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EL ENTORNO AMBIENTAL DEL PARQUE NACIONAL NATURAL

CORALES DEL ROSARIO

Y DE SAN BERNARDO

EL ENTORNO AMBIENTAL DEL PARQUE NACIONAL NATURAL CORALES DEL ROSARIO Y DE SAN BERNARDO

Esteban Zarza-González (Editor)

Parques Nacionales Naturales de Colombia Dirección Territorial Caribe Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo

Cartagena de Indias, Colombia 2011

EL ENTORNO AMBIENTAL DEL PARQUE NACIONAL NATURAL CORALES DEL ROSARIO Y DE SAN BERNARDO MINISTERIO DE AMBIENTE Y DESARROLLO SOSTENIBLE Ministro: Frank Pearl Viceministra: Adriana Soto PARQUES NACIONALES NATURALES DE COLOMBIA Directora General: Julia Miranda Londoño Subdirección de gestión y manejo de áreas protegidas: Emilio Rodríguez Bastidas Directora Territorial Caribe: Luz Elvira Angarita Jiménez Jefe de Área Protegida: Teniente de Navío Juan José Sierra Aranguren BANCO MUNDIAL – GEF (Global Environment Facility) PATRIMONIO NATURAL – Fondo para Biodiversidad y las Áreas Protegidas Director general: Alberto Galán

Producción:

Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo (PNNCRSB).

Editor:

Esteban Zarza González Subprograma de Investigación y Monitoreo Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo Bocagrande, Calle 4 No. 3-204 Cartagena de Indias, Colombia

Revisión Técnica:

Dra. María del Carmen Fernández Puga Dpto. Ciencias de la Tierra Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales Universidad de Cádiz Avda República Saharaui s/n, 11510 Puerto Real Cádiz, España



Dr. Luis Arturo Soto González Instituto de Ciencias del Mar y Limnología Universidad Nacional Autónoma de México Ciudad Universitaria México D. F.

ISBN: Coordinación editorial y diseño: Foto portada:

Quito Publicidad. Cap. Jaime Borda.

Todos los derechos son propiedad del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo. Esta obra no puede ser reproducida total ni parcialmente sin la autorización expresa del PNNCRSB. Impreso en Colombia – Printed in Colombia Diciembre de 2011.

EL ENTORNO AMBIENTAL DEL PARQUE NACIONAL NATURAL CORALES DEL ROSARIO Y DE SAN BERNARDO TABLA DE CONTENIDO Presentación Prefacio El Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo

PRIMERA PARTE. COMUNIDADES EN EL ÁREA DE INFLUENCIA Capítulo 1. Capítulo 2.

Procesos históricos de las comunidades asentadas en el archipiélago del Rosario, isla Barú, isla de Tierra Bomba y archipiélago de San Bernardo. Yemenis Ordosgoitia. Aspectos socioeconómicos de las principales comunidades de los archipiélagos de San Ber- nardo y Nuestra Señora del Rosario, y del sector de Barú. Mónica Alexandra Duque-Rico y Lizbeth Torres-Gómez.

SEGUNDA PARTE. ASPECTOS FÍSICOS Capítulo 3. Capítulo 4. Capítulo 5. Capítulo 6. Capítulo 7. Capítulo 8.

Clima marino. Carolina Gutiérrez-Moreno, Milena Marrugo, Pilar Lozano-Rivera, Paula Cristina Sierra y Carlos Andrade. Contexto Geológico Javier Idárraga-García y Juan Felipe Gómez-Velásquez. Geomorfología, sedimentos, intervenciones antropogénicas y amenazas naturales. Nelson Guillermo Rangel-Buitrago. Calidad de aguas. Julián Mauricio Betancourt-Portela, Luisa Fernanda Espinosa, Silvia Narváez, Janet Vivas-Aguas y Juan Pablo Parra. Los sedimentos del río Magdalena y su impacto sobre los arrecifes coralinos de islas del Rosario: Una prioridad de investigación nacional. Juan D. Restrepo-Ángel y Elvira M. Alvarado. Erosión costera. Juan Camilo Restrepo, Luís Otero, Alejandro Henao, Enovaldo Herrera y Andrés Osorio.

TERCERA PARTE. ECOSISTEMAS Capítulo 9. Capítulo 10. Capítulo 11. Capítulo 12.

Formaciones arrecifales. Elvira M. Alvarado, Valeria Pizarro y Adriana Sarmiento-Segura. Praderas de pastos marinos. Diana Isabel Gómez-López. Litoral rocoso. Angélica María Batista-Morales y Christian Michael Díaz-Sánchez. Lagunas costeras e interiores. Esteban Zarza-González y Juan Carlos Gómez-Quesada.

CUARTA PARTE. BIODIVERSIDAD Capítulo 13. Capítulo 14. Capítulo 15. Capítulo 16. Capítulo 17. Capítulo 18. Capítulo 19. Capítulo 20.

Corales y otros cnidarios arrecifales. Valeria Pizarro, Elvira María Alvarado y Vanessa Carrillo. Crustáceos decápodos de las islas del Rosario. Néstor Hernando Campos-Campos. Moluscos. Adriana Gracia-Clavijo. Equinodermos. Milena Benavides-Serrato. Esponjas. Sven Zea y Christian Michael Díaz-Sánchez. Peces. Andrea Polanco-Fernández y Arturo Acero-Pizarro. Aves. Diego Luis Duque-Garcíay Rebeca Franke-Ante. Macroalgas. Martha C. Díaz-Ruiz y Diana C. Palacios.

QUINTA PARTE. USOS Y AMENAZAS SOBRE LOS RECURSOS NATURALES Capítulo 21. Capítulo 22. Capítulo 23. Capítulo 24.

Efectos de la pesca sobre los recursos hidrobiológicos. Héctor Manuel Martínez-Viloria, Luis Aurelio Martínez-Whisgman, Ameth Vargas-Pineda y Juan Carlos Narváez-Barandica. Características de la comercialización de material biológico marino para la elaboración de artesanías y venta de recordatorios. Yemenis Ordosgoitia y Esteban Zarza-González. Características de la actividad turística. Jair Mendoza, Luz A. Castro, Pilar Herrón, Camilo Montaño y Fabio Castro. Blanqueamiento coralino: amenaza para el futuro de los arrecifes de coral de los archipiélagos Nuestra Señora del Rosario y San Bernardo. Kelly Gómez-Campo, Tomás López-Londoño, Diego L. Gil-Agudelo, Raúl Navas-Camacho, Jaime Alberto Rojas, Jaime Garzón-Ferreira.

SEXTA PARTE. ESTUDIOS DE CASO Capítulo 25. Capítulo 26. Capítulo 27. Capítulo 28. Capítulo 29. Capítulo 30. Capítulo 31. Capítulo 32.

El “Sistema Nacional de Monitoreo de Arrecifes Coralinos en Colombia – SIMAC” en el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo: 1998 - 2009. Raúl Navas-Camacho, Johanna Vega-Sequeda, Kelly Gómez-Campo, Tomás López-Londoño, Diego Luis Gil-Agudelo, Laura Muñoz-Escobar, Jaime Rojas y Diego Luis Duque. Avances de un proceso participativo para generar línea base para monitoreo de tortugas marinas en el área protegida y su zona de influencia. Diego Luis Duque-García, Bernardo Medrano-Medrano y Rebeca Franke-Ante. Resiliencia socioecológica en el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernar do. Juliana López-Angarita, Rocío Moreno-Sánchez, Elvira Alvarado Ch., María del Pilar Restrepo, Jorge Maldonado y Juan A. Sánchez. Evaluación de disponibilidad de hábitats para el caracol pala Eustrombus gigas en el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo con propósitos de conservación. Kelly Gómez-Campo, Mario Rueda y Carolina García-Valencia. Macrofauna invertebrada marina asociada a raíces de Rhizophora mangle L. en la bahía de Barbacoas y en la isla de Barú (Cartagena de Indias - Colombia). Ángela Margarita Moncaleano-Niño. Aporte al conocimiento del zooplancton en lagunas costeras e interiores del Parque Corales, con el reporte de dinoflagelados relacionados con el fenómeno de bioluminiscencia. Jenny Alexandra León-Rubriche y Esteban Zarza-González. Avistamiento del manatí antillano (Trichechus manatus manatus) en el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo. Jair Mendoza-Aldana, Camilo Montaño, Erika Paola Ortiz-Gómez. Tesoro de vida. Raúl Armando Pacheco-Frayle.

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Presentación

El conocimiento es el soporte para la formulación de las propuestas de manejo de un área protegida y es fundamental para el logro de sus objetivos de conservación:“mientras no conozcamos el estado de nuestros recursos, las presiones a las que se encuentran sujetos y las amenazas que enfrentan, es poco lo que podemos hacer para conservarlos”. En el marco del proceso de actualización y ajustes de los planes de manejo de las áreas protegidas, el Sistema de Parques Nacionales Naturales de Colombia ha venido promoviendo el acopio y organización de la información ambiental disponible a la fecha sobre las distintas áreas protegidas, para lo cual se formuló el documento “Propuesta de ruta metodológica para la actualización de los planes de manejo de la UAESPNN”; esta propuesta, dentro de la temática “valoración del estado de la planeación del manejo”, recalca la necesidad de contar con una síntesis diagnóstica consolidada en un documento de línea base ambiental para cada área protegida de la Unidad. El libro “El entorno ambiental del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo” constituye una de las primeras iniciativas para consolidar un documento de línea base ambiental por parte de un área protegida adscrita a Parques Nacionales Naturales de Colombia; en este sentido, el Parque Corales y, por ende, la Dirección Territorial Caribe pasan a integrar el grupo de pioneros a nivel nacional en los procesos de gestión interistitucional y consolidación de la información relacionada con las investigaciones desarrolladas en las áreas protegidas, que derivan en la formulación de este tipo de documentos.

La presente publicación recopila gran parte de la información biofísica y ambiental del área protegida, obtenida a partir de proyectos de investigación científica que se han llevado a cabo por parte de entidades como el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (INVEMAR), Universidades (Jorge Tadeo Lozano, Nacional, Los Andes), Organizaciones No Gubernamentales (TheNatureConservancy), distintos grupos de investigación inscritos en COLCIENCIAS, así como del personal del Parque Corales en proyectos de investigación para el manejo como REA (Restauración Participativa de Ecosistemas Acuáticos) y el estudio de Capacidad de Carga Turística, entre otros. Esta publicación surge de la necesidad del Parque Corales de contar con un documento base que brinde información para la implementación del Programa de Monitoreo y que sirva para identificar vacíos de información que alimenten el Plan de Investigaciones. Igualmente, este documento brinda un soporte cognoscitivo al proceso de actualización del Plan de Manejo, lo cual le adjudica una notable importancia para la conservación de los recursos naturales de esta área protegida del Caribe colombiano, aportando así al logro de nuestra misión institucional; a razón de lo anterior, la publicación de este tipo de documentosconstituye un buen ejemplo a seguir para otras áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales de Colombia. Julia Miranda Londoño Directora General Parques Nacionales Naturales de Colombia

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Prefacio El Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo compone una de las 56 áreas protegidas del Sistema de Parques Nacionales Naturales del país, conformada por una riqueza en biodiversidad única e inigualable, que la hace no solamente atractiva a visitantes de todos los lugares del mundo, sino elegida por los investigadores por la innumerable información que de ella podemos obtener, en aras de su protección y conservación. Saber en forma detallada el estado de conocimiento de los recursos naturales del Parque Corales es una misión bien difícil, así mismo vital, debido a la alta biodiversidad aun por conocer y estudiar. Poder recopilar la información obtenida de diferentes proyectos de investigación científica, nos ayudará a entender y acercarnos más a ese conocimiento que se requiere para la implementación de medidas de manejo, que coadyuven a la conservación de ésta importante área protegida de Colombia. Entender que ésta Área Marina Protegida cuenta con una integralidad ecológica presente entre corales, pastos marinos, manglares, lagunas costeras e interiores, litoral arenoso, litoral rocoso, bosque seco tropical y ecosistemas asociados, solo es posible mediante la consolidación de una línea base ambiental que impacte directamente en la implementación del Plan de Investigaciones y del Programa de Monitoreo de éste parque marino, y que junto a los aspectos socioeconómicos, históricos, culturales, paisajísticos, turísticos y todos aquellos que interactúan para dinamizar este complejo sistema protegido, permitan definir y avanzar en esas acciones a implementar, que se requieren para garantizar la continuidad del Parque Corales como área protegida con su conjunto de valores biológicos, ecológicos y paisajísticos. Los ecosistemas del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo poseen una alta productividad, al proveer variados recursos de fauna y flora, donde se han podido identificar entre otros, 62 especies de corales, 153 especies de crustáceos, 244 especies de moluscos, no menos de 153 especies de equinodermos, 199 especies de esponjas y 513 especies de peces. Recursos que tienen su hábitat en esta área marina protegida, rodeada principalmente por 6 comunidades con sus asentamientos en el área de influencia del Parque: Isla Grande, comunidad ubicada en el sector norte del Parque (archipiélago de Nuestra Señora

del Rosario); Ararca, Santa Ana y Barú, comunidades de la Isla de Barú; y Santa Cruz del Islote, Múcura y Ceycén, localizadas en el sector sur (archipiélago de San Bernardo), con aproximadamente 9.549 habitantes entre las 6 poblaciones, quienes desarrollan sus actividades y su modo de vida alrededor de ésta área protegida, la cual no solamente sirve de sustento a estas comunidades sino que también, tanto por su belleza como por su riqueza, la convierte además en el Parque Nacional más visitado de Colombia. Con poca fortuna cabe anotar que día a día el Parque Corales se ve seriamente amenazado, no solamente por las actividades antrópicas que se desarrollan al interior y alrededor del mismo, sino además por todos los factores naturales que lo afectan tales como la erosión costera, aumento del nivel medio del mar, cambio climático, calentamiento global, la sedimentación y flujos de agua provenientes del Canal del Dique, razones suficientes para conocer en detalle el estado actual de éstos recursos naturales e intentar blindarlos de las presiones a que son sometidos. La línea base del entorno natural del área protegida integrará un conocimiento amplio de los objetivos de conservación, sus valores objeto de conservación y los ecosistemas asociados, logrando de este modo conocer uno a uno los resultados científicos más significativos que se hayan obtenido hasta el momento, que aportarán adicional y transversalmente a los subprogramas de valoración social, regulación, restauración, saneamiento y relocalización, investigación y monitoreo, resultado del esfuerzo conjunto de un talento humano que sin lugar a dudas es del más alto nivel académico y científico, pretendiendo brindar a la comunidad en general, aportes de alta huella a la conservación de los recursos naturales, una de las tareas más difíciles de cumplir por el hombre, pero a su vez de la más satisfactorias.

Teniente de Navío Juan José Sierra Aranguren Jefe de Área Protegida PNN Corales del Rosario y San Bernardo

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EL PARQUE NACIONAL NATURAL CORALES DEL ROSARIO Y DE SAN BERNARDO En la costa Caribe de Colombia, a 23 km al sur de la ciudad de Cartagena de Indias y a 35 km al noroeste de la localidad de Santiago de Tolú, se encuentra ubicado el Parque Nacional Natural “Corales del Rosario y de San Bernardo” (figura 1), el cual es una de las 56 áreas que componen el Sistema de Parques Nacionales Naturales de Colombia. Esta área protegida comprende una amplia zona marina frente a las costas de los departamentos de Bolívar y Sucre, entre los 10º 15’ y 9º 35’ de latitud norte y los 75º 47’ y 75º 50’ de longitud oeste, ocupando un área aproximada de 120.000 hectáreas, en la jurisdicción del Distrito Turístico y Cultural (D. T. y C.) de Cartagena de Indias.

Las distintas actividades que se desarrollan al interior del área protegida generan una serie de presiones sobre los recursos, entre los cuales se reconocen distintos grados de amenaza; estas dos variables (presión y amenaza) nos permiten visualizar los distintos niveles de riesgo en los cuales se encuentran estos recursos. Esta situación motivó la definición de los “Valores Objeto de Conservación” del área protegida, los cuales comprenden aquellas muestras de la biodiversidad nacional sobre las cuales se van a enfocar prioritariamente las actividades de manejo y conservación. Los Valores Objeto de Conservación (VOC) del Parque Corales se definieron durante la fase de formulación del Plan de Manejo Ambiental 2006-2011 del área protegida, mediante la metodología propuesta por The Nature Conservancy (TNC), y comprenden los arrecifes de coral, las praderas de pastos marinos (fanerógamas), los bosques de manglar, las lagunas costeras, los litorales rocosos y arenosos, el bosque seco tropical (del cual se encuentran una muestra representativa en la isla Rosario) y porciones de fondos sedimentarios (figura 3).

Este parque fue creado en 1977 con una superficie inicial de 17.800 hectáreas. En 1988 el área del parque fue ampliada, y se incorporaron dos islas del archipiélago del Rosario: Isla Tesoro, ubicada en la parte septentrional del Parque, e Isla Rosario, en la porción occidental del mismo; estas islas presentaban poca intervención por parte del hombre y comprendieron las primeras porciones de terreno emergido que se integraron al área protegida. Posteriormente, se anexó el sector de San Bernardo al PNN con la Resolución Número 1425 del 20 de diciembre de 1996, incorporando la zona que separa los archipiélagos de Nuestra Señora del Rosario y de San Bernardo, gran parte del área submarina circundante a este último, y las islas Mangle y Maravilla, abarcando un área de 120.000 Has. Actualmente, el Parque Corales ha catalogado como zonas intangibles las áreas emergidas de las islas en su jurisdicción (Rosario, Tesoro, Mangle y Maravilla – figura 2) y parte de su zona marina adyacente.

Adicionalmente, se seleccionó un grupo de especies con prioridad para la conservación, teniendo en cuenta información biológica relacionada con el manejo en el área protegida, su uso por parte de los actores sociales y su inclusión en algún estado de conservación especial o categorías de riesgo (listas rojas, CITES, etc.); estas especies se encuentran incluidas en grupos como corales, peces, crustáceos, moluscos, equinodermos, reptiles, aves y plantas. A partir de la definición de los VOC para el área protegida y de las especies con prioridad para la conservación, y en aras de cumplir su función misional, el Parque Corales formuló sus objetivos de conservación, que son:

En el Parque Corales se encuentra la mayor cobertura de arrecifes coralinos sobre la plataforma continental colombiana, así como muestras representativas de otros ecosistemas marino-costeros como son las praderas de pastos marinos y los bosques de manglar. Esta amplia cobertura ecosistémica y la interconexión entre los mismos le brinda al Parque Corales una importancia ecológica única, la cual se refleja en una alta biodiversidad, una gran abundancia de recursos (algunos de ellos aprovechados a través de actividades como la pesca de subsistencia), y una oferta única de atractivos naturales que hacen de esta zona la más visitada por turistas, tanto nacionales como extranjeros, a nivel nacional.

• Conservar los ecosistemas marino-costeros correspondientes a los arrecifes de coral, praderas de fanerógamas marinas, bosque de manglar, lagunas costeras, fondos sedimentarios, litoral rocoso y litoral arenoso, garantizando su continuidad y conectividad ecosistémica en el PNN CRSB. • Proteger el ecosistema de bosque seco tropical como remanente de la franja discontinua del corredor costero presente en el PNNCRSB.

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Figura 1. Ubicación del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo.

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• Conservar las especies amenazadas que desarrollan diferentes etapas de su ciclo de vida en el área protegida y aquellas de interés comercial y uso recreativo.

En el presente, el Plan de Manejo Ambiental del Parque Corales se encuentra en proceso de actualización, para lo cual se requiere de la recopilación de toda la información biofísica y ambiental del área que comprende el principal aporte de esta publicación.

• Mantener el mosaico de los escenarios naturales del área protegida permitiendo el desarrollo y uso de la oferta de bienes y servicios ambientales en beneficio de las comunidades asentadas en la zona de amortiguación.

a.

b.

c.

d. Figura 2. Islas que comprenden áreas intangibles del Parque Corales: a) Rosario; b) Tesoro (archipiélago del Rosario); c) Mangle; y d) Maravilla (archipiélago de San Bernardo). Fotos: Esteban Zarza (b,c,d); Idalberto Peralta (a).

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a. d.

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b.

f. Figura 3. Valores Objeto de Conservación del Parque Corales: a) Vista aérea de arrecifes de coral en la isla Tintipán (archipiélago del San Bernardo); b) Arrecife de coral en isla Tesoro (archipiélago del Rosario); c) Bosques de manglar; d) Praderas de pastos marinos; e) Lagunas costeras y litoral arenoso; f) Litoral arenoso. Fotos: Cap. Jaime Borda (a,e); Esteban Zarza (c,f); Izumi Tsurita (b,d).

c.

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PRIMERA PARTE: COMUNIDADES DEL ÁREA DE INFLUENCIA Foto: Esteban Zarza.

I. PROCESOS HISTÓRICOS DE LAS COMUNIDADES ASENTADAS EN EL ARCHIPIÉLAGO DEL ROSARIO, ISLA BARÚ, ISLA DE TIERRA BOMBA Y ARCHIPIÉLAGO DE SAN BERNARDO Yemenis Ordosgoitia Parque Nacional Natural Los Corales del Rosario y de San Bernardo (PNNCRSB), Subprograma Valoración Social. [email protected].

