Apertura inglesa. (1)
 9788487301155, 8487301150

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Coleccion Internacional de Ajedrez Director: Antonio Gude

© Bagirov. © 1990 Ediciones Eseuve, S. A. Sebastian Elcano, 30 - 28012 Madrid.

Traduccion: Manuel Suarez Sedeiio. Cubierta: Tomas Lopez. I.S.B.N.: 84-87301-15-0.

Deposito legal: M. 37.678-1990

Fotocomposicion: Perez-Diaz, S. A., Madrid.

PROLOGO

La Apertura Inglesa es una de las aperturas mas populares de la ac­ tualidad. Es dificil imaginarse en nuestros dias un torneo internacional o nacional sin su presencia. La diversidad de ideas estrategicas, su fle­ xibilidad, la complicada lucha de maniobras, la hacen especialmente atractiva para muchos grandes maestros y maestros. La jugada I . c2-c4 se dio por primera vez en la pnlctica de torneos en la segunda rnitad del sigio pasado, en las partidas de los ajedrecistas ingleses, y fue Staunton el primero en fijarse en ella y comprender su significado. En el desarrollo de esta apertura contribuyeron muchos aje­ drecistas del pasado, tales como Zukertort, A. Nimzovich, A. Rubins­ tein, R. Reti, J. R. Capablanca y A. Alekhine. Mas tarde la popularidad de la Apertura Inglesa decayo. Pero la pro­ funda investigacion de aperturas como la Defensa Nimzoindia y la De­ fensa Griinfeld, en las que el negro conseguia excelentes resultados, obli­ go a buscar nuevos caminos a los ajedrecistas que jugaban con piezas blancas aperturas cerradas. Y de nuevo saIto a la arena esta vieja y bue­ na apertura, que perrnite a las blancas eludir los esquemas de desarrollo mencionados. Asi, la jugada 1 . c2-c4! regreso a la actualidad. Quien mas aporto en la investigaeion de nuevos carninos en la aper­ tura inglesa fue el famoso ajedrecista sovietico M. Botvinnik. En los ul­ timos anos fue el arma preferida de V. Smyslov, L. Polugaievsky, B. Lar­ sen, T. Petrosian, M. Tahl, L. Portisch, B. Spassky, A. Karpov, V. Korchnoi, W. Uhlmann, L. Ljubojevic, U. Andersson, A. Miles, V. Hort, R. Hiibner y muchos otros. Y tambien el campeon mundial G. Kasparov ha prestado su atencion a esta apertura. En resumen, ni uno solo de los gran des maestros de la actualidad excluye de su repertorio de aperturas la Apertura Inglesa, bien sea con blancas 0 con negras. Muchos autores se han dedicado al estudio de la Apertura Inglesa. Todos los esfuerzos se unificaron con la pUblicacion en el afio 1 979 de la «Enciclopedia de aperturas de ajedrez» (*). Sin embargo, como es habitual, la teoria no permanece inmovil. Se han jugado cientos de mi­ les de partidas, que han cambiado la valoracion de viejas variantes y aml­ lisis. Surgia la necesidad de escribir un nuevo trabajo. En principio de(*) Torno V de la Encic10pedia publicada por SAHOVSKI

INFORMATOR.

7

nomine a este libro «Sistemas populares de la Apertura Inglesa», ya que en esencia en el estaban incluidos las variantes actuales y dejaba de lade las continuaciones que casi no se encontraban, pero pase de un libro al otro. La monografia se divide en tres partes. En la primera se examinan las variantes conocidas como la defensa chisica, que empieza con las ju­ gadas 1 . c4 e 5 . Despues expondremos los sistemas en los que las negras juegan 1 . c4 tLlf6 2. tLl c3 d5 (antiGriinfeld) y 1 . c4 tLlf6 2. tLl c3 e6 3 . e4? (anti-Nimzovich). Para terminar, examinaremos los sistemas sime­ tricos, que empiezan con las jugadas 1 . c4 c5. Todas estas continuacio­ nes principales en su conjunto abarcan quince capitulos. Para un orden mas detallado de las variantes expuestas se indica mas adelante un in­ dice. La Apertura Inglesa es una de esas aperturas en las que a menudo se sigue un orden arbitrario en las jugadas iniciales. Pero al final todo se reduce a esquemas en los que en respuesta a 1 . c4 las negras respon­ d e n I. . . . e 5 , I. . . . c5 6 1 . . . . tLlf6 seguido de 2 . . . e6 6 2 . . d5 . En cada torneo surgen nuevas ideas estrategicas, que se introducen en las variantes ya examinadas. El autor ha procurado en 10 po sible no olvidar nada actual e importante . El libro esta dirigido a ajedrecistas cua­ lificados, y espero que consiga agrandar el circulo de aficionados a este sistema de apertura, ayudandoles a profundizar en sus secretos. S610 queda decir que en la monografia se incluye material practico publicado hasta principios de octubre del aiio 1 9 8 7 . Incluyo en el libro las partidas mas interesantes jugadas con la Apertura Inglesa. .

..

INDICE

Sumario

..................................................................................

11

.........................

19

2. Sistema de los tres caballos .............................................

57

3. Sistema de los cuatro caballos ........................................

67

1. Sistema Dragon con colores cambiados

4. Sistema cerrado

................................................................

107

5. Sistema con 2. ... d6 ........................................................

141

6. Sistema con f7-f5 ..............................................................

163

7. Sistema Anti-Nimzovich

183

.................... ...............................

8. Sistema Mikenas-Flohr .................................................... 225

SUMARIO Primera parte

Libro 1

Capitulo primero. Sistema dragon con colores cambiados. 1. c4 e5 2. lLl c3 lLlf6 3. g3 I. 3 . . . . c6 A. 4. d4 B. 4. i.g2 C. 4 . lLl f3 e4 5. lLld4 a) 5 . . . . �b6 b) 5 . . . , d5 6. cd �b6 7. lLlb3 b I ) 7 . . . . cd b2) 7 . . . . a5 II. 3 . . . . i.b4 4. i. g2 0-0 A. 5. lLlf3 B. 5 . e4 III. 3 . . . . d5 4. cd lLl x d5 5. i.g2 lLlb6 6 . lLlf3 lLlc6 7. 0-0 i. e 7 8 . d3 0-0 A. 9 . i.e3 B. 9 . a3 i.e6 1 0. b4. a) 1 0 . . . . f6 b) 1 0 . . . . a5 Capitulo segundo. Sistema de los tres caballos. 1. c4 e5 2. lLl c3 I . 2 . . . . lLlf6 3 . lLl f3 e4 4. lLlg5 b5 II. 2 . . . . lLl c6 3 . lLl f3 g6 4. d4 ed 5. lLl x d4 Capitulo tercero. Sistemas de los cuatro caballos. 1. c4 e5 2. lLl c3 lLl c6 3. lLlf3 lLlf6 I . 4 . d3 II. 4 . e3 A.4 . . . . i.b4 5. �c2 a) 5 . . . . 0-0 b) 5 . . . . i. x c3 6. lLl x c3 �e7 7 . a3 b I ) 7.... a5 b2) 7 . . . . d5 B. 4 . . . . i. e 7 I I I . 4. g3 i A. 4 . . . . i.c5

11

B. 4 . . . . lL'ld4

C. 4 . . . . .ib4 a) 5. lL'ld5 al ) 5 . . . . e4 a2) 5 . . . . i. c5 b) 5 . .ig2 0-0 6 . 0-0 e4 b l ) 7. lL'lg5 b2) 7. lL'le l

Capitulo cuarto. Sistema cerrado. 1. c4 e5 2. lL'lc3 lL'lc6 3. g3 g6 4. ,tg2 ,t g7 I. 5 . li b l A. 5 . . . . lL'lf6 B. 5 . . . . a5 II. 5. e3 d6 6. lL'lge2 A. 6 . . . , .ie6 B. 6 . . . . h5 C. 6 . . . . lL'lge7 a) 7 . d4 b) 7 . 0-0 III. 5 . e4 d6 6. d3 A. 6 . . . . f5 b. 6 . . . . lL'lf6 c. 6 . . . . lL'lge7 IV. 5 . d3 d6 6 . lL'lf3 lL'lf6 7 . 0-0 0-0 8 . li b l a5 9 . a3 A. 9 . . . . h6 B. 9 . . . lL'ld4 .

Capitulo quinto. Sistema de defensa con 2 . ... d6 1. c4 e5 2. lL'lc3 d6 I. 3 . d4 ed 4. 1!¥ x d4 lL'lc6 5 . 1!¥d2 lL'lf6 A. 6. b3 B. 6. g3 II. 3. lL'lf3 A. 3 . . . . i.g4 B. 3 . . . . f5 III. 3 . g3 lL'lc6 4. i.g2 i.e6 5 . d3 1!¥d7 A. 6. li b l B. 6 . b4 C. 6. lL'ld5 Capitulo sexto. Sistema de defensa con f7-f5 1. c4 e5 I. 2 . lL'lc3 f5

12

II. 2. the3 the6 3 . thf3 f5 4. d4 e4 A. 5 . .t g5

B. 5 . thg5

III. 2. the3 the6 3. g3 f5 IV. 2 . the3 .tb4 V. 2. thf3 d6 3. d4 e4

Capitulo septimo. Anti-Nimzovich 1. c4 thf6 2. thc3 e6 3. thf3 I. 3 . . . . .tb4 A. 4. a3 B. 4. 'tlt'b3 C. 4. g3 0-0 5 . .tg2 a) 5 . . . . e5 b) 5 . . . . d5 E. 4. 'tlt'e2 a) 4 . . . . e5 al ) 5. g3 a2) 5. a3 b) 4 . . . . 0-0 5 . a3 .t xe3 6. 'tlt' x e3 b I ) 6 . . . . d6 b2) 6 . . . . b6 b2 I ) 7. b3 b22) 7 . g3 b23 ) 7. b4 II. 3 . . . . b6 4. e4 .tb7 A. 5. d3 B. 5. 'tlt'e2 C. 5 . i.d3 !? a) 5 . . . . d5 b) 5 . . . . d6 c) 5 . . . . e5 Capitulo octavo. Sistema Mikenas-FIohr 1. c4 thf6 2. thc3 e6 3. e4 I. 3 . . . . d5 A. 4. cd ed 5. e5 a) 5 . . . . d4 b) 5 . . . . the4 B. 4. e 5 a) 4 . . . . the4 aI ) 5. thf3 . a2) 5. th xe4 b) 4 . . . . d4 5. ef de 6. be 'tlt'xf6 7. d4

13

b l ) 7 . . . . b6 b2) 7 . . . . c5 8. lbf3 b2 1 ) 8 . . . . cd b22) 8 . . . . h6 b3) 7 . . . . e 5 b3 1 ) 8 . l!t'e2 b32) 8. lbf3 II. 3 . . . . c5 4. e5 lbg8 A. 5 . d4 cd 6 . l!t' x d4 lbc6 7 . l!t'e4 a) 7 . . . . f5 b) 7 . . . . d6 B) 5 . lbf3 lb c6 6. d4 cd 7. lb x d4 lb x e5 a) 8 . l!t'a4 b) 8 . i. f4 bl) 8 . . . . lb g6 b2) 8 . . . . d6 c) 8. lbdb5 cl) 8 . . . . f6 c2) 8 . . . . a6 Libra 2

Segunda parte

Capitulo noveno. Anti-Griinfeld 1. c4 lbf6 2. lbc3 d5 3. cd lb xd5 I. 4. ltlf3 g6 a. 5 . g3 i.g7 6. i.g2 a) 6 . . . . e5 b) 6 . . . . 0-0 B. 5 . e4 C. 5. 'i!¥a4 . a) 5 . . . . i.d7 6 . l!t'M al) 6 . . . i. c6 a2) 6 . . . . lb x c3 b) 5 . . . . ltl c6 II. 4. g3 g6 5 . i.g2 A. 5 . . . . ltlb6 a) 6. lbf3 b) 6 . d3 B . 5 . . . . lb x c3 6 . be i. g7 a) 7 . h4 b) 7. � bl lbd7 8 . lbf3 0-0 9. 0-0 bl) 9 . . . . c5 .

14

b2) 9 . . . . liJb6 b2 1 ) 1 0. 'iWc2 b22) 1 0. liJg5 Capitulo decimo. Anti-Benoni 1. c4 c5 2. liJf3 liJf6 3. d4 cd 4. liJxd4 I. 4 . . . . g6 II. 4 . . . . liJc6 IlIA . . . . a6 5 . liJc3 A. 5 . . . . d5 B. 5 . . . . e6 a) 6 . i.g5 b) 6. g3 IV. 4 . . . . e 5 5 . liJb5 d5 6. cd A. 6 . . . . i.b4 B. 6 . . . . i.c5 7. liJ 5c3 0-0 8. e3 e4! 9. liJ d2 a) 9 . . . . 'iWe7 b) 9 . . . . lI e8 V. 4 . . . . b6 5 . liJc3 i.b7 A. 6 . i.g5 a6 a) 7 . liJ f5 b) 7. i. x f6 B. 6 . f3 a) 6 . . . . liJ c6 b) 6 . . . . d6 7 . e4 e6 8 . i.e3 i.e7 9. i.e2 0-0 1 0 . 0-0 liJbd7 VI. 4 . . . . e6 A. 5 . g3 a) 5 . . . . 'iWb6 b) 5 . . . . 'iWc7 b l ) 6. liJ d2 b2) 6. liJ c3 c) 5 . . . . i.b4 d) 5 . . . . 'iWa5 e) 5 . . . . d5 6. i.g2 e5 7. liJf3 d4 8. 0-0 liJc6 9. e3 e l ) 9 . . d3 e2) 9 . . . . i.e7 e3) 9 . . . . i.c5 B. 5 . liJ c3 a) 5 . . . . i.b4 a l ) 6. liJ db5 a2) 6. i.d2 a3) 6. g3 a3 1 ) 6 . . . . liJe4 . .

15

a3 2) 6 . . . . 0-0 7. i.g2 dS x) 8. cd y) 8 . 1!t'b3 z) 8 . 0-0 b) S . . . . lD c6 b l ) 6 . i. f4 b2) 6 . lD dbS . b2 1 ) 6 . . . . i. cS b22) 6 . . . . dS b3) 6 . g3 b3 1 ) 6 . . . . i.cS b32) 6 . . . . 1!t'b6 7 . lDb3 x) 7 . . . . lDeS y) 7 . . . . i.b4 z) 7 . . . . dS Tercera parte

Capitulo undecimo. Sistema «erizo» 1. c4 c5 2. lDf3 lDf6 3. lLl c3 e6 4. g3 b6 5. J. g2 i.b7 6. 0-0 I. 6 . . . . lDc6 II. 6 . . . . i.e7 7. d4 cd 8. 1!t' x d4 A. 8 . . . . lDc6 B. 8 . . d6 a) 9 . e4 a6 1 0 . 1!t'e3 b) 9 . b3 b l ) 9 . . . 0-0 b2) 9 . . . . lLlbd7 c) 9 . l:i dl a6 c 1 ) 1 0. b3 lDbd7 1 1 . i.b2 c2) 1 0. lDgS c3) 1 0 . J.gS d) i.gS .

.

.

Capitulo duodecimo. Doble fianchetto. 1. c4 c5 2. lDf3 lDf6 3. g3 b6 4. i.g2 J.b7 5. 0-0 g6 I. 6 . b3 i.g7 7 . i.b2 0-0 A. 8 . d4 B. 8 . lDc3 a) 8 . . . dS b) 8 . . . lD a6 II. 6 . lD c3 i.g7 7 . d4 A. 7 . . . . lD e4 .

.

16

B. 7 . . . . cd

a) 8 . tlJ x d4 b) 8 . 1!t' x d4

Capitulo decimotercero. Variante moderna.

1. c4 c5 2. tlJc3 tlJf6 3. tlJf3 d5 4. cd tlJxd5 I. 5 . g3 A. 5 . . . . e6 6 . i.g2 tlJc6 7 . 0-0 i.e7 8 . d4 0-0

a) 9. e4 a1 ) 9 . . . . tlJ x c3 a2) 9 . . . . tlJb4 b) 9. tlJ x d5 B. 5 . . . . g6 II. 5 . e3 III. 5. d4 IV. 5 . e4 A. 5 . . . . tlJ xc3 B. 5 . . . . tlJb4 a) 6. i. c4 al ) 6 . . . . i.e6 a2) 6 . . . . tlJd3+ 7 . We2 tlJf4+ 8 . wfl tlJe 6 a2 1 ) 9 . b4 cb l O . tlJd5 a22) 9 . b4 cb 10. tlJe2 a23 ) 9 . tlJe5 b) 6 . i.b5 b 1 ) 6 . . . . i.d7 b2) 6 . . . . tlJ 8 c6

Capitulo decimocuarto. Sistema Rubinstein. 1. c4 c5 2. tlJc3 tlJf6 3. g3 d5 4. cd tlJ xd5 5 . i.g2 tlJc7 6. tlJf3 tlJc6 I. 7. 1!t'a4 A. 7 . . . . 1!t'd7 B. 7 . .. . i. d7 II. 7 . 0-0 e 5 8 . d3 i.e7 9. tlJ d2 i.d7 1 0. tlJ c4 A. 1 0 . . . . f6 B. 1 0 . . . . 0-0 Capitulo decimoquinto. Variante simetrica. 1. c4 c5 2. tlJc3 tlJc6 I. 3 . tlJf3 g6 A. 4. d4 cd 5 . tlJ xd4 i.g7 a) 6. e3 b) 6 . tlJ c2

17

B. 4. e3

a) 4 . . . . � f6 5. d4 cd 6. ed d5 b) 4 . . . . � f6 5 . .te2 .tg7 6 . 0-0 0-0 7. d4 cd 8. ed d5 c) 4 . . . . .tg7 5. d4 cd 6 . ed d6 d) 4 . . . . .tg7 5. d4 d6 II. 3. g3 g6 4 . .tg2 .tg7 A. 5 . a3 B. 5. b3 C. 5. d3 D. 5 . e3 a) 5 . . . . e6 b) 5 . . . . e5 E. 5 . e4 a) 5 . . . . e6 b) 5 . . . . � f6 6 . � ge2 0-0 7 . 0-0 d6 b 1 ) 8 . a3 b2) 8 . d3 F. 5 . �f3 a) 5 . . . . a6 b) 5 . . . . d6 c) 5 . . . . e6 6. 0-0 � ge7 c 1 ) 7 . e3 c2) 7 . d3 d) 5 . . . . e5 6. 0-0 � ge7 d 1 ) 7. d3 d2) 7 . a3 e) 5 . . . . � f6 6. 0-0 0-0 e 1 ) 7. b3 e l l ) 7 . . . . d6 e 1 2) 7 . . . . d5 e2) 7 . d3 e2 1 ) 7 . . . . a6 e22) 7 . . . . d6 e3) 7 . d4 cd 8. � xd4 e3 1 ) 8 . . . . 'tWb6 e32) 8 . . . . 'tWa5 e 33) 8 . . . . � x d4 9. 'tW x d4 d6 1 0 . 'tWd3 w) 1 0 . . . . 'tWa5 x) 1 0 . . . . .tf5 y) 1 0 . . . . �d7 z) 10 . . . . a6 Partidas se1ectas. 18

PRIMERA PARTE 1. SISTEMA DRAGON CON COLORES CAMBIADOS 1 . c4 2. �c3

e5

Los primeros seis capitulos se dedican a los sistemas en los que las negras juegan 1 . ... e5. En este caso la lucha puede ser muy varia­ da, y para simplificar su compren­ si6n al lector dispondremos el ma­ terial de la siguiente manera: pri­ mero examinaremos los sistemas que empiezan con el desarrollo del caballo rey negro, y luego con el de dama. Para terminar vere­ mos las variantes relacionadas con el avance de los peones a d6 y f5.

El principal apoyo de nuestra investigaci6n descansa en esta ju­ gada. Desde luego existen otros posibles desarrollos, del tipo de 2. g3 , 2. �f3 , etc. Pero no son ac­ tuales y en su mayoria pasan a la apertura Reti 0 a una especie de

defensa Alekhine con los colores cambiados. Se puede jugar asi, pero es dudoso que se pueda as­ pirar a obtener ventaja. Por eso no las mencionamos. El que 10 de­ see puede examinarlas en el tomo V de la «Enciclopedia de apertu­ ras de ajedrez», donde se encuen­ tran variantes de todo tipo.

2. ...

�f6

�Que hacen las blancas en esta posici6n? Jugand�3. d3 d5 4. cd �xd5 5. i.d2 �c6 , no consiguen mucho. Algo mejor es 3. e3, en es­ pecial si las negras juegan en el es­ piritu de la Defensa India de Rey: 3 . ... g6 4. �f3 'fIe7 5. d4 ed 6. �xd4 i.g7 7. i.e2 0-0 8. 0-0 c6 9. b3 lId8 1 0. i.f3 (Seirawan­ Kouatly, Toluca, 1 982). A 3 . ... ' i. b4 las blancas pueden conti­ nuar 4. �ge2 0-0 5. a3 i.e7 6. d4 ed 7. 'fIxd4 a5 8. b3 �a6 9. i.b2, obteniendo posibilidades total­ m e n t e i gua l e s (Q u i n t e r o s ­ Kouatly, Lucerna 1985). E s favo­ rable a las negras 3 . ... c6 4. d4 ed 5. 'fIxd4 d5 6: �f3 i.e7 7. i.e2 0-0 8. 0-0 i.e6 (Afifi-Soson­ ko, Tunez, 1 985) 0, quiz3.s con mejores perspectivas, � . ... �c6 4. 'fIc2 g6 5. a3 i.g7 6. b4 0-0 7. �f3 e4! 8. �g5 lIe8 9. i.b2 d6 (Sunye-Kar p o v , Amsterdam, 1 985). En todos los casos mencio­ nados las negras resuelven con 19

exito los problemas de la apertu­ ra. Algunas veces se da 3. e4, que se sale en cierta medida del aspec­ to general de la estrategia posicio­ nal. En este caso las negras pue­ den dirigir el juego a la casilla de­ bil d4: 3 . ... i.c5 4. d3 d6 5. h3 �c6 6. i.e3 0-0 7. �d2 �d4 (Sli­ wa-Keres, Moscu, 1 95 6) 0 ir a por el peon e4: 3 . ... c6 4. �D i.b4 5. �xe5 �e7 6. �d3 �xe4 7. �e2 �xc3 8. de �xe2 9. i.xe2 i.e7 1 0. i.e3 d6 (Kovacevic-Ro­ manishin, Amsterdam, 1 973). En ambos casos no tienen que preo­ cuparse por el resultado de la apertura. Fue curioso el encuentro Kuli­ govsky-Kouatly (Bruselas, 1 986): 3. a3 c6 4. �D e4 5. �d4 b5?! (es posible que sea mas fuerte 5. ... d5) 6. cb c5 7. �c2 d5 8. d3 ! ed 9. ed d4 1 0. �e4 �xe4 I I . de i.e6 1 2. b4! Las blancas consi­ guieron extinguir con rapidez la excesiva «actividad» de la estra­ tegia negra. Las mas populares en la prac­ tica son 3. g3 y 3. �f3 (esta juga­ da se examinara en el segundo y tercer capitulos).

3. g3 Ha surgido en el tablero una posicion tipica de la Defensa Si­ ciliana con los colores cambiados, y para ser mas exactos, de la va­ riante dragon. Hay que advertir que en la literatura no se emplea este termino, pero al autor Ie pa­ rece que de esta manera sera mas 20

facil comprender las proximas ra­ mificaciones, que bajo la denomi­ nacion general de «sistema con 3. g2-g3». Las negras tienen a su disposicion tres caminos: 3 . .. . c6 (I), y las mas actuales 3 . . .. i.h4(II) y 3 . ... d5(III). Las continuaciones del tipo de 3 . .. . d6 4. i.g2 �bd7 5. �D c6 6. e4 i.e7 7. 0-0 �f8?! 8. h3 �g6 9. d4 (Raicevic-Horvath, Suboti­ ca, 1 978) 0 3 . ... i.c5 4. i.g2 0-0 5. e3 lIe8 6. �ge2 .if8 7. 0-0 g6 8. d3 i.g7 9. b4 d6 1 0. lIbl �bd7 I I. a4 (Hort-Westerinen, Halle, 1 967) llevan con perdida de tiempo a posiciones de la De­ fensa India de Rey y, desde lue­ go, a un. juego peor para las ne­ gras. No les va mejor despues de 3. ... i.c5 4. i.g2 0-0 5. �a4 d6 6 . �xc5 de 7. d3 lIe8 8 . .ie3 �d6 9. �D 1 0. 0-0 h6 I I . a3 a5 1 2. �d2 (Averbach-Taimanov, Mos­ cu, 1 98 5 ). (I)

3. ...

c6

Este sistema de defensa fue ela­ borado por P. Keres. Las negras preparan d7-d 5 , esforzandose en crear un fuerte centro de peones y tomar la iniciativa. Estas son las respuestas que pueden oponer las blancas: el avance de peon 4. d4 (A), la pre­ sion con piezas 4. i.g2 (B) Y 4. �f3 (C) . La ultima continuacion se considera la mejor.

(A) ( 1 . c4 e5 2. lbc3 lbf6 3 . g3 c6)

4. d4 Parece 10 mas logico. Las b1an­ cas no temen mover tan pronto 1a dama, ya que la jugada lbb8-c6 aun no es posib1e. Sin embargo no es tan sen cillo como parece a pri­ mera vista.

4. ... S. ltXd4

eel

dS

Las negras consienten en aislar su peon central, pero despues, mediante lbc6 obtienen un tiem­ po importante para e1 contraata­ que. En efecto, despues de 6. cd cd las amenazas de las negras son muy serias. Por ejemp10, 7. i.g5 (a 7. i.g2? sigue 7 . . . . lb c6 8. ltd1 d4!, y despues de 7 . lb f3 ? las ne­ gras tienen un juego excelente 7 . ... lb c6 8 . lta4 d4! 9 . lbb5 i.c5 1 0 . i.g2 0-0 1 1 . 0-0 a6 1 2. ltc2 lte7 1 3 . lba3 lbb4 1 4. ltd l lId8 15. i.g5 .1f5 , Uhlmann-Gligoric, Moscu, 1 9 56, a la vez que la timi­ da 7 . . . . i.e6 8 . .ig2 lb c6 9 . lta4 .ic5 1 0 . 0-0 0-0 1 1 . i.g5 h6 1 2 .

i.xf6 ltxf6 1 3 . IUd l i.b6 ! neva a una posicion complicada con posibilidades mutuas, Romanis­ hin-Agdestein, Taxco, 1 9 85) 7 . ... lbc6 8 . lta4 (tras 8 . i.xf6 lb x d4 9. i.xd8 lbc2+ 10. 'l!;>dl lb xal 1 1 . i.g5 i.f5 1 2 . i.g2 f6 ! 1 3 . i.d2 d4 1 4. lbb5 o-o-o! las negras ganan la calidad) 8 . . . . d4 9 . 0-0-0 i.d7 1 0 . i.h3 i.e7 1 1 . i.xf6 i.xf6 1 2 . i.xd7 ltxd7 1 3 . e3 0-0-0 1 4. lb ge2 d3 ! , y las blancas experimentan grandes dificulta­ des (Laaman-Keres, por corres­ pondencia, 1 93 5). No ayuda a las b1ancas la inclu­ sion de las jugadas 6. i.gS i.e7 y de nuevo 7 . cd cd, ya que despues de 8. i.g2 lbc6 9. ltd2 d4 1 0 . i.xf6 (es peor 1 0 . lb b 5 ? ltb6 1 1 . i.xf6 gf, y debido a la amenaza i.b4 las blancas estan mal) 1 0 . . . . ,t x f6 1 1 . lb d 5 0-0 Y las negras tie­ nen una posicion excelente. Por ejemplo, 1 2 . lb xf6+ ltxf6 1 3. lbf3 i.f5 1 4 . 0-0 lUe8 0 12. lbh3?! d 3 ! 1 3 . 0-0 (es arriesgado 1 3 . ed i.xh3 1 4. lb x f6 ltxf6 15. i.xh3 lb d4!) 13 . . . . de 1 4. ltxe2 lb d4 1 5 . ltdl ,t xh3 1 6 . lb xf6 ltxf6 1 7 . ,txh3 lIad8 (analisis de D. Watson). Es re1ativamente tranquila 6. lbf3, a la que 6 . . . . i.e6 debe te­ ner en cuenta 7. lbg5. Es correcta 6 . . . . i.e7 7. i.g2 c5 (pero no 7 . . . . 0-0 8 .0-0 c5 9. ltd3 d4? 1 0 . lb d5! , Stahlberg-Keres, 1 967, y las blancas obtienen cierta venta­ ja tanto despues de 1 0 . . . . lbxd5 1 1 . cd ltxd5 12. lbg5!, como des­ pues de 1 0 . . . . lb c6 1 1 . e4! En vez de 9 . . . . d4 es mejor 9 . . . . dc 10 . 21

't!t'xc4 llJc6 1 1 . IIdl 't!t'a5 con ven­ taja) 8. 't!t'd3 d4 9. llJe4 llJc6 1 0. llJxf6+ i. xf6 1 1 . 00 i. e6. Aunque esta posicion la teo­ ria la considera como igualada, a mi me parece que es preferible para las negras. En la partida Pfle­ ger-Keres, (Bamberg, 1 968) se confirmo esta valoracion: 1 3. i. f4 l:i:e8 1 4. h4 h6 1 5. l:i:acl 't!t'd7 1 6. llJd2 .tf5 1 7. llJe4 't!t'e7 ! Tal vez las blancas debieron intentar 9. llJb5 !? (en lugar de 9. llJe4).

6. i.g2

i.e6

Con esta jugada las negras crean la amenaza de y fuerzan a las blancas a cambiar en d5, reci­ biendo para su caballo la impor­ tante casilla c6. Otra posibilidad: 6 . ... de 7. 't!t'xc4 i.e6 8. 't!t'a4 llJd5 9. llJxd5 i. x d5 1 0. llJf3 llJd7 1 1 . 0-0 II dl 0-0 sibilidades algo mejores (Hecht­ Polugaievsky, Siegen, 1 9 70). 7. cd

cd

Es peor tomar en d5 con pie­ za. Despues de 7 . ... llJxd5 8.llJf3 't!t'b6 9. 0-0 llJxc3 1 1 . be la posicion blanca es preferible.

8. llJf3 Ahora la prudencia aconseja a las blancas a jugar por la igualdad. Si quieren obtener algo mas, pue­ den caer con facilidad en una di­ ficil situacion. Por ejemplo, 8. J.f4? llJc6 9. 'tWa4 i.b4 1 0. l:i:cl

0-0

13. IIcl 'tWb6 14. i.e3 d4 (Puc22

Pirc, Yugoslavia, 1 9 5 7) 0 8 . .tg5? .te7 9. llJf3 00 -

00 -

llJxd4 1 4. 'tWxd4 h6 1 5. .td2 'tWa6 ! 1 6. 'tWa4 't!t'xa4 1 7. llJ x a4 l:i:ac8 18 . .l:i:cl llJe4 1 9. i.e3 b5 , y las negras de nuevo se apode­ ran de la iniciativa (Madsen-Je­ zeck, correspondencia, 1 9 5 9). En la ultima variante las blan­ cas pueden reforzar su juego: 9. e3 (en lugar de 9. llJf3 ) 9 . ... 00 1 0. llJge2 llJc6 1 1 . 't!t'a4 't!t'b6 1 2. 00 - ,

quefia pero estable (Abramov-Je­ zeck, correspondencia, 1 981). No obstante parece mejor 9 . ... 't!t'a5 1 0. llJge2 llJc6. En este caso sur­ ge una situacion complicada, ca­ racteristica de las posiciones con el peon aislado en el centro: 1 1 . 't!t'a4 't!t'xa4 1 2. llJxa4 .tb4, 0 aun mejor, 1 2 . ... llJe4.

8. ... 9. 'tWa4

llJc6 i. c5

Las negras toman bajo control lil. importante casilla d4, 10 que no conseguirian despues de 9 . .. i. e7 1 0. 0-00-0 peor 9 . .. 'tWb6 1 0. o-o o-o-o? 1 1 . llJb5 d4? 1 2 . .tf4 llJd5 1 3 . .l:i:acl llJxf4 1 4. llJxa7 ! �d7 1 5. gf i. d6 1 6. lbxc6 be 1 7. l:i: xc6, y las blan­ cas ganaron (Bakoni-Siladi, Buda­ pest, 1 9 5 1 ). .

.

10. 0-0 A un juego igualado lleva 1 0. 't!t'b5 .tb6 1 1 . 00 1 1 . ... 00 den obtener mejores posibilida­ des) 12. 'tWa4 h6 1 3. i.f4 0-0

l:iadl 'fIe7 1 5. lDe5 Iiac8 (Sza­ bo-Tompa, Hungria, 1 9 7 8).

10. ... 1 1 . i.g5

()o()

No es mejor 1 1 . i.f4 l1c8 1 2. Itad l 'fIb6 1 3. 'fIb5 d4 1 4. 'fIxb6 ab 1 5 .lDb5 Iifd8 con un juego co­ modo para las negras.

1 1 . ... 12. i.x f6 13. e4 14. lDx e4

h6 'fIxf6 de 'fIe7

ataque de piezas. Solo con accio­ nes energicas, a veces en estilo de gambito, pueden confirmar las negras su sistema de defensa.

4. ...

d5

No se justifica 4. ... i.b4 5. 'fIb3 'fIe7 6. lDf3 0-0 7. 0-0 l1e8 8. d3 h6 9. i.d2 lDa6 1 0. e4 d6 1 1 . a3 i. x c3 , y las blancas obtie­ nen una posicion con perspecti­ vas (Pribyl-Zinn, Decin, 1 97 5).

5. cd Despues de 5. b3? d4 6. lDe4 lDxe4 7. i.xe4 i.e7 8. 'fIc2 g6 9. i.b2 lDa6! (Nurmamedov-Vasiu­ kov, Moscu, 1 9 59) 0 5. d3? d4 6. lDe4lDxe4 7. i.xe4lDd7 8. i.g2 i.c5 9. lDf3 0-0 1 0. 0-0 a5 (Hor­ ca-Keres, Munich, 1 9 58) las ne­ gras resuelven sin dificultades sus problemas de apertura. 5. ... 6. 'fIb3

Las blancas llevaron el cambio de operaciones al centro, ya que comprendieron a tiempo que no podia aspirar mas que a la igual­ dad. Despues de 1 5.lDxc5 'fIxc5 1 6. Iifd l Iiad8 el juego esta igua­ lado (Pirc-Keres, Moscu, 1 9 5 6).

(B) ( 1 . c4 e5 2. lDc 3 lDf6 3. g3 c6) 4. i.g2 Las blancas permiten la crea­ cion de un par de peones centra­ les, para despues someterlos a un

cd

La prudente 6. d3 no coloca a las negras ante serios problemas. Por ejemplo, 6 . ...lDc6 7 . lDf3 (a 7. f4? es buena 7 . ... d4 8. felDg4!, y a 7 . .t g5 es satisfactoria 7 . ... d4 8. lDd5 i.e7) 7 . ... i.e7 8 . 0-0 0-0 9. d4 e4 1 0 . lDe5 .te6 1 1 . lDx c6 bc 1 2. lDa4 lDd7 , y las ne­ gras como rninimo obtienen la igualdad (Szabo-Keres, Moscu, 1 9 5 6). 6. ...

lDc6!

El intento de mantener la igual­ dad de material con la jugada 6. ... e4? no se justifica. Las blancas juegan 7. f3 ! (pero no 7. d3? ed 23

8. iLlxdS iLl x dS 9 . .ixdS .ib4 1 0. Wfl de, con una posicion compli­ cada, Wexler-Bazan, Buenos Ai­ res, 1 960) 7 . ... ef 8 . .i x f3 , y las negras sufren perdidas materia­ les. Tras 6 d4? 7 . .ixb7 .ixb7 8. 1Wxb7 iLlbd7 9. iLldS las negras se quedan sin peon. .

1 1 . ... .ic6 1 2. f3 .icS la ventaja de las negras es considerable (Maslov-Mikenas, Vilnius, 1 9 6 1 ).

8. . . .

gf

..•

7. iLlxd5 Hay que tomar en dS, ya que los procedimientos de juego tran­ quilo lIegan tarde: 7. d3?! d4 ! 8. iLldS iLlxdS 9 . .ixdS .ib4+ ! 1 0. Wfl "fIe7 I I . .igS f6 (1 1 . ... 1WxgS? 1 2 . .ixc6!) 12 . .iel iLlaS 13 . 1Wdl 1Wd6 (Peterson-Tal, Riga, 19 S 8 ) 0 8. lLlbl .ib4 9 . .id2 as 1 0. a3 .ie6 1 1 . 1Wa4 i. e 7 1 2 . .iel 0-0 jevo, 1 970), perdiendo algunos tiempos en ambas variantes, las blancas obtienen un juego peor.

7. . 8. iLlxf6+ .

.

iLld4

Otras jugadas sencillamente son malas. Por ejemplo, 8. 1Wc4? iLlxdS 9 . .ixdS bS!! 10 . .ixf7+ (1 0 . .i c 6 + .id7 1 1 . .i x d 7 + 1Wxd7 1 2. 1Wd3 1Wc6, y las negras ganaron, Fabian-Trapl, Checoslo­ vaquia, 1 963) 1 0 . ... we7 1 1 . 1WdS iLlc2 1 2. W d l iLlxal 1 3. b3 (es mala 13. 1Wxa8 1Wc7 14 . .ib3 .ie6 !) 1 3 . ... 1Wc7 14 . .ia3 W f6 I S. 1Wf3 .ifS , y de nuevo las blan­ cas tienen que rendirse (Bidev­ Pirc, Rogaska Slatina, 19S 6). Y despues de 8. 1Wa4? .id7 9. 1Wdl iLlxdS 10 . .ixdS 1WaS 1 1 . .ib3 (amenazaban 1 1 . ... .ia4) 24

El sentido de esta jugada resi­ de en que desde la casilla d8 la dama se traslada rapidamente a la columna «C». Pero esto no significa que 8 . ... 1Wxf6 sea insuficiente. Tras esta continuacion las blancas deben proceder con la maxima atencion, ya que despues de 9. 1Wdl .ifS 1 0. d3 (aun es peor 1 0. e4? .id7 1 1 . iLlh3 1Wa6 1 2. d3 .ia4 1 3. 1WhS 1Wxd3 14. 1Wxe4 i.e7 con una posicion muy peligrosa para las blancas, Craig-Day, Nueva Ze­ landa, 1976) 10 . ... lIc8 I I . li b l (a 1 1 . W fl es buena 1 1 . ... 1Wa6! 1 2 . .id2 .icS 1 3 . .ic3 0-0 1 4. iLlf3 iLlxe2 I S. W xe2 e4, Abra­ mov-Kuuksmaa, corresponden­ cia, 1 968) 1 1 . ... .ib4+ (ahora 1 1 . ... 1Wa6 es menos clara debido a 12. lLlf3 "fIxa2 1 3. i.d2 iLl x e2 14. iLlxeS .id6 I S. l:ial 1Wxb2 16. iLlc4 con juego complicado, Po­ pov-Kuuksmaa, correspondencia,

1 967) 1 2. r.t>f1 (perderia 1 2. 1.d2 por 1 2 . ... 1.x d2+ 1 3. 'fWxd2 nc2 1 4. 'fWa5 1.xd3 !) 12 . ... 0-0 1 3. lLl f3 lLl xf3 + 1 4. i. x f3 li fd8 1 5. e4 (de 10 contrario las negras jue­ gan e5-e4) 1 5 .... 1.h3 1 6. 1.g2 1.c5 1 7. 'fWe2 1.g4 1 8. f3 1.d7 ! las negras obtienen una posicion ganada (Nazzari-Perez, Mar del Plata, 1 9 6 1 ). El error de las blancas se come­ tio ya en la novena jugada. Sin ninguna duda, es mas fuerte la ju­ gada 9. 'fWd3 !?, que se confirma en la variante 9 . ... 1.c5 1 0 . e3 1.f5 1 1 . 1.e4 ,txe4 1 2. 'fWxe4 lLl c6 , y aunque las blancas estan retrasadas en el desarrollo, man­ tienen un peon de mas con una posicion bastante solida (Gurge­ nidze-Panteleev, Sofia, 1 9 5 8). Es mas exacta 9 . ... 1.f5 (en lu­ gar de 9 . ... 1.c5) 1 0. i. e4 1.d7 (las negras pueden sacrificar aun otro peon, 1 0 . ... ,t xe4 1 1 . 'fWxe4 li c8 1 2. 'fWxb7'tWe6 1 3. r.t>f1 i.d6 1 4. e3 lLlc2 1 5. llbl 0-0 Y obte­ ner una posicion muy activa, pero ya por dos peones) 1 1 . ,ixb7 (es mala 1 1 . e3? lLl e6 1 2. 'fWe2 lLl c5 1 3 . 1.c2 e4! 1 4. �b l 1.c6 con una posicion agobiante, Novak­ Trapl, Checoslovaquia, 1 9 5 9) 1 1 . ... JIb8 (es peor 1 1 . ... 1.b5 1 2. 'fWe4 nb8 1 3. lLlf3 1.c5 1 4. lLl xd4 ,ixd4 1 5. 0-0 1.xe2 1 6. 1.c6 r.t>e7 1 7. b3 'fWd6 con un juego muy complicado, Goberman-Karasev, 1 976) 1 2. lLlf3 (a 1 2. 1.g2 es fuer­ te 12 . ... llc8 seguido de 13 . ... 1.b5 !) 1 2. ... 11 xb7 1 3. lLl xd4 1.c5 1 4. lLlf3 1.c6 1 5. 'fWc2 1. x f3 (es floja 1 5 . ... 1.b6? debido a 1 6.

0-0 nc7 1 7. 'fWc3 ! , y las blancasre­ chazan el ataque, Sazonov-Litvi­ nov, Minsk, 1 963) 1 6. ef 'fWxf3 1 7. 0-0 li c7, y en esta complica­ da posicion, a pesar de la falta de peones, las posibilidades de las negras no son peores.

9. 'fWdl La dama debe retirarse preci­ samente a su posicion primitiva, ya que despues de 9. 'fWd3 .tf5 10. i.e4 1.xe4 1 1 . 'fWxe4 'fWc7 1 2. r.t>f1 f5 1 3 . 'fWd3 ,ig7 1 4. e3 'fWc6! se hace evidente la ventaja de in­ cluir la dama negra en el juego (Za m i j o v s ky-Zu r aj ov , K i e v , 1 9 5 8). Pero aun es mas fuerte 9. ... 'fWc7 ! 1 0. i.e4? (Ia ultima posi­ bilidad consiste en 1 0. r.t>f1 ) 10 . ... f5 1 1 . 'fWc3 'fWb6 1 2. i.d5 i.b4 1 3 . 'fWc4 .td7! 1 4 . .t x f7+ r.t>e7 1 5 . a3 li ac8, y las blancas aban­ d o n a r o n ( G o r o b e s t- Ro ma­ n o v s k y , c o r r e s p o n d e n c ia, 1 9 8 1 - 1 9 8 2).

9. ... 10. r.t>f1

'fWe7 i.e6

No cambiaria la situacion gene­ ral 10 . ... lLl c2 1 1 . �bl i.e6 1 2. b3 , y se llega a la posicion de la variante principal.

1 1 . b3 12. li bl

lLl e2 ne8!

Indicada por Taimanov, es la mejor continuacion, aunque los aj edrecistas bUlgaros recomien­ dan 1 2 . ... lLlb4!?, que paso la prueb a en la partida Herrera­ Schweber (Argentina, 1 963), en la que siguio 1 3. a3 lLlc2 1 4. b4 25

llc8 I S. i.e4 i.a2, con suficien­ te compensacion por el peon sa­ crificado.

13. i.b2

i.a3

5

(C) ( 1 . c4 eS 2. lLIc3 lLIf6 3. g3 c6)

4. lLIf3! Las blancas aprovechan el prin­ cipal defecto de la posicion negra, que no tienen la jugada lLIb8-c6.

4. ...

Ahora es mala 14. i. c3 por 1 4. ...lLIb4 ! I S. i.xb4 i. xb4, y las ne­ gras irrumpen en la segunda fila. Las posibilidades de las blancas estan en el cambio de las piezas menores. En ese caso la posicion podria simplificarse, y seria mas facil aprovechar el material de mas. Despues de 1 4. i.h3 i.xh3 + IS. lLIxh3 i.xb2 1 6. lIxb2 'iWc6 1 7. f3 0-0 la posicion es bastante complicada (Saines-Kovacevic, correspondencia, 1 977). A pesar de todo las negras tienen una ini­ ciativa suficiente por el peon, ya que a las blancas les es muy dificil realizar sin perdida ma­ terial la interaccion de sus piezas pesadas. No es casualidad que en los til­ timos tiempos se emplee raramen­ te la variante examinada, y que las preferencias vayan a 4.lLIf3. 26

e4

En los tiltimos aiios se ha he­ cho popular la jugada 4 . ... d6. En este caso despues de S. d3 g6 6. ,tg2 ,tg7 7. 0-0 0-0 8. e4lLIa6 9. lab l lLIc7 el juego adquiere un as­ pecto tipico de la defensa india de rey (Csom-Romanishin, Povdiv, 1 9 8 3). Las blancas tienen mayores perspectivas despues de S. i.g2 i.e7 (y a s . ... lLIbd7 6. 0-0 i.e7 es posible 7. b4! dS 8. bS d4 9. bc bc 1 0.lLIa4 lab8 1 1 . d3 cS 1 2. e3 0-0 1 3. ed cd 1 4. lIe l con una configuracion india favorable a las blancas, Aizmaparashvili-Che­ JOY, Moscti, 1 9 86) 6. 0-0 (se pue­ de jugar inmediatamente 6. d4, y en este caso a las negras no les es favorable ocupar espacio, 6. ... e4?! 7. lLIgl dS 8. i.gS lLIbd7 9. cd cd 1 0. 'iWb3 0-0 1 1 .lLIh3 , y tras esto caen en una zona de dificul­ tades, Suba-Tseshkovsky, Sochi, 1 9 8 3) 6 . ... 0-0. Ahora se han ensayado diferen­ tes planes, pero casi todos favo­ rabIes a las blancas. Inc1uso el mas modesto, 7. 'iWc2lL1bd7 8. e4lL1b6 9. b3 i.g4 1 0. h3 i.hS 1 1 . lLIh4 lLIe 8 1 2. lLIfS i.f6 1 3. i.b2 lLIc7 14. f4 (Georgiev-Vensh, Lvov,

1 98 4), llevo a las blancas a un jue­ go mejor. Tiene un buen aspecto 7. d3 � a6 8. lI b l �c7 9. b4 .ig4 1 0 . bS 1!Vc8 1 1 . 'fta4 1 2 . b c b c 1 3 . i. e 3 con sensible ventaja (Vaga­ nian-Romanishin, Moscu, 1 9 8 5). Queda examinar 7 . d4 �bd7 8. 1!Vc2 'ftc7 9 . b3 lI e8 1 0 . i.b2 a6 1 1 . l hd l 1!Vb8 1 2 . e3 .if8 1 3 . � d 2 (Portisch-Kavalek, Turin, 1 982) 0 7 . b3 �bd7 8 . i.b2 lI e8 9 . 1!Vc2 i.f8 1 0 . e4 a6 1 1 . d4 bS 1 2 . lUdl i.b7 1 5 . a3 1!Vc7 14. cS ! (Romani shin-A. Petrosian, Kiev, 1 9 8 5), en las que la ventaja blan­ ca tambien es indiscutible. Pien­ so que las negras deben eludir to­ das estas variantes sin perspectivas. 5. � d4

los colores cambiados. Las negras estan ante el dilema de como ju­ gar esta posicion. Parece natural atacar aI caballo d4 con el alfil, pero no es la mejor salida. Des­ pues de 5 . ... i.c5 6. �b3 d6 7 . i.g2 i.fS 8 . 0-0 �bd7 9 . d 3 ed 1 0 . ed 0-0 1 1 . i.f4 lI e8 1 2 . 'ftd2 �f8 1 3 . � a4 �e6 14. d4 i.b6 1 5 . � xb6 ab 1 6 . d S ! � xf4 1 7 . 1!V x f4 las blancas tienen mejores posibi­ l i d ad e s ( S m y s l o v-B r o n s t e i n , Monte Carlo, 1 969). Existen otras ideas: la recomendacion de M. Tabl, 5 . ... 1!Vb6 (a) y la mas habitual 5 . ... d5 (b). (a)

(1 . c4 e S 2 . �c3 �f6 3 . g3 c6 4. � f3 e4 5 . � d4) 5. 6. e3! ..•

Sin duda no se puede recomen­ dar para las blancas 5 . � gS ? dS 6 . cd cd 7 . d4 i.e7 8 . i.g2 0-0 9. �h3 � c6 10. 0-0 1!Vb6 (Rosen­ berg-Filipovicz, Budapest, 1 959). La posicion del diagrama nos recuerda a una situaci6n favora­ ble de la Defensa Alekhine con

1!Vb6

Parece que la reaccion mas 10gica seria retirar el caballo. Des­ pues, jugando d2-d3, las blancas ganarian un tiempo para el desa­ rrollo de su alfil (i.cl-e3). Sin em­ bargo, la practica ha demostrado que las negras tienen sus posibili­ dades en el juego inmediato. Exa­ minaremos esta posibilidad: 6. �b3!? as . El unico medio con el que las negras mantienen la igualdad. Ahora las blancas no tienen nada tanto despues de 7. � a4 1!Vb4 8 . � d4 i.cS 9 . e 3 i. x d4 1 0 . e d � a6 1 1 . b3 dS 1 2 . a3 1!Ve7 1 3 . �b6 i.g4 14. i.e2 i. xe2 I S' . 'ftxe2 lI d8 (Forintos-Tompa, Hungria, 1 976), como despues de 7. d4 (a 27

7 . d3 no hay que jugar 7 . . . . a4 8 . i. e 3 1!fb4 9 . lLl d2 1!fxb2? 1 0 . i.d4! con una posicion exce1ente por el peon, sino 9 . . . . a3 ! , y las blancas experimentan dificulta­ des) 7 . . . . a4 8 . c5 1!fb4 9 . lLl d2. En la partida Bagirov-Tahl (Mos­ cu, 1 963) las negras ensayaron 9 . . . . d 5 1 0 . e3 g 6 1 1 . h 3 i. g7 1 2 . a 3 1!fa5 1 3 . b4 ab 1 4 . lLl xb3 1!fc3 1 5 . i. d2 1!fb2 1 6 . i.c1 1!fc3 , que llevo a tablas. Sin embargo se re­ comendo para las negras un cami­ no con mayores perspectivas, 9 . . . . a3 !? 1 0. 1!fc2 1!fxd4 1 1 . lLl d x e4 lLl x e4 1 2 . 1!fxe4 1!fxe4 1 3 . lLl xe4 d5 ! 14. cd f5 1 5 . i.h3 lLl a6 ! , en el que sus posibilidades son preferi­ bles (lvkov-Levi, Polanica Zdroj , 1969). Veamos la otra retirada del ca­ ballo, 6. lLlc2. En este caso es ne­ cesario jugar no 6 . . . . d5?! 7. i. g2 de 8 . 0-0 i.e6 9 . lLl xe4 lLl xe4 1 0 . i. xe4 lLl d 7 1 1 . lLle3 1!fd4 1 2 . i. f5 i. x f5 1 3 . lLl xf5 1!fe4 1 4 . lLl e 3 i. c 5 1 5 . b3 ! y l a ventaja pasa al blanco (Dorfman-Karasev, Kishi­ nev, 1 976), sino 6 . . . . i. c5 7 . lLl e 3 (no promete nada 7 . e3 i.e7 8 . d 3 d 5 9 . c d c d 1 0 . i.g2 i.g4 1 1 . 1!fd2 0-0 1 2 . 0-0 :a d8, y las ne­ gras por 10 menos tienen un jue­ go igualado, Radulov-Ribli, Le­ ningrado, 1 977) 7 . . . . i. xe3 8 . de 0-0 9 . i. g2 li e8 1 0 . b3 d5 1 1 . cd cd 1 2 . 0-0 1!fa5 1 3 . i.b2 lLlc6, y las negras tienen todo en orden (Raicevic-Ivanovic, Yugoslavia, 1 978). Lo indicado muestra que la ma­ niobra del caballo d4 no Ie ofrece nada a las blancas. 28

6. ... 7. 1!fc2

d5

Despues de la estandarizada 7. cd cd 8. d3 i. g4 9. i.e2 i. xe2 1 0. 1!fxe2 lLl c6 1 1 . lLl x c6 1!fxc6 las negras mantienen la igualdad (Panno-B elmonte, Sao Paulo, 1 972) . Con la jugada 7 . 1!fc2 las blan­ cas atacan de forma indirecta al alfil c8 y toman bajo control 1a ca­ silla e4. 7 . ...

i.d7

A 7 . . . . lLlbd7 las negras tienen que contar con 8. cd cd 9. lLl cb5 ! 8. a3

Amenaza el asalto en el flanco de dama. Huelga decir que 8 . . . . i. c5 sencillamente es imposible debido a 9. lLl a4. 8. ... 9. b4 10. i.b2

i. e7 (H)

El desarrollo blanco es mejor. Sus caballos dominan en el cen­ tro. En la partida Najdorf-Rosset­ to (Buenos Aires, 1 968) siguio 1 0 .

. . . lb a6 1 1 . cS 'fic7 1 2 . f3 ! ef 1 3 . lb x f3 li ae8 1 4 . i.d3 lbb8 I S . 0-0 con una posicion predominante. En una palabra, el asalto de la dama a b6 es precipitado. (b)

( 1 . c4 eS 2. lbc3 lb f6 3 . g3 c6 4 . lb f3 e4 S . lbd4) 5 . ... 6. cd

d5

Si las blancas no cambian en d S , entonces solo pueden sonar con obtener ventaja. Despues de 6 . i. g2 las negras tienen la posi­ bilidad de consolidar el peon e4, 6 . . . . de! 7. lbc2 i.fS 8. lbe3 i.g6 9 . lb x c4 lbbd7 10. a4 i.e7 1 1 . 0-0 0-0 1 2 . b3 as ! 1 3 . i. a3 i. x a3 1 4 . li x a3 li e8 (Goldberg-Bronstein, Moscu, 1 9 6 1 ). La alternativa es la variante 7 . . . . lb a6 8. lb xe4 lb xe4 9. i. xe4 lbcS 1 0 . i. g2 i.e6 1 1 . 0-0 hS (Hartoch-Vasiukov, Amsterdam, 1969), en la que las negras refuerzan el punto c4. En ambos casos no tienen que lamen­ tarse de la apertura. 6 . ...

Asi recomendaba jugar P . Ke­ res (en lugar de la jugada tranqui­ la 6 . . . . cd). Despues de la captu­ ra en dS con el peon (6 . . . . cd) el resultado de la apertura depende en gran medida de que las blan­ cas consigan 0 no destruir la ca­ dena de peones enemigos. Tras 7 . i.g2 lbc6 8. lb x c6 bc 9. d3 ed 1 0. 'ii' x d3 las negras de­ ben jugar no 10 . . . . i.e7? 1 1 . 0-0

0-0 1 2 . Ii: dl (a 1 2 . i.e3 es con­ vincente 1 2 . . . . li e8 1 3 . li fd l i.e6 1 4 . li ac1 lbg4! I S . i. d2 'fib6!, Panno-Keres, Mar del Pla­ ta, 1 9S 7 ) 1 2 . . . . 'fib6 1 3 . b3 lb g4 14. 'ii'f3 ! .i e 6 I S . lba4 'fibS 1 6. i.b2 con ventaja posicional de las blancas (Portisch-Olafsson, Mos­ cu, 1 9S 9), sino la mas activa 1 0 . . . . i.b4, que despues d e 1 1 . 0-0 0-0 1 2 . lb a4? Ii: e8 1 3 . a3 i.d6 1 4. i.e3 as ! seguido de i.c8-a6-bS Ie dio a las negras buen juego (Por­ tisch-Spassky, Budapest-Lenin­ grado, 1 9 6 1 ). Merece su estudio 7. d 3 ! ? (no da nada 7 .. . . 'ii'b 6 8. lbb3 lb g4 9 . d4 i.e6 1 0. f3 ef 1 1 . ef lb f6 1 2 . i. e 3 lb c6 1 3 . 'Ctl f2 con mejor jue­ go de las blancas, Korchnoi-Ke­ res, Moscu, 1 962. Y, desde lue­ go, aun es peor 7 . . . . ed? 8 . 'ii' x d3 lb c6 9 . .i g2 ! , y las negras se que­ dan con el peon aislado en la peor situacion para elIas, cuando las blancas tienen un control ab­ soluto sobre la casilla d4) 7. . . . i.cS 8 . lb b 3 i.b4 9 . de (otra ju­ gada es menos convincente, 9 . i.g2 lb c6 1 0 . 0-0 i.fS 1 1 . i.gS lb x c3 12. bc h6 1 3 . i. xf6 'fi x f6, Ivkov-Keres, Belgrado, 1 9S 7) 9 . . . . lb xe4 1 0. i. d2 'fib6 (a una po­ sicion peor para las negras lIeva 10 . . . . lb x d2 1 1 . 'fix d2) 1 1 . lb x e4 de 1 2 . i. xb4 'fixb4 1 3 . 'ii' d 2 lbc6 14. i.g2 'ii' x d2 (es peor 1 4 . . . . fS?! I S . 'fixb4 lb xb4 1 6 . 0-0 i.e6 1 7 . lbd4 i. d 7 1 8 . f3 ! e f 1 9 . li x f3 ! , y las piezas blancas desarrollan una gran actividad, Ivkov-Kozomara, Saraj evo, 1 967) I S . 'Ctlxd2. El fi­ nal que se ha producido en el ta-

29

blero es favorable a las blancas. (Ivkov-Olafsson, Wageningen , 1 957). As!, el centro no se mantiene. Por eso Keres en las siguientes partidas se inc1ino por 6 . . . . 1!k'b6 . Esta jugada lleva a un juego con mayores perspectivas. 7. �b3

Otras posibilidades son peores. Por ejemplo: 7. 1!k'a4? i.c5 8 . de o-o! 9 . cb i. xb7 1 0 . e3 i. x d4 1 1 . 1!k'xd4 1!k'xd4 1 2 . ed �c6 1 3 . i. g2 � x d4 1 4 . 0-0 ]I fe 8 . Por e l peon las negras tie­ nen una compensacion colosal ( E v a n s -Ke r e s , A m s t e r d am , 1 97 1 ). 7. �c2 i.cS ! 8 . �e3 cd 9. � a4 1!k'c6 1 0 . � x eS 1!k'xcS 1 1 . 1!k'c2 1!k'xc2 1 2. � xc2 �c6 1 3 . b3 � g4 1 4 . .tb2 � geS I S . i.g2 0-0 0-0 i. e 6 1 7 . lil: feI (Taimanov-Mi­ kenas, Leningrado, 1 960). Las b1ancas se esforzaron en los cam­ bios para reducir e1 ataque negro y pasaron nipidamente al final. Sus esperanzas, estaban puestas en la pareja de alfiles, sin embar­ go su adversario, consolidandose en el centro, mantuvo posibilida­ des igualadas. Necesita estudio 16 . . . . i.g4 0 1 6 . . . . lI d8 . Es in­ teresante el intento 1 1 . . . . 1!k'c6!? con idea de dS-d4. Hay un tercer camino, 7. e3 cd 8. f3, contando con 8 . . . . � c6? 9 . � x c6 b e 1 0. fe � xe4 1 1 . � xe4 de 12. 1!k'c2! con ventaja blanca ( S h ats k e s-Al e kseiev, M oscu, 1 967). Sin embargo, despues de la correcta 8 . . . . ef 9. 1!k'xf3 � c6 30

las blancas incluso pueden ganar peon, 1 0 . � xdS liJxdS 1 1 . 1!k'xdS liJxd4 1 2 . 1!k'xd4 1!k'xd4 1 3 . ed, pero aqui precisamente no hay que pensar en su realizacion, sino en no obtener un final peor. Como maximo pueden contar con la igualdad. Despues de 7 . �b3 las negras tienen dos respuestas serias: 7 . ... cd (b1 ) y 7 . ... a5 (b2), •

(bt)

(1 . c4 eS 2 . liJc3 liJf6 3 . g3 c6 4. �f3 e4 S. � d4 dS 6 . cd 1!k'b6 7 . �b3) 7 . ...

cd

Las blancas tienen clara venta­ ja despues de 7 . . . . � g4? 8 . d4! cd 9. � xdS 1!k'c6 1 0 . � e 3 (Harts­ ton-Basman, Hastings, 1 967). 8 . .t g2

A 8 . d3 hay que jugar 8 . .tb4, pero no 8 . . . . i. fS? 9. i. e 3 1!k'a6 1 0 . � d4 .td7 1 1 . i.g2 i.b4 1 2 . 0-0, Y las negras tienen serios problemas con su centro colgante (Pribyl-Petrik, Checoslovaquia, 1 9 74). 8 . ...

i. f5!

Re come n d acion d e Kere s . Otras continuaciones n o son favo­ rabIes a las negras. Por ejemplo, 8 . ... a5? 9 . d3 a4 1 0 . i.e3 1!k'b4 11. liJ d4 a3 encuentra la excelen­ te replica 1 2 . �c2! 1!k'xb2 1 3 . i.d4 ! i.b4 1 4 . � xb4 1!k'xb4 I S . i. x f6 gf 1 6. o-o! con una solida

ventaj a posicional (Botvinnik­ Tahl, Moscu, 1 96 1 ). Tras 8 . ... ltJc6 9. 0-0 as 1 0 . d3 a4 1 1 . i.e3 ! !fb4 (a 1 1 . . . . d4 si­ gue 1 2 . ltJ xd4 ltJxd4 1 3 . de i. cS 1 4. e 5 ltJg4 1 5 . ltJ x d 5 ! ltJ xe 3 1 6 . fe !f xb2 1 7 . ltJc7 h 8 , aunque en este easo des­ pues de 1 2 . ttJe4 ttJdS 1 3 . .t cS �bd4 1 4 . h3 .thS I S . g4 .t g6 1 6 . � g 3 .td6 1 7 . ttJ d2! lI b8 1 8 . ttJde4 e I juego s e incIina a favor de las blancas (Uhlmann-Grun­ berg, Leipzig, 1 9 8 3 ) . P resenta interes 9 f5?! Sin e mbargo despues de 1 0 . !lc1 h6 I I . li d 1 i,f6 1 2 . .tcS :!i: f7 1 3 . e3 .i e 6 1 4 . d4 ed? I S . ed lI d7 1 6 . lil e l ! .tfS 1 7 . ttJ e S ! las negras tie­ n e n grandes dificultades (Koreh­ noi-Toth, Roma, 1 9 8 1 ). Ofreee pe rspectivas para las negras 1 4 . e 4 ! ? I S . i, xb6 ef 1 6 . i, xf3 ab J 7 . d S .td7 1 8 . de bc (Panno­ Riemsdyk, Fortaleza, 1 975). Las blancas tienen que tener en cuen­ ta que a 1 9 . i, x c6 Ias negras pue� den sacrificar la dama, 1 9 . . . . .i x c6 ! ? 2 0 . :!i: xd8+ :!i: x d8 segui­ do de .tf3 y :!i: fd7, Y tienen por ella suficiente compensacion. Aun otro error tipico, que pue­ d e n cometer las blancas tras 1 0 . · h4 f4 !? Aqui, jugando 1 1 . .t xb6? ab 1 2 . bS ttJd4 1 3 . ttJ x e S fg 1 4 . h g (es peor 14. fg? debido a 1 4 . . .t f6 I S . .tdS+ .te6) 1 4 . . . . ,tf6 .

. . .

"

...

.

I S . ttJ c4 !le8 ! 1 6 . li b l !lhS 1 7 . 1I e l .t e 6 1 8 . ttJ d2 w h8 1 9 . ttJ de4 .t e S 20. !ld2 las blaneas ganaron un peon, pero cayeron baj o un fuerte ataque, 20. . . . 1I x f2 ! ! (Lerner-Kaidanov, Kui­ bisnev, 1 9 8 6). Debieron jugar de manera analoga a estas posiciones 1 1 . .teS! Examinaremos algunos ejemplos semejantes. Otra variedad es Ia variante 9. Wh8 1 0. li c1 fS . ResuIta que Ia primera prueba fue favorable a las negras, 1 1 . ttJ a4?! f4 1 2 . .teS e4! Un golpe que Ilega a tiempo, de 10 contrario las blancas jugan­ do 1 3 . ttJ d2 dominan en la gran diagonal. Ahora 1 3 . .t xe7 ttJ xe7 1 4 . de !lxd1 IS. ll fx d l ttJ x a4 1 6 . b3 ttJ b6 1 7 . :!i: x e7 ttJ g6 Ilevo a un juego complicado (Kertesz­ Barbuieseu, Rumania, 1 984), y despues de 1 3 . ttJ e l ttJ x a4 1 4 . !l x a4 .t x cS I S . :!i: x e S ttJ d4 e n la p artida Spiridonov-Barbule scu Polanica Zdrojk, 1 9 84) las blan­ cas eometieron un error, 1 6 . de? ttJ x e2+ 1 7 . w h l .tg4! 1 8 . .tf3 fg 1 9 . fg !ld2! y perdieron la parti­ da. Despues de la correcta 1 6 . .t xe4 ttJ xe2+ 1 7 . w g2 c 6 1 8 . ttJ f3 .t g4 las posibilidades d e am­ bos bandos son iguaies. Sin duda las blaneas deben ju­ gar de esta manera, 1 1 . a3 ! .t e 6 1 2 . ttJ a4 f4 1 3 . ttJ c S (es buena 1 3 . i.eS ttJ x a4 1 4 . !l x a4 .tdS I S . !lb5 ! ) 1 3 . . . . .tdS 1 4 . .t d2 .t x cS I S . :!i: xeS !le7 1 6 . !lc1 (amena­ zando 1I x c6 y .tb4, aunque en este easo las negras eonsiguen igualar la posicion) 1 6 . . . . :!i: f7 1 7 . b4 i, x f3 1 8 . ,t x f3 ttJd4 1 9 . !ldl •• .

47

e6 20 . .1e3 lit d8 (Cebalo-Roma­ nishin, Taxeo, 1 9 85). 10. 11M2

un sacrificio de ealidad, 1 6 . .1 xb7 lit ab8 1 7 . .1 a6 .!D e2 1 8 . 'fI x a7 .!D xal 1 9 . %l x a 1 ct>h8 20 . .i.c4 f5 2 1 . .!D e3 .1d6 (Suba-Miles, Tu­ nez, 1 985). Puede ser que las blaneas tengan eompensacion su­ ficiente por el material sacrifiea­ do, pero es mas agradable jugar esta posicion con negras; 10 .!D a4 .1 d5 1 1 . e3 .!Dd4! 1 2 . .1 x d4 ed 1 3 . %l eI .!D x a4 1 4 . W x a4. Despues d e l a erronea 1 4 . . . . e5? 1 5 . b4! .i. e6 1 6. Wb3 Wb6 17 . .!D e 5 ! .1 x g2 1 8 . 'ifi x g2 lit ad8 19. 'fIa4, que se dio en la partida entre Uhlmann y M. Gindoi (Postdam, 1 985), las blaneas ob­ tuvieron ventaja. Sin embargo la seneilla 1 4 . . . . .1 xf3 1 5 . .i. x f3 e6 llevaba a un juego absolutamente i gualado; 10. %l d f6 1 1 . a3 'fId7 1 2 . .!De4 %l fd8 13 . .1e5 (la igualdad se mantiene despues de 13 . .!De5 .1 x e5 14. lit x e5 .1h3) 13 . . . . .1d5 1 4 . .1 x e7 'fIxe7 15 . .!De5 %l ab 8 1 6 . e3 (es arriesgado para; las blaneas 1 6 . e4 .117 1 7 . .!D xb7 lit xb7 1 8 . lit x e6 .!De4!) 16. . . . .!Dd7 (merece estudio 1 6 . . . . e4!) 17. 'fIe2 .!D x e5 1 8 . 'fI x e5 'fI17 ! 1 9 . b4 a6 20. a4 lit be8, y las negras eonsiguieron realizar a tiempo las operacione s defensivas (Suba­ Fernandez, Dubai, 1 9 8 6). •

Ademas de esta jugada se han dado otros intentos para tomar 1a iniciativa. Para ser justos, hay que decir que hasta ahora las negras han resistido los ataques blaneos. 10. � e4 .!Dd5 1 1 . .te5 f6 '1 2. lit e1 .117 13 . .1h3 b6 1 4 . .1 xe7 .!Ddxe7 1 5 . 'fIe2 as! 16. a3 a4 1 7. e3 .1b3 1 8 . 'fIe2 .!D a5 1 9 . d4 .1d5, y las negras eonsiguieron li­ quidar los intentos blaneos de ob­ tener ventaja (Beliavsky-Psajis, Kiev, 1 982); 10. 'fId f5?! 1 1 . lit dl ct>h8 1 2 . d 4 e 4 1 3 . .!D e 5 .!Db4 1 4 . f3 e f 1 5 . e f e 6 1 6 . .1f2 .1g8 1 7 . a3 , y las blaneas obtuvieron una ventaja minima (Ivkov-Addison, Palma de M allorea, 1 9 70). Probable­ mente, toda la estrategia negra, empezando desde la deeima juga­ da, es arriesgada. Se ve mas espe­ ranzador t o . . . . f6!? 1 1 . .!D d2 .!D d5 ! 1 2 . .!Db3 .!D xe3 1 3 . 'fIx e3 W d 7 1 4 . .!D a4 .1 xb3 1 5 . ab .!Dd4. Aqui las blancas se deeidieron por 48

10 . 11. lit fd .••

.!DdS f6

Otro proeedimiento de juego eonsiste en 11 � x e3 1 2 . 'fIxe3 f6 1 3 . .!D a4 .1d5 1 4 . .!D e5 b6 1 5 . .!De4 Wd7 0 1 1 . ... fS 1 2 . .!D xd5 • ••.

.l x d S 1 3 . i.cS i. xcS 1 4 . lI xcS 1Ird6 I S . lI ac1 .

12. a3 13. ltJ x d5

1Wd7

Tras 1 3 . b4 las blancas tienen

4ue tener en cuenta un sacrificio de p i e z a discutible pero intere­

san te, 1 3 . . . . ltJcxb4 1 4 . ab i. xb4. ResuIta que ahora no es po sible jugar I S . i.cS? debido a 1 5 . . . . .l x cS 1 6 . ltJ xdS 1Wxd5 1 7 . ltJ g5 J. x f2 I S . Wfl fg!, y ganan las ne­ gras .

13. ... 14. b4

i. xdS Wh8

A un no es posible la jugada 14. . ltJ d4 por I S . i. xd4 ed 1 6. 1Wf4 J. x f3 1 7 . li xc7! , y a 14 . a6 es posible I S . i.cS li adS 1 6. a4 J. x cS 1 7. II xcS 1Wd6 I S . lI acl con ventaja posicionaI blanca. ..

..

15. b5 EI juego solo se simplifica des­ p ucs de 1 5 . i.cS b6 1 6. i. xe7

cas no pueden contar con la ven­ taja. Pero tras 18. e4 i.gS 1 9 . d4 ltJe6 20. be be 2 1 . i.h3 li fdS 22. dS cd la posicion esta iguaIada (Liubojevic-Chernin, Weijk aan Zee, 1 9S6), aunque las negras pueden complicar el juego, 1 9 . . . . ed!? 2 0 . lI acl cb 2 1 . li c7 1Wd6, sin temer a la invasion de la torre blanca por la septima fila. En re­ sumen se puede decir que las ne­ gras no deben temer la variante con 9. i. e 3 .

t\ x e 7 .

15. ... 16. i.e5

Cambio de guardia, cuyo tinieo ac n t ido es facilitar la presion de las torres por la columna «c» . 1 6. . . 17. II xe5 .

