Historia Medieval

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Gerardo Rodríguez Cecilia Bahr Mariana Zapatero (Directores)

Historia medieval: siglos III a XV Grupo de Investigación y Estudios Medievales Universidad Nacional de Mar del JJIata

2018

Gerardo Rodríguez Cecilia Bahr Mariana Zapatero

(Directores)

Grupo de Investigación y Estudios M edievales Facultad de H um anidades U niversidad N acional de M ar del Plata

2018

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Historia medieval siglos III a XV

Edición a cargo de: Alberto Asia; Gisela Coronado Schwindt; M aría Luján Díaz Duckwen y Silvina Mondragón.

A utores por orden alfabético: Alberto Asia; Federico Assis González; Claudio Ávila; Adriana Báez; M aría Cecilia Bahr; Hugo Basualdo Miranda; Julieta Beccar; Lucía Beraldi; Laura Carbó; M aría Verónica Coria; Gisela Coronado Schwindt; Julio César Corrales; M aría Luján Díaz Duckwen; Hernán Garófalo; Juan M anuel Gerardi; Gustavo Giordano; M aría Alejandra González; Pablo Gugliotta; Silvina M ondragón; Andrea Vanina Neyra; Teresa Paci; Gerardo Rodríguez; Jorge Rigueiro García; Norma Inés Vidaurre; M ariana Zapatero.

Historia medieval: siglos III a XV / Gerardo Fabián Rodríguez... [et al.]; dirigido por Gerardo Fabián Rodríguez; Cecilia Bahr; Mariana Za­ patero; editado por Alberto Asia... [et al.]. - la ed. - Mar del Plata: Uni­ versidad Nacional de Mar del Plata, 2018. Libro digital, PDF, 526 páginas. Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-544-818-6 1. Historia Medieval. I. Rodríguez, Gerardo Fabián II. Rodríguez, Ge­ rardo Fabián, dir. III. Bahr, Cecilia, dir. IV. Zapatero, Mariana, dir. V. Asia, Alberto, ed. CDD 940.17

£ U n iv e rs id a d N a c i o n a l de M a r d e l P l a t a

Este libro fue evaluado por La Dra. Victoria Casamiquela Gerhold (IMHICIHU - CONICET, Argentina) y el Dr. Francesco Renzi (FCT-CITCEM - Universidade do Porto, Portugal).

Contenidos índice de Mapas.......................................................................iii índice de Ilustraciones.............................................................v El siglo III.................................................................................... 1 El siglo IV..................................................................................45 El siglo V ...................................................................................83 El siglo VI................................................................................117 El siglo V II.............................................................................. 151 El siglo VIII............................................................................. 191 El siglo IX ................................................................................217 El siglo X.................................................................................. 251 El siglo X I................................................................................297 El siglo XII...............................................................................349 El siglo XIII.............................................................................393

índice de Mapas Mapa 1: Las fronteras del Imperio romano..........................7 Mapa 2: El Imperio romano durante la Tetrarquía.......... 10 Mapa 3: Partición del Imperio romano en Occidente y Oriente................................................................... 53 Mapa 4: Invasiones germanas...............................................90 Mapa 5: Reinos germánicos................................................ 121 Mapa 6: El Imperio bizantino en el siglo VI....................129 Mapa 7: El reino visigodo....................................................153 Mapa 8: La heptarquía......................................................... 158 Mapa 9: La expansión del islam......................................... 163 Mapa 10: La conquista musulmana de la península ibérica......................................................................193 Mapa 11: El Imperio carolingio.........................................197

Mapa 12: El Imperio otónida............................................... 259 Mapa 13: Invasiones de los siglos IX y X ...........................265 Mapa 14: Incursiones de los normandos........................... 273 Mapa 15: Francia en el siglo XI............................................306 Mapa 16: Fragmentación del califato omeya.................... 313 Mapa 17: Las Cruzadas..........................................................366 Mapa 18: Productos y rutas comerciales a finales del Medioevo...............................................................437 Mapa 19: Universidades....................................................... 440 Mapa 20: Europa a finales del Medioevo..........................447 Mapa 21: La expansión de la Peste negra.......................... 458 Mapa 22: Francia bajo el reinado de Luis XI.....................491 Mapa 23: Europa en el siglo XV.......................................... 500

