Arte y vocabulario del idioma huasteco (1711)
 9783964563033

Table of contents :
Índice
Introducción
Agradecimientos
Textos
Dedicasion
Aprobaciones
Arte del idioma guasteco
Vocabulario del idioma huasteco

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Seberino Bernardo de Quirós

Arte y vocabulario del idioma huasteco (1711)

BONILLA ARTIGAS I.IM 1'ORI'S

LINGÜÍSTICA

VOL.

MISIONERA

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E D I T O R DE LA SERIE:

Otto Zwartjes (Amsterdam) C O M I T É ASESOR:

Cristina Altman (Sao Paulo) Georg Bossong (Zürich) Julio Calvo Pérez (Valencia) José Antonio Flores Farfán (México) Gregory James (Hong Kong) Emilio Ridruejo (Valladolid) Joaquín Sueiro Justel (Vigo) Klaus Zimmermann (Bremen) La colección L I N G Ü Í S T I C A M I S I O N E R A constituye un foro internacional con dos objetivos principales. Por un lado se trata de editar o reeditar principalmente obras lingüísticas del período colonial relativas a las lenguas amerindias y asiáticas. Por otra parte se persigue abrir un espacio para el estudio sistemático de la contribución de la lingüística misionera al conocimiento y descripción de estas lenguas.

Seberino Bernardo de Quirós

ARTE Y VOCABULARIO DEL IDIOMA HUASTECO (1711)

Edición crítica con anotaciones

filológicas

de Bernhard Hurch

Con colaboración en la redacción de Maria José Kerejeta

Iberoamericana • Vervuert • Bonilla Artigas Editores 2013

Esta obra ha sido publicada con subvenciones de la Universidad de Graz (Vicerrectorado de Investigación y Facultad de Letras), del Gobierno Regional de Estiria, de la Fundación Malvine ("Prof. Dr. H u g o - S c h u c h a r d t ' s c h e Malvinenstiftung") y de la Diócesis de Graz-Seckau. KAR1.-FRANZENS-UNIVERSITÁT

GRAZ

GEISTESWISSENSCHAFTLICHE FAKULTÄT

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Steiermark Wissenschaft

El manuscrito original es propiedad de la Biblioteca del Instituto Ibero-Americano de Berlín (Fondo Walter Lehmann), donde se guarda.

Reservados todos los derechos © Iberoamericana 2013 c/Amor de Dios, 1 - E-28014 Madrid © Vervuert2013 Elisabethenstr. 3-9 - D-60594 Frankfurt am Main [email protected] www.ibero-americana.net © Bonilla Artigas Editores S.A. de C.V., 2013 Cerro Tres Marías # 3 5 4 Col. Campestre Churubusco C.P. 04200, México D.F. [email protected] www.libreriabonilla.com.mx ISBN 978-84-8489-747-7 (Iberoamericana) ISBN 978-3-86527-796-1 (Vervuert) ISBN 978-607-7588-86-3 (Bonilla Artigas Editores) Depósito legal: M-25403-2013 Diseño de la cubierta: Carlos Zamora Este libro está impreso íntegramente en papel ecológico blanqueado sin cloro. Impreso en España

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Indice

INTRODUCCIÓN

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9.

El original Sobre Quirós La estructura del manuscrito y su descripción física Quirós y Nebrija De la Cruz, Quirós, Tapia Zenteno. Sobre la posición del manuscrito en la historia del estudio del huasteco Peculiaridades y alcance del manuscrito Sobre la edición Notas técnicas sobre la edición y lista de abreviaturas Referencias bibliográficas

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9 15 17 19 23 25 33 37 39

Agradecimientos

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TEXTOS

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Dedicasion Aprobasiones Arte del idioma guasteco Bocabulario del ydioma guasteco

46 54 66 140

Introducción

1. El original En el catálogo de las obras sobre las lenguas indígenas de América de Viñaza (1892: 136) se nombra, bajo el número 279, el siguiente manuscrito: Arte del idioma guasteco proporcionado en todas sus reglas con el de Antonio de Nebrija, compuesto por el Br. Severino Bernaldo de Quiros, estudiante teólogo. Ms. en 8o, de 51 hojas. Dedicatoria y aprobaciones del año 1722 (5 hojas); portada; arte (19 hojas); vocabulario (27 hojas). Códice que perteneció al Sr. D. José Ramírez. A esta entrada se refieren, con o sin cita directa, numerosos investigadores en sus por lo general breves descripciones históricas del huasteco. 1 El contenido de la obra permaneció en total oscuridad, y en toda mención ulterior se lamentaba la pérdida de este trabajo que ahora, por fin, se ha podido dar a la imprenta. Con posterioridad a la mención de Viñaza, el manuscrito se daba por desaparecido. Su descubrimiento es un ejemplo de la feliz coincidencia del trabajo bibliotecario y archivístico en el que, de manera inesperada, se sostiene en las manos una carpeta cuyo contenido resulta ser un verdadero hallazgo. Esto sucedió en verano del año pasado en la Biblioteca del Instituto Ibero-Americano Patrimonio Cultural Prusiano, en Berlín (en adelante IAI).2 Allí, sin mayores explicaciones

1 El huasteco es una lengua maya que por motivo de la temprana dispersión y la distancia geográfica con respecto al territorio en el que se habla el resto de las lenguas hermanas muestra rasgos fuertemente divergentes. Actualmente lo hablan entre unos sesenta y ochenta mil hablantes en los estados federados de San Luis Potosí y Veracruz. Ellos se autodenominan como tenek (teenek), pero aquí mantendremos, en especial por cuestiones de estilo, la denominación tradicional. Las diferencias ortográficas entre las variantes guasteco, huasteco y wasteko son irrelevantes, y las dialectales no merman sustancialmente la mutua comprensión. La descripción de Quirós se basa en la variante de San Luis Potosí [hva]. 2 [Bibliothek des Ibero-Amerikanischen Instituts - Preußischer Kulturbesitz]. Agradezco a los responsables de la biblioteca, en especial al Sr. doctor Gregor Wolff la ayuda prestada en todo

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Bernhard Hurch

no se hubiera sospechado en principio la posibilidad de este hallazgo, aunque, bien mirado, dicha ubicación no está exenta de cierta plausibilidad: el manuscrito forma parte del legado de Walter Lehmann 3 que se conserva en Berlín.4 El manuscrito tiene un formato de 15 x 10,3 cm y está encuadernado en piel de cerdo de color marrón. Consta en total de 118 páginas, aunque no todas están escritas (para más detalles, véase párrafo 3). Se trata sin duda del manuscrito original, ya conocido de antiguo, para el cual se escribieron en el año 1711 ambas aprobaciones introductorias. No se ha podido averiguar nada sobre el autor. El camino recorrido por el manuscrito hasta Berlín es, igualmente, confuso. Diversos autores que se han ocupado de la historia de la redacción de la gramática huasteca mencionan este manuscrito 5 e incluso repiten su descripción física, sin embargo todos ellos debieron recurrir a la misma fuente, es decir, a la cita de Viñaza arriba señalada. Algunos indican que se encuentra en paradero desconocido, otros afirman que está en «manos privadas» (Edmonson 1988). En virtud de la descripción física del manuscrito, es de suponer que el ejemplar aparecido en Berlín es exactamente el mismo que Viñaza menciona. Sin embargo, para formular esa descripción no fue necesario que lo tuviera en sus manos, con casi total seguridad obtuvo dicha información del catálogo del anticuario londinense Quaritch (1886 o 1891). No da más detalles del contenido, sin embargo, su presentación ajustada al catálogo permite al menos determinar la identidad.

El camino hacia Berlín Lamentablemente, ya no es posible determinar con certeza cómo tomó el manuscrito el camino hacia Berlín, pero existen algunos puntos de referencia, aunque no siempre sean congruentes. • Un Ex Libris en la parte interior de la cubierta trasera de cuero del manuscrito (véase imagen 2) señala como propietaria a la Biblioteca Franciscana de México. momento y su asistencia a la hora de realizar una excelente reproducción que está en la base tanto de la transcripción como de la impresión. 3 Walter Lehmann (1878-1939) fue un estudioso de lenguas americanas antiguas, etnólogo, arqueólogo, investigador y profesor académico de origen alemán, que desarrolló su actividad sobre todo en Berlín. Se doctoró en medicina y posteriormente fue colaborador de Eduard Seler. Viajes de investigación por encargo del Museo de Etnología de Berlín lo llevaron, entre 1907 y 1909, a América Central y a México (aquí se colocó la primera piedra de uno de sus trabajos principales Lehmann 1920). Después ocupó puestos destacados en su especialidad en Berlín. En 1934 se jubiló antes de la edad preceptiva. El legado de Lehmann alberga colecciones de proporciones asombrosas, y aún hoy no está completamente inventariado. 4 Otras partes se encuentran, según nuestro conocimiento, en otras bibliotecas alemanas, como por ejemplo en Munich. 5 Por ejemplo, encontramos citas directas en Montejano y Aguiflaga (1985: xlv) o en Edmonson (1988: 12); sin mención de la fuente, en Ochoa Peralta (1988: 318).

