Un arte mortal : la historia oculta del Tae Kwon Do
 9789870255369, 9870255361

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U n ar te m ortal La

h is t o r ia o c u l t a d e l

Ta e K w o n D o

por

Alex Gillis con

L a h is t o r ia d e l Ta e K w o n D o e n l a A r g e n t in a por

Manuel E. Adrogué

EDITORIAL DUNKEN

Buenos Aires 2011

Gillis, Alex Un arte m o rtal: la historia oculta del Tae Kwon Do : la historia del Tae Kwon Do en la Argentina / Alex Gillis y Manuel E. Adrogué; adaptado por Manuel E. Adrogué. - la ed. - Buenos A ires: Dunken, 2011. 520 p .; 16x23 cm. ISBN 978-987-02-5536-9 1. Historia del Deporte. I. Gillis, Alex II. Adrogué, Manuel E., adapt. III. Título CDD 796.09

Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio, físico o elec irónico, sin previa autorización escrita de los autores (ley 25.036). Esta obra incluye una traducción y adaptación de A Killing Art, The Untoíd His tory ofTae Kwon Do, por Alex Gillis, O Alex Gillis, publicada por ECW Press. Adaptación y traducción: Manuel E. Adrogué Asesoramiento idiomático: George Julio Lodos Corrección gramatical: Marina Gorostiaga Diseño de tapas: Alejandro D. Novas y Manuel E. Adrogué Foto de tapa: Puño de Pablo Ferreiro Foto de contratapa: Patada en salto ejecutada por Lenny Di Vecchia Dibujo de guarda coreano-argentina y flores nacionales: Jorge Pena Impreso por Editorial Dunken Ayacucho 357 (C1025AAG) - Capital Federal Tel/fax: 4954-7700 / 4954-7300 E-mail: [email protected] Página web: www.dunken.com.ar

Hecho el depósito que prevé la ley 11.723 Impreso en la Argentina © 2011 AGMA (Alex Gillis - Manuel E. Adrogué) e-mail: [email protected] www. unartemortal.com. ar ISBN 978-987-02-5536-9

U L

n arte m ortal

a h is t o r ia o c u l t a d e l

Tae Kwon D

o

I n t r o d u c c i ó n .,............................................................................................................... 1 5 P r ó l o g o a l a e d ic ió n e n e s p a ñ o l ...................................................................19 N

o t a s o b r e p a l a b r a s e n id io m a c o r e a n o

P arte

I

E

s p ír it u

.................................................2 3

In d o m a b l e

i

Los hombres del hueso sagrado................................. 27

C a p ítu lo 2

Aunque diez millones de oponentes se levantaran en su contra..............................................44

C a p ítu lo 3

Una superpotencia en cada frontera..... ................... 53

C a p ítu lo 4

SuperNam........ .............................................................. 6 3

C a p ítu lo

P a r t e II

P

e r s e v e r a n c ia

C a p ítu lo 5

El Tae Kwon Do recibe su nombre en una casa de geishas coreanas....... ......................................... ......... 8

C a p ítu lo 6

Un golpe de Estado, dos presidentes y tres esferas de poder............................................................92

C a p ítu lo 7

El Equipo de Ases y la CIA coreana..........................1 0 9

P a r te HI

A

utocontrol

C a p ítu lo 8

Entra la Nube Dragón...... .......................................... 1 3 1

9

Como en una película de Bruce Lee......................... 149

C a p itu lo

C a p ítu lo 1 0

Los exiliados............................................................... 158

C a p í t u l o 11

Del tenebroso Kukki a la W TF.......... ........................ 1 7 0

P a r t e IV

C o r te s ía

C a p ítu lo

12

jWhaaa!........................................................................ 185

C a p ítu lo 1 3

Locura olímpica y descontrol norcoreano........... 200

C a p ítu lo 1 4

Un amor de verano olímpico............................ ....... 2 0 9

C a p ítu lo

1S

P a rte V

In te g r id a d

C a p ítu lo 1 6

"Podando las ramas" en las Olimpíadas del 2000 y pelea callejera a la salida............................ 223

Como

en u n a s e c t a ........................ .................... ..................2 3 9

17

El pequeño gigante muere y el Tae Kwon Do tradicional se desarticula........................................ 249

C a p ítu lo 1 8

Los jefes de la WTF van a la cárcel y el Tae Kwon Do Olímpico enfrenta su posible desaparición... 255

19

Indulto............................................................................ 265

C a p ítu lo

C a p ítu lo

F

uentes

Í n d ic e

...................................... ............................................ ....................................... 3 0 0

a n a l í t i c o y d e n o m b r e s ,....... ................................................................3 1 0

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a h is t o r ia d e l

Tae Kw

on

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o en la

A

r g e n t in a

I n t r o d u c c i ó n ................ ............................................ .................................................. 323 C a p ítu lo

1

El arribo......................................................................... 327

C a p ítu lo

2

Los maestros coreanos y sus primeros alumnos....... 336

C a p ítu lo

3

Comienzan los 70, la primera división y difusión temprana en las provincias...................................... 366

C a p ítu lo

4

Los primeros torneos, cuestiones políticas y la introducción de la WTF en la Argentina............... 374

C a p ítu lo S

La década de los 8 0 . Los grupos argentinos de ITF y WTF comienzan su desarrollo...................... 395

C a p ítu lo 6

De los 90 hasta acá. El estilo ITF se expande, aparecen los independientes y la WTF enfrenta encrucijadas de identidad: ¿deporte marcial?.... 425

C a p ítu lo 7

Aquí estamos. ¿A dónde vamos?..............................465

Resultados argentinos en los campeonatos mundiales de estilo ITF (1974 a 2 0 0 7 )............ ......................................................... .481 S o b re A le x G illis

..................... .................... .........................................497

S o b r e M a n u e l E . A d r o g u é .......................................................................499

A mi Sabom Lenny Di Vecchia y a los instructores como él en todo el mundo.

Cuanto más alejado estás de la verdadm ás surgirán estados odiosos y placenteros. También está el auto-engaño. Bodhidharma, según cita en “Los Guerreros Bodhisattva"1.

Algunas personas creen que el Tae Kwon Do lleva a la iluminación por alguno de sus cinco senderos, pero yo tengo mis dudas. Estoy atas­ cado en el sendero de la Cortesía, el cual es bien conocido por instruc­ tores en pequeños gimnasios en todo el mundo pero es ampliamente ignorado por los líderes del Tae Kwon Do. Este libro es acerca de la Cortesía, la Integridad, el Auto-Control y el Espíritu Indomable -los cinco principios del Tae Kwon Do-; una historia verdadera sobre un arte marcial que yo amo a pesar de su peculiar y maravillosa historia. La mayoría de nosotros ha sabido acerca del Tae Kwon Do a través de los niños, cuya risa domina las clases en las tardes y los fines de se­ mana en Norteamérica, pero el arte esconde una historia de agentes del servicio secreto, gansterismo y “armas temibles”, como uno de sus fundadores, Choi Hong-Hi, alguna vez lo describió. Él escribió que el Tae Kwon Do es “capaz de quitar vidas con facilidad, de ser necesario, defendiendo y atacando 72 puntos vitales utilizando 16 partes del cuerpo bien entrenadas". Choi tenía una afición por los números. Le gustaba su precisión devastadora. Pocas personas jóvenes en el Tae Kwon Do Olímpico saben acerca de Choi, quien merece la etiqueta de “fundador" de este arte marcial más que ninguna otra persona. Otros “fundadores" -y hay muchos- lo borraron de las historias más ampliamente difundidas hace mucho tiempo. Un Arte Mortal lo restablece a él y a sus pioneros a su debido lugar en la historia del Tae Kwon Do. Este libro está basado en las me­ morias de Choi, las memorias de Kim Un-yong (uno de los fundadores

del Tae Kwon Do Olímpico), y en cientos de entrevistas y documentos que enumero en las notas al final del libro y la bibliografía. Quisiera agradecer a muchas personas, especialmente a Choi HongHi, Jung Hwa Choi, y a un puñado de maestros y grandes maestros del Tae Kwon Do, tales como Joe Cariati, Joon-Pyo Choi y Jhoon Rhee, por compartir sus asombrosas historias. Rhee, en particular, me aclaró completamente mucha de la historia del Tae Kwon Do y de Kim Unyong en la década del 60 y del 70 -una historia de deportes mezclada con política, espionaje y mitos-. Jung-Hwa Choi fue franco acerca de la historia del arte desde la década del 80 hasta el presente, y le quiero agradecer su franqueza. Sun-Ha Lim me contó sobre la vida de los coreanos durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea. El trabajo del historiador Bruce Cumings sirvió de contexto para el roí del Tae Kwon Do dentro de la Corea moderna, tanto en el Norte como en el Sur. Algunos valientes grandes maestros contaron lo que otros se re­ husaban a compartir: Nam Tae-hi, C.K. Choi, Kong Young-il y Jong-Soo Park (mi ex instructor), por ejemplo. Algunas de las entrevistas fueron extraoficiales -y les agradezco a aquellos hombres también-. Mis otros instructores, Yoon Yeo-bong, de la WTF, y Park Jung-Taek, Phap Lu y Alfonso Gabbidon, de la ITF, y especialmente Lenny Di Vecchia, me inspiraron en el arte marcial, en mi investigación y mis entrevistas. El Sr. Di Vecchia, en particular, me ha servido de aliciente para escribir este libro; él sazonó su intensa instrucción de arte marcial con historias, entrenamiento moral y un sentido del humor que evitó que sus alumnos se tomaran a sí mismos demasiado en serio -aunque el entrenamiento en sí era mortalmente serio-. Me gustaban sus afo­ rismos luego de las clases. Uno de ellos tenía era muy breve: "A seguir moviéndose". Contó que un médico le había dicho eso una vez y que se refería a mucho más que el cuerpo y los pensamientos. Nunca habría podido terminar este libro sin mis amigos cinturo­ nes negros -Floyd Belle, Martin Crawford, Marc Thériault y muchos más- quienes se juntan todos los sábados para practicar Tae Kwon Do sin política ni conversación, una situación cada vez más infrecuente en el mundo de los cinturones negros. Una vez un periodista llamó a un famoso gran maestro, Duk-Sung Son, para una entrevista, pero Son

dijo: "No, basta de charla. Ahora estoy yendo a entrenar", y cortó. Mi entrenamiento con el Sr. Di Vecchia, Floyd, Martin y Marc contrarrestó las partes más oscuras de este libro. Muchas veces, yo terminaba una entrevista difícil o un capítulo y me dirigía al gimnasio, esperando encontrarlos allí -para más entrenamiento y menos conversación-, buscando liberarme. Por su ayuda en la edición e investigación y por su apoyo, gracias a Loren Lind, Mark Dixie, Susan Folkins, Jane Ngan, Katie Gare, Diane Gillis, Renée Sapp, Laurie Gillis, y Hana Kim, bibliotecaria de Estudios Coreanos en la Biblioteca del Este Asiático en la Universidad de Toron­ to. John Koh fue un excelente traductor e intérprete que me ofreció su punto de vista durante este proceso. Gracias también al Consejo de Artes de Ontario por sus subvenciones, y a Michael Holmes y Jack David de ECW Press, y a mi agente, Hilary McMahon, quien me animó cálidamente aun en sus días de descanso. Y un especial agradecimiento a Deborah Adelman, quien realizó más sacrificios por este libro que los que debió hacer. Alex Gillis Akillingart.com

Las artes marciales son un producto cultural único, y no es ex­ traño que hayan alcanzado el nivel de difusión actual. Es sabido que al cabo de unos pocos meses de práctica el alumno puede ver cómo aumentan su fuerza, flexibilidad, reflejos y agilidad en general. Menos conocido es que, aun sin considerar la capacidad de autodefensa, sus beneficios van mucho más allá del acondicionamiento físico. En su versión tradicional, el entrenamiento del Tae Kwon Do combina dos planos que pueden verse desde el comienzo de su aprendizaje. El plano intrapersonal ejercita al alumno en el dominio de su propio cuerpo -la postura, la respiración, las dimensiones de desplazamiento, la coordi­ nación de rotaciones del torso y miembros, el equilibrio, la aceleración, el manejo de la relajación y tensión, etcétera- y eventualmente ese reiterado análisis de los propios movimientos (la “gimnasia de los espejos”) se proyecta hacia el hábito de una suerte de "introspección en acción". El plano interpersonal del entrenamiento nos expone a relacionarnos con nuestros semejantes en ejercicios de combate que involucran dosis controladas de peligro. A medida que progresa, el alumno aprende sobre actitudes defensivas y ofensivas, acerca del sen­ tido del tiempo y la distancia -cuándo atacar, cuándo esperar-, cómo identificar y aprovechar las oportunidades en fracciones de segundo y asumiendo riesgos. Descubre estrategias directas y frontales así como otras más sutiles, circulares y envolventes, que aplicará cuando y con­ tra quien corresponda. Aprende a leer la intención de su rival y, lo que no es poco, se ve expuesto a enfrentarse con el miedo de recibir golpes, al tiempo que experimenta lo que significa tener el poder de lastimar, y -en definitiva- el sinsentido de la violencia. Todo ello no ocurre en forma analítica, sino a nivel vivencial. Si es bien conducido, el proceso puede contribuir al afianzamiento de la personalidad, sobre todo en la edad formativa. Ese entrenamiento se enmarca en una estructura jerárquica que combina la antigüedad con el mérito, lo cual tiene su

correlato en la progresión de los distintos cinturones de color. Final­ mente y como raíz fundamental se encuentra un código de conducta que rige tanto la práctica en clase -indispensable cuando se trata de aplicar técnicas peligrosas- como la vida del alumno cuando está fuera del dojang (lugar de práctica). Bajo la guía de un instructor experto, el Tae Kwon Do puede resultar una herramienta educativa singular, de lo cual puedo dar testimonio como practicante, instructor y padre. Sin embargo, transcurridos algunos años desde que comencé este camino y al recorrer distintas escuelas, advertí una gruesa contradic­ ción que estaba lamentablemente demasiado generalizada: a pesar de que los alumnos recitaban en clase nobles propósitos, el Tae Kwon Do estaba marcado por divisiones y enfrentamientos entre grupos antagónicos, cuyas miradas despiadadamente críticas hacia “el otro”, y cuyo exacerbado sentido de pertenencia y lealtad ponían a algunas escuelas al borde de la manipulación. Un malsano sometimiento incon­ dicional a la autoridad del maestro es terreno fértil para que se abuse de la confianza que los alumnos depositan en su instructor. El abuso (que puede tomar la forma de imponer puntos de vista, de aprovechar­ se económicamente, o cualquier otra de variable gravedad), resulta diametralmente opuesto a la mejor tradición del arte marcial como camino de desarrollo personal y de libertad. Aunque no es su tema central, este libro describe con particular franqueza ambas caras y, al narrar los orígenes del Tae Kwon Do, nos muestra de manera magistral las posibles causas del problema. La primera vez que supe de Alex Gillis fue hace algo más de ocho años. El editor de una publicación norteamericana amigo mío se enfrentaba ante un dilema: había recibido un artículo de Alex, muy atractivo y fundamentado, escrito con una calidad poco habitual, pero que rompía con la imagen impoluta, sana y “apta para todo público" con que son usualmente presentados los maestros de artes marcia­ les. Después de dudar sobre si publicarlo o no -en ese momento me mandó una copia a título confidencial-, mi amigo decidió finalmente seguir su línea editorial de publicar solamente lo ejemplar, y declinó cortésmente el artículo. Yo simplemente me olvidé del tema, lamen­ tando que no fuera publicado. Eso fue lo mejor que le pudo pasar a Alex, quien haciendo honor a sus calidades de profesor universitario

de periodismo de investigación y especialista en Tae Kwon Do, no se rindió ante el obstáculo. Redoblando esfuerzos, continuó durante los años siguientes desempolvando archivos de acceso reservado, cruzan­ do información, entrevistando a personalidades clave y uniendo las piezas de un notable rompecabezas. No me enteré de esto sino hasta el año 2008, cuando en mi periódica búsqueda de material sobre artes marciales me encontré con este libro, "A KiUing A rt", Estaba siendo recibido con grandes elogios por la crítica especializada en EEUU y Europa y comenzaba a ser comentado en los distintos foros. Al leerlo, quedé hechizado. En ese entonces yo acumulaba 25 años de práctica de Tae Kwon Do, estudiando su técnica e historia, y había escrito una cantidad importante de trabajos para compartir con los practicantes hispanohablantes cierta información que circulaba en inglés. Era nece­ sario perforar la barrera del idioma, en sintonía con aquella concepción del arte marcial ligada al crecimiento e independencia personal. En ese contexto, el libro de Alex Gillis es singularmente valioso. Es un viaje en el tiempo y en el espacio a una cultura distinta, una aproxi­ mación al coraje y las contradicciones de un hombre extraordinario, y a una rivalidad que hizo historia. La cantidad y calidad de practican­ tes de Tae Kwon Do en España e Hispanoamérica exigían que el libro fuera traducido al español, se comparta o no su perspectiva. Entonces tuve la suerte de que, ante la intención de Alex de llevar su libro a otros idiomas, un amigo en común le haya sugerido mi nombre como potencial interesado en el proyecto. Hoy tengo el orgullo de presentar esta obra, que recoge el testimonio de aquellos que vivieron dramá­ ticos momentos, ante la cual ningún amante de esta disciplina podrá quedar indiferente. Alex nos interpela al mostrarnos de una manera original y renovada los valores clásicos, aquellos cinco "Principios del Tae Kwon Do" que aprendió durante años de práctica. "Un Arte Mor­ tal" es un libro que, con el atrapante ritmo de una novela, presenta al lector una visión descarnada y documentada de las circunstancias en que nació el Tae Kwon Do, cuidadosamente ignoradas por las versiones oficiales. Éste es un acto de expiación que guarda, quizás, el anhelo de un posible reencuentro, Por sus páginas desfilan la opresión japonesa sobre Corea durante la primera mitad del siglo XX, brutales escenas en campos de batalla en las Guerras de Corea y Vietnam que fueron

bautismo de fuego de este "Arte Mortal", reuniones en casas de geishas donde al calor del destilado de arroz se decidió el nombre y la suerte del arte, la puja entre los primeros maestros por tomar control sobre la naciente especialidad, los crueles atentados del servicio secreto surcoreano, las maniobras para la designación del Tae Kwon Do como deporte olímpico, y aquella fatídica partida de poker en 1938 que de­ terminó el destino del Gral. Choi Hong Hi, el apasionado anticomunista que, movido por altos ideales confucianos, tragedias familiares y un feroz nacionalismo, terminó encontrando en Corea del Norte el apoyo para afianzar "su” Tae Kwon Do, al que dedicó su vida. Alex Gillis tiene el talento de un narrador, el rigor de un inves­ tigador, la osadía de un cinturón negro y el candor de un cinturón blanco. Muñido de esas armas, el autor de "Un Arte Mortal" explica cómo desde el crudo pasado de los cuarteles militares coreanos hasta el futuro esperanzador que muestran los miles de gimnasios a donde asisten niños en todo el mundo, el Tae Kwon Do, aun con sus zonas os­ curas, es una actividad fascinante, luminosa y constructiva. No tiene por qué renegar de su pasado ni de sus pioneros, ni necesita tampoco elevarlos a los altares. Este poderoso arte marcial es el producto que nos legan hijos de su época, hombres que lucharon ante la adversidad con espíritu indomable, cuya falta y excusa fue, en última instancia, ser humanos. Manuel E. Adrogué Octubre del 2011

"Tae Kwon Do" se escribe habitualmente “Taekwondo1' para el deporte olímpico (a cargo de la World Taekwondo Federation], y “Taekwon-Do" para el estilo tradicional de la International TaekwonDo Federation. A veces instructores de cualquiera de ambos estilos escriben “Tae Kwon Do" y ha habido tanta superposición entre WTF, ITF y sus desprendimientos que he adoptado “Tae Kwon Do" a lo largo del libro, excepto en títulos y citas de documentos. La mayoría de los coreanos tiene tres nombres, y escriben el ape­ llido al principio, aunque algunos cambian el orden. Entonces "Kim Un-yong", por ejemplo, puede escribirse "Un-yong Kim", Un guión separa los nombres de pila, con el segundo nombre en minúscula ("Un-yong"), aunque muchos coreanos escriben ambos nombres en mayúscula, con o sin el guión ("Un Yong"y "Un-Yong"). Para hacer las cosas aún más confusas, los nombres coreanos pueden escribirse de diferentes maneras. "Un-yong", por ejemplo, puede escribirse "Un-young” o "Woong-yong", siendo ambas variantes correctas. Adicionalmente, hay fuentes de datos que son altamente confiables excepto por errores en la escritura de los nombres. He pro­ visto variantes de escritura de nombres en el índice, pero en general se ha utilizado una misma versión a lo largo del libro. Nota a la edición en español: El autor original ha utilizado en principio (salvo para nombres que ya son conocidos de otra forma] el sistema de romanización McCune-Reischauer. Hemos mantenido en casi todos los casos la forma de escritura original. Debe tenerse presente en su pronunciación que “ee" debe pronunciarse "i", "oo” equivale a "u", "ya, yo, y e ” se pronuncian "ia, io, ie". La “k" y “g" tienen, en general, similar valor fonético, con el matiz de que al comienzo de la palabra se pronucia como “k” mientras que en palabras compuestas la pronunciación se suaviza hacia la “g" ("ku gil kwan"y "ku gilgw an

Las palabras con siguen la pronunciación inglesa "jo ck ey ", y dicho idioma debe ser tomado como pauta general para leer las palabras romanizadas. Así, "gagee chigee" debe ser pronunciado “gagui chigui".

Si hubiera yo de morir cien veces, Y morir y de nuevo morir, Con todos mis huesos no más que polvo, Mi alma ya ida lejos de los hombres, Aun mi sangre roja, derramada por ti, Será testigo de que mi corazón fue leal. Po-Eun, poeta, 13922

C a p ít u l o 1

Los

HOMBRES DEL HUESO SAGRADO

Cuando necesito romper con las presiones en mi vida, cuando necesito buscar confort ante el estrés, el temor y la locura, huyo a un lugar de poder, a una sala donde la meditación se encuentra con la fuerza bruta. Subo hasta el tercer piso del estudio o voy al gimnasio en el sótano, y a medida que siento el piso de madera o una placa de cemento acolchado debajo de mis pies descalzos, huelo el sudor y el esfuerzo de aquellos que vinieron antes que yo, y escucho sus gritos y risas, y ocasionalmente puedo ver alguna mancha de sangre en el suelo. Encuentro tranquilidad en el sudor y en la lucha. Este no es un pasatiempo para todos, y quizás es extraño hablar de romper con las presiones porque el arte marcial coreano que yo prac­ tico, el Tae Kwon Do, es extremadamente difícil de dominar y puede conducir a verdaderas "roturas" de huesos. Sus creadores incluyeron innumerables pruebas dentro de sus técnicas, pero el entrenamiento en general es seguro, y siempre estoy entusiasmado por ir a practicar. Entro caminado a mi dojang, el nombre coreano para el gimnasio de artes marciales, con la esperanza de que mi instructor, el Sr. Di Vecchia, estará allí con sus viejas historias y sabiduría, Floyd estará estirándose y preparando una de esas espectaculares patadas frontales en salto, Marc estará puliendo su patada de tijera en la que explota en el aire abriendo sus piernas en ambas direcciones, y sobre el final de la clase, Martin nos llevará por delante con su impetuosa forma de combatir. Cualquiera puede iniciarse en los fundamentos de este arte, pero po­ cos pueden mantenerse perseverantes en él como lo han hecho estos hombres. Yo comencé con Tae Kwon Do cuando era un adolescente, a comienzos de los 80 -cuando el arte llegó a su apogeo en muchos aspectos- y he conocido a estos cultores del arte marcial por décadas, durante las cuales los movimientos físicos endurecieron mis músculos y fortalecieron mi corazón y mi mente.

Los coreanos que crearon este arte marcial buscaron consciente­ mente fortalecer a las personas y, eventualmente, a naciones enteras. El Tae Kwon Do es un arte de defensa personal, pero si entras en los resquicios de su historia, te das cuenta de que es un arte para matar y de que si es practicado con cuidado y determinación, es también un arte para desarrollar poder. Puede darle poder a mucho más que el cuerpo. Los mejores artistas marciales aplican las técnicas físicas a estados mentales, pueden disminuir o incrementar el sustrato emocio­ nal; pueden construir o destruir reputaciones, carreras, amigos, fami­ liares y países. Los complejos senderos que recorren -para bien o para m al- a menudo dependen de antiguas lealtades o nuevas traiciones. Esto lo descubrí de la manera más difícil hace bastantes años. El 20 de abril de 2001, en el año de la serpiente, entré caminado al hotel Novotel en Toronto, Canadá, para esperar al "Padre Tae Kwon Do”, el General Choi Hong-Hi, quien conduciría un seminario de tres días para cinturones negros. Yo era ingenuo en aquel entonces, y reverenciaba al hombre de 82 años y a los demás miembros fundadores del Tae Kwon Do, incluyendo a un hombre llamado Kim Un-yong, y me sentí intimidado entrando a ese salón del seminario en parte porque Choi era un exigente maestro de tareas. A los 33 años de edad él ya era un importante general en el ejército surcoreano, y aunque se había reti­ rado de la fuerza en 1962, todavía se lo conocía como "el General”. Él y sus hombres habían sacrificado sus cuerpos, carreras y familias para perfeccionar un arte marcial que en la actualidad es practicado por aproximadamente 70 millones de personas en casi 180 países. Puedo visualizar el primer día de su seminario en el 2001 como si fuera hoy: yo espero en la Sala Amsterdam del Novotel con 100 cinturones negros de los Estados Unidos, Canadá, Chile, Perú, Para­ guay, Uruguay, Argentina y Honduras. Estoy entre todos estos artistas marciales que susurran en cuclillas, siento que podría haber estado esperando dentro de un palacio de la dinastía Chosón en 1394 “ima­ gino a los antiguos guerreros esperando a los líderes dinásticos, los pisos calefaccionados a la usanza antigua (invisible y bajo tierra) y a las geishas coreanas listas para cantar los versos del p'ansori que dan tributo a los valores de Confucio y a sus sagaces líderes.