Resumen

CONTEXTO HISTÓRICO GENERAL

El presente capítulo reúne los procesos históricos más significativos que dieron origen a la sociedad que hoy en día compone las comunidades asentadas en cercanías al Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo. Estos procesos se iniciaron con los primeros habitantes de la región (indígenas), quienes aprovecharon de manera natural los recursos que les proveía la zona; posteriormente, con la conquista española los habitantes de la zona conocieron nuevas formas de explotación de los recursos, y se inició la interacción con la raza negra (esclavos africanos traídos por los europeos), que influenciaron de manera significativa las costumbres y la cultura de las comunidades isleñas. Este documento también abarca algunos sucesos importantes del desarrollo económico que permitieron definir las actividades que hoy día se realizan en el área de estudio. A través de todas las etapas que derivaron en el establecimiento de estas comunidades, se ha evidenciado una relación importante del hombre con el entorno natural; actividades como la agricultura, la pesca y el turismo se convirtieron en las formas de relacionamiento más cercanas con los recursos naturales de la zona y marcaron el desarrollo local, siendo la pesca una de las actividades tradicionales, la cual se sigue practicando como mecanismo de subsistencia de los pobladores del área. Por su parte, el turismo se establece de manera reciente como una fuente de ingresos que se consolida cada vez más junto con el comercio de productos artesanales para los visitantes de la zona.

Se han identificado diferentes grupos indígenas de la cultura Caribe que habitaron en la zona que actualmente comprende el área de influencia del Parque Corales, entre ellos los Carex, Mahates y Mocanaes, los cuales eran conocidos por los españoles como pueblos agresivos, dominantes y guerreros, constituidos en clanes familiares de linaje ancestral llamados “cacicazgos” (Lemaitre, 1993). En el exótico mar Caribe habitaban dichas comunidades disfrutando, seguramente, de unos recursos abundantes; estos pueblos se caracterizaban por ser recolectores de frutos, agricultores de tubérculos y gramíneas, y por desarrollar actividades como la caza y la pesca, pero la llegada de nuevos habitantes marcó significativamente la historia de estas regiones, trayendo consigo distintas culturas, tradiciones y nuevas formas de explotación de los recursos naturales. En la búsqueda de nuevas rutas para el comercio, España, a través de suspicaces navegantes, envió naves hacia el atlántico para encontrar rutas directas que los llevasen hacia la India, pero se encontraron con las espesas selvas y el fantástico Mar Caribe en un nuevo mundo. Con el asentamiento de las colonias españolas en las costas de Cartagena entre los años de 1533 y 1610, se dio una de las primeras etapas que marcaron la historia de las comunidades locales: “La conquista”, donde se dio inicio a la transformación de las culturas indígenas, dejando de existir esta población como una comunidad organizada. Esta colonización española trajo consigo el desplazamiento y la destrucción de las culturas indígenas, quienes, forzados a trabajar, fueron maltratados y reducidos en su totalidad dando paso a la necesidad de buscar mano de obra en las comunidades negras de África. Todo comenzaba a cambiar: las nuevas formas organizativas para el trabajo de los indígenas, como lo era la encomienda, y el surgimiento de las nuevas colonias españolas comenzaron a administrar el territorio colombiano junto con sus poblaciones nativas y sus recursos naturales (Matienzo, 2008).

Palabras clave: Historia de las islas del Rosario y de San Bernardo, Caribes, Cimarrones, Barú, Orika, El Islote.

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Muchos cronistas que exploraron la costa Caribe colombiana, entre ellos Oviedo, describieron sus experiencias vividas en el nuevo mundo; en estos escritos muestran algunas características de las culturas indígenas de las zonas cercanas a Cartagena de Indias y Barú que impactaron y estigmatizaron a estos grupos como comunidades poco gratas ante los ojos de los colonizadores españoles. En uno de los escritos de Oviedo se hace alusión a una de las practicas nativas más impresionantes de la cultura Caribe como es la antropofagia; el historiador escribe en sus crónicas el siguiente párrafo: “Pocos días antes de que el Católico Rey don Fernando pasase de esta vida, le truje yo a Placencia seis indios caribes de los flecheros que comen carne humana (Sumario, XXIX: 167)… Los caribes flecheros, que son los de Cartagena y la mayor parte de aquella costa, comen carne humana (Sumario, X: 123)” (Quirós, 2003).

sus nuevos procesos sociales motivados, así como en la conquista, por intereses económicos relacionados con el comercio e innovados por la industria y la modernización; el capitalismo progresivo de las principales ciudades de Colombia trajo consigo la posibilidad de explorar de manera recreativa algunos lugares poco visitados, como es el caso de las islas ubicadas en el distrito de Cartagena donde se iniciaron hacia los años 50 actividades relacionadas con la pesca deportiva y el turismo. No obstante, las comunidades locales de estos sectores derivaban su sustento del aprovechamiento económico de las actividades agrícolas y de la pesca, esta última como una actividad sin fines comerciales. Por su parte, cada una de estas etapas que marcaron la historia de las comunidades del territorio colombiano –la conquista, independencia y la república, con su creciente desarrollo económico–, dieron paso a las comunidades que hoy día se establecen en la zona de influencia del Parque Corales. Para comprender sus procesos de asentamiento y sus actividades económicas, se describen en el siguiente capítulo los procesos históricos más relevantes de dichas poblaciones, así como también se muestra, de manera general, cómo las diferentes actividades económicas influenciaron en la vida social y en la relación con los ecosistemas hoy protegidos en el área.

Por su parte, el maltrato de los españoles a la población africana promovió otro paso importante en la historia local; durante el siglo XVII se vivió en las diferentes colonias españolas un proceso de rebelión contra la esclavitud, es allí donde se establecen los primeros pueblos cimarrones, es decir, negros esclavos que huyen del poder de sus amos, los cuales formaban grupos que se ubicaban en zonas rurales (los denominados “Palenques” o comunidades negras aisladas); un claro ejemplo de esto, y que aún perdura hasta nuestros días, es San Basilio de Palenque, ubicado en el municipio de Mahates (Bolívar), en el cual se mantienen vivas costumbres y tradiciones africanas.

COLONIZACIÓN HUMANA Y OCUPACIÓN HISTÓRICA DEL TERRITORIO

Los principales procesos de fundación y reestructuración de las actuales comunidades del área de influencia del Parque Corales se dieron en el siglo XVIII; a mediados de este siglo las poblaciones en los alrededores del distrito de Cartagena se encontraban dispersas y se evidenciaba una clara diferencia en la composición étnica: quienes vivían en las ciudades o villas eran los blancos españoles (república de blancos), y la población nativa habitaba en el campo (república de indios) (Solano, 2007); mientras, por otra parte, se consolidaban asentamientos cimarrones en lugares remotos. Una mirada al pasado nos muestra los indicios de unas comunidades con características culturales enclaustradas en la lucha contra la sumisión y la búsqueda de espacios para el desarrollo de su identidad cultural, aunque notoriamente influenciadas por el encuentro de estos “tres mundos”, cada uno con costumbres e ideologías distintas. Una de las personas encargadas de la reestructuración de la sociedad colonial fue Antonio de la Torre y Miranda, quien en su expedición encomendada por el gobernador de Cartagena pasó por las poblaciones de Pasacaballos y Santa Ana, corregimientos adscritos actualmente a Cartagena (Moreno, 993) y algunas de los primeros asentamientos humanos en la zona. Después del proceso independentista a finales del siglo XIX, la sociedad moderna establece para el siglo XX

La Isla de Tierra bomba: desde la conquista española hasta el asentamiento de las comunidades actuales. La Isla de Tierra Bomba fue uno de los sitios de mayor importancia en el control de embarcaciones y en la defensa contra el ataque de piratas y corsarios en la época de la colonia. Antes de estos acontecimientos históricos, Tierra Bomba estaba habitada por los indígenas Carex de la familia Caribe, quienes fueron derrotados por los españoles en hostiles batallas por ser considerados personas agresivas y con creencias anticristianas. Años después, estos indígenas aparecen como aliados de los españoles en la lucha contra los piratas. En 1559, en la resistencia contra el pirata francés Martín de Cote, el gobernador de Cartagena, Juan de Bustos Villegas, luchó “secundado por el cacique Maridalo, señor de la isla de Carex, y por unos 500 indios flecheros sujetos a éste” (Lemaitre, 1993). En pleno proceso de conquista española, fueron construidas las fortificaciones actuales por esclavos indígenas y negros, muchas de estas fortificaciones construidas en la

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isla tuvieron sus surgimientos en los siglos XVII y XVIII, y el objetivo era proteger a la ciudad y combatir las invasiones inglesas. Entre las fortificaciones construidas en Bocachica (una de las comunidades ubicadas hoy día en la isla de Tierra Bomba) es el Castillo de San Luis, que se abandona en la segunda mitad del siglo XVIII a causa de la destrucción realizada en 1741 por el comandante inglés Vernon en su retirada. Esta fortificación fue suplida por un inexpugnable dispositivo compuesto por el Castillo de San Fernando, el fuerte-batería de San José, la batería de Santa Bárbara y el fuerte del Ángel San Rafael, empinado, éste último, en las colinas sobre el corregimiento de Bocachica (Segovia, 2001). Otra obra militar de gran importancia, construida entre 1770 y 1778, fue la “Escollera”: una muralla submarina entre el extremo norte de Tierra Bomba y la punta de la península Icacos (hoy día el barrio Bocagrande de la ciudad de Cartagena), la cual impedía la entrada de los barcos por esa boca de la bahía.

Arriba y el Hoyito), con el compromiso de marcharse una vez cumplido el plazo de dos años, lo cual nunca se dio. Uno de los factores que generó el desplazamiento de los pescadores de Bocagrande hacia esta isla fue la construcción de casas a través de la compañía canadiense Andian National Corporation, la cual se estableció en Bocagrande y comenzó a construir las primeras casas para sus empleados en este sector (Segovia, 2001).

Comunidades asentadas en la Isla de Barú El descubrimiento de la costa de Barú se dio en las exploraciones desarrolladas por Rodrigo de Bastidas en el año de 1501 (Segovia, 2001). Con la llegada de los españoles a estas zonas se inició la conquista de los pueblos indígenas comandados por el cacique Barú (cultura Caribe, familia Mokanae), los cuales fueron desplazados de su territorio por los colonizadores españoles que ocuparon esa zona, y donde, posteriormente, terminaron estableciéndose asentamientos de negros esclavos que huían del yugo español.

El origen de las poblaciones asentadas en la isla de Tierra Bomba (Bocachica, Caño del Oro, Isla Arena y Tierra Bomba) puede estar ligado a los grupos de esclavos que trabajaron en la construcción de los fuertes y castillos, y que sirvieron a las familias españolas que se establecieron en Cartagena de Indias. Uno de los acontecimientos relacionados con la instalación de infraestructura urbana en la Isla de Tierra Bomba, según la historia, fue la construcción de un hospital en el poblado de Caño del Oro por Antonio de Arévalo1, para los enfermos de fiebre amarilla de la ciudad de Cartagena; no obstante, cuentan los pobladores del área que este hospital era para ubicar a los esclavos enfermos procedentes de África.

No existe información sobre la fecha de fundación del poblado de Barú, posiblemente su fundación se dio en la comisión dada a Don Antonio de la Torre en 1774 para reunir a los habitante dispersos de los alrededores de Cartagena de Indias (González, 1978). Una de las primeras referencias sobre asentamientos en la punta sur de la isla data de 1777, y consiste en una carta que dirigen los habitantes matriculados en la isla de Barú a las autoridades españolas en Cartagena, donde ellos piden que se les permita volver a establecerse en la punta sur de la isla, ya que el cura estaba utilizando las tierras para beneficio propio (Durán, 2006); después de esta carta pasa mucho tiempo y no se encuentran datos de esta población, sino hasta el año 1833 en que aparece catalogada como parroquia2 (Solano, 2007). Hacia 1839 aparece una referencia concreta de estas comunidades donde se menciona una población de 673 habitantes, y se describen las actividades laborales que realizaban entre las que se destacan la pesca, la labranza y la navegación; en 1889 se inscribe como corregimiento, y en 1919 se señalan por vez primera sus límites en forma legal. Finalmente, en la búsqueda de buenos sitios para la ubicación de sus familias, los primeros afrocolombianos3 se ubicaron

Al igual que en otras poblaciones, la pesca no era de gran importancia comercial para los pobladores, mientras que la agricultura constituía la principal actividad económica. Existía un grupo de pescadores importantes de Bocagrande, los cuales fueron desplazados hacia la isla de Tierra Bomba, en el poblado que hoy día lleva este mismo nombre, con un permiso en el que decía que podían asentarse en esas tierras por dos años; esta población fue bien recibida por los nativos y se instalaron en la punta norte de la Isla en el corregimiento de Tierra Bomba (en el sector denominado actualmente Barrio

Ingeniero militar español creador de los principales fuertes para la defensa de la ciudad de Cartagena de Indias. Durante la época de la colonia, en el entonces Departamento de Bolívar, fueron pocos los centros urbanos que recibieron un reconocimiento de su importancia en comarcas o en la estructura organizativa del estado, entre ellas solo recibió este reconocimiento Cartagena, Mompox, San Benito de Abad, Simití, Tolú, Ayapel y algunos pueblos de indígenas organizados en encomiendas y después en resguardos. Aunque existían muchos pueblos libres, la mayoría de éstos no eran reconocidos; sólo hasta mediados del siglo XVIII algunas poblaciones, entre ellas Barú, aparecen como parroquia: una forma de reconocimiento a poblaciones libres en la estructura organizativa del estado colonial. 3 De acuerdo al Ministerio de Educación existen en la población colombiana tres grupos principales: los amerindios que constituyen la población nativa, los africanos (negros) y los españoles y europeos, grupos de colonizadores. De la mezcla de estos grupos se generaron varios grupos étnicos, entre éstos se encuentra el mestizo (indígena y blanco), el mulato (negro y blanco), el zambo (indígena y negro). Por su parte, se le denomina “Afrocolombianos” a los descendientes de la raza negra precedente de África (Descendientes africanos), nacidos en Colombia. 1 2

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cerca de la ciénaga de Barú o “Cruz de Mayo”, quienes tradicionalmente hicieron uso de los recursos naturales para el sustento de sus familias.

personas dedicadas a esta actividad se vieron en la obligación de fortalecer las otras alternativas de siembra en las denominadas “rosas”, en la cual la actividad se desarrolla en pequeñas áreas que son atendidas diariamente, y reemplazando los cocoteros por plantas de rápida producción como la patilla, el melón, la ahuyama o la yuca, entre otros.

Debido a la gran belleza escénica de la zona, muchas familias de la ciudad de Cartagena y otras ciudades de Colombia compraron terrenos a los nativos de la isla, los cuales alinderaban estos terrenos para la construcción de casas de recreo que sus nuevos propietarios visitaban de manera esporádica. Algunos otros terrenos hacían parte de las grandes haciendas administradas por los colonos de la época, que pasaron a ser propiedad familiar de generación en generación.

En vista de la poca productividad del terreno, los pobladores, a finales de los años 70, comenzaron a vender las tierras a personas que habitualmente llegaban a las islas en búsqueda de diversión a través de la pesca deportiva (Duran, 2006). Los nativos de la zona que vendían el terreno, en ocasiones quedaban como celadores de los predios que adquirían los nuevos dueños. A partir de esta época se inicia una relación casi familiar entre nativos y foráneos, ya que los nuevos propietarios de las tierras traían a sus familias o amigos a conocer la zona, y los nativos atendían a estas personas cocinando sus alimentos durante la estadía. Las islas que conformaban el archipiélago cada vez pasaban a manos de los foráneos procedentes de ciudades como Cartagena, Medellín o Barranquilla; los nuevos propietarios ubicaban sus casas de recreo selectivamente en cercanías al mar, a consecuencia de lo cual algunas familias nativas empezaron a ubicar sus viviendas hacia el interior de la isla, distribuyéndose en diferentes sectores de Isla Grande (como su nombre lo indica la isla más grande del archipiélago del Rosario); de esta forma se originaron el caserío de Petares, así como asentamientos de personas dispersas en otros sectores denominados El Silencio, El Mamón, La Punta o El Pueblito (figura 1.2) 5.

Otra población asentada en la isla de Barú es Santa Ana, la cual fue fundada el 10 de noviembre 1774 cuando el teniente español Antonio de la Torre, en su misión de agrupar a poblaciones en la costa norte de la Nueva Granada, reúne unas 116 familias en terrenos pertenecientes y aledaños a la hacienda Santa Ana a cargo de la señora Virginia de Rebollo; el nombre de la población fue dado por el nombre de esta hacienda y en honor a su patrona Santa Ana María (Moreno, 1993). La figura 1.1 muestra, de manera general, como fueron los procesos migratorios de las diferentes comunidades del área de influencia del PNNCRSB: las flechas muestran el sentido de estas migraciones, especificando el sitio de origen y los de llegada. Las fechas que se presentan en el esquema corresponden, a partir de lo consultado en la literatura, a las primeras referencias que se tienen sobre la fundación de asentamientos humanos organizados en estas localidades.

A partir de los 80´s se fortalecen las actividades turísticas y, de igual forma, comienza una época de abundancia económica debido al arribo de personas con vínculos con el narcotráfico, quienes poseían una mayor capacidad económica y llegaban, en ocasiones, a obsequiar dinero en efectivo a los nativos de la zona.

Archipiélago de Nuestra Señora del Rosario Los primeros pobladores del archipiélago del Rosario fueron pescadores provenientes de la isla de Barú, que establecieron ranchos y delimitaron terrenos en Isla Grande, donde comenzaron a desarrollar cultivos de corto plazo en “rosas” y a cultivar el coco (Cocos nucifera) como una actividad económicamente importante. En la década de los 60´s las plantaciones de coco se vieron afectadas por una enfermedad llamada porroca4, que acabó con la mayoría del área cultivada. Debido a lo anterior, las

En la mayoría de las islas que conforman el archipiélago se construyeron ostentosas casas que en su mayoría demandaron recursos de la zona para su construcción; es así que los nativos ofrecían sus servicios para las nuevas construcciones extrayendo con “barretas”6 colonias de coral, principalmente de la barrera norte del archipiélago,

4 La “porroca” es una enfermedad que afecta las hojas de la palma de coco (Cocos nucifera); se caracteriza por generar nuevas hojas enanas y rígidas, que en dos a tres años pueden generar la muerte de la palma. La FAO reportó la enfermedad por primera vez en el noreste de Colombia en el año de 1960, en la costa Caribe, específicamente entre Montería y Barranquilla, con particular intensidad en la zona de Cartagena. 5 El Parque Corales ha venido realizando con la comunidad de Orika diferentes mesas de trabajo durante el año 2010 – 2011 para la retroalimentación del plan de manejo del parque; este trabajo ha permitido la recopilación de información histórica del archipiélago la cual es presentada en este capítulo. 6 Las barretas es el nombre dado a la herramienta utilizada para socavar o extraer cualquier elemento, la cual está compuesta por un barra de hierro cilíndrica que en la punta toma forma aplanada.

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Figura 1.1. Primeras referencias y migraciones históricas de pueblos afrocolombianos organizados en el área de influencia del Parque Nacional Natural Los Corales del Rosario y de San Bernardo, en el sector de Barú y archipiélago del Rosario (Isla Grande).

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para la construcción de los cimientos y paredes de las casas, lo cual deterioró e impactó de manera significativa los arrecifes coralinos; en algunos sectores de Isla Grande aún se pueden observar algunas de estas viviendas (figura 1.3).

dado entre finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII; este islote se constituía en una zona emergida de arrecife coralino muy pequeña y de poca vegetación, por tanto permitió el asentamiento permanente de pescadores y sus familias, ya que era de los pocos sitios donde no pululaban insectos como mosquitos y jejenes (a diferencia de Tintipán y Múcura, otras de las islas cercanas, en las cuales la plaga de insectos llegaba a ser insoportable – figura 1.4). Por su parte, se desconoce la fecha del establecimiento de las primeras comunidades en isla Múcura; no obstante, es importante enfatizar en el hecho de que un alto porcentaje del componente de la población actual llegó de las costas de Sucre, en particular de las localidades de Rincón del Mar, Berrugas y Santiago de Tolú (figura 1.5).

Hacia el año 2001- 2002, cuando algunos terrenos de Isla Grande fueron expropiados por el estado en procesos de narcotráfico, se entregó a la Armada Nacional para su administración, el predio “Éxtasis”, el cual comprendía una extensión amplia de terrenos en Isla Grande que fueron aprovechados de manera espontánea por familias nativas de este archipiélago y de Barú, quienes reubicaron sus viviendas al interior de esta área, dando surgimiento al poblado que hoy día tiene por nombre Orika; este nombre fue dado en honor a la hija de Domingo Benkos Biohó, quien fue un líder afrodecendiente que defendió los derechos de las comunidades negras de la región.

Los primeros pobladores del archipiélago se dedicaban principalmente a la pesca, posteriormente complementaban esta actividad con la agricultura de plátano, yuca, patilla, maíz, naranja y coco, que eran cultivados en isla Múcura y Tintipán. La práctica de la agricultura poco a poco se fue acabando por la compra de los terrenos por personas externas, quienes en ocasiones realizaron algunas prácticas de ganadería donde se intervino de manera casi total el bosque nativo.

Comunidades del Archipiélago de San Bernardo No existe información específica de qué grupo de indígenas habitaron estas zonas, de manera permanente o esporádica, pero se conoce que la familia indígena de estas regiones era Caribe; entre los hallazgos realizados referentes a esta cultura, se tienen algunos elementos de barro encontrados en la isla de Múcura (López-Victoria, 1999).

