JFAG
204 59 9MB
Spanish Pages [540] Year 2013
VIAJE A LA COMPLEJIDAD Nicolás Caparrós y Rafael Cruz Roche (Dirs.)
4
La complejidad de lo social. La trama de la vida Nivel de integración social Rafael Alberto Pérez e Isabel Sanfeliu (Coords.)
BIBLIOTECA NUEVA
VIAJE A LA COMPLEJIDAD 4 LA COMPLEJIDAD DE LO SOCIAL: LA TRAMA DE LA VIDA Nivel de integración social
VIAJE A LA COMPLEJIDAD Nicolás Caparrós y Rafael Cruz Roche (Dirs.)
4 LA COMPLEJIDAD DE LO SOCIAL: LA TRAMA DE LA VIDA Nivel de integración social Rafael Alberto Pérez e Isabel Sanfeliu (Coords.)
BIBLIOTECA NUEVA
grupo editorial siglo veintiuno siglo xxi editores, s. a. de c. v.
siglo xxi editores, s. a.
CERRO DEL AGUA, 248, ROMERO DE TERREROS,
GUATEMALA, 4824,
04310, MÉXICO, DF
C 1425 BUP, BUENOS AIRES, ARGENTINA
www.sigloxxieditores.com.mx
www.sigloxxieditores.com.ar
salto de página, s. l.
biblioteca nueva, s. l.
ALMAGRO, 38,
ALMAGRO, 38,
28010, MADRID, ESPAÑA
28010, MADRID, ESPAÑA
www.saltodepagina.com
www.bibliotecanueva.es
editorial anthropos / nariño, s. l. DIPUTACIÓ, 266,
08007, BARCELONA, ESPAÑA www.anthropos-editorial.com
Ilustración de cubierta: Isabel Sanfeliu © Los autores, 2013 © Editorial Biblioteca Nueva, S.L., Madrid, 2013 Almagro, 38 28010 Madrid www.bibliotecanueva.es [email protected] ISBN: 978-84-9940- &EJDJØOEJHJUBM Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización de los titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sigs., Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos.
ÍNDICE COLABORAN EN ESTE VOLUMEN. ..................................................................... 10
INTRODUCCIÓN UN APUNTE SOBRE EL SUPERYÓ A LA LUZ DE LA SELECCIÓN DARWINIANA DE GRUPO. Rafael Cruz Roche .......................................................................... 13 CUADERNO DE VIAJE. LA METÁFORA DE UN GRAN PROCESO Isabel Sanfeliu .. 20 MAPA DEL CUARTO VIAJE. Isabel Sanfeliu ...................................................... 34
CAPÍTULO 1: COMPLEJIDAD DE LAS INTERACCIONES HUMANAS LA HOMINIZACIÓN: LA REVOLUCIÓN BIOLÓGICA. Edgard Morin ..................... 37 LO SOCIAL EN LAS CIENCIAS DE LA COMPLEJIDAD: LA APORTACIÓN DE EDGARD MORIN. Rafael Pérez-Taylor .............................................................. 47 EXTENSIONES BIOLÓGICAS Y SOCIALES DE LA FÍSICA CUÁNTICA. Jesús Ibáñez ........................................................................................................... 54 EL NIVEL HUMANO COMO TOTALIDAD. Antonio Caparrós ............................... 60 LAS COMPLEJIDADES DE LA VIDA EN RED. Denise Najmanovich ..................... 70 DINÁMICA Y SEMIOSIS EN LOS PROCESOS DE AUTOORGANIZACIÓN. Pedro Sotolongo ..................................................................................................... 90 IDENTIDAD E IDEALIZACIÓN COLECTIVA. Gilbert Diatkine ............................ 102 EL PENSAMIENTO COMPLEJO DEL SUR: LA COMPLEJIDAD EN AMÉRICA LATINA Leonardo G. Rodríguez Zoya ....................................................... 105
CAPÍTULO 2: HACIA UNA ANTROPOLOGÍA COMPLEJA SOBRE UNA ANTROPO-POLÍTICA DE LAS CIVILIZACIONES. Constantin von Barloewen .................................................................................................. 121 ANTROPOLOGÍA COMPLEJA. Rafael Pérez-Taylor ........................................... 129 EL GRUPO: NUDO DE LA COMPLEJIDAD SOCIAL. Nicolás Caparrós ................. 139 EL GRUPO PEQUEÑO COMO SISTEMA COMPLEJO: AUTOORGANIZADO Y EXTRAORGANIZADO. Nedio Seminotti y Miriam Cristiane Alves ............ 151 GRUPO OPERATIVO: PICHON RIVIÈRE. Hernán Kesselman ............................ 162 SOCIEDAD Y MEDIO AMBIENTE: COMPLEJIDAD Y ADAPTACIÓN. Arturo López Ornat ............................................................................................... 169
8
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
CAPÍTULO 3: HACIA UNA SOCIOLOGÍA COMPLEJA: RELACIÓN, ACCIÓN, ORGANIZACIÓN Y ESTRATEGIA LIBERTAD Y PREDICCIÓN EN CIENCIAS SOCIALES. Manuel Martín Serrano ... 179 COMPLEJIDAD Y ANÁLISIS SISTÉMICO DE LA POLÍTICA. César Cansino y Javier Sánchez Galicia .............................................................................. 193 LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DEL FUTURO: UNA VISIÓN COMPLEJA DE LAS ESTRATEGIAS HUMANAS. Rafael Alberto Pérez ......................................... 208 DIRECCIÓN DE EMPRESAS Y COMPLEJIDAD. ESTADO DE LA CUESTIÓN. Alfonso Vargas Sánchez ............................................................................ 231 ECONOMÍA, COMPLEJIDAD Y CAOS. Javier Casares Ripol ............................. 242 CRECIENTE COMPLEJIDAD EN LAS ORGANIZACIONES. Vítor Vieira y ........... María José Chambel ................................................................................. 251 LA NUEVA TEORÍA ESTRATÉGICA (NTE), ¿CUARTO PARADIGMA?. Avelina Frías, Raúl Herrera y Rafael Alberto Pérez.................................. 259
CAPÍTULO 4: DE LA COORDINACIÓN A LA CREACIÓN SOCIAL DE SENTIDO: COMUNICACIÓN, LENGUAJE Y SIGNIFICACIÓN COMUNICACIÓN HUMANA Y COMPLEJIDAD. Jesús Galindo Cáceres ............. 277 COMUNICACIÓN Y CULTURA ORGANIZACIONAL: RECORRIDOS RECURSIVOS, Cleusa María Andrade Scroferneker y Rudimar Baldissera ..................... 288 CONTEXTO SOCIOECONÓMICO Y TRANSFORMACIONES DE LA COMUNICACIÓN EN LAS ORGANIZACIONES. Margarida M. Krohling Kunsch ....... 294 COMPLEJIDAD, COMUNICACIÓN Y ORGANIZACIÓN. Ivonne de Lourdes Oliveira y María Aparecida de Paula ........................................................ 305 COMPLEJIDAD E INCERTIDUMBRE DESDE ECOLOGIA DE LOS MEDIOS. Octavio Islas............................................................................................... 313 COMUNICACIÓN, LENGUAJE Y SENTIDO: DE SAUSSURE A LUHMANN. Nicolás Caparrós ....................................................................................... 322 EL HABLA COMO UN FLUJO DE NUESTRAS ACCIONES. Myriam Cadorin ...... 326 ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE. Susana López Ornat ....................................... 336 APRENDER LA FORMA DE LAS PALABRAS: EL PROCESO EN SU COMPLEJIDAD. Alexandra Karousou ................................................................................. 342 ACERCAMIENTO A LA FINITUD POR LO INFINITO. LENGUAJE, TEORÍA DE MODELOS, RECURSIÓN Y COMPLEJIDAD. Peter Gilkey, Alexandra Karousou y Susana López Ornat ............................................. 352 METÁFORA. José Luis Fernández.................................................................... 370
Índice
9
CAPÍTULO 5: DE LA INTERACCIÓN A LA CREACIÓN ARTE Y COMPLEJIDAD. Ángel Orcajo ............................................................ 375 DIÁLOGO CIENCIA-ARTE: UNA VÍA DE ACCESO A LA COMPLEJIDAD DEL MUNDO. María Novo .................................................................................. 379 SIMETRÍA LUMINOSA, OSCURA SIMETRÍA. Aurora Fernández Polanco y María Cunillera .......................................................................................... 391 SIMETRÍA EN LA ARQUITECTURA. Andrés Perea ............................................. 401 SIMETRÍA Y PROPORCIÓN EN LA MÚSICA. José Luis Tellez ............................ 416 SIMETRÍA Y LITERATURA. José Luis Fernández .............................................. 418 BOCA. María Cunillera .................................................................................... 422 DEVORAR. Aurora Fernández Polanco ............................................................ 427 ARQUITECTURA COMO REPRESENTACIÓN DEL PODER. Encarnación Cambil . 431 EL CONCEPTO DE PSIQUISMO EXTENSO. Elisardo César Merea ...................... 435 EL DOBLE. José Luis Fernández ..................................................................... 441
CAPÍTULO 6: SALUD, ENFERMEDAD, ORDEN, DESORDEN Y, TAL VEZ, UN NUEVO ORDEN COMUNICACIÓN, CIBERNÉTICA Y SALUD. Aitor Ugarte .................................. 445 VERDAD DE LA ENFERMEDAD. Essedik Jeddi ................................................. 451 COMPLEJIDAD Y PSICOPATOLOGÍA. Elisardo César Merea ............................. 459 EL PSICOANÁLISIS Y LAS CIENCIAS SOCIALES: TODA CIENCIA TRASCENDIENDO. José Miguel Marinas ..................................................... 467 DINÁMICA NO LINEAL Y CONDUCTA PROBABILISTA DE LAS ECLOSIONES SUICIDAS DEL ADOLESCENTE. Hélène Nicolis ........................................... 482 EL MITO DEL ETERNO RETORNO. FENOMENOLOGÍA DE LA INMIGRACIÓN Y DEL INMIGRANTE. Ramón A. Mon .......................................................... 491 LA MUERTE. Salvador Alemán Méndez, Iván L. Alemán Ruiz ..................... 496
EPÍLOGO LA COMPLEJIDAD COMO ESPACIO DE CONTROVERSIA. ASPECTOS METODOLÓGICOS, TEÓRICOS Y DESAFÍOS POLÍTICO-EPISTEMOLÓGICOS. Leonardo G. Rodríguez Zoya .................................................................... 505 LA COMPLEJIDAD, NUEVA VISIÓN POÉTICA DEL MUNDO. Eduardo Martínez de la Fe y Alicia Montesdeoca ................................................... 525 LA COMPLEJIDAD: EL PROCESO SIGUE. Nicolás Caparrós ............................... 527 BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................ 535
10
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
COLABORAN EN ESTE VOLUMEN SALVADOR ALEMÁN. PH. D. Psicólogo. Catedrático de Ciencias psicosociales en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Expresidente de SEGPA. IVÁN L. ALEMÁN RUIZ. Ph. D. Psicólogo. Miembro de SEGPA. MIRIAM CRISTIANE ALVES. Ph. D. de la Univ. Católica de Rio Grande (Brasil) CLEUSA M. ANDRADE SCROFERNEKER. Ph. D. Ciencias de la comunicación (PUCRS, Brasil). Profesora y Coordinadora del Seminario Int. de comunicación. Miembro del Consejo ed. de la revista INTERCOM. RUDIMAR BALDISSERA. Prof. en el Departamento de Comunicaciones e investigadora en el Programa de Postgrado en Comunicación e Información de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul. (UFRGS, Brasil) CONSTANTIN VON BARLOEWEN. Ph. D. Prof. de Antropología y cultura. Honorary Research Associate (Harvard Univ). Asoc. Dir. en la Ecole des Hautes Études (París). Miembro de la comisión mundial de la UNESCO para cultura y desarrollo. Coord. Dialogue between Cultures and Civilisations, Berlín. MYRIAM CADORIN. Ph. D. Comunicación Social en Estrategias de Comunicación, Cultura y Organizacional (México). Master en Lingüística Aplicada UNISINOS. Espec. en Información Organizacional MBA / PUC / RS. Mª ENCARNACIÓN CAMBIL. Ph. D. Historia del Arte, Master en Gestión Cultural. Prof. en la Fac. de Ciencias de la Educación, Univ. Granada. CÉSAR CANSINO. PH. D. en Filosofía (UCM) y Políticas (Florencia). Catedrático del Ito. Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (Guadalajara, Jalisco); Director del Centro de Estudios de Política Comparada, A.C., y de la revista Metapolítica. Miembro de la Academia mexicana de Ciencias. ANTONIO CAPARRÓS. (+) M. D. Psiquiatra. Psicoanalista. Iniciador de la Psicología Dialéctica en lengua castellana. Introductor de Politzer en Argentina. JAVIER CASARES RIPOL. PH. D. Catedrático de Política Económica de la UCM. Exdirector del departamento de Economía Aplicada 3 (UCM) y decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de Toledo. MARIA JOSÉ CHAMBEL. Prof. Facultad de Psicologia de la Univ. de Lisboa. MARÍA CUNILLERA. PH. D. Doctora en Historia del Arte. GILBERT DIATKINE. M. D. Psicoanalista. Miembro fundador y ex-presidente de la Soc. Psychan. de Paris (SPP). Dir asoc. del Institut de psychanalyse pour l’Europe de l’Est. Trabaja en el centro Le Coteau de Vitry-sur-Seine. JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ. Profesor de Literatura. Escritor. AURORA FERNÁNDEZ POLANCO. PH. D. Profesora de Teoría e Historia del Arte Contemporáneo de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Índice
11
AVELINA FRÍAS. Periodista. Consultora en estrategias de comunicación digital. JESÚS GALINDO CÁCERES. Ph. D. Ciencias Sociales. Profesor en Argentina, Brasil, Colombia, Perú, España y México desde 1975. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores SNI-CONACYT y del FISEC. PETER GILKEY. PH. D. Dep. de Matemáticas de la Univ. de Oregón, EEUU. RAÚL HERRERA. Periodista. Director de estrategias corporativas. JESÚS IBAÑEZ. (+) Catedrático en La Fac. Políticas y Sociología de la UCM. Co-fundador de la Escuela Crítica de Ciencias Sociales de CEISA, Madrid. OCTAVIO ISLAS. Ph. D. en ciencias sociales. Dir. del Proyecto Internet-Cátedra de Com. Digitales Estratégicas y Catedrático en el Doct. en Estudios Humanísticos (Tecnológico de Monterrey, México). Director de Razón y Palabra. ESSEDIK JEDDI. PH. D. M. D. Neuropsiquiatra. Psicoanalista. Ex-presidente de la Soc. tunecina de psiquiatría. Presid del Bureau Nac. PUTAIM. Prof. en la Univ. de Túnez. Fundador del grupo de investigación Ibn Sina Cullomb. ALEXANDRA KAROUSOU. Ph. D. Departamento de Ciencias de la Educación Preescolar de la Universidad Demócrito de Tracia, Grecia. HERNÁN KESSELMAN. M. D. Psiquiatra. Psicoanalista. Psic. Social. Full Member de la Group Analytic Society. Ex-Catedrático Fac. Medicina de la UBA. MARGARIDA KROHLING. Ph. D. Ciencias de la educación. Prof. y dir. de la Escuela de Comunicaciones y Artes de la Univ. São Paulo (ECA-USP). Presidente de la Fed. de Comunicación científica brasileña (Socicom). ARTURO LÓPEZ ORNAT. Ph. D. en Ecología por la UCM. Consultor Internac. especialista en PSA y áreas protegidas. Miembro de la comisión mundial de áreas protegidas de UICN. Dir. técnico de Pangea. SUSANA LÓPEZ ORNAT. Ph. D. Catedrática de Psicología Básica de la UCM. Docente de Psicología del Lenguaje, investigadora de la relación entre vocalizaciones tempranas e inicios del lenguaje organizado. JOSÉ MIGUEL MARINAS. Catedrático de Ética y Filosofía Política UCM. Coordinador del Máster de Psicoanálisis y Teoría de la Cultura UCM. MANUEL MARTÍN SERRANO. Doctor de Estado en Ciencias y Letras Humanas (Estrasburgo), Ph. D. Filosofía (UCM). Catedrático de Sociología. Fundador del primer dep. de teoría de la comunicación de las univ. españolas (1977). EDUARDO MARTÍNEZ DE LA FE. Filósofo y periodista (La Laguna). Funda y edita Tendecias Científicas (1988), ahora en www.tendencias21.net. CÉSAR E. MEREA. M.D. Ph. D. Psiquiatra. Psicoanalista. Secretario General del Ateneo Psiquiátrico de Buenos Aires. Expresidente de la ADEP. RAMÓN A. MON. PH. D. Psicólogo clínico (UA México), psicoanalista. e Historiador (Panamá). Representante para América Latina de la Int. Society for the Study of Chineses Overseas (Univ. California, Berkeley). ALICIA MONTESDEOCA. Socióloga (UCM). Consultora e investigadora, periodista científico. Co-editora de Tendencias21.
12
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
EDGARD MORIN. Director de Investigaciones emérito en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) de Francia. Doctor honoris causa por 24 universidades de todo el mundo. DENISE NAJMANOVICH. Ph. D. Epistemóloga (PUC-San Pablo). Bioquímica, Univ. Buenos Aires (UBA). Prof. de Epistemología de las Ciencias Sociales (Univ. CAECE, Argentina). Asesora Académica de FUNDARED. HÉLÈNE NICOLIS. Ph. D. Paidopsiquiatra. Psicoterapeuta analítica responsable de la Unidad Rimbaud de adolescentes en el Hptal. Brugmann (Bruselas). MARÍA NOVO. Ph. D. Filosofía y CC. de la Educación, poeta y artista plástica. Catedrática de la UNESCO de Educación Ambiental en la UNED, España. IVONNE DE L. OLIVEIRA. Ph. D. en Comunicación y Cultura (UFRJ). Directora de la Fac. de Comunicación y Arte (PUC Minas, Brasil). Subdir. Abrapcorp. ANGEL ORCAJO. Dibujante y pintor. Mª APARECIDA DE PAULA. Ph. D. en Historia (Univ. Campinas, Brasil). Socióloga, Política (Univ. Católica São Paulo). Edita la rev. de economía FEA. ANDRÉS PEREA. Ph. D. Arquitecto, Profesor de la Escuela Politécnica de Arquitectura de Madrid y de la UEM. RAFAEL PÉREZ TAYLOR. Antropólogo Ph. D. Geografía e Historia. Del Instituto de Activiadades Antropológicas de la Universidad de México. LEONARDO G. RODRÍGUEZ ZOYA. Ph. D. Ciencias Sociales (UBA, Argentina). Doct. en Sociología (Univ. Toulouse-1, Francia). Coord. del Grupo de Estudios sobre Complejidad y Ciencias Sociales GEICCS (UBA). Prof. de metodología de investigación en ciencias sociales (UBA). JAVIER SÁNCHEZ GALICIA. Instituto de la Comunicación Pública de Puebla. NEDIO SEMINOTTI. Ph. D. Psicólogo, Prof. de la Fac. Psicología de Pontificia Univ. Católica do Rio Grande do Sul, Brasil. PEDRO SOTOLONGO. Presidente Fundador de la Cátedra de Complejidad, La Habana, Cuba. Asoc. Escritores. UNEAC. JOSÉ LUIS TELLEZ. Musicólogo. Comentarista de Música Clásica y Ópera. AITOR UGARTE. Periodista. Prof. Fac. de Ciencias de la Información y del Máster en comunicación y salud (UCM). Funda y edita Comunicación y Salud. ALFONSO VARGAS. PH. D. Catedrático de Org. de Empresas (Univ. Huelva). Miembro del equipo investig. de la Esc. Estudios Cooperativos de la UCM. VITOR VIEIRA. Asesor de Comunicación. Estudiante de Doctorado Universidad Complutense de Madrid.
INTRODUCCIÓN
UN APUNTE SOBRE EL SUPERYÓ A LA LUZ DE LA SELECCIÓN DARWINIANA DE GRUPO Rafael Cruz Roche
Un importante problema de la Biología es la comprensión, a la luz de su importancia evolutiva, de las actitudes y comportamientos altruistas de los organismos individuales. Comportamientos altruistas con los que el individuo llega a poner en riesgo su supervivencia, y con ella su eficacia en la transmisión de su propio acervo genético, con lo que resulta difícil de explicar la supervivencia de dichas actitudes. En La expresión de las emociones en el hombre y otros animales, Ch. Darwin postula que los aspectos comportamentales de una especie son hereditarios, y sometidos a la selección natural como cualquier otra característica biológica de dicha especie. Es de algún modo el fundamento teórico de la etología y psicología en general. Es pues una cierta contradicción la existencia de comportamientos que favorecen la transmisión genética de otros sujetos distintos y que a pesar de ello sigan apareciendo sujetos similares que continúan presentando este comportamiento, que aunque no primen la transmisión de su propio acervo genético, éste siga siendo conspicuo. En el caso de los insectos sociales el problema se ve fácilmente resuelto al considerar que el individuo altruista, no reproductor, al poseer el mismo mapa genético que los reproductores, está pues cuidando y favoreciendo a través de otro su propia carga genética. De algún modo estos individuos no reproductores (léase obreras) son genéticamente iguales del reproductor (léase reina), son en cierta medida clónicos que, al modo y manera que las células somáticas no reproductoras favorecen la continuidad genética mediante su apoyo y sostén de las células germinales reproductoras. Pero en el caso de los animales superiores la situación es más compleja. Las sociedades
14
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
de animales superiores (aves y mamíferos) están compuestas de individuos similares pero distintos con una composición genética y comportamental propia e individualizada, que en el caso del ser humano es especialmente significativa, e incluso determinante de la propia estructuración del grupo social. En los años 60 del pasado siglo creyó haberse resuelto este problema con la teoría de la eficacia inclusiva o selección de parentesco según la cual un individuo podía sacrificar su propia eficacia en la producción de la descendencia por favorecer la de individuos con un acervo genético muy próximo, con el que comparte muy importantes similitudes en su carga genética, de forma tal que si bien se sacrifica la herencia directa de la transmisión de determinados genes, sería compensada por la mayor descendencia del «pariente» a quien favorece que transmita dichos genes. Posteriormente, se ha comprobado que esta teoría (Nowak, Tanitas y Wilson) que tuvo gran éxito en su momento, no solo no es válida desde la perspectiva matemática estadística, sino también inadecuada en las colonias de insectos donde fue primero postulada. Ello ha llevado a postular la existencia de una «selección de grupo» que funciona al lado de la selección individual, completando y complejizando la situación. Hemos de tener en cuenta que la mayor parte de nuestras adquisiciones genéticas estaban ya establecidas en el paleolítico superior, antes de la revolución neolítica, hace unos 10.000 años. Entonces los seres humanos vivían organizados en bandas de cazadores-recolectores de unos 30 a 40 individuos, 100 como máximo, unidos por proximidades familiares muy intensas (circunstanciales exogamias al margen) y por tanto con una importante proximidad genética, pero que implicaba ya una clara variedad individual. En esta situación hemos de postular que al lado de una selección individual, y por tanto una riqueza colectiva, ocurría una muy importante competencia entre los distintos grupos por el aprovechamiento de los recursos naturales a su alcance. Si bien dentro del grupo podemos pensar que el sujeto egoísta tiene mayores posibilidades de dejar descendencia, hay que considerar que el sujeto aislado, carente de la protección y oportunidades que ofrece el grupo, está en muy franca desventaja en todos los aspectos, y que por tanto la importancia del éxito grupal es determinante para que el individuo tenga posibilidades de dejar descendencia. Aquellos grupos en los que en su organización cuenta con variabilidad genética tienen mejores posibilidades de supervivencia ante posibles cambios (climáticos, enfermedades, competencia, etc.), y si en su estructura hereditaria hay cierta incidencia de genes vs comportamientos altruistas, las posibilidades de éxito son aún mayores como grupo, y con él las de sus miembros integrantes. «Los altruistas hereditarios forman grupos cooperadores y bien organizados que vencen en competencia con los grupos no altruistas.» (E. O. Wilson). Se ha de postular por tanto la existencia de una selección grupal al lado de la selección individual clásica. La selección natural es multinivel, desde proteínas, células, organismos, especies, etc., opera pues simultáneamente a distintos
Introducción
15
niveles de organización. A este respecto es interesante considerar un planteamiento actual de las neurociencias en que se refieren a una selección darwiniana de las redes neuronales, en función de su eficacia, para la constitución fisiológica del cerebro. A los efectos del planteamiento de este boceto sobre la consideración del concepto freudiano de Superyó, es de suma importancia la consideración del problema de gen versus cultura, tanto en el sentido de oposición como de continuidad creadora. La constitución genética oferta, por así decir, líneas y posibilidades de expresión diversas que se concretizan, casi siempre de un modo probabilístico, en función de las características específicas de un medio ambiente determinado; recordemos el clásico término fenotipo. Algo que Freud ya acertó a comprender con su postulado de las «series complementarias» en patología, entre constitución y desarrollo, una suerte de proceso dialéctico continuo. La controversia genético-ambiental es, por tanto, una controversia ignorante y filistea; lo genético es inevitablemente ambiental en su expresión y lo ambiental resulta inevitablemente genético en la inscripción evolutiva. Evidentemente hay una implantación genética que hace que el ser humano tienda a integrarse grupalmente y a crear cultura, es parte irrenunciable de la naturaleza del hombre. Al lado de los genes que determinan la producción de ciertas proteínas constructoras del armazón anatómico (macro y micro) del cuerpo, hay unos genes reguladores de la posibilidad y plasticidad de la aparición de determinados rasgos más sutiles, ahí incluidos los rasgos de comportamiento como postulaba Darwin. La cultura ofrece muchas posibilidades alternativas de expresión, que de algún modo como «propensiones» (en el sentido popperiano) pueden irse seleccionando por los genes reguladores, de cuya plasticidad y muy bajo riesgo de mutación letal somos hoy día conocedores. Cuando determinados aspectos de comportamiento muy generales, como por ejemplo el altruismo, ocurren sistemáticamente en muy diferentes situaciones ambientales, con las variaciones adecuadas a dichas situaciones pero de una forma estable y profundamente similar, podemos sospechar con mucho fundamento de la existencia de un funcionamiento genético de base. Pienso, por tanto como otros muchos autores de diferentes disciplinas, que hay algo en el altruismo muy poderoso y constitutivo de la naturaleza humana, lo que nos hace pensar en una importante implantación genética del mismo. Así pues, debemos considerar, como Wilson, la inevitable tensión que se da en los humanos actuales entre las exigencias egoístas promovidas en la historia filogenética de la especie por la selección individual (Dawkins, El gen egoísta), y la tendencia altruista que promovió la selección de grupo, en la que el exitoso era el grupo que al conseguir una mejor cohesión y organización prevaleciera sobre los competidores. Tensión genética que se añade a otras posteriormente señaladas por el psicoanálisis que implican la inevitable conflictividad de la vida humana.
16
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
El problema básico en la actualidad es que la historia cultural es mucho más rápida que la capacidad de evolución genética. Los grupos cazadoresrecolectores han ido evolucionando hacia organizaciones más extensas y complejas: las ciudades-estado, los imperios y estados nacionales, hasta la globalización actual. En la selección de grupos ocurre, y vengo haciendo hincapié sobre ello, una importante implantación de actitudes altruistas en beneficio del grupo, pero a su lado una importante hostilidad, que puede ser mortífera, respecto al grupo competidor (el rechazo del extraño), que en la organización actual puede ser fuente de importantes problemas y manipulaciones por parte de los dirigentes. En resumen tenemos que valernos en la era de la globalización con unos «instrumentos» genéticos propios del paleolítico superior. Desde una perspectiva estrictamente psicológica Freud describe en 1923, en El Yo y el Ello, una organización estructural del psiquismo en la que la instancia psíquica denominada Superyó expresa de alguna manera los intereses de los otros como aspecto constitutivo de la vida mental. El Superyó, «heredero del Complejo de Edipo», implica, por así decir, la internalización en dicha vida mental de la prohibición paterna (del progenitor del mismo sexo) respecto al acceso sexual a la madre (progenitor de distinto sexo) sobre el que el primero tiene el monopolio sexual. Por el miedo al castigo (la castración) se internaliza dicha prohibición, y como extensión de ella quedan estructurados en el interior del sujeto el respeto y la consideración de los derechos de los otros. De alguna manera la prohibición-respeto primario respecto al progenitor del mismo sexo se extiende, y complejiza en el desarrollo del sujeto, a toda una serie de consideraciones respecto a los demás que el sujeto debe cumplir. Por otra parte, en su descripción de la personalidad psíquica, Freud venía de describirla como formada por un Ello primigenio, donde se albergan todos los movimientos pulsionales, que en el contacto perceptivo con la realidad externa va modificándose hasta convertirse en una estructura funcional adaptativa que denomina Yo, que sería aquel área del Ello que ha recibido la influencia estructurante de la realidad. «El Yo es una parte del Ello modificada por la influencia del mundo exterior», dice textualmente. (2708) Desde «una valoración ética y social… esperamos que las funciones anímicas encuentren tanto más seguramente acceso a la conciencia cuanto más elevado sea el lugar que ocupa en dicha escala de valores». Pero en el «análisis averiguamos que hay personas en las cuales la autocrítica y la conciencia moral… son inconscientes y producen importantísimos efectos.» (2709). Estas consideraciones le llevan a postular que desde el Yo se desgaja a su vez el Superyó con la funcionalidad anteriormente expresada, lo que le lleva a enfrentarse a otros aspectos yoicos. «Esta modificación del Yo conserva su significación especial y se opone al contenido restante del Yo, en calidad de Ideal del Yo o Superyó.» (2713).
Introducción
17
Hasta aquí Freud da la impresión de que, para él, todas las valoraciones éticas y sociales que venimos comentando no son sino adquisiciones exclusivamente culturales, individuales de un sujeto en desarrollo en el ámbito de unas situaciones relacionales personales, al margen de cualquier pulsionalidad primitiva hereditaria. Y parecería defender que cualquier característica hereditaria se almacenaría, por así decir, exclusivamente en el Ello. Sin embargo señala: «Todo lo que la Biología y los destinos de la especie humana han creado y dejado en el Ello es tomado por el Yo en la formación de su ideal y vivido de nuevo individualmente. El ideal del Yo (superyó) presenta a consecuencia de su formación una amplia relación con las adquisiciones filogenéticas del individuo, o sea su herencia arcaica.» (2715). Es más, después se pregunta: «¿Fue el Yo o el Ello de los primitivos lo que adquirió la moral…? Si fue el Yo, ¿por qué no hablamos sencillamente de una herencia dentro de él? Y si fuese el Ello, ¿cómo conciliar tal hecho con su carácter?» Para acabar recordando que tal vez no se pueda hacer tan clara distinción entre Yo y Ello, al ser aquél una diferenciación de éste. Lo que la llamada Psicología del Yo (escuela americana de psicoanálisis) ha desarrollado insistiendo en los factores hereditarios en el Yo, su parcial autonomía, y la inclusión de ciertos instrumentos procedimentales relativamente «libres de conflicto». En ese mundo de propensiones genético al que he hecho referencia, la implantación genética reguladora necesita y espera un ambiente facilitador para que las regulaciones genéticas puedan expresarse en el individuo. Por otra parte Freud insiste en diversos pasajes sobre la comunicación privilegiada que tiene el Superyó con el Ello, por ejemplo: «El Superyó, abogado del mundo interior, o sea del Ello se opone al Yo, verdadero representante del mundo exterior o de la realidad» (2714), lo que parece una cierta contradicción con su concepción anteriormente señalada de la génesis del Superyó en cuanto una diferenciación funcional del Yo. Cierto es que también se refiere al origen edípico del Superyó, y por tanto a la pulsionalidad edípica desde donde se organiza y obtiene su energía adecuadamente transformada por una formación reactiva. Con todo, creo que estos textos transmiten una impresión general de que hay algo más profundo, expresión de la pulsionalidad del Ello. Las aparentes contradicciones freudianas, no solamente en este particular, pienso que debemos aceptarlas como una cierta ambigüedad estructurante, mediante la cual el genio creador de Freud trata de aprehender ese objeto hipercomplejo que es el psiquismo, en el que coexisten tantos aspectos contradictorios (característica propia del inconsciente), concordantes, complementarios y antagonistas. Nos deja pues el legado de una teorización muy abierta, con muchas posibilidades de desarrollo, que no debemos cerrar apodícticamente.
18
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
En el esquema que ofrece en la Lección 31 (Nuevas Lecciones… 1932) el superyó aparece en el lado izquierdo separado por un trazo muy fuerte del resto del aparato psíquico, abierto por el polo perceptor casi hasta la conciencia, y hacia abajo hundido en el Ello hasta muy próximo a la corporeidad, en la zona de transmisión o de psiquización de los impulsos instintivos. Impulsos «contradictorios que existen en el Ello, sin anularse mutuamente o restarse unos de otros.» (3142). Podemos por tanto postular que el Superyó se forma tanto desde el Yo en el polo perceptivo, como desde el Ello en el polo pulsional casi somático; habrá que definirlo desde una determinada funcionalidad. En términos de objetos internos se ha pensado que su implantación en el Yo o en el Superyó depende sobre todo de que tipo de función cumple dicho objeto internalizado, adaptativo relacional con el exterior en el caso de su internalización en el Yo, o moral social en el caso que ocurra en el Superyó, todo ello relacionado con el origen de las internalizaciones identificatorias, adaptativas o morales; el Superyó se conforma por la identificación con el Superyó de los padres, no con los padres como tales lo que correspondería a una identificación yoica. De modo similar a como pensamos que la pulsionalidad individual tiende a expresarse por la vía central (Ello, Yo, Inconsciente, Preconsciente, Defensas...) del esquema, queda la vía lateral, claramente separada, para la expresión y elaboración de aquella pulsionalidad grupal (altruismo, rechazo del extraño) cuya tramitación corresponde al Superyó. Desde este origen tan próximo se explicaría la muy profunda relación entre Superyó y Ello. De esta manera la pulsionalidad tramitada por el Superyó escapa en cierta forma de algunas capacidades represivas yoicas que suelen controlar la emergencia pulsional, y nos plantea el problema de cuál es la dinámica interna de la tramitación superyoica de la que a veces nos sorprende la urgencia e inmediatez con que surgen algunos rasgos propios del resultado de la selección grupal. Tal vez sea un ardid evolutivo el que lleva a separar en su camino hacia la conciencia y la expresión comportamental (motricidad) los impulsos pulsionales propios de la selección grupal, de la más antigua, y fuertemente implantada filogenéticamente, selección individual, dadas sus muy importantes diferencias y finalidades adaptativas. Para posteriormente poderlas reunir, integrar y conciliar en las capas más evolucionadas, complejas y sofisticadas del psiquismo: el Yo y el Superyó que podríamos decir más clásico. En la zona alta del esquema freudiano.
Introducción
19
La sociabilidad, aparte los insectos sociales cuya radical diferencia ya he señalado, aparece en los animales (ciertas aves y mamíferos) con un grado de complejidad estructural muy elevado, y cuya complejidad implica una importante labilidad como han señalado Eibl-Eibensfeld para primates superiores, y Green en el caso de los seres humanos. Tal vez dicha labilidad tenga algo que ver con la difícil integración de las necesidades individuales y grupales. En 1973 en la apertura del Congreso Internacional de Psicoanálisis de Paris, Leo Rangell, a la sazón Presidente de la Asociación Psicoanalítica Internacional, lee un mensaje titulado «Una perspectiva psicoanalítica de la cual se deduce y expone el síndrome de compromiso de integridad», en el cual, desde su experiencia en el manejo de los conflictos de las sociedades psicoanalíticas, entre otras consideraciones plantea la existencia de un «Síndrome de Compromiso de Identidad» (SCI), entidad clínica que a mi entender es de unas gran importancia y que desgraciadamente no he visto desarrollarse ni comentarse in extenso en la literatura psicoanalítica. Describe L. Rangell una situación clínica que intenta evaluar desde una visión «científico-psicoanalítica» y no desde la perspectiva moral. Afirma que los compromisos de integridad son endógenos en la vida humana y ocurren con frecuencia, señala como ejemplos la vida conyugal o la actitud ante los impuestos donde los dobles criterios son la norma. Considera que así como en la neurosis, campo habitual de la observación psicoanalítica, el conflicto ocurre entre el Yo y el Ello, en el SCI ocurre entre el Yo y el Superyó; «en las neurosis se sacrifica al Ello, en las psicosis a la realidad, en el SCI es el Superyó el que cede». Afirma que «el narcisismo desenfrenado es el enemigo de la integridad» -lo que me parece de relevancia y actualidad trascendental- y que los intereses del Yo cumplen en este síndrome el papel de los impulsos instintivos en las neurosis. Considera además que el Superyó tiende un puente entre el individuo y el grupo. En el SCI los conflictos de intereses internos se resuelven a favor del narcisismo y en perjuicio de los principios que emanan del Superyó. Desde la perspectiva que intento ofrecer, desde un Superyó representante de las necesidades y consecuencia de la selección darwiniana de grupo, implantada genéticamente en nuestra herencia arcaica. El Yo, sometido a las exigencias de la realidad externa, social del presente, la internaliza como ideal del Yo (en el sentido actual distinto del Superyó) no solamente en su función adaptativa, sino también con ella las expectativas de éxito y completud narcisista que puede devolverle el entorno. No me parece casual que L. Rangell escribiera este artículo en la época del escándalo Watergate con la profunda desautorización ética del Presidente Nixon, y en una sociedad como la americana donde se prima sobre todo el éxito individual, económico y político, y se desdeña hasta extremos sorprendentes la consideración de los más desfavorecidos, viviéndose como una rémora cualquier esfuerzo de atenuación de las desigualdades sociales.
20
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
Opino que el SCI presenta grandes similitudes con las neurosis con expresiones clínicas a veces similares, ya que lo que se reprime, deniega o rechaza es una expresión pulsional de origen hereditario (de la selección de grupo) que tramita el Superyó desde las zonas más primitivas del psiquismo, próximas o integrantes del Ello. Tal vez en el fallo del altruismo, de la compasión, el único impulso grupal que tolera ese Yo narcisista sometido a la ideología dominante, sea precisamente el rechazo al extraño, que no modulado por la compasión altruista, acaba dando lugar a una sociedad violenta paranoica, la sociedad de la proliferación de la agresividad y las armas supuestamente defensivas. Dice L. Rangell que el psicoanálisis aspira a hacer de un hombre un ser honrado, tan exento de compromisos de integridad como de neurosis, aspiración que no logra sino parcialmente en ambos casos. ¿Es que el psicoanálisis se nos va a conformar como una secta moralista?, después de haber sido tan denigrado por lo contrario. O no será más bien que en sus esfuerzos de honestidad intelectual, debe aceptar toda la naturaleza de los seres humanos, debe de dar cuenta y ayudar a expresarse a ese altruismo implantado genéticamente en nosotros desde el paleolítico, desde la era glacial que decía Freud. Para finalizar quisiera señalar que hay aspectos del resultado de la selección de grupos inscritos en el paleolítico que resultan muy inadecuados para la convivencia en la era de la globalización. Tal vez el Superyó que se hunde en la pulsionalidad más primitiva pero que continúa hasta los aspectos más evolucionados y sofisticados de nuestra vida psíquica, sea capaz de integrar a toda la humanidad (y tal vez a otros animales) como semejantes próximos cuyo beneficio va a recaer sobre todos nosotros, y de esa manera poder llegar a sublimar la agresión al extraño.
CUADERNO DE VIAJE LA METÁFORA DE UN GRAN PROCESO Isabel Sanfeliu
La humanidad vive un dilatado itinerario del que ignoramos origen y fin; un potente zoom acaparó un tiempo nuestra atención enfocando una época concreta y un terreno específico: el paradigma de la complejidad. Nicolás Caparrós impulsó esta aventura en la que muchos le seguimos con entusiasmo. Con este volumen y los tres que le anteceden, podría decirse que hemos logrado establecer un campamento base para continuar viaje por imprevisibles derroteros.
FRONTERAS Los emigrantes quiebran fronteras, las hacen porosas con su movilidad.
La andanza comenzó con el gran estallido cósmico, luego una dimensión más modesta pero, si cabe, aún más innovadora: la vida (acción determinada,
Introducción
21
contingencia) célula a célula (sistema dinámico no lineal capaz de cambiar en tiempo y espacio) que se abre paso y diversifica, siempre cortejada y limitada por la muerte (apoptosis). Saltos evolutivos, movimiento y reestructuración tras quebrantos, de forma que el creciente nivel de complejidad nos llevó a dialogar, compartir y batallar con los otros y con nosotros mismos. Incluso en la aventura más librada al azar acaban por esbozarse unas líneas que corresponden a caminos y lindes. En nuestro caso, un mapa conceptual acompañó cada tramo recorrido; se trataba de descubrir iteraciones, cortes y nudos entre conceptos volátiles que probé atrapar y dar forma, buscando ofrecer sentidos al magma de ideas que bullía en nuestras páginas. A mí me resultaron útiles a la hora de poner en contacto los conceptos que despuntaban, esa especie de enredado árbol genealógico en plena transformación, tocado por la incertidumbre y lo efímero. No se me escapa que podríamos perfilar tantas cartografías como lectores tenga la obra y, desde estas líneas, invito a trazar retículos, bucles, conexiones en última instancia que, al poner de relieve vacíos y contradicciones, permitan seguir pensando... Todo mapa fragmenta, comprime y simplifica; la topografía estática impone sutilmente una estructura al modo de pensar, señala líneas de tensión, lugares de conflicto. Intentar reflejar el mundo es dividirlo, ocurre con cualquier realidad a la que pretenda domeñarse. Los primeros planos datan del siglo XVII (por cierto, época en que se forja el método experimental), les suceden cartografías y, a medida que la ciencia dota de instrumentos, reproducciones geográficas. Pero no dejan de resultar traducciones arbitrarias, interpretaciones. Los atlas perfilados por generaciones en los que un sujeto crece, orientan su mirada, cada mirada traza un mapa. Para qué se mira, desde dónde, en cuántas dimensiones... Los mapas ordenan, en el doble sentido del término: organizan y prescriben; recogen retazos de una realidad (geográfica, política, etc.) a la que desfiguran. Curvas de nivel, relieves sombreados, tintas hipsométricas... el terreno es el mismo pero, ¡ofrece tantas perspectivas! No es el territorio lo que dibuja una cartografía, lo hacen sujetos cuya mano constituye naciones, delimita costumbres, lenguas... y campos o teorías científicas. Explicaciones sobrenaturales primero y otras racionales después apoyadas en arsenales técnicos, fueron sustituyendo el ancestral temor a los fenómenos naturales. Las sociedades multiculturales se abren paso irremisiblemente, con el narcisismo de las pequeñas diferencias. Los animales marcan territorio, nosotros trazamos mapas que refuercen el sentimiento de identidad, algo tan arcaico como una de las primeras adquisiciones del lenguaje en cualquier idioma: «¡mío!». Y hablar de identidad es hacerlo de cultura, rivalidades y nacionalismos. En la Historia, civilizar ha sido sinónimo de colonizar (que implica pérdida de diversidad, derecho al saqueo, etc.). Andrés Perea me hizo llegar un viejo programa de mano para la representación de una obra de Monteverdi (quien desarrolló una secconda prattica musi-
22
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
cal, nunca formulada por escrito dada la intolerancia de la época), en el que Carmen R. Suso escribía: «Judíos, turcos, musulmanes en general, se convirtieron para el imaginario oficial en seres terroríficos, tan absolutamente otros, que con ellos no era posible ya el intercambio civilizado, sino solo su destrucción». Así acabó el sueño de un Renacimiento y la música también se refugió en la clandestinidad; apartarse de la práctica musical establecida suponía apartarse de los ciclos infinitos de las revoluciones astrales y, por tanto, de Dios. En estas pocas líneas superpongo fronteras de campos bien disparejos, pero las que se establecen en ciertas disciplinas científicas no tienen que envidiar contundencia alguna. El reciente hallazgo de las nuevas redes de comunicación donde Internet arrasa sin respeto, provoca distintas formas de relación entre tiempo y espacio. No está de más recordar... «Los imperios caen, se desploman, agotan el sistema que contribuyeron a formar y con él se hunden, jamás se derrotan. Como consecuencia no planeada aparece un sistema nuevo que se apoya en el anterior pero que no es causado por él». (N. Caparrós, 2001) La cultura sumerio-acadia nace con la escritura cuneiforme acompañada de cálculos astronómicos; los constructores egipcios desarrollan álgebra y geometría; las civilizaciones minoica y micénica representan el punto de partida del mundo griego que busca causas naturales a los fenómenos naturales; de él, tras una oscura época de mutaciones, emerge la polis, cercana a nuestra noción de Estado. Luego la Res publica romana se construye sobre el rechazo absoluto del modelo monárquico etrusco. Más tarde, mientras Europa va cobrando forma, China descubre el papel y la brújula, la India las matemáticas complejas y el mundo árabe despliega el campo de la astronomía y la medicina... Mostramos de forma sintética realidades inabarcables donde cada paisaje es un paso más en el recorrido que continuamos transitando.
CAMINOS Se necesitan espacios vacíos para la representación...
Espacio peculiar el que habitamos atravesado por elementos imperceptibles (ondas, corpúsculos, emociones, afectos...), flujos irrepresentables que gobiernan los trazos plasmados en el mapa. ¿Cómo definir el lugar en que nos hallamos? Un punto requiere coordenadas geográficas (latitud y longitud) como difuso sistema de referencia que dibuja paralelos y meridianos, la altitud medida por la presión atmosférica o en referencia al inestable nivel del mar... El comité Internacional de Pesos y Medidas establece siete magnitudes fundamentales: longitud, masa, tiempo, intensidad eléctrica, temperatura, intensidad luminosa y cantidad de sustancia; eso sin hablar de las derivadas. El camino que hemos transitado en estos cuatro tomos gozaba de inmensas autopistas (la especialidad de cada cual...) y auténticas selvas aparentemente intransitables cargadas de guarismos y terminología ajena. Creo que se puso en evidencia que la autopista tenía obras en ciertos tramos y que la selva con el
Introducción
23
guía apropiado era menos amenazante... Lectura discontinua que invita a saltar de un artículo a otro, aclarar un concepto en otro lugar, darle una nueva dimensión. Es posible que el efecto inmediato sea una dispersión aparente, nuevas incógnitas atrapan... ¿surgirá el esperado emergente? 2008: En la cima del monte Mabu, en Mozambique, una ignota selva tropical es localizada por internet y bautizada como el Bosque Google. «La globalización no se desarrolla en un vacío político o cultural. Lo que está en juego es la lucha por el poder. La geoestrategia evalúa la influencia de las civilizaciones en el nuevo espacio internacional de la mundialización.» (F. Heisbourg en Le Monde, 2010). La clave de la globalización son las nuevas tecnologías, ahí se hilvanan nuestras rutas. La red se ha convertido en un arma política ingobernable imponiéndose como medio de comunicación universal; en ella cabe protesta, debate, propaganda... es un espacio público en el que la habilidad tecnológica de cada cual es lo que establece jerarquías. Un dato: ¡China posee la mitad de los blog del planeta! Las actualmente grandes potencias asiáticas, son civilizaciones muy antiguas que viven con orgullo la restauración de su esplendor1. Grandes incertidumbres se desprenden de esta realidad: ¿se unirán los pueblos asiáticos o los fragmentarán odios fratricidas como ocurrió hace un siglo en Europa? Occidente ya no lleva el timón, no tiene ya sentido imponer nuestro modelo de libertad a otras culturas, existen otras fórmulas para aplicar los derechos humanos adaptadas a otros contextos. La política no se implanta desde el fundamentalismo religioso, aunque en el manifiesto así se muestre en ocasiones, sino por razones estratégicas y económicas. El polémico libro de Huntington El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial, ha dado pie a reacciones de todo tipo. M. Werth (Le Monde, 2010) sintetiza su hipótesis: «El mundo posterior a la Guerra Fría está dominado por reivindicaciones identitarias, las relaciones interestatales se determinan por la pertenencia cultural de los países.» Muchos detractores le acusan de azuzar hostilidades; él dice defender la diversidad de civilizaciones aunque se camine hacia la mundialización. Civilización, concepto cada vez más difuso; cultura, idea fácil de manipular desde el fanatismo... En Occidente, producto de la fusión entre cultura helenística, Imperio Romano y cristianismo, la filosofía positiva de Comte se abrió paso y el fervor por la ciencia sustituyó al de los dioses. Lo científico, las ciencias duras, pretenden poseer no se sabe qué verdad como antaño hizo la religión, pero las turbulencias también alcanzan este paraje. La topología matemática se adentra en las propiedades invariantes de cuerpos a los que distorsiona a voluntad su longitud, ángulos o áreas; la probabilidad arrebata su cetro a la estadística y se abre paso una afirmación contundente: «La naturaleza es inexorablemente no lineal» (I. La India lanzó su primera misión espacial a la luna y el primer astronauta chino desplegó poco después de que en 2008 quebrara el banco Lehman Brothers. 1
24
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
Stewart, 1989). Nuestro primer volumen dio buena cuenta de los inéditos y prometedores horizontes a recorrer a partir de este supuesto, estructuras disipativas, teoría de las catástrofes, etc. Los aborígenes australianos sienten formar parte de su tierra y para orientarse en ella utilizan un complejo sistema de caminos que recorren tierra y cielo, siguiendo las rutas de los «seres creadores» durante el Tiempo del Sueño. Los iniciados pueden incluso atravesar el desierto, repitiendo en el orden adecuado canciones que describen distintos hitos, pozos o fenómenos naturales de otro tipo. Algunas de estas sendas atraviesan tierras con otras tradiciones culturales y lenguas diferentes, pero la lengua no es obstáculo, lo importante es el ritmo y la melodía de cada canción; la Tierra es sagrada y las canciones deben ser continuamente cantadas para mantenerla viva. Conviene no despreciar huellas que nos preceden; a partir de ellas, decidir el camino a proseguir en una encrucijada, cuándo puede resultar oportuno un atajo o el intercambio con otro viandante, es tarea que se simplifica.
EQUIPAJE La capacidad craneal no dice nada sobre la organización del cerebro. Los niños copian acciones de sus padres y producen sonidos similares sin tener noción de dónde empieza o termina cada palabra...
En neceser de mano: el deseo por conocer luchando contra el aserto de Heráclito: nada es cognoscible. Pero cuanto más nos adentramos en los intersticios de la realidad, más se escabulle; el equipaje repleto de herramientas tecnológicas ha logrado hacernos sentir más alfeñiques e ignorantes en relación a lo que pudo ser y quizá será. En la cadena de Markov, a la que se hizo referencia en nuestro primer volumen, cada estado representa una etapa de la cadena en un proceso de saltos sucesivos. Saltos, discontinuidad, conceptos que nos han acompañado en todo este viaje, los puntos de la frontera o catastróficos rompen el espacio de lo continuo, la serenidad del equilibrio. Si lo inesperado ha de ser nuestro... ¿qué incluir en el equipaje? Preguntas, muchas preguntas a las que abrir un espacio bien alejado de cualquier lógica que pretenda doblegarlas en cauces que aquieten incertidumbres. El acercamiento a la ciencia puede realizarse desde distintos planos; Sapolsky (2012) plantea que el procedimiento científico en sí desafía nuestras limitaciones y sugiere cuatro horizontes desde los que reflexionar: la naturaleza asocial de la ciencia interesada por cuestiones inanimadas, creer en lo que no podemos ver (física de partículas...), cuestionar cosas que suceden en períodos de tiempo muy largos y, por último, los dilemas de impresionante abstracción en torno a conceptos como libertad o conciencia. Con el humanismo se abren paso relativismo y tolerancia, la Iglesia pierde el monopolio cultural y otras verdades apuntan como hipótesis plausibles. El espíritu crítico sustituye a la obediencia y la difusión no deja de cobrar brío desde el descubrimiento de la imprenta.
Introducción
25
Esencial en nuestra dotación: ADN, molécula de vida que controla la síntesis proteica; un segmento de la misma, el gen, es la unidad mínima de función genética que se puede heredar; en el desarrollo embrionario la autoorganización impera. Un vistazo a las redes booleanas de las que tratamos en nuestro segundo tomo, ayudaría a entender cómo los genes organizados en redes originan transformaciones que reverberan en relaciones sociales. Allí leemos: «Los factores externos son parcialmente consecuencia de actividades del organismo que produce y consume las condiciones de su propia existencia. Los organismos no ocupan el ambiente donde se desenvuelven: lo crean.» (Caparrós, p.177). Homo, un gran cerebro, aplicación técnica del conocimiento, bipedestación... la evolución supuso un momento innovador, en especial el hallazgo de que la diversidad animal deriva de una fila de genes Hox cuya duplicación dio lugar a Urbilateria, un organismo precámbrico. Somos resultado del cambio de una simetría radial a una bilateral -respecto a un plano-. No extrañará, por tanto, el amplio espacio que damos en este tomo a la simetría desde lugares aparentemente nada conexos. Formará parte también de nuestro bagaje la conciencia de que vamos a embarrar cualquiera de los lugares por los que nos aventuremos. La percepción es un proceso inconsciente en el que las representaciones se propagan y unen distintos dominios de acción; interpretamos el entorno empapados en experiencias previas. Nadie mejor que Fuster -en los capítulos 4 y 5 del segundo tomo- para detallar cómo el córtex prefrontal integra la actividad mental o somática, además de ser sensible a lo que sucede en el contexto social. Atención ejecutiva, planificación y toma de decisiones son funciones de esta zona que da sentido a contingencias trans-temporales y es esencial en la construcción y comprensión del lenguaje. Las redes neuronales pueden establecer decenas de miles de conexiones a partir de su estructura arborescente, es un sistema que aprende del medio y es capaz de adaptarse a él. La conciencia sigue al suceso, es una representación de lo ocurrido, otorga significación; representación y asociación pertenecen a un solo proceso: Freud dixit. De ahí que quitemos sobrepeso al equipaje, más vale dejar un gran vacío que dé cabida a insospechados sistemas complejos adaptativos. No existe continuidad entre nuestro lenguaje y los gruñidos de nuestros antepasados, los homínidos no disponen de las áreas de Broca y Wernicke ni de aparato fonador apropiado, el determinismo mecanicista no tiene cabida aquí, el «antes» es un proceso no gradual ni predecible que conduce hacia el símbolo. Pensamiento, acción, emoción, contradicciones y el anhelo por dar un paso más... ¿hacia dónde? Con ese equipaje seguimos.
PASAPORTE E pluribus unum (De muchos, uno)
El visado que ponemos en marcha para nuestra aventura lleva el sello de tres niveles de integración o complejidad: bio-psico-social. En lo que al último
26
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
concierne, la identidad estadounidense representa una amalgama de culturas de todos los rincones del planeta, un mosaico consolidado de oleadas migratorias, como la que en menor escala caracteriza a Panamá... «Deseo y memoria, son procesos mentales básicos para comprender la fenomenología del inmigrante», escribe R. Mon en nuestro sexto capítulo. Latinoamérica no pudo consolidar una coalición equivalente, litigios fronterizos o ideológicos privilegiaron en estos países su mirada hacia Europa, minando arcaicas culturas. Persia, el Estado más antiguo del mundo que conoció la prosperidad en la más remota Edad Antigua (favorecida por su técnica de canales subterráneos), es reconocido ahora como país emergente, estable y poderoso, rompiendo hostilidades que le condenaban a islamizarse. África subsahariana: selva, sabana, pastoreo, diversidad étnica y percepción de identidad, negritud; cultura labrada por representaciones imaginarias, rituales que definen los límites de lo profano y lo sagrado, lo ignoto. India, inmensa población gobernada por una democracia constitucional laica donde aún se palpa la huella de Gandhi. Rusia, la ambivalencia: ¿rivalizar con Occidente u occidentalizarse? La unificación cultural precede a la unión política, la geográfica es muy relativa. «La cultura es el lugar natural de confrontación, puesto que es la forja de la identidad, y no existe identidad sin un mínimo de disputa con otro que con uno mismo». (R. Debray en Le Monde, 2010). Hay que dar valor a lo que separa; aunque las sirenas del mito celta pierdan la identidad si se enamoran, también se muere de homogeneidad -ocurrió con etnias primitivas-. Narciso muere fascinado, atrapado en un objeto inalcanzable que descubrirá que es su propio sí mismo idealizado; él y la imagen que admira, forman una doble unidad, comenté en nuestro tercer volumen. El objeto primero tiene límites difusos, luego la aparición del otro, de los otros que se le asemejan, sigue precisando permanentes autoorganizaciones del aparato psíquico. Uno de los bucles vitales más contundentes e incuestionables dio título a una de nuestras obras: ...y el grupo creo al hombre. La huella digital de nuestro pasaporte es única, ciertamente, somos impares al incorporar matices irrepetibles en otros dada la ingente cantidad de variables que nos modela y modula (genética, familia, escuela, cultura, época, país, vínculos y sucesos cotidianos...) y en las que incidimos de forma irremisible en mayor o menor medida. El gato de Schrödinger, muerto y vivo al mismo tiempo, invita a repensar nuestra naturaleza. «La simetría y su ruptura albergan la génesis de lo complejo», así iniciaba Caparrós el octavo capítulo del primer tramo de nuestro viaje, traslación en el tiempo, en el espacio, mutaciones de partículas... una paradoja: invarianza y transformación, dos propiedades opuestas de la simetría, el antielectrón se abre paso. Donde quiera que dirijamos la vista, la alternancia, los opuestos, se imponen: quietud/movimiento, luz/oscuridad, ...
Introducción
27
IDIOMA Los monos no tratan de comunicar nada sobre el mundo a sus compañeros; lo único que pretenden es influir en su conducta.
Cada lengua expresa cierta visión del mundo, tiene sentido en el lugar en que se produce, formula con énfasis específico un ambiente vegetal, un colorido o clima peculiar, especies diversas. Se dieron cita en estos cuatro volúmenes especialidades de terminología desconexa, pero con armonías familiares. En algunos ensayos la sensación fue de balbuceo aunque, al avanzar, al menos podíamos seguir la melodía. Un título sugerente -Los neandertales cantaban rap2- nos lleva de la mano de Steven Mithen a los orígenes de la música y el lenguaje. Algunas sugerencias de este autor complementan lo mucho y penetrante desplegado sobre el tema en distintos trabajos a lo largo de nuestro Viaje. Claro, lo que entendemos por música y la función que cumple en cada cultura son cuestiones un tanto subjetivas, sería más fácil llegar a un acuerdo para considerar que ciertas estructuras rítmicas, con distintas extensiones de notas y variados acentos acompañan al hombre incluso antes de poder ser nominado como tal3; no resulta creíble un pasado prehistórico silencioso. Como precursor común de música y lenguaje, Mithen (p. 47) utiliza un acrónimo, Hmmmm [holístico, multimodal, manipulador, musical y mimético], que estructuraba la interacción social. El tipo de vida de los neandertales con el sistema de comunicación Hmmmmm, exigía rápida toma de decisiones y cooperación en grupo para poder sobrevivir en la época de glaciaciones y conseguir logros culturales sin precedentes; poseían un grado de control respiratorio tan preciso como el requerido para el lenguaje humano moderno, pero faltaban circuitos neuronales para segmentar enunciados holísticos en unidades discretas combinables entre sí -el acceso al pensamiento simbólico y, en última instancia, a la expresión hablada-. Homo neanderthalensis caza y se expresa mediante el Hmmmmm en Europa mientras en África evoluciona el Homo sapiens cuyo éxito se atribuye al lenguaje. Por fin, tras Homo Antecesor, el Ergaster (hablamos de dos millones de años atrás) conciliará ambas ramas disfrutando de conquistas técnicas, vocalización compleja y locomoción bípeda, lo que permite cierto control del territorio. Recapitulando, la comunicación comenzó con gestos y voces referidas a acontecimientos concretos y la evolución del lenguaje se alcanzó con el segundo momento de expansión del cerebro. El interesante Modelo modular del procesamiento musical propuesto por Steven Mithen (p.96), representa en cada casilla un componente que procesa: (2005). Barcelona: Crítica, 2007. Sorprende que en primates, las voces más pseudolingüísticas se hallan en los parientes más lejanos del hombre. Los cercopitecos verdes tienen voces concretas para depredadores específicos, próximas a las palabras; los babuinos gelada charlan en algo que se parece asombrosamente a una conversación humana; los gibones, macho y hembra, cantan a dúo... (Mithen, p.158). 2
3
28
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
En su origen «el carácter de la música es más manipulador que referencial» (Mithen, p.41), se usa para dirigir la actuación de otro individuo4. En todas las culturas es una actividad de grupo que cumple una función en la comunidad, informa sin palabras de alarmas o triunfos. Los cantos compartidos, acompañados habitualmente de danzas, están al servicio de la paz y de la guerra; algo ancestral sigue vigente tras el tañido de cualquier instrumento. Cada componente musical tiene su representación cerebral autónoma; O. Sacks5 indica que esta puede pervivir a pesar de que un trauma neurológico haya arrasado centros neuronales aparentemente más importantes. Confronta sujetos con amusia, disrritmia o disarmonía con otros con oído absoluto6 (reconocen sonidos puros y lo expresan en frecuencias sin más referentes) y cita un hecho incontrovertido: aprendemos de forma más profunda añadiendo ritmo y melodía; también se ocupa de pacientes que asombran tras la extirpación de un tumor con portentosas habilidades musicales junto a secuelas en otras áreas. El tránsito del siglo XIX al XX alumbró un nuevo orden en la composición musical con el despunte de las ciencias sociales. La tonalidad se resquebraja y el compositor necesita encontrar un nuevo lenguaje sonoro. A ello se dedicaron las vanguardias, al tiempo que otra corriente miraba al pasado con intención de recuperar técnicas ya perdidas, moldeando la modernidad musical y trascendiendo así la dicotomía pasado/futuro. S. Llano (en un ciclo musical de la FunLos grandes simios recurren más a gestos para manipular, poseen menos juego de garganta. (2007) Musicofilia. Relatos de la música y el cerebro. Madrid: Anagrama 2013. 6 Si apoyarse en el oído absoluto es una desventaja para aprender, puesto que impide la generalización (Mithen, p.117), la adquisición del lenguaje pasará por cierto desaprendizaje del oído absoluto (autistas y savants musicales lo mantienen en mayor medida). 4 5
Introducción
29
dación Juan March, enero 2013) razona esta nostalgia musical; sintetizo: antes de que los románticos iniciasen la emancipación del artista respecto al sistema de patronazgo, no existía conciencia sobre el valor artístico de las obras musicales. Mozart experimentó el apasionado descubrimiento de Bach, Brahms se erigió heredero de compositores del pasado; la integración es una conquista gradual, el presente, estadio transitorio, inestable, anuncia un devenir. 1961 se señala como año decisivo que condujo a una expansión sin precedentes de la noción de composición en las artes: una generación de compositores, poetas, coreógrafos y artistas, reinventó su práctica a raíz de las innovaciones radicales de la música avanzada. La partitura muda la notación convencional por formatos gráficos y lingüísticos. «La capacidad de la partitura para registrar el tiempo -y para contenerlo, literalmente-, impulsó una actividad experimental que afectó a todos los medios y redefinió el acto creativo en las distintas disciplinas artísticas».7 John Cage, Darmstadt, Forti o la coreógrafa Halprin son algunos hitos del momento. An Anthology, editada por Young en 1961 es una obra de veintisiete artistas, cuyo título lo dice todo: Una antología de operaciones al azar, arte conceptual, antiarte, indeterminación, planes de acción, diagramas, música, construcciones de danza, improvisación, obras sin sentido, catástrofes naturales, composiciones, matemáticas, ensayos, poesía revela... Lenguaje y música son sistemas combinatorios que utilizan la recursividad; este componente, el más importante de la gramática lingüística, es el único que falta por completo en todos los sistemas de comunicación animal (Chomsky). El proceso emocional que acompaña el desarrollo cognitivo atraviesa distintos niveles de elaboración: del instinto más irracional a la cooperación en sociedad, a través del (cada vez mayor) control de emociones. Podría considerarse la relación como concreción de un mensaje; cuando un individuo se define, se le puede confirmar, rechazar (implica reconocimiento) o desconfirmar, negándole su realidad. El equipo de Palo Alto elaboró la teoría de las comunicaciones atendiendo más a cómo se configuran las relaciones en el aquí y ahora que a su significado simbólico. La función del yo sería discriminar modos comunicacionales, ya sea en uno mismo o entre un sujeto y otros. Cultura de la alteridad o cultura narcisista. La memoria colectiva, antaño viva a través de la transmisión oral de cuentos y mitos, la encarnan actualmente los medios audiovisuales. Cada cultura se reconstruye permanentemente en una negociación continua; cambia la estética, aunque la ética pueda permanecer.
GUERRAS La guerra dice haciendo, la política hace diciendo. García Caneiro
Las realidades en las que deambulamos se conforman a partir de representaciones ajenas, es el otro, son los otros quienes perfilan nuestro conocimiento. 7
La expansión de las artes +-1961. Exposición en el Reina Sofía (Madrid) en julio 2013.
30
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
La abstracción genera imprecisiones que el recelo trata de domeñar; cuadros de doble entrada ensayan inferencias que se escabullen por otras dimensiones. En esta obra no buscamos armonía ni acuerdos, aunque se dieran inesperados «romances»; sí hubo unanimidad en el interés de los autores por el conjunto. Las contiendas que pueda provocar su lectura darán frutos interesantes. Una relación implica la existencia de límites, necesitamos al semejante y nos estorba, ambivalencias inherentes a lo humano. También nuestra cartografía confronta con dilemas que impulsan a añadir dimensiones a cada encrucijada; las interferencias invitan a nuevos órdenes, un empeño demasiado perfilado enturbia la mirada y conduce al estatismo. ¿La inteligencia solo persiste cuando no alcanza su objetivo? ¿Los frutos de la conquista se echan a perder por la propia plenitud de la victoria? Son preguntas que plantea John Stuart Mill en De la libertad (1859); él mismo responde: «Solo mediante la colisión entre opiniones encontradas hay alguna probabilidad de que el resto de la verdad salga a la luz» (p.76). El hombre es un ser que progresa en la diversidad, «un Estado que impide el crecimiento de sus personas para hacerlas instrumentos más dóciles en sus manos, aunque sea con fines benéficos, descubrirá que con personas pequeñas no se puede alcanzar nada grande, y que la perfección de la máquina, por la que sacrificó todo, al final no valdrá para nada por falta del poder vital que prefirió quitarle para que trabajara con más fluidez.» (p.157). ¿Qué es lo nuevo sin lo viejo, el consiguiente sin el antecedente? ¿Qué es una determinada ciencia sin las restantes que le sirven de contexto? ¿Qué es la ciencia sin el arte o a qué conduce el arte sin la ciencia? La historia sobre la que apoyar vitales nuevas ideas, insiste... La realidad no descifrada se presiente enemiga. En la constitución del humano, los dioses se asientan apaciguando la inquietud que provoca la desmesura apenas percibida, inventa pactos para salir del caos. La idealización sustenta; la potencia del objeto ideal permite confiar en el medio, pero lo idealizado no perdura, el desengaño detiene lo maníaco y el acceso a la realidad conlleva dolor, ceder espacio a la exterioridad a expensas de lo interior. Guerras internas, recónditas heridas, la represión emerge en un nuevo intento de manejar las ansiedades básicas, la omnipotencia mengua para entrar en un tiempo histórico donde hay que doblegarse a las normas para autoafirmarse de modo adecuado al principio de realidad. Batallas entre grupos sociales, donde tampoco es fácil detectar el daño que siguen infringiendo en el transcurso de generaciones. Tres teorías en torno a la guerra8: el instinto del hombre las hace inevitables; surgen confrontaciones grupales por el gregarismo que nos caracteriza; son provocadas por la estructura del sistema intragrupal. La ciudad necesita normas, la polis (sociedad organizada) implica represión y rebeliones, la política conduce a las guerras. Para Clausewitz (De la guerra, 8 J. García Caneiro en La racionalidad de la guerra, obra en la que cuestiona el papel que Clausewitz asigna a la guerra al servicio de la política.
Introducción
31
Madrid, 1980) son un acto social, la vida social incluye conflictos, es una lucha que enfrenta voluntades, no solo cuerpos. Ser, saber, poder, norma, verdad... La ganancia de lo simbólico implica pérdida de la fusión; el símbolo es manifestación dinámica de lo incompleto, esconde tanto como revela. El sujeto ignora por qué simboliza, pero desde su instinto de auto-conservación, irá forjándose la libido objetivada ligada al exterior. El sujeto, impulsado por la necesidad, será capturado por el objeto. La libertad no es inherente al ser humano. Para ubicarse en el espacio es indispensable la presencia del otro, ese otro que nos impregna de ritmos que dan acceso a la temporalidad. La soledad es trabajosa, nada similar al aislamiento que conduce al pánico, «es una conquista metafísica, porque nadie está solo, sino que ha de llegar a hacer la soledad dentro de sí», expresaba M. Zambrano (1955, p.286). ¿Self, preconsciente, narcisismo, objetos internos, alma? Distintos modos de acercarse a esa vuelta hacia sí mismo en la que se prescinde por momentos del entorno. En Abel Sánchez Unamuno lo refleja así: «Pues en la soledad jamás lograba estar solo, sino que siempre allí, el otro. ¡El otro!» Otro con el que entra en diálogos solitarios que alimentan más si cabe su amargura. Objeto que anula versus objeto que estructura. Identidad y libertad se funden, la una es condición de la otra.
FOTOS Existen infinitamente más hombres que aceptan la civilización siendo hipócritas, que hombres auténtica y realmente civilizados. S. Freud, 1915.
El mundo de la imagen no tiene que ver con el de dibujos y escritura de los cuentos; si encender la tele no necesita un aprendizaje especial, la lectura sí requiere intermediarios y un esfuerzo de elaboración. «Las pantallas contemporáneas modifican profundamente los circuitos de filiación», comenta Martine Fourre (2010, p.22). Para los niños, lo que dice la publicidad encarna al Otro y, en el trabajo de subjetivación, modela la imagen inconsciente que crean de sí; la publicidad busca lo inmediato, crea vínculos instantáneos con el espectador, captura. Veamos otra forma atípica de incorporar al tercero a través de un relato de M. Mbodji9: en algunos lugares de Senegal existe un rito de separación simbólica de un niño respecto a su madre con un simulacro de venta; «el objetivo es ayudar a comprender a la joven madre que solo ha servido para traer ese hijo al mundo y que este es hijo del grupo, de la comunidad, prioritariamente». El niño se aleja así de la madre contenedora sin mediación de la figura separadora que introduce la castración. En realidad, ambos modelos (el del pequeño frente a la tele y el senegalés) no están tan alejados como parece: cierta delegación de la función paterna a cargo de la organización social. El universo audiovisual irrumpe sin pedir permiso, nos desea antes de que el deseo despierte en nosotros. Crecen rebaños de 9
«Des ruptures du lien social...», en (Fourre y Collignon, 2010).
32
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
sujetos solitarios que buscan compañía a través de la misma tecnología que les aisló. Las experiencias interactivas constituyen un puente entre el mundo subjetivo del pequeño grupo familiar y el del niño, son vehículos de transmisión, vínculos mediadores que determinan en gran medida la capacidad social de un sujeto, su recorrido hacia el símbolo, su discurrir por la cultura. Trivium (gramática, retórica y lógica) y quadrivium (música, aritmética, astronomía y geometría) -en un pasado más reciente letras y ciencias-, han organizado el pensamiento científico en nuestra cultura. F. J. Girón reflexiona sobre la relación música/matemáticas en su discurso de ingreso en la Real Academia de las Ciencias; me permitiré extraer algunos datos. Galileo (cuyo padre compone, canta y experimenta con la música) caracteriza los intervalos musicales en términos de frecuencias; Kepler también se interesó por la música, Mersenne plantea a Descartes factores psicológicos, emociones que actúan en el oyente al percibir un fenómeno musical. Descartes (1618) indaga la relación entre los fenómenos físicos y psicológicos de la música, mientras Leibniz ofrece a Goldbach (1712) una definición de la misma como ejercicio aritmético oculto de una mente que ignora que está calculando. Por su parte, Douglas Hofstadter (Gödel, Escher, Bach) introduce la idea de un eterno y grácil bucle a través de las obras de Escher y el teorema de Gödel. Será a partir del siglo XVIII cuando se vayan distanciando ambas disciplinas aunque, como leemos en el discurso de Girón (p.19): «La música está relacionada con la percepción, las emociones y la fisiología del oído, por lo que el estudio científico del fenómeno musical trasciende el ámbito de la física y las matemáticas; lo que hace necesario, para su mejor entendimiento, combinar un número de ciencias diversas -además de física y matemáticas- como psicología, fisiología, historia, estadística, ciencias de la computación, semiótica y, por supuesto, la musicología.» Estoy a este y al otro lado del espejo, lo imaginario salpica ambas imágenes. El nuevo espejo de los niños es la pantalla del ordenador, es y no es los personajes que desfilan por ella. El tótem se extingue, más que investir una cultura, se invierte en ella, se trata de domesticar a través del mundo publicitario insuflando una fantasía de libertad gobernada en realidad por unos pocos. Publicidad, máquina de conversión en palabras de G. Péninou (1971, Communications n.17.), en la medida en que incide en el valor de los objetos que promueve.
DE VUELTA A CASA Tan esencial es colaborar con los demás como competir con éxito contra ellos. Mithen
Tracemos nuestro propio mapa impregnado de sujetos, paisajes y emociones, mapas arbitrarios, subjetivos y efímeros. Competencia y cooperación, dos requiebros necesarios herencia de una contradicción genética perfilada por la supervivencia: egoísmo (ley del más fuerte) y alianzas grupales (grupos más generosos subsisten mejor). Encarnamos un atlas surtido de frágiles láminas...
Introducción
33
Narciso y la ninfa Eco, mito de nacimiento y muerte, de simetría. J. P. Desgoutte (en Fourre y Collignon, 2010), apunta la existencia de un estadio del eco de la mano del conocido del espejo, en el sentido de que la primera imagen y la primera palabra percibidas se sitúan una y otra en ese lugar en que el niño reconocerá su propia imagen y su propia voz como fuentes de placer y de amor, del mismo modo que las voces o miradas de quienes le rodean. «Esta fase de maduración del sujeto humano interesa especialmente porque durante un tiempo muy breve, mezcla el sonido y la imagen, la palabra y la mirada» (Desgoutte p. 36). En ese lugar se tendrá la experiencia de la ausencia o la discontinuidad, la multiplicidad de imágenes y objetos que lejos de coexistir y estar disponibles en el mismo espacio o una misma temporalidad, pertenecen todos al mismo paradigma, excluyéndose unos a otros cuando dejan de ser virtuales para hacerse manifiestos. Tiempo y espacio nacen en ese marco. Tiempo y espacio, vertiginoso remolino en el que estamos viviendo una transformación prodigiosa. Guillebaud (Le Monde, 2010) detecta cuatro revoluciones simultáneas: económica con la globalización, cibernética, genética y ecológica. El Occidente que encarnó la modernidad se encuentra atrapado por sus propias reglas. «La idea de civilización sugiere algo inmutable, anclado en la historia. ¿En qué civilización estamos? En un intersticio donde tiene lugar lo esencial de la creatividad intelectual y artística». (Guillebaud, op. cit.). La Gran Guerra impulsó la nostalgia del pasado; en palabras de Samuel Llano (2013): «Las sospechas de que el progreso científico podía facilitar un conflicto armado, provocaron escepticismo respecto a la idea de evolución. Presente y pasado entraron así en una relación dialéctica. Conciencia presente, marcada por su relación ambigua con el pasado. Sensación de crisis que exacerba tradicionalismos.» Pero la nostalgia puede ser retrógrada -si queda anclada en la idealización de lo que se perdió- o impulsar vanguardias que reinscriben el pasado. Quizá podría decirse del pensamiento complejo que es inquieto, subversivo, bullicioso... la aventura no termina10.
A través de «viajealacomplejidad.blogspot.com» invitamos a mantener un diálogo permanentemente actualizado. 10
34
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
MAPA PARA EL CUARTO VIAJE A LA COMPLEJIDAD
Introducción
35
ISABEL SANFELIU
CAPÍTULO 1
Complejidad de las interacciones humanas LA HOMINIZACIÓN: LA REVOLUCIÓN BIOLÓGICA
1
Edgar Morin
Sabemos que somos animales de la clase de los mamíferos, del orden de los primates, familia de los homínidos, género homo, especie sapiens, que nuestro cuerpo es una máquina de treinta billones de células, controlada y procreada por un sistema genético constituido en el curso de una larga evolución natural de dos a tres millones de años, que e cerebro con el que pensamos, la boca por la que hablamos, la mano con la que escribimos son órganos biológicos. Pero este saber es tan inoperante como el que informa de que nuestro organismo está constituido por combinaciones de carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno... La biología está recluida en el biologicismo, concepción de la vida cerrada sobre el organismo de la misma forma que la antropología lo está en el antropologicismo, una concepción insular del hombre. Parecen satisfacerse con una sustancia propia, original. La vida parece ignorar la materia físico-química y la sociedad los fenómenos superiores. El hombre parece ignorar la vida. Se diría que el mundo está hecho por tres estratos superpuestos no comunicantes: Hombre-Cultura / Vida-Naturaleza / Física-Química Desde hace unos veinte años, la situación se ha modificado de forma radical, aunque todavía de manera casi invisible. Ya no existe esa frontera adiabática entre los tres dominios. Se han abierto fisuras en el seno de cada paradigma cerrado; estas fisuras son, al mismo tiempo, aperturas a otros dominios prohibidos hasta el momento y permiten la emergencia de nuevas perspectivas. LA LÓGICA DE LO VIVIENTE El giro comienza poco antes de 1950: Shannon (1949) con la teoría de la información y Wiener con la cibernética (1948) abren una perspectiva teórica 1 Trabajo cedido por el autor y traducido por I. Sanfeliu. Forma parte de su obra Le paradigme perdu: la nature humaine. París, ed. du Seuil, 1973.
38
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
aplicable al mismo tiempo a las máquinas artificiales, a los organismos biológicos y a los fenómenos socio y psicológicos. Poco más tarde, en 1953, el esfuerzo marginal de la biología molecular consigue abrir la brecha decisiva que lleva a la biología hacia lo «básico» a través del descubrimiento de la estructura química del código genético (Watson y Crick). El primer acto de la «revolución biológica» es muy conocido: esta apertura de la biología hacia lo «básico», es decir, las estructuras físico-químicas. Pero pocas veces se ha revelado que esta apertura hacia lo «bajo», era al mismo tiempo una apertura hacia lo «alto». Por el contrario, pudo parecer que la conversión molecular alejaba más que nunca a la biología de la realidad humana. Aparecía esencialmente como reducción de los fenómenos vivos a fenómenos físico-químicos y tenía que poner fin a la polémica entre «vitalistas» y «reduccionistas», en provecho de estos últimos. En efecto, se había demostrado que no hay materia viva, sino sistemas vivientes; es decir, una peculiar organización de la materia físico-química. Pero cuando los triunfadores insistían sobre los términos físico-químicos tendían a ocultar la paradigmática significación del término «peculiar organización», aunque fueran ellos los que pusieran de relieve dicha organización y la esclarecieran progresivamente en el transcurso de los años cincuenta y sesenta. La nueva biología no hacía más que llevar la vida celular a sus sustratos núcleo-proteicos. Descubría que el juego de combinaciones e interacciones de los millones de moléculas que constituyen el menor de los sistemas celulares, es estadísticamente improbable en relación con los procesos «normales» que deberían conllevar la descomposición del sistema y la dispersión de sus constituyentes. De esta forma, la nueva biología tuvo que apelar a principios de organización desconocidos en química, a las nociones de información, código, mensaje, programa, comunicación, inhibición, represión, de expresión de control. Todos estos conceptos tienen un carácter cibernético, en el sentido de que identifican la célula con una máquina informáticamente autocomandada y controlada. La aplicación a la célula -unidad fundamental de vida- de la noción de máquina, ya constituye en sí un suceso de capital importancia. Este suceso no fue auténticamente reconocido ya que se era más sensible a la connotación mecánica que a la organizativa del término. Sin embargo se trataba de un auténtico salto epistemológico (Gunther, 1962) en relación con la física clásica: la máquina es una totalidad organizada, no reducible a sus elementos constitutivos que no podrían ser correctamente descritos de forma aislada a partir de sus propiedades particulares; la unidad superior (máquina) no puede disolverse en las elementales, al contrario, aporta inteligibilidad de las propiedades que ellas manifiestan. Aún más, las nociones informáticas y cibernéticas, no solo se refieren a máquinas altamente organizadas, cada una entraña una connotación antropo-sociomorfa. Esto es lo sorprendente de esta apertura hacia lo «alto»: información, código, mensaje, programa, comunicación, inhibición, represión, etc., son conceptos
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
39
extraídos de la experiencia de las relaciones humanas y hasta entonces parecían indisociables de la complejidad psico-social. Lo extraordinario no era que pudieran aplicarse a máquinas artificiales ya que, a fin de cuentas, el control, el comando, el programa, eran producidos y fabricados por el hombre, integrados en las relaciones sociales. Lo realmente asombroso era concebir esta alta organización en la fuente de la propia vida, como si la célula fuera una sociedad compleja de moléculas regidas por un gobierno. Parecía por tanto que al mismo tiempo, las células, las máquinas, las sociedades humanas, podían obedecer a principios organizativos donde la cibernética, apta para aplicarse precisamente a esas diversas realidades, había realizado un primer (y rudimentario) ensamblaje. La nueva biología mataba tres pájaros de un tiro. Por una parte la íntima vinculación estructural con la química, insertaba radicalmente la vida en la fisis. Por otra, el vínculo cibernético realizaba un inusitado acercamiento a las formas de organización que se creían metabiológicas (la máquina, la sociedad, el hombre). Por último, el principio de inteligibilidad bio-cibernética se alejaba de los de la física clásica; esta no solo era incapaz de proporcionar la menor noción organizadora de carácter cibernético, sino que además su rama más compleja, la termodinámica, solo ofrecía un principio de desorganización (segundo principio). Aquí surgía un problema fundamental que Schrödinger (1945) ya había señalado. Mientras el segundo principio significa entropía creciente, tendencia al desorden molecular y a la desorganización, por el contrario vida significa tendencia a organización, a complejidad creciente; es decir, a la negentropía. Desde entonces se plantea el problema de la vinculación y ruptura entre entropía y negentropía, esclarecido por Brillouin (1959) a partir de la noción de información. Es la paradoja de la organización viviente, cuyo orden informativo construido en el tiempo parece contradecir un principio de desorden que se difumina en el tiempo; esta paradoja solo se puede afrontar a partir de una concepción que vincula estrechamente orden y desorden (lo que abordo en La Méthode I, La naturaleza de la naturaleza), que hace de la vida un sistema de reorganización permanente fundado en una lógica de la complejidad (cf. La Méthode II, La vida de la vida). Pero la nueva biología buscando la India encontró América: en el mismo acto que la abría al universo físico-químico, descubría los principios originales de la organización viviente, que permitían romper el bloqueo de lo «alto» que la cerraba a los desarrollos más complejos de la vida. Conscientes de haber realizado una gran revolución, pero inconscientes de la revolución aún mayor que no hacían más que esbozar, los biólogos moleculares no consideraron los conceptos cibernéticos que utilizaban ante todo como instrumentos que servían para aprehender la realidad físico-química última de la vida, y no como traductores de una realidad organizativa original. Tampoco prestaron apenas atención a la etapa metacibernética llevada a cabo por el matemático von Neumann, cuyas reflexiones en los últimos años de
40
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
su vida, se centraron en la teoría de los automata (von Neumann, 1966). Poniendo entre paréntesis la gran y evidente diferencia entre la más perfeccionada máquina artificial posible y la máquina viviente más elemental, mostró su distinta naturaleza. En cuanto se constituye la máquina artificial solo puede degenerar; mientras la viviente existe, aunque solo sea temporalmente, es generadora, no degenera, es apta para que crezca su complejidad. Pero el carácter auténticamente paradójico y revelador de esta diferencia, aparece si consideramos que una máquina artificial, aunque mucho menos fiable que una viva, está constituida por elementos más fiables. Así, por ejemplo, un motor de coche está constituido por piezas muy verificadas, pero los riesgos de avería son igual a la suma de los riesgos de deterioro de cada uno de sus elementos (bujía, carburador). La máquina viviente, aunque constituida por elementos poco fiables (moléculas que se degradan, células que degeneran), es extremadamente fiable; por una parte, es capaz eventualmente de regenerar, reconstituir, reproducir los elementos que se degradan; es decir, auto-repararse; por otra, puede funcionar a pesar de una «avería» local, es decir, lograr sus fines improvisando, mientras la máquina artificial como mucho es capaz de diagnosticar el error y luego pararse. Es más: mientras que el desorden interno -en términos de comunicación el «ruido» o el error- siempre degrada a la máquina artificial, la máquina viviente funciona con una parte de «ruido» y el incremento de complejidad, lejos de disminuir la porción de ruido tolerado, lo aumenta. Mejor todavía, parece tener entre ciertos umbrales, una íntima relación generadora entre el incremento del «ruido» o desorden y el crecimiento de complejidad. La complejidad surge para von Neumann como noción clave. No solo significa que la máquina natural ponga en marcha un número de unidades e interacciones infinitamente mayor que la máquina artificial, significa además que el ser vivo está sometido a otra lógica de funcionamiento y de desarrollo en la que intervienen la indeterminación, el desorden y el azar como factores de una organización superior o auto-organización. Esta lógica de lo viviente es sin duda más compleja que la que nuestro entendimiento aplica a las cosas, aunque este sea uno de los productos de dicha lógica. ¿Cómo comprender la lógica de un sistema que se auto-organiza reproduciendo sin cesar sus propios elementos constitutivos y se auto-reproduce a sí mismo en su globalidad? Tuvieron lugar tres simposios sobre este tema entre 1959 y 1961 (Yovits, Cameron, von Foerster) pero la idea se desmoronó: los intentos de la teoría sobre la auto-organización no podían, a diferencia de la cibernética que se aplicaba directamente a las máquinas informáticas, producir ninguna máquina dotada de caracteres vivos y, por otra parte, estas no podían fecundar ninguno de los descubrimientos concretos de la biología que, en lo esencial, trataba de identificar químicamente las unidades y las interacciones del sistema; demasiado formal todavía en relación con la investigación empírica, todavía prematura para aplicaciones prácticas. La teoría de la auto-
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
41
organización queda en estado embrionario; no ha fracasado pero permanece perdida esperando la nueva marea. La «revolución biológica» solo esbozada; el viejo paradigma está hecho migas, el nuevo no se ha constituido aún. Pero a partir de este momento, la noción de vida se ha modificado: implícita o explícitamente, queda ligada a las ideas de auto-organización y de complejidad. LA REVELACIÓN ECOLÓGICA La nueva teoría biológica, por muy inacabada que esté, cambia la noción de Vida. La nueva teoría ecológica, por muy en estado embrionario que se encuentre, cambia la noción de Naturaleza. La ecología es una ciencia natural fundada por Haeckel en 1873, que se propone estudiar las relaciones entre los organismos y el medio en que viven. Pero bien sea porque la preocupación ecológica subsiste empequeñecida en el conjunto de disciplinas naturales, bien porque el medio se concibe en lo esencial como un molde geo-climático tanto formativo (lamarckiano) como selectivo (darwiniano) en cuyo seno las especies viven en desorden generalizado donde no reina más que una sola ley, la del más fuerte o el más apto. La ciencia ecológica solo recientemente ha aceptado que la comunidad de los seres vivos (biocenosis) en un espacio o nicho geofísico (biotopo) constituye con este una unidad global o ecosistema. ¿Por qué sistema? Porque el conjunto de restricciones e interacciones en un nicho ecológico, constituye a pesar de y a través de peligros e incertidumbres, una autoorganización espontánea. En efecto, los equilibrios se crean y recrean entre tasas de reproducción y de mortalidad. Estas regularidades, más o menos fluctuantes, se establecen a partir de interacciones aleatorias. Se crean complementariedades por asociaciones, pero también antagonismos entre devorador y devorado, predador y presa; se forman jerarquías entre especies. Lo mismo que en las sociedades humanas, en la base de su sistema de organización no solo hay jerarquías, también conflictos y solidaridades; competición (matching) y alianzas (fitting) son algunos de los complejos fundamentos del ecosistema. A través de estas interacciones se constituyen ciclos esenciales: de la planta al herbívoro y al carnívoro, del pájaro al pez y el pájaro: un ciclo gigantesco transforma la energía solar, produce oxígeno, absorbe el gas carbónico y une a través de miles de redes el conjunto de seres del nicho al planeta; en este sentido, el ecosistema es una totalidad autoorganizada. Por tanto, considerar a la Naturaleza como organismo global, como ser matricial, no es un delirio romántico con la condición de no olvidar que esta madre está creada por sus propios hijos y que, además, también es madrastra, utilizando destrucción y muerte como medio regulador. La nueva conciencia ecológica debe cambiar la idea de naturaleza, tanto en las ciencias biológicas (para las que la naturaleza no era más que una selección de sistemas vivientes) como en las ciencias humanas (donde esta es amorfa y desordenada).
42
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
Lo que también debe cambiar, es el concepto de la relación ecológica entre un ser vivo y su entorno. Según el antiguo biologismo, el ser humano evolucionaba en el seno de la naturaleza, ciñéndose a extraer energía y materia dependiendo de su alimentación y necesidades físicas. Debemos a Schrödinger, uno de los pioneros de la revolución biológica, la idea capital de que el ser vivo no solo se nutre de energía sino también de entropía negativa (Schrödinger, 1945), de organización compleja y de información. La propuesta se ha desarrollado de diversas formas y podemos avanzar que el ecosistema es coorganizador y coprogramador del sistema viviente en que se encuentra integrado (Morin, 1972). Esta idea tiene una muy importante consecuencia teórica: la relación ecosistémica no es una relación externa entre dos entidades cerradas; se trata de una relación integradora entre dos sistemas abiertos donde cada uno es parte del otro constituyendo un todo. Cuanto más autónomo es un sistema vivo, más dependiente es del ecosistema; la autonomía implica complejidad, la cual supone una gran riqueza de relaciones de todo tipo con el entorno, es decir, es función de interrelaciones que constituyen con exactitud las dependencias que son las condiciones de la relativa independencia. La sociedad humana, que es la más emancipada en relación con la naturaleza, nutre su autonomía de multidependencias. Cuanto más grande es la complejidad ecosistémica, más capaz es ese medio para nutrir a la sociedad de riqueza y diversidad de alimentos y productos, más apto es para proporcionar la riqueza y diversidad del orden social, su complejidad. La individualidad humana, última flor de esta complejidad, es lo más emancipado y más dependiente respecto a la sociedad. El desarrollo y mantenimiento de su autonomía están ligados a gran número de servidumbres educativas (larga escolaridad, larga socialización), culturales y técnicas. La dependencia/independencia ecológica del hombre se encuentra en dos grados superpuestos e interdependientes entre sí, el del ecosistema social y el del ecosistema natural. Es lo que comenzamos apenas a descubrir... La ecología, o mejor la ecosistemología (Wilden, 1972), es una ciencia que nace y ya constituye una aportación capital a la teoría de la auto-organización de lo viviente y, en lo concerniente a la antropología, rehabilita la noción de Naturaleza y entronca en ella al hombre. La naturaleza ya no es desorden, pasividad, medio amorfo sino una totalidad compleja. El hombre no es una entidad cerrada en relación con esa totalidad compleja: es un sistema abierto en relación de autonomía/dependencia organizadora en el seno de un ecosistema. LA REVELACIÓN ETOLÓGICA La etología, que abre la biología hacia «lo alto», despega con éxito tras una decena de años, pero ese éxito no debe enmascarar que fue necesario mucho tiempo para que la obra de solitarios pioneros que observaban el comportamiento de los animales en su medio natural -y no en simplificadas condiciones de laboratorio- lograra un primer desarrollo. Mientras que la ecología modifica
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
43
la idea de naturaleza, la etología transforma la idea de animal. Hasta ahora, el comportamiento animal parecía regido bien por reacciones automáticas o reflejas, bien por impulsos automáticos o «instintos», al mismo tiempo ciegos y extraordinariamente lúcidos, cuya función era satisfacer las necesidades de protección, de supervivencia y de reproducción del organismo. Los primeros descubrimientos etológicos indican que el comportamiento animal es, al mismo tiempo, organizado y organizador. De entrada, surgen las nociones de comunicación y territorio. Los animales comunican; es decir, se expresan de una forma que es recibida como mensaje e interpretan como mensajes comportamientos específicos (Sebeok, 1968). Los mensajes no solo son sonoros como el canto de los pájaros, también son visuales (gestos, mímica), olfativos (secreción de sustancias químicas llamadas feromonas que comunican un mensaje al vecino o compañero). Se podría creer que estas comunicaciones son extremadamente simples y solo conciernen a la relación sexual. Pero de hecho vemos desarrollarse tanto sobre una base analógica como digital y en ocasiones ambas combinadas, comportamientos simbólicos o rituales, no solo de cortejo sino también de cooperación, advertencia, amenaza, sumisión, amistad, juego. Una cosa importante: ocurre a menudo que un comportamiento significativo, nacido de una determinada situación, se transporte fuera de ella para expresar un mensaje simbólico. Por ejemplo, un ánsar común, para expresar su dilección a un macho, mimifica una demanda de protección contra un ataque imaginario que significa: «tu eres mi macho» (Lorenz, 1969). En muchas especies de pájaros, la sumisión puede expresarse por una gran apertura del pico, lo que imita el comportamiento infantil de dependencia; la amistad puede expresarse por el gesto de ofrecer una brizna a un compañero, que es la traslación, en un dominio no sexual, de la invitación matrimonial «hagamos juntos un nido» (Wickler, 1971). De forma más amplia, imitar al niño o a la hembra pueden significar sumisión u ofrecer su respeto. Por otra parte, como subrayó Bateson (1955), el juego animal supone una comunicación sobre la naturaleza de la comunicación (meta-comunicación): mordisquear parece morder, pero significa lo contrario, jugar, es decir, amistad, no conflicto; el pseudo-conflicto lúdico se convierte en expresión de alianza. De forma que a través de lo que parece más evidente y simple, el juego, contemplamos emerger la complejidad en la comunicación, la que, de otra manera, se expresa con la astucia, el engaño, el camuflaje. Por tanto, la comunicación de los animales cubre ya un complejo campo semiótico y, sobrepasando en mucho las relaciones sexuales, conciernen a una gran variedad de relaciones interindividuales: sumisión, intimidación, acogida, rechazo, elección, amistad. Además, atañen a fenómenos organizacionales como la regulación demográfica, el desarrollo y la protección del territorio. Se ha insistido con acierto sobre la importancia de la noción de territorio para la mayoría de las especies animales, pero es un error aislar la noción preten-
44
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
diendo hacer de ella la piedra angular de la etología (Ardrey, 1967). De hecho, el territorio es la aplicación en el plano espacial (mapping) de una organización multidimensional de la vida animal, no solo el desarrollo de la esfera de actividades de un individuo, pareja o grupo, sino también la organización de la relación con otros -animal o pueblo- de territorios distintos. Mirando más lejos, la etología descubre que el sistema de comunicación suele unir a los individuos en una relación social invisible hasta el momento y, lo que parecía un conjunto informe, se revela como un orden organizado: incluso el gallinero no es un harén desordenado y sometido al gallo, sino una sociedad rígida, jerarquizada según el pecking-order, el orden de prioridad del picoteo que establece un perfecto rank-order entre las gallinas; la manada de lobos no es una horda conducida por un macho dominante, es una sociedad en la que la jerarquía se establece según un ritual de sumisión y que es capaz de utilizar una estrategia colectiva en el ataque y la defensa (despliegue de fuerzas para cortar la ruta al enemigo, maniobra de retaguardia para cubrir la huida del grueso del grupo). LA REVELACIÓN BIO-SOCIOLÓGICA La sociología humana se creía sin precedentes en el mundo vivo, de forma que las únicas sociedades reconocidas -hormigas, termitas y abejas- no solo parecían excepciones extraordinarias, sino ejemplos monstruosos de antisociedad al estar fundadas únicamente en la obediencia a un «instinto ciego». El biologismo, por su parte, no tenía ni la voluntad ni los conceptos para ir más allá de su paradigma organicista y concebía las sociedades organizadas de insectos como casos de especie y no como peculiares desarrollos de la sociología animal. De forma muy curiosa y reveladora, la sociología animal emerge en la periferia de la etología. Ligando los distintos descubrimientos de esta, es como actualmente se puede constituir una noción de sociedad. Esta sociedad desarrolla y defiende su base territorial, está estructurada jerárquicamente, pero esta jerarquía es resultado de competiciones y conflictos que se resuelven provisionalmente a través de relaciones interindividuales de sumisión y dominio; están concatenadas unas con otras y eso es precisamente, lo que constituye la jerarquía. Al mismo tiempo, la sociedad implica solidaridades frente a enemigos y peligros externos, y suscita actividades de cooperación muchas veces sutilmente organizadas y diferenciadas. La riqueza de las comunicaciones a través de signos, símbolos o ritos es, precisamente, función de la complejidad y multiplicidad de las relaciones sociales; la gran diversidad de individuo a individuo en pájaros y sobre todo en mamíferos, determina e incrementa esa complejidad. Todo ello significa que la sociedad, concebida como una organización compleja de individuos diversos, basada a la vez en la competencia y la solidaridad con un rico sistema de comunicación es un fenómeno extremadamente expandido en la naturaleza. Y estamos tan solo en los comienzos de la prospección. De todas formas se hace necesaria la sustitución del concepto sociedad por el
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
45
de horda, tribu, colonia en cuanto se descubre la compleja organización de estos grupos. También aquí, es en torno al concepto de organización donde emerge una nueva complejidad bio-sociológica, y es alrededor del concepto complejidad como emerge la fisonomía de la organización social. De aquí en adelante, se puede concebir que la sociedad es una de las formas fundamentales y ampliamente expandidas -de forma muy desigual y diversamente desarrollada- de la auto-organización de los seres vivos. La sociedad humana aparece como una variante y desarrollo prodigioso del fenómeno social natural; por tanto, la sociología -ciencia humana- pierde su insularidad y se convierte en la coronación de la sociología general -ciencia natural- (Moscovici, 1972). Es decir, las consecuencias de la etología y sociología animales son igualmente mortales para el paradigma cerrado del antropologismo. Ni la comunicación, ni el símbolo, ni el rito, son exclusividad humana, sino raíces que se remontan lejos en la evolución de las especies. Por la misma razón que es evidente que la especie humana no inventó los comportamientos de cortejo y sumisión, la estructuración jerárquica del grupo o la noción de territorio (Cosnier, 1969), la sociedad no es invención humana. Incluso algunas características de nuestras sociedades (ambigua vinculación y tensión entre conflictos y solidaridades, entre oposiciones y complementariedades, combinación de diferentes individuos en un sistema de comunicaciónorganización) emergen ya en muchas de animales. El orden social humano ya no se puede oponer al desorden del comportamiento animal; las complejas incertidumbres que reinan en el seno de nuestra sociedad (variabilidades, conflictos y tensiones que implican) ya no se pueden oponer a las restricciones mecánicas que imperan en grupos animales. En las sociedades animales y sobre todo de mamíferos, existe un orden complejo que implica cierto desorden o «ruido» como ingrediente indispensable de su complejidad. Todo esto, que no está más que esbozado en la etología animal, aparece de pronto en los magníficos trabajos de primatología de los últimos diez años. Esta vez, no es solo la idea de sociedad lo que cambia, lo hacen también la de mono y la de hombre. LA ARKHEO-SOCIEDAD Hemos denominado paleo-sociedad a la que precede a sapiens. Llamamos arkheo-sociedad a la de la prehistoria enciclopédica. El término arkhe significa principio, base, origen. Para nosotros no es el homo sapiens quien funda la sociedad, ni el homínido, ni siquiera el primate; esta se refunda en cada nuevo proceso de complejidad crecente. La arkheo-sociedad no es, por tanto, el último fundamento. Es nueva fundación, segundo nacimiento de la sociedad humana, aunque primer nacimiento de la sociedad enciclopédica, por tanto, prototipo fundamental de todas las sociedades enciclopédicas prehistóricas. Todavía algunas precauciones: pensamos que la paleo-sociedad, lejos de disolver, se integra en la arkheo-sociedad como paleo-estructura y que, por otra
46
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
parte, los lineamientos de la arkheo-sociedad se elaboran previamente al sapiens. Si la complejidad del cerebro y lo social son dos formas en interacción del mismo proceso, no sabríamos determinar una brusca ruptura. Pero podríamos pensar que el incremento de la complejidad cerebral que se efectúa con el homo sapiens, se va a traducir por: a) una mayor complejidad micro-social (individuo-familia), macro-social (apertura al exterior por la exogamia, intercambio, alianza) y una mayor complejidad del sistema de comunicaciones; b) una nucleación cultural a partir del mito de la magia. Para concebir a la paleo-sociedad no solo hubo que reflexionar sobre las aportaciones extremadamente fragmentadas e inciertas de la arqueología homínida; también hizo falta, a partir de recientes descubrimientos sobre las sociedades de antropoides y de la etnografía de las sociedades arcaicas actuales, imaginar algo que evolucionó más allá de unas y más acá de otras. La prodigiosa diáspora que extendió a homo sapiens por todo el planeta en algunas decenas de miles de años, es la de la arkheo-sociedad y fue acompañada de una extraordinaria diversificación de razas, etnias, culturas, lenguas, mitos, dioses... La cultura La función generadora de la cultura se incrementa en la arkheo-sociedad con el desarrollo de reglas organizativas, la multiplicación e incremento de complejidad de habilidades técnicas, la mayor complejidad del lenguaje. En lo que concierne a este, todo conduce a creer que, en tanto que sistema de doble articulación, fue concebido por los predecesores de sapiens. Pero probablemente con sapiens efectúa un último salto cuantitativo y cualitativo a través de la intensificación de micro-comunicaciones (relaciones en el seno de la familia y entre individuos) y macro-comunicaciones en la sociedad y entre sociedades. De hecho, las lenguas de los grupos menos evolucionados que conocemos, tienen una complejidad de estructura igual a la de nuestras lenguas modernas. Pero la característica de la arkheo-cultura es mucho más que el desarrollo de una cultura surgida ya en el periodo homínido: es una nueva nucleación noológica, ligada al surgimiento del mito y la magia en sapiens. Todo sucede como prodigiosa proliferación de mitos, ritos, magia parásita como la hiedra en el ya muy complejo edificio social pero, al mismo tiempo, ocurre como si constituyera un cemento integrador que se desliza a través de todas sus ranuras. Parece que el cerebro de sapiens produce explicaciones para cualquier cosa, las legitima o mezcla inextricablemente con una lógica ordenadora, con una increíble sutileza interpretativa, profundas intuiciones, fantasías arbitrarias. También el mito y la magia instituyen ese compromiso «neurótico», es decir, adaptativo entre, por una parte, la curiosidad/ansiedad de sapiens, sus contradicciones internas y, por otra, las realidades exteriores del mundo y las realidades organizativas de la sociedad. De forma que la mitología arcaica integra noológicamente a la sociedad y al hombre en el mundo...
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
47
LO SOCIAL EN LAS CIENCIAS DE LA COMPLEJIDAD: LA APORTACIÓN DE EDGAR MORIN Rafael Pérez-Taylor
La noción de pensamiento complejo se recarga fundamentalmente en la obra de Edgar Morin, cuyos trabajos acerca de la complejidad se remontan a la década de 19702, fecha en la cual da los primeros pasos para intentar ordenar y sistematizar la dispersión producida en la taxonomía positivista del pensamiento simple, en las llamadas ciencias duras y blandas. El recorrido ha sido largo, buena parte del trayecto lo hizo en solitario y es en la última etapa de su ambicioso cometido cuando se suman algunos acompañantes. Pensar la complejidad como un sistema que puede autoorganizarse presupone ver la ciencia como un todo, para que los métodos de análisis transiten de la disciplina, la multidisciplina y la interdisciplina para llegar a la transdisciplina. Desde esta perspectiva, el pensamiento complejo tuvo en sus inicios una fuerte carga antropológica, estableciéndola como punto de partida, para después alimentar las relaciones de construcción a través de una espiral que permite regresar al mismo punto en un nivel diferente. El pensamiento complejo está animado por una tensión permanente entre la aspiración a un saber no parcelado, no dividido, no reduccionista y el reconocimiento de lo inacabado e incompleto a todo conocimiento. (Morin 1990, p. 22)
Lo señalado por Morin lleva a establecer que la contraparte del pensamiento complejo es el simple y que este, a lo largo de su trayectoria, se ha caracterizado por parcelar, dividir y dar por terminado el conocimiento al término de un proceso. Esta forma de socavar el orden de naturaleza, cultura y sociedad ha organizado el mundo en procesos limitados, que no dan cuenta de un universo en constante movimiento y con formas de organización que se actualizan permanentemente. Sus dicotomías, lejos de dar soluciones viables, ideologizan el terreno de las ciencias a través de la especialización y la hiperespecialización. En este contexto, el pensamiento complejo intenta crear un conocimiento circular, que modifique el sentido por la separación cuasi infinita de las partes, para poder denotar en su existencia un conocimiento en-ciclo-pédico. Es decir, un conocimiento en ciclos que den cuenta de diferentes líneas en el tiempo y en el espacio, para que el sujeto quede inmerso como productor de conocimiento, tarea que lleva a constituir un protocolo dialógico-dialéctico que instruya el orden de la realidad bajo una perspectiva compleja. Pensar en esta línea lleva a sostener que el todo no es igual que sus partes, y que existe la necesidad de conocer ese todo bajo la perspectiva de procesos que 2
Las primeras publicaciones de Edgar Morin datan de la década de los cincuenta.
48
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
eslabonan en su construcción diferentes posibilidades que producen diferentes escalas en la producción de conocimiento. El movimiento originado deja ver que no existe nada inmóvil en el universo y que este siempre está ajustándose al tiempo en el que se desenvuelve; sus fluctuaciones devienen materialmente en la existencia de cada momento, como un proceso recurrente que permea la totalidad de fenómenos en el mundo de las acciones posibles. El trabajo de Morin tal como él mismo lo describe (op.cit; p. 39): Es un movimiento sobre dos frentes, aparentemente antagonistas, pero inseparables a mis ojos. Se trata, en consecuencia, de desarrollar al mismo tiempo una teoría, una lógica, una epistemología de la complejidad que pueda resultar conveniente al conocimiento del hombre.
Su propuesta transgrede el orden establecido para marcar en el giro una nueva correspondencia que le ubique en un orden que permita aglutinar la totalidad de las ciencias en un modelo que tenga como principal objetivo la unidad del hombre. En el saber imperante durante la mayor parte del tiempo en la sociedad occidental, el hombre ha sido contemplado de forma fragmentada y sin brújula. Los intereses de buena parte del conocimiento científico han servido para apoyar a las minorías del planeta y para usufructuar grandes ganancias comerciales, industriales o militares a gobiernos sin escrúpulos. (Véase, por ejemplo, las industrias alimentarias o farmacéuticas). En este sentido, la ciencia en cualquiera de sus múltiples posibilidades ve disminuida su capacidad de investigación y lo poco que queda va a servir a los intereses de unos cuantos programas estatales y privados. Me refiero, por ejemplo, a la educación pública y laica en el México del siglo XXI. Ya todo ha sido dicho y todo está siempre por decir, hecho que, por sí mismo, podría conducir a desesperar. De eso se trata en cualquier discusión referida a las cuestiones políticas fundamentales. Para la humanidad moderna, tales son las relaciones entre su saber y su poder; más exactamente: entre el poder en constante crecimiento de la tecnociencia y la impotencia manifiesta de las colectividades humanas contemporáneas. El término relación ya no sirve. No hay relación. Existe un poder de la tecnociencia contemporánea –que básicamente es impotente-, poder anónimo en todos los aspectos, irresponsable e incontrolable (ya que no se puede asignar a nadie) y por el momento (momento bastante largo a decir verdad), una pasividad completa de los hombres (incluyendo a científicos y técnicos por el hecho de ser ciudadanos). Castoriadis, 2008, p. 45.
Otro punto de referencia en el contexto de la política internacional y global fue la caída del Muro de Berlín en 1989; marcó el fin de un mundo bipolar que mantenía algunos equilibrios. Formas de hacer ciencia sucumbieron y quedó abierta la posibilidad de una ciencia materialista suficientemente fuerte como para ir incorporando lo mejor de ese pasado al proceso de unificación neoliberal. Una ciencia radical que diera cuenta del universo, la naturaleza, las culturas y de todos los seres vivos; así emerge la complejidad, como una oportunidad para dar cuenta de las problemáticas por venir.
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
49
Sin embargo, esta ciencia basada en un sistema complejo no siempre ha estado al alcance de las mayorías. La complejidad se ha enfrentado desde su nacimiento a situaciones donde las políticas gubernamentales socavan el quehacer de la ciencia y una ciencia de minorías solo hace posible el control social de las mayorías. Contexto en el que la complejidad puede ser una ideología o una ciencia comprometida con la sociedad global, como era la intención de Edgar Morin en los inicios de su trabajo. Hoy por hoy este postulado ha ido cambiando a favor de una universidad privada del conocimiento3. Los años han transcurrido desde que se inició este tipo de investigaciones, el recorrido es largo pero el cúmulo de conocimiento de las últimas décadas ha dejado ver en diferentes líneas de investigación que existen diferentes vías para tratar la complejidad, estos caminos salvaguardan de alguna manera el quehacer de la ciencia. Voy a dar continuidad a un cierto rumbo de la complejidad, esta historicidad es arbitraria y denoto lo que a mi parecer son los momentos importantes de construcción; no dialogo con la ideología, solo marco el camino como parte de un proceso que aún esta en sus inicios. UNO DE TANTOS INICIOS DE LA COMPLEJIDAD La complejidad se inicia, sobre todo, desde la física y las matemáticas. Más tarde en la biología y de ahí su tránsito a las humanidades y a las ciencias de la sociedad y la cultura. Diferentes momentos en la historia de las ciencias que han dejado su marca a partir de llegar al límite parcelario de sus propias disciplinas. Ir más allá posibilitó el cuestionamiento progresivo de cada proceso. Doy como un primer paso en esta integración los tres tomos publicados por Édition du Seuil de Paris, del coloquio de 1972 que se llevó a cabo en el Centre Royaumont pour une science de l´homme, organizado por M. Piattelli-Pamarini y E. Morin, donde participaron entre otros: H. Atlan, G. Balandier, A. Béjin, J. P. Changeux, H. von Foester, F. Jacob, E. Le Roy Ladurie, S. E. Luria, J. Monod, S. Moscovici, y D. Sperber, algunos de ellos grandes académicos premios nobel en sus respectivas disciplinas. El motivo de esta reunión era la discusión de una ciencia que diera cuenta de los procesos humanos de larga y corta duración titulados genéricamente L´unité de l´homme y en concreto: 1, Le primate et homme; 2, Le cerveau humain y 3, Pour une anthropologie fondamentale. En estos tres libros se trabaja la necesidad de establecer una ciencia total en cuanto a la vida humana, desde la aparición de los homínidos hasta el presente. Diferentes líneas de tiempo y espacio se entrecruzan en el devenir de los procesos físico-químicos-biológicos hasta llegar a la organización social y cultural, pasando por la construcción cognitiva: el entramado de procesos no podía ser tratado por una sola ciencia, así nace el análisis transdisciplinar. El prefijo trans establece un corredor entre varias disciplinas; en una sola ciencia no es 3
Véase Multiversidad Mundo Real Edgar Morin. www.multiversidadreal.org
50
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
posible abarcar una totalidad de conocimiento, es necesario transitar a otras para poder enfocar mejor al objeto estudiado. Distintas técnicas de investigación producen un nuevo conocimiento, que a su vez crea vínculos y nexos que construyen una espiral de procesos sobre un mismo tema en diferentes niveles de producción; en ese momento se han roto las barreras disciplinarias. En el inicio del siglo XX se produce el inicio de la complejidad de forma aún dispersa; debemos a Edgar Morin un primer intento de ordenamiento de todo aquel caudal de conocimientos. Es una nueva forma de construir el universo, un conocimiento que aglutina en su seno la organización y la autoorganización de los procesos científicos desde una posibilidad compleja. En 1973 publica el Paradigma perdido, donde prosigue su investigación acerca de lo físico-químico, incluyendo la vida animal en relación con lo humano y la pertinencia de la cultura (Solana Ruiz, 2001, p. 140), en el sentido de poder construir en el espacio de lo humano-cultura, lo relacionado con la naturaleza. Explorará luego la ética de lo político en la ciencia; dice Morin que, a falta de una conciencia en las ciencias, en la política, la naturaleza y la historia, solo la complejidad ayudará a comprender el tomar partido por una conciencia política en la ciencias, por el beneficio real a las sociedades a nivel planetario. A su vez, este texto abre camino para sus siguientes trabajos sobre El Método, obra a gran escala en la que se busca el sentido histórico-cosmogónico de los sistemas inorgánicos y orgánicos que pueblan nuestro universo, desde el nivel micro al macro, estableciendo conectores a través del bucle tetralógico en cada nivel de sí en su perspectiva de lo que debe ser la en-ciclo-pedía, mejor conocida como conocimiento en ciclos que regresan al mismo lugar en otro espacio temporal. En La naturaleza de la naturaleza, Método I, el autor articula las ciencias del hombre con las de la naturaleza; para elaborar el método del pensamiento complejo, edifica su estudio en la relación orden/desorden/ organización para darle al sentido cognoscente una nueva opción de recorrido. En Método II, la vida de la vida. Establece los conectores desde las ciencias de la vida con la teoría de la evolución, para dotar a esta de una perspectiva no lineal. Así puede comparar el micro universo con el macro; establece diferentes conectores de vida con no-vida, como parte de procesos que producen continuidades en el largo viaje por las formas de organización y auto-organización de la vida. En Método III, el conocimiento del conocimiento introduce en el Libro Primero la antropología del conocimiento. En él, nos conduce a la paradoja siguiente: el constructor de conocimiento debe a su vez convertirse en objeto del mismo. Es decir, el hacedor de la ciencia forma parte intrínseca de su propio quehacer; en esta etapa se produce un doble vínculo que hace emerger el juego de contrarios con el dialogo del proceso que posibilita una relación dialógica-dialéctica según la que cada ciencia por sí sola no tiene sentido. Con Método IV, Las ideas, Morin se adentra en la antropología del conocimiento desde la perspectiva cultural del libro anterior, acercándose al pensa-
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
51
miento de Gregory Bateson (1936) y su ecología de la mente esbozada en Naven, donde la propuesta se construye a través de las relaciones espíritu/cerebro humano; ideado como una antropología del conocimiento, base sustancial de la producción de cultura. En Método V, La humanidad de la humanidad. La identidad humana, recorre su obra anterior para dar a su noción de conocimiento el carácter de búsqueda ontológica y epistémica. Por último, Método VI, La ética, da cuenta de las relaciones de este concepto con la política y la ciencia; atraviesa la relación de la moral desde una perspectiva antropológica, histórica y filosófica en la construcción de una conciencia intelectual. Edgar Morin se convierte en el sistematizador del pensamiento complejo, intenta producir principios que ayuden a comprender el universo en el que estamos insertos. Evidentemente, sus análisis en el terreno de la Física, Matemáticas, Biología, y Química principalmente, han sido superados en muchos de sus rubros, al igual que lo sostenido sobre Paleoantropología de los homínidos. Nuevos descubrimientos en laboratorio, experimentación y trabajo de campo han abierto prerrogativas que no pudieron ser contempladas por Morín. De cualquier forma, su trabajo invita a pensar el saber tradicional como fuente de primera mano; desde una relación dialéctica-dialógica busca la complejidad y encuentra en su camino variables no concebidas en el pasado, para denotar que nos encontramos en la prehistoria, la de la edad de hierro planetaria, prehistoria de una posible sociedad-mundo y aunque siga siendo prehistoria de la mente humana, puede que sea prehistoria de la era técnica, como expresa el propio Morin,(2001, p.329). Por otra parte, hay otras tradiciones en la complejidad que provienen en su mayoría de la física, las matemáticas y la biología; en esta línea se encuentran los trabajos del Instituto de Santa Fe que, desde su fundación en 1984, creó un núcleo de físicos, matemáticos e informáticos que dieron a la complejidad el giro computacional que se convierte en ojo del observador, cuantificando cantidades inimaginables de datos en un intento por salir del discurso e ingresar en un conocimiento perfecto desde el mundo digital (Lewin, 1992). El análisis realizado se basa en establecer diferentes escalas del sistema. Solo se pueden entender los sistemas complejos utilizando ordenadores, porque son en gran medida no lineales y están más allá de los análisis matemáticos convencionales. Chris Langton.
Añadió que por ahora pocos biólogos son conscientes de la complejidad tal como se entiende en el Instituto de Santa Fe. El inicio de sus investigaciones en sistemas complejos se lleva a cabo a través de la vía digital, para poder apuntalar cantidades de información a gran escala y elaborar nuevas formas de ver el hecho real. Esta construcción de proyectos posibilita ir más allá de la investigación bibliográfica realizada por Edgar Morin, aunque hay que reconocerle haber construido el aparato conceptual más importante hasta ese momento, además de argumentar en torno a un sistema complejo inmerso en el cogito; es
52
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
decir, en el espacio analógico. En principios de los noventa, la complejidad tiene una doble vertiente: la analógica encabezada por el pensamiento francés en su mayoría y la digital por el mundo anglosajón, dos formas que se complementan entre sí, para dar una idea completa de aquella. Ninguna teoría puede ni debe auto-referenciarse, pues incurre en una tautología; la referencia ha de venir del exterior y su comprobación comparativa nos ubica en un sistema de orden que posibilita el recorte desde fuera de él. En este sentido, los trabajos de Gödel4 (1931) se desarrollan a través de su teorema sobre la incompletud, que afirma que la verdad de un sistema no puede definirse por el propio sistema. Este punto ubica en el ámbito de la complejidad, donde cada universo tiene sus reglas internas. Para conocer el sistema es necesario saber los alcances del mismo, y luego reconocer otros que ayuden a constituir el vinculo con otro sistema en una relación de tiempo y espacio. Si la salida del sistema nos sitúa en el terreno de construcción de escalas de tiempo que esclarezcan cada espacio de estudio, podemos denotar que dichas escalas en su nivel abstracto e histórico nos ubicarían en regímenes de historicidad, entendidos como los diferentes procesos que han llevado al universo a su gradual complementariedad y donde la especie humana ha llegado a construir una de las posibles historias de la cosmogonía y de la historia del planeta. El tema de una historia a todas las escalas es explicar cómo pueden existir estas entidades, cómo nacen, evolucionan y al final perecen. Cada escala tiene sus propias reglas, pero la sorpresa es que algunos principios transformacionales subyacentes podrían ser universales. Por eso Fred Spier ha aducido que, a nivel básico, la gran historia trata de «regímenes». Se ocupa de las frágiles pautas ordenadas que aparecen en todas las escalas y de sus modalidades evolutivas. Así pues, un tema fundamental de la gran historia será la validación de reglas de transformación en las diferentes escalas, a pesar de las diferencias fundamentales que existen en la esencia de todo cambio. La historia humana es distinta de la cosmológica, pero no totalmente distinta. D. Christian (2004, pp. 26-27)
La conformación de la Gran Historia, en el sentido que le dan Spier y Christian, obedece a un acercamiento a los inicios del pensamiento de Morin, en la medida en que la historia de la cosmogonía y de la naturaleza se entrelazan en diferentes escalas de la evolución humana. Cada escala determina una línea en el tiempo que ofrece una cartografía, establece las marcas cósmicas, planetarias y humanas como una constante que delimita en su conformación a esta forma de hacer historia en la perspectiva compleja. Distintas escalas en el tiempo, denotan diferentes niveles de clasificación para ordenar las culturas del mundo, donde se desarrollan vínculos entre estas y la naturaleza, para dar cuenta de procesos entre lo micro y lo macro. El reconocimiento producido conduce paulatinamente a una idea de hombre inserto en Su segunda conclusión es aún más revolucionaria: muestra la limitación del método axiomático. Los Principia son esencialmente incompletos. Véase Nagel y Newman, 1994; pp.76-77. 4
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
53
sistemas de organización que parten del desarrollo de la técnica hasta llegar al pensamiento científico; el cruce se produce en el acto político que avanza conforme los estados tienen un mayor interés en la ciencia. Parece que la ley básica de la complejidad es que aparece paso a paso, conectando formas ya existentes con otras mayores y más complejas, a otras escalas. Hecho esto, algunas formas articulan sus elementos en un orden nuevo, más estable y duradero que el de las pautas organizativas que las crearon. Estos procesos originan la escala de niveles de complejidad que vemos en el universo, porque en cada escala entran en juego otras leyes de construcción y cambio. Estas leyes se denominan propiedades emergentes, porque no se derivan de las propiedades de los elementos iniciales… (Christian, op.cit.; p. 604).
