Imperialismo Y Urbanizacion En America Latina

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B R O W N E , G EISSE • C A R D O N A • C A R D O S O , F E R R E IR A , K O W A R IC K . • C ID U -C H E E T ftA M • H A RD O Y , M O R EN O • M Á RM O RA • M UÑOZ, O L IV E IR A , S T E R N • P U M A R IN O * Q U IJA N O • SANTOS

• SCHTEINGART, TORRES-

S IN G E R • V A N D E R S C H U E R E N • W E IS S L IT Z

“ “ SIEIISIMPERIALISMO

Y

URBANIZACION EN AMERICA LATINA

GG EDITORIAL GUSTAVO GILI, S, A, BARCELONA

E D I T O R I A L G U S T A V O G I L I , S. A. BARCELONA-15

Rosellón, 87-89

MADRID-6 VIGO BILBAO-1 SEVILLA BUENOS AIRES MÉXICO, D.F. BOGOTA SANTIAGO DE CHILE SAO PAULO

Alcántara, 21 Marqués de Valladares, 47, 1.“ Colón de Larreátegui, 14, 2°, izq. Madre Ráfols, 17 Cochabamba, 154-158 Hamburgo, 303 Calle 22, número 6-28 Santa Beatriz, 120 Rúa 24 de Mayo, 35

Los artículos de este volumen publicados en otro lugar llevan a pie de página la procedencia correspondiente. © Editorial Gustavo Gili, S. A., Barcelona Printed in Spain

Depósito Legal: B. 3.431 -1973 ISBN 84 - 252 - 0742 -8

Talleres Gráficos Ferrer y Coll - Pasaje Solsona, s/n. - Barcelona.

INDICE

PROCESOS DE URBANIZACIÓN Y MIGRACIÓN Presentación, Manuel Castells y Patricio V é l e z .........................................................

1

La urbanización dependiente en América Latina, Manuel Castells . . . .

7

Migraciones internas en América Latina: consideraciones teóricas sobre su estudio, Paul S in g e r ...........................................................................................................27 El estudio histórico estructural de los movimientos poblacionales en Amé­ rica Latina (Su aplicación al caso argentino), Lelio Mármora . . . .

57

La urbanización dependiente en Venezuela, M ilton Santos .

97

.

.

.

Migración rural e integración urbana en el Perú, Jacqueline W eisslitz .

.

. .

.

111

MARGINALIDAD Y ESTRUCTURA URBANA

La formación de un universo marginal en las ciudades de América Latina, Aníbal Q u i j a n o .........................................................................................................................141

La urbanización no controlada en Colombia, Ramiro C a r d o n a .............................167 Migración y marginalidad ocupacional en la ciudad de México, H um berto Muñoz, Orlandina de Oliveira y Claudio S t e r n ..................................................183

Consideraciones sobre el desarrollo de Sao Paulo: cultura y participación, Fernando H. Cardoso, Cándido P. Ferreira de Camargo y Lucio Kowarick

211

Estructura interna y centralidad en metrópolis latinoamericanas. Estudio de casos, Martha Schteingart y H oracio T o r r e s .........................................................253 Urbanización, dependencia y marginalidad en América Latina, Paul Singer .

287

POLÍTICAS URBANAS

¿Planificación para los planificadores o para el cambio social?, Enrique Browne C. y Guillermo Geisse G. ....................................................................315 La política de vivienda y de desarrollo urbano en Chile,Gabriel Pumarino .

339

El sector privado de la construcción: patrón de dominación, Rosemond Cheetham ....................................................................................................... 359 Movilización política y lucha por la vivienda en Chile, FranzVanderschueren. Campamentos de Santiago: movilización urbana, C.I.D.U.............................. 411 Primeros pasos de la reforma urbana en América Latina, Jorge E. Hardoy y Oscar A. M o re n o ..................................................................................... 439

397

DATOS ACERCA DE LOS AUTORES

Manuel Castells: Profesor de l’Ecole Pratique des Hautes Etudes de l’Université de París y del Centro Interdisciplinario de Desarrollo Urbano y Re­ gional, CIDU, Santiago de Chile. Paul Singer: Economista Urbano, trabaja en el Centro Brasileiro de Analise e Planejamento (CEBRAP). Sao Paulo. Lelio Mármora: Doctor en Sociología, trabaja actualm ente como profesor de Teoría Sociológica en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Es director del Centro de Investigaciones Sociológicas y profesor de la Universidad Ca­ tólica Argentina, así como tam bién dirige el Departamento de Investigación Aplicada de la Oficina Sectorial de Recursos Humanos del Consejo Nacional de Desarrollo de la República Argentina (CONADE). Milton Santos: Profesor de Geografía del Institut d’Etudes du Developpem ent Economic et Social (IEDES). París. Aníbal Quijano: Doctor en Sociología, es director del Centro de Investiga­ ciones Sociales de Lima. Ramiro Cardona: Director de la Unidad de Estudios Socio-Demográficos en la División de Estudios de la Población de la Asociación Colombiana de Fa­ cultades de Medicina. Hum berto Muñoz, Orlandina de Oliveira, Claudio Stern: Son investigadores del Proyecto sobre la Migración Interna, la E structura Ocupacional y la Mo­ vilidad Social en el Área M etropolitana de la Ciudad de México, bajo el pa­ IX

tronato del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Centro de Estudios Económicos y Demográficos del Colegio de México. Fernando H. Cardoso, Cándido Ferreira de Camargo, Lucio Kowarick: Son Sociólogos y trabajan como profesores-investigadores del Centro Brasileiro de Analise e Planejamento. Fernando H. Cardoso es director de dicho Centro. Martha Schteingart es arquitecto y urbanista. Ha trabajado hasta 1971 como profesora e investigadora del Departamento de Estudios y Planificación Urbano-Regionales, Facultad de A rquitectura y Urbanismo, Universidad de Chi­ le. Actualmente es directora ejecutiva del Programa Editorial de la Sociedad Interam ericana de Planificación, Buenos Aires. Horacio Torres es arquitecto y planificador. Miembro de la Carrera del In­ vestigador, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, tam ­ bién trabaja como Investigador Visitante del Centro de Estudios Urbanos y Regionales del Instituto Torcuata di Telia, Buenos Aires. Enrique Browne: Arquitecto y planificador, trabaja como profesor-investigador del CIDU. Santiago de Chile. Guillermo Geisse: Es director del Centro Interdisciplinario de Desarrollo Urbano y Regional (CIDU) y es coordinador de la Comisión Urbana del Con­ sejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Gabriel Pumarino: Profesor e Investigador del Centro Interdisciplinario de Desarrollo Urbano y Regional de la Universidad Católica de Chile, Ha diri­ gido una investigación sobre la Política del Desarrollo de las Áreas Metro­ politanas, especialmente en lo referente a Program as de Vivienda. Rosemond Cheetham: Sociólogo, investigadora de CIDU, Universidad Cató­ lica, Santiago de Chile. Franz Vanderschueren: Cientista político, trabaja como profesor-investigador del Centro Interdisciplinario de Desarrollo Urbano y Regional de la Univer­ sidad Católica de Santiago de Chile. Equipo CIDU: Está conformado por varios investigadores de dicho Centro, y realizan trabajos concretos abarcando los campos sociológico, económico, urbano y político que se producen en el actual contexto chileno. X

Jorge E. Hardoy, Oscar A. Moreno: Pertenecen al Centro de Estudios Urbanos y Regionales, CEUR, Instituto Torcuato di Telia, Buenos Aires, Argentina. El prim ero es autor, además, de numerosos artículos y publicaciones sobre problem as urbanísticos de Latinoamérica. Patricio Vélez: Arquitecto ecuatoriano, ha cuidado de la recopilación, tra­ ducción y presentación del presente volumen.