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De lo cual se deduce que este es el testimonio de propiedad más antiguo. Dado que las aprobaciones provenían del ámbito de la misión de los franciscanos, dicha ubicación no es en absoluto de extrañar (Herrera Casasús 1999). • Viñaza (1892: 136) señala al «Sr. D. José F. Ramírez» 6 como antiguo propietario del manuscrito. Parto del supuesto de que Viñaza no pudo examinar dicho manuscrito personalmente. A causa de la fuente en la que se basa utiliza el tiempo pasado al referirse a Ramírez (véase arriba: «perteneció»). La existencia de la biblioteca privada de José Fernando Ramírez era legendaria, se la llevó consigo en su exilio a Alemania y solo se dispersó a su muerte, vendida en parte por sus herederos, o subastada en Londres (Rivas Mata/Gutiérrez 2010, Montejano y Aguiñaga 1985). • Eduard Seler7 aparece como el siguiente propietario. No encontramos ninguna documentación acerca de él, pero es de suponer que adquirió el manuscrito a través de Quaritch. Seler, por su parte, se lo entrega a su alumno Walter Lehmann. • Este traspaso se deduce de una anotación en la p. 3 del original reproducido más adelante: «Das Original Ms. schenkte mir Geh. Rat Prof. Ed. Seler 1918. - Dr. W. Lehmann» ("El manuscrito original me lo regaló el consejero privado profesor Ed. Seler en 1918. Dr. W. Lehmann"). Tras la muerte de Lehmann dicho manuscrito pasa, junto con el resto de su legado, a la Biblioteca del Instituto IberoAmericano Patrimonio Cultural Prusiano, en Berlín. Hasta aquí las «estaciones» que se han podido rastrear.

Datación Las aprobaciones están datadas con las fechas del 10 y el 28 de agosto de 1711 (véanse MS 9 y MS 12). Aunque en lo que se refiere a estas aprobaciones se trate de transcripciones (probablemente realizadas por el propio Quirós), no hay motivo para dudar de estos datos. En la literatura se atribuye en general a este manuscrito el año 1722. Esta fecha tiene probablemente su origen en un dato erróneo que figuraba en el catálogo del anticuario Quaritch y prueba, entre otras cosas, que todas las menciones posteriores se derivan de ella. El detalle de la fecha en la página 12 del manuscrito (v. inf.) da sobradamente pie para la lectura errónea «1722» en lugar de «1711». 6 José Fernando Ramírez (1804-1871) fue un historiador, abogado y político mexicano. En esta última función fue senador y ministro, cargos ambos interrumpidos por el exilio. Y finalmente, entre 1864 y 1866, nuevamente ministro de Exteriores y presidente del Consejo de Estado bajo el mandato del emperador Maximiliano. Tras la muerte de este, Ramírez parte otra vez al exilio, esta vez a Alemania, y muere en 1871 en Bonn. 7 Eduard Seler (1849-1922). Se le considera fundador de los estudios mexicanos antiguos y, en general, de los estudios americanos antiguos. Era lingüista, filólogo, arqueólogo, etnólogo y museólogo, y académicamente un profesor muy influyente. Sus puntos fuertes eran las lenguas y los pueblos mayas. De su pluma salieron también importantes trabajos sobre los códices. Parte del legado de Seler se conserva igualmente en la Biblioteca del Instituto Ibero-Americano en Berlín.

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La indicación correspondiente en el MS 9 muestra, por el contrario, y sin duda alguna «1711». Una comparación de la escritura con otras cifras en el texto apoya la variante de lectura 1711. Walter Lehmann (1924a), el único que como se ve trabajó con el original, también fechó correctamente el manuscrito.

La copia de Lehmann Walter Lehmann parece haberse dedicado con intensidad al huasteco a principios del verano de 1924. En su legado se conservan trabajos manuscritos de considerable extensión sobre dicho tema que lo prueban. Se trata de copias y estudios de material lingüístico relevante, de repertorios de palabras y de gramáticas. En aquella época el número de trabajos impresos no era muy grande, sin embargo, Lehmann disponía también de mucho material no impreso, procedente sobre todo del legado de Seler. Su ensayo sobre las lenguas de América Central ya había sido publicado (Lehmann 1920), sin embargo, parece que con la recepción de los materiales propiedad de Seler se vio una vez más inmerso en una ola de intensa actividad lingüística. Walter Lehmann llevó a cabo un extracto del Arte (Lehmann 1924a) y una copia completa del Bocabulario (Lehmann 1924b) de Quirós. 8 Al parecer era consciente del significado de este manuscrito. La copia del Arte está fechada el 18 de mayo de 1924 y según sus informaciones la del Bocabulario se realizó entre el 27 y el 29 de abril de 1924.9 Ambos se encuentran en la Biblioteca del IAI. Las páginas 2 y 3 (v. inf. imagen n. 1) proporcionan algunos detalles que, al menos, ayudan a establecer el traspaso del original de manos de Seler a los de Lehmann. Sobre la procedencia del original mismo, parece no tenerlo claro, ya que realiza la siguiente anotación: «nach dem Original des Manuskripts in Kl. 8 o . (Schweinsleder) der Bibliothek [Name bis zur Unleserlichkeit gestrichen; eingefügt stattdessen:] Orozco's?» [["según el manuscrito original en 8. menor (piel de cerdo) de la Biblioteca [con el nombre tachado hasta resultar ilegible; en lugar de eso añade:] de Orozco?"]].

8 En el legado de Lehmann depositado en la Biblioteca del IAI se conservan al menos los siguientes trabajos sobre el huasteco: la inversión completa del diccionario de Tapia Zenteno (1767) basada en el trabajo preliminar de Seler; una copia de Conversación en lengua Huasteca (v. inf.); una copia del Intérprete Huasteco de Serapio Lorenzana (1896); bajo el título «Huastekische Studien», refundiciones de listas de palabras de Walter Staub (ordenadas según campos semánticos), así como extractos de la Cartilla Huasteca de Marcelo Alejandre (1890). Estos papeles manuscritos abarcan unas cien páginas. Aún no se puede afirmar con certeza si en el legado existen o no más trabajos manuscritos suyos. Los repertorios de palabras disponibles están aún a la espera de que se registren. 9 La transcripción del Bocabulario lleva una antigua signatura de la Biblioteca, L 10021, y el sello «Bibliothek Dr. med. et phil. W. Lehmann» ("Biblioteca del Dr. en medicina y filosofía W. Lehmann"). La transcripción en sí se realizó en un tiempo muy breve y no está exenta de errores. A pesar de los trabajos preparatorios arriba mencionados, Lehmann no era en absoluto especialista en huasteco. De modo que para la presente edición no ha sido una fuente de consulta fiable.

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Imagen n. 1: Páginas 2 y 3 de la copia de Lehmann de Quirós.10

10 En la transcripción de Lehmann resulta chocante el orden, ya que el contenido de la página 3 debería anteceder al de la página 2.

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Imagen n. 2: Ex Libris del manuscrito de Quirós (parte interior de la cubierta trasera).

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La «Conversación» En la Biblioteca del Instituto Ibero-Americano de Berlín existe otro manuscrito importante para la historia del huasteco, que puede arrojar luz sobre un tramo del camino hacia Berlín. El título identificable más antiguo reza: Lengua Huasteca. Conversación." La historia de este escrito parece presentar paralelismos con el trabajo de Quirós. Es asimismo dudoso que Viñaza lo tuviera en sus manos, presumiblemente los datos que se mencionan abajo los copió también en su totalidad del catálogo de Quaritch. Al igual que el de Quirós se tuvo por perdido y, del mismo modo, terminó en las manos de Seler/Lehmann/IAI. La descripción de Viñaza (1892: 141) reza como sigue:12 291. Conversación en Lengua Huasteca, ó frases y coloquio en sentencias, en español y en huasteco. Escrito, aproximadamente, el año 1730. MS. original, en 4°, de 56 páginas, con una transcripción moderna, en 43 hojas, por don J. F. Ramírez. Londres: Librería de B. Quaritch, 15, Piccadilly, Catálogo núm. 112; Mayo, 1891, núm. 1581. Aparentemente, ambos manuscritos estuvieron en posesión de J. F. Ramírez y Seler los adquirió en Londres. Una comparación de las escrituras muestra que con seguridad no proceden del mismo autor, y que tampoco fueron escritos por la misma mano, pero que, sin embargo, se remontan a la misma época (Hurch en preparación).

2. Sobre Quirós Sobre el autor del manuscrito, Seberino Bernardo de Quirós, no se ha podido averiguar nada, ni siquiera el más mínimo dato anagráfico. Su actividad profesional permanece también en la más absoluta oscuridad. Y es que el nombre de Quirós no aparece de ningún modo que aquí sea relevante ni en los archivos parroquiales pertinentes de la Huasteca Potosina, ni en el archivo diocesano de Ciudad Valles, ni en el archivo parroquial de Tancanhuitz, ni en el archivo mexicano de

11 El título más usual en la literatura, «Conversación en lengua Huasteca», tiene su origen en la entrada de Viñaza que se cita a continuación. 12 Este manuscrito ha de editarse por separado y no puede ser aquí objeto de un tratamiento exhaustivo. En el legado de Lehmann existen en total tres copias de este trabajo: el original, una copia que data probablemente de la 2.a mitad del siglo xix, y otra copia, esta vez de Lehmann. Los dos primeros están encuadernados conjuntamente (aunque no antes del siglo xx), el tercero constituye un volumen separado.

