Carta A Marcela
 9786070224812

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PORFIRIO

ΠΡΟΣ ΜΑΡΚΕΛΛΑΝ CARTA A MARCELA In tro d u c c ió n , r e v is ió n d e l t e x t o y t r a d u c c i ó n J o s é D a v id B e c e r r a I sla s

Facultad de Filosofía y Letras Dirección General de Asuntos del Personal Académico Universidad Nacional Autónoma de México

COLEGIO DE LETRAS CLASICAS

PORFIRIO

ΠΡΟΣ ΜΑΡΚΕΛΛΑΝ CARTA A MARCELA Introducción, revisión del texto y traducción José David Becerra Islas

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

Este libro se realizó gracias al apoyo que Conacyt brindó al Proyecto Conacyt 57647: “La investigación actual en filología clásica en el con­ texto de los estudios humanísticos en México”.

Primera edición: 2011 2 de agosto de 2011 D R © 2 0 1 1 . U n iv e r s id a d N a c io n a l A u t ó n o m a d e M éx ico Avenida Universidad 3 0 0 0 , colonia

Universidad Nacional Autónoma de México, C. U., delegación Coyoacán, C. P. 04510, Distrito Federal ISBN 978-607-02-2481-2 Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales. Impreso y hecho en México

ο ύ κ ε β θ ’ ό π ω ς γ ά ρ ο ΰ ν α ν θ ρ ώ π ο υ ά δ ικ ο ϋ ν τ α σ έ β ε ιν θ ε ό ν α λ λ ά “κ ρ η π ίς ε ύ σ ε β ε ία ς βοι νο μ ιξεσ θ ω ή φ ιλ α ν θ ρ ω π ία ”

Ad. M arc. 35, 15-17

Prólogo

Todavía en la primera mitad del siglo pasado Porfirio era con­ siderado como un filósofo menor, ni original ni determinante para el desarrollo de la historia del pensamiento filosófico, y que tan sólo era importante en cuanto había sido el editor de las Enéadas y biógrafo de Plotino; es decir, se le tenía únicamente como el vulgarizado!' del pensamiento plotiniano. Sin embargo, el incremento de los trabajos dedicados a su estudio demuestra que se ha revalorado y reconocido la enorme influencia que ejerció en el pensamiento filosófico de su época y posteriores, prácticamente hasta nuestros tiempos. Porfirio es el mediador más destacado de los paradigmas metafísicos de las dos escuelas filosóficas más importantes de la antigüedad representadas por Platón y Aristóteles: la henología y la ontología, respectivamente. Su particular pensamiento religioso hace que el neoplatonismo pagano no siga su línea metafísica henontológica, sino que paradójicamente sea justamente el pensamiento cristiano el principal receptor de este paradigma. La triada inteligible propuesta por Porfirio será retomada por la teo­ logía cristiana y reelaborada por la patrística para explicar en términos filosóficos su dogma de la Trinidad·,1paradójicamente, porque Porfirio fue considerado, desde siempre, como el más insidioso de los oponentes al cristianismo.

1 La recepción del neoplatonismo porfiriano en el ambiente patrístico ha sido puesta en evidencia por medio de dos trabajos esenciales: Porfirio, Comentario al Parmenide di Platone, pp. 9-15 y Pierre Hadot, Porfirio e Vittorino, pp. IX-XII. 9

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Prólogo

A pesar de su influencia en la teología cristiana, es su Introduc­ ción a las Categorías de Aristóteles, su Isagogé y no su teología, lo que salva, hace notorio y le da vida y permanencia a Porfirio durante la Edad Media; sin embargo, el Renacimiento intentará recuperar su pensamiento metafísico a través de Marcillio Ficino y su traducción al latín de las Sententiae. Si Lucas Holstenius, el famoso humanista suizo, se convier­ te en el primero que intenta rescatar y conservar en una única edición, publicada en 1630, los fragmentos hasta ese entonces conocidos de la obra de Porfirio, el Romanticismo, con su erudito inglés Thomas Taylor, intenta rescatar las alegorías de Porfirio sobre los poemas homéricos. Taylor publica en 1823 su Select Works o f Porphyry traduciendo directamente del griego los cuatro libros del Sobre la abstinencia, el tratado homérico La gruta de las Ninfas, y las famosas Sentencias sobre los inteligibles. Giacomo Leopardi, además, a partir de la Vida de Plotino de Porfirio y de la Vida de sofistas ilustres de Eunapio, reconstruye un Diálogo entre Plotino y Porfirio. A finales del siglo xix aparecen tres obras fundamentales para el estudio del pensamiento porfiriano: el Philosophia ex oraculis haurienda, publicado por Wolff en 1856, el Porphyrii Philosophi Platonici Opuscula Selecta, publicado por Augustus Nauck en 1886 y en el que incluye la Vida de Pitágoras, algunos fragmentos de la Historia de la filosofía, los cuatro libros del De abstinentia, el De antro Nympharum y, finalmente, el Ad Mar­ cellum. En 1895, Karl Kalbfleisch publica en Berlín un artículo sobre una obra porfiriana falsamente atribuida a Galeno: Die neuplatonische, falschlich dem Galen zugeschriebene Schrift, Προς Γαΰρον περί τού πώ ς έμψ υχούντα τά έμβρυα aus der Pariser Handschrift zum ersten Male herausgegeben. El siglo pasado fue testigo de la multiplicación de los estudios sobre Porfirio. Basta revisar el catálogo bibliográfico que sobre este autor ha realizado muy minuciosamente Giuseppe Girgenti.2 2 Porfirio negli ultimi cinquant’anni. Bibliografía sistemática e regionata

Prólogo ·

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Es interesante notar cómo los trabajos que se ocupan de Porfirio fueron incrementándose poco a poco desde los años cuarentas, década en la que se publicaron unos veintiséis trabajos, que, si bien no estaban dedicados por completo a Porfirio, abordaban su estudio en algún sentido, aunque fuera mínimo. La decada de los cincuentas vio un considerable aumento bibliográfico, setenta y cuatro trabajos: libros, ediciones, traducciones o artículos en revistas especializadas, que, a diferencia de los materiales de la década anterior, hacen el estudio particular de Porfirio y su filosofía. Entre la década de los sesentas y mediados de los años noventas se producen en total unos 426 trabajos que emprenden el estudio de Porfirio, su obra y su influencia en el Occidente. De mediados de los noventas a la fecha, es casi imposible hacer un inventario más o menos preciso de los trabajos que se han escrito sobre este filósofo griego. Como puede verse, el amplio interés que ha suscitado el estudio de Porfirio indica ya su reivindicación como un filósofo original e independiente del pensamiento de su maestro, y ya no como una simple sombra de Plotino; más bien como una mente creativa y autónoma que fue capaz de penetrar y dejar huella en el pensamiento del helenismo tardío, pero también de influir en el pensamiento humanista tanto de Oriente como de Occidente. El trabajo que aquí presento, Προς Μ α ρ κ έλλα ν (Carta a Marcela), está dividido en tres secciones. Una primera corres­ ponde a la “Introducción” que, a su vez, está compuesta de cinco apartados. Los primeros dos: “Vida de Porfirio. Fuentes y testi­ monios”, y “Porfirio, la Vita Plotini y los testimonios de Eunapio”, tienen como objetivo analizar la vida de Porfirio a partir de las dos fuentes biográficas fundamentales que sobre él tenemos: la Vida de Plotino, escrita por el propio Porfirio, y la Vida de Por­ firio de Eunapio recogida en su Vida de sofistas. La contraposición de ambas biografías nos permitió establecer convergencias y della letteratura primaria e secondaria riguardante il pensiero porfiriano e i suoi influssi storici.

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Prólogo

divergencias y proponer una cronología de la vida del filósofo de Tiro. El tercer apartado: “Los fragmentos de la vida de Porfirio” presenta aquellos fragmentos árabes, en su traducción al inglés o al latín, que sobre Porfirio o su vida se nos conservaron. El cuarto apartado reúne el catálogo de obras atribuidas a Porfirio, y el quinto está dedicado a presentar un breve ensayo sobre el Προς Μ αρκέλλα ν, su contexto cultural y religioso, fecha de composición, sus propósitos de elaboración y estructura. La segunda sección es propiamente la presentación del texto griego, que sigue la edición de Nauck, y mi traducción, que debe mucho a las siempre sabias observaciones de Carlos Zesati, Lourdes Rojas, Arturo Ramírez y Carolina Ponce. Los errores que en ella encuentren son responsablidad mía. Pero el trabajo con el texto va un poco más allá de la sola tra­ ducción. Presento aquí un aparato crítico que fue elaborado, co­ mo explico en el conspectus siglorum, a partir de la collatio que hice de las distintas ediciones del texto que tuve a la mano. Tris­ temente esa labor de colación no es evidente a simple vista, pero es el que requirió el mayor tiempo de todo el que dediqué a esta tarea; por eso espero sea de utilidad para quienes se inte­ resen en consultarlo. Afortunadamente del Προς Μ α ρ κ έλλα ν sólo se ha conservado un manuscrito, un códice del siglo XIV, el Ambrosianus Q 13 sup. fol. 214vo-222ro descubierto por An­ gelo Mai y conservado en la Biblioteca Ambrosiana de Milán. Por lo mismo, la problemática en la elaboración del aparato crítico no se refiere a las cuestiones de lectura de los diferentes manuscritos, porque no los hay, sino a las diferentes lecturas que hacen los editores de un mismo manuscrito. El Προς Μ α ρ κ έλλα ν es un texto difícil en verdad no sólo por la lengua y su estilo, sino también por su contenido, y su estudio puede ser de interés tanto al filólogo clásico, como al filósofo, o al historiador de la filosofía o al de ias religiones. Acercar el Προς Μ α ρ κ έλλα ν a estudiantes y profesores de esta Universidad ha sido el principal propósito de este trabajo, y ante el cúmulo de estudios, ediciones y traducciones que de él se han

Prólogo ·

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hecho, no pretendo jamás superar ni a uno ni a todos los textos anteriores; antes bien, retomar e interpretar las consideraciones que han parecido más importantes para esta investigación y presentarlas en una sola unidad. Lamentablemente es imposible concentrar en un solo trabajo la enorme cantidad de aspectos que pueden estudiarse no sólo de este texto portulano sino, in­ cluso, de la misma vida de su autor. Cierran el volumen dos apéndices. Uno que aborda de manera muy breve la función de las sentencias en el Προς Μ α ρ κ έλλα ν y ofrece el listado de todas las que Porfirio citó a lo largo de su tratado. El segundo es un ensayo sobre el anticristianismo de Porfirio.

INTRODUCCIÓN GENERAL

Vida de Porfirio. Fuentes y testimonios Según opinión de Ramos Jurado, entre las distintas formas lite­ rarias que cultivaron los neoplatónicos se encuentran las biogra­ fías de jefes de escuela escritas por discípulos que mantuvieron una relación directa con el biografiado.1Una de estas biografías es la que escribió Porfirio de Tiro sobre la vida de su maestro y que nos ha llegado con el nombre de Vida de Plotino. Sin em­ bargo, de Porfirio mismo, como opina Bidez,2 no hubo nadie, ningún amigo, condiscípulo o discípulo contemporáneo de él que se interesara y encargara de registrar la forma en que vivió, siendo como fue, sin duda, un importante filósofo, que, sin per­ tenecer a la selecta canasta básica de filósofos griegos, marcó el pensamiento filosófico y religioso de su época, como bien ha señalado Giuseppe Girgenti: [...] su obra tuvo una influencia poderosa sobre los autores de la antigüedad tardía, sobre todo en el ámbito latino-cristiano. En este sentido, puede ser considerado una figura emblemá­ tica de la edad imperial, y un eslabón esencial para la trans­ misión de la cultura antigua al medievo.3 1 E. A. Ramos Jurado, “Neoplatonismo y prosa filosófica griega en el Bajo Imperio”, en Máximo Brioso y F. J. González Ponce, eds., Las letras griegas bajo el Imperio , pp. 220 y ss. 2 Joseph Bidez, Vie de Porphyre le philosophe néoplatonicien avec les fragments des traités Π ερ ί α γ α λ μ ά τω ν et De regressu animae, p. 1. 3 La traducción es mía, el texto original es el siguiente: “[...] la sua opera ha avuto una influenza poderosa sugli autori della tarda antichitá, soprattutto 17

18 Φ Introducción general

Lamentablemente y a semejanza de lo que ocurre con muchos autores de la antigüedad, las fuentes para el conocimiento de la vida del divino filósofo Porfirio (ó θεσπέσιος φιλόσοφος Π ορφΰριος)4 son escasas, y los datos muchos son imprecisos, insuficientes y frecuentemente anecdóticos, pero es necesario atenderlos para reconstruir y perfilar una biografía del filósofo. § 1. Uno esperaría que algunos neoplatónicos posteriores a él, como Proclo, Simplicio, Juan Damasceno, Olimpodoro, Estobeo, Elias y otros muchos,5 o escritores cristianos como Eusebio de Cesárea, san Agustín, Jerónimo, Metodio de Olimpo, Eneas de Gaza, Filostorgio, Apolinar de Laodicea, Macario de Magne­ sia, Sinecio de Cirene, Nemesio de Emesa, Macrobio, Severino Boecio o Sócrates el historiador de la iglesia, algunos casi con­ temporáneos suyos, como Eusebio de Cesárea, y otros ya muy lejos de su tiempo, como Macario de Magnesia, fueran todos una fuente de información muy útil para biografiar a Porfirio; sin embargo, no han dejado nada escrito sobre la vida del filósofo que pueda ser considerado un dato biográfico, y sus menciones son sólo referencias a sus escritos o citas de pasaje porfiriano in ambito latino-cristiano. In questo senso, puó essere considerato una figura emblemática dell’etá imperiale, e uno snodo essenziale per la trasmissione della cultura antica al medioevo”. (Giuseppe Girgenti, Introduzione a Porfirio, p. 3.) 4 Como lo llama Eunapio en su Vida de Porfirio conservada en Vitae So­ phistarum, 3, 1, 2. 5 Esperaríamos encontrar abundante información sobre la vida de Porfirio en Jámblico de Clacis, pues la tradición filosófica los ha situado siempre como maestro al primero y discípulo al segundo. Sin embargo, el tirio nunca es mencionado en la obra jamblíquea y la única relación que de momento podemos fijar es de carácter estrictamente literario, pues se sabe que Jámblico escribe su De Mysteriis, o más correctamente Respuesta del maestro Abamón a la Carta de Porfirio a Anebo y soluciones a las dificultades que ella plantea, justo como respuesta a esa epístola porfiriana dirigida a Anebo,

sacerdote egipcio que ha sido identificado por algunos investigadores como el mismísimo Jámblico; Porfirio, por su parte, habría dedicado a Jámblico su Sobre el conócete a ti mismo.

Vida de Porfirio. Fuentes y testimonios 9 19

con el que sustentan o rebaten los argumentos discutidos. Los autores cristianos, en particular, no sólo lo citan para refutar su filosofía y escritos, principalmente su κ α τά Χριστιανών λόγους, y frecuentemente se refieren a él como el más erudito de todos los filósofos y el más agudo de todos aquellos que escribieron contra la fe cristiana. §2. Podemos encontrar alguna información en el léxico bizantino Suidae o Suda, en donde, de los dos artículos que se dedican a Porfirio, el primero es más bien un recuento bibliográfico, muy incompleto, de sus obras. La parte biográfica del primer artículo apenas corresponde a las primeras líneas y la información es en realidad de carácter muy general: Suidas, Lexicón pi.20986 Π ο ρ φ ύ ρ ιο ς , ó κ α τ ά Χ ρ ισ τ ια ν ώ ν γ ρ ά ψ α ς · ός κυρίω ς έκ α λείτο Βασιλεύς· Τύριος, φιλόσοφος, μαθητής Α μ ε λ ιο ύ τ ο ύ Π λ ω τ ίν ο υ μ α θ η τ ο υ , δ ιδ ά σ κ α λ ο ς δέ Ιάμβλιχου, γεγο ν ώ ς επί των χ ρ ό ν ω ν Α ύ ρ η λ ια ν ο ύ κ α ί παρατείνας έως Διοκλητιανού τού βασιλέως.

Porfirio, el que escribió contra los cristianos. Éste se llama correctamente Rey. Filósofo de Tiro, discípulo de Amelio, el discípulo de Plotino, y maestro de Jámblico. Nació en tiem ­ pos de Aureliano y vivió hasta el emperador Diocleciano.

Es muy probable que la fuente utilizada por el Lexicon para estas primeras líneas haya sido Porfirio mismo, por lo menos en lo que corresponde a su nombre verdadero, patria y, posiblemente, la época en que vivió. En cuanto a que fue discípulo de Amelio, puede tratarse de una mala lectura o interpretación de Suidas sobre el pasaje de la Vida de Plotino en que Porfirio indica que fueron condiscípulos en la escuela de Plotino. El dato de que fue maes­ tro de Jámblico puede encontrar su fuente en la noticia que Eu6 La traducción de estas entradas del Lexicon es mía.

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Introducción general

napio nos conserva en su Vida de Porfirio-, o bien, haber sido tom ado ya de la tradición académ ica transm itida por la escuela neoplatónica. L a siguiente parte del artículo corresponde a un breve catálo­ go de obras del tirio, pues actualm ente se le atribuyen m uchas m ás de las que se enum eran a continuación: έγραψε βιβλία πάμ πλεισ τα , φιλόσοφό τε καί ρητορικά καί γ ρ α μ μ α τ ι κ ά , ή ν δέ κ α ί Λ ο γ γ ίν ο υ τ ο ύ κ ρ ιτ ικ ο ύ άκροα σά μενος. Π ερί θείω ν ονομάτω ν α, Περί α ρχώ ν β, Περί ύλης, Περί ψυχής, προς Β ό η θ ο ν ε, Π ε ρ ί ά π ο χ ή ς έμψ υχω ν δ, Περί τού Γνώθι σ α υτόν δ, Π ερί ά σ ω μ άτω ν, Π ε ρ ί το ύ μ ία ν ε ίν α ι τή ν Π λάτω νος καί Άριστοτέλους αϊρεσιν ζ, Εις την Ίουλιανού το ύ Χ α λ δα ίο υ φ ιλ ο σ ό φ ο ν ιστορίαν έν βιβλίοις δ, Κατά Χ ριστιανώ ν λόγους ιε, Περί τή ς Ό μ η ρ ο υ φ ιλ ο σ ο φ ία ς . Προς Αριστοτέλην τού είναι τ ή ν ψ υ χ ή ν ε ν τ ε λ έ χ ε ια ν , Φ ιλολόγου ιστορίας βιβλία ε, Π ερί γ έν ο υ ς καί είδους καί δ ια φ ο ρ ά ς κ α ί ίδ ιο υ κ α ί συμβεβηκότος, Π ερίτών κατά Πίνδαρον τού Νείλου πηγών, Περί τής έξ Όμήρου ώφελείας τ ώ ν β α σ ιλ έ ω ν β ιβ λ ία l , Συμμίκτω ν ζητημάτω ν ζ, Εις τό Θ ουκυδίδου π ρ ο ο ίμ ιο ν ,

E scribió m uchísim os libros sobre filosofía, retórica y gra­ mática. También fue discípulo de Longino el crítico. [Escribió] l 7 Sobre los nombres divinos; 2 Sobre los principios; Sobre la materia; Sobre el alma; 6 contra Boecio; 4 sobre la abstinencia de seres animados; 4 Sobre el “Conócete a ti mismo”; Sobre los incorpóreos; 7 Sobre que el sistema de Platón y Aristóteles es uno; Comentario en cuatro libros a la ciencia filosófica de Juliano el Caldeo; 15 libros Contra los cristianos; Sobre la filosofía de Homero; Contra Aristóteles de que el alma es actividad; 5 libros de Investi­ gación filológica; Acerca de la generación y de la forma y de la diferencia y de la unidad y del accidente; Acerca de las fuentes del Nilo según Pindaro; 10 libros Acerca de la utilidad de los re­ yes según Homero; 7 de Cues­ tiones varias; Contra el proemio deTucídides; 7 Contra Aristides;

7 Los números indican los libros que, según Suidas, contienen las obras que escribió Porfirio.

Vida de Porfirio. Fuentes y testimonios ·

Προς Ά ριστειδην ζ, Εις την Μ ιν ο υ κ ια ν ο ϋ τ έ χ ν η ν , κ α ί ά λλα τιλεΐστα, καί μάλιστα άστρονομούμενα· έν οίς καί Ε ισ α γ ω γ ή ν ά σ τ ρ ο ν ο μ ο υ μένω ν έν βιβλίοις τρισί· καί Γ ρ α μι μιατ ικ ά ς α π ο ρ ί α ς .

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Contra el arte de Minuciano, y otros m uchísimos [libros], sobre todo astronómicos, y en­ tre éstos una Introducción a la astronomía en tres libros, tam­ bién Problemas gramaticales.

Tras este catálogo, las últimas once palabras del artículo pi.2098 vuelven a dar una muy breve nota biográfica que enlaza directamente su idea con la del siguiente artículo de la entrada pi.2099 del Lexicon. Ambas acusan a Porfirio de anticristiano, por lo que la fuente de la noticia, aun cuando nos es desconocida, suponemos que es de procedencia cristiana. ούτός έστινόΠ ορφύριοςό την κατά Χριστιανών έφύβριστον γλώ σ σ α ν κινήσας.

Éste es Porfirio el que movió su lengua injuriosa contra los cristianos.

Suidas, Lexicon pi.2099 Πορφΰριος, ό των Χριστιανών π ο λ έ μ ιο ς , ά π ό Φ ο ιν ίκ η ς πόλεω ς Τύρου.

Porfirio, el enemigo de los cris­ tianos, de la ciudad fenicia de Tiro.

§3. Porfirio y Plotino, como muchos otros antiguos autores griegos, gozaron de gran aprecio y tradición entre los estudiosos árabes de la Edad Media que hicieron la traducción al árabe de algunas de sus obras.8 Sin embargo, los escritores árabes no han 8 Para la tradición porfiriana dentro del mundo árabe, puede verse el ar­ tículo de R. Walzer, “Porphyry and the Arabic Tradition”, en Entretiens sur I’antiquité classique XII, pp. 291 y ss. Para la tradición plotiniana, resulta interesante el trabajo de P. Kraus, “Plotin diez les Arabes. Remarques sur un nouveau fragment de la paraphrase arabe des Ennéades”, en Bulletin de l ’Instituí d ’Egypte, núm. 23, pp. 263-295. Y para el neoplatonismo en general, pueden verse: C. G. Anawati, “Le neoplatonisme dans la pensce musulmane:

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conservado datos biográficos de Porfirio de Tiro que puedan ser significativos, pues algunos de éstos están más bien en el tono de la información que encontramos en Suidas, es decir: nom­ bre, lugar de nacimiento, época y, en ocasiones, el nombre de alguno de sus contemporáneos, para luego dar referencia de cierta obra del tirio, reafirmar su autoría o mencionarlo, casi siempre, como comentador de las obras de Aristóteles. Algunos otros fragmentos9 dan noticia del nombre del traductor árabe de alguno de los textos porfirianos, e incluso de la existencia de su versión siriaca, y algunos otros sólo se limitan a mencionar la obra de Porfirio a la que se están refiriendo. Sin embargo, las fuentes árabes han permitido la reconstrucción de dos textos porfirianos muy importantes: la Historia de la filosofía10 y la Vida de Pitágoras.u §4. La única biografía “moderna” de Porfirio es la Vie de Porphyre, le philosophe néo-platonicien, publicada por Joseph Bidez hacia los inicios del siglo pasado,12 y que escribió, como dice, por la inquietud que tenía de responder a ciertas preguntas sobre algunos detalles de la vida de ese filósofo griego que hasta ese

état actuel des recherches”, en Plotino e il neoplatonismo, pp. 339-405; fray Luciano Rubio, “El neoplatonismo de la ‘Teología’ del pseudo-Aristóteles y su proyección en la Edad Media”, en Plotino, Porfirio y san Agustín, pp. 49 y ss.; Francisco García Bazán, “Antecedentes, continuidad y proyecciones del neoplatonismo”, en Anuario Filosófico, vol. x x x m , núm. 1, PP· 111-149. 9 Todos los fragmentos árabes relativos a la vida y obra de Porfirio pueden consultarse principalmente en las obras de Joseph Bidez, Andrew Smith y Angelo Raffaele Sodano (incluidas en la bibliografía) por supuesto en su traducción al francés o al inglés. Augustus Nauk reporta sólo un fragmento árabe de la Historia de la filosofía. Sodano es el único que da el texto árabe original con su traducción italiana. Aquí se han reunido estos fragmentos sobre la vida de Porfirio al final de esta introducción. 10 Porfirio, Storia della filosofía. 11 Porphyre, Vic de Pythagore; Lettre a Marcella, ed. y trad, de Edouard des Places. 12 J. Bidez, op. cit.

Vida de Porfirio. Fuentes y testimonios ·

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entonces nadie había intentado contestar y que serían importantes para entender de mejor manera su pensamiento y momento his­ tórico, así como aspectos fundamentales en el debate sostenido entre el paganismo y el cristianismo de su época.13 Para reconstruir la vida del tirio, Bidez ha procedido tal cual sabemos lo hizo Eunapio en su momento, es decir, a partir de la lectura y recopilación de los datos biográficos que el mismo Porfirio anotó en algunas de sus obras; pero Eunapio estaba en mejores condiciones documentales que nosotros para hacer su trabajo, pues, al parecer, tuvo a mano el conjunto de obras porfirianas, o al menos eso es lo que se cree, aunque el mismo Bidez da como fuentes principales de Eunapio la Vida de Plotino, la Carta a Marcela y uno o dos, dice, escritos perdidos de Porfirio, además del tratado Sobre la filosofía de los oráculos y su Comentario a las Enéadas. Ciertamente el filólogo clásico, en su reconstrucción de la vida del tirio, también ha usado las mismas fuentes que Eunapio, exceptuando, claro, esos tratados perdidos; pero reconoce que sus principales fuentes, además de algunos escritores cristianos que para él en realidad no reportan ninguna particularidad de la vida del tirio, han sido la Vida de Plotino y la Vida de Porfirio de Eunapio, aunque acusa a esta última de ser una amplificación fantasiosa de algunos pasajes de la de Plotino, además de carecer de exactitud y de abundar en contradicciones. Para Joseph Bidez, la Vida de Plotino es tendenciosa en el sentido de que Porfirio se presenta a sí mismo como el confidente de Plotino que gozaba de toda su estima y como el depositario y editor de sus Enéadas', así, pues, el Porfirio que tenemos en la biografía de su maestro

13 Algunas de las preguntas sobre la vida de Porfirio que plantea Bidez y ha intentado responder en el transcurso de su libro son: "Quelle fut au juste la premiere éducation de Porphyre?” "Dans quelle mesure a-t-il varié?” [...] “Que pense-t-il des superstitions pa'iennes de son temps?” [...] “Jusqu’á quel point Porphyre doit-il étre mis au nombre des intermédiaires qui ont fait passer les idées de Plotin dans la littérature chrétienne?” [Ibid., p. m.)

