Arquitectura sagrada: un tiempo sin tiempo
 9875843172, 9789875843172

Table of contents :
ARQUITECTURA SAGRADA: UN TIEMPO SIN TIEMPO
PÁGINA LEGAL
ÍNDICE
PRÓLOGO
ARQUITECTURA SAGRADA
LA DIOSA VIVIENTE
LA SILLA DE DIOS
STUPAS
LA SINAGOGA
LA COSTA MALABAR
EL TEMPLO EN LA PLAYA
ARQUITECTURA PARA EL AMOR
AJANTA
EL GRAN MANDALA
POR EL CAMINO DE ALÁ
ALGO DE NÚMEROS

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Arquitectura sagrada Un t ie m po s in t ie m po

Leo na r d o G a r a bi et a

A R QUI TE C T U R A SAG RAD A U N T I E M P O SI N T I E M P O

Le o n a r d o Ga r a b ie t a

Garabieta, Leonardo Arquitectura sagrada : un tiempo sin tiempo . - 1a ed. - Buenos Aires : Nobuko, 2011. 142 p. : il. ; 21x15 cm. ISBN 978-987-584-317-2 1. Arquitectura Sagrada. I. Título CDD 722

imagen de tapa Acuarela para esta publicación, Arq. Eduardo Cervera compiladora Irma Abades diseño general Vanesa Farias Hecho el depósito que marca la ley 11.723 Impreso en Argentina / Printed in Argentina La reproducción total o parcial de este libro, en cualquier forma que sea, idéntica o modificada, no autorizada por los autores, viola derechos reservados; cualquier utilización debe ser previamente solicitada.

© 2011 nobuko ISBN: 978-987-584-317-2 Marzo de 2011

Este libro fue impreso bajo demanda, mediante tecnología digital Xerox en bibliográfika de Voros S.A. Bucarelli 1160. Capital. [email protected] / www.bibliografika.com Venta en: LIBRERIA TECNICA Florida 683 - Local 18 - C1005AAM Buenos Aires - Argentina Tel: 54 11 4314-6303 - Fax: 4314-7135 - E-mail: [email protected] - www.cp67.com FADU - Ciudad Universitaria Pabellón 3 - Planta Baja - C1428EHA Buenos Aires - Argentina Tel: 54 11 4786-7244

ÍNDICE

Prólogo

pág. 07

Arquitectura sagrada

pág. 09

La diosa viviente

pág. 23

La silla de Dios

pág. 33

Stupa

pág. 41

La sinagoga

pág. 57

La costa malabar

pág. 69

El templo en la playa

pág. 77

Arquitectura para el amor

pág. 87

Ajanta

pág. 95

El Gran Mandala pág. 107 Por el camino de Alá pág. 119 Algo de números pág. 135 CV del autor pág. 141

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P RÓ L O G O

La idea del recinto sagrado, ese lugar de encuentro de los mortales con sus dioses, es común a todas las religiones, a todas las creencias. Más allá de su forma, su tamaño, su implantación, su decoración, es la arquitectura sagrada por definición pues es el lugar depositario de la tradición esotérica. Es el lugar donde encontrar el conocimiento de los misterios, de lo inaccesible. E-Temen-An- Ki, “la casa de los cimientos del cielo y de la tierra”, de esta manera los sumerios llamaron a la mítica torre de Babel, un enorme zigurat que según la Biblia los hombres erigían para acceder al cielo, y de allí temen, la palabra que se transformará en temenos para los griegos y que se usará hasta nuestros días para designar una plataforma que separa el edificio sagrado de las actividades cotidianas. El templo es el lugar donde se guardan todos aquellos elementos que hacen a la tradición y el símbolo más venerable es precisamente la imposibilidad de acceder a ciertos recintos, pues lo profético y lo sagrado poseen gran poder y por consiguiente no deben ser profanados. Una inscripción en la puerta del templo de Edfú dice: “no revelarás lo que has visto en los misterios del templo”.

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Arquitectura sagrada

Los hombres del siglo XXI tenemos y guardamos otros misterios, no obstante cuando nos encontramos en suelo sagrado, más allá de nuestras creencias, una cierta mística se genera en nosotros. Tal vez el pensar en aquellos hombres que hicieron el enorme esfuerzo en levantar esas obras ciclópeas para acercarse a sus seres superiores, para tratar de superar nuestra simple naturaleza animal, quizás para reafirmar aquello de ser animales simbólicos. Las creencias en algo superior, sin hacer mención específica de ninguna de ellas, parecen ser constitutivas del homo sapiens, y este mono lampiño, este bípedo implume al levantarse en sus dos patas traseras comenzó a manifestarlo de cien maneras siendo la arquitectura sagrada el cenit de esas demostraciones. Es la geometría sagrada, ya que el templo es el plano reducido del cosmos, es la representación del prototipo celestial. Desde la preparación del terreno, sus cimientos hasta la coronación, todo debía ser meticulosamente estudiado. El esfuerzo era pues compartido entre sacerdotes, arquitectos, astrólogos, gobernantes y mano de obra que no precisamente siempre fue esclava. En esta geometría superior, el mandala es el punto culminante, figura profética y sagrada compuesta por la intersección del círculo – el cielo- y el cuadrado –forma primaria de la tierra-. Por otro lado es en el templo donde los rituales, es decir el medio principal que hace posible la comunicación entre los humanos y sus dioses, se llevan a cabo. En síntesis donde el hombre trasciende. Vamos pues a recorrer una pequeñísima parte de esta arquitectura sagrada por lugares lejanos y espero que al lector lo pueda seducir como lo hizo conmigo a lo largo de más de tres décadas.

Leonardo Garabieta • Djerba- Túnez- Enero 2011

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A RQ U I T E C T U R A S A G R A D A

HIMALAYA • Cordillera localizada en el continente asiático, incluye el Monte Everest y se extiende por los países de Bután, China, Nepal e India.

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A RQ UI TE C T UR A S A G R A D A

Es casi mediodía y si bien la térmica fuera de aquí supera los treinta y tres grados, dentro del templo por momentos siento frío. Tal vez la gran estructura pétrea sostenida por sus mil columnas, tal vez algunas cobras que escapan de sus canastos o los cientos de murciélagos que cuelgan de techo, porque no la inmensidad de este lugar sagrado. Tal vez, simplemente mi ignorancia. Miles de fieles ingresan por diferentes accesos, algunos con sus ligeras túnicas y saris de cien colores, otros casi desnudos. Ancianos, jóvenes, niños. En algunos puedo ver las marcas de la lepra, en otros miembros amputados, en la mayoría el sello de grandes hambrunas. Pero hoy, aquí, no existe la tristeza no hay dolor, todos ríen y los oscuros ojos brillan por doquier. Shiva, el gran dios que continuamente todo lo destruye para que el eterno ciclo pueda volver a comenzar con su danza cósmica, ha dejado después de meses su residencia en el monte Kailash, allá en los altos Himalayas, para venir aquí a reunirse, como lo viene haciendo desde siempre, con su consorte Menaski, aquí en Madurai, una de las ciudades más santas de la India, junto con Benares, Rishikesh y Haridward. Ahora en el templo de las mil columnas, que lleva el nombre de la mujer del gran dios, la pareja sagrada es honrada de diferentes maneras, con cánticos, oraciones, flores, leche. En el santuario todo es fiesta.

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Arquitectura sagrada

Imagen Dios Ganesh •

La marea humana sigue aumentando, contar hombres y mujeres aquí es tan difícil y absurdo como en toda la India, cientos, miles. Un elefante con sus tres líneas anaranjadas pintadas sobre su trompa, cual metáfora del dios Ganesh, hijo de Shiva, en una de la puertas del templo continúa incansablemente bendiciendo a los

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• Kairos y Cronos

peregrinos que ingresan, tocándolos suavemente con su trompa y honrando de esta forma a sus padres celestiales. ¿Cuánto tiempo hace que estoy aquí? Difícil de medir, por otro lado las manecillas del reloj del tiempo de este lugar van a destiempo con el que llevo en mi muñeca. El mío marca horas de sesenta minutos, todas iguales, todas de indefectiblemente sesenta minutos.

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El tiempo en los lugares sagrados se mide diferente, pero lo terrible es que aún no he aprendido como hacerlo. Kairos, hermano de Cronos, ambos miden tiempos diferentes. Cronos, aquel titán que devoraba a sus hijos cuál metáfora de que el tiempo todo lo consume, es mi reloj y que siempre me acompaña, el que marca todas las horas iguales. Pero Kairos es diferente, es aquel que hace que un minuto pueda parecer un siglo y viceversa, es aquel que por momentos parece lograr que todo se detenga, aquel que cuestiona la temporalidad del tiempo. Es sin más, el tiempo emocional, el afectivo y tal vez el sagrado. Aquí, al igual que en los lugares donde los humanos buscan lo superior, lo sagrado, en esos puntos donde se cruzan las rutas de los peregrinos que intentan recorrer el camino de dios, más allá de sus creencias; es Kairos quien maneja las manecillas de los relojes. Relojes que marcan tiempos sin tiempo. Pero repito, aún no se como hacerlo. Tal vez deba despojarme de las costumbres que aprendí en las escuelas, de mis mandatos. Debo aprender a ser humilde... pero no puedo repudiar al intelectual que dormita en mi. De hecho los intelectuales creen que el mundo debe parecerse a lo que ellos piensan, los técnicos del poder no tienen una opción distinta. Así se es proclive a sacrificar la vida presente de los hombres a la idea que nos hacemos de los modelos de organización. Una característica de nuestros tiempos y que se extiende especialmente desde el siglo XVII hasta nuestros días fue sustentar una concepción del tiempo lineal, continuo y homogéneo. Los factores más relevantes para esta interpretación del concepto del tiempo han sido el avance en las ciencias naturales y especialmente en la física. Durante años la cosmovisión mecánica de Isaac Newton llevó a considerar el tiempo como absoluto y autónomo.

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A esto se le agrega un dato anterior y no menor: la invención del reloj mecánico en el siglo XIV y su impacto en la convivencia social. Este invento modifica radicalmente el concepto del tiempo, pues a partir de entonces, el tiempo humano es puesto en referencia al tiempo de ese reloj donde un minuto es el tiempo del recorrido del segundero en dar una vuelta del cuadrante del reloj. Por primera vez un minuto es un minuto en todo el mundo. Si bien el tiempo que plantea Albert Einstein cuestiona el tiempo absoluto y se separa de él, se presenta como un tiempo abstracto ajeno al tiempo humano. Pero la densidad del tiempo de los hombres es heterogénea. Aquí se presenta Kairos en todo su esplendor y los griegos anteriores a los padres de la metafísica, Platón y Aristóteles, ya planteaban este tiempo humano, como lo hicieron Gorgias y otros sofistas. No existe acción humana que escape al condicionamiento emocional Y lo sagrado no es regido por el intelecto y no se acomoda fácilmente a nuevos modelos. Con sólo mirar a mi alrededor puedo convencerme que quienes me rodean ahora difícilmente aceptarían otro modelo sin más. Por otro lado me pregunto porque debieran hacerlo. A principios del siglo XIX, Georg W. F. Hegel afirmaba que sólo el hombre es capaz de tener religión, mientras que el animal es incapaz de ello como de saber lo que es el derecho y la moral. Paralelamente John Lubbock declaraba por su parte que hay razas de hombres totalmente carentes de religión. Hacia 1839, Auguste Comte, postulaba la ley de los tres estados, según la cual el primero de estos estados de la humanidad es el religioso, en el que todos los fenómenos se explican recurriendo a agentes sobrenaturales.

