La subjetividad asediada : medicalización para domesticar al sujeto
 9789871185450, 9871185456

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Serie Futuro Imperfecto Colección FicEas para eLSiglo XXI

Medicar es un acto médico. Aquí el fármaco se transforma en un instrumento del equipo interdisciplinario para trabajar con el padecimiento subjetivo. F'n cambio la medicalización alude a los factores políticos, sociales y económicos que intervienen en la producción, distribución y venta de las grandes industrias de tecnología médica y farmacológica. La medicali/.ación es un término que se viene usando desde hace muchos años para demostrar los efectos en la medicina de la mundialización capitalista donde lo único que importa es la ganancia. Es así como las grandes industrias redefinen la salud humana acorde a una subjetividad sometida a los valores de la cultura dominante. Su resultado es que el sujeto atrapado en las "pasiones tristes" encuentra en una pastilla la ilusión de una felicidad transitoria. En el campo de la Salud Mental la medicalización se fomenta a partir de la hegemonía que ha adquirido la psiquiatría biológica desde una perspectiva que llamamos neopositivista. Enrique Carpintero

Colección FiciiAS PARA EL SlGLO XXI Serie Futuro Imperfecto

Disei'io y Armado; Víctor Macri/Diego Macri Enrique Cai^pintcro La subjetividad asediada : medicalización para domesticar al sujeto / Enrique Carpintero ;Juan Pundik ; Patrick Coupechoux ; conipilado por Enrique Carpintero. - la ed. - Buenos Aires : Topía Editorial, 2011. 96 ]). ; 20x14 cm. - (Fichas i)ara el sif^lo XXL FiUuro Impei/'ecto; 20) ISBN 978-987-1185-45-0 1. Psiquiatría . 2. Salud Menial. I. Pundik, Juan Patrick III. Enriqíu- Caqjintero, comp. IV, Título. CDD 616.89

II. Coiipeehoux,

Fecha de catalogación: 03/08/2011

© Topía Editorial ISBN 978-987-118,''i-'1.5-(l Editorial Topía J u a n M a r í a G u t i é r r e z .3809 3» "A" C a p i t a l F e d e r a l e-mail: e d i t o r i a l © t o p i a . c o n i . a r web:

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Q u e d a h e c h o el depósito que marca la Ley ] 1.723. La r e p r o d u c c i ó n total o parcial de este libro en cualquier forma q u e .sea, idéntica o modificada, n o autorizada p o r lo.s editoix's vioJa d o e c h o . s rcsenacios. Caialquier lUilización d e b e ser p r e v i a m e n t e .solicitada. 9

L A SUBJP:TIVIDAD ASEDIADA M E D I C A L I Z A C T Ó N PARA D O M E S T I C A R AL S U J E T O

ENRIQUE CARPINTERO

PATRICK C O I

((X)MPTLADOR)

rKciiorx, JUAN

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]0^ EDITORIAL Colernóri FICHAS ]'ARA VA. SKÍLO XXI Serie Futuro Imperfecto

L o s AUTORES

Enrique Carpintero: Psicoanalista. Egresado de la Facultad de Psicología UBA. Doctor en Psicología de UNSL. Director de la revista y la editorial 'Lopía. Fue f u n d a d o r y d i r e c t o r de la Cooperativa de Salud Mental Servicio de Atención para la Salud SAS. Entre sus libros publicados p o d e m o s citar: Registros de lo negativo. Í2 cuerpo corno lugar del inconsciente, el paciente límite y los Ntiexjos Dispositivos Psicoanaliticos (1999), La alegría de lo necesario. Las pasiones y el poder en Spinoza y Freud (2003, s e g u n d a edición en 2007), coautor jiuito a Alejandro Vainer de Las huellas de la Memoria. Psicoanálisis y Salud Mental en la argentina de los '60 y '70. T o m o I (1957-1969), T o m o II (1970-1983) (2004 / 2005) Patrick Coupechoux: Periodista, colaborador de Le Monde Diplomatique. Su líltimo artículo publicado allí fue "Francia estigmatiza a sus enfermos mentales: acerca del tratamiento por la seguridad social de la locura" (diciembre de 2009). Es autor de varios libros sobre la temática de la locura en Francia. Entre ellos se destacan Un mundo de locos, acerca de como nuestra sociedad maltrata a sus enfermos menta is (Seuil, 2006) y La depresión de los oprimidos, investigación sol/re el sufrimiento psíquico en Francia (Seuil, 2009). Juan Pundik: Psicoanalista en Madrid, m i e m b r o de la ELP-AMP. F u n d a d o r y presidente de FII.IUM, Asociación para la Prevención del Maltrato al Niño (1977), fundador y presidente del Comité Ejecutivo de la Comisión Nacional del Día del Niño. Creó y dirige la Plataforma Internacional contra el Frozacy la Medicalización de la Infancia. En sus más de 40 años de experiencia profesional ha p i o n u n c i a d o conferencias, cursos y seminarios y publicado cientos 5

de artículos en revistas. Sus i'iUimos libros editaflos son: ¿(hié es ti ps'u.oiináltsis?, La fiumles fudaictis del psiaxináltsis, l'J niño hi¡>eyiiit'n¡o, Prozac ¿Sí o no?, La vida medicada. Alien J. Frances: Psiquiatra de Kl^Ul). l'ue presidente del ( i r u p o fie Trabajo de! DSM-IA''. Actualmente es uno de los mayores críticos de las revisiones propuestas para el DSNTV También se d e s e m p e ñ ó como jefe del d e p a r t a m e n t o de psiquiatría de Duke Unn'ersi/y School (jf Medicine de la cual es profesor emérito. Ks co-autor ¡unto al psiquiatra Michel First de Yo estoy bien.