Si somos producto de una emergencia, condicionamiento, imitación, camuflaje, se convirtieron a lo largo de la evolución en un principio de permanencia. COMPLEJIDAD HUMANA A partir de un reconocimiento del hecho real en las diferentes líneas del tiempo, la cantidad de eventos acaecidos en la naturaleza, entendida esta como el sistema de organismos vivos que se organizan, auto-organizan y reorganizan en el sistema de posibilidades para permanecer, denotan la capacidad de dejar huella de su existencia en algún lugar del universo. Entendido este como la relación de espacio-tiempo-sujeto que permite al presente vivido manifestarse tras de sí. De lo inanimado a lo animado, de lo inmaterial a lo material, de lo intangible a lo tangible, una organización solo puede sobrevivir a partir de leyes y procesos que enuncian el movimiento en el que se encuentran. Dicha movilidad nos dice que existe (ontología) y en su desenvolvimiento (epistemología) vemos cómo traducir esa existencia en un proceso dialécticodialógico que ubica en el ordenamiento de lo que no conocemos, lo que equivale a sostener que en el caos hay orden. A lo largo de la historia, las diferentes civilizaciones han tratado de resolver el espacio con magia y religiones; finalmente las ciencias produjeron el conocimiento del axis mundi, como un proceso en continuidad permanente, donde rupturas, discontinuidades y desórdenes fueron causa del olvido, para dar a la ciencia cierto orden a partir de un pensamiento simple que cubriera el camino de las taxonomías, las particularidades y la hiperespecialización. En este contexto, aparece como posibilidad ontológica y epistémica la complejidad como una forma integradora de los diferentes niveles del hecho real donde quiera que se encuentre. Tener una perspectiva de cada uno de los procesos que ha desarrollado el conocimiento del macro y del micro universo lleva a la construcción de procedimientos, modelos, técnicas y herramientas de investigación que conducen a una complejidad humana como sistema de herramientas que proporciona verosimilitud a lo estudiado. La evolución de nuestra especie ha tenido a lo largo de miles de años diferentes procesos de comportamiento social, cultural, tecnoló-
54
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
gico y científico, en el que la violencia, el conflicto y el desarrollo de las capacidades cognitivas han posibilitado comprender pasado y presente. Pero, sobre todo, la complejidad enseña que no somos producto de un solo vértice del pasado, hay muchos más en los que no hemos entrado. Existen muchas formas del pasado abortadas por el conocimiento y las políticas de cada espacio histórico y únicamente a través de la complejidad humana podremos adentrarnos en nuevos objetos de estudio que ayuden a comprender mejor el tiempo. La ciencia, en el contexto de la complejidad humana, conduce a pensar en el nivel de los epistemes para ver el hecho real desde una perspectiva transdisciplinar. Lo que equivale a sostener que existe una ciencia central que entra en una dialógica permanente con otras ciencias, para buscar en el análisis el encuentro con diferentes ordenamientos que denoten un proceso común; el movimiento producido diseña un bucle que, a través de la espiral construida, cambia de escala en el sentir de la producción de conocimiento. Esta movilidad debe comprenderse como complejidad humana.
EXTENSIONES BIOLÓGICAS Y SOCIALES DE LA FÍSICA CUÁNTICA
5
Jesús Ibáñez La historia real es la suma de todas las historias virtuales
RELATIVIDAD Y FÍSICA CUÁNTICA SACUDEN LAS CIENCIAS SOCIALES Los sociólogos y psicólogos que se pretenden científicos (los «cuantivistas») toman la física como ciencia modelo. Lo malo es que adoptan como modelo la física de Newton, sin tener en cuenta las revoluciones relativista y cuántica. Pero, al fin (y gracias a los sociólogos «cualitativistas»), estas dos revoluciones están sacudiendo la sociología y la psicología. Las mecánicas relativista y cuántica no cancelan la mecánica newtoniana: la delimitan. Hoy sabemos que una vale para móviles de velocidad casi nula en relación a la velocidad de la luz (la relativista) y otra para la masa casi infinita en relación a la masa de un electrón (la cuántica). Las revoluciones relativista y cuántica distorsionan la relación sujeto/objeto. En mecánica newtoniana, el sujeto está separado del objeto. En la relativista, el sujeto es deformado por el objeto: sus parámetros básicos –como espacio, tiempo y velocidad– quedan transformados cuando observa/manipula el objeto. En mecánica cuántica, el objeto es deformado por el sujeto al observarlo/manipularlo. El sujeto es –respectivamente- absoluto, relativo y reflexivo. En mecánica newtoniana, puesto que sujeto y objeto no se deforman entre sí, existe una posición absoluta para el sujeto: un lugar privilegiado para el acceso a la verdad, 5
Publicado en los nº 6 y 7 de Tendencias 21, 1988. Derechos cedidos por sus editores.
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
55
el lugar del sujeto transcendental kantiano. En mecánica relativista, puesto que el sujeto es deformado por el objeto, hay posiciones relativas para el sujeto: el acceso a la verdad exige una conversación entre todos los observadores posibles (pues la observación es relativa a las condiciones de observación), los lugares de la intersubjetividad transcendental. En ambos supuestos, hay uno o dos lugares transcendentales: el sujeto puede observar/manipular los objetos desde uno o varios lugares exteriores a ellos. En mecánica cuántica, finalmente, puesto que el objeto es deformado por el sujeto, no hay posición exterior para el sujeto: sujeto y objeto desaparecen en la relación/operación de observación/manipulación, lo que observa/manipula el sujeto no es un objeto, sino la observación/manipulación de este. El sujeto se hace reflexivo. Así como Kant codificó en términos filosóficos la concepción newtoniana del mundo, se está codificando la relativista/cuántica (aún no están unificadas las dos concepciones, pero se procede rápidamente –Hawking, Wheeler, etc.- a la cuantización de la relatividad). La nueva situación se está traduciendo filosóficamente. Hasta hace poco, se creía que la verdad era alcanzable conjugando una prueba teórica (coherencia del discurso) y una empírica (adecuación a la realidad). Hoy sabemos que ambas son paradójicas, porque son autorreferentes: la prueba teórica exige pensar el pensamiento (incompletitud de Gödel), la prueba empírica pide medir la materia con instrumentos (tendremos una partícula), si determinamos el estado de movimiento indeterminamos la posición (tendremos una onda); de ahí la complementariedad partícula/onda. El proceso de conocimiento empírico y teórico nunca termina. La verdad es perseguible, pero no alcanzable. La incompletitud de Gödel introduce en la teoría una reflexión relativista: la verdad de una proposición es relativa a los axiomas que fundan su teoría. La indeterminación de Heisenberg introduce en la empiria una inflexión cuántica (reflexiva): observación (extracción de observación) y la manipulación (inyección de neguentropía) son reflexiones del objeto sobre sí mismo; el sujeto (observador/manipulador) es un espejo –refleja y refracta- que el universo pone en su corazón. LA MEMORIA DE LA SOCIEDAD La memoria de la sociedad se ha depositado: primero en los cuerpos (cuando la comunicación era oral); luego en papel (cuando era escrita); finalmente en bancos de datos (mediante dispositivos electrónicos –computadoras-). En la fase de comunicación oral, la relación privilegiada era sujeto/sujeto: la verdad se fundaba en la certeza subjetiva (absoluta). En la fase de comunicación escrita, la relación privilegiada es sujeto/objeto. El modelo era un lector ante un libro. El lector está fuera del libro, y hay muchas lecturas posibles (relatividad). La página del libro era el modelo del objeto. La captación de la verdad del objeto era una simplificación: la página es una superficie plana (un espacio de n-1 dimensiones). Por eso se dice en inglés ex-plain (proyectar sobre un plano) y en
56
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
castellano ex-plicar (deplegar, reducir en una dimensión). El modelo de captación de la verdad era analógico (visual). La aprehensión de la verdad es una complicación: el sujeto es una dimensión complementaria del objeto (el observador/manipulador introduce una dimensión más en el sistema). El operador es interior a la computación, establece con la computadora una relación/operación del tipo estímulo/respuesta; cuando los computadores sean inteligentes podrá conversar con ellos. Principio de complementariedad El principio de complementariedad puede extenderse del campo de la física a los de la biología y la sociología. La complementariedad partícula/onda tiene ecos biológicos (organismo/especie) y sociales (individuo/sociedad). En conjunto, podemos distinguir tres niveles: elementos, estructura (conjunto de relaciones entre elementos) y sistema (conjunto de las relaciones entre relaciones – relaciones entre estructuras o cambios de estructura-). Un individuo puede ser considerado en esos tres niveles: como individuo, como nudo de relaciones sociales y como operador (observador/manipulador) del cambio de las relaciones sociales. El primer sentido, lo trata la psicología, el segundo la sociología estática (estructura social), el tercero la sociología dinámica (cambio social). La investigación social puede tener como referente uno de estos tres niveles: la perspectiva distributiva (encuestas) en cuanto elemento; la perspectiva estructural (grupos de discusión) en cuanto nudo de relaciones; la perspectiva dialéctica (socioanálisis) en cuanto operador del cambio. Diada y triada La diada partícula/onda se ha transformado en triada (elemento/nudo de relaciones/operador del cambio). Hemos pasado de un sistema dinámico a un sistema lingüístico; de un sistema en el que solo hay intercambio de energía a un sistema en el que hay –también- intercambio de información. En un sistema dinámico la correlación entre dos estados de un sistema es uno-a-uno: solo hay un camino. En un sistema lingüístico es uno-a-varios: hay caminos entre los que elegir (de ahí la necesidad de dispositivos de clasificación, ordenación y medida). Los entes físicos no necesitan saber física, saben biología inconscientemente los entes biológicos; y saben sociología conscientemente (saben que saben) los entes sociales. Los elementos de un sistema lingüístico son reflexivos: están regulados por códigos, genéticos los biológicos; lingüísticos los sociales. En un sistema dinámico, los elementos son pasivos: sus movimientos son resultado de la correlación de fuerzas. En un sistema lingüístico son – también- activos (su comportamiento es intencional). La estructura refleja su cara pasiva; el sistema, su cara activa. La perspectiva de investigación distributiva tiene que ver con la mecánica newtoniana, el estructural con la mecánica relativista, la dialéctica con la me-
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
57
cánica cuántica. La complementariedad corpúsculo/onda, que aparece en el orden microfísico, juega también un papel esencial en los órdenes biológico (regulado por códigos genéticos) y social (regulado por códigos lingüísticos). Newton enseña que un móvil con un impulso inicial se mueve indefinidamente en línea recta (si no encuentra resistencia). Einstein hace una pequeña corrección: solo en un espacio plano (vacío) se movería en línea recta; en uno curvado por la masa se mueve siguiendo la curva más corta. Se plantea un enigma: ¿cómo «sabe» el móvil, cuando está en el punto A, cuál es el camino más corto que le llevaría a B? El enigma ha sido resuelto por la teoría cuántica. La teoría cuántica explica que lo que en realidad ocurre es que, para ir del punto A al B, el fotón –u otra partícula, como un electrón- ensaya a la vez todos los caminos posibles entre A y B. Cada camino contribuye a la onda total asociada a la partícula. La historia real es el resultado de la suma de todas las historias virtuales, dirá Feynman. Para que se materialice la partícula actual (corpúsculo) en un punto, ha de haber pasado como partícula virtual por todos los caminos posibles (onda). Unos más rectos, otros más sinuosos o largos. Cuando una amplia colección de ondas se superponen aleatoriamente tienden a cancelarse en masa. Las ondas sinuosas se cancelarán, las rectas se reforzarán. Así «aprende» la partícula cuál es el camino más corto. El aspecto ondulatorio es un dispositivo de aprendizaje. Hay modos de aprendizaje más refinados, por más reflexivos, los que aparecen en el orden biológico y en el orden social. Una partícula es un elemento al que se asocia un camino actual. La onda es un conjunto; a ella se asocian multitud de caminos virtuales. La complementariedad partícula/onda se amplifica a niveles biológico y social en dos direcciones. Verticalmente produce complementariedad hardware (material)/software (logicial). Horizontalmente produce complementariedades organismo/especie (en el orden biológico) e individuo/sociedad (en el orden social). La complementariedad hardware (partícula)/software (onda) aparece con las computadoras. En el hardware encontramos una red muy compleja de corrientes electrónicas por la que se transmiten pulsos eléctricos. A nivel del software, con programas que resuelven problemas matemáticos. Algo semejante ocurre con las complementariedades cuerpo (hardware)/mente (software) e infraestructura (hardware)/supraestructura (software). En las relaciones cuerpo/mente o infraestructura/supraestructura hay una interacción circular entre los niveles, mientras la interacción hardware/software exige, para que sea circular introducir al operador en el circuito. Aprender el mundo El aspecto corpuscular corresponde al cuerpo o a la infraestructura; en general, a la circulación de energía. El aspecto ondulatorio corresponde a la mente o a la infraestructura; en general, a la circulación de información. En lo real objetivo no hay corpúsculos ni ondas; ambos aspectos son producto de la actividad
58
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
de un observador (extrae información)/actor (inyecta neguentropía). Es la relación de incertidumbre: si determinamos la posición de una partícula, indeterminamos su estado de movimiento (tenemos una partícula); si determinamos su estado de movimiento, indeterminamos su posición (tenemos una onda). Las partículas son localizables, las ondas no; son ondas de probabilidad. Una partícula es el resultado de colapsar una onda. La onda es un conjunto de partículas virtuales (posiciones posibles de una partícula) y mide –abstractamente- la probabilidad de esas posiciones virtuales. Cuando intentamos medir la posición actual, colapsamos la onda; hacemos aparecer a la partícula en una posición determinada. El software es una clasificación simplificada del hardware; en vez de jugar con elementos, lo hace con conjuntos de elementos (de los que hay que abstraer las propiedades no comunes, reteniendo solo las comunes). El genotipo es la definición abstracta de un organismo; se concreta –colapsa- en el fenotipo (resultado de interacciones del genotipo con los sucesos aleatorios del medio). Un fenotipo es un genotipo que ha «aprendido» cómo es el mundo. El percepto y/o el concepto son definiciones abstractas de operaciones (contienen todas las operaciones posibles con el ente o suceso a que se refieren); se concretan –colapsan- en las interacciones actuales con esos entes o sucesos. Las ondas son información (resultado de observaciones), las partículas negentropía (resultado de acciones). Mediante estos dispositivos, la vida y el pensamiento ensayan futuros cada vez más complejos. Hacen posible la evolución biológica y la historia social. Las ondas, de naturaleza probabilística, contienen futuros probables (degeneración) e improbables (generaciones). No sabemos cuándo desaparecerá una partícula, un organismo o un individuo. Pero sabemos de su vida media – esperanza matemática de vida-, cuándo habrán desaparecido la mitad de la entidades. Los dispositivos de aprendizaje (construcción de software) permiten colapsar las ondas en sus puntos improbables. Alargar, por ejemplo, la vida de una partícula, organismo o individuo. Los organismos también ensayan todos los caminos posibles (en cuanto especies o conjunto de organismos) y los individuos (sociedades o conjuntos de individuos). EL ORDEN BIOLÓGICO Los códigos genéticos regulan el orden biológico. La vida de cada organismo está regulada por sus genes. Cada organismo forma parte de un conjunto de organismos –especie- y de un conjunto de conjuntos de organismos –vida-. Esos conjuntos extienden la vida por el espacio/tiempo. El genotipo se modifica por alteraciones programadas (cuando en la reproducción sexual, por causalidad, se combinan los genes del padre y de la madre) o por alteraciones no programadas –aprendizaje- (cuando, por casualidad, se produce una mutación). De todas las mutaciones, solo una ínfima parte resultan favorables (como de todas las trayectorias de una partícula solo una ínfima parte son casi rectas),
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
59
son las que la evolución selecciona. Así «aprende» la vida qué alteraciones –trayectorias– tienen valor de supervivencia. Los códigos lingüísticos regulan el orden social, del decir, que está hecho de dictados (caminos prescritos) e interdicciones (caminos proscritos). Cada individuo es regulado por la red de dictados e interdicciones que le contiene. Así quedan determinadas su posición y su trayectoria sociales (estado de movimiento). Esta red fija su posición (el individuo queda atado por la red de dictados e interdicciones que corresponde a sus posiciones de clase) y restringe movimientos (probabilidades de cambiar de posición; su movilidad social como individuo –promoción- o como clase –cambio-). Sin embargo, muchos individuos logran moverse, se promocionan y/o cambian la sociedad. A su través se ensayan nuevos caminos con valor de supervivencia. La mayor parte de los intentos fracasan; para que emerjan un Mario Conde (promoción individual) o un Fidel Castro (cambio social) –son los que la historia selecciona-, ha tenido que quedar el camino sembrado de cadáveres de Condes y Castros en potencia (virtuales). Así aprende la sociedad qué alteración tiene mayor supervivencia. EL ORDEN SOCIAL El orden social, regulado por códigos lingüísticos, tiene un nivel de reflexividad mayor que el biológico, regulado por códigos genéticos. La evolución biológica depende de mutaciones aleatorias (componentes de azar), seleccionadas por su valor de supervivencia (componentes de necesidad). El animal sabe, el ser humano sabe que sabe (al pensar, piensa –también- su propio pensamiento). El orden biológico es homoplástico: el organismo se adapta pasivamente al medio (se acomoda al medio). El orden social es aloplástico: el individuo adapta a sí activamente el medio (asimila el medio). La evolución biológica es una onda retardada: los cambios del organismo van detrás de los cambios del medio. La historia social es –puede ser– una onda avanzada: el individuo se adelanta a los cambios del medio. Una especie biológica puede salvarse de una glaciación si se producen aleatoriamente mutaciones que hagan a sus organismos menos sensibles al frío. Una sociedad humana puede adelantarse a la glaciación –preverla–:construir antes de que llegue refugios isotérmicos (vestidos, casas, ciudades). Una onda avanzada determina el pasado desde el futuro. Tiene –en abstracto- valor de supervivencia liberar nuestro aspecto ondulatorio: la producción de mutaciones y/o ideas. A través de ellas la vida y el pensamiento ensayan nuevos caminos. El orden que se fija en su estado actual forma su sentencia de muerte. Es la persecución de los diferentes: de los mutantes o intelectuales/artistas. Los organismos y/o los individuos quedan desnudos (los físicos llaman «desnuda» a una partícula abstraída de su contexto de interacciones). Nadie puede superar desnudo las incidencias del medio. El único vestido para una partícula es una onda.
60
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
LA SORPRESA DE LA LUZ Se ha discutido durante mucho tiempo sobre la naturaleza corpuscular u ondulatoria de la luz. Un físico inglés, Thomas Young, intentó demostrar en el siglo pasado su naturaleza ondulatoria. Cuando dos ondas se cruzan, hay interferencia; la interferencia es constructiva sí coinciden sus respectivas crestas y valles (el cruce produce una onda de altura doble). La interferencia es destructiva si las crestas de una coinciden con los valles de la otra (se anulan; produce una onda de altura cero). Young probó la naturaleza ondulatoria de la luz. Pero, ¿qué pasa si tenemos en cuenta también su naturaleza corpuscular? Lo obvio es pensar que los fotones se reparten entre las dos ranuras dispuestas por este. Pero si se reduce el flujo luminoso hasta que la luz pase fotón a fotón, aparecen también las franjas de interferencia. Lo que exige que un fotón haya pasado a la vez por los dos agujeros. Paradoja.
EL NIVEL HUMANO COMO TOTALIDAD
6
Antonio Caparrós
Gropp afirma que el universo es también una totalidad, pero no en el sentido de un sistema unitario que se desarrolla. Al ser ilimitado en espacio y tiempo no puede haber un afuera en el que se pueda desarrollar. Por tanto, no hay nada externo para el Universo, sino solo su interior, formado por sistemas unitarios materiales en desarrollo. El universo ilimitado, constituye el límite superior de todos los sistemas. Pero su infinitud hace que solo pueda expresarse a través de los subsistemas que lo integran y los vínculos que se establecen entre ellos. En él se da, pues, la unidad de la diversidad. Unidad que, como decía Engels, consiste en su materialidad. Diversidad que ocurre por la infinidad de formas de organización que adopta la materia. Engels también planteó que la forma de existencia de la materia es el movimiento. Ahora bien, no existe este si no es como dinámica de un sistema cuya organización determina el movimiento, tanto como el movimiento determina la organización. Todo lo existente es en movimiento, se mueve como estructura organizada. Cada estructura dinámica lo es por su conformación interna, peculiar, por los rasgos particulares que adopte en cada una, la unidad y la lucha de sus contrarios constituyentes. Si la forma de existencia de una determinada estructura específica se debe en lo fundamental a su organización interna, no puede aceptarse el relativismo 6 Un trabajo esencial que no ha perdido vigencia desde que fue escrito en 1965, habiendo sufrido varias revisiones. [Nota de Nicolás Caparrós]. «El texto que escribí en 1965, muestra aún elementos del interaccionismo que en aquella época planteaba, en lugar de ver -como hoy me sucede- al hombre como sociedad personificada. Aún así he preferido conservar el texto como fue escrito años atrás». [Antonio Caparrós].
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
61
como concepción de las cualidades esenciales de estas totalidades. Esas cualidades se manifiestan de variados modos según las contingencias externas en que se encuentren; esto es, en función de la estructura total que se organiza unitariamente, abarcando a la que consideremos y a las circunstancias en que está inmersa. Es decir, en función de la estructura que comprende a la estructura analizada como una de sus partes, con su organización interna específica, que alcanzan su forma de existencia en este contexto en base a la organización de la estructura total que abarca (o totalidad). Pero además, todos los sistemas tienen génesis, filiación y desarrollo; esto es, son históricos. El grado de complejidad de su organización interna es lo que se denomina nivel alcanzado por dicha organización. Al hacerse más compleja, sufre un desarrollo a la vez cuantitativo y finalmente cualitativo en el que podemos destacar muchos momentos, factores, etc. De ellos interesa delimitar la mayor heterogeneidad del sistema y su mejor integración simultáneamente. Un desarrollo que tiende a estadios jerárquicamente más perfeccionados, involucra un momento de la heterogeneidad y sobre todo una integración más sólida del sistema emergente, de manera que, siendo la integración parte de la organización, como un momento de ella, puede representarla. Al nivel alcanzado por la organización total de un sistema se le llama nivel de integración del mismo. Los saltos cualitativos que separan un sistema son a veces pequeños, en tanto que en otras oportunidades implican un vuelco total en el patrón de la estructura interna del sistema. Patrón común a una amplia gama que presentan a su vez diferencias entre sí. Estos grandes modelos estructurales de la universalidad poseen además historicidad, según Novikoff; son propiedades únicas de estructura y conducta que, aunque dependientes de las propiedades de los elementos constituyentes, solo se presentan cuando estos elementos se integran en el nuevo sistema (!). Las leyes que describen las propiedades únicas de cada nivel son cualitativamente distintas y su descubrimiento requiere métodos de investigación adecuados al nivel particular. No consideramos a los niveles de integración como mera hipótesis operativa, sino como una realidad que nuestro pensamiento puede recrear como conceptualización a través de la actividad teórica. Pero, al enfocar este problema, hemos de hacerlo desde dos ángulos diferentes y complementarios: el de la diversidad de niveles existentes en la totalidad universal y el del nivel o niveles que posea cada sistema unitario. Para la mejor comprensión de estos puntos de vista, creemos necesario explicar el criterio de totalidad y en especial la correlación del todo y las partes. EL CONCEPTO DE TOTALIDAD Y LA CORRELACIÓN TODO-PARTE Aristóteles, profundizando conceptos de Platón, distinguió dos tipos de todos. El totum de los latinos, unidad orgánica estructurada en la que el todo sería antes que las partes y éstas no separables de aquél, y la totalidad (formada mediante una suma -compositum de los latinos-, de forma que sería engendrado
62
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
por las partes que proceden y son separables del todo). Está distinción fue mantenida por el neoplatonismo (Plotino) y los estoicos. En cambio, Sexto Empírico y luego Abelardo, aceptaron exclusivamente el compositum. Fue Dunscotto quien tuvo a su cargo el rescate del totum, asegurando que entre el todo y las partes no hay tercera entidad. Prescindió de la entelequia aristotélica, con lo que se adelantó mucho a su tiempo al rechazar hipótesis vitalistas. Posteriormente, las dos formulaciones aristotélicas fueron desarrolladas por diversos autores. Así surgen las escuelas organicistas, en renacentistas y románticos que postulaban un todo en detrimento de las partes y las atomistas que planteaban la existencia exclusiva del compositum. Autores modernos como Brentano, Husserl y sus continuadores, o los holistas (Smuts, etc.), aún con opiniones muy divergentes, mantienen una primacía del todo que anula la función de las partes. Surge así con fuerza el concepto de estructura y totalidad, según F. Romero, una de las más grandes revoluciones en la comprensión de la realidad. Las concepciones husserlianas pasaron a la psicología en un principio a través de la escuela gestáltica, la cual, si bien no se puede identificar por entero con la filosofía estructuralista, representó la antítesis del atomismo al establecer el método totalista. Luego se perfilaron varias escuelas fenomenológicas propiamente (Sartre, Merleau Ponty, Binswanger, etc.), que hicieron de totalidad una noción central. Sin embargo, antes de Brentano, Husserl y los gestaltistas, Hegel había profundizado la noción, con precisión y vuelo teórico incomparablemente mayor, formulando la relación dialéctica del todo y las partes. El marxismo no solo rehízo las tesis hegelianas, sino que, sustentándolas sobre una base materialista, las elaboró en un enfoque cualitativa y radicalmente nuevo. Rochauson llega, entre otras, a las siguientes tesis acerca de la relación entre el todo y las partes: 1) Las partes son las premisas del todo; es decir, el todo solo existe por las partes, y las partes influyen en el todo; 2) La conjugación de las partes en el todo, sus relaciones y sus contradicciones es lo que las hace ser lo que son. Si se escinde un órgano, si se lo separa de su conjunto, deja de ser una parte del organismo; 3) El todo no puede ser la simple reunión de las partes; el todo posee una relación de independencia frente a sus partes, puede mantenerse como todo también cuando se le separa una parte; 4) Una parte es a su vez un todo, y un todo puede ser parte de otro todo superior. Según este mismo autor deben distinguirse las totalidades existentes en el mundo inorgánico y en la esfera de los seres vivos. En el primero, la totalidad tiene el carácter de un agregado cuantitativo, de forma que la separación de una parte solo lleva a la formación de dos totalidades similares a la primera, aunque de menor cuantía. Por el contrario, las totalidades reales se encuentran en el mundo biológico donde el todo supera a la suma de sus partes y, al mismo tiempo, la extracción de una de ellas le quitaría a la misma su significado. Esta última aseveración pareciera una nueva reminiscencia de la dicotomía aristotélica. El agregado no es un todo, sino una sumación mantenida en buena
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
63
medida por fuerzas exteriores a él: un montón de arena realizado por el viento o por la mano del hombre. Pero en cambio un cristal o una estructura atómica, son verdaderas totalidades que cumplen los postulados de Rochauson. Tanto en lo inorgánico como en lo biológico, existen totalidades, pero eso sí, presentan rasgos cualitativamente distintos. La estructura interna de las totalidades inorgánicas se conforma como sistema cerrado; es decir, muda su naturaleza al tener intercambio con el medio. Por el contrario, en las totalidades vivas el sistema mantiene su estructura interna gracias al intercambio con el exterior, que es al mismo tiempo la modificación continua de su misma estructura. Es decir, la estructura permanece a través de su constante remodelación. La totalidad viva necesita del medio ambiente en la misma medida que se opone a él, contradicción, complementariedad-interioridad activa. Complementariedad: no es posible un organismo vivo sin su inserción en el medio específico. Interioridad: esa inserción es necesaria para mantener una estructura diferenciada de dicho medio ambiente. Se realiza así una interioridad activa diferente de lo abstracto geométrico y del adentro que no se auto-reproduce de las totalidades inorgánicas. Así pues, la interioridad no como una doble entelequia, sino como estructura dinámica interna que se auto-modela y genera permanentemente en su unidad y oposición con el entorno, es un rasgo fundamental que surge en lo biológico. Existe un tercer tipo de totalidades que difiere de las descritas hasta ahora, la totalidad social, el género humano organizado como unidad total en la sociedad, sobre la base del trabajo y de relaciones sociales derivadas del mismo. Y aquí se produce un nuevo vuelco, de manera tal que la totalidad genérica humana (la única totalidad concreta a nivel humano, según el decir de Garaudy), se organiza de forma radicalmente nueva a todo lo preexistente. A nivel humano genérico, ya no se trata solo de incorporar a la interioridad de la totalidad la naturaleza inorgánica, sino exteriorizarse y objetivarse en ella mediante el trabajo social, transformando así el medio natural para adaptarlo cada vez más a sus necesidades. Es el proceso que hemos denominado metaadaptación. Pero el medio ambiente del género es el género mismo, se produce la auto-mediación moderadora del hombre organizado como sociedad; automediación que condiciona la perpetua evolución humana. No es ya la naturaleza circundante la que determina el cambio, sino las relaciones sociales establecidas para modificarla (relaciones de producción), que es el ambiente social humano y que por su esencia, ha de estar en continuo desarrollo. Se modifica la totalidad y, al hacerlo, transforma a las partes (individuos), aunque a su vez la totalidad tiene por premisa y agente de su modificación a aquellas (individuos). Al tener, pues, una organización específica y leyes que les son propias (inorgánica, biológica y social), al emerger sucesivamente la una de la otra, estas totalidades constituyen las categorías o patrones de niveles de integración de lo universal.
64
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
NIVELES DE INTEGRACIÓN Existen una gran variedad de subniveles en los niveles primero y segundo, no así en el tercero, que evoluciona en bloque en lo fundamental. Primero existió el mundo inorgánico, luego el biológico y por fin el social. Al darse esta génesis de un nivel a partir de los precedentes cabe preguntarse: ¿qué ocurre tras el pasaje con las estructuras típicas del nivel inferior? Algunas desaparecen, otras son absorbidas, superadas y remitidas al significado de la nueva totalidad. Son como procesos o momentos incluidos y subordinados dentro de la dinámica general cualitativamente específica del nivel emergente. En él adquieren sentido, y por lo tanto, no pueden tener ese mismo sentido, ni en otro nivel, ni existiendo hipotéticamente por separado, son partes de un todo concreto, no encajan y desencajan en cualquier totalidad como las piezas de un mecano. Si entramos a considerar cada sistema en particular, veremos que, siendo una unidad funcional, es una unidad estructural y por lo tanto no existe sino como organización que se lleva a cabo bajo un solo patrón estructural, que engloba a la actualidad. En cada ente solo puede haber un nivel de integración. Claro es que en un organismo evolucionado, observaremos procesos o sistemas también existentes en niveles arcaicos. Ello es una tentación para una mentalidad atomista o para un empirista imparcial que se atiene a los hechos, que pueden inducirle a admitir la existencia de niveles superpuestos, con una dirección ejercida por los primitivos o por los más recientes, según los gustos. Esta teoría de la cebolla se ha mantenido más o menos modificada desde Jackson a nuestros días. Tal posición implica, como explicación de la unidad del conjunto, el principio de la mutua interacción externa, que deriva de la concepción newtoniana y más específicamente del mecanicismo de La Mettrie. En realidad, cuando se pasa a un nuevo nivel cualitativamente superior, se reestructura todo el sistema y no simplemente por redistribución de las partes, sino por remodelación íntima de las mismas, que puede o no traducirse por modificaciones morfológicas. A través del cual su funcionamiento íntimo, cuantitativo y cualitativo, se presenta renovado, ya que se realiza en función del todo, de la nueva dinámica total. El nivel humano ¿Cómo se ubica al hombre dentro de estos niveles? Es importante hacer una diferencia. El hombre genéricamente considerado forma el nivel de integración social. Pero individualmente enfocado no es sino una parte integrada en el nivel social. Como tal, ha sido remodelado en su interioridad por la totalidad social. Como decía Marx: Por mucho que el hombre sea un individuo particular (y es precisamente su particularidad la que lo hace individuo y un verdadero ser social individual) es también la totalidad -la totalidad ideal- la existencia subjetiva de la sociedad pensada y experimentada presente para sí. El ojo se ha convertido en ojo humano, así como su objeto se ha hecho objeto social humano.
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
65
La forma concreta que toma lo biológico profundamente remodelado al pasar pertenecer a un nivel de integración superior (social) ha originado en cada hombre una integración peculiar distinta a todo lo existente, que es la psicológica o para ser más exactos, la psico-social. Pero ¿cómo es que el individuo se integra a la totalidad genérica y cómo es que ésta ejerce su influencia sobre cada hombre? Ambos aspectos ocurren a través de la conducta, de la praxis individual, tanto en cuanto trabajo como en cuanto relaciones sociales. La conducta es, pues, la actividad social genérica del individuo, y por ende el vínculo con su medio específico. Y es al mismo tiempo, el medio a través del cual lo social acuña cada individualidad. El reduccionismo fisiológico Todo nos lleva a entrar de lleno en un tema fundamental, el del reduccionismo. Es decir, la explicación de procesos de una determinada cualidad o nivel por leyes que corresponden a otra cualidad o nivel. Para evitar reduccionismos de cualquier naturaleza, es preciso «dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios». Que traducido a la situación que estamos examinando significa delimitar nítidamente el papel del todo y el de las partes. En primer lugar, hay que partir del hecho de la especificidad del nivel psicológico, que exige un método que permite encontrar leyes definidas como la única vía de elaboración de una concepción científica de la psicología. Pretender, en cambio, explicar los procesos psicológicos por leyes y fenómenos de distinta categoría o naturaleza es incurrir en reduccionismo. Así, cuando las investigaciones de la neurodinámica fisiológica se restringen a explicar los procesos intervinientes de su naturaleza específica, prestan gran ayuda a la psicología. Pero si suplantan la explicación psicológica por la fisiológica caen de lleno en el reduccionismo. Además, como ocurre con todas las formulaciones mecanicistas, bajo un ropaje de expresiones y leyes científicas, se cae en un juego de palabras estéril. Cuando se dice que las alucinaciones se producen por una inhibición generalizada de la corteza cerebral, en la cual se destacan focos de excitación estancados en los analizadores, se da una visión tan amplia, general y aplicable a tantos fenómenos que, como dice Marx, se transforma en una abstracción que no se puede aplicar concretamente a nada. Se usa el pensamiento analógico para interpretar hechos, de la misma manera y al mismo tiempo que esto se reprocha a muchos psicoanalistas. El único camino es, pues, dar plena jerarquía al proceso de integración total del hombre. Pero se incurre igualmente en una apreciación reduccionista cuando se prescinde de las partes o momentos incluidos en el todo dinámico. Una alteración de estos momentos genera una modificación del todo cuando alcanza suficiente intensidad como para sobrepasar el efecto amortiguador de los sistemas de compensación de que dispone el organismo. Hegel decía el todo es lo independiente, las partes son solo momentos de esta unidad, pero añade:
66
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
El todo tiene su subsistir en su opuesto; es decir, en la inmediación múltiple, en las partes. No hay nada en el todo que no esté en las partes, ni nada en las partes que no esté en el todo. Al tiempo que no son iguales al todo, que solo es igual a sí mismo, sino que solo considerando a dicho todo como multiplicidad, como todo dividido. Por tanto la verdad de la relación consiste en la mediación.
Y, en efecto, ocurre que todo proceso psicológico como actividad cerebral que es, lleva implícitos siempre la actividad neurodinámica y la bioquímica como premisas básicas del mismo, aunque no mecánicamente correlativas. Y de la misma forma a nivel humano, en condiciones normales, los procesos bioquímicos y fisiológicos, están a su vez integrados en la dinámica social que los empapa con sus contenidos, su significado y la dirección que imprime a los procesos. Lo bioquímico y lo fisiológico son momentos continuos, pero parciales del todo psicosocial. Su estudio aislado a nivel humano, puede y debe realizarse por conveniencia metódica que no debemos confundir con una correspondencia adecuada con el acontecer fenoménico real. Nivel único y correlación psicosomática Anojin ha demostrado brillantemente cómo toda conducta es la actividad del organismo como un todo no homogéneo, sino finamente diferenciado en todos y cada uno de los momentos o subsistemas de dicho organismo: Cualquier acto de conducta global, se organiza con exacta correspondencia en el tiempo y en el espacio, y cada aparato efector entra en actividad exactamente en el momento en el que la estructura del acto lo exige. Más adelante refiere cómo además se da una fina adecuación funcional de cada sistema a lo que se requiere de él, como su aporte a la conducta global. Esta fina distinción funcional solo será posible cuando la totalidad de cada sistema (respiratorio, circulatorio...) de un organismo sea la parte de un todo dinámico que da sentido a la actividad de cada uno de los sistemas integrados en el todo, pues ésta no es sino la manifestación a través de las condiciones específicas de cada sistema de las necesidades de la totalidad. Por ello, observando cada sistema artificialmente aislado, vemos que presenta una actividad fisiológica peculiar, pero considerado en su realidad integrativa, comprobamos que al tiempo su actividad se realiza en función de la conducta global del individuo como un momento diferenciado de la estructura interna de la misma. La anticipación prepara y libera de la constricción de la acción inmediata del medio. Pero puede transformarse en mecanismo de adaptación patológico que lleve a enfermar. Entiendo que solo bajo estas premisas del nivel integrado único tal cual lo hemos formulado, puede sortearse el abismo ontológico entre lo psíquico y lo somático. Ello ya está planteado en cierto modo en Bykov, aunque quedándose este autor en la formulación fisiológica, sin ver lo nuevo y específico del hombre que no consiste simplemente en añadir «las humanidades y el segundo sistema de señales» al resto de la neurodinámica animal.
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
67
Los rasgos del nivel humano No basta con describir el nivel psicosocial, es preciso caracterizarlo. Además de algunos rasgos mencionados vamos a precisar otros dos que por supuesto no agotan todos los que lo definen: 1. El condensar activamente en su lenguaje específico las condiciones de existencia (relaciones sociales significativas implícitas o explícitas), tanto en contenido como en la estructura y dirección de los procesos psíquicos. 2. Las cualidades de sus procesos no conscientes y la aparición de una cualidad nueva, la de los procesos de conciencia como conciencia de objeto. Hay procesos no conscientes y conscientes. Pero tampoco son dos estratos separados, sino que forman una unidad con cualidades antagónicas. Es decir, que el proceso es único, pero se diferencia en momentos conscientes y no conscientes, en unidad y contradicción simultánea entre sí. Es curioso observar el revuelo que produjeron las formulaciones de Freud sobre los procesos inconscientes. No cabe duda que sus hipótesis por la parte de verdad que encerraban en cuanto a la existencia de procesos inconscientes produjeron un cambio radical en la concepción de la psicología del hombre. Surgidos en una época en que el racionalismo agonizaba, fueron muy resistidos en un principio, para ser después inmediatamente aceptados cuando el irracionalismo se impuso. La marcada trascendencia que tienen los procesos inconscientes hizo que, como contrapartida de enfoques anteriores, la cotización de los procesos conscientes descendiera a límites bajísimos, de manera que muchos enfoques psicológicos los han dejado de lado lisa y llanamente, o los consideran como una manifestación más (engañosa en mayor o menor medida) de los procesos inconscientes. O bien los presentan como un puro epifenómeno. Rasgos de los procesos conscientes y no conscientes Y, sin embargo, si mantenemos la tesis del nivel psicosocial integrador único, deberíamos plantear que el hecho de fundamental importancia, es el de la aparición de los procesos conscientes. Estos son los que podrían provocar nuestro asombro, por mucho que la vida cotidiana los convierta en rutina. Y no tanto los procesos no conscientes que se vienen dando con diferentes matices a lo largo de toda la evolución zoológica. Precisamente los procesos inconscientes son un indicador claro de la filiación zoológica del hombre y de su ruptura con la misma, simultáneamente. Lo primero porque al funcionar el hombre de manera no consciente, o más bien en la medida en que así suceda, no es estrictamente dueño de su propia acción, al menos hasta determinado punto. Los mecanismos conscientes son los originalmente humanos, permiten, parafraseando a Engels, que la materia se piense a sí misma. Respecto de ellos, es útil precisar -esquemáticamente-: a) que los procesos conscientes implican siempre el «ser consciente de»; b) que no son solo un proceso cognitivo, sino además significativo, tanto porque implican siempre la vivencia afectiva con
68
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
respecto a lo conocido, como por indicar una intencionalidad del cognoscente; c) que como actividad intelectual abstracta necesitan un soporte material objetivable que es siempre el lenguaje. En efecto, para hacerse abstracto, simbólico, el pensamiento solo puede existir en su opuesto, en lo concreto-sensible del lenguaje. Al engarzarse en un objeto concreto-sensible, puede ser objetivado y enfrentado por el individuo como sujeto. Se alcanza así la plena subjetividad del hombre, el poder objetivar dicha subjetividad. Por otra parte, cuando se pudo disponer de este instrumento concreto-sensible fue factible sustituir las operaciones simbólicas, que además podían realizarse con anterioridad a la acción sobre los objetos y comunicarse a los demás individuos. Así, el movimiento sobre objetos de la realidad fue reprimido y remitido al pensamiento que lo reabsorbe y sustituye superándolo. Así también el objeto de la conducta y la intencionalidad hacia él son sustituidos por el objeto verbal que lo señala y por la acción simbólica correspondiente. Al sustituir la intencionalidad práctica -tendencia inmediata hacia el objeto-, por la simbólica que la niega, adquiere pleno sentido la intencionalidad humana, por cuanto se hace finalidad consciente, para el individuo. La conducta del hombre no es ya producida por causas inmediatas, sino que es la finalidad de la conducta, la que se transforma en causa de la misma, su motivación o en un momento de la misma, el que se presenta más en superficie. El para qué de la conducta pasa a ser el por qué. Claro que es preciso considerar a su vez la causa (el porqué) y la finalidad (el para qué), en unidad dialéctica. El significado real de una conducta estaría dado por la integración de su finalidad (el para qué) y de las causas que motivan dicha finalidad (el porqué). Los procesos conscientes, al ser una objetivación de la subjetividad individual, entran como estímulo codeterminante en la conducta del individuo. El mismo proceso de racionalización, tan frecuente, implica que para realizar una acción es preciso que la codeterminación consciente pueda ser distorsionada como condición para llevarla a cabo. No quiere decir esto que la motivación de toda conducta sea consciente. En el párrafo anterior hicimos la diferenciación entre la finalidad de la conducta (que es prácticamente siempre consciente y que implica la conciencia de los objetivos a alcanzar) y las causas que hacen surgir esta finalidad que con gran frecuencia funcionan como procesos no conscientes. LIBERTAD, CONCIENCIA Y NIVELES La libertad humana es la conciencia de la necesidad y su transformación en realidad práxica. Es decir, no se trata del libre albedrío, ni del azar absoluto, ni del hiperdeterminismo mecanicista, sino del conocimiento de los procesos necesarios, que al entrar en la estructuración del proyecto de acción permite combinar la realidad exterior e interior con las intenciones conscientes del individuo. Por eso entendemos que Bunge, en su planteo sobre la relación entre libertad y niveles de integración, introduce una libertad abstracta e irreal a favor de
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
69
cierto confusionismo semántico, que le permite ir graduando palabras de significado muy próximo entre sí con las cuales forma un plano inclinado que le desliza hacia conclusiones que metodológicamente no pueden extraerse. Escribe Bunge: «cada nivel goza de cierto grado de autodeterminación o de libertad». Como vemos la autonomía es una cosa; ya tiene un matiz diferente la autodeterminación, aunque todavía puede considerarse próxima a autonomía; pero el paso siguiente: libertad, derivado de autodeterminación, es cualitativo con respecto al primer término. Bunge fundamenta la libertad en que los niveles son relativamente cerrados. Se da la libertad en el hombre y en el electrón por igual; su tesis (expresada en Metascientific Queries, Springfeld, 1959, 1.5), sostiene que si hay azar no hay libertad y viceversa, siendo el azar acción de un nivel sobre otro, en tanto que la libertad se basaría en la autonomía de niveles como sistemas relativamente cerrados. Independientemente de que ello sería negar el sentido humano de la libertad, igualando de tal manera los niveles que elimina la diferencia tal vez más significativa entre ellos, la posibilidad de la libertad misma. Esta se da por la no contaminación de un nivel por otro, estando cada uno regido por sus leyes específicas. Es una concepción localista del hiperdeterminismo que supera en rigidez a la de Laplace, por ser de ámbito más restringido. La libertad no es la independencia de niveles, sino que se basa en la posibilidad que tienen éstos en el nivel humano de concienciar las leyes de los procesos objetivos y subjetivos y sus expresiones concretas. Los procesos conscientes surgieron por la necesidad histórica de retener más allá de su ejecución evanescente los diversos pasos del trabajo humano y por la de comunicarlos y enseñarlos. Por ello, salvo situaciones patológicas excepcionales, siempre es consciente del objeto de la conducta y de los instrumentos necesarios para realizarla. En cambio, en gran número de conductas las causas determinantes de la misma permanecen fuera del ámbito de la conciencia. Y ello es así porque en su génesis no fue socialmente necesario que fueran conscientes los móviles de la praxis. Lo imprescindible ante la igualdad implícita de motivos y necesidades era la explicitación del cómo de la conducta (instrumentación) y a lo que se dirigía la misma (objeto). En el siglo XIX, a través de las experiencias de Janet, y sobre todo de los trabajos preliminares de Freud y tantos otros, el hombre mediante su acción intencional, efectuada sobre el mismo proceso de su intencionalidad, es decir, de su búsqueda del objeto, amplió el campo de lo consciente, descubriendo el método de hacer consciente lo inconsciente. De todas formas, es importante insistir en una aclaración: los aspectos inconscientes del hombre, si bien indican su filiación zoológica, son por completo específicamente humanos y en modo alguno es posible admitir, por ejemplo, la existencia de representaciones o contenidos filogenéticamente adquiridos y por tanto innatos. Y no creemos que se pueda hablar de un inconsciente como estructura autónoma, sino que sobre la base de la capacidad del hombre para
70
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
desarrollar procesos no conscientes, los mismos, tanto en sus contenidos como en el tipo de mecanismo que presentan, están socialmente modelados. Todo lo dicho implica que en el nivel de integración humano, lo consciente o lo inconsciente, son la conciencia o lo inconsciente de éste o aquel hombre determinados en este momento histórico y en tal sociedad concreta. Sociedad que se especifica en cada hombre de manera consciente e inconsciente.
LAS COMPLEJIDADES DE LA VIDA EN RED Denise Najmanovich
Vivimos un tiempo de grandes transformaciones en todas las dimensiones de nuestra existencia. Los paradigmas con los que dábamos sentido a la experiencia son inadecuados y en muchos casos dañinos. El pensamiento complejo ha tomado el desafío de gestar nuevos modos de pensar que permitan crear otro modo de relación con nosotros mismos y la naturaleza. Hemos sido educados en una concepción mecánica del conocimiento, del mundo y de nosotros mismos. El saber en la modernidad se redujo a la faceta intelectual creyendo que la lógica era independiente de los afectos. El hombre fue pensado como un individuo independiente y artífice exclusivo de su destino mientras se creía que la sociedad era el resultado de un contrato entre ciudadanos libres que paradójicamente establecía un férreo mecanismo disciplinario. El Estado Nación ha entrado en licuación y la noción de independencia resultó cuestionada en todas las áreas. Desde la física de partículas a la antropología, incluyendo psicología, neurociencias y pensamiento social, entre otras áreas del saber. Los enfoques de la complejidad permiten avanzar hacia una transformación del modo de concebir al conocimiento y a la humanidad en su relación inextricable con la naturaleza. El saber no es mera actividad intelectual, avanzamos hacia una perspectiva multidimensional de la experiencia capaz de albergar razón, lógica y emociones. El sujeto complejo no es una máquina intelectual sino un ser afectivo en activo intercambio con su medio, que incluye tanto cultura como ecosistema. En este contexto, la sociedad no puede ser pensada como resultado de un contrato, sino como configuración gestada en encuentros e intercambios siempre tensos e intensos. La contemporaneidad nos desafía a comprender los flujos dinámicos en los que emerge la singularidad entramada en el colectivo. Desde un pensamiento complejo y abierto, exploraremos nuevos modos de gestión de la convivencia humana en la diversidad. LA EXPERIENCIA DISOCIADA Y EL MODELO DICOTÓMICO DE PENSAR En la antigua Grecia se gestó un modo de pensar dicotómico basado en el enfrentamiento entre polaridades puras y contrarias que hoy siguen modelando
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
71
nuestra cultura. Al aplicar esta filosofía de la escisión nuestra experiencia del mundo se divide en dos; realidad y apariencia fueron separadas drásticamente. Se estableció también una distinción absoluta entre verdadero y falso, entre ser y devenir, entre teoría y praxis, entre saber garantizado (episteme) y opinión (doxa), entre el bien absoluto y el mal radical, entre nosotros y los otros. Nos dicen que la democracia nació en Grecia cuando los ciudadanos comenzaron a reunirse en asamblea para debatir acerca de la política, entendida como el arte de vivir juntos y en relación con otros. Sin embargo, urge recordar que los ciudadanos eran pocos (solo los hombres que tenían propiedades), los excluidos muchos, y el resto del mundo fue considerado bárbaro. Al principio este último término solo significaba balbuceantes y se refería al modo de hablar de los extranjeros. La situación cambió radicalmente después de las guerras con Persia y la consolidación de la confederación griega. A partir de ese momento su significado adquirió el indeleble matiz peyorativo que hasta hoy mantiene. La forma peculiar de la unificación griega, que se produjo por expulsión de lo diverso generada por el miedo a la alteridad ha tenido enormes consecuencias para nuestro modo de ver el mundo. El encuentro con el otro, como extranjero en la ciudad, como enemigo en la guerra, como conquistador y como conquistado, fue generando un gran temor a lo diferente y también una acuciante necesidad de encontrar justificaciones para vencerlo o aniquilarlo. Nuestra cultura pretendió disolver las tensiones de la vida imponiendo límites absolutos, buscando garantías, anhelando definiciones prístinas y eternas, disciplinando el saber y estandarizando las prácticas. Para lograrlo recurrió a múltiples estrategias pero todas ellas se han caracterizado por un modelo de pensamiento identitario que demoniza, o a veces diviniza, lo diferente, pero siempre desde una concepción esencial de la identidad y la pertenencia. Sin embargo, vale la pena preguntarse: ¿Los temores que despiertan en nosotros lo híbrido, lo borroso, lo ambiguo y lo incierto son comunes a todos los hombres o se trata solo de un hábito cultural Occidental? La relación con la alteridad, era muy diferente en la Grecia Arcaica, mucho antes de la unificación forzada por el temor a los Persas. En aquel tiempo aún no se había instalado la desvalorización de lo híbrido, ni la glorificación de la pureza y Homero honraba la figura de Ulises. Un héroe (híbrido entre lo humano y lo divino) que acostumbraba a presentarse de múltiples modos y sabía que el mundo podía adoptar diversas formas. Esa «no semejanza» (horrible o divina), esa ambigüedad propia de la sutileza humana que Homero enalteció con el tiempo comenzó a sentirse y pensarse como algo peligroso. Los filósofos posteriores al siglo V a. C. y sus herederos los modernos hombres occidentales, construyeron una experiencia de sí mismos y de su grupo de pertenencia de una forma monolítica. Todo lo que generaba temor fue concebido como puramente malo, errado, extraño, anormal. Solo lo propio, lo conocido, lo semejante podía ser considerado bueno, normal, verdadero.
72
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
La figura de Ulises, en cambio, muestra de un modo delicioso cómo se interrelacionan semejanza y alteridad. Cuando el héroe se presenta a sí mismo escondiendo su astucia, ocultando o negando su capacidad para la alteridad, y por lo tanto mintiendo, ya que escamotea un aspecto crucial de su personalidad, resulta verosímil y tranquilizador. En cambio, cuando deja ver su ambigüedad, su inigualable capacidad para alterar su modo de presentarse, y por lo tanto es sincero, resulta perturbador y poco creíble para la mentalidad dicotómica. El desarrollo de la lógica clásica impuso a la experiencia un foco restringido que anulaba todo lo que no entraba en sus presupuestos. La ambigüedad, la multidimensionalidad, la sutileza, la alteridad, la transformación y la diversidad de la experiencia resultaron indigeribles para una cultura basada en una lógica bivalente. Dentro del foco estrecho que solo permite ver opuestos inconciliables y esencias puras, basadas en una noción absoluta de la identidad, se vuelve invisible la complejidad de la vida y quedamos incapacitados para ver la dinámica de los procesos, sus conexiones y modificaciones. Este modo de vivir, y por tanto de pensar y sentir, fue fruto de una desconfianza en los otros sin matices que llevó a una desesperada necesidad de certidumbre. Esta actitud condujo a la separación radical entre lo propio y lo ajeno y exigió la eliminación de todo lo que no se conforme totalmente a lo conocido. Este proceso coincidió con la lucha contra los persas, nada mejor que un enemigo para producir una clausura identitaria, que en nuestra cultura se dio tanto en la organización social como en el modo de concebir el conocimiento. Las concepciones identitarias y la epistemología que las legitima, exigen independencia absoluta de cada elemento y una pureza eterna. En la noción de identidad instituida por la lógica clásica aristotélica y en la moderna lógica formal, la alteridad solo puede ser concebida como ajenidad total desde siempre y para siempre. Desde esta perspectiva todo lo que no es propio y conocido será subversivo y es preciso erradicarlo. El planteo identitario de nuestra cultura es proclive a una construcción paranoica, temerosa de todo intercambio y contaminación. En la modernidad se mantuvieron barreras infranqueables establecidas por el pensamiento dicotómico griego y se forjaron otras nuevas entre sujeto y objeto, cuerpo y mente, individuo y comunidad, hombre y naturaleza, ciencia y arte, afecto y pensamiento, civilización y barbarie, etc. Todas ellas fueron claves para construir la Civilización Occidental (un eufemismo para denominar a la colonización europea, y extender los valores y modos de vida de sus élites). El nacimiento del sujeto: una razón independiente, incorpórea, y a-histórica Una característica central de la modernidad ha sido creer que lo ha inventado gracias a una razón que nada le debe al legado cultural. Pero el ser humano nace en una cultura, habla una lengua, fue formado en un estilo relacional y moldeado por dispositivos culturales. La filosofía moderna fue al mismo tiem-
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
73
po una continuación y una revolución respecto del pensamiento antiguo. La separación entre el sujeto y el cuerpo, el individuo y la sociedad, así como el enfrentamiento entre el hombre y la naturaleza fueron un desarrollo diferente a partir de la filosofía dicotómica griega que había privilegiado la sustancia respecto del proceso, la materia con relación a la forma, la estabilidad por sobre la transformación, la simplicidad mecánica a la complejidad de la vida. El nacimiento del sujeto fue el resultado de un conjunto muy amplio de transformaciones de los modos de vida en múltiples áreas: las prácticas cotidianas, las ideas e instituciones políticas, las creencias filosóficas y religiosas, las formas de conocimiento, la concepción del hombre, la organización económico-social y los estilos artísticos, entre muchos otros. Además, todos estos cambios se afectaron recíprocamente. Las ideas no mudaron como fruto de una reflexión individual, sino en conjunto con las prácticas, los afectos, la estética, la política y la ética. La filosofía cartesiana fue parte de este proceso y su aporte crucial fue la institución del modo específico de relación del hombre como sujeto y el mundo como objeto. El sujeto racional cartesiano forma parte de una constelación conceptual formada por las nociones de fundamento último, realidad única y conocimiento objetivo. Ni la idea de un mundo objetivo, ni el sujeto capaz de conocerlo aparecieron de golpe. Llevó mucho tiempo desgajar al hombre de su entorno, romper su cálida relación con la tierra donde transcurre la vida, aislarlo de su comunidad y de Dios, para producir un individuo-ciudadano enfrentado a la naturaleza. La noción de sujeto surgió en una cultura que llevaba ya varios siglos viviendo en ciudades y viajando por el mundo. En suma: desarraigándose. Estos cambios del modo de vida favorecieron el imaginario de la disociación que en la modernidad llegó hasta el extremo de enfrentar al hombre con la naturaleza. La reflexión cartesiana recorrió el mundo hecha consigna: «Pienso, luego existo». Ese sujeto que piensa y existe es una razón desencarnada, un ser ahistórico, un individuo que se cree artífice absoluto de su destino. Es el átomo humano que se considera libre en tanto se imagina sin ataduras y supone (o más bien delira) que tiene un imperio absoluto sobre sí. Ese sujeto se cree capaz de dominar pasiones y deseos, al tiempo que concibe al ambiente como un mero recurso. La filosofía de la escisión arrancó de cuajo a la razón del vientre vivo que la gestó, la sensibilidad fue amputada de la racionalidad, la emocionalidad separada del lenguaje, la imaginación arrancada a jirones de la autoconciencia. El sujeto moderno terminó siendo un sujeto abstracto, una abstracción, una pura razón incorpórea. Más aún, en nuestra cultura no solo existe disociación entre cuerpo y mente, sino también una pugna a partir de la que se construyó la moral y el estilo de vida Occidental. Según esto, la razón es guardiana y domadora de instintos. A partir de esta operación que establece una guerra interior resultará más fácil regir el cuerpo y los afectos, a fin de construir ciudadanos obedientes que incorporen los valores que la moral imperante establece.
74
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
LA SOCIEDAD MODERNA: DE LA TRINIDAD DIVINA A LA MECÁNICA Para comprender al sujeto moderno no basta con dar cuenta de la disociación mente/cuerpo, es preciso entenderla en un paisaje más amplio que incluye la lucha del hombre enfrentado la naturaleza, la razón contra al instinto, la cultura laica divorciada de la religiosa, la civilización opuesta a la barbarie. Todas estas oposiciones tuvieron un rol importante en la transformación de la vida comunitaria medieval y la invención de la sociedad moderna. La metáfora mecanicista es crucial para comprender las facetas de un único proceso que rompió los lazos medievales y dio origen a nuevas ataduras que la cultura moderna suele confundir con la libertad. El mecanicismo concibió al mundo, al hombre y al conocimiento a imagen y semejanza de un autómata cuyo paradigma fue el reloj. Para comprender las transformaciones subjetivas y sociales de la modernidad es preciso conocer sus presupuestos y desmontar su maquinaria. Renacimiento y comienzos de la Modernidad fueron tiempos de grandes cambios: los viajes transoceánicos en los que los europeos chocaron con lo que luego llaman América, los cismas religiosos, el auge de las ciudades, una ampliación enorme del comercio y el encuentro con otras culturas. Sin embargo, la sociedad que se había atrevido a extender los horizontes del enclaustrado mundo medieval pronto remplazó los muros monacales por los grilletes del método que resultaron tan opresivos como las paredes de los conventos. La concepción atomista de la existencia presupone independencia radical tanto de las partículas físicas como de las personas que desde entonces comenzaron a ser consideradas individuos. No casualmente el término átomo significa indivisible. A partir de una misma metáfora, pero de formas muy diferentes, Descartes inventó la soledad del sujeto, mientras Newton gestó una concepción del universo de partículas aisladas moviéndose en el vacío. El proceso fue largo y complejo, incluyendo muy diferentes áreas: desde los modales y protocolos sociales hasta las prácticas políticas; desde la concepción del espacio plasmada en la cuadrícula de las ciudades planificadas hasta las distinciones entre los ámbitos público y privado; de la medicina de Galeno a la medicina experimental, pasando por la De Humani Corporis Fabrica de Vesalio, desde las «criaturas de Dios» al individuo y de la Escolástica a la Ciencia Moderna. En todos los casos la disección analítica que lleva a la descomposición de todo lo que existe hasta llegar a una partícula elemental fue acompañada luego de un proceso de composición mecánica. Un sistema mecánico puede explicarse por el funcionamiento de sus componentes y por las leyes mecánicas que rigen sus relaciones. Los componentes son partículas inertes y pasivas movidas por fuerzas exteriores que determinan completamente los cambios de movimiento. El mecanicismo se construyó a partir de un conjunto de presupuestos, entre los que destacaré los fundamentales para discernir los problemas que estamos tratando: a) El Presupuesto de
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
75
Identidad estática: la partícula elemental es estable, eterna e idéntica a sí misma. b) El Presupuesto de Totalidad Mecánica: en las relaciones mecánicas el todo es igual a la suma de las partes. Cada elemento es independiente y no hay entre ellos interacciones facilitadoras, inhibidoras o transformadoras que pudieran tener un efecto de transformación cualitativa. Los vínculos son siempre externos. c) El Presupuesto de Independencia absoluta: El Sistema mecánico en su totalidad es concebido como un sistema cerrado. (Najmanovich, 2008) La modernidad dividió todo en compartimentos estancos. Descuartizado en aparatos y sistemas, aislado de su medio nutriente, el cuerpo devino autómata y el alma «un fantasma en la máquina». Nuestra cultura limitó lo corporal a lo biológico, lo vivo a lo físico y lo material a lo mecánico. Todos los aspectos del vivir humano fueron moldeados mediante un estilo de pensamiento que concibió el cuerpo separado del alma, el individuo separado de la comunidad, la humanidad separada del cosmos. El individuo-ciudadano terminó siendo una entidad cuyo único poder es el de emitir el voto pues en todo lo demás debía ceder su soberanía al Leviatán-Estado. Antes del advenimiento de la modernidad europea y también fuera de sus límites de dominación, existen otros modos de organización política y concepciones de lo humano. En el medioevo las personas no se concebían como seres aislados sino como criaturas de Dios y miembros de una comunidad enraizada en un territorio. El nosotros no era un sumatoria de muchos yo, ni la comunidad se basaba en un contrato libremente establecido, sino que era la trama del universo a la que todos se sabían pertenecientes (aunque existían modos muy diferentes de pertenecer). A nosotros, adiestrados para creernos independientes, puede resultarnos extraño y difícil de entender. Los tojolabales, un pueblo de la zona de Chiapas, tienen una forma muy diferente de concebir a las personas y los modos de pertenencia. El filósofo y lingüista Carlos Lenkersdorf convivió con ellos y cuenta que cuando les preguntaron si les podían enseñar su lengua, ellos «no respondieron ni sí ni no, dijeron: -tenemos que platicarlo con nuestra comunidad». En esta cultura no hay sujetos, no existe un yo aislado ni privilegiado. Es una de las muchas culturas del «nosotros». Ese «nosotros» es comunitario y tiene un impacto profundo en el comportamiento de cada persona. Los tojolabales «no responden individualmente; sus respuestas reflejan el pensar y el modo de ser de la comunidad» (Lenkersdorf, 1999). Para los modernos occidentales la pertenencia es problemática ya que oscilamos esquizofrénicamente entre la creencia en un libre albedrío absoluto y la idea de que formamos parte de un todo en el que no somos más que un engranaje asociado con otros. El nosotros comunitario apenas podemos intuirlo cuando pensamos el lazo que nos une con nuestros padres e hijos, y a lo sumo podemos ampliar nuestro círculo íntimo a la familia extendida y los amigos del alma. Más allá todo es asociación y contingencia. Sin embargo, como en los tojolabales y en una inmensa variedad de pueblos que vivieron y viven en co-
76
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
munidad, ésta es algo muy diferente que asociarse con otros. Lo común no es un mero contrato; la pertenencia a la comunidad no es una eventualidad, nacen y viven en ella, se saben pertenecientes tanto al grupo humano con el que conviven como a la tierra que es parte de eso común que entreteje la vida. ¿Qué le pasó a ese nosotros comunitario-ecosistémico que también existía en la Europa Pre-moderna? ¿Cómo se transformó una comunidad vincular en una sociedad contractual? En esta oportunidad también fue el temor la emoción que llevó a la constitución del sujeto y el estado modernos lo que nos permitirá comprender los modos de individuación y el lazo social de la modernidad. No por casualidad Thomas Hobbes, uno de los padres de la filosofía política moderna, al describir su nacimiento dijo: «el miedo y yo nacimos gemelos». En su libro El ciudadano, Hobbes criticó duramente la concepción aristotélica que plantea que el hombre es un «animal político»; es decir, que los humanos vivimos en una relación inextricable unos con otros. La perspectiva hobbesiana concibe un estado de naturaleza completamente diferente según la cual: …la condición de los hombres es tal, por naturaleza, que si no existe el miedo a un poder común que los reprima, desconfiarán los unos de los otros y se temerán mutuamente. (Hobbes, 1999).
La disociación entre el ser humano y la comunidad fue el fruto de un proceso específico de individuación gestado al calor de una creciente desconfianza y miedo mutuo conjugados con la esperanza de que un poder externo resguarde a cada quién de su vecino. Todo ello bajo el supuesto de una naturaleza humana absolutamente competitiva y belicosa, en la que: la condición del hombre es una condición de guerra de todos contra todos. (Hobbes, Leviatán 1983). Nadie ha de negar tendencias agresivas, el odio o la envidia entre los hombres. Sin embargo, aceptar estas pasiones como propias de la condición humana no alcanza para admitir la postura de Hobbes. El fallo no está en lo que sostiene sino en lo que omite: la existencia de lazos amorosos, cuidado, confianza, altruismo y generosidad, tan o más poderosos que las pasiones tristes como el miedo y el odio. Él solo vio lo que el miedo le permitió ver. Al mismo tiempo y paradójicamente, tanto él como todos los racionalistas han de suponer que tan solo la razón ha sido la que ha guiado su pensamiento. La obra de Hobbes es tal vez el mejor ejemplo de cómo se fue forjando la idea de un Estado que tuviera un imperio absoluto a través de la Ley Civil, capaz de contrarrestar y oponerse a la Ley Natural (no casualmente esta lucha es del todo semejante a nivel social a la que Descartes estableció entre razón e instintos en cada individuo). Hasta la actualidad cuando estamos ante una situación caótica solemos decir que impera la «Ley de la Selva», lo que para los occidentales modernos equivale a decir que la Naturaleza es un Caos. Ahora bien: ¿Desde qué punto de vista considerarse caótica? ¿Respecto de qué Orden se establece ese Juicio? Obviamente que ha de ser desde lo que Hobbes, Descartes y las élites europeas consideran como ordenado y justo. Es lo que el Estado Moderno produjo e impuso:
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
77
un orden claro y distinto, un orden que representara los valores de los sectores dirigentes, un orden que dio origen al imaginario de la Civilización. ¿Tiene sentido decir que la naturaleza es caótica? Consideremos el ejemplo de la selva. Cualquiera que se moleste en investigar sobre el ecosistema selvático encontrará que presenta el modo de vida de mayor diversidad del planeta. La idea de la guerra de todos contra todos, de que el «hombre es el lobo para el hombre» y de que los hombres pueden imponer un orden superior a la naturaleza surgió de una desconfianza desbocada, basada en la creencia de que lo que prima en nuestra especie es un egoísmo absoluto. Desde esta mirada paranoica, el otro es un siempre un enemigo potencial. Una vez que el lazo social se estableció en base a la suposición de una naturaleza violenta fue preciso encontrar soluciones para reprimir ese colosal caudal de hostilidad. Nació así el paradigma básico de la sociedad moderna la disciplina basada en el control externo. El pensamiento mecanicista-atomista entiende la libertad del individuoátomo como independencia absoluta. Al mismo tiempo, que concibe a los sistemas como totalidades cerradas. Si reflexionamos al respecto nos damos cuenta que es absolutamente imposible conciliar ambas pretensiones: libertad radical y pertenencia absoluta. Esta es la gran paradoja política de la modernidad: solo se puede ser libre bajo la tutela del estado, pero al incorporarse a él pierde su singularidad ya que será tan solo un engranaje de la máquina social. No en vano Foucault señaló magistralmente que: El poder estatal es una forma de poder, al mismo tiempo individualizante y totalizante (…) En la historia de las sociedades humanas -incluso en la antigua sociedad china- nunca ha habido una combinación tan tramposa en la misma estructura política de las técnicas de individualización y de los procedimientos de totalización (…) No creo que podamos considerar al «Estado moderno» como una entidad desarrollada por encima de los individuos, ignorando lo que son e incluso su propia existencia; sino, por el contrario, como una estructura muy sofisticada a la cual los individuos pueden ser integrados bajo una condición: que esa individualidad sea moldeada de otra forma y sometida a una serie de patrones muy específicos. (Foucault, El sujeto y el poder, 1988).
El ciudadano no es tal en tanto persona, sino como sujeto de derecho; es decir, como sujeto disciplinado y obediente que acepta abdicar de su potencia singular y ser representado para tener derecho a la protección del estado. El hombre de carne y hueso fue disciplinado y domesticado, normalizado; imponiéndosele el ideal maquínico. El individuo no es una persona que sufre o disfruta: es una máquina lógica, un engranaje productivo, un número del sufragio. OTRAS CARTOGRAFÍAS: LO SINGULAR Y LO COLECTIVO EN LA TRAMA DE LA VIDA
Los enfoques de la complejidad que han nacido a fines del siglo pasado y están en pleno desarrollo permiten esbozar una nueva concepción del hombre y
78
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
su relación con sus semejantes y el ambiente en el que todos convivimos. Saliendo del estrecho marco del mecanicismo se está forjando una nueva imagen del mundo y de la humanidad. No un mapa estático creado desde una mirada exterior, sino una cartografía dinámica e implicada que permite comprender al ser humano como parte de la naturaleza y, al tiempo, moldeado por la cultura. El punto de partida es el reconocimiento de nuestra pertenencia a la naturaleza, nuestra inextricable relación con el colectivo y el destino común con el conjunto del universo. Al tiempo, esta concepción multidimensional permite dar cuenta de nuestra radical singularidad. Spinoza fue un gran precursor de este modo de pensar, capaz de reconocer lo singular en lo común y lo común en lo singular. En la actualidad los enfoques del pensamiento complejo continúan la senda. Al mismo tiempo aprendemos a pensar al humano inextricablemente unido a su comunidad y a la naturaleza de la que siempre formó parte. Para lograrlo no bastan nuevas teorías, es preciso pensar de otro modo. La complejidad no se nutre solo de nuevos paradigmas sino que avanza hacia una reforma de nuestra concepción del conocimiento. Entrar en el territorio fluido de la complejidad, lleva a pensar siempre en configuraciones dinámicas en un único universo completamente entramado. El saber complejo no es la actividad racional de un individuo aislado, sino una producción colectiva de seres vivos, corporales, afectivos, sensibles e inteligentes que piensan en el seno de la cultura y en un territorio de intercambios. ¿Cómo pensar nuestra condición humana desde estos enfoques móviles y multidimensionales? En primer lugar, es preciso abandonar toda noción a priori de sujeto, subjetividad, rol, lugar y función. En una concepción dinámica no hay esencias eternas; ocupamos transitoriamente roles y lugares y la función es algo que se adquiere a través de la dinámica, no se «tiene». Habría que pasar de la gramática del ser y el deber ser, a una pragmática multidimensional en la que la potencia de existir se despliega y varía en los encuentros. Lo que lleva a cambiar la noción de descripción (presuntamente objetiva) por la de configuración. En el juego de vínculos se configura y reconfigura nuestro cuerpo-mente, se produce subjetividad, siempre en una dinámica tensional al mismo tiempo fluida, con intensidades variadas y múltiples dimensiones. En este universo nada puede definirse a priori, ni tiene un destino al que tienda inexorablemente, todo está produciéndose en un ahora móvil y cambiante. No conocemos el mundo en sí, pero podemos pensar la dinámica de la situación. Este no es un premio consuelo, sino la naturaleza de nuestro saber como seres vivos, encarnados, afectivos (afectados-afectantes) en un mundo en devenir. Al romper el hechizo platónico y dejar de mirar el mundo desde fuera para «observar al observador», tenemos también que ser conscientes de que esa observación (como todas) nunca abarcará la totalidad. Esta nueva actitud supone, además, superar la absurda idea de que el hombre es una excepción en la naturaleza, que puede trascenderla y dominarla. La ética-estética de la comple-
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
79
jidad es la de la trama interactiva y autopoiética. Ya no hay un Sujeto opuesto a un Objeto, sino un universo de interacciones e intercambios que en el campo de las relaciones humanas nos lleva a pensar que una persona, un grupo, una institución, no es, sino que adviene y deviene en y por los intercambios en los que participa y en cuyo ambiente está embebida. Pensar las dinámicas implica abandonar los territorios fijos del Sujeto y atreverse a recorrer cartografías móviles en las que podamos ver las variaciones de la singularidad así como la producción de subjetividad que se dan en los encuentros. La vida personal no es despliegue de una esencia, ni la vida social la realización de una estructura. Las personas no somos casos de una clase, somos seres singulares que vivimos en relaciones cambiantes. ¿Qué es esta singularidad? ¿Cómo entenderla? ¿Cómo diferenciarla del Sujeto Moderno? La noción de Singularidad en un universo entramado y dinámico no se opone linealmente a la de Totalidad. Por el contrario, se producen mutuamente. Cada singularidad tiene una autonomía relativa, entre ella y el mundo existe una membrana que une y separa. La autonomía del ser vivo no es una autarquía, ni tampoco independencia, sino expresión de una paradoja que trata de una «autonomía profundamente ligada», que existe solo en el intercambio (Najmanovich, 2005). Ese intercambio es siempre una influencia recíproca, nos afectamos mutuamente a todos los niveles: desde las partículas más pequeñas (que no elementales) hasta las galaxias, pasando por montañas, viento, plantas, insectos y humanos. Por eso este universo es activo y afectivo. La utilización del término afectivo requiere aclaración, pues se ha restringido su significado a una dimensión melodramática reduciéndolo en general al cariño. Siguiendo a Spinoza, propongo recuperar la potencia del verbo afectar y entenderlo como cualquier modificación producida por un intercambio y no meramente la sensiblería de telenovela. Entendido así el afectar y los afectos existen a todos los niveles de la naturaleza desde los átomos a las galaxias, de los invertebrados a los seres humanos. Ninguna entidad de este universo es independiente y en tanto poseen una organización, todas tendrán también una tendencia a perseverar en el ser, es decir, a conservarla. Cada entidad singular estará siempre en tensión con el medio en el que está embebida. No hay sujeto previo ni independiente de la sociedad, no hay comunidad anterior a la interacción. Toda emergencia es siempre una co-emergencia. Nada emerge en el vacío, ni se produce en la nada; todo surge en la interacción dando lugar a transformaciones surgidas de la afección mutua: hemos abandonado el terreno de las dicotomías para entrar en los movimientos no-duales. Por ejemplo: nunca es un ser vivo el que se adapta unidireccionalmente al medio, sino que también el medio se transforma, por lo que resulta mucho más adecuado hablar de co-adaptación o adaptación mutua. En todo colectivo humano se han establecido lazos dotados de cierta consistencia y estabilidad y se ha generado un modo común de producción de sentido a partir de la metáfora del contrato.
80
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
Todas las agrupaciones humanas surgen por un proceso de autoorganización: no hay líneas causales, no hay fuerzas externas que gobiernen el proceso, sino una dinámica que genera una configuración nueva. Solo cuando emerge la organización tiene sentido hablar de partes o elementos –en nuestro caso personas, familias, tribus, grupos, clases, comunidades, sociedades–. Si prestamos atención a la narración anterior, podemos ver un peculiar devenir temporal en forma de bucle: la sociedad crea los sujetos que originan a la sociedad que los hace ser tales. Esta dinámica es característica de todos los procesos de autoorganización. Al nacer una organización se generan bordes y límites, se establecen diferencias entre un adentro y un afuera, se diferencia lo propio de lo ajeno. Pero es a través de la dinámica que las cosas existen como tales. Los afectos y sus efectos Como hemos visto, la cultura moderna se ha desarrollado a partir de una concepción del otro gestada por el temor y la desconfianza. El miedo que los extraños generaban hizo que los antiguos griegos y luego la cultura moderna de forma diferente-, buscaran una forma de protección creando límites absolutos e infranqueables. La identidad se concibió como algo dado de una vez para siempre disociando radicalmente el tú y el yo, el nosotros de los otros y la civilización de la barbarie. Esta forma de protección entraña más peligros que ventajas. Por un lado, el aislamiento total es imposible y por tanto, la seguridad obtenida precaria. Por otro, más grave aún si cabe, aunque ni personas ni culturas han funcionado jamás como sistema totalmente aislado -ni podrían hacerlo-, sí pueden reducir mucho los intercambios. El pensamiento mecanicista genera gran pérdida de potencia cuando se aplica al campo de lo social, pues no distingue adecuadamente entre lo que beneficia y lo que perjudica, limitando todas las interacciones. En algunos casos, las restricciones pueden llevar al sistema (persona, grupo, país) a la desintegración por el aumento de entropía inevitable en todo sistema cerrado. Sin embargo, ese ha sido el ideal del imaginario occidental que en la modernidad tomó forma en metáforas mecanicistas. La física newtoniana solo era capaz de pensar partículas elementales y sistemas cerrados. Recién en la mitad del siglo XX con la Teoría General de Sistemas comenzamos a imaginar Sistemas Abiertos. La Cibernética amplió la perspectiva al concebir los sistemas de regulación no-lineales y finalmente la Cibernética de Segundo Orden abrió las puertas de la complejidad al reconocer el bucle que engloba al observador y lo observado, al sujeto con el objeto, al ser humano con la naturaleza. A través de la dinámica de intercambios con el ambiente en el que convive cada entidad (célula, organismo, persona, grupo) van configurando el adentro y el afuera, lo propio y lo ajeno. En este juego toda demarcación es provisoria, los límites no están definidos a priori, sino que se forman y transforman en el devenir vital. Los otros no son completamente ajenos, sino parte indispensable
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
81
de la vida, en tanto ésta se desenvuelve siempre en los encuentros. Para el pensamiento complejo los otros son condición de posibilidad y no solo fuente de hostilidad (aunque a veces sean hostiles) pues desde esta perspectiva la independencia no solo es imposible sino que, además, es una ilusión dañina. Solo gozamos de una autonomía ligada, y nuestra libertad depende de la calidad de los intercambios y no de su ausencia. A partir de los años 60 del siglo pasado empezaron a forjarse y expandirse nuevos paradigmas en las ciencias que muestran una naturaleza activa y productiva. La concepción de Prigogine es ejemplo de esta transformación: Una nueva imagen de la materia: ya no pasiva, como en la concepción mecánica del mundo, sino que tiene actividad espontánea. Este cambio es tan fundamental que creemos en realidad poder hablar de un nuevo diálogo entre el ser humano y la naturaleza. (I. Prigogine y G. Nicolis, 1987).
Todas las dicotomías se disuelven. Entre ellas es crucial abandonar la que opone materia (supuestamente inerte) a forma (única fuente de actividad), lo que fue decisivo para la construcción del modelo dicotómico en la Grecia Antigua y que en la Modernidad fue reforzada por la escisión radical entre cuerpo y mente. Ha habido muy pocas excepciones al modelo disociado de pensamiento, entre las que quiero destacar especialmente a Spinoza como precursor notable de la complejidad. Ya en el siglo XVII este gran pensador propuso una mirada muy diferente: un universo totalmente activo que es necesariamente afectivo. El gran cambio de nuestro modo de comprender que propone Spinoza supone dejar de pensar en un cosmos de esencias perennes y relaciones externas para percibir la dinámica de nuestro mundo a partir de las afecciones y modos en que los intercambios crean configuraciones. La noción «ser parte de» es crucial, pues el punto de partida es la pertenencia y no la independencia. Todo lo que existe pertenece y participa de la naturaleza, lo que varía son los modos de pertenencia, las configuraciones que se forman y transforman en los encuentros, las formas en que cada entidad es afectada y afecta a los demás. Cuando intentamos comprender nuestra experiencia del mundo desde la complejidad es imprescindible aprender a focalizar los vínculos, interacciones y modos en que somos afectados y afectamos a los demás. La humanidad no constituye una excepción en la naturaleza. Pertenecemos a ella y al igual que todas las demás criaturas somos afectados por los intercambios en los que participamos. Las afecciones nos moldean, configuran y transforman en cuerpo-alma. Lejos de los compartimentos estancos de la modernidad podremos comprender los modos en que el clima meteorológico y el emocional, las ideas tanto como la digestión, las formas de agruparnos como las formas de distanciarnos son producidos en la dinámica de afecciones mutuas. Hace ya más de medio siglo que la Teoría General de Sistemas y la Cibernética comenzaron a pensar en términos de Sistemas Abiertos. Sin embargo, aún hoy sigue costando comprender las profundas implicaciones de este concepto,
82
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
por eso que me gustaría hacer algunas aclaraciones. En primer lugar, es importante darse cuenta que esta denominación encierra una paradoja: el sistema es una organización que para serlo y distinguirse de las otras y del medio en general debe necesariamente estar cerrada. Por tanto, estamos sosteniendo al mismo tiempo que es cerrado y que es abierto. Las paradojas no tienen solución en el mismo plano en que se han producido. De hecho, son resultado de un modo de enfocar que no reconoce limitaciones y se cree universal. Al pensar de forma multidimensional y encontrar una paradoja sabemos que hemos llegado a un límite y que lejos de criticarlo o lamentarlo se abre ante nosotros un apasionante desafío: encontrar una forma más rica de comprensión (Najmanovich, 2013). En un universo dinámico todos los sistemas son necesariamente abiertos, lo que no es contradictorio con que alguna de sus dimensiones estén cerradas en algún plano. Pensemos en la representación habitual del sistema circulatorio:
Figura 1- Esquema del sistema circulatorio
Como todo circuito debe estar cerrado para que la sangre circule. Al mismo tiempo, la sangre es la encargada de nutrir a las células del organismo, tarea para la cual necesita intercambiar; es decir, obtener los nutrientes que luego aportará a los diversos tejidos. El sistema es abierto al intercambio aunque el circuito sea cerrado. Recibe oxígeno de los pulmones que lo tomaron del ambiente y lo lleva a las células que vierten al torrente sanguíneo todo tipo de sustancias imprescindibles para la vida y también desechos que luego el cuerpo excretará. Resulta más que obvio que todos los cuerpos desde las más pequeñas partículas a las inmensas galaxias, incluyendo el cuerpo humano, son abiertos en ciertas dimensiones y cerrados en otras, pero en conjunto, los sistemas reales están siempre abiertos al intercambio aunque de modos muy diferentes (diferencias cruciales a la hora de comprenderlos). Cuando focalizamos solo la arquitectura cerrada del circuito no vemos la inmensa e imprescindible variedad de interacciones que se producen entre la sangre y el conjunto del organismo. La siguiente imagen muestra tan solo el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono.
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
83
Figura 2: Esquema del intercambio gaseoso entre la sangre y un alveolo pulmonar
Los científicos clásicos no desconocían estos intercambios, pero al estar obligados a concebir el mundo en sectores les resultó muy difícil pensar simultáneamente ambos procesos desde la perspectiva multidimensional y dinámica. En los enfoques de la complejidad, el intercambio y afectación entre el ser vivo y el medioambiente en el que está embebido, implica a todas las dimensiones del vivir humano, dado que ninguna de ellas existe independientemente. Los humanos, como todos los seres vivos, co-evolucionan con el ambiente; es decir, son afectados y moldeados por él, al mismo tiempo que lo modifican y moldean con su vivir. Pensar un sujeto complejo, que es a la vez un cuerpo vivo e interactivo en intercambio permanente con su ambiente, ha llevado a una reconsideración del rol de las emociones a la hora de pensar nuestra condición humana. Detengámonos un instante en la definición de emoción de la RAE: Emoción, del lat. emotĭo, -ōnis): Alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, acompañada de cierta conmoción somática. Tal vez al lector no le llame la atención pues hemos sido formados pensando de ese modo. Sin embargo, quiero invitarlos a pensar si es posible que exista un ánimo neutro al que la emoción alteraría. ¿Qué clase de ánimo es aquel que no tiene animación? ¿No es un contrasentido pensar un ánimo estático cuando el término refiere precisamente al movimiento y al cambio? El planteo de un ánimo estático o neutro es tan absurdo como peligroso. Por un lado, un ser vivo inanimado es una contradicción en los términos y por tanto imposible. Sin embargo, quienes creen en él intentan construir un modo de vida basado en el rechazo de pasiones y en la ilusión de que es posible controlarlas con la razón, creencias con grandes secuelas, independientemente de su verdad o falsedad. Por otro lado, cada vez son más los investigadores que reconocen la importancia vital de las emociones, no solo para la supervivencia, sino también para la toma de decisiones. Las investigaciones de Maturana, Varela, Damasio, Ramachandran, Iacoboni y muchos otros, están creando un nuevo paisaje conceptual que ya permite comenzar a esbozar una perspectiva compleja del vivir humano capaz de reconocer la importancia de los afectos. Ahora bien, lejos de ser algo individual e interno, como supone la cultura moderna, la emoción se produce y vive en la relación (con el ambiente, con los otros, con uno mismo) y siempre a través del cuerpo, pero el dominio es relacional, nunca meramente fisiológico como destaca siempre Maturana: Las emociones existen en la relación no en el cuerpo, aunque se realizan a través de él. (Maturana, H. y Bloch, S., 1996).
84
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
En los mamíferos, la forma de ser afectados tiene siempre una faceta emocional. Lo que afecta conmueve, cambia, transforma, a veces muy sutilmente, en ocasiones, de forma dramática. La emoción varía y puede evaluarse de muy diversas formas teniendo en cuenta su dinámica: cualidad, intensidad, tono y ritmo. No hay estado emocional neutro. ¿Qué escala definiría esa neutralidad? Tampoco hay «estados» emocionales, fluimos en la emoción. Lewis, Amini y Lannnon han considerado detalladamente la interconexión humana: El sistema nervioso de los mamíferos depende de un sistema de coordinación interactiva. […] A este intercambio de sincronización mutua lo llamamos regulación límbica. El cuerpo humano constantemente armoniza muchos miles de parámetros fisiológicos. En un diseño de circuito cerrado, cada cuerpo vigilaría sus propios niveles y se auto-administraría correctivos, manteniendo su sistema aislado en un equilibrio continuo. Pero como la fisiología humana es (al menos en parte) una disposición de circuito abierto, un individuo no gobierna todas sus funciones. Una segunda persona transmite información reguladora que puede alterar niveles de hormonas, función cardiovascular, ritmos del sueño... dentro del cuerpo de la primera. El proceso recíproco se produce simultáneamente: la primera persona regula la fisiología de la segunda, al tiempo que la regulan a ella. Ninguna de las dos es un todo funcionando por sí mismo; las dos tienen circuitos abiertos que solo puede completar la otra. Juntas forman un par de organismos equilibrados. Y las dos intercambian sus datos complementarios a través del canal abierto que ofrece su conexión límbica. (Lewis y otros, 2001).
Por otra parte, la investigación de las Neuronas Espejo se considera clave para la gestación de la empatía. Más aún, investigadores como Ramachandran plantean que son cruciales en la construcción de la conciencia de nosotros mismos. Podemos decir que el hallazgo de las neuronas espejo fue un caso de lo que se denomina serendipia; es decir, encuentros no planeados. Aunque fue un caso especial, porque el propio paradigma era responsable de que los investigadores solo se ocuparan de lo motor. Marco Iacoboni, uno de los investigadores clave de este proceso, relata así los desafíos a los que se enfrentaron: En la década de los 80, los neurocientíficos enarbolaban el paradigma que sostenía que las diversas funciones del cerebro estaban confinadas en compartimentos estancos. En virtud de tal paradigma, la percepción y el movimiento van por caminos totalmente separados e independientes entre sí. Existe una tercera función, la cognición, que está un poco «en el medio» de la percepción y el movimiento y que permite planificar y seleccionar nuestro comportamiento motor (…) En general, se daba por sentado que estas tres funciones interpretadas en un sentido amplio, estaban separadas en el cerebro. (…) Sin embargo, el neurocientífico que toma como supuesto que las neuronas pueden calificarse en categorías tan simples, -sin ninguna superposición entre percepción, movimiento y cognición- puede perder de vista (o descartar como un hecho fortuito) la actividad neuronal total que realiza codificaciones con mucha más complejidad y que refleja un cerebro que aborda el mundo de un modo mucho más «holístico» que lo que se concebía antes. (Iacoboni, M., 2009).
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
85
Los investigadores estaban tratando de entender qué relaciones había entre la acción de agarrar y la observación de otro realizando la acción, sin encontrar ninguna clave de interpretación. Gallese, investigador del equipo, se encontró casualmente en un congreso con Goldman, filósofo partidario de la Teoría de la Simulación; de ahí surgió la idea de que el mono al observar al investigador agarrando algo simulaba esta acción en su cerebro de tal modo que estaban implicadas simultáneamente las neuronas motoras y las visuales. La mayoría de las investigaciones coinciden hoy en que las neuronas espejo se activan tanto cuando vamos a desarrollar una acción cómo cuando vemos a otros llevarla a cabo. Utilizando el vocabulario instituido, muchos pensadores plantean que leemos las mentes de los otros o que captamos sus intenciones, o que el cerebro genera una Teoría de la Mente. Más aún, los neurocientíficos suelen hablar de un modo en que parece que solo el cerebro y no el ser humano en un contexto vital, realiza las acciones. Aunque no siempre, ni todos, se expresan de ese modo. Muchas veces amplían el repertorio y en lugar de hablar solo de las intenciones sostienen, como Gallese, que es como si el otro se transformara en otro yo. Expresión mucho más interesante, pues no se limita al estrecho foco neurológico-cerebral y su lectura de las intenciones o las mentes de otros para abrir la puerta a una interpretación más compleja y multidimensional que presenta a los seres humanos como profundamente empáticos. Lipps, acuñó el término empatía para describir la relación entre una obra de arte y su observador. Luego, amplió el concepto a interacciones entre las personas interpretando nuestra percepción de los movimientos de los demás como forma de imitación interna. Sostuvo que cuando miramos a un acróbata en la cuerda sentimos como si nosotros fuéramos los que estamos allí. La empatía es un fenómeno que, nominado hace poco tiempo, no es en absoluto nuevo; solo que nuestra cultura, centrada en la independencia no era capaz de hacerlo visible y valorarlo, pues pone en jaque al dualismo. Recién ahora los neurofisiólogos le dan un lugar destacado, abandonando la disociación que separaba radicalmente al yo del otro; solo pueden entenderse en su interconexión. Vilanur Ramachandran afirma que es muy probable que siendo capaces de adoptar «el punto de vista del otro», gracias a las neuronas espejo, podamos también vernos a nosotros mismos desde el punto de vista de los demás. Su análisis no se detiene aquí, sino que avanza para proponer que la «conciencia del otro» y la «conciencia de sí» evolucionaron conjuntamente y muy probablemente el sentido de nosotros mismos sea el resultado de esta capacidad de simular que comenzó con la empatía hacia los demás. LA COMUNIDAD QUE VIENE Uno es de donde lo quieren. Un trabajador nómada
La cultura moderna ha pensado los vínculos humanos a partir de la dicotomía individuo-sociedad, generando luego oposición entre comunidad y socie-
86
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
dad. Hemos visto que los seres vivos estamos siempre en intercambio permanente y somos afectados de múltiples modos. Los aportes de las neurociencias dan credibilidad a una perspectiva que ya Spinoza había delineado con gran claridad en el siglo XVII. Esta aclaración es muy importante: recién ahora la ciencia ha comenzado a nutrirse y aprender desde puntos de vista que le permiten ver con más amplitud. Dado que vivimos en una cultura que solo reconoce como válido lo que los científicos plantean resulta provechoso este cambio, que aunque todavía reciente, va creciendo y expandiéndose con rapidez. En los comienzos de la sociología Ferdinand Tonnies planteó una distinción férrea entre lo que denominó Comunidad y Sociedad, forjada desde la perspectiva moderna que solo es capaz de salir del modelo mecánico para huir a un paraíso soñado. Durante mucho tiempo la obra de Tonnies pasó a segundo plano, sin embargo, en las últimas épocas volvió al candelero. La crisis contemporánea ha llevado a que muchos pensadores no hagan más que lamentarse por la pérdida de solidez, aunque por suerte muchos otros prefieren atreverse a las aguas turbulentas del pensamiento sin amarras. Como suele suceder en nuestra cultura tampoco faltan los que oscilan entre ambas posturas. En cualquier caso, la dificultad insuperable para el pensamiento moderno reside en que no puede salir del marco de sus preconceptos quedando atrapado en la elección entre polos opuestos. Qué hay en cada polo y a qué se contrapone puede variar, pero siempre la estética es el enfrentamiento entre polaridades puras y opuestas. En relación al ser humano y a los vínculos, los pensadores modernos tomaron distintas posiciones: unos inventaron al buen salvaje, mientras otros lo imaginaron como un caníbal, pero en ambos casos lo concibieron en contraposición con el «hombre civilizado». Del mismo modo, la comunidad fue imaginada como un paraíso: el círculo cálido, la pertenencia sin conflictos, la solidaridad absoluta y el acuerdo sin fisuras. Pero también se la pensó de una forma totalmente contraria: como una coerción intolerable de la libertad individual, una exigencia de obediencia a la tradición, un destino forzoso. ¿Qué hay de cierto en estas concepciones y qué de fantasía? ¿Qué rol cumplieron estas invenciones? En todos los casos el imaginario parte de una perspectiva esencialista y pura: el salvaje o es bueno por naturaleza o es brutal, la comunidad es perfecta u opresora. Todos coinciden en plantear un «modelo evolutivo» de lo primitivo-comunitario-natural a una situación completamente diferente en que solo existe una sociedad establecida por el contrato entre individuos racionales libres. En palabras del propio Tonnies (1947): Comunidad es lo antiguo y sociedad lo nuevo […] comunidad es la vida en común duradera y auténtica; sociedad es solo una vida en común pasajera y aparente. Con ello coincide el que la comunidad misma deba ser entendida a modo de organismo vivo, y la sociedad como agregado y artefacto mecánico.
Se elude la tensión inherente a toda composición y se crea así una añoranza de algo que no solo nunca existió, sino que no puede existir. Ni la comunidad
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
87
ha sido pura armonía y solidaridad, ni es tan solo un constructo mecánico creado a partir de un contrato entre individuos absolutamente autosuficientes. Por otra parte, se da la paradoja de que al mismo tiempo se supone una evolución desde una comunidad basada en la tradición natural (sangre, territorio, lengua) a una sociedad gestada solo por la libre decisión. Pero vimos que en lo humano no existe una esencia fija dictada por una naturaleza inmutable ni una libertad absoluta gestada por la voluntad unánime de un individuo completamente independiente, no movido más que por su propio designio. Spinoza ha dado pistas fundamentales para salir de este atolladero entre una comunidad esencial y una sociedad contractual. A partir de su pensamiento y de los enfoques contemporáneos de la complejidad podemos pensar un sujeto complejo que goza de autonomía ligada, pertenece a la naturaleza y comprende que su existencia será siempre afectada por la de los otros con los que convive y con quienes co-evoluciona. Nacemos a un mundo que está en marcha, en una familia, lugar y cultura determinados. Pero cuando pensamos la herencia, aunque no es optativa tampoco constituye un destino fatal. No hay oposición entre naturaleza y libertad, entre lo hecho y lo por hacer, en un universo en continua transformación. Si en lugar de quedar atrapados en los discursos instituidos pensamos nuestra vida, veremos que la comunidad nunca pudo ser aplastada ni reemplazada por la sociedad: conviven de múltiples formas y sus vínculos son tensos y se modifican permanente. Más aún, en la actualidad los Estados Nación están en proceso agudo de licuación quedando su rol muchas veces limitado a lo estrictamente técnico-administrativo sin poder ser fundantes de subjetividad y en muchos casos tampoco del lazo social. Como muy bien ha destacado Ignacio Lewkowicz, en su magnífico libro Pensar sin Estado: El Estado actual ya no se define como nacional, sino como técnico- administrativo, o técnico-burocrático… Por eso podemos poner en duda que haya desaparecido el Estado; podemos verificar enormes organizaciones técnicas, militares, administrativas con un vasto poder de influencia. Pero influencia no es soberanía… El Estado ya no es un supuesto -y esto tanto para el pensamiento estatal oficial como para el pensamiento crítico antiestatal-. Incluso para el pensamiento que ahora piensa que el Estado es necesario, suponerlo resulta letal. El Estado no es una condición dada; si se necesitara contar con Estado no bastaría con suponerlo, más bien habría que inventarlo. (Lewkowicz, 2004).
Todos los fundamentos instituidos están en pleno proceso de erosión llevando a una crisis muy profunda de los Estados Nación. Esta situación conduce a tener que pensar tanto nuestra singularidad como nuestras formas de vida en común. La vida en red es un constante desafío: por un lado, muestra cuán vana es nuestra ilusión de independencia; por otro, debido a la licuación las instituciones que proveían el imaginario de lo común en la modernidad sólida, percibimos un debilitamiento del lazo social. Paradójicamente estamos ante el auge de una perspectiva hiperindividualista basada en el consumo y, al tiempo, un
88
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
crecimiento inmenso de los modos de compartir y de los movimientos sociales más diversos. Esta situación paradójica se da porque estamos en un período de turbulencia pero aún pensamos con las cartografías de la modernidad sólida. Pensarnos partícipes de la trama de la vida La inercia del sistema hace que todavía en muchos casos miremos el mundo con las anteojeras mecanicistas. Por eso que en este momento histórico nos encontramos frente a una encrucijada: no es posible compatibilizar un saber estático con una vida líquida. Hace unas décadas la noción de red se ha puesto de moda y su importancia no deja de crecer. La metáfora de la red es quizá la más poderosa para pensar la situación contemporánea, aunque la inercia cultural hace que muchos se empeñen en institucionalizarla restándole potencia. La forma más usual de esterilizar esta noción es concebirla como maraña de relaciones entre nodos independientes; así la red se mecaniza. Los abordajes complejos presentan un panorama muy diferente. La red es la matriz en la que estamos embebidos: nos constituye, nos atraviesa, la conformamos. Gracias a un intercambio fluido, se van transformando y nosotros con ellas. No hay elemento aislado que se conecte exteriormente a otros, es un fluir de intercambios. En la red, lo singular y lo colectivo están atravesados y enlazados en una dinámica de intercambios incesantes. Vivir en la era de la red exige ampliar y dar movilidad a nuestro modo de percibir el mundo. El desafío consiste no solo en ampliar, sino también en diversificar el modo de comprender el mundo. Para ello es imprescindible pensar dinámicamente superando la dicotomía teoríapraxis habilitando un pensamiento de las prácticas y la práctica del pensar en situación. Es necesario cambiar los modos de acción basados en una planificación sin contexto y generar prácticas en red capaces de comprender los ensambles dinámicos y actuar en las redes fluidas. Los abordajes de la complejidad que incluyen los enfoques de redes dinámicas buscan comprender la multiplicidad de modos de conocimiento y prácticas para poder componer un conocimiento más potente y gestar vínculos sinérgicos capaces de nutrirse de la diferencias aceptando la multiplicidad inevitable de sesgos perceptivo-conceptuales y sus correspondientes modos de acción. Hasta hace unas décadas el término red se aplicaba apenas a los útiles de los pescadores, al sistema eléctrico nacional y pocas cosas más. Hoy ha invadido todas las áreas de la vida humana y de la naturaleza: desde las redes inmunológicas a Internet, desde las conceptuales a las sociales. La «metáfora de la red» parece ser hoy la favorita para dar cuenta del mundo contemporáneo. Los enfoques de la complejidad están gestando una nueva concepción del ser humano y de los vínculos a partir de una matriz dinámica en red. Desde ellos es posible: • • •
Multiplicar opciones: admitir la multiplicidad de mundos y realidades. Mapear la red en su fluir mirando con nuevos ojos. Pensar los acontecimientos en sus contextos vitales.
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
• • • •
89
Promover un encuentro abierto y sinérgico con personas singulares y la comunidad en lugar de relacionarnos con arquetipos (gerente, padre, socio, etc.) Trabajar con otros sabiendo que nadie tiene un solo rol en este mundo y los roles cambian según las potencias y necesidades de la situación. Advertir el valor de la diferencia para no tener que optar entre someter o someterse. Crear ocasiones de desarrollo en un vínculo siempre tenso e intenso. Habilitar formas de diálogo y sinergia que sin negar el conflicto sean capaces de promover su potencia productiva y disminuir sus efectos destructivos.
Quiero destacar la transformación ética que implica este enfoque; es muy común escuchar planteos ingenuos que pretenden una solución mágica o dilución de los conflictos por el solo hecho de admitir nuestra mutua conexión. Los abordajes complejos reconocen tanto la inevitabilidad como el valor del antagonismo y el conflicto como fuente de transformación y diversidad; simultáneamente, admiten su potencial destructivo (Morin). Desde esta mirada vital de la ética el enfoque de redes complejas nos sitúa en un territorio de encuentros. El cambio procede de entender nuestra inextricable unión con la naturaleza en su conjunto, no una fusión homogeneizadora sino un vínculo tenso; sin tensión todo se confunde, la tensión da forma, conforma, transforma. Nuestra cultura ha demonizado la tensión hasta tal punto que el término stress es sinónimo de malestar. Algo absurdo. Si no viviéramos en tensión colapsaríamos. Por eso resulta clave devolverle la multidimensión y el valor a la tensión de modo tal de poder ver simultáneamente las semejanzas y las diferencias, la atracción y la repulsión, y el modo en que se conjugan para dar lugar a la infinita diversidad de la existencia. La complejidad no puede encasillarse, no podemos pensar lo singular a partir de modelos a priori; es preciso distinguir lo singular complejo de lo particular mecánico. En los enfoques complejos nadie es un caso particular de la clase general, excepto en el mundo de las abstracciones. En el pensamiento de la potencia y el encuentro que cultivaron tanto Spinoza como Morin, aunque con diferencias interesantes, lo singular no surge de la comparación ni puede entenderse a través de ella, no refiere a clase ni arquetipo alguno. Las clases, son apenas un modo útil de organizar la experiencia. Los abordajes de la complejidad invitan a producir diferencias que permitan habitar un mundo fluido, sorprender y aprender sin término. Es preciso saber conjugar de múltiples maneras las distintas configuraciones vinculares, explorar sus articulaciones, construir itinerarios según las problemáticas particulares de cada indagación específica, para dar lugar a la singularidad de cada sujeto, familia, comunidad o colectivo. Por eso desde esta perspectiva se promueve el despliegue de una multiplicidad de figuras del pensar que funcionen como horizontes de sentido o herramientas para crear historias que hagan honor a los contextos y singularidades que generan las búsquedas de sentido. Nuestro gran desafío es crear nuevas cartografías que permitan abandonar los tipos ideales que separan radicalmente lo dado y lo creado, lo natural y lo
90
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
elegido, lo instituido y lo instituyente. No será fácil dejar de pensarnos como individuos y aprender a sentirnos-pensarnos partícipes de una comunidad abierta y creativa, que no ha sido establecida por un mandato divino o porque la sangre lo exija, sino porque comprendemos nuestra pertenencia a la naturaleza y nuestro destino común, que no está establecido, sino que vamos cultivando día a día en la convivencia. Es un proyecto pleno de sentido que amplía nuestro horizonte, potencia nuestra vida y apuesta a la alegría compartida, en la medida que vamos construyéndolo y no como promesa lejana de un mundo perfecto sino como realización cotidiana en los territorios productivos de la vida.
DINÁMICA Y SEMIOSIS EN LOS PROCESOS DE AUTOORGANIZACIÓN Pedro Sotolongo
La comprensión acerca de las fuentes más generales del cambio y de la transformación del mundo (es decir, las fuentes de su dinámica), tanto abiótica como biótica, ha ido evolucionando a lo largo del finalizado siglo y, aún más, en los recientes decenios. Al iniciarse el Siglo XX, se partió de la comprensión inicial proporcionada por la Mecánica, la Física e incluso por la Ciencia clásica en general, que circunscribían fuentes más generales del cambio y la transformación del mundo a las de índole material, siendo las mismas la masa y la energía, como características de las diversas sustancias y de las distintas fuerzas actuantes en dicho mundo: MASA (sustancias) ⇔ENERGÍA (fuerzas) Por otra parte, casi en los albores de esa centuria con el emerger de la Teoría de la Relatividad de Einstein, quedó establecida –incluso cuantitativamente- la articulación entre las dos fuentes materiales más generales del cambio y la transformación: MASA (sustancias) ← (c²) → ENERGÍA (fuerzas) donde «c» es la velocidad de la luz en el vacío, estableciéndose, además que toda masa tiene un equivalente energético y toda energía posee un equivalente másico. Al mismo tiempo, ello permitió deslindar mejor la noción de «sustancia» y la de «energía», en tanto se comprendió que las sustancias son la forma de existir de lo material, que puede presentar tanto «masa-de-reposo» (cuándo no se mueven), como «masa-de-movimiento»; mientras que la energía es la forma de existir lo material que solo exhibe un equivalente másico de movimiento.7 Más avanzado dicho siglo y con el desarrollo experimentado por la biología, en su aprehensión de la organización de entes bióticos, se incorporó otra fuente 7 Lo que no es óbice para que en la literatura –aún en la especializada- sea de uso muy frecuente la expresión «materia y energía», con lo cuál –advertida o inadvertidamente, según el autor- se identifica a la energía con lo-no-material, lo que, en mi opinión constituye un error.
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
91
general adicional –de índole material o no- para la comprensión del cambio en el mundo: la información que conduce a la organización del mismo. De hecho, se viene desarrollando un campo de indagación denominado Bio-Informática. Paralelamente y como corolario a lo anterior, quedó claro que ninguna información podía ser vehiculada por portador material alguno que se desplazara a una velocidad mayor que aquélla que precisamente enlazaba a la masa con la energía; es decir, la velocidad de la luz en el vacío. A su través resultaban articuladas esas tres fuentes (materiales y no materiales) del cambio y la transformación del mundo: MASA ← (c²) → ENERGÍA (Sustancias) ↓ (fuerzas) (comunicabilidad) ↓ INFORMACIÓN (organizacionalidad)
A partir de los estudios de Comunicación Social desde la segunda mitad del siglo XX se fueron esclareciendo los nexos entre la información y uno u otro sentido que la misma era susceptible de adquirir (o mejor, del que podía ser dotada por quien la recibía): [INFORMACIÓN ↔ SENTIDO] (organizacionalidad) A partir de desarrollos más recientes de las Ciencias Cognitivas y del emerger de la Nueva Epistemología «de-2º Orden» (último tercio del siglo XX), se evidenció que la comunicación misma consistía precisamente en tal articulación de una u otra información con uno u otro contexto de sentido identitario de a quién(es) va dirigida: INFORMACIÓN ← (comunicación) → SENTIDO (organizacionalidad) (identitario)
Por otro lado, estábamos acostumbrados a los laboratorios tradicionales, diseñados a medida del estudio de pautas ya existentes de cambios en la dinámica material entre masas (sustancias) y energías (fuerzas); pero surge un nuevo tipo de laboratorio, esta vez diseñado a medida del estudio de las pautas y patrones emergentes (anteriormente no existentes) de transformaciones semióticas materiales y no materiales, entre información (organizacionalidad) y sentido (identitario). Ese laboratorio no es otro que la pantalla de la computadora. DINÁMICA, SEMIOSIS, AUTOORGANIZACIÓN, PROCESOS EMERGENTES La autoorganización, modalidad de existencia espontánea de procesos bióticos o abióticos, constituye una característica fundamental de los comportamientos complejos; como la manera en que el mundo se transforma sin necesidad de intervención de factores «sub», «supra» o «para»-naturales. Esa capacidad de autoorganización del mundo hoy la reconocemos cada vez más, en todos sus ámbitos. Para un listado a sabiendas incompleto: En las explosiones (manchas) solares, en la tectónica de placas geológicas, en terremotos, tsunamis, inundaciones, huracanes, incendios forestales; en tur-
92
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
bulencias en fluidos, tamaño de avalanchas, pautas del vuelo de aves, cardúmenes de peces, enjambres de hormigas, abejas y termitas; en la vida social cotidiana, en las crisis (neurosis, psicosis) de la subjetividad humana, pautas peatonales humanas por senderos, taponamientos del tránsito urbano, crisis bursátiles y económicas, conflictos políticos; movimientos y revoluciones sociales…
El mundo articula espontáneamente sus fuentes –materiales y no materiales- a través de la autoorganización, de ese cambiar complejo. También a través de ella, el mundo resuelve eventuales conflictos entre tales fuentes. Resultando todo ello en procesos emergentes, surgidos espontáneamente a partir de interacciones locales-en-red hasta conformar pautas globales, que a menudo sorprenden por ser contraintuitivas, debido a la no-linealidad de esas interacciones locales-en-red (pequeños cambios locales en ocasiones resultan en grandes consecuencias globales). Todos los aludidos desarrollos conceptuales durante el finalizado siglo y hasta la fecha, así como los desarrollos tecnológicos sugeridos, están exigiendo aquéllos y posibilitando éstos, la ejecución de nuevas estrategias de indagación para la aprehensión y la caracterización de esa autoorganización y de los procesos emergentes que resultan de la misma. Y si en las primeras etapas de la aprehensión de la autoorganización y de sus procesos emergentes -ante todo de los vinculados a los ámbitos físico, químico y/o tecnológico-, el énfasis en sus estrategias de búsqueda estaba puesto en la caracterización de la dinámica no lineal de tales fenómenos del comportamiento complejo, así como de las condiciones de su estabilización, en esas primeras etapas, desde la indagación de fenómenos biológicos y lingüísticocognitivos, el énfasis se puso en la índole informacional-semiótica con sentido adaptativo y/o evolutivo de tales procesos «complejos». Dichas circunstancias respondían, cada una desde su ámbito, a la no consideración en esos años de la concomitancia entre aquella dinámica no lineal y esta semiosis con valor identitario adaptativo y evolutivo. Así, en la aprehensión de la Complejidad físico-química-tecnológica primaba lo dinámico material, mientras que en la de la Complejidad biológica y humana, lo semiótico no material. A partir de los 90, entramos en otra etapa con estrategias de indagación de autoorganización y procesos emergentes, como características centrales del comportamiento «complejo», que pone cada vez mayor énfasis en aprehenderlos desde la concomitancia de una dinámica y una semiosis, sin que exista una sin la otra. En otras palabras, una dinámica-semiótica o semiosis-dinámica. Esa nueva ventana en la cultura contemporánea –Pensamiento y Ciencias de la Complejidad- está permitiendo revelar cada vez más la Complejidad del mundo (su comportamiento complejo), y propicia la toma de conciencia de la necesidad de una renovada comprensión de fuentes más generales –materiales y no materiales- del cambio y la transformación, tanto de los entes bióticos como abióticos, esta vez articuladas en una suerte de matriz ontológica morfogénica, compuesta por:
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
93
MASA ← (c²) → ENERGÍA (sustancialidad) ↓ (dinamismo) INFORMACIÓN ←(comunicación) → SENTIDO (organizacionalidad) (identitario)
llevando dicha comprensión a la constatación de una concomitancia entre una dinámica material: MASA ← (c²) → ENERGÍA (sustancialidad) (dinamismo)
...y una semiosis material o no material: INFORMACIÓN ←(comunicación)→SENTIDO (organizacionalidad) (identitario)
Concomitancia que se traduce en la circunstancia de no existir dinámica sin su semiosis y no existir semiosis sin su dinámica. Esto no quiere decir que sea siempre sencillo establecer dicha concomitancia, ni que la misma «salte a la vista»; lo que equivale a dos maneras de expresar la misma idea. Lo que da derecho al referirnos a semejante concomitancia, a la plasmación de una dinámica-semiótica o semiosis-dinámica, que toma cuerpo por medio de la matriz ontológico-morfogénica. Esto puede ser estudiado a través de modelos cada vez más sofisticados –como los llamados basados-en-agentes- con ayuda del nuevo tipo de laboratorio computacional ahora cada vez más disponible. No se habrá pasado por alto algo que se presta a debate y se desprende de lo expuesto: la aludida concomitancia de dinámica y semiosis a partir de una comprensión de la articulación entre las fuentes más generales de la transformación del mundo apreciadas como: masa, energía, información y sentido, extiende la vigencia de dichas cuatro fuentes a todos y cada uno de los ámbitos de ese mundo, sean bióticos o abióticos. Lo que, indudablemente, ocasionará objeciones en más de un lector. Dediquemos entonces los siguientes párrafos a argumentar lo pertinente de semejante extensión de tales nociones a ámbitos en dónde no siempre se toman en cuenta todas ellas.8 Esta problemática concierne a las cuatro fuentes generales del cambio y la transformación considerada, aunque por diferentes razones y en distintos ámbitos del mundo, atañe a las nociones de masa y energía –de larga data- (como en general a lo dinámico material) al extenderlas al ámbito de lo psíquico, de la subjetividad humana y de lo social -ante todo para los que parten de posturas idealistas-. A la luz de los desarrollos de la Neurofisiología y las Neurociencias Cognitivas, cada vez son menos los que dudan de la existencia de la concomitancia de la dinámica de un substrato material-neuronal (que, por cierto, exhibe un comportamiento dinámico particularmente sistémico-complejo) que presenOtros autores –Kauffman, Fontana, Buss, Goodwin–, se han referido a la necesidad de tomar en cuenta un factor adicional a los tradicionalmente mencionados –masa (materia, para algunos), energía e información- para dar cuenta del comportamiento complejo del mundo. También yo llegué a dicha conclusión de manera independiente antes de conocer tales desarrollos. 8
94
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
tan nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. No obstante, en tanto parto de una perspectiva materialista (conocida antítesis del idealismo), no encuentro problemática la aludida concomitancia en los mencionados ámbitos. Nos interesa más argumentar lo pertinente de la extensión a cualquier ámbito –biótico y abiótico- del mundo, de las nociones de información (organizacionalidad) y sentido (identitario), que usualmente –incluso por los que comparten conmigo una perspectiva materialista- se adscriben solo al ámbito de lo humano y lo social (incluyendo lo tecnológico, en tanto resultado de la actividad humana) y que, más recientemente y cabalgando sobre los desarrollos de las Ciencias Biológicas (incluyendo a la Biología Molecular), se han considerado pertinentes también a todo el ámbito biótico, pero que aún continúan siendo para muchos algo ajeno al ámbito abiótico –físico y químico- del mundo. Comencemos por la noción de información: la extensión de ésta (capacidad de organizar) a los ámbitos físico y químico equivale a considerarla como todo aquello que contribuye al -y resulta del- reconocimiento de su entorno por parte de uno u otro ente del mundo, sea cual fuere. Sería difícil concebir la articulación organizacional del mundo sin esa capacidad de sus diferentes entes en cualquier ámbito, de reconocer el entorno en que se hallan siempre inmersos y articularse al mismo de manera organizada. Precisamente el intercambio de cuotas de información con ese entorno el que proporciona tal reconocimiento. Semejante capacidad de reconocimiento de información del entorno, una verdad de Perogrullo cuando la referimos a los seres humanos o al mundo animal en general, está presente también en lo biótico no animal, como atestiguan los múltiples tropismos y trofismos bien conocidos. Pero, ¿es que acaso una u otra molécula y también en una u otra red auto-catalítica abiótica, no tiene que reconocer-su-entorno-molecular para poderse acoplar -en el caso de las catalizadoras- al substrato pertinente a la reacción-que-cataliza? ¿Cómo «sabe» esa molécula-catalizadora que «debe» acoplarse a tal –y no a otra- molécula substrato, para catalizar esa precisamente y no otra reacción en la red auto-catalítica en la que está inserta? Lo «sabe» porque permanentemente está reconociendo su entorno a través del intercambio de cuotas de información molecular específicas, con ayuda de sus potenciales para reacciones exergónicas y/o endergónicas (con liberación o absorción de energía, respectivamente); de sus enlaces «Van-der-Vals», de sus enlaces «de hidrógeno» y de otras modalidades de reconocer aquello que lo rodea, tanto espacialmente [estéreo-disposiciones; gradientes, etc., de las sustancias (masas) vecinas], como en el tiempo [frecuencias; tasas (y velocidades de reacción), amén de las intensidades y direccionalidades de fuerzas (energías) presentes y en interacción]. El ejemplo anterior es perfectamente generalizable a cualquier otro caso de comportamiento molecular –arquetípico de lo químico- y a cualquier otro comportamiento de los átomos. El átomo «sabe» por que está reconociendo su entorno a través del intercambio de cuotas de información atómica; es decir, es-
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
95
pecíficas para su índole física (con ayuda de sus orbitales de electrones -los ocupados y los no ocupados-, según el conocido «principio de Pauli»), que los habilita o no para enlazarse covalentemente con otros átomos (su valencia química) por sus potenciales eléctricos para enlaces iónicos con átomos con carga eléctrica contraria y de otras modalidades de reconocer aquello que lo rodea, tanto espacialmente como en el tiempo. Recordemos que el comportamiento de los átomos es a su vez arquetípico de «lo físico». Con lo expuesto, se torna plausible la re-conceptualización de ese constructo teórico (o concreto pensado) –no otra cosa son nuestros «conceptos», no lo olvidemos nunca, a los que denominamos «información»-. Análoga argumentación para la extensión del constructo teórico que denominamos como «sentido» (identitario) a los ámbitos abióticos, físico y químico: la extensión de la noción de sentido (identitario) a los ámbitos físico y químico del mundo equivale a su comprensión como la-otra-cara-de-una-mismamedalla, es decir, como todo aquello que acompaña siempre –y no puede no acompañar- al reconocimiento de su entorno (información organizacional) por parte de uno u otro ente del mundo y que, al reconocer ese entorno como «loque-no-es-parte-integrante-suya», simultáneamente le proporciona la capacidad de reconocerse (como «lo-que-no-es-parte-integrante-del-entorno»), dotándose, por tanto, de un sentido de identidad propio. En nuestro caso el intercambio de cuotas de sentido identitario que acompaña siempre al de cuotas de información organizacional con el entorno, es el que nos permite conocernos como el ser humano que somos, desmarcándonos de ese entorno. Ahora se trata de desarrollar la comprensión de que igual ocurre con cualquier ente abiótico. Por supuesto, se trata –como en el caso de la información- del intercambio de cuotas de sentido identitario de índole específica al ámbito de que se trate. En los ámbitos físico y químico, se intercambian con el entorno cuotas de índole física (atómica, etc.) y/o química (molecular), a través de las que uno u otro ente físico (átomo, partícula fundamental, etc.) o uno u otro ente químico (molécula; macromolécula, etc.) es capaz, por ejemplo, de reconocerse como el átomo que «debe» (y puede) unirse iónicamente con otro de carga contraria para conformar tal (y no otra) molécula; o como la molécula que se «debe» (y puede) articular en un complejo catalizador-substrato con ese (y no otro) para entonces catalizar tal (y no otra) reacción química. Al igual que en el caso de la articulación organizacional del mundo, sería difícil concebirlo tal cual lo conocemos, sin esa capacidad de sus diferentes entes, en cualquiera de sus ámbitos, de poder reconocerse como lo que son identitariamente, y no (con)fundirse con el entorno en el que se hallan siempre inmersos quedando entonces desarticulados y desorganizados. Y es ese intercambio de cuotas de sentido identitario con ese entorno el que les posibilita tal reconocimiento-de-sí-mismos. Por otra parte, el lector atento, habrá podido constatar en cada caso de lo argumentado para el ámbito de lo físico y de lo químico, la
96
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
presencia articulada –y concomitante- de las cuatro fuentes más generales – materiales y no materiales- del cambio y la transformación: masas (sustancias), energía (fuerzas), información (organización) y sentido (identitario). Reconceptualización de las nociones de atractor de una dinámica y de clausura de la organización identitaria Un atractor dinámico o atractor de una dinámica, es aquella manera característica de cambiar uno u otro fenómeno indagado, hacia la cual –después de cierto periodo transicional– quedará atraído ese proceso de transformación, y de la cuál le es dificultoso (no imposible) salir, quedando entre tanto estabilizado dinámicamente, temporalmente (al menos hasta que varíen las condiciones imperantes que lo han llevado a quedar así atraído). Por lo mismo, la noción constituye un constructo teórico de índole holística. Es decir, un atractor no puede ser dividido, en tanto caracteriza un comportamiento global –y uno solo cada vez– del proceso de cambio y transformación de que se trate. Y, por otra parte, lo que se puede apreciar a simple vista no es uno u otro atractor (que como tal existe y puede verse no en el espacio real, como ente fáctico, sino solo en ese espacio simbólico que denominamos espacio-de-fase, junto a su cuenca-de-atracción o tramos transicionales del proceso), sino que solo se puede constatar la modalidad de cambiar y transformarse de uno u otro fenómeno que es caracterizada entonces a través de tal atractor. A su vez, una u otra clausura organizacional-identitaria puede ser comprendida como aquel comportamiento de una totalidad sistémica, por medio del cuál y de acuerdo a la existencia de ciertas condiciones en su organización espacio-temporal -y a la ausencia de otras-, se generan o aceptan y/o se eliminan o rechazan participar en el mismo, según sea el caso, ciertos componentes y/o sus combinaciones, así como se adoptan o se evitan ciertos comportamientos, también según sea el caso; así tal totalidad sistémica conserva su identidad. Habiendo caracterizado las nociones tradicionales de atractor de una dinámica y de clausura organizacional-identitaria, el examen a renglón seguido de la noción de semiosis conducirá a la ya aludida reconceptualización de ambos constructos teóricos. Una semiosis puede ser aprehendida como lo que atañe a los procesos de utilización y manejo (selección, reconocimiento, codificación, decodificación, interpretación, comprensión, etc.) de/con signos, como marcas contingentes o portadores simbólicos. Esta función puede llevarla a cabo una semiosis a través de tres ámbitos de relaciones semióticas entre dichos signos: -Lo sintáctico, que obedece a un conjunto de procedimientos recurrentes o reglas, que afectan o conciernen obligatoriamente a todas las combinaciones posibles de los signos que integren un alfabeto dado de los mismos. -Lo semántico, pertinente a procedimientos recurrentes o reglas, que –sin contradecir al ámbito anterior- conciernan selectivamente solo a un subconjunto de tales combinaciones de signos, dotándoles de significación específica.