(B)

ltJd8

i. xc5 c6

(DIAGRAMA 18)

Tenemos en el diagrama unci posicion tipica de esta variante. Dcspues de 18. be i. xc6 las blan-

(1 . c4 eS 2 . ltJ c3 ltJf6 3 . g3 dS 4. cd ltJ xd5 S. i.g2 ltJb6 6 . ltJf3 ltJc6 7 . 0-0 i.e7 S . d3 0-0) 9. a 3

. i.e6

En esta posicion las negras tie­ nen una considerable eleccion en­ tre distintos metodos de defensa. Sin embargo aqui es dudoso 9 . . . . as?! 1 O . i. e 3 i.e6 (no es mejor 10 . . . . i. g4 1 1 . ll cl li eS 1 2 . ltJ a4 ltJd5 1 3 . i. c5 i. f6 14. h3 i.e6 1 5 . 49

�h2 1Wd7 1 6 . 1Wc2 g6 1 7 . JUd I b 6 1 8 . e 4 ! ltJdee7 1 9 . d4! Este gol­ pe estandar en el centro es la base del plan blanco, Uhlman-Korch­ noi, Leningrado, 1 97 1 ; en el mis­ mo escenario se desarrollo el en­ cuentro Korchnoi-Hiibner, Lu­ cerna, 1 982: 1 0 . . .. lI a6 1 1 . lI c1 .te6 1 2 . ltJ e4 f6 1 3 . ltJ c5 ltJd7 1 4. .t xe7 1Wxe7 I S . d4 ed 1 6. ltJ xd4 ltJ xd4 1 7. 1Wxd4 c6 1 8 . JUd I , en el que las blancas de nuevo obtu­ vieron ventaja). Y para terminar, otro par de interesantes ejemplos, t o . . . . .tg4 1 1 . lI c1 lI e 8 1 2. ltJd2! 1Wd7 1 3 . lI e l lI a6 14. .txb6! cb 1 5 . 1Wa4 .tg5 1 6 . e 3 ! h5 1 7 . ltJde4! Aquf las blancas consiguieron ocupar todas las po­ siciones claves en el centro (T. Pe­ trosian-Psajis, Moscu, 1 9 8 3), 0 1 1 . . . . f5 1 2 . ltJa4 ltJ xa4 1 3 . 'iWxa4 .if6 1 4 . lI c5 gS 1 5 . ltJd2 f4 1 6 . lI xc6 b e 1 7 . .tcS .td5 1 8 . .t x fS 1W x fS 1 9 . lI c1 . EI golpe e n c6, tl­ pica en los esquemas sicilianos. tambien es util en nuestra varian­ teo La deteriorada estructura de los peones negros determina la ventaja del adversario, (Zwaig­ Pomar, Costa Brava, 1 976). Si en lugar de 1 1 . . . . f5 las negras jue­ gan 1 1 . . . . ltJd5 ;entonces despues de 1 2 . ltJ xdS .t xdS 1 3 . 'iWa4! .td6 (1 3 . . . . 1Wd7? 1 4 . .t x e S !) 14. .tc5 ltJe7 15. e4! .tc6 16. 'iWc2 b6 1 7 . d4! las blancas tambien tie­ nen ventaja (Polugaievsky-Hiib­ ner, Bugojno. 1 982). Aunque es posible que sea mas fuerte para las blancas la sencilla 1 7 . .t xd6 cd 1 8 . d4 Ii: c8 1 9 . 'iWd3 ! Se puede considerar un modeSO

10 de juego para las blancas la par­ tida Botvinnik-Portisch (Monaco, 1 968). En lugar de 1 1 . lI c1 con­ tinuo I I . ltJ a4 ltJ x a4 1 2 . 1W x a4 .td5 1 3 . .tfcl lI e8 14. lI c2 .trs (era mejor 1 4 . . . . i.d6 seguido de ltJe7) 1 5 . IIacl ltJb8. Las negras contaban con jugar c6 0 i.c6, ya que el peon c7 parece inexpugna­ ble. Sin embargo Botvinnik cayo en la «tramp a» y despues de 1 6. lI xc7! i.c6 1 7 . lI l x c6! bc 1 8 . II x f7 ! ! desarrollo un ataque gana­ dor. que vamos a ofrecer hasta el final: 1 8 . . . . h6 1 9 . lI b7 1Wc8 20. 1Wc4+ � h8 2 1 . ltJh4! 1Wxb7 22 . ltJg6 �h7 2 3 . i.e4 i.d6 24. ltJeS g6 2 S . ,t xg6+ �g7 26 . .t xh6+ ! !, y las negras abandonaron. Despues de 9. a3 as 1 0 . i.e3 las negras pueden jugar 10 . . . IIe8 1 1 . IIcl .tg4. Aquf las blan­ cas han desarrollado diversos pla­ nes, 1 2 . ltJe4, 1 2 . ltJ d2. Pero se considera el mas fuerte 1 2 . lI e U i.fS 1 3 . ltJ a4 ltJ x a4 14. 'iW x a4 i.d7 1 5 . 1Wb3 !, creando amena­ zas simultaneas sobre los puntos b7 y f7 (ltJgS!) (Suba-Mestel, Beer Sheva, 1 9 84). En los ultimos alios las negras a menudo llevan su alfil a g4. Sin duda el lector ya 10 habra adver­ tido en anteriores ejemplos. Sin la jugada a7-aS esta continuacion es totalmente posible, 1 0 . b4 a6 1 1 . i.b2 �h8 12. ltJe4 f5 1 3 . ltJcS i. x cS 14. bc ltJ d7 1 5 . lI c1 1We7 1 6 . d4 ll ad8 1 7 . de ltJ xcS . Las negras pueden estar algo peor, pero la posicion es suficientemen­ te aguda y dinamica (Timman­ Sax, Wijk aan Zee, 1 9 8 1 ). .

10.b4 H ay que someter a prueba 1 0 . If) e4, a l a que parece fuerte 1 0 . . . . ¥)d4! Resulta que despues d e 1 1 . �) x e 5 .tb3 1 2 . fi'd2 .te6 las blan­ cas n o tienen nada inejor que re­ pe l i r jugadas, 1 3 . fi'dl .t b 3 , elc Y tras 1 1 . tLl xd4 e d 1 2 . b4 .t d S 1 3 . .tb2 fS 1 4 . tLl d2 as ! las n e g r a s consiguen d e fe n d e rse ( Plachetka-Prandstetter, Hradec K ralove, 1 98 1 ). Ahora las dos continuaciones mas populares para el negro son 10 f6 (a) y 10 as (b). S i l as negras juegan inmediata­ mente 10 tLld4, encontes des­ pues de 1 1 . � b 1 tLl x f3 + 1 2 . i. x f3 . c 8 1 3 . tLl e 4 .t d S 1 4 . a4 las blan­ cas estin mejor (T. Petrosian­ Sk6ld, Varna, 1 962). Las negras jugaron de manera arriesgada en la partida Adorjan-Romanishin (Szi rak, 1 9 8 6), 1 1 . i.b2 !Db3?! 1 2 . II b l f6 1 3 . tLle4 as 14. 1 4 . .t x e S ! fe I S . � xb3 ab 1 6. ab .t x b3 1 7 . 1Wxb3+ 1WdS 1 8 . 1Wc3 ! c6 1 9 . lLl x eS 1We6 con consecuen­ cias poco claras. R e sulta interesante la conti­ nuacion de M. Taimanov 10 r� I I . i. e 3 i.f6 1 2. � cl !Dd4 1 3 . 4f) d 2 c6 1 4 . .t x d4 e d I S . !D a4 .t f7 ! (es peor I S . . . . !D x a4 1 6 . a4 .t d 5 1 7 . � cS .t x g2 1 8 . c;t> xg2 co n un medio juego agradable p a r a las blancas, Filip-Barcza, 1 9 5 3 ) 1 6. lLlcS IIb8 1 7 . lLl db3 li) d 5 1 8 . !D aS fi'e7 con posibili­ dades de igualdad. Y despues de I I . .tb2 .t f6 1 2 . lLl d2 � b8 1 3 . ¥) h 3 i. f7 1 4 . !DcS e4 I S . li c1 ed ...

.

...

. •..

.

1 6 . ed !D d4 1 7 . li e l se acorda­ ron las tablas, A. Adorj in-V. Sayslov, (Vrsac, 1 983). Aunque es po sible parar b4-bS con la jugada 10 a6, las negras pierden un tiempo importante y despues de 1 1 . !De4! h6 (para ju­ gar 1 2 . . . . fS) 1 2 . .tb2 fS 1 3 . !DcS! i. xcS 1 4 . bc tLld7 IS. � c1 1We7 (a IS . . . . 1We8 se puede continuar 1 6 . d4! e4 1 7 . d S ! ef 1 8 . ef! lLl f6 1 9 . de 1W x e 6 20. li e l 1Wf7 2 1 . f4!) 16. !Dh4! 1Wf7 1 7 . f4 las amena­ zas blancas son muy peligrosas ( B o t v i n n ik-Venkner, M oscu, 1 9S6). . ...

..•

.

...

(a)

( 1 . c4 e S 2 . tLl c3 !D f6 3 . g3 dS

4. cd !D xdS S. i.g2 lLlb6 6 . !Df3 lLlc6 7 . 0-0 i. e 7 8 . d 3 0-0 9. a3

.te6 1 0 . b4)

10. 1 1 .tb2 ..•

f6

.

A 1 1 . i. e 3 , para cambiar los al­ files de casillas negras, es posible 1 1 . . . . 1Wd7 1 2 . tLle4 lLldS 1 3 . !D cS b6! 1 4 . .t xe7 !Ddxe7 (tras 1 4 . . . . !Dcxe7 hay que considerar I S . d4!) I S . � c1 as ! 1 6 . b S !D a7 (es peor 1 6 . . . . !Dd4? por 1 7 . !D x d4 ed 1 8 . 1Wc2 � ac8 1 9 . 1Wb2!) 1 7 . a4 c6 1 8 . bc !Daxc6. Las negras tienen contrajuego debido a la de­ bilidad del peon a4. En caso de 1 1 . . . . 1We8 es boni­ to y fundamental el metodo con el que las blancas consiguen ven­ taja, 1 2 . .t xb6! ab 1 3 . d4! ed 1 4 . e l que las blancas consiguen ven­ taja, 1 2 . .t xb6! ab 1 3 . d4! ed 1 4 . SI

lb xd4 .tc4 (a 14 . . . . lI d8 podria seguir un sacrificio posicional de la dama 1 5 . lb xe6!) 1 5 . lbd5! 1!ff7 1 6 . lb x c6 bc 1 7 . lb x e7+ 1!fxe7 1 8 . .t x c6 li ad8 1 9 . 1!fcl ! (Vaga­ nian-Psajis, Erevan, 1 9 82). Esta elegante jugada de las blancas ase­ gura la ventaja material. No vale ahora 1 9 . . . . 1!fxe2 por 20. lI e l 1!fd3 2 1 . II e3 1!fd4 22. li e4, ga­ nando el aIm. Por anticipado es posible el sal­ to de caballo 11. lbe4 1!fd7 1 2 . .tb2 a6 1 3 . �c2 .th3 14. lbc4 i. xc5 1 5 . .t xh3 ! 1!fxh3 16. 1!fb3+ wh8 1 7 . bc lbd7. Ahora es peli­ groso tomar el peon, 1 8 . 1!f xb7 por 18 . . . . 1!fe6 1 9 . 1!fxc7 lb xc5. Y despues de 1 8 . d4 lI ab8 19. de lbdxe5 20. lb xe5 fe 21 . l:i: adl l:if6 las posibilidades de las blan­ cas son preferibles (Miles-Tim­ man, Tilburg, 1984). 1 1. . . .

1!fe8!

La dama negra se traslada a f7, tras 10 cual quedara bajo control la diagonal a2-g8 . Ademas, desde d8 la torre dificulta la ruptura d3-d4. Despues de 1 1 . . . . 1!fd7 1 2. lbe4 lI ad8 1 3 . 1!fc2 wh8 1 4 . lb c5 .t xc5 1 5 . bc lbc8 1 6 . li ab l las posibilidades de las blancas son preferibles (Johansson-Limbos, Moscu, 1 95 6). No cambia la valo­ racion tras 1 2 . . . . lI fd8 1 3 . 1!fc2 .tfS 1 4 . ll acl 1!ff7 1 5 . b5 lb a5 1 6 . lbfd2! lbb3 1 7 . lb xb3 i. xb3 1 8. 1!f xc7 lba4 1 9 . 1!f xf7+ i. x f7 2 0 . .t a l li ac8 2 1 . i.h3 ! (Por­ tisch-To Petrosian, Niksic, 1 983). 52

Las blancas dominan en la impor­ tante columna «c». 12. lbd2 13. lI c1

1!fti

La posicion del diagrama se en­ cuentra en dos partidas de J. Tim­ man, y en ambas las negras supe­ raron los problemas de ape!!ura. En la partida Larsen-Timmnan (Amsterdam, 1 9 80) sucedio 13. . . li fd8 14. lbb5 .td5! 15 . .,t xd5 (si 1 5 . lb xc7, entonces es buena 15 . . . . .t x g2 1 6 . lb xa8 i. x fl 1 7 . lb xb6 .t xe2 1 8 . 1!fxe2 ab con ventaja) 1 5 . . . . lb xd5 1 6. e4 lbb6 1 7 . lbb3 a6! 1 8 . lb x c7 li ac8 1 9 . b 5 (no d a nada 1 9 . II x c6!? b c 20. lb x a6 lba4 ! 2 1 . 1!fc2 lb xb2 22. 1!fxb2 l:i xd3, y las blancas no tie­ nen compensaci6n por la calidad) 1 9 . . . . li x c7 20. bc lba4 2 1 . i. al i. x a3 22. li b l b5!, y las negras incluso obtuvieron ventaja. Es dificil decir si el gran maes­ tro holandes temia una mejora, pero mas tarde en una partida con Adorj an (Wijk aan Zee, 1 98 1 ) no dejo ir al caballo a b5, jugando 13. a6, y despues de .

...

1 4 . itl a4 itl x a4 1 S . tII x a4 .idS 1 6 . ,l x d S tII xdS 1 7 . tIIb 3 II fd8 1 8 . : fd l li d7 1 9 . ct>fl lI ad8 20. c 1 ct> f8 2 1 . tII x dS II xdS 22. Q") b3 1I 8d7 1as negras obtuvieron u n a posicion igualada. (b) ( I . c4 eS 2. itlc3 itlf6 3 . g3 dS 4. cd itl xdS S. i.g2 itlb6 6. itl f3 � c 6 7 . 0-0 i. e 7 8 . d 3 0-0 9 . a3 ,l c6 1 0 . b4)

10. ...

a5!

Hace tiempo esta jugada fue cri­

t kada. Ahora se considera la me­

jor en esta posicion. 1 1 . b5 12. itld2!

itld4

EI peon eS es intocable. a 12. � x e5 sigue 1 2 . . . . i.f6!, y las blan­ cas no estan en condiciones de man tener la igualdad material, ya 4 11C 1 3 . i.f4 se refuta mediante 1 .1 gS ! , Y 1 3 . f4 no vale por 1 3 . . . . itlb3 1 4 . II bl tII d 4+. Sc ha probado el intento 12. (i) x d4 ed 1 3 . itla4 i.dS (es posi­ ble 1 3 . . . . itldS, confiando des.

. . .

pues de 1 4 . i.))2 cS I S . bc bS 1 6. i. xd4 ba 1 7 . tII x a4 i.f6 en ganar pieza) 1 4 . itl xb6 cb I S . a4 i. x g2 1 6 . ct> xg2 tIId S+ 1 7 . ct>gl i.cS (Suba-Romanishin, Sochi, 1 983). Sin embargo las blancas experi­ mentaron ciertas dificultades para el desarrollo final de sus pie­ zas. Parece algo mejor 1 3 . itl e4 a4 1 4. itl d2, intentando «clausu­ rar» la importante casilla b3 . Pero tras 1 4 . . . . itl dS ! con la amenaza itldS-c3 las negras obtienen un juego activo. En la partida Spiri­ donov-Van der Sterren (Albena, 1 9 83) dejaron ir esta posibilidad, 14 . . . . .idS? I S . tII c2 li aS 1 6 . lI b l .i xg2 1 7 . ct> x g2 tII d 7 1 8 . itl f3 i. f6 1 9 . tII c S lI e8 2 0 . lI e l tII e 7 2 1 . tII xe7 li xe7 22. i. d2 It a8 23 . .ib4 y poco a poco ca­ yeron en una dificil posicion. Pasemos a 12. i.e3 itldS 1 3 . i. xd4 e d 1 4 . itl a4 .if6. Aqui las blancas tienen que actuar con mu­ cha atencion para no perder la lu­ cha por la apertura. Despues de I S . tII c2 tII d 7 1 6 . itl cS tII x bS 1 7 . itl xe6 fe 1 8 . lI fb l tII a6 1 9 . itld2 c6 20. itle4 itlc3 2 1 . itl x c3 dc (Jansen-Ligterink, Plovdiv, 1 9 8 3 ) tuvieron que dar peon, pudiendo llevar finalmente la partida a ta­ bIas gracias a las simplificaciones y los alfiles de distinto color. La jugada 12. i.b2 junto a la continuacion principal tambien tiene interes. A las negras no les conviene la variante 12 . . . . i.b3 1 3 . tII c 1 itl c2? 14. lI b l f6 I S . itld2! 0 1 2 . . . . f6 1 3 . itl x d4 e d 14. itla4 ! Solo queda 1 2 . . . itlb3 1 3 . tIIb l f6 14. itl d2 . Ahora se impo.

S3

ne 1 4 . . . . lb x d2 1 5 . 'tIi' x d2 lb c4 1 6. 'tIi'cl lb xb2 1 7. 'tIi' xb2 � b8 1 8 . a4 (Mednis-I . Ivanov, Brigh­ ton, 1 98 3). Pero este no es el caso en el que la pareja de alfiles ten­ ga ventaja. Por el contrario la po­ sicion final se puede valorar como favorable a las blancas. Por eso es mas logico jugar 1 4 . . . . lb c5 1 5 . a4 (1 5 . lbce4 lb ca4 0 1 5 . lb de4 lbb3 !) 1 5 . . . . � f7 1 6. � al � c8 ! 1 7 . lbce4 lb xe4 1 8 . .t x e4 c6 1 9 . bc bc (Cvetkovic-Ce­ balo, Yugoslavia, 1 9 8 6). Esta con­ tinuacion tras 20. � cl 'tIi'd7! 0 20. 'tIi'c2 .tb4 2 1 . lbc4 lb xc4 22. cd f5 2 3 . i.g2 e4 se puede valorar como complicada y con posibili­ dades mutuas. 12. . . .

e6

La jugada tranquila 1 2. lb d2 esta unida a una pequefia celada, 1 2 . . . . lbd5? 1 3 . .t x d5 .t xd5 1 4 . e 3 ! , y las blancas ganan pieza. En su tiempo la variante 1 2. ' " 'tIi'd7 1 3 . .t xb7 ll ab8 1 4 . .t g2 lb xb5 1 5 . lb xb5 'tIi'xb5 1 6. a4, que se dio por primera vez en la partida T. Petrosian-M. Taima­ nov (Vinkovsi, 1 970) se valoraba como favorable a las blancas. Des­ pues esta variante se rehabilito, 1 6 . . . . 'tIi'd7 1 7 . .tb2 f6 1 8 . .tc3 .tb4 1 9 . .t xb4 ab 20. 'tIi'c2 (tal vez sea mejor 20. a5 lbd5 2 l . lb e4) 20 . . . . lbd5 2 l . lbb3 .tf7 22. a5 lbc3 23. a6 c6! Cerrando la gran diagonal las negras gana­ ron despues el peon «a» y obtu­ vieron ventaja material (Petro­ sian-Romanishin, Moscu, 1 98 3 ) . E s muy interesante e l sacrificio 54

de peon 1 2 . . . . a4! 1 3 . .t xb7 ll a5 1 4 . � b1 . Sin embargo despues de 1 4 . . . . 'tIi'd7 1 5 . lbc4 ! lb xc4 1 6 . dc .t xc4 las blancas realizaron el contrasacrificio 1 7 . e3 ! .t xfl 1 8 . \t> x fl � b8 1 9 . .t c6 'tIi'h3 + 20. .tg2 'tIi'e6 2 1 . ed 'tIi'c4+ 22. lbe2 � axb5 2 3 . � xb5 � xb5 24 . .t e4 ed 2 5 . 'tIi' x d4 'tIi'xd4 26. lb x d4 (Portisch- Vaganian, Tilburg, 1 983). Las negras no han conse­ guido la total igualdad y en un profundo final consiguieron las tablas con dificultad. Todo esto llevo a que la dama negra en d7 cae bajo la clavad . por la columna «d» . Teniendo en cuenta este factor, en adelante ju­ garon 1 4 . . . . 'tIi'e8 . Tal vez las blan­ cas ahora tienen que continuar 1 5 . lbc4, ya que despues de 1 5 . lb f3 lb xb5 1 6 . lb xb5 � xb5 1 7. 'tIi'c2 � c5 1 8 . 'tIi'b2 'tIi'b8 1 9 . .t e4 f5 20 . .te3 fe 2 1 . .t xc5 .t x c5 22. lb g5 .td4! 2 3 . 'tIi'cl .t a2 24. e3 .t xb l 25. 'tIi'xbl .tc5 26. d4 .te7 27. 'tIi'a2+ \t> h8 28. lbf7+ � xf7 29. 'tIi'xf7 'tIi'f8 las negras ya estan mejor (Dorfman-Guseinov, Kiev, 1 984). 13. be

lb x e6

Aun no se siente la debilidad del pun to b7. Ademas no es posi­ ble la jugada 1 4 . e 3 , y las blancas tienen debil el peon a3 . 14. lb a4 (DIAGRAMA 21)

Las blancas no eligieron el me­ jor plan en la partida Portisch-Ro-

crificio del peon b7 la torre negra no esta baj o ataque. Despues de 1 6 . ];l e I 'tlfd7 1 7. lLlc4 lLl x c4 1 8 . dc 'tlf x d l 1 9 . lLl xd l ];l c8 ! 20. h4 lLld4 2 1 . lLl e 3 b5 las negras inc1u­ so obtienen ventaja. 14. ... 15. 'tlf x a4

ll1anishin (Reggio Emilia, 1 9 8 6), 1 4 .tb2 a4! 1 5 . ];l cl ];l a5 ! Esta j ugada tiene muchas cualidades: d c fiende el peon e5, el caballo c3 no puede moverse por ];l b5 ! , con­ t rola el punto c5 , y en caso de sa.

lLl xa4

Ahora las negras, eligiendo en­ tre 15 . ... .i dS 0 15 . ... lLld4, pue­ den contar con su juego totalmen­ te igualado. Para finalizar podemos decir que las negras en casi todas las va­ riantes del primer capitulo obtie­ nen buenas posiciones, con bue­ nas perspectivas para el medio juego.

55

2 Sisleill de los Ires callillos e5

1. c4

En este capitulo se incluyen dos variantes de la apertura ingle­ sa, 2 . lD c3 lDf6 3 . lDf3 e4 (I) y 2.

. . . lD c6 3. lDf3 g6 (II), en los que cn las primeras jugadas se inclu­ ye n solo en el juego tres de los cuatro caballos posibles. En principio la primera de ellas se ten ia en cuenta. Pero con el de­ sarrollo de un camino popular, aunque no del todo correcto, pero si bastante actual, esta variante ha e ncontrado una especial difusion en los ultimos tiempos. (I) ( 1 . c4 e5 2. lLlc3 lDf6 3 . lDf3 c4 4. lD g5) 22

justicia debe perderse. Sin embar­ go las negras tienen a su d� sposi­ cion contrajuego en el estdo del gambito Volga. Despues de 4. lDd4 lD c6 5 . lLl x c6 dc a las blancas no les es fa­ cil aprovechar la ventajfl de la sa­ lida. En este caso 10 meJor es con­ tinuar 5 . e 3 !? Las negras pueden defenderse de otra manera, 4 . . . . .ic5 5. lDb3 .tb4 6 . d4 .t xc3+ 7 . bc h6 8 . .if4 d6 9 . e3 lLIc6 1 0 . c5 0-0 I I . cd cd 1 2 . 11 cl ( Karoly-Romani shin, Tbilisi, 1 9 86). Pero no consiguen una igualdad plena. 4. ...

b5?!

Esta es la base de la idea de las negras, que fue sugerida en pri­ mer lugar por el gran maestro es­ panol J. Bellon. Ademas de esto 4 . . . . 'fIe7 5. 'fIc2 d5 6. cd e3 7 . d e h 6 8 . lD f3 J.g4 9 . e 4 lDbd7 1 0 . J. e 3 recuerda mucho al «come­ come», pero no al ajedrez normal (Eliskases-Leabra, Rio de Janeiro, 1 943). 5. d3!

El principal procedimiento es

u n a demostracion de la estrategia c rronea de las negras. El peon

pierde contacto con su base y con

No es estrano, pero es posible que solo por este metodo puedan demostrar las blancas la incorrec­ cion de la estrategia negra. Ya se sabe que un desarrollo rapido con frecuencia es mejor que la ganan­ cia de material. 57

Examinemos otras continua­ ciones : 5 . llJ g x e4 llJ x e4 6 . llJ xe4 b c 7 . llJ c 3 ( a 8 . 'fIa4 es suficiente 8 . . . . c6) 7 . . . . d5 8 . e3 i.e7 9. d3 cd 1 0 . i. x d3 i.e6 1 1 . (H) 0-0, Y las blancas no consiguen nada real (Koifman-Mochalov, 1 976); 5. b3 b4! 6. llJbl ? (no es posi­ ble 6. llJcxe4? por 6 . . . . h6!) 6 . . . . h 6 7 . llJh3 i.c5 8 . d 4 e d 9 . 'fI x d3 0-0 1 0 . i.b2 i.b7 1 1 . llJd2 d6, y las blancas tienen un fuerte retra­ so en el desarrollo de las piezas (Uhlmann-Dobosz, DDR-Polo­ nia, 1 974). Algo mejor es 6. llJa4 d5 7 . d3 llJg4 8 . llJh3 e3 9 . i. xe3 llJ xe3 1 0 . fe dc 1 1 . bc i. xh3 12. gh 'figS , sin embargo aqui las ne­ gras pueden estar satisfechas con la ape rtura (Lengyel-Perenyi, Hungria, 1 975). A 5. llJxb5 en la primera par­ tida con este tema siguio 5 . . . . h6 6. llJh3 c6 7. llJc3 d5 8. cd cd 9. e3 i. d6 1 0 . i.b5 Wf8 1 1 . d3 i.g4 1 2 . 'fIb2 'fIa5 1 3 . a3 llJa6, aun­ que parece que no es del todo con­ vincente (Reshevsky-Bellon, Pal­ ma de Mallorca, 1 9 7 1 ). Mas tar­ de las negras jugaron de forma mas conveniente 5 . ' " c6 6 . llJ c3 d5 7 . cd cd 8 . d3 (a 8 . d4 es bue­ na 8 . . . . h6 9 . llJh3 g5 1 0 . D i. xh3 1 1 . gh ef 1 2 . e3 llJbd7 1 3 . 'fID i.b4 con consecuencias poco c1a­ ras, Espig-Pribyl, Amsterdam, 1 976) 8 . . . . h6 9. llJh3 llJ c6 1 0 . g3 i.g4 1 1 . de d4 12. llJbl 'fIa5 1 3 . i.d2 'fIb6 1 4 . D 'fIxb2 1 5 . 'fIcl 'fIxcl 16. i. xc 1 llJb4 1 7 . llJ a3 i.d7 y las negras tienen juego por 58

e l peon (Sznapik-Bellon, Cienfue­ gos, 1 9 7 6). En caso de 5 . cb d5 6. d3 h6 7 . llJ h 3 i.d6 8 . llJf4 i. b 7 9 . d e d e 1 0 . e3 llJbd7 1 1 . i. d2 llJe5 1 2 . llJh5 llJ xh5 1 3 . 'fIxh5 g 6 1 4 . 'fI d l 'figS las negras distribuyeron muy bien sus piezas, obteniendo ven­ taja (Szilagyi Perenyi, Hungria, 1 976). De igual manera hay que jugar tras 6. d4 i. d6 (merece atencion 6. . . . a6!? 7. g3 ab 8 . llJ xb5 i.g4 9 . llJ c3 h 6 1 0 . llJh3 c5 !, Malich-Nunn, Decin, 1 976) 7 . g3 h6 8 . llJh3 g5!? 9 . llJgl a6 10. h4 g4 1 1 . e3 ab 12. llJ xb5 i.e7 13. llJe2 (H) 1 4 . i.d2 i.a6 1 5. llJcl llJbd7, y las negras tienen compensacion por el peon y un juego activo en el flanco de dama ( S p asov-Ermenkov, Bulgaria, 1 975). Durante mucho tiempo se pen­ so que se obtenia ventaja median­ te 5. 'fIc2. Sin embargo en este caso 5 . . . . be (es peor 5 . . . . e3? 6 . fe b c 7 . b3 c b 8 . 'fIxb3 d5 9 . g 3 c 6 1 0 . i. a3 i. d 6 1 1 . i.g2 h 6 1 2 . llJ D con ventaja blanca, Adams­ ki-Plachetka, Rimavska Sobota. 1 975) 6. llJgxe4 (despues de 6 . llJ c x e4? d5 7 . llJ x f6 'fIxf6 8 . llJ xh7 liI x h 7 9 . 'fIxh7 i.f5 ! las blancas tienen un fuerte retraso en el desarrollo) 6 . . . . i.b7 7 . llJ x f6+ 'fI x f6 8 . 't!ia4 i.c5 9 . e 3 (H) 1 0 . 'fI x c4 i. b 6 1 1 . llJ d 5 'fId6 deja a las negras ricas posibilida­ des. Asi despues de 1 2 . llJf4 liI e 8 1 3 . i.e2 llJ c6 14. 0-0 llJ d 4 ! las blancas estan peor (Raicevic-Su­ ba, Novi Sad, 1 9 74). Y tras 1 2 . llJ xb6 ab las negras tienen u n al-

ii i hastante fuerte en b7, que com­ pen sa la pequefia perdida de ma­ t e r i al . 5. ...

be

H ay que decir que es desafor­

t unada 5 . .. . .tb7? 6. l'Dgxe4 be 7 . g3 ! cd 8 . ed i.b4 9 . i. g2 l'D xe4 1 0 . de 1lt'f6 1 1 . o-o! i. xc3 12. be 0-0 1 3 . .tf4 y las b1ancas tienen

una solida ventaja (Uhlmann-Be­

IIbn , Bucarest, 1 978). N o es mejor 5 . ... i.b4? 6 . .t d2

cd 7 . l'D xb5 i. x d2 8 . 1lt' x d2 0-0

9 . e 3 , y las b1ancas ganan el peon d 3 con una posicion exce1ente ( Van der Sterren-Bellon, Wijk

itan Zee, 1 977). Con la misma frecuencia que la variante principal se encuentra 5. . . . ed. Pero en este caso despues de 6. cb! (no es del todo clara la variante 6. ed b4 7. l'Dce4 i.e7 8 . � x f6+ i. x f6 9 . l'D e 4 0-0 1 0 . � x f6+ 1lt'xf6 1 1 . d 4 d5 1 2 . cd ,tb7 1 3 . 1lt'b3 l'Dd7 1 4 . 1lt' x d4 ,t x d5, aunque resulto favorable a las blancas, Barbero-Szmetan, Ar­ gentina, 1 9 8 5) 6 . . . . h6 7 . l'D O de 8 . ..t x e2 surge una posicion en la que es dificil dar un consej o a las negras. Las blancas han desarro­ lIado con facilidad y correccion sus piezas. Tras 8 . . . . a6 9 . 0-0 ,t c 5 1 0 . l'Dd4 ! 0-0 1 1 . ..to lI a7 1 2 . ..t e 3 la desarmonia de la po­ sicion negra se pone de manifies­ t o (Stean-Regan, Nueva York, 1 9 77), 0 8 . . . . ..tb7 9. 0-0 ..te7 1 0 . � d 4 0-0 1 1 . ..t o y l a posicion ne­ gra es muy dificil (Smejkal-Bue­ no, Leipzig, 1 977). Y para termi­ n ar, 8 . . . . ..tc5 9. 0-0 ..tb7 1 0 .

l'Dd4 0-0 1 1 . .t e 3 i.b6 1 2 . ..t o d 5 1 3 . l'D f5 lI e8 1 4. lI e l l'Dbd7 1 5 . l'D xd5 dejo a las negras sin peon en una posicion estrategica­ mente perdida (Ghitescu-Ermen­ kov, Moscu, 1 977). 6. de

l'Dc6

Esaminemos la intermedia 6 . . . . h 6 . Ademas d e 7 . l'DO ..t b 7 8 . e5 l'D e4 9 . e 3 .t b 4 1 0 . 1lt'c2 1lt'e7 1 1 . ..t x c4 l'Dg5, donde las negras tienen posibilidad de recuperar el peon (Polugaievsky-Estevez, So­ chi, 1 976), merece atencion la ori­ ginal 7 . l'D xf7!? e2 b6! 1 4 . .!t:l d6 'Ct> f8 1 5 . .!t:l xc8 Ii: xc8 las negras tienen ventaja. A 1 2. 'ifa4 puede seguir 1 2 . . . . 'iWf6 1 3 . 'ife4 .!t:le7 14. f:£Jd6 'Ct>f8 1 5 . lI bl b6! 1 6 . e3 i.c3 1 7 . 'Ct>dl f:£Jg6, y las negras amenazan rechazar el ata­ que con la jugada .ic3-e 5 , y tras 1 2 . .!t:l d6 M . Taimanov propo­ ne la interesante variante 1 2 . . . . 'Ct> f8 1 3 . f3 h 5 1 4 . h4 f:£Jh6 1 5 . Ii: b l (1 5 . 'Ct> f2 'iWf6!) 1 5 . . . , 'ifa5 1 6. 'Ct>f2 'iW x a2, en una posicion complicada las posibilidades ne­ gras son preferibles. Parece que no hay nada mejor que 1 2 . 'iWc2 'Wa5+ (es erronea 12 . . . . 'iWf6? 1 3 . lI b l .ic3+ 14 . 'Ct> d l f:£J e 7 1 5 . .!t:l x e7 'Ct> xe7 1 6 . l:ib 3 con u n fuerte ataque) 1 3 . 'Ct> d l J.. xal 1 4 . 'ife4+ 'Ct>d8 1 5 . f:£Jd6 f:£J e 7 1 6 . .!t:l f7 + y las blancas tienen que ir al jaque continuo. S.

..•

J.. g7

Es algo peor el juego de las ne­ gras despues de 5 . . . . .!t:lge7 6. g3 i.g7 7. f:£J x c6 .!t:l x c6 8 . .id2 d6 9 . i.g2 0-0 1 0 . 0-0 i.g4 1 1 . h 3 J.. e 6 1 2 . b3 ( P e trosian-Botvinnik, Moscu, 1 96 3 ). 6. f:£J x c6

En caso de 6. f:£J c2 las negras deben temer a 6 . . , . d6 (aun es peor 6 . . . . f5?, que a menudo es fuerte con el peon en e4. Aqui 7. g3 d6 8 . i. g2 .!t:lf6 9. 0-0 0-0 1 0 . Ii: b l .!t:l e 5 1 1 . b3 c 6 1 2 . 'iWd2 'iWc7 61

1 3 . .t a3 Ie asegura a las blancas una posicion mejor, Gutman-KIo­ van, Riga, 1 968) 7. 'tWd2 lLl f6? 8 . e4! a6 9 . .te2 � b8 1 0 . 0-0 0-0 1 1 . Ii: e 1 , Y las negras estan privadas de contrajuego (Flohr-Johner, Verna, 1 9 3 2). Por eso merece atencion 7 . . . . lLlge7!?, para a 8 . e 4 0-0 9 . .t e2 responder 9 . . . . f5 1 0 . 0-0 f4 con posibilidades reciprocas. 6 . ...

7. g3

be

Las perspectivas blancas se di­ rigen a la gran diagonal. Tras la modest a 7. e3 lLlf6 8 . .te2 0-0 9 . 0-0 dS 1 0 . .tf3 .ta6 1 1 . .te2 .t b 7 1 2 . 'tWc2 � e8 1 3 . � dl 'tW e 7 de­ ben contar solo con la igualdad, aunque no sea sencillo conseguir­ la (McGrillen-Tukmakov, Dres­ de, 1 969). Tampoco es buena 7. e4 � b8 8 . i.. d3 lLle7 9 . 't!Ia4 a6 1 0 . cS d6 1 1 . cd cd 1 2 . 0-0 0-0 1 3 . � bl h6 14 . .te3 cS ! I S . li fd l li b4 1 6. 'tWc2 lLlc6. Las posibilidades ne­ gras son mej ores (Ungureanu­ Tompa, Bath, 1 973). 7. ...

lLl e7

En esta posicion las negras tie­ nen varias elecciones. La peor de ellas es 7 . ... d6? 8 . .tg2 i.. d7? 9 . 0-0 lLle7 1 0 . c S d5 1 1 . e 4 .t e 6 1 2 . .tgS f6 1 3 . e d cd 14. li el cJ; f7 . I S . Ii: x e 6 cJ; xe6 1 6 . 'tWe2+ cJ;f7 17. li el con un fuerte ataque de las blancas (Samarin-Zuravlev, 1 976). Se da con frecuencia 7 . . . . lLlf6 8 . .t g2 0-0 (no tiene sentido 8 . . . . 62

lLlg4? 9 . 'tWc2 ! 0-0 1 0 . 0-0 lLleS 1 1 . b3 .tb7 1 2 . .tb2 d6 1 3 . h3 :a b8 1 4 . f4 lLld7 I S. e4, y las negras, que han perdido muchos tiempos, no situaron bien sus piezas, Geor­ giu-Hebert, Buenos Aires, 1 978). Es original 7 . ... lLl h6, con la que las negras provocan al blanco a que juegue e2-e4, que solo «con­ gela» al alfil g2. Despues de la ha­ bitual 8 . .tg2 0-0 9 . 0-0 no es bue­ na 9 . . . . lLlfS 10 . .td2 lLle7? 1 1 . li cl d6 1 2 . .tgS (Piastski-Do­ brich, Canada, 1 9 74). �Para que sacan las negras el caballo por h6, para luego volver a e7? Es mas exacta 9 . . . . � b8!? 1 0 . b3 lLlfS 1 1 . .tb2 c5 ! 1 2 . 'tWd2 .tb7 1 3 . .t xb7? li xb7 1 4 . lLldS lLld4 1 S . fS c6 1 6. lLlf4 li e8 1 7 . e 3 lLlfS con juego igualado (Bagirov-Taimanov, Su­ jumi, 1 965). Es cierto que tras 1 3 . lLldS!? las blancas mantienen ven­ taja posicional. Se ha jugado 7 . ... 'tW e7 , para responder a 8 . .tg2 con 8 . . . . 'tWb4. Despues d e 9. 0-0 e s peli­ groso tomar el peon (9 . . . . 'tW x c4 1 0 . lLld5 !). Tampoco es correcta \) . . . lLle7 debido a 1 0. 1!t'd3 i.. a6 l 1 . lLlbS ! cb 1 2 . i.. x a8 be 1 3 . 'tWe3 'tWb6 14 . .t f3 ! No se ve compen­ sacion para las negras por la cali­ dad perdida (Smyslov-S zabo, Buenos Aires, 1 9 7 0). Merece atencion 9 . . . . i.. a6 1 0 . lLl b 5 .t xb S ! ? 1 1 . cb 'tW x b S 1 2 . .tf4 Ii: c8 1 3 . a4 'tWb4 1 4 . .th3 itJ f6 1 5 . i.. e S 'tWe7, y las blancas tienen que demostrar si tienen juego por el peon (Renter-Flohr, Parnu, 1 947). Por 10 expuesto las blancas a 7. .

. . . 1We7 deben jugar 8 . .td2 ! , pa­ rando la amenaza 8 . . . . 1Wb4 debi­ do a 9. lLldS! Ahora a 8 . . . . 'fi'e6 es buena 9. b3 lLle7 10. lI c1 .tb7 1 1 . .t g2 lI b8 1 2 . 0-0 0-0 1 3 . e4 d6 1 4 . 1Wc2 cS I S . lLldS ! (Holmov­ Goldenov, Tallin, 1 9 6 5 ) . Las blancas tienen una fuerte posi­ cion. Y a 8 . . . . lI b8 se puede con­ tinuar 9 . lI b l lLlf6 1 0 . .tg2 0-0 1 1 . 0-0 dS 1 2 . cd cd l 3 . .tgS ! (pero no l 3 . b3? d4! 1 4 . lLldS lLl x dS I S . .t xdS lI d8 16 . .t c4 .tb7, y las negras igualan el jue­ go, Kavalek-Taimanov, Harra­ chov, 1 966) l 3 . . . . c6 1 4 . e4! Sin duda la posicion blanca es mej or. 8 . .tg2

b 3 dS ! l 3 . lI c1 f6 1 4 . .t e 3 dc . No obstante la ruptura en el cen­ tro inc1ino el fiel de la balanza del lado negro (Bordell-Simon, Espa­ fia, 1 977). 9. ...

lIb8

Antes era mas popular 9 . . . . d6.

0-0

Puede resultar precipitada 8 . . . . d6 debido a 9 . .tgS f6 1 0 . .td2 .te6 1 1 . cS dS 12. e3 lI b8 l 3 . b3, y las blancas se han apoderado de los puntos c1aves en el centro d4 y f4 (Eingorn-Malanchuk, 1 9 8 2). Es interesante la idea que rea­ lizaron las negras sacrificando el peon c6, 9. . . . o-o!? Las blancas no se decidieron a tomarIo, con­ siderando correctamente que la iniciativa del adversario podia re­ suItar pe1igrosa. Pero despues de 1 0 . lI cl lI b8 1 1 . b3 cS 1 2 . 1Wd2 .te6 l 3 . lI dl a6 14. 0-0 1We8 I S . lLle4 f6 las posibilidades estan igualadas (Speelman-Azmajpa­ rashvili. Baku, 1 983). 9. 0-0

Aprovechando que el caballo se encuentra en e7 se puede em­ pezar el ataque de flanco 9 . h4 d6 1 0 . .t gS II b8 1 1 . 1Wd2 .te6 1 2 .

En respuesta a esto las blancas pueden elegir entre buenas conti­ nuaciones, 10. 1Wc2 (a 1 0 . 'fi'd2 lo mejor es 1 0 . . . . .te6 1 1 . b3 1Wd7 12 . .tb2 .th3, cambiando el fuer­ te alfi1 blanco y manteniendo la igualdad, 1 3 . II ad 1 .t x g2 1 4 . ..t;> xg2 cS I S . lLle4 1WfS 1 6 . .t xg7 ..t;> x g7 1 7 . lLl c3 1We6, Kraidman­ Pfleger, Manila, 1 974) 1 0 . . . . .ifS 1 1 . e4 .te6 1 2 . cS ! 1Wb8 1 3 . lI dl .tg4 1 4 . lI e l 1Wb4 1 S . .tgS 1WxcS 16 . .t xe7 lUe8 17 . .th4 gS 1 8 . .t xgS 1WxgS 1 9 . 1Wa4!, y tienen v e n t aj a posicional (Smyslov­ Quinteros, Buenos Aires, 1 970). Es buena 10 .t g5!? contando con 1 0 . . . . f6? 1 1 . .td2 .te6 1 2 . 1Wa4 .t d 7 1 3 . cS ! d S 14. e 4 fS I S . e d cd 1 6 . 1Wh4!, creando grandes dificultades a las negras (Larsen­ Torre, Leningrado, 1 973). Tam.

63

poco es buena 1 0 . . . . i. e6? 1 1 . c5! d5 12. 1lfd2 f6 1 3 . i.h6 i. xh6 14. 1lfxh6 g5 15. 1lfh5 (R. Garcia­ D amj anovic, B u e n o s A ir e s , 1970). Los motivos de ambas par­ tidas son semejantes. Lo mejor para las negras es im­ pedir la maniobra c4-cS , 1 0 . . . . l1 b8 1 1 . 1lfd2 f6 1 2 . i.. f4 c5 ! 1 3 . h4 i. b 7 1 4 . b 3 i.xg2 I S . g2 � c7 1 2 . .te3 . � e 6 1 3 . � d S lb c6 1 4 . 1!t'd2 �ed4 IS . .t hS ll b8 16. ll ae 1 bS 1 7 . b3 as (G. Garcia-Uhlmann, Leipzig, 1 9 73). Las blancas no han hecho nada real en el flanco de rey, a la vez que las negras han dispuesto muy bien sus caballos, realizando un juego activo en la 8S

parte opuesta del tablero. De for­ ma anaJoga transcurrio la partida Nikolac-Hort (Vinkovci, 1 976), donde siguio 1 1 . g4 fD c7 12. i.e3 fD c6 1 3 . 1!¥d2 fDd4 14. lhfl i.e6 1 5 . i.g5 f6 16. i.h4 a6 1 7 . fDdl b5, de nuevo con ventaja negra. La variante 5. fD xe5 ha desa­ parecido poco a poco de la esce­ na. 5 . ...

d6

La continuacion 5. .�. e4? 6 . fDg5 i. xf2+ 7. x f2 fD g4+ 8 . g l !fxg5 9 . fD xe4 !f e 5 1 0 . e 3 e s favorable a las blancas. Y a 5 . . . . 0-0 e s buena 6 . fD xe 5 ! fD xe5 7 . d4 i.d6 8 . c5 .t xc5 9 . dc fDc6 1 0 . e4 li e8 1 1 . 0-0 tambien con ventaja blanca. 6. 0-0

0-0

Las negras llevaron la apertura de una forma interesante en la partida Filip-I(eres (Amsterdam, 1 95 6), 6 . . . . .te6 7. d3 0-0 8 . a3 a5 9. i.g5 h6 1 0 . i.h4 fD d4 1 1 . .t x f6 !fxf6 1 2 . fDe4 !fe7 1 3 . fD x c5 dc, obteniendo un buen juego. 7. d3

En la partida Smejkal-Balashov (Rio de Janeiro, 1 979) las blancas realizaron el avance d2-d4: 7 . a3 a6 8 . e3 i.a7 9 . d4 .t g4 1 0 . d5 fDe7 1 1 . h3 i.d7 1 2 . b4 h6 1 3 . .tb2 fDh7 1 4. li cl fDg6 1 5 . h2 . f5 1 6 . c5 fDg5 . La posicion resul­ tante es muy dificil de valorar y tiene mas rasgos de la defensa in­ dia de rey que de la apertura in­ glesa. 86

7

.

h6

•. .

Unajugada imprescindible. No se puede admitir la c1avada del ca­ ballo f6. Por ejemplo: 7 .t g4 8 . h3 i.h5 9 . .t d2 a5 1 0 . g4 i. g6 1 1 . i.g5 !fd7 1 2 . .t xf6 gf 1 3 . fD d5 . Las negras han permitido e n bal­ de la debilitacion de su estructu­ ra de p e o n e s (Kotlerman-So­ kolsky, Odessa, 1 949). Las negras jugaron debilmente en la partida Benk6-Cosulich (Ve­ necia, 1 9 74), 7 . ... i.d7 8 . e3 i.b4? 9 . fDe2 e4 1 0 . de fD x e4 1 1 . !fc2 :!l e8 1 2 . a3 i. c5 1 3 . b4 .tb6 14. i.b2 !fe7 1 5 . fDf5 , perdien­ do algunos tiempos con el juego del alfil de casillas negras. Merece atencion este juego de las negras: 7 . i.f5 8 . fD a4 h6 9 . b3 :!l e8 1 0 . i.b2 !fe7 1 1 . fDh4 i.d7 1 2 . fD x c5 dc 1 3 . !fd2 !fd6 (Saidy-Hort, Las Palmas, 1 973) 0 7 . ... a5 8 . a3 lI e8 9 . i.g5 h6 1 0 . .t x f6 1!¥ x f6 1 1 . IiI bl i. e 6 (Gheorghiu-Taimanov, Bucarest, 1 973). En ambas partidas obtu­ vieron una posicion igualada. .

.

.•.

..

8. a3 Tras 8. b3 a5 9 . .tb2 .t f5 1 0 . e3 lI e8 1 1 . h 3 �d7 1 2 . h2 e4 1 3 . de fD x e4 14. fDd5 a4 1 5 . ba fDe7 las negras pueden mirar sin miedo al futuro (Hort-Uhlmann, Skopje, 1 9 72) . Las negras obtuvieron una pe­ quefia ventaja en la partida Ben­ ko-Matich (Skopje, 1 972), 8. fD a4 !fe7 9 . e3 a5? 1 0 . b3 :!l e8 1 1 . i.b2 j.f5 1 2 . a3 i. a7 1 3 . fD c3

'it'd7 1 4 . :!:I e 1 . Sin embargo 9 . . . .

a6! dejaba posibilidades d e igual­

dad.

8. ... 9. b4

a6

Se puede considerar como una perdida de tiempo 9. h3 . Las ne­ gras terminan el desarrollo 9. . . . .tf5 1 0 . � d 5 .ta7 1 1 . e4 .th7 1 2 . � x f6 1W x f6 1 3 . .t e 3 .t xe3 1 4 . fe 'it'e7, obteniendo una buena posi­ cion (Reshevsky-Timman, Ams­ terdam, 1 977). 9.

...

10 . .t b2

.tfS

Otro metodo de defensa con­ siste en 10 . ... .tg4 1 1 . II c1 1Wd7 1 2 . � d2 �h7 1 3 . �d5 , Y aqui en lugar de 1 3 . . . . .td4 1as negras co­ metieron un grueso error estrate­ gico, 1 3 . . . . �g5?, permitiendo el bloqueo del alfil de casillas ne­ gras, 1 4 . c5 ! :!:I ad8 1 5 . �e4 � x e4 1 6 . de �e7 1 7 . 1Wc2 ll) xd5 1 8 . ed 1!t'b5 1 9 . e3, tras 10 cual cayeron en una dificil posicion (Larsen­ M iles, Bugodno, 1 9 84). Aun otro ejemplo (Miles-Gar­ da P alermo, Reggio Emilia, 1 9 8 5) : 10 . . . .te6 1 1 . :!:I c1 1Wd7 1 2 . � d2 �h7 1 3 . �d5 �d8 1 4 . .

1 1 . lD h4 12. II ac1

.td7 lDe8

.t a7

Las negras resolvieron bien el problema de la apertura tras 1 0 . e 3 .t e 6 1 1 . 1Wc2 1Wd7 1 2 . .tb2 .th3 1 3 . :!:I acl :!:I ac8 1 4. :!:I fe l .t x g2 1 5 . w xg2 :!:I fe8 1 6 . :!:I cd l lD e 7 1 7 . d 4 e d 1 8 . e d �g6 (Quin­ t e r o s -T i m m a n , Ams t e r d am , 1 977). 10. . ..

e3 c 6 1 5 . �c3 .th3 1 6 . .t xh3 1Wxh3 1 7 . � ce4 1Wd7 1 8 . c5 ! dc 19. bc 1W x d3 20 . .t xe5 :!:I e8 2 1 . :!:I c4 1Wd5 2 2 . .tal �e6 2 3 . 1Wc2 :!:I ed8 24. �b3 . Esta claro que 10 mejor para las negras es no per­ mitir la restriccion en el flanco de dama. Su posicion no tiene pers­ pectivas.

En el diagrama tenemos la po­ sicion de la partida Tahl-Kavalek (Montreal, 1 979). En respuesta a 1 3 . �d5 1as negras escogieron un camino puede ser que arriesgado, pero el unico correcto: 1 3 . . . . g5!? 14. � f3 f5 1 5 . �d2 �d4 1 6 . c5 ! c6 1 7 . � b 6 ! ? (sacrificando el peon, las blancas esperan recibir por el una duradera iniciativa) 1 7. . . . .t xb6 1 8 . cb 1Wxb6 1 9 . �c4 1Wa7 20. e3 �e6 2 1 . d4! ed 22. ed d5 23. � e 5 � f6 24. :!:I e 1 �g7. No tienen compensacion por el peon. Y a pesar de todo en la lu­ cha posterior las negras mantuvie­ ron durante largo tiempo la igual­ dad. 87

Desde luego, toda la variante no es obligada, pero muestra muy bien los planes de ambos bandos. Tras esto una cosa esta clara: el doble fianchetto es 10 mejor que pueden pensar las blancas en este sistema. Y las negras tienen sus posibilidades en el juego en el flanco de rey.

(1 . c4 e5 2. lLlc3 lLl c6 3 . lLlf3 lLlf6 4 . g3) •

•••

lLld4

Una decision original; las ne­ gras quieren cambiar el caballo al precio de dos tiempos, y este in­ tento no resulta tan malo como puede parecer a primera vista. 5 . .tg2

Rasta ahora nadie se ha deci­ dido a jugar 5. lLl xe5, por 10 visto por 5 . . . 'fIe7 6. f4 (6. lLld3?? lLlf3 mate!) 6 . . . . d6 7 . lLld3 .tf5 8 . e3 .tg4, pero las blancas tal vez quie­ ran intentar recharlo despues de 8. f2!? Todo esto se veri en la futura prictica. A 5 . lLlh4, intentando eludir el cambio de damas, en 1a partida Botterill-Botto (Inglaterra, 1 977) las negras reaccionaron mal: 5 . . . . g5? 6 . lLlf3 lLl xf3+ 7. e f .tc5 8 . 'fIe2 'fIe7? 9 . d 3 il g8 1 0 . h4 h6 1 1 . hg hg 12 . .t xg5 il xg5 1 3 . lLld5 1!fd6 1 4 . lI h8 lLl g 8 1 5 . f4 il g6 1 6. fe, y cayeron en una po­ sicion desesperada. Es correcta 5 . . . . c6! 6 . e 3 lLle6 con u n juego nor­ mal. .

88

lLl xf3+ .tb4

Otras jugadas son debiles: 6 . ... d6 7. 0-0 .te7 8 . .tg2 0-0 9. d3 c6 1 0 . e4 .tg4 1 1 . f3 'fIb6+ 1 2 . h 1 .t e 6 1 3 . f4 lLle8 14. 1!fe2 a5 1 5 . .te3 1!fd8 1 6 . d4, y las blan­ cas dominan en el centro (Uhl­ mann-Rossetto, Skopje, 1 972). 6 . ... .t e7 7 . d4 d6 8 .tg2 0-0 9. 0-0 c6 1 0 . b3 .tf5 1 1 . e4 .tg4 1 2. f3 i. d7 1 3 . .te3, y las blan­ cas de nuevo tienen un desarrollo excelente (Gheorghiu-Portisch, Skopje, 1 9 72). Es algo mejor 6 . .. . .tc5, aun­ que en este caso todo va por un escenario conocido: 7. 0-0 0-0 8. lLl a4 .te7 9. d4 d6 1 0 . lLlc3 il e8 1 1 . b3 c6 1 2 . d5 , manteniendo mejores posibilidades (Kimelfeld­ Sabanov, Moscu, 1 975). .

(B)

4

5 . ... 6 . .t xf3

7. 1!fb3

Despues de 7. 'fIc2 0-0 8 . 0-0 ii e8 las blancas no consiguen nada tanto despues de 9. d3 c6 1 0 . .tg5 h6 1 1 . i. x f6 1!fxf6 12. lLle4 1!fg6 13. a3 .tfS 1 4. c5 f5 1 5 . lLl d2 d5 (Timman-Tahl, Ti1burg, 1 9 8 0), como despues de 9. ll dl c6 1 0 . d 4 'j, xc3 1 1 . bc e4 12 . .tg2 d6 1 3 . .tg5 .t f5 1 4 . c5 h6 1 5 . i. f4 d5 1 6 . 11 ab l 1!fc8 1 7 . e3 .th3 1 8 . il b3 .t x g2 (Vaga­ nian-Yusupov, Rostov, 1 980). La posicion es complicada, pero las negras en general no estan peor. Las blancas consiguieron ven­ taja con este orden de jugadas: 7 . 0-0 0-0 8 . d3 c6 9 . .td2 lI e8 1 0 . .tg2 h6 1 1 . ii c1 ,i xc3 1 2 . .t xc3

1 3 . cd cd 14. 'Wb3 d4 1 5 . .td2 .t g4? (1 5 . . . . .te6!?) 1 6 . l1 fe l

dS

II b 8 1 7 . 'Wa3 ! a6 1 8 . 'Wa5 ! (Va­ S i llkov-Kochiev, Moscu, 1 98 1 ). 7. ...

.tc5

Se sugiere la jugada 7 . ... a5, pero, como ha demostrado la pnictica, no da una clara igual­ dad . Por ejemplo, despues de 8 . 0-0 0-0 9. d 3 h 6 las blancas pue­ den jugar tanto 10 . .ie3 .i x c3 1 1 . 'W x c3 d6 1 2 . c5 lI e8 1 3 . cd 1If x d6 1 4. lHe l c6 1 5 . J.c5 'Wc7 1 6 . 'Wb3 , mantemendo mej ores p o s ibilidades (Bronstein-Polu­ gaievsky, Petropolis, 1 973), como 1 0 . ltJ a4 II e8 1 1 . J.e3 .if8 1 2 . c5 dS 1 3 . cd .i x d6 14. l1 fcl e4 1 5 . lI d l 'We7 1 6 . lI acl (Smejkal-L. Bronstein, Rio de Janeiro, 1 9 79). Las piezas blancas estan dispues­ las con mas armonia. Es muy interesante la idea que lIevo a cabo A. Adorjan, jugando 9 . d4! en lugar de 9. d3. Despues de 9 . . . .i x c3 10. 'Wxc3 e4 I I . ,tg2 lI e8 1 2 . d5 1as negras estan peor, y tras 9 . . . ed 1 0 . lLlb5 d5 (sencillamente es mala 1 0� . . c5? por 1 1 . 'Wa4 d5 12. a3 dc 1 3 . ab eb 1 4 . 'Wdl ) 1 1 . .if4 c6 1 2 . ltJ xd4 de 1 3 . 'W x c4 no temen a la com­ binacion 1 3 . . . . .ig4?! 1 4 . .i xg4 � x g4 1 5 . a3 .te7 1 6 . lLle6! y se qlledan sin peon (Adorjan-Toth, Bic1, 1 9 8 3 ) Es evidente que 7 . . .i e7 8 . 0-0 c6 9 . lI dl d6 1 O . d4 'Wc7 1 1 . ,tg2 0-0 1 2 'Wc2 .ie6 1 3 . b3 es favorable a las blancas (Gheorg­ h i ll-Hartston Bath, 1 973). Queda examinar 7 . . . . .ia5. .

.

.

.

..

.

Oespues de 8. 0-0 0-0 9. d3 d6 10 . 'Wa3 c6 1 1 . b4 J.b6 1 2 . .ig5 J.h3 1 3 . lI fc1 a6 14. c5 .ic7 1 5 . cd J. x d6 1 6 . 'Wb2 h6 1 7 . J. x f6 'Wxf6 1 8 . ltJ e4 'We7 1 9 . ltJ x d6 'Wxd6 20. II c5 II fe8 2 1 . a4 en este caso las negras caen en una prensa posicional (Timman-Cam­ pora, Amsterdam, 1 9 84). 8. d3

El orden de jugada de las blan­ cas puede ser 8 . 0-0 0-0 y solo aho­ ra 9. d3 . Aqui ademas de estas jugadas hay una nueva posibilidad: 9. .ig2 c6 10. e3 .ib6 1 1 . f4 d6 1 2 . 'Wc2 ef 1 3 . II xf4 d 5 14. cd c d 1 5 . b 3 d 4 1 6. lLl a4 d e 1 7. ltJ xb6 'Wxb6 1 8 . de J.e6, tras 10 cual, no obstante, las blancas no tienen una ventaj a real (M. Gurevich­ Vizmanavin, Yurmala, 1983). A la vez merece un estudio pos­ terior 9. ltJ a4 ! J.e7 1 0 . lI d l ! lI e8 1 1 . d4! e4 1 2 . J. g2 h6 1 3 . ltJ c3 .tf8 1 4 . .ie3 b6 1 5 . 'Wc2 .ib7 1 6 . d 5 , y las blancas s e apoderan de la iniciativa (Uhlmann-Yasni­ kovsky, Polanica Zdruj, 1 98 1 ). 8. ... 9. 0-0

0-0

No promete nada a las blancas el cambio de operaciones 9 . .tg5 h6 10. J. x f6 'Wxf6 1 1 . ltJe4 'We7 12. lLl xc5 'it'xc5 1 3 . 0-0 d6 1 4 . 'W c 3 a5 (Gheorghiu-Smej k al, Moscu, 1 9 7 7). Han desaparecido del tablero tres pares de piezas menores. El alfil blanco es un poco mej or que el negro. Pero 89

tras algunas jugadas entra en jue­ go y las posibilidades se igualan. c6

9. . ..

No es logica 9 . . . . d6, ya que las negras dan gratis uno de los alfi­ les: 1 0 . lLla4 lLld7 I I . i.g2 a5 1 2 . lLl x c5 lLl xc5 1 3 . 1!t'c3 1!t'e7 1 4 . b3 ! (pero no 1 4 . e3? e4! 1 5 . de lLl xe4 1 6 . 1!t'd4 lI e8 1 7 . b3 1!t'e5 ! con igualdad, Uhlmann-Korchnoi, Amsterdam, 1 972). El control so­ bre las dos principales diagonales determina la ventaja de las blancas. 10. i. g2 1 1 . i.d2

lI e8 i.b6

negras no tienen debilidades, y en las proximas jugadas igualan poco a poco la posicion: 1 5 . b4 i.d7 16. lLlc3 1!t'c8 ! 17. lI fe l i.h3 1 8 . i.hl a6 1 9 . a4 a5 ! (Portisch-Hub­ ner, Abano Terme, 1 9 80). En todo caso, incluso despues de las mejores jugadas blancas la jugada 4. . . . lLld4 aun resiste la prueba.

(C) (1 . c4 e5 2. lLlc3 lLl c6 3. lLl f3 lDf6 4. g3) 4 . ...

i.b4

Despues de I I . . . d6 las negras de nuevo regalan su alfil l 2 . lLl a4. .

12. "iVc2

h6

Amenaza la jugada 1 3 . . . . d5, que antes era arriesgada debido a la clavada 1 3 . i.g5 . 1 3 . lLla4 14. lI ac1

i.e7 d6

La continuacion mas popular en el sistema 4. g3 . En nuestros dias no hay torneo en el que no aparezca esta posicion. Las blan­ cas a menudo eligen entre 5. lLl d5 (a) y 5. i. g2 (b). (a)

5. lLld5 La posicion blanca tiene un as­ pecto atrayente, sin embargo las 90

Las negras tienen a su disposi­ cion muchas respuestas, pero las

mej ores son 5 . . . . e4 (al ) y 5 . . . . .ic5 (a2). Examinemos otras posibilida­ des. La peor de elIas es 5 .td6? 6 . .i g2 itJ xd5 7. cd itJe7 8 . e4 e6 9. O-O ! (T. Petrosian-Vaganian, Erevan, 1 975) 9 . . . . cd 1 0 . d4! de 1 1 . itJ xe 5 . A una derrota inme­ diata lIe va 1 1 . . . . f6 1 2 . 1Wh5 + g6 1 3 . itJ xg6! itJ x g6 14. ,t xe4 :rI g8 1 5 . :rI e l WfS 1 6 . i.h6+ li g7 1 7 . i, xg6 etc . . . , y en easo d e 1 1 . . . . f5 las blaneas toman la iniciativa mediante 12 . .ig5 ! .i xg5 1 3 . de 0-0 1 4 . 1Wd6 :rI e8 1 5 . l::t fdl h6 1 6 . i, xh6! gh 1 7 . e 6 ! No salva a las negras este metodo: 1 1 . . . . 1We7 1 2 . .i f4 ! f6 1 3 . l::t cl 1Wb8 1 4 . i, xe4 (una fuerte jugada; aun no es tarde para equivoearse, 1 4 . 1Wh5+? g 6 1 5 . itJ xg6 itJ xg6 1 6 . .ie4 i. x f4 1 7 . i, x g6+ Wd8 1 8 . :rI x e 8 ! itJ xe8 1 9 . .i x g6+! hg 20. 1W x g6+ con un fuerte ataque (Adorj an-Glatt, Budapest, 1 9 82). Durante mucho tiempo fue popular 5 . ... itJ xd5 6. cd itJd4 (perderia 6 . . . . e4? debido a 7 . dc ef 8 . 1Wb3 ! , y pueden rendirse, T. Pe­ trosian-Ree, Wijk aan Zee, 1 9 7 1 ). 7. itJ x d4 (no da nada 7 . itJ x d5 1We7 8. f4 f6 9. itJd3 1We4! y las blancas tienen perdidas de mate­ rial, y la tranquila 7 . .ig2 itJ x f3 + 8 . i. x f3 0-0 9 . 0-0 d6 1 0 . .i g2 .ic5 1 1 . b3 .id4 1Ieva a una situa­ cion igualada, Saidy-Kapengut, Liblin, 1 973) 7 . . . . ed 8 . 1Wc2 1We7 ( 8 . . . . O-O? 9 . 1Wc4!) 9 . i.g2. En esta posicion es erronea 9 . . . . .i d5? por 1 0 . 1Wc4 i.b6 1 1 . 0-0 0-0 1 2 . b4! lI e8 1 3 . e3 de 1 4 . de 1Wf6 1 5 . i.d2 d6 1 6 . a4 a5 1 7. ba . .•.

i.c5 1 8 . lI fc l , y la ventaja blan­ ca empieza a ser seria (Gheorg­ hiu-Dzindzijashvili, Buenos Ai­ res, 1 9 78). Las blancas obtuvie­ ron ventaja de manera amiloga despues de 1 1 . b4 a5 1 2 . ba :rI xa5 1 3 . 0-0 d6 1 4 . e4! de 1 5 . fe ,td7 16. i.b2 0-0 17. lI f4 ll a4 1 8 . 1Wc2 ! (M iles-Hiibner, Tilburg, 1 9 84). Despues de 9 . . . . c6 las blancas consiguieron imponer a su adver­ sario un juego interesante y favo­ rable para elIas: 1 0 . 1Wd3 .i c5 1 1 . b4! .i xb4 1 2 . 1W x d4 0-0 1 3 . .ib2 f6 14. i,e4 b6 1 5 . 1Wd3 h6 1 6 . a3 i,a5 1 7 . d6 1We6 18 . .if3 i,b7 1 9 . h4 :rI ab8 2 0 . g4 c 5 2 1 . i. xb7 :rI xb7 22. :rI el (M. Gurevich­ Gipslis, Yurmala, 1 9 8 5). EI mejor metodo de defensa es 9 . . . . .ic5. Despues es po sible 10 . 0-0 0-0 1 1 . e3 .tb6 1 2 . a4 de 1 3 . de a5 1 4 . .t d2 .tc5 1 5 . .ic3 d6 1 6. 1Wd2 b6 1 7 . :rI fe l .td7.

43 :a R R • • R A� &�. � • d � .3iL- . � . d . � d � _ � � A • • d � � Cl d l'!:, R R R R . � � D. � � . D. n B n �n � � � . • U U Esta posicion se produjo en la 27: partida del match para el eampeonato del mundo entre Korchnoi y Karpov (Baguio, 1 9 78). Despues de 18. e4 lUe8! 91

1 9 . hl c6! 20. eS cd 2 1 . .i xdS n ad8 22. '!!Pf4 '!!PfS ! 2 3 . '!!Pf3 de 24 . .i xeS .ig4! el negro consi­ guio inc1uso tomar la iniciativa. Merece atencion previamente 1 8 . h3 , 1 9 . h2 y solo despues l a dis­ tension en el centro. En este caso las posibilidades blancas parecen preferibles. En los ultimos tiempos se en­ cuentra un plan nuevo que empie­ za con 5 a5, pero tampoco da la igualdad. Despues de 6 . .ig2 d6 7 . 0-0 .icS 8 . e3 0-0 9 . d4 .ia7 1 0 . ltJc3 .ig4 1 1 . h3 .ihS 1 2 . g4 .ig6 1 3 . lbbS lbd7 14. b3 i.b8 I S . .ib2 e4 1 6 . ltJd2 las blancas estan bast ante mejor (Timman­ Gaprindashvili, Wijk aan Zee, 1 979). Otro medio de luchar por la ventaja consiste en 9. b3 ltJ xdS 1 0 . cd lbb4 1 1 . d4! ed 1 2 . ltJ xd4 .i x d4 1 3 . ed l::t e8 14. a3 1tJ a6 I S . .i d2 (Tahl-K. Grigorian, Erevan, 1 982). Es posible que sea mas exacta para las negras 6 . . . . 0-0 7 . 0-0 (despues de 7. a3 .i cS 8 . 0-0 d6 9. ltJ c3 h6 las negras tienen buen juego, Yusupov-Kuzmin, Vilnius, 1 980/81 ) 7 . . . . l::t e8 8. d3 h6 9. a3 .i cS 1 0 . ltJ x f6 '!!P x f6 1 1 . ltJd2 '!!P d 8 1 2 . lbe4 j,fS. Se ha mante­ nido inmovil al peon «d» para te­ ner la retirada del alfil a fS . Des­ pues en la partida T. Petrosian­ Kuzmin (Moscu, 1 9 8 1 ) siguio 1 3 . ltJ c3 d 6 1 4. lI b l i.e6 I S . b 4 ab 1 6 . ab '!!P c 8 1 7 . bS lbe7 1 8 . e4 g6 1 9 . i.e3 .ig7. Aunque las negras consiguieron igualar el juego gra­ dualmente y Ilevar la partida a ta­ bIas, las blancas estan mej or. .

92

...

(al)

( 1 . c4 e S 2 . lb c3 lbc6 3. 1tJf3 lbf6 4. g3 .ib4 S. lb dS) 5. ... 6. ltJh4

e4

A 6. lb xb4 las negras no deben jugar 6 . . . . ef 7. ltJ x c6 dc 8. d4 f3 9. '!!P x e2+ fS 1 0 . i.gS h6 1 1 . j, xf6 '!!P x f6 1 2 . 0-0-0 (Barza-Bis­ guier, Tallin, 1 97 1 ), sino 6 . . . . ltJ xb4! 7 . ltJ d4 0-0 8 . lbc2 lb xc2+ 9. '!!P x c2 d S (Smyslov-Benko, Wijk aan Zee, 1 972), obteniendo un juego comodo tanto despues de 1 0 . cd '!!P x dS 1 1 . .ig2 .i fS ! , como tras 1 0 . .ig2 .i fS ! 6



•• •

.ic5

Tras 6 . ... d6 las negras deben tener en cuenta 7. ltJ xb4 1tJ xb4 8 . a3 lbc6 9 . d3 0-0 1 0 . .i g2 lI e8 1 1 . 0-0 h6 1 2. de ltJ xe4 1 3 . .ie3 as 14. '!!P c 2. La presencia de la pa­ reja de alfiles ofrece ventaja a las blancas (Saidy-Browne, San An­ tonio, 1 972). Ademas esta 6 . . .. 0-0 7 . .ig2 .icS 8. 0-0 li e8 9 . d3 ed 1 0. '!!P x d3 1tJeS 1 1 . '!!P c 2 c6 1 2 . .i e3 ! cd 1 3 . j, x cS d6 1 4 . .i d4 dc I S . IUdl '!!P e 7 1 6 . It d2 lb c6 1 7 . .i x f6 '!!P x f6 1 8 . '!!P x c4, que a pe­ sar de algunas simplificaciones es b astante favorable al blanco (Smejkal-Mecking, Rio de Janei­ ro, 1 979). Y despues de 1 2 . . . . .i x fS 1 3 . ltJ xf6+ '!!P xf6 1 4 . lI ad l d 6 I S . i. d4 '!!Pe 6 1 6 . b3 .ie7 1 7 . f4 lb g4 1 8 . e4! l a posicion blanca tiene un aspecto mas atractivo (Tahl-Gerusel, Porz, 1 982).

7 . .tg2

Es tarde para retirar el caballo:

En caso de 7. d3 el negro debe saber que no Ie sera favorable me­ terse en las complicaciones que em­ piezan con 7 . . . . ib xd5 8 . cd 1Wf6 9. e3 .tb4 1 0 . .td2 1Wxb2 1 1 . l:l: c1 lb xe5 1 2 . de g5 1 3 . II c2 i. xd2 1 4 . II xd2 1Wb4 1 5 . ibf3 �xe4 1 6. ib xe5 ! Ahora son ma­ las tanto 1 6 . . . . �xhl 1 7 . 1Wh5 ! :!i: f8 1 8 . d6! (Gheorghiu-Joita, Rumania, 1 9 72 ) como 1 6 . . . �xe5 1 7. d6! c6 1 8 . .tg2 con un fuerte ataque blanco. Es mejor 7 . . . . ed! 8 . 1W xd3 ibe5 9 . 1Wc3 d6 1 0 . .tg2 (ver los siguientes comentarios). 7.

...

8. 0-0

d6

A 8 . d3 ed 9. �xd3 ib e 5 no se debe continuar 10. 1Wc2 c6 1 1 . ib x f6+ 1Wxf6 1 2 . 0-0 .te6 con me­ jor j uego para las negras (Tim­ man-B i s guier, Malaga, 1 9 7 1 ), sino 1 0. 1Wc3 ! c6 1 1 . lb e 3 1Wb6 12. 0-0 0-0 1 3 . lbc2 a5 1 4 . .i.e3 Ii e 8 con igualdad (Korchnoi­ Ree, Amsterdam, 1 972). 8. ...

.t xe4 .t e 6 1 2 . .tg2 d5 1 3 . 1Wc2 .te7 1 4 . lb f3 d4! , y las negras tie­ nen un juego activo (Ghitescu­ Browne, Wijk aan Zee, 1 974). Y el cambio 9. lb xf6+ 1W x f6 10. .t xe4 .t x c4 1 1 . 1Wa4 d5 1 2 . d3 a6 1 3 . .tg2 .tb5 14. 1Wb3 0-0-0 1 5. lb f3 lb e 5 1 6 . .tf4 lb xf3 1 7 . .t x f3 g 5 1 8 . .td2 .tc6 l1eva a una posicion satisfactoria para las ne­ gras (Stean-Sax:, Londres, 1 9 8 0).

9. . . 10. cd .

1 1. de 12� .t d2

lb xd5 .t xd5 .te6

Las blancas no consiguen nada apreciable tras 1 2 . lbf5 0-0 1 3 . .t d 2 1W d 7 1 4 . 'fWc2 lb d 4 1 5 . lb xd4 .i. x d4 (Gheorghiu-Savon, Petropolis, 1 973). 12. ... 13. i.e3

1Wd7 0-0

.te6

No vale 8 . . . . g5? debido a 9. d4! .lb xd5 1 0 . dc lbdb4 1 1 . a3 ib a6 1 2 . b4 lbcb8 1 3 . 1Wd4 0-0 14. ibf5 ! las negras no consiguieron aprovechar la mala posicion del caballo en h4 y solo comprometie­ ron su posicion (Ghitescu-Ghin­ da, Rumania, 1 973).

9. d3

9. lbe3 .t x c4 1 0 . lb x e4 lb xe4 1 1 .

La posicion blanca parece pre­ ferible, pero despues de 1 4 . lb f3 .th3 15. 1Wd5 .t x g2 1 6 . x g2 lI ae8 1 7 . e 5 'fWe6 las posibilida93

des de ambos bandos son iguales (Karpov-Hecht, Budapest, 1 9 72).

c6 (Polugaievsky-Korchnoi, Bue­ nos Aires, 1 9 80). 8. e3

(a2) (1 . c4 eS 2. llJc3 llJ c6 3 . llJf3 llJ f6 4. g3 .tb4 S . llJdS) 5. ..

i.. c5

.

Esta variante lleva a un compli­ cado juego de maniobras, en el que los principales actores son los alfiles y las damas de ambos ban­ dos. 6 .tg2

d6

.

Merece su estudio este orden de j ugadas : 6 . . 0-0 7 . 0-0 llJ xdS!? 8. cd llJd4. Pero en este caso las blancas no estan obligadas a cambiar el se­ gundo par de caballos: 9. llJ e l ! d6 t o . e3 llJfS 1 1 . llJc2 .td7 1 2 . b3 as 1 3 . i.. b 2 i.. b S 14. d3 c6 I S . lI e l cd 1 6 . ,t xdS �d7 1 7 . d4, acentuando la desarmonia en la disposicion de las piezas negras (Eingorn-Zeshkovsky, Moscu, 1 985). .

7.

0-0

.