LA MEDICALIZACIÓN DE LA SUBJETIVIDAD E L PODER EN EL CAMPO DE LA SALUD MENTAL ENRIQUE CARPINTERO

Yo estoy trabajando sobre la posibilidad de producir ahí Salud Mental, que cada grupo tenga su propia política. John Berger dice, en un libro (¡ue se llama Cada ve/ q u e decirnos adiós, cpie la pobreza no es un problema de escasez sino de distribución perversa de los beneficios. Yo estoy hablando de una situación en donde hay un porcentual de la población cjue va a estar excluida, y sobre la que yo trabajo. La pobreza es una sitúa ¿ón que conla ga el empobrecimiento del pensa miento. Un analista cjue trabaje en el campo social, tiene que poder coordinar un debate crítico, insisto en esto: no hay condición de pensamiento crítico con xjocacicm de fiíturo si no hay procederes críticos. F e r n a n d o Ulloa Los problemas q u e aüaviesau el c a m p o de la Salud Mental en la argentina provienen de sirs orígenes.' Pero lo qiu; o c u r r e en la actualidad debe ser e n t e n d i d o p o r el grave deterioro de la salud pública en los últimos 30 años. La dictadura de 1976 instaló la primacía del p o d e r privado sobre lo público. En los '90 el g o b i e r n o de M e n e m desarrolló u n a política q u e beneficiaba los intereses de las grandes empresas de la salud que, con diferentes variantes, c o n t i n ú a hasta la actualidad. Su resultado es una mala calidad de la atención y la exclusión d e los sectores de bajos ingresos ya que el único interés de estos g r u p o s monopólicos son los costos-beneficios. Esta perspectiva ha llevado que el modelo sociocultural del poder en el campo de la Salud Mental es la medicalización del padecimiento subjetivo. Una de sus consecuencias es que la Argentina se encuentra entre los primeros puestos de consumo de psicofármacos. -

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Dos documentales "Comunidad de locos" es u n doeimienlal de Ana Cutuli q u e n a r r a dos experiencias de conuuiidadcs terapéuticas surgidas en los años '70 a partir del Plan Nacional de Salud Mental y desarrolladas d u r a n t e la dictadura de O n g a n í a . ' Una es la realizada en Lomas de Zamora en el Hospital Neuropsiquiátrico José A. Estévez. En 1968 Wilbur R. Cirimson se hace caigo de la direccié)n en el "Centro Piloto" del hospital con un equipo interdisciplinario y tuia nueva forma de trabajo: la c o m u n i d a d terapéiuica. En el mismo año, Raid A. C a m i n o se instala en Federal, Entre Ríos, para crear la c o m u n i d a d terapéutica d e C>)lonia Federnl. Ambas experiencias fueron reprimidas por diferentes die taduras y sus protagonistas perseguidos. En el íinal de este excelente docinnental de Ana C^iUuli se señala que: "Hoy, con más del 3 0 % de la pobla(ié)n bajo la línea de pobreza, q u e d a claro, c o m o ya q u e d a b a en aquella época, cjue más de la mitad de los internados en hospitales psiquiátiiíos están más por p o b r e s que por locos". Es decir, luego de 40 años, el sistema jnanicomial en la Argentina sigue igual. No existe una política desde el p o d e r q u e lleve a modificar el sistema manicomial. Los cambios q u e se han realizado y se siguen realizando d e p e n d e n de la iniciativa de profesionales sin c]ue c-stos puedan plasmarse en u n a política del c a m p o de la Salud Mental que beneficie a la mayoría de la poblacié)!!. "Sicko" es un d o c u m e n t a l realizado p o r Michael Moore sobre los sistemas de Salud. Allí c o m p a r a el sistema de Salud privatizado de EEUU con los sistemas socializados de Canadá, Inglaterra y Cuba. Mientras q u e en el p r i m e r o la calidad de atención es pésima, ya q u e lo tínico q u e interesa es la ganancia; el q u e n o tiene un seguro de salud n o p u e d e ser a t e n d i d o . En los otros países n o séilo existe u n a gran calidad de atcneiém sino ini respeto por el trabajo de los profesionales. Algvnias escenas son impactantes c o m o la cjue muestra el video de monitores de mi hospital d o n d e se ve c ó m o u n a ambulancia de otro hospital deja im paciente cu la p u e r t a porq u e n o tiene el seguro .social. De esta m a n e r a se sacan a los pacientes q u e no cubren el seguro. También se muestra el d i n e r o q u e 8

