España Paso A Paso

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ESPAÑA PASO A PASO BALEARES

EMILIO DOMINGUEZ- FEDERICO ZARAGOZA

NOTAS DEL AUTOR

Es difícil generalizar sobre un conjunto de islas que, si bien componen un grupo geográfico evidente, tienen más puntos de divergencia que de unión entre ellas. Quien conozca las Baleares sabe bien, lo que más sorprende al viajero en su recorrido, por el enorme contraste que existe entre Mallorca, Menorca e Ibiza. No solo las separa su historia ( mayor influencia cartaginesa y árabe en Ibiza ); especial presencia romana en Mallorca; huellas de la presencia inglesa en Menorca, sino hasta los dialectos del catalán que se hablan en ellas, debido a las distintas regiones catalanas que las repoblaron, tras la Reconquista del siglo XIII.

INDICE

BALEARES ISLAS DESCONOCIDAS MARE NOSTRUM CASAS DE CAMPO SECULARES LOS HABITANTES LA ISLA MAYOR LA ISLA BLANCA Y AZUL: MENORCA LAS PITIUSAS UNA ENCRUCIJADA DE CULTURAS ESPLENDOR EN LA BAJA EDAD MEDIA DEL MEGALÍTICO A LA INFLUENCIA INGLESA CARTAGINESES Y ARABES GUIA MONUMENTAL DE RE CIBARIA LA COCINA CASERA EMBUTIDOS VARIADOS SOPAS ORIGINALES PLATOS FUERTES POSTRES Y REPOSTERIA CALDERA MENORQUINA ENSAIMADA MALLORQUINA

Hasta el clima es distinto: oscila sobre todo en invierno, entre dos polos. Menorca es la desprotegida, barrida por los vientos que sus suaves colinas no pueden enfrentar. Mallorca, tiene una barrera montañosa que los mitiga y le permite ser visitada durante todo el año con buen tiempo. Ibiza, es una privilegiada en este sentido, por su posición meridional y su cercanía a las siempre soleadas costas alicantinas. También se alejan de su actividad económica. La ganadería, predomina en la isla del norte. La agricultura intensiva en la mayor. En las más meridionales, los productos de huertas diminutas y salinas. Algo unifica en los tiempos modernos a estas islas: la omnipresencia del turismo nacional y extranjero, que ha transformado irremediablemente, y no siempre para bien, muchos de sus paisajes, especialmente sus costas. ISLAS DESCONOCIDAS. La cercanía de la Península, no ha ayudado nada al desarrollo de las islas. Destrozada su imagen por los tópicos baratos, la inmensa preponderancia de Mallorca sobre sus vecinas, la especulación en muchos de sus terrenos, de forma especial, en las costas del sur de las islas, han creado de ellas, una fachada falsa. Es necesario recorrer los pueblecitos montañeros “perdidos del interior de Mallorca, para saber que existe un mundo ignoto a siglos de distancia de Palma. Hay que leer, los comentarios de George Sand en la “Histoire de ma vie: “ Es el más bello lugar que nunca haya vivido y uno de los más hermosos que jamás he visto”. Para comprender, que a pesar de lo mal que debió de pasarlo por su manía de andar con pantalones y fumar en público una mujer en Mallorca en 1838, se quedó verdaderamente impresionada por la belleza de la isla, en su parte montañosa, no en sus playas- de las que el lector comprobará-, hemos decidido no hablar, tan solo de pasada. No fomentemos más tópicos. Hay que respirar el olor a mar antiguo del campo ibicenco para contrarestar la obsesión por presentarnos a Ibiza como una isla exclusivamente habitada por hippies, “ jet society de fiesta perenne y aldeanas vestidas ad-lib. No se puede olvidar hasta que extremo, fue beneficiosa la presencia inglesa en Menorca, y no una bárbara dominación, y esto es fácil, recorriendo las calles de Maó, jalonadas de antiguas y elegantes mansiones del siglo de luces. MARE NOSTRUM. Si alguien viera por primera vez las aguas del Mediterráneo asomándose a la de las calas baleares no comprendería se que hable tanto de la mortandad de los peces y de lo contaminado de las costas de este charco latino. Es

verdad innegable, que a veces la costa, aparece sembrada de botes de plástico- horrible invento imperecedero como símbolo de la civilización industrial- y que escandaliza que sea un espectáculo frecuente, la supresión de basuras de restaurantes y yates, por el sencillo sistema del vertido en el mar. Pero al bañarse en sus aguas, sorprende la limpieza, la transparencia, la riqueza de la fauna marina y la belleza de los fondos, que con frecuencia, se pueden contemplar con la sola ayuda de unas gafas de bucear. Es frecuente, ver peces de mediano tamaño al lado de las rocas, o a orillas del mar en la playa. Las arenas adoptan tonos rosáceos por el coral pulverizado que se mezcla con ellas. Las conchas de moluscos, salpican todas las playas, aún las más urbanizadas. Contrapartida desagradable aunque natural; las medusas pueden dar sorpresas ingratas si el viento sopla desde el mar. CASAS DE CAMPO SECULARES. Las carreteras y camino de las islas, surcan parajes esmeralda o de oro y,de vez en cuando, surge la sorpresa de la construcción blanca, irregular, rodeada de palmeras, pinos cactus, carrascas...son predios dedicados a la agricultura o ganadería. Las vacas menorquinas, o los ovinos en otros lugares marcan el campo. Dividido en innumerables campillos por los que transhuman, para dejar que mientras devastan uno de ellos, crezca la hierba en los vecinos. Las separaciones entre prados o terrazas, se efectúa por medio de muretes de piedra que son característicos del campo balear. En Mallorca es donde predomina la agricultura, es muy abundante el arbolado de cultivo; almendros y olivares, naranjos y limoneros, higueras y algarrobos, entremezclados con la vid, a menudo en terrazas en las laderas de las cordilleras, muy parecidos a los de las costas del Levante peninsular. En las Pitiusas- antiguo nombre que se da a las islas de Ibiza y Formentera- llama la atención la extensión blanca ininterrumpida de las salinas. LOS HABITANTES. Más de un tercio de la población total de las islas, se agrupa en Palma, de los 650.000 habitantes de la isla, 450.000 viven en Palma. Menorca e Ibiza están muy poco pobladas unos 75.000 aproximadamente. Más de la mitad de hombres y mujeres viven en poblaciones con más de 25.000 habitantes. Los del campo, viven en casas construidas con piedra caliza, con claras variedades según la isla.: la de Menorca, se parece a la masía de la húmeda Cataluña oriental, de gran fachada abierta bajo el caballete del tejado, aunque más baja y alargada, sin pisos ni salientes, que el viento imposibilita. La de Mallorca, es más alta, con escalera del tipo de la catalana

occidental. Probablemente esto se debe a la influencia de los distintos repobladores, tarraconenses en Mallorca y ampurdaneses en Menorca. En Ibiza, es clara la influencia árabe: cubo con azotea blanca, el mismo modelo por otra parte de Cartago. Si es común, la hospitalidad de los habitantes. Siempre que la actitud del visitante, no sea agresiva o despreciativa- como desgraciadamente ocurre con visitantes recientes-, los lugareños, se esfuerzan por agradar y ofrecer lo que tienen, manteniéndose fieles a lo suyo, y guardando un gran respeto por otras costumbres o gustos. El idioma es un problema liviano. Todo el mundo habla castellano, aunque su lengua materna sea el correspondiente dialecto catalán. Los baleares, son cultos, no se puede ser inculto, habiendo heredado ese inmenso cruce de civilizaciones- y esa cultura se demuestra en la deferencia con que inmediatamente, al primer síntoma de incomprensión, hablan castellano si han iniciado una conversación en catalán. Por lo demás, esto es poco frecuente. No se deje impresionar por aquellos que se obstinan en hablar aunque no se les entienda, y aunque con las mejores maneras hayamos explicado que no entendemos; probablemente son de fuera, no baleares. Los isleños, están muy orgullosos de su tierra que explotan muy cuidadosamente y que enseñan con verdadero cariño. No se deje guiar demasiado por ningún libro. Aventúrese a tomar cualquier camino que le llame la atención, aunque no esté asfaltado. Las más de las veces, aparecerá usted en la costa, frente a parajes insospechados, o junto a una casa de campo, en la que se le ofrecerá la información necesaria y la más digna hospitalidad. Es casi imposible perderse, no se preocupe; ellos se encargarán de orientarle mejor que nadie. Cuide y respete todo lo que vea. Es lo único que le piden, y no es poco, pero tampoco difícil

Paseo Marítimo de Ibiza.

Playa en Ibiza.

Pequeña cala Ibiza norte.

Panorámica de Ibiza.

Vista desde el puerto deportivo. LA ISLA MAYOR Dentro del recorrido de esta isla, proponemos, cinco pequeños itinerarios, que responden a otras tantas salidas desde Palma. El turista intrépido, podrá efectuarlos todos o en parte y, claro está, alterar su orden. Hemos seguido el orden inverso a las agujas del reloj, acabando con la visita a la capital de estas islas. Desde luego que no podemos ver toda Mallorca en un solo día. A cada uno le corresponde limitar la visita tanto como le sea preciso. Dejamos Palma por la carretera del aeropuerto y de Santanyi. A 23 Km,

LLUCMAJOR. Es una de las principales poblaciones de la isla, su población está alrededor de los 20.000 habitantes. Es conveniente hacer una visita a la iglesia parroquial del siglo XVIII, y al convento de San Buenaventura, algo anterior. Merece la pena toda la costa del término municipal, desde la playa del Arenal, que comparte con Palma, hasta Cap Blanc. Este agradable paseo, podemos hacerlo mediante una carretera costera que une ambos puntos. De nuevo en Llucmayor, seguimos dirección Santanyi, hasta Campos.

Acantilado en Llucmajor

Puerto deportivo en Llucmajor.

Playa de la localidad.

Vista de una calle céntrica.

CAMPOS Esta localidad, se fundó antes del siglo XV, aún conserva de la Edad Media varias torres defensivas, de las que veremos muchas en las tres islas mayores. Dentro del moderno hospital, se conserva una capilla del siglo XV y hay que ver también el Ayuntamiento que corresponde al siglo XVI. Los que muestren interés por la pintura es conveniente que visiten la iglesia de San Julián, en su interior se guarda un cuadro atribuido a Murillo. Al sur de la población y cerca del mar, se halla la laguna de Es Salobrar, segunda zona húmeda de la isla después de la Albufera de Alcúdia, es muy rica en aves acuáticas y migratorias.

Iglesia de San Julian. Campos.