Los habitantes de isla Múcura cuentan que uno de los primeros personajes que llegó a la isla fue Juan Manuel Moreno, uno de los fundadores del caserío de Múcura. En el sector donde se estableció este caserío, hacia el costado sur este de la isla, se ubicaba una ciénaga la cual fueron rellenando para construir más casas; este sector se caracterizaba porque se inundaba constantemente, por lo cual los trabajadores que cuidaban los predios donde se ubica hoy en día el hotel Punta Faro le colocaron el nombre de Chupumdún, actualmente este caserío lleva por nombre Puerto Caracol.

Una de las referencias iniciales con relación al archipiélago se evidencia en los primeros mapas elaborados a partir del año de 1800, en los cuales se identificó que hacían parte del archipiélago de San Bernardo las islas: Tintipán, Mangle, Múcura, Ceycén, Maravilla, Panda, Cabruna, Caracolillo, Salamanquilla, Juan de Jesús y varios islotes, entre ellos Galeras y Mogotes; desafortunadamente, las tres últimas islas mencionadas y los dos islotes desaparecieron por la tala indiscriminada de mangle (Heckadon, 1969).

La isla toma por nombre Isla Múcura porque en el momento de la construcción de las casas, al escavar el terreno para enterrar los maderos, se encontraban en muchas ocasiones pedazos de vasijas de barro elaboradas por los indígenas de la zona.

De acuerdo a información suministrada por las comunidades de Santa Cruz del Islote, los primeros pobladores que iniciaron un proceso de asentamiento permanente en las islas fueron pescadores procedentes de los sectores de Barú, entre ellos: Efraín Cortez, Gabino Julio, Gertrudis Cortez, al igual que otras familias como los Castillo (a través del señor Mauricio Castillo); esta población se asentó en el archipiélago hace unos 200 años, aunque este dato no está establecido con precisión. Para el caso específico de Santa Cruz del Islote, se cree que fue fun-

Hacia los años 70, se iniciaron las primeras compras de los terrenos de Isla Múcura por parte de familias de otras partes del país, uno de los primeros compradores fueron los señores Iván Perea (procedente del departamento de Atlántico), Chao Uriel Ballón y, posteriormente, Fabio Flórez, entre otras. Entre los primeros sitios construidos en la isla se encuentra Puerto Viejo, una de las casas de recreo ubicada en la parte norte de Isla Múcura, y uno de los primeros hoteles de lujo construido en este mismo sector fue el Hotel Punta Faro 7.

7 Esta información ha sido suministrada por la comunidad de Santa Cruz del Islote e Isla Múcura en mesas de trabajo para la retroalimentación del plan de manejo del Parque desarrolladas entre 2010 y 2011.

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Figura 1.2. Isla Grande (archipiélago del Rosario) con la ubicación de los asentamientos humanos a finales de los años 80´s. Figura 1.3. Estructura en ruinas de una casa en Isla Grande en cuya construcción se utilizó piedra coralina.

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LAS PRINCIPALES ACTIVIDADES ECONÓMICAS La Agricultura Las comunidades indígenas que habitaban la costa Caribe habitualmente basaban su alimentación en el consumo de pescado, moluscos o “carne de monte”, la cual complementaban con tubérculos como la Yuca (Manihot esculenta), y frutos de los árboles de la región como la Cañafístula (Cassia grandis), la Guayaba (Psidium guajava) y los Nísperos (Manilkara zapota), entre otras (Elvás, 2007).

Figura 1.4. Vista aérea de Santa Cruz del Islote (se puede apreciar la cercanía a la isla de Tintipán). Foto: Cap. Jaime Borda.

Históricamente se reconoce que la agricultura se desarrolló de manera rudimentaria en las primeras poblaciones indígenas, pero que ésta fue una actividad influenciada por las intervenciones españolas, quienes promovieron la agricultura extensiva con la participación de esclavos, los cuales trabajaron en grandes haciendas desarrollando cultivos como la caña de azúcar en algunas partes del país.

zó principalmente para abastecer a las familias locales, a diferencia de los cultivo de coco los cuales se desarrollaron para la comercialización en la ciudad de Cartagena, pero ambas prácticas fueron perdiéndose por la venta de los terrenos a personas externas. La señora Chinchi8 manifiesta que “antes la Isla (Isla Grande, en el archipiélago del Rosario) tenía muchos más recursos que en la actualidad, su paisaje estaba dibujado con altas palmas de coco y la extracción de coco era sustento de muchos; sin embargo, hace más o menos 42 años, dos factores contribuyeron a que en la actualidad el coco no sea tan abundante: por un lado la “Porroca”, y por el otro que esta práctica se fue perdiendo y que quienes lo cultivaban ya murieron; de igual forma pasó con distintos recursos vegetales que se daban en Isla Grande cómo la ciruela, el plátano, el maíz verde… y que ya no se dan”.

Los pescadores, principalmente del poblado de Barú, llegaron a las islas del archipiélago del Rosario transformando gran parte de las mismas mediante tumba y quema para desarrollar cultivos como el coco; una forma de dar valor a las tierras era haciendo plantaciones extensivas de importancia económica como los cultivos de coco, esta actividad se ve complementada con cultivos de pancoger (yuca, plátano, níspero, arroz, ñame, patilla, melón, guayaba, papaya e icaco), debido a las pérdidas de algunas plantaciones de coco por la porroca. La actividad agrícola de pancoger en las zonas isleñas se reali-

8 Chinchi es una habitante de la comunidad del archipiélago del Rosario, es nativa de Barú y se mudó a Isla Grande hace aproximadamente 65 años. Información recopilada en una entrevista realizada por Lina María Campo (Guardaparques voluntaria).

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Figura 1.5. Primeras referencias y migraciones históricas de pueblos afrocolombianos organizados en el área de influencia del Parque Nacional Natural Los Corales del Rosario y de San Bernardo, en el sector del archipiélago de San Bernardo.

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En el área de influencia del parque, principalmente en la zona de Barú, hubo un auge de explotación maderera alrededor de 1930, donde se utilizó principalmente uvito playero (Coccoloba uvifera), mangle zaragoza (Conocarpus erectus) y mangle rojo (Rhizophora mangle), como materia prima para la elaboración de carbón vegetal que era enviado a Cartagena para su comercialización.

Para el caso de las islas del Rosario y de San Bernardo, éstas se consideraron en su época como sitios de reposo o, como normalmente se conoce, sitios para “arranchar”, término utilizado para denominar la actividad de alojarse de manera provisional en un sitio determinado durante una faena de pesca; estos pescadores provenían, principalmente, de la isla de Barú.

La pesca como principal actividad de los pobladores

El turismo y su incidencia en el desarrollo económico y social de las comunidades isleñas

Cuentan los Baruleros9 , que la pesca era una forma de compartir entre vecinos y familiares; en ocasiones se cambiaba el pescado por yuca, plátano u otros productos, o simplemente era regalado; no era el negocio de quienes salían a una faena, era la forma de conseguir la “liga” o el pescado para acompañar la yuca o el ñame, ya que la actividad principal en su momento era la agricultura, en especial el cultivo y la comercialización del coco.

Históricamente, se conoce que el turismo surge a nivel mundial en el siglo XIX como consecuencia de la Revolución industrial (Cisneros, 2009). La afluencia del turismo hacia las zonas costeras se hacía principalmente por ocio, descanso, negocios, relaciones familiares o salud; con relación a esta última intención, se consideraba que bañarse en el mar era un tratamiento terapéutico para la cura de muchas enfermedades, pero que solo podían pagar las familias adineradas o monarcas europeos de la época.

Refieren además que los pescadores temían ingresar al mar por mucho tiempo, por la gran cantidad de peces grandes que existían. La pesca submarina se hacía de manera particular: para capturar una langosta primero observaban el fondo marino con un cajón de madera al cual le colocaban un vidrio pegado en uno de sus lados, este cajón pequeño se colocaba en la superficie del agua desde el bote y cuando el pescador observaba desde la superficie una langosta se tiraba para capturarla con las manos y luego regresaba al bote a seguir en su búsqueda con esta particular careta artesanal.

En la década de los 60’s eran algunas familias Cartageneras o del interior del País las que en este territorio Colombiano se desplazaban en sus “Johnson” (como les decían a los motores fuera de borda por ser la primera marca que llegó al área) hacia las islas del Rosario en búsqueda de descanso y diversión. Una de las actividades recreativas de mayor importancia en el archipiélago y la isla de Barú fue la pesca deportiva, a través de la cual se inicia un nuevo proceso de ocupación de las islas por personal externo (Durán, 2006).

La pesca era abundante, se veían especies como el caracol, la langosta y el pulpo muy cerca a la orilla de la playa, no había que ir muy lejos a pescar, el consumo de moluscos no era habitual para los locales, por considerarse estas especies de aspecto y consistencia diferente y poco agradable, pues se le daba preferencia al consumo de pescado. Muy tímidamente, pero de manera progresiva, estos pescadores comenzaron a comercializar el pescado que les quedaba; este producto era ahumado en fogones de leña para garantizar su conservación, ya que no habían neveras, y era transportado a la ciudad de Cartagena en chalupas a vela: travesía que podía llegar a durar hasta un día completo, y que culminaban generalmente con el trueque de la mercancía en mercados locales.

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Con la llegada de los nuevos visitantes, se inician fuertemente los recorridos turísticos que duraban un día, partiendo desde la ciudad de Cartagena y recorriendo las Isla del Rosario y Barú, donde conocían los paisajes marinos, entre ellos: las playas blancas, el mar cristalino y otros atractivos naturales; además, disfrutaban de un almuerzo típico de de la zona (pescado frito, arroz de coco y patacones) ofrecido por nativos en los restaurantes de la isla de Barú. En estos recorridos algunas embarcaciones también llegaban a San Martin de Pajarales, donde se tenían de manera improvisada encierros de peces, dando inicio a lo que hoy día se conoce como el Oceanario de las Islas del Rosario. Decía “El Negro” (comerciante de Barú) “Recuerdo que mi familia tenía un restaurante en

Gentilicio de los nativos de Barú.

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un predio ubicado en la ciénaga de Pelao10, fue el primer restaurante donde llegaba el Alcatraz11, después se ofrecieron los almuerzos en San Martín de Pajarales donde iniciaron las presentaciones con peces y delfines”. La comercialización de productos y servicios para el turismo, entre ellos la venta de platos típicos de la zona, se inició de manera intensiva en la década de los 80´s principalmente en dos sectores: la playita de Cholón y Playa Blanca, ambos ubicados en la isla de Barú. Para el caso de la playita de Cholón, su inicio como sitio turístico se debió a la presencia de embarcaciones con visitantes que buscaban playas donde pasar el día, y los pescadores de la zona, que normalmente “arranchaban” en ese sector, observaron estas visitas y comenzaron a ofrecer ostras y pescado frito; entre las personas que iniciaron el negocio se encuentran Wilson Medrano, Nelson Gómez, Martín Julián Colón y Juan Julio. Con el transcurrir de los días, los turistas demandaron más servicios y este sector se convirtió en una de las playas más visitadas en el parque. Por su parte, los pobladores del corregimiento de Santa Ana (Barú) no se quedaron atrás en este desarrollo turístico y comenzaron a ofrecer servicios de alimentación y venta de artesanías en Playa Blanca, desarrollándose aquí otro de los sectores más visitados del Parque Corales. A partir de estas iniciativas logró posicionarse el turismo, en la década de los 80´s, como una actividad económica de mucha importancia local. Para el caso de las islas del Rosario, los visitantes temporales de Cartagena y otras partes del país se convirtieron en propietarios (hoy arrendatarios) de las tierras que los nativos provenientes de Barú les vendían; estas áreas se destinaron a la construcción de casas de recreo y algunos hoteles, entre los cuales se encuentra San Pedro de Majagua que fue uno de los primeros en establecerse en Isla Grande. Para el año de 1998, el 98% de la tierra ya pertenecía a foráneos, y en la actualidad son muy pocos los nativos que ocupan terrenos en las Islas, los cuales, por lo general, conservan algunas áreas alejadas de las playas en el interior de la Isla (CIOH - Cardique, 2001). En la actualidad se encuentran 14 hoteles en la zona de influencia del Parque Corales, entre ellos cuatro ecohoteles administrados por personal de la comunidad; además, se desarrollaron cuatro sectores donde se prestan

servicios turísticos por la población local: Playa Blanca, playita de Cholón y Playa de los Muertos (en la isla de Barú), así como la Punta de Múcura (archipiélago de San Bernardo).

La actividad artesanal en el área de influencia de Parque Corales El poblado de Barú ha sido uno de los sitios del área de influencia del Parque Corales con mayor transcendencia en la elaboración de artesanías; tradicionalmente, en este poblado se han elaborado productos de transformación manual a partir de algunos elementos extraídos del medio natural, como la madera y algunos recursos hidrobiológicos (entre ellos el caparazón de tortuga carey y conchas de moluscos), con los cuales se elaboraban costosos accesorios (consultar el capítulo 22 en esta publicación). A partir de la creación del parque en el año de 1977, la elaboración de artesanías con elementos marinos fue restringida por la normatividad existente; por su parte, la manufactura en madera se consolidó, siendo Barú de gran influencia en la técnica y transformación de este producto a nivel local. La artesanía en madera tiene su origen en la década de los 70´s cuando comenzaban a ingresar recursos económicos a través de algunas familias pudientes de la zona, quienes promovieron un proceso arquitectónico en la zona: las casas de bareque y estiércol de vaca comenzaron a desaparecer, para ser remplazadas por madera muy fina como la ceiba; de aquí surge un trabajo interesante con la madera: se hacían decoraciones en puertas y ventanas que consistían en figuras caladas en la madera, formando cenefas decorativas que adornaban los espacios exteriores de las casas. Algunas personas vieron la posibilidad de seguir elaborando estas figuran en madera y ofrecerlas como artesanías en la localidad, representando en productos como cenefas, percheros, lámparas y otros elementos, los escenarios naturales donde predominaban las especies marinas del arrecife con sus espléndidos colores. En otras localidades como Santa Ana, ubicada de igual forma en la isla de Barú, predominaron las artesanías elaboradas con la concha del coco, y en otros sectores como Bocachica, lo hacían las artesanías elaboradas con material marino, entre ellos el coral negro, el caparazón

La Ciénaga de Pelao se encuentra en la zona suroccidental de la isla de Barú y está incluida como uno de los valores objeto de conservación del Parque; hoy en día no es visitada por turistas, salvo por algunas personas que construyeron casas de recreo en la zona. 11 El Alcatraz es una de las primeras embarcaciones de turismo que empezó a realizar recorridos diarios a las islas del Rosario y Barú. 10

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de la tortuga carey y las conchas de moluscos. En todas estas localidades se desarrolló de manera paulatina la venta de accesorios elaborados con piedras, perlas, conchas de caracol y algunos otros materiales sintéticos, en algunos casos traídos de otros sectores.

PROCESOS HISTÓRICOS DE LA ACTIVIDAD FLUVIAL EN EL CANAL DEL DIQUE Geográficamente, los arrecifes coralinos se ubican en lugares donde no exista una influencia directa de sedimentos provenientes de ríos, es por ello que en las áreas de influencia de la desembocadura del Río Magdalena y de otros grandes ríos de Suramérica, no hay presencia de arrecifes coralinos (Álvarez, 2009). Cartagena posee una de las bahías más importantes como puerto marítimo en Colombia, en la cual existían, antes de las intervenciones en el Canal del Dique, ecosistemas marino-costeros como los arrecifes coralinos y las praderas de fanerógamas. La transformación de esta bahía, anteriormente con aguas transparentes y ecosistemas de arrecifes coralinos, a un cuerpo de aguas oscuras (aunque de importancia para el comercio marítimo y fluvial), se remonta al año 1571. La construcción del Canal del Dique, tuvo varias etapas que marcaron su historia: después de 1571, cuando se concedió el privilegio por parte del gobernador de Cartagena de construir canales que unieran varias ciénagas (presentándose grandes dificultades políticas y legales entre las autoridades cartageneras), fue hasta 1582 que se logró la culminación de las obras, pero el canal fue inutilizado en pocos años por falta de mantenimiento. El Canal del Dique se considera entonces como un canal construido a partir de las modificaciones geomorfológicas hechas en las áreas cenagosas que constituían el sector para facilitar la navegación fluvial con el interior del país. Una década de importancia para la navegación fluvial, pero de igual forma de aceleramiento de los problemas actuales de sedimentación de la bahía de Cartagena y de impacto a las zonas coralinas cercanas, fue entre los años 1650-1660, cuando se reinaugura el canal con nuevas obras hidráulicas por el gobernador de Cartagena Don Pedro Zapata. La historia del canal del Dique, muestra que no siempre fue navegable, pues siempre se presentaron problemas con el mantenimiento de éste, lo cual se evidencia en el siglo XVIII cuando nuevamente se vuelve innavegable (figura 1.6). En los inicios del desarrollo comercial en la sociedad colonial, cuando la Nueva Granada buscaba mejorar su actividad comercial con el mundo exterior, era recono-

cida la importancia de las ciudades que contaban con puertos de buena capacidad: Barranquilla podía desplazar a Cartagena con sus posibilidades de acceso a través del río Magdalena, al igual que Santa Marta con su espléndida bahía como puerto natural (Bell, 1989). Cartagena de indias, en su intento por mantener su primer lugar como puerto marítimo de la Nueva Granada, retoma ante el gobierno en 1821 la gestión para el mantenimiento y navegabilidad del Canal del Dique, con el propósito de lograr la comunicación fluvial y efectiva con el interior del país. Sólo hasta 1845, se retomaron nuevas obras hidráulicas del Canal del dique con el contratista Norteamericano G.M. Totten; se hicieron compuertas en varios sitios y se abrió una nueva boca del Dique en un punto cercano a la población de Calamar, que había sido fundada en 1848 (Aguilera, 2006). Posteriormente, en 1930, se terminaron los trabajos de dragado que iniciaron a partir de la celebración de contratos con The Foundation Company (1923), y una junta de limpieza y canalización del canal del dique que se creó en 1915. Los dragados realizados pretendían permitir la navegación de buques de más de 500 toneladas lo cual no se logró. A partir de 1940, el Ministerio de Obras Públicas le ha efectuado trabajos de ampliación, profundización, corte de variantes, cierre de cauces antiguos y relleno de algunas zonas inundables, entre otras. Entre 1950 y 1952, en el gobierno de Laureano Gómez, siendo Jorge Leyva el Ministro de Obras, contrató con la Standard Dredging Co. la rectificación del Canal del Dique, donde se redujo de 113 a 93 el número de curvas, lo cual condujo a que el sedimento del río Magdalena entrara con más fuerza a las bahías de Cartagena y Barbacoas (Aguilera, 2006). En el capítulo 7 de la presente publicación se describen algunos de los impactos que originan los sedimentos del Canal del Dique sobre los arrecifes coralinos del Parque. La industria cartagenera crecía aún más con la apertura, en 1956, de nuevas empresas (como la refinería de Cartagena), requiriendo así la efectiva navegación del canal hacia la creciente zona industrial, y, por ende, del desarrollo de nuevas obras de rectificación y adecuación del canal. Otras obras de gran importancia para la navegabilidad del canal fueron las rectificaciones realizadas en la década de 1980-1990, cuando se eliminaron 43 curvas de las 90 que existían, se canalizó a una profundidad no menor a 2,5 metros y se expandió el fondo a un ancho de 45 a 65 metros. Hoy en día el canal es un importante acceso de comunicación fluvial de la ciudad de Cartagena con el interior del país, pero aun se evidencian dificultades con su navegabilidad, lo cual ha generado nuevos proyectos que se encuentran aún en estudios para su implementación.

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Figura 1.6. El Canal del Dique en 1794. Tomado de Aguilera (2006).

AGRADECIMIENTOS A los miembros de las comunidades que participaron en las mesas de trabajo del plan de manejo del Parque: Sirlis Medrano, Cielo Maldonado, Paola Julio, Yoenis M A , Miludys Guerrero, Juan Cruz, Juan Carlos Moreno, José Damián, Adán Medrano, Lourdes Moreno, Bairon Moreno, Maricruz Moreno, Noris Revuelta, Raúl Peralta, Yesica Berrio, Martin, Pedro Medrano, Jorge Moreno, Emilia Moreno, Érica Medrano Moreno, Luis Rafael Pérez, Deifer García, Yuleis Díaz, Kelly Cueto, Jorge Medrano, Julián Medrano, Ancelmo Medrano, Arturo Barbosa, Jorge Mórelo, Juan Berrio, Karen Vital, Rafael Revuelta Escocia, Lurdes Moreno, Julián Medrano, Carlos Moreno Juan Delmaro, América Pérez, Agustín Castro, Camilo, Frank Lozano, Jeison Enrique Julio, José Ramón Ruiz, Marinéala Castro, Yusley Díaz miembros de la comunidad de Múcura. De Santa Cruz del Islote Robinson Herrera, Evelis Berrio, Valentín D, Ramiro de Hoyos, Félix Barrios, Blas Meza, Guillermo Cardales, Eugenio H. C, Alexander Atencio, Juvenal J D e Islas del Rosario Felipe de la Rosa, Lisbeth Pacheco, Silvia Navarro, Arnela Simanca, Carlos Machado, Graciela Molina, John Suárez, Rosa Angélica de la Rosa, Miguel Rodríguez, Ever De la Rosa, Néstor Gonzales, Blanca López, Filiberto Camargo, Benjamín, Yuleidis Villalobos, Carlos Díaz, Sugeidy Torre, Ana Rosa Martínez, Warlin Mesa. A los compañeros de trabajo del Parque Corales del Rosario y de San Bernardo, que acompañaron en los procesos de retroalimentación del Plan de Manejo con comunidades: José Monterrosa, Mónica Duque, Ameth Vargas, Dorismel Bravo y Jorge Moreno. Un agradecimiento especial a Juan Carlos Gómez (Coordinador de la oficina de Sistemas de Información del Parque Corales) por la elaboración de las figuras incluidas en el presente documento.