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Los dos estados posteriores eran el metafísico seguido por el científico como última fase de la evolución. Edward B. Tylor y Lewis H. Morgan formularon entonces una ley de evolución, en virtud de la cual la organización social pasaba necesariamente del salvajismo a la barbarie y de allí a la civilización. A partir de esto y con un poco de creatividad e imaginación se llegó a asociar salvajismo con religión y civilización con estado científico. Como consecuencia, los salvajes y primitivos se volvieron repentinamente más religiosos que los civilizados. Los occidentales tenemos una mentalidad abstracta, analítica y dicotómica, tanto que a veces el péndulo va desde lo ideal puro hasta lo material exclusivamente, no pudiendo casi nunca concatenar ambas puntas. El oriental en cambio, es concreto, imaginativo, sensible. Está interesado en la historia, a lo abstracto lo encarna en la parábola, el cuento y el mito. Para el oriental, la palabra no es el logos, algo puramente intelectual sino todo un acontecimiento; para él, la idea y acción se complementan, jamás pueden ir separadas. En oriente, la fría razón abstracta se convierte en mito simbólico y relata algo existencial. Oriente tiene lógica, claro, pero su lógica. Por un lado la lógica paradójica generada por pensadores como Lao-Tsé y Confucio; por otro, la lógica de relación que interpreta al mundo no como ente separador sino como una telaraña de relaciones. Por último, otra gran diferencia con el pensamiento occidental, podría radicar en que el oriental preferentemente pone énfasis en la intuición. ¿Acaso podemos olvidar el peso que aún tiene sobre la conducta de los occidentales aquella teoría resumida por Descartes a principios del siglo XVII en la frase: “pienso luego existo”? Tal vez Pascal, el más oriental de los pensadores clásicos, cansado y algo desilusionado del mundo de la razón pura, nos haya alcanzado

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cierto alivio con otra aseveración: “el corazón tiene razones que la razón no entiende”. Aquí y ahora estoy en un recinto sagrado, en un encuentro de creyentes con sus dioses y en un tiempo controlado por Kairos. No importa demasiado si se es hinduista, budista, judío, cristiano o musulmán. Tampoco importa si se es primitivo o civilizado. El encuentro del hombre con su Dios es común a todas las creencias. El templo es el lugar del rito, de la iniciación, de la danza sagrada. También del secreto y los misterios. Es a la vez el principio y el fin del camino mismo. Es la arquitectura sagrada por definición. Es en templo, más allá de sus formas, tamaños e implantación, donde se sugieren los símbolos y tradiciones de los textos sagrados y es dentro de él, donde aún conservan su significado más profundo y veraz. A través del tiempo los lugares sagrados fueron los depositarios de las tradiciones esotéricas. Me pregunto ¿y si desapareciera el templo, el lugar de reunión de los fieles, la sala de oración? Los rituales, las escrituras y las tradiciones que adquieren su significado a partir del contexto del lugar sagrado se convierte, como señaló Jacob Neusner, en un mapa sin territorio. Las tradiciones quedan suspendidas en el espacio, sin lugar donde practicarlas. Por otro lado aquellos rituales que se realizaban en un marco arquitectónico, se transforman en un proceso mental, se traslada al hombre, naciendo de esa manera la tradición mística. Alguna vez escuché que la tradición mística es la transferencia de los rituales del edificio sagrado a la mente de quién los practica. Continúo sentado en el piso mientras contemplo la gran danza cósmica que se desarrolla a mi alrededor. Cientos de ojos me miran, saben que no soy de aquí y no obstante me invitan a participar de sus expresiones.

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Ciudad de Madurai •

Una anciana me regala un collar hecho con pétalos de flores mientras una niña apoya su dedo sobre mi frente dejando una marca roja como símbolo de purificación. Tal vez trata de abrir mi tercer ojo para que pueda encontrar luz más allá de mi ceguera. Quizás la pequeña intuyó mejor que nadie mis limitaciones. Para algunos llegar aquí, a Madurai, es comenzar un diálogo con el color, sus gopuran, pórticos de acceso que buscan el cielo en forma de pirámides policromadas sobrecargadas de esculturas de cientos de dioses y animales sagrados.

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• Templo Meenakshi

Esta ciudad ya era próspera en época de Augusto y algunas monedas encontradas dan testimonio de la existencia del comercio entre estos territorios y Roma. La edad de oro llegará con la dinastía Bandeja a partir del siglo XIV y hasta el siglo XVII, cuando fueron levantados los diez grandes pórticos del templo. Este santuario es visitado todos los días del año por más de diez mil peregrinos, Madurai es la ciudad de los festivales y el templo de Menakshi es su epicentro.

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La leyenda cuenta que fue Indra, dios del trueno, quién fundó el templo clavando un lingam en este paraje y ordenando a los arquitectos su construcción alrededor de él como respeto al dios Shiva y que los colegas de antaño realizaron un gran estanque donde nacieron lirios de oro. Hoy, los fieles se bañan en este estanque para purificarse. Existía la creencia que esta agua no sólo servía para purificar almas sino también para juzgar la pureza de los libros escritos por los tamiles, los habitantes de esta zona. Así los sacerdotes tomaban la obra en cuestión y la arrojaban al estanque, si esta flotaba había pasado la prueba y merecía conservarse y difundirse ya que aportaría sabiduría. En el caso que se hundiera, simplemente se la dejaba bajo las aguas. El punto culminante del templo es precisamente donde me encuentro sentado, el salón de las mil columnas –realmente novecientas noventa y siete- totalmente construido en piedra, donde cada columna es una escultura; para nuestro concepto sólo el barroco puede acercarse morfológicamente a un templo drávico. Si, esto es sin duda arquitectura sagrada, como lo que trataré de mostrar en las próximas páginas, no como arquitecto o viajero, sino como un simple hombre que no puede mantenerse ajeno a lo que sucede en su entorno. Arquitectura sagrada que he recorrido durante tres décadas por oriente en sinagogas, mezquitas, iglesias, y templos dedicados a diferentes deidades. En el último de los casos, la experiencia de haber transitado, aunque sea en parte, el camino de las moradas de Dios.

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• Benarés, India. Ciudad Santa

• Haridward en Uttarakhand, India. Ciudad Santa

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LA D I O S A V I V I E N T E

KUMARI • Niña en la pre-pubertad, considerada como una diosa viviente. El nombre Kumari significa virgen en nepalí.

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L A D I O S A V I V I E N TE

La espera en Benares para abordar mi vuelo fue más que larga. Generalmente en invierno volar después de las dieciséis horas hacia los Himalayas es complicado ya que una serie de fenómenos atmosféricos, como ser una gran concentración de nubes entre otras, expone el vuelo a situaciones riesgosas. Pero, al fin, se decidió despegar. Ya no recuerdo la primera vez que pise tierra nepalí, pasaron demasiados años. Pero aquí me encuentro nuevamente, Katmandú esta frente a mi. Nuevamente oriente. Muchas veces me pregunté - y desde ya muchas más me han preguntado- que hizo que un vasco, agnóstico, formado totalmente en la cultura occidental, se fuera cada vez más seduciendo por el oriente, hasta hacer de éste la mayoría de sus viajes y vacaciones. Desde ya que nunca encontré la respuesta como en muchísimas cosas más. De hecho a medida que envejezco ya hay algunas preguntas que evito hacerme. ¿Pero, qué es Oriente? Veamos; en principio podríamos empezar diciendo que es la parte más extensa, más poblada y con más historia del planeta, aunque nosotros no la conocimos demasiado en nuestras escuelas y universidades. Realmente hace no más de dos décadas que oriente se

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presenta en nuestro horizonte desde los periódicos o bibliografía en forma masiva. Oriente no es solo un lugar en el planisferio, es un concepto fundamentalmente histórico. Un aquelarre constituido por civilizaciones tan distintas como la china, la india, la persa, la turca, la mongola, la semita y podría aburrir al lector si continúo. También podemos agregar una serie de religiones y filosofías a saber: hinduismo, taoísmo, confucionismo, budismo, jainismo, sintoísmo, judaísmo, cristianismo, por nombrar algunas. Pero recordemos que algunas de éstas son indiferentes a las leyes de contradicción, a la distinción entre el acto de percibir y la cosa percibida, donde la intuición sustituye a la razón, y donde en algunos casos como en el taoísmo o el zen resultan anti-intelectuales ya que el no saber y el no actuar son sus objetivos últimos. La lucha de clases y la voluntad individual son los desencadenantes del proceso histórico occidental, mientras que el sistema oriental evitaba en gran parte el surgimiento del individuo desprendido de la familia, clan o tribu. Y planteo estas breves líneas para entender en parte por qué nosotros, en general, no entendemos a oriente. Pero volviendo aquí, el frío en el valle de Katmandú realmente se hace sentir en la estación invernal. Me encuentro rodeado de lugares sagrados, de hecho esta plaza lo es. Pagodas por doquier, peregrinos y monjes recorren la Durbar, esta plaza seca enmarcada por docenas de templos. Este lugar ya era culturalmente importante cuando Buda la visitó hace dos mil quinientos años y el gran emperador Ashoka, dos siglos y medio después del iluminado, en medio del despertar religioso, hizo levantar en la ciudad las grandes stupas conmemorativas. El budismo aquí siguió siendo muy importante y más de cien templos funcionan en las inmediaciones.

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• Remate del templo de Khumbeshwar

• La Dubar

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A pocos minutos de aquí el templo de Khumbeshwar no sólo impresiona por su tamaño y profusa decoración, sino porque en él, según los hindúes, reside por temporadas el dios Shiva, y los habitantes de esta ciudad, en la que el tiempo parece haberse detenido, saben honrar a su divino visitante. Estos lugares invitan al viajero a pensar aún contra la propia voluntad. La búsqueda apasionada de lo absoluto fue, es y será una constante histórica, exacerbada en algunas etapas del devenir de la humanidad. Esta búsqueda fue tal vez el comienzo de todas las tormentas del espíritu humano, porque desde que el hombre es hombre, sintió la necesidad de Dios, importando poco el nombre, la forma o la concepción que se tuviera de él. Todos los enigmas que se plantearon sobre Dios fueron establecidos desde lo más profundo de las almas antes que, desde la razón explícita, se imaginara la historia. El problema radicaba en que si existía ese ser omnipotente, estaba en silencio y era invisible. Así pues era indispensable oírlo, interrogarlo, en síntesis desocultarlo. Alguien dijo que desde que el hombre tiene conciencia, el absurdo es intolerable y tal vez descubrir a Dios fuera la única posibilidad de darle fin a ese sinsentido. Y esa tarea quimérica, la de comprender al creador, impulsa la odisea humana desde sus orígenes. Odisea donde cada uno de nosotros se transforma en un Ulises, sin cera en los oídos, pero atados al mástil de nuestra nave para que al igual que aquel héroe no seamos tentados por el canto de sirenas al tratar de encontrar el camino a Itaca.

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• Ventana Kumari Bahal

• Fachada Kumari Bahal

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Kumari •

Acaba de comenzar la procesión del dios Krishna y la plaza se llena de peregrinos que espolvorean arroz coloreado y flores mientras giran las ruedas de oración frente a los santuarios. Pero mi meta ahora es un viejo edificio muy cercano donde tal vez pueda ver la cara de un deidad viviente ¿suena extraño? Debo agacharme para pasar bajo el dintel de la pequeña puerta de acceso y encontrarme en un patio rodeado de ventanas abiertas. El silencio puede cortarse con el filo de un cuchillo, y pensar que hace minutos el exterior era un aquelarre. Me encuentro en el Kumari Bahal, la residencia de la diosa viviente. Callado y descalzo miro una ventana donde se me dijo que quizás aparezca la deidad. Simplemente espero, nuevamente Kairos, ese tiempo sin tiempo se hace presente. Cuanto tiempo se prolongará la espera, imposible saberlo, solo espero.