Puerto deportivo de Campos.

Pato procedente de la Albufera. Campos.

Playa de Campos.

SANTANYI. Otro pueblo fortificado de la Edad Media. Queda en pie la Porta Murada, y vale la pena también hacer un visita a la iglesia, contiene un órgano barroco muy bonito, y una capilla de transición del románico al gótico. Pero sin lugar a duda lo mejor de esta parte de la isla es su preciosa costa; es conveniente visitar primero las calas Figueras y Santanyi, al sur, y luego regresando al pueblo, hay que tomar la carretera que nos dirige a Porto Petro.

Roca original en Santanyi.

Vista del puerto pesquero.

Vista de la costa desde Santanyí.

Cala Santanyi

Cala Figuera.

Calle del mercadillo. PORTO PETRO. Aquí se conserva una torre defensiva del siglo XVII. Las playas de esta zona, son de las mejores, aunque muy urbanizadas. Desde Cala D'or, la más notable, sale una carretera hacia el interior. Doblando a la derecha, llegamos a Porto Colom, centro de buenas playas y desde allí, tomamos el camino de Felanitx. FELANITX. Es otro de los núcleos importantes, está situado en las estribaciones del Puig San Salvador ( 510 m ), conserva una bonita iglesia gótica tardía, con fachada del siglo XVII, y el convento de San Agustín del XVI. Es un buen sitio para adquirir esa rica sobrassada típica del país, y ese vino blanco local. Será nuestro punto de partida para desplazarnos en dirección a Sant Salvador, que tan solo se encuentra a unos 3 km. SANT SALVADOR. Vecinos son el castillo de Santueri del siglo XII, con una torre añadida en el siglo XIV, que fue prisión del Príncipe de Viana, y el Santuario, que más bien parece otra fortaleza . Destaca su retablo gótico tardío, tallado en piedra, y el panorama que se divisa sobre gran parte de Mallorca. Encierra también, una talla de la Virgen del siglo XIII. Desde Felanitx, tomaremos la carretera que va a Porreres.

Playa de Porto Petro.

Cala D'or.

Puerto deportivo. Porto Petro.

Sant Salvador.

Pequeña Cala de Sant Salvador.

Castillo de Santueri.

PORRERES Cerca del Puig de Randa, algo más alto que el anterior, pero con acceso desde Algaida. Si iglesia del siglo XVII encierra un pequeño museo de orfebrería. En las cercanías está el Monasterio de Montisión, con una hospedería y bellos paisajes. Seguimos camino en dirección a Llucmajor y desde allí regresaremos a Palma. Salimos por la carretera de Manacor, para llegar a: ALGAIDA Este es un magnífico sitio para hacer una parada y degustar una buena comida cosa que podemos hacer, en cualquier restaurante del lugar, suelen preparar comidas típicas y caseras. Cerca, está el citado Puig de Randa, y el oratorio de Nuestra señora de Gracia, del siglo XV, decorado con curiosos azulejos. En la cumbre del Puig, está el Santuario de Cura, lugar donde Ramón Llull escribió parte de su obra. Las vistas, son impresionantes, dispone de una pequeña hospedería si queremos pasar allí la noche.

Plaza Mayor. Algaida.

Hostal de Algaida.

Trajes típicos.

Molino a las afueras de Algaida. MANACOR. Es una de las poblaciones con mayor número de habitantes, unos 35.000 aproximadamente. Es uno de los centros de la industria isleña; perlas artificiales, muebles, y objetos tallados en madera de olivo, también producen unos bonitos objetos de cerámica de forma artesanal.. En cuanto a edificios, los más destacables son un torreón que encierra un museo privado de miniaturas; la iglesia parroquial, gótica, con reconstrucciones en el mismo estilo pero del XIX; el Ayuntamiento, instalado en un antiguo convento del siglo XVII con un hermoso claustro. El el Museo Arquológico Municipal, se exhiben mosaicos paleocristianos. Salimos en dirección a Porto Cristo. A la derecha, se encuentran las conocidas Cuevas del Drach y dels Hams. CUEVAS DEL DRACH. Están junto al mar, y vale la pena visitarlas; inundadas de agua limpia y transparente, uno deambula entre formaciones calcáreas increibles. La visita, está programada con la finalidad de aumentar esa sensación de sueño, de irrealidad, así como la iluminación. Contiene el mayor lago subterráneo del mundo, el Lago Martel, con 117 metros de longitud por 30 de ancho. Las cuevas miden en total unos dos kilómetros. En el lago, se dan conciertos desde barcas, en cuyo programa

aparece invariablemente Chopín. Los espectadores asisten a los mismos desde unas gradas dispuestas en la orilla.

Lago en la cueva del Drach.

Cueva.

Estalactitas Drach.

Otra vista de la cueva.

CUEVAS DELS HAMS. Están muy cerca de las anteriores, y también valen la pena de ser visitada. Las formaciones calcáreas son tan fantásticas, como lo nombres que se le han puesto: mar de Venecia, cementerio de las Hadas, paraíso perdido, salón de armas...Quizás, la más espectacular, sea la llamada “ Sueño de un ángel”. Volvemos a la carretera para regresar a PORTO CRISTO. Según cuenta la leyenda, una tormenta impidió que saliera por mar, con dirección hacia Palma, una imagen de Cristo, cosa ésta que nos indica, que ya en el siglo XIII, había aquí, probablemente, un asentamiento urbano, o al menos, un pequeño puerto. Es un sitio muy agradable, que a pesar del turismo, conserva su carácter pesquero.

SON SERVERA. Es el centro de una zona con buenas playas. Seguimos por la carretera de Capdepera, pero nos desviamos antes de llegar a la derecha con la finalidad de poder visitar las

CUEVAS DE ARTA. Hace ya tiempo que se conocen y son visitadas por todo tipo de viajeros ilustres, como lo hizo en su día Victor Hugo, gran escritor francés del siglo XIX, y la reina Isabel II, para cuya visita se tallaron las escalinatas por las que se accede a las cuevas. Consta de varias salas. Impresiona ante todo el gran arco de la entrada, de 28 metros de altura. Los nombres, son tan fantásticos como en las anteriores. Destacan las del Infierno, Purgatorio y Paraíso. Es muy llamativa una estalagmita de 22 metros de altura parecida al tronco de una palmera. La visita suele durar unos 45 minutos más o menos.

Estalagmita cueva Artá ( palmera ).

Entrada a la cueva de Artá.

Vista interior..

Otra vista interior..

CAPDEPERA. Es un hermoso pueblo, situado a los pies de una colina y coronado por un castillo medieval, en la cima de la misma. Destaca la vista sobre la costa. Es un magnífico lugar para adquirir algún producto de cestería artesana. ARTA, Es una ciudad señorial y antigua. Merece la pena contemplar varios monumentos: la iglesia de Bellpuig, románico gótica, hoy convertida en casa de labranza; el claustro del convento de San Francisco, barroco; el santuario de Sant Salvador, que contiene un museo local, y la iglesia parroquial con estilo gótico renacentista. Saliendo por la carretera de Manacor, nos desviamos a la derecha para poder visitar.. PETRA. Población fundada en el siglo XIV, es conocida por se cuna de Fray Junípero Serra, evangelizador de California en el año 1713- 1784. podemos visitar la casa natal. En las cercanías de Petra se alza el gran santuario de Nuestra Señora de Bonany, de estilo barroco, y cerca de la aldea de Ariany, poblados talayóticos. Seguimos hacia Montuiri, y desde allí regresamos a Palma. Dejamos la ciudad por la carretera de Inca y nos dirigimos a BENISSALEM. En esta localidad, es donde se encuentra el mejor vino tinto de toda Mallorca, y seguramente de las Baleares. Destaca el campanario normando de la iglesia parroquial, cuyo interior es gótico del XVI, y las casas señoriales del mismo siglo. INCA Es otra de las grandes poblaciones de la isla, la tercera con sus 26000 habitantes. Esta localidad, debe su crecimiento a la industria del calzado. Es también, un buen lugar para hacer una parada y comer. Para ello, es recomendable buscar un “ Celler” o Bodega típica, hoy convertido en casa de comida, en la que se puede degustar verdaderas exquisiteces de la cocina mallorquina. Hay que destacar el campanario de la iglesia gótica reformada en estilo barroco y su retablo. En esta localidad, se puede adquirir piezas de la típica cerámica oscura decorada en blanco. Embutidos y repostería.. Si su visita

coincide con el jueves, no deje de visitar el mercado semanal que se instala en la Plaza del Ayuntamiento. Desde aquí, tomamos una carretera que sale a la izquierda para desplazarnos hasta.. SELVA. En este pueblecito, se celebra todos los martes y viernes, un festival de folklore isleño muy interesante. Está, construido en la ladera de una colina, al rededor de una preciosa iglesia gótica, en la que se puede ver una tabla de la Virgen del siglo XIV. Seguimos hacia el Monasterio de Lluch por una carretera que atraviesa parajes admirables..

Entrada al castillo. Capdepera.

Puerto Capdepera

Vista del castillo.

Calle céntrica en Inca.

Mercadillo artesanía. Inca.

Vista parcial de Inca.

LLUCH. Este antiguo monasterio es un lugar de peregrinaje para adorar a la “Moreneta”, imagen de de Virgen del siglo XIV, parecida a la de Montserrat. El monasterio actual es de la época barroca, y la iglesia muy reformada, cuenta entre sus arquitectos recientes con Gaudí. Los alrededores son muy bonitos. Conviene subir a los “ Misterios”, especie de altillo al lado del monasterio. Desde sus 900 metros de altura, vale la pena contemplar el panorama. Si tiene ocasión asista a la Salve diaria, o a la misa cantada de los domingos; canta la Escolanía de los “Blauets” muy buenos para los amantes del gregoriano. Seguimos camino a través de la Sierra Norte.

Puerto de Lluch.

Vista del Monasterio.

Entrada del Monasterio.

Iglesia del Monasterio.

POLLENÇA. Está situada al pie de la Sierra del Norte o de Tramuntana, Pollença está dominada por dos montes: el Puig de Pollença y el Calvari. Es un pueblo de ambiente montañero, con casas señoriales y bonitos alrededores. Aquí, nació el poeta Miguel Costa i Llobera. Callejeando podemos admirar varias fuentes de piedra, una bonita iglesia parroquial. El Oratorio del Roser Vell y el barroco convento de Santo Domingo, de relevante claustro, retablo del siglo XVI, y órgano valenciano del XVIII. En las afueras, se alza un puente romano bien conservado. También es interesante la visita al Museo Municipal, que encierra pintura de autores contemporáneos, colecciones goeológicas etc. Pero lo más curioso es el Monte Calvari, al que se accede por una larga escalinata que hay que tomarse con calma; son tantos escalones, que de no ir despacio, llegaremos sin resuello para admirar el paisaje. La vista de la escalinata bordeada de cipreses, es más bonita desde arriba. Saliendo por la carretera que va al Port de Pollença, nos desviamos a la izquierda, para ver Cala Sant Vicent, y volviendo a la carretera regresamos al Port de Pollença.