24 Φ Introducción general

est un Porphyre apprété}4 Sin duda el trabajo de Bidez ha tenido enorme resonancia e influencia en todos aquellos que se han interesado en la vida del tirio, y ha marcado líneas de investiga­ ción en los estudios porfirianos posteriores a él; pero así como Bidez acusa ciertas tendencias en la Vida de Plotino, su Vie de Porphyre, a la vez, está llena de conjeturas que frecuentemente no encuentran fundamento en fuentes directas sino en fuentes indirectas muy posteriores a Porfirio mismo. A lo largo de la Vida de Plotino encontramos a un Porfirio que es el gran amigo, discípulo, editor y divulgador de Plotino, pero también a un filósofo soberbio que no duda en remarcar cómo su presencia infundió dinamismo en el ritmo de trabajo de la escuela y que por tanto no puede ser un apprété, es decir, estar desprovisto de sencillez y naturalidad. Del mismo modo, con frecuencia encontramos a un Plotino que parece no hacer mucho por sí solo y que pedía a sus discípulos la elaboración de escritos para exponer los ideales de la escuela o para responder y criticar las teorías de sus adversarios, pero este Plotino tiene un fuerte olor a divinidad, a misticismo y a santidad, a grado tal que incluso ya alguien ha comparado ciertos momentos de su vida con algunos de la vida de Cristo en los textos neotestamentarios.1415 §5. Pero las fuentes principales para conocer la vida de Porfirio son él mismo y Eunapio de Sardis. El primero porque, como se ha visto, permite obtener datos biográficos a partir de las refe­

14 Para todas estas consideraciones, ibid., pp. II-VI del prefacio, y 1-4 del capítulo primero. 15 Nos referimos a un artículo de Lucien Jerphagnon en el que ha hecho la confrontación de la Vida de Plotino con algunos pasajes de los Evangelios, para señalar que una de las intenciones de Porfirio al escribir la biografía de su maestro era demostrar su calidad divina ante los paganos y cristianos de su época. Incluso Jerphagnon ha recurrido a la similitud del vocabulario utili­ zado por Porfirio con el de los Evangelios canónicos. (L. Jerphagnon, “Les sous-entendus anti-ehrétiens de la Vita Plotini ou l ’évangelie de Plotin selon Porphyre”, en Museum Helveticum, núm. 47, pp. 41-52).

Vida de Pollino. Fuentes y testimonios Φ 25

rencias personales, información muy escasa pero más o menos concreta, que nos ha dejado él mismo en su Vida de Plotino y en algunos otros de sus escritos. La Vida de Plotino, pues, contiene abundante información autobiogáfica, con por lo menos una treintena de referencias que van desde comentarios muy sencillos, del tipo de la Vida de Plotino 1,1 {Plotino el filósofo contemporáneo nuestro...), hasta otras mucho más extensas, elaboradas y cargadas de informa­ ción. Es importante tener siempre presente que Porfirio escribió la biografía de Plotino hacia el año 300 d. C., cuando el tirio contaba con 68 años de edad, como se deduce a partir de la Vida de Plotino 23,12-14: “δή και έγώ Πορφύριος [...] έτος ά γω ν εξηκοστόν τε και όγδοον (κτΛ.) “Y ciertamente yo, Porfirio [...] estando en el año sexagesimoctavo (etc.)-’ Es decir, más o menos treinta y ocho años después de su primer encuentro con Plotino y a unos treinta y dos, o poco menos, de la muerte del maestro. Por lo tanto, para el análisis y valoración de los fragmentos de la Vida referentes a Porfirio, debemos tener siempre presente que todo lo narrado está en el ámbito de los recuerdos que el biógrafo guarda de aquellos momentos en que se dieron los acontecimientos, por lo que es posible encontrar inexactitudes históricas y a veces hasta aparentes contradicciones dentro del mismo texto. La segunda fuente para entender la vida de Porfirio, como se ha dicho, es Eunapio de Sardis, un neoplatónico de la escuela de Pérgamo que, un siglo posterior a Porfirio, escribió y nos conservó en su Vida de filósofos y sofistas una Vida de Porfirio, atribuyéndose así el derecho de haber escrito la primera biografía de nuestro filósofo porque, como él mismo dice, nadie antes lo había hecho.16

16 Eunapio, Vitae Sophistarum', αύτοΰ δέ Πορφυρίου βίον ά νέγρ α ψ εν ουδέ εις, όσα γ ε [εις] ή μ α ς ειδέναι-“ΡθΓ el contrario, de Porfirio mismo nadie escribió una vida, al menos que nosotros sepamos”. (La trad, es mía.)

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Introducción general

En los dos primeros capítulos de su Vida de filósofos y en un tono que nos recuerda un poco el inicio de la Vida de Alejandro de Plutarco,17Eunapio dice que ha emprendido su obra no con la simple intención de transcribir los hechos de la vida de aquellos personajes ilustres que le ocupan, sino antes bien queriendo dejar a la posteridad la debida constancia de los actos más importantes de esos hombres. Pero está consciente de dos cosas: primero, que la correcta reconstrucción de la vida de sus biografiados depende de poder reunir toda la información posible, escrita u oral, y consecuentemente de la veracidad de las fuentes consultadas; y, segundo, que en este proceso de reconstrucción seguramente ha omitido algunas cosas o incluso que ha errado en alguna información, en cuyo caso esto es atribuible precisamente a la fuente y no a él. Dice, además, que realizó una búsqueda esmerada de narracio­ nes claras, o por lo menos cuidadas, que le permitieran escribir su Vida de filósofos, pero al no hallarlas porque posiblemente nadie las había escrito, tuvo que recurrir, cuando le fue posible, a los propios escritos de sus personajes o hacer caso a la tradición oral, que él intentó fijar en un texto para convertirla en fuente

17 “Habiéndonos propuesto escribir en este libro la vida de Alejandro y la de César, el que venció a Pompeyo, por la muchedumbre de hazañas de uno y otro, una sola cosa advertimos y rogamos a los lectores, y es que si no las referimos todas, ni aun nos detenemos con demasiada prolijidad en cada una de las más celebradas, sino que cortamos y suprimimos una gran parte, no por esto nos censuren y reprendan. Porque no escribimos historias, sino vidas; ni es en las acciones más ruidosas en las que se manifiestan la virtud o el vicio, sino que muchas veces un hecho de un momento, un dicho agudo y una ni­ ñería sirve más para pintar un carácter que batallas en que mueren millares de hombres, numerosos ejércitos y sitios de ciudades. Por tanto, así como los pintores toman, para retratar, las semejanzas del rostro y aquellas facciones en que más se manifiesta la índole y el carácter, cuidándose poco de todo lo demás, de la misma manera debe a nosotros concedérsenos el que atendamos más a los indicios del ánimo, y que por ello dibujemos la vida de cada uno, dejando a otros los hechos de grande aparato y los combates”. (Plutarco, Vidas paralelas, Alejandro y Julio César, p. 39.)

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fidedigna. El método, pues, que utilizó para la reconstrucción de sus biografías no es otro sino el de la lectura atenta de sus fuentes y la ordenación lógica y razonada de los datos esparcidos en los textos, pero siempre, según él, cuidando de no alterar ni ocultar ninguna información, para conservar y transmitir la verdad. Debemos entender que para escribir la vida de Porfirio, Eunapio procedió con el mismo método que plantea en libro III (1, 5-6) de su Vida de filósofos, y que entonces debió leer los textos porfirianos para buscar, extractar y reunir todos los datos biográficos que ahí pudiera encontrar dispersos,18 para luego unirlos a la información que pudiera aportarle la tradición oral y que sobre la vida del filósofo se conservara hacia su época. La Vida de Porfirio presenta, como se verá, muchas similitu­ des con sus datos biográficos contenidos en aquella de Vida de Plotino, no obstante que su narración parezca más el recuento de unas cuantas situaciones anecdóticas, pero el cotejo de ambas vidas nos permitirá saber cuánto de lo que nos ha conservado Eunapio pertenece a la tradición literaria recogida en la obra del tirio y cuánto, posiblemente, le llegó de la tradición oral; esto es, cuánto de aquello que cuenta es realmente verdad y no ha sido ni alterado, ni omitido, ni ocultado.

Porfirio, la Vita Plotini y los testimonios de Eunapio A lo largo de la biografía porfiriana de Plotino encontramos, entre otros muchos y variados datos biográficos, un abundante número de dataciones cronológicas relativas a distintos mo­ 18 Eunapio, Vitae Sophistarum·, ά ν α λ εγ ο μ έν ω δ έ έκ τω ν δοθεντω ν κατά τήν ά ν ά γ νω σ ιν σημείω ν τοιαύτα ύτιήρχε τά π ερί αυτόν. “Γ·.·1 pero por lo recogido a partir de lo que se ofrece en la lectura de sus escritos inicié los hechos relativos a él”. Cf. también los comentarios de Miguel Periago Lorentc, en Porfirio, Sobre la abstinencia, pp. 7-8, donde afirma que la vida de Porfirio de Eunapio recopila todos los datos biográficos dispersos en la obra de Porfirio.

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mentos de la vida de Plotino, Amelio y Porfirio, así como a la cronología de los escritos del maestro. Entre ese cúmulo de dataciones cronológicas sólo hay tres que atañen directamente a Porfirio y que engloban todos los da­ tos autobiográficos del tirio. La primera hace referencia a los pri­ meros diez años del gobierno de Galieno; la segunda menciona el décimo quinto año de gobierno del mismo emperador, y la tercera hace referencia a los dos primeros años del reinado de Claudio. La primera datación referente al décimo año del reinado de Galieno se da en tres momentos del mismo capítulo cuarto de la Vida de Plotino,19al inicio en las líneas 1-4, cuando Porfirio menciona su llegada a Roma y su encuentro con Amelio, el dis­ cípulo más añejo y su condiscípulo en la escuela de Plotino: (4, 1-4) τώ δεκάτιμ δέ έτει τής ΓαΛιήνου βασιλείας έγώ Πορφύριος έκ τής ΈΛΛάδος μετά Αντωνίου τού Ροδίου γεγονώ ς καταλαμβάνω μέν τόν Αμέλιον όκτωκαιδέκατον έτος έχοντα τής πρός Πλωτίνον συνουσίας (κτλ.). “En el año décimo del reinado de Galieno, yo, Porfiro, habiendo llegado de la Hélade con Antonio de Rodas, encuentro que Amelio estaba en el año decimoctavo de su convivencia con Plotino (etc.)” Casi a renglón seguido, entre las líneas 6-9, Porfirio hace referencia a la edad de Plotino cuando traba contacto con él por primera vez, nuevamente en el décimo año del reinado de Galieno, y a su propia edad:20 19 Porfirio, Vida de Plotino; Plotino, “Enéadas I-II”. (La traducción de los fragmentos que se citan son de Jesús Igal.) 20 No estamos en condiciones de precisar la fecha del nacimiento de Por­ firio, pero, si son correctos los dalos que él mismo aporta relativos a su edad, tanto en Vida de Plotino , 23, 12-14 (δή καί έγώ Π ορφύριος [...] έτος ά γω ν εξηκοστόν τε και όγδ οον (κτλ.) “Y ciertamente yo, Porfirio [...] estando en el año sexagesimoctavo”); asimismo en el capítulo 4, 8-9 (Έγώ δέ Πορφύριος τό πρώ τον αύτώ σ υ γ γ έγ ο ν α αύτός ώ ν τότε ετών τριάκοντα. “Yo, Porfirio,

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(4, 6-9) ήν δέ ó Π λωτινος τώ δεκάτω έτει τής Γ α λ α νο ύ βασιλείας ά μ φ ί τά πεντήκοντα έτη καί εννέα. Έ γώ δέ Πορφυριος τό πρώτον αϋτώ συγγέγονα αυτός ών τότε ετών τριάκοντα (κτλ.) “Plotino, en este año décimo del rei­ nado de Galieno, andaba alrededor de los cincuenta y nueve años, y yo, Porfirio, cuando por primera vez trabé contacto con él, tenía treinta años (etc.)”

Y poco más adelante, entre las líneas 11-14, en donde reafirma su primer encuentro con Plotino y hace referencia a los primeros tratados del maestro: (4, 11-14) τό δέκατον έτος τής Γαλιήνου αρχής, ότε τό πρώ τον α ϋ τφ έγώ ό Πορφυριος έγνω ρίσθην, γρ ά ψ α ς εύ ρ ίσ κ ετα ι είκοσι κ α ί έν β ιβλιον ά κ α ί κ α τ ε ίλ η φ α έκδεδομένα όλίγοις (κτλ.) “Cuando, durante el año décimo del reinado de Galieno, yo, Porfirio, me di a conocer a él por primera vez, encuentro escritos veintiún tratados que incluso había entregado a unos pocos (etc.)”

Estos tres primeros datos sobre la llegada de Porfirio a Roma están reforzados con lo que él mismo nos dice en otros dos luga­ res. El primero está localizado hacia las líneas finales del mismo capítulo y, sin una referencia cronológica precisa, como en las tres anteriores, alude a la edad de Plotino y a su producción lite­ raria hasta ese momento, confirmando que ese primer encuentro ocurrió en el décimo año del gobierno de Galieno: (4,66-68) Ταύτα μέν ούν είκοσι καί έν όντα, ότε αύτώ τό πρώ τον προσήλθον ό Πορφυριος, εϋρηταιγεγραμμένα· πεντηκοστόν δέ καί έννατον έτος ήγε τότε ό Π λω τινος

cuando por primera vez trabé contacto con él, tenía treinta años"), nuestro filósofo se encontró por primera vez con Plotino hacia el año 263 d. C., cuando tenía treinta años. Porfirio entonces debió nacer hacia el año 233, aunque algu­ nos estudiosos afirman que fue en el año 232 (Cf. Porphyrius, De philosophia ex oraculis haurienda: librorum reliquiae, ed. de Gustav Wolff, p. 8, n. 3.)

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(κτΛ.) “Así pues, estos tratados, que suman veintiuno, los en­ contré escritos cuando yo, Porfirio, me llegué a él por primera vez■Plotino estaba entonces en el año quincuagcsimonono de su vida (etc.)”

La segunda cita se halla en las primeras cinco líneas del pará­ grafo cinco. En ella tampoco se menciona la datación cronológica del gobierno de Galieno, pero sí las fiestas decenales, confir­ mando nuevamente el momento de la llegada de Porfirio y su encuentro con el maestro, pero agregando un dato más: el tiempo que permaneció el discípulo en Roma al lado de Plotino:21 (5,1 -5) Σ υ γγεγονώ ς δέ αύτώ τοϋτό τε τό έτος καί εφεξής ά λλα έτη πέντε —ολίγον γά ρ έτι πρότερον τής δεκαετίας έγεγόνειν ό Πορφύριος εν τή 'Ρώμη, του Π λωτίνου τάς θερινάς μέν άγοντος αργούς, συνόντος δέ άλλω ς έν ταΐς όμιλίαις— (κτλ.) “Estuve con él ese año y, seguidamente, otros cinco. Porque yo, Porfirio, estaba en Roma ya un poco antes de las fiestas decenales, al tiempo en que Plotino pasaba sus vacaciones veraniegas ociosamente, si bien se reunía a conversar sin tema fijo (etc.)”

Ahora bien, si el décimo año del reinado de Galieno corres­ ponde al año 263 de la era cristiana, pues según la generalidad de los historiadores el comienzo de su gobierno debe colocarse hacia septiembre del año 253 y las fiestas para celebrar sus primeros diez años de régimen posiblemente ocurrieron en los primeros días de septiembre del 263, y Porfirio se encontraba en la ciudad poco antes de las fiestas decenales, entonces nuestro filósofo debió llegar a Roma, sugiere Igal,22 a finales de julio o durante el transcurso de agosto, aunque, atendiendo al ολίγον γά ρ έτι πρότερον que Porfirio escribe, nosotros preferimos colocar su arribo tan sólo en la segunda mitad de agosto, pues 21 Sobre el sexenio de Porifirio se verá mas adelante. 22 Jesús Igal, La cronología de la Vida de Plotino de Porfirio, pp. 49-50.

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no hay razón alguna para extenderlo hasta julio. Como quiera que sea, Porfirio llega en pleno verano italiano. Poniendo más atención a la cronología de estos fragmentos, se halla que no es con Plotino, sino con Amelio, con quien se da el primer encuentro, como se entiende justo a partir de 4,1-4 (έγώ Πορφύριος έκ της ΈΛΛάδος μετά Αντωνίου τού Ροδίου γεγο νώ ς καταλαμβάνω μέν τον Αμέλιον κτλ.), pues Plotino muy probablemente no se encontraba en la ciudad, ya que pasa­ ba sus vacaciones veraniegas ociosamente, antes de las fiestas decenales, es decir, antes de septiembre del 263, acostumbrando retirarse de Roma para descansar en la finca de un amigo suyo, situada poco menos de 200 kilómetros de Roma.23 Es en esa finca en donde seguramente Plotino se reunía con sus allegados para charlar sin tema fijo (συνόντος δε άλλω ς έν ταΐς όμιλίαις) y en donde esperaría la muerte.24 La cercanía de la finca con Roma explicaría el que Amelio estuviera presente en la ciudad a la llegada de Porfirio, pues la distancia permitiría a Amelio viajar por provisiones y regresar. Como quiera que sea, si Porfirio ya estaba en Roma poco antes de septiembre de ese año y Plotino se encontraba veraneando antes de la dekaetía, el encuentro de ambos bien pudo ocurrir a mediados de octubre, es decir, cuando terminó el periodo vacacional del verano de ese año y Plotino reinició sus actividades académicas; además, si Ploti­ no sólo se reunía con sus allegados, debemos considerar que en ese momento Porfirio era un total desconocido para el maestro y no podía ni recibirlo ni aceptarlo en su círculo apenas recién llegado de Grecia. Consiguientemente, Porfirio debió esperar a que se reiniciaran las clases en la escuela de Plotino para presen­ tarse a él por primera vez y quizá en poco tiempo convertirse en uno de sus allegados más íntimos, si no es que en el más, pues

23 El dueño de la finca de Minturnas más tarde también sería amigo del propio Porfirio, una vez integrado al círculo de íntimos de Plotino. (C/. Porfirio, Vida de Plotino, 7, 17-28.) 24 Ibid., 2, 18-23.

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el propio Plotino le encargó a él la corrección de sus escritos y, evidentemente, más tarde también su edición: (7, 50-52) Έ σ χε δέ κ α ί έμέ Π ορ φ ύρ ω ν Τύριον όντα έν τοίς μάΛ ιστα έταΐρον, όν κ α ί διορθούν αύτοϋ τα σ υγγρά μ μ ατα ήξίου (κτλ.) “Ε incluso, entre sus más allega­ dos, me tuvo a mí, Porfirio de Tiro, como compañero, a quien además encargó la corrección de sus escritos (etc.)” (24, 2-5) Έ πεί δέ αυτός την διάταξιν καί την διόρθωσιν τώ ν βιβλίω ν π ο ιείσ θα ιή μ ΐν έπέτρεψεν, έγώ δέ κάκείνω ζώ ντιύπεσχόμην καίτοις άλλοις έταίροις έπηγγειλάμην ποιήσαι τούτο (κτλ.) “Pero puesto que él mismo nos encargó que hiciéramos la ordenación y la corrección de sus escritos, y puesto que yo le di a aquél, mientras vivía, mi palabra de cumplir ese encargo y se lo prometí también a mis otros compañeros (etc.)”

Pero cómo fue ese primer encuentro y las impresiones que causó el maestro en el discípulo, o de qué manera consigió Porfirio el aprecio no sólo de Plotino, sino también de Amelio y del resto del círculo, al grado de convertirse, como se afirma en los fragmentos anteriores, en uno de sus más íntimos discí­ pulos y, además, depositario de los escritos de Plotino; cómo, pues, transcurre la estancia de Porfirio en la escuela plotiniana hasta el momento en que abandona Roma para viajar a Sicilia. Afortunadamente estamos en posibilidades de saber más o me­ nos cómo fue la estancia de Porfirio al lado de Plotino, aunque de manera un tanto dispersa y difusa, porque el primero no sigue un orden cronológico para el desarrollo de la Vida. Así, los eventos relativos a los inicios de su estancia los encontramos en algunas líneas del capítulo 18 y en otras del 21; lo que puede considerarse como perteneciente a la etapa intermedia de su estancia lo encontramos en algunos lugares de los capítulos 13, 15 y 16, mientras que lo relativo al fin de su estadía, en partes del capítulo 11.

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Para hacernos, pues, una mejor idea de la impresión que le causó Plotino a Porfirio la primera vez que lo escuchó en clase, es necesario referimos antes a lo que él mismo apunta en el ca­ pítulo 17 de la Vida de Plotino, cuando cita el contenido de una carta que le escribió Amelio para enviarle su Sobre la diferencia doctrinal entre Plotino y Numenio, texto que, según noticia del propio Amelio en dicha carta, escribió en tres días de arduo trabajo para reafirmar el ideario de Plotino, pero principalmen­ te para acallar a quienes, como le habían informado,25 querían ridiculizar a Plotino diciendo que no era más que un charlatán plagiario de Numenio y de cosas triviales (17,21-24: νΰν μέν δτι π λ α τύ ς φ λήναφος, α ύθις δέ ότι υποβολιμαίος, έκ τρίτων δέ ότι καί τα φ α υλότα τα τω ν όντω ν υποβαλλόμενος, τω διασιλλαίνειν αυτόν δηλαδή κ α τ ’ αϋτοϋ λεγό ντω ν κτλ.) En esta carta, Amelio también dice a Porfirio que ha hecho la defensa de Plotino no a partir del cotejo de una previa selec­ ción de textos del maestro y de Numenio, sino del recuerdo de sus lecturas según le venían a la mente, incluso con el riesgo de falsear algunas de las doctrinas de Plotino, pero haciéndoles algunas enmiendas por causa de ciertas discrepancias doctri­ nales con él (17, 41-43: ών φ ιλο π ρά γμ ω ν τή α π ό τώ ν τού καθηγεμ όνος ημώ ν δογμάτω ν διαστάσει εύθύνειν τε καί άποποιείσθαικτλ.). Porfirio confirma y resume en las primeras líneas del capítulo 1826 los motivos generales que llevaron a su condiscípulo a escribir esa carta, pero, además, agrega la falla de un método y de un orden lógico y sistematizado en las exposi­ ciones de Plotino, lo que seguramente provocaba la desconfianza de quienes lo escuchaban y no entendían su doctrina. En la carta de Amelio y el comienzo del capítulo 18, Porfirio nos muestra a un Plotino carente de sistema expositivo, que pro­ vocaba ya el descontento y el desconcierto de su auditorio. Con 25 Según noticia del propio Porfirio, el informante debió ser el filósofo estoico platónico Trifón. (Ibid., 17,1-4.) 26 Ibid., 18, 1-8.

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seguridad, Plotino también suscitó la decepción de Porfirio, quien, en ese primer encuentro y en su calidad de novel alum­ no que todavía no pertenecía al círculo de íntimos del maestro, por desconocimiento de la doctrina y haciéndose de la misma idea que los acusadores de Plotino tenían de él, no comulgó de inmediato con una de las teorías fundamentales del neoplatonis­ mo de Plotino: la inmanencia y permanencia de los inteligibles en la inteligencia, y por eso dice: (18, 8-11) Έ παθον δ ’ ούν τά όμοια εγώ Πορφύριος, ότε πρώτον αύτοϋ ήκροασάμην. Διό καί άντιγράψας προσήγαγον δεικνύναι πειρώμενος ότι έξω τού νού ύφεστηκε τό νόημα. “Un despiste similar experimenté yo, Porfirio, cuando le oí por primera vez. Y por eso presenté una impugnación escrita tratando de demostrar que el inteligible está fuera de la inteligencia.” Por el contrario, Porfirio entró en polémica con Plotino y Amelio a partir de esa impugnación que escribió contra la teoría del maestro: (18, 11-19) Αμελών δε ποιήσας ταΰτα άναγνώναι, επειδή άνέγνω, μειδιάσας "σόν άν εϊη", έφη, "ώ Αμέλιε, λϋσαι τάς απορίας, εις ας δι’ άγνοιαν τών ήμΐν δοκούντων έμιπέπτωκε". Γράψαντος δε βιβλίον ού μοιρόν τού Αμελίου πρός τάς τού Πορφυρίου απορίας, και αύ πάλιν προς τά γραφέντα άντιγράψαντός μου, τοϋ δε Αμελίου καί πρός ταΰτα άντειπόντος, εκ τρίτων μόλις συνείς τά λεγάμενα εγώ ό Πορφύριος μιετεθέμην (κτλ.) “Plotino hizo que Amelio diera lectura a mi escrito y, una vez leído, dijo sonriendo: Amelio, a ti te toca resolver las dificultades en las que ha caído por desconocimiento de nuestras doctrinas’. Amelio compuso un escrito nada breve contra las dificultades de Porfirio, y yo, por mi parte, redacté una nueva réplica con­ tra ese escrito, y Amelio, una contrarréplica contra el mío; y entonces, yo, Porfirio, comprendiendo a la tercera y a duras penas la teoría, mudé de parecer (etc.)”

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Concluida la discusión tras réplica y contrarréplica y el con­ secuente entendimiento de Porfirio de la doctrina de Plotino, el tirio escribió una palinodia que leyó en alguna de las clases y con la que se ganó el aprecio del maestro y sus allegados, pues, como afirma Porfirio, fue a partir de ese momento, esto es, de la lectura de la palinodia, que le fue permitido el acceso a los veintiún tratados que hasta ese entonces había escrito Plotino y que, recordemos, sólo eran dados a unos pocos y no de buenas a primeras sino, como dice en otra parte de la Vida, tras un minucioso examen del destinatario.27 Ese examen fue, sin duda alguna, la lectura de su palinodia: (18, 19-20) και παλινωδίαν γράψας έν τη διατριβή άνέγνων κάκείθεν λοιπόν τά τε βιβλία τά Πλωτίνου έπιστεύθην (κτλ.) “y, habiendo escrito una palinodia, la leí en clase. Y de entonces en adelante, se me confiaron los tratados de Plotino (etc.)” Los fragmentos anteriores no se refieren únicamente a la primera ocasión en que se encontraron Plotino y Porfirio, sino a las primeras clases, probablemente a las primeras semanas o quizá al primer mes de estancia de Porfirio en la escuela plotiniana, pues escribir la impugnación, luego las réplicas y contrarréplicas y, finalmente, la palinodia, no debió ser trabajo sencillo ni de unos pocos días, aunque todos estos escritos, que lamentablemente no se nos han conservado, se originaron a par­ tir de la impresión que experimentó Porfirio en esa primera clase, de la que salió decepcionado, o por lo menos confundido, por el método del maestro. 27 (Ibid., 4, 13-16) γράψ ας εύρίσκεται είκοσι κ αι εν βιβλίον ά καί κατείληφ α έκδεδομένα όλιγοις. Ουδέ γά ρ ήν πω ρα&ια ή έκδοσις ουδέ εύσυνειδήτως έγίγνετο ού δ ’ α π λ ώ ς κάκ τοΰ ράστου, ά λ λ α μετά πάσης κρίσεως τών λα μ βα νόντω ν. “[...] hallo que tenía escritos veintiún tratados. Descubro además que estaban en circulación entre unos pocos. Su circulación, en electo, no era todavía fácil y se hacía no sin escrúpulos, ni sin más ni más ni de buenas a primeras, sino mediante un examen a fondo de los destinatarios".