reciben m u c h o s diputados de los laboratorios. Entre ellos podemos observar ccmio Hillary Clinton se oponía hace u n o s años a leyes q u e benefician a la industria farmacéutica para luego cambiar su posición al recibir vina ñierle suma de d i n e r o p a r a su campaña presidencial.! Pero lo importante que q u e r e m o s señalar, al mencionar esta película, es q u e hablar de socialización de la Salud no implica solamente a im país socialista como Cuba sino otros países con economías capitalistas como Inglaterra y Canadá. Es decir, hablar de socialización de la Salud nos plantea llevar adelante u n a perspectiva ética, racional y científica para dar c u e n t a del padecimiento humano.'' Entrevista al Premio Nobel de medicina Richard J. Roberts:'' -¿Qué modelo de iiivestigaciéjn le parece más eficaz, el estadounidense o el europeo? - Es obvio que el estadounidense, en el que toma parte activa el capital privado, es nuacho más eficiente. Tómese por ejemplo el espectacidar avance d e la industria informática, d o n d e es el dinero privado el cpie financia la investigación básica y aplicada, p e r o respecto a la industria de la salud... Tengo mis reservas. - Le escucho. - Ea investigación en la salud l u u n a n a no p u e d e d e p e n d e r tan sólo de su rentabilidad económica. Lo cpie es b u e n o para los divid e n d o s de las empresas n o siempre es b u e n o para las personas. - Expliqúese. - La industria farmacéutica quiere servir a los m e r c a d o s d e capital... - C o m o cualquier otra industria. - Es cjue no es cualquier otra industria: estamos h a b l a n d o de nuestra salud y nuestras vidas y las de nuestros hijos y millones de seres hiunanos. - Pero si son rentables, investigará\i mejor. - Si sólo piensas en los beneficios, dejas de p r e o c u p a r t e por servir a los seres h u m a n o s . - Por ejemplo... - He comprobado cómo en algiuios casos los investigadores dependientes de fondos privados hubieran descubierto medicinas muy efi(aces que hubieran acabado por completo con una enfermedad... 9

- ¿Y p o r q u é dejan de investigar? - P o r q u e las farmacéviticas a m e n u d o no están tan interesadas en curarle a usted c o m o en sacarle dinero, así q u e esa investigación, de r e p e n t e , es desviada hacia el descubrimiento de medie inas que no curan del todo, sino que croniiican la enl'erniedad y le hacen e x p e r i m e n t a r luia mejoría que desaparece c u a n d o deja de tomar el m e d i c a m e n t o . - Es u n a grave acusación. - Pues es habitual q u e las farmacéuticas estén interesadas en líneas de investigaciém lu) para curar sino sé)lo para croniíicar dolencias con m e d i c a m e n t o s cronificadores m u c h o más leiUahles q u e los q u e curan del todo y de una ve/ para siempre. Y no tiene más q u e seguir el análisis ílnanciei-o d e la industria fannacol()gica y c o m p r o b a r á lo q u e digo. - Hay dividendos que matan. - Por eso le decía q u e la salud n o p u e d e ser vui m e r c a d o más ni p u e d e e n t e n d e r s e tan sólo c o m o u n medio para ganar dinero. Y por eso creo q u e el m o d e l o e u r o p e o mixto de capital público y privado es m e n o s fácil q u e propicie ese tipo de abirsos. - ¿Un ejemplo de esos abusos? - Se han dejado de investigar antibióticos porcpie son demasiado efecti\os y curaban del todo, (jomo no se han desarrollado mievos ant¡bié)ticos, los microorganismos irrfecciosos se lian vuelto resistentes y hoy la lubercidosis, q u e en mi nirlez había sido dei rotada, está resurgiendo y ha matado este ar'to pasado a mi millé)ri de personas. - ¿No me habla usted del Tercer Mundo? - Ese es otro triste capítulo: apenas se investigan las enfermedades lercermundistas, p o r q u e los m e d i c a m e n t o s que las combatirían n o serían rentables. Pero yo le estoy h a b l a n d o de luiestro Primer M u n d o : la luedicina q u e cura del todo no es rentable y por eso n o investigan en ella. - ¿Los políticos n o intervienen? - No se haga ilusiones: en nuestro sistema, los políticos son rueros empleados de los grandes capitales, que invierten lo necesario para rjue salgan elegidos sus chicos, y si no salen, c o m p r a n a los que son elegidos. - De todo habrá.