Puerto de Pollença.

Mercadillo de frutas y verduras.

Calle típica de Pollença.

Playa.

Vista aérea de la ciudad.

PORT DE POLLENÇA. Está solo a 5 km del pueblo, es un lugar muy tranquilo con casitas blancas, muchos pinos y una pequeña playa. Hay que hacer una visita al Museo Camarasa, lugar en el cual podemos observar unos oleos del citado pintor. Prosigamos para visitar la península y el cabo de Formentor. FORMENTOR. La carretera transcurre por encima de altos acantilados, cantados por el poeta local Costa i Llobera ( El pí de Forrmentor ). Desviándonos a la izquierda en la Cala Pí de la Posada, se alza el hotel Formentor, bellamente emplazado entre los pinares, es muy frecuentado por la sociedad europea desde los años que siguieron a su construcción en el 1926 por el argentino Dielh. La playa está reguardada dentro de la bahía de Pollença y orientada al sur, es magnífica. Igualmente podemos visitar las de Cala Murta y Cala Figuera, en las cercanías. Una vez en el cabo y en días claros la vista es impresionante, llega a vislumbrarse la isla de Menorca ( Ciutadella ), regresamos después al Port y de aquí nos encaminamos a Alcudia.

Hotel Formentor.

Cala Figuera.

Cala Murta.

Cabo.

Piscinas del hotel .

Faro de Formentor. ALCUDIA. Cuenta con un emplazamiento privilegiado, en la entrada de la península que separa las bahías de Pollença y Alcudia, ya era conocido por los romanos; cerca están las ruinas de Pollentia, en las que destacan un pequeño teatro, restos de la muralla y las ruinas de una calle con soportales. El centro Arqueológico Hispano- Americano, tiene instalado un museo en el que se guardan las piezas encontradas en estas instalaciones. La ciudad, fue amurallada entre los siglos XIII y XIV, conservándose solo tres puertas de las que dos la Xara y Sant Sebastiá, han sido declaradas monumento nacional. Paseando por el pueblo, se ven restos de un pasado esplendor, en las mansiones de los siglos XVI y XVII. Es interesante visitar la iglesia dentro de la cual se halla la capilla del Santísimo Sacramento, con retablos gótico y barrocos.. Cerca de Alcudia, está el Port d' Alcudia. En las cercanías hay campings acondicionados con servicios mínimos. Parte de la península no se puede visitar por ser zona militar, pero al sur de la misma, está la Albufera,primera zona húmeda de la isla, idónea para estudios ornitológicos.

Se puede subir al Puig de Sa Talaia ( 444 metros ) siempre recomendado para amantes de horizontes amplios. También es recomendable visitar la ermita fortificada de la Victoria, construida originalmente en el siglo XIII y rehecha en el XVII. Volviendo a Alcudia, tomamos la carretera de Inca y al llegar al cruce que indica a la izquierda Sa Pobla, la tomamos.

Puerto de Alcudia.

Playa de Alcudia.

Calle del centro,

Puerta de la muralla.

Ermita. SA POBLA. Es un pueblo agrícola típico del interior de la isla. Sus fiestas son muy curiosas. Tiene también un museo variopinto interesante, es muy famoso por sus molinos harineros, hoy en su inmensa mayoría en desuso. Por la misma carretera en dirección hacia el sur, llegaremos a la siguiente localidad. MURO. Es una aldea huertana, con viviendas antiguas, presididas por la impresionante iglesia del siglo XIV, que encierra un retablo de la misma época. Podemos visitar su impresionante museo etnológico, y el Oratorio de la Sang, también del siglo XIV. Volviendo hacia la carretera de Inca, tomamos atravesándola el camino de las CUEVAS DE CAMPANET. Son lo más interesante del cercano pueblo homónimo. Constan de varias galerías y estancias espectacularmente iluminadas, desde aquí regresamos a la carretera de Inca y luego a Palma. Salimos de Palma en dirección a Soller, que está a unos 14 km a la izquierda.

RAIXA. Es una antigua casa de labranza árabe, reedificada, así como su parque del siglo XVIII, siendo en aquel momento su propietario el Cardenal Despuig y Dameto. Reunió allí, una gran cantidad de esculturas y piezas de arqueología clásica, hoy dispersa. Merece la pena, la visita a la villa, en especial a la hermosa galería que adorna la fachada, y la terraza, con miradores en ambos extremos. Pero lo más notable es el parque, inmortalizado en los cuadros de Santiago Russinyol. Hay que fijarse de forma especial en la preciosa escalinata, el gran estanque y la fuente.

Colección de esculturas en museo Raixa.

Fachada.

Colección de pinturas en Raixa.

Fuente de piedra final escalinata, Raixa.

Escalinata de piedra en el parque. Raixa,

Estanque en el parque Raxia.

ALFABIA. Por el camino de Soller, a tan solo tres kilómetros más delante, nos encontramos con la población de Alfabia. Es otra magnífica posesión, rodeada de espléndidos jardines, situada en un pequeño valle cubierto de almendros, ya en las estribaciones de la Sierra Tramuntana. Al parecer, perteneció a un señor árabe, que se convirtió al cristianismo- lo cual, no es de extrañar, si con ello, lograba salvar tan preciosa residencia-, cuando la isla de Mallorca, fue reconquistada por los cristianos. Al final de una grata avenida de álamos, se levanta la fachada, de estilo barroco. Tras esta se alza un zaguán de estilo renacentista que da paso a un primer patio en el que campea un surtidor. Desde este nace un corredor de arcos que desemboca en un segundo patio. Son dignos de visitarse los salones, capilla y biblioteca, amueblados con piezas tradicionales mallorquinas, y adornadas con cuadros de mérito. Los jardines, tienen regustos románticos aunque se notan en los juegos de agua ciertas reminiscencia del anterior o primer propietario.

Palmeras en los jardines de Albafia.

Jardín de Alfabia.

Vista del jardín. Alfabia. SOLLER. Está situado al fondo de un valle de naranjos y otros frutales. Soller, está en plena zona montañosa. Muy cerca, se alza la mayor altura de la isla el Puig Major ( 1445 m ), coronado de nieve en los meses invernales. Es llamativa, la cantidad de bancales separados por sus muros de piedra y la

abundancia de olivos. El pueblo, resulta muy agradable con sus viejas casas adornadas con macetas de geranios. Son relativamente frecuente, los palacios de los siglos XVIII y XIX. La iglesia parroquial cuya fachada reconstruida, lleva el sello de la escuela de Gaudí, conserva un airoso campanario rehecho en el siglo XVIII. BINIARAIX Y FORNALUTX. Se trata de dos pequeños caseríos montañeros, rodeados de naranjales, situados en laderas, como encaramados en la pendiente. Son notables muestras de la arquitectura popular mallorquina, con sus callecitas empinadas. De ahí que sean de los lugares de Mallorca que más artistas han elegido como residencia habitual. En ambos, vale la pena el paisaje y las vistas; en el primero subiendo la escalera que conduce hasta la iglesia, se domina todo el valle. Es interesante efectuar una visita al palacio Pinasar de Biniaraix, admírese la decoración de azulejos y “ tejas de moro” de las fachadas de las casas de Fornalutx. Siguiendo la carretera por la que hemos llegado, salimos a la que va de Soller a Pollença, pero nos desviaremos a la izquierda.

Vista de la costa desde Biniaraix.

Palacio de Pinasar.

SA CALOBRA TORRENT DE PAREIS. La zigzagueante y peligrosa carretera, que llega a hacer locuras como un lazo sobre si misma, baja hasta la playa de San Calobra, desembocadura del Torrent, por el que se puede caminar en verano. Es impresionante contemplar los murallones de rocas, que encajonan a tramos el torrente. Para hacerse una idea de lo que ha sido la bajada en coche, diremos que hemos pasado en 14 kilómetros de casi 1000 metros de altitud, al nivel del mar. El recorrido del torrente, es de diez kilómetros de cuevas, gargantas, paisajes deslumbrantes, y siempre ante la presencia del agua fresca. Es un desvío algo molesto debido a que hay que volver a subir por el mismo camino, pero en realidad merece la pena hacerlo. Ahora, hemos de regresar en dirección a Soller, y desde allí, visitar a cinco kilómetros del pueblo el puerto.

Paseo de Port de Soller.

Vista del Port de Soller.

Port de Soller.

Pequeña cala en Sa Calobra.

Carretera de acceso a Torrent.

Vista carretera acceso a Torrent de Pareis.

Torrent de Pareis. PORT DE SOLLER. Se puede llegar también desde Soller por medio del pintoresco tranvía eléctrico. Este puerto, es un fondeadero natural que fue muy atacado por los piratas berberiscos. Destaca, el santuario de Santa Catalina, anterior al siglo XVI, pero destruido por la piratería, y reconstruido en este siglo. Cerca, se pueden visitar la Alquería de Sa Figuera, y la mansión de Son Angelats, rodeada de jardines.

DEIA. En lo más alto, tenemos la iglesia. Empujándose por la ladera en torno a un riachuelo que desemboca en el mar, las casas de color tierra, ocres. A un lado está el cementerio donde ha sido enterrado no hace mucho tiempo, el patriarca de los artistas afincados en el lugar, el escritor, Robert Graves ( autor de Yo Claudio ), ha vivido allí, desde los años veinte. El lugar, a decir verdad emociona, no pare ser real, sino un primitivo belén, con agua corriente y todo. Es muy relajante dar un paseo por el mismo, podemos visitar el Museo Arqueológico, en el cual se conservan fósiles y armas prehistóricas. En lo más hondo del pueblo, se encuentra la Caleta de Deiá.