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Porfirio debió experimentar otra decepción en el trancurso de sus primeros contactos con Plotino y Amelio, decepción provo­ cada por la insuficiente y poco cuidada producción literaria que ambos tenían hasta el momento de la llegada de aquél a Roma. En 4, 3-6, el tirio afirma que en ese tiempo Amelio estaba en el año décimo octavo de su convivencia con Plotino, pero que to­ davía no había escrito nada que no fueran unos pocos escolios.28 Y más adelante, en 6, 30-32, al hacer referencia a los primeros tratados de Plotino, hace notar que éstos aún carecían de cierta fortaleza.29 Pero el mismo Porfirio afirma que, suponemos tras haber hecho la lectura de su palinodia y de que le fue permitido el acceso a los tratados de Plotino, logró infundir en el maestro, y aun en Amelio, las ganas de escribir: (18, 20-23) καί αύτόν τον διδάσκαλον εις φιλοτιμίαν προήγαγον τοΰ διαρθροΰν καί διά πλειόνων γράφειν τά δοκοϋντα. Οϋ μην αλλά καί Αμέλιος εις τό συγγράφειν πρόθυμον έποίησεν. “y aun desperté en el propio maestro la ambición de dar cuerpo y desarrollar más por extenso su filosofía. Y no sólo eso, sino que también hice que a Amelio le entraran ganas de escribir”. Ya desde los primeros días, la presencia de Porfirio fue estimu­ lante para la producción filosófica de Plotino y Amelio, en tanto que hacía sugerencias y comentarios a sus textos y promovía con ello el intercambio de ideas. Incluso se ha hecho notar que 28 (Ibid., 4, 3-6) καταλαμβάνω μέν τόν Αμέλιον οκτοκαιδέκατον έτος έχοντα της πρός Π λωτϊνον συνουσίαν, μηδέν δέ πω γράφειν τολμήσαντα πλήν των σχολίων ά οΰδέπω εις έκατόν τό πλήθος αυτω συνήκτο. “[...] descubro que Amelio estaba en el año decimoctavo de su estancia en la escuela de Plotino, pero que aún no se había atrevido a escribir nada fuera de los Escolias”. 29 (Ibid., 6, 30-32) Τά μέν γάρ πρώτα είκοσι καί έν έλαφροτέρας έστί δυνάμεως καί ουδέπω πρός ευτονίαν άρκοϋν μέγεθος εχρυσής, ‘‘porque los veintiún primeros son producto de una facultad más ligera y que no tiene todavía recidumbre para dar vigorosidad [...]”.

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durante este periodo se intensifica el ritmo de trabajo de Plotino y es que aparecen sus grandes tratados.30Además, el propio Porfirio resalta este hecho cuando afirma, por lo menos en dos momentos de la Vida de Plotino, que durante su estancia Plotino escribió sus veinticuatro tratados mejor acabados y que infunden mayor fuerza y vigor que los veintiuno que encontró escritos cuando llegó a Roma, e incluso que los últimos nueve que le envió Plotino a Sicilia, primero cinco y luego los últimos cuatro: 5, 59-64: Ταύτα τά είκοσι καί τέτταρα όντα όσα έν τώ έξαέτει χρόνω της παρουσίας έμοϋ Πορφυρίου έγραψεν, έκ πρόσκαιρων προβλημάτων τάς υποθέσεις λαβόντα, ώς έκ των κεφαλαίων έκαστου τών βιβλίων έδηλώσαμεν, μετά τών προ τής έπιδημίας ημών είκοσι καί ένός τά πάντα γίνεται τεσσαρακονταπέντε. “Estos tratados, que son veinticuatro, son todos los que escribió du­ rante el sexenio en que yo, Porfirio, estuve presente, tomando los temas de problemas ocasionales, como lo mostramos me­ diante los Sumarios de cada uno de los tratados. Con los veintiuno de antes de nuestra llegada, suman en total cuarenta y cinco.” Sin duda, el párrafo de la Vida que mejor ilustra la intención de Porfirio por querer resaltar su influencia y peso dentro de la escuela de Plotino es el siguiente: 6,29-38 Ώσπερ δέ έγράφη, τά μέν κατά πρώτην ηλικίαν, τά δέ άκμάζοντος, τά δέ ύπό τού σώματος καταπονούμενου, ούτω καί τής δυνάμεως έχει τά βιβλία. Τά μέν γάρ πρώτα είκοσι καί έν έλαφροτέρας έστί δυνάμεως καί ούδέπω π ρ ο ς ε υ τ ο ν ία ν ά ρ κ ο ϋ ν 30 C/. J. Igal, op. cit., pp. 101 y ss.

Pero, según fueron escritos unos en la edad temprana, otros en pleno apogeo y otros bajo los efectos de su enfermedad cor­ poral. así es también el grado de fuerza que poseen los tratados. Porque los veintiún primeros son producto de una facultad más ligera y que no tiene todavía

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μέγεθος έχούσης, τά δέ τής μέσης έκδόσεως τυχόντα τό άκμαίον τής δυνάμεως εμφαίνει καί έστι τά κδ πλήν των βραχέων τεΛεώτατα, τά μέντοι τελευταία εννέα ύφειμένηςήδη τής δυνάμεως γέγραπται καί μάλλον γε τά τελευταία τέσσαρα ή τά προ τούτων πέντε.

reciedumbre suficiente para dar vigorosidad, mientras que los pertenecientes a la producción intermedia delatan el pleno apo­ geo de sus facultades; y así, estos veinticuatro, salvo los breves, son acabadísimos. Los nueve últimos, en cambio, están escritos cuando sus facultades estaban ya dismi­ nuidas, y más los cuatro últimos que los cinco anteriores.

Porfirio no sólo hace la distinción de los periodos intelectua­ les de Plotino, sino también señala, nada casualmente, que la etapa de madurez y de mayor producción del maestro coincide con su estancia en Roma, por lo que ya no puede tomarse como una sugerencia tácita del primero, sino como una declaración abierta, su peso intelectual en Plotino mismo; así lo indica tam­ bién el hecho de que para el tirio los primeros veintiún tratados y los últimos nueve, además de ser escasos y poco cuidados, carecen de rigor filosófico. Pero no todo fue influencia y peso del tirio en Plotino y Amelio hacia los comienzos de su estancia. Encontramos en la Vida de Plotino un párrafo en el que apenas puede dejar de lado su soberbia e intenta atenuar, sólo un poco, su presencia para resaltar ligeramente la del maestro. En el fragmento, sugiere que, a pesar de las decepciones sufridas, una vez que comprendió el ideario de la escuela y evitó las formas nada o poco filosóficas de Amelio, toma como su modelo a su maestro y adopta estilos y formas que le agradan: (21, 12-18) όμως μνησθείς εμού Πορφυρίου έτι άρχάς έχοντος τής προς τον Πλωτίνον συνουσίας φησίν ότι «ό δέ κοινός ήμών τε κάκείνων εταίρος ΒασιΛεύς ό Τύριος ούδ’ αυτός ολίγα πεπραγματευμένος κατά τήν Πλωτίνου μίμησιν.» Συνέθηκε ταϋτα όντως κατιδών,

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ότι τής Αμελίου περιβολής τό άφιλόσοφον παντελώς έφυλαξάμην και προς ζήλον τόν Πλωτίνου γράφων άφεώρων. “[...] en cambio, al hacer mención de cuando yo, Porfirio, estaba aún en los comienzos de mi estancia con Plotino, dice que ‘el amigo común de aquéllos y nuestro, Rey el tirio, se había ejercitado no poco, también él, en la imitación de Plotino’. Consignó esto porque se dio cuenta realmente de que yo me guardé muy bien de la redundancia nada filosófica de Amelio y de que, al escribir, observaba el gusto de Plotino.” El fragmento es, parece, una ligera crítica a su condiscípulo Amelio, por no haber logrado consistencia en sus escritos y, muy probablemente, por no tener una preparación filosófica y retórica, adecuada y con método, que estuviera a su nivel. Además, el que haga notar que él escribía observando el gusto de Plotino es un aviso a sus lectores de que él sí había recibido una esmerada educación antes de llegar a Roma y de que en realidad no era un estudiante ni un filósofo improvisado. Nos parece que con este fragmento Porfirio justifica el que el maestro lo haya elegido a él, al joven discípulo, y no al más antiguo, como depositario, corrector y editor de todos sus tratados. Respecto a la estancia de Porfirio con Plotino, encontramos información divergente en Eunapio,31 pues en su Vida defilósofos 31 La Vida de Porfirio comienza con la breve narración sobre la vida de Plotino que viene a ser una especie de proemio en el que se prepara al lector para introducirlo a la vida del discípulo. En esta parte de la Vida de filósofos y sofistas, encontramos un dato sobre el maestro, que Porfirio no registró en su Vida de Plotino: la patria de éste, Lycó, en Egipto. Es muy probable que Eunapio haya podido recoger esta noticia, porque el lugar de nacimiento de Plotino era conocido por toda la tradición neoplatónica. Cf. Porfirio, Vangelo

di un pagano; Vita di Porfirio: Letrera a Marcella, Contro Boeto, Sull’anima, SuI “conocí te esteso”. Ed. de Angelo Raffaelo Sodano, quien apunta, p. 200, nota 3: “(Λυκώ, forma volgarizzata del nome della cittá: cf. Giangrande, Vermutungen, p. 153; probablemente la cittá dell’alto Egitto, pero quanto non possa affatto escludersi la cittá del delta): [...] Licopoli anche nella tradizione manuscrita del titolo delVIsagoge di Porfirio: Πορφυρίου εισαγω γή τοϋ

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Introducción general

y sofistas sostiene que el tirio afirmó haber estudiado filosofía al lado de Plotino durante toda su vida o la mayor parte de ésta; no obstante el tirio mismo habla de tan sólo un sexenio al lado del maestro.32 Quizá el biógrafo no está muy consciente de su error, porque en IV, 2, 3 dice que Porfirio estudió con Longino antes de viajar a Roma y luego, en IV, 7,3-5, que el mismo Porfirio afirma haber asistido sólo un tiempo a las clases de Plotino (χρόνον μέν τινα εις τήν άκρόασιν ήρκεσεν, ώς αυτός φησιν). Sobre cómo debe interpretarse el pasaje de Eunapio y sus propias diferencias, Sodano, y algunos otros, han dirigido la solución del problema, en primer lugar, al significado del verbo empleado por el autor de la biografía: συσχολάζω , ser el discí­ pulo de alguien, pasar un tiempo con alguien, sosteniendo que dicho verbo no debe interpretarse en su acepción más específica; en segundo lugar, al contexto del pasaje: τόν βίον ά π α ν τα ή τον ττΛείστον, toda su vida o la mayor parte de ésta, y dicen que es una simple exageración de Eunapio; sin embargo, es probable que lo que en realidad se está haciendo es querer indicar en un sentido metafórico que Porfirio estudió los textos y la doctrina de Plotino y no que haya estado con él, de manera presencial, du­ rante toda su vida. De cualquier manera, y aun siendo ésta una metáfora, nos queda la impresión de que Eunapio no es claro en su exposición y de que no está cumpliendo con su propósito de ser veraz y objetivo. He aquí el texto:

Φοίνικος τοϋ μαθητου Π λω τίνου του Λυκοτιολίτης (ρ. 1, 1-2), ripetuto da Davide nel suo commento ‘A VIsagoge porfiriana, il quale precisa ή δέ Λ υκόπολις έν Αίγΰτιτω έσ τί (ρ. 91, 23); da Eunapio derivó probabilmente la Suda Π λω τινος ΛευκοποΛίτης (π 1811, ρ. 151, 23 IV).” Es seguro que Porfirio también conoce la patria de Plotino, y la supuesta omisión de este dato en su Vida de Plotino puede explicarse porque el discípulo está respetando el deseo de su maestro de no querer hablar ni de su raza, ni de sus padres, ni de su patria, como se afirma en el cap. 1 de este libro. 32 Como ya se vio, en Vida de Plotino, 5, 1-5 y 5, 59-64.

Porfirio, la Vita Plotini y los testimonios de Eunapio # 4 1

ΕΤΝΑΠΙΟΤ ΒΙΟΙ ΦΙΛΟΣΟΦΩΝ ΚΑΙ ΣΟΦΙΣΤΩΝ

Vida de filó so fo s y sofistas

ΠΛΩΤΙΝΟΣ

PLOTINO

Eunapio

III

1’1 Πλωτίνος ήν έξ Αίγυπτου ψιΛόσοφος. τό έξ Αίγυπτου 1.2 νΰν γρ α φ ώ ν, κ α ί την πατρίδα προσθήσω. Λυκώ ταΰτην όνομάζουσιν-καίτοί γε ό θεσπέσως φιλόσοφος 5 Π ορφ ΰριος τούτο οΰκ ανέγραψ ε, μαθητής τε

Plotino fue un filósofo de Egipto. Anotado ya esto de Egipto, también añadiré su patria. Llaman a ésta Lycó; pero ciertamente el divino filósofo Porfirio no registró esto, aun diciendo que fu e su

αύτού γεγενήσθαι Λένων, 1.3 κ α ί σ υ ν -ε σ χ ο λ α κ έ ν α ι τον βίον ά π α ν τα ή τον πλείστον. τούτου Πλωτίνου θερμοί βωμοί νύν, καί 5 τα βιβλία οΰ μόνον τοις πεπαιδευμένοις δια χειρος υπέρ τούς Πλατωνικούς λόγους, άλλα καί τό πολύ πλήθος, έάν t l παρακούση δ ο γ μ ά τ ω ν , ές α ύ τ ά κάμπτεται.

é l] fil o s o fía d u r a n te to d a su vida o la m ayor p a rte de é s ta P Los altares de Plotino

discípulo y que estudió [con

todavía están calientes, y no sólo los bien educados tienen en la mano sus libros más que los diálogos platónicos, sino también una gran multitud, aunque entienda mal algo de sus doctrinas, se pliega a ellas.

En las líneas siguientes, Eunapio justifica la brevedad de su artículo dedicado a Plotino afirmando que Porfirio había registrado ampliamente la vida de su maestro, de modo que ya le era imposible agregar nada más, casi seguro porque no contó con ninguna otra fuente, ni escrita ni oral, que le aportara más información de la que encontró en este autor. Finalmente, el que asegure que Porfirio se muestra interpre­ tando muchos de sus libros, parece una referencia a su trabajo3 33La traducción y las cursivas son mías.

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Introducción general

como editor y difusor de las Enéacias, aunque muy probablemen­ te también se refiera a la crítica porfiriana por la falta de consis­ tencia de ciertos tratados plotinianos. El final del artículo sobre la vida de Plotino es en realidad la justificación y la afirmación del método eunapiano para escribir la vida del tirio. b 4 Tov (3íov αύτοϋ π ά ν τα Πορφύρως έξήνεγκεν, ώς ουδέ va οίόν τε ήν πλέον είσφέρειν· άΛΛά καί πολλά των βιβλίων έρμηνεύσας b 5 αύτοΰ φαίνεται, αύτού δέ Πορφυρίου βίον άνέγραψεν

Porfirio sacó a la luz toda su vida, de modo que fue impo­ sible aportar nada más; pero también se muestra interpre­ tando muchos de sus libros. Por el contrario, de Porfirio mismo nadie escribió una

ούδέ είς, όσα γε [εις] ημάς είδέναι· άναλεγομένω δέ 5 έκ των δοθέντω ν κατά την άνάγνωσιν σημείων τοιαΰτα υπήρχε τά περί αυτόν.

vida, al menos que nosotros sepamos, pero por lo recogido a partir de lo que se ofrece en la lectura de sus escritos ini­ cié los hechos relativos a él.

Sabemos, por el propio Porfirio que su lugar de origen fue la ciudad fenicia de Tiro, pues así lo señala en tres lugares distintos de su Vida de Plotino: (7, 50-51) Έσχε δέ καί έμέ Πορφυρών Ίυριον όντα έν τοίς μάλιστα έταΐρον, (κτλ.) Έ incluso, entre sus más allegados, me tuvo a mí, Porfirio de Tiro, como compañero (etc.)” (20, 90-92) τον μέν γάρ κοινόν ημών τε κάκείνων έταΐρον όντα, Βασιλέα τον Τυρών, ούδ’ αύτόν ολίγα πεπραγματευμένον κατά την Πλωτίνου μίμησιν (κτλ.) “[...] en efecto, al que es amigo común nuestro y de aquéllos, a Basileús el tirio, el que se había ejercitado no poco en la imitación de Plotino (etc.)”.

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(21, 12-14) όμως μνησθείς έμοϋ Πορφυρίου έτι άρχάς έχοντος τής προς τόν ΠΛωτϊνον συνουσίας φησίν ότι «ό δέ κοινός ήμών τε κάκείνων εταίρος Βασιλεύς ό Τύριος (κτλ.) “[...] en cambio, al hacer mención34 de cuando yo, Porfirio, estaba aún en los comienzos de mi estancia con Plotino, dice que ‘el amigo común de aquéllos y nuestro, Basileús el tirio’ (etc.) Que Tiro fue una ciudad fenicia y además la patria de Porfirio, lo atestigua el mismo Eunapio: vs

ΠΟΡΦΥΡΙΟΣ

IV Π ορφ υρίω Τύρος 1>1 ήν πατρίς, ή πρώτη αρχαίω ν Φ οινίκων λις, καί πατέρες δέ άσημοι.

Porfirio μέν τών πό­ ούκ

Tiro fue la patria de Porfirio, la principal ciudad de los an­ tiguos fenicios,35 y además tuvo antepasados ilustres.36

El dato sobre la ciudad de Tiro como la patria originaria de Porfirio seguramente ha sido tomado de la Vida de Plotino, aunque resulta curioso que no refiera el nombre de la ciudad (Τύρος) sino únicamente su gentilicio (Τύριος), lo que ha hecho pensar a los investigadores que, aun cuando Porfirio salió de Tiro, muy probablemente no nació en esa ciudad sino en Batanea,37 34 Es decir, Longino. 35 Con seguridad Porfirio era de origen fenicio, como lo atestiguan varias fuentes antiguas, por ejemplo: David in Porph. Isag. proem. 92, 2-6 o los Scholia in Luciani Peregrini l i p . 216, 8-15 Rabe. 36 En la tradición porfiriana, Eunapio es el único que aporta esta noticia sobre los antepasados de Porfirio que son calificados por el de Sardis como ούκ άσημοι. Lamentablemente Eunapio no indica su fuente y resulta difícil reconocerla, por lo que se puede pensar que esto pertenezca a la tradición oral sobre Porfirio; aunque muy probablemente el biógrafo deduzca la nobleza de los antepasados de su biografiado a partir de la supuesta esmerada educación que recibió. 37 Cf. Porphyrius, De philosophia ex oraculis haurienda: librorum reli­ quiae, ed. de Gustav Wolff, p. 7, n. 3.

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pues algunos autores cristianos38 refiriéndose al tirio en sentido despectivo lo apelaron bataneotes, tal como Juliano el Apóstata llamara a los cristianos galileos·, no obstante, es probable que su famila fuera originaria de esa villa siria de Batanea, dependiente de la ciudad de Tiro y situada al este de Cesárea de Palestina,39 aunque quizá sea mejor adoptar la postura de Berchman40 quien sugiere que el verdadero lugar de nacimiento de Porfirio debe tomarse como desconocido. Según fuentes cristianas, nuestro filósofo debió pasar buena parte de su juventud en esa ciudad quizá educándose en doc­ trinas cristianas y en donde probablemente también conoció a Orígenes,41 el padre de la Iglesia. Su estancia en esa ciudad y su

38 Como por ejemplo Chrys., In I Cor. hom. 6 PG 61, 52, 31-32: Oí περί Κ έλσον καί τον βατα νεώ τη ν τόν μ ετ’έ κ ε ιν ο ν... y Hier., Comm, in epist. ad Galat. (Proleg) PL 26, 334C: Bataneotes et sceleratus ille Porphyrius in primo operis sui adversum nos libro... 39 Cf. J. Bidez, op. cit., pp. 5 y ss. (y nota 4). También puede verse PaulyWissowa, RE, s. v., m, 118. 40 Cf. Porphyry, Against the Christians, p. 1, n. 1. 41 Eusebius, Historia Eclesiástica, vi, 19, 5: είτα μεθ' έτερά ψησιν (sc. Πορφύριος) «ό δέ τρόπος τής άτοπ ία ς έξ άνδρός φ κάγώ κομιδή νέο ς ώ ν έτι έντετύχηκα, σφόδρα εύδοιαμήσαντος κ αί ετι δι' ώ ν κ α τα λέλοιπ εν σ υ γ γ ρ α μ μ ά τ ω ν εύδοκ ιμ οΰντος, π αρ ειλή φ θω , Ώ ρ ιγ ε νο υ ς , ού κ λέος π α ρ ά τοίς διδασκάλοις τούτω ν τώ ν λ ό γ ω ν μ έγα διαδέδοται. “Después, tras otras cosas, dice (se. Porfirio) 'Pero este género de absurdo lo han recibi­ do de aquel varón a quien yo también traté siendo todavía muy joven, que tuvo enorme reputación y que aún la tiene por los escritos que dejó, de Orígenes, digo, cuya gloria se ha esparcido ampliamente entre los maestros de estas doctrinas’”. Se trata de un fragmento de Contra los cristianos que nos ha conservado Eusebio de Cesárea. Por el contenido de estas líneas y las seccio­ nes siguientes de la Historia Eclesiástica, es muy probable que Porfirio haya sido discípulo de Orígenes, o por lo menos oyente en alguna de sus clases. Además del testimonio de Eusebio, tenemos el del propio Porfirio en la Vida de Plotino, en donde nos habla de Orígenes en por lo menos tres pasajes dis­ tintos, cuando refiere a los condiscípulos de Plotino en la escuela de Ammonio (3, 24-30; 14, 20-25) y cuando cita el proemio del tratado De Longino contra Plotino y Gentiliano Amelio sobre elfin (20, 36-41). Según investigaciones modernas, este personaje de la Vida de Plotino es en realidad un filósofo

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posible contacto con él han hecho suponer que Porfirio descendía de una famila cristiana y que, según afirma el historiador Sócrates de Constantinopla hacia el siglo V d. C., apostató de esta religión, decepcionado por el comportamiento de un grupo de cristianos que lo bastonearon en Cesárea de Palestina. Socrates, Hist. Eccles. Ill 23, 113-121 Νυν δέ, ώς έοικε, τά αύτά Πορφυρίω πέπονθεν (sc. ΊουΛιάνος) εκείνος μέν γάρ πληγάς έν Καισαρείμ τής Παλαιστίνης ύπό τινων Χριστιανών είληφώς, καί μή ένεγκών την οργήν, έκ μελαγχολίας τον μέν Χριστιανισμόν άπέλειπε, μίσει δέ των τυπτησάντων αυτόν εις τό βλάσφημα κατά Χριστιανών γράφειν έξέπεσεν, ώς αυτόν Ευσέβιος ό Παμφίλου έξήλεγξεν, άνασκευάσας τούς λόγους αυτού. “Y ahora la misma experiencia le ha pasado a Porfirio (se. que a Juliano). En efecto, recibiendo golpes por parte de algunos cristianos en Cesárea de Palestina y no pudiendo soportar la cólera, pues estaba poseído por la melancolía, abandonó el cristianismo y por odio hacia aquellos que le habían golpeado, se puso a escribir blasfemias contra los cristianos. Fue refutado por Eusebio de Pamfilia, quien echó abajo su obra”.42

neoplatónico homónimo del famoso Padre de la Iglesia, “distinto sia per la cronología che per il pensiero”. (Porfirio, Vangelo di un pagano..., p. 220.) 42 La misma anécdota se ha conservado en otra fuente cristiana del siglo V d. C., la llamada Θ εοσοφ ία, probablemente de un tal Aristócrito: Ό τ ι ó Πορψύριος εις (sic.) έγ έ νετ ο π α ρ ά τήν α ρ χή ν έξ ημώ ν, διά δέ τάς έν εχθ είσ α ς αύτφ , ώς ιστόρησαν άγιοι, ύ π ό τινω ν Χριστιανών έν Καισαρεία τής Π αλαιστίνης π λ η γ ά ς έν ΐδιωτικοίς π ρ ά γμ α σ ιν άπέστη ά φ ’ ήμών. φιλοχρήματος δέ ώ ν π λο υ σ ία ν έγημε γυ να ίκ α , π έντε παίδων μητέρα γεγερ α κ υία ν ήδη και Ε βραίαν. “Porfirio nació tras el inicio de nues­ tra era, y por las noticias transmitidas, según han naaado los santos, golpeado por ciertos cristianos en Cesárea de Palestina por cuestiones particulares hizo apostasia de nosotros. Ávido de dinero, tomó por esposa a una mujer, madre de cinco hijos, ya anciana y hebrea”. (Fragmente griechischer theosophien, ed. Erbse 201, 1-5. El texto griego ha sido tomado de J. Bidez, Vie de Porphyre..., p. 7; véase también G. Girgenti, Introduzione a Porfirio, p. 5, n. 5.)

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En cuanto a su nombre, el mismo Porfirio afirma en la Vida de Plotino que originalmente se llamaba igual que su padre, Maleo, nombre que en su lengua natal equivalía a la palabra griega Basileús, es decir, Rey, que éste fue el nombre con el que Amelio lo identificó: (17, 6-16) προσεφώνησε δε αυτό ΒασιΑεΙ έμοί- Βασιλεύς δε τούνομα τώ Πορφυρίω έμοί προσή ν, κ α τά μέν πάτριον διάλεκτον Μάλκιυ κεκλημένω, όπερ μοι καί ό πατήρ όνομα κέκλητο, τού δε Μάλκου ερμηνείαν έχοντος βασιλεύς, εϊ τις εις Έλληνίδα δ ιά λ εκ το ν μ ε τα β ά λ λ ε ιν έθέλοι. Ό θεν ό Λογγίνος μέν προσφωνών τά "Περί ορμής" Κλεοδάμω τε κάμοίΠορφυρίμ» "Κλεόδαμέ τε καί Μάλκε" προύγραψεν· ό δ ’ Αμέλιος έρμηνεύσας τούνομα, ώς ό Νουμήνιος τον Μάξιμον εις τόν Μ εγά λ ο ν, οϋτω τον Μάλκον ούτος εις τόν Βασιλέα, γράφει- "Αμέλιος Βασιλει εύ πράττειν. (κτλ.)