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los franciscanos. 13 De modo que con toda seguridad no ejerció ninguna actividad pastoral. Tampoco se menciona su nombre en la bibliografía pertinente: ni en Meade (1955), un tratado cronológico de la actividad misionera en la Huasteca en dos tomos, ni en Meade (1976), dedicado de manera específica a las misiones franciscanas. En la monografía de Herrera Casasús (1999) se encuentran citas de crónicas bastante exhaustivas, sin embargo en su exposición en la que investiga de manera ejemplar la Custodia de Salvador de Tampico ni siquiera se mencionan los actores que figuran en el manuscrito, es decir, los dos autores de las aprobaciones. De hecho, parece haber poco material sobre los primeros años del siglo xvm. Esto vale también para la misión de Tampaxkidh, 14 que por estar situado en la frontera, acogió asentamientos tanto de los huastecas clásicos como de la tierra de los pame. Se puede obtener algún conocimiento sobre posibles residencias, aunque bastante escaso, de las declaraciones de la segunda aprobación: según estas Quirós vivió durante tres años junto con Francisco Martínez Flórez de Loasa en la Huasteca, de los cuales dedicó dos al estudio de la lengua. El referido lugar de la «hacienda de Sra Santana de Tamcolol» se sitúa dialectalmente en aquella región, es decir, a pocos kilómetros y en el área de influencia directa y en la administración eclesiástica de Tanlajás (Herrera Casasús 1999: 63). Ya mis informantes, a causa de determinadas especificidades léxicas, habían señalado Tanlajás como posible lugar de procedencia del manuscrito. El único trabajo lexicográfico conocido, basado parcialmente en el dialecto de Tanlajás, es Orta (s. d.), un trabajo en ciertos aspectos peculiar y autodidacta, pero que sin embargo es aprovechable y que confirma nuestra suposición acerca de la localización dialectal del manuscrito de Quirós. Es cosa sabida que el grado de instrucción de los misioneros lingüistas era muy diverso (cf. Hovdhaugen 1996: 16s.). Quirós se refiere a sí mismo como «Bachiller» y «estudiante teólogo», lo cual implica cierto nivel de formación. No menciona ninguna especialidad para sus estudios, pero en aquella época lo más usual solía ser la combinación de Filosofía y Teología.15 Posiblemente, durante sus estudios de Teología dedicó algún tiempo a Antonio de Nebrija, sin embargo no llega a hacer ninguna reflexión crítica, ni en lo que se refiere a las categorías gramaticales generales ni en lo que atañe en concreto a la elaboración de su Arte y de su Bocabulario. Hasta dónde llega esta dedicación es algo que queda por esclarecer. Sin embargo, a todas luces Quirós poseía un conocimiento del latín lo bastante fluido como para insertar un texto de tres páginas en dicha lengua, en el 13 Por la activa asistencia en la búsqueda de material y de datos sobre la actividad profesional de Quirós como teólogo o pastor de almas estoy en deuda con el obispo de Ciudad Valles, monseñor Roberto Octavio Balmori Cinta, y en lo que se refiere a su posible actividad como misionero franciscano, con el provincial de la Orden de los Franciscanos y de la Universidad de las Américas, Francisco Morales. V. tbn. Velázquez (1897-1899). 14 Lugar en el que ejerció su actividad López de Mendoza, uno de los dos autores que redactaron una aprobación (v. inf. p. 55). 15 Esta era, por ejemplo, la formación recibida también por Carlos de Tapia Zenteno.

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que trata cuestiones teológicas concernientes a la gramática. Nada se sabe sobre si Quirós siguió ocupándose del huasteco o de otras lenguas indígenas de México.

3. La estructura del manuscrito y su descripción física En la forma en la que nos ha llegado, el manuscrito consta de las siguientes partes: 1. una dedicatoria (Dedicasion) 2. una hoja indefinible (probablemente con el visto bueno) 3. dos informes de superiores de la orden (aprobaciones) 4. la gramática (Arte) y 5. el diccionario (Bocabulario). El formato en octavo tiene unas dimensiones de 15 x 10,3 cm. La encuademación en piel de cerdo procede también, con toda seguridad, de principios del siglo XVIII, de manera que se puede partir de la base de que la apariencia actual de la obra es atribuible al propio autor. Sin ninguna duda este manuscrito es el original. Esta suposición es totalmente admisible porque la parte más importante, el diccionario, refleja el proceso de su propia creación, es decir, que se trata exactamente de la versión surgida en el transcurso de la encuesta. Esto se evidencia en algunos detalles gráficos: - la columna de las palabras españolas de partida se escribió en primer lugar; los equivalentes huastecos se fueron rellenando después (si se tratara de una copia, ambas columnas tendrían el mismo aspecto); - ocasionalmente, algunas palabras se dejan de lado y se señalan con una «+», la mayor parte de ellas se completa más tarde, a menudo con otra tinta; - con esa misma tinta de los añadidos posteriores, se encuentran tachaduras y rectificaciones; - existen entradas de equivalentes huastecos, que espacialmente tienen en cuenta los trazos superiores de los caracteres de las entradas que les siguen, en las que, en consecuencia, la segunda entrada es anterior a la primera. En una copia no se encuentran este tipo de cosas.16 En cuanto al estilo de escritura, el manuscrito consta de tres partes: • La dedicatoria parece tener un origen independiente; se trata de hojas sueltas que al encuadernar se colocaron delante de los pliegos en octava. • Los tres primeros pliegos en octava contienen las Aprobasiones y el Arte. Las aprobaciones deben ser copias de los informes de otros autores, puesto que aquí aparecen con la escritura de Quirós. Estos tres pliegos en octava muestran indicios de ser una transcripción. 16 Así, varias veces en la columna izquierda del MS 96. Es muy llamativo en la entrada «rebolcar boliqui», en la que los palos tanto de la «b» como de la «1» invaden el trazo de la palabra que está encima «huaelhxim», lo cual demuestra que este segundo, aunque alfabéticamente anterior, se escribió más tarde.

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• El diccionario empieza con un nuevo pliego. Se extiende en total a lo largo de tres pliegos completos y uno incompleto. Como se ha comentado arriba, no se trata de ninguna copia. El manuscrito está en general escrito sobre el mismo papel, lo cual indica que se elaboró en un marco temporal relativamete breve. Es posible que la encuadernación se realizase en dos etapas, sin embargo esto es algo que hoy, sin un análisis exhaustivo, es imposible determinar. Solo la parte de la gramática está estructurada en su contenido. A un Prólogo le siguen algunas Advertencias sobre elementos de gramática como las partes de la oración, la formación de palabras, la distinción nombre-verbo, el género (sexo) y los pronombres personales. Básicamente, estas advertencias parecen cumplir la función de plasmar regularidades que a todas luces divergen del español. La parte más extensa del Arte es el apartado Vervo, una presentación —en esencia una ejemplificación a base de tablas— de las categorías verbales. Quirós construye dichos paradigmas conforme al modelo del latín. La descripción la completan algunas observaciones (como la identidad de los pronombres personales y posesivos). En relación a la estructura del texto, es digno de mención que el apartado del verbo llena un pliego independiente y que quizás también fue escrito (o copiado) por separado. El tercer pliego del Arte contiene algunas incongruencias estructurales. Las dos primeras páginas están vacías. Entre el MS 40 y el 41 se observa un salto en el contenido, como si faltase una parte. Sin embargo, el pliego está completo, lo cual da a entender que no ha podido perderse una hoja, sino que más bien ha debido de producirse un error al hacer la copia. Esta tercera parte está dedicada al nombre, las categorías nominales (caso, comparación, etc.), preposiciones y adverbios, la frase nominal, la frase y las categorías correspondientes, como la concordancia. En este apartado, Quirós introduce un texto en latín que ocupa alrededor de tres páginas. Con este cambio estilístico, se entrega a algunas reflexiones sobre la base teológica de las categorías gramaticales. Es un ingenuo intento de establecer un nexo con pensamientos aristotélicos o escolásticos. La parte final de esta gramática da la impresión de haber sido redactada precipitadamente y con mucha imprecisión. Sin embargo, el manuscrito es manifiestamente incompleto, ya que en ambas aprobaciones se mencionan partes que actualmente faltan. Ignacio López de Mendoza dice: «juntamente con dicho arte un vocabulario del mismo idioma, un catecismo y un manual con su confesionario» (v. inf. la primera aprobación); Francisco Martínez Flórez de Loasa, autor de la segunda aprobación habla de las siguientes partes: «arte del idioma, un catecismo [...] y un manual con su confesionario». No debe sorprendernos el hecho de que Martínez no nombre el diccionario, ya que probablemente lo incluye dentro del Arte. No parece que sea ya posible aclarar el paradero de estas partes. Si la encuademación coincide con el momento de la producción, eso significaría que las par-

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tes se separaron muy tempranamente. Esto no es de extrañar, en tanto en cuanto la finalidad y los destinatarios de las diversas partes son distintos. El diccionario y la gramática no parecen destinados a un uso cotidiano sino para la continuidad del trabajo misionero, los textos utilitarios servían, por el contrario, en la labor pastoral diaria.17 De modo que no se podrá establecer si estos últimos se elaboraron a partir de versiones anteriores (p. ej de Guevara o de De la Cruz 1571) o sirvieron como modelo para versiones posteriores (p. ej. para Tapia Zenteno 1767).