XI

PRESENTACIÓN

Cuando se habla de urbanización en América Latina, ¿se está hablando de los grandes rascacielos de Sao Paulo, oprimiendo desde su perspectiva un universo de calles comerciales apretadas y vivientes 'o se habla de las f a velas que trepan los m orros de Río de Janeiro en medio de tablas y labe­ rintos con folklorismo colorido y sentimental? ¿Se refiere a una tasa de crecimiento demográfico o a un proceso de cambio cultural? ¿Se está pre­ sentando el m undo en m archa de los campamentos urbanos en Chile o los mecanismos de integración de los «Pueblos Jóvenes» en las barriadas lime­ ñas? ¿Técnica de planificación y/o lucha de clases? ¿Inform e de experto de la UNESCO o utopías arquitectónicas? El fenómeno urbano en América Latina ha sido tratado en form a tan es­ trecham ente ligada a la ideología de la modernización que su análisis requie­ re una previa ordenación de los temas básicos que lo constituyen. Se trata, antes que nada, de saber de qué hablamos, en qué térm inos y para qué. Se tra ta de delim itar los distintos procesos sociales que constituyen en su varie­ dad y complejidad la América Latina, estableciendo la especificidad de cada sociedad (tan radicalm ente distintas unas de otras que no se puede hablar de una entidad) y, al mismo tiempo, lo que las une en térm inos de proceso económico-político: una cierta similitud en el lugar que ocupan en el sistema de relaciones del imperialismo. Por eso, urbanización y América Latina sólo pueden ser unificadas de form a válida a través de una óptica que las sitúe con respecto al imperialismo. Si no fuera así, la reunión de trabajos y pro­ blemas sobre países tan distintos sólo podría tener una connotación de tipo racista, a la m anera como ciertas universidades se «especializan» en los «la­ tinoamericanos», como una de esas tribus o especies a estudiar-para-vigilar. Y se tra ta de estudiar lo urbano, es decir, un cierto modo de organización espacial de la actividad, expresión de cierto tipo de producción y de rela­ ciones políticas y sociales. No se trata, pues, de disfrazar de «urbano» (en térm inos, por ejemplo, de cultura urbana) los procesos ligados a las trans­ formaciones ocurridas en lo ideológico en función de las nuevas relaciones de clase. El intento más bien es el de explicar la constitución de nuevos ti­ pos de unidades de residencia y de actividad y la organización de un espacio y un tiempo determinados a p artir de la dinámica de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción, es decir, de las clases sociales. Un intento de este orden conduce, a la vez, a precisar el alcance del fe­ nómeno urbano, a delim itar su especificidad y reconocer sus efectos propios 1 1.

C A STELLS

IM PERIALISM O Y URBANIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA

en la vida de los grupos sociales y a desechar las afirmaciones ideológicas sobre tal o cual proceso que sería «urbano», es decir, producido por una determ inada form a de organización espacial. Así, por ejemplo, la «margina­ lidad» no será urbana si no está considerada dentro de las transform aciones del sistema productivo capitalista dependiente en la nueva fase del im peria­ lismo, pero, al mismo tiempo, habrá aspectos de la organización urbana ligados, en la estructura y en la práctica sociales, a los efectos producidos por esta expresión particular en las relaciones de clase. Delimitar el alcance preciso del fenómeno urbano, criticar sus mixtifica­ ciones ideológicas y aportar los instrum entos y estudios concretos necesa­ rios para la comprensión de los procesos de cambio en este terreno, es un proyecto excesivamente ambicioso para poder ser abordado de una sola vez. Se tra ta de un largo camino de los estudios urbanos latinoamericanos, sus­ citado, evidentemente, por el cambio de las correlaciones de fuerzas polí­ ticas en el continente. Los trabajos reunidos en este volumen se presentan apenas como síntoma de una tendencia que, si ha logrado empezar a plan­ tear seriamente y con rigor los temas aludidos, prolongando intentos aislados que existían desde hace unos años, aún no existen más que como proyecto en la medida en que tropiezan con la represión de los aparatos institucionales especializados, generalmente sometidos al control político-ideológico del im­ perialismo. No es de extrañar, pues, que la aportación chilena sea particu­ larm ente im portante. Asimismo, parece evidente que los trabajos reunidos no podían surgir por sí solos fuera de todo contexto o proyecto articulado orgánicamente. Sus fuentes principales son dos: el núm ero especial prepa­ rado por la revista crítica internacional «Espaces et Sociétés», publicada en París, y la nueva fase de la revista «Eure», editada por el CIDU, de Santiago de Chile. Ambas revistas aparecen claram ente comprometidas en el proce­ so de cambio político en América Latina y entienden los análisis urbanos como una contribución parcial, limitada, pero no por ello carente de im por­ tancia, a ese proceso. A p artir de dichas fuentes, fueron buscados y añadidos otros textos inéditos, menos en función de un plan teórico preestablecido, que en térm inos de los grupos y personas que ya estaban trabajando en este campo y con esta perspectiva. En una prim era parte del libro se tra ta de delim itar el proceso mismo de urbanización y de explicar históricam ente la producción de formas espa­ ciales, a través, incluso, de discrepancias teóricas que enriquecen con su debate los elementos básicos de una perspectiva común. Se tra ta en seguida de abordar, con la mayor diversidad posible, la interacción entre estructura urbana y estructura social, para desembocar finalmente en el estudio de procesos concretos de política urbana, por un lado como intervención del aparato del Estado y, por otro, como intervención de los aparatos políticos de las organizaciones populares. Este último apartado, centrado en el pun­ 2

PRESENTACIÓN

to de vista de los procesos de cambio, aparece monopolizado por los artícu­ los producidos en Chile. No porque en otros países los problem as políticos no sean centrales, sino que raram ente se reúnen en ellos las condiciones sociales para una dinámica y verdadera producción científica sobre tales te­ mas. Creemos que los textos chilenos pueden constituir una prim era expe­ riencia válida a nivel teórico, y que pueda estim ular el desarrollo de análisis e investigaciones similares en otros países. En fin, los textos reunidos no son ni exhaustivos ni se presentan como antológicos de la producción existente. Su selección y organización responde al propósito deliberado de incidir sobre el tipo de problem ática hasta ahora vigente en los estudios sobre la urbanización latinoamericana, al pasar del informe de experto al análisis vivido de las contradicciones sociales, el in­ sertar a los planificadores y arquitectos en el m undo de lo real, en el movi­ miento, en la lucha, dejando una racionalidad ahistórica sin por ello perder el rigor en el análisis. Los textos ni sus autores tampoco constituyen una unidad y ni siquiera puede decirse que tengan estrictam ente el mismo pro­ pósito social o político. Pero, por encima de sus opiniones individuales, sus obras, su trabajo, su problem ática, reflejan este cambio de orientación que hemos tratado de hacer más visible con la recopilación del m aterial de este volumen, que busca su eficacia no tanto en la coherencia de sus páginas sino en la fecundidad en las mismas dentro de la lucha contra el orden urbano del imperialismo. M a n u e l C a st e l l s