Y lo dedicó43 a Basileús, o sea, a mí. Basileús era el nombre impuesto a Porfirio, a mí, pues en mi lengua nativa yo me llamo Maleo, que era también como se llamaba mi padre, y Maleo, si uno quisiera traducirlo a la len­ gua griega, significa Basileús. Y por eso Longino, al dedicarnos a Cleodamo y a mí, Porfirio, su obra Sobre la tendencia, la en­ cabezó con estas palabras: “Mis queridos Cleodamo y Maleo”. Pero Amelio, traduciendo el nombre de Maleo por el de Ba­ sileús, lo mismo que Numenio tradujera Máximo por Mégalo, me escribe como sigue: “Amelio saluda a Basileús. (etc.)

43 Porfirio se refiere al libro que dedicó Amelio para distinguir las ense­ ñanzas de Plotino y Numenio.

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Sabemos por el propio Porfirio44 que Longino se refería a él45 como Basileús, y Eunapio, por su parte, da noticia de que fue el propio Longino quien, identificando los vocablos de Maleo y Basileús con la realeza, le dio el sobrenombre de Porfirio (Πορφύριος), que viene a significar purpurado: b 4 Μ ά λχος δέ κ α τά τήν Σύρων πόλιν ό Πορφύριος εκαλείτο τά πρώτα (τούτο δέ δ ύ ν α τ α ι β α σ ιλ έ α 5 λέγειν)· Π ορφύριον δέ α υ τό ν ώ ν ό μ α σ ε Λ ογγϊνο ς, ές τό βασιλικόν τής έσθήτος παράσημον τήν προσηγορίαν άτχοτρέψας.

En primer lugar, pues, Porfirio era llamado Maleo, conforme a la ciudad de los sirios, pues es posible que esto signifique rey, pero Longino lo llamó Porfirio, dirigiendo su deno­ minación hacia la insignia real del vestido.

Pero un escolio a Vida 17,7-12,46 indica que la púrpura era la principal industria de la ciudad de Tiro, por lo que es muy posible que Longino estuviera haciendo alusión tanto a la metonimia del nombre como a la industria de esa ciudad.47

44 Porphyry, Against the Christians. Trad, de R. M. Berchman quien su­ giere que el nombre de Porfirio hace más bien referencia a la actual Haifa, ciudad que en tiempos helenísticos era conocida como Porphyria, de donde debía provenir nuestro Porfirio o por lo menos sus antepasados. Sin embargo, tal conjetura nos parece muy endeble, primero porque el mismo Berchman ha sugerido dar por desconocido el lugar de origen del filósofo y, segundo, porque contamos con un buen número de testimonios que atestiguan el origen del nombre de Porfirio. 45 Porfirio, Vida de Plotino, 20, 90-92 y 21, 12-14. 46 Schol. ad Vitam Plotini 17, 7-12: Τό δέ Π ορφύριον μ ετακληθήναι έ δ ο ξ ε ν ή ά π ό τού β α σ ιλ έω ς είν α ι τ ή ν π ο ρ φ ύ ρ α ν ή κ α ί ά π ό τού πορφ υρία ν ό νο μ ά ζεσ θ α ι τήν Τύρου τέχνην. (Y pensó que fue llamado Porfirio o porque la púrpura es propia de la realeza o también porque el oficio de Tiro se llama purpúreo.) 47 No se debe creer entonces a ciertas fuentes árabes que afirman que el

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Con respecto al nombre de Porfirio, encontramos en Eunapio una curiosidad de transmisión textual. En IV, 4, 1 de la Vida de filósofos y sofistas se ha registrado el vocablo sirio, transcrito al griego, de ΜάΛχος, mientras que en una parte de la tradición manuscrita de la Vida de Plotino se lee Μ άλκω, Μ άλκου y ΜάΛκε (17,1-9). Del manuscrito A (Laurentianus 87,3, del siglo XIII) de la Vida de Plotino, derivan el K (Parisinus Coisilinianus 169), el R (Vaticanus Regionensis graecus 97), ambos del siglo XIV, el J (Parisinus graecus 2082) y el S (Berolinensis graecus 375), del siglo X V.48 Én estos manuscritos χ ha sido sobrepuesta para corregir k . La mayoría de los editores modernos de la Vida de Plotino conservan la grafía de κ y no la corrección de χ, pero algunos, como Kirchhoff,49 han aceptado χ por κ. Debemos entender entonces que la grafía correcta para el nombre sirio de Porfirio es la que Eunapio nos transmite, ΜάΛχος, y que la divergencia textual entre Vida de Plotino y la Vida de filósofos y sofistas es atribuible únicamente al primer escriba que anotó κ por χ y que más tarde algún copista intentó corregir. Además, sabemos por varios testimonios antiguos que la correcta grafía para este nombre semítico es la de ΜάΛχος y no Μ άλκος.50 nombre sirio original de Porfirio era el de Amonio. Véanse los fragmentos árabes de la vida de Porfirio. 48 Porfirio, Vangelo di un pagano..., p. 205; Vita di Plotino ed ordine dei suoi libri, p. 18, y en general los conspectii siglorum que aparecen en las ediciones de las Enéadas presididas por su Vida de Plotino. 49 Plotini opera, en el aparato crítico de Henry-Schwyzer, p. 20, se lee: 8 μ ά λκ ω Α (χω AIS)EBJ(x Js)y : μ ά λ χ ω R 9 μ ά λ κ ο υ Μ χ Als)EBJ(y Js)y : μ ά λκ ο υ R 12 μ ά λ κ ε wjy: μ ά λ χ ε R : μ ά ρ κ ε B. 50 Es interesante la noticia de Sodano al respecto (Porfirio, Vangelo di un pagano..., p. 205, n. 12): “Μ ά λχος é nella tradizione unanime il nome del servo del somrao sacerdote cui Pietro stacca con la spada l’orecchio destro quando Gesü é arrestato nell’orto degli ulivi (c/. Giovanni, 18, 10) e, ancora concorde, la tradizione chiama Μ άλχος il martire di Cesárea di Palestina durante la persecuzione di Valeriano (257-259 d. C.) in Eusebio, Storia eccle­ siastica, vil, 12 (p. 186 II). Unanimi anche i codici della Suda (μ 120, p. 315, 16 III, σ 1623 e υ 534, p. 4 7 6 ,5 e 6 7 2 ,2 8 IV = rispettivamente test. 2,1, p. 404, frr. 27 e 28, p. 454), di Fozio (cod. 78 [54b] 6, p.160 I = test. 1, p. 402, 1) e

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En cuanto a la educación recibida por Porfirio, Eunapio nos ha conservado los siguientes testimonios en su Vida de filósofos y sofistas: 1>2

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Τ υ χ ώ ν δέ τή ς π ρ ο σ η κ ο ύ σ η ς π α ιδ εία ς, ά ν ά τε έδ ρ α μ ε το σ ο ϋ το ν καί έπ έδω κ εν, ώ ς —Λ ο γ γ ίν ο υ μ έν ή ν ά -κ ρ ο α τ ή ς — κ α ί έκ ό σ μ ει τ ο ν δ ιδ ά σ κ α λ ο ν εν τ ό ς

Y h a b ie n d o r e c ib id o u n a educación adecuada, adelantó tanto y tam bién h izo progre­ so s q u e — era d isc íp u lo de L o g in o — 51 en p o c o tiem p o ilustró a su m aestro.

ο λ ίγ ο υ χ ρ ό ν ο υ .

di Zonara (14,2,22-4 p. 130, 15-131, 12 = fr. [11] p. 418,9) nel tramandare il nome Μ άλχος dello storico bizantino oriundo della Siria. Fin qui l'onomastica propria greca, riflessa nel latino Trimalchio (lezione di H, accolta generalmen­ te dagli editori), un’invenzione di Petronio, in cui la componente match ( = μ α λχ-) é rafforzata dal prefisso intensivo tri-, si da significare propriamente ‘tre volte re’, cioé ‘potentissimo signore’ (cf. Sullivan 151, ma gia Meursius 44: vd. Bremmcr 395). L’Equivalenza Μ άλχος/βασιλεύς, comune a VP (oltre al passo citato sopra p. 204, cf. 17,14-5 p. 22) ed Eunapio, in un passo di Gio­ vanni Lido (,Sui mesi, IV 118, p. 157,2-4), in cui si racconta che un Sarraceno, uccidendo in battaglia Γimperatore Giuliano, ά νέκ ρ α γε πατρίω ς ‘μ α λ χ ά ν ’ oiovri βασιλεύς, e in Ammiano Marcelino XXiv 2, 4 (p. 132 iv 1). in cui Malechus é tradotto ‘Emir’ da Rolfe (p. 4 1 1,4 III): cosí anche Baldwin, Notes 427 , il quali giudica ‘unduly cautious’ il dubbio di PLRE 709 (contre AltheimStiehl 325 li e Fontaine 144 IV 2). Lo stesso Ammiano, XXIV 2, 7 (p. 133 IV 1) traduce Naarmalcha (il liume assiro Nahr almalik) ‘fluvius regum’ {cf. ibid., vi 1, p. 155 iv 1 amnis regum’): vd. Bremmer 395-6. Bidez 6,1 sottolinea la franqueza del nome Matches nell’ onomástica siriaca. Cf. anche Girolamo,

Vita Malchi, 2 (55-56c PL 23): erat igitur illic quidam senex nomine Malchus, quem nos Latine regem possumus dicere, Syrus natione et lengua”. 51 Sobre Longino, Porfirio apunta en la Vida de Plotino (20, 1-3): Ταϋτα επ ιπ λ έο ν παρατέθεικα τού κ α θ ’ ημάς κριτικωτάτου γ εν ο μ έ ν ο υ καί τά τώ ν ά λ λ ω ν σ χεδ όν π ά ν τα τω ν καθ' α υτό ν δ ιελ έγξα ντο ς δεικνύς οϊα γ έ γ ο ν ε ν ή περί Π λω τίνου κρίσις [...] “He citado por extenso este pasaje del mayor crítico de nuestro tiempo, del severo censor de poco menos que de todas las obras de los demás escritores contemporáneos suyos a fin de mostrar cuál es su juicio sobre Plotino”. (20, 9-14): Έ τι δέ τού Λ ο γγίνο υ ά έν σ υ γγρ ά μ μ α τι γ έγ ρ α φ ε π ερί Π λω τίνου τε και Α μελίου καί τώ ν καθ ’ εα υτόν γ εγ ο ν ό τ ω ν φ ιλοσόφ ω ν ά να γκ α ίο ν παραθείναι, ινα καί πλήρης

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Introducción general

1>3 Λ ογγίνο ς δέ κ α τά τον χρόνον έκεΐνον βιβλιο­ θήκη τις ήν έμψυχος καί περιπατούν μουσείον, καί 5 κρίνε ιν γε τούς παλαιούς έπετέτακτο, καθάπερ πρό έκείνου πολλοί τινες έτεροι, καί ό έκ Καρίας Διονύσιος πάντων άριδηλότερος.

En ese tiempo Longino era una biblioteca viviente y un museo ambulante, y le había sido encargado interpretar a los antiguos, como muchos otros antes que él, incluso el más ilustre de todos, Dio­ nisio de Carias.

1,4

5

π α ρ ’ έ κ ε ίν ω δή την άκραν έπα ιδεύ ετο παιδείαν, γραμματικής τε 10 εις ακρον άπάσης, ώσπερ έκεϊνος, άφικόμενος καί ρητορικής· π λ ή ν όσον ούκ έ π ’ εκείνην ένευσε, φιλοσοφίας γε πάν είδος έκματτόμενος.

Con aquel52 recibió la más alta educación, alcan­ zando lo superior de toda la gramática, como él, y de la re­ tórica, aunque no se inclinó hacia ésta, impregnándose, pues, de toda clase de filo­ sofía.

γ ένη τα ι ή περί αύτώ ν κρίσις ο'ία γ έ γ ο ν ε τού έλλογιμ ω τά του άνδρός καί έλεγκτικω τάτου. “Pero es necesario añadir algo más de Longino: lo que ha dejado consignado en sus escritos acerca de Plotino, de Amelio y de los filósofos que vivieron en su tiempo, a fin de que quede completo el juicio que se formó sobre ellos el más renombrado y polémico de los críticos”. (21, 18-23): Αρκεί το ίνυ ν ó τοσούτος άνή ρ καί έν κρίσει πρώ τος ώ ν καί ύπ ειλη μ μ ένος άχρι νΰ ν. “Ciertamente es sufiente tal varón, que es el primero enjuicio y que ha sido considerado así hasta ahora”. 52 Se refiere a Longino.

Porfirio, la Vita Plotini y los testimonios de Eunapio · 5

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ή ν γ ά ρ ó Λ ο ν γ ϊν ο ς μακρώ τ ώ ν τότε ά ν δ ρ ώ ν τ ά π ά ν τ α ά ρ ισ τ ό ς , κ α ί τ ώ ν β ιβ λ ίω ν τε α υ τ ο ύ π ο λ ύ π λ ή θ ο ς φ έ ρ ε τ α ι, κ α ί τό φ ε ρ ό μ ε ν ο ν θ α υ μ ά ζ ε τ α ι , κ α ί ε’ί τ ις κ α τ έ γ ν ω τ ίν ο ς τ ώ ν π α λ α ιώ ν , ο ύ τό δ ο ξ α σ θ έ ν έκ ρ ά τει π ρ ό τ ε ρ ο ν ά λ λ ’ή Δ ο γ γ ίν ο υ π ά ν τ ω ς έ κ ρ ά τ ε ι κ ρ ίσ ις.

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L on gin o fue en ton ces, con m ucho, el m ejor de lo s h om ­ bres en todo, y circulaban m uchos de sus libros. Y si alguien criticaba a alguno de lo s antiguos, lo estim ado no prevalecía antes que el ju i­ c io d e L on gin o prevaleciera totalm ente.

No es fácil afirmar, como hace Eunapio, que Porfirio haya recibido una esmerada educación,53pues no hay referencias claras a sus estudios previos en Atenas, aunque algunos especialistas, entre ellos Bidez, han querido deducirla a partir de las circuns­ tancias culturales que, por su situación geográfica, se daban en esa ciudad fenicia en época de Porfirio, pues Tiro no sólo era una localidad fabril y comercial, sino también un sitio cosmopolita en el que confluían el Oriente y el Occidente, en el que “les dieux d’Homére et d’Hésiode y fratemisaient depuis longtemps avec les divinités sémitiques; á cóté de Part des rhéteurs grecs et du classicisme les aberrations et les déréglements de la superstition la plus efrénée y régnaient”,54una ciudad en la que se encontraban en ambiente de tolerancia sincrética teurgia, magia, adivinación, superstición, paganos y cristianos. Pero este ambiente multireligioso no indica necesariamen­ te una esmerada educación de Porfirio, aunque en las obras que pertenecen a esta etapa juvenil se refleje ya su “talante intelectual”:55 La filosofía de los oráculos y el Sobre las imá­ genes de los dioses. 53 En los fragmentos citados, Eunapio se refiere a la educación recibida por Porfirio previa a su encuentro con Longino y a la relación académica que sostuvieron ambos filósofos en Atenas. 54 J. Bidez, Vie de Porphyre..., p. 9. 55 Pablo García Castillo, “Antecedentes neoplatónicos de san Agustín: de la retórica a la epóplica, en Plotino-Porfirio-san Agustín, p. 16.

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Introducción general

Eusebio de Cesárea es el único que nos ha conservado en su Historia eclesiástica (vi, 19, 3-5) un dato sobre la educación de Porfirio antes de su viaje a Atenas y, citando un fragmen­ to del Contra los cristianos, afirma que Porfirio, siendo muy joven aún, visitó los cursos de Orígenes, muy probablemente, en Palestina. Por otra parte, tampoco son claras las referencias a sus estu­ dios previos con Longino en Atenas, aunque la tradición esta­ blece que en esa ciudad fue discípulo del matemático Demetrio, del gramático Apolonio y del retórico Minuciano; sin embargo, lo anterior se ha conservado por fuentes distintas a Eunapio,56 por lo que el silencio del biógrafo al respecto es intrigante, pues parecería que calla, porque no está seguro de la información o porque definitivamente la desconoce, y entonces deduce la edu­ cación del tirio a partir de haber sido discípulo de Longino. Porfirio no reporta de manera clara que haya sido discípulo de Longino; sin embargo, es posible deducir cierta relación académica a partir de varios fragmentos de la Vida de Plotino en los que Porfirio hace referencia a Longino y manifiesta la opinión que de él tenía, pero especialmente por el tono de fami­ liaridad con que está escrito cierto pasaje de una carta, conser­ vada en la Vida de Plotino (19, 8-13), que Longino dirigió a Porfirio cuando aquél se encontraba en Fenicia y el tirio en Si­ cilia.57 Para Porfirio, pues, Longino no sólo era el mayor crítico de su tiempo, sino también el más renombrado y polémico de todos y el primero enjuicio. Quizá estas expresiones son las que hayan hecho que Eunapio considere y afirme que Porfirio fue discípulo de aquel hombre que en esos tiempos era tenido como “una biblioteca viviente 56 El dato sobre Demetrio se encuentra en Proclo, In remp. II, 23, 14 Kroll: Δημήτριος ó γεω μ έτρης μέν, Π ορφυρίου δε διδάσκαλος. Cf. también Pauly-Wissowa, RE, s. v. Demetrios, pp. 118 y 110. Para Apolonio, cf. E. Hefermehd, Rhein. Mus., 61 (1906), pp. 299 y ss. Para Minuciano, véase Suidas, j.v. Μ ινουκιανός. 57 Porfirio, Vida de Plotino, 19, 1-13.

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y un museo ambulante”. Como quiera que sea, Eunapio com­ parte en buena parte, o retoma, el sentir de Porfirio con relación a Longino, presentándolo en su Vida de filósofos y sofistas no sólo como un crítico, gramático, rétor y vasto escritor, es decir, un filólogo, sino también como un filósofo, parecer este último que no comparte Plotino, pues, para él, Longino efectivamente era un filólogo, pero en absoluto un filósofo, como leemos en Vida de Plotino 14, 20 (“φιλόλογος μέν”, έφη, “ó Λ ογγίνος, φιλόσοφος δε ούδαμώς”). Por otra parte, a la etapa ateniense de Porfirio al lado de Longino pertenecen sus tratados Cuestiones homéricas, Sobre la gruta de las ninfas e Historia de la filosofía, por lo que ac­ tualmente suele deducirse su formación gramatical, retórica y parte de la filosófica a partir de la relación que guardan estas obras con el elenco de títulos del maestro ateniense que se nos ha conservado en la Suda,58 en donde se reportan por lo menos cuatro obras que probablemente se encargaban del estudio gra­ matical, retórico y filosófico de Homero. Para los especialistas, esos textos porfirianos reflejan la formación que debió alcanzar Porfirio con Longino. Pero Eunapio, más próximo a ambos que nosotros, debió tener oportunidad de consultar y comparar los textos tanto de Longino como de Porfirio a fin de identificar las semejanzas y las posibles influencias del ateniense sobre la obra porfiriana. De otra manera no podría explicarse por qué afirma tan categóricamente que el tirio obtuvo de Longino una excelen­ te formación gramatical y retórica, y no como apunta Sodano, para quien Eunapio debió encontrar en algún texto porfiriano alguna referencia a su formación filológica con Longino. Esto nos parece poco probable, porque, si existe toda una tradición que establece al ateniense como su maestro —cosa no insigni­ ficante— , esa tradición debió conservar alguna referencia más clara y no conjetural, sobre todo cuando la tradición porfiriana nos ha conservado datos poco menos importantes. 58 Lexicon, lambda 645.

54 # Introducción general

En cuanto a la expresión de Eunapio (IV, 4, 12) de que Por­ firio se impregnó de toda clase de filosofía al lado de Longino, Sodano59 apunta que ésta es más bien una especie de exageración retórica, una αύξησις, propia del biógrafo. Aunque a nosotros nos parece que es más bien una referencia a la preparación fi­ losófica que alcanzó, no precisamente al lado de Longino, sino por su propio esfuerzo. Estudió no sólo las corrientes filosóficas tradicionales y ortodoxas de Platón y Aristóteles, sino incluso las no tradicionales que implicaban los cultos mistéricos, como puede justificarlo el título de alguno de sus tratados dedicados justamente a la filosofía religiosa, como por ejemplo el Περί ά γαλμ ά των (Sobre las estatuas), el Περί θείων ονομάτων a' (So­ bre los nombres divinos), el Πορφιρίον ηρός Ανεβώ επιστολή (.Porfirio, epístola a Anebo), el Εις τά Ίον λιανόν τού Χαλδαιον 0Contra Juliano el caldeo) o el De philosophia ex oraculis hau­ rienda (Sobre la filosofía de los oráculos).60 Sin embargo, y a pesar de lo que se acaba de apuntar, encontra­ mos una posible divergencia en el mismo texto eunapiano sobre 59 Porfirio, Vangelo di un pagano..., p. 204. 60 Para sustentar esta tesis sólo basta con examinar el catálogo de títulos de obras de Porfirio que recoge Bidez (véase el Catálogo de obras atribui­ das a Porfirio en este trabajo). Al respecto del De philosophia ex oraculis haurienda, García Castillo apunta: “La filosofía de los oráculos constituye, a grandes rasgos, un manual de teurgia, una enciclopedia de cultos, ritos y supersticiones del paganismo. El término ‘filosofía’, que aparece en el título de esta primera obra, significa para Porfirio búsqueda de la salvación a través de los misterios, los cultos y ritos esotéricos, y los oráculos de inspiración divina. Es una obra en la que se mezclan las invocaciones a los dioses con las abluciones egipcias y fenicias, además de los ritos orientales para expulsar los demonios y prevenir sus influencias. Pero el lugar central de la obra lo ocupa la astrologia. Esta ofrece dos aspectos complementarios: en primer lugar, los astros anticipan el futuro y, en segundo lugar, los astros son dioses, cuya acción puede ser modificada, en nuestro beneficio, por una adecuada utilización de la teurgia, que permite conocer el momento oportuno en que aquéllos han de ser interrogados, obligándolos a revelarnos sus propósitos". (P. García Castillo, “Antecedentes neoplatónicos de san Agustín: de la retórica a la epóptica, en op. cit., pp. 16-17.)

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la primera educación de Porfirio, pues en iv, 6, 1-2, después de que Eunapio describió los estudios y preparación del tirio al lado de Longino, desconoce o, por lo menos, no da importancia a su aprendizaje en Tiro y sugiere que su primera y verdadera instrucción ocurrió al lado de Plotino. Por otra parte, encontramos que la versión de Eunapio con relación a estos pasajes de la vida del tirio son muy diferentes, en primer lugar, porque el biógrafo afirma que nuestro filósofo viajó a Roma por el deseo que tenía de conquistarla con su sabiduría aun cuando el biografiado nunca explícalos motivos que tuvo para viajar, motivos que en realidad no necesitaba explicar dado que en aquella época dicha ciudad era uno de los centros culturales más importantes. Ahora bien, las únicas referencias que nos da el tirio sobre su llegada a la ciudad están siempre relacionadas, como ya se vio, con la cronología del reinado de Galieno. En segundo lugar, Eunapio dice que tan pronto llegó Porfirio a la ciudad y se encontró con Plotino, aceptó, se entregó y siguió, casi de manera espontánea y sin cuestionamientos, la doctrina del maestro, y que durante un tiempo se llenó de manera insa­ ciable tanto de sus fuentes como de sus discursos inspirados. Ya se ha visto también que la versión de Porfirio al respecto es muy diferente. Pero en cuanto a que éste se llenó de esos discursos inspirados, parece probable que el de Sardis se inspira en un pasaje de la Vidad de Plotino (21,12-23) en el que Longino hace referencia a los principios de la estancia del tirio con Plotino, etapa en la que, según el fragmento, el discípulo se esforzaba y ejer­ citaba en la imitación de su maestro y, “al escribir, observaba el gusto de Plotino”.

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Introducción general

*■6 ούτω δέ άχθείς τήν πρώτην παιδείαν καί ύπό πάντων ά π ο β λ ε π ό μ ε ν ο ς , τή ν μ εγίσ τη ν Ρώμην ίδείν 5 έπίθυμήσας, ΐνα κατάσχη διά σοφίας τήν πόλιν, επειδή τάχιστα εις αύτήν άφίκετο καί τφ μεγίστιμ Πλωτίνιο συνήλθεν εις ομιλίαν, πάντων έπελάθ ετο τω ν ά λ λ ω ν , κ α ί προσέθετα φέρων έαυτόν έκείνω.

Y después de que así fue educado durante su primera instrucción y siendo admirado por todos, deseando ver a la gran Roma para dominar a la ciudad debido a su sabi­ duría, tan pronto como llegó a ella y entabló relaciones con el gran Plotino, olvidó todo lo demás y solícito se le entregó a sí mismo.

'>7 άκορέστως δέ τής παιδείας εμφορούμενος καί των π η γ α ίω ν εκ είν ω ν κ α ί τ ε θ ε ια σ μ έ ν ω ν λ ό γω ν , 5 χρόνον μέν τινα εις τήν άκρόασιν ήρκεσεν, ώς αύτός φησιν.

Y llenándose insaciablemente de su conocimiento, tanto de sus fuentes como de sus dis­ cursos inspirados, durante un tiempo asistió a sus lecciones, como él mismo dice.

Las dataciones segunda y tercera que enmarcan los datos au­ tobiográficos del tirio en la Vida de Plotino se encuentran en el capítulo seis y se refieren a la estancia de Porfirio en Sicilia, mo­ mento que el tirio coloca entre el decimoquinto año del gobierno de Galieno y el primero y segundo del reinado de Claudio: 6, 1-4: Έν δέ τή Σικελία διατρίβοντός μου —εκεί γάρ άνεχώρησα περί τό πεντεκαιδέκατον έτος τής βασιλείας Γαλιήνου— (κτλ.) “Y cuando yo pasaba el tiempo en Sicilia —pues allí me retiré hacia el decimoquinto año del reinado de Galieno—, etc.” 6, 15-17: Ταύτα μέν ούν τφ πρώτω έτει τής Κλαυδίου πέμπει βασιλείας- άρχομένου δέ τού δευτέρου, ότε καί μετ’ ολίγον θνήσκει, πέμπει ταύτα- (κτλ.) “Así pues, me envía éstos durante el primer año del reinado de Claudio,

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pero com enzan d o el segundo, p o co antes de morir, m e envía estos otros, etc.”

La segunda datación, la que corresponde al decimoquinto año del reinado de Galieno y que Porfirio menciona como fecha de su salida de Roma, está relacionada con los datos que el tirio nos proporciona en otro lugar de la Vida, específicamente en el capítulo cinco, y que tradicionalmente se denomina el “sexenio de Porfirio”, tiempo que supuestamente transcurrió en Roma al lado de su maestro: 5 ,1 -2 : Σ υ γ γ ε γ ο ν ώ ς δέ α ύ τ ώ τ ο ΰ τ ό τ ε τ ό έ τ ο ς κ α ί ε φ ε ξ ή ς

ά λ λ α έτη π έ ν τ ε (κ τ λ .) “E stuve con él e se año y, segu id a­ m ente, otros cin co (etc.)” 5 ,5 : έ ν δή τ ο ΐς έ ξ έ τ ε σ ιτ ο υ τ ο ις π ο λ λ ώ ν ε ξ ε τ ά σ ε ω ν (κ τλ.) “Pues bien, en el plazo de esto s se is años, (etc .)” 5, 5 9 -6 0 : έ ν τ ώ έ ξ α έ τ ε ι χ ρ ό ν ο ν τ ή ς π α ρ ο υ σ ί α ς έ μ ο ΰ Π ορ φ υρ όου (κ τλ.) “ [...] durante el sexenio en que yo, Porfirio, estuve presente (etc.)”