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-Al capital sólo le interesa multiplicarse. Casi todos los políticos V se de lo q u e hablo- d e p e n d e n descaradamente de esas multina1 ionales farmacéuticas q u e financian sus campañas. Lo demás son phra social pueda solventar sus gastos.-- Los locos si son pobres se los ignora. I lov la Salud Mental es para los (|vie tienen plata. Los pobres no pueden o b t e n e r del Kslado a(|uellos servicios a los cuales tienen deicc líos. Su salud d e p e n d e de prolesionales cjue tratan, parcialmente, de dar c uenta de su padeeimienlo psícjuico en instinicioiies públicas cuyo a b a n d o n o relleja esta situación. En esta perspectiva pensai modiiicaí el sistema maniconüal sin dar c u e n t a de u n a estruc tura soc ial, política y econcnnica c|ue la d e t e r m i n a se «onvierle en una ilusiéin. Nada mejcjr cjue recordar lo c]ue planteaba Franco Basaglia: "El p r o b l e m a de la opresión, de la i n s l i t u c i o nalización, n o tiene cjue ver sc')lo con el enlerincj mental o el mani( o m i o , sino con la estructura social en su totalidad, el m u n d o del iiabajcj en todas sus ailiculaciones. La fábrica en la cjue el o b r e r o (rabaja es tan alienante ccíuio el maniccjinio; la cárcel no es im lugar de rehabilitación del preso sino mi lugar de control y de desIruccic3n; la universidad y la escuela, que .son de las instituciones más impoi tantes de la sc^ciedad, n o enseñan nada ni a los niños ni A los jcwenes, son sólo un p m i t o de partida o u n a sala de espera antes de entrar en el juego de la productividad... Es la lógica de la «sUvictura social en la cual vivimos. Las instituciones de las cuales liemos hablado no son otra cosa q u e u n a red destitiada a d e f e n d e r

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la estruclura del Estado, sirven al Estado y no al ciudadano Evidentemente, en una situación c o m o ésta, o eliminamos est;ij. instituciones o las transformamos para c|ue se vuelvan utiles a lo^^ ciudadanos, para q u e respondan a sus necesidades."-' Un informe del (k-ntro de Estudios Eeírak:s y Sociales (CEES) establece q u e el 10% de la población de los maincomios tiene más de 25 años de internación, mientras que el 2 5 % se e n c u e n t r a aljf entre 10 y 25 años. El p r o m e d i o de tiempo q u e pasa una perst)n Asociación de Profesionales del Hospital A m e g h i n o y la Asociación de Profesionales del Hospital Ricardo Gutierre/..-' La Ley 448 de la Ciudad A u t ó n o m a de Buenos Aires se ha traii-'''

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l o r m a d o en un analizador de lo q u e venimos afirmando. Mientras la Ley es a p r o b a d a y r e g l a m e n t a d a por la Legislatura de la Ciudad va a s i u c d e r ini lieclio fundacional, la liberacicSn de los insensatos de Bicélre de sus cadenas, por f-'hilippc Pinel, médico jefe de ese hospital cerca de París. Eslc' gesto abre simbc)licamente mi nuevo peí iodo en el cual Pinel va a ser, juntcj con su a l u m n o Hscjuirol, el fundador de la psicpiiatría (|ue va a expandirse en el curso del siglo XIX: en 1838 u n a le\' i m p o n e la creacicin de un asilo por cada d e p a r t a m e n t o francés. 34

Pero la obra de Pinel constituye sobre todo lui cambio radical en la percepción que se tiene de la locura. Para él subsiste siempre u n a parte de razón en el loco, incluso en el más alienado de los insensatos, es a esa razón q u e hay que dirigir la atención para curarlos a través de lo q u e él llamé) "tratamiento moral". De h e c h o , con Pinel la locura se transforma en u n a enfermedad, es necesario confiarla a los médicos y es finalmente la solucic>n que se le brinda a los revolucionarios y sus sucesores p a r a regular el problema sin traicionar sus principios de libertad. Para Michel Foucault, el surgimiento de lo que él d e n o m i n a el "personaje m é d i c o " y la creación del asilo constituyen, entonces, u n a versif)n nueva de la domesticación de la insensatez por la razón. Y e s cierto q u e el asilo constituirá un terrible lugar de e n f e r m e d a d y d e alienacié)n. Pero Pinel n o es solamente el p a d r e del asilo, es también quien reubica la locura d e n t r o de la dimensión h u m a n a : si q u e d a algo de razón en cada loco, es p o r q u e el loco sigue siendo u n ser h u m a n o . Hegel va a teorizar la perspectiva de Pinel. Para él la locura es "una simple perturbación, u n a simple contradicción en lo profundo de la razón, q u e todavía está presente". El h o m b r e , según él, "tiene por así decir, el privilegio de la locura", entonces al h o m b r e solamente, "le es d a d o pensarse en u n estado de completa abstracción de sí". Para medir la importancia del paso q u e esto significa, hay que saber q u e este análisis está lejos de ser compartido por los pensadores de la época, incluso de los iluministas. Para Kant, por ejemplo, la locura es locura completa. Situada p o r fuera de la razcín, c o n c u e r d a con la imposibilidad de toda terapéutica, y el encierro es su único destino. "Como las fuerzas del sujeto", explica él, "a diferencia de lo q u e pasa en las enfermedades físicas, n o participan en la curación, y q u e ésta no p u e d e ser conseguida sino con el uso del e n t e n d i m i e n t o del sujeto, todos los m é t o d o s terapéuticos son ineficaces". F.n fin, la idea de Pinel de u n lugar destinado ú n i c a m e n t e al tratamiento de las enfermedades mentales contiene en g e r m e n la convicción que para curar al loco, hay q u e abordar primero la instituciéjn. Una idea que será desarrollada en el siglo XX por los desalienistas de la "psicoterapia Institucional". En cuanto al famoso "tratamiento moral", p u e d e ser considerado como u n a p r i m e r a tentativa de tener en cuenta el psiquismo de los enfermos, un psi35