y

P a t r ic io V é l e z

3

PROCESOS DE URBANIZACIÓN Y MIGRACIÓN

Población urbana de América Latina

LA URBANIZACIÓN DEPENDIENTE EN AMÉRICA LATINA* Manuel Castells

La América Latina tiene una tasa de urbanización casi equivalente a la de Europa y una tasa de metropolización superior.1 Esta «paradoja» ha ser­ vido de fundam ento a las tesis sobre la «hiperurbanización» latinoamericana, tesis que establecen la relación estándar entre fuerzas productivas y orga­ nización del espacio siguiendo el modelo histórico de los países capitalistas dominantes.2 Pero antes de preguntarse por qué las ciudades crecen «más de lo necesario» teniendo en cuenta el nivel de industrialización, hay que invertir los térm inos del problem a deduciendo la especificidad del espacio latinoam ericano dentro de su proceso histórico de constitución. Porque únicam ente desde este punto de vista, de la especificidad histórica de su posición al interior del modo de producción capitalista, se puede hablar, con reservas, de la América Latina, y se puede tra ta r acer­ ca de su organización espacial como poseedora de cierta problem ática co­ mún. En efecto, observar el cuadro 1 es suficiente para percibir la diferencia de niveles y de ritm os de urbanización según los países y, más allá y a través de estas cifras, la diferencia de contenido social de esta diversidad de universos confundidos bajo el térm ino de «ciudades latinoamericanas». Quedan aquellas que conservan una marca común, una misma fuente de determinación social, inclusive si es m ultiforme: su modo de articulación prim ero con respecto al colonialismo, y luego al imperialismo. Las socieda­ des precolombinas fueron prácticam ente aniquiladas por la «obra civiliza­ dora» de los conquistadores, y las formaciones sociales latinoamericanas nacieron por tanto bajo el signo de la dependencia colonial, en sus variantes española y portuguesa. Su evolución posterior y su progresiva diversifica­ ción interna son el resultado de las diferentes articulaciones regionales a la metrópoli, así como de la reorganización de las relaciones de fuerza entre estas potencias coloniales (desplazamiento de la determ inación ibérica a la suprem acía inglesa), continuando luego con el paso a la dependencia de tipo capitalista-imperialista, notoriam ente con la dominación económica directa de los Estados Unidos. Por tanto hay una especificidad latinoam ericana en la medida que hay especificidad regional de las relaciones de dependencia en el cuadro del sistema imperialista.3 Por esto la hipótesis directriz de nuestra lectura del espacio latinoame­ ricano será la de considerar este espacio como la articulación de las formas espaciales derivadas de los diferentes tipos de dominación que han m arcado *

Publicado por «Espaces et Societés» n.° 3, julio, 1971, París. 7

IM PERIALISM O Y URBANIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA

la historia del continente. Antes que nada hay que recordar cuáles son las características específicas de esta urbanización dependiente. Características fundamentales del. proceso de urbanización en América Latina Si es verdad que la creciente atención de los «expertos internacionales» en relación con la explosión urbana en América Latina no hace más que dupliCuadro 1

Población urbana y población total, América Latina, por país, 1960, 1970, 1980 Población total* (millarse) 1960 1970 1980 Argentina Las Barbados Bolivia Brasil Colombia Costa Rica Cuba Chile Ecuador El Salvador Guatemala Guayana Haití Honduras Jamaica México Nicaragua Panamá Paraguay Perú República Dominicana TrinidadTobago Uruguay Venezuela

20010 232 3696 70327 17485 1336 6819 7374 4476 2511 4284 560 4138 1885 1610 34923 1536 1076 1819

24352 270 4658 93244 22160 1798 8341 9780 6028 3441 5179 739 5229 2583 2003 50718 2021 1463 2419

28218 285 6006 124003 31366 2650 10075 12214 8440 4904 6913 914 6838 3661 2490 71387 2818 2003 3456

(1961) 9907 13586

Población urbana** (millares y porcentajes sobre la población total) % % % 1980 1960 1970 14758 73,7 11 4,7 1104 29,8 28292 40,2 8987 51,3 428 32,0 3553 52,1 4705 63,8 1700 137,9 804 32,0 1242 28,9

19208 ? 1682 44430 12785 604 4450 6886 2756 1305 1593

78,8 35,4 47,6 57,6 33,5 53,3 70,4 45,7 37,9 30,7

23415 ? 2520 67317 20927 968 5440 9205 4563 2259 2342

82,9 41,9 54,2 66,7 36,5 53,9 75,3 54,0 46,0 33,8

517 405

12,3 21,3

907 716

17,3 27.7

1684 1280

24,'6 34,9

18858 550 456 564

53,9 35,8 42,3 31,0

31588 808 733 872

62,2 39,9 50,1 36,0

49313 1338 1142 1494

69,0 47,4 57,0 43,2

18527

3943

39,8

6690

49,2

10791

50,2

1603

36,8

2815

45,4

2308 7737

79,8 71,9

2721 11807

83,6 78,8

3047

4348

6197

878

28,8

834

1085

1348

334

40,0

(1963) 2593 2889 7524 10755

3251 14979

1984 4808

76,5 63,9

* Estimación. ** Ciudades de 2000 habitantes o más. Fuente: Departamento de Asuntos Sociales, Secretaría General de O.E.A., Washington D. C., 1970.

LA URBANIZACIÓN DEPENDIENTE EN AMÉRICA LATINA

Cuadro 2

Tasa de crecimiento de las poblaciones urbana, rural y total y tasa de urbanización, por períodos y por países de América Latina País

Costa Rica Cuba República Dominicana El Salvador Guatemala Honduras Jamaica México Nicaragua Panamá Argentina Brasil Chile

Colombia Ecuador Paraguay Perú Uruguay Venezuela

Período

Tasa de crecimiento de la población Total Urbana Rural

Tasa de urbanización

1927-50 1950-63 1919-31 1931-43 1943-53 1920-35 1935-50 1950-60 1930-50 1960-61 1950-64 1940-50 1950-61 1921-43 1943-60 1940-50 1950-60 1950-63 1930-40 1940-50 1950-60 1914-47 1947-60 1920-40 1940-50 1950-60 1920-30 1930-40 1940-50 1950-60 1938-51 1951-64 1950-62 1950-62 1940-61 1908-63 1936-41 1941-50 1950-61

2,3 4,0 2,7 1,6 2,1 3,4 2,4 3,6 1,3 2,8 3,11 2,2 3,0 1,7 1,5 2,7 3,1 2,6 2,9 2,6 2,9 2,1 1,8 1,5 2,4 3,1 1,4 1,6 1,4 2,8 2,2 3,2 3,0 2,7 2,2 1,7 2,7 3,0 ' 3,7

2,9 4,5 3,8 2,5 3,7 8,5 5,5 9,1 3,1 5,8 5,6 3,3 8,1 3,9 4,1 5,6 5,2 5,9 4,7 3,4 4,5 3,0 3,0 3,0 5,3 6,5 2,9 2,8 2,8 5,9 6,7 7,8 6,6 2,8 5,7 3,0 4,6 9,6 7,3

0,6 0,6 1,1 0,9 1,5 4,8 3,0 5,3 1,8 2,9 2,4 1,2 4,8 2,1 2,5 2,9 2,1 3,2 1,7 0,8 1,5 0,8 1,2 1,5 2,8 3,4 1,5 1,1 1,6 3,1 4,4 3,6 3,5 0,2 3,4 1,3 1,9 6,4 3,4

2,2 3,8 2,3 1,2 1,3 3,1 2,2 2,7 1,1 2,3 2,7 2,1 2,5 1,4 0,9 2,0 2,3 1,9 2,3 2,3 2,3 1,5 0,4 1,3 1,7 2,1 0,7 1,0 0,5 0,2 1,3 1,7 2,0 2,6 1,3 0,6 2,3 0,9 1,4

Fuente: CEPAL, División de Asuntos Sociales.

