fuentes de informa­ ción que su biblioteca personal no incluía. También desea hacer llegar sus agradecimientos a los señores A.J. Gillam, R.D. Keene y D.N.L. Levy por su ayuda y consejo. Debe mencionar en particular a J.M. Ripley, quien fue el primero en sugerir que el autor debería hacerse cargo de la tarea de proporcionar al público de habla inglesa, aficionado al ajedrez, un registro actualizado de la carrera del campeón mundial.

I N TRO D UC C I O N

de LEONARD BARDEN

Boris Spassky ha tenido una carrera ajedrecística curiosamente irregular para un campeón mundial. Niño prodigio, campeón ju­ venil del mundo y el más joven jugador ( a los 18 años) clasificado para el Interzonal. (Más tarde, Fischer bajó el récord a 14 años ). Spassky era el príncipe heredero del ajedrez internacional antes de cumplir veinte años. Después vinieron años de d�silusiones, conflictos con su entrenador y con los círculos ofiCiales del aje­ drez, y el divorcio, antes de que una segunda oleada condujera a Boris a la cima en 1 969. Mientras este libro se encuentra en prensa, la falta de convicción en el juego de Spassky parece haber vuelto, en vista del desafío de Hobby Fischer.t Estos altibajos en su carrera ilustran una paradoja personal que el mismo Spassky percibe. El más atractivo campeón desde Capablanca, con una merecida fama de persona amistosa, afable y desprejuiciada, se siente también más inclinado a dudar de sí mismo que cualquier otro campeón desde Morphy, y está más comprometido con los aspectos psicológicos del ajedrez que cuall. La edición origina: de este libro apareció en Inglaterra en junio de 1972. Todos saben cuál fue el resultado del Campeonato Mundial disputado en Reykjavik en julio de 1972. El aficionado puede encontrar las jugadas de este histórico torneo en la obra Fischer cmrtra Spassky, anotadas por el Gran Maestro Internacional Svetozar Gligoric (Ed. Pomaire, 1972). (N. del E.).

11

quier otro de los que han obtenido el título nundial, con la po­ sible excepción de Emanuel Lasker. Las primeras impresiones que se reciben de Spassky nos mues­ tran un ser encantador, atractivo y relajado que acepta a los desconocidos sin dificultades. Boris es poco c:remonioso, le gus­ ta conversar, hacer amistades y visitar países lesconocidos. Mide 1,78 m y tiene el físico atlético del que pracica el salto alto y juega al vóleibol, aunque recién ahora empiezl a acusar los pri­ meros síntomas de cierto engrosamiento que rae consigo la ma­ durez. La cara es atractiva; en ella se destacan tn par de reflexivos ojos verdes y cabello castaño, impecablemené peinado. Ultima­ mente se lo ha dejado crecer y lo acompaña un par de pulcras patillas. Su voz es profunda, más masculina �.ue musical. Fum3 generalmente dos cigarrillos en una hora, oeasionalmente mu­ chos más. Una vez le pregunté qué consejo le daría a un joven jugador que quisiera llegar a. ser maestro de ajedrez. Levantó sus manos con fingido horror y me dijo: «No, por favor, esa pregunta no. Capablanca dio un consej o muy bueno: estu sobre 15. Spassky ganó la partida que se realizó entre ellos con un Gambito de Rey, con lo cual impuso su supe­ rioridad en este duelo personal contra quien sería más tarde su retador, y que para comienzos de 1972 había extendido a 4-1.

24

El

camino hacia el título: «Es terrible .»

A partir de fines de 1961, la curva de la carrera de Spassky inicia una nueva ascensión. En Baku, ganó el título nacional por pri­ mera vez, consiguiendo defenderse contra el desafío de Polugaevsky en las partidas finales, por medio punto. Bondarevsky era en esa época su entrenador principal, pero también, entre los dos cam­ peonatos de 1 961, se entrenó durante algunos meses con Klarnan, el maestro de Leningrado, con objeto de «aguzar mi estilo». Bo­ ris me dijo durante la Olimpíada de Varna, en 1 962, comentando su partida con Lothar Schrnid: «Klarnan es un jugador original y atrevido; me enseñó mucho sobre complicados ataques de sa­ crificio contra el rey. Este incisivo estilo que elegí para jugar con­ tra Schrnid es tal vez un reflejo de su enseñanza». Evidentemente, a pesar de su rompimiento Boris siente aún nostalgia de sus días con Tolush. En 1970, David Levy preguntó a Boris ( la entrevista completa apareció en Siegen Chess Olimpiad, por Keene y Levy) qué pensa­ ba acerca del sistema de clasificación para el campeonato mun­ dial. Boris, corno Bobby Fischer, deja entrever cierta amargura cuando habla del terna: «Creo que es necesario cambiarlo. Obliga al aspir ante a gastar mucha energía nerviosa y esto es muy duro. Lo sé porque he participado en los torneos de calificación duran­ te seis años y es horrible. Cuando el aspirante llega por fin a la competición por el título se encuentra perdido, porque ya ha uti­ lizado su s ideas y se siente completamente vacío». El l argo camino de Boris comenzó con un modesto segundo lugar en la semifinal de Kharkov en el Campeonato de la U.R.S.S. de 1963 . En la final del campeonato, se clasificaron seis jugadores para un torneo zonal especial (junto con Korchnoy, que estuvo enfermo durante el campeonato). Boris compartió el primer lugar y en el d esempate para el título quedó en el segundo lugar, des­ pués de Stein. El zonal de doble ronda, en el que se clasificaban tres de los siete jugadores para el Interzonal de 1964 , fue una lucha d e se sperada , con dos puntos por cada jugador en las finales. 1958 y 1961 traen dolorosos recuerdos para Spassky: «Partí muy mal. Comencé a pensar que me había llegado el fin, pero Bondarevsky me ayudó. Fueron tiempos difíciles para ambos». 25

Un esfuerzo final le permitió lograr la calificación e incluso ganar el torneo, ayudado por la débil resistencia que opuso Korch­ noy en su última partida. El Interzonal de Amsterdam lo dejó con los nervios destrozados. Boris se perjudicó con un comienzo len­ to de 4 entre 7, que su peculiar sentido del humor, describe como «otro tipo de enfermedad» distinto de su antigua costumbre de derrumbarse al final. «Es probable que tenga origen psicológico, porque mis emociones se desarrollan en forma lenta. Se demo­ ran en aparecer, pero después se hacen cada vez más fuertes.» Las rondas finales fueron muy tensas, con los cinco grandes maes­ tros soviéticos luchando entre ellos, ya que sólo tres se podían clasificar. Yo me encontraba en Amsterdam en ese momento y re­ cuerdo cómo Bronstein, durante la partida con Quiñones del Perú, se paseaba nerviosamente por la sala, contándole a quién quisiera escucharle su encuentro con Cardoso en Portoroz, en 1 958. Smys­ lov, que había aplazado la partida contra otro finalista, Vranesic de Canadá, se veía más nervioso y agitado de lo que nunca lo he visto mientras intercambiaba variantes con su entrenador Polu­ gaevsky. En esas situaciones, Boris logra dar a su rostro una expresión totalmente impenetrable, hasta el punto que Bobby Fischer co­ mentó una vez que «Spassky se sienta frente el tablero con la misma falta de expresividad para dar un mate o para recibirlo». Pregunté a Boris si era realmente tan tranquilo como parecía. «En realidad, me siento muy nervioso durante una partida, como si algo estuviera a punto de estallar, pero si cometo un error, trato de controlarme y mantenerme tranquilo y en silencio, bus­ cando la mejor manera de salir del aprieto. Es probable que cuando juego ajedrez parezca imperturbable, pero se trata más bien de una máscara utilizada para la ocasión. Cuando me veo es­ pecialmente tranquilo, quiere decir que estoy sintiéndome par­ ticularmente nervioso.» Necesitó la máscara cuando en la segunda sesión, Larsen lo derrotó: «Decidí que todo había terminado para mí, porque no sabía que Stein no le había ganado a Quiñones». Incluso en una entrevista, efectuada en 197 1 , Boris describió el torneo de Amster­ dam como el más difícil de su vida. Hasta 1965, Spassky no había participado nunca en una com­ petición. En las partidas del Torneo de Candidatos, le fue difícil adaptarse al ritmo de encuentros personales que exigía, y le sor­ prendió descubrir, cuando jugó con Keres, que ya estaba cansado 26

después de siete u ocho partidas. La competición con Keres re­ sultó ser una enconada lucha que comenzó y terminó con un clímax táctico. Típicamente, Spassky describió la primera partida, que perdió, como la que le había producido la mayor satisfacción. «Hice un sacrificio muy acertado, pero cometí un error y me des­ trozaron. En vez de T3T, PSD habría tenido más fuerza.» Keres duró poco tiempo a la cabeza, porque Spassky haciendo la jugada de Zak 4. ASC en la Defensa Nimzoindia, igualó el pun­ taje a la tercera partida, y luego ganó dos seguidas con la Ruy López, favorita de su adversario. Keres luchó consiguiendo el pun­ taje 4-5 cuando le faltaba una sola partida, luego se perdió en un laberinto de complicaciones en la partida final. El impresionante juego que Spassky desplegara contra Keres lo convirtió en el favorito para derrotar a Geller en la semifinal, y se le reconoció el valor total por su pttn.taje vencedor S'/2·2'¡.. Mientras tanto, Tal que había derrotado a Portisch y Larsen en la otra mitad del sorteo, aseguraba una competición final que era esperada con ansia por el público aficionado al ajedrez. Tal, aque­ jado de una enfermedad a los riñones, no era exactamente el mis­ mo jugador que había ganado espectacularmente el título mun­ dial en 1960. Pero parecía una contienda muy abierta e interesante. Boris se había preparado en forma seria y completa. En vista de su tendencia a tener malos comienzos, nc siguió el consejo de Botvinnik de descansar durante la semana anterior al encuentro y se enfrentó en forma intensiva haciendo demostraciones a la ciega contra maestros y candidatos. Le hubiese gu.stado llevar a cabo partidas abiertas contra Tal, pero decidió que era necesario usar tácticas de espera: «tablas, tablas y más tablas, reservando mi empuje final para el término de la partida cuado yo empe­ zaba a fortalecerme y Tal a debilitarse». Spassky sorprendió a su adversario, y al mundo del ajedrez, jugando la Marshall contra la Ruy López en tres de sus partidas con Tal. Este último no logró hacer progresos con las blancas contra ella, lo que resultó ser un factor decisivo en la competi­ ción. Dijo Boris: «Creo que la Marshall es muy buena para conse­ guir tablas, que era por supuesto todo lo que yo quería obtener con las. negras. Después de esta competición, Bondarevsky y yo pensamos que debíamos erigir una estatua a Frank Marshall, un jugador muy simpático». La táctica de Boris obtuvo un éxito bri­ llante y, después de una serie de cinco empates sucesivos, en la 27

mitad de la competición, los nervios de Tal sufrieron un quebran­ tamiento en las últimas etapas de la novena partida. Spassky ganó los tres últimos encuentros.

Las garras del tigre Cuando conversé con Boris en Hastings, tres meses antes de la competición por el título mundial de 1966, se podía advertir una marejada de creciente ansiedad en sus pensamientos. Citó un co­ mentario de Tal en el sentido de que Petrosian era un jugador muy cuidadoso, no pasivo sino ligeramente cobarde. «Yo s oy siete años más joven. Mi ventaja está en la quinta hora de juego. Tengo que pensar cómo organizar las partidas de tal manera que el clímax tenga lugar hacia el final de la sesión.» En 1966, existía la esperanza generalizada de que la habilidad de Spassky para com­ batir la Caro-Kann l. P4R, P3Ad, favorita de Petrosian, sería una de las claves técnicas de la competición; ofrecí a B o ris un ar­ chivo de todas las variantes conocidas de la Caro-Kann para que se lo llevara a Moscú. Me lo agradeció y dijo que tenía la impre­ sión de que la defensa ante l. P4R era la principal debilidad de Petrosian, en la apertura. «Creo que sería imprudente que jugara la Caro-Kann en la competición; sin embargo, él cree en ella y esa es mi oportunidad. Me siento muy cómodo en aperturas como la Caro-Kann o la Defensa Francesa. No parecen solucionar los problemas de las negras en el centro. Puede que me equivoque, por supuesto. Probablemente, la mejor posibilidad de Petrosian sea enfrentar l. P4R con l. ... , P4R porque en la Ruy López las negras tienen buenas posibilidades de igualar. Pero dudo que Pe­ trosian juegue l. , P4R, porque hacerlo equivaldría para él a una especie de derrota psicológica.» Los pronósticos y esperanzas de Boris comenzaron a fallar des­ de la primera partida en la que Petrosian empleó la Caro-Kann mejorada con una variante del archivo Barden y logró fácilmente unas tablas. Las primeras seis partidas fueron empatadas, y Spas­ sky, en un artículo reciente aparecido en Chess Life and Review, señala la quinta como el punto decisivo de la competición: «Cuan­ do perdí la quinta partida, que daba por ganada, hasta cierto pun­ to perdí la confianza en mí mismo y me encontré con que mi ad­ versario se encontraba preparado para aumentar la suya. No es ninguna coincidencia que después de la 12.• partida llevara la . . .

28

delantera con un margen de dos puntos .. » El juego de Boris en la séptima, que perdió con las blancas, muestra en parte la mis­ ma pérdida de la paciencia que la que experimentó Tal después de una serie de tablas en la novena partida de la competición de 1965. El brillante triunfo de Petrosian en la décima partida no solo mostró que el campeón se encontraba en la plenitud de su capa­ cidad desde que derrotó a Botvinnik en 1963, sino también que Spa ssky empezaba a mostrar una reacción ante la larga serie de encuentros elimjnatorios anteriores al título. Boris se recuperó va­ lientemente en la segunda mitad de la competición. Por fin venció contra la Caro-Kann (en el quinto intento) en la 13.a partida, en una maratón de 91 jugadas. Pero Petrosian echó mano de todos los re­ . cursos para retrasar o impedir sus esfuerzos por igualar el puntaje. Cuando finalmente Spassky abatió en forma convincente la Defensa Francesa de Petrosian en la 1 9.a partida y quedó en 9'/>- 9'/> rea­ lizó también su último esfuerzo. En la 20.a partida, Petrosian pi­ soteó la Defensa Nimzoindia del aspirante asegurando virtual­ mente que el título permanecería en Armenia por otros tres años.

La doma del tigre Antes de la competición de 1 966, le pregunté a Boris cómo se sen­ tiría si perdiera: «Personalmente, no me importaría múcho si pierdo. Si me derrotan en esta competición, todavía me quedan esperanzas de enfrentar a Petrosian de nuevo». Durante los dos años siguientes, los resultados de los torneos en que participó Boris, produjeron la impresión de que estaba economizando sus recursos, listo para un nuevo asalto por el título, en 1969. Su vida persona l también estaba cambiando, esta vez para mejor. Cuando lo entrevisté en Hastings, en 1965-66, me dijo que resultaba di­ fícil organizar su tiempo para prepararse adecuadamente para la competición con Petrosian. «Cuando vivo solo, paso gran parte del tiempo solucionando problemas domésticos. Tengo que lavar mis camisas y preocuparme de mí mismo.» Comenté: «Necesitas una mujer». «Tienes razón», replicó Boris. Y se rió cuando agre­ gué: «¿Sólo para lavarte las camisas?» cNo me gusta este tipo de vida cuando resulta demasiado des­ organizada. La vida de soltero es muy incómoda, pero ahora que me encuentro tan comprometido con la preparación del campeo29

nato mundial no quiero pasar demasiado tiempo con chicas. Sólo lo suficiente para decir: hola y adiós.» Un año después de la competición de 1966, se había casado de nuevo. Su esposa, Larissa, asistió a menudo a la sala del torneo, durante el encuentro con Petrosian en 1969. Al año siguiente Boris decía a David Levy: «No le temo a nada en la vida, excepto mi hijo que tiene tres años. Tal vez se convierta en un bandido o algo por el estilo ... » Fue también un período de éxito en los tor­ neos, aunque a menudo no rendía al máximo. En 1966, logró una estupenda victoria en Santa Mónica, aventajando a Fischer y Pe­ trosian, con el estilo típico que le proporcionaba los mejores re­ sultados: un porcentaje equilibrado de tablas, triunfos en l as par­ tidas claves y en cantidad suficiente como para demostrar quien era el amo del torneo. Después de otro buen triunfo, a comienzos de 1 967, en Beverwjik, permaneció inactivo durante bastante tiem­ po antes del torneo de Candidatos de 1968, como para que Korch­ noy escribiese: «El resultado de los encuentros de Spassky han demostrado una notoria tendencia descendente en estos últimos años». Boris había considerado el Torneo Conmemorativo de Alekhine y Sochi, en 1967, como encuentros de entrenamiento. Como me había dicho con anterioridad: «A veces me resulta di­ fícil jugar bien contra un amigo íntimo. En Sochi, formaba parte de un cuarteto de bridge con Malich, Damjanovich y Jansa. No pude jugar en serio contra ellos en el torneo y propuse tablas». El Torneo de Candidatos de 1968 mostró rápidamente que Boris había conservado su fuerza desde la serie de 1 965-66 . Derrotó a Geller por la misma cuenta de 5 ' /z - 2'/z que eri su encuentro previo, aunque su éxito fue menos convincente, debido en gran parte a la actitud de Geller quien se obstinó en seguir con el lado negro de la Siciliana Cerrada, que llevó muy mal. El en­ cuentro con Larsen era esperado con gran interés porque el maestro danés había dado a conocer su intención de convertirse en el campeón mundial y muchos lo creyeron. Boris ganó las tres primeras partidas superando a Larsen, tanto en posiciones sen­ cillas como en complicaciones tácticas, y la competición llegó vir­ tualmente a su fin. Fue por esta época que muchos comentaristas empezaron a indicar que el «estilo universal» de Spassky radi­ caba en su fuerza. Fischer podía calcular mejor; Tal, tener más ins­ tinto para los sacrificios; y Korchnoy, poseer un mayor dominio de la defensa, pero Spassky era superior en un sentido general. La competición entre Spassky y Korchnoy, la eliminatoria fi-

30

nal de 1 968, constituyó un impresionante ejemplo de la capacidad de Boris para recuperarse después de una derrota, especialmente si se lo compara con los « nervios de la última rueda» que lo afec­ taban al comienzo de la década de los sesenta. Alcanzó con fa­ cilid ad el puntaje 3'/2 1 '/>, luego estropeó una posición vence­ dora en la sexta partida con una serie de errores. Korchnoy, per­ cibiendo una posibilidad de rehabilitarse, abandonó su habitual Grunfeld cambiándola por una Defensa India de Rey, en la sép­ tima partida. Fue bellamente aniquilado por el vehemente Boris que terminó con un elegante sacrificio de dama. Un hecho notable, que nos muestra la forma incisiva en que se desarrolló la com­ petición Spassky-Korchnoy, es que se dio con mucha más fre­ cuencia el enroque largo que en las otras seis competiciones jun­ tas. «En estos momentos, Sp assky es superior a todos sus con­ temporáneos ... No dudo ni por un segundo que tendremos un nuevo campeón mundial.» dijo Korchnoy después de la competi­ ción - el mismo «experto» que sólo tres meses antes había co­ mentado: «Spassky no está en buena forma». Spassky se preparó para su encuentro con Petrosian en 1969 de una manera más completa que en 1 966, época en que se encon­ traba agotado después de una larga serie de pruebas eliminatorias. A comienzos de 1969, pasó tres meses estudiando las aperturas y las partidas de Petrosian. El equipo que lo secundaba incluía ahora a Nikolai Krogius, profesor de psicología y gran maestro de ajedrez. Boris también se preocupó de su estado físico: una larga carrera a campo traviesa todas las mañanas y ejercicios de yoga eran parte de su programa. Spassky era el favorito de todo el mundo en 1969. Después de una nerviosa derrota en la primera partida ( ¿ Qué pasó con las demostraciones a la ciega contra maestros candidatos? ) taladró las casi llas débiles que rodeaban al rey enrocado, en la cuarta y demostró el juego más elegante de la competición en la quin­ ta. Cuando Petrosian perdió la octava por un grave ·error en la apertura y la novena fue aplazada teniendo Spassky un peón de ventaja, los resultados parecían fluir suavemente a favor del as­ pirante. La fase siguiente de la competición, desde la segunda sesión de la novena partida hastá la 1 7 .a provocó a Spassky la última cri­ sis antes de conseguir el título. Este hecho presenta algunos pro­ blemas interesantes. Spassky demoró una ruptura vencedora en la novena partida y permitió a Petrosian levantar un bloqueo; -

31

perdió la 10.8 y la 1 1 .a dejando que su oponente igualara el puntaje. Luego vino una curiosa serie de tablas en las que Spassky sólo hizo esfuerzos simbólicos para ganar con las blancas en las par­ tidas 13 y 15 contra la defensa Petroff. Krogius afirmó más tar­ . de, en un artículo del B ritish Chess Magazine que Spassky « actuó en forma acertada desde un punto de vista psicológico. Durante ese período, Spassky estaba -utilizando la jerga del box­ " groggy" a causa de los resultados de las partidas 1 1 y 1 2 . Nece­ sitaba tiempo para recuperarse, volver a encontrar la serenidad y comenzar entonces la verdadera lucha final de la competición. Es curioso que Petrosian no lo haya advertido, aparentemente pensaba que Spassky había perdido el control de la situación. Mi impresión es que la única posibilidad de Petrosian era aumentar la presión en las partidas 1 3 y 1 7. En vez de eso, se demoró pen­ sando que, como dice el proverbio, " la manzana caerá por sí misma ". Por esta razón, Petrosian no resistió el nuevo desafío decidiéndose de esta manera la competición.» Resulta interesante comparar estas palabras, de un hombre que estuvo junto a Spassky durante la competición, con la rápida recuperación de Boris después de su revés con Korchnoy y la pron­ ta reacción de Fischer que le permitió eludir la derrota en su en­ cuentro con Petrosian en 1 9 7 1 . Lo notable de las partidas 9 a 1 7 e s justamente e l hecho d e que e l período d e debilidad de Boris fuese relativamente largo: más de un tercio de la competición. La elevada estima que Spassky siente por el juego de Petrosian parece datar de esta época. Dijo a Ray Keene, en una entrevista efectua­ da en Siegen: «Creo que quizás la personalidad más interesante sea la de Petrosian . .. Porque su juego es profundo y tiene ideas muy originales, estratégicas pero por supuesto un poco pragmá­ ticas. Durante la partida, se comporta como un gato simpático. Pero esto es sólo aparente porque �uego se convierte en un tigre». En el tercio final de la competición, el tigre estaba domesticadp. Spassky ganó la partida 17 cuando Petrosian perdió el pie en complicaciones y aumentó su ventaja en la partida 1 9 , con un ful­ minante ataque sobre el flanco del rey. Petrosian revivió breve­ mente para ganar la 20.8, pero después de rechazar una posibili­ dad táctica de complicar perdió la 2 1 .8 quedando nuevamente con dos puntos menos. Había llegado el final. Después de dos tablas sin incidentes notables, la competición terminó 1 2 '/• - 10 '/z a fa­ vor del aspirante. El Dr. Euwe entregó a Boris Spassky la medalla de oro de Campeón Mundial y la corona de laurel del vencedor. 32

Tinie blas en el Olimpo Las primeras entrevistas de Boris después de ganar el campeo­ nato dejaban ver su optimismo. Habló de participar en 100 par­ tidas de torneo al año y de seguir tratando el ajedrez en forma normal. Le dijo a Bertok de Yugoslavia: «No temeré las tablas con j ugadores débiles ni las derrotas ... Mi preparación para los en­ cuentros será mejor y más completa en el futuro». Sin embargo, de hecho, ha jugado menos d � sde que se convir­ tió en el campeón mundial que en sus períodos anteriores. Ha tratado de vencer en los torneos pero sin dominar la especialidad : una característica de su juego, destacada por el cuadrangular de Leiden de 1 970 donde terminó primero, con dos triunfos y diez tablas. Sus años como campeón que prometían convertirse en una época brillante para el ajedrez soviético, a juzgar por el enfoque aventurero que Spassky añadió al título, se han visto eclipsados por el impresionante desafío de Bobby Fischer. En su época, el papel de campeón mundial fue difícil para Petrosian y los resul­ tados de sus encuentros hicieron que fuese fácil para los críticos sugerir que no era realmente el número uno en el mundo. El mismo B oris, anfes de llegar a ser campeón mundial, no contaba con dominar a sus contemporáneos. Aceptaba, en forma realista, su propia pereza como un factor restricitivo. Su respuesta cuando · le pregunté qué esperaba de sí mismo como campeón mundial podría resultar ser un astuto juicio sobre su futuro. «Espero que dentro de tres o cuatro años seré más fuerte que ahora ( eso era en 1 966 ) , pero después decaeré y otro jugador más fuerte tomará mi lugar. El ajedrez es una forma de vida realmente anormal, y para permanecer en la cumbre se necesita una tremenda autodis­ ciplina. Esa es una cualidad con la que hay que haber nacido; yo soy todo lo contrario: muy poco práctico y completamente des­ organizado.» El impresionante triunfo sobre Fischer en Siegen, en 1 970, ha sido el punto más alto de la carrera .de Spassky C; 12. P x C, Ax P + ; 1 3. R2R e! conveniente para las blancas induso después de la mej or réplica de las negras 13 P4D ; 14 D x ? ! , D x D; 15. Ax D, Ax T; 16. C3... ! ); 12. P x A, C x PA; 1 3 . D3D, C > A; 14. D x C, .

.

• . .,

• • .,

D4T + ; 15. RlD, D x PC; 16. D x T, D6D + con un contraataque for­ midable que vale por lo menos unas tablas . De hecho, las blan­ cas harían bien en rebatir 10 . . . . , C x P con el tranquilo 1 1 . C2R. Una vez que las negras han per­ dido esta oportunidad, su posi­ ción se deteriora rápidamente. 1 1. 12.

C2R 0-0

CxP C2D ?

Deben jugar 12 . . . . , C3AR para ex­ cluir la poderosa réplica de las blancas. 1 3.

A4R

Ya se hace evidente que las ne­ gras han perdido la primera ba­ talla. Todavía no han puesto a salvo al rey, el PD se halla ex­ puesto al ataque por la columna abierta y sus piezas no se en­ cuentran protegidas. En contraste, las blancas no tienen puntos débiles en su po­ sición 1 3.

AxC

Tratando de liberarse de la car­ ga. 13 . . . . , C x C; 14. C x C, A x C; 15. A x A, A x P ( de lo contrario pierden un peón sin ninguna compensación ); 16. TIC, TlCD ; 17. T x A, T x A; 18. D x P tampoco es mejor, ya que después de 18. . .. , T3C ( 18. . .. , D2R; 19. D6AD, T3C; 20. D8T + y 2 1 . D x P); 19. 49

l

E

lAS 100 MEJOR S PARTID& DE SPASSKY

DSD de todas maneras no puede enrocar a causa de la clavada mortal 20. TlD.

14.

AxC !

, D R ; 2 1 . D x C (21 . D xPT, P3A; 22. C'A también lleva a un triunfo fár.il.) 21. . . , T x D; 22. C 6A + , R1':'; 23. C x D, T x T; 24. A x P + , P3\; 25 . A x P + con una franca vicbri a al final.

O 20 .

. . .

.

No 14. P x A, C(2 )3A. 1 4. 1 5. 16.

DXA TD1D

AXA AXP

DX)

22.

C7�+

23.

C6A T3D

24.

Ahora las blancas amenazan no tanto con 17 D x PD como con 17. D3C acosando al incapacita­ do alfil. 1 6.

21.

A6T

O 16 . . . . , PSR; 17. A x P con una rápida victoria.

Con más iuerza que la acepta­ ción del cambio, puesto que una vez más razones estéticas favo­ recen el texto. Este explota el leitmotiv de toda la partida: la presión sobre la columna D com­ binada con el acoso del alfil des­ colocado. 24 .

1 7. 1 8.

D x PD D6AD

PxD R2A R1R

...

A7C

D2R TlD

Me pregunto s i a esta altura Harry Golombek comenzó a dar­ se cuenta de que su posición tenía cierta semejanza con la fa­ mosa partida entre Morphy y el aristocrático equipo de consulta. 1 9.

C3A

0-0

¡ El duque y el conde no lograron enrocar! 20.

C5D

25.

El tosco 20. D x PT tenía la mis­ ma fuerza, pero el texto es mu­ cho más estético : ¡la jugada de un verdadero ajedrecista ! 20.

50

D3 R

TR I D

A continuadón de esta jugada, proporcionada por la publicación rumana de:l torneo, las negras abandonaron. Sin embargo, como las negras de hecho podrían pro­ longar un poco la partida me-

diante 25 . . . . , P5A; 26. C x T, P x T; 27. S x P, T3A, tengo lla impresión de que bien pudiera :ser un error de imprenta. La jugacda más fuer-

te es por supuesto 25 . T3C! que en realidad forzaría a un aban­ dono inmediato (pero no 25. T l C, PSR ! ).

7. Bucarest, 1 953. Blancas : L. Szabo. DEFENSA I NDIA DE REY

l. 2. 3. 4. s.

6.

P4D P4AD CJAR C3A P4R A2R

C3AR PJD PJCR A2C

0-0 P4R

La posición más usada en la De­ fensa India de Rey durante las últimas dos décadas. Pero aquí se dividen los caminos. Las blan­ cas pueden cerrar el centro con la jugada favorita de Petrosian 7. P5D proponiéndose continuar con 8. ASC , o intentar un tipo de juego ·más flexible y enrocar. 7. P x P, la tercera alternativa, no resulta muy acertada porque las blancas se arriesgar. a llevar la peor parte debido a la debilidad de su casilla 4D. Es ))robable que ambos jugadores esbvie sen ente­ rado s de esto ya qre conocerían la partida Grunfel:l-Geller, en Szczawno-Zdroj , 1951 que conti­ nuó 7. P x P , P x P; B. D x D, T x D ; 9. ASC (9. C x P, C x Ph 9 . . . . , CD2D; 10. TDlD, T IA ! ; 1 1 . CSD, P3A y se agota la temporal iniciativa de las blancas.

7.

0-0

CJR

Una jugada comparativamente nueva en el momento, que pone mayor presión sobre el centro de las blancas que el tradicional 7. . . ., CD2D y de esa manera doble­ ga a las blancas. 8. 9.

PSD ClR

C2R

E s evidente que Szabo s e propo­ ne seguir el plan que tuvo éxito en la partida Taimanov-Brons­ tein efectuada durante el 2.• Cam­ peonato de la U.R.S .S. en 1952, de la cual diremos algo más poste­ riormente. Taimanov, que tiene más experiencia que nadie en esta posición, ha oscilado, a tra­ vés de los años, entre el texto, 9. P4CD y 9. C2D. En su encuen­ tro con Fischer durante el torneo de candidatos de 197 1 , obtuvo buen juego de su última idea 9. A2D, una jugada de desarrollo neutro, que mantiene la opción de replicar con C5CR al eventual P4AR de las negras. 9. 1 0.

C2D AJR

51

Esto permite a las negras ganar un tiempo con PSAR más adelan­ te. 10. e3D, para forzar PSAD sin comprometer al alfil, parece ser la mejor jugada de las blancas. 1 0.

P4AR

11.

P3A

PSA

1 2.

A2A

P4CR

1 3.

P4CD

Finalmente, Szabo se separa de la partida de Taimanov-Bronstein que continuaba: 13. e3D, T3A; 14. PSA, T3T ?; lS. P x P, P x P; 16. ese, AlA; 17. AlR y el ataque de las negras se desarrolla con demasiada lentitud puesto que perdido tiempo colocando a la to­ rre en un cuadro inferior. La de­ fensa acertada de las negras es 14 . . . . , e3e; 1S TlA, T2A; 16. T2A AlA usando el alfil pasivo para defender su 3D débil y más tarde atacando con T2e y PSe. 1 3. 1 4.

T3A C 3D ?

Inconsecuente. El caballo podría perfectamente permanecer en su lugar para defender el flanco R. 14. PSA de inmediato era la ju­ gada lógica. 1 4.

...

T3C !

Spassky no comete el mismo error que Bronstein y muy pron­ to organiza un formidable ataque sobre la columna eR.

Otra j ugam imprudente que de­ bilita su c•ntrol sobre 4eR y no ayuda en a:> soluto al progreso de su ataque ;;obre el flanco D . 16. TlA paree< mejor, pensando en continuar con el clásico paso si­ guiente P xP y luego C5e7A .

16

.

...

RI T

No tanto ¡:ara evitar un posib le j aque en la diagonal de las blan­ cas 2TD/8CR como para dar si­ tio a una p:eza mayor en 1 eR.

1 7.

TRI�

1 8.

PARX P

P5C !

Una grave concesión que debilita su PR, pero después de sus erro­ res anteriores las blancas sólo pueden elegir entre males. Así, P6e era una amenaza seria y des­ pués de 18. P x PD, P x PD ; 19. ese, P6e ! ; 20. P x P, P x P; 21. A3R (21. A x P, T x A! o 21. AlR?, D3e + ) 21 . . . . , A3T; 22. etR (22. A x A?, T x A con el propósito de continuar con 23 . . . . , DlA y enton­ ces TST + ! mate) 22 . . . . , e1R; 23. ex PT, A2D las negras tienen un ataque vencedor debido a su amenaza sobre ele seguida por DST, cuando el PeR adelantado «wirkt wie eine Figur» como dice el Dr. Tarra:sch. 18. 19.

AxP AlA

El PR estalba amenazado tam­ bién 19 . . , JP6A. . .

1 5.

PSA

1 6.

D3C

52

C3AR

19 .

...

A6A

El tiempo ganado a] atacar al PR permite un fortalecdmiento deci­ sivo de la presión ejercida con­ tra el PeR. 20.

D4A

Un papel doméstico para la dama pero 20. TlR, A x PC ; 2 1 . A x A no es ninguna mejora. 20.

A x PC

21.

AXA

22.

CIR

P6A

columna con 2S . . . . , D2e cuando el caballo no podrá moverse en vista de la amenaza de j aque en l eR. La réplica 25. A4T, esperan­ do cambiar piezas menores y eli­ minar la posibilidad de ese a causa del caballo colgante en la 2R de las negras, fracasa ante 2S . . . . , ese ! ; 26. A x e, e6R o bien 26. RlT, C6R; 27. e x e, A x e; 28. e2R, D2A; 29. Cle (de lo contra­ rio 29 . . . . , D6A + ) 29 . . . . , TDleR; 30. A3e, T x A; 31. P x T, T x P con un ataque vencedor después de 32. TlAR, D2e o 32. D2R, D3e.

O A3C que casi con certeza trans­ pondría a la partida. PxA

22. 23

CxP

En situaciones así, el peón ene­ migo situado frente al rey puede ser dejado como un autobloqueo a la presión del ataque sobre la columna. Sin embargo, aquí no es ésa la situación, ya que las negras amenazan con extender la conflagración a otros puntos en el contorno del rey mediante 23. . . . , ese en combinación con A3T.

23



.. .

A3T

El niño difícil de la5 formaciones cerradas de la Defensa India del Rey, tiene finalmen1e, la oportu­ nidad de desempefur un papel activo. 24.

T2A

25.

A3C

DICR

Después de 2S. AlF, las negras sencillamente se tri>lican en la

TxA !

25. 26 .

Px P

O 26. P x T, D x Pe y la amenaza de 27 . . . . , ese decide; por ejem­ plo : 27. e2R, A6R + y mate a la jugada siguiente. 26.

PxP

27.

D7A

T2C

2s.

D x PD

ese

Defendiendo el PR y amenazan­ do con 29 . . . . , C6R. 29.

RIT

TID

Abandonan

53

Semifinal del 22. o Campeonato de la 1.R.S.S.,

8.

Leningrado, 1 954. Negras : Byvshev.

De todas mneras, era mej or de­ s afiar el ce;tro con 10 . . , P4AD.

DEFENSA GRUNFELD

.

l.

P4D

2.

P4AD

P3CR

11.

0-0

C3C

3.

C 3AD

P4D

1 2.

A3C)

C4D

4.

ASC

Una jugada raras veces utilizada hasta que fue adoptada por Tai­ manov en el Campeonato de la U.R.S.S. de 1 969 y posteriormen­ te en el torneo de la U.R.S.S. con­ tra el resto del mundo. Después de eso se puso de moda. 4. S.

CSR A4A

La idea de Taimanov es S . A4T para mantener la presión sobre el PR. S. 6.

PXC

A2C

7.

P3R

0-0

8.

C3A

Hasta el momento la partida se ha desarrollado en forma correc­ ta y con 8 . . . . , P4AD, la jugada clave de esta defensa, las negras podrían asegurarse una cómoda igualdad. En vez de eso, eligen una jugada mucho más pasiva que no consigue desafiar el cen­ tro de las blancas.

9. 1 0.

54

Al « atenaza'» el PAD y el AD, las negras fuer.an el cambio de un a lfil b lanco, pero esta compensa­ ción es mty pobre comparada con la venttj a en el centro que han cedido. 1 3.

P3AD ? A3D

PxP

A X PA

C2D

CSR

C XA

No 1 3 . . . . , C x PA; 14. C x PAR ! , T x C ( 14 . . .. , C x D ; 1 5 . C X D + , R1T; 1 6. C7A. + ganando e l cam­ bio ); 1 5 . A X T + , R x A; 16. D3C + , C4 D ; 17. P4R ganando piezas.

CxC

8.

.

C 3AR

1 4.

PxC

D3D

1 S.

TlR

P3R

Después de esto, las negras que­ dan con un espacio muy reduci­ do. La jugada 14.• resulta lógica sólo cuando está seguida de 1 5 . . . , A3R, aunque después de 1 6 . TIC las blamcas sufren una pe­ ligrosa presMn sobre las dos co­ lumnas ocup¡adas por las torres. .

1 6.

D3A

TlR

Inaugurando , un plan completa­ mente desactertado que se propo­ ne alejar al caballo blanco me­ diante P3A . Las m:gras, con su juego pasivo; , han quedado en el

tipo de posición ine!rte en el cual es mejor evitar los : movimientos de peones debido al l debilitamien­ to consiguiente. La maniobra 16. . . . , TlD, en el más cdepurado esti­ lo de Steinitz, segui4da por A2D 1 R parece ser la mejmr posibilidad, al dejar a las blanccas la respon­ sabilidad de la rupltura. 1 7.

P4TR

f»JA ?

Consecuente, pero Jtnalo. A pesar de la triple protección de su 3R pronto se convierte en un punto claramente débil. 1 8.

CJD

1 9.

PST

20. 21 .

PJC PxP

22.

PxP CxP CJC !

T2R T I AR P4AD

25. 26.

27.

PSD ! CSA AXP

PSA D4A TxP

Más que un comentarista, se ne­ cesita un psicólogo para explicar las últimas jugadas de las negras en esta partida.

PSA !

Por supuesto que �sta posibili­

explic a la eleción de

R1T A2C

¡ La única jugada activa de I�s negras en toda la partida !

28. 29.

dad

C4A

No 2 1 . . . . , P4R?; 22. D x PT y 23. C6C mate. En esta etapa del jue­ go las negras podrían abandonar con toda facilidad. Como de cos­ tumbre, vemos ahora la forma re­ suelta en que Spasky acaba con un adversario que «está muerto, pero no quiere ser enterrado».

23. 24.

Posiblemente equivocado, pero las negras también tendrían un 3CR vulnerable si permitieran P x P, después de lo cual las blan­ cas continuarían con D3C y A2A : 20.

como casilla de retirada para el caballo en la jugada n.• 18.

3D

TXT DJC

DXA Abandonan

Mis propias observaciones pare­ cen indicar que aquellos jugado­ res que prefieren prolongar las partidas más allá de lo necesario, parecen incapaces de persistir en su hábito cuando el adversario está a punto de administrar el , golpe de gracia. (29. . . . , Tl CR; 30. TSR ! , D x PD ; 31. D x A mate o 29. . . . , T2A; 30. TBR + , AlA; 3 1 . T x A + ! ).

55

Semifinal del 22. o Campeonato de la- t.R.S.S. , Leningrado, 1 954. Negras : Zurakhov.

9.

9.

DEFENSA SICILIANA l.

2. 3. 4. 5. 6.

7.

P4AD P3D Px P C3AR P3TD P3R

P4R C 3AR P4D CxP C3AD ASCR D3A

Esta j ugada, que una vez fue considerada poderosa, ha sido rechazada en nuestros días y se prefiere 7. P4A. La teoría dice que la sola presión que ej ercen las piezas no es suficiente para abrir el j uego y las blancas de· ben movilizar sus peones en par­ ticular dirigidos a PSR.

1 0.

A4T

A2R

Es más exacto 8 . . . . , CD2D en que después de 9. 0-0-0, C4R ! ; 10. D2R ( 10. D3T, C3C ! ), lO . . . . , P4CR ! ; 1 1 . A3C, A2D ; 12. P4TR, T1CR; 1 3 . P + P, P x P ; 1 4 . C3A, D2A l a s ne­ gras tuvieron un j uego igualado (Spassky-Petrosian, 22.° Campeo­ nato de la U .R. S S , 1955 ). .

56

A2R

C 3A

Esto permte a las blancas ini­ ciar un pnmetedor sacrificio de peón . 1 0 . . . , A2D primero hubie­ se sido má; acerta do. 1 1.

CxC

PXC

1 1 . . . . , D X C era factible. Las blan­ cas continuarían con 12. P4CR tratando de abrir líneas en el flanco R.

PSR !

P3T

...

Considerada la más fuerte. Las negras tendrán más adelante la posibilidad de liberar la pieza clavada mediante P4CR y mien­ tras tanto no temen los peones · duplicados a causa de su fuerte influencia sobre el centro. 8.

D2A

Ya existía una amenaza de 10. PSR.

1 2. 7.

0-0-1

.

Esto deja a las negras con una precaria estructura de peone s y una casilla débil en el 4AD. La jugada es a menudo factible en la Siciliana. Compare, por ej em­ plo, con la partida Fischer-Ni­ chevsky, Zagreb, 1970, que se de­ sarrolló de la siguiente mane ra : l. P4R, P3R; 2. P4D, P4AD; 3 . C3AR, P x P; 4 . C x P, P3TD ; S . C3AD, D2A; 6 . P3CR, C3AR ; 7 . A2C, C3A; :s. 0-0 , P3D; 9. T lR, A2D; 10. C x C, P x C; 1 1 . P3C, A2R y ahora 12. PSR ! , P x P; 13. A2C, 0-0; 14. D2lR, C4D; 1 5 . C X C, PR x C; 1 6. ·A X PR y las blancas tienen la mtejor parte. 1 2.

...

PxP

13.

TRlR

14.

A3D

0·-0

Una jugada útil ya que permite al alfil entrar en juego en 4R mientras la torre ataca el peón debil en SR. 1 4. 15. 1 6.

A3C D2R

TIC A.3D

E l plan alternativo consistía en 1 5 . C4R y si 16 . . . . , c x c ; 17. A x C, A2C? ( 1 7 . . . . , P4AR ! ); 18. T x A ! , D x T; 1 9 . A x PR, D x A?; 20. A7T + . Sin embargo, el texto mantiene la tensión puesto que las piezas menores de las negras se ven forzadas a ocupar posicio­ nes incómodas para defender el peón de ventaja. 1 6. 1 7.

C2D A4AD !

una salvedad, pero Spassky no está tan interesado en obtener piezas como en un ataque basa­ do en sus fuertes alfiles. 20.

D4C !

P3A

Después de 20 . . . . , P3C; 21. A x T, D x A; 22. D3T las blancas cuen­ tan con poderosas amenazas sobre las casillas oscuras (22 . . . . , R2T; 23. T4R y 24. T4TR, 22. , C2D ?; 23. A6D y 24. D x PT). ·. . .

Ahora 17 . . . , A2C pierde piezas después de 1 8 . D2D ! , C3C ; 1 9 . A x P(6R)� P x A; 2 0 . D x A. Obser­ ve que 1 7. A x PT facilitaría el juego de las negras al quitar de en medio el débil AD y ceder otra columna abierta en el flanco D, a través de las cuales las torres podrían op erar contra el rey blanco. .

1 7. 1 8.

TXA 1 9 . A X P (SR)

CJC Dx T DIA

21. 22. 23. 24.

A X P+ DXA+ AxT C4R

AXA RlT TXA D4CD

La única contraposibilidad de las negras se encuentra en la colum­ na CD. 25.

TlD

C4D

0 25 . . . . , CSA; 26. P3CD y las ne­

gras se quedan sin nada.

(Ver diagrama sigu-ente. ) 26.

Las negras confiaba1 en que esto tendría para e llas �� e fecto de

P3CD

e se

Aunque aparentemente fuerte, es-

57

ta jugada pierde de inmediato ya que debilita la casilla 3AR. 25. . . , D7R era su mejor posibilidad. .

27. 28.

C x PT +

D6D R2C

29.

C x F!

D3C

29 . . . , P x Q 30. D x P + y 31. T7D decide en d. acto, con la amena­ za 30. DSD - mate, pendiente. .

ese

30. La jugada n.• 27 de las blancas impide 28. . . , D4TD. .

C7D

Las negras perdieron

a

tiempo.

1 0. 22.• Campeonato de la U.R.S.S., M oscú, 1 955. Blancas : Shcherbakov.

el centro e intentando controlar SD.

DEFENSA SICILIANA

l. 2.

3. 4.

5. 6.

P4R C3AR P4D CXP C3AD A2R

P4AD P3D PxP C3AR P3TD

Una jugada discreta, pero no por eso menos fuerte. 6.

7. 8. 9. 1 0.

C3C 0-0 A3R P4TD

P4R A2R 0-0 CD2D P3CD

Las negras no deben permitir la jugada del bloqueo PST.

1 1.

P3A

1 1. 1 2. 1 3.

D2D TR l D

Como las blancas pueden amena­ zar con D 1R1A parece que lo me­ j or que puede hacer la otra torre es situarse en esta casilla. 1 4.

AlA

14. D l R o la 14. C 1 A de Ge­ ller, pensando en continuar con C2T4CSD tenían también mucha fuerza. ,

14.

. . .

Prematuro. correcto.

Forma parte del tranquilo siste­ ma de las blancas, fortaleciendo

58

A2C D2A TDlA

15.

C XP

P4D 14 . . . . ,

TRlD

es lo

No 15 . P X P, ASC!! con contra­ juego. 15. 16 1 7. 1 8. •

24.

A4D

T x PD !

exe .

PxC

DxP

DXD

TxD

TD I C !

Otra jugada discre ta que subra­ ya la ventaja de las blancas. Los peones negros del flanco D es­ tán expuestos a un ataque y la posesión de la séptima fila no re­ presenta una compensación su­ ficiente. 1 8. 1 9.

P6D

20.

C2D

TID

A l AR

Completamente aceptable, pero 20. PST ! era una manera más enérgica de incorporar el caballo al ataque. Luego, después de 20. . . . , P4CD (20 . . . . , P x P; 21 C x P; AlA?; 22. A3D ! ); 2 l . A3D, TDlA; 22. ASAR, TlC; 23. TDl A las blan­ cas se encuentran en una posi­ ción claramente superior, al ha­ ber tomado posesión de la co­ lumna AD. 20. 21.

C3A

C4A

P4CD

22.

P xP

PxP

23.

