El alma está en el cerebro
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AGUILAR

Eduardo Punset nació en Barcelona en 1936. Abogado y economista, tuvo un destacado papel en la apertura de Espana al exterior como ministro de Relaciones para las Comu­ nidades Europeas. Participó en la implanta­ ción del Estado de las autonomías como con­ seller de Finances de la Generalitat y, como presidente de la Delegación del Parlamento Europeo en Polonia, tuteló parte del proceso de transformación económica de los países del Este después de la caída del Muro. Ha ejercido también como periodista económico de la BBC y The Economist, y como represen­ tante del Fondo Monetario Internacional en el área del Caribe. Profesor en diversas ins­ tituciones universitarias, es autor, entre otros libros, de La salida de Ja crisis. La España imper­ tinente, España sociedad cerrada, sociedad abier­ ta, Adaptarse a Ja marea, Cara a cara con la vida, Ja mente y el universo y El viaje a Ja felicidad: las nuevas claves científicas. Actualmente dirige

y presenta el programa Redes en Televisión Española.

alma está en el cerebro El

alma está en el cerebro El

Radiografía de la máquina de pensar

AGUILAR

© 2006, Eduardo Punset © 2 006, RTVE del programa Redes © De esta edición: 2006, Santillana Ediciones Generales, S. L. Torrelaguna, 60. 28043 Madrid Teléfono 91 744 90 60 Telefax 91 744 90 93 .aguilar.es

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[email protected]

Diseño de cubierta: Rudesindo de la Fuente

Primera edición: noviembre de 2006 Cuarta edición: enero de 2007

ISBN: 84-03-09737-9 Depósito legal: M-781-2007 Impreso en España por Mateu Cromo, S. A (Pinto, Madrid) Printed in Spain Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cual­ quier fom1a de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con autori­ zación de los titulares de la propiedad intelectual. La infrac­ ción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (art. 2 70 y ss del Código Penal).

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Indice

Introducción. ...... . . . . .. ....................... ... ......................... ......

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... . . . . . .. . . . . . 9 11 Ca pítul o L El alma está en el cerebro .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Capítulo II. Pensamiento consciente y decisiones inconscientes . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . .. .... . . . . . . . . . .. . . . . . . . .. . . . .. 2 7 Capítulo III. Oliver Sacks o la complejidad de la mente ..... 4 7 Capítulo rv. Construyendo la realidad.. . . . . . . . ...... . . . . . . . . . . . . . . . 67 Capítulo V. Cosas que nunca deberíamos aprender. . . . . . . . . . . . . 87 Capítulo VI. Lavado de cerebro ............. . . . . ....... . . . ..... . . . . . . . . 1 1 1 Capítulo VII. Nueva percepción del cerebro .. . . . . . . . . .. . . . . . . ..... 1 3 1 PRIMERA PARTE: PERDIDOS EN EL LABERINTO

SEGUNDA PARTE: SECRETOS DEL LABERINTO.................

Capítulo VIII. Educación emocional .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Capítulo IX. La mente del psicópata . . .. . .. . . . . . . . . . . . .. .. . . . . . . . . . . . Capítulo X. Claves violentas . . . . . . ..... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ...... . . . . . . . . Capítulo XI. Placeres y desgracias de la imaginación ... . . . .. . Capítulo XII. Inteligencia creativa ...... . . . . . . . . . . . .. . . . .. . . . . . . ..... Capítulo XIII. Calculamos fatal.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . .. . . . . . . Capítulo XIV Cerebro y lenguaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Capítulo XV. La gran amenaza: la depresión... . . . .. . . . . . . . . . . . . Capítulo XVI. ¿Qué nos hace felices? . . . . . ......... . . . . . . . . . . . . . . . . . .