4. Quirós y Nebrija El trabajo de los misioneros lingüistas, que afortunadamente en los últimos años ha experimentado una atención creciente, 18 tiene dos filos. En principio no se cuestiona la importancia de sus trabajos escritos tanto para la lingüística actual como para su historia particular. Durante siglos han sido casi exclusivamente los misioneros quienes han proporcionado descripciones de las lenguas del mundo, aunque no fuera esta su verdadera meta. Grandes proyectos enciclopédicos, que surgieron durante o como consecuencia de la Ilustración,19 hubieran sido impensables sin las gramáticas de los misioneros. Estas ofrecen casi por doquier las pruebas documentales y descripciones más antiguas para los estudios históricos, y con ello constituyen su base empírica. Sin embargo, muchos de los estudios adolecen de descripciones de lengua y gramática demasiado esquemáticas y eurocéntricas. Esto obedece a la propia instrucción de los misioneros, a la estrechez metodológica demasiado sometida a la finalidad y a su conservadurismo programático. A las gramáticas (Aries, o a veces más breves, Noticias) y diccionarios (Bocabularios, Diccionarios) van asociados textos de tema espiritual. Con este nombre se designan todas aquellas obras como los catecismos, introducciones a actos espirituales como los sacramentos (Administración de Sacramentos) modelos de discursos y sermones, presentaciones de las verdades de la fe (Doctrinas), etc., que a veces por separado, a veces junto con gramáticas y diccionarios configuran la columna vertebral —aunque sea limitada— de una comprensión textual. A menudo sucede que hoy solo disponemos de uno de los tipos de texto arriba

17 No resulta nada extraño que los trabajos misioneros se dividieran de este modo y que hoy solo se conserve, fundamentalmente, una de las partes. 18 Entretanto, han salido a la luz diversos trabajos introductorios sobre la importancia para la lingüística de la actividad de los misioneros, a los que hemos de remitimos aquí: p. ej. Hovdhaugen (1996) y Zwartjes (2011). " A ellos pertenecen proyectos de investigación de finales del siglo xvm y principios del xix estrechamente relacionados entre sí de la Academia de San Petersburgo (v. Pallas 1786-1789); la recopilación de Hervás y Panduro, en especial el Catálogo de las lenguas (1800-1805); el Mithridates de Adelung/Vater (1806-1817) o el trabajo lingüístico enciclopédico de Guillermo de Humboldt, que solo se conocía en parte y que ahora se edita en toda su extensión (v. Humboldt 1993s.).

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mencionados, pero que tenemos conocimiento de todo lo que constituía el original. También en el caso que nos ocupa parece que una parte se ha perdido (v.s.). En lo que se refiere a la empresa de las misiones españolas, la personificación de este trabajo descriptivo lo encarna, por encima de ningún otro, Antonio de Nebrija, o el desarrollo de sus ideas en la versión revisada de las Introductiones Grammaticae del jesuita Juan Luis de la Cerda, de 1598 o de 1601.20 21 Precisamente, los grandes avances de Nebrija resultan ser a menudo en las gramáticas de los misioneros una especie de camas de Procusto y en este sentido, en el fondo, entran en contradicción con el original. No en vano, el logro de Nebrija fue precisamente haber puesto de relieve y haber establecido la singularidad e independencia del español con respecto al latín. El uso esquemático de sus categorías aplicado a nuevas lenguas no refleja de ninguna manera el pensamiento de Nebrija. Acudir a Nebrija como antecesor y como punto de partida es, naturalmente, un arma de dos filos. Esto da una idea del verdadero nivel de formación de Quirós, teniendo en cuenta que se trata de alguien que se designa a sí mismo como «estudiante teólogo», también como recurso para la captado benevolentiae. Con ello su empresa descriptiva tendría el apoyo de una autoridad que lo inmunizaría contra la crítica: Nebrija como marca. Quirós hace referencia a Nebrija en ambas portadas, tanto en la del Arte como en la del Bocabulario. Sin embargo, se trata de mucho más que de una captatio: 20 Pretender discutir aquí sobre la importancia de Nebrija, sobrepasaría con creces los límites de lo materialmente posible. Existe sobre el tema una bibliografía realmente extensa (citada, p. ej., en Braselmann 1991). Trabajos como el de Lope Blanch (1994), que ponen de relieve su originalidad, actualidad y calidad de precursor, no tienen gran interés para la historia de la lingüística y la teoría del conocimiento. Evidentemente, la importancia de Nebrija para las gramáticas de los misioneros no constituye más que uno de los aspectos de su influjo, pero un influjo tal, que el propio autor no pudo de ninguna manera predecir. En los estudios románicos europeos este aspecto ha sido puesto de relieve una y otra vez (v. Ineichen 1991), pero nunca se ha estudiado realmente. La investigación independiente de las gramáticas de los misioneros supuso en este punto un gran paso adelante. 21

Yáñez Rosales (2007) se ocupa específicamente del influjo del diccionario latino-románico de Nebrija (1516) en la lexicografía de los misioneros del México colonial del siglo xvm. Desgraciadamente no conoce el trabajo de Quirós. En relación al huasteco comenta extensamente el trabajo de Tapia Zenteno (1767). Sin embargo, la dependencia de Tapia con respecto de Nebrija no se fundamenta de manera convincente. Con todo, es mucho más problemático y fundamental que varias veces, equivocadamente, sostenga que de la pluma de Tapia salió, además del diccionario españolhuasteco, otro, huasteco-espafiol. Sobre esta afirmación, Yáñez construye también algunas tesis fundamentales de su trabajo. Pero son erróneas debido, en primer lugar, a una lectura equivocada por parte de la propia autora, y en segundo lugar, a la pésima ténica empleada por Acuña en la edición de la obra de Tapia Zenteno (v. 1985). Acuña imprime, sin ningún comentario aclaratorio, la inversión del diccionario realizada por él mismo al final de la transcripción del original y dicha intervención la menciona únicamente en el prólogo. Una mirada al original, que en un trabajo así debería ser inexcusable, o una lectura más atenta hubiese sin duda ahorrado a Yánez Rosales este embarazoso error. Hay otros investigadores que también se han tomado la molestia de invertir el diccionario de Tapia del español-huasteco original al huasteco-español. Los hay impresos y manuscritos, además del de Acuña, al menos el de Alejandre (impreso en 1890), el de Montejano y Aguiñaga y el de Walter Lehmann (manuscritos).

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Quirós se pega a su modelo Nebrija rayando en el servilismo. Basten unos pocos ejemplos para ilustrarlo. • Así, Quirós habla de tres conjugaciones en referencia al verbo, y lo ilustra con ucanegal, uexsobchial y uajum. En vano se buscan razones formales que pudiesen apoyar la constitución de estas clases. Después de todo, se trata simplemente de la evidente transposición de las conjugaciones «amare», «docere» y «legere» latino-románicas, sin dedicar ni una sola palabra a la justificación de las mismas en huasteco. • Las categorías temporales, formas verbales infinitas, etc., reproducen exactamente las del modelo latino-románico; los modos de acción y el aspecto ni siquiera se toman en cuenta. • Las listas de palabras del Bocabulario fueron elaboradas por adelantado y comprenden —salvo un puñado de excepciones— únicamente palabras tomadas directamente de Nebrija, incluidos los significados específicos que pueden adoptar en determinadas condiciones. Parece que Quirós trabajó con la edición de 1516. La única novedad es la mayor abundancia de expresiones de la vida religiosa. El dominio de una lengua indígena con el objetivo de una evangelización eficaz no incluía en absoluto para los misioneros un interés por las particularidades culturales. Por el contrario, junto con la religión debía transmitirse también un sistema de pensamiento y de valores de impronta europea. Por este motivo, muchos de los autores dedicados a la actividad misionera se familiarizaron poco con la cultura indígena y en general, sobre todo en su producción escrita, se quedaron adheridos a ideales eurocéntricos. De manera que no estaban realmente interesados en hacer contribuciones significativas para la comprensión etnográfica ni para la etnolingüística y, en definitiva, tampoco para la gramatical. 22 Existen dos tipos de orientaciones en las que las gramáticas de los misioneros, que están a medio camino entre la teoría y el empirismo, pueden ser significativas: algunos misioneros comprendieron la «otredad» de las lenguas descritas por ellos y buscaron alternativas o, como mínimo, ampliaciones al repertorio descriptivo del modelo indoeuropeo existente. Antonio del Rincón, jesuíta, de descendencia indígena náhuatl, estableció con su Arte mexicana de 1595 nuevas pautas, en la medida en 22

Desde un punto de vista antropológico, la información proporcionada por los textos de los misioneros solo se puede extraer de manera muy indirecta. Así, por ejemplo, Montejano y Aguiñaga (1985) y aún con más detalles Meléndez Guadarrama (2011) ponen de relieve las informaciones que se encuentran en Tapia Zenteno (1767), p. ej. en el apartado sobre la Administración de Sacramentos. De las estandarizadas preguntas de los sacerdotes sobre pecados relativos a determinados mandamientos o sacramentos se podría deducir algo sobre los verdaderos usos y costumbres de los huastecos. El impresionante trabajo de Bernardino de Sahagún [ca. 1500-1590] adquiere en este contexto una posición tanto más relevante cuanto que el autor no ejerció de misionero en sentido estricto, sino como historiador y etnólogo. Junto con trabajos lingüísticos sobre el náhuatl, su Historia general de las cosas de Nueva España (ed. 1956) es de una importancia fundamental para el conocimiento del México prehispánico. Sin embargo, en Quirós no encontramos ningún indicio de que conociese el trabajo de Sahagún.