C x P?

Consiguiendo el ¡eón equivoca­ do. 23. C3T ! , TDlA; 24. C x P, C4D (24 . . . . , A3T ? ; 25. C7T ! ); 25. A2A, A x P; 26. C x A, Tx C ; 27. P4CD deja a las blancas con un fuerte peón pasado y los dos alfiles. 23.

...

C4D

Ahora Spassky comienza a en­ trar en el juego utilizando la to­ rre en la séptima para atacar al rey. De este modo, se defiende de 25. A x P mediante 25 . . . . , CSA! ; 26. A2A (26. AlAR, T x A! ; 27 T x T, A4A ) 26 . . . . , T x P ! con cierta ven­ taja. 25 . A3D; para ahuyentar a la agresiva torre, se debe jugar primero, aunque después de 25. . . . , TlA; 26. A x PC, CSA las ne­ gras tienen buen contrajuego con sus amenazas de T X A, T7A y TD lD. 25.

A2A

Esperando obstruir el efecto de la torre en· la séptima. Spassky podría ahora intentar 25 . . . . , CSA, pero previendo la posibilidad de una tenaza en su 7AD hace avan­ zar el peón vulnerable. P5C

25. 26.

C4A

T 3R

27.

A3D

P6C !

59

¡Ahora la obstinada torre rehúsa ceder! 28.

CST

O 28. C2D, CSC ! ; 29. C x P, C x A; 30. T x C, T(3 )7R! da una fuerte presión a las negras, de manera que las blancas atacan al peón de una forma diferente amena­ zando simultáneamente al alfil. 28 .

...

TxA !

Una réplica sorprendente que aumenta aún más la presión. 29.

C x A?

contra el rey blanco. Las blancas tendrían que haber aceptado el sacrificio, y después de 29. R x T, A4A + ; 30. R3C (30. RlA, C6R + ) 30 . . . . , A3D + ; 3 1 . R2A (31. P4A, A l T ; 32. T lAR, CSC con un fuer­ te ataque) 3 1 . . . . , A4A + la parti­ da sería tablas por j aque per­ petuo.

CST CxP

¡ Demasiado tarde ! T x PCR+ T3TR

31 32. R l T Abandonan •

Sin darse cuenta d e que las ne­ gras ahora pueden devolver la torre a la casilla protegida, co­ menzando así un ataque decisivo

T7A ! C6R !

29.

30. 31.

. . .

¡ Una ingeniosa recuperación tác­ tica !

1 1 . 22.° Campeonato de la U.R.S.S., M oscú, 1 955. Blancas : Geller. ·

DEFENSA NIMZOINDIA

l. 2.

3. 4.

P4D P4AD C3AD P3TD

C3AR P3R ASC

Geller prefirió esta línea agresi­ va al comienzo de su carrera, a pesar de notables reveses contra jugadores posicionales (G e ll e r contra Smyslov y contra Euwe, en el •Torneo de Candidatos de

60

Zurich, en 1953, y la partida Ge­ ller-Sumslov, en el de Amster­ dam en 1956). 4. S. 6.

PXA P3R

AXC+ P4A C3A

6. P3CD resulta más preciso en esta situación puesto que permite rebatir 7. A3D con 7 . . . . A2C en el momento en que 8 . . . . , A x P constituye una amenaza más seria.

,

7. 8. 9.

A3D C2R 0-0

P3D P3CD D2D

Un plan original que le da la op­ ción de efectuar un enroque lar­ go y de preparar 10 . . . . , A3T, que, al ser jugado de inmediato, se ve rebatido mediante 10. D4T. 1 0. P4R 1 1 . 'ASC 1 2. C3C ?

A3T 0-0 -0

Un plan totalmente equivocado que tiene como resultado el abrir líneas contra el propio rey. En vez de tratar de explotar la pieza clavada, debería apuntar al rey enemigo como 12. C1A, como de hecho lo hizo en un encuentro posterior contra Lissitsyn. Des­ pués de 12 . . . . , C4TD; 13. C3C ! DST; 14. C x C, D x C (resulta me­ j or intercambiar damas ); 1 5 . D2R las blancas desarrollaron un poderoso ataque sobre el flan· co D. 12 .

...

P3T !

Antes de que las blancas puedan jugar CST. 1 3. 1 4.

AXC CST

PXA

El juego típicamente agresivo de Geller, pero muy pronto se ad­ vierte la ausencia de la dama en el centro. La defensiva 17. C4C seguida, si fuese necesario, por C3R permitiría a las blan­ cas consolidar. 1 7. 1 8.

A2C !

CST

18. C4C sólo ayuda a las negras a abrir la diagonal del alfil me­ diante 18 . . . . , P4A y si 19. P x P, P x P; 20. C3R (20. TR1R?, D2C ! ; 2 1 . C3R, C6A + ; o 2 1 . . . . , PSA) 20. . . . , TR1 C y las negras ya amena­ zan con 2 1 . . . . , D x C ! , entre otras cosas. El sacrificio 18. CSD ? ! para ce­ rrar la diagonal se refuta me­ diante 18. . . . , DST; 19. D x P, C6A + ; 20. P x C, TR1 C + ; 2 1 . R1T, D6T; 22. C x P + , R2A; 23. CSD + , P X C y el ataque de las negras llega primero. Finalmente, 18. D x P, D x C; 19. D x P es un sa­ crificio que va errado ya que !as negras nuevamente son las pri­ meras con 19 . . . . , C6A + ; 20. R1T, DSD rechazando el ataque. 1 8.

...

TR1C

Errado, pero con juego conse­ cuente. Quizás sólo esperaba la jugada defensiva 14 . . . . , D2R, pero a Spassky se le ocurre una idea mucho mejor. 1 4. 15. 16. 1 7.

PxP CXP D4T

PXP CxP D2R

61

Es tal el ímpetu del ataque de las negras que no necesitan preo­ cuparse acerca del PTD. De este modo, 19. D x P ? pierde la dama ante 19 . . . . , T x P + ! ; 20. R x T (20. R1T, T x P ! ; 2 1 . R x T, DST + ; 22. R2C, D x C y 23 . . . . , T 1C + ) 20 . . . . , A x P+ . 1 9.

...

DST !

¡ Cada jugada un golpe de marti­ llo! 20 . . , D4C es menos exacta, ya que después de 2 1 . P3C, PSA; 22. R1 T, P6A; 23. C4A las negras no encuentran la forma de se­ guir. . .

21.

P4A

Tratando de sobornar a las ne­ gras con la órerta del cambio ( 2 1 . . . . , D x T + ; 22 . D x D, C6A + ). Si 2 1 . P3C entonces 2 1 . . . . , P4R protegiendo el caballo y renovan­ do la amenaza de P X P. Ahora R1T permite 22. . . . , P x P; 23.

62

. .

.

P4R !

Aquí también esta j ugada triun­ fa con mayor rapidez. Así 22. T lAR pierde ante 22 . . . . , PA x P ; 23. A2R, C6A + . 22. 23.

T I AD AlA

PR X P DXT

De lo contrario, es necesario vi­ gilar el caballo.

P4A TIR

N o 20. P3A?, D4C; 2 1 . C3C, PSA ganando el caballo. 20 .

21.

DID

U n reconocimiento d e l a derrota. 19. C3C se rebate con 19. P4TR continuando el ataque. 1 9. 20.

P x D, P x A + ; 24. P3A, A x P + ; 25. D x A, C x D.

24. 25. 26.

DxD R2A TXC

C6A + CXD P6A !

Preciso. 26 . . . . , A x P; 27. C x P no resulta tan decisivo. El texto abre la columna AR, permitiendo a las negras desplegar activamen­ te las torres. PC x P PxP 29. R3R 30. A3T + 31. AXA+ Abandonan 27.

28.

PxP TD I A + AxP! A4A TXA

Se obliga al cambio de torres. El hecho de que después de esta desastrosa derrota haya ob­ tenido el título, nos dice mucho sobre la capacidad de recupera­ ción del joven Geller.

1 2. 22.° Campeonato de la U.R.S.S., Moscú, 1 955. Blancas : Simagin. APERTURA INGLESA

l. 2. 3.

P4AD C3AR P3CD

C3AR P3R

El fallecido gran maestro Sima­ gin era conocido por la origina­ lidad de su juego. Nimzovich era muy aficionado a hacer esta ju­ gada, pero 3. P3CR para intentar una Catalana es mucho más po­ pular hoy día. 3. 4. 5. 6.

A2C P3R P3TD

P4D P4A C3A

Con el doble propósito de prepa­ rar P4D (6. P4D, PA x P y 7 . . . . , ASC + con buen juego ) y tentar a las negras para que jueguen 6 . . . , PSD en que 7. P x P, P x P; 8. P4CD o 7. P4CD daría inme­ diatamente a las blancas una útil Benoni invertida. .

6. 7. 8.

PXP P4D 9. C x P 1 0. A2R

A2R PxP PxP 0-0 A 3D

Tratando de montar un ataque sobre el flanco R. Las negras po­ drían demostrar de inmediato la desventaj a del juego desarrolla­ do por las blancas durante la apertura mediante 10 . . . . C x C; 1 1 . A x C, CSR; 12. C2D, A3A con igualdad completa.

1 1. 1 2. 1 3.

C2D AXC 0-0

e xe A4AR TIA

Las negras también quedan en buena posición de esta manera y su posible ocupación de 7AD con el AD obliga a una extraña juga­ da defensiva. 1 4. 1 5. 1 6.

T2T DlT P3C

AlC D3D

Este debilitamiento sería forza­ do de todas maneras después de 16. C3A, CSC y en 17. P3C ( 17 . P3T ?, C7T ! ) 1 7 . . . . , D3TR las ne­ gras tienen el ataque. 16. 1 7.

TRI R C3A

17. A x C ofrecía mej ores posibi­ lidades para reducir la presión. 17. , ,J 8.

A6T TlR

Con l a intención d e oponerse a 1 8 . . . . , CSR. Sería mejor que in­ tentara 1 8 . T l D, CSR; 19. C2D y si 19 . . , C3A entonces 20. A3AR consolidando en los cuadros cla­ ros. . .

1 8. 1 9.

CSR ! A x PC ?

Basado en un error de análisis. 1 9 . C2D era acertado de todas

maneras. 1 9.

...

D3CR

63

22. 23. 24.

20.

A5R

Según Simagin explicó más tar­ de, sólo en este momento advir­ tió que, en respuestl;l a la jugada 2Q. A4D que había pensado, las negras tienen 20 . . : . , A x P ; 2 1 . PA x A ( 2 1 . PT x A?, C x PC ; 22. R2T, C x A; 23. R x A, D4A + ; 24. R2C, DSC + ; o 23. C4T, D5C ; 24. A6A, T x P ! ; 25 . T(2 ) x C - 25. P x T?, D6C + ; 26. RlT, A7C + ; 27. C x A, D6T mate - 25 . . . . , T x T ; 26. T x T, D x T ; 27. D l CR + , DSC ) 2 1 . . . . , C x P; 22. AlA, (22. R2A, C5R mate ) 22 . . . . , C x A + ; 23. RlT, T7A! Al considerar la n.O 19, Si­ magín no previó esta tranquila jugada de intercepción.

21.

CxA

22.

P4A

D4A

24. 25.

64

D3R ! A5T

No pueden dej ar escapar el PR. 25. 26.

CxT AXT

Hasta este momento, el juego había sido previsto por ambos jugadores, pero el análisis de Si­ magín se detenía aquí mientras que Spassky había dado un paso más. ...

TSA !

Esta habría sido también la res· puesta a 25 . D x C . 27.

Esta parece perder. En vez de ella, debería probar 22. C3D, C6A; 23. C4A ! en que después de 23 . . . . , C x T; 24. A3D, D4R; 25 . D x C las blancas tienen una compensa­ ción definitiva por el cambio.

P3A C6A

Simagin dio a esto un « ?» y es­ cribió que después de 24. C4D ! , D5R; 25. A3A, 060 ; 26. R2A ! , C x T ; 27. A x P + , R2C ; 2 8 . D x C las blancas tienen una compensa­ ción material por el cambio y una posición sólo ligeramente in­ ferior . Sin embargo, esto es in­ correcto, puesto que las negras juegan en seguida 28 . . . . , T x P ! derribando el juego de las blan­ cas (29. T x T ?, OSA mate o 29. C5A + , A x C ; 30. T x T, T7A + ; 3 1 . R3A, D x A + o 29. A4A, T x A ) .

26. AXA

20.

C3A C4T

DXT

O 27. T x T, D x P + ; 28. RlT, C x T y luego 29 . . . . , DSR mate .

27 28. A5C Abandonan •

. . .

CxD P3TD

1 3.

Olimpíada Estudiantil, Lyon, 1 955. Negras : Kajan ( Finlandia ) .

D�FENSA SICILIANA ,1 . 2. 3. 4. 5.

P4R C3AR P4D CXP C 3AD

P4AD C3AD PXP C3A P4R

.

Utilizada por primera vez por Lasker, como una jugada sorpre­ siva, en su partida con Schlech­ ter, en 1910. Siempre se ha consi­ derado al texto como inferior, pero en estos últimos años ha sido empleado como jugada in­ troductoria del así llamado siste­ ma Pelikan (6. CRSC, P3D; 7. ASC, P3TD ; 8 . A x C, P x A; 9. C3T, P4D ? ! ). 6. C3C También considerada inferior, pero, como aparece en una nota posterior, Spassky tenía una idea especial. 6. 7.

ASC A4AD !

Schlechter jugó 7. A3D que per­ mitió a las negras liberarse com· pletamente mediante 7 . . . , P4D. .

7



. . .

una partida llevada a cabo por dos jugadores de Leningrado en que las negras rechazaron el ofre­ cimiento mediante 7 . . , 0-0 y después de 8. 0-0, A x C; 9. P x A, C x P; 10. A3T, P3D ( 10 . . . . , TlR; 1 1 . A x P + , R x A; 12. DSD + for­ zando el avance del rey); 1 1 . D3D, A4A; 12. TDlR, DST las blancas lograron la mejor parte median­ te 13. P4AR! (Kopaev-Korchnoy, 1952 ).

C xP

Aceptando el ofrecimiento. Gli­ goric y Sokolov recomiendan 7 . . . , P3D; 8. 0-0, A3R en que las negras tienen una posición per­ fectamente satisfactoria . Spassky debe haber estado al tanto de .

8.

.

0-0

8. DSD, C3D ! rechaza el ataque, mientras que 8. A x P + , R x A; 9 . DSD + , R1R; 10. D x C(4R), A x C + ; 1 1 . P x A, P4D ; 12. D2R no tiene mucho que ofrecer a las blancas. cxc 8. . . . 8 . . , C3D; 9. ASD dej a a las ne­ gras con algunos problemas de desarrollo, mientras que 8. . .. , A x C ; 9. DSD ! resulta difícil de enfrentar ( no 9. P x A, C x PAD ; 10. D3A, P4D ! ). .

.

9.

PxC

A2R

Este tipo de juego en que la se­ guridad es lo primordial resulta factible, si se prosigue correcta­ mente. Las negras también po­ drían jugar 9 . . . , A x P; 10. D3A, P4D ! el antídoto usual contra el gambito en los j uegos abiertos. Luego, después de 1 1 . A x P, 0-0; 12. A x P + , T x A; 13. D x A el jue­ go está más o menos igualado. .

65 5

l.�S

100

MEJORES I'ARTIDAS DE SPASSKY

En esta situación, las blancas no pueden jugar el más ambicioso 12. T l D puesto que las negras cerrarían la columna D con el efectivo contragolpe 1 2 . . . . , C5D ! 1 0.

P4AR !

1 2.

Ahora las blancas incorporan rá­ pidamente la torre al juego an­ tes de que las negras puedan movilizar su flanco D. 10



que pueden hacer las blancas es continuar con 13 . A4R y después · de 13 . . . . , C x C, 14. PA x C conser­ varía cierta ventaj a debido a la poderosa situación de su AR.

. . .

ASD

A esta casilla, naturalmente ; in­ cluso si 12. A x P no perdiera el alfil ante 12 . . . . , D3C + . 12. 1 3.

0-0

A2C DST

Enrocando. 10 . . . . , P3D constituye una jugada defensiva mucho me­ j or. Luego si 1 1 . D5T, no 1 1 . . . . , 0-0 transponiendo a posiciones análogas a la partida, sino 1 1 . . . . , P3CR; 12. D6T ( 12. D3A, A3R ! ) 1 2 . . . . , AlA y 1 3 . . . . , A2C con una posición defensiva más fuerte para el rey cuando se produzca el enroque. 11.

PSA

Buscando en 3TR una casilla se­ gura para la torre. 11.

...

P4CD ?

La jugada de un inexperto. El al­ fil puede hacer muy poco en 2CD, y se podría evitar la parálisis a que queda sometida lo posición después de la jugada siguiente de las blancas mediante la libe­ radora 1 1 . . . . , P4D; 12. A x P, C5D ! y si 13. A x P + , T x A; 14. P x C, A x P manteniendo una igualdad material en una posición en que las negras han completado final­ mente su desarrollo. Lo mejor

66

Ahora el simple traslado de to­ rre a 3TR no puede ser contra­ rrestado. 1 3. 1 4. 1 5.

AXA T3A

,

C4T CXA P3C

Si 15 . . . . , T l R o 15 . . . . , A3A, en­ tonces 16. T3T, P3TR; 17. A x P gana, o 1 5 . . . . , D3C + ; 16. A3R, D3AR; 17. T3T, P3TR; 1 8 . T3C, R2T; 1 9 . T lAR y 20. T6C ! ( 1 8. . . , R1T ! ; 19. TlAR y 20 A5C ). .

1 6.

D6T

D3C +

1 7. 1 8.

A3R PxP

D3AR D2C

O 2 0. . . . , P3D; 2 1 . A6T ganando el cambio. El texto pierde con ma­ yor rapidez .

O 18 . . . . , D x P; 19. T3C . 21. 1 9.

P X PA +

Forzado, para impedir l a pérdi­ da de la dama. 20.

DST

A6T

Abandonan

RlT

TRIA

Las blancas dan el mate después de 2 1 . . . . , D3C; 22. D x P + , A3A; 23. T x A, P3D; 24. T x D + , P x D; 25. A7C un esquema de mate fi­ nal un poco insólito.

1 4. Campeonato Juvenil Mundial, 1 955. Blancas : Schweber.

DEFENSA NIMZOINDIA

l. 2. 3. 4. S. 6. 7. 8. 9.

P4D P4AD C 3AD P3R A3D C3A 0-0 P3TD PXA

C3AR P3R ASC P4AD C3A 0-0 P4D AxC PD X P

E l inmediato 9 .

. . . , D2A consti­ tuye una alternativa dinámica que da a las blancas mayores posibilidades de elección que el tex to.

1 0. 1 1. 1 2.

AXP A3D D2A

D2A P4R ASC

Hasta aquí, el orden de las juga­ das es el que corrientemente se

adoptaba en la década de los

años cincuenta. Sólo después de ésta y muchas otras partidas, se advirtió que 12 . . . . , T l R resulta­ ba más acertada que el texto, puesto que la amenaza de 13 . . . . , P5R fuerza el cambio 14. C x P (que también provoca el texto con su amenaza de 13 . . . . , A x t ). Después de 12 . . . . , T l R ; 13. P4R, P5A ! ; 14. A x P, P x P ; 1 5 . P x P, C4TD ! ; 1 � . A3D, D x D ; 17. A x D, C X P las negras tienen igualdad y después de 12 . . . . , T l R ; 1 3 . C x P, C x C ; 14. P x C, D x P las negras pueden jugar A2D3A sin permitir que las blancas ganen un. tiempo con P3A. 1 3. 1 4. 1 5.

CxP PxC TlR?

exe DXP

La torre, indefensa en esta ca­ silla, constituye una debilidad táctica. Lo correcto es 15 . P3A y

67

después 15 . . . . , A2D ; 16. P4R o in­ cluso 16. P4TD (Petrosian-Spas­ sky, 20.• partida de competición por el Campeonato Mundial, 1966 ) las blancas se encuentran en una posición ligeramente mej or. Sin embargo, no 1 5 . P3A, A2D ; 16. T l R ? (Geller-Spassky, Tor­ neo de Candidatos, Amsterdam, . 1956 ) porque ahora 16 . . . . , A5T ! dio al joven Spassky un estupen­ do juego, ya que 17. D x A pierde ante 17 , D x PA atenazando ambas torres y el AR. •

1 5. 1 6. 1 7.

. . .

P3A P4TD

TD l D A2D

El comparativamente desconoci­ do joven argentino ve la amenaza ( 17 . . . . , A5T ! ) que el gran maestro ucraniano no advertiría un año más tarde . En esos días, el Cam­ peonato j uvenil tenía una cate­ goría inferior a la actual. El error de Geller puede ser explicado en parte por el hecho de que la pren­ sa soviética sólo publicó una de las partidas que Spassky jugó en este torneo, el intento unilateral contra van Oosterom (vea al fi­ nal, Descubra la continuación vencedora, pág. 307 ), que obtuvo el segundo premio a la brillantez. 1 7. 1 8.

P4R

A3A C4D !

(Ver diagrama siguiente. ) 1 9.

A2C

Las negras amenazaban con 19 . ... , C5C; 19 . . . . , C x P o 19 . . . . , D x PA.

68

Si 19. A2D, entonces 19 . . . . , C5A produce un efecto aún mayor, puesto que la dama blanca ya no protegería 2CR. 1 9. 20.

CSA A l AR

No 20. P4A?, D4C ; 2 1 . AlAR? (21 . TD l D ?, A x PT ! ; 2 1 . T3R?, C6T + ; o 2 1 . TRlD, T3D ambos favorecen enormemente a las negras ) 21 . . . . , T7D ! ; 22. D3A (22. D x T, C6T + ) 22 . . . . , T x P + y mate. 20. 21.

TR I R P3C

Un ligero debilitamiento del flan­ co R, pero después de 20 . . P4A, D4C; 21 TD lD ( de otra manera 2 1 . . . . , T7D ! ) 2 1 . . . . , P4TR el ca­ ballo puede mantenerse en su puesto en 5AR durante algún tiempo. Es cierto que las blancas podrían jugar entonces 22. A l A para cambiar su A D p o r el ca­ ballo, pero la debilidad en los cuadros oscuros que resultaría sería igualmente seria en el jue­ go medio y en el final.

21. 22. 23. 24.

P4AD DJA A3D ?

C3C D 2R P3A

26. 27.

Después del debilitamiento pro­ ducido en la jugada n.• 2 1 , este alfil debe permanecer d0nde está para proteger 2CR y 3CR. Las blancas tenían que jugar 24.PST o 24. A2C aunque después de 24 . . . . , T2D y duplicando torres, las ne­ gras conservan cierta ventaja. En esta posic:ión más bien rígida, los dos alfiles blancos no poseen un gran campo de acción. 24. 25.

C4R ! A2A ?

Tenían que intentar 25. A2R pro­ tegiendo 3AR, su punto más vul­ nerable. Las negras habrían con­ tinuado con 25 . . . . , A2D seguido por C3A (o incluso A3R previen­ do D2AR ) con gran actividad de todas sus piezas. 25.

T7D !

En el B ritish Chess Magazine, el representante británico K. W. Lloyd describió a Schweber di­ ciendo que era un jugador con un estilo de café. Resulta sor­ prendente entonces que no haya considerado este poderoso golpe táctico que decide la partida en unas pocas jugadas . 26. La

las blancas deben proteger un punto sensible : 3AR.

T l AR

amenaza inmediata era 26. . . . , T x A; 27. D x T, C x PA + ga­ · nando dos peones, de modo que

TR I O T3T

Si se juega de inmediato 27. AlA para obligar al intruso a tomar una decisión, entonces 27. . . . , T(7)6D; 28. A x T, T x A; 29. D2A, C X P + con un efecto decisivo, ya que se perderá el PR y el alfil que acecha largo rato en 3AR cumplirá su cometido. Por esto las blancas deben proteger el 3AR una vez más. La jugada si­ guiente de Spassky demuestra que ahora vuelve su atención al débil PAD. .

27. 28. 29.

AlA P4A

RtT ! T ( 7 ) 5D

Desesperadas, las blancas se arro­ j an sobre la espada. 29. A3C, T6D pierde con igual rapidez. 29. 30.

P5R

CxP PxP

El, caballo es una pieza demasia­ do importante para pensar en entregarla a cambio de la torre descolocada de las blancas. 31. 32.

PXP AlD

DXP

Para enfrentar 3 2 . . . . , D4D me­ diante 33. A3A. 32. 33.

TxA

DxC

Uno de los propósitos de la juga-

69

da n." 27 de las negras fue que la captura de este caballo se realizara sin un mate.

35.

A4A

Para cerrar la columna AR. Si 35. T3R entonces 35 . . , D8T + ; 36. R2A, T1AR + ; etc. .

33. 34.

TXT+

.

DXT 35 Abandonan •

O 34. R x T, T8D + ; 35. R2A, D8R mate. D5R

34.

. . .

TSD !

36. R2A es la única jugada que impide el mate inmediato.

1 5. lnterzonal de Gotenburgo, 1 955. Negras : Filip.

DEFENSA NIMZOINDIA

l. 2. 3. 4. 5. 6. 7.

P4D P4AD C 3AD A5C A4T PSD PxP

C3AR P3R A5C P3TR P4A PxP P3D

Las corrientes modernas indican que las negras pueden saltarse esta jugada. Deberían enrocar ju­ gando a continuación 8 . . . . , T1R. 8. 9.

P3R A3D

CD2D

En su famosa partida contra Smyslov (vea la n." 5 ), Spassky tuvo éxito con 9. ASCD, pero aho­ ra planea algo distinto al ofrec�r su PD.

9.

70

0-0 ?

Es m éjor 9 . . . . , D4T ! ; 10. C2R, C x P; 1 1 . 0-0, C x C ; 12. P x C, A x P; 1 3 . C x A, D x C ; 14. A2R ! , 0-0; 15. D x P, P3TD ; 1 6 . TRlD; TR1R; 17. TD1A, D7C; 18. A4AD, D4R con iguales posibilidades. Portisch-Donner, Madrid, 1960). 1 0.

C2R

C4R

La manera tradicional de liberar la pieza clavada, pero las negras quedan en una posición poco pro­ metedora. Todavía no era dema­ siado tarde para volver a una es­ tructura Benoni en 10 . . . . , P3TD ; 1 1 . 0-0, T l R . 1 1. 12. 1 3. 1 4.

0-0 CxA A3C P4R

AxC C3C D2R

Las, blancas tienen ahora una po­ sición muy superior, puesto que

las negras se ven limitadas a una lucha puramente defensiva con­ tra la amenaza de una ruptura en el centro que implique P4AR y P5R. 1 4. 1 5.

A2D

C4R A2R

Las blancas no necesitan apurar­ se con P4A, ya que el intento de las negras por retener este avan­ ce representa un serio debilita­ miento de su flanco R. 1 6.

D2D P4A ! TxP P4TD !

CIC PxP P3T

La mayoría del flanco D debe ser controlada.

TIR

La jugada exacta; e l inmediato 1 5 . P4A permitiría 15 . . . . , P4CD o incluso 15 . . . . , A5C ; 16. D2A, C4T ! cambiando el estupendo alfil de las blancas. 1 5. 1 6.

1 8. 19. 20. 21.

.

. .

P4CR

21. 22. 23. 24.

TDIAR A5T P5T

P3A T2A T2C

Las blancas aumentan gradual­ mente su control sobre el table­ ro. El texto permite que el ca­ ballo blanco llegue sin peligro a la poderosa casilla 4AD. 24. 25. 26.

CID A2R

T I AR T4C C 3C

Las negras sólo se dedican a mo­ ver de un lado a otro porque no pueden encontrar ningún plan constructivo. 27.

T (4 ) 2A

C4R

28.

C 3R

T2C

29.

AxC !

La jugada vencedora, cambiando la única pieza buena de las ne­ gras y así irrumpiendo en la co­ lumna AR. 29 . 1 7.

T I AR

Pa ra apoyar la apertura eventual

...

PD x A

No 29 . . . , D x A; 30. C4A, D2R; 3 1 . D4A ganando el PD. .

de la columna AR.

1 7.

...

R2T

30.

P6D !

Para activar el alfil.

71

30. 31.

34. 35.

DlD A4A

Ganando simplemente el PAR (31 . . . . , R3C ; 32. A x C, T(2 ) x A; 33. CSD). 31. 32.

A3A

AxC+ C 7R

T(l) xA

Decisiva. 35. 36. 37.

C x T (6 ) P5T

AXP TXC

C5A

Una buena jugada que constituye una red de mate. 37. 38.

T2C TxP!

A Spassky rara vez se le escapa una cuestión táctica. 38. 39. 40.

Decidiendo volver su hacia el PAR. 32. 33.

P4T

T4C T3C

atención

DxT T8A !

TxP+ AXD Abandonan

La amenaza 4 1 . T( 1 )7A mate pue­ de ser resistida sólo mediante la entrega de la dama negra, y en ese caso el PD de las blancas le costará la vida al alfil.

1 6. Interzonal de Gotenburgo, 1 955. Negras : Pilnik.

7.

DEFENSA SICILIANA

l. 2. 3. 4. 5. 6.

72

P4R C3AR P4D CxP C3AD A5CR

P4AD P3D PxP C 3AR P3TD P3R

P4A

A2R

En una ronda anterior, la partida Keres-Panno continuaba 7. . . . , D3C; 8. D2D ! ( ¡ el famoso sacrifi­ cio de peón ! ) y después de 8 , C3A; 9. 0-0-0, D x C ; 10. D x D, C x D ; 1 1 . T x D las negras se en.

. . .

contraban en una postcK>n bas­ tante pobre. La más l Ógica 8 . . . . , D x P fue tratada en términos generales en una partida poste­ rior ( Keres-Fuderer) aunque una década y media de análisis no ha refutado realmente esta posibili­ dad de apoderarse descarada­ mente de un peón. Esta partida se jugó después del encuentro Keres-Panno, pero antes de la Ke­ res-Fuderer, y en ese momento se consideró que el texto signifi­ caba una «mejora» según señala­ ba el análisis argentino. 8. 9.

D3A A4T

P3TR P4CR

Un interesante sacrificio de peón para obtener un firme control de la casilla 4R de las negras. Sin embargo, da a las blancas una po­ derosa posición de ataque siem­ pre que no teman sacrificar una pieza. 1 0.

PxP

CR2D

10 . . . . , P x P ; 1 1 . A x PC, CD2D del encuentro Olafsson-Pilnik, en la competición de 1956, es también jugab'le. 11.

CXP!

A Geller corresponde el reconoci­ miento del coraje que implica esta jugada. La cuestión es que la misma variante de apertura había sido adoptado en otros dos encuentros U.R.S.S.-Argentina en esta ronda : Keres-Najdorf y Ge­ ller-Panno, Geller fue el primero en decidirse por el sacrificio.

11. 12.

DST +

PxC R1A

E n e l libro soviético del torneo, Geller describió así el dramatis­ mo de la atmósfera que rodeaba las jugadas sobre el tablero : «A esta altura, Keres y Spassky to­ davía examinaban las consecuen­ cias del sacrificio del caballo en e6 mientras sus adversarios Naj­ dorf y Pilnik conversaban anima­ damente y observaban mi parti­ da con Panno. Luego, Naj dorf se acercó y me dijo " Tu partida está perdida. Lo tenemos todo analizado ".» Si las negras pudieran situar el caballo en 4R, entonces rechaza­ rían el ataque. 1 3.

ASC !

« Sin embargo, ahora no es posi­ ble, y Najdorf y Pilnik volvieron preocupados a sus tableros. El texto no había sido evaluado en forma adecuada por los argenti­ nos, en su análisis preliminar.» Como señala Spassky en sus no­ tas, 23. A2R o 1 3 . A3D permiti­ rían 13 . . . . , C4R; 14. 0-0 + , R2C ; 1 5 : A3C, CD3A protegiendo al ca­ ballo en 4R, mientras que des­ pués del texto esto no es posible. 13



. . .

R2C

La división de los caminos. Pan­ no intentó 13 . . . . , C4R; 14. A3C ! , A x P y perdió rápidamente des­ pués de 1 5 . 0-0 + , R2R; 16. A x C, D3C + ; 17 R1T, P x A; 18. D7A + , R3D; 19. TDlD + . Prevenidos Pil­ nik y Najdorf intentaron el texto,

73

pero sólo lograron prolongar la partida sin alterar el resultado. La defensa correcta es 13 . . . . , T2T según jugara Fischer contra Gli­ goric, en Portoroz, 1 958, y las ne­ gras parecen tener bastantes re­ cursos para unas tablas aunque el análisis es bastante compli­ cado.

1 7. 1 8.

0-0

RxT PXA

Otras defensas pierden también ; por ejemplo : 1 8 . . . . , DlT; 19. T1AR + , A3A; 20. A8R + ! , R x A; 2 1 . D x C + , R2R ; 22. T x A ! o e n 20. . . . , D x A; 2 1 . D7T + . 1 9.

1 4.

T7A + DxT

T l AR +

RlR

C4R

O 14 . . . . , D l C ; 1 5 . P6C ! , A x A; 16. D x A! con un ataque vencedor; por ejemplo 16 . . . . , R x P ; 17. A3D, C4R ; 1 8 . T6A + , R2C; 19 . TDlAR o 16 . . . . , D l D ; 17. T7A + . R1T; 19. T x T + , D x T ; finalmente 16 . . . . , P x A; 17. T7A + , D x T ( 17 . . . . R x P; 1 8 . TD1AR ) 1 8 . P x D, R x P ; 1 9 . T1AR + , R 1 R ; 20. C x P !

L a última jugada d e las negras les proporcionó esta casilla de evasión, pero todavía no pueden salvar la partida. 20.

DXC+

R2D

21.

T7A

C3A

,

1 5.

A3C

C3C

La mejor posibilidad de las ne­ gras era 2 1 . . . . , R3A pero después de 22. D7T, P5C ; 23. C5D ! , P x C ; 24. T x A, P5D (24 . . . . , D4T, T7A + ); 25. D7A, T3T ; 26. T8R o 22 . . . . , A4C ; 23. P5R, P x P ; 24. A2A ame­ nazando con 25. D4R + todavía están perdidas. 22.

CSD

TXP

O 22 . . . . , P x C; 23. D x P + , R1R; 24. D6C , R2D (24 . . . . , D3C + ; 25 . A2A, juega la dama; 26. P x P ) ; 25 . P x P, T x P ; 2 6 . DSA + , R 1 R ; 2 7 . T8A + ., A x T; 2 8 . D6C + , R2R; 29. A4T + , R2D ; 30. P x C + , P x P ; 3 1 . D3D + . Ahora 1 5 . . . . , D1C pierde ante 16. A x C + . P x A; 1 7 . A8R, T2T ; 18 . T7A + , R 1 T ; 1 9 . T x T + , D x T; 20. A6C, D2C; 2 1 . T1AR. 1 6.

74

P X P+

TXP

23.

...

P3T

¡ Sólo aquí varió el duo soviético ! Keres jugó 24. P4T y después de 23 . . . . , D l T ; 24. C x A, C xC; 25 D5C Naj dorf abandonó. La j ugada

de Spassky mantiene 4TR dispo­ nible para el alfil.

Una plétora de piezas clavadas. RlC

28. 23. 24. 25.

CXA DSC

DlT C xC T8T +

Pilnik decide que va a perder una partida más larga que las de sus colegas. 26. R2T 27. D x P + 28. DSAD + !

DlD R2A

O 28. R2D; 29. D x P + , R1R; 30. T8A + . 29.

A X P+

RlT

30.

AXC

T4T

31.

D4C

Abandonan

El final podría ser 3 1 . . . . , D2A + ; 32. A6D, DlD; 33. T8A.

1 7. lnterzonal de Gotenburgo, 1 955. Blancas : Stahlberg.

8. 9.

BENONI MODERNA

l. 2.

P4D P4AD

C3AR P4A

Una jugada inusitada para la época; sin embargo, a los pocos años fue adoptada por Tal, y la Benoni Moderna se hizo popular. 3. 4. 5. 6. 7.

PSD C3AD PxP P4R C3A

P3R PxP P3D P3CR A2C

La idea original de Nimzovich consistía en jugar 7 . . . , ASC aquí para cambiar el aUil por el CR blanco que puede apoyar la rup­ tura PSR desde su casilla origi­ nal, o sea D4A. .

A2R o.o

0-0 ASC

Ahora esta jugada llega demasia­ do tarde. 1 0.

ASCR ?

Una j ugada de desarrollo corrien­ te del tipo que un jugador de club haría sin vacilar. De un gran maestro uno espera una penetra­ ción más profunda en la esencia de la posición. 10. C2D ! era lo indicado. Después de 10 . . . . , A x A; 1 1 . D x A, TlR; 12. P3A, CD2D; 1 3 . C4A! l a s blancas tienen una fuer­ te posición. 1 0.

.

. .

CD2D

Spassky a su vez omite jugar 10.

75

. . . , A x C, y Stahlberg no juega el «programado>> 1 1 . C2D. 11.

D2D

P3TD

1 2.

P4TD

AxC !

1 3.

AXA

O 13. P x A, D2A con el objeto de tomar el centro de las casillas oscuras mediante C4T y A4R. 1 3.

...

P5A !

Preparando el avance de sus pie· zas del flanco D y la jugada C4A6D o 6C. 1 4.

A2R

1 5.

R1T

D2A

Las blancas a s u vez preparan la única contra posibilidad de avanzar el PAR y luego llevar a cabo PSR. 1 5.

...

C4A

, Primero 1 5 . TR1 R es mejor y obliga a las blancas a preocu­ parse de la defensa de su PR y a poner un control adicional so­ bre el 4R de las negras.

1 6. 1 7.

Ahora 17. A x C, A x A; 1 8 . A x P es ., demasiado tarde, puesto que después de 1 8 . . . . , A x C; 19. D x A, T x P las negras toman control de la columna R gracias a la constante amenaza al PTD que hacen el caballo y la torre centrada. 1 7. 1 8. 1 9.

D3R

Las blancas deberían aprovechar la oportunidad para simplificar mediante 16. A x C, A x A; 17. A x P, A x C ; 1 8 . D x A, C x P; 19. D4D, en que después de 19 . . . . , TR1 R las negras todavía tienen una pieza menor superior, pero bien pueden las blancas conse­ guir equilibrar la situación.

76

TD 1 D D2A

C6C TD 1 C

Demasiad9 lento y pasivo. La única posibilidad de las blancas '-;Onsistía en crear una amenaza sobre la columna AR mediante 19. A x C, A x A; 20. P4A, P4CD; 2 1 . PSR ! , PD x P; 22. C4R, A2C ; 23. PSA en que, a costa de un peón, las blancas tienen un fuer­ te ataque. Este plan fue usado posteriormente por las blancas en un cierto número de partidas Ben oni, de las cuales la más no­ table fue el famoso triunfo de Penrose sobre Tal, en la Olimpía­ da de Leipzig de 1960. 1 9. 20.

1 6.

TR1 R P3A

21.

PXP P5R

P4C PxP

Las blancas se dan cuenta de que gradualmente se verán obligadas a retroceder mediante 2 1 . . . . , PSC que las forzará a situar el caba­ llo en una casilla inferior, por lo tanto deciden finalmente in­ tentar un ataque. 21.

...

TxP

22.

P4A

C5R !

Esta quita gran parte de agresi­ vidad del ataque . 23. 24.

cxc AJA

TXC

Para evitar la pérdida del PCD cuando las negras, que cuentan con mayor número de peones, es­ tén a punto de coronar. 24. 25. 26 . 27. 28. 29.

P5A AXT P6A DJR PXA

T5D TxT C4A C5R CxA

tentando inmovilizar a su adver­ sario, pero las tendencias al equi­ librio que muestran los alfiles de colores opuestos podrían muy ' bien aparecer en un final en que se han cambiado las piezas ma­ yores. PJT !

29. 30.

P4T

31.

DxP

C2T

A primera vista, las blancas han conseguido mucho, pero un aná­ lisis más profundo revela una gran cantidad de debilidades en su campo que ahora Spassky se encarga de aprovechar. 31.

...

D2R!

La debilidad número uno es el rey. Así ahora 32. PST pierde ante 32 , DST + ; 33. RlC, DSD + ; 34. RlT, D x PCR. .

. . .

32.

A2A

33.

D4A

TlR

De lo contrario D6R forzaría un cambio de damas. 33.

Las negras, con un peón de ven­ taj a, buscan persistentemente los cambios, mientras que las blan­ cas ponen sus esperanzas en un ataque. Sin embargo, 29. D x C re­ presentaba una alternativa supe­ rior, ya que el caballo negro si­ gue siendo una pieza sólida en la fuga que viene a continuación. Después de 29. D x C, AlT las ne­ gras pueden jugar T l R y D l D in-

34

RxP P5T

C4C

La debilidad número dos son las casillas oscuras. 35.

PXP

36.

TlT

PxP

Las blancas no pueden reforzar su ataque sobre el 3CR, principal debilidad de las negras y, presio-

77

nadas por el tiempo, procuran activar su juego atacando la 6D. 36



D6R !

. . .

Ahora, después del forzado cam­ bio de damas, 37. D x D (de otra manera, 37 . . . , T l TR dando mate o ganando la dama ) 37 . . , T x D; .

.

.

38. T6T o ST (38. A l D, T6D ! ) T7R !

los peones negros adelantados consiguen la victoria. En vez de este prosaico final, Stahlberg co­ metió un error garrafal con 37. T7T + ?? y abandonó de inmedia­ to, antes de que Spassky alcan­ zara a replicar.

1 8. lnterzonal de Gotenburgo, 1 955. Blancas : Ilivitsky.

APERTURA RETI l. 2. 3. 4.

C3AR P3CR A2C P4D

C3AR P4A C3A P3R

Esto dej a a las negras en per­ manente lucha con una posición restringida. 4 . . . . , P x P; S. e x P, P4R es un buen sistema, puesto que después de 6. e x e, PD x e ! las negras alcanzan una posición sólida, mientras que la jugada superior 6. ese permite a las negras jugar un prometedor sa­ crificio de peón : 6 . . . . , P4D; 7 . A x P, D4T + ; 8. eR3A, A6T ! im­ pidiendo el enroque. 5. 6.

0-0 P4A

A2R PxP

De lo contrario, es difícil enfren­ tar PSD. 7. 8.

78

CxP C3AD

0-0 P3TD

9. I O. I l.

P3C A2C TIA

D2A P3D CxC

La única manera de completar su desarrollo porque 1 1 . , A2D se replica mediante 12. eso, P x e ; 13. P x P y las negras quedan con peones débiles. . . .

I 2. I 3. I 4.

Dxc TRI O P3TR

A2D TR I O TD I A

Las negras tienen un juego muy pasivo. I 5. 16. I 7. I 8.

P4TD A3T P4R P4CD

DIC A3A C2D

Las blancas, en forma acertada, deciden jugar ejerciendo mayor presión, puesto que 1 8 . A x P las dej a con muy poco después de 18 , A x A; 19. D x A, D x D ; 20. T x D, e4A ! ; 2 1 . T x T, T x T; 22. .

. . .

P4CD, C x P; 23 . C x C, A x C; 24. PSR, T2D. 1 8.

...

C4R

21. 22. 23. 24.

CxA AXT A2D

AxT TxT D2A P4D

Intentando conseguir mayores complicaciones, pero sus peones centrales constituían una efecti­ va barrera defensiva y 24. . . . , P3CD, para crear un peón pasa­ do mediante P4TD, era objetiva­ mente una mejor posibilidad de­ fensiva. 25. 26. 27. 28.

PxP AXA C3R R2T

29.

D2A

AXP D3C + DXA P4CD

Un ingenioso intento de «entur­ biar el agua », como dice el pro­ verbio ruso. 1 9.

P4A

CxP!?

Exacto. Las negras entregan al­ gunas piezas, pero obtienen la ruptura de la estrangulación que han impuesto las blancas. 20. 21.

DXC D3D

A x PT

Una vez más, una elección per­ fecta. 2 1 . D x T, T x D ; 22. C x A, T x T; 23. T x T (23. A x T, D2A; 24. C2C, D7A; 25 . T IA, A3A y no hay casilla para el caballo ) 23 . . . . , P4CD; 24. C3A, D3C + ; 25. R2T, D6R daría buenas contra posibi­ lidades a las negras, gracias a una dama muy activa y al hecho de que las piezas blancas meno­ res no pueden cooperar con faci­ lidad.

Presionadas por el tiempo, las blancas se equivocan gravemen­ te y al final justifican la ingenio­ sa resistencia de Spassky. Es pro­ bable que los peones adelantados unidos hayan asustado a las blan­ cas haciéndolas efectuar una ju­ gada pasiva para zafar su pieza clavada PD. Como las blancas de­ ben coordinar sus tres piezas

79

contra las dos de las negras, no deberán dej ar el caballo sin pro­ tección. Según señala Bondarevsky, 25 . PSA da a las blancas fuertes po­ sibilidades de ataque sobre el flanco R; por ejemplo : 29 . . . , D3D; 30. P6A ! P x P, 3 1 . C4C, P4A; 32. C6A + , R2C ; 33. CST + , R l T ; 34 . D2D, D4R; 3 5 . D6T, T l CR; 36. P6D ! , o bien 2 9 . . . . , P x PD ; 30. C x P, D3D; 3 1 . P6A ! , P x P ( o 3 1 . . . . , P3C ; 32. D3R ! ); 32. DSA, R2C ; 33. A4R, T l TR; 34. D4C + y las blancas tienen un j aque perpe­ tuo después de 34 . . . . , RlA; 35. DSA + , mientras 34. C4A consti­ tuye un buen intento de conse­ guir la victoria. .

29. 30.

PxP AXP

Un error más. 30. C X P ofrecía mejores posibilidades. 30 .

...

TlR

E n medio d e esta lucha por el tiempo, Spassky también se equi­ voca. 30 . . . . , DSD constituía urta manera mejor de aprovechar el

último movimiento de las blan­ cas. 31. 32.

C4C D2T

TlD

Las blancas parecen haber obte­ nido cierto contrajuego, puesto qúe puden llevar el caballo a SR si las negras se defienden con 32. . . . , TlAR. De hecho, las negras pueden entregar el peón para ex­ plotar la debilitada posición del rey enemigo. 32. 33.

DSD AXP+

Pierde de inmediato, pero des­ pués de la jugada superior 33 . A.2C, las negras harían avanzar tranquilamente el PCD. 33. 34.

RlA D3C

O 34. CSR, D6A amenazando con 35 . . . . , T7D + . 34 . . . . 35. R l C Abandonan

D7D + DSR +

1 9. Torneo de Candidatos de Amsterdam, 1 956. Blancas : Pilnik.

RuY LóPEZ l. 2.

80

P4R C 3AR

P4R C3AD

3. 4. 5. 6.

ASC A4T 0-0 P4D

P3TD C3A CxP P4CD

7. 8. 9.

A3C PXP P3A

P4D A3R C4A

Esta variante, que nunca ha sido refutada, nos da un excelente ejemplo de la riqueza del j uego. Las negras j uegan sucesivamente dos piezas bien situadas en vez de completar su desarrollo, y las blancas no logran extraer ningu­ na ventaj a de esta infracción de las « reglas » . 1 0. 11.

A2A P3TR

...

1 3.

CD2D

.