0-0

Aqui se puede empezar a cam­ biar los caballos: 7. ' " llJ x dS 8 . cd llJ d4 9. llJ x d4 .t xd4 1 0 . e3 .tb6 1 1 . f4 0-o 12. b3 f6 1 3 . a4 as 14 . .tb2 .td7 I S . hl �e7 1 6 . �c2 h8 1 7 . lI ae l c6 1 8 . d4. Sin em­ bargo despues de la distension en el centro, 18 . . . . ed 1 9 . ed �f7 20. dc .t x c6 21 . .t xc6 bc 22. �c4 ! el final es favorable a las blancas debido a los alfiles de dis­ tinto color y la debilidad del peon 94

Despues de 8 . d3 1as negras res­ pondian 8 . . . . h6, para no permi­ tir la c1avada del caballo. Ahora por 10 tanto no tiene sentido ju­ gar 9 . llJ c3 :!l e8 1 0 .. a3 as 1 1 . b3 .tg4! 12. h3 .tfS 1 3 . e3 e4 1 4 . llJ e 1 � d 7 I S . h2 lI ad8 1 6 . .tb2?! (Stean-Lein, Vrsac, 1 979). Aqui mediante 1 6 . . . . dS! las ne­ gras pueden aprovecharse del jue­ go sin plan de las blancas para to­ mar la iniciativa. y tras 9 . .t d2 llJ x dS 1 0 . cd llJe7 1 1 . b4 .tb6 1 2 . a4 a6 1 3 . �b3 .td7 las negras tienen buen juego (Georghiu-Portisch, Petro­ polis, 1973). A menudo se da 9 . e3 as . Tras esto las blancas tratan de mante­ ner la caballeria, 1 0 . llJc3 y tarde o temprano llevar a cabo la stan­ dar b4 0 d4. Aunque esto consti­ tuya una perdida de tiempo, a las negras no les es sencillo obtener buen juego. En la partida Korch­ noi-T. Petrosian (11 Ciocco, 1 977)

siguio 1 0 . . . . i.a7 1 1 . a3 �h7 1 2 . W h l i. g4 1 3 . �c2 fS 1 4 . �bS � d 7 I S . � x a7 n xa7 16. b3 n aaS 1 7 . �gl n aeS I S . .t d2 � f6 1 9 . f3 i.hS 20. b4 con un ex­ celente medio juego para las blan­ cas. Tambien es favorable la situa­ cion para las blancas tras este or­ den de jugadas: 10 . . . . �e7 1 1 . h3 c6 1 2 . b3 n es 1 3 . i.b2 i.b6 1 4 . n e l i.d7 I S . Wh2 � g 6 1 6 . � d 2 ! (limitan las posibilidades d e un contrajuego activo en el centro y llevan a cabo un profundo plan para ocupar los puntos importan­ tes en el flanco de dama) 1 6 . . . . i.. e6 1 7 . � a4 i.c7 I S . d 4 n bS 1 9 . Ii: cl bS 20. de � xe S 2 1 . i.. x e S de 22. �cS ! La superiori­ dad blanca es incontestable (Kar­ pov-Hubner, Montreal, 1 979). A causa de esto se considera mejor la operacion de cambio de caballos en el centro S . . . . � xd5 9 . cd � d4 (ya que no es logico ju­ gar 9 . . . . �e7 debido a 1 0 . d4!). Ahora no tiene sentido cambiar los caballos, 1 0. � x d4 i. xd4 1 1 . e3 i.b6 1 2 . i.d2 i.. d 7! 1 3 . Ii: cl as 1 4 . i.c3?! Ii: eS I S . �d2 �gS I 6. n c2 �hS . No se puede alu­ dir a una ventaja blanca (Larsen­ Kuzmin , Bled-Portoroz, 1 979). Tal vez deje mayores posibilida­ des 1 4. Wh1 seguido de e4 y f4. Tiene perspectivas 1 0 . i.d2 as ( e s p osible 1 0 . . . � x f3 ) 1 1 . � xd4 ed 1 2. e4! de 1 3 . fe. En el tablero hay una combinacion de piezas y peones tipica de todo el sistema. En la partida Yusupov-T. Petrosian, Vrbas, 1 9 S0) siguio 1 3 . .

. . . �gS 1 4 . d4 i.b6 ( 1 4 . . . . i.b4? I S . i.cl !) I S . Ii: f4 i.d7 1 6 . �b3 i.fS 1 7 . Ii: ad l i.g6 I S . �c4 �c7 1 9 . h4. La posicion blanca es me­ jor en gran medida porque van a dictar como ini la futura lucha, manteniendo un plan de juego ac­ tivo en el flanco de rey (1 9 . . . . h6 20. wh2 li aeS 2 1 . �e2 �dS 22. i.c3 f6 23. e4 i.h7 24. �hS). Al mismo tiempo, las negras solo de­ ben esperar; los proximos aconte­ cimientos. 8.

...

a6

Con la jugada S . e3 las blancas descubren su plan de juego, deci­ den llevar a cabo el avance d2-d4 de una vez. Las negras estan obli­ gadas a prepararse para ello. Otra posibilidad consiste en 8. . .. i.g4, que se proM en la I S : par­ tida del match por el campeonato del mundo Korchnoi-Karpov (Merano, 1 9 S 1 ), 9. h3 i. x f3 ? ! 1 0 . i. x f3 � xdS 1 1 . cd � e 7 1 2 . b3 �d7 1 3 . i.g2 c6 1 4 . dc � x c6 1 5 . i.b2 d S (a I S . . . . i.b6 e s p osible 1 6. f4!) 1 6 . i. xe5 � x eS 1 7 . d4 i.d6 I S . de i. xeS 1 9 . Ii: c 1 . Las blancas obtuvieron una sensible ventaja. Entonces los comentaristas re­ comendaron para las negras 9 . . . . i.hS . Sin embargo una prueba practica no cambio la valoracion general: 1 0 . g4 i. g6 1 1 . d4 i.b6 1 2 . de! � xe S 1 3 . � xe5 de 1 4 . � xb6 ab I S . i. xb7 Ii: abS 1 6 . � x d S Ii: fxdS 1 7 . i.g2 i. d 3 I S . Ii: e l i. x c4 1 9 . b 3 i.d3 20. i.b2 C v e t k o v i c-Farago, Belgrad o , 95

1 98 2). La posicion blanca de nue­ vo resulta preferible. Otro intento de restablecer la variante consiste en S. .. � eS. Pero despues de 9. dS .tb6 1 0 . b3 ttJ x d S ( a 1 0 . . . . e d sigue 1 1 . ttJ xb6 ab 1 2 . ttJ x d4) 1 1 . cd ttJb4 1 2 . de de 1 3 . e4 .tg4 1 4 . .tb2 'fif6 I S . a3 ttJa6 1 6 . b4 c6 1 7 . de be la ventaja blanca no despierta dudas (Miles-Smyslov, Tilburg, 1 9 8 4). .

12. ... 13 .t b2

.th5 :li eS

.

Las negras no pueden organi­ zar la variante 1 3 . . . . e4 debido a 1 4 . ttJ x f6+ gf I S . 'fixd8 � ax d 8 1 6 . ttJh4. 14. g4

i,g6

9. d4

jLa mas energica! Desde luego es menos logic a 9. d3 .t a7 1 0 . ttJ c3 ..ifS 1 1 . h 3 h 6 1 2 . e4 .t e 6 1 3 . .te3 .t x e3 1 4 . fe b S ! (Jansen­ Miles, Esberg, 1 9 84). La combinacion de ambos pla­ nes llevo a las blancas a una posi­ cion dudosa. Es peligroso tomar peon en bS, I S . cb ab 1 6. ttJ xbS 'fib8 1 7 . a4 ttJa7 ! Y tras I S . ttJdS ttJh7 16. � c1 ttJe7 1 7 . d4 ed 1 8 . e d b e 1 9 . ttJf4 :li b8 20. 'fid2 .td7 2 1 . lI fe l .tbS 22 . .t f! ttJgS ! las negras desarrollaron una gran ac­ tividad. 9. ...

..ia7

Es mala 9 . . . . ed 1 0 . ed .t a7 por 1 1 . .tgS. 10. de 1 1. b3 12. h3

de ..i g4

La inclusion obligada de las ju­ gadas 1 2. h3 .thS permite a las blancas debilitar la casilla fS en el campo enemigo y hace imposible la jugada eS-e4. 96

En esta posicion de la partida L . P olugaievsky-Y . B alashov (Moscu, 1 983), indiscutiblemente mejor para las blancas, estas con­ siguieron llevar a cabo un juego original con un plan muy intere­ sante, I S . gS ! ttJe4 1 6 . ttJ h4, sa­ crificar un peon 0 las negras no pueden tomar en gS con dama, y despues de 1 6 . . . . ttJ x gS l 7 . ttJ x g6 hg 1 8 . 'fig4 ttJh7 1 9 . :li ad l ttJ f6 20. ttJ xf6+ 'fixf6 2 1 . � d7 .tb6 22. l1 fdl las blancas tienen porel peon una fuerte iniciativa. Y no es posible la jugada 22 . . . . :Ii ad8? por 2 3 . .t x c6 be 24 . ..i xe S ! (b)

(1 . c4 eS 2. ttJc3 ttJ c6 3 . ttJ f3 ttJf6 4 . g 3 .ib4)

5 . .tg2 6. 0-0

(M)

zador: 6 . . . . lD x d5! 7. cd lD d4 8 . lD x d4 e d 9 . b 3 J. e 7 ! 1 0 . .tb2 c5 1 1 . 00 e d .t f6 1 5 . d 4 .t xd4 1 6 . .t xd4 cd 1 7 . 1!f x d4 1!fb6, tras el cual no tienen dificultades (Polugaievsky­ Kuzmin, Moscu, 1 973). 6.

Durante mucho tiempo, en esta posicion las blancas proba­ ron la jugada 6. lDd5, a la que se considera poco convincente 6 . . . . e4 7 . lD h4 .tc5 (no es mejor 7 . . . . li e8 por 8 . 00 ff' x d3 lD e 5 1 1 . 1!fc2 c 6 1 2 . lD x f6 ff' x f6 1 3 . b3 !, T. Petrosian-Lie­ bert, Siegen, 1 970, 0 9 . . . . lD xd5 1 0 . cd ed 1 1 . ff'xd3 lDe5 1 2 . 1!fc2 c5 1 3 . f4 lDg6 14. lDf3 d6 1 5 . e4!, Vaganian-Taimanov, Baku, 1 977, con sensible ventaja blanca en ambos casos) 8 . 00 10. 1!f xd3 lDe5 1 1 . 1!fc2 c6. Aho­ ra las blancas no deben jugar 1 2 . lDc3? debido a 1 2 . . . . lD x c4 1 3 . lD a4 .t fS 1 4 . 'il x c4 b 5 ! , y d e for­ ma inesperada la iniciativa pasa a manos de las negras (Smyslov­ Mecking. Petropolis, 1 973), sino 1 2 . .t e 3 ! cd 1 3 . .t x c5 d6 1 4 . .t d4 dc 1 5 . lHd l ! lDc6 1 6. ff' x c4, y las blancas obtienen un juego activo (Gheorghiu-Szmetan, Torremoli­ nos, 1 976). Sin embargo las negras tienen en la reserva un camino esperan-

...

e4

Otras continuaciones son algo peores. Despues de 6 . ... .t x c3 7 . bc (tras' 7 . dc d6 8. lDel .te6 9 . b3 ff'd7 1 0 . e4 .th3 1 1 . ff'e2 a6 1 2 . lDc2 ,t x g2 1 3 . � xg2 h 6 1 4. f3 lDe7 las negras no tienen que te­ mer nada, Olafsson-Benko, Lone Pine, 1 9 77) 7 . . . . d6 8. d3 h6 (no es mejor 8 . . . . �h8 9. li b l lDg8 10. lD e l lD ge7 1 1 . lDc2 f5 12. f4, Portisch-Kuijpers, Wijk aan Zee, 1 975, 0 8. '" .td7 9 . lDd2 ff'e7 10. lDb3 ,te6 1 1 . li bl l1 ab8 1 2 . e4! lD d7 1 3 . 1!fe2 seguido de d4-d 5 , Uhlmann-Zinn, Leipzig, 1 9 7 3 , 0 8 . . . . e4 9 . lDd4 ed 1 0 . lD x c6 d e 1 1 . 1!f x e2 b c 1 2 . .t x c6 l1 b8 1 3 . .te3 .tb7 1 4 . .t x b7 l1 xb7 1 5 . c5 dc 1 6 . .t x c5 li e8 1 7 . II ad l , M ecking-Korchnoi, Augusta, 1 974, con ventaja blan­ ca en todos los casos) 9. e4 a6 (a 9 . . . . .td7 las blancas llevan a cabo el avance del peon «f»: 1 0 . lDd2 � h 8 1 1 . lDb3 b 6 1 2 . f4 lDg8 1 3 . f5 y mantienen la ventaja, Suetin-Zilberstein, Kislovodsk, 1 972. Aun es peor 9 . . . . lDe7 1 0 . lDh4 g 5 1 1 . lDf3 lDg6 1 2 . lD x g5 hg 1 3 . .t xg5 �h7 1 4 . f4 con un fuerte ataque blanco, Jansa-Bis­ guier, Skopje, 1 972) 1 0 . a4 b6 1 1 . lDh4 J. g4 1 2. 1!fel lDa5 1 3 . lI a3 97

lDd7 1 4 . h3 .te6 1 5 . f4 f6 1 6. 'ildl y las posibilidades blancas en el flanco de rey son tan reales que la ventaja esta de su lado ( P fl e g e r- V as i u k o v , M an i l a , 1 974). Tras 6 . ... 11 e8 las blancas pue­ den elegir entre 7. d3 .t x c3 8 . be e4 9. lDd4 h6 10. 'ilc2 'ile7 1 1 . lDf5 'ile5 1 2 . lDe5 d6 1 3 . lD d5 ! e d 1 4 . e d lD xd5 1 5 . cd lDb4 1 6. cb 'il x al 1 7 . .tb2 que lleva a una pequeiJ.a ventaja (Miles-Plaskett, Inglaterra, 1 9 8 3), y la mas impor­ tante 7. lDd5! lD xd5 (es dudosa 7 . . . . e4 8. lDel d6 9. d3 .t xe l 1 0 . 11 x e l e d 1 1 . .t g5 ! , que s e en­ cuentra en la partida Smyslov­ Mestel, Hastings, 1 972/7 3 . 0 7. . . . i.c5 8 . d3 lD xd5 9. cd lD d4 1 0. lD d2 ! d6 1 1 . e3 lDf5 1 2 . lD c4 lD e 7 1 3 . .t d 2 c 6 14. b 4 .t b 6 1 5 . d e be 1 6 . b5, y las blancas mantienen la iniciativa, Gheorghiu-Benko, Las Palmas, 1 972. Tambien es insufi­ ciente 7 . . . . .tf8 8. d3 h6 9 . .t d2 d6 1 0 . .t c3 lD xd5 1 1 . cd lDe7 1 2 . e 4 c 6 1 3 . de b e 14. d4, y d e nue­ vo la ventaja esta de parte de las blancas, Stean-Barcza, Zagreb, 1 9 72) 8. cd lDd4 9. lD e l ! (esto es mas fuerte que 9. lD x d4 ed 1 0 . b3 b6 1 1 . .tb2 .tc5 12. e3 .t a6 1 3 . 1I e 1 'ilf6 1 4 . 'ilc2 de 1 5 . d e 'ilg6! con juego igualado, Uhlmann­ Portisch, Skopje, 1 972). 9 . . . c6 (si 9 . . . . d6, entonces despues de 1 0. e3 lDf5 1 1 . lDc2 .t c5 1 2 . b4 .tb6 1 3 . .tb2 .td7 1 4. a4 a6 1 5 . d 4 l a ventaja blanca salta a la vis­ ta, Smyslov-Lein, Moscu, 1 973) 10. e3 lDb5 1 1 . d3 lD c7 12. lD c2 .tf8 1 3 . de de 14. 'ile2 .te6 1 5 . 98

lI dl 'ild7 1 6 . b 3 (la modesta 1 6 . lI d2 .th3, que se dio e n la parti­ da T. Petrosian. G. Kuzmin, Moscu, 1 974, dio a las negras Ul). juego excelente) 1 6 . . . . .tg4 1 7. .t f3 .t x f3 1 8 . 'il x f3 , y despues de 19 . .tb2 tienen una ventaj a pe­ queiJ.a pero suficiente. Los diversos ejemplos exami­ nados demuestran que la combi­ nacion de las jugadas .t xc3 y 11 e 8 no es favorable a las negras. El gran maestro Miles probo reiteradamente en la practica la jugada 6 . ... d6 y obtuvo resulta­ dos satisfactorios. A 7 . d3 el res­ pondio 7 . . . . .t xc3 8 . be e4 9 . lD g 5 ed 1 0 . ed .tg4! 1 1 . f3 .t d7 1 2 . f4 lI b8 1 3 . lDe4 lD xe4 1 4 . .t xe4 'ilf6 1 5 . f5 lI fe8 1 6 . lI b l lDa5, obteniendo u n juego exce­ lente (Bartels-Miles, Londres , 1 9 84). Se desarrollo una compli­ cada lucha de maniobras despues de 7. 'ilc2!? .tg4 8. d3 'ild7 9 . .tg5 lD h 5 1 0 . lD d 5 .t c 5 1 1 . 'ila4 h6 1 2 . .t d2 a5 1 3 . e3 lI fd8 1 4 . .tc3 .tb4! 1 5 . lI fcl .t xc3 1 6. 11 xc3 lDe7 (Karlsson-Miles, Esb­ jerg, 1 9 8 4). Las negras consiguie­ ron situar bien sus piezas. Las blancas jugaron dos veces 7. lD d5 (en respuesta a 6 . . . . d6) despues de 7. . . . .tc5 el brusco procedimiento 8. d4? lD x d4 9 . .t g 5 c 6 1 0 . lD x f6+ gf 1 1 . .th6 lD xf3 + 1 2. ef lI e8 1 3 . f4 'ild7 ! 1 4. 'ild2 'ilg4! las dejo sencilla­ mente sin peon (Adorj an-Miles, Linares, 1 9 8 5). Y la principal 8 . d 3 lD x d 5 9 . lD d4 lD x d4 1 0 . lD xd4 ed! 1 1 . .td2 a 5 1 2 . e 4 de 1 3 . .t x e3 .tb6 14. lI cl lI e8 1 5 .

.t xb6 cb 1 6 . Wa4 .if5 1 7 . 1Wd4 11 c8 permitio a las negras termi­ nar bien el desarrollo (Andersson­ Miles, Londres, 1 984). Parece que Miles de momento ha resuel­ to bien los problemas de apertu­ ra. Despues de 6 . . . . e4 las blan­ cas tienen dos continuaciones principales: 7. lbg5 (b 1 ) y 7. lDe1 (b2). (bl)

( 1 . c4 e5 2. lbc3 lb c6 3. lb f3 lb f6 4. g 3 .tb4 5 . .tg2 0-0 6 . 0-0 e4) 7. lbg5

El juego contra el peon e4 obli­ ga a las negras a desprenderse de su aIfil desarrollado. Sin embargo esto esta incluido en el programa. Ademas el cab allo g5 puede cau­ sar a las blancas quebraderos de cabeza. 7. 8. be ..•

les, se puede decir que esta ven­ taja teniendo en cuenta esta serie de factores no tiene un significa­ do especial. y tras 9. 1Wc2 We7 1 0 . lDh3 h6 1 1 . lD f4 1We5 1 2 . lI dl lbe7 1 3 . .te3 c5 ! 1 4 . 1Wd2 b 6 1 5 . b4 .t a6 (Karl s s o n - S ax , H as ti n g s , 1 9 8 3 /84) las negras tienen un buen juego de piezas. Un intento de mejora se llevo a cabo en la partida Adorjan-Garcia Palermo (Reggio Emilia, 1 984); 1 2 . .te3!? g5 13 . .td4 lD x d4 1 4 . cd 1Wf5 1 5 . lbd5 lb x d5 1 6. cd 1Wxd5 1 7 . 1Wc7. Por desgracia e n esta com­ plicada posicion se acordaron las tablas y la idea de las blancas no paso la prueba completa. 8. . .

.

9. f3

lI eS

.t xc3

La practica ha demostrado que las negras no tienen problemas despues de 8. dc lI e8 9. f3 d6 1 0 . b 3 .td7 1 1 . lbh3 ef 1 2 . ef lDe7 1 3 . .tg5 lbf5 14. 1Wd3 h6 15 . .t d 2 lb e 7 1 6 . lI fe l .t f 5 ( S myslov-Portisch, Petropolis, 1 973). Las blancas tienen la pare­ ja de alfiles, pero es taI la estruc­ tura de peones, que uno de los dos no puede resultar bueno, ya que el avance de los peones ne­ gros limitara las posibilidades de uno 0 del otro. Aun teniendo la pareja de aIfi-

Esta no es la unica posibilidad para socavar el peon e4. Se en­ cuentra tambien 9. d3 ed 1 0. ed h6 (despues de 10 . . . . d6 1 1 . lI b l h6 las blancas pueden jugar 1 2 . lbh3 lb e 5 1 3 . f4 lbeg4 14. lb f2 c 6 1 5 . h 3 lb e 3 1 6 . .t xe3 11 xe3 1 7 . \t,>h2 d5 ! 1 8 . 'fWd2 lI e7 1 9 . cd 99

cd, pero tras esto no tienen nada especial, Bagirov-Vaganian, Tbili­ si, 1 97 3 . Parece interesante 1 2 . QJc4 ! ? QJ x e4 1 3 . .t x e4 QJ e S 1 4 . f4! QJ xc4 I S . fS dS 1 6 . .t g2 QJ e 3 1 7 . .t xe3 li xe3 1 8 . f6 con posi­ bilidades de ataque, Mecking­ Tahl, Petropolis, 1 97 3 ) 1 1 . QJe4 b6 (tras 1 1 . . . . d6 1 2. f4 QJ x e4 1 3 . ,t xe4 fS 1 4 . .idS �h8 I S . 1!t'hS la ventaja esti del lado blanco, Panno-Portisch, Palma de Mallor­ ca, 1 970) 1 2 . .tf4 .tb7 1 3 . 1!t'd2 (es insuficiente 1 3 . li e l QJ aS 14. f3 dS IS. QJ x f6+ 1!t' x f6 16. 1!t'd2 cS, y las negras tienen un juego activo, Taimanov-Bronstein, Ta­ llin, 1 975, y despues de 1 4 . cS es necesario continuar no 14 . . . . bc? I S . 1!t'a4 ! i. xe4 1 6 . de QJ c6 1 7 . eS ! y l a fuerza de los alfiles blan­ cos es evidente, Romanishin-Tai­ manov, Leningrado, 1 977, sino 14 . . . . .tc6 ! I S . cb ab 1 6 . f3 d6 1 7 . 1!t'd2 QJdS 18 . .th3 QJ xf4 1 9 . � x f4 QJb7, y las negras tienen una posicion agradable) 1 3 . . . . QJ x e4 1 4 . .i xe4 QJ aS I S . i. xb7 QJ xb7 1 6. li fe l Ii xe l + 1 7 . l::l. x e 1 QJcS .

Despues del traslado del caba­ llo a e6 las negras no tienen nada que temer. Ahora volvamos al diagrama precedente. Se pueden incluir las jugadas 9. 1Wc2 1!t'e7 (tras 9 . . . . dS 1 0 . cd 1!t'xdS 1 1 . d3 i.fS 1 2 . 1!t'b2 b6 1 3 . .if4 h6 1 4 . QJ x e4 QJ xe4 I S . de .t x e4 1 6 . l::l. fdl 1!t'c4 1 7 . f3 i.g6 1 8 . e 4 fS 1 9 . .tf1 1!t'cS 20. 1!t'f2! las blancas tienen dos alfiles muy peligrosos, Liavdansky-Ka­ pengut, Leningrado, 1 977) y solo ahora jugar 1 0 . d3 ed 1 1 . ed. En este caso las negras de nuevo fian­ chettan su alfil de casillas blancas, 1 1 . . . . b6 1 2 . .td2 (a 1 2 . QJe4 10 mejor es jugar 1 2 . . . . QJ xe4 1 3 . ,t xe4 .tb7 1 4 . l::l. e l 1!t' fS ! segui­ do de I S . . . . QJaS, resolviendo to­ dos los problemas de apertura) 1 2 . . . . .tb7 1 3 . li ae l 1!t'fS 1 4 . .tf4 li x e 1 I S . li x e l h 6 1 6 . QJ f3 QJ aS 1 7 . i.eS 1!t' d 8 1 8 . 1!t'd2 QJh7 y se iguala totalmente el juego (Jolmov-Kapengut, 1 978). Asi, esti claro: el intento de so­ cavar el centro con el peon «d» no Ie ofrece al blanco perspecti­ vas de ventaja. 9. ...

ef

Una nueva idea, 9 . . . . e3 !? 1 0. d3 dS 1 1 . 1!t'b3 QJ aS 1 2 . 1!t'a3 c6 se encuentra en el match por el campeonato del mundo Kaspa­ rov-Karpov (Sevilla, 1 9 8 7). 10. QJ xf3

d5

Es imprescindible la actividad central, ya que tras un juego tran­ quilo las negras poco a poco caen en una posicion restringida: 1 0 . 1 00

. . . "fJIe7 1 1 . e3 d6 1 2 . d3 i.g4 1 3 . h 3 .t d7 1 4 . e 4 h6 I S . g b l g ab8 16. lLlh4. Las negras entregaron 1a posi­ cion en e1 centro y en e1 flanco ( S m y s10v-P e e v , C i e n fu e g o s , 1 9 73). 1 1. cd

"fJIx cJ5

La idea de tomar con dama en dS pertenece a V. Smys10v. Pero antes el defendio algunas veces la natural captura con e1 caballo, 1 1 . . . . lLl x dS? Y si tras 1 2 . c4 lLlb6 1 3 . d3 i.g4 14. 11bl "fJIe7 las ne­ gras tienen todo en orden (Sliwa­ Smyslov, Po1anica Zdroj , 1 966), despues de 1 2 . e4! lLlb6 (resulta insuficiente 12 . . . . ttJf6 por 1 3 . e S ! lLl x e S 1 4 . lLl x eS 11 x e S I S . d4 II e8 1 6 . .tgS ! y las blancas tie­ nen una excelente compensacion por el peon, y 12 . . . . 11 x e4? pier­ de debido a 1 3 . lLlgS 11 e7 1 4 . "fJIhS !) 1 3 . d 4 i.g4 1 4 . h 3 J. h S I S . e S l a posicion de las negras e s ver­ daderamente dificil (Uhlmann­ Smyslov, Hastings, 1 972/73). 12. lLld4

La mejor jugada. 1 2 . d4?! "fJIhS 1 3 . ll b l no es satisfactoria, ya que despues de 1 3 . . . . "fJIaS 1 4 . e4 ttJ x e4 I S . lLleS 11 x e S ! 1 6 . de WcS 1 7 . 'it> h l ttJf2 1 8 . ll xf2 W x f2 1 9 . j, x c6 j,g4! las blancas experi­ mentan grandes dificultades (Ta­ sic-Ciocaltea, Niza, 1 974). Es totalmente posible el cami­ no estrategico 1 3 . . . . lLl e4 1 4 . W d 3 lLl d6 ! I S . "fJI d l .tfS 1 6 . lI b2 .ie4!, y todo el centro esta en ma-

nos negras (Ribli-Vasiukov, Ca­ magiiey, 1 9 74). 12. ...

"fJIh5!

Esta es la base de la idea de las negras: de forma inesperada caen sobre el rey enemigo, sin miedo a estropear su estructura de peones del flanco de dama. 13. lLl x e6 14. e3

be

Con solo qui tar las damas del tablero, las blancas tendrian una posicion estrategicamente gana­ da. �Pero como conseguirlo? 14. ... 1 5 . "fJIa4

.t g4

Se ha probado I S . 1.f3, sin em­ bargo despues de I S . . . . "fJIg6 ! 1 6. .t x g4 lLl x g4 1 7 . We2 11 ad8 1 8 . i.a3 hS ! las negras obtuvieron un juego excelente, (Uhlmann-Maka­ richey, Amsterdam, 1 975). 15.

•..

lle6

A IS . . . . .te2 se puede jugar 1 6. It x f6 ! .tbS 1 7 . Wh4 ! W x h4 1 8 . gh gf 1 9 . a4 seguido de 20 . .t xc6 . La verdad es que a pesar del peon de menos la presencia de alfiles de distinto color presagia las tablas. A la vez hay que advertir que tras 1 6 . . . . gf 1 7 . 1t x c6? .tbS 1 8 . "fJIf6 l!f d l + 1 9 . .tfl W x fl + 20. Wxfl .t xfl 2 1 . 'it> x fl 1l ab8 las negras mantienen sin problemas la calidad de ventaja (Pliester-Fa­ rago, Lugano, 1 9 8 3). Las blancas solo tienen posibilidades de salva101

cion en 1a variante 1 7 . ..t x c6 ! ..tf3 1 8 . ..t x a8 li xa8.

La posicion del diagrama es muy interesante . En 1a partida Si­ gurj onsson-Smys10v (Reykjavik, 1 9 74) se dio 16. li b l ..te2 1 7 . li e 1 lDg4 1 8 . h3 111 fS ! , y las b1an­ cas no encontraron otra cosa mas que 1 9 . li xe2 1II x b1 20. 1II xg4 1II x c 1 + 2 1 . �h2 entregando 1a ca­ lidad y no recibiendo por ella nin­ guna compensacion. Mas tarde se paso a 16 . ..t a3, para a 16 . . . . li d8 jugar 1 7 . 1II x a7 li xd2 1 8 . li xf6! obteniendo ven­ taj a. Despues de 1 6 . . . . ..te2 1 7 . li f4 g S 1 8 . :IUS ..td3 1 9 . li xf6! li xf6 20. 1II d4 1a posicion es im­ predecib1e (Stefanov-Kertev, Ru­ mania, 1 977). Las b1ancas tienen una solida compensacion por 1a ca1idad sacrificada. Junto a la pa­ reja de alfi1es y una mejor estruc­ tura de peones mantienen 1a po­ sibilidad de atacar a1 rey enemigo mediante c4 y ..tb2. Es cierto que las negras pue­ den jugar de una forma mas inte­ resante: 1 7 . . . . lDg4!? 1 8 . h3 lDeS 19. IH2 li g6. Ahora a 20. g4?! si102

gue 20 . . . . ..t x g4 2 1 . hg lD x g4 con una peligrosa iniciativa. Y tras 20. 1II f4 li f6 2 1 . 111 h4 li xf2 22. � xf2 lDd3 + 23 . � g l 1II fS 14. 1II e 4 111 f2 + su ataque continua (Luce-Farago, Bagneux, 1 98 3 ) . Pero s i a las negras n o 1es con­ viene to do esto, puede hacer ta­ bIas jugando I S . . . . ..te2, como ya dije en comentarios anteriores . Por eso se puede considerar como ejemp1armente igua1ado to do e1 sistema que empieza con 7. lD gS . Tal vez por esto e n los ultimos afios se encuentre con mayor fre­ cuencia 7. lD e 1 . (b2)

(1 . c4 eS 2. lDc3 lDc6 3 . lD f3 lDf6 4 . g 3 ..tb4 S . ..tg2 0-0 6. 0-0 e4) 7. lDel

E1 caballo se tras1ada a e3 por 1a ruta f3-e l -c2, y alli podra con­ tro1ar 1a import ante casilla dS . Ademas, como ya vimos, e1 ata­ que directo al punto e4 no tuvo hito.

7. ...

.1 x e3

Este camino pnicticamente es imprescindible, ya que 7 . . . . 11 e8 no resuelve el problema de la de­ fensa debido a 8. lLldS ! .1rs 9. d3 lLl xdS 1 0 . cd ed 1 1 . lLl xd3 lLlb4 1 2 . lLl f4 as 1 3 . .1d2 con ventaja blanca (Uhlmann-Meduna, Halle, 1 976). Y despues de 9 . . . . ed 1 0 . lLl xd3 h 6 1 1 . b 3 l a ventaja posi­ cional blanca es evidente. En la partida Portisch-Hiib­ ner (Tilburg, 1 98 3 ) a 8 . lLl d S las negras jugaron de otra manera: 8 . . . . h 6 9 . d 3 .1 x e l 1 0 . 11 x e l lLl e S 1 1 . d e lLl x c4 1 2 . lLl x f6+ 'ir x f6 1 3 . fi'c2 'irc6 1 4 . .1f4, pero n o pu­ dieron resolver los problemas de la apertura. 8. de

La captura con el peon «d» es logica, aunque despues de 8 . bc 11 e8 9. lLl c2 las negras deben ju­ gar con mucha exactitud. Asi, tras 9 . . . . ll)eS 1 0 . cd !fxdS 1 1 . lLle3 !fhS 1 2. f3 ef 13. ef lLldS 1 4 . f4 !f x d l I S . lLl xd l tbb6 1 6 . lLl e 3 lLl aS 1 7. d3 las blancas tienen un buen juego de piezas (Geller­ Dorfman, Erevan, 1 9 7 1 ). Tampoco es suficiente 9 . . . . lLl e S 1 0 . c S b 6 1 1 . cb cb 1 2 . d3 ed 1 3 . ed dS 14. J.gS .1 g4 I S . f3 J. fS 1 6. lLlb4, y las posibilidades de las blancas de nuevo son pre­ feribles, (Grigorian-Mark Zeitlin, Leningrado, 1 9 7 1 ) . La mas precisa es 9 . . . . d 6 1 0 . ll)e3 lLleS 1 1 . d 3 e d 1 2 . ed c6 1 3 . lI bl !faS 14. fi'c2 fi'ed7 I S . lI e l !fb6 1 6 . .1d2 J.e6 con jue-

go igualado Tahl-Jolmov, Tbilisi, 1 969). 8. ...

h6

Las negras no pueden permitir el cambio del alfil por el caballo f6, ya que despues de 8 . . . . lI e8 9 . .igS h6 (no cambia la valora­ cion de la variante 9 . . . . d6 1 0 . lLlc2 11 e S 1 1 . fi'd2 .1 e 6 1 2 . b 3 h6 1 3 . J. x f6 fi' x f6 14. f4, c1aramen­ te favorable a las blancas, Aver­ baj-Bronstein, Moscu, 1 976) 1 0 . J. xf6 fi' x f6 1 1 . lLlc2 d 6 (y tras 1 1 . . . . b6 1 2 . lLl e 3 fi'eS 1 3 . lI cl ! a6 1 4 . 'irdS bS I S . lI fd l las blancas estan mejor, Aberbaj-Suetin, Mos­ cu, 1 978) 1 2 . lLle3 lI eS (a 1 2 . . . . J.fS e s muy fuerte 1 3 . f4! lLl e 7 1 4 . g4 ! ? Tarjan-Smyslov, Hastings, 1 976/77) 1 3 . 'irb3 ! (es buena 1 3 . fi'd2 'irgS 1 4 . lI fe l lI e8 I S . lI ad l .ifS 1 6 . f4 ef 1 7 . e f J.e6 18. f4) 13 . . . . lI b8 14. lI ad l b6 IS. !fc2 .i fS 16. lI dS y la inicia­ tiva pertenece a las blancas (Uhl­ mann-Reshevsky, Skopje, 1 976). En la p artida Psajis-Dvoiris (Jarkov, 1 9 8 5) las blancas tam­ bien obtuvieron buen juego sin c1avar el caballo negro: 9. lLl c2 lLleS 1 0 . lLl e 3 d6 1 1 . f4 ef 1 2 . ef J.e6 1 3 . b3 'irc8 14. g4 (con las amenazas h3 y f4) 14 . . . . lLlg6 I S . fi'd4 fi'd7 1 6 . lLldS J. xdS 1 7 . cd fi'bS 1 8 . c4 fi'b6 1 9 . fi'xb6 ab 20. �f2 ll)d7 2 1 . lI dl . Las blancas tienen perspectivas de explotar en el futuro la ventaja de la pare­ ja de alfiles . 9. lLl e2

lI eS 103

M uy a menudo se da el orden de jugadas que empieza con 9 . . . . b 6 1 0 . ttJ e 3 i.b7. En este caso a 1 1 . f4 ef 1 2 . ef las negras tienen a su disposicion una buena res­ puesta, 12 . . . . ttJe7 1 3 . 't!Vc2 II e 8 , manteniendo e l control sobre la importante casilla dS (Adorjan­ Gipslis, Riga, 1 98 1 ). Pero tras 1 1 . ttJ dS ttJeS 1 2 . i.f4 d6 1 3 . 't!Vd4 lI e8 (1 3 . . . . cS !?) 1 4 . lI ad l ttJ ed7 I S . II fe l ttJ xdS 1 6 . c d ttJf6 1 7 . c4 as 1 8 . i.d2 las blancas es­ tan bast ante mejor, ya que domi­ nan la gran diagonal al -h8 (Uhl­ mann-Gipslis, Hradec Kralove, 1 9 79/80). El retraso de las blancas en la 1 2 : jugada ( 1 2 . b3 en lugar de 1 2 . i.f4) s e nota mas tarde. Despues de 1 2 . . . . lI e8 1 3 . f4 ef 1 4 . ef II b8 ! I S . lI e l ttJ x dS 1 6 . cd 't!Vf6 ! las negras tienen una seria activi­ dad (Uhlmann-Makarichev, Sara­ jevo, 1 9 82). 10. ttJ e3

104

1 1 . ...

b6

d6

Aquf es perfectamente posible 10 . . . . b6. Tras esto, a las blancas no les favorece esta variante: 1 1 . f4?! ef 1 2 . ef i.b7 1 3 . ttJdS ttJ x dS 1 4 . cd ttJe7 I S . c4 ttJfS 1 6 . 1Wd3 't!Vf6 1 7 . i.f4 ttJ d4 1 8 . lI ae l cS ! , y las ne­ gras ya tienen ventaja (Ungurea­ nu-Ogaard, Bucarest, 1 976). Es mejor I I . 't!Vc2 .tb7 1 2 . f4 ef 1 3 . ef ttJ e 7 1 4 . b3 d6 I S . i.b2 't!Vd7 1 6 . lI ad l ll ad8 1 7 . 't!Vf2 ttJ fS con juego igualado (Hiibner-Smyslov, Velden, 1 9 83). 1 1 . 1W c2

Es arriesgado para las blancas este plan: 1 1 . f4? ttJe7 1 2. h3 ttJ fS 1 3 . g4? ttJ x e3 1 4 . i. xe3 hS ! (Hol­ mov-Vaganian, Moscu, 1 975), y despues de 1 1. b3 as 1 2 . a4 b6 1 3 . lI a2 .tb7 1 4 . [4 ef I S . ef ttJb8 16. ll e2 ttJbd7 las posibilidades de ambos bandos son iguales (Svedchikov-Timoshenko, 1 9 77). Merece atencion 11. ltJ d5, ya que tras 1 1 . . . . ttJb8 1 2 . 1Wd4 ttJbd7 1 3 . b3 as 1 4 . II dl la posi­ cion blanca es agradable (Biyia­ sas-Gaprindashvili, Lone Pine, 1 977). Pero despues de 1 1 . . . . i.fS las negras consiguen la igual­ dad.

Tras 1 1 . ... as las blancas puc­ den realizar con exito el plan con f2-f4, pero es importante no de­ jar pasar la ocasion de hacer esta jugada. As}, Uhlmann en su par­ tida con Pepov (Berlin, 1 979) jugo previamente 1 2 . i. d2 1We7, y empezo con retraso 1 3 . f4 ef 14. ef 't!VeS ! IS. lI ae l 1WcS ! 16. �hl .td7 17. b3 ll e7, y no consiguio nada real. Mas tarde en el encuen-

tro con Plachetka (Trencianske Teplice, 1 979) mejoro el juego de las blancas, 1 2 . f4! ef 1 3 . ef f!! e 7 1 4 . f5 ! .t d 7 1 5 . .td2 f!! d 8 1 6 . h3 'i'b8 1 7 . lLld5 ! lLl x d5 1 8 . cd f!! a7 1 9 . h2 lLl e 7 20. :!:i: ae l .t f5 2 1 . l/!¥a4 f8 22. g4! y obtuvo una sensible ventaja. Tambien se encuentra con fre­ cuencia 1 1 . ... :!:i: e5. Uhlmann, ju­ gando con Jansa (Amsterdam, 1 9 7 5), continuo 12 . .td2 .td7 1 3 . f4 e f 1 4 . ef :!:i: e8 1 5 . :!:i: ae l ltJ e 7 1 6 . b4 f!! c 8 1 7 . :!:i: f2 a 5 1 8 . :!:i: fe2 f8 1 9 . .tel b6 20 . a3 :!:i: b8 2 1 . f!! d 3 .tc6 22. lLld5 ! y consiguio una clara superioridad. Tambien tiene perspectivas para las blan­ cas 1 2 . :!:i: d l i.e6 1 3 . f4 ef 1 4 . ef :!:i: h5 1 5 . f!! f2 .td7 16. f4! EI plan es identico, y de nuevo tienen v e n t aj a (Hardicsay-Peev, 010moue, 1 9 76). Tras 11 . . . . f!! e7 parece buena 1 2 . lLl d 5 lLl x d5 1 3 . cd lLlb8 1 4 . c4 .tf5 1 5 . f!! c 3 lLld7 1 6 . b3, y las blancas se apoderaron de la gran diagonal (Biyiasas-Ostojic, Cleve­ land, 1 975). Si las negras juegan 11 . .. . lLl e5, entonces las blancas de nuevo re­ curren a la estandar 1 2 . f4 lLl e g4 1 3 . lLl x g4 .t xg4 1 4 . h3 0 1 2 . h3 .te6 1 3 . b3 a5 1 4 . a4 lLl ed7 1 5 . f4! e f 1 6 . e f (Ftacnik-Vera, Gro­ ninga, 1 976/77) con ventaja posi­ cional en ambos casos. 12. :!:i: dI

Las blancas preparan la j ugada lLle3-d5 . Se encuentran otras continua­ ciones. Por ejemplo, tras 12. b3

a5 1 3 . .tb2 .td7 1 4 . Jr ad l a4 !? 15 . .tel ab 1 6 . ab Jr a5 1 7. ttJd5 .tf5 18 . .t e 3 lLle5 19. lLl xf6+ f!! x f6 20 . .t x e4 lLlg4! las negras mantienen la igualdad (Savon-Va­ ganian, Leningrado, 1 974). Tambien resolvieron con exito las negras los problemas de aper­ tura en la partida T. Petrosian­ Rogoff (Biel, 1 9 7 6): 12 . .td2 � e 5 1 3 . Jr ad l lLl eg4 1 4 . h3 ttj x e3 15 . .t xe3 f!! e 7 16 . .t d4 .tf5 1 7 . f!! e l f!! e 6 ! 1 8 . g4 .t g6 1 9 . b3 c5 ! 12. ... 13. b3 14. a4

as Jr bS lLle5

Las negras han consolidado su posicion en el flanco de dama y se han preparado contra la juga­ da 1 5 . lLl d 5 , a la que sigue 1 5 . . . . lLl x d5 1 6 . cd f5 1 7 . c4 .td7 1 8 . .t b 2 f!! g 5 (Korchnoi-Hiibner, Augusta, 1 974). Desde luego las blancas estan mejor, y tienen un excelente alfi1 en b2. Pero esto es 10 unico de 10 que pueden vana1 05

gloriarse. Las negras han tornado suficientes medidas defensivas. Despues de 1 9 . 'ti'c3 iil g4 20. lI e l I! e7 2 1 . f4 'ti'g6 22. e3 h5 se pueden considerar igualadas las posibilidades de ambos ban­ dos.

106

Terminando e l resumen d e l ter­ cer capitulo, llegamos a la conclu­ sion de que en el sistema de los cuatro caballos las negras mantie­ nen la igualdad, a pesar del gran numero de sistemas de ataque de las blancas.

4. SISTEMA CERUDO 1. 2. 3. 4.

c4 ttJ c3 g3 .ig2

e5 ttJc6 g6

Desde luego, ya desde las pri­ meras jugadas es posible apartar­ se del camino principal. Por ejem­ plo: 4. � b l ttJh6 5. h4 .ig7 6. d3 0-0 7 . h5 g5 8 . e4 d6 9. ttJ f3 ttJ d4 1 0 . .ie2 ttJ xe2 1 1 . ttJ xe2 f6 con un juego interesante y complejo (Psajis-Taimanov, Moscu, 1 9 8 1 ). Este ejempl0 demuestra que en este sistema de apertura ambos bandos pueden variar con flexibi­ lidad los diversos planes estrategi­ cos. 4



•..

i.g7

tas de cualquier estilo de juego tienen abierto un vasto campo para su creatividad. En realidad en el tablero tene­ mos una posicion de la variante cerrada de la Defensa Siciliana con un tiempo de mas para las blancas y colores cambiados. Las blancas basan su juego en esque­ mas que empiezan con 5. � bl (I), 5. e3 (II), 5. e4 (III) 0 5. d3 en combinacion con la posterior 6. ttJf3 (IV). (I)

(1 . c4 e 5 2. ttJ c3 ttJc6 3 . g3 g6

4. i. g2 .ig7)

5. � bl

Las blancas quieren avanzar a toda costa el peon «b» y entablar el juego en el flanco de dama. Ademas esta jugada flexible Ie permite a las blancas cambiar de plan segun las circunstancias y elegir entre el avance de los peo­ nes «e», «d», 0 la jugada ttJ f3 . Ahora las negras tienen que de­ cidirse entre permitir el avance del peon «b» 5 ttJf6 (A) 0 im­ pedirlo, 5 a5 (B). .

.

Aqui a menudo se combina el juego en el centro con el ataque de flanco, las maniobras posicio­ nales con el ataque al rey enemi­ go. En una palabra, los ajedrecis-

...

•..

(A)

(1 . c4 e5 2. ttJ c3 ttJc6 3 . g3 g6 4 . .i g2 .ig7 5. � b l ) 1 07

5 . ...

lDf6

Entre las continuaciones secun­ darias la mas practica es 5 . . f5!? Ahora tras un juego timido por parte de las blancas, 6. d3 d6 7. e3 lD f6 8. lDge2 0-0 9 . 0-0 lI b8 1 0 . b4 a6 1 1 . a4 i.e6 1 2 . bS ab 1 3 . ab lDe7 1 4 . I;I al dS I S . i. a3 l:l e8 1 6 . d4 e4 las negras dispo­ nen bien sus piezas (Hansen­ Nunn, Plovdiv, 1 9 8 3). 0 9 . b4 a6 1 0 . 0-0 gS!? 1 1 . bS ab 1 2 . cb lDe7 1 3 . f4 h6 con posibilidades mu­ tuas (Sibarevic-Browne, B anja Luka, 1 979). Un procedimiento de juego mas activo consiste en 7. b4 a6 8 . e3 (despues de 8 . a4 lDf6 9 . b S ab 1 0 . ab lDe7 1 1 . 1!fb3 h6 1 2 . f4! 0-0 1 3 . lDf3 e4! 14. de fe I S . lD d2 lDfS 1 6 . lDde4 lDd4 1as negras tie­ nen una posici6n activa, y 1 4 . lD x d4 ed I S . ed lD e4! 1 6 . lD de2 lD x c3 1 7 . lD xc3 c6 iguala el jue­ go plenamente, Suttles-Browne, Yakarta, 1 982) 8 . . . . lDf6 9 . lD ge2 0-0 1 0 . a4, y ahora 10 . . . . as?! per­ miti6 a las blancas desplegar sus fuerzas con toda comodidad: 1 1 . bS lDe7 1 2 . .ta3 ! :!I f7 1 3 . 1!fd2 ..

1 08

c6 1 4 . d4 e4 I S . h4 i.e6!? 1 6. dS ! cd 1 7 . lD f4 (Suba-Korchnoi, Lu­ cerna, 1 985). Las blancas tienen un excelente juego de piezas. Aun otros dos ejemplos en par­ tidas en las que las negras no to­ can su peon «a» , y en respuesta a 7. b4 juegan 7 . . . . lD f6. Despues de 8. bS lD d4 9. e3 lDe6 1 0 . lD ge2 0-0 1 1 . 0- 0 a6 1 2 . a4 ab 1 3 . ab lD cS 1 4 . d4 lD ce4 I S . lD x e 4 lD x e4 1 6 . .t b 2 las blancas ocupa­ ron la mayor parte del tablero (Taimanov-Klovan, 1 976). En el segundo caso las negras retiraron el caballo a e7, y no obstante aqui las blancas ganaron la batalla de la apertura: 9 . 1!fb3 h6 1 0 . e3 0-0 1 1 . lDge2 Wh7 1 2 . a4 :!I b8 1 3 . .ta3 .ie6 1 4 . 0-0 gS I S . d4! lDd7 16. :!I fd 1 (Korchnoi-Seirawan, Lugano, 1 98 6). No se justifica 5 . . . lD h6 6. b4 (a un juego interesante con posi­ bilidades totalmente iguales lleva 6. d3 0-0 7. h4 d6 8. lDf3 lDd4 9 . lD x d4 ed 1 0 . lD e 4 lDg4 1 1 . hS c6 1 2 . 1!fb3 dS 1 3 . cd cd 1 4 . h6 .i x h 6 I S . .i x h 6 lD x h 6 1 6 . 1!fxdS, Hort-Taimanov, Copenha­ gue, 1 9 6 5 . Es aceptable para las blancas 6. e3 d6 7. b4 0-0 8 . bS lDe7 9 . lD ge2 c6 10. bc bc 1 1 . 1!fa4 1!fc7 1 2 . 0-0 .t d7 1 3 . d4, manteniendo la ventaja, Portisch­ Schmidt, Montecarlo, 1 9 69) 6 . . . . 0-0 7 . b S lD d4 8 . e3 lD e 6 9 . lD ge2 d6 10. d3 fS 1 1 . lD dS .td7 1 2 . 0-0. Las fuerzas blancas estan dis­ puestas con armonia (Smyslov­ Taimanov, Moscu, 1 968). Y a 5 . ltJge7 tiene un buen aspecto 6. b4 0-0 7. e3 a6 8 . lD ge2 .

.

.

.

d6 9 . 0-0 .tf5 1 0 . d3 Wd7 1 1 . a4 .th3 1 2 . .t xh3 Wxh3 1 3 . b5 ab 1 4 . ab ltJd8 1 5 . ltJd5 \td7 1 6 . Wb3 . L a posicion d e las blaneas es preferible (Timman-Drimer, Hastings, 1 969/70). . No es tan clara 6. d3 d6 7 . b4 a6 8 . e3 (a 8 . a4 1a mas precisa e s 8 . . . . a5 ! 9 . b5 ltJb4 1 0 . .t a3 e5!) 8. '" .te6 9. ltJd5 n b8 10. ltJe2 0-0 1 1 . 0-0 b5! 1 2 . .td2 f5 1 3 . \te2 ltJ a7 ! 1 4 . n b3 e6, y las ne­ gras obtuvieron un juego eomodo (Watson-Kavalek, Nueva York, 1 9 84). A menudo se eneuentra en la pnietiea S d6 6. b4. .

...

. Tampoeo es sufieiente 6. ' " .tf5 7 . d 3 Wd7 8 . b 5 ltJd8 9 . e 3 ltJf6 1 0 . ltJ d 5 h 5 1 1 . h4 0-0 1 2 . ltJe2 ltJh7 1 3 . \te2 n e8 1 4 . e4 .tg4 1 5 . 0 .ie6 1 6. 0-0 (Smejkal­ Raieevic, Smederevska Palanka, 1 97 1 ). Las blaneas han dispuesto sus piezas con armonia y pueden variar sus planes, bien jugando en el flaneo de dama, bien en el de rey (0-f4). Tambien se eneuentra 6 . . . . f5 7 . b5 ltJ ee7 (es peor 7 . . . . ltJ d4 por 8. e3 ltJe6 9. ltJ ge2 ltJf6 1 0 . d4 e4 1 1 . ltJ d5 ! con buen juego para las blaneas) 8. e3 ltJf6 9 . d4 e4 (las blaneas obtienen ventaja despues de 9 . . . . ed 1 0 . ed 0-0 I I . ltJ ge2 d5 12. \ta4 .i e 6 1 3 . 0-0 .i f7 1 4 . .ta3 ! Smyslov-Ungureanu, Luga­ no, 1 968) 1 0 . ltJ ge2 .te6 1 1 . d5 .tf7 12. ltJ d4 ltJ d7 1 3 . 0 ef 1 4 . WxO 0-0 1 5 . 0-0 Las blaneas han ocupado gran parte del tablero y tras un juego pasivo de las negras, 1 5 . . . . It b8?! 16 . .tb2 � e8 17. ltJ a4 ltJ eb6 1 8 . ltJ xb6 ab 1 9 . e4! eontinuaron tranquilamente reforzando su po­ sicion (Smyslov-Levy, Hastings, 1 969/70). Es muy signifieativo el dato de que realizaron el avanee de una vez. En una palabra, a pesar de la abundaneia de posibilidades, a las negras no les resulta sencillo ob­ tener un juego eomodo. .

Ahora no tiene sentido preve­ nir la jugada b5 , 6 . . . . a6 7. e3 f5 8 . ltJ ge2 ltJf6 9. d3 0-0 1 0 . 0-0 .td7 1 1 . a4 It b8 1 2 . b5 ab 1 3 . ab ltJeT 1 4 . .ta3 .te6 1 5 . \tb3 b6 1 6. d4! Las blaneas se apoderaron de la iniciativa (Smyslov-Liber­ zon, Riga, 1 968). Por su estruetu­ ra la partida es muy pareeida al eneuentro examinado anterior­ mente entre V. Korehnoi y Y. Sei­ rawan.

6. b4

0-0

Tampoco vale este orden de ju­ gadas, 6 d6 7. b5 ltJd4 8 . e3 ltJf5?! 9 . ltJ ge2 0-0 1 0 . 0-0 n e8 1 1 . d3 h5 1 2 . e4 (Toran-Najdorf, .

.•.

1 09.

Palma de Mallorca, 1 969). Las posibilidades de las blancas son mej ores. Deja mayores perspectivas 6 . ... a6 7 . a4 d6 8 . b5 ab 9. ab .!Dd4 1 0 . e3 .!De6!? 1 1 . .!Dge2 0-0 1 2 . 0-0 liI e8 1 3 . d3 .!Dc5 1 4. e4 (a 14. f4 es fuerte 1 4 . . . . ef 1 5 . gf .!Dg4 1 6 . e 4 f5 !) 1 4 . . . . .!Dh5 ! 1 5 . f4 e f 1 6 . g f f5 con juego muy confuso (1;'ahl-Renet, Paris, 1 9 8 6). Com­ pare la marcha del caballo c6. En el segundo ejemplo trazo un ca­ mino mas correcto.

Las negras sacrifican un peon, que es peligroso tomar a causa de 9. . . . J.f5 1 0 . li b3 .!De4! 1 1 . .!D xe4 J. x e4 1 2 . J. xe4 de, y las blancas tienen problemas con el caballo e 5 . La pasiva 8 . . . . d6 9 . 0-0 J. f5 1 0 . d3 1!Vd7 1 1 . l:i e l e 4 12 . .!D d4 ed 13 . .!D x f5 1!Vxf5 14. 1!V x d3 es favorable a las blancas (Hort-Novak, Checoslovaquia, 1 963). 9. cd

10. ;ib2

J. ed5 liI eS

7. b5

Las blancas pueden no avanzar el peon «b». Sin embargo, des­ pues de 7. d3 li e8 8 . e4 a6 9 . .!Dge2 b5 1 0 . 0-0 d6 1 1 . .!Dd5 .!De7 1 2. ;ig5 .!Dfxd5 1 3 . cd ;ig4 14. h3 J.d7 15. 1!Vd2 1!Vc8 16. h2 c6 las negras obtuvieron la igual­ dad sin dificultades (Adorjan-Ro­ manishin, Riga, 1 9 8 1 ) . Merece un estudio posterior el lento plan de juego 7. e3 d6 8 . .!Dge2 J.e6 9 . b5 .!Da5 1 0 . d3 a6 1 1 . a4 ab 1 2. ab, que se dio en una partida de A. Karpov con L. Liubojevic (Bugojno, 1 98 6). Las negras se decidieron por 1 2 . . . . d 5 , pero l a posicion del caballo en a5 Ie permitio a las blancas obte­ ner una posicion con mayores perspectivas: 1 3 . cd .!D x d5 14. 0-0 .!D xc3 1 5 . .!D xc3 1!Vd7 1 6 . 1!Vc2 li fd8 1 7 . li dl J.g4 1 8 . :ri d2 ;ih3 1 9 . J.hl ! 7. ...

S . .!Df3

1 10

.!Dee7 d5!?

lNo es esto una siciliana con los colores cambiados? Las negras realizaron a tiempo la liberadora d 7-d5 y han obtenido una posi­ cion bastante aceptable. En la partida T aimanov-Gulko (Vil­ nius, 1 975) las blancas siguieron un camino tortuoso, 1 1 . 0-0 (es mas esperanzadora 1 1 . d3) 1 1 . . . . e 4 1 2 . .!Dd4 .!D xc3 1 3 . d c ( 13 . J. x c3 n o m e gusta por 1 3 . . . . .!Dd5) 1 3 . . . . 1!Vd5 1 4 . 1!Vb3 1!Vh5 1 5 . c4 J.h3 1 6. f3. Las posibilida­ des de ambos bandos en este caso se pueden considerar como apro­ ximadamente iguales. Tal vez a

l:ausa del plan relacionado con el avance d7-dS las blancas deberian csperar parajugar b4-bS, e incluir previamente las jug adas e3 y lLl ge 2 .

(B) (1 . c4 eS 2. lLlc3 lLlc6 3. g3 g6 4 . .tg2 .tg7 S. li b l ) 5 . ...

as

L a continuacion mas logica. Despues de que se abra la colum­ na del rincon, las negras reciben una posibilidad adicional, el con­ lrajuego por la columna «a» . 6. a3

Desde luego seria posible limi­ larse a que las negras en respues­ la a s . II b 1 avanzaran su peon del rincon, y jugar en el centro como si este peon no existiera, pero csto seria una retirada del plan ge­ neral. A 6. e3 d6 7. lLl ge 2 (las blan­ l:as jugaron inseguras en la p arti­ da Bagirov-Mnatsakanian, M os­ eu, 1 963, 7. a3 .td7 8 . lLl ge 2 lLl ge7 9 . b4 ab 1 0 . ab fi'c8 ! 1 1 . bS

lLld8 1 2 . o-o?! hS 1 3 . lLldS lLl xdS 14. cd h4 I S . lLlc3 .th3 y ya e m­ piezan a exp�rimentar ciertas i n­ comodidades) 7 . . . . .te 6 (despue s de 7 . . . . hS 8 . h4 lLlh6 9 . d 3 0-0 10. a3 lLle7 1 1 . b4 ab 1 2 . ab c6 las posibilidades de ambos ban­ do s son iguales, O'Kelly-Res­ hev sky, Buenos Aires, 1 9 70) 8 . lLldS las negras realizaron un co­ nocido motivo «siciliano» y sacri­ ficando el peon b7 mediante 8 . . . . lLlce7! 9 . d 4 c 6 1 0 . lLl xe 7 lLl xe7 1 1 . b3 fS 1 2 . .tb2 0-0 1 3 . 0-0 .tf7 obtuvieron un juego comodo. Aqui se di spon en a jugar e4, d5, a4 . En la p arti da Panno-Hort (Palma d e Mallorca, 1 9 69) las blancas se arriesgaron a jugar 1 4 . dS?! ( 1 4 . d e con igualdad) 1 4 . . . . cd 1 5 . cd y despues de 1 5 . . . . b5! 1 6. e4 fi'b6 17. lLl c3 ll ac8 1 8 . fi'd3 .t e 8 1 9 . a4 b4 20. lLldl .th6! c ayer on en una posicion pe or. Tambien se encuentra 6. d3 d6 7. e3 lLl ge 7 8. lLl ge 2 hS ! (con el desarrollo del caballo blanco por e2 este avance es oportuno, mien­ tras que 8 . . . . .te6 9. lLl d S fi'd7 10. h4 lLld8 1 1 . e4 h6 12 . .te3 lLlc8 1 3 . fi'd2 ofrece perspectivas a las blancas, Forintos-Antonov, Sofia, 1 976) 9. lLldS lLl x d S . Aho­ ra 1 0 . cd, como demostro el en­ cuentro Barza-Polugaievsky (So­ chi, 1 966) es un error debido a 10 . . . . 'ljJe7 1 1 . h4 0-0 1 2 . lLl c3 c6 1 3 . 0-0 .tg4 14. fi'b3 fi'd7 1 5 . 'itt h2 lll xdS 1 6 . lll xdS a4! Era co­ rrecta 1 0 . .t xd 5 ! , y a 1 0 . . . . .th3 es bastante buena 1 1 . lLlgl con j ue go igualado. 111

6. ...

d6

Es una imprecision 6. ... h5! (como no esta claro adond e ira el caballo gl , e sta jugada es precipi­ tada) debido a 7. lDf3 d6 8 . d3 lDge 7 9. ( ) lDf5 1 0 . h4! (H) 1 1 . b4 ab 1 2 . ab lDcd4 1 3 . lDg5 ! l1 b8 14. b5 lDe6 1 5 . lD ce 4. M anio­ bran do con fineza el caballo las blanc as obtuvieron ventaj a (Tai­ m a n o v- R e s k o , L e n i n gr ad o , 1 973). Merece ate ncion 6 . ... lDf6!? 7 . b 4 ab 8 . ab (H) 9 . d 3 lDe7 1 0 . 1fb3 li e8 . Las negras preparan la libe­ radora d5 , que despues de 1 1 . lD f3 d5 1 2 . cd lDexd5 13 . lD g5 c6 1 4 . e4 h6 1 5 . ed hg 1 6 . i,xg5 e4! 1 7 . de lD x e4 lleva a una posicion complicada, pe ro no desfavorable para las n egras (Ribli-Vagani an , Leipzig, 1 9 73). Mas tarde las negras intenta­ ron mejorar la variante y sacrifi­ caron temporalmente un peon, 10 . . . . c6 1 1. lDf3 d 5 ! 1 2 . lD x e5 i.e6 1 3 . (H) lDe8 1 4 . lDf3 dc 1 5 . dc lDd6 1 6 . 1fc2 i, xc4 1 7 . i.f4 i. x c3 1 8 . 1!Vxc3 lDd5 1 9 . 1fe5 lDf5 (Pigusov-Balashov, Irkutsk, 1 9 8 6). Recuperada 1a igualdad material, obtuvo un juego de pie­ zas c6modo. Tal vez las blancas dejaron pasar 1a ocasion de jugar con mayor precision, 1 3 . b 5 ! lDe8 1 4 . lDf3. En respuesta a 6 . ... f5 las blan­ cas re;ilizaron un plan estandar pero correcto en 1a partida Seira­ wan-Evans (USA, 1 980): 7. d3 lDf6 8 . b4 (parece dudosa 8 . e3 d 6 9 . lDge2 h5 1 0 . h4 'fIe7 1 1 . b4 H

1 12

ab 1 2 . ab lDd8 1 3 . e4 lDf7 14. b5 lit b8 1 5 . ef i, xf5 1 6 . lDe4 ti} xe4, que lleva a una plena i gualdad , Portisch-Hort, Malta, 1 9 80) 8 . . . . ab 9. ab d6 1 0 . e3 0-0 1 1 . lD ge2 i.e6 1 2 . lD d 5 ! 'fId7 1 3 . 0-0 �h8 14. b5 i. xd5 1 5 . i. x d5 lDd8 1 6 . i,g2. Tienen 1a pareja de alfiles y mejores perspectivas. L a precipi.. tada 1 6 . . . . d5 solo aument6 la ventaja de las b1ancas despues de 1 7 . c d lD x d5 1 8 . 'fIb3 c6 1 9 . ,t a3 : e8 20. : fcI ! En 1a partida Ivkov-P. Nikolic (Yugoslavia, 1 983) siguio 9 . . . . 1fe7 (en 1ugar d e 9 . . . . d6) 1 0 . b5 lDb8 1 1 . e3 lDe6 1 2 . lDge2 (H) 1 3 . (H) d 6 1 4 . .t d2 lDc5 1 5 . 'fIc2 'fIf7 1 6. lDd5 i.e6 1 7 . lDec3 , y aqul el golp e central 17. . . . e4 18. de fe 1 9 . lD xf6+ ,t x f6 20. lD xe4 lD x e4 2 1 . .t x e 4 .t x c4 22 . .td3 .td5 1e dio a las negras un juego excelen­ teo Las negras llevaron a cabo un plan original en la partida Hort­ Karpo'V (Amsterdam, 1 980): 6 . ... lDh61? Despues sigui6 7. d3 0-0 8 . lDf3 d 6 9 . h4 lDg4 1 0 . h 5 h 6 1 1 . hg fg 1 2 . lD e4 g5 1 3 . b4 ab 1 4 . ab lDe7 1 5 . b5 .te6 1 6 . .tb2 'fId7 1 7 . g al c6 . L as negras resolvie­ ron con exito los problemas de la apertura. 7. b4 8. ab

ab lDf6

Es peor 8 . . .. lD ge7 por 9 . d3 1 0 . lD f3 lDd4 1 1 . (H) c6 1 2 . lD e l f5 1 3 . f4 con mejor juego para las b lancas (Geller-Mazzoni, Montecarlo, 1 967). Como antes es posible un plan (H)

popular que empieza con 8 f5 9 . b5 FiJce7 1 0 . e3 FiJf6 1 1 . FiJge2 0-0 1 2. 1!fb3 'l!ihS 1 3 . d3 g5 . A las blancas no les es facil de­ •

•..

mostrar la ventaj a de la salida. Despues d� 14. h4 g4 1 5 . d4 FiJh5 1 6 . de de 1 7. 0-0 FiJg6 I S . EI dl �e7 1 9 . FiJd5 1!ff7. A 20. i. a3 las ncgras realizaron un sacrificio de calidad, 20 . . Ii: xa3 2 1 . 1!f xa3 c6 22. bc bc 2 3 . FiJb6 f4, agudizando al maximo la situaci6n en el table­ ro (Yurtaev-Vaiser, Volgodonsk, 1 9 S3). ..

9. b5

Oespues de 9 . d3 0-0 1 0 . FiJ f3 l'.l e S 1 1 . FiJ d 2 FiJh5 1 2 . 0-0 f5 1 3 .

h5 liJ e 7 1 4 . c 5 d 5 las posibilida­ des mutuas son iguales (Szilagyi­ Popov, Varna, 1 970). 9. 10. FiJf3 1 1 . 0-0 ...

FiJe7 0-0

FiJd7

Parece menos prometedora 1 1. .if5?! debido a 1 2 . d3 1!fcS 1 3 . liJg5 h 6 1 4. FiJge4 FiJeS 1 5 . b 6 c6 1 6 . c5 d5 1 7 . FiJd6 1!fd7 I S . FiJ x f5 liJ x f5 1 9 . .id2, y en adelante las hlancas pueden confiar en la fuer­ za de sus alfiles (Geller-Pritchett, Siegen, 1 970). Las negras igualaron gradual­ mente el juego en la partida Bot­ v i n nik-Gligoric (Oberhausen, 1 96 1 ): 1 1 . ... c5 1 2. d3 FiJ e S 1 3 . ttJ e l f5 1 4 . ,tg5 h 6 1 5 . ,t xe7 'W/xe7 16. ttJd5 1!fdS 1 7 . Ii: al Ii: x a l I S . 1!fxal .ie6. ...

12. d3 13 . .ib2

h6 f5

En la posicion del diagrama esta toda la lucha por delante. Las blancas han ganado espacio en el flanco de dama, pero las negras tienen contrajuego en la otra par­ te del tablero. Por ejemplo: 1 4 . Ii: al J::t bS 1 5 . FiJ d2 f4 (Taimanov­ Vasiukov, Jarkov, 1 967). La conclusion puede ser que el sistema con 5. J::t b l es muy com­ plicado, y lleva a un juego intere­ sante con posibilidades mutuas. (II)

(1 . c4 e5 2 . FiJc3 ttJc6 3 . g3 g6 4 . .ig2 .ig7) 5. e3

En el apartado anterior la linea general de las blancas era el ata­ que al flanco de dama. Aqui el pri­ mer plan consiste en la prepara­ cion de la ruptura en el centro (d2-d4) 0 la combinacion de estas posibilidades. 5. ...

d6

Las negras pueden empezar el juego con 5 . . . . f5 6. ttJge2 ttJf6 7. d4 e4 S . f3 ef 9 . ,t xf3 0-0 1 0 .

1 13

0-0, pero despues de 1 0 . . . . d6 no obtuvieron plena igualdad. Des­ pues de 1 1 . tDf4 g5 1 2 . tDfd5 tDe7 13. tD xf6+ i. x f6 14. Wd3 Itt h 8 1 5 . i. g2 c5 1 6 . b3 tDc6 1 7 . tDd5 las blancas se apoderaron de toda la ventaja (Hort-Browne, Amster­ dam, 1 978). Ahora examinaremos 7 . . . d6, sin ceder su posicion en el centro, 8. b4 0-0 9. b5 tDe7 1 0 . de de 1 1 . i.a3 Wxdl + 12. II xdl Il e8 1 3 . 0-0 e 4 1 4 . f3 i.e6 1 5 . fe fe 1 6 . tD x e4 tD xe4 1 7 . i. x e4 i. xe4 1 8 . i. xb7 li ab8 1 9 . i. f3 (Cebalo-Ni­ kolic, Yugoslavia, 1 9 84). Las ne­ gras se han que dado de momento sin peon, pero tienen un excelen­ te juego de piezas, que compensa de sobra esta falta. Desde luego las blancas no es­ tan obligadas a jugar en su septi­ ma jugada d4. Tienen otro plan, que empieza con 7. d3 . Despues es posible 7 . . . . 0-0 8. Il b l a5 9 . a3 tDe7. Jugando igual que en la varian­ te principal del apartado anterior, las negras se disponen a hacer la ruptura d7-d5 de una sola vez. Las blancas impidieron la realiza­ cion de sus intenciones, 1 0 . f4! ef 1 1 . tD xf4 Itt h 8 1 2 0-0 c6 1 3 . d4 g5 ! 14. tDh5 tD xh5 1 5 . Wxh5 tDg6 1 6 . h4! gh 1 7. e4! (Huzman­ Elhvest, Kuibishev, 1 9 8 6). De forma inesperada el juego paso at flanco de rey, y alli las blancas de­ sarrollaron una gran actividad. .

.

6. tDge2 (DIAGRAMA 60) 1 14

Como ya dijimos, el caballo sale por f3 en combinacion con la jugada d3. Con el peon en e3 su mejor lugar es la casilla e2. Las negras tienen a su disposi­ cion muchos planes. Como prin­ cipales examinaremos tres de ellos: 6 i.e6 (A), 6 h5 (B) y el mas difundido 6 tDge7 (C). Otras posibilidades son peores. Por ejemplo: 6 i.d7 (las negras esperan realizar el cambio de los alfiles de casillas blancas mediante Wc8 y i.h3 . Pero las blancas con la ac­ cion energica en el centro irnpi­ den la realizacion de estas inten­ ciones) 7. d4! Wc8 8 . tDd5 ! tDd8 (no es sencillo para las negras cambiar el peligroso caballo, 8 . . . . tDce7 9 . d e d e 1 0 . tDec3 c 6 1 1 . tDe4!) 9 . de de 10. b 3 c6 1 1 . tD dc3 f5 1 2 . i.a3 tDfl 1 3 . 0-0 Wc7 14. Il c1 ! (Ilivitsky-Alatorzev, Moscu, 1 948). La ultima jugada de las blancas impide el enroque largo de su ad­ versario, 1 4 . . . . 0-0-0 1 5 . tDd5! Wb8 16. We I , 0 15 . . . . Wa5 16. i.b4 Wa6 1 7 . Wc2 y aseguran su ventaja. .

.•.

.

• ...

.

...

...

6. . . . .lLlf6 7. d4 (tambien es fuerte y posible 7. d3 0-0 S. 0-0 I! bS 9. 1I bl a6 1 0 . b4 lDe7 1 1 . a4 d5 12. cd .lLlfxd5 1 3 . b5 ab 14. ab lI aS 15. 'tfc2 .ie6 1 6. lDe4!, y las blancas estan mejor, Tal-Gul­ ko, Leningrado, 1 974) 7 . . . . 0-0 S . 0-0 .t d7 (tras S . . . . .lLld7 las blan­ cas tienen ventaja despues de 9 . b3 .lLl b 6 1 0 . .ia3 ! ed 1 1 . lD xd4 .td7 1 2 . 1I c1 1I eS 1 3 . c5 ! , Bar­ za-Bobotsov, Amsterdam, 1 954) 9 . h3 a6 10. b3 lI bS 1 1 . a4 a5 12 . .tb2 lI eS 1 3 . 'tfd2 h5 14. de! de 1 5 . lI fdl 'tfcS 1 6 . 'l!/ h2 lI dS 1 7. .lLl d 5 ! con sensible ventaj a blanca ( Polugaievsky-Lutikov, Jarkov, 1 967); 6 . . . . f5 7. d4 e4 S . b4! .lLlf6 9. ]I b l .lLle7 1 0 . f3 ! ef 1 1 . .t x f3 0-0 1 2 . 0-0 �hS (a 1 2 . . . . d 5 es buena 1 3 . 'tfb3 ! dc 14. 'tt x c4) 1 3 . b 5 .lLl egS 1 4 . .lLlf4 lI eS 1 5 . lI b2 ! y las negras n o tienen una pieza que se pueda comparar con el al­ m de casillas blancas del adversa­ r i o (Spassky-Hort, Reikj avik, 1 977). Tambien parece buena S . .lLl f4!? .lLlf6 9 . h4 0-0 1 0 . h 5 g 5 1 1 . h6 .thS 1 2 . .lLlfd5 .lLle7 1 3 . .lLl x f6+ ,i x f6 14. g4! fg 15 . .i xe4 (Uhl­ man-Suetin, Leipzig, 1 9S0). La configuracion de peones de las blancas ofrece mayores perspecti­ vas. 6 . . . . .lLlh6 (en algunos manua­ les se recomienda esta jugada para las negras) 7. 0-0 (tras 7. I! b l .ie6 S . d3 0-0 9. b4 'tt d 7 1 0 . h 4 f5 1 1 . b5 .lLldS 1 2 . lD d 5 ? c6 1 3 . .lLl c3 .lLlg4 1as blancas no con­ s iguen n ada, Larsen-Spassky, Malmoe, 1 965) 7 . . . . 0-0 S. d3 (es peor S. a3 .ta6 9 . .lLld5 Wd7 1 0 .

d 3 .t h 3 1 1 . e 4 .t xg2 1 2 . 'l!/ xg2 f5, y las negras ya tienen mejores perspectivas, Schmidt-Taimanov, Helsinki, 1 966) S . . . . .te6 9 . h3! (la mejor manera de demostrar que el caballo eh h6 no tiene pers­ pectivas, mucho mejor que otro camino: 9 . .lLld5 'tfd7 1 0 . lI bl .th3 1 1 . b4 .t xg2 1 2 . 'l!/ x g2 .lLldS 1 3 . b5 c6, con igualdad, Hort-Ko­ vacevic, Zagreb, 1 9 69) 9 . . . . 'tfd7 10. 'l!/h2 f5 1 1 . b3 l heS 1 2 . d4 j,f7 1 3 . de .lLl xe5 14 . .tb2 g5 1 5 . f4! Las blancas no temen a la va­ riante 1 5 . . . . .lLleg4 1 6 . hg .lLl x g4 1 7. �gl We6 1 S . 1M2 (Forintos­ Taimanov, Skopje, 1 970), y tras 1 5 . . . . gf 1 6 . ef .lLlc6 1 7 . 'tt d2 'tfe7 I S . li ae l 'tfe3 1 9 . Wdl .lLlb4 20. .lLl c l su ventaj a posicional no ofrece dudas. En la partida Csom-Yusupov (Lucerna, 1 9 S2) las negras, com­ prendiendo que les esperaba un juego sin perspectivas, decidie­ ron agravar la situaci6n, 12 . . . . f4. Sin embargo este metoda resul­ to infortunado, 1 3 . d5 ! f3 14. de 1I xe6 (no es mejor 14 . . . . Wxe6 por 15 . .txf3 1I x f3 1 6 . .lLle4! se­ guido de lDg5, Wd5) 1 5 . j, xf3 lI xf3 1 6 . .lLle4 lI eS 1 7 . 'l!/ g2 lI ffB I S . j,a3 . Todas las casillas claves centrales estan en manos de las blancas. A 6 . . . . .lLlh6 es posible el tran­ quilo procedimiento 7. b3 0-0 S. j,b2 f5 9 . lDdS .lLle7 1 0 . f4 c6 1 1 . .lLldc3 .te6 1 2 . 0-0 .lLlf7 1 3 . lI bl lI bS 1 4 . d4 .td7 1 5 . 1M2 e4 1 6 . d 5 c 5 1 7 . g4! Andersson-Sahovic (Amsterdam, 1 979). 1 15

Y para terminar, un ejemplo bastante interesante, que empie­ za con 7. d4 ed 8. ed 0-0 9. 0-0 1.g4! t o . h3 1. xe2 1 1 . lb xe2 lbf5 1 2 . d5 lbe5 1 3 . ft'c2 II e8 1 4 . 1.f4 as 1 5 . lI ae l a4 1 6 . ..td2. Parece que las blancas tienen ventaja posicional. Sin embargo las negras consiguieron encontrar un plan muy interesante: 1 6 . . . . ft'b8 ! 1 7 . \th2 b5 1 8 . cb ft'xb5 19. lb c3 ft'd3 , e incluso tomaron la iniciativa (Tal-Yusupov, Mos­ cu, 1 986). (A)

(1 . c4 e5 2. lbc3 lb c6 3 . g3 g6 4 . ..t g2 1.g7 5 . e3 d6 6. lb ge2) 6. ... 7. d4!