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
97
-Lo pragmático, que tiene que ver solamente con aquellos casos pertenecientes a uno de tales sub-conjuntos de combinaciones semánticas que al mismo tiempo propicien una capacidad de existencia identitaria continuada, de adaptación y/o evolución en uno u otro entorno específico. Lo expuesto permite comprender, concretándolo, lo afirmado más arriba acerca de que la concomitancia de una semiosis y de una dinámica, está posibilitando un nuevo tratamiento e interpretación –reconceptualización– de algunos constructos teóricos transdisciplinares del Pensamiento y Ciencias de la Complejidad. En primer lugar –del lado de la dinámica- de la noción de atractor, y del lado de la semiosis, de la noción de clausura organizacional identitaria (al igual que de lo que implica la noción de leyes de la naturaleza). Todo lo cual posibilita aquilatar que se torna factible y heurísticamente fecundo dicho nuevo enfoque dinámico-semiótico o semiótico-dinámico: Si paramos mientes, cuando aludimos a una u otra ley de la naturaleza estamos refiriéndonos a un comportamiento obligatorio para todos los entes naturales, que corresponde –y no puede dejar de corresponder– a determinada regla siempre recurrente, es decir, universal, cumpliéndose la misma para todos los entes y procesos naturales y sus articulaciones o combinaciones. Así llegamos a una comprensión de las leyes de la naturaleza como equivalentes a una sintaxis de sus procesos dinámico-naturales más básicos, de cumplimiento ineludible –por suficiente y necesario- para todos los entes materiales del mundo y sus combinaciones, sea cuál fuere su ámbito de manifestación (físico, químico, biológico, humano-somático, técnico o tecnológico de la sociedad). Ahora bien, ¿cómo pueden cambiar y transformarse globalmente de manera espontánea pero contingente (no obligatoria), totalidades sistémicas de componentes materiales -requisito ineludible para que podamos hablar autoorganización y procesos emergentes- si al mismo tiempo tales componentes deben seguir –y no pueden no seguir– ciertas leyes que dictan su comportamiento obligatorio más local, y que su organización global no puede contradecir? Lo pueden hacer porque tales leyes o regularidades naturales (sintaxis natural) que dictan necesariamente el comportamiento más local de los componentes materiales de la totalidad sistémica son, al mismo tiempo, necesarias pero no suficientes para la emergencia de un nuevo y diferente ámbito más global. Por lo mismo, cuando tenemos que vérnosla con un proceso, tanto abiótico como biótico, constatamos que, tarde o temprano, adopta para la dinámica global de sus componentes materiales, una u otra manera emergente y característica de transformación. Es decir, su dinámica global queda atraída (atrapada) en uno u otro de sus denominados atractores, introduciendo una diferencia específica en esos comportamientos globales, que otorga determinado significado a la manera de cambiar, que la distingue manifiestamente de otras. Así podemos desarrollar una concepción de los atractores de una u otra dinámica como una semántica que dota de efectos de significación específica
98
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
(introduciendo una marca o inscripción dinámico-semántica) a algunas de las manifestaciones del cambio y la transformación resultantes de las combinaciones de aquellas leyes, abriéndoles una gama ulterior de posibilidades, que en este caso son suficientes, pero no necesarias lo que, al mismo tiempo tiene consecuencias de gran importancia para una mayor variabilidad de comportamientos posibles, ya que partiendo del conjunto más restringido de comportamientos permitidos por las leyes naturales y por tanto ocurren por necesidad, son compatibles con esa sintaxis sui generis de la naturaleza; se abre potencialmente una gama más amplia de comportamientos significativos de índole aunque no necesaria, si suficiente para desenvolvimientos ulteriores si se propician –lo que nunca es predecible– ciertas condiciones. Tales circunstancias permiten, cuando se dan esas condiciones en el entorno en que se despliegan esos comportamientos atrapados en la semántica significativa de atractores dinámicos, que algunos adquieran, eventualmente, un valor para la adaptación y la evolución -supervivencia identitaria- de los procesos de que se trate, precisamente en esas condiciones específicas ambientales en que les tocó estar. Entonces podemos considerar la importancia de los atractores (que especifica la semántica-dinámica), que al tiempo propician adaptabilidad y/o capacidad de evolución -supervivencia- y por lo mismo un sentido identitario como pragmática; todo ello en un entorno que posibilita una evolución con final abierto (previsible en ciertos casos, pero nunca predecible). De forma que podemos afirmar que la dinámica lleva consigo siempre el corolario de una semiosis. La vigencia de las leyes de la naturaleza reflejan una sintaxis dinámica (o dinámica sintáctica) natural, sobre cuya base –sin contradecirla- adviene el emerger de actuaciones dinámicas características –atrapadas en atractores cargados de significación especificante–, producto de una semántica dinámica (o dinámica semántica) autoorganizante espontánea. Se abre así la posibilidad de una diversidad mayor de comportamientos. Algunos, en las condiciones que propicia contingentemente el entorno, nunca se actualizan o son desfavorables a la supervivencia de los procesos que los producen, mientras que otros adquieren valor adaptativo y evolutivo en tal entorno, propiciando supervivencia y sentido identitario en esas condiciones, desarrollando una pragmática dinámica (o dinámica pragmática). Examinemos ahora la noción de clausura organizacional-identitaria. Concierne al comportamiento de una totalidad sistémica que, en ciertas condiciones en su organización espacio-temporal -y ausencia de otras- genera o acepta y/o elimina o rechaza, según el caso, ciertos componentes y/o sus combinaciones, así como adopta o evita comportamientos, con lo cuál conserva su identidad. De donde se desprende que una clausura organizacional-identitaria propicia su propia sintaxis dinámica, a partir de aquellos componentes que son aceptados por ella y que pasan a constituir su alfabeto; sobre dicha base, favorece asimismo su semántica dinámica, a partir de atractores en que puede quedar atra-
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas
99
pada la dinámica interna de la interacción de tales componentes. A través de la articulación con el entorno de aquellos atractores dinámicos que le confieren o posibilitan adaptación y evolución en el mismo, propicia y plasma –más restringida o más ampliamente- su pragmática dinámica. Todo lo cual apunta a la ya aludida concomitancia entre la estabilidad dinámica que involucra masas (sustancias), así como energías (fuerzas) y la clausura organizacional identitaria, que involucra información (organizacional), así como sentido (identitario). Finalmente veremos cómo tal concomitancia se inscribe de manera que, según los diferentes ámbitos del mundo que hace emerger, una de ellas «sale al primer plano», dificultando (nunca impidiendo) poner en evidencia a la otra; lo que ha sido una de las circunstancias por las que hemos demorado en reconocer, caracterizar y tener adecuadamente en cuenta la aludida concomitancia. Preponderancia relativa de la dinámica o de la semiosis según los diversos ámbitos de su existir concomitante En las primeras etapas del estudio de la autoorganización y de los procesos emergentes, sobre todo en fenómenos físicos, químicos y tecnológicos, primaba la orientación hacia la caracterización de la no linealidad y de las condiciones de estabilización de su dinámica, mientras que por esa época, en la indagación de análogos procesos biológicos y lingüístico-cognitivos, primaba la orientación hacia la índole informacional, adaptativa y evolutiva de la autoorganización y sus procesos emergentes. Semejantes circunstancias de un énfasis diferente en la orientación de la indagación de la auto-organización y de los procesos emergentes, no obedeció solo a limitaciones propias de cualquier periodo inicial en la pesquisa ya de una, ya de otra nueva parcela del mundo o de su comportamiento, aunque ello, sin duda, incidió también en lo apuntado; pero otra circunstancia adicional hizo que en esos primeros tiempos el énfasis no recayese en la articulación de las estabilidades dinámico-materiales con lo informacional-semiótico. Tal circunstancia residió en que, en función del ámbito del mundo del que se trate o que indaguemos, la correlación entre su dinámica y su semiosis –sin dejar de estar presentes ambas en su ya aludida concomitancia - no siempre es la misma. Así, en los ámbitos físico, químico, como en el de la técnica y su articulación tecnológica, muchos de sus procesos –incluyendo sus clausuras organizacionales- resultan «gobernadas»; es decir, que en ellos predomina aquello que concierne a su estabilidad dinámica; predominio y prevalencia cuya resultante es que su concomitante semiosis informacional y de sentido identitario queda subordinada a esa dinámica material, siendo su identificación y reconocimiento dificultado; incluso, en ocasiones, la semiosis informacional-identitaria queda como «invisible» por trivial, dado que puede adoptar una única variante obligada, lo que no implica su inexistencia. Ello es lo usual si se trata del estudio – muy frecuente en la ciencia tradicional– de parcelas cerradas artificialmente al
100
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
entorno (a través de la fijación de condiciones iniciales y/o de frontera, que ya no variarán), como parte de experimentos controlados en laboratorio. ¿Qué significa que un proceso de cambio y transformación quede gobernado por aquello que concierne a su estabilidad dinámica? Significa el comportamiento típico de los denominados «sistemas dinámicos determinados por estados» (SDDE), en los que cada estado del proceso que adviene a «su-adyacenteposible» depende solo del estado inmediatamente anterior y es frecuentemente aquél que exhibe menor energía con relación al previo; así sucesivamente, hasta que el proceso llega al estado de mínima energía factible dadas las circunstancias (quedando atrapado en un atractor fijo o puntual, equivalente al fondo de un pozo energético). La dinámica adviene a un equilibrio estable. O si existen circunstancias que evitan que el proceso se detenga en ese estado, el proceso transita de nuevo periódicamente a estados ya recorridos (incluyendo de nuevo el de mínima energía), lo que es equivalente a que su dinámica quede capturada por un atractor de los denominados cíclicos o periódicos, en ambos casos sin posibilidad de evolucionar hacia comportamientos más variados. Tales atractores constituyen la semántica de dichos procesos; en este caso se trata de una semántica restringida a una sola posibilidad significativa (degenerada). Son procesos muy constreñidos en tanto su articulación con lo que les rodea (clausura organizacional) es rígida e inmediata, no reaccionan a variaciones del entorno, sino que están esclavizados y solo son sensibles a su estado actual. Exhiben una pragmática degenerada, que permite la existencia continuada de más-de-lo-mismo, sin conductas adaptativas. Esas circunstancias traen al primer plano la dinámica material del proceso físico, químico o tecnológico, velando su concomitante semiosis, por degeneración de la misma. Por otra parte, en otros ámbitos como el de la subjetividad humana y el de sociedades auto-organizadas, muchos de sus procesos resultan gobernados; es decir, en ellos predomina lo que concierne a su semiosis informacional; prevalencia cuya resultante es que su estabilidad dinámico-material queda subordinada a esa semiosis, siendo dificultada su identificación y reconocimiento. ¿Qué significa, entonces, que una clausura organizacional-identitaria quede gobernada por aquello que concierne a su semiosis informacional? Significa que, aunque el proceso de transformación social o de la subjetividad humana tiene que obedecer a ciertas leyes de la naturaleza (sintaxis natural), deja campo para una multiplicidad de comportamientos sociales, donde rige un orden informacional y de sentido identitario tipificado por un conjunto de atractores que constituyen una semántica desplegada de variadas significaciones dinámico-sociales o de las dinámicas de la propia subjetividad humana. Pero entre esos ámbitos que se caracterizan por la subordinación de una cara de la dinámica-semiótica a la otra, ante la preponderancia relativa de una de las dos, existen otros como diversas redes de reacciones químicas auto-catalíticas, el de células biológicas, o el somático-humano, que marcan una suerte de tran-
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas 101
sición, en la que sus procesos manifiestan una correlación más equilibrada, sin subordinaciones, entre estabilidad dinámico-material y semiosis informacionalidentitaria, propiciando mejor reconocimiento de su concomitancia. Sirvan como ilustración (Sotolongo, 2008) para el genoma: Su sintaxis: todas las secuencias estables posibles de nucleótidos permitidas por leyes de la dinámica material de interacciones físicas y reacciones químicas entre bases purínicas y pirimidínicas y otras sustancias que componen el DNA. Su semántica: de aquellas secuencias de nucleótidos, las secuencias cuya dinámica, quedando atraída (atrapada) en ciertos atractores del cambio y la transformación, tienen una expresión biológica. Su pragmática: de entre las secuencias de nucleótidos cuya dinámica material se expresa biológicamente, las secuencias en que tal expresión biológica resulta en fenotipos capaces de auto-reproducirse y adaptables en un entorno. Para el sistema neuronal: Su sintaxis: todas las pautas posibles de activación y/o inhibición neuronal permitidas por las leyes de las interacciones físicas y físico químicas, incluyendo las de conducción de impulsos eléctricos a través de neuronas y las de reacciones químicas que involucran a las sustancias neurotransmisoras. Su semántica: de aquellas pautas o patrones de activación y/o inhibición neuronal, esas cuya dinámica queda atraída (atrapada) en atractores del cambio y la transformación que resultan en efectos sensibles o motores. Su pragmática: de entre las pautas o patrones de activación y/o inhibición neuronal cuya dinámica resulta en efectos sensibles o motores, aquellos que propician la supervivencia (adaptabilidad y capacidad de evolución) del organismo dado en su entorno específico. En todo lo cuál se pone de manifiesto la más equilibrada correlación entre estabilidades dinámicas y semiosis informacional-identitarias. Y siempre involucrando la articulación entre las cuatro fuentes más generales del cambio y la transformación: masa (sustancias), energía (fuerzas), información (capacidad de organización) y sentido (identitario). Tal alternancia de estabilizaciones dinámicas que, mutatis mutandi, llevan al emerger de desestabilizaciones semióticas, que a su vez reconducen adaptativa y evolutivamente a nuevas estabilizaciones dinámicas y así sucesivamente en una circularidad en espiral, son parte de ese reconocimiento que propicia el Pensamiento y las Ciencias de la Complejidad, acerca de ese-mundo-de-lo-que-quedó-en-el-medio9 en el que lo que rige es la alternancia entre orden y desorden, estabilidad e inestabilidad, equilibrio y desequilibrio y, epistemológicamente, predictible y no predecible; y dónde lo que se busca establecer no son regularidades expresables en leyes adicionales, sino indagar y establecer las gamas de alternativas posibles, previ9 Entre dos sub-mundos sujetos a regularidades universales, uno del orden y otro del desorden, que son los que ha legado la ciencia tradicional. Dos sub-mundos que no se articulan.
102
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
sibles pero nunca predictibles, de las diversas dinámicas complejas; alternativas de las cuales se actualiza una y no el resto, en dependencia de las condiciones que social y humanamente se vayan propiciando.
IDENTIDAD E IDEALIZACIÓN COLECTIVA Gilbert Diatkine
LA IDEALIZACIÓN DEL SENTIMIENTO DE IDEALIZACIÓN COLECTIVA Entre los ingredientes que constituyen la identidad individual, figura el sentimiento de pertenencia a una o varias colectividades, tener en común con otros recuerdos y hábitos. Estos rasgos de la identidad colectiva, investidos narcisistamente, forman parte del Yo, pero no necesariamente están idealizados. El Premio Nobel de economía Amarthya Sen, es un indio formado en Oxford. Aprecia la música tradicional y la cocina de Bengala que le dan un sentimiento de identidad ligado a su infancia, pero no considera en absoluto esa cocina o música como superiores a las occidentales que también le gustan. Del mismo modo, es fiel a los ritos musulmanes, lo que no le impide dialogar sin asomo de fanatismo con interlocutores laicos como, por ejemplo, sus colegas universitarios anglosajones o el Presidente de la República Francesa. La identidad colectiva no está idealizada más que cuando se siente frágil, atacada por un enemigo interior o exterior. En 1914, Freud había asistido, afligido, a la idealización de la identidad nacional de alemanes y franceses desde que se desencadenó la Gran Guerra. Su correspondencia muestra que él mismo se sintió atrapado; los miembros de la familia psicoanalítica, se encontraban con uniforme en campos opuestos. Desde el punto de vista intelectual europeo las diferencias entre franceses y alemanes eran mínimas cuando se comparaban con todo lo que tenían en común, y no justificaban en absoluto los horrores de la guerra y la regresión de la civilización a la que dio lugar. Los valores morales que había creído compartir con los pueblos europeos habían sido machacados violentamente, la humanidad, en el plano ético, había vivido «por encima de sus posibilidades». Hizo una regresión porque nunca alcanzó el grado de moralidad que parecía haber tenido10. Algunos años más tarde, en 1918, Freud introdujo la noción de «narcisismo de las pequeñas diferencias» a raíz de un artículo sobre la femineidad; comenta de pasada sin más explicaciones: Sería tentador, prolongando esta perspectiva, hacer derivar del narcisismo de las pequeñas diferencias la hostilidad que constatamos, combate victoriosamente en toda relación humana el sentimiento de solidaridad y sirve de sostén al mandamiento de amor universal entre humanos. (El tabú de la virginidad, p.72) 10
Freud S. (1915) Consideraciones actuales sobre la guerra y la muerte, p.14.
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas 103
Más tarde, hará en dos ocasiones alusión al narcisismo de las pequeñas diferencias. En 1921, en Psicología de las masas y análisis del Yo, donde constata nuestra ignorancia sobre las razones de su victoria sobre la civilización y en 1929, en Malestar en la cultura, criticando la oscuridad del término, retornando a la idea de una «hostilidad primaria que levanta a los hombres unos contra otros y amenaza constantemente de ruina a la sociedad civilizada». (p. 51) También en Malestar en la cultura propone la idea de que las sociedades tienen –como los individuos- un Superyó y que es precisamente la lenta puesta en marcha del mismo la responsable del progreso, lento pero a pesar de todo inevitable, de la civilización. El Superyó cultural resultaría de una identificación secundaria con el padre muerto, exactamente como el Superyó individual surge de una identificación con el progenitor del mismo sexo muerto fantasmáticamente a raíz del conflicto edípico. El término de Superyó cultural no figura más en la obra de Freud, pero la idea de que las exigencias de la civilización imponen a los individuos la renuncia a la satisfacción de sus pulsiones, se encuentra ya en la correspondencia con Fliess. En Moisés y el monoteísmo, el término de Superyó cultural estaría totalmente justificado ya que plantea la hipótesis de que el pueblo judío se ha creado una conciencia moral especialmente exigente por identificación con Moisés al que los judíos habrían matado. El progreso de la civilización reposaría en una serie de identificaciones sucesivas con figuras parentales colectivas asesinadas en el curso de accidentes de la historia de cada pueblo. ¿Pero, existe un progreso de la civilización? Conforme a la hipótesis de Freud, el desencadenamiento de la barbarie de la Primera Guerra Mundial fue seguido de un progreso de la civilización con la creación de la Sociedad de las Naciones, que debía establecer de una vez por todas la paz en el mundo. La desilusión no tardó en llegar y, la Shoah por una parte y la bomba atómica por otra, alcanzaron la cima del horror. Fueron seguidas de nuevo por la esperanza de un mundo mejor, con el fin del colonialismo, la abolición de la tortura y las deportaciones bajo la égida de la Organización de las Naciones Unidas. El redescubrimiento del Gulag y las guerras coloniales pusieron fin rápidamente a esas esperanzas. Más tarde, la caída del muro de Berlín en 1989 y el rápido desmoronamiento de las dictaduras en Europa y América latina, hicieron renacer la esperanza de un «fin de la historia»: la democracia representativa y la economía de mercado habían mostrado de una vez por todas su superioridad, haciendo inútil la violencia (Fukuyama, 1992). De nuevo, las guerras de Yugoslavia desilusionaron. En el Congreso de Psicoanalistas de Montreal, me pregunté cómo el narcisismo de las pequeñas diferencias podía desprenderse con tanta facilidad del Superyó cultural (Diatkine, 2000). ¿Tenía sentido la noción de Superyó cultural? Ciertamente, explicaba cómo cada nuevo desastre era seguido de un refuerzo de las exigencias de la civilización. Pero esta noción, ¿no era en sí misma producto de la filosofía de las luces de la que se nutrió la formación intelectual de Freud? Su fe en un Su-
104
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
peryó cultural expresa una confianza mantenida a pesar de todo, por un progreso imparable de la civilización. ¿No deberíamos abandonar esta noción tras la gran crisis ideológica que significó el final de «Tiempos Modernos» y el comienzo de la «Posmodernidad»? ¿O podríamos, por el contrario, conservarla pero integrándola mejor en la metapsicología? La idealización del Yo En Consideraciones actuales sobre la guerra y la muerte, Freud explica el desplome de la civilización desde el comienzo de la guerra de 1914: los individuos satisfacían las exigencias de la civilización, pero su nivel de moralidad individual era muy inferior. He pensado que la metapsicología del Superyó permite describir ese estado con la condición de redefinir los elementos. Entre Introducción al narcisismo y El Yo y el Ello, antes de que la palabra Superyó se imponga, Freud emplea indiferentemente los términos de Superyó, Yo ideal e Ideal del Yo. Por otra parte, los analistas han otorgado a estas nociones sentidos bien diferentes. He propuesto ver el Ideal del Yo no como una instancia, sino como la suma de los ideales de cada individuo. Los ideales planteados por el Superyó cultural formarían parte del Ideal del Yo, cuyo Superyó individual exige a cada uno que se aproxime lo más posible. Freud en Duelo y melancolía: cuando se encuentra «nadie», el melancólico «se acerca bastante al conocimiento de sí» (1915, p.153); pero disponemos de técnicas para no darnos demasiada cuenta. Propuse llamar Yo ideal a la configuración realizada por el Yo cuando consigue engañar al Superyó con la ilusión de ser idéntico a su ideal. Entre los procedimientos que utiliza para ello, algunos implican una regresión a estadios arcaicos del desarrollo. Así ocurre con la identificación con el Ideal que designa un líder carismático, aunque no lo parezca ni satisfaga los valores morales que de ello se desprenden. En períodos de tensión social, tranquiliza esa identificación con el líder, ya que libera del fardo de dilemas éticos. De esta forma, estamos fácilmente dispuestos a abandonar los valores de la civilización a cambio de la constitución de un Yo ideal garantizado por la masa y su líder. Identidad individual y colectiva, se idealizan en el mismo movimiento. Los individuos que componen la muchedumbre no se encuentran desprovistos de Superyó pero, infalible para reparar en deseos inconscientes, se deja engañar fácilmente por el Yo cuando este constituye un Yo ideal. La satisfacción de los ideales del Superyó cultural puede engañar al Superyó individual, incluso cuando sus exigencias estén lejos de ser satisfechas. Un éxito perfecto social, profesional y sexual puede ir de la mano con un estado de no-organización del Yo y un estado de muerte psíquica parcial. La diferencia anatómica que separa a hombres y mujeres no es pequeña desde un punto de vista psicoanalítico, aunque se milite en la igualdad de los sexos. Lo mismo que para intelectuales que, como Freud, Romain Rolland, Zweig o Lenin, se educaron «por encima de la masa» de la guerra de 1914, la
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas 105
diferencia entre franceses y alemanes era pequeña, la diferencia que oponía a los dos pueblos tenía raíces profundas. Comprendía una lucha entre Imperios por la dominación del mundo. La guerra hubiera podido estallar en muchas ocasiones entre 1870 y 1914 y, cada vez, diplomáticos y políticos consiguieron evitarla. El estudio de razones por las que, en un momento dado, la guerra se convierte en el único medio de continuar la política, no concierne al psicoanálisis sino a la historia y las ciencias políticas. El psicoanálisis no puede explicar cómo la Gran Guerra se retrasó dieciséis años tras Fachoda (1898), o por qué los delegados de Eslovenia abandonaron el Congreso del Partido Comunista Yugoslavo, desencadenando el comienzo de las guerras yugoslavas. Existe una esfera de autonomía política. Lo que el psicoanálisis puede elucidar, es por qué las prescripciones del Superyó cultural como el respeto a las leyes de la guerra y las de los derechos humanos, son tan fácilmente barridas por el narcisismo de las pequeñas diferencias. También puede ayudar a los supervivientes a elaborar, incluso con medios mínimos, los traumas colectivos, de forma que se interrumpa la compulsión a la repetición a través de generaciones.
EL PENSAMIENTO COMPLEJO DEL SUR LA COMPLEJIDAD EN AMÉRICA LATINA Leonardo G. Rodríguez Zoya
Mi argumentación puede resumirse así: discutir algunos lineamientos teóricos, epistemológicos y metodológicos elaborados por los distintos enfoques de la complejidad para pensar cómo la incorporación de las teorías de complejidad en el repertorio de las ciencias sociales, contribuye a enriquecer el abordaje de los problemas fundamentales de las sociedades contemporáneas. En segundo lugar, proponer que las ciencias sociales problematicen a las de la complejidad como objeto de estudio, con el fin de evidenciar el carácter histórico de estas y la significación política del conocimiento por ellas producido. La construcción de un nuevo tipo de ciencias a la altura de los desafíos que enfrenta América Latina en el siglo XXI: erradicación de la pobreza y el hambre, la protección de la biósfera, la transformación política a nivel continental, el desarrollo ético del ser humano en todas sus dimensiones, requiere, según mi punto de vista, dos condiciones fundamentales: 1) La incorporación de lo político como categoría epistemológica fundamental para pensar la ciencia; 2) La necesidad de que la actividad científica sea capaz de desempeñar un rol político en los procesos por el cambio social y las luchas por la emancipación. La emergencia de la complejidad como problema científico Pensar la historia de la ciencia en términos de emergencia de la idea de complejidad implica considerarlo como un problema ausente, marginal y des-
106
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
conocido por el pensamiento científico clásico; entre los siglos XVII y mediados del XIX surge y se constituye como un objeto legítimo de indagación y reflexión científica. El paradigma científico clásico heredado de la modernidad. se ha caracterizado por la negación de la complejidad como principio epistemológico, ontológico y metodológico. No obstante, puesto que no se ha escrito aún una historia de las ciencias interpretada en el marco del problema de la complejidad11, me limitaré a esgrimir como hipótesis provisional la de la emergencia progresiva de la complejidad. Esta tesis no implica asumir ningún presupuesto teleológico, puesto que no supone un finalismo o causalidad lineal que postule que «la complejidad» debía necesariamente constituirse como problema científico; sugiere que la historia de la idea de complejidad en el pensamiento científico puede sintetizarse a partir de tres etapas: 1) Siglos XVII-XIX. Negación de la complejidad El nacimiento de la ciencia moderna, a través de la revolución galileanakepleriana-newtoniana, se construye al margen de la noción de complejidad, impensable desde el paradigma científico clásico. Todos los fenómenos aparecen regidos y pueden ser explicados por leyes simples (la de inercia –Galileo– la de gravitación –Newton–). La imagen paradigmática de la ciencia clásica concibe un mundo regido mecánicamente por leyes deterministas. La complejidad (el desorden, la multiplicidad, el devenir) se sitúa en el nivel de las apariencias, lo complejo no puede ser sino un epifenómeno de la realidad, detrás de esa complejidad aparente se despliega el orden simple e implacable de la naturaleza. Así, la ciencia clásica se erige sobre un postulado ontológico de simplicidad: naturaleza como colección de objetos y eventos separados susceptibles de ser medidos y controlados (Moscovici 1988:124). Esta ontología implica una naturaleza muerta y pasiva (Prigogine y Stengers 1979: 33), independiente y separada del sujeto que la describe. Así, la ciencia moderna se sustentó en un paradigma de simplificación, basado en los principios de reducción (búsqueda analítica de lo elemental) y disyunción (separar para conocer). El principio de disyunción operó en tres sentidos fundamentales: el asilamiento experimental condujo a la separación del objeto de estudio de su entorno; la separación entre sujeto y objeto se afirmó como condición de cientificidad, posibilitando una ciencia como conocimiento sin sujeto; y, finalmente, la separación de la ciencia de su contexto social. La episteme moderna asume la simplificación ontológica y metodológica como criterio de inteligibilidad, busca la construcción de un saber objetivo, universal y neutral, e intenta explicar un mundo determinista y mecánico.
11
Al respecto véase Rodríguez Zoya (2010c).
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas 107
2) Fines del siglo XIX, mediados del XX. Reconocimiento progresivo de la complejidad como cuestión implícita en la historia de la ciencias Si la complejidad es un problema marginal en el paradigma de la ciencia clásica, cabe formular el siguiente interrogante: ¿Cómo es posible concebir la complejidad como problema científico? Mi hipótesis es la siguiente. La novedad epistemológica consiste en que la complejidad, ausente, marginal, oculta en el paradigma mecanicista-determinista, emerge desde el terreno del quehacer científico. Expresado en otros términos: el desarrollo histórico de la ciencia planteó problemas cuya resolución implicó en cierta medida la puesta en jaque de los principios de inteligibilidad de la racionalidad científica clásica. La complejidad surge en la ciencia en las últimas décadas del siglo XIX y en el primer tercio del siglo XX a través de distintas ciencias y teorías. La termodinámica -primera ciencia no clásica- y la teoría de la evolución, introducen, por primera vez, el problema del tiempo en el corazón del pensamiento científico. Pero la noción de temporalidad en estas dos teorías es diametralmente opuesta. En la primera implica la destrucción de las estructuras existentes y de las condiciones iniciales (segundo principio de la termodinámica); mientras que la evolución, en sentido biológico, supone un proceso de complejidad creciente y autoorganización (Prigogine 1983:19-21). Por eso, se afirma que termodinámica y evolución introducen la temporalidad –ausente en el paradigma científico clásico- mediante dos flechas del tiempo opuestas: la de la biología hacia lo complejo y la diversificación; la de la termodinámica, en términos de corrupción y desorden (Maldonado 2007b: 21; Morin 2004: 5; Prigogine 1983: 219-220). La tercera revolución de la física postgalileana, la física cuántica, plantea dos problemas de importancia: la contradicción y la irrupción del sujeto en la observación microfísica. Sendas cuestiones se introducen a partir del principio de complementariedad de N. Bohr (1885-1962) y el principio de indeterminación (o incertidumbre) de W. Heisenberg (1901-1976). En un sentido más general, la revolución cuántico-relativista suscitó una crisis de los conceptos fundamentales: espacio, tiempo, causalidad, materia (García 2006: 29); y, al mismo tiempo, llevaron a una reformulación del principio clásico de objetividad, según el cual el conocimiento objetivo requiere de la anulación y exclusión del sujeto cognoscente (Navarro 1990; Sotolongo y Delgado Díaz 2006: 39). Desde la investigación lógica también emergerán aportes que permitan tratar problemas irresolubles en el marco del paradigma científico clásico. Es interesante notar que la ciencia moderna siguió hasta mediados del siglo XIX inserta en el sistema lógico aristotélico, cuyo núcleo se erige sobre los principios de la lógica clásica: identidad, no contradicción y tercio excluso. En efecto, Aristóteles estableció «las reglas del pensamiento lógico que guiaron el pensamiento europeo hasta el siglo XIX» (Guthrie 1993:17). Así Kant afirma en el prefacio a la segunda edición de Crítica a la razón pura– que:
108
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
La lógica desde Aristóteles no ha tenido que retroceder un solo paso. Es digno de atención que tampoco haya podido dar hasta ahora, ninguno hacia delante y que según toda apariencia, parece ya cerrada y acabada (Kant 2003:151).
Habrá que esperar hasta 1879 para que Frege, con el andamiaje de Aristóteles, Kant, Leibniz y Boole, se proponga formalizar la lógica clásica para desembocar en la lógica matemática (Gómez Marín 2002:110). La novedad acontecida en diferentes momentos del siglo XX consiste en el desarrollo de proyectos lógicos capaces de manipular la contradicción y tratar las inconsistencias (Gómez Marín 2002:116). A partir de aquí emergen un conjunto de lógicas no clásicas12, me limitaré a nombrarlas para poner en relieve la amplitud del campo: lógica paraconsistente (Da Costa, Belnap y Pinter), lógica difusa (Zadeh, Rescher), lógica cuántica (Goldblatt), lógicas polivalentes (Lukasiewics, Post, Kleene y Bochvar), lógica temporal (Prior), lógica de la relevancia (Ackermann, Anderson y Belnap) (Maldonado 2007c: 105). Es en este marco en donde se inscriben los aportes de Kurt Gödel quien enunció el Teorema de la incompletud. En palabras de Gödel: «Ningún sistema consistente se puede usar para demostrarse a sí mismo». Finalmente, cabe considerar los aportes de la epistemología genética, quizá la teoría más marginada e ignorada por el mainstream de la filosofía de la ciencia. No obstante su marginación y desconocimiento, su desarrollo puede considerarse, en el plano de la teoría del conocimiento, como una ruptura de magnitud similar a la revolución galileano-kepleriana-newtoniana de la ciencia clásica. El carácter revolucionario de la propuesta de Piaget radica en un doble hecho: ha implicado un quiebro en el modo de concebir el problema del conocimiento dando lugar a la primera teoría epistemológica de carácter científico, abierto y dialéctico en la historia de la humanidad (García 1997: 41). En segundo lugar, Piaget ha sido «un pionero de la revolución científica que ocurrió a mediados del siglo XX, que dio una importancia esencial y nueva al análisis de los sistemas autorregulados y autocreadores» (González Casanova 1997:11). La importancia de su propuesta para comprender la emergencia del problema de la complejidad en la historia de la ciencia, radica en que la epistemología genética constituye una crítica superadora de las dos formas tradicionales de enfrentar el problema del conocimiento; el apriorismo propio de la filosofía especulativa y el empirismo cuyo máximo exponente ha sido el positivismo lógico representado por el Círculo de Viena, (García 1997, 2000). A fin de ganar claridad expositiva, puntualicemos los rasgos más distintivos del programa epistemológico piagetiano: 12
Es preciso avanzar hacia un abordaje complejo de la complejidad, no restringiendo sus formas de manifestarse (caos, azar, incertidumbre, etc.). El problema de la complejidad en el terreno lógico me parece ineludible, la articulación entre lógica y complejidad tiene que ver sobre todo con la posibilidad del tratamiento lógico de la contradicción y la ambivalencia, aspecto destacado por Maldonado (1999), Morin (1991:177-215) y González Casanova (2004).
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas 109
1) El conocimiento es un proceso, no un estado, lo que equivale a considerar la incorporación de la dimensión temporal (histórico-genética). 2) El conocimiento es la resultante de un proceso constructivo de carácter dialéctico a partir de la interacción sujeto-objeto. 3) El conocimiento es un fenómeno no-lineal; es decir, no progresa de modo unidireccional sino que evoluciona de manera discontinua por medio de reorganizaciones sucesivas. 4) La cuestión de la emergencia y la creación de nuevas estructuras. Lo que lleva a considerar la estabilidad de las estructuras existentes en relación con un doble proceso: la desestabilización, desequilibración, desorganización, desestructuración por un lado y la estabilización, reequilibración, reorganización, estructuración; en definitiva la formación de nuevas estructuras, por el otro. 5) El problema de la construcción de la lógica y la formación de estructuras lógicas y lógico-matemáticas (García 2000: 60-63). En síntesis, he señalado cinco grandes itinerarios científicos a través de los cuales la complejidad irrumpe implícitamente (todavía el concepto de complejidad no había sido formulado en el vocabulario científico) en la historia de las ciencias. La hipótesis que postulo sostiene que la referencia explícita a la complejidad en el dominio material y conceptual de diversas disciplinas no puede explicarse adecuadamente sin tomar en consideración los antecedentes científicos –postulados por estas cinco grandes vías- que señalan una ruptura y discontinuidad con los principios de conocimiento de la ciencia clásica. 3) Mediados del siglo XX a la actualidad. Reconocimiento explícito de la complejidad La complejidad irrumpe de modo sistemático en el vocabulario científico con un artículo pionero de W. Weaver (1948): Science and Complexity. Weaver distinguió tres tipos de problemas en la historia de la ciencia: los de simplicidad, centrados en el análisis de pocas variables que fueron abordados entre los siglos XVII y XIX a través de la elaboración de modelos mecánicos; los de complejidad desorganizada, caracterizados por el estudio de un alto número de casos y/o variables; están asociados con la teoría de la probabilidad y la mecánica estadística, aplicada en la ciencia, desde fines del siglo XIX; por último, los de complejidad organizada, que emergen con la revolución científica y tecno-científica de mediados del XX, y con problemas de táctica y estrategia militar derivados de la Segunda Guerra Mundial. Su característica fundamental es la autoorganización, la emergencia y la no-linealidad (Weaver 1948). EL CAMPO CONTEMPORÁNEO DE ESTUDIOS SOBRE COMPLEJIDAD El estudio científico de la complejidad constituye una de las novedades más radicales en la historia de la ciencia contemporánea. Las nuevas ciencias de la complejidad y de los sistemas complejos (sistemas dinámicos, adaptativos y no
110
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
lineales), conforman una verdadera revolución científica y tecno-científica que rompe con el paradigma de simplificación de la ciencia clásica-moderna (determinista, mecanicista y universalista) (Maldonado 2007b; Morin 2004b; Sotolongo y Delgado Díaz 2006). Su estudio contemporáneo distingue tres períodos aunque no puede establecerse una sucesión lineal ni una demarcación rígida entre ellos. En primer lugar, el período 1950-1975 corresponde al momento en que la complejidad organizada emerge y se consolida como objeto sistemático y explícito de la investigación científica. Se formulan entonces las teorías pioneras agrupadas en dos tipos principales. Por un lado, los paradigmas globales de complejidad se presentan como teorías con alto nivel de generalidad y abstracción. En esta categoría, se encuentran la Teoría General de Sistemas (Bertalanffy 1968), la Teoría de la Información, la Cibernética (Wiener 1985), la Cibernética de segundo orden (Foerster 1996), la Teoría de la Autoorganización (Ashby 1962), la Epistemología genética (Piaget 1978), la Geometría fractal (Mandelbrot 1987), las Teorías del caos y los atractores (Lorenz 1995), la Termodinámica de los procesos irreversibles (Prigogine y Nicolis 1987), la autopoiesis (Maturana y Varela 1972), la Teoría de las Catástrofes (Thom 1976), entre otras. Por otro, durante ese mismo período, han surgido algoritmos complejos, que constituyen herramientas tecnológicas concretas con soporte matemático-computacional, para el abordaje de fenómenos complejos (emergencia, autoorganización, no linealidad, caos). La teorización más conspicua de esta categoría es la Teoría de los autómatas celulares, desarrollada en los cuarenta por Von Neumann (1966, 1968)13. Más adelante, al referirme a las ciencias de la complejidad, señalaré otras técnicas de la perspectiva algorítmica. El segundo período se corresponde básicamente con la década 1975-1985, donde cobra densidad teórica la obra de Edgar Morin y su propuesta sobre el pensamiento complejo. En este período se desarrolla también una parte importante del trabajo de Jean Piaget en el campo de la epistemología genética (Piaget 1978; Piaget y García 1982) y de Rolando García, colaborador de Piaget, en el ámbito de la investigación en sistemas complejos ambientales. Finalmente, el tercer período, iniciado hacia comienzos de la década de los ochenta, está relacionado con el desarrollo de técnicas computacionales para la modelización y simulación de sistemas complejos. El campo de estudios contemporáneos sobre complejidad se ha desarrollado a partir de dos tendencias principales: las ciencias de la complejidad; y las miradas filosófico-reflexivas sobre la misma, a la cual proponemos calificar de 13 La distinción entre «paradigmas globales» y «algoritmos complejos», ha sido elaborada por Reynoso (2006). Propongo como hipótesis que algunos elementos conceptuales de ambas categorías, han sido obtenidos a partir de necesidades derivadas de la Segunda Guerra Mundial. Si esta hipótesis se confirma, podríamos argumentar que esta es más artificial de lo que se cree. Sobre la importancia del método histórico-crítico y socio-genético véase Piaget (1978), García (2000).
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas 111
Complejidad como Weltanschauung. Morin ha llamado a estos dos modos de entenderla complejidad restringida y complejidad generalizada (Morin 2004a). Carlos E. Maldonado los ha denominado la complejidad como ciencia y la complejidad como método (Maldonado 1999, 2007a). Al abordaje científico de la complejidad, suele identificárselo como ciencias de la complejidad o de los sistemas complejos (distinción no trivial, ya que en el primer caso la complejidad es empleada como sustantivo –esencialismo- y en el segundo como adjetivo –predicación atributiva-). Aunque también suele hablarse de teoría (en singular) o teorías (en plural) de la complejidad. El estudio científico de la complejidad constituye un campo naturalmente más delimitado y fácil de asir, sus problemas responden genéricamente al estudio de los sistemas complejos, comprensión de sus propiedades y el dominio de su comportamiento en distintas esferas del saber y hacer humanos: física, biología, cosmología, neurología, medicina, pero también problemas sociales y económicos. La estrategia metodológica desarrollada por las nuevas ciencias, se basa fundamentalmente en la modelización computacional de sistemas complejos (Maldonado y Gómez Cruz 2010). Se ha desarrollado un poderoso arsenal técnico-instrumental que se expresa como colección de algoritmos, procedimientos y herramientas de software destinados al estudio de los sistemas complejos. Dentro del amplio conjunto de técnicas cabe mencionar, de modo no exhaustivo: autómatas celulares, redes booleanas, redes neuronales adaptativas, sociedades artificiales, redes libres de escala, algoritmos genéticos y sistemas multiagente, entre otros. Este enfoque se basa en la utilización de modelos tanto matemáticos como computacionales y la simulación computacional (Axelrod 2004; Gell-Mann 1994; Gilbert y Troitzsch 1999; Holland 1995). Las ciencias de la complejidad reclaman su posición punta y ofrecen herramientas concretas para el estudio de fenómenos complejos. Cierto, son ciencias punta, ya que su poderoso arsenal teórico-metodológico les permite acceder y abordar problemas desconocidos e intratables por la racionalidad científica clásica. Las nuevas ciencias entrañan una quiebra de la racionalidad científica heredada y promueven su apertura hacia problemas y fenómenos negados e intratables por aquella: azar, incertidumbre, contradicción, temporalidad, etc. El segundo modo de abordaje a la complejidad -que comprende elaboraciones de distinto tipo- carece de nombre comúnmente aceptado. La posición más emblemática es la de Morin y sus elaboraciones en torno al pensamiento complejo, la epistemología compleja y el paradigma de la complejidad. Pero también podrían incluirse las reflexiones de Wallerstein, Priogigine o González Casanova, entre algunos otros. Propongo nombrar a este segundo modo complejidad como Weltanschauung, es decir, cosmovisión14. 14
El nombre de esta tipología fue elaborado en colaboración con mi amigo y colega Julio Aguirre de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina.
112
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
La complejidad como Weltanschauung plantea interrogantes imposibles de formular y de responder a la ciencia; conciernen tanto a las condiciones nocientíficas de la ciencia, como a las relativas a la relación entre ciencia y sociedad, ciencia y política, la producción de subjetividades. En este marco reflexivo emergen, también, cuestiones relativas al cambio social y la creación de un orden/sistema político social más justo, igualitario, humano, más ético. Para ilustrar este punto, me referiré a la propuesta de Morin (1990). Este enfoque, desarrollado en el mundo franco-latino, puede ser definido como epistemología transdisciplinaria (Morin 1977, 1980, 1986), filosofía ético-política de la complejidad (Morin 2004c), un marco epistémico y una cosmovisión orientada hacia la constitución de un paradigma de complejidad (Morin 1991), y una civilización planetaria asentada sobre un desarrollo ético del ser humano, la naturaleza y la biósfera terrestre (Morin 2001; Morin y Brigitte Kern 1993). Resulta pertinente señalar que los interrogantes y problemas que aborda cada uno de estos modos de entender la complejidad, son distintos, antagónicos quizá, y posiblemente incomprensibles desde la otra perspectiva. Se plantea así la sospecha-duda de inconmensurabilidad entre las dos miradas de la complejidad. Más allá de esta observación, destaca la ausencia de diálogo y articulación entre la mirada científica de la complejidad y la mirada filosóficoreflexiva. Por tanto, es un desafío la necesidad de tender un puente que permita poner en contacto ambos modos de entender la complejidad, complementado las carencias y limitaciones de cada uno. Propongo emplear provisionalmente el término enfoques de la complejidad para considerar y problematizar la unidad compleja (heterogénea, contradictoria y plural) del campo de estudios contemporáneos de la complejidad: ciencias y pensamiento complejos. En una región media entre ambos modos de entender, se encuentra la Teoría de los Sistemas Complejos (TSC) formulada por Rolando García (2000, 2006). La TSC constituye, en primer lugar, una metodología de investigación interdisciplinaria para diagnosticar e intervenir en sistemas complejos. En segundo término, provee un marco teórico-conceptual que fundamenta el trabajo interdisciplinario en sistemas complejos. Finalmente, la TSC comprende la fundamentación epistemológica de la metodología y el marco conceptual propuesto. Una de sus peculiaridades más importantes es haber sido la base y el resultado de investigaciones epistemológicas en el campo de la epistemología genética formulada por Jean Piaget (García 2000; Piaget 1978); y de aplicaciones empíricas concretas en el estudio de la problemática ambiental (Leff 1994). Esta singularidad la sitúa en una posición diferencial, tanto de los enfoques filosófico-reflexivos (complejidad Weltanschauung), como de los abordajes científicos centrados en el uso de las distintas técnicas de modelización y simulación de sistemas complejos. Por esta razón, el examen epistemológico y metodológico de la TSC y su articulación con el pensamiento complejo y las ciencias de la complejidad adquieren importancia programática.
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas 113 LA CRÍTICA POLÍTICA DE LAS CIENCIAS DE LA COMPLEJIDAD
A pesar de su importancia epistemológica-metodológica, las ciencias de los sistemas complejos, tal como son definidas y practicadas por los centros de investigación más avanzados del mundo anglosajón15, son incapaces de proveer un adecuado marco epistemológico que permita dar cuenta de su propia inscripción social e histórica y de las implicancias ético-políticas de sus prácticas y conocimientos generados. Este hecho adquiere singular relevancia puesto que el dominio de los sistemas complejos, aplicado inicialmente para resolver problemas de estrategia militar en la Segunda Guerra Mundial (Weaver 1948), ha sido una de las condiciones de posibilidad del desarrollo y consolidación de los complejos científico-técnico-económico-militares. Estas mega-organizaciones, constituyen verdaderas redes mundiales de producción de conocimiento. A pesar de las profundas implicaciones políticas de las ciencias de la complejidad para la reorganización del sistema capitalista, destaca la ausencia de investigación por parte de las ciencias sociales latinoamericanas contemporáneas. La más notable excepción la constituye, sin duda, P. González Casanova (2004), quien llama la atención sobre la situación de «separación y desarticulación teórico-práctica entre quienes dominan la complejidad e ignoran y ningunean el análisis crítico marxista y quienes dominan el pensamiento crítico y solo excepcionalmente profundizan en los problemas teórico-prácticos de la complejidad y en su redefinición de lucha de clases y liberación, y de los obstáculos en la construcción de un mundo alternativo». (González Casanova 2004:73-74). Así, puede aseverarse que las ciencias de la complejidad constituyen la vanguardia desde el punto de vista metodológico y tecnológico, al suministrar herramientas concretas para el estudio de fenómenos como autoorganización, emergencia, no-linealidad, transiciones del orden al caos, etc. Estas herramientas cristalizan en modelos de simulación con soporte computacional suficientemente probado, como los programas informáticos Sugarscape y Netlogo, entre otros. No obstante, las ciencias de la complejidad están enraizadas en una dimensión epistemológica estrecha que excluye la dimensión política de la ciencia. Estas nuevas ciencias se conectan así con la tradición epistemológica dominante en Occidente, la cual ha separado la ciencia de la política, el conocimiento de la ética, los hechos de los valores. Esta fuerte restricción epistemológica condiciona la metodología. En primer lugar, porque siguen ancladas en un concepto estándar de método científico, el cual es reducido a una dimensión muy instrumental y procedimental. Las ciencias de la complejidad garantizan su eficacia a partir de la tecnología metodológica de la modelización y simulación computacional de sistemas complejos. Segundo: esta reducción metodológica lleva a que el sujeto sea excluido en su dimensión afectiva y racional. La primera corresponde, en términos lacanianos, 15
Santa Fe Inst. www.santafe.edu/ y New England Complex System Inst. www.necsi.org/
114
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
al orden del deseo; la racional, con Piaget, atañe a la organización de las estructuras cognitivas. Tercero: las ciencias de la complejidad no pueden dar cuenta de la relación entre valores ético-políticos y metodología científica, algo que comienza a ser reconocido en el escenario post-empirista de las ciencias; por ejemplo, desde la epistemología feminista, la cual señala la importancia epistémica de los valores éticos, políticos, contextuales16 (Harding 2006). Las ciencias de la complejidad devienen en objeto legítimo de investigación por parte de las sociales, que pueden y deben tomar a su cargo la investigación sobre complejidad en un doble sentido: tienen que abrirse a los aportes técnicometodológicos que proporciona a la investigación social empírica; por otro lado, las ciencias sociales poseen poderosas teorías para abordar lo relativo a la dimensión socio-histórica y política de las de la complejidad: ¿por qué emergen hacia mediados del siglo XX en el marco de la Segunda Guerra mundial y la Postguerra? ¿Cuáles son los intereses políticos y económicos que se benefician con los conocimientos y tecnologías producidas por las ciencias de la complejidad? ¿Qué actores institucionales, públicos y privados, financian sus líneas de investigación? ¿El hecho de que la epistemología restringida de estas ciencias excluya la dimensión ético-política del conocimiento, es una coincidencia epistemológica azarosa; o, por el contrario, se trata de una decisión explícita e interesada? ¿Sería posible repensar estas ciencias a la luz de una epistemología ampliada que incluya los aspectos políticos y éticos de la práctica científica? Hacia una filosofía política de los sistemas complejos El conjunto de estas problemáticas reclama la pertinencia de una filosofía política de los sistemas complejos, cuya enunciación permitiría dar cuenta de los aspectos éticos, políticos e ideológicos vinculados con la producción de conocimiento en ciencias de la complejidad. La filosofía política de los sistemas complejos constituye en sí misma un campo interdisciplinario en donde cabría articular los siguientes aportes: 1) Teorías de complejidad abiertas a la dimensión ético-política de la ciencia: los aportes del pensamiento complejo propuesto por Morin y la investigación interdisciplinaria en sistemas complejos desarrollada por Rolando García. 2) Teorías sociológicas sobre ciencia y conocimiento que destacan el carácter políticamente significativo de la relación ciencia-sociedad. Cabe mencionar a la sociología del conocimiento clásica, en la vertiente de la Wissenssoziologie alemana; la sociología de la ciencia de matriz mertoniana y la del conocimiento científico post-mertoniana, elaborada a partir de la obra de Kuhn sobre estudios sociales de la ciencia. Adquieren relevancia aportes del programa fuerte y la Escuela de Edimburgo (Barnes 1977; Bloor 1998); estudios genéticos microsociológicos (Knorr-Cetina 1981) y los estudios de vida de laboratorio (Latour y 16
Al respecto véase, Rodríguez Zoya (2010b), Capítulo 4, específicamente, la p. 25.
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas 115
Woolgar 1995); el análisis del discurso (Gilbert y Mulkay 1984), la reflexividad (Woolgar 1991) y la sociología política de la ciencia (Torres 1994). 3) Elementos de la teoría social y política contemporánea que si bien no tienen necesariamente por objeto de estudio a la ciencia y al conocimiento, comprenden ingredientes epistemológicos de importancia para abordar el problema relativo a la dimensión política de la ciencia. Destacan los aportes desarrollados por la teoría crítica y la Escuela de Frankfurt (Adorno, Marcuse, Horkheimer, Habermas) y, en Latinoamérica, por el pensamiento decolonial (Dussel, Mignolo, Quijano o Sousa Santos, entre otros). También, cabe considerar los aportes del psicoanálisis lacaniano y de la teoría post-estructuralista cuyas elaboraciones teórico-conceptuales permiten problematizar los significantes excluidos por la reflexión epistemológica estándar: valores, ideología, afectividad, deseo, política, contexto social, (Rodríguez Zoya 2010a). 4) Enfoques filosóficos post-empiristas que permiten dar cuenta de los aspectos no epistémicos de la ciencia, en especial los que destacan la importancia de los valores ético-políticos para la investigación empírica (Anderson 2004) y aquellos otros que estudian las comunidades académicas y las prácticas científicas en términos de campos y relaciones de poder, (Rouse 1987). EL CONOCIMIENTO COMO SISTEMA COMPLEJO El problema del conocimiento, sus condiciones de formación y organización ha sido estudiado desde distintas disciplinas: filosofía, lógica, psicología, biología y sociología, entre otras. Cada una lo aborda desde un marco particular; pocos han intentado estudiar el problema del conocimiento desde una articulación interdisciplinaria, con miras a poner en comunicación sus distintos aportes. Entre las excepciones a esta tendencia se destacan Piaget en el campo de la psicología y la epistemología genética (García 1997) y la propuesta de Edgar Morin acerca de la epistemología de la complejidad (Morin 2004b). Estas coordenadas postulan al conocimiento como objeto multidimensional que remite a una pluralidad de instancias: biológicas, bioantropológicas, socioculturales, psicogenéticas, sociogenéticas y semio-lógico-lingüísticas. Por tanto, cualquier intento de dar cuenta del saber en términos lógicos, sociológicos, biológicos, psicológicos o histórico-culturales es insuficiente y mutilante. La epistemología compleja afirma que el conocimiento es un objeto complejo por dos razones esenciales. En primer lugar, porque constituye una totalidad organizada compuesta por un conjunto de elementos heterogéneos en interacción. Por tanto, sus procesos constitutivos no pueden ser estudiados aisladamente, son interdefinibles; es decir, se determinan mutuamente. En segundo lugar, el conocimiento es un objeto complejo puesto que los elementos y procesos que lo constituyen no pueden ser abordados por una disciplina particular. «Conocer el conocimiento» requiere una perspectiva transdisciplinaria que atraviese y vaya más allá de los conocimientos particulares de cada disciplina.
116
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
Esta doble afirmación permite una reconceptualización de la epistemología, campo de estudios interdisciplinarios cuyo objeto es el estudio de la complejidad del conocimiento. El programa de investigación de la epistemología compleja rompe la equivalencia y la identidad de la epistemología con una disciplina particular: filosofía de la ciencia, sociología de la ciencia o del conocimiento, biología del conocimiento, psicología cognitiva, ciencias cognitivas, historia de la ciencia, psicología genética, epistemología genética. Cada una es instancia necesaria pero insuficiente. Aisladamente son mutilantes y contribuyen a romper el tejido multidimensional del saber en compartimentos disciplinares. Estos postulados permiten enunciar la tesis de la ciencia como un sistema complejo constituido por múltiples dimensiones interdefinibles: (1) la lógicoracional, (2) la dimensión social, (3) la institucional y normativa, (4) la dimensión socio-cognitiva, (5) la histórica, (6) la dimensión política17. La dimensión política de la ciencia El concepto de conocimiento como sistema complejo impide reducir la actividad científica y los resultantes de la misma a una de sus dimensiones particulares. Así se logra romper la equivalencia conocimiento=dimensión epistémica, lógica y racional. La dimensión política llama la atención sobre la importancia epistemológica y metodológica de las variables políticas de y en la ciencia. La relación entre ciencia y política puede ser pensada en, al menos, tres niveles: a) lo político constituye y organiza la práctica científica y, por tanto, forma parte de la ciencia misma y no puede reducirse a un mero conjunto de factores extra-epistémicos que perturban la actividad científica desde el exterior; b) el conocimiento elaborado por la ciencia es políticamente significativo, puesto que condiciona el significado de la realidad, al tiempo que posibilita y constriñe los campos posibles de acción. Esto equivale a decir que la ciencia es una importante fuerza política, puesto que tiene capacidad para crear mundo. c) los valores ético-políticos condicionan la construcción de evidencia empírica e influyen en la elección de hipótesis y teorías. Para ilustrarlo es preciso retomar el dictum de Gastón Bachelard: «todos los hechos son hechos» e indagar cómo los valores constituyen a los hechos. Se trata de saber cómo influyen en la producción de evidencia empírica. Una vez que un hecho ha sido producido, no ontológicamente sino conceptualmente adquiere forma aparente de objetividad neutral. La problemática ético-política en el pensamiento complejo El pensamiento complejo constituye un abordaje filosófico y epistemológico a la complejidad desarrollado por Morin en El Método. Es una estrategia cognitiva que busca articular los conocimientos de las ciencias físicas, biológicas y 17
En trabajos anteriores empleé la categoría de sistema complejo para el análisis epistemológico de los conceptos conocimiento, ciencia y método científico. Véase Rodríguez Zoya (2009).
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas 117
antropo-sociales (Morin 1977-2006). No aboga por la constitución de una teoría unitaria o la unificación de todas las ciencias, busca la articulación de saberes para dar cuenta de la complejidad de los objetos de conocimiento. Se parte de una premisa ontológica: la complejidad de lo real en tanto tejido interdependiente de objetos de conocimiento y, por tanto, el reconocimiento de una realidad a la vez física, biológica y cultural. Como estrategia cognitiva, procura un saber menos trunco que respeta la multidimensionalidad de los fenómenos. La obra moriniana intenta delinear una epistemología compleja, que abarca: a) la dimensión bio-antropológica del conocimiento, b) la ecología del conocimiento, vinculada al contexto socio-histórico-cultural de su construcción, y c) aspectos nosológicos, relacionados con la organización de sistemas de ideas. Para esta tarea Morin delinea un método: el pensamiento complejo. A decir verdad, se trata de un concepto no clásico de método, radicalmente alejado del concepto naturalizado de método científico heredado de la modernidad. Si este se define por un conjunto de reglas, instrumentos y procedimientos impersonales y neutrales, el método del pensamiento complejo constituye la estrategia de conocimiento de un sujeto. En este sentido, se evidencia una distancia profunda entre la metodología de las ciencias de la complejidad y el pensamiento complejo como método no clásico. A este nivel apunta su idea de paradigma, que define como conjunto de categorías rectoras de la inteligibilidad de un saber y las relaciones lógicas que gobiernan la articulación o repulsión entre dichas categorías. El paradigma no es una elección deliberada, tiene una existencia inconsciente, que irriga el pensamiento consciente y gobierna la utilización de la lógica; se despliega tanto a nivel individual como socio-cultural. El replanteamiento epistemológico que formula el pensamiento complejo se extiende, por tanto, más allá de la dimensión epistémica de la ciencia y desemboca en una propuesta ético-política: el desarrollo de una política planetaria de civilización, la constitución de una ética planetaria y el pleno empleo de las potencialidades humanas para civilizar nuestras ideas. La conjunción de estas tres vías permitiría, según Morin, salir de la edad de hierro planetaria y de la prehistoria del espíritu, para dar a luz a la humanidad de la humanidad, es decir, el surgimiento de una verdadera ciudadanía planetaria, la Tierra-Patria. Podemos ver que la complejidad general, en la propuesta del pensamiento complejo, desemboca en una reforma de la civilización occidental. Ética y valores en la investigación en sistemas complejos Uno de los aspectos más destacados de la propuesta denominada investigación interdisciplinaria en sistemas complejos (Rolando García 2006), consiste en poner sobre el tapete, desde el inicio del proceso de investigación, los factores que las concepciones usuales de metodología y técnicas de investigación en ciencias sociales ignoran o desconocen, a saber: el componente social, ético, valorativo y político como pieza clave de la orientación de la investigación.
118
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
Según García, hay dos tipos de factores que intervienen en el recorte de los elementos que constituyen el complejo empírico: los objetivos de la investigación y la pregunta conductora. Estas cuestiones condicionan el tipo de material empírico necesario para llevar adelante la investigación y orientan la selección de observables con los cuales se construirá el sistema. Esto puede llevar a delimitar un nuevo domino empírico; de aquí que la decisión de abstraer ciertos elementos en detrimento de otros, no es una decisión neutral. Formular objetivos y la elección de una pregunta rectora dependen del marco epistémico. Este concepto fue introducido por Piaget y García en el capítulo IX de Psicogénesis e historia de la ciencia (1982), y es retomado por García en El conocimiento en construcción (2000) y Sistemas complejos (2006). A partir de una comparación entre estos tres corpus, propongo distinguir dos niveles de aplicación del concepto marco epistémico, a los cuales me referiré como marco epistémico1 y marco epistémico2. El marco epistémico1 tiene mayor nivel de alcance y generalidad; es un concepto epistemológico utilizado para explicar la sociogénesis del conocimiento en la perspectiva de la historia de la ciencia. Piaget y García (1982) indican que cambios de marco epistémico señalan una ruptura y discontinuidad en la historia de la ciencia; la revolución galileano-newtoniana implicó la consolidación de un nuevo marco epistémico. Subraya García (2000:157): El marco epistémico1 representa un sistema de pensamiento, rara vez explicitado, que permea las concepciones de la época en una cultura dada y condiciona el tipo de teorizaciones que surgen en diversos campos del conocimiento.
La trama de factores sociales (incluyendo aspectos políticos, económicos, filosóficos, religiosos e ideológicos) influye en la organización de una cosmovisión o concepción del mundo, de la sociedad y de la naturaleza. El marco epistémico es la resultante de la unión compleja de estos factores y condiciona, no el contenido, sino la orientación más general del desarrollo científico, las conceptualizaciones y preguntas rectoras de las investigaciones. Por tanto, podemos hipotetizar que el marco epistémico condiciona también las operaciones de pensamiento consideradas como válidas en una cultura determinada18. Sobre la base de esta conceptualización es posible precisar otro uso del concepto marco epistémico en un nivel más propiamente metodológico. Así, el concepto marco epistémico2 representa no solo una concepción del mundo sino también la jerarquía de valores del investigador (García 2006:35). La investigación interdisciplinaria en sistemas complejos no implica la anulación del conocimiento disciplinar sino que lo incluye, en la medida en que en ciertos momentos de la investigación se requiere conocimiento especializado. Pero al mismo tiempo, en otras fases de la investigación, se deben integrar los resultados parciales elaborados a partir de las investigaciones disciplinarias. 18
Para una aproximación sintética al concepto véase (García 1999).
Capítulo 1: Complejidad de las interacciones humanas 119
Así, el proceso de investigación en sistemas complejos conforma una espiral dialéctica entre fases de diferenciación y fases de integración de resultados de las investigaciones disciplinarias, lo que lleva a sucesivas reconceptualizaciones del sistema complejo (García 2006: 100-101). HACIA UN PENSAMIENTO COMPLEJO DEL SUR He mostrado que la complejidad constituye un campo relativamente nuevo en la historia de la ciencia. Al mismo tiempo se ha sostenido que bajo este término es posible reunir una pluralidad de ciencias, teorías, disciplinas y propuestas metodológicas sustentadas en principios epistemológicos y supuestos políticos muchas veces contradictorios y excluyentes. De un lado, las ciencias de la complejidad se enraízan en una matriz positivista más cercana al ideal de neutralidad valorativa y apoliticidad. Del otro, el pensamiento complejo y la teoría de sistemas complejos reclaman desde ópticas diferentes la importancia de valores ético-políticos en la ciencia. Habiendo sostenido la tesis de la ciencia como sistema complejo, puntualicé que su dimensión política es un aspecto ineludible, tanto de la reflexión epistemológica como en el diseño metodológico de la investigación empírica. Se trata de fundamentar una ciencia políticamente orientada, en donde los valores ético-políticos sean una guía explícita en el desarrollo de la investigación científica. En términos políticos, el planteamiento postula la importancia de pensar un nuevo tipo de ciencia para un nuevo tipo de sociedad. Esta problemática sitúa a las ciencias sociales frente a un doble desafío. Por un lado, fundamentar epistemológicamente la dimensión política de la ciencia; por otro, reflexionar críticamente sobre las innovaciones técnico-metodológicas de las ciencias de la complejidad y evaluar su incorporación al repertorio de las ciencias sociales. Pero esta tarea solo puede ser realizada a condición de efectuar una crítica política a dichas ciencias, adquiere así valor la propuesta de una filosofía política de los sistemas complejos. Se evidencia la necesidad de pensar las teorías de la complejidad y el problema político de la ciencia en clave latinoamericana con categorías geo-históricas no imperiales (Mignolo 1998). El desafío político y epistemológico consiste en construir un pensamiento complejo del Sur, como estrategia cognitiva y política para un programa de investigación en ciencias sociales de alcance continental para América Latina. El pensamiento complejo del Sur reclama una epistemología compleja políticamente orientada en dos sentidos distintos pero complementarios: Por un lado, se debe poner en evidencia la mutua constitución de la ciencia y la política en todos sus niveles. Es decir, 1) cómo lo político influye externamente en la ciencia (el nivel más evidente es el de la política científica); 2) cómo lo político constituye internamente la ciencia (la práctica cognitiva de la ciencia tiene carácter social) y 3) cómo lo político constituye los productos de la actividad científica (conocimiento, tecnologías, dispositivos).
120
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
Por otro lado, la epistemología misma tiene que asumir su naturaleza política y concebirse como una praxis social. Debería efectuar una crítica política a las ciencias existentes y problematizar la relación más general que atañe al vínculo entre la vida y el conocimiento. Se podría así postular, como tesis provisional, que la buena ciencia es aquella que define su fin epistémico por un fin ético, es decir un valor humano. Acerca de cuál o cuáles son esos valores mucho puede decirse. Sin duda, no resulta posible fijar uno de modo universal. Por el contrario, la epistemología tiene un rol no solo descriptivo sino normativo, debe evaluar el conocimiento producido y las prácticas socio-cognitivas que lo producen. Pero no se trata en modo alguno de un normativismo racionalista, externo y meta-científico. La epistemología tiene que evaluar a la ciencia en base a criterios epistémicos y políticos, es decir en función de valores humanos, donde, el valor supremo sea el respeto a la vida en todas sus dimensiones, desde el unicelular al homo, incluyendo GAIA, la biosfera terrestre. No es necesario, a estas alturas, pedir perdón ante el filósofo de raza o al científico correctamente socializado en las normas de la racionalidad científica. Entiendo si se horrorizan frente a la posibilidad de mezclar ciencia y política. Estoy convencido de que lo mejor que podemos hacer es traer a la superficie los múltiples contactos entre ambas. Si no, corremos el riesgo de alimentar aquello que Oscar Varsavsky llamó el contexto de mistificación19. Necesitamos una nueva ciencia políticamente consciente y humanamente relevante y esta no puede surgir sin una nueva generación de científicos políticamente comprometidos con valores ético-políticos-humanos. El problema relativo a la justificación racional o empírica para estos valores es una cuestión diferente que debe ser discutida en otro lugar20; que es posible organizar la práctica científica con esos valores es evidente, puesto que los valores y los intereses siempre intervienen en la práctica científica. La buena ciencia es aquella que contribuye a prácticas sociales que permitan construir una organización ética de la vida humana en una relación solidaria con la biosfera. En conclusión, la epistemología ha de ser compleja. La epistemología tiene que ser política. Una epistemología política compleja, ese es el desafío a asumir. La tarea es de quien quiera comprometerse con el reto de trabajar en esa dirección, la de construir una humanidad diferente. Afirmo que el pensamiento complejo del Sur, en tanto epistemología política compleja, es necesaria para este proyecto político. Reconozco también que la epistemología por sí sola no va a producir ninguna transformación del mundo, pero puede ayudar a legitimar y orientar prácticas científicas y sociales políticamente relevantes.
19 20
Véase Varsavsky, 1975. Véase Rodríguez Zoya, 2010b.
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja SOBRE UNA ANTROPO-POLÍTICA DE LAS CIVILIZACIONES
1
Constantin von Barloewen Hoy resulta necesaria una política realmente al servicio del bien público. La sostenibilidad presupone conciencia de la interdependencia planetaria, precisamente cuando la degradación de la biosfera alcanza una dimensión maniquea por la tiranía del materialismo financiero. El ser humano sufre una amenaza de extinción y se ve forzado a acometer una metamorfosis. Para superar el imperativo unilateral del crecimiento, el reto consiste en globalizarse y desglobalizarse al mismo tiempo, lo que requiere una clara conciencia de solidaridad. Es necesaria una auténtica política de civilización, un nuevo Renacimiento, una metamorfosis como en los siglos XV y XVI, para afrontar la burocratización y su efecto disgregador. Contra la indiferencia social sólo puede reaccionarse con empatía y sentimiento comunitario, en el sentido pleno de compassion, a fin de limitar la hegemonía de lo material-cuantitativo. En rigor, lo que se necesita es una nueva economía política, una humanización de la vida ante el trasfondo de una urbanización a escala mundial y la pérdida de relaciones comunitarias. Para ello también se requiere una política humanizadora, digna, política no sólo de lo prosaico, sino también de la vida poética, para corregir las políticas irresponsables. La fría hegemonía de la mera persecución del beneficio es un peligro para la ecología y la sostenibilidad y muestra cuán errónea es la política del consumo. Se trata menos de modernizar la cultura que de cultivar la modernidad, sobre todo a través de una política de convergencia y conciliación de la cultura humanística con las ciencias naturales, a fin de alcanzar una reflexividad que reforme el pensamiento científico. Así podría surgir una ecología científica de la observación de la Tierra, que se corresponda realmente con el ecosistema actual e incluya el pensamiento cosmológico. Puede hacerse de modo interdisciplinar, mediante participación democrática y así se lograría una verdadera política de civilización que mereciera tal nom1
Traducción del alemán de Rafael Aburto.
122
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
bre por la inclusión del ser humano. Eso permitiría un estado y una sociedad con una economía realmente productiva, al servicio de la supervivencia y que tomara en consideración las fuentes ecológicas, incluyendo en igual medida una convivialidad auténtica de amplias capas de la población. Jacques Maritain (1951) ya habló de la inclusión de la inteligencia intuitiva como fundamento del conocimiento. Hoy vivimos en un mundo multipolar, en el que se ha superado el pensamiento continental. Actuamos en archipiélagos, un entramado radicular de identidades culturales cada vez más marcadas, en Asia, África, en el mundo islámico y Latinoamérica. Ante este trasfondo también cobra significado el diálogo entre culturas y civilizaciones, porque fomenta un nuevo cosmopolitismo y aporta una concepción de dignidad como premisa antropológica de los derechos humanos. De lo contrario, el hombre espiritual se vería degradado al hombre neuronal, logocéntrico, que sólo obedece a la revolución numérica. Pero el logos nunca puede vivir sin el mito, por lo que la diversidad de culturas se manifiesta como riqueza de la evolución humana. La Naturaleza ya no tiene tiempo de regenerarse. Sólo podría salvarse si en la era de la amenaza ecológica y nuclear incluyera en sí lo sobrenatural. El crecimiento espiritual viene a ser la contrapartida de lo material, de la racionalidad del logos y la fragmentación del conocimiento. Para lograr una comprensión de la multiplicidad de las culturas no sólo es necesario el desarme militar, sino sobre todo el cultural a nivel global. Las tradiciones espirituales pueden contribuir a encontrar ese equilibrio entre naturaleza, ser humano y ecología. Si el hombre pierde su identidad, su naturaleza fracasa con él. El calentamiento climático es sólo un elocuente ejemplo. Todas las religiones apuntan a la responsabilidad en el uso de los recursos naturales, tanto en el cristianismo como en el Islam, pero también en la idea de la pacha mama o en el budismo, como enseñaron Roger Bastide (1971) y Claude Lévi-Strauss (2008). Hoy amenazamos con destrozar el vínculo entre el ser humano, la Naturaleza y lo sobrenatural, como kairós de nuestra época. En este sentido, una verdadera ecología se revela en como espiritualidad moderna o, mejor aún, como una espiritualidad humanística, dado que entre el humanismo y la integridad de la Creación habrá un nexo en tanto el ser humano mantenga sus compromisos con la Naturaleza. Es significativo que hoy el diálogo entre religiones, musulmanes, hinduistas y cristianos y entre religiones y doctrinas asiáticas, siempre tenga como tema la protección de la Naturaleza y abarque un acontecimiento alusivo de las Sagradas Escrituras y prácticas rituales para dicha protección. El encuentro de ambos mundos, ecología y espiritualidad, puede conducir a una auténtica metamorfosis de la civilización técnica. Al principio, la técnica servía para explotar recursos naturales. Sin embargo, era determinista, mecanicista, cronométrica, hiperespecializada y suponía dominar el tiempo mediante la máquina artificial y su lógica, como dijo José Bergamín (1957). Ortega y Gasset añadió: «No sabemos qué ocurre y esto es precisamente lo que nos ocurre.»
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
123
De la anonimización del ser humano, como se recogió ya en Georges Bataille, Michel Leiris y Denis de Rougemont en los años 30 del pasado siglo, en su Collège de Sociologie, pasamos a la conciencia de pérdida de identidad humana y el fomento de una auténtica convivialidad, un desarme duradero. De otro modo, el ser humano se precipita a un sistema de agonía. Es necesario un giro radical, el progreso puramente tecnológico no puede conciliarse con la sostenibilidad y el pensamiento del logos está condenado en tal caso al fracaso. Así lo reconoció ya Dumézil (1995) en su crítica de la civilización, en la que comparaba el siglo XX con las antiguas civilizaciones de Mesopotamia, Centroamérica, Babilonia, Egipto, India y China, que aún se sostenían con una jerarquía marcada por el mito. Una armonía sagrada, un orden cósmico establecía las leyes teocráticas del mundo. Sin embargo, esa armonía cósmica hoy se halla derrumbada, con los consiguientes efectos sobre el ser humano y la ecología. Los profetas Abraham y Mahoma, Moisés y el oráculo de Delfos, obedecían aún a un orden metafísico perdido, como temía hace más de 700 años el gran místico Raimon Llull (1971). El crecimiento material no llega a ser progreso humano, tampoco expresión de dignidad o de metas de una civilización. Es necesaria una sabiduría metafísica, una metapolítica global, para transformar una civilización que enseña en una civilización que aprende. Spinoza ya habló del coraje para existir. Para él, la paz no era la ausencia de guerra. Tampoco lo contrario. Era más bien un don que correspondía a la fuerza de cada persona. La ecología exige además mantener siempre un orden social y político, un orden ecológico. Este capital sociopolítico se encarna en leyes e instituciones que sirven de anclaje a una moral y unas costumbres junto al capital económico. Precisamente este equilibrio ecológico se ve hoy amenazado ante el trasfondo de la quiebra de lealtades históricas. Esta ruptura daña el sistema homeostático, incapaz ya de autorregularse. Es evidente que así se rebasa la dimensión del mero homo oeconomicus, movido por sus propios intereses racionales como instancia sobreentendida, según pudo mostrar M. Oakeshott (1975) con su concepto civil association. El gran problema estriba en que el equilibrio social y el ecológico carecen de un vínculo necesariamente armónico y más bien se ven arrastrados por el conflicto entre la racionalidad del interés propio y una desenfrenada política de crecimiento2. Para el FMI y el Banco Mundial, así como para los estados de la OCDE, se plantea la cuestión de cómo se pueden aunar hoy en la política global sostenibilidad y justicia social en una economía también globalizada. Las instituciones de ámbito mundial buscan respuestas al desafío de limitar la entropía planetaria. Sería deseable introducir en el debate un término como oikofilia, donde se relaciona el término oikos, la casa en sentido lato, con el de la economía. 2
Desde Hobbes, esto ya se trató en el Leviathan de 1651 en la filosofía moral, y en David Hume, Edmund Burke o en el s. XX en la obra de John Rawl A Theory of Justice, de 1971.
124
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
La palabra griega aparece latinizada en términos de economía y ecología. Podría hablarse de una oikonomía. Respondería a la visión comprensiva que puede obtenerse a partir de las discusiones sobre el cambio climático, dado que las ciencias de la Naturaleza no están en condiciones por sí mismas de poner término a las divergencias. En política hemos de enfrentarnos hoy a una forma especial de «demora organizada», una amenazadora parálisis del proceso regulatorio. Vivimos un peligroso desequilibrio entre las soluciones económicas de mercado y la homeostasis ecológica. Por un lado, se tiende a describir los problemas ambientales en términos hiperbólicos, como si representaran una amenaza radical para la Humanidad, con el fin de demandar soluciones que presupondrían un cambio radical de modos de vida y permitirían intervenciones de amplio alcance por parte de los gobiernos. Por otro lado, hay una profunda desconfianza hacia las instancias del poder político y económico y temor a adentrarse en lo desconocido. Podría formularse así: «cambia todo sin tocar nada», lo que equivale a una premisa no equitativa en los esfuerzos por crear los hábitats. T. S. Eliot ha versificado con acierto este estado de cosas: Time present and time past are both perhaps present in time future, and time future contained in time past.
Pero además, el ser humano es un animal apegado a su tierra. Lo testimonian la Torah, historia del éxodo del pueblo judío, la Odisea, donde aparece el término nostos, es decir, la vuelta a casa de la guerra de Troya, y también las doctrinas de Jesús y de san Pablo, expresadas por san Agustín: «nuestros corazones no hallan reposo, hasta que descansan en Ti». El Bhagavad Gita enseña que hasta el poderoso viento, en la vastedad del espacio, se revuelve contra todo uso instrumental de la Naturaleza. Estos ejemplos señalan que en cuestiones ecológicas se han de hallar soluciones que conduzcan a un equilibrio entre homeostasis y capacidad de resistencia elástica. En las culturas industriales vivimos una crisis de identidad. Por eso, el concepto de cultura en sentido integral, como depósito de conocimiento ético y moral, merece tanta importancia. A diferencia del conocimiento de las ciencias naturales, la cultura siempre materializa además un saber afectivo y emocional y no sólo información fáctica y «verdad» de contenido teórico, tanto si se transmite por imágenes o símbolos de carácter narrativo o si se transmite como experiencia colectiva. Así se plantea también una tarea genuinamente política, extrapolar a un futuro indeterminado una herencia ética y moral para el ámbito de la ecología. Esto es así en una época en la que se ha hecho patente que la civilización occidental, aun con su empeño por obtener respuestas éticas y morales, ya no puede identificarse con el mundo moderno. Precisamente el reparto del saber cultural asegura la cohesión social y responde a la necesidad humana de pertenencia a corporaciones religiosas, políticas y legales del saber acumulado. Así se evidencia tanto en la Biblia hebrea, como en el Nuevo Testamento,
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
125
en las tradiciones musulmanas o en los que tendieron puentes entre religiones como Averroes o Maimonides; la reflexión ética y religiosa es un paradigma de las culturas: baste pensar en los poetas Hafiz, Rumi u Omar Khayyam. Desde la época de la Ilustración europea, la expresión histórica en el arte y la filosofía fue asumiendo progresivamente, por la secularización creciente, la función de las religiones de representar la realidad espiritual. El conocimiento humano se vio expuesto a un cambio fundamental, hasta en la época del surgimiento industrial y postindustrial de una economía del saber y una tecnología de la información con algoritmos digitales. La información, sin embargo, no puede equipararse al saber y al conocimiento. Dentro de la tradición aristotélica, se debe distinguir entre el saber acerca de los medios y el saber acerca de los objetivos. La cultura está llamada a transmitir, como práctica colectiva, valores intrínsecos en imágenes, afectos y símbolos de la praxis, y siempre con un legado de conocimiento emocional. Ha de hacerlo tras la era de la Ilustración, donde en las culturas occidentales fue imponiéndose la idea de que la investigación racional no lleva necesariamente a un conocimiento que pudiera calificarse de «verdad objetiva», idea que adquiere cada vez más importancia. David Hume aún hablaba de rational morality y Kant de la razón pura. Este realce de la razón como expresión de objetividad y verdad –tal como la presentó la Ilustración europea– iba acompañado de la presunción de que ninguna otra cultura sabía argumentar con el mismo nivel. La razón como fuente de comprensión condujo en última instancia al etno- y eurocentrismo de las culturas occidentales en los siglos siguientes según, por ejemplo, E. Said3. La conciencia occidental comienza a observarse «desde fuera», por así decir, toda vez que, por la secularización, está cada vez más separada de la observancia religiosa. Los tiempos de Shaftesbury, Hutcheson o Hume, con la idea de un universalismo occidental de la razón, han quedado atrás. Sin embargo, ¿hacia dónde se mueve el empeño de un juicio ético y moral en busca de valores intrínsecos en la diversidad de las culturas, consideradas también como recipiente de la memoria colectiva en la vida autóctona de una comunidad, que corresponda a la idea de una autodeterminación interior del ser humano? El saber para sobrevivir se cruza con el saber para la convivencia en un sentido holístico, como nuevo pensamiento en un mundo que se transforma bruscamente, sea por el cambio climático o por las crisis económicas y financieras que crean inseguridad o, más aún, desconcierto. Sintiendo la interdependencia multilateral, ya no intentamos dominar la Naturaleza, sino participar en ella, para estructurar lo vivo como tal y tanto más en las estructuras de una economía de mercado globalizada. Sin embargo, para ello se requiere, precisamente, una nueva cosmovisión holístico-antropológica. 3
cf. Edward Said, Orientalism, Londres 2007
126
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
Es evidente que nuestra cosmovisión materialista se ve limitada por el hecho de que los fundamentos del mundo no son materiales sino, en sentido literal, espirituales. Se ha de considerar así, en el sentido de un principio holístico del pensamiento, el sentimiento y la acción, contando con la capacidad humana de empatía, prudencia, ayuda y solidaridad, que es lo único que puede impulsar una cultura de la paz. Es evidente que las ciencias naturales como único antídoto hace tiempo que perdieron su inocencia por el puro dominio de lo técnicamente posible. B. Brecht ya habló de los complacientes «enanos fabuladores». Se hace necesario el equilibrio de las ciencias humanas. La economía se ha sometido a la explotación de los recursos y la capacidad inventiva se ha rendido a la ciencia como hechicera de nuestra época, con toda la utilidad marginal de las formas cada vez más extremas y arriesgadas de las tecnologías como monopolio. Esto supone una amenaza para nuestro ámbito vital, tanto para la sociedad, como para la biosfera y, en definitiva, para la propia creación. Una ciencia orientada al conocimiento ya no es especulativa, sino experimental; con el máximo esfuerzo técnico desentraña los mayores misterios de la Naturaleza. Eso supone una amenaza. Sigue siendo necesario que la ciencia evolucione con responsabilidad ética como topología autónoma de la investigación. Debe hacerlo en el sentido de una consideración global de las ciencias humanas y naturales, como deber de connaturalidad, una Naturaleza controlada por el ser humano, ante el panorama de inmensas destrucciones de recursos naturales, físicos y biológicos. La solución sólo puede basarse en la moderación y la autolimitación. Sin embargo, no habrá verdadera posibilidad creadora, mientras el humano, como creador del futuro, no deje de ser él mismo la pieza de un mecanismo de relojería fijo –según la máxima de Bacon: «El conocimiento es poder»-, que eleva el ser humano a lo divino y rebaja la Naturaleza a lo profano. El acontecer natural no debe ser sometido a maquinaria mecanicista, sino adoptar el carácter de desarrollo creativo perdurable, para dejar que se imponga el mundo como unidad con toda su potencialidad, incluidas las estructuras espirituales. Así, la realidad empírica y la biosfera pueden enlazarse como formas expresivas de lo viviente con la necesaria capacidad de equilibrio. Es palmario que el pensamiento de las ciencias naturales ha de ensamblarse forzosamente con las humanísticas, para superar una concepción del mundo mecanicista y conciliarla con la idea de ser humano como expresión de lo viviente que, como conditio humana, siempre integre, como es natural, un sistema inestable. La responsabilidad sólo puede derivar de una actuación intencional en nuestra relación con el mundo que nos rodea. Vivimos una crisis de la inmanencia por la secularización, como alegato en defensa de la necesidad de otra racionalidad, que no tenga el carácter dramático, doloroso, incluso letal, de la razón instrumental y ofrezca una visión de otro futuro de nuestro mundo y de sostenibilidad ecológica. La demanda de una humanidad vivida forma un polo contrario al del fundamentalismo científico, tecnológico y económico.
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
127
También la realidad empírica puede ser modificada y recreada. También lo viviente se somete a un orden; el desarrollo evolutivo de la vida es una combinación de diferenciación y sintonía de los elementos estructurales que crecen conjuntamente formando una nueva totalidad, un holon. De ahí la demanda de una imagen holística del mundo, dado que el individuo en sí encarna y revitaliza una totalidad semejante, entre otras cosas, por el vínculo de la espiritualidad con lo empírico, del mito con el logos, superando el frío mecanicismo. Sólo si equilibramos estilos de vida y nos desaceleramos, podemos conservar la capacidad portante del biosistema, en vez de forzarlo por encima de su capacidad. Se trata de abrirse a la totalidad, actitud que, más allá de una racionalidad pragmática, tecnológica e instrumental, esté orientada a un uso espiritual. Dado que nuestra experiencia de la realidad, por tradiciones de mitología y religión, entre otras, es mucho más rica que los conocimientos de las ciencias naturales, el saber es más que un instrumento de poder para el dominio del ser humano sobre la Naturaleza. El sentido de nuestra vida no puede responderse únicamente en la caligrafía de nuestro pensamiento conceptual, puesto que el sentido del ser sólo puede reconocerse dirigiendo la mirada hacia la totalidad, más allá de los límites del cogito ergo sum cartesiano. La creación efectiva, como proceso experimentable, se verifica en cada instante en la realización de la potencialidad de la existencia humana. De este modo, la ciencia y el saber, las creencias, el arte, la religión y la ‘ratio’, en el sentido de una razón auténtica, se convierten en elementos complementarios de un modo de visión amplia y también en premisa de una política sostenible, ecológica y de futuro éxito. La globalización tecno-económica puede, bien conducir a una nueva estructuración del mundo, o bien arrastrar consigo la autodestrucción de la Humanidad. Nos vemos ante el problema de la apología de una desarraigada ciudadanía mundial sin identidad, en comparación con la hominización de las personas hace decenas de miles de años en Mesopotamia, hace 4000 años en el Egipto de los faraones, hace 2500 años en el Hindustán o más tarde en Bizancio y en el Huangpo Tal en China o en el siglo XV en la India mogol. Podrían nombrarse otros muchos procesos civilizatorios, por ejemplo cuando se expandió el Islam por Asia y África o cuando en Latinoamérica los imperios inca y azteca fueron dominados por Tenochtitlán y Cuzco, o cuando Vasco da Gama halló en 1498 la ruta hacia Latinoamérica y Magallanes confirmó que la Tierra era redonda o Copérnico descubrió que la Tierra gira en torno al Sol. Después surgió la teoría de la gravitación de Kepler. El mundo ya no era el centro del cosmos y aún en 1623 Galileo tuvo que retractarse ante la Inquisición. Con todas estas evoluciones, la historia del espíritu se imbricó con la empírica real y política. Aquí vemos un cambio planetario como condición previa de la Modernidad. Vivimos el nacimiento del homo occidentalis en el consecutivo proceso de hominización, pero también el gran paradigma del progreso occidental como norma de la política de desarrollo.
128
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
A la ciencia de la economía le faltan elementos de lo no económico. Hoy se da una crisis de desarrollo, porque la dimensión cultural y civilizadora y la ecología, frente a la hegemonía de las ciencias técnicas, de la mercantilización de todos los ámbitos de la vida y de la razón instrumental, tienen una presencia demasiado escasa en las reflexiones. En esto vemos la ambivalencia del concepto occidental de progreso, de la tríada ciencia, tecnología e industria, que pierden su carácter providencial. La secularización no significa solamente liberarse de dogmas religiosos, sino también perder certezas, perder cohesión; son la gran duda. En adelante, el futuro estará determinado por incertidumbres. El desarrollo ha de garantizar el progreso y éste, a su vez, el desarrollo. Pero necesitamos una cultura planetaria diferente, con diversidad frente a la creciente tecnificación y urbanización. En este sentido, conceptos como subdesarrollo o desarrollo resultan dudosos y han de someterse a una reflexión crítica, sobre todo si no se piensa en subdesarrollo mental, sino afectivo. ¿Dónde buscan hoy sus modelos los grandes países emergentes de África, Asia y Latinoamérica, a la vista de la anonimización y atomización del ser humano en el mundo industrial, que también en lo ecológico condujo en todo el mundo a una persistente agonía? La progresiva racionalización de todos los ámbitos de la vida puede tornarse fácilmente en una racionalidad técnica, a medida que se desvanece el puro mito del progreso técnico, que precisamente también clama ipso facto por una metatécnica para la ecología. Esta cuestión es de importancia cardinal para la investigación de la cultura como factor de la Realpolitik; vemos la incapacidad del mundo para entenderse como un mundo, para convertirse en un mundo, junto a la hominización progresiva y sobre el trasfondo de una amenaza de la tecnociencia disfuncional y la burocratización, combinados con subdesarrollo afectivo. La economía no puede captar los paradigmas antropológicos críticos que cuestionan la absoluta certidumbre del progreso técnico, precisamente en las culturas extraeuropeas de Asia, África y Latinoamérica, con sus grandes retos ecológicos para el futuro. Conviene recordar unas palabras de san Agustín: «Hay tres grados del tiempo, lo presente del pasado, lo presente del presente y lo presente del futuro». La hominización ya no tiene garantizado un ilusorio futuro de progreso. Tenemos que civilizar la civilización en un mundo globalmente entrelazado. Para ello se requiere una ecología de la acción, de la política como expresión de una Realpolitik garante. Quizá podría calificarse la acción, con inclusión de incertidumbre, como antropo-política, política para proseguir la hominización más allá de una pura razón instrumental al dictado del instante; esta política abrió las puertas a la conciencia de una era planetaria para resistir la ulterior hominización. Aquí surge un principio de la ecología, de la acción política con pensamiento antropológico, de una antropo-política planetaria, que seguramente aún anida en el ámbito de la incertidumbre. Se trata de proceder contra la abstracción de la vida, que equivale a un ámbito vital sin vida y apenas permite defender la
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
129
racionalidad contra la pura racionalización. Esta racionalidad no conoce ningún límite de la lógica, del determinismo mecánico, que no tenga alguna dimensión afectiva en el mito y la religión, en lo sagrado, en el misterio de la vida. La Humanidad, sin embargo, es una entidad tanto planetaria como biosférica y el ser humano está enraizado tanto en la Naturaleza como en lo sobrenatural. Aún así, se diferencia en su cultura, en su pensamiento y en su conciencia. Lo universal se contrapone a lo cultural-concreto y lo planetario-general a lo específico. Lo universal se tornó específico en la forma del universo cósmico y lo concreto se convirtió en universo terrenal. La ley del progreso trata de prolongarse en el infinito como si no hubiera límite para el crecimiento económico, ningún límite para la inteligencia, ningún límite para la razón instrumental. En cierto modo, el ser humano se admira de su propia infinitud. Quizá se requiera una nueva conciencia de la propia finitud, así como un conocimiento del propio desconocimiento. La verdadera infinitud se halla seguramente más allá de la capacidad de percepción de la razón instrumental, de la autocracia técnica del ser humano. En la actualidad, a las personas de Asia, África o Latinoamérica se les plantea la cuestión de su supervivencia. También aquí se necesita reducir lo racional en la conciencia de la convivencia. Se podría hablar de necesidad de una conciencia telúrica, de tener en cuenta la unidad de la Tierra, pero también de una conciencia ecológica de la diversidad de la biosfera y de la diversidad cultural del ser humano, de una conciencia antropológica. La propia especie humana se abrirá paso en cierto modo como un depósito de humanidad, con la esperanza, que es lo que constituye la vida, puesta en un futuro cada vez más incierto.
ANTROPOLOGÍA COMPLEJA Rafael Pérez-Taylor
La antropología como ciencia es una disciplina relativamente joven, con apenas más de cien años de trabajos profesionales y con gran variedad de métodos de trabajo, que han ido desde el evolucionismo al posmodernismo. Una de las herramientas principales para su desarrollo ha sido el trabajo de campo, aunque tanto el antropólogo como la comunidad estudiada cambien durante la permanencia del mismo en ella; el movimiento producido lleva a situaciones de tensión, de inseguridad, de soledad y, sobre todo, nos ubica permanentemente en un espacio de reflexión sobre el trabajo realizado, que se acompaña de la escritura etnográfica plasmada en el diario de campo y que se convierte en nuestra fuente de primera mano, donde escribimos, lo que vemos, oímos y pensamos acerca de la totalidad de eventos observados. Describimos lo que encontramos a nuestro paso y de acuerdo a nuestro propósito de investigación, e intentamos ver y aclarar lo que se encuentra fuera de
130
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
nuestra propia percepción del mundo. Para construir desde nuestra práctica profesional la comprensión de ese «otro», que permite ver y sentir lo que en nuestra cultura «no existe», hay que dejar de lado los parámetros de una occidentalización que nos ha marcado desde tiempo inmemorial. Así intentamos dar vida a ese otro, tan extraño y lejano... Debido a que la totalidad de las cosas que componen el mundo pueden decirse según lo Uno y no según lo múltiple, el mal esta inscrito en la superficie del mundo... Pero los sabios presocráticos decían que el bien es el Uno, mientras que los pensadores guaraníes afirman que lo Uno es el mal. Pierre Clastres4
El etnólogo francés muestra en su trabajo con los guaraníes un vínculo interpretativo para poder comparar culturas, parte intrínseca de la actividad antropológica; pero sobre todo, deja ver el cambio de valores cosmogónicos, la transición que se desenvuelve en espiral para poder dar cuenta de dos culturas separadas por miles de años, pero cuyo espacio de intercambios simbólicos permite que el antropólogo pueda dar cuenta de ambos procesos. En este contexto se desarrolla la antropología como ciencia que compara, denota puntos de convergencia entre civilizaciones y con ello, hace presente que esta ciencia no es una, son varias y recorren el campo civilizatorio desde el remoto pasado a nuestros días, para hablar sobre los muertos y los vivos, la cosmogonía y lo cotidiano, sobre la organización social y el ejercicio del poder. Así, podemos hablar de las ciencias antropológicas que se integran a través de los estudios sobre el hombre, lo humano y el tipo de organización que le ha permitido hacer cultura, signos que posibilitan en lo material y lo simbólico establecer las formas de la vida en el planeta por las diferentes etnias y grupos humanos, desde el pasado más remoto hasta alcanzar nuestro propio devenir. En efecto, la antropología física, la social y cultural, la arqueología, etnología, la etnohistoria, la lingüística, la prehistoria y la paleoantropología, conforman las ciencias del hombre cuyos estudios van desde los primeros homínidos hasta el sapiens sapiens; largo camino a recorrer en el que diferentes técnicas de investigación y modelos teóricos deben hacer intersección para ir más allá de la propia antropología, para poder construir un modelo que nos ubique primero en la transdisciplina y, luego, en la complejidad. Análisis transdisciplinar y antropología compleja Si el quehacer del antropólogo se desarrolla en un constante movimiento como señalamos, sus estudios en el trabajo de campo conllevan la misma determinación: su preparación necesita de investigación bibliográfica y documental para poder construir una estrategia, para conocer el lugar donde se quiere trabajar, definir la delimitación espacio-temporal y con qué sujeto social. Esto ubica en diferentes líneas temporales que establecen el siguiente proceso: 4
P. Clastres, 1974: Mythes et chants sacrés des indiens guaraní; Paris: Ed. du Seuil, p. 17.
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
131
1.- Duración de la investigación de campo: además de ver los recursos económicos, se prioriza la duración de temporadas y el equipo de trabajo. 2.- Estudio sobre un problema específico: se determina la periodización del estudio, en qué época se realiza y sobre qué problemática5, lo cual define en qué parte de la antropología me ubico y el modelo teórico a emplear. 3.- Al abrir un campo semántico sobre nuestro trabajo, nos adentramos en densidades narrativas en el diario de campo, que deben ser comprobadas a lo largo de la investigación aunque, por otra parte, esta densidad posibilita ver y escuchar lo que no se contempló con anterioridad. 4.- En esta escala tenemos claro el lugar del espacio como materialización de un lugar de trabajo, pero a la vez se hace presente lo intangible como hacedor simbólico que hace presente la organización del grupo estudiado. 5.- La delimitación del espacio-tiempo de estudio para comprender en cierta escala la movilidad biográfica de lo que se debe trabajar y establecer fronteras. Esto relaciona al grupo social-étnico con el espacio histórico y la cultura que desarrolló-desarrolla según sea el caso y su lugar en territorios más amplios. Así se construyen teorías que ayudan a comprender el estado de cosas en que se encuentran naturaleza y cultura. Estos puntos dan la pauta para determinar el universo de la investigación. Universos que de vez en vez se desbordan con nuevas escalas que avisan que el recorte tiene que ensancharse, que debemos dar diferentes giros que se constituyan en un bucle, para poder esclarecer el lugar del sujeto en la investigación. Este sujeto es el factor humano, su organización, cultura, sociedad y qué determinó el principio y fin de su civilización; diferentes momentos que entran en movimiento en el bucle, para establecer clasificaciones de cada momento; cada parte da una salida, pero en su conjunto accionan el análisis transdisciplinar para ofrecer una cartografía de proceso. El movimiento del bucle se asemeja a una espiral que rota y cada vez que se detiene se sitúa en un nivel diferente sin salir del centro, pero el desplazamiento llevó a una escala distinta: todo recorte conduce a la incompletud del proceso; en su movilidad, sus constantes se desplazan en infinitud de escalas y mi recorte se ve obligado a determinar en el tiempo su paso para poderlo paralizar por un instante. Este instante, es el lugar que tiene el espacio en el acontecimiento y por ello, la densidad narrativa que dé cuenta de él, lo convierte en continuidad. En otras palabras, nos adentramos en la enumeración recursiva6. El vuelco que se produce se apropia de ciertas constantes que se vierten en emergencias, cuya presencia reubica el movimiento en nuevas formas del acontecer, lo cual se desenvuelve en la construcción de nuevas escalas de análisis en 5 «La práctica pone al investigador en el terreno de lo que estudia: aprehende y aprende, establece la continuidad de lo que realiza... Experiencia como acto que refiere la relación acciónpensamiento-repetición productora de experiencia.» Véase Pérez-Taylor, 2006; p. 53. 6 «La enumeración recursiva es un proceso donde surgen elementos nuevos a partir de elementos anteriores, por la acción de reglas establecidas.» Hofstadter, 1998; p. 169.
132
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
su vertiente de tiempo-espacio. Cada recorte encuentra en su recursividad el sentido de su vigencia y denota su actualidad en regímenes de historicidad, de nueva cuenta, el tiempo hace presente su relación en el cambio y transición de acontecimientos entre el pasado y el presente, su duración queda inmersa en la construcción de la realidad. ANTROPOLOGÍA Y REALIDAD En antropología la realidad es y forma parte intrínseca del ser de la investigación, se intenta llegar a un momento de realidad sea en el pasado o en el presente. Estamos ante un serio problema para definirla, ¿cómo la debemos comprender o explicar? Hay una realidad física y otra mental, después la vinculada tradicionalmente con la filosofía y los procesos cotidianos de existencia. Sin embargo, para que puedan existir es necesario que se pueda dar cuenta de ellas. Podemos encontrarla por su autosemejanza7 entre el hecho real y su abstracción o, por el contrario, creamos una virtual8 que acerque al evento. En ambos casos, encontramos el problema de su verificación. Convertimos la realidad en una simulación en la que buscamos cierto nivel de comprensión o la totalidad de la misma. Por otra parte, el intento de definirla lleva a un callejón sin salida; según la teoría utilizada tendremos un recorte; las preguntas están directamente vinculadas al objeto de investigación, quedan comprometidas al modelo en que nos ubiquemos. Para salir del embrollo, es necesario dar un giro a la noción, lo que significa que la realidad no es estática, está permanentemente desplazándose en el tiempo, adquiriendo contenido conforme se desliza. Nuestro universo es tetradimensional: existen tres dimensiones espaciales y una temporal. Wells pensaba que la dimensión tiempo era igual a las espaciales, pero se equivocaba. Hay una diferencia crucial. Resulta que, matemáticamente, la dimensión tiempo lleva asociada un signo menos. Este pequeño signo marca la diferencia: separa el futuro del pasado, permite la causalidad en nuestro mundo y dificulta viajar en el tiempo. Gott, J. Richard (2003; pp. 70-71)
El tiempo se convierte en elemento que marca el presente vivido, siempre vivo para el sujeto social, puesto que se vive y se muere dentro de él; mientras que el pasado es lo que ya no está y su reconocimiento se rastrea a partir de evidencias, monumentos, osamentas, fósiles, testimonios, libros, documentos, archivos y cualquier otro vestigio que atestigüe acerca de lo que ya no existe. Mientras que el futuro, lo por venir, aun no sucede pero se pueden describir de forma somera sus rutas a partir de una relación de causa y efecto. Pensar lo que aun no existe denota las posibilidades reales de un imaginario social que ayuda a dibujar el desarrollo de los acontecimientos en un tiempo dado. 7
Propiedad según la cual ciertas partes de la realidad (símbolos, imágenes o pensamientos humanos) se parecen a otras partes de esa misma realidad física. Deutch, 2002; pp. 104-105. 8 «Incluso las pinturas rupestres prehistóricas proporcionaban al observador la falsa experiencia de ver unos animales que, en realidad, no estaban allí»; en Deutch, op.cit; pp. 106-107.
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
133
La prospectiva se convierte en herramienta de ese devenir, mientras que el pasado se vierte a partir de informaciones dispersas, ocultas, fuera de lugar que habrá que organizar para dar sentido. De cualquier forma, ese pasado esta ahí para ser descubierto, mientras que el presente vivido conduce a un sinfín de recorridos cargados de incertidumbre por su cercanía, donde la descripción del acontecimiento es parte de la vivencia del especialista. Es decir, si el presente está con vida, la construcción de acontecimientos se mueve de forma irregular, entre versiones que marcan en cada instante distintas posibilidades de interpretación cargadas inevitablemente de ideología. Las distancias en el tiempo deben focalizarse en el espacio para fijar al contenido en el acontecer. La descripción del espacio articula el territorio, construye fronteras y da seguridad al interior, por tanto es finito y sus límites conllevan el ejercicio de la identidad de lo que significa estar dentro de él. Al tiempo, se demarca la no homogeneidad interna; acciones y reacciones traspasan el orden territorial para adentrarse en emergencias que intentan ensanchar el propio espacio. Este movimiento reubica en un bucle que es asimilado en cada escala; a su vez el deslizamiento intenta cambiar el nivel de cada proceso. Todo espacio forma parte de la recursividad y la reflexividad y, en este sentido, adquiere un doble vínculo marcado por su parte material, tangible, y otro intangible que se marca en los signos, para dar al simbolismo un carácter material a partir de sus intercambios, puesto que todo símbolo para que exista y tenga sentido, debe tener un valor de uso-existencia y un valor de cambio. El uso de símbolos en la cultura marca a través de diferentes lenguajes que deben ser enunciados para permanecer en el escenario de las instituciones y de lo cotidiano; su regularidad crea el registro de la actividad discursiva que da cuenta de los procesos. Este registro marca sus formas de permanencia en las civilizaciones: artefactos y todo tipo de enseres, monumentos, la estética de arte, cada signo de escritura, es decir, en cada una de las manifestaciones que dan sentido a la vida humana. Dar vida se convierte en generador de organización social al intentar mantenerla. El sujeto se revela «subjetivo» de dos modos. Primero, respecto a sí mismo: en la reflexión sobre su identidad entendida como referencia recíproca de su vivencia dependiente de la dimensión de la vida e, incluso, de la aportación del recuerdo; luego, mediante la dependencia de dimensiones estables, movimientos constatables, de los cambios de uno mismo, de la estructura temporal de la experiencia. Hans Blumenberger (2007; p. 229)
La relación entre espacio y tiempo hace emerger al sujeto9 como única opción de subsistencia, porque se forma un nivel de organización entre el espacioel tiempo y el sujeto, entendido este como la unidad que suscribe en el hecho real la carga simbólica que le determina en una relación de clase. Se vive en el 9
«El sujeto es efecto, no causa, del orden simbólico. Preexiste a los individuos: al nacer, cada cual tiene preparado su lugar en el conjunto de las relaciones sociales.» J. Ibáñez 1991, p. 85.
134
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
presente y se deja atrás la huella del proceso que hace que el sujeto quede atrapado por la historia, para atestiguar que todo sujeto es sujeto social, que vive y muere inserto en las problemáticas del mundo en que ha vivido, la cultura y la construcción de espacios que le marcan en su interior, en su intento por insertarlo en el orden de la historia. En este sentido, el sujeto se convierte en hacedor de tiempos y espacios, es constructor de hechos reales e imaginarios, que dan pautas de comportamiento al presente vivido como parte de procesos que convierten el espacio en lugar de privilegio para producir civilizaciones10. Discontinuidad, emergencia y caos forman parte intrínseca de todo proceso humano, no existe teleología que delimite el orden de las cosas que se encuentran en la naturaleza y en la sociedad, no existe un constructor infalible que dicte el orden de lo que debe ser y, en la incertidumbre que se produce, se construye el presente vivido en cada espacio histórico para asegurar su propio porvenir. La acción del tiempo como constante universal, por las evidencias dejadas permite ver lo que no existe y cuando se presenta de forma viva aún, impone la multiplicidad de hechos que abre la posibilidad de lo que devendrá. La realidad existe independiente de que alguien dé cuenta de ella, se perpetúa en el conjunto de eventos del universo, se mueve y queda evidencia de este movimiento. Pero para dar razón de la realidad es necesario saber que esta ahí, independiente del humano, que está desde el principio del tiempo y que en su devenir han nacido, crecido, envejecido y muerto millones de estructuras, que pasaron de vida a no-vida11, dejando huella desde el macro al micro universo. La existencia del universo establece una prerrogativa en la vida de nuestra especie en cuanto a la necesidad de llevar un registro de lo que está al alcance; así se inicio la escritura y con ello la civilización, aunque debemos considerar que varios miles de años atrás quedaron las manifestaciones rupestres. Estas primeras evidencias forman parte de los recuerdos de la humanidad, que bajo los signos marcan lo que se quiere recordar; sin embargo, gran cantidad de eventos pasan a la ausencia y el olvido. Este último, aun tiene alguna esperanza de poderlo convertir en recuerdo a través del avance de la ciencia. La realidad, el trabajo de campo y la antropología La totalidad de campos que se encuentran en la esfera de la realidad conducen a un cúmulo cuasi infinito de eventos existentes, marcados y extintos en el largo viaje por el tiempo; el recorrido es demasiado grande para habilitarlo en este momento. Hay que tener claro que la antropología es una ciencia integral y 10
«Es evidente que la civilización, como la racionalización, no es un producto de la ratio humana, no es resultado de una planificación que prevea a largo término.» N. Elias, 2009, p. 535. 11 «Aún resuenan ecos de la colosal explosión que dio origen a nuestro universo, hoy 13,700 millones después del Big Bang. Microsegundos después, el universo se expandió en millones de kilómetros. Nacieron nuevas estrellas, las viejas se extinguieron. Unos 9,200 millones de años más tarde, nació nuestro Sol, a partir de restos de estrellas desaparecidas» Ch. Lloyd 2008; p. 13.
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
135
que, en su constructo, diferentes acciones de estudio pasan por lo no-viviente y culturas del pasado. El objeto de estudio lleva a trabajar, con gente o sin ella, en el trabajo de campo; conviene aclarar que con anterioridad a la escena de la comunidad se debe tener un conocimiento de la misma, hay que tener una estrategia de investigación que marque distancia con la etnografía, como la descripción, la escritura, lo oral y la capacidad de observar, para poder ver y descubrir el secreto en cualquiera de sus manifestaciones; de esta forma, ver significa entrar en el espacio del otro, formar parte del cotidiano que le ayude a establecer pautas de comportamiento social, en las que el análisis traslada a la parte profunda de la descripción etnográfica. Esta descripción forma parte de la construcción de la biografía del grupo y su historicidad conduce a la comparación de las fuentes a través de su verificación entre ellas, me refiero a las escritas y documentales, con las descriptivas de lo que puedo ver, sentir y percibir, de los actos de habla con las personas con las que se convive durante las estancias de campo. La antropología durante el trabajo de campo es una forma de vida, en la medida en que la convivencia conduce al conocimiento del otro, inicia en tiempo y espacio la diversidad, para asegurar el descubrimiento y el reconocimiento en parte de la experiencia del observador, que con meticuloso cuidado describirá en su diario el acontecer de los vivido; la descripción se convierte en un sistema complejo al marcar en la distancia la relación entre el observador y lo observado, el recorte hace presente un acto vivido a la vez que desarrolla niveles de acercamiento verosímiles insertos en la recursividad como una forma de ver y comprender al otro. Por otra parte, están los que tienen que vérselas con los no-vivos. La estrategia cambia, por el espacio que deben ocupar, desde el recorrido de superficie, hasta el encuentro de evidencias en superficie o bajo tierra, ubicación, excavación, clasificación y la posibilidad de convertir en signo12 cada monumento, mural, artefacto u osamenta, lleva a nombrar el estado de cosas encontradas en el ámbito de la cultura y la sociedad de los hombres muertos; lo cual, depende en muchos casos de la historia de la tierra, de su geología, su estratigrafía y de los contextos que delimiten el periodo en el cual vivieron y desarrollaron un sistema de organización humana. El pasado lejano se convierte en el articulador de todo conocimiento bajo la premisa de que los muertos no pueden protestar si no decimos la verdad sobre ellos. En su presente vivido marcaron las pautas de organización del pasado, establecieron en su cotidiano y en la vida institucional las formas de vivir en el tiempo que les tocó estar y ahora, cuando solo queda su huella que corresponde a nuestro presente, la evidencia de su existencia per12 «El pensamiento puede versar sobre cerdos o nueces de coco, pero en el cerebro no hay cerdos ni nueces de coco; y en el espíritu no hay neuronas, solo ideas de cerdos y nueces de coco. Por tanto, siempre existe cierta complementariedad entre el espíritu y las materias de su computación. El proceso de representación que sustituye las cosas por la idea de los cerdos o las nueces de coco es ya un paso, y aun un amplio salto, en la tipificación lógica.» G. Bateson 1997; p. 205.
136
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
dura en las marcas que dejaron en la tierra, en símbolos, en el espacio de sus construcciones que nosotros debemos desentrañar para enunciarles. El encuentro entre diferentes formas de hallazgos, cruza las líneas disciplinarias de varias ciencias que en la antropología encuentran sustento y validez para dar cuenta de la historia de la humanidad, del pasado remoto a nuestros días; la clave es la forma en que la observación13 permite desde un modelo teórico construir nuestros observables. Este principio se relaciona en la forma en que los conceptos permiten concebir cosas, luego de una construcción cognoscitiva y cognitiva que deriva de la capacidad que se tiene de generar en la práctica del cotidiano, la construcción de herramientas abstractas, posibilidad de mediación entre la realidad y el constructo que se piensa llevar a la práctica. Estar conectado con el exterior permite ver en el mundo la capacidad de implementación de intercambios entre mi experiencia personal, etnográfica, y la capacidad de intromisión en la cultura que pretendo estudiar. En el mejor de los casos, la experiencia por el contacto modifica la percepción de ambas partes, se generan lazos de convivencia a través de intercambios simbólicos y materiales, autoorganizamos el conocimiento sobre lo que se sabía acerca de ese grupo, articulamos nuestra práctica en su recursividad para dirigir la investigación. Esta contrapartida permite el espacio de lo crítico de nuestro trabajo, los signos están en su lugar y el discurso es el adecuado. Cuestionar este nivel introduce a una incompletud del acontecimiento, es imposible abarcar todo en la descripción, la selección se realiza según el propósito de nuestro trabajo. La construcción y organización de los datos empíricos configura la investigación para dar cuenta del hecho real, que en su proceso de abstracción da un nuevo giro para poder explicar-interpretar el universo estudiado; este análisis evoca una estrecha brecha entre el dato empírico y su construcción teórica. Unión solo posible en la medida en que, desde la teoría, sabemos qué estamos buscando; el sentido común conduce a una serie de hechos simples que abren la posibilidad de adentrarnos en la profundidad del evento, lo que equivale a decir que esta simplicidad únicamente debe formar parte de nuestra fuente primigenia, pero debemos pasar otras escalas en la construcción de nuestra espiral. Dicho proceso es posible desde un sistema complejo a partir del modelo que se emplee, porque las preguntas deben estar en el marco de los alcances y límites de la propia teoría, que dice cómo poder ver y descubrir lo que en mi cultura no existe como parte de su organización. Por otra parte, es necesario recurrir al encuentro entre mi visión conceptual del mundo y la de ese otro que se desliza en su propia historia, en su forma de vivir, crear y ordenar el mundo, sistema cultural, social e histórico y que se enfrenta a mi forma de percibir. 13 «La observación de lo vivido es el ámbito de un progreso lento y acumulativo de observación, análogo al que el diario íntimo permite del conocimiento del sujeto, o al descubrimiento gradual de un paisaje en el curso de una observación atenta»; P. Veyne, 1971; p. 138.
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
137
El trabajo de campo y la experiencia hacen manifiesto el estrechamiento entre el espacio etnográfico-biografía del grupo-, el hecho real y la construcción teórica, como un proceso vinculado entre lo que se puede ver y lo que se puede pensar en el momento de la vivencia, lo que alude a experiencias anteriores cuya similitud concatena el hecho como parte de mi descripción, plasmada en el diario de campo, pero que deberá integrarse en un proceso de escritura de la historia como parte de un suceso de mayor envergadura, y que su combinatoria (abstracción del evento en un contexto mayor, que se vincula en el marco de la estrategia de investigación y en la construcción del texto como producto final) logra aclarar y dar sentido al momento estudiado. Durante el proceso de investigación tenemos una opción con dos acercamientos posibles a nuestro objeto de estudio: en esta instancia podemos considerar el trabajo de Gregory Bateson que, desde la antropología que desarrollo, siempre tuvo presente su sentido integral que posibilita insertarnos en la complejidad a partir de constituir una razón dialógica entre lenguaje y comunicación en el trabajo de campo: el lenguaje digital y la comunicación analógica14. Lo digital y lo analógico se convierten en el campo de acción del trabajo de campo en la medida en que el discurso-digital establece los campos semánticos de la escritura (signos que producen sentido); sea un algoritmo, sea un enunciado en ambos sentidos, lo computacional se convierte en la vertiente que manifiesta su presencia a través de signos que se plasman en concatenaciones variables que inducen a la búsqueda de la precisión. La matemática y la gramática son lenguajes que generan correspondencia en el ejercicio del saber, focalizan orden y en sus articulaciones desenvuelven continuidades donde no existían, materializan reglas que dejan asentado que hay un sistema discursivo. Las gramáticas del lenguaje humano proporcionan reglas del crecimiento de las plantas, un mismo autómata puede interpretarse como modelo de propagación de enfermedades, de incendios, de innovaciones, de imperios o de rumores, y a los sucesos de la historia de la cultura o del arte se aplican iguales ecuaciones que a la evolución de espacios, al aprendizaje o a la optimización de programas de computadora. Técnicamente, las clases de universalidad, heredadas de la idea sistémica de isomorfismo, constituyen el pasaje que permite abordar transdisciplinariamente los problemas. Carlos Reynoso (2006, p. 383).
Lo digital y lo analógico deben formar las gramáticas del lenguaje como articuladores que posibilitan la comunicación, a la vez que producen modelos de trabajo que aseguren en el universo diferentes campos semánticos. Es decir, el 14
«El lenguaje es digital, lo cinético y paralingüísitico, analógicos. Los signos en sí mismos, no tienen una relación simple con lo que representan. El numeral 5 no es de mayor tamaño que el 3, es solo el nombre de una magnitud. No tiene sentido pensar si mi número de teléfono es mayor que el suyo, el intercambio telefónico es un computador digital. No se alimenta por magnitudes, sino por nombres de posiciones en una matriz. Pero en la comunicación analógica se emplean magnitudes reales que corresponden a magnitudes reales.» G. Bateson, 1998; pp. 399-400.
138
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
modelo debe servir para construir en diversas escalas y campos de acción el espectro de la realidad, concebida como hecho que marca la existencia en el micro y el macro universo, de la no-vida a la vida, de la simplicidad a la complejidad. Se trata de llegar a todos los niveles de cada escala. Antropología, escalas y trabajo de campo El trabajo de campo está condicionado por la estrategia de investigación que proporciona el formato del tipo de trabajo que se realiza, formato que queda inmerso en sus objetivos, así como en las hipótesis que deben dar cuenta de la directriz del proceso. Se recorta el corpus bajo el condicionamiento de la escala en la que nos movemos; esta escala no ha sido definida hasta el momento, pero es una proporción de aumento o disminución de tamaño entre dimensiones reales y las que podemos representar de un objeto. Para representar un objeto mayor, deben dividirse todas sus medidas por un factor mayor que uno, que se llamará escala de reducción y para uno pequeño, todas sus medidas se multiplican por un factor mayor que uno y se llama escala de ampliación. De forma que la escala utilizada va en razón de la dimensión en que se ubica el estudio, cuya representación da cuenta de esa ella lo más cercano a la dimensión real. La dimensión de la escala está en relación con el espacio y el tiempo en que se realiza el estudio, lo cual hace presente por una parte el territorio material y por otra el territorio abstracto de las relaciones de producción de símbolos. Este nivel ubica un tiempo en el interior de un proceso y la manera de llegar a él puede ser a través de la densidad narrativa o de la historia de la tierra en cuanto a momentos en el pasado, pero cuando se trata del presente, forma parte de la vivencia directa e indirecta del observador. La escala de tiempo denota en su construcción del pasado diferentes dimensiones o líneas que marcan el quehacer del acontecimiento, su diseño15 permite seleccionar un campo de acción y buscar técnicas para dar paso a un camino epistémico que conduzca al problema seleccionado. El recorrido produce en su reflexividad un campo dialógico que une la interpretación con la explicación en un movimiento que solo la acción antropológica puede lograr. En otras palabras, el intercambio entre el observador y su objeto mantiene en vida al otro, cuasi objeto que se convierte en entidad que ha producido cultura, se organizó a través del tiempo y en su devenir dejó evidencias de su paso, además de estar en constante movimiento para seguir presente. Finalmente, este breve recorrido señala que una antropología de la complejidad solo puede ser válida en la medida en que establezcamos, desde el trabajo de campo, recursividades que ayuden a comprender el universo cultural y social de cada civilización, construir evidencias donde no las había, comprender 15 «Los problemas del diseño... son problemas transdisciplinarios: campos de vinculación de complejidad diversa, que modifican su apariencia y límites en cada tiempo e incluyen siempre, fenómenos físicos, biológicos y de la mente»; Martín Juez, 2002; p. 128.
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
139
el estado de cosas de la naturaleza para distinguir la mano que la ha transformado en las distancias remotas del pasado y conseguir crear genealogías de esas culturas, continuidades de larga duración que permitan comprender por qué tenemos este mundo y no otro.