Sin embargo, el General y sus hombres están muy retrasados. Él se encuentra arriba, hablando y discutiendo con su hijo y con los maes­ tros y grandes maestros que ayudarán durante el seminario. Estos hombres alguna vez lucharon, se distanciaron, y amenazaron matarse por temas políticos, y en algunos casos por cuestiones estrictamente personales, pero los maestros y los grandes maestros saben que deben sus suertes y reputaciones al General, y todos están tratando de con­ ciliar amenazas pasadas con ambiciones actuales. El General atribuye al linaje y a la lealtad una importancia tan alta como la que otros asignan al amor. Él ha reconstruido su árbol genea­ lógico remontándose por 18 generaciones hasta la dinastía Chosón, cuando a mediados del siglo XV un rey ordenó a un militar noble, un ancestro de Choi, mudarse al norte de la península para proteger va­ rias aldeas. Los aristócratas Chosón, quienes reinaron por 500 años, estructuraban la sociedad en torno a las "tres relaciones" y los "cinco mandatos"3. El General y sus hombres parecen sacados de esa época, y están trabajando en el quinto mandato -unir a los amigos a través de la fidelidad- dejando de lado por el momento los otros cuatro manda­ tos (honra a tu señor, honra a tu padre, honra a tu hermano mayor, y asigna al marido y mujer responsabilidades distintas]. Para una persona externa a todo esto, y especialmente un no co­ reano, es difícil entender la cultura de estos hombres y los conflictos entre ellos -conflictos que duraron décadas, que es lo mismo que decir siglos-. "La lealtad y piedad filial conforman el más profundo manan­ tial de la virtud coreana, nutrida a lo largo de miles de años", escribe el historiador Bruce Cummings. Las historias de la era Chosón están llenas de líderes dinásticos con "poderes extraordinarios, éticas mag­ níficas y un conocimiento de insondable profundidad”. Por 50 años el General ha reinado como un líder dinástico y ha citado el llamado a la lealtad del poeta Po-Eun: "Nunca serviría a un segundo Señor aunque fuera crucificado 100 veces"4. Estamos esperando tener un buen seminario y nada de crucifixio­ nes, pero el General aún se encuentra demorado, el piso está frío, y las mujeres se han vuelto expertas en patadas a la cabeza en lugar de cantar canciones de geishas. Esperando aquí con mis compañe­ ros cinturones negros, me pregunto por qué el arte que amo tanto

es practicado tan a menudo en fríos sótanos de suburbios desiertos (como éste donde estoy), o en oscuros gimnasios en callejones, o en la parte trasera de centros comerciales de concreto. Por años yo entrené en gimnasios donde asbestos caían a través del cielorraso y ratas se ocultaban en las grietas de las duchas, el gimnasio a cargo de un gran maestro reconocido mundialmente quien no tenía suficiente dinero para arreglar las cañerías. En el salón Amsterdam, un cartel de ocho metros de largo cuelga sobre la mesa principal:

Bienvenidos al sem inario del General Choi Fundador del Taekwon-Do Muchas personas cuestionan la palabra fundador, incluyéndome, pero yo me encuentro en minoría en este salón. El seminario será el último del General en Canadá, él se está volviendo viejo y debe viajar a otros lugares. También está juntando a sus viejos guerreros para una nueva misión que yo encuentro difícil de creer: reunificar Corea del Norte con Corea del Sur uniendo al Tae Kwon Do, que tiene su base en Corea del Norte, con el Tae Kwon Do Olímpico, cuya central se en­ cuentra en Corea del Sur. Me pregunto si el General es un megalóma­ no. Él quiere controlar todo el Tae Kwon Do y hay rumores de que se reunirá con Kim Un-yong, el presidente de la Federación Mundial de Taekwondo (WTF), la organización surcoreana que rige el Tae Kwon Do Olímpico5. Kim es el enemigo del General, pero un enemigo con el cual vale la pena negociar, porque un carraspeo de Kim vale más que un millar de nuestros gritos. Choi es el General, pero Kim es el Presidente. Él no se encuentra en el salón, pero su espíritu se encuentra allí. Kim comenzó una carrera patriótica en la CIA coreana en una dictadura surcoreana en la década de los 60. Tomó prestado el nombre Tae Kwon Do del General en los 70, lo insertó en los Juegos Olímpicos en los 80 y se volvió una de las per­ sonas más influyentes en deportes internacionales en los 90. La única meta que Kim no ha logrado aún es la inmortalidad, y hemos oído que se encuentra trabajando en ello: Corea del Norte y del Sur se hallan

en el medio de negociaciones, y parte de ese plan es llevar a cabo un evento conjunto de Tae Kwon Do en el otoño6. Las conversaciones sobre una fusión están poniendo nerviosos a muchos cinturones negros, porque el Tae Kwon Do debe ser apolítico y los instructores están temerosos ante posibles situaciones de es­ pionaje, gansterismo o política, pero la meta es admirable -y también realizable, si se consideran la historia y la cultura de estos hombres y su a rte - Ellos son modernos y a n ta n : los hombres de hueso sagra­ do. El Tae Kwon Do supuestamente floreció hace 1300 años bajo un general de alto rango en la dinastía Silla, quizás el rango de "hueso sagrado", que significaba que era casi un inmortal. Choi actúa como si perteneciera a esa categoría, aunque ello no impide que también se lo conozca como alguien generoso, ocurrente y accesible. La mayoría de los que estamos en el salón hemos leído "la Biblia del Tae Kwon Do", como Choi ha llamado a su manual de entrenamiento7, y la mayoría de nosotros ha llegado a entrenar hasta sangrar. Pero la mayoría de nosotros es ingenuo y cree que el General es como un dios, integrante del selecto grupo hombres que ha desarrollado un arte marcial en el siglo XX: Gichin Funakoshi (Karate), Kano Jigoro (Judo), y Morihei Ueshiba (Aikido), todos ellos de origen japonés. Legiones de alumnos de Tae Kwon Do olímpico ubican a Kim Un-yong en el mismo panteón. "¡Atención!”, alguien ordena. Las conversaciones cesan. El Gene­ ral Choi ingresa y todos saludamos inclinándonos inmediatamente. Al verlo en persona experimento mi primer sh ock: es pequeño -tan sólo 1,60 m. de altura y unos 45 kilos de peso. Los hombres siempre lo atropellaron sin importar la astucia política que tuviera, o cuántas mesas de bares había partido al medio con sus propias manos. A me­ nudo enfrentó a oponentes mucho más grandes que él -generales más poderosos y presidentes despiadados-. Estoy sobre la alfombra con otros cinturones negros cuando uno de los grandes maestros coloca un micrófono en la camisa del General. Antes de comenzar la acción, el General presenta a los hombres de la mesa principal, incluyendo al Gran Maestro Jong-Soo Park, que es el propietario del gimnasio donde yo entreno, y que ha estado alejado del General por algo más de dos décadas.

“La mayoría de ustedes no lo conocen", dice el General. "Él es uno de mis alumnos más queridos". "Denle un gran aplauso de bienvenida". Nosotros aplaudimos, sin ver la trampa. Me ha llevado años aprender la Regía de los Opuestos, una regla que descubrí durante mi práctica de artes marciales. La regla es así: cuando un artista marcial dice algo fuerte sobre otro que es o fue su oponente, tal como "Él es un alumno querido”, los que escuchan deben automáticamente asumir lo contrario, o algo cercano a ello. De acuerdo con esta regla, Park no es el "más querido” del General, aunque ahora ellos están intentando reconciliarse. Ambos hombres dejaron de dirigirse la palabra a fines de los 70, luego de que el General acusó a Park de cooperar con la CIA co­ reana en un complot para secuestrarlo. Park negó la acusación. Ahora dice Choi de Park: "Él es un reconocido artista marcial que introdujo el arte en Alemania Occidental, los Países Bajos y Canadá en los 60"8. En su apogeo, era un poderoso peso pesado con rápidos reflejos -una combinación devastadora-. Puedo entender por qué la gente lo llamaba "el tigre”. Durante el combate, podía estar tan inmóvil como un gran felino, luego en una fracción de segundo saltar, dando la impresión de que flotaba a la altura de la cabeza de su oponente, suspendido allí demasiado tiempo, pateando y golpeando en ese mismo movimiento. Durante una demostración en 1976, ío vi tomar unos pocos pasos de carrera, saltar y con una sola patada romper dos tablas que estaban a más de tres metros por encima del suelo. En aquellos días, él apabu­ llaba a sus rivales, pero aun el propio Park admira al General, quien alguna vez lo consideró como su discípulo e hijo adoptivo. Parece extraño que el General lo haya acusado alguna vez de ser responsable de un complot.

Jong Soo Park se eleva en una patada voladora. Foto cortesía de Park. Es difícil entender la brecha entre sentimientos y palabras en estos hombres, entre las verdades y las verdades a medias en su mundo; la ambivalencia y la vergüenza se deslizan por el seminario como una niebla imprevista. Las demostraciones por equipos son habituales en los seminarios, pero cuando alguien anuncia que el equipo de demostraciones de Park puede comenzar, nadie se para y Park no se encuentra en el salón.

Los instructores oyen el anuncio nuevamente. Hay al menos 20 de los cinturones negros de Park aquí, un par de ellos son ex campeones mundiales, pero ninguno de ellos se levanta. Algunos de nosotros, los más jóvenes, estamos confundidos y avergonzados; Park organizó este seminario en honor al General pero no preparó un equipo. Pronto averiguamos el por qué. Es la manera y el tono con el cual el General ofrece consejo -su brutal sistema de enseñanza- que deja atónitos a los alumnos. Uno podría llamarlo "a la antigua", una modalidad que a veces involucraba golpes en las pantorrillas con palos, entrenar hasta que se vomitaba, y combatir hasta sangrar. Dice a uno de los cinturones negros de 6to nivel (dan) de Park, un estadounidense, que se aproxime a la mesa principal al frente del salón. El General le pide que explique cómo él comenzaría a enseñar a un alumno nuevo. El cinturón negro comienza a hablar, pero el General inmediatamente dice "¡No, pare!", y explica que lo primero que se le debe enseñar a un alumno es cómo inclinarse para saludar. Evidentemente el cinturón negro no lo había hecho co­ rrectamente. "Por eso es que su escuela nunca crece”, grita el GfeneraL "Los alumnos nunca escuchan". El mensaje es que si los alumnos son holgazanes en aprender a saludar, ¿cómo se puede esperar que obedez­ can durante las extenuantes clases de arte marcial? Luego el General hace un gesto con su mano para que un alumno de Park se acerque a la mesa principal: Richard Parris es un cinturón negro 6to dan y ex campeón mundial que tiene su propio dojang en. Toronto. Una vez, durante una competencia mundial, lo vi amagar dos patadas consecutivas, para luego, con la pierna aún en el aire, girar sal­ tando con una patada en gancho con la otra pierna, apuntando su talón a la mandíbula de su contrincante. La combinación saltar-girar-patear con la misma pierna es difícil de realizar, y fue tan inesperada en el campeonato que la multitud y los conductores de la televisión gritaron asombrados al unísono. Hasta su oponente, un campeón de Karate, sonrió con admiración luego de que el golpe rebotó en su cabeza.

Richard Parris rompe siete pulgadas de madera con patada lateral con la pierna adelantada. Foto cortesía de Park.

“¿Cómo se enseña una patada lateral?", el General pregunta a Pa­ rris, quien sólo logra decir tres palabras antes de que el General lo interrumpa. “Usted sólo sabe esto" dice el General colocando su pulgar sobre un dedo índice. Yo noto que el pulgar del General está sobre su índice; no hay espacio entre ellos. El comentario cortante estalla más rápido que una trompada, pero el intérprete lo traduce al español para los centro y sudamericanos. Yo he visto a Parris romper fácilmente siete tablas de madera con su patada lateral, pero el ex campeón no se mueve. Hay muchos ex campeones en la sala, pero nadie dice ni una palabra. Parris se sienta.

"¡Cuídense de los falsos instructores!" advierte repentinamente el General. Así es como avanza el seminario mientras que Park acecha el restaurante y los pasillos del hotel. La mayoría de las técnicas del Tae Kwon Do han cambiado durante los años, cuándo él y el General no se hablaban. El General parece tan frustrado por nuestras técnicas, las cuales desde su punto de vista necesitan actualizarse, que algunas ve­ ces sólo puede gritar “¡Whaaa!" por la frustración. Nos está castigando por los años perdidos y por las traiciones -nunca probadas- de Park, su querido alumno que se negó a acompañarlo a Corea del Norte en lo que parecía una misión suicida en 1980. Y quizás esté castigando a Park por razones que yo ignoro. De cualquier manera, el Tae Kwon Do ha evolucionado pero no­ sotros no, y el General y sus hombres todavía están decidiendo cómo Park y sus escuelas se unirán a la Federación Internacional de Tae­ kwon-Do (ITF) del General, y cuánto costará todo el proceso. Mucha de la crítica del General se centra en un movimiento conocido como "onda sinusoide" que él desarrolló a principios de los 80, bastante tiempo después de que Park lo dejara para ocuparse de 16 dojangs y protagonizar películas de artes marciales. Los mejores practicantes en cualquier arte marcial saben cómo aplicar el peso del cuerpo a una téc­ nica, pero el General llamó a ese proceso "onda sinusoide" y le puso su firma personal cuando ordenó que los alumnos de Tae Kwon Do debían elevar el cuerpo al comienzo de la técnica y bajarlo al final9. La onda sinusoide se aplica a todas las técnicas del Tae Kwon Do tradicional y lo distingue claramente del Tae Kwon Do Olímpico y del Karate. Pero Park no se encuentra en la sala para escuchar todo esto. Aquellos que no estamos siendo atacados verbalmente nos reímos con incomodidad. El General es un genio astuto y malvado, y estamos aquí para aprender. Una mujer joven se levanta para mostrar otra técnica, y lo hace mal. "¿Usted es mujer?", pregunta el General. "Sí, lo soy", contesta ella.

Él le hace un gesto para que tome siento, señala a otro hombre para que se pare, y le pide que ejecute un bloqueo bajo. El puño del hombre está un centímetro fuera de lugar. "¿Quién le enseñó eso?”, pregunta el General. El cinturón negro nombra al maestro. "No lo conozco", responde el General “Debería pedir que le devuel­ van su dinero." Siento lástima por el cinturón negro. El Tae Kwon Do siempre ha tenido una relación disfuncional con las ganancias; los dos son fuego y agua. Por sólo este seminario, los cinturones negros paga­ ron desde US$ 250 hasta US$ 410 cada uno. Park organizó el evento, y yo me ofrecí como voluntario, lo cual me permitió ver lo que pasó el primer día: la mayoría de los cinturones negros se comportaron correctamente, pero algunos irrumpieron por la puerta sin pagar, y dieciséis miembros de un equipo sudamericano fueron engañados para creer que el seminario era gratuito -o mintieron-. En algún momento durante el evento de tres días al menos US$ 1000 desaparecerán. Esto es lo que ocurre a veces cuando el dinero se encuentra con las artes marciales -una mezcla de payaso y de guerrero, tradición y farsa- y por qué Tae Kwon Do es pronunciado en inglés algunas veces como "Take My Dough" (toma mi dinero], como dice mi amigo Martin. Sin embargo, el dinero es la menor de nuestras preocupaciones. Lo que muchos de nosotros ignoramos es que el Tae Kwon Do ha estado relacionado con el espionaje, el terrorismo y el gansterismo desde su nacimiento, y que muchos de estos maestros y grandes maestros vivie­ ron esas épocas. Algunos estuvieron enredados en campañas brutales. El General se ha jactado de haber tenido que sacrificar alumnos y hasta sus propios hijos10 para promocionar el arte, una fanfarronada que, de alguna manera, tiene sus raíces en su personalidad -"un tornado" cómo él mismo dijo alguna vezUno puede deducir mucho acerca de un hombre que ha elegido estudiar un arte marcial desarrollada por un tornado. Bruce Lee, Bill Clinton, Steven Seagal y el Rey ]uan Carlos de España han pasado por el Tae Kwon Do tradicional11. El Tae Kwon Do tradicional incluye bloqueos de hueso contra hueso, golpes que pueden quebrar costillas y reventar órganos, y técnicas diseñadas para terminar un enfrentamiento con

un solo golpe. En síntesis, cuando están arrinconados, hombres como el General y Park no se revuelcan en la tierra intentando dar vuelta o trabar a su oponente; intentan incapacitarlo o matarlo lo más rápida­ mente posible. Pero Park no está teniendo un buen día aquí. El General dice la pa­ labra embustero (phony) tantas veces durante el seminario que, años después, cuando yo le digo a Park que él es gracioso (funny), se detiene y pregunta "¿qué dijiste?". "Dije que eres gracioso (funny) tu comentario es gracioso (funny)”. Él me mira fijamente como un tigre, la fría mirada de un felino midiendo a su presa. "Gracioso (funny) suena como falso (phony)”, dice él calmadamente. Gracioso (funny). Falso (phony). Nunca me había dado cuenta de qué tan parecido suenan las dos. Park no es un falso maestro -en un arte marcial llena de grandes maestros surgidos de la noche a la mañana, él es un pionero genuino-. Pero nunca más le voy a volver a decir al Gran Maestro que es gracioso.

*** Al frente de la sala del seminario, el General le enseña a un cintu­ rón negro de Sudáfrica cómo bloquear. "Siempre mira a tu oponente en la bolilla negra (black ball)", le dice el General. "En lo negro del ojo (eyeball) '' le susurra su hijo, que está parado un metro detrás de él. "Siempre mira en lo negro del ojo”, el General corrige. Él sonríe y le toca la frente con un grueso dedo calloso. "Me estoy volviendo viejo. Suerte que tengo un buen hijo" El maestro Jung-Hwa Choi inclina su cabeza, y ahí me doy cuenta de que él es probablemente indispensable. Tiene 46 años y es más alto y robusto que su padre, y es otro "amado" maestro, si conoces la histo­ ria entre los dos hombres. Él será el heredero del General, si todo sale bien. Jung-Hwa comenzó su entrenamiento en artes marciales cuando

era un niño y es un cinturón negro 8vo dan, tan sólo un nivel debajo del grado de Gran Maestro. Él es el Secretario General de la Federación Internacional de Taekwon-Do, lo que significa que es la segunda per­ sona más poderosa en la sala después de su padre. Él habla muy poco durante el seminario. Es una de las pocas personas que no está parada como un sirviente Chosón o un asesino de Los Soprano. Jung-Hwa y su padre no se han llevado bien por años, pero ahora lo están intentando. Sus vidas están llenas de Tae Kwon Do, y cuando Jung-Hwa se dirige a su padre en público, le dice "General" o "Señor”. Ellos han tenido pocos momentos felices juntos. Una anécdota que luego cuenta Jung-Hwa es de su infancia en Corea del Sur. Él se pasaba largas noches recostado en el piso detrás de su padre mientras que el Choi adulto jugaba al poker con los otros generales. Jung-Hwa sentía el olor de los aperitivos que llegaban uno tras uno, el aroma flotando entre el reconfortante olor a cigarrillos, sake y Johnnie Walker. En esa época todos los generales bebían whisky. Jung-Hwa escuchaba la voz de su padre, la de los hombres, fuertes voces, mientras ellos se reían. "Padre, no pierdas”, Jung-Hwa murmuraba mientras luchaba por no quedarse dormido en el piso. "Yo nunca pierdo”, el General le respon­ día. Es mala suerte para Jung-Hwa que su padre nunca pierda, que su padre conozca el resultado antes de comenzar cada jugada12. "El Tae Kwon Do es fácil de aprender", afirma el General en el mi­ crófono. "Es por eso que se ha expandido por todo el mundo como un fuego fuera de control. Algún día estará en la luna y en las estrellas". Primer día del seminario y él ya esta soñando con un mundo más allá del tiempo y del espacio. Se deja caer al piso y hace flexiones de brazos con sus nudillos. Todos lo vitoreamos. Después de todo, tiene 82 años. Nos dice que leamos los libros, sus libros, especialmente Libro de Guía Moral, en el cual él propone vivir de manera justa y honesta. "El Tae Kwon Do no es sólo acerca de lanzar trompadas y patadas”, nos recuerda. Es acerca de hacer lo correcto, lo que él ha intentado hacer durante toda su vida, aun cuando parecía lo contrario.

Aquel día, el General insulta al coorganizador del seminario, Son Myung-Soo, y los cinturones negros de Son de la Royal TKD Academy se retiran del seminario. *** En el segundo día, uno de los primeros cinturones negros en dar una demostración es una mujer del Este de Canadá. El General le pide que ejecute la forma de Tae Kwon Do para principiantes, Chon-Ji, que significa "cielo y tierra", una serie de golpes de puño y bloqueos cuya ejecución revela inmediatamente el nivel de un artista marcial, sin importar el cinturón que tenga. "Muy bien", dice él cuándo ella termina. "¿De qué escuela eres?". "La escuela Downey’s de Tae Kwon Do, en Newfoundland", respon­ de ella. El General está impresionado. Esta mujer practicante demostró excelente postura y potencia. Sin saberlo nosotros, alguien le habló al General sobre su comentario sexista de ayer. El General cree que los hombres deben tener más potencia que las mujeres, y la misoginia está presente en todo aspecto de este arte marcial, pero algunos están intentando detenerlo. Las demostraciones de hoy son mucho mejores que las de ayer. Un cinturón negro 5to dan salta dando un giro de 180 grados y rompe cuatro tablas de madera con úna patada lateral mientras se encuentra en el aire. Más tarde, luego de que alguien explica que el Tae Kwon Do es el único arte marcial que incluye la "patada en torsión", alguien la demuestra corriendo, saltando y rompiendo una tabla sostenida a cer­ ca de dos metros de altura. Yo he quedado fascinado por esta patada desde que me la mostró por primera vez mi instructor, el Sr. Di Vecchia. Requiere una extraña contorsión de las caderas: el torso rota hacia un lado y la pierna se lanza hacia el otro. Antes de siquiera intentarla, es necesario poder abrirse completamente de piernas -o al menos tener una buena apertura-, y que los dedos de tus pies puedan doblarse para atrás a un ángulo de 90 grados. Cuando se la domina, es posible patear a alguien detrás de uno mientras el cuerpo mira hacia adelante. Esta patada en torsión es una de las favoritas del General.

Pero el General parece estar de mal humor. Además de”falsos”, su letanía a través del seminario es "él moriría en combate” como si un combate fuera a ocurrir en el café de al lado. Y usa "suicide" (en inglés, suicidio) como si fuera un verbo. “La WTF”, anuncia él con grandilo­ cuencia, "...ellos no saben lo que están haciendo. Todos ellos suicidan". El General detesta el estilo de la World Taekwondo Federation (Federación Mundial de Tae Kwon Do, WTF en inglés) -el único estilo admitido en los Juegos Olímpicos, el estilo manejado por el archirrival del General, Kim Un-yong-. El estilo olímpico es sin dudas el Tae Kwon Do más difundido en el planeta. ¿Estará celoso el General? Él siempre ha querido a su Tae Kwon Do tradicional en los Juegos. A lo largo del seminario, se burla de la WTF, argumentando que es tan mala como el Karate. Le pide a un cinturón negro que ejecute una forma llamada Toi-Gye (la cual creó el General honrando con su nombre al erudito del neo-confusianismo del siglo XVI), y da instrucciones al hombre para que vuelva a realizar un golpe al pubis, una técnica llamada "golpe de punta de dedos con palma hacia arriba"13. "¿Por qué jalas tu mano luego de dar el golpe?", le pregunta el Ge­ neral. El cinturón negro explica que le está arrancando el escroto a su oponente. "No”, dice el General. "Eso es en Karate y en estilo WTF”. Eso le recuerda al General un chiste: "Una mujer le dice a otra/No te cases con el tipo de la WTF'. ¿Por qué?’, pregunta la segunda mujer. 'Porque no tiene arma', responde la primera”. Nos reímos porque aparentemente ha habido demasiado desgarra­ miento de escrotos en la WTF, pero más que por eso, en realidad nos reímos porque no nos está castrando a nosotros, al menos por ahora. "Yo quiero que se rían, porque están tan serios...” dice. Otra de sus frases de cabecera es "éste es un mal hábito del Ka­ rate”, como si los malos hábitos pasaran de dinastía en dinastía, de instructor a instructor. Pero lo que el General no nos está contando es que él desarrolló el Tae Kwon Do partiendo del Karate Shotokan, y que ha estado intentado cubrir sus raíces en el Karate por cincuenta años14.

Me pregunto qué pensaría Kim Um-yong acerca de toda esta jac­ tancia, porque él no tolera los egos alegremente. Además de dirigir el Tae Kwon Do Olímpico, él es el Vicepresidente en el Comité Olímpico Internacional y miembro de la Asamblea Nacional de Corea del Sur. Yo me encojo cuando el General anuncia que "El Tae Kwon Do ya no puede permanecer en las Olimpíadas. En un par de años estará kaput, porque no tiene técnica". Juzgando por la manera en que se jacta, pro­ bablemente no será un contendiente difícil para Kim, quien ha sabido manejar a egos mayores al suyo. *** El último día del seminario, Bob Wall, el legendario artista marcial que ganó muchos campeonatos de Karate entre 1965 y 1972 y que fue protagonista en tres películas de Bruce Lee, se hace presente para ven­ der servicios para artistas marciales: tarjetas telefónicas, tarjetas de crédito, cursos marciales por Internet, servicios de televisión por ca­ ble e Internet, e "ítems coleccionables" tales como postales y llaveros. "No se pueden imaginar lo que esto va a valer, porque son limitados”, dice Wall. "El valor aumenta cuando la persona fallece". Agrega que el General le dio el grado de cinturón negro 8vo dan a Chuck Norris, quien tiene 182 escuelas. Dice que Norris se considera a sí mismo un alumno del General, como también lo hacen Jackie Chan y Wesley Snipes. Aparentemente estas estrellas también tienen la tarjeta que Wall promociona, y nosotros podemos acumular puntos para millas de viajero igual que ellos. "Ustedes podrían haber volado hasta aquí gratis", dice Wall. Como si estuviera todo arreglado, el General se para y dice, "To­ dos deberían participar de este plan. Deben decírselo a sus alumnos. Vamos a convertir esto en la compañía de artes marciales mejor gerenciada del mundo". Uno de los grandes maestros de Montreal está dormido en la cabe­ cera de la mesa. Quizás él no necesite tarjetas telefónicas. Quizás esté aplicando la Regla de los Opuestos. Quizás esté cansado.

El General Choi bloquea patadas de su hijo Choi jung-Hwa (a la derecha) y Park Jung-Taek, mi primer instructor. Foto cortesía del General Choi.