..te6

Solo de esta manera se puede . luchar por la ventaja. las jugadas tranquilas no Ie dan nada a las blancas: 7. lb d5 lb ce7! (pero no 7 . . . . ft'd7? 8 . ft'a4 lbf6 9 . 0-0 0-0 1 0 . lb ec3 lbe8 1 1 . f4 f5 1 2 . d3 lb d8 1 .3 . ft'a3 !, y a las ne1 16

gras les es dificil terminar el de­ sarrollo, Tahl-Zeshkovsky, Alma­ Ata, 1 969) 8 . d4 c6 9. lb xe7 lb xe7 to. d5 1.g4 1 1 . f3 1.d7 1 2 . lb c 3 c d 1 3 . c d b5!, y las negras to­ maron la iniciativa (Benko-Hort, Venecia, 1 9 69). A 7. ft' a4 es suficiente 7 . . . . lbge7 8 . lb d5 0-0 9 . 0-0 1. d7 , y el enfrentamiento de la dama con el alfil negro no Ie promete nada bueno a las blancas (Kupka-Hort, Havirot, 1 970). Solo se puede considerar en se­ rio 7. d3. Ahora despues de 7 . . . . ft'd7 8 . o-o?! h5 9 . h4 lb h6 1 0 . lbd5 lbd8 1 1 . e4 c6 12. lbe3 lbg4 1 3 . f3 lb xe3 14. 1. xe3 f5 1 5 . f4 lbfl las negras pueden aprovechar la de­ bilidad de la casilla g4 (Jankovec­ Hort, 1 970). Sin duda es mejor para las blan­ cas 8 . lbd5 lbd8 9. e4 c6 1 0 . lbe3 1.h3 1 1 . 0-0 ..t x g2 12. \t x g2 lbe7 1 3 . f4 ef 14. gf f5 1 5 . ef lbfl! Pero en este caso las negras tienen su­ ficiente compensacion por el peon (BenkO-Hort, Wijk aan Zee, 1 9 70). Tal vez sea mas precisa 8. h3 lbge7 9. lbd5 0-0 to. lbec3 lit ae8 1 1 . ft'a4 lbc8 1 2 . 1.d2 lbb6, pero esto solo da igualdad (Biliek-Lu­ kacs, Hungria, 1 9 7 1 ) . Y p ara terminar, e l ultimo ejemplo: 8. h4 h6 9. lit b l lI b8 t o . b 4 lb ce7 1 1 . a4 f5 1 2 . b5 lbf6 1 3 . e 4 fe 14. lb xe4 lb x e4 I S . ,i x e4 0-0 1 6 . 1. e 3 a6 1 7 . ft'd2 lb f5 1 8 . 0-0 \th7 (Larsen-Ljubojevic, Nik­ sic, 1 9 8 3 ). En apariencia la posi­ cion es favorable a las blancas,

pcro la prueba resulto inofensiva para las negras. 7 . ...

ed

Es arriesgada 7 . . . . .t x c4? de­

hi do a s . dS ! lDbS 9. !fa4+ bS 1 0 . li� xbS .t xbS 1 1 . !fxbS+ lD d7 1 2 .

Las blancas tienen una clara vcntaja (Botvinnik-Levenfish, Le­ ningrado, 1 973). A S . . . . .t xe2 es bastante bue­ na 9 . !fxe2 lDbS 1 0 . !fbS+ lDd7 I I . !f xb7 :!l b S 12. tWa6 lDcS 1 3 . • e 2 fS 1 4 . e4 lDf6 I S . e f gf 1 6 . .t h 3 , y de nuevo la posicion ne­ gra no es envidiable (Larsen-Sutt­ les, P alma de Mallorca, 1 970). 0 I I . . a6 1 2 . !fc6 lDe7 1 3 . !fc4 0-0 1 4 . e4 fS I S . 0-0 'itt h S 1 6 . .td2 fe 1 7. lD x e4 lDb6 I S . !fd3 !fd7 1 9 . lD c3 lDfS 20. a4 lD d4 2 1 . as llJ cS 22. b4 (Suba-Karlsson, Las Palmas, 1 9 S 2). La ventaja blanca no ofrece dudas.

c4.

.

.

8. lD x d4

Es bastante debil 8

.td7 .

••.

lD ge7?!

9. lD xe6 fe 1 0 . 0-0 0-0 1 1 . .t d2 I.l: b S 1 2 . :!l b l a6 1 3 . !fe2 !fd7

1 4 . :!l fdl , y las blancas tienen una salida ventaja posicional (Saidy­ Addison, USA, 1963/64). Tampoco es suficiente 8. . .. lD xd4 debido a 9. ed !fd7 1 0 . 0-0 llJ e 7 1 1 . II e l 0-0 1 2 . dS .tfS 1 3 . h 3 ! , preparando el as alto d e peo­ nes al flanco de rey (Quinteros­ Hort, Vinkovci, 1970).

9. 0-0

No tiene sentido para las blan­

cas efectuar un cambio de opera-

ciones: 9 . lD xc6 .t x c6 10. e4 lD f6 1 1 . 0-0 0-0 1 2 . .tgS n es 1 3 . f3 a6 14. !fd2 b S . Las negras tienen contrajuego (Quinteros-Panno, Buenos Aires, 1 9 70). 9. ... 10. lD de2

lDge7

Tiene un aspecto equivalente 10. b3 n bS 1 1 . .tb2 0-0 1 2 . lDdS. Y aunque parece que 12 . . . . lDfS lleva a la igualdad, despues de 1 3 . lD xc6 b c 1 4 . .t x g7 lD x g7 I S . lDf4! (esto es mas fuerte que I S . lDc3 lDe6) las negras tienen que trabajar para igualar las posibili­ dades. Asi, a I S . . . . lDe6 sigue 1 6 . lD xe6 fe 1 7 . !fd2, y deben tener en cuenta la amenaza tWd2-aS . 10. 11. b3 ••.

0-0

a6

No decide del todo el proble­ ma de la apertura 1 1 . . . . !fcS 1 2 . .tb2 .t h3 1 3 . n bl .t x g2 1 4 . 'itt xg2 lI eS I S . lI e l (Letelier-Em­ rna, M ar del Plata, 1 9S9). 12 . .tb2 13. cb 14. !fd2

b5 ab

(DIAGRAMA 62)

Las blancas mantienen la ven­ taja de apertura. Tienen un exce­ lente alfil en g2, y perspectivas de juego por las columnas «d» y «c». Y si las negras juegan 14 . . . . b4, entonces despues de I S . lD e4 f6 1 6 . n fdl n aS l 7 . lDf4 entran en 1 17

juego con exito ambos caballos b l a n c o s ( M i k e n as - P o d g ae t s , Riga, 1 970).

(B) (1 . c4 e5 2. lLlc3 lLl c6 3 . g3 g6 4 . .t g2 .tg7 5. e3 d6 6. lLl ge2) 6. ...

h5

Las negras no definen aun el desarrollo del caballo g8) general­ mente sale por e7), y se aprove­ chan de que las blancas han per­ dido el control del pun to h4, lan­ zando al asalto a su peon del ex­ tremo. 7. h4

j El metodo mas radical! A 7. a las blancas les resuIta peli­ groso 7 . . . . h4 con confusas com­ plicaciones. Es insuficiente 7. h3 por 7 . . . . h4 8. g4 f5 ! 9. gf1? Y ahora no 9 . . . . i. x f5? por 1 0 . d3 'ff d 7 1 1 . lLld5 lLld8 12. d4! e4 1 3 . f3 ! ! (Carlsson-Lobron, Randers, 1 982) o 1 0 . lLle4 lLlf6 1 1 . lLl 2c3 0-0 1 2. 0-0

1 18

d3 lLle4 1 3 . .te4 'ff d 7 1 4 . 'ffb 3 lLld8 1 5 . i.d2 c6 1 6 . 0-0-0 lLle6 (Suba-Nunn, Lucerna, 1 98 5 ) con juego complicado, sino 9 . . . . gfl con excelentes perspectivas para las negras. Tras 7. b3 h4 8 . .tb2 lLlge7. 9. d3 .tg4 1 0 . h3 .t e 6 1 1 . g4 d5 1 2 . 0-0 f5 las negras al me­ nos no estan peor (Bilek-Kluger, Hungria, 1 969). Puede resultar de interes 7. d4 h4 8 . d5 ! lLl ce7 (otra retirada es peor, 8 . . . . lLlb8 9. e4 i. g4 10. 'ff a 4+ f8 1 0 . . . . 'ff d 7? 1 1 . 'ffb 3 ! - 1 1 . lLlgl lLl a6 1 2 . f3 .t d7 1 3 . 'ff c2 lLlb4 1 4 . 'ff e 2 a5 1 5 . i.e3 lLlf6 1 6. 0-0-0 Portisch-Petrosian, 1 9 82) 9. e4. La posicion tiene un juego vivo caracteristico de la de­ fensa india de rey. �Como juegan las negras? Se ha probado 9 . . . . h3 1 0 . .t f! ! f5 1 1 . lLl g l fe 1 2 . lLl xe4 lLlf6 1 3 . .td3 ! c6 1 4 . i, g5 lLl xe4 1 5 . .t xe4 .tf5 1 6 . f3 .th6 1 7 . .t x h6 � xh6 1 8 . 'i¥d2 (Portisch­ Yusupov, Yakarta, 1 98 3) . Pero en este caso las posibilidades blancas son preferibles. Entonces las negras pasaron a 9 . . . . f5 . Des­ pues de 1 0 . lLlgl lLlf6 1 1 . lLlh3 fe 1 2 . lLl g5 .th6! 1 3 . lLlgxe4 lLl x e4 1 4 . lLl x e4 .t xcl 1 5 . � xcI h3 1 6 . .tf3 lLlf5 1 7. i,g4 .if5 ! se iguala­ ron las posibilidades (Hort-Seira­ wan, Wijk aan Zee, 1 9 8 3 ) . E n l a partida Larsen-Karlsson (Conpenhague, 1 98 5) las blancas reforzaron el juego, 1 0 . .ig5!? h3 1 1 . .t f! lLl f6 1 2 . ef gf 1 3 . 'ff d 2 a6 1 4 . f3 i.d7 1 5 . lLl g l ! b5 1 6 . lLl xh3 bc 1 7 . lLl f2 . T al vez las negras deben jugar con mas precision aun antes, ya -

la septima jugada, 7 . . . . ed 8 . ltJ x d4 ltJge7 9 . h 3 ltJ x d4 1 0 . ed ltJ fS 1 1 . ltJ e4!? 0-0 1 2 . 0-0 ltJ xd4 1 3 . i.gS f6 1 4. �xd4 fg I S . �dS+ wh8 16. ltJ xgS �f6 ! Esta « Defensa India de Rey» les con­ viene totalmente. La posicion es hastante compleja e interesante ( Geller-lolmov, Moscu, 1 9 64). en

7 . ...

.tg4

Aprovechando que la casilla g4 csta debilitada, las negras quieren provocar la jugada f3, para limi­ tar la accion del aim g2 por la dia­ gonal. Otra via satisfactoria es 7 . . .. ltJh6 y solo a 8 . d3 .tg4 (es peor 8 . . . .te6 por 9. l:i b l �d7 1 0 . b4 ltJd8 1 1 . bS 0-0 1 2 . ltJe4 a6 1 3 . a4, y las blancas consiguen venta­ ja de espacio, Szabo-Pribyl, Luha­ covice, 1 9 7 1 ) 9. �d2 0-0 1 0 . b3 �d7 1 1 . .tb2 l:i ae8 1 2 . 0-0-0 as 1 3 . Wbl 1tJb4 14. l:i he l c6 con j uego complicado (Hug-Calvo, Palma de Mallorca, 1972). Tam­ bien tiene un aspecto prometedor 8 . . . . 0-0 9. ltJdS ltJe7 1 0 . e4 c6 1 1 . ltJ f6+ Wh8 12 . .tgS ltJ g4 1 3 . ltJ x g4 i. x g4 1 4 . �d2 f6 I S . i.e3 d 5 , y las negras tienen todo en or­ den (Agzamov-Yusupov, Moscu, 1 983). .

8. d3

A 8 . �a4 las negras juegan 8 . . . . ltJge7 9. b 4 a6 10. i. b 2 0-0 I I . 'tlfb3 .ie6! 12. a4 as ! 1 3 . bS ltJb4 1 4. ltJdS (es mala 14. i. xb7 por 14 . . . . ltJd3+ I S . � f1 ltJcS!) 14.

... ltJexdS I S . cd i.g4 (Etruk­ Stein, Tallin, 1 969). La iniciativa esta del lado de las negras. 8 . ...

ltJge7

Durante mucho tiempo se con­ sidero mejor 8 . . . . ltJf6. Despues de 9. ltJdS (el caballo ocupa un si­ tio excelente en la casilla central. En caso de cambiarlo se descubre la columna «C», y las blancas tie­ nen perspectivas de juego en el flanco de dama) 9 . . . . ltJ x dS 1 0 . c d ltJe7 1 1 . � b 3 �c8 12. ltJ c 3 0-0 1 3 . i. d2 cS ! (imprescindible, para librarse de la debilidad en c7) 14. dc bc I S . �a3 �d7 1 6 . ltJe4 dS 17. ltJ cS l!¥d6 1 8 . l:i c1 l:i tb8 (Lar­ sen-Spassky, Malmo, 1 968) las blancas tienen una posicion acti­ va. El caballo cS controla casillas importantes. Despues de la rea­ grupacion de las piezas se puede hacer una ataque sobre el peon re­ trasado c6. Las esperanzas negras estan unidas al ataque al peon b2, que a proposito, fue 10 que suce­ dio en la partida, 1 9 . 0-0 e4! Las blancas debieron continuar 1 9 . l:i c2, sobredefendiendo e l punto b2 y privando de contrajuego a las negras. 9. b4

Se puede empezar la prepara­ cion del avance b4-bS con la juga­ da 9 . II b l . Pero en principio esto es una perdida de tiempo, 10 que aprove­ charon las negras en la partida Pfleger-Nunn (RFA, 1 986), 9 . . . . 1 19

lI b8 1 0 . b4 a6 1 1 . a4 as ! 1 2 . bS tbb4 1 3 . i, a3 cS ! 14. i, x b4 ab I S .

tbdS tb xdS 1 6 . i, xdS 0-0 1 7 . 'fIc2 b6, y l a iniciativa paso a sus manos. A 1 8 . 0-0 parece buena 1 8 . . . . gS ! Y tras la que se juga en este encuentro, 1 8 . tbc1 es fuerte 1 8 . . ; . ,ie6! 1 9 . tbb3 ,i xdS 20. cd d4! 9 . ...

Y ahora en caso de 15. i, xe4 seguiria I S . . . . tbeS. No es mas sa­ tisfaetoria 15. de? por I S . . . . be 1 6 . 'fIxc4 tbeS, penetrando en el campo blanco. 15. ...

'fIxe7

a6!

Imprescindible y suficiente. A 9 . ... e4 las blancas juegan 1 0 . d4 y 9 . ... tb xb4 es mala por 1 0 . lI bl . 10. 11 bl 1 1 . 'fIc2

II b8

Ante todo es necesario estar muy atento con la jugada 1 1 . a4?, no olvidando que a esto sigue 1 1 . . . . as ! 1 2 . bS tbb4! 1 1 . .. . 12. ,i d2 13. tbd5!

0.0

'fId7 b5!

Una reaccion inusual por 10 vis­ to en las variantes de la apertura inglesa. Sin embargo, teniendo en cuenta que las blancas se retrasan con el enroque corto, las negras demuestran actividad en el flanco de dama. 14. a4 A 1 4 . tbce3 podria seguir 1 4 . . . . be I S . dc e4! seguido de 1 6 . . . . tb e S ! 14. ... 15. tb x e7+ 1 20

e4!

En esta compleja posicion am­ bos bandos deben jugar eon mu­ cha atencion. Asi, por ejemplo, 16 . .t x e4, que se jug6 en la par­ tida Sunye- Nunn (Amsterdam, 1 9 8 5), no result6 del todo s atisfactoria. Despues de 1 6 . . . . tbeS (creando la amenaza 17 . . . . be 1 8 . de tb f3 + 1 9 . �f1 � xe4!) 1 7 . cb ab 1 8 . ab dS ! 1 9 . ,ig2 (es arries­ gada para las blancas 1 9 . i, xdS lHd8 20. ,ie4 tbf3+ 2 1 . ,i x f3 ,i x f3 2 2 . lI gl 11 xbS) 1 9 . . . . tb f3 + 20. � f1 II xbS 2 1 . tb g l tb x d2+ 22. �xd2 11 fb8 2 3 . d4 cS ! 24. dc � x eS las blancas expe­ rimentaron serias difieultades. Asi, es mejor no tocar el peon e4. Es inofensiv a para ellas la va­ riante 16. d4 .tf3 1 7 . j, x f3 ef 1 8 . cb tba7 ! 1 9 . tb g l ab 20. tb xf3 ba 2 1 . 'fI x a4 'fIe4 22. 'fIdl !, mante-

niendo las posibilidades de obte­ ner una pequeiia ventaja.

Es perfectamente vruido este plan: 7 . . . as 8. a3 0-0 9 . 0-0 (si 9. b4, entonces es buena 9 . . . ab 1 0 . ab i.e6 1 1 . ttJdS .tfS 1 2 . e4 .td7 1 3 . 0-0 ttJ x dS 1 4 . cd ttJd4 con iguales posibilidades, . Polu­ gaievsky-Spassky, La Habana, 1 962) 9 . . . . J.fS 1 0 . d3 fld7 1 1 . ttJdS ttJ xdS 1 2 . cd lDe7 1 3 . e4 J.g4 1 4 . f3 .th3 I S . d4 i. xg2 1 6 . x g 2 (Ree-Kuipers, Wijk aan Zee, 1 97 1 ). Despues de 1 6 . . . . c6 las negras igualan las posibilida­ des con facilidad. .

.

(C) (1 . c4 eS 2 . ttJc3 ttJc6 3 . g3 g6

4. i. g2 J.g7 S . e3 d6 6 . ttJ ge2)

6. . ..

ttJge7

Las blancas tienen a su dispo­ sicion dos planes principales: el ataque inmediato al centro 7. d4 (a) 0 7. 0-0 (b) seguido del juego en el flanco de dama l:t b 1 y b4-bS. Tambien es posible no determi­ nar aIlll la posicion del rey y tra­ tar de obtener iniciativa en el flan­ co de dama, 7. I! bl . Y en caso del enroque corto de las negras avanzar inmediatamente el peon «h» , creando amenazas de ata­ que. Semejantes enmascaramien­ tos del plan son caracteristicos para la comprension actual de las aperturas cerradas. A 7 . li b l se recomienda jugar a las negras 7 . . . . i.e6 8 . ttJdS 0-0 9 . d3 i.g4 (es peor 9 . . . . fld7 1 0 . 0-0 ttJ d8 1 1 . b 4 ttJ xdS l 2 . cd .th3 1 3 . flb3 .t x g2 1 4. xg2 c6 I S . e4! cd 1 6 . e d con una pequeiia ventaja de las blancas, Averbaj­ Szabo, Budapest, 1 970) 1 0 . h3 (la modesta 1 0 . f3? J.d7 1 1 . 0-0 lD x dS 1 2 . cd ttJe7 1 3 . f4 c6 1 4 . d e .t x e 6 I S . fl b 3 .t xg2 1 6 . � xg2 fld7 1 7 . J.d2 h S ! I e dio mejor juego a las negras, Kagan­ Spassky, Winnipeg, 1 9 67) 1 0 . . . .td7 1 1 . 0-0 ttJ x dS 1 2 . cd ttJe7. La posicion de las negras nO' es peor. .

( a)

(1 . c4 eS 2. ttJ c3 ttJc6 3 . g3 g6 4 . .tg2 .t g 7 S. e3 d6 6. ttJ ge2 tlJge7) 7. d4

Se puede jugar de forma mas modesta, 7. d3 . Pero esto no se in­ c1uye en el plan principal de las blandl.s. De spue s de 7 . . . . i.g4 8 . h 3 .te6 9. ttJ d S fld7 1 0 . I! b l 0-0 1 1 . b4 ttJ c8 1 2 . f4 ttJd8 1 3 . e4 c6 1 4 . ttJe3 ttJe7 I S . J.b2 fS las ne­ gras poco a poco desarrollaron sus fuerzas, obteniendo una posi­ cion satisfactoria (Ribli-Nunn, Lucerna, 1 9 8 2). 7 . ...

ed

Es insuficiente 7 . . . . 0-0, que cede terreno, 8. dS ttJb8 9. h4 hS 1 0 . e4 tlJd7 1 1 . J.gS ttJf6 1 2 . fld2, y las blancas mantienen la ventaja (Larsen-Kuijpers, Ams­ terdam, 1 9 64). 121

S. ed

Si se toma con el caballo, en­ tonces el juego de las negras se simplifica al maximo, S . lLl xd4? lLl x d4 9. ed 0-0 1 0 . 0-0 lLlf5 1 1 . d5 n es 1 2 . n e l n xe l + 1 3 . 'fi x e l lLld4 14. 'fidl j.f5 , y las blancas incluso no igualaron el juego (Pomar-Browne, Wijk aan Zee, 1 974). 8 . .

..

0-0

En caso de S . . . , lLlf5 9. d5 lLle5 las blancas no deben perder tiem­ po con la jugada 1 0 . b3 (es mejor 1 0 . 0-0), ya que despues de 1 0 . . . . a6 1 1 . .tb2 b 5 1 2 . cb ab 1 3 . 0-0 b4 1 4 . lLle4 lLlf3 1 5 . J. xf3 .t xb2 pierden un importante alfil (Ka­ naak-Portisch, Zinnowitz, 1 9 7 1 ) 9. 0-0

10. 1 1 . lil xe2 ...

J. xe2 lilf5

Tras 1 1 . . . . d5 1 2 . cd lLl xd5 1 3 . 'fib3 lilb6 1 4 . .te3 las blancas re­ cibieron una posicion mejor (Ben­ ko-Bolbochan, Mar del P lata, 1 965). 12. d5

lLle5

Las negras tambien pueden conseguir la igualdad tras 1 2. ' " lLlcd4 1 3 . lil xd4 lil x d4 1 4 . .t d2 n e S ( N i kiti n-Uus i , J arkov, 1 967). 13. tfc2

n es

.t g4

Tambien es buena 9 . . . . lLlf5 1 0 . d 5 lLl cd4 (despues de 1 0 . . . . lLle5? 1 1 . b3 a5 12. J.b2 lLld7 1 3 . a3 lLlc5 1 4 . b4 ab 1 5 . ab n xal 1 6 . .t x al lLla6 1 7 . lLle4 lil xb4 1 S . g4! se divisa un ataque para las blan­ cas, y tras 1 4 . . . . lild7 1 5 . tfb3 tie­ nen clara ventaja, Botvinnik-Res­ hevsky, torneo AVRO, 1 9 3 5) 1 1 . lLlf4 c5 1 2 . dc bc 1 3 . n b l n bS 14. lLld3 con juego igualado (Fre­ driksson-Dalin, Sue cia, 1 9 74). 10. h3

Se pueden producir interesan­ tes complicaciones tras 1 0 . f3 .tf5 1 1 . g4 .tcS 1 2 . .tf4 d5 1 3 . c 5 b 6 1 4 . lilb5 .ta6 1 5 . lil xc7 ,t xe2 1 6. tfxe2 lLl x d4 1 7 . tfd3 122

n cs I S . cb ab 1 9 . .te3 lLl dc6 y las negras consiguieron salir bien libradas (Larsen-Spassky, Belgni­ do, 1 964).

Las blancas tienen la ventaja de la pareja de alfiles. Pero en este caso el alfil g2 no tiene gran­ des perspectivas, y los caballos ne­ gros estan muy bien situados . En la p artida T ahl-Yusupov (Moscu, 1 9S6), en la que se dio esta posicion con alguna transpo-

sicion de jugadas, se juga 14 . .tf4?! as I S . lI ae l a4 1 6 . .td2 1Wb8 ! 1 7 . hl bS 1 8 . cb 't!VbS . Las blancas perdieron tiempos, y las negras consiguieron buen juego. Sin embargo despues de 14 . .t d2 as ! I S . lI ae l tnd7! 1 6 . .te4 tn d4 1 7 . tn xd4 .txd4 1 8 . b3 lLlcS 1 9 . .to b6 20. II x e 8 + 'ftxe8 21 . lI e l 'ftd7 las negras igualaron la posicion sin dificultades (Saidy­ Gheorghiu, Los Angeles, 1 9 74) . . Hubo un intento de mejorar el j uego de las blancas en la partida Uhlmann-Taimanov (Leningra­ do, 1 984): I S . lt adl !? (en lugar de I S . lt ae l ) I S . . . . '9Jb8 1 6 . .tel . Ahora no tiene sentido jugar 1 6 . . . . bS?! debido a 1 7 . cb trxbS 1 8 . .te4! "c4 19. 'ftxc4 tn x c4 20 . .t x fS gf 2 1 . tnd4! En la par­ tida siguio 1 6 . . . . 't!Va7 1 7 . .t e4! tne7 1 8 . .te3 't!Va6 1 9 . b3 a4 20. tiJ c3 ab 2 1 . ab b6 22. ltJbS !, y la posicion de las blancas es bastan­ te preferible. (b)

(1 . c4 eS 2. ltJc3 ltJc6 3 . g3 g6 .tg2 .tg7 S. e3 d6 6. lLl ge2 ltJ ge7)

4.

7.

()o()

(H)

(DIAGRAMA 6S ) Desde luego, esta jugada no es

la unica. Sin embargo otras con­

ti nuaciones no son del todo equi­ valentes. Es erronea 7 .tfS?! debido a 8. d4 't!Vd7 9. dS . ltJ d8 1 0 . e4 .th3 1 1 . f4 .txg2 12. x g2 f6 1 3 . •

•..

11M3 , y las blancas tienen una ex­ celente «india de rey» (Bobotsov­ Damjanovic, Pees, 1964). En respuesta a la agresiva 7 hS hay que jugar 0 bien 8 . ltJdS (es peor 8 . h3? p or 8 . . . . h4! 9. g4 fS l Q. gf .t x fS 1 1 . d4 ed 1 2 . ltJ x d4 lLl x d4 1 3 . e d fld7, y las ne­ gras ya tienen la iniciativa, Ko­ blenz-Ragozin, Moscu, 1 945) 8 . . . . h4 9. ltJec3 hg 1 0 . fg .th3 1 1 . .t xh3 It xh3 1 2 . ltJe4!, 0 bien 8 . d 4 h4 9. dS lLlb8 1 0 . e 4 hg 1 1 . fg ltJd7 1 2 . .tgS f6 1 3 . .te3 fS 14. fld2 tn f6 IS . .t o ltJeg8 1 6. It ae l (Averbaj-Liberzon, Riga, 1 9 70) con ventaja blanca en am­ bos casos. Si en el Ultimo caso las negras en lugar de 8 . . . . h4 emprenden un juego arriesgado sin enrocar­ se, entonces despues de 8 . . . . ed 9 . ed tn fS 1 0 . dS tneS 1 1 . h3 a6 12. b3 bS 1 3 . cb ab 14. ltJ xbS .ta6 I S . tn ec3 flb8 1 6 . a4 .t xbS 1 7 . tn xbS lLlO+ 1 8 . .t xO .t x al 19. .te4!, y a pesar de perder l a cali­ dad, la iniciativa blanca es muy peligrosa (Ftacnik-P. Nikolic, Es­ berg, 1982) . •

•••

123

Merece estudiarse 7 .!e6 S . ltJ d 5 't!Yd7 9. d 3 h 5 1 0 . ltJ ec3 ltJdS 1 1 . � el h4 12. ltJ xe7+ 't!Yxe7 1 3 . 't!Ya4 't!Yd7, y las negras tienen todo en orden (Andersson-Hort, Copenhague, 1 965). .

8. d3

. .•

i.d7

Otras continuaciones son algo peores. Por ejemplo: 8. . .. fS 9 . IiI b l g 5 1 0 . f4! ltJg6 1 1 . ltJ d 5 g4 1 2 . b4, y la agresividad precipita­ da de las negras no les traj o nada bueno (Clarke-Cafferty, Inglate­ rra, 1 966). 8 .!fS. En este caso las blan­ cas estan mejor. 9. ltJd5 ltJ xd5 1 0 . cd ltJe7 1 1 . d4 't!Yd7 1 2 . de .t x e5 1 3 . � e l .th3 14 . .t h 1 c5 1 5 . ltJ f4 (D. Byrne-Grefe, USA, 1 973 ) . Otra continuacion empleada es 8 ,i e6 9. ltJd5 't!Yd7 10. � b l a5 (no e s logica 1 0 . . . . ltJdS 1 1 . b4 ltJ xd5 1 2 . cd i.h3 1 3 . 't!Yb3 h5 1 4 . 't!Yc4 ,i x g2 1 5 . w x g2, y el flanco de dama de las negras esta sometido a una fuerte presion, H o r t-Aug u s t i n , L u h ac o v i c e , 1 969) 1 1 . a3 WhS 1 2 . .!d2 f5 1 3 . f4 ,i gS 1 4 . 't!Ya4 (amenazando 1 5 . 't!Yb4) 1 4 . . . . ltJ x d5 1 5 . cd ltJ b S 1 6 . 't!Yc2 c 6 1 7 . ltJ c3 � c S I S . de! (tras I S . ltJ a4 las negras se defienden con exito, I S . . . . 't!YdS+ seguido de ltJ d7) I S . . . . ltJ xc6 1 9 . 't!Ya4 ! li eS 20. 't!Yb5 i.e6 2 1 . ltJd5 . La venta­ ja blanca no ofrece dudas (Gulko­ Smyslov, Leningrado, 1 977). Y tras 1 0 . ... � aeS 1 1 . ltJ ec3 ltJdS 1 2 . 't!Ya4! 't!Yxa4 1 3 . ltJ x a4 i.d7 14. ltJac3 ltJe6 1 5 . ltJ xe7+ .

.

..•

1 24

...

IiI xe7 1 6 . b4 li bS 1 7 . a4 .ll eeS I S . ,i a3 f5 19. b5 ltJc5 20. i. xc5 dc 2 1 . ltJd5 la ventaja de las blan­ cas es evidente (Cvetkovic-Me­ leghegy, Zalakaros, 1 9S6). Desde luego la mejor defensa para las negras consiste en la pre­ paracion de contrajuego por el flanco de dama, 1 0 . . . . � abS ! 1 1 . ltJ ec3 a6 1 2 . a4 a5 ! 1 3 . i. d2 ltJb4 1 4 . ltJ xb4 ab 1 5 . ltJe4 c5 1 6 . ltJ g5 f5 1 7 . a5 WhS I S . ltJ xe6 't!Yxe6 19. � al e4 (Ribli-Nunn, Wijk aan Zee, 1 9S3). La presencia de la pareja de alfiles no se hace no­ tar. Una idea anaIoga en la partida P ortisch-Ljuboj evic (Tilburg, 1 9 S I ) no obtuvo una debida con­ clusion. Las negras jugaron 9 . . . . � b S una jugada antes (en lugar de 9 . . . . 't!Yd7). Sin embargo des­ pues de 1 0 . e4! 't!Yd7 1 1 . i. e 3 b5 12. b3 ltJd4 1 3 . ltJ xd4 ed 14. ,ig5 f6 1 5 . i.d2 bc 16. bc ltJ c6 1 7 . f4 f5 I S . 't!Ya4 ! las blancas de nuevo desarrollaron una fuerte activi­ dad. Tal vez se encuentren mayores perspectivas en 8 . .!g4 y a 9. h3 .!e6 1 0 . ltJd5 't!Yd7, ganando un tiempo a causa del ataque al peon h3 . Despues de 1 1 . W h2 f5 1 2 . f4 � ae S . 1 3 . i.d2 las negras realizaron una idea original reti­ rando provisionalmente sus caba­ llos, 1 3 . . . . ltJ c S ! 1 4 . � cl ltJ dS 1 5 . b4 c6! , y solo ahora pasaron al contrataque, 1 6 . ltJ dc3 e4! 1 7 . de i. x c4 I S . ef gf 1 9 . � gl d5 (Sei­ rawan-Korchnoi, Montpellier, 1 9S 5 ) Sus posibilidades no son peores. ...

9. Ii bl

'iWc8

No vale impedir el avance del peon «b» mediante a7-aS , ya que csto da un objetivo de ataque a las blancas. 10. ll el

Si 1 0 . lLld5, entonces median­ te 1 0 . . . . lLl x dS (aqui vemos por que el alfil esta mejor en d7 que en e6) 1 1 . cd lLle7 1 2 . 'iWb3 cS las negras corrigen la estructura de peones del flanco de dama (Lan­ g e weg-Gheorghiu, Kecskemet, 1 964). 10. ... 1 1 . .thl

.th3 f5

No se ha empleado mucho este plan: 1 1 . . . . as 1 2 . a3 lLld8 1 3 . b4 ab 1 4 . ab lLle6. Las negras tienen grandes posibilidades de igualar (Andersen-Suetin, Copenhague, 1 965) . 1 2 . lLld5 13. cd

lLl xd5 lLle7

Pero tienen otro plan mas acti­ vo, aunque mas arriesgado, rela­ cionado con el juego en el flanco de rey: 1 4 . d4 �h8 1 5 . de de 1 6 . 'iWb3 g S 1 7 . f4 lLlg6 1 8 . .td2 'iWd7 !? En la partida Bykov-Mark Zeitlin (Leningrado, 1 97 1 ) las blancas imprudentemente acepta­ ron el sacrificio de peon 1 9 . 'iWxb7? y las negras desarrollaron una colosal actividad, 1 9 . . . . ef20. ef Ii ae8 2 1 . J. g2 i.g4 22. 'iWa6 'iWe7 2 3 . lLl c3 'iWcS 24. �hl 'iWd4! Era mas prudente 1 9 . i.c3 ! , tras la cual se puede valorar la posi­ cion como de plena igualdad. Desde luego, el sistema S . e3 seguido de 6 . lLlge2 no Ie ofrece a las blancas grandes ventajas, y por eso en los ultimos ai'ios se en­ cuentra con poca frecuencia en la practica de torneos. (III)

(1 . c4 eS 2 . lLl c3 lLlc6 3 . g3 g6 4. i.g2 i. g7) 5. e4

Siempre que 10 deseen las ne­ gras pueden librarse de la debili­ dad en c7 .

Un singular plan estrategico, ideado por M. Botvinnik para la variante cerrada de la defensa si­ ciliana. Con el tiempo de ventaja debe resultar aun mas favorable . Al precio de cierta concesion en el centro (la casilla d4) las blancas consiguen una serie de ventajas posicionales. Obstaculizan el ca­ racteristico contrajuego de las ne­ gras en el flanco de rey, y en caso favorable ellas mismas pueden empezar las operaciones activas mediante f2-f4. 12S

d6

5 . ... 6. d3

(A)

(1 . c4 eS 2. It:) c3 It:) c6 3 . g3 g6 4. i. g2 i.g7 S. e4 d6 6. d3) 6.

.•.

f5

La mas audaz y responsab1e de todas las jugadas mencionadas. 7. It:) ge2

Ahora principa1mente e1 juego de las negras se subdivide en 6 f5 (A), 6 It:)f6 (B) Y 6 It:)ge7 (C). Otros planes tienen menos exi­ to. Supongamos que las negras juegan como antes 6 i. e6 En­ tonces sigue 7. It:)ge2 1!¥d7 8 . It:) d S ! (es peor 8 . i. e 3 It:)ge7 9 . 1!¥ d 2 i. h 3 1 0 . i. xh3?! 1!¥ xh3 1 1 . It:)dS It:) x dS 1 2 . cd It:)d8! 1 3 . 1!¥aS c6 1 4 . 1!¥c7 cd I S . 1!¥ x d6 d4 1 6. i.gS 'tWe6!, y las complicaciones terminan siendo favorables a las negras, Garcia Padron-Taima­ nov, Montilla, 1 977. Tras 1a co­ rrecta 1 0 . 0-0 i. x g2 1 1 . x g2 1as posibilidades estan igua1adas) 8 . . . . It:) ce7 9 . d4 c 6 1 0 . It:) xe7 It:) xe7 1 1 . dS cd 12. cd i.h3 1 3 . i. x h3 1W x h3 1 4 . 1Wa4+ 1Wd7 I S . 1!¥ x d7+ xd7 16. i.e3 fS 17. f3 , y 1a di­ ferencia en 1a actividad de las pie­ zas men ores hace que las posibi­ lidades b1ancas sean preferib1es ( P o r t i s ch-G h e o r g h i u , N i z a , 1 974). .

•.•

.

...



.

1 26

•.•

.

...

Lleva a un juego muy compli­ cado 7. h4 It:) f6 8 . hS i.e6 9. It:)dS fe 1 0 . hg hg 1 1 . It xh8+ i. xh8 12. de It:) d4 (Reshko-Vasiukov, No­ vosibirsk, 1 9 7 1 ). 7. ...

It:) f6

Hay otro procedimiento de de­ sarrollo para e1 caballo g8, preci­ samente 7 . . . . It:)h6 . En este caso e1 juego tranquilo del tipo de 8 . 0-0 0-0 9 . e f i. x fS 1 0 . h 3 It:)f7 1 1 . a3 hS 1 2 . It:)dS 1Wd7 1 3 . h2 It ae8 1 4 . It:) ec3 It:) d4 (Reshevsky­ Kurajica, Skopje, 1 9 76) 0 9 . It:)dS gS 1 0 . ef i. x fS 1 1 . h3 g4! 1 2 . h4 i.e6 1 3 . b4 lt:)fS 14. i.e3 1!¥d7 I S . b S It:)d8 1 6 . 1Wd2 c 6 1 7 . It:) dc3 It:)f7 1 8 . lI ab l dS (Smejka1-Kin­ dermann, Salonica, 1 984) lleva a un juego aproximadamente igual. Tampoco resulta favorable a las blancas 8 . It:)dS 0-0 9. 0-0 i. e 6 1 0 . b3 g S 1 1 . ef It:) x fS 1 2 . i.b2 1Wd7 (Hiibner-Spassky, Montreal, 1 9 79). Las negras han dispuesto sus fuerzas con comodidad. Sin duda la principal respuesta es 8. h4!? Y efectivamente, tanto tras 8 . . . . It:)f7 9. hS gS 1 0 . ef i. x fS 1 1 . ..tdS h6 1 2 . i.e3 1!¥d7 1 3 . 1Wb3 It:) d4 14 . ..t x d4 ed I S . 1W x b 7 (Portisch-Sax, Tilburg,

1 979), como despues de 8 . . . .

0-0

9 . j, gS 1Wd7 1 0 . lLldS lLlf7 1 1 .

i.e3 lLl cd8 1 2 . hS c6 1 3 . hg hg 1 4. lLl dc3 lLle6 I S . ef gf 1 6. 1Wd2 ( C h e r n i n-Kup r e i c h i k , R i g a , 1 9 8 5 ) l a posicion d e las blancas es mas agradable. Sin embargo en estos casos las negras tambien pueden resistir con exito. 8. 0-0

No tiene especial sentido el cambio previo de peones en el centro, 8 . ef gf 9. 0-0 0-0 1 0 . lLldS lLl x dS 1 1 . cd lLle7 (es peor 1 1 . . . . � d4 por 1 2 . lLl xd4 e d 1 3 . j, f4) 1 2 . f4? ! c6! 1 3 . dc 1Wb6+ 1 4 . \ft h l b c I S . lLl c3 j,a6 1 6 . l"il e l lLlg6! (Sunye-Nunn, Dubai, 1 98 6). Las negras recibieron un excelente juego de piezas. Merece estudiarse 1 2 . d4! e4 1 3 . lLl f4 1We8 1 4 . f3 con posibili­ dades de obtener ventaja para las blancas. 8. ... 9. lLld5

12. lit ad l l he8 1 3 . b3 �d4 1 4 . J. x d4 tambien deja a las blancas una posicion preferible (Larsen­ Ivkov, Susa, 1 967). 10. ...

gf

Las negras deben controlar el punto e4, y tras 1 0 . . . . j, x fS?! I I . h3 J. e6 1 2 . g4 lLlf6 1 3 . j,gS lLle7 1 4 . d4! J. x dS IS. cd h6 1 6 . J. x f6 j, x f6 1 7. de de 1 8 . 1Wb3 \ft g7 1 9 . �c3 las blancas s e apoderan de todas las posiciones clave en el ta­ blero. (Smejkal-Kurajica, Saraje­ vo, 1 9 83). 1 1 . lLl ec3 12. J. g5 13. f4

lLlf6 lLld4

0-0

lLlh5

En caso de 9 . . . . h6 se reco­ mienda para las blancas el si­ guiente plan: 1 0 . l"il b l lLl e 7 1 1 . lLl x f6+ l"il xf6 1 2 . d4 1Wf8 1 3 . ef j, x fS 1 4. l hl c6 I S . j,e3 j, g4 1 6 . de (Suba-Sax, Moscu, 1 97 7), tras el cual teniendo en cuenta eI punto e4 mantienen ventaja posi­ cional. 10. ef

El principal camino. La mas na­ tural 1 0 . i.e3 J.e6 1 1 . 1Wd2 1Wd7

Despues de 1 3 . . . . J.e6 1 4 . lLl e 2 lLl c6 I S . 1Wd2 las blancas dis­ pusieron sus piezas con clara ar­ monia (Smejkal-Adamski, Raach, 1 969). Probable mente el plan negro que empieza con 6 . . . . fS tiene al­ gunos defectos. En resumen el peon fS se queda indefenso. 127

(B) ( 1 . c4 eS 2. lbc3 lbc6 3 . g3 g6 4. i.g2 i.g7 S. e4 d6 6. d3) 6. ...

lb f6

Esta jugada tambien tiene po­ cas perspectivas. Las negras tie­ nen que considerar constante­ mente la amenaza blanca f2-f4-fS . 7. lbge2

0-0

A 7 . . . . i.e6 Botvinnik en la partida con Sederborg (Estocol­ mo, 1 962) jugo 8 . lbdS t'iJe7 9 . i.gS lbfg8 1 O . 'Wd2 h 6 1 1 . i. e 3 c 6 1 2 . lb c 3 lbf6 1 3 . f4! Y obtuvo ventaja. S. o-o

En esta variante la jugada 8 . l:I b l parece que esta d e sobra. Despues de 8 . . . . lbhS 9. 0-0 fS 1 0 . ef gf 1 1 . f4 lbe7 1 2 . d4 e4 1 3 . d S c S las negras tienen u n juego comodo (Nikolaievsky-Tal, Le­ ningrado, 1 9 7 1 ). S. ...

9. h3

No perrnitiendo el cambio de los alfiles de casillas blancas. 9. ... 10. h2 1 1. lb d5

�d7 lbh5

Parece arriesgado el avance del peon blanco, 1 1 . g4 lbf6 1 2 . i. e 3 h S 1 3 . gS lb h 7 1 4 . lbdS lb d4 (Schmidt-Platz, Leipzig, 1 9 S 3 ) . 1 1. 12. d4 13. lb e3 ...

lb dS

c6

f5

.



1 28

•..

i.e6

Es mucho peor para las negras S . . t'iJd4 por 9. lb x d4 ed 1 0 . lbe2 c S 1 1 . b 4 lb d 7 1 2 . b c d c 1 3 . f4 f6 1 4 . a4, y las blancas practi­ camente controlan todo el table­ ro ( P e trosian-Bertok, Zagreb, 1 965). AS lbh5 10 mas logico es 9 . t'iJ d 5 ! fS 1 0 . e f i. x fS ( 1 0 . . . . gf 1 1 . f4!) 1 1 . i.e3 'Wd7 1 2 . 'Wd2 l:I f7 1 3 . lbec3 i.h3 1 4. t'iJe4! y las blancas han dispuesto sus ca.

ballos en el centro de una forma excelente. (Popov-Dely, Amster­ dam, 1 9 74). Tambien es posible el traslado del caballo al flanco de dama, S. lb d7 9. i.e3 lbcS 1 0 . d4 ed 1 1 . lb x d4 t'iJ e S 1 2 . b3 c6 1 3 . h3 , y de nuevo no debe ofrecer dud as la superioridad de las blancas (Por­ tisch-Wade, Skopje, 1 968).

...

En el tablero tenemos la posi­ cion de la partida Averbaj-Trajko­ vic, (Dresde, 1 9 S 6). Despues del intercambio de peones en el cen-

l ro, 1 4 . ef gf I S . f4 ef 1 6 . gf la po­ sicion blanca es preferible. Sus piezas estan dispuestas con armo­ n ia. Ademas la columna semia­ bierta «g» tambien resulta favora­ ble para el jugador de las piezas blancas. (C)

8. 0-0

( 1 . c4 eS 2. It:lc3 It:lc6 3 . g3 g6

4. i.g2 i.g7 S . e4 d6 6. d3)

6. ...

It:l c8 1 6 . :li ac 1 It:ld8 1 7 . f4 fe 1 8 . i. xe4 i.fS 1 9 . i. xfS :li xfS 20. d4 (Ribli-Nunn, Plovdiv, 1 9 8 3). Las negras se han enrocado pronto, y para no caer bajo el ata­ que, se yen obligadas a estropear su estructura de peones. Y este factor tarde 0 temprano resultara favorable a las blancas.

It:lge7

La mejor continuacion y la mas popular. 7. It:lge2

Las blancas desarrollaron com­ bativamente la apertura en la par­ tida Smyslov-Mark Zeitlin (Le­ ningrado, 1 9 7 1 ): 7. f4!? i.e6 8 . It:l f3 e f 9 . .t x f4 It:leS 1 0 . 0-0 0-0 1 1 . 'ilfd2 It:l 7c6 1 2 . I!7 h l 'ilfd7 1 3 . It:ldS It:l xf3 + . Pero en vano entre­ garon sin miedo la casilla e S . En la lucha inminente sus posibilida­ des no son mejores. 7 . ...

No se produciria el ataque despues de 8 . h4 debido a 8 . . . . It:l d4 9. It:l xd4 (9. hS? i.g4!) 9 . . . . ed 10. It:ldS! (es insuficiente 10. It:le2 It:lc6 1 1 . hS It:l e S !) 10 . . . . It:l xdS?! 1 1 . cd c6! 12. o-o! (tras 12. dc? bc las negras ya tienen mejor posi­ cion) 1 2 . . . . cd 1 3 . ed .tfS 1 4 . i.f4. E l juego esta igualado (Iv­ kov-Stein, Vrnj acka Banja, 1 9 7 1 ) . Las negras pueden jugar con mas astucia, 1 0 . . . . It:lc6!?, para a I S . hS continuar 1 1 . . . . It:l e S , y si 1 2 . f4, entonces 1 1 . . . . It:lb8 ! 1 2 . h S c 6 1 3 . It:lb4 It:lbd7 1 4 . h g hg I S . It:l c2 as ! con buenas perspec­ tivas. 8 . ...

A8 It:l d4 las blancas reciben ventaja con un metodo conocido: 9 . It:l xd4 ed 1 0 . It:le2 c6 1 1 . b4 as 1 2 . bS cb 1 3 . cb dS 14. i. a3 de I S . .t x e 4 (P orti sch-S myslov, Monte Carlo, 1 968). Tras 8 .t d7 Botvinnik reco­ mendaba j ugar con blancas 9 . It:l d S n b8 ( a 9 . . . . It:l x dS e s bue­ na 1 0 . cd It:le7 1 1 . i.e3 cS 1 2 . dc i. x c6 1 3 . 'ilfb3 ! D. Byrne-Ro­ berts, Lugano, 1 968) 1 0 . i.gS f6 1 1 . i.e3 fS 1 2 . 'ilfd2 It:l.x dS 1 3 . cd .

Es peor 7 It:ld4 por 8. It:l x d4 ed 9 . It:le2 cS 1 0. It:lf4 .td7 1 1 . h4 hS 1 2 . i.h3 i. xh3 1 3 . It:l xh3 'ilfd7 1 4. i. d2 It:lc6 I S . f4 'ilfg4 1 6 . 1!7f2 con sensible ventaja posicional , para las blancas (Hort-Zinn, Leip­ zig, 1 973). Tampoco resuelve los proble­ mas de apertura este metoda : 7. ... i.e6 8 . It:ldS 0-0 9. h4 ! hS 1 0 . i. g S ! f6 1 1 . i. e 3 fS 1 2 . 'ilfd2 'ilfd7 1 3 . 0-0 :li f7 1 4 . .tgS :li af8 I S . b4! • ...

f5

•..

.

...

1 29

�d.4 14. � x d4 ed I S . .tgS !, man­ temendo la ventaja posicion al. Queda introducirse en la im­ portante variante 8 . ... .t e6 9 . � d S 1Wd7 1 0 . .t e 3 (no da nada real 1 0 . .th6 f6 1 1 . 1Wd2 �d8). No es sencillo para las negras de­ fenderse tras 1 0 . . . . �h8, a la que es muy fuerte 1 1 . d4! �g8 1 2 . � x c7 ! 1Wxc7 1 3 . d S �d8 14. de � x e6 I S ; li c1 (Uhlmann-Ador­ jan, Arandelovac, 1 976). Y tras 1 0 . . . . �d4 las blancas mantienen la ventaja p o sicional mediante I I . � x d4 ed 1 2 . .th6 cS 1 3 . .t x g7 � xg7 14. 1Wd2 � xdS I S . cd .th3 I � . � xh3 1Wxh3 1 7 . f4 1Wd7 (Bot­ vmmk-Geller, Moscu, 1 9 66). S � con.s!dera como la mejor contmuaClOn para las negras 1 0 . . . . fS I I . 1Wd2 li f7 (pero n o 1 1 . . . . li ae8? 1 2 . li ae l �c8 1 3 . b3 �d8 14. ef .t xfS I S . d4 � f7 1 6 . d e � xeS 1 7 . . �d4, y l a ventaja blanca es eVldente, Sunye-Kin­ dermann, Dubai, 1 9 8 6) 1 2 . li acl (a 12. li ae l el mismo Botvinnik ' jugando negras contra P. Benko Monte Carlo, 1 968, se defendi 6 de esta manera: 1 2 . . . . li ars 1 3 . f4 e f 1 4 . de �c8 ! I S . c S .th3 '· la posicion es complicada) 1 2 . . . . li af8 . Ahora parece buena 1 3 . f3 �h8 14. b3 �g8 I S . ef gf 1 6 . f4! (Csom-Gulko, Biel, 1 976), sin em­ �argo las negras pueden jugar me­ Jor: 1 3 . . . . �c8!? 14. ef .t x fS I S . d4 .th3 1 6 . b 3 li e8 1 7 . de � xeS 1 8 . li ce l c6 1 9 . �dc3 .t x g2 20. � x g2 �e7! 2 1 . .tgl �fS con una posicion igualada (Csom-Jansa, Praga, 1 9 8 5). Por eso las blancas deben detener su atencion en 1 3 . 130

b4! �c8 1 4 . b S �d8 I S . d4! c6 1 6 . de de 1 7. efl gf 1 8 . f4! (Uhl­ man-Timman, Niksic, 1 978).

Las blancas han conseguido de forma muy sutil neutralizar el jue­ go del adversario en el flanco de rey, y en los otros frentes sus pie­ zas estan dispuestas de forma muy activa. Puede ser que las negras en la variante final deban probar 1 3 . . . . fe (en lugar de 1 3 . . . . �c8) 1 4 . de .t g4 I S . bS � d 8 1 6 . � xe7+ 1Wxe7 . con posihiIidades de igua­ lar (Btlek-Honfi, Hungria, 1 97 1 ). 9. h3

M. Botvinnik contra T. Petro­ sian (Moscu, 1 9 66) obtuvo una posicion mejor despues de 9 . � d S � h 8 1 0 . .t e 3 .t e 6 1 1 . 1Wd2 1Wd7 1 2 . li ae l li ae8 1 3 . f4! Sin embargo las negras podian jugar con mayor exactitud: 9 . . . . � xdS 10. cd �e7 I I . 1Wb3 �h8 1 2 . .t e 3 c S 1 3 . f4 e f (Raicevic-Trin­ gOY, Vrsac, 1 975). 9. ... 10. �d5

.te6

Con el alfil en e6 esto ya es oportuno. 10. ... 1 1 . 'i!7 h2

'fi'd7 ll ii

Las negras jugaron peor e n la partida Hort-Browne (Manila, 1 976): 1 1 . . . . ll ae8?! 1 2 . i.e3 ltJd4 1 3 . .t x d4! ed 14. ltJ ef4 ltJ x d5 1 5 . ed .tf7 1 6 . 'fi'b3 'i!7h8 1 7 . 'fi' xb7 ll b8 1 8 . 'fi'c6! , y las blancas obtuvieron una solida ventaja. 12. i.e3

Es menos logica 12. lI b l lI afS 1 3 . f4 ltJ d8 1 4 . .t e 3 c6 1 5 . ltJ xe7+ 'fi'xe7 1 6 . b 3 (es debil l 6 . Fe? d e 1 7 . b4 'fi'c7 1 8 . .tc5 li e8 1 9 . ltJ g l b6 20 . .tf2 II efS, WiU­ Geller, Siegen, 1 9 70) 1 6 . . . . b6 1 7. 'fi'd2 con posibilidades igua­ les. 12. ... 13. f4

ll afS ltJd4

Naturalmente, no 1 3 . . . . ef 14. ltJ e x f4 ! 1 4 . ltJ x d4 15 . .td2

ed

ltJc8

De nuevo todo de acuerdo al plan de Botvinnik, y aun mas de­ bido a que 1 5 . . . . c6 es peor a cau­ sa de 1 6 . ltJ xe7+ 1Wxe7 1 7. ef .t x f5 1 8 . 1Wf3 seguido de 1 9 . ll ae 1 . Ahora no es favorable para las blancas jugar 16. b3? por 1 6 . . . . c 6 1 7 . ltJb4 a5 ! 1 8 . ltJc2 fe 1 9 . de (1 9 . .t x e4? .t xh3 !) 19 . . . . d3 !, y las negras ganan la cali dad. Y a 16. ef es bastante buena 1 6 . . . . i. x f5 ! 1 7 . 'fi' f3 c6 1 8 . ltJb4 h5 ! Por eso V. Hort en la partida con B. Spassky (Rejkiavik, 1 977) se lanzo a las complicaciones, 16. 1Wf3 c6 1 7 . b3 ! (de nuevo es mala 1 7 . ltJb4 fe 1 8 . 1Wxe4 a5 1 9 . ltJc2 d5 ! 0 1 7 . ef li xf5 ! 1 8 . ltJb4 II h5 1 9 . h4 .tg4 20. 'fi'f2 g5 !) 17 . . . . g5 ! (creando la amenaza 1 8 . . . . fe 1 9 . de g4!) 1 8 . 'fi'h5 fe 1 9 . de gf 20. gf cd 2 1 . cd 'fi'b5 22. a4 'fi' xb3 23. ll fb l 'fi'c4 24. ll c1 'fi'b3 . Las negras estan obligadas a contro­ lar con la dama el punto e6, y por eso tienen que repetir la posicion. Se puede sacar esta conclusion: a pesar de una buena defensa, como la demostrada por las ne­ gras en partida final, la variante con 5 . e4 no es muy facil para ellas, pero es interesante una in­ vestigacion posterior. (IV) (1 . c4 e5 2 . ltJc3 ltJc6 3 . g3 g6 4 . .tg2 .tg7) 5. d3 6. ltJf3

d6

(DIAGRAMA 72)

131

En este apartado investigare­ mos partidas que se caracterizan por las dos ultimas jugadas de las blancas. A menudo se hacen en orden inverso. En general el futu­ ro plan de las blancas sent el jue­ go en el flanco de dama, por 10 tanto e1 orden de jugadas al prin­ cipio no tiene especial significa­ do. Ya se puede empezar en la sexta jugada con 6. lI b l J.e6 7. b4 �d7 8 . 1Llf3 h6 9. 0-0 lLl ge7 1 0 . e4 i.g4 1 1 . lLldS 1Ll xdS 12. cd lLle7 1 3 . i.e3 fS 14. �d2 f4!? I S . gf o-o 1 6 . 1L1 e 1 ef l 7 . i. x f4 gS 1 8 . i.g3 lLlg6 (Larsen-Spassky, Lina­ res, 1 98 1 ). Se ha producido una posicion interesante y aguda con posibilidades mutuas. Tambien es buena para las negras esta varian­ te: 6 . . . . lLlf6 7. b4 a6 8 . a4 0-0 9. bS ab 1 0 . ab lLle7 1 1 . 1Llf3 h6 1 2 . 0-0 J.e6 1 3 . i.b2 �d7. Despues del error de las blancas 14. cS ! las negras incluso se apoderan de la iniciativa 14 . . . . lLlfdS ! (Bischoff­ Milos, Dubai, 1 9 8 6). 6. ...

7.

lLl f6

Tambien se encuentra 6 . . . . fS 0-0 lLl f6. Despues en caso de

1 32

8 . lLl e l 0-0 9 . lLlc2 as 1 0 . lI b l lLle7 1 1 . a3 c6 1 2 . b4 ab 1 3 . ab dS 14. cd cd I S ; d4 e4 1 6. i. f4 h6 1 7 . h4 lLlhS ! las negras lleva­ ron a cabo con exito sus intencio­ nes (Kelecevic-P. Nikolic, Saraje­ vo, 1 982). Tampoco cambia nada en esencia tras 8. II b I aS 9. a3 0-0 1 0 . b4 ab 1 1 . ab lLlhS 1 2 . lLldS f4 13. i.b2 i.g4 (Ree-P. Nikolic, Amsterdam, 1 984) 0 8 . . . . 0-0 9 . b 4 a 6 1 0 . a 4 h 6 1 1 . bS ab 1 2 . ab lLle7 1 3 . i.b2 i.e6 (Schneider­ Short, Solingen, 1 9 8 6). Sin duda resulta mas exacto para las blancas este otro orden de jugadas: 8. lLldS !? 0-0 9. i.gS �d7 10. lLl x f6+ J. x f6 1 1 . i. xf6 li x f6 1 2 . �d2 b6 1 3 . b4 i.b7 14. cS ! dc I S . lLl xeS lLl x eS 1 6 . .,t xb7 lI d8 1 7 . �b2 �e7 1 8 . bc � x cS 1 9 . li acl �e7 20. d4 (Romanis­ hin-Kupreichik, Vilnius, 1 98 1 ). 7. 0-0

Y aqui se puede jugar inmedia­ tamente 7. lI bl as 8. a3 lLld4! 9 . b 4 (acerca d e l a jugada 9. lLl x d4 ver mas adelante) 9 . . . . ab 1 0 . ab c6 1 1 . bS 0-0 1 2 . bc bc 1 3 . lLl xd4 ed 14. lLle4 1L1 x e4 I S . i. xe4 li a6 . Las negras n o tienen problemas ( L a r s e n - P o r t i s c h , M o n t r e al , 1 9 79). Ademas, mas adelante or­ ganizaron e1 juego en el flanco de rey con facilidad, 1 6. 0-0 i.g4 1 7 . i.f4 fS 1 8 . .,tg2 gS, etc. O. Romanishin en su partida contra J. Speelman (Taxco, 1 9 8 5) empleo este metodo: 7 . ..t d2 h6 8. �cl J. g4 9. b4 1L1d4 1 O . 1L1 xd4 ed 1 1 . lLl e4 1Ll xe4 12 . ..t xe4 :Ii b8 1 3 . 0-0 hS 1 4 . c5 0-0 I S . li e 1

E: e S , pero no consiguio nada en especial. Las negras despues de 1 6 . 1!fc4 i.e6 1 7 . 1!fc2 d5 obtu­ vieron un juego satisfactorio. Pa­ rece mas fuerte 1 1 . lbb5 !?

7. ... 8. E: bI

0-0

Este es el principal objetivo de las blancas, el asalto al flanco de dama. Con la marcha del peon b2-b4-b5 tratan de obtener venta­ ja de espacio, y tambien aumen­ tar el campo de accion del alfil g2. Las negras buscan contrajuego en el ataque al rey enemigo, a menu­ do con la maniobra de cambio i.e6, 1!fcS (0 1!fd7) y i.h3 . Y tra­ taran de apoyar el juego de pie­ zas con el asalto de los peones. Otras jugadas menos complica­ das: 8. 1!fc2 E: eS 9. E: e l i.g4 1 0 . i. e 3 1!fd7 1 1 . a3 i.h3 1 2 . i.hl ltJ g4, y el juego esta igualado (An­ d e r sson-Kavalek, Las Palmas, 1 9 74); 8. a3 lbd4 9 . lb x d4 ed 1 0 . ltJ d 5 c6! (es peor 1 0 . . . . lb g4? 1 1 . b4 c6 1 2 . lbf4 E: eS 1 3 . b5 i. d7 1 4 . E: b l 1!fcS 1 5 . E: e l con una posicion activa para las blancas, S e irawan-Bisguier, USA, 1 975) 1 1 . lb xf6+ 1!fxf6 con posibilida­ des iguales. Solo puede resultar interesante 8. i.g5!? (las blancas entregan uno de sus alfiles y esperan apro­ vechar el caracter cerrado de la posicion con la ayuda de la fuer­ za de sus dos caballos) S . . . . h6 9 . i. x f6 1!f x f6 1 0 . E: b l a 5 1 1 . a3 ltJ d4 1 2 . lbd2 c6 1 3 . b4 ab 1 4 . ab 1!fdS 1 5 . e3 lbe6 1 6 . 1!fc2 1!fc7 1 7 . b 5 i. d 7 I S . E: b4 lbc5 1 9 . E: fbl

E: a3 20. bc bc 2 1 . lb ce4. Ahora despues de 2 1 . . . . E: a7 22. lb x c5 dc 2 3 . lb b3 i.cS 24. E: bS lbc5 (24 . . . . 1!fc7? 25. E: xcS) 2 5 . ll: Sb6 las posibilidades blancas son pre­ feribles. 8 . ...

a5

La defensa habitual, cuya con­ signa es abrir la columna «a» . Existen mucha s continuacio­ nes: 8 . ... h6 9. b4 i.e6 (0 9 . . . . a6 1 0 . a4 i.e6 1 1 . b5 ab 1 2 . ab ltJe7 13. e4 c6 1 4 . lb d2 lbd7 1 5 . bc bc 1 6 . lb a4, y las blancas tienen una posicion con perspectivas, Hen­ ley-Browne, Lone Pine, 1 976) 1 0 . b 5 (es menos consecuente 1 0 . lb d2 1!fd7 1 1 . lb d 5 '.!fh7 1 2 . b5 lbdS 1 3 . a4 lbeS 14. lbb3 i.h3 1 5 . d4 i. xg2 1 6. '.!f x g2 c6 1 7 . lb e 3 e 4 con posibilidades iguales, Csom-Padevsky, Moscu, 1 977) 10 . . . . lbe7 1 1 . a4 (tras un juego inofensivo 1 1 . 1!fc2 . 1!f d7 1 2 . E: e 1 i.h3 1 3 . i. h l lb g4 1 4 . lb d2 E: abS 1 5 . lb d5 ltJ x d5 ! 1 6 . cd f5 1 7 . E: b4 E: be S las blancas poco a poco entregan la iniciativa, Kee­ ne-Stein, Hastings, 1 965/69) 1 1 . 133

. . . tFc8 1 2 . .ta3 lLld7 1 3 . lLl d2 li b8 1 4 . lLld5 lit e8 1 5 . lLle4 f5 1 6 . lLlec3 c,t h 7 1 7 . a5 . Maniobrando con logica los caballos, las blancas obtuvieron una sensible ventaja posicional (Miles-Beliavsky, Has­ tings, 1 9 74/75). Tampoco iguala el juego S .t d7 9 . b4 1tc8 10. b5 �e7 1 1 . li e l j,h3 1 2 . .thl h6 1 3 . a4 lLlh5 14 . .t a3 f5 1 5 . c5 . La ventaja de las blancas en el flanco de dama es mas sensible que el juego de las negras en el lado contrario del ta­ blero (Jasin-Lanka, 1 9 7 7). De una forma amiloga se suce­ den los acontecimientos despues de S .trs 9. lLlh4 .te6 1 0 . b4 1td7 1 1 . b5 lLld8 1 2 . li e l d5 1 3 . .t a3 li e8 1 4 . cd lLl xd5 1 5 . lLle4. Las blancas controlan la imp or­ tante casilla c5 (Schmidt-Scham­ mo, Haifa, 1 976). Tambien resulta insuficiente S. j, g4 9. h3 j,f5 1 0 . b4 e4 1 1 . lLl h4 j,e6 1 2 . de j, x c4 1 3 . b 5 . De nuevo las blancas tienen ventaj a (Raicevic-Biyiasas, Vrnjacka Ban­ j a, 1 976). S lLlh5 9. b4 f5 10. b5 (tam­ bien es buena 10. 1tb3 c,f;1h8 1 1 . b5 lLle7 1 2 . a4 f4 1 3 . j,a3 j,g4 1 4 . c5 lLlf5 1 5 . 1td5 ! con un jue­ go excelente para las blancas, Be­ liavsky-Razuvaiev, Daugavpils, 1 9 74) 10 . . . . lLle7 1 1 . e3 h6 1 2 . lLl e l ct>h7 1 3 . .t d 2 f4 1 4 . lLl c2 a6 1 5 . ba li xa6 1 6 . lLlb4. Las blan­ cas llevaron con exito el duelo de la ape rtura (Radulov-Larsen, Hastings 1 972/73). Tambien se considera inignifi­ cante S lLl d4 por 9. lLl xd4 ed .



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.•.

1 0 . lLl b 5 lLl g4 ( a 10 . . . . lLl e 8 e s buena 1 1 . e3 d e 1 2 . .t xe3 a 6 1 3 . lLl c3 lLlf6 14. h 3 c 6 1 5 . tFd2 .t e 6 1 6 . lLl e 2 d5 1 7 . lLld4 con ventaja blanca, B o.tvinnik-Gheorghiu, Monteccarlo, 1 968) 1 1 . b4 (solo lleva a la igualdad 1 1 . h3 c6 1 2 . lLla3 lLlh6 1 3 . lLlc2 lLlf5 , Benko.. Smyslov, Tel Aviv, 1 964) 1 1 . . . . a6 1 2 . lLl a3 li b8 1 3 . lLlc2 c 5 1 4 . h 3 lLle5 1 5 . f4 lLld7 1 6 . e3 d e 1 7 . .t x e 3 . Con un excelente desarro­ llo las piezas blancas dominan en el centro (Taimanov-Honfi, Buca­ rest, 1 973). Se encuentra S li eS 9 . j,g5 h6 10. j, x f6 j, x f6 1 1 . b4 a6 1 2 . tFc2 .t g 7 1 3 . lLl d 5 � a7 14. a4 c6 1 5 . lLlc3 d5 1 6. cd cd 1 7 . e4 d4 1 8 . lLld5 .te6 1 9 . li fcl (Anders­ son-Sax, Moscu, 1 9 8 2). En esta compleja posicion los adversarios acordaron tablas. .

9. a3

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134

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Ahora las negras pueden elegir entre numerosas continuaciones. Las mejores son 9 h6 (A) y 9 lLld4 (B). Otras son algo peores. Diga­ mos 9 j,d7 con la intencion de cambiar cuanto antes los alfiles de casillas blancas, es insuficiente de­ bido a 1 0 . b4 ab 1 1 . ab tFc8 1 2 . .tg5 j,h3 1 3 . .t xf6 j, x f6 1 4 . lLl d 5 j, d 8 1 5 . .t xh3 1txh3 1 6. li al li xal 1 7 . tFxal 1tc8 1 8 . b5 lLlb8 1 9 . Was . Resulta que la co­ lumna «ID> , abieita por las negras, sera aprovechada por !!IU adversa­ rio. Las negras tienen una dificil posicion (Andersson-Westerinen, Genova, 1 977). •

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9 i.e6 es mala por 1 0 . b4 ab 1 1 . ab 1WcS 1 2 . bS rtJe7 1 3 . rtJ g S ! (Romanishin-Seredenko, Cheliabinsk, 1 97 S). De una manera anaIoga se de­ sarrollaron los acontecimientos tras 9 i.f5 1 0 . b4 ab 1 1 . ab 1Wd7 1 2. lI e l (es mejor mantener cI alfil blanco, ya que en caso con­ t nirio 1 2 . rtJ gS h6 1 3 . rtJ ge4 rtJ xe4! 14. de .th3 I S . i. xh3 1W x h3 1 6. rtJdS rtJd4! 0 1 2 . b4 rtJe7 1 3 . lI el i.h3 1 4 . i.hl h6 I S . i.b2 rtJg4 1 6 . d4 1We6 1 7 . 1Wd3 c 6 I S . e 4 e d 1 9 . rtJ xd4 rtJeS las negras obtienen la igualdad sin dificultad, Vaganian-Dvoretsky, Erevan, 1 975) 1 2 . . . . i. h3 1 3 . i.hl h S 14. b S rtJe7 I S . rtJ d2 lhbS 1 6. rtJdS rtJfxdS 1 7 . cd b6 I S . 1Wb3 fS 1 9 . i.b2 i.f6 20. 11 bel . Las negras tienen pnictica­ mente una debilidad permanente e n c 7 ( R ai c e v i c- P a d e v s k y , Vrnjacka Banja, 1 976). Examinemos 9 rtJ h5 Tam­ bien en este caso 1 0 . b4 ab 1 1 . ab fS 1 2 . bS rtJe7 1 3 . 1Wb3 ! (la posi­ cion despues de 1 3 . 1Wc2 f4 1 4 . e3 i.g4 I S . rtJ e 4 1Wd7 s e dio en el encuentro entre T. Petrosian y E. Vasiukov, Moscu, 1 9 6 1 ; el ata­ que negro resulto muy fuerte. A un juego complicado lleva 1 3 . rtJdS rtJ xdS 1 4. cd f4! I S . 1Wc2 i.g4, Shatskes-Vasiukov, Moscu, 1 9 6 1 ) 1 3 . . . . �hS 14. i.b2 h6 I S . lI al Ie da a las blancas la posibi­ lidad de aprovechar para sus in­ tereses la columna «A» (Anders­ son-Smejkal, Amsterdam, 1 973). Merece atencion 9. 11 e8!?, amenazando a 1 0 . ab e4!, y a 1 0 . .

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.

...

rtJd2 es aceptable 1 0 . . . . rtJ e 7 1 1 . b4 ab 1 2 . ab dS!? 1 3 . b4 i.e6 1 4 . cd (es peor 1 4 . 1Wb3 c6! I S . i.b2 rtJfS 1 6 . lI fc l i.h6 1 7 . cd cd I S . 1Wdl rtJg4 1 9 ., e4 rtJ xf2, Raicevic­ Matulovic, Yugoslavia, 1 97 5 , 0 1 4. i.b2 c6! I S . lI al rtJfS con un tema igual al anterior, Mednis­ Martinovic, Nis, 1 977) 14. . . . rtJexdS I S . i.b2 rtJ xc3 1 6 . i. x c3 i.dS . Las negras tienen un juego igualado (Benko-van Riemsdyk, Sao Paulo, 1 977). Ademas de 10 . . . . rtJe7 hay otro procedimiento: 1 0 . . . . i.g4 1 1 . b4 ab 1 2 . ab 1Wd7 1 3 . bS rtJdS 1 4. lI e l i.h3 I S . i.hl c6 1 6 . cS dS ! 1 7 . e4 rtJe6 (Ortega-Boudy, Cuba, 1 9S5). Las negras consiguieron construir un fuerte centro. Probablemente las blancas de­ ben buscar el refuerzo desde el mismo principio de la variante : 1 0 . i.gS !? h 6 1 1 . i. x f6 1Wxf6 1 2 . b 4 ab 1 3 . ab 1W d S 14. b S rtJ e 7 I S . 1Wb3 i. e 6 1 6. rtJd2 lI bS 1 7 . lI al c6 (Miles-Littlewood Inglaterra, 1 9S4). Pero las negras en este caso no experimentan gran des di­ ficultades. (A)

(1 . c4 e S 2 . rtJc3 rtJc6 3 . g3 g6 4. i.g2 i.g7 S . d3 d6 6. rtJf3 rtJ f6 7. 0-0 0-0 S . lI b l as 9. a3) 9.