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La Kumari tendrá alrededor de ocho años, nacida en una familia budista, se cree que es la reencarnación de la diosa Kali. La Kumari no sonríe, carece de expresiones, pocas veces se la puede ver. La niña es elegida a la edad de cuatro o cinco años entre familias budistas pertenecientes al gremio de los orfebres, luego de pasar distintas pruebas y una vez investida de su condición divina, vive en reclusión en este edificio. Extraña suerte la de esta diosecilla que no puede pisar el suelo, ni correr, ni reír ni llorar, sale de su casa sólo para el festival de Indra, cuando el rey considerado como una encarnación del dios Vishnú, recibe sus bendiciones. La Kumari sólo será diosa hasta los primeros síntomas ineludibles de su condición humana, generalmente hasta que sangre, por ello es habitualmente con su primer período menstrual que deberá ser reemplazada por otra Kumari para reiniciar el ciclo. Por una extraña vuelta del destino los hombres no querrán casarse con ella, la proximidad con quién fuera diosa sólo atrae a la fortuna adversa, de esta manera el estado nepalí, asigna una pensión a la ex Kumari para que pueda sostenerse hasta su muerte. De pronto, en una ventana del piso superior hay movimiento, es ella, su carita sin expresión la diferencia de cualquier niña de su edad, pasan segundos y sin una sola mueca en su rostro, lentamente desaparece. Por segunda vez estoy frente a una deidad viviente, aunque esta no es aquella niña de hace tantos años atrás. ¿Qué habrá sido de aquella? Me han comentado que vive no muy lejos de Kamandú, cerca de la ciudad de Patán junto a algunos familiares. Increíble, quién fuera otrora diosa terminará seguramente sus días en soledad.

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Hace frío y mis pies descalzos piden a gritos las botas que dejé fuera. Vuelvo a las calles alborotadas por el festival, los niños que pasan cerca me recubren de pétalos de flores mientras continúo vagando sin rumbo. Repentinamente en una esquina puedo ver un altar donde dentro de él se encuentra una estatua de Kali, negra, con sus colmillos sobresaliendo, su collar de calaveras al cuello y bailando la danza cósmica. La gente arroja leche en sus pies. Extraño e incomprensible es andar por el camino de Dios.

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LA SILLA DE DIOS

PALACIO POTALA • Máxima expresión de la arquitectura tibetana, situado en la montaña Hongshan a 3.700 m sobre el nivel del mar.

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LA SILLA DE DIOS

La silla de Dios es la traducción literal de Lhassa, también llamada por los chinos la morada del venerable. Situada en un valle de los Himalayas, a más de tres mil metros de altura, es la ciudad más importante del Tibet, siendo por siglos la más misteriosa de oriente. Las primeras noticias acerca de la existencia de esta ciudad llegaron a occidente en el siglo XV por medio de un monje italiano y un par de centurias después por un misionero portugués. Pero tuvieron que pasar algunos siglos más para que yo pudiera estar aquí. Cobijado del frío, en una casa construida mitad con piedra y mitad con cuernos de yaks y carneros saboreo un fuerte té y a través de una de las dos únicas ventanas contemplo el inmenso conjunto de templos y monasterios, el imponente Photala, otrora residencia del Dalai Lama. Para algunos esta es la montaña de Buda. Los lamas –los que no pueden ser adelantados- viven en Lhassa y en sus inmediaciones, por momentos me parece que superan a la población civil y sus monasterios llamados gompas, dan prestigio a las aldeas cercanas. Lhassa ha permanecido cerrada a las conquistas occidentales conservando de esta manera una vida cultural de carácter místico-religioso

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y si bien los habitantes de la región abrazan el budismo, tienen algunas creencias muy particulares, diferentes a las otras regiones y bastantes complejas con respecto a la doctrina del príncipe Siddharta. Así todo, al igual que en la India hay quienes siguen fieles a las ideas originales de los primeros misioneros budistas, persiguiendo el fin supremo de liberarse del deseo para alcanzar el Nirvana. Pero lo interesante es la armónica convivencia de estos con lo que podríamos llamar hechiceros y magos que adivinan el futuro, curan enfermos en extrañas ceremonias y fundamentalmente ahuyentan demonios transformándose en buenos exorcistas. Como decía anteriormente, el budismo tibetano es sumamente complejo. Fue introducido aquí en el siglo VII y sufrió modificaciones al tomar contacto con los cultos y tradiciones preexistentes cobrando un carácter litúrgico y mágico que no poseía en otros lados. El Vajrayana o vehículo del diamante, es la forma en que el budismo entra en el techo del mundo e introduce fórmulas mágicas, dioses, y demonios. Para lograr el dominio del cuerpo y el espíritu acude a técnicas importadas de la India como el yoga. En el siglo XIV producto de una reforma del lama Tson ja pa, aparece una nueva forma de pensamiento, el lamanísmo, con la figura del Dalai Lama, reencarnación del Buda como soberano temporal. El lamanísmo no adora a ningún dios, si bien lo hace con hombres ilustres casi santos, que se han distinguido por sus virtudes y rigidez moral. Aquí los monasterios, que son la meca de importantes peregrinaciones, son grandes complejos edilicios que cuentan con calles internas que convergen en un edificio central con altares y enormes bibliotecas.

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• Monasterio Drepung

Algunas gompas parecen mini ciudades a la manera de ciertos monasterios del medioevo europeo. Otros se asemejan a espectaculares palacios como el mismo Photala o el Prebung, que recibían a los lamas una vez por año cuando iban a adorar al Dalai y a recibir de él la interpretación de los libros sagrados. Los monasterios eran casi independientes y formaban un estado dentro del estado ya que poseían tierras y rebaños además de comerciar libremente. Parece mentira estar aquí sentado y hablar en tiempo pasado, ocurre que como es de público conocimiento, después de 1959 tras la invasión china, los cambios obligaron a que ni siquiera el Dalai Lama resida en este lugar.

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Templo Barkhor, Lhassa, Tibet. Proximidades •

Pero volviendo a lo nuestro, cabe señalar que en el Tibet desde su aparición los gompas ejercieron una gran influencia. El más antiguo fue construido aquí en Lhassa a mediados del siglo VII. Durante el siglo XV se levantaron los monasterios de Gandam y Drepung y algo más tarde el majestuoso Photala, la residencia del rey-papa. El cargo de Dalai nace en el siglo XIII cuando el emperador Kublai Kan encomienda el monasterio de Sakia, la dirección espiritual de China. El Dalai nace predestinado y para diferenciarlo del resto de los hombres, para reconocerlo entre el común de los mortales hay que saber interpretar los signos en que se manifiesta su encarnación.

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• Vista lateral del Palacio Potala

• Palacio Potala

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Esto exige profundos estudios de los libros sagrados, consultas con astrólogos y oráculos y hondas reflexiones alrededor de hechos y tradiciones. Hay otras ocasiones en que el propio Dalai en su lecho de muerte y en virtud a sueños y signos, comunica a otros lamas del lugar y familia donde podrá encontrarse su sucesor. En los primeros tiempos del lamanismo, la sucesión se llevaba a cabo de manera azarosa: en una urna de oro se colocaban distintas bolas, algunas con la inscripción SI y otras con la inscripción NO. A su vez contenía bolas con el nombre de los niños que estaban en condiciones de desempeñar el cargo y el nombre que salía tres veces con la bola SI, era quién sería designado Dalai Lama. La majestuosidad de los templos de Lhassa es subrayada tanto por su ubicación en la parte superior de las laderas como por la naturaleza que los rodea. Según los cánones, los edificios deben estar construidos en forma de tronco piramidal y pintarse sus muros según la orientación: al norte verde, al este rojo, al sur amarillo y al oeste blanco. La brillantez de sus exteriores contrasta con el interior donde suele prevalecer la semi oscuridad salvo en las fiestas, cuando se llenan de miles de velas, inciensos y vestiduras sacerdotales brillantes. Pues bien, se terminó mi té, es hora de ponerme mi abrigo, los guantes y continuar el camino hacia arriba, para la gente de aquí, el camino hacia el interior de uno mismo.

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STUPAS

MANO DE BUDA • Sector de escultura que representa la mano de Buda, conocido mundialmente como Siddhartha Gautama, vivió aproximadamente entre 556 y 478 a.C.

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S TUP A S

Corría el año 327 a.C.; el general más joven de la historia después de fundar una de las ciudades que llevan su nombre, haber reconstruido en parte la legendaria torre de Babel y alguna otra “pequeñez” tal como vencer al gran Darío, penetraba en el noreste de la India. Alejandro Magno lograba así no solo sobresaltar a los autóctonos sino también producir un hondo sacudón en el continente asiático. El imprevisto retiro de Alejandro de estas tierras es una de las grandes incógnitas de la historia, no encontrándose aún motivo lo suficientemente valedero. Lo incuestionablemente cierto es que su alejamiento del territorio produjo en la zona un vacío de poder. Seleucos, su lugarteniente destinado a custodiar estas tierras, no pudo hacer frente al rey Chandagrupta fundador de la dinastía Maurya, quien comenzó a extender sus dominios hasta entrar en contacto con las satrapías griegas. Los mauryas se convirtieron entonces en los señores de todos los territorios desde el Indo a la desembocadura del Ganges y desde los Himalayas hasta los montes Vidanta. No obstante es un griego, Megástenes, el embajador dejado por Seleucos, a quien debemos la mayor cantidad de información sobre

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este período; gracias a descriptivos escritos donde cuenta con precisión la estructura del imperio de Chandagrupta, hemos podido reconstruir parte de lo sucedido. Megástenes explica que la potencia, experiencia y perfección del ejército indio nunca había sido vista antes, detallando incluso la cantidad de elefantes, caballos y armas de guerra con que contaban. Pero la piedra fundamental de la expansión del budismo por todo el continente sería el nieto del fundador de los maurya, el mayor emperador de la historia de la India y tal vez de toda Asia: el rey Asoka -274-234-, quién logró conquistar toda la India. Cuenta la leyenda, que es después de la famosa batalla de Kalinga, cuando se produce en Asoka una fuerte crisis mística que cambiará el curso de la historia. En la mencionada batalla, el ejército de Asoka dio muerte a más de cien mil enemigos y frente a la sobrecogedora escena, el emperador sufre una honda transformación espiritual y se convierte en ferviente seguidor del budismo, abrazando el principio de la no violencia. Desde entonces Asoka se dedica a empresas de carácter benéfico y bajo su patrocinio el budismo se propaga. Como registro permanente se erigen a lo largo de todo el vasto imperio columnas que señalan la importancia de ser tolerante y respetar a todas las religiones e ideologías. Un ejemplo de ello es la columna que todavía hoy puede verse y leerse en Delhi. Al igual que el profeta Mahoma, Asoka envió en todas las direcciones a misioneros que llevaban el drama, la ley del budismo. En este período se abolieron los sacrificios de animales y algunos de humanos, en los caminos se construyeron refugios para albergar a los viajeros y peregrinos y el gobierno se hizo cargo de la ayuda financiera a los monasterios.