A O

C a p ít u l o 2 A u n q u e d ie z m il l o n e s d e o p o n e n t e s SE LEVANTARAN EN SU CONTRA

La construcción de un rascacielos comienza con una pala de tierra. Choi, traduciendo al filosofo Lao-Tzu15 Con temor, ingreso en las vidas del General Choi y de Kim Un-yong en la Corea de 1938, el año del Tigre, cuando el anhelo y la violencia acechaban al mundo. La esencia del Tae Kwon Do comenzó durante una partida de poker aquel año, en el día más temerario de la vida de Choi. Él vivía en una pequeña casa en el pueblo de Yongwon, en el norte de Corea, cuando los japoneses aplastaron a la nación como a un conejo en una trampa. El sol se había puesto para la dinastía Chospn -ah o­ ra Japón gobernaba Corea- pero Choi tenía 20 años, estaba lleno de rebeldía, y como la mayoría de los coreanos, se rehusaba a olvidar su pasado. Él había heredado los pequeños, afilados ojos de su padre y un mentón que frecuentemente dirigía hacia arriba girado a la izquierda, haciéndolo verse, como era a menudo necesario, mucho más alto que su metro sesenta. Aquel día en 1938, él miró a su madre bajo la tenue luz de una lámpara16. Se estaba preparando para viajar a Japón en dos días para completar su educación, un sueño habitual para los coreanos. Luego de las virtudes filiales, el segundo conjunto de valores en Corea giraba en torno a la educación, con el alumno ideal logrando el dominio tanto del corazón como de la mente17. En aquellos días, los niños estudiaban diligentemente porque ese ideal estaba tan vivo en la juventud de Choi como lo había estado muchos siglos antes. La madre de Choi tomó un grueso taco de dinero de su bolsillo. “Ten cuidado en no perder esto", le dijo. Ella había trabajado duro, desde el amanecer hasta la medianoche tantos días, vendiendo tofu y cosiendo ropa para ahorrar dinero. Ella dobló los billetes dos veces, los acomodó en su cinturón, y cosió la costura del cinturón para cerrarlo.

Dada la importancia que las responsabilidades filiales tenían en su fa­ milia, yo sólo puedo especular sobre por qué Choi no le obedeció, sobre por qué perdió el dinero. En su parte del mundo, los "cuatro libros” y ''cinco clásicos" aseguraban que nada superaba en importancia sus responsabilidades como hijo. Los estudios eran intensos y enfocados al aprendizaje confuciano, una parte fundamental de la vida de Choi, y luego, de mi arte marcial. La principal sección del "Gran Aprendizaje”, el primero de los cuatro libros, de 700 años de antigüedad, lo explicaba de esta manera: Deseando ordenar bien sus Estados, ellos primero regularon sus familias. Deseando regular a sus familias, ellos primero cultivaron a sus personas. Deseando cultivar a sus personas, ellos primero rectificaron sus corazones ("sim"). Deseando rectificar sus corazones, ellos buscaron primero ser sinceros en sus pensamientos. Deseando ser sinceros en sus pensamientos, ellos primeros extendieron hasta el máximo su conocimiento18. Regular. Cultivar. Rectificar. Estos ideales eran claramente corea­ nos y vivían en Choi, y ellos más adelante circularían como sangre en el Tae Kwon Do. Si se reemplaza "Estados" por "artes marciales" en la frase, se puede ver lo intensas que fueron aquellas primeras épocas. Sin embargo, luego de que su madre se fue a dormir, Choi planeó regular y cultivar el poker. Quizás su rebelión se debió a su estilo de vida: había estado apostando, bebiendo y fumando desde los siete años de edad. Quizás simplemente era testarudo: si quería reunirse con sus amigos a jugar una partida de Hwatu, un popular juego de cartas coreano, entonces lo hacía. La testarudez se permeó profundamente en su cuerpo, pero él la vio como una señal de confianza: cuando fija­ ba su mente en una meta, se mantenía firme en ello. "Un hombre con confianza en sí mismo persigue sin temor lo que considera correcto, aunque diez millones de oponentes se levanten en su contra”, alguna vez escribió, citando a un discípulo de Confucio19.

Quizás, también, él era demasiado parecido a su padre -el poker los contaminaba tanto como el sake que ambos amaban-. Por muchos años, el padre de Choi fue propietario de una exitosa destilería, permi­ tiendo al hijo mayor descender a un nivel de libertinaje generalmente asociado con reyes y sueños. Finalmente, el padre de Choi abandonó a su esposa, llevándose a Hong-Hi Choi y a los otros dos niños a vivir con una hermosa mujer kisaeng, unageisha coreana. Vivir con kisaengs era una vieja práctica que se remontaba a la dinastía Chosón, pero que no debió haber incluido abandonar a la primera esposa, de acuerdo con el pensamiento confuciano. Esta kisaeng ya había arruinado la vida de varios hombres, pero ella había impresionado a Choi, que la consideraba más mundana y sofisticada que su madre. Choi tenía seis años cuando la kisaeng se volvió su madrastra; que ello ocurriera mostraba con qué grado de profundidad su padre se había vuelto un esclavo de la lujuria20. Esos fueron los años en que el niño aprendió a apostar, a fumar y a beber. Su madrastra había sido una adicta al opio, administrando una taberna, cocinando su excelente comida y cantando sus perfectas canciones p'ansori, la música clásica favorita de las kisaengs. Choi veía cómo su padre era ingenuo, obstinado y profundamente indulgente, dándole a ella todo lo que poseía. Finalmente, su padre perdió tanto dinero apostando que tuvo que vender la destilería. En aquellos primeros días, el joven Choi rara vez visitaba a su madre, quien pronto se halló viviendo en la pobreza. Quizás la racha de insubordinación de Choi haya comenzado cuan­ do intentó llevarle sopa a su madre a la otra parte del pueblo, y su ma­ drastra kisaeng, al enterarse, mandó a un matón para que hiciera caer el recipiente de sus manos. Choi quedó devastado mirando cómo los perros lamían la sopa derramada sobre la tierra. Él nunca olvidaría ese día, ni siquiera después de que su madrastra muriera, a la edad de 38 años, y de que su padre, como la costumbre confuciana dictaminaba, regresara con su primera esposa. Choi tenía 10 años en aquel momen­ to. Sus padres rara se vez se hablaron de ahí en más, y nubes oscuras se asentaron sobre sus vidas. Para mantener a su familia, Choi ayudaba a su madre en su peque­ ña parcela de tierra atendiendo el jardín, alimentando los animales,

cultivando vegetales y haciendo tofu. El proceso de remojar, moler, cocinar, escurrir y ablandar a golpes el tofu era un trabajo tan duro que por el resto de su vida él se volvería adicto a comerlo porque le recordaba a su madre. Como era la costumbre durante la cena, el pa­ dre de Choi comía primero. La madre de Choi colocaba arroz y otros platos con acompañamientos mientras el resto de la familia esperaba. Choi y su hermano espiaban por un pequeño agujero en la puerta para ver si su padre dejaba algo de su arroz sin comer, con el delicioso olor flotando hacia sus narices. Pero Choi pronto huyó de todo eso. En 1938, luego de que su ma­ dre cosió el dinero dentro de su cinturón y se fue a dormir, Choi salió a escondidas de su casa y se reunió con sus amigos, incluyendo a un campeón local de lucha "ssirum", Haak-soon Huh, en un sitio cerca de un hospital. Choi amaba las reuniones de amigos que se armaban en torno al poker, y él era muy bueno en los juegos de estrategia con las cartas de hwatu, que mostraban imágenes de árboles y flores: arces, peonias, cerezos en flor, crisantemos, jugaba tan bien que podía detec­ tar a los tramposos, lo cual significaba que probablemente él podía ha­ cer trampa con los mejores de ellos, pero en esta mesa los apostadores eran profesionales, así que hacer trampa sería imposible. En una rápida sucesión, él y los otros apoyaron las coloridas cartas y apostaron su dinero, pero a medida que el juego avanzaba, a Choi le fue yendo mal. “Esto es extraño", pensó, “estoy perdiendo". Continuó apostando, con la esperanza de recuperar lo perdido. Algunas de las cartas de hwatu tienen nombres poéticos, tales como Garza y Sol, pero la poesía debió haber estado lejos de Choi cuando él sacó del cinturón el dinero para su educación y apostó más. Pronto perdió todo el dinero que su madre le había dado, pero conven­ ció al luchador y a los demás para que continuaran jugando. Faltaba todavía para el amanecer, dijo Choi, y debían darle una oportunidad para recuperar lo perdido. ¿Él lanzó Hombre Paseando con Paraguas? Los apostadores si­ guieron jugando una hora más. ¿Curruca sobre el Árbol? Ellos sabían que Choi estaba acabado, y que no podía pedir prestado a nadie en el pueblo. ¿Jabalí?

Finalmente, el luchador se paró. "El propósito de jugar es ganar dinero"', dijo. “He esperado lo suficiente". Choi quería golpearlo, pero sabía que sería como un zorro atacan­ do a un tigre; Choi conocía algunas patadas y esquives, pero el otro era más grande y era un campeón de lucha. Mientras estaba sentado allí, Choi recordó una gruesa botella de tinta que estaba en una mesa cercana. Me pregunto si se representó las imágenes de los próximos pocos segundos por adelantado: la manera en que el cuarto se oscure­ cía ante sus ojos; el modo en que el luchador, tan sólo un joven campe­ sino, ponía su dinero en un bolsillo; la manera en que la mano de Choi de repente encontró la botella de tinta, y cómo la botella voló hacia el luchador. La botella se estrelló en su frente, un golpe afortunado. El luchador cayó sobre su espalda, sangre y tinta derramándose por su cara. Mientras los demás apostadores miraban, Choi caminó hacia el cuerpo, sacó el dinero de su bolsillo, contó la cantidad que había perdi­ do, y huyó. Nadie lo detuvo, quizás porque ellos sabían que el luchador pronto lo cazaría. Choi fue rápidamente a su casa, frío y transpirado, y preguntán­ dose si había matado al hombre -¡toda esa sangre! ¿Qué harían sus padres cuando se enterasen?-. Él y su hermano y hermana obedecían a su padre, quien había estudiado las obras de Confucio, leído los clá­ sicos y había llegado a ser doctor de medicina china antes de abrir la destilería. Sus mentes estaban cargadas con obligaciones y tradiciones, un legado confuciano tan intenso que la abuela de Choi guardaba los recortes de sus uñas, porque el respeto por los padres implicaba res­ petar cada parte del cuerpo propio. Pero los valores no confucianos -aquellos del corazón- prospera­ ban en Choi y en su época: valores relacionados con supersticiones e intuición, de chamanes y hechiceros; valores sintonizados con la natu­ raleza de las cosas, y la percepción y la libertad; valores que se sentían durante la pasión y embriaguez21. En el hogar de Choi, la obediencia convivía con el vino de arroz y las geishas, y atacar a un hombre luego de perder una partida de poker quizás encajaría dentro de la categoría no confuciana. De todos modos, Choi había creado una vez más proble­ mas intolerables para sus padres.

Mientras caminaba a su casa, acaso él haya recordado la primera vez que les creó un problema cuando nació, en 1918. Ese fue el año del Caba­ llo -un año en el cual el gobier­ no japonés arrestó, torturó o mató a 140 mil coreanos sos­ pechados de resistir al imperio japonés22. Fue un año en que la astucia y la independencia estaban en el centro del mun­ do. Choi nació enano y parecía destinado a morir joven. Su madre provenía de una fami­ lia adinerada que odiaba a su marido, y cada vez que había dado a luz, ella lo había dejado para irse a criar a los recién nacidos en la casa confortable A la izquierda, Choi. pero confuciana de su padre. Foto cortesía del General Choi. Su padre la trataba como a una sirvienta, porque las hijas, lue­ go de casarse, no debían regresar con sus padres salvo que estuvieran de visita. Pero ella cargó con esa humillación por el bien de sus ocho bebes, de los cuales sólo tres vivieron más allá de la edad de dos años. Choi había escuchado muchas veces sus quejas: “Luego de que todos los mejores se han ido, el peor debilucho sobrevivió para darme dolores de cabeza”. Choi, el más joven, fue enfermizo los primeros cua­ tro años de vida. Desesperada, su madre tironeaba de las piernas del niño noche tras noche mientras él dormía, intentando hacerlo más alto. ¿Se preguntó si su padre lo mataría cuando se enterase del partido de poker? Aunque el niño había prometido que nunca sería como su pa­ dre y siempre había estado alerta por sus golpes que lo sacudían como un relámpago, Choi respetaba los esfuerzos de su padre para darle educación, una de las pocas cosas que su padre había hecho por él. Su

padre era un avaro, pero sorprendió al joven de 15 años cuando ie pagó a un instructor de caligrafía, Han Il-Dong, un honorario equivalente al que pagarían diez alumnos para que instruyera a Choi en caligrafía, y por trece meses adicionales en T'aekkyón, un juego de artes marciales que casi había desaparecido cuando Japón lo prohibió entre 1919 y 194523. Su padre había querido fortalecer el esmirriado cuerpo de Choi. Pero quizás se preguntara si su padre lo mataría. Cuando el padre de Choi había acordado para que él se casara con una mujer mayor y mucho más alta que él, Choi se casó con ella siendo aún adolescente24. Ellos tuvieron una hija, Song-Jook Choi25. En aquellos tiempos, el casamiento adolescente significaba que la joven esposa se volvía sirvienta en el hogar de su marido. Cuando su padre anunció que Choi estudiaría en Japón, donde los japoneses abusaban de los coreanos habitualmente pero donde Choi recibiría una educación excelente, él aceptó ir. Sería el primero en la familia en completar la escuela secundaria, un gran honor, aun cuando se vería forzado a adoptar un nombre japonés, Yuseki Nishiyama, que significa Valiente Piedra de la Montaña del Oeste26. El gobierno japonés no sólo prohibió que las personas hablaran coreano sino que también las obligó a cambiar su identidad. Mientras Choi se alejaba de la partida de poker, se preguntó si el luchador estaba muerto. ¿Había matado al luchador profesional? Pro­ bablemente no, pero temeroso de sus propios padres, Choi evitó ir a su casa, evitó al luchador, a la policía, y al pueblo, y ese día, temprano, huyó. Caminó 16 kilómetros pasando entre carros tirados por vacas hasta una estación de tren, viajó 20 horas en un tren hasta el puerto de Pusan, y abordó un barco hasta Kioto, Japón. Esta experiencia lo marcó: por el resto de su vida él se enredaría en algún conflicto y luego huiría, viviría como si estuviera siempre escapando. Algunos meses luego de arribar a Kioto, Choi conoció a un hombre de su pueblo que le contó que el luchador se había recuperado y que estaba contando los días esperando el regreso de Choi. Choi se sintió condenado, y comenzó a entrenar Karate Shotokan, un arte marcial japonés que Gichin Funakoshi había llevado de Okinawa a Japón en 192227. Choi había observado una clase de Karate, llegando a la con­

clusión de que era devastadoramente poderosa; apuntaba los golpes de puño directo al corazón, al plexo solar, o a cualquier área vital que pudiera conducir a la muerte con un solo golpe, de acuerdo con el enfoque propuesto por Funakoshi. Comenzando en 1938, el Karate fortaleció un rasgo en Choi que los occidentales asocian con los pilotos kamikaze japoneses de la Segunda Guerra Mundial o con los guerreros samurai de hace mil años28, Choi lo llamó el Espíritu Indomable: “Un estudiante serio del Tae Kwon Do en todo momento será honesto y hu­ milde. Ante una injusticia, manejará al agresor sin temor ni duda, con espíritu indomable, sin importar en lo más mínimo quién o cuántos pudieran ser"29. Choi practicó de manera diligente en Japón, manteniendo al lucha­ dor en su mente, y en dos años obtuvo el cinturón negro primer dan. Hoy un cinturón negro puede significar muy poco, pero en aquellos días era difícil de obtener y, muy probablemente, Choi podía matar con sus propias manos. Pateaba postes de madera en la calle, golpeaba la arena para fortalecer sus puños, y entrenaba tanto que fracasó en su primer año académico en la escuela media, lo cual le hizo ver en ello un motivo más para evitar volver a su casa. El Karate también resultó útil en Japón, donde las personas lo insultaban a él y sus amigos, les decían que olían a ajo, los atacaban fí­ sicamente y los trataban como sirvientes. Choi estaba constantemente metiéndose en peleas. Él no era especial en este sentido; los matones japoneses habían estado abusando de los coreanos por siglos, y Japón había estado pisoteando a Corea desde 1894. Una de las peleas de Choi comenzó luego de que advirtió a dos chicos que dejasen de molestar a un amigo. Los muchachos tomaron la advertencia como un desafío y lo siguieron después de clase, pero cuando se le acercaron él golpeó a uno en la cara. El muchacho cayó y Choi lo apretó contra el suelo con un pie sobre su cuello mientras las sandalias de madera del chico volaban por el aire. El segundo salió corriendo y Choi liberó al primero, maravillado ante su nuevo poder. Se quedó en Japón por cuatro años, durante los cuales no visitó su pueblo ni una sola vez, diciendo a sus padres que estaba demasia­ do enfermo para viajar. Ahorró dinero y se lo mandó a su madre. Sin embargo, a la edad de 24 años, luego de terminar la escuela media y

obtener un segundo dan en Karate, finalmente se sintió lo suficiente­ mente poderoso para enfrentar al luchador, Haak-soon Huh. Regresó a su pueblo, cargando orgullosamente una nueva máquina de coser para su madre. Era 1942, en medio de la Segunda Guerra, y japón estaba avasallando brutalmente al Este Asiático. Pero Choi estaba preocupa­ do por Huh y los demás pueblerinos que se estaban uniendo a éste en contra de Choi. Al poco tiempo de su arribo, el luchador lo vio en una plantación de pinos cerca del pueblo pateando pequeños árboles y destrozando tejas de arcilla. Pensó que Choi estaba loco y teniendo convulsiones, porque a la distancia los rápidos movimientos de Choi no se asemeja­ ban a ningún arte marcial que él hubiera visto antes. No, Choi no estaba loco, un amigo le explicó al luchador. Estaba practicando Karate, un arte marcial japonesa que podía matar con un solo golpe. El luchador optó por no cuestionar la disparatada afirma­ ción y decidió evitar a Choi. Al final, el enano derrotó a su oponente sin pelear, y ahí fue cuando los verdaderos problemas de Choi comen­ zaron.

C a p ít u l o 3 U n a s u p e r p o t e n c ia e n c a d a f r o n t e r a

Esto es muy difícil;yo no soy escritor ni historiador; pero voy a escribir esto. Mizahara, uno de mis amigos en el ejército japonés, dijo, "Voy a fingir que me volví loco" Entonces le dije, "¿De qué estás hablando? ¿Cómo te puedes volver loco?",,. Su nombre coreano era Yum„. Al día siguiente, durante el control de la formación del ejército japonés, él no estaba allí. Repentinamente, detrás de nosotros, apareció arriba nuestro balanceándose sobre una tabla desnudo, orinando, y decía: "Ustedes, japoneses, ¡beban mi orina!" Lo detuvieron y se lo llevaron. Tres días después; salió, golpeado, y yo fui a su cama. Su habitación estaba justo aliado de la mía. Al principio, le pedí disculpas por haber tomado sus palabras a la ligera, y le dije, “No hagas eso otra vez, no podrás hacerlo, te matarán" Él no dijo nada... pero salió otra vez... Después de la guerra, me encontré con é l Estaba loco. Se había vuelto loco, General Sun-Ha Lim, refiriéndose a soldados coreanos que se habían sublevado contra los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial30. ¿Cómo hace uno para sobrevivir a una fuerza indomable? Me pregunto eso mientras reviso la difícil historia de Corea durante la Segunda Guerra Mundial y la de las potencias que contribuyeron a la creación del Tae Kwon Do tiempo después. En 1943 Japón obligó a Choi y a 4300 estudiantes coreanos a unirse al Ejército Imperial Japonés31. Choi intentó escapar de la conscripción dejando de comer; cuando ello fracasó, probó golpeando a un oficial de policía japonés, pero fue destinado a la trigésima división en P'yongyang, Corea32. El Japón in­ conquistable, junto con la Alemania nazi e Italia, estaban dominando al mundo: Japón había masacrado a 300.000 civiles durante seis semanas en Nanking, China, y había realizado experimentos médicos sobre pri­ sioneros en Manchuria. Había hecho trabajar hasta morir a prisioneros en Burma y Tailandia, y, en Corea, estaba forzando a 100.000 mujeres a volverse esclavas sexuales, conocidas como "mujeres de confort” por los soldados japoneses33. A muchos coreanos les gustaba luchar del lado de los japoneses, pero Choi era un rebelde, y en P'yongyang,

se unió a un plan para escapar de la unidad japonesa, un complot que luego se conocería como el Incidente P 'y o n g y a n g 34. En aquellos días, Choi tenía tanta hambre que algunas veces roba­ ba la comida de los caballos de la unidad, pero tenía esperanzas de es­ capar junto con sus compañeros coreanos. Otro hombre en su división lo había logrado, un soldado que se había ocultado en un ducto de aire debajo de unos listones sueltos del piso durante cinco días, luego había corrido a un campo militar, donde se ocultó en un contenedor cubierto de paja por cuarenta días. Los soldados japoneses hacían sus ejercicios militares alrededor del contenedor y ellos no tenían la menor idea de que él se encontraba escondido allí dentro. El dueño del contenedor, un ciudadano coreano que trabajaba para los soldados, le daba de comer durante el día, pero el soldado, preso del pánico allí dentro, perdió la razón, murió de fiebre tifoidea, vio el cielo y el infierno, y resucitó de la muerte, según contó luego35. Choi y los otros 29 soldados rebeldes quizás lograrían un milagro similar: un tiroteo contra los japoneses y escapar para unirse al líder rebelde Kim II Sung. Éste era, por su­ puesto, el mismo Kim que algún día gobernaría Corea del Norte; en aquel momento japón consideraba a Kim uno de los guerrilleros más peligrosos del país. Pero Japón era imbatible. Un espía -un soldado coreano- traicionó a Choi y a los líderes del complot, y en noviembre de 1944 los militares los arrestaron. Luego de varios días de interrogatorio, los soldados ja­ poneses llevaron a Choi a uña casa de detención. Allí él giró para mirar a uno de sus amigos. "¡Bastardo!”, gritó un guardia japonés, y golpeó a Choi en la cara. Así fue como Choi aprendió que debía mirar hacia delante todo el tiempo -hasta su probable ejecuciónEn el interior, él y los otros rebeldes permanecían sentados como piedras en sus celdas. Afuera, se paraban quietos en las temperatu­ ras bajo cero con tan solo una capa de ropa. Choi fingió arrepentirse totalmente y, con el tiempo, los carceleros japoneses le permitieron practicar Karate en la casa de detención, lo cual lo mantuvo cuerdo. Las patadas y los golpes de las artes marciales -mano de lanza, pie de espada, patada frontal, patada lateral- impresionaron a algunos de los guardias japoneses, especialmente luego de que Choi rompió ocho tejas del techo con un solo golpe, pero Choi esperaba ser sentenciado a

muerte en el juicio que se avecinaba. Aun así, los guardias le pidieron que les enseñara Karate, y convirtieron parte del centro de detención en un gimnasio. Choi disfrutaba el sonido de los gritos de artes mar­ ciales resonando en el salón. Como había ocurrido antes, las técnicas le estaban dando algo más que poder meramente físico.

Choi Hong-Hi (quinto desde la izquierda, en la tercera fila desde adelante) había estudiado en Japón justo antes de la Segunda Guerra Mundial, Como muchos otros coreanos, tuvo que usar un nombre japonés, Yuseki Nishiyama. Foto cortesía del General Choi.

Siete meses después, los militares japoneses acusaron a Choi de violar la ley de servicio militar36. Fue sentenciado a siete años de pri­ sión y transferido a la Prisión de P'yongyang, pero Choi estaba feliz, porque se había salvado de ser ejecutado. Supuso que la vida mejora­ ría: la nueva prisión era más grande y había guardias coreanos.

En el primer día de Choi en la nueva cárcel, uno de los guardias, un coreano, lo condujo a su celda. Choi se detuvo ante la puerta. Adentro, vio a tres prisioneros; uno estaba acostado sobre una frazada que estaba negra por la suciedad, con pus saliendo de las heridas en su costado. Los otros dos hombres se veían deformes, con sus caderas y hombros sobresaliendo como ollas y su piel cubierta por costras. Estos son leprosos, pensó Choi. Las paredes de la celda estaban cubiertas con marcas sangrientas de insectos aplastados. La letrina olía peor que un sake agrio que él alguna vez había sostenido, y las camas estaban resbaladizas por el pus de las heridas cutáneas de los soldados. Choi estaba tan asqueado y horrorizado que apenas pudo quedarse parado allí. "Deberían haber matado a esta basura", dijo de Choi el carcelero. ‘¿Cuál es el sentido de mantenerlo alimentado con porotos y arroz ensangrentados por siete años más?". Maldijo a Choi y a los otros pri~ sioneros coreanos aun más que los guardias japoneses, y luego lo pateó para hacerlo entrar a la celda. Choi lloró, y tenía una buena razón para hacerlo: si no moría de enfermedad, moriría por la vergüenza de ver que sus propios soldados eran ahora colaboradores de los japoneses. Se preguntó cómo un car­ celero coreano podía volverse tan sádico como uno japonés. Después de todo ésta no era una guerra coreana. Cuando Japón se había hecho cargo del gobierno en 1910, la mayoría de los coreanos -ciertam ente todos los que no eran parte de la aristocracia- no querían colaborar con los invasores. Durante la década de 1930, sin embargo, la opresión japonesa tenía una cara coreana: hombres coreanos se habían ocupado de juntar (y explotar) a muchas de las "mujeres de confort coreanas" y casi la mitad de la policía coreana administrada por los japoneses estaba integrada por coreanos37. Choi ahora veía el horror de esta re­ presión en su pequeña celda en 1945, y, aun cuando juró luchar contra ello y hacer a su desconsolada patria más fuerte, su cuerpo se infectó con las enfermedades de sus compañeros de celda. ***

Un día de verano, un guardia coreano, el Sr. Kim, pasó caminando con un enorme balde de agua fría, salpicándola y burlándose de los sedientos prisioneros. Los guardias nunca les daban lo suficiente para beber y las salpicaduras desde el balde de Kim eran un fresco tormen­ to. Choi ahora sufría de las mismas infecciones supurantes de la piel que todos en la prisión, y cada día los cadáveres pasaban en camillas delante de su celda. "Aquí, yo tengo agua", Kim anunciaba. "Les voy a dar del cucharón como premio para la celda que tenga un buen cantante. ¿Qué les pa­ rece?". Se paró afuera de la celda de Choi, Ninguno de sus compañeros de celda querían cantar -no tenían fuerza, ni talento, y era otra humilla­ ción más- pero a pesar de su estado desesperado, Choi se paró y cantó una popular canción folklórica. Kim le dio a él y los demás una taza de la preciosa agua. "Cante otra canción" él ordenó. "Yo te daré un tazón más." Choi comenzó una canción folklórica. Repentinamente, desde el jardín trasero un segundo guardia co­ reano gritó, '¿Quién fue ese?", en japonés. Se aproximó rápidamente a la celda de Choi como un tigre y abrió la puerta. "¿Quién estuvo can­ tando recién?", gritó. “Fui yo”, respondió Choi, y levantó la mano. El guardia lo abofeteó, así como a cada hombre en la celda, y es­ posó a Choi con los brazos detrás de la espalda. Choi estaba furioso, inmovilizado por el dolor en sus brazos. ¿Por qué un guardia le pedía que cantara y el segundo venía a decirle que parara? Los guardias no se apreciaban entre sí, a pesar de que los dos eran coreanos, y odiaban a los prisioneros coreanos aún más. Más tarde, solo en su celda, Choi sintió cómo el dolor en su cuerpo devoraba su ira. Había perdido sensibilidad en sus brazos esposados; estaban aprisionados detrás de su espalda en una clásica posición de tortura. No podía recostarse sobre su espalda, así que intentó hacerlo sobre un costado, pero sentía dislocada la parte superior del brazo. Se acostó panza abajo, pero su mentón se aplastaba contra el suelo.