Caleta de Deiá

Calle de Deiá

Las cercanías también encierran sorpresas: el caserío de Llucalcari, muy elogiado en sus escritos por el Archiduque Luis Salvador de Austria,príncipe aventurero que vivió largo tiempo en la isla enamorado de sus bellezas en la segunda década del pasado siglo. Hay que seguir la carretera por la que hemos llegado. MIRAMAR. Hay una serie de predios entre Deiá y Valldemossa que pertenecieron al Archiduque y que toman su nombre colectivo de uno de ellos, el de Miramar. En éste tuvo su sede la Escuela de lenguas orientales, fundada y dirigida por Ramón Llull y patrocinada por el rey Jaime; en la segunda mitad del siglo XV, funcionó aquí la primera imprenta mallorquina, y hasta el año 1870 fue residencia predilecta del Archiduque, que había gastado una parte de su fortuna en comprar toda esta zona, manteniéndose gracias a el, en privilegiadas condiciones: no permitía que se atacara a la naturaleza, se talaban árboles etc. Además decoró los predios con jardines, cenadores, miradores y veredas.. De todas ellas, las más bonitas en seguramente Son Marroig, a tan solo 8 km de Valldemossa. Hoy, es Museo de las colecciones del Archiduque. VALLDEMOSSA. Otro hermoso pueblo muy bien conservado, con alrededores también dignos de verse. Preside la Cartuja las calles en cuesta, sobre cuyas fachadas se narran en azulejos, hechos de la vida de la santa local, Sor Catalina Thomas.

La Cartuja data de la Baja Edad Media, pero los siglos, han dejado en ella poso. La Desamortización de Mendizabal ( 1835 ), expulsó a los cartujos de los particulares que la adquirieron, se dedicaron a alquilar las celdas a los viajeros ilustres, interesados en pasar temporadas de alejamiento del mundanal ruido. Así llegaron allí, Federico Chopín, y la novelista francesa George Sand en el año 1838, la que permaneció allí, todo el invierno.

Su aislamiento total del pueblo y su actitud intransigente y provocativa de la escritora, originaron una reacción de hospitalidad por parte de los habitantes del lugar y los dos artistas difundieron una imagen injusta de las gentes de Valldemossa. En las celdas que ocuparon, se conservan recuerdos de ellos, de forma especial un piano, en el que se dice que Chopín compuso alguna de sus obras. La iglesia de la Cartuja, es neoclásica. También podemos visitar varios museos; antigua farmacia, xilografías, recuerdos del Archiduque. Hay que tomar la carretera de regreso a Palma. Salimos hacia el suroeste camino de :

Calle típica de Valdemossa.

Pequeño embarcadero.

Cartuja.

Vista de una calle de Valdemossa.

Vista parcial de Valldemossa.

CALA MAJOR. Es un pueblo turístico situado a las afueras de Palma. En el tenemos, diversiones, restaurantes hoteles...Allí, está el palacio de Marivent, residencia de los reyes en su estancia en Mallorca. Seguimos camino hasta Bendinat, donde podemos admirar un castillo bien conservado, rodeado de jardines, y de allí a Palma Nova otro pueblo turístico. Desde aquí tomaremos un desvío a la izquierda en dirección a: CALVIA. Esta localidad, está situada en la ladera de un cerro, en cuya cima se alza la parroquia, de bonita fachada simétrica flanqueada por dos torres gemelas y con una interesante ventana en su centro. Por la misma carretera llegaremos a: GALILEA. Es otro de los lugares elegidos por artistas extranjeros, como lugar de residencia. Está ubicado en plena montaña, cerca del Puig Galatzó ( 1026 m ). Véase la vista desde la terraza de la antigua Pensión Eolo. Se recomienda un ligero paseo por el pueblo. La arquitectura es la popular

mallorquina, alrededores con bancales... PUIGPUNYENT. Al pie del citado Puig Galatzó, por la ladera oriental, se alza este pueblo, en un valle de olivares y almendros. En sus aledaños se alzan diversas mansiones señoriales de interés, entre las que destaca Son Forteza, dentro de cuyos límites nace el Torrent de Sa Riera que desemboca en Palma. Se puede visitar la casa que es del siglo XVII. ESPORLES. Por la misma carretera, muy cerca, está Esporles, tras habernos desviado ligeramente a la derecha. De este pueblo, son los mejores artesanos de muros de piedra seca para bancales y terrazas en toda Mallorca. Hay que visitar en los alrededores Sa Granja, mansión del siglo XIII reconstruida en época barroca.

Mansión del xiglo XIII.

Ayuntamiento.

Calle típica. BANYALBUFAR. Esta es una zona de regadío, sobre una ladera dividida en terrazas. Consta de varias torres de defensa, siendo la más notable la Talaia de Ses Animes, desde donde se divisa toda la costa noroccidental. Cerca, hay varias calas en las que se puede uno bañar. Seguimos bordeando la costa norte hasta: ESTELLENCS. Estamos al otro lado al oeste del Puig Galatzo. El pueblo, está situado su entre acantilados, sus calles son en cuesta, Es muy bonita su cala. Desde aquí, bajamos a Andratx.

Vista parcial de Antratx.

Antratx.

Paseo marítimo. Antratx.

Vista del puerto pesquero.

Puerto deportivo.

ANTRATX. Este pueblo se caracterizó durante siglos, por su resistencia a los ataques de los piratas mediterráneos. También fue origen de una fuerte corriente migratoria hacia las Antillas, así, como cuna de contrabandistas. Lo más interesante, son las callejas de la zona de Es Pantaleu,y la iglesia con nave única de estilo gótico. Cerca está la posesión de Son Mas, que encierra un museillo. Es zona así mismo de molinos harineros, hoy sin ninguna actividad. Por una carretera que se dirige hacia el oeste a 8 km nos encontramos con: SANT TELM. Es una hermosa playa urbanizada desde donde salen los barcos para la isla de Sa Dragonera desde allí hemos de regresar a Antratx con la intención de ir por carretera en dirección al PORT D' ANTRATX. Esta localidad es un pueblo pequeño pescador, que ha sabido combinar, sin perder su esencia el turismo con la tradición. En sus cercanías hay una serie de caletas, solo accesibles por mar. PEGUERA. Un pueblo con magnífica playa y abundantes pinares, es un lugar muy turístico, desde donde podemos tomar la carretera que nos conducirá a: SANTA PONÇA. Es un antiguo pueblo árabe con restos de murallas. Aquí desembarcó en el año 1229 Jaime I, para emprender la reconquista de Mallorca. El litoral es magnífico en toda su extensión. Su playas y pinares están muy concurridos en época de verano. Desde ésta localidad, podemos salir en dirección a Palma. PALMA- CIUDAD. Hemos querido dejar para el final la capital de las islas. Su denominación, es un tema debatido; Palma, es el nombre romano, Ciutat- preferido por los nativos del lugar-, es la traducción del “ Medina Mayurca” árabe, y se suele utilizar, solo en la isla. Sea como sea, es la reina indiscutible del archipiélago. Por ella pasan

todos los trámites administrativos. Es el principal punto de contacto con la península y el extranjero, lo que origina a veces, no pocas incomodidades para los habitantes de las otras islas, sobre todo. Cuenta en la actualidad con un núcleo bastante importante en el aspecto turístico, explotado desde hace décadas. Esto no impide que conserve gran parte de su pasado en calles y edificios, y que haya sabido conjugar el mantenimiento de su belleza, con la necesidad de la expansión moderna. Está situada, al fondo de una magnífica bahía que entra profundamente en la costa sur de Mallorca. La ciudad antigua, destaca ya desde la llegada en barco, la más recomendable, como es Mahón, para percibir lo que ha sido y es Palma. Hay que destacar la Almudaina, el castillo Bellver, la Lonja y la Catedral o Seo, resumen lo más importante de su historia. Vemos también las murallas o lo que queda de ellas, en el frente marítimo al pie de la catedral, y en el trozo que separa la ciudad vieja del torrente de Sa Riera ( al oeste ). A pesar de las enormes ampliaciones que rodean a la ciudad por los tres flancos no ocupados por el mar, lo más interesante es su recinto antiguo, que esbozamos a continuación. La Almudaina, es un palacio reconstruido sobre el emplazamiento de un antiguo alcázar árabe, en estilo gótico, que conserva partes del siglo XIV y XV. Fue la residencia de los reyes de Mallorca. Lo más bonito es la galería que da al mar, y en el interior, la capilla de Santa Ana, con puerta románica y retablo de la época. La Catedral o Seo, es sin duda el edificio más importante de Palma. Es un espléndido ejemplar gótico comenzado en el siglo XIII y terminado en en el 1601. Tiene 121 metros de largo y 70 de ancho. Aunque la fachada fue reconstruida en el siglo XIX, se conservan las portadas del sur o del Mirador, y del oeste, en estilo renacimiento ( Puerta Mayor ). La de la Almoina es del XV, pero se mantiene el gótico. Junto a ella, se levanta el campanario que alberga diez campanas.

Basílica de San Francisco. Palma.

Interior de la catedral de Palma.

Catedral de Palma de Mallorca.

Castillo de Bellver.

Fachada de la Diputación. Palma.

El interior es imponente. Se compone de tres altísimas naves que datan del 1380. Las bóvedas reposan a 44 metros sobre pilares octogonales. Al rededor se abren 16 capillas, no hay crucero ni girola tras el altar. Son preciosos los tres rosetones que iluminan la zona del crucero y el de la Capilla de la Trinidad ( detrás del altar ). La Capilla Real o Prebisterio, es notable, por la sillería del coro ricamente labrada. De Juan de Salas uno de los escultores del siglo XVI son también los dos púlpitos platerescos. La Capilla de la Trinidad, abierta como prolongando el prebisterio, encierra las tumbas de Jaime II, y Jaime III de Mallorca. En ella se halla también, un retablo gótico del XIV. Otras capillas interesantes son las de San Antonio del XIV, con ventanas talladas por Guillem Sagrera en el XV. La de Nuestra Señora de la Corona, con un bonito sepulcro del XIV. En la de Ntra Sra de la Grada, Virgen sentada con niño del XIV. La del Corpus Christi tiene un retablo del XVII barroco de Jaime Blanquer. En la antesala capitular, está el sepulcro del antipapa Clemente VIII y unas tablas góticas, atribuidas a Martí Torner, así como interesantes cuadros de la escuela de Juan de Juanes. Tras pasar una portada churrigueresca impresionante, se accede a la sala capitular en la que se guardan dos custodias, - una gótica y la otra plateresca-. Dos candelabros de plata labrada del XVIII y otros objetos de culto. Detrás de la cabecera de la catedral, se encuentra el Museo Episcopal, en el Palacio se guardan varias tallas ( la Virgen del Mirador, de Guillem Sagrera) y un retablo del XV. La Lonja es uno de los más importantes edificios del gótico civil español. Está situada en el Paseo de Sagrera. Fue encargada por el Colegio de Mercaderes a Guillem Sagrera en el año 1426, y terminada en el mismo siglo por Guillem Vilasolar. Es un edificio sencillo, coronado por cuatro torres octogonales. Son muy interesantes las columnas helicoidales interiores. La Casa Consistorial, o Ayuntamiento, es de finales del XVI y la fachada del XVII, con un monumental alero que sobresale más de tres metros, sostenido por once cariátides, apoyadas en otras tantas ménsulas. El Consolat del Mar, está al lado de la Lonja y es notable por su galería renacentista abierta hacia el mar. En su interior está el Museo Naval. Entre las iglesias de la parte alta destacan las siguientes: Santa Eulalia, San Francisco, y la de Montisión. Hay otras interesantes que no reseñamos pero que les saldrán al paso en su recorrido por la ciudad..la de Socorro, San Jaime, San Miguel etc. No podemos dejar de hablar aunque tan solo sea de pasada de los palacios y casas señoriales de la ciudad. Son innumerables las puertas, patios pequeños, museos etc, sembrados por toda la parte vieja.