PSD

Ahora el avance se hace más bien arriesgado. 14.

A4T

No 1 1 . . . . , A x C ; 12. D x A, C x P; 13. TlR, P3A; 14. A4A con fuerte presión de las blancas . 1 2.

.

ASC

Generalmente, las blancas juegan 1 1 : T l R o CD2D continuando el desarrollo, pero es útil estar pre­ parado para zafar la pieza clava­ da mediante P4CR si es necesario. 1 1.

te ) dej a a las blancas con una débil estructura de peones en el flanco R, por la que no obti�ne ninguna compensación. ( 14. P x A, P x A; 1 5 . D x P, D2D y 16 . . , 0-0-0 ). Spassky hace la jugada más ade­ . lante cuando las blancas tienen mejores posibilidades de elec­ ción.

C4R

Con la esperanza de que 1 4 . . , C x C ? ; 1 5 . A x C en que la clava­ da es decisiva. Sin embargo, pa­ rece mejor 14. C3C y si 14 . . . . , P6D luego 1 5 . A1C. . .

1 4. 1 5. 1 6.

cxc DXD+

P6D ! PXA CXD

Evitando dejar demasiado al des­ cubierto el PTD.

A4A 1 7.

Una jugada m ás bien «neutral» que protege un punto que no co­ rría n ingún peligro. 12. T l R o CD2D resultan más adecuados. A2R

1 2.

Keres sugiere que las negras pue­ den obtener un estupendo juego aquí meqjante 12. . . . , P5D ! y si 13 . P x P, A x C seguido por 14 . . . . , C x PD, mientras 13. P4CR, P6D ! (una d� las cartas de triunfo· que tienen las negras en esta varian-

A3R

Un plan errado. Simplemente, las blancas deberían intentar ganar el peón que se ha apartado tanto de su lugar de origen. Así, 17. C3C ! , P4AD ; 1 8 . TD1A y entonces 19. C 1 T si es necesario, cuando le corresponde a las negras de­ mostrar que los dos alfiles valen el peón perdido. Las blancas es­ tán demasiado interesadas en conservar el caballo en la casilla 5AD, que parece una muy buena situación, sin lugar a dudas, pen-

81 6

I.AS

J()(J

MEJORES PARTIDAS DE SPASSKY

sando que pueden apoderarse del peón adelantado a su antojo. El inconveniente del texto consiste en que debilita el PR. 1 7. 1 8. 1 9.

P4CR TR 1 R

C3A A3C P5C

De este modo, las negras toman la iniciativa en el lado D forzan­ do la siguiente respuesta. 20.

P4A

De lo contrario, las negras cam­ bian peones y juegan T 1 CD8C.

Pensando en abandonar la inten­ ción de cambiar por un peón si las negras juegan 26. . . . , A7C, después de lo cual no sería fácil ganar al final. Una vez más, las blancas rehúsan retirar el caba­ llo de 5AR, pero aunque 26. C4T dej aría a la pieza sumamente alejada del juego, era mejor que el texto. Indudablemente, Pilnik temía 26. C4T, A5R o incluso 26. . . . , C4R; 27. C x C, A x C y si 28. P4A, A5R + o 28. A5C, T7T + ; 29. RlC, T D l T ! pero ahora las blan­ cas pierden sin haber podido ofrecer una gran lucha. T8D !

26. 20. 21.

R2C

P4TR P4T

Ahora la ubicación del caballo blanco en 5AD pierde su razón de ser. 22. 23. 24.

P3C TD1A PxP

0-0 PxP P4A !

Las negras intentan abrir el jue· go a sus dos alfiles. Las blancas corren un riesgo al deshacerse de la carga del PR, pero muy pronto se ven enfrentadas con la peli­ grosa amenaza A7CD . 25.

P x P a. p.

No 25. T x P ?, P x P ganando una pieza mientras 25. PC x P, A x P proporciona a las negras la nue­ va amenaza del avance de PCR. 25. 26.

82

AxP T2R

Ganando el cambio en circuns­ tancias aún más favorables, pues­ to que 27. C4T ahora pierde de inmediato ante 27 . . . . , TRST. 27.

TD x P

¡ El peón, largo tiempo ignorado, ha obtenido la venganza ! 27. 28.

TXA

AXT C5D

El cambio posterior de piezas menores da a las negras más campo para desplegar sus torres. 29. 30. 31.

AXC C6R C4A

AxA A6A TIR

A l conservar e l caballo y n o el alfil en la jugada n.o 29, las blan­ cas han impedido el j aque en l CR después de TRST, de mane­ ra que las negras simplemente ocupan ambas columnas centra­ les con sus torres y esperan que las blancas terminen las jugadas útiles. 32. 33. 34.

C5D CXA C3R

A5D TXC

No 34. PSC, TSC + ni 34. P3A, R2C amenazando ganar la pieza mediante 35 . . . . , P3A. TR I D

34.

Ahora l a torre penetra hasta el séptimo y no hay nada más que hacer.

35.

TIA

O 3 5 . CSA, T7D y los peones ne­ gros están más próximos a co­ ronar. 35. 36. 37.

T7D TIA R2D

T I TD CID

Las blancas se han visto forza­ das a un juego completamente pasivo, de manera que ha llegado el momento de movilizar al rey. 38. 39.

P5T ! T I TD

R3C PXP

Esta hubiese sido la respuesta para cualquier jugada razonable de las blancas y la torre penetra­ ría como en la partida. 40. C3R 41 TIT 42. T7T 43. T x P !

TR x P TR X P P6C

Terminada la lucha contra el tiempo, las blancas abandonaron.

20. 23. o Campeonato de la U.R.S.S., Leningrado, 1 956. Negras : Tal.

DFEENSA INDIA DE REY l. 2. 3. 4.

P4D P4AD C 3AD P4R

C3AR P3CR A2C P3D

5.

P4R

P3A

La praxis moderna prefiere la más flexible S . , 0-0 puesto que las negras pueden muy bien lo­ grar mejores resultados ejercien. . .

83

do preswn en el centro con el consiguiente C3AD o P3CD y P4AD . La desventaja de P4R en la Defensa India estriba en el riesgo que corre el alfil en fian­ chetto, ya que puede ser bloquea­ do por sus propios peones en 3D y 4R una vez que las blancas cierren el centro mediante P5D. 6.

PSD ?

Esta resulta muy poco rígida. 6 . CR2R ! , 0-0; 7. A5C ! , P3A; 8. D2D da a las blancas cierta ventaj a. Korchnoy-Olafsson, Wij k aan Zee, 1 97 1 . 6. 7.

A3R

C4T P4AR

En éste, el primer encuentro en­ tre Spassky y Tal, el letón no actúa realmente a la altura de su talento. Más bien, uno hubie­ se esperado de él 7 . . . ., C3T ; 8 . D2D, D5T + ; 9 . P3CR, C x P ! ? ; 1 0 . D2AR ! , C x A; 1 1 . D x D , C x A ; 1 2 . R2A, C x P co n una posición muy complicada. Así continuaba una partida entre Spassky y Brons­ tein durante el Torneo de Candi­ datos de 1956. 8.

020

C3T

Las negras deberían preocuparse de su alfil malo. De este modo 8 . . . , P5A; 9. A2A, A3A amenaza cambiarlo mediante 10 . . . . , A5T, y 10. P3C para impedirlo, propor­ cionará al alfil una buena diago­ nal en 4CR. .

9.

84

0- 0-0

C3A

1 0. 11. 12.

PxP AJO CR2R

PxP 0-0 D2R

En algunas variantes, la dama apoya e! P5R para infundir nue­ va vida al alfil de cuadros oscu­ ros, i ncluso a costa de un peón ; por ejemplo : P5R, P x P, P5A ! en que el control del 4R de las ne­ gras resulta sumamente útil. Sin embargo, 12 . . . . , P4A seguido por C2A, P3TD y P4CD reservando la posibilidad de D4T parece un me­ j or plan. En la partida, las blan­ cas efectúan un ataque más rá­ pido sobre el rey. 1 3.

TD 1 R

Para impedir P5R mediante e l en­ frentamiento de torre y dama en la columna. El sacrificio de peón indicado en la última nota no sir­ ve todavía, puesto que las blan­ cas tienen un firme control sobre su propio 4AR, de modo que qui­ zás las negras ahora deberían in­ tentar la defensiva 13 . . . . , D2A. 1 3. 1 4.

CJC !

P4A ? C1R

Evidentemente no 1 4 . . . . , P5A ? ; 1 5 . A x PAR. 1 5.

CST

CD2A

Casi no valía la pena conservar el alfil mediante 15 . . . . , A l T . Las negras luchan desesperadamente por crear una contra amenaza sobre el flanco D . 1 6.

P4CR

R1T

1 7. 1 8. 1 9.

TR1C CxA P4A

D2A CxC

Las blancas intentan abrir líneas sobre el flanco R, y las negras deciden entregar un peón para reducir las amenazas. 19. 20. 21. 22. 23. 24.

A2AD PA X P PXP AR X P CXA

P5R P4C TICD AXP AxA D x PD

Cambiar damas es su mejor po­ sibilidad, ya que tanto 24. . . . , C x PC ; 25. T5C como 24 . . . . , C4A; 25. D3A + dejan al rey en grave peligro. 25. 26. 27.

DxD C X PD AXP

CxD TD 1 D CxP

28.

A4D !

El comienzo de una serie de ju­ gadas precisas que fuerzan una victoria fácil en el final . 28 .

.

...

C3C

Un reconocimiento de la derrota, pero 28 . . . . , T x C ? ; 29. A x C + , R l C ; 30. A x T, R x A; 3 1 . TRIA o 28 . . . . , C6D + ; 29. R2D, C x T (29. . . . , T x C ; 30. A x C + , R l C ; 3 1 . A5R + , T3CR; 32. R x C; 30. A x C + , Rl C ; 3 1 . A6A + ! y mate a la si­ guiente, tiene que ser rechazado. 29.

T7R

CxT

Podría, por supuesto, terminarla de inmediato mediante 29. . . . , T l CR; 30. C7A mate ! 30.

AXC+

R1C

31.

AxT+

RXA

32.

TIA+

R1C

33.

T1D

Ahora las blancas ponen de m anifiesto la superioridad de sus peones. 33.

Esta es la pos1c10n que Tal ha­ bía empezado a buscar a través de sus j ugadas anteriores . Ame­ naza con 28. . . . , C6D + o bien 28. . . . , C(5 )3R con juego para sus piezas .

T I AR

34.

P4TD

35.

C4A

T x PT

36.

T7D

C4A

37.

T x PTD

C5D

38.

T7AD

Abandonan

T7A

38 . . . . , T7AD + no gana el caballo, de modo que el PCD de las blan­ cas rápidamente cumple su co­ metido.

85

23.° Campeonato de la U.R.S.S., Leningrado, 1 956. Negras : Taimanov.

21.

DEFENSA SICILIANA l. 2. 3. 4. S. 6.

7.

P4R C3AD P4D CxP C3AD ASCR D2D

P4AD C3AD PxP C3AR P3D P3R P3TD

Las negras tendrán que preocu­ parse en algún momento de la amenaza CRSR. 8. 9.

0 -0-0 P4A

A2D A2R

Tres ruedas más adelante, Taima­ nov prefirió 9 . . . . , P4CD contra Hasin, pero después de 10. C X C, A x C ; 1 l . A3D, A2R; 12. PSR, P x P; 1 3 . P x P, C2D; 14. A x A, D x A las blancas consiguieron una ven­ taj a con el fuerte sacrificio 15. A4R. 1 0.

C3A !

Esto amenaza con PSR y de este modo impide enrocar a las ne­ gras en vista del alfil colgante en 2D. 10 . A2R es mucho más inofensivo. 1 0.

.

..

TIA

Una innovación. E l problema re­ side en que después de 1 1 . PSR, P x P ; 1 2 . P x P, C4D; 13. C x C, P x C; 14. A x A (el alfil está en prise con j aque) 14 . . . . , D x A las

86

blancas no pueden j ugar 1S. D X P a causa de lS . . . . , ese atacando el 7AD. 1 1.

RlC

Jugada después d e largo análisis. constituye un movimiento fuerte que renueva la amenaza de PSR. Comparada con la variante de la última nota, ni el AR ni el PAD se encontrarían en prise con j a­ que. De esta manera, si ahora 1 1 . . . . , P4C entonces 12. P5R, P x P; 1 3 . P x P, C4D ; 14. C x C, P x e ; 1 5 . D x P, A x A; 16. e x A, D x e ?; 17. D x A + mientras que si en esta línea 1S . . . . , ese enton­ ces 16. D2D, e x PA ( 16 . . . , T x P ; 17. D x e ! ); 17. A3D con un desa­ rrollo muy superior, y después de 17 . . . . , A x A ( 17 . . . . , eSD ?; 1 8 . A x A, e x e ; 19. A x D, e x D ; 20. T x e, T x A; 2 1 . A4R amenazando con 22. TR1D o más adelante A7e ); 18. e x A, eSD las blancas pueden jugar 19. A x P o 19 TR1A con amenazas vencedoras. Otro problema que presenta 1 1 . R1e consiste en que después de 11. . . . , P4e ; 12. PSR, P x P; 13. P x P, P5e; 14. P x e, P x P ( 14 . . . . , P x e; 1S. P x A gana, puesto que la dama blanca está en prise, pero sin j a­ que ); 1 S . A x P, A x A; 16. e4R las blancas ganan un peón con la amenaza de 17. e6D + . 1 1.

...

D2A

Así, las negras deciden hacer que PSR resulte menos peligroso.

12. 1 3.

PSR PxP

PxP C4D

No 1 3 . . . . , C x P ? ; 14. C x C y 1 5 . A x C seguido por 16 D x A + . 1 4.

CxC

15

AxA

PxC

1 5 : D X P se combate mediante 15 . . ese con un ataque triple sobre 7AD. . .

1 5.

...

CxA

De este modo, las negras prote­ gen su débil peón central pero quedan con un juego pobre ya que las blancas tienen el control de las casillas oscuras (DSC y C4b , etc.). 1 6.

A3D

0-0

1 1.

ose

A4C

Para trasladar el alfil malo, in­ cluso a costa de un peón dupli­ cado. Después de 17 . . . . , A3R ; 18. C4D las blancas se encontrarían en una posición excelente. 1 8.

AXA

1 9.

C4D

PXA

Parece muy fuerte, pero 19. P3A es aún mejor si queremos fijar el PCD negro. Las blancas tam­ bién dejarían disponible la casi­ lla 4D para la torre, con proyec­ tos tales como T4D4TR o 4CR con un ataque . El PR estaría también doblemente defendido y de ese modo las negras no ten­ drían contraj uego.

1 9.

...

C3C

Las negras se apresuran a atacar el PR con la esperanza de poder cambiar piezas y quedar con me­ nos peones débiles. Sin embargo, 19 . . . . , PSC ofrecía mejores posi­ bilidades ya que habrían conse­ guido contrajuego de inmediato con T 1 T amenazando con un eventual D4T en un momento que resulta difícil defender el PTD de las blancas. 20.

P3A

Corrigiendo su falta de precisión. Es extraño que Boleslavsky en su autorizado «Caro-Kann bis Si­ zilianisch» ( 1968 ) indique que la j ugada 20 fue T2D. Sería una al­ ternativa bastante fuerte y la única explicación para el «grave error>> del gran maestro debe es: tribar en el hecho de que trabaj ó utilizando notas personales que hizo sobre esta partida en las que consideraba que 20. T2D re­ sultaría una buena jugada. Pero la regla de oro de todo escritor dice se acumulan contra 7CR y 6TR.

22.

...

D2A

Un plan muy equivocado. Debe tratar de deshacerse del caballo intruso mediante 23 . . . . , C2R se­ guido, si es necesario, de A2D. 23.

D2e

R2T

La amenaza era 24. C x P + . 24. 25.

RIT C (2 ) 3e

Ate e4R

Con esta jugada pierden de in­ mediato, ya que permite a las blancas movilizar los peones que hasta el momento habían perma­ necido inactivos . 25 . . . . , C2R hu­ biese resultado más acertado. 26.

P4A

e6D

No 26 . . . . , C(4 ) x P ; 27. C x PC ! , R x C ; 28. CST + , R3C ; 29. C x C, C x C; 30. T lCR con vencedoras

amenazas de ataques a la des­ cubierta utilizando el alfil; por ejemplo : 30 . . . . , CSC; 3 1 . A3AR o bien 30 . . . . , D2R; 3 1 . A4R + , R4T ; 3 2 . A3AR + , RST ; 3 3 . Al R + , R6T ; 34. D2CR mate, o bien 30. . . . , R2T ; 3 1 . A4R + , P x A (31 . . . . , C x A; 32. D7C mate ); 32. D x C, T l C ; 33. A3A y mate mediante 34. T7C + . 27. 28.

D4D PSe

ese PxP

O 28 . . . . ,C4T; 29. C x C con ame­ nazas de mate en 7C. 29.

PxP

e4T

Ahora 30. C X C ?? permite 30. D x P mate, pero las negras aban­ donaron sin esperar la respuesta de las blancas que habría sido 30. D4T, P3CR; 3 1 . C x C, P x C(4T ); 32. D x P + , RlC; 33. C6T + , etc.

23. 24." Campeonato de la U.R.S.S., Moscú, 1 957. Blancas : Furman.

DEFENSA SICILIANA l. 2. 3. 4. 5.

e3AR P4A P4R P4D exP

P4AD P3eR A2e PxP e3AD

Transponiendo a una versión Si­ ciliana de la estrangulación Ma-

roczy en que las negras tienen múltiples contraposibilidades tác­ ti· .l S . 6.

A3R

Durante mucho se consideró que 6. C2A era mejor, pero en los úl­ timos años el texto se ha hecho sumamente popular. Ciertamen-

91

te, parece más lógico buscar el desarrollo antes que retirar el caballo del centro. 6.

...

C3T

Esta j ugada ha sido apenas uti­ lizada en estos últimos años. Se ha dado preferencia a la crucial variante 6 . . . . , C3A; 7. C3AD, C S CR ! ; 8. D x C, C x C ; 9. D l D y ahora 9 . . . . , P4R o bien C3R. 7.

C3AD

7. A2R es más preciso, pues 7 . . . , 0-0; 8. D2D ! , CSCR. 9. A x C, A x A; 10. 0-0 favorece a las blancas. .

7. 8. 9.

A2R PXP

0-0 P4A AXC

Una jugada inusitada que ofrece la entrega del sólido alfil en fian­ chetto con el propósito de ganar varios tiempos. 9 . . . . , C x P ; 10. C x C, P x C; 1 1 . P4A dej a a las blancas con ventaj a. 1 0.

AXA

Inferior a 10. A x C, T x P; 1 1 . 0-0 en que el caballo blanco sitnado en el puesto de avanzada SD ga­ rantiza cierta superioridad. 1 0. 11. 1 2. 1 3. 14.

ASA A3T 0-0 TIA

CXP P3D CRSD A4A

Una jugada obvia, pero era me­ jor 14. A3D de manera que des-

92

pués del cambio de alfiles de ca­ sillas blancas, las negras ven de­ bilitado s sus 3R y 4D. Entonces si 14. . . . , P4R; 15. A4R ! tiene fuerza. 1 4. 1 5. 1 6.

C SD P3CD

D2D T2A

Es evidente que las blancas espe­ ran obtener la ventaja una vez que hayan situado el alfil en la gran diagonal negra, pero las pie­ zas de las negras están todas bien situadas y también pueden mirar el futuro con confianza. 1 6. 1 7. 1 8.

T D I AR A2C P4CD

P4R

1 8 . P4A, para minar el centro, se enfrenta mediante 1 8 . . . . , A3R el juego de las negras en la colum­ na AR les da ventaj a. El texto es demasiado ambicio­ so. Sería preferible la sólida ju­ gada defensiva 1 8 . C3R. Entonces 18 . . . . , A3R se combate con 19. A4C mientras que 1 8 . . .. , D2R; 19. C x A, T x C ( 19 . . . . , C x C ; 20. PSA! amenazando con 2 1 . A4A ); 20. D2D, DST; 21. D3R también dej a a las blancas con mej ores perspectivas futuras. 1 8.

A3R

Ahora 19. PSC pierde su obj etivo después de 19. A x C ; 20. P x A, C x A + ; 2 1 . D x C, C2R y las ne­ gras logran presionar el PD. De todos modos, esta era la mejor posibilidad de las blancas. Una

partida posterior entre Stolyar y Kotkov continuó 19. C3R, C x A + ; 20. D x C, C x P; 2 1 . TDlD, C3A y las blancas no obtuvieron mucha compensación por el peón que· habían sacrificado. 1 9.

A3D ?

ASC

2 1 . D5C pierden el cambio des­ pués de 2 1 . . . . , A7R ! ) 2 1 . . . . , A x P ! ; 22. Dl D, T5A con un ataque ven­ cedor. 20. 21. 22.

PxA RlT

AxP! CxP+

O 22. T x C, T x T ; 23. T2A, D6T ; 24. T2D, P5R y gana. 22. 23.

20.

P3A

Después de 20. D2D las negras pueden continuar su violento ata· que con 20 . . . . , C6A + ; 2 1 . P x C , A x P; 22. D5C, C x P y si 23. C x C, T5A; etc. o bien, aún con mayor fuerza, mediante 20 . . . . ,A6A y en seguida 2 1 . P5C, DSC; 22. C3R, D4C; 23. D3A, A x P ! 24. C x A, C6A + ; 25. RlT, D4T; 26. P4TR, D5C o 2 1 . C3R (2 1 . D6T o bien

D6T T2AR

Perdiendo en el acto. Tendría que haber intentado 23. D2R en que las negras no juegan 23 . . . . , P5R, 24. A x P, C x PT a causa de la réplica 25. C6A + , T x C ; 26 . . A5D + y son las blancas las que están en mejor situación, sino 23 . . . . , C x P; 24. D x C, T x T + ; 25. T x T, T x T + ; 26. A x T, D x A + ; 27. Dl C , D x P con cuatro peones por una pieza, o incluso el más fuerte 23 . . . . , CR5D; 24. A x C, C x A; 25 . T x T, T x T ! ; 26. D2D, P5R ! con un poderoso ataque : 27. A x P ?, T8A + mate, o bien 27. C4A?, D6A + , o bien 27. D3R, C6A; 28. T2A, P x A. 23. . . . Abandonan

C SR !

93

24. Olimpíada Estudiantil, Reykjavik, 1 957. Negras : Soderborg.

RuY LóPEz

nas de las variantes A4A de la Ruy López.

t.

P4R

P4R

2.

C3AR

C3AD

3.

A5C

P3TD

4.

C3A

C3A

5.

D2R

7. 8. 9.

Una j ugada perfectamente utili­ zable que excluye la variante abierta S . . . . , C x P y da a las blancas amplio campo para ma­ niobrar, j unto con algunas posi­ bilidades tácticas basadas en D4A. P4CD

5.

A4A ; 6. A x C, PD x P; No S. 7. C x P ganando un peón sin ries­ go alguno puesto que 7 . , DSD se enfrenta mediante 8. C3D. .

6.

. .

A4A

A3C

Una jugada provocativa. 6. . . . , A2R es más prudente. 7.

P3A

Las blancas podrían también in­ tentar 7. P4TD esperando 7. PSC; 8. A x P + ! y 9. D4A + , pero después de 7 . . . , T1CD; 8. P x P, P X P las blancas no pueden in­ tentar ganar un peón mediante 9. C3A, 0-0 ! ; 10. C x PC a causa de la sólida línea 10. . . . , P4D; 1 1 . P x P, PSR ! . E l texto también ex­ cluye un posible CSD que tiende a igualar para las negras en algu.

94

o.o

0-0 P3D

P3D

Controlado. Pero la más ambicio­ sa 9. T 1 D da a las negras una po­ sición perfectamente sólida des­ pués de 9 . . . , D2R; 10. P4D, A3C ; 1 1 . ASC, P3T. .

9. 1 0.

A5C

A3R D2R

La primera j ugada realmente im­ precisa de las negras. 10 . . . . , T 1 R o primero 1 0 . . . . , P3T; 1 1 . A4TR, T 1 R igualaría, mientras que aho­ ra la dama indefensa representa una debilidad táctica. 11.

A5D !

Explotando esa debilidad, ya que 1 1 . . . . A x A? abre la columna R y después de 12. P x A, C 1 C ; 1 3 . P 4 D l a s blancas ganan un peón. 11.

...

D2D

Un segundo desacierto que per­ mite la desarticulación de su flanco R . Debería haber intenta­ do 1 1 . . . , A2D, pero después de 12. C4T las blancas ya tienen al­ guna presión sobre el lado R, puesto que 12 . . . . , P3T pierde el cambio ante 13. C6C ! , D l D ; 14. A x CR. .

12. 1 3.

A x CR P4D !

PXA PxP

Se ven forzadas a hacerlo por­ que 13 . . . . , A3C ; 14. A x C, D x A; 1 5 . P5D sólo logra perder una pieza. 14.

AXC

PGD !

Evitando la pérdida de una pieza como en la última nota. 1 5.

DxP

DxA

Ahora nos encontramos con el antiguo tema Chigorin: dos ca­ ballos pueden ser más fuertes que dos alfiles en posiciones ce­ rradas o semicerradas. 1 6.

CD2D

R1T

1 6 . . . . , P4D, para abrir líneas, sólo lograría invitar a los caba­ llos a ocupar buenas casillas des­ pués de 1 7 . C4D. Por lo tanto, las negras se preparan para defen­ der el flanco R, mediante la ocu­ pación de la columna CR. 1 7. 1 8.

C4D P4TD

D2D TD1C

Entregando l a columna sin defen­ derla. 18 . . . . , P5C era correcto, pero no 1 8 . P x P; 19. D2A, P6T; 20. P4CD ! 1 9. 20.

PxP D3A

PxP AxC

No 20 . . . . , R2C ; 2 1 . D3C + , R1T; 22. D4T, R2C ; 23. P4AR y enton­ ces 24 . T3A con un ataque vence-

dor, mientras que 20. pierde el cambio. 21. 22.

PxA TRIA !

.

. ., DID

D2R

Ahora el PAD retrasado junto con el arruinado flanco R cons­ tituyen una debilidad decisiva. 22 .

...

P4AD

O 22 . . . . , T2C; 23. P5R, o bien 22 . . . . , TRIA; 23. T7T seguido por P5D. 21.

T7T !

Un sacrificio estupendo seguido a continuación por un interesan­ te ataque compuesto por j ugadas tranquilas . 23 .

...

DxT

O 23 . . . . , D l D; 24. P x P, P x P; 25. TR x P en que 25 . . . . , D x C pierde ante 26. D x P + , Rl T; 'lf/. T5C + . 24.

D x P+

R1C

25.

T3A

TRIR

O 25 . . . . , D8T + ; 26 . C lA, A5C ; 27. T3CR, D8D o 27 . . . . , P4T ; 28. P3T ganando. No servitía de nada trasladar esta torre para dej ar 1R como casilla de escape; ade­ más quitaría a las negras un po­ sible recurso defensivo . Basta que las blancas jueguen 26. D6T para ganar rápidamente (26 . . . . , R1T; 27. T3CR, T I C ; 28. D6A + ). 26.

T3CR + !

95

26. D6T parece demoledor, pero las negras replican,. 26 . . . . , D8T + ; 27. C lA, ASC ! ; 28 . T3CR, T x P ! con una posible defensa. 26. 27.

PSD

El clásico cambio de guardia. DlD

29. 30.

D6T

30 .

...

RlA TlT

Intentando u n contraataque en la última fila. 27. . . . , A2D ; 28. D x PD + , T2R; 29. D6T + , R l R ; 3 0 . T 8 C mate, mientras que 27 . . . . , A l A permite la misma variante con las blancas, terminando me­ diante 30. T8C + , R2D; 3 1 . D6AD mate. 28.

P4T

Para proteger al rey. No quieren capturar al alfil todavía puesto que eso haría desaparecer el con­ trol que la dama mantiene sobre la posición ( después de 28. P x A, T x P ). Por otro lado, las negras · amenazaban también con 28. . . . , A x P ! ; -29. D x P + , T2R y si 30. P x A?, D8T + ; 3 1 . C lA, D x C + mate. 28. 29.

96

R2R ?

Acelerando el final, pero 30 . . . . , AlA también pierde ante 3 1 . T x PT + , R2R; 32. PSR ! , P x P ; 33. C4R, D x P (33 . . . . , T3T; 34. ·DSC +, R2D ; 35. T x P + , T2R; 36. DSA + , R2A ; 37. D x P + , R2D ; 38. C x P + , R l R ; 39. T8A + ! y 40. D8T + ga­ nando la dama ) ; 34. D6AR + , R2D; 3 S . T x P + , D x T; 36. D6D y mate.

D2D T7C

31.

DXA

Abandonan

1 958-1 96 1

FRACASO Y EXITO

En 1 958, Spassky se acercaba al término de sus estudios en la Fa­ cultad de 'Periodismo de la Universidad de Leningrado, y de este modo estaba a punto de convertirse en realidad en un «profesional» del ajedrez, aunque esa palabra tiene connotaciones despectivas en la semántica soviética y actualmente, cuando la usan para describir a sus propios jugadores, la acompañan de la frase calificativa ;En et mejor sentido de la palabra». (Es extraño que Spassky, aunque preparado para el periodismo, no haya sido nunca un escritor pro­ lífico en su especialidad y haya anotado comparativamente pocas de sus partidas para la prensa. ) Durante este período, se destaca, en dos ocasiones distintas, su fracaso en el Campeonato Soviético que le impidió cal.ificarse para el Campeonato Mundial Interzonal. El primero ocurrió en Riga, en 1958; Spassky, después de haberse encontrado entre los pri­ meros durante toda la competición, perdió las dos última� parti­ das: ante Kotov debido a un grave error después de haber reali­ zado un sacrificio que prometía el triunfo, y ante Tal en una par­ tida en que Spassky había llevado la delantera durante largo tiem­ po y perdido la oportunidad d� ganar eri la jugada n.0 58, muy cerca del final, en una partida de 73 movimientos. El segundo fracaso tuvo lugar a comienzos de 1961 cuando en una última ronda que resultó desastrosa perdió ante Stein quedan­ do fuera de los cuatro lugares de calificación. Spassky fue criticado duramente por la prensa soviética de la especialidad por haber 97 7

l.AS

)00

MFJORES PARTUXS D E SPASSKY

abandonado la partida durante el aplazamiento. El mismo Stein se preparaba para una lucha difícil en la segunda seswn, en la que debía evaluar la presencia de un peón adicional en un final de alfiles. Sin embargo, este período también contiene algunas de las me­ jores y más agresivas partidas de Spassky, tales como el inmortal Gambito de Rey contra Bronstein ( n.o 37 ) y el Contra Gambito Albin contra Mikenas ( n.o 35 ) en el que son las blancas y no las negras las que juegan todos los sacrificios. El lector atento hab rá notado que es t a sección recibe el nombre de al estilo del Gambi­ to Muzio. 1 0. 1 1. C X P

PxC A 3D

Lo mej or ql.Ue podían haber he­ cho las neg1ras era defender la casilla clave 4R con 1 1 . . . . , P3A; pero despué� de 12 P3TD, A3D; 13. P4CD, C41R; 14. P5A, C x C + ; 15. T x C, A4 Q. ; 16. A4AD para con­ tinuar con T' 3D y A2C las blan­ cas tienen un fuerte ataque en la columna D, mientras que si 16 . . . . , C2R entonces 17. T3T amena· zando con 1 8. D5T con o sin j a­ que, según sea el caso. 1 1 . . . . , D2R no es tan acertado. Spassky ya hab ía demostrado, en una par- , tida co ntra Beliavsky ( Leningra­ do 1 955 ) que 12. P5R tienen en­ to�ces much a fuérza. Esa parti­ da continuaba . 12 . . . . , P4TD; 1 3 . P3TD, A4A; 14. P4CD, P x P; 1 5 . A5C, P3A; 16. PR x P, D2A; 1 7 . P x P, T x T ; B. D x T, A x PC ; 1 9 . D S T R l D ; 2ú. A4R, D x P; 2 1 . C5R! y las blmcas pronto obtu­ vieron la vichria. 1 2.

_

cxP

O 1 2. . . . , A x P 13. TlR, P3A; 14. P4CD con hunas posibilidades. Sin embargo lespués del texto, las blancas timen menos pro­ blemas . 1 3.

124

T1R

1 4.

P5A !

P3A

A2R

Tra tamdo de cerrar la columna

R. 14 .. . . . , AR x P; 15. C x C, P x C ;

16. T :x P + , A2R permitiría a las blanc:as continuar con el podero­ �o 1i7 . A5C o incluso con 1 7 . D5T + , R2D; 18. P6A. 1 5.

cxc

La más simple. 15. T X C también fue tomado en consideración, pero después de 15 . . . . , P x T; 16. C x P, C3A; 17. A4AD, A x P la po­ sición no es clara. 1 5. 1 6. T X P 1 7 . A5C 1 8. D3C +

PXC C 3A 0-0

Las negras se las han arreglado p ara enrocar, pero la presi ón de las bh:ncas no ha disminuido. 1 8. . . .

P5R

Las b lancas, por supuesto, j ue­ gan intentand, abrir líneas . 1 2.

La Úlnica jugada es 13. . .. , D2R ; 14. P!5A! , C x C + ; 1 5 . P x C, A4R; 16. Pt.4A permite a las b lancas re­ cuperrar la pieza de inmediato.

O 1 8.

R1T

, R2C ; 1 9 . TD l R, T 1 R ( 19. . . . , ARx P; 20. T x A o bien 1 9 . . . , T2A; 2). A4AD ) ; 20. A5C, A2D ; 2 1 . A x A, ) X A; 22. D3C ! . .

.

1 9. T D 1 R

AR X P

O 1 9 . . . , T lR; 20. A x C + . 20.

rxA

Nuevanente el más simple. 20. T8R pa-ece un final más adecua-

do para la partida1, pero después de 20 . . . . , D3D; 2 1 . JD7A las -negras tienen 2 1 . . . . , ClC; 22. DST, C3A. Por esto, el prosaicco texto.

20. 21. 22.

D3D CSC

TRSR A4AR

Liquidando completamente las esperanzas de contraataque de las negras.

(Ver diagrama sigu iente. ) 22. 23.

A2D A3A ?

A3C

Un error garrafal que provoca la pérdida. de un caballo que es­ taba perdido de todas maneras. 24.

36.

Abandonan

TR4R

Da la impresión de que Spassky siempre sostuviese enconadas lu­ chas títánicas con el veterano maestro internacional l i t u a n o (vea también l a partida n.• 46). Se sabe que ciertos adversarios logran que mostremos lo mejor que tenemos, mientras otros nos hacen revelar lo peor.

Ri ga , 1 959.

Blancas : Gipslis.

Ruv

LóPEz

l . P4R 2. C3AR 3. ASC 4. 0-0

P3A

0-0

6.

P4D

A3C

7.

PXP

S. P4F. C3J.. D C3.J. A4J.

Alekhine, en su époc• . D e hecho, des­ pués de 1 9 . D x A ! TD l C ; 20. P x P,

No

D x P ; 2 1 . D x T , T x D + ; 22. C 3 C ,

como para excluir 23. R l A .

tanto

para

ganar

un

peón

A S T ; 2 3 . R 2 C l a s b l ancas tienen la ventaj a aunque l a posición es todavía comp licada . S i n go,

ahora

las

negras

embar­

consigu e n

un ataque decisivo.

23.

A2D

O 2 3 . C l A , A4CD

23. 1 9. 20.

AXP

s e gu ido

por

24.

. . . , A3AD y 25 . . . . , D6T.

24.

AxC D x AD

D2R

Sin que impor t e como j uegue n , Para proteger su P D ; p e ro como

l a s blancas c a en bajo un feroz

muestra l a nota siguiente l a da-

a taque ; por ejemplo :

146

24. D x AR,

D6T ! o 24. P x A, D6T; 2S. D x A, D x C + ; 26. RlA, TIA + ; 27. A4A, PxA .

D6T

24.

Abandonan

El final podría ser 2S . D x A, T x D + ; 26. P x T, D x P + ; 27. RlA, T X C y mate a la próxima.

44. 29. Campeonato de la U.R.S.S., Baku, 1 96 1 . Blancas. Savon. •

APERTURA RETI l. 2. 3.

C3AR P3CR A2C

P4D P4AD C3AD

Las tres primeras j ugadas de las negras forman una estructura más bien arriesgada ya que las blancas podrían ahora jugar 4. P4D con una Defensa Grunfeld Invertida (esto es, ganando un tiempo adicional ). En el tipo de lucha enconada que normalmen­ te produce la Grunfeld, un sólo tiempo tiene un enorme valor. Además, incluso si las negras ad­ virtieran lo expuesto de su posi­ ción y evitaran la variante abier­ ta, arriesgarían (después de la jugada P4AD de las blancas ) ter­ minar en un variante de la Ca­ talana, considerada inferior para las negras (por ej emplo : si ahora 4. P4D, P3R entonces S. 0..0, C3A; 6. P4A produciendo una situación que se podría haber originado en el orden de las jugadas l. P4D, P4D; 2. P4AD, P3R; 3. C3AR, C3AR; 4. P3CR, P4A; S. A2C, C3AD; 6. 0..0) Sin embargo, en esta va­ riante de la Catalana, se consi-

dera generalmente que la jugada 4 . . . . , P4A es inferior a 4 . . . . , P x P y a 4 . . . , A2R. .

4.

0-0

Las blancas prefieren llegar a una Defensa India invertida en la que el tiempo de ventaj a tiene, sin embargo, menos valor en vis­ ta de la naturaleza cerrada de la posición. 4. S.

P4R P3D

Aquí S. P4AD ofrece un plan me­ jor para esquivar una posición completamente cerrada (S. . . . , PSR; 6. C l R o S PSD; 6. P3D y entonces 7. P3R abriendo la co­ lumna R o la AR). S.

...

P3A

Así encontramos al final una va­ riante Samisch invertida. 6. 7.

P4R C4T

PSD

Por analogía con la Samisch, 7.

147

P3A resulta también muy acerta­ do aquí. Una partida entre Bot­ vinnik y Pomar (Olimpíada de 1 962 ), de similar apertura, conti­ nuaba (hubo algunas transposi­ ciones ) 7. eD2D, A3D; 8. P4A, eR2R y sólo en ese momento, cuando había hecho muy difícil que las negras abrieran el juego en el flanco D, jugó Botvinnik 9. e4T seguido por 10. P4A. 7. 8. 9.

P4AR C2D

A3R D2D 0-0

Un plan corriente en la Samisch normal. El rey está muy seguro en este lado donde le resultará muy difícil a las blancas abrir la posición (en este momento 10. P3A sólo consigue perder el PD ) y las negras planean continuar con R1e, TlA y por último PSA. Mientras tanto, con las piezas bloqueadas de esta manera, pue­ de dej ar sus piezas menores sin desarrollar por el momento. 1 0. 11. 12. 1 3.

P4T C4A A2D P5A ?

A 3D A2AD CR2R

Aunque en algunas variantes el asalto de peones PSA, P4eR:se, etc., sería un plan acertado, las blancas no tienen tiempo para eso en esta situación. El único plan adecuado consiste en inmo­ vilizar a las negras en el centro mediante el ataque de SR con 13. e3A.

Bien pensado, acertado y concre­ to. Las negras entregan el buen alfil para forzar el cambio del alfil malo. Este era uno de los objetivos de su modesta retirada en la jugada 1 1 . Sin embargo, si las blancas hubiesen encontrado 1 3 . e3A! este plan no sería facti­ ble a causa de la pérdida del PR. 1 4. 1 5.

PXA T2A

Si 1 5 . AlA entonces 15 . . . . , P6D ! sería difícil de refutar. La amena­ za de P7D fuerza 16. P x P cuando las negras pueden jugar 16 . . . . , D X P o 16 . . . . , ese con buen jue­ go, puesto que sus caballos ten­ drán buenas casillas en SD y sen. 1 5. 1 6.

AXA TXA

Ahora las blancas cuentan con la li �era, pero permanente desven­ taj a que significa tener un alfil cercado por peones inamovibles en 4R y 4AD. Las negras planean mejorar la posición general de sus piezas arreglándoselas para situar el caballo en 3D donde ataca a los peones fijos, y luego abírir la columna eR con P3eR. 1 6. 1 7.

D3A

148

A-e !

R1C D2A

Las negras hacen bien al tener a la dama en una casilla oscura, puesto que en algunas circuns­ tancias las jugadas de ataque De3 o D4T serían acertadas (por ejemplo : si ahora 18. TlR enton­ · ces 18 . . , D4T ganando el PTD sin niPgún riesgo ). . .

3.

A4T

.

1 8. 19.

AlA P4CR

ClA

En principio, es un error poner otro peón en una casilla clara. Normalmente, en tales situacio­ nes, el comentarista agrega «Y las blancas debilitan la 4AR » . Sospecho que e l lector tiene l a impresión d e que este comenta­ rio es más bien abstracto. ¿ Qué significado puede tener en este caso ? Sólo espere un poco y verá la posición que se origina des­ pués de la jugada 33. 1 9. 20.

C3D T2C

Aparentemente planeando PSC, pero las blancas, al abrir líneas en el flanco R, sólo conseguirían entregar el j uego a las negras. Aquí, como en las j ugadas ante­ riores, prefiero C2C para condu­ cir el caballo a la casilla 3D y producir un bloqueo. 20. 21.

D2R

Lograda plan. 22.

la

D2A P3CR

primera parte del

PxP

C3A

24. 25.

PxP P4CR

T2A ClR

D3R T3T

Ataque por la columna TR y de­ fensa de su propio PAR. 26.

P3C

Forzada, si ha de llevar el caba­ llo a la casilla bloqueada, pero ahora existe un cierto número de casillas oscuras débiles en el flanco D. 26 .

...

D2R

Desocupando una casilla desde la cual el caballo llegará a SAR. 27.

C3D

ClR

28. 29. 30.

A2C TlR TSA

C2A C3R

Las blancas no tienen un plan activo; deben sentarse y esperar, entonces ¿ por qué no consolarse ocupando un puesto importante? 30. 31.

Perdiendo la paciencia. Como la torre ya se encontraba en la co­ lumna CR no debería temer abrir la columna. Ahora las negras se infiltran fácilmente en el flanco R vía TR. 22. 23.

Fij ando el PCR en una casilla clara excluyendo así cualquiera iniciativa de las blancas basada en PSC :

TD l T P3T

En principio, 3 1 . T2A resultaba mej or, ya que ahora el alfil tie­ ne aún menores posibilidades.

31.

...

C SC !

Para ocupar 5 AR con el otro ca­ ballo sin el temor de un cambio.

149

32. 33.

T D l AR oxc

exe

La captura alternativa 33. P X C completa la estructuración de los peones y protege el PR, pero, en ese caso, en el final el PCD sería aún más débil (el rey negro debe estar aprestándose para un largo viaj e hacia 5CD por las ca­ sillas oscuras ). 33



. . .

CSA

¡Misión lograda ! (Vea la nota a la jugada 1 9 . )

35.

R2A

D2AD

De vuelta a las casillas oscuras en el lado D. 36. 37. 38.

D2D R2R TxT

TIC T4C

Una última imprecisión. Debería dar a las negras la posibilidad de cambiar torres, permitiendo, por primera vez en la partida, que el alfil vea la luz del día después de PR x T. 38. 39. 40.

R3A AlA

PxT D3C DSC

Este es el final. Normalmente las blancas deberían abandonar aquí cuando se han completado los 40 movimientos. Sin embargo, de­ ciden que quieren «ver». 41. 42.

34.

150

...

PxD P6D l

Antes de que las blancas puedan cerrarla por completo mediante 43. A3D.

TD x C

Aconsej ado por l a desesperación, pero tenía que hacerlo debido al triple ataque sobre el PTR, de lo contrario el rey se vería llevado de un lado a otro por las torres negras después de 35. D(cualquie­ ra ), C x P + . 34 .

DxD R2C

PC X T

43. A X P 44. A l A Abandonan

R2A R3C

El rey negro penetra en 5D; por ej emplo : 45. R3A, R4A; 46. R2R, R5D ; 47. R2D (para detener R6A ), 47 . . . . , P6A con Zugzwang.

1 962 - 1 965

CAM I N O DE REGRESO

En virtud de su triunfo en el Campeonato de la U . R . S . S . a fines de 1961, Spassky se incorporó finalm ente al equipo Olímpico So­ viético, y en 1 962, en Varna, Bulgaria, hizo su presen tación en el tablero número t res. Allí, logró algunas estupendas victo rias, ca­ racterizadas por su fuerte juego de ataque ( n."'48-50 de las cuales la n." 50 es mi favorita ) . Luego, en 1 963, inició el largo camino que lo llevaría nuevamente a ser candidato al tí tulo mundial y que comenzó con la semifinal del campeonato soviético. Probable­ mente, sus mejo res partidas de este pe ríodo son la lenta explota­ ción de una posición de gam bito con t ra Osnos ( n." 54 ) , y las dos victorias decisivas con t ra sus principales rivales, Geller y Korch· noy, en el Torneo Zonal de los Siete ( n."' 57 y 58) en el que debió superar las consecuencias de un mal comienzo ( sólo había con­ seguido m edio punto e n sus primeras t res partidas ) . El encuentro con Ko rchnoy es probablemente la peor derrota que ha sufrido el gran maes tro de Leningrado en los últimos veinte años. Spassky t riunfó en forma decisiva e n el Torneo de Candidatos de 1965, una vez que logró vencer el obs táculo que significaba el encuentro con Keres, al que venció en la más reñida de las com­ peticiones. A fines de 1 965, los ajedrecistas b ritánicos tuvie ron la primera portunidad de ver al candidato en acción, duran te el torneo de Has tings. Recuerdo que entre los jugadores y el púb lico predominó la impresión de que se encontraban en p resencia del próximo campeón mundial. Su rápido triunfo sob re Lee fue lle151

vado a cabo en un estilo que recordaba a Alekhine ( n: 71 ) . Lamen­ tablemente, muy pronto se comprobó que nuestros deseos eran puramente ilusorios.

45.

Olimpíada Estudiantil, Marianske-Lazne, 1 962. Negras : Ciric.

DEFENSA SICILIANA

l. 2. 3. 4.

8.

El obj eto del sacrificio. Las blan­

P4AD e3AR e4D P3R

P4R e 3AR PSR e3 A

cas sólo pueden defender 2AR re­ tardando su propio desarrollo ( 9

D2D ), entonces las negras enro­

Encontramos una alternativa ra-· zmÍable en 4 . . . . , C x C ; S. PD x C en que las negras pueden inten­ tar el sistema defensivo cerrado de Zak S .

.

. . , P3R; 6. A4AR, C3A;

7 A4A, D2A; 8. 0-0, P3CD con un ..

posible

enroque largo,

o S.

. .

.,

P4D ; 6. P x P a.p., D x P en que las

negras pueden muy bien perder su

PD

atrasado

D x D, P x D ;

8.

después

de

ganar el final resultante porque su peón de ventaj a se encuentra duplicado lej os del centro.

6.

exe P4D

( Zrich,

1 9S9 ) ha sido analizada intensa­ mente.

7.

152

PxP

AxP

modernos respecto del

supremo valor de la iniciativa, prácticamente

las

blancas

han

dejado siempre el PAR abando­ nado a su destino con la inten­ ción

de

ganar la

columna

AR

para un ataque.

