Relación del descubrimiento y conquista de los reinos del Perú [1571] [2a. ed.]

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Edición basada en el más completo manuscrito de esta crónica peruana finalizada hacia 15 71. lmp ortan te tes timonio, presenta la experiencia andina y vivencias personales de un participan te activo en los primeros años coloniales. Guillermo Lohmann Villena destaca el valor del manuscrito, su relación con otras fu en tes, y otros temas importantes. Pierre Duviols analiza aspectos andinos del texto.

RELACION DEL DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA

. COLECCION CLASICOS PERUANOS Dirigida por Franklin Pease G. Y.

PEDRO

PIZARRO

RELACION DEL DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA DE LOS REINOS DEL PERU. Edición, Considerad ones Preliminares GUILLERMO LOHMANN VILLENA y Nota de PIERRE DUVIOLS

SEGUNDA EDICION

Primera edición Segunda edición

1978 noviembre de 1986

Cubierta: Víctor Cumpa R elación del descubrimien to y conquista de los Reinos del Peru. Copyright © 1978 por Fon do Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Av. Universitaria, cuadra 18, San Miguel. Lima,.Perú. Tlf. 622540, Anex o 220

Derechos Reservados ISBN 84-89292-7 1-X rústica ISBN 84-89292-72-8 tela Impreso en el Perú - Printed in Peru

NOTA DE LOS EDITORES Agotada la primera edición de la Relación de Pedro Pizarra, el Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú ha decidido reimprimirla, permitiendo así la continuidad de su disposición en las manos de los especialistas. Esta segunda edición ha sido corregida en las erratas advertidas por el editor de la misma Dr. Guillermo Lohmann Villena. Es pertinente anotar que la primera edición fue acogida por comentarios diversos; entre ellos: José Luis Rivarola "Las versiones de la Relación del descubrimiento y conquista de los reinos del Perú de Pedro Pizarra (Estudio crítico-textual)" (Lexis, VII, 1, Lima 1983), y "Para la historia de los americanismos léxicos. A propósito de una nueva ve rsión de la Relación de Pedro Pizarra " (Filología, 20, Buenos Aires 1985); de María Victoria Romero Gualda "Indoamericanismos en la crónica de Pedro Pizarra" (Thesaurus, Boletín del Instituto Caro y Cuervo, XXXVIII, Bogotá 1983). Una cuidadosa recensión fue publicada por Francesca Canru (Critica Storica, 4, Firenze 1980). El texto de la primera edición de 197 8 sirvió asimismo para su traducción al japonés, realizada por el Dr. Shozo Masuda y publicada por la Editorial Iwanami, Tokio 1984.

CONSIDERACIONES· PRELIMINARES

I Pedro Pizarro, o. salvo Aunque a partir de una copia espuria haya sido reproducida de molde hasta en ocho oportunidades (tres de ellas en el Perú), con todo creemos rendir un buen servicio al esclarecimiento de nuestro pasado poniendo ahora al alcance de los estudiosos esta nueva edición, que ofrece como primicia el texto legítimo y prístino de_ la Relación del descubrimiento y conquista de los Reinos del Piru ... escrita por P edro Pizarra, aquí rigurosamente depurado de extraños aditamentos, restituído a su extensión original y vertido en una fidedigna transcripción de lo que de verdad fue engarzando su autor con prosa jadeante y opaca y con hirsuta sintaxis, accidentes formales que por cierto no menguan ni un ápice la vibración apasionante del i·elato, que se remansa en pasajes notables po:r las emotivas hipotiposis de Atahualpa, de Francisco y de Gonzalo Pizarro, de Almagro o de Carvajal. Tan diáfanos se reflejan en estas páginas los sucesos que, si ei adusto narrador, siempre exigente consigo mismo y apegado sólo a reseñar estrictamente aquellos lances en los que había participado, dentro de un concepto ciceroniano de la Historia como «testigo de los tiempos», hubiese estado adornado de algún leve toque literario, bien habría podido titular sus páginas «Andanzas y reminiscencias de un caballero» 1 . Entre otras ventajas, esta versión integral no sólo brinda su autenticidad, sino por añadidura abundantes noticias silenciadas inexplicablemente en el texto que circulaba hasta ahora, sin que nadie lo 1