Hay que destacar el antiguo Hospital de San Pedro y San Bernardo, con un precioso patio. Los de la calle de Almudaina ( antigua puerta árabe ); casa Oleo, Truyols, Villalonga, Ordina ( bellas puertas en los bajos del renacimiento ) La casa Oleza, notable por su patio del XVIII y su fachada. Las casas Vivot, Qués, Alomar, Puigdorfila, Farrandell, Berga, Sollerich... Finalizamos la visita a Palma con el castillo de Bellver. Se construyó, a principios del XIV, con planta circular. El arquitecto, fue Pere Salvá, el de la Almudaina. Sirvió poco tiempo de residencia real, siendo más conocido el uso como prisión, entre otros, de Jovellanos 1802- 1808. En su interior, está el Museo Municipal de Arqueología.

Calle céntrica de Palma.

Playa de Palma.

Aeropuerto de Palma.

Vista parcial panorámica Palma.

Vista de la catedral desde el puerto.

Vista de una calle...

Paseo de las Palmeras. Palma.

Vista de una calle típica de Palma. LA ISLA BLANCA Y AZUL : MENORCA. La distancia máxima de la isla de este a oeste ( o sea desde Maó a Ciutadella ) 48 kilómetros. La de norte a sur, es de 19,5 km. Damos estos datos significando que no vale la pena sumar kilómetros en tan pequeña extensión de terreno. Es rica en sorpresas para el visitante. Es recomendable visitar los lugares más característicos, sugiriendo para ello, la primavera o el verano. Los vientos isleños son especialmente fuertes en invierno y las lluvias en otoño. Además, estas dos estaciones presentan el inconveniente de la gran humedad ambiental. Lo más frecuente es llegar a la isla en avión; el aeropuerto está situado al lado izquierdo de la carretera de Sant Clemente, a poco distancia de Maó, y comunicado por transporte urbano. Pero si dispone de tiempo para el viaje en barco, podrá disfrutar de una magnífica vista entrando por el puerto de Maó. MAO. La vista al llegar es impresionante, Cerca de 60 metros, separa el puerto de la ciudad, colgada de una manera sorprendente e inverosímil sobre nuestras cabezas. Varias cuestas para el visitante motorizado y largas escaleras para el peatón, nos conduce a la parte alta. Frente a nosotros, dejamos los jardines de Rochina, entre los que serpentea la cuesta de la Abundancia, que conduce, así como la escalera

que la corta al Mercado de Pescados, y un poco más arriba, frente a nosotros, la Iglesia del Carmen, en cuyo antiguo claustro está instalado el mercado. No se pierda, dar la vuelta al ancho patio- hoy habilitado para sala de conciertos al aire libre- entre puestos de verduras y frutas. Los querubines encalados en los capiteles, derraman sonrisas sobre los turistas y los payeses allí congregados.( payés, significa agricultor). Saliendo a la plaza de nuevo, podemos dirigirnos a la calle S' Arrabaleta, que conduce a una plaza desde la que sale a la izquierda el Carrer Nou. Si lo enfilamos, llegaremos a la Plaza de la Constitución, flanqueada por la iglesia barroca de Santa María ( en su interior existe un notable órgano ), y el Ayuntamiento. Subiendo por la calle San Roque, llegamos al Arco del mismo nombre, el último resto de la antigua muralla. En esta plaza hay una serie de bares para refrescarse tras la subida, entre ellos, recomendamos por la calidad de sus tapas La Morada, además de ser el más antiguo del lugar, motivo que le proporciona cierta solera. A la derecha, según miramos hacia la plaza, y bajando un poco, queda el antiguo convento de San Francisco, que se está terminando de restaurar, con la finalidad de albergar el Museo Arqueológico Municipal. Al lado del convento, hay una plazoleta desde la que se divisa una bonita perspectiva del puerto. Lo cierto es que no hay muchas posibilidades de perderse en Maó, pero si, se puede callejear un poco. La zona comercial, se ha quedado atrás; si volvemos a la plaza del Bastión, Arco de Sant Roc, estaremos muy cerca de Ses Moreres y la calle Hannover; las dos principales arterias de tiendas. Hannover, baja hasta la plaza del ayuntamiento y es peatonal; Ses Moreres la continúa hasta la Explanada del Ejército, vasta plaza en la que podemos degustar, un sabroso helado de la Menorquina. Algunas calles del casco viejo, conservan en su arquitectura todo el sabor de la colonización inglesa; ventanas de guillotina sobre paredes encaladas, o del color de la piedra, escasez de adornos.. Los alrededores de Maó, están jalonados de monumentos megalíticos. Saliendo por la carretera de Ciudadela, encontramos a 4 km a la izquierda La Taula de Talatí, una de las mejor conservadas apoyada en una piedra a modo de contrafuerte que la hace original. A su alrededor quedan restos de un talayot, además de una sala hipóstila y dos cuevas. Un poco más lejos, en la misma carretera, a 7 km de Maó, nos encontramos a la derecha, con las dos navetas de Rafael Rubí ( poco después de entrar en el término de Alaior). También desde Maó, pero esta vez, saliendo por el puerto, podemos llegar a Cala Mesquida, por un camino serpenteante. Allí, está la playa más cercana a Maó, y por ello, la más popular. Desde el fondo del puerto, sale la carretera que llega a través de un paisaje verde de colinas a Fornells.

Arco de Sant Roc. Maó.

Monumento Alfonso III El Liberal. Maó,

Cuesta de la Abundancia. Maó.

Faro de Maó.

Puerto pesquero de Maó.

Costa de Maó.

Vista del puerto Maó.

Taula de Talatí. Maó

FORNELLS. Es la localidad más septentrional de la isla, sorprende por su espléndida bahía, uno de los paisajes tomados desde el puerto por los artistas pintores y fotógrafos. No es precisamente un pueblo, sino un conjunto reducido de casas agrupadas en torno al puerto. La iglesia es del siglo XVII. Es un buen sitio para comer. En Esplá dan la mejor caldereta de langosta de la isla, a juzgar, por las repetidas visitas de S .M. el Rey, al establecimiento. Si le apetece, acérquese en barca – que a lo mejor tiene a su disposición- a la Cova Pulida, al este de la ciudad, bajo el acantilado de la Mola de Fornells. Para regresar, tomamos el mismo camino, pero nos desviamos por una carretera a nuestra izquierda que conduce a Mercadal.

Vista parcial de Fornells.

Puerto de Fornells.

Cova Pulida. MERCADAL. Llama la atención, el torrente seco canalizado que cruza el pueblo viejo. Hoy se usa como cañada para el ganado. Habrá usted, observado durante el camino el peculiar paisaje cortado por las tancas, muros de piedra de no mucha altura que sirve para impedir, que el ganado vacuno se salga del campo en el que pace. Desde Mercadal, se puede subir por una empinada cuesta de unos 3 km a Monte Toro, la cumbre de la isla, de 338 metros, Muy bonito panorama. Desde allí, se entiende muy bien la división de la isla en dos partes; el Migjorn – o medio día, más suave y de costas rectas-, y la Tramuntana o norte con más rocas, menos vegetación, y costas recortadas. Tomando desde Mercadal la cerretera de Ciuadela, llegamos a Ferreríes.

Vista panorámica de Mercadal.

Un calle de Mercadal.

Playa de Mercadal.

FERRERIES. La carretera rodea al pueblo antiguo, por lo que hay que desviarse a la izquierda si queremos visitarlo. Tiene la iglesia de Sant Bartolomé, del siglo XVIII, partiendo del pueblo en dirección a Ciudadela, podemos tomar la carretera que sale a nuestra izquierda, en dirección a Cala Galdana, playa que aunque muy urbanizada sigue estando al fondo de una de las bahías más hermosas de la isla. Desde allí, si no le importa andar, se pueden visitar varias calas más a la derecha y a la izquierda de ésta. A ellas, no llegan carreteras asfaltadas en perfecto estado, por esa razón, no tienen un tráfico grande. Regresando a Ferreríes podemos tomar la dirección de Ciutadella, a 16 km desde la desviación.

Puerto de Ferreries.

Playa de Ferreries.

Vista de Ferreries. CIUTADELLA. Es la antigua capital de la isla, hasta el siglo XVIII, en que los ingleses, la trasladaron a Maó, ciudad más abierta y con menos presiones de las jerarquías isleñas. Su puerto, es el segundo de Menorca. Menos amplio que el de Maó, es sin embargo, más animado, ya que Ciutadella es la capital de la zona más turística de la isla. Las calas cercanas, están todas urbanizadas. Son abundantes, los monumentos que atestiguan su pasado, desde los megalíticos que se encuentran a cientos en los alrededores, hasta los numerosos edificios civiles y religiosos que datan de la Edad Media y siglos XVI y XVII. Hay que pasear por el casco antiguo desde la entrada de Maó, por el carrer de Ses Voltes franqueado de soportales de arcos ojivales irregulares blanqueados, hasta llegar a la catedral del siglo XIV, construida sobre la antigua mezquita, cuyo minarete, permanece en la torre. Al lado, el Palacio Episcopal; frente a el, el Palacio del Olivar del siglo XVII. El de Lluriach en la cercana calle de Santa Clara, del mismo siglo. El de Squella perteneciente a la nobleza local, magníficamente amueblado, y lleno de recuerdos históricos ( calle de San Sebastián ). La iglesia del Rosario, en la calle homónima del siglo XVII. En la calle del Santísimo, los palacios de Saura y Martorell, ambos barrocos. La iglesia del Santo Cristo, y la del Socors, cuyo claustro encierra la Biblioteca y el Museo Arqueológico Diocesano, con interesantes piezas de las excavaciones de la zona oeste de la isla. Cerca de la Plaza del Born, se alza la iglesia de San Francisco de estilo gótico tardío ( XVI ). Llegamos al Born amplio espacio en cuyo centro se levanta el monumento a los muertos en el ataque turco 1558.