EL GRUPO: NUDO DE LA COMPLEJIDAD SOCIAL Nicolás Caparrós
El grupo emerge como exponente de la complejidad al nivel social. Puede decirse que es la estructura elemental de este espacio. El grupo humano queda definido, a su vez, como totalidad integrada por elementos (los respectivos sujetos) que traban entre sí relaciones no-lineales (auténticas redes); estas son cerradas, lo que confiere estabilidad a la estructura que configuran, además de separarla del entorno. Su especificidad estriba en que son capaces de generar comunicación. Con su concurso el grupo se identifica y discrimina; separa un espacio interno del medio circundante. El lenguaje articulado marca la diferencia entre la comunicación típica del grupo humano y la de otras redes sociales propias de diferentes especies de primates. La pertenencia al grupo viene definida por la participación en la red de comunicación que lo define. El ajeno, el extranjero, el otro, es aquél que queda excluido de esa comunicación. La comunicación genera al grupo, lo define y mantiene. Como dijo Pichon-Rivière, el grupo llega a ser porque se dota de una tarea. La tarea es un elemento meta-grupal que, por serlo, obra como condición de su identidad. Pero debemos añadir que esa tarea no puede ser desarrollada a menos que los elementos que la acometen se comuniquen entre sí. La tarea deja entonces de ser potencialidad para devenir proceso. Señalemos las complejas relaciones que mantienen el sujeto –individuo del nivel psicológico– y el grupo –individuo del nivel social–. Son relaciones de implicación, en la medida que el grupo incluye al sujeto y genera en su campo de dominio la subjetividad. Se anuncia una paradoja: desde el costado de la psicología, el sujeto contiene al grupo como grupo interno y traba diálogos imaginarios con él. En este orden de cosas, sujeto es ese espacio irreductible desde donde cada uno establece distancia con su mundo interno: recuerdos, sensaciones, emociones, etc. Desde la sociología, el sujeto es más periférico: emergente del grupo, una propiedad de éste. En ese espacio el sujeto opera como nudo atravesado por relaciones que son fundamento y producto de la comunicación. En este caso el sujeto es contenido por el grupo que posibilita su existencia. Paradoja que solo se deshace si recordamos que «sujeto» y «grupo» son tipos lógicos diferentes. Finalmente ¿qué decir del medio? Ante todo que representa lo exterior. En la medida en que el grupo es una estructura viva está cerrado al afuera por el efecto de sus relaciones comunica-
140
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
tivas, pero se mantiene abierto en la medida en que precisa energía y esta procede del exterior. El proceso de un grupo, que suele llevar a su fractura y a la aparición de grupos nuevos, precisa del medio y de los estímulos que este emite en forma de perturbaciones. Si el grupo fuera energéticamente cerrado, la compulsión a la repetición lo llevaría a la iteración interminable que persigue la muerte sin saberlo. El acoplamiento grupo-entorno es el responsable de que aquél se instale siempre más allá del equilibrio, el lugar donde surge el cambio al que se oponen siempre los precarios y puntuales equilibrios que por los que su proceso atraviesa. EL GRUPO COMO INDIVIDUO Los seres vivos se autogeneran o reproducen, autorregulan y, si siguen la vía reproductiva, presentan acoples estructurales de tercer orden; además interaccionan con el medio. Esa interacción está regulada por una membrana que discrimina un espacio interno propio del ser vivo de uno externo, que pertenece al entorno. La presencia de esa membrana es una condición necesaria para la vida propiamente dicha. Conocemos estructuras llamadas pre-biológicas –que carecen de ésta–,se replican pero solo alcanzan la condición de precursoras de la vida. La membrana es esencial. Los sistemas sociales carecen de membrana sensu estricto, como es obvio. ¿Se quiebra aquí, entonces, la posibilidad de aplicar los conceptos de autopoiesis a esta clase de sistemas? ¿Existe acaso algo que oficie las veces de la citada membrana en este nivel de integración? Antes de dar una respuesta quiero recordar una serie de fenómenos sociales que, de alguna manera, involucran a la topología externo-interno. En todo grupo existe siempre la percepción del otro diferente-ajeno, que además es presentido como un peligro potencial. Esta circunstancia ya aparece en las tribus, clanes, familias, pandillas, también ante el extranjero, el desconocido, o el que pertenece a otra raza. Sartre describió una fase grupal como fraternidad-terror en la que, a fin de cuentas, lo fundamental que la define es que «lo bueno está dentro», frente a lo amenazador «que acecha fuera». En un sentido similar cabe interpretar el supuesto bioniano ataque-fuga. Lo que he llamado (Caparrós 2004) sistema madre-bebé procede del estado de narcisismo primario en el que no cabe definir la dupla dentro/fuera, pero cuando por fin la madre se diferencia mediante esas dos metamorfosis sucesivas que he denominado «otro-yo» y más tarde «madre exterior», aparece como modo de relación la conocida posición esquizo-paranoide, donde lo persecutorio se exterioriza y lo gratificante se incorpora al espacio interno. Con esta diferencia ha nacido el espacio. En todos estos casos, de muy diversa estirpe, aparece como factor común la dicotomía interno/externo, con la circunstancia añadida de que interno implica siempre positivo, gratificante o bueno, mientras que externo traslada a lo negativo, lo persecutorio o malo. Este reparto maniqueo no es extraño si pensamos
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
141
que el medio, en cuanto productor de estímulos, es potencialmente perturbador –aunque su presencia sea imprescindible ya que el grupo es un sistema abierto– y por tanto negativo, por cuanto amenaza a los parámetros del equilibrio estructural. Por otra parte, el sistema –sea éste el sujeto o el grupo–- posee un equilibrio inestable que lo define como ser vivo atrapado en la contradicción de su dependencia energética y su clausura organizativa. En cada uno de los ejemplos anteriores se diría que existe una frontera invisible que oficia de membrana. Pienso que esa frontera invisible está tejida por la comunidad de significados de la que participan los elementos de la estructura. Esta comunidad de significados, es una propiedad emergente del grupo como elemento que pertenece al nivel de integración social. En este sentido, Frithof Capra (1996, 2002) elaboró un contexto sistémico para la intelección de los fenómenos biológicos y sociales. Sabemos ya que las tres perspectivas de los sistemas vivientes se corresponden con el estudio de la forma –diseño organizativo– de la materia –estructura material– y el del proceso. Para entrar en la dimensión social es preciso incluir también al significado. Al examinar el desarrollo de las ciencias sociales desde el siglo XIX hasta nuestros días se advierte que las cuatro perspectivas citadas, proceso, materia, forma y significado, adquieren, según las diferentes teorías, un peso e importancia diverso. Al final del siglo XIX y comienzos del XX, el positivismo de Comte lleva a la sociología a la búsqueda de leyes generales del comportamiento humano, con el consiguiente rechazo de explicaciones en términos de fenómenos subjetivos. La consecuencia más evidente ha sido la noción de causa social, de honda raigambre fisicalista, a la que se adhieren, entre otros, Durkheim (1858-1917) y Weber (1864-1920). El primero de ellos ejercerá gran influencia en los posteriores desarrollos estructuralistas y funcionalistas. Las consecuencias en lo que se refiere al grupo no se hacen esperar. Para Durkheim, la relación grupal es binaria; lo molar es el binomio Yo-Tú. Más tarde Sartre incluirá al tercero ampliando y desequilibrando la visión lineal y causalista; sin embargo, no consigue dar el salto definitivo admitiendo de manera explícita la relación en red como propiedad esencial del grupo pleno16. La teoría de la complejidad se abre paso y con ella la comprensión y diferenciación de los sistemas a partir de las redes concretas que engendran. Como dice Capra (2002), en la segunda mitad del siglo XX Giddens, con su Teoría de la estructuración, es fiel exponente de la diversidad sistémica. Afirma que la vida social es más que una serie de actos individuales; no está solo determinada por las fuerzas sociales, ni es una masa de actividad de micronivel; pero tampoco se puede reducir a explicaciones de macronivel. Es decir: al no ser una simple masa de actividades del sujeto, es necesario estudiarla con explicaciones provenientes del ámbito de los grandes grupos. El sistema social requiere un 16
Recordemos el problema de los tres cuerpos de Poincaré, precursor del espacio complejo.
142
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
abordaje específico apropiado a su complicación. La acción humana y la estructura social están interrelacionadas; la repetición de actos individuales reproduce la estructura. Giddens y también Habermas (1998) con su Teoría crítica, integran las nociones de «estructura social», «acción humana» y un análisis explícito del «significado». Fértil unión a la hora de elaborar el espacio social por derecho propio exento de reduccionismos. Casi todas las grandes figuras de la Escuela de Frankfurt han retomado varias disciplinas formales que interesan aquí: M. Horkheimer (1895-1973) (filosofía, sociología y psicología social), Th. Adorno (1903-1969) (filosofía, sociología, psicología, crítica cultural y musicología), E. Fromm (psicoanálisis y psicología social), F. Neumann y O. Kirchheimer (1929-1972) (ciencia política y derecho); lo mismo cabe decir de la segunda generación de esta Escuela, que incluye, entre otros, a Gurland (economía y sociología), Habermas (filosofía, sociología, filosofía lingüística y filosofía de la ciencia) y Offe (ciencia política y sociología). Estos investigadores escaparon de la esterilidad característica de numerosos marxistas de corte escolástico mediante la búsqueda de inspiración fuera de los límites del marxismo académico. El sistema social para Habermas, está relacionado con las formas en que las estructuras sociales constriñen la acción del individuo, lo que implica al poder y las relaciones de clase que están comprendidas en la producción. Debo añadir que, en mi opinión, la constricción es un aspecto inevitable e inherente que toda estructura, por el mero hecho de existir, ejerce sobre los elementos de su dominio Otra cosa es el modo histórico contingente en el que se encarna la citada constricción. Si en términos generales existe siempre, ese carácter de necesidad no se extiende a ciertos modos históricos de la misma. La acción que refiere Habermas se sitúa en la perspectiva del proceso. La acción instrumental opera en el mundo externo –materia–; la acción estratégica pertenece al campo de las relaciones humanas –forma y estructuras que configura– y la acción comunicativa viene ligada al significado. Comunicar implica, como condición, cierta comunidad de significados; este tejido semántico que la posibilita actúa al modo y manera de membrana social configurando el sistema. La comunicación que produce el grupo diferencia a éste de su entorno. Los sistemas tal y como se han definido por la llamada Escuela de Chile, contribuyen en esta dirección integradora. La primera referencia obligada la constituye de nuevo la Teoría de la autopoiesis de Humberto Maturana. Inicialmente la escuela chilena, con Maturana y Varela, se interesa por las redes biológicas, pero sus secuelas se extienden a las redes sociales y al tejido semántico del que se rodean. Con ello no se opera una simple transposición entre niveles. Las redes sociales son sistemas organizados no lineales a los que cabe aplicar conceptos de la complejidad como emergente –aspectos del discurso cuyo responsable es la red y no el sujeto concreto– y feedback (retroalimentación). Pero los vínculos y los elementos o nudos que la forman no son de
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
143
índole bioquímica, son ante todo redes de comunicación que incluyen, entre otros aspectos, conjuntos de significados: lenguaje simbólico, encuadres culturales y relaciones de poder. Ya en los comienzos de los años setenta subrayamos la importancia del poder en el establecimiento de las redes sociales. Entonces no era muy corriente reparar en este aspecto, siempre a la sombra del condicionamiento económico en última instancia. El papel del poder estaba velado en las corrientes marxistas en boga. Decíamos entonces: Los enunciados «determinación económica» y nuestra afirmación «la institucionalización del poder precede a la propiedad privada» no son antagónicos. El poder no puede institucionalizarse sin mutación económica previa, aunque ésta no tiene por qué ser la propiedad privada. Las condiciones estables para el ejercicio del poder serían: a) aparición súbita de gran cantidad de productos, b) posibilidad de predecir dicha aparición; c) necesidad de una planificación más compleja en su distribución; d) pugna entre producción agrícola y aporte proporcionado por la caza. Estos factores institucionalizan un poder que antes era un elemento contingente –violencia simple-. (Caparrós, A y N. 1976. p. 45).
Los creadores del concepto autopoiesis inicialmente limitaron su alcance a los sistemas celulares, reservando la idea de organización cerrada para el resto de los sistemas vivientes. Ya vimos que es posible aplicar este episteme a los sistemas sociales. Por lo visto hasta aquí se puede avanzar que el grupo humano es un sistema no lineal cuyos elementos, los respectivos individuos, emergen en las redes de comunicación que se auto-producen y auto-organizan. El hecho de que la red esté cerrada por la comunidad de significados permite discriminarlo del medio con el que se relaciona. GRUPO Y PRIMATES. EL GRUPO EN LOS PRIMATES Quedó atrás la epistemología y llega el relato sobre los hombres. Por él sabremos que la cuna de la humanidad es el grupo. Somos entes grupales, venimos al mundo en el grupo y devenimos sujetos en él. Un breve recorrido por la prehistoria: nuestra especie pertenece a la superfamilia de los hominoideos; todos ellos nacen en el grupo. Una clásica tipificación basada en el fenotipo:
El comportamiento social de los póngidos, y por extensión de los primates en general, permite establecer los rasgos más esenciales en los que se asentó el grupo como estructura básica y al mismo tiempo, diferenciarlos de las organizaciones específicas de los colectivos de homínidos que alcanzan su culmen en Homo sapiens.
144
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
Las sociedades de los primates merecen una atención especial en tanto nos ponen en la pista de nuestros rasgos más primarios, de la red de relaciones en las que un día vimos la luz. Todos los interrogantes básicos formulados a lo largo del pasado siglo a propósito de las sociedades de los primates17 entre los especialistas afectan a lo grupal de uno otro modo. 1.- ¿Por qué viven los primates en grupo –cuál es la función del grupo–? 2.- ¿Cuál es su estructura social, qué une, qué es grupo y qué mantiene la cohesión? 3.- ¿Qué características tiene la relación del grupo con su medio? Adaptación. 4.- ¿Qué papel desempeña, la agresión, la dominancia, el sexo y la afiliación en estas sociedades? Relaciones estructurantes. 5.- ¿Cuál es la naturaleza básica de machos y hembras y en qué consiste la relación entre los sexos? Genética, reproducción y evolución. 6.- ¿Cuál es el diseño de la ontogenia, el desarrollo y la socialización? Articulación Inter-niveles de integración. 7.- ¿Qué función desempeña el instinto, el aprendizaje y la cognición en su comportamiento? Relación estructura-entorno. 8.- ¿Cuál es el patrón de variación intra e inter-especie? 9.- ¿En qué consiste la relación evolutiva entre esquemas diferentes de grupos sociales? Antropología cultural. 10.- ¿Qué es lo singular en los humanos y qué compartimos con los primates? Búsqueda de estructuras invariantes y de rasgos diferenciales.
En cursiva figura el campo en que se sitúa cada uno de estos interrogantes en la dupla estructura/función. Para responder, se emplearon al comienzo métodos excesivamente simplistas. El comportamiento social era entonces una consecuencia lineal de la adaptación. En esta línea Carpenter (1964) empleó la relación diádica como vía de entrada para el análisis del grupo; punto de partida insuficiente. El grupo es algo más, no reductible a la diada; se produce, en términos de la autopoiesis, desde los acoples estructurales de tercer orden. Se examinaron también elementos diferenciales obvios como la relación de machos y hembras y sus funciones respectivas. La ideología, que penetra hasta en los resquicios más neutros del saber, minimizó el papel de las hembras desde la supuesta subordinación al macho. El cometido de éstas se reveló después más sutil y su importancia solo fue conocida de manera progresiva. Para ponerlo en evidencia hubo que vencer el prejuicio antropológico del género. Bajo el punto de vista estructural, cabe establecer la hipótesis en relación con las bases del grupo, de que los mecanismos de regulación –feedback negativo– en el retículo grupal estuvieron a cargo de la función de la hembra, mientras que la desestabilización –todo aquello que aleja del equilibrio, feedback positivo– corrió a cargo de la función del macho. La razón última, a mi modo de ver, reside en el isomorfismo que existe entre [gestación-hembra] - [insemi17
Véanse estos temas en detalle en S. C. Strum (2000).
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
145
nación-macho] con la consistencia-dispersión. La inversión de ambos sexos es muy desigual: al proceso que la hembra desempeña se opone la intervención puntual del macho. La necesidad última de la existencia del grupo debe proceder, desde este punto de vista, de la hembra. Pronto se hizo evidente que, partiendo del grupo como condición común entre los primates, aparecían diferentes formas de organización social; vale decir que éste como ente general admite estructuras particulares. Es muy importante rastrear qué caminos siguieron cada una de ellas. Los primates se reproducen sexualmente; esta circunstancia obliga a considerar que el acople estructural de tercer orden es el punto de partida que caracteriza a cualquier grupo. La crianza demanda la dupla parental –y/o de otras duplas de adultos–. Tres es, por tanto, el número mínimo que permite hablar de grupo. En este sentido, la relación diádica debe ser considerada como un eslabón más hacia el camino de la psicologización; la socialización, por su parte, exige la triada. También cabe decir que la diada pertenece al nivel de integración psicológico, mientras que la triada es, decididamente, social. La primera síntesis queda expuesta así: El grupo es el «individuo» del nivel de integración social. Los mecanismos grupales reguladores corren a cargo de las hembras. Los operadores de cambio, de desequilibrio, son propios de los machos. El acople estructural de tercer orden, la triada, es el punto de partida del grupo. La diada –sistema madre-neonato– es condición necesaria, no suficiente para grupo. La reproducción sexual representa la base biológica de la triada
La moda sociobiológica tuvo como primer mentor a Spencer; sus Principios de biología (1864-67) aplican la idea de Milne-Edwards de la división fisiológica del trabajo a la evolución darwiniana, expresada en la conocida frase de la lucha por la vida. La hipótesis subyacente es que las estructuras y funciones sociales son isomórficas a las correspondientes de la biología. La sociobiología en el campo de los primates trajo el intento de explicación del comportamiento solo en términos de optimización de procesos biológicos esenciales: la autoreplicación y el éxito reproductivo. Esta tendencia obliga a focalizar la atención en el individuo y sus vicisitudes, en lugar de en la especie y por extensión en el grupo. Este enfoque encuentra su expresión más acabada en Dawkins (1976). En algún momento, y bajo este punto de vista, la batalla de los sexos –con el problema del infanticidio incluido18– hizo aparecer a éstos como si fueran dos especies diferentes en competencia. El uso y abuso de «la lucha por la existencia» relega a un plano muy secundario a los aspectos de complementariedad y de colaboración que los dos sexos están condenados a respetar. La contienda de los genes redujo al organismo a la condición de mero estuche. Los estudios longitudinales, que no existían en la primera parte de la inves18
El infanticidio sucede cuando el macho que derrota al anterior macho dominante sacrifica a la prole de sus nuevas hembras para hacerlas receptivas a la cópula.
146
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
tigación primatológica, mostraron que la organización social de los primates era mucho más rica en matices y más compleja: presenta rasgos como dominancia, amistad y afiliación que complican el panorama ofrecido por la simple competencia. Aún más, la competencia no solo se resuelve mediante la lucha, sino también con la dispersión. Al tiempo, se hizo más evidente el papel de las hembras en el grupo como otorgadoras de estabilidad. Conviene no olvidar que cierta estabilidad es imprescindible para poder hablar de estructura. La estabilidad estructural está relacionada con el concepto de «red estructuralmente cerrada y energéticamente abierta». Altmann (1980) afirmó que en la sociedad de los babuinos –donde la primacía del macho parece ser primordial– la función estabilizadora de las hembras cumple un gran cometido. Estas compiten con ellos pese a su menor tamaño y, más importante: se ocupan de otras cosas más allá del cuidado de la prole como la protección de su cuota alimenticia. Estos comportamientos han sido confirmados también en los monos del Nuevo Mundo, más alejados de nuestros ancestros. Con la decadencia del enfoque sociobiológico llega el presente cuando, junto con la competencia, se valoran otros factores, esta vez sí más vinculares, como la mencionada cooperación. No puede ser de otra manera, en la medida en que el grupo, como estructura que es, se genera de forma no lineal, lo que quiere decir que no admite una sola causa en el sentido físico del término, ni tan siquiera una sucesión, jerarquizada o no, de éstas. Lynn Margulis planteó, a propósito de la evolución en el horizonte de las bacterias, dos nuevos conceptos que no sustituyen sino que enriquecen a la conocida competencia por los recursos. Los sexos rivalizan sí, pero también se complementan hasta llegar a la simbiosis y cooperan. En los primates ha sucedido lo que ya conocemos en el nivel más amplio de la evolución. Tras una etapa reduccionista con la aplicación de la teoría sociobiológica se alternan fases que oscilan de lo genético a lo ambiental. El enfoque etológico basado en factores innatos –estructurales– significó una reacción frente al imperio de lo ambientalista; más tarde la emergencia de la socioecología trajo consigo un interés renovado por las relaciones sociales a veces llevado al exceso –con el funcionalismo–. La sociobiología volvió a la carga centrando su atención reduccionista en el determinismo genético. En la actualidad un enfoque más total de tipo adaptativo pretende articular los procesos sociales con los genéticos. Si se quieren evitar soluciones eclécticas que a nadie satisfacen, es necesario traer a colación una vez más los niveles de integración. Los procesos genéticos pertenecen al nivel biológico pero, además, en ellos se apoyan –en el sentido más freudiano del término– las relaciones de los organismos entre sí y con el entorno, interacciones genuinamente sociales. La articulación a la que me refiero solo tiene sentido respetando los campos de dominio de los diferentes niveles, sin reduccionismos e isomorfismos apresurados.
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
147
Y sigue el grupo y su historia natural. El grupo presenta, como toda estructura lejos del equilibrio, momentos críticos que amenazan su condición actual. Algunos proceden de su espacio interno –conflictos grupales– otros suceden por acción de las perturbaciones que proceden del medio. Por ejemplo, la vida en grupo representa un equilibrio inestable entre las mayores oportunidades de defensa que proporciona y la menor posibilidad de forrajeo. Lo que se gana en seguridad va en detrimento de los imperativos de la nutrición. La nutrición es fuente de conflictos, la defensa contra los predadores ocasión de cooperación. Vayamos a la segunda síntesis: ¿Qué constituye el grupo? Es una estructura adaptativa propia del nivel de integración social. Las relaciones que la definen y caracterizan están fundamentalmente dictadas por el tipo de reproducción sexual. Considero lo antedicho como el punto de partida para establecer la «necesidad estructural» de la aparición del grupo. La dominancia -un modo de elaborar la reproducción sexual y la procura de alimentos- y las conductas defensivas ante los predadores deben ser consideradas como productos de la adaptación. La auténtica restricción evolutiva que exige la existencia del grupo es la inmadurez del neonato –cabe decir que a mayor grado de inmadurez más necesidad existe del citado grupo-. Los antropólogos culturales se han ocupado sobre todo de estudiar variaciones de estructuras sociales en el seno de la especie humana, sin prestar demasiada atención a lo que de invariante tiene el grupo; los primatólogos, por su parte, se interesan por las variaciones inter-especies, dejando en un segundo plano los cambios diacrónicos de cada una de ellas. El aporte de estos últimos nos es muy útil por cuanto permite relativizar el falso absoluto del grupo humano. Existen muchas posibilidades de relaciones sociales y no solo las que caracterizan a nuestra especie. En los primates se observan los siguientes tipos de relaciones con referencia al género: a) Solitaria. (Uni-macho/multi-hembras): Orangutanes. b) Uni-macho/multi-hembras. Sin subgrupos: Cercopithecos, Gorilas. c) Uni-macho/multi-hembras. Con subgrupos: Babuinos gelada, Homo. d) Multi-machos/multi-hembras. Vínculos entre hembras: Babuinos, Macacos. e) Multi-machos/multi-hembras. Sin vínculos entre hembras: Bonobos, Monos aulladores. f) Multi-machos/multi-hembras. Vínculos en machos: Chimpancés, Colobos, Monos araña. g) Uni-macho/uni-hembra. Monogamia: Gibones, Monos nocturnos, ¿Homo? i) Uni-hembra/multi-machos. Poliandria: Titís.
La indudable estirpe sexual del cuadro anterior encierra, sin embargo, más complicaciones que las que anuncia a primera vista. Estas diferentes distribuciones macho/hembra obedecen, como veremos, a variables ocultas tales como el dimorfismo sexual y la consiguiente dominancia; también a la influencia de los nutrientes que el medio ofrece. El panorama sexual que aparece en primer plano vela al mismo tiempo las alianzas entre las hembras y los machos.
148
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
La protección contra los predadores que depara el grupo encierra también unas consecuencias socializadoras de primer orden: la cooperación aumenta y para que ésta alcance un máximo de eficacia, se ha de auxiliar de la comunicación, entonces algún tipo de lenguaje se hace necesario. Dos presiones de distinto signo pugnarán para establecer un precario equilibrio en la extensión del grupo: el alimento aconseja que éstos sean más pequeños, mientras que la defensa contra los predadores lo contrario. La competencia para lograr alimentos, impulsa tanto en machos como en hembras, la aparición de la dominancia. Reproducción sexual, dimorfismo, dominancia, cooperación, búsqueda de alimentos, he aquí un grafo indispensable para analizar el grupo. Más tarde veremos que la situación se complica con la presencia de los depredadores y la comunicación rudimentaria que se requiere para la defensa. Dimorfismo provocador de: a) Aparición de la dominancia (ligada también a búsqueda de alimentos). b) Formación reactiva de la cooperación. Depredación/nutrición. Dupla que estabiliza la dimensión del grupo.
La competencia entre hembras provoca que éstas se unan –por relaciones de parentesco– contra los miembros del grupo. Se hacen filopátricas –con el consiguiente refuerzo de sus vínculos–. Tal es el caso de los macacos, babuinos y cercopitecos. Cuando la distribución de alimentos por su dispersión hace imposible el monopolio, como sucede con la dieta folívora, las hembras no tienen necesidad de formar coaliciones de supervivencia y los vínculos entre ellas son más débiles; los machos en ese caso no precisan partir a formar otros grupos y pueden permanecer en su lugar de origen. Así ocurre con monos aulladores y gorilas de montaña. La existencia de lazos intensos entre las hembras se acompaña siempre de la emigración de los machos. En el caso de que éstos sean filopátricos la dispersión tiene lugar en ambos sexos. Entre los grandes simios –chimpancé, bonobo, gorila y orangután– no surgen coaliciones importantes entre las hembras, como suele ser el caso de los monos de menor tamaño. Los chimpancés y los bonobos viven en sociedades tipo fusión-fisión (que se unen y fracturan con cierta facilidad) (van Hoff, 2001), lo que da lugar a la reducción del grado de competencia por los recursos ya que solo forman asociaciones temporales. Las hembras mantienen relaciones filiales con sus crías, incluso en la edad adulta, pero no sostienen la alianza despótica propia de los macacos. Esto permite que los machos emparentados permanezcan juntos. En los gorilas, los machos adultos monopolizan el acceso a un grupo de hembras y defienden su harén con gran agresividad, aunque en algunos casos toleran a un hermano o a un hijo. Este, a su vez, podrá admitir la presencia del padre después de haberlo reemplazado como macho dominante. No es necesario acudir al «asesinato del padre» de la horda primitiva que describió Freud. En el caso de chimpancés y bonobos, los machos adultos permiten la presencia
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
149
de otros. Su régimen es poliándrico, con amplia tolerancia sexual. Pero estas dos especies difieren en un punto importante: solo la primera desarrolla vínculos entre machos, lo que es excepcional en primates, la rivalidad sexual disminuye; machos emparentados forman coaliciones contra otros de grupos diferentes. Van der Dennen (1990) señala que tales enfrentamientos recuerdan a las guerras tribales de nuestra especie. Muchos investigadores afirman que, desde este punto de vista, el hombre se parece mucho al chimpancé. También en nuestra sociedad los hombres son capaces de integrar coaliciones de este tipo. Este aspecto –dispersión de las hembras y fraternidad de los machos emparentados– pudo haber caracterizado los comienzos de nuestra evolución social. Al mismo tiempo, se observa entre primates que el dimorfismo sexual se incrementa a medida que crece la competencia sexual entre machos19, aunque esa tendencia tiene excepciones. Podemos preguntar también sobre las condiciones que permiten a un macho monopolizar a las hembras. A veces, el coste para el macho dominante es excesivo (en el caso del grupo disperso, o cuando su dimensión es muy grande). Además, por razones estacionales, las hembras deben preñarse todas en un periodo determinado, tarea imposible para un solo macho; por ello, cuanto más reducido es el grupo y mayor su grado de cohesión, más fácil será la tarea monopolizadora del macho dominante. Dijimos antes que una característica importante en los grupos sociales de los primates era su tamaño; también que éste estaba sujeto a factores cuyos efectos eran contrarios. Veamos otros aspectos. Tras una gestación relativamente larga (unos seis meses en casi todos los simios), las hembras paren una sola cría. En la mayoría de los casos los hermanos mayores del recién nacido tendrán siquiera un año más y los congéneres de su edad no serán de la misma madre. Muchos tipos de estructuras sociales pueden ser descritos entre los primates: una monógama y familiar, compuesta por la pareja genitora y sus crían aún inmaduras, como ocurre en los gibones. También dos tipos de estructuras polígamas, la primera compuesta por un macho adulto y un cierto número de hembras –cercopitecos y gorilas– y la segunda integrada por varios machos adultos y un número más elevado de hembras –babuinos y macacos–. Estas estructuras definen el número de miembros de la misma edad con los que el joven primate podrá interactuar (alto en el caso de los babuinos y macacos, medio en los gorilas, mientras que en los gibones será imposible que éstos tengan la oportunidad de convivir con semejantes de su edad). Estas circunstancias inciden de manera apreciable en el desarrollo sensorio-motor. El sistema madre-neonato es siempre intenso en cuanto a los flujos emocionales, en él emerge el sentimiento de apego descrito por Bowlby (1969). El apego regula también en los primates funciones fisiológicas básicas y su comportamiento emocional. Las relaciones madre-cría son de índole diferente a las 19
Nuestro dimorfismo es parecido al del chimpancé y menor que el del orangután o gorila.
150
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
otras que un joven primate mantiene con diversos adultos, incluso por las respuestas fisiológicas que despierta: ritmo cardíaco, temperatura corporal, nivel de cortisol (la tasa de este último aumenta cuando las crías son separadas de sus madres y se mantiene así aunque sean adoptadas por otras hembras). Apego que, en la definición de Bowlby, incluye una serie de comportamientos interactivos que confieren carácter único a una relación. La naturaleza reticular de las relaciones queda expuesta en el estudio de Deputte y Quris (1997) con macacos que presentan una organización social multimachos/ multihembras, con vínculos entre estas, que revela la influencia del género de la cría en la diferenciación del comportamiento en el curso de la ontogénesis. Jóvenes macacos de la misma edad desarrollan con sus madres formas diferentes en ausencia de todo modelo de macho adulto. En estas condiciones, el género, la edad y el grupo en el que viven, tienen una influencia determinante para la diferenciación de su comportamiento. Se observa que los jóvenes machos exhiben un repertorio más variado de actitudes en relación con el juego y la monta; sus actividades lúdicas incluyen luchas cuerpo a cuerpo y persecuciones. Las hembras solo practican las últimas y rara vez toman iniciativa en la monta, pero emplean más atención desde los ocho meses al aseo y despioje. En los macacos, como en los niños de cuatro años en ausencia de adultos (Barbu 2000), se opera una segregación sexual. Las crías de ambos sexos prefieren relacionarse con el suyo propio y se inclinan además por los de su misma edad. Con la pubertad esa actitud se modifica y los jóvenes machos consideran a los de su sexo como rivales. La intrincación sutil de las relaciones sociales no para aquí. Diferentes observaciones, entre otras las de J. Altmann (1980), corroboran que en numerosas especies de simios una madre que sufre pocas limitaciones por parte de los restantes miembros del grupo debido a su alto rango jerárquico, deja con facilidad que su retoño se aleje de ella, lo que otorga a éste muchas oportunidades de relación. Es el llamado por esta investigadora estilo laisser-faire (dejar hacer). Por el contrario, una madre sumisa tiene numerosas barreras y, debido a éstas, tiende a mantener a su cría muy próxima a ella. Este estilo restrictivo reduce los contactos sociales de su descendencia. En los macacos, los grupos y el lugar que ocupa en ellos cada individuo, dependen de la línea materna; es decir, de las relaciones que las madres dominantes mantienen entre sí. Si la madre A se muestra coercitiva hacia la madre B, todos los descendientes de A se permiten controlar a los descendientes de B. En estos casos las madres del grupo B, sea cual fuere su estilo –laisser-faire o restrictivo- tienden a restringir los movimientos de sus crías, al menos en presencia de los del grupo A. La variación superestructural del grupo en los primates es grande pero en el fondo alienta siempre la triada como base y fundamento de proceso social.
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
151
EL GRUPO PEQUEÑO COMO SISTEMA COMPLEJO: AUTOORGANIZADO Y EXTRAORGANIZADO Nedio Seminotti y Miriam Cristiane Alves
Contexto histórico del nacimiento de los pequeños grupos El momento socio-histórico en que los grupos fueron concebidos era muy distinto al actual y la preocupación de los científicos también muy diferente. Solana e Innerarity (2011) piensan que lo que inquieta hoy no son sucesos concretos, ni guerras convencionales, sino lo indeterminado, «riesgos difusos que se podrían extender a cualquier sitio y en el momento menos previsto para los que no tenemos protección suficientes» (p. 27). La sociedad en el siglo XIX creía en la certidumbre, en retos concretos. Pensaba que la razón, en lo venidero, conduciría a la vida; no más dios, ni iglesia, ni señor feudal, incluso no más tradición. La solidez de estas instituciones y sus tradiciones se difuminan y la humanidad habrá de hacerse cargo de sí, anunció Marx. En el siglo XX se podía contemplar la realidad con nitidez. Los colectivos humanos estarían dominados por estructuras psíquicas individuales de control de las pulsiones y, con ello, la emoción ya no dominaría la masa, como había anunciado Le Bon. Freud, en Psicología de las Masas y Análisis del Yo, señaló: el líder representa el ideal del Yo de las personas de la masa que, al identificarse con él, establecen enlaces entre sí. Cuando falta, porque muere o lo matan, la masa entra en pánico. Estas ideas fueron trasladadas a pequeños grupos. Sin embargo, hoy sabemos que las potencias militares que intentaron destruir bandas terroristas cortando la cabeza al líder, constataron que en ocasiones no cundió el pánico, sino que se generó una organización en red construyendo una organización social efectiva. Actualmente existen grupos sociales en sociedades democráticas, organizados a través de la blogosfera que, en algunos países, cambiaron drásticamente la organización social. Estas redes tienen características de auto-organizaciones, se forman sin reglas previas o sin mando central, lo hacen por la acción coherente entre algunos integrantes (Varela, 1989). En contra de lo que se pensaba en el siglo XIX, la humanidad, del XX, se involucró en dos guerras mundiales y varias guerras civiles, la razón no pudo contener la hostilidad entre pueblos y naciones. En El Malestar en la Cultura, Freud manifestó su desconfianza en la capacidad humana para contener la pulsión destructiva y propuso que las minorías ilustradas deben ejercer su control. La preocupación por las guerras sigue, como se pudo ver en las llamadas conferencias de Macy, realizadas en Nueva York entre 1946 y 1953. Los científicos que formaban parte de ellas estaban muy preocupados, entre otras cosas, con los constantes conflictos. Según les parecía, se debían a la falta de salud mental y, por ello, tenían entre sus retos un plan para toda la humanidad considerando dos variables: la personalidad y la sociedad. Componían el grupo, entre otros
152
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
científicos, Heinz von Foerster (el relator), Alan Turing y Gregory Bateson. Además cabe mencionar dos psicólogos de renombre en experimentos con pequeños grupos: Kurt Lewin y su discípulo, Alex Bavelas. Los dos últimos presentaban a sus colegas investigaciones sobre liderazgo y cooperación en los grupos (Dupuy, 1994). Intentaban conocer la mente humana a través de la cibernética de primer orden y especialmente la inteligencia artificial . El proyecto de salud mental de Macy no obtuvo éxito, pero estos científicos y otros posteriores, siguieron el estudio de la cibernética y de la mente humana, lo que generó la cibernética de segundo orden o cibernética social, con la contribución de distintas disciplinas que promocionaron el desarrollo de biología, física, teoría de la información y química, entre las cuales Morin buscó apoyo. Este autor menciona cómo la sociedad, siempre en búsqueda de un modelo social más justo, intentó distintas formas de organizaciones, en la creencia de que la vida humana cobra sentido en las comunidades: capitalismo, socialismo, social democracia, comunismo, etc. Otros, dice, partidarios de la organización social instituida por la religión, prefieren sencillamente mantenerse o volver a la tradición y al dogma religioso, intentando buscar allí lo que el Estado laico no consiguió. Según Morin, la humanidad siempre busca certeza, sin darse cuenta de que complejidad e incertidumbre son inherentes a la vida. Especialmente en Mis Demonios y Mi Camino narra reflexiones respecto a movimientos sociales: la lucha de los negros en Estados Unidos, de las mujeres por conquistar sus derechos; la de los jóvenes por su reconocimiento como clase social en mayo del 68, los cuestionamientos de las estructuras sociales e institucionales, incluso a través de los pequeños grupos, en Francia y Estados Unidos que tenían, como veremos, retos comunes con los movimientos sociales. Cuando la vida en sociedad no satisface, a veces se busca en pequeñas comunidades la sociedad anhelada, como atestigua la historia de pequeños grupos: grupos de vecinos, como los grupos primarios de Cooley (1909), grupos políticos como las células de activistas y los soviets de antaño; la investigación acción participativa de Lewin, que intentaba formar comunidades a través de redes sociales; las elecciones sociométricas de Moreno, con el reto de componer instituciones constituidas por elección mutua de sus participantes. Somera historia de los grupos Los grupos están siempre revestidos por la expectativa positiva de los que acuden a ellos, suponen que en el todo, todo se solucionará: es la ilusión grupal y el momento originario de Anzieu y Kaës, respectivamente. Sin embargo, esta imagen genera significados y actitudes distintas. Del lado de los que detentan el poder del Estado, especialmente el autoritario, hacen cualquier cosa por impedir que se constituyan, pues los temen. Los grupalistas de Argentina fueron enemigos de la dictadura militar y, muchos de ellos, se vieron obligados a ir a otros países. En Brasil la policía no permitía la formación de grupos en la calle.
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
153
Sin embargo, quienes los viven, creen que sus problemas serán solucionados. Tal vez el ejemplo más contundente de una creencia absoluta en la salvación en grupo sea la de quienes acuden a grupos de auto-ayuda y desplazan su dependencia de una substancia química al grupo. De hecho, también aportan beneficios indudables y por ello son reconocidos por los sistemas de salud de España, Brasil, Inglaterra y Estados Unidos, entre otros. Fernández (1989) pregunta ¿qué sucede en un momento social que da pie a pensar que este tipo de grupo es un buen camino para solucionar problemas? Los atenienses, señala Sennet, para mantener la democracia tenían dos fórums de conversación: los Teatros, en los que solo una persona hablaba y el Ágora donde «las personas conversaban en pequeños grupos sobre diferentes asuntos, donde no había ninguna voz dominante» (Sennet, 2008:52). Actualmente, en muchos países las personas se citan en la blogosfera en movimientos políticos en busca de una vida digna. Pero aunque tengamos redes de información, todavía recurrimos al pequeño grupo para acceder al cara a cara. Volvamos al siglo pasado, cuando surgen los pequeños grupos. Estos y sus teorías fueron concebidos en fechas cercanas a la primera y segunda guerras hasta los años setenta. Moreno creó el Psicodrama/Teatro Espontáneo, en Viena, inicio del siglo, poniendo en escena, sin guión previo, temas de personas corrientes. Con este reto acogió, entre otros, a lesionados y fugados de la primera guerra. Bion, en Londres, trataba los pacientes de la segunda en un hospital, les invitó a salir de sus camas y hablar en grupo de sus problemas en aquellas circunstancias; publicó así Experiencias con Grupos. Pichon-Rivière, frente a la falta de personal en un psiquiátrico de Buenos Aires en los años 40, invitó a algunos pacientes a hacer de enfermeros; para controlar sus tareas los invitaba a hablar en grupo sobre lo hacían. En Francia en los 60, Anzieu y Kaës, desarrollaron profunda teoría del grupo desde el punto de vista psicoanalítico. También allí se desarrollan los grupos esquizoanalíticos que tienen su mejor expresión en Guattari con grupos institucionales y en la psicoterapia institucional, en el hospital Le Borde. Cabe mencionar también a Pagès con la psicosociología y Lapassade que se ocupa del análisis institucional con el fin de deconstruir y reconstruir el ambiente del cual forman parte. En el prefacio de la tercera edición (1974) de Grupos, Organizaciones e Instituciones, editado diez años antes, afirma: En el momento en que escribía este libro, habíamos desarrollado en torno del movimiento de grupo una ideología que luego hubo de hallar algún eco en el movimiento de mayo de 1968. Lewin fue a Estados Unidos huyendo de la II Guerra y en el MIT empezó a desarrollar investigaciones, según la teoría de la Gestalt, sobre los grupos. Realizó innovaciones como la dinámica de grupo y la investigación-acción. El pequeño grupo era para él un subgrupo del social y para un individuo, el grupo de pertenencia, su espacio vital. En fechas cercanas fueron creados los grupos humanistas rogerianos, bajo la idea de que en la enseñanza no se consideraba la
154
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
vivencia personal: no se pensaba que se podría aprender de la experiencia personal. Diremos que Rogers, así como Perls, en Esalen, California, buscaban nuevas experiencias de vida en grupo con la creencia de que serían una buena solución para los males individuales y sociales. Con esta idea, Perls al final de su vida, constituyó una comunidad gestáltica en Canadá (Tellegen, 1984). Con este somero recorrido de la historia de los grupos podemos pensar que el pequeño grupo es un camino o método para solucionar problemas vitales. PRINCIPIOS DEL PENSAMIENTO COMPLEJO Mencionamos a continuación algunos conceptos de la física y de la biología que contribuyeron al desarrollo del pensamiento complejo y que ayudarán a concebir el grupo sistémico complejo, aunque Morin prefiere «hablar de organización más que de sistema para insistir sobre lo que vincula la totalidad y las partes», (Morin, 2010, p. 170). Incitado por H. Atlan, mi último gran descubrimiento fue el pensamiento de ese magnífico ser tan poco conocido, H. von Foerster, que me aportó la concepción de la autoorganización, paradoja según la cual no puede haber autoorganización sin el concurso de una energía exterior. (Morin, 2010, p. 154).
Schrödinger afirma que: A pesar de que la física clásica constate, por estadística, que todo en la vida tiende a la degradación, es decir, al estado de máximo equilibrio termodinámico, desorden o entropía máxima (la muerte), el organismo vivo, e incluso la organización social, evita esta tendencia, puesto que busca mantener el orden existente, contra la tendencia al desorden. [...] El orden existente puede mantenerse a sí mismo y producir acontecimientos ordenados, (Schrödinger, 2008, p. 120).
Lo vivo, dice, mantiene el orden intercambiando con el universo, eliminando la entropía o desorden que no puede dejar de producir, retarda de este modo el proceso de degradación, manteniendo una regularidad de orden admirable. Por lo tanto, no se puede interpretar la vida por la física ordinaria, pues lo vivo tiene una estructura particular que necesita ser comprendida por la física cuántica, que admite la contradicción de la vida. Cito a Schrödinger: Parece que existen dos mecanismos por medio de los que pueden producirse acontecimientos ordenados: el mecanismo, que produce orden a partir del desorden y otro nuevo, que produce orden a partir del orden. (1944, p. 123-124).
Von Foerster advierte que para entender la autoorganización no es necesario desbancar a la segunda ley de la termodinámica, medida de desorden en términos absolutos que indica que toda materia tiende al desorden, mientras el concepto de autoorganización supone la neguentropía que discurre en sentido contrario, inclinándose a la organización. Para concebir esta es necesario pensar en un universo finito, sistema delimitado por el observador con frontera, pero abierto «en un estado de interacción permanente, de modo tal que pueda, de algún modo, vivir a expensas del ambiente.» (Von Foerster, 1960/1996, p. 41).
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
155
Además, llama a este sistema delimitado autoorganizado, para distinguirlo de lo mecánico. La autoorganización ocurre siempre que en el sistema disminuye la entropía mientras la del ambiente aumenta. Queda así preservada la segunda ley de la termodinámica. Para poder observar la autoorganización del sistema es necesario distinguirlo del ambiente y luego precisar qué define el orden, un máximo y un mínimo de orden; observar la organización que el sistema impone a sus unidades y si la unidades dictan orden a las demás y, por fin, evaluar si el sistema en el curso del tiempo es capaz de cambiar su ordenamiento por sí mismo; es decir, autoorganizarse. Como la entropía es medida de desorden, cuanto más ordenado está el sistema, más información puede dar el observador sobre él, pues «la entropía del sistema depende de la distribución de probabilidad de los elementos de ser encontrados en ciertos estados distinguibles.» (Foerster, 1960/1996, p. 47). Si los elementos de un sistema están ordenados, los demás lo estarán también por aquellos; el observador puede informar de lo que sucede en él. Desde la teoría de la información, Atlan (1979/1990) pone de relieve la relación entre organización del sistema, redundancia y ruido para plantear el concepto de autoorganización. El orden es repetitivo como el del cristal; el desorden un caos como el de las volutas de humo. En el primer caso, existe una máxima redundancia, en el otro complejidad máxima. Sin embargo, dice, ambos son necesarios para que sea posible la autoorganización, pues el sistema frente a un ruido necesita de un mínimo de orden o redundancia para que pueda integrarlo como estímulo que, aunque puede desorganizarlo, sirva para la organización autoorganizada. El sistema por sí mismo buscará una organización confiable, pues la disminución de redundancia minora la posibilidad de que el sistema funcione bien. Atlan, de acuerdo con Foerster, añade el caos como principio de orden. El principio del orden a partir del orden, como sugirió Schrödinger, y otro al que llamo principio del orden a partir del ruido, (Foerster, 1960/1996, p. 55).
Los organismos vivos, dice Atlan, tienen la capacidad de integrar el ruido y mantenerse funcionando con fiabilidad, aunque haya muchos cambios en sí mismos y en el ambiente del cual forman parte. Para ello es necesario pensar en la organización de lo vivo, diferente a la de las máquinas artificiales, no solo determinada sino sujeta también a la indeterminación. El organismo tiene la capacidad de aprovechar el ruido para cambiar autónomamente su organización, autoorganizarse (Foerster). Pero solo se puede hablar de autoorganización cuando no está integrado en el programa del sistema un cambio previsible. Es decir, tienen que ser cambios por factores aleatorios, no previstos y venidos del exterior. En este caso, el sistema busca una nueva organización autónomamente para mantener su equilibrio, seguir vivo y, además, aprender de la experiencia y regenerase. Advierte Atlan (1994/1997), que el proceso entre desorganización, organización y autoorganización de lo vivo no es un estado síntesis de los contrarios, que ensamblen vida y muerte sin que exista distinción entre estas, o
156
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
que una desapareciera en beneficio de la otra. La organización de la vida humana no es el triunfo de la vida sobre la muerte, sino un proceso en que ambas colaboran y, además, mantienen entre sí la oposición y negación radicales. Añade que la consciencia de la presencia de los dos niveles de realidad de la especie, la naturaleza y la ética, es lo que permite el ejercicio de la libertad. Nos encontramos, por una parte, con un conocimiento de la naturaleza como mecanismo (incluyendo lo viviente) y, por otra, un conjunto de prácticas que cubren (que contemplan) los dominios de la ley, de la ética, el arte y la vida interior, (Atlan, 1994/1997, p. 56).
De acuerdo con él, Morin (2010), sitúa al sujeto en el centro del mundo donde nadie puede decir Yo, a no ser uno mismo. Pero el sujeto está integrado en un nosotros, quedando la duda si al decir Yo, uno lo dice por sí mismo o porque forma parte de su especie o de la identidad social. Por extensión, en el pequeño grupo: cuando uno dice Yo, ¿lo dice por sí mismo o por su grupo? Morin anuncia que la noción de sujeto es reservada al sujeto consciente de su individualidad biológica, consciencia de que es un individuo de la especie. Atlan y Morin invitan a pensar que además de los mecanismos de vida natural dados a conocer en experimentos, existen dimensiones de la vida que biología y física aún no alcanzan. Aquí se pone en acción la consciencia humana que la biología no puede ver en el microscopio, dice Atlan, pero que permite dar cuenta de que la vida está hecha de vida y muerte, que al sujeto le queda el albedrío de trazar proyectos no solo de vida, o de casi solo vida, que olviden la muerte y, a la inversa, proyectos casi solo de muerte que olviden la vida. Varela (2005) aclara su idea acerca de la autoorganización con lo que se observa en la simulación de un sistema cognitivo, sin control central. Un modelo constituido por componentes simples (neuronas), que puedan conectarse entre sí cuando al sistema se presenta un estímulo. Una neurona simple es la que no posee la capacidad de ingresar en un mundo compartido, significa que adolece de inteligencia. En el experimento, al tener oportunidad de conectarse al sistema estimulado, estas neuronas ingresan en el mundo compartido y tienen una acción cooperativa de acuerdo con el patrón de red. Para ello hace falta que tengan posibilidad de conectarse en la red cuando esta recibe un estímulo que es repetido hasta que esta adquiere un patrón de respuesta. Constituido el patrón de red, aunque el estímulo va cargado de ruido, se observa que al repetirlo, la red lo reconoce y responde con un patrón que ya es resultado de un aprendizaje. No se debe a un comando central (procesadora central) en concordancia con la red neuronal global, sino que es un sistema que opera singular y localmente, dentro de la frontera definida por el experimento. Frente al estímulo, las neuronas simples ingresan y operan en un mundo compartido espontánea y cooperativamente. A saber, un conjunto de elementos simples, al tener la posibilidad de ingresar en un sistema al que se requiere que cumpla un objetivo, se autoorganizan con el fin de alcanzar un estado que permita lograrlo.
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
157
Veamos lo que piensa Morin acerca de la organización. Es un concepto que se contrapone al modo de conocimiento de la ciencia tradicional. La organización, unidad de lo diverso, intenta entender y analizar el campo de estudio vinculando: el conocedor al conocimiento; las partes al todo y este a las partes; el todo al contexto y a la historia y las emergencias derivadas de estas relaciones al todo y a las partes. Los emergentes proporcionan propiedades al todo que no existen en partes aisladas (Morin, 2010). La organización (Morin 2002b), vincula unidades diferentes y diversas lógicas, en el sentido de una lógica dialéctica; discrimina y liga las unidades al todo y al contexto; regula relaciones, establece una frontera que distingue el sistema de otros o del ambiente; diferencia lo propio y lo ajeno y permite el intercambio; además, dota de estabilidad al conjunto. Asimismo, el conjunto adquiere una organización que proporciona sentido al observador; por ejemplo, un grupo de personas tiene un modo de organizarse reconocible por el observador. Para Morin (2010), la noción de organización se contrapone a la de dispersión y degradación de la vida y por ello contempla una aparente contradicción de esta: de un lado la tendencia a la muerte y de otro a la vida. El sistema «asegura solidaridad y solidez en relación a estos vínculos proporcionando al sistema cierta posibilidad de duración a pesar de perturbaciones aleatorias.» (Morin, 2002a, p. 133). La organización garantiza estabilidad y fiabilidad al sistema aunque esté expuesto al ambiente, cuestión de la que se ocuparon las ciencias duras en que se apoya. Añadimos ahora que la organización de las unidades crea orden y desorden, negentropía y entropía; crea su propio determinismo sistémico, aunque contenga flexibilidades y zonas de aleatoriedad que producen desorden y, por ende, degradación y degeneración. Morin (2002a) concibe la organización como reorganización permanente de un sistema que tiende a desorganizarse. Organización, orden y desorden poseen recursividad (Morin). La organización está constituida circularmente por relaciones, formaciones, transformaciones, invariancias y regularidades. La organización es activa y comporta repartición, control de energía; al mismo tiempo, consumo y dispersión. Pero para que se den almacenamiento y dispersión de energía, hace falta pensar que el sistema es, al tiempo, cerrado y abierto, necesita poseer apertura para intercambio de información, energía y organización con el ambiente para progresar y clausura con el fin de mantener identidad, singularidad, estabilidad y fiabilidad para mantenerse vivo. Existe así una aparente contradicción, entre antagonismo, concurrencia y complementariedad; una dialógica, entre clausura y apertura. Un sistema abierto lo es para cerrarse de nuevo, se cierra para abrirse otra vez y se cierra todavía al abrirse. El cierre de un sistema abierto es un cerramiento en sí. (Morin, 1984/2002, p. 170).
Este aparente antagonismo (como advierte Schrödinger) se manifiesta entre las nociones de autonomía y de dependencia del sistema con el ambiente, otra característica de la complejidad. Los sistemas vivos son singulares y autóno-
158
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
mos al poseer fronteras; sin embargo y por ello, son unidades que pueden conectarse con el ambiente (Morin, 1991). De esto se sigue que son también dependientes, necesitan intercambios para mantener la estabilidad y transformarse. Las fronteras brindan identidad, indican qué es propio y qué no; la apertura permite intercambio de energía, información y organización. La relación autonomía/dependencia define el concepto autoorganización: es la noción de autoeco-organización que apunta Morin, pues la organización depende del ambiente -dependencia ecológica-: lo vivo se autoorganiza en dependencia autónoma con el ambiente. «La organización activa es una suerte de autoorganización» (Morin, 2010, p.170) -extra-organización-. En Morin, Schrödinger y Foerster, el sistema delimitado se organiza mientras se alimenta de la organización del ambiente, reorganizándose para sobrevivir y regenerarse, a expensas de la desorganización o entropía del ambiente. Atlan y Varela autorizan a decir que, aunque en el sistema no hay algo que predefina cómo operar frente al ambiente, se desorganiza y reorganiza autónomamente según los estímulos: auto y extraorganización, una autonomía dependiente. La organización es generativa y fenomenal. Mientras la generativa constituye la regeneración, o sea la reorganización permanente y la reproducción del sistema vivo con regularidad, aunque esté en intercambio con el ambiente, la fenomenal constituye la praxis del vivir que significa el modo de intercambiar y convivir con él. El autus, la autoorganización, significa que por sí mismo desarrolla autonomía y al mismo tiempo, es dependiente del contexto del cual forma parte. En definitiva: no es una cosa u otra, sino una cosa y otra. Los seres vivos están autoorganizados, no cesan de auto-producirse y por eso dependen de la energía para mantener su autonomía. (Morin, 2001, p. 95)
En este sentido, la organización se produce en los vivos en interacción con el ambiente; resulta de un circuito recursivo; los individuos son productores y productos de la sociedad y ella producto y productora de los individuos. La sociedad es producto de interacciones entre individuos, pero la sociedad, con su cultura y lenguaje, genera el carácter humano de los individuos. Por ende, especie, individuos y sociedad se producen entre sí. (Morin, 2010, p. 156).
El concepto de organización no solo contempla una cuestión epistemológica, en el sentido de responder preguntas acerca de quién conoce, qué es el objeto de conocimiento y cómo se conoce, sino que también, plantea una cuestión ética e ideológica y ofrece, además, un modo de operar, mejor dicho, un modo de co-operar con la vida. Aunque el sistema desorganice el ambiente, ambos en interrelación, buscan espontáneamente una organización con el fin atender las necesidades de los dos, en el sentido de la eco-organización. EL PEQUEÑO GRUPO COMO UN SISTEMA COMPLEJO Aclaramos, a modo de definición del objeto grupo, que partimos de una dialéctica dialógica en que cada verdad desvelada en el grupo no tiene necesaria-
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
159
mente que someterse o sojuzgar a otra y que considera las posibles contradicciones del conocimiento que comporta e implica tensión entre ideas. Estas pueden complementarse, pero también pugnan entre sí. Son verdades que cobran sentido en el contexto histórico en el que han sido desarrolladas (Morin, 2010). Pensemos el grupo desde el punto de vista de las contribuciones de física, cibernética social y biología, vinculadas a las humanidades, en las cuales Morin se apoyó para desarrollar los principios del pensamiento complejo. El/la coordinador/ra del grupo se encarga sobre todo de dos cosas: distinguir y respetar lo singular; vincular lo singular a lo plural y al contexto. Añadimos que el grupo será considerado un objeto múltiple, una unidad multiplex, en su contexto. Un objeto compuesto por las personas, el grupo como totalidad, los subgrupos y las relaciones entre sus participantes y el subgrupo, y con el grupo y los individuos. Cada una de estas unidades será considerada un sistema con fronteras y clausura operacional que posibilite la distinción entre ellas, al tiempo que está abierto para el intercambio entre sistemas (Alves; Seminotti, 2006). Desde el punto de vista del sistema, el grupo es autoorganizado y extra-organizado. Autoorganizado porque su proceso o dinámica no son definidas por un poder central, ni reglas a priori, sino por el proceso y la organización entre sistemas. Es extra-organizado, ya que posee reglas y poderes centrales o laterales que definen su proceso: la cultura del contexto; las tareas que se asigna al grupo; los intereses de este y de sus participantes; el poder de cada uno y de la persona que lo coordina; la historia personal de los integrantes; la ideología vigente, etc. El grupo es previamente definido por organizadores externos al grupo. Los participantes tienen poderes singulares según su conocimiento del tema emergente (tarea) y la habilidad para facilitar un mejor intercambio entre ellas. Sin embargo, los coordinadores cuentan con un poder particular por el hecho de que les es adjudicado por el sistema/contexto; por ejemplo, por el sistema de salud, la institución o empresa de la cual forma parte el grupo, y por el propio grupo. Podemos afirmar que el poder está distribuido en la red de sistemas en interacción, que se hará presente y tendrá su peso según la información, conocimiento y recursos que uno aporta al grupo frente a las necesidades del mismo en cada momento. El poder no es dado solo a priori, sino también de acuerdo con la importancia que uno tiene para mantener el grupo vivo. Debemos considerar que el poder formal, institucional de los coordinadores y del contexto puede y debe presentarse, siempre que sea necesario, para reducir la complejidad del grupo y alcanzar un orden mínimo necesario para la autoorganización. La autoorganización supone un mínimo de organización, asevera Atlan, y puede ser suscitada por los organizadores del contexto o de la coordinación. Nuestra hipótesis es que el grupo puede ser observado, descrito y comprendido/analizado por los coordinadores desde un punto de vista sistémico complejo. Reconocemos los distintos marcos teóricos; pero proponemos otra lógica para pensar el grupo. Con ello deseamos plantear otras traducciones al sistema-
160
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
grupo que permitan poner al descubierto otros sentidos, desvelar lo extraño, generar diferencia y, especialmente, permitir reorganizaciones del conocimiento del conocedor y del conocido que se da a conocer. El sistema vivo, desde la cibernética, la biología, la física, la sociología y la psicología, según los autores citados, da pie a pensar que la micro-sociedad pequeño grupo, es un sistema de sistemas en interrelación que busca una organización auto-eco-organizada. El grupo es un sistema delimitado y diferenciado del contexto por el/la observador/a, en intercambio constante con él; es decir, un sistema discreto del cual forman parte una pluralidad de sistemas singulares, las personas que intercambian información entre sí y con el contexto y que constituyen una organización del conjunto que puede ser descriptible y comprensible. Foerster (1979) pone sobre el tapete lo que denomina cibernética social o de segundo orden, que contiene conceptos fundamentales para percibir y resolver problemas sociales y ayudar con la definición del grupo. Conecta tres conceptos: 1) el observador describe lo observado; enuncia descripciones, no explicaciones causales; 2) las descripciones se realizan a través del lenguaje; 3) las descripciones se hacen a otro y con otro observador, por ende, «los dos observadores constituyen el núcleo elemental de la sociedad». (Foester 1979, p. 90). El autor añade que en cibernética social el observador debe añadir a las descripciones de lo observado, las de las propiedades del observador mientras se ocupe de la observación. El observado es co-constructor de las descripciones hechas por el observador. En un sistema social, en nuestro caso el grupo, las descripciones del observador lo son acerca de otro sistema (la persona) que interacciona con el sistema observante, ya que es observado y observante al mismo tiempo. Maturana (2002), escribe que «todo lo dicho es dicho por un observador» y Foerster que «todo lo dicho es dicho a un observador». Nosotros intentamos un paso más: todo lo dicho es dicho por un sistema observante a otro sistema observante mientras este observa el observador; el sistema observante, además de observar, se ocupa de su propia observación y el sistema observado observa al observador y contribuye a la descripción de su observación. Según Foerster (1979), ambos observadores están conectados por el lenguaje constituido por ambos. Maturana (2004): el lenguaje pasa a lenguajear, el observador vive en el lenguaje; es decir, no existe realidad observable fuera de este, los observadores vivimos en el dominio del lenguaje, en el acoplamiento. Según se sigue, la definición del objeto grupo es dependiente del sujeto observador/conocedor, pues este, antes que otra cosa, distingue el sistema grupo de otros y del contexto en interacciones con él y, a continuación, lo elige como objeto de estudio y lo describe visando su comprensión: distingue, elige y describe. Con este procedimiento, el sujeto hace surgir el objeto de estudio, lo que significa que el objeto nace de la observación del observador, del acoplamiento entre sujeto y objeto. Por ende, los dos realizan intercambios y están sujetos a reorganización: el conocedor y el objeto de conocimiento (Navarro, 1990).
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
161
Volvamos a la organización del grupo. La biología advierte: para la autoorganización es necesario un mínimo de orden y un límite máximo de desorden; aunque una persona no tenga saber para ingresar en un mundo compartido, solo con ingresar en él adquiere capacidad de co-creación. El conjunto sistémico está formado por sistemas de sistemas que frente a sus necesidades, internas o externas, frente al ruido del ambiente y de cara a emergencias, se inclina a buscar la organización más eficaz para mantenerse con vida y lograr sus objetivos. Según esto, son tareas fundamentales de la coordinación del grupo: 1) garantizar un mínimo de orden; y 2) promocionar una interrelación efectiva y con sentido, entre las personas del grupo y el contexto. El grupo es un sistema de sistemas que se autoorganiza y extra-organiza; es decir, los que forman parte del grupo, la coordinación y el contexto contribuyen al proceso del grupo. Es preciso distinguir el grupo del contexto, definir fronteras y considerar los intercambios entre sistemas y contexto; aunque la coordinación esté más en posición de observación -es inherente a su tarea-, es también participante y, recíprocamente, los participantes son observadores espontáneos. Con ello tenemos que considerar que todos, incluso los coordinadores, interaccionan entre sí y producen una determinada forma de ser del grupo, una organización del conjunto de personas, al que se pasa a denominar grupo. Pero es también extra-organizado y esto lleva a otra cuestión epistemológica: cómo conocer. Cabe un procedimiento analítico: descomponer el grupo en sus unidades para luego intentar conocer el todo; también es posible la descripción, comprensión, la empatía, como recuerda Morin (1984). Procedimientos que vinculen las partes al todo, al contexto, a la historia en que se sitúa el grupo y, además, pongan en marcha una estrategia para alcanzar la complejidad. Es decir, caminar con el grupo y permitir que se haga camino al andar. En el proceso del grupo cumple señalar algunos jalones: objetivos del grupo y tiempo disponible, asignaciones que da el contexto, reglamentos consensuados, etc. Algo más acerca de la organización. Según advierten Schrödinger, Atlan y Foerster, la organización de un sistema delimitado cualquiera, definido por el observador, se realiza en la búsqueda de la vida, negentropía, en contra de la muerte o entropía, recogiendo orden del ambiente mientras lo desorganiza. Por ende, un grupo se organiza desorganizando, por lo menos en parte, al contexto en el cual se integra. Por ejemplo, un grupo en un sistema de salud, mientras se organiza, desorganiza la unidad en que se desarrolla; eso no es un hecho indeseable siempre y cuando el grupo no produzca en la institución una desorganización que sea un caos irreversible. Es decir, si el grupo se organiza produciendo desorganizaciones y reorganizaciones en la institución, según lo que venimos diciendo, el intercambio de orden desorden y organización entre el grupo y el ambiente es fecundo y da ocasión para la regeneración de ambos. A modo de conclusión, apuntamos algunas estrategias como sugerencia a la coordinación del grupo: evitar la interpretación explicativa causal de los proce-
162
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
sos y como contrapartida privilegiar las distinciones y descripción, su traducción, y comprensión. Establecer con los participantes reglas de convivencia, cambiarlas siempre que sea necesario y garantizar se obedezca lo acordado mientras esté vigente. Reconocer la singularidad de cada persona como sistema abierto y cerrado, siendo interdependientes y con lógicas particulares que hacen intercambio entre sí, con el grupo y con el contexto, y que son, según se mire, sistemas o contextos, unos para los otros. Estimular el intercambio entre las personas de modo que desarrolle cohesión y hacer otro tanto con los intercambios entre grupo y contexto. Favorecer que la información -verbal o preverbalde un sujeto adquiera sentido para los demás. Fomentar la construcción de un clima que acepte y respete la lógica e información singulares, la verdad de cada persona. Aclarar que la lógica/verdad de la coordinación es apenas una entre otras y que, además, es un sujeto sujetado como los demás a la identidad personal y colectiva. Aclarar la tarea, ayudar a que se mantengan en ella y estimular para que expongan lo que saben para el logro del objetivo del grupo. El grupo acoge a gente con vidas organizadas de determinada manera. En él las personas son sistemas o ambientes, según se mire: desde la perspectiva de uno el otro es su ambiente y a la inversa; el grupo es un sistema para el contexto, para las personas es su ambiente. Con ello se deduce, limitando la investigación a las personas, que una se equilibra a costa del desequilibrio de otra; una se muestra equilibrada y otra desequilibrada; una se organiza mientras otra se desorganiza y esto forma parte del intercambio y la ocasión, en el sentido de lo que enseña la vida. Para que haya reorganización, autoorganizada y extraorganizada, es necesario una organización regenerativa que recrea la vida.
GRUPO OPERATIVO: PICHON RIVIÈRE Hernán Kesselman
Enrique Pichon Rivière (1907-1977), médico psiquiatra y psicoanalista, fue pionero en el campo de la Psicología Social, en Argentina y en Latinoamérica. Elaboró desde ella sus principales conceptos: enfermedad como conducta desviada; operatividad como acción correctora; grupo operativo: como método instrumental, uno de cuyos ejemplos básicos es el familiar, y cuyo eje es la tarea realizada por un grupo y su coordinador en torno a la resolución de las dificultades que impiden realizarla: aprender y reaprender a pensar. En el grupo operativo se desarrolla el drama humano, se representan, expresan, las síntesis y contradicciones entre individuo y sociedad. Otros aportes: el concepto de Vínculo, que incluye las vicisitudes de las 3 D (Depositario, Depositante, Depositado). La Tarea, eje alrededor del cual gira todo lo operativo (en la Escuela para Psicólogos Sociales que fundó, elaboración que cada grupo de alumnos realiza con su coordinador y observadores de
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
163
una clase magistral, dictada previamente -reaprendizaje múltiple-). La noción de Divalencia que critica y aclara los tempranos caminos del aprendizaje señalados por la psicología kleiniana; liderazgo, portavoz y chivo emisario, son resultado de las ideas de horizontalidad y verticalidad grupal, que configuran la noción de Emergente. Pichon Rivière visualiza al grupo familiar como un todo, una unidad que tiene prehistoria, historia, su aquí y ahora y su perspectiva de futuro. Con distintos roles para cada integrante que interjuegan dialécticamente y también como lugar de conocimiento y reconocimiento de los vínculos que los caracterizan (fraternidad, filialidad, paternidad, maternidad). Pichon propuso describir los fenómenos observados en tres áreas del comportamiento: Área 1 o de las representaciones mentales, Área 2 o del cuerpo y Área 3 o de las relaciones interpersonales (simultáneas y concéntricas y a título pedagógico) y los tres diagnósticos: Psicosocial o Sintomático del sujeto, Sociodinámico (de sus grupos familiares y otros tipos de grupos pequeños) e Institucional (instituciones laborales, sanitarias y educacionales, recreativas, etc.) En estas lecturas, añade a las dos ansiedades básicas kleinianas (depresiva y paranoide), la catastrófica o confusional. Lo mismo con los núcleos básicos kleinianos de la personalidad: el melancólico, el esquizoparanoide y el confusional, que yo complementé sobre conceptos de Bleger. Nicolás Caparrós añadió la posición confusional –entre la esquizo-paranoide y la depresiva- conservando la posición aglutinada de Bleger, diversificando mis planteamientos (N. Caparrós, 1981, 2004). Pichon descubrió en 1945 en Argentina, en una circunstancia muy particular que se podía trabajar con los grupos familiares de pacientes internados a su cargo. Había habido una huelga en el Hospital Neuropsiquiátrico de Buenos Aires, del cual era director y jefe de la Sala de Internación (Ingreso) del departamento Infanto-Juvenil. En un momento determinado, los médicos se negaron a atender pacientes. En su Servicio, resultaba mucho más grave que en los de adultos el que cesara la intervención de los cuidadores médicos y enfermeros, que se plegaron a esta medida de fuerza. Hubo un gran revuelo, hasta el punto en que se pensó cerrar el Servicio de Sala. Entonces, los enfermos y algunos auxiliares psiquiátricos que quedaron como voluntarios, propusieron a Pichon que no lo hiciera; además, los familiares que venían a buscar a sus hijos, preguntaban si podían hacer algo y los enfermos menos graves, si podían ayudar a sus colegas más graves. Pichon hizo entonces una asamblea de familiares, pacientes y personal y detectó que las conexiones entre familiares y pacientes habían sido óptimas (cooperación). Se le ocurrió plantear la psicoterapia del paciente internado con el grupo familiar y así este grupo comenzó a reemplazar operativamente a médicos y, a veces, hasta al personal auxiliar de enfermería, etc. Es decir, que la Teoría de los grupos operativos nace de unas circunstancias críticas (lo situacional), donde Pichon tuvo que modificar el encuadre: desde el inmóvil inicial, tipo de relación privada terapeuta-paciente, al situacio-
164
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
nal, terapéutica en el aquí y ahora (movilidad heterodoxa). Adaptó el encuadre a la situación en lugar de adaptar la situación al encuadre (típico de las ortodoxias). Acontecimiento, dirían Gilles Deleuze y Félix Guattari, desde los paradigmas de la complejidad. El primer grupo operativo que descubre Pichón, reitero, es el grupo familiar y es en él donde descubre el concepto de Tarea. Los grupos familiares tienen muchas tareas, justamente lo que hace que exista cohesión/dispersión, conflicto a nivel de las familias; son estos los grados de posibilidad o dificultad para cumplir con las tareas prescriptas, sean implícitas o explícitas. Empezamos, pues, con el primer punto del cono invertido que Pichon Rivière propone y se aplica para comprender, evaluar y corregir la tarea de los grupos operativos o instituciones (familia, escuela, fábrica) y de los sujetos que los componen (incluidos observador y coordinador, naturalmente). En estos grupos pesan más los fantasmas que no se ven que los que están. Incluso a veces pueden venir de otra ciudad, estar en otro lado, lo que se conoce en Psicología Dinámica con el nombre de Poder ubicado en las figuras significativas importantes, como Mandato. Mandato significa el código de valores que impone la figura de Poder y que asigna un rol (un deber ser y hacer) a cada integrante de un grupo familiar. Así, no solo se hablará de paternalismo, patriarcado, sino que aparecen, desde Pichón, neologismos tomados del lenguaje de la vida cotidiana y expuestos a lo largo de sus clases: el abuelato y el tiado, a los que yo he agregado sus complementarios generacionales de poder: el hijato, el sobrinato y el nietato. Estos temas pueden investigarse tomando como objeto de estudio, por ejemplo, las vicisitudes de la economía del grupo familiar, entre los cuales el tema jurisprudencial y de intereses materiales que aparecen en el proceso de repartirse herencias, darían elementos para escribir numerosos libros sobre la base de la agresión que ciertos hechos (secretos y malentendidos) son capaces de despertar en el interior de ese grupo; conjunto de hechos y fantasías que Freud llamó la novela familiar de cada sujeto. Lo operativo, consiste en una buena dialéctica entre progreso y saboteo; muchos grupos a veces tienen sus sillas de progreso ocupadas y a ciertas personas no les queda más desempeño que el saboteo. En cada hogar, ciertos hijos nacen con los ojos del padre o de la madre o con estrella y otros que nacen estrellados, sin quedarles, como salida, más que el mal carácter. Lo mismo sucede en los grupos operativos. Un buen grado de pertenencia bien esclarecido permite la adecuada progresión donde predomine el avance sobre el saboteo y, por el contrario, una dificultad en la pertenencia hará que predomine el saboteo. El grado de cooperación se mide en la tarea, en el grado de eficacia. EXPERIENCIA ROSARIO «Coordinada por el Dr. Enrique Pichon Rivière en 1958 (I.A.D.E.S.), fue la que institucionalizó el trabajo de los grupos operativos, heterogéneos en su composición y homogéneos en la tarea». Es la base de la Psicología Social y
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
165
Comunitaria, y la presentación en sociedad del Grupo Operativo. En ella se consagró un modelo clase-grupo, al reunirse los alumnos en grupos medianos para reelaborar la clase magistral que dictaba Pichon. Fue una experiencia de Laboratorio Social (Kurt Lewin) y de trabajo en una comunidad, cuyo objetivo fue la aplicación de una didáctica interdisciplinaria, de carácter acumulativo, utilizando métodos de indagación de la acción o indagación operativa. «Fue una experiencia planificada mediante estrategia y práctica de carácter instrumental. Una de las definiciones clásicas de la didáctica es desenvolver y comunicar conocimientos. En la interdisciplinaria se cumplen funciones de educar, despertar interés, instruir y transmitir conocimientos, por medio de una técnica que refunda en economía del trabajo de aprendizaje, puesto que al emplear ese método acumulativo, la progresión no es aritmética sino geométrica» (Pichon Rivière, 1971). EL CONO INVERTIDO El coordinador trata el existente grupal en tres tiempos: pre-tarea, tarea y final. En ellos realiza intervenciones registradas por observadores que van haciendo explícito lo implícito a lo largo de una o dos horas, en general, en una espiral dialéctica que se va reduciendo para desembocar en la resolución de la tarea y la creación de un nuevo Proyecto. El esquema al que hace referencia para operar, su E.C.R.O. (Esquema Conceptual Referencial y Operativo), se basa en la figura de existente, interpretación y emergente, más nueva interpretación y nuevo existente que constituye la mencionada espiral dialéctica que diseña como un cono invertido. Pichon Rivière llama cono a una figura didáctica de dos lados alrededor de los cuales plantea seis referencias para comprender la conducta e intentar corregirla. Dichos puntos son como mojones, no solo para comprender el comportamiento, sino para planificar una corrección o evaluar cuándo el trabajo es eficaz y operativo y cuándo no lo es. Operar quiere decir cambiar, ejercer una adaptación activa de la realidad. Para Pichon, el cambio se realiza a través de una psicología social planificada. De ahí el nombre de grupo operativo, como eje de su teoría grupal. Los seis elementos del cono invertido son: en la parte superior, la tarea y proyecto a realizar. Por el lado izquierdo: pertenencia, cooperación y pertinencia, y por el derecho: comunicación, aprendizaje y telé; en la parte inferior: reproyecto o emergente y nuevo existente con nueva tarea. Esta parte contiene la llamada espiral dialéctica, que marca el modelo del E.C.R.O. de sus teorías. Del aprendizaje operativo nacen el nuevo proyecto y la nueva tarea. Veamos: 1) Pertenencia: grado de identificación que toda persona o grupo (familiar, de aprendizaje, institucional, etc.) siente con una tarea. Se consideran dos grados de pertenencia: a) La propiamente dicha, de más jerarquización. b) La afiliación, una especie de pertenencia paralela, un poco más periférica.
166
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
2) Cooperación: grado de eficacia real con que se cumple la tarea. Digo real porque, a veces se pretende favorecer la tarea, pero en la práctica resulta ser otra cosa. Por eso, los dos movimientos de este ítem se llaman: progreso y retroceso o saboteo y así, los liderazgos serán: de progreso grupal y de retroceso grupal. Un grupo sano que se precie de tener estos liderazgos funcionales, si tiene un coordinador que no sepa instrumentar su dialéctica resolutiva y niegue el papel dinámico de ambas fuerzas, no es tan sano como dice ser. Lo operativo discurre como dialéctica entre progreso y saboteo, con predominio del progreso. Es de buena técnica preguntarse (si en un grupo predomina el saboteo) si no tendrá que reencuadrar y recontratar la tarea con los integrantes del grupo. 3) Pertinencia: Es la capacidad que posee una persona o un grupo de centrarse en la tarea prescripta, en el foco estratégico de la tarea. Lo operativo de estos principios es que pueden utilizarse tanto para los coordinados cuanto para los coordinadores, ya que los hay que no tienen ningún grado de identidad con la tarea, incluso hay quienes favorecen el saboteo. Para todos vale la pregunta: ¿Para quién jugamos? o ¿con qué equipo simpatizamos? La segunda pregunta en torno a la cooperación debería ser: ¿Cuál es el grado de eficacia con el que estamos cumpliendo la tarea prescrita? Y si no se está cumpliendo: ¿No habrá un trastorno de identificación con la tarea? (manifestado en el nivel de cooperación, pero que en lo profundo proviene de una resistencia a comprender que conviene hacer explícita -hacer consciente lo inconsciente-). La pertinencia sienta las bases de la Psicología Social y de la Psicopatología Vincular. Hemos recorrido el lado izquierdo del cono. Este es el ítem fenomenológico con el que todo coordinador puede ir regulando cuál es el grado de operatividad, o su falta, en el grupo que está conduciendo en torno, por ejemplo, a la agresividad resistencial de alguno/s o de todos sus integrantes y que sus observadores están registrando. Si ese grupo es familiar, tendrá que ir midiendo los trastornos de pertenencia, de cooperación y de pertinencia. 4) Comunicación: aquí nos valemos de todos los vectores de la Teoría de la comunicación de Jackobson, que toma el funcionamiento del teléfono: emisores, receptores y mensajes, como el modelo mecánico más fluido, comprensivo y didáctico, para entender la comunicación. Existe un emisor que puede estar emitiendo un mensaje y lo hace mal, quizá es débil, demasiado fuerte, incoherente, contradictorio, con ruidos en el canal; pero aunque el emisor lo hiciera bien, el receptor podría recibirlo mal. Hay muchas posibilidades. Deformarlo con la proyección de prejuicios sobre lo que se recibe, como cuando se escuchan solo las primeras palabras de lo que el otro dice y se responde sociométricamente, cuando no se sabe totalmente lo que va a decir el otro. Estas situaciones pueden provocar un clima conflictivo entre terapeuta y paciente, a pesar de que sean buenas las interpretaciones y la capacidad del paciente, existe un conflicto afectivo intenso en la relación que entorpece la comunicación.
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
167
5) Pichon considera dos tipos de obstáculos en el aprendizaje: a) epistemológico, proveniente de las dificultades inherentes a la naturaleza del objeto de conocimiento (por ejemplo, develar lecturas crípticas desconocidas que requieren determinada información). b) epistemofílico, proveniente de las dificultades que aportan los conflictos personales del sujeto que intenta aprehender el objeto de estudio y por lo tanto aprender. 6) Telé: es el grado de atracción o rechazo que tenemos por aquellas personas a quienes conocemos por primera vez, pero en quienes estamos homologando el vínculo con otra persona anterior que explica las simpatías o antipatías que percibimos inconsciente, irracionalmente. Todos los coordinadores estudiamos permanentemente este grado de reconocimiento de objetos positivos y negativos para cada sujeto, de sentimientos de atracción, telé positiva, y de rechazo, telé negativa. Telé es un término acuñado por Jacobo Moreno y que Pichon Rivière utilizó por considerarlo parte de un lenguaje más cotidiano que los términos psicoanalíticos de transferencia y neurosis de transferencia. Eso le permitió plantear la ambivalencia y la divalencia como momentos vinculares dinámicos en contra de la predeterminación de las posiciones kleinianas (esquizoparanoide y depresiva). Pichon indaga en las ansiedades básicas kleinianas, así se gestan los malentendidos básicos. En mi caso, y siguiendo los estudios con Bleger sobre la ambigüedad y el núcleo glischcrocárico, agrego la ansiedad confusional que impide discriminar sujeto de objeto. La telé da una idea de afecto a distancia o, como se dice vulgarmente, de piel. El órgano de choque son los sentidos, la piel y las mucosas; se dice que ciertas personas gustan por la piel, el olfato, la vista... Siempre se trabajan las telés porque en los grupos provocan subagrupaciones típicas: duplas, triángulos, cuadriláteros, etc., que en ocasiones se estereotipan y son responsables de trastornos de identidad personal, sexual y agresiva de los integrantes y de los bloqueos en la tarea. Una vez estudiados estos ítems estamos preparados, según Pichon, como psicólogos sociales, para trabajar con tres tipos de ansiedades a interpretar: -Ansiedades persecutorias, que son las del temor al ataque. -Ansiedades depresivas, del miedo a la pérdida de los objetos queridos. -Ansiedades catastróficas o confusionales, que surgen de los temores de no poder soportar la ambigüedad de los vínculos. Interpretar estas ansiedades y sus defensas en los tres niveles a cada lado del cono, permitirá examinar con qué grado de operatividad se desarrolla la tarea de los grupos operativos. ESTRUCTURA DE LA ESCUELA DE FORMACIÓN DE PSICÓLOGOS SOCIALES Recogemos algunas de sus ideas de plena actualidad: «La Psicología social se particulariza, fundamentalmente, por ser operativa e instrumental, con las características de una interciencia cuyo campo es abordado por una multiplicidad interdisciplinaria (epistemología convergente), de la
168
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
cual deriva la multiplicidad de técnicas. […] La Psicología Social es la ciencia de las interacciones orientada hacia un cambio planificado en dos direcciones: una académica que, preocupada solo por problemas de la técnica o de los tipos posibles de cambio, se siente paralizada frente a su responsabilidad de realizar una síntesis de teoría y práctica. […] Al hablar del abordaje interdisciplinario de una situación social entendemos que esta metodología comprende el estudio en detalle, en profundidad y en el ámbito total, de todas las partes de un problema. Síntesis dialéctica: texto/contexto. Surge así la necesidad de trabajar en grupos con integrantes de diversas especialidades que conciernen al problema indagado... Llamamos a nuestra Didáctica de Núcleo básico porque está inspirada en conclusiones de investigaciones en el campo de la educación de adultos, que sostienen que la transmisión de los conceptos universales que rigen a cada disciplina hace posible una mayor velocidad, profundidad y operatividad del conocimiento. El núcleo básico está constituido por esos universales y el aprendizaje va de lo general a lo particular... Todo conjunto de personas, ligadas entre sí por constantes de tiempo y espacio y articuladas por su mutua representación interna, se plantean explícita e implícitamente una tarea, que constituye su finalidad. Podemos decir entonces que estructura, función, cohesión y finalidad, junto con un número determinado de integrantes, configuran la situación grupal que tiene su modelo natural en el grupo familiar. La técnica de grupos creada por nosotros, grupos operativos, se caracteriza por estar centrada en forma explícita en una tarea que puede ser el aprendizaje, la cura, el diagnóstico de las dificultades de una organización, etc. El coordinador cumple un rol prescripto: ayudar a pensar, abordando el obstáculo epistemológico configurado por las ansiedades básicas. Opera en el campo de las dificultades de la tarea y la red de las comunicaciones. Su instrumento es el señalamiento de situaciones manifiestas y la interpretación de la causalidad subyacente. Se integra en equipo con un observador, que recoge todo el material, expresado verbal y preverbalmente en el grupo, con objeto de realimentar al coordinador, en un reajuste de las técnicas de conducción. Roles: Portavoz, Chivo emisario, Líder. No son estereotipados sino funcionales y rotativos. Con el concepto de Portavoz, abordamos uno de los pilares de nuestra teoría: es el miembro que en un momento denuncia el acontecer grupal, las fantasías, ansiedades y necesidades del grupo. El portavoz no habla por sí, sino por todos, en él se conjugan lo que llamamos verticalidad y horizontalidad grupal. Las necesidades, ansiedades y fantasías enunciadas por el portavoz y su manera de formarlas hacen referencia a su historia personal, en tanto que el hecho de que las formule en un momento dado del acontecer grupal, señala el carácter horizontal del emergente. […] Un miembro del grupo, siguiendo el proceso de adjudicación y asunción de roles, se hace depositario de los aspectos negativos o atemorizantes del mismo, o de la tarea, en un acuerdo tácito en el que se compromete, tanto él como los otros miembros».
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
169
SOCIEDAD Y MEDIO AMBIENTE: COMPLEJIDAD Y ADAPTACIÓN Arturo López Ornat
La naturaleza es el mas complejo de los sistemas, pero funciona maravillosamente. Realmente no hay ningún problema ecológico, lo que tenemos es una severa disfunción socio-ambiental (frase de mi colega Ramón Folch). Valga como indicador que desde los años 1960 hemos superado la capacidad del planeta para producir lo que consumimos y para reciclar nuestros desechos. Para mantener el actual ritmo de consumo necesitaríamos ya un planeta y medio, y ¡serán dos en 2030! Esto es posible –aunque insostenible- porque gastamos nuestro capital natural de fondo sin conformarnos con sus generosos intereses. Como mas de 2000 científicos documentan en la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (ONU, 2005)20, 16 de los 24 grandes ecosistemas de la Tierra están perdiendo rápidamente su capacidad productiva y lo que es peor, la capacidad para reciclar y regenerar impactos. Nos empeñamos en hacer las cosas contra-natura. La naturaleza organiza su inmensa diversidad produciendo y repartiendo muchas cosas en pequeñas cantidades; lo hace de forma dinámica, adaptativa y auto-regulada. Nosotros, sin embargo, con la pretensión de gestionar la naturaleza a nuestro antojo, buscamos hacer homogéneo lo diverso, pero de esta forma destruimos la base de su estabilidad; lo hacemos con intención de acumular poder y bienes, pero con una visión cortoplacista y poco responsable. Sin embargo, no por ello estamos mejor, pues nuestro «desarrollo» apenas satisface al 20% de la población mundial, quienes consumimos el 80% de toda la energía y recursos del planeta; o lo que es lo mismo, el 80% de la población –los pobres que, según la ONU, disponen de menos de 2 dólares al día- sobreviven con el 20% de los recursos. En realidad esta proporción ya no es de 80/20 sino de 84/16, porque la brecha continúa aumentando21. Sólo desde el inicio de la crisis económica, los 100 individuos mas ricos del mundo han ingresado -en promedio 250 billones de dólares al año- 4 veces más que el conjunto de los 5.000 millones de individuos pobres del mundo en el mismo periodo22. Como los pobres dependen desproporcionadamente mas del medio ambiente que los ricos (para producir alimentos en tierras marginales, para obtener hasta el 100% de su agua, energía, medicinas, materiales de construcción, caza y pesca entre otros23), sin ánimo de alarmismo la cuestión global parece una bomba de tiempo… que sin embargo, podríamos ir desactivando. Millennium Ecosystem Assessment 2005. United Nations Environmental Program, UNEP. www.un.org/apps/news/story.asp?NewsID=28590&Cr=INCOME&Crl=ILO 22 Oxfam 2013. (http://rt.com/news/oxfam-report-global-inequality-357/). 23 Rigg, J. 2006. Land farming, livelihoods and poverty. Univ. Durham, UK / FAO 2007... 20
21
170
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
Un aprendizaje de prueba y error A muchos ecólogos nos ha intrigado por qué el hombre insiste en destruir la naturaleza para, al fin y al cabo, no conseguir tampoco una capacidad de desarrollo aceptable. ¡Debe haber formas de hacerlo mejor! Debo advertir mi ignorancia sobre la moderna teoría de la complejidad, lo que a juicio de los Editores de este volumen no parece restar interés a lo que yo pueda escribir aquí, algo así como un cuaderno de campo. He podido trabajar en unos 15 países diferentes –principalmente de América Latina y de la cuenca del Mediterráneo- en mas de 50 proyectos inmersos en la complejidad de la relación desarrollo-medio ambiente. Situaciones ya deterioradas, incluso de emergencia, profundizando en conflictos ajenos para contribuir a ponerles alguna solución. Solo de tarde en tarde tuve oportunidad de sistematizar en parte lo aprendido24, encontrando algunas lecciones que considero universales y que ahora intentaré interpretar en clave de complejidad. La historia de este aprendizaje ha sido gradual y artesanal. Mediado el siglo pasado los biólogos dieron un primer aviso: se extinguían muchas especies, lo cual hubiera pasado desapercibido de no ser porque algunas como rinocerontes, osos panda o tigres, eran realmente emblemáticas. Gradualmente encontraron que el impacto detectado sobre flora y fauna es apenas un indicador de nuestra insostenible relación con la naturaleza. Aprendimos entonces que no se trataba tanto de proteger especies sino de usar bien los territorios, pero esto exige trabajar multitud de factores políticos, económicos, sociales y culturales. Un aprendizaje basado en prueba y error, que en muchos casos se dio prácticamente desde cero y a contra-corriente. Baste decir que las áreas protegidas del mundo –donde el criterio ecológico debe prevalecer– cubren más del 15% de tierras emergidas y en promedio reciben ¡menos del 0,01% de presupuestos! ¿Como enfrentarse a este reto, tan complejo como raquíticamente dotado? El primer enfoque, en torno a 1970, proponía tomar decisiones basadas en el conocimiento científico; pero esto no permitió abordar su complejidad; gestionar un territorio tan amplio como una provincia no es asunto científico. Aunque la sostenibilidad se basa en el conocimiento, necesita la concertación con muchos sectores de la sociedad; debe ser un proyecto colectivo y responder a la visión de un futuro mas sostenible. Esta visión, además, cambia de un sitio a otro, de una cultura a otra. Los proyectos que he conocido son todos prototipos irrepetibles, como laboratorios donde se enfrentan las diferentes percepciones, intereses y capacidades de todo tipo de grupos humanos. López Ornat, A., Ed. 1995. Latin America: Strategies for Sustainability. World Conservation Union, Gland-CH. 167. López Ornat, A. 2011. Sobre la integración del medio ambiente en la cooperación, y la dificultad para cambiar de software. En: González, J.A. y Santos, I. (eds.), Cuatro grandes retos, una solución global: Biodiversidad, cambio climático, desertificación y lucha contra la pobreza. Pp. xx-xx. Fundación IPADE y Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo – AECID, Madrid. 24
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
171
LA COMPLEJIDAD ABRUMA INCLUSO A NIVEL LOCAL
Numerosos interesados y muchas más percepciones En el contexto rural de los países en vías de desarrollo –incluso en algunos de los llamados desarrollados– podemos observar como los bosques merman, las tierras se acaparan en pocas manos, los ríos se contaminan o las laderas se erosionan. Subyace una maraña de causas y efectos que, según avanzamos en el estudio de la situación, resulta abrumadora por la complejidad de las interrelaciones. El asunto supera a cualquier disciplina, incluso social, no digamos a la biología. En una sola localidad tratamos con frecuencia hasta 15 sectores diferentes que se sienten afectados, que tienen más o menos influencia o simplemente algo que decir a favor o en contra: varios niveles de gobierno –nacional, regional, local- no siempre coherentes o complementarios entre sí, y menos aún con su oposición política. Pueden verse afectadas empresas -locales, nacionales o internacionales- propietarios de tierras, pueblos tradicionales o indígenas, productores, líderes u organizaciones sociales, ONGs; incluso tienen peso grupos religiosos y de académicos o financiadores –con y sin ánimo de lucro- por no hablar de medios de comunicación, que pueden influir en todos los demás. Si reunimos a estos actores, tarea harto difícil e insólita porque nunca he encontrado un caso donde se hubieran reunido previamente, o bien si entrevistamos a cada uno por separado, la complejidad se multiplica: cada individuo muestra diferentes intereses y prioridades, orientadas a su satisfacción personal o como grupo; representa esto bastante bien la pirámide de Maslow con sus 5 niveles de motivación humana. Además, las relaciones previas entre ellos están cargadas de tensiones que afloran cuando se encuentran juntos, no solo entre grupos de interés sino entre individuos, incluso entre pueblos parecidos solo por el hecho de ser vecinos y rivales. En estas situaciones resultaría utópico plantear que debemos salvar al lince ibérico o al oso pardo; los actores se movilizan por sus intereses, y apoyarán lo que entienden; al final, sumamos una cacofonía de intereses y prioridades que resulta inmanejable. Un problema central es la falta de una visión común. Aunque nadie quiere que se destruya la naturaleza, estamos inmersos en la permanente improvisación. En esto los políticos no son una excepción, con sus programas a cuatro años donde el deterioro ambiental recibe la mínima relevancia. En términos ambientales, es como un barco sin rumbo. La falta de interés por el largo plazo está en la raíz del drama ambiental, pero no es la única; los sectores «duros» del desarrollo, los de mayor influencia, priman los resultados económicos y de corto plazo sobre los demás. Y como si el medio ambiente no fuera con ellos, lo perciben como un sector verde que tiene una coherencia propia y del cual ya se encarga otro Ministerio. Estamos lejos de considerar lo ambiental como un valor que deberíamos integrar en todas nuestras decisiones, una forma de pensar el presente y el futuro.
172
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
Incertidumbre y visión estratégica El caso escapa a un análisis lineal porque –como sucede con el cáncer– la degradación de mares, tierras y atmósfera no responde a una sola causa, sino a la compleja relación que establecen los numerosos factores de origen antrópico mencionados. ¿Podría servir la planificación? Realmente, la planificación del desarrollo está en desuso, más aún para todo lo relativo a la sostenibilidad; y cuando existe, resulta rígida y corta de vista. Hemos analizado decenas de casos encontrando que la planificación no ha servido por lineal, sectorial y cortoplacista, y porque resulta incapaz de predecir y adaptarse a los cambios, al permanente dinamismo de las relaciones entre sociedad y medio ambiente. La incertidumbre es otro factor adicional en este cóctel de complejidad. Proyectos supuestamente bien planificados –siguiendo incluso las versiones mas depuradas del germánico Marco Lógico- no aciertan con la realidad más allá de seis meses; cambios en los recursos propios, cambios políticos o en las relaciones entre actores, en las prioridades financieras o en las preferencias de los mercados, migraciones humanas, eventos imprevistos… incorporan permanentemente nuevas inflexiones, puntos de tensión, nuevos escenarios que nuestra cultura de la planificación lineal y cartesiana no es capaz de predecir. En la práctica, los equipos técnicos, aunque multidisciplinarios, se ven abrumados por esta complejidad, llegando a la fase del análisis hasta la parálisis; siempre hay nueva información, más factores, nuevos ángulos, y no falta quien advierte «no podemos tomar decisiones, nos falta información». Pero no conoceremos la realidad desmembrándola. Por ejemplo, un factor tan gradual e imperceptible como el cambio climático puede en poco tiempo dar al traste con nuestras certezas actuales25. De la misma manera que ignoramos la forma en que colapsa un montón de arena al echarle agua, nunca sabremos con certeza como va a reaccionar una sociedad a un factor nuevo o a cambio estructural. ¿Cómo pasar a la acción cuando no hay recetas, ni 2 + 2 son 4? Tenemos problemas complejos con muchos actores; y soluciones que se mueven en el campo de la incertidumbre; requerimos, por tanto, un enfoque estratégico y adaptativo. Eso es lo que importa. No es necesario saberse las curvas de una carretera para hacer el viaje, y tampoco improvisarlo, sino saber donde queremos ir, con qué medios contamos, y llevar el volante. Nada nuevo en realidad, esta forma de pensar ya la utilizaban los militares griegos –los llamados «estrategas». Una guerra es un proceso complejo, autoalimentado, incierto, y con una diversidad de actores y percepciones que la 25 Mas allá de las advertencias de los 2.500 científicos del IPCC, incluso las grandes multinacionales reconocen que desafortunadamente el carácter, la magnitud y los tiempos de las consecuencias del cambio climático no pueden predecirse con suficiente confianza para saber sus consecuencias. www.triplepundit.com/2013/03/top-ten-effects-global-warming-business.
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
173
hacen imposible de planificar. Las estrategias no son planes lineales; obedecen a una visión de largo plazo, sobre la que establecen prioridades y crean alianzas, estando sujetas siempre a la reflexión y a la adaptación a los cambios. Nosotros tenemos la guerra pacífica y no menos compleja del desarrollo sostenible. Veremos mas adelante como entendemos este elusivo concepto: en realidad, no es el objetivo lo que importa, sino el camino para acercarnos al mismo. UNA FORMA DE HACER EL TRÁNSITO 26
Saber donde estamos Necesitamos un diagnóstico participativo de la situación, donde cada uno de los afectados, desde su propia percepción, provee información y colabora en el análisis. No hay que verlo como una complicación, sino como oportunidad para hacer aliados. En la práctica, empezamos con la obligada revisión bibliográfica y cartográfica, pero lo mas relevante lo aprendemos de aquellos que viven en la zona. La ciencia no es la única forma de generar conocimientos, también esta la experiencia. Utilizamos la investigación participativa para conocer las percepciones de los interesados y sus conocimientos empíricos. Una técnica muy utilizada es construir mapas donde los involucrados discuten y sitúan las zonas donde cultivan, producen, pescan o cazan, y llegan a un acuerdo sobre la distribución espacial de las amenazas que les afectan; por ejemplo los pescadores artesanales llevan décadas «muestreando» los cuerpos del agua con sus redes de una forma que ningún biólogo podría igualar durante un estudio. Todos los implicados pueden considerarse expertos en su campo. Los usuarios tradicionales tienen por lo general conocimientos basados en la diversidad y la permanencia de los sistemas; al contrario que los mercados modernos, usan muchas cosas distintas y todas ellas en pequeña cantidad. Por ejemplo, mientras al ingeniero de una compañía forestal en Centroamérica le vale con conocer el uso de 4 o 5 especies de árboles que tienen canales comerciales abiertos, un campesino maya en la misma zona, que rara vez es consultado, conoce 350 especies de plantas para todos los usos imaginables. La especialización no es el objetivo de la ciencia -al contrario, puede ser la limitación de los científicos. Realizamos también entrevistas personales con todas las partes (Grafica 1); charlas informales de una o dos horas alrededor de un café arrojan resultados sorprendentes sobre los valores del área, sus amenazas, la relevancia de unos grupos y otros, sus propias percepciones y prioridades, y sus ideas. ¡Escuchar a 26 Aun siendo irrelevante para el análisis de la complejidad, es necesario decir que para embarcarse en un proceso de este tipo es imprescindible tener un apoyo institucional y financiero razonable y establecer un equipo técnico transdisciplinario. A ser posible este equipo debe ser también inter-institucional de forma que permita hacer aliados desde el principio.
174
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
la gente es una revolución! Quizás aprendas que solo buscan seguridad y reconocimiento, o que por ejemplo, les preocupa el río, más que los linces. Los resultados de estas investigaciones se comparten después con los locales en un taller quizás con 30 representantes de todos los sectores. Comienza ahora un proceso basado en unas pocas preguntas centrales; la primera de ellas ayuda a ordenar la discusión imaginando un escenario futuro: ¿Qué pasará si no hacemos nada?. La respuesta colectiva mas frecuente es: tendremos mas deterioro ambiental, mas pobreza o inequidad, menos oportunidades… etc. Por tanto, obtenemos una primera decisión colectiva: «deberíamos hacer algo». ¿A dónde queremos ir? La siguiente pregunta busca crear una visión común de largo plazo: ¿Cómo quisieras tu (pueblo, comarca, región) dentro de 30 años? Este salto temporal es fundamental para permitir una reflexión novedosa que elimine tanto nuestra cortedad de miras como las pequeñas miserias y tensiones del día a día. Estos talleres no se realizan con discusiones abiertas para evitar que aquellos con más autoridad, carisma o intereses personales, o que sencillamente tienen mas claras las cosas, acaparen o polaricen la discusión mientras la mayoría por timidez, inseguridad o falta de costumbre permanecen callados. Se ofrecen 5 minutos de cavilación en silencio, y después cada participante escribe una o máximo dos frases en una hoja blanca; al final del ejercicio, las 30-60 frases ofrecen material suficiente para componer una visión colectiva del futuro deseado, que siempre resulta ser una comarca sana, con pleno empleo, donde los productos locales son apreciados, hay equidad, educación y salud, la cultura es respetada, el rio baja limpio, hay acceso a la playa, los pájaros cantan, etc. ¿Qué nos lo impide? El tema ambiental ofrece la ventaja de que, salvo en casos extremos, ningún actor quiere destruir el entorno; el consenso suele ser completo y podemos aprovechar esta circunstancia para establecer objetivos comunes de largo plazo. El siguiente paso es afinar el diagnóstico con la participación de todos; aunque no sea perfecto, es el percibido; solo debemos asegurar que ningún aspecto fundamental ha quedado fuera. Como veremos, el mecanismo para hacerlo es un nuevo reto a la complejidad, y a la vez un ejercicio sencillo y abordable con comunidades rurales. Acordada la visión común viene la tercera pregunta: ¿Qué problemas impiden que esta visión se haga realidad? De nuevo se pide a cada participante que, tras 5 minutos de reflexión, escriba uno o dos problemas en una hoja anónima. Aparecen entonces 30-60 problemas que se van mostrando uno a uno para validar que, en efecto, son percibidos como tales por al menos algún sector. Los problemas obtenidos suelen estar relacionados por grupos, por ejemplo, «no vendo mis productos» o «no puedo mejorar mi finca» son consecuencia de «no
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
175
hay carretera» o «no tenemos crédito»; o bien «las casas rurales no son negocio» tiene relación con «el rio está contaminado». A la vista de todos, los problemas enunciados se colocan jerárquicamente por sus causas y efectos, abajo los causantes y arriba los subsidiarios, formando un árbol de problemas que permite identificar y acordar los principales problemas reales. Al final, cada problema se redacta de forma inversa para transformarlo en un objetivo –el rio esta sucio vs. el rio esta limpio- consiguiéndose un acuerdo casi completo sobre los ejes y la jerarquía de objetivos de un proyecto futuro. Con razonable precisión, la cacofonía inicial de 30 o 60 problemas heterogéneos se ha reducido a 4 o 5 grandes objetivos de consenso, cada uno de ellos con sus objetivos específicos y que conforman, como inverso del anterior, el árbol de objetivos. No importa tanto que el análisis sea técnicamente perfecto como que tenga sentido para los afectados y establezca una ruta donde la mayoría va a contribuir. De hecho, el «desarrollo sostenible» es una meta incierta que tiene diferente significado para cada sociedad; en los países pobres es mas social, el norte rico es más ambiental; en una ciudad puede contener el empleo y el ahorro energético, en las montañas de Bolivia la seguridad de las propiedades y el mantenimiento de los manantiales, y en el campo polaco la comercialización de sus productos o la recuperación del río. ¿Como abordarlo? Llegados a este punto se añade otro factor de complejidad, la desconfianza entre actores que rara vez han trabajado juntos: administración pública vs. ONGs, estas con empresarios, aquellos con líderes sociales, científicos con todos los demás, etc. A pesar de tener un diagnóstico y un proyecto comunes, vamos a encontrar conflictos de prioridades, protagonismos y desconfianza. Realmente, el problema ambiental no es otro que la falta de entendimiento mutuo sobre cómo proceder. Y no hay institución con la capacidad y competencia suficientes para resolver estos problemas, ni debería hacerlo sin el concurso de los demás afectados. El tránsito hacia la sostenibilidad es un desafío que involucra a la sociedad en su conjunto y ningún sector por sí mismo puede abordar o impulsar un proceso de tal complejidad. Es preciso encontrar acciones donde «todos ganan», buscar espacios de confianza para llegar al mayor consenso posible. Las partes defienden legítimamente sus aspiraciones, pero todas deben estar dispuestas a renunciar a algo para que el consenso, que no la unanimidad, sea máximo. Seleccionamos unas pocas acciones de interés común, aunque no sean las más relevantes desde el punto de vista técnico. Debemos evitar atajos tecnológicos que puedan privilegiar a unos mientras otros se rezagan y pierden interés por el objetivo común. Para abordar los objetivos acordados, se elabora un plan de acción a corto plazo, que ahora ya incluye acciones y fechas concretas. En este plan, los participantes votan las prioridades. La priorización es esencial para vencer la com-
176
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
plejidad porque el numero de acciones posibles es tan elevado que podría paralizarnos; de hecho, no tenemos ni la capacidad, ni la continuidad, ni la cultura de colaboración suficiente para abordarlo todo. Es preferible movernos juntos por tres objetivos de consenso, porque ya afinaremos lo que haga falta en el futuro; dice el refrán que lo perfecto es enemigo de lo bueno. Buscamos un número de acciones, preferiblemente menos de 10, entendibles y realistas, que obtengan el máximo acuerdo y para cuya ejecución sea necesario que participen varios actores. Para cada acción identificada se establece una organización responsable –debe haber alguien tirando del carro- y varias organizaciones colaboradoras. Para cada acción también se definen resultados precisos a un año, a 3 y a 10, y si es posible, se firman acuerdos. MANTENER LA INERCIA Pasado el ímpetu y la motivación inicial, hemos comprobado que estos procesos pueden decaer y disolverse; el tiempo borra los vectores del cambio. La discontinuidad es enemigo con muchas caras: un cambio político, un conflicto, falta de recursos para el proyecto, rebrote de tensiones entre actores, cualquier factor o la suma de ellos dan al traste con estos atractivos procesos de cambio. Aprovechar lo que ya existe, esta es una lección; no caer en la arrogancia de comenzar de cero, ni crear nuevas estructuras, sino fortalecer a los participantes y sus redes sin pretender sustituirlos, apoyando iniciativas que ya estén en marcha. Incluso las situaciones de conflicto se convierten en una oportunidad, pues con mucha frecuencia encontramos sociedades ya movilizadas, con objetivos justos –como los derechos de acceso a los recursos o a los mercados- pero incapaces de traspasar las barreras locales, o enquistadas en posiciones demasiado polarizadas que impiden la negociación entre las partes. Ver resultados concretos, es otra lección para mantener acuerdos y voluntad de participación. Cada pocos meses necesitamos una buena noticia, un logro evidente y mensurable. Por ejemplo, microcréditos rotatorios de vecino en vecino; placas solares que permiten a las familias optimizar sus horas de hogar y trabajo; reforestaciones que recuperan manantiales y aportan caza o leña. Utilizamos también los llamados tipping points27, conectores y factores de cambio cuya activación genera resultados desproporcionados al esfuerzo requerido -como enfermedades infecciosas, pero en positivo-. Por ejemplo, familias pobres que al recibir títulos de propiedad sobre sus casas y huertos ya pueden avalar créditos e invertir en proyectos; o bien, un sello que certifica la calidad social y ecológica de una explotación forestal, ampara la cadena desde el bosque hasta el producto final permitiendo que el consumidor final lo reconozca y con su compra premie a los productores responsables; o su inverso, una cam27 Gladwell, Malcolm. 2000. The Tipping point: how little things can make a big difference. Little Brown Eds. 2000, y Ed. Abacus 2004.
Capítulo 2: Hacia una antropología compleja
177
paña en TV –por ejemplo, el dedo sangrante de un orangután saliendo del envoltorio de una famosa chocolatina- que detuvo en seco a la multinacional que impulsaba la deforestación y la acumulación de tierras en Indonesia. EVITAR LA DERIVA AL CAOS INICIAL Supongamos que la sociedad local ha compartido un diagnóstico, encontrando el consenso en una serie de objetivos simplificados, y ya tiene resultados visibles. Pero en conjunto, todos estos logros pueden quedar aislados como resultados parciales, desmembrados de aquella visión integral a 30 años del principio, y sujetos a todos los cambios impredecibles que afectan a cualquier sistema socio-económico. El verdadero quid de la cuestión está en construir sistemas auto-regulados, capaces de evaluarse y adaptarse permanentemente. Una herramienta poderosa es reducir la complejidad a unos pocos factores estratégicos que pueden ser seguidos por la mayoría. Estos factores que representan la visión común pueden representarse con indicadores ambientales, sociales y económicos sencillos que todos puedan entender. Los propios participantes los proponen. Para establecer un sistema de estas características nos hacemos tres preguntas: ¿Que monitorear? Todos tenemos algún indicador en la cabeza: el interés bancario, la prima de riesgo o los puntos que lleva nuestro equipo favorito en la liga. Pero ¿no es más importante saber cuánto empleo sostenible se ha creado, cuanta agua queda o cualquier otra pregunta que se desprenda de nuestros objetivos de futuro? Un ejemplo proviene de Menorca, donde se hizo un ejercicio muy completo. La sociedad había desarrollado su visión para esta isla y propuesto un plan de largo plazo. Los académicos presentaron cuatrocientos indicadores de sostenibilidad, importantes para especialistas pero irrelevantes para la mayoría y en cualquier caso imposibles de comunicar para hacer reaccionar a la sociedad. Se consiguió que los participantes identificaran diez indicadores (cuatro ambientales, tres sociales, dos económicos y uno político), sencillos y mensurables, que para ellos representaban a una sociedad mejor. Pasar de 400 a 10 es un ejercicio de simplificación loable y muy útil. Segunda pregunta ¿Quién monitorea? Lo evidente: el gobierno, quizá la universidad. Pero es preferible que cada actor se encargue del indicador de su especialidad –los pescadores de la pesca; el gobierno local del reciclaje de residuos; el sector turístico del grado de ocupación; la universidad de índices de diversidad económica; las ONGs de fauna amenazada, etc.– Así, una vez al año se reúnen de nuevo, dando oportunidad para analizar los avances, sostener la coherencia por los objetivos de largo plazo, corregir prioridades, y más importante, mantener una responsabilidad compartida por los resultados. También nos preguntamos ¿Para quién monitoreamos? La respuesta no debe ser «para el gobierno», sino para toda la sociedad. Estos indicadores, que son relevantes para la mayoría, pueden aparecer regularmente en la prensa local
178
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida.
–además de los resultados del futbol- contribuyendo a una sociedad mas responsable y democrática. LECCIONES APRENDIDAS Después de décadas hemos aprendido a aceptar la complejidad, llegado a un punto en que estos proyectos ya no nos abruman. El desarrollo sostenible es un blanco móvil y cabalmente, indefinible. Nadie sabe dónde está, y en realidad tampoco debe importarnos. A cambio, estamos seguros de que el actual modelo no lo es, y que por tanto debemos movernos hacia la sostenibilidad (social, ambiental, económica). Para esta transición no existen recetas, ni siquiera puntos de llegada conocidos o previsibles. Hay pocas certezas, los planes lineales no sirven, la mayor parte de la dinámica socio-económica no se puede prever. Tenemos sin embargo algunos principios metodológicos que funcionan: compartir un diagnóstico del presente y una visión de futuro, simplificar la realidad con los criterios de los propios afectados, coincidir en las prioridades, repartirse las responsabilidades, construir un sistema adaptativo contra la incertidumbre (Gráfico 2).
Gráfico 1
Gráfico 2
En este gremio no podemos tener expectativas temporales rígidas ni obsesionarnos con los productos o con la perfección de los planes. No son ejercicios de una vez, sino procesos permanentes que exigen flexibilidad, aprendizaje, aceptar el derecho a error. Los métodos adaptativos nos sirven más que el conocimiento. Aceptando la inmensa diversidad de la sociedad, y del entorno natural, y la extrema complejidad de estas relaciones, pretendemos evolucionar del concepto monolítico del «mando y control», a un nuevo punto de encuentro con responsabilidad compartida, basado en la «co-gestión adaptativa», buscando ese punto de encuentro de todas las complejidades de nuestra sociedad. Para ello, necesitamos al menos tres anclajes: saber dónde estamos –parece de Perogrullo pero no lo saben ¡ni en el Congreso de los Diputados!-, saber a dónde queremos ir –algo de lo que tampoco escucharemos hablar a nuestros representantes- y, por ultimo, saber en qué dirección nos estamos moviendo. Ya decía Antonio Machado …no hay camino, se hace camino al andar.
Capítulo 3 Hacia una sociología compleja: relación, acción, organización y estrategia LIBERTAD Y PREDICCIÓN EN CIENCIAS SOCIALES Manuel Martín Serrano
En este artículo realizo una revisión de los escritos que he publicado sobre los sistemas finalizados por la intervención humana. Son trabajos que inicié en 1973 y que he seguido desarrollando en posteriores publicaciones. Están dedicados a reconstruir una sociología de la praxis, sobre los fundamentos epistemológicos y metodológicos que han renovado el espacio de los conocimientos científicos. La sociología de la praxis se refiere a los cambios sociales que estén relacionados con la acción social. Es una propuesta que está implícita en Hegel y explícita en el empeño de sus discípulos; principalmente en los materialistas dialecticos, cuando describen la praxis, como un saber para entender el mundo y al tiempo, un hacer para transformarlo. A lo largo de los dos últimos siglos, se ha acumulado un importante capital de producción teórica relativa a las acciones colectivas que producen cambios sociales y políticos; y en la práctica, se pudo comprobar las consecuencias históricas que ha tenido. Es una herencia cuyos aciertos y errores son parte de la sociología de la praxis. Sin embargo, ha sido necesario aguardar hasta la segunda mitad del siglo XX, para que la epistemología aclarase las mediaciones que existen entre los proyectos de intervención en las organizaciones y sus efectos. Y para disponer de las metodologías (lógicas, sistémicas, cibernéticas, entre otras) que pueden ser aplicadas para el estudio de cómo los designios humanos finalizan el funcionamiento del mundo. Son avances epistemológicos y metodológicos que hacen posible reconstruir una sociología de la praxis, sobre fundamentos que han renovado el espacio del conocimiento científico. LOS SISTEMAS FINALIZADOS POR LA INTERVENCIÓN HUMANA Cuando la intervención de agentes, individuales o colectivos, modifica la organización o funcionamiento de un sistema, en base a algún propósito cons-
180
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
ciente o no consciente, esa intervención lo finaliza. El término sistema cuando se utiliza para designar entidades reales, se opone al término agregado; ambos son conjuntos, entidades que se constituyen por la concurrencia de más de un elemento. Los diferencia el hecho de que el conjunto de elementos de un sistema muestra una organización de la que carecen los elementos del agregado. Denomino «Sistemas finalizados por la intervención humana» aquellos cuyo estado y transformación pueden deberse, en mayor o menor medida, a afectaciones producidas por agentes individuales o colectivos. Están finalizados todos los sistemas en los que se impliquen: - Los comportamientos de las personas. - Las actividades de los grupos y de las organizaciones. También lo están aquellos sistemas que incluyan entre sus componentes: - Necesidades, aspiraciones humanas. - Productos y servicios destinados a su satisfacción. - Cualquier objeto no producido por el hombre, del que éste se apropie o trate de servirse. Están finalizadas todas las organizaciones naturales, como familias y sujetos que asumen los roles prescritos y lo mismo ocurre con las organizaciones institucionales; por ejemplo las educativas y quienes en ellas desempeñen funciones: profesores, alumnos... Se han finalizado todos los sistemas en cuya composición o funcionamiento intervienen: Ideas, conceptos, conocimientos, representaciones. Normas, valores. Reglas: códigos, modelos. Y finalizados están los lenguajes, por necesidades e intenciones -colectivas o individuales- que determinan uno u otro manejo del discurso. Y están generalmente finalizados los referentes del discurso. Están finalizados los sujetos humanos que asumen roles en cualquier organización que participe en la producción o reproducción social: por ejemplo, sanos y enfermos en un sistema sanitario; y están finalizadas las correspondientes distinciones socioculturales, por ejemplo, salud y enfermedad (Martín Serrano, 1978). Esta enumeración podría ampliarse considerablemente. En todo caso hay suficientes ejemplos para comprobar que las ciencias sociales y humanas se ocupan de un gran número de sistemas finalizados. Pero también las restantes ciencias estudian organizaciones que son finalizables. Porque la humanidad está cada vez más capacitada para controlar su entorno y sus propias comunidades; y a partir de la industrialización, tales acciones están reorientando los procesos naturales y sociales a un ritmo cada vez más acelerado. Por ejemplo, dichas intervenciones tienen que ser consideradas por las disciplinas que se ocupan de ecosistemas, sistemas tecnológicos; de la producción de cosas materiales y objetos simbólicos; y progresivamente, también por las ciencias que se ocupan de procesos cosmológicos o de la vida. Todas ellas tienen que tomar en cuenta tales actuaciones, porque pueden reorganizar/desorganizar- e incluso destruir-los propios sistemas. En artículos y libros
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
181
publicados entre 1970 y 1980, indiqué que las fronteras del conocimiento están en los campos donde confluyen leyes naturales e intervenciones humanas. Cómo crear una epistemología de sistemas finalizados por mediación humana Para conocer el funcionamiento de los sistemas finalizados y prever sus transformaciones, hay que tomar en cuenta tanto sus constricciones, (leyes, reglas, normas…) que serán más o menos determinantes, como las opciones (modificaciones del sistema posibles para la intervención de los agentes sociales) que resultarán ser más o menos indeterminadas. La finalización es una modalidad de control, que se basa en operar (de forma consciente o no) con los componentes y reglas propios de cada sistema, para lograr algún propósito. Las ciencias cuyos objetos de estudio estén afectados por esta [determinación/ indeterminación], requieren la creación de nuevos paradigmas que tengan su fundamento en Una epistemología de los sistemas finalizados por la intervención humana (confróntese Martín Serrano, 1978). Paradigmas capaces de vincular la necesidad con la libertad. La epistemología que se ocupe de los sistemas finalizados reincorpora la acción social como componente del conocimiento científico. Utilizo el término reincorporar (y no incorporar) porque el estudio de ese vínculo [necesidad ↔ libertad], dio origen a las ciencias sociales. Fue una propuesta de los Iluministas, en la que persistieron los comtianos y seguidamente los marxistas. ESTUDIO DE FINANALIZACIONES CON CONSECUENCIAS EN EL CAMBIO SOCIAL Utilización de modelos cibernéticos. Características y aplicaciones Todas las disciplinas que estudian sistemas sujetos a la intervención humana pueden aplicar metodologías praxeológicas1. Entre otras opciones, se dispone de la cibernética, principal metodología que se utiliza en este trabajo. N. Wiener escribe: «cibernética es la ciencia del control y la comunicación en el animal, en la máquina y en los hombres» (entiéndase «comunicación» como autocontrol de los sistemas o feedback).2 En Cibernética y Sociedad Wiener ya está seguro de que ha creado un método válido, no solo para trabajar en la física y las máquinas, sino también con las sociedades. Describo ahora algunas peculiaridades y prestaciones de la cibernética que es conviene tomar en cuenta para el estudio de las finalizaciones que tienen consecuencias en el cambio social. 1. La cibernética es una metodología que se aplica al estudio de los organismos. Son organismos, en sentido cibernético, todos los sistemas que tengan en su conformación la capacidad de determinar en alguna medida sus propias Que sirven al tiempo, como útiles de conocimiento y de intervención sobre la realidad. Wiener, N. (1948). En esta primera edición, Wiener define la Cibernética como «la ciencia del control y de la comunicación en el animal y en la máquina». En la siguiente edición añade que es «la ciencia del control y la comunicación en el animal, en la máquina y en los hombres». 1 2
182
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
transformaciones. Los organismos de todos los seres vivos la tienen, también la poseen otros sistemas que se auto-regulan como respuesta a estímulos externos. Se comportan así un buen número de sistemas físicos, tecnológicos, cognitivos o culturales. Suelen funcionar como organismos cibernéticos los sistemas demográficos, la burocracia, los sistemas económicos, las representaciones sociales, la comunicación social. La autorregulación requiere que cada sistema incluya determinados componentes y funcione en base a ciertas reglas. 2. Los componentes que forman parte de los organismos son, en la mayoría de estos sistemas, heterogéneos. Véase en estos dos ejemplos3: Componentes a nivel del funcionamiento de los ecosistemas físico-biológicos: Factores climáticos (pluviosidad, desecación)
Cantidad de hierbas de la sabana
Cantidad de animales herbívoros (presas)
Cantidad de animales carnívoros (depredadores)
Componentes a nivel del funcionamiento de los sistemas comunicativos: Actor / Emisor
Instrumento tecnológico de comunicación: Teléfono
Mensajes
Actor / Receptor
3. La cibernética es una de las metodologías en las que se aplica el análisis sistemático, técnica que se utiliza para estudiar la organización de todos los sistemas (en ocasiones se denomina análisis sistémico). El análisis sistemático relaciona la organización del sistema que se estudia, con los estados que puede (y que no puede) presentar. Se basa en el principio de que en los sistemas existen, por definición, relaciones entre la formación de la estructura y la de los procesos4. Para conocer esas relaciones, procede de la siguiente manera: -Investiga cuáles son los componentes del sistema que están implicados en la aparición de sus estados. -Identifica en qué consiste esa implicación y averigua las características de los componentes, que tienen que ver con su pertenencia al sistema5. Cuando se ha averiguado esa con-formación, (de la formación de la estructura con la formación de los procesos) se ha identificado la forma en la que se relacionan la organización y el funcionamiento del sistema. Dicha forma se puede representar en un modelo sistemático (o sistémico): «Los modelos sisteMartín Serrano, Manuel (1982): Sistema disponible en http://eprints.ucm.es/14039 En la estructura de un sistema hay relaciones invariantes entre componentes, que se mantienen cuando el sistema se transforma; en su funcionamiento también operan los invariantes, porque el sistema puede anular los cambios introducidos por su propia actividad. 5 El objeto de estudio de un análisis sistemático debe ser un sistema real; todos los organismos lo son. Características de los componentes implicados en un sistema: 1) han sido seleccionados; 2) se distinguen entre sí; 3) se relacionan entre sí; de modo que esas características pueden ser explicadas como consecuencia de su pertenencia al sistema. Martín Serrano (1982). 3 4
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
183
máticos aclaran la forma específica en la que un conjunto de elementos se transforman en componentes de un sistema que les integra y les regula». Todos los modelos sistemáticos bien construidos toman en cuenta los componentes que están implicados en el sistema y las relaciones que derivan de esa implicación (y solo esos componentes y esas relaciones). La forma de los modelos sistemáticos reproduce la forma en la que están conformados los sistemas a los que representan. Brevemente: los modelos sistemáticos son representaciones isomorfas de los sistemas. 4. La cibernética traslada la forma propia de cada organismo, a un modelo de simulación. Los modelos sistemáticos son -además- modelos cibernéticos, si se pueden utilizar como modelos de simulación. Características de la forma de estos modelos con respecto a la forma de los organismos de referencia: -Es un código o incorpora un código, que puede explicar, en todo o en parte, la forma en la que el sistema está configurado y funciona. -El código permite llevar a cabo operaciones con el modelo (a nivel formal), en las que se puede ensayar y prever, con mayor o menor precisión, los estados y transformaciones que podría adoptar el organismo (a nivel real). -Cuando la forma del modelo de simulación permite esas operaciones, es conmutable con la forma del organismo. Por ejemplo, la forma en la que se opera con las formulas químicas es conmutable con la forma en la que reaccionan los correspondientes componentes cuando se les combina. La conmutabilidad es el fundamento de la simulación. Y la simulación, es una de las más importantes aportaciones de la cibernética a la metodología y a la práctica de las finalizaciones. 5. Los modelos cibernéticos de simulación son herramientas para la decisión. Los modelos de simulación se pueden utilizar para tomar decisiones, que serán más o menos arriesgadas, según el organismo del que se trate y dependiendo del grado de conmutabilidad que tenga el correspondiente modelo6. La información que aportan estos modelos, sirve al tiempo: a) Para disponer del código que se corresponde, en mayor o menor grado, con la forma en la que cada sistema está configurado y funciona. b) Para anticipar, con más o menos probabilidad de acierto, las transformaciones que son previsibles, con el paso del tiempo, de los organismos cibernéticos. Entre ellos, hay que incluir a numerosas organizaciones que pueden ser transformadas por intervenciones de los agentes sociales que las finalizan. c) Para ensayar, con más o menos certidumbre, las estrategias de intervención alternativas que son posibles y prever sus eventuales consecuencias. 6. En síntesis, los modelos cibernéticos son representaciones de los sistemas que se pueden utilizar como herramientas de simulación, para anticipar previ6 El estado y los comportamientos de los sistemas presenta diferentes grados de libertad (el total de los estados/transformaciones posibles). Cuanto mayor sea el numero de grados de libertad, menor será la certidumbre con la que se pueda prever cuál de esos cambios vaya a producirse en un momento dado.