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que aportó en su descripción puntos de vista que trascendían los límites de lo eurocèntrico (Guzmán Betancourt 2002). Sin embargo, es evidente que Quirós no conocía el trabajo de Rincón.23 En autores posteriores es fácilmente reconocible si, además de a Nebrija, conocían también la emergente lingüística mexicana independiente de los misioneros y la utilizaban de forma creativa en su trabajo. Incluso si Quirós se ciñe casi servilmente al modelo de Nebrija, no se debe subestimar su importancia. En una evaluación se deben retratar diversas dimensiones. Ya que, más allá de una valoración desde la lingüística, solo el material léxico recogido es de gran importancia, especialmente desde el punto de vista histórico, y por ello más que una mera pieza arqueológica para cuestiones de parentesco y de representación de peculiaridades de tipología areal. En el apartado 6 se tratarán con más detalle especificidades de contenido del trabajo de Quirós. El diccionario de Quirós es un ejemplo de lo poco que se habían interesado los misioneros de aquella época sobre la realidad de la vida de las poblaciones indígenas, tanto en lo que se refiere a los aspectos sociales como a la naturaleza y el medio ambiente. Se mencionan pocas plantas, frutos o animales, y si se ha elegido el diccionario de Nebrija como punto de partida, no es de extrañar que no aparezca ningún ejemplar indígena. Por otra parte, el añadido «caxtila» o «castila» indica que algo se clasifica como variante española de una realidad mexicana, por algún parecido o a causa de un solapamiento de funciones. El informante da como equivalente del es. 'pimienta' el huast. izh cazttila, teniendo en cuenta que la palabra actual its significa 'chile', la forma en el diccionario de Quirós vendría a ser 'chile de Castilla'. En contraposición a la incomprensión de la realidad indígena, existe un gran número de expresiones sacadas de la vida y el pensamiento cristianos y que solo se podían formar a base de calcos semánticos o de préstamos lingüísticos. Quirós no agota ni de lejos lo que hubiese estado a su disposición, pero no está claro si esto solo es achacable a la falta de dominio del idioma. En cualquier caso era probablemente parte del programa misionero: la vida cotidiana de las poblaciones indígenas también constituía su objeto de interés. El trabajo de evangelización significaba también europeización, no solo en lo que se refiere a las creencias.

23 Hasta qué punto este desconocimiento es fruto de la negligencia o se trata de una carencia sistemática de los franciscanos y de su ámbito, que ignoraban los trabajos de los jesuítas, es algo aún por indagar.

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5. De la Cruz, Quirós, Tapia Zenteno. Sobre la posición del manuscrito en la historia del estudio del huasteco La historia del trabajo de los misioneros sobre el huasteco es algo que no se puede ya reconstruir ni con seguridad ni en su totalidad, ya que no se conserva ninguno de los manuscritos más antiguos, solo la noticia segura de su existencia. Montejano y Aguiñaga (1960, 1985) pone al día la historia de las publicaciones e investigaciones sobre el huasteco. Lo hace con gran pasión, pero no con imparcialidad, y a pesar de que en general es fiable, en ocasiones, por desgracia, no es muy exacto y escribe con cierta reiteración. La obra impresa más antigua que se conserva es la Doctrina christiana del padre agustino Juan De la Cruz, del año 1571. La segunda, la Noticia de la lengua huasteca del sacerdote Carlos de Tapia Zenteno, escrita probablemente en la década de 1740, pero que no se publicó hasta 1776.24 Con ello, el trabajo de Quirós se sitúa cronológicamente entre ambos y ya solo por ese motivo ocupa una posición muy eminente en la historia de la bibliografía sobre el huasteco. Además, al ser una de las fuentes más antiguas, es también de gran relevancia para la historia del propio huasteco y para reconstruir su relación con las lenguas vecinas y con otras lenguas emparentadas de la familia maya. En la historia de la descripción del huasteco, hay muchos puntos en los que se anda a tientas. Es verdad que Montejano y Aguiñaga (1960, 1985) consigue aclarar algunas cosas, sin embargo, ya solo el desconocimiento de Quirós y de la Lengua Huasteca: Conversación constituye una carencia considerable. Juan De la Cruz (1571) menciona en su Epístola nuncupatoria, es decir, en la dedicatoria de la introducción, una Doctrina más antigua, de «Juan de gueuara» (Guevara) del año 1548, probablemente impresa en México. La única fuente fiable de este escrito es el propio De la Cruz. En qué medida construye su Doctrina partiendo de la de Guevara, es decir, simplemente se limita a corregir los errores de aquel, que tiene 20 años, no lo sabemos; sin embargo, sería lo esperable.25 Montejano (1985: xxvii) sostiene con gran capacidad persuasiva la suposición de que la Doctrina cristiana en el idioma de los indios de Panuco que figura en diversas bibliografías 24 El manuscrito de Chicago podría ser una copia, ya que las dos partes de las que consta (Paradigma Apologético y Noticia) fueron a todas luces escritas de un tirón, a pesar de que son de distinta fecha. 25 El hecho de que todos los ejemplares impresos se hayan perdido es lamentable, pero no es una suposición irreal. También del libro de De la Cruz (1571) solo debieron sobrevivir cuatro ejemplares (Montejano y Aguiñaga 1985: xxxi). Si se tiene presente el III Concilio Mexicano de 1585 no sorprende tamaña desaparición. En dicho Concilio se impulsó la necesidad de los catecismos para la evangelización, y su estandarización de manera programática. Al mismo tiempo, se prohibió «bajo la misma pena de excomunión el uso de todas las otras [traducciones del catecismo] que se publicaron antes o que, después de este decreto, se publiquen de otro modo que el sancionado en la presente constitución» (Concilio III Provincial Mexicano, México 1859, p. 15; cit. según la nota n. 33a de Montejano y Aguiñaga en Tapia Zenteno 1985: 9).

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nunca ha tenido una existencia independiente, sino que se trata de la misma que la de De la Cruz. Los escritos de Andrés de Olmos sobre el huasteco también se han perdido en su totalidad. Este pasó los 20 últimos años previos a su fallecimiento en 1571 en la Huasteca, y en ellos, básicamente, contribuyó a la organización de las estructuras de la misión. De él se citan entre otros, una vez más en De la Cruz, algunos escritos sobre el huasteco, un Arte, un diccionario y diversos textos prácticos de carácter religioso (Doctrina, Confesionario y Sermones). A diferencia de los escritos de Olmos sobre el mexicano, los trabajos huastecos no llegaron a imprimirse. Aquí vuelve a plantearse la cuestión del grado de influencia que ejerció Olmos en el trabajo de Tapia Zenteno. Se trata de algo que actualmente ya no se puede precisar; no obstante, de entre todos los escritos que se han conservado, el Paradigma Apologético de Tapia Zenteno es el único en el que se puede rastrear su huella. Igualmente en Tapia Zenteno, esta vez en la Noticia, se hace constar que en 1689 se publicó una segunda edición de la Doctrina de De la Cruz. Tapia Zenteno proporciona en su descripción una serie de detalles (p. ej. el uso de letra romana en lugar de la gótica y el número de páginas), de manera que no cabe poner en duda la afirmación. No obstante, no se ha conservado ni un solo ejemplar de dicha edición. Tapia Zenteno ejerció de párroco de Tampamolon y como tal escribió la Noticia. Los Pareceres del texto que no se imprimió hasta 1776 son originariamente de 1746, su Paradigma Apologético se presenta como el punto de partida general para el tomo siguiente. En cuanto a la Noticia, se llama así por modestia, porque el autor no se atrevía a atribuirle el nivel de un Arte. Bajo este título se integran un fragmento de gramática {Noticia), el diccionario (Diccionario Huasteco, españolhuasteco), un Catecismo y Doctrina Christiana en Lengua Huasteca y un texto sobre la Administración de los Santos Sacramentos. Quirós no menciona ninguno de los trabajos anteriores a él, y tampoco se le nombra en ninguno de los posteriores. Esto último puede deberse al notorio hecho de que no era un calígrafo muy diestro y a que, por otro lado, se remite exclusivamente a Nebrija. Pero no está claro si tuvo acceso a la literatura sobre el huasteco existente en la época (De la Cruz 1571 o la edición de 1689 arriba mencionada). Puesto que Tapia Zenteno cita en su integridad la no muy extensa bibliografía huasteca, incluso debemos únicamente a su descripción el conocimiento de algunos escritos perdidos, pero en cambio no menciona a Quirós. Se ha de concluir pues que no conoció a este ni supo de su obra. El espacio geográfico en el que estuvieron Quirós y Tapia Zenteno es, por otra parte, relativamente pequeño. El primero vivió probablemente en las cercanías de Tanlajás, donde trabajaría en su obra; Tapia Zenteno en Tancanhuitz, San Antonio y, principalmente, en Tampamolon, es decir, en parroquias todas ellas colindantes entre sí. Del mismo modo, los periodos de sus respectivas actividades están muy próximos. Montejano (1985: xxxiv) encuentra la prueba documental más antigua en la parroquia de