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• Stupa

Con estas y otras acciones, el rey se convirtió en el modelo del gobernante budista que a través del tiempo emularon muchos reyes asiáticos. Es importante comprender que la expansión del budismo, a diferencia de otras filosofías, movimientos y religiones, se llevo siempre a cabo en forma pacífica, no existiendo jamás presión por parte de soldados o fanáticos religiosos.

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Ejemplo de Stupa •

Si bien la arquitectura budista comienza a desarrollarse en el período maurya, levantándose en esta etapa los monumentos fundacionales, la mayor producción pertenece a períodos más tardíos. El monumento más representativo del budismo es el stupa, que es a la vez un símbolo y un recinto relicario. El stupa consta de una gran cúpula casi hemisférica –anda- coronada por un edículo – karmika- y por una sombrilla compuesta por discos sostenidos por un parante central –chatra-. Todo se encuentra dentro de un recinto sagrado en el que se abren cuatro pórticos –toranas-. La región de Madhya Pradesh se caracteriza por su cielo turquesa, una acariciadora brisa y por paz, mucha paz, algo difícil de encontrar en un país con mas de mil millones de habitantes. Lo que alguna vez fue territorio de tigres, hoy es habitada por agricultores y algún viajero trasnochado como yo.

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• Stupa de oro, en el Gran Palacio Bangkok

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Sanchi. Santuario budista • centro principal de convocatoria en la India hasta el Siglo XII

Sanchi se levanta en una pradera muy verde y esconde algunas de las obras más importantes del budismo y del subcontinente. Entre estos, la gran stupa y otros representativos modifican el paisaje. Desde lejos puedo apreciar la gran cúpula truncada en su parte superior para dar apoyo a la karmika y la chatra. Todo se emplaza sobre una gran terraza procesional, a la que se accede por una doble escalinata; al pié de la misma se encuentra un deambulatorio rodeado por una ciclópea balaustrada que se interrumpe para ubicar, señalando los puntos cardinales, las enormes toranas, los pórticos de acceso.

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• Coronamiento Stupa de Katmandú

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Torana (aproximación) •

En su interior está la cúpula pétrea que se ofrece a la vista de quién recorre la zona y está atribuida al rey Asoka. Las toranas son obras escultóricas excepcionales. Están compuestas por dos columnas de sección cuadrada, rematadas por capiteles con formas humanas y de leyentes, que sostienen la estructura de arquitrabes curvados y terminados en volutas. Estos arquitrabes están separados entre si por elementos cúbicos, en algunos casos como en la torana sur, unas figuras femeninas trabajan de ménsulas. Todo el conjunto de esculturas es en síntesis un portal de acceso, un pórtico al área sagrada. Se encuentra densamente cubierto de relieves que representan diferentes jatakas, es decir relatos de la vida del Buda y episodios posteriores a su muerte.

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• Sector de Torana

Las escenas fascinantes, el aspecto narrativo de las toranas, al igual que las esculturas del románico o los vitrales del gótico, es una excelente forma de transmisión de las enseñanzas y tradiciones. Llama la atención que durante los primeros siglos el maestro no fuera representado con forma humana sino mediante símbolos como la rueda o el loto. El trabajo de la piedra es tan sutil que algunos especialistas suponen que la obra estuvo en manos de talladores del marfil, considerados la mano de obra más calificada sobre el tema. Soy consciente que más allá de toda especulación que se pueda hacer sobre el particular, las obras de arte figurativas ante las cuales me encuentro, se cuentan entre las más extraordinarias que el hombre haya realizado.

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Detalle •

Cerca de este stupa de casi cincuenta metros de diámetro, se encuentra otro más pequeño conocido como stupa 3. A diferencia de su hermano mayor de cuatro toranas este cuenta solo con un pórtico de acceso. No obstante la diferencia de tamaño, el menor ganó fama por encontrarse dentro de él reliquias de dos discípulos del Buda: Sariputra y Mahamogalama, cuyos nombres están grabados en dos arcas de piedra que custodian las reliquias. Desde este lugar el emperador Asoka mandó a su hijo Mahinda y a otros monjes a llevar el drama por toda Asia, mientras Devi, la esposa del rey, fundaba un monasterio muy ceca de aquí. Recorro el camino elevado de piedra construido alrededor del stupa como deambulatorio al aire libre. A veces las analogías me sorprenden, durante siglos los budistas recorrieron el camino como yo lo estoy haciendo ahora, al igual que los musulmanes lo hacen en la Meca o los cristianos en el Santo Sepulcro, todos circunvalando al lugar sagrado.

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• Sector Torana (aproximación)

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Ruedas de oración Stupa en Swayambhnath •

Debo seguir mi viaje y me alejo del lugar, pero aún de lejos puedo ver la sombrilla de remate con sus tres discos elevados en lo alto, tal vez una suerte de las tres joyas del budismo, el Buda, el drama y el sangha. No puedo dejar de pensar en las semejanzas entre las diferentes filosofías de vida y religiones, en sus objetivos, en sus rituales y en sus obligaciones. Tampoco puedo dejar de pensar en las siempre absurdas y estúpidas guerras que los hombres pretenden librar en nombre de su Dios.

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• Los ojos de Buda observan en todas direcciones desde la stupa de Katmandú

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LA SINAGOGA

PUERTA DE SINAGOGA • Señala el ingreso a este centro de reunión, oración y culto del pueblo judío.

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L A SI N A GO G A

El color del mar es casi turquesa compitiendo con el del cielo, arenas blancas y un sol que baña con luz del Mediterráneo todo cuanto acaricia. Caminar por la isla de Djerba, aquí en Túnez, me hace sentir un Ulises, lejos de mi Itaca allá en Buenos Aires. ¿Y por qué recuerdo la Ilíada? Pues según ella, la narración épica por excelencia de occidente, este era el sitio donde habitaban los comedores de lotos y el paisaje es tan espectacular como contaba Homero. A través de la vieja calzada romana de dos mil años de antigüedad, llegué a este lugar a estudiar una de las sinagogas más antiguas e importantes del mundo. Con la segunda diáspora, Túnez se convirtió en lugar de recalada para muchísimos judíos y la sinagoga de la Ghriba, entre otras, es una fiel muestra de ello. Mientras mi dotación de dátiles se reduce rápidamente, trato de recordar un poco de historia de este recinto sagrado. En hebreo, sinagoga significa Bet Knesset, casa de reunión y este nombre expresa su función, un lugar donde la congregación se reúne a rezar, a estudiar y a realizar actividades sociales. Junto con el templo, la sinagoga es la institución más importante del judaísmo, no obstante no es mucho lo que se sabe de su origen a diferencia de lo que puede suceder con la iglesia, la mezquita, u otros

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lugares de oración. Algunos estudiosos del tema consideran que la institución sinagogal existía en los tiempos del primer templo, es decir antes del siglo VI a.C. Otros están convencidos que aparece durante la diáspora babilónica y otros ubican su génesis en la diáspora helenística. Sea cual fuera su origen, lo cierto es que al comienzo de nuestra era, la sinagoga ya estaba presente como una institución firmemente establecida, constituyendo el centro de la vida social y religiosa del pueblo judío. El evangelio cuenta que eran numerosas por entonces las que había en Israel y el Nuevo Testamento da muestras de las sinagogas que funcionaban en las comunidades diaspóricas, especialmente en el Asia Menor. Por supuesto, con la destrucción del templo, la sinagoga se convirtió en el foco de la vida religiosa, heredando ritos de aquel y donde la oración sustituye a los sacrificios. La sinagoga local era el primer lugar visitado por cualquier judío forastero y allí se encontraba lo necesario para la vida religiosa, la sede del tribunal rabínico, el baño ritual o micve, el hospicio para recibir a los viajeros entre otras cosas. Desde el punto de vista arquitectónico, el rasgo más característico de la sinagoga, es la variedad y la adaptación a las necesidades propias de las estructuras preexistentes. De esta manera, en cada momento histórico, el judaísmo se ha servido de los materiales y del estilo de construcciones en sus lugares de residencia. Esta flexibilidad permitió adaptarse a las necesidades y circunstancias de cada localidad; en gran medida las formas de los edificios

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• Candelabro judío de nueve brazos. Los cuatro brazos en cada lado representan los ocho días de celebración del milagro del aceite, mientras que el del medio, llamado el Shamash, se usa para encender los demás

fueron determinadas por las condiciones sociales y la seguridad de la cual gozaban los judíos en cada comunidad y no necesariamente por las reglas del establishment religioso. Así, durante algunos períodos, fue necesario desdeñar determinados aspectos estéticos y arquitectónicos. A partir de lo expuesto, es obvio que no existen reglas acerca del tamaño, forma o composición de la fachada, aunque su orientación hacia Jerusalén a menudo impone limitaciones. También influyen factores como discreción, moderación o reafirmación pública.

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Anuncio de acceso a Sinagoga •

Sobre los edificios sinagogales han pesado no solo las prescripciones rabínicas sino también las legislaciones cristianas y musulmanas, las cuales han prohibido grandiosidad y ornamentación al exterior de las sinagogas o limitando la altura de estas construcciones o el reciclado de edificios antiguos. Podríamos asegurar que en general, hasta después del siglo XVII en Europa Oriental, las sinagogas suelen tener una apariencia externa austera y a veces pobre sin diferencias apreciables con los edificios del entorno.

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• Sector Sinagoga en Djerba

Por otro lado hay que tener en cuenta que al igual que sucedió en España con la construcción de las primeras mezquitas, los constructores y decoradores de muchas sinagogas fueron cristianos –en este caso también musulmanes- ya que los judíos estaban excluidos de los gremios artesanales. Con respecto a la ambientación en cada momento y de acuerdo a las condiciones locales, cada rabino a cargo decidía que se permitía y que no para decorar el lugar.

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Algunos sumamente estrictos prohibieron esculturas y relieves tridimensionales o imágenes a la altura de la vista de los feligreses. Otros, en cambio, permitieron imágenes de estrellas o de signos zodiacales o motivos figurativos. Es posible que la sobriedad de algunas sinagogas fuera en parte por influencia del Islam que no permite la representación figurativa y por el ascetismo cristiano en algunos momentos. En la sinagoga se leían públicamente los decretos oficiales, estudiosos se pasaban en ella días sumidos en el estudio de la Torah. El servicio religioso, fijado en el Talmud, se ha mantenido básicamente sin cambios a lo largo de la historia. En la sinagoga se celebran tres veces al día los rezos comunitarios en la presencia de un minián, es decir un mínimo de diez varones mayores de diez años. Es mediodía y aquí se están reuniendo los hombres. La Ghriba ampara a los descendientes de un grupo de exiliados judíos que huyeron de Palestina en el 584 a.C. y su presencia bíblica se perpetuó aquí tranquilamente desde hace veintiséis siglos. El hazam, quién esta al servicio de la sinagoga, comienza a oficiar la oración, es mediodía en Djerba. Vale agregar que en Djerba coexisten sinagogas con mezquitas. Estas últimas, con sus formas macizas, fueron lugares de resistencia contra invasores romanos, españoles y piratas otomanos.

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• Interior Sinagoga La Ghriba donde se encuentra una de las más antiguas Torah del mundo

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Sector de Bimah en la Griba •

Sector de Sinagoga de la Ghriba, Djerba,Túnez •

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• Mezquita Fadhloun

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LA C O S T A M A L A B A R

MONEDAS DE ORO • Acuñadas en los siglos XVI y XIX en el Reino de Cochin (Costa Malabar) durante la dominación holandesa.