Tendré que comer como un cerdo, pensó. Estaba demasiado débil para pararse, así que permaneció sentado toda la noche, A la mañana llegó el desayuno; estaba mareado por el hambre, pero lo disimuló. Sus compañeros de celda se comieron la comida. El almuerzo llegó y él lo ignoró. Los hombres en su celda le rogaron que comiera, pero Choi había elegido suicidarse. Muchos hombres habían sufrido por tortura, malnutrición y locura en las prisiones japonesas de la Segunda Guerra Mundial; simplemente se echaban al suelo y perdían la voluntad de vivir38. Choi se desmayó. Despertó a eso de las cinco de la tarde y el segundo guardia coreano, el que lo había abofeteado y esposado, lo condujo a la oficina del jefe de los guardias. "Este tipo es un buen cantante", el guardia bromeó con su jefe. Choi no lo podía creer. "Canta”, ordenó el guardia, y le quitó las esposas. Choi miró a los dos hombres, con sus brazos colgando al costado de su cuerpo. "No sé cantar", dijo. Choi no mencionó a Kim, el primer guardia, el que quería canciones a cambio de agua. El jefe no obligó a Choi a entretenerlos, y el guardia regresó a Choi a su celda. El primer guardia pronto visitó a Choi y se disculpó por el juego del canto, pero la disculpa y las políticas de la cárcel de poco le sirvieron a Choi, quien estaba tan desnutrido y enfermo que sentía que pronto moriría. Porque no había mencionado la tortura con el agua a sus superiores, a Choi se le perdonaron mayores tormentos, y Kim lo visi­ taba con frecuencia, y en secreto le dio remedios para su enfermedad de la piel. Finalmente los hombres se volvieron amigos, lo cual quizás muestra la previsión del carcelero; Japón ya se encontraba perdiendo la guerra, y los carceleros pronto se volverían prisioneros. Dos meses después Choi escuchó parlantes sonar en su celda. Habían estado apagados durante los nueve meses que él llevaba en la prisión, pero ahora sonaban con estática y lo que se oía parecía im­ posible: el Emperador de Japón, a quien Choi nunca había escuchado antes, estaba llorando y leyendo la rendición de su nación. Japón había perdido la guerra.

"¡Viva Corea por siempre!", Choi gritó para sí. Quería bailar de alegría, pero el Sr. Kim le advirtió que permaneciera callado, porque existía la posibilidad de que los carceleros japoneses y coreanos que estaban en retirada mataran a los prisioneros. Sin embargo, al día siguiente, los carceleros se fueron y Choi traspuso los portones de hierro. Vistiendo una camisa floja, pantalones negros embolsados y sandalias de paja, siguió al Sr. Kim a través de las multitudes que fes­ tejaban ante una bandera coreana que flameaba en la municipalidad de P’yongyang, y entró a la casa del Sr. Kim. Ambos hombres estaban vivos, Corea estaba libre, los milagros sí ocurrían -lo cual, por supues­ to, fue un espejismo temporario-. Gran parte de la vida de Choi había sido una larga batalla contra su padre, contra el luchador, y contra Japón, y él ahora tenía la opor­ tunidad de hacer algo de sí mismo, para cumplir todas las promesas y los rezos que había murmurado en la prisión. Luego de cuatro décadas de opresión, todos los coreanos tenían una segunda oportunidad, y el país estalló en una tormenta de esperanza naciente y matanzas en venganza de lo ocurrido. El Incidente P'yongyang fue uno de los pocos levantamientos co­ reanos contra los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, aun­ que no había nada especial en los tormentos y las torturas sufridos por Choi. La mayoría de los prisioneros, especialmente los prisioneros de guerra extranjeros, habían sobrevivido a cosas peores. Sin embargo, las experiencias de Choi se asemejan a las de otros coreanos que se habían doblado o quebrado bajo el yugo del Japón. Dos generaciones de coreanos habían sobrevivido al brutal colonialismo japonés (y la consi­ guiente pobreza, guerra y humillación], y ahora los artistas marciales coreanos darían un paso para crear el Tae Kwon Do, el Tang Su Do, el Hapkido y otras artes marciales que les darían poder. Una semana luego de su liberación, un Choi macerado avanzó entre el caos y el jubileo de regreso a su familia en Yongwon, que se había transformado en los años que él había estado alejado. Para su sorpresa, el comunismo sobrevolaba como una oscura nube sobre la aldea y gran parte del norte coreano. Él estaba devastado39. Corea estaba libre de Japón pero ahora tenía que lidiar con comunistas de la Unión Soviética, quienes habían reclamado para sí territorio coreano. Peor aún, dos

coroneles estadounidenses en tan sólo 30 minutos habían decidido arbitrariamente que el paralelo 38 dividiría a Corea en norte y sur, y la Unión Soviética había aceptado controlar el norte40. Aun en el sur, los coreanos ahora agregaban el insulto "pro-yanki" a los usuales "pro­ japonés" y "traidor a la patria”41. De la noche a la mañana, el lugar de nacimiento de Choi se había vuelto una guarida de comunistas. Dos meses más tarde, en 1945, Choi regresó a Seúl, donde nadie parecía estar a cargo42. Algunas veces había peleas en las calles y saber artes marciales resultaba de gran utilidad. El país cayó en otro estado de guerra, esta vez entre los comunistas apoyados por la Unión Sovié­ tica y los nacionalistas apoyados por los Estados Unidos. Es aquí donde estas dos superpotencias comenzaron la Guerra fría, cuando Corea era un estado policial marcado por el terror. Nadie podía controlar a hombres tan bien como Choi, que saltaba de un grupo juvenil a otro. Los grupos juveniles eran a menudo violen­ tas pandillas bajo el mando de un tipo duro que se portaba como un déspota43. Después de haber sepultado su nombre japonés, Yuseki Nishiyama, su apodo coreano quedó: chadol, gijarro, una pequeña piedra extraordinariamente dura. Choi se puso en contra de los comunistas y, como muchos jóvenes ex soldados, canalizó su fuerza y bronca dentro de la nueva escuela militar en Seúl. Los americanos habían ayudado a Corea a establecer la Academia Militar Coreana, la semilla de un futuro ejército, y Choi, el tornado, fue uno de los primeros en enrolarse44. Al año siguiente, él ya lideraba el cuerpo de policía local y les enseñaba Karate, que resultó ser tan efectivo como popular. En japonés, la gente lo llamaba Karate-Do, y, en coreano Tang Su Do (el Camino de la Mano China) o Kong Su Do (el Camino de la Mano Vacía). El fundador del Ka­ rate, Gichin Funaloshi, había cambiado "china" a "vacía”, lo cual algunos veían como una insolencia, debido a que "mano china" había sido el nombre durante siglos45. Muchos coreanos como Choi permanecieron leales a China y mantuvieron apego al antiguo nombre, Tang Su Do. Choi conocía la historia y la controversia, y había visitado el gimnasio de Funakoshi mientras estaba estudiando en Japón. Luego de la gue­ rra, los coreanos practicaron estos dos tipos de Karate, y eran nueve los gimnasios principales (kwan) que agrupaban a los instructores y

a los alumnos que llegarían a convertirse en los pioneros de todos los futuros estilos de Tae Kwon Do46. Choi y otros artistas marciales utilizaban tanto sus puños como sus cerebros para obtener lo que querían. El movimiento emblemático de Choi antes de una pelea era quemarse los nudillos con un cigarrillo encendido -pero sólo los de su mano derecha, ya que la izquierda debía dejarse sin cicatrices por respeto a sus padres y sus valores confucianos. Había endurecido su puño derecho hasta convertirlo en un mar­ tillo de callos. A menudo en el ejército Choi desafiaba a sus superiores americanos arrogantes o racistas, aunque ellos estaban ayudando a los generales coreanos a construir un ejército. Una vez, él apretó su puño delante de la nariz de su comandante; el hombre era un teniente americano, e inmediatamente intentó buscar su arma. "Tu arma está más lejos que el alcance de mi puño", gruñó Choi. "Sería una pena si tu­ vieras que morir" El teniente retrocedió, y Choi luego se jactaría: "Hay un proverbio coreano que dice 'Un loco puede vencer a un tigre'" Así fue como un puño hecho en Corea, un pequeño y poco conocido país, pudo contra un revolver hecho en los Estados Unidos, conocido como el país más poderoso del mundo47. A pesar del caos en las calles de Seúl y de un hombre fuerte colo­ cado en el poder por los americanos, Choi sentía que él podía liderar un ejército. En aquel tiempo conoció a Sun-ha Lim, que había sido un estudiante soldado en la resistencia y admiraba a Choi por el Incidente P’yongyang. Lim pronto sería nombrado general y ayudaría a orga­ nizar a las fuerzas militares coreanas. Él notó que a Choi le gustaba dirigir a sus amigos tanto como entretenerlos. Durante fiestas, a Choi le encantaba pasarla bien y amaba ver a la gente reírse, al punto que saltaba encima de una mesa y bailaba mientras cantaba canciones fo­ lklóricas48. Él tenía que ser el centro de atención, y sus amigos se reían como locos. En las calles, Choi caminaba delante de sus amigos, no al lado o detrás de ellos, pateando postes y trompeando cualquier cosa que podía, hasta que sus amigos avergonzados le gritaban para que dejase de hacer espectáculos49. Lim se preguntaba a sí mismo qué le sucedería a este soldado joven y atrevido, cuyos superiores esperaban de él más artes militares y menos artes marciales.

En 1946, cuando Choi era un teniente de segunda, le dio vergüenza enseñar Karate a sus soldados. En un momento en que los coreanos estaban redescubriendo su cultura luego de décadas de guerra y opresión, él se preguntaba, "¿Por qué estoy enseñando un arte marcial japonesa a soldados coreanos luego de que estuve a punto de morir en manos de los japoneses?"50. Aquel año, él creó su primera técnica -el "bloqueo bajo”, que fue una variación de un bloqueo de Karate-51. Su técnica protegía el frente del estómago con el antebrazo, mientras que, en posición de avance, la versión de Karate tenía el antebrazo extendido hasta la altura de la rodilla. Para cualquiera que no conociera sobre artes marciales, los dos bloqueos se veían idénticos y protegían la misma área. Choi sim­ plemente había movido el brazo un par de pulgadas al centro, así se detenía frente al abdomen en lugar de a su costado. Sin embargo, para Choi, esto fue un comienzo. Empezó a pensar sobre una nueva arte marcial, una que sería mejor que el Karate y que lo fortalecería a él, a sus soldados y a su país, porque, en su mundo, había un luchador al acecho a la vuelta de cada esquina y superpotencias que se agrupaban en cada frontera. Sin embargo, ello no le impidió perseguir a una hermosa joven que había visto en el cuartel general del ejército. Fue un día en 1948, Ella estaba visitando a una amiga dactilógrafa en la oficina, y luego de que se fue, Choi averiguó que ella vivía con su padre. A partir de entonces llevaba un enorme ramo de flores a su casa cada noche, gritando su nombre mientras se paraba frente a la puerta, anunciando que ella debía ser su futura esposa. Algunas veces ella le abría la puerta y él estaba parado ahí, tan bajito que todo lo que podía ver era un ramo de flores con piernas52.

C a p ít u l o 4 S u p e r N am

"Debe haber un solo coraje..." El Arte de la Guerra, por Sun-Tzu, siglo VI A.C.53 Un par de años después la Guerra Fría estalló y se transformó en la Guerra de Corea, a la cual Corea del Norte llamó "Guerra de Liberación de la Madre Patria” y que China llamó "La Guerra de Resistencia contra los Americanos y en apoyo de los Coreanos"54. Más de dos millones de coreanos murieron, la mayoría de ellos civiles asesinados por el napalm que los americanos lanzaron sobre 1000 millas cuadradas de Corea del Norte55. Luego de la guerra, las personas deambulaban traumatizadas. Los huérfanos caminaban por las calles, adultos desfigurados o hambrien­ tos rogaban por comida, pero los coreanos estaban agradecidos de que el presidente estadounidense Harry Truman no hubiera lanzado las bombas atómicas que había preparado para Corea del Norte, que habrían contaminado a toda la península. La mayoría de las casas y edificios en ambas Coreas fue destruida. El traductor John Koh, que me ayudó con este libro, tenía diez años cuando terminó la guerra y su familia regresó de un refugio a Seúl. Encontró su casa reducida a cenizas y, en su lugar, dos hombres muertos, maniatados. Mientras Koh miraba uno de los cadáveres, la cara parecía estar moviéndose. Extraño. Koh se acercó más y vio gusanos arrastrándose por debajo de la piel, la cara torturada aun después de la muerte. Era una época de podredumbre y caos, y las artes militares y las marciales proveyeron maestros preparados para la situación. En 1952, Choi tenía 33 años y ya era un general de dos estrellas56. Había sobrevi­ vido a una batalla decisiva que su unidad había perdido, pero su oficial al mando, su padre y su profesor de caligrafía [un padre adoptivo) habían muerto ese mismo año. Se casó con su segunda esposa -la be-

lia mujer que había mirado fijamente al ramo de flores con piernas- y tuvieron una hija, Miyun. Había abandonado a su primera esposa y su primera hija, Song-Juk Choi, y por el resto de su vida rara vez hablaría acerca de ellas57. En este sentido, se parecía mucho a su padre. Mientras lideraba a sus hombres durante la Guerra de Corea, Choi se había asegurado de que ellos aprendieran artes marciales para mantenerlos fuertes, pero a medida que tuvo más ocupaciones se dio cuenta de que necesitaba un instructor de artes marciales para sus sol­ dados -alguien que pudiera enseñar a cientos de hombres endurecidos por la guerra, un atleta que pudiera ejecutar las técnicas más difíciles-. En síntesis, necesitaba a un súper hombre, y en 1952 lo encontró: Nam Tae-hi, experto en Tang Su Do y conocido por haber utilizado artes marciales en una desesperada batalla en la Guerra de Corea que mu­ chos recordaban con admiración. La historia del Teniente Segundo Nam comenzó, o, más bien, ter­ minó, una fría mañana el 22 de mayo de 1951, cuando se despertó sobre un cuerpo inerte58. Tirado allí, se preguntó si él mismo estaría muerto, si todavía tenía una mente y un cuerpo. Sí, tenía ambos, pero había perdido la consciencia en algún momento en una batalla la noche anterior. Se sentó y, aterrorizado, pensó que se hallaba en territorio enemigo. Estaba cerca de la cima de la montaña Yongmun, próxima a Seúl. Era primavera y una nieve ligera se había depositado sobre el suelo. La poesía y el folklore coreanos están llenos de cuentos sobre eventos legendarios cerca de impresionantes montañas, involucrando generalmente a los grandes hombres de Corea, losyan gban59. Nam y el general Choi tenían mucho en común: ambos habían entrenado Shotokan Karate, disparado contra comunistas norcoreanos y sobrevivido a horrendas batallas. Ahora, aquí estaba Nam enfrentando la muerte luego de casi tres días de peleas continuas, muchas de ellas de combate cuerpo a cuerpo. Él no estaba en territorio enemigo, pero la situación de su Tercer Batallón se veía sombría. Antes en la semana, los comunistas chinos y norcoreanos habían rodeado por completo al batallón de Nam60 en un pueblo cercano, y el comandante de la división había culpado al regimiento de Nam por la crisis, aun cuando los comunistas superaban en número a los surcorea­ nos en tres a uno61. Como castigo, el comandante envió al regimiento

de Nam a una tierra de nadie en la montaña Yongmun, un peligrosa avanzada diez kilómetros al sur de la principal línea defensiva de la división, lo que significaba diez kilómetros más cerca del enemigo, las divisiones chinas número 187, 188 y 189. Habitualmente sólo un pelotón o un escuadrón era enviado a una avanzada como ésta, no un regimiento completo, y Nam temía un baño de sangre. Su unidad, el Tercer Batallón, instaló las ametralladoras en una planicie. En la primera noche, el 18 de mayo, Nam oyó a los comunistas atacar a sus compatriotas, el Segundo Batallón, en la siguiente pla­ nicie, Los soldados chinos a menudo atacaban en oleadas durante la Guerra de Corea, generalmente a la noche, avasallando a las fuerzas americanas y surcoreanas; ellas habían arrasado a casi toda la penín­ sula coreana con esa estrategia. Nam oyó a los comunistas retirarse al amanecer luego de la batalla contra el Segundo Batallón, que es lo que hacían habitualmente luego de un ataque nocturno, para evitar los bombarderos americanos. En la segunda noche, el ejército chino avanzó colina arriba hacia la planicie de Nam. Destruyeron los emplazamientos de ametrallado­ ras con fuego de artillería, demolieron la base de Nam, e infiltraron su unidad, la cual retrocedió. Nam era responsable por los treinta y un soldados en su batallón, y todos se metieron en las trincheras que ellos mismos habían cavado. Los comunistas atacaron, al principio a tientas, entrando a escondidas en las trincheras. Estaba tan oscuro que Nam y sus soldados no podían usar pistolas, por temor a matarse entre ellos mismos. Los soldados chinos parecían tener los mismos temores. ¿Quién era amigo y quién enemigo? No tenían la menor idea. En la oscuridad, Nam oyó un ruido, se tropezó con alguien, y du­ rante la escaramuza intentó sujetar del pelo al hombre. El soldado chi­ no estaba intentando hacer lo mismo. Sin luz alguna, la única manera de distinguir amigo de enemigo era tomándolo por la cabeza, porque ios comunistas tenían cortes al rape y los surcoreanos tenían el pelo levemente más largo. En esa trinchera, Nam sintió pelo corto -casi pelado- y golpeó. Su enemigo cayó.

Nam Tae Hi está en 1afila de adelante; cuarto desde la izquierda, Choi Hong Hi se sienta a su lado, quinto desde la izquierda. Foto cortesía del General Choi Oyó a otro soldado. Golpeó, derribó. Continuó corriendo. Mientras los dos ejércitos luchaban en las oscuras trincheras, Nam tocaba las cabezas de los hombres cuando podía. Rapado significaba enemigo; pelo largo, refrenarse. La situación no le permitía utilizar su bayoneta y luchó toda la noche con sus manos, pensando en nada -mente en blanco- tropezando en la oscuridad, golpeando, arrodillándose, mo­ viéndose. Cuando caía, se paraba nuevamente. Al próximo día, los comunistas se retiraron de las trincheras y la lucha continuó con armas de fuego. El enemigo todavía tenía a la unidad de Nam rodeada; Nam vio a muchos de sus hombres caer ante los disparos. La noche llegó nuevamente, y los comunistas volvieron a atacar. Nam continuó moviéndose por las oscuras trincheras. Chocar contra un cuerpo y golpear. Caer, pararse, romper narices y mandíbulas. ¿A cuántos había golpeado? No llevaba la cuenta. No sabía si aquellos que golpeaba vivían o morían. Huesos quebrados. Abdómenes perforados.

La batalla del día siguiente finalizó al caer la noche, pero Nam continuó luchando. La mayoría de sus treinta y un hombres estaban muertos, y él no había dormido por tres noches. ¿Cuántos días hacía que no comía? Calculó que se había salteado nueve comidas62. Exhaus­ to, colapso. A la mañana siguiente, despertó advirtiendo que estaba utilizando a un soldado muerto, un comunista, como almohada. El cuerpo había sido más cómodo que una piedra. Su propio cuerpo estaba intacto y él no estaba atrapado en territorio enemigo, aunque la batalla con­ tinuaba. Sin embargo, con la salida del sol, el enemigo se retiró y el comandante regional de Nam ordenó retirada cuando la 24ta División Mecanizada de los EEUU llegó en su rescate. Nam y los americanos todavía estaban desesperadamente superados en número, pero, mi­ lagrosamente, las divisiones surcoreanas y estadounidenses parecían estar resistiendo el embate de los comunistas; innumerables cuerpos chinos yacían junto a un río cercano. Aquel día, durante la retirada, Nam deambuló hasta el sitio donde había luchado la noche anterior. Encontró muchos cadáveres y contó más de dos docenas sin heridas de armas o cuchillos. Eran los que había golpeado durante la noche, los de caras y huesos rotos. Pero no había tiempo para detenerse en estas cosas. Viendo a las divisiones chinas debilitadas, todos los surcoreanos, incluyendo la línea principal a diez kilómetros de distancia, contraatacaron y persiguieron a los comunistas por encima de la montaña Yongmun. Gracias a Nam y su batallón, una división coreana apoyada por una división americana vencieron a tres divisiones comunistas. La batalla pronto estaría en los registros militares coreanos: una famosa, horrenda lección acerca de cómo defender una colina contra un ataque rodeado a 360°. El General Choi Hong-Hi estaba impresionado. El rumor se había esparcido de que Nam era un experto en Karate Coreano que había ma­ tado comunistas con sus propias manos, y Choi lo quería en su división. Con hombres como Nam, ellos creían que la pequeña Corea limpiaría a los comunistas chinos como lo había hecho con los fascistas japoneses.

***

Me pregunto cómo alguien puede matar a dos docenas de hombres en combate cuerpo a cuerpo. Años más tarde, mucho después de que Nam y Choi se hubieran vuelto un dúo formidable en Tae Kwon Do, conocí a Nam en Chicago, en el 2001, y le pregunté sobre la batalla. ¿Qué técnicas había utilizado en Yongmun? Él dijo que no lo recordaba, y, que de todos modos, ¡qué pregunta! Era como preguntar para qué lado había soplado el viento luego de caer en una fosa. Era claro que él pensaba que iba a morir durante la lucha nocturna. Nam había sido un experto en Karate Coreano, o Tang Su Do, como lo llamaban los coreanos, pero lo que salió de él durante la batalla no fue arte marcial formal. Dijo que había golpeado y pateado, aplicando su Tang Su Do, que él y Choi luego renombrarían como Tae Kwon Do. Años antes de la batalla, Nam había empezado a estudiar Karate por la misma razón que otros niños y adolescentes lo habían hecho: el acoso de los japoneses. Había nacido en Seúl el 22 de marzo de 1929, y, como Choi, necesitaba un arte marcial para defenderse. "Cuando yo estaba en la escuela primaria, tenía muchos conflictos con los niños japoneses en el patio del recreo", Nam me dijo. “Sin importar dónde iba, los niños me la hacían pasar mal, así que siempre terminaba dán­ doles palizas. Finalmente, ellos me dijeron,'No te podemos vencer, pero tenemos un cinturón negro de Karate que lo hará'. Yo no sabía qué era el Karate. Alguien me explicó que el Karate era un arte marcial, y que con un solo kihap! (grito concentrado) ellos rompen todo y hasta que, cuando haces Karate, ¡puedes romper los brazos de aquellos a veinte metros de distancia! Yo quería aprender eso". Quizás los acosadores de Nam sabían sobre los libros que eran populares en Asia en aquel momento, tales como "El Libro Completo Ilustrado de las Lecciones Secretas de las Fuerzas Suave y Dura", por el maestro de la montaña Wu Tai, que escribió sobre trepar paredes, golpearse las rodillas con un martillo de hierro para hacerlas más fuertes, lanzar el puño para golpear a un blanco que se encontraba a varios metros de distancia63. Las artes marciales siempre han estado rodeadas de tales fantasías, pero Nam no las necesitaba. A los 18 años, Nam había comenzado a practicar después del co­ legio, cinco días a la semana, en el Chung Do Kwan de Won-kuk Lee ("Gimnasio de la ola Azul"), el primer gimnasio de Karate en Corea y

la cuna de muchos futuros pioneros del Tae Kwon Do64, Won-kuk Lee era un pionero de Karate coreano y era un famoso líder de artes mar­ ciales65. Nacido en 1907 (mayor que Choi y Nam), Lee había estudiado Karate con Gichin Funakoshi en la década de 1920, mucho antes de que Choi comenzara66. En 1944, luego de cuatro décadas de supresión japonesa de las artes marciales coreanas, un gobernador japonés le permitió a Lee abrir el Chung Do Kwan durante la Segunda Guerra Mundial. Debido a esta relación, luego de la Segunda Guerra Mundial el gobierno coreano acusó a Lee de ser pro-japonés. Pero él y sus alumnos estaban utilizando su arte marcial para ayudar a la policía a luchar contra las pandillas en las caóticas calles de Seúl, y al Chung Do Kwan se lo conocía como el gimnasio de la Jefatura de la Policía Nacional. A diferencia de Choi, Nam y la mayoría de los demás, Lee se rehusó a apoyar al nuevo hombre fuerte de Corea, quien acusó a Lee de ser el jefe de un grupo de asesinos. El maestro de Karate y su mujer huyeron a Japón en 1950, pero, antes de ello, Nam perfeccionó sus técnicas con él, endureciendo sus manos y pies rompiendo tablas de madera y tejas. Nam nunca vio a Lee matar a nadie, pero según él una patada de Lee hubiera sido fatal. El arte marcial en aquellos días era extremadamente elemental para los estándares de hoy en día. "Al comienzo, el Chung Do (Tae Kwon Do) consistía en diez técnicas de mano y ocho técnicas de pie todas apuntadas a los puntos vitales del cuerpo", le dijo Lee alguna vez a un periodista. "Las técnicas de mano eran puño, mano de lanza, palma, mano de cuchillo, borde interior de mano (entre el pulgar y el índice), dedos gemelos, dedo único, dorso de puño y puño de tigre. Las técni­ cas de patada consistían en patada de frente, de costado, en redondo (circular) y de atrás, y éstas eran dirigidas a las distintas alturas del cuerpo"67. Hace un par de años, le pregunté a Nam acerca de una de esas téc­ nicas de mano, un movimiento especializado llamado "golpe directo de punta de dedo", algunas veces llamado una "mano de lanza". Es similar a un puñetazo directo pero utiliza la punta de los dedos en lugar del puño para golpear sobre el abdomen o plexo solar de un oponente. Es una herramienta de ataque que supuestamente sólo se encuentra en el Tae Kwon Do68. Para mi absoluto asombro, mi instructor, el Sr.