184
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
siones prospectivas y realizar intervenciones praxeológicas. Tales aplicaciones son posibles porque son representaciones isomorfas y conmutables: a) por lo primero reproducen la forma en la que el sistema está configurado; b) por lo segundo las operaciones con un modelo cibernético, son equivalentes a las modificaciones que suceden en el sistema cuando se transforma. Investigación de cambios sociales relacionados con la acción social Estos análisis permiten continuar elaborando la teoría y metodología requeridas para el estudio de sistemas finalizados. Concretamente, vienen a cuento para analizar los cambios sociales relacionados con la acción social. Con ese objeto, se propone: analizar las formas de generación y transformación de los sistemas propias de la acción social; mostrar cómo pueden representarse esas acciones en modelos de simulación y describir las aplicaciones de tales modelos para el desarrollo de la sociología de la praxis. Características de sistemas sociales que posibilitan análisis praxeológicos: -La acción social es una actividad de agentes, individuales o colectivos, que finaliza el funcionamiento de las organizaciones sociales en base a algún propósito, consciente o no consciente. -En la medida que la sociología se propone prever los cambios sociales que estén relacionados con la acción social, toma en cuenta tanto las condiciones objetivas que limitan la generación de los sistemas sociales y sus transformaciones (las constricciones) como el control que pueden ejercer sobre tales determinaciones, la intervención de los agentes sociales (las finalizaciones). -Los sistemas en los que cabe realizar esos estudios, tienen las características que hacen posible el recurso a metodologías sistemáticas y de simulación. -Cuando se dispone de información para identificar la forma en la que tales sistemas funcionan, pueden crearse modelos cibernéticos para el estudio sociológico de las finalizaciones con consecuencias en el cambio de las sociedades. La elaboración de modelos de simulación, para anticipar previsiones prospectivas y realizar intervenciones praxeológicas, aporta una herramienta muy útil para el estudio de los cambios sociohistóricos. Ciertamente, esas transformaciones interesan a las ciencias históricas, pero también a la economía política, a los estudios socioculturales y en general, a todas las disciplinas que tomen en cuenta la antropogénesis y la sociogénesis (cambios que conforman y transforman a los seres humanos y a sus organizaciones sociales. La finalización es un componente imprescindible para describir esas transformaciones). LA CONSTRUCCIÓN DE LOS HECHOS SOCIALES Queda dicho que las ciencias sociales, pueden y deben tomar en cuenta las acciones sociales que tienen consecuencias en el cambio de las sociedades. Estos estudios introducen la orientación prospectiva y praxeológica en los análisis sociológicos y se pueden aportar innovaciones epistemológicas. Revisé en
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
185
mis escritos el concepto de Hecho social, necesario para el avance de las ciencias sociales, ya que la forma en que se viene concibiendo, limita las posibilidades de su desarrollo. Dificulta los análisis macro-sociológicos, el estudio de cambios sociohistóricos y las posibilidades de generar conocimiento para orientar la acción social. Retomo ahora esa revisión, para adecuarla a desarrollos teóricos y metodológicos que en su momento no estaban disponibles. Como se sabe, los hechos sociales son objetos de estudio que ha propuesto el Realismo Sociológico. En base a ellos, Durkheim propone en 1895 elaborar una ciencia sociológica inmanente; quiere construir la Sociología sin acudir a elementos extra-sociológicos o meta-sociológicos. Fue un meritorio empeño en una de sus primeras obras, de emancipar a la sociología de otros saberes. Pero desde 1931 sabemos que esta pretensión es imposible, porque se funda en un error epistemológico.7 El Realismo Sociológico limita los Hechos sociales a emergentes que, desde algún punto de vista a priori, se consideran de naturaleza social. En concreto, Durkheim los restringía a los aconteceres cuyos efectos sociales son «constantes», por ejemplo las tendencias al suicidio. En los análisis que siguen, se muestra que los supuestos del Realismo Sociológico no son adecuados para identificar todos los aconteceres que tienen efectos sociales; ni para prever las transformaciones que inducen en las organizaciones sociales; ni para conocer las actuaciones posibles y sus posibles efectos, cuando se quiere intervenir en el estado del mundo y las sociedades. Creo precisas algunas correcciones en los axiomas del Realismo Sociológico: 1º Los cambios que tienen efectos sociales, no son necesariamente de origen social. Por ejemplo, el calentamiento global es una transformación de los ecosistemas que produce cambios de naturaleza física y biológica y tienen efectos sociales con consecuencias a nivel macro-sociológico y sociohistórico. Esos efectos -a la vez naturales y sociales- están relacionados con las interdependencias que existen entre los correspondientes sistemas. En otros escritos (Martín Serrano, 2008) mostré que la acción social va aumentando la capacidad de finalizar esa interdependencia. De la rectificación de este axioma, derivan dos corolarios, que se cumplen en el ejemplo del calentamiento global: -Los sistemas cuyas transformaciones tienen consecuencias sociales, no son necesariamente organizaciones sociales. -Los efectos macro-sociológicos (que afectan a la marcha de las sociedades) resultan de las interdependencias entre sistemas de diversa naturaleza. 2º Los aconteceres con consecuencias sociales, no son necesariamente aquellos que producen efectos constantes. Cuando los análisis tienen dimensiones sociohistóricas y macrosociológicas, hay que tomar en consideración 7 La aplicación del teorema de los tipos lógicos de Gödel (1931), demuestra que el propósito de producir una ciencia sociológica inmanente sin acudir a fundamentos meta-sociológicos es tan irrealizable como tratar de salir de un pantano tirando de los propios cabellos.
186
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
efectos que son inconstantes (Durkheim) y que, sin embargo, cambian el funcionamiento de las sociedades. Generalmente son producidos: - Por emergentes irrepetibles. Hechos que tienen consecuencias sociales y han sucedido una única vez: Descubrimiento de América; holocausto; utilización de bombas atómicas sobre Japón; descomposición de la URSS. -Por emergentes que producen efectos diversos y en ocasiones contradictorios, hechos cuyas consecuencias varían según la época, lugar y escala de observación que se considere: Migraciones; control de la concepción; virtualización de las Interacciones; previsiblemente, el control del genoma humano. 3º La realización de actividades sociales requiere que las organizaciones sociales, sean sistemas capaces de integrar componentes de naturaleza heterogénea. Estas organizaciones suelen configurarse con seres humanos a título individual y colectivo, pero también exigen recursos materiales y regulaciones. Una de las razones por las que las sociedades humanas existen, funcionan y se perpetúan, es porque tienen capacidad de integrar en el mismo sistema, componentes infraestructurales, estructurales y supraestructurales, y de hacer un uso social de las prestaciones que ofrecen dichos sistemas. Así, en la organización y funcionamiento de un sistema de comunicación social se implican comunicantes humanos que realzan comportamientos indicativos. El sistema también incorpora materiales expresivos, naturales o artificiales –tablilla de barro, soporte de papel- e instrumentos, biológicos y tecnológicos –órganos fonoacústicos, teléfonos-. Incluye componentes cognitivos y narrativos, que son representaciones individuales y colectivas, privadas y públicas, referidas a los objetos de referencia a propósito de los que se comunica. Componentes que se utilizan para la producción, recepción, intercambio de señales que tienen valor informativo para comunicantes que compartan el mismo código. Corolarios: cabe aceptar como componentes de los sistemas sociales a todo tipo de elementos, sin someterles a ninguna previa restricción por razón de su naturaleza y para realizar análisis de los sistemas no se requiere que todos los elementos tengan idéntica naturaleza. Basta con que formen parte de un mismo sistema, que les integra y regula. 4º Todos los Hechos que acontecen pueden llegar a ser, o no llegar a ser nunca, Hechos sociales. Por ejemplo, el adulterio es un Hecho; que haya o no haya que incluir al adulterio entre los hechos Sociales, dependerá de la forma en la que se interprete dicho comportamiento en la sociedad de referencia: no formará parte de los hechos sociales en sociedades donde se le dé el significado, de que es un Hecho, que se circunscribe al ámbito privado. Pero el adulterio se habrá transformado en Hecho social, allí donde se haya establecido que es un comportamiento cuyas consecuencias transcienden al ámbito colectivo. La condición de Hecho social no deriva aquí, de que sea una práctica que existe en todas las sociedades. Sucede porque en determinadas culturas, se le prohíbe, se penaliza y eventualmente se castiga incluso con la muerte.
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
187
Cualquier Hecho se transforma en Hecho social cuando hay una regulación (moral, jurídica, consuetudinaria…) que le atribuye un significado que tiene que ver con intereses colectivos. Por eso, los Hechos sociales implican algún designio (económico, religioso, político, o de cualquier naturaleza) que se trae a colación, de forma explícita o implícita, para proponer/imponer determinadas acciones a los miembros de la comunidad. Como conclusiones: 5º Al considerar la acción social, el carácter sociológico de los objetos de estudio de la sociología, no deriva de su naturaleza sino de su finalización. 6º Los Hechos que acontecen llegan a ser sociales cuando se les finaliza. Cómo los agentes sociales construyen Hechos Sociales y cómo se finalizan los elementos que llegan a ser sus componentes Cuanto hay, lo que está dado; cuanto sucede, previsto o imprevisto, son elementos que pueden formar parte de Los Hechos. Los observadores, pueden considerar diferentes elementos como componentes de los mismos Hechos, o los mismos componentes como partes de Hechos distintos. Los Hechos en sí, son entidades pre-sociales. Cuando una entidad social (institución, comunidad u otro colectivo) configura unos Hechos y opera con sus elementos de una forma determinada, lleva a cabo una transformación social de dichos Hechos. Los agentes sociales transforman cualquier Hecho en materia de fenómenos sociales cuando los finalizan. La finalización implica una determinada representación del significado social de Los Hechos. La finalización requiere acciones de los agentes sociales que organicen o reorganicen los Hechos. Los Hechos objeto de una transformación social devienen Hechos Sociales. LAS MEDIACIONES QUE LA SOCIEDAD OPERA CON LOS HECHOS La finalización implica actividades mediadoras Definición de actividades mediadoras adaptada al análisis de finalizaciones: «Mediar es operar con la acción que transforma, la información que conforma y la organización social que vincula, para introducir un designio». Son actividades mediadoras: la definición de los Hechos; el significado que se le atribuye a esos hechos cuando se les transforma en Hechos Sociales. Los análisis que siguen se utilizan para ilustrar las siguientes características de las operaciones mediadoras: 1. De los mismos elementos se pueden tomar en consideración datos diversos. De esta forma es posible enunciar Hechos de referencia diferentes. En esta ocasión, se conforman tres Hechos. 2. Es posible un repertorio de representaciones diferentes de un mismo Hecho, que le atribuyen significados distintos. 3. Cada Hecho puede ser transformado en diversos Hechos sociales. Dependerá de cuál sea el significado social que se le asigne. 4. Cada Hecho social es una transformada social. Representa una forma de-
188
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
terminada de enfrentarse o intervenir con los Hechos8. 5. Pueden existir (o se pueden elaborar) modelos sociológicos cuya forma, se corresponde con las formas de transformar Hechos en Hechos Sociales. Primer ejemplo: Enunciado de un Hecho: «El loco con el bisturí mata al médico». El enunciado designa un suceso real, pero permanece como referencia a un acontecer que puede (o no) llegar a ser de naturaleza social. He aquí una transformada social de este acontecer real: «El alienado asesina al alienista». Esta configuración social tiene una forma que puede replicarse en la forma de configuración de un modelo sociológico que tiene un significado ya establecido. Aquí, ese modelo se significa como «agresión paranoica». Si la forma del modelo «agresión paranoica» está determinada por la forma que tiene la transformación social, ambas son configuraciones isomorfas. Siendo así, «El alienado asesina al alienista» puede conmutarse por «agresión paranoica» ya que la transposición del plano real al plano formal, reproduce la misma conformación. Con la ventaja de que no será necesario experimentar a nivel de la organización social con alienados asesinando alienistas, para «simular» cómo operan las configuraciones sociales con este Hecho. Segundo ejemplo: Los mismos datos pueden tener como referencia Hechos distintos: «El médico con el bisturí mata al loco», enunciado de un hecho alternativo. A su vez, este acontecer puede configurarse socialmente de diversas formas. Una transformada social puede ser: «El alienista asesina al alienado». El modelo sociológico que corresponda a esta forma de configurar el Hecho podría corresponder bien a eutanasia o bien a crimen. Para aclarar cuál de estos dos modelos posee esa correspondencia, es necesario averiguar los significados concretos que se le hayan asignado al Hecho «El médico con el bisturí mata al loco»; los significados estarán contenidos en la referencia que regule esa representación (p. e., en la legislación a la que se remita, si fuese un juicio; en los principios que se mencionen si se tratase de un relato de la comunicación pública). Tercer ejemplo: Otra transformación social del mismo Hecho: «el funcionario público vela por la pureza de la raza eliminando a un no apto para la vida». Tal configuración podría conmutarse en un modelo sociológico como «eugenesia». Las mediaciones, la ética y la construcción de Hechos Sociales La mera aparición de «el hecho» no predetermina ningún significado antes de su transformación social. Un mismo Hecho contiene potencialmente un repertorio de representaciones sociales diferentes e incluso contrapuestas. En términos generales, se denomina transformada, a cualquiera de los estados del sistema que pueden generarse a partir de la forma que integra y regula ese sistema. 8
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
189
Cualquiera es posible antes de que al Hecho se le torne en Hecho Social. Como los Hechos no predeterminan ningún significado, los valores no están pre-configurados en los Hechos. Puede ser que un modelo sociológico sea isomorfo de una transformación social que se considere perjudicial o inadmisible. Así sucede en alguna de las configuraciones que están sirviendo de ejemplo. Ciertamente no resulta indiferente desde el punto de vista de los valores, que el Hecho «el médico con el bisturí mata al loco» se paute con el significado de «eutanasia» o de «crimen» o de «eugenesia». Está claro que toda finalización implica juicios de valor que merecen un examen deontológico. Pero los juicios de valor se incorporan en el momento en el que el mediador transforma a Los Hechos en Hechos Sociales. Por lo tanto no es en los hechos, sino en sus transformaciones sociales, donde cabe examinar las dimensiones éticas de la acción social. La moralidad o inmoralidad, o cualesquiera otros valores que se traigan a colación, tienen que ver con la finalización; es decir, con las intervenciones de la comunidad que controlen la forma en la que se desenvuelven Los Hechos. Las consecuencias de Los Hechos serán beneficiosas, o perjudiciales, para sus comunidades. La acción eficaz para evitar consecuencias indeseables debe incidir sobre la transformación social para configurarla de otra manera. Ese propósito requiere: -Conocer los principios y valores que hayan orientado las intervenciones de los agentes sociales. -Identificar cuál sería la acción eficaz a nivel social, que podría eventualmente cambiar esa transformación por otra. Los modelos de simulación sirven, entre otras cosas, para realizar estos análisis que relacionan la finalización de las acciones sociales con la deontología. Es condición imprescindible, si se quiere hacer un empleo deontológico de la simulación, que el modelo represente precisamente los valores que estén mediando la transformación social y excluya cualesquier otro valor. La manipulación del modelo para que se ajuste a una forma de transformación, sólo servirá para romper el isomorfismo del modelo con la acción social que pretende operativizar. La representación de los datos en el modelo no sería conmutable con su configuración social. El modelo carecería de validez, no tendría utilidad predictiva ni serviría para intervenir. Rechazar un modelo valido y operativo, sería como romper el termómetro que mide la fiebre. LA VALIDEZ DE LOS MODELOS SOCIOLÓGICOS QUE REPRESENTAN SISTEMAS FINALIZADOS Y SU INTERPRETACION
El criterio sistemático de validez consiste en la correspondencia entre la forma del modelo y la forma del sistema al que representan. Se toma en cuenta el isomorfismo entre dos configuraciones: la configuración formal de los constructos que crea el analista y la forma de configuración que se materializa en una determinada organización. Este criterio de validez, se aplica a todos los
190
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
modelos que representen sistemas. Tiene valor universal, cualquiera que sea el campo científico en el que se aplique. Rige para modelos que corresponden a organizaciones microsociales (por ejemplo, organigramas de empresas y sociogramas de grupos de convivencia); también para modelos que corresponden a transformaciones macrosociales (por ejemplo, los de la economía política que describen las fases de transformación histórica del Capitalismo). Cuando el modelo se aplica con éxito para simular el funcionamiento del sistema al que representa (cuando es conmutable) se dispone de un modelo cibernético. Por ejemplo, los antropólogos han formalizado en modelos de simulación, las variantes de familias que pueden existir, tomando en cuenta reglas de exogamia y residencia. Un modelo de simulación es una herramienta prospectiva y utilizable para la acción social, pero su capacidad de predicción depende de las características de los sistemas a los que representa. Todo modelo sociológico válido para la finalización está sujeto a la obsolescencia que produce el cambio de los sistemas a los que representa. Un modelo que guía la acción con la que se modifica, sustituye una configuración social determinada, se auto-invalida cuando se producen dichas transformaciones. Utilizando conceptos dialécticos de Hegel: el movimiento de la historia supera al conocimiento que está reflejado en las ciencias sociales. Únicamente los «modelos de modelos» podrán quedar como adquisiciones definitivas: precisamente porque, al incluir todas las posibles transformaciones, su referente es la lógica y no la historia. La interpretación de un modelo valido puede requerir una reconstrucción del conocimiento científico. Puede suceder que se conozca la forma en la que una comunidad organiza y opera con determinados Hechos que somete a su control. Incluso cabe representar esa forma de transformar los Hechos en Hechos Sociales en un modelo de simulación. Y sin embargo, es posible y frecuente que no se comprenda por qué existen esas configuraciones. Esa dificultad es frecuente en estudios de antropología cultural, investigaciones de historia de las ideas y, en general, cuando el intérprete desconoce las categorías socio-culturales propias de la comunidad que analiza. Véase en este ejemplo: «No come el pez longevo, calvo, sin dientes», descripción absurda para nosotros, pero significativa para los indios Menomini de los Grandes Lagos, o los Chippewa, pertenecientes al Clan del Pez, que diferenciaban a todos los miembros calvos y suponían que vivían larga vida. La sentencia es un Hecho al que estas comunidades asignan diversos significados. Se necesita conocerlos para comprender cómo se transforma este acontecer en Hechos Sociales. La cibernética es una metodología potente para representar lo que hacen los componentes en el sistema que les organiza, pero no está pensada para interpretar lo que son tales elementos. La comprensión de significados sigue, en lo esencial, dependiendo de la capacidad de interpretación que tenga el analista.
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
191
Escribí en 1974: Quizá por primera vez, y a partir de la utilización de la informática, estamos en una situación cultural en la que el conocimiento va a ir por delante de la comprensión. Un estado de la investigación en el que habrá un «saber» disponible en espera del «comprender». Cuarenta años después de esa observación, los recursos informáticos hacen mucho más fácil la formalización de las conformaciones de los sistemas. Por lo tanto, será más frecuente que la transformación social de algunos Hechos, no se pueda relacionar con una representación identificable para el analista. En estas ocasiones existe el riesgo de sacrificar la validez del modelo, en aras de interpretar Los Hechos de un modo comprensible para el analista y su público. Algo tendrá que ver esa facilidad para procesar sin entender, con la deriva que se observa en la producción sociológica, hacia una sobreabundancia de datos que aportan poca o ninguna innovación de ideas. El gusto por la redundancia y la aversión al riesgo epistemológico se promueve por las revistas del ramo, en las que se vuelve a imponer como en los tiempos de «la filosofía perenne» el juicio de autoridad que coarta la imaginación sociológica9. Nuevamente, con la exigencia de mencionar las citas correctas, que en nuestro tiempo suelen ser las más recientes. La citación ocupa en estos medios el lugar que debía de estar reservado para la capacidad de interpretación, Un requisito que en última instancia, defiende la endogamia y la ortodoxia. Estos procederes ponen de manifiesto «una actitud ideocéntrica», nominación con la que señalo un dogmatismo: exigir que toda transformación social de los Hechos, reciba un significado desde una categoría prefijada. Sin embargo, hay Hechos Sociales cuya forma contradice o rebasa las categorías reconocidas. Generalmente son los objetos de estudio que más contribuyen a la comprensión del conocimiento y por lo tanto, a la innovación científica. En el caso de los estudios sociológicos, el ideocentrismo suele producirse cuando el observador no identifica (en lo que existe, emerge, cambia) los significados que transforman los Hechos en Hechos Sociales. El ideocentrismo es responsable de la re-significación de Hechos Sociales para que se ajusten a alguna interpretación previa que esté establecida como demostrada, probada, compartida en las ciencias sociales. Por ejemplo, la emergencia de comportamientos colectivos cuya significación no se alcanza a comprender, hace que se les evalúe como «alienaciones» o, simple y llanamente, que se pierda de vista la relevancia que tienen como Hechos Sociales. Así sucedió con el sufragismo, la resistencia pasiva y el feminismo. Esa incomprensión puede llevar a la aplicación de todas las clases de escalas imaginables, para catalogar comportamientos, sucesos, situaciones. Por ejemplo, cuando Los hechos sociales se clasifican en las dimensiones significativos/no-significativos, estructurados/no estructurados, relevantes/ irrelevantes, etc. 9
La imaginación sociológica, conocida obra de Ch. Wright Mills. México: FCE, 1974.
192
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
Pero el proceder ideocéntrico olvida que cuando se tiene evidencia de que un determinado Hecho forma parte de una transformación social, ya ha sido mediado. A partir de entonces, la mediación ha conformado ese Hecho con alguna estructura, le asigna alguna significación, le confiere alguna relevancia social, etc. Por tanto, hay que trasladar a la sociología un canon equivalente al que se utiliza en cibernética. Se puede formular así: la comprobación de que existe una transformación social que configura Hechos como Hechos Sociales, es razón suficiente para reconocer que existe una interpretación de las dimensiones sociales de esos Hechos. Aunque no seamos capaces de identificarla. En consecuencia: cuando la organización social ha producido una determinada transformación social de Los Hechos que, según las significaciones que nosotros manejamos, tenemos por contradictoria, ilógica, inexplicable, absurda, lo que hay que poner entre paréntesis son nuestros códigos interpretativos. Son las ocasiones las que convendrá revisar la adecuación de nuestro equipamiento cultural para comprender la razón de ser de esa estructura emergente. El procedimiento puede consistir en poner entre paréntesis las interpretaciones conocidas y operar con el modelo que simula la forma de esa transformación social en busca de una significación que está en ella implícita. Cómo proceder cuando hay «saber» disponible, en espera del «comprender» La historia de las ciencias sociales es pródiga en resistencias a aceptar como Hechos sociales formas de configurar los Hechos supuestamente absurdas. Y también demuestra que algunos de los avances más importantes en la comprensión de los fenómenos sociales los han conseguido científicos que no estaban afectados por esa «actitud ideocéntrica». Un ejemplo: «Amor al padre, odio al padre, amor a la madre, enuresis». Este emergente estuvo marginado en la interpretación de las relaciones paterno-filiales. Hasta que Freud tuvo el coraje de desvincular el estudio del significado de esta forma de transformación, de los códigos socioculturales establecidos. La forma de relacionarse los hijos varones con su padre y su madre, supuestamente desviada, tenía un sentido. El «modelo del Complejo de Edipo» fue la forma de representar los componentes y relaciones de esta tipología de comportamientos. El «modelo del Complejo de Edipo» es válido para describir una forma de relaciones paterno-filiales, en la organización social de la que es una conmutación (la familia nuclear judeo-cristiana durante la industrialización). Pero sobre todo permite entender por qué dichas relaciones se transforman de esa manera en el seno de las familias. El capital de las ciencias sociales consiste en la acumulación de modelos conmutativos con las transformaciones que la sociedad opera en los sistemas que le afectan o a los que afecta. Y en ese proceso de esclarecimiento, serán frecuentes las transformaciones emergentes que aún no sean bien comprendidas. El proceder metodológico debe de ser el siguiente:
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
193
-Aceptar como razonable, la hipótesis de que el modelo que representa esas transformaciones tiene un sentido, que se corresponde con alguna de las posibles formas de funcionamiento de la sociedad. Porque las estructuras cuya organización está conformada según las pautas del sistema en el que aparecen, tienen mayor probabilidad de aparición. -Tratar de identificar ese sentido, comparando esa combinación de datos con las otras combinaciones posibles y que, sin embargo, no se han producido. Para avanzar en el esclarecimiento del significado que tiene la acción social, siguen vigentes las observaciones de Francis Bacon, cuando recomendaba una actitud que se desprenda de los eidola10. Esos pre-juicios y perjuicios también contaminan el trabajo científico. Están en las categorías que se utilizan para planteamientos e interpretaciones. Así sucede al catalogar los Hechos Sociales emergentes como «anómicos», «no significativos», «sin sentido», «extrasociológicos» -o con cualquier otro calificativo que les estigmatice o les excluya como objetos de estudio. Este proceder suele ser erróneo y esterilizante. Las metodologías sistemáticas y de simulación, potenciadas por la capacidad de las herramientas informáticas, ayudan a detectar esas equivocaciones.
COMPLEJIDAD Y ANÁLISIS SISTÉMICO DE LA POLÍTICA. César Cansino y Javier Sánchez Galicia
Cuando David Easton publicó en 1953 The Political System, nunca imaginó el impacto que alcanzaría entre sus colegas, al grado de proveer desde entonces a la ciencia política de un objeto de estudio propio -los sistemas políticos- y con el cual la joven disciplina científica alcanzaba especificidad y una base sólida para desarrollarse. Tan es así, que el propio Easton avanzó en 1965 (en A System Analysis of Political Life) la que quizá fue la única tentativa dentro de la ciencia política anglosajona por desarrollar algo tan ambicioso como una «Teoría general empírica de la política», cuyo eje era precisamente la noción de sistema político, entendido como el conjunto analíticamente relevante de los procesos observables como interdependientes, mediante los cuales cualquier comunidad política toma decisiones vinculantes. Ciertamente, la tentativa de Easton de individualizar un concepto clave capaz de explicar de una vez y para siempre toda la realidad política era un despropósito y no tuvo muchos adeptos. Sin embargo, su concepto de sistema político fue suficientemente persuasivo y hasta la fecha se le sigue considerando el objeto de estudio de la ciencia política. 10 Bacon (1620). Novum Organum. Los ídolos o eidola son modalidades de prejuicios: unos compartidos, otros propios de cada persona. Bacon los diferencia en cuatro tipos: tribus; especus, fori y teatri.
194
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
Pero de los años sesenta -o cincuenta si consideramos la primera teoría de sistemas en ciencias sociales, la de Parsons en The Social System (1951)- a la fecha ha corrido mucha agua, por lo que contrastar la teoría de los sistemas políticos de Easton o Parsons con desarrollos ulteriores en teoría de sistemas, es como comparar carruajes con autos de fórmula uno. No solo ha cambiado la terminología para referirse a los sistemas (de conceptos como equilibrio, estabilidad, estructuras de autoridad, etc., se ha pasado a otros como complejidad, auto-referencialidad, autopoiesis, etc.), sino también la manera en que los conocemos o intentamos conocer (de la observación de primer orden a la de tercer orden, a una suerte de constructivismo radical, donde la realidad solo existe porque el observador la inventa). Si hay que culpar a alguien de este salto terminológico y epistemológico es al sociólogo alemán Niklas Luhmann, creador de la teoría de sistemas más consistente y sofisticada elaborada hasta ahora para el estudio de las sociedades complejas. Muy pocos han influido como él en la forma de entender y estudiar a las sociedades modernas. Su propuesta y su obsesión fue siempre construir una teoría del sistema sociedad. A ello destinó la mayor parte de su trabajo intelectual que se concentra en cerca de cincuenta libros y cientos de ensayos especializados.11 Sin embargo, la suya es una propuesta tan compleja como las sociedades occidentales que busca esclarecer. Por ejemplo, emplea un conjunto de conceptos muy intrincados, cuya sola comprensión requiere de un ejercicio previo de reconocimiento, en el cual es muy fácil perderse. De entrada, su objeto de estudio son los sistemas complejos y el proceso que lleva de sistemas simples a complejos. A este proceso, donde el mundo de las relaciones y las comunicaciones inherentes a los sistemas se hace complejo, Luhmann lo denomina autoreferencialidad de los sistemas, mediante el cual éstos logran definir su modus operandi básico y emitir comunicaciones hacia el sistema sociedad. Para construir su teoría de los sistemas sociales, Luhmann tuvo que confrontarse con lo más elevado de la cultura universal de la época. Obviamente, conoció como pocos a la sociología funcionalista, desde Durkheim hasta Parsons; se confrontó una y otra vez con la teoría crítica y en particular con Jürgen Habermas; introdujo en su propuesta elementos del constructivismo radical sugeridos originalmente por biólogos como Francisco Varela y Humberto Maturana, físicos como Ilya Prigogine y Heinz von Foerster, matemáticos como George Spencer Brown, psicólogos como Ernst von Glasersfeld, entre otros. De esta confrontación extrajo los presupuestos teóricos y metodológicos de su teoría de los sistemas complejos. Por ello, antes de entrar en detalle, conviene examinar las principales premisas teóricas del constructivismo radical, por cuanto este ingrediente marca la diferencia entre su teoría de sistema y todas las demás teorías sistémicas, desde la estructural-funcionalista de Parsons hasta la ciber11
Considero sobre todo: Luhmann (1984, 1992 y 1995) y Luhmann y De Georgi (1993).
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
195
nética de Deutsch (1963), pasando por la conductista de Easton o la desarrollista de Almond (Almond y Powell, 1966). UN PARÉNTESIS SOBRE EL CONSTRUCTIVISMO RADICAL Las ciencias sociales modernas han caminado casi siempre a la zaga de las ciencias naturales. Fue bajo el influjo de estas últimas que las primeras adoptaron, a mediados del siglo XIX, la fe en el dato empírico y la convicción en un método de construcción del conocimiento capaz de aprehender la realidad de manera objetiva. El triunfo del positivismo propició en su momento el florecimiento de las ciencias sociales. Cierto, éstas nunca lograron, como en el caso de las ciencias exactas, ponerse de acuerdo sobre sus objetivos, presupuestos o contenidos. Por el contrario, las ciencias sociales se han venido construyendo bajo el impulso de múltiples concepciones de su naturaleza y alcances. Es fácil encontrar disciplinas sociales donde ningún paradigma, ha sido capaz de imponerse a los demás y de esa manera unificar los criterios de búsqueda y explicación entre sus cultivadores. En suma, el pluralismo teórico es un dato que permea la construcción del objeto en las ciencias sociales. En estas circunstancias, salvo alguna excepción, parecía que las ciencias sociales tenían un límite para su propia evolución: ¿cómo avanzar el conocimiento de un objeto cuando los conceptos empleados para dar cuenta del mismo significan cosas distintas para los especialistas?; ¿qué criterios permiten asegurar la superioridad de un conocimiento cuando no existe consenso sobre la pertinencia de los métodos empleados? A estos problemas se suman los que derivan de la naturaleza del objeto de estudio: ¿es posible aprehender objetivamente una realidad de la cual el observador forma parte?; ¿es posible establecer leyes de fenómenos que son únicos e irrepetibles?, y así por el estilo. Paradójicamente, ni los científicos sociales ni los filósofos de la ciencia han sido capaces de alentar una discusión de altura sobre los problemas epistemológicos derivados del quehacer científico. Hoy, al igual que en el pasado, han sido nuevamente las ciencias exactas las que han introducido elementos originales al respecto, marcando la pauta sobre el significado del conocimiento. Se debe a un conjunto de físicos, biólogos, matemáticos y psicólogos el haber reintroducido con elementos novedosos la cuestión epistemológica como itinerario fundamental de cualquier búsqueda científica. Sin asomo de duda, estos científicos «duros» han propiciado una auténtica revolución copernicana que modifica de raíz nuestros presupuestos largamente asumidos sobre la naturaleza y los alcances del conocimiento científico. El nombre con el que se conoce esta propuesta epistemológica surgida del genio de dos grandes científicos, Foerster y Glasersfeld, es el de constructivismo radical. Con esta denominación querían significar, ante todo: a) el conocimiento no se recibe pasivamente, ni a través de los sentidos, ni por medio de la comunicación, sino que es construido activamente por el sujeto cognoscente; y
196
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
b) la función de la cognición no es adaptativa, sirve a la organización del mundo experimental del sujeto, no al descubrimiento de una realidad ontológica objetiva.12 Si anteponemos estos principios a los que prevalecieron durante siglos, apreciamos de inmediato la radicalidad de esta nueva epistemología. Cae por tierra la convicción de que existe un mundo estructurado independiente de cualquier ser humano cognoscente; o aquella según la cual corresponde al ser humano descubrir cómo es ese mundo «real» y su estructura. No es difícil imaginar las grandes transformaciones mentales y experimentales que supone abrazar esta nueva epistemológica. Pero no intentarlo, sobre todo en el ámbito de las ciencias sociales, impediría revalorar las posibilidades cognitivas del observador, las circunstancias de su búsqueda y, más importante aún, su estar en el mundo. Dicho brevemente: esta nueva perspectiva plantea que la realidad no existe, sino que el observador la inventa cotidianamente y que cada construcción de conocimiento es de hecho una afirmación del ser, en este caso del observador. El biólogo chileno Maturana, uno de los principales inspiradores de esta noción, afirma haber descubierto la condición autopoiética de los seres vivos, pues al observar sus modus vivendi observaba también el suyo propio; es decir, el del observador, en cuanto ser biológico. A esto se le llama técnicamente observación del tercer orden. Una lección nada desdeñable para quien dirige su mirada a los fenómenos sociales.13 A partir de estas premisas, el constructivismo radical parece ser la única perspectiva fenomenológica en condiciones de propiciar un acercamiento al mundo original y sugerente, frente a los desgastados y esclerotizados enfoques dominantes. Además, dicho entre paréntesis, esta posición confiere estatuto epistemológico a una de las ideas que animan el presente texto: la democracia se inventa cotidianamente en el espacio público-político, no es una realidad dada para siempre. Entender lo político de esta manera es la condición para afirmarnos en el mundo. Al construir desde nuestras experiencias la realidad social nos construimos como sujetos portadores de proyectos y necesidades. No es casual que en este ámbito de reflexión, los autores sensibles a las cuestiones epistemológicas hayan adoptado la noción de complejidad para referirse a su objeto de estudio. Nada sintetiza mejor la realidad de lo social que este concepto, sobre todo si una nueva concepción cognoscitiva obliga a relativizar nociones largamente dominantes entre los especialistas, como las de tiempo, estructura, espacio, orden, caos, regularidad, auto-referencialidad, etc. Obviamente, como todo pensamiento en construcción, el constructivismo radical apenas está definiendo su horizonte paradigmático y llenando de contenido sus preconcepciones. Y si bien no siempre hay consenso, un espíritu renovador alienta todas las discusiones al respecto; por ejemplo, siguiendo a Berkeley, el 12 13
De Foerster puede consultarse (1981) y de Glasersfeld (1987). Véase Maturana (1995 y 1996) y Maturana y Varela (1986).
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
197
constructivismo contemporáneo sostiene que la realidad no existe y si existiera no sería sino el pensamiento. Por su parte, el psicólogo Glaserfeld afirma: Respecto de la filosofía convencional, que se ha esforzado siempre por las verdades eternas e independientes del sujeto pensante, es necesario decir una vez más que el constructivismo radical no quiere ni puede ser otra cosa que un modo de pensar sobre el único mundo al que tenemos acceso, y ése es el mundo de los fenómenos que vivimos. Por eso la praxis de nuestra vida es también el contexto en el que ese pensamiento debe probarse. (1995, p. 30)
En la misma línea, Foerster, considerado fundador del constructivismo radical, lo define como: «la sustitución de la noción de descubrimiento por la de invención.» (Citado por Ceruti, 1998, p. 38). De acuerdo con Foerster, la autoreferencia, la circularidad de la noción y la idea de invento más que de descubrimiento, son tres concepciones básicas del constructivismo radical. En cuanto al concepto auto-referencia, Foerster utiliza los «valores de eigen» -para sí mismo-; es decir, se puede considerar que se utiliza un valor de eigen cuando una frase dice algo acerca de sí misma y que evidencia su función recursiva. Por su parte, Maturana desarrolla una nueva noción sobre el lenguaje: El individuo existe solo en el lenguaje y la auto-conciencia como fenómeno de auto-distinción se sitúa solo en el lenguaje; además, dado que este como ámbito consensual de acciones es un fenómeno social, la autoconciencia también lo es, y como tal no tiene lugar dentro de los confines de la corporeidad de los sistemas vivientes que lo generan; por el contrario, es externo a ellos y pertinente a su ámbito de las interacciones como un asunto de coexistencia. (1987, p. 63)
Este pasaje es tan rico en ideas que provee de un concepto esencial en el constructivismo moderno, la asociación de ideas, desarrollado originalmente por Kant en la segunda sección de La crítica de la razón pura y anticipa una gran parte del constructivismo radical: La asociación [Verbindung] (conjunctio) por sí sola [...] no puede llegar nunca a nosotros mediante los sentidos, [...] pues es un acto de la espontaneidad de la imaginación, y puesto que para diferenciarla de la sensibilidad debemos llamarla entendimiento, entonces toda asociación, seamos conscientes o no de ella, [...] es un acto del entendimiento. (Kant, 1984, p. 128)
Agrega que denomina síntesis al acto de asociación de ideas del intelecto: No podemos representarnos nada asociado en el objeto sin haberlo asociado antes, y entre todas las representaciones, la asociación es la única que no es dada por los objetos, sino sólo puede ser realizada por el sujeto, porque es un acto de la espontaneidad. (Ibid., pp. 129-130)
Pero la piedra de toque del constructivismo radical lo constituye «la teoría del observador», cuyo componente esencial es el concepto de diferencia. «¡Traza una distinción!», afirma el matemático constructivista Brown en su multicitada obra Laws of Form (1972). En síntesis: para realizar una observación es necesario trazar una distinción; por lo tanto, la observación es una operación que utiliza una distinción para indicar un lado (y no el otro). En conse-
198
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
cuencia, es una operación con dos componentes: la distinción y la indicación, que no pueden amalgamarse ni separarse operativamente, y es al mismo tiempo una elección, se elige un lado y no el otro. Por su parte, para el biólogo Varela, los seres vivientes no siguen ciegamente presiones adaptativas impuestas por una dura realidad externa. Tanto para la célula como para el cerebro humano o toda la historia de la evolución, lo que rige es que una vez cumplidas sus exigencias básicas de vida gozan, como cualquier sistema viviente, de plena libertad para crear su propio mundo.14 Se trata de un planteamiento muy sugerente y, como veremos después, parece muy alejado de las conclusiones a las que Luhmann llegó al estudiar el sistema sociedad, aunque apoyado en la tesis de la autopoiesis biologicista. Por último, la noción de tiempo y espacio ha sido también desarrollada por los constructivistas. Una de sus grandes contribuciones es concebirlos como objetos de estudio, trascendiendo la noción tradicional de nociones dadas. De acuerdo con Prigogine, la tendencia de una sociedad hacia una visión más humanista o científica se evalúa por su concepción del tiempo. Así, sostiene en La fin des certitudes (1996) que actualmente vivimos en una sociedad de dos culturas, la científica y la humanística, y es precisamente la noción del tiempo dominante la que resuelve la dicotomía. Esto conduce a la pregunta central de Prigogine: ¿cómo puede surgir del no tiempo la flecha del tiempo?, ¿acaso es una ilusión el tiempo que percibimos? Según este autor, el surgimiento de nuevos problemas matemáticos y la aparición de nuevas disciplinas científicas han revolucionado la idea del determinismo en las ciencias naturales; en su lugar aparece la complejidad, la inestabilidad y la irreversibilidad.15 LA PROGRESIVA COMPLEJIDAD SISTÉMICA DE LA SOCIEDAD En sintonía con los presupuestos del constructivismo radical, la primera preocupación de Luhmann al desarrollar su teoría de los sistemas complejos fue epistemológica: cómo conocer la sociedad; cómo acceder a su conocimiento. Esta búsqueda lo llevó a recuperar del constructivismo la idea según la cual el conocimiento no se basa en su correspondencia con la realidad externa, sino únicamente en las construcciones de un observador: el conocimiento es un descubrimiento de la realidad, no en el sentido de un develamiento progresivo de objetos preexistentes, sino de la invención de datos externos. El primer presupuesto de este constructivismo es la diferencia; es decir, para conocer hay que diferenciar. El segundo la observación, que en Luhmann se trataba de una observación de segundo orden, porque para ver a la sociedad también nos tenemos que incluir en ella. Finalmente, Luhmann defendió una teoría de la comunicación, que no es otra cosa que la forma en que operan los 14 15
Véase Varela (1979, 1989a y 1989b) y Varela, Thompson y Rosca (1989). Prigogine (1994). Véase además: (1991 y 1996); Prigogine y Stengers (1986, 1988, 1990).
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
199
sistemas. Si se reconocen estos presupuestos se reconoce también el punto de partida de Luhmann: la diferencia sistema/entorno. De ahí se pasa a la distinción de los sistemas y luego a la teoría de los sistemas sociales. Conviene recordar que la ambición de Luhmann fue crear una Teoría general de la sociedad, por eso gran parte de su obra está dedicada a la explicación de la operación de la sociedad en general y, como consecuencia, se orientó a explicar los sistemas parciales que la conforman, tales como: política, economía, derecho, ciencia, religión, medios de masas, etc. Utilizó como fundamento principal de su teoría la comunicación ultraelemento basal de la sociedad. Para Luhmann, el modo de operación de los sistemas sociales es la comunicación. Pero para que un sistema social comunique debe ser complejo, es decir, auto-referencial y autopoiético, lo cual no es más que la capacidad que tienen los sistemas de producir sus propios elementos operativos sin intervención de otro sistema. Se trata de sistemas que realizan una clausura, que se cierran en un momento para realizar sus operaciones y que sólo se abren una vez completados sus elementos propios. Sólo así los sistemas son capaces de comunicar. Esto presenta una paradoja: sólo a través de la clausura se puede llevar a cabo la apertura. La comunicación es, entonces, la forma en que se relacionan los sistemas con su entorno, es un medio de relación de un sistema a otro. ¿Cómo funciona cada sistema? De nuevo, Luhmann recurre a la teoría de la diferencia. La diferencia de un sistema a otro permite que el sistema sociedad funcione, pues de otra manera habría estancamiento. Cada sistema posee un código binario que lo distingue de los demás. Así, por ejemplo, el código del sistema político es gobierno/oposición; del económico, dinero/no dinero; del educativo, capaz/incapaz; del moral, bueno/malo. El concepto básico en el cuerpo conceptual de la teoría luhmanniana es el de la auto-referencialidad. Su importancia radica en que mediante él podemos definir y reconocer el funcionamiento de los sistemas complejos, en contraste con los simples. Para Luhmann un sistema es complejo en tanto es auto-referente y autopoiético, es decir, auto-creativo, autoconstructivo, hace uso de la red conformada con sus propios elementos para lograr su operación interna y de esta manera delimitar su entorno y diferenciarse ante él para así lograr su reproducción y su desarrollo. En sus propias palabras: [La auto-referencia] es cualquier operación en que ella misma se refiera a otra, y con esto a sí misma. La pura auto-referencia, que no pasa por el otro, acaba en tautología. Las operaciones reales y los sistemas reales dependen de un despliegue o destautologización de esta tautología, porque sólo así pueden entender que en un entorno real sean posibles sólo de forma autolimitada, y no libremente. (Luhmann, 1982/1998, p. 33).
Por otra parte, el concepto de auto-referencialidad aporta dos importantes elementos: diferenciación y distinción, que son utilizados durante la observación de los sistemas. Pero el concepto en cuestión tiene un límite y propone un problema epistemológico: el imperativo de racionalidad que implica lograr el proceso que
200
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
describe. Para acceder a la observación que permite la diferenciación y la distinción de un sistema con su entorno es necesaria gran dosis de racionalidad, la cual se vuelve más exigente cuando el proceso se hace más complejo al realizar la selección en la relación con su entorno a través de la comunicación, la cual implica también la utilización de códigos específicos. El límite del concepto autoreferente es que no logra aclarar cómo se accede a tal grado de racionalidad. El análisis de las actuales sociedades de Occidente se ha revelado como el gran reto para la sociología clásica y ha puesto en entredicho la validez de los conceptos, perspectivas y métodos analíticos utilizados en épocas anteriores. El propio Luhmann lo reconoce, y por ello propone la creación de una teoría general, una teoría universal de la disciplina sociológica. La unidad de la obra de Luhmann se identifica principalmente porque en ella confluyen tres grandes teorías: la de sistemas, la de la comunicación y la de la evolución. Las tres permiten elaborar una teoría de la sociedad que constituye su interés primordial. LOS SISTEMAS POLÍTICOS COMO SISTEMAS COMPLEJOS Por lo que respecta a la complejidad de los sistemas políticos en particular, Luhmann nunca les confirió una centralidad decisional con respecto a los otros sistemas; por el contrario, son confinados a la función que desempeñan en los límites de su competencia en relación con ellos. Contempla la política como uno de los subsistemas que permiten al individuo y al sistema social absorber y elaborar informaciones disponibles. Desde su perspectiva, la integración social es consensual y se funda sobre normas compartidas. El aumento de interdependencia y complejidad impone la superación de una concepción del poder anclada en los sujetos físicos y humanos: el poder se desempeña, cuando mucho, de filtro, de operación selectiva que, consintiendo la aceptación de algunas posibilidades y la eliminación de otras, es al mismo tiempo operación de reequilibrio y de compensación. El sistema abierto disuelve cualquier sede determinada del poder y lo convierte en una dimensión móvil y difusa, y lo confirma en su carácter de código del cual pueden apropiarse sujetos diversos en circunstancias diferentes. El poder es ejercido tanto por los subordinados como por los sobreordinados, es la suma de las intervenciones selectivas practicables. De acuerdo con lo anterior, la convivencia entre los hombres se realiza de manera factual y no problemática: las interacciones cotidianas se fundan sobre certezas existenciales que no admiten discusión y que hacen inútil la exhibición, de vez en cuando, de las motivaciones del actuar. Existe un nexo, típico de la legitimación procedimental, con mezcla de confianza e indiferencia que caracteriza la relación entre el individuo y los grandes sistemas, de los cuales se depende sin posibilidad de control. Por legitimación procedimental se entiende participación en los procedimientos, por ejemplo en elecciones políticas, de modo que el propio sistema político produce su legitimación en lugar de adquirirla del exterior. Así se procura este sistema su legitimación de manera abierta
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
201
y estructuralmente indeterminada, puesto que la positivación del derecho le ha sustraído las antiguas fuentes de sustento metafísico. La democracia no debe determinar una sobrecarga de complejidad, pero sí conservarla pese a la continua actividad decisional. Antidemocrático sería exigir a todos participación comprometida. Democracia no es una forma de dominio, sino una técnica de control necesaria. Análogamente, la libertad deja de ser un valor y se vuelve técnica de socialización que se realiza no sobre bases jurídico-constitucionales sino de un sistema de roles y auto-presentaciones. Se puede deducir de lo dicho, que la teoría de Luhmann es antihumanista: no hay un centro de la sociedad (Izuzquiza, 1990). Otras teorías sistémicas gustaban colocar al sistema político en esta posición de privilegio, por el contrario, él sostiene que la comunicación es lo que cruza a todo el sistema sociedad. Con los argumentos de Luhmann se entiende que Habermas haya cuestionado severamente su propuesta. Para empezar, este sostiene que al primero se le hace fácil borrar al sujeto colocando en su lugar la diferencia sistema/entorno. Pero con esta operación no resuelve el problema. De ahí que Habermas añada a los sistemas sociales, los mundos de vida, que serían los ámbitos de socialización de los seres humanos, lugar de tradiciones, valores, de la cultura, el único espacio donde puede surgir una comunicación libre del dominio de los sistemas y que permita arribar a éticas discursivas no instrumentales.16 NO SÓLO SISTEMAS, TAMBIÉN «MUNDOS DE VIDA» Entre muchas otras contribuciones, se debe a Habermas -heredero y renovador de la Escuela de Frankfurt-, una de las propuestas teóricas más sugerentes para concebir a la democracia como esfera pública de deliberación racional fundada en la comunicación y el reconocimiento intersubjetivo. A este propósito dedicó algunos de sus trabajos más elocuentes, desde su célebre Strukturwandel der Öffentlichkeit Untersuchungen zu einer Kategorie der bürgerlichen Gesellschaft (1962), hasta su multicitada Theorie des kommunikativen Handelns (1981) o trabajos posteriores como Faktizität und Geltung. Beiträge zur Diskurstheorie des Rechts und des demokratischen Rechtsstaates (1992). Toda la obra de Habermas, desde sus trabajos más tempranos y por ello más cercanos al núcleo de inquietudes abrazado por los fundadores de la Teoría Crítica (Adorno y Horkheimer), constituye una reflexión crítica sobre las teorías de la sociedad moderna y los problemas del hombre actual, en busca de soluciones para el impulso de la democracia presente y futura. Además, destacan sus estudios sobre las características de las sociedades postindustriales, las implicaciones ideológicas de la ciencia y la crisis de la modernidad. El concepto de «esfera pública» introducido por Habermas en los sesenta constituye la renovación más importante en la teoría democrática de la segunda 16
Habermas (1986 y 1987).
202
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
mitad del siglo XX. Este concepto, al considerar la modernidad en términos de espacio público donde se asienta la libre interacción de grupos, asociaciones y movimientos, le permitió ir más allá del debate en boga entre el elitismo democrático (democracia como método de selección de elites) y el republicanismo (democracia como participación popular). La noción de esfera pública, al concebir una relación crítico-argumentativa con la política y no solo participativa directa, abrió una nueva vía para el análisis de la democracia. Varios años después de estos primeros desarrollos teóricos, la posición de Habermas sobre la democracia alcanzará su mejor expresión en Theorie des kommunikativen Handelns. Aquí queda claro que su teoría opera a través de la distinción entre sistema y mundo de vida; entre arenas de coordinación de la acción basadas en los medios poder y dinero (sistemas) y arenas comunicativas y de acción sustentadas en el consenso lingüístico (mundos de vida). Para Habermas, el logro del consenso a través de la comunicación cara a cara justifica la existencia permanente de un espacio público; la publicidad caracteriza a las democracias modernas. Según él, todos los actores sociales son igualmente capaces de dominar el lenguaje y argumentar públicamente. Ese proceso, que está en la raíz de la generación de una forma comunicativa de poder, implica la capacidad de someter a la autoridad pública a la crítica o impedir la colonización de los mundos de vida por parte de los sistemas instrumentales. Como toda obra original e innovadora, la de Habermas ha propiciado innumerables aduladores y críticos. Así, por ejemplo, los partidarios de una concepción más radical de la democracia, encuentran en su propuesta un universalismo abstracto no siempre compatible con los principios constitutivos de la libertad individual; es decir, una sobreestimación de las posibilidades del consenso como preámbulo de éticas universales articuladoras.17 Por su parte, varios seguidores han intentado trascender lo que consideran insuficiencia de los procedimientos deliberativos en la teoría de Habermas; consideran que su posición aquí se limita a apuntar en los sistemas democráticos la influencia del consenso que emerge en el interior de la esfera pública en la toma de decisiones administrativas, pero no registra cómo incorporar la racionalidad de los resultados del debate público a la práctica concreta de la democracia. A partir de ahí se ha generado una corriente conocida como democracia deliberativa.18 En una lógica de argumentación similar, Cohen y Arato (1992) consideran que Habermas en ningún momento señala cuáles serían los espacios y actores capaces de evitar la colonización de los mundos de vida por parte de los sistemas. Sugieren depositar esa tarea en los movimientos de la sociedad civil. Esta intuición colocó a Cohen y Arato en los cuernos de la luna. Su libro sobre la sociedad civil fue el primero en destacar la importancia de este componente en 17 18
Véase Maestre (1994). Véase los autores y artículos contenidos en: Bohman (1996 y 1999).
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
203
las democracias modernas, por lo que inauguró un debate aún inconcluso. Proponen definir a la sociedad civil como la parte institucional de los mundos de vida; encuentran en las instituciones que requieren la acción comunicativa para su reproducción, el fundamento mismo de la sociedad civil. Pero más allá de estas críticas, es indudable que Habermas abrió una brecha muy importante para pensar la política en la modernidad. Asimismo, al confrontarse con la teoría de sistemas de Luhmann, mostró mejor que nadie los límites explicativos y prácticos de este enfoque. Veamos en qué consiste la corrección de Habermas a la teoría de los sistemas complejos. El paradigma de la comunicación construido por Habermas tiene una importancia crucial. Su concepto de acción comunicativa se enmarca en un razonamiento contra-factual. Es un instrumento que permite analizar y criticar la distancia que separa una comunicación lingüística que se efectuaría en una situación ideal y la comunicación siempre limitada, propia de la sociedad actual (y en mayor o menor medida de todas las situaciones empíricas). El concepto de acción comunicativa no es un puro ideal: su potencial está presente en las interacciones cotidianas y, a partir de ellas, es posible reconstruir abstractamente su lógica. Asimismo, puede sostener un análisis del presente y un proyecto del porvenir. El concepto de acción comunicativa explica cómo y en qué medida la integración social se efectúa a través de la coordinación de actividades por el lenguaje, y en cuáles de ellas se puede decir racional. Este tipo de vínculo social representa una lógica, una racionalidad que se opone a la de los dos pilares fundamentales de las sociedades actuales: mercado capitalista y Estado burocrático. Permite superar la famosa oposición plan/mercado, colocando el asunto en un tercer término. Según Habermas, economía capitalista y Estado burocrático no actúan para el lenguaje, sino para el oro y el poder; llama racionalidad sistémica a este modo de integración social. Los sistemas (economía capitalista y burocracia) se han opuesto históricamente a las acciones cotidianas; se presentan hoy como una naturalidad (con nociones como «complejidad de los sistemas» tan cara a Luhmann) que escapa al debate y desarrolla sus propias leyes: competencia y obediencia. Si los sistemas permanecen anclados en la comunicación cotidiana, ejercen una acción en retorno que definible en términos de colonización. Su dinámica potencialmente totalitaria tiende a condicionar el ensamblaje social (cierta tendencia se repite, por ejemplo en la mercantilización creciente de actividades que antes escaparon al mercado capitalista). Para colmo, los sistemas generan en los actores sociales la proliferación de una racionalidad estratégica-institucional y comportamientos monológicos basados en la auto-valorización; el individualismo utilitarista se encarna así en la realidad social. Habermas resume la oposición de estas racionalidades hablando de lógicas contradictorias de democracia y capitalismo. La teoría de la acción comunicativa permite articular la idea de una sociedad que no se reduce a un mega-sujeto, sin tener que hacer intervenir al tercero que constituye el Estado o las leyes del mercado para asegurar la cohesión social.
204
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
El asunto es la comunicación, el entre-dos que liga individuos entre sí y con las estructuras. La dimensión dialógica del lenguaje excede toda filosofía del sujeto. Los individuos no se identifican ya con intereses y una personalidad que preexistiría al cambio lingüístico y permitiría solo a posteriori socializarse, oponerse o superar compromisos. La comunicación es inherente al proceso de constitución de la persona: uno jamás forma solo sus preferencias. Recíprocamente, el diálogo racional no permite más que una tendencia a la fusión de modos de vida en presencia y la realidad empírica implica que esta tendencia es parcial, no supone solo debates virulentos, sino también compromisos parciales, divergencias, etc. En consecuencia, la teoría de la acción comunicativa permite insistir en la diversidad irreductible de las concepciones de la vida buena, el bien común y la justicia. Es necesario subrayar que para extraer todas las implicaciones positivas del concepto de acción comunicativa conviene no oponerlo al paradigma del trabajo, como hace Habermas, para quien la producción constituye la esfera natural de la racionalidad teleológica. Esta interpretación parece constituir una versión particular de la acción comunicativa más que una lógica inmanente. ¿Acaso una sociedad postcapitalista puede ser pensada en términos de una expansión de la esfera regida por la acción comunicativa en detrimento de la regida por el oro y el poder? No es tan simple. El paradigma de la comunicación posee serios problemas. Un primer conjunto de estos gira en torno al lugar asignado a la noción de consenso. La discusión desemboca en el consenso racional (dada una situación ideal de comunicación); esta noción permite evaluar críticamente la parte de compromiso (acuerdo basado en relaciones de fuerza entre intereses monológicos opuestos) o de constricción, inevitablemente presente en discusiones y acciones empíricas. El consenso lleva a una situación ideal, pero el concepto queda muy fuerte. La unidad formal de la razón que reivindica Habermas se duplica con una suerte de razón substancial que fomenta el salto lógico, de otra forma inexplicable, entre el juego argumentado de las pretensiones de validez universal y el acuerdo racional. Tal razonamiento lleva consigo otro corolario: la sociedad emancipada es asimilada a la sociedad consensual. Regresa así la utopía de una sociedad (o modo de vida) más o menos unificada y árbitro racional de su suerte. Se pueden avanzar cuatro puntos que permiten explicar esta carencia en Habermas: a) Subestima los problemas impuestos por la intrincación de diferentes niveles de racionalidad a ciertas fronteras: trata por una parte cuestiones que ponen en juego la ética y la ciencia (bioética), por otra cuestiones ligadas a la vida buena y la justicia (como los problemas relativos a la vida). A estas fronteras es probable que la discusión racional jamás pueda arribar a un consenso. b) Sobreestima el enseñoramiento de los seres humanos sobre su medio ambiente y conserva sobre este punto una visión largamente prometeica. El hecho de que las sociedades sean incluidas en estos equilibrios que las rebasan (confrontar la noción de ecosistema) impone constricciones que imponen a la comunicación un límite que es de orden estructural, y no simplemente empírica.
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
205
c) Descuida la dimensión del inconsciente y el conflicto que ésta última introduce entre la significación y lo que tratan de decir los hablantes. Habermas postula su fusión y termina así con la idea de una comunicación transparente. d) Considera al poder como algo fundamentalmente exterior a la naturaleza de la interacción subjetiva. Este problema remite a la idea de una naturaleza del lenguaje que sería por esencia portadora de racionalidad comunicativa (en sentido habermasiano), mientras que las otras discusiones (el poder) derivan del exterior. Para Habermas, la comunicación lingüística se reduce fundamentalmente a la argumentación. Por su parte, esta es esencialmente de orden no-hablante: consiste en intercambiar argumentos racionales; el mejor lleva consigo la convicción común. La dimensión para-hablante (manipulación retórica del inter-locutor) es secundaria para manipular con éxito a cualquiera con ayuda de la palabra. Aquí, el hecho de abordar a alguien considera en primer lugar a aquel que entendemos manipular. Por tanto, el poder no puede nacer de la interacción cotidiana: debe ser importado, es producto de la colonización del modo de vida por mecanismos sistémicos. El lenguaje se vuelve unívoco: Habermas declara que la intercomprensión es inherente al lenguaje humano como su telos. Una etapa suplementaria es separada cuando se ajusta en dimensión temporal: esta estructura comunicativa será motor de la evolución histórica. Las estructuras formales de la racionalidad comunicativa definen la dirección del desarrollo histórico (el proceso histórico de aprendizaje), desarrollar sus propiedades formales de manera acumulativa; de golpe, en comunidad de comunicación ideal deviene el telos de la historia (telos, formal), pero telos que se opone solo a esta otra socialización, de tipo extra-lenguaje, que se organiza en torno de los sistemas del dinero y el poder. No obstante, no hay un telos que nos dirija a un mundo de comunicación ideal; hay en venganza posibles tendencias contradictorias ancladas en las estructuras de sociabilidad contemporánea, y tenemos argumentos para preferir ciertas tendencias e intentar favorecerlas en la medida de lo posible. No hay forma de probar que libertad o justicia son (o no son) propias del ser humano, pero sí de comprender por qué individuos concretos, en el marco de nuestra sociedad capitalista moderna, pueden sostener una perspectiva creíble de sociedad más libre y justa. En este sentido, la comunicación es central, una vez desembarazados de su naturalismo luhmanniano a condición que se empareje al paradigma del poder. A su vez, la noción más genérica de poder debe ser especificada en tres conceptos: a) Relaciones de poder —en el sentido de Foucault—, que constituyen relaciones estratégico-instrumentales y son un juego abierto política y socialmente. Foucault concebía al poder como lo que reprime; debe analizarse bajo la figura de enfrentamiento, combate, choque o guerra. Véase Foucault (2000 y 2001). b) La dominación en cuanto expresa algo diferente: cuando se fijan los juegos de poder sin posible reversibilidad, cuando se reemplaza por una simetría que parece fuera del alcance de la crítica. La posibilidad de dominación se inscribe en
206
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
el hecho de que unidades estratégico-instrumentales de los sujetos pueden articularse a la racionalidad sistémica del mercado capitalista y el Estado democrático. c) La potencia, que expresa la capacidad de los individuos y los grupos a actuar colectivamente sobre su historia y sobre su medio ambiente a través de una comunicación racional, a tomar conciencia de sus límites y, eventualmente, a hacerlos retroceder en parte. LOS LÍMITES DEL ANÁLISIS SISTÉMICO DE LA POLÍTICA Por lo visto, la teoría de los sistemas complejos de Luhmann no consigue dar razón del contenido simbólico de las prácticas de los nuevos movimientos sociales. Además, la aplicación de la teoría de sistemas a la política no tendría más objetivo que eliminar cualquier posibilidad de poder al margen del Estado. Los movimientos sociales serían solo fenómenos marginales de protesta, sin influencia en el sistema político o, en el mejor de los casos, con una repercusión que siempre le tocaría decidir al propio sistema estatal. La teoría de sistemas de Luhmann es un enfoque realista de las sociedades complejas. Abandona por completo la convicción de que la democracia es la respuesta institucional a las expectativas y esperanzas de todos los ciudadanos, de que es un instrumento de emancipación indisociable de ideales de justicia e igualdad. Por el contrario, el alto grado de diferenciación funcional propio de sistemas complejos, vuelve impracticables las ideas clásicas de la democracia como autogobierno, soberanía popular, representación y participación. En suma, se trata de un enfoque tecnocrático que sustrae a la sociedad de toda capacidad creativa y se concentra en la capacidad de decisión de las instituciones para reducir los riesgos inherentes al sistema. (Véase Maestre, 1994, cap. 4) Pero más allá de estas críticas, el principal problema de la teoría de Luhmann es que pretendiendo ser descriptiva, termina siendo una enésima versión normativa de la sociedad. Así, por ejemplo, no hay nada más normativo que el concepto de «complejidad». Algo similar se puede decir de su reducción del sistema político a gobierno/oposición, pues el poder es reducido a los políticos profesionales y no entra en su definición la sociedad real. Son los políticos quienes articulan decisiones colectivas y deciden si un acontecimiento tiene o no consecuencias de carácter político. ¿Será acaso que detrás de su pretendida neutralidad, la teoría de sistemas de Luhmann oculta un código normativo que rechaza cualquier acción de protesta contra el orden dado? De ser así, habrá que leer entrelíneas la obra del sociólogo alemán. (Maestre, 1994). Pongamos, por ejemplo, el tema de la honestidad. En un ensayo muy polémico, Luhmann concluyó que esta no es posible en política y se pregunta: ¿hay una regla que establece, dentro de la deshonestidad inevitable, la diferencia entre la aceptable y la inaceptable? En principio, Luhmann considera que los valores en un sistema funcional no son morales. Así como no tiene sentido juzgar la propiedad o la no propiedad en términos de si una es moralmente
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
207
buena y la otra mala, tampoco lo tiene calificar al gobierno y la oposición. Los sistemas sociales funcionan con códigos binarios que, de ninguna manera, son congruentes con el código bueno/malo; y con esto toda la auto-organización de los sistemas sociales escapa al control moral. La corrupción socava siempre el orden legal del Estado, por lo que se impone cierta observancia voluntaria del código y de la confianza. (Luhmann, 1996b, pp. 3-5). Un autor más clásico, Max Weber, propone analizar el tema a partir de distinguir entre una ética de la convicción y una ética de la responsabilidad. Para este autor, la primera solo se atiene a los principios, sin tener en cuenta las consecuencias, mientras que la segunda se ajusta a las consecuencias. Obviamente, la ética de la responsabilidad es la de los políticos.19 El problema con esta distinción es que para los filósofos, la ética de los políticos no merece el nombre de ética, es decir, la ética y la política son irreconciliables. Sólo en el terreno especulativo se puede intentar reconciliar lo que en la realidad está escindido. La mejor política es la honradez, había dicho Kant, pero falta que la política lo entienda sin negarse a sí misma, acotaba después. Por este camino se puede sostener incluso que toda política cuya máxima no es pública es injusta; es decir, para que una acción política, como para cualquier otra acción, sea buena, tiene que ser libremente decidida por el que la realiza (principio de autodeterminación) y además tiene que ser una acción que siendo buena para el que la realiza también lo sea para los demás (principio de universalidad). Obviamente, éste es el problema de la democracia, la identificación entre pueblo y soberano, el encuentro ideal entre la voluntad del ciudadano y el poder que lo representa. Desde este punto de vista, no hay moralidad política ahí donde se secuestra la voluntad política de los ciudadanos a través de la mentira, la manipulación, la desinformación y la corrupción. El problema con este tipo de soluciones es precisamente que no ofrecen soluciones. Se hace aquí lo que Luhmann calificaba de incorrecto. Aplicar el código moral bueno/malo a sistemas que se rigen por otros códigos, como el sistema político democrático, cuyo código de funcionamiento es gobierno/oposición. Desde esta perspectiva no tiene sentido, por ejemplo, decir que un gobierno es bueno porque cuenta con la mayoría y que la oposición es mala porque no logra concitar suficientes apoyos. Pese a todo, creemos que la filosofía política —aunque no cualquier filosofía política, sino una abierta a la contingencia más que atrapada en fundamentos inamovibles— ofrece más respuestas al problema ético que los enfoques institucionalistas o las aproximaciones sistémicas a la Luhmann. La filosofía política no puede partir de juicios morales universales para resolver el problema político. Entre los hombres no hay una igualdad dada, como sugiere el sujeto moral kantiano. La única igualdad dada es la desigualdad. 19
Weber (1967, pp. 54-67).
208
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
Como la libertad, también la igualdad es política y se tiene que inventar en el espacio público. Éste es el problema central de la democracia, la construcción de un espacio de debate abierto en todos los sentidos, no solo interminables en cuanto al debate sino también en cuanto a los límites.
LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DEL FUTURO: UNA VISIÓN COMPLEJA DE LAS ESTRATEGIAS HUMANAS Rafael Alberto Pérez Para mí la aventura del pensamiento estratégico es inseparable de la aventura del pensamiento complejo. Y es cada vez más importante en los tiempos actuales pensar y elaborar una estrategia para enfrentarlos. Édgar Morin El gran reto de crear el futuro no está en su predicción… Se trata de intentar imaginar un futuro que es plausible: el futuro que podemos crear. Gary Hamel Sabemos más sobre estrategia que hace 10, 20, 30, o 40 años pero nunca como ahora el tema ha sido tan frustrante y confuso, tanto para el profesional como para el estudiante. Un mayor conocimiento no ha significado mayor claridad ni utilidad. Richard Koch
LOS PREPARATIVOS: VIAJE HACIA UNA ESTRATEGIA COMPLEJA Un viaje es ruta y mirada. Y si bien, como enseñaron Machado y Kavafis, lo importante es el camino, no conozco a ningún viajero que no persiga cumplir algún sueño personal. Nosotros también nos hemos marcado una meta: regresar con una visión compleja de las estrategias humanas. Morin (2005) advierte que la complejidad está en el desafío y no en la respuesta. Hagamos caso al maestro, asumamos el desafío de construir otra mirada y regresemos con la respuesta de una estrategia compleja Para muchos expertos, entre los que me incluyo, esta tarea no solo es conveniente sino necesaria. Pues aunque la estrategia viene rodeada de una aureola de éxito, e incluso para algunos es la ciencia del éxito, los datos de que disponemos ofrecen otra realidad: 5 de cada 7 estrategias fracasan. La versión oficial suele achacarlo a errores humanos de ejecución. Así la revista Forbes en su relación de diez causas principales del fracaso estratégico, las atribuye a fallos del operador. En Internet circula que los fracasos estratégicos obedecen a tres causas: ejecución, ejecución y ejecución. Valdría como chiste si no fuese que oculta un grave déficit de autocrítica ¿Y si el fallo estuviese en las teorías y modelos que desde la Universidad y las Business School estamos dando a los hombres y mujeres de acción? Soy de los que piensan que la solución ha de venir por reconocer los puntos débiles de las actuales formulaciones sobre la Estrategia. Mientras no lo hagamos tendremos que vivir bajo la sospecha de estar suministrando modelos inapropiados para los actuales contextos. No estamos solos con nuestras reflexiones. Llevamos todo este libro y los tres volúmenes que nos preceden tratando de mostrar el cambio de una visión
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
209
disciplinar a una visión compleja, y queriendo trasmitir que no ha sido un esfuerzo gratuito. Y ahora que nuestro viaje ha llegado a la interacción humana, y, dentro de ella, al comportamiento estratégico, es el momento de preguntarnos cuál sería la visión compleja de la estrategia. Tampoco estamos solos con nuestras críticas. Las más directas e importantes se remontan a 1994. En ese año C. Prahalad y G. Hamel publican: Strategy as a field: Why Search for a new paradigm; Paul Ormerod, The Dead of Economics y H. Mintzberg, The Rise and fall of Strategic Planning. Un año más tarde, R. Koch en su Financial Times Guide to Strategy resumía la situación: Los llamados expertos en estrategia -consultores, académicos- se han envuelto ellos mismos en discusiones, opacidad y técnicas propias. Han pretendido y buscado nuevos enfoques, diferenciación e innovación, en vez de tratar sobre el valor real que la estrategia posee para quien la necesita de verdad. El resultado es que para muchos directivos estrategia ha comenzado a parecer una palabra sin sentido o desesperadamente académica.
Siete frentes de crítica a las formulaciones del Management estratégico: al paradigma dominante, a la rigidez de la planificación estratégica, al elitismo, a la falta de ética, a la desorientación, a la debilidad teórica y a los modelos estratégicos. Pero, crítica no implica pesimismo. Si superamos la fragmentariedad y las acotaciones artificiales, habremos dado un gran paso para obtener una mejor comprensión del fenómeno y de los procesos que involucra. Desde esa comprensión seríamos capaces de aportar métodos y modelos más fiables y útiles. ¿Qué habría que hacer para aportar una visión compleja de la estrategia? Además de cámara y maletas, todo viaje exige una buena planificación. El nuestro lo hemos organizado en siete escalas (pasos metodológicos): 1) Tener muy claro desde el principio qué significa visión compleja. 2) Acotar debidamente el fenómeno sobre el que queremos alcanzar esa visión y que al hablar de estrategia compartamos un mismo sentido. 3) Verificar si entre las actuales formulaciones de la estrategia existe ya alguna que sea compleja o si nos enfrentamos a la tarea de tener que formularla. 4) Observar dicho fenómeno desde una mirada transdisciplinar. 5) Asegurarnos de que esa mirada también responda a los actuales paradigmas de la ciencia. 6) Integrar los diferentes niveles de observación. 7) Conciliar la visión compleja con requerimientos de la práctica profesional. Conclusiones.- Debatir en torno a una estrategia compleja tiene serias implicaciones prácticas. Está en juego si a través de esa visión, podremos aportar métodos y modelos que guíen a los operadores estratégicos públicos y privados a construir de forma más eficiente los futuros a que aspiran. Metas ambiciosas exigen planteamientos ajustados: equipaje ligero y método apropiado.
210
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
EL VIAJE Life is a game in which we are both the pieces and the players. John David García Los sistemas humanos son al tiempo máquinas, autores, y observadores de dichas máquinas. Nicolás Caparrós
PRIMERA ESCALA: TENER CLARO QUÉ SIGNIFICA VISIÓN COMPLEJA No está de más recordar aquí que nuestro viaje forma parte de otro más amplio que venimos haciendo desde el Volumen I de esta Obra. Ya en su inicio Nicolás Caparrós explicó los desplazamientos teóricos que han posibilitado el que hoy podamos hablar de visión compleja y cómo desde ella podemos explicar otros procesos: autoorganización, emergencia, no linealidad, transdisciplinariedad, etc. No es cosa de insistir en ello. Tan solo precisar que -a diferencia de la mirada disciplinar que contempla sus objetos de estudio desde una única perspectiva y del paradigma cartesiano que los fragmenta para analizarlos (2º principio del Discurso del Método)- la visión compleja parte del reconocimiento de que la realidad es un entramado de elementos y dinámicas que están tejidos juntos en el espacio/tiempo. Para comprender dicha realidad y describir los fenómenos en que se manifiesta, el científico ha de observar desde sus distintos ángulos, armonizar lecturas y desvelar su pluralidad subyacente sin por ello romper su unidad sistémica y fenomenológica. Si se me permite el símil, es la misma diferencia que hay entre una foto convencional y otra tridimensional. Aunque en la búsqueda de una visión más holística, no deberíamos conformarnos con ver el fenómeno en 3D, sino en 4D, añadiendo así una dimensión cronológica que recuerde que vivimos en lo fluido (Vitor Vieira, 2013) ¿Cuáles son esos ángulos? Lo iremos viendo. Por descontado el de las disciplinas que tienen a la Estrategia como objeto principal de estudio, pero también el de las que lo abordan de forma colateral. A esas perspectivas añadiremos las que aporten nuevos puntos de mira, cuidando el lenguaje para cerciorarnos de que hablamos de lo mismo. Así, a título de ejemplo, cuando N. Caparrós afirma: «los sistemas autoorganizados no solo resisten el ruido -agresiones del entorno-, sino que albergan capacidad de respuesta, producen mecanismos que mantienen y regeneran su equilibrio vital» nosotros nos plantearemos si esos mecanismos de respuesta no son acaso lo que nosotros llamamos estrategias. Este tipo de preguntas pueden ayudarnos a entender el papel que juegan las estrategias en la reorganización permanente de los sujetos con sus entornos espaciotemporales. Y así ir completando la visión compleja que buscamos. Conclusiones 1: alcanzar una visión compleja de un fenómeno implica renunciar a la simplicidad disciplinar para observarlo desde sus diferentes ángulos y dimensiones. Esa nueva visión compleja debería mostrar cómo están tejidos sus componentes y desvelar su pluralidad subyacente sin romper su unidad sistémica y fenomenológica. Y eso pretendemos con respecto a la estrategia.
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
211
SEGUNDA ESCALA: ACOTAR EL FENÓMENO OBJETO DE ESTUDIO Una vez tenemos claro qué implica una visión compleja, la pregunta se traslada a cuál es el fenómeno que queremos describir. En nuestro caso, el fenómeno estratégico. Lo primero que encontramos es que estrategia ha pasado de ser una palabra reservada casi exclusivamente al ámbito castrense hasta finales del XIX, a convertirse en término común, incluso de moda, que sirve para cubrir un amplio espectro de temas. Pocos han expresado esta idea con la claridad de H. Yager en su Strategic Theory for the 21st Century: «La palabra estrategia ha penetrado en nuestras conversaciones y telediarios. Solemos usarla para referirnos a un plan, concepto, curso de acción o a una visión de la dirección en la cual procederemos ya sea a nivel personal, organizacional o gubernamental. Este uso común e inapropiado del término olvida la complejidad de la verdadera estrategia y del verdadero pensamiento estratégico». Aunque no aclara cuál es esa verdadera estrategia, tiene el mérito de poner el dedo en la llaga, pues a pesar de su importancia en el mundo empresarial no se da, ni siquiera entre profesionales, un acuerdo generalizado sobre lo que es. Una falta de acotación que lleva a buscarla en el ámbito académico, en las disciplinas que tienen a la estrategia como objeto directo de estudio: estrategia militar, teoría de los juegos y management estratégico. Pero tampoco aquí encontramos una delimitación consensuada de lo qué es Estrategia. Y eso a pesar de que el método científico indica que lo primero que debe hacer una disciplina es fijar su objeto de estudio, e identificar cual es el fenómeno que quiere describir y explicar. Las tres conceptualizaciones disciplinares de la estrategia (a partir de Alberto Pérez, y S. Massoni) Paradigma Militar: La palabra surge en el siglo IV a.C. en contextos militares para expresar la acción de dirigir y liderar la tropa. Hoy la Estrategia Militar es la disciplina cuyo objeto de estudio es la dirección de los conflictos armados en defensa de los Estados. Las estrategias (minúscula) son la concreción de ese pensamiento en determinados cauces de actuación que se supone son los adecuados para alcanzar los objetivos previamente asignados, teniendo en cuenta balance de fuerzas y recursos así como contextos de acción. Actuaciones concretadas en planes de operaciones para la conducción de ejércitos. Así concebidas representan la lógica y el discurso de la acción militar que adopta el Estado Mayor ante una situación dada. Sin duda es una concepción claramente delimitada, pero veremos que no compartida por las otras dos disciplinas. Paradigma Matemático: La teoría estratégica, en su concepción neumanniana, ha hecho de las decisiones ante incertidumbre estructurada, su objeto de estudio, allí donde la teoría de la probabilidad por sí sola no llega. Una de las grandes aportaciones del paradigma matemático de la teoría de los juegos ha sido ubicar la Estrategia en el campo de decisión. Otro hecho destacable es que
212
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
aporta la primera concepción científica de la estrategia como conjunto de decisiones preparadas de antemano para el logro de un objetivo asignado, teniendo en cuenta todas las posibles reacciones del adversario y/o la naturaleza. Paradigma Managerial/Económico: El concepto de Estrategia utilizado por el management es un tanto esquivo. Por una parte se podría decir que es el área de conocimiento que ha hecho de las reglas de decisión a largo plazo su objeto de estudio. Pero, en la medida en que muchas decisiones que antes eran tácticas hoy se consideran estratégicas, este criterio ya no parece determinante. Así, cada autor cae en la tentación de aportar su propia definición. El profesor Ronda Pupo ha llegado a identificar 36 propuestas por expertos del management en el período 1962-2002, que agrupó en torno a tres: a) Herramienta de dirección que facilita la adaptación de la organización a cambios del entorno. b) Vía para lograr el cumplimiento de metas organizacionales. c) Forma de ganar a competidores vistos como enemigos. Si las diferencias fuesen simples sesgos generados por los distintos ámbitos de acción, no tendría mayor importancia, pero todo indica que son más profundas como prueba el hecho de que en un mismo campo llegue a haber hasta 36 juicios diferentes. Esto representa un serio problema: cómo hacer complejo algo que antes no hemos podido concretar. Entre las posibles causas de esta diversidad hay una de carácter general y varias específicas. La general es que un fenómeno dado no solo es el objeto de estudio, sino también el resultado de la propia disciplina que lo estudia. Eso ocurre porque esta, en su intento de aproximación, trata de estirarse y acomodarse para encontrar el mejor ángulo de observación así como los métodos más apropiados, con lo que también queda afectada por ese vínculo. Trato de señalar que no solo el observador modifica lo observado, sino que también, y a pesar de la pretendida objetividad científica, lo observado modifica al observador y a la disciplina desde la que observa. De hecho, si nos fijamos en la evolución de las diferentes disciplinas veremos que sus avances surgen, en muchas ocasiones, de debates internos sobre la naturaleza de ese supuestamente fijado objeto de estudio al que con cada cambio de paradigma se redefine y reubica. Es cierto que todo ello suele ocurrir de forma discreta, lo que permite que las disciplinas se continúen llamando igual mientras sus objetos de estudio se van escurriendo hacia otras demarcaciones. Sin salirnos de este mismo volumen, Cansino y Sánchez Galicia denuncian esta situación aplicada a las ciencias sociales, ciencias que «se han venido construyendo bajo el impulso de múltiples concepciones de su naturaleza y alcances». Y se preguntan: «¿cómo hacer avanzar el conocimiento de un objeto cuando los conceptos empleados para dar cuenta del mismo significan cosas distintas para los especialistas?» Entre las causas específicas, está el hecho de que la teoría estratégica que hoy manejamos, más que una disciplina con tres ramas, es un corpus de conocimiento que ha evolucionado a lo largo de 2500 años. Evolucionado en su propio objeto de estudio y en su campo de aplicación, abriéndose desde el ám-
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
213
bito castrense en que vivió constreñida veinticuatro siglos, al mundo matemático de la teoría de los juegos y al directivo/empresarial en el que hoy se siente cómodamente instalada. Evolucionado en su enfoque: de ser una ciencia del conflicto como la bautizó Schellling a convertirse en un vector para el consenso en Buchanan y Tullock (1980); en la coo-petencia de Nalebuff y Branderburguer o en un sistema de articulación como haría ver la Nueva Teoría Estratégica. Evolucionado en su sentido: de la dirección de tropas a la toma de decisiones bajo incertidumbre estructurada y la orientación de negocios. Pocas veces una palabra ha dado un giro de tantos grados como el término estrategia. Un primer paso para superar el inconveniente sería identificar los isomorfismos entre estas tres disciplinas. Esa es, a día de hoy, una tarea pendiente. Lo que hemos verificado aquí es si en sus descripciones de Estrategia aparecen rasgos compartidos además de diferencias. Comprobamos siete coincidencias: 1) Es un fenómeno relevante que merece interés de la sociedad y la academia. 2) Consiste en procesos mentales que se concretan en un tipo determinado de decisiones para la acción. 3) Esas actuaciones elegidas se caracterizan por su consistencia en el tiempo, son cauces de acción y no actos puntuales. 4) Esas rutas de comportamiento una vez iniciadas implicarán a otras acciones que ya en su día se irán concretando (tácticas, decisiones derivadas, etc.). 5) Se adoptan intencionalmente para alcanzar unas metas (telelología). 6) Están fijadas de antemano, delante de los acontecimientos (anticipación). 7) Valoran a otras fuerzas, personas, sistemas y contextos (análisis y cálculo). Perfil que muchos dan por válido, pero que a nuestro juicio no establece fronteras suficientemente nítidas con fenómenos similares ni aporta respuestas sobre otras características clave para la tipificación de la estrategia: ¿Esos procesos mentales implican una capacidad natural humana que llamaríamos estratégica, un sistema, pasos a seguir?, ¿hablamos de un tipo de decisiones, métodos, o de hojas de ruta?, ¿el objeto de estudio sería la capacidad, el sistema, el método, las decisiones?, ¿acaso la forma en que se adoptan o ejecutan?, ¿qué tipo de leyes rigen el fenómeno: físicas, biológicas, lógicas, neurológicas, sociales, culturales? etc. Demasiadas cuestiones como para darnos por satisfechos. Se hace necesario un esfuerzo complementario en las siguientes etapas. Conclusiones 2: La deficiente acotación del objeto de estudio, la disparidad conceptual con que los expertos manejan el término, son el principal obstáculo para estudiar el fenómeno estratégico de forma transdisciplinar y compleja.
TERCERA ESCALA: VERIFICAR SI ENTRE LAS ACTUALES FORMULACIONES EXISTE ALGUNA QUE SEA COMPLEJA
Una cosa es acotar el fenómeno estratégico y otra distinta dotarlo de cierto nivel de complejidad. Para lo segundo vamos a abrir nuestro análisis a aquellas otras disciplinas que estudian la Estrategia de forma indirecta y colateral.
214
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
Intentos de complejización por parte de disciplinas que tienen a la estrategia como su objeto principal de estudio Estrategia Militar: La acotación castrense limitó su objeto de estudio pero no le ha impedido buscar su complementariedad con la política, la economía, la propaganda y la diplomacia, multi-disciplinariedad hoy más necesaria que nunca con los problemas derivados del terrorismo internacional y mediático. Ante la nueva figura de un enemigo deslocalizado y sin territorio, la estrategia militar se ve precisada a asistirse de otras disciplinas. Encontramos una progresiva multi e interdisciplinariedad de la Estrategia dentro del ámbito militar pero su fuerte focalización disciplinar impide alcanzar una visión compleja propiamente dicha. Pero, en todos estos casos estamos hablando de multi, a veces de inter, pero no de trans-disciplinariedad.
Teoría de los Juegos: Al dar formalización abstracta al tratamiento de los conflictos del hombre contemporáneo, la teoría de los juegos fue recibida como orientación revolucionaria de los problemas seculares de decisión. En un primer momento pudo considerarse así ya que se alcanzó una nueva y más profunda comprensión de la incertidumbre. Aunque concebida para el estudio del comportamiento económico, su base matemática permite hablar de teoría general. La Estrategia cobró así estatuto autónomo y se convirtió en campo científico. Su desarrollo de los juegos simultáneos la hizo muy útil para la guerra fría desde la Rand Corporation en Santa Mónica. Pero serían las aportaciones de John Forbes Nash y sus puntos de equilibrio lo que permitió su extensión a otras disciplinas desde la psicología transaccional: E. Berne (1963); la psicología evolucionista: L. Cosmides y J. Tooby; y la antropología: Byrne y Withen; S. Mithen; pasando por la Investigación Operativa (Center for Strategic Studies del Reino Unido). Paradójicamente fue su pretensión de exactitud matemática la que la autolimitó y dificultó su aplicación a la vida empresarial -donde es difícil encontrar estrategias dominantes-, o a otras situaciones de la vida práctica en las que sea difícil la matematización de las preferencias como advertía ya en 1967 Arnold Kauffmann. La Teoría de los Juegos llega a nosotros más como intento por dar fiabilidad a toma de decisiones que por abordar dicho fenómeno en toda su complejidad. Aunque concebida para el estudio de la conducta económica, su base abstracta matemática ha facilitado el que la teoría de los juegos influyese en otras muchas disciplinas. Todo ello permite hablar de una teoría general de la estrategia pero no de una teoría compleja.
Management: A pesar de que desde 1954 el management viene generando un alto porcentaje de la producción literaria sobre estrategia y que en 1979, de la mano de Igor Ansoff, se rebautiza como management estratégico, lo cierto es que lejos de encontrar aquí una visión compleja de la Estrategia lo que encontramos son constricciones. Algo que en 1960 denunció Schelling: «Si ceñimos nuestro estudio a la teoría de la estrategia, nos limitamos en muy alto gra-
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
215
do, ya que abarcamos solo la conducta racional, no solo la inteligente, sino la motivada por un cálculo consciente de ventajas e inconvenientes que, a su vez, se basa en un explícito e internamente coherente sistema de valores. Así, la aplicabilidad práctica de los resultados viene a quedar notoriamente restringida.» Reduccionismo que tiene su origen en el paradigma económico dominante en el management y que afecta a los modelos que propone pues, como señala A. Vargas Sánchez: «sufren las limitaciones de sus asunciones básicas y, en consecuencia muestran una fuerte debilidad teórica». Pero en los últimos veinticinco años, este paradigma comenzó a ser desafiado por nuevos desarrollos teóricos: ecología, neurociencias, teoría de redes, etc., que, en busca de mayor comprensión, estudian los procesos directivos en entornos más amplios y desde diferentes perspectivas; al hacerlo, añaden complejidad a los fenómenos considerados, entre ellos la Estrategia como reconoce Vargas: «La aparición de estos intentos por desarrollar modelos más realistas y, en consecuencia, más complejos, significa abandonar las simplificaciones y artificialidades sobre los que se han construido los modelos predominantes hasta ahora». La Estrategia elaborada desde el paradigma económico tiende a ser reduccionista, lineal y racional. La buena noticia es que han aparecido corrientes que al contemplar la estrategia desde distintos ángulos le añaden complejidad.
Perspectivas que estudian la estrategia de forma indirecta y colateral. Las ciencias de la vida: Para las ciencias de la Vida, Capítulo 24 de la nomenclatura de la UNESCO, la vida es relación y las estrategias son las respuestas homeostáticas que todo organismo vivo da a los cambios de su entorno. Acotación científica que abre un camino que intentaremos recorrer. La sistémica: La Teoría General de Sistemas al superar la fragmentación heredada del paradigma cartesiano y enfatizar interconexiones, será el modelo que abra la puerta hacia la gerencia de la complejidad –afortunada expresión de F. Serra- y ayude a transformar profundamente la manera de concebir las organizaciones y sus estrategias. Peter Senge se llevó parte importante de esa gloria20, pero la visión sistémica de las organizaciones se remonta al funcionalismo y a la teoría de la contingencia, a T. Parsons y sobre todo a Katz y Khan. Sin olvidar interesantes aplicaciones a la gestión del conocimiento de Argyris y Schön o Nonaka y Takeuchi y Choo. Pero si se quiere entender la complejidad de los sistemas sociales, es imprescindible internarse en los conceptos de N. Luhmann. Entre sus propuestas: 1) considerar la comunicación como foco de la organización del sistema. 2) el sistema pierde sentido si se analiza fuera de ese entorno. Para Luhmann, ambos conforman un único elemento de estudio, donde el entorno da sentido al ente y el ente permanentemente se encuentra abocado a encontrar ese sentido para construir relaciones constitutivas con él. 20
En The 5th Discipline Senge se apropia de ideas que ya habían formuladas por Humberto Maturana, Hebert Simon y en general por el funcionalismo, para terminar liderándolas.
216
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
El enfoque bio-sistémico de Maturana: abocado a encontrar ese sentido para construir relaciones constitutivas con él. Encontramos una importante aplicación conjunta de biológica y sistémica a la comprensión del conocimiento en Humberto Maturana. En 1968 decidió plantearse el problema del conocimiento, no desde el sistema nervioso sino desde el operar biológico completo del ser vivo: «Decidí considerar qué procesos deberían tener lugar en el organismo durante la cognición, pensándola así como enfoque biológico». El resultado fue una nueva visión de los seres vivos y la naturaleza cognoscitiva del ser humano, que ha dado lugar a una trama teórica unificada de las ciencias de la vida y las sociales, y a un replanteamiento de la naturaleza de la condición humana. Enfoque ecológico: Se debe al biólogo Haeckel (1869) el llamado paradigma ecológico, desde el que encontramos sugestivas aplicaciones tanto en educación como en el management y sus estrategias. La primera ya ha sido tratada en este libro. En el management habría que citar desde el clásico de Lawrence y Lorsch, La empresa y su entorno hasta la más reciente ecología de los medios o la narrativa construccionista de Gergen y Brown y Diguid. Enfoque político: También acude a la perspectiva biológica G. Bateson pero esta vez referida a las ciencias políticas. En sus palabras: «Los procesos políticos no son sino fenómenos biológicos pero, ¿qué político sabe esto?». Transdisiciplinariedad que no puede sorprender en un hombre cuyas investigaciones abarcaron áreas como: antropología, etnología, teoría del aprendizaje, psicología anormal, cibernética, teoría de sistemas, lógica o epistemología, entre otras. En todas ellas realizó aportes innovadores. Sin salir de la política, merece citarse el neoinstitucionalismo de North, movimiento que se preocupa por el poder y la cultura y pone énfasis en la historia, en la influencia de las instituciones en las estrategias de los actores políticos y en las posibilidades futuras del ser humano. Un enfoque crítico de vicios heredados del modernismo, el positivismo, la visión mecanicista del hombre y de la ideología del progreso, que interesa especialmente porque al estudiar las organizaciones y su procesos estratégicos incorpora el cambio de paradigma sufrido por los estudios sociales. En ese contexto, Raza Mir (2002) plantea la conveniencia de adoptar un enfoque constructivista fenomenológico en el estudio de la estrategia, basado principalmente en Berger y Luckmann y en Gergen. El neo-evolucionismo: Esta perspectiva trata de dar respuesta a un tema candente: la innovación. Y lo hace desde la teoría del caos. Ante la paradoja empresarial de actuar ordenadamente y al tiempo innovar (actividades que exigen lógicas de acción opuestas), el neoevolucinismo dice que la innovación no se puede explicar desde el mecanicismo. Las máquinas hacen aquello para lo que han sido diseñadas, cualquier comportamiento emergente y/o innovador es un fallo del sistema. Pero las propiedades de los sistemas complejos adaptativos sí permiten abordar la generación de ideas innovadoras dentro de los mismos. Las teorías del caos y la no-linealidad dan así una explicación coherente a
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
217
la emergencia de la innovación en el seno de las organizaciones. Entendido esto, los directivos sólo tienen que favorecer una organización más despierta en cuanto a su aprendizaje, crear condiciones para que esa emergencia pueda producirse. Como dirían Laszlo y Lauger21 en vez de luchar contra fuerzas que no controla, favorecer la evolución más ventajosa. ¿Cómo? Tratando de engendrar una inestabilidad relativa. Y eso es lo que también propone también Deep Hock en Birth of the caordic age; muestra cómo algunos conceptos caórdicos que él mismo aplicó en VISA son ahora puestos en práctica por un amplio sector de empresas y organizaciones sociales, comunitarias y gubernamentales. Sociología: A partir de las aportaciones de P. Berger y Th. Luckmann, el Evolutionaty Social Constructivism y el Social Constructionism se enfrentan a otra paradoja: la coexistencia entre una innegable plasticidad e innovación de las estrategias humanas y su dependencia de una condición psicobiológica que subyace a la diversidad cultural. Aunque minusvaloran el factor biológico respecto al sociocultural, sus aportaciones merecen ser tenidas en cuenta. Psicología y neurociencias: ya vimos en el Volumen 2 cómo los avances en neurobiología y neurofisiología van aclarando la complejidad de la psique humana. Aquí atañen los mecanismos del proceso de toma de decisiones estratégicas hechas por humanos. De los avances en este campo retenemos: 1) la evolución del papel de la predicción y su soporte neurofisiológico (Llinás); 2) los algoritmos darwinianos y otras aportaciones de la psicología evolucionista de Cosmides y Tooby; 3) la recuperación de las emociones y su papel en la toma de decisiones (Damasio entre otros); 4) la función de neuronas espejo en la comprensión de intenciones, anticipación y confianza; 5) recuperación de la intuición y convivencia de un doble sistema de respuesta -rápido y lento- en los procesos estratégicos; 6) La neuro-economía: nacida en 2001 (McCabe, Houser, Ryan, Smith y Trouard), aspira a enriquecer enfoques economicistas del management estratégico cruzándolos con neurocognitivismo. Braidot (2005): «En la actualidad ninguna estrategia de negocios que pretenda éxito puede obviar la investigación sobre el funcionamiento de percepciones, memoria, cognición, emoción, razón y mecanismos que interactúan durante aprendizaje y toma de decisiones del cliente y todos esos procesos se producen en el cerebro». La comunicación es otro campo que se mueve hacia la complejidad y que a partir del constructo comunicación estratégica aplica estos desplazamientos a las estrategias. En palabras de M. Kunsch: «Es preciso sustituir la visión lineal e instrumental de la comunicación por una mucho más compleja y amplia. La comunicación organizacional precisa ser entendida de forma holística». Esta tendencia a la complejidad se manifiesta en cuatro líneas de estudios: 21 Ambos coinciden con colegas sistémico-evolucionistas en considerar a las organizaciones como sistemas sometidos a las leyes de la evolución (social) pero se alejan del darwinismo para trabajar con procesos inestables, complejos, sometidos en a la no-linealidad y al caos.
218
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
1.- la sistémica de Luhmann, ya mencionada: la comunicación es el foco de la organización del sistema; los seres en proceso de autoorganización permanente tratan de fijar un umbral para diferenciar interior de exterior. Comunicación implica búsqueda de definición de los propios límites en un proceso dinámico donde fuerzas exteriores tratan de borrar o ignorar ese umbral. Estamos hablando de una negociación permanente por precisar la propia identidad; 2.- la propuesta de M. Martin Serrano: comunicación como fenómeno biológico (texto cedido por el autor de su obra: Teoría de la Comunicación, 2007): Es un tipo de interacción inicialmente al servicio de necesidades biológicas y que funciona con pautas zoológicas. Su sorprendente plasticidad evolutiva se descubre posteriormente, cuando la especie humana puede ponerla al servicio del conocimiento; al incorporar los recursos y la organización de las sociedades a la producción comunicativa; y cuando su uso está sobredeterminado no sólo por necesidades, sino además por elementos con valor axiológico. La comunicación llega a ser soporte de cultura, pero no arranca con ella. En la evolución humana sirve de expresión de valores, pero no se hizo para ellos. Por eso la naturaleza de la comunicación se encuentra en la posibilidad de que por su mediación se produzcan tales cambios; y tiene en su ser el cambio porque las capacidades comunicativas se rehacen a medida que se producen. Proceso sin interrupción primero en escenarios naturales y luego en sociales. En consecuencia el estudio de la comunicación tiene que partir de cuando no había cultura, sociedad, ni valores y sólo concluye cuando se aclara cómo ha participado en las características de los humanos, de sus sociedades, en la existencia de un universo abstracto y axiológico. Las explicaciones teóricas conviene que estén basadas en los cambios que la comunicación experimenta desde su origen y que se puedan investigar por procedimientos científicos. Esto ubica las aportaciones teóricas entre espacios del conocimiento; los ensanchan y reacomoda para incluir saberes nuevos. En concreto, la Teoría de la Comunicación hace un lugar a las leyes evolutivas para entender la cultura y a las constricciones de la cultura para entender la evolución. Enlace entre dos niveles que sólo se puede producir cuando algo se pone en medio; aquí, la información. En suma: el estudio de la génesis de la Comunicación, de sus cambios evolutivos y su participación en la antropogénesis, constituyen una de las fronteras actuales del conocimiento, referencia obligada para las ciencias naturales y para las del conocimiento, como psicología evolutiva y del lenguaje. Igualmente para las ciencias sociales y de la cultura, entre ellas paleontología, antropología cultural e historia de las civilizaciones. También creo que el esclarecimiento teórico de la comunicación puede derivar en consecuencias científicas de más largo alcance: puede tener un peso significativo en las revisiones permanentes de la Teoría de la evolución, a medida que se van conociendo mejor los mecanismos del cambio de las especies. La comunicación es uno de esos mecanismos, pero hasta ahora se ha prestado insuficiente atención a su papel evolutivo.
3.- Estudios sobre comunicación organizacional. Destacan las aportaciones de Scroferneker, Baldissera, Oliveira y de Paula -con trabajos en este mismo
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
219
volumen- así como Marchiori. Una situación de cambio de paradigma que expresan a la perfección los expertos portugueses Vieira y Chambel: Aunque aún no estemos debidamente equipados para el cambio fundamental de un paradigma de simplicidad (fácil de entender y gestionar pero inadecuado) a otro de complejidad (difícil de comprender y gestionar, pero esencia) no es posible continuar ignorando la compleja naturaleza de las organizaciones, entre otras cosas porque cada vez van surgiendo formas más complejas de estructura organizacional. La realidad no espera por nosotros.
Una idea que comparte Margarida Kunsch: La comunicación organizacional, en esa perspectiva más amplia es, por sí sola, compleja. En este sentido el área de la comunicación deja de tener una función meramente táctica y pasa a ser considerada estratégica. Esto es, precisa tener en cuenta la cuestión humana y agregar valor a las organizaciones.
4.- La comunicación estratégica que, en este desplazamiento hacia la complejidad aporta, en opinión de Kunsch, la recuperación humana y la fundamentación que estaba reclamando, destacando a la Nueva Teoría Estratégica: Otra forma de ver la dimensión estratégica es encararla desde la nueva teoría estratégica (NTE) propuesta por Rafael Pérez (2008)22. Son innumerables los fundamentos teóricos destacados por el autor, que defiende otras perspectivas y nuevos paradigmas para concebir y practicar la estrategia de comunicación en las más diferentes esferas sociales, políticas y económicas.
¿De qué Nueva Teoría Estratégica hablamos? Planteada por mí en 2001 como «menos geométrica y más hermenéutica, menos racional y más relacional», la NTE ha despertado gran interés entre expertos en estrategia y comunicación, especialmente en Iberoamérica: debatida en encuentros internacionales, elaborada y desarrollada en 2009 en Hacia una teoría general de la Estrategia, la NTE propone refundar la estrategia a través de siete pautas: 1. Trabajar con los paradigmas actuales de la ciencia, no con los del s. XVII. 2. Entender que la clave de toda teoría estratégica pasa por recuperar al ser humano, actualmente reemplazado por constructos artificiosos tales como el homo oeconomicus, el actor racional, el player, etc. 3. Concebir la estrategia como una ciencia de la relación y de la articulación social y no como una ciencia del conflicto y de la guerra. 4. Ponerse en el lugar del otro dando así a la estrategia una orientación más dialogante, negociadora, cooperativa y consensual. 5. Añadir a factores económicos -siempre presentes- otros más intangibles. 6. Refundar la Estrategia desde la comunicación. 7. En vez de preocuparse por proporcionar reglas paradigmáticas y exactas, la NTE aspira a proporcionar reglas hermenéuticas y articuladoras.
El resultado es una estrategia más compleja y relacional para ayudar a las organizaciones a articularse con sus interlocutores y entornos. 22
Véase también su otra obra con la investigadora S. Massoni (Pérez; Massoni, 2009).
220
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
¿Pero, realmente la NTE aporta esa visión compleja que estamos buscando? Dos son los rasgos que más se han destacado de sus propuestas: su carácter práctico (aplicabilidad y utilidad) y su enfoque complejo. Respecto al primero, J. Galindo Cáceres señala: «La visión práctica de la comunicación tiene en la propuesta del Foro Iberoamericano de Estrategias de Comunicación, con Rafael Alberto Pérez y Sandra Massoni como sus pensadores líderes, a una de las más ambiciosas apuestas teórico-metodológicas contemporáneas.» Idea en la que abunda A. Vargas: «The IberoAmerican Forum on Communication Strategies (FISEC) has been working on the development of a new theory of organization strategy, capable of dealing with the new challenges of the 21st century.» Respecto a su enfoque complejo, C. M. Sánchez, Presidente de FISEC España, señala: «La NTE aporta la visión más completa de la estrategia, desde la complejidad». Idea que justifica Galindo Cáceres: «la NTE ordena en su agenda uno de los programas de revisión conceptual y metodológica más ambiciosos en la historia del pensamiento formal en comunicación. Su propuesta incluye a las ciencias sociales y humanas, lo mismo que a las básicas, ingenierías, economías, propuestas históricas, paleontológicas, militares. Su idea es de una extensión académica impresionante. Por otra parte intenta sistematizar la experiencia práctica de la comunicación desde el punto de vista de la estrategia en otra multitud de campos. En todo este camino incluye al pensamiento complejo como guía». A lo que añadirá dos años más tarde: «La NTE es una puesta en escena del enriquecimiento de la articulación de lo simple a lo complejo, de lo individual a lo colectivo, de lo particular a lo general». Kunsch concluye que desde estos enfoques la dimensión estratégica de la comunicación organizacional está en condiciones de «incorporar una visión mucho más compleja y valorar los aspectos humanos y sociales, superando la visión meramente tecnicista y de racionalidad económica». Humanidad que R. González Romero retiene al señalar que «la NTE es el Rostro Humano de la Complejidad». ¿Estamos ante una explicación consistente y fiable que merezca el interés de la comunidad académica? Responder excede el ámbito de este trabajo y tampoco somos los más indicados para hacerlo. Nos limitamos a aportar algunos datos: se han generado dos movimientos en torno a sus propuestas: el Foro Iberoamericano Sobre Estrategias de Comunicación (FISEC) fundado en 2003 y el CINTE en 2013. Más de un centenar de Universidades de catorce países ya ha debatido la NTE en Seminarios. El padre del pensamiento complejo, Morin, ha presidido dos de los Encuentros Internacionales de FISEC en Cádiz, España (2006) y en Cartagena de Indias, Colombia (2009). Y no pudiendo asistir al Encuentro de 2011 en Brasil, escribió para la ocasión: «FISEC y la NTE hacen la aplicación de la Complejidad a la Comunicación. Yo lo hice en sentido inverso: la aplicación de la Comunicación a la Complejidad». No vamos a entrar en otras consideraciones pues un ineludible deber de transparencia me obliga aclarar: la NTE es una propuesta que formulé en 2001,
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
221
en la que vengo trabajando desde entonces -con la ayuda de grandes colegas- y es algo muy mío de lo que me resultaría difícil distanciarme. Por lo que prefiero hablar de ella con voces ajenas y datos objetivos. Conclusiones 3: Mientras las disciplinas que tienen a la estrategia como objeto directo de estudio no aportan la visión compleja del fenómeno estratégico que buscamos, con excepción de algunas corrientes heterodoxas, en cambio sí hemos hallado desarrollos interesantes en otras disciplinas que tienen a la estrategia como objeto de estudio indirecto o la manejan colateralmente. Así, en las ciencias de la vida con la perspectiva bio-sistémica de Maturana y Varela. En paralelo los avances realizados por las neurociencias han desvelado algunas de las claves de la toma de decisiones estratégicas y muy especialmente el papel de las emociones, la intuición y la interpretación de las intenciones ajenas (neuronas espejo). Resulta que en gran parte el trabajo está hecho. Pero aunque disponemos de suficientes mimbres, el cesto todavía no está rematado. De hecho solo una de las líneas de investigación está focalizada en la estrategia: la NTE.
CUARTA ESCALA: UNA MIRADA TRANSDISCIPLINAR Morin suele decir que la realidad lleva a la complejidad lo mismo que esta conduce a la transdisciplinaridad. Eso está ocurriendo también aquí. A golpe de siglos, paradigmas y escuelas, la estrategia es hoy un fenómeno poliédrico con múltiples facetas. Para comprenderlo de manera compleja necesitamos observarlo desde sus diferentes ángulos; tenemos que someter el fenómeno estratégico a esa mirada transdisciplinaria. Y aunque la transdisclipinariedad es ya un conocimiento de tercer nivel (disciplinar, multidisciplinar y transdisciplinar) en nuestro caso y dado que la estrategia es conocimiento para la acción, demandamos uno de segundo grado que sepa relacionar no solo el conocimiento científico, sino también la experiencia extra-científica y la práctica de la resolución de problemas y aprovechamiento de oportunidades. Al asumir que los fenómenos no son planos y presentan diferentes caras y formas, llegamos a la conclusión de que para comprenderlos necesitamos una imagen tridimensional y que la única manera de obtenerla es fotografiarlos desde sus diferentes ángulos. A esa mirada cruzada la vamos a llamar transdisciplinariedad de primer grado. Pero también necesitamos métodos capaces de relacionar el conocimiento científico logrado por distintas disciplinas, la experiencia extra-científica y la práctica de resolución de problemas y aprovechamiento de oportunidades (transdiciplinariedad de segundo grado). QUINTA ESCALA: RESPONDER A LOS ACTUALES PARADIGMAS DE LA CIENCIA La ciencia ha sufrido en el s. XX y comienzos del XXI una de sus grandes revoluciones. Foucault señala que es la cuarta vez que el episteme occidental muda de piel. Pero muchas disciplinas no han hecho todavía reajustes necesarios; por eso es importante que la nueva mirada transdiciplinar se asegure de que esas transformaciones se tengan en cuenta. Esto nos atañe pues, como re-
222
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
cuerdan Hamel y Prahalad (1995): «Aunque son numerosas y ruidosas las voces que reclaman un nuevo paradigma organizativo, no se pide también un nuevo paradigma de una nueva estrategia. Creemos sin embargo, que la forma que tienen muchas empresas de planear su estrategia está tan anticuada y es tan perniciosa como la forma que tienen de organizarse.» El primer toque de atención lo dio Mirowsky en 1989 con More Heat Than Light: Economics as Social Physics, donde denuncia que el paradigma imperante del Management estratégico se quedó anclado en la física del XVII. Una idea en la que incide Ormerod en su The Dead of Economics: «Paradójicamente la economía ha intensificado su fervor en estas creencias, justo ahora que la perspectiva mecanicista es considerada cada vez menos relevante por biólogos, químicos y físicos.» Y que volvemos a encontrar en Alvin y Heidi Toffler: «La creencia de que la ciencia de la gestión empresarial casaba con la económica y que ambas eran compatibles con lo que se conocía sobre la física, hizo que el paradigma de la gestión empresarial industrial fuese tremendamente creíble.» Críticas al paradigma dominante del Management Estratégico: anclarse en la física del XVII; el supuesto de racionalidad económica; el de unidad directiva y organizacional; el supuesto (implícito) de que el entorno está fijado; un instrumentalismo teleológico ligado al beneficio y al éxito; su aculturalidad. No puede extrañar que el primer cambio que demanda la NTE sea el del paradigma heredado del management. Se trata de decir adiós a un mundo fragmentado, lineal y estático, para pensar la realidad como trama de procesos complejos, fluidos y (a veces) caóticos. Al hablar de paradigmas se suelen olvidar sus consecuencias prácticas, por ello me gustaría recordar con Donella H. Meadows que junto a los paradigmas científicos, también están los sociales y los profesionales. Hace unos años Sandra Massoni y yo nos preguntábamos: ¿Pueden los paradigmas de lo fluido, la complejidad y del caos incidir en la forma en que adoptamos nuestras estrategias? Nuestra respuesta fue afirmativa. La estrategia es una ciencia de la acción y poco sentido tendría nuestra incursión por los nuevos paradigmas si no repercutiese en una mejor práctica de la Estrategia. Cuestión que retomaremos como reflexión final de este trabajo. Conclusiones 5: El cuerpo teórico de la Estrategia -tal y como lo ha edificado el management estratégico y hoy se enseña en las Business School- se está viendo seriamente afectado por los nuevos paradigmas. Ajustarnos a ellos implica trabajar con una visión compleja, fluida y no lineal. Es lo que viene haciendo la NTE y otras corrientes emergentes del propio management.
SEXTA ESCALA: INTEGRAR LOS DIFERENTES NIVELES DE OBSERVACIÓN. Ya en 1973, Morin (véase su texto en este Volumen) indicó la necesidad de integrar los niveles Física-Química, Vida-Naturaleza y Hombre-Cultura, que vivían vidas separadas. N. Caparrós recoge el testigo (véase Volumen 1) y desdobla el tercero para dejarlos en: físico, biológico, psicológico y social, que dan
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
223
lugar a los cuatro volúmenes del Viaje a la complejidad. Doy gran importancia a esta integración y pienso que sin ella el esfuerzo transdisciplinar y el reajuste paradigmático serían baldíos. Hacemos ahora este ejercicio referido a la estrategia, iniciando así una de las partes más interesantes del viaje. El nivel físico-químico: la materia inanimada Aunque solemos hablar de la materia como algo inerte compuesto por elementos aislados, lo cierto es que el cosmos no ha parado de transformarse y de interactuar. Por ello la ciencia habla de él como trama dinámica y explica cómo, a partir de una singularidad -Big Bang-, todas esas trasformaciones proceden de una energía que evoluciona en materia -en todas las formas de materiay de la que emergerán los restantes niveles, biológico y humano. Hoy prospera la tesis de que el Universo tiene una estructura profunda matemáticamente explicable a partir de una billonésima de segundo después del Bing Bang mediante unos pocos números y leyes matemáticas, que para Rowan-Robinson se reducen a nueve y para otros a menos. Tal vez la tesis más radical sea la del cosmólogo Tegmark para quien el universo es isomorfo a cierta estructura matemática A (que desconocemos). De ser esto cierto, significa que todos los aspectos del mundo físico podrían ser descritos con ecuaciones matemáticas. Este enfoque tropieza con el problema de que no disponemos de una Teoría unificada de todas las interacciones fundamentales. Pero no debemos dejar que este debate nos distraiga: pensemos qué aporta la integración de lo físico en una lectura compleja de la estrategia. Lo primero que encontramos es que en el nivel físico, el fenómeno estratégico no existe. Las estrategias no han hecho su aparición en escena. Las tremendas transformaciones que los astrónomos observan son resultado de interacciones físicas y químicas propias de la materia. Y aunque hay quien las achacan al diseño divino -lo que no dejaría de ser una estrategia- el mundo de las creencias religiosas por muy respetable que sea, queda fuera del presente trabajo. Pero si las estrategias no hacen todavía su aparición, el nivel físico-químico sí afecta a la Estrategia por dos razones: 1) Porque la materia inanimada constituye la base de las demás realidades que surgen de ella y en ella se sostienen. Lo físico está en el origen del sistema estratégico, como lo está en todo lo vivo. La mente con la que pensamos estrategias es una mente encarnada (embody mind) con sustrato físico. 2) Porque la física arrastra al resto de las ciencias y son los desplazamientos en sus explicaciones los que han posibilitando la visión compleja de la que hablamos (emergencias, autoorganización, no linealidad, caos, estructuras disipativas, fractales, sinergética, etc.). Morin califica al ser humano como ente físico, biológico, psíquico, cultural, social e histórico. Habla de un proceso recursivo en que lo físico afecta a lo humano y lo humano a lo físico: «Este circuito recursivo en el que la socialización de la fisis y la fisicalización de la sociedad deben ser co-productores uno
224
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
de otro, es lo que debería constituir el principio de nuestra perspectiva teórica». El propio Morin nos hace ver que «todo concepto, incluso el mas físico está producido por un espíritu humano, por tanto tiene un costado antropomorfo: todo lo que es humano tiene una realidad física». Estaría condenada al fracaso una Estrategia que no tuviese en cuenta el nivel físico-químico como variable a evaluar en sus decisiones (previsiones meteorológicas para pilotar), o como agente facilitador para la consecución de metas (rueda, combustibles fósiles), agente destructor del que hay que prevenirse (tornados, armas), o como un instrumento para la defensa y/o el conflicto (artes marciales, armamento). Del primer nivel de integración hemos podido extraer algunas conclusiones: 1ª: La estrategia no es un fenómeno del nivel físico-químico. 2ª: La base de toda estrategia radica en el nivel físico-químico de nuestra embody mind 3º: La trama dinámica de la realidad es el objeto de transformación de toda estrategia
El nivel vida/naturaleza; la materia viva Si desde el paradigma de la complejidad la vida es una emergencia, para las ciencias de la vida, la vida es relación. La trama de la realidad se convierte en trama relacional. Las interacciones dejan de ser solo físico-químicas para ser también entre sujetos, ya no obedecen solo a leyes sino también a seres. En un mundo en el que todo está determinado, con la vida aparece un margen de indeterminación. La noción de indeterminación es clave al permitir ubicar toda estrategia en una historia vital no escrita del todo. Y no dentro de una trama de determinismo genético que, a su vez, suele ir acompañada de predeterminismo. Maturana habla de epigenésis23: «Las condiciones genéticas constituyen la estructura inicial del organismo pero no determinan el curso de la epigénesis porque este va surgiendo como fenómeno histórico.» La vida no es ejecución de un programa, implica creación (Bergson); ruido/caos (von Foester); autopoiesis (Maturana y Varela) y decisión (Morin). Las interacciones entre aplicaciones del programa genético y condicionantes del medio externo exigen repuestas y abren un margen de maniobra a los seres vivos. Si un elemento ajeno al organismo crea desequilibrio en su estructura, amenaza o favorece su supervivencia, este genera una respuesta para compensar y restablecer la estabilidad: las estrategias hacen así su entrada en escena. Las Ciencias de la vida llaman estrategias a las respuestas homeostáticas de los seres vivos a las variaciones del medio para restablecer el equilibrio perdido. Solo los seres vivos -todos ellos- aplican estrategias. Es inherente a la vida.