...

h6

Las negras en esta variante de­ ciden impedir que el alfil blanco llegue a gS, esperando que esta perdida de tiempo no tenga un es­ pecial significado, pues desde lue13S

go la posicion adquiere un carac­ ter cerrado. 10. b4

Las blancas no consiguen nada tras 1 0 . iD e l ?! .td7 1 1 . b4 ab 1 2 . ab !tc8 1 3 . b5 iD e 7 1 4. iDc2 .th3 1 5 . e4 .t x g2 16. 'i!t xg2 c6 1 7 . .ta3 !td7 (Lehmann-Ciocaltea, Albena, 1 977). 10. 11. 12. 13 .

... ab b5 .t b2

ab

.te6

iDe7

Esta posicion es un huesped frecuente en la practica actual. Ademas de la jugada del texto las blancas tienen muchas otras posi­ bilidades. A 13. iDd2 no tiene sentido para las negras emprender el jue­ go en el centro, 13 . . . . d5 14. !tb3 li e8 1 5 . .t a3 dc 1 6 . iD x c4 iD ed5 1 7. iD a4 b6 1 8 . e4 iDe7 1 9 . IUdl , ya que la posicion abierta esta en manos de su adversario (Sunye-E­ vans, Lone Pine, 1 977). Tiene un aspecto solido 1 3 . . . . c6 14. !tb3 d5 1 5 . .t a3 e4! 16 . .tc5 ed 1 7 . ed 1 36

It e8 1 8 . bc bc 1 9 . !tb4 dc. Tras este orden de jugadas las negras pueden mirar sin temor al futuro (Sunye-Grefe, Lone Pine, 1 977). Tras l3 . .td2 se defienden con exito mediante 13 . . . . !td7 14. !tel 'i!th7 1 5 . c5 iDfd5 1 6 . iD xd5 .t x d5 1 7 . It b4 f6 1 8 . li h4 iDg8 1 9 . 1I b4 iD e 7 (Kestler-Popov, Niza, 1 9 74). A un juego complicado lleva la variante 13. !tb3 iDd7 1 4 . .ta3 f5 1 5 . iDd5 'i!th7 1 6 . iD d2 l h7 1 7. b6 iD xb6 1 8 . iD xb6 cb 19. !tb4 iD c8 . Las blancas desde lue­ go tienen compensacion por el peon, pero no es muy grande (De­ ze-Vukic, Novi Sad, 1976). Las negras pueden impedir la jugada b6 mediante 1 4 . . . . iDb6!? En respuesta a 13. e4 en la par­ tida Padevsky-Vukic (Belgrado, 1 977) las negras continuaron 1 3 . . . . .tg4 1 4 . i.e3 iDd7 1 5 . !td2 'i!th7 1 6 . iD e l iDc5 1 7 . iD c2 !tc8 1 8 . d4, pero no igualaron total­ mente la posicion. En este caso es mas exacto jugar en el espiritu de la defensa india de rey, 1 3 . iDd7. 13. ...

!td7

Despues de 13 . . iDeS las ne­ gras ceden la importante colum­ na «a» 14. n al n c8 1 5 . lI a7 b6 1 6 . iDd2 f5 1 7 . iD a2 seguido de 1 8 . iD b4 y empiezan a dominar en el flanco de dama (Fedorowicz­ Benjamin, USA, 1 9 76). A 13 . ... iDd7 sigue 1 4. !tc2 (es peor 1 4 . iD d2 c6 1 5 . e4?! f5 1 6 . e f gf 1 7 . f4 iD g6 con intenciones de actividad de las negras en el ..

flanco de rey) 1 4 . lbcS I S . lbd2 �cS 1 6. lbb3 .th3 1 7 . lb xcS dc I S . Ii al lit xal 1 9 . l::t x a l .t xg2 20. c,t> xg 2 Ii dS 21 . Ii a7 b6 22. �a4 c,t>h7 23. �a6 �d7 (Maran­ g unic-Marj anovie, Yugoslavia, 1 977). Tambien las blancas estan algo mejor en este easo, y ademas de nuevo tiene un especial signi­ ficado la columna «a» .

abrumadora (Mednis-Lehmann, Berlin Oeste, 1 9S3). 15. Ii e1 16. 1.hl 17. 1.al

.t h3 lbg4 £5

1 4 . lbd2

Existe otro metodo de juego para las blancas, que previene el cambio de los alfiles de casillas blancas: 14. l::t e l .th3 I S . .thl . Sin embargo en este caso las ne­ gras pueden disponer muy bien sus piezas en el centro: I S . . . . �e6!? 1 6 . �b3 lbd7 1 7 . lbd2 c6 I S . Ii al c,t>h7 1 9 . �c2 fS . Ahora a 20. lbb3 es buena 20 . . . . e4! 2 1 . de f4 22. lba4 lbeS 23. bc lb 7 x c6 (es peor 23 . . . . bc por 24. cSt) 24. lbb6 l::t xal 2S. Ii x al �f7! , obte­ niendo compensacion mas que su­ ficiente por el material entregado ( Raicevic-Ciocaltea, Bar, 1 977). 14. ...

l::t ab8

Aqul a 14 . ... c6 es posible ga­ nar algunos tiempos teniendo. en cuenta la debilidad de la casilla b6 mediante I S . lb a4! lb eS 1 6. be be 1 7 . cS ! .t h3 I S . lilc4! Si se juega inmediatamente 14 . ... 1.h3, en­ lonces las blancas realizan un sa­ erificio posicional de cali dad: I S . i, xb7! ,t x fl 1 6. !f'xfl l::t a7 1 7 . .t g2 dS I S . !f'c1 d4 1 9 . lb ee4 lil x e4 20. lb xe4 lbfS 2 1 . lbcS !f'cS 22. lba6 c6 23 . .ta3 Ii dS 24. .t eS , obteniendo una ventaj a

Las negras han creado serias amenazas con el avance del peon fl . Y en respuesta a I S . Ii a7 se considera excelente I S . . . . e4 se­ guido de 1 9 . . . . .td4! En la partida Mednis-Zapata (Amsterdam, 1 9 S6) se jugo 18. lbd5 gS 1 9 . lit a7 lb eS 2 0. Ii a2 c6 2 1 . lb c3 lbe7. EI juego de piezas de las negras en el flaneo de rey resulta impresionante. Es proba­ ble que la variante con la tempra­ na d2-d3 y el avance del peon «b» no sea peligro s o para las negras.

(B) (1 . c4 eS 2. lb e3 lbe6 3. g3 g6 4. 1.g2 1.g7 S. d3 d6 6. lbf3 lbf6 7 . 0-0 0-0 S . l::t b l as 9 . a3) 9.

.•.

lbd4

Otro medio de juego activo para las negras en esta variante, 137

que ya se encuentra en las parti­ das de V. Smyslov del aiio 1 976. Oespues paso a formar parte del repertorio de otros grandes aje­ drecistas. 10. b4

No se recomienda p ara las blancas jugar 10. lb x d4 ed 1 1 . lbbS ed. Las negras igualan eljue­ go con facilidad despues de 1 1 . . . . lbg4! 1 2 . h 3 c6 1 3 . hg .t xg4! 1 4. lb x d4 .t xd4 I S . 'iWd2 'iWd7 1 6 . b4 ab 1 7 . il xb4 lUe8 (Christiansen­ Smyslov, Lone Pine, 1 976). Tras 10. lbd2 las negras empie­ zan a levantar una petrea muralla en el camino del alfil g2 median­ te 1 0 . . . . c6 1 1 . b4 ab 1 2 . ab dS (es peor 12 . . . . .tg4 1 3 . h3 i.d7 14. �h2 lbhS I S. cS dS 16. e3 lbe6 1 7 . lb a4 fS I 8 . lbb6 il b8 1 9 . e4! , los alfiles negros n o son tan activos, y en el flanco de dama las blancas ya obtienen cierta venta­ ja, Larsen-Portisch, Biel, 1 976) 13 . .tb2 (las blancas no tienen nada tras 1 3 . bS i.e6 1 4 . e3 lb fS I S . 'iWe2 'f!Ie7 1 6. i.b2 lHd8 1 7 . bc b c 1 8 . lIfc l lbe8, Martinovic­ Vukic, Yugoslavia, 1 977) 1 3 . . . . il e8 1 4 . e3 lbfS I S . cd cd 1 6. lbb3 hS y obtienen incluso una posicion con mayores perspecti­ v a s ( S mej kal- S mys l o v , B i e l , 1 976). Las negras tienen que ju­ gar con atencion para mantener la igualdad. Solo merece atencion la jugada 10 . .tgS!? h6 1 1 . .t x f6 .t x f6 1 2 . b4 ab 13. ab .tg4! 1 4 . e3 il a3 ! I S . lbdS lb x f3 ! 1 6 . .t xf3 .th3 1 7 . 'f!Icl ! II xd3 18 . .t e4 .ifS 1 9 . 138

.i x fS g f 2 0 . b S e4, que liev a a un juego muy complicado y rico en contenido (Benj amin-Watson, Hastings, 1 9 8 4/8S). ab e6

10. ... 1 1 . ab

La variante 1 1 . . . . .ig4 1 2 . lb x d4 ed 1 3 . lb b S lI a2 1 4 . .ib2 c6 I S . lb a3 'f!Ia8 1 6 . 'f!Ib3 condu­ ce a la perdida de la calidad (An­ dersson-Romero, Roma, 1 9 8 6). 12. bS

La principal intenci6n de las blancas es crearle debilidades al enemigo por la gran diagonal. Pero tal vez sea mas sencilla 12. lbd2 seguida de 13. e3, que 10 que puedan inventar aqui. 12. ...

.tg4

Otra via de desarrollo consiste. en 12 . . . . lb x f3 + 1 3 . .t x f3 dS 14. bc bc I S . cd cd 1 6 . .igS .te6 1 7 . il bS il aS ! 13. i.g5

No ofrece nada a las blancas el cambio previo 13. be bc seguido de 1 4 . lb x d4 ed I S . lbe4 lb x e4 1 6 . .i xe4 'f!Id7, ya que la en apa­ riencia activa 1 7 II b6 en realidad es un golpe al vacio, 1 7 . . . . d S ! 1 8 . cd cd 1 9 . .tg2 il fe8 20. il e l II al ! Las blancas ya tienen gran­ des dificultades. Se encuentran bajo el bombardeo de la artilleria pesada de las negras (Anikaiev­ TaW, Minsk, 1 9 70). Tal vez sea mejor jugar inme­ diatamente 13. lb x d4 ed 1 4 . lb e4 lb xe4 I S . .i xe4 il e8 ! (las negras .

estan en condiciones de combi­ nar, ya que el peon c6 esta defen­ dido indirectamente} 1 6. be be 1 7 . J. x c6 .J. xe2!, y tras 1 6. g b2 d5 1 7 . cd cd 1 8 . J.g2 li al 10s peo­ nes doblados por la columna «d» no son d6biles, sino mas bien fuer­ tes, ya que fijan al peon retrasa­ do e2 (Augustin-Tahl, Moscu, 1 977). La posicion final se puede valorar como complicada pero ejemplarmente igualada. 13. 14. 15. 16.

... J. xfJ J. xf6 ef

J. xfJ h6 tD xfJ+ J. xf6

(DIAGRAMA 76)

Se ha producido un cambio ma­ sivo de piezas en el centro del ta­ blero. Despues de 1 7 . be be 1 8 . l:i b7 li a3 1 9 . Wc2 d5? 20. cd cd 2 1 . tDb5! li a5 22. Wc6 Jog7 2 3 . l:i b l las blancas consiguieron una mayor ventaja de espacio en el

flanco de dama (Andersson­ Nunn, 1 9 8 1 ). Pero tras la corree­ ta I 9 . . . . Wa8 20. g fbl li a7 se de­ ben de valorar como iguales las posibilidades de ambos bandos. Terminado el examen del siste­ ma cerrado, se pone de manifies­ to que al igual que en el sistema anaIogo de la Defensa Siciliana es dificil que las blancas cuenten con una seria ventaja en la apertura. Por 10 general, en estas continua­ ciones todo el peso de la lucha re­ cae sobre el medio juego.

1 39

5. SISTEMA DE DEFENSA CON 2. II. 116 1. c4 2. lLl c3

e5 d6

En este capitulo vamos a exa­ minar las variantes en las que las negras juegan en una fase tempra­ na de la partida d6, para introdu­ cir nipidamente en el juegp al al­ fil de casillas blancas. Lo dividi­ remos en tres partes: en la prime­ ra veremos las variantes que em­ piezan con 3. d4 (I), en la segun­ da con 3. lLlf3 (II). En la tercera examinaremos las continuaciones en las que las blancas fianchettan su alfil, 3. g3 (III). En realidad, generalmente empieza con las ju­ gadas 1 . c4 e5 2. lLlc3 lLl c6 3. g3 d6 4. ,.tg2 .te6. Para un estudio mas comodo hemos intercambia­ do a proposito el orden de la se­ gunda y tercera jugadas de las ne­ gras. Muchas ideas para esta va­ riante fueron propuestas por V.

Smyslov, por eso a menudo este esquema en los manuales lleva el nombre de sistema Smyslov. Hay otra jugada mas, 3. e3, pero se encuentra raramente y no tiene un significado especial. Lo mejor para las negras en este caso es jugar 3 . . . . f5 4. d4 lLlf6 5 . de de 6 . 'fI x d8 + 'i!;> xd8 7 . b3 c6 8 . .tb2 'i!;> c7 (es un poco peor 8 . . . . .t e 6 9 . lLl f3 lLlbd7 1 0 . .t e 2 'i!;>e8 1 1 . ll dl .tb4 12. 0-0 llf8 1 3 . lLla4 e 4 1 4 . lLld4 'i!;>f7 1 5 . a3 , Iv­ kov-Kozomara, Sarajevo, 1 9 5 8 . El rey negro s e siente menos se­ guro en el flanco de rey que en el de dama) 9. 0-0-0 lLlbd7 10 . .td3 e4 1 1 . .tc2 a5 12. lLlh3 .td6 1 3 . lLle2 11 e8 1 4 . lLlfe4 lLle5 (Miles­ Larsen, Las Palmas, 1 977). Las negras han igualado tot almente el juego. (I)

( 1 . c4 e5 2 . lLlc3 d6) 3. d4

eel

No es necesario decir que la continuacion 3 . ... lLlc6 lleva apa­ rejada una importante perdida de tiempo en la apertura. Desde lue­ go despues de 4. d5 lLlce7 5 . g3 f5 6. lDf3 lLlf6 7. ,.tg2 c5?! 8 . lLlg5 ! a6 9 . e 4 II b8 1 0 . 0-0 h 6 1 1 . lLle6 ,.t xe6 1 2 . de fe 1 3 . .t x e4! la ventaj a de las blancas adquiere 141

un canicter agobiante (Cson-Sutt­ les, Yakarta, 1 9 82). Despues de 3 . . ltld7 4 . ltlf3 tenemos una de las bifurcaciones de la Defensa India de Rey. ..

4. 'ft'xd4

ltlc6

Un orden de jugadas mas astu­ to consiste en 4 . . . . ltl f6 . General­ mente despues de S . b3 (S. g3) S . . . . ltl c6 6 . 'ft'd2 lleva a l a misma variante . Pero tambien hay una desviacion, que consiste en S . . . . g 6 6 . J.. b 2 J.. g7. Resulta que las negras pueden sacar su caballo de dama por otra rota. Por ejemplo: 7 . 4/JdS ltlbd7 8 . 'ft'e3+ � f8 9 . ltl c 3 ltl cS 1 0 . ltlf3 (Adorj an-Jan­ sa, Praga, 1 985). 0 7. g3 0-0 8 . J.. g 2 lI e8 9 . 'ft'd2 ltlbd7 ! 1 0 . ltl f3 ltl cS 1 1 . 0-0 a s 1 2 . lI ad l a4 1 3 . ltl d4 ab 1 4 . ab c6 I S . 'tWc2 'tWb6 1 6 . e3 ltlfd7 (Miles-Smejkal, Bad Worishofen, 1 9 8 5). Las posibili­ dades negras aqui no son peores. 5. 'tWd2

De forma inequivoca las blan­ cas preparan el fianchetto del al­ m de dama (b3 , J.. b 2). 5. ...

1 42

ltl f6

Ahora es insuficiente 5 . . .t e6 6. b3 .t e 7 7 . .tb2 J.. f6 8 . g3 ltlge7 9. e4 'ft'd7 1 0 . f4 'ft'c8 1 1 . .tg2, y las blancas obtienen ven­ taja (Durao-Rossolimo, Mruaga, 1 9 70). Y a 5 . ... g6 continuan dispo­ niendo con comodidad sus pie­ zas, 6. b3 J.g7 (es dudosa 6 . . . . J.h6 7 . e3 ltl f6 8 . J.. b 2 0-0 9 . ltl f3 J.. g 7 1 0 . .t e 2 J.. fS 1 1 . II d l ltl e4 1 2 . 'ft'cl ltl xc3 1 3 . J.. xc3, y la ven­ taja posicional de las blancas es sen sible , Ribli-Torre, Manila, 1 976) 7 . .tb2 ltl f6 8 . g3 ! (una de­ cision correcta, no se puede per­ der el control sobre la casilla d S , y a que despues d e 8 . e3 0-0 9 . ltlge2? dS ! 1 0 . ltl xdS ltl xdS 1 1 . J. xg7 ltl db4! 1 2 . J.. xfB ltl d 3 + se puede perder la partida, Barcza­ Dely, Hungria, 1 969) 8 . . . . 0-0 9 . J.. g2 ltl e S ( a 9 . . . . J.. e6 e s buena 1 0 . ltlh3 seguida de ltlf4, y tras 9 . . . . lI e8 , 1 0 . ltlh3 .t xh3 1 1 . .t xh3 ltl e4 1 2 . ltl xe4 .t xb2 1 3 . 'ft'xb2 II xe4 1 4 . 0-0 'ft'e8 I S . e3 as 1 6 . J.. g2, Smejkal-Miagmasu­ ren, Skojpe 1 972, 0 9 . . . . lI b8 1 0 . ltlh3 a6 1 1 . 0-0 bS 1 2 . ltl f4 ltl e S 1 3 . cb ab 1 4 . lI acl ltle8 I S . JUd I , Minev-Orn�tein, Rimavs­ ka Sobota, 1 974, las posibilidades blancas son mejores en ambos ca­ sos) 1 0 . ltlh3 (es menos flexible 1 0 . ltlf3 ltl x f3 + 1 1 . J.. xf3 II b8 1 2 . 0-0 J.. h 3 , y la posicion esta cerca de la plena igualdad, Stahl­ berg-Smyslov, Estocolmo, 1 964) 10 . . . . as 1 1 . II c1 ltl ed7 1 2 . ltl f4 ltlcS 1 3 . 0-0, manteniendo mejo­ r e s p o s i b ilidades (Robats ch­ Korchnoi, Buenos Aires, 1 97 8 ) . ..

Sin embargo las negras pueden mejorar su juego continuando 1 1 . . . . i.d7! 1 2 . 0-0 II e8 1 3 . ltJ f4 i. c6 1 4 . ltJ fdS ltJed7 I S . lI cd l ltJcS (K. G rigorian-Suetin, Moscu, 1 983). �Y ahora como tienen que ju­ gar las blancas? Probablemente, 10 mej or es detenerse en 9 . ltJh3 (en lugar de 9. i.g2) 9 . . . . II e8 (es arriesgado para las negras la variante 9 . . . . dS? 10. ltJ xdS ltJ e4 1 1 . 1!¥c2 ltJd4 1 2 . 1!¥xe4 i. fS 1 3 . 1!¥ x d4 ! ! ) 1 0 . ltJf4. Ahora, cuando hay un control total sobre el cen­ tro, la posicion blanca sera pre fe­ rible en todos los casos. Por ejem­ plo: 1 0 . . . . i.g4 1 1 . i.g2 ltJ e S 1 2 . 0-0 II b8 1 3 . h 3 i. d 7 1 4 . lI ad l a6 I S . ltJ cdS, a las negras les es difi­ cil crear contrajuego (Korchnoi­ Spassky, Lugano, 1 982); 0 1 0 . . . . ltJ e S 1 1 . i.g2 lI b8 1 2 . 0-0 a6 1 3 . lI fd l ltJ ed7?! 14. lI acl ltJ cS I S . b4 ltJ e 6 1 6 . ltJfdS ! bS? 1 7 . cb ab 1 8 . ltJ x f6+ 1!¥xf6 1 9 . i. c6! y la posicion de las negras es penosa (Ftacnik-Plachetka, Bratislava, 1 9 8 3). Regresando a la posicion del diagrama, diremos que las blan­ cas tienen dos caminos, 6. b3 (A) y 6. g3 (B). (A)

(1 . c4 eS 2. ltJ c3 d6 3 . d4 ed 4. 1!¥ x d4 ltJc6 S . 1!¥d2 ltJf6) 6. b3

En esta posicion hay que exa­ minar la interesante posibilidad

Despues de 1 0 . ltJge2 1!¥h4! 1 1 . ltJg3 ltJgeS (la activa 1 1 . . . . fS no da nada debido a 12. f4, y si 12 . . . . ltJ xh2, entonces 1 3 . ltJ ce2 se­ guido de 0-0-0. Despues de 1 1 . . . . . ltJgeS la amenaza fS resulta peli­ grosa) 1 2 . 0-0 fS 1 3 . f3 (a 1 3 . f4 es muy fuerte 1 3 . . . . ltJg4, ya que no es posible 1 4 . h3 debido a 1 4 . . . . i.d4+ I S . Whl 1!¥xg3 1 6 . gh 1!¥h4 mate!) 1 3 . . . . i.h6 1 4 . 1!¥dl f4 I S . ltJge2 gS 16. ltJdS g4! las negras desarrollaron un fuerte ataque (Polugaievsky-Nezhmetdi­ nov, Sochi, 1 9 S 8). Este encuentro es una de las partidas mas bellas con la apertura inglesa. Despues siguio 1 7 . g3 fg 1 8 . hg 1!¥h3 1 9 . f4 i. e 6 ! 2 0 . i.c2 II f7 2 l . W f2 1!¥h2+ 2 2 . W e 3 i. xdS 2 3 . cd ltJb4 24. lI hl II x f4 ! ! La posicion final merece un diagrama. (DIAGRAMA 80)

Es mas exacta para las blancas 1 0 . ltJ f3 , .lJUnque en este caso des­ pues de' 1 O . . . . ltJge S ! 1 1 . i.e2 143

jor (Ghitescu-Espig, Kecskemet, 1 972). Es muy interesante la manio­ bra 6 . ... as!? 7. e4 a4 8. ll: b l ab 9. ab g6 1 0. g3 .tg7 1 1 . .t g2 0-0 1 2 . lLl ge2 lLl e S . Pero en opinion de R. Keene, es favorable para las blancas la variante 1 3 . 0-0 .th3 14. f3 ! 7. e4 8. lLl ge2

lLl xf3 + 1 2 . .t x f3 lLl d4 1 3 . .t d l fS 1 4 . 0-0 fe I S . lLl x e4 dS ! las blancas experimentan dificulta­ d e s ( B agirov-Luk i n , Tbilisi, 1 98 1 ). Todo estci demuestra que la aparentemente activa 6. e4? es de dudosa calidad. En respuesta a 6. lLlf3 las ne­ gras como minimo igualan el jue­ go mediante 6 . . . . .te6 7. e3 dS ! (Uhlmann-Klinger, Szirak, 1 98 5 ). 6. . . .

.te6

Las negras juegan con activi­ dad, amenazando la liberadora d6-d S . En caso contrario pueden caer en una posicion apretada: 6. ... .tfS 7. lLldS .te7 8 . .tb2 0-0 9 . f3 ll: e 8 1 0 . '4!¥c3 lLl e S 1 1 . lLl xe7+ '4!¥ x e7 1 2 . 0-0-0 hS 1 3 . e4 .tg6 1 4 . lLlh3 seguida de I S . lLlf4 (Benko-Cordovil, Malaga, 1 9 70). Examinemos otra continuacion modesta, 6 . ... .te7 7. g3 0-0 (a un juego confuso lleva 7 . . . . lLlb4 8 . .t g2 c6 9. e4 lLld7 1 0 . a3 lLla6 1 1 . lLl ge2 lLlacS 1 2 . '4!¥c2 as , Kest­ ler-Polugaievsky, Bochum, 1 969) 8 . .tb2 ll: e8 9 . .t g2 lLleS 1 0 . lLlh3 ll: b8 1 1 . o-o a6 1 2 . lLlf4. Las blan­ cas aqui tienen una posicion me1 44

as

A 8 . .td3 1as negras pueden ju­ gar 8 . . . . lLl e S 9 . lLlge2 a4 1 0 . ll: bl ab 1 1 . ab g6 1 2 . 0-0 .t g7 1 3 . .t c2 0-0 (Anikaiev-Smyslov, Sochi, 1 974) 0 8 . . . . a4 9 . ll: b l ab 1 0 . ab g6 1 1 . lLl ge2 .tg7 1 2 . 0-0 0-0 1 3 . .tb2 ll: e8 1 4 . lLldS .t xdS I S . cd lLl e S 1 6 . .t c2 c6, obteniendo una lucha rica e interesante con posi­ bilidades iguales (Polugaievsky­ Zeshkovsky, Leningrado, 1 9 74). 8. ...

a4

Tras 8 . . . . g6 9 . g3 .tg7 1 0 . .tg2 lLl d7 1 1 . .tb2 la posicion blanca tiene mas perspectivas. 9. ll: bl 10. ab 1 1. g3

ab g6

Resulta razonable la decision de las blancas de desarrollar el al­ fi1 de casillas blancas por la gran diagonal. Desde luego en d3 0 posteriormente en c2 sirve de ob­ jetivo de ataque . 1 1 . ... 12 . .t g2 13. 0-0

.t g7 0-0

lLld7

(DIAGRAMA 81)

baba esta accion de las blancas. Pero aqui la interesante paratida de R. Hubner con el campeon mundial hizo temblar la reputa­ cion de la variante teorica. .te6

6. ...

Aprovechando la indefension del peon c4 las negras ganan un tiempo importante. Es bastante mas debil la modes­ ta 6 . .te7? 7 . .tg2 0-0 8. �h3 �b4 9. �f4 c6 1 0. 0-0 Ii: e8 1 1 . h3 .tf8 1 2. b3 con una posicion armoniosa para las blancas (Rai­ kovic-B arcza, Hasti n g s , 1 9 72/73). No parece mejor otro camino, 6 a5 7 . .tg2 a4 8. �d5 � e 5 9. 't!fc2 c6 1 0. �xf6+ 't!f x f6 1 1 . f4 �d7 12 . .td2 �c5 , pero es suficientemente bueno. Despues de 1 3 . e4 't!fxb2 1 4. lIcl a3 1 5 . �e2 � x c2 1 6 . Ii: x c2 lD d3 + 1 7. �f1 Ii: a4 las negras se quedaron con un peon de ventaja ( O s n o s-V o r o t n i k o v , E r e van , 1 983). .

Se puede considerar terminada la fase de la apertura. La posicion es bastante com­ pleja. Las negras consiguen man­ tener la igualdad tanto tras 14. �f4 �c5 1 5. b4 � a4 1 6. �cd5 � e 5 , como despues de 14. �d5 � c5 1 5. b4 �a4 1 6. 't!fc2 �e5 , provocando a las blancas a 17. f4? � x c4 ! 18. 't!f x c4 c6 ! A 1 7. �ef4 las negras pueden jugar tambien 1 7 . ... c6 1 8. �xe6 fe 1 9. �f4 't!ff6 20. lIb3 b5 0 1 7 . ... .td7 1 8. Ii: e 1 c6 1 9. �e3 , como se jugo en la partida Hubner-Balashov (Rio de Janeiro, 1 9 79), con juego apro­ ximadamente igual.

( B) (1. c4 e5 2. � c3 d6 3 . d4 ed 4. 't!f x d4 �c6 5. 1!t'd2 �f6)

6. g3 En apariencia esta jugada se considera mejor inc1uso que 6. b3. Las negras quieren ejercer 10 antes posible el control sobre el centro del tablero. La teoria apro-

..

.

•..

7. �d5 b Tam i� n se puede defender el peon c4 con la jugada 7. e4. Es desafortunada esta replica: 7 . ... h5? 8. h4 g6 9. b3 i.h6 1 0. f4 �e5 1 1 . .tg2 0-0 1 2. � ge2 �eg4?! 13. 0-0 lIe8 14 . .tb2 .td7 1 5. Ii: ae l a6 1 6. �d4, y las negras obtuvieron una posicion estrategicamente perdida (Palat­ nik-Timoshenko, Irkutsk, 1 983 ). Son muy complicadas y confu­ sas las consecuencias de la conti­ nuacion 7 . ... a5. Despues de 8. b3 a4 9. lIb l ab 1 0. ab �xe4!? 145

(realizando un interesante sacrifi­ cio de pieza, las negras obligan a las blancas a pasar a 1a defensa ya en la decima jugada) 1 1 . lb x e4 dS 1 2 . cd J.b4 1 3 . lbc3 J. xdS 1 4. f3 0-0 I S . ct>f2 (Palatnik-Lputian, Ir­ kustsk, 1 98 3 ) la posicion creada no tiene una valoracion exacta. Las negras tienen una gran acti­ vidad por la pieza, y ademas las blancas practicamente no han em­ pezado el desarrollo de sus pie­ zas. Un procedimiento de juego mas tranquilo para las negras con­ siste en 7 . . . . 'fIe7 8 . f3 li d8 9 . lb d S ,t x dS 1 0 . cd lb e S 1 1 . .t g2 g6 1 2 . lbe2 J.g7 1 3 . 0-0 0-0 1 4 . lb c 3 c6 (Martinovic-Rukavina, Vrsac, 1 9 8 5). Sin embargo en este caso las posibilidades de las blan­ cas parecen preferibles. Probablemente la continuacion mas prometedora este en una construccion al estilo de la defen­ sa india de rey, 7 . . . . g6 8 . b3 .t g7 9 . .tb2 0-0 1 0 . .tg2 as 1 1 . lbge2 a4 1 2 . li bl ab 1 3 . ab lbd7 1 4 . lb b S J. xb2 I S . 'fIxb2 lbb4 1 6 . 'fIc3 lb c6 1 7 . 0-0 lbcS 1 8 . lbf4 lbeS 1 9 . lb xe6 fe 20. b4 lb a4 2 1 . 'fIb3 'fIe7 22. f4 c6 (Cebalo-Smej­ kal, Zagreb, 1985). Se presenta una lucha interesante con posibi­ lidad mutuas. 7.

...

lbe5

En todos los manuales sobre la estrategia de apertura se reco­ mienda no mover mas de una vez la misma pieza en plena apertura. Aqui tenemos una excepcion a la regIa. 146

8. b3

lbe4

Es bastante mas debil 8 . . . . J.e7 debido a 1a siguiente variante: 9 . J.g2 c6 1 0 . lb x e 7 'fI x e 7 1 1 . J.e3?! (es mas precisa 1 1 . f4 lb g6 y solo ahora 1 2 . .t a3 !) 1 1 . . . . li d8?! (tambien las negras pasan por alto la mas fuerte 1 1 . . . . cS !) 12. f4 lb g6 1 3 . 0-0-0 cS 14. e4 J. c8 I S . lbe2. Despues de los errores mutuos la partida se enca­ rrilo por los cauces habituales, y la posicion blanca, sin duda, es mejor (Ligterink-Timman, Wijk aan Zee, 1 985). 9. tle3

Tambien se ha probado 9 . tld4? Pero esta jugada pierde fuerza en comparacion con la con­ tinuacion principal. Es favorable a las negras la variante 9 . . . . lb cS 1 0 . f4 lb c6 1 1 . tle3 J.e7 1 2 . lb xe7 tl x e 7 1 3 . .tb2 0-0-0 1 4 . lbf3 li he 8 (Taimanov-Smyslov, Tbilisi, 1 967). Y despues de 9 . . . . fS ! 1 0. J. g2 g6 ! 1 1 . .tb2 cS ! 1 2 . tl d l .t xdS 1 3 . tl x dS tlaS+ 14. � d l lb d3 ! ! I S . tl x d3 lb xf2+ las negras obtuvieron rapidamente la victoria (Christiansen-Reinert Dinamarca, 1 9 8 5). Y tras la me: jor 1 2 . tle3 .t xdS 1 3 . .t x e4 .t xe4 1 4 . f3 tlaS+ sus posibilida­ des son preferibles. 9.

..•

lbc5

Tambien es posible este otro metodo de juego: 9 . . . . c6 1 0 . tl x e4 c d 1 1 . c d tlaS+ 1 2 . .t d2 .t xd S . En esta posicion la «Enci­ c10pedia de aperturas de ajedrez»

recomienda 1 3 . 1Wf4 con mejores perspectivas para las blancas. Sin embargo despues de 1 3 . . . . 1Wb6 las posibilidades de las negras no son peores. Por eso en la partida Ftacnik-Timman (Wijk aan Zee, 1 98 5 ) las blancas fueron por otro camino: 1 3 . i. x a5 i. xe4 1 4 . f3 i.c6 1 5 . i.g2 i.e7 1 6 . �h3 0-0 1 7 . :a dl l:i: fe8 1 8 . 0-0 i.b5 1 9 . l:i: fe l i. f6 . Sacrificando un peon, las negras activaron considerable­ mente sus fuerzas, 20. f4 � c6 2 1 . i. xc6 i. x c6 22. l:i: xd6 i.e7 y poco a poco igualaron las posibi­ lidades.

c6

10. ... 1 1 . � c3

Es peor 1 1 . �f4, a la que sigue 1 1 . . . . 1Wf6 ! 11. ...

a5

10. i.g2

En esta posicion en la partida mencionada Hiibner-Kasparov ( H amburgo, 1 9 8 5 ) siguio 1 0 . i.b2? c 6 1 1 . �f4 (es un poco me­ j or 1 1 . �c3 �g4 1 2 . 1Wd4 i. e7) I I . . . . �g4 ! 12. 1Wd4 (tampoco ayuda a las blancas 1 2 . � xe6 � xe 3 1 3 . � xd8 �c2+ 14. W d l � x al 1 5 . � x f7 w xf7 1 6 . i. x al i. e 7) 1 2 . . . . �e4 ! ! Las blancas es­ tim indefensas, aunque se po­ drian ofrecer muchas variantes. Perderia 1 3 . 1Wxe4 por 13 . . . . 1Wa5 +, 1 3 . �gh3 por 1 3 . . . . 'fIfa5+ 1 4. Wdl d5 ! y, finalmente, 1 3 . � d3 debido a 1 3 . . . . f5 ! 1 4 . i.cl c5 15. 1Wb2 i.e7! En la partida siguio 13. i.h3 , pero tampoco esto salvo a las blancas: 1 3 . . . . 1Wa5+ 1 4 . W fl ltJgxf2 1 5 : i. xe6 fe 1 6 . � xe6 Wd7! 1 7. �h3 � xh3 1 8 . 1W x e4 l:i: e8 1 9 . 'fIfxh3 i.e7. Las negras desarrollaron un fuerte ataque.

En el diagrama hay una posi­ cion complicada, que exige una comprobacion posterior en la practica. (II)

(1 . c4 e5 2. � c3 d6) 3. �f3

En esta variante las negras tie­ nen dos vias. Una de elIas, em­ pleada por V. Smyslov, 3 i.g4 (A), y la otra 3 . ... f5 (B). . Desde luego se puede jugar tambien 3. ... g6, pasando a los cauces de la defensa india de rey. Mas de una vez se encuentra tam­ bien 3 . ... c6 que, sin embargo, despues de 4. d4 'fIfc7 5. g3 g6 6. c5 �d7 7 . cd 'fIf x d6 8 . i. g2 �gf6 9 . 0-0 i.g7 1 0 de 1W x d l 1 1 . :a x d i ltJg4 1 2 . e6! fe 1 3 . �e4 Ie trajo a las negras algunas dificultades .

.•.

147

(Portisch-Bellon, Palma de Ma­ llorca, 1 97 1 ). Examinemos tambien 3 . . . . ltlf6 4. d4 e4 5 . ltlgS ! Durante mucho tiempo se considero a esta juga­ da dudosa por 5 . . . . .tfS 6 . Wc2? h6! 7. ltlgxe4 ltl x e4 8 . ltl xe4 Wh4 ! (Bole slavsky�Bronstein, Moscu, 1 950). Mas tarde se in­ vento 6. g4! .t xg4 7 . .t g2 ltlc6 8. ltlgxe4 ltl xe4 9. ltl xe4 Wd7 10. h3 ! j.fS 1 1 . ltlg3 .t g6 1 2 . h4, y la ventaja de las blancas es evi­ dente (Schmidt-Westerinen, La Habana, 1 966). No 10 tienen facit las negras tras 5 . . . . We7 6. h4 h6 7. ltlh3 g6 8 . e3 .tg7 9 . .te2 c6 1 0 . b4 0-0 1 1 . .tb2 dS 1 2 . bS (Bagirov-Zu­ ravliev, Riga, 1 985). Sin embargo aun parece mas fuerte 6. Wc2! .t fS 7 . g4! .tg6 8 . .tg2 ltl c6 9 . e3 ltl xg4 1 0 . ltlgxe4 fS 1 1 . ltl d S ! W d 8 1 2 . ltl ec3 f4 1 3 . .t e4 ! . (A)

(1 . c4 eS 2 . ltlc3 d6 3 . ltlf3) 3. 4. d4 .•.

.t g4

Las blancas no consiguen obte­ ner ventaja despues de 4. e3 ltl f6 5 . .te2 (a 5 . h3 se puede jugar de otra manera, 5 . . . . .t xf3 6. W x f3 c 6 7 . d 4 .t e 7 8 , d S 0-0 9 . .i d3 ltla6 1 0 . 0-0 cd 1 1 . cd ltlcS, man­ teniendo l a igualdad , Keres­ Spassky, Riga, 1 96 5 . Pero el au­ tor del sistema continuaba 5 . . . . .thS, sin temer a 6 . g4 .t g6 7 . ltlh4 .ie4 8 . ltl x e4 ltl x e4 9 . 'tWf3 Wxh4 1 0 . 'tW x e4 c6 1 1 . d4 ltl d7 1 2 . de de 1 3 . .td2 .td6 1 4 . 0-0-0 ltlcS, y la posicion de las negras e s i n c l u s o m ej o r , H am a n n ­ Smyslov, Skopje, 1 972) 5 . . . . .t e 7 (tambien es posible 5 . . . . c 6 6 . h 3 .t h S 7 . 0-0 .te7 8 . d 3 0-0 9 . b 3 ltlbd7 1 0 . ltl h4 .t xe2 1 1 . 'tW x e2 dS 1 2 . ltl fS .tb4 1 3 . .tb2 lI e8 , Petrosian-Smyslov, Bled-Zagreb­ Belgrado, 1 959, 0 5 , . . . ltlbd7 6 . d4 c6 7 . h3 .thS , y no vale para las blancas jugar 8 . de? de 9 . 0-0 por 9 . . . . e4! 1 0 . ltld2 .tg6, Kauf­ mann-Kav alek, USA, 1 9 72) 6 . d4 (solo lleva a la igualdad 6. h3 .ihS 7 . d4 Wbd7 8. 0-0 c6 9 . b3 0-0 1 0 . .tb2 lI e8 1 1 . dS e 4 ! 1 2 . d c b c 1 3 . ltld4 .i xe2 1 4 . W x e2 ltl e S , Lar­ sen-Spassky Malmo, 1 968) 6 . . . . ltlbd7 7 . 0-0 0-0 8 . b 3 lI e8 9 . .ib2 .t fS 1 0 . de de 1 1 . Wc2 e4 1 2 . ltl d4 c S 1 3 . ltl dbS a6 1 4 . ltl a3 Wc7 (las negras igualan con faci­ lidad el juego, Uhlmann-Tahl, Le­ ningrado, 1 973). 4. . .

.

ltld7

A 4. . .. . ltlc6? las blancas res­ ponden favorablemente 5 . dS ltlb8 6 . g3 ltl f6 7 . .tg2 .ie7 8 . 148

()-o �e8 9 . :a e l (Aramanovie­ Smyslov, Moseu, 1 942). Con freeueneia se ha probado 4 . i. xf3, pero con un jue go pre­ ciso las blaneas reciben ventaj a, 5 . g f (se h a investigado poco 5 . ef, aunque las blaneas despues de 5 . . . . e d 6 . � x d4 lLle6 7 . �e3 i.e7 X . i.e2 lLl f6 9 . 0-0 0-0 1 0 . f4 tie­ nen ventaja) 5 . . . . ed 6 . � x d4 lLl e6 ( e n la partida O ' Kelly­ S myslov, Palma: de M allorea, 1 967, las negras eontinuaron 6 . . . . lLl e 7 7 . lLld5 lLlbe6 8 . �e3 lLle5 9 . f4 lLl 5 g6 1 0 . f5 !? lLl x f5 1 1 . �a5 c 6 ! 1 2 . lLl e7 � d7 1 3 . � x f5 + � x e7 1 4 . �xf7+ �e7 1 5 . �f5 �e5 y obtuvieron la igualdad. Sin embargo las blaneas pueden jugar mejor con la reeomendacion de M . Taimanov 9. i.h3 !? c6 1 0 . CiJ x e7 � x e 7 1 1 . f4 lLlg6 1 2 . i. e 3 , manteniendo mejores posibilida­ des) 7 . 'fWe4 lLlge7 (a 7 . . . . �e7 es ruerte lLl d 5 ! Esta jugada tambien sigue a 7 . . . . i.e7) 8. lLld5 �d7 9 . i. d2 0-0-0 1 0 . 0-0-0 �b8 1 1 . i. c3 lLl x d5 1 2 . �xd5 :a g8 1 3 . c5 ! ( U hl m ann-Lutik o v , L e i p zi g , 1 9 73). .

..

5. g3

A 5 . i.e3 las negras se defien­ den ficiI. Despues de 5 . . . . lLl gf6 6 . h3 i. xf3 7 . ef i.e7 8 . f4 0-0 9 . .t e 2 c d 1 0 . �xd4 c 6 n o les ame­ naza nada especial (O ' Kelly-Pirc, Zagreb, 1 955). 5. 6. 7. 8.

... i.g2 0-0 h3

lLlgf6 i.e7 0-0

i. xf3

Es peor 8 . . . . i.h5 debido lit 9. lLlh4 y al final las negras eambian s� alfil, pero en peores eireunstan­ etas. 9. i, x f3

ed

De 10 eontrario las blaneas se disponen a ganar espacio median­ te 1 0 . d5 seguido de 1 1 . e4. 10. � x d4 1 1 . b3 12. i.b2

c6 � e8

La posicion de las blancas es agradable. En la partida Dorf­ man-Bronstein (Erevan, 1 975) si­ guio 1 2 . . . . lLl e5 1 3 . � ab l a5 1 4 . .tal i. f8 1 5 . .t g2 �e7 1 6. � fd l :a e6 1 7 . . e 3 . La pareja d e alfiles de largo alcanee, la presion por la linea semiabierta «d» y la ventaja de espacio hacen preferibles sus posibilidades .

(B) (1 . c4 e5 2. lLlc3 d6 3. lLl f3 ) 3. ...

f5

Por una parte esto se aparta de la linea principal (un rapido desa149

rrollo del alfil de casillas blancas), pero por otra parte es un intento activo para aprovechar la situa­ cion del caballo blanco en f3 . 4. d4 5. lbg5

e4

Existen otraas dos retiradas del caballo. Una de ellas, 5 lb gl c6 (se puede cambiar algo el orden de jugadas, 5 . . . . lbf6 6. a3 c6 7 . lbh3 g 6 8 . lbf4 lb a6 9 . h 4 d5 1 0 . c d c d 1 1 . 1!Vb3 lbc7 1 2 . i. d2 i.e7 1 3 . e3 Wf7 , Portisch-Ivkov, Pal­ ma de Mallorca, 1 970, las negras tienen una posicion satisfactoria) 6. b4 (tampoco cambia la valofa­ cion general 6. lbh3 lb f6 7 . e3 i.e6 8. lbf4 .tf7. 9 . h4 .te7 1 0 . .t e 2 lbbd7 1 1 . .t d2 0-0 1 2 . l::t c 1 l::t e 8 1 3 . 1!Vc2 .t f8 , las negras re­ solvieron perfectamente los pro­ blemas de la apertura, Sofrevsky­ Matanovic, Yugoslavia, 1 9 59) 6 . . . . .te7 7. b5 lbf6 8 . lbh3 0-0 9 . e3 W h8 1 0 . i.b2 cb 1 1 . cb a 6 1 2 . b a lb x a6 1 3 . i.e2 d 5 n o promete a las blancas nada real (Miles­ Benko, Sao Paulo. 1 977). 1 50

La otra es 5. lb d2. Pero tam­ bien en este caso despues de 5 . . . . lbf6 6. e3 g 6 (tras 6 . . . . c 6 7 . f3 d5 8 . 1!Vb3 la posicion recuerda mucho a la defensa francesa con colores cambiados, y las negras deben jugar con mucha atencion; asi, 8 . . . . 1!Vb6 probablemente es floja debido a 9. 1!Vxb6 ab 1 0 . cd cd 1 1 . g4! h6 1 2 . gf ef 1 3 . i.d3, las negras tienen algunas debilida­ des, N ei-Kuikjpers, Beverwijk, 1 9 6 5 . Merece atencion 8 . . . ; a6 9 . i. e 2 b5 ! , como s e juga e n l a par­ tida Ribli-Quinteros, La Palmas, 1 974) 7. i.e2 .tg7 8. f3 ef 9 . i. x f3 0-0 1 0 . 0-0 lbc6 1 1 . lI e l Wh8 la posicion de las negras es p r o m e t e d o r a ( Ribli-P o lu­ gaievsky, Budapest, 1 975). Es interesante la posibilidad 5 . .tg5!? Ahora tras 5 . . . . i.e7 6. i. xe7 1!Vxe7 7 . lbd2 seguido de 8 . e3 las blancas tienen una «fran­ cesa» favorable, ya que han desa­ parecido del tablero los alfiles de casillas negras. Y tras 7 . . . . e3 8 . fe lb f6 9 . e 4 fe 1 0 . e 3 c6 1 1 . .te2 d5 12. 1!Vb3 su ventaja es eviden­ teo Despues de 5 . . . . lbf6 6. lb d2 h6 7 . .t xf6 1!Vxf6 8 . e3 c6 9 . g4 fg (es peor 9 . . . . g6 por 1 0 . gf gf 1 1 . 1!Vh5+ 1!Vf7 1 2 . 1!V xf7+ w xf7 1 3 . i.h3 i. g7 1 4 . f3 , y las negras estan obligadas a separarse de su centro) 1 0 . lbdxe4 1!Vf7 (es peli­ groso 1 0 . . . . 1!Vf3 debido a 1 1 . 1!V x f3 gf 1 2 . lb d2 i.g4 1 3 . l::t g l i.h5 1 4 . J:i g3 , Y las negras pier­ den el peon) 1 1 . i.e2 h5 1 2 . 1!Vb3 i.e7 1 3 . 0-0-0 lb a6 1 4 . l::t dfl las negras no tienen donde enrocar­ se, en cualquier flanco su rey cae

bajo ataque (Deze-Smejkal, Novi Sad, 1 9 7 6). 5. ..

lLlf6

.

La jugada 5



...

h6 solo ayuda

a las blancas a llevar mas rapido

su cab allo a f4. Es cierto que des­ pues de 6. lLlh3 las negras pueden impedirlo con 6 . . . . gS . En este caso se recomienda a las blancas 7. lLl g l ! i.g7 8 . h4! g4 9 . e3 lLl f6 1 0 . lLl ge2 lLlhS 1 1 . lLl dS cS 1 2 . i. d 2 lLl c6 1 3 . i.c3 i. e 6 1 4 . d c dc I S . 'i!b3 . Ellas recibieron una po­ sicion con bastantes perspectivas (Portisch-Quinteros, Niza, 1 974). La idea logica 5 i. e7 se ha probado tras este orden de juga­ das: 6. h4 lLlf6 7. e3 0-0 (las ne­ gras no temen al ataque) 8 . .ie2 c6 9. dS lLl a6 1 O . g3 lLlc7 1 1 . a3 lLl d7 1 2 . lLlh3 cS 1 3 . lLlf4 .if6 1 4. i. d2 lLleS I S . b4 bS ! , y las blan­ cas no obtuvieron ventaja. Ade­ mas, la posicion negra dispone de perspectivas (Cherenkov-Lukin, Yaroslavl, 1 9 82). Tampoco asus­ ta a las negras esta variante: 7 . lLl d S h 6 8 . lLlh3 c 6 9 . lLl xe7 'i! x e 7 1 0 . lLl f4 'i! t7 I I . d S 0-0 1 2 . b3 cS ! 1 3 . hS l1 e8 1 4 . e3 lLlbd7 I S . i.b2 lLl e S (Ge orgiev-Peev, Zolotie Peshki, 1 9 82). En respuesta a 5 . . . . i.e7 pare­ ce prometedora 6. lLlh3 cS 7. dc dc 8 . 'i!xd8+ i. xd8 9. lLlb5?! i. aS + 10. i.d2 i. x d2+ 1 1 . c;!;> x d2 lLl a6 1 2 . e3 lLlf6 1 3 . i.e2 c;!;>e7, pero tambien aqui las negras su­ peran las dificultades de la aper­ tura. Sin embargo merece atencion 9 . .ie3 !? 0 incluso 9. g4!?, Y las .

...

blancas pueden aprovechar el fuerte retraso en el desarrollo de su adversario . Se produce u n juego complejo tras 6 . . . . lLl f6 7 . .tgS c6 8 . lLlf4 0-0 9. e3 lLl a6 1 0 . h4 lLlc7 1 1 . .te2 lLle6 12. 'i!b3 lLl xf4 13 . .i x f4 'i!b6! (Stefanov-Polugaievsky, So­ chi, 1 98 1 ). Despues de 6. lLlh3 lLlf6 a me­ nudo se juega 7 . e3 (aunque tam­ bien es aceptable 7 . g3 o�o 8 . .ig2 cS 9. dS lLlg4 1 0 . 0-0 .if6 1 1 . .i d2 lLla6 1 2 . .icI lLl c7 1 3 . a4 .t d7 1 4 . f3 , Portisch-G. Gaida, Skopje, 1 972, con posibilidades de venta­ ja para las blancas) 7 . . . . c6 8 . lLlf4 (a un juego complicado lleva 8 . f3 0-0 9. fe fe 1 0 . lLl f4 lLla6 1 1 . .ie2 lLlc7 1 2 . dS g5 1 3 . lLlhS .if5 1 4 . 0-0 i.g6, Ree-Quinteros, Amster­ dam, 1 977, 0 8 . i.e2 0-0 9. 0-0 lLla6 1 0 . f3 dS 1 1 . cd cd 1 2. fe fe 1 3 . lLlf4 lLlc7 1 4 . .id2 i.d7 1 S . .ie l .ic6 1 6. i.g3 'i!d7 1 7 . 'i!b3 C;!;>h8 1 8 . a4 a6 1 9 . as lLle6, las ne­ gras consiguen mantener su cen­ tro y rechazan con exito el primer ataque de su adversario, su posi­ cion no es peor, Uhlmann-Zesh­ kovsky, Leipzig 1 975) 8 . . . . 0-0 9 . h4 lLl a6 1 0 . a 3 lLlc7 1 1 . d S lLlg4 1 2 . .ie2 lLl e S 1 3 . g3 i.f6 1 4 . i.d2 g6 1 5 . b4 cS 1 6. l1 b l (Polu­ gaievsky-Lukin, Moscu, 1 9 74). (DIAGRAMA 86)

Las blancas hacen el enroque artificial ( C;!;> f1 , c;!;>g2), y despues dependiendo de las circunstan­ cias puepen emprender facilmenlSI

7. fe 8. �h3

h6 fe

Ahora todo el juego transcurre alrededor del peon e4 y el punto de transbordo para las blancas f4. 9. g3

g5

Una decision valerosa y justifi­ cada. Aprovechando la debilidad del flanco de rey las negras obsta­ culizan al caballo h3 . te el juego, tanto en el flanco de dama como en el de rey. 6. f3

A 6. e3 10 mejor para las ne­ gras es jugar 6 . . . . h6 7. �h3 gS 8. f3 ef 9 . gf i.g7 1 0 . �f2 0-0 1 1 . i.g2 c5 1 2 . dc dc 1 3 . � x dS l:l: x d S , i gualando la p osicion (Hernandez-Browne, Lanzarote, 1 977). Tambien se encuentra 6. � h3 c6 7 . i. gS h6 S . i. x f6 � x f6 9 . e3 . Pero e n este caso las negras, sin preocuparse por la perdida del enroque, pueden bloquear al ca­ ballo situado al borde del tablero: 9 . . . . gS ! 1 0 . 'ti'hS + �f7 I I . �xf7+ xf7 1 2 . g4 �d7! 1 3 . gf �f6 1 4 . dS i. xfS (Uhlmann-Sax, Szirak, 1 985). La apertura ha ter­ minado, y las negras tienen un juego excelente. 6. ...

� c6

A una lucha complicada 11 eva 6. ... c6 7. dS (7. fe h6!) 7 . . . . h6 S. �h3 � bd7 9. �f2 �eS 10. e3 ef 1 1 . gf gS 12. f4 lLlg6 1 3 . e4 gf 1 4 . l:l: g l l:l: gS I S . i. d 3 � e 7 (Barza­ Jolmov, Sochi, 1 964). I S2

10. i. g2 1 1 . 0-0 1 2. e3 13. �f2

i. g7 0-0

�e8 i.f5

En esta interesenta posicion de la p arti d a Romanishin-Gulko (Erevan, 1 976) las blancas sacrifi­ caron un peon, 1 4 . b4!?, provo­ cando gran des complicaciones, 14 . . . . � xb4 (las negras podian pensar en 1 4 . . . . hS seguido de 1 5 . . . . �g6, recibiendo posibilidades de reforzar el peon e4, pero acep­ tan la oferta) I S . l:l: b l cS 1 6 . a3 cd 1 7 . �bS lLl c6 I S . � x d6 �e6 19. � x fS � x fS 20. ed �d7 (la posicion se ha simplificado algo, pero aim esta viva) 2 1 . i. e 3

Ii ad8 22. d5 It:le5 23 . 't!fb3 11 c8 24. c5 't!f xd5 25. It:l xe4. Aunque

las posibilidades de ambos ban­ dos al final se igualaron, las blan­ cas dictaron al enemigo sus con­ diciones, y las negras solo mantu­ vieron la igualdad. (III)

( 1 . c4 e5 2. It:lc3 d6) La idea de un flipido desarro­ llo del alfi1 de casillas blancas, que veremos mas abajo, pertenece a V. Smyslov y vio la luz cuando el j ugo as! por primera vez en el tor­ neo de pretendientes en 1 9 5 9 con F. Olafsson. 3. g3

It:lc6

Antes de pasar a la continua­ cion principal, hay que hablar so­ bre las jugadas secundarias. Por ejemplo: 3 . ... i.g4 4 . i. g2 ( aunque es posible tambien 4 . d4 lDc6 5 . d5 It:lb8 6. i.g2 It:l f6 7 . It:lf3 i.e7 8 . h 3 i. d 7 9 . 0-0 0-0 1 0 . e4 It:l a6 1 1 . i. e 3 It:le8 1 2 . It:l e l c5 1 3 . f4 i.f6 1 4. lt:lf3, la perdida de algunos tiempos hace que la posi­ cion blanca sin duda, sea preferi-

ble, D. Byrne-Smyslov, Mar del Plata, 1 962) 4 . . . . c6 5. It:lf3 It:l f6 6. 0-0 It:lbd7 7 . d4 i.e7 8 . h3 i.h5 9 . It:lh4 0-0 1 0 . It:l f5 11 e8 1 1 . d 5 ! c d 1 2 . It:l xd5 It:l xd5 1 3 . i. x d5. Las blancas han ganado el duelo de la apertura (Smejkal-Balashov, Sochi, 1 973). Entonces V. Smyslov empleo 3. .. i.e6, antes de que las blancas jueguen i. g2 y ataquen al peon b7. Sin embargo en este caso tam­ bien las blancas mediante 4. i.g2 (a 4. b3 se puede intentar la lucha por e1 centro, 4 d5 5. i.g2 d4 6. It:l b l It:l c6 7 . d3 't!fd7 8 . a3 a5 9 . 't!fc2 i.e7 1 0 . It:ld2 f5 1 1 . It:l gf3 It:lh6 y obtener contrachances, Fi­ lip-TaW, Sochi, 1 973) 4 . . . . c6 5 . d 3 (tambien e n este caso tras 5 . b 3 las negras tienen todo e n or­ den, 5 . . . . d5 ! 6. cd cd 7. It:lf3 It:l c6 8 . 0-0 d4 9 . It:l a4 It:lf6 1 0 . lD g5 i.g4 1 1 . h3 i.d7, Smyslov-Brons­ tein, Moscu, 1 967) 5 . . . . It:l f6 (es peor 5 . . . . f5 debido a 6. f4 It:lf6 7 . It:l f3 It:lbd7 8 . 0-0 g6 9 . It:lg5 i.g8 10. e4 h6 1 1 . It:l f3 fe 1 2. It:lh4 i.f7 1 3 . It:l x e4, y las blancas es­ tan c1aramente mejor, Hiibner­ Ljubojevic, Tilburg, 1 978) 6. It:lf3 i.e7 7. 0-0 0-0 (en la primera par­ tida con e s te tema Olafsson­ Smyslov, Bled-Zagreb-Be1grado, 1 9 59, las negras jugaron 7 . . . . h6, despue s siguio 8 . b3 0-0 9. e4 c5 1 0 . It:lh4 lt:l c6 1 1 . f4 ef 1 2 . gf It:lh7 1 3 . It:lf3 f5 1 4 . It:ld5 i.f6 1 5 . 11 b l fe, que llevo a un juego muy com­ plicado, pero las blancas tienen a su disposicion la fuerte continua­ cion 8 . c5 ! , que les da mejores po­ sibilidades) 8 . c5 ! h6 9. cd i. xd6 .

.

. . .

1 53

1 0 . b3 ltJbd7 1 1 . i.b2 'fIe7 1 2 . 'fIc2 i.g4 1 3 . h 3 i. x f3 1 4 . i. xf3 i. a3 I S . i. x a3 'fIxa3 1 6 . l1 fd l II ad8 1 7 . b4! obtienen ventaja. Las negras esUm obligadas a cam­ biar el peon «b»: 1 7 . . . . ltJ xb4 1 8 . l1 abl 'fIaS 1 9 . l1 xb7 ltJ cS 20. 11 b2 y conformarse con un medio juego dificil por los defectos de su estructura de peones (Averbaj­ Balashov, Moscu, 1973). Queda verificar 3 . ... f5. Lo me­ jor para las blancas es 4. d4 i.e7 (aun es mas floja 4 . . . . ed S. 'fIxd4 ltJc6. 'fId2 ltJf6 7 . i.g2 g6 8 . b3 i.g7 9 . i.b2 0-0 10. ltJh3 ltJ e S 1 1 . 0-0 c6 1 2 . II adl , y la ventaja de las blaneas se acreeienta por la en apariencia aetiva pero floja juga­ da fS , Etruck-Arulaid, Tallin, 1 962. Y despues de 4 . . . . e4 S. f3 ltJf6 6 . i.g2 ef 7 . ltJ xf3 g6 8 . 0-0 i.g7 9 . dS! en una fase tan tem­ prana las blaneas ya toman la ini­ ciativa, Toran-Tal, Oberhausen, 1 9 6 1 ) S. de de 6. 'fIxd8+ i. xd8 7. i.g2 ltJf6 8. b3 c6 9. i.b2 ltJbd7 10. ltJf3 0-0 1 1 . 0-0 l1 e8 1 2 . II adl i.e7 1 3 . ltJh4 g6 1 4 . e4 f4 I S . ltJ f3 . Y ahora tanto tras I S . . . . ltJ cS 1 6 . gf ef 1 7 . e S ! , como tambien despues de I S . . . . fg 1 6 . hg ltJ cS 1 7 . b4! (Taimanov-Vaga­ nian, Leningrado, 1 977) la venta­ ja de las blaneas es evidente. 4. i.g2

i.e6

Esta continuacion ocupa un lu­ gar importante en el repertorio de los grandes maestros L. Ljubo­ jevic y V. Kupreiehik. Despues de 4 . . . . g6 se puede quedar retrasa­ do, S . lI b } i.e6 6. b4 'fId7 7. bS I S4

ltJd8 8 . d4! (Smyslov-Kupreichik, Moscu, 1 969). Tambien resulta insuficiente 4 . ... ltJf6 S . e3 i.g4 6 . ltJ ge2 'fId7 7. h3 i.e6 8. ltJdS i. xdS? 9. cd ltJb4 1 0 . 'fIb3 eS 1 1 . a3 ltJ a6 1 2 . 0-0 g 6 1 3 . d 4 e d 1 4 . ed i.g7 I S . 'fIe3 + (Hiibner-Smyslov, Velden, 1 98 3 ) . Las negras entregaron prema­ turamente su importante aim. Por eso sin especiaIes quebrade­ ros de cabeza las blancas obtuvie­ ron una duradera ventaj a posicio­ naI. 5. d3

Resulta prematura la aetividad de las blancas S . ltJdS por S . . . . ltJd7 6. 'fIa4 g6. 7 . b 4 i.g7 8 . bS ltJ d8 9. i.b2 ltJ e 7 1 0 . ltJ x e 7 'fIxe7 1 1 . b6+ 'fId7! (perderia 1 0 . . . . i.d7? debido a 1 1 . 'fIxa7 ! ) 1 2. 'fIxd7+ w xd7 1 3 . be ltJc6! 1 4 . II cl n ac8 , y las negras no solo iguaIaron el juego, sino que pue­ den luchar por la supremacia (Az­ maj p arashvili-Bagirov, Tbilisi, 1 980). Tampoco es mejor para las blancas 9. i. a3 . Despues de 9 . . . . ltJf6 1 0 . 'fIaS i. xdS 1 1 . cd 0-0 1 2 . l1 el ltJ e 8 1 3 . 'fIb4 b6 1 4 . 'fIc4 a6 I S . ba 'fIc8 las negras obtuvieron ventaja posicionaI en el flanco de dama (Ornstein-Kupreichik, Ki­ rovakan, 1 978). 5. ...

'fId7

Las negras no solo prepararan el cambio de los aImes de casillas blancas, sino que dejan libre la ca­ silla d8 para la retirada del caba-

110 c6 en caso de avance del peon «b».

Es peor el metodo tipico 5 . . . . f5 ? ! a causa de 6 . b4 1!Vd7 7 . b5 ltJd8 8. a4 ltJf6 9 . ltJd5 ! , y las blan­ cas tienen mejores posibilidades (Ptleger-Balinas, Manila, 1 975). 9 . 1!Vb3 i.e7 1 0 . a5 li b8 1 1 . f4 0-0 1 2 . ltJ f3 ltJf7 1 3 . 0-0 ll fe8 1 4 . ltJ d 5 ! , y d e nuevo l a ventaja d e las blancas no despierta dudas (Sun­ ye-Kupreickik, Barcelona, 1 9 84). En la posicion del diagrama, basica para toda la variante, las ju­ gadas mas frecuentes son 6. II bI (A), 6. b4 (B) Y 6. ltJd5 (C). Hay otras jugadas, pero no Ie causan preocupaciones a las ne­ gras. Parece una perdida de tiempo 6. h3 debido a 6 . . . . g6 7. ltJf3 h6 8. ltJd5 i. g7 9. e4 ltJge7 1 0 . i. d2 f5 1 1 . 1!Vcl g5 1 2 . b4 fe 1 3 . de ltJ g6 1 4 . c5 dc 1 5 . 1!Vxc5 0-0-0 con un juego complicado, pero favo­ rable para las negras (Bannik­ Smyslov, Moscu, 1 96 1 ) . L a s negras tambien igualan con faci1idad tras 6. f4 g6 7 . ltJ f3 i.h3 8 . i. xh3 1!Vxh3 9 . ltJ d 5 0-0-0

1 0 . e3 i.g7 1 1 . 1!Ve2 ef 1 2 . ltJ xf4 1!Vg4 1 3 . 0-0 ltJ ge7 (Matulovic­ Uhlman, Sarajevo, 1 9 64). En estos ejemplos se llevaron a cabo los planes generaloes de las negras. Consiguiendo eliminar un importante alfil, y al mismo tiem­ po terminaron el desarrollo y to­ maron bajo control el centro del tablero. Los mismos principios se reali­ zan tras 6. ltJf3 i.h3 7. 0-0 i.e7 8 . ltJd5 i.d8 9 . b4 h5 . 10. b5 ltJ d4 1 1 . ltJ xd4 i. xg2 1 2 . It;> x g2 ed 1 3 . e 3 c6 1 4 . bc bc 1 5 . ltJb4 h4 (Hu­ guet-Ljubojevic, Malaga, 1 9 7 1 ). Las negras conservan inc1uso po­ sibi1idades de ataque. Probab1e­ mente, las blancas deben probar 7. i. xh3 1!V x h3 8 . ltJd5 1!Vd7 9 . e 4 ! g 6 1 0 . h 4 h5 1 1 . i.g5 i.g7 1 2 . 1!V b 3 ( C arl s son-Bellon, Metz, 1 9 8 3). Tambien es una perdida de tiempo 6. a3 (desde luego se pue­ de jugar inmediatamente 6. b4) 6. ... g6 7 . b4 i.g7 8 . .tb2 ltJh6 9 . h 4 f5 1 0 . b5 ltJ d8 1 1 . ltJf3 ltJg4 1 2 . h5 gh 1 3 . li xh5 i.f7 14. li h1 c6 1 5 . ltJ h4 0-0 (Larsen-Ljuboje­ vic, Bugojno, 1 98 0). Desde luego las negras jugaron de una forma extravagante, era mas tranquila 8 . . . . f5 seguida d e 9 . . . . ltJf6, y tras este juego no estan mal. y tras 8 . . . . ltJge7 1as blancas lu­ chan por la supremacia mediante 9. h4! h6 1 0 . b5 ltJd8 1 1 . a4 0-0 1 2 . e3 a6 1 3 . ltJge2 (Larsen-Liber­ zon, Lone Pine, 1 9 8 1 ). En el espiritu del plan de M . Botvinnik, que y a examinamos en el sistema cerrado, esta 6. e4!? 155

�ge 7 7 . i.e3 fS 8 . �ge2 (es mas modesta 8 . b3 g6 9. d4? ed 1 0 . i. x d4 � xd4 1 1 . 'tWxd4 lI g8 ! , y las perspectivas de las negras son mej ores, pero despues de 9. iiJge2 i.g7 1 0 . 0-0 0-0 1 1 . �d2 � d4 las chances estan igualadas, Benko­ Lj uboj evic, Vrnaj acka Banj a, 1 9 7 1 ) 8 . . . . g6 9. �dS i.g7 1 0 . �d2 0-0 1 1 . 0-0 lI f7 1 2 . f4 lI af8 (Larse n-Ljubojevic, Palma de Mallorca, 1 9 7 1 ). Las negras tie­ nen un juego excelente . Tambien tiene perspectivas para las negras 6 . . . . g6 7. h3 i.g7 8. � ge2 fS 9. i.e3 iiJf6 ! (es inte­ resante 9 . . . . �ge7) 1 0 . iiJdS 0-0 1 1 . 'tWd2 lI f7 1 2 . ef .,t xfS 1 3 . g4 i.e6 1 4. .ih6? (esta actividad puede llevar a efectos retroacti­ vos) 1 4 . . . . i. x dS ! I S . cd .i xh6 ! 1 6. � x h6 �b4, y la posici6n de las negras es bastante mejor (I. Ivanov-Kupreichik, Ashj abad, 1 978). Es mas activa 7 . h4! (en lugar de 7 . h3) 7 . . . . .,tg7 8 . � ge2 �f6 9. �dS 0-0 1 0 . � x f6+ i. x f6 1 1 . hS i.g7 1 2 . i.e3 �e7 1 3 . �d2 c6 1 4 . .th6 .t xh6 I S . 'tW xh6 fS 1 6. hg � x g6 (Hebert-Kupreichik, Hasting, 1 9 84/8S) pero aqui las negras tienen buen contrajuego. (A)

( 1 . c4 eS 2. �c3 d6 3 . g3 � c6 4. i.g2 i.e6 S . d3 �d7) 6. lI b!

En principio esta jugada es identica a 6. a3 , que tambien es una preperaci6n del avance del I S6

pe6n «b». Pero teniendo en cuen­ ta el futuro fianchetto del alfil de casillas negras enemigo, las blan­ cas quitan a tiempo la torre de su radio de acci6n. 6.

•.•

g6

Las negra pueden mostrar ac­ tividad en el centro, 6 iiJ ge7 7 . b4 dS?! Pero este plan es dudoso, 8 . bS �d8 9 . 'tWb3 (0 9 . �f3 dc 1 0. dc 1W x d l + 1 1 . 'it; x d l f6 1 2 . � d2 �fS 1 3 . .idS con ventaja posicio­ nal de las blancas, Portisch-Ene­ voldsen, Amsterdam, 1 967) 9 . . . . d4 1 0 . iiJe4 �g6 1 1 . h4 h S (Stean­ Ljubojevic, Londres, 1 980). Aho­ ra con la jugada 1 2 . i.a3 ! las blan­ cas podian acentuar todas las ven­ tajas de su posici6n. En su espiritu analogo transcu­ rri6 la lucha en la partida Raice­ v i c - M e s t r o v i c ( Yu g o s l av i a , 1 975): 6 . ... �f6 7. b 4 i. e 7 8 . b S � d 8 9 . � dS 0-0 1 0 . �b3 lI e8 1 1 . .id2. Merece estudiarse 6. ... as 7. a3 �ge 7 8 . .td2 g6 9. e3 JJ.. g 7 1 0 . 'tWc2 0-0 1 1 . �ge2 JJ.. h 3 1 2 . 0-0 .

•••

i, x g2 1 3 . w x g2 fS 14. b4 ab I S . ab gS 1 6 . f4 gf 1 7 . gf iLlg6 (Hug­ Lj ubojevic, Palma . de Ma11�)fca, 1 972), las negras tIenen meJores perspectivas . Sin embarg� las hlancas se demoraron con Ia Juga­ da 8 . b4, y tal vez dejaron ir u� procedimiento 16gico de centrah­ laci6n, 8 . iLldS!? En todo caso no se ha vuelto a dar la jugada 6 . . . .

as.

7. b4

No tiene sentido para las blan­ cas cambiar de plan y jugar en el otro extremo del tablero, 7. h4?, ya que las negras estan prepara­ das para las complicaciones, 7 . . . . iLl f6 8 . iLldS i.g7 9 . i.. h 6 i. x dS 1 0 . i, x g7 i, x g2 1 1 . � h2 iLl g4j 1 2 . i, xh8 iLl xh2 13. f4 iLl d4 ! ( M a s lov-Kup r e i chik, Chelia­ binsk, 1 9 72). 7. ... 8. b5

i.. g7

No tiene valor para las blancas cl cambio de damas, 8. 1lt'a4 iLl d 8 9 . 1lt' x d7+ i, xd7 1 0 . bS iLle7 1 1 . iLl f3 0-0 1 2 . 0-0 h6 1 3 . iLld2 � e8 ( Flesch-Soos, Berna, 1 976). Y aqui a 8. iLlf3 las negras de­ ben actuar con atenci6n. Resulta que despues de 8 . . . . h6 9. iLl d2 iLlge7 1 0 . iLldS iLlf5 I I . bS iLl d 8 1 2 . iLl e4 (Petrosian-Aaron, Esto­ colmo, 1 962) 0 9 . 0-0 iLl ge7 1 0 . c4 i. g4 1 1 . iLldS iLl x dS 1 2 . cd iLle7 1 3 . i.e3 fS 14. 1lt'd2 f4 I S . g f 0-0 1 6. iLl e l (Larsen-Sp �ssky, Linares, 1 9 8 1 ) las blancas tIenen mejores perspectivas. Esto se . ex­ plica porque las negras se olvlda-

ron de la principal idea, la posibi­ lidad de cambiar los alfiles de ca­ sillas blancas, 8 . . . . i.h3 ! 8. . 9. i.. d 2 ..

iLl d8

La practica ha demostrado que es una perdida de tiempo 9. a4 iLle7 1 0 . i. a3 h6 1 1 . iLlf3 0-0 1 2 . 0-0 fS ! 1 3 . iLl d2 � c8 1 4 . 1lt'c2 f4 I S . � be l i.. h3 ! Las negras han progresado bastante en el flanco de rey (Botvinnik-Liberz6n, Mos­ cu, 1 968). Las negras no tienen proble­ mas tras 9. iLlf3 i.h3 ! 1 0 . 0-0 i.. xg2 I 1 . W xg2 iLle7 (Kavalek­ Trapl, Checoslovaquia, .1 9 62). Las blancas pueden Jugar con actividad, 9. h4, pero aqui tras 9 . . . . h 6 1 0 . e 4 (es peor 1 0 . h S ? gS I I . e4 fS ! 1 2 . ef i.. xfS 1 3 . iLl ge2 iLlf6 y las blancas estan fuerte­ mente comprometidas, Bukic-Po­ lugaievsky, Belgrado, 1 964) 1 0 . . . . iLle7 1 1 . iLl d5 fS 1 2 iLle2 0-0 1 3 . 0-0 el juego esta igualado (Hort-Nicevski, Skopje, 1 968). Son un poco mejores las pers­ pectivas de las blancas despues de 9. e3 iLl e7 1 0 . h4 h6 1 1 . hS gS 1 2 . e 4 fS 1 3 . e f iLl xfS 1 4 . iLlge2 (Sa­ von-Liberz6n, Venecia, 1 9 74) 0 9 . . . . iLlh6 1 0 . a4 0-o I I . 1lt'c2 � e8 1 2 . i.d2 Wh8 1 3 . h4! (Seirawan­ Suttles, Vancouver, 1 98 1 ). .

9. ...

f5

Se puede jugar con menos ries­ go, 9 . . . . iLl e 7 1 0 . e4 0-0 1 1 . iLldS c6 1 2 . iLl xe 7 1lt'xe7 13. iLle2 fS (M eyers-M artinovsky, Lone IS7

Pine, 1 976). Las posibilidades de ambos bandos son igua1es. f4

10. ...