Pedro Pizarro blasona de paladín, al proclamarse a sí mismo «muy buen hombre a caballo•, vale decir ni peón ni infante, insinuando connotaciones nobiliarias y resonancias del mundo caballeresco medievaL que se explayen en la Partida II, en el ~Libro de Alexandre• o en el •Libro de la Orden de Caballería•, de Ramón Llull.

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pusiera en cuarentena. Valgan como muestras al paso la amplificación , de los informes tan singulares acerca de algunas costumbres y formas de vida indígenas evaluados aquí doctamente por el Profesor Pierre Duviols - ·- y que ya no configuran un mero telón de fondo sobre el que se proyecta la gesta de los conquistadores sino aportaciones independientes; la revelación de que los apodos de los dos últimos soberanos incaicos envolvían un significado peyorativo; la verídica denominación del transnombrado Cahuide - sólo esta novedad bastaría para justificar el ofrecimiento de la presente lección~, y las peregrinas referencias, con todos los ribetes de verosimilitud, concernientes a unas islas, hoy ignotas, enfrente ¿le Ilo 2 • Huelga agregar que acendrada la redacción y enriquecido el relato con los extensos pasajes que habían sido cercenados, de propósito o por razones de puro capricho, el crédito del autor gana puntos como minucioso notario de los acontecimientos históricos que nos trasmite y escala el elevado sitial · a que en estricta justicia era acreedor. A mayor abundamiento, ~ste relance de Pedro Pizarro y de su crónica implica una suerte de vindicación del siniestro hado que se ha cernido sobre lo.s papeles que incumben a nuestro personaje: el códice original de la Relación. . . fue sustraido hace más de una centuria de los plúteos de la Biblioteca Nacional de Madrid; de hecho cuantas escrituras decían relación con él extendidas en los protocolos conse:rvados en el Archivo Depa'r tamenta1 de Arequipa han 2

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De la existencia de las mismas, lo menos hasta el siglo XVI, no cabe dudar a la vista de los :reiterativos testimonios históricos coetáneos. Cfr. Cieza de León, Crónica del Perú, Capítulo LXXVI, y Guen·a de Quito, Capitulo CCVII; los despachos de los Oidores de Lima. de 6. VII. lS:iO y 20.III. 1560, en Le\'illier, Audiencia · de Lima (Madrid, 1922), págs. 12 y 248; lC>S instrumentos notariales reproducidos en el artículo cEn pos de las Islas del Mar del Sur. 1556•, en Inédita. Universidad NaciJn al de San Agustín (Arequipa, 1973), L págs. 379-390, y ia exposición de Buse, en Historia Marít ima del Perú (Lima, 1973 ), tomo II, rnlumen 2, págs. 902-913, complementada por Del Bus to. ibid., tomo HI, volumen 1, pág. 323. V. por último los datos corroborantes aportados por Morales P adrón, en Anuario de Estudios Americanos (Sevilla, 1967), XXIV, pág.

986. En el mapa del Thentrum Orbis Terrarum, de OrteÜus (1587), aproximadamente entre los 15? y 18? S., y a unos 14? al Occidente del litoral pemano, demoran tres i~.las sohre las que campea una leyenda enunciati va de la común opinión de h aber sido ricas en oro. Tales islas desde luege> no corresponden co n nada conocido bajo esas coordenadas: no son por cierto ni las de San Félix y San Ambrosio (o San Nabor ), que son sólo dos, descubiertas en 1572. que caC'n más al Mediodía. ni menos el archipiéla¡?o. todavía mág austral, r¡ue halló t.!os años después Juan Femández, imponiéndole su nombre .