Los organismos vivos no se adaptan mecánicamente a un medio fijado de antemano, a un nicho exterior autónomo, sino que –en cierta medida– lo construyen en su relación y a través de sus propias estrategias. En consecuencia, 23 La epigénesis representa el proceso de sintonización mediante el cual cada individuo se adapta de forma eficiente a su entorno a partir de las capacidades contenidas en su código genético
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
225
tanto los organismos como su ecosistema se encuentran en estado de constante flujo, se modifican y reconstruyen continuamente al interactuar, acoplándose de forma recíproca. Pero esa zona de indeterminación no es la misma para todos los seres vivos: aumenta en la medida en que se avanza en la filogénesis. La estrategia es un fenómeno de vida, no militar, ni económico o político. Esas acotaciones son cortes artificiales impuestos para facilitar su aplicación a un campo concreto y que los estudios disciplinares han sacralizado. La estrategia es un fenómeno biológico. Este enfoque permite: diferenciar las respuestas estratégicas entre sí, y de la función que cumplen, del sistema que las habilita y de los procesos operacionales que las elaboran y situar nuestra historia en un continuo basado en la diversidad. Veamos primero las diferenciaciones. 1. Por el tipo de estrategias se acude a distintos criterios: - Según su reacción sea hacia dentro o hacia fuera: las causas que generan respuestas estratégicas son exógenas pero los organismos pueden reaccionar a ellas con respuestas/estrategias externas que buscan reajustes relacionales o con bien con reajustes estructurales internos adaptativos. - Por razón de su origen las respuestas/estrategias se pueden clasificar en: . Comportamiento innato: genéticamente heredadas. . Comportamiento aprendido: las operaciones respuesta quedan grabadas en la memoria y dejan huellas que abrirán vías de preferencia en situaciones similares. Ejemplo: el tigre que en el circo pasa por un aro de fuego. . Comportamiento adaptativo: cambios estructurales internos, reacciones morfológicas que se desarrollan para poder vivir en condiciones (cambiantes) del ambiente. Ejemplo: las espinas del cactus para retener agua. Estos comportamientos no son excluyentes. En base a su morfología cada especie establece la combinación de innatismos y conductas aprendidas que le va a permitir un repertorio particular de respuestas. Esta idea aplicada a la estrategia ayuda a explicar cuestiones hasta ahora poco aclaradas que tienen que ver con la consciencia de ciertos comportamientos humanos. Tomemos como ejemplo el experimento de Benjamin Limbet de 1970, verificado posteriormente: se muestra mediante tomografías que, al tomar decisiones encaminadas a la acción, el córtex prefrontal y parietal se ilumina unos siete segundos antes de que el sujeto sea consciente de la decisión que ya tiene en marcha. Son resultados que cuestionan la teoría de la decisión racional. Algunos expertos van más lejos y señalan que lo que realmente se discute es el libre albedrío. Pero las explicaciones podrían ser otras (igualmente malas para la teoría de la decisión racional). Una de ellas sería que, en las conductas orientadas a la acción, retenemos ciertos innatismos. Otra, no muy lejana, sería que en situaciones de presión los humanos disparamos una respuesta pre-programada para después, de forma ya consciente, refrendarla si ha sido correcta, o corregirla o sustituirla si la consideramos incorrecta. Interpretación que habla de dos sistemas estratégicos, uno de urgencia y otro más lento pero más fiable y elaborado. Encontra-
226
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
mos explicaciones muy similares en Damasio cuando en El error de Descartes habla de marcadores somáticos y de emociones como evaluadores de urgencia, o en el modelo Estrategar de la NTE cuando distingue entre el pre-diagnostico urgente y el diagnostico posterior y clínico; también en el último libro del Nobel de Economía Kaneman, Thinking Fast and Slow. 2. Por su finalidad se habla de siete estrategias tipo: de caza/alimentación; de cortejo/sexo/pareja; de juego/simulación/aprendizaje; de comunicación; de socialización/coordinación del grupo; de camuflaje y huida, y de sanación. 3. Por la manera de relacionarse con otros organismos se identifican cuatro estrategias básicas: Depredación: beneficio de uno a costa del otro. Necrosis: nadie se beneficia, solo daña. Parasitismo: una parte se aprovecha de la otra. Simbiosis: ambas se benefician. La adopción de un tipo u otro se rige por principios económicos. De todas esas estrategias, solo la simbiosis responde a la ley de suma positiva: crea beneficios para ambas partes. 4. Funciones vitales: Las estrategias se hacen para atender funciones vitales con las que no deben confundirse. Son aquellas que permiten al organismo vivo sobrevivir, reproducirse y autoproducirse. Los expertos las suelen concretar en tres: Nutrición (conserva la estructura individual). Reproducción (conserva la especie). Locomoción (necesaria para cumplir las otras dos). La biodiversidad enseña que una misma función puede ser satisfecha de maneras muy diversas. Vemos que la utilización de la palabra estrategia para designar conductas muy diferentes, no plantea problema epistemológico en la medida que todas obedecen a una misma función: restablecer el equilibrio relacional. 5. Sistemas y procesos operacionales: El enfoque biológico facilita diferenciar las estrategias de los sistemas estratégicos propios de cada especie. Llamamos sistema biológico al conjunto de órganos y estructuras similares que, debidamente conectados, trabajan para cumplir alguna función fisiológica. Así hablamos de sistemas metabólicos, inmunológicos, y cognitivos. Uno de estos sistemas es el estratégico, sistema de vigilancia y armonización con el entorno orientado a la gestión de la supervivencia. Aquí la biodiversidad enseña cómo se van complejizando a medida que avanzamos en la filogénesis, pero esa diversidad no obsta para que sigan una secuencia operacional básica común (que algunos llaman proceso estratégico y nosotros estrategar) consistente en: escanear permanentemente su entorno (vigilia) y percibir (olfato, vista, tacto, sonar, etc.) aquellas discontinuidades que puedan surgir. Acordar si esas discontinuidades afectan a su supervivencia negativa (peligro) o positivamente (sexo, comida), a su supervivencia (umbral) y justifican, o no, una respuesta. Reaccionar con una estrategia.
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
227
Del segundo nivel de integración hemos extraído otras conclusiones de gran interés: 4ª: Vivimos en un mundo de relaciones 5ª: Las estrategias son un fenómeno biológico
El nivel hombre/cultura. La materia consciente Considerar a la estrategia como fenómeno biológico tiene la virtud de situar el fenómeno estratégico en un continuo basado en la diversidad. La evolución sitúa en un proceso dinámico en el que a medida que se avanza filogenéticamente emergen nuevas capacidades, los procesos cambian y se sofistican respuestas. Tras una larga deriva en que la vida responde a los cambios del medio con tropismos y memoria, se hizo necesaria cierta coordinación. Así, a medida que subimos en la escala evolutiva y los organismos crecen en complejidad, las respuestas innatas iniciales van dejando espacio a otras más sofisticadas en las que intervienen sistemas de evaluación como emociones y, más tarde, reflexión y cálculo. Esto es así porque el proceder adaptativo, al causar cambios morfológicos, posibilita la aparición de nuevas capacidades. A su vez, la emergencia de estas da lugar a nuevos procesos operacionales capaces de modificar y hacer más poderoso el sistema estratégico en su conjunto. A nuevas capacidades, nuevos sistemas estratégicos y originales y más variadas respuestas estratégicas. Todo indica, pues, que los homínidos heredaron el sistema estratégico de sus antecesores y que a partir de la presión medioambiental lo fueron modificando adaptativa y culturalmente. En momentos dados de la evolución de homo fueron apareciendo capacidades emergentes: semántica, comunicativa, lingüística, hermenéutica, heurística, prospectiva, imaginativa, inventiva, teoría de la mente, análisis, cálculo… que se acoplaron en un sistema operativo estructuralmente articulado capaz de adoptar ante las presiones del vivir cursos de acción que hoy llamamos estrategias humanas. El factor cultural: La antropología y la paleontología indican que si bien el homo sapiens data de hace unos 160.000 a 200.000 años, las primeras manifestaciones de su capacidad simbólica se remontan solo a 60.000. Esto indica que hicieron falta más de 100.000 años de reajuste físico/cultural para que esas nuevas capacidades emergieran y se acoplaran. Y esta transformación ya no es solo biológica. Encontramos aquí uno de los bucles recurrentes de Edgar Morin: el hombre hace la cultura que hace al hombre. Cuatro cambios que humanizaron el sistema estratégico: 1.- Las respuestas o estrategias se amplían de reacciones al presente (en base a proyecciones del pasado) a reacciones anticipativas al futuro. El humano es el único ser vivo capaz de imaginar futuros y organizar su conducta en función de los mismos. Llinás (2013) muestra que la mente es predictiva. Todo movimiento y confrontación implica cálculo, pero estos se basan sobre proyecciones de hechos ocurridos en el pasado. Caparrós (2013): toda proyección al
228
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
futuro es resultado de la conversión del efecto en causa, como escenario de la representación. El ser humano también lo hace, pero a diferencia de otros animales está dotado de un sistema dual: por una parte calcula proyectando probabilísticamente su experiencia, y por otra es capaz de imaginar el futuro, elegir un escenario y convertirlo en su meta, para después reaccionar a esa representación, haciendo de ese futuro la meta y el impulso de su conducta. Ya no hablamos del feed back correctivo del error y ensayo, sino de un feedforward: actuamos tensionados por un atractor situado en el futuro del sistema. Con la incorporación de la capacidad simbólica, la imaginación y el lenguaje -todas las lenguas tienen un tiempo futuro-, el sistema estratégico primitivo derivó en otro -al que calificamos de humano- que permite gestionar el presente mirando al futuro. Se cree que la capacidad de proyectarnos emergió por acoplamiento de módulos cerebrales y se activó cuando el ser humano observó hechos físicos repetitivos: movimientos de astros, crecida de ríos, etc. El carácter cíclico de estos fenómenos permitió adelantarse a sus consecuencias y prevenirlas (canalizaciones, etc.). La anticipación se convierte así en uno de los rasgos más característicos -no el único- de las estrategias humanas. Expertos del Management como Prahalad y Hamel, han sabido destacarlo. 2.- Las decisiones se vuelven elecciones: Los humanos elegimos, los animales deciden. Los griegos (Epicteto) llamaron a la facultad de elegir proairesis. Aristóteles: «Elegir es algo manifiestamente voluntario... de lo voluntario participan también niños y otros animales, pero no de la elección; a las acciones súbitas las llamamos voluntarias, pero no elegidas.» Y aunque no es prudente separar lo animal de lo humano mediante una línea tajante -cada día se encuentran comportamientos animales que creíamos reservados para los humanos-, lo cierto es que hoy se entiende que existe un salto evolutivo entre la decisión y la elección. Elegir implica visionar alternativas para un mismo fin. El sistema estratégico pasa así de decisorio a electivo y es la elección la que permite salir de la circularidad que enmarca la vida animal. No vivimos una vida de perro, es evidente, pero tampoco una vida de hombre o mujer: a golpe de elecciones vivimos nuestra vida, la de Pedro o Isabel. Al elegir, el ser humano se bifurca y en cada encrucijada decisoria construye su propia ruta vital. 3.- La función estratégica se amplía de la supervivencia a la mejorvivencia: Es importante destacar que mientras el sistema estratégico animal orienta toda respuesta a la supervivencia, el humano cumple una función de mejorvivencia, adapta su entorno a él transformándolo. 4.- Los procesos operacionales se adaptaron para cumplir esas nuevas funciones. Las neurociencias ayudan a entender algunos de estos procesos, pero a día de hoy, carecemos de una explicación científica del estrategar (neologismo que propuse en 2005 en el V Encuentro Iberoamericano de FISEC) humano.
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
229
Del tercer nivel de integración humano/cultural extraemos las siguientes conclusiones: 7ª.- El sistema estratégico humano es una evolución de los que nos han precedido, que al incorporar nuevas capacidades produce un salto cualitativo. 8ª.- Se trata de un sistema biomental multioperativo estructuralmente articulado capaz de adoptar determinados cursos de acción (estrategias) que permiten una función de supervivencia, de mejorvivencia y (b) anticiparnos al futuro y conducirnos hacia aquello que hemos seleccionado como meta.
El nivel social. La trama relacional El cuarto nivel, social, lo introducimos partiendo de la dinámica de redes. Las redes han existido siempre, no sabíamos detectarlas porque son mutables y, dependiendo de interacciones, asumen formas diferentes; preexisten a cualquier tipo de intervención. La red indica que las singularidades no son partes que se suman para obtener una unidad, sino que construyen significaciones en la interacción; una organización compleja es un sistema abierto de altísima interacción con el medio, cuyo universo es un entramado relacional (Dabas, 1975). En la misma línea García Cordovilla y Fernández Soriano señalan (Volumen 2): «si queremos aclarar una realidad de orden superior debemos estudiar las interacciones entre los individuos que la componen; así encontraremos una evidencia: cuando los individuos interactúan… se producen comportamientos que no podremos predecir basándonos solo en observación de individuos aislados.» Este cuarto nivel de integración permite cerrar con cuatro nuevas conclusiones: 9ª: Que lo que llamamos realidad es una trama no solo física o biológica sino también relacional de elementos que interactúan entre sí mediante procesos fluidos a veces caóticos y relaciones re-organizativas. Trama de la que formamos parte con los seres vivos. 10ª: Que formamos parte de una trama relacional. Mejorar nuestra vida pasa por una reconfiguración de esa trama hacia posiciones más ventajosas. Esta trama se convierte así en campo de intervención de toda estrategia, territorio marcado por múltiples bucles que buscan re-inventar las relaciones de los sujetos con su cuerpo, su entorno, etc. 11ª: Que las estrategias son un tipo de interacción que se produce por desplazamientos intencionales de los sujetos hacia sus metas y de las interferencias que puedan surgir. 12ª: Que la función del sistema estratégico humano es conducir intencionalmente nuestra existencia como personas u organizaciones y dirigir el tránsito espacio/temporal desde una situación dada a otra más deseada, a sabiendas de que en el trayecto tendremos que interactuar con personas que pueden apoyar o complicar el logro de nuestras metas. La Estrategia se sitúa en la intersección entre un sujeto y ese entramado.
SÉPTIMA ESCALA: CONCILIAR CON REQUISITOS PROFESIONALES En este recorrido hemos podido comprobar que la transdisciplinariedad y la integración de niveles han conducido a una visión compleja de la estrategia. ¿Todo lo compleja que esperaba el lector? Me gustaría pensar que sí, en todo caso lo más compleja que hemos sido capaces de concebir. Caso de ser asumida y consensuada por la comunidad de observadores, conllevaría cambios sig-
230
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
nificativos en las disciplinas que la imparten. Pero, con ser importante, ese reajuste académico no sería suficiente. La estrategia es un saber para la acción. Como señala J. de Rosnay (1979): «El universo de la complejidad es también el de la acción. El médico se enfrenta a la complejidad del cuerpo, el directivo a la de la empresa, el alcalde a la de su ciudad. Los grandes retos del mundo moderno están ligados a la capacidad de gestionar la complejidad.» Muchos de los males de que adolece la actual Estrategia proceden de un exceso de simplicidad y una explicación más completa debería ayudar a una mejor ejecución: se trabaja mejor lo que mejor se entiende. Lo sigo pensando, pero ¿es cierto?, ¿estamos ante una hipótesis o un pre-juicio? Sea como sea, no debería impedirnos reconocer que si las actuales formulaciones de la Estrategia han caído en el reduccionismo, no es solo por torpeza o casualidad. Son simples porque los ejecutivos de las organizaciones así lo requieren, y cuando el río suena, agua lleva. Tal vez hay una confusión entre simple y sencillo. El que nosotros creamos en las ventajas del pensamiento complejo, no impide que al mismo tiempo reconozcamos las ventajas de lo sencillo (que no de lo simple). Las formulas sencillas ahorran esfuerzo y energía y son de fácil comprensión y ejecución. Ahí está Guillermo de Occam y el filo de su navaja. Pero, en este contexto surge la inquietud de un posible efecto boomerang: podría ocurrir que al hacer compleja la estrategia, al tratar con humanos y no con constructos y renunciar a simplificaciones, la hubiésemos complicado tanto que resultase de difícil manejo. Nos guste o no, es un riesgo que hay que considerar. ¿Es conciliable la estrategia compleja que hemos esbozado con los requisitos de la práctica profesional? ¿Aporta ventajas? Las primeras respuestas son tranquilizadoras. Su carácter general la hace aplicable a cualquier situación y su enfoque relacional a cualquier dinámica social. Su concepción como biosistema permite encarnarlo en cualquier sujeto colectivo u organización, aplicarlo en diferentes contextos. La integración de niveles asegura que no escape ninguno de los aspectos que le afectan. Pero nos movemos en un plano muy especulativo. Un buen campo de pruebas para lograr una respuesta más empírica lo ofrecen los métodos de análisis: el llamado SWOT/DAFO/FODA/FOFA (según los países) es el más utilizado. Su éxito se debe a la idea de balance que lo anima, pero es estático. Se trató de subsanar el inconveniente, combinándolo con un método PEST que incorpora tendencias y sus dinámicas. Muchos profesionales lo han sustituido por otros que trabajan con flujos y dinámica de sistemas, en mi caso el RAPC, lo que muestra que los paradigmas de lo fluido y lo complejo facilitan el trabajo profesional. Otro campo de pruebas son los llamados modelos del proceso estratégico que tratan de explicitar cómo se diseña una estrategia; sirven de puente entre teoría y práctica, justo lo que intentamos. En 1998 Mintzberg y sus colegas concretaron diez modelos (uno propio ante su insatisfacción con el resto) propuestos desde el Management hasta esa fecha. Interesa destacar esa insatisfacción compartida por muchos expertos.
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
231
Se culpa a los modelos de: 1. Artificiosidad: Wit y Meyer les acusan de imaginar un proceso, fragmentarlo e investigar sus componentes por separado, con olvido de interacciones internas, propias de todo sistema organizado. Nueve modelos son normativos, el único descriptivo se apoya en concepciones de la mente ya superadas. 2. Linealidad: Johnson y Scholes señalan que en la práctica las fases no toman forma lineal. Lo más probable es que los elementos estén interconectados. 3. Exceso de Racionalidad: Ya en 1947 el Premio Nobel Hebert Simon, propuso trabajar con una racionalidad limitada. Pero sería la prospect theory de Kahneman y Tversky y los trabajos de Damasio y Solvey los que harían más evidente la necesidad de incorporar las emociones. Haciendo suyas estas críticas a los modelos convencionales, los teóricos de la NTE plantearon que el mejor modelo sería el que más fielmente describiese los procesos mentales que sigue cualquier ser humano en sus estrategias cotidianas. Siempre será más fácil imitar nuestra naturaleza que seguir secuencias elucubradas en algún despacho. Pese a la carencia de literatura sobre la cuestión, la NTE ha desarrollado un modelo bio/antro/psico/socio/neurocognitivo al que denomina Estrategar y que hoy es objeto de debate en diferentes Universidades. Los expertos que han experimentado con este modelo han manifestado su sorpresa por el hecho de que, a pesar de la complejidad de su teoría, termine desembocado en fórmulas de fácil utilización. Al naturalizar algunos fenómenos, la complejidad puede facilitar la práctica profesional. Es bueno tener presente que etimológicamente, complejo procede de complexus (tejido junto) pero también de pléctere (abrazar) y que ese abrazo comprensivo de los múltiples aspectos del fenómeno que implica lo complejo, si bien se opone a lo simple, no tiene por qué hacerlo a lo sencillo. Tal vez esa sencillez de manejo sea la tarea pendiente para trasladar a la acción los avances que aporta la complejidad. Me gustaría cerrar esta incursión señalando que tal vez el problema sea inverso. No creo excederme si digo que es la visión compleja de la estrategia la que requiere un nuevo profesional que sea capaz de: 1) gestionar la complejidad; 2) crear entornos favorables en los que el caos se transforme en innovación; 3) tomar la iniciativa del cambio para co-evolucionar con sus entornos y 4) generar conectividad y significación adecuadas para articular con ellos.
DIRECCIÓN DE EMPRESAS Y COMPLEJIDAD. ESTADO DE LA CUESTIÓN Alfonso Vargas Sánchez
Nada hay más práctico que una buena teoría; o más dañino para la praxis que una mala teoría. Es como el mapa que ayuda a explorar un determinado
232
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
territorio, que sirve de guía para no perdernos, que proporciona el soporte básico para elegir y seguir el camino que nos llevará a nuestro destino. Hoy, tras varios años, seguimos viviendo en estado de perplejidad ante las convulsiones económico-financieras que estamos sufriendo y que aún no sabemos dimensionar y explicar con suficiente propiedad: ya no digamos atajar. No será porque expertos de todo el mundo no estén empeñados en ello (ríos de tinta se vierten en forma de artículos, libros, etc.), pero su calado y la falta de antecedentes claros que permitan tomar referencias y tirar de manual, nos sitúa ante un escenario nuevo en el que las recetas del pasado no están funcionando: el mapa que teníamos se nos ha quedado antiguo y ya no sirve para desenvolvernos en una situación que, por ser nueva, no conocemos. En otras palabras, la complejidad (externa e interna) y la incertidumbre son rasgos muy marcados que no permiten abarcar y entender ciertos fenómenos económicos (sociales en general) de nuestro tiempo si los seguimos observando bajo el prisma de marcos teóricos que, pese a su predicamento en el pasado, han ido perdiendo vigencia hasta quedar obsoletos, por sus asunciones demasiado simplistas para la realidad de hoy. El pasado predetermina cada vez menos el futuro y, por tanto, muchas explicaciones heredadas ya no funcionan en la medida en que hay propiedades emergentes. Quizá el concepto clave para comprender la raíz de la incertidumbre respecto a las secuelas de nuestras acciones es el de complejidad, entendida como «el estudio de principios y pautas que explican el comportamiento de un fenómeno natural o social desde la perspectiva de la totalidad» (Rivas, 2008). Ello exige que pensemos de manera holística, en contraste con el enfoque analítico que, al descomponer el todo en sus partes, suele llevar a considerar los elementos del sistema, sin tener en cuenta sus interconexiones y propiedades emergentes. La noción de complejidad se refiere, en esta posición teórica, a la aparición de propiedades emergentes provenientes de la interacción local de un número discreto de componentes. No se concibe como mera sumatoria de variables: los sistemas complejos se explican por sus interacciones, no por sus subsistemas. Por ello, científicos de campos diversos insisten en la conveniencia de adoptar nuevos modelos teóricos, metodológicos y, por ende, una nueva epistemología, que permita a la comunidad científica elaborar teorías más ajustadas a la realidad, que posibiliten, al mismo tiempo, diseñar y poner en práctica modelos de intervención (en todos los ámbitos, también en el económico-empresarial) más eficaces que ayuden a pilotar y regular las acciones individuales y colectivas. Subyace en esta actitud reformista un firme intento de modificar la racionalidad sobre la que la ciencia y la tecnología se han venido apoyando. Esta actitud reformista afecta indistintamente tanto a las ciencias empírico-naturales como a las ciencias sociales y humanas. En este sentido, el paradigma de la complejidad y el caos se presenta como la vía para superar la fragmentación de la ciencia positiva predominante hasta
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
233
ahora, estéril al aplicarse a sistemas complejos, postulando la necesidad de organizar el conocimiento desde la transdisciplinariedad, con el fin de comprender el mundo presente a partir de la unidad del conocimiento. Unidad que opera integrando la diversidad, las propiedades emergentes de la realidad como efecto de la interacción de sus elementos; las partes solo se pueden entender dentro del todo que integran. En esta filosofía se inspira el Santa Fe Institute (http://www.santafe.edu/), como gran polo de investigación que se ocupa del estudio de la complejidad, según el cual «la complejidad tiene que ver con la naturaleza de la emergencia, la innovación, el aprendizaje y la adaptación». Esta nueva forma de pensar (ni unidimensional ni lineal) y hacer ciencia desde la complejidad y el caos, constituye el modelo transdisciplinar del que se están nutriendo científicos de diversas áreas, entre ellas la Economía y el Management, para aproximarse a sus respectivos objetos de estudio. El reto es comprender la complejidad («lo que está tejido junto» -como se define etimológicamente-, las relaciones dinámicas del todo con las partes, entre éstas y los intercambios con el medio, así como la ausencia de equilibrio) y lo caótico (el comportamiento impredecible del sistema, pero que responde, no obstante, a un orden subyacente). En realidad, la mayoría de los fenómenos sociales parece mostrar una pauta de delicado equilibrio entre orden y desorden. Las evidencias de los sistemas caóticos son prácticamente universales y se encuentran, también, en la mayoría de los sistemas sociales, entre ellos los organizacionales en general y las empresas en particular. Según Holland (1995), reconocido como padre de los sistemas complejos adaptativos, la complejidad es resultado de la adaptación (por definición incesante e inacabada) de los sistemas, de los procesos autoorganizativos que en ellos tienen lugar. En realidad, no es más que una medida del número de posibilidades de interacción de los agentes de un sistema. Los sistemas complejos son no lineales, diferenciándose entre aquellos en que sus elementos no tienen un fin (caóticos) y aquellos otros en que sus elementos sí tienen un propósito. Esta finalidad o adaptación es resultado de los ajustes continuos de sus elementos entre sí y con su entorno. Como afirman R. Chiva y C. Camisón (2002), el estudio de los sistemas complejos tiene creciente importancia en el estudio de la economía y la empresa, debido a que: 1. Las organizaciones pueden ser consideradas como sistemas con capacidad de adaptación (Gell-Mann, 1994; Stacey, 1996). 2. Cada vez se da más relieve al enfoque dinámico de las organizaciones, que considera cómo surgen y cambian sus capacidades, límites y procesos (Cohen, 1999). Los sistemas sociales se encuentran entre los de mayor complejidad debido a la cantidad de variables e interacciones que ocurren en ellos, así como a su dinamismo. Sus agentes se interconectan participando en redes con capacidad autoorganizativa que continuamente da origen a un orden o desorden emergente, cuyo patrón de comportamiento puede ir de lo estable y predecible a lo caótico e impredecible. No tenemos más que observar los mercados bursátiles.
234
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
Siguiendo a Holland (1995), gran parte de las adecuaciones que sufren los sistemas complejos en sus procesos adaptativos son producto del ajuste de cada agente con respecto a los demás dentro del mismo sistema. En este sentido, cada agente tiene un mecanismo de anticipación y predicción que le permite manejar su conducta y responder a otros; es decir, una estrategia. Este mecanismo de anticipación se modifica conforme el individuo descubre la eficacia de las decisiones, a manera de prueba y error (aprendizaje). Según Harrison (2006), diversidad (multiplicidad de funciones asignadas a distintos componentes del sistema) y descentralización (mayor autonomía de los elementos) incrementan la complejidad. También el tiempo puede aumentarla. En un sistema complejo, cada agente no solo es distinto, se comporta de manera diferente y tiene su propio patrón para tomar decisiones, por lo que el sistema puede ser sumamente heterogéneo. Las organizaciones humanas son más complejas cuanto mayor grado de libertad tienen. Además, los sistemas complejos son no lineales y, por tanto, poco predecibles: la no linealidad (propiedad en virtud de la cual no hay una relación clara/sencilla entre causa y efecto) y la autonomía de los agentes actuando en función de sus propios intereses (recordemos con Gallego -2007- que «la autoorganización emerge como consecuencia de las interacciones locales») introduce la posibilidad de cambios dramáticos que alteren sustancialmente los resultados previstos. Este escenario, con altas dosis de complejidad es precisamente el que encontramos en las economías globalizadas de hoy, por lo que la gestión de dicha complejidad se ha convertido en crucial: hemos de aprender a gestionarla. Parafraseando a Morin (1994), comprender la incertidumbre implica asumir una racionalidad distinta a la que apunta hacia el control de los fenómenos. Los fenómenos complejos son difícilmente controlables, y la comprensión de esto implica que la acción debe orientarse hacia cómo aprovechar la complejidad y cómo participar de la complejidad. En suma: -La Teoría del caos y los Sistemas autoorganizados dan pautas para entender el creciente proceder complejo y la emergencia de nuevas estructuras organizativas como secuela de un equilibrio inestable y de un caos progresivo. -El análisis de la autopoiesis es particularmente relevante con relación a un tema fundamental en la empresa actual: el cambio. Maturana y Varela, con su concepto de autopoiesis, sostienen que el cambio en los seres vivos se produce desde dentro: individuos y, por extensión, organizaciones, se auto-producen: «Solo si yo cambio cambia mi circunstancia, y mi circunstancia cambia solo si yo cambio» (Maturana, 1997). Es básico focalizar la naturaleza de la relación, en el cambio relacional; profundizar en las interconexiones y sus dinámicas. -Como efecto directo de la complejidad, el diseño de las organizaciones está pasando de estructuras verticales a colaborativas. Se buscan estructuras basadas en redes que buscan equilibrio entre control y aprendizaje, entre jerarquía y red. Todo orientado al diseño de una organización más flexible e inteligente.
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
235
Pérez y Massoni (2009), a partir de una concepción de la realidad como una trama de procesos fluidos, complejos y, a veces, caóticos, reflexionan acerca de las consecuencias de este cambio de paradigma, que supone decir adiós: - A la fragmentación y el reduccionismo, aplicando formas de pensar y comprender la realidad sin necesidad de romperla, trocearla, detenerla. - Al pensamiento disyuntivo (que separa), dando la bienvenida al pensamiento complejo (que compatibiliza), siendo que éste no significa negar aquél. El análisis económico-empresarial hemos de situarlo en un mundo dinámico definido por discontinuidades, no lineal, conflictivo, paradójico; superando el mecanicismo de planteos pretéritos. Lo que ayer era seguro, hoy no lo es; la relación de las organizaciones con su entorno ya no es la misma: la crisis actual lo deja bien patente. Por ello nos sumamos a quienes entienden que los diseños estratégicos del siglo XXI estarán marcados por el paradigma de la complejidad, por un pensamiento que prioriza la comprensión de las relaciones (entre el todo y las partes, entre las partes entre sí y con el entorno) y los procesos de cambio (las organizaciones humanas son sistemas complejos adaptativos, evolucionan; en este sentido, hemos de tomar la iniciativa del cambio y liderarlo para co-evolucionar y producir un nuevo orden como salida de la crisis). Ante la impredictibilidad (o casi) del futuro, como consecuencia del cúmulo de variables y las interacciones entre las mismas ajenas a nuestro control, la alternativa es crear ese futuro ocupando la innovación el centro de la arquitectura estratégica. El entorno no es algo sobre lo que no podemos influir. En realidad, la relación es biunívoca: nos condiciona, cierto, pero nosotros, a través de nuestras acciones también influimos sobre la conducta de agentes del entorno. Es lo que se conoce como la endogeneización del entorno. Los innovadores llegan a cambiar el escenario en que los negocios tienen lugar, creando no sólo nuevas reglas, sino incluso un campo de juego diferente. Del símil del directivo como un mecánico (que cuida del correcto funcionamiento de la empresa engrasando la maquinaria y sustituyendo piezas cuando es necesario para que su programa de producción se cumpla con los mayores niveles de eficacia y eficiencia), podemos pasar a otros, como el del directivo como tejedor de una tupida red de relaciones colaborativas (internas y externas) que configuran una malla de la que la empresa no es sino un nodo entre muchos. El directivo como arquitecto social, podríamos decir también. En el epígrafe siguiente haremos un repaso a la investigación realizada en este marco de la complejidad y el caos, señalando sus principales perfiles. ESTADO DEL ARTE Complejidad Hasta hace muy poco los investigadores en administración de empresas no han incorporado a sus trabajos el enfoque de la Teoría de la complejidad.
236
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
Tomando todas las bases de datos de Isi Web of Knowledge, con referencia a los artículos publicados hasta 2011 dentro del área de investigación de business economics, encontramos lo siguiente: 1.-Haciendo un cruce entre los tópicos management y complexity theory, encontramos 75 artículos. Como vemos en el gráfico 1, el primero no aparece hasta 1994 y solo a partir de 2006 se produce un repunte en número de artículos publicados, aunque 2011 vio truncar esta tendencia. 2010 fue el año más prolífico, con 12 artículos publicados sobre esta temática. Eisenhardt y Mckelvey son los autores con mayor producción (3 cada uno)24, las universidades de Stanford, UCLA y Hull las más destacadas en este campo25, y las tres revistas siguientes las fuentes que más artículos han publicado sobre esta materia (cuatro cada una): Internacional Journal of Operations Production Management, Public Management Review y Systems Research and Behavioral Science. Gráfico 1 Nº de artículos publicados en cada año (management & complexity theory). Fuente: Web of Knowledge
Los diez artículos más citados son (entre paréntesis el número de citas recibidas): Choi, Dooley & Rungtusanatham, 2001 (209); Galunic & Eisenhardt, 2001 (128); Uhl-Bien, Marion & McKelvey, 2007 (106); McKelvey, 1997 (104); Fiss, 2007 (70); Pascale, 1999 (65); Chanas & Zielinski, 2002 (42); Burgelman & Grove, 2007 (41); Patnak, Day, Nair, et al., 2007 (37); LengnickHall, Lengnick-Hall & Abdinnour-Helm, 2004 (32). Por último, subrayar que dentro del Social Science Citation Index (SSCI) la economía de la empresa es con diferencia el área de investigación en la que se encuadran más artículos (71), si bien la administración pública y las ciencias ambientales-ecología cuentan con una cierta presencia, con 15 y 13 respectivamente. 2.-Haciendo un cruce algo más estricto, ahora entre los tópicos strategy y complexity theory, aparecieron 43 artículos. En el gráfico 2, se observa que el primero no aparece hasta 1995, siendo 2010 el año más prolífico con 6 artículos. Su evolución ha sido discontinua, incluso con 3 años sin producción ajustada a este perfil -anteriores al 2000-. Kathleen Eisenhardt es la autora con mayor producción (3), las universidades de Stanford y York son las más sobresalientes en este campo, y las tres revistas siguientes las fuentes que más artículos han publicado sobre esta materia (con cinco, cuatro y tres papers respectiTambién merecen ser destacados Eduardo Bueno Campos y sus colaboradores: Salmador, Bueno & Maranhao (2008) y Salmador & Bueno (2005). Asi como el único artículo no publicado en lengua inglesa (concretamente en portugués): Serva, Dias & Alperstedt (2010). 25 El 35% procede de EEUU, el 21% de Inglaterra. A distancia: Canadá, Francia y Alemania. 24
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
237
vamente): Journal of Organizational Change Management e International Journal of Operations Production Management y Management Science. Gráfico 2 Nº de artículos publicados en cada año (strategy & complexity theory). Fuente: Web of Knowledge
Los artículos más citados: Eisenhardt & Tabrizi, 1995 (656); Choi, Dooley & Rungtusanatham, 2001 (209); Rivkin & Siggelkow, 2003 (144); Grant, 2003 (112); Marion & Uhl-Bien, 2001 (103); Pascale, 1999 (65); Burgelman & Grove, 2007 (41); Patnak, Day, Nair, et al., 2007 (37); Burton, Lauridsen & Obel, 2002 (37); Lichtenstein, 2000 (27). Dentro del Social Science Citation Index (SSCI), la economía de la empresa es con diferencia, también en este caso, el área de investigación en la que se encuadran más artículos (42) de esta temática, seguida muy de lejos por la administración pública (8) y la psicología (5). 3.-Por último, el cruce de strategic management y complexity theory solo arrojó como resultado cinco artículos de autores procedentes casi exclusivamente de Estados Unidos e Inglaterra. El único con número elevado de citas es el de McKelvey, B (1997). Desde 1997 en que se publican los dos primeros, no vuelve a aparecer otro hasta 2004, los dos más recientes son de 2008 y 2010. Caos En lo que a la Teoría del caos se refiere, hemos procedido del mismo modo, siendo la producción científica aún más limitada. En concreto: 1.-Dentro del ámbito de la economía empresarial, la conexión de este marco teórico con el management en general dio como resultado 26 artículos. La aparición de los mismos aparece reflejada en el gráfico 3, con inicio en el año 1994 y el pico de producción en 1997. A partir de ahí mantiene una evolución irregular: cuatro años sin registrar ningún artículo y un ligero repunte en 2009 que parece tener continuidad. En cuanto a autores, Faulkner, Priesmeyer y Sharp son los más destacados, con dos artículos cada uno. En cuanto a las fuentes, las cuatro principales revistas (con dos artículos publicados en cada una) son: European Journal of Operacional Research, Journal of Operations Management, Quality Management in Health Servicies y Tourism Management. Dentro de la limitada producción en este campo, la universidad australiana de Griffith merece ser señalada. No obstante, casi la mitad de esta producción (46%) procede de investigadores de instituciones estadounidenses.
238
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
Gráfico 3 Nº de artículos publicados en cada año (management & chaos theory). Fuente: Web of Knowledge
Los diez artículos más citados son: Choi, Dooley & Rungtusanatham, 2001 (209); McKelvey, 1997 (104); Prideaux, Laws & Faulkner, 2003 (44); Murphy, 1996 (33); Knemeyer, Zinna & Eroplu, 2009 (20); Hwarng & Xie, 2008 (20); Macbeth, 2002 (17); Lichtenstein, 1997 (15); Churchman, 1994 (15); Antonacopoulou & Chiva, 2007 (13). Por último merece señalarse que dentro del Social Science Citation Index (SSCI), la economía de empresa (business economics) es, con diferencia, el área de investigación en la que hay más artículos de este tema (21), seguida por la investigación de operaciones (con 7). 2.-Conforme al siguiente cruce de tópicos, la aplicación de la Teoría del caos a la estrategia ha sido muy limitada: sólo ocho artículos relacionan ambos tópicos, con una distribución muy desigual a lo largo del período 1994-2011, en que tiene lugar esta producción (ver gráfico 4). Gráfico 4 Nº de artículos publicados en cada año (strategy & chaos theory). Fuente: Web of Knowledge
Aparte del trabajo de Choi, Dooley & Rungtusanatham (2001), referido más arriba, también merece destacarse, por su elevado número de citas (87), el de Levy, D. (1994). Tras la economía de la empresa, la psicología (con cuatro artículos en SSCI) y la comunicación y la computación con tres cada una) son las áreas de investigación que más han incidido en estos tópicos. 3.-Aún más limitado es el resultado si utilizamos el tópico strategic management, obteniendo sólo dos artículos, fechados en 1996 y 1997. El varias veces citado de McKelvey (1997) es la única referencia relevante. Síntesis Si eliminamos los artículos que aparecen repetidos en las sucesivas búsquedas, nos quedamos con los siguientes 25 como los de mayor impacto (cronológicamente): Churchman (1994), Levy (1994), Eisenhardt & Tabrizi (1995), Murphy (1996), Lichtenstein (1997), McKelvey (1997), Pascale (1999), Lichtenstein (2000), Choi, Dooley & Rungtusanatham (2001), Galunic & Eisenhardt (2001), Marion & Uhl-Bien (2001), Burton, Lauridsen & Obel (2002), Chanas & Zielinski (2002), Macbeth (2002), Grant (2003), Prideaux, Laws &
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
239
Faulkner (2003), Rivkin & Siggelkow (2003), Lengnick-Hall, Lengnick-Hall & Abdinnour-Helm (2004), Antonacopoulou & Chiva (2007), Burgelman & Grove (2007), Fiss (2007), Pathak, Day, Nair et al. (2007), Uhl-Bien, Marion & McKelvey (2007), Hwarng & Xie (2008), Knemeyer, Zinna & Eroplu (2009). Analizadas sus palabras clave, es posible identificar una serie de vectores como atractores de los esfuerzos de los investigadores al aplicar estas teorías: -Un primer vector conecta términos como adaptación, cambio, evolución, transformación. Aparecen conceptos como el de organizaciones adaptativas y co-evolución, además de clásicos en la literatura en dirección de empresas como adaptación/cambio/diseño organizacional, cambio estratégico, capacidades de la empresa (dinámicas), innovación o las inercias como barreras a superar. -El segundo puede ser entendido como el origen del interés que ha despertado el primero a través de aportaciones que los nuevos marcos teóricos de la complejidad y el caos pueden realizar. Dicho origen es el entorno y sus características: hipercompetitivo y que se mueve muy rápidamente. Es en este contexto en el que sobresalen los comportamientos/estrategias emergentes. -Congruentemente con este tipo de entorno y de la consiguiente necesidad de adaptación, los tópicos vinculados al análisis y la gestión del riesgo adquieren más protagonismo, y podríamos ubicarlos como el tercer eje vertebrador de las investigaciones en materia de complejidad/caos. -Situamos la problemática vinculada a la toma de decisiones en un contexto complejo o caótico como otro de los vectores identificados: proceso de toma de decisiones (en especial las decisiones estratégicas), información, conocimiento, tecnologías. El concepto de sistema y sus dinámicas está muy presente. -En quinto lugar una temática más específica que atrae el interés de algunos investigadores: la referida a las cadenas (de suministro) y las redes. -Finalmente, el tema del desempeño no podía faltar. Literatura científica hispana A través del portal Dialnet tratamos de identificar trabajos publicados sobre complejidad y caos en el campo de economía y empresa. Hay muy pocos: -Sobre teoría de la complejidad fueron cinco documentos: Bueno (1994); Etchart (2000); Chiva & Camisón (2002); Gallego, J.A. (2007); Ortiz (2010). Eduardo Bueno Campos fue el pionero, en la década de los noventa, al estudiar las nuevas formas organizativas desde el paradigma de la complejidad. En el presente siglo: Etchard aplica postulados de este marco (como autoorganización) a la gestión ambiental y sostenibilidad de las actividades económicas; Chiva y Camisón lo aplican al análisis del aprendizaje organizacional, mientras que Gallego enfatiza la importancia en la economía actual de conceptos como la autoorganización, emergencia, adaptación y evolución de sistemas complejos. Ortiz traslada estas ideas al proceso de construcción de una teoría general de la contabilidad, con referencia a las dinámicas no lineales y las redes.
240
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
Adicionalmente, dos tesis doctorales: Fernández-Pirla (1999, reflexión teórica sobre la redefinición de la ciencia económica de empresa a la luz del paradigma de la complejidad) y Salmador (2001, investigación empírica sobre el proceso estratégico de la banca por Internet en España desde la complejidad). -Sobre la teoría del caos fueron algunos más, la mayor parte de la década de los noventa del siglo pasado. En los escasos desarrollos recientes se puede constatar la aplicación de este marco teórico en varias disciplinas: a) Economía, modelización, estudio de los ciclos y crecimiento económico (González, 1995; Escot, 1997; Villacís, 2004; Velásquez & Restrepo, 2012). b) Las finanzas, para cálculo de rendimientos e índices bursátiles y su predicción, tipos de cambio (Santamaría, Blasco & Del Río, 1995; Pérez, Pérez & Arranz, 1996; Pérez, 1997). c) El marketing, aplicación al ciclo de vida de un producto (Rodríguez, 1996; Landa, 2001). d) El comportamiento organizacional y sus dinámicas, procesos estratégicos y modelización de destinos turísticos (Goxéns, 19951996; Fuentes & Muñoz, 2004; Iglesias & Arriola, 2004; Pidal, 2009). Finalmente, una mención especial merecen, por lo articulado de sus propuestas, los trabajos que promueve el Foro Iberoamericano sobre Estrategias de Comunicación (FISEC, http://www.fisecforo.org/), encabezados por R. Alberto Pérez, para elaborar una nueva teoría estratégica sobre estas nuevas bases teóricas (Pérez, 2001). Como indica Thomas Kuhn, una nueva teoría surge como necesidad ante la aparición de nuevos problemas y prioridades; ante el cambio en las bases culturales desde las que se afrontan los problemas (diversidad, paradoja, complejidad); ante la aparición de excepciones que quedan fuera de la explicación de teorías anteriores. En palabras de Pérez y Massoni (2009): En estrategia se dan las tres circunstancias: (a) problemas de nuevo cuño; (b) la sociedad actual aspira a soluciones más negociadas; y (c) cada día son más frecuentes las excepciones no cubiertas por supuestos teóricos heredados… A todo ello hay que añadir que la revolución científica del siglo XX y comienzos del XXI ya ha llevado a cabo esa mudanza de paradigmas, abandonando el cartesiano-newtoniano heredado del XVII, por los nuevos paradigmas de la complejidad, lo fluido y lo caótico que tienen su origen en la nueva física.
Así, la nueva teoría propugna el tránsito de la racionalidad a la relacionalidad (capacidad de relación) del ser humano. De esta forma, proponen: un cambio de paradigma científico (de la fragmentación de René Descartes al pensamiento complejo de Edgar Morin). Un cambio del paradigma específico disciplinar de la estrategia, pasando de la racionalidad económica (un pragmatismo teleológico de corte funcionalista) y de un enfoque de las relaciones sociales basado en el conflicto, a un paradigma humano-relacional. CONCLUSIONES La revisión de la literatura permite identificar aportaciones novedosas en el campo de la dirección de las empresas, como reacción a una creciente comple-
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
241
jidad tanto externa como interna, enfatizando tópicos relacionados con la capacidad de adaptación, como nuevas estructuras organizativas y autoorganización, aprendizaje, innovación, cambio, etc. El proceso estratégico y su dimensión emergente adquieren creciente protagonismo, así como el estudio, mediante la aplicación de las referidas técnicas no lineales, de ciclos económicos y comportamientos caóticos que se dan en los mercados bursátiles o de valores. Adicionalmente, se han abierto líneas de investigación prometedoras como la denominada econophysics, con aplicación a economía y finanzas mediante técnicas no lineales provenientes de la física que tratan de mejorar, de forma matemáticamente más robusta, la capacidad explicativa de los modelos lineales al uso (Ray, 2011). Hasta 2011, en la Web of Knowledge aparecen 30 artículos bajo el tópico econophysics dentro del área de investigación de business economics, distribuidos como muestra el siguiente gráfico (5), con tendencia creciente en los últimos años (EEUU encabeza el listado, luego Italia y Japón): Gráfico 5 Nº de artículos publicados en cada año (econophysics). Fuente: Web of Knowledge
Revistas en finanzas como Quantitative Finance, están publicando papers sobre econophysics. Dos buenas referencias introductorias para iniciarse son los libros de Mantegna & Stanley (2000) y McCauley (2004), entre otras. La tabla siguiente lleva a cabo un contraste entre el enfoque tradicional y el derivado de las aportaciones de la complejidad y el caos a las organizaciones. TABLA 1. COMPARACIÓN DE ENFOQUES. TRADICIONAL COMPLEJIDAD / CAOS Pensamiento disyuntivo, que separa: -Binario (un elemento no puede pertenecer al mismo tiempo a un conjunto y a su complemento). -Lineal (causa-efecto). Es posible predecir el comportamiento de cualquier estado futuro del sistema a través de ecuaciones que expresan relaciones causa-efecto. Perspectiva analítica, que tiende a la fragmentación. Foco en los elementos del sistema para comprender el comportamiento de éste. El todo es la suma de sus partes. Separación entre sistema y entorno.
Pensamiento complejo, compatibiliza lo aparentemente contradictorio: orden/desorden; integración/desintegración; dependencia/autonomía. Es aplicable la autopoiesis (autoproducción):
-No binario: la relación no se da en términos de si o no, sino de más o menos. -No lineal: no hay proporcionalidad en la relación causa-efecto. El futuro es incierto y el sistema reacciona de forma impredecible; evolución del sistema sujeta a discontinuidades. Perspectiva holística. Foco en las interrelaciones entre los elementos del sistema y con su entorno (co-evolución). El todo complejo está hecho de las innumerables interacciones entre las partes. El sistema endogeneiza lo exógeno.
242
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
TRADICIONAL Búsqueda del equilibrio, de la estabilidad, de la certidumbre. Reducir la complejidad. El caos es sinónimo de desorden y debe evitarse controlando el sistema todo lo que sea posible. Sistemas previsibles. El sistema no cambia de manera repentina; si lo hace es debido a algún error que no ha sido bien controlado. Determinado probabilístico (mecanicista) Predecir (anticipar) el futuro. Predicción de resultados (enfoque cuantitativo). Organización central; jerarquía; estructuras verticales; planificación y control; feedback negativo, corrector de las desviaciones.
COMPLEJIDAD / CAOS Búsqueda del desequilibrio, de inestabilidad e incertidumbre. Aprovechar la complejidad. Estrecha relación entre caos y orden, el uno conduce al otro en un proceso dinámico, sin fin. No se trata de evitar el caos, sino de usarlo para autoorganizarse a través de un atractor. Sistemas imprevisibles. Una pequeña perturbación en las condiciones iniciales del sistema puede causar repentinamente cambios explosivos en el mismo. Lo indeterminado y emergente (holístico). Crear el futuro. Descripción de situaciones (enfoque cualitativo). Auto-organización, interacción entre elementos del sistema (ajustes continuos de sus elementos entre sí y con su entorno); redes; estructuras colaborativas; aprendizaje; feedback positivo que propicia la ruptura y la innovación (caos creativo).
ECONOMÍA, COMPLEJIDAD Y CAOS Javier Casares Ripol
Wittgenstein señala que la filosofía comienza con el asombro. De manera similar, el estudio de la Ciencia Económica requiere que los científicos especializados sean capaces de asombrarse y, en consecuencia, plantearse las grandes cuestiones. La situación actual de la Ciencia Económica se caracteriza por la competencia entre paradigmas, o matrices disciplinarias según la última acepción de Kuhn, que pugnan por la hegemonía. En este contexto, aparecen las cuatro «C» que señalan una nueva vía de pensamiento económico: complejidad, caos, catástrofe y cibernética. Pretendemos aquí analizar los elementos fundamentales de la economía de la complejidad y del caos en el marco de la dicotomía determinación versus indeterminación y plantear algunas aplicaciones de estas concepciones en el campo de la realidad. Determinación versus indeterminación El paradigma de Newton proporciona las tres leyes del movimiento que se aplican a una gran variedad de problemas físicos. Este método científico se sustenta en el reduccionismo cartesiano. Descartes señala que el cuerpo es una máquina biológica y la mente algo aparte del cuerpo. El determinismo sostiene que todos los acontecimientos, incluyendo el pensamiento y las acciones humanas, están causalmente determinados por la cade-
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
243
na causa-consecuencia. El determinismo fuerte sostiene que no existen sucesos genuinamente aleatorios o azarosos y que, en líneas generales, el futuro es potencialmente predecible a partir del presente. Para el determinismo débil existe fuerte correlación entre presente y futuro que se puede configurar en términos de probabilidad. Se admite la influencia de sucesos esencialmente aleatorios. Laplace marca un punto de inflexión en el desenvolvimiento del determinismo en las leyes físicas. Señala que se puede predecir un determinado comportamiento en tanto se conozca la situación inicial y la ley de evolución; dice: «Podemos mirar el estado presente del universo como efecto del pasado y causa del futuro». Estamos ante el Principio de Causalidad Fuerte: el conocimiento completo de las causas implica el conocimiento completo de las consecuencias (el conocido como demonio de Laplace). Pero el mismo Laplace señala que este determinismo no es real sino asintótico. La presencia de numerosos agentes y la imposibilidad de conocer completamente las causas favorece la sustitución del Principio de Causalidad Fuerte por el Principio de Causalidad Débil: el conocimiento aproximado de las causas determina el conocimiento aproximado de las consecuencias. Se sustituye la búsqueda de leyes universales por la de leyes estadísticas. En definitiva, el enfoque determinista se vincula con los fenómenos simples, con pocos grados de libertad, en los cuales es posible el conocimiento de las causas. El enfoque estocástico se asocia con fenómenos complejos, con un número elevado de grados de libertad, en los que no es posible el conocimiento de las causas. Ambos enfoques, en cualquier caso, se basan en la independencia del objeto respecto del observador y en la existencia de linealidad en las relaciones entre las causas y los efectos. El Principio de la Indeterminación de Heisenberg supone un punto de inflexión en las ciencias. Heisenberg, en física, establece que nunca se puede determinar la trayectoria de una partícula con precisión absoluta. La mera observación de un fenómeno lo modifica. Existe dependencia entre la observación, el objeto observado y el observador. En términos analíticos se puede expresar de la siguiente manera (Fernández Díaz, 2000): Δx . Δ p >/ ħ siendo Δx: la incertidumbre en la posición Δp: la incertidumbre en la medición del momentum ħ: la constante de Plank En el ámbito de la ciencia económica, el determinismo se enfrenta con la indeterminación derivada de que todo intento de investigar un asunto científico altera profundamente la cuestión que está siendo investigada. El conocimiento determina la evolución de los estados de la naturaleza. En Casares (2002) se recoge el siguiente ejemplo ilustrativo, de tintes moderadamente necrológicos: «Un enfermo recibe la visita de un amigo. Éste le pregunta qué tal se encuentra. El enfermo, que está mejor, se incorpora levemente, contesta bien y como consecuencia del esfuerzo realizado en su movimiento y en decir bien, se muere.»
244
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
LA COMPLEJIDAD Y EL CAOS Rosser (1999) señala que no hay acuerdos científicos en la definición de la complejidad. Se trata de un concepto multidisciplinar que puede tratarse desde la perspectiva matemática, estructural, computacional. Edmonds (1995) establece que «es la propiedad del sistema del mundo real que se manifiesta en la incapacidad de cualquier tipo de sistema formal para capturar adecuadamente todas sus propiedades, su comportamiento completo, aunque se disponga de información completa de sus componentes y sus interrelaciones». Esta incapacidad de los sistemas formales para capturar sus propiedades se vincula con diversos aspectos relevantes: a) El tamaño del sistema (suposición que establece la existencia de gran número de interrelaciones entre los elementos del sistema, por tanto, revela la dificultad de su manejo). b) La ignorancia (la complejidad es una de sus causa, pero puede no ser la única). c) La información (está relacionada con la complejidad. Si un sistema tiene poca información será poco complejo. Sin embargo, puede haber sistemas con mucha información no demasiado complejos si hay pocas interrelaciones entre sus elementos). d) La variedad (necesaria para la complejidad, pero no condición suficiente). e) El orden y el desorden (los sistemas complejos se mueven entre ambos. Algo totalmente ordenado o desordenado no es complejo). Pavard y Dugdale (2.000), siguiendo estas pautas de pensamiento, señalan diversas propiedades de los sistemas complejos: • Ausencia de determinismo. Aunque se conozca de forma precisa el comportamiento de sus partes constituyentes. • Dependencia del pasado. El corto plazo influye en el largo plazo. • Descomponibilidad limitada. Son dinámicos. No es posible estudiar sus propiedades descomponiéndolas en elementos estables. • Información y representación distribuida. Un sistema complejo posee funciones que no pueden localizarse de manera precisa. • Emergencia y autoorganización. Crean estructuras, patrones y propiedades, debido a las interacciones (no lineales y distribuidas) entre los elementos del sistema, que son observables a nivel macro aunque se originan a nivel micro (propiedades emergentes). La complejidad en la ciencia económica puede añadir: • Los sistemas económicos presentan una dinámica del no equilibrio. • Ninguna economía se puede conceptuar como sistema cerrado. • Se desarrollan fenómenos de retroalimentación positiva y de rendimientos crecientes por la existencia de relaciones no lineales. Las comparaciones entre la economía de la complejidad y la convencional se pueden cimentar en torno a Beinhooker (2006) y de Brian et al. (1997). En el cuadro se pueden observar los principales elementos diferenciales:
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
Enlaces intelecturales Elementos Preferencias
Dinámica
Agentes
Interacciones
ECONOMÍA CONVENCIONAL Fundamentada en la física del siglo XIX (equilibrio, estabilidad, dinámica determinista) Precios y cantidades Las preferencias están dadas; los individuos buscan maximizar su utilidad Sistemas cerrados, estáticos, lineales y en equilibrio
Modelados colectivamente. Usan cálculos deductivos complejos para tomar decisiones No cometen errores, no tienen prejuicios y son mayoritariamente homogéneas Los agentes interactúan mediante mecanismos de mercado (subastas…)
Emergencia La micro y la macroeconomía se mantienen como disciplinas separada microeconomía. Evolución
No existe un mecanismo endógeno para la creación de innovación, crecimiento, orden o complejidad
Tecnología
La tecnología es dada o seleccionada en una base económica
245 ECONOMÍA DE LA COMPLEJIDAD Basada en la biología (estructura, patrón, ciclo de vida) Patrones y posibilidades La creación de preferencias es central; los individuos no se comportan necesariamente de forma egoísta Sistemas abiertos, dinámicos, no lineales y lejos del equilibrio. Aparecen continuamente nichos de novedad determinados por mercados nuevos y nuevas tecnologías, instituciones y formas de comportamiento. El mismo acto de llenar un nicho puede crear nuevos nichos Modelados individualmente. Usan reglas inductivas para tomar decisiones. Tienen información incompleta. Cometen errores y tienen prejuicios. Los comportamientos, acciones y estrategias se adaptan continuamente. La interacción es dispersa. Se desarrollan modelos de interacciones bilaterales entre los agentes individuales. Las redes de relaciones cambian a lo largo del tiempo. Ninguna entidad global controla las interacciones. Los controles son provistos por mecanismos de competición y coordinación entre agentes. Las acciones económicas son tuteladas por instituciones legales, y papeles asignados. No hay distinción tajante entre macro y microeconomía. Los patrones marco son un resultado emergente de las interacciones y comportamientos de los niveles micro El proceso evolutivo de diferenciación, selección y amplificación provee al sistema de innovación y es responsable de su crecimiento en orden y complejidad Es fluida y endógena al sistema
246
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
Resumiendo, se puede afirmar que los sistemas complejos en economía se caracterizan por autoorganización, adaptabilidad, retroalimentación y no linealidad, lo que determina que la complejidad no venga de factores exógenos al sistema, sino que emerge de forma endógena del funcionamiento del mismo. Los sistemas complejos están gobernados por un gran número de fuerzas interaccionando entre sí, con la propiedad de autoorganización espontánea y adaptabilidad; no se limitan a responder a los sucesos de forma pasiva sino que tratan de adaptarse a los mismos para poder obtener ventajas. Su estudio se puede realizar a través de modelos que incluyen elementos estocásticos, es decir, considerando que los sistemas lineales en equilibrio estático están sujetos a perturbaciones puramente aleatorias. Las principales alternativas para el estudio de comportamientos son: la teoría de las catástrofes, la teoría de la sinergia y la teoría del caos que marca un punto de inflexión en la consideración matemática de la complejidad. La palabra caos sirvió inicialmente para designar al estado de completo desorden anterior a la formación del mundo. La teoría o matemática del caos está constituida por un conjunto de técnicas matemáticas para estudiar procesos que, aparentemente, se comportan de forma aleatoria, aperiódica y carente de toda regularidad, aunque de hecho, su desarrollo está determinado por reglas bien precisas; pretende encontrar cierto orden –regularidad- dentro del desorden. A medida que aumenta el grado de reacción, impaciencia, adaptación, flexibilidad o respuesta de los agentes económicos ante la nueva información sobre la realidad en al que operen, aumenta también la posibilidad de que emerjan comportamientos caóticos (Vid; Escot, 2000). Hay que resaltar que la Teoría del caos tiene un componente instrumental que pueden utilizarse por las distintas corrientes de pensamiento en el estudio de fenómenos económicos. No es correcto por lo tanto hablar de la teoría del caos como alternativa a los enfoques neoclásico, keynesiano, monetarista… La dinámica económica caótica pretende analizar las series temporales para tratar de detectar posibles comportamientos exóticos en los sistemas dinámicos subyacentes a dichas series. Se supera el recurso reduccionista a factores exógenos para explicar irregularidades. Con el caos determinista, se puede explicar de manera endógena ese comportamiento errático que emerge del funcionamiento del modelo. En definitiva, la dinámica económica caótica establece que es posible explicar de forma endógena los elementos irregulares, aperiódicos e impredecibles. El caos permite estudiar fenómenos complejos que siguen leyes determinantes sencillas. Los sistemas caóticos se caracterizan por una evolución con comportamiento oscilante acotado irregular, aperiódico y escasamente predecible. Superamos el principio de superposición (el todo es igual a la suma de las partes) con el desarrollo de la retroalimentación no lineal, el estudio de la endogeneidad de la irregularidad observada en las series económicas y el planteamiento de los sistemas caóticos como asintóticamente deterministas.
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
247
Una idea básica sobre el comportamiento caótico es la dependencia sensible a las condiciones iniciales: sus trayectorias se alejan a medida que avanza el tiempo cuando parten de puntos iniciales muy próximos. Esto genera incapacidad de predicción de la evolución de un sistema, lo cual genera notable incertidumbre en el ámbito científico, (véase Sanjuán, 2009). APLICACIONES EN LA ECONOMÍA El desarrollo de la complejidad en el ámbito de la ciencia económica es muy variado. Hemos seleccionado cuatro áreas de conocimiento en los que la dinámica compleja apunta interesantes temas de debate: Metodología de la ciencia económica La visión compleja de la economía determina la aparición de nuevas técnicas, modelos y enfoques para los trabajos empíricos. Aportaciones relevantes: -Desarrollo de modelos estocásticos no lineales que tratan de explicar la realidad económica para predecir su evolución futura -Desarrollo de modelos deterministas no lineales que producen una dinámica cualitativamente similar a la que presenta la económica real. Surge la econometría cualitativa que pretende la caracterización del sistema utilizando medidas de cuantificación como dimensión fractal, la entropía y el máximo exponente de Lyapunov. En el ámbito de los equilibrios dinámicos (atractores) destacan los atractores de puntos fijos, los ciclos-límite, los toros cuasiperiódicos y los atractores extraños. Los sistemas caóticos son sistemas no lineales cuya evolución en el espacio de fases converge hacia atractores extraños. -Desarrollo de herramientas para caracterizar empíricamente series temporales. El teorema de Takens (1986) permite reconstruir el sistema dinámico subyacente desconocido que generó la serie temporal, de manera que se mantengan las propiedades dinámicas. Reconstruido el sistema original, se utiliza la correlación para medir la dimensión fractal. En este sentido, hay que apuntar la utilización de técnicas de ajuste de modelos no lineales para el cálculo de los exponentes de Lyapunov. También, se desarrollan contrastes de verificación de la existencia de no linealidad en las series temporales. Estas herramientas permiten generar nuevas técnicas de predicción basadas en la reconstrucción del modelo subyacente con el teorema de Takens o haciendo uso de redes neuronales. Teoría económica En el ámbito de la teoría económica destacan las aportaciones vinculadas con el análisis del ciclo y el crecimiento económico. Escot (2000) plantea una variante del modelo de Solow en la que la renta per cápita integra en su evolución un crecimiento tendencial medio dado por el progreso tecnológico con una serie de oscilaciones aperiódicas. Con este enfoque se consigue explicar de forma endógena dos características fundamentales en la evolución de las eco-
248
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
nomías reales: la existencia de irregularidades en su oscilación y la incapacidad de realizar predicciones ajustadas más allá del corto plazo. Otro aspecto relevante de la teoría económica es el relativo al papel de las expectativas. La formación de las mismas, según Keynes, depende aleatoriamente de estados mentales de los sujetos, de los impredecibles «animal spirits» de los empresarios. Las expectativas adaptativas o extrapolativas se forman teniendo en cuenta los datos del pasado. La teoría de las expectativas racionales supone una conducta racional y maximizadora de los agentes económicos. Estas expectativas se forman teniendo en cuenta toda la información relevante disponible. Por lo tanto, se valora la estructura de la economía y las acciones pasadas y presentes del gobierno así como estrategias previsibles del mismo. De acuerdo con esta teoría la curva de Phillips es vertical incluso a corto plazo, porque no existe ilusión monetaria por parte de los agentes económicos. Ahora bien, la economía de la complejidad rompe con los supuestos de la teoría de las expectativas racionales debido a que los agentes no pueden formar expectativas de forma racional debido a la sensibilidad a las condiciones iniciales ya descrita. Por otra parte, dada la importancia de los desequilibrios pierden vigor científico las teorías de equilibrio del mercado de corte walrasiano. También la nueva macroeconomía del equilibrio (que tiene entre sus adalides a Lucas, Nobel de Economía 1995) se tambalea en sus cimientos intelectuales puesto que se basa en el enfoque de equilibrio general, en la existencia de expectativas racionales y la asunción de que los agentes son explícitamente optimizadores (junto a la existencia de mercados perfectamente competitivos y el enfoque intertemporal). Entre las soluciones oscilantes entre el neokeynesianismo y la economía postwalrasiana, aparecen equilibrios de expectativas consistentes, también denominados comportamientos de racionalidad acotada. Por lo tanto, los agentes económicos pueden utilizar mecanismos adaptativos, reproduciendo la dinámica caótica subyacente. Política económica En relación con las políticas de crecimiento a largo plazo, siguiendo la línea argumental del trabajo de Escot (2000) se desprende la importancia de las políticas de I+D+I. El progreso tecnológico favorece la tasa media del crecimiento tendencial a largo plazo. En cuanto a la política estabilizadora del ciclo económico, los modelos de dinámica compleja reclaman la superación de modelos de estática comparativa, de corte mecanicista, como el IS-LM. Los ejercicios de dinámica comparativa deben basarse en el control de las variables objetivo de la política económica. Es decir, el control del atractor (equilibrio dinámico). Se trata de controlar su comportamiento cualitativo a largo plazo. Las intervenciones para reducir o eliminar fluctuaciones de tipo caótico tienen que ser estructurales para poder alcanzar la estabilización.
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
249
Desde una perspectiva más amplia, la economía de la complejidad se inserta en el debate intervencionismo-liberalismo. Estamos en la era de la incertidumbre, como muy bien anticipó Galbraith. Los datos se convierten en variables. Las variaciones de los precios del petróleo constituyen un ejemplo canónico. La Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) se configura como un poderoso cártel cuyos patrones de funcionamiento se acomodan al desenvolvimiento de un oligopolio geopolítico. Las subidas y bajadas de la producción suelen estar orientadas por el aprovechamiento del oligopolio natural, acontecimientos bélicos, crisis políticas etc. La OPEP es el cómitre26 de los poderes que dominan la escena mundial desbordando los cauces ortodoxos de la teoría económica convencional. La incertidumbre en economía aviva el citado debate dicotómico. La corriente intervencionista justifica el papel de la política pública para potenciar la estabilidad económica y reducir incertidumbre. Sensu contrario, los liberales sostienen que la complejidad de la economía y la extrema sensibilidad a pequeñas variaciones justiprecian el elogio del mercado y la reducción del papel gubernamental. Otra cuestión relevante es la globalización que afecta a la trasmisión internacional de políticas públicas, la credibilidad de gobiernos, los efectos de las actividades en mercados financieros, etc. Los inversores internacionales se comportan como antílopes huidizos (en la línea de la teoría del rebaño). En ocasiones, los capitales se fugan porque llega el león –mala situación económica– y en otras debido a que el viento mueve las hojas –especulación sobre las monedas, dudas sobre la reputación del gobierno, temores a los conflictos…– Las crisis financieras latinoamericana, asiática, rusa etc., revelan claramente estas tendencias inestables. Ya avanzado el siglo XXI observamos cómo la evolución de la tasa de desempleo en Estados Unidos genera movimientos en las bolsas europeas, los datos del déficit público en Grecia generan alarmas en todo el mundo, la calificación de la deuda pública española genera efectos en las bolsas estadounidenses… En relación con estas cuestiones resulta relevante la aplicación complementaria de la teoría de juegos. En los juegos de una sola vez (por ejemplo, con equilibrio de Nash) gobiernos y agentes económicos (sindicatos, patronales…) se enfrentan intentando maximizar su bienestar sometidos a restricciones derivadas de las posibles acciones de los contrincantes. Los superjuegos reconocen la importancia del tiempo. Los agentes económicos se interesan por la corriente de pagos obtenidos a lo largo del tiempo. Se trata de juegos con repetición en los que puede haber inconsistencia temporal. El gobierno puede reconsiderar la política óptima a lo largo del tiempo y no seguir la prometida inicialmente porque cuando el futuro se convierte en presente, ya no es la política óptima. Ante esta situación, los agentes no creerán las promesas y se romperá el equilibrio. 26
Cómitre: director de los movimientos armónicos de los galeotes (piénsese en Ben-Hur).
250
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
En relación con los juegos con repetición surge el concepto de reputación. Las acciones de los agentes generan información que otros pueden utilizar para evaluarlos en sus conductas. Los indagadores obtienen información sobre los indagados y determinan su reputación que sirve para predecir el comportamiento futuro de los mismos. Si un ministro de Hacienda tiene la reputación de electoralista y laxo en el control del gasto público, favorece el aumento de las demandas de los agentes económicos que soliciten más subvenciones, gastos en infraestructuras, etc. Si tiene reputación de riguroso en el control del gasto genera un clima económico favorable a la reducción del déficit público, el aumento de la inversión privada… Un gobernador de Banco Central con reputación de estricto en el control de las magnitudes monetarias genera expectativas contrarias a la inflación. Si tiene fama de pusilámine (o el mero cambio del gobernador anterior) aparecen expectativas favorables a los procesos inflacionistas alentadas por las peticiones sindicales y de los diversos operadores económicos. NOTAS FINALES En el marco de las cuatro «C» (complejidad, caos, catástrofe y cibernética) surgen nuevas vías para el desenvolvimiento de la ciencia económica. Partiendo de la dicotomía determinación versus indeterminación surgen fértiles campos de estudio en torno a la economía de la complejidad. Se trata de superar los modelos reduccionistas de carácter lineal que recurren a factores exógenos para explicar las irregularidades. La dinámica económica caótica plantea la posibilidad de explicar de forma endógena los elementos irregulares, aperiódicos e impredecibles del análisis económico. Las aplicaciones de estas técnicas se desenvuelven en diversos ámbitos, de la metodología, la teoría, la política económica y la gestión empresarial. El estudio de series temporales, el análisis del ciclo y el crecimiento, la política económica en condiciones de incertidumbre y los nuevos enfoques de gestión son, entre otros, campos relevantes de desenvolvimiento de la economía de la complejidad. Leibniz distingue entre verdades de razón –enuncian algo que no puede ser de otro modo- y verdades de hecho –enuncian algo que es de cierta manera pero que podría ser de otra-. Las verdades de hecho tienen un ser o consistir contingente. La aproximación al estudio de la economía en los tiempos actuales revela la creciente influencia de las verdades de hecho que se vinculan con la creciente incertidumbre económica manifestada en crisis, turbulencias financieras, pérdidas de credibilidad de los gobiernos etc. El conocimiento y el estudio deben intentar convertir los amplísimos territorios de las verdades de hecho en verdades de razón. En consecuencia, se requiere la aparición de nuevas concepciones en la ciencia económica que ayuden a hincar raíces intelectuales sólidas para interpretar la realidad. La economía de la complejidad es una de las nuevas aproximaciones que ayuda a fertilizar estas raíces.
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
251
CRECIENTE COMPLEJIDAD EN LAS ORGANIZACIONES Vítor Vieira y María José Chambel El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal, Logos y eternidad, padre e hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos y no a mí, es sabio reconocer que todo es uno. Heráclito, Sobre la naturaleza.
A MODO DE INTRODUCCIÓN: LA ORGANIZACIÓN POLIÉDRICA. Desde hace unas décadas la mayor parte de la literatura sobre organizaciones, principalmente los best sellers, dan recetas para el éxito basadas en uno, dos, seis, veinte… factores organizacionales que sirvan como trampolín para el éxito en la gestión organizacional, lo cual al final no sucede. No pretendemos que todos se encuentren equivocados, nada más lejos de esa idea, muchos de ellos tratan factores realmente esenciales en la gestión organizacional. Nuestra intención es solo recordar: 1.- Que las organizaciones (o la solución de sus problemas) no se reducen a esos elementos, por muy relevantes que parezcan ser; 2.- Que esos elementos no están aislados; 3.- Que las diferentes formas en que los mismos -en realidad nunca son los mismos, solo parecidos- elementos interactúan entre sí, el medio en el que se integran y las condiciones del momento, producen organizaciones con personalidades diferentes, lo que hace imposible una solución única. En realidad las organizaciones tienen un número infinito de caras, resultantes de los elementos que las componen y sus interacciones, pero no podemos olvidar otro aspecto fundamental: el ángulo/la manera en que las miramos. Una organización es una realidad poliédrica, no definible solo por una de sus caras y cuyos límites no se perciben con una simple mirada. Es como una planta que no solo existe por sí misma, sino a través de cómo la percibimos, lo que afecta a su existencia a través de nuestras acciones. Las organizaciones son siempre objeto, comprensión y producto de comprensión de quienes con ellas trabajan, sea investigador, gestor, trabajador, socio o cliente. Por limitaciones humanas, culturalmente se ha optado por un paradigma de observación y consecuente actuación de tipo cartesiano, que busca reducir la trabajosa complejidad organizacional a visiones más simples y por ello más fáciles de trabajar. LA ORGANIZACIÓN COMO SISTEMA (COMPLEJO27) La organización no encaja en ningún modelo reduccionista, puesto que es «una unidad global organizada por interrelaciones entre elementos, procesos 27
Aunque nos basamos sobre todo en la Teoría General de los Sistemas, no olvidamos la importancia en este terreno de Cibernética, Inteligencia Artificial y Teoría del Caos.
252
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
y/o individuos y está, ella también, en constante interacción con aquello que la rodea.» (Chambel y Curral, 2008, p. 127). Es decir, es un sistema abierto28 que no se limita a ser suma de elementos, procesos y/o individuos (caras del poliedro), aunque posean un objetivo común. Por eso podemos decir que ser un sistema es en sí la primera dimensión de la complejidad que caracteriza a las organizaciones, en la medida en que gestionar sus múltiples y dinámicas interrelaciones no se trata de una tarea lineal. El total no es la interacción indiferente de cada una de sus partes, como afirmaba Aristóteles. Por otro lado, las organizaciones, de modo general y las empresas de una manera mucho más específica, poseen una naturaleza alopoiética. Esta es otra dimensión de la complejidad de las organizaciones. Por norma general el objetivo de acción de las organizaciones trasciende a las organizaciones en sí mismas. Y una vez que estas dos dimensiones son coexistentes, la gestión pasa a tener en cuenta no sólo el resultado de las inter-relaciones y los objetivos de la organización, sino también la necesaria adaptación entre ambas. Otra dimensión de la complejidad de las organizaciones es que siendo sistemas alopoiéticos y dado que son sistemas vivos29, son también autopoiéticos (Maturana y Varela, 2005). Por lo que su autorregulación depende en gran medida de las interacciones que los elementos del sistema establecen con su entorno externo. Esta dimensión es todavía más compleja por el hecho de exigir permanentes acciones negentrópicas como manera de garantizar la homeostasis, puesto que es natural que un sistema abierto tienda a la entropía. A su vez, Edgar Morin (1986, 2004b) eleva el grado de complejidad de las organizaciones al afirmar que el todo no existe per-se, ni como producto, subrayando que si el todo es más que la suma de sus partes, también cada parte será más del todo que genera; ninguno de los términos es reductible al otro. Con esta no dilución de las partes del todo, Morin aumenta el proceso de gestión a su grado de complejidad máximo, al tiempo que (re)valoriza la esencia del ente humano que compone la organización, pero que no se limita a ésta (por lo que su acción en la organización es al mismo tiempo un todo y una parte). No menos importante y complejo es el hecho de que el elemento de interacción de cualquier sistema humano es la comunicación (Jackson, 1981), principalmente teniendo en cuenta el primer axioma expresado por Watzlawick, Beavin y Jackson en su Pragmática de la Comunicación Humana, y la importancia que su feedback (Wiener, 1948) asume en las interrelaciones. A través de este breve y rápido análisis del sistema organizacional podemos entender su elevado grado de complejidad y cómo este sistema no puede limitarse al análisis de acciones parceladas, segmentadas. La observación y acción 28 Bertalanffy (1977). Un sistema abierto interactúa con el entorno, a diferencia de uno cerrado que no recibe influencia del medio en el cual se encuentra insertado. 29 Como en los sistemas abiertos. Luhmann, 1997; Maturana (n.d.); Maturana e Varela, 2005.
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
253
organizacional ha de ser holística pero al mismo tiempo individual. Este es el gran desafío para los gestores y éste es el nivel más elevado de complejidad: gestionarlo todo, sin olvidar cada parte y sus múltiples interacciones. Aunque todavía no estemos equipados para el cambio fundamental de un paradigma de simplicidad -Morin, 2004b- (fácil de entender y gestionar, pero inadecuado) a uno de complejidad (también difícil de comprender y gestionar, pero esencial30), no es posible seguir ignorando la compleja naturaleza de las organizaciones, entre otras cosas porque cada vez surgen formas más complejas de estructura organizacional. La realidad no espera por nosotros. Tenemos que (re)aprender y tener consciencia de que este (re)aprendizaje será permanente, no sólo porque los factores generadores de complejidad son cada vez mayores (incluso cuando se procura simplificar31), sino también porque ese cambio arrastra consigo un claro aumento de complejidad en la gestión organizacional, como es el caso de los ejemplos que vamos a presentar. De los muchos factores inherentes a la complejidad de las organizaciones, escogimos: el contrato psicológico (esencial aglutinador de los individuos que componen el sistema) y los trabajadores temporales de agencias (opción cada vez más determinante y que se integra en un fenómeno que denominamos virtualización o desmaterialización humana de las organizaciones). La virtualización humana de las empresas se caracteriza por la inexistencia o reducción de trabajadores pertenecientes a la estructura de las organizaciones. Se recurre a temporales contratados directamente y, cada vez más, a trabajadores temporales contratados a través de agencias especializadas, pudiendo o no compartir el mismo espacio físico32 que los trabajadores con contrato directo. Los dos van mucho más allá de la tradicional visión holística sistémica y remiten a la importancia de lo que Morin subraya y Aristóteles tenía latente. Una parte no se anula en el todo. Esta opción de modelo organizacional crea desafíos sin precedentes para la gestión del contrato psicológico y, consecuentemente, para la gestión de la complejidad organizacional. LA GESTIÓN DE LAS PERSONAS: COMPLEJIDAD DEL CONTRATO PSICOLÓGICO La naturaleza del contrato psicológico La competitividad de cualquier empresa depende de la calidad de su mano de obra. El alcance de un servicio de calidad coloca en la empresa la responsabilidad de la creación de una relación positiva con sus trabajadores, porque de ella dependen sus actitudes. El contrato psicológico es el concepto más popular para comprender la relación entre el trabajador y la organización en la que trabaja; consiste en las creencias en las promesas mutuas establecidas en el trans30
Debemos crear una nueva educación, que implica educar a los educadores (Morin ). Véase el uso de las redes y de las tecnologías de convergencia. 32 Hay países en donde compartir el mismo espacio físico está prohibido. 31
254
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
curso de esta relación (Rousseau, 1995). La promesa implica que el trabajador considera que existe por parte de la organización obligación de comportarse de una determinada manera en el futuro, y lo mismo sucede por la parte de la organización en relación con el trabajador. Así, estas promesas constituyen expectativas acerca del comportamiento del otro, formadas en base a la comunicación o en comportamientos implícitos o explícitos de la otra parte, que mostraron la intención de comportarse de determinada manera en dicha relación (Conway y Briner, 2005). Por ejemplo, un trabajador tiene la expectativa de ser ascendido si realiza un buen trabajo para satisfacer su necesidad de reconocimiento, y la organización puede tener la de que el trabajador se esfuerce para realizar un buen trabajo y contribuir al el rendimiento de la empresa. Sin embargo, la primera expectativa sólo formará parte del contrato psicológico si el trabajador considera que existe esa promesa por parte de la empresa, por ejemplo, si considera que su jefe se lo prometió. De este modo, más que esperar una promoción el trabajador considera que la organización tiene la obligación de ascenderlo si realizase un buen trabajo. La teoría del contrato psicológico se integra en la teoría del intercambio social (Blay, 1964), la cual considera la existencia de reciprocidad porque las acciones de una parte -organización o trabajador- están supeditadas a las acciones de la otra parte. La implicación de una parte en la relación obliga a la otra a ser recíproca porque ambas partes esperan mantener una relación equilibrada y esta reciprocidad de la relación, por lo general, conduce a un intercambio de recursos relativamente similares. Concretamente, se pueden distinguir cuatro categorías de contrato psicológico (Rousseau, 1995, 2000; cf. Tabla 1): relacional – por parte de la organización implican promesas relativas a la preocupación con los objetivos de los trabajadores, con su bienestar y con la seguridad y estabilidad del empleo, y por parte del trabajador implica lealtad y un esfuerzo adicional para que la organización consiga sus objetivos; equilibrada – por parte de la organización implica promesas de que se apostará por su desarrollo, se procurarán dar al trabajador nuevas oportunidades de empleo dentro y fuera de la organización y se asegurará que tenga objetivos de rendimiento cada vez más desafiantes, y por parte del trabajador apostará por su propio desarrollo y aceptará nuevas exigencias de rendimiento; transaccional– por parte de la organización implica promesas de un empleo con tareas, responsabilidades y recompensas bien establecidas y por un tiempo determinado, y por parte del trabajador una participación limitada, asegurando la realización de las tareas establecidas en el contrato; transicional – refleja una interrupción o ausencia de acuerdo acerca de la participación de ambas partes en la relación y consecuentemente no se existen las promesas mutuas, siendo por este motivo una categoría que no se incluye en los estudios (Rousseau, 2000).
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
255
Tabla 1. Ejemplos de promesas incluidas en cada categoría del contrato psicológico (Rousseau, 2000) Conceder un empleo por un período de tiempo específico. Transaccionales
Pedir solo las tareas para las que fue contratado. Pagar de acuerdo con aquello que el trabajador hace. Atribuir funciones limitadas, responsabilidades definidas. Desarrollar las aptitudes del trabajador, aumentar su valor.
Promesas de la Organización
Equilibradas
Dar oportunidades de promoción (cambio de categoría). Dar objetivos de rendimiento más atractivos. Ayudar a desplegar aptitudes que buscan otras empresas. Proporcionar un trabajo estable.
Relacionales
Ofrecer beneficios sociales que cubran a los familiares. Preocuparse por el bienestar personal del trabajador. Ofrecer remuneración y beneficios adecuados. Irse cuando quiera.
Transaccionales
Promesas del trabajador
Equilibradas
Relacionales
Realizar solamente las tareas estipuladas en su contrato. Cumplir con tareas y responsabilidades limitadas. Irse a la hora que quiera. Aceptar exigencias de rendimiento cada vez más elevadas. Desarrollar sus competencias. Respuesta positiva ante nuevas exigencias de rendimiento. Buscar oportunidades de desarrollo en la empresa. Hacer sacrificios personales en favor de la organización. Tener en consideración los intereses de la organización. No abandonar la organización en un momento crítico. Involucrarse personalmente con la organización.
La ruptura del contrato psicológico La esencia del contrato psicológico no solo consiste percibir las obligaciones mutuas, también en detectar en qué medida están siendo o no cumplidas. La percepción de obligaciones establece los parámetros del intercambio, mientras que la del cumplimiento/incumplimiento de las mismas (de)muestra el comportamiento en ese intercambio. La percepción de ruptura ocurre cuando una de las partes considera que la otra no cumple sus promesas, aunque él sí lo haga, existiendo por eso una percepción de desequilibrio en la relación. Varios estudios han mostrado que los trabajadores tienen con frecuencia esta percepción de ruptura por parte de la organización (Conway y Briner, 2005; Robinson y Rousseau, 1994), resultado muchas veces de la incongruencia, esto es, del hecho de que el empleado y los agentes organizacionales tengan percepciones distintas sobre las promesas mutuas (Morrison y Robinson, 1997).
256
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
De hecho, ambas partes pueden tener ideas diferentes sobre la relación de trabajo y la relevancia de las diferentes obligaciones mutuas. Por ejemplo, para un trabajador las promesas relativas a su oportunidad de ascenso pueden ser las más destacadas, mientras que para la organización lo es la promesa de provisión de una prima económica asociada al salario si el rendimiento es adecuado. Esta incongruencia puede deberse a lo ambiguo de las promesas, sujetas a la interpretación a través de un proceso subjetivo. Por ejemplo, en la integración de un trabajador, la jefatura puede haber dicho que existiría probabilidad de promoción si mostrase elevada participación. Él puede interpretar esta como dependiente de un alto rendimiento en la realización de tareas, cuando el jefe se refería a una elevada disponibilidad, trabajando más allá del horario estipulado. Finalmente, la incongruencia puede surgir porque la comunicación sea insuficiente, sin oportunidad para compartir suposiciones, ajustando su relación a las alteraciones que van surgiendo a lo largo del tiempo. Considerando a la incongruencia como suscitadora de rupturas del contrato psicológico, Morrison y Robinson (2004) presentan varias estrategias que se deben adoptar para minimizarla y gestionarla. Las autoras destacan la necesidad de desarrollar coherencia entre las múltiples fuentes de información – responsables del contrato, manuales de acogida, jefes, colegas, sistema de prácticas de gestión de recursos humanos-, en base a las cuales los trabajadores desarrollen sus interpretaciones. Es básico que las fuentes sean consistentes en sus mensajes sobre aquello que la organización hará en relación con el trabajador y lo que considera que serán sus obligaciones con la organización. Sin esta coherencia puede ocurrir, por ejemplo, que Recursos humanos comunique al trabajador que su ascenso depende de un rendimiento superior a la media durante tres años, pero su jefe directo le diga de manera implícita o explícita que para obtenerlo es indispensable que tenga buena aceptación por parte de los otros miembros del equipo. El trabajador asumirá la promesa de quien considere más representativo por parte de la organización, pero si la decisión no fuera de ese agente, se daría la incongruencia a que estamos haciendo referencia. Para evitar estas incongruencias, las mismas autoras destacan la necesidad de comunicación entre los agentes organizacionales y el trabajador, para acordar sus obligaciones mutuas, evaluar eventuales malentendidos y presentar razones plausibles para posibles cambios que pudieran haberse producido en relación a sus promesas. La entrevista inicial, la reunión anual de evaluación de rendimiento y las reuniones periódicas son momentos idóneos para ello. Sin embargo, la percepción de ruptura del contrato psicológico por parte de la organización no ocurre solo porque trabajador y organización tengan diferentes juicios sobre la relación de trabajo y obligaciones mutuas asociadas a ella, sino también porque la organización reniegue de sus obligaciones, no cumpla promesas realizadas. Ante esta situación, la interpretación que los trabajadores hagan sobre los motivos por los cuales la organización no cumple, será relevan-
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
257
te para su reacción. Pueden no sentirse engañados si consideran que la organización plantea razones legítimas para no haber cumplido. Por ejemplo no fueron posibles los aumentos este año para no despedir a nadie; pueden justificarse responsabilidades por un motivo fuera del control de la organización, por ejemplo, ...porque la crisis económica internacional nos colocó en una situación que no lo permite (Sitkin y Bies, cit. Morrison y Robinson, 1997). Solo una comunicación adecuada permitirá que compartir una explicación con justificaciones legítimas para su toma de decisiones. Las consecuencias del contrato psicológico La norma de reciprocidad que establece que los trabajadores respondan apropiadamente ante el tratamiento favorable y que cuanto más valiosos sean los beneficios mayor es la obligación de ser recíproco (Goulder, 1960), permite considerar que existen dos mecanismos a través de los cuales el contrato psicológico ayuda a explicar los resultados a nivel de las actitudes de los trabajadores. En el primero se considera que las promesas recíprocas obligan a los empleados a comportarse de una determinada manera y que cuanto más extensas y relevantes fueran las obligaciones intercambiadas, más positivas serán sus respuestas. Por ejemplo, la percepción de promesas relacionales se conecta con actitudes positivas: mayor satisfacción en el trabajo, compromiso afectivo y menor intención de salida, mientras que la de promesas transaccionales tienen el efecto contrario (Raja, Johns y Ntalianis, 2004). En el segundo mecanismo, se considera que el trabajador responde recíprocamente al hecho de que la organización cumpla o no con sus promesas y que cuanto mayor sea la ruptura del contrato o su cumplimiento, más negativas o positivas serán respectivamente las respuestas de los trabajadores. Nuevas relaciones de empleo, nuevas dimensiones de complejidad: El caso de los trabajadores temporales de agencia Las características laborales han sufrido grandes cambios en los últimos años, modificándose considerablemente las relaciones entre las personas y las organizaciones en que trabajan. De hecho un elevado porcentaje de personas pasaron a estar involucradas en trabajadores temporales de agencia, categoría que incluye a trabajadores contingentes y ocupa una posición cada vez más importante en el mercado laboral por todo el mundo (CIETT, 2012). En la actualidad, en los sectores más variados, muchas organizaciones responden a cambios de mercado, incluyendo fluctuaciones rápidas e imprevisibles de pedidos de sus clientes, mediante contratación de trabajadores temporales. Durante períodos de poca exigencia, las organizaciones mantienen un número reducido de trabajadores con los que establecen un contacto directo y duradero, pero en períodos de mayor exigencia, aumentan el número de trabajadores, contratando mano de obra mediante agencias de trabajo temporal (Abraham, 1990).
258
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
Estos trabajadores se diferencian de los tradicionales en varios aspectos: no esperan mantener su situación de empleo, su contrato tiene una duración determinada; son contratados por la agencia de trabajo temporal y desempeñan su actividad profesional en las instalaciones de otra empresa. Estas condiciones modifican aspectos de la realidad del empleo, planteando a las organizaciones desafíos en la gestión de estos trabajadores que obligan a reflexionar sobre la validez de los conocimientos que teníamos hasta ahora. Una de las cuestiones importantes que se plantean ante el incremento de estos contratos es saber si los beneficios a corto plazo que la organización obtiene, acarrea riesgos a largo plazo, especialmente a nivel de su relación y empleo, incluyendo el contrato psicológico (Rousseau, 1995). Algunos autores señalan desventajas de estas condiciones laborales: no se puede esperar una relación de empleo duradera (Pfeffer y Baron, 1988); no se sabe cuánto podrán continuar en la empresa cliente, ni si la agencia les encontrará una nueva organización cuando el cliente no los necesite, teniendo por ello mayor inseguridad de trabajo (Purcell y Purcell, 1999); no se pueden esperar ascensos (Cappelli, 2000) y suelen recibir menos beneficios que los trabajadores contratados por la empresa cliente (Houseman y Erickcek, 2002). De acuerdo con la norma de la reciprocidad (Gouldner, 1960), podemos considerar que la percepción de estas desventajas, con restricción del contrato psicológico y en su cumplimiento por parte de la organización, llevará a que los trabajadores restrinjan sus obligaciones, sus actitudes y comportamientos positivos de cara a la organización. Sin embargo, los estudios han demostrado que esta situación es más compleja, pudiendo evitarse que los temporales desarrollen un contrato psicológico más desventajoso para ellos mismos y para las organizaciones para las que trabajan. La calidad de esa relación depende de cómo se sienta tratado el trabajador, si hay respeto y se les incluye, desarrollan un elevado compromiso, una visión positiva de su contrato psicológico y asumen comportamientos eficaces como los trabajadores fijos (Chambel y Castanheira, 2007). En segundo lugar, es fundamental no olvidar que cuando los empleados consideran que la organización responde a sus expectativas desarrollan una relación de intercambio social basada en la reciprocidad con respuestas favorables de su parte (Kinnie, Hutchinson, Purcell, Rayton y Swart, 2005). Así, en el caso de los temporales, la relación positiva de empleo puede mantenerse si se apuesta por responder a sus necesidades específicas (Koene y Van Riemsdijk, 2005). La posibilidad de adquirir un trabajo en el futuro constituye una de sus necesidades básicas dada la limitación de su contrato y la consecuente inestabilidad de su empleo (De Cuyper y De Witte, 2008). Así, la probabilidad de encontrar un nuevo trabajo, se asume como alternativa a la seguridad del empleo, volviéndose mediador de la relación entre el temporal y la empresa cliente (Chambel y Sobral, 2011). Para estos trabajadores, la obligación de la empresa no consiste en garantizar un empleo para toda la vida, o en proporcionar un desarrollo de la carrera pro-
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
259
fesional en el interior de la organización, pero sí tiene la de proporcionarles una inversión continua en sus capacidades y competencias, aumentando así su empleabilidad. En este sentido, la formación como promotor de empleabilidad es la práctica que mejor sirve a los trabajadores temporales, dotándolos de oportunidades para desarrollar sus competencias (Forrier y Sels, 2003), facilitando la adquisición de otra función en el interior de la misma organización cliente o en otra organización del mercado, termine su desempeño en la primera. Esta es una práctica de recursos humanos fundamental para promover respuestas positivas de los trabajadores temporales (Finegold, Levenson y Van Buren, 2005). Además, a través de la formación, pueden percibir que su organización está cumpliendo con el contrato psicológico, incluyendo sus obligaciones de favorecer el desarrollo profesional, crear objetivos de rendimiento más desafiantes y de asegurar su bienestar (Chambel y Castanheira, 2012). Las empresas deben comprender que la flexibilización del trabajo no significa una falta de responsabilidad con los empleados temporales. Necesitan elaborar políticas que se ajusten a la especificidad de los recursos que componen su fuerza de trabajo. Como defienden Lepak y Snell (1999), las prácticas organizacionales pueden ser ordenadas en consonancia con los modelos de empleo de cada empresa. Es plausible que exista una diferenciación de políticas en función de las particularidades de cada situación, lo que no podrá existir es un desinterés y un alejamiento de la empresa de cara a los recursos con los que tienen un vínculo más frágil. Si esto sucediera, la empresa saldría fuertemente perjudicada una vez que no consiguiera establecer una relación con el empleado que le permita disfrutar de sus competencias y capacidades.
LA NUEVA TEORÍA ESTRATÉGICA (NTE): ¿ CUARTO PARADIGMA? Avelina Frías, Raúl Herrera Echenique, Rafael Alberto Pérez
Al hablar en este mismo capítulo del largo viaje que la Estrategia viene haciendo desde una visión simple y lineal hacia otra compleja, fluida y a veces caótica (R. A. Pérez, La Construcción social del futuro) nos hemos referido a la Nueva Teoría Estratégica (NTE) como uno de los hitos de ese viaje. Ahora los autores de esta contribución -una mexicana, un chileno y un español- queremos destacar no tanto lo que la NTE tiene de logro, sino de proyecto, de potencial por desarrollar. Y lo hacemos con una doble pretensión: de una parte, ofrecer a los interesados en la Estrategia y sus derivadas (management, teoría de la decisión, política, comunicación, etc.) una explicación detallada de los cambios académicos y profesionales a los que conducen la NTE sus aplicaciones. Por otra, señalar que una vez que se ha enriquecido un fenómeno -en nuestro caso la estrategia- con la integración de dimensiones y el cruce transdisciplinar de
260
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
miradas, su retorno y aplicación a la disciplina originaria produce frutos muy diferentes a los que se hubiese llegado con la visón mono-disciplinar previa. Cumplir este propósito exige resumir algunos puntos ya comentados. Reiteración que asumimos necesaria para que este texto tenga autonomía. La historia, los hechos y las primeras críticas Situarnos en el contexto que propició la concepción compleja de la Estrategia y el nacimiento de la NTE nos lleva a 1994. Pero antes conviene recordar que la historia oficial de la Estrategia33 tiene XXV siglos de existencia. La historia: el término nace en la Grecia clásica para designar la conducción de los ejércitos. Desde entonces ha tenido tres grandes paradigmas: -Militar: en el que la Estrategia vive confinada hasta el siglo XXI. En él destacan tres hitos: en la lógica del general chino Sun Tzu (S. IV y V a. C.) la estrategia pretende lograr una posición de ventaja frente al adversario. En la de Carl Von Clausewitz (1780-1831) es un conjunto de principios y reglas para resolución de los conflictos armados. Y en la del Almirante prusiano Helmuth von Moltke (1800-1891) es la administración de los recursos a disposición de un general para el logro del objetivo que se persigue: ganar la guerra. -Matemático: Siglo XX (desde 1944) –Borel, Von Neumann, Morgenstern, Nash-. Para ellos es un conjunto de decisiones tomadas de antemano para el logro de un objetivo teniendo en cuenta las posibles reacciones del oponente y/o la naturaleza. Se ubica la estrategia dentro de la teoría de la decisión. -Management/Económico: Siglo XX (desde 1954) -Drucker, Levitt, Chandler, Andrews, Ohmae, Deming, Porter-. Aunque se han encontrado más de 36 concepciones diferentes (Ronda Pupo, 2002) se podría decir que las personas del management la conciben como una política para conseguir objetivos a medio, largo plazo, ubicándola en el mundo de los negocios y la dirección. Los hechos: el impulso del management -que en 1979 se rebautiza de estratégico con Ansoff- convierte a la Estrategia en término de moda y un icono de la dirección de empresas al punto que para muchos directivos es la ciencia del éxito. Algo que sin embargo desmienten diferentes estudios que señalan que 5 de cada 7 estrategias fracasan. Porcentaje que algunos estiman más alto. Para Pujadas (2011), 9 de cada 10 empresas fallan en sus planes estratégicos lo que no parece haber preocupado a directivos de las Business School ni a muchos de sus gurúes, que culpan del fracaso a la mala ejecución a los operadores estratégicos, sus egresados, pero no cuestionan sus propias formulaciones. Las críticas: El primer toque de atención lo dio Mirowsky (1986) que denuncia que el Management Estratégico quedó anclado en la física del siglo XVII. Una idea en la que incide Ormerod (1994): «Paradójicamente la econoSu historia compleja comienza con la vida, al considerar las Ciencias de la Salud como estratégicas a las respuestas homeostáticas de los organismos vivos para restaurar el equilibrio. 33
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
261
mía ha intensificado su fervor en estas creencias, justo ahora que la perspectiva mecanicista es considerada cada vez menos relevante por biólogos, químicos y físicos.» Idea que retoman en 1994 Prahalad y Hamel y que tres años más tarde encontramos en Alvin y Heidi Toffler (1997): «La creencia de que la ciencia de la gestión empresarial calzaba perfectamente con las ciencias económicas y que ambas eran compatibles con lo que se conocía sobre la física, hizo que el paradigma de la gestión empresarial industrial fuese tremendamente creíble.» ¿UN CUARTO PARADIGMA? Si bien ya había críticas a la debilidad de la teoría estratégica, la primera vez que se propone por escrito la necesidad de una nueva teoría estratégica (NTE) es en 2001 en la página 672 del libro Estrategias de Comunicación (2001, Barcelona: Ariel) del profesor de la UCM, Rafael Alberto Pérez, quien aunque no la desarrolla, da las pautas a seguir: «Necesitamos una nueva teoría estratégica menos geométrica y más hermenéutica, menos racional y más relacional.» Pero, aunque podamos poner fecha, tomo y página al nacimiento de la NTE, lo cierto es que muchas de sus nuevas visiones surgen en espacio compartido por otros textos y autores que vienen trabajando desde el inicio del siglo en estas orientaciones y comparten el intento de su complejización. Es el caso de S. Massoni: «La comunicación es un espacio estratégico en la dinámica sociocultural» (1990); de Jesús Martín Barbero (2002) al sugerir la «posibilidad de que la comunicación sea un lugar estratégico desde el que pensar la sociedad»; y de Marcelo Manucci (2004): «Diseñar estrategia es diseñar significados». A ellos habría que añadir Salas Nestares (2005), Galindo Cáceres (2011), Marchiori (2009), Oliveira y De Paula (2008) y Matilla, (2008) y otros muchos. Tal vez esa emergencia de ideas explique que en 2003 se funde -en torno a la propuesta de la NTE- el Foro Iberoamericano Sobre Estrategias de Comunicación (FISEC) como asociación sin ánimo de lucro y plataforma de intercambio y debate de ideas entre expertos. A día de hoy FISEC lleva celebrados diez Encuentros Internacionales en universidades de España (4), Portugal, México, Colombia (2), Brasil y la República Dominicana -dos financiados con fondos presidenciales- debatiendo la NTE con la participación de expertos de catorce países; hay que añadir múltiples seminarios en Universidades e Instituciones de diferentes países de Latinoamérica. Como consecuencia de esos debates, Rafael Alberto Pérez y Sandra Massoni de la Universidad Nacional de Rosario (Argentina) publican en 2009 Hacia una teoría General de la Estrategia, donde ya se puede encontrar un desarrollo de los siete cambios que conducen a lo que hoy consideramos la primera visión compleja de la estrategia. Los 7 cambios de la NTE y sus implicaciones: Lo señalado por estos autores lleva a establecer que la contraparte de la Nueva Teoría Estratégica es «la Vieja Teoría Estratégica», una forma de pensar
262
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
la estrategia sacralizada por el management que llega hasta 1994, formando un corpus sin fisuras y que -a lo largo de su trayectoria- se ha caracterizado por parcelar, dividir, ser reduccionista, lineal, mirar el mudo desde una perspectiva economicista y conflictiva, y por sustituir al ser humano por constructos como el actor racional o el homo economicus. Una Vieja teoría que ha socavado el orden de la naturaleza, la cultura y la sociedad, organizando el mundo mediante procesos limitados, que no da cuenta de un universo en constante movimiento y con formas de organización que se actualizan permanentemente. En este contexto no puede extrañar que el primer cambio que demanda la NTE sea abandonar el paradigma neoclásico de la economía. Pero su programa de investigación es más ambicioso: a partir del cambio de paradigma propone también una refundación de la estrategia que formula desde la base relacional y humana que la comunicación aporta. En vez de preocuparse por proporcionar reglas paradigmáticas y exactas, la nueva teoría aspira a ofrecer pautas hermenéuticas y articuladoras. Propone co-construir una estrategia más compleja y relacional para ayudar a las personas y a las organizaciones a articularse con sus interlocutores y entornos. A tal fin propone siete cambios con respecto a las formulaciones convencionales. En este sentido, es importante subrayar que el propósito de la NTE no es ser original sino efectiva, por tanto no tiene reparos en tomar teorías ajenas si las considera válidas y oportunas. Cambio 1: De la fragmentación a la complejidad, lo fluido y el caos Visto desde hoy, pedir un cambio de paradigma parece algo elemental pero como Hamel y Prahalad (1997) denunciaron cuatro años antes: «Aunque son muchas y ruidosas las voces que reclaman un nuevo paradigma organizativo, no se ha pedido todavía un nuevo paradigma de una nueva estrategia. Creemos sin embargo, que la forma que tienen muchas empresas de plantear sus estrategias son tan anticuadas y perniciosas como las formas que tienen de organizarse». La NTE se atrevió a hacer ese cambio. Y sustituyó el paradigma económico que viene inspirando todo el corpus teórico del management estratégico por los nuevos paradigmas de la ciencia de los siglos XX y XXI. Se trata de decir adiós a un mundo fragmentado, lineal y estático, para pensar la realidad como trama de procesos complejos, fluidos y (a veces) caóticos. En palabras de R. A. Pérez y S. Massoni (2009): «Entendemos que en estrategia se dan las tres circunstancias que requiere, según Kuhn, un cambio de paradigma: a) tenemos problemas de nuevo cuño; b) la sociedad actual aspira a soluciones más negociadas; c) cada día son más frecuentes las excepciones no cubiertas por los supuestos teóricos heredados. A todo ello hay que añadir que la revolución científica del siglo XX y comienzos del XXI ya ha llevado a cabo esa mudanza de paradigmas, abandonando el cartesiano-newtoniano, por los nuevos paradigmas de la complejidad, lo fluido y lo caótico que tienen su origen en la nueva física». La Estrategia en cuanto disciplina ha de asumir un
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
263
cambio en su paradigma central: del económico basado en la fragmentación analítica a la complejidad. Y también en su paradigma disciplinario, pasando de la racionalidad (de unos actores) a la relacionalidad (de unos seres humanos). Todo ello ha de ser abordado desde un enfoque transdisciplinar Cambio 2, en el sujeto: del actor racional al hombre relacional. La clave de la refundación de la estrategia pasa por recuperar al ser humano, actualmente reemplazado por constructos artificiosos como el homo economicus, el actor racional, el player, etc. Como recuerdan con acierto Fimbel y Gómez (2003) «Il n'y a pas de stratégie sans stratège». Cambio 3, en organización: de unidad de producción a nódulo de innovación. Las organizaciones surgen para hacer lo que un hombre solo no puede o que excede la vida biológica individual. Un hospital en un barrio, sería un ejemplo; público o privado, su justificación no es la maximización del beneficio, sino cumplir la función social para la que fue creado. Si lo hace bien, obtendrá un retorno que le permitirá repartir beneficios -si es el caso- y sobrevivir en el tiempo. Pero antes habrá de conectarse con sus interlocutores sociales y eso exige generar la significación adecuada y mostrar su utilidad a la sociedad en la que ha de insertarse. Fue Beaudrillard quien en 1974 habló de que además del valor de cambio y de uso, está el valor del símbolo. Luhmann aludió 30 años más tarde a la significación. Agradeceremos al lector que intente ver el mundo desde este prisma y compruebe cómo ya no fabricamos bienes sino que producimos símbolos. ¿Acaso Nike son zapatillas deportivas? ¿Acaso Porsche es un coche? ¿Acaso lady Gaga o Ronaldo son una cantante y un jugador de fútbol? ¿Acaso Beckham es un ser humano? ¿O acaso todos ellos son iconos? Cambio 4, en objeto de estudio y enfoque: del conflicto a la articulación. De las cuatro formas de interrelación que la vida permite, solo la simbiosis crea (suma positiva) mientras la necrosis destruye. Se trata pues de cambiar la necrosis por simbiosis y la mirada conflictiva que hemos heredado de tantos siglos de guerras y competencias por otra más acorde a los tiempos actuales en que se percibe la violencia como fracaso del dialogo y la diplomacia. Para obtener esta meta conviene aplicar nuestros esfuerzos y recursos en conseguir la articulación adecuada, no malgastarlos en eliminar del juego a los demás. En este sentido la NTE concibe la estrategia como ciencia de la relación y de la articulación social y no como del conflicto y la guerra. Cambio 5, en la matriz de estudio: de la Economía a la Comunicación. Refundar la Estrategia desde la comunicación y añadir a los factores económicos –que siempre estarán ahí– otros más relacionales e intangibles, no es una idea del todo original. Ya la propusieron Ruesch y Bateson (1951) en psiquiatría. Se trata de escuchar en vez de persuadir, ponerse en el lugar del otro para dar a la estrategia una orientación más negociadora y consensual.
264
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
6º y 7º Cambios: en el Método y en la Metodología. Nuevos paradigmas y nuevas formas de pensar la estrategia exigen nuevas herramientas y modelos. Cambiar el aparataje y los aperos, significa decir adiós a muchas cosas, entre ellas, a la fragmentación analítica propia del segundo principio del discurso cartesiano del método para poner el énfasis en los flujos que alimentan los sistemas y los pueden hacer evolucionar. Esos métodos ya existen (es el caso de la dinámica de sistemas) y sus aplicaciones a la estrategia también (el método RPC). ¿Qué nos aporta la NTE? Destacan cinco rasgos entre las propuestas de la NTE: 1.- Carácter práctico: J. Galindo (2013) señala: «la visión práctica de la comunicación tiene en la propuesta del FISEC, con R. A. Pérez y S. Massoni como pensadores líderes, una de las apuestas teórico-metodológicas contemporáneas más ambiciosas.» Idea en la que abunda Vargas (2013) «The FISEC has been working on the development of a new (and general) theory of organization strategy, capable of dealing with the new challenges of the 21st century.» 2.- Enfoque transdisciplinar y complejo: Fue Edgar Morin, quien en 2011 no pudiendo asistir al Encuentro de FISEC en Belo Horizonte (Brasil) escribió para la ocasión: «Rafael Alberto, FISEC y la NTE hacen la aplicación de la Complejidad a la Comunicación (y a la Estrategia). Yo lo he hecho en sentido inverso: la aplicación de la Comunicación a la Complejidad.» Galindo (2013) puntualiza que la NTE «ordena uno de los programas de revisión conceptual y metodológica más ambiciosos en la historia del pensamiento formal en comunicación. Su propuesta incluye lo mismo a las ciencias sociales y humanas, que a las ciencias básicas, ingenierías, economías, propuestas históricas, paleontológicas, militares. Su proyecto es de una extensión académica impresionante en su cobertura. Por otra parte intenta sistematizar la experiencia práctica de la comunicación desde la estrategia en otra multitud de campos diversos. En todo este camino incluye al pensamiento complejo como su guía.» 3.- La recuperación del ser humano como sujeto activo de la estrategia: R. González Romero señala desde México que «NTE, es el Rostro Humano de la Complejidad.» Mientras H. López de la UAO (Cali, Colombia), puntualiza: «La NTE es la verdadera conexión emocional para gestar el desarrollo humano y agregar valor a las organizaciones.» Idea que retoma A. Chambergo (Lima): «El hombre, diverso, impredecible y transformador, con sus procesos comunicativos, son el centro de la NTE que cada día se actualiza para ser funcional.» 4.- Su orientación articuladora y no conflictiva: Como señala Galindo Cáceres (2011): «Venimos asistiendo a un fuerte desplazamiento semántico y conceptual de la estrategia. Del uso de la fuerza al uso de la inteligencia, de la guerra al conflicto, del conflicto a la competencia. Los juegos de suma distinta de cero abren un espacio para negociación y cooperación. Pero es con la llega-
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
265
da de los proyectos refundadores cuando la Estrategia cambia no sólo de sentido sino también de dirección. De la confrontación (por mercados, votos, etc.) a la articulación (con clientes, votantes).» Y: «Por primera vez surge un enfoque (NTE) que concibe la estrategia como disciplina que nos ayuda a articularnos socialmente. Una teoría general, abierta a todos los dominios de la acción humana acorde con los nuevos paradigmas de la ciencia. La estrategia así concebida es la disciplina que asiste, cualquiera que sea la actividad que uno ejerza.» 5.- Su impacto en la comunicación estratégica: En palabras de M. Kunsch (2013): «Otra forma de ver la dimensión estratégica es encararla desde la NTE propuesta por R. Pérez. Son innumerables los fundamentos teóricos destacados por el autor, que defiende nuevos paradigmas para concebir y practicar la estrategia de comunicación en las más diferentes esferas sociales, políticas y económicas.» Mientras C. M. Sanchez (2013) presidente de FISEC España, enfatiza ese avance en sentido compartido: «La NTE implica una nueva manera de entender y gestionar relaciones humanas desde los campos de sentido compartido, lo que incluye una nueva visión de la gestión de las organizaciones.» R. Herrera Echenique (Chile) lo hace en la conectividad: «La NTE permite imaginar por medio de la co-construcción un mundo contextual conectado que nos constituye, donde se construye desde la participación con el otro y desde otro, es decir, lo humano; elementos que integrados permitirán generar una estrategia de conexión con otros (comunicación), altamente efectiva.» ¿Qué consecuencias tiene? Veamos hasta qué punto los cambios que aporta la NTE pueden tener una incidencia significativa en diferentes campos de la gestión humana. a) La NTE y el Management La NTE propone el que sería cuarto paradigma de la estrategia y con él otra forma de construir el futuro: El Paradigma Humano/Relacional/Social, Siglo XXI, presupone un cambio en el management desde la dirección de lo meramente económico por actores racionales y donde las organizaciones se conciben como negocios y las estrategias como políticas para lograr objetivos, hacia la dirección de lo humano/relacional donde los objetivos son la sustentabilidad organizacional, funcional y operativa; la articulación interna (mente conectiva) y la articulación con su entorno social. Articulación basada en el diálogo y respeto mutuo (Hamel y Prahalat 1989, 1995; Pérez 2001 y 2011) La NTE aporta otra forma de ver a la «realidad», interpretarla, estar en ella, gestionarla y compartirla. La realidad ya no está aislada sino en red; no es solo física sino también percibida y construida mental y lingüísticamente por cada sujeto. Esa subjetividad que surge de la polisemia, necesita de la comunicación como forma primigenia de articular y configurar esa red. Las estrategias concretas que surgen de esa nueva mirada son las rutas que elegimos para llegar a los propósitos que previamente hemos seleccionado como metas. NTE aporta
266
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
los principios, reglas y métodos que permitirán discernir y elegir la mejor alternativa que la realidad y nuestra imaginación presenten. La NTE ofrece también un modelo para pensar y Estrategar que replica la forma natural de nuestras estrategias cotidianas. La importancia que Estrategar confiere a lo cualitativo será muy útil para la gestión de intangibles, como veremos. NTE aporta además métodos analíticos basados en la dinámica de sistemas, en los que el énfasis pasa de elementos que fragmentan a flujos que conectan, dando fórmulas para articularnos con nuestros interlocutores sociales. b) La NTE en la Economía del Conocimiento Vivimos en la economía del conocimiento, derivación de la sociedad de la información en la que se transitó de un otro convencional, materializado en un cuerpo tangible, a otro constituido por un «neo cuerpo» intangible, virtual. Cambio y redefinición del juego económico pasando de la valoración de la Información (dato) a la Significación (interpretación transformada en conocimiento con sentido), traducido a un mundo representacional y relacional, donde la contextualización y conexión es lo que genera un proceso real de valor en los ámbitos individual, organizacional, político y social. Algunos autores enfatizan el conocimiento. Así Montuschi (2002) postula tres fases en la evolución hacia la economía del conocimiento: Revolución Industrial (los conocimientos fueron aplicados a los instrumentos, procesos y productos), Revolución de la Productividad (conocimientos aplicados al trabajo) y Revolución del Management (el conocimiento aplicado al propio conocimiento constituyéndose en un factor de producción parejo con el capital y el trabajo). Esto estaría posibilitando el surgimiento de la Sociedad del Conocimiento. Otros autores ponen énfasis en lo económico como señala Sousa (2006); así Hayek H. Simont, F. Machlup, M. Planyi, E. Penrose, D. Bell y C. Argyris, El texto publicado por Hayek en 1945 en la Revista América Economía, «The use in knowledge in society», sería precursor de lo que conocemos como economía del conocimiento (en la que creación, distribución y uso del conocimiento impulsan crecimiento, riqueza y empleo, plantean Colon y Luciano, 2007). Un tercer grupo enfatiza la gestión del conocimiento que ha adquirido una relevancia estratégica para la ventaja competitiva de las organizaciones. Lo que exige además comprender el proceso de aprendizaje organizativo con el fin de renovar su fuente de ventaja competitiva. La gran aportación de la NTE aquí, es combinar tres recetas que, aunque ajenas, unidas cobran nueva personalidad: (1) La co-construcción (propuesta en 1935 por Fleck y luego olvidada) también llamada co-creación. Basada en el trabajo en equipo y el aporte de todos, la co-construcción explica cómo los nuevos estados surgen y se transforman a partir de las relaciones entre los sujetos y grupos organizados. Las interacciones sujeto/espacio generan un nuevo tipo de relación que a su vez modifica el espacio real, interaccional o virtual. El proceso demanda construir participativamente, con el otro y desde el otro. Co-construcción presupone predisposición
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
267
a alta participación con, entre y desde las audiencias, tanto en contextos individuales y políticos como sociales. Es un proceso que «Me Co-Construye», un espacio de desarrollo mutuo, interaccional, interrelacional: transformacional. (2) La co-evolución (Laszlo y Lauger, L'économie du chaos, 1998) responde a principios ecológicos. Hay un cambio evolutivo de rol creador y creación con fronteras difusas. Se abre un proceso dialéctico entre espacio y usuario. Somos y nos hacemos en la relación; el contexto no sólo nos rodea, nos constituye. Pero no implica predeterminismo en la medida en que el sistema lo formamos tanto el entorno como nosotros, y nosotros podemos re-construir nuestra relación con el entorno y reconfigurar así nuestra red relacional. (3) Los sistemas caórdicos, término que recuerda que la innovación no se alcanza desde el mecanicismo, necesitamos una mezcla caos/orden para que la mente pueda alcanzar las increíbles conexiones de que hablaba Poincaré. Una propuesta que viene liderando el fundador de Visa (Deep Hock, 2011) Esta mezcla de co-construcción y co-evolución, sumadas a una dosis prudente de caos y orden (caórdico) constituye la receta de la NTE para la gestión del conocimiento. Lo importante no es la originalidad sino la efectividad. c) La NTE y su incidencia en la comunicación organizacional La comunicación es una necesidad de las entidades tanto comerciales, sociales, educativas, culturales, públicas, privadas, nacionales o globales, propia de las demandas de las nuevas audiencias. Al hablar de la comunicación en las organizaciones lo hacemos como disciplina que estudia el fenómeno en, entre, desde y hacia las organizaciones y su entorno. Es un espacio de interacción. Se ocupa de la resolución de problemas que se producen a partir de las interrelaciones e intrarrelaciones, que se da por el hecho de estar juntos, entre personas y procesos, entre personas y tecnologías que actúan dentro de una cultura. Tiene por objeto facilitar que los colaboradores entiendan la razón de ser de su organización y se comprometan con el cumplimiento de objetivos y metas organizacionales. Este estado demandante de información denominado por Bartolie (1992) organización comunicante y comunicación organizada, presupone un flujo vertical, horizontal, de redes de colaboración con comunicación interna y externa con recursos intangibles como: Reputación, Imagen, Marca, Capital Informacional, Identidad, TIC´s, Capital Humano, Capital Organizacional, Cultura y Capital Social. Durante el período de la sociedad industrial se privilegió la estrategia de negocios, haciendo prevalecer los estados financieros, en cambio la economía del conocimiento, gira hacia un nuevo elemento, el capital intelectual, con dominio de la organización integral, incorporando una nueva unidad de medición: Reporte Integral de Valor. Complementando esta visión, Herrera Echenique (2012) propone una nueva unidad de medición desde la NTE, el desarrollo de los Intangibles, elemento dinamizador y que suma valor generando ventajas competitivas a la organización. Incorpora una perspectiva compleja (consustancial a la organización),
268
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
pasando de la valoración económica del producto, a la de lo simbólico. La lucha se traslada al lugar que toma la organización, producto o servicio en la mente de los usuarios (marca). Importa la percepción que se tiene de la organización (imagen) y cuánto la valoran sus audiencias estratégicas en un período de tiempo (reputación). Se transita desde las características de la marca, a la significación y sentido que le otorgan las audiencias a la marca. En esta nueva lógica, se pasa de análisis lineales a la generación de procesos complejos, donde construir con el colaborador organizacional una identidad y cultura interna y una valoración de las audiencias externas a partir de sus experiencias de marca, serían los factores centrales del éxito. La identidad interna, la imagen y reputación se co-construyen mediante la interacción, interrelación y generación de experiencias de marca con las audiencias. En la lógica del paradigma de la NTE que presupone co-construcción, la matriz económica/management tampoco alcanza para la extensión que requiere el concepto y análisis en el contexto organizacional, debiendo ser sustituido por una matriz de Comunicación. d) La NTE y la gestión de intangibles Las características del entorno actual en que se desenvuelven las organizaciones, los estados, las sociedades y, por cierto, la política, exigen una continua adaptabilidad y flexibilidad suficiente para minimizar los efectos del cambio y maximizar el provecho de las oportunidades que éste ofrece. Esa condición de adaptabilidad se ve favorecida en Organizaciones/Estados/Sociedades/Política -como parte consustancial a la sociedad- en las que cada miembro conoce y comprende la dirección de los hechos, por lo que les otorga sentido. Ese conocimiento sería imposible sin la comunicación. En este sentido, la comunicación se instala como espacio que une la estrategia con las personas. La comunicación es la madre de todos los intangibles y la NTE indica que no se puede entender como un proceso lineal tal y como la entendió el matemático Shannon (Bell System Technical Journal, 1948) y luego junto a Weaver en 1949 transformada en The Mathematical Theory of Communication. Se debe recordar que ambos pensaban en mejorar las líneas telegráficas de New York, con el modelo de emisor, mensaje, canal, medio, receptor, no en un modelo de comunicación humana, lo que presupone complejidad de procesos y contextos. Con la lógica unidireccional (aplicada a las máquinas), si el problema es el emisor, se cambia y resuelto. Si el problema es el canal, se genera otro. Si lo es el medio, se contrata otro. Si el mensaje no es entendido, se diseña otro mensaje. Pero si el problema es que el receptor no entiende, es más complejo de resolver, aunque siempre habrá un culpable en la cadena de antecesores. Desde este punto de vista, la comunicación es muy sencilla, saber dónde está el problema para reemplazar el componente que falla –modelo industrial-. Estos modelos lineales son muy útiles en procesos de control, no de gestión. La comunicación es gestión de significados para lograr sentidos compartidos.
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
269
En los procesos de control, son desarrolladas las llamadas cadenas de acontecimientos que van generando hitos en los cuales podemos aplicar observaciones que permiten evaluar un estado de situación del avance en el proceso y por lo tanto, sirve mucho establecer los espacios o hitos de control. C onC onC on-
En los procesos de gestión, se desarrollan las redes de relaciones de acontecimientos, que generan interacciones entre los diferentes hitos. Se trata de reproducir lo más fielmente posible el tipo y carácter de la relación que se genera entre las partes del sistema.