índice de Ilustraciones Ilustración 1: Retrato familia de algunos de los Severo...20 Ilustración 2: Moneda romana...............................................28 Ilustración 3: El buen pastor. Arte paleocristiano.............. 40 Ilustración 4: Plano de Constantinopla................................51 Ilustración 5: Mosaico de Santa Sofía.................................. 78 Ilustración 6: Cristo y san Menas..........................................79 Ilustración 7: Bautismo de Clodoveo................................. 103 Ilustración 8: Mosaico con niño y burro. Arte tardorromano-bizantino.......................................108 Ilustración 9: Mausoleo de Gala Placidia.......................... 111 Ilustración 10: Justiniano y su séquito...............................150 Ilustración 11: Monjes copistas........................................... 186 Ilustración 12: Mahoma predicando...................................188 Ilustración 13: Mosaico de la Theotokos........................... 201

Ilustración 14: Evangeliario de Godescaldo..................... 247 Ilustración 15: Capilla palatina de Aquisgrán..................250 Ilustración 16: Evangeliario de Otón III............................ 291 Ilustración 17: Consagración del altar de Cluny.............. 294 Ilustración 18: Homenaje...................................................... 301 Ilustración 19: Tapiz de Bayeux.......................................... 309 Ilustración 20: El papa Gregorio VII.................................. 319 Ilustración 21: Calendario. La labranza............................. 336 Ilustración 22: Claustro románico de la abadía de Moissac..............................345 Ilustración 23: Ofrenda a la Virgen.................................... 346 Ilustración 24: Escena de amor cortés.................................388 Ilustración 25: Catedral de Chartres................................... 392 Ilustración 26: Halconeros.................................................... 411

vi

Ilustración 27: Mujer noble con hijo..................................416 Ilustración 28: Trabajos rurales...........................................429 Ilustración 29: San Francisco de Asís................................. 439 Ilustración 30: Danza macabra............................................ 463 Ilustración 31: El nacimiento de la Virgen........................477 Ilustración 32: Palacio de Aviñón....................................... 482 Ilustración 33: Florencia en el siglo XV............................. 508 Ilustración 34: El nacimiento de Venus............................. 515

vii

El siglo III

Cuestiones políticas El siglo III ha sido caracterizado por los historiadores como un siglo

En consecuencia, podemos decir que el siglo III se trató de un

de crisis, un tiempo crítico en lo que tiene que ver con la redefinición

momento típico de reelaboración de la estructura vigente que dio ori­

del orbe romano en sus diversos aspectos, cuya evolución política mo­

gen a un orden con un sistema de valores diferentes: el Dominado. La

tivó interpretaciones de connotación negativa. La idea de crisis estuvo

consolidación de una nueva concepción del poder tuvo lugar en un

muy vinculada a la de decadencia, entendida como un proceso de de­

contexto de fuertes cambios políticos, económicos y sociales.

gradación y corrupción de las formas que dotan de sentido y cohesión

La evolución política de la periferia comenzó a afectar cada vez

a una trama social compleja. Esta idea es deudora de una metáfora or-

más lo que era, hasta ese momento, el centro de la administración im­

ganicista, por la cual, el desarrollo del cuerpo social es homologado al

perial, lo que se tradujo en la adopción de nuevas funciones y prerro­

ciclo vital de los seres vivos. Concebir que las sociedades nacen, crecen,

gativas por parte de esos espacios. En poco más de una década (260­

se desarrollan y perecen, tras haber alcanzado su máximo esplendor,

273), las provincias pasaron a depender eventualmente de gobiernos

impide comprender las variaciones, las múltiples transformaciones, en

diferentes. El Imperio quedó bajo la administración e influencia de

suma, las mutaciones originadas en procesos de enriquecimiento y di­

emperadores legítimos a los que pronto se sumaron los usurpadores y

versificación de los elementos definitorios de una cultura.