9

IM PERIALISM O Y URBANIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA

car el tem a del crecimiento demográfico, cabe decir que este crecimiento se concentra sobre todo en las ciudades y que el ritm o de concentración au­ m enta (cf. cuadro 2). Éste es un prim er rasgo fundam ental de todo el pro­ ceso, del que habrá que tener en cuenta la aceleración creciente de la urba­ nización, que generará las aglomeraciones gigantescas en lapsos muy cortos. Pero este hecho no es más que la expresión cuantitativa de la especificidad del contenido económico de las ciudades latinoamericanas, porque en la base del reciente proceso de urbanización no se encuentra el paso de una economía agraria a una economía industrial, pero sí un aumento en flecha del sector «terciario» con un débil crecimiento del sector secundario que, sobre todo, pertenece al campo de la construcción (cf. cuadro 3). Siempre C uadro 3

América Latina: población activa por sector económico

Total Agricultura Minas Primario Construcción Manufactura Secundario Terciario Totales

26780000 560000 27340000 1500000 6500000 8000000 11830000 47170000

Distribución de la población activa por sector Cambios entre 1945 1960 1945-1960 % % % Total Total 56,8 1,2 58,0 3,2 13,8 25,0 25,0 100,0

32620000 520000 33140000 2800000 9900000 12700000 23200000 89100000

47,2 0,9 48,1 4,1 14,3 18,4 33,5 100,0

5840000 40000 5800000 1300000 3400000 4700000 11370000 22020000

—9,6 —0,3 —9,9 +0,8 +0,5 + 1,3 + 8,5 0,0

Fuente: DESAL: Marginalidad en América Latina. Un ensayo de diagnóstico.

es necesario m atizar las conclusiones que se pueden obtener de datos tan sorprendentes, porque sí, por ejemplo, el sector m anufacturero emplea más o menos el mismo porcentaje de población activa en 1925 y en 1960, al des­ componerlo distinguiendo un sector moderno (fábricas) y un sector de tipo artesanal, vemos que el prim ero ha aumentado de 3,5 % en 1925 a 7,5 % en 1960, m ientras que el segundo ha decrecido de 10,2 % a 6,8 %, produciéndose el hecho de que los dos movimientos inversos han escondido así las trans­ formaciones que se han producido.4 Por otra parte, el progreso técnico tiene por efecto un crecimiento de la productividad industrial mucho más im por­ tante que el aumento de la cantidad de mano de obra empleada. A pesar de esto, tales ajustes no llegan a saturar la diferencia entre el débil desa­ rrollo de las fuerzas productivas y la aceleración de la concentración espacial de la población en las ciudades. El contenido económico de estas concentra­ ciones urbanas queda entonces marcado sobre todo por el crecimiento del 10

LA URBANIZACIÓN DEPENDIENTE EN AMÉRICA LATINA Cuadro 4

Parte de la P. E. A. en el sector terciario (porcentajes) Argentina 1950 1960 1. Comercio y finanzas 2. Transportes y comunicaciones 3. Servicios, comprendiendo gobierno, privados y ocupaciones no especificadas

Chile 1952 1960

México 1950 1960

Venezuela 1951 1962

11

12

9

9

8

9

9

13

6

7

5

6

3

4

3

4

23

28

24

26

15

17

21

26

40

47

38

41

26

30

33

43

Fuentes: Argentina, Simposio Latinoamericano de Industrialización, El desarrollo industrial en Argentina, Santiago, CEPAL, 1966, p. 22. CMle, Simposio Latinoamericano de Industrialización, El desarrollo industrial en Chile. México, 1950: VI Censo General de la población; 1960: Dirección General de Estadística y de la Nacional Financiera, Boletín de 1961. Venezuela, Simposio Latinoamericano de Industrialización, El desarrollo industrial en Vene­ zuela, p. 14.

«terciario». Pero ¿de qué terciario se trata? ¿De aquel que está ligado a una supercapacidad productiva como en los Estados Unidos, o de aquel que esconde el parasitism o social? Aunque sea muy difícil obtener los datos ade­ cuados para responder, el cuadro 4 nos dice, para algunos países selecciona­ dos, que el sector «servicios» es el que a la vez representa la proporción Cuadro 5

Porcentaje del crecimiento correspondiente al crecimiento natural y a los movimientos migratorios

País

Período

Venezuela Colombia República Dominicana Nicaragua Paraguay El Salvador Brasil Chile México Cuba

1941-1950 1938-1951 1935-1950 1937-1950 1930-1950 1940-1950 1940-1950 1940-1950 1940-1950 1931-1943

Porcentaje del crecimiento urbano debido a Crecimiento natural Migraciones 29 32 35 35 45 46 51 53 58 74

71 68 65 65 55 54 49 47 42 26

* Población urbana: ciudades de 20.000 habitantes o más. Fuente: Aspectos demográficos de la urbanización en América Latina, UNESCO, La urba­ nización en América Latina, Ed. Philip M. Hauser, 1961. 11

IM PERIALISM O Y URBANIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA

esencial de terciario y que crece más rápidam ente. Y si estos «servicios» incluyen las innumerables instituciones públicas repletas de efectivos no necesarios, engloban tam bién una masa disparatada que se encuentra, de m anera menos fríam ente estática, en todos los rincones de las calles latino­ americanas. Es fácil imaginar cómo el desocupado se convierte en vendedor am bulante o en «bricoleur» siguiendo la coyuntura o los modos de consumo de la élite. Como dice Richard Morse: «Los sectores terciarios latinoam eri­ canos y los norteam ericanos no se parecen en nada. En el prim er caso se trata, para una gran parte, de pequeño comercio y de vendedores ambulan­ tes, de empleadas de servicio, de trabajos no especializados y transitorios, o sea de desocupación disfrazada. El ejemplo más dram ático podría ser la división del trabajo entre los habitantes de la "favelas” y “barriadas” que buscan en los depósitos de basuras siguiendo cierta especialización en la colecta de ciertos objetos y materiales.»5 Esta población urbana superabundante no resulta entonces del dinamis­ mo económico de la ciudad, sino de la propagación en las ciudades del éxodo rural, del que nosotros tratarem os de establecer los determ inantes. Así, el cuadro 5 m uestra claramente, para algunos países y períodos seleccionados, la im portancia esencial de la componente «migración» en el crecimiento u r­ bano. M ientras que nada justifica, en térm inos de productividad urbana, tal desplazamiento en m asa de las poblaciones. El segundo rasgo fundam ental de la urbanización dependiente es enton­ ces la constitución de grandes concentraciones de población sin desarrollo equivalente de la capacidad productiva, a partir del éxodo rural y sin asimi­ lación de los migrantes en el sistema económico de las ciudades. Estas concentraciones tam bién manifiestan las características del desa­ rrollo desigual, porque se producen sobre todo en las grandes ciudades, si­ guiendo un doble proceso de absorción del campo por parte de las ciudades y de las ciudades pequeñas y medianas por las grandes aglomeraciones. Tal evolución es perfectam ente lógica, si se considera que las transfe­ rencias de población no son suscitadas por el dinamismo productivo, sino por la acumulación progresiva de las masas rurales desarraigadas y de los habitantes de las pequeñas ciudades que huyen de la m iseria y la desocupa­ ción. El resultado es la desarticulación de la red urbana, que no jerarquiza las aglomeraciones de acuerdo con una división técnica de la actividad, sino que el perfil resulta de las sacudidas de las crisis sociales y económicas. El cuadro 6 m uestra la enorme im portancia de la población m etropolitana en relación con la población total, así como el predominio casi total de la aglo­ meración urbana principal con respecto al resto del país. E sta «macrocefalitis» de la red urbana es la expresión extrema del proceso general indicado, según el cual m ientras mayor sea el tam año de una localidad, mayor será su tasa de crecimiento, como se puede deducir a través de los datos, un 12