Di Vecchia, alguna vez me informó que ese golpe, con entrenamiento adecuado y diligente y potencia correctamente generada, tenía el pro­ pósito de penetrar a través de la piel del oponente -las puntas de los dedos dentro del cuerpo-. El General Choi luego brindó más detalles durante un seminario de cinturones negros en el año 2001 en Toronto, cuando señaló que, en el instante antes del golpe, uno debe rotar la técnica, así las puntas de los dedos atraviesan la piel como en forma de sacacorchos. Adicionalmente, el Sr. Di Vecchia agregó que tu mano puede verse introducida dentro de los órganos de la persona luego de dar el golpe, por lo que una segunda técnica -retirar inmediatamente la mano- era esencial. Le dije todo esto a Nam cuando lo conocí y le pregunté si era posi­ ble realizar una técnica como ésta. Nunca me olvidaré de su respuesta, porque me miró tranquilo, levemente perplejo, y dijo: "Uno no se puede quedar en el estómago de tu oponente. Quizás tengas a otro oponente. Y aunque hayas hecho un agujero en el abdomen del primer hombre, eso no quiere decir que tu oponente se vaya a quedar quieto; golpeará y pateará. Hay que retraer y prepararse para la próxima acción". Fue entonces cuando me di cuenta de la diferencia entre entrenar ahora y hace 50 años, entre mi pasatiempo de aprender un arte marcial y su trabajo de tiempo completo enseñando un arte mortal. Hay buenas razones para los gritos en el Tae Kwon Do. Nam y yo también hablamos acerca de la patada de costado con la pierna de adelante, un técnica simple en la cual el combatiente, desde una postura básica, levanta la pierna delantera y patea con el talón o la parte externa de la suela del pie. Debido a que hay muy poco espacio para generar impulso (comparado con patear con la pierna trasera), es difícil ejecutar la patada con potencia y velocidad, y, durante un com­ bate intenso, la mayoría de los defensores simplemente absorben una débil patada lateral o atrapan la pierna atacante. Uno de mis instruc­ tores, Jong-Soo Park, que había sido un alumno de Nam, me dijo que los mejores luchadores dominaban esa patada transformando el borde del pie en una espada -un "pie-espada”, como le decía Choi- quebrando el brazo, muslo, pie, costilla, o cualquier cosa en su camino. "El propósito del ataque es incapacitar al oponente", explicó Nam. "Un puñetazo, una patada, puede hacer mucho daño: huesos rotos, lesiones en la piel... En

la concepción tradicional, un golpe, una patada, pueden matar. Nos en­ trenábamos duramente para desarrollar más potencia, más energía. En lugar de golpear dos o tres veces, nosotros golpeábamos una vez -para derribar-” Muchos grandes luchadores que habían aprendido Tang Su Do (que depende principalmente de técnicas de brazos) mejoraron su forma de pelear con la patada lateral de adelante, volviéndose tan ágiles con sus piernas como con sus brazos: Bruce Lee, Joe Lewis, Bill "Superfoot" Wallace, por ejemplo.69 "El Tae Kwon Do es diferente ahora", Nam me dijo. "Algunas perso­ nas no están a la altura, pero aun así son cinturones negros. Algunos lo toman como una actividad recreativa. Yo entiendo... Pero lamento dicho cambio. Me gustaría que hubiera una corriente pura... Yo quiero que el Tae Kwon Do vuelva a la manera tradicional: trabajando duro -física y mentalmente- con concentración total... Lo lamento. Desearía poder entrenar a los instructores como antes” Nam era un hombre humilde por ser un ex soldado, y era surrealista escucharlo disculpar­ se porque ya no enseñaba a hombres cómo lisiar o matar con un solo golpe. Quizás se había ablandado con los años; cuando hablé con él por primera vez en el 2001, tenía 71 años. A Choi le gustaba atribuirse todo el mérito como fundador del Tae Kwon Do, pero en realidad Nam Tae-hi jugó un papel enorme y también fue uno de los fundadores. *** En 1953, el General Choi citó a Nam a la isla Cheju para que enseña­ ra Tang Su Do a una nueva agrupación, la 29na División de Infantería, que se volvería seno materno para el Tae Kwon Do. Choi ahora lideraba a 100.000 hombres en Cheju, y había pedido a los comandantes de los regimientos que le enviaran atletas o artistas marciales para entre­ narlos ocho horas diarias bajo el Capitán Nam. Arribaron cincuenta soldados, varios del Chung Do Kwan de Won-kuk Lee. Hoy en día, Nam todavía recuerda a algunos de los primeros hombres: Kim Suk-kyu; Woo ]ong-lim (que luego entrenaría a muchos grandes instructores); y Han Cha-gyo (quien podía saltar por encima de un oponente para­ do)70. También del Chung Do Kwan, llegados no mucho después, fueron Chang-Keun (C.K), Choi y Jhoon-Goo Rhee, quien más adelante se haría amigo de Bruce Lee y establecería un imperio de Tae Kwon Do en los

Estados Unidos71. Muchos atletas famosos del Chung Do Kwan pronto enseñaron o entrenaron junto a Nam, incluyendo a Uhm Woon-kyu y a Lee Chong-woo (ambos líderes del Tae Kwon Do Olímpico en la actualidad] y Hyun Jong-myung (quien participó en el desarrollo del estilo olímpico]72. Estos pioneros fueron parte de la primera camada del Tae Kwon Do. La 29na División continuaría llegando a entrenar a miles de sol­ dados artistas marciales, incluyendo a los Tigres Negros, una unidad de elite asignada a misiones de espionaje y asesinatos en Corea del Norte73. Los Tigres aparecen continuamente en las historias y mentes coreanas, y Choi sentía orgullo por los Tigres Negros, cuyo nombre se hacía eco de los afamados "luchadores tigre" de 1861, cuando un escuadrón de navios americanos intentó hacerse del control de los puertos coreanos ubicados en Kanghwa. Por cientos de años, a Corea se la conocía por rechazar a extranjeros. Los Estados Unidos habían decidido abrir los puertos por la fuerza en 1861, pero 650 coreanos lo impidieron hasta que sus armas se quedaron sin municiones, luego luchando hasta el último hombre, desesperadamente lanzando arena en los ojos de los americanos y atacándolos con sus manos74. Los ameri­ canos mataron a cada luchador coreano, cuyos cuerpos se acumularon sobre la playa cercana a la ciudad, con sus vestimentas blancas teñidas de sangre. Al final, luego de una negociación infructuosa con los jefes locales, los americanos se retiraron. Aproximadamente 90 años después, en 1953, los americanos es­ taban utilizando tácticas más sutiles. Ellos apoyaban a hombres como Choi y Nam, quienes eran parte de los esfuerzos militares coreanos para reconstruir la nación, y los dos artistas marciales decidieron que su misión era dar poder a los soldados coreanos, porque las calles eran peligrosas, todos estaban traumatizados, y la Guerra de Corea se había convertido en una guerra encubierta entre Corea del Norte y Corea del Sur y en una Guerra Fría global entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. Choi se aseguró de que el entrenamiento en la 29na División fuera riguroso. Algunos de los alumnos de Nam habían caminado desde Co­ rea del Norte a Corea del Sur, dejando atrás sus hogares en su intento de escapar del estado comunista establecido por Kim II Sung. Ellos

tenían pocas pertenencias, y practicaban en los campos de entre­ namiento de la 29na División, que no tenía un gimnasio cubierto75. Entrenaban descalzos en la nieve, no porque estuvieran tratando de endurecerse, sino porque no querían gastar el único par de zapatos que cada uno tenía. Hee-Il Cho, quien más tarde llegaría a ser un reconocido experto en Tae Kwon Do en los Estados Unidos, comenzó su entrenamiento en ar­ tes marciales en aquellos días, cuando las artes marciales no eran para ejercitarse sino para supervivencia y entrenamiento militar. "Aunque estrictamente no eran miembros de pandillas, los jóvenes de aquel en­ tonces solían deambular de pueblo en pueblo y golpeaban a los chicos", Cho le comentó a un periodista. "Las instalaciones de artes marciales en esa época eran muy básicas. Los edificios tenían techo, pero algunas veces no tenían paredes. El piso era de tierra. Muchos niños no tenían zapatos, así que todos caminábamos por allí descalzos". El hambre era la norma; comían una vez al día. Y agregaba: "El entrenamiento es como manejar un automóvil -hay que ponerle combustible en el tan­ que- En aquellos días, debido a la desnutrición, muchas cosas no eran tan efectivas. Luego de entrenar nos mareábamos..."76. En los primeros días del Tae Kwon Do, cuando aún se lo llamaba Tang Su Do, Choi soñaba y Nam volvía esos sueños realidad. Muy pocos de los hombres de Choi lo vieron a éste practicar artes marciales en los cincuenta años que estuvieron a su lado. Él no tenía que hacerlo; era un general de dos estrellas. Daba órdenes a los atletas de menor rango, como Nam, que fue quien trajo el arte a la vida77. Choi administraba el show, pero Nam era el show. Para 1954, sentían suficiente confianza en sus cincuenta artistas marciales de la 29na División, de modo que organizaron una demos­ tración para el presidente de Corea del Sur, Syngman Rhee. Choi quería mostrarle a Rhee que la división contaba con excelentes soldados. Nam nunca olvidaría el día de la demostración, que se llevó a cabo sobre el pasto de un estadio abierto, parte de una celebración de un aniversario del Primer Cuerpo del Ejército. El Presidente Rhee obser­ vaba desde una plataforma elevada, acompañado por toda la plana mayor del ejército coreano. Miles de soldados miraban a Nam y sus soldados ejecutando sus formas, técnicas de defensa personal, defensa

contra bayoneta y combate libre. Cuando el equipo de Nam finalizó, el Presidente Rhee permaneció de pie, deseando que continuaran. Proba­ blemente había escuchado sobre la batalla de Nam peleando sin armas en el monte Yongmun durante la Guerra de Corea, porque había otor­ gado honores especiales a la división de Nam78. A Nam y su asistente, Han Cha-gyo, originalmente íes habían dado sólo 15 minutos para la demostración, así que para el tiempo adicional tuvieron que improvi­ sar con lo que sabían, realizando un serie de técnicas de canto de mano y otros movimientos en una forma conocida como Hwa-Rang que Nam había creado basándose en una forma de Karate coreano. Nam también se defendió contra ataques de dos hombres, y luego contra tres. En un momento, se acercó a una pila de trece tejas de arcilla, cada una de las cuales tenía casi % de pulgada de espesor. Alguien sin entre­ namiento en artes marciales hubiera tenido dificultad en romper dos tejas, y estas trece sobresalían más de 30 centímetros sobre el nivel del suelo. Nam exudaba potencia, pero no era un hombre alto, así que mientras se paró delante de las tejas y levantó su mano, los soldados se deben haber preguntado si iba a poder romperlas. Nam pulverizó aquellas tejas curvas con un solo golpe hacia abajo. El presidente estaba asombrado. '¿Qué tenía en su mano?", le pre­ guntó al General Choi. "Nada", respondió Choi. "Las rompió con su puño. Con su mano”, "¿Es ésta la parte que utilizó?", preguntó el Presidente, señalando sus primeros dos nudillos. "Sí Señor”, respondió Choi. El presidente preguntó cuál era el nombre del arte marcial. Choi había anticipado esto y le había dicho a Nam que preparase un resu­ men de la demostración. Sin embargo, luego de leer el borrador, Choi había tachado las partes que hablaban de Tang Su Do o Karate Co­ reano, porque el presidente, quien era un nacionalista de línea dura, detestaba a los japoneses y se hubiera enojado si se enteraba de que los soldados surcoreanos estaban practicando un arte marcial japonesa. Después de todo, Rhee había acusado al primer maestro de Karate en Corea, el profesor de Nam, Won-kuk Lee, de ser un asesino -y Lee había tenido que irse del país para salvar su vida-.

Antes de que Choi le pudiera responder al Presidente, alguien largó la verdad: “Es Tang Su Do". "No, es T'aekkyón", el presidente replicó, evitando una situación desagradable pero creando un problema para Choi y Nam. Las dos artes eran completamente distintas; T'aekkyón era un juego tradicio­ nal coreano que usaba principalmente técnicas de piernas, mientras que el Tang Su Do era Karate y se basaba en técnicas de manos79. Rhee probablemente recordaba al T'aekkyón de su infancia. Impresionado por la demostración de Nam, el Presidente ordenó a Choi que enseñara ese arte marcial a más soldados coreanos. Los militares ahora eran la institución más poderosa en Corea; había crecido de 100.000 a 600.000 miembros en los últimos tres años, y todos los hombres tenían que pa­ sar por el entrenamiento militar: campos de entrenamiento, formación de disciplina, discursos anticomunistas, y “una práctica autoritaria que dejaba helados hasta a los más duros oficiales americanos"80. Ahora las artes marciales serían agregadas a ese entrenamiento. La d em os­ tración de 1954 -los relatos so­ bre ésta™ creció y se volvió uno de los momentos más m em o ra­ bles en las vidas de Choi y Nam, y los eventos que siguieron fueron extraordinarios para ellos. Ellos habían c o n se ­ guido la admira­ ción de su Pre­ sidente pero se En 1954 Choi el Presidente Rhee y los generales suren fren taban a coreanos comparten bromas. Nam Tae-Hí acababa de un dilem a: no romper trece tejas con su puño. podían enseñar Foto cortesía del General Choi.

Karate y llamarlo T'aekkyón81. Aun­ que el T'aekkyón utilizaba las ma­ nos para varios b lo q u eo s, te n ía pocos golpes con puños o codos, una reducida cantidad de ataques a las áreas vitales y pa­ tadas fran cas al cuerpo, los cuales eran movimientos fundamentales en Choi le explica al Presidente Rhee cómo Nam rompió el Karate. Por cien­ las tejas con sus dos nudillos principales. tos de años, en la Foto cortesía del General Choi. zona de Seúl, el T'aekkyón había sido un sinónimo de un juego rítmico de pelea con los pies, basado en barridas con piernas, saltos, empujones y pisotones82. En síntesis, T'aekkyón no era Karate, y Choi no era ningún idiota. Mientras él y Nam meditaban el problema, la 29na División cobró notoriedad en el ejército por la demostración de Nam, y Choi logró estar más cerca del presidente de Corea, por lo tanto, obtuvo más poder83. En 1954, Choi ordenó a los militares la construcción de un nuevo gimnasio de artes marciales dentro de una base militar en la provincia de Kangwon84. Lo bautizó Oh Do Kwan ("Gimnasio de Mi Camino" o “Gimnasio de Nuestro Camino”). También en aquel año fue nombrado Director Honorario del celebrado gimnasio Chung Do Kwan de Won-kuk Lee, el gimnasio civil donde Nam había aprendido Karate a la edad de 18 años85. El líder allí, Duk-Sung Son, le otorgó un cuarto dan honorario a Choi, porque quería aprovechar la influencia de Choi en los militares para difundir el arte marcial86. Choi transfirió el entrenamiento de artes marciales de la 29na División a estos dos gimnasios. Nam necesitaba un micrófono para entrenar, él solo, a 300 hombres en el Oh Do Kwan87.

Los gimnasios militares y civiles de Choi fueron dos de los nueve gimnasios pioneros (llamados kwan) que luego se fusionaron en el Tae Kwon Do. Choi era el administrador en ambos gimnasios, pero había otros que daban clases. Cuando Nam requería algo para el Oh Do Kwan, Choi ordenaba que los soldados se ocuparan de ello. Juntos, su visión se expandió hasta llegar a ser más grande que el ego del presidente surcoreano: cada soldado aprendería una nueva arte marcial -una que tomaría lo mejor del Tang Su Do, agregaría algo de T'aekkyon, y crecería desde allí- Las espectaculares técnicas fortalecerían a sus soldados, traerían gloria a los atletas y darían poder a una diezmada Corea del Sur. Adicionalmente, el arte marcial haría inmortal a Choi, o así él lo soñaba. Primero, él debía renombrarla, porque no la podía llamar Tang Su Do, Kong Su Do ni ninguno de todos los otros nombres para el Karate Coreano. Muchos de los maestros de artes marciales estaban de acuerdo con que se necesitaba un nuevo nombre con urgencia, pero al presidente surcoreano le gustaba el nombre T'aekkyón. ¿Cómo podían Choi y Nam convencer al dictador y a los líderes de artes marciales para que cam­ biaran el nombre, y cuál debería ser este nuevo nombre? Sólo había una cosa que hacer: organizar una cena en un restau­ rante kisaeng preferido de Choi, una casa de geishas para clase alta donde los hombres podían comprar poder junto con el mejor sake, mujeres y sueños.

P a r t e II P e r s e v e r a n c ia

Te diré cómo comer la corteza. Tiene que ser de pinos jóvenes. Hay que ir pelándola... Se raspa con un cuchillo. Es dulce. Por supuesto que no la comía como comida principal, pero servía para engañar al estómago. En las montañas hay muchas cosas para comer. Corea es famosa por sus flores de primavera. Las arrancábamos y nos las comíamos. En primavera, yo comía pétalos de azalea. En el verano, comía acacia. Cuando los soldados americanos tiraban comida a la basura, los coreanos compraban la basura, y la hervían y vendían como comida. La llamábamos sopa de chancho. Yo comía rana, comía la cáscara del arroz... John Koh, traductor, me mandó este correo acerca de la vida que llevaban muchos coreanos en la década de 1950.

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C a p ít u l o 5 E l T a e K w o n D o r e c ib e su n o m br e en UNA CASA DE G E IS H A S COREANAS

Fue muy adecuado que una noche en 1955 el General Choi organi­ zara una reunión de artes marciales en una casa kisaeng, un lugar de deseo y de mito88. Kugilgwan era una de las más distinguidas casas de geishas coreanas, construida en el siglo XIX, durante la dinastía Choson. Ubicada cerca de un templo de la realeza y un antiguo cam­ panario que le dieron su nombre a la Calle Campanario, la Kugilgwan era una de las tres casas más famosas de Corea, donde los nuevos ricos abrían sus corazones y billeteras, donde las historias y fantasías se dispersaban en sus mentes como licor. El gerente de Kugilgwan, Yi Kibung, era el secretario del presidente de Corea del Sur, una conexión de inconmensurable valor para Choi; después del Presidente, Yi era el político más poderoso del país89. A los coreanos tradicionales con nuevo poder y dinero les gustaban los viejos rituales del Kugilgwan. Luego de la Segunda Guerra Mundial, un jefe policial había ordenado que la casa kisaeng se occidentalizara en tres días (agregando sillas y mesas y cambiando su menú a uno occidental, con platos como bifes y sopa de pollo), pero la casa kisaeng se rehusó gentilmente. Las familias tradicionales y poderosas de la era Chosón preferían a las otras dos casas kisaeng, pero la Kugilgwan mantuvo su decoración y comida Chosón. Al mismo tiempo muchas personas pasaban hambre y, ocasionalmente, estudiantes furiosos interrumpían las fiestas, preguntando cómo oficiales de gobierno que realizaban reuniones secretas en las casas kisaeng podían representar al pueblo. Los líderes políticos y militares conducían la gran mayoría de los negocios de la nación en casas kisaeng -lo que en occidente se llamaría "política del cuarto del fondo”-. La política kisaeng era la úni­ ca que importaba en este país devastado por la guerra90. En 1955, el día de la reunión de artes marciales del General Choi en Kugilgwan, había cinco velas apoyadas sobre una pequeña mesa que

rebalsaba con tragos y aperitivos. El calor de la sala se sentía circular por debajo de ellos mientras Choi y sus acompañantes estaban senta­ dos en el piso. Las mujeres les susurraban en los oídos mientras les servían vino de arroz. Se podía pedir las mujeres kisaeng de un libro especial y se las solicitaba con nombres de flores -Peonía, Laurel, Cri­ santemo- Los hombres no sólo visitaban las casas kisaeng para llegar a acuerdos y beber, sino también para hablar con las kisaeng, Para las mujeres, volverse una kisaeng era un progreso durante la era Chosón, cuando las mujeres eran poca cosa, y su comportamiento era gober­ nado por miles de rituales. El confucianismo relegaba a la mayoría de las mujeres a los interiores y fuera de la vista, pero las kisaeng vivían entre la clase alta, tan veneradas como odiadas. Algunas se volvían kisaeng para escapar a la sociedad confuciana, pero la mayoría de ellas en la época de Choi habían sido vendidas cuando eran jóvenes a las casas kisaeng para ser criadas como amantes y artistas. Ellas vivían como lasg eish as de Japón y sus carreras estaban acabadas para cuan­ do se acercaban a los 30 años. Ocasionalmente, una verdad malvada surgía de las casas kisaeng y hacía estallar los mitos de la sociedad sobre su estilo de vida. Una vez, una figura trágica de la casa Kugilgwan se convirtió en protagonista de una película coreana en 1973: una kisaeng llamada Kim So-San fue acusada de ser una espía norcoreana. En lugar de arrestarla, Corea del Sur la obligó a volverse una contraespía, pero repentinamente los norcoreanos le ordenaron que asesinara a un fiscal anticomunista. Atrapada entre las dos Coreas, la geisha Kugilgwan intentó suicidarse, pero la pistola no disparó. Habitualmente, tales dramas de alto volta­ je quedaban en manos de los hombres mientras bebían su excelente Ch'ongju, el vino de arroz destilado que fluía en estas reuniones. A Choi le gustaba beber, pero no era un alcohólico. Él creía que cuando un hombre quería ser reconocido como excelente, debía saber beber, apostar y pelear, que debía ser un playboy con al menos una concubina. En ese sentido, Choi entendió la manera de vivir de su padre treinta años antes. Él ahora tenía dos esposas y cuatro hijos: una hija con su primera esposa y un hijo y dos hijas con la segunda. Algunas veces las tres hijas jugaban juntas, pero todos se comportaban como si la prime­ ra esposa no existiera. Este era un mundo donde los hijos adolescentes

se casaban en un pueblo una vez, en la ciudad la segunda vez (cuando su estatus social se elevaba), y una tercera vez en sus sueños, con kisaengs. La segunda esposa de Choi se sentía incómoda con las visitas a las casas kisaeng, pero no tenía palabra en el asunto, porque, como Choi lo explicaba, un hombre debía presumir sobre su riqueza y poder. Reunirse en una casa kisaeng para discutir el nombre de el nuevo arte marcial era simplemente lo natural. Ésta no fue la primera vez que un líder del Karate intentaba organizar a los nueve kwan en el país; las primeras reuniones serias entre los kwan comenzaron durante la Gue­ rra de Corea en 195191. Sin embargo, ahora, Choi posiblemente tenía suficiente poder para tener éxito en donde los demás habían fracasado; él y el presidente surcoreano se llevaban bien, Choi administraba dos de los nueve gimnasios, y había decidido tratar a sus ilustres huéspe­ des con una buena cena por primera vez en su vida como militar. Esa noche, los abrigos colgaban como guardaespaldas desde los biombos floreados que rodeaban su mesa. Cerca de Choi estaba sen­ tado Nam Tae-hi, instructor en jefe de la escuela militar de Choi (el Oh Do Kwan). A su derecha se sentó Duk-Sung Son, el poderoso líder del gimnasio civil de Choi (el Chung Do Kwan). Choi y Son se llevaban como zorro y lobo, pero cooperaban. Son había traído a su instructor en jefe a la casa kisaeng92. Otros ocho hombres estaban sentados a la mesa, hombres que quizás se llevaban bien, quizás se aborrecían: el general más poderoso de Corea, dos políticos con mucha influencia, dos hombres de negocios y tres periodistas. Se los conocía como el “Primer Comité de Asesoramíento para el Chung Do Kwan de Duk-Sung Son” Solamente más adelante la reunión se tornaría lo suficientemente trascendente para que Choi la llamara "Comité de Nombramiento del Tae Kwon Do”, eliminando a Son en el proceso. "Hemos venido aquí para crear un nuevo nombre unificando los confusos y variados términos aplicados a un arte marcial”, dijo Choi. Los nombres se habían desarrollado a partir del Karate Coreano. "Ca­ mino de la Mano China” y "Camino de la Mano Vacía" -Tang Su Do y Kong Su Do-. Choi sugirió que votasen anónimamente para elegir un nombre.

Un artículo de un periódico sobre la reunión de 1955 en una casa kisaeng, Choi Hong-Hi es el tercero desde la izquierda, y Duk-Song Son es el segundo desde la izquierda. Foto cortesía del General Choi y Jeong-Soon Cheon.

Cada hombre escribió su elección en un pedazo de papel, y cuando los votos se abrieron, Choi vio que todos habían elegido al venerable nombre Tang Su Do. Sólo él y Nam habían sugerido uno nuevo, Tae Kwon Do. Alguien preguntó de dónde había salido "Tae Kwon", que sonaba tan raro. El carácter Kwon era bien conocido, pero Tae era inusual, y nunca nadie había visto antes a los dos unidos en Tae Kwon. "¿Podría quien sugirió este nombre explicar su significado?”, pre­ guntó el presidente. "Tae significa saltando, pateando o pisoteando”, dijo Choi. "Kwon es, como todos ustedes saben, un puño. Pero, aquí, el puño no es sola­ mente la palma apretada, sino también los varios movimientos de un arte marcial, tales como empujar, trompear y golpear”. Do significaba "arte" o "camino” como en Karate-Do. El y Nam habían inventado Tae Kwon utilizando diccionarios chinos y coreanos93.

Luego Choi se jugó; él afirmó que Tae Kwon podría estar relacio­ nado con el nombre T'aekkyón, el viejo arte coreano que el presidente surcoreano quería promover94. En la sociedad confuciana, la legitimi­ dad significa historia antigua, y conectar al Tae Kwon con el T'aekkyón, con más de dos siglos de historia, era útil -pero la conexión que Choi hacía entre las dos era una ficción-. En coreano y chino las palabras Tae y Kwon no eran las mismas palabras que T'aek y Kyon95. De hecho, el término T'aekkyón probablemente no existía en chino y solo es si­ milar a Tae Kwon cuando es pasado al inglés. Y más específicamente, los movimientos físicos de las dos eran completamente distintos. Uno de los hombres de negocios inmediatamente tuvo reparos con Tae Kwon Do. "Renombrarlo es muy importante, pero, en lugar de decidirlo en este lugar, hacen falta más investigaciones históricas". El vocero del Parlamento de Corea, que también estaba presente, sugirió que tres de los presentes formasen un subcomité para encontrar prue­ bas históricas vinculando al Tae Kwon Do con el T'aekkyón. La fecha tope fue fijada para el 31 de diciembre de 1955. La reunión finalizó y los hombres partieron en sus oscuros abrigos. La "evidencia histórica" ofrecida luego por un temerario Choi es­ taba basada en tres dinastías antiguas96. 1) Pinturas de guerreros en unas cuevas laberínticas de las tumbas Koguryo que estaban cerca de P'yongyang, Corea del Norte, demos­ traban, de acuerdo con Choi, que las técnicas de Tae Kwon Do ha­ bían comenzado en la dinastía Koguryo (37 A.C. hasta el 668 D.C.). 2) Una estatua de un guardián budista (Kumkang Yuksa] mostrando movimientos de artes marciales de la dinastía Silla (5 A.C. hasta 668 D.C.). 3) Un manual de artes marciales de 1759, llamado el Muyechebo, mos­ traba a exponentes del T’aekkyón durante la dinastía Yi. Los historiadores de artes marciales han desacreditado esta inves­ tigación fraudulenta (que hacía muy poca mención del Karate Japonés), pero las personas han dedicado ríos de tinta a los mitos, que todavía se mantienen vigorosos en las corrientes masivas de las artes marciales de hoy.