pretendientes al trono. Las provincias occidentales, bajo la preponde-

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rancia de los emperadores galos, entre los años 260 y 286; las orienta­ les, del gobierno de Palmira, de 268 a 270; y las centrales, de los em­ peradores de Roma. El problema sucesorio no era algo excepcional en esencia. No obstante, la acción decisiva del ejército otorgó mayor variabilidad al proceso al prescindir de la autoridad senatorial para proclamar a un nuevo emperador. Por tomar solo un ejemplo podemos contar veinti­ siete gobernantes legítimos, seguidos de una extensa lista de usurpa­ dores, entre los años 235 y 284. Solo en el año 238, seis emperadores ocuparon el trono en diversas partes del Imperio: Maximino, Gordiano I, Gordiano II, Pupieno, Balbino y Gordiano III. Los historiadores suelen escindir al período en dos momentos claramente

diferenciados

que marcaron la

progresión

de la

inestabilidad política. El primero, vinculado a la dinastía de los Severo, recibió el nombre de monarquía militar, como expresión del creciente poder del ejército en la configuración y sustento del Estado. El segundo, caracterizado como una época de anarquía, comprendió la guerra civil entre diversos comandantes de frontera, signada por la dispersión de la autoridad. De Septimio Severo (193-211) a Maximino (235-238) y de este último a Diocleciano (284-305) se produjeron una serie de reformas que reflejaban el derecho de urgencia que primaba

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sobre las decisiones de gobierno. En el último cuarto de la centuria, los emperadores ilirios propiciaron un período de recuperación que se consolidó con el ascenso al trono de Valerio Diocles (Diocleciano), al que se le atribuye, sesgadamente, la providencia de haber salvado al Imperio con la imposición de un férreo control sobre los diversos aspectos de la vida política, económica, social y cultural. En este contexto se produjo la conformación simultánea dentro del ejército de sectores caracterizados por detentar una legitimidad fragmentaria y parcializada. El problema ya se había planteado du­ rante el reinado de Cómodo (180-192). En efecto, las conspiraciones urdidas contra el emperador generaron una peligrosa dependencia del poder imperial para con la voluntad de los pretorianos. La muerte de Cómodo posibilitó la expresión abierta de las ri­ validades. Se originaron proclamaciones imperiales en casi todo el Im­ perio que dieron como vencedor al comandante de Panonia. Lucio Septimio Severo (193-211) fue el primero de una extensa lista de empera­ dores de origen provincial, de rango ecuestre, que tomó el control de la administración imperial. Comprendió que la única forma de afirmar su dominio era asegurar el apoyo de las legiones a través de un flujo constante de recursos. Para ello, reorganizó la gestión de las provin­ cias conflictivas y modificó los mandos provinciales asignando legados

imperiales, a los cuales controlaba a través de un sistema de recom­ pensas. Además, asoció al poder a sus hijos como una forma de resol­ ver la cuestión sucesoria evitando el enfrentamiento de las legiones. Sin embargo, la estrategia pronto fracasó puesto que el reconocimiento del mecanismo implicaba relegar la posibilidad de acceder al poder po­ lítico. En el año 219, luego del sangriento y no menos turbulento go­ bierno de Caracalla, el arribo de Heliogábalo al trono imperial posibi­ litó la reconciliación de la dinastía gobernante con el Senado. Sin em­ bargo, la falta de aptitud militar del joven emperador, sacerdote sirio del dios Baal de Emesa, despertó el descontento e irritó a diversos gru­ pos que vieron con desprecio la introducción de prácticas consideradas degradantes para un romano, como por ejemplo, la proskynesis o in­ clinación ante el emperador. Un motín de guardias pretorianos ter­ minó con su vida para reemplazarlo rápidamente por Severo Alejando, primo del depuesto. Severo Alejandro intentó favorecer los intereses senatoriales, pero pronto se opuso el ejército. En los años siguientes, los motines y alzamientos fueron intercalados con intentos, con escasa suerte, de recuperar la tradición y restaurar la paz. Entre ellos, el efí­ mero gobierno de Decio (249-251) seguido, dos años más tarde, por el de Valeriano (253-260).