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LA COSTA MALABAR

Cochin es una ciudad portuaria enclavada en el sudoeste de la India. Para algunos desde Goa hasta el cabo Comodin, el punto más austral del subcontinente, se encuentran algunos de los paisajes más bellos del mundo. Debo reconocer que las playas de Trivandum, con sus palmeras llegando casi a tocar con las copas el transparente mar y sus arenas que se asemejan más al talco, junto a los pescadores en sus canoas de troncos ahuecados, sus mujeres vestidas con multicolores saris y sadus, es decir hombres santos para el hinduismo, no es un lugar fácil de abandonar. Y aquí me encuentro en este paraíso, al cuál se le suma un increíble delta famoso entre otras cosas por las enormes estructuras que albergan las redes de pesca inventadas y construidas por los chinos hace más de cinco siglos. En la desembocadura de este delta, se fondean veleros con banderas de diferentes países. Algunos de sus dueños me han comentado que hace años que dejaron sus actividades en grandes metrópolis y encontraron aquí el paraíso perdido. Otros aseguran que ya no volverán a sus viejos hogares y que Cochin será el lugar donde desean terminar sus vidas. Me divierte –y me da algo de envidia- ver las cubiertas de estas embarcaciones llenas de cocos, plátanos y cuanta fruta tropical uno pueda imaginar. Ver gente

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feliz, disfrutando de la vida a su manera (sin importar que uno la comparta o no) es uno de los mayores placeres que puedo tener y andando por el mundo debo reconocer que estos los puedo disfrutar con cierta asiduidad. Estoy en tierra hinduista, aquí miles de deidades logran la unidad en la diversidad. No obstante mi interés hoy se centra en la gran sinagoga Paradesi, también conocida como la sinagoga de los inmigrantes. Construida en 1568 bajo reglas portuguesas, fue iniciada por Jose Levi y los judíos blancos. Luego de la segunda diáspora, la Costa Malabar y en especial Cochin, albergaron una importante cantidad de judíos, que según cuenta Benjamín de Tudela en sus cartas del siglo XII, “eran judíos buenos y piadosos, que observaban las reglas de Moisés y de los profetas junto a los preceptos del Talmud, pero llamaba la atención que todos eran negros”. La comunidad judía en esta área se dividía en tres clases: los judíos blancos, descendientes de los inmigrantes de España, Holanda, Alemania y Siria; los judíos negros, que eran nativos del lugar y a los cuales se refería Tudela y por último los descendientes de eslavos. La Paradesi es la sinagoga más importante de la India y cuando en 1968 se celebró el cuatrocientos aniversario, la primer ministro Indira Ghandi formó parte del evento. El interior de la sinagoga está ricamente decorado con gran cantidad de oro y plata. Pero ya que estamos hablemos un poco del interior de la sinagoga en general: la actividad que domina el servicio del lugar y que determina la disposición interior de la sala de oración, es la lectura de la Torah. Los puntos nodales de la actividad son: el Arca, donde se conservan los rollos y la Bimah, y el atril de lectura que generalmente se encuentra sobreelevado por una tarima. Tanto el diseño como la ubicación

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• Redes en Cochin

de estos elementos son de suma importancia en la arquitectura interior de la sinagoga. A veces uno u otro elemento es más prominente y se transforma en foco de la sala de oración. Las sinagogas ashkenasis de la edad media, como la de Worm o Praga, son claros ejemplos de cómo la Bimah se súper desarrolló transformándose así en el hito más significativo del espacio. En muchos casos la Bimah se situaba en el baricentro del recinto como en las sinagogas de madera de Europa oriental. En otros casos se encontraba cerca de la entrada, como en muchas sinagogas portuguesas. Ámsterdam es un ejemplo típico. En los países islámicos era tradicional tener varias arcas en una pared –siempre orientada hacia Jerusalén – y la Bimah en el muro opuesto, como se puede ver en Fez o en Aleppo.

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Sinagoga en Cochin •

Durante el siglo XVIII y XIX en los países donde los judíos estaban adquiriendo emancipación, se puede ver una notoria diferencia en el diseño interior de las sinagogas. Se construyeron grandes, incluso monumentales salas de oración en los centros de las ciudades. Los proyectos se elegían por concurso entre los más importantes arquitectos de la época y lo notable es que generalmente eran los mismos que diseñaban y construían iglesias. Estos interiores dieron

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• Menorah Candelabro o lámpara de aceite de siete brazos

• Acceso a Sinagoga en Cochin

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entonces cabida a más creyentes, con un mayor coro y con más magnificencia en el Arca y en la Bimah. Ya no era como antes donde la decoración interior estaba en manos de la congregación, sino que diseño, construcción, ambientación y equipamiento estaba meticulosamente planificado en conjunto por los arquitectos. La estrella de David junto a las tablas de la Ley fueron los motivos más usados y a partir de este momento consiguieron gran popularidad. La Menorah no apareció más que en las grandes sinagogas, como también los símbolos asociados al misticismo y a la Kabalah. De esta forma una rica y variada selección de figuras del mundo vegetal y animal cedían paso a símbolos bien diseñados, definidos y distintos. Cochin, tierra sagrada para una religión que nació a miles de kilómetros, allá en medio oriente, aquella tierra que vio nacer a tres religiones monoteístas. En la puerta de la Paradesi, niños judíos, hindúes, musulmanes y cristianos juegan juntos con una pelota armada con trapos y trozos de cueros. “...el universo es el juego de un niño que mueve las piezas en un damero, el destino está pues, en las manos de un niño que juega”. Quizás Heráclito tenía razón.

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EL TEMPLO EN LA PLAYA

PLAYA EN MAHABALIPURAN • Se encuentra en las costas de la Bahía de Bengala, es conocida por los templos construidos en las costas.

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EL TEMPLO EN LA PLAYA

Acostado en la arena, con la cabeza apoyada en una canoa de troncos disfruto del paisaje. El mar algo picado no impide a los pescadores internarse en él con sus redes caseras, mientras que a lo lejos las sirenas de los súper petroleros denotan la presencia de la modernidad. Trato de ignorar a estos colosos del océano y me concentro en el histórico templo de la orilla que se encuentra a pocos metros, conocido como el templo de la playa. Esto es Mahabalipuran, a menos de cincuenta kilómetros de Madrás, donde se encuentran los templos monolíticos más antiguos de la India. Mahabalipuran es un célebre puerto marítimo ya mencionado por los griegos en el siglo I y centro de las artes en la época de la dinastía Pallava. Durante el siglo VI, los gobernantes mandaron a construir numerosos templos rupestres. Ahora bien ¿qué caracteriza a los templos hindúes? El templo hindú es ante todo la reproducción de un orden cósmico, que es a la vez un orden social en el que el individuo halla la confirmación de su estado y a la vez el centro ideal en el que el brahman actúa. Desde el punto de vista tipológico, haciendo una división muy simplista, estos templos pueden agruparse en tres conjuntos: los nagara, los vesara y los drávicos. La división se basa fundamentalmente en la forma de sus cubiertas, pero también tiene que ver con la distribución geográfica.

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Templo de Mahabalipuran •

Los nagara se caracterizan por su forma cónica-convexa, los vesara llaman la atención por su cubierta similar a las bóvedas de cañón y los drávicos presentan una sucesión de terrazas con aspecto piramidal. La dinastía Pallava reinó en el sur de la India desde el siglo V hasta el IX, dejando un amplio testimonio de su actividad edilicia monumental, siendo éste, en el que me encuentro, el más importante. Muy cerca de aquí se encuentran los famosos cinco ratha –carrozas- excavados totalmente en la roca lo cual los convierte en megaesculturas Para trabajar la piedra los indios idearon algunas técnicas que aún hoy nos sorprenden. Las primeras obras fueron templos excavados en acantilados, algo parecidos a las tumbas rupestres de Persia. Con tiempo y experiencia comenzaron a lograr resultados increíbles.

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• Sector de cinco rathas

• Sector de cinco rathas

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Sector del conjunto •

Atacaban la masa pétrea frontalmente y perforaban galerías piloto a la altura de lo que iba a ser la cubierta, para luego vaciar por capas sucesivas hasta llegar al nivel del piso. De esta manera toneladas de piedras se extraían una tras otra. El perfil del edificio se demarcaba mediante una línea de orificios en los que luego se introducían tarugos de madera dura que una vez humedecidos se hinchaban reventando la roca según el trazado deseado. Esta parte del proceso se utilizó en Egipto durante siglos para sacar de las montañas bloques de piedra y para la construcción de grandes hipogeos como el de la reina Hasepshut en Deir el Bahari o el de RamsesII en Abu Simbel.

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• Cisterna de Masada

Pero volviendo aquí, se puede ver como reservaban los volúmenes suficientes para formar las columnas que sustentarían la cubierta. No puedo dejar de recordar obras similares en Petra o en la gran cisterna de Masada. Si bien los indios comenzaron perforando modestas salas rectangulares con sencillas fachadas, acabaron excavando en el siglo VI santuarios impresionantes de más de cuarenta metros de largo por quince de ancho y otros tantos de alto como en Karli o Elefanta o esa maravilla impresionante que es Ellora donde se extrajeron doscientos mil metros cúbicos de montaña. El camino de Dios hacia las entrañas de la tierra.

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Santuario de Karli •

Ellora. El templo excavado en la roca •

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• Ellora. Tallas en la roca

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ARQUITECTURA PARA EL AMOR

KHAJURAHO (SECTOR) • Pequeña localidad en el estado de Madhya Pradesh (India) donde se encuentra un conjunto de templos hinduístas, famosos por sus esculturas eróticas.

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A RQ U I T E C TUR A P A R A E L A M O R

Hasta no hace muchas décadas estas eran tierras donde el tigre y el elefante tenían primacía, éstos eran sus dominios. Amanece y unos colosos de piedra que ascienden en forma piramidal aparecen poco a poco ante mi. Como si fuera el punto más elevado del horror vacui, todas las superficies de los muros de los edificios que merodean están profusamente esculpidas. Estoy en lo que los poetas llamaron los templos del amor. Khajuraho es un pequeño oasis a cientos de kilómetros de la civilización en el interior de la India y conocido por la arquitectura y esculturas de sus templos construidos en tan solo un poco más de cien años entre los siglos X y XII. Nos han llegado veinte de los ochenta y cinco templos originales dedicados a los dioses Shiva y Vishnú, obras maestras de la arquitectura, donde no hay explicación ante la presencia de las escenas sexuales más gráficas que la humanidad haya conocido jamás. Para algunos los templos de Khajuraho fueron erigidos para conmemorar la boda de Shiva con su consorte Parvati. Shiva, parte de la trinidad hindú, es el dios de la destrucción y por tanto también dios de la regeneración, de allí la adoración al falo, culto tan extendido por toda la India.

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La unión del dios con su mujer se concibe como la base de la energía cósmica, una posible explicación para la presencia de figuras eróticas en las paredes de los templos. Para otros estudiosos del tema, el tantrismo, corriente filosófica que cobro fuerza alrededor del siglo X, puede haber dado la respuesta al enigma. El tantrismo en su forma más elemental, al igual que el hinduismo, cree en un constante proceso de creación, conservación y transformación del universo, donde el origen de todo está en la unión de conciencia –principio masculino- y la energía –principio femenino-. De esta forma el acto sexual constituye la unión de las fuerzas, teoría que encontró en la India medieval gran aceptación y se practicó como culto. La misma palabra tantra deriva del sánscrito: cuerpo. Para otros, los mithuns, nombre con el que se clasifica a las parejas o grupos eróticos, fueron el resultado del péndulo que osciló hacia el otro extremo después de las prohibiciones de los placeres terrenales indicados en algunas corrientes del pensamiento hindú y hasta por el mismo Buda. Pero independientemente de los diferentes análisis, los comentarios que despierta el componente erótico de Khajuraho, tienen razones más que justificadas. Ninguna otra colección de arte utilizó la metáfora corporal con tanta fuerza; las paredes de los templos, esculpidas hasta lo más profundo, son una masa latente de vida, de juventud y de belleza. En este santuario de amantes divinos y humanos, el erotismo es descarado y franco, inquietante y purificador, un amor sancionado por los dioses. Las formas femeninas están excelentemente representadas, pero recordemos que la mujer, a diferencia que en occidente, siempre fue mostrada en su plenitud en todo el arte de la India.