Se desprende del esquema precedente que la comunicación se desarrolla en escenarios complejos y contextos multiculturales (Morin, Luhmann y Wagensberg). Cada emisor actúa con otros emisores en un espacio de relación simultánea, quiéranlo o no. La comunicación no es un proceso lineal sino complejo, un espacio y red de relaciones producida por el hecho de que sus personas o grupos están en constante interacción. En este contexto de cambios la NTE propone una nueva mirada que va desde la fragmentación a la complejidad, del actor racional al hombre relacional, de la unidad de producción al nódulo de innovación y significación, de lo contingente a lo inmanente, de la ciencia del conflicto a la de la articulación, de la economía como centro, a la comunicación como el centro de la acción de Estrategar. NTE pretende hacer estrategia en un mundo complejo, dinámico y a veces caótico. En esta nueva noción de realidad el concepto de usuario ha ido mutando: del consumidor (relación persona/producto) al cliente (una persona entrega el producto/servicio a otra, interactúan), de la idea de masa (conglomerado manipulable) a la opinión pública (que se retroalimenta por la circulación informativa)
270
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
y desde el concepto de público (un otro pasivo) al de ciudadano (otro con derechos y demanda de participación en toma de decisiones). Justo Villafañe (2005) habla de recursos intangibles, dentro de los que podemos diferenciar los activos intangibles de los financieros, el del conocimiento y finalmente, la relación con los stakeholders, en los que encontramos las RSE y la reputación corporativa. Esto porque la norma internacional de contabilidad (NIC 2005), señala que debe haber una nueva definición de intangible y diferenciar entre activo y recurso. El activo intangible es evaluable contablemente, por tanto puede figurar en los balances de las organizaciones; son una subcategoría de los recursos intangibles. El recurso intangible no es evaluable contablemente, pero sí con criterios económicos financieros. Los Intangibles también son aplicables a marcas, personas, ciudades y países. Por ejemplo, las empresas no consiguen el valor agregado solo a través del control de costos, el uso eficiente de recursos y el manejo de estrategias organizacionales y/o comerciales. Hoy, el factor determinante pasa por el desarrollo de los recursos intangibles; es el valor de la marca traducido a imagen y al permanecer en el tiempo, el de reputación corporativa. Ahora estos tres últimos no pueden sostenerse en el tiempo sin soporte del conocimiento organizacional, el desarrollo de una identidad que las sustente. La identidad (yo y nosotros) es el soporte y se sustenta en la alteridad (otro y otros). Nos diferenciamos y reconocemos como un distinto de un otro y el nosotros distinto de los otros (Tajfel) Dicho esto, el impacto de los mensajes (contenido y forma) en las audiencias y la configuración de una imagen, marca y reputación, tanto en los ámbitos personales como del espacio público/político, mutan: de lo tangible a lo simbólico; desde el dato a la significación (interpretación de la información); desde el control y modelos lineales, a la incertidumbre y gestión de procesos complejos. En este marco NTE explica la realidad desde una perspectiva diferente a la del management, y el concepto Estrategar se instala como nuevo verbo que genera acción y otorga vida a la acción de hacer estrategias. Un verbo que se conjuga en la medida que las organizaciones comprenden la urgente necesidad de motivar a sus colaboradores, actualizarlos y conectarlos con la organización y sus procesos de cambio. La comunicación interna es un proceso transversal a todos los procesos de la organización, y su fortaleza se funda en el criterio de crear o administrar escenarios posibles dentro de la organización. Veliz (2011) señala la necesidad de transformar la realidad informativa en una comunicativa, así los primeros 180° de la comunicación sientan las bases en las necesidades internas, por las que se transformarán en el motor que proyecta la imagen y reputación de marca en los otros 180º de la relación, entre organización y audiencia. e) La NTE y su incidencia en lo político y social La comunicación social se desarrolla en escenarios complejos y en contextos multiculturales (Morin, Luhmann, Wagensberg). En este sentido, cada emisor actúa con otros emisores en un espacio de relación simultáneos, quiéralo o
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
271
no. Es un espacio y red de relaciones que se produce por el hecho de que las personas o grupos están en constante interacción. La política no es ajena a este proceso; así se inaugura el concepto de ciudadano como un sujeto con derechos y deberes desde la cuna; ya no es quien tiene derecho a voto por medio de una ley, sino quien puede y debe ejercerlo. En lo social, habría híper abundancia informativa, avalancha mediada por la gran velocidad de recambio de dicha información. Al contextualizarla se genera un proceso de suma de valor. En los campos político y social, ha cambiado la idea de ciudadano, opinión pública y consumidor/cliente. Las fronteras son cada vez más difusas, los electores exigen actuaciones a sus autoridades como clientes y saben que su lealtad al gobierno de turno, es el premio que pretenden conseguir. Los clientes exigen a las organizaciones comportamientos éticos y sostenibles. La opinión pública se auto-reconoce como fuente de influencia y posible fuerza de cambio en las decisiones sociales y políticas a través de su propia comunicación. Durante la sociedad industrial se privilegió el desarrollo económico, haciendo prevalecer la unidad de medida del producto interno bruto (PIB) para evaluar el éxito. En cambio, en la economía del conocimiento es la calidad de vida lo que cobra relevancia y genera un novel dominio, la sociedad integral incorpora como unidad de medición las Cuentas de Capital Social. Esta propuesta de Herrera Echenique (2012) desde la NTE, incorpora la necesidad de una Intensa Participación como elemento diferenciador. Las audiencias evalúan y demandan de sus autoridades gestión de proyectos, así como ideas amigables con el medio ambiente y partidos políticos transparentes en los que la ciudadanía tenga acceso a la información (lógica de gobierno transparente), métodos de trabajo y unidades de medida que integren indicadores cuantitativos y cualitativos que mejoren la calidad de vida de las personas; finalmente, la sociedad demanda a sus organizaciones (públicas y privadas) un comportamiento responsable. La sociedad evalúa que las acciones de los estados tengan significado afectivo o moral, o valor representativo, no solo material. La comunicación puede contribuir a mejorar la calidad de la democracia. El concepto central se traslada a la percepción de las audiencias de consistencia entre discurso/promesa y acción en la sociedad. Lo importante es la percepción que construye la audiencia de sus autoridades y líderes políticos (imagen social), y cuánto valoran sus acciones (reputación social). Se pasa de la gestión de indicadores duros, a la de símbolos, significación y sentido que otorga el ciudadano al comportamiento de estados y representantes políticos. De nuevo la transición de lo unidireccional a la generación de procesos sociales complejos, donde el construir entre autoridad política, sociedad civil y opinión pública, se instala en el centro de la gestión. Participar en decisiones reemplaza a la representación. En esta mirada, co-construcción es participación activa de la sociedad en la articulación del sueño colectivo con relación al futuro compartido. En la lógica del paradigma de co-construcción, la matriz economía/management
272
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
no alcanza para la extensión que requiere el concepto y análisis en el contexto político y social, debiendo ser sustituido por una matriz de Comunicación. En conclusión, en este nuevo escenario de cambios la NTE propone una mirada centrada en lo humano/relacional para la acción de Estrategar. Los modelos eminentemente económicos que imperan en este mundo global, han dado claros indicios no ser capaces de leer, explicar y articular la nueva realidad. Se requiere del aporte de la comunicación social y espacios de participación, como muestran las nuevas demandas sociales y ciudadanas en Egipto, Siria, Palestina, Grecia, España, EE.UU y, ahora, los movimientos sociales en Chile y Turquía. Todo un desafío para los estrategas de la Comunicación. f) La NTE: el pensamiento para el Social Media Internet y las redes sociales han abierto un nuevo espacio para la comunicación social, espacio virtual con alto impacto en lo real y evidentemente estratégico -desde la perspectiva de la NTE- porque su principal rasgo es abrirnos a las infinitas posibilidades de la relación, la interacción y la co-creación. Lo que entendemos como realidad se está escribiendo hoy en los nuevos medios sociales, es resultado de conversaciones, percepciones personales y de la interacción que surge de la comunicación en ese nuevo espacio llamado Internet. Se podría creer que la Nueva Teoría Estratégica está pensada para los medios sociales al ofrecer esa perspectiva multidimensional que hoy necesitan aplicar personas, empresas y organizaciones para comunicarse con su público (interlocutores) de forma efectiva. Pero la NTE es una propuesta de 2001, un año después de que estallara la burbuja de Internet y dos antes del surgimiento de MySpace, LinkedIn y Facebook (esta llevaba gestándose años por Zuckerberg en la Universidad de Harvard). A partir de este momento nacen muchas otras redes sociales como Hi5 y Netlog, entre otras, pero solo con Youtube (2005) y la red de microbblogin Twitter (2006) el concepto de redes sociales se populariza. A pesar de haber sido una teoría creada y pensada mucho antes de este despliegue, los principios de la NTE dan respuestas prácticas, coherentes y válidas para gestionar la imperante necesidad de auto-comunicación masiva (Castells) surgida a partir del fenómeno en redes sociales. Muchos de los planteamientos que hoy se toman por válidos y se discuten en la forma de comunicar estratégicamente en redes sociales, tienen como base al menos 5 de los 7 cambios propuestos por NTE; los más importantes son colocar el foco en la escucha activa y la interacción de las personas (seres humanos complejos). El verdadero cambio al que asistimos es el entendimiento en sentido real y filosófico de que los medios de comunicación han dejado de ser masivos, es decir, para una masa acrítica, unidireccional y sin posibilidad de respuesta (feedback), como en su día criticaron R. A. Pérez y J. Suso (1977). Los medios ya son múltiples y bidireccionales, somos cada uno personas reales, seres humanos complejos, comunicando nuestro mensaje de forma masiva, conectándonos unos con otros, creando sociedad. Por eso al hablar de medios sociales (social media) nos refe-
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
273
rimos a medios de la sociedad, cuyo fin es trasmitir lo articulado por personas que viven y trabajan para ella (empresas, familia, organizaciones, países, etc.). Como resultado de estas investigaciones A. Frías (2012) ha acuñado el término socialmediathinkig (Pensamiento del medio social), concepto no absoluto sino denominativo para explicar la perspectiva de la comunicación estratégica en redes sociales (inspirado en la NTE) como un «saber hacer» comunicación, distinto al erróneo concepto de hacer comunicación en redes sociales, donde parece que basta con saber usar las herramientas tecnológicas. Cada vez se hace más necesario entender que sin una estrategia de comunicación clara y un entendimiento de la nueva filosofía de las redes, los resultados de estar y trabajar en ellas pueden ser contraproducentes. Conviene insistir en que el medio ya no es ni el mensaje ni un artilugio tecnológico, es interacción, diálogo, es la acción comunicativa y su objeto de transformación es la sociedad. Por ello socialmediathinking es una nueva forma de pensar, diseñar y ejecutar la comunicación desde el espacio estratégico que plantea la NTE. La comunicación en redes sociales tiene impacto transformador porque a su través se toma consciencia de lo que el nuevo paradigma de la complejidad plantea: no estamos solos, somos seres relacionales e interdependientes, estamos conectados, vivimos en la impermanencia (cambio constante) y hay un poder de transformación real en la comunicación cuando ésta es realmente auténtica. Los ciudadanos aprovechan estas herramientas y encuentran a su través un espacio de poder a través de la comunicación y la interacción. Movimientos como la primavera árabe en Egipto, el 15M en España, Occupy Wallstreet en USA y las recientes protestas estudiantiles en Turquía, son fruto de una comunicación articulada en nodos a través de redes sociales, de la interacción inmediata y la consciencia colectiva que surge de forma casi espontánea al expresar el descontento social de forma virtual pero con la capacidad de llevarlo a lo real porque detrás hay personas reales. Este cambio también se produce en empresas que quieren ser parte del mundo digital para obtener beneficios. Pero la naturaleza de los nuevos medios exige gran apertura y redefinición de la comunicación, tanto a nivel interno como externo, para que pueda producirse una interacción real, útil y enriquecedora que encienda la chispa de la innovación a partir del diálogo con una fuente externa. Grandes empresas como Volkswagen ya se han dado cuenta del gran aporte de esta comunicación y la utilizan para co-crear diseño de automóviles (a través de Facebook) con una comunicación que escucha lo que el mercado necesita y quiere. Estar abiertos a la comunicación en redes sociales es tener un estudio de mercado permanente y la oportunidad de innovar a través de la comunicación (co-crear con la audiencia). Sin embargo, aún se sigue pensando que los medios sociales son sólo un nuevo medio o artilugio para enviar mensajes de forma masiva; que hay que estar porque otros están, por moda y sin estrategia. O lo que todavía es peor, con una estrategia que no ha comprendido el fenómeno en que se mete. Esto
274
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
provoca que ante el primer atisbo de respuesta o exposición abierta de su persona, marca o producto, prefieran volver a la figura del capullo que mira sólo hacia dentro, antes de permitirse recibir una crítica que exprese la mirada del otro en las redes sociales. Este velo que ciñe el miedo al cambio, puede trabajarse desde una estrategia de comunicación bien diseñada que abarque todos los puntos del proceso de producción y flujos de información de la comunicación interna para poder dar coherencia y valor a esa comunicación abierta a través de las redes sociales. Proceso de cambio organizativo al que R. A. Pérez llama Estrategar, acción de vivir, de abrirse y experimentar la estrategia desde la NTE, primero a nivel interno para poder proyectarlo a lo externo. Estrategar debe llega hasta la raíz de la vida de las organizaciones, las personas. Entonces, ¿cuál es el espacio de trabajo de la comunicación estratégica en social media? Como diría Perez, padre de la NTE, para pensar la estrategia en cualquier entorno, ya sea digital o no, se requiere aprender a utilizar la más antigua y eficaz herramienta que todos poseemos: la mente. Debemos aprender a trabajar con la mente (percepciones/significados/emociones) con la que trabajan organizaciones/marcas y articularla con las conversaciones externas. El resultado será una chispa de innovación; muchas de las mejores ideas que hay en el mercado se obtienen de la escucha activa en redes sociales. El trabajo del equipo estratégico de comunicación/nodo de innovación (community Manager, social media strategy y directores de Marketing y comunicación), se convertirán cada vez más en equipos de estrategas capaces de interpretar y conectar la realidad del mundo de la empresa con el de la sociedad, trabajar en la misma dirección. «A brand is a person´s gut feeling about your product, service or company», Marty Meumeier. Es lógico que el trabajo se oriente a la comunicación. No puede haber estrategia sin estratega y este debe ser un comunicador, artista de las percepciones y gestor creativo del caos, capaz de conectar, interpretar y articular la realidad interna y externa de la empresa social. En la interacción de las redes sociales subyace una ley que exige transparencia y honestidad, lo que lleva a plantearse las razones sociales por las que se busca comunicación, ya sea una persona o colectivo. La idea del éxito o fracaso de las empresas a partir de esta noción, dependerá de la confianza en nuestra red o comunidad, a eso se quiere llegar con el mal entendido concepto de Engagement. La profundidad de las relaciones determinará su fortaleza para influir a nivel de comunidad. Toda comunidad digital con éxito se caracteriza por la confianza en sus principios; cuanto más fuertes, más robusta es la confianza y más éxito tiene. Para construir confianza se requiere honestidad, ofrecer experiencias de diálogo y beneficio mutuo como parte de la estrategia. En redes sociales se percibe el deseo imperante de ser escuchado; articulación y no conflicto pueden construir estas relaciones de confianza. Esto ofrece una nueva visión de lo estratégico, que deja de ser manipulación y pasa a ser un input para la interacción y diálogo que beneficie a ambos como lo plantea la NTE.
Capítulo 3: Hacia una sociología compleja
275
Aplicar estrategias con el modelo clásico de comunicación es condenarnos a la prisión de los objetivos a corto plazo. La nueva comunicación en redes sociales debe buscar cimientos a largo plazo pero siempre atenta y respondiendo al presente en movimiento, a cambios, crisis y caos. Si no corremos el riesgo de correr sin sentido. La NTE es la perspectiva teórica desde donde pensar la estrategia en un medio tan cambiante y estratégico como la comunicación digital y las redes sociales. h) La NTE y su incidencia en lo interpersonal Toda conducta es comunicación, ya lo propuso Watzlawick, no manejamos la unidad de mensaje en un solo sentido, sino un conjunto fluido y multifacético de muchos modos de conducta (verbal, tonal, postural, contextual, etc.), que inciden en el significado. La imposibilidad de no comunicar es un fenómeno de interés no sólo teórico. El contenido de un mensaje transmite información, el nivel de relación se refiere a cómo define el tipo de vínculo que establezco con mi interlocutor. Durante el período de la sociedad industrial, Carrillo (2006) considera que se privilegió la inteligencia analítica individual; en cambio, en la economía del conocimiento, se incorpora la inteligencia emocional, generando el dominio de la personalidad integral, con una nueva unidad de medición denominada Perfil de Madurez. Complementando esta visión, (Herrera Echenique, 2012) propone una nueva unidad de medición desde la NTE, incorporando habilidades relacionales y la capacidad de desarrollo de lo simbólico. Ya no importa tanto el dato sino cómo se hace para darle sentido. Se pasa del análisis de sucesos lineales a generación de procesos complejos, donde construir con y desde la mirada del otro, es el desiderátum. La identidad se opone a la alteridad; el yo y el nosotros se construyen en oposición al otro y los otros. En la lógica del paradigma de la NTE que presupone co-construcción, la matriz económica/management no alcanza para la extensión que requiere el concepto y análisis en el contexto individual, debiendo ser sustituido por una matriz de Comunicación, que incorpore al otro como sujeto de derechos y necesidades de participación activa en los procesos de toma de decisiones ¿ESTAMOS ANTE UNA EXPLICACIÓN CONSISTENTE Y FIABLE QUE MEREZCA EL CONSENSO DE LA COMUNIDAD ACADÉMICA? En estas páginas hemos querido subrayar hasta qué punto la NTE puede tener una incidencia significativa en diferentes campos de la gestión humana. La pregunta ahora es si es o no una propuesta sólida. Observamos que aunque la NTE se ha movido hasta ahora en círculos reducidos goza, a juzgar por los hechos, del beneplácito de quienes la conocen. Entre esos hechos destacan: 1.- Dos movimientos: En torno a sus ideas se han fundado de dos movimientos: en 2003 el Foro Iberoamericano Sobre Estrategias de Comunicación (FISEC) y recientemente la Cátedra Itinerante sobre la Nueva Teoría Estratégica (CINTE en 2013).
276
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
2.- Interés y respaldo de Universidades: a lo largo de esta década un centenar de Universidades viene realizando seminarios sobre la NTE, invitando a sus líderes y celebrando debates entre sus docentes. 3.- Respaldo de personalidades: apoyo directo de personalidades del mundo del pensamiento y la ciencia. Es el caso de Edgar Morin que participó en dos de los Encuentros de FISEC, Málaga (España) y Cartagena de Indias (Colombia); Guillermo Hoyos (recientemente fallecido, participó en el Encuentro de Cartagena de Indias, y en el de Estrategar, en la Isla de San Simón (España); José Luis Pinillos (Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Humanas) y Manuel Martín Serrano (UCM). Los cuatro académicos de FISEC 4.- Respaldo de expertos renombrados: Además de los ya citados: E. Iglesias (Secretario General Iberoamericano, Uruguay/España): Es útil y abierta. Una nueva teoría para pasar del conflicto a la articulación, superar fronteras y lindes arbitrarios e incorporar visiones de conjunto tanto multilaterales como transdisciplinares. A. Vargas (Catedrático de Teoría de Organización, Huelva, España): Pérez y Massoni (2009), a partir de una concepción de la realidad como trama de procesos fluidos, complejos, a veces caóticos, reflexionan acerca de las consecuencias del cambio de paradigma que supone decir adiós a: fragmentación y reduccionismo, aplicando formas de pensar la realidad sin necesidad de romperla, trocearla, detenerla; al pensamiento disyuntivo (que separa) dando la bienvenida al complejo (que compatibiliza), siendo que éste no niega aquél. Precisamente por ser complejo, en él cabe también el anterior. G. Cóppola (periodista, Argentina): FISEC ha encontrado un puente entre la comunicación y la estrategia aportando a los comunicadores un campo de desarrollo propio que no había sido observado anteriormente. No solo es un aporte innovador, sino sembrado de provocaciones intelectuales a partir de las cuales es posible especular y elaborar pensamiento. R. Ávila (profesor y autor, UAM, México): Su trabajo es un referente indispensable para procurar abordajes atingentes a nuestros cambiantes tiempos. La NTE ha recibido muchos más apoyos discretos como los 25 puntos de Half Moon Bay y Gary Hamel (2008). Las propuestas del Nobel de Economía 2002, Kahneman en “Thinking, Fast and Slow” (2011). No nos parece relevante la cuestión de si estos autores conocían o no nuestras propuestas porque entendemos que lo relevante es la coincidencia en dichas tesis más que su eventual influencia. Desde 2001 ha habido una corriente hacia los postulados de la NTE. Lo que en su día fue una propuesta heterodoxa ha pasado a ser avanzada, ganó consistencia a costa de perder provocación. Dejando en manos del lector una historia no cerrada. A los que pensamos en una estrategia compleja y vemos en la NTE ese cuarto paradigma nos queda un largo camino por recorrer.
CAPÍTULO 4
De la coordinación a la creación social de sentido: comunicación, lenguaje y significación COMUNICACIÓN HUMANA Y COMPLEJIDAD Jesús Galindo Cáceres
FÍSICA, COMUNICACIÓN Y COMPLEJIDAD Parecería que el mundo físico y el simbólico nunca han estado más cerca que ahora. Por una parte, avanza la cantidad y calidad de interacciones entre los diversos grupos humanos; por otra, esas interacciones forman nubes de vida social inéditas en su metabolismo de movimiento, de cambio. Estamos ante las primeras manifestaciones de una nueva era, donde lo humano adquiere una configuración distinta, y en donde sus manifestaciones aparecen a una velocidad diferente. Somos testigos del encuentro de dos mundos, uno que va desapareciendo poco a poco, integrándose a uno emergente que va tomando forma alimentado por la relación entre nuevas estructuras y viejos flujos de vida social. Lo que sigue asombrará a todos los miembros de la vieja percepción y hará sentir cualidades diversas a las antes existentes. El mundo de los físicos trajo una propuesta de entendimiento del mundo físico de siempre; lo seguimos viviendo, pero con ojos nuevos para mirarlo. El mundo físico y el social parecían entidades separadas, unidas de forma peculiar, lo cual no era tema de análisis en particular en el campo científico. Hubo físicos que empezaron a percibir el mundo de forma inédita, todavía conviviendo con la forma social que heredaron de sus ancestros. Pronto, esa frontera resultó menos evidente y la vida social empezó a cambiar, al tiempo que lo hacían las perspectivas sobre la vida social. La Física de los físicos apareció como una buena y útil forma de percibir al mundo social, y no solo eso, también como una buena y útil forma para configurarlo. La materia que nos rodea y constituye es un entramado discontinuo de interacciones mediado por flujos de energía que le dan consistencia y sustentabili-
278
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
dad. En ese sentido, todo lo que llamamos mundo real es una posibilidad entre otras de configuración material. La pregunta es cómo se estabiliza ese entramado en la forma que lo percibimos, qué otros pueden existir y en qué mundos posibles resultarían. Al mismo tiempo, aparecen cuestiones complementarias, ¿cuántos mundos hay que no podemos percibir?, ¿qué relación existe entre nuestra percepción y su configuración cognitiva y los mundos que percibimos?, ¿cuántas configuraciones perceptivas podríamos sintetizar para percibir cuántos mundos posibles? Resulta fascinante lo físico en sus relaciones con el mundo de la biología y la química de la percepción humana. La historia social, la psico-historia, quizá sea determinante en la percepción que tenemos en este momento, tanto de la socio-cultura general, de religión o ideología, de la socio-cultura especial, de ciencia, tecnología y arte. Todo ello mediado por formas del sentido como ciertas semióticas del lenguaje natural oral y escrito y otros. Hay estructuras externas en apariencia a los seres humanos que interactúan con otras internas y dan por resultado cultura y vida social. Esas estructuras también interactúan con las percibidas del mundo físico, químico y biológico, mundos relacionados, que interactúan, distintos desde cierta perspectiva, una sola malla inmensa y fascinante en constante movimiento y reconfiguración, desde otras perspectivas posibles. La ciencia llevó a un punto en que solo la religión tenía pasaporte a especular sobre los fundamentos de la existencia. Esa es la apuesta de la complejidad como matriz de conocimiento. La visión de la complejidad nace en el pensamiento físico, pero se ha movido de vecindario académico desde su nacimiento. Ha poblado poco a poco a otros espacios de construcción científica del cosmos, como las ciencias bioquímicas, las históricas y las sociales. No ha sucedido de forma sencilla. El proceso de colonización e integración dialógica aún está en curso. La exploración de lo posible aún es el primer momento general de todo el movimiento. Todo sucede mientras cada etnia académica asimila, ajusta, domina el discurso y la cosmología que implica. Algunos barrios del campus universitario tienen más simpatía y curiosidad, mejores condiciones de articulación con la nueva matriz emergente de conocimiento; a otros no les ha llegado del todo la noticia, la entienden mal. Las ciencias sociales tienen una caracterización mixta entre estos dos extremos y son insensibles, por ignorancia y tradición humanística, a las partes más técnicas y matemáticas. Aún así, el nuevo curso de construcción de la percepción tiene ya domicilio en el pensamiento social contemporáneo. La vida social ha sido percibida de diversas formas a lo largo de la historia del pensamiento científico. La historia no es muy larga, desde ciertos parámetros llega apenas a siglo y medio de existencia. Pero, por otra parte, es un síntoma de lo que ha sucedido en ese lapso de la historia humana en relación con los largos tiempos de la vida social por milenios. Es decir, el pensamiento científico sobre lo social ha acompañado un movimiento de cambios en diversos sentidos, y su vocación ha sido intentar ensayar un mapa perceptivo de esos
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
279
tiempos, además de buscar un mapa general de comprensión de la vida social en toda su prospectiva. La historia del pensamiento social especializado es también aquí, un fenómeno fascinante. Aparece como forma de reflexividad humana sobre su propio movimiento, cuanto este se aceleró y diversificó en formas inéditas, en metabolismo y extensión. El pueblo humano ha crecido en número, tanto en sentido demográfico, como en el de su conectividad. La aldea global es una imagen cautivante del proceso de configuración de la trayectoria humana en los últimos dos siglos. Proceso que se inicia en la llamada mundialización alrededor del siglo XVI. Hoy tenemos la hipótesis de que lo acontecido en los últimos dos siglos marca un rumbo hacia algo que no había existido en todo el resto de la historia humana. Pero quizá sí en otras historias en este mismo planeta. Esto lo podemos afirmar gracias a la perspectiva de la complejidad, de la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad. El mundo humano fue uno antes de la mundialización y otro después. La diferencia es lo que hoy llamamos comunicación. Las conexiones entre los diversos grupos humanos han ido aumentando en los últimos cinco siglos. En la fase anterior tenemos procesos también complejos de escala menor en demografía y extensión geográfica. Al cotejar el mundo humano actual con el de hace cinco siglos, lo primero que aparece es el ritmo de cambio y la diversidad de ritmos conectados entre sí. El movimiento hacia el mundo de hoy es semejante a una pieza coral, armonía de lo diverso. Hoy existe algo parecido a un latido universal que impacta a todos los latidos locales, y un proceso lleno de tensiones de sincronía entre los diversos latidos y el universal. Existen hegemonías verticales mundiales y regionales, pero también existe el fenómeno de la vida social horizontal. Internet es la infraestructura de un nuevo proceso civilizatorio. El punto clave es la comunicación humana. ¿Pero acaso no siempre fue así? Solo hoy es posible afirmar su importancia para esta segunda fase del desarrollo de la vida social en el mundo, al mismo tiempo que afirmamos su trascendencia en el pasado. Sólo ahora es posible este status de la comunicación como configuración universal de la convivencia humana, y la convivencia más allá de lo humano, llegando incluso a la propuesta de una nueva concepción de lo humano en sí, conectado con elementos que antes parecían ajenos y distantes. La comunicación adquiere así un lugar privilegiado en la organización del conocimiento y en la práctica de la vida. Gracias a esta nueva forma de percibir las relaciones es posible imaginar nuevos escenarios por venir, pensamos en diseñarlos, es posible imaginar cómo reconfigurarlos. El pensamiento en comunicación es parte de la emergencia del mundo contemporáneo, parte de su nuevo instrumental para hacer frente a lo que vivimos y al mañana; es la gran configuración técnica del pensamiento y la práctica de la complejidad, el nombre de su operación concreta en lo cognitivo y lo instrumental. La comunicación es una nueva forma de percibir, relacionar, conectar, interactuar, articular, lo real y lo posible. La Comunicología es una gran ciencia de la complejidad.
280
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
PENSAMIENTO TRADICIONAL SOBRE LA COMUNICACIÓN. Del mass media al social media. El corazón del pensamiento académico de la comunicación ha sido en forma tradicional intensiva y extensiva el estudio de los medios de difusión masiva. El mundo académico no contaba con este concepto como algo importante hasta el siglo XX. No aparece en el pensamiento antiguo ni el moderno. De ahí que como constructo superior no ha sido sencillo que adquiriera un lugar. La historia es complicada y simple a la vez; por una parte los medios aparecen en escena y perspectivas anteriores se enfrentan a ellos con lo que tienen a la mano. Los medios de difusión no tienen una localización clara; no son medios de comunicación en el sentido primario físico, como carreteras, vías marítimas o de comunicación, ni se parecen a una conversación, pero sí a un mitin político o a una misa católica. La radio está mas asociada con algo mágico que con conceptos antropológicos. Al cine le sucede algo similar. Prensa, teatro y literatura son los referentes primarios. Aquellos viejos medios son el primer referente conceptual. Lo mismo sucede en la práctica: radio y televisión son colonizados por ellos como una continuación extraña y fascinante. Todo sucede al mismo tiempo, la tecnología permite la emergencia de una nueva ecología social, pero no hay filosofía para enfrentarse a él más que con enfoques del pasado. Los medios de difusión masiva son lo que permite que el término comunicación adquiera un lugar de importancia en la agenda científica, periodística y política del siglo XX. Al aparecer Internet y todo un mundo de elementos convergentes, surgieron imágenes anteriores para dar sentido a lo emergente. Internet fue calificado como nuevo medio de comunicación masiva y a todo el fenómeno convergente se le dio un título único. Ambos términos eran cuanto mucho descriptivos y no avanzaban sobre la comprensión de fondo de lo que pasaba. Pero la vida sigue y el mundo se fue transformando por las NTICs, y los académicos fueron incluyendo en sus agendas programas de trabajo sobre ellas, incluidos por supuesto los académicos de la comunicación ocupados solo en los tradicionales medios de difusión masiva hasta hacía poco. Todavía falta un elemento de esta historia, el paso de la agenda de mass media a social media. Los medios de difusión masiva estaban más o menos comprendidos en su escala. La difusión encarna la figura del poder centralizado que controla información y por tanto el efecto posible de ella sobre los receptores, públicos, las audiencias. Los nuevos medios tienen una cualidad completamente distinta, el acceso y la interacción entre muchos con muchos, sin un control tan claro como en la arquitectura de los medios de difusión masiva tradicionales. Esto tiene hoy a los viejos analistas con mucha tensión sobre lo que sucede a partir de tal diferencia, y lo mismo sucede con los políticos y los otros agentes interesados en el control de la información. La vida ha cambiado mucho en poco más de cien años, y aún más en los más recientes veinte o treinta.
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
281
De la fenomenología a la perspectiva sistémica Mientras lo anterior acontece, una segunda configuración del pensamiento en comunicación tiene otra veta de desarrollo, no de la importancia social y política de la anterior, pero sí con observadores y analistas académicos de diverso perfil. La comunicación básica entre individuos y grupos en situaciones de interacción situacional; es decir, la comunicación de la vida cotidiana. Esta perspectiva tuvo en la Sociología Fenomenológica y la Psicología Social su nicho básico de estudio. Se trata es de entender lo que sucede cuando la gente se relaciona mediante los diversos sistemas semióticos a su alcance, empezando por el lenguaje oral y gestual. Las repercusiones de un programa de estudios como este eran múltiples y de gran envergadura. La investigación sobre la comunicación situacional se enfrentaba a la pregunta acerca de la genética de la vida social misma. La comunicación aparecía como la matriz en la cual lo social se configura y constituye. Todo lo sabido con anterioridad sobre el mundo social adquiere un nuevo sentido. La comunicación surge como el gran fenómeno constructivo de lo social, y los estudios sobre comunicación como la nueva gran propuesta de trabajo de las ciencias sociales. El siglo XX avanza y la reflexión sobre comunicación situacional se encuentra, poco a poco, con otros movimientos científicos y epistemológicos contemporáneos. El más importante es el que engloba a la epistemología constructivista y a la perspectiva científica sistémica. La comunicación entonces se articuló con el pensamiento académico más avanzado y complejo de nuestro tiempo. Lingüística y Semiótica fueron sus aliados, lo mismo que la Cibernética y las Ciencias Cognitivas. La comunicación aparece entonces, en el tránsito del siglo XX al XXI, como un concepto que exige una perspectiva epistemológica compleja y actual. El contacto con la otra vertiente de estudios sobre la comunicación, la de los medios masivos y las NTICs es solo cuestión de tiempo. Y sucede que la comunicación interpersonal aparece en la agenda de la comunicación mediada por tecnología a partir de su propia genealogía. El contacto y el diálogo posible entre estas dos grandes corrientes de estudio sobre la comunicación del siglo veinte son evidentes y necesarios. Propuestas desde propaganda, publicidad y relaciones públicas La perspectiva de la comunicación situacional es la más académica de las tres que aquí serán presentadas dentro de los antecedentes tradicionales de los estudios en comunicación. No porque las otras dos no tengan poderosos programas de investigación, sino por su mayor alejamiento de la vida práctica y profesional. El mundo de las terapias no ha sido un nicho en el mundo académico de la comunicación, aunque es una fuente importante del enfoque en la comunicación situacional práctica. Lo terapéutico sería el equivalente práctico para la comunicación situacional respecto a las otras dos perspectivas, la mediática y la administrativa. Por otra parte, tanto la comunicación de los medios
282
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
masivos y las nuevas tecnologías, como la comunicación de la propaganda, la publicidad y las relaciones públicas, están fuertemente ligadas al mundo profesional práctico. Esto le ha dado un sesgo peculiar a estas dos vertientes de los estudios en comunicación tradicionales durante el siglo veinte. La propaganda encuentra su desarrollo en el mundo de la política y sus recursos para vencer en la arena política a través de campañas de medios masivos, las nuevas tecnologías y la social media. Por su parte, la publicidad, ligada al mundo de la mercadotecnia, tiene fuerte vocación de promoción de ventas. Las relaciones públicas tienen un nicho mixto, su división en externas e internas, permite mezclar en cierto sentido a la perspectiva de los medios masivos y a la de la comunicación situacional. Con el tiempo esta configuración mixta ha impulsado al mundo de las relaciones públicas a una configuración compleja de todas las vertientes. Los programas de estudios sobre comunicación de esta tercera vertiente durante el siglo XX tienen una vocación práctica casi total. La perspectiva de las ciencias sociales le es casi ajena, solo la Economía y las Ciencias Administrativas tienen pertinencia prioritaria para fortalecer su racionalidad y cálculo operativo. El desarrollo de la tercera vertiente tiene un status también académico y una exploración propia del concepto de comunicación. El resultado de esta es sencillo, incluso elegante; se sintetiza en lo que haga falta para que una empresa se desarrolle mejor, tanto en un sentido público como privado. Su relación con el pensamiento contemporáneo tampoco es escasa, pero siempre dentro de una perspectiva práctica, pragmática, utilitarista. Como puede apreciarse, el concepto de comunicación dominante es el que se exporta de la teoría matemática de la información y de la retórica, la comunicación como difusión: aquello del emisor, el canal, el mensaje y el receptor. Y frente a este concepto dominante aparece el de la comunicación situacional, que se basa en la interacción, la figura de las comunidades de sentido. Una lineal, la otra ecológica sistémica. Ambos conceptos se enriquecen hacia el final del siglo veinte con los diálogos académicos con el pensamiento complejo, el constructivismo y la perspectiva sistémica. PENSAMIENTO EMERGENTE SOBRE LA COMUNICACIÓN La propuesta de Mayanadia. La Comunicación y la Comunidad El pensamiento comunicológico con vocación práctica se hace evidente en los últimos años en todas las áreas de la vida social. Cada vez más empresarios y operadores de diverso tipo caen en la cuenta de la centralidad de la comunicación para el desarrollo de sus empresas y operaciones. Existe un llamado desde la vida común de la acción cotidiana hacia la comprensión de la intrincada retícula de relaciones que intervienen en cada momento de la vida cotidiana y social. La comunicación parece ser una opción. La Fundación de la Comunicología, Mayanadia, con Mauricio Tolosa a la cabeza, interpreta esta situación
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
283
como una ventana de oportunidad. Mayanadia propone entender la comunicación como una configuración de comunidad, y a la forma comunidad como la mejor figura de asociación posible. Por tanto, se proponen intervenir a empresas, regiones sociales, a diversos nichos de ecología social, desde una Comunicología experta en construcción de comunidad. Lo que resulta de esta intervención se mueve en el sentido de la autoorganización, serán los propios actores con sus competencias, limitaciones y posibilidades, los que ajusten lo que haga falta para organizarse y promoverse, en el área específica de su intención activa. La acción comunicativa se dirige a la configuración de comunidad, de ambiente de confianza, colaboración y mutuo apoyo. De esta situación depende todo lo demás. Mayanadia apuesta por la eficiencia con base en ciencias cognitivas y un piso conceptual en el paradigma de la complejidad. Mayanadia es una empresa de comunicación chilena que opera en todo el continente. Tiene experiencia tanto en contextos empresariales como barriales y escolares. Se inspira en conceptos de comunicación de autores como Bateson, entienden la necesidad de una Comunicología; dialogan con la Escuela de Eulalio Ferrer, con el Grupo hacia una Comunicología Posible, y sostienen sus guías de trabajo en el pensamiento y la obra del biólogo cognitivo F. Varela. De esta forma, su propuesta es constructivista, es fenomenológica, y es cognitiva. La comunicación se percibe como matriz de relaciones dialógicas que mueven las interacciones situacionales hacia una forma de comunidad, de configuración reflexiva y colaborativa. En este sentido, se ponen en contacto con todo el pensamiento comunicológico de vanguardia, que deja atrás a la intención de dominación, y pone énfasis en los procesos de colaboración. La complejidad aparece aquí en una dimensión cualitativa. Se trata de enfatizar las situaciones, las interacciones concretas, los diálogos puntuales y actuales, no esquemas ni modelos abstractos. La guía de la nueva ciencia de la comunicación parte de lo concreto, es práctica, activa. La figura de la situación está en el centro, y los actores de la comunicación son el eje constructivo de las situaciones y sus posibilidades. Esta visión de la nueva ciencia comunicológica es sustantiva y su complejidad no es abstracta, es concreta, situacional, activa. La propuesta del FISEC. La Comunicación Estratégica La visión práctica de la comunicación tiene en la propuesta del Foro Iberoamericano de Estrategias de Comunicación, con Rafael Alberto Pérez y Sandra Massoni como sus pensadores líderes, a una de las más ambiciosas apuestas teórico-metodológicas contemporáneas. Con más de diez años de historia, es un ejemplo de lo que explora, la nueva comunicación teórico-práctica. Forma parte del movimiento general hacia una nueva Comunicología en el tránsito de finales del siglo XX e inicios del siglo XXI. La definición de estratégica se hereda en forma directa del mundo empresarial y de la Economía. Pero en su diálogo con otros prácticos de la comunica-
284
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
ción, el concepto se torna más amplio e inclusivo, llevando la propuesta a cualquier campo de la vida cotidiana, apoyando cualquier empresa social. Su propuesta incluye lo mismo a las ciencias sociales y humanas, que a las básicas, ingenierías, economías, propuestas históricas, paleontológicas, militares. Por otra parte, intenta sistematizar la experiencia práctica de la comunicación desde el punto de vista de la estrategia en otra multitud de campos diversos. En todo este camino incluye al pensamiento complejo como guía. La propuesta de la complejidad tiene un origen físico y matemático. Pero también es una apuesta conceptual, cosmológica, filosófica. La comunicación del FISEC entiende ambos rostros de la moneda, encara a los modelos matemáticos y los asimila, también observa sus limitaciones situacionales y participativas. Las voluntades y subjetividades de los involucrados en los procesos sociales concretos son de central importancia para la comunicación estratégica. De ahí que su propuesta incluya la visión abstracta y formal de lo posible a través de la información analizable y sintetizable; también reconoce y promueve la participación directa en los procesos de los actores individuales concretos. Su modelo está lejos de ser una ficción operativa, más bien se propone una guía de operación en que pueden converger la lógica analítica más sofisticada sobre la información, con el sentido de la situación dialógica, interactiva, colaborativa, de la comunicación humana aquí y ahora. La propuesta del GUCOM y el GICOM. La Comunicología y la Ingeniería en Comunicación Social. En el siglo veintiuno hay vientos de cambio en el campo académico de la comunicación en Iberoamérica. Quizá la tensión más fuerte sea el acercamiento entre el mundo académico y el profesional. El mundo de los medios de difusión masiva se alimentan del talento proveniente de las universidades, del mundo académico de la comunicación en particular. No es una tendencia general, pero si suficientemente evidente para contar como indicador de cambio. El mundo de la empresa torna a ver al de la comunicación como respuesta a sus problemas de adaptación a una vida cada vez menos clara y estable. El espacio social emergente de las nuevas tecnologías de información y comunicación, Internet en particular, es enfocado por múltiples miradas. Incluso campos como el escolar o el de la salud perciben que la comunicación es relevante para sus procesos de evaluación y proyección hacia el futuro. La comunicación está por todas partes, tanto en forma instrumental, la tradicional, como en forma estratégica, la emergente. En este contexto surge un programa de investigación que se propone ordenar esquemáticamente todo el panorama: Grupo hacia una Comunicología Posible, GUCOM, primero, y Grupo hacia una Ingeniería en Comunicación Social, GICOM, después, ambos promovidos por mí. La propuesta hacia una Comunicología posible se centra en tres proyectos de trabajo, uno biblioteconómico y bibliológico, otro historiográfico, y final-
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
285
mente otro epistemológico. Se trata de revisar la bibliografía básica sobre teoría de la comunicación, ordenar sus genealogías históricas y, por último, proponer las matrices básicas de su construcción científica. El programa se desarrolló a lo largo de la primera década del siglo XXI y logró sus objetivos. La Comunicología posible propone un gradiente básico de configuración histórica del concepto comunicación. Por una parte la abstracción y el cálculo, que se objetivan en propuestas apoyadas en el pensamiento semiótico y cibernético, lenguaje formal y matemáticas. Por otra, la situación y lo concreto, que se objetivan en las propuestas sustentadas en el pensamiento fenomenológico de la Sociología y la Psicología Social. Entre estos dos extremos hay diversas propuestas alimentadas por la Economía Política, la Sociología, la Psicología y la Lingüística. Todo un mundo de posibilidades desarrolladas a lo largo del siglo XX. Solo una epistemología constructivista, sistémica y compleja puede articular todo este espacio de diferencias y oposiciones. Por otra parte está la apuesta de la Ingeniería en Comunicación Social basada en la memoria y experiencia práctica de la comunicación a lo largo del tiempo, sobre todo el siglo XX. Aquí el programa adquiere su mayor profundidad. La comunicación comunicológica es un punto de vista, una figura constructiva de la totalidad y de lo particular, una perspectiva que permite percibir cualquier configuración de lo social y más allá. Y la Ingeniería en Comunicación Social toma este referente para diagnosticar problemas y sintetizar soluciones de la vida social en cualquier ámbito. Las perspectivas constructivista, sistémica y compleja son la guía general para este ambicioso programa. La comunicación es, sobre todo, una configuración sistémica de relaciones de dominación o colaboración, de difusión o interacción, de conflicto o articulación. Las unidades analíticas son los conceptos de los sistemas de información y de comunicación como figuras de relación universales, ambas relacionadas en cinco dimensiones constructivas del fenómeno comunicacional: expresión, difusión, interacción, estructuración y observación. A partir de ahí, cualquier situación o ámbito puede ser representado en forma simple o compleja, tanto para ser percibido como para ser intervenido. La complejidad es una guía de configuración de la información o de la comunicación; es decir, un componente central, básico, elemental, cosmológico. La relación con el pensamiento complejo de la comunicación del cálculo o de la situación es incluida en su mapa de opciones y posibilidades perceptuales y de creación constructivas. COMUNICACIÓN Y COMPLEJIDAD. UNA SEGUNDA APROXIMACIÓN Comunicación, del latín comunicare, poner en común. En un fondo aún más interior el concepto proviene de lenguas previas al latín en donde el sentido se forja en la imagen de compartir el pan. Compartir, ser con otros, la figura de la comunidad que nos obsesiona hoy en este mundo ultra moderno de individuos tan distantes asociados en apariencia solo por intereses. La vida social es la
286
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
llave verdadera del concepto. Estamos juntos, unidos, aún en nuestra visión más individualizadora del sentido de la vida. Somos sociales, vivimos en nubes de asociaciones inmensas, ciudades de decenas de millones de individuos, comunidades virtuales de cientos de millones, sentidos planetarios de miles de millones. Y todo eso es posible por la comunicación, ese algo que nos articula de diversas formas, en la comunión, en la negociación, en el diálogo o el conflicto, en la convivencia, en el día a día de la vida de esos seres humanos vinculados en colmenas más allá de su entendimiento o comprensión. Todo parte de lo paleontológico, de lo biológico, de lo que hoy se estudia bajo programas de zoosemiótica, biosemiótica, comunicología de la vida social en general. Toda metáfora es útil, así la Física y sus imágenes de unión e interacción entre partículas subatómicas, el flujo del poder en visiones de estados de la energía. La Biología con sus tejidos y suturas de lo separado, de la relación múltiple entre lo diverso. La ecología y sus esquemas de relación entre la totalidad y lo particular, la relación entre lo distante y lo opuesto. Todas estas visiones científicas proveen de metáforas para entender a la vida social y sus articulaciones. Los seres humanos son Física, Biología, Ecología, y según el árbol de la ciencia decimonónico también somos personalidades, roles, comunidades de sentido, estructuras cognitivas, patrones de interacción, narrativas, percepciones, sentidos, ideologías. Podríamos seguir jugando a mirar a través de todos estos diversos cristales, pero, necesitamos más. Análisis y síntesis, disponer de lo extenso para escudriñarlo poco a poco, parte a parte, hasta entender una pequeña región, la ambición del mapa, de la obtención de la gramática, del programa constructivo. Pero también la posibilidad de moverse hacia el siguiente nivel de configuración a hombros de todo el esfuerzo anterior. Piaget habla de estructuras de equilibración que se superan una y otra vez en el flujo y organización cada vez más complejo de la información ordenada, hasta llegar al punto en que la información ya no viene del exterior sino del interior mismo de la estructura de configuración de lo posible, y los mundos que nunca han existido aparecen como realizables, sintetizables. El pensamiento sistémico sostiene que la sistémica se opone y enriquece a la analítica, nuestra ciencia convencional. Sistémica y estructura de equilibración de un nivel superior, absolutamente creativo, cerca de lo que en otros tiempos se llamó poder divino o magia. La complejidad podría ubicarse en este tránsito de lo simple hacia más allá. En algunas áreas de conocimiento ya es posible acceder al siguiente nivel. En otras, como las ciencias sociales, parecería que aún no hay suficiente masa crítica, pero no es así. Desde los años cincuenta hay indicios de lo que puede ser el siguiente paso. Algunos, como Levi Strauss, Bateson, Eco, la nombraron como ciencia general de la comunicación, de la articulación de los saberes sobre lo humano y lo social. La palabra parecía poseer ese mensaje, articular, asociar, relacionar, conectar, integrar. La primera vocación de una ciencia general de la comunicación es epistemológica; lo que
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
287
está reordenando es el conocimiento sobre lo social, las agendas y la información sobre cómo nos unimos, juntamos y relacionamos. La propuesta de la complejidad en el mundo académico de la comunicación parece centrarse en la dualidad concreto-abstracto, en el gradiente situacióncálculo, en la oposición flujo existencial-modelo inducido y generalizado. Hay un concepto de comunicación que deriva de la genealogía de la ciencia físicomatemática que respeta esos parámetros y busca información que permita una arquitectura de ecuaciones, síntesis estructuradas del movimiento y multiplicidad de variables. Pero hay otro concepto de comunicación que parece más un sentimiento o sensación, que se mueve en el tejido de las relaciones humanas, en el roce de cuerpos y miradas, en gestos, en medias palabras. Ambas formas requieren de una percepción aumentada, un sentido enriquecido de lo que sucede. La diferencia básica está en que una perspectiva se mueve fuera de la situación, la representa, la construye como conocimiento fuera de la vivencia, aunque se erija a partir de aquella, y la otra se adhiere a la vivencia, al momento, al aquí y ahora; nace y crece en el momento en que está siendo, al tiempo que la vida social sucede. Una es más intelectual, la otra más sensitiva. El pensamiento cognitivo y el constructivismo tienen mucho que decir sobre esta tensión complementaria. Para muchos, son escenarios como agua y aceite, para otros dos visiones que complementan la genealogía de la experiencia. Ambas parten de la vivencia, una se organiza en el flujo de esta, en la formalización de la memoria y la experiencia, la otra lo hace en el descanso de la vivencia, en su representación ubicada en un esquema, en una ecuación. No son tan distintas, genéticamente parten de lo mismo, se pueden articular, solo hace falta ponerlas a operar. El pensamiento sobre la complejidad es este posible articulador. Un programa de trabajo sobre la perspectiva general de la comunicación partiría de alguno de los escenarios presentados. Uno tendría vocación de universalidad, de progresión hacia una ciencia general. La complejidad le pondría un límite a su ambición positiva de leyes generales, pero al mismo tiempo le acercaría al movimiento de lo múltiple asociado en interacción. El pensamiento complejo ha aprendido que el conocimiento puede ser solo una foto instantánea de algo que se mueve más, forma parte de mucho más fuera de la foto. Pero la vida social no necesariamente tiene las mismas condiciones de percepción que nuestro hipotético científico de la complejidad, científico de la comunicación desde una perspectiva compleja. Ahí es en donde el otro camino se abre y ocupa el centro de la escena. Estar con los otros, ser con otros, moverse con otros, articularse con otros, promover la vida con los otros. La complejidad opera entonces como visión promotora de lo social, de lo simple hacia algo más, de lo concreto y situacional con marcos de percepción de un tipo, hacia marcos de percepción de otro, más ricos, más articuladores, más integradores de información y participación activa grupal en el uso y la confección de esos sistemas de información, en más ricos y dinámicos sistemas de comunicación.
288
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
Lo humano de la comunicación está compuesto por estructuras cognitivas que van más allá del cálculo y formalización de la información; está compuesto de estructuras cognitivas que asocian con la inteligencia formal aquello que los antiguos llamaron sentimientos, intuición. La comunicación humana se mueve en el perfil de lo que la Antropología y la Sociología llaman normas, valores, programas pragmáticos. La Semiótica llevó estas figuras a un nivel de abstracción mayor, en las figuras de sistemas, de códigos. La ciencia física donó al pensamiento universal los parámetros de percepción de la incertidumbre. La físico-química ofrece la percepción concreta de la energía en la vida a través de la termo-dinámica. La Memética permite ligar a la Biología y a la Genética con la vida social y las visiones de lo socio-cultural. Vivimos en un momento rico en posibilidades perceptivas con los poderes de las ciencias articuladas. La comunicación alimenta el poder del pensamiento complejo con su visión de intersubjetividad, lo situacional integrando lo contextual. Y la complejidad alimenta a la comunicación, permite que sus propias genealogías se asocien en lo epistemológico y metodológico con mayor eficiencia y elegancia, y por otra parte promueve la articulación entre lo abstracto y lo concreto, entre lo teórico y epistemológico y lo situacional. Parece que comunicación y complejidad son rostros de un mismo movimiento, aliados de un mismo proceso, cómplices en la ruta de articulación de lo posible. Y este proceso recién inicia.
COMUNICACIÓN Y CULTURA ORGANIZACIONAL: RECORRIDOS RECURSIVOS Cleusa María Andrade Scroferneker y Rudimar Baldissera
Cultura y comunicación son sistemas interdependientes. Al asumir que son inseparables realizamos una reflexión recorriendo de forma recursiva (Morin) las tramas que constituyen y son constituidas en el universo simbólico y complejo de las organizaciones. En la comunicación, los sujetos construyen la cultura y la transforman y, de forma recursiva, la cultura se ejerce sobre la comunicación orientando procesos, formas, medios, discursos y creando interdictos. Todos los grupos tienen un lenguaje propio, procesos de comunicación específicos que los caracterizan como forma organizada, como cultura. El lenguaje, por rudimentario que sea, genera vínculos y (re) construye cultura; la significación fluye a su través. En la comunicación se encuentra «la trayectoria compleja de los vínculos, sus raíces, historias, sueños y locuras, su lastre y su levedad, su determinación e indeterminación». (Baitello Jr. 2005, p.8) En este sentido, la concepción geertziana de cultura es fértil en la medida que da relieve a la acción de los sujetos en y sobre la cultura y, al mismo tiempo, a la influencia de esta sobre los sujetos en sociedad. Geertz (1989, p. 15)
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
289
señala: «El hombre es un animal amarrado a tejidos de significados que él mismo tejió, asumo la cultura como dichos tejidos». Cada grupo (re)construye su cultura en constante interacción, de modo que, a pesar de su tendencia a la reproducción, esta no se determina de una vez por todas. A su vez, al tejer significados la cultura se ejerce sobre el grupo y, por tanto, sobre cada sujeto. Sin embargo, en lugar de pensar en el determinismo que esto implica, es importante observar, Morin (1991/2002, p. 23), que el espíritu individual puede utilizar su doble dependencia para lograr autonomía: puede recurrir a «fuentes y recursos socioculturales» para librarse de su determinación biológica y cultural recorriendo a las habilidades bioantropológicas; puede jugar con estos cambios –autonomía relativa–, siempre hay lugar para ello. En ese sentido, se reconoce el recorrido entre una dependencia y otra como posibilidad, lugar y humus para el cambio y la innovación que actualizan la cultura. A medida que, en algún nivel, el sujeto escapa a las determinaciones, encuentra espacio para realizarse como un ser que crea e inventa estrategias sin programación previa. En su cotidianidad, viviendo su autonomía-dependencia, experimenta niveles de incertidumbre y, como sistema vivo (Capra, 2002), se ve perturbado por otros sistemas, experimenta sujeción, constricciones y contingencias y se autoexo-(re)organiza. Así, en sus procesos de percepción y de atribución de sentido al mundo, el sujeto está inmerso –aunque no siempre a nivel de conciencia reflexiva– en una amalgama de fuerzas en tensión, producidas por diferentes sistemas y subsistemas, cultural, social, político, psíquico y fisiológico. De esta perspectiva, por más que el sujeto lo desee, y así como «no podrá bañarse dos veces en el mismo río», tampoco experimentará el sistema cultural en sí, siempre será una interpretación de la cultura, siempre sobrará y faltará algo; es decir, la cultura de grupo no se superpone perfectamente a los tejidos de significado que lleva consigo el sujeto, siempre hay más y menos. Lo mismo puede decirse en relación con el lenguaje. El sujeto nace inmerso en la cultura, se prende y es preso por ella y, por lo tanto, a los sistemas lingüísticos (más o menos estructurados) del grupo. Aprende el lenguaje en un mundo ya-habitado, ya-articulado, ya-hablado (Bakhtin, 1999), por más que no sea algo definitivo. Sin embargo, a pesar de vivir un mundo ya-significado, no quiere decir que esté cristalizado (se podría ejercer en la cultura un nuevo descubrimiento y transformarla). Según Keske (2007, p.24): El pensamiento bakhtiniano ofrece una perspectiva diferente sobre el lenguaje, no tratándolo como acto puramente individual, expresión subjetiva de la conciencia individual, ni como resultado de un sistema abstracto e invariable. Por el contrario, observa sus aspectos individuales, variables y especialmente creativos, apropiados y utilizados por los hablantes para un uso particular.
Dicho esto, es importante añadir que la cultura, como «ámbito organizado» (a pesar de la efervescencia dialógica que en él habita), es un sistema abierto y, por lo tanto, establece relaciones de diferentes cualidades con otros sistemas
290
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
culturales, otras redes de significados. En el mismo sentido, se observa que los sujetos inscritos en una cultura, son distintos; es decir, desarrollan habilidades diferentes, recorren caminos diversos en la construcción de sus historias, llevan a cabo la experiencia en diferentes estados psíquicos, aceptan e interiorizan de modos distintos normas, reglas y patrones culturales. Quizá, los sentidos construidos y organizados en los tejidos de significación sean aprehendidos en diferentes matices (aunque muy similares) por sujetos del mismo grupo sociocultural. Por tanto, las desviaciones de significación son inevitables; pueden ser frágiles, restringidas a una minoría y sin fuerza para producir un cambio cultural, pero también se pueden convertir en efervescencia transformadora. No se trata de la materia en sí, sino de las imágenes del mundo, representaciones, conceptos y nociones del mismo. Por los procesos de comunicación los sujetos circulan sentidos del mundo, con diversidad de percepciones, deseos, lugares de habla e interiorizan significación. Cada sujeto que participa lo hace desde un lugar específico del habla. Los procesos de comunicación son, entonces, lugares de encuentro de los diferentes y de las diferencias. Los sentidos del mundo se construyen con cada experiencia. Esto no significa que sean diferentes en cada momento, pero se hacen más complejos en la y por la experiencia de vivir. Los signos nunca están acabados, nuevos matices significativos pueden asociarse a las mismas expresiones. Además, es esencial tener en cuenta que nunca el signo dice todo acerca de su objeto. El lenguaje es también incertidumbre, opacidad y posibilidad, «ejercer el lenguaje es practicar un cierto riesgo. Todo lenguaje es indeterminado, no-transparente. El propio carácter mediador del lenguaje es la causa del riesgo de indeterminación.» (Pinto, 2008, p. 85). También de acuerdo con este autor (2008, p. 83): «El sentido es una dirección que la significación puede tener en función de las elecciones del receptor, dependiendo de lo que logra o desea lograr». En esta misma línea, Oliveira y Paula (2008, p. 100) destacan que «el sentido existe en la interacción establecida y [...] se procesa en la instancia receptora». En la cultura también existe la indeterminación ya que se (re)teje por los sujetos en interacción que hacen circular sentidos y construyen telas de significado. Prescribe y proscribe a los sujetos su lugar y sus prácticas, pero no se puede evitar el ruido, malentendidos, equivocaciones, apropiaciones incoherentes, ya que, (Pinto, 2008) los ruidos son inherentes a los procesos de comunicación. Los sujetos tienden a actuar en la cultura y en ese sentido la reafirman (están marcados por ella, inmersos en ella, la utilizan como lente para ver y entender el mundo), pero también pueden subvertirla, perturbarla y desviarla. La cultura es estructurada por los sujetos en comunicación que, actuando como fuerzas, a un tiempo se guían por la propia desde el punto de vista de su mantenimiento y en perspectiva dialógica. La cultura se inocula al sujeto desde que nace e inmediatamente se ejerce para impedir y/o eliminar lo que aparezca en su contra, lo no incluido en el tejido de significados. Se presenta como fuerza
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
291
coercitiva, normativa y normalizadora para conocer, comprender y actuar. Trata de imponer verdades e inhibir dudas y cuestionamientos. Sin embargo, esto no significa la anulación del sujeto. Las diferencias de significación entre las redes de significados de la cultura y las que el sujeto lleva consigo, hace que los sujetos se sientan interpelados e interpelen la cultura de diferentes maneras. En esta configuración, se puede decir que los sujetos –conscientemente o no– se inclinan a actualizar/materializar estrategias para tratar de satisfacer: a) su necesidad de supervivencia, sentido de no anulación frente lo cultural; b) su deseo de participar y pertenecer a la cultura; c) el placer que se puede sentir por (re)crear y/o resistir y rechazar la cultura; d) su necesidad de experimentar, de sentirse «vivo», de transformarse y/o adaptarse; e) su querer-hacer; f) su necesidad y calidad de ser dialéctico/dialógico (Baldissera, 2004, p. 54). Cabe señalar también que la cultura «como sistemas entrelazados de signos interpretables, no es un poder, sino un contexto». (Geertz, 1989, p. 24). Por un lado, en las manifestaciones culturales las relaciones de poder se actualizan y materializan; encuentran la posibilidad de expresión y objetivación. Por otro, tales manifestaciones de poder retroactúan sobre la propia cultura para apoyarla pero, también para cuestionarla, corromperla, negarla y/o transformarla a través de procesos comunicacionales. Los sujetos disputan, actúan como fuerzas portadoras de redes simbólicas, proponen sentidos en direcciones múltiples y, por otra parte, buscan (re)organizar la dispersión de sentidos en redes de significación. La cultura marca, genera y regenera los sistemas de comunicación, manifestándose en la comunicación y a través de ella, y, por ella, se agitan contenidos para regenerar la cultura. La comunicación está en la cultura que está en la comunicación. Se puede decir que la cultura organizacional y la comunicación se entrelazan en los hilos de la trama que (re)tejen juntas (Scroferneker, 2010). LA INCERTIDUMBRE EN LA COMUNICACIÓN ORGANIZACIONAL Desde esta perspectiva, cabe destacar que la comunicación organizacional es comprendida como «el proceso de construcción y disputa de sentidos en el ámbito de las relaciones organizacionales»1 (Baldissera, 2008, p. 169). Con este entendimiento se destaca el hecho de que los sujetos en relación de comunicación son fuerzas que se ejercen para proponer sentidos, a partir de sus lugares socioculturales, y actúan para ver estos sentidos interiorizados por los interlocutores –otra(s) fuerza(s) en relación–. Por lo tanto, las disputas de las que se habla aquí, no son físicas, sino que evidencian, entre otras cosas, diferencias cognitivas entre sujetos y el deseo de poner en común el deseo de que el interlocutor interiorice los sentidos propuestos y que eso lo transforme de alguna forma. Así, incluso cuando se piensa en procesos de colaboración, comunicar implica un cierto nivel de confrontación de sentidos. 1
Idea presentada en Baldissera, 2000, y detallada posteriormente (2004, 2008, 2009, 2010).
292
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
El sentido no es solo una construcción arbitraria y auto-referencial del espíritu, sino un conjunto de vínculos mayores, que tengan en cuenta al hombre en su dimensión histórica, política, psicológica y antropológica, es decir, en toda su complejidad, con sus potencialidades y necesidades. (Baitello Jr, 2005, p. 78).
Además, el mundo significado no es algo finalizado. A través de la comunicación, los significados del mundo se ponen en movimiento y (re)construyen. Los sujetos desestabilizan la significación que se presentaba organizada (aparentemente) y la redimensionan en alguna medida. En consecuencia, no se entra en una relación de comunicación y se sale de la misma manera. Cuando se entiende que la comunicación organizacional es un proceso actualizado «en el ámbito de las relaciones organizacionales», es evidente que no se limita a discursos oficiales, autorizados, al dominio de la planificación. Esta perspectiva que destaca los procesos de significación, y por tanto al interlocutor, evidencia que, además de lo «autorizado» (reuniones, sitio web, comunicados de prensa, campañas publicitarias, boletines, correspondencia, informes y otros), toda relación que cualquier sujeto establezca con la organización es comunicación organizacional. Cada vez que los sujetos se refieran a la organización, será comunicación organizacional. Esta se considera en tres dimensiones tensas e interdependientes: organización comunicada, organización comunicante y organización hablada (Baldissera, 2009). La «organización comunicada» incluye todos los procesos de comunicación calificados como voz autorizada; es la que se materializa, de modo planeado o no, tiene autorización organizacional para llevarse a cabo (ej.: cursos de cualificación de empleados, campañas publicitarias, informaciones a la prensa). La dimensión de la «organización comunicante», considera además toda la comunicación y producción de sentido que tiene lugar a partir de los más diferentes contactos directos que los sujetos puedan establecer con la organización, incluso cuando esta no los autorice. En cuanto a la «organización hablada», contempla los procesos de comunicación que se refieren a la organización –su objeto–, pero que se llevan a cabo indirectamente (blogs que no son de las organizaciones y de los cuales estas no participan; conversaciones sobre la organización que dos -o más- empleados establecen en otro ambiente; encuestas realizadas por terceros sobre ella y sus publicaciones). La comunicación organizacional no se reduce a la organizativa, comprende flujos multidireccionales de sentido que tienden a poner en tensión las diversas voces autorizadas. Otras voces pueden fortalecer de forma recursiva lo dicho por la organización; pero también perturbar los sentidos propuestos e incluso usurparlos. Comunicación y cultura organizacional: aproximaciones no concluyentes La cultura organizacional puede ser concebida como tejido aunque también, a nivel de materializaciones cotidianas, como trama en ambientes organizacionales. Este entramado es (re)tejido en base a diálogos simultáneamente visibles
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
293
e invisibles, antagónicos y complementarios, que se ajustan y desajustan de acuerdo con intereses de la organización y juicios individuales. Los diálogos son visibles -se comparte lo que interesa- y, al mismo tiempo, dialógicos en el sentido atribuido por Morin (2006). Más allá de lo visible, las organizaciones se constituyen en ebullición comunicacional, en buena parte sin autorización, de forma que cuando comunican, los sujetos desestabilizan el sistema cultural organizacional construido (la trama con cierto nivel de estabilidad), ya sea reforzando sus hilos o rompiéndolos y construyendo otros significados. Desde los dominios organizacionales, la cultura pretende ordenar/conformar comportamientos aceptables en la organización (Scroferneker de 2010). La cultura organizacional es compartida, destaca el compromiso de la gente con los valores, tiene sentido emocional, establece la identificación de los miembros, y aprueba o no los comportamientos. (Marchiori, 2009, p. 296).
Pero este orden/aprobación instituido formalmente puede ser (y es) desordenado/subvertido mediante la comunicación. Morin (2004b, p. 74) señala que «el orden y el desorden son enemigos: uno suprime al otro, pero al mismo tiempo, en algunos casos, colaboran y producen organización y complejidad». Los sujetos no son solo la superficie sobre la que cualquier significación se inscribe, tienen necesidad de encontrar su lugar en la organización, y este proceso/sentimiento trae consigo la necesidad de pertenecer. Pertenecer es formar parte. Sentirse como en casa, junto a una familia y actuar en el mismo equipo: ¿a qué más puede aspirar un empleado? Según Freitas (1999, p.99), «la ventaja de sentirse parte de un grupo exclusivo y poder decirlo, hace de la dificultad de ser admitido en él, el mejor premio, reforzando el sentimiento de pertenencia o la necesidad de filiación existente en todo ser humano». En este sentido, la noción de vínculo, para Zimmerman (2010), a la luz del psicoanálisis se puede configurar como vínculos de amor, odio, conocimiento y reconocimiento. En la maraña de hilos que tejen y retejen comunicación y cultura, la búsqueda del vínculo, ya sea desde el punto de vista del sujeto, o de la organización, se constituye en una transacción/disputa permanente, hasta porque, como señaló Baitello Jr. (2010, p. 83): El ambiente comunicacional no es solo el telón de fondo de un intercambio de información, sino una atmósfera generada por la disponibilidad de los seres (personas o cosas), por su intencionalidad de establecer vínculos.
El deseo de pertenecer, establecer identificaciones, crear/establecer vínculos, a veces oculta una realidad negada, la de no pertenecer en realidad. El individuo asume (consciente o inconscientemente) su no-lugar. Se percibe excluido, estando incluido, y busca (re)definir su espacio. Sin embargo, lo más probable es que, dialógica y recursivamente, estos sujetos también actúen como fuerzas –por ser portadores de urdimbres de diferentes grupos socioculturales– sobre la cultura organizacional y, de alguna manera, la perturben. Bajo esta perspectiva, a medida que los sujetos tensen sus culturas
294
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
previas a la organizacional, tenderán a darse cuatro posibles conformaciones: de identificación, de cooptación, de representación y de enfrentamiento (Baldissera, 2008). Desde la primera, los sujetos se reconocen en la cultura organizacional y tienden fortalecerla. Desde la de cooptación, aunque no se reconozcan en ella o lo hagan parcialmente, precisan someterse y acaban por impregnarse (se prenden a los tejidos de significados y quedan presos) asumiéndola como propia. En la representación los sujetos no se reconocen pero usan la gramática cultural para mantenerse en la organización hasta el momento de desvincularse de ella; son resistentes a las materializaciones culturales e incluso pueden subvertir la cultura. A su vez, el enfrentamiento se produce cuando los sujetos no se identifican con la cultura y son incapaces o no están dispuestos a actuar la representación y viven en confrontación –es probable que se desvinculen o sean desvinculados de la organización en poco tiempo–. No son formaciones fijas, el proceso combina sujetos y requiere movimientos de todos. Ciertamente, hay otras conformaciones posibles, pero éstas indican bien el tipo de relaciones que los sujetos pueden establecer con la cultura de la organización y probables desdoblamientos comunicacionales. Estos movimientos (causalidades recursivas) también pueden entenderse como intento de (re)tomar lugar, maculan y son maculados por la cultura organizacional y al mismo tiempo, son sus productos y productores (Morin, 2006). Por último, la comunicación organizacional se puede concebir como principio organizador de la cultura: informa y «ubica» a los sujetos, configura su espacio e identidad, estimula diálogos, se actualiza como posibilidad de perturbar lo establecido y hace circular diferentes concepciones del mundo. Scroferneker (2010, p. 193) los considera «diálogos poco inclusivos que se llevan a cabo en la indiferencia, falta de reconocimiento y ausencia de afecto». Así, desde la perspectiva recursiva, la organización se ejerce sobre los sujetos con intención de conformarlos, al mismo tiempo que ellos la transforman. Esto puede considerarse como un problema para organizaciones con tendencia al narcisismo, que tienden a percibir la confrontación, cuando es también su posible regeneración, combustible para que puedan mantenerse como sistemas vivos. A fin de cuentas, el estancamiento significa la muerte del sistema.
CONTEXTO SOCIOECONÓMICO Y TRANSFORMACIONES DE LA COMUNICACIÓN EN LAS ORGANIZACIONES Margarida M. Krohling Kunsch
Son innumerables las consideraciones que podríamos hacer sobre la sociedad de la era digital, la sociedad de redes y el poder de la información y de la comunicación. Es notable el poder que la comunicación ejerce en el mundo
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
295
contemporáneo y debe ser considerada no solo como instrumento de transmisión, sino también como proceso social básico. Se concibe como un poder transversal que impregna todo el sistema social, incluyendo en este ámbito a las organizaciones. Estas transformaciones han alterado el comportamiento institucional de las organizaciones y la comunicación ha pasado a ser considerada de otra manera. Así como la propaganda tuvo un papel importante después de la Revolución Industrial, la comunicación organizacional, en sentido corporativo, comenzó a ser vista como algo fundamental y, en muchas realidades institucionales, como un área estratégica en la contemporaneidad. Las acciones aisladas de marketing y relaciones públicas, son insuficientes para hacer frente a los nuevos mercados competitivos y las relaciones con públicos y/o interlocutores de los más diversos segmentos. Estos son cada vez más exigentes y reclaman de las organizaciones responsabilidad social, actitudes transparentes, comportamientos éticos, respeto por la conservación del planeta, etc., gracias a una sociedad más consciente y una opinión pública más vigilante. En este contexto, la comunicación se convierte en estratégica y su gestión tiene que contemplarse a partir de una nueva visión en una perspectiva interdisciplinar. Pensar la comunicación en las organizaciones En mis estudios y práctica profesional y académica, me preocupa situar a las organizaciones en el contexto más amplio de la sociedad, llamando la atención sobre su importancia como integrantes del sistema global y micro-sociedades que ejercen gran influencia en el desarrollo económico y social, y en las transformaciones experimentadas por el mundo contemporáneo. Son parte de esta sociedad y actores importantes en la dinámica social, política y económica. M. Castells (2007: 56) aborda la interacción entre la responsabilidad social y la organización social en el mundo: El contexto global, el social y el de las instituciones no están separados de la actividad de la empresa. Al contrario, existe una relación íntima y si la práctica empresarial no asimila lo que ocurre en el mundo y deja de contribuir a la transformación del contexto, su dinámica llega a un punto de estancamiento.
Con esto, me refiero a la necesidad de pensar la comunicación en las organizaciones en un contexto socioeconómico más amplio, para llegar a una reflexión más profunda de la globalización que la meramente económica. Desde este contexto nos preguntamos: ¿qué es el mundo actual?, ¿cuál es la transformación del sistema técnico, social, económico e institucional que vivimos? Son inúmeras las consideraciones que podríamos hacer sobre nuestra sociedad en la era digital y el poder de la comunicación en todo ese contexto. Se hacen necesarios nuevos abordajes frente a los acontecimientos actuales: violencia, guerras, terrorismo, crisis financieras mundiales, desigualdades sociales, derechos humanos, alfabetización digital, multiculturalismo, nuevas competencias, etc. Contextuar nuestra sociedad es condición sine qua non para su análi-
296
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
sis y el planeamiento de propuestas de intervención tanto en los medios social, político, económico, como en el mercado de la comunicación corporativa. M. Castells (2007: 57-58) caracteriza esta era digital o sociedad-red, desde el punto de vista técnico-económico, en tres ámbitos: productividad (de conocimientos y gestión de la información), surgimiento de una nueva forma organizativa (formación en red potencial, basada en Internet) y globalización (nueva forma de organización económica con unidad planetaria en tiempo real). Es en esos contextos donde las organizaciones existen y operan. Imaginemos que las organizaciones hubieran estado contra la sociedad. ¿Cómo consiguieron sobrevivir? No las veo como sus enemigas. Sin apoyos empresariales en los campos de responsabilidad social, sostenibilidad y cultura, los problemas de desigualdades sociales serían mucho más graves. Defiendo el trabajo positivo que las empresas desarrollan en beneficio de la sociedad. Evidentemente, debemos tener también una visión crítica y contar con una opinión pública vigilante. En el contexto de la comunicación organizacional, ¿cómo podemos sensibilizar a los dirigentes de que no basta con generar empleos, pagar impuestos y alcanzar beneficios? Debe existir una relación sinérgica entre el mundo y las organizaciones y la comunicación hace viable todo el proceso. El funcionamiento del sistema económico como una unidad planetaria solo es posible gracias a la existencia de un nuevo sistema tecnológico de comunicación e información. La gran diferencia que imprime la complejidad, el gran tema de debate, es justamente el poder de la era digital, sobre todo de Internet. PODER DE LA COMUNICACIÓN EN LA ERA DIGITAL Son muchos los autores que trabajan la sociedad del conocimiento digital y que analizan la sociedad mediática, mediatizada, transparente y de la comunicación. Las tecnologías de la información están revolucionando definitivamente la sociedad. Los ejemplos son evidentes en las industrias culturales, en multimedia, televisión, en teléfonos móviles y todas las interacciones de medios disponibles (web 2.0, blogs, Facebook, Twitter, etc.). Esa convergencia mediática es una realidad. Para Castells (2003: 287), vivimos en una sociedad cuya estructura social está construida en torno a redes de información a partir de la tecnología de información microelectrónica estructurada en Internet: Pero Internet no es simplemente una tecnología; es el medio de comunicación que constituye la forma organizativa de nuestras sociedades, es el equivalente a lo que fue la factoría en la era industrial o la gran corporación en la era industrial. Internet es el corazón de un nuevo paradigma socio-técnico que constituye la base material de nuestras vidas y formas de relación, de trabajo y de comunicación. Internet procesa la virtualidad y la transforma en nuestra realidad, constituyendo la sociedad red, que es la sociedad en que vivimos.
En su otro libro, Comunicación y poder, Castells (2009: 23) afirma: Poder es algo más que comunicación y comunicación es algo más que poder. Pero el poder depende del control de la comunicación, al igual que el contrapoder de-
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
297
pende de romper dicho control. Y la comunicación de masas, la que puede llegar a toda la sociedad, se conforma y gestiona mediante relaciones de poder enraizadas en el negocio de los medios de comunicación y en la política del estado. El poder de la comunicación está en el centro de la estructura y de la dinámica de la sociedad.
Castells (2009: 24-25) pregunta «por qué, cómo y quién construye y ejerce las relaciones de poder mediante la gestión de los procesos de comunicación y de qué forma los actores sociales que buscan el cambio social pueden modificar estas relaciones influyendo en la mente colectiva». El «proceso de comunicación opera de acuerdo con la estructura, la cultura, la organización y la tecnología de determinada sociedad». Y hoy «la estructura social concreta es la de la sociedad-red, la estructura social que caracteriza a la sociedad en el inicio del siglo XXI». Esa nueva estructura modifica las relaciones de poder en el contexto organizativo y tecnológico derivado del «auge de las redes digitales de comunicación globales y se eleva en el sistema de procesamiento de símbolos, fundamental en nuestra época». R. A. Pérez (2001/2008: 445) relaciona el poder de la comunicación con el de la estratégica: «La comunicación tiene un poder muy superior del que estamos acostumbrados a concederle». Para el autor, «ese poder puede ser domado si actuamos/comunicamos estratégicamente». Cabe percibir el papel relevante de los actores que participan de las industrias de comunicación y en las esferas del poder social, económico y político. En este sentido, la comunicación precisa ser considerada como un proceso social básico y como un fenómeno. El poder que ella y los medios ejercen es una realidad incontestable. Wolton (2004: 27) lo enaltece: La comunicación es uno de los más brillantes símbolos del siglo XX; su ideal de aproximar a los hombres, los valores y las culturas compensa los horrores y las barbaridades de nuestra época.
Y en É preciso salvar a comunicaçao (Wolton, 2006: 9), reitera: En menos de cien años fueron inventados y democratizados el teléfono, la radio, la prensa del gran público, el cine, la televisión, la computadora, las redes, transformando definitivamente las condiciones de intercambio y de relación, reduciendo las distancias y realizando la tan deseada aldea global.
Pensar la comunicación remite a analizar el poder de la información en la sociedad-red o digital con todas las implicaciones decurrentes. El poder de las organizaciones en la sociedad: nuevos desafíos Otro aspecto a considerar es el poder que las organizaciones ejercen y los nuevos desafíos que se plantean. Geus escribió en 1997 (Senge 2007: 1-9): «el siglo XX asistió al advenimiento de especies nuevas en la Tierra, el de las instituciones, sobre todo, las corporaciones globales». Ese poder en el siglo XX y de forma acentuada en términos de desarrollo económico, fue una constante. Contestando lo que M. Friedman defendía, el lucro a cualquier precio, ese aislamiento del mundo corporativo cedió lugar a un nuevo pensamiento. Para expre-
298
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
sar qué es ese poder de las organizaciones, de las empresas, destaco una cita de Stuart Hart (2006: 222-223), en su obra Capitalismo na encruzilhada: A medida que nos adentramos en un nuevo siglo, las empresas destacan como las instituciones más poderosas del Planeta. Hace 700 años era la religión... Hace doscientos años fue el Estado. Ningún paseo estaría completo sin una visita a los impresionantes palacios, a las asambleas legislativas y a los complejos gubernamentales, que recuerdan cómo el gobierno era lo más importante en la era de la Ilustración. Hoy las instituciones más poderosas son las empresas: ver las torres de las oficinas, bancos y centros comerciales que dominan las grandes ciudades. A pesar de que nadie niegue la importancia permanente y crucial de los gobiernos, la religión y de la sociedad civil, no cabe duda de que el comercio se tornó la institución dominante.
J. A. P. de Oliveira (2008), a partir de la revista Fortune (ed. 2005), recogía los siguientes datos: los negocios de la General Motors superaban el PIB de Dinamarca y también de Finlandia y de Portugal; los de la Ford eran mayores que el PIB de África del Sur y el PIB de la Toyota sobrepasaba el de Noruega; en 2005, cien empresas estaban entre las 150 mayores entidades del mundo en términos económicos con ingresos que superaban el PIB de países como Portugal, Grecia y Finlandia (Oliveira, 2008: 3-4). En relación a países del África, las ventas de Nike equivalían al PIB de Nigeria; las del Carrefour al de Etiopia; y las de Nokia se comparaban con la riqueza de Camerún. Según la publicación de la revista Exame.com2, en agosto de 2012 había en el Brasil cerca de diez grandes empresas cuyos activos superan el PIB de muchos países en desarrollo. Buena parte de los bancos como Itaú, Santander Brasil, Bradesco, BTG Pactual y Banco del Brasil. Este último, institución financiera con mayores activos en el país, en 2012 tuvo rendimientos mayores que el PIB de Argentina, habiendo concluido el primer semestre con cerca de 480 mil millones de $. La Argentina, según estimaciones del FMI, terminaría el año con cerca de 440 mil millones. Además de los bancos, otras dos categorías de empresas poseían mayores activos en comparación con los de países: las industrias de base –Petrobras (más rica que Chile), Vale (más rica que el Ecuador) y Gerdau (más rica que el Paraguay)-; y dos del área de la comunicación –Telefónica y Oi, siendo que la primera, a pesar de las pérdidas en el primer semestre de 2012, lo cerró con 29.500 millones de $, valor superior a la recaudación anual prevista por el FMI para Bolivia, de 25.100 millones de $; y la segunda, la Oi, obtuvo un buen rendimiento a lo largo de 2011, lo que ayudó a cerrar el primer semestre de 2012 con activos de 35.300 millones de $, siendo considerada más rica que Panamá, que, según estimaciones del FMI, debería cerrar 2012 con un PIB de 32.100 millones de $. Eso demuestra parte del poder de las organizaciones y su papel en el sistema social global. Hoy, el gran desafío de estas es superar aquella visión meramente económica, tecnicista. Sobrepasar también aquel discurso vacío de responsabilidad social y soste2
Disponible en: . Acceso en: 17/04/2013.
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
299
nibilidad sin ningún compromiso público, adoptar el concepto real de sostenibilidad que implica el desarrollo económico, el social y el ambiental. En otras palabras: las organizaciones precisan tener buenos resultados financieros, sí, porque, sin ellos, ¿cómo crearían y mantendrían empleos, cómo pagarían impuestos, etc.? Pero tienen que hacerlo con responsabilidad, sin agredir al ambiente, promoviendo el bienestar. La cuestión ambiental y la preservación del Planeta forman parte de los grandes temas de la sociedad contemporánea. Alteraciones climáticas, calentamiento global, desigualdades sociales, desastres naturales, entre tantos otros problemas, son cuestiones que precisan ser enfrentadas por todos los agentes, comprendiendo al Estado, al sector productivo empresarial y al tercer sector. No se admite ya que las organizaciones se rijan solo por una visión centrada en el negocio y que el resto se quede en mero discurso. O asumen una nueva mentalidad o van perder terreno y hasta corren el riesgo de no sobrevivir. DE LOS FLUJOS LINEALES A LOS FLUJOS INTERACTIVOS Hasta los años 1980 los estudios de comunicación organizacional se caracterizaban por una fuerte vertiente funcionalista y una perspectiva lineal-instrumental. El cuadro comenzó a cambiar cuando muchos estudiosos vieron la necesidad de valerse de la teoría crítica, pasando a utilizar la investigación interpretativo-crítica, de creciente importancia en las últimas décadas (Kunsch, 2009b, p. 63-89). La comunicación organizacional, en la primera década del tercer milenio, es transdisciplinaria, comprende perspectivas teóricas y presupuestos epistemológicos, incluyendo modernismo, realismo, retórica, teoría crítica, pos-modernismo y pos-estructuralismo, feminismo y pos-colonialismo. Puede ser considerada un campo de perspectivas múltiples, universal en su abordaje, por sus métodos, teorías, ámbitos de investigación y postulados filosóficos. Los estudios están más dirigidos a las teorías de la comunicación que a lo organizacional. La publicación de The new handbook of organizational communication, editada por Jablin y Putnam (2001), con la contribución de importantes autores, muestra lo mucho que ese área avanzó como campo científico. He defendido hace mucho la exigencia de abandonar la fragmentación y la necesidad de adoptar una filosofía y política de comunicación organizacional integrada. Los principales desafíos de esa comunicación y sus actores serían: Primero, sustituir la visión lineal e instrumental de la comunicación por otra mucho más compleja. Es una disciplina que estudia cómo se procesa el fenómeno comunicacional dentro de las organizaciones y su contexto político, económico y social. Es necesario ver la comunicación inserta en los procesos simbólicos con atención a los significados de los agentes implicados, a las relaciones interpersonales y grupales, valorando las prácticas comunicativas cotidianas y las interacciones en sus más diversas formas de manifestación. Segundo, considerar cómo se configuran las diferentes modalidades que atraviesan su concepción y sus prácticas, lo que denomino «comunicación organizacional
300
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
integrada» que comprende la comunicación institucional, la mercadológica, la interna y la administrativa (Kunsch, 2003: 149), que acontece a partir de objetivos y propósitos específicos. El concepto de «comunicación organizacional integrada», que vengo trabajando desde 1985, destaca la necesidad de una mirada holística para concebir y practicar la comunicación en las organizaciones. Defiendo la adopción de una filosofía de la comunicación no-fragmentada y destaco dos áreas: relaciones públicas (comunicación institucional, interna y administrativa) y marketing (que responde a toda la comunicación mercadológica). (Kunsch, 2003: 152-178) El área de la comunicación deja de tener una función meramente táctica y pasa a ser considerada estratégica. Precisa tener en cuenta la cuestión humana y agregar valor a las organizaciones. Debe ayudar a las organizaciones a valorar a las personas a alcanzar sus objetivos globales, contribuir en la fijación pública de sus valores y en las acciones para lograr su ideario en el contexto de una visión del mundo sobre la protección de los principios éticos. Las acciones comunicativas precisan ser guiadas por una filosofía y una política integrada que respete las demandas del individuo y los intereses de la sociedad. En la era digital y de las redes y/o medios sociales digitales, las organizaciones no controlan cuándo se ve afectado el público. Las empresas no mudan porque quieren, sino por las presiones sociales y de mercado. Ese cambio del paradigma analógico al digital invierte la forma tradicional de emitir información: de comunicarse por un flujo unilateral y con receptor pasivo, a ser un proceso interactivo donde el receptor también es emisor. Así, la comunicación digital se presenta como red de relaciones que utiliza las más diversas formas para interactuar: Internet, blogosfera, web 2.0, blogs, fotologs, wikis, wikipedia y medios sociales digitales como Facebook, MSN, Twitter, etc. DIMENSIONES INSTRUMENTAL, HUMANA, CULTURAL Y ESTRATÉGICA
Para comprender cómo está configurada la comunicación organizacional y cuál es su dinámica, propongo analizarla en cuatro dimensiones: instrumental, humana, cultural y estratégica. He procurado fundamentarla teóricamente y ampliarla con nuevas incorporaciones con la dimensión cultural. Dimensión instrumental Esa es la predominante en las organizaciones. Es instrumental, funcional y técnica. Se considera desde la transmisión de datos y como herramienta para viabilizar los procesos y permitir un pleno funcionamiento. Putnam (2009: 45-47) la analiza como canal transmisor de mensajes y describe la organización como contenedor de comunicación; apoya una ideología funcionalista relacionada con objetivos gerenciales. Es una visión lineal, con canales de una sola vía y comunicación asimétrica. Esa dimensión instrumental predomina en las organizaciones en general; se la considera útil para su funcionamiento pero ignora otros aspectos más subjetivos, la comunicación acontece también de otras formas.
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
301
Dimensión humana A pesar de ser la más importante, puede ser la más olvidada, tanto en literatura sobre comunicación organizacional como en la práctica cotidianas de las organizaciones. ¿Cómo entenderla? ¿Cuál es su importancia para mejorar la calidad de vida en el ambiente de las organizaciones? Son innumerables los aportes conceptuales sobre comunicación humana en la literatura de las teorías de la comunicación y otras áreas del conocimiento. Veamos algunas referencias que expresan, por sí solas, su importancia. El estudioso portugués E. V. Fernandes (2000: 21) la destaca como medio fundamental para que los individuos puedan establecer relaciones con otras personas y con grupos y afirma: Esta evolución total de la naturaleza humana en la comunicación hace que ésta sea entendida, en sentido general, como el conjunto de las interacciones que los individuos efectúan unos con los otros, con la naturaleza, con las organizaciones sociales, con las instituciones y, además, la relación que cada individuo establece consigo mismo. El objetivo de la comunicación no es solo ser un medio o un instrumento a disposición de los individuos, de los grupos formales o informales, organizados o no, para dar a conocer hechos, acontecimientos, pensamientos, ideas, voluntades o afectos, sino, también, un proceso relacionado con la constitución de la esfera pública, esfera responsable de la creación y la manutención de regularidades que dictan las normas de conformidad y de la convivencia, del lenguaje, de las acciones.
Se puede deducir que la comunicación es inconmensurable y traspasa todas las esferas públicas y privadas. Cuando se introduce en la esfera de las organizaciones el factor humano, subjetivo, relacional y contextual constituye un pilar fundamental para cualquier acción comunicativa productiva y duradera. La subjetividad gana fuerza en las organizaciones, siendo uno de los aspectos que precisa más estudio por los gestores de la comunicación. Volnovich (1995), al analizar el agotamiento de los modelos que se vienen adoptando para conseguir gestiones centradas en la eficiencia, llama la atención sobre la necesidad de redefinir el lugar que la subjetividad debe ocupar en las organizaciones. Según ese autor: Es inferida a partir de prácticas de orden individual, grupal o institucional, no se inscribe en un campo puramente racional, sino en una cadena de significaciones imperceptibles (reprimidas) para el individuo o para la organización a la cual pertenece. (Volnovich, 1995: 61).
Sobre los valores personales y organizacionales, Tamayo afirma: Las organizaciones constituyen el lugar privilegiado donde se desenvuelve la identidad profesional del trabajador y el ambiente social donde la persona se realiza desde el punto de vista personal, social y profesional. Es evidente que la identidad, la realización y la felicidad no podrían ser alcanzadas si la persona no pudiese alcanzar, en la organización, las metas fundamentales de su existencia. Tamayo (2005: 169)
La subjetividad pasa a ser mucho más valorada y considerada, interfiriendo también en las propias percepciones sobre el objeto del área de la psicología:
302
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
El objeto de la psicología no es solo la consciencia, el comportamiento, o el inconsciente, sino el estudio de la subjetividad, como expresión de la construcción de cada individuo inserto en determinado contexto social e histórico. Para comprender la subjetividad es necesario ir en busca de su proceso, por lo tanto, buscar sus determinaciones sociales, históricas. Sandra Sánchez y Edna Kahhale (2003: 39)
Las organizaciones, como emisoras de información, no deben albergar la ilusión de que todos sus mensajes discursivos son recibidos positivamente o que son automáticamente aceptados. La comunicación ocurre primero en el nivel intrapersonal y subjetivo. Cada individuo posee su universo cognitivo para recibir los mensajes, interpretarlos y darles significado a su manera y dentro de un determinado contexto. En este sentido, la comunicación organizacional tiene que ser pensada desde la dinámica de la historia contemporánea. En otras palabras, según Chanlat (1993: 49): Los contextos son modos de lectura de la situación. Son las estructuras de interpretación, los esquemas cognitivos que cada persona posee y utiliza para comprender los acontecimientos y, en particular, entender lo que nos interesa».
La comunicación sufre todos los impactos provocados por la revolución digital. Consecuentemente, el modo de producir y vehicular los mensajes organizacionales también pasa por profundas transformaciones. Es preciso considerar aspectos relacionales, subjetividad, contextos, condicionamientos internos y externos, así como la complejidad que atraviesa todo el proceso comunicativo. El mencionado Taylor (2005: 215) escribe: «La comunicación no es ya descrita como transmisión de conocimiento, sino como una actividad práctica que tiene como resultado la formación de relaciones.» Chanlat (1993: 29), referencia internacional en los estudios de los individuos en las organizaciones, es muy contundente a ese respecto: Reducir la comunicación humana en las empresas a una simple transmisión de información, visión directamente inspirada por la ingeniería, como se puede ver con frecuencia en los manuales de comportamiento organizacional, es diluir todo el problema del sentido y de las significaciones. Es olvidarse que todo discurso, toda palabra pronunciada o todo documento escrito se inserta en mayor o menor grado en la esfera del actuar, del hacer, del pensar, y del sufrimiento (Grize, 1985). Es condenarse a no poder aprender en profundidad ni lo simbólico organizacional ni la identidad individual y colectiva.
Gary Kreeps (1995: 28) enfatiza su importancia en las relaciones en el ambiente organizacional y la defiende como un proceso de organización: La comunicación es un proceso dinámico y continuo. Permite a los miembros de la organización trabajar juntos, cooperar e interpretar las necesidades y actividades siempre mutantes de la organización. La comunicación humana no comienza ni termina. Las personas están siempre inmersas en la comunicación consigo mismas y con otras, especialmente en la vida de la organización.
Otro aspecto importante es la valoración de la comunicación interpersonal. Las organizaciones no siempre propician espacios informales y favorables para cultivar esa forma de comunicación en sus ambientes internos. La comunicación interper-
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
303
sonal es vista como la interacción que implica intercambio de información verbal y no-verbal entre dos o más participantes en una situación cara a cara. Casado (2002: 279) la considera un pilar en la gestión de personas en organizaciones, destacando cuatro tipos: verbal, no-verbal, simbólica y paralingüística. En el ámbito institucional, la comunicación tiene que ser entendida como parte inherente a la naturaleza de las organizaciones. Gareth Morgan (1996: 142) sostiene: «la naturaleza verdaderamente humana de las organizaciones es la necesidad de construirlas en función de las personas y no de las técnicas». Las organizaciones son formadas por personas que se comunican entre sí y que, por procesos interactivos, crean el sistema funcional para la consecución de los objetivos organizacionales en un contexto de diversidades, conflictos y transacciones complejas. Sin comunicación las organizaciones no existirían. Como expresa Taylor (2005: 215): «Las organizaciones se autoorganizan como resultado de la dinámica de la interacción local. La autoorganización es un fenómeno comunicacional.» La organización es comunicación y se autoorganiza gracias a esta. Prestar atención a la humanización de las organizaciones nunca fue tan necesario como en el presente mundo globalizado y desigual, en el que el empleo es privilegio de pocos y esos pocos precisan, muchas veces, trabajar para muchos si quieren continuar empleados. Odair Furtado (2003: 321), escribe: Para el trabajador que mantiene el empleo, el riesgo constante del paro y para el desempleado, la poca esperanza de volver al mercado de trabajo, [son] fuentes de tensión que desorganizan su vida y la de su familia. En este momento, estamos tratando el desempleo como factor emergente central para el sufrimiento psíquico del trabajador, pero los que permanecen empleados también sufren presiones que representan un factor importante de riesgo que viene siendo estudiado por los investigadores en psicopatología del trabajo.
Esa realidad crucial, muy presente en nuestros días, pone en jaque todo aquello que se defiende como humanización, calidad de vida en el trabajo y las apologías de la valorización de las personas, de gestión de talentos, comunicación interna participativa, etc., tan anunciadas por muchas compañías. Existen grandes cambios de mentalidad de muchas empresas a lo largo de los últimos años, sobre todo con la implantación de programas de responsabilidad social y sostenibilidad, pero la cuestión de la valoración de las personas no suele pasar del mero discurso. En la práctica cotidiana, aunque se considere al empleado como colaborador –término no muy apropiado, pues hay un vínculo de trabajo no voluntario–, sufren muchas presiones y los intereses del capital están siempre encima de lo social. Esto se constata en las fusiones, adquisiciones y crisis corporativas. Se promete que no habrá despidos, pero todo es cuestión de tiempo, la promesa «cae por tierra» o «muere en la playa», como afirma el dicho popular. Barnard (1938) en una época en que este tema ni siquiera era objeto de estudio, ya llamaba la atención sobre la importancia de la comunicación en el proceso de cooperación humana en las organizaciones. La tesis de Barnard (Littlejohn, 1982: 301) mantiene:
304
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
Las organizaciones solo pueden existir a través de la cooperación humana, la cooperación es el vehículo a través del cual las capacidades individuales pueden combinarse para realizar tareas súper ordenadas. [...] Las personas están muy coartadas en su capacidad de realización. Existen límites biológicos, situacionales y sociales para lo que una persona puede hacer. Solo con interacción puede darse la necesaria cooperación. Los participantes en un sistema cooperativo deben estar satisfechos con los resultados para que la cooperación prosiga.
Reafirmo que la valoración de las personas en las organizaciones debe ser un parámetro determinante para la comunicación organizacional. Las organizaciones saludables, que consideran la calidad de vida del trabajador, son las más creativas, productivas y admiradas. La «organización es creativa en función de sus recursos humanos», señala A. Martínez, que justifica así su afirmación: Son los individuos y grupos de la organización quienes perciben las nuevas posibilidades, producen ideas, crean proyectos innovadores, son osados al tomar decisiones y generan productos originales... son los principales actores en la constitución de la subjetividad social que caracterizan y participan activamente en la expresión creativa de la organización. A. Martínez (2007: 62)
Finalmente, «la esfera de los negocios humanos consiste en la red de relaciones humanas que existe donde quiera que los hombres vivan juntos», como afirma Hannah Arendt (2005: 198). Es en esa red donde por medio del discurso y la acción, los individuos deben poder construir su historia de vida. Dimensión cultural Las organizaciones están formadas por personas con diferentes culturas. Esos individuos, al integrarse en sus cuadros funcionales, precisan adaptarse a la cultura del fundador y/o a la organizacional vigente, así como a sus valores y principios filosóficos. Las organizaciones, a su vez, están en un determinado país, que posee su cultura nacional y sufre interferencias de otra multicultural y global. Con esas consideraciones podemos afirmar que la comunicación organizacional no acontece aislada ni de la cultura organizacional (nivel micro), ni del contexto multicultural (nivel macro). Todo el referencial teórico disponible tanto sobre cultura organizacional como sobre comunicación intercultural y multiculturalismo, serán de gran valía para fundamentar la producción de la comunicación organizacional en una perspectiva local y global. En este sentido, defiendo la necesidad de que los gestores de comunicación consideren la dimensión cultural como parte integrante de su planeamiento, de las acciones comunicativas y de los procesos de gestión participativa. Hay que considerar la dimensión cultural en sinergia con las demás dimensiones de la comunicación organizacional. Dimensión estratégica Aquí se deben considerar dos enfoques: uno basado en una visión más conservadora y racional centrada en resultados y otro en una perspectiva más compleja, que toma en cuenta las incertidumbres y busca nuevas alternativas para
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
305
repensar la comunicación estratégica. A partir de estas dos posibles visiones, podemos valernos de aportes teóricos de muchos estudiosos sobre estrategia. Me limito aquí a hacer una breve mención a Whittington y R. A. Pérez, para ilustrar lo que es posible abordar al referimos a la dimensión estratégica. R. Whittington (2002: 1-48) propone cuatro abordajes genéricos de estrategia: 1. Clásica: la más antigua e influyente, muy utilizada en el planeamiento estratégico; 2. Evolutiva: centrada en la sobrevivencia y relacionada con la evolución biológica; 3. Procesual: en relación con la naturaleza imperfecta de la vida humana, como proceso falible; 4. Sistémica: relativista, fines y medios están vinculados a los sistemas sociales en los que se desarrolla. Estas perspectivas muestran que la dimensión estratégica contempla aspectos más allá de la visión clásica o tradicional practicada por la mayoría de las organizaciones. Otra forma de encarar la dimensión estratégica es con la «nueva teoría estratégica» (NTE) propuesta por R. A. Pérez (2008). Son muchos los planteamientos que destaca, sugiriendo nuevos paradigmas para concebir la estrategia de comunicación en las más diferentes esferas sociales, políticas y económicas. Sus ideas se confrontan con teorías y prácticas dominantes a lo largo de las últimas décadas. Para este autor constituyen una verdadera «selva estratégica»: paradigmas que privilegian el conflicto y la competición, que ignoran la incertidumbre o no contemplan al ser humano, que creen en certezas y fórmulas y que, por tanto, están destinados al fracaso. Su principal crítica se refiere al paradigma administrativo/económico, que entiende las estrategias como instrumentos para alcanzar objetivos, derrotando competidores del mercado, los cuales son vistos como enemigos. Así, las estrategias son construidas según la propia lógica sobre la cual los administradores han actuado a lo largo de las décadas pasadas: la creencia de que apenas los recursos internos de la organización importan para su éxito, la ilusión de que es posible evitar que cambios externos generen impacto sobre su organización y la visión de la comunicación como instrumento dirigido a la transmisión de informaciones.3 A partir de estos nuevos enfoques, creo que la dimensión estratégica de la comunicación organizacional incorpora una visión mucho más compleja.
COMPLEJIDAD, COMUNICACIÓN Y ORGANIZACIÓN Ivonne de Lourdes Oliveira y María Aparecida de Paula
La trama de la relación entre una empresa minera y dos comunidades impactadas por su actuación en el estado de Minas Gerais (Brasil), se presenta como referente privilegiado para entender las organizaciones contemporáneas 3 N. de los editores: En nuestro tercer capítulo hay dos trabajos de Rafael Alberto Pérez que dan buena cuenta de sus planteamientos sobre estrategia, la NTE y el concepto estrategar.
306
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
bajo la perspectiva de la complejidad. Son datos del estudio «Perspectiva procesual de la comunicación en el contexto de organizaciones», desarrollado entre 2009 y 2010 por Lourdes Oliveira, Lima y Monteiro, financiada por el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico CNPq, Brasil. Partimos de dos dimensiones de análisis: como sistema (organización como sistema social que se estructura en sus procesos productivos, de gestión, estructura física, recursos financieros y tecnológicos en la búsqueda de resultados) y como realidad comunicacional (marcada por diferencias, donde los sujetos interactúan y asocian sus competencias y habilidades para materializar los objetivos organizacionales). Además, la organización se vincula con los actores sociales en los ambientes económico, social e histórico, en los que se inserta. Ante esas dos dimensiones, la organización alberga diferentes intereses, lo que crea situaciones paradójicas que se plantean como desafíos, al evidenciar la complejidad de ese sistema/espacio. Esas situaciones provienen de las dudas que presiden la sociedad contemporánea que tiene el «azar como rector de los sucesos o al menos de una gran parte de ellos». (Guimarães, 2011). Los principios del paradigma de la complejidad (Morin, 1999; 2011) cimentan nuestro análisis sobre la trama organizacional en esa realidad, junto con autores brasileños que estudian la comunicación en el contexto organizacional a partir de ese paradigma (Baldissera, 2010; 2011; Curvelo; Scroferneck , 2008). Las organizaciones se constituyen a partir de discursos mediados de racionalidad y negociación permanente. Son una esfera importante de la sociedad, ya que participan en su desarrollo produciendo bienes duraderos y de consumo, prestando servicios, o por su actuación en escenarios de grandes transformaciones. Estructuran espacios económicos, sociales y políticos asumiendo papeles del Estado y sustituyendo instituciones tradicionales como familia, iglesia y otros. Casali, Marchiori y Reis (2010, p.180) destacan: Existe consenso sobre los tres elementos estructuradores del nuevo escenario: organizaciones formales, comunicación y el declive del paradigma de la racionalidad (Lyotard, 1997; Jameson, 1997; Deetz, 1992; Livingstone, 2008).
Ese escenario obliga a las organizaciones a repensar sus métodos, actualizar procesos y formas de relación con la sociedad para adecuarse a nuevos entornos y exigencias, lo que aumenta la complejidad del contexto y pone en evidencia las contradicciones, diferencias y paradojas inherentes al sistema, así como los movimientos que se producen en la cotidianeidad. Para evidenciar aspectos que constituyen el tejido organizacional y mostrar cómo realidades complejas y comunicacionales conviven y afrontan las racionalidades operantes en ese contexto, también razonamos sobre los movimientos de interacción y disputas de sentido presentes. Discernimos las perspectivas de los actores implicados y problematizamos los modelos tradicionales de comunicación, en un intento de sobrepasar el abordaje de transmisión de prácticas comunicativas, con base en el paradigma relacional. (França, 2001; 2006).
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
307
La relación entre la empresa minera y las dos comunidades evidencian esas cuestiones. Una de las comunidades está formada por personas con poder adquisitivo y escolaridad altos, la otra por empleados de urbanizaciones de lujo de la región, con poder económico y escolaridad bajos. Esa relación se caracteriza por demandas de minimización y compensación de los impactos causados por la operación de la empresa en la región y está configurada por una fuerte tensión manifiesta en sus discursos. La empresa cuenta con una estructura específica de comunicación con la función de mediar dicha relación. El mediador ejerce dos papeles difíciles de conciliar: representar a la empresa y atender a las expectativas de las comunidades a partir del direccionamiento de aquella. Las tensiones surgen en diversos ámbitos, ya que muchas veces las decisiones de la organización responden a necesidades de las comunidades que, a su vez, tienen demandas diferentes. El profesional es presionado por dos lados, se incluye en una telaraña de relaciones en la que no siempre está seguro de su posición, ni de la dinámica de mutua afectación entre implicados. En la medida en que la empresa interfiere en la vida cotidiana de las dos comunidades, hay una fuerte demanda de contactos dirigidas al profesional de comunicación que la representa. Esa mediación se concreta en procesos de negociación, sin que el profesional tenga autonomía y poder de decisión para lidiar con las situaciones. Así, su función se confunde con la propia empresa, lo que causa molestias a las comunidades y genera sentimientos de desvalorización y falta de respeto de la empresa hacia ellas y de desconfianza y falta de credibilidad con relación a la empresa. Aunque se haya instituido un interlocutor (el profesional de la comunicación), no parece capaz de conducir la relación entre comunidades porque le falta poder. Eso simboliza la distancia y desconocimiento de la realidad local por la empresa. Pese a la conciencia de sus límites, el profesional deja sobreentendida la posibilidad de solución de cuestiones demandadas, lo que refuerza la insatisfacción de las comunidades con la prórroga de las soluciones. La naturaleza de esa mediación parece sugerir la necesidad de una actuación que no esté basada en la neutralidad, en un intento inútil de minimizar los conflictos de la relación. En esa situación se articulan flujos de información y de relaciones en una implicación mutua, en que la alteridad, los contextos y los discursos que emergen son determinantes, imposibilitando su comprensión según la lógica de la dualidad. Esa experiencia ejemplifica la convivencia de las dos dimensiones: de un lado la racionalidad, fuerte característica de las organizaciones y de otro, la complejidad que aprehende los movimientos y las contradicciones del sistema, además de las personas que la constituyen. ORGANIZACIONES Y RACIONALIDAD El siglo XX estuvo marcado por una visión de la realidad organizacional como el lugar de la racionalidad y de la productividad, que subordinan el conocimiento a la producción y a la eficiencia (Freddi, 1998; Guimarães, 2011). En
308
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
sociología, el modelo burocrático de Weber (2003) considera las organizaciones como un sistema constituido de personas que obedecen a una lógica racional de relaciones sistemáticas y prescritas. Están marcadas por el pensamiento determinista, pautadas en la normativa que las caracteriza como ambientes de racionalidad y orden. La jerarquía es determinante, lo que lleva a la definición de los espacios del poder y la autoridad, delimitando el lugar de cada individuo. Las estructuras son rígidas, orgánicas y relativamente estables. Esta perspectiva presupone equidad entre empleados y no permite atención a peculiaridades. Según Soares (2008, p. 37): «esa visión instrumental de las organizaciones las define como entidades supraindividuales dotadas de plena capacidad de control sobre los fenómenos sociales». Así, las personas poseen funciones sectoriales y son vistas como parte del sistema productivo sin implicarse en los procesos internos, subyugados a una lógica de rutina y de mecanización de las acciones. Para Weber (2003) la racionalidad en las organizaciones modernas está presente en las técnicas de medición y en la objetividad para alcanzar los fines anhelados. Destaca que una burocracia instaurada tiene un potencial de endurecimiento de los procesos, a la vez que limita la acción de los individuos. [...] En la palabra organización se encuentra la idea de rutinas y hábitos cristalizados. Organizar es, por naturaleza, conspirar contra el azar y dicha conspiración no se produce a no ser por medio de la fijación de hábitos, sin la que los actos humanos se tornan demasiado impredecibles. Guimarães (2011, p. 146).
El autor destaca que en la contemporaneidad, la búsqueda de armonía y orden, propios del paradigma cartesiano-newtoniano, da lugar a complejos flujos de redes sociales, a la fragmentación y a contradicciones propias de los procesos de la sociedad, aspectos evidenciados en la experiencia tomada como ejemplo. De esa forma, los lugares de la racionalidad se restringen, las relaciones se diluyen y factores ajenos interfieren constantemente, instaurando una tensión entre la racionalidad, la fluidez, la presencia de riesgo y de los actores en los procesos de interacción. Morin (2011) explica ese movimiento: La racionalidad es el juego, el diálogo incesante, entre nuestro espíritu, que crea estructuras lógicas, que las aplica al mundo y que dialoga con ese mundo real. Cuando ese mundo no está de acuerdo con nuestro sistema lógico, hay que admitir que éste es insuficiente. La racionalidad, de algún modo, no tiene jamás la pretensión de englobar la totalidad de lo real dentro de un sistema lógico, pero tiene la voluntad de dialogar con aquello que lo resiste. (Morin, 2011, p.70).
La comprensión de los fenómenos en su realidad compleja requieren atención a acciones, retroacciones, relaciones, tensiones y dispersiones, de modo que se contemplen las redes que forman reacciones. (Morin, 1999). El problema que se plantea no es el de la sustitución mecánica de valores, intercambiar lo cierto por lo incierto, la seguridad por la duda, el alejamiento por el acercamiento, sino comprender la dualidad de los valores y percepciones que conviven y son asimilados por actores y organizaciones de forma distinta. En la rela-
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
309
ción entre la empresa minera brasileña y las comunidades, se expresan las diferencias y, a la vez, puntos de acercamiento o intereses mutuos. El desafío está ahí. ¿Cómo pensar los procesos comunicativos en el contexto organizacional, en el que sobresalen los aspectos racionales? ¿Cómo establecer procedimientos que incorporen las dudas del medio, los cambios constantes y las subjetividades de los actores implicados? Según Baldissera (2011), la condición para que exista una organización son los procesos comunicacionales que en ella se desarrollan. En ese momento, la organización adquiere la dimensión dialógica que sugiere compartir propuestas, percepciones e intereses y se torna un espacio en que los actores se realizan, construyen y disputan sentidos. ORGANIZACIONES Y COMPLEJIDAD Las organizaciones son lugares de complejidad y es fundamental comprender su trama, observar sus prácticas, su actuación, su relación con la sociedad, articulándolas con los valores y finalidades que las constituyen, sin olvidar que en los flujos de información y de relaciones el otro está presente. Los actores sociales las transforman en espacios de convivencia, intercambios y negociaciones y así las convierten en realidades comunicacionales. El problema no es reducir ni separar, sino distinguir y unir. El problemaclave es el de un pensamiento que una, por eso la palabra complejidad, desde mi punto de vista, es tan importante, una vez que complexus significa «lo que está tejido junto», lo que adopta aspecto de tapicería. El pensamiento complejo se esfuerza por unir, no en la confusión, sino operando distinciones. (Morin, p. 33).
Morin no rechaza la necesidad de claridad, orden e incluso la determinación de objetivos. Pero son referentes insuficientes para que avancen las organizaciones, ya que viven y sobreviven en escenarios mutantes, llenos de posibilidades e imposibilidades, de aciertos y errores que las ponen frente a frente a desafíos cada vez más intrigantes. Para ampliar nuestra comprensión de las organizaciones como realidades comunicacionales, los principios dialógico, recursivo y hologramático (Morin, 1999; 2011) ayudan a articular las cuestiones teóricas que sostienen este campo. Sabemos que los conceptos se definen a partir de su esencia y no por sus fronteras. Pretendemos, por tanto, desde esos tres principios, comprender mejor la dinámica en ese ambiente de complejidades. El principio dialógico remite a los fenómenos dentro de la lógica de la dualidad y de las contradicciones que se contraponen a la razón. Para Morin (2011) orden y desorden forman lo dialógico cuando se complementan en el antagonismo: «Todo pensamiento debe dudar y creer, rechazar y combatir la contradicción, pero al tiempo asumirla y alimentarse de ella.» (Morin 1999, p. 222). Baldissera (2011) sobre la constitución del principio dialógico señala: «todo se relaciona y tiene que ver con todo para formar un mismo e inseparable tejido de constituyentes heterogéneos.» (Baldissera, 2011). En el caso relatado, posiciones antagónicas y yuxtapuestas se alternan y evidencian el principio dialógico.
310
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
El principio de la recursividad se apoya en la idea de que «los productos y los efectos son al mismo tiempo causas y productores de lo que lo produce». (Morin, 2011, p. 74). Los seres humanos instituimos la sociedad y somos influidos por ella, condicionamos nuestra actuación social, cultural e histórica. Ese principio también se denomina recursión organizacional (Morin, 2011), y lleva a pensar en la organización como lugar de la recursividad, especialmente cuando se revela la interdependencia entre su sobrevivencia y la sociedad. En el caso investigado, la empresa minera necesita aval y reconocimiento de las dos comunidades para extraer mena en la región y desarrollarse económicamente. Eso sólo es posible si se establecen relaciones sociales más amplias: estrechar las relaciones con los grupos implicados en sus operaciones que se impactan por sus políticas y prácticas. La recursividad se revela en la interdependencia que existe entre la empresa y las dos comunidades, ambas constituyen un contexto específico a partir de sus interacciones con influjo mutuo. La base del principio hologramático se halla en el mundo biológico y en la sociología para mostrar que «el todo está en la parte que está en el todo». (Morin, 2011, p. 75). De otro lado, Morin (2011, p. 75) añade el matiz sociológico: «el principio a nadie es permitido ignorar la ley, impone la presencia fuerte del todo social sobre cada individuo, aunque la división del trabajo y la fragmentación de nuestras vidas hagan que nadie posea la totalidad del saber social.» Con esas articulaciones analiza la noción de holismo. La paradoja: el todo está en las partes y las partes en el todo, sugiere que el pensamiento complejo no es un sistema cerrado; comprende a la sociedad y a las organizaciones como tejido entrelazado, que sufre interferencias desde distintos ángulos, insinuando posibilidades de apertura para que intervengan los sujetos. (Baldissera, 2011). En nuestro ejemplo, la permanencia de las actuaciones de la empresa en el territorio depende de su legitimación social por parte de las dos comunidades; a la vez, el desarrollo de estas está conectado con las actuaciones de la empresa. Es el efecto simultáneo causa/causante, producto/productor. Empresa y comunidades son partes del todo (sociedad) y revelan la perspectiva hologramática. Afectadas mutuamente por lo racional, por la interdependencia, «se actualizan en interacciones e interrelaciones, «en el acontecer». (Baldissera, 2011). Los tres principios que sustentan el núcleo del paradigma de la complejidad que conduce a una concepción abierta de la organización, lejos del pensamiento simplificador que invierte en operaciones lógicas que disminuyen las posibilidades de los actores sociales, de los sujetos que se relacionan con ella. Organizaciones como realidades comunicacionales Esta perspectiva remite al paradigma relacional de la comunicación con referentes en el interaccionismo simbólico. Se trata de comprender los procesos comunicacionales en la globalidad de los procesos, señalando la circulación como una instancia de prácticas discursivas y producción de sentidos. Se fun-
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
311
damenta en la articulación de tres elementos: interlocutores, actores que relacionan discursos que materializan lo simbólico y el contexto para aprehender el fenómeno de forma circular y evidenciar su complejidad. (França, 2001; 2006). El contexto no se refiere a una categoría objetiva, sino a subjetividades e intersubjetividades que se actualizan continuamente en la interacción. Esa mirada acerca sobremanera el paradigma relacional al de la complejidad. Se produce y comparte sentido entre sujetos/interlocutores en determinado contexto sobre el que actúan y del que reciben reflejos. Se revela en esa dinámica la mutua afectación de las instancias de emisión, recepción y circulación, que pueden articularse con los principios de la recursividad y hologramático: «La propia idea hologramática está conectada a la idea recursiva que es, en parte, a la idea dialógica». (Morin 2011, p.75). Esto se opone al paradigma informacional, en que los significados se asumen como existentes y se determinan lugares estancos de emisión y recepción. En esa dinámica, la esfera mediática aporta nuevos contornos al campo de la comunicación en el siglo XXI. La lógica de la mediatización se ha convertido en un proceso interactivo de referencia para la sociedad (Braga, 2006; França; Correa, 2012). Sin embargo, Braga (2006a) señala que, aunque esa lógica influye en lo social, las anteriores coexisten, se complementan y relacionan concomitantemente, a pesar de sus diferencias. Los medios no son externos a una sociedad y cultura; son, justamente, uno de sus ejes articuladores. Asimismo, los medios y la sociedad no se encuentran en una relación de causalidad (en una u otra dirección), sino en una dinámica de reflexividad: los medios de comunicación hablan de (reflejan) una sociedad. (França; Correa, 2012, p. 8).
Las organizaciones se reconfiguran dentro de esa lógica mediática. Sus políticas son continuamente resignificadas por los actores sociales. En las redes digitales la dinámica emerge a una velocidad y amplitud que confronta la racionalidad. Las organizaciones se enfrentan a todo tipo de posturas y la mayoría de las veces no saben cómo lidiar con lo imprevisto. La articulación entre los principios dialógicos de la complejidad y el espacio del paradigma relacional, prueban la calificación de las organizaciones como realidades comunicacionales postulada por Fausto Neto (2008). Para ese autor, son espacios complejos en los que las interacciones se materializan de forma asimétrica y generan complejidad. Las exigencias de pragmatismo y control no logran oponerse a las asimetrías cuando operan con «estrategias desviantes» -Fausto Neto- de otros actores. (Oliveira; Paula; 2010). De esa forma, las organizaciones se tornan ambientes de no-regularidades, envueltas en contradicciones y disensos. El mayor desafío que se presenta no es el hecho de que se tenga que lidiar con la duda, con el desorden, la imposibilidad de control […] El gran desafío parece ser reconocer que la alteridad es agente del proceso y que, cada estrategia adoptada, puede implementar, incluso, una contraria. (Baldissera, 2011, p. 178).
312
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
La característica dialógica de la comunicación en el contexto organizacional requiere el reconocimiento del otro con sus diferencias y contradicciones. Las organizaciones forman parte del todo social, influyen en la constitución económica, política y social con sus estrategias, y son influidas por los actores sociales que se relacionan con ellas. Esto se relaciona con la visión de Morin: El hombre produce dos tipos de delirio: uno es el de la incoherencia absoluta, las onomatopeyas, las palabras pronunciadas al azar. El otro es mucho menos evidente, es el delirio de la coherencia absoluta. El recurso contra este es la racionalidad autocrítica y la utilización de la experiencia. (Morin, 2011, p. 72).
Llegamos a la idea de que el sentido no es autónomo, se construye desde un contexto determinado y las percepciones de los actores del proceso comunicativo. La (re)significación cambia en cada relación, agrega sentidos, eliminando otros, constituye una red de percepciones que se consolida en la formación de conceptos. En el espacio organizacional, marcado por la racionalidad, los actores sociales construyen discursos y sentidos, se confrontan con lo simbólico y buscan visibilidad. La comunicación se actualiza alrededor de la interacción, del lenguaje y de la producción de sentidos. Por ello es fundamental entender las organizaciones como realidades comunicacionales y que los procesos de interacción en ese contexto no se realizan en términos simétricos. Forma parte también el disenso, las posibles paradojas y la escucha del otro, la negociación, como se evidencia en la relación entre la empresa y las dos comunidades. CONSIDERACIONES FINALES La vertiente teórica adoptada en este artículo lleva a la desestructuración de lo establecido para entender las organizaciones y el fenómeno comunicacional desde la complejidad, que considera desorden, duda y confusión como parte de los procesos sociales. No es posible controlar a los actores sociales como promulgan las teorías de gestión y fórmulas consagradas de éxito propias del contexto organizacional. Consideramos lo real como lugar de contradicciones y de imprevistos. Partiendo de las dos dimensiones de análisis de las organizaciones –como sistema y como realidad comunicacional- pensamos cómo un sistema social que se estructura en sus procesos productivos, de gestión, recursos financieros y tecnológicos en la búsqueda de resultados, convive con contextos marcados por las diversidades presentes en las interacciones entre los sujetos. Para concebir la organización como una realidad comunicacional, hemos articulado la lógica de la racionalidad, con las paradojas, divergencias y convergencias que tejen la trama organizacional. Esa concepción desafía lo lineal y da cuenta de articulaciones entre saberes en busca de un conocimiento multidimensional. Nuestro análisis de las tensiones en la relación entre la empresa minera y las dos comunidades, permitió evidenciar las dificultades que tiene el mediador de la empresa; el profesional se encuentra en una telaraña de relaciones entre los implicados de la que no siempre tiene conciencia.
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
313
Detectamos que la naturaleza de esa mediación es un intento inútil de minimizar los síntomas de conflictos de la relación o articular los flujos de información que se producen en afectación mutua; la lógica de la dualidad se muestra insuficiente para su comprensión, la complejidad de estos movimientos desafía la racionalidad de la organización. La actuación de la mina en la región analizada depende de las comunidades y estas, de la empresa minera. Ante la imposibilidad de que la organización anule las contradicciones de su política y aclare el contexto en que se coloca, se ponen en evidencia los principios recursivo y holográfico de la complejidad y su aproximación al paradigma relacional. Las organizaciones miradas como realidades comunicacionales abren posibilidades para la aprehensión de la complejidad de su actuación y de sus relaciones.