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Tancanhuitz en el año 1723, es decir, 12 años después de que Quirós redactara el escrito que aquí nos ocupa. El historiógrafo potosino asume que Tapia Zenteno debió de llegar a la Huasteca alrededor de 1714 y que permaneció en dicho lugar unos 20-25 años cumpliendo diversas funciones. Existen fundadas razones para suponer que en el momento en el que Tapia Zenteno llegó al país S. B. de Quirós se habría marchado ya. De lo contrario, sería difícil de entender que en la pequeña comunidad de misioneros Quirós y Tapia Zenteno hubiesen podido trabajar en cuestiones similares sin encontrarse. 26

6. Peculiaridades y alcance del manuscrito El «Arte» Resulta imposible situarlo en una historia de las ideas y del pensamiento de la investigación, ya que el trabajo de Quirós, además de ser pionero en su género, no se dio a conocer, con lo que, en cierta medida resultó «estéril»: no podía basarse en ningún ensayo de gramática del huasteco, de modo que tuvo que desarrollar sus propias ideas, o revisar en el huasteco las ideas de gramáticas existentes sobre el latín. Lo mismo se puede decir respecto del Bocabulario: cuando trabaja en el manuscrito del diccionario no puede recurrir a ningún modelo sobre el huasteco. A pesar de todas las críticas que se puedan hacer a su trabajo, hay que tomar en cuenta este aspecto y, sobre todo, reconocer el esfuerzo de Quirós. Una primera lectura del Arte provoca frustración, por la enormidad de lo que falta y por lo poco detallado de la exposición. Pero se parte con demasiada ligereza de la idea que tenemos hoy de qué es o qué deseamos que sea una gramática, y olvidamos que la gramaticografía europea ha trabajado con modelos y categorías bien conocidos de lenguas profusamente descritas, que se encuentran muy lejos de aquellas otras «nuevas» a las que pioneros como Quirós tuvieron que enfrentarse en solitario.27 Lo nuevo era realmente nuevo. En este sentido, hay que relativizar la crítica que se le ha hecho más arriba:28 en la parte de la gramática, Quirós 26 La presente introducción no pretende ser un estudio exaustivo de la historia de la fonología huasteca. Con esta edición lo que se pretende principalmente es ofrecer el texto de Quirós de una manera comprensible y cotejar las entradas léxicas con fuentes coetáneas (Tapia Zenteno) y modernas, para aclarar las formas por él dadas. Queda aún por establecer qué lugar ocupa en la evolución de la lengua, lo cual debería incluir también la comparación de Quirós con el único texto antiguo que se conserva (De la Cruz 1571). El único trabajo por ahora existente, no exaustivo, sobre De la Cruz es Ochoa (1995). 27 Montejano y Aguiñaga (1985) expresa la misma crítica sobre la parte de gramática de la Noticia de Tapia Zenteno. Sin embargo, en mi opinión, dicha crítica resulta también allí solo en parte fundada. 28 La crítica formulada más arriba incluye la parte lexicográfica, y sigue siendo válida también para este apartado.

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descubre que no es en absoluto fácil transferir las categorías del latino-románico a lenguas como el huasteco. Por ello, para la perspectiva actual resulta mucho más interesante estudiar aquellos aspectos en los que reconoce desviaciones o, al menos, las intuye, ya que aquí no se trata de anomalías o de desviaciones respecto de una norma, sino del hecho de que otras estructuras tienen su propio sistema.29 En algunos aspectos puntuales Quirós logra liberarse del modelo latino-románico. Y esto es así porque, aunque al comienzo hable de partes de la oración y las conciba en fuerte consonancia con dicho modelo, esto conduce más tarde a un final sorprendente, al darse cuenta de que las categorías nominales no concuerdan porque el huasteco no tiene ni caso ni género. En lo que se refiere al género, se muestra comedido en su exposición: el nombre se divide en masculino y femenino, y es de advertir que en este idioma no hay comunes de dos, porque los que hay son epicenos, y si alguna vez son apelativos se distinguen tan solamente por ciertos nombres que se les añaden,... (MS 18).

Este es uno de los pocos ejemplos del Arte en los que Quirós proporciona ejemplos lingüísticos y variantes constructivas. Sostiene que se trata de «epicenos», es decir, de formas neutras en cuanto al género de nominales animados, que solo se especifican allí donde la función apelativa exige la especificación del sexo, a saber, mediante la composición con uxrun 'mujer, hembra' o inic 'hombre, macho'. De modo que para Quirós está claro que el género, como categoría gramatical comparable a la del latino-románico, no existe. La indeclinabilidad que menciona se refiere también a la falta de casos y de clases nominales. Quirós cita una serie de procedimientos y diferencias de ese tipo, pero también deja de lado especificidades que ni nombra ni reconoce. Así, describe los siguientes puntos: • Algunos procedimientos derivativos de la formación de palabras (p. ej. sustantivos deverbales y deadjetivales). • El sistema de los pronombres personales, en los que - reconoce la coincidencia de determinados pronombres con posesivos - separa los pronombres elídeos de los plenos - habla de la singularidad de los pronominales, es decir, de la marcación separada del objeto dentro de un único pronombre en verbos transitivos polivalentes. • Es el sistema verbal lo que trata con más detalle; lo presenta a lo largo de varias páginas y en todos los paradigmas imaginables, y precisamente inspirado en las clases verbales latinas, aunque a continuación escribe que los marcadores de tiempo, a modo de sufijos derivativos, pueden variar, pero que 29 Es necesario guardarse también de las sobreinterpretaciones en sentido contrario, es decir, de proyectarnos en el trabajo de Quirós basándonos en conocimientos actuales de la ciencia de las que él no disponía.

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todos se conjugan del mismo modo y con las mismas reglas que la primera conjugación, sin adición que amplié la significación, ni disminución que restrinja, disminuya o abstraiga dicha significación etc. (MS 32).

De modo que el latín es únicamente el esquema de presentación, que después, en suma, resulta irrelevante. • La falta de la voz pasiva. • Pronombres reflexivos y recíprocos. • Una serie de preposiciones. • Número: la formación del plural con -chic, que trasciende las clases de palabras. • Construcciones relativas por medio de conjunción. • El comparativo. • El diminutivo. • La composición. La minuciosidad del tratado no corresponde en ninguno de los casos a la idea actual de una gramática; sin embargo, se aborda una satisfactoria lista de categorías de la gramática tradicional de orientación indoeuropea y en resumidas cuentas el trabajo pionero merece destacarse como positivo. Tampoco debería silenciarse aquí que hay numerosas propiedades gramaticales relevantes que Quirós no reconoce, y precisamente aquellas que son nuevas, es decir, que no están representadas en el conjunto de categorías del modelo latinorománico. Por ejemplo: • La forma clásica de citar los verbos; es decir, los infinitos y en especial el infinitivo. Este último no existe como tal en el huasteco. En el lexicón se proporcionan siempre formas verbales que expresan una tercera persona o un objeto, o imperativos (igualmente con indicación de objeto). Sin embargo, en la gramática este punto queda sin aclarar. • En huasteco no aparecen prácticamente nunca nombres concretos en formas que no expresen pertenencia o posesión. • Falta la descripción de categorías como animado/inanimado, alienable/inalienable, posesión, etc. • No se menciona la construcción causativa. En la lista arriba detallada de los puntos tratados en el Arte existen, no obstante, diferencias entre las lenguas que Quirós no reconoce. Por ejemplo, simplifica enormemente la comparación. En el modelo latino-románico existen marcadores externos como más y el más; en huasteco, en cambio, lo que existe en el repertorio de marcadores son atributos dimensionales del adjetivo comparativo. En retrospectiva es naturalmente casi imposible determinar qué es lo que hubiese podido saber alguien en un determinado momento de hace 300 años en un mundo con una forma de vida totalmente diferente. En cualquier caso, resulta instructivo comparar la Noticia de Tapia Zenteno (1767, escrito como muy tarde en la década de 1740) y el Arte de Quirós para ver la diferencia que existe entre ambos en cuanto a su concepto de gramática y en cuanto a los conocimientos