A partir de esta información, se ha querido demostrar61 que Porfirio, en realidad, no tuvo un sexenio en Roma, ni por lo menos cinco años completos, pues si, como ya se apuntó, llegó a la ciudad poco antes de septiembre de 263, cuando estaba por cumplirse el décimo año del gobierno de Galieno, quiere decir que sólo debemos computar los últimos cuatro o cinco meses de ese año. Y si, además, se afirma en 6, 1-4 de la Vida de Plotino que viajó a Sicilia hacia el décimoquinto año del gobierno del emperador Galieno, su salida de Roma debió ocurrir en el tanscurso del año 268, pero Galieno fue asesinado en Milán el 22 de marzo de ese mismo año, esto es, seis meses antes de cumplirse su décimoquinto año de gobierno, por lo que Porfirio 61 J. Igal, op. cit., pp. 77-78.

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Introducción general

tampoco estuvo en Roma todo ese año, sino sólo sus primeros tres meses. Un rápido cómputo del periodo que permaneció en Roma, des­ de agosto-septiembre de 263 a la primera mitad de marzo de 268, da como resultado apenas dos años incompletos (263 y 268) y cuatro completos (264-267). Porfirio, pues, computa seis años que incluyen los dos incompletos, porque el sistema cronológi­ co que utiliza es el tradicional romano, que contaba los años a partir del dies imperii.62 Si este sistema cronológico y las fechas son correctos, Porfi­ rio debió estar ya en Sicilia, o por lo menos emprender el viaje, entre septiembre del 267 y febrero de 268, a lo más, hacia la primera mitad de marzo de ese año, pues, si es correcta la fecha del dies imperii de Claudio, el sucesor de Galieno, que suele fijarse hacia el 24 de marzo de 268, entonces Porfirio debía en­ contrarse ya en Lilibeo en esa fecha, antes del asesinato del emperador y de la subida al trono de su sucesor. Sobre la causa de este viaje de Porfirio a Sicilia, leemos en la Vida: 11, 11-19: Καί ποτέ εμού Πορφυρίου ήσθετο έξ,άγειν έμαυτόν διανοουμένου τού βίου καί έξαίφνης έπιστάς μοι έν τω ο’ίκω διατρίβοντι καί είπών μή είναι ταύτην τήν προθυμίαν εκ νοεράς καταστάσεως, ά λ λ ’ έκ μελαγχολικής τίνος νόσου, άποδημήσαι έκέΛευσε. Πεισθείς δέ αύτω έγώ εις τήν Σικελίαν άφικόμην Πρόβον τινά άκούων ελλόγιμον άνδρα περί τό Λιλύβαιον διατρίβειν· καί αυτός τε τής τοιαύτης προθυμίας άπεσχόμην τού τε παρείναι άχρι θανάτου τω Πλωτίνω ένεποδίσθην. “También cuando se dio cuenta de que yo, Porfirio, estaba pensando sacarme a mí mismo de la vida, y estando súbitamente frente a mí, que pasaba el tiempo en mi casa, y, diciéndome que tal deseo no provenía de un estado intelectual sino de alguna enfermedad melancólica, me ordenó viajar. Y yo, habiéndole obedecido, vine a Sicilia porque escuché que un tal Probo, varón insigne, pasaba el 62 Ibid., pp. 66 y ss.

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tiempo cerca de Lilibeo. Y así yo mismo me retraje de tal deseo, pero también fui impedido de estar presente a Plotino hasta su muerte”. 19, 1-13: Αξιών γάρ με από τής Σικελίας κατιέναι προς αυτόν εις την Φοινίκην καί κομίζειν τα βιβλία τοΰ Πλωτίνου φησί- [...] την τε παλαιάν συνήθειαν καί τον αέρα μιετριώτατον όντα προς ήν λέγεις του σώματος ασθένειαν. “Porque, rogándome63 que abandone Sicilia y me vaya a su lado, a Fenicia, llevando conmigo los tratados de Plotino, dice: ‘[...] y que antepongas nuestra antigua fa­ miliaridad y el clima, que es benignísimo para esa debilidad corporal de que me hablas’”. Más separada de esta versión de la Vida de Plotino es la siguiente narración de Eunapio sobre la enfermedad y viaje de Porfirio a Sicilia: 5

ε ίτ α ύ π ό τοΰ μ εγ έθ ο υ ς τώ ν λ ό γ ω ν νικώμενος, τό τε σώμα καί τό άνθρωπος είναι έμίσησεν, καί διαπλεύσας είς 10 Σ ικελίαν τόν πορθ μόν τήν Χάρυβδιν, ήπερ’Οδυσσεύς ά ν α π λ ε ύ σ α ι λ έ γ ε τ α ι, π ό λ ιν μέν ούτε ίδεΐν ύπέμεινεν, ούτε ανθρώπων 15 άκούσαι φω νής (ούτω τό λυπούμενον αύτώ ν καί ήδόμενον άπέθετο), συντείνας δέ επί Λιλύβαιον έαυτόν (τό δέ έστε τών 20 τριών ακρωτηρίων τής Σικελίας τό πρός Λιβύην ά ν α τε ίν ο ν κ α ί ορών), 63 Longino se está dirigiendo a Porfirio.

Después, siendo con­ quistado por la grandeza de sus palabras, odió tanto al cuerpo como al ser humano, y habiendo navegado hacia Sicilia a través del estrecho de Caribdis, por el que se dice que navegó Odiseo, ni soportó ver una ciudad ni escuchar la voz de los hom­ bres (así se desprendió de lo que aflige y place de ellos), pero dirigéndose hacia Li­ libeo (pues éste es, de los tres promontorios de Sicilia, el que se extiende y mira hacia Libia), estaba abatido gimiendo y dejándose morir

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Introducción general

έκειτο καταστένω ν καί άποκαρτερώ ν, τροφήν τε ού προσιέμενος, καί α ν θ ρ ώ π ω ν ά λ ε ε ίν ω ν πάτον.

de hambre, no admitiendo alimento y evitando el cami­ no de los hombres.

1>8 ούδ’άΛαοσκοπιήνό μέγας είχε Πλωτίνος έπί τούτοις, άΛΛάκατά πόδας έπόμενος ή τον 5 π εφ ευ γό τα νεα νίσ κ ο ν άναζητών, επιτυγχά νει κειμένω, καί λόγω ν τε προς αύτόν εύπόρησεν την ψυχήν άνακαλουμένω ν 10 ά ρ τ ι δ ιΐπ τ α σ θ α ι τοϋ σ ώ μ α το ς μ έλ λ ο υ σ α ν , καί τό σώμα έρρωσεν ές κατοχήν τής ψυχής.

El gran Plotino no tenía una vigilancia vana sobre estas cosas, sino que siguiendo y rastreando sus huellas, o buscando al joven que había huido, lo encuentra abatido, y teniendo abundancia de palabras para él que exhorta­ ban su alma, [pues] precisa­ mente estaba a punto de desvanecerse de su cuerpo, fortaleció su cuerpo para la retención de su alma.

καί ό μεν έμ π νο υ ς τε ήν καί διανίστατο, ό δε τούς ρ η θέντα ς λόγους εις βιβλίον κατέθετο τών 5 γ εγ ρ α μ μ έν ω ν . τώ ν δε φιλοσόφων τά άπόρρητα καλυπτόντω ν άσαφείρι, καθάπερ τών ποιητών τοΐς

Y Porfirio respiró y se le­ vantó, y Plotino registró las palabras dichas en un libro de los que escribió. Y mien­ tras los filósofos ocultan sus enseñanzas secretas en la confusión, lo mismo que los poetas en los mitos, Porfirio,

μύθοις, ό Πορφύριος τό 10 φάρμακοντήςσαφη-νείας έπαινέσας καί διά πείρας γευσάμενος, ύπόμνημα γράψας εις φώς ήγαγεν.

ensalzando el fármaco de la claridad y probándolo por medio de la experiencia, habiendo escrito un comen­ tario, lo llevó a la luz.

Para Eunapio, el tirio huye de Roma rumbo a Sicilia, enten­ demos, porque no soportó la doctrina filosófica de Plotino, que implicaba un cierto rigor místico y el desprecio al cuerpo huma­ no, lo que provocó que también él llegara a odiar su propio

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cuerpo así como a los hombres en general y evitara cualquier encuentro con ellos. La causa de su enfermedad, pues, tendría un origen intelectual, aunque Eunapio no da noticia del nombre del mal que según él padeció Porfirio, en contraposición con la Vida de Plotino, en donde se lee que su enfermedad “no prove­ nía de un estado intelectual sino de una enfermedad melancólica”.64 Para Porfirio, pues, su enfermedad tenía un origen somático. Siempre se ha dicho que la función de este pasaje de la vida de Porfirio en esta obra es demostrar la capacidad que tenía Plotino para penetrar y conocer el alma de los hombres, pero tal como lo leemos en Eunapio, estamos ante un Plotino dis­ minuido, pues en el texto eunapiano no encontramos ninguna referencia sobre si Plotino percibió, como ocurre en la obra de Porfirio, el estado enfermizo de su alumno, y únicamente dice, nuevamente en contraposición con Porfirio, que Plotino estuvo atento a la enfermedad de aquél, e incluso que o lo siguió o lo buscó, encontrándolo en estado casi moribundo y reanimán­ dolo con sus palabras, cuando por el contrario el tirio nos ha he­ cho saber que después de su partida no volvió a ver a su maestro, quien enfermó gravemente y murió poco después. Ante estas divergencias, cabe preguntarse, como ya han hecho otros, cuál es la razón por la que Eunapio aporta testimonios muy diferentes sobre estos pasajes fundamentales en la vida de Porfirio. Así, Wytenbach escribe “Eunapius aut erravit, aut alios Porphyrii libros secutus est. Illud credam”,65 mientras que Penella66 es un “honest error”. Para Sodano, y nosotros, es improbable que Eunapio esté cometiendo un error que lo haya llevado a modificar y oponerse significativamente a las noticias del propio Porfirio, como también es improbable la existen­ 64 Para una discusión más amplia sobre la melancolía de Porfirio, véase R. Goulet, “Variatons romanesque sur la mélancolie de Porphyre”, en Hermés, núm. 100, pp. 443-457. 65 Cf. J. F. Boissonade, Eunapii..., Accedit Annotatio Dan. Witenbachii I-II. Amsterdam, 1822. Las notas de Wytenbach están en el tomo Π. 66Apud A. R. Sodano, en Porfirio, Vangelo di un pagano..., p. 210.

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Introducción general

cia de textos porfirianos ahora perdidos que le hayan servido de sustento a sus argumentos. Para Sodano, además, el motivo de es­ tas divergencias es que Eunapio se propuso hacer una pieza retó­ rica “com’era consuetudine della seconda sofistica, di sviluppare un evento reale con particolari immaginari e fittizi”.67 Como quiera que sea, e incluso adoptando la bien sustentada tesis de So­ dano, que aporta pasajes comparativos de autores clásicos de los que el fragmento eunapiano sería un reflejo, a nosotros nos parece que Eunapio se contradice a sí mismo en su intención de ser fiel a la vida de sus biografiados y de transmitir la verdad sin alteración alguna. Finalmente, sobre el retiro de nuestro filósofo a Sicilia, a par­ tir de los argumentos que él mismo registra en la Vida de Plotino, y del testimonio de Eunapio, quien como ya se vio, asegura que el filósofo huyó de Roma, además de por un malestar emocional y por su estado de salud, para estar solo consigo mismo porque sintió un gran odio en contra de los hombres, existen dos conje­ turas sobre la verdadera causa del viaje, una que han propuesto dos comentadores antiguos y otra de reciente elaboración. Así, Ammonio y Elias afirmaban que Porfirio viajó a Sicilia sim­ plemente para estudiar de cerca al volcán Etna,68 mientras que Christos Evangeliou69 y H. D. Saffrey70 sugieren que nuestro filósofo abandonó Roma al calor de ciertas divergencias doctri­ nales con Plotino, tesis que no parece descabellada, aun cuando no debería haber razón alguna para dudar del testimonio del 67 Ibid., pp. 210-212. 68 Al respecto de esta visita al volcán Etna, Bidez comenta que ciertos autores árabes reportan que Porfirio murió en el volcán. (J. Bidez, op. cit., p. 57, n. 2.) También véase: Ammonio, “In Porphyrii Isagogen sive quinque voces”, en A. Busse, ed., Commentaria in Aristotelem Graeca, vol. IV, núm. 3 y Elias, “In Porphyrii Isagogen et Aristotelis categorias commentaria”, en A. Busse, ed., Commentaria in Aristotelem Graeca, vol. XVIII, núm. 1. 69 Christos Evangeliou, Aristotle's Categories and Porphyry, apud Porfirio, Isagoge, p. XII, n. 9. ,0 H. D. Saffrey, “Pourquoi Porphyre a-t-il édité Plotin?”, en Porphyre, La vie de Plotin, ed. de Luc Brisson, pp. 31-34.

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propio Porfirio acerca de los motivos que tuvo para salir de Roma rumbo a Lilibeo; como quiera que sea, es seguro que durante su estancia en esta ciudad alcanzó su esplendor literario, pues es ahí donde escribe el mayor número de sus obras. Por otra parte, resulta oscura la noticia de Eunapio cuando en 9, 1-10 dice, primero, que Plotino registró en un libro suyo las palabras con las que reanimó a Porfirio y, segundo, que el discípulo “ensalzando el fármaco de la claridad y probándolo por medio de la experiencia, habiendo escrito un comentario, lo llevó a la luz”. En cuanto a lo primero, parece que los especia­ listas han querido ver en las Enéadas I, 9 (Del quitarse la vida razonablemente) y i, 4 (Sobre lafe lie idad) el texto que conserva las palabras que Plotino dirige a su discípulo para reconfortarlo ante su estado anímico. Pero ocurre que, según noticia del propio Porfirio (Vida de Plotino 4, 20 y ss), la Enéada I, 9 forma parte de los primeros veintiún tratados que escribió Plotino antes de la llegada del tirio a Roma, por lo que es poco probable que sea este el texto en el que pensaba Eunapio cuando escribió su noti­ cia; aunque también es posible que el biógrafo no haya atendido correctamente la cronología de las Enéadas en la Vida de Plotino, c incurrido, como algunos, en este otro error. Más probable resulta la Enéada I, 4, no sólo por la intensidad de las exhortaciones a la vida contemplativa, sino también porque es uno de los tratados que envió Plotino a Porfirio cuando éste se encontraba ya en Lilibeo (Vida de Plotino 6, 1-6) reponiéndose de su enfermedad. En cuanto al ύπόμ νημ α , comentario que según Eunapio debió escribir Porfirio y con el que elogiaría el fármaco de la claridad, según alusión de su biógrafo, es muy probable que el texto eunapiano esté haciendo referencia a Vida de Plotino 26, 29-32, en donde justamente el tirio afirma haber escrito comen­ tarios para aquellos compañeros suyos que pedían se les acla­ rara algún pasaje eneádico.71 Sin embargo, si ponemos atención 71 Parece que estos comentarios, junto con los sumarios y argumentaciones,

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Introducción general

a ambos textos, Eunapio escribió υ π ό μ νη μ α (comentario), mientras que en las líneas de Porfirio se lee ύπο μ νή μ α τα (co­ mentarios), es decir, hay un cambio del número gramatical, por lo que nuevamente podemos considerar que sea un error del biógrafo o que Eunapio esté haciendo referencia a un texto perdido de Porfirio que no ha llegado a nosotros. Según información del propio filósofo, él se encontraba aún en Lilibeo72 cuando murió Plotino, pero tras el fallecimiento del maestro, regresó a Roma.73 Porfirio nunca informa que él se hizo cargo de la conducción de la escuela, pero la tradición académica así lo establece.74 El siguiente fragmento eunapiano, sobre todo en sus líneas 1-4, parece aludir al papel de Porfirio como jefe de la escuela en Roma y a su intento por conservar el espíritu de las clases plotinianas y su, hasta cierto punto, carácter público. Lo anterior se puede constatar a partir del cotejo de estas líneas con varios fragmentos de la Vida de Plotino, particular­ mente con 14, 10-19, para la descripción del método plotiniano de discusión y comentario de los textos estudiados en clase, y con los capítulos 7-9, en donde se describe y enlista el tipo de oyentes que acudían a las clases de Plotino.

no se han conservado, aunque es muy probable que hay rastro de ellos en lo que la tradición de los textos plotinianos se ha dado en llamar Plotiniana arabica. Porfirio, Vida de Plotino y Plotino, Enéadas l-Il, pp. 103-106. 72 Porfirio, Vida de Plotino, 2, 31-32. Τ ελευτώ ντι δέ αύτώ εγώ μέγ^ό Π ορφύριος ¿τύγχα να ν έν ΛιΛυβαίω διατριβών. “Cuando murió, yo, Por­ firio, me encontraba pasando el tiempo en Lilibeo”. 73 Ibid., 2, 10 -1 3 . Κ ά μ ο ΰ μ έ ν π α ρ ό ν τ ο ς ο ύ δ έ ν π ω τ ο ιο ϋ τ ο ν ύ π εφ α ίνετο ά π ο π λ ε ύ σ α ν τ ο ς δέ εις τοσούτον ήγριώ θη τό π ά θος, ώς έλ εγ ε ν έπ α ν ελ θ ό ν τ ι Ε ύστόχιος ό εταίρος ό καί π α ρ α μ είνα ς αύτώ άχρι θανάτου,: “Durante mi permanencia, ningún síntoma de tal enfermedad se dejó traslucir todavía; pero después de mi travesía, la dolencia se agudizó de tal manera, según me informó a mi vuelta su compañero Eustoquio, que permaneció con él hasta su muerte”. 74 P. García Castillo, op. cit., pp. 16 y ss.

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Si se interpreta el texto de Eunapio, Porfirio debió respetar la organización metodológica que heredó de su maestro y ésta es quizá la razón, según el biógrafo, por la que el tirio debió alcanzar fama como jefe de escuela. Sin embargo, los estudiosos modernos han puesto de manifiesto las aportaciones e inovacio­ nes porfirianas a la escuela de Roma. 1,10 Αυτός μέν ούν έπί τήν Ciertamente, él regresó a Ρ ώ μ ην έπ α νή λ θ ε, και Roma y mantenía su em­ τής περί Λόγους εΐχετο peño en las discusiones, de σπουδής ώστε π α ρή ει manera que también asistía 5 καί εις τό δημόσιον κατ’ a los sitios públicos para su έπ ίδειξιν · τό δε Πορ- declamación. Y tanto toda φυρίου κλέος εις ΠΛωτινον la asamblea como todo el πάσα μέν αγορά, πάσα δέ pueblo atribuían la fama de πληθύς άνέφερεν. ό μέν Porfirio a Plotino. En efec­ 10 γάρ Πλωτϊνος τφ τε τής to, Plotino, por lo celestial ψυχής ούρανίω καί τφ de su alma y lo oblicuo y λοξφ καί αίνιγματΦ δει enigmático de sus palabras, των λόγων βαρύς έδόκει parecía pesado y difícil de καί δυσήκοος. entender. 1,11 ó δέ Π ορφύρας, ώσπερ Ερμαϊκή τις σειρά καί προς άνθρώπους έπινεύο υ σ α , δ ιά π ο ικ ίλ η ς 5 παιδείας π ά ν τα εις τό εύγνωστον καί καθαρόν έξήγγελλεν.

Porfirio, al contrario, como una cadena de Hermes des­ cendiendo a los hombres, por causa de su variada forma­ ción, divulgó todas las cosas de manera fácil de discernir y clara.

*’ 12 αυτός μέν ούν φησι (νέος δέ ών ’ίσως ταϋτα έγραφεν, ώς έοικεν), έ π ιτυ χ ε ϊν χρηστηρίω μηδενί τών 5 δημοσίων· έν δέ α ύτφ τφ βιβλίιρ καταγράφει, κ α ί μετά τα ύ τα ά λ λ α πραγματεύεται πολλά,

Ciertamente, él mismo dice que (si bien parece que es­ cribió esto siendo joven) se encontró con un oráculo nada común, registrándolo en el libro mismo, y tras esto se ocupó de otras muchas cosas, [de] cómo es necesario

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Introducción general

ό π ω ς χρή το ύ τω ν 10 ποιεϊσΘαιτήν επιμέλειαν, φησ'ι δέ καί δαιμόνιόν τινα ψύσιν άπό λουτρού τίνος διώξαι και έκβαλεΐν Καυσάθαν τούτον έλεγον οί επιχώριοι.

cuidar de esto. Pero también dice que persiguió y expulsó de un baño a una naturaleza extraña: los naturales la lla­ maban Kausatán.75

Las líneas 4-10 del anterior fragmento de la Vida de filósofos y sofistas también parecen una clara alusión, pero muy condensada, a las descripciones varias de Porfirio sobre la densidad de 75 Al respecto, J. Bidez ( Vie de Porphyre le philosophe néoplatonicien avec les fragments des traites Π ερί ά γ α λ μ ά τω ν et De regressu animae, pp. 1415) anota: “Porphyre y racontait qu’un jour il chassa d’un bain une sorte de démon, appelé Causatha par les gens du pays [1. Un spécialiste me fait savoir que le nom (Κ αυσάθα) pourrait étre araméen. Le texte n’est malheureusement pas relevé par J. Tambornino, De antiquorum daemonismo, Giessen, 1909], Manifestement, le fait s’est passé en Phénicie ou en Palestine et c ’est un nom indigéne que Porphyre nous a conserve. Pour qu’il chassát ainsi des démons, il il fallait bien que, des sa jeunesse, il eüt des accointanccs avec les pratiques de la magie et qu’il connüt Part de Pexorcisme”. (G. Wolff, por su parte, apunta después de citar el fragmento eunapiano: “Itaque in libris de oraculis vaticinationem attulit, quam ipse obtinuisset. Pergit Eunapia ita, ut nullo alio libro nominato daemonem commemoret; non es igitur, quod alio in libro haec narrata esse a Porphyrio censeamus. Hic quum de oraculis commenta­ retur, adolescens fuit; habitaverat usque eo in Syria praesertim, patria sua; ad Syriam etiam nomen daemonis nos perducit. Hebraice est rubor Satanae, i. e. fortis s. ingens Satanas, ut est populus ingens”. (Porphyrius, De philosophia ex oraculis..., p. 152.) Según Barton, apud Angelo Raffaele Sodano, editor dc Porfirio, Vangelo di unpagano. Letrera a Marcella..., p. 219, n. 36, el nombre de este demonio puede provenir del sirio Kenesthá, que puede significar tanto “purificación” como “suciedad”. Sobre este asunto del exorcismo y Kausatán, A. Smith, Porphyry’s Place in the Neoplatonic Tradition: A Study in PostPlotinian Neoplatonism pp. 142-143, sugiere la posibildad de que Porfirio, a diferencia de Plotino, se haya dedicado a las prácticas mágicas de manera profesional durante su juventud antes de su encuentro con Plotino. Sobre si Plotino se dedicó o no a la magia de manera profesional, véase el artículo de Arthur Hilary Armstrong, “Was Plotinus a magician?”, en Plotinian and Christian Studies, pp. 73-79.

Porfirio, la Vita Plotini y los testimonios de Eunapio ·

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pensamiento y palabras de Plotino al escribir o al hablar; pero más bien sirven como preámbulo a las líneas siguientes en las que Eunapio manifiesta una apreciación personal que debió hacerse a paritr de la lectura de los textos porfirianos que llegaron a él, pues exaltará, en oposición a Plotino, la εύγνωστον καί καθαρόν, la claridad de pensamiento y de palabra de la expresión porfiriana, en fin, la “qualitá ermaica della lucida e splendida chiarezza di Porfirio, dovuta a la sua polimatía”, dirá Sodano.76 Y aunada a este carácter hermaico del discurso porfiriano es también la referencia a un supuesto oráculo, nada común, que al parecer fue dado a Porfirio durante su juventud (νέος δέ ώ ν Ισως ταϋτα έγραφεν, ώς έοικεν). No hay certeza sobre ese hecho, pero la tradición establece que, de ser así, Porfirio debió registrarlo en alguna parte de su De philosophia ex oraculis haurienda, que lamentablemente nos ha llegado incompleto y en el que también hablaría de esc exorcismo al que se refiere su biógrafo. Podemos creer en la posibil idad de ese evento, pues Eusebio de Cesárea nos ha conservado un fragmento de ese tratado porfiriano en donde el filósofo explica cómo encadenar a los demonios.77 En las líneas siguientes de la esta obra, Eunapio hace refe­ rencia a tres personajes que aparentemente convivieron con Porfirio. No hay duda en cuanto a la noticia sobre Amelio; sin embargo, las referencias a Aquilino y Orígenes presentan ciertas dificultades:

76 Véase el comentario de A. R. Sodano, en la edición de Porfirio, Vangelo

di un pagano. Letrera a Marcella..., p. 218. 77 Praeparatio Evangélica, IV, 22, 15.

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Introducción general

VS

IV 2,1

Σ υ μ ψ ο ιτη τα ί μέν ούν, ώς α υ τό ς α ν α γ ρ ά φ ε ι, κ ρ ά τισ το ί τιν ες ύπήρχον, Ω ρ ιγ έν η ς τε κ α ί Αμέριος καί Α κυλινος, καί συγγράμματα γε αυ­ τών περισώζεται, Λόγος δέ αύτών ουδέ εις· πολύ γάρ τό άκύθηρον, εί καί τά δόγματα έχει καλώς, καί έπιτρέχει τοίς λόγοις.

Así pues, como él mismo recuerda, algunos hombres excelentes estuvieron con él, Orígenes,78 Amerio y Aquilino, y se conservan sus escritos, pero ni una conside­ ración sobre ellos; así pues, aunque mucha es la carencia de encanto, sus doctrinas son bellas y se percibe en sus argumentos.