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II. ASPECTOS SOCIOECONÓMICOS DE LAS PRINCIPALES COMUNIDADES DEL ARCHIPIELAGO DE SAN BERNARDO, SECTOR DE BARÚ Y ARCHIPIELAGO DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO Mónica Alexandra Duque-Rico1 y Lizbeth Torres-Gómez 2 1

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PNN Los Corales del Rosario y de San Bernardo, Subprograma Planeación Interna. [email protected].

PNN Los Corales del Rosario y de San Bernardo, Subprograma Beneficios Ecosistémicos. [email protected].

Resumen

INTRODUCCIÓN

El Parque Nacional Natural Los Corales del Rosario y de San Bernardo presenta, en su zona de influencia, asentamientos conformados por poblaciones que habitan y derivan su sustento principalmente de las actividades económicas que se desarrollan alrededor del mismo. Los principales asentamientos humanos en el área de influencia del Parque Corales comprenden: las comunidades de las islas de Múcura, Ceycén y el Islote Santa Cruz de los Pescadores1 en el sector sur del Parque, ubicadas en el archipiélago de San Bernardo y caracterizadas por su arraigo, convivencia tranquila y deseo de permanencia; la comunidad de Isla Grande, como epicentro de las actividades económicas para la población de las islas del archipiélago de Nuestra Señora del Rosario, y los pobladores de Barú, Santa Ana y Ararca (isla Barú), cuya importancia se deriva de la relación de éstos con el sector de Playa Blanca por la gran afluencia de turistas. En el presente capítulo se describen y destacan los aspectos socioeconómicos más relevantes de las mencionadas comunidades.

Las poblaciones que rodean el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo podrían describirse desde su contexto social como estoicas, pues a pesar de gozar de las grandes riquezas naturales que las rodean, han aprendido a asumir una concepción materialista de la naturaleza, aunque aún prima sobre estos pobladores la felicidad y la tranquilidad, por encima de las comodidades de las grandes metrópolis.

Palabras clave: Aspectos socieconómicos, Población, Comunidades del área de influencia del Parque Corales, Barú, Orika, El Islote, Archipiélagos del Rosario y de San Bernardo.

Vivir de la tranquilidad, de derivar su sustento del medio que los acompaña, ya sea directa o indirectamente, los hace vivir felices y les permite disfrutar de un ambiente de sana convivencia con vecinos, familiares o pobladores aledaños; compartir el fandango y las integraciones alrededor de la música, por ejemplo, se convierten en valores inigualables, que motivan su deseo de permanecer allí toda la vida. Paradójicamente, todo esto prevalece a pesar de sus necesidades básicas insatisfechas, la falta de oportunidades, la ausencia de cobertura educativa completa para niños y jóvenes, entre otros, situación que crece día a día, así como crece su población. La información presentada a continuación, fue recopilada de las fuentes citadas, del conocimiento local tomado de entrevistas realizadas a algunos de sus pobladores, y de las vivencias y experiencias de los autores en los procesos desarrollados con las comunidades del área de influencia del Parque.

1 Islote Santa Cruz de los Pescadores, nombre correcto de la isla, según información obtenida del señor Guillermo Barrios, habitante quien afirma, de acuerdo a entrevista realizada en el mes de marzo de 2011, “Hace 15 años ó menos el nombre de la isla era Islote, luego se denominó Islote Santa Cruz de los Pescadores, por la cruz que se encuentra desde hace como 100 años en el centro de la isla”.

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ISLOTE “SANTA CRUZ DE LOS PESCADORES”, MÚCURA Y CEYCÉN, ARCHIPIÉLAGO DE SAN BERNARDO (SECTOR SUR DEL PARQUE CORALES) El archipiélago de San Bernardo se encuentra conformado por 16 islas (12 islas y 4 islotes2); de éstas, 13 registran alguna persona viviendo o con actividad allí 3, de las cuales solamente 3 son habitadas por comunidades que se reconocen en el archipiélago (Islote Santa Cruz de los Pescadores, Ceycén y Múcura). La mayoría de los pobladores de este sector proceden del departamento de Sucre, en particular de Tolú, Berrugas y Rincón del Mar, salvo la comunidad del Islote Santa Cruz de los Pescadores que posee el mayor número de población nativa del archipiélago (Ver capítulo 1 en esta publicación). El Islote Santa Cruz de los pescadores se encuentra construido sobre coral reforzado con concha de caracol, piedra coralina y residuos sólidos, sin vegetación, rodeada por canoas y lanchas pesqueras, con callejones pequeños (Rojas et al., 2006) (figura 2.1). Un patio que se encuentra al frente de la única institución educativa de la isla, hace las veces de parque y de plazoleta, (figura 2.2) y se constituye, junto a los callejones y las esquinas allí existentes, como los lugares de esparcimiento y de reunión comunes para todos sus pobladores. De las 3 islas en mención, ésta posee el mayor número de habitantes (1100 en total), quienes conviven en un área de 1.32 hectáreas; de acuerdo a la información procesada por la oficina de sistema de información geográfica –S.I.G.- del Parque con imágenes satelitales 2010 encontradas en Google Earth, la densidad poblacional del Islote corresponde a 834,05 hab/hectárea, la cual comprende una cifra muy elevada, aún más si se tiene en cuenta sus características socioeconómicas, como lo es el hecho que en un mismo espacio habitacional convivan de 2 a 3 familias y un promedio de 15 personas por casa (según Rojas et al., Op. cit.). El 63% de la población es menor de 25 años, tan sólo el 6% es mayor de 60. Los hombres hacen parte del 51% de la población, el restante 49% son mujeres (Manjarrés, 2007) (figura 2.3). La tasa de crecimiento anual de la población, de acuerdo a lo registrado por Rojas et al. (2006), es de 2,1%, mientras que en Colombia según estadísticas de la Unicef para el período 2000-2009, la tasa de crecimiento anual nacional corresponde al 1,7%. Las viviendas ubicadas en el Islote (como se denomina comúnmente a la isla) son 91, según el censo socioeconómico de Rojas et al (2006), las cuales se encuentran dispuestas en calles y callejones; el 48% de éstas posee 2 3

a.

b. Figura 2.1. Islote Santa Cruz de los pescadores en: a) Vista lateral; b) Vista aérea. Fotos: Mónica Duque (a); Cap. Jaime Borda (b).

c. Figura 2.2. Plazoleta central del Islote Santa Cruz de los Pescadores. Foto: Mónica Duque.

Isla pequeña y despoblada, roca, o bajo apilotado. Información suministrada por la oficina de Sistemas de Información del Parque Corales, en abril de 2011.

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Figura 2.3. Algunos aspectos socioeconómicos relevantes del archipiélago de San Bernardo (PNNCRSB).

Figura 2.4. Campo de fútbol en la isla de Múcura. Foto: Yemenis Ordosgoitia.

1 sola habitación y un 8% cuenta con 4 habitaciones. El material predominante en las paredes de las viviendas es el bloque de cemento (72%), en el restante 28% es la madera4; esta situación es contraria lo observado en las islas de Múcura y Ceycén. No existe sistema de acue-

ducto ni alcantarillado; el 81% de la población envía sus excretas directo al mar, el 19% posee un baño sanitario familiar (pozo séptico). La recolección de residuos sólidos, “la efectúa un señor encargado en el islote, cuando se completan 700 sacos, las basuras se sacan en una embarcación a Tolú, mientras ello, se almacenan en la casa del señor encargado de la recolección”5. El agua dulce es escasa, “El islote tiene una alberca comunal en la que se recoge agua lluvia de los techos; cuando escasea se trae de Tintipán, o de Cartagena a través de la barcaza. Existe una junta conformada por un grupo de personas que administran la entrega del agua a la comunidad”6. El servicio de energía eléctrica se obtiene a través de una planta comunitaria, la cual es administrada por un grupo de personas encargadas de recoger diariamente la suma de $2.500 por vivienda, lo que equivale al combustible requerido para su funcionamiento. La hora de encendido depende del horario en que se termine de recoger el dinero entre la comunidad, normalmente

Ibídem. De la entrevista realizada al señor Blas Mesa, representante legal de la cooperativa de pescadores Mar Claro, habitante de la isla, en marzo de 2011. 6 De la entrevista realizada al señor Luis Rafael Pérez (Delegado designado de la Junta de acción comunal de Isla Múcura), habitante de la isla, en febrero de 2011. Por otra parte, Tintipán hace parte de las 16 islas del archipiélago de San Bernardo. 4 5

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se enciende entre las 6 p.m. hasta las 12 p.m.; el día que no se recoge lo suficiente, no se enciende la planta. Entre la comunidad se tienen 4 plantas eléctricas más, y la institución educativa cuenta con una propia. En cuanto al servicio de telefonía, no existe telefonía fija, únicamente servicio de telefonía móvil; las señales de movistar, tigo y comcel, tienen igual cobertura en la isla, su señal es similar7. Según Rojas et al. (2006), el combustible usado para la cocción de los alimentos es la leña en un 57% y el gas, en un 43%. En cuanto a la prestación del servicio de salud, de acuerdo a la información suministrada por el señor Meza, “15 días, fue lo que la E.S.E de Cartagena aseguró que el médico asignado al archipiélago debería permanecer en el Islote, para atender a la comunidad de San Bernardo e Isla Fuerte. Desde el mes de noviembre de 2010, no había médico, nuevamente a partir del mes de marzo de 2011 hay contrato y se espera su llegada. Hay una enfermera que permanece allí, además porque hace parte de la comunidad”. Datos correspondientes a enfermedades más comunes, afiliaciones al sistema de salud y atención de urgencias médicas, se ilustran en la tabla 2.1. Tan sólo un 5% de la población cuenta con secundaria completa, el 16% no tiene ningún grado de escolaridad (Manjarrés, 2007). Se cuenta con una escuela denominada “Institución educativa Santa Cruz del Islote”, la cual tiene una planta de 6 profesores, 4 salones, un puesto de salud ubicado en el último piso, y habitación para profesores. Los estudiantes pueden cursar allí hasta séptimo grado, último grado escolar que tiene la institución. Según los datos recopilados en Rojas et al. (2006), la pesca, representada en un 36%, es la actividad económica más común a la que se dedican los hombres en la comunidad, mientras que las mujeres mayoritariamente se dedican al hogar (40%). Los ingresos económicos promedio no alcanzan a un salario mínimo mensual legal vigente ($381.500, salario mínimo del año 20058, información base del estudio). En la tabla 2.1 se pueden apreciar los datos correspondientes a los diferentes sectores económicos de ocupación entre los pobladores, y sus ingresos económicos, así como otros datos relevantes, recopilados de las entrevistas efectuadas y los autores citados. Por otra parte, la isla de Múcura, con un área de 31.11 has. y una población de 150 habitantes (Manjarrés, 2007), cuya densidad poblacional es de 4.82 hab./ha., está conformada en gran parte por dos predios: el Hotel Punta Faro y Hotel Múcura Club; el resto del área la conforman

un caserío denominado Chupundún, en donde habita mayoritariamente toda la población de la isla, una casa de recreo denominada Puerto viejo (predio privado), y uno más denominado Dhalandia, lugar conocido en la isla en cuya vivienda el profesor Flórez alberga estudiantes de diferentes lugares del país. Manjarrés (2007) reporta en el caserío de Chupundún 22 viviendas ubicadas sobre caminos de tierra y en forma desordenada, con paredes en madera (91%), techos en palma (41%) y pisos en tierra (55%); el 52% de estas viviendas tiene una sola habitación y un 10% tiene 3 habitaciones (Rojas et al., 2006). Las viviendas en el caserío tienen problemas estructurales en los amarres, cimentaciones y apoyos poco eficientes (Bolaños et al., 2009). El espacio público es limitado a escasos senderos peatonales formados por los caminos que unen las viviendas. La tienda de Franky, única vivienda con planta eléctrica, ubicada frente a un área con bancos rústicos de madera, al aire libre y vista al mar, donde se venden minutos, se ve televisión, se escucha música y se desarrollan fiestas y tertulias, es el lugar de esparcimiento de los pobladores, junto a un terreno que se utiliza para jugar fútbol (figura 2.4). El 69% de la población es menor de 25 años, los hombres se encuentran en proporción de un 52% y las mujeres el 48% restante (figura 2.3); las familias se encuentran integradas por 1 a 5 personas (Manjarrés, 2007). Igual que en el Islote, no hay infraestructura de acueducto ni alcantarillado; un 90% de las personas hace la disposición final de excretas directamente en el mar, o también se cuenta con la posibilidad de ir al “monte” (Rojas et al., 2006). En cuanto al tema de agua y residuos sólidos, de acuerdo a la entrevista efectuada al señor Pérez, en isla Múcura, “Cada quien recoge agua lluvia de sus techos. Del Islote llevan agua a Múcura. A través del corregidor, se hace la solicitud y desde Cartagena llega una barcaza con agua. Existen 2 pozos principales, 1 de más o menos 10 metros de profundidad, que antes servía para consumo humano, ahora solamente se utiliza para lavado de ropa y baño (figura 2.5 a y b). El otro pozo es de más o menos 3 metros de profundidad, es de agua un poco salobre, que se utiliza cuando del otro, no se puede obtener agua (figura 2.5 c). Hay otras charcas que ocasionalmente se llenan de agua que se puede utilizar”. “……. Una persona se encarga de la recolección de residuos, los trasladan sacándolos en lancha, cuando hay mucha basura, cuando se demoran en recogerla, la queman, los residuos de la cocina se la dan a los marranos, en ocasiones se botan las basuras directo al mar”. En isla Múcura no existe planta eléctrica comunitaria, 1 planta eléctrica particular se encuentra en Chupundún, 4 plantas más se

Salario mínimo para el año 2005. Extraído el 12 de marzo de 2011 desde http//: www.banrep.gov.co/series/estadísticas. Información obtenida de las dos entrevistas realizadas, antes citadas. Un valor de $175.000 promedio por vivienda, se cancela mensualmente por el suministro de energía por medio de la planta comunal.

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encuentran distribuidas entre los predios privados. El 52% de los pobladores del caserío utilizan leña para la cocción de sus alimentos (Rojas et al., 2006). El servicio de telefonía de mayor cobertura es el de Movistar, la señal de tigo y comcel, se encuentra solo en algunos lugares. Hay una escuela, financiada mediante un proyecto de cooperación internacional, que tiene hasta 5to grado, y cuenta con un solo profesor, un salón con tablero y pupitres, dos baños, un salón para enfermería (el cual no está dotado), una habitación en donde vive el profesor (la cual tiene cocineta y baño interno) y un tanque elevado. Según Rojas et al. (2006), el 26% de la población no cuenta con ningún grado de escolaridad y un 48% cuenta con un curso en algún grado de primaria. Información correspondiente a las actividades económicas de los pobladores y sus ingresos, así como otros datos de interés, se ilustran en la tabla 2.1. La isla Ceycén, es un lugar de paso en donde los pescadores llegan con sus familias para tener un acceso más fácil a los recursos marinos. Pasaron de ser ocupantes temporales buscando mejores sitios de pesca, a ocupantes permanentes (Rojas et al., 2006). Sus habitantes son 36, en temporada de vacaciones aumenta la población hasta 50 personas, quienes conviven en un área de 12.16 has., y cuya densidad poblacional es de 2.96 hab./ha.; 15 casas se encuentran dispuestas de forma paralela a

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d. Figura 2.5. Pozos de isla Múcura: a-b) Pozo 01 ubicado hacia el centro de la isla; c) Pozo 02 ubicado detrás del caserío Puerto Caracol; d) Las “charcas” son frecuentemente invadidas por los cerdos que deterioran la calidad del agua. Fotos: Esteban Zarza.

la pequeña playa que se ha formado en la isla. El 91% de las paredes de las viviendas son en madera, el 46% de los techos son de palma y el 73% de los pisos son en tierra; el 70% de las viviendas tiene una sola habitación. Una enramada es el único sitio de esparcimiento común para los pobladores. Su población a diferencia un poco de las islas de Múcura y el Islote, se encuentra en un rango de mayor edad, el 57% de los habitantes tiene entre 26 y 59 años, los niños no habitan con las familias todo el tiempo, solamente en época de vacaciones; se presentan entre 1 y 5 personas por vivienda (Rojas et al., Op. cit.). La situación de infraestructura de servicios públicos es común a las otras dos islas: la obtención de agua dulce se da por recolección de agua lluvia, y en tiempo seco compran el agua o hacen cambios con los dueños de 2 albercas en la isla Manjarrés (2007); no se cuenta con letrinas sanitarias; no existe un manejo de residuos sólidos,

El Entorno Ambiental del PNN Corales del Rosario y de San Bernardo Tabla 2.1. Aspectos socioeconómicos relevantes de las comunidades del Islote, Múcura y Ceycén (Información obtenida principalmente de las fuentes citadas en el presente capítulo). ITEM

ISLOTE SANTA CRUZ DE LOS PESCADORES

MUCURA

CEYCEN

Estado civil

Unión libre:33%, casados:6%, solteros:56%. Divorciado:3%, viudo:2%

Unión libre:59%, casados:6%, solteros:33%. Divorciado:1%, viudo:1%

Unión libre:44%, casados:14%, solteros:42%.

Religión

Predominantemente católica

Predominantemente católica

Predominantemente católica

Enfermedades más comunes/ Afiliación al sistema de salud/ Urgencias.

60% de las enfermedades corresponde a virales entre niños y adultos. 31% de las causas se debe a la condición climática y un 14% a las precarias condiciones de saneamiento. El 51% de los habitantes están afiliados al Sisbén. Para una emergencia, se alquila la lancha para trasladar a la personas a Berrugas o Rincón del mar.

53% de las enfermedades corresponde a virales entre niños y adultos. Un 33% a la condición climática y un 14% a las precarias condiciones de saneamiento. El 73% de los habitantes no tienen ningún tipo de afiliación a salud. Para emergencia se maneja igual situación que en el Islote.

50% de las enfermedades corresponde a virales entre niños y adultos. Un 50% de las causas se debe a la condición climática y un 20% a las precarias condiciones de saneamiento. El 64% de los habitantes no tienen ningún tipo de afiliación a salud. Para emergencia, se maneja igual situación que en el Islote.

Brigadas sociales

-Organización Aislados, realizaba brigadas de salud en el Archipiélago, con 20 médicos aprox., durante 4 ó 5 días, una vez al año, hasta el 2009.-Armada Nacional realizó brigada en nov./10.-E.S.E. de Cartagena realizó brigada en mar/11, para el Islote y Múcura.

Similar al Islote.

Similar al Islote.

Celebraciones más comunes

16 de julio, día de la virgen del Carmen; 24 de Junio día del pescador ó 24 de San Juan; 3 de mayo día de la cruz

16 de julio, día de la virgen del Carmen; 24 de Junio día del pescador ó 24 de San Juan; Van al Islote a las fiestas.

Dependen de los festines de Múcura e Islote.

Establecimientos comerciales

4 tiendas, una de ellas funciona como tienda-droguería

3 tiendas, una de ellas, la más grande (Franky). Se abastecen de Rincón del Mar.

1 tienda

Liderazgo comunitario

Una junta de acción comunal, una cooperativa de pescadores, un inspector y una asociación de padres de familia.

Una junta de acción comunal, conformada por 8 ó 10 miembros, de los cuales solo se encuentran 3 activos.

No existen organizaciones comunitarias.

Comedores comunitarios

Desayuno comunitario para niños menores de 3 años, de lunes a viernes.

Desayuno comunitario para niños menores de 5 años, de lunes a viernes, se distribuye en la tienda de Franky.

No hay.

Cementerios

La velación es en casa. Las personas nativas se entierran en Tintipán, en donde hay un cementerio. De lo contrario se traslada el cuerpo al lugar de su procedencia.

Similar al Islote.

Similar al Islote.

Algunas actividades económicas

Hombres: Pesca: 36%, buzo: 13%, comercio: 7%, turismo: 5%. Mujeres: Hogar: 40%, comercio:11%, turismo: 8%

Hombres: Pesca: 31%, buzo: 6%, comercio: 6%, turiSmo:8%. Mujeres:Hogar:39%, comercio:4%,turismo:2%

Hombres: Pesca: 40%, buzo: 20%, Mujeres: Hogar:40%, comercio:7%,turismo:7%

Ingresos (valores basados en el salario mínimo del año 2005:$381.500)

44%: $200.000-$381.500; 32%:menos de $200.000; 24%: entre $381.500 y $500.000

33%: $200.000-$381.500; 29%:menos de $200.000; 38%: entre $381.500 y $500.000

20%: $200.000-$381.500; 80%: menos de $200.000.