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sobre el huasteco. En este punto un único ejemplo puede ser suficiente:30 Quirós niega, en general, la existencia de un pasivo; Tapia Zenteno (1985: 50 s.), por el contrario, incluye bajo dicho epígrafe cambios de rol dotados de significado causativo o reflexivo. El «Bocabulario» Al igual que en el caso de Tapia Zenteno (1767), la parte más extensa y, por tanto, la que más atención merece del tratado de Quirós es también el Bocabulario. Contiene apenas 2.300 entradas, y el significado de un diccionario así es, de nuevo, complejo. En la medida en que se pueda establecer la fonética de las palabras escritas, lo cual, como aún se verá, no es en modo alguno ni sencillo ni está carente de controversia, las entradas del lexicón ofrecen una base sistemática para estudiar el cambio fonético y lingüístico de los últimos 300 años, y con ello un poco más de seguridad en la reconstrucción de relaciones de parentesco entre las lenguas mayas, así como del flujo de préstamos entre las lenguas habladas en la Huasteca.31 El diccionario ofrece información sobre la situación del huasteco a principios del siglo xvui. Una comparación con otros monumentos lingüísticos antiguos, como por ejemplo con el diccionario de Tapia Zenteno (1767), arroja luz sobre formas que se pueden encontrar en aquel. Enriquece el conocimiento que se tenía hasta hoy de la forma de lengua más antigua, en la medida en que se hallan entradas que únicamente se documentan en él. Las palabras no registradas en Tapia Zenteno suponen casi una quinta parte del diccionario, de modo que el estudio enriquece considerablemente lo que se conocía hasta ahora. Hay un segundo grupo de palabras que se encuentran tanto en Quirós como en Tapia Zenteno, pero no en los lexicógrafos modernos.32 El motivo de tales ausencias puede ser un cambio lingüístico, pero también se puede tratar de olvidos casuales, de omisiones conscientes, etc. En el caso de étimos que figuran en todas las fuentes o al menos en las antiguas y en parte de las modernas, hay que centrar la atención principalmente en los cambios semánticos y/o fonológicos. Incluso en el caso de aquellas entradas ya conocidas a través de otras fuentes, se mejora la situación documental por el hecho de que se amplía la base material de los antiguos monumentos escritos, tan escasos.

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Está previsto realizar un estudio en profundidad para comparar estas primeras dos gramáticas. En esta área hay por lo menos cuatro lenguas: el huasteco mismo (que es una lengua maya), una variante del náhuatl, el pame y el español. Al sureste, ademas, limita con el totonaco-tepehua. Lamentablemente, existen poquísimos estudios relevantes sobre fenómenos de préstamo y de mezcla de lenguas y de convergencia lingüística en general relacionados con este área. Véase, como muy notable excepción, el trabajo lexicográfico Nawa Roots de Kaufman (1989). 32 En el siguiente apartado ("Sobre la edición") se tratarán extensamente cuestiones relativas a la comparación léxica con diversos repertorios. 31

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• En algunas palabras españolas, la columna donde debía figurar la correspondiente huasteca está vacía. En alguna otra se recogen calcos lingüísticos (p. ej. gacumlagtem para «banquero»; poete y bino lit: 'cajón de vino'; «baril»), frasemas (p. ej. aceituna como gualilincollaly exolix, libremente traducido como 'la fruta que tienen para hacer la señal [de la cruz]') y neologismos descriptivos (p. ej. colab para «monje, cura etc.», probablemente derivado de kojal 'capucha' y el sufijo reverencial -lab), pero también faux amis (como qacui in isim una traducción literal de 'barbacana', de 'barba' y 'cana'). La inclusión de elementos de la vida indígena es, en cambio, muy escasa y poco desarrollada, puesto que las entradas del lexicón utilizado retratan una visión del mundo, de la ética y de la religión predominantemente europea.

Ortografía y fonología La importancia de una fuente de cierta antigüedad solo se puede valorar debidamente cuando también conocemos su fonética. El único acceso a la reconstrucción de la pronunciación y a la fonología que está en su base pasa por la ortografía utilizada, si se entiende el signo gráfico como representación de un sonido. Por diversos motivos, en el caso del diccionario de Quirós, este resulta ser un terreno extremadamente intrincado. Factores que influyen aquí de forma negativa son: a.) la falta de normas ortográficas; b.) la distinta relación entre fonemas y grafemas en español y en huasteco; c.) las diferencias reales entre las fonologías del español y del huasteco, así como d.) la falta de competencia como hablante nativo de Quirós. Estos puntos se suman unos a otros, y tampoco se pueden separar por completo desde el punto de vista analítico. • El camino para la escritura del huasteco pasa necesariamente por el español. Sin embargo, la ortografía de las así llamadas lenguas de cultura como el español no estaban aún normalizadas a principios del siglo xvm y era, por tanto, inconsistente en muchos detalles. Esto, en general, se ha mantenido en la transcripción. Pero además, dicha inconsistencia se ve agravada en la ortografía huasteca. Un terreno muy sensible es el de la reproducción de las sibilantes, y esto tanto en español como, y más intensamente, en huasteco. En el original de Quirós la escritura del sonido español |s| solo sigue en parte unas reglas lógicas, y en cambio se encuentra representado como mínimo por los grafemas , , y . La inconsistencia podría haberse agudizado por la variación fonética que existe entre el español europeo y el mexicano. A ello viene a añadirse también, a causa de una particular forma de escribir, la a menudo difícil distinción entre y . Esto nos ha llevado a la decisión de utilizar en la transcripción en aquellas pocas palabras en las que inequívocamente se ha escrito tal grafema, y de reducir a

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todos los casos dudosos.33 Sin embargo, no es el español lo que nos interesa aquí, puesto que no es más que el vehículo para comprender la fonética del huasteco. Como se sabe por la dialectología moderna del huasteco (cf. Edmonson 1988), existen diferencias regionales en el uso y la distribución de las sibilantes [ts, ts, s], de modo que este es un tema que se plantea también para la fonología histórica y sería interesante poder contar para ello con los materiales más antiguos. Desde el punto de vista histórico el procedimiento ha de seguirse en ambos sentidos, con la esperanza de poder llegar a conclusiones seguras. En otras palabras: se puede intentar aclarar la inconsistencia de algunas escrituras basándose únicamente en hipótesis de formas actuales, aunque, por otro lado, se necesitan precisamente las formas lingüísticas más antiguas para fundamentar variaciones modernas. De modo que no se pueden postular, directamente y sin restricciones, pronunciaciones sincrónicas para el huasteco de hace 300 años. Para el análisis de inconsistencias de la ortografía eso significa que formas modernas de pronunciación ofrecen un indicio para la fonética de un signo, a menudo el único indicio, pero que no constituyen ningún argumento sólido. El signo , por ejemplo, indica en el texto del diccionario de Quirós a veces el sonido /s/, otras veces el interdental /0/, otras veces un apical africado /ts/. P. ej. qacam «niñero»; sin embargo en otro lugar —y las más de las veces— el sonido inicial /ts/ se escribe con . Este signo, aparentemente acuñado por Quirós para el huasteco34 se asemeja a una ese larga < f > con un breve trazo transversal. La variación entre grafías emparentadas es considerable. Así, en el mismo étimo encontramos: facampicoo «perito» ( Viñaza, Conde de la. NEBRIJA, Antonio de [Aelius Antonius Nebrissensis] ( 1 4 8 1 ) : Introductiones latinae. Salamanca. — (1492): Grammatica. [Gramática de la lengua castellana]. Salamanca. — (1492): Lexicón ex sermone latino in hispaniensem. Salamanca. — (1495): Introducciones latinae cum commento. Salamanca. — (1516): Vocabulario de romance en latin hecho por el doctissimo maestro , nuevamente corregido & augmentado; mas de diez mili vocablos de los que antes solia tener. Sevilla: Johannes Varela. (Ed. 1973, Philadelphia: Temple University Press.) O C H O A PERALTA, Angela ( 1 9 8 8 ) : "La lingüística en la Huasteca", en: García Mora, Carlos/ Mercedes Mejía Sánchez, eds., La antropología en México. Panorama histórico. Vol. 13 .La antropología en el occidente, el Bajío, la Huasteca y al oriente de México. México, D.F.: Instituto Nacional de Antropología e Historia, pp. 317-355. — (1995): "La 'Doctrina Cristiana en la lengua Guasteca (1571)' de Fray Juan de la Cruz. Primicias de un análisis", en: Amérinidia. La 'découverte'des langues et des écritures d'Amérique. Paris: AEA-CNRS, pp. 121-128, . LORENZANA,