Las anécdotas más populares giran en torno a la estatua budis­ ta de la dinastía Silla, especialmente alrededor de los mitos sobre los hwarang, un cuerpo de elite de guerreros de artes marciales que podían llegar a ser inmortales. En 1952, Choi había nombrado a la primera forma del Tae Kwon Do con el nombre de los hwarang y, en la actualidad, con mucha apariencia confuciana, los líderes del Tae Kwon Do obligan a los cinturones negros a memorizar las cinco reglas vene­ rables de los hwarang: Lealtad al Rey Amor filial hacia tus padres Fidelidad en la Amistad Valentía en la batalla No tomar ninguna vida sin razón ni ejercer violencia innecesaria A mí me gusta imaginar que los hwarang todavía caminan la tierra en algún lugar, enseñando antiguos secretos a ios artistas marciales en sótanos y shoppings. En las casas kisaeng de la década del 50, las historias hwarang debieron ser tan intoxicantes como el sake y las mujeres; mejor tener a guerreros milenarios de tu lado que enfrentar la cruda verdad de que el Tae Kwon Do es básicamente un arte marcial del japón, desde siempre. Poco después de la fiesta kisaeng, Choi dejó de afirmar que el Tae Kwon Do podía ser T'aekkyón y afirmó que lo era. Agregó que había prosperado desde principios de la dinastía Silla, a través de la dinastía Koguryo, y hasta el principio de la dinastía Yi. ¿Quién podía discutir con tres dinastías? ¿Quién podía discutir con Choi, uno de los generales poderosos en Corea? Aunque nadie votó por el nombre Tae Kwon Do, Choi y Nam valien­ temente ordenaron a sus soldados utilizarlo en su gimnasio militar, el Oh Do Kwan, y gritar "¡Tae Kwon!" cuando saludaban, pero Duk-Sung Son en el gimnasio Chung Do Kwan y el resto de los artistas marciales coreanos siguieron con el nombre Tang Su Do. Sin embargo el líder surcoreano no estuvo de acuerdo en lla­ marlo Tae Kwon Do. “El Presidente quisiera escribir al nombre como

T'aekkyón", le dijo a Choi el jefe de la guardia presidencial unos días después de la fiesta en la casa kisaeng. Choi casi se desmayó. ¿Cómo po­ dría él convencer al Presidente de que el arte marcial no era T'aekkyón, su juego de la infancia?97. Era tiempo para otra fiesta en la lujosa casa de kisaeng, y esta vez invitó a los más influyentes miembros del entorno presidencial, incluyendo a la mano derecha del Presidente. Los superiores de Choi podrían luego atacarlo por repartir favores y sobornos, pero ello va­ lía el riesgo, él pensó. Durante la fiesta, las kisaeng sirvieron comida Chosón y Choi sirvió amenazas estratégicas. Finalmente, después de la fiesta, alguien de parte de Choi y Nam convenció al Presidente surcoreano para que aceptara al nombre "Tae Kwon Do” -una ocasión memorable, porque Choi y Nam podrían a partir de entonces invocar al Presidente para forzar a los maestros de artes marciales a llamar a su arte Tae Kwon Do™. Aun después de cincuenta años, Nam lloraría al contar la historia acerca de cómo él y Choi habían convencido al Presidente de que acep­ tara el nombre, insistiendo también en que a él, Nam, no le gustaban las kisaeng ni el licor, porque Nam Tae-hi, a diferencia de Choi, se había vuelto un hombre religioso. *** En 1956, el Presidente surcoreano ordenó que Choi, que volaba demasiado alto, renunciara al ejército por cargos de corrupción. Esto devastó a Choi. Comenzó a beber en exceso, diciéndole a la gente que no podía sostener a su familia -que algunos días ni siquiera podía comprar un paquete de cigarrillos™98. Para pasar el tiempo, jugaba al poker coreano, Hwatu, con los hombres y las mujeres más ricos de Corea, siempre reservándose "algo de poder muscular”, tal como él decía, ante la eventualidad de amenazas o peleas. Su mujer ignoraba que apostaba pero aborrecía sus salidas para divertirse. Corea todavía estaba en ruinas, como la vida de Choi. A pesar de sus mejores esfuer­ zos y amenazas, sólo dos gimnasios utilizaban el nombre Tae Kwon Do. Nunca dispuesto a rendirse, comenzó a escribir un libro sobre el Tae Kwon Do, y después de 1957, cuando el fundador del Shotokan

Karate -Gichin Funakoshi- murió, Choi tomó prestadas muchas de sus ideas y palabras. Choi sentía él que estaba mejorando el Karate. Quería que Corea tuviese su propio arte (marcial), uno que fuera superior a cualquier cosa proveniente del Japón, pero ahora sus mentiras eran escandalosas: acusó a Japón de tomar al T’aekkyón coreano y renom­ brarlo Karate durante la ocupación japonesa en la Segunda Guerra Mundial". Choi detestaba a los japoneses, cuyos ejércitos y gobiernos habían abusado de Corea. No pensó que estuviera mal robarle los tér­ minos "codo", “bola del pie" (metatarso), "talón trasero", y “pie espada" a Funakoshi100. Quizás era justo, porque originalmente Funakoshi las ; había tomado prestadas de las artes marciales chinas. Choi también tomó las palabras “mano de espada" "mano de lanza de cuatro de­ dos" y “mano de lanza de dos dedos", todas las cuales aparecían en el libro en lenguaje japonés de Funakoshi de 1943, llamado Karate-Do Nyumon. Funakoshi escribió que para fortalecer el puño, uno debe golpear un poste de madera forrado101. Choi describió exactamente el mismo poste para el Tae Kwon Do, e incluyó el consejo de Funakoshi í de enterrar un tercio en la tierra y envolver la parte superior con paja de arroz. Todo esto fue al libro de Choi. Su mito de creación, que ya tenía cinco años, se volvió hermosa­ mente simple: “El Tae Kwon Do es un antiguo arte marcial coreano", una afirmación que adornaría las paredes de los gimnasios y las men­ tes de las personas durante los siguientes cincuenta años. Siempre un cuentista dramático, agregó maravillosas anécdotas de 1300 años de antigüedad sobre los guerreros hwarang: "El Taekkyón era tan avan­ zado que los libros de historia de ese período describen a artistas mar­ ciales saltando por encima de altos muros y atacando a sus enemigos del otro lado". En otra, Choi describía a los artistas marciales “patean­ do al cielo raso luego de saltar desde una posición de sentados"102. Los saltos eran posiblemente la única parte verdadera del mito, pero los hwarang no podían saltar a través del tiempo. Dejando de lado el plagio, el libro de Choi contenía una innovación importante: la “Teoría del Poder", que aplicaba la física a las técnicas de artes marciales y explicaba cómo el cuerpo humano podía generar tanto poder -una prioridad para alguien que tan solo pesaba cien li­ bras (cuarenta y cinco kilos)-. Funakoshi había enseñado que el poder

provenía de tres cosas durante una técnica: por ejemplo, para un golpe de puño, rotar las caderas para poner todo el peso del cuerpo en un golpe, llevar la mano que no golpea a la cintura; y, al momento de im­ pactar, girar en tirabuzón el golpe hacia el blanco. Choi dijo lo mismo en un libro de 1960 pero agregó formulas científicas, tales como la Tercera Ley del Movimiento de Newton, que afirma que cada acción tiene una reacción opuesta equivalente -una teoría que explica por qué uno debe tirar la mano que no golpea hacia atrás con la misma fuerza que la mano que golpea (hacia delante)-. Unos años después, Choi resumió su teoría de la potencia (conocida como "Teoría del Poder") en seis partes: 1) Fuerza de Reacción (basada en la Tercera Ley de Newton) 2) Concentración (basada en que la presión es igual a la fuerza multi­ plicada por el área) 3) Equilibrio (dominio del propio centro de gravedad) 4) Control de la respiración 5) Masa 6) Velocidad (el factor más importante, porque unifica a los otros cinco) Choi utilizó una clásica ecuación de mecánica para resumir la relación entre masa, velocidad y potencia102 bis. Los artistas marciales ya sabían que fortalecer sus músculos y lanzar todo su peso en una técnica era crucial, pero Choi aplicó la formula E = l/2 m x v 2 para de­ mostrar por qué un veloz peso liviano podía generar más potencia que un peso pesado más lento. La fórmula de física afirma que la energía de un objeto en movimiento (E) es igual a su masa (m) multiplicada por su velocidad al cuadrado (v) y dividida por dos. Por ende, si de alguna manera se duplica la masa detrás de un golpe, entonces la energía re­ sultante, o potencia, se incrementará por dos unidades (la mitad de la masa), pero si se duplica la velocidad del golpe, entonces la potencia se incrementará cuatro veces (velocidad al cuadrado). En síntesis, un veloz peso liviano podría generar más potencia que un relativamente lento pero musculoso peso pesado.

La física tenía sus implicancias en el entrenamiento -y en el ego de las personas-. Los artistas marciales sabían de masa y velocidad de manera intuitiva, pero Choi fue brillante en explicar cómo incrementar la potencia. Él maximizó la potencia de todas las maneras posibles, razón por la cual romper tablas posteriormente se volvió un aspecto impresionante del Tae Kwon Do -con Choi agregando tabla tras tabla-. Junto con su obsesión por el poder en las artes marciales estaba su ambición por el poder militar y político, lo cual fue una razón para que él pronto regresara al ejército.

Los jefes de la Asociación Coreana de Tae Kwon Do de 1959. Fila de abajo, de i izquierda a derecha: Hwang Kee (de Moo Duk Kwan), Yoon Tae-yong (proba­ blemente de Ji Do Kwan), Choi Hong-Hi (de uniforme), Ro Byung-jik (de Song Moo Kwan), un representante NN déla Asociación Atlética Coreana, Lee Nam-suk (de Chang Moo Kwan), Uhm Woon-kyu (de Chung Do Kwan)y Hyun Jong-myung (de los Chung Doy Oh Do kwan). Arriba, desde la izquierda: Kim Soon-bae (Chang Moo Kwan), Ko Jae-hwa (de los Chung Doy Oh Do kwan), Nam Tae-Hi (de los Chung Doy Oh Do kwan), NN, NN. Foto cortesía de Choi Hong-Hi.

En 1959, luego de asumir el cargo de comandante de un cuerpo del ejército, Choi actuó rápidamente para promover al Tae Kwon Do. Publicó el libro sobre el que había trabajado en su mala época, y en 1960, luego de que el ahora impopular Presidente surcoreano huyera al exilio a Hawai, Choi imprimió una segunda edición, "Tutorial In­ troductorio al Tae Kwon Do". Y los dos gimnasios que él supervisaba, el Oh Do Kwan y el Chung Do Kwan, estaban administrando escuelas satelites y les estaba yendo bien, enviando a sus cinturones negros de cuarto dan a una academia especial para instructores que les proveía entrenamiento, el cual incluía prepararlos para el shock cultural que sufrirían cuando fueran destinados al exterior. También en 1959, Choi y otros líderes de artes marciales finalmen­ te unificaron algunos de los estilos y organizaciones, colocándolos den­ tro de la Asociación Coreana de Tae Kwon Do (KTA)103. Choi se abrió pasos a los codazos hasta la posición de Presidente, superando a Uhm Woon-kyu, Hyun Jong-myung, y a otros dirigentes de artes marciales. Esto fue un hecho crucial, porque más adelante Choi afirmaría ser el único fundador del Tae Kwon Do, cuando, en realidad, en aquel momen­ to él era uno de los fundadores. Luego, la KTA estaría implicada en mi­ siones de espionaje en los Estados Unidos, pero en 1959 era una fuerza que daba poder a militares y civiles. De todos modos, muchos hombres importantes desafiaban al insignificante Choi en aquellos años, y pocas personas se referían al arte marcial llamándolo Tae Kwon Do. En 1961, Choi y un par de generales estaban sentados bebiendo en una casa kisaeng de alta sociedad en Taegu, a unos 250 kilómetros al sur de Seúl, mientras se quejaban sobre el estado del país ahora que el presidente Rhee había huido. Las elecciones recientes habían resultado en un gobierno débil, protestas estudiantiles y más caos. La transición desde la dictadura hasta la primera democracia del país había sido un asunto desprolijo y, desde su visión, el país necesitaba un cambio drástico. Ellos decidieron tomar el asunto en sus manos.

C a p ít u l o 6

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E stad o ,

DOS PRESIDENTES Y TRES ESFERAS DEL PODER Me crucé con una máxima que escribió Lao-Tzu; "Aun después de la muerte/ aquellos que son recordados permanecerán". Mientras escribía el manual de Tae Kwon Do en inglés, me di cuenta de que a través del Tae Kwon Do, yo quería habitar en el mundo que existe más allá de los límites del tiempo y el espacio. ; Choi Hong-Hi, 1965104. Choi no lideró el golpe de Estado el 16 de mayo de 1961, pero siguió a los coroneles y generales que planearon paralizar a Corea del Sur105, instaurar un nuevo gobierno, erradicar la corrupción y revivir a todos con una “Revolución", como ellos la llamaban. El golpe comenzó en Seúl a las tres de la mañana, -una revolución fácil y sin sangre que estaba apoyada por los americanos-. Doce horas más tarde, mientras Choi y sus soldados estaban celebrando en Taegu, el Mayor Nam Tae-hi llamó desde Seúl. "¿Cómo está todo?", preguntó Choi. "No está bien, Señor", respondió Nam con voz temblorosa. "¿Qué demonios está jasando?”, Choi preguntó. “En este momento, tropas completamente armadas se han reunido en la plaza de armas de la Jefatura de Ejército", explicó Nam. Choi estaba sorprendido. Su general dirigía la Jefatura. Su superior, que supuestamente estaba encabezando el golpe de Estado, estaba completamente rodeado por las tropas. Esto podía significar sólo una cosa: la Revolución había fracasado. Nam volvió a llamar para anunciar que no, que la Revolución no había fracasado. Los militares habían tomado el control de Seúl, pero su general no estaba liderando el golpe. Un general poco conocido llamado Park Chung-hee lo estaba haciendo. Choi estaba asombrado. ¿Park? ¿El ex colaborador de los japoneses durante la Segunda Guerra?

¿Park? ¿El hombre al que Choi alguna vez había votado para que fuera ejecutado por actividades comunistas? Sí, ese Park. Choi estaba en un gran problema -y estaba enojado y quizás celo­ so: enojado porque Park lo había engañado para que apoyara la Revolu­ ción de Mayo; celoso porque Park había sido lo suficientemente astuto como para tomar el poder-. Ahora Choi se vería obligado a obedecer a Park, a quien consideraba un subordinado. Muchos coreanos, incluyen­ do a Choi, clasifican a las personas por su rango o estatus, utilizando complejas fórmulas honoríficas en su lenguaje. En una dinastía del pasado, los nacidos en la clase alta -hombres del hueso sagrado- no sólo vivían una elevada vida en la tierra, sino que luego de su muerte se creía que se elevaban a lo más alto de la jerarquía en el paraíso tam­ bién106. Choi y Park eran ambos hijos de habitantes rurales, y a través de la guerra y la academia militar coreana, habían saltado a lo más alto de la sociedad coreana. Pero Choi era superior a Park, desde la visión de aquel, porque se había enlistado en la academia militar antes que Park. Era una mínima pero crucial diferencia en una sociedad obsesionada con el estatus. Choi ahora tendría que dirigirse al nuevo líder como "Presidente Park" y "Honorable Presidente Park" -y éste era un hombre que podría como no incluir a Choi en su gobierno militar, y que : podría o no perdonarlo por haber ayudado a emitir una sentencia de ; condena de muerte en su contra hacía 13 años-. Leyendo acerca del rol de Choi, me preguntaba si anidaba en él un oculto deseo de gobernar a la nación. Este sentimiento habría entrado en conflicto con lo que él se había prometido a sí mismo durante su encarcelamiento en la Segunda Guerra. Él había estado cerca de la muerte y había soñado una nación apoyada por poderosos militares e individuos fortalecidos por un poderoso arte marcial. Él sabía que los coreanos siempre habían tenido orgullo por sus líderes civiles, "habían mantenido por largo tiempo un desprecio hacia el altanero Hombre a Caballo", como lo había dicho el historiador Bruce Cumings. Sin embar­ go, aquí estaba Choi en el lado opuesto de lo que se había prometido a sí mismo. El golpe de Estado se veía como una de las acciones más temerarias de su vida, una que conduciría, repentina e irónicamente, a la expansión del Tae Kwon Do.

El Hombre a Caballo, el General Park Chung-hee, lideraría al Con­ sejo Supremo para la Reconstrucción Nacional, una campaña mesiánica para eliminar la corrupción y purificar a Corea. La "purificación" comenzó inmediatamente después del golpe: más de 15.000 personas arrestadas o eliminadas en dos meses, 4300 políticos prescriptos de la política, y 14.000 "malvivientes” arrestados en un año107. Choi empezó a oírse como un rebelde; él rehusó llamarlo "Honorable Presidente Park", e hizo algo peor: criticó al líder militar por la espalda, lo cual significó que la recientemente creada Agencia Central de Inteligencia Coreana (KCIA) agregara su nombre a alguna lista. Tres militares habían ayudado a Park a orquestar el golpe, tres hombres que construirían y transformarían partes del Tae Kwon Do; durante los siguientes 25 años108. El cerebro detrás del golpe, Kim Chong-p'il, era uno de ellos. Apenas después del golpe, él creó la KCIA con ayuda de la CIA americana, institucionalizando las purificaciones; y purgas109. Cómo los americanos ayudaron sigue siendo información confidencial, pero los Estados Unidos se manifestaron consternados -con cierto tacto- cuando la KCIA estalló fuera de control. Esto no fue una sorpresa para los que conocían al Generalísimo Park; él se había especializado en asesinatos políticos y represión para los japoneses^ durante la Segunda Guerra. La KCIA se volvió una fuerza terrorífica^ en Corea; su mandato incluía todo lo que la CIA y el FBI hacían en los Estados Unidos, y mucho más. Había artistas marciales trabajando en la Fuerza Presidencial de Seguridad del ex dictador y en la sexta división de la KCIA, que estaba a cargo de asesinatos, secuestros y sabotajes. Probablemente esta­ ban en la 5ta División también, una unidad que vigilaba la seguridad interior. Los coreanos le temían a la 5ta División, que parecía tener espías en todos lados110. Un director de la KCIA admitiría luego a los funcionarios del gobierno de los EEUU: "Yo tenía amplios poderes a mi disposición -m ás poder que el se puedan imaginar- cubriendo cada aspecto de mi país”111. Durante la mayoría de los años 60, los poderes de la KCIA se extendían profundamente en la política, la economía, la cultura, la religión y las actividades deportivas, incluyendo al Tae Kwon Do.

A pesar de estar parado del lado equivocado del dictador surcorea­ no, Choi todavía era poderoso, porque él había apoyado el golpe. Tenía conexiones en la nueva KCIA, tenía bajo su mando 100.000 soldados en cinco divisiones, y concurría a fiestas selectas en influyentes casas de kisaeng. El presidente Park no concurría a los mismos establecimien­ tos kisaeng que sus generales -y ciertamente no iba a la Kugilgwan en Seúl-. Él abrió su propia casa kisaeng, llamada An-ga, operada por la KCIA, que organizaba las fiestas. Aquel otoño, en 1961, los maestros de artes marciales le pidieron al nuevo dictador ayuda para unificar las artes marciales en Corea del Sur, y Park autorizó un cambio de nombre para la Asociación Co­ reana de Tae Kwon Do a Asociación Coreana de Tae Su Do, eliminando de hecho el nombre Tae Kwon Do luego de sus cortos dos años en la asociación112. El grupo todavía era la "KTA", y su docena de directivos eran un "quién es quién" de los maestros de artes marciales en el país, pero ellos borraron al Tae Kwon Do de Choi y Nam con un nombre inventado, Tae Su Do113. Choi se disgustó cuando fueron marginados él y el Tae Kwon Do. Poco después, en 1962, uno de los gimnasios de Choi y Nam, el Oh Do Kwan, organizó el primer torneo de Tae Kwon Do en Corea, y Choi se impuso la misión de forzar a los líderes de artes marciales a revertir al nombre Tae Kwon Do114. La disputa personal entre él y el Presidente de Corea del Sur empeoró, y éste finalmente hizo que Choi se esfuma­ ra enviándolo a un puesto de Embajador en Malasia. El cargo parecía confortable, pero para el cortante y desprolijo Choi sería enloquecedor; obligarlo a volverse un diplomático era como poner a un zorro en el gallinero. ¿Qué sería de él? Para celebrar el nombramiento de Choi, el Presidente organizó una fiesta de despedida en el mejor restaurante del país. En cierto momen­ to, se sentó al lado de Choi.

En 1961, Choi (en uniforme a la izquierda, al lado de la mesa) festejando con Park Chung-hee (parado en el centro de la foto, vestido de civil). Foto cortesía de Choi Hong-Hi.

"Hermano mayor General Choi, me siento triste", dijo el Presidente sirviéndole otro trago115 "No hay nada por qué estar triste", mintió Choi. "Creo que es una lástima que usted se quede rodeado de asesores corruptos después de que yo, que siempre le di consejos sinceros, lo deje". El Presidente pronto se alejó. Choi permaneció sentado allí, medi­ tando polvorientos aforismos de la filosofía china. "La madera debe ser cortada con el diseño de un carpintero para ser útil; un monarca debe aceptar consejo honesto", señalaba el Manuscrito de Documentos. ¿Le importaba tal sabiduría a un dictador? "A una persona mala, págale con un acto virtuoso", había enseñado Lao-Tzu.

"Devuelve a tu enemigo un acto justo en retribución", aconsejaba Confucio. ¿Choi lo haría? No, él no podía obtener tal nivel de desapego; amargos sentimientos atormentaban sus peores instintos, y la vengan­ za se asomaba detrás del orgullo. Luego de la ñesta, Choi y el mayor Nam se despidieron. Habían tra­ bajado juntos por diez años, entrenando soldados coreanos y luchando por crear un nuevo arte marcial. Mientras Choi volaba a Malasia en 1962 como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario, Corea del Sur lanzó a Nam en paracaídas dentro de Vietnam, donde comenzó a entrenar a soldados para que hicieran lo que él había hecho en la cima dé una montaña durante la Guerra de Corea -m atar comunistas con sus propias manos-116.

Malasia: Los cimientos del Tae Kwon Do Luego de que Choi y su familia se acomodaron en Malasia, Choi se obsesionó con el Tae Kwon Do, estableciendo un gimnasio cubier­ to para sí mismo en el jardín delantero de la Embajada de Corea, sin importarle que algunos pudieran considerar que era impropio que un Embajador andara pegando saltos como un niño campesino. Él quería difundir el Tae Kwon Do para que se expandiera como un fuego fuera de control. Odiaba las tareas oficiales de un Embajador; especialmente los eventos oficiales. En las cenas, pasaba malos momentos cuando ac­ cidentalmente comía el pan de un invitado sentado a su lado o cuando llegaba con un sombrero de copa y smoking cuando todos los demás estaban vestidos informalmente. Aquel año, él redujo sus responsabilidades como Embajador y dedicó más tiempo a hacer una traducción expandida de su libro "Tae Kwon Do" de 1960 al inglés. Durante los eventos formales, hablaba del Tae Kwon Do en cada oportunidad que tenía. Para crear nuevas formas (hyongs) -series de técnicas tipo danza que imitan una lucha de arte marcial-, utilizó a los mecanógrafos de la embajada y se guardó cada hora disponible de sus deberes diplomáticos. Sin que él lo supiera, uno de los consejeros de la embajada advirtió esto y comunicó a la KCIA que Choi estaba abusando de su posición117.