E1 intento de acabar de raiz con 1a actividad de las negras en rea1idad no es muy afortunado. 10. 11. 12. 13. 14.

... lDf3 a4 1Itc1 (H)

lD f6 lDg4 �

lI eS

La posicion del diagrama es bastante interesante y dimimica. Despues de 1 4 . . . . ef I S . gf .t f7 1 6 . lI e l c6 1 7 . lDgS lDe6 toda la 1ucha esta por de1ante (Szilagy­ Kup re ichik, Stary Smokovec, 1 975). Sin embargo la valoracion ge­ neral de que 6. lI b 1 no Ie ofrece a las blancas la ventaja, esta en vi­ gor. (B)

( 1 . c4 eS 2. lDc3 d6 3 . g3 lD c6 4. i.g2 .te6 6. d3 1Itd7) 6. b4

IS8

Las blancas, aprovechando que no es favorable para las negras cambiar los peones «b» (6 . . . . lD xb4 7 . .t xb7), empiezan u n im­ petuoso asalto al flanco de dama. 6. . . .

lDge7

Antes se jugaba 6 . . . . g6 7 . bS lDd8, que es muy buena tras 8. e4 .tg7 9. lD ge2 lDge7 1 0. 0-0 .th3 1 1 . a4 hS 1 2 . f3 i. xg2 1 3 . w xg2 fS 1 4 . h4 lDe6 (Kogan-Bagirov, Rostov, 1 978). Tampoco da nada 8 . a4 .t g7 9. as a6 1 0 . b6 c6 1 1 . lDe4 fS 12. lDgS lDf6 1 3 . lD xe6 lD xe 6 1 4 . i.b2 0-0 I S . lD f3 e4 1 6. d e fe 1 7 . lDd4 e 3 1 8 . f3 1Itf7 1 9 . lD c2 lDe4 con complicaciones que no son desfavorables para las negras (1. Ivanov-Kupreichik, Riga, 1 979). Las blancas jugaron con firme voluntad en la partida Beliavsky­ Kupreichik (Daugavpils, 1 974): 8 . .tgS f6 9 . .t d2 .tg7 10. lDf3 lDe7 1 1 . 0-0 0-0 1 2 . 1Itb3 i. f7 1 3 . lD e 1 lDe6 1 4. a4 fS l S . 1Ita3 ii ab8 1 6. lDc2, obteniendo una peque­ ria ventaj a posicional. Tras 8 . lDf3 10 mejor para las negras es atenerse a este plan: 8 . . . . f6 (es peor 8 . . . . i.g7? debido a 9. lDgS e4 10 . .tb2 ed 1 1 . 1It x d3 a6 1 2 . h4 ab 1 3 . cb lDe7 1 4 . 1Itd2 0-0 I S . hS gh 1 6 . lil xhS .t fS 1 7 . .te4 .t g6 1 8 . lil x h7 ! , y las blan­ cas obtuvieron un fuerte ataque, Petrosian-Estrin, Moscu, 1 96 8 ) 9 . a 4 lDe7 1 0 . 0- 0 .t g 7 1 1 . .t e 3 0-0 1 2 . 1Itb3 .t g4 1 3 . lD d S lD xdS 14. cd b6 I S . 1Itc4 lDb7 1 6. lil ac1 lil f7 . Situando el caballo en cS las

negras se defienden con facilidad ( Perkins-Tarjan, Graz, 1 972). 7. b5 8. a4

.!D d8 c6

Un plan insolito. Antes de fi­ nalizar el desarrollo del flanco de rey las negras empiezan las ope­ raciones en el centro. 9. 10. 11. 12 . 13.

"ta3 bc cd .!Df3 d4!

d5 be cd f6

El mejor metodo para fijar las debilidades del enemigo. Despues de 1 3 . 0-0 II cS 1 4 . 't!:Vd2 .!D ec6 1 5 . "t x fS II x fS 1 6. as .!Db7 1 7 . a6 .!Dc5 1 8 . lI tb l d4 1 9 . .!D a4 .!D x a4 (son confusas las con­ secuencias de la variante 1 9 . . . . .!Db3 2 0 . II xb3 "t xb3 2 1 . .!D c5 't!:Vf7 22. "th3 !) 20. II x a4 c;t>f7! las negras obtuvieron una posicion totalmente aceptable (Trois-Lju­ bojevic, Buenos Aires, 1 9 79). 13. 14 .!Dd2 1 5 .!Db5 ••.



Era peor la natural 15. 1I c1 por 1 5 . . . . e 3 ! 1 6 . fe .!Df5 ! 1 7 . "t x fS .!D x e3 I S . 't!:Vb3 .!D xg2+ 1 9 . c;t> f2 II x fS con una posicion con pers­ pectivas para las negras. Despues de 15 . .!Db5 es impres­ cindible jugar 1 5 . . . . .!Dec6 1 6. "t x fS lI xfS 1 7 . .!Db3 .!Db7 1 8 . .!Dc5 ! .!D xc5 1 9 . dc. Las negras ne­ cesitan tiempo para retirar su rey del centro del tablero. Las posibi­ lidades blancas son preferibles . Los ejemplos examinados de­ muestran que la variante con 6 . b 4 ofrece mayores perspectivas que 6. lI b l .

(C) (1 . c4 e5 2 . .!D c3 d6 3. g3 .!Dc6 4. "tg2 "te6 5. d3 't!:Vd7) 6 .!Dd5 •

e4 lI eS



Esta es la jugada mas popular de este sistema en los ultimos tiempos. 6.

.••

.!D ge7

Aqui 6. g6 es arriesgada a causa de 7 . .!D f3 "tg7 S . .!Dg5 .!DdS ..•

1 59

9 . lLl xe6 lLl x e6 1 0 . lLlc3 c6 1 1 . li b l lLle7 1 2 . b4 0-0 1 3 . b5, y las blancas tienen una seria ventaja posicional (Korchnoi-Chi Ching Hsuan, Buenos Aires, 1 978). Para intentar demostrar que la inclusion del caballo en el centro es precipitada, las negras pueden jugar 6 . ... lLldS. En este caso las blancas continuan 7. d4 g6 8. b3 i.g7 9 . .ib2 lLle7 1 0 . e4 0-0 1 1 . lLle2 c5 1 2. dc dc 1 3 . 0-0 lLl dc6 1 4. f4 (Popov-Gerusel, Moscu, 1 977) 0 bien 7. lLlf3 c6 8. lLle3 .ih3 9 . i. xh3 �xh3 1 0. d4 �e6 1 1 . �c2 lLlf6 1 2 . 0-0 i.e7 1 3 . lLlf5 0-0 1 4 . lLlg5 (Portisch-Buljovcic, Vrsac, 1 9 7 1 ), obteniendo ventaja en ambos casos. La discutible jugada 6 . ... f5 11e­ vo a un juego complicado en la p ar t i d a Y usu p ov-Kup reichik (Minsk, 1 979). Despues siguio 7. lLlf3 lLl f6 (no es clara 7 . . . h6 8. lLl h4 g5 9 . lLlg6 li h7 1 0 . lLl x f8 'i!;> xf8) 8 . lLlg5 !? (si 8 . lLl xf6+ gf 9 . 0-0, entonces las negras avan­ zan la liberadora 9 . . . . d5) 8 . . . . i.g8 9 . 0-0 h6 1 0 . lLl x f6+ gf 1 1 . lLlf3 0-0-0 1 2 . lLl h4 d5 1 3 . cd i. x d5 1 4 . i. x d5 � x d 5 . Ahora las blancas jugaron 1 5 . e4?! fe 1 6 . �g4 �d7 1 7 . �xd7 Ii x d7 1 8 . lLl g6, y termino con igualdad. Pa­ rece interesante 1 5 . lLl x f5 ! ? e4 1 6. lLl h4! ed 1 7 . ed .ic5 1 8 . lLlg6 lLl e 5 1 9 . lLl xe 5 ! Por 1 0 visto, lajugada principal de L. Ljubojevic 6 . . . . lLl ge7 e s mejor que todas las menciona­ das. .

7. �a4

1 60

Las blancas atan las fuerzas ne­ gras por las dos diagonales blan­ cas y no permiten la maniobra lLld8 seguido de c6 . En caso de 7 . e3 lLld8 8 . lLle2 c6 9 . lLl xe7 .i x e7 1 0 . 0-0 h5 1 1 . f4 h4 1 2 . �e 1 i.h3 1 3 . �f2 .i x g2 1 4 . � x g2 hg las negras consiguen realizar todos sus pro­ yectos. Eliminaron al fuerte caba­ llo d5, abrieron para el ataque la columna «h» y obtuvieron una po­ sicion con perspectivas (Kestler­ Trager, Bad Pyrmont, 1 9 6 1 ) . 7. ...

Ii bS!?

Para realizar el avance libera­ dor b7-b 5 . E n una partida anterior d e Lju­ bojevic (negras) con Masic (Yu­ goslavia, 1 972) jugo 7 . . . . a5 8 . e4 lLl xd5 9. cd lLld4 1 0 . �dl .ig4 1 1 . f3 i.h5 1 2 . i.e3 c5 1 3 . dc lLl x c6 1 4 . lLle2 d5 (patente del gran maestro yugoslavo) 1 5 . h4 f6 1 6 . .ih3 �d8 , pero no consiguio una plena igualdad. S. i. d2

Se entiende que no es posible 8 . lLl x e7 .i xe7 9. i. x c6 � x c6 1 0 . � x a7 � x h l 1 1 . � xb8 i. d 8 , y las blancas pierden una pieza. S. ... 9. cb 10. i. x d5

b5 i. x dS lLld4

U nas complicaciones raras y poco frecuentes en esta variante. Las negras han entregado uno de sus alfiles, pero compensan total­ mente esta insuficiencia con su actividad en el flanco de dama.

1 1. i.g2 12. �xb5+

�xb5 � xb5

En la partida Portisch-Ljuboje­

vic (M alta, 1 980) las blancas ten­

dieron una celada, 13. li bl lb c2+ 1 4. W d l lb a3? 1 5 . ii al ! , y no es posible 1 5 . It xb2 por 16 . .t e l li b l 1 7. ii xb l lLJ xb l 1 8 . W c2 ! , ganando e l caballo. Sin embargo '"

las negras cayeron en este troco involuntariamente . Despues de la correcta 1 3 . . . . c5 ! 1 4 . lbf3 lb c2+ 1 5 . W d l lbb4 16. a3 lbbc6 1 7 . e3 g6 1 8 . We2 .t g7 igualan total­ mente el juego. Merece su estudio en lugar de 1 3 . li b 1 la mas precisa 13. o-o-o!? y a la posibilidad 13 . . . . c5 , 1 4. f4! Las blancas connan en aprove­ char la fuerza de sus alfiles tras la apertura del juego. Desde luego esta variante necesita una proeba practica. Terminando este capitulo, hay que decir que al principio no fue sencillo para las blancas acomo­ darse al juego 16gico y concentra­ do de las negras. Pero poco a poco, al obtener la experiencia adecuada, fueron colocando ante su adversario mas y mayores pro­ blemas.

161

6. SISTEMA DE DEFENSA CON '7·'5 e5

1 . c4

En este capitulo examinaremos todas las variantes restantes que cmpiezan con las jugadas 1 . c4 e5, y que en primer lugar forman una construcci6n holandesa con la ju­ gada f7-f5 . Las negras tratan de crear un fuerte par de peones cen­ trales. En caso adecuado pueden aprovecharlos para organizar un ataque en el flanco de rey. El golpe d2-d4 se considera el mas 16gico para las blancas. Ata­ cando al peon e5 fuerzan 0 bien un cambio favorable, 0 bien el avance e5-e4, tras 10 cual la cade­ na de peones puede ser atacada mediante f2-f3 , 0 inc1uso g2-g4. De esta manera ambos bandos determinan sus planes muy pron­ to, 10 que exige un juego energi­ co en la apertura. Dividiremos en cinco partes las variantes que vamos a examinar aqui. En la primera de ellas inc1ui­ mos la siguiente continuacion: 2. tLlc3 f5 (I); en la segunda 2. tLlc3 tLlc6 3. llJf3 f5 (II), despues 2. tLl c3 llJ c6 3. g3 f5 (III), mas tar­ de 2. llJ c3 i.b4 (IV) y cerraremos el capitulo con 2. llJf3 d6 3. d4 e4 (V). (I) 2. llJc3

f5

Esta formaci6n holandesa es conocida hace mucho tiempo. Ya en el ano 1 920 en Damberg la par­ tida Nirnzovich-Mieses continuo asi: 3. b3 llJ f6 4. i.b2 d5 5. cd llJ xd5 6. g3 llJ xc3 7. dc i.d7 8 . i.g2 llJ c6, y las blancas n o saca­ ron nada de la apertura. Y el as alto a la bayoneta 3. g4 d6 4. gf i. x f5 5 . i.g2 c6 6. d4 llJd7 7. e4 i.g6 8 . llJge2 i.e7 9 . i.e3 llJ f6 1 0 . llJ g3 0-0 tampoco es peligroso para las negras. Tambien son posibles jugadas tranquilas. Por ejemplo: 3. g3 llJf6 4. i.g2 c6 (es algo peor para las negras 4 . . . . g6 5. d4 ed 6. 'tWxd4 llJ c6 7. 'tWd2 i.g7 8 . b3 0-0 9 . i.b2 d6 1 0 . llJh3 'tWe8 1 1 . llJf4 l1 b8 1 2 . h4 Haag-Jimenez, La Habana, 1 962, pero despues de 4. ... i.b4 5 . a3 i. xc3 6. dc d6 7. i.g5 0-0 8 . llJ f3 llJbd 7 9 . b4 'tWe8 las negras pueden defenderse con exito, Kolon-Larsen, San Juan, 1 63

1 964) S . d4 (no es favorable para las blancas este orden de jugadas: S . lbf3 d6 6. 0-0 lba6 7. d4 e4 8 . lO g S h 6 9. lbh3 , y las negras pue­ den permitirse incluso 9 . . . . gS ! 1 0 . f3 ef 1 1 . ef J.g7, teniendo una posicion bastante favorable, B. Andersen-Larsen, Copenhague, 1 965, y despues de S. d3 no hay que repetir la partida Filip-Lar­ sen (Reggio Emilia, 1 963/64), en la que siguio S . . . . d6 6. lbf3 'fIc7 7 . 0-0 J.e7 8. b4 dS? 9. cd J. xb4 1 0 . 'fIb3 J. xc3 1 1 . 'fI x c3 lb xdS 1 2 . 'fixeS. Es mejor S . . . . dS!? 6. cd cd 7. 'fIb3 d4, sin miedo a 8. J. xb7 J. xb7 9. 'fIxb7 lbbd7 1 0 . lb d l lI b8 1 1 . 'fIxa7 J.b4+ 1 2 . c;t>f1 0-0 1 3 . 'fIa4 c;t>h8 1 4. a 3 lOcS con suficiente compensacion por el material sacrificado, Egorov­ Sajarov, Moscu, 1 964) S . . . . e4 6. lbh3 lb a6 (0 6 . . . . dS 7. 'fIb3 lba6 8 . J.gS de 9. 'fIxc4 h6 1 0 . J. x f6 'fIxf6 1 1 . 0-0-0 bS 1 2 . Wb3 b4 1 3 . lb a4 J. e 6 con juego complicado, Sapi-Farago, Hungria, 1 9 69) 7. 0-0 lb c7 8 . f3 dS 9. cd cd 1 0 . .,tgS J.e7 1 1 . lbf4 lbe6 12. 'fIa4 c;t>f7 1 3 . lO xe6 J. xe6 14. fe de, y aun­ que las negras se arriesgaron mu­ cho, se puede decir que 10 peor para elIas ya paso (Uhlmann-Lar­ sen, Leningrado, 1 973). Y despues de 3. e3 lbf6 4 . d4 e4 S . lbh3 g6 6. J.e2 J.g7 7 . b4 lbc6 8 . 'fIb3 lbe7 9. c4 dS 1 0 . cd cd 1 1 . J.bS+ �f8 12. J.e2 1 3 . 0-0 � g7 1 4 . dS gS I S . J.b2 lbg6 1 6 . lb b S g 4 las negras imponen un juego suficientemente favorable para ellas (Uhlmann-Hartoch, Amsterdam, 1 972). 1 64

Por 10 tanto el procedimiento con mayores perspectivas para las blancas es este avance en el cen­ tro. 3. d4 4. Wxd4

ed lbc6

Es dificil dejar pasar la posibi­ lidad de desarrollar una pieza con ganancia de tiempo. Oespues de 4 . . . . lbf6 S . lbdS (es malo ganar el peon, S . WeS+? � f7 6. WxfS por 6 . . . . dS !) S . . . . lb c6 6. lb xf6+ Wxf6 7 . Wxf6 gf 8. J.d2 lbb4 9. �dl as 10. lbh3 la superioridad blanca es indudable (Timman-van den Berg, Holanda, 1 972). Otro procedimiento de juego en respuesta a 4 . . . . lbf6 consiste en S. g3 ! lbc6 6. We3+ J.e7 7. J.g2 0-0 8 . lb h3 lI e8 9. 0-0 J.b4 10. 'fId3 lbeS 1 1 . 'fIc2 c6 1 2 . a3 J.f8 1 3 . b3 d6 14. J.b2 (Mikenas­ Polugaievsky, Moscu, 1 9S9). Las blancas obtuvieron ventaja. 5. We3+

Tras S. 'fIdl las negras no ex­ perimentan dificultades en el de­ sarrollo: S . ' " lbf6 6. lbf3 J.b4 7 . 'fIc2 lb e 4 8. J. d 2 J. xc3 9. J. xc3 'fIe7 0 6. g3 J.b4 7. J.d2 We7 8 . lbf3 lb e4 9 . lb d 5 'fIcS 1 0 . e 3 lb x d2 1 1 . lO xd2 lbeS y tambien igualan con facilidad el juego. 5. ...

�f7

(DIAGRAMA 96)

jUna decision curiosa! Las ne­ gras se privan voluntariamente del enroque, planeando en el fu-

. . . d 6 , entonces 8 . g 3 seguido de 1.g2 y lD d4) 8. cd _ + 9. 1.d2 ll e8 10. 1Wf4 i. xd2+ I I . lD xd2 ! lDe7 1 2 . d6! cd 1 3 . lDc4! con ven­ taja. 6. ... 7. 1WfI2!

turo una original ruta pra el rey, f7-g8-h7. Mediante el ataque a l a dama blarica esperan ganar tiempo para el desarrollo de sus· piezas. Es peor 5 . ... 1.e7 por 6. lDd5! lLl f6 7 . lD x f6+ gf 8 . lDf3 d5 9 . cd 'iW x d5 1 0 . 1.d2 (Matulovic-Kozo­ mara, Sarajevo, 1 960). y a 5 . .. 'iWe7 las blancas jue­ gan 6. lDd5 'iW xe3 7. 1. xe3 1.d6 (tras 7 . . . . �d8 8. 0-0-0 lLl ge7 9. lLlf3 h6 1 0 . 1.f4 d6 I I . h4 a las ne­ gras les cuesta desarrollarse) 8 . lLl f3 (pero n o 8. c 5 debido a 8 . . . . i. e 5 9 . lDf3 lDf6!) 8 . . . . lD ge7 9 . 0-0-0 a6 1 0 . lDb6! : b8 I I . II xd6! recibiendo una posicion ganada ( C h e r ni n-K v e i n i s , Klaipe d a, 1 9 83). Tal vez sea mejor retirar el ca­ ballo a e7, 5 . ' " lLlce7 6. g3 lD f6 7 . 1.g2 g6 8. We5 f7!, como se j uga en la partida Krstic-Puc (Yu­ goslavia, 1 970). Es cierto que 6. b 3 ! es mas precisa que 6. g3, con una pequeiia ventaja. .

6. lLl h3

M. Taimanov recomienda 6. lLl f3 lDf6 7. lLld5 ! lLl xd5 (y si 7 .

lLl f6

EI proyecto de las negras se cumplio totalmente en la partida B agirov-N e zmetdinov ( B aku, 1 964), en la que las blancas juga­ ron imprudentemente 7. lDg5+? y despues de 7 . . . . g8 8 . g3 h6 9 . lDh3 d 5 ! 1 0 . c d lLl xd5 1 1 . 1Wd2 lDdb4! cayeron en una posicion peor. · Con la jugada 7. 'iWd2 las blan­ cas previenen el golpe d7-d5. 7. ...

i. b4

A 7 . . . . h6 las blancas tienen un juego con perspectivas despues de 8. lD f4 ! seguido de g2-g3 , 1.fl -g2, lLlf4-d5 . A las negras les es dificil oponer algo a esto. 8. a3 9. 'W' x c3

1. xc3 dS

No hay que retrasarse con esta continuacion programada: seria imposible despues de la jugada lDf4. 10. cd 1 1. 'iWb3

lLl xdS

(DIAGRAMA 97)

La posicion blanca, sin duda, es mejor. A 1 1 . ... h6 pueden ju­ gar 1 2 . e4! fe 1 3 . 1.c4 lLlce7 14. lLlf4, y a 1 1 . ... lDa5 parece bue­ na 1 2 . 'iWc2 h6 1 3 . lD f4! 1 65

La continuacion 4. . . . ed esta claro que no es satisfactoria.

Probablemente por eso la va­ riante pnicticamente ha desapare­ cido de las competiciones. (II) 2. llJc3

3. llJf3

llJc6 f5

Tras este orden de jugadas esta continuacion esta mas justificada. 4. d4

Es pasiva 4. e3 e4! S . llJd4 llJ x d4 6 . ed llJf6 (Bobotosov­ Friedgood, Siegen, 1 9 70). Tambien se puede escoger un sistema mas tranquilo de desarro­ llo. Por ejemplo: 4. d3 llJ f6 S . g3 d6 6 . .tg2 g6 7. 0-0 .tg7 8. llJdS 0-0 (Romanishin-Kupreichik, Frunze, 1 98 1 ). 0 4. g3 llJ f6 S. .tg2 e4 6. llJgl .tb4 7. llJh3 llJeS 8 . d3 .t xc3+ 9. bc d6 (Adorjan-P. Nikolic, Wijk aan Zee, 1 9 84). Pero la jugada del texto es la prin­ cipal. 4. . . .

166

e4

Aqui las principales jugadas son 5 . .tg5 (A) y 5. llJg5 (B). Tambien es posible 5. d5 ef (es bastante peor S . . . . llJ aS? debido a 6. llJd4 llJ xc4 7. llJ x f5 t!Yf6 8 . llJ e 3 .t c S 9. llJ x e4 .tb4+ 1 0 . .td2 .t xd2+ 1 1 . 1fxd2 llJ xd2 1 2 . llJ x f6+ llJ xf6 1 3 . w xd2 0-0 14. f3 ! lI e8 IS. n cl lI eS 1 6 . d6 c6 1 7. llJc4 lI e6 1 8 . e4, y las blan­ cas tienen una solida ventaja po­ s i c i o n al , Rub an-Kup r e ichik, Minsk, 1 9 76) 6. dc fg (es debil 6. ... bc 7 . ef .tb4 8 . .td3 1fe7+ 9. wd2! 1ff6 1 0 . w c2 EiJe7 1 1 . h4 0-0 1 2 . .tgS 1fd4 1 3 . 1fd2 .t xc3 14. bc 1fcS I S . 1fe3 +! 1fxe3 1 6. fe W f7 1 7 . cS, Reshko-Novotel­ nov, Leningrado, 1 966, 0 6 . . . . fe 7. cd+ .t xd7 8 . .t xe2 .tc6 9 . 0-0 1fxdl 1 0 . II xdl .td6 1 1 . .td3 llJe7 12 . .tgS 0-0 1 3 . llJbS, Erdel­ j an-Polenek, correspondencia, 1 977, Y en ambos casos la ventaja de la posicion de las blancas es in­ dudable) 7 . cd+ 1fxd7 8 . 1f x d7+ .t x d7 9 . .t xg2 0-0-0 (es un poco peor 9 . . . . c6 1 0 . .te3 ! llJf6 I I .

.td4 i.e6 1 2 . b3 .ta3 1 3 . It dl xg2 !le6! 1 7 . .!D f3 !lxa2 1 8 . g d 7 .!D d S 1 9 . g xa7 g ad8! Y aqui se hizo evidente que sus fuerzas estan dispersas por todo el tablero y no pueden coordinarse . En cambio, las pie­ zas negras si estan coordinadas y disfrutan de una indiscutible ini­ ciativa.

7. ..

.

f6

Las negras tienen que estar atentas. A 7 . . . . be sigue 8 . lb xeS lb xe S (es mala 8 . . . . .ib7 por 9. lbxf7! rt; x fl 1 0 . �b3+) 9 . j, x a8 c6 1 0 . II b i �c7 1 1 . �b3 . Y tras 7 . . . . e4 8 . lbd4! lb xd4 9 . cd .ib7 1 0 . d3 ! Las blancas tambien tie­ nen ventaja. 8. d4 9. 0-0 10 . .i a3

.ib4) e n honor a la verdad no Ie ofrece a las negras una plena igualdad. (V) 2. lb f3 3. d4

d6

.ib7 0-0

A las blancas no les conviene abrir la columna «a» ( 1 0 . cb ab), y quedarse con un par de peones doblados es peligroso para el fi­ nal. Despues de 10 . . . . e4 1 1 . lb d2 [S 1 2. f3 ! ef 1 3 . j, x f3 lb aS 1 4 . i. b 4 ! j, xf3 I S . lb x f3 l a posicion se debe valorar como favorable a las blancas (Uhlmann-Stohl, Stary Smokovec, 1 985). En caso de retirada del caballo as las blancas amenazan el desa­ grad able jaque �b3 seguido de lbgS . En resumen esta interesante variante, con la temprana inclu­ sion del alfil en el juego (2. . . .

En el tablero tenemos una va­ riante del sistema, en eI que las negras a la primera jugada c2-c4 responden con el ataque del peon de rey. Ya que por transposicion de ju­ gad as puede surgir una posicion ya examinada, nos quedamos solo con los ejemplos que tienen un significado independiente. 3. ...

e4

EI juego al estilo de la defensa india de rey, 3 . . . . ed 4. lb xd4 g6 S. e4 .ig7 6. lbc3 lLlc6 7. i.e3 lLlge7 8 . .ie2 0-0 9. g4!? lb xd4 10 . ..t xd4 i. x d4 1 1 . �xd4 cS 1 2 . �e3 lLl c6 1 3 . 0-0-0 lbd4 1 4 . h4 fS I S . gf gf 1 6 . lbdS es mas favora­ ble a las blancas (Lerner-Aizma­ parashvili, Kiev, 1 98 6). 1 79

4. lb g5

Teniendo en cuenta que el ca­ ballo f3 debeni dirigirse a f4, es del todo posible otra ruta para esta pieza: 4. lbgl c6 S . lb c3 fS 6. lbh3 J.e7 7. e3 lbf6 8 . J.e2 0-0 9 . 0-0 lb a6 1 0 . J.d2 Wh8 1 1 . f3 ef 1 2 . J. x f3 (Eingorn-Zaichik, Jarkov, 1 985). Las blancas tienen un buen juego de piezas. Casi igual jugaron las negras en la partida Lputian-Eingorn (Jar­ kov, 1 9 85): 4 . . . . f5 S . lb c3 lbd7 6 . lb h3 J.e7 7. e3 lb df6 8 . b4 lbh6 9. lb f4 0-0 1 0 . h4 J.d7 1 1 . tIIb 3 Wh8 1 2 . J.e2 lb fg4 1 3 . g3 tII c 8 1 4 . J.b2. La ventaja posicio­ nal esta del lado de las blancas. 4. ... 5. lbc3

f5

El caballo se puede dirigir in­ mediatamente a f4: S . lbh3 J.e7 6. lb f4 lbf6 7. lbc3 c6 8 . e3 0-0 9. J.e2 lba6 1 0 . h4 lbc7 1 1 . b4 lbe6 1 2 . lb x e6 J. xe6 1 3 . g3 tII e 8 14. bS tII f7 I S . bc bc 1 6. 1Wa4 cS 17. dS J.d7 18. tII c2 (Ubilava­ Zaichik, Telaviv, 1 9 82). Las pers­ pectivas blancas en el flanco de dama, sin duda, son mejores, a la vez que a las negras les es dificil mostrar algo en la otra parte del tablero. 5. ...

h6

Despues de 5 . . . . J.e7 6 . h4 es muy arriesgado para las negras ganar el peon, 6 . . . . h6 7. lbh3 J. xh4? debido a 8. lbf4 ! y tras 6 . . . . lbf6 7 . J. f4 h 6 8 . lbh3 J. e 6 9. e3 c 6 1 0 . J. e 2 J. f7 1 80

1 1 . hS lb a6 1 2 . J.g3 lb c7 1 3 . lb f4 1 4 . b4 1as posibilidades de las blancas son preferibles (Peturs­ s o n-Rukavina, H a s t i n g s , 1 9 8 5/86). A la vez que con la mo­ desta 6. lbh3 lb f6 7. e3 c6 8 . J.e2 0-0 9 . 0-0 Wh8 1 0 . f3 d5 1 1 . tII b 3 lba6 1 2 . J.d2 lbc7 1 3 . cd cd 1 4 . lI ael J.d6 I S . a4 1We7 1as posibi­ lidades son reciprocas (Pinter­ Mokry, Dubai, 1 986). 0-0

5. lb h3

g5?!

Una jugada de aspecto dudoso. Pero si las negras no juegan asi, se crea una posicion conocida que ya examinamos hace poco. El ca­ ballo blanco encuentra una exce­ lente base en f4. Ahora las blancas tienen que actuar con un juego original. 7. lb g l !

Una idea anaIoga s e encuentra en la partida Portisch-Quinteros (Niza, 1 974). Las blancas se dis­ ponen a atacar el peon gS con la jugada h4. Y si avanza, el caballo se dirige a la casilla debil f4. Tras un procedimiento normal de' desarrollo, 7. f3 lb f6 8 . fe fe 9 . lb f2 1We7 1 0 . 1Wc2 J.g7 1 1 . e3 0-0 1 2 . g3 lb c6 13. J.g2 J.fS 1 4 . 0-0 lI ae 8 I S . J.d2 lbb4 1 6 . 1Wb3 cS 1 7. a3 lb c6 1 8 . lbd5 lb xdS 1 9 . cd lbd4! 2 0 . e d e3 ! l a ventaja pasa a las negras (Bukal-Spassky, Lu­ gano, 1 9 82). 7. ... 8. h4

J.g7 lbc6

Despues de 8 . . . . g4 9 . e3 lbd7 10. lbge2 h5 1 1 . lb f4 lb fS 1 2 .

'ti'a4+! 'ti'd7 1 3 . 'ti'b3 f£Je7 1 4 . c5 ! de 1 5 . de las blancas realizan sus intenciones sin grandes complica­ ciones. Ahora es mala 1 5 . . . . c6? 1 6 . i. c4 f£Jeg6 1 7 . f£Jb5 ! f£J xf4 1 8 . f£Jd6+ Wd8 1 9 . e f We7 20. i.e3 'ti'e7 2 1 . 0-0-0 con un fuerte ata­ que blanco (Portisch-Seirawan, Mar del Plata, 1 982). Es algo me­ j or I S . . . . f£Jfg6 1 6 . f£J x g6 f£J xg6 1 7 . ..t d2 0 1 6 . c6, aunque aqui las blancas tambien tienen mejores posibilidades. 9. 10. 11. 12.

e3 hg }l xhS+ f£Jh3

14 . .td2 15. 'ti'b3 16. (H)-()

i.d7 b6

f£Jf6 hg i. xhS

La operacion de cambios forza­ da ha simplificado algo la posi­ cion en el flanco de rey. Pero las blancas continuan luchando por la casilla f4. Cederla significa per­ der la lucha estrategica. 12. ... 13. i.e2

go, no estim obligadas a ir por donde quiera el adversario.

f£Jg4 f£Jh6

Las negras atraen al alfil a h5, para despues cortarlo con la juga­ da g5-g4. Las blancas, desde lue-

A las negras no les resulta sen­ cillo defenderse. Despues de 1 6 . . . . f£J a5 1 7 . 'ti'c2 c6 1 8 . g4! 'ti'e7 (a 18 . . . . fg sigue 1 9 . 'ti'xe4+) 1 9 . gf ..t x f5 2 0 . lI hl 0-0-0 2 1 . b4 f£Jb7 22. 'ti'a4 pierden, como mi­ nimo, un peon (Farago-Ermen­ kov, Atbena, 1 983). Parece que la ultima variante es la peor de todas las examina­ das en el sexto capitulo.

181

7. ANTI.NIMIOVICH 1. e4 2. ltlc3 3. ltlf3

ltlf6 e6

(I) 3 . .. .

.tb4

Ahora despues de 4. d4 de nue­ vo se podria pasar a la defensa nimzoindia. Pero las blancas no empezaron la partida con el peon de alfil para llegar a esto. Ahora tienen su eleccion principal entre 4. a3 (A), 4. g3 (B), 4. 'tW b3 (C) y, probablemente, la mas fuerte, 4. 'tWc2 (D). Es necesario advertir que el principio de disponer el material de peor a mejor es caracteristico para todo el libro. Las negras han elegido un es­ quema en el espiritu de la defen­ sa Nimzoindia, que ahora podria surgir despues de 3 . d4. Con la jugada 3. ltlf3 las blan­ cas se apartan de este posible giro de los acontecimientos, 10 que de­ termina el titulo del capitulo. Gtro plan popular, relacionado con 3 . e4, 10 examinaremos en el siguiente capitulo. Ahora las negras tienen dos respuestas: 3 . ... .tb4 (I), 0 3 . ... b6 (II). No tenemos en cuenta la juga­ da 3 . ' " d5, que despues de 4. d4 Ilevaria al gambito de dama, y 3 . . . . c5, que sera examinada mas tar­ de, en la que denominaremos va­ riante simetrica.

(A)

(1 . c4 ltl f6 2. ltlc3 e6 3 . ltlf3 i.b4) 4. a3 .t xc3 5. be

No tiene mayor sentido la va­ riante 5 . dc b6 6. g3 .tb7 7 . .t g2 1 83

ltJc6 8. (}{) (}{), ya que las blancas pierden el control sobre el centro. Ademas ya se sabe que por 10 general es bastante razonable to­ mar con peon hacia el centro. Hay que advertir que toda la variante con la jugada 4. a3 no es peligrosa para las negras. 5 . ...

d6

Preparando 6 . . . . e5, y en su caso tambien e5-e4 con un desa­ rrollo comodo. Tras 5 . ... b6 6. g3 .ib7 7 . .ig2 0-0 las blancas primero bloquean el alfil restante, 8 . 0-0 c5 9 . a4 ltJ c6 1 0 . d3 Il c8 1 1 . e4! d6, y de­ pues pasan a la accion decisiva en el flanco de rey, 1 2 . Ii: a2 Il e8 1 3 . li e2 h6 1 4 . ltJ e l 1!fd7 1 5 . f4 y ob­ tienen mejor juego (Jolmov-Niki­ tin, Kislobodsk, 1 966). Merece atencion el plan ligado al avance d7-d5: 5 . ... c5 6. g3 ltJc6 7. d3 d5 8. cd ed 9, i. g2 0-0 1 0 . 0-0 Il e8 1 1 . i.g5 h6 1 2 . i. xf6 1!f x f6 1 3 . d4 .if5 1 4 . e3 Ii: ad8, y las negras dispusieron bien sus fuerzas. A un juego mas compli­ cado con posibilidades mutuas conduce 1 1 . :!l e 1 h6 1 2 . 1!fa4 i.d7 1 3 . 1!fc2 i.f5 1 4. c4 d4 1 5 . 1!fb2 b6. 6. g3

Despues de 6. d3 e5 las blan­ cas deben tener cuidado en las proximas acciones. Por ejemplo: 7. g3? e4! 8. ltJd4 1!fe7 9. i. g2 ed 1 0 . 1!fxd3?! 0-0 1 1 . 0-0 ltJ a6 1 2 . Il e l ltJ e 5 1 3 . 1!fc2 i. e 6 ! , y las ne­ gras estan mejor (Glatman-Bagi­ rov, Riga, 1 968). 1 84

Es mas precisa 7 . e4 ltJbd7 8 . i.e2 ltJ c5 9 . 0-0 h6 (parece arries­ gada 9 . . . . 0-0 1 0 . 0-0 i.d7 1 1 . Il b l Il e8 1 2 . ltJh4 Il b8 1 3 . f4 b5 14. fe de 1 5 . i.g5 bc 16. Il xb8 1!fxb8 1 7. i. xf6 gf 1 8 . d4 ltJ d3 1 9 . Il xf6 1!fb2 20. ltJf5 i. x f5 2 1 . Il xf5 1!f x c3 , aunque las compli­ caciones terminaron felizmente para las negras, A. Ivanov-Osnos, Erevan, 1 98 3 ) 1 0. ltJ e 1 g5 1 1 . a4 1!fe7 1 2 . a5 ltJe6 1 3 . g3 c5 con jue­ go complicado (Ubilava-Bagirov, Batumi, 1 966). Esta p artida demuestra que ambos bandos deben prestar atencion al punto e4. 6. ... 7. i. g2

e5 1!fe7

Tras 7 . . . . 0-0 8 . 0-0 Il e8?! 9 . d 3 e 4 1 0 . ltJ g5 e d 1 1 . ed .tg4 1 2 . f3 .t d7 1 3 . ltJ e4 i.c6 14. i.g5 ltJbd7 1 5 . i.h3 1as blancas toman la iniciativa (Stein-Dely, Kecske­ met, 1 968). Es mejor este orden de jugadas: 8 . . . . ltJc6 9. d3 e4 1 0 . ltJ d4 e d 1 1 . e d ltJ e 5 1 2 . Il b l c6 1 3 . h3 Il e8 14 . .t f4 ltJ g6 1 5 . i.e3 ltJd7, y aqui las posibilidades de ambos bandos estim plenamente igualadas (Polugaievsky-Sangui­ netti, Mar del Plata, 1 962). 8. a4

a5

Es mejor fijar el peon en a4, ya que en el futuro sera atacado por fuerzas superiores. 9. 0-0 0-0 10. d3 e4

En caso contrario son las blan­ cas las que juegan e4 y empiezan

a volar el centro negro mediante f2-f4 . h6

1 1 . lDd4 12. f3

Las blancas no pueden librarse del peon de otra manera. 12. ... 13. ed 14. II el

eel

!fd8 lDa6

Cuando esta variante e1t1p6Z6 a ponerse de moda, las blancas jn­ gaban precisamente asi. A prime­ ra vista la jugada es muy logica, Las blancas atacan al alfil, y tras la captura en c3 no estropean la configuracion de peones. En este caso la dama en b3 no esta bien situada del todo. Impide la reali­ zacion del plan habitual relaciona­ do con el avance b2-b4, y consti­ tuye un blanco apreciable para las piezas menores del enemigo. 4. ...

En el diagrama tenemos la po­ sicion de la partida Damj ano­ vic-To Petrosian (Zagreb, 1 965). Las blancas tienen la ventaj a de la pareja de alfiles, pero no es po­ sible activar a los dos, ya que 10 impide su propia estructura de peones. Ademas, el peon a4 nece­ sita una atencion continua para su defensa. En resumen la posicion del diagrama se puede valorar como totalmente igualada. (B)

1 . c4 lDf6 2. lDc3 e6 3 . lD f3 i.b4 4. !fb3

c5

La mas practica. Aunque tam­ bien es totalmente posible 4. . . . lD c6, para a 5 . a3 jugar 5 . . . . i.e7 6. e4 e 5 ! 7 . d3 0-0 8 . h3 d6 9 . i. e 3 lDd7 1 0 . g 4 lD c5 1 1 . 'ft'c2 lD e 6 con plena igualdad (Nejkirh-Kro­ gius, Varna, 1 9 60) 0 5 . i. xc3 6 . 'ft'xc3 a 5 7 . b3 0-0 8 . i.b2 li e8 9. e3 e 5 1 0 . ,te2?! d5 1 1 . cd lD xd5 1 2 . !fc2 e4 !, tomando la iniciativa (Osmanovic-Knezevic, Saraj evo, 1 9 78). En el ultimo ejemplo se puede aconsejar para las blancas que jueguen d2-d3 en la novena 0 decima jugada. En este caso su posicion es totalmen­ te satisfactoria. 5. a3

i.a5

Despues de 5 . . . . ,t x c3 6. !fxc3 surge una posicion favora­ ble para las blancas, que ya recor­ damos en el sistema 4. !fc2 c5 5 . a3 i. x c3 6 . 'ft' x c3 . 6. g3

Hay que decir que en este es­ quema la posicion de las negras 185

es buena en muchas subvariantes. Por ejemplo, tras 6 . . . . llJ c6 7. i.g2 d5 8. 0-0 i. xc3 (aunque en este caso cambiar no es logico) 9 . !lxc3 d 4 1 0 . !lc2 a 5 1 1 . d3 e5 ! (es peor 1 1 . . . . o-o? debido a 1 2 . i.f4 ! @ e 7 1 3 . llJ e 5 con mejor jue­ go para las blancas) 1 2 . e3 0-0 las posibilidades de igualar de las ne­ gras son reales. Y con todo no se puede reco­ mendar en cambio en c3 si no es imprescindible 7. i.g2 8. 0-0

llJc6 d5

Una decision correcta, aunque los manuales de aperturas Ie pres­ tan mas atencion a 8 . ... !le7 9 . d 3 h 6 1 0 . lI b l a6? 1 1 . llJ a4 ! d5 1 2 . llJb6 (Hort-Sosonko, Ljublja­ na-Portoroz, 1 977) 0 1 2 . cd ed 1 3 . !lc2 con mejor juego para las blancas. Es cierto que las negras disponen de una continuacion mas fuerte, 1 0 . . . . liI b8 ! ? Bastante a menudo s e encuen­ tra: 8 ... a6, que despues de 9. d3 d6 1 0 . lI bl lI b8 1 1 . !lc2 b5 1 2 . i. g 5 i. xc3 1 3 . !lxc3 e5 1 4. cb II xb5 lleva a un juego igualado (Tal-Lengyel, Moscu, 1 9 7 1 ). Y tras 9 . . . . II b8 las blancas no de­ ben jugar 1 0 . llJe4 llJ xe4 1 1 . de d6 1 2 . II dl !le7 1 3 . i.d2 i.c7 14. !lc3 b5 1 5 . b4 e5 ! En este caso ya no igualan las posibilida­ d e s ( O s n o s-Saj arov, Tallin n , 1 965). Esta claro que a 1 0 . lI d l tambien sigue la ruptura 1 0 . . . . b5 1 1 . cb ab 12. llJ xb5 i. a6 1 3 . a4 i. xb5 1 4 . ab !lb6, y las negras de nuevo tienen todo en orden (So.

186

frevski-Matanovic, Skopje-Ohrid, 1 968). Probablemente 10 mejor para las blancas sea un camino mas prudente, como 1 0 . i.e3 d6 1 1 . II fdl b5 1 2 . cb ab 1 3 . llJb5 llJa7 14. a4 i.d7 1 5 . d4, dirigido a una rapida simplificacion del juego. En el encuentro Tarjan-Kuz­ min (Riga, 1 979) se proM una nueva jugada, 9. lI d1 !? (en lugar de 9 . d3). Las negras reacciona­ ron activamente 9 . . . . b5 1 0 . cb abo A l l . llJ xb5 habian prepara­ do 1 1 . . . . i. a6 seguido de 1iI b8 0 !lb6. En la partida siguio 1 1 . !l xb5 i.b4 (amenazando 1 2 . . . . i. a6) 1 2 . !l d 3 d 5 1 3 . !lc2 c 4 14. d3 cd 15. ed i.d7 1 6 . llJa4? llJd4!, y las negras consiguieron obtener la igualdad. No resulta claro que tendrian por el peon tras la co­ rrecta 1 6 . i.f4! Asi, en principio hay que poner bajo duda la juga­ da 8 . . . . a6. 9. d3 '

La inclusion de las jugadas 9. llJa4 b6 seguidas de 1 0. d3 h6 1 1 . e3 lI b8 1 2 . !lc2 i.d7 1 3 . b3 !le7 14. i.b2 lI fd8 1 5 . cd ed 1 6 . d4 c4! es favorable a las negras (Shas­ hin-Bagirov, Moscu, 1 965). 9. ...

h6

No tiene sentido dejar que el al­ fil llegue a g5. Y 9 . ... d4?! 10. llJa4 llJd7 1 1 . !lc2 e5 1 2 . lI b l !le7 1 3 . e3 de 1 4 . i. x e 3 llJd4 1 5 . i, x d4 cd 1 6 . b 4 e s claramente favorable a las blancas (Polugaievsky-Osnos, Bu­ dapest, 1 965). Pienso que 9 . ...

i, x c3 1 0 . �xc3 d4 1 1 . �c2 e5 1 2 . i. d2 a5 13. b4, aunque la va­ loracion de la «Encic1opedia de aperturas de ajedrez» es de igual­ dad, lleva tambien a una pequefia ventaj a blanca. 10. �c2

Hay que perder tiempo en la reagrupacion de la dama. 10. ... 1 1 . lI bl 12. i.d2

i. d7 �e7 lI acS

Y en c2 la dama no puede sen­ tirse muy comoda. 13. e4

.t xc3!

Solo ahora es el momento apro­ piado para cambiar este alfil. La lucha se dirige a las importantes casillas centrales d4 y d5, y por eso es util e1iminar la pieza mas activa del enemigo. 14. i. xc3 15. de

de e5

113

gira el caballo negro en el momen­ to preciso. Despues de 1 6 . lbe1 lbd4 1 7. ,t xd4 cd las posibilidades de las negras, como minimo, no son peores (A. Zaitsev-Bagirov, Al­ mata, 1 969). La valoracion es sencilla, tam­ bien tras 4. �b3 es dificil que las blancas puedan contar con la ven­ taja. (C)

1 . c4 lb f6 2. lbc3 e6 3 . lbf3 .tb4) 4. g3

Esta jugada modesta ha adqui­ rido una extraordinaria populari­ dad en los ultimos afios. Es dificil exp1icar las causas de este despe­ gue. Lo mas probable es que haya jugado un papel importante su se­ mejanza con los esquemas catala­ nes y una variante popular de la Defensa Nimzoindia con el fian­ chetto, que se ha dado con fre­ cuencia en los matches por el cam­ peonato del mundo. 4 . ...

Las negras aun no muestran sus planes. Tambien hay otros medios de desarrollo. Parece dudoso 4 c5 5 . i.g2 lb c6 6. 0-0 d6 7. b3 ,t x c3 8 . dc e5 9 . .tg5 h6 1 0 . .t x f6 �xf6 1 1 . lb d2 tltd6 1 2 . b4 .tf5 1 3 . lbb3 0-0 14. b5 lbd8 1 5 . tltd5 con una posicion con perspecti­ vas para las blancas (Geller-Gar. ...

La casilla d5 esta bajo el con­ trol de las negras, y a d4 se diri-

1 87

cia, Las Palmas, 1 980). Aqui las negras cambiaron err6neame � te en c3 , concediendole al enemlgo la importante columna «d» . Se encuentra con frecuencia 4. ... b6 (desarrollando de forma anruoga el alfil por la gran diago­ nal) S . .tg2 .tb7 6. 0-0 7. � b3?! .te4 con juego totalmente Iguala­ do (Heltsl-Karpov, Viena, 1 986). Ya en una fase temprana de la apertura los adversarios pa�ar�n de la apertura inglesa a una mdla de dama, aunque ya la defensa mas precisa para las blancas con­ siste en 7. Wc2 dS 8 . cd ed 9. d4 lLlbd7 (0. 9 . . . . li e8 1 0 . .t f4 c6 1 1 . lLleS lLlbd7 1 2 . a3 .t xc3 1 3 . W x c3 lLl x eS 1 4 . .i e S lLl e4 I S . Wd3 f6 1 6 . .if! gS , Gulko-Jol­ mov, Tallin, 1 98 3 ) 1 0 . lI dl lI e8 1 1 . .tf4 c6 1 2 . 11 ac1 We7 1 3 . lI e l c S 1 4. a3 .t aS I S . d e b c 1 6 . lLl d2 ! II ad8 1 7 . lLl c4 con una pe­ queiia ventaja de las blancas (Mi­ les-Timman, Linares, 1 9 8 3). Sin embargo dej a mayores perspectivas 6. d3 (en lugar de 6. 0-0 ) 6 . . . . 0-0 7. e4 dS 8. eS lLl fd7 9. cd .i xdS 10. 0-0 .t xc3 1 1 . be, y el juego de las blancas .merece preferencia (Olafsson-Tlm�an, Rejkyavik, 1 972). Con el mlsmo espiritu se desarrollaron los acon­ tencimientos tras 6 . . . . .t x c3 7. bc 0-0 8 . 0-0 d6 9 . e4 lLlbd7 10. 1Llh4 a6 1 1 . a4 .tc6 12. lI a2 We8 1 3 . lI e l lLlcS 14. as bS I S . eS de 1 6 . .t a3 .t xg2 1 7 . .t xcS (Ermo­ linsky-Schneider, Vilnius, 1 984). Las negras se han quedado sin ca­ lidad sin obtener suficiente com­ pensaci6n por ella 188

5 . .t g2

Aqui las negras a menudo eli­ gen entre 5 . ... c5 (a) y 5 . ... d5 (b). Tambien son posibles otras continuaciones menos populares. Por ejemplo: 5 . ... d6 6. 0-0 lLl bd7 7. d4 lI b8 8 . Wc2 a6 9. e4 .t xc3 1 0 . be eS 1 1 . 1Llh4 II e8 1 2 . f4 ef 1 3 . .t xf4 bS 1 4. cb ab I S . lI ae l .tb7 1 6. lLl fS dS 1 7 . e S lLl e4 1 8 . .th6! (Ribli-Ardiansyah, Yakarta, 1 982). en este caso las negras ca­ yeron bajo un fuerte ataque . Jugaron bastante mejor en la si­ guente partida: 5 . ... .t xc3 6 . be d6 7 . d3 eS 8 . 0-0 lI e8 9 . II bl c6 1 0 . 1Llh4 h6 1 1 . e4 dS 1 2. Wb3 lLl a6 1 3 . cd cd 1 4 . .ia3 de I S . de WaS manteniendo buenas posibi­ lidades de igualdad (Eingorn-Viz­ manavin, Lvov, 1 984). (a)

1 . c4 lLl f6 2. lLlc3 e6 3 . 1Ll f3 .tb4 4. g 3 0-0 S . i,g2) 5. ... 6. 0-0

c5

A 6. a3 10 mejor para las ne­ gras es jugar 6 . . . . i. xc3 7. dc dS!, obteniendo una posicion satisfac­ tori a, pero no 7 . . . . � c6 8 . i.gS h6 9. i. x f6 't!¥xf6 1 0. 't!¥d6 't!¥e7 1 1 . 0-0-0 as 12. 't!¥xe7 � xe7 1 3 . � e S ! , y las blancas estan bastan­ te activas (Ptleger-Langeweg, RFA-Holanda, 1 9 69). 6. ... 7. � a4

� c6

Un original plan de juego so­ bre el alfil b4, que, sin embargo, no Ie ofrece a las blancas el exito. Pero tambien la sencilla 7. d3 d6 8 . li! bl 't!¥e7 9 . a3 i. aS 1 0. iila2 dS 1 1 . cd ed 1 2 . b4 cb 1 3 . ab i.b6 (pero no 13 . . . . i. xb4? 14. � xb4 � xb4 I S . i. a3 !) 1 4 . bS �eS I S . � xeS 't!¥xeS conduce a posibilida­ des iguales (Larsen-Matanovic, EI Havre, 1 966). Por 10 visto deja mayores pers­ pectivas 7. d4 i. xc3 8 . bc d6 9 . i.f4 iil h S 1 0 . i.e3 't!¥ e 7 I I . d c dc 1 2 . � d2! �f6 1 3 . �b3 (Mijalchis­ hin-Lerner, 1 982). 7. ...

d6

Tambien es buena 7 . . . . 't!¥e7 8 . a 3 i. aS 9 . d 4 d 6 1 0 . li! b l eS I I . b4 e4 1 2 . �gS cb 1 3 . dS �eS 1 4. ab i.d8 1 5 . 't!¥c2 b 5 ! 1 6 . cb i.fS con suficiente compensacion por e l p e o n s acrifi c a d o (lvk ov­ Gheorghiu, Wijk aan Zee, 1 968). 8. a3 9. lI bl

i.a5

Despues de 9 . d4 1as blancas no consiguen nada especial: 9 . . . . cd 1 0 . � xd4 � xd4 1 1 . 't!¥ x d4! i.d7!

1 2 . � c3 i.c6 (Besser-Matulovic, Halle, 1 966). 9. ... 10. �el

i. d7

EI caballo en ca va a apoyar el avance b2-b4, pero no hay que 01vidar que las negras consiguen lle­ var a cabo la liberadora b7-bS . 10. 11. 12. 13.

... � c3 � c2 b4

li! b8 a6 b5

Despues de 1 3 . . . . cb 1 4 . ab i.c7 I S . d3 't!¥e7 1 6 . cb ab 1 7 . � a3 � a7 1 8 . i. e 3 i.b6 las ne­ gras resuelven todos los proble­ mas de apertura. (Tukmakov-K. Grigorian, Vil­ nius, 1 9 7 5). (b)

1 . c4 �f6 2. �c3 e6 3 . � f3 i.b4 4 . g3 0-0 S . i.g2) 5. ...

d5

La via principal, que exige de las blancas cierta atencion. 1 89

6. a3!

La mejor replica. Se puede con­ siderar imprecisa 6. 'fWb3 cS 7. 0-0 ltJc6 8 . cd ed 9. a3 c4 1 0 . 'fWdl i.e7 (Langeweg-Parma, Torre­ molinos, 1 962). Las blancas han perdido exactamente dos tiem­ pOS. Tambien se encuentra, incluso con bastante frecuencia, 6. 0-0. Al principio esta jugada quedo justificada: 6 . . . . ltJc6 7 . a3 i. xc3 8. bc dc 9. 'fWa4 i.d7 1 0 . 'fWxc4 caS 1 1 . 'fWa2 i.a4 1 2 . 11 b 1 cS 1 3 . c4 l:l e8 1 4 . d 3 eS I S . i.d2. Y des­ pues de IS . . . . l:l b8? 1 6 . ltJ gS ! las blancas obtuvieron mejores posi­ bilidades (Geller-Velimirovic, Moscu, 1 982). Pero tras la correc­ ta I S . . . . e4! 1 6 . i. x aS 'fW x aS 1 7 . ltJ g S e d 1 8 . e d 1.c6 las negras consiguen una plena igualdad. Sin embargo no esta claro que tienen las blancas por el peon sa­ crificado tras 6 . . . . de! 7 . 'fWa4 ltJa6 (tambien parece buena 7 . . . . ltJ c 6 ! 8 . ltJ e S ltJ xe S 9 . 'fW xb4 'fW d 6 ! O r s o-Csom, Budap e st, 1 983) 8 . a3 ..td7 9. bS 'fWe8 10. 'fWfd4 eS 1 1 . i. xb7 ed 1 2 . i. x a6 i.h3 ! (Bobotsov-Larsen, Biisum, 1 969). En este caso tienen una po­ sicion sencillamente indefendi­ ble. Tamb ien hay otro procedi­ miento de juego bastante bueno paara las negras, 7 . . . . as ! (en lu­ gar de 7 . . . . ltJ a6). El intento de las blancas de recuperar inmedia­ tamente el peon resulto poco afor­ tunado: 8 . 'fWbS b6! 9 . 'fW x c4 i.a6 1 0 . 'fWxh4 ..t xc3 1 1 . dc i. xe2 1 2 . 1 90

l1 e l i. xf3 1 3 . i. x f3 l1 a7 1 4 . i.gS cS ! I S . l1 ad l l:l d7 1 6 . g2 'fWe7, y las negras mantuvieron la ventaj a material (Miles-Korch­ noi, Rotterdam, 1 9 84). Las blancas resolvieron con exito este problema en la partida M ij alchishin-Speelman (Baku, 1 9 8 3): 8. a3 1.d7 9. 'fWc2 i. x c3 1 0 . dc i.c6 1 1 . .tgS h6 1 2 . l:l ad l ltJbd7 1 3 . ..t x f6 'fWxf6 1 4 . ltJ g S ! 'fW x gS I S . i. xc6 ltJ c S 1 6 . i.b5 l:l ad8 1 7 . i. x c4. En este caso res­ tablecieron con dificultad la igual­ dad material. Las blancas corren menos ries­ gos, si en respuesta a S . . . . dS jue­ gan la tranquila 6. cd ed 7 . a3 i. e 7 8 . d4 c6 9. 0-0. Y en caso de la imprecisa 9 . . . . 1.fS?! se apode­ ran de la iniciativa: 1 0 . ltJh4 1.e6 1 1 . f4 ltJ e4 1 2 . fS ! (Pfleger-Kee­ ne, RFA-Inglaterra, 1 979). A un juego complicado lleva 6. d4 c6 7. 0-0 ltJbd7 8. 'fWb3 i.e7 9 . i. f4 ltJhS 1 0 . .t d2 ltJb6 1 1 . c5 ltJc4 1 2 . 'fWc2 b6 13. ltJ a4 ltJ x d2 14. 'fWxd2 bc 1 5 . ltJ x cS .t xcS 1 6 . d c a s 1 7 . e 4 ltJf6 (Romanishin­ Korchnoi, Wijk aan zee, 1 985). 6. ..

.

i.e7

Despues de 6 . . . . ..t xc3 7 . dc dc 8. ltJeS las negras no conser­ van el peon c4. Y en caso de 7 . . . . ltJbd7 8 . cd ed 9 . 0-0 l1 e8 1 0 . i.f4 c 6 1 1 . 'fWc2 ltJb6 1 2 . a 4 ltJ c4 1 3 . ltJ d4 i.g4 14. b3 ltJ d6 I S . 11 fe 1 la posicion de las blancas merece preferencia (Eingoon-Po­ povic, Bor, 1 9 8 5). Precisamente por esto no tiene sentido para las negras desprenderse de uno de

los alfiles en una fase tan tempra­ na de la partida. 7. d4

c6

Las negras pasaron el juego a una de las variantes de la apertu­ ra catalana con un tiempo de mas para las blancas (a3), 10 que por otra parte, no va a tener un sig­ nificado practico. Otra posibili­ dad de una transformaeion seme­ jante consiste en la variante 7 . ... de 8. lDe5 lD c6 . Tambien s e encuentra otro ca­ mino: 7 . ... lDe6 8 . cd ed 9 . lDe5! ,te6 1 0 . lD xc6 bc 1 1 . ,tg5 li b8 1 2 . lDa4 lDe4 1 3 . ,t xe7 't!fxe7 14. lI el lDd6 15. 0-0 lD c4 1 6. b 3 lD x a3 17. li x c6 lDb5 1 8 . e3 ,td7 1 9 . li el c6 20. lDc5 , que Ie da a las blancas una sensible ventaja posieional (Nogueiras-Romanis­ hin, Taxco, 1 985). 8. 0-0 9. b3

lDbd7

Tambien se puede defender el peon c4 mediante 9 . 't!fd3 . Des­ pues de 9 . . . . b6 1 0 . e4 ,t a6 1 1 . b3 las negras en lugar de la tipica jugada catalana 1 1 . . . . c5?! se en­ candilaron con la gananeia de peon 1 1 . . . . dc? 12. bc lDc5 1 3 . 't!fc2 lDb7 (es insufieiente 1 3 . . . . ,t xc4 1 4 . d c ,td3 1 5 . 't!fb3 ,t xfl 1 6 . ,t xfl ,t xc5) 14. li d ! ! ,t x c4 1 5 . lDe5 lDa5 1 6 . lD x c4 lD xc4 1 7 . d5 ! cd 1 8 . e d lI e8 1 9 . d e 'fWe8 20. 't!f e 2 ! Wh8 2 1 . ,t h 3 ! (G avri­ kov-M. Gurevich, Vrsac, 1 985). Las blancas obtuvieron un exce­ lente juego de piezas.

9 . ... 1 0 ,tb2

b6 ,tb7

Esto es mas preeiso que 1 0 . .. . ,t a6; jugando I I . lDd2 y a 1 1 . . . . li c8, 1 2 . e4!, las blancas reciben una seria ventaja de espaeio. Des­ pues es posible 1 2 . . . . de 1 3 . lDdxe4 b 5 (a 1 3 . . . . c 5 sigue 14. d5!) 1 4 . c5 b4 15. ab! j, xfl 1 6. 't!fxfl lD xe4 1 7. lD xe4 li c7 1 8. b5 ! cb 1 9 . lD c3 ! (Ribli-Korchnoi, Wijk aan Zee, 1 9 8 3). Las negras ganaron la calidad, pero reeibie­ ron una posicion estrategicamen­ te perdida. 1 1 . li el

cS!

La jugada tranquila 1 1 . li c8?! permite a las blancas reali­ zar un importante avance de peon en el centro, 12. li e ! ! c5 1 3 . cd lD xd5 1 4 . lD xd5 ,t xd5 1 5 . e4! ,tb7 1 6 . 'fWe2 (tambien es bueno 1 6 . d5 !? ed 1 7, ed, y aqui no vale 1 7 . . . . lD f6? debido a 1 8 . lDh4! lD xd5? 1 9 . li xe7!) 16 . . . . cd 1 7. lD x d4 lD f6 (Gavrikov-Chernin, Moscu, 1 985) 1 8 . li cd! ! Y debi­ do a la amenaza lD xe6 0 lDb5 las negras estan obligadas a ir una di­ fieil defensa. Precisamente por esto hay que romper el centro blanco sin perdida de tiempo. 12. cd 13. lD x d5 14. ll et

lD xd5 ,txdS f5!

(DIAGRAMA 1 16)

Las blancas eonsiguen erigir el bloqueo al peon blanco «e» e igua­ Ian totalmente la posicion. Sin 191

embargo en honor a la verdad hay que decir, que aunque consiguie­ ron la igualdad, con el sistema con 4. g3 han tenido que emplear mayores esfuerzos para ella que con las variantes precedentes. (D)

(1 . c4 lLlf6 2. lLl c3 e 6 3 . lLlf3 .tb4) 4. 'itc2

La practica ha demostrado que esta continuacion, probablemen­ te, es la mejor. Las negras a menudo se defien192

den por dos precedimientos: 4 . ... c5 (a) y 4 . ... 0-0 (b). De vez en cuando se encuentra 4. ... b6, pero despues de 5. g3 .tb7 6. i.g2 0-0 7. 0-0 la posicion de las negras es peor en todas las variantes. Digamos, por ejemplo, 7 . . . . d5 8. lLle5 lLlbd7 9. d4 lLle5 1 0 . de ,t x c3 1 1 . bc lLld7 1 2 . i. a3 l:l e 8 1 3 . f4 es claramente favora­ ble a las blancas (Polugaievsky­ Ghitescu, Siegen, 1 9 70). Tiene mas perspectivas el juego de las negras tras 7 . . . . c5 8 . l::t d l lLlc6 9 . b3 ! i. x c3 10. dc (Suba-Polu­ gaievsky, Buenos Aires, 1 978). Tambien las blancas tienen las mejores chances en caso de 7 . . . . i. x c3 8 . 'itxc3 c5 9. b4 d 6 1 0 . d3 lLlbd7 I I . l::t b l 'itc7 12. ,t d2 l::t fd8 1 3 . IUc1 d5 14. 'itb2 dc 1 5 . b c (Geller-Gipslis, Leningrado, 1 963). Tambien es arriesgada para las negras este otro camino: 4 . ... d5 5 . cd ed 6. 'ita4+ lLl c6 7. lLl d4 .td6 8 . lLl xc6 bc 9 . lLl xd5 lLl xd5 10. 'it x c6+ .td7 1 1 . 'itxd5 0-0 1 2 . e3 (Kir. Georgiev-Yulker, Irak­ lion, 1 98 5). Las negras no tienen claramente suficiente compensa­ cion por los dos peones. Parece un poco mejor 4. . .. lLlc6 5. g3 0-0 6 . .tg2 d5 7 . a3 .t xc3 8 . 'itxc3 d4 9. 'itc2 e5 1 0 . d 3 a5 ! I I . b 3 h 6 1 2 . 0-0 .t f5 1 3 . .tb2 'ite7 1 4 . 'itd2 ! lUe8 1 5 . h3 i.h7 1 6 . e 3 ! i. xd3 1 7 . :!l fe l de 1 8 . w e 3 i.e4 1 9 . :l:i: ae l (Uhl­ mann-Holzhaeuer, Kecskemet, 1 984), aunque tambien en este caso las blancas recibieron un ex­ celente juego de piezas.

(a) 4 . ...

(al) c5

Las negras luchan por el cen­ tro y preparan el camino de reti­ rada para su alfil. Cambiarlo por el caballo c3 no siempre es grato para esta combativa pieza. Segun su gusto las blancas pue­ den jugar 5. g3 (al ) 0 bien 5. a3 (a2) seguido de e3 0 g3 . Es mu­ cho peor 5. � a4? debido a S . . . . d 6 6. g 3 � c6 7 . .tg2 a6 ! 8 . 0-0 .td7!, y las negras llevan a cabo sin obstaculos la liberadora b7bS. Tambien e s posible este plan poco frecuente: 5. e3 � c6 6. b3 0-0 7 . .ib2 :iii: e8 8 . i.. e2 .t x c3 9. 1W x c3 eS 1 0 . 0-0. En esta posicion las negras desafortunadamente sacrificaron un peon: 1 0 . . . . dS 1 1 . cd � xdS 1 2 . 1W x cS .ifS 1 3 . .i c4+ i.. e 4 1 4 . .i xdS .t xdS I S . � e l :iii: c8 1 6 . 1WbS a6 1 7 . 1We2 (T. P e trosian-Velimirovic , Vrsac, 1 98 1 ). Tampoco les traj o el exito este orden de jugadas: 6 . . . . d6 7 . .te2 0-0 8 . 0-0 eS 9 . .tb2 j, xc3 1 0 . i.. xc3 .tg4 1 1 . h3 .thS 1 2 . d3 :iii: e8 1 3 . 1Wb2 :iii: c8 1 4 . :iii: adl 1We7 I S . :iii: fdi dS 1 6 . d4! ed 1 7 . ed � e4 1 8 . g4! .tg6 1 9 . cd cd 20. .i x d4, y el centro de las negras es demolido (Juric-Romanishin, Sarajevo, 1 9 84). Desde luego, estos ejemplos re­ sultan impresionantes; por el de­ safortunado juego de las negras ya en la fase de la apertura.

(1 . c4 �f6 2. �c3 e6 3 . � f3 .ib4 4. 1Wc2 cS) 5. g3 6. i.. g2

�c6

No seria el momenta mas indi­ cado para la jugada 6. a3 debido a 6 . . . . i.. xc3 ! 7. 1Wxc3 1WaS ! Des­ pues de 8 . 1WxaS � xaS 9. d3 �b3 10. :iii: b l � xcl el juego esta abso­ lutamente igualado. Tras el inten­ to de luchar por la ventaja 8 . 1Wc2? n o tardan en caer e n una mala posicion, 8 . . . . b S ! 9 . cb 1WxbS 1 0 . .tg2 0-0 1 1 . d3 .tb7 1 2 . 0-0 lUc8 13 . .te3 d6 14. b3 �dS (K. Grigorian-Romanishin, Erevan, 1 976). 6. . . . 7. 0-0

0-0

Tras 7 . a3 las negras se defien­ den con exito mediante 7. . . . .t xc3 8 . 1Wxc3 b 6 9. � e S .tb7 10. � x c6 .t x c6 1 1 . .1 x c6 de 1 2. d 3 1W d 4 ! (Vaganian-Timman, Skopje, 1 9 76). A su vez es desa­ fortunada la retirada del alfil a as ; 7 . . . . .1aS, debido a 8 . 0-0 1We7 9 . :iii: d l d 6 1 0 . d 4 a6 1 1 . dS �d8? (es algo mejor para las negras 1 1 . . . . ed 1 2 . cd �eS 1 3 . � xeS 1WxeS 1 4 . .1 f4) 1 2 . .tgS h6 1 3 . i.. xf6 1Wxf6 1 4 . �e4 1We7 I S . de .t xe6 1 6. � xd6 (P. Nikolic-Cebalo, Yu­ goslavia, 1 983). 7. 8. d3 .•.

1We7

No se puede recomendar 8. :iii: dl?! por 8 . . . . .t x c3 ! 9 . 1W xc3 193

e S ! 1 0 . d3 h6 1 1 . b3 dS 1 2 . cd tLl xdS 1 3 . 1M2 i. g4, y las negras estan muy bien (Vaganian-Roma­ nishin, Erevan, 1 975). Es del todo posible 8. e3, te­ niendo en euenta a 8 . . . . eS 9. tLldS ! , y a 8 . ' " d6, 9 . b3 h6 1 0 . .lb2 i. d 7 1 1 . a 3 i. aS 1 2 . d 4 cd 1 3 . ed .l xe3 1 4 . .l x e3 dS 1 3 . b4! ( Ftaenik-Roman i s h i n , K i e v , 1 978). Es eurioso el error eometido en la partida Balashov-Romanishin (Moseu, 1 976): 8 . . . . b6 9. b3 dS 1 0 . .lb2 de?? 1 1 . tLl gS ! Las ne­ gras se quedaron sin pieza, ya que no es posible jugar 1 1 . . . . .l b 7 por 1 2 . tLldS ! Probablemente, a 8 . e3 las ne­ gras deben elegir entre 8 . . . . dS 9. tLla4 de 1 0 . Wxe4 II b8 1 1 . We2 bS 1 2 . tLle3 .ld7 1 3 . b3 :rUe8 (Po­ lugai e v s ky-Korehnoi, Evian, 1 9 7 7) 0 8 . . . . i. xe3 9 . W x e3 eS 1 0 . a3 d6 1 1 . b4 i.g4 12. d3 e4 1 3 . de tLl xe4 1 4. We2 ll fe 8 I S . b S tLl a5 1 6 . i.b2 f6 . Asi jugo el princip al especialista de este sis­ tema O. Romanishin con L. Spa­ sov (Polaniea Zdroj , 1 980). So­ bre el tablero tenemos una posi­ cion bastante eomplieada eon jue­ go satisfaetorio para las negras en ambos easos. Solo queda afiadir que tras 8 . e3 d S 9. d 3 ll d8 1 0 . a3 las negras no deben eontinuar 1 0 . . . . .laS? 1 1 . cd! ed 12. tLl a4 ! .lb6 ( 1 2 . '" b6? 1 3 . b4!) 1 3 . i. d2 i. fS 14. tLlh4 .le6 IS. ll ael e4 1 6. de de 1 7 . tLl xb6 ab 1 8 . i.e3 ll d3 1 9 . e4! con una fuerte iniciativa de las blaneas (Uhlmann-Cebalo, Vin1 94

kovci, 1 9 82), sino 1 0 . . . . .l xe3 ! 1 1 . W x e3 de 1 2 . de eS 1 3 . b3 e4 14. tLl d2 i.fS IS . .lb2 ll d3 1 6 . We2 ll ad8 con buen juego. 8. ...

h6!

Otras jugadas son peores. Asi, 8 . ... .laS? despues de 9. lLl h4 ! ll d8?! 1 0 . e 4 d 6 1 1 . f4 a 6 1 2 . e S ! tLlg4 1 3 . We2 tLlh6 1 4 . .l x e6 be I S . tLle4 le trajo a las blaneas una solida ventaja (Uhlmann-Hubner, Leningrado, 1 973). Y a la idea de Romanishin 8. ... d6 9 . a3 i. xe3 10. W x e3 eS? hay que reaccionar asi: 1 1 . .lgS ! h6 1 2 . i. x f6 Wxf6 1 3 . e3 .lg4 1 4 . tLl d 2 W e 6 I S . tLl e 4 ll ad8 1 6 . b4 b6 1 7 . f4 con una seria presion por la importante diagonal blan­ ca (Uhlmann-Bagirov, Sarajevo, 1 980). 9. a3 AI obtener una dificil posicion en la partida con Uhlmann, R. Hubner jugo de igual manera pero ya con las blancas contra M . Tal (Biel, 1 976). Sin embargo des­ pues de 9. e4 d6 1 0 . tLlh4 ll b8 1 1 . f4 .ld7 1 2 . h3?! tLld4 1 3 . Wf2 bS 14. i.e3 be I S . de .l e6 las blaneas tropezaron con difieulta­ des. Merecia ateneion 1 2 . tLl f3 !?

9. ... 10. ll bl

.laS eS

Otro plan favorable (y puede ser que mejor para las negras) es e1 siguiente: 10 . . . . a6!? 1 1 . e3 ll b8 1 2 . d4 d6 1 3 . de de 1 4 . lLl a4 ll d8 . Despues de algunos errores,

1 5 . i.d2?! i. x d2 1 6 . llJ xd2 i.d7 1 7 . JUdI i.e8 1 8 . fi'c3? llJd4! 1 9 . 1j'a5 b 6 ! 2 0 . llJ xb6 llJ c6 2 1 . i. xc6 i. xc6 22. llJ a4 llJg4 2 3 . llJ xc5 (23 . 1j'xc5 fi'f6!) 23 . . . . 1j'g5 ! 24. llJcb3 fi'f6 2 5 . f4 llJ xe3 las blan­ cas cayeron bajo un desagradable ataque (Jelen-Velimirovic, Yugos­ lavia, 1 98 1 ). 1 1 . e3

i. xc3

El alfil es bueno hasta que lle­ ga el momento preciso para cam­ biarlo. Como se ha visto en mu­ chos ejemplos anteriores, el ac­ tual cambio del alfil por el caballo es el «leit motiv» de toda la va­ riante. 12. 13. 14. 15. 16.

fi'xc3 llJh4 b3 f4 ll xf4

a5 d6 ll d8 ef d5

(a2)

(1 . c4 llJ f6 2. tDc3 e6 3 . llJf3 .tb4 4. fi'c2 c5) 5. a3

i.a5

La jugada 5 . a3 es mejor hacer­ la cuanto antes, para descubrir las intenciones de las negras respec­ to al alfil b4. Despues de 5 . . . . i. x c3 6. 1j'xc3 llJ c6 7 . b4 (a 7. g3 es fuer­ te 7 . . . . fi'a5 !) 7 . . . . b6 8 . e3 0-0 9 . .te2 d6 1 0 . d4 a5 1 1 . b5 llJe7 1 2 . 0-0 i.b7 13. ll dl cd 1 4 . ed II c8 las negras, a pesar de su po­ sicion restringida, se defienden c o n e xito (Forintos-Sp as sky, Moscu, 1 975). Probablemente en el futuro haya que volver al cambio en c3 , ya que la variante principal no es muy brillante para las negras. 6. g3

Antes era mas popular 6. e3, para a 6 . . . . d5 jugar 7 . llJ a4 ! (aqui es donde se nota la conveniencia de la maniobra 5 . a3 .ta5) 7 . b 6 8 . :a b l llJ a6 9 . cd llJ x d5 1 0 . .tb5 W f8 1 1 . 0-0 con clara venta­ j a (Smyslov-Matanovic, Monte Carlo, 1 967). Tambien es algo peor para las negras la posicion tras 6 . . . . llJc6 7 . d4 d6 8 . .td3 e5 9. de llJ xe5 10. llJ xe5 de 1 1 . 0-0 .t xc3 1 2 . 1j'xc3 0-0 1 3 . b3 (Larsen-Gheorg­ hiu, Winnipeg, 1 967). Si las blan­ cas juegan 8 . .te2 (en lugar de 8 . .td3), entonces despues d e 8 . . . . 0-0 9 . 0-0 fi'e7 1 0 . :a dl .t xc3 1 1 . 1j'xc3 e 5 1 2 . de de 1 3 . b4 ll e8 .