9.

A4DA

A X P+

1 0. 11. 1 2.

R2R T I AR ese

0-0 A4A

tienen que la presión de las blan­

vez en 1924 y que después de ha­ Gligoric

rrollo. De acuerdo con plantea­ mientos

cas sobre el flanco R pesa más

ber sido adoptada con éxito por contra

metedora delantera en el desa­

Todo esto es teoría. Algunos sos­

Pxe eJA

Una j ugada hecha por primera

Larsen

can, j uegan P3D y tienen una pro­

7.

A4AR y 9 . 0-0-0

pero es difícil para las blancas

5.

D3e

DxP

que el hecho de que el rey se en­ cuentre expuesto. Ahora las ne­ gras

efectúan

una

j ugada

pre­

parada especialmente para este evento por un equipo de analis­ tas yugoslavos. 12.

...

exP?

El curso normal de los hechos es 12 . . . . , C5D + ; 1 3 . RlD, C3R para bloquear el ataque de las blan­ cas en 7AR en que aparecen gran­ des

complicaciones

14. P3A ! , P3D ! ;

después

de

inmediato y deberían ganar. El

texto por lo menos tiene el mé­ rito de forzar a las blaucas

a

adelantar al rey.

15. P4CD, A x P.

El texto había sido jugado en la Olimpíada

TD l D ; 17. D4R o bien 16. D4R de

Estudiantil

del

1 5.

R3A

D3A +

año

anterior, en un encuentro entre

Para refutar 16. A4A con 16 . . . . ,

Spiridonov - Miagmasuren

neras.

nuaba

1 3 . D x C, P4D ;

e o n t i­

14. A x P,

A5C + ; 1 5 . R2D, TD l D ; 1 6 . C x PA, D4T + ; 1 7 . R3D, D3T + ; A3R;

C x T,

T x C;

R3C

A3D +

R3A,

El ataque parece peligroso por­

A x A ; 2 1 . P3CD, A x P y finalmente

que si 1 6 . A4A entonces de todos

ganaron las blancas . Es evidente

modos 16 . . . . , T6R + . Sin embar­

que el equipo de analistas yugos­

go, Spassky había planeado la ré­

lavos habían encontrado la ma­

plica correcta con varias jcgadas

nera de mejorar esto.

de antelación.

1 3.

19.

1 6.

1 8 . P4A, 20.

DxC

1 7.

Las blancas podrían intentar 1 3 . C x PA, C x C ; 1 4 . T x C pero des­ pués de 14 . . . . , D3R ! tienen sólo una ligera ventaj a.

1 3. 1 4.

...

En este momento las negras pen­ saron durante largo

rato, pero

no pudieron encontrar nada me­ jor que . . .

P4D

1 7.

D x PD !

Inmediatamente

T4A !

después

de

...

A3R

la

1 7 . . . . , A x T + sólo mej oraría el

partida, Spas sky señaló que du­

desarrollo de las blancas. La to­

rante su larga meditación acerca de esta jugada, había descubierto

rre queda clavada de todas ma­ neras .

14. A x P, A5C + ; 1 5 . R 1 R , TD l R ! l o cual es bueno para l a s negra s ; p o r ej emplo :

16.

AxP+,

R1T;

1 7 . A x T, D 4 T + ; 1 8 . A2D, A7A + ganando la dama con j aque. De ahí su preferencia por el texto, después del cual puede resistir el ataque .

14 .

.

..

T1R+

Después de 1 4 . . . . , A5C + ; 1 5 . T3A, A8C las blancas j uegan 16. R1A,

153

1 8. 1 9.

CXA DxA!

TxC

22.

O 22 . . . . , D x P ; 23. T l D y las blan­ cas controlan el tablero.

Uha liquidación decisiva.

1 9. 20.

23.

D3C T6R + -

T4C

bilidad de 2AR de las negras.

glan para ganar la dama, pero a

23. 24. 25. 26. 27. 28. 29.

un precio demasiado alto, ya que entran en juego las piezas blan­ cas que hasta el momento se en­ contraban inactivas .

AXT

T4A

Volviendo al tema básico : la de­

Finalmente las negras se las arre­

21.

TlR

R2A

DXD+

T2R D4R P4CR R2C P3A PSC Abandonan

A3C T lR T3A T1D R1C A4D

46. Campeonato de Equipos de la U.R.S.S., 1 962. Blancas : Mikenas. U.R.S.S. en 1 944. El desarrollo de

DEFENSA NIMZOINDIA

la

1. 2. 3. 4. 5.

P4D P4AD C3AD P3R D3A

partida

P4D ,

C3AR P3R ASC P3CD

C3AR;

fue el 2.

siguiente :

P4AD,

P3R;

l. 3.

C3AD, A5C ; 4 . D3D ?, P4A; 5 . P5D, 0-0; 6. A2D, P x P ; 7. P x P , P3D; 8 . P3CR, P3CD ; 9 . A2C, A3T; 10. D2A, CD2D ; 1 1 . C3T, TlR; 12. C4A, A x C ; 1 3 . P x A?, P4CR; 14. C3D,

El veterano Mikenas es conocido

T x P + ; 15. R x T , C4R;

16. R l D ,

por su juego ingenioso, pero esta

A X C y l a s blancas pueden dar

jugada se parece demasiado a la

por perdidas sus esperanzas.

de un principiante para ser bue­ na. Su experiencia debería haber­

S.

P4D

...

le enseñado que los movimientos resultan

La mejor. Después de 5 . . . . , C3A;

poco aconsej ables en esta aper­

de

dama

prematuros

6. A2D, A2C ; 7 . D3C (Alatortsev­

tura, especialmente

después

de

su catastrófica derrota en veinte j ugadas en su encuentro con

1 939 )

Ke­

res durante el Campeonato de la

154

Kan,

la

situación

de

blancas no es del todo mala.

6.

A3D

las

Si 6.

A2R entonces 6 . . . , e5R, .

mientras que después de 6. P x P ,

P X P las negras amenazan tanto con e5R como con A5e. 6.

Ahora

... se

D2R C3A R1A

PXA C6D + PxP

Las blancas han sido completa­ mente superadas : las negras tie­

A3T manifiesta la desven­

taj a de la posición de la dama.

7.

1 2. 1 3. 1 4.

A2D

nen la columna abierta TD,

la

amenaza de 1 5 . . . . , e X Pe y la presión contra 7 AR.

1 5. 1 6.

A1R PXA

AxC

Rehusando admitir el error en la j ugada cinco. 7 . D2R protegiendo el AR podría permitirles comple­

tar su desarrollo y salir ilesas .

7. 8.

PD X P

P4A CD2D

Ahora la amenaza de 9 . . . . , e4R

O 1 6 . A x A, C5R; 17. A 1 R, D3A; 1S . e4D, P4R y 1 9 . . . . , TRlD con

dominio completo.

1 6. 1 7. 1 8. 1 9.

C4D C2A P3A

CSR P4R D3A TR1D

obliga finalmente a las blancas a

reconocer el error de su proce­ dimiento.

9.

2 1 . . . . , T7D.

A2R

O 9. D2R, e X P y la ventaj a de las negras se manifiesta.

9. 1 0.

PXP

AD x P 0-0

mente en peligro. Pueden ser dis­ persadas antes de que completen su desarrollo, de manera que de­ sisten de aventuras tan temera­ rias como 1 1 . P x P, e4R; 12. D3e, e6D + en que las negras tienen una estrangulaCión en los

cua­

dros claros como en la partida con Keres mencionada anterior­ mente .

AxA

C4R

20. 21.

R1C cxc

CXA

O 2 1 . D X e, T7D ; 22. e4e, D4e ; 23. P3e, T D l D ; 24. P x e, D5e con las amenazas vencedoras 25 . . . . , TSD y 25 . . . . , D3A, 2 1 . P x e quita­

Las blancas se encuentran real­

11.

Amenazando con 2 9 . . . . , e x A y

ría de en medio al poderoso ca­

ballo central, pero después de 2 1 .

. . . , e x e ; 22. D x e, T6D las blan­

cas pierden muy pronto sus peo­ nes

débiles

aislados

(23. T l D ? ,

T x PR ! ). 21. ... 22. D X P Abandonan

CxP PSR

La amenaza es 23 . . . . , e7R + y si 23. R1A, e4D o 23. T 1 A, TD1A; 24. D6T, e7R + .

155

47.

La Habana, 1 962. Negraa : González.

partida, muchas j ugadas de peo­

DEFENSA INDIA DE DAMA

nes centrales debilitan su posi­

l. 2. 3. 4.

P4D P4AD C3AR C3A

ción, de modo que 10 . . . . , C x A;

C3AR P3R P3CD

1 1 . PT x C, P5C es una buena al­ ternativa; por ej emplo, 12. C5R, D4C; 13. T4T, P4A; 1 4 . P4TD, C3A

y las negras tienen un juego ra­

Una j ugada clásica, utilizada por

zonable

primera vez en la época anterior

nowitz, 1965 ).

a

Nimzovich,

pero

(Uhlmann-Spassov,

Zin­

considerada

dudosa durante un largo tiempo

11.

A3D

P4AR

en vista de la fuerza de la clava­ Esto parece muy natural, pero la

da de las negras ASC.

siguiente jugada blanca lo hace

4. S. 6. 7.

ASC P3R A4T

aparecer dudoso.

A2C ASC P3TR P4CR

...,

cer el efecto de la clavada.

A3C D2A

C x A;

12.

PT x A,

C2D ;

13.

P4TD, P4TD seguido p o r 1 4 .

Una j ugada atrevida para fortale­

8. 9.

Por lo tanto,

las negras deberían preferir 1 1 .

D2R y 1 5 . . . . ,

1 2.

0-0.{).

PSD !

Una j ugada dinámica para con­

CSR

seguir el control de las casillas débiles 6R y 5AR. Se j ugó por ej ercer

primera vez en el encuentro Ke­

presión sobre la casilla clave AR

res-Taimanov, 22.• Campeonato de

para poder replicar la agresiva 9 .

la U.R.S.S., 1955.

Las blancas tienen que

. . . , P4TD con 1 0 . A3D y si 10 . . . . , P4AR entonces 1 1 . P5D ! llevando

1 2.

PxP

...

a complicaciones parecidas a las de la partida.

La línea de menor resistencia. La mej or posibilidad de las negras

9. 1 0.

PxA

AXC+ P3D

es el sacrificio 12 . . . . , C2D ! para completar su desarrollo, y espe­ cular sobre la explotación de los

10.

. . . , C X A parece ilógico des·

pués de los esfuerzos de las ne­

peones débiles de las blancas. Si entonces 13. A x C, P x A ; 1 4 . D x P,

O.{), 0-0.{);

gras por establecer el caballo en

D3 1\ ; 1 5 .

su

1 7 . P x D, C4A;

fuerte casilla

central, pero,

como muestra el desarrollo de la

156

1 6 . D x P, D x D ;

1 8 . C4D, TD l R y

las negras deberían igualar ( Ree-

T aimanov, Hamburgo, 1 965 ) . Re­ sulta más decisiva la sugerencia de Keres 1 3 . P x P, CD4A; 14. C4D, D3A;

1 5 . P3A, C x A + ;

16. D x C,

C4A ; 1 7 . D x PA y las blancas que­

1 9. 20.

P4R P4AR

A2A

Naturalmente, las blancas inten­ tan abrir líneas en el centro.

dan con un peón de ventaj a.

1 3.

C4D

La jugada clave del plan de ata­ que de las blancas.

D3A

1 3.

O 13.

P x P ; 1 4 . AR x P, D3A;

15.

C x A;

P3A,

16.

PT x C

fuerte presión ; por ej emplo :

con 1 6.

. . . , C2D; 1 7 . D x P, 0-0-0; 1 8 . D x D ; C x D;

19.

P4C !

fijando el PTR

20 .

...

RIA

con el mejor final. Para lograr u n enroque artificial

1 4. 1 5. 1 6.

mediante 2 1 . . . . , R2C, pero ahora

AxP CxA C2D

PxP P3A PT X C

las blancas las acosan sin piedad.

21.

PD x P

PSR !

Las negras se apresuran a com­ pletar su desarrollo .

2 1 . . . . , D2R o 2 1 . . . . , D2C parece mejor,

1 7.

pero

aún

entonces

22.

T R 1 R dej aría a las blancas con

C4A

AxP

Si 17 . . . . , 0-0-0 ; 18. D4T con fuer­

todos sus triunfos intactos y el

peligroso avance P6R en el aire.

te presión sobre el flanco D. Así continuaba

la

partida

original

de la variante ( Keres-Taimanov, mencionada más arriba). Las ne­ gras

siguen

un

curso

distinto,

pero dej an al rey expuesto en el centro.

1 8.

22.

P x PR

La audacia de los condenados . 22. . . . , D2C es de todas maneras la mejor. Como dice la gráfica ex­ pres i ón :

0 -0-0

P3T

Para impedir el peligroso 1 9 . CSC.

DxP

« E s tán

abiertas

todas

las puertas y ventanas».

23.

TRI A

R2C

La posición de las negras está tan llena de casillas blancas dé­

O 23 . . . . , TDlR; 24. A6C, T2R; 25.

biles que resulta difícil sugerir

C6A, D6R + ; 26. R1C y gana pie­

una j ugada razonable.

zas .

157

24. 25.

TDIR A4R

CSA + ; por ej emplo : 25 . . . . , D l A ;

DJD Abandonan

26. A x T, D x A ; 27 . T x A + ! , R x T ; 28. DSA + , R l C ; 29. T7R con un

Existe la doble amenaza de 26.

rápido mate.

A X T y la tenaza de caballo 26.

48. Olimpíada de Varna, 1 962. Negras : Darga . j ugar hasta que hayan eliminado

DEFENSA SICILIANA

la posibilidad de CSCD.

l. 2. 3.

P4R CJAR P4D

4. 5.

CxP C JAD

P4AD C JAD PxP PJR D2A

7.

PJTD

En esta línea, la teoría está to­ davía sufriendo grandes cambios. Entonces se pensaba que el texto

Una sutileza moderna en la aper­ tura. Después de 6. CRSC, D l C ; 7 . A3R, P3TD ; las blancas deben retirar el caballo a 4D, y su in­ tento de «Castigar» a las negras

por no jugar el habitual P3TD sólo ha dado como resultado el permitir a las negras esa jugada ganando tiempo. La dama negra está muy bien situada en donde

se encuentra

menos

lCD ex·

puesta a los habituales sacrificios

constituía una medida profilác­ tica muy apropiada para impedir ASC

y hacer menos

peligroso

P4CDSC . Sin embargo, dos años más tarde, en el Zonal Soviético ( « El Torneo de Siete» ) Spassky prefirió la más agresiva 7. P4A contra Suetin. Por otro lado, si las blancas quieren hacer un mo­ vimiento que produzca "un desa­ rrollo, pueden continuar con 7. A2R o 7. A3D.

de caballos CSD o C x PCD.

P4CD

7. 6.

AJR

8. 9.

P3TD

A2R P4A

A2C CJA

Pero las negras sienten que a la larga no podrán arreglárselas sin

Las negras podrían tratar de ex·

esta jugada, especialmente por·

plotar el orden, ligeramente desu­

que uno de los principales temas

sado, de las j ugadas mediante 9.

de las negras en este sistema im­

. . .

plica

10 . . . . , C2R; 1 1 . 0-0, C3A alej ando

el

fortalecimiento

de

su

, C x C y si 10. D x C entonces

presión sobre las casillas oscuras

a la reina de

con . . . , A3D, la cual no pueden

centro.

158

su puesto en el

1 0.

AJA

en prise, de manera que 1 3 . . . . ,

P3D

Las negras tienen que volver a la normalidad, ya que

1 1 . P5R

constituye ahora una fuerte ame­ naza.

11.

0-0

Podrían

intentar

aprovecharse del hecho de que tienen un control razonable de su casilla 4D con 1 1 . . . . , C x C ; 12. D x C ; P4R en que el alfil blanco en 3A se ve severamente constre­ ñido por los peones bloqueados en el

centro. También podrían

j ugar sin ningún riesgo

11.

. . .,

A2R, pero probablemente no ad­ virtieron que después de 1 2 . P5R, P x P;

13.

C x C, A x C ;

14. P x P

podrían interponer 1 4. . . . , T 1 D con un juego razonable en 1 5 . A x A + , D x A; 16. D2R, C4D. Pero n o la línea 14 . . . . , C2D ; 15. A x A, D x A; 16.

DST !

protegiendo

el

PR

y

amenazando el PAR y preparan­ do un ataque; por ejemplo :

16.

. . . , 0-0 ; 17. T 3 A o 1 6 . . . . , P3C ? ; 1 7 . D 6 T y 17 . . . . , C x P falla ante 1 8 . D7C.

1 2. 1 3.

caballo.

PxP

DXC

Nuevamente, si 1 4 . . . . , C2D, las negras tienen que tomar en cuen­ ta la

sobrecarga

del

tema :

15.

P x P, A x P ; 1 6 . CR x PCD, P x C ; 1 7 . C x P, D4A; 1 8 . C x A + , D x C ; 1 9 . A x A, TlCD; 20. A4R, T x P ; 2 1 . TR1C y e l PTD d e las blancas será

lo

suficientemente

fuerte

como para ganar el final.

1 5.

PXP

C2D

O 1 5 . . . . , C4D ; 16. C x C, A x C ; 17. A x A, P x A ;

18.

P6R !

con gran

ventaj a.

1 6. 1 7.

DxA CJC

AXA D4A

Sokolsky sugiere 17. . .. , 0-0-0 pero no se ve claro qué compensación obtienen las negras por un peón perdido, después de 1 8 . D x P, A4A

D2R PSR !

CSA

blancas en la Defensa Siciliana. Resulta particularmente peligro­ sa en esta situación, en que las negras se encuentran todavía a dos j ugadas del enroque.

...

(o 1 8 . . . . , C x P ; 1 9 . D x P + , C2D ;

20.

C4R o

mente

Esta es una ruptura típica de las

1 3.

P x C ; 1 5 . C x P y la dama negra no puede defender el alfil y el

1 4.

C4TD

Desacertado.

P x P perdería ante 14. CR x PCD,

CXA

La última jugada de las blancas dej a el AD y el CR de las negras

incluso

19. D x D +

más

simple­

y 20. C x PR.

Si 1 8 . . . . , D3C, entonces 19. C2R Y las

blancas

tienen

nuevamente

un sólido peón de ventaj a ) ;

19.

T D l D ( no 19. C2R, D5R ! ), C x P ; 20. D x P + C2D ; 2 1 . C4R, TR 1R; 22. C x A !

1 8.

TD 1 D

CST

Un movimiento curioso pero las

negras tienen que haberse dado

159

cuenta de que sería mej or elimi­ nar la amenaza de CAR; por ej emplo :

18.

. . . , A4A;

19.

21. 22.

CxP! DXP+

PxC D4C

C4R,

( 1 9 . . . ,, T D l A ; 20. D4C );

Si 22 . . . . , R2R entonces 23. D4T + ,

20. T x A, 0-0 y ahora 21. C6A +

R l R y ahora las blancas ganan

AxC+

tienen mucha fuerza. Sin embar­

go, resulta aún C4D

(21.

. . .,

mejor 2 1 . D5C,

P3TR;

22.

C6A + ,

con 24. D4CR; por ejemplo : 24 . . . . , D3A; 25. T6D o 24 . . . . , D2R; 25. D4T + o 24 . . . . , A2R; 25. D x PR,

R l T ; 23. T4TR y mate mediante

T ! AR;

24. T x P + ); 22. C6A + , R l T ; 23.

con 24. D4C ; por ej emplo : 24 . . . . ,

T4TR y mate rápidamente.

D3C; 25. D x PC amenazando a la

1 9. 20.

CxC RIT

PxC

26. T x T +

y 27. T7D, o

torre y 26. D7D mate o 24 . . . . ,

D3A; 25. D x PC como en la par­ tida presente.

E n algunas variantes , l a clavada

23.

D4CR

D3A

en la diagonal negra o el j a que

dama en 3CD pueden resultar pe­

ligroso para las blancas, por eso toman esta útil precaución. Las negras se ven absolutamente im­ potentes.

20.

...

O 23 . . . . ,TlAR; 24. D x P + , A2R ; 25. T x T + , R x T ; 26. P4A ! , D2C ; 27. T I A + , R l R ; 28. D8C + , R2D ; 29. T l D + , R2A (29 . . . . , R3A; 30. D6R + , R4A ; 3 1 . P4C + ) ; 30. D6R

A4A

y gana .

24.

D x PC

T I AR

25.

TXT+

AXT

26.

DXP

TIA

N o 2 6. . . . , T l D ; 27. D6C + y 28. D6A + ganando la torre, ni 26 . . . . ,

A4A ; 27. P4CD !

27.

DGC +

Abandonan

Después de 27 . . . . , R2R; 28 . T6D, La única manera de tratar de en­

D5A; 29. D7T + las negras deben

rocar, pero ahora llega un sacri­

j ugar 29 . . . . , A2C para impedir el

ficio vencedor.

mate inmediato.

160

49. Olimpíada de V arna, 1 962. Negras : Evans.

DEFENSA INDIA DE REY

l. 2. 3. 4. S.

P4D P4AD C3AD P4R P3A

C 3AR P3CR A2C P3D

. .

Esta era la jugada favorita de Spassky contra la Defensa India en sus primeros años y ¡ lo es todavía ! 5.

...

P3A

La experiencia ha demostrado que esta estructuración sobre el flanco D resulta demasiado lenta porque implica muchos movi­ mientos de peones. Es mejor S . . , 0-0 seguida por 6 . , P 3 C pen­ sando en P4A, o mediante 6 ., C3A con el propósito de jugar P4R (o incluso P3TD, T l C y P4CD). .

.

. . .

.

6. 7.

A3R D2D

. .

P3TD

También resulta muy fuerte aquí 7. PSR! 7. 8.

Se ha sugerido 8 . . . . , DAT pero después de 9. R1C las blancas todavía tienen buenas perspecti­ vas, ya que amenazan refutar 9. . . . , 0-0 con 10. CSD. Si 8 . . , CD2D entonces PSD ! resulta para las blancas una ventajosa apertura del juego.

P4CD

0-0-

9.

0-0

AxP

Esto parece inconsecuente. Las negras deberían mantener al rey en el centro todo el tiempo que sea posible para no dar a las blancas un obvio objetivo de ata­ que. De aquí que las negras de­ ban intentar 9 . . , P4D ; 10. A3C, P x P; 1 1 . P x P, CSC ! y las negras tienen más juego en los cuadros oscuros que en la partida. Obser­ ve que 9 . . , CD2D se enfrenta mediante 10. PSR ! explotando la clavada oculta en la columna D. .

.

. .

1 0.

P4TR

P4D

Una reacción obvia en ambos bandos, pero la jugada de las blancas parece más convincente porque desde este momento y hasta que las negras abandonan resulta difícil mejorar su juego. Por lo tanto tendría mejores po­ sibilidades con 10 . . , P4TR para postergar la apertura de la co­ lumna TR, o la sugerencia de Pe­ trosian 10. . . , A3R para reducir la influencia de las piezas blancas más agresivamente situadas. ¡ De ahora en adelante, vigile la ame­ naza en la diagonal 2TD/8CR! . .

Esta es mejor que la más común 8. A3D en que las negras -consi­ guen ganar' tiempo con 8. . . . , P x P ; 9. A x P, P4D (Botvinnik­ Smyslov, competición de 1958). 8.

...

PxP

.

161 11

LAS

!()()

MEJORFS PARTIDAS 111! SI'ASSK y

1 1.

A3e

PxP

Si ahora 1 1 . . . . , P4TR entonces 12. PSR, e1R; 13. P4e, P x P; 14. PST con un ataque muy fuerte, como sucede siempre en las posiciones en las que no hay un a:aballo de­ fensor 3AR. 1 2.

PST !

Es posible que Evans sólo haya esperado 12. P X P en que podría intentar 12 . . . . , ese o, mejor aún, 12 . . . . , ASe; 13. e3A, eD2D com­ pletando su desarrollo. 1 2.

...

PR x P

Buscando la posición que se ori­ gina después de su jugada 1 S . Si 12 . . . . , e X P entonces las blancas pueden jugar 13. P4e, e3A; 14. A6T ( 14. D2T también tiene fuer­ za ) o 13. A6T en que las amena­ zas de 14. T x e o 14. e x P y en­ tonces 1S. ese son demasiado fuertes. 1 3. 1 4. 15.

PT x P A6T ! T4T !

PT X P PxP

Tenemos ahora un auténtico gam­ bito. El tiempo perdido en cap­ turar el peón retarda el ataque, por ejemplo 1S. D x P, ASe para forzar cambios o para bloquear la columna con A4TR. Ahora, sin embargo, exi�te la amenaza de 16. A x A, R x A; 17. D6T + de ma­ nera que las negras tienen pocas posibilidades de elegir. 1 5.

162

ese

No 1S . . . . , e4T ; 16. T x e, P x T ; 17. DSe. 1 6. 1 7.

AXA DXP

RxA e3T

Las negras tienen varias otras posibilidades; por ej emplo : (A) 17 . . . . , e6R ? ; 1 8 . D2T ! , T l T (18 . . . . , e � T; 19 T7T + , R3A; 20. DSR mateÍ ); 19. T x T, D x T ; 20. DSR + ganando el caballo o bien ( B ) 17 . . . . , e3A; 1 8 . e3A, T l T (la amena­ za era 19. TDlT o bien 19. esR seguido por 20. A x P ! ); 19. A x P ! , R x A; 20. eSR con u n ataque ven­ cedor (20 . . . . , R3R; 2 1 . D3T + , R3D ; 22. e7A + , R2A; 23. D3e + ) o ( e ) 17 . . . . , T l T ; 18. T x e, A x T ; 19. D x A, e2D; 20. e3A, e3A; 21. D4A seguido por esR o ( D ) 17 . . . . , P4AR; 18. e3A, T l T ; 19. T x T, D x T; 20. T l T, DlD; 2 1 . ese. En todas estas variantes el alfil tie­ nen un poder inmenso. Tal vez la mej or posibilidad defensiva era ( E ) 17 . . . . , D3D; 1 8 . T x e, A x T ; 19. D x A, P4AR; 20. DSe, D3A pero después de �1 . e3A las acti­ vas piezas menores de las blan­ cas deberían, a la larga, darle la victoria a pesar del cambio de damas. 1 8. 1 9.

e3A T2T

e4A

( Ver diagrama siguiente. )

Una vez más, las negras tienen amplias posibilidades de elección; por ejemplo : 19 . . . . , e6R?; 20. DSe! o bien 19 . . . . , T l T ; 20. A x P ! o 19 . . . . , P3R; 20. eseR pe­ netran.do con una torre en 7T o,

demasiada presión en las colum­ nas eR y TR como también en la diagonal 2TD/8eR. 21. 22.

C4R TD I T

D2A T I CR

O 22 . . . . , e3A; 23. ( ¡ Lo ha adivi­ nado ! ) A x P ! 23. 24.

la mej or de todas, 1 9 . . . . , e2D en que 20. T D l T , e3A; 2 1 . A x P ! gana; por ej emplo : 2 1 . . . . , R x A ; 22. eSR + , R3R; 2 1 . D x P + . Es decir, un bonito cambio en la dirección del ataque. 1 9. 20.

C5R

D3D C2D

No 20 . . . . , e x P ; 21. DSe o incluso ( aunque de nuevo ) 2 1 . A x P ! . Si en vez de 20 . . . . , A3R entonces 2 1 . e4R seguido por 22. A x A gana. En todas estas variantes, es evidente que las blancas tienen

50.

T7T + T xP+

RIA RIR

Evans decide hacer que los espec­ tadores se estremezcan de emo­ ción y sigue jugando. 25. 26.

DxP! T SA +

exe Abandonan

26 . . . . , R2D; 27. eSA mate sería .

un elegante toque final , pero por supuesto existe un doble con 27. D6R, y 27. DSR o 27 . A6R tam­ bién deben ser tomados en con­ sideración En general, esta partida fue considerada la mejor de la Olim­ piada, aunque el triunfo de Fis­ cher sobre Naj dorf en 24 jugadas estuvo casi a la altura.

Olimpíada de Varna, 1 962.

Negras : Schmid.

DEFENSA BENONI

l.

P4D

P4AD

Una de las aperturas favoritas de Schmid, aunque en la Olim­ píada anterior ( Leipzig, 1 960 ) per­ dió con ella cuando la utilizó con­ tra Botvinnik.

2. 3. 4. 5. 6.

P5D P4R C3AR A2R C3A

P3D P3CR A2C C 3AR C3T

Invitando 6 . A X e puesto que la columna e D sería muy útil para las negras (TleD intensificando 163

la presión sobre 2CD, luego, tal

Si 1 1 . . . . , C4T entonces 12. A3R y

vez sobre TSe ).

las negras se ven todavía amena­ zadas con 1 3 . PSR o 1 3 . e2D obli­

7. 8.

gando al caballo a retirarse a 3A.

C2A

0-0 T1R

'

1 2. Spassky

es

el

primero

que

D2D

P4CD

se

separa de la partida de Botvinnik

Esperando 13. A x PT ? , PSe y las

que continuaba 8. P4TD, P3TD ;

negras tienen un buen j uego; por

9. e2D, A2D ; 10. e4A, P4CD; 1 1 .

ej emplo : 14. A x A, P x C ! ; 15. D6T,

PS R ! y las blancas castigaban a

ese ganando una pieza o 14. C 1 D ,

las negras por haber dej ado de

e x PR.

enrocar. Puede muy bien que el

ha previsto esta eventualidad y

texto signifique una mejora pues­

se ha preparado para contrarres­

to que 8 . . . . , P4eD no funciona todavía

- 9. A x P + , e x A ;

10.

Naturalmente,

Spassky

tarla en el centro en forma muy parecida a la partida de Botvin­ nik. Por eso las negras hubiesen

e X e y la torre protege e1 PR.

obtenido mejores resultados ju­

8.

gando 12 . . . . , R2T o incluso 12 . . . . ,

0-0

...

P4eR. ¡ S chmid aprendió la lección que le

enseñara

Botvinnik !

9.

. . .,

1 3.

PSR !

P4CD no es todavía una amenaza para

El obj etivo principal de esta ju­

la¡; blancas limitar la posibilidad,

gada es conseguir la casilla 4R

directa,

pero

resulta

útil

de manera que . . .

9. 1 0.

P3TD

P4TD ASCR !

1 3.

Las blancas hacen bien al j ugar en forma activa, ej erciendo pre­ sión sobre el PR y esperando for­ talecer la presión sobre esa casi­ lla mediante PSR o D2D4A4T. 10. .. .,

T1e

las

negras

introducen

P4eD y en P x P 3.p. su PTD está seguramente protegido por el CD.

1 0.

para el caballo cuando éste se vea forzado a abandonar 3AD .

...

P3T

Antes de que las blancas puedan jugar 1 1 . D2D.

PD X P

Esto concuerda con el plan de las blancas, pero si 13 . . . . , C4T entonces 14. P x PD mientras que si 13 . . . . , PSC entonces 14. P x e, P x e ; 1 5 . Pe x P ganando el PTR

después de lo cual, como mues­ tra la partida, las blancas obtie­ nen un fuerte ataque contra el rey.

1 4. 1 5. 1 6.

A X PR AxC C4R

PSC AXA

Ahora el caballo ataca el PAD, el

1 1. 164

A4AR

A2D

PTR está en prise y, en muchas

variantes, las blancas están dis­ puestas a entregar el PeD y lue­ go el cambio para lograr la for­ mación de ataque D en 6T, e en se. 1 6.

...

A2e

Las negras no se dejan tentar. Si 16 . . . . , A x Pe las blancas pueden replicar con 17. TD1D agregando P6D a su surtido de amenazas, o si no 17. D x PT, A2e ( 1 7 . . . . , A x T ? ; 1 8 . eRse y mate ); 1 8 . D4T, P3A ( 1 8 . . . . , e x P; 19. eRse, TlR; 20. TD1D, con una posición po­ derosa); e x PAD y como 19 . . . . , e x P pierde ante 20. A4A, P3R; 2 1 . e4D las negras quedan en muy mala situación. 1 7.

exP

A x Pe

Ahora que el caballo blanco se ha alej ado un poco más de las cercanías del rey, las negras de­ ciden que pueden reestablecer, riesgos, la igualdad material con posibilidades de ganar el cambio o el PTD. 1 8.

TD1D

A4A

La jugada perdedora . 1 8 . . . . , A6A no era acertado a causa de 19. D x PT a si 19 . . . . , A x T ? ; 20 ese o 19 . . . . , A2e ; 20. D4T como antes. De aquí que las negras tengan que proteger al rey mediante 18 . . . . , A2e aunque quedaría con un peón de menos después de 19. D x Pe. 1 9. D x PT 20. D4T

Las negras no tienen tiempo para 20 . . , A x P a causa de 2 1 . ese, T 1 R ; 22. eD6R! ! , P x e (22 . . . . , e x e; TI . P x � A x T ; N. P x P + , R1A; 2S. D7T, P4R; 26. D8e + , R2R; 27. P x T(D ) + , D x D; 28. D x A + etc.); 23. P x P, D1A (23 . . . . , A x T ?; 24. D7T + , R1A; 2S . D x P, R 1 e ; 26. T x A forzando la captu­ ra de la dama con la amenaza T3D3T ; o 23 . . . . , e4D; 24. A3D ! , P6e ; 2S. D7T + , R1A; 26. D x P, R1e; 27. D7A + , R1T; 28. T4R y 29. T4T + ); 24. A3D, e X P; 2S. D7T + , R1A; 26. e x e + , D x e ; 27. T x D, A x T ; 28. T x Pe y gana. En esta estupenda combinación se sacrifica un caballo el 6R. En cambio, en la partida misma es un alfil el que se inmola en esa casilla. .

21.

.

ese

TR t R

Aquí l a torre l e quita a l rey una casilla de escape. Si Schmid se hubiese imaginado la magnitud de la tormenta que estaba a pun­ to de abatirse sobre su cabeza, habría jugado 2 1 . . . . , TR1e, aun­ que después de 22. eR4R, D l D el rey se vería todavía expuesto a gran presión en vista de la falta d� piezas defensivas en el lado R .

A2e D3D

165

22.

A3D !

Una jugada difícil de encontrar. El obj etivo es que después de 22. . . . , A x A, 23. D7T + , R1A lleg� el sacrificio vencedor 24. CD6R + , P x C (24 . . . . , C x C ; 25 . P x C, P3A; 26. T x A y 27. D x P ) ; 25 . P x P amenazando con 26. T x A, D(cual­ quiera ); 27. T3A + .

25. DST, R1C; 26. D x P + , R1T; 27. T3D mate. 24.

A6R !

Abandonan

24 . . . . , P x A; 25. D7T + y 26. C x P + o 24 . . . . , C3A; 25. A x P + . R1A; 26. C6R + . Por lo tanto las negras deben intentar 24 . . . . , D x PAD, pero después de 25 A x P + , R1A; 26 A x C las negras tienen una pieza de menos y 27. D7T renovará las amenazas de mate.

.

22. 23.

AXA

D xC CxP

No 23 . . . . , P x A; 24. D7T + , R1A;

5 1 . 30.° Campeonato de la U.R.S.S., Erevan, 1 962. Blancas : Savon.

DEFENSA SICILIANA

l. 2. 3. 4. 5. 6.

P4R C3AR P4D CxP C3AD P3CR

P4AD C3AD PxP P3R D2A

Uno de los métodos preferidos para combatir el sistema Taima­ nov. La última jugada de las blancas tiene el propósito tácti­ co de permitirles jugar A4AR en algunas variantes, como en la fa­ mosa partida Fischer-Tal, Bled, 196 1 , que continuaba 6 . . . . , C3A? ; 7. CR5C, D 1 C ; 8 . A4AR, C4R; 9. A2R ! , A4A; 10. A x C, D x A; 1 1 . P4A, D 1 C ; 12. P5R y las blancas tienen la delantera a causa de su control sobre las casillas oscuras.

166

6. 7. 8.

A2C 0-0

P3TD C3A A2R

La línea más sólida de las negras, ya que después de 8 . . , P3D ; 9 . T l R, A2R; 10. C x C ( 10 . . . . , A x C ; 1 1 . C5D ! ); 1 1 . C4T seguido por P4AD las blancas tienen la pre­ sión sobre el flanco D con P5A en perspectiva . 8 . . :, C x C ; 9. D x C, A4A ; O. A4A, P3D ; 1 1 . D2D resulta ligeramente mej or para las blqncas, como demostró la 4." partida de la copetición Fischer­ Taimanov, 197 1 . .

.

.

9.

P3C

Una buena idea, puesto que las negras no pueden bloquear fácil­ mente la diagonal negra larga.

También resulta jugable 9. TlR esperando imponer P5R o trans­ poner a la última nota. 9. 1 0.

C D2R

0-0 P4CD

De lo contrario, 1 1 . P4AD - dará a las blancas una fuerte posición central. 11. 1 2.

A2C T1A

A2C

Tratando d e abrir la columna AD mediante P4AD, de modo que las negras se ven forzadas a con­ trarrestar con 12 . . . . , C4R puesto que 12 . . . . , P4D ; 13. P x P, P x P ( 1 3 . . . . , C x P ; 14. C5A ! , o 1 3 . . . . , C x C; 14. C x C, C x P; 15.D4C ! ); 14. C5A beneficia claramente a las blancas. 1 2. 1 3.

1 5. 1 6.

CSA ! R1T

A4A + P4D !

La lucha se vuelve confusa. 16. C7A + para ganar el cambio no sirve después de 17. T x C, A x T; 1 8 . A x P y las blancas tie­ nen fuertes amenazas sobre las casillas oscuras (A x C, C7R + , C x P, C6T + ). 1 7. 1 8.

PR X P D2D

PSR

No 18. A x P. C x A; 19. D x C, TR1R; 20. D3A, C6R ! ; 2 1 . C x C, T x C ; 22. D2C, T x C ! ; 23. D x T, A x P + ; 24. T3A, D3A; 25. TlAR, TlR seguido por 26 . . . . , T6R ex­ plotando la clavada mortal.

C4R 18

P4AR

Las blancas juegan va banque puesto que ahora las negras ame­ nazan P4D, y 13. P3TR es una j u· gada más bien inofensiva. Spas­ sky, luchando por recuperar el tiempo perdido a causa de su mal comienzo en este encuentro, se muestra igualmente ansioso en su búsqueda de complicaciones.. 1 3. 1 4.

esperan do que después de 1 5 . P5R, C 5 R el caballo centralizado dará unidad a su j uego.

D3D

CDSC P4R ?

Las blancas amenazaban 15. P3TR llevando el caballo a una posición alej ada del juego, y 15. P4A, P5C; 16. P5R ! . La mejor jugada de las negras parece ser la 14 . . . . , P4D



. . .

D2D !

Enfrentando a las piezas blancas mejor situadas y preparándose para recobrar el PD. Nuevamente no sería bueno ganar el cambio ya que las blancas cuentan con la réplica 18 . . . . , C7A + , 19. T x C, A X T; 20. P4A; y si 20. . . . , P6R entonces 2 1 . D3A amenazando con 22. C6T + . R1T; 23. D x C! Acu­ mular amenazas es mucho más importante que una pequeña ga­ nancia de piezas. ( Ver diagrama siguiente. ) 1 9.

C (2 ) AD ?

Una jugada demasiado inofensi­ va. 19. C(5 )4D, P6R y 20 . . . . , A x P

167

ción de las blancas seria solo li­ geramente peor. 20. 21. 22.

D3A TXC

P&R C7A +

O 22. R2T (o 22. R l C ) 22 . . . . , A x A;

23. R x A, A x C ; 24. C x A, D x P + ; 25. R3A, C4D ! y 26 . . . . , DSC + con un ataque vencedor. 22. 23.

también dejan bien situadas a las negras. Sin embargo, después de la partida, Spassky reconoció que estaba preocupado por el sacri­ ficio 19. C x P ! , R x C ; 20. P4A con una posición muy complicada en que las blancas tienen muchas posibilidades debido a sus peones adelantados y la presión sobre las casillas oscuras. 19. 20.

AXP P3TR ?

Presionado por el tiempo, Savon no advierte que las negras dan mate primero, en la línea táctica que presentamos a continuación. 20. C3R y si es necesario 2 1 . P3A para mantener unido el centro y bloquear el PR adelantado era lo indicado. En ese caso, la situa-

168

AXC DXA

Sigue acariciando la esperanza de dar mate. Después de 23. C x A obtendría un cambio desventajo­ so como compensación. 23. 24.

PXT C &T + ? ?

Después de 24. A x A ! , D x C ! ; 25. A2C, TD lR; 26. D x P, C5R las ne­ gras ganarlan a la larga (27. D4D ?, C x P + ; 28. R2T, C4T ame­ nazando cambiar damas median­ te 29 . . . . , D x P + ). Savon efectuó rápidamente la jugada del texto y luego captó en un segundo lo que Spassky había visto varias jugadas atrás. Por lo tanto, las blancas renunciaron antes de que las negras pudiesen continuar 24. . . . , P x C; 25. D x C, D x P mate ! ( ¡ Primero ! )

52.

Semifinal del 3 1 .° Campeonato de la U.R.S.S., Kharkov, 1 963. Negras : Nikolaevsky.

GAMBITO DE DAMA ACEPTADO

11. 1 2.

l. 2. 3. 4. S. 6. 7.

P4D P4AD e3AR P3R AXP 0-0 P4TD

P4D PxP e3AR P3R P4A P3TD

La jugada favorita de Botvinnik. Debilita la 4CD de las blancas para mantener bajo control la expansión del flanco D de las negras ( P4CD ). 7.

...

PxP

La línea normal es 7 . . . . , C3A; 8. D2R, P x P; 9. T l D, D2R; 10. P x P como en el encuentro Botvinnik­ Petrosian por el campeonato mun­ dial, varios meses antes de la presente partida. El objetivo del texto es aislar el PD blanco de modo que las blancas no puedan jugar fácilmente D2R. Sin embar­ go, las blancas obtienen muchas posibilidades dinámicas debido a la liberación de su AD. 8. 9. 1 0. 1 1.

PxP e3A A3R D2R

e3A A2R 0-0

Las blancas han conseguido la ju­ gada de ataque apropiada, pero sólo después de comprometer el AD en 3R.

esR

ese P3eD

Un criterio posicional errado. Con la TR blanca en lAR y no en lD, las negras tienen que tomar en cuenta un posible ataque me­ diante P4AR5A. De aquí que la línea correcta sea 12. . . . , A2D manteniendo el control de 4AR.

1 3. 1 4.

P4A TD l D

eR4D A3A

Las jugadas de las negras dan la impresión de que no existe un plan.

l S. 1 6.

e4R PSA !

A2e

De esta manera, las blancas lle­ van a cabo sn plan y fuerzan una decisiva apertura de líneas.

16



. . .

PxP

Intentando hacer cambios, pero 1 6. . . . , A l A ofrecía una manera más confiable de defender la po­ sición.

1 7.

TXP

exA

Sin advertir la estupenda combi­ nación de las blancas y esperan­ do sólo 18. D x C, A x C; 19. T x A, A4D con una posición segura. La amenaza prindpal era 18. C x A + , C x C ; 19.ASCR de manera que las

169

negras deberían jugar P3TR o 17 . . . . , AlA.

17.

. . .,

De lo contrario 2 1 . TSC + . 21.

1 8. 19.

C XA+ D xC

T6A

PxC

El mej or tipo de jugada de ata­ que : tranquila, pero mortal. 21.

...

R2T

Si 2 1 . . . . , C4D entonces 22. D3C + , R2T ; 23. A3D + mate, mientras que si 2 1 . . . . , A4D entonces 22. T x PT, P3A; 23 . DST ! y mate.

Ahora las negras deben aceptar la pieza, de lo contrario su flan· co R será derribado sin compen­ saci ón alguna ; por ej emplo : 19 . . . . , C4D ; 20. D6T ! o 19 . . . . , A4D, 20. C4C ! 1 9. 20.

DxP

PxC P3TR

22.

TD 1 AR

A4D

23.

DSA +

R1C

24.

D4C +

R2T

¿Jaque perpetuo? 25.

T x PT +

¡ No ! Después de 25 . . . . , R x T; 26. TSA resulta sencillamente demo­ ledor. 25.

Abandonan

53. 31 .° Campeonato de la U.R.S.S., Leningrado 1 963. Blancas : N ovopashin.

RuY LóPEz 1. 2. 3. 4. S. 6. 7.

170

P4R C3AR ASC A4T 0-0 T1R A3R

P4R C3AD P3TD C 3A A2R P4CD 0-0

8. 9. 1 0. 1 1.

P3A PxP CxP TxC

P4D CxP

exe P3AD

Spassky había comenzado el torneo con una serie de tablas, de manera que se sintió obligado a emplear una línea agresiva con-

tra uno de los participantes me­ nos conocidos. Esta fue la prime­ ra de un número de partidas en las que empleó el perenne Gam­ bito Marshall, pero con un nuevo énfasis, no en quemar puentes, sino en el juego prudente y sos­ tenido, de modo que muy pronto el Marshall adquirió cierta repu­ tación como arma para obtener tablas. 1 2.

P4D

La jugada habitual, aunque re­ cientemente las blancas han in­ tentado otros esquemas tales co­ mo 12. A X C para retirar la torre a 3R en vez de 1 R, o 12. P3CR para excluir el golpe de ataque de las negras D5T. 1 2. 1 3. 1 4. 1 5. 1 6. 1 7. 1 8.

TlR P3CR A3R D3D C2D P4TD

A 3D DST D6T ASC TDlR T3R

Muy lógico. Las blancas desean abrir un « segundo frente» en la columna TD. En una partida de las preliminares de la Olimpíada de La Habana, 1966, Bushachter de Venezuela, utilizó la antigua jugada 18. DlA contra Spassky, pero aunque logró alejar a la dama y también forzar un cam· bio de alfiles, quedó la impresión de que las medidas puramente defensivas no son adecuadas para rechazar el ataque. (Esa partida continuaba con 18 . . . . , D4T; 19. AlD, A x A; 20. TD x A, P4AR; 2 1 . D2R, D3C; 22. RlT, P5A; 23. P x P,

C x PAR; 24. DlA, C6D; 25. D2C, D4T ; 26. C1A, T x A ! ; 27. C x T, T x P; 28. T x C, T x D; 29. R x T, D3C + ; 30. Abandonan. ) 1 8.

.

. .

PxP

Una jugada paradój ica que es mucho más fuerte de lo que pa­ rece. El propósito es apartar una de las piezas blancas de un vital campo de actividad : · sacar la to­ rre para quitarle el control de la última fila o alejar al alfil de la diagonal donde clava al caballo central contra la torre, el PAR y el rey negro. No sabemos con certeza si el derecho de paterni­ dad de esta jugada le pertenece sólo a Spassky, porque una par­ tida por correspondencia llevada a cabo en la Unión Soviética si­ guió el mismo curso. En esa par­ tida, las blancas también replica­ ron 19. T x P y perdieron rápida­ mente. El resultado de ambas partidas incluso causó que la ju­ gada 19. T x P fuera condenada y calificada como débil por la autorizada revista « Shakhmaty v SSSR», pero luego posteriores partidas de Spassky con Shtein, Zonal de la U.R.S.S., 1964 y Parma, competición Yugoslavia­ U.R.S.S., 1 965, hicieron que esta impresión inicial fuese modifi­ cada. 1 9.