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Otra de las cuestiones que condicionó el desarrollo de la centu­ ria fue la constante presión sobre los límites del Imperio. Los despla­ zamientos poblacionales de las tribus germanas, en la frontera renanodanubiana, fueron los causantes de innumerables pérdidas. Los sajo­ nes avanzaron sobre las costas de Britania y de Galia, flanqueada en el centro por francos, y en el sur por alamanes (258-264). Intermitente­ mente grupos de alamanes, burgundios, jutos, vándalos y sármatas se enfrentaron a las tropas estacionadas en Retia, Nórica y Panonia a lo largo de la década del cincuenta y sesenta. En Oriente, los godos se desplazaron hasta las fronteras septentrionales, donde se aunaron a los pueblos de la región incursionando en Dacia, las provincias balcá­ nicas y las ciudades griegas del mar Egeo, causando la muerte del em­ perador Decio en al año 251.

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abandono del Lim es

En Oriente la situación se agravó con el reemplazo de la dinastía arsásida por la sasánida en la hegemonía política de la región. El Imperio persa llevó adelante una política de enfrentamiento y ocupación de las plazas dominadas por los romanos en Mesopotamia. El éxito militar de Sapor I alertó a los emperadores acerca de la peligrosidad del enemigo. El propio emperador Valeriano fue capturado en batalla y

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humillado en una demostración, sin precedentes, de la pérdida de la capacidad militar romana. En este sentido, la organización de ciertas entidades autónomas debe considerarse como la consecuencia lógica de la organización local de la defensa del territorio y no como la voluntad de establecer un po­ der opuesto al de Roma. También posibilitó la aparición de movimien­ tos sociales conformados por bandas armadas de campesinos que, a partir del año 260, se desplazaron desde la Galia por las riberas del Rin. Si bien es cierto que los contemporáneos interpretaron con tin­ tes melodramáticos las incursiones de los pueblos “bárbaros”, la mag­ nitud de los desplazamientos fue mucho menor que la de los siglos pos­ teriores. La situación se restableció lentamente con la llegada de los denominados emperadores ilirios, provenientes de Dalmacia, en el año 268 (con la excepción de Tácito y Floriano entre diciembre de 275276 y Caro, Carino y Numeriano de octubre de 282 a 284; que no per­ tenecían por origen a dicho grupo). Estos emperadores no solo logra­ ron infligir derrotas decisivas a los principales oponentes, sino que es­ tablecieron iniciativas para recuperar la producción en las tierras y mejorar la situación monetaria, aumentando la presión fiscal.

En el año 284 la situación no era diferente de las décadas pre­ cedentes. El emperador Caro murió en extrañas circunstancias mien­ tras llevaba una campaña exitosa en Oriente. Su hijo Numeriano, en­ cargado de replegar las tropas, fue asesinado por el prefecto de preto­ rio. Valerio Diocles, un jefe militar de origen ilirio, quien se proclamó defensor del emperador depuesto y terminó con la vida del prefecto del pretorio como presunto asesino. Posteriormente se impuso sobre Ca­ rino, que logró vencer en batalla, pero fue asesinado por un oficial de sus propias filas. En los cambios operados por Diocleciano es posible identificar la existencia de un principio de racionalidad administrativa que tenía como fin último reforzar la posición del emperador y la estructura es­ tatal. En efecto, la propia conformación de la autoridad imperial res­ pondía a la necesidad de establecer a un gobernante que fuera capaz de asegurar el orden. La naturaleza del poder se modificó y con ella la relación del emperador con los ciudadanos, quienes adquirieron el es­ tatus de súbditos. El emperador dejó de ser únicamente el princeps o el primer ciudadano para convertirse en el dominus o señor.

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