En el diagrama tenemos una compleja posicion con posibilida­ des mutuas (Hiibner-Sosonko, Tilburg, 1 977).

. .

195

1 4 . b5 It'ld4! (las negras realizan un cambio favorable de operacio­ nes) 1 5 . It'l xd4 ed 1 6 . 'fIfd3 (Orns­ tein-Cebalo, Eksjo, 1 98 2) l1evo a 1a igualdad 1 6 . . . . de 1 7 . "t xe3 It'lg4! Lo mejor para las negras es 6 . . . . 0-0, Y ahora en caso de 7 . It'l a2? It'lc6 8. lI b 1 'fIfe7 9. 'fIfa4 d5 l O . b 4 i.c7 1 1 . b c 'fIf x c 5 1 2 . d 4 'fIfe7 l 3 . i.d3 dc 14. 'fIf x c4 e 5 ! tienen un juego excelente (Maslov-Bagi­ roY, Vilnius, 1 967). Sin embargo las blancas aqui deben jugar en el centro: 7 . d4! d6 8 . .te2 It'lc6 9 . 0-0 'fIfe7 l O . .td2 b6 1 1 . 1l: ad1 d5 1 2 . It'l e 5, ob­ teniendo una sensible ventaja ( U n gu r e anu- S p a s o v , M o scu, 1 977) 0 7 . .te2 'fIfe7 8. d4 d6 9 . 0-0 It'lc6 l O . b 3 .t d7 1 1 . i.b2 l hc8 1 2 . l hdl 1l: fd8 l 3 . dc dc 1 4 . It'lg5 .t xc3 1 5 . .t x c3 e5 1 6 . f4! , y tras la erronea 1 6 . . . . h 6 tie­ nen un fortisimo ataque , 1 7 . It'l xf7 ! ! Itt xf7 1 8 . fe It'l xe5 1 9 . 'fIfh7 ! (Suba-Zadrina, Lucerna, 1 982). La jugada 6. e3 no ha vuelto a entrar en escena, sencillamente porque ha sido apartada por la continuacion mas de moda del texto principal. En honor a la ver­ dad hay que decir que ambas Ie dan a las blancas buenas posibili­ dades para la ventaja en la aper­ tura. 6 . ...

It'lc6

Tras 6 . . . . 0-0 7 . .t g2 d5 las blancas de nuevo pueden dirigir­ se al peon c5 mediante 8 . It'la4 It'lbd7 9 . 0-0 dc l O . 'fIf x c4 'fIfe7 1 1 . 1 96

d4 cd 1 2 . b4 y obtener una seria ventaj a (Razuvaiev-G . Garcia, Cienfuegos, 1 976). 7 . .tg2 8. 0-0

(H)

'fIfe7

La posicion del diagrama es fa­ miliar para el lector. Ya se ha pro­ ducido (examinar al ), aunque es verdad sin la inclusion de las ju­ gadas a3 y i.a5 . Como veremos mas adelante, este factor tiene un significado es­ pecial, ya que en el momento pre­ ciso las blancas se aprovechan de cierta debilidad del peon c5 y tie­ nen la maniobra It'lc3-a4. Ademas de la jugada del texto principal se han empleado tam­ bien las continuaciones: 8. . .. i. x c3 9 . 'fIfxc3 'fIfe7 1 0 . d4 d6 1 1 . dc dc 1 2 . It'le5 It'ld4 1 3 . I! e l con mejor juego para las blancas (Po­ lugaievsky-J akobsen, Kislovodsk, 1 972); 8 . . . . a6 9 . I! dl ! 'fIfe7 l O . d4 cd 1 1 . It'l x d4 lt'l xd4 1 2 . I! xd4 li b8 l 3 . b4 i.c7 14. i.b2 con gran ventaj a blanca (Polugaievsky­ Csom, Lipeck, 1 968);

y, para terminar, 8 . . . . d6 9. It b l eS 1 0 . e3 h6 1 1 . llJ a2 ! 'fJIe7 1 2 . b4 i.b6 1 3 . bS llJd8 14. i.b2 llJe6 I S . llJh4 'fJId8 1 6 . f4! De nue­ vo las piezas blancas desarrollan una mayor actividad, controlando pnicticamente todo el tablero (Polugaievsky-Matanovic, Belgra­ do, 1 969). A pesar de que estas tres par­ tidas ya son bastante antiguas, el juego de L. Polugaievsky, un gran especialista de la apertura ingle­ sa, es actual en nuestros dias. 9. d3

A 9. l:l dl es buena 9 . . . . eS 1 0 . d 3 h 6 con plena igualdad. T al vez sea algO mas activa 9. :il bl d6 1 0 . llJ a2 eS 1 1 . b 4 i. b 6 1 2 . e3 (Leng­ yel-Csom, Budapest, 1 970). 9. ...

d6

En caso de 9 . ... a6 es buena 1 0 . � b l It b8 1 1 . i. f4 ! d6 1 2 . llJ a2 i.c7 1 3 . b 4 b6 1 4 . e 4 i.b7 I S . llJ c3 It fc8 (Polugaievsky­ Hiibner, Palma de M allorca, 1 970). Y ahora 1 6 . l:l fe l ! , en opi­ nion de R. Hiibner, Ie dejaba a las blancas mejores posibilidades. Merece un comentario especial la jugada tipica en estas posicio­ nes 9 . ... h6. Despues de 1 0 . e3 de forma inesperada las negras se encuentran ante un serio problema de apertura. A 1 0 . . . . dS? es fuerte 1 1 . cd ed (1 1 . . . . llJ xdS? sencillamente pierde material, 1 2 . llJ a4) 1 2 . llJ a4 llJ d 7 1 3 . llJd2 'fJId6 1 4 . llJb3 i.b6 I S . e4! , y las negras estan en una dificil posicion. No tienen menos problemas tras 10.

. . . l:l d8 1 1 . d4! cd (aun es peor 1 1 . . . . dS? 1 2 . cd ed 1 3 . de!) 1 2 . e d dS 1 3 . b4! seguido d e cS, bS, etc. Por 10 visto, la mas precisa es 10 . . . , d6, defendiendo con anti­ cipacion su debilidad en cS . Aho­ ra despues de 1 1 . b3 de nuevo no es posible 1 1 . . . . dS? por 1 2 . cd ed 1 3 . llJa4 b6 14. d4! (un meto­ do habitual que funciona con exi­ to). A 1 1 . . . . i. xc3 1 2 . 'fJI x c3 eS las blancas tranquilamente prep a­ ran la ruptura d4 mediante llJ e l , llJ c2, i.b2 . En la partida Lom­ bardy-Polugaievsky (Reykjavik, 1 978) las negras jugaron 1 1 . . . . i.d7. Despues siguio 1 2 . i.b2 l:l ab8 1 3 . d4! cd (a 13 . . . . � fc8 es suficiente para tener ventaja 1 4 . dS ed IS. � xdS llJ xdS 1 6 . cd llJd8 1 7 . e4) 14. ed It fc8 I S . b4 i.d8 1 6. :!I fe l 'fJIf8 1 7 . 'fJId3 llJe7 1 8 . llJd2 b6 1 9 . llJb3 as 20. dS eS 2 1 . llJbS ! y la ventaja de las blan­ cas es evidente. 10. lI b!

Solo lleva a la igualdad 10. e3 i.d7 1 1 . � dl II ac8 1 2 . i. d2 dS ( F o r i n t o s-Csom, Kesckemet, 1 9 72). En opinion de W. Lom­ bardy merece atencion 10. e4!? seguido de i.d2, II ae l 0 el tras­ lado del caballo a b3 (llJd2-b3) se­ guido de f4. 10. ... 1 1 . llJ a2 12. b4!

h6 d5 i.b6

(DIAGRAMA 120 )

1 97

(b)

( 1 . e4 lLl f6 2. lLle3 e6 3 . lLlf3 .tb4 4 . 1!fe2) 4. ...

0-0

La via mas flexible. Las negras aun no deseubren sus planes y se adaptaran dependiendo del juego de las blaneas. 5. a3

Es peligroso tomar el peon 1 2 . . . . eb debido a 1 3 . ab lLl xb4 1 4 . .t a3 ! lLl x e2 I S . .t xe7 lI eS 1 6. .t x f6 gf 1 7 . lI fel lLl a3 I S . lI b3 . L a posicion del diagrama se dio en el eneuentro de M. Tal con L. Polugaievsky (Erevan, 1 975), en el que siguio 13. cd? ed 1 4 . .tb2 eb I S . lLl xb4 lLl xb4 1 6 . ab .tg4 1 7 . lLleS d4 I S . lLl e4 ! (es algo peor I S . lLl xg4 lLl xg4) I S . . . . 1!f x e 2 1 9 . 1!fxe2 .t x e2 2 0 . Il fe l .t xd3 2 1 . lLl xb6 ab 22. lI bd l .te2! 2 3 . II xd4, y u n poco des­ pues se aeordaron tablas. EI eambio equivoeado en dS Ie dio a las negras la posibilidad d(t introdueir en el juego al alfil eS con gran efeeto. Mereee ateneion 13 . .tb2!? Ahora el peon b4 esta defendido indireetamente, y des­ pues de 1 3 . . . . de 1 4 . de las blan­ cas pueden jugar lLl e S 0 e2-e3, lLld2 y lLlb3 . Tambien es buena la inmediata 13. e3!?, y a 1 3 . . . . dc, 14. de eS I S . lLld2 seguido de .tb2, .te3 , lLlb3 . Estos anaIisis permiten dar la opinion de que la posicion de las blaneas es preferi­ ble. 19S

Probablemente, jla mas oportu­ nat Las blaneas reciben la ventaj a d e l a pareja d e alfiles. Ahora todo depende de que consigan el sufi­ ciente espacio para ellos . Ademas de S . a3 se eneuentran otras eontinuaciones, pero son menos populares. a 5. b3 hay que continuar S . . . . b 6 6 . .tb2 .tb7 7. e3 d S S . .te2 1!fe7 9 . ed ed 10. 0-0 lLlbd7 1 1 . lI ael a6 1 2 . lI fdl .td6 (Smejkal­ Tal, Leningrado, 1 9 77) 0 S . . . . lLlbd7 9 . 0-0 a6 1 0 . II fdl 1!fe7 1 1 . a3 .td6 1 2 . d4 eS ! (Smejkal-Ma­ tanovie, Vrsac, 1 977) con juego igualado en ambos easos. Desde luego, el fianchetto por parte de las negras no es obligado. Tam­ bien es posible la variante S . . . . d 6 6. g 3 eS 7 . .tg2 lLle6 S . .tb2 .tg4 9 . lLldS lLl xdS 10. cd .t xf3 1 1 . .t xf3 lLld4 1 2 . .t xd4 ed 1 3 . 0-0 .teS 1 4 . .tg2 as, y las negras no tienen nada que temer (Dorf­ man-Vyzmanav i n , Tashkent, 1 9S4). Es interesante la idea de V. Hort, que utilizo en la partida con G. Sosonko (Tilburg, 1 977), 5. e4!? eS 6. a3 .t xe3 7. de b6? S. .tgS d6 9 . .te2 .tb7 1 0 . lLl d2

lD bd7 1 1 . f3 lDcS 1 2 . lDfl ! Des­ pues del enroque largo las blan­ cas obtuvieron una fuerte inicia­ tiva en el centro y en el flanco de rey. Sin embargo se puede reco­ mendar a las negras que elijan otro plan: 7 . . . . d6 S . ..tgS 'fWe7 se­ guido de lDc6-dS-e6, obteniendo una posicion satisfactoria. 5. ... 6. 'fWxc3

..t xc3

Ahora son posibles dos varian­ tes: 6 . . .. d6 (bl ) y 6 . . .. b6 (b2). De otras continuaciones solo hay que mencionar 6 . ... d5, que des­ pues de 7. e3 as S . b3 lDbd7 9 . ..t b 2 b 6 1 0 . ..te2 1e dej a a las blan­ cas una pequefia ventaja (Fur­ man-Makarichev, Tbilisi, 1 973). (bt)

1 . c4 lDf6 2 . lD c3 e6 3 . lDf3 ..t b4 4. 'fWc2 0-0 S. a3 ..t x c3 6. 'fW xc3) 6. . ..

d6

De acuerdo al material pnicti­ co que existe, no es la mejor con-

tinuacion. Las negras, cOmpLtm­ diendo que el alfil cl ini a la gran diagonal, construyen ante el una cobertura de peones, tra los cual el juego recuerda mucho a la va­ riante cerrada de la defensa sici­ liana con colores cambiados. Sin embargo las blancas disponen de una considerable ventaja de espa­ cio, 10 que significa que mantie­ nen la ventaja. 7. b4

Tambien es posible 7. g3. Des­ pues los acontecimientos se pue­ den desarrollar asi: 7 . . . . eS S . ..tg2 lD c6 9 . b4 ..tg4 1 0 . h3 ..thS 1 1 . bS lDbS 1 2 . 0-0 lDbd7 13 . ..tb2 lI eS 1 4 . a4. Las blancas han ocupado la mayor parte del table­ ro, y tienen una indudable venta­ j a (Ree-Timman, Amsterdam, 1 973). A 7 . . . . b6 hay que continuar S . ..tg2 ..tb7 o. 0-0 cS b4 lD c6" 1 1 . d3 lI eS 1 2 . bS lDe7 1 3 . a4 as 1 4 . ..t b 2 dS I S . 'fWc2 lDg6 1 6. lDd2 li cS 1 7 . e4 de I S . de (T. Petro­ sian-Larsen, Vinkovci, 1 9 70). Aqui la ventaja no es tan signifi­ cativa como en el ejemplo ante­ rior. Sin embargo las blancas jue­ gan amenazando la desagradable eS y el dominio en el futuro de la columna «d» . El tranquilo camino 7. d3 eS S . e3 a s 9. b3 c S 1 0 . ..tb2 lD c6 1 1 . ..te2 lI eS 1 2 . 0-0 ..tg4 1 3 . h3 ..thS 1 4 . lHel lI cS I S . g4 ..tg6 1 6 . lDh2 dS 1 7 . f4 d4 (Maiorov­ Vyzmanavin, Yurmala, 1 9 S 3 ) 0 7. e3 b6 S . ..te2 eS 9. d3 as 1 0 . b3 li eS 1 1 . ..tb2 cS 1 2 . 0-0 lD c6 1 3 . 199

lHe l .t g4 14. h3 .thS I S . :ii adl :ii c 8 ( Maiorov-Schneider, Vil­ nius, 1 984) no son especialmente peligrosos para las negras. 7. ... 8. i.b2

e5 ltJc6

Despues de 8 . .. b6 9 . e3 i.b7 las blancas actuaron con poca for­ tuna en la partida Suba-Tahl (So­ chi, 1 977): 1 0 . d3?! ltJ g4! 1 1 . h3 ltJh6 1 2 . d4 f6 1 3 . de fe 1 4. cS bc I S . bc .t xf3 1 6 . gf ltJd7 1 7 . 0-0-0 'ffI e 7 1 8 . c6 ltJf6 1 9 . .t a6 :ii b8 20. .tb7 ltJf7. El caballo negro resul­ to mas rapido que el alfil blanco. Pero la jugada d4 se puede ha­ cer de un solo movirniento, y des­ de luego esta operacion debe em­ pezar despues de la previa 1 0 . .te2!? Entonces las posibilidades de las blancas sedan preferibles. A menudo se encuentra 8 . :ii e8, a la que no es conveniente desarrollar el alfil de casillas blan­ cas por g2, donde se encuentra al borde del cambio y pierde el con­ trol sobre su flanco de dama, 9. g3 b6! 10. i.g2 i.b7 1 1 . 0-0 cS 1 2 . e3 ltJbd7 1 3 . d3 :ii c8 1 4 . e4 a6! El juego esta igualado (Szabo­ Larsen, Lugano, 1 970). Probablemente es mas fuerte 9. e3!? ltJbd7 10 . .te2 ltJ f8 1 1 . 0-0 h6 1 2 . d4 e4 1 3 . ltJ d2 'ffI e 7 1 4 . d5 con perspectivas de juego para las blancas (Bagirov-Cardoso, Tbili­ si, 1 980). 0 9 . . . . ltJ c6 1 0 . i.e2 ,tg4 1 1 . d3 a6 12. 0-0 dS 1 3 . cd ltJ xd5 1 4 . 'ffI c4 'ffI d 7 (Timman­ Larsen, Buenos Aires , 1 9 8 0 ) . Ahora las blancas, desarrollando .

...

200

las torres por dl y c1 , podian ob­ tener una excelente «siciliana» con algunos tiempos de mas. 9. e3

Tambien se ha ensayado 9. bS . Despues en la partida Portisch­ L ar s e n ( P alma de M allorca, 1 9 7 1 ) siguio 9 . . . . ltJe7 10. e3 b6 1 1 . i.e2 i.b7 1 2 . 0-0 ltJe4 1 3 . 'ffI c2 ltJ g6 14. ltJe 1 fS I S . f3 ltJ cS 1 6 . d4 ltJe6 1 7 . dS li:lcS, y surgio una posicion bastante complicada con posibilidades mutuas . 9. ... 10. 'ffI c2 1 1 . i. e2

ltJ e4 f5 a5

Solo ayuda a las blancas a to­ mar la iniciativa en el flanco de dama. Sin embargo en el tablero hay una posicion de tal ciase, que a las negras les resulta dificil to­ mar cualquier plan aceptable. 12. d3 13. b5 14. c5!

li:lf6 ltJe7

En el diagrama tenemos la po­ sicion de la partida Portisch, Lar­ sen (Las palmas, 1 9 76), en la que siguio 1 4 . . . . b6 I S . cd cd 1 6. � cl i.b7 1 7 . 0-0 � c8 1 8 . �b l �d7 1 9 . a4 lLlg6 20. i.a3 con una sen­ sible ventaja de las blancas. A causa de la variante exami­ nada en los liltimos tiempos las negras se inclinan por el sistema con 6 . . . . b6. (b2)

(1 . c4 lLlf6 2. lLl c3 e6 3 . lLl f3 i.b4 4. �c2 0-0 S . a3 i. x c3 6. � x c3) 6. ...

b6

Las principales replicas de las blancas son: 7. b3 (b2 1 ), 7. g3 (b22) y 7. b4 (b23). Si se quiere jugar de forma ami­ loga a la variante precedente , en­ tonces hay que continuar 7. e3. Sin embargo despues de 7. . . . :t b 7 8 . i. e 2 las negras tienen a su disposicion algunos buenos ca­ minos. Por ejemplo: 8 . . . . d6 9.

b4 lLle4 (tambien es posible 9 . . . . eS 1 0 . i.b2 lLlbd7 1 1 . 0-0 �e7 1 2 . d 3 lLl g4 1 3 . h3 lLlh6 1 4 . d 4 e4, que lleva a un juego cpmplejo, Drasko-Tahl, Tallinn, 1 98 5 ) 1 0 . �c2 lLl g S 1 1 . .tb2 lLl d 7 1 2 . �d l eS 1 3 . d4 �f6 (Polugaievsky-Lar­ sen, Biisum, 1 969) 0 8 . . . . lLl e4 9. �c2 fS 1 0 . b3 d6 1 1 . i.b2 lLl d7 1 2 . lLl d4 �e7 1 3 . d3 lLl ef6 1 4 . 0-0 � ae 8 I S . � ae l cS ! (Ree-Korch­ noi, Amsterdam, 1 976). En estas partidas las negras terminaron el desarrollo sin dificultades y tie­ nen, al menos, un juego igualado. A proposito, hay que decir que la maniobra liberadora lLlf6-e4-gS es bastante buena y popular en estos esquemas. En la bUsqueda de la superiori­ dad las blancas empezaron a lle­ var el rey al flanco de dama, 9 . . . . lLlgS (en lugar de 9 . . . . fS) 1 0 . b3 d6 1 1 . .tb2 lLld7 1 2 . o-o-o! lLle4 1 3 . � hfl fS 1 4 . lLld4. �e7 I S . f4 cS 1 6 . lLl f3 a6 1 7. � gl lLl ef6 1 8 . h3 (Maiorov-Rozentalis, Vilnius, 1 984). Empieza un juego bajo el principio de quien sera el mas ra­ pido, caracteristica con los enro­ ques en flancos opuestos. En este caso el exito acompafio a las blan­ cas. Se produce un juego original tras 7. d3 i.b7 8 . e3 dS 9 . b4 de 1 0 . � x c4 as 1 1 . bS c6 1 2 . bc lLl x c6 1 3 . i.b2 lLle7 1 4. i.e2 � c8 I S . �b3 lLld7 1 6 . d4 i.dS 1 7 . �d l i.c4 1 8 . a4 (Portisch, Plas­ kett, Londres, 1 9 8 6). A causa de una mejor estructura de peones las blancas tienen una pequefia ventaja. 20 1

(b21)

.

(1 . c4 ltlf6 2. ltlc3 e6 3 . ltlf3 i.b4 4. �c2 0-0 S . a3 ,i x c3 6. � x c3 b6) 7. b3

La jugada mas tranquila. EI ra­ pido desarrollo del alfil por la gran diagonal en el futuro no Ie permitiria a las negras la manio­ bra liberadora ltlf6-e4-gS . Pero ahora esta posibilidad aun existe: 7 . . . . ltle4 8 . �c2 fS 9 . d3 llJ f6 1 0 . ,ib2 .tb7 1 1 . e3 d 6 (Shkliaev-Os­ nos, Erevan, 1 983). Esta relacio­ nada con una perdida de tiempo, pero Ie aseguro a las negras el con­ trol sobre la casilla e4. 7. ... 8 . .tb2

.t b7

En la partida Uhlmann-Augus­ tin (Decin, 1 977) siguio 8 . g3 dS 9 . .tg2 d4 1 0 . �b2 ! cS 1 1 . 0-0 ltl c6 1 2. d3 fJle7 1 3 . b4! lHd8 14. bc con ventaja blanca. 8 . ... 9. e3

d6

Merece estudiarse este original plan: 9. g3 !? ltlbd7 1 0 . .tg2 llJeS 1 1 . 0-0 ltl xf3+ 12 . .txf3 .t xf3 1 3 . fJlxf3 eS 1 4 . fJlg2! lI e8 I S . f4 e4 1 6. fS (Korchnoi-Matanovic, Roma, 1 98 1 ). Es muy interesante la resolucion de los problemas de apertura. A pesar de los numero­ sos cambios, las blancas de nuevo tienen una indudable ventaj a, ya que dominan en la gran diagonal y tienen posibilidades de ataque en el flanco de rey. 202

9 10 . .te2 ..•

e5

La jugada 1 0 . d4 parece preci­ pitada. Las negras reaccionan de la forma habitual: 1 0 . . . . llJe4 1 1 . fJlc2 ltl gS ! 1 2 . ltl xgS fJl x gS 1 3 . dS? ltl d7 1 4 . g3?! c6 I S . .th3 lI ad8 16. dc .t x c6 1 7 . 0-0 llJ cS y obtienen una buena posicion. A un juego mas rico e interesante llevaba 1 3 . o-o-o!? 10. ...

ltlbd7

En caso de 1 0 . . . . ltle4 1 1 . �c2 ltlbd7 1 2. d4 fJle7 1 3 . li d1 lI ad8 14. i.a1 (es mas precisa 14. 0-0) 1 4 . . . . lUe8 (a 1 4 . . . . llJ g4 es po­ sible I S . fJlfS) I S . 0-0 as 1 6 . li fe 1 h6 1 7 . .t d3 fS 1 8 . cS ! las blancas fueron las primeras en pasar a la accion decisiva en el centro (Sei­ rawan-Christiansen, USA, 1 980). Ahora examinemos 12 . . . . llJ g S . E n lugar del plan habitual, rela­ cionado con el enroque corto, las blancas probaron la posibilidad de jugar 1 3 . 0-0-0 ltl x f3 1 4 . ,i xf3 i. x f3 I S . gf fJle7 y obtuvieron una posici6n un poco mejor (Lar­ sen-Sosonko, Ginebra, 1 977) 1 1. 0-0 12. d4 13. fJlc2

fJle7 ltl e4 ltlg5

Esta operaci6n forzada, rela­ cionada con el cambio de caba­ llos, fue muy popular de las ma­ nos de Larsen. Pero si al princi­ pio las negras obtenian una facil igualdad, ahora las blancas empie­ zan a situar ante elIas serios pro­ blemas.

14. lb xg5 15. d5

�xg5 :!l: ae8

i.c8 2 3 . i.dl lbd7 24. b4. Las blancas, al no poder romper la de­ fensa en el flanco de rey, empeza­ ron un juego activo en el de dama. Su ventaja es indudable . 16. f4!

E s t e avance p r o g r a m a d o , como y a hemos dicho, s e produ­ ce en todos los casos. �h6 f5

16. ... 17. :!l: f3

El principal objetivo de las blancas es la ruptura f2-f4 para limpiar el camino al alfi1 b2 y crear amenazas al rey negro por la gran diagonal. Por ejemplo, despues de 15 . ... f5 1 6 . f4 ef? 1 7 . e f �g6 1 8 . :!l: G � f7 1 9 . :!l: g3 g6 20. h4 parece que este plan se rea­ liza con facilidad. Resulta que el cambio en la jugada 1 6 ." fue equi­ vocado, pero tambien despues de 1 6 . . . . �g6 1 7 . :!l: G :!l: ae8 1 8 . :!l: afl i.c8 1 9 . :!l: g3 � f7 20. e4! las negras caen en una posici6n dudosa (Smejkal-Smyslov, Mos­ cu, 1 9 8 1 ). Las siguientes jugadas aliviaron la situaci6n, 20 . . . . lbcS 2 1 . fe de 22. ef i. x fS 2 3 . �dl �e7 24. b4 lbe4 2S. :!l: e3 i.g6 26. i.G lb d6 27. :!l: x eS , y las blancas se quedaron con pe6n de mas. Las negras se defendieron de otro modo en la partida Ftacnik­ Prandstetter (Bratislava, 1 983): 15 . ... �e7 1 6. f4! :!l: fe8 17. i.d3 e4 1 8 . i.e2 as 1 9 . �c3 f6 20. i.g4 lbf8 2 1 . :!l: fd l �f7 22. :!l: d2

Aqui la iniciativa esta total­ mente en manos de las blancas. Depues de 1 8 . :!l: afl lb cS 1 9 . b4 lbe4 20. :!l: h3 �f6 2 1 . i.d3 �g6 22. i. x e4 fe 2 3 . :!l: g3 (Vyzmana­ vin-Rozentalis, Minsk, 1 9 8 3 ) a pesar de los alfi1es de distinto co­ lor a las negras les espera una di­ ficil defensa. (b22)

(1 . c4 lbf6 2. lbc3 e6 3 . lb G i.b4 4. �c2 0-0 S . a 3 i. x c3 6 . � x c3 b6) 7. g3

Jugado en el espiritu de la de­ fensa india de dama. Sin embar­ go el alfi1 opuesto tarde 0 tempra­ no conduce a su cambio, 10 que significa que aligera los proble­ mas de apertura de las negras. 7. ... 8. i.g2

i. b7 d5 !

Rasta esta jugada, como se ha demostrado en la practica, el sis­ tema con g3 se consideraba de grandes perspectivas. Y en efec203

to, despues de 8 . . . . d6 9 . 0-0 �bd7 1 0 . b4 'fIe7 (tampoeo ayu­ da a las negras 1 0 . . . . e5 1 1 . i.b2 lI e8 1 2 . d3 d5 1 3 . b5 'fIe7 1 4 . lI fe l ! d 4 1 5 . 'fId2 lI a8 1 6. e3 ! Korehnoi-Lein, Chicago, 1 982) 1 1 . i.b2 e5 12. d3 d5 1 3 . cd i. x d5 1 4 . b5 lUe8 1 5 . lI fc 1 a6 1 6. a4 la ventaja posieional esta del lado de las blaneas (Szmetan­ C hristiansen, Wij k aan Z e e , 1 977). 0 1 0 . d3 'fI e 7 1 1 . b 4 a5 1 2 . i.g5 h6 1 3 . i.d2 ab 1 4 . ab lI x al 1 5 . lI xal lI a8 1 6 . lI x a8 i. x a8 1 7 . 'fIal 'fIe8 1 8 . 'fIa6 e5 1 9 . e4 'fIb8 20. i.h3 i. e6 2 1 . � e l 'fIa8 22. 'fI x a8 + i. x a8 2 3 . � e2 i> f8 (Sunye-Van Riemsdijk, Sao Paulo, 1 98 3 ) 24. f4! , y las ne­ gras tendran que veneer en el fi­ nal muehos y serios problemas. 9. cd

Despues de 9. d3 1as negras dis­ pusieron sus fuerzas con eomodi­ dad: 9 . . . . d4! 1 0 . 'fIe2 e5 1 1 . 0-0 �bd7 1 2 . b4 lI e8 1 3 . i.b2 e5 1 4 . � h4 i. x g2 1 5 . � xg2 � g4 1 6 . h3 � h6 1 7 . e4 f5 1 8 . f3 lU8 (Yunu­ sov-Osnos, Moseu, 1 9 8 3). Si son las mismas blaneas las que juegan 9. d4, entonees sigue 9 . . . . de! 1 0 . 'fIxe4 i. d 5 ! (con errores mutuos pasaron la fase de la apertura ambos adversarios en la partida 10 . . . . � e6 1 1 . 0-0 � a5 1 2 . 'fIe3 ! �e4? 1 3 . 'fIe2 e5? 1 4 . de? b e 1 5 . �e5 'fIb5 ! 1 6 . .tf4 �b3 1 7 . lI ad l � d4 1 8 . 'fId3 � x g3 !?, y las negras fueron las primeras en asestar un golpe tae­ tico deeisivo, pero las blaneas a su vez dejaron pasar la fortisima 204

14. b4!) 1 1 . 'fIe3 �bd7 (pero no 1 1 . . . . i. e4? 1 2 . 0-0 � e6 1 3 . b4 a5 1 4 . b5 con mejores posibilida­ des para las blaneas) 1 3 . b4 a5 1 4 . b5 con mejores posibilidades para las blaneas) 1 2 . b4 a5 ! 1 3 . b5 e6! 1 4 . be n e8 1 5 . 0-0 1I xe6 1 6 . 'fIe3 'fIa8 ! (Langeweg-Korehnoi, Ams­ terdam, 1 976). Las negras tienen una posicion exeelente; eontrolan la diagonal h l -a8 y la columna «e» . Es eurioso que a 9. 0-0 10 me­ jor para las negras sea tambien 9 . . . . d e 1 0 . � e 5 i. x g2 1 1 . i> xg2 b5 . El peon ya no se reeupera. Las blaneas quieren disponer eomo­ damente sus fuerzas j obtener eompensacion por e1. 1 2 . d3 cd 1 3 . � xd3 � a6 1 4 . b 4 lI e8 1 5 . f3 e5 ! 1 6 . b e � x e5 1 7 . � x e5 'fIb6 1 8 . 'fIb3 (tampo­ co ayuda 1 8 . i.e3 por 1 8 . . . . � d 5) 18 . . . . 'fI x e5 1 9 . i.e3 'fIe5 20. i. x a7 'fI x e2+ 2 1 . 1If2 'fIe5 (Dju­ ric-Plaskett, Hastings, 1 9 84/8 5 ) . Sin embargo l a eompensaeion por el peon es insuficiente. 9. ... 10. 'fIc2 1 1. 0-0

� xd5 c5

Despues de 1 1 . b3 � e6 1 2 . i.b2 lI e8 1 3 . 0-0 e 5 1 4 . e3 lI e8 1 5 . d3 pareee insuficiente para las negras 1 5 . . . . f6? por 1 6 . lI fd l i>h8 1 7. � d2 lI e7 1 8 . � e4 i.e8 19. d4! , y las blaneas han realiza­ do en el momento mas adeeuado este importante avanee (Panno­ Sosonko, Wijk aan Zee, 1 978).

Es mas precisa 1 5 . . . . li[ c7 ! 1 6 . li[ fd l .t c 8 1 7. li[ ac l a 5 1 8 . h3 .t a6 1 9 . tD d2 li[ d 7 (Uhlmann­ Korchnoi, Hastings, 1 9 7 5/76). El juego esta absolutamente iguaIa­ do. 11. 12. e 3 13. b3 14. ,tb2 ..•

tDc6 li[ c8 Ve7 li[ fdS

el mejor. En todo caso, las negras disponen de un objetivo para su juego: el peon b4 . 7. ..

.

Ya ahora las negras podian in­ quietar a las blancas mediante 7 . . . . a5 ! : 8 . .tb2 ab 9 . ab li[ xal + 1 0 . .t xal Ve7 1 1 . g3 lb a6 ! 1 2 . b 5 tD c5 1 3 . .tg2 .tb7 1 4 . 0-0 l h8 1 5 . Vc2 li[ a7 (Hort-LaIic, Sarajevo, 1 9 8 0). Y ahora el senci110 traslado de la dama a a8 pro­ voca una posterior simplificacion, aprovechando para sus intereses la columna semiabierta «3» . S . .tb2

Despues de 1 5 . � fd l h6 1 6. � acl tDf6 1 7 . Vbl .t a6 1 8 . d3 .tb7 1 9 . .tc3 tDd5 las posibilida­ des de ambos bandos son totaI­ mente iguales (Rubinetti-Polu­ gaievsky, Toluca, 1 98 2). No es ca­ suaIidad que el sistema con 7. g3 sea un raro huesped en las ultimas competiciones. (b23)

(1 . c4 tD f6 2. tDc3 e6 3 . tDf3 .t b4 4. Vc2 0-0 5. a3 ,t x c3 6 . V x c3 b6) 7. b4 En apariencia el plan mas acti­ vo, pero esto no significa que sea

.t b7

d6

Y de nuevo es posible que la mejor posibilidad consista en 8 . . . . a5 ! ? Ahora tanto despues de 9. bS d6 1 0 . g3 tDbd7 I I . .t g2 tDc5 1 2 . Vc2 e5 1 3 . 0-0 Vd7 1 4 . li[ ad l li ae 8 1 5 . d3 Vd8 1 6. e4 (Hort­ K o r c h n o i , S an B e rn a r d i n o , 1 9 8 3), como tras 9 . g3 V e 7 1 0 . .t g2 ab I I . ab � xal + 1 2 . ,t x al tD a6 1 3 . b5 tDc5 14. 0-0 li a8 1 5 . Vc2 h 6 (P. Nikolic, Chernin, Tu­ nez, 1 98 5 ) las negras graduaImen­ te iguaIan la posicion. 9. e3

tDbd7

No tiene sentido ceder sin ne­ cesidad el segundo aIfil, 9. . . . ,t xf3 ? 1 0 . g f tDbd7 I I . f4 c 5 1 2 . .tg2 e5 1 3 . fe de 1 4 . 0-0 li e8 1 5 . d3 tD h5 1 6 . .t x a8 (Bagirov-Vito­ linsh, YurmaIa, 1 9 80). Por la ca­ lidad sacrificada las negras no tie­ nen ninguna compensacion. 10 . .te2

205

Las continuaciones del tipo 1 0 . d 4 lLl e 4 1 1 . 1Wc2 f5 1 2 . .i. d 3 1We7 1 3 . 0-0 lLldf6 12 . .i.d3 1We7 1 3 . 0-0 lLl df6 (K. Grigorian-Rozenta­ lis, Minsk. 1 9S 3 ) llevan el juego a la variante de la defensa nimzoin­ dia con 4. 1Wc2, y esto, natural­ mente, no nos interesa. 10. ...

e5

Otro plan de defensa consiste en 1 0 . . . . c5 seguido del traslado a cS de una de las torres. Por ejemplo: 1 1 . 0-0 1We7 1 2 . d4 Ii: fcS 1 3 . dc bc 1 4 . b5 e 5 ! 1 5 . a4 1We6 1 6 . a5 Ii: abS 1 7. li fd l h6 I S . lLl d2 .t aS (Timman-Korchnoi, Hilversum, 1 9 S2). o 1 1 . . . . Ii: cS 1 2. d3 1We7 1 3 . Ii: fe l Ii: feS 1 4 . lLld2 e5 1 5 . b5 lLlfS 1 6 . .tf3 lLlg6 1 7. 1Wb3 lLlh4 I S . ,t xb7 1Wxb7 1 9 . e4 1Wd7 (Vai­ s e r . R o z e n t aI i s , S v erdlovsk, 1 9S4). Las negras pueden estar satisfechas con el resultado de la apertura. Las blancas pasaron con mucha precision de la apertura al medio juego en la partida Suba-Rodri­ guez (Berlin. 1 979). En respuesta a 1 0 . . . . c5 jugaron 1 1 . d3 1We7 1 2 . 0-0 e5 1 3 . Ii: fe l li fe S 14. d4! cd 1 5 . ed Ii: acS 1 6 . de! 1 7 . .tfl ! e4 I S . Ii: ad l Ii: cdS 1 9 . lLl d4 ! Las piezas blancas estan dispuestas de una forma ideal para la lucha. 1 1 . d3 12. 0-0

1We7

(DIAGRAMA 126)

Esta posicion, compleja para ambas partes, se encuentra con 206

frecuencia en la practica de tor­ neos. La erronea 12 . ... h6? per­ mitiria a las blancas obtener una indudable ventaja, 1 3 . lLl h4 ! d5 (1 3 . . . . lLl e4? 14. lLlf5 !) 1 4 . cd lLl xd5 1 5 . 1Wc4 Ii: fdS 1 6 . .i.f3 c6 1 7 . lLl f5 1Wf6 I S . lLlg3 a5 1 9 . Ii: fe l (S myslov-Sunye, L a s P almas, 1 9S2). Mas tarde se encuentra en la practica el salto de caballo 12 . ... lLl g4. Las negras dejan libre para el avance al peon «f» y defienden el punto g7 de la amenaza de mate . Sin embargo tambien 1 3 . h3 lLlh6 1 4 . d4 f6 1 5 . c5 bc 1 6 . bc i.d5 1 7 . Ii: fd l e4 I S . cd cd 1 9 . lLl d2 f5 20. 1Wa5 lLlf6 2 1 . lLl fl g5 22 . .tel 1We6 23 . .td2 lLld7 24. Ii: del f4 25. 'll c7 (Loginov-Psa­ jis, Moscu, 1 9S3), y 1 3 . d4! f6 1 4 . c 5 b c 1 5 . b c i.d5 (es mala 1 5 . . . . dc debido a 1 6 . 1Wb3+ 'itt h S 1 7 . de fe I S . 1Wxb7 Ii: abS 1 9 . 1W x c7 Ii: xb2 20. Ii: ad l !) 1 6 . de de 1 7 . c6 lLlb6 I S . a4 (Ree-Langeweg, Holanda, 1 9 S4) llevan a posicio­ nes sin duda favorables para las blancas. Tal vez sea mas precisa la ex­ pectante 12. ... Ii: aeS , sobrede-

fendiendo el punto e5 en caso de un posible d4, de forma anaIoga a la variante examinada con la ru­ brica b2 1 . Aqui la diferencia con­ siste en la posicion del peon «b», que tiene un significado s�stan­ cial. Ademas de que la van ante 1 3 . ll.'l d2?! (1 3 . d4!?) 1 3 . . . . !Ve6 14 . .t f3 ..t x f3 1 5 . ll.'l xf3 ll.'lh5 1 6. ll.'l d2?! !Vg6 1 7 . f3 f5 1 8 . li: ae l f4 1 9 . e4 c5 no es absolutamente pe­ ligrosa para las negras, elIas tie­ nen buenas perspectivas inc1uso en el flanco· de rey (Adok-De Boer, Budapest, 1 9 8 5). Desde luego la partida final no puede servir de referencia para las blancas .. Solo los futuros anaIisis y ma­ teri al practico arrojaran la luz so­ bre las variantes examinadas. Y aun asi las negras no siempre con­ siguen resolver los problemas de · 1a apertura. (II)

( 1 . c4 ll.'lf6 2. ll.'l c3 e6 3. ll.'lf3) 3.

•••

b6

Las negras eligen un esquema de desarrollo en el espiritu de la defensa india de dama, pero las blancas tienen una interesante po­ sibilidad para infringir los planes del enemigo, avanzado el peon «e» . 4. e4

..tb7

mero se empleo 5. d3 (A) y 5. �e2 (B). Y cuando por fin se encon­ tro una via satisfactoria en ambas variantes de 1a mano de O . Ro­ manishin, hizo su entrada la va­ riante mas actual, que empieza con 1a jugada un tanto extraiia, pero muy venenosa 5 . ..td3 (C). A un juego interesante pero aceptable para las negras lleva 5. e5 ll.'l e4 6. d4 .tb4 7. �c2 f5 8 . ..td3 0-0 9. 0-0 ll.'l xc3 1 0 . bc ..te7 (Osnos-Razuvaiev, Beltsy, 1 977). o 6. !Vc2 ll.'l xc3 7. � x c3 ll.'l c6 8. a3 d6 9 . d4 a5 1 0 . ..te2 h6 (es peor 1 0 . . . . de? 1 1 . de ..tc5 por 1 2. ..tg5 seguido de 1 3 . lI d l ) 1 1 . 0-0 de 1 2 . de ..t c5 1 3 . .te3 �e7 con juego igualado (Uh1mann-Yud �­ sin Budapest, 1 9 82). Pero en OPl­ ni 6n de A. Adorjan, en la ultima variante las negras pueden juegar por la ventaja mediante 7 . . . . ..t x f3 ! 8 . �xf3 ll.'l c6 9 . �g3 d6 1 0 . ed 1Wxd6, teniendo previsto el enroque largo.

(DIAGRAMA 127)

Esta posicion fue muy popula.r a principios de los aiios 60. Pn-

(A) 5. d3

207

Defendido el peon e4, las blan­ cas amenazan en caso convenien­ te e4-e 5 . 5 . ...

d6

5 . ... J.e7 es arriesgado debido a 6. e5 ltJ g8 7. d4 d6 8 . d5 de 9. ltJ x e 5 .tf6 1 0 . .tf4 ltJ d7 1 1 . "t!t'e2 'iff fS ? 1 2 . ltJ xf7 ! .t xc3 + 1 3 . bc "t!t'f6 1 4 . ltJe5 lI d8 . 1 5 . "t!t'e3 con ventaj a blanca (Sandor-Honfi, Hungria, 1 958). Bastante a menudo se encuen­ tra 5 c5. Ahora 6 . e5 no es tan convincente. Por ejemplo: 6. . . . ltJ g8 7 . d4 cd 8 . ltJ xd4 ltJ c6 9 . ltJ db5 a6 ! (pero no 9 . . . . ltJ x e5 1 0 . i.f4 d6 1 1 . "t!t'a4 i. c6 1 2. o-o-o ! con ventaja) 1 0 . ltJ x d6+ i. x d6 1 1 . ed (Portisch-Larsen, Milan, 1 975). Depues de 1 1 . . . . f5 ! ? sur­ gio una compleja posicion con po­ sibilidades mutuas. Lo mejor para las blancas a 5 . . . . c5 consiste en 6. g3 ! La ruptu­ ra en el centro 6 . . . . d5? es err6nea debido a 7. cd ed 8 . e5 ltJfd7 (perderia 8 . . . . d4? 9 . ef dc 1 0 . "t!t'e2+ 'iff d7 1 1 . ltJ e 5 + 'iff c 7 1 2. ltJ xt7 "t!t'f6 1 3 . J.f4, Platonov-Ja­ farov, Novosibirsk, 1 9 7 1 ) 9 . d4 cd (apenas mejor 9 . . . . i. e 7 1 0 . .td3 ltJfS 1 L · ltJe2 ltJe6 1 2 . ltJg3, pero la ventaja de las blancas es indiscutibl e , Palatnik-Ueshtati, Frunze, 1 9 79) 1 0 . ltJ x d4 ltJ x e5 1 1 . .tb5+ ltJbd7 12. "t!t'e2+ "t!t'e7 1 3 . 0-0 0-0-0 14. i.f4 y las negras no se salvan del creciente ataque (Platonov-K. Grigorian, Lenin­ grado, 1 9 7 1 ). En lugar de 6 . . . . d5 es mas pre•

208

...

cisa 6 . . . . ltJ c6 7 . J. g2 .te7 8 . 0-0 0-0 9 . d4 cd 1 0 . ltJ x d4 "t!t'c7 1 1 . b3 a6 1 2 . .tb2 lI ac8 , y ahora 1 3 . li c l , partida L . Portisch con R. Hubner (Tilburg, 1 9 7 8), 0 1 3 . ltJ c2 1Wb8 1 4 . 1We2 d 6 1 5 . lHd l lI fe 8 1 6 . lI d2 (Portisch-Sunye, Rio de Janeiro, 1 979) mantienen para las blancas una posicion me­ jor. 6. g3

J.e7

A menudo en este esquema las negras juegan c7-c5 y ltJb8-c6. Si intentan sacar el caballo por otra ruta (6 . ... ltJbd7), entonces las blancas despues de 7 . .tg2 i. e 7 8 . 0-0 0-0 9 . 1We2 c 5 1 0. d 4 c d 1 1 . ltJ xd4 1Wc7 1 2 . b3 a6 1 3 . .tb2 tie­ nen mejores posibilidades (Smej­ kal-Plachetka, Checoslovaquia, 1 978). Algo mejor para las negras es esta bifurcacion: I I . . . a6 1 2 . b 3 lI e8 1 3 . J.b2 .tfS 1 4 . 'iff h l 1Wb8 1 5 . f4 ltJ c5 1 6 . b4 ltJ cd7 1 7 . li ae l e 5 (Smejkal-Marjanovic, Zagreb, 1 985). Formalmente la posicion de las blancas es mejor, mas libre. Sin embargo en la prac­ tica las negras no solo la rechazan, sino que sonsiguen resultados bastante mejores. Merece estudiarse este proce­ dimiento de desarrollo, 6 ... g6 7. i. g2 J.g7 8 . 0-0 0-0 9 . ltJ e l (amenazando la jugada e 5 ) 9 . . . ltJe8 1 0 . d4 c5 1 1 . d 5 e d 1 2 . ltJ x d5 ltJ c6 1 3 . ltJc2 .t a6 1 4 . ltJ ce 3 b 5 1 5 . cb J. xb5 1 6. lI e l II b8 con una posicion compleja, mas parecida a un esquema indio que a la apertura inglesa (Por­ tisch-Spassky, Ginebra, 1 977). .

.

Las siguientes jugadas se carae­ terizan por un compacto manio­ breo: 9. b3 c5 1 0 . i.b2 a6 1 1 . 'ff d 2 iilc6 1 2 . iilh4 iild7 1 3 . f4 � b8 1 4 . � ad l � e8 1 5 . iile2 i. xb2 1 6 . 'ff xb2 e 5 ! Ahora las ne­ gras no tienen miedo a 1 7. f5 por 1 7 . . . . 'ff g 5 ! Y despues de 1 7. i.h3 ef 1 8 . iil x f4 ltJ d4 1 9 . ltJf3 ltJ x f3 +20. � xf3 ltJe5 las piezas negras estan dispuestas activa­ mente (Smejkal-Portisch, Moscu, 1 9 8 1 ). A pesar de todo las blancas es­ tan obligadas a unir sus intencio­ nes con el avance del peon a d4: 9 . � e l c5 1 0 . d4. Y ahora inde­ pendientemente de que las negras jueguen 1 0 . . . . ltJa6? 1 1 . d5 ed 1 2 . c d � e8 1 3 . i.f4 c 4 1 4 . ltJ d2 ltJh5 1 5 . i.e3 li c8 1 6 . ..t h3 ! (T. Petro­ s ian-Kurajica, Vrsac, 1 9 8 1 ) 0 cambien en el centro 1 0 . . . . cd 1 1 . ltJ xd4 a6 1 2 . i. g5 ltJbd7 1 3 . 'ff d 2 'ff c 7 14. h3 li ac8 1 5 . � ad l 'ffb 8 1 6 . � c2 � x c4 1 7 . 'ff x d6 'ff a8 1 8 . ltJ e 3 (Romanishin-Averkin, So­ chi, 1 982), las blancas, efectuan­ do un plan muy interesante de cambio del peon c4 por el d6, ob­ tienen una posicion con perpecti­ vas.

7. ... 8. 0-0

c5 0-0

U. Andersson, uno de los me­ jores especialistas de este tipo de posiciones, jugando con M . Quin­ tero (Niza, 1 9 74), continuo 8 . . . . a6 9 . a3 (no promete mucho para las blancas el avance de los peo­ nes del flanco del rey, 9 . iil e l ltJc6 1 0 . f4 0-0 1 1 . f4 ltJ d 7 1 2 . ltJf3 e 5 ! 1 3 . g 5 e f 1 4 . ,t x f4 ltJ de 5 , . y las negras ocupan con hito la importante casilla e5) 9 . . . . 'ff c 7 1 0 . ltJ e l ltJ c6 1 1 . iilc2 ltJ d7 1 2 . b4 i. f6 1 3 . i.d2 ltJd4 1 4 . ltJ x d4 ,t x d4 1 5 . :li b l i.c6 1 6 . ltJe2 ,t f6 1 7. 'ffb 3 0-0. Rehusando el golpe estandar d4, las blancas pasaron a un sencillo maniobreo, que no les ofrecio nada real. La posicion esta igualada. 9. � e1

7. i. g2

No da nada la aparentemente activa 7. i.h3 debido a 7 . . . 0-0 8 . 0-0 c5 9. li e ! iil c6 1 0 . d4 d5! 1 1 . cd ed 1 2 . e5 ltJ e4 13. i.f5 ltJ x d4 14. iil xd4 cd, y las negras igualan con facilidad el juego (T. Petrosian-Matanovic, Belgrado, 1 954). .

El Ultimo grito de la moda. Las blancas preparan el avance d3-d4. En respuesta a 9. h3 no es exacta 9 . . . . ltJ c6? debido a 1 0. d4 cd 1 1 . iil xd4 � c8 1 2 . iil x c6 ,t xc6 1 3 . 209

.tf4. a6 14. 1We2 1Wc7 1 5 . lI ac1 .ta8 16. b3 liJd7 17. 1Wfd l lI fd8 1 8 . c5 ! bc 1 9 . 1W x a6, y la posicion de las blancas es preferible (ROo manishin-Ftacnik, Wijk aan Zee, 1985). Es mejor 1 1 . . . . 1Wd7 1 2 . i. e 3 lI ab8!, preparando e l avan­ ce a6 y b5. Antes se jugaba a menudo 9. liJel, pero despues de 9 . . . . liJ c6 1 0 . f4 a6 1 1 . g5 b5 1 2 . b3 (es dis­ cutible para las blancas 1 2 . cb ab 1 3 . liJ xb5 1Wb6 con la amenaza c4) 1 2 . . . . liJe8 1 3 . lI b l liJ c7 14. i.e3 ii b8 15. liJc2 1Wd7 las ne­ gras en la partira Polugaievsky­ Balashov (Erevan 1 97 5 ) obtuvie­ ron una posicion bastante solida. Es muy popular la continua­ cion 9. b3, para a 9 . . . . e 5 jugar 1 0 . liJh4 seguido de 1 1 . f4, y si 9. . . . liJ c6, entonces 10. d4 cd 1 1 . liJ x d4 1Wd7 1 2 . i.b2 lI fd8 1 3 . 1Wd2 a6 14. liJ a4 1Wc7 1 5 . ii ac1 liJd7 16. ii fd l liJc5 1 7 . liJc3 con perspectivas algo mejores para las blancas (Polugaievsky-Balashov, Leningrado, 1 974). Tambien las ne gras estan peor tras 9 . . . . liJa6 1 0 . It e l e5 1 1 . .th3 (Korchnoi-T. Petrosian, Odessa, 1 9 74) 0 9. . . . a6 1 0 . .tb2 1Wd7 1 1 . ii e l liJc6 12 . .th3 1Wc7 1 3 . d4 liJ xd4 1 4 . liJ x d4 c d 1 5 . 1Wxd4 i. c6 1 6 . a4 (Tahl-Polugaievsky, Tallin, 1 973). Las negras se defendieron con exito en la partid a Smej k al­ Gheorghiu (Novi Sad, 1 982). En lugar de 10 . . . . 1Wd7 continuaron 10 . . . . liJc6! 1 1 . d4 cd 1 2 . liJ xd4 liJ xd4 1 3 . 1Wxd4 It b 8 ! 1 4 . ii fd l 1Wc7 1 5 . a4 It fd8 1 6 . .i a3 .if8 17. It d2 1W c8 ! (las negras prepa210

ran e l traslado del caballo f6 a tra­ yes de d7 a c5 0 e5, 10 que no se­ ria posible con la dama en c7) 1 8. 1We3 liJ g4 1 9 . 1We2 liJe5 20. lI adl 1Wc7 2 1 . f4 liJc6 22. ll d3 liJ a5 ! Las posibilidades d e ambos ban­ dos son aproximadamente igua­ les. Probablemente, 10 mejor para las negras sea disponer sus fuer­ zas bajo el esquema 9 . . . . liJbd7!? 10. It e 1 1Wc7 0 9 . . . . lI e8 10 . .tb2 .if8 1 1 . It el liJc6. Por 10 menos en nuestros dias asi proceden to­ dos los especialistas del sistema «erizo». Pero regresemos a la posicion del ultimo diagrama. Despues de 9. It e 1 las blancas tratan de obte­ ner ventaja en el centro mediante 1 0 . d4. Si 9 . . . . e5, entonces 1 0. liJh4, y a 1 0 . . . . g6 responden 1 1 . f4, y no es posible 1 1 . . . . ef por 1 2 . e 5 ! EI descubrimiento del jue­ go mediante 1 1 . . . . liJe8 1 2 . liJf3 ef 1 3 . g f f5 esta en manos de las blancas, ya que tienen mejor de­ sarrollo. Si las negras rehusan la jugada 1 3 . . . . f5, entonces son las blancas las que avanzan el peon a f5 y crean amenazas en el flanco de rey. 9 . ...

La idea de esta jugada consiste en que al golpe estandar 1 0 . d4 las negras se disponen a jugar 1 0 . ... e5. Tal vez e l procedimiento de juego mas moderno para las ne­ gras sea 9 . . . . a6 seguido de la dis­ posicion de las piezas no mas alIa

de la 6. fila. Pero este metoda «anderssonniano» ya 10 examina­ remos en este libro, por 10 que premeditadamente en la variante principal traigo otras continuacio­ nes. Ademas ambas tienen el mis­ mo valor. Despues de 9 . . . . a6 1 0 . d4 cd 1 1 . lLl xd4 flIc7 1 2 . lLl c2 lLl fd7 1 3 . lLl e 3 lLl c6 1 4 . b 3 li ac8 1 5 . i.b2 flIb8 1 6. i:t c1 i. a3 1 7 . flIe2 .tf6 la posicion es bastante compleja (Deze-Miles, Novi Sad, 1 975). Y 1 1 . flI x d4 lLlbd7 1 2 . b3 flIc7 1 3 . .tb2 i:t ac8 1 4 . i:t e2 i:t fd8 1 5 . flIe3 .tfS 1 6 . lLld4 .lI e8 1 7 . h3 flIb8 1 8 . .lI dl g6 1 9 . 'it> h l .tg7 (Larsen-Suba, Las Palmas, 1 982) tampoco coloca ante el adversario ninglin problema. Es posible 1 0 . b3 lLl c6 y solo ahora 1 1 . d4 cd 1 2 . lLl xd4 lLl x d4 (no es un cambio del todo afortu­ nado) 1 3 . flI x d4 flIc7 1 4 . i.b2 .lI ab8 1 5 . n ac1 li fd8 1 6 . 'it>hl i. fS 1 7. f4 (Timoshenko-Kayu­ mov, Krasnoiarsk, 1 9 80). Las blancas estan mas libres tras 1 3 . . . . li b8 1 4 . i.b2 b 5 1 5 . cb ab 1 6. lLl xb5 .t x e4 1 7 . .t x e4 li xb5 1 8 . .lI ac l flIb8 1 9 . i.d3 li b4 20. flIc3 .lI b7 2 1 . i:t e4 d5 22 . .lI h4 (Lar­ sen-Browne, Las Palmas, 1 982), que no vario mucho el esquema general de la posicion. En los ultimos ejemplos resul­ to desafortunada la maniobra lLlb8-c6xd4. La ubicacion del ca­ ballo en d7 tiene mas perspecti­ vas. Y las torres negras tampoco se desarroll,!ron de la mejor ma­ nera. La disposicion ideal se indi­ co en la siguiente partida: 1 0 . . . . a

lLlbd7 1 1 . d 4 cd 1 2 . lLl x d4 flIe7 1 3 . i.b2 li fe8 14. flIe2 .lI ac8 1 5 . li ad l i.fS 1 6. h 3 flIb8 1 7. 'it>h2 lLlc5 (Hausner-Yusupov, Skara, 1 980). Ahora despues de 1 8 . b4 las blancas pueden tener mayores dificultades con el peon c4. El avance de los peones del flaneo de rey tampoeo es recomendable, debilita al propio rey. Y aunque casi parece que las blancas estan bien dispuestas, la practica ha ter­ rninado demostrando que en este tema la partida de las negras al menos no es peor. 10. d4

Queda afiadir que aqui las blan­ cas pueden cambiar algo el orden de las jugadas: 1 0 . b3 a6 1 1 . .tb2 li b8 1 2 . d4 cd 1 3 . lLl x d4 lLl xd4 1 4 . flI x d4 flIc7 1 5 . .lI ac1 .lI fc8 1 6 . h3 .tfS 1 7. lLl d l ? ! i.c6. Efec­ tuando el avance b6-b5, las negras tendritn todo en orden (Olafsson­ Karpov, Bad Lauterberg, 1 977). Era mejor 17. 'it>h2 seguido de f4 . o 1 5 . . . . .lI fd8 1 6 . .lI ed l i.f8 1 7 . .t a3 i.a8 18. h3 h6 19. i.b4 i.e7 20. 'it>h2, y las blancas estan mejor (Portisch-Andersson, Wijk aan Zee, 1 978). Por eso a 1 0 . b3 se recomienda para las negras el siguiente procedimiento: 1 0 . . . . .lI e8 1 1 . .tb2 .t fS 1 2 . d4 e5 ! con un juego igualado, parecido a la variante principal. 10. ... 1 1 . de 12. lLld5

e5 de lLle8!

(DIAGRAMA 129)

21 1

g a n i an-Matanovic, B e lgrad o , 1 9 74), y ahora 1 7 . . . . g6 1es deja­ ba un juego igualado.

(B) ( 1 . c4 � f6 2. � c3 e6 3 . � f3 b 6 4. e 4 i.b7) 5. 'ti'e2

La posicion de las blancas es muy atractiva, en especial su ca­ ballo en d5 . Sin embargo las ne­ gras se preparan para asimilar la casilla d4, llevando a cabo la ma­ niobra �f6-e8-c7-e6-d4. Despues de 13. a3 � c7 1 4 . b4 i.d6 1 5 . i.b2 �e6 1 6. 'ti'b3 L. Polugaievsky contra O. Panno (Palma de Mallorca, 1 9 70) obtu­ vo buen juego. Desde luego llevar el caballo a d4 no es favorable de­ bido a 1 7 . ,t x d4 � x d4 1 8 . � x d4 cd 1 9 . c5 ! , y a 1 8 . . . . ed sigue 1 9 . e5! A. Matanovic e n la «Enciclope­ dia de aperturas de ajedrez» reco­ mienda para las negras reforzar el juego con 1 5 . . . . � e8 y valora la posicion como igualada. M as tarde P olugaievsky se paso a 13. b3 (en lugar de 1 3 . a3). En la partida Polugaievsky-Gur­ genidze (Kislovodsk, 1 972) si­ guio 1 3 . . . . �c7 1 4 . ,tb2 1. d6 1 5 . �h4! � d4 1 6 . � f5 � x d5 1 7 . ,t x d4! cd 1 8 . ed con ventaja para las blancas. Probablemente las negras de­ ban jugar 14 . . . . 1. f6 ! 1 5 . 'ti'c2 �e6 1 6. � ad l � e8 1 7 . h4 (Va212

Durante mucho tiempo esta ju­ gada Ie causo a las negras dificul­ tades, hasta que por fin A. Kar­ pov encontro un antidoto eficaz. 5. .

..

1.b4!

De los otros procedimientos de contrajuego hay que sefialar 5 . ... d6 6 . d4 i.e7 7 . g3 0-0 8 . i. g2 c5 9 . e5 � fd7 1 0 . ed i. xd6 1 1 . � e 4 i.e7 1 2 . 0-0 �f6, y las negras es­ tan bien (Vaganian-Polugaievsky, Leningrado, 1 9 74). Durante mucho tiempo se con­ sidero prometedora 5 . ... c5 6. e5 � g8 (un ejemplo caracteristico de la apertura inglesa. Las negras pierden dos tiempos, pero cam­ bian facilmente el «activo» peon e5 cuando 10 deseen, y las negras reciben comodas posiciones para sus piezas) 7. d4 cd (es arriesga­ do 7 . . . . i. xf3? 8 . 'ti'xf3 � c6 9. d 5 ! � xe5 1 0 'ti'g3 d6 1 1 . i. f4 � g6 1 2 . de fe 1 3 . 0-0-0, y las blan­ cas tienen una excelente compen­ sacion por el peon sacrificado, Korchnoi-T. Petrosian, Odessa, 1 9 74) 8. � x d4 �c6 9. � x c6 ,t x c6 10 . .t d2 �e7 1 1 . o-o-o?! 'ti'c7 1 2 . 'iti b l �f5 1 3 . � gl :a c8 1 4 . i. f4 'ti'b7 1 5 . :a d3 a6. Las ne­ gras reciben con facilidad posibi-

lidades activas en el flanco de dama, y las blancas en el centro 0 en el flanco de rey (Portisch-Ma­ tanovic, Erevan, 1 965). A un juego mas complicado lle­ va 1 1 . lLl e4 lLl fS 1 2 . i. c3 . En respuesta a s . . . . cS las blan­ cas actuaron con mucha precision en la apertura en la partida T. Pe­ trosian-Psajis (Las Palmas, 1 9 82): 6 . g3 d6 7 . d4 cd 8. ttJ x d4 g6 9. .t g2 a6 10. 0-0 lLlbd7 1 1 . 11 d l �b8 1 2. a4 i. g 7 (hasta ahora las negras han dispuesto sus piezas y peones de acuerdo al sistema eri­ zoo Pero no han conseguido llevar al centro las torres, y Petrosian pasa a la accion decisiva) 1 3 . as ! 0-0 1 4 . ab ttJ xb6 1 S . ttJb3 11 a7 1 6. i.f4 e S 1 7 . i.e3 i.c8 1 8 . lLl aS 11 a8 1 9 . �d3 i.e6 20. b 3 . Las negras han caido en una si­ tuacion muy dificil. Probablemen­ te, era mejor no fianchettar el al­ fil, y jugar 8 . . . . a6 9 . i. g2 i.e7 10. 0-0 �c7 I I . b3 0-0 12 . .tb2 lLl c6 1 3 . �d2 11 ac8 1 4 . 11 acl �b8 I S . h3 11 fe8 1 6. I!;>h2 .ifS 1 7 . f4 bS! (Lputian-Dolmatov, Minsk, 1 9 8 7) . 6. e5

Es arriesgado para las blancas 6 . d3 0-0 7. g3? Mediante un golpe energico en el centro en algunas jugadas se re­ futa esta estrategia: 7 . . . . d S ! 8 . eS de! (sencilla y natural) 9 . ef (9. dc lLl e4 10. i.d2 ttJ xd2!) 9 . . . . � xf6! 1 0 . .t g2 .t xc3+ I I . bc �xc3+ 1 2 . �d2 �xal 13. 0-0 �f6 1 4. i.b2 �h6 I S . �c3 lLl d 7 1 6 . dc

lLlcS , y las blancas abandonaron (Zaichik-Yudasin, Telavi, 1 982). Es mejor 7 . .tgS (Quinteros­ Andersson, Buenos Aires, 1 9 82). 6. ... 7. d4

ttJg8

De nuevo es dudosa 7 . g3?! por 7 . . . . lLl c6 8. i.g2 lLld4 9. 'tWd3 i. x f3 1 0 . i. x f3 ttJ xf3 + I I . 'tW x f3 ttJe7 1 2 . 0-0 ttJc6!, y l a posicion de las negras tiene mayores pers­ pectivas (Korchnoi-Portisch, Bad Kissingen, 1 9 8 3). 7. ...

ttJ e7

En respuesta a 7 . . . . d6 1as blan­ cas pueden elegir entre 8 . a3 i. x c3 + 9. bc ttJe7 1 0. h4 lLld7 I I . hS .t x f3 ? (es mejor I I . . . . h6) 1 2 . 'tWxf3 d e 1 3 . h 6 gh 1 4 . .t xh6 ed I S . i. g7 l1 g8 1 6. 11 xh7 con sen­ sible ventaj a (Stein-Smyslov, Moscu, 1 972) y la propuesta de M. Botvinnik 8 . i.d2 de 9 . de lLla6 1 0. 0-0-0 �e7 I I . g3 0-0-0 1 2 . i.g2 ttJ cS 1 3 . .tgS f6 1 4 . 11 x d 8 + 'tW x d8 I S . 11 d l � e 8 1 6 . e f g f 1 7 . i. d2 lLl e 7 1 8 . lLle4 (es debil 1 8 . i.h3? debido a 1 8 . . . . I!;>b8 1 9 . lLl e l ttJc6, y las negras igualaron el juego, Uhlmann-Fur­ man, Madrid, 1 973) 1 8 . . . . ttJ xe4 1 9 . i. xb4 lLlc6 20 . .ia3 fS 2 1 . �e3 ! seguido de 22. b3, 2 3 . i.b2, y el alfil blanco de casillas negras dominara en la gran diagonal. Lajugada 7 . . . . ttJe7 parece bas­ tante modesta. Sin embargo el principio primordial, rapida mo­ vilizacion de las piezas, juega un papel importante en los proximos acontecimientos. 213

8. � d3

En el match de pretendientes Korchnoi-Karpov (Moscu, 1 974) se probo por primera vez 8 . .td2. Pero despues de 8 . . . . 0-0 9 . 0-0-0 dS 1 0 . h4 .t x c3 1 1 . bc dc 1 2 . � x c4 i.a6 1 3 . �a4 i. x fl 1 4 . :!l hxfl �dS I S . � b l a s 1 6 . �c2 h6 1 7. :!l fe l lLl a6 las negras to­ maron la iniciativa. Las blancas no debieron permitir la captura en c4, e intentar elIas mismas 1 0 . cd!? 8.

.•.

d5!

Limitando las posibilidade s blancas en el centro. 9. cd 10. a3 1 1 . �xc3

cd .t x c3 + lLl d7!

ventaja. Aunque 1 6 . .t a3 !?, pro­ bablemente, tambien es buena. La ultima jugada de las negras esta dirigida a un rapido desarro­ llo de las piezas en el flanco de dama y a un juego activo contra el peon c4. En la partida Uhl­ mann-Karpov (Skopje, 1 9 76) si­ guio 1 2 . i.e2 :§: c8 ! 1 3 . 0-0 0-0 1 4 . i. g S h 6 I S . .th4 �e8 ! (amena­ zando la jugada lLlfS) 1 6 . .tg3 lLlfS 1 7 . i.f4 bS! 1 8 . i.d3 lIWe7 ! 1 9 . .t xfS ef 20. :a fe l �f6, y el flanco de dama blanco empieza a resquebrajarse por todos los cos­ tados. Karpov indico que el sistema S . �e2 necesita mas pruebas. E n los ultimos aiios perdio su actualidad y fue sustituido por la continua­ cion S . .td3!? ( C)

(1 . c4 lLlf6 2 . lLlc3 e6 3 . lLlf3 b6 4. e4 .tb7) 5. i.d3!?

La posicion del diagrama es muy interesante . En caso de 1 1 . . . . 0-0 las blancas consiguen mo­ ver la mas a de peones del flanco de dama, 1 2 . b4 lLl d7 1 3 . .te2 :!l c8 1 4. a4 ! i.a6 I S . bS i.b7 1 6 . i. e 3 ! y, de acuerdo con los anaIi­ sis de M. Botvinnik, obtienen 214

Introducida en la practica por O . Romanishin en el aiio 1 975 en

su partida con T. Petrosian. La primera impresi6n es que las blan­ cas pierden tiempo. Sin embargo una inmersi6n mas profunda en la posici6n muestra la gran sutile­ za de esta maniobra. Generalmente el alfil de casi­ llas blancas encuentra su puesto en g2 0 e2, donde a menudo esta a la espera. Ahora el alfil se tras­ lada a c2, y despues del enroque corto de las negras se hace eviden­ te que ocupa una importante po­ sici6n de ataque y mira amenaza­ doramente al flanco de rey enemi­ go. Las negras tienen a su disposi­ ci6n algunas posibilidades: 5. .. d5 (a), 5 . ... d6 (b) y 5 . ... c5 (c). Otras jugadas son menos pro­ metedoras. Por ejemplo: 5 . .. ltJc6 6 . .t c2 e S 7 . d4 ltJ x d4 (0 7 . . . . ed 8 . ltJ x d4 i.cS 9 . i.e3 ltJ e S 1 0 . ltJfS 0-0 I I . 1fe2 i. xe3 1 2 . ltJ x e3 :li e8 1 3 . 0-0 con un juego mas libre para las blancas, Reshevsky-Gar­ cia Padr6n, Lone Pine, 1 978) 8 . ltJ x d4 e d 9 . 1fxd4 i.cS 1 0 . 1feS+ 1fe7 1 1 . 1fxe7+ e8 1 3 . d4! 10. lLI xe4

1LIc5

Desde luego, es mala 10. " lLIe6 por la sencilia 1 1 . 'iW a4! , y 10 . . . 1LI xeS es peligrosa debido a 1 1 . 1LI x e S 'iWdS 1 2 . 0-0 seguido de 1 3 . � e 1 . .

1 1 . lLI x eS 12. 0-0 13. d3

i. xc5 0-0

'iWdS

No cambia nada en esencia el siguiente juego: 1 3 . . . . lLI c6 1 4 . a3 as I S . � e l 'i¥d5 1 6 . � e4 a4 1 7 . i.f4 lLI d 8 (de acuerdo al princi­ pia de bloqueo, las negras se apo­ deran de la casilla e6, pero esto no aligera su situacion) 1 8 . 1LI h4 ! lLI e 6 1 9 . i.g3 g6 2 0 . f4 lLI g 7 2 1 . 'i¥f3 i.e7 22. fS ! EI ataque de las blancas es muy peligroso (Mage­ rramov-A . Ivanov, Alma-Ata, 1 977).

14 . .li el 15. Ii e4

� e6

lUeS

la analizaremos bajo la rubrica «c» . 6. i.e2

Tras el traslado del caballo a e6 el juego se desarrolla de manera amiloga a la partida Magerramov­ Ivanov. Despues d e 1a jugada del texto las negras empiezan la pre­ sion sobre el osado peon e5. Sin embargo resulta inmune . Des­ pues de 1 6. 1!¥e2 Ii e6 1 7 . J. f4 h6 I S. a3 J.f8 1 9 . h4 li aeS 20. li e 1 la ventaja de las blancas no des­ pierta dudas (Po1ugaievsky-Gul­ ko, Erevan, 1 975). Al debilitar despues su flanco de rey, 20 . . . . g6? 2 1 . 1!¥d2 h5 22. J.g5 ! J.g7 23. J. f6 ! i. x f6 24. ef 1!¥f5 25. �g5 ! las negras cayeron bajo un ataque demoledor. (b)

(1 . c4 � f6 2 . � c3 e6 3 . �f3 b6 4. e4 i.b7 5 . J.d3) 5. ...

d6

Aqui examinaremos partidas en las que las negras juegan 5 . . . . d6 seguido d e c7-c5 0 vice versa. La continuacion 5 . . . . c5 sin d7-d6

La jugada programada. Solo queda jugar d2-d4. Despues de 6. 0-0 c5 7 . i. c2 e5 las negras previenen el importan­ te avence central. En este caso el juego puede transcurrir de la si­ guiente manera: 8. i.a4 + ! (para a S . . . . i. c6 responder sencillamen­ te 9. d3), y tras 8 . . . . �bd7 9. d3 g6 1 0 . � e 1 �h5 1 1 . b4 cb 1 2 . �d5 i. g 7 1 3 . � xb4 .li cS 1 4 . J.b5 ! las blancas tienen mejores posibilidades (Gavrikov-Tukma­ kov, Rostov, 19S0). Las negras tambien estan peor despues de 8 . . . . � c6 9 . b4! �d7 1 0 . a3 i.e7 1 1 . �d5 (Tukmakov-A. Ivanov, Klaipeda, 1 9 S0). Es cierto que en el ultimo ejemplo vale la pena in­ tentar 9 . . . . cb 10. �d5 a5 1 1 . a3 . Tal vez por eso las blancas tam­ bien en lugar de 6. 0-0 hacen laju­ gada principal 6 . i.c2, que debe­ mos considerar como la mejor. 6. ...

c5

A 6 . . . . e5 la sencilla 7 . d4 �bd7 S . 0-0 i.e7 9 . b3 0-0 1 0 . J.b2 li eS 1 1 . .li e1 i. f8 1 2 . d5 c5 1 3 . dc J. x c6 14. b4 Ie asegura ventaja a las blancas (Hubner-Jo­ hannessen, Oslo, 1 9 74). 7. d4 8. � xd4

cd a6

Hay que advertir que las juga­ das a6, J.e7, 0-0, � c6 con fre­ cuencia se hacen con un orden di­ ferente, pero esto no tiene un sig217

nificado e special . Del mismo modo las blancas fianchettaran su aIfil de casillas negras y se enro­ caran por el lado corto. Los principios generales de juego blanca los ilustra muy bien el siguiente ejemplo: 8 . ... J.e7 9 . 0-0 0-0 1 0 . b3 iD c6 1 1 . J. b 2 'ft'd7 1 2 . iDc6! J. x c6 1 3 . 'ft'd3 IHc8 1 4 . l:iae l g 6 1 5 . f4 a 6 1 6 . 'ft' e 2 ! lI a7 1 7 . lI dl 'ft'c7 1 8 . f5 ! gf 1 9 . iD d5 ! ! con un fuerte ataque (Stean-Fil­ guth, Sao Paulo, 1 979). A 8 . .. iDbd7 es posible un plan interesante: 9. 'ft'e2 a6 1 0 . g4! h6 1 1 . h4 g6 1 2. g5 hg 1 3 . J. x g5 J.e7 1 4 . 0-0-0 seguido de f2-f4 en un tfpico estilo «siciliano» con buenas posibilidades para las blancas (G . Garcia-Rodriguez, Bayamo, 1 9 80). A menudo se encuentra 9. 0-0 a6 1 0 . b3 J.e7 1 1 . J.b2 0-0 1 2 . 't!7 h l 'ft'c7 1 3 . 'ft'd2 l hd8 1 4 . f4 'ft'b8 1 5 . ll ae l l Ue8 1 6 . 'ft'f2 .ifS 1 7 . a4 con ventaja blanca (Por­ tisch-Garda Padron, Las Palmas, 1 9 76). No cambia el aspecto del juego despues de 1 3 . . . . lI ac8 1 4 . f4 l Ue8 1 5 . lI ae l J.fS 1 6 . J.bl b5 1 7 . cb e5 1 8 . iDf5 g6 1 9 . fe Ii xe5 20. iDh6+ ,i xh6 2 1 . 'ft' xh6 lI h5 2 2 . 'ft'f4 (Smejkal-Nun, Praga, 1 98 6). EI ataque de las blancas es muy fuerte. Es eierto que no siem­ pre todo es tan sencillo. Asf, tras 1 3 . 'ft'e2 Ii fe 8 1 4. f4 .ifS 1 5 . lI ae l ll ad8 1 6 . iD D g6 1 7 . e5 iDh5 1 8 . iDg5 ,ig7 19. iD xh7 de 20. fe J. xe5 el contrajuego de las negras era peligroso, y las blancas se limitaron aljaque continuo des.