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• Khajuraho

• Sector templo de Khajuraho

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Sector Figuras •

Los mithuns fueron considerados en este subcontinente como símbolos que protegían del mal y hacían al edificio que los albergaba inmune a la destrucción y al ingreso de demonios. Cuando en el siglo III a.C., tuvieron lugar las invasiones griegas, el culto en los templos no existía en la India. El hinduismo es más filosófico que ritual, la institución del templo se debe en gran medida al auge del budismo entre los siglos II y IV, cuando los sacerdotes brahmanes decidieron ponerse a la altura de los rituales con muestras más impresionantes. Y desde ya que lo lograron. Fue en este proceso de reorientación cuando el hinduismo adoptó el templo. Khajuraho refleja el punto más alto de esta evolución. El templo esta hecho a imagen y semejanza del monte Kailash, la morada del dios Shiva, incluso hay inscripciones que describen las espirales de los templos como rivales de las cumbres más altas del mundo. Todos los templos tienen una sola entrada orientada hacia el este y cuatro compartimientos: el pórtico, la sala de asambleas, el vestíbulo y

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• Monte Kailash

• Mithuns

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el altar; por otro lado el movimiento virtual, esa tendencia a subir debido a la verticalidad altamente marcada se hace evidente en todas partes. Es importante hacer notar que la arquitectura y la escultura están perfectamente integradas, logrando un sincretismo como nunca se alcanzó en la historia del arte. Las esculturas pertenecen a la superficie en que están talladas, no son piezas añadidas tras la finalización de la obra, sino que están realizadas en los mismos bloques de piedra que constituyen la estructura del templo. Al igual que las cariátides de la Acrópolis de Atenas, aquí los maestros se encuentran frente a un problema estático-estético, donde soporte y ornamentación son la misma cosa. El hombre siempre ha planteado la ecuación entre la aceptación del cuerpo a costa del alma, o la negación de la carne por la salvación del espíritu; sin embargo en la época dorada de Khajuraho el hombre parece haber podido reconciliar lo físico y lo espiritual.

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AJANTA

CUEVAS DE AJANTA • 30 cuevas pintadas y esculpidas inicialmente para el culto budista, siglo II a.C., localizadas en el distrito de Aurangabad (India).

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A J A N TA

Recuerdo cuando hace algunos años en Buenos Aires se estrenó la película Pasaje a la India, una de las más premiadas de la historia del cine. Para muchos ese evento fue el primer acercamiento a esta parte del planeta. El guión, la puesta en escena, la música, la fotografía, todo sumó para definir esta película como una obra de arte. Buena parte de sus pasajes se desarrollaban en las cuevas de Ajanta, a las que se mostraba en todo su esplendor. Pasaron algunos años y aquí estoy, como siempre, sentado en el suelo frente a la entrada de una de esas cuevas. Maravilla de la vida eso de ir concretando proyectos, realizando sueños como este de alcanzar lugares antes descubiertos en las páginas de un libro, en una sala de cine o simplemente imaginados. Y bien, las treinta cuevas de Ajanta están aquí, a pocos kilómetros de Aurangabad, ciudad donde arribé ayer casi entrada la noche. Junto con los stupas, los otros dos elementos característicos de la arquitectura budista, son la sala de culto –chaityas- y las celdas de alojamiento de los monjes –viharas-, formando ambas el típico monasterio de los seguidores de esta filosofía.

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Cuevas de Ajanta •

Si bien estas estancias fueron construidas en gran parte del continente asiático, se levantaron con diferentes características según los materiales y mano de obra del lugar. Las hay de madera, ladrillos, piedras o cuernos de bueyes, tanto como talladas horadando la montaña, de las que son muestra contundente las que tengo frente a mí. Esta respuesta constructiva al mejor estilo topo tenía cierta lógica, por un lado las cuevas eran duraderas y por otro, resultaban coherentes con la tradición de los monjes ermitaños y ascetas. Por último las montañas se encontraban en zonas inmejorables para el retiro ya que casi no recibían visitas. De hecho, estas desaparecieron desde el siglo VII hasta su redescubrimiento en el año 1819.

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• Sector cuevas de Ajanta

Algunas de estas construcciones rupestres llegan a tomar dimensiones increíbles lo cual implicó excavar y extraer cientos de miles de metros cúbicos de piedra. Ajanta esta formada por treinta cuevas de las cuales cinco son chaityas y el resto viharas. La chaitya es tipológicamente similar a una basílica, una larga sala dividida por hileras de columnas en tres naves. Las naves laterales continúan en el extremo opuesto al acceso, formando un ábside y un deambulatorio el que encierra a su vez un stupa que alberga las reliquias del monasterio.

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Por supuesto las naves con todas sus columnas y esculturas son una sola pieza monolítica, nada se adicionó a la obra, es una construcción realizada totalmente por sustracción. La organización social budista reconoce una diferencia entre los laicos, que solo han aceptado las enseñanzas del maestro, y los miembros de la shanga u orden, que se entregan de lleno a la vida religiosa. De esta forma en la chaitya, la puerta central, acceso a la nave principal, es utilizada por los miembros de la orden. Los laicos ingresan por la puerta izquierda para realizar la circunvalación y salir por la derecha, evitando de esta forma interferir en la meditación de los monjes. El vihara, la residencia de éstos, tiene una planta cuadrada y alrededor del acceso se ubicaban las pequeñas habitaciones. A medida que la comunidad crecía se excavaban nuevas celdas en la roca. Este complejo en forma de herradura de quinientos metros de largo en el que me encuentro ha conseguido notoriedad en la historia del arte universal, lo que es justo. Ajanta con sus pinturas, forma parte de la herencia cultural más interesante que se ha conservado, no solo por el lugar donde se encuentra y su perfección, sino también por la técnica con que fueron realizadas. Las pinturas no son frescos propiamente dichos como los del renacimiento, han sido trabajados de manera similar al temple, teniendo el dibujo mayor importancia para la definición de la idea de volumen. Vale también mencionar la maestría con que fueron realizados los sombreados de las figuras y los degrades de los tonos. Nos encontramos frente a un claro ejemplo de horror vacui donde toda la superficie rocosa esta ocupada por la pintura.

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• Detalle capiteles de columnas

• Interior cueva de Ajanta

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Planta del conjunto •

A primera vista es casi imposible encontrar una línea rectora, el artista indio siempre buscó la tridimensionalidad, eliminando las superficies planas y la pintura budista es un ejemplo esclarecedor. Ajanta es el punto de máxima madurez en este arte, la uniformidad entre los planos compositivos, el juego entre los diferentes tonos y los efectos del claro-oscuro rara vez fueron logrados en la pintura occidental como en estas cuevas. Esta especie de culto por lo tridimensional y por la forma escultórica llevó a los indios al desarrollo de un arte en el que siempre sobresalieron: la danza y expresión plástica en acción. Así como en la Europa medieval la música fue el paradigma por excelencia, en la India son maestros en el estudio de la figura humana y de allí su concatenación y analogía entre danza, pintura, escultura y arquitectura.

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• Escena grupal en pintura mural. Sector

Las imágenes representadas en estas cuevas muestran escenas religiosas del budismo mahayama, desde la vida del buda hasta su parinirvana, pasando por sus enseñanzas. También están reflejadas escenas de la vida cotidiana de la sociedad india, tal vez como una devolución a los mecenas del shanga, la comunidad budista. Antes de su declinación por el resurgimiento del neobramanísmo, más conocido como hinduismo, Amanta se había transformado en un importante centro de enseñanza religiosa. Este anfiteatro natural comenzó a excavarse desde el centro de semicírculo y continuó creciendo hacia derecha e izquierda, estando las primeras cuevas orientadas al norte ya que este punto cardinal se asocia al reposo de la mente y a la meditación para acceder al nirvana.

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Escultura de Buda acostado. Cuevas de Ajanta •

Pocas veces en un solo lugar se ha logrado tal sincretismo entre las artes. En la pared izquierda del vihara en que me encuentro se ve una incomparable obra maestra: la figura de un joven que reclina suavemente su mirada hacia abajo, tiene largos cabellos negros trenzados con jazmines coronados con una tiara y sostiene en sus manos el lirio azul, símbolo del dios Vishnú. A cada lado del joven, un sirviente carga otros símbolos reales y muy cerca una joven princesa acompaña a la comitiva. Una imagen de Shiva acariciando a su mujer Parvati, músicos celestiales y genios completan la escena. ¿El motivo? El matrimonio del príncipe Siddharta comparado con la pareja divina de los dioses. Paso horas entrando y saliendo de las diferentes cuevas. Nuevamente aquí el tiempo no cuenta.

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• Sector de pintura mural

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EL GRAN MANDALA

MANDALA • Término de origen sánscrito, que significa diagramas o representaciones simbólicas.

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EL GRAN MANDALA

Para nosotros los occidentales, Asia es en muchos sentidos un continente misterioso, hasta el punto de que nos inclinamos a hacer del misterio su propia esencia. Su historia, que apenas se nos enseña en las escuelas, parece condenada a no sernos familiar, tal vez por el hecho de que en las civilizaciones de oriente la frontera entre el relato y el mito, entre acontecimientos y leyendas donde el tiempo se desvanece influye de algún modo en la impresión de sorpresa que inevitablemente nos produce. En muchos casos las piedras son casi los únicos documentos que sobrevivieron a los ataques del tiempo y del clima en general, con lo cual la reconstrucción del pasado allí es más difícil. Pero sea cual fuese la explicación que se intente dar a la persistencia de esta imagen sucede que, en algunos casos, el misterio que sorprende al visitante no es el de una decadencia, lo que supone un proceso de deterioro, sino el de una muerte repentina. Parece como si todo se hubiera paralizado, aún antes de que la naturaleza emprendiese su inexorable tarea de destrucción. Si usted está leyendo estas líneas en un ambiente confortable, seco y fresco, trate por un instante de imaginarse una térmica alrededor de los cuarenta grados, una humedad del ciento por ciento, un fantástico sol que pareciera que su función específica es derretir

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todo aquello que toca y caminar, caminar y subir escalones y seguir subiendo… pues bien, allí se encontraba el autor de este libro al escribir estas líneas. No piense que esto es el resultado de una personalidad altamente masoquista, ni que pienso que sobre mí pesa una herencia karmática que me deba llevar indefectiblemente al sufrimiento, es simplemente que esto de andar por donde nadie me llama es algo que me parece fascinante y a veces hay que pagar algunos costos. Pero como dijo Ortega, vayamos a las cosas. Calor, humedad, insectos por doquier, son algunas cualidades entre otras que tienen Indonesia, Camboya y Vietnan. La historia de hoy comienza en los albores del siglo IX, cuando la dinastía Sailendra, que había adoptado el budismo, mandó a construir esta maravilla que se encuentra ante mis ojos. Borobudur es, a mi entender, la expresión arquitectónica más acabada que en el mundo existe de arquitectura sacra, respondiendo morfológicamente a un gran mandala. Esta figura profética y sagrada esta compuesta por la intersección del cuadrado, que para esta cultura es la forma suprema y perfecta que significa orden, y del círculo, que es el desarrollo y el movimiento. Cuadrado y círculo, cielo y tierra se unen de esta manera formando el mandala. Borobudur, en la isla de Java, está rodeado de volcanes, de hecho el histórico Krakatoa no se encuentra lejos, y el simbolismo se puede ver aún en el nombre de los sailendras que significa “señores de la montaña”. Lejos de toda población, este monumento encaja perfectamente en el patrón de templo de peregrinación inmerso en un paraíso natural.