LA URBANIZACIÓN DEPENDIENTE EN AMÉRICA LATINA

C uadro 6

La primacía de las grandes metrópolis en América Latina, 1950 Número de Porcentaje veces más grande de población que la segunda metropolitana aglomeración sobre la Areas urbana del país población total Año m etropolitanas 17,0 32,7 1954 Montevideo 12,9 15,4 1950 Asunción 10,5 19,7 1950 San José 8,9 29,7 1947 Buenos Aires 8,2 10,6 1950 Ciudad de Guatemala 7,4 21,4 1953 La Habana 7,3 12,4 1955 Lima 7,2 11,5 1950 México 6,4 6,0 1950 Puerto Príncipe 4,4 22,4 1952 Santiago 4,2 1950 7,3 Tegucigalpa 11,5 1950 4,1 La Paz 4,0 11,9 1950 San Salvador 13,3 3,9 1950 Managua 11,2 3,7 1950 Santo Domingo 3,7 23,9 1950 San Juan 23,9 3,1 1950 Ciudad de Panamá 2,9 15,7 1950 Caracas 2,0 6,2 1951 Bogotá 1,3 8,3 Guayaquil 1950 1,2 5,9 1950 Río de Janeiro “The Annals”, Fuente: Harley L. Browning, Recent Trends in Latin American V rbanization, marzo 1958, pp. 111-126, tabla 3. C uadro 7

Tasas de crecimiento anuales según el tamaño de las aglomeraciones. Países latinoamericanos seleccionados

Argentina Bolivia Brasil Colombia Chile Cuba República Dominicana El Salvador México Nicaragua Panamá Venezuela

1914-1947 1900-1950 1940-1950 1938-1951 1940-1952 1931-1943 1935-1950 1930-1950 1940-1950 1920-1950 1940-1950 1941-1950

Talla de las aglomeraciones Otras 20000 100000 localidades y más y más 0,8 2,5 2,5 0,4 2,0 2,9 3,4 4,0 4,2 2,0 4,9 5,4 2,5 2,4 2,6 2,2 1,9 1,9 3,5 3,2 5,8 0,4 1,6 2,9 7,0 3,0 4,5 4,7 — 1,1 9,8 — 1,3 5,8 7,3 6,9

Fuente: CEPAL: Distribución Geográfica de la Población de América Latina y prioridades Regionales del Desarrollo en “Boletín Económico de América Latina”, vol. VII, N.° 9, 1963 (Población urbana: 2.000 habitantes y más).

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IM PERIALISM O Y URBANIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA

tanto antiguos, del cuadro 7. Este proceso se produce no solamente en el conjunto de todo país, sino tam bién en el interior de cada provincia: las ciudades concentran el crecimiento demográfico de la región vecina a través de la atracción del excedente de población rural, como ha sido demostrado por T. Lynn Smith con el ejemplo de los estados brasileños de la región amazónica.6 El tercer gran rasgo a señalar es la formación de un tejido urbano truncado y desarticulado, cuya característica más sorprendente es la prepon­ derancia desproporcionada de las grandes aglomeraciones y en particular la concentración del crecimiento urbano en una gran región metropolitana, que concentra la dirección económica y política del país. Esta evolución suscita un fortalecim iento de la distancia social y cultu­ ral entre la antigua sociedad urbana y el m undo rural, que no solamente perm anece atrasado, sino que entra en un proceso de desintegración. El cuadro 8 indica, indirectam ente, la separación existente entre los dos m un­ dos, separación que no cesa de agravarse y que se extiende a todos los do­ minios característicos de lo que se llama en general «el nivel de vida». A esta creciente distancia económica, social, cultural, entre las antiguas ciudades y el campo, se añade, por otra parte, la persistencia en el campo de una estratificación social, claram ente más acentuada que en las ciudades (cuadro 9); además, una fuerte diferenciación intraurbana entre las antiguas y las nuevas poblaciones residentes, que ha sido tomada, siguiendo una «descripción» ideológica, bajo el térm ino de m arginalidad urbana. E sta «marginalidad» es de entrada ecológica, en el sentido que ella ma­ nifiesta de m anera escandalosa al mismo tiempo la segregación residencial C uadro 8

Analfabetismo rural y urbano, América Latina, 1950 (porcentajes )

País Brasil Costa Rica Chile El Salvador Nicaragua Panamá Paraguay Rep. Dominicana Venezuela

Analfabetos de 15 años o más en la población en la población urbana rural 27 8 11 35 30 8 14 29 30

67 28 35 77 80 46 37 67 72

Fuente: Algunos aspectos salientes del desarrollo social en América Latina, cap. 111. “Educa­ ción” (O.E.A. 1962).

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LA URBANIZACIÓN DEPENDIENTE EN AMÉRICA LATINA

del espacio urbano y la incapacidad del sistema de producción de viviendas para tom ar en cuenta las necesidades sociales cuando esta demanda no es rentable. Otro problema, mucho más complejo, es establecer las relaciones entre esta situación sobre el plano de la vivienda y el lugar ocupado por esta población dentro del sistema productivo, en la estratificación social, en los procesos ideológicos y en el juego político. La única cosa clara sobre este punto es que toda asimilación de una dimensión a otra es perfectamente arbitraria y que todas las investigaciones concretas que han sido realizadas dem uestran una diversidad social interna muy grande y las relaciones estre­ chas con las capas llamadas «no marginales». Se acepta que hay especifici­ dad ecológica, aunque a veces se mezcle la ocupación de los viejos barrios deteriorados con la invasión de terrenos y la urbanización salvaje que, al margen de la legalidad dominante, se desarrollan de un modo creciente en las grandes metrópolis latinoam ericanas. Así, por ejemplo, la población de las «favelas» de Río de Janeiro ha aumentado de 400.000 habitantes en 1947 a 900.000 en 1961 (38 % de la población de la ciudad). En Colombia, el 80 °/o de la población de la ciudad de Buenaventura vive en un hábitat «marginal» m ientras que, en Bogotá, las invasiones de terrenos están en vías de dupli­ car la ciudad con una zona periférica que escapa al control oficial.7 En Chile, el 14 % de la población era «ecológicamente marginal» en 1960, m ientras que en Lima el 21 % de sus habitantes estaban en una situación igual en 1961, al igual que el 70 % en Chimbóte y el 40 % en Arequipa. Estas pobla­ ciones constituyen el 14 % para México D.F. en 1952, el 30 % para Caracas en 1958, y el 10 % para Buenos Aires, etc. El desarrollo de la segregación intraurbana y la constitución de vastas zonas ecológicas llamadas marginales en un proceso de «urbanización salva­ je» representan quizás el hecho más sorprendente de la urbanización depen­ diente, aquel que exige directam ente una comprensión profunda del proceso. En fin, en el plan de la regulación y de la política del crecimiento urba­ no, se comprueba junto a algunas operaciones «voluntaristas» excepcionales, ligadas a la grandilocuencia de un régimen dado (como Brasilia), la ausencia casi total de un sistema de planificación urbana, en el sentido de que el aparato político casi no ha tomado en cuenta las condiciones en las cuales se efectúa la transform ación profunda de la organización espacial del país.8 Si éstas son las características esenciales de la urbanización dependiente latinoam ericana, todavía, para comprenderla, hay que explicitar el proceso social que está en la base.