ISLA GRANDE: ASENTAMIENTO POBLACIONAL DE MAYOR CONCENTRACIÓN EN EL ARCHIPIÉLAGO DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO (SECTOR NORTE DEL PARQUE CORALES)

el 40% de los pobladores los dispone directamente en el manglar, 30% en potreros, 20% para calzar el suelo y el 10% directamente en el mar (Rojas et al., 2006). De acuerdo a la información obtenida del Señor Luis Rafael Pérez, una sola persona tiene planta eléctrica en la isla; el servicio de telefonía móvil en cuanto a señal es deficiente para todos los operadores. Un 50% utiliza leña para cocinar sus alimentos, 20% usa gas, y un 30% combina ambos métodos (Rojas et al., Op. cit.).

El archipiélago de Nuestra Señora del Rosario se encuentra conformado por 57 islas (30 islas y 27 islotes), de las cuales 29 registran alguna persona viviendo o con actividad allí 9. De éstas 27, Isla Grande es el principal asentamiento humano, conformado por los sectores de Caño Ratón, El Palmar, El Silencio, Orika (figura 2.6) y Petare, Isleta y la Punta; la isla tiene un área de 204.21 has. y 160 viviendas, con una

No hay instituciones educativas, los niños estudian en Berrugas, Rincón y Tolú, y van a la isla en temporada vacacional. Un 44% de la población no tiene ningún grado de escolaridad (Manjarrés, 2007). En la tabla 2.1 se detalla información de interés acerca de ésta comunidad.

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todo el archipiélago. La población, carece de servicio de acueducto y alcantarillado; el 41% habita en una vivienda sin servicios y el 52% de las viviendas cuentan con pozo séptico. Las viviendas en condiciones inadecuadas se representa en un 45% para los sectores de Orika y Petare, 27% para el Silencio, 8% para la Punta, 6% en el Palmar y un 8% para Caño Ratón (Prieto y William, 2009). Existe un aljibe cercano a los sectores de Orika, Petare y Caño ratón, de donde se abastece de agua la población.

Figura 2.6. Plazoleta central de Orika (Isla Grande, archipiélago el Rosario). Foto: Archivo PNNCRSB.

población de 532 habitantes, de acuerdo a la información base del censo elaborado por la Fundación Surtigas en el año 2007, para una densidad poblacional de 2.61 hab./ha. Un 72% de la población total de las islas del Rosario (718 personas en el archipiélago), vive en Orika (Prieto y William, 2004). El 49% de la población vive en hacinamiento10, 23% viven con pisos de tierra o arena (Universidad de Cartagena, 2009). En el sector de Isleta el 17% de la población reside en cuartos con un número de personas mayor a 3; el sector El Silencio, tiene el mayor número de viviendas, después de Orika, con pisos de tierra o en arena. De los 532 habitantes, el 51% son mayores de 18 años. Las mujeres conforman el 46% y los hombres el restante 54% (figura 2.7). En la tabla 2.2 se puede apreciar la distribución etárea por rangos de edad, así como la distribución poblacional para

El servicio de salud se presta en un puesto de salud cercano a los sectores de Orika, Petare y Caño ratón (Prieto y William, 2009). Para atención de urgencias o enfermedades complejas, los pobladores de trasladan principalmente a Cartagena, Santa Ana ó Barú. Un 17% de los pobladores, se encuentran afiliados al régimen contributivo, el 47% están en el régimen subsidiado, un 35%, no se encuentra afiliado a ninguno, y el restante 1% no lo sabe (Prieto y William, Op.cit.). En Isla Grande, existe una escuela denominada “Institución educativa Isla Grande”, la cual se encuentra ubicada cerca a los sectores de Orika, Petare y Caño ratón. En la tabla 2.2 se ilustra el nivel de escolaridad de los pobladores de Isla Grande, y en general de la población del archipiélago.

Figura 2.7. Algunos aspectos socioeconómicos relevantes en Isla Grande, archipiélago de Nuestra Señora del Rosario.

Información suministrada por la oficina de Sistemas de Información del Parque Corales, en abril de 2011. El Departamento administrativo nacional de estadística DANE, cataloga una vivienda con hacinamiento crítico, a las viviendas con más de 3 personas por cuarto (excluyendo baño y garaje). Extraído el 15 de marzo de 2011 desde http://www.dane.gov.co/ index.php?Itemid=831&id=346&option=comc_ontent§ionid=35&task=category. 11 El Departamento administrativo nacional de estadística DANE, cataloga a la población en edad de trabajar para las zonas rurales, como las personas de 10 años y más. Extraído el 15 de marzo de 2011 desde http://www.dane.gov.co/index. php?option=comc_ontent&task=category§ionid=19&id=348&Itemid=833 9

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El 32% del total de la población se encuentra en edad de trabajar11, pero un 60% de la población percibe ingresos menores a un salario mínimo.12 En la tabla que se presen-

ta a continuación se ilustran las actividades económicas de los pobladores de Isla Grande, y en general del archipielago, así como su nivel de ingresos.

Tabla 2.2. Aspectos socioeconómicos relevantes de la comunidad de Isla Grande y el archipiélago de Nuestra Señora del Rosario (Información obtenida principalmente de las fuentes citadas en el presente capítulo). ISLA GRANDE

ARCHIPIELAGO DEL ROSARIO

Distribución etárea de la población

Mujeres (46%): 13% son menores de 11 años, 27%: entre 11 y 40 años, y un 6% mayor de 40 años. Hombres (54%: 16% son mayores de 11 años, 27% entre 11 y 40 años, y un 10% son mayores de 40 años.

Mujeres (47%): 13% son menores de 11 años, 27%: entre 11 y 40 años, y un 7% mayor de 40 años. Hombres (53%): 16% son menores de 11 años, 27% entre 11 y 40 años, y un 10% son mayores de 40 años. El 52% de la población es mayor de 18 años.

Nivel de escolaridad

Preescolar:7%, primaria:38%, secundaria:37%, técnica:1%, universitaria:1%, ninguna:15%. El nivel universitario lo representan las mujeres que están realizando estudios universitarios, no hay hombres en ese nivel.

Un 5% de la población, convive en hogares en donde el jefe de hogar, tiene un nivel de educación inferior a tercero de primaria y con 3 ó más personas a cargos por persona ocupada.

Actividades económicas

Población en edad de trabajar: 355 personas, población económicamente activa: 171, población económicamente inactiva: 184. El 44% de la población que está en edad de trabajar, está empleada. El 85% del empleo es por servicios, turismo y otras actividades (61% para hombres y 24% para mujeres.

Población en edad de trabajar: 488 personas, población económicamente activa13: 240 personas, población económicamente inactiva: 248. Tienen alguna actividad económica remunerada 216 personas (158 hombres y 58 mujeres).

Ingresos (salario minimo año 2007: $433.700)

Liderazgo comunitario

Ingreso per cápita: $395.862/mes. Un 60% de la población percibe ingresos menores a un salarío mínimo, gasta 3 veces más en alimentación que en educación (7%), transporte (6%), vestido (7%) y vivienda (1%). Hay un concejo comunitario. El 62% de los hogares participan en actividades familiares, un 58% en actividades comunitarias, 22%: actividades religiosas, 26%: actividades productivas, 13%: deportivas, 8%: culturales, 3%: educación no formal, ciudadanas: 12% y otras actividades: 14%.

SANTA ANA, BARÚ Y ARARCA (ISLA DE BARÚ, SECTOR NORORIENTAL DEL PARQUE CORALES) El sector de la isla de Barú cobra gran importancia en el área de influencia del Parque debido a la alta actividad turística que allí se desarrolla, especialmente en Playa Blanca y la Playita de Cholón (ver capítulo sobre el diagnóstico de la actividad turística en esta publicación), de donde derivan principalmente su sustento las comunidades del poblado de Barú, Santa Ana y Ararca. El poblado de Barú, tiene una población de 2746 habitantes (35,52% de la población total de la Isla de Barú), quienes conviven en un área de 34,28 has., con un promedio de 5,03 habitantes/vivienda, y cuya distribución

De cada $100 en el presupuesto de gasto, 65 se destinan a alimentación, 21 a educación, transporte, vestido y vivienda y 14 a gastos varios.

Se sitúa en Isla Grande para el archipiélago.

poblacional por sexos es muy pareja (50,07% mujeres, 49,93% hombres) (tabla 2.3; figura 2.8). Sus viviendas presentan una mejor calidad que en otros poblados de la Isla, ya que cuentan con infraestructuras más consistentes y con menor porcentaje de pisos en tierra (figura 2.9). El 20,5% de las viviendas se encuentran construidas en madera. En cuanto al servicio sanitario el 47,25% de las viviendas no cuentan con ningún sistema, y un 46,89% tienen inodoro con conexión a pozo séptico14. El agua lluvia es recogida y almacenada; las actividades de aseo del hogar se realizan con agua de mar. En el poblado, existe una Institución educativa denominada Luis Felipe Cabrera de Barú, que tiene hasta quinto grado de primaria, y, con respecto al nivel de escolaridad, el 27,06% de la población posee secundaria completa15.

12 Salario mínimo para el año 2007, año de realización del censo de la Fundación Surtigas:$433.700. Extraído el 12 de marzo de 2011 desde http//: www.banrep.gov.co/series/estadísticas. 13 El Departamento administrativo nacional de estadística DANE, cataloga a la población económicamente activa, a la fuerza laboral conformada por las personas en edad laboral que trabajan o están buscando empleo. Extraído el 15 de mar/11 de http://www.dane.gov.co/index.php?option=comc_ontent&task=category§ionid=19&id=348&Itemid=833 14 Información tomada del Censo para Sisbén realizado en el año 2007, por la Secretaría de Planeación Distrital de Cartagena. 15 Ibídem.

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El Entorno Ambiental del PNN Corales del Rosario y de San Bernardo

Figura 2.8. Algunos aspectos socioeconómicos relevantes de los poblados en Isla de Barú.

Figura 2.10. Institución Educativa Santa Ana; en la fotografía aparecen docentes de la institución. Foto: Archivo PNNCRSB.

Figura 2.9. Casa antigua en la plaza de la Bonga (poblado de Barú). Foto: Yemenis Ordosgoitia.

Santa Ana posee el 51,5% de toda la población de la Isla (3993 habitantes) (Secretaría Distrital de Cartagena, 2007), distribuidos en un área de 39,20 has.16, con 748 viviendas y un promedio de 5,34 habitantes/casa (tabla 2.3; figura 2.8). Las viviendas se encuentran construidas mayoritariamente en ladrillo, madera y piedra pulida (96%) (Pizarro, 2008); en cuanto a servicios públicos, el 92% de las viviendas, cuenta con servicio de energía

16

eléctrica. Esta población tiene una clínica de primer nivel, a la cual acuden los pobladores de toda la isla y, en ocasiones, del archipiélago del Rosario; para tratamientos médicos complejos se trasladan a Cartagena. En cuanto a la infraestructura educativa, posee dos instituciones hasta grado 11°: el Instituto ecológico Barbacoas y la Institución educativa Santa Ana (figura 2.10); instituciones a las que acude la población de Barú y Ararca para terminar, en algunos casos, su bachillerato.

Información suministrada por la oficina de Sistemas de Información del Parque Corales, en abril de 2011.

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El Entorno Ambiental del PNN Corales del Rosario y de San Bernardo

CONSIDERACIONES FINALES

La población de Ararca está conformada por 992 habitantes (12,83% de la población total de isla Barú), ubicados en 223 viviendas (Secretaría de Planeación Distrital de Cartagena, 2007), que no cuentan con sistema de acueducto ni alcantarillado (tabla 2.3; figura 2.8). Un 76,68% de la población no posee ningún tipo de servicio sanitario. Aguas de Cartagena (Acuacar S.A.), en 2007 instaló una estación de bombeo con un tanque de almacenamiento, para proveer a las poblaciones de Santa Ana y Ararca; la empresa construyó 3 piletas en Ararca y 3 en Santa Ana, los habitantes compran allí el líquido y el dinero recaudado se entrega a Acuacar S.A.17 Una institución educativa denominada Centro educativo Ararca se encuentra ubicada en ésta población, cuyos estudiantes pueden cursar hasta el grado 9°.

Las caracterizaciones de los aspectos socioeconómicos de cualquier comunidad deben actualizarse regularmente, debido a los continuos cambios en el tiempo que se presentan en las principales variables medidas. Esta situación es particularmente evidente en localidades como los poblados del área de influencia del Parque Corales, donde se mantiene una población flotante que, en muchos casos, puede exceder la población asentada en la zona, por lo cual se recomienda que esta información sea tomada y monitoreada en el área de manera regular.

Tabla 2.3. Aspectos socioeconómicos relevantes de las poblaciones de Ararca, Santa Ana y el poblado de Barú (Información obtenida principalmente de las fuentes citadas en el presente capítulo). ITEM

ARARCA

SANTA ANA

BARU

Area

15,32 hectáreas

39,20 hectáreas

34,28 hectáreas

No de viviendas

223

748

546

5,34

5,03

Características de las viviendas

Paredes: 90,6% bloque. Pisos: 19,2% en arena, 14,6% en baldosa.

Paredes: 96% en ladrillo, madera y piedra pulida. Pisos: 73% en cemento, gravilla.

Paredes: 20,5% en madera.

No de habitantes

992 (12,83% de toda la isla de Barú).

3993 (51,5% de toda la isla de Barú.

2746 (35,52% de toda la isla de Barú)

Distribución poblacional

Hombres: 50,30% de todo Barú. Mujeres: 49,70% de todo Barú.

Hombres:50%, mujeres:50%. Rangos: 0-2 años: 4%, 3-5:6%, 6-11:12%, 12-17:14%, 18-40:38%, 41-4:17%, 65-95:5%.

Hombres: 49,93% de toda la isla, mujeres: 50,07% de toda la isla.

Infraestructura acueducto/ alcantarillado/ Servicio sanitario

Sin acueducto ni alcantarillado. 76,68% de las viviendas: no posee ningún sistema sanitario. Un 3,59%: sistema de letrina o bajamar. El 18,84%: Inodoro con conexión pozo séptico, y un 0,90% inodoro sin conexión pozo séptico. Se dispone de un espacio artesanal en madera, plástico, allí se bañan y el agua es arrojada a las calles o en los patios.

No posee acueducto ni alcantarillado. El 60% cuenta con inodoro/pozo séptico, un 33% no tiene ningún sistema.

Ningún sistema: 47,25%; inodoro con conexión pozo séptico: 46,89% 4,21%: poseen sistema de letrina o bajamar

Suministro de agua

Aguas de Cartagena, Acuacar S.A, en 2007, instaló una estación de bombeo con un tanque de almacenamiento, para proveer a Santa Ana y Ararca. La empresa construyó 3 piletas en Ararca y 3 en Santa Ana, los habitantes compran allí el líquido y el dinero recaudado se entrega a Acuacar.

Similar a Ararca

En época de lluvia se recoge y almacena en pozos, aljibes o albercas, que solo un 1% de las viviendas poseen. Con el agua del mar se realizan las actividades de aseo del hogar. En tiempo seco por gestión de los líderes locales, la Armada Nacional, suministrada el agua transportada en una barcaza desde Cartagena, la cual se almacena en aljibes comunitarios y/o la alberca de la escuela.

Manejo de residuos sólidos

La empresa de aseo Urbaser, concesionada por el Distrito para ello, una vez/semana presta el servicio. Se recoge mediante un vehículo de tracción animal que recoge el material inorgánico de los hogares, y es llevado al relleno sanitario de la Loma de los Cocos en Cartagena, por medio de lanchas. Algunas familias aún queman, entierran o colocan basuras en lugares no adecuados.

Un 89% desecha los residuos con el servicio de aseo, 5,7% realiza quema, un 2,8% la disponen en un patio o terreno baldío.

Similar a Ararca

Combustible para cocción de alimentos

La empresa Promigas, presta el servicio desde el año 2006. Otros utilizan pipeta de gas y leña. Existe un punto de venta de pipetas.

87% tienen servicio de gas natural, a través de Promigas.

Similar a Ararca

Energía eléctrica

Desde 1.991, cobertura del 99,55% del total de las viviendas.

92% de la población cuenta con el servicio.

Similar a Ararca

Prom.hab./vivienda.

4,45

Tomado de la información suministrada por la Oficina de Valorización Distrital de Cartagena, de acuerdo al Estudio de impacto ambiental. Vía transversal de Barú. Año 2007.

17

35

El Entorno Ambiental del PNN Corales del Rosario y de San Bernardo ITEM

ARARCA

Servicio de telefonía

Tiene un teléfono móvil promedio/vivienda

Mayor participación de teléfonos por hogar tipo avantel. La señal de celulares no es muy buena.

Tiene un teléfono móvil promedio/vivienda. Hay 22 viviendas que venden minutos.

Existe un centro de salud, el cual una vez/semana, hace jornadas de prevención de enfermedades, prevención de embarazos y manejo de agua almacenada, el Sena dicta allí capacitaciones. Para urgencias, se dirigen a la Clínica de Santa Ana, para casos complejos se trasladan a Cartagena. El 51,92% de la población no tiene ningún tipo de afiliación. El 47,88% se encuentra afiliado al Sisbén. Un 0,1% son afiliados como beneficiarios y otro 0,1% afiliados directos del I.S.S.

Clínica de 1er nivel administrada y financiada por la Fundación Santo Domingo, infraestructura adecuada, hospitalización, odontología y actividades comunitarias. 4 médicos, 6 enfermeras, 24 horas, todos los días. Para casos complejos se trasladan a Cartagena. Afiliados al Sisbén: 94%. Enfermedades más comunes: virosis, cefaleas, dificultades respiratorias.

Un centro de salud, con 2 médicos y una enfermera entre semana, en fines de semana hay solo un médico, se prestan allí primeros auxilios y eventualmente jornadas de vacunación. Para urgencias se dirigen en ambulancia a la Clínica de Santa Ana, para casos complejos se trasladan a Cartagena. El 77,49% de la población no tiene ningún tipo de afiliación a salud, el 20,03% se encuentra afiliado al Sisbén.

Nivel de escolaridad

Ninguno:36,59%, primaria:45,67%, secundaria:17,64%, superior:0,10%

Ninguno:28,58%, primaria:44,70%, secundaria:26,47%, técnica: 4,01%, superior:0,15%

Ninguno:25,97%, primaria:46,32%, secundaria:27,06%, técnica: 0,25%, superior:0,33%

Centros educativos

1 institución denominada Centro educativo Ararca, con 225 estudiantes. Hasta noveno grado. Luego se dirigen a Santa Ana a culminar sus estudios.

Dos instituciones: Instituto ecológico Barbacoas (816 estudiantes), hasta grado 11, éste es un colegio moderno construido con el apoyo de la Fundación Mario Santo Domingo; Institución educativa Santa Ana (756 estudiantes), hasta grado 11.

1 institución denominada Institución educativa Luis Felipe Cabrera de Barú. (1150 estudiantes). Hasta grado 11. Administrada por el Instituto Fe y alegría, en la noche algunos adultos allí toman clases para nivelar o culminar sus estudios

Actividades económicas

Población en edad de trabajar: 70,6%. Población económicamente activa: 31,5 %, de los cuales el 28,8% se encuentran ocupados y un 2,6% desocupados.

Población en edad de trabajar: 70,1%. Población económicamente activa: 26,3 %, de los cuales el 24,7% se encuentran ocupados y un 1,6% desocupados.

Población en edad de trabajar: 69,5%. Población económicamente activa: 25,5 %, de los cuales el 23,6% se encuentran ocupados y un 7,7% desocupados.

Celebraciones

16 de julio, día de la virgen del Carmen; 3 de noviembre, día de San Martín de Porras; 26 de julio, día de Santa Ana; 3 de mayo, día de la cruz de mayo.

16 de julio, día de la virgen del Carmen; Una de cada 3 viviendas tiene un picó para amenizar.

Un templo católico en buen estado y bajo el cuidado de la comunidad. Un sacerdote que vive en Santa Ana, se traslada una vez por semana para dar la eucaristía. 4 templos promedio cristiano-evangélicos. Un puesto de policía sin inspector, un comedor comunitario, 3 hogares comunitarios con un mínimo de 12 niños, que se manejan a través de convenios entre el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y la Fundación Mario Santo Domingo, un puesto de salud, una escuela. Algunos baldíos cercanos a los corregimientos, se usan como improvisadas canchas de fútbol. Sitios de esparcimiento para visitantes: Playas, ciénagas.

Un templo católico en buen estado y bajo el cuidado de la comunidad. 4 templos promedio cristiano-evangélicos. Un puesto de policía sin inspector, 2 comedores comunitarios, varios hogares comunitarios con un mínimo de 12 niños, que se manejan a través de convenios entre el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y la Fundación Mario Santo Domingo, un polideportivo y una cancha, parque y plaza.

Un templo católico en buen estado y bajo el cuidado de la comunidad. Un sacerdote que vive en Santa Ana se traslada para dar la eucaristía/semana. 4 templos promedio cristiano-evangélicos. Una escuela pública, un centro de salud, 13 comedores comunitarios, 2 hogares comunitarios con un mínimo de 12 niños, que se manejan a través de convenios entre el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y la Fundación Mario Santo Domingo, policía e inspector de policía.

Una junta de acción comunal, los miembros de la junta, no gozan de popularidad frente a su comunidad.

Una junta de acción comunal., cuyos miembros no gozan de buena popularidad entre la comunidad. Existe una cooperativa de pescadores conformada por 24 personas aprox, el producto de su pesca se comercializa en más de un 50% en Cartagena y Playa Blanca.