2)2 ά λ λ ’ ó γ ε Π ορφ ύριος έπαινε! τούς άνδρας τής δεινότητος, πά σα ν μέν αύτός άνατρέχων χάριν,

Ciertamente Porfirio admira a los hombres de sagacidad, aun cuando él mismo abraza toda la elegancia,

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En Vida de Plotino 7, 1-5, cuando Porfirio informa de los personajes que frecuentaban el círculo de Plotino, nos dice: “Oyentes tuvo muchos; pero fervorosos y del grupo de los que se reunían por amor a la filosofía, tuvo menos: tuvo a Amelio, originario de Toscana, cuyo nombre principal era Gentiliano; pero él mismo aspiraba a llamarse Amerio, con r, alegando que era más decoroso para él llamarse así por améreia (indivisión)

78 Porfirio, Vida de Plotino , 20, 36-41: Τοϋ δέ δευτέρου Π λατω νικοί μ έ ν Α μ μ ώ νιο ς κ α ί Ω ρ ιγ έ ν η ς , οις ή μ εις τό π λ ε ΐσ τ ο ν τοϋ χ ρ ό ν ο υ π ρ οσ εφ οπ ή σ α μ εν, άνδρά σ ιν οϋκ όλίγω τω ν κ α θ ’ έαυτούς εις σ ύνεσ ιν δ ιεν εγ κ ο ϋ σ ιν , οϊ τε Α θ ή νη σ ι διά δ ο χο ι Θ εόδοτος κ αί Ε ύβουλος καί γ ά ρ εϊ τι τούτων γ έγ ρ α π τ α ί τισιν, ώ σπερ Ώ ρ ιγένει μέν τό "Περί των δα ιμ όνω ν”. “Del segundo grupo son, de entre los platónicos, Amonio y Orí­ genes, cuyas aulas nosotros frecuentamos la mayor parte del tiempo, varones que descollaron no poco en inteligencia sobre sus coetáneos, y los sucesores en Atenas, Teódoto y Eubulo. Porque, si bien algunos de éstos han escrito algo, como Orígenes en su Sobre los Démones”.

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que por améleia (incuria)”.79 Este Amelio, o Amerio, fue con­ discípulo de Porfirio en la escuela de Plotino durante la estancia del tirio en Roma, y como ya se ha visto es con el primero que se encuentra nuestro filósofo cuando llega a esa ciudad. Este personaje es citado varias veces a lo largo de la obra, por lo que no hay duda de que se trata del mismo al que hace referencia el biógrafo de Porfirio, y de que la fuente de Eunapio es el texto porfiriano. Ya se tuvo oportunidad de hablar de Orígenes, y únicamente restaría decir que la fuente de Eunapio para citar a este per­ sonaje debe ser la misma Vida de Plotino; pero con Aquilino, nuevamente estamos frente a información que pone en duda la veracidad de Eunapio. Aquilino es mencionado una sola vez,80 pero aparece como uno de los jefes de escuela de un grupo de cristianos sectarios en la línea del gnosticismo; contra él y sus allegados escriben refutando sus doctrinas tanto Plotino como Amelio y Porfirio.81 Según Pearson,82 la mención de Aquilino puede deberse a una corrección de Α κυλϊνον por Π αυλινον (Paulino), un médico que perteneció al círculo de Plotino y al que Amelio llamaba Μ ίκκαλον (Mícalo), porque estaba lleno de ideas mal entendidas.83 La enmienda parece poco probable,

79 Ibid., 7, 1-5: Έ σ χε δέ άκροατάς μέν τελείους, ζηλω τάς δέ καί διά φ ιλοσοφ ία ν σ υ νόντα ς Α μ έ λ ιό ν τε άτιό τής Τουσκίας, ού τό ό νομ α ήν Γ εντιλιανός τό κύριον, αυτός δέ διά τού ρ Α μ έρ ιο ν α υτό ν κ α λείν ήξίου ά π ό τής άμερείας ή τής ά μ ελ εία ς π ρ έπ ειν αύτώ κ α λείσ θα ι λέγω ν. 80 Ibid., 16, 1-3: Γ εγόνα σ ι δέ κ α τ’ αύτόν τώ ν Χριστιανών π ο λ λ ο ί μ έν καί άλλοι, αιρετικοί δέ έκ τής π α λ α ιά ς φ ιλοσοφ ίας ά ν η γμ ένο ι οί περί Α δέλφιον καί Α κ υ λ ϊν ο ν . “Entre muchos cristianos existentes en tiempo de Plotino, destacaron como miembros de una secta derivada de la antigua filosofía los adeptos de Adelfino y Aquilino”. 81 Sobre estas refutaciones y los tratados que escribieron estos tres neoplatónicos contra esos sectarios cristianos, véase en general el capítulo 17 de la Vida de Plotino. 82 Pearson, apud A. R. Sodano, en Porfirio, Vangelo di un pagano. Lettera a Marcella..., p. 226. 83 Porfirio, Vida de Plotino, 7, 5-7: Έ σ χ ε δέ κ α ί ια τρ ικ ό ν τ ιν α

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Introducción general

pues, considerando la descripción de ambos personajes, Aquili­ no es un cristiano gnóstico, mientras que Paulino es un médico poco intuitivo. Quedará pendiente por resolver, hasta que nue­ vos hallazgos literarios arrojen luz, quién es el Aquilino al que Eunapio se refiere. Cierra el parágrafo la consideración y valoración estilística de Eunapio sobre la obra de los tres personajes que posiblemente tuvo oportunidad de leer en el círculo académico que frecuentaba. Finalmente, las primeras tres líneas de 2,2, reflejan la admiración que debía tener Porfirio para con la obra de Orígenes, Amelio y Aquilino. El siguiente pasaje de la Vida de filósofos y sofistas, aunque es amplio, no contiene información muy relevante. Viene a ser una especie de panegírico en dos sentidos. Primero, haciendo alusión, aunque muy velada, a la obra de Porfirio en que encomia a su maestro: la Vita Plotini, pero también al trabajo de corrección y organización de los textos plotinianos en seis libros con nueve tratados cada uno, así como a la elaboración de los comentarios y sumarios, en fin, a la edición y publicación de las Enéadas. El segundo sentido panegírico de Eunapio está en la valoración que hace de la producción literaria, de su elegancia de estilo y expresión y de la multitud de disciplinas sobre las que escribió, siendo notable en todas: retórica, gramática, matemáticas, música y filosofía, tanto lógica como ética, física y teúrgica. Lo que indica que posiblemente el biógrafo conoció el amplio catálogo de obras porfirianas y que incluso pudo c o n s u ta algunas. Esta consideración de Eunapio sobre un Porfirio π ο λ ^ ιίχ θ ή ς (muy sabio) está sustentada por varias fuentes antiguas.84

Σ κυθοπολίτην Π α υ λ ΐν ο ν δ ν ó Α μέλιος Μ ίκκαλον προσηγόρευε,: “Υ tuvo también a un médico. Paulino de Escitópolis, a quien Amelio apodaba ‘M ícalo’”. 84 Simplicio, in Ph. 9 ,9 5 ,3 3 ; ibid 9 ,1 5 1 ,2 3 ; Eneas de Gaza, Theophrastus 12, 11-12; ibid, 14,2; Cirilo de Alejandría, Contra Julianum, 1,25,5-6; David, in Porph., 92, 2-6.

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2,2 [...] μόνος δέ άναδείκνύς κ α ί ά να κ η ρ ύ ττω ν τον διδάσ καλον, ούδέν δέ π α ι δ ε ί α ς ε ί δ ο ς 5 παραλελοιπώς. έστι γούν άπορήσαι κ α θ ’ εαυτόν καί θαυμάσαι, τί πλείόν έστι των ¿σπουδασμένωνπό τε ρ ο ν τά εις ύλ ην ,ο ρητορικήν τείνοντα, ή τά εις γρ α μ μ α τικ ή ν ακρί­ βειαν φέροντα, ή όσα των αριθμών ήρτητας ή όσα νεύει προς γεωμετρίαν, ή όσα προς μουσικήν ρέπει.

[...] y sólo él proclama y pre­ gona a su maestro, y no dejó descuidada ninguna especie de disciplina. Ciertamente es posible estar perplejo en sí mismo y preguntarse cuál es la más importante de las cosas a las que se aplicó: si las que se refieren al asunto retórico o las que conducen a la precisión gramatical o cuantas se conectan a los nú­ meros o cuantas acceden a la geometría o cuantas tienden a la música.

2’3 τά δέ εις φ ιλο σ ο φ ία ν, ούδέ τά πε ρ ί λ ό γ ο υ ς καταληπτόν, ούτε τό ηθι­ κόν εφικτόν λόγω· τό δέ 5 φυσικόν καί θεουργόν τελετα ις άφ είσθω καί μυστηρίοίς- ούτω παντομ ιγές 85 πρός άπασαν αρετήν ό άνήρ αύτός χρήμα τιγέγονεν.

Pero las que ‘se refieren’ a la filosofía, ni es posible entender aquellas que tratan de los razonamientos, ni lo ético es accesible a los razonamientos, pero déjese lo físico y [...] teúrgico a los ritos y misterios. Por tanto, este hombre llegó a ser él mismo un individuo formado por todas las disciplinas para una total perfección.86

85 Entre paréntesis angulados, porque la edición de J. F. Boissonade lo omite. 86 Al respecto de este pasaje (ούτω ... γ έ γ ο ν ε ν ) A. R. Sodano, en Porfirio, Vangelo di uu pagano. Lettera a M arcella..., p. 230, n. 62, apunta: “il primo τι (che Boissonade 170 espunse) concome ad attenuare π α ν τ ο μ ιγ έ ς , una probabile ‘Neubildung’ di Eunapio, ripetuta in Storia universale, fr. 62, 2 (p. 92, 6) che si ritrova nel contemporaneo Silesio, Inno, 6, 14, p. 48 (cf. Baldwin 427): qui tuttavia e nel frammento storico Γ aggettivo é riferito a cosa, rispettivamente φ ύσις e χω ρίον, mentre in v s , concordato con χρ ή μ α (che sottolinea la straordinarietá dal caso), é riferito a Porfirio (ó άνήρ αύτός, ove ó άνήρ é enfático, ‘quell’ u o m o \ e

72 # Introducción general

2’4 καί τό κάλλος αύτοΰ των λόγων, αν τις μάλλον ή τά δόγματα 87 5 πλέον εις αύτά άπιδών ή την δύναμιν του λόγου.

Y uno admiraría más la be­ lleza de sus palabras que sus doctrinas, o por el contrario, sus doctrinas, considerando más a éstas, que la fuerza de su discurso.

No hay duda de que la fuente utilizada por Eunapio para la elaboración del siguiente fragmento de la Vida de filósofos y sofistas es la Carta a Marcela, una de las pocas obras porfirianas que nos ha llegado por vía directa, y llama la atención que sea la única obra de la que es mencionado el nombre de manera explícita y no alusiva. Sin embargo, hay una divergencia entre la noticia de Eunapio y el inicio del Προς Μ αρκέλλα ν, en donde leemos: “Yo a ti, Marcela, que eres madre de cinco hijas y dos varones, ellas menores todavía y ellos, en cambio, jóvenes que se inician la edad del matrimonio, te elegí para tenerte como compañera”.88 Porfirio afirma que su esposa era madre, pues, de siete hijos: dos varones ya adultos y cinco niñas aún necesitadas de cuidados y tutela. Eunapio, por su parte, únicamente dice que ella era madre αύτός é predicativo): ai tre passi pero é comune la valenza attiva dell’ aggettivo composto: la natura [divina] ‘che si descola a tutte le cose’ [del mondo] (Terzaghi 248), in quanto tutto vivifica (Garzya 782, 1), la tenuta 'che mescolava [produceva] ogni specie [di fruti]’, Porfirio, rptjHiik; ‘e divenuto un essere che ha mescolato [unito insieme] nella sua persona [ogni gjxaere di disciplina]’, si da raggiungere in ogni campo un mérito di preminenzaf S7 A. R. Sodano, en Porfirio, Vangelo di un pagano. Lettera a Marcella..., p. 230, n. 63, al respecto de esta adición, da noticia de que: “i diversi emendamenti e supplementi proposti dagli studiosi, quasi tutti contenutisticamente concor­ di, sono discussi da Giangrande, Osservazioni, 78-79 e riportati nell’ aparato critico ad. loc. (p. 9): piü semplicemente suggerirei ex. gr. ή τά δόγμ ατα π λ έο ν κτλ. ‘e si potrebbe la bellczza delle sue espressioni piü delle dottrine filosofiche ] κτησαμένη O II 10 ó μή AJ α μή Dcmoph. Sent. 1 (} N) II 11 ών δή Α] ών δέ Μ II 11-12 δεηθείση Α] δεηθήση Μ) δεήση G II 13 δέη εις ταΰτα Α] δεηθής εις ταϋτα Vo. ρ. 10 (cf. Stob. Flor. 5, 30)] δεηθής ταϋτα Ν] δέ η εις ταϋτα S II σύ ασκούμενη Α] σοί ασκούμενη N II 14-15 ών καί ή τύχη A (cf. Stob. Flor. 5, 29)] ών ή τύχη coni. Ν (φ D) II 15 ούδέ Α] ουδέ δει Ν II 17 έκφήνειε Α] έκφήνη Ν] έκφαίνη Iacobs. A Pyth. 26, cf. Sext. 303 (φ S) II Β Sext. 113] Clit. 18 II C Sext. 114] Clit. 19 II D Sext. 122 II E Sext. 124 II F Sext. 125] Clit. 21 II G Sext. 216 II H Pyth. 3abc] Sext. 128+92 (et 404)] Clit. 22 et 15] Stob. 10 (φ S) II I Pyth. 121ab (prior sent, etiam Sext. 127) II J Pyth. 1201 Stob. III 1 ,4 2 (φ 8 ) a cf. Plat. Res. Ρ , X e 4-5

Porfirio, Προς Μ αρκέλλαν ·

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12 “De toda obra y de toda acción Dios esté presente como observador y vigilante”.A“Y de todas las cosas buenas que ha­ cemos, consideremos a Dios como causa”;B“pero de las malas, nosotros, que las hemos elegido, somos los causantes, y Dios no es culpable”c. Por lo que, además, “se ha de suplicar a Dios cosas 5 dignas de Dios”.®Y “pidamos lo que no podríamos recibir de parte de otro”,Ey “de lo que las fatigas son guías por virtud, su­ pliquemos que esto sea posterior a las fatigas”/ “pues la súplica del indolente es palabra vana”.GPor tanto, “no retendrás lo que hayas adquirido, no (lo) pidas de Dios, pues todo don de Dios no io es arrebatable, de modo que no (te) dará lo que no retendrás”.11 Así pues, “desprecia aquello que no necesitarás cuando te hayas separado de tu cuerpo, y de lo que necesites cuando te hayas se­ parado de tu cuerpo, ruega a Dios que sea tu ayudante cuando te ejercites en estas cosas”.* “Por consiguiente, no necesitarás nada de lo que aún la fortuna, habiendo dado muchas veces, de nuevo quita”.·*Ni es necesario hacer la súplica de algo antes de tiempo, sino cuando Dios te muestre la recta súplica que por naturaleza está en ti.

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Texto, revisión del texto y traducción

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Δ ι ’ ω ν μ ά λ ισ τ α κ α ί α υ τ ό ς έ ν ο χ τ ρ ί^ ε σ θ α ι π έ φ υ κ ε ν ,

ο ύ τ ε δ ιά σ ώ μ α τ ο ς ο ρ α τ ό ς ώ ν ο ύ τε δ ιά ψ υ χ ή ς α ίσ χ ρ ά ς κ α ι υ π ό τή ς κ α κ ία ς ¿ σ κ ο τ ισ μ έ ν η ς , κ ά λ λ ο ς γ ά ρ ε κ ε ίν ο υ (283 Ν)

τ ό ά κ ή ρ α τ ο ν κ α ί φ ω ς τό ζ ω τ ικ ό ν α λ ή θ ε ια I δ ια λ ά μ π ο ν . κ α κ ία δ έ π ά σ α ύ π ’ ά γ ν ο ια ς δ ιέ ψ ε υ σ τ α ι κ α ί ύ π ό α ίσ χ ο υ ς

5

δ ιέ σ τ ρ α π τ α ι, "τ α ϋ τ ’ ο υ ν θ έ λ ε κ α ί α ίτ ο ϋ το ν θ ε ό ν ά θ έ λ ε ι τ ε κ α ί έ σ τ ιν α υ τ ό ς " Α, ευ ε κ ε ίν ο γ ιν ώ σ κ ο υ σ α ώ ς "έ φ ’ (20 Ρο)

I όσ ο ν τ ις τό σ ώ μ α π ο θ ε ί κ α ί τ ά το ϋ σ ώ μ α το ς σ ύ μ φ υ λ α , έ π ίτ ο σ ο ΰ το ν α γ ν ο ε ί το ν θ ε ό ν " Β κ α ί τή ς ε κ ε ίν ο υ έ ν ο ρ ά σ ε ω ς εα υ τ ό ν ά π ε σ κ ό τ ισ ε , κ α ν π α ρ ά π ά σ ι τ ο ϊς ά ν θ ρ ώ π ο ις ώ ς

ίο

θ ε ό ς δ ο ξ ά ίή τ α ι. "σοφ ός δ έ ά ν θ ρ ω π ο ς ό λ ίγ ο ις γ ιν ω σ κ ό μ ε ν ο ς , ε ΐ δέ β ο ύ λ ε ι, κ α ί ύ π ό π ά ντω ν α γ ν ο ο ύ μ ε ν ο ς , γ ιν ώ σ κ ε τ α ι ύ π ό θ ε ο ϋ ” ε . έ π έ σ θ ω τ ο ίν υ ν ό μ έ ν ν ο υ ς τώ θ ε ώ , έ ν ο π τ ρ ι^ ό μ ε ν ο ς τή ο μ ο ιώ σ ε ι θ ε ο ύ , τώ δ έ νώ ή ψ υ χ ή : τή δ ’ (58 W)

α υ ψ υ χ ή I ύ π η ρ ε τ ε ίτ ω τό σ ώ μ α , ε ις οσο ν ο ΐό ν τ ε , κ α θ α -

ΐ5

ρα κ α θ α ρ ό ν , ά π ό γ ά ρ τώ ν π α θ ώ ν τα ύ τη ς μ ια ιν ό μ ε ν ο ν ε ις (62 S)

α υ τ ή ν π ά λ ιν I έ π α ν α σ τ ρ έ φ ε τ α ι τά μ ιά σ μ α τ α .

5 διέψευσθαι Α] διέψευσται O] II 7 έστιν Α] αιτεί coni. Ν (φ D) Π7-8 εφόσον τις A (J Ν)] έφ’ όσον τις ΝII καί άν Α (φ D J W)] 10 κάν Ν II 11 δοξάζεται Α] δοξάζηται Boissonadc, Not. et Extr. X , 2 p. 248 II 13 θεού M (P, Wr. Stud. 79, p. 237 sqq.)] θεόν A (J W) II 15 σχήμα A (J W et D.P1)] σώμα Ν II 17 έπαναστρέφεται Α] έπαναστρέφει coni. Ν A Sext. 134 II B Sext. 136 II C Pyth. 92 (initium etiam Sext. 145)

Porfirio, Πρός Μ αρκέλλαν ·

137

13 Por lo que sobre todo también él mismo por naturaleza se refleja como en un espejo, porque no es visible por un cuerpo ni por un alma vergonzosa y que es oscurecida por la maldad. Porque su belleza es lo puro y (su) luz lo mismo que brilla por la verdad. Pero toda maldad ha engañado por ignorancia y ha 5 pervertido por ignominia; así pues, “quiere estas cosas y pide a Dios lo que quiere y también es él mismo”,A reconociendo bien aquello que “en cuanto alguno desea el cuerpo y las cosas convenientes para su cuerpo, en tanto ignora a Dios”By se priva en la oscuridad de su contemplación, aunque sea glorificado *o como un Dios entre todos los hombres. Pero “el hombre sabio, conocido por pocos, y si quieres, también ignorado por todos, es reconocido por Dios”.c Pues bien, que el intelecto comprenda a Dios, reflejándose como en un espejo por su semejanza con Dios. Y el alma al intelecto, y entonces que el cuerpo, en cuanto >s pueda ser puro, se someta a un alma pura. En efecto, manchado (el intelecto) por las afecciones del alma de nuevo regresa las manchas a ella.

138 ·

Texto, revisión del texto y traducción

14

Τ η δ έ ψ υ χ ή τη θ ε ο ο ιλ ε ϊ κ α ι τω θ ε ο φ ιλ ε ΐ τω έν τω κ α ­

θαρό) σ ώ μ α τ ι έ'στω σατ κ α ι π ρ α ξ ις α κ ό λ ο υ θ ο ς κ α ι λ ό γ ο ς , "α ίρ ε τ ω τ έ ρ ο υ σ ο ι ό'ντος I ( λ ίθ ο ν ) ε ίκ ή β α λ ε ΐν η λ ό γ ο ν " Α, (ii 4 D.Pi)

κ α ι (τ ο ) " ή τ τ α σ θ α ι τ ά λ η θ ή λ έ γ ο ν τ α η ν ικ ά ν ά π α τ ώ ν τ α · τό γ ά ρ ν ίκ η σ α ν ά π α τ η έν τω ή θ ε ι η τ τ η τ α ι. μ ά ρ τ υ ρ ε ς δ έ

5

κ α κ ώ ν ψ ε υ δ ε ίς λ ό γ ο ι " 13, "α δ ύ ν α τ ο ν το ν α υ τό ν ο ιλ ό θ ε ό ν τ ε ε ίν α ι κ α ι φ ιλ ή δ ο ν ο ν κ α ι φ ίλ ο σ ώ μ α το ν . ό γ ά ρ ο ιλ ή δ ο ν ο ς κ α ι ιριλοσώ ματος, (ό δε φ ιλ ο σ ώ μ α το ς) π άντω ς κ α ι ©ι(284Ν)

I λ ο χ ρ ή μ α τ ο ς , ό δ έ φ ιλ ο χ ρ ή μ α τ ο ς έ ξ α ν ά γ κ η ς ά δ ικ ο ς , ό δ έ ά δ ικ ο ς κ α ι ε ις θ ε ό ν κ α ί ε ις π α τ έ ρ α ς α ν ό σ ιο ς κ α ι

ίο

ε ις τ ο ύ ς ά λ λ ο υ ς π α ρ ά ν ο μ ο ς , ώ στε [ κ α ν έ κ α τ ό μ β α ς θυ η κ α ί μ υ ρ ίο ις ά ν α θ ή μ α σ ι τ ο ύ ς ν ε ύ ς ά γ ά λ λ η , α σ ε β ή ς έσ τ ι κ α ί ά θ ε ο ς κ α ί τ ή π ρ ο α ιρ έ σ ε ι ίε ρ ό σ υ λ ο ς ]α . δ ιό κ α ί π ά ν τα φ ιλ ο σ ώ μ α τ ο ν ώ ς ά θ ε ο ν κ α ί μ ια ρ ό ν έ κ τ ρ έ π ε σ θ α ι χ ρ ή ',o es impío para con Dios, para con sus padres e inicuo para con los demás. De modo que, aunque ofrezca grandes sacrificios y adorne los templos con diez mil ofrendas, es impío y ateo y, por su elección, sacrilego. Por lo que también es necesario apartarse de todo soberbio como ateo e impuro”.c 15

140 ·

Texto, revisión del texto y traducción

15

Κ α ι "o £ τ α ις δ ό ξ α ις ο ύ κ α ν χ ρ ή σ α ιο , το ύ τ ω μ ή τ ε β ίο υ

μ ή τ ε λ ό γ ο υ το υ π ε ρ ί θ ε ο ύ κ ο ιν ώ ν ε ι" Α· "λ ό γ ο ν γ ά ρ { π ε ρ ί) θ ε ο ύ τ ο ϊς υ π ό δ ό ξ η ς δ ιε φ θ α ρ μ έ ν ο ις λ έ γ ε ιν ο ύ κ α σφ α ­ λ ές· κ α ί γάρ

κ α ί τά λ η θ ή

λ έ γ ε ιν

ε π ί τούτω ν π ερ ί

θ ε ο ύ κ α ί τ ά ψ ε υ δ ή κ ίν δ υ ν ο ν ίσ ο ν φ έ ρ ε ι" ® , "ο ύ τ ε α υ τώ ν

5

τ ιν α π ρ ο σ ή κ ε ν ά ν ο σ ίω ν έ ρ γ ω ν μ ή κ α θ α ρ ε ύ ο ν τ α φ θ έ γ γ ε σ θ α ι π ε ρ ί θ ε ο ύ "*', ο ύ τ ε ε ις τ ο ιο ύ τ ω ν ά κ ο ά ς έ μ β ά λ λοντα

τον

π ερ ί θεού

λόγον

ο ΐε σ θ α ι μ ή

μ ια ίν ε ιν .

άλ λ ’ " ά κ ρ ο ά σ θ α ι κ α ί λ έ γ ε ιν τ ο ν π ε ρ ί θ ε ο ύ λ ό γ ο ν ώς ε π ί θ ε ο ύ " 0, "π ρ ο η γ ε ίσ θ ω ο υ ν τ ο ύ π ε ρ ί θ ε ο ύ λ ό γ ο υ τ ά (ii5D .P i)

ίο

I θ ε ο φ ιλ ή ε ρ γ α " Ε, κ α ί "σ ιγ ά σ θ ω ό π ε ρ ί α ύ τ ο ϋ λ ό γ ο ς ε π ί π λ ή θ ο υ ς "® 0· ά ν ο ικ ε ιο τ ά τ η γ ά ρ θ ε ο λ ο γ ία κ ε ν ο δ ο ξ ία ψ υ χ ή ς

(64 S)

"ν ό μ ιζ ε α ίρ ε τ ώ τ ε ρ ο ν ε ίν α ι σ ιγ ά ν ή λ ό γ ο ν ε ίκ ή π ρ ο έ Ισ θ α ι π ε ρ ί θ ε ο ύ " 0 , " α ξ ία ν σε π ο ιή σ ε ι θ ε ο ύ τό μ η δ έ ν α ν ά ξ ιο ν

(22 Ρό)

θ ε ο ύ μ ή τ ε λ έ γ ε ιν μ ή τ ε π ρ ά τ τ ε ιν I μ ή τ ε π ά ν τω ς ε ϊδ έ ν α ι

»5

ά ξ ιο ύ ν " Η. "ό δ ε ά ξ ιο ς ά ν θ ρ ω π ο ς θ ε ο ύ θ ε ίο ς α ν ε ί'η "1.