Cjuismo escindido entre razón e insensatez que prcfignra la visión de Freud: "Podemos p r o b a b l e m e n t e admitir", escribió 'Vjue todo aquello que sucede en tales estados consiste en un clivaje psíquico. En lugar de una única aptitud psíquica, tenemos dos: una, la normal, tiene en cuenta la realidad, mientras que la otra, bajo iníluencia de las pulsiones, aleja al yo (nwi) de ésta t'iltima. Las dos coexisten, pero el resultado d e p e n d e de su p o d e r relativo". Freud resitúa de este m o d o la locura en lo más p r o l u n d o fiel sujeto h u m a n o . Pincl merece p r o b a b l e m e n t e el lugar que ocupa en la historia de la psiquiatría francesa. Aiuu[ue sus lierederos crearon con el asilo y su utilizacié)n la h e r r a m i e n t a (jue permitié) aislar a la locura una vez más. R á p i d a m e n t e , en el curso fie! siglo XIX, se Í ix-aron e n o r m e s concentraciones asilaies en las cuales se \a a c n c e r i a r a la gentf", a veces de por vida. Para imaginar en lo (|ue flevendrá el asilo cu algunas flecadas, liav que e s t u c h a r la psifjuiatia Dauiéle Sabfjurin Sivadon, en 1975, a propé)sito fie su experienc ia en u n o de los grandes asilos de la regicjn parisina: "Kn Mu/son lUaiicli.e me ocupé del pabtdlón fie lf)S crt)nicf)s: unas sesenta mujeres, en la cama todo el día; la rnitafl de ellas, sujetas a sus c amas con brazaletes. Todf) lo que poflíamos hacer era limpiar. Reiiunt ié ( o m o resiflente, temía volverme loca. Nf) se pf)flía subir a los pisos, por(|ue apestaban 1Í)S seniles, flesperlían mi f)lor increíble, lock) olía a mierfla. C u a n d o leí las historias clínicas, cjueflé espantada, eran mujeres cjue estaban allí destlc hacía 30 ó 40 años, en las e:onclusif^jucs anuales, se leía "estable, mismo Iralamienlo". ( á i a n d o el médico revisaba la historia clínica no veía al eufermo, reflaf taba las conclusiones desde su consultorio, y así todos los años. Los relalf)s, siempre con el mismf) lenguaje: "enfermo IraiujuiIcj, que d u e r m e bien... o por el contrario: enfermo sucio, incontin e n t e . . . No había n u n c a n a d a acerca fie k) fiue los e n r e r m o s podían pensar, decir, era terrible. Y todo se terminaba un día con el certificado de defuncif')ir'. A pesar de algunas experiencias de servifíios fie puertas abiertas, en particular en el hf)spital fie Sainle-Anne fie París, y fie algunas tentativas de humauizaci... Se intenta o p o n e r así sector y psicoterapia institucional, el primero e n t e n d i d o como hacia "el exterior", y la segunda hacia "el interior". Esta concepción de la psiquiatría se va a i m p o n e r -difícilmenteen los años r[ue siguen a la liberación de Francia en 1945. Llevará a la creación de la psiquiatría de "sector", fundada sobre ciertos principios: el cuestionamiento del rol del psiquiatra-"el desalienista, dijo Lucien Bonnafé, es quien h a b i e n d o s u p e r a d o la posición del alienista, .se presenta en la plaza pública diciendo: ¿En q u e p u e d o servirle?"-. La afirmación del rol central del equipo -cada mío tiene u n rol de terapéutico a asumir-, la continuidad del tratamiento -deiUro y fuera del hospital, d u r a n t e toda la vida-, los vínculos externos con la comunidad; todo ello organizado en sectores geográficos (en aquella época se trataba de sectores de 70.000 habitantes). En síntesis, .se trata de u n a psiquiatría del sujeto, hutuanista, h e r e d e r a de Pinel y de H e g e l . . . U n a psiquiatría cuestionada actualmente en Francia.