A la derecha según hemos entrado desde el casco viejo, se alza el Ayuntamiento. En su interior, podemos visitar el salón gótico y el Museo Municipal. Enfrente los palacios de Salort y Torre Saura. Si ha tenido la suerte de llegar a Ciutadella por Sant Joan, no se pierda las fiestas; son las más representativas de toda Menorca, y las de los otros municipios no son más que un reflejo, más o menos adornado por lo peculiar de cada uno. Lo más interesante de las mismas, son los “ Caixers y Cavallers” que ataviados con trajes de estilo dieciochesco representan a los distintos estamentos de la ciudad. Recorren las calles a caballo entre multitudes que hacen saltar a los animales- encabritarse más bien- con sus gritos y empujones. Si no le gusta correr o que le empujen, no debe acercarse demasiado. Es peligroso para los no iniciados. Dejando Ciutadella por la misma carretera por la que entramos, podemos visitar la Naveta d' Es Tudons, ( a la derecha a 5 km, se ve desde la carretera). Es la mejor conservada . Llegando a Ferreries podemos variar tomando la carretera de :

Vista de un callejón.

Plaza de la Fuente.

Cala de los Alemanes.

Vista aerea de Ciutadella.

Puerto de Ciutadella.

Ayuntamiento en la Plaza D'esborn.

ES MIGJORN ( SAN CRISTOBAL ). Lo más bonito de ésta aldea, recientemente declarada municipio independiente de Mercadal, son sus alrededores. Todas las colinas que hemos contemplado en el camino desde la general, tienen el encanto de los más peculiar de la zona sur de Menorca; pinares, campos limitados por tanques, que podemos seguir tomando la carretera que conduce de nuevo a la general ( sale hacia Mercadal y cerca hay una desviación a la derecha que nos conduce de nuevo a la general entre Mercadal y Alaior).

Edificio típico de San Cristobal.

Calle del centro, San Cristobal.

Vista del puerto nocturna. San Cristobal.

Una vista en Es Migjorn.

Muestra megalítica. En San Cristobal.

ALAIOR Este es el último pueblo antes de regresar a Maó. Nos detenemos con la finalidad de poder ver el famoso Patio de la Luna, claustro de la iglesia de San Diego, utilizado para viviendas y talleres. La iglesia de Santa Eulalia en lo más alto del pueblo parece una fortaleza como las ibicencas. Es visible desde la entrada, viniendo de Maó, dominando el pueblo. Cerca se alzan los poblados megalíticos de Torralba ( taula muy bonita ) y Torre d'en Gaumes ( el mayor conjunto de Menorca ).

Puerto de Alaior, vista nocturna.

El Arco de la Alegría. Alaior.

Desde Alaior, seguimos la carretera que conduce a Cala'n Porter, una de las calas con una playa impresionante. A pesar de lo agreste de sus alrededores, es una de las colonias inglesas más importante. Hay que visitar la famosa Cova d' En Xeroi, hoy convertida en discoteca, está prácticamente colgada sobre el mar, a la salida de la cala. Saliendo hacia San Clemente, podemos visitar Cala's Covas, acribillada de cuevas habitables, aunque frecuentemente está vaciada y muy controlada por las autoridades, pues se trata de una zona o lugar privado. Siguiendo la carretera de San Clemente ( atravesando el pueblo ) llegamos a Maó.

Terraza de la Cova d'En Xeroi.

Vista de la Cova.

Interior de la Cova.

SANT LLUIS. Este pueblo situado a escasa distancia de Maó, es el centro de una extensa zona de playas que abarca la zona suroeste de la isla. Aunque se ha urbanizado mucho es fácil encontrar caletas a menudo rocosas en las que se puede uno bañar ( con menor comodidad que en la playa, pero con mayor intimidad ). También tiene espléndidas playas como la de Binibeca, Alcaufar, o Punta Prima. De Sant Lluis, sale una pequeña carretera bastante sinuosa que nos lleva hasta... EL CASTELL-VILLA CARLOS. Este pueblecito cuadriculado en torno a su explanada y siguiendo la costa, destaca por el encanto de su puerto, Cala's Fonts, muy animado en las noches de verano, y desde el que se ve la otra atracción de la zona; el Hospital de Lazareto, que se alza en la isla del mismo nombre a poca distancia. Esta isla, la mayor del Puerto de Maó, puede ser visitada, en barco, que sale de Cala's Fonts, tan solo en los meses de verano. El hospital data del siglo XVIII y ha sido habilitado por el Ministerio de Sanidad, para celebrar congresos y simposios. Desde Es Castell, podemos regresar a Maó por la carretera directa.

Vista de Binibeca.

Apartamentos estilo Ibicenco.

Playa.

Puerto en Es Castell-Villa Carlos.

LAS PITIUSAS. Conocidas desde la antigüedad con ese nombre, las islas de Ibiza y Formentera forman un todo geográfico difícil de separar. La única manera de llegar a Formentera por transporte organizado es desde Ibiza, y además, geográficamente se parecen. En cuanto a posibles rutas para recorrer la isla, lo más útil, será volver al punto de partida: Eivissa, la capital, desde donde salen todas las carreteras importantes. El tamaño de la isla hace que ésto no añada dificultades a la tarea. Son 572 Km2. EIVISSA. Empecemos pues por la capital. Nos encontramos, con dos zonas bien diferenciadas: D'Alt Vila o Ciudad Alta, zona amurallada, presidida por la capital, y el Barrio de La Marina, en torno al puerto. Hemos llegado en barco a esta zona de la ciudad. Lo más importante, es la parte izquierda de La Marina, Sa Penya, es un barrio de pescadores, compuesto por infinidad de casas blancas, que parece precipitarse en un amontonamiento en el azul del puerto. Restaurantes, bares, tiendas de ropa, y, por las noche las discotecas, abren sus puertas al los turistas.. En la parte derecha de La Marina, mirando desde el mar, se halla la zona moderna. Las avenidas sustituyen a las calles en este Eixample. Podemos visitar el Museo Taurino que esta situado al lado de la Plaza de Toros, y el Etnico que encierra una gran colección de trajes y herramientas típicas. El recinto amurallado que rodea la Ciudad Alta, tiene forma de heptágono, aunque irregular. Fue construido por Carlos V, para defender la primitiva Ibiza de ataques piratas. Cada uno de los siete ángulos, sobresale como un castillete renacentista, uno de los cuales, el de Santa Tecla, sirve de base a la catedral, el punto más alto de la ciudad. Aunque en su emplazamiento hubo una mezquita y posteriormente una iglesia gótica, la reconstrucción es del siglo XVII, pero solo dejó el campanario que se asoma por encima de la muralla, y desde el que la vista es inigualable, la sacristía, y lo que es hoy el archivo, del templo gótico. Formando conjunto con la catedral, está el Museo Arqueológico, sin duda, uno de los más importantes del mundo en el arte púnico. Encierra solamente piezas encontradas en las Pitiusas. Hay un poco de todo: monedas, estatuillas religiosas, sarcófagos etc. No hay que olvidar, que Ibiza fue una isla de enterramientos nobles de la ciudad de Cartago; y de las necrópolis de la isla, han llegado al museo, todo tipo de útiles de común uso para los cartagineses acomodados, y que se suponían eran necesarios aún después de la muerte. Al lado de la catedral, está el castillo que conserva el aire medieval,

aunque ha sufrido numerosas transformaciones a lo largo de la historia. Y en la misma plaza del otro lado, se halla la notable puerta barroca del edificio de la Curia. Paseando por la ciudad, encontraremos numerosos restos de su pasado. Estatuas romanas, bastante deterioradas en su mayoría, decoran puertas y esquinas. Las calles, conservan todo el encanto de la vieja ciudad, en sus casas, puertas y restos de las murallas.

Cerámica Ibicenca.

Barco de traslado.

Faro de Eivissa.

Calle típica de la villa.

En la Plaza de la Vila o de las Herrerías,, se unen dos importantes y característicos elementos del presente; el mercadillo Hippy – Ibiza es una de las tres islas grandes, que conserva una población fija de hippys de cierta consideración- y en el primer piso está el Museo de Arte Contemporáneo, con obras de artistas instalados en la isla de manera más o menos permanente, como Millares, Tapies o Bertolozzi. El Ayuntamiento, al que se sube por una serie de rampas bastante empinadas, ocupa un antiguo convento del siglo XVI, del que se conserva, -aunque restaurada- una iglesia, la de Santo Domingo de estilo barroco. Todas las puertas que penetran en el recinto amurallado son interesantes. La Portella de Sella, por su origen árabe, con un pasadizo bajo la muralla. El Portal de Soto, es Fosc, por la vista sobre los acantilados, El Portal Nou, ya presidido por el escudo catalán, El Portal de Tablas, atribuido a Juan de Herrera ( arquitecto del Escorial ). Conviene visitar también, algunos palacios, como el espléndido de los Láudes o de Comasema. El mejor ejemplar gótico de la villa. En otros estilos, destacan el de Riquer del XVIII o el de Balansat, renacentista. No muy lejos de la ciudad vieja, hacia el oeste, se encuentra la necrópolis de Puig d' Es Molins, el yacimiento cartaginés más importante de Ibiza.

Contenía, más de tres mil hipogéos, o tumbas, una de las cuales, ha sido habilitada como se supone que fue en la antigüedad. Empezaron las excavaciones, en el año 1903, y desde entonces, se han encontrado innumerables restos de la civilización púnica que se conservan en el antes citado museo anejo a la catedral y en otro monográfico instalado en la misma necrópolis. Fíjese el visitante, en el busto policromado de la diosa Tanit, y en las cerámicas con curiosas reminiscencias griegas y egipcias.

Puerto de Eivissa.

Playa de Eivissa.

Parte alta catedral y castillo.

Portal de Las Tablas.

Detalle lateral de la puerta .

Detalle de la puerta.

Muralla y resto castillo. Desde Eivissa, tenemos varias posibilidades para visitar el resto de la isla. Básicamante hay tres direcciones: Norte, noroeste, y oeste. Seguiremos este orden.

Mercadillo Eivissa.

Hippys en Eivissa.

Mercadillo hippy.

Mercadillo hippy.