TxP

P4AR

(Ver diagrama siguien te. ) 20.

P4AR ?

La jugada perdedora. Shtein jugó 20. D1A! reforzando su fila pos-

1 71

21.

terior y protegiendo el TR ganan­ do tiempo. Luego siguió 20. . . . , PSA; 2 1 . D x D, A x D ; 22. T x P ! que es un sacrificio de una pie­ za por tres peones muy prome­ tedor. Shtein y Parma sólo consi­ guieron hacer tablas, pero ambos tenían la ventaja e incluso Par­ . roa no advirtió una jugada cla­ ramente vencedora. De manera que quedó confirmada la viej a impresión : ¡ el Marshall es una lí­ nea arriesgada ! 20 .

...

AXP!

U na jugada desconcertante y di­ fícil de refutar. Uno sitúa un peón en una casilla donde apa­ rentemente forma baluarte inex­ pugnable, y nuestro adversario lo elimina con toda calma.

172

A2AR

Esta pierde de inmediato. Debe. ría haber intentado 2 1 . P x A, T3C; 22. A x C + esperando 22 . . . . , P x A; 23. T x P, A7R + ; 24. T x T, A x D ; 25. T3C con cierta compensación por la dama. Sin embargo, las negras pueden mejorarlo median­ te 22 . . . . , RlT ! con una conside­ rable ventaj a. Si las blancas tra­ tan de evitar esta última variante con 2 1 . A x C entonces después de 2 1 . . . . , P x A; 22. P x A las negras también pueden variar con 22 . . . . , TRlR que les permite un fuerte ataque. 21. 22.

... AXT

Abandonan

Ahora 23. DlA pierde ante 23 . . . . , A6R + , 23. T l T ante 23 . . . . , A x C seguido por 24 . . . . , T7R y 23. A2A ante 23. . . ., A7R seguido por 24 . . . . , A x C con una amenaza de mate en 8A. Después de la partida, Bonda­ revsky reveló hasta qué punto puede llegar el moderno análisis de las aperturas. Spassky y él ha­ bían examinado esta variante hasta el punto exacto en que las blancas abandonaron.

54. 31 .° Campeonato de la U.R.S.S., Leningrado, 1 963. Negras : Osnos.

ATAQUE TORRE

l. 2. 3.

P4D C3AR ASC

C3AR P3R

El Ataque Torre, que pretende enfrentar los sistemas defensi· vos Indios con una estructura­ ción clásica. Podríamos describir­ lo como un sistema Colle con el AD fuera de la cadena de peones.

Las blancas pueden desarrollarse con calma. Muy pronto ganarán más ·tiempo amenazando la segu­ ridad de la dama enemiga. 6



. . .

PxP

Una decisión discutible, ya que las blancas podrán muy pronto hacer uso de la columna abierta. 6 . . . . , D3C para proteger a la da­ ma y para mantener cerrada la posición, parece mejor. Si 6 . . . , C3A entonces las blancas podrían permitirse con provecho un sa­ crificio más, mediante 7. ().O y si 7 . . . , P x P; entonces 8. TlC, D x PT ( 8 . . . . , D6A; 9. C4A amena­ zando 10. T3C ) 9. P x P con una promisoria posición. .

3.

...

P4A

La respuesta más corriente, plan­ teando un desafío en el centro y preparándose para zafar la dama clavada ganando tiempo. 4.

P3R

Las blancas también pueden pro­ par el Gambito 4. P4R, pero por el momento se atiene al esque­ ma clásico. 4



. . .

D3C

En este momento, resulta muy prudente que las blancas prote­ jan el peón con S. D1A, como lo · hizo el mismo Alekhine en una partida contra Steiner, Dresden, 1926. Sin embargo, Spassky deci­ de que este es el momento de transformar la apertura en un gambito. S. 6.

CD2D A3D

DXP

.

7. 8.

PxP 0-0

D6A P4D

Las últimas tres jugadas de las ne­ gras les han asegurado que pue­ den retirar, sin riesgos, la dama a 2AD, pero ahora las blancas que ya han completado su desa­ rrollo, comienzan a hacer defini­ tivas amenazas. 9.

TlR

A2R

9 . . . . , C3A resultaría ilógico, pues­ to que después de 10. T 1 C las ne­ gras tendrían que volver a preo­ cuparse por su dama y el codicio­ so 10 . . . . , C x P sería refutado con 1 1 . C x C, D x C ( SR); 12. C4R! amenazando 1 3 . ASC + .

173

10. 1 1. 1 2.

T3R CSR P3AD

cas continuarían con 15. T l C o P4TD, pero después de 15 . . , 0-0-0 el rey negro alcanzaría finalmente alguna especie de seguridad.

D2A C 3A

.

Una jugada de consolidación no· tablemente tranquila, justo en que el momento en que uno es· peraría una violenta amenaza de parte de las blancas. Sin embar­ go, un examen más cuidadoso de la situación muestra que las ne­ gras se encuentran en un dilema y no saben cómo continuar. Pro· bablemente deberían intentar un enroque largo, a pesar de la co· lumna abierta CD. Así 12 . . . . , A2D pensando en 13 . . . . , T lAR parece lo indicado. 12 . . . . , 0-0; es clara· mente un desacierto a causa de 13. A x C seguido por 14. A x P + con un ataque que lleva al mate, sea o no aceptado el alfil. 1 2. 1 3.

PxC

exe etc

1 5. 1 6.

A4AR C4D

.

A2D A4CR

Otra jugada débil. Debería haber enrocado y resuelto el problema del desarrollo del caballo más adelante. Las blancas tendrían buenas posibilidades de ataque después de 1 5 . T I C o P4TD ame­ nazando con 16. ese, pero las ne­ gras están muy lej os de estar perdidas. 1 7. 1 8.

AXA D4C

PXA

Ahora el PCR avanzado sirve de objetivo para un ataque. 1 8.

...

D x PA

Una retirada desagradable, pero después de 13 . . . . , C2D ; 14 A x A, R x A; 1 5 . D4C las blancas tienen amenazas inmediatas; por ejem­ plo : 15 . . . . , C x P; 16. D x PC o 15 . . . . , D x PA; 16. DSC + , R1R; 17. T 1 D amenazando tanto con 1 8 . D x P C como u n a jugada d e alfil que descubra un ataque a la dama. .

1 4.

C3A

P3TR ?

Steinitz no habría hecho j amás una jugada así. Debilita el frente de peones próximo al rey y quita al caballo una casilla por la que podría volver a entrar en j uego. 14 . . . , A2D era esencial y las blan-

1 74

Sin duda, esta es la posición que las negras previeron dos jugadas atrás. Amenazan la torre en el rincón y también 19 . . . , C3T ale· j ando a la dama y dejando inde­ fenso el caballo. Sin embargo, .

después de la tranquila r6plica de Spassky, la amenaza de penetra­ ción mediante T lAD seguida por CSA resulta excesiva cuando se combina con la presión de las blancas sobre el otro lado del ta­ blero. 1 9. 20.

C3C I D x PC

C3T DSC

No se puede salvar el PC, de ma­ nera que la dama se apresura a la defensa ( 3 1 . D x P, D l A ). 21.

22.

...

DlA

Un distinguido especialista britá· nico sugirió 2 1 . . . , 0-0-0 en esta situación. Es evidente que se equivocó al reconstruir la posi­ ción. 2 1 . . . . , D2R se refuta me­ diante 22. D3R seguido por 23. T l AD con una fácil penetración en los cuadros oscuros, mientras que 2 1 . . . . , P3CR se refuta me­ diante 22. T3T, DlA; 23. T l AD, TlA; 24. T x T + , A x T ; 25. ASC + , A2D; 26. T3AD ! ganando. Final­ mente, 2 1 . , T l CR? es un error garrafal que revela un propósito

T l AD

Amenazando con el decisivo 23. T7A y 24 . CSA. 22 .

...

P3A

No 22 . . . . , TlA; 23. T x T + , A x T ; 24. ASC + , A2D; 25. T2AD ! 23. 24.

T3C

Dej ando a la dama en su puesto por el momento para impedir el enroque en cualquiera de los dos lados, e impidiendo el contraata· que . . . ese. 21.



más en la última jugada de las blancas (22. D x C ! ganando una pieza ).

D3R CSA

P4A

Con las amenazas mortales 25. C x PC o 25. C x A ( después de 24. . . . , T l CD ). 24 .

...

PSA

¿ Ganando piezas? 25.

A6C +

.

. . .

¡No! R2R

25.

O 25 . . , R l D ; 26. C x PC + y 27. DSA mate. . .

26.

D3T !

Abandonan

Si 26. A3A entonces 27. C x PC + , R2D ; 28. CSA + con un ataque vencedor.

175

55.

Desempate del 3 1 .• Campeonato de la U.R.S.S., Moacú,

1 964. Negraa : Holmov.

GAMBITO DE REY l. 2. 3.

P4R P4AR eJAR

5.

P4R PXP A2R

Una de las más sólidas defensas del Gambito de Rey. 4 . . . . , AST + es una amenaza definitiva y mien­ tras tanto las negras se apresu­ ran a enrocar, sin comprometer­ se todavía en el centro. 4.

eJA

Una j ugada provocativa que Spas­ sky ha efectuado varias veces, y que desafía a las negras a intro­ ducirse en las complejidades de 4 . . . . , AST + ; S . R2R, P4D ; 6. C x P, C3D. ¡ Todos los adversarios de Spassky han preferido evitar es­ tas complicaciones ! 4. 5.

eJAR PSR

S. P4D permite a las negras igua­ lar con S . . . . , P4D ; 6. A3D (o 6. P x P, C x P; 7. A4A, A3R; 8. D2R, C x C ; con igualdad, Spassky-Li­ berson, 27.• Campeonato de la U.R.S.S., 1960 ) 6 . . . . , P x P; 7. C x P, C x C ; 8. A x C, A3D ; 9. 0-0 Spas· sky-Najdorf, Olimpíada de 1962, en que las blancas pueden igua­ lar con 9 . . . . , 0-0 ! (no 9 . . . . , C2D; 10. D3D como en la partida pre­ sente ). Naturalmente Spassky ha­ ce una jugada nueva para pre­ sentar nuevos problemas . 1 76

...

ese

Probablemente, es mejor S . . . . , C4T ya que las negras amenaza­ rían una vez más 6 . . . . , AST + haciendo así más difícil para las blancas la recuperación del peón del gambito. Después de texto, el caballo queda más bien en el aire. 6.

P4D

esR

¡ Una manera vergonzosa de ter­ minar tres tiempos ! Sin embar­ go, si 6 . . . . , AST + ; 7. R2R, C7A?; 8. D1R mientras que 6 . . . . , P4CR? permite el sencillo 7 . C x P. 7. 8.

Axe A4A

PXA

Con tres piezas en juego contra una de las negras, las blancas han obtenido una clara ventaj a en la apertura. Esta se origina en la decisión de las negras de evitar complicaciones. ¡ Resulta claro que el «bluff» también de­ sempeña un papel en la apertura ! 8. 9. 0-0 1 0. D3D

P3D 0-0 eJA

Forzando a las blancas a cam­ biar, ya que 1 1 . D x PR, P x P; 12. C x P, C x C ! dej a a las blancas con un PR aislado. 1 1.

PxP

PxP

Una concesión más. Es evidente que las negras temían que des­ pués de 1 1 . . . . , A x P; 12. D x P la amenaza de 13. e5eR era muy fuerte. Sin embargo, 12 . . , A2R ! sería una defensa adecuada, pero no 12 . . . . , A5eR; 13. e5eR, A4T ; 14. eD4R! en que 14 . . . . , e x P fracasa ante 15. D3TR ! , A3e ; 16. T x P ! ganando. .

1 2. 1 3.

TDIR TXP

.

ASC RlT . .

CSD

1 7.

A4C

No deben permitir 15. e X A, e X e ; 16. e5e ! CXA T3C

A2D

No 17 . . . . , A3R ; 18. A x A, P x A; 19. T x T + , T x T ; 20. T3T y gana. 1 8. 1 9.

AxC DST

CSA TXA

Aferrándose a la posibilidad de obtener un cierto desahogo al amenazar el cambio de damas. Si 19 . . . , D3T entonces 20. T3T, D3e (20 . . . . , D8A + ; 2 1 . TlA) 2 1 . A x P ! , T x A; 22. T x T gana de inmediato. 20.

D2R

P3A

Había nuevamente una amenaza tanto contra el PAR como el PTR (mediante T3T ). 21.

1 5. 16.

C 3R

.

Una confesión del fracaso, 1 3 . . , e4T para cambiar el poderoso al­ fil parece correcto, aunque 14. e5D sería una fuerte respuesta. 1 4.

No 1 6 . . . . , D5T ; 17. T4A.

T3R

DXC

¡ Ni a sol ni a sombra ! 21. 22.

D2D T ( 3 ) 3A

El rey negro se encuentra inde­ fenso. Si 22 . , P3A entonces 23. T5T, P3TR; 24. D6e seguido por 25. A3D o 25. T(3 )3T y un sacri­ ficio en 6TR. . . .

22. 23.

Ahora resulta difícil para las ne­ gras encontrar una jugada_ razo­ nable debido a la presión ejerci­ da por las torres blancas. 1 6.

. ..

D4T

CID D4R !

Ahora también se transfiere al alfil al ataque sobre 7TR. 23 .

...

P3CR

O 2 3 . . . . , TlR; 24. D4T. Su mejor posibilidad era 23. . . ., TlA; 24.

177 12

LAS

1 00

MEJORES PARTIDAS DE SPASSKY

A3D, P3CR; pero las blancas ga­ narían con 25. T6A logrando que sea imposible para las negras de­ fender el PTR con el avance de su PAR. 24.

D4T I

25.

Esta gana de inmediato. 24



. . .

O 24 . . . . , P x T; 25. D6A + y 26. T3C mate. 24. . . . , D x T lo pro­ longa durante una jugada o dos (25. T x D, P x T; 26. D6A + , R1C; 27. D x P( 5 ) seguido por 28. A3D ).

T 1 CR

T- x P

Abandonan

El triunfo final obtenido alter­ nando ataques sobre 7AR y 7TR.

56. Torneo Zonal de Siete, Moscú, 1 964. Negras : Suetin.

DEFENSA SICILIANA

l . P4R 2. C3AR 3. P4D 4. C x P S. C 3AD 6. P4A ? I 7. A3R 8. e x e 9. A2R

P4AD C3AD PXP P3R D2A P3TD P4CD DXC

Invitando a las negras a ganar el PR. 9. A3D o 9. P3TD son juga­ bles, pero no parece probable que den a las blancas alguna ven­ taj a. 9.

PSC ?

Después de este encuentro, no se ha vuelto a ver la j ugada del texto en ninguna otra partida se­ ria entre maestros. La línea deci­ siva es 9 . . . . , A6T la que según se pensaba (a mediados de la déca­ da de los años sesenta ) daba una

1 78

clara ventaj a a las negras. Sin embargo, Suetin perdió üna par­ tida frente a Bogdanovic en la Competición Yugoslavia-U.R.S.S. de 1967, después de 10. A4D ! , A x P; 1 1 . C x P, A x T ; 12. A x A, P x C ; 13. A x P, D x P ; 14. 0-0, T x P; 1 5 . A3D, D6R + ; 16. R1T, A2C ; 17. A x T, C3T; 1 8 . A x P. Las blancas tienen fuertes alfiles y el rey se encuentra más seguro. Además, Boleslavsky sugirió que las blancas podrían mej orar este j uego mediante 16. T2A. Sin em­ bargo, lo que es típico, Moiseev ha encontrado una forma de me­ j orar el juego de las negras tam­ bién : 13 . . . . , C3A ! ; 14. A x T, C x P o 14. A x C, T l CR. Por lo tanto, 6. P4A resulta dudoso pero empren­ dedor y por eso arriba quedó marcado con la interrogación que se le dio al primero. 1 0. 11. 1 2.

A3A ! PSR T l CD

PxC PxP

No 12. A x D. P x T( D ) y las ne­ gras obtienen demasiadas piezas a cambio de la dama. 1 2.

...

A5C +

Suetin mejora la partida efectua­ da entre Ivkov y Szabo, Saraj e­ vo, 1963 que continuaba 12. . . . , D6A + : 13. A2D, D6T; 14. A x T , A4A; 1 5 . D3A, D x P; 16. R2R, P4TD ; 17. D3CR ! , A3T + ; 18. R3A, D x D + ; 19. P x D, A6T; 20. A x P, A x T; 2 1 . A x A con un final ga­ nado para las blancas. 1 3. 1 4.

R2A AxT

D6A P3A

Las negras tienen el peón fuerte en 7CD como compensación por el cambio, pero desafortunada­ mente no puede continuar su de­ sarrollo con 14 . . . . , C2R. Después de 15. A4R las blancas amenazan 16. D4D (para cambiar Damas ) seguido por TR1D y A4D ganan­ do el peón adelantado. 1 5.

A4R !

C3T

La última posibilidad que tienen las negras de complicar la cues­ tión era el consecuente 15 . . , P X P; pero después de 16. D5T + , P3C ( 1 6 . . . . , R1A; 17. P x P); 17. A x P + , P x A; 18. D x T las negras no tienen un j aque perpetuo co­ mo muestra la línea de Boles­ lavsky 18 . . . . , D x P + : 19. R3C, P x P + ; 20. A x P, D6D + ; 2 1 . R4T, A2R + ; 22. ASC, A x A + ; 23. R x A, D4A+ ; 24. R4T, P4C + ; 25. R5T. .

1 6.

PxP

D x PAR

.

1 7.

D5T + !

Esta jugada tiene igual fuerza en este momento, ya que dificulta el enroque de las negras. 1 7. 1 8.

C2A P4A !

Otra j ugada fuerte que impide P4D haciendo difícil que las ne­ gras puedan hacer entrar en jue­ go el AD. 1 8. 1 9. 20.

D2R A3A

P3C A6A

Una precaución contra un posible P4C . 20. 21.

TR1 D

0-0 P4C

La desventaj a de la posición de las negras consiste en que sus piezas no son muy activas, de ma­ nera que este violento intento de abrir una línea contra el rey ene­ migo no puede realmente espe­ rar lograr éxito. 22. 23. 24.

D3D ! A4D DXA

PxP AXA+

Con la pérdida del PCD las ne­ gras se ven enfrentadas ante una ardua lucha para conseguir las tablas. 24. 25. 26. 27.

TxP DXD T8C

C4R CxP TXD

179

Los dos peones no constituyen una compensación adecuada por el cambio, ya que el alfil, crónica­ mente malo, es un mero espec­ tador. 27. 28.

T l AD

TIA P4D

O 28 . . . . , C3D; 29. T6C, C4A; 30. T7A con una desventaj a decisiva. 29.

A2R

30.

TSA

C3D 38.

30. A4C era una jugada aún más fuerte, pero Spassky, corto de tiempo, prefiere forzar un cam­ bio de torres que gana también un valioso peón. 30. 31. 32. 33. 34.

RlR TxT+ T x PT T8T

CSR + A2D RxT R2R

A3A

P4R

Suetin se equivoca en los últimos minutos de la sesión de juego. Podría haber ofrecido una resis­ tencia mucho más tenaz con la variante 38 . . . . , A4C ; 39. T x P, P4R; 40. T6T + , R2A; 4 1 . TST, R3D pero después de 42. P4T las blancas ganan. 39. 40.

AXA TXP

RxA PSR

Abriendo espacio para el avance del peón. Incidentemente, Spas­ sky evita el error 34. PATD, C6A; 35. PST?, C x A en que al recupe­ rar pierde la torre.

O 40 . . . . , R4C ; 41. TST, PSR; 42 . TSA seguido por 43. T X P com­ binado con el avance del PTR.

(Ver diagrama siguiente. )

Después de 4 1 . . . . , C x P ; 42. T6T + , R4C; 43. T x C ! , R x T ; 44. P4T y corona una jugada antes de que el -rey negro pueda apo­ yar en forma adecuada a los peo­ nes adelantados unidos.

34. 35. 36. 37.

180

P4TD T7T PST

R3D A3A C4A PSD

41.

P6T !

Abandona

57. Torneo Zonal de Siete, Moscú, 1 964. Blancas : Geller.

pensando

RUY LóPEZ

continuar

con

P4CR

( vea partida n ." 43, con Kots ).

l. 2. 3. 4. 5.

P4R C 3AR A5C A4T 0-0

P4R C 3AD P3TD P3D

1 0. 11. Como

Después de la estupenda victoria de Fischer sobre Geller en Bled, 1 96 1 , esta línea se convirtió en la variante de moda de la Defen­ sa Steinitz Diferida.

5. 6.

P3TD

6.

. . .,

P4TR,

siempre

que

uno

tenga seguridad en sí mismo y la preparación adecuada.

7.

P3A

C3A

Geller intentó 7 . . . . , D3A contra

Fischer, pero después de 8. P4CR ! , A3C ; 9 . D4D las blancas tenían una fuerte iniciativa.

8. 9.

P4D A3C

en

la

ligera ventaj a

en

el

desarrollo

astuto sacrificio de peón.

P4D ! ? P4CR

conjunto, Geller se d emoró

una hora en pensar esta jugada y la próxima. Sacar la clavada debilita su flanco R, pero esa es la línea acertada siempre que sea continuada en forma apropiada.

1 2. 1 3.

A3C PD X P

La solidez del ofrecimiento de las negras se ve seriamente puesta a prueba en la variante 13. C x P,

P4CD A2R

Aceptando el sacrificio de peón mediante 9 . . . . , A x C ;

a menudo

que ahora explotan ofreciendo un

En

También es jugable el sacrificio

sucede

0-0

Ruy López, las negras tienen una

1 1. 1 2.

A5C A4T

A3R CD2D

10. D x A,

P x P; 1 1 . D3D! P x P; 12. C x P da

C x C ; 14. P x C, C x PR; 15. P4AR ! ,

C x C;

16. D x C, ASR; 1 7 . TDlD,

P3AD ; 18. PSA. La elección de Ge­ ller es muy inferior.

1 3. 1 4.

CR x P CIC

a las blancas un muy buen juego, mientras que 9 . . . . , P x P ; 10. P x P,

Este fu e e l propósito d e l a últi­

A X C y ahora 1 1 . � X A ciertamen­

ma jugada de las blancas, puesto

te no es bueno para las negras,

que ahora el PD de las negras es

ya que las blancas consiguen mu­

indefendible. Sin embargo las ne­

cho mayor control en el centro .

gras pueden sacrificarlo alegre·

Un plan alternativo es P . . . . , D2D

mente a cambio de un ataque.

181

1 4. 1 5.

DIA l C4D

Las blancas reconoce el fracaso de su idea, pero cambiar de po­ lítica en la mitad del camino rara vez da resultado y de ahora en adelante, las blancas se precipi­ tan rápidamente a su derrota. Si 15. A x P entonces la clavada 15 . . . . , T 1 D resulta peligrosa, ya que el sacrificio 16. A x C, T x D ; 17. T x T permite 17 . . . . , P4TR ! de­ sarticulando el flanco R. 15. D x P se refuta mediante 1 5 . . . . , C4T amenazando ganar la dama con 16. . . . , TlD. Por eso, las blancas deben retirarse, y después de 16. DlD, TlD; 17. CD2D, P4T ! las ne­ gras tienen muchas amenazas. 1 5.

...

CD + P

Por su parte, las negras pueden aceptar confiadamente el ofre­ cimiento. 1 6. 1 7.

P4AR PxC

P4AD !

No 17. C2A, PSA; ni 17. C2R o 3A en que las negras sacrifican a cambio de un feroz ataque me­ diante 17 . . . . , C x P ; 1 8 . P x C, DxP+. 1 7. 1 8. 1 9.

PxP C2D

PxC D2D P3A !

(Ver diagrama siguiente.)

Las negras tienen una pieza fuer­ te en SR y si las blancas cam­ bian caballos entonces los alfiles serán igualmente eficaces en esa

182

casilla. Por lo tanto, las negras intentan hacer entrar en juego a las torres para intensificar la pre­ sión de sus piezas sobre el flan­ co R. 20. 21.

TIA A4AR

RIT

Un error táctico al no advertir el consiguiente sacrificio de dama de las negras. 2 1 . C3A se enfrenta mediante 2 1 . . . . , P4A y si 22. PSC ? entonces 22 . . . . , PSA ganando el PCR, de modo que las blancas deberían tratar de debilitar la fuerza del ataque que se aproxi­ ma mediante cambios y jugando 2 1 . C x C, A x C; 22. A4AR. 21. 22.

PxP A X PR

E v i d e n t e m e n t e, no 22. P x P, T x P ! ; 23. T x T, D2T + ; 24. R. ( cualquiera ), D6R ! con múltiples amenazas. 22. 22.

A4C ! A X PR

Continuar con su intención ori­ ginal es la única elección posible

para las negras. Si 23. e X e, A x T ; 24. esA entonces las negras quedan con un cambio de venta­ ja después de 24 . . . . A6R + .

mientras que si estuviese en 1 T, las negras jugaría sencillamen­ te T8A + .

,

23. 24. 25.

AXD R2C

DxT! A6R +

Otras j ugadas tampoco son me­ j ores, corno mostrará la nota si­ guiente.

25. 26. 27.

T x T+ AxP

CxC TxT

Para eliminar uno de los princi­ pales peligros (ASR + ) Si el rey blanco estuviese en 2T, entonces T7A + sería la principal amenaza .

58.

27. 28. 29.

R3C R4T

T7A + C8A + P3T

Ahora el rey está amenazado eón mate en uno.

30. A8D Abandonan

TIA

N o hay forma d e defenderse de 3 1 . . . . , A7A mate; por ej emplo : 3 1 . PSe , A7A + ; 32. R4e, e6R casi con un mate puro ( sólo SAR está controlado por más de una pieza).

' Torneo Zonal de Siete, M oscú. 1 964.

Negras : Korchnoy.

DEFENSA INDIA DE DAMA 1. 2. 3.

P4D P4AD C3AR

C3AR P3R P3CD

Actualmente, muchos j ugadores destacados evitan la Defensa In­ dia de Dama por considerarla una apertura demasiada equili­ brada pero Korchnoy siempre ha demostrado predilección por ella, incluso en partidas como esta en que no e staba interesado en con­ seguir tablas.

4.

P3CR

A2C

S.

A2C

A2R

6.

0-0

0-0

7.

C3A

P4D

Una línea poco corriente ya que está dirigida contra el concepto estratégico expreso de las blan­ cas que consiste en controlar el centro con sus piezas. En es tos últimos años, Korchnoy ha deci­ dido no dejarse vencer, volviendo a introducir la antigua 7 . . . . , eSR; 8 . D2A, e x e ; 9 . D x e y ahora P4AD ! ?

8.

PxP

183

Esta es una jugada muy antigua. La continuación que ha alcanza­ do la popularidad es 8. CSR. 8.

...

PxP

Las negras consiguen un juego más fácil con 8 . . . . , C x P. 9.

CSR

Esta jugada muestra la principal desventaj a de los dos últimos movimientos de las negras : el AD indefenso significa que existe una clavada sobre el PD; por ej emplo : C4A es ahora posible para las blancas, mientras que si ahora 9 . . . . , P4A entonces 10. P x P, P x P; 1 1 . D3C y 12. TlD con fuerte presión. 9.

...



ASC

D3R

TIA

E l hecho d e que cada jugada de las blancas produzca una nueva

184

P4A ? C3D

. . .,

Una defensa artificial, pero des­ pués de 10 . . . . , P3A las blancas abren el centro con ventaj a me­ diante 1 1 . P4R, P x P 12. CD x P y si 12. . . . , D3R entonces 13. T l R ( Bondarevsky-Plater, Moscú, 1947 ). 1 1.

11. 1 2.

D1A

Protegen a l alfil. Después d e 9 _ CD2D ; 10. D4T las blancas que­ dan en mej or situación debido a sus muchas amenazas sobre las casillas claras (C6A, o A3T o incluso C x PD ). 1 0.

amenaza demuestra la ventaj a de las blancas. Así ahora tienen que defenderse de 12. ese. Las ne­ gras deben probar 1 1 . . . . , P3A puesto que el PAD se vería ata­ cado después de 12. D4T o 12. P4R. En vez de eso tratan de for­ · zar las cosas y pierden rápida­ mente.

Los psicólogos que han estudia­ do las pautas de pensamiento de los jugadores de ajedrez, seña­ lan que los movimientos que re­ sultan más difíciles de concebir son aquellos que exigen retirar una pieza bien situada. El esque­ ma obvio es hacia adelante, con­ tra el enemigo, pero el auténtico maestro está consciente de todas las posibilidades de la posición. De esta manera, la modesta reti­ rada amenaza con el fatal 13. C4A y gana sin más. ¿ Sería dema­ siado rebuscado concluir que Korchnoy no había pensado en absoluto en esta jugada ? 12. 1 3.

PxP AxC

Debilitando sistemáticamente el apoyo de la 4D de las negras. También era acertado 13. C4A de inmediato; por ejemplo 1 3 . . .. , D4R; 14. A x C etc. 14. CD x P, C x C ; 15. A x A, C x C ! ; 16. A x A, C x P + y 16 . . . . , D x A. 1 3.

...

AXA

dad de la diagonal larga blanca se ven mucha claridad). 1 6.

C XA

Ahora las negras deben perder muchas piezas. 1 6.

...

A4C

O 16 . . . . , AlD; 17. C4A. Después de 1 3 . . . . , P x C ; 14. A x PA las blancas tienen un fácil triun· fo técnico. 1 4.

1 7. 1 8.

1 8.

C4A

AxC D3D

Entregar la dama resulta igual­ mente inútil. ( 1 5 . . . . , A J< A; 16. C x D, A x T ; 17. C x T, A6T ; 1 8 . D3D ! , R x C ; 19. D4R y l a debili-

5 9.

A1D

¡ El PD está clavado !

CxP!

Esto fuerza las cosas puesto tan· to 1 5 . C7A como 15. C x A + cons­ tituyen amenazas ( ¡ nuevamente ese lamentable alfil colgado en 2CD ! ). 1 4. 1 5.

P4A C3A !

...

C3T

O 1 8 . . . . , D4A; 19. C4T ! 1 9. 20. 21. 22. 23. 24.

AXT CSD DXP P4CD D3D P4R

D1C DXA C4A C3R T1R Abandonan

Uno de los triunfos más arrolla­ dores que haya ocurrido nunca en una partida entre jugadores de categoría mundial.

lnterzonal de Amsterdam, 1 964.

Negras : A. Foguelman.

DEFENSA CARü-KANN 1. 2. 3. 4. S. 6.

P4R P4D C 3AD CXP C3C A4AD

P3AD P4D PxP A4A A3C

Dos ruedas antes, Tal había ju­ gado 6. CR2R contra Foguelmann. Obviamente, Spassky hace bien en variar, ya que después del pos t-mortem con Tal, Fogelmann

se encontraría muy bien prepa­ rado para enfrentar esa línea.

185

6. 7. 8.

CR2R P4TR

C3A P3R C4T

Una innovación en la apertura, pero desafortunada. Las negras tenían que jugar 8 . . . . , P3TR; 9. C4A, A2T con una posición incó­ moda, pero sostenible y que ya se había producido en la compe­ tición entre Tal y Botvinnik en 1960. 9. 1 0.

CXC

AXC

P3AR

Con la amenaza de 1 1 . P4CR, A3C; 12. P5T, mientras que si 10. . . . , A2R entonces 1 1 . C4A q:ms­ tituye una fuerte réplica; por ejemplo : 1 1 . . . . , A x P + ; 12. R1A, A3C ; 1 3 . C x A forzando 13 . . . . , PA x C ya que si 13 . . . . , PT x C entonces 14. P3CR! ganando pie­ zas. 1 0. 1 1.

C4A

1 2.

D2R !



. . .

C2D

P4CR 0- 0-0

A3C

Esto renueva la amenaza 16. A x P. Las negras quisieran enrocar pe­ ro entonces las blancas podrían hacer uso de sus peones avan­ zados en el flanco R para rápi­ damente abrir líneas para un ata­ que ; por ejemplo : 15 . . . . , 0-0; 16. P5T, A2T; 17. PSC y si 17 . . . . , P x P entonces 18. P6T, P x A; 19. P x P, R x P ; 20. T x A + , R x T ; 2 1 . D2T + y 22. T I C + y mate. 15 . . . . , D2R, para preparar el enroque en el otro lado, se refuta me­ diante 16. D2D en que 16. . . . , 0-0-0 ? perdería de inmediato ante 17. D5T. Por lo tanto las negras se ven obligadas a llevar la dama a una casilla expuesta. 1 5 . . . . . D4T permite 16. A x P ! 1 5. 1 6. 1 7.

Una terrible concesión que hacer ya que las casillas oscuras se ve ahora muy debilitadas.

186

1 4. 1 5.

P3TR

AxC

AXA

O 1 3 . . . . , D x P; 14. A5R.

A 3D

12. C x A, D4T + afloj aría la ten­ sión, mientras que el texto ame­ naza con el sacrificio del alfil 13. A x P ! , P x A ( 1 3 . . . . , A x C ; 14. ABA + ) 14. C x P y si 14 . . . . , D2R para evitar un j aque doble en­ tonces sencillamente 15. C X P + , R(cualquiera ); 16. C x A. 12

1 3.

D3A A6D A3CD

0- 0-0

Una útil j ugada de espera para " impedir 17 . . . . , C3C ata cando a ambos alfiles. Ahora las negras no disponen de ningún movimien­ to útil, puesto que si juega el ca­ ballo pierden el PCR después de 1 8 . ASR. 1 7. 1 8.

P4TR D3R

Ahora 18 . ... , P x P; 19. P x P, T x P ? ; pierde ante 20. PSC, mientras las amenazas 19. ASR o PSD se

ciernen peligrosas debido al PTD indefenso. '

1 8. 1 9.

TRlC A4AR

¡ El cambio de guardia! Es nece­ sario refutar 20. A5C. 1 9. 20.

D2R PSD !

(Ver diagrama siguiente. )

Ahora, si 20 . , D4A entonces 2 1 . P x PR, D x D + ; 22. A x D, P x P; 23. A x PT con una victoria fácil mientras el PR y el PTD se en­ cuentran amenazados. . . .

20. 21.

P6D

C4A Abandonan

, C X A + ; 22. Después de 2 1 . PT x C, D(cualquiera ); 23. D x PT resulta decisivo. . . .

60. lnterzonal de Amsterdam, 1 964. Negras : Tringov.

RuY LóPEz l. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 1 0.

P4R C3AR ASC A4T 0-0 TlR A3C P3A P3TR A2A

P4R C3AD P3TD C3A A2R P4CD 0-0 P3D C4TD P4A

Algunos ajedrecistas consideran que esta serie de jugadas repre­ senta la quintaesencia de la exac­ titud. Debemos recordar, e!>o sí, que no todo el mundo está de

acuerdo. Personalmente, me gus­ ta el decepcionado comentario de Tarrasch : «Se podría decir que ambos bandos quedan mal.» 11.

P4D

C2D

El sistema Keres, muy popular a comienzos de la década de los años sesenta, pero poco utilizado en nuestros días. Las negras se proponen capturar dos veces en el centro y luego activar el AR con A3A. A continuación, como compensación por ciertos puntos débiles en el centro, tiene 4AD y 4R, dos buenas casillas para sus caballos.

187

1 2. 1 3. 1 4.

CD2D PxP PSD

PA x P C3AD

Esto es contrario a los planes de las negras, pero 14. C3C, P4TD ; 1 5 . A3D es una línea m á s fluida. 1 4. l S. 1 6. 1 7.

AlC P3TD P4CD !

ese P4TD C3T

Utilizando la clavada en la co­ lumna TD para quitar a los ca­ ballos negros la casilla 4AD. La jugada fij a también el PCD negro en una casilla donde puede ser atacado mediante A3D, D2R, y luego incluso por C1 CD3AD. 1 7. 1 8.

PXP

PxP C3C

Sin embargo, las negras se ade­ lantan y al desclavar el caballo amenazan al PCD. Como 19. A3T ? e s una pieza autoclavada que per­ mite 19 . . . . , C x PC, las blancas tienen que protegerse cbn la dama. Esto significa postergar cualquier intento de presión me­ diante D2R y no podemos decir que las blancas hayan consegui­ do mucho, lo que puede ser un argumento a favor del plan alter­ nativo de la j ugada 14 o una con­ firmación del comentario hecho por Tarrasch hace muchos años. 1 9. 20. 21.

D3C A3D ClA

A2D DlC CSA !

Han recorrido más de la mitad del camino que los separa del

188

control de tiempo y todavía no es mucho lo sucedido. Las blan­ cas no pueden derivar ninguna ventaja de 22. A x C ya que pierde su propio PCD y concede los dos alfiles. Por lo tanto, deciden de­ fender el PCD con su torre, entre­ gando la columna TD, pero libe­ rando la dama. 22.

TIC

Existía también una cuestión tác­ tica : las negras amenazaban 22. . . . , C4A ! 23. T x D, C x D ; 24. T x T, T X T y las negras tienen la ini­ ciativa en el flanco D. 22. 23.

C3C

TIA P3C

Una jugada defensiva corriente en la Ruy López, pero no era realmente necesaría aquí. Las ne­ gras deberían continuar con su juego en el flanco D. De este modo, 23 . . . . , C2A, amenazando T5T en una etapa posterior, era muy factible, puesto que 24. A x C, P X A; 25. D X P daría a las negras una muy buena posición median­ te 25 . . . . , C4C seguido por 26. C6A. 24.

DlD

C3C

Claro signo de que han «perdido el hilo>>. 24. . . ., C2A para jugar C 1 R y entoncesT5T todavía resul­ taba correcto. zs.

ese

Las blancas, por fin, pueden ha­ cer un gesto agresivo en el flan­ co R.

25. 26.

P4A

T2A DlD

Volviendo a l a defensiva, y a que permitir PSA daría a las blancas un formidable ataque al trasla­ dar sus torres a la columna AR. 27.

C3A

P3A

Una vez más, la táctica del erizo, pero 27 . , P x P ; 28. A x PA daría a las blancas una posición muy activa con la amenaza de PSR. . . .

28. 29. 30. 31.

R2T D2D TIA P5A

C5T TDlA AlA

Para mantener a l a dama fuera de ST. Siempre cuentan con C6A para defender el PCD . 34.

A3R

¡ Para el conocedor del «Guiness Book of Records» ésta es la pri­ mera jugada con este alfil ! Trin­ gov se encontraba ahora presio­ nado por el tiempo y en vez de continuar su táctica de espera con una jugada como 34. . . . , P3TR, efectúa un movimiento im­ preciso que permite a las blancas hacer un prometedor sacrificio. 34. 35. AD X P ! 36. c x Pc

D2D PXA

Una jugada de compromiso, pero, como 30 . . . . , A3T constituía una amenaza, la decisión fue en parte forzada. 31.

...

P4C

Continuando con su estrategia tipo «Línea Maginot». 32.

T l TD

Antes de trasladar todas sus fuer· zas al flanco R, las blancas apro· vechan la oportunidad para for· zar a las negras a una posición más pasiva en el otro flanco. La amenaza es 33. T x C, de modo que las negras deben suprimir la duplicación de torres con 32 . . . . , T l T o retirar su mal situado ca­ ballo. 32. 33.

D2R

ClC AlR

Con los caballos negros situados en el otro lado del tablero, las blancas cuentan con una supe­ rioridad material en las proximi­ dades del rey negro y amenazan con PAR. Así, si ahora 36 . . . . , A2A entonces 37. A x P, C6A; 38. A x D, C x D; 39. A x T, C x C; 40 R x C, T x A; 41. TRI A gana. 36. 37.

C6R

A3T T6A

189

No 37 . . . . , T8A; 38. D4e + , Rl T ; 3 9 . D4T ! ni 37 . . . . , ASA; 38. e x A, P x e ; 39. T x P. 38.

D4C +

RlT

O 3 8 . . . . , R2A; 3 9 . DST + ganando el alfil. 39.

D4T

TxA

O 39 . . . . , A2e ; 40. P6A. 40.

DXA

D2AR

La única defensa contra el mate en 8A (o en 7e después de 40 . . . . , A2A ? ). 41.

41.

...

TXC

Quitando de en medio a uno de los potenciales atacantes. Si 4 1 . . . . , R l e entonces 42. D7e + , D x D ; 43. P x D, A2A; 44. T x A ! , R x T ; 4S. TlA + , R2R; 46. T8A, etc. 42. 43.

RXT DXD

D3C + AXD

Las amenazas de mate han de­ saparecido, pero el final está per­ dido a causa del fuerte peón ade­ lantado. 44. 45. 46.

P7A TD l A ! T6AD !

C2D TIA Abandonan

P6A

4 1 . eST también gana; por ejem· plo : 4 1 . . . . , A2D (41 . . . . , D x e; 42. D7e mate ); 42. ese, D2R ( la única casilla para impedir 43. D6A + o 43 . D x P mate ); 43. P6A o 4 1 . . . . , T2A; 43. P6A, T2T ; 43. D7e + , etc.

Aquí muere el peón adelantado y las blancas vuelven a sus ame­ nazas de mate basadas en su po­ deroso caballo que niega la casi­ lla 2eR como escape para el rey; por ej emplo : 46 . . . . , A x PA; 47. e x T o 46 . . . . , T x P ; 47. T8A + y mate.

6 1 . lnterzonal· de Amsterdam, 1 964. Negras : Benko.

DEFENSA eARo-KANN

l. 2. 3. 4.

P4R P4D C3AD CXP

P3AD P4D PxP C2D

La cuidadosa línea que pretende jugar eR3A sin el temor de du-

190

plicar un peón. Sin embargo, la posición asimétrica que resulta de 4 . . . . , e3A; S. e x e + Pe x e no está desprovista de contrapo­ sibilidades para las negras, mien­ tras que generalmente el texto las dej a en una posición pasiva. 5.

A4AD

CR3A

s.

7. 8.

ese D2R A3C

P3R eJe

12. C2D ! , P x P ; 13. 0-0-0 seguido por 14. C4A y 15. C3A ). Sin em­ bargo, Spassky seguía un parti­ do anterior Tal-Benko.

La última jugada de las blancas indica que intentan conseguir posibilidades tácticas (como sa­ crificios en 7AR o 6R, por ejem­ plo ) especialmente si las negras tuvieran que jugar uno de los caballos llevándolos a 2D para desafiar el caballo blanco que pronto aparecerá en SR. Objeti­ vamente, 8. A3D es mejor.

Aqui, una celada muy conocida es 8 . . . . , D x P ? ; 9. CR3A y 10. CSR ganando el PAR, ya que las negras no pueden desarrollar me­ diante 9 . . , ASC + a causa de 10. P3AD ! , A x P + ; 1 1 . R1A y se pierden piezas. . .

eDJA

Otras jugadas de caballo permiti­ rían a las negras capturar impu­ nemente el PD. 9



. . .

P4A

Este es más bien dudoso. 9 . . , P4TD! da buen contrajuego a las negras. . .

1 0.

A3R

Obj etivamente debemos conside­ rarla menos precisa que 10. A4AR que debería negar a la dama el uso de 2AD una vez abierta la columna D 10 . . . . , P x P; 1 1 . 0-0-0 o 10 . . . , CD4D; 1 1 . ASR, D4T + ; .

..

D2A

.

Mejorando la partida con Tal en la que después de 10 . . . . , CD4D; 1 1 . 0-0-0, las blancas vencieron en una complicada lucha. 11. 1 2. 1 3.

AJO 0-0

esR eRJA 0-0

P3TR

8.

9.

1 0.

El enroque largo era muy facti­ ble y posiblemente más fuerte to­ mando en cuenta que el ataque a bayoneta P4CRSC sería muy pe­ ligroso para las negras. Sin em­ bargo, en vista de la fuerte com­ petencia para obtener un lugar en el Torneo de Candidatos y el hecho de que sólo tres de los cinco ajedrecistas soviéticos (Bronstein, Shtein, Smyslov, el mismo Spassky y Tal ) podrían quedar calificados -existía un límite máximo para el número de participantes por país- no po­ demos culpar a Spassky por ha­ ber elegido una estructuración más sólida. 1 3. 1 4. 1 5.

eD4D PJeD A2e

P3A TD l D

Tal vez 15 . , C x A primero sea mejor. La columna AR abierta que resulta de 16. P x A no era muy amenazadora y las blancas no pueden hacer la normal ju­ gada de ataque CSCR. .

.

.

191

1 6.

más, el texto priva a las blancas del uso de la 4D.

AlA

Ahora Spassky mantiene l a ten­ sión evitando el cambio. 1 6. 1 7. 1 8.

TRI R P3TD

TD I D TRIR

Aparentemente, proponiéndose continuar con P4AD, pero de he­ cho la continuación es algo dis­ tinta del plan normal : P4AD, P X P y P3CD con la intención de jugar A2C. 1 8. 1 9. 20.

A4T PxP

DIA TIA

Abandonando e l apoyo a s u caba­ llo y abriendo la columna D por la que las negras pueden intentar hacer cambios. Manteniendo la tensión mediante 20. A2A las blancas podrían haber aumenta­ do los problemas de las negras. 20



. . .

PxP

No parece haber nada malo en 20 . . . . , A x P, pero luego en el final las blancas podrían forzar un PAD adelantado, mientras que la experiencia ha demostrado que la formación de peones que las negras establecen ahora, for­ man una defensa más efectiva contra la superioridad del flanco D. En el caso presente, las blan­ cas t e n d r á n dificultades para conseguir un peón adelantado a menos que estén preparadas pa­ ra cambiar todos los peones del flanco D lo que aumentarían las perspectivas de unas tablas. Ade-

192

21.

ASCD

Las primeras jugadas siguientes no producen nada constructivo para las blancas, pero con su fuerte posición en el centro pue­ den permitirse esperar desarro­ llos. 21. 22.

A3D

C 3C D2A

22 . . , D l T, amenazando con 23. . . . , AR X C, parece más promete­ dor. .

.

23. 24.

P3TR P4A

A4D

Volviendo, por fin, al plan habi­ tual bosquej ado en la nota a la jugada 18. 24. 25.

P3CD

AIT CD2D

Apresurándose a cambiar piezas antes de que las blancas jueguen A2C y luego C4C (o primero AlC y D2A ) con posibilidades de ata­ que. 26.

A2A

Las blancas tienen que hacer esta jugada preparatoria, porque si . 26. A2C entonces 26 . . . . , C x C ; 27. C x C, D2C ! 26. 27. 28. 29.

cxc DxA TXD

exe AXC DxD ASR

Las negras han cambiado piezas para dar este interesante golpe táctico atacando al defensor de lD. Sin embargo, la� blancas con­ servan todavía el mejor final. 30.

TXT

31.

AXA

TxT

¡ Sin ningún peligro !

31. 32.

R2T

TSD + TxA

Las negras se dan cuenta ahora de que la jugada 32 . . . . , C2D que se proponían se refuta con 33. A2C, C x T; 34. A x C y las blancas conservan sus dos alfiles por la torre; por ejemplo : 34. . . . , T8R; 35. P3A, P4A; 36. A3C ! , T6R; 37. A6A, T x P; 38. P4TD y las blan­ cas ganan el final. 33.