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Negación de la locura Para r e t o m a r nuestra idea del comienzo, el discurso del ['residente de la república consagrado a la e n í e r n i c d a d mental constituye u n a aceleracic>n violenta, pero lógica, de mía política de desmanlelamiento progresivo de la psiquiatría de sector, (|ue ha conducido al a b a n d o n o de cada vez más pacientes, en la cárcel, en la calle, en los hospitales, d o n d e el tratamiento se resimie a menudo a la medicación, en el seno de la propia familia c|ue ya no sabe que hacer. Pero más p r o f u n d a m e n t e , se asistió a u n a verdadera negación de la locura, (¡ue n o existe más en el discurso público -mediático, político, intelectual-. Kn el fondo, esa negación se nutre de la d o m i n a c i ó n desmesurada de la psic]uiatría biológica que considera la locura ccjino u n a e n f e r m e d a d del cerebro o como un p r o b l e m a cíe origen genético. Ksta coiu epciéui cientiíicista conviene a los laboratorios farmacéuticos -ya cjue los m e d i c a m e n t o s constituyen, por lejos, lo esencial del "tratamiento"- y a los mercaderes de las terapias "rápidas y eficaces". Pero por sobre todo, se trata de "objetivar" al paciente cjue ncj es más un sujeto, sino un cerebro a escanear, o u n mapa genético c]ue hay c|ue descifrar. Ksto permite volver a p o n e r la solucicín en brazos de la "ciencáa" y dese n t e n d e r s e del tratamiento concreto: ¿poi c|né gastar dinero en gente cuyos problemas, un día u otro será resueltos por la investígacic)n? Q u e d a r á n p e n d i e n t e s , cjue la accié)n soc ial se ocupe. Actualmente en Francia, la locura n o es una posibilidad, u n a m a n e r a de ser de lo humancj, siiuj u n a discapacidad, un déficit, fjue se p u e d e m e d i r en relacicMi a u n a n o r m a l i d a d social, la del mercado. De h e c h o , se va a constituir u n a escala en la cjiíe se p o d r á evaluar la capacidad del discapacitado a reinsertarse -es decir ser útil al sistema-. Para ser más claros, basta con referirse a la definición de discapacidad para la OMS, q u e distingue tres modalidades: la deficiencia designa las alteraciones referidas al organismo, la incapacidad c o r r e s p o n d e a la lednccicui de ciertas grandes funciones del c u e r p o y la desventaja registra el impacto global de las incapacidades sobre la vida social de los individuos. Una definicic>n cine toma como referencia única la necesidad de reinsercicjii y c]ue, sobre todo, clasifica a las personas en funcié)n de este objetivo. Así, a lo alto de la escala p o d e m o s e n c o n t r a r acjne-

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líos que tienen el coraje y la posibilidad individual de salir, más abajo acjuellos cjue no p u e d e n hacerlo y q u e d a n librados al aband o n o y la exclusión. En cnanto a la psiquiatría -mvty ligada históricamente a la locura- debe ceder el lugar a un luievo "paradigma": la "salufl mental". Este c o n c e p t o ha sido r e c u p e r a d o por el sistema -el del capitalismo neoliberal, hay q u e decirlo claramente- para hacer l í e n t e a u n a problemática nueva, tal es la del sufrimiento psíquico de masa. Para convencernos de esto, es suficiente pensar u n pocjuito en lo (jue pasa hoy en las empresas en las q u e las exigencias de rentabilidad, de competencia, de sometimiento a las leyes de las íínaii/.as dejan a h o m b r e s y mujeres aislados y obligados a competir. Estas personas terminan en los consultorios de los terapeutas en el mejor de los casos, o a veces se suicidan. Según la Comisión Internacional del Trabajo, los problemas ligados al malestar en el Lral^ajo, representan, actualmente, el 3 % del PBI de los países industrializados. F r e n t e a este f e n ó m e n o p r e o c u p a n t e -cuesta caro y a la larga se aprovecha la maquinaria- el sistema tiene u n a actitud ambigua. Debe por supuesto hacer frente, a fin de (jue el c o m p o r t a m i e n t o social no sea puesto en cuestión, p e r o al mismo tiempo esa situación le sirve al sistema: u n a persona medicada con antidepresivos ahogada en sus problemas, n o se interroga e s p o n t á n e a m e n t e sobre las causas d e su malestar. Por el contrario, tiene tendencia a personalizarlos, a interiorizarlos. Los profesionales q u e reciben a los pacientes en consultas de sufrimiento del trabajo están todos de a c u e r d o sobre este p u n t o : en principio se trata de desculpabilizarlos. Elacer frente y evitar la toma de conciencia, es el dilema en el cual el sistema se e n c u e n t r a y su respuesta, por u n a parte espontánea, por otro lado muy pensada, consiste en la medicalización e individualización de los problemas sociales. Por otro lado, .si se sufre en el trabajo, es p o r q u e se está comprom e ü d o -eso está bien- entonces p o n d r e m o s en escena psicólogos y médicos para ayudarlo, enseñaremos la diferencia entre el mal y buen estrés -esc q u e hay q u e "saber manejar" para servicio de la empresa-. Si usted es un desocupado de larga data, es probablem e n t e p o i q u e forma parte de los "más frágiles" -poco importa si su empresa h a sirles relocalizada y si n o hay trabajo en su región-. Usted debería, tal vez, consultar. De ahí a decir q u e la pobreza es