2 Θεόν Α] Θεοί) Ν II 2-3 γάρ Θεού Α] γάρ περί ΘεοΟ Ν (coll. Pyth. Sext) II 4 τ'άληθή Α] τάΛηθή O II 5-6 amé τινα A , sic in Ν (P et W)] ούτε αύτών n v a N (et P)] αυτόν τινα Iacobs] αύ τέ in D II 6 προσήκες Α] προσήκει coni. Ν (φ D) II 13 είκή Ν] είκή W II 15 πάντα Α] πάντως Iacobs] πάντη M (sic P et W)] πάντη (D)] II 16 θεός A] θείος P (í W, φ N et D) A cf. Sext. 350 II B Pylh. 55ab] Sext. 351 + 352 II C Sext. 356 II D Pyth. 112 II E Pyth. 56] Sext. 359 II F Sext. 360] II G Pyth. 115] Sext. 362 II H Pyth. 40] Sext. 4 (cf. 5) II I Pyth. 4] Sext. 376a J Stob. 6a

a Porph., V?i. Pyth., 42

Porfirio, Προς Μ αρκέλλαν ·

141

15 “Y de quien no puedas consultar las opiniones, ni comulgues con él ni su vida ni sus palabras en torno a Dios”,A“pues no es seguro discutir acerca de Dios con los que se han corrompido por su opinión; ya que discutir entre éstos tanto la maldad como la falsedad acerca de Dios produce igual riesgo”.® “Ni sería 5 conveniente que alguno de éstos, sin purificarse de sus actos impíos, hable de Dios”,c ni que quien cae en las audiencias de éstos piense que no profana los discursos acerca de Dios, sino que “escuche y discuta acerca de Dios como frente a Dios”.D “Precedan, pues, los actos gratos a Dios al discurso sobre Dios”,E io y “el discurso acerca de él calle ante la multitud”;Fa pues la teología sería muy inadecuada por la vanagloria del alma. “Con­ sidera que es preferible callar que pronunciar al azar un discurso sobre Dios”.G “Ni el hablar ni el hacer ni el pretender saber absolutamente nada indigno de Dios te hará digna de Dios”.11 15 “En cambio, el hombre digno de Dios sería el divino”.1

142 ·

Texto, revisión del texto y traducción

16

Κ α ν τ ιμ ή σ ε ις μ ε ν ά ρ ισ τά το ν θ ε ό ν, ό τα ν τω θ ε ω τη ν

(6 0 W)

σ α υ τ ή ς δ ιά ν ο ια ν I ό μ ο ιώ σ η ς ή δ έ ό μ ο ίω σ ις έ'σται δ ιά

(285 Ν)

μ ό ν η ς α ρ ετή ς , μ ό ν η y a p α ρ ετ ή τ η ν ψ υ χ ή ν ά ν ω I ε λ κ ε ι κ α ι π ρος τό σ υ γ γ ε ν έ ς "Αα. κ α ι p é y a ο ύ δ έν ά λ λο μ ε τ ά θεό ν ή α ρετή, μ είξω ν α ρ ετή ς θεό ς, "θ εό ς δ ε ά νθ ρ ω π ο ν β έ β α ιο ι

5

π ρ ά σ σ ο ν τα κ α λ ά ''Β· "κ α κ ώ ν δ έ π ρ ά ξ ε ω ν κ α κ ό ς δ α ίμ ω ν ή γ ε μ ώ ν c. "ψυχή ουν π ονη ρ ά φ εύ γει μ έ ν θ ε ό ν "0, "π ρ ό νοια ν δ έ θ ε ο ΰ ε ίν α ι ού β ο ύ λ ε τ α ι"6, ν ό μ ο υ τε "θ ε ίο υ το υ π α ν τό φ αύλον κ ο λ ά ξο ντο ς"6 ά π ο σ τα το ΐ π άντω ς· "ψ υχή δ έ σοφού α ρ μ ό ζ ε τ α ι π ρ ο ς θ ε ό ν, ά ε ί θ ε ό ν ό ρ ά , σ ύ νεσ τιν ά ε ι θ ε ώ " ° .

ίο

" ε ί δ έ χ α ίρ ε ι τω ά ρ χ ο μ έν ω τό άρ χο ν, κ α ί θ ε ό ς σοφού κ ή δ ε τ α ι κ α ί π ρ ο ν ο ε ΐ· κ α ί δ ιά το ύ το μ α κ ά ρ ιο ς ό σοφός, ό τι ε π ιτ ρ ο π ε ύ ε τ α ι ΰ π ό θ ε ο ΰ " Η. "ο ύ χ ή γ λ ώ ττα το ύ σ ο ο ο ΰ τ ίμ ιο ν π α ρ ά θ εω , ά λ λ α τα έ'ρ γα 'Ί. "σοφός y a p ά νή ρ κ α ί σ ιγώ ν το ν θ εό ν τ ιμ ά " 1, "ά νθ ρ ω π ο ς δέ α μ α θ ή ς κ α ί ευ χό μ ενο ς

ΐ5

κ α ί θ ύ ω ν μ ια ί ν ε ι τ ό θ ε ιο ν , μ ό ν ο ς ο ύ ν ίε ρ ε ύ ς ό σοφ ός, (ii6D .P i)

μ ό ν ο ς I θ ε ο φ ιλ ή ς , μ ό ν ο ς I ε ίδ ώ ς ε υ ξ α σ θ α ι" Κ.

(66S)

I όταν Α] έάν Hier., I, 17 Κο II 2 όμοιω, ol super ω, A (in Ρ et W) σ super ω in Ν (et D)] ομοίωσης Hier., loe. cit., Κό] II 2-4 διά - έλκει καί Α] διάρετής. ή γάρ αρετή τήν ψυχήν έλκει Flor. Monae. 14; cf. Pyth. Syr. 79 (in Ν) II 5 μείζον A (sic in W)] μείζων Μ II 8 τού Θείου A (sic in S)] Θείου τού Ν II παν τό φαύλον A , Ceriani] παντός (non πάντα) φαύλον A, ubi ός solito compendio (superscripto ό) indicatur] πάντα (potius quam παντός) D, 1 etiam in S II 9 παντός A (sic in S)] πάντως Ν II 13 γλώττα O] γλώττα A (φ W et D) II 17 εΰξασθαι Α] εύχεσθαι Demoph., Sent. 7 (I Ν) A Pyth. 103abe (cf. Sext. 381 ct402)] Hier. I, 17 II B Sext. 304 II C Pyth. 49] Sext. 305 II D Sext. 313 II E Sext. 312 II F cf. Sext. 314 II G Sext. 416, 417, 418 (φ S) II H Sext. 422, 423, 424 II 1 Pyth. 14a II J Pyth. 14b II K Pyth. 15ab (cum priore sent. cf. Sext. 429, cum altera Hier., I, 18)] cf. Demoph., Sent., 7

a Prph., De abst., II, 34, 3

Porfirio, Πρός Μ αρκέλλαν ·

143

16 Y ciertamente “honrarás perfectamente a Dios cuando hayas hecho semejante tu propio pensamiento con el de él, pero la semejanza será por medio de la sola virtud. Pues la sola virtud eleva al alma hacia arriba y hacia lo connatural”.AaY no hay nada más grande, después de Dios, que la Virtud. Dios es más 5 grande que la virtud. “Y Dios consolida al hombre que practi­ ca la bondad”,® “pero un demon malvado el conductor de las malas acciones”.c “Así pues, un alma perversa huye de Dios”D y “no admite que exista la providencia de Dios”15y “se aparta totalmente de la ley divina que castiga toda vileza”,®“pero el n> alma del sabio es agradable a Dios, siempre ve a Dios, siempre coexiste con Dios”.G“Y si lo que preprecede se complace con su súbdito, también Dios se preocupa y cuida del sabio, y por eso el sabio es feliz, porque es regido por Dios”.*1 “No es la palabra del sabio lo honrado por Dios, sino sus obras”,1“pues el 15 varón sabio, incluso callando, honra a Dios”J, “pero el hombre ignorante profana lo divino tanto orando como sacrificando”.K Por consiguiente, el único sacerdote es el sabio, el único grato a Dios, el único que sabe orar.

144 Φ Texto, revisión del texto y traducción

17

Κ α ι "ó σ ο φ ία ν α σ κ ώ ν ε π ισ τ ή μ η ν ά σ κ ε ϊ τη ν π ε ρ ί θ ε ­

ο ί " Α, ο ύ λ ιτ α ν ε ό ω ν ά ε ί κ α ι θ υ ω ν , δ ιά δ έ τω ν έ ρ γ ω ν τη ν π ρ ο ς θ ε ό ν α σ κ ώ ν ε υ σ έ β ε ια ν , [θ ε ώ γ ά ρ ε υ ά ρ ε σ τ ο ς ]" ο ΰ τε δ ο ξ α ις α ν θ ρ ώ π ω ν ο ύ τ ε σο φ ισ τώ ν κ ε ν α ϊς φ ω ν α ΐς γ έ ν ο ιτ ’ ά ν τ ις · α υ τό ς δ έ έ α υ τ ό ν κ α ι ε ύ ά ρ ε σ το ν π ο ιε ί θ ε φ κα'ι έ κ θ ε ο ΐ τη τη ς Ι δ ία ς

5

δ ια θ έ σ ε ω ς ό μ ο ιό τ η τ ι "τώ μ ε τ ά

α φ θ α ρ σ ία ς μ α κ α ρ ίω " 8· κ α ί α υ τό ς έ α υ τ ό ν α σ ε β ή κ α ι δ υ σ ά ρ ε σ τ ο ν π ο ιε ί τώ

θεώ , ούχ υπό

θεοί

πασχώ ν

κ α κ ώ ς - α γ α θ ο π ο ιό ν γ ά ρ μ ό ν ο ν τό θ ε ι ο ν - ά λ λ ’ ΰ φ ’ ε α υ τ ο ί δ ιά τε ά λ λ α κ α ί τη ν π ε ρ ί θ ε ο ί κ α κ ή ν δ ό ξα ν ,

ίο

"α σ εβ ή ς ο ύ χ ο ϋτω ς ό τά α γ ά λ μ α τ α τώ ν θ ε ώ ν μ ή π ε ρ ιέ π ω ν (286 Ν )

ώ ς ό τ ά ς τώ ν π ο λ λ ώ ν δ ό ξ α ς τώ θ ε ώ I π ρ ο σ ά π τω ν . σύ δέ μ η δ έ ν α ν ά ξ ιό ν π ο τ έ ΰ π ο λ ά β η ς π ε ρ ί θ ε ο ί μ ή τ ε τή ς μ α κ α ρ ιό τ η τ ο ς α υ τ ο ί μ ή τ ε τή ς α φ θ α ρ σ ία ς"*'. 6

6 τή τε Α ] τη τής Ν II 12 συναπτών A (ί W)] προσάπτων Ν ex Laert. Diog., 10, 123 II 13 άξιόν ποτέ Α] ανάξιόν ποτέ Ο

A Pyth. 94 II Β cf. Epic., Ad Menoec., 123 II C cf. Epic., loc. cit.

a cf. Sap., 4, 10 et Rom., 12, 1

Porfirio, Προς Μ α ρκέλλαν ·

17 Y “quien ejercita la sabiduría ejercita el conocimiento acerca de Dios”,Ano suplicando ni sacrificando siempre, sino ejercitan­ do por medio de sus obras la piedad para con Dios. [Así pues, alguno sería agradable a Dios]® no por las opiniones de los hombres ni por las frívolas palabras de los sofistas, pues uno mismo también se hace grato a Dios y se diviniza por la semejanza de su propia disposición “con lo feliz, según su incorruptibilidad”;® y uno mismo se hace impío e ingrato a Dios, no a causa ser maltratado por Dios —pues lo divino únicamente es bienhechor— sino por uno mismo, y además también por causa de una mala opinión sobre Dios. “Es impío no tan solo el que no honra las estatuas de los dioses como el que atribuye las opiniones de todos contra Dios. Pero tú jamás creas nada indigno acerca de Dios, ni de su felicidad ni de su incorruptibilidad”.c

145

146 ·

Texto, revisión del texto y traducción

18

Ουτος γάρ μέγιστος καρπός εύσεβείας τιμάν τό θειον

κατά τά πάτρια, ούχ ώς εκείνου προσδεομένου, άλλ’ άπό τής εκείνου ευλαβέστατης κα ί μακαρίας σεμνότητος είς τό σέβςις αϋτοϋ έκκαλουμενον. βωμοί δέ θεοϋ Ιερουργού(2 4 Ρ ο )

μενοι μεν ούδέν βλάπτουσιν, αμελούμενοι δέ ούδέν ώφε-

5

λοϋσιν. I "όστις δέ τιμά τον θεόν ώς προσδεόμενον, ούτος

(6 2 W )

λέληθεν εαυτόν δοξάξων τοΰ θεοϋ κρείττον’ ε ΐν α ι"Α. "ού χολωθέντες ουν οι θεοί βλάπτουσιν, άλλ’ άγνοηθέντες· (68 S )

οργή I γάρ θειον άλλοτρία, οτι έπ’ άβουλήτοις μέν ή οργή,

( 1 1 7 D .P 1 )

θεφ δέ ούδέν άβούλητον"8. μή τοίνυνμίαινε I τό θειον άν

ι°

θρωπΐναις ψευδοδοξίαις· ούτε γάρ εκείνο βλάψεις τό γε μακάριον διά παντός κ α ί ου πάσα βλά βη της αφθαρ­ σίας έξελή λα τα ι, σαυτήν δέ τυφλώσεις προς την των μεγίστων κ α ί κυριωτάτων διάγνωσιν.

I τιμάν Α] ή τιμάν coni. (J) Ν II καΐτά πάτρια Α] κατά τά πάτρια Lobeck Aglaoph., p. 625 II 3 ευλαβέστατης Λ] εύαγεστάτης coni. Ν (φ D) Π4 έκκαλουμένου A (J W)] έκκαλουμενον Vo II 5 βλάπτουσι. Α (φ D ί W)] βλάπτουσιν Ν II 5-6 ώφελοΰσιν Ν] ώφελοΰσι (φ D J W) II 7 κρείττον Α] κρείττων Ν, pro qua forma cap. 26, 7 af­ ferri potest] κρείττον S] κρείττονα Hier] κρείττον' Elter II 8 βάπτουσι A (φ D)] βλάπτουσιν Μ (I W)] βλάπτουσιν Ν II 9 άλλοτρία Α] άλλότριον Demph., Sent., 3 II 12 πάσα βλάβη τής αφθαρσίας Α] τής αφθαρσίας πάσα βλάβη Ν A Pyth. 25] Hier. 17 II Β Pyht. 8] cf. Demoph. Sent., 3

Porfirio, Πρός Μ α ρκέλλαν ·

147

18 Así pues, éste es el más grande fruto de la piedad: alabar lo divino según los antepasados, no porque lo divino esté necesi­ tado, sino porque, por su piadosísima y dichosa majestad, llama a la veneración. Y los altares de Dios que están consagrados en nada dañan, pero los que están descuidados en nada ayudan, s “Y quien honre a Dios porque aquél esté necesitado, éste no se ha dado cuenta que cree que él mismo es mejor que Dios”.A “En efecto, los dioses dañan no porque se hayan irritado, sino porque han sido ignorados, pues la cólera es ajena a los dio­ ses, porque la cólera se produce por cosas involuntarias, pero >o no hay nada involuntario para Dios”.®Pues bien, no manches lo divino con falsas opiniones humanas, ni lo dañarás, ciertamente es muy dichoso y todo daño ha sido alejado por su incorrup­ tibilidad, sino te cegarás a ti misma por el examen de lo más grande y esencial. 15

148 ·

Texto, revisión del texto y traducción

19

Σ ύ 6 έ τ α ΰ τ α λ έ γ ε ιν μ ε ή γ ο ύ π α ρ α γ γ έ λ λ ο ν τ α σ έ -

β ειν . θ ε ό ν γ ε λ ο ίο ς γ ά ρ ό το ύ το π α ρ α γ γ έ λ λ ω ν ω ς έ π ιδ ισ τ ά £ενν έ ν ό ν τ ο ς π ε ρ ί τ ο ύ τ ο υ ' κ α ι ο ύ χ δ τ ι τ ιν ά π ο ιο υ ν τε § η δ ο ξά ξοντες π ε ρ ί θ ε ο ύ κ α λ ώ ς το ύ το ν σέβ ο μ εν. ού τε δ ά κ ρ υ α κ α ι ΐ κ ε τ ε ια ι θ ε ό ν έ π ισ τ ρ έ φ ο υ σ ιν "ο ύ τ ε θ υ η π ο λ ία ι θ ε ό ν (287 Ν)

τ ιμ ώ σ ιν ο ύ τε α ν α θ η μ ά τ ω ν π λ ή θ ο ς κ ο σ μ ο ύ σ ι θ ε ό ν , I ά λ λ α τό ε ν θ ε ο ν φ ρ ό ν η μ α κ α λ ώ ς ή δ ρ α σ μ ε ν ο ν σ υ ν ά π τ ε ι θ ε ώ . χ ω ρ ε ΐν γ ά ρ α ν ά γ κ η τό ο μ ο ιο ν π ρ ο ς τό ο μ ο ιο ν " Α. "θ υ η π ο λ ία ι δ ε α φ ρ ό νω ν π υ ρ ό ς τροφ ή κ α ι τα π α ρ ά το ύ τω ν α να θ ή ­ μ α τα ίερ ο σ ύ λ ο ις χ ο ρ η γ ία " ® τώ ν α κ ο λα σ ιώ ν, [σ ο ι δ ε, ώ σπ ερ ε ϊρ η τ α ι, "νεώ ς μ ε ν έστω το ύ θ ε ο ύ ό έν σ ο ί ν ο ΰ ς ]α . π α ρ α σ κ ε υ α σ τ έ ο ν δ ε α υ τ ό ν κ α ι κ ο σ μ η τ έ ο ν ε ίς κ α τ α δ ο χ ή ν το ύ θ ε ο ύ ε π ιτ ή δ ε ιο ν "c . μ η δ έ εφ ή μ ε ρ ο ς ό κ ό σ μ ο ς έστω κ α ι τά τή ς π α ρ α δ ο χ ή ς κ α ί π ά λ ιν γ έ λ ω τ ε ς κ α ί ά φ ρ ο σ ύ να ι [ κ α ί τό χ ώ ρ η μ α το ύ π ο ν η ρ ο ύ δ α ίμ ο ν ο ς Ρ .

1 ουδέ Α] σύ δέ Ν II ήγού Α ] ήγού Ν II 2 γελείος Α (φ W)] γελοίος Μ] II 4 τούτοις Α] τούτον Μ II 5 ίκετείαι Α (φ D et W)] ίκετεϊαι 0 II Θυηπολίαι videtur in A esse, non Θυηπόλια (in A non pro certo legitur - P)] θυηπολία S (φ D et W) II 6 κοσμούσι Α] κοσμεί Pyth. 20 (ί D) II 7 καλώς Α ] διαρκώς Hier., et Demoph., Sent., 10 (φ D et W) II συνάπτει A (f S) II 8-9 θυηπολία A (Í W)] θυηπολίαι Hier., et Stob. Flor., 4,109 II 10 είκόλασιν (non είκίλασιν) Α] εϊκόλασιν A (sic D)] ακολασιών Ν] είς κόλασιν (ί S) Gass. (coll. 120, 24)] A Pyht. 20a (partim H ier, I, 18, 4-7 K ; cf. IV, 4; cf. Sext. 443) II B Pyth. 41 (cf. Hier., 1 ,18,5-6 K ) II C Pyth. 66] Stob. 9 (cf. Sext. 46a)] Hier., I, 18, 12-13 K

a cf. Ad Marc., X I, 2-3 II b cf. Ad Marc., X I, 11-13

Porfirio, Πρός Μ α ρκέλλαν #

149

19 Y considera que me refiero a esto no aconsejándote que ve­ neres a Dios. Pues quien lo aconseja es ridículo como si fuera posible dudar sobre ello; y no porque veneramos convenien­ temente esto acerca de Dios realizando o celebrando algunas cosas. Ni las lágrimas y súplicas cambian a Dios, “ni los ritos s honran a Dios, ni la abundancia de ofrendas proveen a Dios, sino el pensamiento inspirado por Dios, convenientemente afirmado, une con Dios. Así pues, es necesario que lo semejante vaya hacia lo semejante”.A“Pero los ritos de los insensatos son alimento del fuego y las ofrendas de parte de éstos son para los sacrilegos n> el gasto de sus desenfrenos”.8 [Pero par ti, como se ha dicho, sea, pues, templo de Dios el pensamiento que está en ti].“ Pe­ ro se le ha de preparar y proveer para la apropiada recepción de Dios”.c Ni sea efímera la provisión y los asuntos de la tradición, sino por el contrario las risas, las tonterías [y el emplazamiento 15 de un demon mal vado].P

150 ·

Texto, revisión del texto y traducción

20 (1 1 8 D .P 1 )

" ’Ε ά ν

ουν ά ε ΐ μ ν η μ ό ν ε υ ε ς , δ τ ι ό π ο υ αν ή ψ υχή

I σου π ε ρ ιπ α τ η κ α ι τό σώ μ α ε ν ε ρ γ ό ν ά π ο τ ε λ ή , [ θ ε ό ς π α ρ έ σ τ η κ ε ν έφ ο ρ ο ς εν π ά σ α ις σου τ α ΐς β ο υ λ α ϊς κ α ι τ α ΐς π ρ ά ξ ε σ ιν ] α, α ΐδ ε σ θ ή σ η μ έ ν τ ο υ θ ε ω ρ ο ύ τ ό ά λ εσ το ν, ε ξ ε ις δ έ τ ο ν θ ε ό ν σ ό ν ο ικ ο ν " Α. κ α ν τό σ τό μ α ο δ ν σου π ρ ό ο α σ ίν

5

η ν α π ρ ά γ μ α τ ο ς ά λ λ ο υ το υ δ ια λ έ γ η τ α ι, "[μ ε τ ά τη ς γνώ μ η ς (70 S)

τό φ ρ ό νη ίμ α τετρά φ θω π ρο ς το ν θεόν]-3, ούτω ς γ ά ρ σοι κ α ι ό λ ό γ ο ς ε ν θ ε ο ς ε σ τ α ι δ ιά ο ω τ ό ς τ ο ϋ θ ε ο ΰ τη ς α λ ή θ ε ια ς λ α μ π ρ υ ν ό μ ε ν ο ς κ α ι ρ ά ο ν π ρο χω ρ ώ ν. θ ε ο ΰ γ ά ρ γνώ σ ις π ο ι­ ε ί β ρ α χ υ ν λ ό γ ο ν " 8.

»'1

1 όπου άν ή ψυχή σοϋ A] Ν dubitat, cf. ed2, ρ. 287: όπου άν .... περιπατη] όπου άν ή ή ψυχή σου scribendum cum Demoph., Sent. 13 ceterum cf. Gnom. Byz. Wachsm. 9] in D nota legitur: περιπατη] ή Ν cum Demoph. 13 πρειπολή Gass (Coll. Phaedr., 246 b8) II 4 άληστον M (J W)] άλεστον Ρ II 6 διαλέγεται A] διαλέγεται Boissonade, Not. et Extr. X 2 p. 284 A Pyth. 26] Demoph. 13 II B Pyth. 10a, 16] Sext. 430] Stob. 8 (t. V Hense, ρ. V II)

a cf. Ad Marc., X II, 1-2 II β Sext. 55b y Clit. 7

Porfirio, Προς Μ α ρκέλλαν ·

151

20 “En efecto, si siempre recordaras que en donde tu alma cami­ ne y produzca un cuerpo vehemente, [Dios está cerca vigilante en todas tus reflexiones y actos];“ así pues, respetarás lo inolvidable del observador y tendrás a Dios como compañero”,4 y si tu boca expresa alguna afirmación de algún otro asunto, “[vuélvase tu 5 pensamiento con tu espíritu hacia Dios].P Pues así tú también tendrás una palabra llena de Dios, que alumbra por medio de la luz de la verdad de Dios y prospera fácilmente. En efecto, el conocimiento de Dios hace concisa la palabra”.®

152 9 Texto, revisión del texto y traducción

21 (6 4 W )

'Ό π ο υ δ ’ α ν λ ή θ η π α ρ ε ισ έ λ θ η θ ε ο ύ , το ν κ α κ ό ν δ α ίμ ο -

ν α α ν ά γ κ η έ ν ο ικ ε ΐ ν "χ ώ ρ η μ α γ ά ρ ή ψ υχή , ώ σπ ερ μ ε μ ά θ η κ α ς , ή θ ε ώ ν ή δ α ιμ ό ν ω ν " Α. κ α ι [θ ε ώ ν μ έ ν συ νό ντω ν

(2 6 Ρ ϋ )

π ρ ά ξ ε ι τ ά α γ α θ ά κ α ι δ ιά τώ ν λ ό γ ω ν I κ α ι δ ιά τώ ν

(2 8 8 Ν )

I ε ρ γ ω ν ] “ · ΰ π ο δ ε ξ α μ έ ν η δ ε (ψ υ χ ή ) τ ο ν κ α κ ό ν σ ύ ν ο ικ ο ν

5

δ ιά π ο ν η ρ ιά ς π ά ν τ α ε ν ε ρ γ ε ί, ό τ α ν ο δ ν ΐδ η ς ά ν θ ρ ω ­ π ο ν τ ο ϊς κ α κ ο ΐς χ α ίρ ο ν τ α κ α ι δ ρ ώ ν τ α , γ ίν ω σ κ ε τ ο ύ τ ο ν ή ρ ν ή σ θ α ι μ έ ν το ν θ ε ό ν έν τη γ ν ώ μ η , π ο ν η ρ ο ύ δ ε δ α ίμ ο ν ο ς ό ν τ α ε ν δ ια ίτ η μ α , θ ε ό ν ο ΐ μ έ ν ε ίν α ι ν ο μ ίξ ο ν τ ε ς κ α ι δ ιο ικ ε ϊν ά π α ν τα τ ο ύ το γ έ ρ α ς έκ τη σ α ντο δ ιά τή ς γ ν ώ σ εω ς κ α ι

ίο

τή ς β ε β α ία ς π ίσ τ ε ω ς τό μ ε μ α θ η κ έ ν α ι, ό τ ι ό π ό θ ε ο ύ π ρ ο ν ο ε ΐτ α ι π ά ν τ α κ α ί ε ΐσ ίν ά γ γ ε λ ο ι θ ε ιο ι τε κ α ί α γ α θ ο ί δ α ί­ μ ο ν ε ς έ π ό π τ α ι τώ ν π ρ α τ το μ έν ω ν , ο ΰ ς κ α ί λ α θ ε ΐν ά μ ή χ α ν ο ν . κ α ί δ η το ύ τ ο ο ύ τω ς έ'χ ειν π ε π ε ισ μ έ ν ο ι © ο λ ά ττο ντα ι μ έ ν μ η δ ια π ίπ τ ε ιν το ΐς κ α τ ά το ν β ίο ν , π ρ ο ό ψ εω ς έ'χοντες

>5

τη ν τώ ν θ εώ ν ά να π ό δ ρ α σ το ν έφ όρασιν: εό γνώ μ ο να δέ β ίο ν κ τ η σ ά μ ε ν ο ι μ α ν θ ά ν ο υ σ ι θ εο ύ ς γ ιν ώ σ κ ο ν τ α ί τε γ ιν ω σ κ ο μ έ ν ο ις θ ε ο ϊς .

