Carmen Lyra (María Isabel Carvajal) [2 ed.]

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Carmen Lyra (María Isabel Carvajal) [2 ed.]

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CARMEN LTKA (María Isabel Carvajal)

Presentada por

Luisa González y

Carlos Luis Sáenz

SERIE: ¿QUIEN FUE Y QUE HIZO? No. 4

Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes Departamento de Publicaciones San José, Costa Rica 1977

INDICE

Pág.

CARMEN LYRA

1

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11

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111 IV V

Y SU OBRA LITERARIA

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17 19

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43

11

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44

CHAVELA CARVAJAL . . . . . . . . . . . . . . . . .

45

F"nESENCIA DE CARMEN L.YRA

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M ENSA JE DE CONDOLENCIA AL PUEBLO DE

COSTA RICA CON

MOTIVO

MUERTE DE CARMEN LYRA

.

LA

DE

..... ....

TELEGRAMA A JOAQUIN GARCIA MONGE CONOCI A CARMEN LYRA.. .

CHABELA .

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... .. . .. .

51

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56

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61

ORACION . . . .

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48 50

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CA RM E N L YRA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

63

HA ,.,LJ[RTO C1 RrviEflC L, '"'' . . . . . . . . . . .

6(

TELEGRAMA A GARCIA MONGE:........

68

111 ANTOLOGIA

M!NIMA OE L.A OBRA LITERARIA

DE CARMEN L.YRA

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PRIMEROS RELATOS........................

65 7·1

1 LA COPLA............................

9

73

11

VII

MAMA C A NDUCHA



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76

VIII

UNAS MANOS QUE NO DESEABAN SER BLANCAS

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EPOCA REALISTA

LA ANQUILOSTOMIASIS

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151

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154

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155



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95

X

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97

ACABO SU VIDA SOBRE EL YUNQUE



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IX LA ESCUELA DE ENFERMERAS

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105

11

GREGORIO

PITAN,

QUE

TE MPESTAD

NOCHEBUENA

JOSE

SACO •



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A •



RAMI REZ, JOVEN CA· COSTA

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RICA •







LOS CUENTOS DE MI TIA PANCHITA .

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UNA





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167

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169

118

1V

UVIETA

RIO ARRIBA

DE _



110

111 .

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DON

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ESTEFANITA

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1

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BANANOS Y HOMBRES

NlfilOS

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RAMONA, LA MUJER DE LA BRAZA

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. 124

SILUETAS DE LA MATERNAL



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11 178

131

LA CUCARACHITA MANDINGA

133

LA CASITA DE LAS TORREJAS

1

111

LUCIA UN

150

LA MALARIA O PALUDISMO

111





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GRAN

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CIVILIZADOR









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COSTARRI·

186

IV

RRICENSE............................ 135

LA FLOR DEL OLIVAR

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190

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195

V LA MADRE Y LOS NlfilOS

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. ..... .

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... 140

SALIR CON UN DOMINGO SIETE

.

11 EL ESTUDIANTE

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143

111

TIO CONEJO

C.Uf.NTO!> OC:



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201

1

EL HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS

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145

IV EL ASILO CHAPUI

LO!>

TIO CONEJO COMERCIANTE



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203

11 .

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. . .. . 147 .

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V

DE

COMO

APURO

EL SANATORIO DURAN ... ... .

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148













149

VI

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TIO CONEJO .

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SALIO DE UN •



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10

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210

111 TIO CONEJO Y TIO COYOTE

LA HIGIENIZACION ·DE SAN JOSE

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11

213

IV 220

TIO CONEJO ENNOVIADO V ..... . .. . .

TIO CONEJO Y LOS QUESOS

226

EN UNA SILLA DE RUEDAS ................. . 231

DE

INEDITA

PAGINA

UNA

CARMEN

........................... ...

LYRA

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A MANERA DE PROLOGO

l

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11

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111

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IV

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TEATRO INFANTIL

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237

245

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ENSUEf\105 DE NAVIDAD ... .. . .. . JUGUETES

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232 233

257 384 427 427

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427

IV EPILOGO............... ,

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445

"Se que voy a morir, pero quiero estar por 'llt1ma vez en mi tierra no quiero morir leios de ella. Cuando no estoy en m1 pa1s me siento

como mata trasplantada, de esas matas que ya sus raíces no pueden adaptarse a nuevas tierras".