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• Templo de Borobudur Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1991

• Detalle de Relieve en Templo de Borobudur

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Borobudur es una estructura de planta cuadrada orientada a los cuatro puntos cardinales, cada uno de sus lados consta de una escalera monumental que permite el acceso al templo. Es interesante aclarar que el mismo tiene una base de ciento veinte metros de lado y cuarenta metros de altura y que esta compuesto por más de dos mil bloques de piedra. El complejo es el resultado de terrazas que se elevan buscando el cielo al mejor estilo zigurat sumerio, pero la gran profusión de bajos y sobre relieves lo hace tan diferente a sus referentes mesopotámicos. Las galerías de estas terrazas deben ser circunvaladas en el sentido de las agujas del reloj con el fin de ir leyendo los relieves que gradualmente nos trasladan a las alturas de mayor espiritualidad. La serie completa es una narrativa de las vidas del Buda y del deambular espiritual del peregrino Sudhana, quien fue buscando numerosos maestros para convertirse en bodhisatva y que por último, como se representa al final de la serie de relieves de la cuarta galería, logró entrar en el palacio del buda futuro –Maitreya- en el monte Meru. Las terrazas circulares superiores contienen setenta y dos stupas y dos tercios de ellas en forma de enrejado pétreo albergan esculturas de budas sedentes. Me siento en una de las stupas y contemplo al buda interior a través de las caladuras, extendiendo mi brazo hasta tocarlo; para los habitantes de aquí esto trae suerte y esto es una bendición. Tras tantos años de andar de acá para allá hay sensaciones que no cambian. Cada vez que tomo un respiro sentado en alguna catedral, pirámide, tumba, palacio o donde la fatiga me venza, no puedo dejar de pensar en lo que hubo por detrás de esa obra. Su entorno social, cultural, físico, la gente que la uso y por supuesto aquel maestro de obras que la concibió.

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• Planta templo Borobudur

• Sector de la cima del templo de Borobudur

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Templo Angkor (etapa de restauración) •

Continúo sentado y viene a mi mente la imagen de uno de los complejos arquitectónicos sagrados que más me impresionó en mis años de andar por el mundo. A no demasiadas millas de aquí se encuentra el emplazamiento de unos de los imperios más increíbles que haya formado el hombre, donde toda una civilización parece haber sido presa de un patológico afán de construir y luego haberse desinteresado repentinamente de toda ambición arquitectónica. Es allí donde el monarca Jayavarman funda Angkor, instaurando el culto al rey dios en las entrañas de Camboya. Este pueblo de campesinos realizó las obras de hidráulica más asombrosas de la antigüedad, destinadas al cultivo del arroz, desde lagos artificiales hasta el complicadísimo sistema de canales y estanques.

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• Figuras del Templo Angkor

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De esta forma dinastía tras dinastía construyo moradas para aguas, hombres y dioses. Angkor se transformó en el epicentro de un vasto imperio que se extendió desde el mar de la China hasta el Índico, donde reinó una vasta lista de soberanos brahamanes y budistas y donde cada uno parece haber sentido como cuestión de honor aventajar a sus predecesores en tamaño, belleza y originalidad de sus obras. Todo lo que legó este imperio sobrepasa la imaginación humana, como también lo supera el hecho de que la vegetación lo cubriera de forma tal. Que al igual que sucedió en Borobudur, se perdieron por siglos. Pero cuando se piensa en el imperio Khmer, cuando se piensa en Camboya, rápidamente vine a la mente la figura de Angkor-Vat, el templo montaña, la ciudad santuario. Angkor constituye aún hoy, la mayor creación de toda el Asia y dudo que otro complejo edilicio lo supere en el mundo. Una verdadera morada de los dioses, donde el rey dios logró en su arquitectura la más refinada ornamentación. Con sus terrazas escalonadas, sus torres piramidales, rodeado de arrozales y vías de agua, casi como flotando sobre múltiples estanques, cual metáfora de una plantación de lotos, esta increíble mole de miles de metros cuadrados se identifica con la fuente milagrosa de los Himalayas. Junto con Angkor-Vat, cientos de obras con características similares se levantan por doquier. Los Khmer desearon ofrecer a los dioses moradas a gran escala y desde ya que lo consiguieron. Pensemos que el complejo se extiende por más de treinta kilómetros de levante a poniente y de veinte kilómetros de norte a sur.

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• Detalle de una ninfa danzante (Apsara)

• Apsaras, ninfas danzantes en templo Angkor Vat

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No hace mucho más que un siglo que el viajero francés Henri Mouhot revelara al mundo occidental en el relato de sus “Viajes por los reinos de Siam, Camboya y Laos”, la existencia de una civilización cuyos fastos se habían sumido durante mucho tiempo en el sueño y el olvido, pero nunca ha cesado la sorpresa y la fascinación suscitadas por una de las empresas más colosales que los hombres hayan realizada jamás. Continúo ascendiendo aquí en Java, terraza tras terraza, hasta llegar al cenit del templo. Una gran stupa pétrea sin decoración alguna remata el gran mandala. ¿Por qué? Tanto en los templos hindúes como budistas existen puntos en común, a medida que el templo se eleva, la ornamentación disminuye hasta desaparecer, una metáfora con la vida humana y la sabiduría. A medida que el hombre crece debe dejar sus “ornamentaciones”, esas cosas superfluas para acceder a planos más espirituales, de allí la gran concordancia entre templo y hombre. Algunos monjes descalzos, vestidos con sus típicas túnicas color azafrán me saludan juntando sus manos a la altura de su pecho e inclinando sus cabezas. Hago lo propio, Namaste, el saludo-bendición. Me encuentro en el punto más alto del templo, desde aquí tengo una excelente vista del entorno Vuelvo a sentarme, seguramente la compañía de Kairos no tardará en acompañarme para esperar juntos el atardecer en Java.

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PO R E L C A M I N O D E A L Á

MINARETE DE LA MEZQUITA DE SAMARRA • Torre helicoidal que se apoya sobre un podio cuadrado al cual se accede desde una pasarela (847-861 a.C.).

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POR EL CAMINO DE ALÁ

Una de las características más interesantes del arte islámico es la manera en que todo un sistema arquitectónico se asoció con una idea, con una fe. El arte, en diferentes fases de otras religiones, llegan a diferenciarse por completo entre si y hasta podríamos asegurar que esta variedad fue la esencia misma de dicho arte. Por el contrario en el mundo islámico existió a lo largo del tiempo una uniformidad, donde los diseñadores y artistas en general buscaron perfeccionar las tipologías cuyo modelo había sido sancionado a través de centurias. La adopción de una escritura particular comprendida en una vasta zona desde España hasta la China, que sirvió como forma básica de ornamentación, ejerció un efecto unificador. Mediodía en Delhi, descalzo y sentado sobre una de las piedras del patio de la gran mezquita, solo con mi cámara y un cuaderno, tomo notas y dibujo algunos detalles. Converso con gente de esta religión, como lo he hecho en tantos lados. Todos me hablan de su Dios y de cómo viene a reverenciarlo. Claro, hoy es vienes, día de la plegaria comunitaria, aquí en la India y en todo el mundo islámico.

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El Islam es la religión de la unidad en todos los campos, el ontológico, el social, el político. Un concepto revolucionario donde el criterio de la fe sustituyó al accidente genético del nacimiento como criterio de nacionalidad. Una religión sin sacramentos ni ministros, por ende sin clase sacerdotal. Dios, ni ha descendido entre los hombres ni habita en los santuarios, por lo tanto la mezquita no es la casa de Dios, ni el asiento de la asamblea. No es el Domus Dei ni la Eclesia. Es una simple sala de oración donde el musulmán se retira para la plegaria en soledad o en forma colectiva. La mezquita como tema arquitectónico responde a una función que no podría ser más simple. Se trata de un lugar para rezar mirando a La Meca, la ciudad santa que desde el 629 sustituye a Jerusalem como epicentro de la oración, ganando de esta manera el Islam una capital religiosa y un centro de peregrinación. La Kaaba, reconstruida varias veces y cuyo origen se remonta mucho más allá del Profeta, es el axis mundi. La mejor manera de orientar esta mirada sería dirigirla pues en un sentido y no hacia un punto, así todas las miradas se dirigen perpendicularmente hacia un muro –la kibla- que se encuentra orientada hacia la ciudad santa. Reducida a lo esencial, la mezquita es solo eso, un muro donde los creyentes rezan frente a él. De esta forma inicialmente este espacio es un simple lugar abierto y aún hoy lo podemos ver en las plazas de ciudades del norte de África y en algunas de Asia. En estas plazas que se fueron rodeando de pórticos encontramos la génesis de la mezquita, armándose de esta manera las primeras en Medina, la Mecca y Damasco entre otras. Para distinguir la kibla de los otros muros que podían cerrar el recinto, se labró en ésta un pequeño nicho –el mihrab- que no hay que

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confundirlo con el altar que en el templo cristiano es el lugar del sacrificio, pues en el Islam no existe sacrificio alguno. El mihrab es entonces un nicho orientativo y no devocional. La mezquita se fue desarrollando en sentido transversal y no en profundidad, longitudinalmente contrastando con el templo cristiano. Los pórticos fueron creciendo paralelos a la kibla para procurar una zona cubierta más amplia y proteger a los fieles del sol. De esta manera se fue distinguiendo la sala de oración del patio –sahn- pero siempre la sala conservo el sentido del pórtico abierto al patio. Así fueron constituyéndose las mezquitas hipóstilas que son morfológicamente hablando las primeras y de origen árabe. La mezquita del Profeta en Medina se transformo en el prototipo que siguieron las siguientes. Cuando los ejércitos musulmanes se dirigieron desde Medina hacia distintos lugares, tuvieron que encontrar la forma de hacer frente a la oración en ruta. La solución es simple, se trazaba en la tierra o en la arena un rectángulo que era en síntesis la planimetría de una mezquita, en este lugar construido ad hoc, se clavaba una lanza en el lado orientado a La Mecca, es decir la lanza era sin más la kibla. Desde ese momento quién atravesaba el límite establecido estaba en zona sagrada. De esta manera la lanza se convirtió en el primer orientador litúrgico del Islam y si bien fue sustituida por el mihrab, sobrevivió acunada en los dirham de la dinastía Omeya. El mihrab aparece en la arquitectura en el año 707, cuando el califa Omar Abd Al Alaziz llevo albañiles coptos a Medina para reconstruir la primer mezquita. Es allí, en el mihrab, ese nicho cóncavo donde se ubica el imán, quién dirige la oración, ya que actúa como amplificador de la voz.