Unos meses después, Choi encontró un sobre blanco sobre su escritorio. Éste contenía una carta de su hermano mayor, a quien no había visto por más de quince años y a quien suponía muerto en Corea del Norte. Choi estaba exultante, pero sospechaba; ¿sería realmente la escritura de su hermano? ¿0 acaso había alguien imitado su escritura para atraerlo a unirse al comunismo? Quizás la KCIA había organizado todo esto para acusarlo de ser un comunista. Técnicamente, Corea del Norte y Corea del Sur todavía estaban en guerra, operaciones encu­ biertas reemplazaban la guerra abierta, y cualquier contacto con un norcoreano, aun un miembro de su familia, era fundamento suficiente para el cargo de traición en Corea del Sur -un crimen que se castigaba con la muerte-. Temeroso de que alguien diera aviso a la KCIA, Choi leyó la carta y la rompió en pedazos. Poco después, Choi conoció al hombre que había llevado en secreto el sobre a la embajada, y obtuvo otra carta y una foto de su hermano. Choi se las envió a su madre, que vivía en Corea del Sur con la primera esposa de Choi y la primera hija. Cuando su madre vio la foto, lloró por muchos días, porque no había visto a su hijo mayor desde la Segunda Guerra Mundial. Ella murió en un año, y Choi, atrapado en Malasia, no pudo ir a visitarla. Estaba devastado, atormentado por los recuerdos de ella, de su hermano y de su infancia en Corea del Norte; también estaba oprimido por la culpa de pensar que él, engendro de su madre, era un hijo ingrato. Años más tarde, en silencio, lloraría por el perdón de su madre, pero en esos arduos años, se recluyó en su arte marcial. Choi dedicó los años 1962 a 1964 a la construcción de las bases del Tae Kwon Do, a partir de asociaciones en Malasia y Singapur (después de Corea y Vietnam, la tercera y cuarta asociación en el mundo), y la creación de la mayor parte de las formas del arte marcial, su segunda gran innovación. (La primera innovación, a fines de 1950, había sido su Teoría del Poder). En 1962, el Tae Kwon Do todavía se veía como Tang Su Do, y Choi todavía practicaba las formas de Karate, pero ya estaba creando veinticuatro de sus propios patrones con la ayuda de algunos de los pioneros del Tae Kwon Do118. Trataba a sus atléticos discípulos como hijos adoptivos; él soñaba y ellos volaban. "Él escribió los movi­ mientos y nosotros los ejecutábamos físicamente hasta que se veían bien", dijo C.K. Choi, uno de los pioneros119. El Embajador Choi llamó a

los veinticuatro patrones Ch'ang Hon, su seudónimo como calígrafo y autor. Dijo que se detuvo en veinticuatro para reconocer las horas del día, un símbolo de nuestra corta vida en la tierra120. En 1964, Choi dejó Malasia repentinamente. La gente lo acusó de malversación de fondos y su regreso a Corea sorprendió a los maestros de artes marciales, que creían que se habían deshecho para siempre del nombre Tae Kwon Do. Choi reunió a sus atletas de la Oh Do Kwan y Chung Do Kwan para una nueva misión: promover el Tae Kwon Do y publicar un nuevo libro. Sus hombres le dieron consejos sobre técnicas y posaron para las fotos de las formas que había creado en Malasia. Ellos alteraron las técnicas de mano de Karate (destacando el dorso del puño, por ejemplo), alentando las esquivas, y experimentando con versiones voladoras y en salto de patadas de Karate. : Jong-Soo Park, por ejemplo, acababa de ganar campeonatos nacio­ nales de combate en Corea y le contó a Choi acerca de una patada que le gustaba. Park había sido estudiante de Nam Tae-hi y fue probable­ mente el mejor técnico en combate de su generación; fue profesor de oficiales de policía en Seúl al mismo tiempo que ayudaba a Choi con el libro, y vivió con Choi en esos años, algo que los principales pioneros hacían con frecuencia. Park le mostró a Choi que podía dirigir su pier­ na trasera girando por la espalda 180 grados y golpear la mandíbula o el plexo solar de su rival con el talón. Si se hacía con una pierna es­ tirada, la patada tomaba el mismo impulso del "swing" de un bate de béisbol. Si se ñexionaba la pierna y se continuaba con el movimiento, el giro golpeaba como un látigo. En ambos casos, era el talón que gol­ peaba la cabeza del oponente. Era una patada de riesgo, ya que llevaba tiempo girar 180 grados, pero podía ser devastador, un knock-out en combate, si el tiempo y la distancia eran correctas121. Choi quedó tan impresionado que pidió a Park hacerlo de nuevo. La patada requiere máxima velocidad y un equilibrio perfecto, y el impul­ so del giro de 180 grados agrega potencia extra al talonazo. Choi se dio cuenta, y esa noche, despertó a Park del sueño y le pidió que hiciera la patada una vez más. Park se arrastró fuera de la cama y mostró la téc­ nica una y otra vez, mientras que Choi trataba de pensar en un nombre para ella. Durante los siguientes diez días, Choi le pidió que la realizara ftrás de mil veces y, finalmente, Choi tuvo un "momento eureka": el OCl

nombre sería "patada en redondo invertida" (Bandae Dollyo Chagi), Tae Kwon Do ya tenía una “patada en redon­ do" de karate, pero la patada nueva salía disparada en la direc­ ción opuesta -por la espalda-, por lo que Choi agregó "inverti­ da" junto con "pata­ da giratoria", (Nota del Traductor: Doll­ y o se traduce como "en redondo, dandi! vuelta", y en español usualmente se aludí a "patada circular", La patada invertida Choi superpuso cuatro fotos para mostrara Jong-Soo Park ejecutando una patada implica una trayecto­ con giro circular de talón. ria dando la espalda Foto cortesía de Choi Hong-Hi. al oponente, y en es­ pañol se acostumbra llamar a las patadas con esa cualidad "patadas en giro"). La patada en giro no era una técnica nueva, ya que uno de quienes habían enseñado a Park, Woo Jong-Lim, la había desarrollado hacía un tiempo. Woo había desarrollado muchas de las patadas en giro del Tae Kwon Do de la década de 1950122, Los atletas como Park, sin embargo, estaban aplicando las técnicas durante las competencias, tomando riesgos en el aire con golpes y patadas básicas, y apostando también con giros de 180 grados. Ninguno de los fundamentos era nuevo -una patada giratoria era en definitiva una patada-, pero una versión en el aire o de 180 grados era nueva y arriesgada, y muy impresionante cuando ella noqueaba oponentes durante el combate. Choi nunca había visto esas técnicas en la acción, y las incluyó en su libro, una por una.

Así fue como algunos de los campeones de Choi, tales como Park, lle­ garon a estar en las notas al pie de página, y otros instructores, como Woo Jong-Lím, no figuraron. Fue también como Choi llegó a conside­ rarse como el creador de las técnicas. Choi fue un maestro en organizar e impulsar a sus atletas para realizar técnicas que parecían imposibles, y un experto en explicar y nombrar los movimientos. Park dijo que Choi a menudo tuvo momen­ tos "eureka” para los nombres de los movimientos del Tae Kwon Do. ''Postura sentada" (annun sogui) provino de una demostración en el Líbano, cuando Choi vio un acto de circo en el cual el payaso perma­ necía sentado aun cuando alguien ya le había quitado la silla123. En Ale­ mania Occidental, Choi vio el símbolo de un cruce peatonal y "postura caminante" (gunnun sogui) apareció en su cabeza para una postura de Karate que él quería renombrar Choi evitó los nombres de animales para el Tae Kwon Do -no hay ninguna "postura de caballo” o "Postura de gato”, no hay tigres agazapados ni dragones escondidos, como en las otras artes marciales-. Estaba obsesionado en desarrollar un arte marcial basado en principios científicos para el cuerpo humano. Una postura de caballo era una "postura sentada" y una postura de gato era una "postura de píe posterior” Un tigre era un tigre, y los dragones pertenecían a los desfiles. i| En 1965, uno de los compañeros de Choi durante la Segunda Gue­ rra Mundial, ahora contrabandista, financió la publicación del nuevo libro "Tae Kwon Do” de Choi, que mostraba complicadas patadas en salto, giratorias y voladoras. Para la persona común, las patadas se­ rían casi imposibles de creer sin las imágenes paso a paso incluidas en el libro, que Choi incorporó como si los movimientos hubieran sido congelados cuadro a cuadro por la luz estroboscópica de la cámara. Las patadas voladoras, en particular, eran asombrosas. Por ejemplo, alrededor de 1954, Nam Tae-hi había sido uno de los primeros en de­ mostrar la patada voladora lateral. Mientras once hombres se hincaban en fila, Nam corría, volaba por arriba de los once, y rompía una tabla del otro lado. Una foto de esa patada terminó publicada en el libro de Choi. En aquella época, los artistas marciales se encontraban abocados a perfeccionar las técnicas de parados -movimientos básicos como una patada frontal, patada lateral y patada en giro, pero hasta la patada

giratoria era rara- sin embargo ahí estaba Nam suspendido en medio del aire, y allí también saltó jong-Soo Park en la tapa del libro de 1965, flotando a la altura de la cabeza. ¿Había alguna duda de que los artistas marciales reverenciaban a los antiguos guerreros hwarangl

Los libros de Choi estaban llenos de fotos de apariencia estroboscópica para destacar las posiciones intermedias de las patadas en salto. Esta muestra a Jong-Soo Park ejecutando una patada lateral voladora. Foto cortesía de Park.

Luego de que Choi publicara su texto, fue acusado de copiar un libro de Karate124, porque había continuado tomando material presta­ do de manera intensiva -pero el nuevo texto claramente apuntaba en una nueva dirección, en general hacia arriba-. Los artistas marciales debían saltar y girar desde todo ángulo (pateando y golpeando en vue­ lo) y aterrizar con una pose perfecta. Debían apoyarse en técnicas de piernas inspiradas en el T'aekkyón, por ejemplo, disparando su pierna adelantada tan rápidamente como un brazo. Y debían memorizar for­ mulas científicas y saber perfectamente lo que estaban haciendo cada décima de segundo de la técnica. El Tae Kwon Do se estaba volviendo locamente atlético.

Vietnam: Un arte mortal Mientras Choi trabajaba en Malasia, Nam entrenaba soldados en Vietnam125. De la misma manera que el Karate se había vuelto popular durante la Segunda Guerra, el Tae Kwon Do lo hizo en las junglas de Vietnam y en los gimnasios120. Nam no peleó en el frente, pero entre­ nó a aquellos que lo harían, escogiendo a sesenta artistas marciales y atletas del Ejército Coreano, entrenándolos por seis meses y luego enviándolos a entrenar a otros. Esto sólo fue un comienzo. Más tarde, Corea enviaría a 647 instructores de Tae Kwon Do a Vietnam127. Finan­ ciada por los americanos, Corea del Sur destinaría aproximadamente 300.000 hombres para luchar con los comunistas allí (a consecuencia de lo cual muchos coreanos acabarían sufriendo estrés post traumá­ tico)128. Los Estados Unidos habían estado apoyando a Corea del Sur contra Corea del Norte por más de veinte años, y Corea del Sur les de­ volvería el favor en Vietnam por los siguientes diez años. Corea envió la División Dragón Azul, la División Tigres, y los fanáticamente anti­ comunistas de la División Caballo Blanco, que supuestamente estaba integrada por cinturones negros tercer dan. Los infantes de marina Dragones Azules fueron los primeros soldados coreanos en la Guerra de Vietnam. Eran duros mercenarios, traídos por los americanos para luchar contra el Viet Cong. Pero los comunistas masacraron a los coreanos, quienes no habían sido entre­ nados para luchar en la jungla; cada noche, aviones militares volvían llenos de cuerpos coreanos. En respuesta a esto, el gobierno estableció un campo de entrenamiento especializado para simular las junglas de Vietnam, y los proveyó de mejores uniformes, botas y entrenamiento en artes marciales para los soldados. Sin embargo, los marines corea­ nos aprendieron algo más que defensa personal; aprendieron un arte mortal. Practicaban qué hacer cuando eran sorprendidos en la guerra, o cuando estaban completamente rodeados, o cuando no tenían tiempo para jalar el gatillo. Entre los primeros expertos en entrenar soldados luego de que Nam regresó a Corea estaba un oficial vietnamita, Nguyen Van Binh, quien odiaba a los comunistas tanto como Choi y Nam. Él comenzó a enseñar artes marciales en su gimnasio Oh Do Kwan en Saigón en

1962. Según su relato, en sus gimnasios, los primeros en Vietnam, aproximadamente 60.000 estudiantes (2000 de ellos cinturones negros) se entrenaron desde 1962 hasta 1975129. De acuerdo con su estimación, un millón de civiles y soldados estudiaron Tae Kwon Do en aquella época. Los soldados se mantenían en forma y aprendían habilidades específicas. "En combate cercano, o aun estando lejos, era mejor cuando ellos sabían un arte marcial” me explicó Van Binh. Los soldados que entrenaban artes marciales se movían más rápidamente, tenían mejores reflejos y aumentaban su confianza, aun con tan solo seis meses de entrenamiento de Tae Kwon Do. Aquellos que entrenaban más tiempo podían matar con sus manos. Le pregunté a Van Binh cómo alguien podía hacer eso, porque parecía imposible. "Si golpeas a la sien, puedes fracturar un cráneo. No puedes matar a un hombre con una trompada en la frente, pero si lo golpeas en la nariz o la boca, por ejemplo, puedes romper la cara fácilmente’^ me respondió. Muchas historias circularon acerca de cómo los coreanos utili­ zaron el Tae Kwon Do en combate durante la Guerra de Vietnam. En 1966, un reportero de la revista Time escribió: "Para los occidentales, el procedimiento algunas veces parece tan violento como lo es de efec­ tivo. Los sospechosos (Viet Congs) son alentados a hablar por medió de un disparo de rifle que pasa rozando su oreja desde atrás mientras están sentados frente a una tumba abierta, o por un rápido golpe con la mano de un coreano que rompe el hueso de sus mejillas. (Todos los soldados coreanos, desde el General al mando Chae Myung Shiri hasta las filas más bajas practican Tae Kwon Do, la versión coreana del Karate, durante 30 minutos todos los días). Una vez, cuando un cuerpo mutilado de un soldado coreano fue hallado en un pueblo que simpatizaba con el Viet Cong, los coreanos rastrearon a un Viet Cong, le quitaron el pellejo y lo colgaron en la aldea”130. Un oficial americano en Vietnam, A.S. Bolear, leyó el articulo de Time y le envió una carta a su editor: "Señor. Nosotros del grupo es­ pecial de enlace hemos vivido y trabajado a diario con los Tigres Co­ reanos desde su llegada a Viet Nam. Ellos califican profesionalmente al nivel de cualquier unidad de combate que hayamos conocido. Los encontramos 'brutalmente eficientes', pero nunca hemos visto a na­

die sentado frente a una tumba, rotura de huesos de la mejilla por un golpe de Tae Kwon Do, o mutilación o despellejamientos. Si los Tigres hubieran hecho esto, (ante esa perspectiva) 695 miembros del Viet Cong nunca se habrían rendido"131. Sin embargo, circuló el rumor de que los Viet Cong tenían órdenes de moverse tan cerca de las tropas americanas como fuera posible, pero que evitasen combate cercano con las fuerzas coreanas132. Una posible razón fue una batalla la noche de San Valentín, en 1967, cuando 1500 soldados Viet Cong atacaron a aproximadamente 250 marines coreanos de la l i r a Compañía de Dragones Azules. En un área fuerte­ mente controlada por los comunistas en la provincia de Quang Ngai, los coreanos estaban atrincherados en un campamento con forma de corazón rodeado de alambres de púas y barreras de concreto cerca del pueblo de Tra Binh Dong. Con lanzallamas y cañones, incluyendo morteros de 120 milímetros que elefantes tenían que llevar montaña abajo sobre sus lomos, un batallón vietnamita entró abriéndose fuego con explosiones al campamento coreano desde el sudeste, golpeando tambores, soplando silbatos y gritando "Tai Han ra di, ra di!" ("jSalgan coreanos!"), mientras un segundo batallón vietnamita atravesaba el alambrado por el norte, superando las trincheras por oleadas, y ata­ cando tan rápidamente que los coreanos a menudo no tenían tiempo de disparar133. A medida que los comunistas los superaban, muchos de los solda­ dos coreanos luchaban como tigres emboscados. Los cuerpos se apila­ ban en las trincheras. Un coreano se zambulló rápidamente a un pozo y lanzó granadas mientras los soldados vietnamitas lo perseguían. Otro corrió a través de llamas para atacar a un vietnamita que tenía un lan­ zallamas. Un tercer soldado hizo estallar una granada mientras saltaba sobre un grupo de vietnamitas suicidándose en esa acción. Luego de que las granadas de mano se habían agotado, los coreanos no tuvieron más opción que atacar con las culatas de sus rifles y su Tae Kwon Do. En las trincheras, era combate mano a mano y cuchillo a cuchillo, con los soldados vietnamitas empujando y tirando a los soldados coreanos atrapados hacia lo más profundo del campamento. Dos horas después del comienzo del ataque, los comunistas con­ trolaban aproximadamente un tercio del campamento, y los coreanos

se enfrentaban a su aniquilación mientras la niebla y la lluvia no per­ mitían a los americanos volar para asistirlos, pero una de las pocas cosas que estaba yendo bien era el fuego de la artillería coreana -y el espíritu de lucha de los soldados». Cuando los vietnamitas dudaron en medio de la batalla, el Capitán Jung Kyong-gin ordenó una estrategia extremadamente osada que decidiría el resultado de la batalla: contra­ atacar. Uno de los líderes del pelotón condujo una valiente ofensiva a través de una de las brechas que los vietnamitas habían cavado antes de la batalla. El comandante disparó a cinco soldados enemigos con su pistola, después de lo cual su unidad empujó a los vietnamitas de regreso a la zanja, atrapando al Viet Cong dentro del alambre de púas. Un segundo grupo de marines vio el contraataque y se unió a la lucha, y pronto los coreanos rodearon a los que los habían rodeado. Ahora los coreanos gritaban, "}Ra di, ra di!" ("Salgan, salgan”). Cuando la niebla finalmente se levantó, los aviones Skyhawks ame­ ricanos volaron y atacaron al resto de la fuerza vietnamita. Después de la batalla, los traumatizados corean os contaron 15 compañeros y 104 Viet Congs muertos dentro del perímetro del campamento con forma de corazón, y otros 140 del Viet Cong fuera de allí, cerca de la línea de alambre de púas. El General a cargo de Jung voló hasta el lugar para felicitarlo. Jung se cuadró delante de él después de la horrenda batalla e intentó infor­ mar lo que había ocurrido, pero terminó diciendo: “General Coman­ dante, Señor, yo he perdido demasiados hombres, por lo tanto no tengo derecho a sus halagos o admiración, Señor", y estalló en lágrimas. Los detalles de la batalla volaron hasta los titulares de los princi­ pales diarios coreanos -y de los diarios en idioma inglés-. Corea del Sur le otorgó a Jung y a uno de sus oficiales, Shin Won Bae, la Tae Guk, la Medalla de Honor de Corea, y todos los soldados de la l i r a Compa­ ñía recibieron un ascenso en sus rangos. El excepcional liderazgo de Jung en ordenar un contraataque, junto con la valentía de sus soldados y su entrenamiento en Tae Kwon Do, habían contribuido a la derrota comunista. Shin Won Bae, quien más tarde comandó la misma unidad de Dragones Azules (hoy llamada 2da División de Marina) dijo a una publicación de las fuerzas de la Marina de los Estados Unidos en 2004:

Aunque las tácticas indican que se deben fijar las bayonetas a los rifles para combate cercano para neutralizar al enemigo, nuestra arma en aquel momento, el fusil M-l, no era un arma que se pudiera manipular rápidamente. En situaciones urgentes, el infante de marina al frente golpeaba la cara del enemigo y partes vitales utilizando Tae Kwon Do, causando que el enemigo perdiera momentáneamente toda capacidad o voluntad de luchar. Luego un segundo infante de marina terminaba con el enemigo con el fusil. Adicionalmente, golpear al enemigo con las palas de combate era altamente efectivo para destruir la voluntad de luchar entre los mandos del enemigo. Mientras que el Tae Kwon Do mostró su efectividad en el campo de batalla, lo más importante es que las artes marciales generaron la confianza para derrotar al enemigo... Yo creo que este es el significado más importante del entrenamiento en Tae Kwon Do134. Esta "confianza para derrotar al enemigo" se corporiza en dos de los cinco principios del arte marcial: Perseverancia y Espíritu Indo­ mable. En noviembre de 1967, luego de la Batalla de San Valentín, los Infantes de Marina de Corea ganaron el Campeonato Nacional de Tae Kwon Do en Corea -victoriosos en el campo de batalla y en el cuadrilá­ tero-. En 1968, la Jefatura de Infantería de Marina incluyó el entrena­ miento de Tae Kwon Do y exámenes sobre entrenamiento de combate. "La Base de Educación de Infantería de Marina, que supervisaba el entrenamiento inicial para los oficiales no comisionados, y enlistaba Infantes de Marina, inicialmente estableció como objetivo que el 85% de los Infantes de Marina obtuvieran la más alta certificación en Tae Kwon Do. Los soldados también desarrollaron Mu Chuk Do (el Camino Invencible), una variante más letal de Tae Kwon Do. "Sin embargo, lue­ go de enseñar esta forma durante varios años en la Fuerza, los Infantes revirtieron al Tae Kwon Do como el estándar, reservando al Mu Chuk Do para las unidades asignadas a misiones de reconocimiento"135' Los oficiales americanos, como el Comandante de batallón James L. Jones, quedaron tan impresionados con la victoria del día de San Valen­ tín que enrolaron a sus soldados en la instrucción de artes marciales y comenzaron sus propios programas. Las revistas publicaron fotos de soldados coreanos entrenando a los americanos en combate mano

a mano. Más adelante Jones ocupó el cargo de Supremo Comandante Aliado en Europa y Comandante de la Infantería de Marina, donde ayu­ dó a crear el Programa de Artes Marciales de la Infantería de Marina (MCMAP), que aún existe. Jones afirmó que sus infantes de marina habían envidiado las habilidades para el combate de los soldados del Capitán Jung. Los vietnamitas brindaron el escenario en que las artes marciales coreanas pudieron ser vistas, y fue una de las principales razones por las que el arte marcial se volvió popular. A medida que la información acerca de las habilidades de lucha de los soldados coreanos se difundió; muchos americanos aprendieron que el nombre del arte era Tang Su Do136. Sólo algunos coreanos lo llamaban Tae Kwon Do. Los americanos invitaron a los instructores coreanos a enseñar en los Estados Unidos; que pronto tuvo más gimnasios coreanos que cualquier otro país en el mundo137. Un periodista estimó que había veinticinco grandes maes­ tros coreanos en los Estados Unidos desde principios hasta mediados de la década del 60, al comienzo de la Guerra de Vietnam. Para fines de los 60, había 800 instructores. Como resultado de ello, Estados Unidos se volvió un pilar del Tae Kwon Do de Choi en la década del 60, junto con Vietnam, Alemania Occidental, Malasia y otros cinco países. Sin embargo, pocas personas lo estaban llamando Tae Kwon Do.

C a p ít u l o 7 E l E q u ip o d e A s e s Y LA

CIA COREANA

Alguien debió haber difundido mentiras sobre Jo sef K, porque sin haber hecho nada malo> una mañana fu e arrestado. Primera frase de "El Proceso", por Franz Kafka. Choi y sus pioneros habían estado viajando y dando presentacio­ nes internacionales por años, pero un tour de 1965 finalmente llamó la atención de extranjeros en un momento en que la Guerra de Corea estaba en los titulares de los diarios. Uno de los amigos más cercanos de Choi era el Embajador surcoreano en Alemania Occidental, quien había sido un gran promotor del Tae Kwon Do desde 1959138. Él había invitado a Choi y su "Equipo de Ases" a realizar una gira de Tae Kwon Do por Europa en 1965139. Choi y cuatro instructores (con bolsas llenas de nuevos libros de Tae Kwon Do) arribaron a Italia, donde reservaron un estadio de atletismo para su primera exhibición. El Embajador surcoreano en Italia estaba entre los asistentes al evento, la mayoría los cuales eran soldados italianos. En el escenario, Han Cha-gyo, un miembro del Equipo de Ases, saltó por encima de dos soldados de 1,80 mts. de altura y partió dos tablas de madera que se hallaban del otro lado. El público gritó y aplaudió -y continuó aplau­ diendo, lo cual Choi no entendía-. ¿Por qué no paraban de aplaudir? Él supuso que estaban protestando. Quizás sospechaban que Han los había engañado, que había realizado algún tipo de magia. "¿Por qué siguen aplaudiendo por tanto tiempo?”, el General pre­ guntó al Embajador. "Eso significa que quieren un bis" explicó el Embajador. "Creo que lo deberían mostrar otra vez"

Choi le indicó a Han que repitiese la maniobra. Luego de que Han voló por encima de la cabeza de los soldados y rompió más tablas, el público enloqueció. No era magia ni un truco. Éste era el mismo Han Cha-gyo que, junto con Nam Tae-hi, había deslumbrado al Presidente surcoreano en 1954. Durante la gira de 1965, Han y sus tres compañeros del Equipo de Ases, Jong-soo Park, Joong-keun Kim y Jae-hwa Kwon, deslumbraron al público en Turquía, Malasia, Singapur y Alemania Occidental140, Las demostraciones incluían combate con gente del público, en parte porque los miembros del equipo se veían forzados y no tenían otra opción; luchadores pendencieros, especialmente los expertos en Kara­ te, los arengaban en público y los desafiaban a pelear. Ninguno de los miembros del Equipo de Ases perdió, o, si lo hicieron, nadie publicó las derrotas. Los miembros del equipo también habían acondicionado sus ; manos y pies para técnicas de rotura. En Alemania, Joong-keun Kim; rompió un ladrillo en dos. Sin embargo, los egipcios no se mostraron impresionados. En el cuartel general del cuerpo de gendarmes egipcios, justo cuando Kim se preparaba para romper su ladrillo, un hombre gritó, "¡Yo puedo hacer eso!". Choi inmediatamente le ordenó a Kim que agregase otro ladrillo, porque algunos de los hombres entre el público se veían tan grandes como Hércules -y quizás alguno de ellos podía partir un ladrillo al medio-. "Nosotros podemos hacer eso", gritó otro hombre. Choi le ordenó a Kim que agarrase un ladrillo más, llevando el total a tres. El público esperó. Kim levantó su mano y la precipitó para romper los tres la­ drillos. Algunos miembros del público quedaron impresionados, pero otros intentaron replicar lo que Kim había hecho, intentando romper tres ladrillos ahí mismo, en ese instante. Ninguno lo logró.

En 1965, el General Choi (con anteojos negros) y el Embajador surco reano en Alemania Choi Duk-shin (de traje) presidieron la Exhibición de los Ases de Jong-Soo Park (a la izquierda, de uniforme%Jae-hwa Kwon (centro), Joongkeun Kim (derecha) y Han Cha~gyo (fuera de la foto). Foto cortesía de Choi Hong-Hi.