Carmen Lyra V NOTAS ...... ,

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451

VI

, .... ,,,......

454

, . . , , ....... , . . . . , , . .

467

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

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VII I Nl..llC:E CHUNOLOG.l�O

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VIII ANTOLOGIA F O T OGRAFICA DE CARMEN

12

LYRA

Fragmento de una carta enviada desde México en 1949, días antes de su muerte.

\

Carmen Lyra constituye entre nosotros el caso más notable del advenimiento de la mujer

a

las letras

hispanoamericanas, posterior al movimiento moder­ nista Abe/ardo Bonilla

1 CARMEN L YRA Y SU OBRA LITERARIA

17

1

En plena juventud, hacia los María

18

Isabel Carvajal inicia su

años, en

1 906,

obra literaria

que

firma con el seudónimo de Carmen Lyra. Durante unas cuatro no le pondrá

décadas

irá

fin sino cuando la

ampliándola;

urgencia de la

lucha social, reclamanüo el empico de su pluma,

tiempo

apenas si le dc¡a

para la 1nvenc1on art1st1ca.

La n arrativa, el cuento, la

novela,

fueron

su

más trabajado campo de creación literaria. En la novelística ennquec1ó nuestras letras con su obra:

EN UNA SILLA DE RUEDAS

y con

cuatro relatos (primera edición). unidos sólo exter­ namente, a los que sirven como impronta las me­ morias de

TRE.

un

En la rama

propia

personaje original: del cuento,

1nvencion,

JUAN SILVES­

ademas de

los de su

1e�alLa 1.:11 la l1i>w11a d... nue>t1a

literatura su obra de rcwpilac.Jo1 a y re.creadora de

cuentos tradicionales en los que, sobre puramente

folklórico

erudito,

o

el

interés

predomina la in­

tención artística que logra, admirablemente, la con­

jugación de fondo y forma.

Con la actitud de una mente ingeniosa, de críti­ ca

p unzante, un

tanto

desesperan1ada

a

veces,

otras ardientemente combativa, a modo del humor

19

de un Larra, dejó escritos un notable conjun to de cuadros de costumbres y de artículos period ísticos, mucho s de los cuales, aparte de la circunstancia temporal que engend ró el tema ofrecen cualidades art ísticas que no pierden vigenci a: humor, burla ' ridículo, sátira. Sus preocu pacion es y su conciencia de educado­ ra encarnan en su obra cuando compone teatro para niños, o cuantlo redacta temas para libros de texto escolares, o cuando dirige y escribe una re­ vista para deleite de nuestros estudiantes de prima­ ria. E n este aspecto, en el de escritora para niños, su producción es breve y menor, �in embargo, en

CR Bb3. L/l) l 9Ci J.��

l9i.t-

,

nuestro m e d io literario resulta novedosísima y

ejemplar.

659

lJ

o o 1

Los cuentos de Carmen Ly ra, durante su primera época, la de 1niciac1ón, idealismo y roman­ tic ismo aparecen junto con una franca tendencia realista. Tal modalidad l iteraria se prolongará en todas sus compos1c1ones hasta h novE>lc EN UNA S I LLA DE R U E DAS (1918). Una suave linea de poesla lírica ondula como constante en sus relatos de entonces, sobre todo en la evocación del paisaje y en la de la tristeza de las almas. El lenguaje literario de estos cuentos y novelas, compa rado con el que en sus obras emplearon cos­ tumb ristas y cuentistas de principios del siglo XX:

Mogón,

Garcfa Monge,

Carlos Gagini y Fernández

por ejemplo, muestra e n el estilo de la epoca, las diferencias resultantes de los rasgos ca­ racterísticos del modernismo en la prosa. Allá por el ario 1 9 1 7, un buen amigo de Car­ men L y r a , e l j o v e n e scrito r Francisco Soler (1893-1920) trazó el siguiente revelador boceto de la escritora, en el que las más acusadas y perma­ nentes ar istas de su personalidad fueron certe­ ramente intuidas y simpáticamente expresadas · Guardia,

20

21

"--S1; estuve mucho tiempo en el Hosp1� tal, pero no profesé. Seguramente me falt aba vocación.