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luia e n f e r m e d a d , en la tradición higienista, no hay iTiás (jue un paso. De ahí a pensar q u e los genes son responsables de todo -y la visión cieiiüíícista d o m i n a n t e ayuda- no hay igualmente más f|ue un paso cjue dio ligeramente el Presidente Nicolás Sarkozy. Durante mi diálogo con un filósofo, publicado por luia re\'ista, declaró: "Me inclinaré a pensar, poi' mi parte, rjue se nace pedóíllo, y es r e a l m e n t e un p r o b l e m a que no sepamos curar esa patología". U n nuevo m o d o de gestión de los individuos Las salas de espera de los psiquiatras, de los psicólogos y méflicos generalistas -primeros prescriptores de psicotrópicos-, están desbordadas de gente que no p u e d e iTiás )' tienen como último recurso la medicina y la psiquiatría. En realidad, esta inedicalización no es solamente im mal menor, respuesta inmediata a un riesgo i n m i n e n t e . Constituye lodo un sistema m o n t a d o a l r e d e d o r de u n a concepción de la medicina fundada sobre la prevención -la m á q u i n a e c o n ó m i c a y social debe fimcionar a pleno, habría (\uv prevenir antes cjue cmar- y sobre la persona q u e debe ser a d o r responsable de su sahrd y de sus actos. Y los "expertos" -muy lejos del "coloquio singirlar" entre el médico y su paciente- están ahí para ayudarlo: n o ü e n e que fumar, no tiene que l)ebei', deberá hacei^ d e p o r t e , y c o m e r cinco frirtas y verdirras por' día y si es obeso, ru) es p o r q u e sea p o b r e y se alimente con comida chatarra, siru) porq u e no sabe "maru-jar" el sobrepescj y por \o tanto, srr vida. Se sabe c]ue en cada versión del famoso DSM, el maruial murrdial de la psiquiatría, e l a b o r a d o por la asociacic)n de psic]iriatras americanos, decenas de "patologías nuevas" han h e c h o aparicré)rr. lírr otras palabras, para las necesidades de la industria farmacéutica y las compar'iías de seguro, el DSM contribuye a hacer qire rm n ú m e r o creciente d c h e c h o s de la vida se transformen err patologías q u e hay que tratar. Se trata de "inventores de la enfermedad", segr'm la exprcsicín del periodista alemárr Jéirg Blech. El DSM es la medicalizacié)n de la existencia irrscripta en el márnrol. En realidad se trata para el sistema, de domirrar al individuo en lo más intimo de su ser. A partir de acjuí, si nos interrogamos acerca de la "salud rTien-

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lal" en términos "positivos", nos e m p a n t a n a m o s , p o r q u e es casi imposible de definir con precisicMi lo cjiíe es el famoso concepto ((ue es una bolsa de gatos ideológica. Pero si se considera q u e la "salud mental" es ante torio un m o d o de gestión de los individuos en u n contexto de crisis profimda del sistema-en particular en lo referente a la dimensión humana- se c o m p r e n d e mejor p o r q u e la dicha "salud mental" ha tomado tanta importancia en el curso de estos t'iltimos años. La salud mental n o es la bilsqueda del famoso "bienestar" del cual tanto se nos habla. Es a la vez la respuesta al "malestar" generalizado del cual se empieza apenas a hablar, y la respuesta a la exigencia cada vez más tiránica de la performance y de la competitiviclad (como dice un sociólogo, Alain E h r e n b e r g , vivimos en u n a "sociedad del (top/ng"). Podemos p r e g u n t a r n o s : ^-por (jué la salud nunital deja ele lado a los locos? Un primer paso para la respuesta viene dada por un profesional poderoso de la psiquiatría oficial francesa, Philippe Cléry-Mclin. En un informe escrito en 200.'5 al Ministerio de la Salud, indicó que el Estado n o p u e d e por razones económicas- ocuparse a la vez del psicótico y de la madre de familia deprimida y que se debe priorizar esta última. Es cierto c|ue el sufrimiento psíquico de masa constituye un p r o b l e m a m u c h o más acuciante políticamente q u e el destino de algunos centenares de miles de psicóticos. En realidad la psiquiatría es cara porcjue reposa en la presencia h u m a n a de los cc]uipos. Lo que es insoportable al sistema que considera a los enfermos mentales como inúüles definitivos, es decir, que no podrían n u n c a ser recuperados por la m á q u i n a económica. Dicho de otro m o d o , la psiquiatría -cuando se o c u p a de la locura- n o constituye, a sus ojos, una inversión. Se han suprimido miles de camas, p e r o n o se han organizado los medios suficientes para g e n e r a r estructuras descentralizadas. Se cuestiona la psiquiatría de sector y se f|uiere instalar en su lugar un sistema en dos tiempos, el hospital para gestionar la crisis y el sector médico-social -y cada vez más lo social y la caridad- para hacer frente a la cronicidad. La consecuencia de esta política es el a b a n d o n o del tratamiento. Se impone a los equipos, q u e no pueden más, las reglas de manejo de una empresa, y se les impide hacer su trabajo -lo cjue constituye u n a forma de someter el «trabajo vivo», o dicho de otro m o d o , lo más vital del trabajo-, r e d u c i e n d o lo más posible su verdadera función,