JESUS. Muy cerca a unos 3 km hacia el norte por la carretera de Cala Llonga. Vale la pena visitar la iglesia del siglo XVI, y de forma especial su retablo de la escuela valenciana, del XV. Es un lugar muy simpático, un pequeño caserío, en el que no hay tanto bullicio como en las playas en verano. Si seguimos por esta carretera pasamos por una serie de playas de gran belleza: Roca Llisa, Cala Espart, Cala Olivera, Cala Llonga. SANTA EULALIA. Es la segunda población de la isla, y la única con río, de todas las Baleares. Es una ciudad, frecuentemente devastada por ataques piratas, su estructura actual, data del XVIII. Es un lugar muy agradable, dominado por su antigua iglesia fortificada, del siglo XVI, en cuyo interior, se conserva un hermoso retablo barroco en madera. Cerca de santa Eularia, se han levantado importantes complejos turísticos, a parte de los citados más al sur, los de S' Argamassa y Cala Pada hacia el norte. SAN CARLES. Pueblecito dependiente de Santa Eularia que conserva una bonita capilla del siglo XVIII y que fue el punto de encuentro de comunidades hippies. Conserva mucha animación, y es además, paso obligado para muchas de las playas nudistas del norte. Desde Santa Eularia podemos tomar la carretera que va a unirse a la Cala Portinatx. SAN LLORENC DE BALAFIA. Es un conjunto de torres defensivas en un paraje en el cual adquiere principal relieve la arquitectura popular ibicenca. Una de las torres se encuentra en perfecto estado de conservación. Solían utilizarse para prevenir los ataques turcos, y como refugio de la población. SANT JOAN. Más adelante antes de llegar a Cala Portinatx, cruzamos este pequeño pueblo montañero, uno de los menos deteriorados por el turismo. Posee la iglesia de San Juan del siglo XVIII. Desde allí, es muy bonita la vista del valle y, hacia el norte del mar. También podemos acercarnos al Puerto de

Balansat, con una pequeña playa. Regresando a Sant Joan, podemos seguir nuestro camino hasta llegar a Cala Portinatx. CALA PORTINATX. Esta población tiene dos playas muy buenas, pero está muy urbanizada. Cerca hay un yacimiento arqueológico, en el que se han encontrado utensilios de la Edad del Bronce. Volviendo a Eivissa, podemos dirigirnos ahora en dirección oeste, a Sant Antoni. SANT ANTONI DE PORTMANY. Es una población, rodeada de colinas, con un puerto deportiva mayor que el de Eivissa, uno de los puntos de la isla, más visitados por el turismo. Fue el Portus Magnus de los romanos, pero aún antes hay datos de haber estado poblado, ello nos lo demuestra las Cuevas de Ses Fontanelles, a las que hay que llegar a pie. Sus pinturas, son las únicas de este género encontradas en la isla. Hoy es una población moderna, se conserva su iglesia fortificada del siglo XIV, quizás la más característica de todas.. Cerca tenemos la Cala Gració, Gracioneta, Torrent, Bassa etc, ofrecen al visitante sus arenas y aguas limpias. SANT JOAN DE SA TALAIA. Se llega desde Sant Antoni a este pueblo cercano al pico de Sa Talaiassa, al que se puede acceder por una camino, pero el último tramo será casi obligado hacerlo a pie. Es la principal altura de la isla 475 m, y desde el, en los días claros, podemos contemplar la costa alicantina. Todo un surtido de playas, quedan al alcance desde este pueblo, siendo la más notable Cala Vedella, incrustada en el fondo de una ría sabiamente urbanizada. Desde Sant Josep, podemos tomar la carretera que va a las salinas que está al sur de la isla, SANT FRACESC DE SES SALINES. Las salinas, con sus 400 hectáreas, constituyen uno de los paisajes más típicos de Eivissa. Es muy rica la fauna del lugar, especialmente las aves migratorias que utilizan la zona, como escala en el Mediterráneo occidental. El pueblo es muy pequeño con una bonita iglesia blanca rodeada de palmeras. En esta zona se haya el aeropuerto de la isla. Es Codolar, es el término de Sant Jordi, algo más al norte. Podría ser el punto de partida, invirtiendo el orden que hemos sugerido para la visita en el caso de haber llegado en barco.

Calle de Sant Antoni Portmany.

Playa de Sant Antoni.

Paseo del puerto Sant Antoni.

Vista panorámica de Sant Antoni de Potmany.

FORMENTERA. Acerquémonos a la cuarta ista. Está solo a 4 km de Ibiza, en una ruta jalonada de islotes. Mide 14 km de punta a punta. Su paisaje es plano, y su economía se basa en el cereal, (el nombre viene del latín “ frumentaria”, triguera). Tiene cuatro pueblecitos dependiente de la capital, Sant Francesc, conectados por una carretera. Hay salinas en la parte norte, como si continuaran las meridionales de Ibiza. Lo más curioso, es visitarla sin demasiadas ideas preconcebidas. Impresiona su tranquilidad y la ausencia de elementos turísticos que nos han asaltado por todas partes de las demás islas. Por fortuna, todos los intentos de urbanización, han chocado con la oposición frontal de sus habitantes, y los de Ibiza, y, hoy por hoy sigue constituyendo un rincón semivirgen, en el Mediterráneo occidental.

Vista de una calle de Formentera.

Molinos de viento inactivos.

Otro molino

Playa de Formentera.

Faro de Formentera.

Torre D'es Cap de Berbería. Formentor.

Vista aérea de Formentor. UNA ENCRUCIJADA DE CULTURAS. Desde la remota civilización prehistórica de los “ Talayots” ( monumentos

megalíticos), presente, en las dos islas mayores, las Baleares, han sufrido infinidad de invasiones, cuyo carácter belicoso en ocasiones, comercial en otros, culmina en un momento presente con la pacífica presencia de anglosajones, catalanes,germanos y franceses, nórdicos y mesetarios. Cada pueblo, cada cultura que en algún momento de la historia de las Islas, se ha pasado por ellas, ha dejado su poso. Una vez más, debemos separar cada una de ellas, ya que a pesar, de su aparente cercanía geográfica, todavía hoy se sienten orgullosas de su relativa independencia entre ellas. Por Mallorca, pasaron celtas, íberos, rodenses,fenicios, catagineses, romanos, vándalos, bizantinos,godos, árabes y por último, aragoneses. La ocupación fija por el hombre, no empieza hasta la Edad del Bronce. La primera etapa se caracteriza por las cuevas de habitación, como las de Felanitx, y las de enterramiento ( Lluchmajor, Santa Margarida), en ellas, se ha encontrado cerámica y armas de bronce. Los Talayots, torres de defensa, pertenecen al periodo siguiente. La población, se concentró en poblados defendidos por muros ciclópeos, y dichas torres, servían de defensa, y de depósito de las cenizas de los muertos. ( Capicorp, cerca de Lluchmajor; alrededores de Felanitx; Es Mitjá Gran etc. Esta cultura, se mantiene hasta la llegada de los romanos, de cuya presencia, son escasos los restos; ya en la época de cristianización, se construyen las basílicas de Son Peretó, y Sa Carrotxa, con mosaicos sepulcrales en perfecto estado. Pocos en cambio, son los restos árabes. Entre ellos, destacan los Baños de Palma. ESPLENDOR DE LA BAJA EDAD MEDIA. La Reconquista efectuada por Jaime I el Conquistador, en el año 1229, marca el principio de una etapa próspera, como lo demuestran los grandes monumentos civiles y religiosos de los siglos XIV y XV. Casas antiguas de Palma, la Catedral, la Lonja, el Castillo de Bellver, son los más representativos de la capital, pero no hay que olvidar Alcudia. De la misma época, es la Escuela Pictórica Mallorquina, relacionada con sus contemporáneas catalana y valenciana, pero también de clara influencia italiana. La inseguridad provocada por las frecuentes incursiones de piratas, y por la obligada inactividad comercial que provoca en el Mediterráneo la conquista de América marca un periodo de decadencia, que ocupa los siglos XVI y XVII, recuperándose la isla de su letargo en el XVIII, como lo demuestran las mansiones de ésta época, tanto en el campo ( Alfabia y Raixa) como en el ámbito urbano, ( Torresaura, Albranca).

Taula en Menorca.

Castillo de Capdepera en Mallorca

Edificio de La Lonja en Mallorca. DEL MEGALITICO A LA INFLUENCIA INGLESA. Menorca es una isla peculiar, separada, única. Además de los citados Tayalots, la presencia de las mágicas Taulas, los menhires alineados en círculos, las navetas muestran, que en la prehistoria debió ser mayor y más importante, la presencia humana en la isla. Hay más de 200 tayalots, casi todos al sur de la isla, unas 18 taulas ( gigantescas meses de piedra, a veces sujeta por otras a modo de contrafuerte y rodeadas de menhires), unas 20 navetas ( monumentos funerarios con forma de barca invertida), muchas salas hipóstilas o de columnas, sin contar, las innumerables grutas que jalonan la costa sur. Poco o casi nada, queda de épocas posteriores; algunas basílicas paleocristianas, como la de San Bou, los restos del castillo de Santa Agueda, construido por los árabes, la catedral de Ciudadela del siglo XIV. Si es fundamental en cambio, la huella que dejaron los ingleses, que dominaron la isla, durante casi todo el siglo XVIII. Desde las iglesias barrocas, extrañamente sobrias para la época ( Santa María de Maó), el Ayuntamiento, hasta cada casa del casco viejo de la capital, con sus ventanas de guillotina, conservan la huella de un siglo distinto, en que solo en Menorca de todas las tierras, catalano-parlantes de España, se siguió cultivando la literatura en esa lengua, al no sufrir el castigo borbónico por el apoyo del Archiduque Carlos de Austria en la Guerra de Sucesión de principios de siglo.

CARTAGINESE, ARABES.. Ibiza no tiene la importancia que hemos descubierto en las otras dos islas de la época prehistórica. En el siglo VII antes de C, los cartagineses, invadieron la isla, y de ello, dan fe los innumerables yacimientos arqueológicos ( necrópolis de Puig D'es Molins, cueva d'es Cuyran..). No menos importantes, son los restos árabes que se conservan. Bajo la catedral de la capital, se levanta una mezquita. La torre del homenaje del castillo que domina la Almudaina etc. Tras la Reconquista, la dependencia de Mallorca, ha sido un hecho ininterrumpido, y lo prueba la relativa prosperidad de la isla,a la de su hermana mayor. Parte de la catedral, retablos de la misma, la iglesia de Santa Eulalia del Río, la de San Antonio Abad..se alza sin pretensiones como réplica de la abundancia de Palma. Hay que destacar además, la importancia de la arquitectura popular ibicenca, probablemente la influencia africana desde la época de la presencia de Cartago, y patente en las azoteas que coronan las casas.