"Y Carmen Lyra, sumida en la sombra de la sala en que pasa las primeras horas de la noche, con voz clar a y un poco infantil ha­ cía consideraciones acerca de su existen C1 de novicia.



"Fue

cuando

tenla dieciocho año s y su alma, hoy tranquila y tolerante, se quemab a en el fuego de la rede nción. Llegó al Hosp1� tal llena de ilusion es. Mas comprendi ó mu y pronto que al!/ la car idad resultaba una //nea recta en vez de ser la expansión piados a con .que soñaba s u fantas/a: era tiránic a} rud a} obligatoria. Su esp/ri tu libre no logra suje tarse a los reglamentos r/gidos. Salió. Entonc es fue cuando empez ó a escribir y las palabras de consuelo que ten /a para los enfermos fue­ ron para el viandan te a quien los frut os del camino dan la ama r;:,,ra de la retama del de­ sierto,· para el cau tivo que ve con ojo s de envidia al que circ ula por el arroyo sin ser mrh l;bre que 1.J te)t u numano,- para el in­ conforme sin patria, descerrado en cualqu iera de los lugares en que se encuentre,- para to­ dos, en fin, que rod amos cual las piedras sin otro rumbo que aqu el que nos imprime el puntapié arbitrario del destino. "No habla concluido de hablar cuando en­ vejete de ojos roji zos y amarillenta

tró un

22

barba,

que ayudaba la debilidad de sus pier­

nas con un bordón grueso y retorcido, único apoyo que le quedara en d mundo. "--Es un amigo mío.

Un pobre viejo que

no tiene dónde dormir y viene aquí, yo le arreglo un colchón sobre las sillas de la sala. Me da mucha pena dejarlo alll tan incómo­ do, pero mi cama la tiene ahora ocupada ese chiquillo que está enfermo: una vlctima de fa herencia.

"Esta rara mu1er que presenta el aspecto de un granuja,

vive dos veces.

bien,

sente de

Vive un pre­



prodigando alegrlas con s s

roc10, _ suaves como el musgo," haciendo obras pws

palabras balsam1cas, con fa naturalidad

frescas como

el

del que se cree obligado

por su sola condición humana, para las que . se priva de las suavidades, de su colchan Y

·se quita el pan de la boca, como sucede en la L E YE NDA DORADA y en LAS FLO R E ­

CILLAS D E L H E R M A NO FRA NCISCO. vive en el pasado siempre que escribe,

Y

su li­

teratura es evorntiva. No busquéis en ella en­ redos novelescos,

os defraudara,"

no preten­

dáis encontrar en ella tramas llenas de bifur­ caciones, os engaiiaréis. "No.

Por las páginas de Carmen Lyra los

recuerdos

pasan como

de la primavera,

los

primeros

vientos

dejando un aroma de mon­

melancólica aleqrla de tarde vera­

taña

una

nieg

con oro de sol lento," una alegrla con-



23

fusa de mañana gri s, mezclada con la sonrisa de un niño qu e se marcha tris te para la es­ cuela,· el bostezo de la vieja que hace hoy lo que hizo ayer y mañana lo que hoy, sin es­ peranza de variar ; el pañuelo de la muchacha qu e se fue con otro y lo dejó olv idado en la casa del amante; nimiedades que son la recia, la intensa realid ad. "Carmen Lyra es de esos temperam entos que no se conm ueven con un a catástrofe y se alteran por un a lágrima. ''Más emoción debe producir en ella la sonrisa imploran te de una harap ienta que la puñalada que par tió un corazón. "Y es seguro qu e una damisela de Tana­ gra, cuyo mode lador vivtó hac e hartos siglos, tenga para ella n1ás secretos qu e el imponen­ te Pensador de Rodin. "Basta ver su pared un cuadr o

cuarto

de artista: en un a de Paul Chabas, en la otra un retrato de l despeinado Daud et, sobre el tocador un m11ñ eqt1ín de purcdu11u �orprendi­ do indisc retament e en el mismo mo mento en que con la cam isa levantada se dispone a sa­ tisfacerse, encim a de los libros de Anatole France, las memo rias de Renán, las novelas de Flaubert y las de René Bazin.