151 153 173 1 95 22 7 243 26 1 283 3 03 3 19

Bibliografía básica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 3 9

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Introducción

Los domingos por la tarde en la década de 1 940 -cuando yo tenía 1 O años-, mi padre solía llevarme a la clínica psiquiá­ trica enclavada en el municipio de Vilaseca de Solcina, ges­ tionada por la Diputación de la provincia de Tarragona. En el manicomio -como se los llamaba entonces-, mi padre cuidaba de las enfermedades ordinarias de los pacientes. De los trastornos mentales, se cuidaban otros. Inyecciones de trementina y camisas de fuerza para in­ movilizar a los pacientes excitados en exceso, mientras que el resto hacía largas colas para someterse a los electroshocks. Eran las últimas terapias que se aplicaban a aquellos cerebros desquiciados. Cada vez que, sesenta años más tarde, conver­ saba con los neurólogos, los fisiólogos, los psicólogos, los médicos y los estudiosos del cerebro para reconstruir este li­ bro, revivía aquellos recuerdos de la infancia. La mayoría de aquellos enfermos no sabían de dónde venían, dónde estaban ni a dónde iban. D esde entonces el camino recorrido por la neurocien­ cia no tiene parangón en ninguna otra disciplina. Mi inten­ ción al escribir El alma está en el cerebro era, justamente, que mis lectores compartieran conmigo los descubrimientos fas­ cinantes sobre el funcionamiento de este artilugio que lleva­ mos dentro. Como dice el fisiólogo y neurólogo Rodolfo Lli­ nás, los moluscos llevan el esqueleto por fuera y la carne por dentro, mientras que nosotros llevamos la carne fuera y el es­ queleto dentro -con el cerebro bien a oscuras recibiendo se7

EL ALMA ESTÁ EN EL CEREBRO

ñales codificadas del mundo exterior-. E instrucciones im­ probables para sobrevivir. En Vilaseca ya se sabía entonces que los malos espíritus no eran los responsables -lo siguen siendo en una buena par­ te del planeta- de los desmanes mentales. Ya no se los exor­ cizaba. Sabíamos que el mal estaba en el propio cerebro. Que la ansiedad, el estrés, la depresión, la esquizofrenia y hasta la epilepsia eran indicios claros de que el cerebro no funcionaba bien. Durante mucho tiempo de poco sirvió este descubri­ miento revolucionario cuyos detalles el lector tendrá oportu­ nidad de ir deshilvanando en las páginas de este libro. ¡Cono­ cíamos tan poco sobre los mecanismos del cerebro encerrado dentro del cuerpo ! Cuando se supo que el alma estaba en el cerebro, se des­ cubrieron las bases de la neurobiología moderna: que fun­ cionamos con un cerebro integrado, que guarda lo esencial de nuestros antepasados los reptiles y los primeros mamí­ feros, junto a la membrana avasalladora del cerebro de los homínidos, y que están integrados pero no revueltos; es de­ cir, que las comunicaciones entre ellos no son necesariamen­ te fluidas y seguras. Gracias a las nuevas tecnologías de re­ sonancia magnética y otras hemos aprendido a identificar dónde fallan esas señales cerebrales y ahora podemos descu­ brir cómo funciona un cerebro locamente enamorado o las partes que permanecen inhibidas en la persona incapaz de po­ nerse en el lugar del otro, como les ocurre a los psicópatas. Si muchos de los enfermos del manicomio de Vilaseca no hubieran muerto, ahora vivirían sin tanto sufrimiento y, tal vez, hasta disfrutarían de horas de sosiego leyendo las pági­ nas de El alma está en el cerebro.

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PRIMERA PARTE

Perdidos en el laberinto

CAPÍTULO

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El alma está en el cerebro

A primera vista, parece bastante fácil distinguir qué es y dón­ de está el alma. Para empezar, algunos animales ni siquiera se reconocen a sí mismos frente a un espejo. Otros, como los chim­ pancés, igual que nosotros, se reconocen y tienen conciencia de sí mismos. Los seres humanos tenemos imaginación, emo­ ciones y memoria: éstas eran las tres facultades del alma, se­ gún el pensamiento antiguo. Pero . . . ¿dónde está el alma? ¿Dónde se cobija? Algunos filósofos y teólogos pensaban que el alma estaba en el cora­ zón, y otros, entre ellos los primeros grandes científicos, opi­ naban que el alma residía en el cerebro. Así que, al parecer, el alma se hizo carne. Pero ¿hemos resuelto de verdad el misterio del alma con esta sencilla identificación? EL EXTRAÑO DOCTOR TuoMAS WILLIS

Nuestra mente es lo que somos. Recuerdos, emociones y ex­ periencias se acumulan en el cerebro fijándose en las unio­ nes electroquímicas entre los millones de neuronas que con­ tiene. Alma o psique cabe en el poco más de kilo y medio de tejido cerebral, el mismo que el filósofo Henry More des­ cribía como «esa desestructura da, gelatinosa e inútil sus­ tancia». Casi todos sus colegas pensaban como él. Y no era raro. 11

EL ALMA ESTÁ EN EL CEREBRO

En la Inglaterra de mediados del siglo xvn, el alma es un principio inmortal e inmaterial que piensa, siente y rige el cuerpo; el cerebro, por el contrario, parecía una glándula de aspecto desagradable y de irritante inutilidad. En ese momento histórico, alguien acuña la palabra