4 πράξη Α] πράξει Μ2 II 5 ψυχή ιόν Α] ιόν Ν, qui ψυχή del. (in Ρ legitur ψυχήν qui errata est) II 8 ήρεϊσθαι Α] ήρνήσθαι Boissonade II 15 τοίς Α] έν τοϊς coni. Ν A Sext. 6 1 -6 2 A c f . A d M arc., X IX , 14-15 II a c f . Sext. 305

Porfirio, Προς Μ αρκέλλαν ·

153

21 Pero cuando el olvido de Dios haya penetrado, es necesario que un demon malvado cohabite, “pues el alma es emplazamien­ to, como has aprendido, o de los dioses o de los démones”.A Y [permaneciendo los dioses, realizará cosas buenas tanto de palabra como de obra];a pero un alma que ha admitido al mal 5 como inseparable realizará todo por medio de la maldad. Así pues, siempre que veas a un hombre alegrándose con las cosas malas o haciéndolas, comprende que éste ha rechazado a Dios en su espíritu y que es residencia de un demon malvado. Los que creen que Dios existe y que gobierna todo han adquirido esta io honra por medio de su conocimiento y de una fe firme, el tener aprendido que todo es provisto por Dios, que existen los ángeles divinos y también vigilantes de nuestros actos, los démones bue­ nos a quienes, incluso, es imposible ignorar. Y ciertamente, quienes están persuadidos de que esto es así, por una parte se is abstienen de caer en los accidentes de la vida, teniendo ante su vista la inevitable contemplación de los dioses; por otra parte, habiendo alcanzado una vida sensata conocen a los dioses y son reconocidos por los dioses que conocen.

154 ·

Texto, revisión del texto y traducción

(72S) (ii9D.Pi)

22 O í δέ μήτε είν α ι θ εο ύς πιστεύδαντες μήτε π ρ ο νο ία θεού δ ιο ικ εϊσ θ α ι τα δλα , δίκ η ς κ ό λα διν χεΙπ ό νθα β ι, τό μήτε έαυτοϊς πίδΙτεύειν μ ή θ ’ έτέρ ο ις δ τι θ εο ί είσί κ α ί ούκ ά λόγφ φορά δ ιο ικ ε ΐτ α ι τα πάντα, εις κίνδυνον ουν ά κα το ν εαυτούς έμ βα λ ό ντες άλογοι ορμή κ α ί εύ δ ια π τώ τω το ϊς κ ατά τον βίον ε π ιτίθ εν τα ι κ α ί πά ντα δρώ σιν α μή θ έμ ις, άνα ιρεΐν π ειρ ώ μ ενο ι την π ερ ί θεούς ύπόληψιν. κ α ί δη τούτους μεν ά γνοια ς ενεκα κ α ί ά π ιβτΐα ς θ εο ί δ ια φ ε ύ γ ο υ δ ίν α υτο ί δέ θ εο ύς κ α ί την όπα δον τω ν θεώ ν δ ί­ κην ούτε φυγεϊν ούτε λ α θ εϊν δύνανται· βίον δέ κ α κ ο δ α ί-

5

ίο

μονά κ α ί πλανήτην έλόμενοι άγνοοΰντες θεούς γινώσκοντα ι θ ε ο ΐς κ α ί τή δίκη τή π α ρ ά θεών.

3 Θεοί καί είσί Α] Θεοί είσί Ν] καί Θεοί είσί D II 9 αυτούς δέ A (f D)] αύτοί δέ Ν 1 10 φεύγε ιν Α] φυγεϊν Ν

Porfirio, Π ρ ό ς Μ α ρ κ έ λ λ α ν ·

155

22 Pero, quienes habiendo creído que los dioses no existen ni que todo está gobernado por la providencia de Dios, han sufrido el castigo de la justicia, el no creer, ni a sí mismos ni a otros, que los dioses existen y que el todo no está gobernado por un curso irracional. Pero quienes se arrojan a sí mismos hacia 5 un indecible peligro se imponen un deseo irracional y proclive a las cosas de la vida, y hacen todo lo que no está permitido intentando destruir la creencia acerca de los dioses. Y, natural­ mente, por causa de su ignorancia y falta de fe, los dioses los ignoran; pero ellos no pueden escapar ni ocultarse a los dioses io y a su justicia perseguidora. Y habiendo elegido una vida des­ graciada y errante, ignorando a los dioses, son conocidos por ellos y por su justicia.

156 ·

(2 8 9 Ν )

(2 8 Ρ ο )

(66W)

(74 S)

Texto, revisión del texto y traducción

23 Κ α ν θεούς τιμ ά ν οΐω ντα ι κ α ι π επ εϊσ θ α ι είνα ι θεούς, αρετής δε άμελώσι κ α ι σοφίας, I ήρνηνται θεούς κ α ί ά τ ιμάξουσιν. ούτε y ap ά λο γο ς π ίσ τις δ ίχ α τού όρθώ ς (ffjv) επ ιτυ χή ς θεού, ούτε μην το τιμ ά ν θεοσεβές άνευ τού μ εμ α θη κ ένα ι δτω τρόπω χ α ίρ ει το θειον τιμώ μενον, [εί μέν 5 γά ρ π ρ ο χ ο α ϊς ή θυη λα ΐς τερ π ό μ ενο ν π είθ ετα ι]α , οΰκ αν ε’ίη δ ίκ α ιο ν τω την ΐσην π ά ντα ς αμ οιβή ν α ΐτεΐν μή τήν ΐσην λαχόντα ς I τύχην, εί δέ τούτων ούδέν ήττον, μόνω δε ήδεται τω καθαρεύειν τήν διάνοιαν, δ δή δυνατόν έκ π ρ ο αιρέσεω ς παντί τω προσεΐναι, πώς ούκ άν εϊη δίκαιον; I εί 10 δέ έξ άμφοϊν τό θειον θεραπευόμενον ήδεται, ίερ είο ις μέν κατά δύναμιν, διανοία δέ ύπέρ δύναμιν αυτό τιμητέον. εύχεσ θ α ι θεω ού κ ακόν, ως I τό άχαριστεϊν πονηρότατον.

3 ζην addidit O II 7 πφ Α] τό (ί D) II 9 τό καθαρεύειν Α] τω καθαρεύειν Μ α ef. Hier., IV, 4 (p. 22, 11-12 Κό)

P o r firio , Π ρ ο ς Μ α ρ κ έ λ λ α ν

·

157

23 Y si piensan honrar a los dioses y están convencidos de que ellos existen, pero se olvidan de la virtud y de la sabiduría, [entonces] los niegan y los deshonran. En efecto, ni una fe irra­ cional sin correctamente feliz une a Dios, ni tampoco el honrar la piedad sin haber aprendido de qué modo la divinidad s se alegra cuando es venerada. [Así pues, si cree que es saciada con libaciones o sacrificios]," no le sería justo pedir a todos igual retribución si no han obtenido igual fortuna. Pero si nin­ guna de estas cosas (la) domina y sólo le complace purificar el pensamiento, lo que ciertamente es posible que, por su voluntad, obtenga cualquiera, ¿cómo no podría ser justa? Pero si la divi­ nidad se complace cuando es servida mediante ambas formas, se le debe honrar con víctimas según (nuestra) capacidad, pero con el pensamiento más allá de (nuestra) capacidad. Suplicar a Dios no es malo, ser ingrato lo más perverso.

158 ·

Texto, revisión del texto y traducción

( 1 2 0 D .p i )

24 [Κ α κ ώ ν άνθρωπο) ουδείς θ εό ς α ίτιο ς, άλλα αυτός έαυτώ ό έλόμενος]α· ευχή ή μεν μ ετά φαύλων έργων α κά ­ θα ρ τος κ α ί διά τούτο ά π ρό σ δεκ το ς υ π ό θεού: ή δε μετά καλών έργων καθα ρά τε όμοΰ κ α ί εΰπρόσδεκτος. Τεσσαρα στοιχεία μάλιστα κεκρατύνθω π ερ ί θ εο ύ- πίστις, άλήίθεια, ερω ς, ελ π ίς, πιστεύσαι γά ρ δ ε ι ό τι μόνη σωτηρία ή π ρ ο ς τον θ εόν επιστροφ ή, κ α ί πιστεύσαντα ώς ενι μάλιστα σπουδάσαι τά ληθή γνώ να ι π ερ ί αυτού, κ α ί γνόντα έρασθή να ι τού γνω σθέντος, έρασθέντα δε έλπ ίσ ιν ά γα θ α ϊς τρ έφ ειν την ψ υχήν διά τού βίου, έλ π ίσ ι γά ρ ά γ α θ α ϊς οί α γα θ ο ί των ©αυλών ΰπερέχουσ ι. στοιχεία μέν ουν ταΰτα κ α ι τοσαΰτα κ εκρα τύνθω .

1 αλλά νους A (I D)] άλλα αυτός ed. Mai] άλλά μόνος coni. Ν II 7 σπουδάσαντα Α] πιστεύσαντα Ν II 8 τ'άληθή Α (φ D et W )] τάληθή O II 10 περί τού βίου A (J W)] διά τού βίου Ν

a cf. Ad Marc., XII, 3-4 y Sext. 114, Clit. 19

Porfirio, Προς Μ α ρκέλλαν ·

159

24 [Ningún Dios es causa de males para el. hombre, sino el hombre mismo es quien se los ha conseguido]:" la súplica que está acompañada de malas obras es impura y por esto es inadmisible por Dios; pero la que está acompañada de buenas obras es pura y al mismo tiempo también aceptable. Ante todo, 5 consolídense cuatro principios acerca de Dios: fe, verdad, amor, esperanza. Pues es necesario llegar a creer que la única salva­ ción es la conversión hacia Dios, y que quien ha creído llegue a esforzarse, cuanto más sea posible, por conocer la verdad sobre él, y que quien haya conocido se enamore del que ha conocido, io y que quien se haya enamorado alimente su alma con buenas esperanzas para la vida. Pues los buenos, con buenas esperanzas, superan a los malos. Así pues, consolídense estos y tan grandes principios.

160 ·

Texto, revisión del texto y traducción

25 Τ ρ εις δέ νόμ οι διακεκρίσθω σαν οΐδε· εις μεν ό τού θ ε­ (290 Ν)

(76 S)

(30 Ρβ)

ού, έτερος δέ ό της θνητής ρύσεως, τρ ίτος δέ ό θετός κ α τ’ έθνη κ α ί I πό λεις, ό μέν ουν τής (ρύσεως άφορίξων τά μ έ­ τρα των χ ρ ειώ ν τού πώ ματος κ α ί τό έν τα ύτα ις δεικνύς ά να γκα ΐον τό μάτην κ ά κ περιττού σπουδαξόμενον έλ έγ χει. ό δέ θετός τε κ α ί κ α τ’ έθνη διατεταγμένος κατά συν­ θήκην την π ρ ο ς άλλήλους κ ρα τύνει κ ο ινω νία ν διά τη ς π ρ ο ς τά τεθ έντα ομ ολογία ς, ό δ ’ αύ θ ε ίο ς υπ ό μέν τού νοΰ σωτηρίας ένεκα τα ΐς λ ο γικ α ΐς ψ υχαΐς κατά τάς έννοι­ α ς διετά χ θ η , δ ι ’ α λή θ εια ς δέ τω ν έν α ύτα ϊς π ε θ α μ έ ν ω ν εύρίσκεται. π α ρ α β α ίνετα ι δέ ό μ έν τή ς ρύσεω ς κ ενα ΐς δόξαις αγνοηθείς ύπό των I τή άγαν ριλοσωματία προσκει­ μένων τώ σώματι· ΰπερβα ίνετα ι δέ καταρρονούμενος ύπό τών ύπεράνω γινομένω ν τού σώματος κ α ί διά τό σώμα, ό δέ θετός καιρώ μέν ύπ ο τά ττετα ι άλλοτε ά λλο ΐο ς γ ρ α ρ ό μένος I κ α τά τό β ία ιο ν τής τού κ ρα το ΰντο ς δυναστείας, εις κόλασιν δέ ά π ά γ ει τον άλόντα, ούτε τού λ αθό ντο ς ούτε τής π ρ ο αιρέσ εω ς έρ ικ έσ θ α ι δυνά μ ενος έκαστου.

5

ίο

ΐ5

5 -6 έλέγχειν Α] ελέγχει Μ II 10 πεφασμένων Ρ, cf. ρ. 44] πεπραγμένων Μ (IΝ et D) πεπραγμένος A, secundum D et (J) S] πεπραμμένος A (J P, D et W) secundum N locus nondum emendatus] πεπρασμένος W, vide adn. sua 25.392-94 II 11 καιναϊς sed supra α ι scriptum e in A (φ W)] κεναΐς Ν II 12 ά γα Α ]ά γα νΟ II 13 ύπερβαίνετο Α] ύπερβαίνεται Μ II 15 ύποτάττεται Α] ύποτέτακται coni. Ν (φ D) II άλΛοίως Α] άλλοΐος Ν

Porfirio, Πρός Μ α ρκέλλαν ·

161

25 Y queden distinguidas estas tres leyes: una, la de Dios; otra, la de la naturaleza mortal, y la tercera, la instituida por los pueblos y las ciudades. En efecto, la de la naturaleza, limitando la medida de los deseos del cuerpo y mostrando lo necesario en ellas, re­ chaza lo que es apreciado sin razón y de manera superflua. Pero 5 la instituida y que también ha sido dispuesta por los pueblos, según su tratado, establece la participación de unos y otros en virtud del acuerdo de lo que se instituyó. Y, por el contrario, la ley divina ha sido dispuesta por el intelecto para las almas racionales a favor de su salvación conforme a sus nociones, y 10 es reconocida por la verdad de lo que en ellas se ha mostrado. Pero la ley de la naturaleza es descuidada con opiniones frívolas cuando ha sido ignorada por quienes se consagran a su cuerpo con excesivo amor a su cuerpo, y es transgredida cuando es despreciada por quienes se ponen por encima del cuerpo y por 15 el cuerpo. Pero la ley instituida está subordinada al momento, redactándose de modo diverso según lo enérgico de la autoridad de quien gobierna, y conduce al castigo a quien es atrapado en un delito, no pudiendo alcanzar ni lo oculto ni la intención de 20 cada uno.

162 ·

Texto, revisión del texto y traducción

(68W) (121 D.pi)

(291 Ν)

26 Ό δέ ye θ είο ς α γνο είτα ι μ ε ν ψ υ χ ή δ ι ’ άφροσύνην κ α ί α κολασίαν ά κα θά ρ τω , έκ λά μ π ει δε δι’ ά π α θ εία ς κ α ί φρονήσεως. κ α ί [ούτε ύπερβήναι τούτον I δυνατόν —οΰδέν I γά ρ τούτου ύπεράνω ά νθρ ώ χω — οΰτ’ αύτοΰ καταφρόνη­

σα ν ού y ap έκλά μ ψ α ι αυτόν οιόν τε εν τώ κ α τα φ ρ ο νεΐν αύτοΰ μέλλοντν]“· ούτε τύ χ α ις κ αιρώ ν τρ έπ ετα ι, ότι κρείττω ν ήν της τύ χης κ α ί χά ση ς β ία ς πολυτρόπου ίσχυρότερος. νους δέ αυτόν μόνος γινώ σκει μεταλλεύω ν I αύτοϋ την έ'ρευναν κ α ί τετυπω μ ένον έν αύτώ εξευρίσκει τροφήν τε ά π ’ αύτοΰ πορίζει τη ώσπερ σώματι αύτοΰ ψυχή· "νοΰ γά ρ σώμα ψυχήν λο γικ ή ν θετέ ον, ήν τρ έφ ει ό νοΰς τά ς έν αύτή έννο ια ς, α ς ένετύπωσε κ α ί ένεχά ρα ξεν έκ της τοΰ θ είου νόμου α λή θεια ς, εις άναγνώρισιν άγων διά τοΰ π α ρ ’ αύτώ φωτός· κ α ί διδ ά σ κ α λ ο ς α ύτός γινό μ ενο ς κ α ί σωτήρ κ α ί τροφεύς κ α ί ουλα ξ κ α ί άναγωγός, μ ετά σιγης μεν φ θεγγόμενος τήν ά λή θεια ν"Α, τον δέ θειον αύτής έξελίττειν νόμον διδο ύς διά της εις αύτόν έμ βλέψ εω ς έν τα ϊς είς αύτόν έπ ιβ ο λ α ΐς έν αύτή τετυπω μ ένον έξ ά ιδίου

5

>ο

‘5

έπιγινώ σ κει.

2 έκκλάμπει Α] έκλάμπει Μ II 3 τούτον A (J Ν et D)] τούτον < censor Ienensis> Ο] in N legitur τούτον nescio quis II 4 ύπεράνω άνΟρώπω Α] ύπεράνω N (qui del. άνθρωπω)] ύπεράνω άνθρώπφ Gass II 7 κρείττων Α] κρείττον Α] κρείττων (I) D II 8-9 αύτού Α] αυτού Segonds, J in D, qui sic legitur II 9 τετυμένον Α] τετυπωμένον Μ II 11 ού Α] νού Ν (cf. Pyth) II 15 άναγωγός Α] αγωγός Iacobs (J D et Ρ) II 15-16 μετά σιγής Α] κατά σιγής Μ (φ D) II 16 αυτής Α] αύτή Iacobs II 17 έξελίττων Α] έξελίττειν Iacobs A Pyth. 67 (brevis) A cf. Porph. De abst., IV, 20 II a Porph., Sent., 40 (48, 8-9 Lambertz)

Porfirio, ΙΙρός Μ αρκέλλαν ·

163

26 Y la ley divina es ignorada por el alma impura, debido a su locura e intemperancia, pero brilla por su impasibilidad y prudencia. Y [ni es posible transgredirla —pues nada tiene el hombre por encima de ella— ni despreciarla, pues no es posible que ella brille en quien tiene la intención de despreciarla];" ni s es transformada por los azares del momento, porque ha sido mejor que el azar y más fuerte que toda diversa violencia. Por consiguiente, sólo el intelecto conoce a la ley divina cuando practica su investigación y la descubre impresa en él mismo y a partir de la ley divina suministra alimento a su alma como si fuera su cuerpo, pues se debe poner como cuerpo del intelecto al alma racional, a la que el intelecto alimenta cuando, por la luz en él, conduce a la anagnorisis a las nociones que hay en el alma, las que imprimió y talló a partir de la verdad de la ley divina; y siendo el mismo intelecto maestro, salvador, nutridor, 15 guardián y guía para el ascenso, cuando habla la verdad en silencio”A y permite desplegar la ley divina por medio de la mirada hacia ella, reconoce a la ley divina impresa en el alma desde la eternidad.

164 ·

Texto, revisión del texto y traducción

(78 S)

(122D.P1)

(292 Ν) (32 Ρ6) (70 W)

27 Κ ατανοητέον ουν I πρώ τον σοι τον της φύσεως νόμον, ά π ό δέ τοότου ά να βα τέο ν επ ί τον θειον, ος κ α ί τον της ρύσεω ς διέτα ξε νόμον, ά φ ’ ών όρμω μένη ούδαμοΰ εΰλα βήση τον έγγραφον, "οί yap έγγραφ οι νόμοι χάριν των μ έ­ τριω ν κ εΐντα ι, οϋχ δπ ω ς μή άδικώ σιν, άλλ’ όπω ς μή ά δ ικώ νται"Α. ["ό τής ρύσεως πλούτος (ό ) αληθώς φιλόσοφος ώ ρισται κ α ί έστιν εύπόριστος, ό δέ τώ ν κενώ ν δόξων αόριστός τε κ α ί δυσπόριστος"Β] “. "ό οϋν τη φύσει κ ατα κο λουθώ ν κ α ί μή τα ΐς I κ εν α ϊς δό ξα ις έν πασιν αυτάρκης· π ρ ο ς y ap το τη φύσει ά ρκοϋν πάσα κτή σίς έστι πλούτος, π ρ ο ς δέ τά ς αορίστους ο ρ έξεις κ α ί ό μ έγιστος πλούτος έστιν οΰδ(έν)"ε. "σπάνιόν γε εΰρεϊν άνθρωπον π ρ ο ς τό της φύσεως τέλ ο ς ύπ ένητα) I κ α ί πλούσιον π ρ ο ς τά ς κ ενά ς δόξας, οΰδείς y ap τών αφρόνων οίς έχει άρκεΐτα ι, μάλλον δέ οΐς οΰκ έχ ει όδυναται. ώσπερ οϋν οί πυρέσσοντες I διά κ α κ οή θεια ν της νόσου ά εί διψώσι κ α ί τών I έναντιωτάτων έπιθυμοΰσιν, ούτω κ α ί ο ί την ψυχήν κ α κ ώ ς έ'χοντες δ ια κειμ ένη ν π ένο ντα ι πάντω ν ά εί κ α ί είς πολυτρόπους ε π ι­

5

10

ΐ5

θ υ μ ία ς υ π ό λ α ιμ α ρ γ ία ς έμ π ίπ το υ σ ιν "0.

3 ώρμουμένη vel όρμουμένη Α] όρμωμένη Ν] ώρμημένη W, vide adn. sua 27.423 II 6 D II αληθώς φιλόσοφος verba delenda aut post ούν in linea inserenda esse coni. Ν (φ W) II 10 πλούτου Α] πλούτος O II 11-12 πλούτος έστίν. oú Α] πλούτος έστιν ού&έν dubitans coni. Ν] πλούτος σπάνις. ού coni. Iacobs Lect. Stob. p. 126] πλούτος έστίν πενία Usener in Epic. fr. 202] πλούτος έστιν (eiecto ού) Gass B 13 πένητα addidit Usenet in epic. fr. 471 II IS πυρέσσοντες Α ] πυρέττοντες Usener (φ D) D 16 τ ή ς νόσου άεί M] post τ ή ς Α spatium quinque fere litterarum II 17-18 όιωκειμένην Α ] διακειμένην Μ] διψκημένην W (vide adn. sua 27.437) A Epic. fr. 530 Usener] μέτριων Α] σοφών Epic.] Stob., IV, 1, 143 B B Epic. Ratae sent., X V ] Gnom. Vat. 8 (p. 54, 9-10 Miihll) II C Epic. fr. 202 Usener II D Epic. fr. 471 Usener (φ S)

a cf. Porph. De abst., 1,49, 1

Porfirio, Προς Μ αρκέλλαν ·

27 Ciertamente debes considerar en primer lugar a la ley de la naturaleza, pero a partir de ella debes ascender hasta la ley divina, que también ha ordenado a la ley de la naturaleza. Tú, partiendo de estas cosas, en modo alguno reverenciarás la ley inscrita. “En efecto, las leyes inscritas están establecidas a favor de los moderados, no sólo para que no sean injustos sino también para que no sean agraviados”/ “[La riqueza de la naturaleza verdaderamente filosófica es definida y fácil de ob­ tener, pero la de frívolas opiniones es indefinida y difícil de conseguir]”.Ba “Así pues, quien obedece a la naturaleza y no a las frívolas opiniones, es independiente en todo, porque con relación a lo que es suficiente para la naturaleza, toda posesión es riqueza; pero en relación con los apetitos indefinidos, incluso la más grande riqueza es nada”.c “Ciertamente, con relación al fin de la naturaleza, es raro encontrar un hombre y, con base en las frivolas opiniones, uno rico. En efecto, ninguno de los insensatos está contento con lo que tiene, sino más bien sufre por lo que no tiene. Del mismo modo, los que tienen fie­ bre debido a la maliginidad de su enfermedad, siempre tienen sed y están deseosos de lo más contrario; así también, quienes tienen el alma mal dispuesta siempre necesitan de todo y caen en diversos deseos por su glotonería”.0

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Texto, revisión del texto y traducción

(80S)

(123D.PL)

28 'Αγνεύειν oBv κ α ι oí θ εο ί δ’ α π ο χής βρ ο μ ά τω ν κ α ί αφροδισίων προσέταξαν, εις τό τής φύσεως, ήν αυτοί συν­ έστησαν, έπ ά γο ντες βούλημα τους ευσέβειαν μ ετιό ντα ς, ωσάν παντός τοϋ πα ρά τό βουλημα πλεονάζοντας μιαρού κ α ί θανάσιμου, "φοβούμενος γά ρ ό πολυΐτελής τό λ ιτό ν 5 τή ς διαίτης, διά τον φόβον έπ ί πράξεις πορεύεται τά ς μ ά ­ λιστα τούτον παρασπευα£ούσας"Λ. "καί π ολλοί τού πλού­ του τυ χόντες ού την α π αλλαγή ν τω ν π α πώ ν ευρον, αλλά μεταβολήν μειξονω ν"6. διό φασιν οί φιλόσοφοι ούδέν ού­ τω ς ά να γπα ΐο ν ώς τό γινώ σ πειν π α λώ ς τό μη άναγκαΐον, ίο "πλουσιωτάτην δέ είναι πάντων την αύτάρκειαν"ε π α ί σεμ­ νόν τό μ η δενό ς δεΐσ θ α ι λαμ β ά νο ντα ι. "διό κ α ί μ ελετά ν π α ρ α κ ελ εύ ο ντα ι οϋχ ό π ω ς τ ι ποριστέον άνα γκα ΐον, άλλ’ όπ ω ς I μ ά λλο ν θαρρήσομεν μη π ο ρ ισ θ έντο ς"0.

4 ωσάν παντός Α] ώς Οπαντος coni. Ν (φ D) II βουλημα corruptum esse coni Ν. (j Ρ) II 5 πολύς Α (φ D)] πολυτελής Iacobs lect. Stob., ρ. 125 sq., sic solum in P II 6 τον Θεόν Α] τόν φόβον Iacobs] τό δέος Iacobs, cf. p. 46 II μάλιστα Α] μάλιστ' άν Usener in Epic. fr. 478 (φ D í W) II 8 ού τήν Α] ού t lv ’ Usener in Epic. fr. 479 II 11 πλουσιοτάτην Α] πλουοτώτατον Epic. fr. 476 Usener, ap. Celm. Alex., Strom. V I p. 751 II 12 λαμβάνονται Α] λαμβάνοντας Vo] διαβεβαιούνται Ν (φ W) II 13 παρακαλεύνται Α (φ W)] παρακαλεύονται Μ II ποριστέον Α] ποριούμεθα coni Usener in epic. fr. 481 II 13-14 άλλα πώς Α] ά λ λ ’ όπως Ν A Epic. fr. 478 Usn., 235 Α (φ S) II B Epic. fr. 479 Usn., 213 A II C Epic. fr. 476 Usn., 218 A; cf. Clem. Alex., Strom VI 24, 8 (φ W) II D Epic. fr. 481 + 445 Usn., 237 A (Φ S).

Porfirio, Πρός Μ α ρκέλλαν ·

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28 Así pues, también los dioses ordenaron purificarse por la abstinencia de alimentos y de los placeres del amor, conduciendo hasta el deseo de la naturaleza, que ellos mismos establecieron, a quienes buscan la piedad, como si todo lo que se desborda al margen de la naturaleza fuera impuro y mortífero. “Pues el 5 derrochador, temiendo la simplicidad de su modo de vida, a causa del temor se encamina hacia los actos que preferente­ mente lo procuran”,A“Y muchos, habiendo obtenido riquezas, no han encontrado la liberación de sus males, sino el cambio para más grandes”.®Por lo que dicen los filósofos que nada es '« tan necesario como el reconocer perfectamente lo no necesario, “y que la autosuficiencia es la más rica de todas las cosas”,c y estiman respetable el no necesitar de nada. “Por lo que también recomiendan que practiquemos no cómo se nos ha de propor­ cionar algo necesario, sino más bien cómo lo afrontaremos si 15 no se nos ha suministrado”.0

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