Servicio de salud/enfermedades/urgencias/afiliaciones al sistema de salud

Zonas comunes/ presencia institucional

Liderazgo comunitario

SANTA ANA

Una junta de acción comunal

BARU

AGRADECIMIENTOS A los pobladores de las comunidades del área de influencia del Parque, especialmente a Luis Rafael Pérez en Isla Múcura, Guillermo Barrios y Blas Mesa del Islote Santa Cruz de los Pescadores, por sus valiosos aportes. A Juan Carlos Gómez de la oficina de Sistemas de Información del Parque Corales, por la elaboración de las figuras incluidas en el documento.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Bolaños, T., A. Moscoso y W. Lozano. 2009. "Isla Múcura está en el suelo, reflexión sobre la Administración y Gestión Ambiental en la visión de los problemas ambientales". En: Colombia Alarife Revista de arquitectura ISSN: 1657-6101 ed.: Universidad Piloto de Colombia v.12 fasc.18 p. 11 - 24. Manjarrés, Y. 2007. Caracterización socioeconómica y cultural de las comunidades de las islas de Ceycén, Múcura y Santa Cruz del Islote, en el marco del proyecto de Restauración de Ecosistemas Acuáticos en el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo, Cartagena. 43 p.

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El Entorno Ambiental del PNN Corales del Rosario y de San Bernardo Mendoza, S., J. Maldonado y R. Moreno. 2008. Pescando futuro: La participación de las comunidades en la exploración de escenarios de conservación. Universidad de Los Andes. Bogotá, Colombia. 53 p. Pineda, I., L. Martínez, D. Bedoya, P. Caparroso y J. Rojas. 2006. Plan de Manejo del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo. 534 p. Pizarro, D. M. 2008. Estudio socioeconómico de la población de Santa Ana, Barú. Realizado para la Fundación Hernán Echavarría Olózaga. Prieto, B. y O. William. 2009. Artículo de investigación “Desarrollo local y pobreza en Isla Grande un modelo probabilístico para la pobreza”, financiado por la Fundación Surtigas y +Polis consultoría en políticas públicas. Rojas, C., M. Londoño, L. Martínez, A. Leiva, D. Alonso y J. Garzón. 2006. Establecimiento de un sistema de monitoreo socioeconómico para el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo-Sector San Bernardo, Caribe colombiano. INVEMAR-UAESPNN-NOAA, Santa Marta. 153 p. Secretaría de Educación Distrital de Cartagena de Indias D.T y C. 2006. Información educativa. Secretaría de Planeación Distrital de Cartagena de Indias D.T y C. 2007. Censo realizado para el Sisbén. Universidad de Cartagena. 2009. Documento elaborado para la Fundación Surtigas, con base en el censo Surtigas Islas del Rosario 2007 y censo Secretaría de Planeación Distrital. Valorización Distrital de Cartagena de Indias D.T y C. 2007. Estudio de impacto ambiental. Vía transversal de Barú.

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SEGUNDA PARTE: ASPECTOS FÍSICOS Foto: Diego Duque.

III. CLIMA MARINO Carolina Gutiérrez-Moreno1, Milena Marrugo2, Pilar Lozano-Rivera3, Paula Cristina Sierra4 y Carlos Andrade5 Administrador datos Sistema GOOS Caribe Occidental, Proyecto INAP – INVEMAR. 2 Asistente de investigación, Proyecto INAP – INVEMAR. 3 Jefe de Línea de Análisis Integrado de Información. Programa GEZ,INVEMAR. 4 Coordinadora componente C Insular Continental proyecto INAP, Coordinadora Programa GEZ, INVEMAR. 5 Oceanógrafo-consultor Proyecto piloto Nacional de Adaptación al Cambio Climático- INAP, INVEMAR. 1

GENERALIDADES CLIMATOLÓGICAS Y OCEANOGRÁFICAS DEL CARIBE COLOMBIANO Las zonas costeras e insulares son espacios de naturaleza frágil donde interactúan la hidrósfera, la atmósfera y la litósfera que establecen múltiples y complejos procesos. Variables climáticas como la radiación solar, se encargan de controlar el sistema océano-atmósfera haciendo que los trópicos sean más calientes que los polos e induciendo la dinámica de la atmósfera y el océano, en esta interacción se producen gradientes de presión que a su vez generan los vientos, que se transfieren a la superficie del mar para producir corrientes y olas; así mismo la acción de los vientos se relaciona con otras variables oceánicas como la temperatura superficial del mar-TSM, el nivel del mar, entre otros (Gill, 1982; Andrade, 2001; INVEMAR, 2003; Ruiz-Ochoa y Bernal, 2009). La meteorología del Caribe puede ser explicada en términos del viento y la precipitación, y de la variabilidad espacial y temporal de estas dos variables; aunque no se presenta el mismo comportamiento que en las estaciones subtropicales, la cercanía geográfica del Caribe colombiano al cinturón de baja presión sobre el Ecuador ejerce un control importante sobre los regímenes de corrientes superficiales y lluvias (Andrade, 2001; INVEMAR, 2003). El patrón climático de la esquina noroccidental de Sudamérica (en donde se ubica la costa del Caribe colombiano) se considera controlado por la dominancia de corrientes de vientos en chorros superficiales atmosféricos y por las oscilaciones de la Zona de Convergencia Intertropical -ZCIT. Principalmente dos corrientes superficiales son las que confluyen sobre el área, el chorro superficial de San Andrés y el chorro del Chocó (Andrade, 2001; Bernal et al., 2006). El chorro superficial de San Andrés localizado entre los 13º y 15º N está asociado directamente con los alisios del noreste, donde ligado a bajas presiones (menores a 900 hPa) alcanza sus mayores velocidades de diciembre a febrero y de junio a agosto (hasta de 10 m/s) y sus

39

más bajas velocidades entre septiembre y noviembre con valores de 6 m/s. Debido a la divergencia de humedad asociada a esta corriente, el chorro superficial de San Andrés es el responsable del clima seco de La Guajira (Poveda, 1998; Andrade y Barton, 2005; Bernal et al., 2006). El chorro del Chocó por su lado, alcanza menores velocidades que el anteriormente descrito; a él se debe la advección de humedad desde el Pacífico sobre el continente, relacionado con los patrones de precipitación y la ocurrencia de Sistemas Convectivos de Mesoescala en Colombia (Poveda y Mesa, 1999; 2000). Por su parte, la fluctuación de un cinturón de baja presión a lo largo de la región ecuatorial denominado ZCIT genera una estacionalidad marcada de dos épocas: seca y de vientos de diciembre a abril, y lluviosa de agosto a octubre; el resto del año se desarrollan periodos de transición entre las dos estaciones (Andrade, 2001). Aunque en los últimos años, este patrón se ha visto claramente alterado por fenómenos de variabilidad climática bajo estudio. La estación seca tiene lugar cuando la ZCIT está en su posición más meridional (0-5ºS), los vientos del norte dominan el área con velocidades promedio de 8m/s y picos diurnos sobre los 15m/s,y los centros de alta presión son más fuertes (Andrade y Barton, 2000; Bernal et al., 2006) (Figura 3.1A). Hacia la estación de lluvias la ZCIT cambia hacia el centro del Caribe (Figura 3.1B), los vientos alisios del norte se debilitan y toman el dominio los del suroeste, aunque más débiles pueden llevar consigo fuertes borrascas hacia la región del Caribe. Estos períodos anuales coinciden con máximos en el chorro de San Andrés y del Chocó respectivamente (Bernal et al., 2006). No obstante, al inicio de la estación de lluvias en el periodo de transición (Figura 3.1C) hacia julio-agosto surge una situación particular, se intensifican los vientos del noreste coincidiendo con el máximo del chorro de San Andrés inhibiendo temporalmente la época de lluvias, el periodo es conocido como el “veranillo de San Juan” (Giannini et al.,1998; Poveda et al., 1998; Andrade, 2001; Andrade y Barton, 2000; INVEMAR, 2003; Bernal et al., 2006).

El Entorno Ambiental del PNN Corales del Rosario y de San Bernardo

A.

B.

C. Figura 3.1. Posición de la Zona de Convergencia Intertropical – ZCIT para A) estación de vientos, B) estación de lluvias y C) época de transición (Tomado y modificado de Andrade, 2001).

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El Entorno Ambiental del PNN Corales del Rosario y de San Bernardo

El mar Caribe es una cuenca marginal que interactúa con del océano Atlántico a través de pequeños estrechos. Este Mar cuenta con cuatro regiones principales denominadas (1) Mar Caribe Este, ubicado al norte de Venezuela; (2) Mar Caribe Central, localizado al norte

de Colombia; (3) Mar de Caimán, situado al oeste del Caribe; y (4) Mar Caribe Suroccidental, bordeado por el oeste de Colombia y América Central (Figura 3.2) (Guerrero, 2005; Andrade 2001; INVEMAR, 2003).

Figura 3.2. Sectorización del Gran Caribe. Modificado de Andrade (2001).

Colombia ocupa la mayor parte de la cuenca del Caribe Occidental, consideración tomada en cuenta para iniciar el proceso de instalación de estaciones mete-oceanográficas para el Sistema Global de Observación de los Océanos (GOOS) de esta área, como medida de adaptación al cambio climático en el marco del Proyecto Piloto Nacional de Adaptación (INAP). Aunque la cuenca del Caribe Occidental es una cuenca semi-cerrada y la circulación superficial allí es más compleja, está aparentemente dominada por una circulación ciclónica (en el sentido contrario a las manecillas del reloj en el hemisferio norte). Oceanográficamente se destacan la corriente Caribe, el giro ciclónico de Panamá-Colombia y el centro de surgencia de La Guajira. Además por su condición semicerrada presenta una termoclina estable durante la mayor parte del año, perturbada por la presencia de vientos y corrientes (Andrade 2001; Bernal et al., 2006).

tra al Mar Caribe por los estrechos norte y sur de las Antillas Menores, fluye hacia el oeste a lo largo del eje principal este-oeste de la cuenca hasta alcanzar la Elevación de América Central, su velocidad media/máxima es del orden 40/150 cm/s y decrece con la profundidad (Gordon, 1967; Molinari et al., 1981; Guerrero, 2005). Por su lado, el giro Panamá-Colombia es una circulación ciclónica superficial en el suroeste del Mar Caribe, el cual es una compleja estructura que consiste de un ciclón intenso seguido de un anticiclón y de un ciclón, todos empotrados en la circulación ciclónica del área (Bernal et al., 2006). Este giro ciclónico es una estructura permanente que varía su intensidad estacionalmente y que interactúa con las aguas continentales de Panamá y Colombia (Guerrero, 2005). Finalmente el centro de surgencia de La Guajira está formado por la influencia que ejercen los vientos alisios, característicos de la región, sobre las aguas superficiales haciendo que se desplacen mar afuera en dirección casi perpendicular a la costa, generando un afloramiento de tipo costero (INVEMAR, 2003; Andrade y Barton, 2005).

La Corriente del Caribe es un flujo intenso, cálido y continuo formado por la unión de la Corriente Norecuatorial y la Corriente de Guyana (o Corriente Norte de Brasil como también es conocida) (Figura 3.3). Ésta corriente en-

41

El Entorno Ambiental del PNN Corales del Rosario y de San Bernardo

Figura 3.3. Las corrientes superficiales en el Caribe Suroccidental deducidas de las trayectorias de las boyas durante A) agostodiciembre 1997 y B) julio-noviembre 1998. Tomado de Andrade (2001).

En el contexto geográfico del Caribe colombiano, se encuentra en el ámbito local el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo- PNNCRSB, en jurisdicción del Distrito Turístico, Cultural e Histórico de Cartagena de Indias en el departamento de Bolívar, como

un territorio marino protegido (Figura 3.4) (Gómez et al., 2010; Alonso et al., 2007; INVEMAR, 2009) y que por su posición geográfica en el Caribe Occidental colombiano, se instala la primera estación meteorológica y oceanográficadel GOOS del Caribe Occidental.

Figura 3.4. Límite del Área Marina Protegida de los Archipiélagos del Rosario y San Bernardo, señalada la estación meteorológica y oceanográfica del GOOS del Caribe Occidental (Tomado y modificado de Alonso y Castillo, 2007).

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El Entorno Ambiental del PNN Corales del Rosario y de San Bernardo

La estación meteorológica y oceanográfica de isla Tesoro entró en funcionamiento a mediados de 2009 iniciando con un periodo de evaluación y optimización del funcionamiento de sensores y trasmisión. Hasta el momento la información obtenida ha sido verificada y almacenada con el fin de hacer estudios de variabilidad entre parámetros, permitiendo visualizar algunos comportamientos meteorológicos sobre la capa superficial del mar; comparaciones, caracterizaciones diarias, semanales, trimestrales y estacionales han sido desarrolladas para tal fin.

TSM, entre otros, los cuales fueron evaluados estadísticamente permitiendo una aproximación a la tendencia climática regional y local. Aunque las tendencias expuestas son pequeñas, la intención es verificar si éstas son significativas ya que se ha encontrado un comportamiento coherente entre los datos históricos (fuentes secundarias) y la información proveniente de las estaciones. El análisis de datos históricos, como se resume en la Tabla 1, contempló periodos de 59 años para temperatura ambiente y superficial del mar, y de 29 años para la presión atmosférica, precipitación y radiación solar. Durante las seis décadas analizadas la temperatura ambiente osciló entre 26.20º y 27.36ºC con tendencia de aumento de 0.00388ºC; la TSM por su lado se mantuvo entre 27.94º y 29.17º con comportamientos muy semejantes a la ambiental y con una mayor tendencia que la anterior (0.006279ºC), señalando un aumento en las temperaturas a largo plazo (Figura 3.5).

Uno de los ejercicios de análisis de datos se realizó a partir de datos históricos utilizando promedios mensuales del re-análisis hecho en el NCEP-NCAR2 (Estados Unidos). Esta base de datos global fue creada mediante la implementación de modelos del clima con alta variedad de observaciones (barcos, aviones, estaciones, satélites, entre otras). Se tomaron los valores disponibles para el área más próxima a isla Tesoro, de temperatura ambiente, presión atmosférica, temperatura superficial del mar-

Tabla 3.1. Estadística básica para el análisis de datos históricos, información secundaria extraída de Re-análisis (NCEP-NCAR), para un área próxima a isla Tesoro. VARIABLE

UNIDAD

N

PROMEDIO

DESVEST.

MINIMO

MÁXIMO

TENDENCIA

Temperatura ambiente

ºC

59

26.813

0.303

26.200

27.358

0.003882

TSM

ºC

59

28.607

0.316

27.942

29.175

0.006279

Presión Atmosférica

hPa

29

1003.5

0.499

1002.4

1004.2

-0.03565

Precipitación

mm/s

29

0.00012

0.000026

0.000081

0.000164

0.000005

Radiación Solar

w/m2

29

465.34

1.76

461.52

468.3

0.1119

Figura 3.5. Análisis de la tendencia climática para Isla Tesoro basado en los datos históricos del Re-análisis (NCEP-NCAR) para el periodo comprendido entre 1950 y 2009. Se observa la temperatura ambiente (izquierda) y la temperatura superficial del mar –TSM (derecha), con sus líneas de tendencia positiva, de 0.003882 y 0.006279ºC respectivamente.

Por su parte la presión atmosférica estuvo entre 1002.4 y 1004.2 hPa con una reducción gradual de -0.03565 hPa según su línea de tendencia. La precipitación de 29 años mostró lluvias entre 8.1E-5 y 16.4E-05 mm/s con una leve 2

tendencia de aumento de 0.5 E-05 mm/s; finalmente la radiación solar fue el parámetro con mayor tendencia de aumento (0.1119 w/m2) (Figura 3.6).

National Center for Environmental Prediction / National Center for Atmospheric Research, United State of America

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El Entorno Ambiental del PNN Corales del Rosario y de San Bernardo

Por otro lado, usando los datos registrados por la estación automática en isla Tesoro, se pudo evidenciar entre junio y julio de 2009 el periodo correspondiente al conocido como “veranillo de San Juan” que se caracteriza por ser una época seca con muy pocas o nulas precipitaciones, posteriormente entre julio y noviembre de 2009 se presenta un periodo de fuertes precipitaciones que finalizó en noviembre con la llegada de la época de vientos. El comportamiento de la precipitación correspondió de manera inversa y precisa con la salinidad que fue mínima al final de época de lluvias. El pH, con un rango observado de ~0.2, respondió de la misma forma, bajando en la medida que aumentó la precipitación y volviendo a subir al final de esta (Figura 3.7A).

Figura 3.7. Variación de la salinidad, pH y precipitación mediante promedios mensuales en la estación de isla Tesoro (PNN Corales del Rosario y San Bernardo), para: A)Segundo semestre de 2009; B) Segundo semestre de 2010.

Figura 3.6. Análisis de la tendencia climática para Isla Tesoro basado en los datos históricos del Re-análisis (NCEP-NCAR) para el periodo comprendido entre 1980 y 2009. En los 29 años se encontró un atendencia negativa para la presión atmosférica (-0.03565 hPa) (A), para precipitación un aumento gradual de 0.5E-05ºC año (B), y para radiación una tendencia de aumento de 0.1119w/m2(C).

Para el 2010 las condiciones climáticas normales o neutras como también son denominadas, se vieron fuertemente influenciadas por presencia del fenómeno denominado “La Niña”. Para junio-julio periodo comúnmente caracterizado por escasas precipitaciones y altas salinidades, se observaron abundantes lluvias. Entre julio y agosto aunque descendieron las precipitaciones, y la salinidad aumentó de forma equivalente; se retomaron las fuertes lluvias de forma constante hasta el mes de noviembre. El comportamiento del pH se empieza reducir con el aumento de la precipitación hacia el mes de septiembre (Figura 3.7B).

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El Entorno Ambiental del PNN Corales del Rosario y de San Bernardo

En la representación de lluvias es necesario resaltar que los rangos fluctuaron entre 160 y 460 mm para el año 2010, mientras que para el año 2009, hubo periodos con nula precipitación hasta un máximo de 134 mm, sin

duda alguna la fuerte influencia del fenómeno denominado “La Niña” dejó grandes precipitaciones en el año 2010 para todo el territorio nacional.

Figura 3.8. Comportamientos meteorológicos y oceanográficos registrados durante el paso del huracán Tomás en la estación de isla Tesoro. La franja azul resalta el periodo del 1 al 5 de noviembre.

En otro ejercicio de análisis de información los datos de isla Tesoro se observaron patrones que pueden ser relacionados con los efectos de un huracán sobre el comportamiento de algunos parámetros meteorológicos y oceanográficos (Figura 3.8). Aunque el centro del huracán Tomás estuvo a unas 300 millas de distancia de isla

Tesoro, como se observa en la Figura 3.9, su presencia se hizo notable desde las 22 horas del 1 de noviembre hasta las 22 horas del 5 de noviembre 2010 (periodo sombreado en azul en la figura 3.8) la velocidad del viento aumentó aproximadamente 2.5 m/s, la presión atmosférica bajó casi 6HPa (de 1011.4 a 1005.5Hpa) y tuvo como respuesta, un aumento en el nivel del mar de aproximadamente 14 cm (de 0.382 m a 0.522 m) entre los días 4 y el 5 del mismo mes. La dirección de viento también mostró particularidades que coinciden con el periodo del paso del huracán. Aunque el huracán muestra su inicio hacia el 30 de octubre de 2010, en su paso más próximo a la estación de isla Tesoro (entre 3 y 4 de noviembre) Tomás se categorizó como tormenta tropical/depresión tropical; justo antes de su ascenso hacia Haití.

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El Entorno Ambiental del PNN Corales del Rosario y de San Bernardo

Figura 3.9. Trayectoria y categorías del huracán Tomás en su paso por el Caribe occidental. Elaborado por el Laboratorio de Sistemas de Información de INVEMAR (LABSIS, 2010).

De esta forma con el estudio de los datos obtenidos de las estaciones que aún se encuentran en fase de calibración y experimentación, se ha empezado a entender de manera incipiente la respuesta de los parámetros marinos a los cambios estacionales determinados por la meteorología; a su vez comparaciones con datos históricos (fuentes secundarias) han mostrado que la información proveniente de las estaciones va por buen camino, con series de tiempo que corresponden muy bien a las mediciones históricas mundiales, lo que permitirá en un futuro cercano compartir datos con estaciones nacionales y del Gran

Caribe e involucrar otras fuentes para aunar esfuerzos en el conocimiento climático nacional e internacional. Para algunos análisis aun se requieren series de tiempo más extensas, por lo cual se espera disponer en el futuro de análisis más complejos que permitan entender el comportamiento de los parámetros marinos al cambio climático y sus efectos sobre los ecosistemas marinos y costeros en el ámbito local como el área del PNN Corales del Rosario y en el ámbito nacional de las zonas costeras e insulares y los espacios marinos del Caribe y Pacífico colombiano.