La determinación social de la urbanización dependiente Decir que la historia produce el espacio y que, en consecuencia, el es­ 15

IM PERIALISM O Y URBANIZACIÓN EN AMERICA LATINA

pació latinoam ericano ha sido formado por los ritm os y formas de las rela­ ciones de dependencia que han hecho su historia, es una afirmación dema­ siado general que, para que sea fecunda, debe ser inm ediatam ente especi­ ficada y diferenciada. Ante todo porque, bajo el térm ino general de dependencia, que hay que definir más claramente, numerosos tipos de orientación extremadamente distintos producen form as espaciales particulares. En seguida, porque todo espacio concreto (la América Latina en 1970) es el producto, a la vez, de las nuevas determinaciones sociales y de las formas cristalizadas del espacio históricam ente constituido. Así, para explicar las características del proceso de urbanización actual tendrem os que: 1. Establecer los diferentes tipos de dependencia que han caracteriza­ do la historia de las sociedades latinoamericanas; 2. Dem ostrar el efecto de cada uno de estas situaciones de dependen­ cia sobre la organización del espacio; 3. Encontrar la influencia de las formas espaciales constituidas sobre los espacios producidos por la relación de dependencia dominante; 4. Estudiar los efectos de interacción entre cada una de las caracterís­ ticas espaciales así producidas. Sin agotar tan vasto program a, nosotros querríam os, a través de algunas indicaciones concretas, esbozar el camino a seguir en esta dirección. Y para esto, antes que nada precisamos que no se entienda la depen­ dencia como un simple estado de «sumisión» del más débil con relación al más fuerte, sino como una relación estructural definida sobre todo por la articulación de las relaciones de clase en dos sociedades o conjuntos de sociedades. Diremos que una sociedad es dependiente cuando la articulación de su estructura social, a nivel económico, político e ideológico, expresa relaciones asim étricas con otra formación social que ocupa frente a la pri­ m era una situación de poder. Por situación de poder entendemos el hecho de que la organización de relaciones de clase en la sociedad dependiente encuentra su lógica en el exterior de ella misma y expresa el modo de hege­ m onía de la clase social que ostenta el poder en la sociedad dominante. En el caso de América Latina nos encontram os en presencia de tres for­ mas históricam ente distintas de relaciones de dependencia, form as que pue­ den (a veces) coexistir en una coyuntura, pero, en todos los casos, siempre con el dominio de una de ellas.9 Estos tres tipos de dependencia corresponden, lógicamente, a las tres fuentes de dominación, unidos a los estadios en la formación del modo de producción capitalista a escala mundial (acumulación prim itiva, capitalismo competitivo, capitalismo monopolista-imperialismo): 16

LA URBANIZACIÓN DEPENDIENTE EN AMÉRICA LATINA

1. Dominación colonial, caracterizada por la adm inistración directa de la explotación intensiva de los recursos y por la soberanía política de la potencia colonial que hace de la posesión del territorio el punto clave de su expansión. 2. Dominación capitalista-comercial, a través de los térm inos de cam­ bio, obteniendo las m aterias prim as por debajo de su valor y abriendo nuevos mercados, a precios más altos que su valor, para los produc­ tos m anufacturados. 3. Dominación imperialista (industrial y financiera), a través de las in­ versiones especulativas y de la creación, en el lugar de dependencia, de industrias que tienden a controlar el movimiento de substitución de las importaciones, siguiendo una estrategia de beneficio dirigido por las grandes firmas multinacionales en el conjunto del mercado mundial. Cada una de estas relaciones de dominación-dependencia suscita efectos específicos en la organización del espacio.

El espacio colonial Las ciudades coloniales en América Latina han sido fundadas según una triple función: 1. El gobierno político y la adm inistración económica (explotación de los recursos) de los territorios conquistados; 2. El poblamiento limitado de estos territorios a la vez para m arcar la expansión del Imperio y para encontrar una válvula de escape a la m iseria de las poblaciones m etropolitanas; 3. El comercio, sobre todo con la m etrópoli, pero tam bién —de mane­ ra mucho más lim itada— con las culturas vecinas. En el caso de la colonización española, el prim er papel es preponderante (América sobre todo servía como reserva de recursos para la Corona), m ientras que la función comercial prevalecía en las ciudades portuguesas del litoral brasileño. Pero en todos los casos (se trate de centros adm inistrativos, de ciudades de residencia o de centros de negocios) su impacto espacial es sim ilar y puede resum irse en dos efectos esenciales. 1. Los centros urbanos son extremam ente raros y diseminados. Desde entonces, esto va a crear una tradición que identifica lo urbano y una ciudadcapital que acumula el conjunto de funciones direccionales. E sta es la base de la macrocefalia urbana comprobada en el continente con excepción de Brasil y Colombia). 17 2.

CA STELLS

IM PERIALISM O Y URBANIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA

2. Las ciudades están directam ente unidas con la metrópoli, a la cual sirven de interm ediarias, sin tener casi relaciones con el territorio vecino, a no ser por funciones muy precisas (recursos, impuestos, justicia, etc.)- Esto prepara el terreno para la formación de una débil articulación urbana inter­ regional y explica el tipo de localización urbana latinoam ericana en la costa y lejos de los recursos del interior del continente: en 1950, el 86,5 % de la población de América del Sur se concentraba en la línea costera que no com­ prende más que el 50 % de la superficie.10 La distancia entre ciudad y campo así establecida es, en efecto, la oposición irreconciliable entre los dos m un­ dos del colonizador y del colonizado.

La formación del espacio económico bajo la dominación capitalista comercial La independencia política y la dependencia económico-comercial, por la inserción en el mercado capitalista mundial, ha extendido el espacio habiCUADRO 9

Urbanización y estratificación social en América Latina, 1950 (porcentajes )

País América Central Haití Honduras Guatemala El Salvador Costa Rica Panamá Cuba América del Sur Bolivia Brasil Colombia Paraguay Ecuador Venezuela Chile Argentina

Población rural Personas empleadas en la Estratos agricultura medios (15 años o más) y altos

Población urbana Personas que viven Estratos en ciudades de medios 20000 habitantes y altos o más

23 83 83 68 62 54 48 41

3 4 4 8 10 12 15 22

— 4 2 6 9 14 15 21

5 7 7 11 13 18 22 37

70 58 53 54 53 53 30 25

8 15 22 14 10 18 22 36

7 13 12 12 10 16 21 28

20 20 32 15 18 31 45 48

Fuente: Algunos aspectos salientes del desarrollo social de América Latina (O.E.A. 1962), página 144; G. Germani “Estrategia para estimular la movilidad social”, en Aspectos sociales del desarrollo económico de América Latina (UNESCO, 1962), vol. 1, página 252.