acaricia y no se puede precisar,



como no

noche humedecida por la lluvia.

r·iene

para

las grandezas mezquinas de los hombres una ·

nsa que corta' porque' según dice, éstos se le , parecen a Palemón el estilita que despues de permanecer largos

años sobre una columna,

. Io Y meditando en los grandes enigmas deI c1e

de la tierra,

bajó impulsado por una

�uli1eza

a la altura en que se mov/a el sobrante de tos hombres. 'En cierta ocasión una gran figura de las letras nacionales llegó

comunicarle que aca­

u

bahan de nombrarla socia del Ateneo. 'Ella so/to el trapo de la nsu y palmo­ teando como un pillastre con la cara sucia, respondió: "_

/Qué felicidad!

i Ya soy de eso!

Lo

malo es que en casa no va a haber sitio para guardar tanto honor.

. "Sin embargo, tras su risa insolente de pi­

llastre vagabundo hecho con barro de alfare­ ria, aletea pausadamente la más espantosa de las tristezas; su alma

parece una noche de

luna barnizada de clandades, pero en verdad tenebrosa; mas como es demaswdo humana, sufre en las mañanas de sol glorioso porque la vida es corta, y en las tardes glaciales por-

que 110 concluye pronto ".

"La charla de Ca rmen Lyra está impregna­ da de suave iro nía, de un a burla amable que

24

asi

sabe en qué lugar está el aroma de una

25

(Nota 1).

III

Ya en su p r im era serie de rela tos (que hasta a h o ra no han sido . recogi dos e n l 1'b . ro Y an da n d 1spersos en rev·is t as y peno d i c os ) , pue d e notarse como la escr i tora v ª dando cabi d a en 1 a for ma I' ingu· ist ica urba na qu e e11 a a dop ta, al habl a ca si na, al habl a d eI " mpe concho" de A qui.1eo Echeverrí co nsciente recu rso a' de es t'I i o . para qu e, me d 1antc ' I os rela tos que é l' van sa1.1endo de su p i u rna ten g coI o r y sabor a n típicame nte "t·ICOS . f d caI'ismo, sentimentalismo punz ante humoris­ mo, campea n e n los re latos. AS MAD AMA ·

"

L

S BO­ YAR Y; POR ESAS A L MAS; LO QUE FUE PAJA RO B U L DEL BUZA R D E L A FUEN TE D E y DEL ARB ORO , OL CANTA; de A L M A RG E N D E L LIB RO DE y en los frag mentos de Dia ­ r i o que f orm an e1 ueño volu men titulado LAS F ANTASI AS D E Jl SILV EST R E . Son notables I o s re tratos de E N UNA SILL A DE R U E D AS ·. el .



fas

j:�

d e M 1gu e l' el de can del aria, el de ) acin ta, los de . .. las dos n1n · y 1tas .· G rac1a M erce di tas '· con fuer tes trazo . s cancat uresc os lo s d e 1 a • t i a Con cha Y e l t ío José . E stos pers o · . na¡ es que despie una gran simp atía rtan . por sus virtu des Y h asta por d e b 1. l .1 dade s ' sus e s t a' n prese ntado s e n la narra . como caractere s c 1 on e státicos. '

,

26

En cambio son caracteres d inámicos, -en evolu­ n ci ó verosími l - a lo largo de la narración, Sergio, de el protagonista, co ndenado desde niño a la silla na A y ; r uedas, porque as í lo dec retó el "destino" matrimonio María, la h u érfa na "entregada" a un sin hijos, que la trata con ausencia de toda caridad

cristiana . El tema del dolor, de la desgracia fatal que for­ ma el meollo patético de las vidas de Sergio y de Ana María, se equil ibra al final de l a narración con el del amor feliz, generoso, reden to r : el desen ­ lace bienaventu rado nos alivia la angustia del án i­ mo y si bien es cierto que hace brotar nuevas lágri mas, son lágrimas de dulce simpat ía, de plena s atisfacción

" E N U N A SILLA DE R U E D AS, dice don Abclardo Bonilla, es una versión poética y senti­

mental del costumbrismo, que en este caso es ac­ his­ cidenta! y puramente escenográfico. Es la

toria de un joven artista que sufre una pará­ lisis en su niñez y pasa su vida en una silla de ruedas . ..