218

p u e s d e 2 1 . II x f7 't!7 x f7 2 2 . J. xg6+ 't!7 x g6 2 3 . 'ft'g4+ 't!7 xh7 24. 't!fxh5+ 't!7g8 25. 'ft'g6+ 't!7h8 (Lerner-Nadyrj anov, Tashkent, 1 98 3 ). Y para terminar, otro ejemplo con un peligroso ataque de las blancas: 1 1 . II el 0-0 1 2 . a4 (se corta de raiz el avance b6-b5) 1 2 . . . . lI c8 1 3 . J.a3 iDe8 1 4 . 't!f d 3 g6 1 5 . ll ad l 'ft'c7 1 6 . f4 iDc5 1 7 . 'ft'h3 lI d8 1 8 . f5 iDg7 1 9 . 't!fh6! (Suba-Nun, Eksjo, 1 982). En una palabra, con el caballo dama en d7 la posicion de las blancas es preferible. 9. b3 10. J. b2

J.e7 iDc6

Como antes es algo mejor el juego de las blancas tras 1 0 . . . . iDbd7 1 1 . 0-0 0-0 1 2 . 'ft'd2 II e 8 1 3 . lI ae l g6 1 4 . a4 J. fS 1 5 . 't!7 h l ( G av r i k o v - E i n g o r n , M i n s k , 1 9 8 7), aunque no resulta sencillo tomar la fortaleza negra. 1 1 . 0-0 12. 't!7hl

0-0

Esta pOSICIOn, caracteristica del popular sistema «erizo», se encuentra reiteradamente en la pnictica. Surgio en la partida­ fuente del sistema Romanishin-T. Petrosian (Erevan, 1 975). Las blancas se disponen a ata­ car a las negras en el flanco de rey, y para ella avanzanin el peon «f» . A proposito, la jugada inme­ diata 1 1 . f4 no es posible debido a 1 1 . . . . lD xd4 1 2 . � x d4 d5, y la amenaza i.cS no permite a las blancas mantener la igualdad ma­ terial. E l gran mae s t r o L. P o lu­ gaievsky, que es el principal espe­ cialista en el desarrollo de este sis­ tema tanto con blancas como con negras, jugo aqui 1 2 . lD xc6!? i. x c6 13. �d3 g6 (aun es peor 1 3 . . . . bS? por 14. lDdS ! bc I S . bc e5 1 6. i. a3 ! Spragett-I. Ivanov, Montreal, 1 98 3 ) 1 4 . a4 �c7 I S . f4 li ad8 1 6 . �e2 li fe8 1 7. li ad l i. b 7 1 8 . hl �cS? (era correcta 1 8 . lDd7!? con un juego interesan­ te; ahora las negras ya caen bajo un terrible ataque) 1 9 . e S ! lDd7 20. i. e4 i.c8 2 1 . ed i. f8 (2 1 . . . . i. x d6 2 2 . .t xg6!) 2 2 . i.B f5 2 3 . b 4 � x b 4 2 4 . lD d S ! ( P o l u ­ gaievsky-Petrosian, Kislovodsk, 1 982). 12. ...

�d7!

La rpejor de todas las variantes examinadas. Recordando la parti­ da-fuente despues de 12 . ... �c7 1 3 . f4 lI ad8 1 4 . li ac 1 �b8 I S . lI B g 6 1 6 . lD dS ! ! Las negras ca­ yeron bajo un terrible ataque. Ademas Romanishin 10 ejecuto

tan brillantemente que nos pare­ ce uti! mencionar la partida hasta el final: 1 6 . . . . ed 1 7. ed lD x d4 1 8 . �xd4 li de8 1 9 . f5 lDd8 20. �h4 li e5 2 1 . �h6 �c7 22. li g3 ! i.c8 23. i. xe S de 24. fg fg 25. i. xg6 lDg4 2 6 . i.hS li f6 27. �d2 lI f4 2 8 . d6 �g7 29. d7! i.b7 30. �xf4 ! , y Petrosian abandono. Despues las negras trataron de crear un energico contrajuego en el otro extremo del tablero, 12 . ... �b8 1 3 . f4 bS . Sin embargo tambien en este caso tras 1 4 . e5 ! de 1 5 . 'LJ x c6 i. x c6 1 6 . fe (no es bueno para las negras jugar 1 6 . . . . � x e 5 por 1 7 . lDdS ! �d6 -1 7 . . . . �xb2? 1 8 . lD x e 7 + h 8 1 9 . lD x c6- 1 8 . lD xe7+ �xe7 1 9 . II x f6 ! g f 20. �g4+ h8 2 1 . �h4, y las blan­ cas ganan) 1 6 . . . . lDd7 1 7 . lD dS ! ! e d 1 8 . cd i.b7 1 9 . d 6 i.g5 20. e6! el ataque de las blancas es muy fuerte. Asi, en b8 tampoco resulta bien situada la dama negra. Lo mejor es que se disponga en d7, ya que en la variante 1 3 . f4 b5 1 4 . lD x c6 i. x c6 I S . e5 de las blancas no consiguen atacar al rey enemigo debido a la posibilidad del cam­ bio de damas. 13. lD x c6 14. �d3

i. xc6

Creando la amenaza I S . lDdS ! 14. ...

b5!

Tambien se encuentra 1 4 . . . . g6, pero despues de I S . a4! �c7 219

1 6. li ae l li ae8 1 7 . li e3 lDd7 1 8 . n h3 f6 1 9 . f4 lDcS 20. 'iWg3 las blancas tienen una ventaja indu­ dable (Gavrikov-Pripis, Ordzoni­ kidze, 1 978). 15. eb

En este caso I S . lDdS no tiene exito debido a I S . . . . ed 1 6 . ed bc 1 7. bc .ta4 ! Aqui vemos por que la dama tiene su disposicion ideal en d7. 15 . ... 16. lD xb5

las negras se defendieron con pre­ cision, 1 7 . . . . li fd8 1 8 . f3 lD d 7! 19 . .tbI .tf6 20 . .t x f6 lD xf6 2 1 . li fd l e 7 ! las negras tienen una buena posicion (no deben temer a la variante 14. c5? be 1 5 . � b l li d8).

La continuacion 6. e5 en nues­ tra opinion no representa una gran amenaza para las negras. Despues de 6 . . . . ltJg4 (parece me­ nos afortunada 6 . . . . ltJg8?! por 7 . .te4 i. x e4 8 . ltl x e4 ltlc6 9 . 0-0 f5 1 0 . ltJc3 ltJh6 1 1 . d4 cd 1 2 . ltl x d4 ltJ xd4 l 3 . i. x h6, Lewis­ Short, Inglaterra, 1 9 8 1 ) 7. h3 i. x f3 8. fII xf3 sacrificaron la ca­ l i d a d , 8 . . . . ltl x e 5 9 . fII x a8 ltJ x d3+ 1 0 . e2 ltJf4+ 1 1 . fI ltlc6 1 2 . fII x d8+ xd8, obtenien­ do suficiente compensacion para la igualdad. Aqui tenemos un ejemplo: l 3 . g 3 ltJ d 3 1 4 . e2 ltl e 5 1 5 . d 4 cd 1 6. i. xf4 de 1 7 . be ltJ a5 y, para terminar, 1 3 . b3 ltld3 1 4 . h4 i.e7 1 5 . II h3 ltJ x cl 16. 11 xcI h5 (Korchnoi-Polugaievsky, Evian, 1 9 77). EI peon por la cali dad mas el control sobre la casilla d4 es un balance mas que satisfactorio por la pequefia perdida material. En lugar de 7. h3 se ha proba­ do 7 . h3 . En este caso despues de 7 . . . . d6 8. i.e4 i. x e4 9. ltJ x e4 es bastante bueno para las negras tanto 9 . . . . ltJ x e5 1 0 . ltl xe5 de 1 1 . f11 f3 ltJd7 1 2 . ltlg5 ltJf6 l 3 . fII c 6+ ltJd7, como 9 . . . . ltJ c6 1 0 . fII a4 fII d 7 1 1 . ed ltJge 5 ! (Smejkal-Gul­ ko, Erevan, 1 976). De acuerdo con los anaIisis de J. Smejkal nada, excepto la igualdad, prome­ te a las blancas el paso a la siguien­ te variante: 1 0 . d4 cd 1 1 . ltJ xd4 ltl x d4 1 2 . fII x d4 de l 3 . fII c 3 . Se puede complementar el anaIisis: l3 . . . . fII h4! 14. h3 ltJf6 . Otro ejemplo mas que empieza con 7 . . . . ltJ c6 (en lugar de 7 . . . . 22 1

d6) 8 . j,e4 1t'c8 9 . lI e l d6 1 0 . ed j, xd6 1 1 . d4 lb xd4 1 2 . lb xd4 j, xh2+ 1 3 . \t> f1 cd 1 4 . 'ii' x g4 ! dc I S . 1t'hS ! y termina de una forma deplorable para las negras, I S . . . . j, d6? (dejaba mayores posibilida­ des de defensa I S . . . . 1t'c7) 1 6 . n x e6+ j, e 7 1 7 . j,gS ! (Speelman­ Yudasin, Leningrado, 1 984). 6. ... 7. e5 8 .te4 .

lbc6 lbg4 (5

Es mala 8 d6? debido a 9. d4! (pero no 9 . d3 lb g x e S 1 0 . lb xeS d e 1 1 . f4 j,d6 1 2 . fe j, x e S 1 3 . 1t'hS .td4+ 1 4 . c;t> h l 1t'd7 I S . j, gS ltld8 con juego muy confu­ so, Tahl-Yudasin, Leningrado, 1 9 8 3 ) 9 . . . . cd? 1 0 . j, xc6 j, xc6 1 1 . lb x d4, y las negras pierden pieza, y a 9 . . . . de es buena la sen­ cilla 9. de. En los Ultimos tiempos cayo bajo el punto de mira de los ana­ listas la jugada 8 . ... "e8. Des­ pues de 9. n e l d6 1 0 . ed j, xd6 1 1 . lbbS 1.b8 (es menos flexible 1 1 . . . . j,e7!? debido a 1 2 . d4 a6 •

222

..•

1 3 . lb c3 cd 14. lb x d4. Ahora 1 4 . . . . lb x d4 sencillamente es mala por I S . "xg4! Y la aguda 1 4 . . . . lb x f2 ! I S . j, x c 6 + " x c6 1 6 . lb x c6 lb xd l 1 7 . lb xe7 lb xc3 1 8 . lbfS o-o-o! 1 9 . lbe7+ c;t>d7 20. bc c;t> xe7 2 1 . lI bl le da a las negras un fin al peor, Kuligowski-Van der Wiel, Holanda, 1 98 1 ) 1 2 . d4 a6! 1 3 . lb c3 cd 14. lb x d4 j, x h2+ I S . c;t> f1 lb f6 1 6 . lb d S lb x e4 1 7. n x e4 lbe7, las complicaciones re­ sultaron finalmente favorables a las negras. Y a 1 1 . d4 cd 1 2 . lbbS j,cS 1 3 . lbfxd4 hS 14. h3 lb x d4 I S . lb x d4 j, x e4 1 6 . n Xe4 las ne­ gras tienen a su disposicion la tranquila 1 6 . . . . lbf6 1 7 . n e l 0-0 1 8 . ltl c2 n d8 1 9 . "e2 "d7 20. 1. f4 " d 3 ( K o r c h n o i - P o l u­ gaievsky, Buenos Aires, 1 980) 0 la aguda 1 6 . . . . 1t'b7 !? 1 7 . 1t'a4 (a 1 7 . 1t'f3 es convincente 1 7 . . . . o-o-o! 1 8 . hg n xd4!) 1 7 . ' " \t> f8 1 8 . lI f4 \t> g 8 1 9 . hg eS ! 2 0 . lUS j, x d4 2 1 . n xhS n xhS 22. gh 'W'e4 ! , y las negras tienen una ac­ tividad colosal por el peon sacrificado. . Esta claro que la jugada 8 . . . . 'W'c8 coloca ante las blancas serios problemas. Por eso 10 mejor es ju­ gar 9 . d4 (en lugar de 9 . n e l ) 9 . . . . c d 1 0 . 1. xc6 1t'xc6 1 1 . 1t' x d4 hS 1 2. ltlbS lbh6 1 3 . 'ii' d 3 lb fS 1 4 . 1.gS j,cS I S . n fd l a6 1 6 . lb c 3 h4 1 7 . h3 lbd4 1 8 . lb e l n hS 1 9 . 1. e 3 con una posicion compli­ cada, en la que las posibilidades de las blancas son preferibles (Ga­ p r i n d ashvili-Ioselani, Tbil i s i , 1 98 0). Pero el golpe mas fuerte 10 re-

cibieron las negras en la partida Tal-Van der Wiel (Moscu, 1 982), en la que despues de 9. d3 ! ? (sa­ crificando el peon central) 9 . . . . lbgxe5 1 0 . lb xe 5 lb xe 5 1 1 . f4 lbc6 1 2 . f5 g6 (las negras tienen debil el punto fl, sin embargo esta jugada, por 10 visto, es el error decisivo. Era mas fuerte 1 2 . . . . lb d4 0 1 2 . . . . i.e7) 1 3 . i.g5 ! gf 1 4 . i. x f5 i.e7 1 5 . 'Wh5 ! i. xg5 1 6 . 'Wxg5 lbe7 1 7. i. e4 i. x e4 1 8 . lb x e4 'Wc6 1 9 . li x f7 ! las negras podian abandonar. 9. ef

Espera una prueba pnictica 9. i. x c6 i. x c6 10. d4 cd 0 1 0 . li el seguido de 1 1 . h3 y 1 2 . d4. Des­ pues de la jugada del texto las ne­ gras resuelven satisfactoriamente el problema del caballo g4. 9. ... 10. i. xc6

lb xf6

Otras continuaciones son me­ nos convincentes. Es sospechosa 10. d4 por 10 . . . . lb xe4 1 1 . lb xe4 lb xd4! Y des­ pues de 10. i.c2 lbb4 1 1 . i.bl i.e7 12. d4 i.xf3 1 3 . 'W x f3 cd 14. lb b5 lb c6 a las blancas les resulta dificil recuperar el peon sacrifica­ do. 10. 1 1. 12. 13.

... d4 lb xd4 'Wa4

i.xc6 cd i.b7

(DIAGRAMA 136)

En vez de la jugada de dama se encuentra 13. i.f4 i.e7 1 4 . lb cb5 0-0 1 5 . i.c7 'Wc8 ! 1 6 . i.d6 'Wd8 1 7 . i.c7, y las blancas forzaron las tablas por repeticion de jugadas (Korchnoi-Polugaievsky, Evian, 1 9 7 7). Parece que esta en el �SpL de la posicion 13. lb bd5 'ti'b8 1 4 . i.g5 , obteniendo u n interesante juego de piezas. P e ro la continuacion principal parece muy peligrosa. Las negras tienen dificultades con la casilla e6. Tal vez deban decidirse por 1 3 . . . . 11 f7 . E n l a partida Gulko-Balashov (Lvov, 1 978) las negras se defen­ dieron de otra manera: 1 3 . . . . 'Wc8 1 4 . li e l (a 1 4 . lb e 6 habian preparado 14 . . . . i.c6!) 1 4 . . . . 11 f7 .1 5 . i.f4 i.c5 1 6 . lb cb5 lb e 8 1 7 . li ad l a 6 1 8 . lb c 3 lU8 1 9 . b4 b5 !? 20. 'Wb3 11g8 y como resul­ tado de las tempestuosas compli­ caciones consiguieron salir bien libradas. Para terminar hay que decir que la variante que empieza con la aguda jugada 5 . i.d3 11eva a un juego interesante y complicado __

223

en casi todas sus variantes, y ahi radica su popularidad. Probable­ mente aqui los dos bandos aun no han dicho su Ultima paIabra. Y aunque las negras en la «an-

224

tinimzoindia» resuelven satisfac­ toriamente los problemas de aper­ tura, las blancas no tienen menos posibildades de exito que en otros sistemas de apertura.

8. SISTEMA MIIENAS·FLOHR 1. c4 2. tDc3 3. e4

tDf6 e6

Con la jugada 3 . e4 empieza uno de los capitulos mas popula­ res de la Apertura Inglesa. En principio es un metodo para im­ pedir que las negras plante en la Defensa Nirnzoindia. Esta variante se juga con fre­ cuencia en los torneos de finales de los ai'ios veinte, y hasta ahora no ha perdido actualidad. Ade­ mas, en nuestros dias incluso esta pasando por su segunda juven­ tud. Los ajedrecistas de todos los gustos pueden encontrar en ella los esquemas que convengan a su personalidad; desde las continua­ ciones estrategicas hasta los agu­ dos gambitos aqui, como se sue Ie decir, estan a dos pasos.

El sistema can la tercera juga­ da e2-e4 tiene su origen en la par­ tida Flohr-Kashdan (Folkestone, 1 93 3). El gran maestro V. Mike­ nas jug6 un papel primordial en la difusion y popularidad de este sistema. De aqui parti6 la idea en la literatura actual de llamar a esta continuaci6n, que empezamos a e x a m i n a r , s i s t e m a M i k e nas­ Flohr. Jugando 3 . e4 1as blancas crean la amenaza e4-e5, a la que no es tan sencillo oponerse. Por ejem­ pl0, a 3 . . . . e5 sigue 4. f4! , y a 3 . . . . d6, 4. f4. Y 3 . . . . i.b4 sencilla­ mente es mala debido a 4. e 5 tD g8 5 . 1!fg4! Lo mas probable es que las ne­ gras puedan luchar contra los pla­ nes de su adversario con el ener­ gido contragolpe 3 . ... d5 (I) 0 con 1 ajugada 3 c5 (II), tratando de aprovechar el debilitamiento de la importante casilla central d4. .

.•.

(I) 3.

•.•

d5

Ahora las blancas tienen a sus disposicion dos variantes. Una de elIas empieza can el cambio en el centro 4. cd y despues 5. e5 (A), y la otra con el avance inmediato 4. e5 (B). 225

(A)

( 1 . c4 �f6 2. �c3 eS 3 . e4 dS) 4. cd 5. e5

ed

Las principales replicas de las negras son 5 . ... d4 (a) y 5 . ... �e4 (b). Es verdad que hay otro cami­ no, 5 . ... �fd7, pero se utiliza me­ nos. Despues de 6. d4 no tiene sentido para las negras jugar 6 . . . . i.b4 debido a 7 . a 3 i. xc3 8 . bc 0-0 9. f4 �b6 1 0 . i.d3 (Nimzo­ witsch-Michel, 1 93 1 ) 0 6 . . . . �b6 7 . i.e3 i.e7 8. i.d3 0-0 9. 'ti'hS g6 1 0 . 'ti'h6 ll e8 1 1 . � f3 i.f8 1 2 . 'ti'f4 .t g 7 1 3 . h4 con excelentes chances en el ataque (Hort-Doda, Gloggnitz, 1 9 7 1 ). Lo mejor consiste en la ruptu­ ra central 6 . . . . cS . Ahora las blan­ cas deben prestar atencion, ya que 7. dc?! es dudoso debido a 7. ... d4! (pero no 7 . . . . i. xcS? 8. 'it' x dS 'it'b6 9. i. c4 .t xf2 ! 1 0 . � f1 0-0 I I . �f3 i. c S 1 2 . �e4 con buen juego) 8. 'it' x d4 � c6 9. 'it' x dS iLlb4! 1 0. 'it'dl i. xcS , y las negras tienen plena compensa­ cion por el peon sacrificado (Des­ potovic-U grinovic, Yugoslavia, 1 978). Pero despues de 7 . � f3 � c6 8. i.bS ! las blancas tienen una exce­ lente posicion tanto en el caso de 8 . . . . cd 9. � x d4 � d x e S 1 0 . 'it'e2! 'ti'e7 1 1 . � x dS � d 3 + 1 2 . i. xd3 � x d4 1 3 . 'it' x e 7 + (Quinteros­ Nunn, Londres, 1 97 7), como tras 8 . . . . a6 9 . i. xc6 bc 1 0 . 0-0 i.e7 226

I I . dc � xcS 12. �d4 ! (Smyslov­ Farago, Hastings, 1 976/77). (a)

(1 . c4 �f6 2. � c3 e6 3 . e4 dS 4. cd ed S. eS) 5. ... 6. ef 7. 'it'e2+

d4 de

Ademas de esta jugada goza de popularidad 7. i.b5+, que se jus­ tifica tras 7 . . . . c6 8 . 'it'e2+ i. e 6 9 . i. c4 cd+ 1 0 . .t xd2 'ti' x f6 1 1 . �f3 (tras 1 1 . i.c3 'ti'h6 ! 1 2 . �f3 i.e7 1 3 . i. xe6 fe 14. 0-0 � a6 I S . ll fe l 0-0 1 6. 1Wxe6+ 'ti' x e6 1 7. It xe6 i.cS las posibilidades de ambos bandos son iguales, Gips­ lis-Neibult, Riga, 1 979) I I . . . . i. e 7 1 2 . 0-0-0 i. x c4 1 3 . 'it' x c4 'ti'e6 1 4 . 'ti'a4 bS I S . 1WaS 0-0 1 6. It he l 'ti'c4 1 7 . i.c3 i.f6 1 8 . � e S con mejores posibilidades para las blancas (Gipsilis-M azukie­ vich, 1 964). Si las negras deciden no tomar el peon en d2 en la novena juga­ da, les queda un medio juego sin

perspectivas: 9 . . . . 'i!t' x f6 l O . dc i., e 7 1 1 . i., xe6 'i!t'x e 6 1 2 . 'i!t'xe6 fe 1 3 . ltJf3 (Pribyl-Novak, Che­ cos10vaquia, 1 9 70). No cambia la situacion este otro orden de juga­ das: 10 . . . . i.c5 1 1 . ltJf3 0-0 1 2 . i. x e6 'i!t'xe6 1 3 . 'i!t' x e6 fe 1 4 . c;f,?e2 ltJ a6 1 5 . i.e3 (Mikenas-Tesch­ ner, Riga, 1 959). Asi tras 7. i.b5+ c6 el juego re­ sulta favorable a las blancas. Mayores problemas plantea 7. ... ltJc6!? 8. 'i!t'e2+ i.e6 9 . dc (aun es peor para las blancas la varian­ te 9 . bc? 'i!t'xf6 l O . ltJ f3 i. d6 1 1 . ltJd4 0-0! 1 2 . ltJ x c6 ll ae 8 ! (el cas­ tigo por el juego superficial en la apertura no se hizo esperar, Ku­ zin-Krivonosov, Riga, 1 98 1 ) 9 . . . . 'i!t' x f6 l O . ltJf3 i. d 6 1 1 . ltJ d4 0-0 1 2 . ltJ xc6 a6! 1 3 . i. a4 lUe8 14. i.e3 (a 1 4 . ltJ d4 sigue 1 4 . . . . b5 y 15 . . . . i.g4) 1 4 . . . . i.d7 15. 'i!t'd3 'i!t'h4 1 6. ltJ d4 i. xa4 1 7. ltJ f5 'i!t'g4 1 8 . ltJ xd6 Ii ad8 1 9 . 'i!t'f5 'i!t'xg2 con ventaja negra (Chepukaitis­ Mazukevich, Leningrado, 1 964). Desde luego todo esto no es obli­ gado para las blancas. Digamos que despues de 8 . 'i!t'f3 !? 'i!t' x f6 9. 'i!t' x f6 cd+ l O . i. x d2 gf 1 1 . i. x c6+ bc surge una posicion cu­ riosa. A pesar de los peones «des­ figurados», las posibilidades de las negras, teniendo en cuenta la pareja de alfiles, no son peores . . Ademas tienen peon de mas. Examinemos 1a variante 7. fg c d + 8 . i. x d2 i. x g7 9 . 'i!t'c2 'i!t'e7+! lO. i.e2 ltJ c6 1 1 . ltJ f3 0-0. Las blancas intentaron matar a su adversario, y he aqui 10 que paso: 1 2 . ltJ g5? 'i!t' x e2+ 1 3 . c;f,? x e2

ltJ d4+ 14. c;f,? d 1 ltJ xc2 1 5 . c;f,? xc2 i.f5 + 1 6 . c;f,?c1 ll ad8 1 7 . ltJf3 Ii d 6 (Bordas-Sik10si, Hungria, 1 984). Las negras ya tienen un fuerte ataque. 7. ... 8. de

i.e6 ltJ d7

Tras 8 . . . . 'i!t'xf6 es arriesgado p ara las blancas perseguir el peon: 9 . 'i!t'b5+ ltJd7 lO. 'i!t' xb7? 'i!t'e5+ 1 1 . ltJ e2, y ahora no 1 1 . . . . Ii b8 ? 1 2 . 'i!t'f3 i.c5 1 3 . i. f4 'i!t'f6 1 4 . h3 i.b6 1 5 . i.e3 'i!t' x f3 1 6. gf ltJe5 con un juego complicado (Bagirov-Zajarian, Jarkov, 1 967), sino la sencilla 1 1 . . . . Ii d8! 1 2 . 'i!t'c6 i. d5 ! 1 3 . 'i!t'a4 i. c 5 que Ie dej a a las negras excelentes posi­ bilidades. Lo mejor es continuar 9 . g3 c5?! l O. i.g2 ltJc6 1 1 . ltJh3 h6 1 2 . ltJf4 (Marini-Bolbochin, Mar del Plata, 1 947) 0 incluso 9. ltJ f3 , manteniendo una minima venta­ Ja. Con la jugada 8 . . . . ltJd7 1as ne­ gras sacrifican un peon, esperan­ do aprovechar 1a ventaja en el de­ sarrollo. 9. fg 10. ltJf3 1 1. 'i!t' e2

i. x g7 (H)

Ii eS

(DIAGRAMA 139)

Esta posicion es comoda para las blancas tanto despues de 12 . ... i. e3 ltJe5 1 3 . ltJ xe5 i. x e 5 1 4 . i.d3 'i!t'h4 1 5 . 0-0-0 (Fazekas-Ge­ reben, Budapest, 1 9 3 5), como tras 12. i.e2 i.c4 1 3 . i. e 3 i. xe2 227

1 4. 1W x e2 lbf6 I S . 0-0 lb g4 1 6 . h 3 lb x e 3 1 7 . fe (Korehnoi-Partos, Montreux, 1 977). Tienen peon de mas y menos posicion en ambos easos. Probablemente por esto en los ultimos aiios esta variante es un raro huesped en la praetiea de tor­ neos, y se eneuentra con mayor freeuencia S . . . . lb e4 . (b)

( 1 . e4 lbf6 2. lbe3 e6 3 . e4 dS 4 . cd ed S. eS) 5. ... 6. lbf3

lb e4

Las blaneas no tienen razones para ganar peon. Tras 6. lb xe4 de 7 . 1Wa4+ lbe6! (pero no 7 . . . . .td7 8. 1W x e4 .i e6 9 . 1We3 lba6 1 0 . a3 i.eS l I . 1Wg3 0-0 1 2 . lbf3 li e 8 , y las negras aun deben demostrar que tienen jue­ go por el peon, Tartakower-Kott­ n au e r , T r e n ei a n s k e Tepliee , 1 949) 8 . 1Wxe4 1Wd4 9 . 1W xd4 lb x d4 1 0. e 2 Ii: hgS 2 0 . i. e 3 i. xg2, a las negras no les fue sencillo recupe­ rar el peon, pero obtuvieron un fi­ nal mejor (Muratov-Noskov, Al­ ma-Ata, 1 967). Tambien parece buena 9 . . . . i.c5 1 0 . f4 0-0 1 1 . ltJe2 f6 1 2 . ef Ii: xf6 1 3 . Ii: fl .td7 14 . .te4 Ii: afS con suficiente com­ pensacion por el peon (Svedchi­ kov-Klovan, Belsy, 1 977). .

Sin embargo las blancas tienen a su disposicion otra via: 9. c;t> d l !? Si ahora 9 . . . . .td7, entonces des­ pues de 1 0 . d3 0-0-0 1 1 . .t e 3 las blancas sencillamente tienen ven­ taja material, y a 9 . . . . i. c5 sigue 1 0 . d3 ltJ c6 1 1 . f4 f6 1 2 . ltJf3 fe 1 3 . fe 0-0 1 4 . .te2 .td7 1 5 . .t d2 i. e S 1 6 . lIJ g 5 ! .td7 1 7 . .tg4 Ii: aeS I S . .tc3, teniendo presen­ te el asalto de peones al flanco de d ama (Dvoretsky-T. Petrosian, Erevan, 1 975). Volviendo a la posicion del dia­ grama, no se puede dejar olvida­ do el siguiente plan de las negras: 6 . ... c5!? 7. 't!¥xe4 lIJ c6 S . lIJf3 't!¥d7 9 . ..te2 b6 1 0 . 0-0 ..tb7. ElIas han seguido el principio fundamental de la apertura, un desarrollo rapido y armonioso de las piezas. A proposito, precisa­ mente ahora las blancas pueden tener mayores problemas. As!, en la partida Bezman-Elvest, (Dus­ hanbe, 1 9S0), las blancas no 10 ad­ virtieron y despues de 1 1 . 'ti'f4 h6! 1 2 . b3 g5 1 3 . 't!¥e3 g4 1 4 . lIJ e 1 h 5 1 5 . f4 ltJd4 1 6 . .t d 3 't!¥c6 1 7 . ..tb2 0-0-0 pasaron a la defensa. La variante con 6 . . . . c5 mere­ ce una seria atencion y necesita una comprobacion en la practica . No excluimos que en el futuro pase a formar parte del reperto­ rio de las negras. Mientras tanto en los torneos actuales esta mas de moda 6 . . " ..td7 . 7. 't!¥xe4

8. 't!¥e3

.tc6

En caso de S . 't!¥e2? las negras deben continuar S . . . . ..t c5 !?, as i233

milando la casilla d4. Despues de 9 . d3 ltJ a6 1 0 . ltJf3 ltJb4 I I . a3 i. x f3 1 2 . gf ltJc6 terminan con exito el desarrollo. Tras 1 0 . a3 i.d4 I I . ltJf3 ltJcS ! tambien tie­ nen un buen juego, y despues de 1 0 . i.e3 i.b4 1 1 . i.d2 'i!fd4! 1 2 . i. xb4 ( a 1 2 . 0-0-0 las negras dis­ ponen de la excelente posibilidad 1 2 . . . . i.a4! 1 3 . :ri e l i. a3 ! 1 4 . i.aS ltJb4! I S . i. xb4 i. xb4 1 6 . ltJ f3 'i!fb6 1 7. ltJ d 2 'i!faS ! seguido de 1 8 . . . . i.c6) 1 2 . . . . ltJ xb4 1 3 . h4 (no valdria 1 3 . a3? debido a 1 3 . . . . ltJ xd3 + 1 4. 'i!f x d3 'i!f x d3 I S . i. xd3 i. xg2 !) 1 3 . . . . 0-0-0 14. :ri h3 i.a4! las blancas debido a la amenaza I S . . . . i.c2 estan obliga­ das a quedarse con desventaja de material, I S . :ri cl ltJ x a2 1 6 . :ri al i.b3 1 7 . ltJf3 'i!fb6 (G. Garcia­ Shamkovich, Rio de Janeiro, 1 9 79). Las posibilidades de las ne­ gras son mejores. Queda examinar 8. 'i!f g4? ltJ a6 9 . d4 ltJb4. A 1 0 . 'i!fd l sigue 1 0 . . . . 'i!fxd4 y tras 1 0 . W d2 h S I I . 'i!ff4 gS ! 1 2 . 'i!fe3 g4 1as negras au­ mentan el radio de accion del al­ fil de casillas negras. Ademas tar­ de 0 temprano se hara notar la po­ sicion del rey blanco. En la partida Kovalev-Yuferov (Minsk, 1 982) siguio 1 3 . Wc3 bS ! 14. a3 as I S . b3 bc 1 6 . bc 'i!f b 8 1 7 . f4 'i!f b 7 1 8 . 'i!f f2 i. e 4 ! 1 9 . 'i!fb2 'i!fa7 20. ltJe2 ltJ c2 . Las negras tienen ven­ taja. 8 . ... 9. d4 10. Wd2

234

ltJa6 ltJb4

Las blancas deben hacer esta jugada para salvar el peon d4. Y a las negras no les resulta facil de­ mostrar que esta «centralizacion» del rey enemigo es un vicio. Por ejemplo, despues de 10 . . . . i.cS I I . W c 3 ! i. x d 4 + 1 2 . 'i!f x d4 'i!f x d4+ 1 3 . w xd4 ltJc2+ 1 4 . W c3 ltJ x a l I S . ltJ f3 i.e4 1 6 . i.d3 la ventaja de las blancas no ofrece dudas. Las negras no pueden sal­ var el caballo al . 10. ,..

a5

Se amenazaba I I . a3 seguido de 1 2 . b4, ganando terreno. 1 1. a3 12. WeI

ltJa6

En la primera partida con este tema (Seirawan-Timman, Wijk aan Zee, 1 980) las blancas conti­ nuaron 1 2 . W c2, y despues de 1 2 . . . . 'i!fd7 1 3 . ltJf3 i.e7 1 4 . i. d2 0-0 I S . i.c3 bS ! 1 6 . cb i. xbS 1 7 . i. xbS 'i!fxbS 1 8 . :ri hd l IUd8 em­ pezaron a- uparse de la evacua­ cion del rey al otro flanco, 1 9 . Wd2 ltJb4? O. We2 'i!fb7 2 1 . ab ab 22. W e I , 10 que realizaron sin preocupaciones. La verdad es que les ayudo su enemigo, ya que des­ pues de 1 9 . . . . ltJcS ! 20. W e I ltJb3 2 1 . :ri ab 1 :ri dS la posicion de las negras es c1aramente preferible . Por eso la jugada del texto prin­ cipal es mas logica.



12 . 13. 14. 15. 16.

... i.d2 i.c3 ltJf3 :ri dl

i.e7 a4 0-0

'i!fd7

Las negras se internan en el ca­ mino de los cambios y la simplifi­ cacion del juego. Pero en esta va­ riante, a primera vista sencilla, hay muchas posibilidades intere­ santes. 5. ef 6. be

Esta posicion es poco habitual. Las blancas tienen peon de mas, pero su rey no puede enrocar. Y para hacerlo artificialmente, ne­ cesitara mucho tiempo. En respuesta a 16 . ... lUd8 hay que terminar el desarrollo me­ d i a n t e 1 7 . h4 ! ? s e gu i.d o de ll: h3-g3 . Tras 16 . ... b5 (quitando­ Ie a las blancas el pun to d5) 1 7 . cb i. xb5 1 8 . i. xb5 l'Ixb5 1 9 . l'Id3 l'Id5 20. We2 ll: fd8 2 1 . ll: he l c6 22. W fl las blancas fi­ nalmente resuelven el problema del rey. Mantienen el peon de mas y posibilidades algo mejores (Chandler-Mednis, Nueva York, 1 9 80). Terminado el anaIisis de la va­ riante con 4 . . . . lLl e4, se puede de­ cir que no es tan mala como pa­ rece a simple vista, y por 10 vis to, aun se seguira probando en la practica de torneos. (b)

(1 . c4 lLlf6 2. lLlc3 e6 3. e4 d5 4. e5) 4. ...

d4

de

Primero las blancas trataron de obtener ventaja en la variante 6. fg cd+ 7. i. xd2 (aun promete me­ nos 7. l'Ixd2 l'Ixd2+ 8 . i. x d2 i. x g7 9 . 0-0-0 lLlc6 1 0 . lLle2 i.d7 1 1 . i.c3 i. x c3 12. lLl x c3 lLl e 5 ! con juego igualado) 7 . . . . i. x g7 8 . l'Ic2 . S u mejora s e justificaba tras 8 . . . . c5? ! 9. lLlf3 lLl c6 1 0 . i.d3 f5? 1 1 . 0-0-0 .ltd7 12. g4! fg 1 3 . i. xh7 gf 14. l'Ig6+ W f8 1 5 . i.h6 ! con un ataque que es dudoso que se rechace (Cherepkov-Bonch-Os­ malovsky, Moscu, 1 949) 0 1 0 . . . . lLl d4 1 1 . lLl x d4 i. x d4 1 2 . 0-0-0 h5 1 3 . ll: he l ! con clara ventaja blanca (Ragozin-Sozin, Moscu, 1 9 34). Sin embargo despues de la co­ rrecta 8 . . . . lLlc6 9 . lLlf3 l'Ie7 ! las ne gras te rminan satisfactoria­ mente su desarrollo tanto tras 1 0 . i.c3 i. x c3 + 1 1 . l'I x c3 l'Ib4 !, como tras 1 0 . i.d3 i.d7. Ahora es arriesgado tomar el peon: 1 1 . .i xh7?! o-o-o! 1 2 . i.e4 f5 13 . .i x c6 .lt x c6 1 4 . 0-0-0 i.e4, y las negras ya tienen suficiente c o mp e n s acion por el (Dvor­ zinsky-Stein, Polonia, 1 9 66), y despues de 1 1 . a3 0-0-0 1 2 . 0-0-0 lLl d4 1 3 . lLl x d4 .i x d4 tampoco tienen ningun problema (Roiz­ man-Boleslavsky, Minsk, 1 957). 235

6. ...

'tWxf6

Es dudoso que sea acertada esta variante: 6 . . . . gf'? 7 . d4 cS 8 . lil f3 'tWaS 9 . J.d2 lil c6 1 0 . J.d3 . Las negras estropearon sin mo­ tivo su estructura de peones. 7. d4

despues de 9 . 1.d3 0-0 10. 'tWe2 II e 8 1 1 . lileS ! las blancas de nue­ vo tienen una sensible ventaja (Shatskes-Yurkov, Moscu, 1 967). Tambien es pasiva para las ne­ gras esta variante: 7 . . .. lil c6 8 . lil f3 h 6 9 . .td3 .td7 1 0 . 0-0 .t e 7 I I . lI b l b 6 1 2 . 1re2 0-0 1 3 . lI e l (Filguth-Garcia, Mejico, 1 980). (bl)

(1 . c4 lilf6 2. o!bc3 e6 3 . e4 dS 4 . eS d4 S. ef de 6 . be 'tW x f6 . 7 . d4) 7. ... 8. lilf3

En la partida Florian-Estrin (Budapest, 1 966) siguio 7. lilf3 cS 8. g3? (el fianchetto del alfil aqui resulta desafortunado) 8 . . , . lile6 9 . J. g2 .td6! 1 0 . 0-0 0-0 1 1 . d4 e S t , y las negras recibieron una posicion excelente. Desde luego, con la jugada 8 . d4 las blancas pueden llevar el juego a la variante princip al. En la posicion del diagrama las negras disponen de tres posibles caminos: 7 . ... b6 (b l ), 7 . ... c5 (b2) y la que esta de mod a en los Wtimos tiempos, 7 . ... e5 (b3). La jugada 7 . ... 1.d6 no se jus­ tifiea tras 8 . lilf3 1.f4 9 . .i a3 ! b6 10 . .te2 1.b7 1 1 . 0-0 lild7 1 2 . 'tWa4 ! 'fIfS 1 3 . dS ! (las blancas tie­ nen un serio ataque, Mikenas­ Furman, Moscu, 1 949). Y si las negras juegan 8 . . . . h6, entonces 236

b6

Otras jugadas son menos preci­ sas. Asi, 8. lilh3? sencillamente es mala debido a 8 . . . . 1.b7 9 . .t gS 'tWfS l 0 . f3 'tWaS 1 1 . 1.d2 lild7 1 2 . .t d 3 lI d8 1 3 . 0-0 lil e S 1 4 . .t e 2 lilg6, y las negras tienen una po­ sicion mejor (Mikenas-Thomas, Frankfurt, 1 930). Y despues de 8. .t e 2 ,tot-�. J.f3 j, x f3 1 0 . lil xf3 .td6 1 1 . 'tW �4 c6 1 2 . 0-0 0-0 el jue­ go esta igualado (Pilnik-Evans, Nueva York, 1 949). 8. ...

.tb7

A 8 . . . . h6 es dudoso 9 . h4? .tb7 1 0 . lil e S J.d6 1 1 . 'tWa4+ 'it;> f8 1 2 . j, gS debido a 1 2 . . . . 'tWfS ! y las perdidas materiales para las blancas son inevitables. Por ejem­ plo: 1 3 . .td3 1.e4! 1 4 . g4 'tWh7 0 1 3 . .t e 3 .t e S ! Por eso en e ste easo es correcto 9 . .td3, para des­ pues de 9 . . . . .tb7 pasar a la va­ riante principal.

9 .td3 .

Y aqui esta jugada es impres­ cindible, ya que 9. . . lD d7? es mala por 1 0 . .t gS ! .t x f3 1 1 . �d2 ! ganando la dama. A ventaja blanca lleva tambien 9 i.d6 10 . .tgS i. x f3 1 1 . �d2 .tf4 1 2 . i. x f4 i. x g2 1 3 . li gl .tb7 1 4. i.eS �f3 I S . i. xg7 li g8 1 6 . .th7! li xg7 1 7 . It xg7 �hl + 1 8 . e2 �f3+ 1 9 . f1 lDd7 20. 'ife 3 ! (Miles-Sosonko, Amster­ dam, 1 9 77). Y en caso de 9 . . .t xf3 1 0 . gf1 las blancas amena­ zan la maniobra 'ifdl -e2-e4, que paraliza compietamente las accio­ nes del contrario. .

En caso de 9. i.e2 las negras deben comprender cmin peligro­ sa es la amenaza i. c l -gS y si es ne­ cesario perder tiempo para preve­ nirla con la jugada h7-h6. V. Mikenas contra I, Bonda­ revsky (Moscu, 1 9S4) despues de 9 . . . . i.d6! juga 1 0 . 0-0 0-0 1 1 . i.e3 lDd7 1 2 . 't!fa4 't!fe7 y no ob­ tuvo nada especial. l,Tal vez es mejor 1 0 . i.gS? Pero la variante 1 0 . . . . 't!fg6 1 1 . h4 h6 (pero no 1 1 . . . . f6? 1 2 . lDeS ! , y las blancas ga­ nan) 1 2 . i.e3 (0 1 2 . hS �fS 1 3 . i. e 3 lD d7 1 4 . �a4 e7!) 1 2 . . . . lDd7 1 3 . 't!fa4 e7! seguido de c7-cS permite a las negras obte­ ner una buena posicion. Queda probar el recurso mas fuerte para las blancas, 1 0 . cS !? bc 1 1 . 't!fa4+ i. c6 1 2 . i.bS .t xbS 1 3 . 't!fxbS+ lDd7 1 4 . 0-0 cd I S . .tgS �g6 ! (despues de IS . . . . 't!ffS ! 1 6. � x fS e f 1 7 . II fe l + f8 1 8 . lD x d4 las blancas tienen compen­ sacion mas que suficiente por el peon) 1 6. II fe l dc 1 7 . II ad l II b8 1 8 . 't!fc6 II b6 1 9 . 't!fa4 It b4, y en esta posicion S. Furman con M. Taimanov (Moscu, 1 9 S 5) acorda­ ron las tablas. Las blancas no pue­ den qui tar la dama de la diagonal a4-e8 , pero las negras no pueden rehusar la repeticion de jugadas debido a la amenaza lDf3-e S . L a conclusion es clara: a 9 . i. e 2 las negras pueden pasar tranquilamente sin Ia jugada 9 . . . . h6. 9. . . .

h6

.

••.

.

.

10. 't!fe2

Las blancas se prop on en cam­ biar el fuerte aIfil b7. Tiene pocas perspectivas la siguiente manio­ bra: 1 0 . lDeS .td6 1 1 . lD g4 �h4 1 2 . g3 �e7! (Kolpakov-Sujarni­ kov, correspondencia, 1 976). 10. .. .

i.d6

Es peor 1 0 . . . . lDd7 debido a 1 1 . .te4! i. xe4 1 2 . � x e4 II d8 (a 1 2 . . . . li b8 se puede jugar 1 3 . 'ifc6 i.d6 14. o-o!) 1 3 . �b7 .td6 1 4 . 'if x a7 0-0 I S . 0-0 (pero no I S . i.e3? por I S . . . . lll cS !) 1 5 . . . . e 5 1 6 . i.e3, y las blancas tienen ven­ taja. 1 1 . i.e4

i. x e4

Despues del cambio de alfiles las negras tienen dificultades con el desarrollo del flanco de dama. Sin embargo 1 1 . . . . c6 no resuel­ ve los problemas: 1 2 . a4 0-0 1 3 . 237

as !ie7 1 4 . lbeS ! .t xe S I S . de lb a6 1 6. 0-0. Las blancas han terminado el desarrollo Wero como juegan las negras? No vale 1 6 . . . . lb cS 1 7 . .ia3 lHd 8 por 1 8 . a6 ! S i 1 6 . . . . Ii fdS directamente, entonces 1 7 . i. a3 !ic7 1 8 . .id6 . Despues de 1 6 . . . . cS se queda completamen­ te fuera del juego el caballo a6. Y, para terminar, 1 6 . . . . !ic7? lleva a la catastrofe: 1 7 . .t xh6! gh I S . !ig4+ hS 1 9 . !ih4 (Abolinsh­ Kneller, Riga, 1 9S5). 12. !ixe4 13. 0-0 14. a4

(1 . c4 lb f6 2. ltJc3 e6 3 . e4 dS 4. eS d4 S . ef dc 6. bc !i x f6 7. d4) 7. ...

c5

La respuesta mas natural. Las negras tratan de destruir el cen­ tro enemigo, desarrollar con ga­ nan cia de tiempo el aIfil cS , 0 bien crear juego contra eI peon d4. 8. lb f3

c6 0-0

Despues la partida Hubner-Un­ zicker (Bad Kissingen, 1 980), continuo 1 4 . . . . lI cS I S . as ba 1 6 . Ii x aS !idS 1 7 . lI a4 ttJd7 I S . cS con mejor posicion para las blan­ cas. Es verdad que finalmente las negras consiguieron llevar el en­ cuentro a tablas, pero es evidente que todo el sistema con 7. . .. b6 carece de perspectivas. 238

(b2)

Adema de esta jugada A. Nim­ zovich pr?J;l uso S. g3 . Pero esta continuacio}ll no es peligrosa aun­ que solo sea por S . . . . cd 9 . cd .tb4+ 1 0 . .td2 i. xd2+ I I . !i xd2 0-0 1 2 . f4 i.d7 13 . .tg2 .t c6 1 4 . ttJf3 i. xf3 I S . i. x f3 lbc6. Las ne­ gras como minimo tienen un jue­ go igual (Marini-F. Benko, Ar­ gentina, 1 947). En la posicion del diagrama se encuentran las jugadas 8. ... cd (b2 1 ) y 8 . ... h6 (b22). No hay logica en la maniobra 8 . . . . !id8 y despues de 9. lI b l cd 1 0. cd ttJc6 1 1 . !id2 !iaS 1 2 .

1II x a5 tlJ x a5 1 3 . i.d2 tlJ c6 1 4 . d5 las blancas estan claramente me­ JOr.

i.d3!? �h5 I I . c d i.b4+ 1 2 . g8 2 3 . llJgS li ac8 24. li ac 1 con una ventaja aun mayor para las blan­ cas. ••

.•.

.

(el)

(1 . c4 llJf6 2 . llJ c3 e6 3. e4 cS 4. eS llJg8 S . 1lJf3 llJ c6 6 . d4 cd 7 . llJ x d4 llJ xeS 8 . llJdbS) 8. . ..

£6

El objetivo de esta jugada no es solo la defensa del caballo eS, 262

sino la preparacion de su retirada a f7 . Y a hemos visto que e n g 6 es ob­ jeto de ataque del peon «h» 0 del aIfil en d 3 . Y desde la casilla f7 el caballo controla el importante pun to d6. 9. i.£4

A 9 . i.e3 las negras no deben jugar 9 . . . . b6? debido a l O . f4 llJc6 1 1 . fS ! g6 (no es mejor 1 1 . . . . llJ e S 1 2 . 'i1fhS + g6 1 3 . fg llJ xg6 14. i.d3 i.g7 I S . 0-0 a6 1 6 . llJd6+ i> f8 1 7 . cS ! b c 1 8 . i. x cS 1lJ 8 e 7 1 9 . llJ ce4, y las blancas ga­ n a r o n , C h ristiansen-Brasket, Lone Pine, 1 978) 1 2 . fe de 1 3 . 'i1fxd8+ i> x d8 14. 0-0-0+ i> e 7 I S . g4 li b8 1 6 . i.g2 i.b7 1 7. i. f4 i.h6 1 8 . gS i. xgS 1 9 . i. xgS fg 2 0 . li he 1 (Miles-Fle sch, Biel, 1 9 7 7). No es necesario decir que la ventaja de las blancas tiene un caracter bastante serio, y que los dos peones de mas de las negras no tienen un significado especial. En respuesta a 9 . i.e3 10 me­ jor es entrar en la variante que examinaremos bajo la rubrica c2 (9 . . . . a6 1 0 . i.d6+ i. x d6 1 1 . 'i1f x d6 llJ e 7 etc . . . ). 9. ... 10. llJd6+

a6

Pueden surgir mayores compli­ caciones en caso de l O . i. x eS ab 1 1 . i. g3 . E n l a partida Keene-Furman (Bad Lautenberg, 1 977) las ne­ gras jugaron 1 1 . . . . llJh6 1 2 . 'i1fhS + (es peor 1 2 . cb por 1 2 . . . . dS, 0 1 2. 11J xbS debido a 1 2 . . . .

.tb4) 1 2 . . . , g6 1 3 . 'ilf xbS lLlfS , y despues de la desafortunada 1 4 . Ai d l ?! Ai aS I S . 'ilfb3 lLl xg3 1 6. hg Ai eS+ 1 7 . .t e2 se agravo la posi­ cion. Las blancas podian obtener ventaja mediante 1 4 . 'ilfb3 ! Por eso las negras deben bus­ car la mejora del juego antes. Asi, en la partida Yuksti-Uusi (Ta­ llinn, 1 973) se encuentra 1 1 . . . . bc!? Despues siguio 1 2 . .t x c4 dS 13 . .td3 lLle7 1 4 . 0-0 g6 IS . .tbS eS 1 6 . f4 e4 1 7 . fS lLl xfS 1 8 . lLlc7+ Wf7 19. lLl x a8 lLl xg3 20. hg ed, y con una correlacion de fuerzas poco habitual las negras cons i­ guieron la iniciativa en una posi­ cion que incluso las llevo a la vic­ toria. Tambien obtuvieron otro exito de 12 . . . . .tb4! 1 3 . 0-0 .t x c3 1 4 . b c lLle7 I S . 'ilfhS + g6 1 6. 'ilff3 lLlfS 1 7 . .tf4 dS I 8 . Ai ad l 0-0 1 9 . i.b3 Wg7 (Harding-Miiller, correspon­ dencia, 1 980-82). La conclusion es sencilla: 1 0 . i. x eS lleva a un juego confuso. 10. ... 1 1. 'ilf x d6 12. 'ilfa3

,t x d6 lLlf7

Es peor 1 2 . 'ilfcS por la sencilla 1 2 . . . . d6 1 3 . 'ilfhS eS (Selesniev­ B o n c h - O s m o l o v s k y , M o s cu , 1 9 S 7). A 12. 'ilfd2 es po sible 1 2 . . . . lLl e 7 1 3 . i. e2 0-0 1 4 . 0-0 d 6 I S . Ai fdl eS 1 6 . i. e 3 .t e 6 1 7. lLla4 'ilfe8 con buen juego (Novopas­ hin-Lerner, 1 978). 12. ...

lLle7

Ademas de esta jugada, que prepara el enroque, es posible 12. . .. b6 13 . .te2 ,tb7 14. 0-0 lLle7 I S . Ai fd l .tc6 1 6. lLla4 Ai a7 1 7 . 'ilf b 3 Ai b7 1 8 . .t f3 .t xf3 1 9 . 'ilfxf3 'ilfc8 20. Ai ac1 0-0 2 1 . cS bS 22. lLlb6 'i!i"c6, y las negras tie­ nen una posicion bast ante satis­ factoria (Adorjan-Hort, Amster­ dam, 1 978). Probablemente sea mas preci­ so por parte blanca 1 7 . .tf3 !?, para realizar el cambio de alfiles en condiciones mas favorables. Es verdad que las negras pue­ den reforzar su juego: 1 6 . . . . o-o! (en lugar de 1 6 . . . . Ai a 7) 1 7 . 'ilfb3 eS 1 8 . .te3 bS 1 9 . lLlb6 (es peor 1 9 . cb ab 20 . .t xbS Ai b8 2 1 . lLlc3 dS 22 . .t cS .t xbS 2 3 . lLl xbS 'ilfd7 con ventaja negra) 19 . . . . Ai b8 20. cS 'ilfc7 2 1 . .tg4 Ai bd8 22. Ai d2 Wh8 2 3 . 'ilfc2 (Adorj an-Yudasin, Budapest, 1 982). Aqui mediante 23 . . . . dS ! 24. cd Ai xd6 2 S . Ai xd6 lLl x d6 podian liberarse y sencilla­ mente quedarse con el peon de ventaja. A 12 . ... 'ilfe7 no hay que jugar 1 3 . lLlbS por 1 3 . . . . 'ilf x a3 1 4 . lLl c 7 + Wd8 1 S . ba con consecuen­ cias poco claras, sino la sencilla 1 3 . 'ilfaS !? 13. i.e2 14. Ai dl

0-0

d5

Las negras deben decidirse por esta jugada, ya que en caso con­ trario les sera dificil terminar el desarrollo de las piezas. 15. cd

lLl xd5

(DIAGRAMA 163)

263

Debido a que las negras en esta variante aun tienen que bregar mucho para obtener una posicion plenamente igualada, en los ulti­ mos tiempos a menudo se incli­ nan por 8 . . . . a6 . (c2)

En esta posicion las blancas ju­ garon con poca fortuna en la par­ tida Timman-Karpov (Las Pal­ mas, 1 977): 16. i.f3 'ife8 ! 1 7 . ttl x dS ed+ 1 8 . i. e 3 i.e6 1 9 . 0-0 'ifbS . Las negras mantuvieron el peon en ventaja, aunque las blan­ cas tienen alguna compensacion por el. En el encuentro Suttles-Tim­ man (Salonica, 1 984) las blancas intentaron ganar la tOffe f8 : 1 9 . i.cS? i, g4+! 2 0 . 'ife3 i. x f3 2 1 . gf 'ifd7 22. i. xf8 E: e 8 2 3 . i.cS Ii: xe3+ 24. fe ttleS 2 S . Ii: fl 'iffS 26. h4 'ifc2 ! , y las negras recibie­ ron una posicion ganada. Sin embargo, las blancas pue­ den jugar con mas precision: 16. o-o!? y despues de 16 . . . . ttl xf4 1 7 . Ii: x d8 ttl x e2+ 1 8 . ttl x e2 Ii: x d8 prepararse para una lucha compli­ cada. En caso de 16 . . . . ttl x c3 ya no es posible tomar la dama, 1 7 . Ii: xd8? ttl xe2+ 1 8 . � h l E: xd8 con ventaja material para las ne­ gras. Pero tras 1 7 . 'i' x c3 las blan­ cas tienen una indudab�e compe­ sacion por el peon en y ista de la pareja de alfiles )"-las column as abiertas «c» y «d». 264

(1 . c4 ttlf6 2 . ttlc3 e6 3 . e4 cS 4 . eS ttl g8 S. lLl f3 ttl c6 6 . d4 cd 7 . ttl x d4 ttl xeS 8 . ttldbS) 8. ... 9. ttld6+ 10. 'ifxd6

a6 i. xd6 f6

Esta serie de jugadas forzadas no precisa comentarios. 1 1 . i.e3

Es relativamente nueva la idea 1 1 . b3, que solo se encuentra en una de las partidas del match Hort-Spassky (Reykjavik, 1 9 77), en la que despues de I I . ... ttle7 1 2. i.b2 0-0 13. 0-0-0 ttl f7 14. 'ifg3 ttl fS los adversarios acorda­ ron las tablas. Se puede adivinar que las ne­ gras no estaban a gusto con su re­ traso en el desarrollo, y que las blancas temian que la compensa­ cion por el peon fuera insuficien­ teo EI futuro mostrani quien de los dos tenia razon. Por nuestra parte solo pode­ mos proponer a las negras uria pequefia precision, 1 2 . . . . ttlf7!?, para a 1 3 . 'ifg3 jugar 13 . . . . ttl fS , y a 1 3 . 'ifd2 0-0 14. 0-0-0 'ifc7 se­ guido de I S . . . . dS. Pero todo esto

necesita una comprobacion pnic­ tica. Despues de 1 1 .tf4 surge una posicion que examinamos bajo el panimetro (b I ). •

1 1 . ...

l{je7

A primera vista parece buena 1 1 . . . . ttJf7 1 2 . 'tWg3 ttJe7 1 3 . 'tWxg7 ttJ f5 1 4 . 'tWg4 ttJ x e3 1 5 . fe 'tWb6 (Keene-Partos, Montreux, 1 9 7 7). Pero despues de 1 6 . 'tWd4 'tWxd4 (es peor 1 6 . . . . 'tWxb2? 1 7 . ll: b l 'tWa3 debido a 1 8 . ttJe4 0 1 8 . 'tW x f6) 1 7 . ed h5 1 8 . ttJ a4 1a posi­ cion blanca es preferible, ya que bl? quean el f1anco de dama ene­ mlgo. Es algo mas fuerte 1 7 . . . . b6, para a 1 8 . ttJa4 tener 18 . . . . ll: b8 , pero esto n o cambia l a valoracion general de la posicion. 12 .tb6

bido a 1 9 . ttJd5 'tWf7 20. f5 ! , y es correcta 1 8 . . . . ttJh6! 1 9 . ttJd5 'tWf7 con posibilidades reciprocas) 1 8 . . . . 'tWf7 1 9 . cd ttJfd4 20. i.d3 i.e6 con un juego interesante y muy complicado (Hernandez-Ro­ driguez, La Habana, 1 9 80). 13. . 14. i. e7 ..

ttJ xd6 We7

.

Las blancas van al cambio de damas, confiando en el futuro en su alfil de casillas negras. La continuacion 1 2 . 'tWa3 les ofrece poco, 12 . . . . 0-0 1 3 . i.c5 ll: e8 1 4 . ttJ a4 d5 1 5 . ttJb6 ll: b8 1 6 . .i d 6 'tW x b 6 ! (Pytel-Poko­ jowczyk, Polonia, 1 977). Las ne­ gras tienen dos peones por la ca­ lidad, y si valoramos esta posi­ cion, es mas preferible para elias. 12. ... 13 . .i x d8

ttJ f5

A 1 3 . 'tWc5 las negras pueden jugar bien 1 3 . . . . 'tWe7, 0 bien 1 3 . . . . d 6 1 4 . 'tWa5 'tWe7 1 5 . 0-0-0 0-0 1 6 . f4 ttJ c6 1 7 . 'tWa3 e5 !? 1 8 . c5 (a 1 8 . g4 es mala 1 8 . . . . ttJ fd4? de-

Sobre el tablero tenemos una de las tabiyas de la apertura ingle­ sa. Las negras tienen peon de mas, pero para desarrollar el f1anco de dama tendran que bregar mucho (naturalmente, el peon c4 es intocable, a 1 4 . . . . ttJdxc4? decide 1 5 . f4, y a 1 4 . . . . ttJ e x c4 gana pieza 1 5 . b3). Las blancas tienen la pa­ reja de alfiles, y en perspectiva el desarrollo activo de las piezas pe­ sadas (torres en d l y e l ), ademas del juego contra el rey enemigo sin enrocar. Esta posicion es interesante y atractiva y se encuentra con fre­ cuencia en la practica de torneos. 15. e5

265

Despues de 1 4 . . . . r!J e 7 el peon «c» ya necesita defensa, por eso las blancas deben ser decididas. Por ejemplo, en caso de 1 5 . 0-0-0 las negras pueden jugar 1 5 . . . . itJ e x c4 1 6 . i, xc4 (aI 6 . b 3 si­ gue 1 6 . . . . itJ e8 !) 1 6 . . . . itJ x c4 1 7 . lI he l b 5 1 8 . b 3 itJ e 5 1 9 . ..t d6 r!J d 8 ! 20. i, xe5 fe 2 1 . II x e 5 r!Je7 22. itJe4 II a7 2 3 . b4 II f8 24. D lI c7, manteniendo la ventaja ma­ terial (Lerner-Sideif Sade, Beltsy, 1 979). 15. . 16. i. b6 ..

itJe8

No es logico desprenderse del activo alfil: 1 6 . i. x e5 fe 1 7. itJ a4. Ahora las negras pueden jugar tanto 1 7 . . . . b5 1 8 . cb d6 1 9 . lI cl i.d7 20. b3 lI b8 2 1 . i. x a6 i. x a4 22. ba II xb6 2 3 . i,b5 d5 como 1 7 . . . . d5 1 8 . cd+ itJ x d6 1 9 . itJb6 lI b8 20. lI cl lI d8 2 1 . lI c7+ r!J f6 ! 22. g4 itJe8 23. lI c5 i.d7 24. h4 i. c6 25. II h3 II d4 26. g5+ r!J e7 27. II xe5 lI bd8 (Belov-Si­ deif-Sade, 1 9 8 1 ). En ambos casos la iniciativa esta totalmente del lado de las negras. 16. ..

.

d5

Esta jugada se puede preparar jugando previamente 1 6 . . . . itJf7 y solo despues de 17. 0-0-0, 17 . . . . d5 . La practica ha demostrado el fundamento de esta maniobra: 1 8 . cd itJexd6 1 9 . i. c5 lI d8 20 . ..td3 ..td7 2 1 . i, xh7 lI ac8 22. ..t a3 i. c6, y como ahora las blan­ cas no presionaban sobre los pun­ tos d6 y e6, las negras tienen su266

ficientes recursos defensivos, 2 3 . lI he l g 5 24. g 3 .t D 2 5 . lI d3 g4 26 . .te4 .t xe4 27. II xe4 f5 2 8 . 1I ed4 II c6. Las posibilidades de ambos bandos son iguales (Uhl­ mann-Priby 1 , Hradec Kralove, 1 9 79/80). 17. cd+

itJ xd6

Es bastante debil 1 7 . . . . r!J x d6? Por ejemplo: 18. f4 itJd7 1 9 . i.d8 itJc7 (la unica posibilidad era 19 . . . . f5) 20. itJe4 r!Jd5 2 1 . itJ xf6+ gf 22. i. xc7 itJc5 23. i.e2 r!J c6 24. i. a5 i.d7 2 5 . 0-0 r!J d6 26. II fd l + , y la posicion de las negras es desesperada (Gulko-Diesen, Polianica Zdroj, 1 977). Aun es mas fuerte 1 8 . i.e2!? r!J e 7 19. 0-0-0 f5 20. i. d4 itJ c6 (a 20 . . . . itJ f7 sigue 2 1 . itJa4, y tras 20 . . . . itJ d7 2 1 . II he l itJ ef6 22. i. c4 las blancas tambien tienen ventaja) 2 1 . i.c5+ r!Jf7 22. itJ a4 b5 2 3 . i. D ! ba 24. i. xc6 II b8 2 5 . lI d8 lI g8 2 6 . i.a7, y las negras de nuevo tienen que reconocer el sabor de la derrota (Kavalek­ Huss, Biel, 1 977). Resulta sospe­ chosa en respuesta a 1 8 . i. e2 itJd7?! debido a 1 9 . i.d8 ! e5 20. 0-0-0+ r!Je6 2 1 . i.c4+ r!J f5 22. i. f7 ! r!J g 5 23. lI d3 itJ c5 24. lI g3 + r!Jh6 2 5 . i.e7 (Sykora-Ru­ zichka, Checoslovaquia, 1 984). Las blancas tienen un fuerte ata­ que. 18. i.c5

Se 0-0-0 i. c 5 r!Jbl

encuentra en la practica 18 . Y despues 1 8 . . . . i.d7 1 9 . itJ e f7 2 0 . itJe4 lI ac8 2 1 . lI c6 (las negras han conse-

guido cubrir esperanzadoramente el punto d6) 22 . .te2 eS 23 . .ia3 .i fS 24 . .id3 li d8 2 S . � x d6 .i x d 3 + 2 6 . li x d3 � x d6 2 7 . li hd l e6 2 8 . f3 gS . N o es posi­ ble realizar el peon de mas por la clavada al caballo d6. La posicion esta ejemplarmente igualada (Mi­ les-Karpov, Londres, 1 977); 1 8 . . . . � ec4 1 9 . .i x c4 � xc4 20 . .icS+ f7 (las negras consiguen retirar al rey de la peligrosa dia­ gonal a3-f8 , pero en este caso las blancas tienen compensacion mas que suficiente por el peon) 2 1 . li d4 bS 22. b3 eS 2 3 . li dS caS 24 . .ib6 �b7 2 S . li hd l (Miles­ Hiibner, Tilburg, 1 977). Sin embargo aun es mas fuerte 1 9 . .id4! b6 20. b3 � e S 2 1 . .i xb6 .tb7 2 2 . .icS li hd8 2 3 . b2 li ac8 2 4 . .i a3 (Hiibner­ Griinfeld, Lucerna, 1 982). El ca­ ballo negro ha caido en la clava­ da, 10 que determina la ventaja blanca. Por 10 visto es aceptable 1 8 . . . . � ef7 ! ? 1 9 . g 3 .i d 7 2 0 . .th3 li hc8 2 1 . li he l e S 22 . .ig2 .ic6 23 . .ih3 .id7, y ambos bandos no pueden violar la igualdad sin co­ rrer serios riesgos (Miles-Polu­ gaievsky, Reykjavik, 1 978). 18. . .

.

b6!?

(DIAGRAMA 165)

Las negras devuelven el peon de ventaja para terminar rapida­ mente el desarrollo. En la practi­ ca se encuentran otras continua­ ClOnes.

18 . ... �d7?! 19 . .i a3 b6 20.

0-0-0 � cS 2 1 . �a4 ! � xa4 22.

li xd6 f7 2 3 . b3 � c3 24. li xb6 as 2 S . i.c4 � x a2+ 26. b2 �b4 2 7 . i. xb4 ab 28. li dl g6 29. li xb4 con un final favorable a las blancas (Miles-L. Bronstein, Sao Paulo, 1 977); 18 . .. �fi (es mas logica y es­ peranzadora. Si las blancas se en­ rocan por el lado largo, entonces las negras, defendido el punto d6, organizan el contrajuego por las columnas «c» y «b») 1 9 . 0-0-0 bS 20. i.d3? .ib7 2 1 . li he l li ac8 22. b4 eS 2 3 . f4 g6 24. g4 li hd8 2S. gS e6 26 . .ifl fg 27. fe � fS , y l a posicion d e las negras incluso tiene p e rspe ctivas (Uhlmann­ Csom, Berlin, 1 979). Probablemente sea mejor 20. a4! , contando en caso de 20 . . . . ba? con jugar 2 1 . .ic4! .ib7 22. li he l . ·Es correcta 20 . . . . .id7! 2 1 . ab (Svedchikov-Yudasi n , 1 9 8 1 ) 2 1 . . . . .i xbS ! 22 . .i xbS ab 2 3 . b4 li al + 24. b2 li x d l 2 S . li x d l li b 8 26. � e 4 li d8 27. f4 fS 2 8 . � xd6 � xd6 con probables tablas. .

267

Posiblemente sea desagradable para las negras el plan con el tras­ lado de la torre de rey por la ter­ cera fila: 1 9 . :iii d l bS 20. h4 i.b7 2 1 . :iii h3 :iii ac8 22. i. a3 :iii hd8 2 3 . II g 3 g 6 2 4 . :iii gd3 e S 2 S . f4 e 4 26. II d4 We6 27. g4 fS 28. gS (las ne­ gras mantienen el peon de venta­ ja, pero la posicion de su rey es desesperada, y no consiguen sim­ plificar la posicion) 28 . . . . ttJe8 2 9 . ttJd2 .idS 30. i.h3 as? 3 1 . ttJc3 i. c6 32. ttJ xbS ! Los alfiles blancos desarrollaron una gran actividad, y las negras cayeron de inmediato en una posicion critica (G. Garcia-Browne, Banj a Luka, 1 9 79). Merece un estudio posterior 18 . ... :iii d8!? 1 9 . :iii d l ttJ ef7 . Las blancas en la partida G. Garcia­ Sunye (Rio de Janeiro, 1 979) pro­ baron un plan que ya conocemos, basado en el traslado de la torre de rey al centro: 20. h4 i. d 7 2 1 . :iii h3 i.c6 22. II hd3 e S 2 3 . g4 We6, y despues demolieron el bastion de peones negros: 24. f4 ef 2 S . ttJe2 ttJ e4 26. ttJ x f4+ WeS 27. i.e3 gS 2 8 . hg fg 29. ttJhS, pero esto solo basto para igualar las posibilidades, 29 . . . . :iii xd3 30. i. x d3 ttJ f6 3 1 . ttJ xf6 w x f6 32. i. d4 We7 33. i. xh7. En este mismo espiritu se de­ sarrollaron los contecimientos en la partida de Salov con Siegel (Groningen, 1 9 8 1 / 8 2 ) : 2 1 . . . . II c8 !? 22. i,b4 i, c6 2 3 . :iii g3 g6 24. :iii e3 bS (aun es mas precisa 24. . . . e S ! 2S. i. c4 i. a4 ! 26. ttJ d S + W f8 2 7 . i. b 3 i. x b 3 2 8 . :iii xb3 wg7 con igualdad) 2 S . 268

a4 e S 26. ab ab 27. i, xbS W e 6 28 . .t xc6 :iii xc6 2 9 . ttJe2 :iii c 4 3 0 . ttJ d4+ Wd7 3 1 . .t x d6 w x d6 ! 3 2 . ttJ e 2 + We6. Las posibilidades d e ambos bandos son absolutamente iguales. Probablemente el ultimo plan no ceda en fuerza a la continua­ cion principal. 19. i, x b6

i.b7

Otra posibilidad, 1 9 . . . . ttJ fS ! ? 2 0 . 0-0-0 i.b7 2 1 . i.cS+ W e 8 22. f3 (a 22. f4 tambien es buena 22. ... :iii c8 !) 22 . . . . :iii c8 2 3 . i. a3 gS ! 24. w b l wf7. Ahora a 2 S . h4? es fuerte 2 S . . . . ttJ g3 ! , y si las blancas juegan 2 S . ttJ e4, entonces no 2 S . . . , :iii hd8 ? por 26 . .te2 ttJ d4? 2 7 . ttJ d 6 + ! :iii x d 6 28 . .i xd6 ttJ e2 29. i. e S , y las blancas ganaron (Kais­ zauri-Botterill, Londres, 1 9 8 0), sino 2 S . . . . i, x e4! 26. fe ttJ e 3 27. II d6 as ! 2 8 . i.a6 :iii c7 29. b3 ttJ x g2, y los dos caballos negros 'no son peores que los dos alfiles blancos. 20. i.c5

Es imprescindible ocupar cuan­ to antes la diagonal a3-fS , muy im­ portante para toda la variante. En caso contrario despues de 20 . . . , :iii ac8 y 2 1 . . . . ttJc4 las blancas pueden inc1uso no igualar la posi­ cion. 20. ... 2 1 . i. a 3 22. 0-0-0 23. i.e2

:iii ac8 :iii hd8 ttJf7 We8

(DIAGRAMA 166)

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Las negras han obtenido una excelente posici6n: sus torres han entrado en juego con armonia, y su rey ha escapado de la clavada del aIfil blanco de casillas negras. N aturaImente, las blancas tam­ poco se quejan. Tienen la ventaja

de la pareja de aIfiles, y han res­ tablecido la igualdad material. La posici6n hay que valorarla como ejemplarmente igualada. Es cierto que en la partida Uhlmann­ Kurajica (Sarajevo, 1 980) come­ tieron un error, 24. ll he I e5 2 5 . i.g4 ll c7 26. i.b4? ll c4 2 7 . i. x d6 II xg4 y perdieronel impor­ tante pe6n g2. Sin embargo, despues de la co­ rrecta 2 5 . �bl la vaIoraci6n de la posici6n no cambia. Aqui finaIizamos el estudio del sistema Mikenas-Flohr. Razonablemente se puede de­ cir que la variante lleva a un jue­ go interesante y complejo con po­ sibilidades reciprocas.

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