A6A

Esta gana el PAD y por lo tanto da a las blancas un final muy superior. 33. 34. 35.

T X PA A4T

TSTD TxP

Y el alfil es también una buena pieza móvil. CSR

35. 36'.

T7A

No es el j uego más exacto debi­ do a que los participantes se apresuran a introducir los últi­ mos movimientos antes del con­ trol del tiempo. Las blancas de­ berían j ugar 36. T8A + , R2T ; 37. T6A, C6A y no 38. T x PT ahora a causa de 38 . . . . , C x A; 39. P x C, T6AD con buenas posibilidades de tablas, sino el agresivo 38. A8R con juego a ambos lados del tablero : el PAD adelantado y amenazas contra las casillas cla­ ras en el lado R como en la par­ tida. 36.

C7D

Las negras también se equivo­ can. 36. . . . , RlA para privar al alfil de SR es lo correcto, ya que 37. T x PT se refuta mediante 37. . . . , C4A ! ( amenaza 38 . . . . , C x P ); 38. T8T +, R2T ; 39. A6A, T x T; 40. A x T, C x P y puede que las blan­ cas no tengan una victoria clara. Las blancas tienen, por supuesto, otras posibilidades tales como 37. P3A o 37. PSA ! , pero las negras podrán por lo menos, dar batalla. 37.

ASR !

C x PC

No 37. . . . , P3A o 4A, puesto que las blancas entonces dan mate o ganan la torre con 38. A6C, RlA; 39. T7A + , RlC (39 . . . . , RlR; 40. T x PT + ) 40. T7R.

193 B

I.AS 1 00 MIU{)KES I•A K T I I)/\S UE SJIASSKY

38. 39.

A X P+ P4T

R2T

Amenazando con una nueva red de mate con 40. PST y 4 1 . A6C + . Después de un comienzo lento, no podemos negar que la partida se ha animado! 39. 40.

A x PR

P4TR CSD

La amenaza era 41. ASA + , RlC (41 . . . . , R3T ; 42. T6T + ) 42. A6C ! , etcétera. 41.

ASD

62.

...

R3C

T7D

C4A

O 42 . . . . , R3A ; 43. "'T7A + , R3C (pata salvar el PCR ); 44. T4A! amenazando 45. A7A + o 45. A4R -t como también 45. T x C. 43. 44. 46.

PSA P6A P7A

RJA C2R T6A

Las negras han logrado cubrir la casilla de coronación dos veces, pero T x C destruirá pronto un defensor clave. 46.

La jugada sellada. Las blancas renuevan su amenaza A4R + y ga­ nan sin demasiadas dificultades impulsando hacia adelante su peón avanzado PAD. 41.

42.

A7C

No 46. T6D + ?, R4R; T x T ; 48. A x T, R3D ! 46. 47. 48. 49. so.

47. T6A,

TxC P8A (D) AxT A6T

P4T RxT TxD PST Abandonan

P4D 0-0 ASC A4TR

CJA AJC 0-0 PJTR PJD

Belgrado, 1 964.

Negras : Zuidema.

RuY LóPEZ l. 2. 3. 4.

P4R C3AR ASC P3A

P4R C 3AD A4A

Esta es mejor que 4. 0-0 en que 4 . . . . , CSD dej a a las negras con una igualdad aproximada. 194

4. 5. 6. 7. 8.

Después de 8 . . . . , P4C el sacrifi­ cio 9. C X PC tiene mucha fuerza ya que después de 9 . . . . , P x C (9. . . . , C x PR; 10. C3A ) ; 10. A x P las blancas y. amenazan 1 1 . P4AR.

9.

deroso ataque (Kavalek-Zuidema, Tel-Aviv, 1964 ).

P4T

En una partida contra Smyslov, jugada en 1958, Spassky defendió ' con éxito la posición después de 9. A x eD, P x A; 10. P x P, P x P; 1 1 . eD2D, A5e ; 12. e4A, P4e ! ; 13. A3e, e X P en que los camb ios posteriores 14. D x D, TR x D ; 15. eR x P, A3R la dejaron en igual· dad.

1 1. 1 2. 1 3.

No 1 3 . e x P, D2D; 14. A x e, D x e ! recuperado el peón y deshacién­ dose de sus dos debilidades prin­ cipales : el PAD duplicado y el caballo clavado. 1 3.

P3T; 10. AR x e, P x A; No 9. 1 1 . P5T ! , A2T ; 12. P x P, P x P ; 1 3 . D4T ! con ventaj a. TlR

PxP

Si las negras tratan de retener el centro mediante 10. . . . , D2R en­ tonces 1 1 . e3T, A5e; 12. C4A da a las blancas gran presión; por ej emplo : 12. . . . , P4e; 1 3 . A3C, e2D; 14. e3R, A4T; 15. e5D ( Spas­ sky-Quiñones, Amsterdam, 1964 ) . 11.

PxA TlR

P4TD

9.

1 0.

CxP C2D

AR X C !

Las muchas referencias respecto de las aperturas que hemos visto hasta el momento en las partidas de Spassky, muestran que posee u n profundo conocimiento de esta variante. En este momento elabora un plan que le permite ejercer presión a ambos lados del tablero. Después de 1 1 . P x P, A5e ; 12. A,R x e, P x A; 13. e3A las negras podrían igualar mediante 13 . . . . , P4e; 14. A3e, e4T ! pero no mediante 13 . . . . , A x e ; 14. D x A ! , A x P; 15. P5R ! , A x P; 16. T x A ! , P x T ; 17. e4R con un po-

0 0 0

P4C

No se puede evitar por más tiem­ po este debilitamiento, ya que las blancas amenazan con jugar D3A seguido por PSR como en la par­ tida Kavalek. 1 4. 1 5. 1 6.

A3C PXA P3A !

AxC TIC

A primera vista las negras tienen un buen juego con la presión so­ bre la columna eo, pero la juga­ da del texto que dej a al alfil blanco disponible para la acción en el flanco D muestra claramen­ te que la ventaj a está todavía en manos de las blancas.

1 6.

0 0 0

A3R

No 16 . . . . , T x P; 17. e4A y 1 8 . e x P T e n que el PTD avanzará rápidamente. 1 7. 1 8. 1 9. 20.

P3C A2A T l AD T3A

TSC DlT TRlC D2C

Las negras han concentrado sus fuerzas de la manera más econó-

195

mica sobre el PCD enemigo, pero los dos movimientos siguientes de las blancas muestran que este contrajuego dirigido sobre una debilidad no puede compensar en forma adecuada por los tres pun­ tos débiles de la posición de las negras en 4TD, 3AD y 4CR . . 21. 22.

OlA ! P4T !

AxP

D x PA, D3C ; las blancas pueden mantener la ventaj a con 27. D7D, o 27. TlA, D x D ; 28. T x D, T5C (28 . . . . , T2C; 29. T6T ); 29. T x P, T x PT; 30. T6A y el PD resultará ser una amenaza más efectiva que el PTD a causa del amplio campo de acción del alfil blanco comparado con el distante ca­ ballo. 22. 23. 24. 25. 26.

PxP C4A ! C x PT CxP

A3R PxP C2T D3C TSC

Las negras habían confiado en esto cuando jugaron la 22. Sin embargo, Spassky cuenta ahora con una hábil respuesta que fuer­ za un final vencedor.

La posición decisiva. Las negras no pueden jugar 22 . . . . , P x P ; 23. C x A, T x C ; 24. T x T, D x T ; 25. D x PT, C2T ; 26. P5R ! en que las amenazas de 27. P6R o 27. A X P seguidas de 28. A6A dan a las ne­ gras un ataque vencedor, ni tam­ poco deberían intentar 22. . . . , A x P ; 23. P x P, P x P; 24. P5R ! , C4D (24 . . . . , C2 'J ; 25. C4R, T8C; 26. D3R, T x T + ; 27. A x T con un fuerte ataque ); 25 . C4R ! , C x T ; 26. D x P + , RlA; 27. D6T + , RlR (27 . . . . , R2R; 28. P x P + y si 28. . . . , R2D; 29. C5A + ganando la dama); 28. C6A + , RlD; 29. D8T + , R2R; 30. P x P, mate . 22 . . . . , C2T parece la mejor defensa, pero después de 23 . P x P, P x P ; 24. C x A, T x C ; 25 . T x T, D x T ; 26.

196

27. 28. 29.

PSD ! TR X T CXT

TxD D7C AxP

29 . . . . , D x C ; 30. P x A, P4AD de­ j ando fuera las torres es una po­ sibilidad ligeramente mejor. Sin embargo, después de 3 1 . P x P + , R x P; 32. T l D y s i es necesario 33. T( 3 )3D las blancas ganan el PD y, por último, la partida. Pero ahora el PTD decide las cosas en forma mucho más expedita. 30. 31.

PXA PST !

DXC

El PAD puede esperar. Es impor­ tante empuj ar el peón adelanta­ do para red.ucir las posibilidades de que las negras puedan blo­ quearlo.

31. 32.

D1T C3A

TlT

33. 34.

P6T T3C

CxP Abandonan

O 32, . . . , D3T; 33. T6A.

63.

5. Partida de la Competición, Candidatos, 1 965. •

Negras : K eres.

RUY LóPEZ

l. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.

9. 1 0. 1 1. 1 2. 13. 1 4. 1 5. 1 6.

P4R C3AR A5C A4T 0-0 TlR A3C P3A P3TR A2A P4D CD2D ClA PxP C3R P3CD

P4R C3AD "P3TD C3A A2R P4CD P3D 0-0 C4TD P4A D2A A2D PA x P TD l A TRl R

Reduciendo la movilidad del CD, y preparando un fuerte fianchetto.

o incluso el más fuerte 19. P4CD primero para privar a la dama negra de la casilla 4AD.

1 9.

C (4 ) 5A

19. . . . , C X P tampoco es j ugable aquí. Después de 20. D4C, C3AR; 2 1 . C6T + , R l T ; 22. C x P + , R 1 C ; 2 3 . A x C, D x A; 24. D x A, P 3 C ( 24. . . . , D x C ; 25. A x P + ) las blancas ganan con 25. A4R.

20.

CxA

20. P x A puede ser refutado me­ diante 20 . . . . , P4D y si 2 1 . A x C, D x A; 22. C x P ( 22. D x P, T x C ) 22 . . . . , T x T + ; 23. D x T, D l D con un buen j uego en las casillas os­ curas. Sin embargo, ahora 20 . . . . , P4D puede ser fuertemente re­ futado por 2 1 . PSR.

PxP

1 6.

P3C

20. Un esquema favorito de Keres que introduce presión en el cen­ t ro .

21.

CJR

A2C

No 2 1 . . . . , C x P ? ; 22. D4D.

1 7. 1 8.

CxP A2C

AlA DlD

Pa ra amenazar a l P R puesto que 1 8.

AxC

. . .

, C x P pierde ante 1 9 . CSD

22.

D2D

C2C

No 22 . . . . , C x P ; 23. A x C, T x A (23 . . . . , A x A; 24. D x A, T x A; 25.

197

e4e ! ); 24. A x A, R x A; 25. e4e o 25. eso con un fuerte ataque en el que T8R + aparece en muchas variantes después de 25 . . . . , t x T ; 26. T x T. Sin embargo el texto no es la manera acertada de utili­ zar mejor el caballo que se en­ cuentra fuera de juego. 22 . . . . , e3A; 23. TDlD, T3R ! , rehusando tragar el anzuelo en SR, era la línea que daría a las negras una igualdad aproximada. 23.

...

P3A

No estrictame nte forzado todavía, pero necesario como prelimi11ar para jugar A3e. 24 .

...

D2R

Haciendo que la dama vuelva a entrar en juego ya que 28. eSD se enfrenta con 28 . . . . , e x e ; 29. P x e, T x T ! 28. 29.

R2T CSD

D2D

25. 26.

A3C TDlD

27.

T l AD

Las blancas · permiten simplificar mientras que 29 . ASD, e x A; 30. e X e mantendría la presión. 29. 30.

CxC AxC

30. A x A, R x A; 3 1 . A x e privaría a las negras de la posibilidad in· dicada en la nota siguiente. 30. 31.

TxT

TXT D2R

DlA

No 24 . . . . , e l D ; 25. TDlD, T3A; 26. eSD. La debilidad del PD y de las casillas que lo rodean hace que las negras monten una de· fensa en profundidad. CID T3A

Era más acertado jugar 27. R2T primero, pues entonces 27. . . . , D2R se refuta mediante 28. eSD y 27 . . . . , e3R mediante 28. eSD, e2D ; 29. TlAD, TRlA; 30. A X A, R x A; 3 1 . D2e + , Rle; 32. T x T,

198

...

D2R

Para dar a su caballo lD. 24.

27 .

P4CD !

El caballo continúa mal situado. 23 .

T x T; 33. TlAD penetrando la posición de las negras por la co­ lumna AD.

3 1 . . . . , A x A; 32. D x A, D2R era li­ geramente mejor. 32. 33.

AXA D3A +

RXA

Una s e g u n d a imprecisión. 33. D4D + , Rle; 34. TSA, e3R; 35. A x e y 36. T x T ganan el PD y, a la larga, deberían obtener una victoria, ya que el rey blanco no está expuesto a j aques en el final de dama resultante. 33 .

...

RlC

( Ver diagrama siguien te. )

D7A

36.

D3A

O 36 . . . . , C4T ; 37. D6C, D3A (37 . . . . , C3A?; 38. T7A) 38. T2A y em­ piezan a caer los peones negros. T2A D6C

37. 38.

T l AR

Con un efecto decisivo.

34. 35.

P4A P3C

C3R C2C

Ahora que el caballo ha alcan­ zado finalmente una casilla acep­ table, las negras pueden oponer una resistencia inflexible con 35. . . . , D2T amenazando con 36 . . . . , D7A + . En vez de eso, presiona­ do por el tiempo, Keres sitúa el caballo en una casilla poco favo­ rable donde ya no puede impedir la entrada de la dama enemiga.

38. 39. 40. 41.

PxP D x PT D x PC

P4C DxP D4R C3R

O 4 1 . . , C4T; 42 . D3D. .

42. 43.

.

DlA DSA

R2C DXD

Esta era la jugada sellada, pero Keres abandonó durante el apla­ zamiento. ¡ Una de esas partidas que de­ j an la impresión de , que la Ruy López está muy cerca de dar un triunfo forzado a las blancas !

1 O.· Partida de la Competición de Candidatos, 1 965. Blancas : Keres.

64.

DEFENSA INDIA DE REY Esta fue la última partida de la compe tición. Spassky ganaba S x 4 y Keres tenía que conseguir una victoria. Había tenido poco éxito con la Ruy López, pero en la 8.• partida había ganado en 25 jugadas con una Nimzoindia. De aquí, la elección de la jugada de apertura. Spassky a su vez la enfrenta con audacia y, en vez del Gambito de Dama con el que ha ob tenido loables tablas contra destacados grandes maestros, elige una agresiva respuesta.

199

t. 2. 3. 4. S.

P4D P4AD C3AD P4R P4A

C3AR P3CR A2C P3D

El ataque de Cuatro Peones, una jugada de doble filo, para la cual Keres tiene preparada una agre­ siva línea. S. 6. 7. 8. 9.

PSD e3A A2R PA X P

P4A 0-0 P3R PXP

Una réplica inusitada. 9 . PR x P es lo usual en estos momentos pues· da a las negras una pode­ rosa jugada que flanquea el cen­ tro de las blancas. 9. 1 0. 11. 12.

PSR ! PXP A4AR

P4eD ! PxP ese

La nueva jugada de Keres. 12. A5C es una alternativa complica­ da cuya desventaj a principal, des­ de el punto de vista de las blan­ cas, consiste en que ha sido su­ mamente analizada de modo que no tienen ningún valor como sor· presa. 12. A x P, C x P ; 13. 0-0, dej a a las blancas con una ligera ven­ taj a, pero es demasiado inofensi­ va para las circunstancias del momento. e20 1 2. . . . Todavía invitando a las blancas a iniciar un ataque. 12 . . . . , P5C, según Boleslavsky, es m e j o r,

200

pero la posición sigue muy com­ plicada después de 13. C4R, C2D; 141 P6R. 1 3.

P6R

PXP

1 3 . . . . , CD4R era la jugada segu­ ra, pero la actitud de Spassky a través de la partida demuestra que no teme las complicaciones. La desventaja del texto consiste en que libera la casilla 5D de las blancas. 1 4.

PxP

TXA

Aquí, Spassky pensó durante 35 minutos. El texto es ciertamente mejor ya que después de 14 . . . . , C3C; 1 5 . D x D, T x D ; las blancas tienen 16. P7R, TlR; 17. A6D o 16. P3TR, PSC; 17. C5CD y las negras deben luchar para igualar. 1 S.

DSD

Ganando el cambio a costa de la iniciativa. 1 S. 1 6.

R1T



DxT

O 16. 0-0-0, TlC; 17. D6D, A3TR! y la amenaza de las blancas 1 8 . D x T ha sido frustrada por el j aque a la descubierta 1 8 . . , T5D. En esta situación, las blancas tampoco consiguen nada median­ te 17. P x C, A2C; 18. D x P a causa de 18 . . . . , P5C; 19. C5D, T4A. . .

1 6. 1 7.

C3e DxP

Las blancas podrían retener el PR mediante 17. D8C o 17. D6A

pero después de 17 . . . . , e6R ! las blancas no podrían enrocar y el . rey se vería expuesto. 1 7. 1 8.

AXP 0-0

No 18. TlD, ASD ! 1 8. 1 9.

C6R T2A

20 .

Otra decisión crucial. Si 19. TDlD, que Keres consideró durante lar­ go tiempo, viene en seguida 19. . . . , e x TD; 20. T x e, ASD + ; 2 1 . RlT, PSe; 22. ese, A4D ! con un contraataque; por ejemplo : 23. eD x A, P x e ; 24. e x P, T x e ; 25. T x T, A x P + ; 26. R x A, D x T; 27. D7R, P4T o 24. DST, D3D y las ne­ gras están a salvo. 19. A x P dej a­ ría a las blancas con un peón de ventaj a, pero después de 19. , . . , e x T ; 20. T x e, T2A; 2 1 . DST, D l e el control e n las casillas oscuras que mantienen las negras les proporciona un contrajuego ade­ cuado. 1 9. 20.

giro de los acontecimientos y da 20. em, T2A; 2 1 . DST, ese; 22 . TlAR, ASD + , 23. R l T (23. e x A, D x e + ; 24. RlT, T x T + ; 25. A x T, DSAR ! ?) 23. . . . , D3D; 24. P3eR, A4D con un ataque decisivo. Si 20. e4TD entonces 20 . . . . , e x e; 2 1 . D x e, A x Pe con un fuerte PAD avanzado.

PSC CSCD

O 20. e m esperando 20 . . . . , ese; 21. ese ! como · de hecho ocurrió en una partida de un club argen­ tino Bartis-Smetan, 1970. Ahora la amenaza de 22. D x A + ! es muy fuerte ganando las blancas después de 2 1 . . . . , T x T; 22. e x T, D x e ; 23. A x e, elA; 24. D4T ! , A x P; 25. A x A, A x T; 26. D8R + , R2e ; 27. D7A + . Sin embargo, Bondarevsky, el entrenadoi; de Spassky, ya había anticipado este

...

T2A

Aquí también el acoso a la dama permite a las negras mantener la iniciativa . 21.

DST

O 21. D6T , A x Pe ; 22. TlR, ese; 23. T l D, A4D con buenas perspec­ tivas. D l CD

21.

Desclavando el caballo y amenazando mate con 22 . . . . , ese; 23. T(2 )1AR, T x e. 21. . . . , A x Pe era j ugable pero las negras prefieren montar amenazas en todas direc­ ciones (e(3 )5A ). 22.

TDlR

A4D

No 22 . . . . , ese ; 23. AlA, e x T; 24. T x A atacando dos piezas o 23. . . . , T x e ; 24. P x T. (Ver diagrama siguiente. ) 23.

AlA

S u mej or posibilidad era 2 3 . A3D y después 23 . . . . , e(3 )5A; 24. A x e (24. D6T, e x PeR! ; 25. R x e, DSA; 26. T8R + , AlA; 27. A2R, D4e +

201

las negras todavía tienen que an­ dar con cuidado ( 27 . . . . , eSA ; 28 . D7A ! , D x e ; 29. D8D + . A l e ; 30 . T 8 R . De hecho, las negras po­ drían continuar con 27 . . . . , e6D con cierta ventaj a a causa de su PAD adelantado, pero las blancas no están perdidas todavía y la po­ sición sigue siendo tensa.

27. 28. con j aque p erpetuo puesto q u �' 2 8 . R l T , D8A + ; 2 9 . T l A ? pierde ante 29 . . . . , T x e ) 24 . . . . , e x A; 25 . D6T, T3A; 26. D4T (26. D7T, D x e; 27. T7R, e3D ! ; 28. T x A, e2A ganando ) 26 . . . . , T l A en que las amenazas 27 . . . . , e x P o 27 . . . . , A3AD dan buen juego a las ne­ gras.

23. 24. 25. 26.

TR x e D6T D4T

e xA esA T3A

No 26. D7T, n x e ; 27. ese, T x T + ; 28. T x T en que las ne­ gras ganan con el sacrificio 28. . . . , ASD + ; 29. RlT, A x P + ! ; 30. R x A, e6R + ; 3 1 . R3e, e x T + ; 32. R4T, A7A + , etc.

26. 27.

exP

Dxe T7R

Lamentablemente, 28. D x e sólo pierde una pieza ante 28 . . . . , T X e descubriendo un ataque a la da­ ma. Keres ya no disponía de mu­ cho tiempo.

28. 29.

e6D D2R

PSA

Decisiva.

30. 31. 32.

T8R + TxT+ ese

TIA AxT

O 32. e4D, D4A; 33. D3R, A2e ; 34. D8R + , Ale .

32. 33. 34. 35.

RlT D2D e3A

A4A + D2D D2R

D2A ? La amenaza era 35 . . . . , A6R.

La j u g a d a perdedora. Resulta com p rensible que Keres deseara ansiosamente retirar a la dama de la columna TD donde está ex­ puesta a un ataque constante, pero no advierte un punto impor­ tante. Debería jugar 27. DST y

202

35.

...

D6R

Las blancas perdieron a causa del tiempo, mientras a Spassky le quedaban todavía más de diez minutos en su reloj .

6. • Partida de Competición, Candidatoa, 1 965. Negras : Geller.

65.

RUY LóPEZ l.

2. 3. 4. S. 6. 7. 8. 9.

P4R C3AR ASC A4T 0-0 TlR A3C P3A P3TR

PAR C 3AD P3TD C3A A2R P4CD 0-0 P3D C2D

Una jugada que parece artificial, pero el lento desarrollo de las blancas da a las negras amplias posibilidades para elegir las lí­ neas en que desean maniobrar. 1 0. 1 1. 1 2. 1 3.

P4D CD2D CIA C ( 1 ) 2T

C3C A3A TlR

En la cuarta partida, Spassky ha­ bía sacrificado un peón mediante 13. e3R, P x P; 14. P x P, T x P; 1 5 . D2A, pero después d e 1 5 . . . . , D l R las negras lograron una partida satisfactoria que llegó a tablas en 32 jugadas. 1 3. 1 4. 15. 1 6. 1 7.

PXP A2A C4C PXA

PxP C4T P4A AXC PxP

Puede jugarse, pero 1 7. . . . , P3e eliminaría las amen�as inmedia­ tas de las blancas y después de 1 8 . PSe, A2e las negras quedan

muy b ien 17. . . . , e3A; 1 8 . PSR, PD x P; 19. P x PA, D x D; 20. T x D, esT tampoco daría mucho a las blancas. 1 8.

PSC

A2R

Una mala jugada cuya motiva­ ción resulta difícil de encontrar. 18 . . . . , A4R; 19. e x P, T l AD man­ tendría el equilibrio. 1 9.

PSR !

Es difícil creer que Geller no hu­ biese considerado antes esto. La explicación para su falta de vigi­ lancia debe consistir en que con­ sideraba 20. A x P + como descar­ tado en vista del hecho de que el PeR en se bloqueaba la continuación normal del ataque eseR + en el sacrificio del pre­ sente griego. 1 9.

...

AlA ?

Tenía que jugar 19 . . . . , P x P ; 20. e X PR, P3e (para impedir A x P + ) y las blancas continua­ rían 2 1 . C4e y entonces 22. D3A con un fuerte ataque, explotando, si es necesario, la columna TR mediante P3CR y R2e. 20.

A X P+

RXA

O bien 20 . . . . , R 1 T ; 2 1 . A2A, P3e ; 22. P6R ! y e l PeR se debilita de­ masiado.

21.

P6C +

R lC

203

No 2 1 . . . . , R x P; 22. D3D + mien­ tras que 2 1 . . . . , P x P transpone a la partida después de 22. ese + . 22. 23.

ese D3A I

PA x P DxC

29. 30. 31.

D x PD D4R A3R

T2D A2R

3 1 . A x A era una manera más sim­ ple de abordar el problema téc­ nico. Después de 3 1 . . . , T(3 ) x A; 32. TRlD o 3 1 . . . . , T(2 ) x A; 32. T l AR las negras tienen algo por qué jugar. .

O bien 23. . . . , D2D (23 . . . . , D2A; 24. D3T ) 24. P6R. Las negras tam­ bién pierden la dama después de 23 . . . . , A2R; 24. D7A + , RlT; 25. e6R. 24.

AXD

31. 32.

C ( 3 ) 5A TD l D

PXP

No estrictamente necesario, ya que 32. P3e, e1e (32 . . . . , e3D; 33. DSD ) 33. TBA + forzaría posterio­ res cambios de piezas. 32. 33. 34.

TXT DSD

TxT CXP

Una continuación más acertada para el sacrificio de peón era 34. T7D.

Las negras tienen sólo un ligero déficit material con dos caballos y dos peones por la dama, pero sus caballos tienen una posición poco activa, de manera que las blancas deberían ganar sin mu­ cha dificultad. 25. 26. 27.

TD l A D3D P4A

T2T T3R

204

PxP

C (4) 5A C x PR

R2A TIC

Incertidumbre p r o v o c a d a por problemas de tiempo. El obvio 35. TlAR + , A3A; 36. P4e da una victoria más rápida ya que 36. . . . , e x P ; 37. A4D, eSA; 38. D7D + gana una pieza. 35.

36. 37.

Abriendo el juego para aumentar aún más la movilidad de la dama. 27. 28.

34. 35.

A2A TlR

C ( 7 ) 5A P4C A3A

Tampoco las negras encuentran la manera de crear dificultades. 37 . . . . , PSeR daría más espacio a sus apretadas piezas.

38. 39. 40. 41. 42.

R1T T3R T2R A4D P4C

C7C C ( 7 ) SA C3D C ( 3 ) SA

ASA +

R2A

D7C +

Abandonan

Si 44. . . . , A2R e n t o n c e s 45 . T2AR + , RlR; 46. D8A + o 44 . , R3C ; 45. D8A, R2A; 46. D8A + , R3C ; 47. D8CR, T3A; 48. D8R + . Una segunda mitad más bien prosaica después de la emocio­ nante 20. A x P + . . . .

Spassky selló esta jugada que crea una posición de Zugzwang. 42.

43. 44.

R2R

O 42 . . . . , P3C; 43. R2C.

66. 8. Partida de la Competición, Candidatos, 1 965. Negras : Geller. •

DEFENSA SICILIANA

1.

P4R

P4AD

Habiendo conseguido sólo medio punto en tres partidas con la Ruy López, Geller prueba suerte con una línea más complicada espe· cialmente porque necesitaba una victoria para continuar en la competición. 2. 3. 4. S. 6. 7.

C 3AR P4D CxP C3AD A3R A4AD

C3AD PxP P3CR A2C C3A P3D

Ahora la amenaza de 8 . . . . , C5CR induce a las blancas a efectuar la jugada siguiente que dej a sin protección al alfil. 8.

P3A

C4T D

Una jugada insólita que no ha encontrado seguidores. La res­ puesta apropiada a la última ju­ gada de las blancas es la com­ plicada 8 . . . . , D3C aunque des­ pués de 9. ASCD o 9. C5A se pien­ sa generalmente que las blancas tienen las mejores perspectivas. 9. 1 0.

A3C PT X C

CxA

Las negras han «ganado• los dos alfiles, pero la columna abierta TD de las blancas y su fuerte ca­ balfo en el centro representan una compensación más que ade­ cuada. 1 0.

...

0-0

Esto proporciona a las blancas el objetivo para un ataque y 10 . . . . , P3TD postergando una deci­ sión parece preferible.

205

1 1. 1 2.

D2D P4T !

P3TD A2D

Demasiado cortés. 12 . . . . , P4TR mantendría el ataque de las blan­ cas durante algunas jugadas. 1 3.

P5T

Aunque en tales posiciones se juega a menudo el preparatorio P4CR (quizás para trasladar la dama de 2D a 2TR o para facili­ tar un sacrificio mediante C5AR seguido por PC x P abriendo la columna CR hacia el rey negro ) Spassky se da cuenta de que en la situación presente resulta su­ perfluo. En este momento, el sa­ crificio de peón directo, sin pre­ paración, ya es bastante bueno. TIA

1 3.

O 13. C x PT; 14. P4CR, C3A; 15. A6T y si 15 . . . . , A1T entonces 16. C5A ! con D2T y C5D en pers­ pectiva. 1 4.

A6T

P4R

El único plan activo de que dis­ ponen las negras, desafiando al caballo centralizado que podían haber cambiado en la jugada 8. 1 5. 1 5.

CR2R P4CR

A3R D2A

Las negras tienen muy pocas perspectivas en la columna AD y como 16 . . . . , P4D falla ante 17. A x A, R x A; 1 8 . P x P, PA x P; 19. P5C ganando sin riesgo un peón, las negras deberían intentar 16.

206

. . . , A x A; 17. D x A, D2R; 18. 0-0-0, P4CD con buen juego . 1 7. 1 8.

C3C P4C !

P4CD

Muy fuerte ahora que las negras carecen de contrajuego y tendrán que defender sus debilidades en 3TD y 3D 1 8.

...

D2C

No 18. . . . , D3A a causa de 19. A x A, R x A; 20. P x P, PA x P ; 2 1 . D6T + , R2A; 22. P5C ganando. 1 8 . . . . , T R l D ; 19. T x P o 1 8 . . . . , T 1 T ; 19. 0-0-0, T R l D ; 20. TDlC con l a amenaza d e 2 1 . C5A parece igual­ mente inútil. 1 9. 20. 21.

AXA PxP DXP

RXA PA x P

Perfectamente adecuado ya que las negras carecen todavía de ju­ gadas agresivas y la amenaza a dos peones y un alfil no dej a a las negras ninguna posibilidad de elección. 21. 22. 23. 24.

DxP CR2R C4D

T3A RlC AlA T2AD

(Ver diagrama siguiente. )

Las blan¡¡:as dominan el tablero y ahora pueden enrocar cuando

quieran con una victoria fácil. 25.

26.

0-0-0 D5C

T2R T2C

31. 32. 33. 3... 35. 36.

e xe R2D PXP T l TR TDlCR x T4T

TxC P4TR PxP T2TR R2A

Este bloqueo destroza las últi­ mas esperanzas de las negras de conseguir algo con su peón ade­ lantado.

De lo contrario, 27. CSA o 27. CSD. 27.

TRlR

ClR

Por fin una semiamenaza d e las negras, pero permite a las blan­ cas cambiar damas. 28. 29. 30.

DSD + DXD+ CSD

D2AR T (2 ) X D C2A

36. 37. 38. 39.

R3R T ( l ) l TR C2R

T ( l ) lT T2C T (2 ) 2T

Finalmente, el caballo que de­ sempeñó con tanto éxito su mi­ sión abandona su puesto para forzar la captura del PTR. Las negras abandonan. Los dos alfiles resultaron ser un factor sin importancia en la situación.

67.

Spartakiad de los Sindicatos, Moscú, 1 965. Negras : Arutiunian.

RUY LóPEZ

l. 2. 3. 4. S. 6. 7. 8. 9.

P4R C3AR ASC A4T 0-0 TlR A3C P3A P3TR

P4R C 3AD P3TD C 3A A2R P4CD P3D 0-0 P3TR

El sistema Smyslov que el mismo Spassky empleó con frecuen-

cia en la década de los años se­ senta. 10. 11. 1 2.

P4D CD2D CIA

TlR AlA

E n l a competición entre Keres y Spassky, una de las partidas con­ tinuaba 12. P3TD, A2D ; 1 3 . A2T, P4TD ; 14. D3C, D2R; 1 5 . C 1A, PST; 16. D2A, P3C ! y después de situar al alfil en fianchetto las negras tenían una posición segura. 207

1 2.

...

A2D

No 12 . . . . , P x P; 13. P x P, T x P? o 13 . . . . , C x P? a causa de la tenaza de las blancas ASD. Todavía se discute sobre cuál es mejor, el texto o 12 . . . . , A2C. 1 3.

...

P4TD

La jugada normal es 13 . . . . , C4TD seguida por P4A y el fianchetto del AR, pero el texto es perfec­ tamente jugable. 1 4. 15. 1 6.

A2D A2A P3C

P5T C4TD

Para impedir que el caballo lle­ gue a SA. 1 6. 1 7.

PT X P

PT x P P3A

Sencillamente, 17 . . . . , P4A jugada de inmediato dej aría a las ne­ gras con buen juego. 1 8. 1 9. 20.

A3R C2D P5D

D2A P4A P5C

Esta hace más rígida la posición y permite a las blancas obtener

cierto juego en el flanco D, ya

208

21. 22. 23.

PxP A3D D2R

PxP TRIA

C3C

En otra partida de la competi­ ción Keres-Spassky, el primero ensayó 13. P x P, pero después de 13 . . . . , CD x P las negras tenían una posición perfectamente sa­ tisfactoria. 1 3.

que su AD tienen la diagonal abierta desde 3R hasta 7TD. 20 . . . . , C2C era suficiente para man­ tener la igualdad.

Las blancas están ahora prepa­ radas para duplicar torres en la columna TD combinadas con A6T. Las negras se apresuran a !mpe­ dir A6T. 23. 24. 25. 26.

T2T TRl T" C5T !

D2C A2R AlD C2T

Obviamente, tenían que evitar el peón duplicado que resultaría de 27. C x C + , pero el texto no es la manera adecuada de hacerlo, ya que ahora el caballo blanco constituye una auténtica amena­ za. 26 . . . . , C x C es lo correcto y después de 27. D x C no existe una amenaza inmediata de sacri­ ficio en 6TR. 27. D 3A

ClA

Cabe suponer que e l inexperto jugador armenio que enfrentaba a Spassky ( todos los apellidos ar­ menios terminan en la sílaba acentuada «yan» Petrosian, Mi· koyan, Khachaturian, Grogorian ) pensó que había consolidado y podría refutar 28. D3C mediante 28. . . . , C3C. Sin embargo, se ve barrido del tablero por un hura­ cán de sacrificios. 28.

T XC I I

Para sacar del tablero al defen· sivo AR. 28 .

...

AxT

Si 28. . . . , T x T para retener el AR entonces 29. T x T, A x T ; 30. A x P, A l D ; 3 1 . A x P con dos peo­ nes por el cambio y fuertes ame­ nazas como 32. A6A o 32. A6TR se­ guida por C6A + .

29. 30.

TxA! AXP

cambio, o 3 1 . . . . , RlA; 32. CSA + , RlR; 33. C x P + ganando la dama. 32.

PXP

No 32. D3C, PSA!

TxT C2T

No 30 . . . . , P x A; 31. D6A y mate en 7CR. mientras tanto existía la amenaza 3 1 . C6A + , RlT; 32. DST como también lá simple captura del PCR. 31.

CxP

P4A

La amenaza era 32. D3C y las ju­ gadas de rey tampoco son mejo­ res ; por ej emplo 3 1 . . . . , R l T ; 32. CST, T l CR; 33. D x P, A3A; 34. D6R, AlR; 35. D x PD ! , A x C ; 36. D x PR + , T2C; 37. A X T + y 38. D x A con cuatro peones por el

68.

32. 33. 34.

CST P6A

RlT T l CR Abandonan

Tanto 35. A7C + como 35. P7A constituyen amenazas fatales; por ejemplo : 34 . . . . , T ( 4 ) 1 T ; 35. A7C + , T x A; 36. P x T + , R l C ; 37. D4R ! , C4C, D6C y 29. C6A mate.

Spartakiad de los Sindicatos, M oscú, 1 965.

Blancas : M ukhitdinov.

DEFENSA SICILIANA

1. 2. 3.

P4R C3AR :A.SC X

P4AD P3D C3A

Probablemente, la respuesta más apropiada a la jugada favorita de

Sokolsky, puesto que después de 3 . . . . , A2D ; 4. A x A + , D x A el fa­ llecido maestro soviético sugería el ingenioso S. P4A seguido por 6. P3D situando los peones cen­ trales en las casilla s claras des­ pués de haber cambiado alfiles 209

14

LAS

100

MEJORES PARTIDAS DE SPASSKY

de casillas blancas. Las blancas tienen entonces un buen control del centro sin conceder demasia­ do contrajuego a las negras. 4. 5. 6. 7.

P4D DxP AXC C3A

PxP A2D AXA

U n sistema directo de desarrollo que dan buen juego a las piezas blancas a costa de la concesión de los dos alfiles. 7. 9. 8. 1 0. 1 1.

0-0.0ASC TR 1 R AXC

AXA! D x PD

O 12. PSR, A X C y las negras ganan un peón o el cambio. 1 2. 1 3.

... PSR

D3C

Las blancas sólo pueden elegir el mal menor, ya que 13. T1A, A x C ; 14. P x A, TRlD; 1 5 . D4C, T x T + ; 16. R x T, A x P las dej a con un mal final, 1 3 . T2R, A x C ; 14. P x A, D3T ! da a las negras un fuerte ataque con equilibrio de pic¡:zas.

210

D3T

TR 1 D AXC

Un ej emplo de la regla que dice que la evntaja de los dos alfiles yace en parte en la posibilidad de cambiar uno en el momento apropiado. 1 5. 1 6.

PC X A RlC

A4C + A7D !

C3A P3R A2R 0-0

Una jugada demasiado precipita­ da. Las blancas deberían conser­ var este alfil y planear un ataque gradual sobre el flanco R; por ej emplo : 1 1 . R1C, D4T; 12. D2D, D3C; 1 3 . C4D ! seguido por P3A y P4TR. (Gipslis-Polugaevsky, 36.• Campeonato de la U .R.S.S., 1969 . ) 11. 12.

1 3. 14.

Por primera vez en la partida (pero no será la última), las ne­ gras indican a su adversario que su última fila es débil. 1 7.

T1T

N o 17: T2R?, A x C ! ganando una pieza mientras 17. T l AR no salva su PAR ( 17 . . . . , A x C; 1 8 . D x C, D x PA ! ). 1 7.

...

ASA

No 17 . . . . , D x PA; 18. C4R! 1 8.

C2R

Ahora el alfil se convierte en una pieza dominante, pero 18. TD 1 R,

D x PA dej a a las blancas con un equipo de piezas sin coordina­ ción.

1 8. 1 9.

A X PR

23.

.

TxT

TxT A x PT !

El PTR es ahora una seria ame­ naza en el final y las blancas no pueden usar las columnas abier­ tas TR y CR. 21. 22.

CSA

TlD !

CIA

Las blancas deciden entregar el PAR para poder cambiar el po­ deroso alfil después de 1 9 . . . , D x PA; 20. C3D en que tam­ bién ganará el PTD .. Sin embargo, Spassky encuentra una manera sencilla de ganar una ventaj a de­ cisiva. 1 9. 20.

Para detener 23. D7R ahora que las blancas han aflojado la pre­ sión en el 2CD.

T7D C3D

A4R ! A3A

Otra advertencia sobre la debili­ dad de la fila de atrás. 24. 25.

P4AD T X PC

P4TR D3D

¡Y otra ! 26.

D3R

Esta es una jugada perdedora, pero 26. C3C, D x D; 27. P x D, PST también pierde rápidamente. De hecho, Mukhitdinov abandonó en este momento sin esperar la res­ puesta de Spassky. Después de 26. D8D + ; 27. DlA, D x P las blan­ cas no tienen defensas contra las amenazas de 28 . . . . , T8D y 28 . . . , D4A + .

69. Sochi, 1 965. Blancas : Kotkov

RuY LóPEZ l. 2. 3. 4. S. 6. 7.

8.

P4R C3AR ASC AAT 0-0 TlR A3C P3A

P4R C3AD P3TD C3A A2R P4CD 0 0 P3D -

Sin mostrar sus cartas. Sólo unas pocas semanas después de la competición de Sochi, Spassky enfrentó a Tal en el Torneo de Candidatos y logró un gran triun­ fo con el Gambito Marshall. 9.

P3TR

P 3 TR

El sistema Smyslov que lleya la torre a lR para ej ercer presión

211

en el centro. Sin embargo, es ne­ cesario impedir primero CSCR. 1 0.

11.

P4D A3R

TlR

En su encuentro anterior con Keres, ese mismo año, el gran maestro estoniano jugó 1 1 . CD2D que todavía se considera como la línea principal. El texto parece extraño, puesto que las blancas no tienen dificultades para de­ sarrollarse en forma armónica (su AD no está bloqueado). 1 1. 1 2.

CD2D

AlA A2D

Las blancas tienen que decidir ahora qué plan van a seguir. Aflo­ jar la tensión en forma prema­ tura con 13. P x P, CD x P; 14. C x C, P x C ; 15. D3A sólo consi­ guió igualada, en una partida an­ terior jugada en esta línea (Tal­ Smyslov, 1961 ). 13. A2A anticipa C4TD, pero luego vienen 13 . . . . , P x P; 14. P x P CSCD ! con un tri­ ple ataque sobre el PR. Por esto, las blancas deciden cerrar el cen­ tro y tratar de ejercer presión so­ bre el flanco D. 1 3. 1 4.

PSD C2T

C2R C3C

La liberadora 14 . . . . , P3A revela­ ría el obj eto de la última jugada, a saber: 14 . . . . , P3A; 15. P x P, A x PA; 16. C4C ! , C3C; 17. D3A en que las blancas cambiarán caba­ llos y controlarán su SD ( Ivkov­ van den Berg, Beverwijk, 1963 ). 1 5.

212

P4TD

A2R

Todo este maniobrar con las pie­ zas menores parece tortuoso, pero las negras mostrarán pronto la actividad que consigue su posi­ ción una vez que han cambiado el alfil malo y alcanzado P4AR. 1 6.

P4AD

Un plan demasiado ambicioso. Es cierto que, en último término, las blancas ganan el PTD, pero permite que sus piezas menores se vean comprometidas en un lado del tablero. Era mejor la jugada corriente 16. P x P, P x P; 17. D2R, o 16. D2R de inmediato, pensando en A2A3D con presión sobre el PCD. P X PA

1 6. 1 7.

A X PA

C2T

1 8.

C3C

A4CR !

Aunque la posición no está com­ pletamente bloqueada, las negras hacen bien al deshacerse de su alfil menos móvil para garantizar una buena casilla para su caballo en SAR. 1 9.

CST

20.

TXA

AXA

20. P x A es una idea interesan­ te para contrariar los planes de las negras y reducir la fuerza de P4AR que se aproxima. Sin em­ bargo, las negras continúan 20. . . . , DST seguido por 2 1 . . . . , C4C presionando sobre el PR y ame­ nazando sacrificios en 6TR. Por otro lado, D6C es también una si­ tuación fi!erte para la dama.

20. 21.

P4AR

De lo contrario, P5A y este peón puede tomar parte en el ataque. 21. 22.

25.

A X PA

Una inconsecuencia más. Debería jugar 25. TR3AD, T2A; 26. C4C y llevar el caballo a la casilla fuer­ te 3R donde protege el PD y en general el flanco R.

P4CD 25.

Las blancas contemporizan. Re­ sulta más lógico 22. DlAR para atacar el PTD, ya que indirecta­ mente la dama también protege­ ría el 3TR de posibles sacrificios. Luego después de 22 . . . . , D l A (¿la oposición distante ? ) las blancas pueden probar 23 . C6A para com­ prometer las piezas negras con la defensa de 7R y continuar más adelante con C4CD tal vez prece­ dido de P5T. El texto también fuerza un PTD adelantado, pero el caballo blanco permanece casi como un espectador, mientras que en 6AD o 4CD estaría mejor situado para volver al centro o el flanco R. 22. 23 T I A

C5A

Acariciando l a idea d e duplicar torres en la columna AD para atacar la 7AD, pero 23. P5C era una forma más lógica de conti­ nuar la última j ugada. 23. 24.

C6A

PXP

AlA

T l AR RlT

Un útil movimiento preparatorio. Si 24 . . . . , C3A entonces 25. P5C ! mete un palo en la rueda; por ejemplo : 25 . . . . , 5C x P ; 26. A4A, A3R; 27. T3D ganando piezas.

...

D3A

El PD se encuentra ahora amena­ zado por 26. . . . , D2A seguido por 27 . . . . , C3A, de modo que las blan­ cas devuelven el alfil al flanco D. 26. 27.

P5C AxP

PXP

Si 27. P x P entonces 27 . . . . , T7T tiene fuerza. Pero ahora 2CR se ve temporalmente debilitado. 27. 28.

T3CR

D3C D2A

Una bonita modificación. 29. 30.

C4CD C4C

C3A

No necesitaban proteger el PD a causa de la posibilidad de A6A, con una tenaza en la torre y una pieza menor, pero había una for­ midable concentración de fuerzas apuntando contra el rey, de ma­ nera que trata de cambiar piezas menores con la esperanza de eli­ minar a uno de los atacantes del PD. 30. 31.

PXA

AXC C5R I

(Ver diagrama siguiente. ) 213

P x C, D x P + ; 36. RlT, T6A; 37. AlA, T6CR y 37 . . . . , TSC mate. O en 33. TR3AD, C x PC ! con ata­ ques vencedores; por ejemplo 34. R x C, D x P ; 35. RlT, C6A; 36. T x C, T x T; 37. AlA, T6CR como antes. C x PC I

32. 33.

La última jugada de las negras quitó una pieza de la columna AR en la que existe ahora una presión vencedora. 32.

T3R

O 32. T3AR, C4C; 33. T3CR, C(5 )6T + ; 34. T x C, C x T + ; 35.

T2R

33. T x C, D x P + ; 34. RlT, T6A, etc. o 33. R x C, D x PA + y 34 . . . , D x T. 33. 34. 35. 36. 37. 38.

D3D RlA T ( 1 ) 2A TxC R2R

CST C6A + DSA DXP D8C + D8R mate

70. 1 1 . • Partida de Competición, Candidatos, 1 965. Blancas : Tal.

RuY LóPEZ l. 2. 3. 4.

S. 6. 7. 8.

P4R C 3AR ASC A4T 0-0 TlR A3C P3TR

8. P4R C3AD P3TD C3A A2R P4CD 0-0

En partidas anteriores de esta competición, Spassky había teni­ do éxito con el Contragambito de Marshall que ahora Tal trata de evitar.

214

A2C

No 8 . . , P4D ; 9 P x P, C x P; 10. C x P, C x C; 1 1 . T x P, P3AD por analogía con el Marshall, ya que después de 12. A x C, P x A; 1 3 . P3D, A3D; 14. T l R , D5T; 1 5 . C2D las negras no tienen ninguna de las amenazas inmediatas que apa­ recen en el Marshall normal y 16. C3A forzará una retirada. .