sido sistemática y toscamente expoliadas 3, y . para colmo de males, el acaparadoi· de dos piezas decisivas para dilucidar prcblemas planteados por la misma Relación . . . , zafiamente se resiste a franquear m exhibición 4. Ante este cúmulo de factores adversos se impone, con carácter µe urgente, restituir a un autor tan zarandeado por el infortunio póstumo el texto tal cual emanó literalmente de los puntos de · su pluma, y que gracias a esta lección, inédita hasta ahora, se nos haga accesible la imagen veraz de su mentalidad. Como ésta tampoco cabe disociarla del entorno intelectual, cuyos influjos inciden por fuerza sobre ella, es congruente apuntar algunas claves del proceso de redacción de la crónica, esbozando a grandes rasgos el ambiente en que se elaboró.

11 La crónica y su momento histórico Para perfilar un nítido cpntraluz de la Relación . . . y de su autor no es lícito limitarse, como hasta ahora, exclusivamente a pon~ derar los quilates ·de su atractivo co~o libro de aventuras · (pues lo fueron en buena cuenta todas las crónicas de la Conquista, cuyo contenido, a los ojos de sus contemporáneos, no debió de alejarse mucho del argumento de las novelas 'de caballerías) ni · a sopesar el va3

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V. nuestra nota e Una depredación inaudita (¿Dónde están los documentos sobre Pedro Pizarrn desaparecidos de Arequipa? )•, en H istórica. P on tificia Universidad Católica del Perú . D epartamento de Humanidades (Lima, 1978), II, núm. l, págs. 89-91, y ULTIMA ADICION, fo. fra. Cfr. ln f ra, § VIII, notas 73 y 94. No deja de ser sarcástico que el cancerbero aludido, el librero ~nti~ cu ario bostonés señor Maury A . Bromsen, a quien nos hemos dirigido infru ctuosa:rr..ente por intermerlio de la E1nbaj ada del Perú en los Estados U nidos de América, del Consulado del P erú en Boston, del Profesor Lewis H ank e, y en dos cartas personales, sin haber obtenido ni una respuesta cortés , sin pestañear predicara en 1969, cuandr- se hizo con un instr umen· to notarial co::iccrniente a nuestro cron ista : e Estimo que si u n documen· to de tanta importancia cae en manos de un coleccion ista de m entalidad a\·ara, el documento sale del torrente cultural latinoamericano, se pierde, y puede sucederle cualquier cosa . .. » (Cfr, L a Prensa. Lima, l8 de Abril de 1969, n úm. 29. 071 , p ág. 21 ). , T an extraña conducta no se compadece con los rasgos que sobre la personalidad del señor Bromsen figuran en José Toribio Medina, humanista de A mérica (Santiago, 1969), pág. 281; v. también Revista lnteramericrma de Biblíogra/Ínfiere el 24 de Octubre de 1577, facultándolo para tramitar un pleito (Archivo Departamental de Arequipa. Protocolo de Diego de Aguilar, 1576· 1577, fol. 355v). V. además Miró Quesada, Cervantes, Tirso y el Perú (Lima, 1948 ), págs. 19-

23. __, Consta que se hallaba en Arequipa en 5 de Setiembre de 1582, 31 de Marzo de 1584 y 8 de Febrero de 1585 (Archivo Departamental ele Arequipa. Protocolos de Diego de Aguilar, 1582, fol. 451 v, Gaspar Hcrnández, 1584, fol. 150, y Diego de Aguilar, 1585, fol. 78). Sabido es que Estrada casó en Arequipa con Jerónima de M'.randa, de la familia del distinguido vecino Hernán Bueno de Arana. Cfr . Miró Quesada, Tiempo de leer, . tiempo de escribir (Lima, 1977), págs. 91-125 . Depuso en su información de servicios, actuada en 1566 (.,rchivo General de Indias. Patronato, 114, Ramo 2). Probanza de eervicios de la ciudad de Arequipa (Agosto de 1575). Biblioteca Nacional del Perú. Departamento de lnvestigacic>nes Bibliográficas . Manuscrito A 590. Original sustraído del Cabildo Eclesi