Museo de San Antonio. Ibiza.

Torre del palacio de los reyes de Mallorca.

Casa de Oleza Palma.

Iglesia de San Jorge en Ibiza.

Murallas de Alcudia. Mallorca.

Consulado del Mar en Palma.

Palacio de la Almudaina. DE RE CIBARIA. Una vez más, es sorprendente, la variedad de la cocina balear, y hemos de decir, que no se conoce lo suficiente. Si hiciéramos una encuesta entre los españoles, sobre platos conocidos de nuestra cocina, se hablaría de; paella, fabada, pote, quizá cocido, pero no creo que hubiera mucha gente que supiera citar un solo plato de las islas. Como se puede suponer, el pescado, ocupa un lugar preferente e importante, aunque no tanto como en el norte de la Península. También, hay una amplia variedad de guisos a base de verduras, y platos exóticos, como los que se citan en el libro de cocina menorquina, cuyo título hemos utilizado para este capítulo; incluso hay algún plato de erizo de tierra, de puercoespín, aunque tan complicado de preparar como de encontrar materia prima. Los embutidos de las tres islas, tienen una cierta importancia, sobre todo las dos del norte, y como no, los postres, los dulces, la repostería tan original con respecto a la que nos encontramos en la península, incluso en los países hermanos catalán y valenciano. También hay que hablar de los originales licores, más de postre o aperitivo que de mesa. LA COCINA CASERA. Lo mejor, para comer bien en las Baleares, es hacerse amigo de los

isleños. En parte por la masificación impuesta por el turismo, en parte, por el carácter hogareño de los pueblos de las islas, hay cierta carencia de esos lugares que en casi todas las regiones españolas proveen la mejor comida: nos referimos a restaurantes pequeños, en los cuales, las cocinas pequeñas, tan solo surten a un pequeño número de mesas de lo más exquisito de la gastronomía local. Nos encontramos con, o bien grandes restaurantes que salvo honrosas excepciones han sacrificado el arte a la cantidad de platos, o bien fonduchos de escasa categoría culinaria. Sin embargo, no faltan buscándolos un poco, y nosotros ayudaremos en lo posible, algunos de estos sitios. Y ayudaremos a que usted mismo pueda acercarse a la cocina menorquina en su propia casa. EMBUTIDOS VARIADOS. Sabemos que lo ponemos algo difícil, pero procure huir de los grandes supermercados de las ciudades; si no tiene usted acceso a productos de matanza casera, recurra a pequeñas tiendas de comestibles de los pueblos. Es relativamente fácil, conseguir en ellas lo más exquisito, después de lo que se reservan los particulares para su uso. La reina es la “ Sobrassada” es más estrecha de la que acostumbramos ver en la península, y que admite muy bien la parrilla suave. Se puede comer en plato, ligeramente tostada o bien untada en pan, en canapés o en bocadillo. Existe en Mallorca y Menorca muy similar, y conviene, no dejarla secar demasiado, aunque los lugareños la prefieren cuando está algo más curada. Las llonganisses mallorquinas, son parecidas a las catalanas y se pueden consumir crudas o asadas. El Camot es un embutido ancho de color oscuro, envuelto en una tripa blanca que no se parece a nada; tiene un sabor, muy característico y difícil de describir, mejor pruébelo con pan untado con tomate al estilo catalán, pero no debe abusar del mismo debido a que es un tanto fuertecito. La carnixúa, tiene un lejano parentezco con el salchichón, pero es bastante más suave de sabor, y algo más blando. Los bocadillos son deliciosos y no tienen nada que envidiar al de jamón, pues aquí, la humedad de las islas evitan que cure bien. El butifarró es muy similar a la butifarra catalana. SOPAS ORIGINALES. Si, claro, la caldereta, a base de langosta, que es una sopa caliente especialidad de Menorca, entra de lleno, en ese apartado. En realidad, también de puede hacer de pescados y no por ello desmerece. En verano, se puede tomar en Menorca el oliaigu, a base de tomate, es una especie de gazpacho local, más suave que el andaluz. Las sopes mallorquines, son un plato a base de pan y col local, es económico y muy sabroso. A caballo entre la sopa y el plato de arroz, está el “ arros brut” de

Menorca, no es otra cosa que un arroz semicaldoso. PLATOS FUERTES. Hagamos honor al “ sofrit pagés” de Ibiza, a la “ burrida de ratjada ( raya,pescado ), y a las coles a la ibicenca. El “ frit mallorquí” es un plato potente de cordero. El “ tombet” se hace con patatas, berenjeras, pimientos y tomate frito. Los “ escaldums de pollo”, el “ perol e's forn”, éste es menorquín, se hace con patatas y carne, pescados o calamares al horno, el lomo con col y salsa. En general, los pescados de todo tipo como el mero, además de los citados que se hacen a la parrilla y se toma con mahonesa, conservan especialmente la marca tradicional isleña. Y ya que hablamos de la mahonesa ( con h ), confesamos, no poder declarar si es verdad que los franceses que ocuparon la isla durante unos años en el siglo XVIII, extrajeron la receta de la famosa salsa de Menorca, como afirman los menorquines, o si llegó a la isla, procedente de las Galias, en realidad queda mucho más simpático pensar que es de origen mahonés. POSTRES Y REPOSTERIA. Empezamos citando la salada. Muy ricas son las empanadas de carne, verdura o atún, ( se llaman cocas ), las formatjadas, son tortas no de queso sino de carne, los cocarrois de verdura y atún en Mallorca, las duquesas de pescado y de brusset ( un requesón ), etc. Entre los dulces hay que hablar de la enorme variedad de delicias que existen en las islas, “ crepells” rellenos de boniato(batata) o mermelada, coca de albaricoque, pastissets variados ( pastelitos ) entre los que destacan los “carquinyols amargos de Mercadal ( Menorca ), las “ orcietes ibicencas”, hechas con huevo azúcar, harina y anís, la “ greichonera de ésta misma isla ( torta de ensaimada o bizcocho condimentada con canela, limón etc ). Y claro la ensaimada es la única, la de Mallorca. Hay que comprarla del día, pues una vez secas pierde parte de su peculiar encanto. Otro postre delicioso, es el “ flaó de queso con miel y almendras de Ibiza. OTRAS EXQUISITECES...Y LA BEBIDA. No nos hemos olvidado de mariscos y moluscos. Son famosas las “ escorpinyas” menorquinas, que muchos gourmets anteponen a las ostras. Como éstas, se comen con limón, a pesar de que están muy deliciosas al horno. Los dátiles que le pueden ofrecer en las islas, son moluscos cuyo nombre viene de su forma, y se consumen cocidos o en caldera. No se encuentran de mayo hasta agosto por la veda. La gamba es abundante y no excesivamente cara en los mercados, no son de gran tamaño, pero es un aperitivo muy sabroso. No podemos olvidarnos del queso de Mahón. Es la

principal producción de la isla, y seguramente, le sonará la marca El Caserío, por sus quesitos en porciones, pero nos referimos al queso más o menos de forma cuadrada, para el que vale las mismas recomendaciones que hemos hecho para el embutido. Es mejor buscarlo en las pequeñas tiendas de alimentación que en los grandes supermercados. Tiene un sabor bastante fuerte y picante. Le recomendamos no dejarlo secar en exceso, pues se vuelve durísimo. Por último debe probar las “olives trencades” en Mallorca. No será difícil, que se la ofrezcan a modo de aperitivo. Se trata de aceitunas partidas mostrando el hueso son de gran calidad y tienen un aliño inmejorable. Si es usted goloso, aproveche otro de los empleos de la leche de Menorca: Los helados de La Menorquina, injustamente desconocidos, más allá de las islas, hasta hace poco, hacen las delicias de los visitantes al descubrirlo. Todos ellos son muy apetecibles, pero quizás destaquen, los limones, naranjas y piñas naturales, rellenos de helado del sabor correspondiente. En cuanto a bebidas alcohólicas, las más interesantes son las hierbas ibicencas, aunque también las hay en Menorca, que es un licor dulce parecido al anís, pero aromatizado con hierbas, como su nombre indica, con un color verde intenso característico. Las hierbas van dentro con el licor. Otro producto interesante es el Gin, al parecer es el origen de la ginebra inglesa, que se llama gin precisamente por su origen menorquín. Es un licor de arándanos, mucho más basto que la ginebra, es de muchos grados. Se consume con bastante frecuencia en Menorca. Las mezclas más usuales son la “ pomada con refresco de limón” la “ pallofa con soda y limón”. Los más conocidos, son los de las destilerías “ Beeltrán y Xoriguer”, ambos con oficina en el puerto de Maó, en ellas, se puede degustar esas bebidas de forma gratuita. El palo es otro licor balear es muy dulce, pero se suele combinar con gin. En Ibiza se consume también el “ suisset” mezcla de absenta y agua fría. Nos queda mencionar el “ calent”, una bebida muy tradicional que se elabora durante todo el año, Hoy en día se vende tanto como la pomada.

Mercado callejero en Ibiza.

Queso cuadrado.

Licores mallorquines.

Gin de Mahón.

NOTA DE INTERES. Las islas tienen infinidad de cisternas para recoger el agua de la lluvia. El agua subterránea es, o bien demasiado salina o calcificada, y por regla general, se encuentra a bastante profundidad, sobre todo en Menorca. Estas cisternas existen incluso en las casas urbanas, y en ocasiones más de una por edificio. Unas recogen tan solo el agua para beber que suelen recogerse después de los días de lluvia,de modo especial en otoño que han limpiado los tejados bastante bien debido a la gran cantidad caída. Muchas de las viviendas contienen su propio pozo en el interior de las viviendas. Otro tipo de cisterna más grande sirve para proveer de agua destinada a la limpieza. Es impresionante observar, con que cuidado se canaliza el agua caída sobre cualquier superficie expuesta a la interperie, no solo los tejados, sino también tanques, rocas encaladas. En Menorca se recoge incluso en cavidades especiales denominadas “cisternas de ressec”, que suelen estar diseminadas por el campo y sirven para abrevar al ganado vacuno en especial. En las islas se le concede gran importancia al agua y sobre todo al mal uso de la misma y de forma especial en los meses de verano, pues suele llover poco. Espero que con la lectura del presente libro, el tiempo dedicado le proporcionara unos momentos agradables.