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LA URBANIZACIÓN DEPENDIENTE EN AMÉRICA LATINA

tado, transform ándolo considerablemente. Esta transform ación, que está esencialmente unida al modo de explotación de los recursos naturales, se ha diversificado fuertem ente siguiendo el tipo de articulación de cada eco­ nomía local al mercado mundial y siguiendo tam bién el grado de autonom ía de las clases sociales de la sociedad dependiente con relación a los impera­ tivos del sistema económico. A cada una de estas situaciones socioeconómicas corresponden una se­ rie de efectos específicos sobre la organización del espacio, que van a ope­ ra r una profunda diversificación regional en el conjunto del continente. Se pueden distinguir, como mínimo, los siguientes tipos de dependencia económica: a) Economía de enclave, caracterizada por la im portancia de las m ate­ rias prim as concentradas en un núm ero limitado de puntos y directam ente explotadas por las empresas extranjeras para su exportación inmediata. Los efectos producidos en el espacio son diferentes, ya sea porque se trate de un enclave ligado únicam ente con el exterior (1A) o de una explotación in­ tegrada en el sector económico dirigido por la burguesía nacional, que le impone su ritm o (IB ). En el prim er caso (Venezuela, Bolivia) se asiste a una débil urbanización general del país, pero a un gran crecimiento alre­ dedor de los polos económicos así creados, lo que desarrolla una especie de «company-towns», y rompe todo equilibrio en el interior de la red urbana del país, aumentando la distancia entre ciudad y campo. En el segundo caso (Chile), sim ultáneam ente al crecimiento urbano alrededor del enclave, tiene lugar el desarrollo de una urbanización terciaria, generalmente centrada en la capital, con el incremento del sistema de gestión, por la burguesía nacio­ nal, del dinamismo económico parcialm ente recuperado. b) Economía agrícola y ganadera para la exportación (Argentina, Uru­ guay) donde el carácter extensivo de la explotación y la existencia de un gran centro exportador, comercial y administrativo, crean muy pronto, si­ m ultáneam ente, las condiciones para una fuerte urbanización y para una concentración del crecimiento urbano en torno a este centro principal. c) Economía de plantación, centrada en la utilización de un número elevado de mano de obra agrícola que trabaja directam ente para las firmas extranjeras y sin ningún interm ediario social entre la actividad productiva y los beneficios de las grandes compañías. El aparato de gestión, aparte del represivo, queda así reducido al mínimo y el consumo local se caracteriza por la autosubsistencia, de tal m anera que este sistema productivo deter­ mina un nivel de urbanización muy débil (América Central, Brasil antes de 1920). Las dos grandes excepciones a esta regla se lim itan a confirmarla en otra forma... En efecto, Panamá ha visto organizarse una fuerte concen­ 19

IM PERIALISM O Y URBANIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA

tración urbana, pero enteram ente dependiente del funcionamiento del Canal y de la presencia norteam ericana en la zona. Por otra parte, la urbanización de Cuba y en particular la muy alta concentración de La H abana provie­ nen de la agrupación de las funciones adm inistrativas y del hecho de que la ciudad, residencia de las viejas familias coloniales, fue el último refugio de la dominación española en América durante todo el siglo xix. d) Un papel económico menor en el mercado mundial durante el siglo X I X (Paraguay, Ecuador) determ ina un crecimiento bastante débil del sis­ tem a productivo, puesto que los países estaban abandonados a las oligar­ quías agrarias y era total el predominio del campo, lo que tenía como con­ secuencia un escaso nivel de urbanización. En algunos casos, en particular en Perú, hay la coexistencia del escaso nivel general de urbanización y la consolidación de los viejos centros urbanos heredados de una historia co­ lonial particularm ente centrada en la función adm inistrativa. La distancia

C u a d r o 10

Nivel de urbanización de algunos países latinoamericanos antes (o alrede­ dor) de la crisis económica mundial y del período de sustitución de las importaciones *

País Argentina Uruguay Chile Cuba Panamá Bolivia Costa Rica México Venezuela Colombia Ecuador Paraguay Peni Brasil Guatemala El Salvador

Fecha

Porcentaje de la población urbana sobre la población total

1914 1908 1920 1919 1930 1950 1927 1930 1936 1938 1950 1950 1940 1920 1940 1950 1930

38,0 30,0 28,0 24,3 22,3 19,6 19,3 18,1 17,0 13,2 17,8 15,6 14,2 11,3 15,3 11,2 9,0

* Urbano: ciudades de más de 20.000 habitantes. Fuente: Naciones Unidas.

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LA URBANIZACIÓN DEPENDIENTE EN AMÉRICA LATINA

social y económica entre estos dos espacios viene a ser entonces tanto más considerable cuanto que a menudo es duplicada (sobre todo en Perú) por la diferenciación étnica (criollos/indios). El cuadro 10 indica, a través de datos fragmentarios, el nivel de urba­ nización alcanzado por diversos países bajo el impulso de su inserción difedencial en el sistema económico mundial.

La urbanización derivada de la crisis de la dominación capitalista Si es verdad que el proceso de urbanización está form ado por las rela­ ciones de dependencia, no se pueden concebir estas relaciones en sentido único, como si la estructura social así organizada pudiera desarrollarse sin contradicciones. Esto quiere decir que la urbanización dependiente expresa también los efectos de las crisis del sistema de dominación y las respuestas sociales y económicas suscitadas en las sociedades dependientes. Así, la gran crisis de 1929 y el hundimiento de los mecanismos del m er­ cado mundial, con la nueva situación creada en el plan económico, y a la vez, en el plan de las relaciones de clases, está en la base de una tentativa de envergadura, por parte de las burguesías locales y de los regímenes nacionales-populares, para establecer una economía de sustitución de las im porta­ ciones, m ediante el desarrollo de industrias de transform ación y de consu­ mo para el m ercado interior.11 Habiéndose dado las características de estas industrias, con la débil composición orgánica del capital y la necesidad in­ m ediata de rentabilidad, su implantación depende estrecham ente de la mano de obra urbana y, sobre todo, del m ercado potencial dé las grandes aglome­ raciones a las cuales estas industrias están destinadas. E sta industrializa­ ción, aunque limitada, suscita una expansión proporcionalm ente mucho más im portante de los «servicios», porque perm ite absorber parcialm ente toda una m asa de desocupación disfrazada, ampliando al mismo tiempo el m er­ cado. Este proceso de industrialización nacional refuerza considerablemente las aglomeraciones existentes y acelera el crecimiento urbano, sin provocar nunca un flujo m igratorio excesivo en la medida en que este desarrollo no se hace por presiones exteriores, sino que parte de la necesidad de un cierto equilibrio económico definido en el cuadro de cada país. Así, las tasas de crecimiento urbano de los países que realizaron un esfuerzo im portante en el período de la sustitución de las importaciones (Brasil, Argentina, Chile, México) son más elevadas que antes (lo que indica el efecto neto de la indus­ trialización sobre las grandes aglomeraciones), pero menos elevado que los de las décadas 1950-1970, donde la penetración im perialista va a provocar la explosión de las estructuras tradicionales, vertiendo en las ciudades las poblaciones del campo. 2 1