9.

.

P3D

Si 9. P3A entonces es factible de­ bido al debilitamiento de la casi-

lla 3D de las blancas ( 10. P x P, e x P; 1 1 . e x P, e x e; 12. T x e, eSA! ). 9. 1 0.

P3A

P3D CtC

Abriendo l a línea d e s u AD, el que en el curso del juego se con­ vierte en su pieza más efectiva, a pesar de la impresión de que en este momento está intentando algo imposible. n.

12. 1 3. 1 4. 1 5.

CD2D CtA A2A C3C P4C

CD2D C4A TlR A l AR

Una jugada corriente en esta po­ sición, esperando 1S . . . . , e3R; 16. P4D amenazando con 16. PSD. Sin embargo, como la jugada per­ mite a las negras abrir muy pron­ to líneas en el flanco D, sería me­ jor que las blancas jugaran 1S. e2T, P4D ; 16. D3A, e3R; 17. eSA, P4A; 1 8 . e4e con considerables posibilidades de ataque. 1 5. 1 6.

A3C

CD2D P4TD

Para refutar 17. ese mediante 17. . . . , P4D; 1 8 . P x PD, PST ! 1 7.

P3T

PxP

En el encuentro Tal-Tukmakov, Sochi, 1970, el joven maestro co­ metió el error 17 . . . . , P4A? y Tal puso en marcha un buen ataque con 18. ese ! , P4D; 19. P x PD, e3e ( 19 . . . . , e x P; 20. DST, o 19 . . . . ,

P3T; 20. e6R! ); 20. P x PA, eD x P; 2 1 . P4D, P3T; 22. e x P ! , R x e; 23. P x P. 1 8.

PA X P

O 18. ese, P4D; 19. PR x P, C4A y si 20. A2T, P6e ! finalmente frus­ trando todas las amenazas de la diagonal 2TD/8eR. 1 8.

...

P3T

Una concesión que impide ese pero debilita el flanco R. Por pri­ mera vez en la partida, Tal con­ sigue una posición de ataque, pero, como demuestra el desarro­ llo del juego, Spassky se revela a la altura de las circunstancias. 1 9.

C5A

19. P4D puede ser mejor, pero realmente es cuestión de gustos. 1 9. 20.

C ( 3 ) 4T

P4D P4A !

20 . . . . , P x P o 20 . . . . , A x P gana­ ría un peón, pero daría a las blancas posibilidades de ataque que, por supuesto, no convienen en absoluto a Spassky. 21. 22.

T3R T3C

P5A ! R2T !

Spassky hizo esta jugada después de pensarlo sólo unos segundos. 22 . . . . , P x A; 23. e x P + , R2T; 24. e X P da a las blancas un buen ataque y con igualdad material, ya que el tercer peón negro está siempre ahí, preparado para la . conquista.

215

23.

A2A

23. A2T, luchando para mantener el alfil en la potencialmente más agresiva diagonal parece mej or, pero entonces viene 23 . . . . , P x PR; 24. P x PA, P x P ; 25. AR x P, C3C ! forzando el cambio de damas 0 la eliminación del alfil. 23



. . .

PSD

El alfil ha sido neutralizado, ya que 24. P x P ; 25. C x PD ?, P x C; 26. P5R + falla ante 26 . . . . , P6D. 24.

D3A

Después de la partida, Tal pensó que 24. P4T habría sido una me­ jor justificación para su jugada 23, al intentar la ruptura de la compacta masa de peones negros. El sacrificio 24. C x PT, P x C; 25. C5A, T3T ; 26. C x PT, A x C; 27. A x A falla ante 27 . . . . , TlC; 28. A5C, D l AR. 24



. . .

T3T !

Mayores refuerzos para su aco­ sado flanco R. 25.

C x PT

El sacrificio es un error y las blancas deberían intentar 25. A2D seguido por 26. T l R sacando las reservas. 25. P x P, P x P ; 26. C x PD, P x C ; 27. P5R + , P6D ; 28. D x A, T3C es claram ente favora­ ble para las negras. 25. 26.

216

CSA

PxC DlT !

Una jugada psicológicamente di­ fícil de ver, ya que la dama se aleja del flanco R amenazado. El propósito es mantener el cQJJ.trol sobre la columna TD (26. . . . , T( 1 )3R; 27. P4TD ! , ClR; 28. C6D ! , T3AR; 29. D4C, T3CR; 30. D5A! con amenazas vencedoras ) y for­ zar cambios decisivos en el cen­ tro con 27 . . . . , P x P seguido por 28. . . . , A X PR. En vista de esto las blancas tienen que echar má� leña al fuego, sin que salten de­ masiadas chispas. 27. 28. 29. 30.

C xPT D SA + AXA ASC

AXC RlT T l CR DlR

L a defensa exacta hasta e l final. 30 . . . . , P x P ; 3 1 . A x P, A x P ? ; pierde ante 32. A x A, D x A; 33. A x C + , C x A; 34. T x T + , R x T ; 35. D8A + capturando l a TD. 31.

P4A

C2T

Las blancas se ven ahora obliga­ das a retirarse y las negras co­ mienzan gradualmente a darse cuenta del valor de su pieza adi· cional.

32. 33. 34. 35.

A4TR AXT D4C D4T

TxT T3AR T3CR PR X P !

Preparando útiles p u e s t o s de avanzada para los caballos. 36. 37. 38. 39. 40. 41.

D xP A2A A X P (3) AlA RlT TIA

P3A ! PXP C4R C4C C x PR

Spassky se disponía ahora a con­ siderar su jugada sellada, pero Tal abandonó la partida y con e l lo la competición. Lo mejor que pueden jugar las negras no es 4 1 . . . . , C x A + . sino 4 1 . . . . , CSA! para cerrar la columna AD, pues­ to que 42. A x C dej a la casilla 2CR en último término sin defen­ sa, mientras que 42. A x P, C6C + resulta decisivo por la misma ra­ zón (43. R2T, C x A + ; 44. T x C( l ), T x P + o 43. R 1 C A x P + ; 44. A x P + , R1C; 45 . D4T, C7R + ! ; 46. A x C, A x P + y mate ).

7 1 . Hastings, 1 965-1 966. Negras : Lee.

ya sea mediante 10. . . . , CD2D, como se jugó en realidad, o 10. . . . , A2D ! Sin embargo, en el mo­ mento en que se llevó a efecto esta partida se consideraba que el texto y la jugada subsiguiente eran perfectamente adecuadas .

I;>EFENSA NIMZOINDIA

l. 2. 3. 4. S. 6.

P4D P4AD C 3AD ASC A4T PSD

C 3AR P3R ASC P3TR P4A AXC+

En estos últimos años se ha pre­ ferido el más tranquilo 6. . . . , P x P; 7 . P x P y ahora no 7 . . , P3D sino 7 . . . , 0-0 poniendo a salvo al rey y conservando la opción de elegir cuando, si de­ cide hacerlo, jugar P4CD y P3D. El encuentro Bagirov-Sakharov, 3 1 .• Campeonato de la U .R. S . S , 1 969, continuaba 8. P3R, T l R ! ; 9. T IA, P3D y después del habitual, pero inexacto, 10. ASCD las ne­ gras cuentan con un buen juego .

.

.

.

7. 8.

PXA P6D !

P4R

Mejorando 8. D2A que Spassky había jugado antes. Sin embargo, las negras pueden entonces lle­ gar a la posición bloqueada que él busca mediante 8 . . . , P3D ; por ej emplo : 9. P4R, P4CR; 1 0 . A3C, C4T ; 1 1 . C3A, C2D con completa igualdad (Spassky-Siiwa, Riga, 1959 ). El curso de esta partida sugiere que las negras deberían haber jugado 7 . , P3D. .

. . .

217

8.

...

C3A

La mejor, al explotar la única desventaja de la última jugada de las blancas : la pérdida del control de 6AD. Si 8 . . . . , D4T; 9. T1A y las negras tienen que en­ frentar la amenaza de 9. A x C mientras que 8 . . . . , 0-0, en un aná­ lisis de Zak, ex entrenador de Spassky, da 9. P3R, TlR; 10. A2R, C3A; 1 1 . C3T ! con la intención de seguir con 12. 0-0 y luego P4A ! con una posición fuerte en vista de la creciente presión en el cen­ tro y sobre el caballo clavado (P x P o C2A4R o 4C ). 9.

D2A

1 1.

Para eliminar la amenaza de 1 1 . . . . , C5R. 1 1.

da y es necesario liberarla. D4T ?

No es la continuación acertada para el último movimiento. Las jugadas siguientes son de dama y caballo lo que retrasa enorme­ mente el desarrollo y deja la po­ sición completamente desorgani­ zada. Debería intentar la su­ gerencia de Barden : 10. . . ., P3C para lograr el desarrollo del flan­ co D en que el rey puede encon­ trarse a salvo o la de Taimanov : 10. . . . , C4TR; por ej emplo : 1 1 . P3R, D3A; 12. T lD, D3R; 13. A2R, C2C y las negras tienen un juego razonable, ya que han protegido todos sus puntos débiles y pue­ den tratar de obligar a las blan­ cas a defender el PD mediante C4A o, aún mejor, P4A seguiilo por 0-0 y C1R.

218

D6T

Las negras persisten en el error, renovando la amenaza C5R, pero dejando a la dama totalmente fuera de juego. 1 1 . . . . , P3C origi­ naría la misma desventaja, ya que las mismas blancas pueden comenzar a hacer amenazas con DSA, habiéndose descartado la defensa D1 D. La conclusión obli­ gada es que las negras ya están perdidas. 1 2.

A3C

...

P4CR

La pieza está fuertemente clava·

1 0.

TlA

C3A

CSR

Spassky sugería 12 . . . . , P5R; p. C2D, 0-0 como una posibilidad mej or, pero después de 14. P4T y 15. P3R, las blancas están en una buena situación. 1 2. 1 3.

AxP

CSR CxA

Después. de 1 3 . . . . , P3A las blan­ cas replican 14. A x P ! y en vista de las amenazas 15. A x T y 1 5 . D x C con j aque, l a s negras n o tienen nada mejor que 14 . . . . , 0-0 ( 14 . . . . , C x A; 1 5 . D6C + , R1A; 16. D x C + , RlC; 17. TlD! puesto que la dama protege ahora 3AD. Un problema que encontraremos una y otra vez en la partida mis­ ma ). 1 5 . A7R ! , C x A; 16. P x C, T l R y luego sigue 17. C2D ! con una rápida victoria ( 17 . . . . , P4D la mejor -17 . ... . , T x P; 18. C1C! y 19. P3A seguido por D6C + - 18.

P x P, A4A; 19. C 1 C ! , D4T; 20. P3A, C3D; 2 1 . P4R, T x P; 22. con dos sólidos peones de ventaja.

1 4.

c xc

en la última nota. Si 17 . . . , R2R entonces 1 8 . T X C ! .

C X PD

¿ Un éxito para las ..negras ? Sí, ¡pero a un precio demasiado alto ! 1 5.

P4TR

Con el caballo tan firmemente colocado ( 1 5 . . . . , P3A? ; 16. D6C + , R2R; 17. D7C + , R3R; 1 8 . C3D se­ guido por 19. P x P o 19. P3C y 20. A3T + ). Naturalmente, las blan­ cas prefieren abrir línea s en el flanco R en forma inmediata an­ tes que buscar un desarrollo ba­ nal con 15. P3R o 3C. 1 5.

...

P3R

No sólo consiguiendo desarrollo sino también proporcionando al rey una casilla de escape, ya que después del prematuro 16. T1D las negras tienen 16 . . . . , C5R ame­ nazando cambiar damas. 16. 1 7.

T1D

C x PA

El rey negro queda completamen­ te expuesto.

PxP

Capitulación final. El heroico 1 5 . . . . , TlCR era lo indicado, aunque las blancas ganan claramente des­ pués de 1 5 . P x P, P x P; 17. P3R y 18. TlD. 1 6.

1 8.

P3C C2C

Ahora si 1 7 . . . . , C5R entonces 18. D X C y las negras ya no pue­ den dar un j aque perpetuo como

1 8. 1 9.

I)SA +

RXC R2C

Trasladarse a la columna R per­ mite 20. D5R + y 2 1 . D x T, mien­ tras que si 19 . . . . , R l C entonces 20. D6C + , R1A; 2 1 . D6A + (pro­ tegien,do 3AD ) 2 1 . . . . , RlC; 22. T x PT y 23. T4C + o 23. T4A con un mate rápido. 20. 21.

DSR + TxP

R1C P3D

Para impedir T4C + , pero la abundancia de líneas abiertas en el flanco R, da a las blancas mu­ chas posibilidades para elegir ju­ gadas de ataque. 22. 23. 24.

D3C + T4A + D7C

R1A R1R

219

Nuevamente, de vuelta a la de­ fensa de 3AD, pero con otras amenazas también, ¡ para no de­ cir más ! Las negras abandonan. Con cua­ tro piezas situadas todavía en

220

sus casillas originales la posi­ ción final parece haberse ong¡­ nado en una partida efectuada entre dos jugadores de los es­ calones inferiores de la lista de calificación.

1 966- 1 969

LA SEGUNDA VEZ

El encuentro con Petrosianí el 1966, resultó decepcionante. El comienzo, _con nada menos IJ.Ue seis tablas, era ya un mal presagio, y la principal esperanza de Spassky -que las defensas cerradas empleap.as por el campeón contra el peón rey no consiguieran el efecto deseado- no se cumplió antes de la 13.4 partida, en la que el aspirante ob tuvo su primera victoria. Sin embargo, en la se­ gunda mitad de la competición, los denodados esfuerzos de Spas­ sky sólo sirvieron para comprobar cómo el astuto armenio, a menudo con la ayuda de un cambio de sacrificio, sorteaba los obs­ táculos una y otra vez. Las propias defensas de Spassky contra el peón dama se agrietaron un poco hacia el final, y después de nivelar el puntaje ganando la 19.4 partida, quedó atrás nuevamente en la 20.a debido a una Defensa Nimzoindia mal llevada. ¡ Una lec­ ción que valía la pena recordar para el segundo intento en 1969! 1 966 y 1967 fueron años más bien tranquilos después de la intensa actividad del ciclo de calificación para el campeonato mun­ dial. Durante todo ese tiempo, Bondarevsky y Krogius preparaban su artillería para la oportunidad siguiente. Spassky, como era de esperar, ganó el Torneo de Candidatos de 1968 en forma tan con­ vincente como en años anteriores. Fue particularmente duro con Larsen y Geller. Vale la pena citar el comentario de Korchnoy al término de la competición final: «Spassky me derrotó en forma decisiva, y mi único consuelo es que mantuve la ventaja en distintos mo221

mentos, especialmente en la apertura... pero la superioridad de Spassky en el juego medio es tan grande que sencillamente anuló todos mis esfuerzos. En estos momentos, es superior a todos sus contemporáneos y lo ha probado con sus más que convincentes triunfos sobre los más sólidos grandes maestros del mundo. No dudo ni por un segundo que tendremos un nuevo campeón mundial». Shianovsky y Lazarev también proporcionaron una buena des­ cripción del juego de Spassky cuando escribieron: «Las decisivas victorias de Spassky parecen originarse en una lógica superior. Posiblemente se equivoque tanto como sus adversarios: más al analizar variantes y ciertamente menos al evaluar la posición y elegir el plan adecuado. Sin embargo, comete menos errores gra­ ves que sus oponentes». Finalmente, como señalara Bondarevsky, Spassky ha corregido ciertos defectos en su actitud hacia el ajedrez como deporte com­ petitivo. En el 28.° Campeonato Soviético, en 1961, Spassky ofreció tablas en once ocasiones distintas y fueron siempre rechazadas. Ahora, sigue jugando y no dice nada sin importarle cómo sea la situación en que se encuentra. Otro signo concreto de esta nueva actitud psicológica que le ayudó en su segunda competición con Petrosian, fue el hecho de que no analizó la partida con su adversario una vez terminada. Obviamente sintió que tales post-mortems podrían inconsciente­ mente revelar demasiado a un oponente al que tenía enfrentar al día siguiente. Las mejores partidas de esta sección son el estupendo ataque a Petrosian ( n. 88) y la tranquila victoria sobre Larsen, en la que un criterio posicional superior convirtió, en corto tiempo, una partida que parecía llevar a tablas en una victoria ( n.0 85 ) .

72. 1 9." Partida, Campeonato Mundial, 1 966. Negras : Petroaian. 3. 4.

DEFENSA FRANCESA

1. 2.

222

P4R P4D

P3R P4D

C 3AD PSR

C3AR

ta variante Steinitz, pero conti-

nuada en el movirmento siguien­ te, por la mej ora sugerida por Tarrasch a la jugada S. P4A de la variante. 4. 5. 6. 7. 8.

C3A PxP A4AR A 3D

CR2D P4AD C3AD AXP

Tarrasch llegó a la conclusión de que las blancas tenían aquí un buen j uego, pero la jugada si­ guiente de las negras p a r e c e igualar. P3A

8.

No 8 . . . , 0-0 permitiendo el ele­ mental 9. A x P + . .

9. PxP 1 0. 0-0 1 1 . C5R

CXP 0-0

Una jugada más natural es 1 1 . A3C, pero e l texto sugerido por Bondarevsky es m u y j u g ab l e, puesto que las negras no pueden hacer uso de la situación indefen­ sa de AD. 11.

. . .

Ahora las blancas tienen un fir­ me control de su SR, pero la po­ sición de las negras es bastante sólida. 1 4. 1 5.

A3C

TD 1 R P3TD

Una jugada innecesaria que pone otro peón en una casilla clara. 1S . . . . , D2AR parece mejor. 1 6. 1 7.

P3TD P4CD

D2AR

Una elección decisiva que lleva al cambio de los alfiles de casillas negras, pero a costa de la pér­ dida del control de SR. 17. D2D parece una mejor posibilidad de, en último término, ejercer una fuerte presión sobre la columna R mediante la duplicación de las torres. 1 7. 1 8. 1 9. 20. 21.

A5R DXA D3C P3A

A5D AXA C2D P4R

A2D

No 1 1 . . . . , CSR; 12. Á x C, T x A; 1 3 . C3D con ventaj a. 1 2.

cxc

AxC

O 1 2. . . . , P x C; 13. C4T y 14. P4A con presión en el centro. 1 3. 1 4.

D2R TD 1 R

D2R

Una posición difícil de evaluar. La situación de los peones ne-

223

gros centrales resulta impresio­ nante, pero en último término sufren la presión de las éolum­ nas centrales abiertas. Probable­ mente sea el alfil, potencialmen­ te malo, el que desempeñe el pa­ pel decisivo y que hace que las blancas deseen un final. 21



. . .

D5A ?

Las negras deberían evitar los cambios mediante 2 1 . . . . , T2R pensando duplicar en la columna R o con 2 1 . . . . , D3A protegindo el centro. ·

22. 23.

DXD T2A

TXD

Comenzando a ejercer presión so­ bre los peones centrales. 23. 24. 25. 26.

T2D T ( 2 ) 2R C1D

P3CR C3C C2D P4CD

Descartando un definitivo P4AD, pero haciendo que su alfil resulte peor aún. 27.

P3A

T2A

En este momento, Petrosian ofre­ ció tablas, pero Spassky natural­ mente no las aceptó. Su jugada siguiente revela su intención de penetrar combinando la ruptura P4TD con presión en la columna D media�te A3C. 28. 29.

A2A A3C

R2C P4TR

Para impedir C3R4C.

224

30. 31.

C3R C2A !

C3C

También el caballo comienza a mejorar su posición, preparándo­ se para trasladarse a 4D, mien­ tras deja a las torres la posibi­ lidad de alternar entre las dos columnas centrales. 31.

...

C2D

Esto hace más difícil defenderlo, bloqueando el alfil y posibilitan­ do nuevamente P4TD. Después de 3 1 . . . . , T(2 )2R que es una jugada mejor 32. P4AR, PSR; 33. C4D las negras defenderían todos sus puntos débiles mediante 33 . . . . , A2D. 32. 33. 34. 35.

T3R P3T C4D P4T

P5T T3A A2C

En los últimos minutos de la se­ sión, Spassky finalmente muestra en forma clara que tiene una fuerte iniciativa. 35. 36.

C2R

T1D PxP?

Una concesión más. Su última ju­ gada alej ó acertadamente el ca­ ballo blanco de AD para reducir la presión sobre el PCD. Ahora 36 . . . . , P4C ; 37. TlD, T3D era la forma correcta de defenderse. 37. 28.

A x PT A3C

C3C P5R

Lógicamente a un mal le sigue otro. 38 . . . . , T3R?, 39. C4D pierde

un peón y 38. . . . , TlR; 39. C4D, C2D; 40. A4T lleva a los primeros resultados. 39. 40.

C4D TlD

R3T T l AD ?

Probablemente el error que pro­ vocó la derrota. Después de 40. . . . , T2D ! es posible que las ne­ gras puedan todavía lograr unas tablas. En cualquier caso, las blancas no pueden continuar de la manera que lo hacen en la par­ tida, puesto que después de 4 1 . P x P , P x P e l caballo está clavado. 41.

PxP!

La jugada sellada, preparándose para penetrar la posición de las negras con el caballo y la torre. 41. 42.

PXP C6R !

te 43. T7D, A3A; 44. T6D. Los grandes maestros analistas, reu­ nidos en la sala de prensa, pen­ saron que 42 . . . . , P4T era la me­ jor posibilidad defensiva, ya que el final después de 43 . P x P, C5A; 44. A x C, T x A; 45. C4D, T5T pro­ bablemente obtendría tablas. En forma similar, 43. C5A, Al T ; 44. C x PR, A x C; 45. T x A, T x P; 46 . T x P + , R2C no es suficiente para ganar. Sin embargo, después de 42. . . . , P4T; 43. T6D ! , C5A; 44. A x C, T x A; 45. C8D ! gana las blancas ; por ejemplo : 45. . . . , T x T; 46. C7A + , R4T ; 47. C x T, T2A; 48. P x P seguido por 49. C x A o 49. C x P según las cir­ cunstancias, o 45. . . . , T2A; 46. C x A, P x P! ¡ 47. T4D ! 42. 43. 44.

AXC CSA

CSA TXA T2A

Protegiendo la segunda fila. 45. 46.

TlT TST l

R4C

No 46. C x A, T x C ; 47. T x PT, T(2 )2AD o T2D con posibilidades de tablas. El texto intenta tejer una red de mate. 46. 47.

R2A

RSA A4D

De lo contrario, 48. C6R mate. Con la fuerte amenaza de 43. C5A, 42 . . . . , A4D ! no constituye una defensa porque 43. A x A, C x A; 44. T x P amenazando 45. T X P da mate igual que el caba­ llo. 42 . . . . , C5T se refuta median-

48.

C3C !

El PTD puede esperar. Ahora 48. . .. , A2C pierde ante 49. C4D ame­ nazando mate ya sea con C5R o con C2R.

225 15

LAS

100

MBJORES PARTIDAS DE SPASSKY

48. 49. 50.

R2R C2D

R4R + T3AD R3R

De otro modo, 5 1 . P4A. 51.

CXP

ASA +

O 5 1 . . . . , A x C; 52. T x A + , R3D ; 53. P4A y las negras no pueden activar sus torres. El texto pre­ tende mantener el bloqueo en el flanco D. 52. 53. 54. 55. 56.

R2D R2A T5R C2D C3A

T2D + R2A R2C A4C

Se ha logrado el bloqueo, pero ahora hay que tomar en cuenta la debilidad de los peones del flanco R. 56. 57. 58.

73.

R2C T ( 5 ) 4R !

A5T + TSD

Por el momento, el caballo debe proteger la 2D. 58. 59.

TSAR TlR !

Forzando el cambio del descara­ do invasor. 59. 60. 61.

TXT T4R

TXT T3A P4C

Desesperación, pero 6 1 . . . . , A3A; 62. T x P, A x C ; 63. P x A, T x P; 64 . R3C era también una derrota segura. 62. 63. 64. 65. 66.

C x PC R3T TXP C4R C5A

T7A + A3A AxP T7R

De vuelta a la última debil\dad. 66. 67. 68.

T4AR P4T

ASA TSR Abandonan

7. 8. 9. 10

A4AD C2R A3R 0-0

P4AD C3A 0-0 D2A

Santa M ónica, 1 966.

Negras : Fischer.

DEFENSA GRUNFELD

l.

P4D

C3AR

2.

P4AD

P3CR

3.

C3AD

P4D

4.

PXP

CxP

5.

P4R

exe

6.

PxC

A2C

226

Hl. , C4T; 1 1 . A3D, P3C ! es una buena alternativa ya que 12. P x P, P x P; 13. AD x P, D2A da mucho juego a las negras. . . .

1 1. 1 2.

TIA DtR

T1D

. .

Una jugada más cuidadosa que 1 3 . P4AR, que jugó contra Shish­ kin en 1 9S9 (vea la 3 1 .• partida). 1 2.

...

P3R

Panov recomienda 1 2 . . . . , D4T es­ perando forzar el cambio de da­ mas. 1 3.

P4A I

C4T

No 1 3 . . . -� P X P etc. apoderándose de PD a causa del eventual ata­ que a la descubierta contra la dama mediante 16. A x P. 1 4.

A3D

D x A y si 19. e4D entonces 19. . , D2AR y el PAD de las blancas se convierte en una debilidad po­ tencial.

1 7. 1 8. 1 9.

O 1 9 . . . . , P x P; 20. A x P y el cam­ bio posterior deja a las negras algunas debilidades en el flanco R que tienen que vigilar. De aquí que el texto o 19 . . . . , D2e parezca indicado. 20.

...

PA X P

No 20 . . . . , PR x P; 2 1 . P x PA. 21.

PxP

D X PR

TtD

Preparando una casilla d e escape para el alfil en caso de 1S . . . . , PAR X P ; 16. A x P, eSA.

D2A

P3C P x PD

Las negras deberían tratar de mantener cerrada la posición me­ diante 16. . . . , AlA. 1 7.

P5D !

La única manera de penetrar el flanco R enemigo. 20 .

1 5. 16.

AXA A2C D2A

P4A

Las negras han bloqueado con éxito la ofensiva del flanco R de las blancas . 1 5.

PXA C3C

AXP

E l cambio de alfiles debilitará el

flanco R de las negras. Estas de­ herían obtener un precio por e s t o con 17 . . . . , A2e ; 1 8 . A x A,

O 2 1 . . . . , D3A; 22. e x P, D x PR; 23. ese. 22.

P5A

El complemento de su ruptura dos jugadas atrás. 22.

...

D2A

No 22 . . . . , P x P; 23 e x PA y ahora si 23 . . . . , P x A ? ; 24. D3e + , R1A; 2S. e7e -h o 23 . . . . , T l R ; 24. D4D y las amenazas (2S. D7e mate, 2S. A4A se acumulan ). 23.

AXP

No 23. e x P, T x A; 24. ese, D2D.

227

23.

...

TxT

La defensa correcta desviando a la torre de la columna AR. 23 . . . . , A x A; 24. C x A, D x PA ? permite 25. T x T + , T x T; 26. D4T. P4CR (26. . . . , D lAD ; 27. C6A + ); 27. C x P, D4A + ; 28. RlT y el flanco R de las negras queda desman­ telado. 24.

TXT

T I AR !

�uevamente, la defensa correcta. 24 . . . . , A x A, 25. C x A, D x PA; 26. C6A + , R2C ; 27. T7D + , R x C; 28. D4T da a las blancas un ata,que vencedor, como lo hace también 25 . . . . , P x P; 26. T7D ! , D3C; 27. T6D, D2C ; 28. C6A + , RlT; 29. D x PA (29 . . . . , TlAR; 30. T7D ! , T x C ; 3 1 . T8D + o 2 9. . . . , D3C; 30. D x D, P x D; 2 1 . T7D ). Sin embargo, si 24 . . . . , A x A; 25. C x A, TlAR en­ tonces 26. P6A, con un fuerte peón avanzado. En todas estas variantes, la ausencia del caballo negro de la escena principal de la batalla es un punto en contra. 25.

AlC

Las blancas tienen que conser­ var el alfil para mantener sus amenazas. 25. 27. 28. 26.

PXP D2D D2A

D3A RlT PxP

�o 28. D x P ? sin jaque debido a la amenaza 28 . . . . , D7A + mate. 28. 29.

228

T l AR

R2C D2R

�o pueden detener al mismo tiempo D4D + y un cambio de torres seguido por D6T + . 30.

D4D +

T3A

30. . .. , R3T parece una posibili­ dad m e j o r; p o r ej emplo : 3 1 . T x T, D x T; 32. D4T + , R2C; 33. D5C, D4AD + con un final soste­ nible, por otro lado 33. C4R, A x C ; 34. D x A, D3D también se mantiene. 31. 32.

C4R AXA

AXC

Conservando el caballo en el bor­ de del tablero y amenazando ex­ plotar la clavada mediante 33. P4C, mientras que si 33 . . . . , R2A; 34. ASD + y el rey se ve obligado a retroceder volviendo a la cla­ vada. 32. 33.

DXD

D4A TXT+

Una decisión crucial. Después de 33 . . . . , P x D ; 34. T x T, R x T ; 35. P4TR, C5A y 36 . . . . , C3D las ne­ gras tienen un final defendible, pero también tienen que conside­ rar el final con torres (34. TIA, P.5 A; 35. T3A amenazando con 36. T3TD ) en el que se encuentran bajo fuerte presión tal como en el final de piezas menores. 34. 35.

RXT P4TR !

PxD

Fij ando el peón en una casilla donde queda baj o el fuego del alfil. A pesar de que quedan po-

cas piezas, la ventaj a del largo alcance del alfil y los peones asi­ métricos dan a las blancas posi­ bilidades de tlj.unfo. 35. 36. 37. 38.

R2R R3R R4A

C5A C4R R3A

Apresurando las últimas cuatro jugadas. 38. A2A desocupando 4R para el rey hubiese sido más exacta. 38. 39.

conserve el PT con posibilidades de coronar, después de que este peón adelantado desvíe al rey enemigo o gane el caballo ). La defensa correcta, señalada por Gligoric, es 39 . . . . , C3T ! ; 40. R3D, C4A; 4 1 . R4A, C x P (cam­ biando piezas menores con 4 1 . . . . , C3D + dej a a las blancas con un distante peón adelantado ) 42. R x P, R4R y con la formación de peones, que ahora es asimétrica, las negras tienen posibilidades de tablas tratando de apoderarse del PCR con el rey.

C2A 40.

R3R

P5T

Ahora es necesario vigilar cuid ; 2 1 . D4R + , R 1 T ; 22. D x PC, T l C (22 . . . . , P5R; 23. D x P, A x P ; 24. CR4A amena­ zando con 25. C6R o 25 D x C ! ) 23. D5T !

237

1 8. 19.

D2A C2A

D1R

Una jugada aparentemente natu­ ral, pero 19. P x P, P x P; 20. C2A es mejor, puesto que los peones centrales negros sufrirían pre­ sión : la TR blanca ataca la ca­ silla SAR p P6D constituye una fuerte amenaza, ya que después de P x P, T x P la torre está firme­ mente colocada haciendo presión, entre otras cosas, sobre el PTR negro. 1 9. 20.

TXC

C xC P5R

cwn con 24 . . . . , CSC; 25. D3A, C6D; 26. TRlA (26. T2R, C x PA ) 2 6. . . . , D2R. 24.

Comparativamente, los p e o n e s centrales s e encuentran ahora a salvo. 21.

A4D

Esta p i e r d e rápidamente. Po­ drían prolongar la lucha median­ te 24 . . . . , C x C ; 25. D x C, D3R.

P4A ? 25.

La equivocación perdedora. La debilidad del PD y de la casilla ' 40 son males mucho más gra­ ves que el que están tratando de evitar: la entrada del caballo en 6R. Simplemente, 2 1 . . . . , TRlC; 22. A x A, T x A; 23 . C4D, D2D ; 24. C6R, TSC las dejaría con una posición defendible : presión so­ bre la columna CR y posibili­ dades como C3CST o C3C1A o C 1 C3A4T. 22. 23. 24.

P x P a.p. CXA D3A !

AXA CxP

( Ver diagrama siguiente. )

La obvia 24. ese permitiría a las negras una medida de consolida-

238

D2R

C2A ! !

Una soberbia jugada al esti lo de Nimzovich. El caballo tiene una excelente situación en la casilla de bloqueo 3R atacando al segun­ do peón débil en SAR y defen­ diendo 4AD y 2CR contr-a una po­ sible presión. 25. 26. 27.

TR2D C3R

TD 1 D D3R C2R

Perdiendo un peón. Tenían que , P3C proteger el PCD con 27 aunque después de 28. D3T, T3A; 29. TSD quedan totalmente ma­ niatadas. .

28. 29.

D4C TxP

C3C D2R

. . .

30. 31.

P3CR PSA

T3A

Es evidente que esto ya se acabó.

32.

TXT

Abandonan

Pierden por lo menos un peón más (32 . . , T x T; 33. P x T, D2D; 34. DSA ). . .

31.

77.

...

TR x T

Sochi, 1 967.

Negras : Langeweg.

GAMBITO DE DAMA RECHAZADO

Las negras, normalmente retie­ nen sus opciones con 8 . . . , A2R ya q u e p u e d e n querer j ugar C3AR a continuación, para ame­ nazar el PD y proteger su flanco R. Después de 8 . , A2R, las ne­ gras no tienen ninguna razón para temer 9. A x C , P x A; 10. D3C a causa de 1 0 . . . . , CSCD ! ; 1 1 . 0-0 ( De lo contrario, C6D + e s di­ fícil de refuetar) 1 1 . . . . , A4AR amenazando con 12 . . . . , A7A o 12. . . . , C7A. .

l. 2. 3. 4.

P4D C3AR P4A C3A

C3AR P4D P3R P4A

Hubo un momento en que se pensó que la •Semi-Tarrasch daba a las negras un juego más fácil que la línea Ortodoxa de Gambi­ to de Dama Rechazado con ASCR, pero décadas de experiencia han mostrado que esto no es realmen­ te c i erto. Como demuestra esta pa r t i da en particular, las blancas t i e n e n muchas posibilidades di­ námicas debido a la presencia de muchas piezas que no pueden ser ca m b iadas fácilmente.

5. 6. 7. l .a

PA X P P3R A4A

CxP C3AD

j u gada de Botvinnik amen a­

zando 8. A x C , P x A; 9. P x P, for­ z a n do así a las negras a tomar

una deci sión en el centro. 7. 8.

PxP

PxP exe

. . .

9. 1 0. 11.

PXC 0-0 A3D

A2R 0-0

Como el alfil está indefenso, es difícil lograr una ruptura con PSD (C4T), de modo que las blancas vuelven su atención al flanco R donde las negras tienen sólo una pieza menor disponible para la defensa.

11. 1 2.

P3CD D2R

La siguiente es una formación de ataque más común : 12. D2A, P3C; ( 1 2 . . . . , P3TR; 1 3 . D2R .Y 14. D4R )

239

13. A6T. El texto prevé un ataque violento, pero más lento, vigi­ lando cuidadosamente las posibi­ lidades de expansión en el centro con P4AD y PSD. 1 2. 1 3.

A2C

A2C D4D

En último término, la dama se ve en aprietos, puesto que la es­ tupenda jugada 1 5.• de las blan­ cas disipa todo el contrajuego que se proponían las negras en la diagonal larga. 13 . . . . , A3A es la manera adecuada de jugarlo. 1 4. 1 5. 1 6.

P4A A4R I TRt D

D4TR TRtR

AXA TD t A

C4T CxA

Aumentando la tensión y prepa­ rándose para utilizar esta torre en la tercera fila para acosar a la dama enemiga. 18. PSD no es tan bueno ahora que las negras tienen dos piezas menores con­ trolando las casillas del bloqueo 3D y 4AD. 1 8. 1 9.

T3A !

AlA TRI A !

Una jugada extraña que dej a fue­ ra la TD durante el resto de la

240

.

20.

.

.

P5D

Un fuerte avance cuyo principal objetivo no es la creación de un peón adelantado, sino la concen­ tración de las piezas blancas en el flanco R donde tendrán una notable superioridad local. 20. 21.

La amenaza de PSD es ahora muy seria porque el peón podrá avan­ zar hasta la séptima en algunas variantes, debido a la ausencia de un bloqueo adecuado. 1 6. 1 7. 1 8.

partida. Probablemente, las ne­ gras estaban preocupadas de la amenaza 20. T3R seguida por PSD pero 19 . , TD1A; 20. T3R, TDlD parece más apropiado aunque después de 2 1 . TSR, D3C; 22. TSCR, D3T; 23. AlA las negras tienen todavía una posición muy incómoda.

C4A T3R

PxP

La amenaza de 22. TSR seguida por AlA o C4T y TST atacando la dama que no tiene donde co­ bijarse obliga a las negras a ha­ cer esta nueva concesión. Ahora la dama podrá escapar por la tercera fila a 3AD o 3D. 22. 23.

TXP C4D !

D3T

Ahora que ha desaparecido el PR, la amenaza de CSA seguida por un ataque concentrado en 7CR resulta decisivo. Las negras des­ cubren una ingeniosa manera de contrarrestar basada en las posi­ bilidades de mate en la fila de atrás, pero no resulta adecuada porque la coordinación de las piezas blancas es superior. 23



. . .

C5T

No 23 . . . . , P3e ; 24. e5A! todavía, ni 23 . . . . , P3A; 24. T3e con las amenazas de 25. - T5T o 25. e5A. 24. 25.

DJAD DxT

CSA AXP!

(Ver diagrama siguiente. )

La posición que ambos jugado­ res habían previsto, pero Spassky había ido más lejos. Observe que 25 . . , D x P pierde ante 26. T3eR, D x D (26 . , DSA + ; 27. D l A ) 27. e6T mate y 25 . , A x A simple­ mente ante 26. e7R + . . .

.

. .

.

27.

Abandonan

D4C +

. .

Es mate en todas las variacio­ nes. El más bonito es 27 . . , R3A; 38. ese. . .

26.

RXA

C6T +

78. Moscú, 1 967. �egras : Bilek.

c o n s t i t u y e n una compensación adecuada para las negras.

D EFENSA SICILIANA

l. 2. 3. 4. 5. 6.

P4R CJAR P4D CxP CJAD A5CR

P4AD PJD PxP CJAR CJA A2D

U n a de las modernas y dinámicas

n:valorizaciones de esta apertu­ ra . Durante décadas se dio por sen tado que la amenaza 7. A x e de l a s blancas era tan poderosa que era necesario impedirla me­ d i a n te 6 . , P3R. Sin embargo, u hora se piensa que los dos al­ files y la columna eR abierta

7.

P3TD

D2D

Esta ya no es estrictamente nece­ saria, ya que eR5e, normalmente muy fuerte en el ataque Rauzer, pierde su objetivo cuando las negras no han debilitado su PD con P3R. Actualmente, se prefie­ re 7 . . , T l A con el propósito de continuar con 8 . . , e x e segui­ do por 9 . . , D4T o incluso el audaz cambio de sacrificio 9 . . . . , T x e. .

.

. .

.

.

. . .

8. 9.

0-0- 0 P4A

TIA PJTR

241 ��

1 A S 1 00 MI�JUKI:S

l'AKl l llAS llE Sl'I\SSKY

Obligando al alfil a manifestar sus intenciones. Es probable que las negras no dispongan de nin­ gún otro movimiento razonable, ya que 9. . . . , P3R permitiría 10. C3A con la peligrosa amenaza de 1 1 . PSR (vea la partida n.• 56, Spassky-Taimanov ). Con todo, Po­ lugaevsky cree que 9. . . . , P4CD es jugable. 1 0.

AXC

PC x A

11.

A2R

P4TR

En tales posiciones, las negras no pueden permitir AST en que la clavada es muy firme (las blan­ cas, por ej emplo, pueden lograr continuar con PSA y luego C6R ). El provocativo juego de apertura de las negras ( siete jugadas de peones en un total de once ) le pide al jugador de mentalidad clásica que aplique el castigo que merecen, y Spassky es justa­ mente el tipo de adversario para hacerlo. 12.

RlC

P3R

1 3.

TRI A

P4C

¡ Otras dos jugadas de peones ! Sin embargo, está muy lej os de ser fácil para las blancas abrir una brecha en la sólida masa de peones que rodean al monarca negro. 1 4.

CxC

TxC

Después de 14 . . . . , A x C; le sigue 15. D3R amenazando con 16. CSD. 1 5.

242

A3A

Preparando la maniobra C2R4A. 1 5. 1 6.

T4A P5A

¡ Una última acción decisiva ! D4T ?

1 6.

Esto debilita las casillas que ro­ dean al rey ( especialmente 2D ). Sería mejor que las negras ale­ j aran el caballo mediante 16 . . . . , PSC antes de que pueda llegar a la casilla central 4R. Después de 16 . . . . , PSC; 17. C2R, D3C; 18. C4D las negras permanecen bajo fir­ me presión, pero después del tex­ to, la presión se transforma en una rápida victoria para las blan­ cas. 1 7.

PxP

PxP

17 . . . . , A x P ; 1 8 . CSD ! y a pesar de los alfiles opuestos que resul­ tan de 18 . . . . , D x D ; 19. T x D, A x C ; 20. P x A las blancas tienen un final muy superior con la amenaza de duplicar en la co­ lumna R. 1 8.

P5R !

De un golpe las blancas mej oran la movilidad de sus piezas meno­ res e intentan pentrar en las co­ lumnas D o AR.

1 8.

...

TxP

No 1 8 . . . . , PD x P ?; 19. D x A mate, mientras que después de 18 . . . . , PA x P vienen 19. DSC, PSR (de lo contrario, 20. A x P + ) 20. A x P + !

todavía T x A; 2 1 . T x A + , R x T; 22. T1AR + , R1R; 23. DBC + , R2R; 24. DBA mate. 1 9.

D4A

T4AR

Después de 19 . . . . , P4A; 20. D5C o 19 . . . . , A2R; 20. C4R seguido por 2 1 . C x PD + o 2 1 . C x PA + según sea lo apropiado, las blancas pe­ netran de inmediato.

C4R se refuta con 23 . . , T x A; 24. T x T, P x T; 25. C x P + , RlD y la clavada salva a las negras. Pero después del simple 22 . . . . , A2R; 23. A3C las blancas podrían continuar con 24. D4D, o 24. C4R o incluso 24. TR1R con una victo­ ria fácil. Si 22 . . . . , T x A entonces 23. C x T, P x C; 24. D x PA con un triunfo inmediato. .

23. 20.

D3C

20. . .. , R2A parece una posibili­ dad mejor. Luego las blancas continúan con 2 1 . C4R, P4D ; 22. D8CD ! en que 23. C6D + es ahora una fuerte amenaza y 22 . . . . , P x C permite 23. T x A + , R1C; 24. DBR, etcétera.

TR1 C

N o 23 . . . . , T5C; 24. Tl R + , A2R ' (24 . . . . , R l D ; .25. T x A + , R2A; 26. DBD + ) 25. T x A + ! , R x T (25 . . . . , R l D ; 26. D l R ) 26. C x P + , RlR; 27. TBA + ! , R x T ; 28. D7R, R 1C ; 29. C6A mate. S i 2 3 . . . . , T4R en­ tonces sencillamente 24. D4D. 24.

21.

T x PA

T4C

CxP

D4T

Las negras han llevado la dama a una casilla ligeramente menos amenazadora, pero todavía tienen que decidir cómo contrarrestar la amenaza de C4R. 21.

...

P4D

O 2 1 . . . , D l D ; 22. C4R, T4AR; 23. C3C, etc. .

22.

A X PD !

Naturalmente, las negras deben jugar tratando abrir líneas en el centro. 22.

...

PxA

Esta pierde rápidamente. 22. A2R se mantendría ya que 23.

Desaparece el último obstáculo en el centro. Observe que la dama blanca protege 1R de ma­ nera que las negras no puedan intentar un mate por la fila de atrás con 24 .. . . , T x C. Sin em­ bargo, esa era la mej or posibili­ dad de las negras para prolongar la partida, ya que el caballo es una pieza demasiado fuerte.

243

24



. . .

ASCR ?

Aparentemente, dej ando fuera a la dama y ganando tiempo, pero las blancas cuentan ahora con un triunfo forzado. 25.

T XA+

Abandonan

25 . . . . , R x T ; 26. T l AR + , R l R ( 2 6. . . . , A4A; 2 7 . T x A + , T x T ; 28.

D7R mate o 27 . . . . , RlR; 28. T x T, T x T ; 29. D x T, D8R + ; 30. D lA ) 27. C6A + , R (cualquiera ); 2 8 . C x T con una decisiva ganancia ma­ terial. Después de la incorrecta juga­ da n.o 16 de las negras, la dama negra desempeñó el papel de es­ pectadora durante el resto de la partida.

79. M oscú, 1 967. Blancas : Uhlmann. GAMBITO DE DAMA RECHAZADO l. 2. 3.

P4D P4AD C3AR

C3AR P3R

Uhlmann se inclina por esta úl­ tima jugada, prefiriendo enfren­ tar la Defensa India de Dama o la Bogoljubov-India (o como en esta p a r t i d a, e l Gambito de Dama ) antes que una Nimzoindia.

4.

C3A

P4D A2R

7.

5. 6.

244

ASC P3R

0-0 P3TR

P3CD

La variante de Tartakower en la que el caballo permanece en su sitio para proteger, por el mo­ mento las casillas blancas 3TD y 3AD que se han visto debilitadas por la j ugada del texto. Esta va­ riante se ha hecho muy popular en nuestros días, por lo menos entre a q u e ll o s jugadores que adoptan el Gambito de Dama Rechazado ante uno de los sis­ temas defensivos indios. 8.

Spassky prefiere la Defensa Or­ todoxa a la Semi-Tarrasch 4 . . . . , P4A. Tal vez, ya sabía lo que de­ mostró en su partida de revan­ cha con Petrosian : esta variante no es tan fácil para las negras como se pensaba (vea la partida n.o 87 ).

A4T

D2A

La réplica más agresiva pensan­ do en un enroque largo e inten­ tando luego un asalto con los peones sobre el otro flanco (com­ pare esta partida con la n .o 78, en­ tres Spassky y Bobotsov ). 8. 9.

A2C AXC

Rubinstein prefirió el inmediato

9. 0-0-0 que conduce a un juego muy complicado. 9. 1 0. 11.

PxP 0-0-0

AXA PxP

Es obvio que las blancas ahora se proponen jugar P4CR, P4TR y luego P5C para abrir líneas para un ataque. Las negras contestan el ataque en el otro lado. 1 1. 1 2.

P4A

PxP PxP

Si 13. C X P entonces sencillamen­ te 13 . . . . , C3A luchando para abrir la diagonal negra central de su alfil. Las blancas necesitan real­ mente el caballo en 3AR para apoyar P5C y tener un C5CR sub­ siguiente, de reserva. 1 3. 1 4.

1 5.

P5C

Neyshtadt, en su autorizado libro sobre el Gambito de Dama Re­ chazado, sugiere como respuesta a la última jugada de las negras que las blancas intenten un ata­ que sobre los cuadros claros con 15. P5T y si 15 . . . . , P4CR enton­ ces 16. DSA, C5C ; 17. C5R.