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IV. CONTEXTO GEOLÓGICO Javier Idárraga-García y Juan Felipe Gómez-Velásquez Programa de Geociencias Marinas. Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras-Invemar. Cerro Punta Betín, Santa Marta – Colombia. [email protected]; [email protected]

Resumen La colisión del bloque Panamá-Chocó contra el borde noroccidental de Suramérica ha provocado una fuerte deformación tectónica en los sedimentos cenozoicos acumulados entre el golfo de Urabá y el abanico del Magdalena. Estas secuencias de rocas sedimentarias plegadas y falladas son conocidas como los cinturones del Sinú y San Jacinto. La geología del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo (PNNCRSB) está enmarcada dentro del Cinturón del Sinú, compuesto por sedimentitas de origen marino y deltaico con edades que oscilan desde el Eoceno medio hasta el Oligoceno tardío. Dentro de este marco geológico, la génesis de las islas está asociada a formaciones coralinas recientes construidas sobre diapiros de lodo y bloques fallados, y cuyo emplazamiento sobre el nivel actual del mar ha sido atribuido tanto a cambios eustáticos como a eventos de origen tectónico. Los procesos de acreción y erosión que tienen lugar en la actualidad, ponen de manifiesto los cambios que aún hoy están modelando los arrecifes, terrazas, acantilados y playas que conforman las islas. Palabras clave: Cinturón del Sinú, Diapirismo de lodo, Terrazas coralinas, Islas del Rosario y de San Bernardo, Caribe colombiano.

INTRODUCCIÓN Este capítulo incluye la compilación y el análisis de información secundaria relacionada con el origen y evolución geológica del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo (PNNCRSB). Las principales fuentes de información fueron los informes técnicos del Instituto de Geología y Minería de Colombia (Ingeominas), tesis de maestría y doctorado y artículos científicos publicados en revistas indexadas. En el capítulo se presenta, en primera instancia, el marco geotectónico y la geología regional del Caribe colombiano, donde se ubica el PNNCRSB dentro del arreglo

de provincias morfo-estructurales propuesto para la zona. Posteriormente, se describen las condiciones y procesos geológicos involucrados en el origen de las formaciones coralinas recientes que conforman los archipiélagos. Debido a que la génesis de las islas se ha relacionado tanto con cambios eustáticos como con actividad tectónica, se hace especial énfasis en la explicación de estos procesos y su papel en la evolución geológica del sector. Por último, se resaltan los principales vacíos de información en el conocimiento sobre la geología del PNNCRSB y se incluyen las perspectivas sobre futuras investigaciones al respecto.

MARCO GEOLÓGICO Y TECTÓNICO REGIONAL DEL CARIBE COLOMBIANO El Caribe colombiano se encuentra localizado en la esquina noroccidental de Suramérica, donde se presenta la convergencia de tres placas tectónicas mayores: Suramericana, Nazca y Caribe (Taboada et al., 2000; Audemard y Audemard, 2002; Trenkamp et al., 2002; Cortés y Angelier, 2005). Dentro de este contexto general, la placa Nazca, compuesta en su totalidad por corteza oceánica, está subduciendo por debajo de la placa Suramericana, de afinidad continental, la cual se desplaza hacia el occidente como consecuencia de la expansión del fondo oceánico del Atlántico desde el Cretácico (Duncan y Hargraves, 1984). Por su parte, la interacción entre las placas Suramérica y Caribe es más compleja y está sujeta a debate en la actualidad; algunos autores (por ejemplo, Taboada et al., 2000) proponen que la placa Caribe (de tipo oceánico) subduce con un ángulo muy bajo por debajo de la placa Suramericana, mientras que otros autores (por ejemplo, Cediel et al., 2003) afirman que se presenta un sobrecabalgamiento forzado entre estas dos placas, es decir, una colisión en la cual una de ellas es superpuesta de manera forzada sobre la otra. A partir de mediciones con GPS (Global Positioning System) se ha determinado que la tasa de convergencia entre las placas Caribe y Suramericana es de 20±2 mm/año con

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una dirección oriente-suroriente, mientras que entre las placas Nazca y Suramericana es de 58±2 mm/año con una tendencia occidente-oriente (Trenkamp et al., 2002) (Figura 4.1). Por otro lado, se ha reconocido que los regímenes de esfuerzos de estas tres placas tectónicas están acomodados al menos entre dos bloques o microplacas: el bloque Panamá-Chocó y el bloque Norandino (Duque-Caro, 1979;

Kellogg y Bonini, 1982; Audemard y Audemard, 2002). El bloque Norandino incluye la parte septentrional de los Andes y el Caribe colombiano, cuya dirección de movimiento es hacia el nororiente con respecto a Suramérica a una velocidad de 6±2 mm /año (Taboada et al., 2000; Trenkamp et al., 2002). Por su parte, el bloque PanamáChocó se encuentra colisionando con el bloque Norandino a una tasa promedio de 25 mm/año (Trenkamp et al., 2002).

Figura 4.1. Esquema de la configuración tectónica actual de la esquina noroccidental de Suramérica. En negro se resalta el bloque Norandino (BNA), donde se encuentra localizado el PNNCRSB. Nzc: placa Nazca; Coc: placa Cocos; Car: placa Caribe; NA: placa Norteamericana; Afr: placa Africana; Ec: Ecuador; Col: Colombia; Ve: Venezuela. Imagen modificada de Cediel et al. (2003).

La colisión del bloque Panamá-Chocó contra el borde noroccidental de Suramérica durante los últimos 20 Ma ha causado la compresión de los sedimentos cenozoicos acumulados en el margen continental, originando una franja de rocas altamente deformadas, en la cual la actividad diapírica es muy intensa. Estas secuencias de rocas sedimentarias son conocidas como los cinturones del Sinú y de San Jacinto (Duque-Caro, 1979; Toto y Kellogg, 1992; Flinch, 2003; Ingeominas, 2003) (Figura 4.2). De acuerdo con Ingeominas (2003), el Cinturón de San Jacinto está conformado por rocas sedimentarias con edades entre cretácicas y miocenas (entre 65 y 5,3 Ma). Estas rocas fueron deformadas tectónicamente durante el Eoceno medio (entre 48 y 40 Ma) y posteriormente durante el Mioceno-Plioceno tardío (entre 23 y 2,6 Ma),

siendo la Falla Sinú y el Sistema de Fallas de Romeral los límites de este terreno al occidente y al oriente respectivamente (Duque-Caro, 1979, 1984). Por su parte, el Cinturón del Sinú se extiende al occidente de la falla del mismo nombre, y en él se encuentra localizado el PNNCRSB (Figura 4.2). Este terreno está compuesto por rocas sedimentarias que abarcan desde el Eoceno medio hasta el Oligoceno tardío (entre 48 y 23 Ma) (Ingeominas, 2003) y su principal característica es la intensa actividad diapírica (Duque-Caro, 1994). En este cinturón se han reportado “masas cónicas de lodo” dentro de las cuales se forman volcanes de lodo en el sector terrestre, y “masas de lodo” que emergen como domos aislados en la plataforma, principalmente a lo largo de las zonas mayores de falla (Shepard et al., 1968; Shepard, 1973; Duque-Caro, 1984).

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Figura 4.2. Ubicación de los cinturones de San Jacinto (CSJ) y del Sinú (CS);dentro de este último se encuentra localizado el PNNCRSB. Adicionalmente se muestran las otras provincias morfo-estructurales del Caribe colombiano. TGF: Terreno Guajira-Falcón; SNSM: Sierra Nevada de Santa Marta; CG: Cuenca de La Guajira. La línea negra A en el recuadro indica la localización del perfil sísmico mostrado en la Figura 4.6. Imagen modificada de Cediel et al. (2003).

CONFIGURACIÓN GEOLÓGICO ESTRUCTURAL DEL PNNCRSB Al estudiar las unidades geológicas de formación reciente ubicadas en el PNNCRSB, se puede inferir un aumento en la edad desde las formaciones coralinas actuales hasta las partes más altas de las islas, donde se han formado acantilados a partir de terrazas marinas. Se han propuesto diversos tipos de procesos para explicar el emplazamiento de los sustratos calcáreos por encima del nivel del mar, entre los que se incluyen: diapirismo de lodo (Vernette, 1985; Vernette y Klingebiel, 1988; Vernette et al., 1992), levantamientos de origen tectónico (Martínez et al., 2010), cambios en el nivel del mar y procesos biogénicos (López-Victoria, 1999; Javelaud, 1987; Invemar, 2001). Los perfiles sísmicos realizados en el mar, sumado a los levantamientos de columnas y descripciones de afloramientos que se han realizado en inmediaciones del PNNCRSB

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(en Cartagena, Barú y Tierra Bomba), han identificado secuencias de sedimentos del Mioceno que conforman el basamento sedimentario, suprayacidos por secuencias calcáreas del Plioceno-Pleistoceno. En el subsuelo marino del sector donde se encuentra localizado el PNNCRSB, es común observar una configuración geológico-estructural compuesta por domos diapíricos que involucran removilización de sedimentos principalmente del Mioceno, aunque localmente se ha comprobado que también se han movilizado sedimentos del Pleistoceno-Holoceno (Vernette, 1985; Vernette y Klingebiel, 1988; Vernette et al., 1992). La presencia de estos domos sobre el fondo marino ha llevado a la formación de cuencas interdiapíricas de diversos tamaños, las cuales han recibido sedimentos del Plioceno-Pleistoceno y Holoceno. Algunas fallas de crecimiento (sin-sedimentarias) de escala local han deformado y controlado el espacio de acomodamiento en estas cuencas (Figura 4.3).

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Figura 4.3. Esquema (sin escala) de la configuración geológico-estructural general del subsuelo marino en el sector donde se encuentra localizado el PNNCRSB. Es común la presencia de diapiros, cuencas interdiapíricas y fallamientos. Imagen modificada de Vernette (1985).

Según Ordóñez (2008), el principal lineamiento geológico en los alrededores de Punta Barú corresponde a la Falla Rosario, la cual presenta una componente de rumbo dextral. Esta estructura, que se prolonga desde el borde de la plataforma y se extiende hacia el continente, controla la orientación E-W de las Islas del Rosario y parece desplazar el Banco Tortuga con respecto a Punta Barú, ambos orientados NE-SW (Ordóñez, 2008) (Figura 4.4). Otros dos lineamientos E-W destacados en este sector se presentan tanto al norte como al sur de la Falla Rosario; el del norte, que controla la depresión entre las islas Tesoro y Grande, se prolonga hacia el oriente a través de una sucesión de altos y bajos batimétricos hasta llegar

a Isla Barú, mientras que el del sur alinea el borde del Banco Tortuga con una serie de bajos coralinos al oriente hasta llegar a la boca principal del Canal del Dique (Ordóñez, 2008) (Figura 4.4). Adicionalmente, se presentan otros rasgos menores orientados N-S que parecen estar controlando un relevo escalonado en forma de peldaños desde la zona costera hasta el borde de la plataforma (Ordóñez, 2008). En la actualidad no existe información acerca de la geometría en profundidad y actividad tectónica reciente de estas estructuras, ni de su continuidad hacia el continente, hacia el talud continental y fondos oceánicos.

Figura 4.4. Bloque 3D que muestra los principales lineamientos geológicos (líneas rojas) presentes en los alrededores de Punta Barú cartografiados por Ordóñez (2008). DL: manifestaciones de diapirismo de lodo; IT: Isla Tesoro; TN: Turbaná; LT: Loma Carreto; SJ: San Javier; LL: Loma El Limón; PN; Puerto Nuevo; PG: Punta Gigantes; CB: Pasacaballos; AR: Ararca: IG: Isla Grande; IR: Islas del Rosario; PB: Punta Barú; DD: Delta del Canal del Dique; BT: Banco Tortuga; BL: Ballestas. Imagen modificada de Ordóñez (2008).

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Por otro parte, la ausencia de trabajos detallados de campo con un enfoque geológico en las porciones emergidas del PNNCRSB impide correlacionar las unidades encontradas en el continente con la geología de las islas. No obstante, la cercanía geográfica y el marco geológico dentro del Cinturón del Sinú permiten inferir que las terrazas marinas de formación reciente ubicadas en las islas están, como sus pares continentales, superpuestas sobre sedimentos del Mioceno-Plioceno. Procesos de intemperismo producidos por aguas superficiales y subterráneas han conllevado a la disolución de los materiales de composición calcárea, generándose localmente paisajes kársticos (Invemar, 2001). Según el análisis realizado por Chicangana y Vargas (2005) con los datos históricos de sismos superficiales ( 1,0. Los resultados obtenidos para las diferentes islas se presentan en la tabla 5.2.

Para evaluar el impacto de todas las estructuras marítimas dentro del PNNCRSB, se utilizó el coeficiente de impacto antropogénico K (Aybulatov et al., 1993). Este coeficiente es la relación entre la longitud total (l) de todas las esTabla 5.2. Coeficiente de impacto antropogénico determinado para algunas islas dentro del PNNCRSB. SECTOR

Isla Grande Isla Arena Punta Barú TOTAL

Longitud línea de costa (m)

K

67 3

9610

3020

657

219

0,31 (intermedio) 0,33 (intermedio)

65

15473

3394

0,21 (intermedio)

135

25740

6633

0,25 (intermedio)

Nº ESTRUCTURAS

Longitud línea de costa (m)

Un total de 135 estructuras, con una longitud total de 6,7 km, fueron observadas en las islas Grande, Arena y punta Barú. En detalle, un total de 40 espolones, con una longitud de 1,25 km, 24 muros (2,5 km) y 71 muelles (28,41 km) se cartografiaron en los tres sectores. A lo largo de las zonas insulares del PNNCRSB, y en general en todo el Caribe colombiano, las intervenciones finalizadas para la protección del litoral fueron ejecutadas con el fin de contrarrestar problemas ya existentes en lugar de prevenir los posibles problemas. En la mayoría de los casos, muchas de las obras fueron realizadas como respuesta a la presión de los accionistas locales, ó fueron realizadas por los mismos habitantes sin ningún tipo de estudio previo y control. De esta manera la construcción de estructuras sobre la costa generó una ocupación, muchas veces exagerada, que alteró el entorno natural del sistema costero insular. De igual forma estas estructuras permitieron la preservación de algunas zonas, pero causaron desequilibrios importantes en el balance sedimentario de otras. En muchos de los casos los procesos de erosión se vieron multiplicados y se generaron nuevas zonas de erosión, consecuentemente obligando a la instalación de nuevas estructuras según el denominado “efecto dominó”.

Amenazas Una amenaza, peligro o peligrosidad es la probabilidad de ocurrencia de un suceso potencialmente desastroso durante cierto periodo de tiempo en un sitio determinado. En este capítulo se abordan cuatro amenazas derivadas de la misma dinámica evolutiva del sistema costero-insular del PNNCRSB como son la amenaza sísmica, los mares de leva, huracanes y aumento en el nivel del mar.

Amenaza Sísmica En el Caribe centro-sur colombiano la actividad sísmica esta influenciada por los cinturones plegados del Sinú y San Jacinto, se manifiesta tanto en la parte continental como marina desde la desembocadura del río Magdalena hasta el golfo del Darién (INVEMAR, 2004). El estudio de amenaza sísmica de Colombia realizado por la Asociación Colombiana de Ingeniería Sísmica (1996), concluyó que el área perteneciente al PNNCRSB se encuentra dentro de una zona de amenaza intermedia, debido a que hace parte de dos cinturones (San Jacinto y Sinú) que se caracterizan por un factor deformante del terreno asociado al diapirismo de lodos. Desde el año de 1975 dentro del área de estudio han sido reportados por la Red Sismológica de Colombia y el NEIC (National Earthquake Information Center), 6 epicentros de sismos los cuales tienen magnitudes mayores de 3 y profundidades máximas de 52 km. La magnitud y distribución de estos fenómenos es suficiente para producir debilitamientos y pérdidas de terreno significativas dentro de la zona litoral en pequeños periodos de tiempo (especialmente en el litoral rocoso de origen calcáreo). Se debe tener en cuenta que muchos sismos, especialmente los de magnitudes pequeñas (capaces de general debilitamientos, desprendimientos de material y erosión), podrían no estarse detectando ya que no se encuentran estaciones cercanas a la zona de estudio (las más cercanas se encuentran en el Cerro Kennedy (KENC) – Magdalena, Capurganá (CAPC) - Chocó y Ocaña (OCAC) - Norte de Santander). Esto pone de manifiesto que la

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aparentemente “escasa” actividad sísmica registrada no necesariamente es debida a la poca actividad de las fallas, sino probablemente a la deficiencia en la cobertura de la red sismológica.

poco después de volver al mar se convirtió en huracán clase 1, desplazándose por el sur del Caribe afectando el PNNCRSB con lluvias huracanadas, marejadas que produjeron inundaciones y daños.

Amenaza por Mares de Leva Los mares de leva son aumentos anormales en la altura del oleaje ocasionados por el efecto de la fricción entre la superficie del mar y la masa de aire atmosférico en movimiento en forma de viento, el cual es intensificado con el paso de sistemas de mal tiempo (bajas presiones) que empujan las aguas oceánicas hacia la costa causando oleaje fuerte (INVEMAR, 2003). Los impactos de este tipo de eventos se evidencian dentro del PNNCRSB asociados a un aumento significativo en la altura de oleaje y a su posterior ingreso en zonas bajas donde producen inundaciones y daños en infraestructuras tanto naturales como antrópicas.

• La tormenta tropical Brett (agosto de 1993), paso por el sur de la Guajira, Magdalena, Atlántico y Bolívar (incluyendo el área de estudio).

Veinticinco (25) mares de leva han sido registrados dentro del área de estudio desde el año de 1939. Estos fenómenos han causado algún tipo de afectación siendo las más importantes inundaciones en zonas deprimidas, erosión de playas y destrucción de muelles – obras de defensa en Barú y las Islas del Rosario. Este fenómeno se presenta todos los años en la época seca del Caribe (entre diciembre y abril) teniendo una mayor regularidad entre enero-marzo, gracias a una importante influencia de los vientos alisios. Se calcula que los mares de leva pueden repetirse hasta cuatro veces en un solo mes y afectar a toda la costa del mar Caribe colombiano, en especial las áreas insulares. Amenaza por Huracanes Los huracanes son agentes naturales de perturbación más frecuentes y de mayor impacto en los ecosistemas marinos y costeros continentales e insulares (Blasco, 1984; Scheffer et al., 2001). En particular en la región Caribe, los huracanes han afectado ecosistemas como los arrecifes coralinos (Rogers, 1993; Gardner et al., 2005), provocando pérdidas de cobertura coralina viva (hasta del 50%), y alteraciones en su crecimiento, zonación y estructura moderna de sus arrecifes (Rogers et al., 1997; Treml et al., 1997). También se han registrado daños sobre los manglares y las praderas de pastos marinos (van Tussenbroek, 1994; Roth, 1997; Ross et al., 2001; Salazar-Vallejo, 2002), mientras que las playas han sido fuertemente erosionadas (Cambers, 1997). Dentro de la costa Caribe colombiana se han identificando en las dos últimas décadas los pasos de diversos huracanes: • Joan (octubre de 1988), cuando atravesó la península de La Guajira era una tormenta tropical, pero

• La tormenta tropical César (julio de 1996), se desplazó por el norte de la península de la Guajira, pasando por el sur del archipiélago de San Andrés y Providencia alcanzando una categoría 1. • Huracán Jenny (noviembre de 1999), nació a 120 millas náuticas al noroeste de Cartagena de Indias D.T y C, desplazándose en dirección oeste – este afectando a mas de 400.000 personas en la costa atlántica, dos muertos y cinco desaparecidos, perdidas económicas elevadas. Aunque el área del PNNCRSB no se encuentre en medio de las rutas frecuentes de los huracanes, Brett demostró que existe la posibilidad que un evento de este tipo varié en su ruta. De esta manera el archipiélago del Rosario puede llegar a ser afectado por los huracanes o por los efectos de estos (i.e. Mar de Fondo), por su ubicación. En cambio para las islas del archipiélago de San Bernardo por encontrarse más hacia el sur, es posible que los efectos de los huracanes no lleguen a generar impactos. Un estudio realizado por Gonzáles, (1990) indica que el promedio de huracanes por año en la zona de Cartagena de Indias D.T y C. y el PNNCRSB es de 0,08 y con una probabilidad de ocurrencia del 8%. De igual manera la probabilidad de retorno de un huracán en la zona de estudio es de 12 años. Amenaza por Aumento en el Nivel del Mar Dentro del PNNCRSB los verdaderos efectos de este fenómeno no han sido estimados con exactitud debido a la poca información instrumental con la que se cuenta (solo existe un mareógrafo ubicado en la ciudad de Cartagena). Sin embargo, los datos existentes sobre las variaciones en el nivel del mar en el Caribe colombiano, registran ascensos de 15 a 22 cm en los últimos 100 años (Andrade, 2002; Restrepo et al., 2008). A partir de estos valores se calcula que pueden esperarse aumentos del orden de 2 a 5 mm por año, que llegarían a alcanzar entre 80 cm y 1 m para el año 2100. Estos valores de aumento en el nivel del mar para islas, zonas planas, e incluso muchas de ellas un poco deprimidas cercanas a la línea de costa (i.e. Islas de Rosario, archipiélago de San Bernardo), significan la pérdida paulatina de grandes áreas de terreno y la extensión de las

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El Entorno Ambiental del PNN Corales del Rosario y de San Bernardo

inundaciones ocurridas durante los periodos invernales. De igual forma en los litorales rocosos estos ascensos influirían negativamente, principalmente en aquellas áreas formadas por rocas blandas o fuertemente afectadas por procesos estructurales (caso de la franja litoral rocosa del PNNCRSB). Muchas de las poblaciones costeras insulares, las obras de infraestructura vial o de servicios y los sistemas productivos o de extracción de las comunidades que están asentadas en estas zonas se ven afectadas por este fenómeno, razón por la cual es necesario tomar medidas de adaptación y/o protección.