IM PERIALISM O Y URBANIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA

La nueva urbanización dependiente El espacio latinoam ericano constituido después de la Segunda Guerra Mundial ha estado, sobre todo, bajo el efecto de las nuevas form as de domi­ nación económica imperialista. En efecto, las tentativas de constitución de economías nacionales relativamente duraderas han sido sepultadas bajo la inversión masiva del capital internacional que, a p artir de la crisis así crea­ da, ha desarrollado los mercados interiores y ha efectuado, por su propia cuenta, el proceso de sustitución de importaciones al crear nuevos lazos de dependencia tecnológica, financiera y de decisión económica. Se trata entonces de la modernización del aparato productivo de los países dependientes, con una transform ación profunda del secundario que ve crecer cada vez más la parte ocupada por el sector m oderno, con una alta tecnología, fuerte productividad y débil absorción de la m ano de obra. Estas transform aciones son realizadas sobre todo m ediante la intervención de las grandes firmas multinacionales cuyas decisiones son tomadas en fun­ ción de una estrategia mundial y cuya lógica escapa, en consecuencia, a la economía del país y más todavía a la coyuntura de cada form ación social. Así se comprenden claram ente sus efectos disruptores en el interior de cada sociedad, en la medida en que los diferentes fragm entos producidos por la desintegración y la desarticulación nacionales son recompuestos, en el seno de una integración y de una orientación a escala internacional, a p artir de los intereses de las grandes firmas y a largos plazos. A este estadio del capitalismo internacional (el estadio im perialista pro­ piam ente dicho) corresponde tam bién un nuevo papel del Estado. Por una parte, del Estado im perialista (en particular de los Estados Unidos) a tra ­ vés de un papel de asistencia técnica, ayuda económica y supervisión m ilitar y política en función de los intereses del conjunto del sistem a de dominación así establecido (sobre todo de su equilibrio político) más que de una u otra forma. Por otra parte, los Estados nacionales, en la m edida que asientan su legitimidad en la capacidad para asegurar un crecimiento económico cuyo control se les escapa, vienen a ser los negociadores entre la burguesía local y los monopolios internacionales y distribuidores de las condiciones de rentabilidad de esta vía de crecimiento en la dependencia. A nivel de los grupos sociales, en las grietas y contradicciones clásicas, se añade un nuevo antagonismo, muy im portante, entre las masas integradas bajo diversas form as en el sector moderno integrado, bajo el control de los monopolios, en la dinámica general del capitalismo a escala mundial, y en un sector llamado «marginal» compuesto a la vez por las masas cada vez más afectadas por la descomposición interna de la sociedad nacional y por las que quedan enganchadas a las zonas del sistema productivo (y sus deriva­ dos) no rentables en la estrategia local de las firm as multinacionales. 22

LA URBANIZACIÓN DEPENDIENTE EN AMÉRICA LATINA

El nuevo modo de articulación dependiente, en diversos grados, es domi­ nante, y en la América Latina de 1970, produce efectos fundam entales en las formas y los ritm os del espacio. El impacto de la nueva industrialización dependiente refuerza conside­ rablem ente la distancia entre las ciudades y el campo, grandes aglomeracio­ nes y pequeñas ciudades, de tal form a que la desigualdad de niveles de vida parece a prim era vista uno de los factores que acarrean la aceleración con­ siderable de la urbanización en el período reciente. Siempre m irando las cosas de cerca, el «pulí» urbano parece mucho menos im portante que el «push» rural. En efecto, si la renta urbana por cabeza, a pesar de su debili­ dad, en general es más alta que la renta rural, la capacidad de consumo directo de los productos agrícolas se hace escaso y toda una serie de nuevas cargas se añaden al presupuesto (transporte, habitación), sin considerar los estímulos superfluos de un mercado que busca su expansión. Por otra parte, si se ha insistido mucho sobre la atracción ejercida por los nuevos valores culturales emitidos por «la ciudad» y difundidos a tra­ vés de los mass-media, no parece que estos cambios en las actitudes, que ex­ presan la reorganización de la personalidad en una nueva situación social puedan ser considerados como m otor del proceso a menos que se acepte el postulado ideológico liberal del individuo como agente histórico autónom o en el origen de toda acción social. Por tanto, lo esencial es definir esta nueva situación social que al mis­ mo tiempo está en la base de los procesos de urbanización social y de los cambios en el sistema de valores. Porque, en efecto, la desigualdad ciudad/ campo, en térm inos de nivel social y cultural, ha existido siempre sin que por esto suscitara desplazamientos masivos de población. El fenómeno central parece muy bien ser la descomposición de la estruc­ tu ra social agraria, ya sea en sus actividades productivas o en sus institu­ ciones sociales (familia, etc.) y, de m anera más generalizada, de los sectores económicos no integrados en el conjunto supranacional constituido. Hay tam bién un doble movimiento: en los campos, racionalización capitalista de ciertos sectores, y crisis y descomposición de los sectores tradicionales, lo que determ ina el éxodo rural masivo (así por ejemplo, la integración en un m ercado m undial provoca un reajuste general de los circuitos de distri­ bución); en las grandes aglomeraciones, desarrollo de un sector moderno que crea un mercado interior limitado, pero en continua alza (las capas de la población trabajan en este sector) y suscita al mismo tiempo una serie de actividades conexas, creadoras de empleos, pero cupo efecto de atracción es infinitamente mayor que su capacidad de absorción. Por tanto, al lado de un nudo central de urbanización productiva, con el desarrollo de ciertos servicios suscitados por ella, se encuentra el efecto destructor del mismo proceso sobre la mayor parte de las estructuraciones 23

IM PERIALISM O Y URBANIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA

productivas agrarias (migración rural), sobre las actividades industriales no concurrentes (migración urbana) y la formación así, con un ritm o acelerado, de las grandes concentraciones «terciarias», donde la desocupación y el de­ sarraigo dan un contenido profundo a las formas ecológicas de la margi­ nalidad. Por otra parte, en la medida en que hay desintegración nacional del sistema productivo, es lógico que la red urbana resulte desarticulada y truncada. Pero su desarticulación no es más que el resultado de una articu­ lación social, form ada a la vez por la sociedad dominante y la sociedad dependiente. Por último, un aparato de Estado m ediador de los intereses del nuevo sistema de dominación no perm ite el establecimiento de mecanismos de planificación que no podrían establecer una lógica propia de las aglomera­ ciones de la sociedad dependiente y que irían al encuentro de la lógica general de dominación. E sta lógica, justam ente, prohíbe una coherencia local que rom pería la estrategia del conjunto establecido a p a rtir de los centros de decisión supranacionales. Podemos dar una visión sintética de los diferentes mecanismos de de­ terminación desvelados a través del esquema 1. Hay que señalar que cada efecto espacial así producido está relacionado con los otros por un comple­ jo sistema de interacciones que hemos intentado simplificar. En fin, este sistem a es, evidentemente, muy general y debe ser especificado y desarro­ llado en cada situación concreta. De todas maneras, expresa lo esencial del proceso de producción social de la urbanización dependiente en América Latina.

El juego político de la urbanización latinoamericana El proceso que acabamos de describir está cargado de sentido político en la medida en que condensa, concentra y polariza las contradicciones so­ ciales en el nuevo espacio de las grandes metrópolis latinoamericanas. El interés repentino de los «expertos» por los problem as de la urbanización disimula m al la preocupación creciente suscitada por el contenido social de la urbanización dependiente. Ésta implica, en efecto, el fortalecim iento de las subculturas de clase y la expresión abierta de las oposiciones a través de la constitución de dos m undos. Todo el problem a está entonces en cono­ cer la ligazón exacta que hay entre las fisuras ecológicas y las posiciones contradictorias en el seno de la estructura social. Porque se sabe que no hay correspondencia entre, por ejemplo, la desocupación y la vivienda «m ar­ ginal» y que las pertenencias de clase atraviesan a la vez la integración o la no integración en la colectividad urbana y la situación interna a externa 24

LA URBANIZACIÓN DEPENDIENTE EN AMÉRICA LATINA

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