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Al igual que la Torah, el Corán es un libro de leyes. El edificio de la fe musulmana se encuentra sostenido por cinco pilares: la creencia en Dios y su profeta, la oración cinco veces al día, el ayuno en el mes de Ramadán, la ayuda al pobre y la peregrinación a la Mecca. Obviamente la oración –salat- y la peregrinación –hayy- son los pilares que necesitan del hecho arquitectónico para cumplir su función. En las oraciones distinguen diferentes niveles: el del individuo, el de la congregación, el de la ciudad y el de todo el mundo musulmán. Para los primeros existen recintos específicos que van desde la alfombra de oración a la Masjid, mezquita destinada a la oración diaria. La mezquita de los viernes –Masjid Juma- es mayor ya que alberga gran cantidad de creyentes y posee algunos elementos de equipamiento como el mimbar, una especie de púlpito desde donde el iman dirigirá el semon. El último recinto, es el igah o musalla, que no es más que una gran kibla, monumental, que se encuentra precedida por un enorme patio para dar cabida a miles de fieles. Ya es mediodía del viernes en Delhi, en este gigantesco igah en que me encuentro pareciera que no puede tener cabida ni un alfiler, por los altoparlantes la voz del almucín comienza a llamar a la oración. Debo dejar el recinto, es Cronos quién esta vez anuncia mi partida. Mientras los musulmanes se encuentran en su oración del viernes, deambulo por la vieja ciudad, con rumbo a Dar el Islam, la primera mezquita de este lugar. Me dejo llevar por una marea humana de hindúes, jainistas, y otras religiones politeístas mientras hago tiempo esperando que los seguidores del Islam, concluyan su ritual para poder acceder a otras mezquitas. Es casi imposible caminar por Delhi y no ver mi objetivo, el Qut-Minar, el dedo de Dios, erigido para proyectar su sombra sobre oriente cuando el sol declina y sobre occidente al amanecer. Alá presente durante todo

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• Arq. Garabieta en la Mezquita de Ibn Tulun. El Cairo

• Mezquita en Nueva Delhi (Jama Masjid)

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Sector mezquita de los viernes Nueva Dehli •

el tiempo. Ese es el significado de este minarete o alminar de setenta metros de altura que se encuentra junto a la gran mezquita. Los minaretes fueron y son junto a las cúpulas y las fuentes de abluciones los elementos más significativos de los exteriores de las mezquitas. Cuando el Islam se consolidó en Medina y luego en La Mecca, sus formas litúrgicas, tuvieron que encontrar algún medio para convocar a los fieles a la oración.

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• El dedo de Dios Qut Minar

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• Minarete en su contexto

A Mahoma le disgustaba tanto el sofar judío como los cencerros y campanas de los cristianos y así convoca a uno de sus más fieles seguidores a subir al punto más alto y con su voz cantar al adán, el llamado a la oración, naciendo de esta forma el almucín que será el encargado de convocar a la congregación cinco veces al día. Para difundir el adán se necesitó de altura y este requerimiento produjo el nacimiento del minarete, inspirado en las torres de los campanarios de las iglesias cristianas, como las de San Juan Bautista en Damasco. Los campanarios de las iglesias no son tan esbeltos como los minaretes debido a que deben soportar el peso de grandes campanas.

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Minaretes en Taj Mahal •

Con el avance de la tecnología los minaretes llegaron a tener una esbeltez tan impresionante, que a veces pareciera que fueran a caerse con solo el efecto del viento, como en el caso del imperio otomano. Estas edificaciones tan características del paisaje del mundo musulmán tanto rural como urbano, tienen en principio dos grandes clasificaciones, de planta circular en oriente y de sección cuadrada a medida que avanzamos desde Egipto hacia el Atlántico. Si bien pueden parecer a primeras vistas todas iguales o similares, no es tan así. Los hay sumamente austeros, como otros profusamente trabajados, los hay monocromáticos y policromos, realizados en ladrillo y en piedra. Realizar un relevamiento exhaustivo de alminares llevaría toda una vida.

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• Sector de minarete del Taj Mahal

A través de más de treinta años de recorrer estas tierras debo admitir que cuento con una interesante documentación de ellos, no obstante continuamente descubro elementos nuevos. El alminar también tuvo la función de faro ya que en los desiertos la orientación puede ser tan complicada como en los océanos, con lo cual algunos alminares encendían por las noches, en su parte más alta, grandes antorchas a base de aceite o betún para guiar a las caravanas. El segundo elemento exterior de la mezquita como hemos citado es la cúpula, que sin lugar a dudas es el triunfo supremo de la arquitectura islámica, si bien litúrgicamente su importancia es pequeña. Las primeras cúpulas se construyeron en las mezquitas sobre la kibla para señalar exteriormente su orientación a La Mecca y para

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Minarete •

iluminar el recinto interior en forma cenital. Si bien las primeras cúpulas fueron pequeñas con el tiempo este elemento se transformo en el más notorio del complejo hasta llegar a cubrir superficies inmensas, como en la mezquita Azul de Estambul o en la mezquita Mohammed Ali en el Cairo. Las hay de todas formas y tamaños: bulbiformes, de medio punto, ojivales, achatadas, de ladrillos, piedras o madera. Su decoración va desde el simple revoque pintado hasta el mayor de los trabajos imaginables realizados en mosaico o en marquetería con incrustaciones de oro, plata y piedras preciosas.

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• Mezquita Cúpula y minaretes

El tercer elemento exterior es la fuente de abluciones que se sitúa generalmente en el centro del patio. En el Islam, como en otras religiones, el agua es el vehículo de purificación y goza de carácter casi sacramental. Según el grado de impureza en que se encuentre el creyente la ablución será total o parcial. Al igual que el alminar y la cúpula, la fuente puede tener diferentes características, desde un simple foso hasta una estructura techada monumental en forma de baldaquino, transformándose así en una obra de arte en si misma.

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Mezquita Azul. Turquía •

En el interior también encontramos elementos significativos. Lo que distingue la oración del viernes de la liturgia diaria es la existencia del sermón, apareciendo así el mimbar o púlpito a la derecha del mihrab. En los primeros tiempos de esta religión el sermón era más político que dogmático; una vez terminado este, el imán descendía y se ubicaba en el nicho del mihrab para dirigir la plegaria. El mimbar es entonces un símbolo de autoridad y prestigio. A la muerte del profeta, su seguidor y fiel amigo Abu Bakú ocupó el peldaño más bajo en el mimbar para dar el sermón. Tras éste, quien lo siguió, el califa Omar, a su vez ocupó otro escalón más bajo y así hasta que el califa Otmán dijo que de seguir llegarían a dar el sermón desde las entrañas de la tierra y de allí todos los imanes ocupan el punto más alto del púlpito. Los mimbares fueron construidos en maderas nobles con trabajos de nácar, marfil y piedras preciosas, como así también otros

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• Mezquita Mohammed Ali. Egipto

fueron realizados en mármoles o en metales. Su tamaño va desde pocos escalones como en la zona de influencia iraní, hasta estructuras monumentales que superan los diez metros de altura como en los interiores otomanos y algunos mongoles. De gran importancia fue también la dikka, o tarima que atraviesa el eje de la kibla y se centra en la mezquita. Esta tarima fue desde los inicios una estructura sobre elevada donde un grupo de almucines repetían el mensaje del imán. Con la aparición del altavoz la dikka cayó en desuso y hoy en día se puede ver que se la utiliza solamente en los pueblos pequeños. Y aquí me encuentro, frente al que fuera por siglos el minarete más alto del mundo, sólo superado por los nuevos de Casablanca, Abu Dabi, o Dubai, pero su talla y la profusión de los trabajos a la que fue sometida esta piedra sigue siendo insuperable.

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A L G O D E N ÚM E R O S

MAPAMUNDI • Representación cartográfica señalando la distribución de Internet en nuestro planeta.

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A L G O D E N ÚM E R O S

Llegamos al final de la primera década del nuevo milenio. Parece ayer cuando todos esperábamos las campanadas que anunciaran el año 2000, paralelamente la espada de Damocles del famoso y2k, aquel fenómeno cibernético que haría colapsar todos los sistemas conocidos hasta ese momento, colgaba sobre las cabezas de los habitantes del mundo que habían vivido el siglo problemático y febril. Desde ya que no pasó nada y el siglo XXI continuó como si tal cosa. Aquí estamos y la cantidad de nosotros, es decir de humanos, se acerca raudamente a los siete mil millones, un número interesante si pensamos que en la época de Cristo estos simpáticos mamíferos solo llegaban a los doscientos millones. Pero de religiones hablamos en estas páginas. Veamos pues algunas cifras: el cristianismo con todas sus vertientes –católicos romanos, católicos escindidos, ortodoxos, protestantes, anglicanos, pentecostales, restauracionistas, por nombrar algunos- es la religión mayoritaria con un 33% de seguidores en el planeta, es decir dosmildoscientos millones de personas. El Islam es la segunda religión con el 22,5%, es decir mil quinientos millones. El hinduismo figura en tercer lugar con el 14%, acariciando los mil millones de adeptos.

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El budismo es una filosofía en la cual convergen el 6,7% de la población mundial con casi trescientos millones y casi al lado se ubica lo que se conoce como la universalista china con el 6,6%. Aquí hay que pegar un salto hasta encontrarnos con el sikkismo, el judaísmo y el jainismo que promedian alrededor de un 2% cada uno. Y con menos seguidores le siguen el taoísmo, zoroastrismo, confucionismo y bahaismo. Pero la pregunta es ¿cuántas religiones existen entonces? Pues pensemos que alrededor de doscientos cincuenta millones de personas profesan lo que se conoce como religiones autóctonas, esto es mucho más que las últimas seis que mencioné, todas juntas. ¿Cuántas? Pues muchas. Y todas ellas de uno u otro modo tienen su arquitectura sagrada, más o menos ostentosa, con diferencias morfológicas, estilísticas, de emplazamiento, y demás. Todas y cada una erigen sus monumentos para honrar a sus dioses, para acercarse a ellos, tal vez para darle sentido a sus vidas. ¿Cuánto podríamos escribir sobre esto? Toda la vida no alcanzaría, pues referirse a lo sagrado es sin más, recorrer la historia de la humanidad misma desde su inicio hasta nuestros días. Este breve libro es sólo un acercamiento al tema, brevísimo, tal vez su función sea simplemente interesar al lector en el apasionante mundo de las creencias, para que éste, de aquí en más, pueda recorrer el camino. Llamará la atención que en ninguna página aparezcan ejemplos sobre el cristianismo y es ex profeso ya que sobre el tema la mayoría tiene conocimientos simplemente, aunque más no sea, porque es la religión que profesa la mayoría de las personas que tendrán acceso a estas páginas.

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• Tiempo de oración

Así pues, si usted llegó a este punto del libro, me ha honrado con su compañía en mi camino por las moradas de Dios, ha recorrido a mi lado parte de miles de millas por Oriente y, lo más interesante, lo hicimos juntos en un tiempo sin tiempo.

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AR Q . LE O N A R D O G A R A B I E T A • C V PROFESOR MAGÍSTER Profesor Titular Universidad de Belgrano (ARG) Profesor Titular Universidad de Palermo (ARG) Profesor Invitado Universidad del Cairo (EGY) Profesor Invitado Universidad de Nueva Delhi (IND) Profesor Invitado Universidad de París (FRA) Profesor Invitado Universidad de Damasco (SYR) Profesor Invitado Universidad de Monte Scopus (ISR) Profesor Invitado Universidad de Firenze (ITA) Analista de Costos y de Marketing Arquitecto Urbanista Máster en Política Económica Internacional Máster en Programación Neurolingüística Autor de 31 libros publicados en América Latina, Europa y Medio Oriente

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Arq. GARABIETA • En la entrada al Sahara. Argelia