CONCLUSIONES Se presentó una revisión de la geomorfología, morfología submarina, facies sedimentarias, intervenciones antropogénicas y amenazas naturales del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernaldo (PNNCRSB) a partir de la información colectada en los últimos años por diversas instituciones. El PNNCRSB corresponde a un sistema de islas de origen coralino que abarcan parte de la plataforma continental de los departamentos de Bolívar y Sucre. Su plataforma es plana, levemente ondulada y es cortada por relieves positivos generados por el diapi-

rismo de lodo que se presenta en el sector. Dentro del área de estudio se determinó que la sedimentación calcárea domina y es consecuencia de la presencia de formaciones arrecifales tanto relicto como actuales. De igual forma se comprobó que los sedimentos terrígenos se restringen hacia la desembocadura del canal del Dique. El PNNCRSB es un complejo morfológico insular - arrecifal conformado por una serie de islas coralinas que se ubican sobre la plataforma continental colombiana. De manera general dentro de las islas pudieron ser cartografiadas unidades geomorfológicas que comprenden playas, espigas litorales, lagunas costeras, pantanos de manglar, terrazas arrecifares (terrazas calcáreas de abrasión) y arrecifes flanqueantes. Durante los últimos años, las intervenciones antropogénicas han producido un acelerado impacto sobre las islas sin que exista un control riguroso de parte del estado, por esta razón se hace necesaria la implementación de un programa de manejo integrado de zonas costeras insulares que garantice el desarrollo sostenible y conservación de los recursos naturales dentro del PNNCRSB. Este parque nacional natural es una región que está aún por descubrir, en tal sentido, la información presentada en este capítulo constituye una base para el entendimiento de algunos de los procesos físicos que operan en él y por ende para encaminar nuevas investigaciones en un futuro..

AGRADECIMIENTOS El autor agradece a la bióloga marina Adriana Gracia por sus comentarios y sugerencias en la elaboración de este documento.

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VI. CALIDAD DE AGUAS Julián Mauricio Betancourt-Portela, Luisa Fernanda Espinosa, Silvia Narváez, Janet Vivas-Aguas y Juan Pablo Parra Programa de Calidad Ambiental Marina, Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras-INVEMAR, Cerro Punta de Betín, Santa Marta, Colombia A.A. 1016.

Resumen

INTRODUCCIÓN

Con el propósito de hacer una evaluación de la calidad de las aguas marinas en el Parque Nacional Natural los Corales del Rosario y San Bernardo (PNNCRSB), se analizó información ambiental tomada por diversas entidades y la información recolectada dentro de la Red de Vigilancia de la Calidad Ambiental Marina y costera de Colombia –REDCAM. El análisis de la información muestra que el mayor impacto sobre la calidad de las aguas del PNNCRSB es generado por las descargas de agua y material suspendido de los canales que desembocan en la bahía de Barbacoas. Dicho impacto se refleja en el descenso de salinidad a valores 30 mg/L) y de nutrientes en agua que en algunos casos superan los valores históricos de la REDCAM en el Caribe colombiano (20,0 P-PO4 μg/L) o los reportados en algunos estudios sobre arrecifes coralinos (70,0 N-NO3 μg/L; y 140 N-NH4 μg/L; Fabricius, 2005; Cox y Ward, 2002). Los cambios de calidad de las aguas del PNNCRSB, pueden producir efectos negativos sobre los corales. Si bien a través de las descargas del Canal del Dique hay riesgo de introducción de plaguicidas y metales pesados, en el área del Parque, las concentraciones de estos contaminantes son bajas o no detectables, debido a la dilución que se lleva a cabo en la bahía de Barbacoas. La contaminación por hidrocarburos, perece tener su origen en las actividades que se desarrollan en la zona, como el desplazamiento de embarcaciones turísticas. Sin embargo, durante los 9 años de muestreo, las concentraciones se han mantenido por debajo del nivel de referencia de UNESCO/CARIPOL para aguas no contaminadas (140 µg/L N-NH4 pueden ocasionar estrés a los corales; y a concentraciones >70,0 N-NO3 µg/L, se empiezan a observar incrementos del tamaño, la biomasa, la cantidad de clorofila y la tasa fotosintética de las zooxantelas, originando problemas en el crecimiento de los corales. Sin embargo, en el Parque el aumento de nutrientes no es permanente, ya que los niveles altos de NO3 sólo se observan en época de lluvias (valores 1,7 veces más altos al nivel indicado anteriormente), en tanto que en la época seca, las concentraciones descienden a niveles que se consideran aceptable para este ambiente (~22,8 N-NO3 µg/L; Corchuelo y Alvarado, 1990).

Figura 6.4. Imágenes de Satélite mostrando la pluma de sedimentos (Flechas blancas) del canal del Dique en las bahías de Cartagena y Barbacoas. Pavitos (Pa), Barú (Ba), Grande (Ig), Rosario (Ro), y Tesoro (Te) (Tomado de Restrepo et al., 2006).

Nutrientes

El fósforo por ser escaso en los ambientes marinos, se considera el principal limitante de los procesos de productividad primaria (Begon et al., 2006). El análisis histórico de la REDCAM ha permitido establecer que las aguas costeras de Colombia tienen una concentración “normal” de 20 P-PO4 µg/L (Troncoso et al., 2006). En el PNNCRSB, la concentración promedio de fosfatos (50,6 ± 58,8 µg/L) fue aproximadamente el doble de este valor (Figura 6.5). No obstante, en el área no se observan procesos de eutrofización o daños por enriquecimiento de nutrientes inorgánicos, debido a la dilución por las corrientes marinas. Sin embargo, la mayor disponibilidad de fosfatos y nitratos parecen favorecer el incremento de la cobertura de algas en las Islas del Rosario contrario a la relativa estabilidad que se registra en las islas de San Bernardo (Navas-Camacho et al., 2009). Aunque existen factores de deterioro en las islas debidas a problemas con disposición de aguas residuales y desechos sólidos, los resultados muestran que esos efectos son puntuales y que la escorrentía continental es la que tiene un efecto más generalizado en el parque y juega un papel importante en la introducción de nutrientes.

En el ambiente marino los nutrientes inorgánicos disueltos de nitrógeno y fósforo son factores limitantes para la producción fitoplanctónica, debido a queson imprescindibles en la síntesis de compuestos orgánicos durante el proceso fotosintético, pero un exceso de ellos puede generar una sobreproducción de organismos fitoplanctónicos y desencadenar el proceso conocido como eutrofización (Paerl, 2006). En la descomposición de la materia orgánica los compuestos nitrogenados pasan primero a iones amonio (NH4+), luego nitritos (NO2-) y por último nitratos (NO3-), dependiendo de la disponibilidad de moléculas de oxígeno, con las cuales los nitritos reaccionan rápidamente. Por tal razón, cuando la disponibilidad de oxígeno es alta, como ocurre en las Islas (>6 mg/L de OD), las concentraciones de nitritos son bajas, formándose nitratos, que es la forma del nitrógeno usado por el plancton y algas para su nutrición (Lapointeet al., 2005). Las concentraciones de amonio, en el Parque variaron entre 0,3 y 240 N-NH4 µg/L; las concentraciones de nitritos variaron entre no detectable (nd) y 10,0 N-NO2 µg/L; las de nitratos entre nd y 367 N-NO3 µg/L; y las de fosfatos entre nd - 170 P-PO4 µg/L. Estadísticamente sólo se hallaron diferencias entre épocas climáticas, para los nitratos, siendo más altas las concentraciones en época de lluvias

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El Entorno Ambiental del PNN Corales del Rosario y de San Bernardo

Figura 6.5. Variaciones de las concentraciones de nutrientes inorgánicos en aguas de las Islas del Rosario durante las épocas seca y lluviosa.

Calidad del agua asociada a compuestos orgánicos Desde el inicio del monitoreo REDCAM, los hidrocarburos y los plaguicidas organoclorados han sido los contaminantes orgánicos evaluados en las aguas del PNNCRSB. A partir del 2010 se incluyeron algunos plaguicidas de uso actual como los organofosforados. A nivel ambiental, los estudios de hidrocarburos se centran en la fracción aromática que por su naturaleza hidrofóbica y baja degradabilidad se convierte en la fracción más tóxica del petróleo y sus derivados. Aunque el número de registros de contaminantes orgánicos en torno a las islas ha sido pequeño (Tabla 6.2), se han hecho seguimientos a

incidentes, como el ocurrido en el 2005, cuando la M/N Saetta derramó fuel oil No. 6, frente a Bocachica (Tabla 6.3) y alcanzaron a afectar algunos ecosistemas como praderas de Thalassia, manglares, playas y algunas crestas arrecifales del parque. De forma general no se observa una tendencia temporal de cambio en las concentraciones de hidrocarburos en aguas, quizás porque para establecer tendencias de contaminantes, es necesario tener una alta densidad de datos ya sea por frecuencia o por un período de tiempo más largo de monitoreo. La variabilidad en las concentraciones, puede tener origen en los vertimientos de las embarcaciones que transitan por el área del parque, y como lo han indicado varios investigadores la presencia

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en el medio marino es una consecuencia inevitable del uso y transporte mundial del petróleo y sus productos. Aunque unos pocos registros estuvieron cerca del valor de referencia de 10 µg/L (Atwood et al., 1988) a principios de la década, en la actualidad se encuentran en un nivel bajo de contaminación que no representa riesgo para los organismos acuáticos (Tabla 6.2). Las concentraciones de hidrocarburos en sedimentos y organismos un año después del derrame de fuel oil en las estaciones del PNNCRSB, se consideran entre contaminación media y baja. En los sedimentos de la Ciénaga de Cholón, se encontraron las mayores concentraciones (Tabla 6.3), sin que superaran el valor referencia de 3,9 µg/g (NOAA, 1990). El análisis de tejido del caracol Cittarium pica, no mostró evidencias de contaminación o fenómenos de acumulación o biomagnificación por hidrocarburos (Tabla 6.3). Adicionalmente, en el estudio de seguimiento al derrame, se realizaron análisis cromatográficos que indicaron que los residuos de hidrocarburos hallados en las estaciones, aunque eran de origen petrogénico, no presentaban una fuente común con los residuos de tarballs

de la zona afectada por el derrame, lo cual indica que los residuos de hidrocarburos en la zona, son debidos a las diversas actividades que allí se desarrollan, como el tránsito de embarcaciones de turismo o las aguas servidas de la población de Barú (Troncoso et al., 2007). En cuanto a plaguicidas el riesgo más importante es el escurrimiento de estos productos a través de los canales que conectan el mar Caribe con el río Magdalena. Los monitoreos de REDCAM en las estaciones del parque, sólo detectaron algunas trazas de plaguicidas organoclorados en dos estaciones en la isla Barú (Entre Periquito -Ciénaga de Cholón y Punta Hormiga), en el 2001. En los monitoreos posteriores del 2003 hasta el 2010 no se detectaron plaguicidas. Esto puede ser una consecuencia favorable de la dilución que tienen las aguas del Canal del Dique en la bahía de Barbacoas y Cartagena, ya que en estudios realizados en aguas y sedimentos provenientes del Canal del Dique se han detectado trazas de insecticidas como el clorpirifos, heptacloro, lindano, endosulfan, endrinaldehído, endrin acetona y herbicidas como la atrazina (Betancourt-Portela et al., 2009).

Tabla 6.2. Concentración de hidrocarburos aromáticos (HAT) en aguas del parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo (Tomado de Invemar, 2010). Año

2001 (época seca)

2003 (época lluviosa)

2006

2010 (época seca)

Rango de concentración de HAT (µg/L)

0,07 – 10,2

0,21 - 0,25

1,17 - 1,68

0,36 - 0,85

No. Mediciones

7

3

4

5

Tabla 6.3. Concentración promedio hidrocarburos Aromáticos (HAT) en sedimentos y organismos del PNNCRSB, un año después del derrame del M/N Saetta. Estación

HAT en sedimentos (µg/L) 0,62 ±0,47 1,18 ±0,81

HAT en caracoles Cittarium pica, µg/g)

3. Isla Tesoro

0,87 ±0,93

2,62 ±2,51

4. Isla Grande 5. Frente a Ciénaga Cholón

0,68 ±0,54 0,98 ±1,18

1,81 ±1,68 2,31 ±1,88

6. Ciénaga Cholón segunda entrada

2,48 ±1,20

1. Tierra Bomba-Mar (referencia) Globe 2. Boca Chica (Zona Accidente)

Calidad del agua asociada a metales El principal inconveniente de los metales pesados en el medio ambiente es que a diferencia de muchos contaminantes orgánicos no se degradan por la actividad microbiana, por el contrario pueden ser enriquecidos por los organismos y al estar en concentraciones que sobrepasan los niveles naturales generan serios problemas ecológicos como la bioacumulación y biomagnificación a través de las cadenas tróficas (Ansari et al., 2004).

Los estudios de contaminación por metales pesados en el departamento de Bolívar se han enfocado en la bahía de Cartagena, debido al interés despertado por la contaminación con mercurio (Hg), proveniente de la fábrica de Cloro-Soda, que empleaba este metal en la producción de Cloro y descargaba sus residuos directamente al mar (Guerrero et al., 1980). Estos estudios han revelado la persistencia de la contaminación no sólo con Hg, sino con otros metales pesados potencialmente tóxicos tanto en sedimentos como aguas, principalmente en la bahía interna, frente a la zona industrial de Mamonal, y en la

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El Entorno Ambiental del PNN Corales del Rosario y de San Bernardo

zona de influencia de la pluma del canal del Dique, (Plagiardini et al., 1982, Marciales y Duarte, 1988, Lonin et al., 2003, Parra et al., 2011).

por encima de la cual se pueden producir efectos agudos (NEA) con excepción del cadmio (Cd), que en el 2007 estuvo cercano al valor de referencia (41,50 µg/L), no obstante estos datos puntuales no generaron un impacto en la zona.

En el proyecto REDCAM, se han monitoreado los metales Cd, Cr, Cu, Pb y Zn (Tabla 6.4). En general, las concentraciones de estos metales son inferiores a la concentración

Tabla 6.4. Registro histórico de metales pesados (Cd, Cr, Cu, Pb y Zn) en estaciones ubicadas en Islas del Rosario (Tomado de base de datos REDCAM, INVEMAR, 2010). Año - Normas

2001 2002 2003 2004 2005 2007 2008 2010

Zinc (µg/L) --

Cromo (µg/L)

Plomo (µg/L)

0,8 15 Km

10 - 15 Km

5 - 10 Km

0-5 Km

13.18 Km

GIS

Distancia a puntos de descargo de aguas negras al mar y puertos

> 35 Km

25 - 35 Km

10 - 25 Km

0 - 10 Km

23.42 Km

GIS

Distancia a centros turísticos

> 15 Km

10- 15 Km

5 - 10 Km

0-5 Km

5.86 Km

GIS

374

El Entorno Ambiental del PNN Corales del Rosario y de San Bernardo

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XXVIII.

EVALUACIÓN DE DISPONIBILIDAD DE HÁBITATS PARA EL CARACOL PALA Eustrombus gigas EN EL PARQUE NACIONAL NATURAL CORALES DEL ROSARIO Y SAN BERNARDO CON PROPÓSITOS DE CONSERVACIÓN Kelly Gómez Campo1,Mario Rueda1 y Carolina García Valencia1 Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras José Benito Vives de Andréis–INVEMAR: [email protected], [email protected], [email protected].

1

Resumen El caracol pala Eustrombus gigas, es el molusco de mayor tamaño e importancia ecológica y económica del Caribe colombiano, aunque actualmente está catalogado como especie amenazada. Con fines de aportar información para su conservación en el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo, durante 2004 y 2005 se evaluó la distribución espacial de la estructura poblacional, se evaluaron los hábitats potenciales para la especie mediante enfoque observacional y experimental, además de caracterizar la pesquería existente y su efecto sobre la abundancia de E. gigas. Se realizaron dos muestreos sistemáticos mediante buceo autónomo en dos épocas climáticas cubriendo aprox. 248 estaciones por época, en las que se contaron y midieron individuos y se realizaron anotaciones de cobertura de fondos. Técnicas geoestadísticas, percepción remota y regresión múltiple indicaron la presencia de parches de poca densidad principalmente de adultos (±3,7 ind/ha) en el archipiélago Nuestra Señora del Rosario (ANSR) distribuidos en mayores profundidades con mayor tamaño medio de grano y coral mixto; mientras que en el archipiélago San Bernardo (ASB), predominaron los juveniles (±2,6 ind/ha) concentrados en praderas de pastos. Encierros experimentales de E. gigas controlando densidades y tallas, mostraron mayores tasas de sobrevivencia y crecimiento en sustrato de Thalassia testudinum. La pesca artesanal en el ASB es multiespecífica y la tasa de captura dirigida a E. gigas disminuyó entre 1997 (5,1 kg/pescador) y 2005 (1,8 kg/ pescador). Se sugieren declarar intangibles Isla Tesoro y Bajo Tortugas para la protección de la población desovante; mientras que Isla Maravilla, Isla Múcura y PandaMangle deben ser designadas áreas de crianza.

INTRODUCCIÓN Eustrombus gigas es un molusco gasterópodo herbívoro de importancia comercial en el gran Caribe, sometido a una creciente presión pesquera y a pérdida de hábitat que lo ha conducido a la reducción significativa de

sus poblaciones, al punto de estar en riesgo de extinción (Mora, 1994; Aldana, 2003). Resultado de lo anterior, iniciativas internacionales incluyeron a E. gigas en la lista del libro rojo para especies amenazadas de Colombia, alcanzando la categoría de “vulnerable” (Gracia y Díaz; 2002). Tal denominación se extiende al gran Caribe en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza –UICN1994 como especie “comercialmente amenazada” (CITES, 2003). En este sentido, la regulación por parte de CITES para el manejo pesquero y la conservación en los países afectados, pretenden propiciar la recuperación de las poblaciones de E. gigas y sus hábitats esenciales para evitar la potencial extinción de la especie. Varios autores han coincidido en que no sólo la forma del hábitat puede describir y predecir si es esencial, sino que además su función en términos de interacciones ecológicas resulta imprescindible para identificar hábitats esenciales de E. gigas (Stoner, 2003; Glazer y Kidney, 2004). Enmarcado en tal problemática durante los años 2004 y 2005 se ejecutó el proyecto “Evaluación de la disponibilidad y calidad de hábitats para juveniles y adultos del caracol pala Eustrombus gigas en el PNNCR y SB, con miras a su repoblamiento y conservación”, financiado por el Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología (COLCIENCIAS, código 2105-09-13528), con el apoyo co-financiero, técnico y logístico del INVEMAR como entidad ejecutora y la participación técnica y logística de la Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales (UAESPNN) y el Centro de Investigaciones, Educación y Recreación de las Islas del Rosario (CEINER). La problemática de E. gigas se abordó en un contexto espacial con fuertes implicaciones de manejo y conservacióna fin de evaluar la distribución espacial de su estructura poblacional y de sus hábitats potenciales en el PNNCRSB. Complementariamente se evaluó de forma experimental el desempeño de tres hábitats potenciales para estrategias de repoblación y/o trasplante, así como el efecto de la pesca artesanal sobre la población de E. gigas concurrente en el archipiélago de San Bernardo (ASB). Con los resultados de este proyecto

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El Entorno Ambiental del PNN Corales del Rosario y de San Bernardo

y la información ya existente del área de estudio (Lagos et al., 1996; Hernández et al., 1997), se dio respuesta a las siguientes preguntas: ¿Dónde se encuentran los juveniles y población desovante de E. gigas?, ¿Cuál es la densidad y tamaño de la población disponible?, ¿Cuáles son los descriptores del hábitat que afectan la población de E. gigas?, ¿Qué fracción del hábitat potencial para E. gigas debería ser protegida?, ¿Cuál es el efecto de la pesca artesanal sobre la población? y ¿Qué criterios deben ser tomados en cuenta para el diseño de estrategias de repoblación o trasplante?

METODOLOGÍA El PNNCR y SB es una de las áreas marinas protegidas que encierra alta heterogeneidad de hábitats coralinos donde se incluyen aquellos fondos potenciales para el

desarrollo del ciclo de vida de E. gigas, como praderas de pastos y macroalgas, arenas, rodolitos y cascajo (Díaz et al., 2000). Esta cualidad le confiere al parque un gran atractivo paisajístico, por lo que el turismo es la principal actividad a desarrollarse en toda su extensión. La población habitante del parque basa en el turismo y la pesca sus ingresos y sustento, siendo señaladas ambas actividades como las causantes del decaimiento poblacional de la especie. El proceso metodológico de este estudio (Figura 28.1) combinó dos enfoques de investigación: el observacional (muestreos en campo durante dos épocas climáticas) y el experimental (experimentos en campo). Ambos enfoques son complementarios y fueron abordados en un contexto espacial principalmente, generalmente aplicado a estudios de la ecología de poblaciones y ecosistemas.

Figura 28.1. Etapas del proceso metodológico de este estudio.

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El Entorno Ambiental del PNN Corales del Rosario y de San Bernardo

RESULTADOS Y DISCUSIÓN Distribución espacial y abundancia de la población de E. gigas. En el ANSR, la densidad promedio (± DE) de caracoles fue baja comparada con otras regiones del Caribe, 4 ind/ha ± 10,8 y 3,7 ind/ha ± 9,3, para las épocas húmeda y seca, respectivamente (Tabla 28.1). Los adultos (grosor

de labio