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y cuestionando la psiquiatría centrada en el sujeto. La elección de los poderes sucesivos es entonces gercncial y financiera. Esto es, desde ya, la apertura de u n a vía rápida para u n a concepción de la "psiquiatría como negocio", de la cual el señor Cléry-Melin es u n o tie los felices sostenedores. Cléry-Melin es propietario de seis clínicas reservadas a esos franceses que "pueden pagar por su salud", c o m o él dice, o sea los más ricos. Existen entonces lo que c-l psiquiatra Pierre Bailly-Salin -una de las figuras del desalienismollama "dos psicjuiatrías: u n a para los nobles, y la otra para los innobles". La locura como laboratorio Pero si se hace un análisis más profundo, nos damos cuenta de q u e la locura debe desaparecer p o r q u e no conviene. Siempre molestó, o al menos, siempre se la vio de ese m o d o . Como siempre, el tratamiento que se le reserva constituye un síntoma de lo más profundo y oculto del funcionamiento social. Pero, ¿a qué asistimos a c t u a l m e n t e ? A la puesta en m a r c h a de u n a d i c t a d u r a suave -percj cuan eficaz- del mercado actual. El mercado que d e m a n d a a los individuos n o transformar el m u n d o en el c|ue habita sino "adaptarse" p e r m a n e n t e m e n t e . De este m o d o el sistema está ct)nstituyendo un modelo de individuo, un "hombre económico" adaptable infinitamente, a u t o c o n s l r u i d o , a u t ó n o m o , competitivo, móvil, flexible, consumidor y productor, único contador de sus éxitos y fracasos (fracasos a partir de los cuales se lo p u e d e excluir). Un individuo capaz de "gestionar su vida" como u n a empresa o un capital, limitado a relaciones mercantiles y contractuales con otros que n o existen sino para satisfacer sus propios deseos y su goce. Un individuo q u e n o será un sujeto, sino u n "recurso h u m a n o " . De allí la deshumanización p r e o c u p a n t e a la cual se asiste en las empresas y la sociedad toda. f a locura no p u e d e entrar en este esquema totalitario. En principio, porcjue el loco n o p u e d e privarse d e n t r o de una relación real, auténtica, él no se p u e d e plegar a la relación mercantil y contractual d o m i n a n t e , hicluso si se lo obliga: él también debe tener un "proyecto de salida"; apenas i n t e r n a d o , a veces deliíaiite, en u n a institución psiquiátrica, es considerado como un ciurladaiio 48

Miíriente, actor de su tratamiento, también debe "reinsertarse" lo más rápido posible... (y se cuenta para ello con los m e d i c a m e n t o s \ las terapias comportamentales). Pero la mayor parte del tiempo, esto n o funciona, entonces se lo abandona, se lo niega, se lo criminaliza, se le niega la condición iuunana, se Jo fuerza a no ser loco. Se vuelve mi p r o b l e m a q u e hay que resolver, neutralizar. Se lo encierra nuevamcnle. En el fondo hay luucho e n j u e g o : la locura uuiestra p e r m a n e n t e m e n t e , a af|uellos q u e todavía q u i e r e n intercsai\se en ella, q u e im individuo es más que u n recurso h u m a n o evaluado, reducido a cifras, curvas e "indicadores". Q u e hay en él u n a nreductible parte de misterio, de íntimo, de inesperado (no es (asualidad qiu^ d u r a n t e la ocupacié)n, en el asilo de SainL-Albnn, los surrealistas contribuyeron a la creacié)n de la nueva psiquiatría) (|ue escapa a la espantosa "transparencia" neoliberal. Es p o r esto (]ue hay que hacerla desaparecer. Pero detrás del loco está lo h u m a n o . En otros términos la locura constituye u n a especie de laboratorio; si se bu.sca reducirla, es p o r q u e se quiere reducir el sujeto, domesticarlo, hacerlo desaparecer. "Sin el r e c o n o c i m i e n t o del valor h m u a n o de la locma, dijc^ Francois Tosquelles, es el homl)re mismo que desaparece". Traduccié)n del francés: María (Cristina Lé^pez Eizimdia Revisié)n técnica: lAiciana Volco

Notas 1. El siguieiilc texto fue escriu) íispctialnicnlc para la Revisla Topíax apareció publicado en el lu'imero 59 de agosto de 2010 '2. Así s(> nombró a los psiquiatras que quisieron poner tin a los asilos y al alienismo (Ñola de la traducción).

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E L DSM:

LA BIBLIA DEL TOTALITARISMO

L o s ORÍGENES DEL D S M - I V '

JUAN PUNDIK

La medicali/ación de la infancia es lui proceso c o n t e m p o r á n e o . Actualmente en España, d o n d e no se elaboran muchas estadísticas ni muy liables, se calcula fjue uji 20 % de la población infantil podría estar siendo medicada con nietilfenidato, antidepresivos, antipsicóticos, antiepilépticos y otras drogas similares c o m o consecuencia de diagnósticos fundamentados en el DSM-fV. Sin contar con c|ue la OMS, paradójicamente, advierte p e r m a n e n t e m e n t e a las autoridades sanitarias españolas acerca del exceso de c o n s u m o de antibióticos y antihistamínicos. Millones de niños "hiperactivos" de generaciones anteriores, sanos, pero q u e dábamos más trabajo a los adultos por nuestra curiosidad, luiestro interés y la intensidad de luiestra actividad, nos h e m o s salvado de ser diagnosticados y drogados |)or(]ue el DSM n o apaiccié), afortunadamente hasta 1952. Según denimcia el Bnt.ish Medical Journal, todos los procesos normales de la vida, nacimiento, envejecimiento, sexualidad, tristeza, infelicidad y muerte, están siciicio sometidos a p e r m a n e n t e medicación. Este fenómeno ha sido designado c