Introducción

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Glafira (s.d.): Léxico huasteco castellano, s. 1., . PALLAS, Peter Simon (ed.) (1786-1789): Linguarum totius orbis vocabularia comparativa, 2 vols. Petropoli (St. Petersburg): Schnoor. [repr.: 1977-1978, Hamburg: Buske.] a REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (2001): Diccionario de la lengua española (22. ed.). Madrid: Real Academia Española, . RINCÓN, Antonio del (1595): Arte mexicana compuesta por el padre de la Compañía de Jesus etc. México: Pedro Balli. RIVAS MATA, Emma/Edgar Omar GUTIÉRREZ ( 2 0 1 0 ) : Libros y exilio. Epistolario de José Fernando Ramírez con Joaquín García Icazbalceta y otros corresponsales, 18381870. México D.F.: Instituto Nacional de Antropología e Historia. SAHAGÚN, Bernardino de (1956): Historia General de las Cosas de Nueva España, 4 vols. México D.F.: Porrúa. SANTAMARÍA, Francisco J. (1974): Diccionario de Mejiconismos. México D.F.: Editorial Porrúa (2a ed. corr. y aument.). SUÁREZ CASTILLO, Rosalio [Padre Rosalio] ( 1 9 9 5 ) : Vocabulario Huasteco Español, datiloscrito, s. 1., . ingenuo, TAPIA ZENTENO, Carlos de (1746): Paradigma apologético que desea persuadir escribiendo desapassionadola notifcija de la Huasteca etc., ms, Newberry Library, Chicago. [Impr. en: Tapia Zenteno 1985: 3-25.] — (1767): Noticia de la Lengua Huasteca ... Con Cathecismo, y Doctrina Christiana etc. Mexico: Bibliotheca Mexicana. [Reimpr. facsímil 1975 con una introducción de Bernard Pottier, Vaduz-Georgetown: Cabildo, y en Tapia Zenteno 1985: 171 ss.] — (1985): Paradigma Apologético y Noticia de la Lengua Huasteca. Con Vocabulario, Catecismo y Administración de Sacramentos, ed. de René Acuña, con un estudio bibliográfico y notas de Rafael Montejano y Aguiñaga. México D.F.: Universidad Nacional Autónoma de México. VELÁZQUEZ RODRÍGUEZ, Primo Feliciano (ed.) ( 1 8 9 7 - 1 8 9 9 ) : "Noticias de las misiones de Tampico sacadas de papeles originales", en: Colección de documentos para la historia de San Luis Potosí. Tomo VI. San Luis Potosí: Archivo Histórico del Estado de San Luis Potosí, pp. 265-334. VINAZA, Conde de la (Cipriano Muñoz y Manzano) (1892): Bibliografía Española de Lenguas Indígenas de América. Madrid: Sucesores de Rivadeneyra. [facs. repr. Madrid ORTA RAMÍREZ,

1977],

Rosa H. (2007): "Presencia y ausencia de Nebrija en vocabularios castellano-lengua indígena del siglo xvm", en: Mantilla Trolle, Marina/Nora Edith Jiménez (eds.), Colección de Lenguas Indígenas. Guadalajara/Zamora, Universidad de Guadalajara/El Colegio de Michoacán. (Biblioteca Pública del Estado de Jalisco "Juan José Arreóla"), pp. 45-63. ZWARTJES, Otto (2011): Portugiese Missionary Grammars in Asia, Africa and Brazil, 1550-1800. Amsterdam/Philadelphia: John Benjamins. YÁÑEZ ROSALES,

Agradecimientos

Quiero expresar mi agradecimiento a numerosas personas e instituciones. Con su conocida e incansable competencia y fiabilidad Maria Jose Kerejeta me ha asistido en todo momento en la transcripción y las correcciones. Ella es también la autora de la traducción al español de la «Introducción». A ella dedico, como tantas veces en mi trabajo, un agradecimiento especial. Al Sr. Dr. Gregor Wolff, responsable de la sección "Nachlässe und Sondersammlungen" del Instituto Ibero-Americano Patrimonio Cultural Prusiano de Berlín, por su ayuda y conversación, así como al Instituto por su pronto consentimiento a la publicación. Agradezco a Andreas von Rauch (Hamburgo) su experta asistencia en relación con el fragmento en latín del Arte. Mi reconocimiento hacia ambos informantes, Griselda Cervantes Cayetano y Benigno Robles Reyes, es obligado. Barbara Pfeiler (Mérida) me ha conducido en cierta medida al huasteco y con ello ha sido quien ha despertado mi interés. También me ha socorrido en muchas cuestiones prácticas en mi condición de extranjero en México. A ello hay que añadir diversas estancias coincidentes e innumerables conversaciones en Tancanhuitz. En mis (infructuosas) investigaciones sobre Quirós, el obispo de Ciudad Valles (San Luis Potosí, México), monseñor Roberto Octavio Balmori Cinta me ha ayudado personalmente y con gran dedicación. Asimismo, me ha conseguido literatura complementaria, me ha recomendado archivos parroquiales y, finalmente, ha puesto a mi disposición el diccionario manuscrito del Padre Rosalio (Suárez Castillo 1995). Francisco Morales, provincial de la Orden de los Franciscanos y de la Universidad de las Américas, ha rebuscado en los archivos franciscanos, aunque, por desgracia, sin éxito. A ambos les estoy agradecido por su esfuerzo. Por sus contribuciones a la impresión, quiero expresar mi agradecimiento a la Diócesis de Graz-Seckau, a la autoridad del Gobierno Regional de Estiria, al Vicerrectorado de Investigación, al Decanato de la Facultad de Letras de la Universidad de Graz y a la Fundación Malvine («Prof. Dr. Hugo-Schuchardt'sche Malvinenstiftung»).

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Agradecimientos

Al director de la serie y colega Otto Zwartjes (Universidad de Amsterdam) le agradezco su disposición para incluir el libro en la serie «Lingüística Misionera». El editor Klaus D. Vervuert ha apoyado el proyecto con espontánea simpatía. Le doy las gracias especialmente a Anne Wigger, quien se encargó de la producción del libro en todos sus detalles con competencia y amabilidad extraordinarias. La Universidad de Graz me concedió durante el semestre de invierno de 2011/2012 un semestre sabático para investigación que, en parte, se empleó para el trabajo de campo en el que se basa este estudio. Katja Wiederspahn ha tenido que escuchar durante meses y meses mis relatos y preguntas a las que, por lo general, ha reaccionado comprensivamente (cuando no, ha sido por mi culpa). Le estoy muy agradecido por ello, y por la lectura crítica de mis textos. Graz, febrero de 2013

TEXTOS

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Seberino Bernardo de Quirós

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Dedicación

11 |Dedicasion de los libros arte y manual catesismo y bocabulario en guasteco. A V Sia dedico dos libros [ traducidos en ydioma g uasteco;] ho hablando; mas propiamente; ellos de su pro pió; peso, ban como a su sen tro, a las mos de V Sa, No sien do; tanto elecsiom mia; con que se disculpa mi atrebimiento) q uanto es acsion forsosa; el que las dadibas tengan proporsion a la inclinasion y gusto de la persona a quien se ofresem; mobiome el ber quel honor de las deydades rresplan deze en el afecto del que ofre se la bictima; por pequeña que sea. [ofresio abrajam en olocausto, a su hijo: y rreputa ndo Dios; la boluntad, pero ***

Dedicación de los libros Arte y Manual, Catecismo y Vocabulario en huasteco A Vuestra Señoría dedico dos libros traducidos en idioma huasteco o hablando más propiamente, ellos de su propio peso van como a su centro, a las manos de Vuestra Señoría. No siendo tanto elección mía, con que se disculpa mi atrevimiento, cuanto es acción forzosa el que las dádivas tengan proporción a la inclinación y gusto de la persona a quien se ofrecen, movióme el ver que el honor de las deidades resplandece en el afecto del que ofrece la víctima, por pequeña que sea. (Ofreció Abraham en holocausto a su hijo, y reputando Dios la voluntad, pero

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Dedicación

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|2|por obra rresibe de abrajam el afecto con que le ofrese; y el fin de agradarle; [beo que como aya el precursor; pabtista con estender tan solo un dedo de su m°; desterraba; las ignoransias inprimiendo la fe; y sacando a lus aquel cordero que todos es perabam] Sera VSia medio con su grandesa, y como bos que el ama en el disierto de aquella probinsia; y mediante la lus de su patrosinio; espero; que hui ram las ignoransias, quel o sio; y falta de doctrina; han introdusido; y porque se aterra ram biendo de V Sia; el selo y y conosiendo No ser Nuebo en su grandesa el mirar; com o buen Paztor el bien desos

por obra, recibe de Abraham el afecto con que le ofrece y el fin de agradarle; veo que como allá el precursor Bautista, con extender tan solo un dedo de su mano desterraba las ignorancias, imprimiendo la fe y sacando a luz aquel cordero que todos esperaban). Será Vuestra Señoría medio con su grandeza, y como voz que él ama en el desierto de aquella provincia; y mediante la luz de su patrocinio, espero que huirán las ignorancias que el ocio y falta de doctrina han introducido; y porque se aterrarán viendo de Vuestra Señoría el cielo, y conociendo no ser nuevo en su grandeza el mirar, como Buen Pastor, el bien de sus

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|3|obejas sin que aya sido bas tante A sacudir el color senisi ento de las pieles con que aya bes tia su afabilidad; y seloso cariño [el rremonar su buelo como felis agila a mas alta : esfera] mirando, y apastando su rebaño aun siendo merse nario pues habiendo rrezebi do la merzed de su trabajo; p one su felisidad en defender lo justo [como brabo león y como juam cariñoso o como bijilante Pastor en sasiar la sed de sus obejas y an parar lo misero; de V Sia; hu milde y rrendido subdito Br. Seberino Berdo de Quiros

ovejas, sin que haya sido bastante a sacudir el color ceniciento de las pieles con que allá vestía su afabilidad y celoso cariño (el remontar su vuelo como feliz águila a más alta esfera), mirando y apastando su rebaño aun siendo mercenario, pues habiendo recibido la merced de su trabajo, pone su felicidad en defender lo justo (como bravo león y como Juan [?] cariñoso o como vigilante pastor) en saciar la sed de sus ovejas y amparar lo mísero. De Vuestra Señoría humilde y rendido súbdito, Bachiller Seberino Bernardo de Quirós.

Seberino Bernardo de Quirós

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