''El relato abarca más de 20 años de la vida de Sergio, lo que le da una gran exten­ sión y densidad al argumento.

(. ) .

"La novela adolece de un exceso de senti­ mentalismo, que se hace más cruel por la maestnét de la aulora para explotar la emo­ ción. Pero con todos los defectos de una obra de iniciación en el género, creemos que es, entre las anteriores a 7 940, la novela más 27

rica en p eq ue ños det ane s , especialmente " ( imágenes y fi guras N ata 2). ·

La

novela

1a

;

critica inicial

ec1·b10 ··

muy

e Carmen

favorablement

A cualquier pecador o pecadora, una escena

e11

como esa lo llama a arrepentimiento. Es pre­

la

lyra Una muestra valio sa por provenir de don Joaquín García Mongc. es

siguiente'

muy

·

.

"Han principiad o ya "lib rer1a ·. -r orm

1 . . . ias Ed1c 10nes de !a o", que aplaudim os con entusiasmo. Con un tomito de nuest ra Carm , en Lyra : - EN UNA "¡SILLA DE RUED AS sta referido e l cu ento co n ternura y sencillez R emata . bien ' r.1· " //me nte, como a contele en los cuentos inf.anti·¡ es. Ls una maestra co mpasiva con Ios hu mildes la que narr a. Ella hª vi.sto sufrir He 1 con ocldo 11111_ chos niños Y . 1os pmta ca 11 gran acierto y . simpat/a Fste Sergt0 es la prue ba del Desti no. Una madre . menos fnvo/ a, mas relig . iosa' habr/a dado graoas a Dios por haberle enviado a este . S rg10, que po ne a prueba el temple de su ª1117ª' que con su 111validez fe da ocasiones . de ser paoe nte' de ser b uena, d e //eyar o .,., la sant Jua d por el sacr' 'f¡ICIO. · · ¿Qué . .. m as quer/a:> . QU/5/eramo . 'H s ver a Sergio Y es­ trechar sus manecitas ¿ emo . s visto su retroto a/auna 11,,7? ·



·

·

-

que seamos buenos.

ferible

e

Más angustias:

el hijo de Ana María. Tragedia, tragedia,- da miedo vivir,

lo confieso.

Esta buena piedad

de la escritora le presta a su obra amplitud, horizontes ... "Sabe

descubrir

con simpat(a el encanto

de fas cosas y de los seres humildes. Esta ha sido

su

caracterist lea

de

escritora.

Por

eso

tiene público d evot o. "Sobria en el habla popular inevitable de los pcrsona¡es,

lo que es una habilidad art ís­

tica en la autora. "ExqU1sita su 1mag111acion del pwsa1e nati­ vo. Sin par.

·



·



};

"T· !pos raros: Serqio . A na Mw.'ª . • nna_qi­ nativos Y me/a ncó/ic�s. uY pmtore sco: . Cunducha. Su sab. idurl(J le viene del pueb lo.

"Angustiosa fa entrevista de la página 89.

28

"Y para que fa obrita y perdurable, vidrio

de Ana

Porque ahí das ...

"

seu más arl istica

no le falta ni el símbolo: El María y la silla de ruedas.

vamos tirando: en silla de rue­

(N ola 3).

En CUENTOS DE MI TIA PANCHITA, Carmen Lyra recogió 23 relatos de la tradición popular. Trece de ellos (primero a decimotercero-cuartJ

edición)

proceden de

muy diversas

fuentes y no

sus

presentan, corno es lógico, ninguna relación en