COMPLEJIDAD E INCERTIDUMBRE DESDE ECOLOGÍA DE LOS MEDIOS Octavio Islas
A partir del pensamiento de Marshall McLuhan (1911-1980), se desarrolló la Media Ecology –Ecología de los Medios-, escuela del pensamiento humanista, que se ha distinguido por conceder particular énfasis al estudio del impacto de las tecnologías y los medios de comunicación en las sociedades. «Al cambiar las necesidades, cambian las teorías y con ellas los conceptos. Todos sabemos que en el siglo XX han cambiado muchas cosas.» R. A. Pérez (2001). La Ecología de los Medios posee un imaginario conceptual que trasciende a las llamadas ciencias de la comunicación, se ha distinguido por conceder particular énfasis al estudio del impacto cultural, social, político y económico de las tecnologías y los medios de comunicación en las sociedades. Las tesis de McLuhan representan su principal fundamento teórico y epistemológico. En la Ecología de los Medios, la fatalidad de los cambios tecnológicos admite entenderse como principio explicativo en el desarrollo humano; cualquier tecnología –y los medios de comunicación lo son- representa una extensión de los sentidos o facultades del ser humano: «cualquier medio afecta en seguida al campo entero de los sentidos», (McLuhan 1996, p. 65). La Media Ecology también es conocida como Escuela de Toronto, Escuela de Nueva York, Mediología, Escuela de San Luis o Escuela Norteamericana de la Comunicación. Entre los principales referentes teóricos e intelectuales destacan –además de McLuhan-: H. Innis, W. Ong, N. Postman, L. Mumford, J. Ellul, E. Eisenstein, E. Havelock, E. Carpenter, J. Goody, J. Metrowitz, J. Bolter, P. Levinson, L. Strate, D. Schmandt– Besserat, R. Logan, J. Carey y C. Nystrom, entre otros.4 Neil Postman –uno de los más destacados discípulos de McLuhan, considerado también pilar intelectual en la Ecología de los Medios-, definió así el objeto de estudio: 4
Véase el compendio de textos: www.media-ecology.org/media_ecology/readinglist.html
314
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
La Ecología de los Medios analiza cómo los medios de comunicación afectan la opinión humana, la comprensión, la sensación, y el valor; y cómo nuestra interacción con los medios facilita o impide nuestras posibilidades de supervivencia. La palabra ecología implica el estudio de ambientes: su estructura, contenido e impacto en la gente. Un ambiente es un complejo sistema de mensajes que impone en el ser humano formas de pensar, sentir, y actuar. Estructura lo que podemos ver y decir, y por consiguiente, hacer. Asigna roles e incide en el ejercicio de los mismos. Especifica qué podemos y qué no. En algunas ocasiones, las especificaciones son formales y explícitas. En el caso de ambientes mediáticos, por lo general, son implícitas e informales, parcialmente ocultas, desde el supuesto de que no estamos tratando con un ambiente sino simplemente con una máquina. La ecología de medios pretende hacer explícitas estas especificaciones tratando de encontrar qué roles nos obligan a jugar los medios, cómo estructuran lo que vemos y la razón por la cual nos hacen sentir y actuar de la manera en que lo hacemos. La Ecología de los Medios es el estudio de los medios como ambientes. (Disponible en la citada web, consultada el 29-XII-2012)
Robert Logan (2010) también ofrece una interesante definición de Ecología de los Medios: la Ecología remite al estudio de una especie en sus relaciones biológicas con el medio ambiente, así como sus relaciones simbióticas y antagónicas con otras. Medio se refiere a las tecnologías que hacen posible las telecomunicaciones y sus efectos en la transferencia de datos. La Ecología Mediática es el análisis de las tecnologías que envuelven a la cultura que se desarrolla en un ambiente determinado afectándola de manera directa. A pesar de críticas y cuestionamientos de no pocos detractores –del belga Mattelart, por ejemplo-, hoy Marshall McLuhan no solo es reconocido como el más importante pensador en la historia de la comunicología, además es considerado como uno de los intelectuales más influyentes en el siglo XX. Tom Wolfe, periodista estadounidense considerado «padre del nuevo periodismo», y uno de los principales biógrafos de McLuhan, sostiene que debe ser reconocido como el pensador más grande en la historia -después de Newton, Darwin, Einstein y Pavlov (Fernández y Sampieri 2011)-. La vigencia de algunas de sus tesis es irrefutable. McLuhan anticipó el tránsito hacia la «aldea global»; destacó que tecnologías y medios de comunicación admiten ser considerados prolongaciones de nuestro cuerpo y sentidos; estableció que es posible distinguir entre medios calientes y fríos con base en la definición del medio y las posibilidades de participación de las audiencias; introdujo el concepto de ambientes mediáticos; propuso una aguda teoría sobre la invisibilidad-visibilidad de los mismos; destacó la compleja relación campo-figura; introdujo una interesante tétrada destinada a la comprensión de los cambios culturales generados por los medios y las tecnologías; anticipó el advenimiento de los prosumidores y los nómadas digitales; afirmó que el medio es el mensaje –tesis eminentemente compleja y estratégica-. A pesar de sus relevantes contribuciones teóricas –que como he afirmado trascienden el imaginario conceptual de la comunicología
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
315
para proyectarse al imaginario del complejo pensamiento humanista y sistémico–, McLuhan reconocía no ser el creador de una teoría estructurada. Sus aportaciones solo deberían ser consideradas como exploraciones; se concebía como un explorador. Fundamentalmente fue hombre de letras, y un exitoso autor. Sobre la dificultad de comprenderle e inferir la aplicabilidad de sus tesis, Federman y de Kerckhove afirman: McLuhan es más frecuentemente citado que leído, e incluso cuando se lee, rara vez se entiende de manera que conduzca a la acción práctica. Peor aún, McLuhan no solo es mal entendido, a menudo sus ideas son puestas al servicio de algo que particularmente detestaba: la nostalgia de quienes viven en el espejo retrovisor. (Federman y de Kerckhove 2003, pág IX).
En su segundo y tercer libro -The Gutenberg Galaxy: The Making of Typographic Man, (1961) y Understanding media. The extensions of man (1964)-, McLuhan analizó el papel de los medios y las tecnologías en el desarrollo de nuestra civilización. Así, podemos identificar tres grandes etapas históricas, y en cada una reconocer la supremacía de algún medio de comunicación. La primera -Preliteraria o Tribal- hasta la invención del alfabeto;5 en la segunda -la Galaxia Gutenberg o Edad Mecánica-, la supremacía corresponde a la palabra impresa; en la tercera dominó la electricidad. Destacó tres innovaciones tecnológicas fundamentales: la invención del alfabeto fonético, que sacó al hombre tribal de su equilibrio sensitivo y otorgó primacía al ojo; la introducción de la imprenta de tipos móviles en el siglo XVI, aceleró este proceso; la invención del telégrafo, en 1844, anticipó la profunda revolución electrónica. En las primeras líneas del libro The Medium is the Massage, McLuhan y Fiore describen la complejidad de la ecología cultural de la Edad Eléctrica. Los medios, o procesos de nuestro tiempo –era eléctrica–, están reformando y reestructurando los patrones de interdependencia social y cada aspecto de nuestra vida personal. Nos fuerzan a reconsiderar y evaluar cada pensamiento, cada acción, y cada institución. Todo está cambiando – nosotros, nuestra familia, la educación, el vecindario, nuestro trabajo, nuestro gobierno, y la relación con otras personas- y está cambiando dramáticamente-. (McLuhan 1967, 9).
A partir de la «aldea global», McLuhan anticipó el tránsito hacia una nueva edad que en algunos textos designó Information Age. En 1961 analizó la Edad Mecánica, que comprende desde la difusión de la imprenta en la Europa de la modernidad, hasta las primeras décadas del XIX, cuando el telégrafo transfor5 La invención del alfabeto fonético permitió el desarrollo de lenguajes. El hombre accedió al pensamiento abstracto, afirmándole como ser simbólico, accediendo así a nuevas posibilidades evolutivas. La evolución de los principales rasgos del lenguaje –refiere R. A. Pérez- «un extenso léxico y un conjunto de reglas gramaticales, parece estar relacionada con el segundo momento de la expansión del cerebro, que tuvo lugar entre 500,000 y 200,000 años. Robin Dumbar (1993) puntualiza que las bases para la capacidad lingüística tuvieron que aparecer en los albores de la evolución del género Homo, hace al menos 250.000 años.» (Pérez 2001, p. 282).
316
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
mó la amplitud y el devenir de la historia. McLuhan, al igual que H. Innis, consideraba a la palabra impresa autora del nacionalismo, así como de los programas de alfabetización. Respecto a los efectos ecológicos de la imprenta, señaló: Como cualquier otra extensión del hombre, la tipografía tuvo consecuencias mentales y sociales que cambiaron de repente los anteriores límites y patrones culturales. […] El alfabeto (y su extensión en la tipografía) hizo posible la difusión del poder que es el saber y rompió las ataduras del hombre tribal, haciéndolo estallar en una aglomeración de individuos. (McLuhan 1996, pág. 184).
En su obra de 1964, McLuhan analizó el tránsito a la Edad Mecánica a la Eléctrica, considerando el inventario de algunos de los medios distintivos en ambos periodos históricos, como el alfabeto y la imprenta en la Edad Mecánica; telégrafo, radio, cine, teléfono y televisión, en la Edad Eléctrica. Afirmó que el rol que desempeñó el telégrafo fue determinante en esa transición. Gracias al telégrafo -afirmó McLuhan- el hombre por primera vez consiguió extender su sistema nervioso central fuera de sí: El telégrafo revolucionó por completo los métodos de obtención y presentación de las noticias. […] Así, en 1844, año en el que se jugaba al ajedrez y a la lotería con el primer telégrafo estadounidense, Soren Kierkergaard publicó El concepto de la angustia. Había empezado la edad de la ansiedad. Con el telégrafo, el hombre había iniciado aquella extensión o exteriorización del sistema nervioso central que ahora se acerca a la extensión de la conciencia mediante la retransmisión por satélite. (McLuhan 1996, p. 260).
Su aguda visión prospectiva le permitió anticipar el inminente tránsito hacia una etapa posterior a la Era Eléctrica. Inclusive -como podremos apreciar en la siguiente cita-, fue capaz de anticipar el advenimiento de Internet: Tras tres mil años de explosión, mediante tecnologías mecánicas y fragmentarias, el mundo occidental ha entrado en implosión. En las edades mecánicas extendimos nuestro cuerpo en el espacio. Hoy, tras más de un siglo de tecnología eléctrica, hemos extendido nuestro sistema nervioso central hasta abarcar todo el globo, aboliendo tiempo y espacio, al menos en cuanto a este planeta se refiere. Nos acercamos rápidamente a la fase final de las extensiones del hombre: la simulación tecnológica de la conciencia, por la que los procesos creativos del conocimiento se extenderán, colectiva y corporativamente, al conjunto de la sociedad, de un modo muy parecido a como ya ampliamos nuestros sentidos y nervios con los medios de comunicación. (McLuhan 1996, pp. 24-25).6
A cada etapa histórica identificada corresponde un ritmo informacional. Al incrementarse la velocidad en la circulación en la información, lo hace la complejidad social. En la primera edad –la Preliteraria o Tribal-, la circulación de la información era muy lenta. Se vivía en la inmediatez del presente (Pérez 2001). 6 Federman y Kerckhove (2003) señalan el asombroso paralelo McLuhan/Internet: «McLuhan´s mind functioned like the Web. He would associate, link, relate and draw analogies between ideas, observations and notions as far apart as satellites, the genetic code and the comic strip.»
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
317
La transmisión de las capacidades comunicativas que hoy consideramos básicas –el lenguaje, por ejemplo–, llevó miles de años; en consecuencia, las reacciones resultaban tardías. En la Edad Media, las comunicaciones y los sistemas de transporte incrementaron la velocidad en la circulación de la información; el hombre empezó a disponer de más alternativas. En la Edad Eléctrica la información circuló mucho más rápido, lo que implicó mayor complejidad. Por ello McLuhan recuperó a Kierkegaard para nominarla la Edad de la Ansiedad: En la edad mecánica, ahora en recesión, podían llevarse a cabo muchas acciones sin demasiada preocupación. El movimiento lento aseguraba que las reacciones iban a demorarse durante largos periodos de tiempo. Hoy en día, la acción y la reacción ocurren casi al mismo tiempo. De hecho, vivimos mítica e íntegramente, por decirlo así, pero seguimos pensando con los antiguos y fragmentados esquemas de espacio y tiempo propios de la edad preeléctrica. La tecnología de la escritura proporcionó al occidental la capacidad de acción sin reacción. […] En la edad eléctrica, en la que nuestro sistema nervioso se ha extendido tecnológicamente hasta implicarnos con toda la humanidad e incorporarla por entero en nuestro interior, participamos necesaria y profundamente de las consecuencias de todos nuestros actos. (McLuhan 1996, p. 26).
En la Edad de la Información, esta circula aún más rápido, y en buena medida gracias a Internet.7 Si en la Mecánica fue posible acceder a la secuencialidad, en la Edad Eléctrica, gracias al telégrafo accedimos a la simultaneidad, y por medio de Internet a la instantaneidad absoluta. Este es el ritmo que corresponde a la Edad de la Información. La información –indispensable input decisional- tiende a abrir a los sistemas, acelerando cambios y haciendo más difícil su previsión. El proceso decisional se hace mucho más complejo. Se dispone de más información y se incrementa el número de opciones. El ritmo y volumen de la información nos instalan frente a una sociedad mucho más compleja. El aumento de velocidad desde lo mecánico a la forma eléctrica instantánea invierte la explosión en implosión. En la actual edad eléctrica, las energías en implosión o contracción. Nuestro mundo choca con los antiguos patrones de organización, expansionistas y tradicionales. […] De hecho, lo que genera nuestra preocupación por la población no es el aumento de las cantidades, sino el hecho de que todo el mundo ha de vivir en la más estrecha proximidad creada por nuestra implicación eléctrica en la vida de los demás. Del mismo modo, en la enseñanza no es el aumento del número de personas en busca de educación lo que provoca la crisis. Nuestra nueva preocupación por la educación surge tras el cambio hacia una interrelación en el saber, antes las materias del programa se mantenían separadas. (McLuhan 1996, p. 55).
En Understanding media (1964), anticipó el concepto remediación. Internet –afirman no pocos de sus discípulos (Levinson 1997, Logan 2010, Strate 2004) 7 Bill Gates, en Business @ the speed of thought. Using a Digital Nervous System (1999), incorporó dos importantes tesis de McLuhan: el impacto de la velocidad con la que circula la información y el desarrollo de los sistemas nerviosos que han trascendido más allá del hombre.
318
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
es una compleja remediación8 del telégrafo, que fue designado por McLuhan como «hormona social». Lo instantáneo de la información procede del telégrafo (McLuhan 1996, p. 257). «El contenido de todo medio es otro medio» (McLuhan 1996, p. 30), aguda tesis que anticipó la convergencia mediática. En The Gutenberg Galaxy (1962), advirtió los efectos posibles de la convergencia: Si una nueva tecnología extiende uno o más de nuestros sentidos fuera de nosotros en un mundo social, surgen en esa cultura nuevas proporciones entre todos nuestros sentidos. (McLuhan 1985, pág. 56).
En 1964 (Understanding media) designó como concentricidad a la convergencia mediática, siendo esta, con su infinita intersección de planos, «necesaria para la comprensión intuitiva, ya que ningún medio tiene sentido o existe aislado, sino en interacción constante con otros medios.» (1996:46). H. Jenkins, reconocido investigador y autor de Convergence Culture –obligado referente en análisis transmediáticos e hipermediaciones– definió así convergencia: Refiere el flujo de contenido a través de múltiples plataformas mediáticas, la cooperación entre múltiples industrias mediáticas y el comportamiento migratorio de las audiencias mediáticas, dispuestas a ir a cualquier parte en busca... de entretenimiento. Convergencia es una palabra que logra describir los cambios tecnológicos, industriales, culturales y sociales en función de quienes hablen y de aquello a lo que crean estar refiriéndose. (Jenkins 2008, p. 14).
El desarrollo de los medios de comunicación favorece el de nuevos ambientes mediáticos que gestan ecologías culturales emergentes. Según McLuhan, un nuevo ambiente mediático, creado por una nueva tecnología, solo se percibe, en general, cuando llega otra nueva que procede a modificarlo. Se percibe el ambiente anterior y el inédito se torna invisible para sus usuarios; nuestra perspectiva está un paso detrás del cambio tecnológico (McLuhan). Los artistas, sin embargo, suelen anticipar el advenimiento de ambientes mediáticos. Si entendemos las revolucionarias transformaciones causadas por los medios, se podrán anticipar y controlar. Inmersos en el trance subliminal que suelen producir las nuevas tecnologías, siempre seremos esclavos de los efectos tecnológicos.9 C. 8 Remediación admite al menos dos interpretaciones en Ecología de Medios. En The Soft Age, Levinson (1997) empleó «medio remedial» para referir cómo nuestras sociedades utilizan un medio para reformar a otro. Los medios no mudan por selección natural sino por elección humana. J. Bolter y R. Grusin emplean remediación para describir las relaciones de interdependencia cultural entre varios medios, argumentando que en Understanding media, McLuhan afirmó que el contenido de todo medio es otro medio. Para Bolter y Grusin, Internet es un medio remediador que asimila a los que le antecedieron. 9 N. Postman, dictó una conferencia magistral: «Five things we need to know about Technological Change». Sus cinco tesis: 1. La cultura paga el precio de la tecnología; 2. Siempre hay ganadores y perdedores en el cambio tecnológico; 3. Toda la tecnología tiene una filosofía; 4. El cambio tecnológico no es aditivo, es ecológico; 5. Los medios de comunicación tienden a convertirse en míticos. En castellano en: www.aciprensa.com/reportajes/newtech/postman.htm. La quinta tesis, se desprende de la advertencia de McLuhan sobre el narcisismo tecnológico.
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
319
Benassini, identifica dos características de los ambientes de comunicación, para entender el sentido de una tesis central en McLuhan: el medio es el mensaje: Primera: no son sólo contenedores, sino procesos que cambian el contenido y hacen visible el ambiente anterior. Por tanto, los nuevos medios son nuevos ambientes; por eso los medios son los mensajes. Como ejemplo, McLuhan señala que los periódicos crean un ambiente de información. La segunda característica es que los ambientes realmente totales y saturados son invisibles. Los que percibimos son fragmentarios e insignificantes comparados con los que no vemos. (Benassini 2007, p.130).
El medio es el mensaje, según McLuhan, porque: Las consecuencias individuales y sociales de cualquiera de nuestras extensiones, resultan de la nueva escala que introduce en nuestros asuntos cualquier extensión o tecnología nueva. (McLuhan 1996, p. 29).
El proceso de invisibilidad-visibilidad de los ambientes comunicativos no es automático, dependiendo de su complejidad puede desbordar incluso a observadores expertos. La evolución de Internet ha impuesto profundas transformaciones en la ecología cultural de las sociedades contemporáneas modificando elementos que ayer permitían comprender la dinámica del proceso comunicativo, desplegando nuevas reflexiones, incrementando significativamente la complejidad resultante. Para explicar la complejidad de los ambientes mediáticos que ha introducido Internet, recuperaré la «Tétrada de McLuhan»,10 que comprende leyes –según McLuhan- para ser aplicadas sin excepción, a todas las creaciones del hombre, tangibles e intangibles, abstractas o concretas. Estas leyes pueden contribuir a gestionar el cambio tecnológico pues, como atinadamente destaca R. A. Pérez, gestionar los cambios «implica auscultar el entorno para detectar tendencias emergentes y tomar hoy medidas para aminorar problemas y maximizar oportunidades que, presumiblemente, se van a presentar mañana» (Pérez 2001, p.143). Los grandes retos que se desprenden de la incesante evolución tecnológica obligan a gestionar más complejidad. Figura 1. Tétrada de McLuhan Federman y De Kerckhove 2003, p.103.
Para definir las cuatro leyes de los medios, los McLuhan partieron de las siguientes preguntas: ¿Qué podemos afirmar acerca de los medios de información que cualquiera pueda poner a prueba -confirmar o refutar-? y ¿qué tienen en común todos los medios informativos? Las preguntas que soportan las cua10
Sobre Las leyes de los medios, véase: www.lawsofmedia.com/bibliography.html
320
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
tro leyes, son: ¿qué extienden los medios?, ¿qué vuelven obsoleto?, ¿qué recuperan?, ¿qué revierten? Su representación gráfica es la tétrada mcluhiana y no debe ser considerada secuencialmente, son procesos más o menos simultáneos. La primera ley, relativa a la extensión, indica que toda tecnología extiende una facultad física o psíquica del hombre; el concepto de extensión supone la posibilidad de prolongar, reemplazar, incrementar, reforzar, acelerar, intensificar. Con respecto a los nuevos medios digitales, la primera ley de la Tétrada permite comprender cómo estos desempeñan útiles funciones ubicuas para los usuarios, permitiendo establecer comunicación en cualquier momento y lugar. La segunda ley, la obsolescencia o inversión que es consecuencia directa de la extensión, implica que cuando un medio prolonga una facultad física o psíquica, determinadas partes del entorno de lo extendido se vuelven obsoletas. Según McLuhan, las tecnologías extienden, pero también amputan. En los cambios tecnológicos, las amputaciones resultan inevitables –como anticipó en los primeros capítulos de Understanding media-. Mientras determinados sentidos o facultades se incrementan, otros inevitablemente disminuyen. El concepto medular de la tercera ley es la recuperación. La estructura social se resiente de los efectos de toda nueva tecnología y paulatinamente recupera su equilibrio. En ocasiones la recuperación es resultado de adaptaciones o procesos compensatorios. La cuarta ley se define a partir de la reversión. Cuando la tecnología llega a su límite –en términos mcluhianos sobrecalentamiento del medio-, suelen presentarse hechos y situaciones que revierten o enfrían la tendencia. Un medio solo revierte porque se ha llevado al límite. En Understanding New Media: Extending Marshall McLuhan, R. Logan recupera la referida Tétrada para analizar algunos medios considerados por McLuhan en Understanding Media. The extension of man, así como otros nuevos medios sociales emergentes. Veamos. Reloj El reloj extiende las habilidades de las personas para coordinar actividades; contiene segundos, minutos y horas, que a su vez son construcciones mentales abstractas; por lo tanto, el reloj es una extensión de la mente. En la antigüedad las campanas de las iglesias indicaban a sus habitantes el tiempo disponible para organizar y realizar sus deberes a lo largo del día. Ahora, más allá del reloj de pulsera, la medición del tiempo que permite está presente en dispositivos digitales móviles, como teléfonos celulares y tabletas. Logan, 2010: Extiende Mejora la regulación social y la coordinación.
Invierte Invierte en adicción al trabajo o pérdida
Recupera Recupera el pasado
Caduca-disminuye Hace obsoleto el trabajo de acuerdo al ritmo natural.
Palabra impresa El contenido de la palabra impresa es la palabra, se extiende por el proceso de impresión, tinta y papel. Las remediaciones comprenden los primeros gestos
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
321
y sonidos del hombre destinados a inventar el lenguaje, el desarrollo de pensamientos, la palabra hablada y la impresa, por tanto es extensión del pensamiento humano. La palabra impresa es contenido en e-books, mensajes a través de dispositivos móviles, bibliotecas digitales. Logan, 2010: Extiende Mejora la palabra escrita
Invierte Invierte en texto electrónico y digital
Recupera Obras escritas del pasado y del autor como individuo.
Caduca-disminuye Los manuscritos.
Juegos electrónicos El contenido son los jugadores y las reglas que se extienden del juego al ritual, por tanto extiende la psique social. Las remediaciones se extienden hasta simulaciones, videojuegos grupales (que extienden dimensiones y territorios de la hiper-realidad) y juegos de apuestas en Internet. La consola extiende a la televisión y multiplica posibilidades de medios interactivos. Logan, 2010: Extiende Mejora la experiencia del juego.
Invierte Invierte en realidad virtual.
Recupera Recupera la fantasía.
Caduca-disminuye Los juegos de mesa y cartas.
Telégrafo Contiene la palabra escrita, es extendido por la corriente eléctrica, eliminando así la barrera de la separación espacial. Es una extensión de la palabra escrita, que lo es de la hablada que es extensión de la mente. El teléfono, Internet, el correo electrónico y el teléfono celular han venido a sustituirlo. Logan, 2010: Extiende Mejora la comunicación a distancia
Invierte Invierte en el teléfono.
Recupera Recupera las señales de humo.
Caduca-disminuye Hace obsoleto al “Pony Express”.
El Fonógrafo y Nuevos Modos de la Música Grabada El contenido de audio grabado, ya sea disco fonográfico, grabación de cinta, CD, reproductor de MP3 o iPod, es música y palabra hablada, por lo tanto se extiende el oído. Las remediaciones comprenden desde la música en vivo o el habla al medio de grabación a la reproducción para el oído. Logan, 2010: Extiende Experiencia de escuchar la música.
Invierte En medios de almacenamiento digitales.
Recupera Recupera la interpretación.
Caduca-disminuye La interpretación de la música en el hogar.
Televisión Medio emblemático en las sociedades de la «segunda ola» (Toffler 1981). En Understanding media (1964), McLuhan la designó como «gigante tímido». La televisión extiende el ojo y el oído, pero también el tacto. Su contenido suele proceder de otros medios. Las remediaciones comprenden color, video tape, la TV por cable, la TV vía satélite, el control remoto, hasta la televisión en y para dispositivos digitales y, por supuesto, You Tube. Logan, 2010:
322 Extiende Mejora las imágenes a distancia.
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida Invierte Invierte en televisión y una forma de arte.
Recupera Recupera el espectáculo.
Caduca-disminuye A radio, cine, teatro en vivo y el vodevil.
Conclusiones La Tétrada de McLuhan representa una importante contribución al pensamiento estratégico, facilita la evaluación, control de inputs informativos, segunda evaluación de datos, contextualizaciones, establecimiento de preferencias entre alternativas, y especulaciones en torno a la dirección de futuro. Como atinadamente advierte R. A. Pérez (2001, p. 298): «Todo pasado no solo se dirige a un futuro sino que también está dirigido, tensionado, por ese mismo futuro. Es lo que me permito denominar antecedentes futuros.» La Tétrada identifica algunas condiciones necesarias de los antecedentes futuros del cambio tecnológico, no definitivos, particularmente complejos.
COMUNICACIÓN, LENGUAJE Y SENTIDO: DE SAUSSURE A LUHMANN Nicolás Caparrós
Con la comunicación entramos en el lenguaje y con él en la Teoría estructural saussuriana. También el lenguaje, al servicio de la comunicación, querría ser entendido como un conjunto de relaciones. La lingüística es un capítulo esencial de una semiología que se ocupa de los sistemas sígnicos. Saussure señala que lo que distingue símbolo de signo es el carácter arbitrario de éste. Los dos componentes del signo: significante y significado se acoplan de forma indisoluble, lo que no es óbice para que cada uno posea su propia sustancia y que entre ellas no exista relación natural alguna. En este carácter arbitrario reside la entraña social de los hechos lingüísticos. Arbitrariedad sí, pero arbitrariedad compartida que permite que el lenguaje, aunque contingente, una vez surgido se comporte como potente matriz social. Entre significante y significado media un sistema de equivalencia de entes de orden distinto. Saussure apunta una fértil oposición entre lengua y palabra, que confronta social y sujeto. Así el lenguaje atraviesa dos niveles de integración distintos. En lo que aquí concierne, este autor reposa en una sociología de inspiración durkhemiana, pero no acaba de profundizar en una distinción de tanto interés para la Teoría general de los Sistemas. En esta brecha insuficientemente estudiada se instala N. Chomsky y tras él J. Fodor (para una crítica de sus teorías ver sobre todo H. Putnam). En lo que al lenguaje como comunicación se refiere, Saussure acude a la dicotomía sincrónico/diacrónico, potente instrumento para discernir los problemas de evolución del lenguaje. Para marcar la coherencia interna de la lengua, recurre al término sistema en la línea acostumbrada.
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
323
Resumimos sus principios básicos del Curso de lingüística general (1916): 1.- Tanto en lo que concierne a la lingüística en general como a la semántica en particular, la prioridad pertenece a la perspectiva sincrónica. El lenguaje se constituye diacrónicamente, pero funciona en la sincronía. La historia de una palabra está en la etimología, pero su uso viene dado por el presente. 2.- El sentido de una palabra no existe como componente de la misma (signo compuesto de significante y significado). La función de una palabra es representar una cosa o un conjunto de éstas. Todo signo es válido para un segmento particular del universo: su referente o denotatum. Así se constituye el conocido triángulo semiótico Significante Significado
Referente
El significado puede definirse, al menos, desde lo negativo, no siendo: 3.- El significante (actualizable fonéticamente) soporte del signo, no debe confundirse con éste. Ver sinónimos como casa y mansión (dos significantes para un significado) o la homonimia (dos significados para un significante). 4.- Ni tampoco el referente, que es un objeto o clase de objetos extralingüísticos, reales o imaginarios a los que el signo reenvía y con el que no debe confundirse, puesto que un mismo objeto puede ser designado por distintas expresiones. Así Venus es la estrella matutina y la vespertina. El significado de un signo se adhiere a un significante y remite a un referente –ambos dos determinados–. Si hablar es ante todo denominar y la denominación hace corresponder a una cosa particular una serie de sonidos concretos, esta operación no se puede realizar sino es gracias a la mediación del significado. En el funcionamiento real del signo los tres elementos se piden mutuamente. 5.- El significante observa una relación arbitraria con el significado, como lo demuestra que en las distintas lenguas existen diferentes significantes para un mismo significado. 6.- El significado mantiene una relación también arbitraria con el referente. Las lenguas no son isomorfas en lo semántico, distribuyen a su manera el universo de referentes. Así por ejemplo, los esquimales disponen de unas cien palabras para designar «nieve». El lenguaje establece un modo de comunicación típicamente humano que dota de una peculiaridad definida a nuestro nivel de integración social. COMUNICACIÓN Y TEORÍA GENERAL DE LOS SISTEMAS Niklas Luhmann elabora una sociología compleja, muy abstracta y pluridisciplinaria como producto acabado de la Teoría General de Sistemas. Su aportación puede considerarse el punto de convergencia de los desarrollos antes men-
324
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
cionados. En ella se reconocen dos caminos elaborados en paralelo: una reconstrucción general y rigurosa de la Teoría de sistemas y un esfuerzo por dotar a la sociología de una nueva base para la descripción de lo que la propia sociología se ha adjudicado como objeto de estudio, el orden social. Luhmann pretende reconstituir la Teoría de sistemas en tanto que aparato conceptual capaz de generar descripciones lo suficientemente complejas como para aspirar a «absorber» la complejidad de la sociedad moderna. Esta reconstrucción, sin embargo, se subordina a su verdadero y legítimo objetivo: brindar a la sociología nuevos dispositivos de observación con un grado mayor de complejidad y abstracción que le permita redefinir su objeto de estudio. Como disciplina que desde sus orígenes intenta explicar cómo es posible el orden social, la sociología ha estado demasiado aferrada al individuo o a la materialidad de sus acciones; con ello, ha hecho depender sus observaciones de instancias cuya naturaleza resulta ajena, previa o paralela a lo social. Si bien el sujeto participa de la sociedad, la sociología no debe colocarlo como principio explicativo del orden social en tanto que siempre supone algo diferente a «sociedad»: un sistema orgánico acoplado a una conciencia o sistema psíquico. Lo social no debe reducirse a lo orgánico, ni a lo psíquico, aunque presuponga la existencia de organismos y conciencias para existir. Esta discriminación resulta evidente si tenemos en cuenta los diferentes niveles de integración. En sociología reaparece la confusión de estos niveles. Centrar esta en el sujeto introduce una perspectiva reduccionista que lleva en este caso al psicologismo. La misma dificultad presenta el problema de la acción, ya que no toda la acción es ser social y su interpretación de sentido hace depender a la sociología de elementos psicológicos externos a la propia acción, como motivaciones, orientaciones racionales, valores y determinaciones irracionales no específicas. Cualquier pretensión explicativa de lo social representa ante todo la decisión de aislar un elemento al cual pueda atribuirse un carácter eminentemente social; para Luhmann, este elemento es la comunicación, que presupone al menos dos conciencias dispuestas a participar de un orden que no cabe reducir a un proceso psíquico, orgánico ni de ningún otro tipo, un orden que los transciende. La comunicación es una propiedad que emerge a partir de estados pretéritos (naturaleza, organismo, conciencias dispuestas a comunicar), pero que al estabilizarse genera la suficiente certidumbre sobre sí misma, como para aislarse de su entorno y quedar constituida en un orden autónomo inagotable. La comunicación se erige así en la red cerrada que define a la estructura social. Los sujetos, no ofrecen esta garantía de estabilidad debido al alto grado de contingencia que presentan sus decisiones y acciones. Es improbable que las conciencias coincidan, para ello se requiere de un elemento intermedio que indique las orientaciones posibles, reduciendo así lo incierto de las decisiones individuales a un nivel que ofrezca mayor garantía de estabilidad. Ese elemento es la comunicación, definida como una ganancia adquirida por vía evolutiva
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
325
que restringe las condiciones de participación individual en la sociedad a través de un orden de sentido. Este orden supone, como hemos establecido desde el inicio, complejidad desarrollada y selectividad en las relaciones que se pueden actualizar como comunicación. La sociedad, por tanto, es un sistema de comunicación. Dado que es un sistema cerrado ningún elemento externo puede determinarla, tan solo la propia comunicación; todo cuanto observa como sistema, todo cuanto distingue en su entorno lo hace bajo esta forma. La complejidad propia del medio es reducida a la del sistema al actualizarse en éste, ello es posible ya que todo es objeto de comunicación, incluso la comunicación misma. Este acto genera redundancias logrando con ello la reproducción de la sociedad. De esta forma la autorreferencia se hace evidente ya que todo hecho comunicativo es, al fin, la actualización selectiva de expectativas de compartir información que integran en su conjunto la estructura del sistema. La comunicación se produce siempre con referencia a sí misma; es el único elemento que participa en la red de su propia producción; cabe decir que es un sistema autogenerado, autopoiético. Una de las piezas fundamentales de esta construcción teórica es la referida al sentido. La comunicación es un sistema que aporta sentido, implica la posibilidad de enlazarse de manera selectiva dentro de un horizonte finito de probabilidades de acoplamiento. Es decir, todo acto comunicativo producido por el sistema es actual pero, al mismo tiempo, supone potencialidad ya que es capaz de desencadenar otro acto similar que no podrá evadir la comunicación anterior. El sentido delimita las relaciones permitidas dentro del intercambio, es un vehículo implicado en este para poder orientarse. Como tal, no viene referido a ningún tipo de elemento externo como la conciencia, aunque esta última enlaza sus operaciones también de acuerdo con él. En la línea de F. Heider, Luhmann define al sentido como «medio para enlazar la comunicación»; a su través, una serie de elementos acoplados de manera amplia (expectativas comunicativas) logran condensarse en formas concretas, en comunicaciones propiamente dichas. Este concepto en Luhmann es una operación que genera diferencia, en este caso la distinción entre producción de una información y notificación o atribución de la intención de comunicarla. La comunicación se actualiza cuando se entiende la diferencia entre una información producida y las razones que se tienen para participar de ella. La distinción entre información y notificación aparece bajo la forma de una síntesis de tres selecciones que ocurren de manera simultánea: a) La selección de la información o contenido comunicativo. b) La selección de la notificación o la atribución de motivos para participar del contenido informativo. c) La selección de entender (o no entender) la diferencia entre la notificación y la información; sin esta distinción, la comunicación es prácticamente imposible, pues quedaría reducida, en el mejor de los casos, a simple ruido.
326
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
La selección de entender es un mecanismo de autocontrol, permite tanto la comprensión como la incomprensión de la comunicación, lo que no impide el surgimiento de más comunicación, ya que siempre es posible recurrir a ésta para esclarecer cualquier duda. Al mismo tiempo, en la comunicación, como en la sociedad, no existe un valor preferencial en cuanto a la «finalidad» o «telos» que pudiera adjudicársele. Para esta teoría la comunicación quizá arroje como resultado tanto el consenso como el disenso, la aceptación como el rechazo; no existe una deontología a la cual ceñirse, la comunicación solo parece evidenciar un único propósito o fin: su auto-reproducción.
EL HABLA COMO UN FLUJO DE NUESTRAS ACCIONES Myriam Cadorin Dutra La idea de verdad es la mayor fuente de error que se pueda prever; el error fundamental consiste en apropiarse el monopolio de la verdad. Edgar Morin.
Las actividades que se desarrollan en nuestro cotidiano tienen, esencialmente, naturaleza interactiva. Pasamos gran parte del día conversando, inmersos en diálogos –incluso monólogos–, ya sea personal o virtualmente. En este sentido, parece importante entender mejor los aspectos sutiles acerca de lo que está implicado, intrínsecamente, en los procesos de comunicación. La Comunicación evoluciona hacia una acción en sí y su concepto incluye, actualmente, el de sujeto: cualquier habla siempre será hablada por un sujeto. Lo que somos y hacemos nos llega por el lenguaje, generalmente con otro, que exige la construcción de significados y sentidos colectivos a partir de muchos saberes, afectos y modos de ver el mundo. Hace poco aún creíamos vivir en un universo estable que intentábamos controlar. Fue necesario revisar la creencia en la objetividad del mundo a partir del concepto de indeterminación (Prigogine, 1996), según el cual una trayectoria dinámica de un cuerpo, dentro de un sistema complejo, puede sufrir una perturbación mínima, infinitesimal, que va a determinar su movimiento. Con el progreso de las ciencias definidas como duras, se sustituye la concepción de una naturaleza estática por el reconocimiento oficial de la inestabilidad del mundo y la compresión sobre la imprevisibilidad, incontrolabilidad e irreversibilidad de muchos de sus eventos, en los más variados campos, incluso el de las relaciones sociales. Estamos, en cierto modo, solos en este nuestro tiempo: se terminaron nuestras certezas; vivimos días de aparente desapego, provisionalidad e inseguridad; la identidad y la verdad que creíamos tener se deshace, como el tiempo y la memoria representados en los relojes derretidos de Salvador Dalí, estampando nuestra poca preocupación con aquello de que la vida está hecha, que se escurre, segundo tras segundo, seguramente hacia un final del cual no hay ninguna posibilidad de que escapemos.
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
327
En compensación, aún nos queda el «aquí y ahora». Es todo lo que tenemos, libres de las certezas ideológicas y de los dogmas que moldearon la modernidad; se muestran en evidente declive, junto con las líneas donde estaban guardadas (¿encarceladas?) las categorías y procedimientos analíticos originarios de estudios clasificatorios del pensamiento cartesiano-positivista-estructuralista que, seamos justos, nos hicieron evolucionar mucho. Podemos ya intentar entender el conjunto, poner en acción la sensibilidad del intelecto, juntar la pasión a la razón y a los afectos, unir teoría y práctica y cumplir, como podamos, el designio impreso por Saramago: «Si puedes mirar, ve; si puedes ver, repara». UN VALOR MÁS GRANDE: LA INTERSUBJETIVIDAD Cuando analizamos muy de cerca la dinámica del movimiento del habla en fragmentos de diálogos, vemos que el lenguaje no es solo un medio neutro de describir el mundo; es en el lenguaje y a su través como el individuo se instituye como persona (Benveniste, 1995). Las conversaciones cotidianas evidencian la importancia del discurso en la construcción de vida, especialmente desde el punto de vista del Pensamiento Complejo. Las producciones de sentido no solo se manifiestan a partir de las informaciones que circulan, sino de los propios movimientos entre los individuos que hablan, a partir de su relación, construida en el ejercicio de la intersubjetividad, rumbo al devenir. Lejos de buscar una unidad reductora, nuestra intención es mostrar cómo las conversaciones cotidianas tienen una base de pluralidad de elementos que reaccionan entre sí (Maffesoli, 2007, Morin 2005) a partir de la diversidad de la realidad social. La ciencia ha sido pródiga en establecer progresiones de conceptos que se imponen –y superponen– creando formas de ver el mundo de modo normativo, por no decir judicativo. Tal actitud termina impidiendo considerar el desarrollo natural de las cosas; intentar entender relaciones implica esforzarse por tener una actitud comprehensiva, exige caminar más allá del dogma científico para buscar la noción, la metáfora, la analogía, la correspondencia, en fin, captar las sofisticaciones de una realidad que se presenta compleja y que necesita entrelazar el afecto y la razón que surgen de la vida vivida, sin que sea posible que uno (afecto) se instaure sin la otra (razón). Para comenzar la conversación Como el prefijo trans indica, el abordaje transdisciplinario se refiere a lo que está, al mismo tiempo, en las disciplinas, a través de las diferentes disciplinas y más allá de cualquier disciplina. Su objetivo es la comprensión del mundo presente superando ideologías y más allá de las nociones instrumentalista y representacionista de lenguaje que, en general, aún orientan el análisis acerca de los actos comunicativos. Estas nociones están en la base del Modelo del Código, que considera Emisor y Receptor como meros identificadores de un código común, expreso por una lengua-instrumento entre dos figuras simétricas
328
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
y pasivas, creyendo que la lengua, y no los individuos, es capaz de, por sí sola, representar la realidad. Parece que la cuestión no se presenta sencilla. Enunciar implica la acción de un individuo (yo) que se moviliza vía un aparato formal (Benveniste, 1989 y 1995) o un aparato técnico (Bakhtin, 2003) instaurando ante sí otro (tú) para expresar cierta relación con el mundo. La teoría del modelo del Código trata la comunicación como algo exterior al individuo, vinculada a otro objeto, supervalorando la objetividad de las palabras en detrimento de la comprensión de subjetividades que generan sentidos. No producimos significados con tan solo ubicarnos en el interior de la lengua. Los significados vienen de nuestra cultura, porque la lengua es un sistema social, y no individual, que nos preexiste. No nos corresponde el título de autores de lo que decimos. Las palabras son multimoduladas, cargan ecos y ponen en movimiento otros significados, aunque exista nuestro esfuerzo, en la emisión para fijar el significado. En el hilo del discurso surgen presuposiciones y premisas que terminan por venir junto con nuestra lengua, con la estructura gramatical adscrita a los discursos, dejando un espacio para que el otro pueda hacer lo mismo. El significado siempre es inestable y se evade constantemente; surgirán significados suplementarios, sobre los cuales no tenemos control, que sabotearán nuestro vano intento de crear universos fijos y estables. Estudios sobre el lenguaje enumerando sus funciones tienen tan solo status de clasificaciones, porque el lenguaje sirve, esencialmente, para vivir; su propósito es ante todo significar y por esta amplitud se puede aprehender lo importante que es la significación (Benveniste, 1989). La relación yo/otro es un principio que construye el mundo real y permite la unión de valores que forman nuestras actitudes, por las contraposiciones que surgen (Bakhtin, 2003). LA INFORMACIÓN COMO SI FUERA UNA COMPUTACIÓN Morin (2005) admite que no existe conocimiento sin traducción de signos, sin actividad de análisis, de síntesis, sin articulación singular de informaciones. Destaca, sin embargo, que lenguaje, pensamiento y conciencia son anteriores e indisociables de las operaciones de conocimiento, porque se articulan antes de la computación de la información. Nuestra conciencia hace surgir un nuevo orden de reflexividad al considerar nuestro espíritu, sentimientos y pensamientos, en fin, nuestros propios discursos. El pensamiento «opera la superación de la computación por la cogitación y constituye este adelantamiento, inseparable del lenguaje y de las posibilidades de conciencia.» (Morin, 2005:76). El mismo autor (2005) considera que el individuo es un ser computante, que realiza operaciones teniendo en cuenta instancias de memoria, simbólica e informacional, asociando y separando elementos a partir de principios y reglas específicos, casi singulares, similares a un programa. Esta computación viva, que también actúa en las configuraciones químicas y moleculares, va solucionando, incesantemente, problemas de supervivencia manteniendo una desorga-
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
329
nización permanente que se autoorganiza. Así, esta máquina viva (espíritu y cerebro) genera su propia producción: se auto-produce porque se autoorganiza. Morin propone la noción de cómputo para definir el acto computante de sí/para sí y, a partir de ese concepto, afirma que es posible concebir la noción de individuo. En este sentido, para que un individuo enuncie, necesita: a) ubicarse en el centro de su mundo, lo que permite computarlo y computarse; b) operar una disyunción entre el «sí» y el «otro»; c) operar una autoafirmación y la autotranscedentalización de sí. Aquí se instituye el carácter principal de la subjetividad y la comunicación: una condición singular de auto-ego-centrismo, donde el individuo se incluye e incluye el mundo, y se excluye y excluye el mundo, a la vez, emergiendo de este complejo proceso de auto-eco-organización. Para las teorías de la Complejidad, nuestro procesamiento –del cómputo– ocurre por imágenes proyectadas internamente, guardadas de modo hologramático, donde cada punto del holograma tiene casi la totalidad de la forma/objeto. Así, la ruptura de una imagen grabada holográficamente, trae imágenes de formas completas, que van perdiendo precisión a medida que se multiplican. Morin insiste: «la totalidad está en la parte que está en la totalidad y la parte podría estar más o menos apta a regenerar la totalidad». (Morin, 2005:113). El principio hologramático generalizado propone que cada parte posee su singularidad; son, en realidad, micrototalidades virtuales (Morin, 2005). Campos morfogenéticos y memes como modos de estructuraciones invisibles Reflejan en el proceso intersubjetivo de comunicación –y en el cómputo– la existencia de campos invisibles, responsables de modelar formas en los organismos, como si fueran estructuras organizadoras permeando un área de influencia, algo ya estudiado en especies vivas en la década de 1920. Más recientemente (Sheldrake, 1997, 2004), esta idea evolucionó hacia el concepto de campo morfogenético. Este crea una región invisible de influencia que circunda a seres de la misma especie, dentro y alrededor de los organismos, de un modo organizado y jerarquizado, haciendo que la información se disemine entre ellos. En este sentido, en una línea de tiempo, individuos del pasado pueden influir en los campos mórficos de los actuales, según el principio de la resonancia mórfica: influencia de un semejante sobre otro, por el espacio y a través del tiempo, por medio de la información que allí circula. La óptica de la resonancia mórfica altera y amplía la comprensión sobre el modo en que producimos sentidos. Podemos estar más vinculados de lo que creemos a acciones pasadas; por la atención/intención nos influyen campos con los que estamos sintonizados, lo que nos imprime una forma. Reinterpretando la noción de inconsciente colectivo, las investigaciones de Sheldrake evidencian otras formas de ver la comunicación/interacción –a través de los campos morfogenéticos y su resonancia–, que inciden en el entendimiento de la realidad, en cómo las cosas son y cómo se pueden aplicar, tanto a formas como a lo relativo al lenguaje.
330
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
La información también afecta a los grupos entre generaciones por la transmisión de memes. Dawkins (1989), discurriendo sobre la evolución de costumbres, tradiciones y paradigmas, propone que memes, como genes, son unidades de información que garantizan la herencia cultural «saltando de cerebro a cerebro a través de un proceso que, en un sentido más amplio, se puede llamar de imitación». (Dawkins, 1989:291). Este autor compara los memes con virus que infectan a huéspedes y allí se desarrollan, viajando longitudinalmente a través de generaciones en tiempo y espacio y de modo horizontal, como virus en epidemias. Se puede contemplar cualquier entidad cultural como meme: religión, lenguaje, canciones, técnicas, teorías científicas, convenciones, tradiciones, paradigmas, o cualquier otra construcción teórica real o imaginaria. En este sentido, las ideas, como las cadenas de ADN, codifican instrucciones y construyen y mantienen vivos los organismos y organizaciones, cognitivamente, por un proceso análogo al de la evolución biológica. De los procesos combinados entre memes surgen variaciones, y así camina y se reconstruye, por autogeneración, la evolución de la cultura. Un meme es una unidad básica de la cultura, del mismo modo que un gen lo es de la vida (Dawkins, 1989 y 2008; Blackmore, 1999). La perspectiva memética propone una base para investigar la dinámica de significaciones en grupos sociales y entender la trama en que se generan, organizan, almacenan, recuperan y expresan en el ámbito individual. Morin (2005) incorpora ejemplos de la biología acerca de la computación del conocimiento entre seres vivos, en lo que llama de computación viva. Baldwin y Schultz11 (citados por Morin), observan que plantas vecinas de una especie computan, comunicándose, a pesar de no tener cerebro: la destrucción de una parte del follaje de un roble, por ejemplo, determina en este árbol y otros vecinos de la misma especie, un procesamiento de información que promueve una síntesis de sustancias para reparar los daños producidos e inhibir, eventualmente, el desarrollo de insectos predadores, como si el árbol afectada hubiera «advertido a sus congéneres de que su mal podría, eventualmente, amenazarlas». (Morin, 2005:56). En este sentido, la computación viva es una computación de sí, a partir de sí, en función de sí, para sí y en sí. MEMORIA, MENTE Y CEREBRO Aunque está extendida la idea de que la memoria está en el cerebro, parece no estar orgánicamente alojada en él. El neurocirujano Penfield (1983) plantea la existencia de una dimensión extra física de la mente, como el físico Goswami (2008), que da al fenómeno el nombre de Conciencia. En esta teoría, el substrato de la conciencia se ubica fuera de la corteza cerebral y tiene una energía diferente de la de los potenciales neuronales que recorre caminos en el cerebro. Explorando con electrodos cada parte de la corteza cerebral de perso11
Rapid changes in tree leaf chemistry induced by damage. Sciences, 221, 4607, 1983, p.277-79.
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
331
nas conscientes, Penfield concluyó que la mente parece responsable de los fenómenos de consciencia y arquetipos del inconsciente, y constató tras muchos años de investigación, una inexplicable separación funcional entre mente y cuerpo que a la vez, hacía que una fuera completamente inútil sin el otro. Los estudios de Pribram (1987) acerca de la memoria, mente y cerebro, demuestran que este es capaz de almacenar 10 mil millones de bits de informaciones atemporales y cruzadas. En este proceso, cada cosa procesada se muestra correlacionada con otra (Wilber, 2001, Sheldrake, 1997 y Pribram, 1987) como en una figura holográfica. En el trabajo de Pribram, todas las partes del cerebro son capaces de participar de todas las informaciones de representación, como una gran memoria holográfica. Propone que no se almacena la memoria como en una computadora, de modo secuencial, sino en capas, y las etapas de procesamiento se ejecutan en el dominio de las frecuencias, en las uniones de neuronas, no dentro de ellas. Los impulsos nerviosos vienen del interior de las neuronas y sirven para propagar las señales/informaciones a lo largo de grandes distancias. El funcionamiento de la mente como gran procesador de frecuencia, pone en duda el modo de funcionamiento de nuestros órganos sensoriales (Wilber, 2001) y el modo en que miramos y producimos sentido. Investigando la actividad cerebral, Ramachandran (2009) observó la acción de neuronas espejo, que ejecutan una simulación de la acción de otra persona en realidad virtual. El cerebro imita habilidades complejas como si las hubiera vivido. El sistema de neuronas espejo es base de la empatía, la representación de uno mismo, el aprendizaje, por tanto, de la cultura y la civilización. Recientemente, en este mismo sentido, un estudio sobre la relación de padres con su primer hijo, midiendo hormonas en sangre en el momento en que el padre interactúa solo con el bebé, observó que en los padres que hacían más cantidad de caricias a los hijos, aumentaba más la producción de oxitocina, lo que también provocó este aumento en sus bebés. Esto puso en relieve que el mayor nivel de oxitocina implica mejor relación con los hijos; otros estudios con esta hormona en el cerebro muestran, también, su relación con la empatía, y la generosidad. Nicoleis (2011) mostró que el pensamiento es una onda eléctrica que se propaga en el cerebro, creando un campo eléctrico y magnético que lo supera, esculpiendo artesanalmente una fusión en un flujo constante orgánico, que crea todo lo que somos capaces de ver y sentir como realidad, incluyendo nuestro propio sentido de ser y existir. Emociones e interacciones: en el humano, el amor Entre el observador (nosotros) y el observado (mundo) no existe separación, sino cooperación auto-regenerativa, singular y circular. En tal sentido, la vida es un proceso continuado de conocimiento (Maturana y Varela, 2007), que se sostiene, también, por el lenguaje como relación de interacción. Somos sistemas que se auto-producen ininterrumpidamente, sobre todo gracias a la comu-
332
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
nicación. Solo son posibles relaciones que permitan un acoplamiento estructural, que nos modifica y modifica el medio, incluyendo el social, siendo el acoplamiento una interacción entre dos sistemas, con transferencia de energía (información) de uno al otro. En ese sentido, somos autopoiéticos (Maturana y Varela, 2007), porque siempre estamos recomponiéndonos, siendo productores y producto de nosotros mismos. Nuestra ontogenia –historia de las modificaciones estructurales- no cesa mientras se existe. Por acoplamientos, somos provocados y provocamos cambios en una relación circular, interferimos en el mundo tejiendo nuestra permanente trofolaxe lingüística (el lenguaje en un mundo abierto a interacciones lingüísticas constantes): Nos percibimos en un constante acoplamiento lingüístico, no porque el lenguaje nos permita decir lo que somos, sino porque somos en el lenguaje, en un constante ser en los mundos lingüísticos y semánticos que generamos con los demás (Maturana y Varela, 2007:257).
Aunque estemos habituados a considerar el lenguaje como un sistema de comunicación simbólica, en la cual entidades abstractas (símbolos) permiten cierto movimiento, en realidad nos compromete como un fenómeno biológico que comienza cuando nacemos y sigue con los incontables acoplamientos que conducen nuestra historia evolutiva. Las palabras no son representantes abstractos de nuestra realidad independiente, por eso no son inocuas. Para que ocurran interacciones recurrentes, es necesario que haya una emoción que organice y establezca conductas, que resultarán en nuevas interacciones recurrentes (Maturana, 2009). Así, rechazo y amor constituyen dos emociones preverbales que permiten cambios estructurales: el rechazo determina espacios en que las conductas niegan al otro en la convivencia y el amor organiza otros en que emergen conductas de legitimación de ese otro; no se oponen, porque la ausencia de amor no genera rechazo; ambos tienen la indiferencia como opuesto. Pero, por otra vía, provocan consecuencias opuestas con relación al ambiente: el rechazo culmina en separación y el amor amplía espacios. Para Maturana (2009), el amor es un fenómeno biológico cotidiano básico, no eventual, que frecuentemente negamos por aspectos culturales, creando obstáculos para una convivencia legítima en función de otras emociones que revelamos en nuestros discursos. Conversar es ejercitar el amor y la aceptación del otro. Durante la Gran Guerra, por ejemplo, alemanes conversaban con ingleses o franceses en las trincheras y terminaban por minimizar la guerra. Fue necesario prohibir el encuentro de los enemigos en ambientes fuera del campo de batalla, porque la natural biología humana, de mamíferos, siempre sentía la dificultad de sustituir el amor por la indiferencia, y, en seguida, por el rechazo y el odio que permitiese la destrucción del enemigo (Maturana, 2009). Estamos acostumbrados a discursos racionales que relegan al amor, se sobrevalora la razón, que sentimos nos distingue de los demás animales. Pero, «discursos racionales, por más impecables y perfectos que sean, son totalmente
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
333
ineficaces para convencer al otro, si lo que dice y lo que escucha lo hacen partir de diferentes emociones.» Maturana (2009:92). La diversidad de emociones determina acciones diferentes, en la misma proporción habrá varios tipos de relaciones referidas a las emociones que las sustenten. ALGUNOS FRAGMENTOS DE DISCURSOS PARA EJERCITAR TEORÍAS Con una perspectiva transdisciplinaria, pensar el lenguaje como sistema de etiquetas auto-ajustables a las cosas del mundo externo ya no encuentra unanimidad teórica. Los sujetos construyen su versión de del mundo por medio de prácticas discursivas (cognitivas, sociales y biológicas) dentro de una situación. En esa configuración, los objetos y categorías de discurso –referentes- no preexisten, van siendo elaborados y se transforman siendo de su naturaleza poseer cierta inestabilidad. El idioma/lenguaje, en este sentido, pasa a privilegiar no la relación palabra/cosa, sino la intersubjetiva –social, cultural y biológica-, gran responsable de las diferentes versiones públicas del mundo. Bajo ese punto de vista, nada de lo que pensamos es trivial, cualquiera que sea nuestro pensamiento o acción, nos afectará, individual o socialmente, al tener consecuencias en las estructuras a las que pertenecemos en la misma historia o cultura. Para Morin (2005 y 2004b) el cerebro siempre está memorizando no la percepción en su conjunto, sino apenas algunas marcas inscritas en muchas regiones donde se dan las actividades de cognición. A partir de esas marcas, poliubicadas en forma de recuerdos, memorias registradas de modo hologramático, será posible, en el acto de discurso, reconstituir su todo y rehacer una percepción o categorización, que será única y singular en cada acto enunciativo. Podemos observar el complejo trabajo de auto-eco-organización de nuestra mente (Morin, 2005) al detenernos en diálogos informales de nuestro cotidiano. Allí surgen entendimientos que parecen un proceso interno, en un movimiento de retroacción sobre nosotros mismos -nuestro mundo de palabras del mundoque regresa formulado en el lenguaje. La transcripción que sigue, de un fragmento de diálogo (Salomao, 2005) entre una Curandera y una Entrevistadora universitaria, en los alrededores de Brasilia, puede ilustrarlo: 1 Curandera: Otros traen un regalito, un jabón así. 2 Entrevistadora: ¿Qué traen? 3 Curandera: Traen un regalito de – alimento- ¿no? 4 Entrevistadora: ¿Cómo lo llama usted? 5 Curandera: Conceição Moreira 6 Entrevistadora: ¡No! 7 Curandera: ¡Ah!
La Entrevistadora busca el sentido de regalito (en 2 y en 4). Pero la construcción del discurso de la Entrevistadora también le da a entender a la Curandera que le pregunta su nombre, la identificación personal. La Curandera, sintiéndose entrevistada, responde –computa, piensa y usa el lenguaje a partir de
334
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
su realidad perceptiva –con su nombre completo (5). La Entrevistadora declara, su disgusto (6) y, en seguida, la Curandera se da cuenta, reorganizando su pensamiento para volver a ubicarse en el discurso (7). Queda evidente que no es el código compartido, idioma, lo que determina la solución para el entendimiento. En los análisis que se centran en el lenguaje desde el Modelo del Código, no encontramos explicación para esa producción de sentido. Estudios de inspiración interactiva buscan esta como espacio cooperativo de los participantes en la escena logrado por la dinámica establecida, sujeta en lo que, de modo transdisciplinario, podemos comprender sobre el sujeto de quien se habla. Las relaciones de sentido se realizan en una dimensión cognitiva por desdoblamientos del discurso en otros planos, de naturaleza temporal, llamados espacios mentales (Salomao, 2005). Para Morin (2005) estos son ocupados por una computación viva entre operaciones cognitivas, que presuponen: 1) un mundo físico/energético, hecho de impulsos físicos que movilizan receptores sensoriales; 2) una actividad biológica inscrita en el anterior, compuesto por circuitos bio-electro-químicos que se traducen en representaciones, después en nociones y luego en ideas; 3) y una relación dialógica auto-eco-organizadora, que permite que se elabore un conocimiento objetivo (Morin, 2005). Esos espacios mentales se construyen como herencia de modelos (culturales, genéticos, resonancias, scripts, memes) que presentan esquemas conceptuales o, incluso, de espacios mentales anteriormente originados. Constituyen el nivel de realidad de cada ser en el mundo. Tienen especificaciones siempre parciales y atienden necesidades de comunicación específicos en cada momento. Sin esa labor cognitiva, la enunciación sería incomprensible. Las realidades del sujeto y del mundo están en una conjunción indisociable (Morin, 2005 y 1977), alimentadas por un circuito reflexivo, donde una es producto y productora de la otra. Hay un circuito reflexivo constante entre palabras, emociones, pensamiento y mundo. En el trecho de los diálogos, las operaciones de asociación y disociación se transformaron en conjunción, afirmación, negación, distribución. Considerados internamente, muchos enunciados y proposiciones (Morin, 2005 y 1991/2002) generan un juicio que se va estableciendo, como una facultad de pensar lo particular dentro de lo universal, y buscar lo universal a partir de lo particular. En otra charla que forma parte de mi de investigación (2005) sobre la emergencia de competición en grupo, cinco gestores organizan en una reunión cierta actividad para nuevos empleados; a su través veremos más aspectos de esa construcción de sentido. Se detecta la desorganización permanente que se autoorganiza con la máquina viviente -espíritu y cerebro- produciendo sus propios componentes a partir de su autoorganización (Morin, 2005). Gestor 1: Me parece que… dos semanas que alguien se tome de vacaciones… si es que se los toma, ¿verdad? Comprometedor. Gestor 2:No, no lo es.
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
335
Gestor 3:No, no lo es. Gestor 4:Pero si hay un evento de esos de evaluación… Gestor 3: Sí. Gestor 5:Eso es algo complicado. Gestor 1:Así todo bien ¿no? Gestor 2:No es todos los días... es un seguimiento sutil... así. Gestor 5:Sí… ese seguimiento lo es.
Todos usan el mismo referente –capacitación– ampliamente conocido por el grupo. Durante la elaboración de la solución/síntesis, en vez de observar un discurso organizado, con procesamiento lineal y un código de lenguaje estructurado en frases completas, se percibe una natural inestabilidad de las categorías cognitivas y lingüísticas, fruto de movimientos intersubjetivos, estructuradores de los sujetos presentes, en cooperación, ejercitando empatía y buscando entendimiento. Lejos de indicar confusión y falta de objetividad, el diálogo parece mostrar posiciones enunciativas intersubjetivamente negociadas, lo que muestra que el sentido se produce a partir del encuentro entre niveles de realidades diferentes –un «yo» y un «tú»– y singulares, que procesan universos interiores de formas propias, construidas por divergencias e interrupciones con poquísima información circulante. En ese tumulto de voces, en completa sinergia de construcción de respuestas, percibimos cómo el referente se va construyendo. En busca de esa unidad de sentido, la mente parece percibir una traducción resuelta a partir de estímulos externos y por reconstrucción, bajo forma de representación mental. En ese contexto: «La realidad de la imagen y la imagen de la realidad todavía están profundamente confundidas y, aunque separadas, se comunican secretamente.» (Morin, 1991: 104-105). Parece que de este circuito sale la comunicación, como relación por interacciones. Tanto Entrevistadora y Curandera, como los Gestores en reunión, buscan construir un acuerdo mediante movimientos internos de entrega y colaboración con el otro, en una especie de afectividad, y no por precisión en la decodificación de aquello que está siendo dicho por un código -idioma- expresado en frases completas. Los sentidos emergen a partir de la cooperación y la sinergia entre las voces que establecen la dinámica de la intersubjetividad. Establecer esa relación es unir y asociar aspectos que, aparentemente, tendrían todo para oponerse, ya que no se completan en una primera mirada. Si el lenguaje no es un instrumento creado por el hombre, pero se constituye como siendo el propio hombre, se estructura y configura a cada momento, dialogar no puede consistir en decodificar palabras, implica comprender, prestar atención, entrar en un mundo subjetivo y regresar modificado por el viaje; es vivir la intersubjetividad dentro del infinito simposio universal humano de Bakhtin (2002). Parece que el modo espontáneo de construir entendimientos, pone en duda la normalidad de una descripción estructurada y universal, que exige datos precisos responsables de la producción de sentido. Los titubeos, las re-
336
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
dundancias y obviedades, los discursos simultáneos mal considerados tradicionalmente, así como las rupturas sintácticas marcadas como imperfecciones de discursos, son medios que ayudan a estructurar discursos y promueven entendimiento al revelar marcas sociales y biológicas del sujeto que habla. El diálogo termina por ser un espacio dinámico reelaborado incesantemente en estos micro simposios cotidianos. Los intercambios orales comportan desequilibrio, incoherencias y contradicciones, pero impulsan la evolución. En ese sentido, el desequilibrio en el diálogo provoca el avance de las relaciones. Comprender la importancia de la complejidad de los discursos en espiral, dialógicos, imprecisos, caóticos y fugaces, realizados decenas de veces al día, es algo paradigmático que determina el modo por el cual convivimos con nuestro llegar-a-ser. Necesitamos «comprender la incomprensión» (Morin, 2004b:116). Negar ese comportamiento de acción es dejar que se instale la «esquizofrenia del pensamiento, aquello que impide la comunicación y mantiene separadas las personas y las cosas». (Maffesoli, 2007:41). O, más grave aún, es entregar el discurso a un universo dramático, solitario, sin que se sepa quién habla, como El Indomable, de Becket, en un delirio autista donde el lenguaje habla solo. Estamos en movimiento, todo es mudable, provisional, incompleto, imprevisible. Sentimos que el mundo co-evolucionó y la vida también. Lo podemos todo en este aquí-y-ahora, y la comprensión y el amor humanos pueden ayudar. Como dice Morin (2007:295), «Nada está definido. Ni lo peor».
ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE Susana López Ornat
La adquisición del lenguaje comienza tres meses antes del nacimiento (Elman et al 1996; Karmilof & Karmilof. Smith 2001) y su proceso lleva gradualmente al niño al dominio de su lengua nativa, hacia la adolescencia. Expresiones como aprendizaje, adquisición y desarrollo del lenguaje se utilizan con frecuencia para referirse a este proceso. Aunque pueden ser entendidas como sinónimas, esas diferencias léxicas conllevan matices teóricos interesantes. El término adquisición refleja la influencia de Noam Chomsky y la de los modelos innatistas (generativismo) inspirados en su trabajo, a finales de los años cincuenta. El término se enraíza en la lingüística, y enfatiza la noción de que la adquisición de la gramática de la propia lengua depende fundamentalmente de información genética específica, es decir, específicamente gramatical (GU, gramática universal). La función del entorno es de desencadenante de ese «ovillo» genético predeterminado. Esta visión de la adquisición es, en lo fundamental, independiente de otros desarrollos, ya sean cognitivos o sociales. Estas teorías son modelos formales del proceso de adquisición, que reducen al mínimo el papel de la experiencia.
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
337
Por el contrario, el término aprendizaje enraíza en la psicología, y se vincula con el conductismo. También a finales de los cincuenta, Skinner propuso la primera explicación empirista –radical– sobre cómo el lenguaje es aprendido. Propuso la experiencia, el aprendizaje asociativo, y el refuerzo de los adultos, como agentes de la configuración gradual de la «conducta verbal» en el niño. En la actualidad, los modelos constructivistas-emergentistas describen el desarrollo como un proceso ontogénico, gradual, complejo y adaptativo. El desarrollo lingüístico es impulsado por una interacción compleja de experiencia y aprendizaje que, además, no parte de una tabula rasa sino de un sistema con diversas constricciones innatas, algunas genéticas, otras aprendidas in útero, pero todas de carácter no-específicamente gramatical. Estos modelos emergentistas también buscan revelar cómo el niño aprende la gramática, o cualquier otro componente de su/s lengua/s. Pero suponen que no es suficiente «aterrizar» en un entorno lingüístico –a la Skinner– para que se produzca el desarrollo lingüístico, y que son necesarios abundantes cambios cognitivos complejos para dar cuenta del proceso de aprendizaje de la lengua materna. Suponen también que un conocimiento ya-lingüístico e innato –a la Chomsky– no es necesario para una explicación científica del proceso de desarrollo del lenguaje. Desde una perspectiva de complejidad, nos centramos en el emergentismo, o el constructivismo (Bavin 2009), ya que, para estos modelos, el proceso de adquisición del lenguaje es en sí un proceso recursivo, por el cual interaccionan entidades con propiedades emergentes, de manera que las interacciones emergentes de entidades lingüísticas dan lugar a nuevas entidades emergentes de nivel superior, con sus nuevas propiedades emergentes, y así sucesivamente. Sin duda, los avances actuales en metodología han contribuido, a la posibilidad de una perspectiva compleja de este proceso. Por ejemplo, las técnicas de neuroimagen se utilizan frecuentemente, y están permitiendo identificar correlatos neurológicos del procesamiento temprano del lenguaje. A la vez, el modelado computacional (conexionismo, redes neuronales), proporciona hipótesis rigurosas sobre los procesos de aprendizaje subyacentes a los cambios lingüísticos observables (Elman et al. 1996). Se utilizan también nuevos métodos experimentales como el seguimiento de la mirada, o la mirada preferente, ideados para investigar procesos tempranos de comprensión, y que obtienen evidencia sobre cambios graduales. Pero también, la investigación hoy en día es a menudo multicultural y multidisciplinar, por lo que las preguntas están mejor orientadas, las respuestas tienen mayor validez y las generalizaciones teóricas pierden peso. En la medida en que las preguntas de investigación son más precisas, los análisis que se realizan lo son también, y abundan estudios longitudinales densos, con datos tomados semanalmente, que producen información masiva y no pierden el detalle de los pequeños cambios o avances del niño. Los córpora longitudinales siguen siendo hoy la mejor evidencia para construir hipótesis sobre los cambios subyacentes a las observaciones registradas, y los experi-
338
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
mentos conductuales, el método más riguroso y fiable para la puesta a prueba de las hipótesis. El uso de córpora de lenguaje infantil se ha visto reforzado por la disponibilidad de soportes lógicos y materiales (programas para el análisis de datos) que han facilitado enormemente la investigación. Por ejemplo, la base CHILDES, en http://childes.psy.cmu.ed, incluye registros originales (audio y video) y datos codificados del proceso longitudinal de adquisición del lenguaje de niños normales, monolingües y bilingües, de muchas lenguas, además de los mismos datos para desarrollos atípicos del lenguaje, también en diversas lenguas. Para el español europeo, véase S. López Ornat y cols. (1994). Del mismo modo, la riqueza de datos de investigación ha permitido crear un instrumento de cribado para diferenciar el desarrollo lingüístico atípico del normal desde muy temprano (8 meses) y está baremado para muchos idiomas diferentes www.sci.sdsu.edu/cdi/cdiwelcome.htm. Véase para el Español Europeo, S. López Ornat y cols. (2005). PREGUNTAS ABIERTAS HOY EN LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA La mayoría de las preguntas actuales se centran en cómo los bebés y los niños pequeños «rompen el código», es decir, cómo consiguen dar sentido al sonido lingüístico que los rodea, y llegan después a ser usuarios competentes del lenguaje. El lenguaje tiene una estructura formal que no se enseña explícitamente a los niños. A pesar de eso, hacia los 27 meses de edad, en cualquier lengua del mundo, dan los primeros pasos en definición de la gramática de su/s lengua/s. A este respecto, los modelos innatistas proponen que todos los humanos nacen, como decíamos, dotados con conocimientos gramaticales genéticos, denominados GU (Gramática Universal). La GU es un conjunto de «reglas» gramaticales, muy generales, que de algún modo maduran y guían al niño en su descubrimiento de la gramática de la lengua del medio en el que ha nacido (Chomsky 1972; Hauser et al. 2002). Debido a su dependencia del contenido genético GU, las investigaciones desde esta perspectiva no giran en torno a las interacciones afectivas, la experiencia, la función del cerebro, o el procesamiento cognitivo del aprendiz, sino que tienden a recabar datos empíricos de habla o de comprensión infantil, que ilustren la plausibilidad de sus modelos. Para los modelos emergentistas, no estrictamente empíricos, el estado inicial del proceso consta de diversas limitaciones innatas, de carácter cognitivo general, que sesgan el proceso de aprendizaje del niño (Bavin 2009; Elman 1996; Karmiloff & Karmiloff -Smith 2001; Tomasello 2003). A lo largo del desarrollo, el cerebro del niño crea mecanismos específicos para procesar el lenguaje, que después exhibe el adulto. El desarrollo de estos mecanismos específicos, sería, pues, el éxito del proceso de adquisición del lenguaje, pero no su origen (GU), como proponen las teorías innatistas. En concreto, la noción de aprendizaje local, y su función en el proceso de adquisición, acota hoy un importante campo de investigación. Desde un punto
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
339
de vista macroevolutivo, el aprendizaje lingüístico de los niños partiría de construir asociaciones locales, un sonido lingüístico-un significado, una forma concreta-una función concreta. Este procedimiento llevaría al niño a conseguir decir algunas palabras, las iniciales, pero no a adquirir el lenguaje. En un segundo momento, el cerebro aplicaría sobre los primeros ejemplares almacenados procedimientos de análisis estadístico, y con ello obtendría algunas regularidades lingüísticas de corto alcance, probabilísticas, pero aún no simbólicas. Por ejemplo: la correcta construcción de un Sintagma, Nominal o Verbal. En un tercer momento del proceso, el sistema volvería a abstraer la información lingüística almacenada, pero ahora ya no sobre los ejemplares concretos iniciales, sino sobre las regularidades de corto alcance ya definidas. Es decir, el input al proceso de abstracción, ahora sería interno. El resultado de abstraer sobre regularidades, sería la obtención de símbolos lingüísticos (como las funciones sintácticas de Sujeto, Verbo y Objeto) y, con ellos, se obtendrían también reglas de composición sintáctica complejas (Bavin 2009; Tomasello 2003). Otra consecuencia de este enfoque de complejidad, que tiene importantes reflejos en investigación, es la noción de que en el proceso de desarrollo del lenguaje «lo» que crece no es solo la complejidad lingüística de la producción del niño, sino también el input al sistema, además del propio sistema de aprendizaje. Ambos, input y sistema, cambian a lo largo del proceso convirtiéndose, ellos mismos, en cada vez más complejos. El input cambia porque el sistema de aprendizaje filtra la cantidad y calidad del input que recibe en función de su propio desarrollo (Elman et al, 1996; López Ornat 1994). A su vez, el sistema de aprendizaje se modifica él mismo, creando varios tipos de estados transicionales para cualquier estructura lingüística concreta. Estos estados son, precisamente, el foco de muchas de las investigaciones actuales. Otro conjunto de temas que centran la investigación actual (2011) gira en torno al desarrollo de la comunicación intencional. Las habilidades cognitivas generales del los niños pequeños les ayudan a identificar patrones distribucionales de los sonidos de su lengua en la señal input, pero también a identificar las intenciones del hablante (Tomasello, 2003). Estrechamente ligada a esto encontramos la cuestión de la imitación que juega un papel fundamental en el despegue de cualquier proceso particular de adquisición del lenguaje. Los niños comienzan a aprender estructuras lingüísticas imitando ejemplos de lenguaje que ponen en práctica, Aún así, al final, lo que aprenden es la lengua, el sistema convencional. La imitación no es realmente un mecanismo de aprendizaje, sino la combinación de muchos de ellos. Así, para que se produzca una imitación inmediata de una estructura lingüística, el niño tiene que: -haber orientado su atención a esa estructura en el ambiente -haber hipotetizado la intención comunicativa del emisor de esa estructura, o «suponerle» un significado: -haber segmentado del flujo continuo del habla la estructura seleccionada,
340
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
-haber construido un modelo motor equivalente de la estructura percibida, -haberla articulado, con mayor o menor éxito. En la actualidad, cada uno de estos procesos implicados en una imitación inmediata constituye un campo de investigación en sí mismo. El interés de esta temática se debe no solo a que indica procesamiento de la intencionalidad. También, a que una estructura lingüística que puede ser imitada, puede también ser «representada» internamente y, por tanto «almacenada». El «almacenamiento», la disponibilidad interna, a su vez, permitiría al sistema buscar regularidades estadísticas en los materiales almacenados. Y, puesto que hay estructura «ahí fuera», en el lenguaje, el sistema la encuentra. Por último, actualmente hay mucha actividad de investigación sobre lo que podría ser parte de un soporte neurológico de la imitación, el sistema de neuronas espejo, descrito por primera vez en monos macacos adultos. Estas neuronas se activan no solo cuando el sujeto realiza una acción, sino también cuando observa a otro realizar esa acción, (Tomasello, 2003). Otro grupo de preguntas de investigación actuales se centran en la adquisición del discurso, un proceso «tardío» en el desarrollo del lenguaje. El éxito del proceso temprano de adquisición del lenguaje, es el aprendizaje de un código lingüístico básico (fonología, léxico, morfología, sintaxis, semántica, pragmática) de la/s lengua/s ambiental/es. A los cinco años de edad, los niños todavía no son oradores totalmente desarrollados, pero tienen muy bien adquiridas las bases de su/s idioma/s. A partir de entonces, hasta la adolescencia, el proceso de adquisición del lenguaje se denomina tardío (Bavin, 2009), y su éxito más relevante es la adquisición de las habilidades narrativas. La narrativa y el diálogo son casos especiales de discurso. El diálogo en sí es un tipo «fácil» de narración, en el que los seres humanos crean textos orales cooperativos. La habilidad narrativa supone guiar a un oyente a través de un principio, un desarrollo y un final, mientras que une oraciones sucesivas entre sí con instrumentos lingüísticos como los conectores, los marcadores de tiempo, los pronombres, etc. Tales instrumentos lingüísticos (dispositivos de cohesión) permiten al orador referirse a cosas que se dijeron antes, dejar cosas sin decir, vincular los acontecimientos de manera coherente, avanzar en la narración sin problemas, evitar volver atrás a través de cada detalle (Karmiloff y Karmiloff-Smith, 2001). La investigación hoy está examinando cómo la coherencia conceptual y la cohesión lingüística se relacionan entre sí de forma dinámica en cada etapa del desarrollo del discurso de los niños. También forman parte del proceso tardío, el desarrollo de rasgos lingüísticos sutiles, como el humor, el sarcasmo y la metáfora, que constituyen cada uno un campo de investigación en la actualidad. Al final, como vemos, el desarrollo del lenguaje es un proceso dilatado en el tiempo, tal vez el desarrollo más lento de todas las capacidades cognitivas humanas. Pero el desarrollo lingüístico en las sociedades alfabetizadas también
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
341
incluye el aprendizaje de un meta-lenguaje. En muchas sociedades, cuando los niños están empezando a adquirir algunas habilidades básicas del discurso oral, también empiezan a ser explícitamente entrenados en lectura y escritura. Este nuevo nivel lingüístico requiere el aprendizaje de las letras y el reconocimiento de la palabra escrita, el refinamiento de la conciencia fonológica, un desarrollo de habilidades de escritura completamente nuevo, el aprendizaje de las correspondencias letra-sonido y el aprendizaje de destrezas narrativas nuevas en relación a la forma escrita. Éste es un meta-nivel de desarrollo lingüístico. Un nivel superior, que, a su vez, crea sus propias dificultades en el desarrollo y sus propios efectos observables en la conectividad cerebral. Todo ello es objeto de investigación especializada en la actualidad. Por último, un proceso tan complejo como el de adquisición del lenguaje, está amenazado por problemas potenciales con cualquier alteración biológica, social, o psicológica de las condiciones en que se desarrolla. Por ejemplo, el desarrollo es normal en niños sordos de padres sordos que son usuarios de un lenguaje de señas. La mayoría de los bebés sordos, sin embargo, tienen padres oyentes que no conocen un lenguaje de señas, y estos bebés tienen más dificultades. Existen también desarrollos atípicos del lenguaje, como el llamado Trastorno Específico del Lenguaje (TEL), o el Trastorno del Espectro Autista (TEA), o los síndromes de Williams y de Down. Estos casos concitan cada uno áreas de investigación altamente especializadas, con interés no solo en el trastorno, sino también en la plasticidad del cerebro, y en los patrones de actividad cerebral como resultantes del desarrollo lingüístico. Incluso dentro del proceso «normal» del desarrollo del lenguaje existen fuertes variaciones. Hay diferencias en el proceso de adquisición del lenguaje que dependen de diferencias de cultura, y/o de nivel socioeconómico (SES). Pero, independientemente de eso, existen profundas diferencias individuales en el proceso de adquisición en niños normales, de la misma cultura, el mismo idioma, y el mismo SES. Estas variaciones, difíciles de conciliar con los modelos nativistas (GU) están vinculadas con diferencias sutiles en la experiencia lingüística y con diferencias mínimas en el procesamiento, como predicen los modelos emergentistas. Las variaciones individuales en el desarrollo del lenguaje se entienden como evidencia de que el sistema-que-adquiere-la-lengua sigue rutas alternativas en la adquisición de sonidos, palabras, gramática, o narrativa (Bavin 2009; Elman et al 1996; Karmiloff y Karmiloff-Smith, 2001). En contraste, parece que existe la creencia popular de que todos los adultos que pertenecen a una misma comunidad lingüística tendrán un dominio equivalente de su lengua común. Pero esa intuición solo se basa en el paradigma típico y dominante de la lingüística descriptiva. La intuición sobre la existencia de una comunidad lingüística homogénea es una ficción. En su lugar, una de las formas más sorprendentes en la que las personas se diferencian es en su aprendizaje y uso del lenguaje.
342
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
APRENDER LA FORMA DE LAS PALABRAS: EL PROCESO EN SU COMPLEJIDAD12 Alexandra Karousou
Las palabras más tempranas de los niños, aunque difieren de las adultas, son conductas complejas que presuponen la emergencia y convergencia de diversos desarrollos paralelos [p.ej. desarrollo motor-articulatorio, perceptual, comunicativo, representacional, etc.]. Muchos estudios recientes sitúan la emergencia de cada uno de estos componentes de la palabra en la llamada etapa prelingüística del desarrollo comunicativo; es decir antes de que los niños logren producir sus primeras palabras. Sin embargo, son muy escasos los trabajos que han investigado cómo dichos desarrollos –estudiados de manera aislada– interactúan durante la etapa de transición de la comunicación prelingüística a la lingüística. Este trabajo investiga la emergencia de la forma fonoprosódica compleja de la palabra desde una perspectiva sistémica. Basándonos en datos longitudinales densos sobre las producciones vocales de dos niñas (una española y otra griega) registradas en video semanalmente desde los 7 hasta los 18 meses, llevamos a cabo un análisis multidimensional de patrones complejos que resultan de la combinación de los componentes formales de la palabra y proponemos un nuevo acercamiento holístico al estudio de la emergencia de la palabra. INTRODUCCIÓN: LA VISIÓN COMPLEJA DEL DESARROLLO La Teoría de los Sistemas Complejos Dinámicos adquiere cada vez más fuerza en el estudio del desarrollo ontogenético temprano. El ritmo, amplitud y variabilidad de los cambios registrados en los primeros años de la vida humana, así como la multitud de factores de naturaleza diversa (biológicos, ambientales, sociales, cognitivos, emocionales, etc.) que interactúan afectando su curso, han conducido ya a varios investigadores a introducir el paradigma de los sistemas dinámicos en el estudio del desarrollo humano. Varias investigaciones del campo de la Psicología del Desarrollo adoptan el enfoque y metodología sistémicos para estudiar fenómenos evolutivos muy diversos, desde el desarrollo motor (p.ej. la emergencia de la capacidad de andar), hasta múltiples facetas de desarrollo cognitivo (p.ej. la construcción del concepto del objeto [error A noB], la categorización perceptual, etc.) (véase p.ej. Thelen & Smith, 1994). En este marco teórico, el individuo se considera un todo integrado y organizado (sistema) y los procesos del desarrollo se entienden como cambios dinámicos en las estructuras o patrones de funcionamiento complejos del sistema, que emergen de la interacción entre multitud de variables. Así, el papel de cada Parte de la investigación de mi Tesis Doctoral (UCM, 2003). Agradezco su apoyo a las Dras. S. López Ornat y S. Mariscal y a Carmen, Athina y sus familias su colaboración. 12
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
343
variable y su importancia en el desarrollo del individuo depende del contexto de otras variables (tanto internas al sistema, como externas) que operan simultáneamente sobre el individuo en desarrollo. Dichas interacciones subyacen al proceso de autoorganización del sistema y hacen que su desarrollo sea típicamente no lineal. A través de fases de inestabilidad o, incluso, de regresión en su comportamiento, el sistema logra producir patrones de funcionamiento relativamente estables, cada vez más complejos y supuestamente óptimos para su estado actual. Se asume que estos patrones se pueden identificar, e idealmente explicar, no aislando sus diferentes componentes, sino estudiando su evolución interconectada. Así, una de las consecuencias metodológicas más importantes de esta nueva visión holística del desarrollo es el abandono de los análisis estadísticos clásicos «orientados a la variable» o que asumen modelos lineales del desarrollo (p.ej. los típicos ANOVA) y su sustitución por «análisis de patrones» (p.ej. Bergman, Magnusson & El-Khouri, 2003). Otra implicación teórica-metodológica del enfoque sistémico en el estudio del desarrollo topa con el tema de las diferencias individuales. Durante muchos años, variaciones individuales en el curso evolutivo se consideraban como ruido o perturbación en los datos, ya que impedían la extracción de reglas comunes o, incluso, universales que, aplicadas a todos los individuos, permitiesen la explicación de su desarrollo; siempre había casos que se «resistían» a acomodarse a este tipo de teorías en el fondo deterministas. Según el paradigma sistémico, sin embargo, cada individuo se concibe como el resultado único de la interacción entre todos los factores concretos que operan, o que operaron, sobre él. Es, por tanto, totalmente esperable que los patrones de funcionamiento que desarrolla en cada momento evolutivo no sean idénticos a los de otro individuo. Las diferencias individuales pierden estatus de perturbación y se convierten en información imprescindible para explicar el desarrollo, ganándose un sitio privilegiado en la investigación. Diseños longitudinales densos y multidimensionales de pocos individuos (estudios micro-genéticos o micro-evolutivos) cobran gran importancia (p.ej. Granott & Parziale, 2002; Thelen & Smith, 1994; Siegler, 2006), ya que constituyen la única opción metodológica que permite reconstruir, en la medida de lo posible, la historia de las interacciones concretas que afectan o afectaron el desarrollo de cada individuo. Obviamente, la detección, descripción y estudio exhaustivo de todas las variables y todas las interacciones que conducen a la formación de cada individuo concreto, es una meta utópica. El número de variables que afectan es inmenso y difícil de definir, ya que incluso factores insospechados pueden estar alterando su curso de maneras inesperadas. Dicha complejidad se ilustra por el hecho de que todo sistema puede formar parte de sistemas de un nivel de complejidad superior; al mismo tiempo, el mismo sistema puede estar compuesto por otros sistemas de un nivel de complejidad inferior, interactuando así indirectamente con un «sistema» de sistemas anidados inmensamente amplio.
344
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
Por tanto, se asume que cada investigador, según el objetivo y las hipótesis concretas de su trabajo, puede o debe de centrarse en el nivel sistémico que incluye las variables más relevantes que pueden estar afectando su comportamiento en un nivel dado. Sin embargo, es de esperar que nunca se llegará a predecir de modo determinista el desarrollo de un sujeto ni el desarrollo humano en general. En palabras de Lickliter (2008:343, cit. en Mariscal 2010): El proceso de desarrollo es un fenómeno vertiginosamente complejo, multideterminado, y el número de variables, interacciones y contingencias que afectan el viaje desde el huevo fertilizado hasta el adulto funcional pueden muy bien situar su plena comprensión más allá de la propia comprensión humana.
Quizá, pues, la aportación más interesante del paradigma sistémico al estudio del desarrollo humano, sea que explica por qué nunca llegaremos a explicar dicho desarrollo completamente; asumir esta limitación, por contradictorio que pueda parecer, permitirá acercarnos mucho más a su explicación. A continuación, presentamos una sinopsis de un primer intento de aplicación del paradigma sistémico al estudio de la emergencia de la «palabra», uno de los primeros hitos del desarrollo lingüístico de los niños. HACIA EL ESTUDIO DE LA EMERGENCIA DE LA PALABRA Una palabra es una entidad compleja. Se puede describir en varios niveles que incluyen tanto sus múltiples dimensiones formales (las propiedades de los sonidos producidos) como dimensiones funcionales o de uso (la función comunicativa que cumplen, su uso referencial, naturaleza representacional, etc.). Un niño, para llegar a producir sus primeras palabras, debe haber construido antes mínimamente una serie de habilidades y conocimientos básicos. Debe haber aprendido primero a percibir y luego a articular los sonidos concretos de los que se forman las palabras en su lengua; debe haber aprendido que tales sonidos se pueden usar para comunicar intenciones concretas; que se pueden usar como herramientas para afectar al comportamiento de los demás, o para referirse a y compartir con alguien trozos de la realidad, de la experiencia con el mundo; debe haber segmentado y organizado, pues, tanto el mundo, como la señal del habla, en trozos con sentido y haber entendido que los adultos usan sonidos concretos para referirse a estas dimensiones concretas del mundo; debe haber localizado, extraído y aprendido algunos sonidos concretos y haber conseguido relacionarlos con contextos, objetos o fenómenos específicos; finalmente, debe haber aprendido a integrar todos estos conocimientos (percepción, segmentación, articulación, intención, formación de conceptos, representación simbólica, etc.) para la producción de un símbolo lingüístico convencional. Así, los primeros símbolos lingüísticos producidos por los niños, sus palabras más tempranas, aunque difieren mucho de las adultas tanto en cuanto a su forma como en cuanto a su uso (Vihman & McCune, 1994), presuponen la emergencia y convergencia de todos estos desarrollos paralelos.
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
345
Muchos estudios contemporáneos, abordando de manera aislada el desarrollo de muchos componentes de la palabra, sitúan su emergencia en la etapa prelingüística del desarrollo comunicativo. Se rebate así el argumento, sostenido en el pasado por teorías innatistas del lenguaje (ej. Jackobson, 1961), sobre la discontinuidad entre la aparición de las primeras palabras y las conductas comunicativas que las preceden, y sobre la independencia del desarrollo lingüístico del desarrollo cognitivo general. Más concretamente, estudios contemporáneos presentan abundante evidencia sobre la continuidad tanto de las propiedades formales de las vocalizaciones (contenido fonético, calidad articulatoria, patrón melódico, ritmo, duración, etc.), como de sus funciones comunicativas, su uso referencial y representacional. Por ejemplo, ya sabemos que los niños con desarrollo típico, antes de sus primeras palabras, pueden producir vocalizaciones silábicas que se parecen fonética y prosódicamente al habla adulta (ej. Boysson-Bardies, 1999; McCune & Vihman, 2001; Vihman et al., 1985). Sabemos que pueden usar dichas vocalizaciones para expresar algunas de las funciones comunicativas más importantes del lenguaje: expresar sorpresa, agrado o desagrado (expresión emocional), para pedir a alguien que les dé un objeto o realice una acción (función protoimperativa o instrumental) o, incluso, para llamar la atención de su interlocutor sobre un fenómeno que quieren compartir (función proto-declarativa o referencial) (Franco & Butterworth, 1996; Karousou, 2004). Sabemos que, hacia la misma edad, aparecen los gérmenes de la referencia simbólica: los niños empiezan a usar gestos simbólicos convencionales para representar a objetos, estados y acciones (Acredolo & Goodwyn, 1988); comienzan a comprender bastantes palabras (López Ornat et al. 2005) y, por tanto, a formar sus primeras representaciones léxicas; empiezan a producir consistentemente ciertas vocalizaciones en contextos específicos (a veces demasiado amplios o restringidos), o incluso, a promover vocalizaciones que guardan cierta semejanza con la forma convencional de una palabra adulta, aunque su uso puede no ser el adecuado (McCune, 1992; Vihman, 1996; Vihman & McCune, 1994). (Para revisiones recientes, véase: Karousou & López Ornat; Oller, 2000; Vihman, 1996; Vihman, De Paolis, Keren-Portnoy, 2009). Una explicación de la emergencia de la palabra se puede aproximar solo si se toma en cuenta la evolución interconectada de los componentes del desarrollo (pre)lingüístico. Partimos de la hipótesis principal que en un periodo transitorio con importantes cambios simultáneos en muchos niveles, es esperable que éstos interactúen, incluso que conquistas en un ámbito puedan conllevar inestabilidad, y hasta regresión, en el comportamiento registrado en otros ámbitos (negociación de recursos de procesamiento). (Bates & MacWhinney, 1987). Aquí nos limitaremos a presentar un resumen de los resultados sobre las interacciones en un solo nivel sistémico, el de la forma fonoprosódica de las vocalizaciones. Es decir, presentaremos resultados sobre las interacciones entre
346
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
diferentes componentes formales de las vocalizaciones tempranas (propiedades segmentales y suprasegmentales de los sonidos producidos) con el objetivo de estudiar los procesos complejos que subyacen a la emergencia de lo que llamamos el «patrón fonoprosódico complejo de Palabra» (Patrón FP Palabra). LA PROPUESTA METODOLÓGICA Para la obtención de datos continuos, densos y multidimensionales sobre los componentes formales de las vocalizaciones tempranas, se optó por un diseño longitudinal micro-evolutivo basado en la observación/grabación semanal de dos niñas (una española Carmen y otra griega Athina), desde los 7 hasta los 18 meses de edad. Las grabaciones se realizaron en un contexto de interacción natural de las niñas con sus padres, con una cámara de vídeo digital y, simultáneamente, con una grabadora digital equipada con micrófono direccional. Cada grabación tuvo una duración aproximada de 30 minutos; se realizaron 43 grabaciones de Carmen y 47 de Athina. Se analizaron todas las vocalizaciones que las niñas produjeron durante las observaciones (6.039 vocalizaciones en total), definidas por sus límites naturales; es decir, por los breves silencios que delimitan los ciclos respiratorios. Se excluyeron solo los sonidos biológicos o vegetativos, los llantos, gritos o risas, y también algunas vocalizaciones que por razones técnicas no se oían bien (p. ej. debido a otro sonido superpuesto). Por las necesidades de análisis de este nivel sistémico, cada una de las vocalizaciones se analizó respecto a cuatro variables de forma (articulación, duración, entonación y ritmo) (Karousou 2004, Cap. 4). Dichos análisis fueron sobretodo auditivos, aunque la codificación de las variables supreasegmentales (entonación y ritmo) se apoyó en análisis acústicos realizados con el programa de análisis espectrográfico Praat (Boersma, 2001). La validez de codificaciones se estableció mediante el procedimiento del acuerdo inter-jueces. Un 30% de los datos fueron codificados respecto a todas las variables de análisis por un investigador independiente y ciego respecto a las hipótesis de este trabajo, previamente entrenado en la tarea. El acuerdo en todos los casos superó el 85% (acuerdo medio 89,84%). Un problema metodológico que tuvimos que afrontar para realizar los análisis de patrones, es decir, de interacciones entre estas variables, estuvo relacionado con el número de variables y de posibles valores (niveles) que cada una podía adoptar. Patrones combinatorios que surgieron del cruce de dichas variables en una tabla de contingencia (SPSS 14.0) superaron los diez mil (!) convirtiendo su interpretación en una tarea imposible. Por tanto, tuvimos que recodificar los datos en variables dicotómicas [0-1], asignando el valor «1» a todos los valores que corresponden a la forma de las palabras más comunes de la lengua, y el valor «0» al resto de los valores, en principio más «primitivos» o no ajustados al modelo de palabra adulta. En la siguiente Tabla describimos las cuatro variables contempladas para los análisis de patrones:
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
347
Tabla 1. Análisis multidimensional de las vocalizaciones: variables del sistema de codificación y descripción de los valores binarios [0-1] Variable
Breve descripción y valores
Articulación
Codif. calidad articulatoria de vocalización (Mod. Infrafonológico, Oller 2000). Valor 1: Vocalizaciones silábicas (con sílabas canónicas: con fonación normal, plena resonancia y articulación normal, que resulta de la transición rápida de una postura cerrada a una abierta, y vocales: con fonación normal y plena resonancia, con tracto vocal abierto y labios o lengua en posición articulatoria). Valor 0: Vocalizaciones con articulación más primitiva, sin articulación normal (conteniendo una o más cuasi-vocales o/y sílabas marginales).
Duración
Codif. del nº de segmentos articulatorios por vocalización (ciclo respiratorio). Valor 1: Vocalizaciones con duración de las palabras llenas más frecuentes (2 y 3 segmentos articulatorios), palabras que tienen sentido para la niña. Valor 0: Todos los demás valores. Codif. del nº de niveles tonales (cambios notorios en frecuencia fundamental) contenidos en una vocalización, estimación de la razón niveles tonales/duración Valor 1: niveles tonales / duración = 1 Valor 0: Todos los demás valores
Entonación
Ritmo
Codificación del patrón rítmico de la vocalización. Valor 1: Pies rítmicos que corresponden a las palabras de la lengua española. Valor 0: Patrones monótonos o átonos.
ANÁLISIS DE LOS PATRONES COMBINATORIOS: RESULTADOS El objetivo de este trabajo no era el estudio del desarrollo aislado de cada una de dichas variables / componentes formales de la palabra, sino el estudio de su desarrollo interconectado. Quisimos estudiar cómo emerge el Patrón FP Palabra, o dicho de otra manera, cómo los niños aprenden a producir vocalizaciones con todas las propiedades sonoras ajustadas a las propiedades de las palabras adultas. Se calcularon, así, las frecuencias de las vocalizaciones que correspondían a cada patrón formal (articulación, duración, entonación, ritmo), desde el patrón «0000» que corresponde a una vocalización que no tiene ni la calidad articulatoria, ni la duración, ni la entonación, ni el ritmo de las palabras, hasta el patrón «1111» que tiene todas estas propiedades de la palabra (Patrón FP Palabra), pasando por patrones parciales con solo una, dos o tres variables con valor «palabra» [0001, 0100, 0010, 1000, 0110, 0011, 0111, etc...]. En los Gráficos 1 y 2, se puede observar el desarrollo de dichos patrones desde los 7 hasta los 18 meses de edad, para la niña española y la griega respectivamente. Asimismo, en el eje de abcisas de los gráficos se refleja el número de variables con valor «palabra» que contiene cada patrón. Así, en la izquierda se ven los patrones con 0 o 1 componente ajustado al valor palabra, en la zona central los que tienen 2 componentes palabra y en la derecha se sitúan los patrones con 3 o con los 4 componentes con valor palabra.
348
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
Gráfico 1 Desarrollo de patrones fonoprosódicos complejos en las vocalizaciones de Carmen (7 – 18 meses)
Gráfico 2 Desarrollo de patrones fonoprosódicos complejos en las vocalizaciones de Athina (7 – 18 meses)
Al contemplar los patrones en su totalidad, se aprecia que desde los primeros meses se registran en las producciones de las niñas patrones con valor «1» en primera posición (articulación), en segunda (duración), en tercera (entonación) y en cuarta posición (ritmo). En otras palabras, desde antes de los 12 meses, se registra el valor palabra en cada una de las variables de forma; las niñas del estudio, pueden producir vocalizaciones con la calidad articulatoria, duración, entonación y ritmo que corresponden a las palabras de su lengua. Sin embargo, el hallazgo más interesante es que tales formas maduras se registran al principio casi exclusivamente en solitario o en pares con solo una variable normativa más. Es decir, mientras las niñas pueden producir la forma palabra para todos los componentes por separado, parecen tener gran dificultad para combinar varias de estas formas difíciles en una sola emisión. El patrón más frecuente para ambas en estas edades más tempranas es el «0011» que corresponde a vocalizaciones melódicas que presentan la entonación y el ritmo
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
349
de la lengua, pero carecen de la calidad articulatoria y la duración normativas de las palabras. Por el contrario, observamos que el porcentaje de las vocalizaciones que corresponden al patrón fonoprosódico complejo «1111» (Patrón FP Palabra) es al principio muy marginal (pero no inexistente) y solo a partir de los 13-15 meses empieza a producirse más sistemáticamente. Este período evolutivo corresponde a la etapa de la máxima variabilidad intra-individual y, por tanto, la mayor inestabilidad en los sistemas fonoprosódicos de las niñas, ya que tanto vocalizaciones muy «primitivas» como «complejas» se producen con frecuencia. Finalmente, en la última etapa evolutiva (16-18 meses) la autoorganización de su procesamiento fonoprosódico les permite converger en modelo adulto de palabra, ya que el «Patrón PF Palabra» (1111) llega a representar la mayoría de las vocalizaciones en ambas niñas. Obviamente, es de esperar que este desarrollo seguirá su curso ascendente en los siguientes meses y no se concluirá hasta mucho más tarde, ya que se ha comprobado que en etapas más avanzadas, los niños a veces recaen en rutinas articulatorias primitivas (ej. Jusczyk, 1997; Stoel-Gammon & Dunn, 1985; Vihman, 1976). A continuación, se agruparon los patrones formales, según el número de variables con valor normativo que contienen. Esto permite visualizar de manera más directa la dificultad inicial para combinar muchas variables con forma «difícil» y la emergencia de la capacidad de producir formas «complejas».
Gráficos 3. Porcentaje de los patrones fonoprosódicos complejos agrupados según el número de variables ajustadas al patrón ‘palabra’
En los gráficos 3, se observa que en las producciones de ambas niñas al principio predominan vocalizaciones con 1 o 2 componentes con forma normativa. La capacidad para combinar 3 componentes normativos emerge gradualmente y las producciones más primitivas (0 componentes normativos) tienden a desaparecer. Finalmente, a los 13-15 meses se observa la primera evidencia convergente al «patrón FP Palabra»: un aumento no-lineal y muy acelerado de las producciones con 4 componentes «difíciles». El mecanismo de aprendizaje de la forma fonoprosódica de las palabras, como aquí se observa, consistiría en poder combinar lentamente cada vez más componentes con forma «difícil» en una misma vocalización. Hemos visto que aunque la capacidad para producir
350
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
cada componente normativos por separado a los 10-12 meses está bastante desarrollada, pasan varios meses hasta que las niñas logran combinar todos estos componentes, para que las vocalizaciones con las propiedades sonoras de las palabras adultas se conviertan en la conducta vocal predominante. CONCLUSIONES Quisimos saber cómo aprenden los niños a producir vocalizaciones con todas sus propiedades sonoras «ajustadas» a lo que en el lenguaje adulto se define como la forma «normativa» de una palabra. Asumimos que la emergencia de la palabra es resultado de procesos complejos y dinámicos que resultan de la interacción entre múltiples desarrollos de un nivel sistémico inferior. Bajo esta perspectiva, estudiamos el desarrollo fonoprosódico de dos niñas durante la etapa de transición del periodo prelingüístico del desarrollo comunicativo a la emergencia de sus primeras palabras. Para que un niño consiga producir una palabra, no es suficiente haber aprendido a producir vocalizaciones con articulación canónica o con la entonación apropiada o con el ritmo o la duración adecuados. Todas estas habilidades –entre otras- deben converger en una conducta compleja, lo que llamamos el «Patrón FP Palabra». Dicho de otro modo, no se puede deducir que, cuando un niño adquiera una habilidad en un dominio, vaya a poder usarla en combinación con otras habilidades recién adquiridas. Esta combinación supondría una nueva conquista resultante de las múltiples interacciones que subyacen a un proceso dinámico de aprendizaje. En estudios anteriores sobre el desarrollo aislado de componentes formales de las vocalizaciones de las mismas niñas (Karousou, 2004; Karousou, 2007; Karousou, Kati, Stambouliadou 2008), observamos que todas las conquistas parciales necesarias para la producción del patrón complejo en estudio se desarrollan de manera gradual, antes de que las niñas produzcan sus primeras palabras. Detectamos también algunas diferencias individuales importantes en el desarrollo de ambas (Karousou & López Ornat, 2007); diferencias que se pueden atribuir: 1] a las propiedades de las diferentes lenguas de las niñas (la española produce significativamente más vocalizaciones con ritmo trocaico, mientras la griega produce casi tantas vocalizaciones trocaicas como yámbicas), 2] a su estilo personal (las producciones de la española son más melódicas y largas), 3] a su ritmo evolutivo diferente (el de la niña griega parece más lento). Sin embargo, en el presente estudio, al analizar el desarrollo de los patrones que resultan de la interacción de estos mismos componentes, hemos adquirido una visión mucho más compleja y coherente del proceso de la emergencia de la forma de las palabras. En los primeros meses del estudio (aprox. 8-12 meses), ambas niñas presentaron gran dificultad para combinar en una misma vocalización muchos componentes «normativos» o «difíciles». Por ejemplo, al principio sus vocalizaciones con calidad articulatoria silábica parecían carecer de las propiedades prosódicas de las palabras. Por otro lado, dichas propiedades pro-
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
351
sódicas abundaban en vocalizaciones con articulación más primitiva. A continuación, las niñas atravesaron muchos meses de inestabilidad en sus producciones, produciendo vocalizaciones de varios niveles de dificultad/complejidad. Poco a poco, sus vocalizaciones convergen en el «Patrón FP Palabra», logrando combinar cada vez más componentes normativos en una sola vocalización. Interpretamos el hallazgo como evidencia positiva acerca de nuestra hipótesis de «negociación de recursos de procesamiento» y la existencia de interacciones complejas y dinámicas que operan sobre el desarrollo vocal de los niños. Estos resultados son coherentes con nuestra hipótesis de partida: la emergencia de conductas complejas y multidimensionales (como las palabras) no depende solo del desarrollo de sus diferentes «componentes». Depende también de las interacciones complejas que se producen entre dichos componentes, entre los diferentes hitos parciales, hasta que estos puedan converger en una misma conducta de un nivel de complejidad más alto. Consiguientemente, aunque el análisis unidimensional de dichas conductas puede aportar –y hasta ahora ha aportado- datos necesarios sobre las propiedades que caracterizan varias dimensiones aisladas del desarrollo (pre)lingüístico de los niños, creemos que es insuficiente para explicar los procesos cognitivos que conducen a la emergencia de la conducta compleja, que los adultos llamamos «palabra». En el presente trabajo, nos hemos limitado a estudiar las interacciones en un solo nivel sistémico, el del desarrollo de las propiedades fonoprosódicas de las vocalizaciones. Pero para interpretar estos resultados hay que tener siempre en cuenta que este sistema está interconectado con otros que se están desarrollando en paralelo y que es más que esperable que afecten su comportamiento. Bajo esta perspectiva, la emergencia de la palabra dependería también de muchos desarrollos simultáneos de diferente índole como, por ejemplo, del desarrollo conceptual de los niños, de su desarrollo representacional/simbólico, del cognitivo más general (percepción, memoria, atención...), de su desarrollo neurológico, motor, emocional, social. etc. Asumimos que los niños solo podrán producir sus primeras palabras cuando todas estas conquistas estén mínimamente desarrolladas y puedan combinarse para producir conductas cada vez más complejas. En este sentido, el proceso del desarrollo lingüístico avanzaría en forma de espiral ascendente: cada conducta compleja se construiría sobre habilidades «parciales» de niveles sistémicos inferiores; a su vez, estas habilidades todavía «en construcción» se verían afectadas por cada cambio, cada conquista en otros ámbitos o en otros niveles sistémicos; y cada avance en un ámbito podría conllevar inestabilidad y regresión en todas las demás conquistas. Obviamente, la mera idea de proponerse estudiar en interconexión todas estas variables, todos estos desarrollos a su vez complejos y multivariados, hoy día y con las herramientas metodológicas (in)existentes, parece utópica. Sin embargo, creemos que los resultados obtenidos proporcionan una clara visión de la dirección en la que deberíamos avanzar.
352
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
ACERCAMIENTO A LA FINITUD POR LO INFINITO LENGUAJE, TEORÍA DE MODELOS, RECURSIÓN Y COMPLEJIDAD Peter Gilkey, Alexandra Karousou, Susana López Ornat
A menudo los sistemas infinitos se definen como el límite de los sistemas finitos. No obstante, resulta útil realizar la aproximación a los sistemas finitos, esencialmente discretos, mediante los continuos, de carácter infinito. En el siguiente apartado, analizamos dos sistemas físicos diferentes que figuran en la física matemática: la ecuación del calor para la temperatura y la ecuación de Laplace sobre los tonos fundamentales del tambor. Estos sistemas físicos son discretos y, tras adoptar la aproximación semiclásica, también fundamentalmente finitos. Pero debido a la complejidad que encierran, el paso a un ajuste continuo permite expresar sus propiedades utilizando ecuaciones diferenciales parciales, la aproximación resultante es excelente. Además, la macroestructura implicada, que presenta un alto nivel de complejidad, acusa fenómenos que no son evidentes de inmediato en la estructura microscópica. El resto del trabajo versa, desde una perspectiva formal, sobre la discusión del lenguaje humano, un sistema discreto y (posiblemente) finito13. La cuestión de la infinitud del lenguaje natural es controvertida (Langendoen 2010). Pero desde el punto de vista de Pullum y Scholz (2005), cualquier expresión en lenguaje natural es al final un objeto de dimensión finita (añadimos que a causa de constricciones de procesamiento o de memoria del sistema cognitivo humano o, yendo al extremo, por la naturaleza finita de toda existencia). Faltan bases adecuadas para sostener que los lenguajes naturales posean infinitas posibilidades expresivas (Pullum y Scholz, 2010). Trataremos después de la complejidad y la recursión en el lenguaje relacionándolas con los conceptos de infinitud 13
Atendemos ante todo a la dimensión formal del lenguaje, siguiendo la tradición lingüística según la cual son de especial importancia los conceptos analizados (recursión, infinitud discreta, etc.). Sin embargo, haremos notar que el lenguaje natural no es lo mismo que su descripción formal idealizada. Las formas lingüísticas existen en una descripción formal del sistema del lenguaje. Este incluye las citadas formas pero desborda sus límites. Por ejemplo, el lenguaje sirve para transportar el significado. La obtención del mismo descansa en las formas lingüísticas, pero también en cada situación comunicativa concreta. El significado emerge como resultado de un proceso reductivo de incertidumbre probabilística que computan de modo simultáneo formas lingüísticas e información de señales extralingüísticas. Incluye gestos manuales y/o expresiones faciales que acompañan al lenguaje, dirección de la mirada, o postura corporal del transmisor, la cualidad de la voz o velocidad de articulación, el contexto específico en el que aparecen estas formas, el estado emocional del trasmisor o del receptor del mensaje, la coherencia del texto y el conocimiento previo que el receptor pudiera tener sobre las intenciones o la historia personal del trasmisor; además del conocimiento general acerca del tema que se considere y las inferencias de los demás sobre el conocimiento del estado de los otros etc. En consecuencia, la misma forma lingüística puede significar cosas totalmente diferentes en distintas situaciones. Será tratado aquí el problema de si los significados lingüísticos pueden ser considerados finitos o infinitos.
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
353
discreta y universales `débiles´. Continuamos ese análisis deteniéndonos en la utilización, la eficiencia y el sistema operativo. APROXIMACIÓN A LOS SISTEMAS FÍSICOS DISCRETOS ESENCIALMENTE FINITOS MEDIANTE SISTEMAS CONTINUOS INFINITOS
Según lo percibimos, el universo es discreto –estamos compuestos de átomos (y de otras partículas elementales más exóticas)-. Los átomos están integrados por neutrones, protones y electrones. Estas partículas pueden ser descompuestas, en un cierto sentido, en quarks. La estructura fundamental es, en esencia, discreta –lo que implica no ser divisible hasta el infinito. Cualquier intento de extraer los quarks del protón o del neutrón sitúa energía dentro de sistema y crea nuevas partículas elementales y no quarks libres. Además la mecánica cuántica muestra que los «estados» que los átomos pueden ocupar son discretos: el momento angular, o dicho de otro modo, la acción de un electrón ligado en un átomo o molécula está cuantizado. Mientras que un electrón libre no presenta energía cuántica, un electrón ligado a una órbita atómica posee valores cuánticos de momento angular (Wikipedia 2011). Sin embargo, a pesar de la finitud esencial, el carácter discreto de nuestro mundo, al estudiar fenómenos microscópicos podemos tratar diversos sistemas como continuos –por ejemplo, la mecánica estadística y la termodinámica son muy precisas a la hora de predecir el comportamiento de gases–. Eso lleva a un nivel de complejidad más alto. La secuela es que a pesar de la índole discreta de la naturaleza, cuando están afectados gran número de objetos los métodos basados en el continuo ofrecen una descripción muy acertada de la realidad física. Huelga decir que están implicados muchos niveles de complejidad. De hecho transformamos sistemas finitos en infinitos; la física de Newton está basada en ecuaciones diferenciales parciales que suponen que los fenómenos son continuos. Ello resulta ser una buena aproximación a la realidad –la relatividad general y la mecánica cuántica quedan fuera de ese trabajo y se hallan a un nivel más alto de complejidad. En el apartado que trata de la ecuación del calor y en el siguiente, dedicado a la ecuación de un tambor, representan aproximaciones desde la continuidad a una realidad física discreta. Concluiremos con una breve discusión sobre la hidrodinámica. La ecuación de calor Sea D un dominio ligado en un espacio tridimensional con fronteras bd(D) a temperatura inicial p. Mantengamos la frontera a 0 grados; sea u(x;t) la subsecuente temperatura de distribución del fluido. Todo queda descrito en: (a/at –a/ax2- a2/ay2-a2/az2)u=0 Ecuación de evaluación 𝑙𝑖𝑚𝑡↓ 0 𝑢 . ; = 𝑝(. ) Condición inicial u|bd (D) =0 Para t >0 Condición frontera
354
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
La descripción del sistema es de naturaleza matemática –una ecuación diferencial parabólica parcial da cuenta de su evolución: su condición inicial y la situación de su frontera, ya que no es de extensión infinita. El sistema físico queda muy bien descrito a pesar de que los sistemas físicos son en realidad discretos, compuestos por un número finito de átomos. Pero dado que su número es muy elevado y de alta complejidad, en lugar de estudiar cada átomo por separado basta con aproximar el sistema complejo finito mediante otro de tipo continuo, más fácil de estudiar. De nuevo estamos ante la teoría de la complejidad. Se debe subrayar que la complejidad de un sistema real de tipo finito -en oposición al infinito de carácter idealizado- es enorme. Incluso al estudiar micro-cavidades existe un enorme número de átomos y resulta imposible modelar de manera explícita el sistema discreto. Así nos aproximamos a este mediante un sistema infinito continuo utilizando ecuaciones diferenciales parciales. El hecho de que este sistema de ecuaciones diferenciales parciales sea parabólico tiene consecuencias matemáticas no físicas: una adición de calor pequeña en un punto afecta de manera instantánea a la temperatura total de cuerpo. El sonido del tambor Consideremos ahora que D sea una región limitada en el plano de un tambor. La membrana se mantiene fija en sus bordes. Los tonos fundamentales que un tambor puede emitir son los eigen values L del operador laplaciano de nuevo sujeto a las condiciones de Dirichlet, representan la solución a la ecuación diferencial parcial elíptica: (L-a/ax2-a2/ay2)u=0 (PDE) u |bd(D) = 0 (Condiciones de frontera)
Otra vez nos encontramos ante una aproximación continua a la realidad discreta. La condición de frontera refleja el hecho de que la cabeza del tambor es constante, en la frontera la ecuación en derivadas parciales es elíptica. Hemos descrito una disposición muy simple donde el material del tambor es uniforme y donde se supone que su cabeza tiene un grosor muy pequeño; otras ecuaciones de mayor complejidad describen otras geometrías y se alcanzan modelos físicos más realistas; no iremos más allá en interés de la brevedad. Al estudiar estos problemas entramos en el fantástico mundo de «podemos oír la forma de un tambor». Lo tonos básicos de un tambor determinan su forma. (Kac 1996). Para profundizar en esta cuestión véase [Gilkey (2004), Gordon et al. (2010)]. Hidrodinámica Hemos escogido dos ejemplos elementales para nuestra exposición. Sin embargo, el principio es universal en física moderna y biología. Tones et al (2005) afirman que la congregación «es el movimiento coherente colectivo de grandes cantidades de organismos. Todos hemos visto bandadas de pájaros, rebaños de bestias salvajes, etc. Las manadas pertenecen a la extensa categoría de sistemas
Capítulo 4: De la coordinación a la creación social de sentido
355
dinámicos alejados del equilibrio con muchos grados de libertad.» Estos problemas son estudiados por la mecánica estadística. La hidrodinámica es un asunto bien entendido. Este entendimiento no proviene de la resolución de los numerosísimos problemas del tema fundamental de computar posiciones independientes del tiempo ri(t) de las 1023 moléculas constituyentes de un fluido sujeto a las fuerzas intermoleculares del resto de las 1023 moléculas. Tal aproximación es analíticamente intratable, incluso si conociésemos lo que son las fuerzas intermoleculares… La manera en que entendemos la mecánica de fluidos se realiza mediante el establecimiento de un conjunto de ecuaciones continuas –de Navier-Stokes- para densidad P continua y suavemente variable y unos campos de velocidad V que describen el fluido. Aunque sabemos que estos están formados por átomos y moléculas podemos definir una densidad P de grano grueso y campos V de velocidad promediando volúmenes de grano grueso comparables a los espacios intermoleculares o en las bandadas a los espacios entre pájaros. A gran escala incluso los sistemas discretos parecen continuos, como sabemos al inspeccionar de cerca las fotografías de un periódico o imágenes de la televisión. Al escribir las ecuaciones de Navier-Stokes enterramos nuestra ignorancia acerca de la dinámica microscópica detallada del fluido mediante unos pocos parámetros fenomenológicos. (Toner et al. 2005)
De este análisis extraemos dos conclusiones. La primera consiste en que resulta útil aproximarnos a un sistema finito mediante otro infinito. La segunda es que un sistema de agregados puede mostrar propiedades que son interesantes por derecho propio –que existe un nivel de complejidad implicado– una jerarquía de niveles en los fenómenos físicos. Esto será importante al discutir a continuación acerca del lenguaje natural. ACERCAMIENTO AL LENGUAJE COMO SISTEMA INFINITO Los conceptos de complejidad y recursión son centrales en la teoría lingüística moderna (Chomsky 1957). Permiten tratar la dimensión formal del lenguaje como un sistema infinito discreto. Pero estos conceptos se utilizan a veces de forma inapropiada, ya que las definiciones que existen están expuestas ocasionalmente de forma ambigua. Resulta sencillo definir desde la matemática la noción de recursión. Introdujimos ya ciertos formalismos matemáticos al tratar de límites, recursión matemática y teoría de los modelos; esta última está estrechamente relacionada con la lógica simbólica, aunque no quepa confundirlas. También introdujimos la noción de funciones recursivamente definidas y el grado de complejidad vinculada a su evaluación. Continuaremos el análisis indagando complejidad y recursión en el lenguaje. Abordaremos la comunicación simbólica, los números y la infinitud discreta; también la noción de «universales débiles» en el lenguaje. No son características relacionadas con la dotación genética «a la Chomsky», sino universales necesarios para la funcionalidad del lenguaje, para la comunicación y las habilidades cognitivas y sociales. Discutimos acerca de las relaciones potenciales
356
Viaje a la Complejidad 4: La complejidad de lo social. La trama de la vida
entre estos universales débiles y la teoría de los modelos, para continuar con ejecución, eficiencia y sistema operativo. Buscamos entender si son universales las estructuras lógicas básicas que empleamos para tratar las matemáticas. Una vez más la teoría de la complejidad es importante ya que estas son claramente estructuras de orden superior construidas sobre una base lingüística subyacente utilizando la estructura lingüística recursiva no matemática. Formalismo matemático Introducimos la noción de límite En la Definición 1 procedemos de manera informal como podrían haber hecho Newton o Leibniz. En la 2 proporcionamos la definición estándar de cálculo. Veremos la base de la teoría de los modelos y en la Definición 3 proporcionamos una formulación basada en ellos de la noción de límite. El paso de la Definición 1 a la 2 y a la 3 es una progresión hacia definiciones más abstractas y a niveles de complejidad más altos. En la siguiente sección presentamos la teoría de las funciones recursivas y discutiremos acerca de su complejidad desde el punto de vista de la instrumentación. La noción de límite Empezamos con un ejemplo extraído del cálculo. Sea f(x) el valor real de una función de una variable real x; la definición precisa de esta noción es por sí instructiva; omitiremos su discusión en aras de la brevedad. La definición siguiente sería algo con lo que Newton y Leibnitz se sentirían a gusto: Definición 1. Limx af(x)=L significa que x está infinitesimalmente próxima a «a» (pero diferente de) «a», entonces f(x) está infinitesimalmente cerca de L. Esta definición, al ser formalizada, conduce a la rama matemática del análisis no normalizado (Davis, 1977; Kanovei y Reeken, 2004; Robinson, 1996). Esto debe ser considerado como el comienzo de la teoría de los modelos. Pero mientras se presenta, sin gran elaboración, a un nivel de complejidad muy alto, no se puede verificar si la Definición 1 es verdadera o falsa aplicada a ejemplos particulares; no es operativa, ya que la noción «infinitesimalmente próxima a “a”» no es precisa. Entonces la reemplazamos por la siguiente: Definición 2. Limx af(x)= L; lo que significa que dado un número positivo cualesquiera e, existe un número positivo d de manera que: 00⎬⎬ ⇒{{{∀x ∈ R⎬ {0 < | x-a |⎬ { |x-a | < δ ⎬⎬ ⇒ { | f(x) – L | < ε ⎬⎬⎬ →
Aunque la Definición 3 ha perdido por completo el contacto con el lenguaje, sería reconocible para cualquier matemático con independencia del idioma que hablase. Sin embargo, al ganar universalidad y precisión la Definición 3 ha perdido accesibilidad y su comprensión conlleva un enorme esfuerzo. El estudio de las declaraciones y argumentos matemáticos desde este punto de vista pertenece a la teoría matemática de modelos. Los elementos básicos del razonamiento matemático habitual se ilustran en la Definición 3 y serían: 1) Constantes. Se pueden distinguir subclases –esta lista no es exhaustiva–: (a) Primitivos: “0” significa «cero» y “R” significa «números reales». (b) Relaciones: “