P4CR

Consecuente. Las blancas tam­ bién pueden tratar de ejercer presión en el centro con 12. P x P aunque las negras pueden igualar ya sea con la línea de Reshevsky 12 . . . . , A x C ; 13. D x A, C2D ! ; 14. P6A, A x P ! o el sacrificio de peón 12 . . . . , P x P ; 13. C x P, A x C ; 14. A4A, C2D ! ; 15. A x A, TlC. 1 2. 1 3.

rey, dando así a las negras unas mayores posibilidades en la elec­ c ión de una defensa.

P4TR

C3A P3C

15. 1 6.

Neyshtadt afirma aquí que el tex­ to conduce a una apertura de lí­ neas decisiva para las blancas, ya que si 16 . . . . , P5C entonces 17. P x P, P x C ; 18. P7C ! ganando. Sin embargo, Spassky descubre una defensa mucho mejor. Observe que el plan alternativo de las blancas 16. P x P daría a las ne­ gras una sólida defensa ya sea mediante 16 . . . . , A2C o simple­ mente mediante 16 . . . . , A x P + y si 17. R1C entonces 17 . . . . , C5C; 18. D2R TlR y la dama blanca está en aprietos para conseguir una buena casilla. Ciertamente, no queda claro cómo pueden las blancas hacer uso de la columna abierta TR. 1 6. 1 7.

Si 14 . . . . , D3D entonces las blan­ cas impiden D5A + con 1 5 . D2D. El texto debilita ligeramente la posición del rey negro, pero me­ jora la movilidad del AR y del

PxP P5T

R2C ! PxP

Esto abre de que las j ugar una yar el TR,

la columna TR antes blancas hayan logrado pieza mayor para apo­ y dentro de una o dos

245

ju�adas todo el ataque parece ab­ surdamente equivocado. Es pro­ bable que Uhlmann estuviese la­ mentando el hecho de que no ha­ bía completado su desarrollo con 15. A5C o 15 A2R para poder ju­ gar TD1C antes de abrir el flan­ co R. Incluso en este momento, no es demasiado tarde para 17. ASC para jugar A x C y reducir así la presión sobre su PD. 1 7. 1 8.

ASC

PxP PSC !

ja, mientras que si 19. A x C, A x A; 20. C5R {20. TDlC, A2D amenazando con 2 1 . . . . A4A) 20. . . . , A x C ; 2 1 . P x A, D4C + y las piezas negras quedan bien situa­ das para el ataque o la defensa, mientras que las blancas todavía no encuentran verdaderas ame­ nazas. 1 9. 20. 21. 22.

D6T + D7T + T3T

PxC R2A A2CR

Probablemente, ambos jugadores previeron la situación hasta este momento, y Uhlmann debe haber creído que tenía un buen ataque, ya que si 22 . . . . , D3A entonces 23. C x P, D4A; 24. A4A. Spassky en­ cuentra una convincente refuta­ ción. 22. Abandonan 19.

D2D

Un sacrifício erróneo, pero real­ mente no tenían una buena ju­ gada. De este modo, si 19. TD 1C entonces 19 . . . . , A4C + ; 20. C x A, D x C + ; 2 1 . R1C, C x P con venta-

TlT !

Después de 23. T x P + , D3A ! ; 24. T x D + , R x D ; 25. C x P + , R2A la dama está atrapada y las negras tienen una pieza de ventaj a en una posición simplificada. Una partida de trascendencia teórica.

80. Spartakiad, M oscú, 1 967. Negras : Petrosian. 3. 4.

DEFENSA fRANCESA

l. 2. 246

P4R P4D

P3R P4D

C3AD ASC

C 3AR PXP

Petrosian es uno de los pocos

jugadores modernos que prefiere este restringido sistema defensi­ vo, en que las posiciones pasivas que origina no gozan del favor de la gran mayoría de los gran­ des maestros modernos, que pre­ fieren sistemas que ofrecen ma­ yores contraposibilidades para negras. S. 6. 7. 8.

CxP CxC+ C3A ASC +

CD2D e xe P4A

del flanco R se ven ligeramente desvalorizados por el peón du­ plicado. 1 0. 1 1.

La segunda característica impor­ tante de la posición es el valor comparativo de las piezas meno­ res que quedan a cada lado. El texto asegura al caballo blanco un muy buen puesto de avanzada. 1 1.

Una línea simplificadora en vez de la más complicada 8. A4AD o 8. A3D. De esta manera, una par­ tida de su encuentro de 1966 con­ tinuó 8. A3D, A2R; 9. P x P, D4T + ; 10. P3A, D x P( 4 ) ; 1 1 . D2R, A2D ; 12. CSR, A3A con igualdad aproxima­ da. No era probable que Spassky repitiera la desafortunada elec­ ción de Tal 8. D3D en su encuen­ tro con Petrosian, en Cura que está lej os del rey enemigo. 30. 31.

Ciertamente que Suetin debería haber advertido que el viejo te­ ma estaba en juego nuevamente. 23 . 24.

24. 25. 26.

PxP+ T7C

RxP C7R+

La única manera de proteger el PAR. 32. 33. 34.

RlT P3C A6D

C5A C3C ClT

«Algunos caballos no saltan, jean» ( Tartakower). 35. 36.

P4A P4CR !

R3C

co­

Las piezas blancas están tan bien situadas que pueden intentar te­ jer provechosamente una red de mate alrededor del rey enemigo. 36. 37. 38.

P5A P3T

T3R R4C P5R

Una última y desesperada posi­ bilidad. Entre las amenazas blan­ cas se encontraba 39. TlAD segui­ da por 40. P6A para coronar y así ganar por lo menos el cambio. 39. R2C 40. A4A + 4 1 . T6C ! 42. T t R 43. P4C 44. T x P 45. T ( 2 ) X T + 46. A5R !

P6R R3C P7R T l AD P4TD PxP PxT

Una demostración perfecta de la superioridad de un alfil centra-

lizado contra el caballo situado lejos. Ahora 46 . . . . , T x P; 47. A x C y 46 . . . . , C2A ?; 47. T x P + , R4C ; 48. R3C y 49. P4T mate tiene que ser rechazados, de modo que tal vez lo indicado sea abandonar. ( 46. . . . , R2A ?; 47. T7C + ). 46. 47. 48. 49.

T x P+ T6CD PxP

P4T R2A PxP R2R

No 49 . . . . , C3C?; 50. T6A + ganan­ do una pieza. so. 51. 52. 53. 5455. 56. 57. 58. 59.

AXC TxP T4AD TIA R3C R4A R5C RSA R6R T l CR

TXA R3R R4D T l CR R3A TIA+ TlC+ TIA + T l CR Abandonan

6. Partida de la Competición, Candidatos, 1 968. Negras : Geller.

82.



DEFENSA SICILIANA

1. 2. 3. 4. S. 6.

P4R C3AD P3CR A2C P3D P4A

P4AD P3D C3AD P3CR A2C

Un plan más agresivo que el nor­ mal CR2R. Las blancas llevan el

caballo a una casilla más natural y reservan 2R para el otro ca­ ballo en el caso de que sea ale­ j ado mediante P4CDSC. 6.

...

C3A

Geller insiste en su plan, rrollado en las partidas n.o• en las que tuvo una buena tura, aunque perdió ambas

desa­ 2 y 4 aper­ al fi-

253

nal. 6. . . . , P3R pensando conti­ nuar con CR2R seguido, si es ne­ cesario, por P4A es una alterna­ tiva fuerte y flexible. 7.

C3A

0-0

8.

0-0

TIC

Después d e l a partida, Geller es­ timó que 8. . . . , ASC ; 9. P3TR, A x C; 10. A x A. CSD era mejor. 9.

P3TR

Mejorando la jugada 9. C4TR que Spassky había empleado en su encuentro con Petrosian en 1966 y en la segunda partida con Ge­ ller. La experiencia le había de­ mostrado que un ataque preci­ pitado sobre el flanco R con PSA da a las negras demasiado con­ trajuego debido al control que tienen del 4R. Es mej or entonces completar el desarrollo A3R ( sin preocuparse de un CSCR de parte de las negras ) y entonces inten­ tar un ataque tipo holandés con P4CR, D 1 R, D4T, etc. P4CD

9. 1 0.

P3T

Un concepto notable, esperando refrenar la jugada «programada» de las negras PSC con la amena­ za de la apertura de la columna TD. 1 0. 1 1. 12. 1 3. 1 4.

254

A3R PXP C2R P3C

P4TD PSC PT x P A2C

Otra jugada defensiva en el flan­ co D. En la cuarta partida, Spassky había jugado 14. D2D y su dama se había visto atada a la defensa del PAD. Ahora se asigna esa ta­ ' rea doméstica a la TD. 1 4.

...

T1T

Las negras consiguen igualdad cambiando sus planes: 14. . . . , C2D; 1 5 . T1A, P3R; 16. P4C, P4D. 1 5. 1 6.

TIA P4C !

T7T

Por fin, un gesto agresivo de par­ te de las blancas . Se necesita mu­ cha confianza en sí mismo para hacer tantas concesiones a las negras antes de obtener contra­ juego, pero Spassky confía en la energía potencial de su ejército en el flanco R. 1 6.

...

D1T?

E l comienzo de un plan que re­ sulta muy lento y deja a la dama lejos de su sitio cuando el ataque de las blancas finalmente cobra velocidad. Ya era el momento de que las negras hicieran una juga­ da profiláctica; por ejemplo : 16. . . , P3R! para enfrentar 17. PSA ? con 17 . . . . , PR x P; 18. PR x P, T l R. Entonces, 17. D 1 R se refuta mediante 17 . . . . , A3TD y 18. D4T ? pierde un peón ante 18 . . . . , A x P. Geller también da 16 . . . . , P4D ; 17. PSR, C2D; 18. D4T, P3R como una sólida línea defensiva. .

1 7.

D1R

D3T

La misma idea defensiva que apa­ rece en la última nota : 1 8 . D4T ?, e x P! 1 8.

D2A

C2T

Demasiado lenta. 18. la jugada correcta. 1 9. 20.

P5A ! PXP

e2D es

...

PT X P

Después de 20 . . . . , PA x P debili­ tando el 3R, las negras tienen que volver a ponerse a la defen­ siva ; por ej emplo : 2 1 . e4A, AlA; 22. ese, C2A; pero ésta era una posibilidad mejor, ya que conser­ van la opción de expulsar a los caballos con P4R y P3T, mientras que ahora el e en SeR se con­ vierte en una verdadera espina. 21.

C5C !

22. 23. 24. 25.

D4T TxCI D7T + CXP!

TIA PxT RlA

C4C

Una decisión bastante sorpren­ dente puesto que 20. C4A, para continuar con PSe, parece un plan firme, pero la apertura de la columna AR es una manera mucho más rápida de emprender un fuerte ataque, ya que el cam­ bio de sacrificio T x C(6A), para quitar de en medio a la pieza de­ fensora más importante, pronto debe ser tomado en cuenta. 20 .

más sóUdo : el ataque al rey es un factor mucho más poderoso.

C&T

Las negras han l!evado a cabo su plan aumentando la presión sobre el flanco D hasta el punto de la ruptura, pero como de­ muestra el curso de la partida, el criterio de Spassky es mucho

Posiblemente, esta fue l a jugada que Geller no previó en su aná­ lisis . 25 . . . . , R x e ahora pierde ante 26. A6T, T l CR; 27. C4A, T x P; 28. T I A y las negras deben entre­ gar gran cantidad de piezas para evitar el mate (28. . . . , RlA; 29. C x P + , R2A ; 30. e4A, [ 30. e8T + es también apropiado ] 30. . . . , RlA; 3 1 . eST, A x A; 32. D x A + ! , R2R; 33. D7T + , R l D ; 34. e x P ! , etcétera ). 25. 26.

A6T !

TXP T x T+

O 26 . . . . , T x C; 27. D x A + , R l R ( 2 7 . . . . , R2R; 2 8 . CSC + mate ) 28. CSC ! , P x e; 29. A x P y mate, o 26 . . . . , D x P; 27. D x A + , RlR; 28. T x T, C x T ; 29. C4A con un ataque vencedor. 27.

CxT

RXC

255

b 27 . . . . , A x A; 28. C x A, RlR; 29. ese, RlA; 30. C7R y mate. 28.

D XA+

RlR

O 2 8 . . . . , R3R; 29. PSC, P x P; 30. A x P, TlR; 3 1 . P4T, P4D ( de lo contrario, 32. A3T es mate ); 32. P x P + , R3D (32 . . . . , A x P pierde la dama después de 33. D x P + ) ; 33. A4A + y 34 A x T mate. 29.

29. 30.

D x P+

P4A R2D

O 30 . . . . , RlD; 3 1 . D7A, T2A ( de lo contrario 32. P6C, etc. consiguien· do una segunda dama ); 32. DSA + , R2D; 33. P6C, T lA; 34. P7C, DlT; 35. PSC(D ), etc. 31. 32.

PSC

Aquí también se incorpora al alfil con un efeCto decisivo. Sin embargo, en la lucha por el tiem­ po, Spassky no advierte el rápido

83.

triunfo 29. PSR, A x A; 30. P6R!

D7A + P x P+

R3A Abandonan

Después del cambio de damas en 7CD, las blancas llevan el PAR hacia adelante hasta conseguir la coronación.

7.• Partida de la Competición, Candidatos, 1 968.

Negras : Korchnoy.

DEFENSA INDIA DE REY l. 2. 3.

P4D P4AD C3AD

C3AR P3CR A2C

Krochnoy emplea rara vez la De­ fensa India de Rey; normalmen­ te prefiere la Grunfeld. 4. S. 6. 7. 8.

P4R P3A A3R CR2R ClA

P3D 0-0 C3A P3TD

La jugada favorita d e Spassky, que ya había adoptado antes con· tra Gheorghiu (Olimpíada Estu·

256

diantil, 1962 ) y Jansa (Olimpíada de Tel-Aviv, 1964 ). Aprovecho esta oportunidad para corregir un do­ ble error que se deslizó en mi libro sobre el Torneo de Candi­ datos de 1968, en el que afirmaba que el encuentro con Gheorghiu se había efectuado a fines de la década de los cincuenta y que Spassky había jugado 8. D2D en esa partida. 8. 9. 1 0.

P4R PSD C3C

CSD CxC

El encuentro con Gheorghiu con­ tinuaba: 10 . . . . , P4A; 1 1 . P x P a.p., P x P; 12. C x C, P x C; 13. A x PD,

P4A; 14.A3R, T 1 C ; 1 5 . D2A, A3R; 16. A2R, C2D ; 17. 0-0, C4R; 18. P3CD, C3A; 19. D2D y las negras lograban una compensación ade­ cuada por el peón. 1 1.

DXC

Lo habitual es recobrar el peón, pero las blancas sufren presión sobre el flanco D, en ambos ca­ sos. De hecho, Korchnoy ya ha­ bía escrito 1 1 . P x C, P4A en su hoja de control, de manera que el texto es una astuta elección psicológica.

Después de esto, las negras asu­ men una actitud totalmente pa­ siva, .pero 14 . . . . , P4D no es apro­ piado a causa de 1 5 . PA x P, P x P ; 16. P x P y si 16. . . . , A x P ; 17. A5CR o 16 . . . . , C x P ; 17. A4AD, TlA (no 17 . . . . , C.x A; 18. T x D, C x A a causa de 19. D x T + ! ) 1 8 . A x C, A x A; 19. R 1 C y las negras deben entregar el cambio y re­ cibir una compensación inade­ cuada. ·

1 5.

P4T !

P3A ?

·

1 1.

P4A

...

Como las blancas ya habían _deso­ cupado 1D para la torre, las ne­ gras quedan permanentemente suj etas a su débil PD. Deberían intentar el plan más ortodoxo 1 1 . . . . , C4T y 12 . . . . , P4AR si no 1 1 . . . . , C2D y entonces P3C y P4TD adoptando una actitud de­ fensiva. 12.

P X P a.p.

PxP

1 3.

0-0 -0 !

A3R ?

Demasiado ansioso de trasladar la T a 1CD y, además, basado en un error de análisis. 13 . . . . , T 1 R o 13 . . . . , D2R pensando e n 14 . . . . , T l D son jugadas más adecuadas. De hecho las negras pensaron que 13. . . . , D2R ; 14. D6C era bueno para las blancas sin advertir que 14. . . . , A2C está muy bien para las negras. 1 4.

D 3T

C1R

Todos estos movimientos de peo­ nes debilitan casillas cruciales; en este caso, el 3R. 15 . . . . , A3A e s su mejor posibilidad de no de­ j arse vencer, esperando jugar A2R. Entonces si 16. A6T deben ofrecer tablas por repetición con 1 6 . . . . , A2C . 1 6.

PSA !

Mientras que las jugadas de peo­ nes de Spassky son muy sólidas 1 6.

...

T2A

Una vez más, 16. . . . , P4D pierde piezas después de 17. P x P, P x P; 1 8 . A4AD puesto que entonces hay una clavada en la diagonal 2TD/8CR y en la columna D. ( 1 8. . . . , C2A; 19. C x P, A x C ; 20. A x C + , C x A ; 21. D3C . ) 1 7.

D4T

El ataque sobre el PAD gana tiempo para cambiar alfiles de casillas blancas castigando así a las negras por su jugada n .• 15.

2-57 17

LAS

1 00

MEJORES PARTIDAS DE SPASSKY

1 7.

D2A

1 8.

A4AD

AXA

1 9.

DXA

AlA

20.

PST !

ej emplo : 25 . . . . , D5A; 26. D x C, D x A; 27. RlC seguido por 28 . C5D. 24. 25.

D X PAD

26.

D6C !

D2R C2A

Mantener cerrada la columna T R mediante 20 . . . . , P4C debilitaría la 4AR dando a las blancas la oportunidad de intentar a conti­ nuación C2R3C5A. 20 .

...

P x PA

Parece espantoso, pero sus pie­ zas están tan mal situadas que no disponen de una buena ju­ gada. 21.

PXP

22.

D6R

PxP

Mucho más fuerte 22. A x P per­ mitiendo a las negras deshacerse de su paralítico alfil. TlD

22.

O 22 . . . . , C3D; 23 . A x P, C4C; 24. A x A, T( l ) x A (24 . . . . , C x C; 25. A6D, D4T ; 26. P x C, D x P + ; 27. RlC y las negras no tienen nin­ guna compensación por la pieza). 25. T6T, R2C; 26. TDlT amena­ zando con un mate en dos, me­ diante 27. T x P + , R x T ; 28. D4C. 23.

TXT

24.

TlD

DXT

Hubiese sido mejor dejar l a to­ rre en la columna TR. El más exacto era 24. D x PAD, D6D; 25 . A x P que dej a a las negras con una partida abandonable; por

258

Una jugada que Kotov en su li­ bro (que en inglés se llamó « Think t.ike a Grandmaster» ) ala­ ba diciendo que es el tipo de mo­ vimiento cauteloso que cambia la posición en forma significativa, a pesar de su aspecto insignifi­ cante. La cuestión es que las ne­ gras amenazan 26 . . . . , D3R explo­ tando la dama blanca que se ha­ lla indefensa para forzar cam­ bios. Kotov estima que esas ju­ gadas son muy difíciles de en­ contrar. 26.

R2C

Ahora se refuta 26 . . . . , D3R con 27. A x P ganando un sólido peón. La mej or posibilidad de las ne­ gras era 26 . . . . , P5A que mantie­ nen el equilibrio material, por el momento, aunque después de 27. D8C con la amenaza 28. T8D " Ias blancas tienen la ventaj a, pero

33.

no 27. C5D, C x C ; 28. T x C, P6A ! ; 29. P x P, D6T + . 27.

CSD !

D3R

O 27 . . . . , C x C ; 28. T x C, P5A; 29. D x PT. 28. 29.

AXP DxA

AXA C4C

Cambiar caballos dej a un final sin esperanzas después de 30. T x C. 30. 31. 32.

D3R RIC T l AD

D3A + CSD

...

D4C

O 32 . . . . , D3D; 33. T l T volviendo al ataque .

84.

D7R

Ahora las blancas ganan rápida­ mente. Las negras sólo podían elegir el menor de los males . (33. . . . , D2D ; 34. C x P ; 33 . . . . , D2C ; 34. C8R + y 35. C6D ; 33 . . . . , D3C ; 34. C8R + , RlA; 35. T8A, R2R; 36. C7A y 37. C5D + ). 34.

C6R +

R2T

O 34 . . . . , R l C ; 35. T8A + , R2T ; 36. D x D, C x D ; 37. T8TD ganando un segundo peón, pero no 3 5 D6T ?, D6D + . .

Extinguiendo la transitoria inicia· tiva de las negras. 32 .

C7A

35.

D6T +

Abandonan

El tipo de final que los grandes maestros permiten sólo cuando se encuentran presionados por el tiempo.

Olimpíada de Lugano, 1 968.

Negras : Porath.

DEFENSA FRANCESA

S. 6.

l. 2.

P4R P4D

P3R P4D

3. 4.

C3AD ASC

C 3AR PxP

Un sistema pasivo, pero uno se imagina que el veterano israelita pensaba en un j uego estratégica­ mente claro en el que pudiese hacer tablas mediante una defen­ sa adecuada.

CxP CR3A

CD2D

Una característica esencial del ajedrez moderno de los maestros consiste en mantener la ventaj a evitando variantes en las que se sospecha que el adversario se ha preparado concienzudamente. 6. C X C + había sido j ugado en la partida contra Petrosian un año antes (partida n.o 80), de manera que las blancas varían.

259

6. 7.

CXC+

A2R AxC

Las negras deciden seguir hacien· do cambios . 8.

AXA

Una jugada inusitada. 8 . D2D es la que se emplea normalmente, de modo que después de 8. . . , A x A, 9. e x A, e3A; 10. 0-0-0, el ca­ ballo constituye una ligera ame­ naza para el flanco R enemigo. .

DXA

8. 9.

A4A

P4A

Obviamente, no 9 . . , P4R ?; 10. P x P, e x P ? ; 1 1 . D2R, 0-0 ; 12. e x e en que 12 . , T 1 R fracasa ante 13. A x P + . . .

. . .

1 0.

D2R

1 1.

0-0 0-0-0

P3TD

Puesto que 1 1 . . . . , P3eD, para de­ sarrollar el alfil, fracasa ante 12. D4R, T l e ; 1 3 . D6A con dificulta­ des de desarrollo para las negras, tienen que sacar el alfil de esta manera. 12.

260

DJR !

1 3. 1 4.

PXP

TxP A3D

P4CD P3C

La amenaza era 15. D4R o 15. A x P + . Si 14 . . , T2T ? entonces 1 5 . T4TR con un doble ataque y si 14 . . . , T l e entonces 15. T4TR, P3e ( 1 5 . . . . , P3T; 16. D4R ) 16. ese, P4TR; 17. P4eR con un ve­ loz ataque sobre el debilitado flanco R. Estas variantes mues­ tran la fuerza de ataque que po­ see la formación T en 4D, A en 3D. . .

.

1 5.

Un concepto de ataque que gusta mucho a Tal. Se sacrifica tempo­ ralmente el PD, de manera que después de 10 . . . . , P x P; 1 1 . 0-0-0 las blancas pueden concentrar rá­ pidamente sus torres en el cen­ tro ( 1 1 . . . . , P4R?; 12. T x P ). 1 0.

1 2 . . . . , P4eD no parece mucho mejor, ya que después de 13. A3D, P x P la torre blanca, realmente, no había podido volver a captu­ rar, pero las blancas tienen 14. D4R, D3T + ; 1 5 . ese ! y si 15. D x e + ; 16. P4AR ganando el cambio.

TlD

Las blancas n o necesitan concen­ trarse en el flanco R, porque la incapacidad de las negras 'para trasladar el alfil a causa del ca­ ballo colgante en 2D es muy seria. 1 5.

C4A

Después de esto, no hay manera en que las negras puedan salvar la partida. El caballo tenía que permanecer donde estaba, prepa­ rado para trasladarse a lAR o 3AR para defender al rey. Las negras deberían intentar 15 . . . . , D2R y luego e3A y finalmente pueden mover el alfil. 1 6�

C5R

D2R

Después de 16 . . . . , C x A + ; 17. TR x C, las negras deben tener cuidado con C7D y D4R seguido por C6A o T3TR. 16 . . . . , A2C se refuta mediante 17. T4AR, D2R; 18. C4C con fuertes amenazas so­ bre las casillas oscuras. Por lo tanto, las negras deciden emplear una jugada profiláctica más, an­ tes de desarrollar el alfil. 1 7.

A2R

P3A

Aconsejado por la desesperación, pero 17 . . . . , A2C pierde ante 1 8 . C7D, TR1AD ( 1 8 . . . . . , T R l D ; 1 9 . C x C ganando una pieza, o 18 . . . . , TR 1R · 1 � . DSR ! ) 19. C6C. 1 8.

C6A

D2AD

18 . . . . , D2CD ; 19. A3A o 18 . . . . , D2AR; 19. T8D, evidentemente, ;ampoco son mej ores. 1 9.

TSD

C2C

Tratando de expulsar al invasor. 19 . . . . , D x C; 20. D6T, T l R ; 2 1 . A3A o 1 9 . . . . , A2C; 20. D x C, TD x T ( de lo contrario, 2 1 . D x T mate ) 2 1 . C7R + pierde de inme­ diato. 20. 21.

T X T+ A3A

RxT

( Ver diagrama siguiente. )

Las piezas negras están todas agrupadas en un rincón y no dis­ ponen de una jugada razonable. 21.

...

R2C

22.

D3T

. . ., pero las blancas tienen esta jugada aún más devastadora que dej a a la torre negra sin una casilla se­ gura. 22.

CSD

ganaría piezas (22 .

T I C ; 23 . A x C y 24. C x P +

22.

R2A

No 22 . . . . , A2D ?; 23. D7R + y mien­ tras tanto las blancas amenaza­ ban 23. D7R + ganando mucho material . 23.

P3CR !

Zugzwang. 23. 24.

CSD +

P4R R1C

N o 2 4 . . . . , R l R ; 2 5 . A6A + n i 24. . . . , R2C ; 25. A x C, A x A; 26. C6R + . 25.

ASD +

Abandonan

Las negras se ven forzadas a op­ tar por la variante de. la última nota, ya que 25 . . . . , R l T permite el mate en uno.

261

85. Olimpíada de Lugano, 1 968. Blancas : Larsen.

GAMBITO DE DAMA RECHAZADO

l.

C3AR

C3AR

2.

P4A

P3R

3.

C3A

P4D

4.

P4D

A2R

S.

A4A

0-0

6.

P3R

CD2D

Con el alfil blanco en 4AR y no SCR, las negras podrían jugar 6. . . . , P4A en el acto, pero el tran­ quilo texto está en regla. 7. 8.

TIA P3TR

P3TD P3TD

Si el peón estuviese en 3TD po­ drían j ugar tranquilamente 9. PSA, mientras que ahora esa j u­ gada se refuta con 9 . . . . , P3CD; 10. P4CD, P4TD; 1 1 . P3TD, PT x P ; 1 2 . PT x P, P x P ; 1 3 . PC x P, A3T ! y las negras quedan muy bien co­ locadas, habiendo eliminado su mal alfil. 9. 1 0. 1 1. 1 2. 262

AxP A2TD 0-0

1 2. 1 3.

P4A PSD

Ahora esto lleva a cambios sim­ plificadores, de modo que 13. es& parece una mejor perspectiva de j uego complejo.

P3A

Una precaución innecesaria. 8. P3TD sería una jugada más apro­ piada al permitirle más tarde PSA sin riesgos. Entonces si 8. .,. . , C4T; 9. ASR ! tiene fuerza. 8. 9.

12. P4R puede ser jugable, pero despu�s de 12 . . . . , P4A, las blan­ cas tendrían que jugar el agresi­ vo 13. P S D si quiere n conseguir algo, de manera que el texto, que· es más seguro, quizás sea lo más sensato por el momento.

PxP P4CD A2C

1 3. 1 4. 1 5. 1 6.

cxc AXA DXP

CxP AXC PXA C3A

Debemos recordar aquí el ambien­ te psicológico en que se desarro­ llan las partidas jugadas en la Olimpíada. La tarea de Spassky con las negras en un tablero su­ perior es no perder, mientras sus colegas en los tableros inferiores tratan de enfrentar victoriosa­ mente a los daneses menos ex­ pertos. Larsen se siente moral­ mente o b l i g a d o a buscar un triunfo, especialmente para con­ trapesar la impresión causada por su severa derrota ante Spas­ sky en la competición del Torneo de Candidatos unos pocos meses antes. De aquí que Spassky ofrez­ ca el cambio de damas y Larsen elija como respuesta la jugada más agresiva.

1 7. 1 8. 1 9.

D 7C TR1 D DXD

TlR D1A

o 19. D6C, PSA.

TD X D

1 9. 20.

A6D ?

Esperando atacar los peones ne· gros del flanco D, pero las blan­ cas han comenzado a j ugar con fuego. 20. RlA era un plan mu­ cho más sólido. R1A

20. 21.

R1A

C5R !

22.

A X A+

RxA

23.

T5D

TD 1 D

24.

T5T ?

Las blancas corren el grave ries­ go de que su torre quede des­ con:!ctada de l.a actividad princi­ pal en el centro. Lo correcto era 24. TSR + y el cambio de torres con unas probables tablas. 24. 25. 26.

Es evidente que a causa de esta jugada las blancas dejaron la to­ rre en la quinta fila. Las dos jugadas siguientes de Spassky muestran que el plan estaba mal concebido.

P4CD P4TD

P3T P5A !

26. . . . 27 . . P x P 28. T x PT ?

R3A P3C !

28. T4T era una posibilidad me­ j or que permitía volver a incor­ porar la torre al juego. 28. 29.

PXP C4D ?

Sin advertir el peligro. De todos modos, debería intentar 29 . T4T. 29. 30.

C7D + RlC

Una amarga necesidad. 30. 31. 32.

CXC TIC ?

C6C ! PxC

Esta jugada pierde. 32. T4T siem­ pre hubiese sido mejor. 32. 33.

T5R ! P3C

De lo contraiio, 33 . , R2C gana la torre que deambula tan lejos de su sitio. . . .

33. 34. 35. 36.

T4T PXT R2C

T x PC TxT T6D

263

O 36. RlA, R4R; 37. R2R, T6A; 38. R2D, P5C ; 39. P3A, R4D y ga­ nan rápidamente. 36.

...

R4R

Blancaa abandonan

El conocido optimismo de Lar­ sen se vio severamente castigado en esta partida.

86. 4. • Partida, Campeonato Mundial, 1 969. Blancas : Petrosian.

GAMBITO DE DAMA RECHAZADO

l. 2. 3.

P4AD P4D C3AD

P3R P4D P4AD

Considerada sospechosa durante décadas, la Defensa Tarrasch fue rehabilitada por Spassky en esta partida, y constituyó una parte importante de su éxito. 4. S. 6. 7. 8. 9.

PA X I." C3A P3CR A2C 0-0 ASC

PR X P C3AD C3A A2R 0-0

Petrosian utilizó persistentemen­ te esta jugada a través de toda la competición, mostrando clara­ mente que la considera superior al plan clásico elaborado por Reti (9. P x P, A x P; 10. C4TD, A2R; 1 1 . A3R ) en el que las ne­ gras tienen el movimiento de P5D. gambito 9. 9.

. .

.

1 0. 1 1. 1 2.

CR X P A3R C3C

P3TR ASCR

O 12. P3TR, A3R; 13. TlA, D2D; 14. R2T, C4R; 1 5 . D4T, D x D; 16. C x D, C5A con igualdad (Korch­ noy-Spassky, 24.• Campeonato de la U.R.S.S., 1957 ). En la partida n.• 12, Petrosian obtuvo cierta presión mediante 12. D4T, C4TD; 13. TDlD, C5A; 14. AlA, DlA; 15. D2A. 1 2. 1 3. 1 4.

TIA TlR

A3R TlR

E n l a 2.• partida, 1 4 . C5CD, D2D ; 15. C(5 )4D, A6TR dejó a las ne­ gras sin dificultades. Es útil, como precaución, proteger el PR y preparar Al T como respuesta a A6TR.

PxP

9 . . . . , C5R es una alternativa po-

264

sible que busca cambios y que fue adoptada por Capablanca en su encuentro con Marshall, en 1909.

14. l S.

ASA

D2D TD I A

1 6. 1 7. 1 8.

AXA P3R D2R

DxA TR1D ASC !

Mejor que la tentadora 18. PSD; en que 19. C x P, C x C; 20. P x c, T x P; 2 1 . ese, T x T; 22. C x T! 1 9.

P3A

Debilitando el PR. 19. DlA está más en el estilo de Petrosian. 1 9. 20.

TD1D

A4A C4R

Las negras tienen debilidades en las casillas oscuras, pero sus pie­ zas se han desarrollado en forma armónica y tienen objetivos en las casillas claras. 21.

C4D

O 2 1 . C x P, T x C ; 22. T x T, C x T; 23. P4R, C6D ! ; 24. D x C, CSC; y las negras cuentan con una muy buena posición. 21. 22.

A3T

A3C TSA ? !

Un movimiento atrevido que pro­ voca un juego complej o porque la torre se encuentra bastante ex­ puesta en esa casilla. Sin embar­ go, el cauto 22 . . . . , T I C las dej aba bastante niveladas, mientras que ahora ambos bandos tienen po­ sibilidades. 23.

luego 25. C x P, pero más adelan­ te debilita el flanco R. 23. 24. 25. 26.

P3C D2D CD2R ?

C 3A TSC T3C

Petrosian no vio aquí la jugada lógica 26. C4T, prosiguiendo sus amenazas a la torre errante, no podrían ser refutadas con 26 . . . . , C x C ; 27. P x C, T3R porque 28. PSC gana el cambio. Las negras tendrían que responder 26. C4T, T3T y después de 27. AlA, C x C ; 28. P x C (28. D x C, T3A; 29. D x PT, P4T ! con un buen juego en el flanco R) 28 . . . . , T3R; 29. CSA, T x T + ; 30. T x T, D2A; 3 1 . TSR l a partida está probablemen­ te nivelada, pero las blancas con­ servan cierta iniciativa sobre las casillas oscuras. No habiendo descubierto esta continuación ló­ gica Petrosian se sintió inquieto y sus jugadas siguientes revelan que, según la expresiva frase, ha­ bía perdido el hilo. 26. 27.

A2T A2C

La primera jugada vacilante. 27. A l A o 27. C4A, P4CR; 28. C(4A )2R eran mejores. 27. 28.

T1R C3C

Una segunda jugada vacilante. 28. C4A era todavía correcta.

P4CR

Esta j ugada amenaza 24. P4A y

28. 29.

exe PxC

265

Intentando hacer cambios. Hu­ biese sido mejor capturar con la ' dama.

P5D, pero entonces 37. C5A y las blancas harían tablas. 34.

...

A8C

T3R

29. 30.

TXT

31.

T l AD

DxT

Era más consecuente jugar 3 1 . R2A tratando d e hacer más cam­ bios.

31.

...

A3C

Preparándose para situar el ca­ ballo en 2T y luego la dama en 3AR con una fuerte formación de ataque. 32.

AlA?

32. R2A era todavía mucho mejor. C2T

32. 33.

D4A

CIA

Una línea más prometedora era 33. . . . , D3C; 34. T5A, C4C; 35. T x P, D3AD ; 36. D6D, D6A con diversas amenazas. Sin embargo, el texto ya es bastante difícil de refutar (en este momento, Petro­ sian disponía sólo de un cuarto de hora y Spassky de 25 minutos ). 34.

TSA

34 . D5R ! tenía mejores posibili­ dades de hacer tablas, esperando 34 . . . . , D x D ; 35. P x D, T x P ; 36. P4A y 37. P5A cercando al alfil enemigo. Sería mejor que las ne­ gras jugaran 35 . . . . , C3R; 36. R2A,

266

Ahora la partida se pone tensa. 35. 36. 37.

P4TD D2D R2A ?

C3C D3AR

Hasta el momento, Petrosian se ha defendido en forma acertada, pero una vez que permite que su caballo se traslade a 5AR, su po­ sición se pone mucho más difícil. 37. TlA era su última posibilidad, forzando 37 . . . . , CST y después de 38. A2C, A3C; 39. R2A, las negras tienen sólo una ligera iniciativa. 37. 38.

CSA ! PST

O 38. T3A, C3R; 39. C2R, D5T + ; 40. RlC, P4TR! 38. 39.

A6D ! CSA

No 39. A x A, D x P + , ni 39. D3A, D5T; 40. RlC, A x A y ganan las negras.

39. 40.

D4C ! C3R

De lo contrario, 40 . . . . , C6T + . 40. 41.

RlC

DST + AXA

Spassky selló esta jugada des­ pués de cinco minutos y Petro­ sian abandonó sin reanudar la partida, ya que 42. C x A, T7R o 42. R x A, D6T + son manifiestos triunfos para las negras ( 43. R l R, T x C + , o 43. RlC, T x C ).

87. S.• Partida, Campeonato Mundial, 1 969. Negraa : Petroaian.

GAMBITO DE D AMA RECHAZADO

l. 2. 3. 4. S. 6. 7. 8.

P4AD C3AD C3A P4D PA X P P4R PxC PxP

C 3AR P3R P4D P4A CxP exe PxP ASC +

Durante mucho tiempo se peiJ.SÓ que estos cambios daban una facil igualdad a las negras, de modo que el más refrenado 6. P3R constituía la norma en el ajedrez de los maestros de las últimas décadas. 9. A2D 1 0. D X A 1 1 . A4A 1 2. 0-0 1 3. TD l D

AXA+ 0-0 C3A P3CD

Esta jugada había sido empleada en la década de los años treinta, pero normalmente se prefería la formación en que las torres es­ tán situadas en lD y lAD. La

formación de Spassky, con las torres en lD y l R, es básicamen­ te más agresiva.

1 3.

...

A2C

Después de esta partida en que las negras muy pronto se encon­ traron en dificultades, mientras la teoría indica una igualdad, se sugirió un cierto número de me­ j oras . La opinión general fue que lo indicado era 13 . . . . , C4T para alej ar al alfil quitándole así el apoyo al PSD. Sin embargo, no es nada tan sencillo, como de­ mostró el encuentro entre Polu­ gaevsky y Tal, en el 37.• Campeo­ nato de la U.R.S.S., en 1 969 ( 13. . .. , C4T; 14. A3D, A2C; 15. TR1R, T1A; 16. PSD ! , P x P; 17. PSR! , CSA; 1 8 . D4A y las blancas consi­ guen una posición amenazadora a cambio del peón. De hecho, después de la jugada de Tal 1 8 . . . . , C7C siguió el presente griego 1 9 . A X P + , R x A; 20. CSC + y, a la larga, el ataque de las blan­ cas es suficiente para ganar).

267

14.

1 6.

TR1 R

Al hacer esta jugada ,el reloj de Spassky indicó que había utili­ zado 7 minutos; Petrosian nece­ sitó 17. 14



. . .

TIA

Las negras caen en dificultades. Deberían probar 14 . . . . , C4T ; lS. A3D, D3D para quitarle a la dama blanca la casilla 4AR y para re­ futar 16. PSD mediante 16. P4R bloqueando la posición. 1 5.

PSD !

PxP

Después de esto, las blancas con­ siguen la ventaj a debido a su bien situacto alfil. Petrosian re­ chazó lS. . . . , C4T temiendo 16. P :x P, pero no hay por qué preo­ cuparse de este sacrificio ( 16 . . . . , D x D ; 17. P x P + , RlT; 1 8 . C x D, C x A ; 19. C x C, T x C ; 20. PSR, AlA; 2 1 . P6R, A x P ; 22. T x A, P3C y 23 . . . . , R2C ). Como lo confirma­ ra Spassky después de la partida entre Polugaevsky y Tal, su res­ puesta hubiese sido 16. A3D y si 16 . . . . , P x P ; 17. PSR mientras que 16 . . . . , D3D puede ser refu­ tado con 17. P x P, D x PR; 1 8 . C4D y e n esta fluida posición, las blancas tienen piezas muy ac­ tivas. 1 6.

AXP

Las blancas también obtendrían una prometedora posición de 16. P x P, C4T ; 17. AlA, D3D ; 1 8 . CSC, TD 1D; 19. D3D y las negras tie­ nen que retirar la pieza de blo­ que mediante 16 . . . . , D3T.

268

...

C4T

Después de esto, el caballo de­ sempeña un papel muy secunda­ rio en la batalla. Sin embargo, el juego de las negras ya estaba muy lej os de ser fácil y la me­ jora sugerida por los críticos 16 . . . . , D2R se refuta mediante 17. D4A, T2A (17 . . . . , P3TR; 1 8 . C4T y 19. CSA ) 1 8 . P4TR, ClD; 19. D3C, C3R; 20. CSR con la amena­ za del avance del PAR. 1 7. 1 8.

D4A DSA

D2A AXA

Petrosian a d v i r t i ó claramente que se encontraba en graves aprietos y pensó durante veinte minutos antes de hacer el cam­ bio, el lapso más largo de toda la partida. 18 . . . . , P3TR para im­ pedir 19. ese se refuta mediante 19. A x A, D x A; 20. T7D, T2A; 2 1 . TRlD. 1 9.

PXA

D7A

La posición de las negras es muy pobre, de manera que intenta cambiar damas. 19 . . . . , CSA se re­ futa mediante 20. CSC, P3C; 2 1 . D3T, P4TR ; 22. C4R, C3D; 23. C6A + , R2C ; 24. D3CR con un po­ deroso ataque (25 . C x P + o 25 . DSR en perspectiva ). 19 . . . . , D3D tampoco es mejor a causa de 20. CSC, D3C (20 . . . , P3C ; 2 1 . D3T, P4T ; 22. D3AR con la amenaza de C4R6A + ) 2 1 . D x D, PT x D ; 22. P6D, C2C ; 23. P7D, TD lD; 24. T7R, C4A; 25 . T6D y las ne­ gras están completamente mania­ tadas.

20.

D4A

25. D2A seguido por 26. D7A con un efectivo decisivo.

20. D x D, T x D; 2 1 . T7R era tam­ bién muy fuerte, pero el desola­ do flanco R de las negras y la incapacidad de bloquear el peón adelantado, hacen pensar a las blancas que deberían continuar ejerciendo presión. 20 .

..

.

D X PT

Los comentaristas la criticaron, pero de hecho las negras no dis­ ponen de ninguna jugada cons­ tructiva. 21. 22. 23.

P6D P7D DSA

TDID DSA P3TR

24. 25. 26.

T I AD T7A C4D

D3T PACD D3CD

Con todas sus piezas apretadas contra el borde del tablero, las negras están perdidas, pero opon­ drían una mejor resistencia me­ diante 26 . . . . , D3D; 27. C x P, D7D; 28. TlAR, C6C ; 29. T x P, CSD; 30. C x C, D x C ; 3 1 . T7C, P3C; 32. DSCD, R2C pero, en último tér­ mino, ganarán las blancas avan­ zando, si es necesario, los peones del flanco R para abrir líneas contra el rey. 27.

TSA !

C2C

No 27 . . . . , D x C ; 28. T x T, T x T ; 2 9 . T8R + , n i 2 7 . . . . , PSC; 28. T8R ! , D x C ; 29. T x TR + , T x T ; 3 0 . T x T + , R x T ; 3 1 . DSA + ! , D x D ; 32. P8D(D ) mate, n i 27 . . . . , P3C; 28. T x T, T x T ; 29. D x PCD.

28.

C6A

C3D

La última boqueada de las ne­ gras, pero las blancas disponen ahora de un elegante final.

O bien 23 . . . . , D3A; 24. CSR, D3R;

29. 30.

CxT C6A

CXD Abandonan

269

88. 1 9.• Partida, Campeonato Mundial, 1 969. Negras : Petrosian.

DEFENSA SICILIANA

1.

P4AD

P4R

En este momento, Spassky lle­ vaba la delantera con nn puntaj e de 9 '/, contra 8 '/z, pero Petro­ sian, como defensor del título, sólo tenía que hacer tablas para seguir siendo campeón. Por lo tanto, se esperaría que jugase una línea sólida con las negras, como la Petroff o la López Cerra­ da, pensando obtener con las blancas la victoria que necesita y hacer tablas en las demás par­ tidas. De aquí que la elección de la apertura resulte bastante arriesgada. C3AR P4D CxP C3AD ASCR

2. 3. 4. . s. 6.

P3D PXP C 3AR P3TD CD2D

Es más usual 6 . . . . , P3R en que después de 7. P4A, A2R; 8. D3A, D2A, las blancas no saben cómo situar el AR en forma activa, mientras que después del texto la coloca en una casilla firme de in­ mediato. 7.

A4AD

D4T

No 7 . . . , P3R cuando puede pro­ ducirse pronto A x PR. En . los en­ cuentros Tal-Juchtman, 1956, y Tal-Bilek, 1964, las negras inten­ taron 7 . . , P3T pero después de .

.

270

.

8. A x C ! , C x A; 9. D2R ! las blan­ cas tenían la ventaj a, ya que 0-0-0 y luego P5R resultan muy amena­ zantes para el segundo jugador. 8.

D2D

P3TR

Difiriendo de la conocida partida de Spassky con Polugaevsky (n.• 25 ). 9. A X C 1 0. 0- 0-0

CxA

El mismo plan que en el encueB­ tro Tal-Bilek. Ahora las negras se encuentran retrasadas en su desarrollo y su posición no pa­ rece muy prometedora. 1 0.

...

P3R

10 . . . . , P4R ha sido sugerido para impedir la consiguiente ruptura de las blancas con P5R. Sin em­ bargo, después de 1 1 . C5R, A x C; 12. P x A, T1A; 13. A3C las blan­ cas tienen un firme control de las casillas claras y un mejor jue­ go. 1 1.

TR1R

Las blancas también podrían ju­ gar el profiláctico 1 1 . A3C que, en el encuentro Kuijpers-Damj a­ novic, Beverwjik, 1966, continua­ ba 1 1 . . . . , A2D ; 12. P4A, A2R; 13. R1C, D2A; 14. TR1R, T l D ; 1 5 . P4C, P4CR; 16. C5A ! y l a s blan­ cas ganaron.

1 1.

A2R ?

...

Pensando en un enroque corto, pero, como muestra el curso de la partida, las blancas no encuen­ tran grandes dificultades para atacar al rey en esa posición. Una ·m ejor posibilidad era 1 1 . . . . , A2D; 12. P4A, 0-0-0; por ej emplo : 1 3 . P5R, P4D ! o 13. P5A, P4D ! ; 1 4 . PR x P, P x PA o 1 4 . PA x P, P x A; 15. P x A + , T x P y las negras no están demasiado mal colocadas.

D5C. Probablemente, la mejor de­ fensa de las negras sea 15. . . . , P4R aunque después de 16. P x P, P x P ( 16 . . . . , D x P; 17. C3A y 18. P5C ) 17. C5A, A x C ; 18. PC x A , TD l D ; 19. D2C las blancas consi­ guen un ataque en la columna CE y tienen el alfil más agresivo.

·

1 2.

1 5. 1 6.

O 16 . . . . , P4R; 1 7 . C5A con fuertes amenazas. 1 7.

AJC

0-0 TlR

Preparándose para defender e l 3R contra la amenaza de las blancas de un definitivo P5R en que los movimientos P X P o P4R cede­ rían ambos a las blancas un con­ trol de la importante casilla 5D y