Sin embargo, luego de las demostraciones, un soldado egipcio se acercó al área VIP y le preguntó a su comandante egipcio, que estaba con Choi, si él le podía mostrar su técnica. El comandante accedió. El soldado sacó una piedra oblicua de su bolsillo y la rompió con un golpe de Karate. El comandante estaba sorprendido, y el orgulloso soldado miraba como si hubiera derribado una montaña. Se debía hacer algo, pensó Choi, porque todos sabían que romper una piedra era más di­ fícil que romper un ladrillo, y Choi se rehusaba a perder su contienda extraoficial. Solicitó al anfitrión del evento que encontrase una piedra diez veces más grande que la que había roto el soldado. Luego de que fue colocada delante de la audiencia VÍP, un miembro del Equipo de Ases, jae-hwa Kwon, la hizo estallar en pedazos. El soldado egipcio desapareció. La noticia sobre la exhibición se diseminó a través de los militares y la policía egipcia, y Choi aprovechó la racha favorable para de ma­ nera atrevida anunciar que el Tae Kwon Do era el "deporte nacional” de Corea141. Esto, por supuesto, no era verdad. Si ios dirigentes de las artes marciales en Corea no podían ponerse de acuerdo para decidir un nombre, mucho menos podían elegir un deporte nacional, pero Choi transformó a los expertos en Karate en expertos en Tae Kwon Do y creó asociaciones en Egipto, Alemania Occidental, Italia y Turquía, y distribuyó sus nuevos libros como regalos para ellos. Juntos, ellos revisaron las formas incluidas en el libro y reclutaron a una o dos per­ sonas influyentes para las asociaciones. Muchos se preguntaban cómo un arte marcial conocido como Karate, pero misteriosamente llamado Tae Kwon Do, podía de manera repentina tener asociaciones enteras en múltiples naciones, pero el General Choi era más que un optimista; él era un hombre de Relaciones Públicas antes que el término RRPP fue­ ra conocido- y, más aún, era un "showman”, un poeta y un ex general. Sabía cómo motivar a sus superhombres para que realizaran lo que el público quería ver; sabía cómo explicar las poderosas técnicas; y sabía cómo aplastar provocadores, matones y enemigos. Las personas estaban acostumbradas a la velocidad y el poder abrumador del Karate y otras artes marciales, pero Choi afirmaba que la altura, la destreza y potencia de las patadas voladoras demostraban que el Tae Kwon Do era único. Él escribió: “Ciertos detractores afirman

que las técnicas voladoras son imprácticas y peligrosas (en el comba­ re),., Numerosos instructores de Tae Kwon Do con años de experiencia pueden dar testimonio de que una patada voladora bien ejecutada con velocidad no sólo es devastadora, sino que también tiene la ventaja adicional de la sorpresa”. Se olvidó de agregar que la patada voladora generaba asombro; lo maravilloso de las artes marciales es que no hace falta ser un experto para maravillarse ante una gran técnica, siempre y cuando no seas la víctima. En la década de 1960, el equipo de exhibiciones mostró patadas frontales en salto, patadas laterales voladoras, y la doble patada vola­ dora que parecía casi imposible. Esta última consistía en el golpe de un pie a la cara mientras simultáneamente el otro golpeaba el pecho. Otros dos golpes devastadores eran la patada de giro en el aire (saltan­ do y girando 360 grados o 540 grados para golpear la cara) y la espe­ cialidad de Han Cha-gyo, la patada por encima de la cabeza (saltando por sobre un oponente para golpear a otro del otro lado). Estas patadas voladoras eran casi imposibles de ejecutar durante el combate libre (los detractores de Choi tenían razón), salvo que un cinturón negro entrenase todos los días por cuatro años, y aun así la sincronización y la potencia tenían que ser perfectos. Kong Young-il era un miembro del selecto equipo de exhibiciones de Choi en los años 60, y, como los demás, entrenaba día y noche y podía realizar esas patadas. Había comenzado con Shotokan Karate y Judo y más adelante se entrenó en el Oh Do Kwan de Nam Tae-hi en Corea del Sur142. El entrenamiento era severo. En verano, Kong y sus compañeros de clase escurrían la transpiración de sus uniformes en la mitad de la práctica. En invierno, el piso estaba tan frío que no podían dejar de moverse, En aquellos años, una rutina normal era: De 5.30 a 6.30: despertar y correr durante una hora De 9.00 a 12.00: técnicas fundamentales De 14.00 a 17.00: técnicas de combate De 17.00 a 21.00: cenar y enseñar a soldados y sus familias Después de las 21.00 (en giras de exhibición): fiestas y recepciones

Choi trataba a los miembros de su equipo de exhibiciones como hijos adoptivos, cuidándolos y asegurándose de que no se salieran de control a la noche. A la hora de dormir, él se asomaba a las habitaciones de sus hombres para ver que estuvieran en sus camas, acomodando sus frazadas143, Algunas veces los artistas marciales fingían estar dormidos y salían de fiesta a escondidas luego de que el General se re­ tiraba. El problema con dar demostraciones de día y salir de fiesta por la noche era que Choi los obligaba a despertarse a las 6, sin importar cuánto hubieran tomado o qué tan fatigados por un vuelo estuvieran. Desde 1938, cuando él había comenzado con Karate, se había levan­ tado a las 6 cada día de su vida, sin importar en qué zona horaria se encontraba, sin importar qué tan duro había "descarrilado” la noche anterior144. Usualmente, los miembros del equipo eran despertados por las meditaciones matinales de Choi, que incluían golpear su calloso puño derecho contra una pared del hotel. Él preservaba el puño izquierdo por los sagrados valores confucianos145. Su. yerno, Michael Cormack, un cinturón negro que se unió al grupo más adelante, comentó al res­ pecto: "Estábamos durmiendo y escucharíamos la pared: el Gral. Choi estaba golpeando sus nudillos, pensando acerca de lo que iba a hacer, y todo el hotel temblaba." Bum. "Él estaba muy enfocado.” Bum. "No necesitábamos relojes despertadores.” Ba-bum146. No era de extrañar que los exhaustos superhombres algunas veces fallaran en romper tablas o ladrillos -y a veces se durmieran durante las exhibiciones, en cuyo caso Choi los despertaba con una trompada en el estómago-. No todo andaba bien entre los hombres durante las giras interna­ cionales. El primer día de la gira del Equipo Ases en 1965, por ejemplo, Choi miró dentro de la bolsa que Jong-Soo Park estaba sosteniendo y notó que un paquete con pimientos picantes estaba goteando sobre los preciados libros de Tae Kwon Do de Choi. Choi le gritó a Park por llevar los pimientos junto con los libros. Las manchas de los pimientos eran imposibles de quitar. Pero la esposa de Choi le había dado los pimientos a Han Cha-gyo, su compañero de equipo, quien los había colocado en la bolsa para Choi y los demás. A ellos les encantaba la comida picante. Aun así, Choi estaba enojado con Park, no con Han. Estaban todos ca­

minando hacia un ascensor el primer día, y Park frenó para permitirle a una mujer entrar antes que él, cuando Choi amenazó repentinamente con enviarlo de regreso a Corea por caminar demasiado lento. Esto era demasiado para Park. Él había cargado la pesada bolsa como un favor para Han, su mayor, y había dejado pasar a la mujer por cortesía, pero el enfurecido Choi parecía no entenderlo. Park apoyó la bolsa y miró a Choi, y resto del equipo no hizo nada mientras el ascensor zumbaba. Esto fue un día. "Me voy de regreso a Corea", anunció Park y pidió su pasaporte. Choi estaba sorprendido, y giró su cabeza hacia otro lado, que es íó que hacía habitualmente cuando alguien le provocaba un disgusto. Miró hacia la pared, como si Park no existiese, como si Park no hubiese hablado, Choi causó muchos conflictos en su vida, pero rara vez los re­ solvía de una manera directa y frontal, cara a cara, salvo que estuviera seguro de su victoria. En aquella gira, él se rehusó a dejar ir a Park, y los dos hombres se trataron con más cuidado después del Incidente del Pimiento Picante. Park había descifrado un secreto acerca del General, uno que pocas personas habían aprendido: tenías que hacerle frente al beligerante Choi, sin importar qué tan aterradoras las consecuencias pudieran parecer. El último día de la gira, luego del estrés de las exhibiciones -el combate, las roturas, las burlas del Karate, el constante viaje, las cortas noches- ellos estaban cenando en un restaurante en Hong Kong justo la noche antes del regreso a casa. El equipo estaba agotado. Después de más de un mes viajando juntos, estaban golpeados, dolidos, can­ sados e irritables. El mozo colocó dos huevos delante de Choi aunque él sólo había pedido uno. Éste ofreció el huevo sobrante a Joong-keun Kim, quien a su vez se lo ofreció a Jong-Soo Park porque Park era mu­ cho más joven, dijo Kim. Esto era un insulto, desde la visión de Park, porque él era solamente uno o dos años más joven; una vez más Kim estaba abusando de su importancia, haciendo notar la jerarquía, inten­ tando hacer sentir inferior a Park. Han Cha-gyo se había cansado de Kim hacía un par de semanas y, aunque era jerárquicamente superior a Kim, casi lo había golpeado. Park se deslizó dentro de una silenciosa bronca en la mesa. Luego le ordenó a Kim que se fuera del dormitorio.

Kim comenzó a temblar. Mirando hacia atrás, desafiar a Kim no era una buena idea, ya que él era un miembro clave de la guardia pre­ sidencial surcoreana y, de alguna manera, era el superior de Choi, pero Kim y Park habían estado evitando una pelea durante gran parte de la gira, y Park al final quería liquidar el tema. Mientras los dos hombres caminaban hacia arriba, Park hervía, y Kim echaba espuma por la boca. Park podía ver la saliva blanca en los labios de Kim. En ese momento, Choi y Han entraron a ios saltos, y Choi los apabulló con un duro sermón. "¡Hemos durado un mes y medio juntos!"' dijo Choi. “¿Por qué pelear ahora?" Kim se disculpó con Park y le ofreció su mano. Park se la dejó col­ gando. *** De regreso en Corea, la gira internacional no logró impresionar a otros líderes de artes marciales, pero Choi aún tenía conexiones dentro de ramas del gobierno y dentro de la KCí A, y esperaba consolidar su poder en de las artes marciales. El Presidente surcoreano lo ignoraba, ocupado con una potencial hambruna, la Guerra de Vietnam y una creciente guerra encubierta con Corea del Norte, pero Choi necesitaba al Presidente, porque una de sus prioridades era unificar los nueve principales gimnasios bajo el nombre de Tae Kwon Do. Choi nunca se rendiría. La KTA todavía era la Asociación Coreana de Tae Su Do, y casi todos los jefes de artes marciales querían ser presidente de la KTA, Ellos planeaban golpes de Estado y contragolpes dentro de la KTA tan a menudo como sus amigos políticos los hacían contra el Presidente de Corea del Sur. En este contexto, una vez más Choi se abrió paso hasta ser Presidente de la KTA. En 1965, durante una reunión en la cual un líder de artes marcia­ les aceptó el nombre Tae Kwon Do en público y luego lo rechazó en privado, Choi tomó al hombre por la camisa, lo arrastró por las esca­ leras, y en la presencia de otros maestros de artes marciales, golpeó su cabeza contra una pared147. “Es imposible encontrar a un malvado

tan canalla como él", dijo Choi. "Debemos deshacernos de él.” Choi lo giraba temblar. Aunque él y el dictador surcoreano se odiaban, Choi continuó amenazando a hombres poderosos y maniobrando políticamente tan hábilmente como lo hacía físicamente el Equipo de Ases. De alguna manera, convenció al dictador coreano para que aceptara el nombre Tae Kwon Do, y, bajo Choi, la KTA se volvió la Asociación Coreana de Tae Kwon Do una vez más -pero pocos maestros marciales se llevaban bien con Choi, especialmente uno de los más famosos en el país, Hwang Kee148-. Y todos continuaron enseñando las formas de Karate Coreano, evitando los esquemas Ch'ang Hon que Choi y sus hombres habían de­ sarrollado en Malasia149. Poco después, los dirigentes de artes marciales organizaron un golpe de Estado de artes marciales para sacar a Choi. Otro líder famo­ so, Lee Chong-woo, jefe del Ji Do Kwan (uno de los nueve gimnasios principales en el país) luego les contó a dos artistas marciales: “Choi Hong-Hi era como un dictador autoritario, entonces Uhm Woon-kyu y yo lo tuvimos que sacar a patadas. Una mañana lo fuimos a visitar a su casa en Hannamdong (cerca de Yong San) para pedirle que renunciara, pero Choi Hong-Hí nos rogó que lo dejásemos continuar como presi­ dente de la KTA por otros seis meses. Le hicimos saber que tendría que elegir entre tres cosas: Dinero, Posición u Honor. Le dijimos que si elegía Honor y renunciaba, lo ayudaríamos a crear su propia asocia­ ción privada internacional de Tae Kwon Do (ITF), pero queríamos que renunciara inmediatamente y que se saliera de la KTA". Lee, Uhm y otros habían etiquetado a Choi como un “buscapleitos permanente"150.

Muchos artistas marciales se dedicaban a la noche con tanta intensidad como al entrenamiento. Aquí, en 1965, Choi pone un cigarrillo en la boca a Hwang Kee, su amado enemigo y cabeza de la poderosa Moo Duk Kwan. Han Cha-gyo; miembro del Equipo de Ases, es el segundo desde la derecha, Foto cortesía de Choi Hong-Hi. I

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H w ang K ee y Choi Hong-Hi, 1965. Foto cortesía de Choi Hong-Hi

A Choi no le importaba ni lo más mínimo, Renunció a la KTA y creó ja ITF en 1966, en el Salón Rosa del Chosun Hotel en Seúl151. Según lo prometido, Lee y Uhm ayudaron, presionando sobre el poder ejecutivo. Mientras tanto, el Tae Kwon Do crecía lentamente en el exterior, gra­ cias a las conexiones diplomáticas de Choi, los alumnos de Nam Tae-hi, y la primera ola de pioneros que habían establecido sus propios gim­ nasios. La ITF ahora reunía a nueve países fundadores, principalmente los que Choi había visitado en 1965 con el Equipo de Ases. En el curso de los dos años siguientes, la ITF se difundió a treinta países y el Tae Kwon Do se expandió en Corea del Sur cuando el Mi­ nisterio de Defensa Nacional emitió una orden para que las fuerzas armadas se entrenaran en el arte marcial152. Pero la ITF y la KTA se volvieron competidoras, aunque la “T” en "KTA” ahora significaba Tae Kwon Do. La competencia era un juego peligroso. Choi se había separado del grupo al que respondía la KTA, la Asociación Atlética Coreana, que contaba con su propio edificio153, mientras que la ITF se reunía en el Chosun Hotel. La separación física determinó que la ITF debía sentar sus raíces en otro lugar, porque cualquiera que quisiera tener éxito en Corea del Sur necesitaba arrai­ garse en algún lugar de la dictadura. Mientras que unos pocos gim­ nasios se aferraron al Ministerio de Educación y otros a la KAA, Choi atrevidamente conectó a su ITF con la notoria CIA Coreana (“KCIA”], a pesar de los informes de torturas y atrocidades por derechos humanos que la rodeaban. En un esfuerzo por obtener influencia dentro de la dictadura, Choi designó al creador de la KCIA como Presidente Honorario de la ITF; también incluyó agentes de la KCIA dentro los puestos más altos de la ITF. Era una clásica maniobra al estilo de Choi: audaz y arriesgada, y con la violencia al acecho, pero fuera de la vista de todos. La KCIA se había vuelto un Estado dentro del Estado, lanzando cientos de opera­ ciones de espionaje contra Corea del Norte y haciéndose muy conocida durante la Guerra Fría por la persecución sin piedad de sus enemigos, tanto reales como supuestos154. Ella había modernizado los valores confucianos coreanos, reemplazando las ambigüedades ancestrales por enormes archivos y la adoración dinástica por el sigilo moderno, y planeó muchas de las ideas legislativas del gobierno, apretó a los millo­

narios, espió a sus ciudadanos, y dio apoyo a teatros, a una orquesta y a un gran centro turístico155, A su vez, el Tae Kwon Do modernizó a los antiguos guerreros hwarang; ahora, algunos de los artistas marciales eran soldados y espías. Un problema, como lo veía Choi, era que la KCIA estaba acosando y torturando a sus propios ciudadanos de manera creciente. Llevar a cabo misiones contra los comunistas era una cosa, pero torturar a un político o a un ciudadano coreano simplemente porque pensaba distinto era otra. Los coreanos habían oído que la KCIA golpeaba a los ciudadanos con tubos de hierro o que los asfixiaban con toallas húme­ das156. Pero Choi mantenía conexiones con la KCIA; mientras que miles de coreanos inocentes fueron encarcelados en 1966, por ejemplo, un ex director de la KCIA organizó un agasajo para Choi en una casa kisaeng, Pero Choi pronto se dio cuenta de que no podía jugar en la misma liga que la KCIA. En 1967, dos de los directivos que había designado para su organización de Tae Kwon Do, Kim Kwang II y Lee Gye-hoon, estuvieron involucrados en una misión para secuestrar a 203 coreanos en siete países, una operación surrealista que sacudió hasta al propio Choi157.

El incidente de Berlín Oriental Todo comenzó temprano el 17 de julio de 1967 en Alemania Occi­ dental, donde un oficial surcoreano llamó por teléfono al reconocido compositor coreano I-sang Yun a su casa en Berlín Occidental y le pidió que se dirigiera a la embajada. Yun viajó hasta Bonn, y una vez dentro de la embajada, los oficiales echaron mano de él, lo encerraron en el ático, y por dos días lo acosaron con acusaciones de ser un espía para Corea del Norte. El compositor negó los cargos, pero los oficiales io transportaron hasta el aeropuerto de Hamburgo y lo metieron en un vuelo de Líneas Aéreas de japón con destino a Seúl -aunque él no tenía ni pasaporte ni pasaje aéreo-158. Mientras tanto, en Heidelberg, los rumores de coreanos desapare­ cidos llegaron a una comisaría de la policía alemana a través de una carta de un estudiante coreano de la Universidad de Heidelberg. La carta explicaba que el estudiante se encontraba en una “situación de

K" el hombre de la novela de Franz Kafka "El Proceso", un libro que cuenta sobre un hombre que es arrestado, atormentado y forzado a comparecer ante un tribunal por razones que nunca logra averiguar. El estudiante coreano se sentía de la misma manera. Cuando los agentes coreanos llegaron para llevárselo, él intentó escapar y, por la manera en que lo golpearon, descubrió que sabían Tae Kwon Do. Lo metieron a la fuerza en un avión y lo despacharon a Seúl, donde la KCIA lo puso ante un tribunal para enjuiciarlo159. En Alemania Occidental, las autoridades escucharon más historias: un estudiante coreano en Heidelberg fue invitado a cenar y secuestra­ do; un disertante desapareció de una universidad en Frankfort; un médico, un pintor; un poeta y varios reporteros gráficos estaban des­ aparecidos, todos ellos coreano-alemanes. En total, más de cuarenta y cinco coreanos estaban desaparecidos en Alemania, ocho en Francia y ciento cuarenta y tres en Austria, los Estados Unidos, el Reino Unido, /Australia y Corea del Sur. ¿Qué estaba ocurriendo?160. Un jefe de la KCIA en Alemania, Yang Doo-wan, estaba al tanto. Encubierto como consejero de la embajada, estaba a cargo de la parte alemana de una gigantesca operación conducida por la tercera rama de la KCIA (a cargo de contrainteligencia y de atrapar espías) y la sexta rama (dedicada a juegos sucios, sabotaje y asesinatos)161. Yang estaba arrestando a estudiantes y artistas rebeldes, todos los cuales eran poco apreciados por el Presidente surcoreano y la KCIA. Estos eran los turbulentos 60; estudiantes en contra de la Guerra de Vietnam pro­ testando en los Estados Unidos y Europa, la Guerra Fría llegando a su apogeo y la KCIA fabricando acusaciones de que estudiantes en Europa trabajaban de noche como espías para Corea del Norte162. Yang había importado cincuenta agentes adicionales de la KCIA y había reclutado a instructores coreanos de Tae Kwon Do y mineros coreanos (quienes habían estado introduciendo de manera esporádica el Tae Kwon Do en Europa durante varios años). Había organizado que un avión llevara a los secuestrados desde Alemania a Corea del Sur, donde agentes los depositaban en Namsan, una colina arbolada en el centro de la ciudad donde se encontraba la sede central de la KCIA, El sótano de dicha jefatura estaba equipado con aparatos de tortura que podían hacer

prácticamente cualquier cosa salvo convertir a los hombres en mujeres y a las mujeres en hombres163. El General Choi se enteró de que el Tae Kwon Do estaba involucrado en los secuestros masivos. Durante las semanas de los secuestros, Kim Kwang-il, de 31 años de edad, un pionero del Tae Kwon Do que ha­ bía vivido en Stuttgart por varios años, viajó 600 millas de una ciudad a otra, mostrando a los oficiales coreanos dónde vivían los estudiantes. Lee Gye-hoon, un segundo pionero del Tae Kwon Do que estaba invo­ lucrado, era un agente de la KCIA y autoridad de la Federación Inter­ nacional de Tae Kwon Do de Choi. Choi carecía de poder para poner freno al uso de oficiales del Tae Kwon Do en la misión de secuestro164, En Alemania, un estudiante logró escapar mientras era conducido al aeropuerto de Dusseldorf y llegar a la estación de policía, donde hizo una denuncia desesperada. Al principio los policías alemanes lo miraban perplejos. ¿Secuestros masivos? ¿Mujeres seduciendo a alumnos para secuestrarlos? ¿Artistas marciales forzando a personas dentro de automóviles? La policía le creyó, y Alemania emitió una pro­ testa oficial, llamando a la operación “una grave violación del derecho internacional” y ofreciendo protección policial a los restantes 4200 surcoreanos en Alemania Occidental. La gente suponía que la inteli­ gencia alemana sabía de la operación y que había dejado a los coreanos realizar las operaciones con la condición de que luego los estudiantes fueran devueltos a Alemania, pero era obvio que nadie esperaba que todo esto se saliera de control. Los secuestros fueron llamados el Incidente de Espionaje de Ber­ lín Oriental, porque supuestamente los estudiantes habían visitado a agentes norcoreanos en la ciudad. La KCIA acusó a los estudiantes de recibir entrenamiento en espionaje, de comenzar una revolución socia­ lista y de aceptar desde 200 a 1000 dólares por el trabajo. El incidente ocurrió en un momento en que Corea del Norte estaba lanzando cien­ tos de intentos de asesinato y redadas de comandos en Corea del Sur, de manera que era muy poco sabio que un surcoreano visitase Corea del Norte. Aun así, 1000 dólares parecía una suma insignificante para comenzar una revolución. El escándalo internacional se publicó en diarios en todo el mundo, y el presidente de Corea del Sur, Park Chung-hee, enfrentó un aluvión

¿e críticas. Él estaba lívido. La KCIA debió haber “convencido" de ma­ nera silenciosa a los supuestos comunistas a que volasen a Seúl, pero el mundo ahora veía el aspecto más brutal de Corea del Sur, que siempre había estado asociado con Corea del Norte. A medida que las quejas crecieron, Alemania expulsó a tres diplomáticos surcoreanos y suspen­ dió la asistencia económica165. La policía arrestó a un minero coreano y al instructor de Tae Kwon Do Kim Kwang-il, y Francia entregó una protesta formal a Corea del Sur, donde había comenzado un escándalo, en parte por el secuestro del compositor I-sang Yun. Los agentes en Seúl lo trataron tan mal como lo hacían con los demás secuestrados. Ataron sus manos y sus pies. Cubrieron su cara con una toalla mojada, lo suspendieron desde un poste, lo patearon y golpearon con palos de madera, insistiendo en que confesara que éra un espía. Él se desmayó repetidamente pero finalmente accedió a firmar una confesión porque temía morir166. Bajo la Ley Nacional de Seguridad y la Ley Anticomunista, él y sus compañeros de celda reci­ bieron sentencias de muerte. El compositor había pasado por esto antes, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Japón lo arrestó y torturó por resistirse a la ocupación japonesa, algo que el General Choi hubiera comprendido. Choi se había resistido al Imperio Japonés y dedicó su vida a dar poder a los militares a través de las artes marciales; Yun se rebeló y dedicó su vida a escribir música sobre temas de justicia y humanitarios. La KCIA había secuestrado a Yun porque, en 1963, él había visitado una antigua tumba Koguryo en Corea del Norte buscando un posible escenario para una futura nueva composición. Pero la KCIA no tenía tiempo para los caprichos de los artistas y lo condenaron por traición. Un petitorio mundial encabezado por Igor Stravinsky y Herbert von Karajan fue presentado al gobierno de Corea del Sur; la KCIA respondió permitién­ dole a Yun componer una ópera sobre el suelo de su celda. Choi se enteró del encarcelamiento de Yun y supo que el cerebro de la operación global era el director mismo de la KCIA, el notorio Kim Hyung-wook, un oficial durante la Guerra de Corea cuya insoportable arrogancia sólo era superada por su voraz apetito por los sobornos. Justo aquella primavera, Choi le había pedido ayuda para convencer al Presidente surcoreano de construir un centro de Tae Kwon Do en Seúl,

pero el lobby había fracasado167. El apodo de Kim era “jabalí Salvaje", y acumulaba una cantidad inimaginable de poder: manipulaba eleccio­ nes; controlaba partes de la economía; promovía eventos culturales, religiosos y deportivos. También robó decenas de millones de dólares y lanzó misiones de espionaje a todas partes del planeta. Luego de los secuestros en Alemania, el Jabalí Salvaje se rió de un cumplido que circulaba por Seúl que decía que ni el mismísimo James Bond habría podido organizar un mejor secuestro de 203 personas. "Nuestra gente”, él reconoció a la revista alemana Der Spiegel, “ya estaba en casa para cuando la noticia apareció en los medios". La ope­ ración era "intachablemente impecable", dijo168. Su arrogancia pudo haber sido alimentada por el apoyo de la CIA americana, que también había "convencido" a tres surcoreanos en los Estados Unidos para que volviesen a Seúl169.

En Seú! en 1967, aguardando el dictado de sentencia sobre el Incidente de Berlín Oriental. Foto cortesía de Choi Hong-Hi.

Como parte de la operación, el Jabalí Salvaje arrestó a poderosos en Corea del Sur: políticos, líderes religiosos y, por alguna razón, a la secretaria de uno de sus adversarios, Park Chong-kyu, quien no sólo era la cabeza de la Fuerza de Seguridad del Presidente (“PSF”), sino también cinturón negro tercer dan en Hapkido y Judo. A Park Chongkyu luego se lo conocería como "Pistola Park" en las Olimpíadas y en el Tae Kwon Do. En los años 60, él manejaba sus propias misiones de inteligencia fuera de la KCIA y administraba un pequeño imperio que competía con la KCIA y la Oficina del Primer Ministro ("PMO"). Estas eran las tres esferas del poder -la KCIA, la PMO y la PSF- que giraban en torno al dictador, apoyándolo mientras que al mismo tiempo pro­ tegían sus territorios los unos de los otros170. Poco después de que el jabalí Salvaje arrestó a su secretaria, "Pistola Park" apuntó una pistola á la cabeza del Jabalí y le ordenó que la liberara. El director de la KCIA dudó, pero luego cedió171. | "Esto hace que merezcamos ser llamados salvajes", pensó Choi del Incidente de Berlín Oriental172. Él sospechaba que la historia verdadera era mucho peor que la versión publicada, y que la KCIA había intentado forzar a los surcoreanos a volverse espías (o contraespías) y que los había secuestrado cuando ellos se negaron. En el mejor de los casos, la KCIA exageraba las acusaciones de espionaje de Corea del Norte como un capricho de paranoia o simplemente como advertencia a todos aquellos que hablaban en contra del régimen. Dos de los Principios del Tae Kwon Do eran Integridad ("capacidad para discernir entre el bien y el mal") y Cortesía ("un sentido de justicia"), pero ahora el mundo estaba leyendo sobre el vínculo del arte con una inaudita misión de la KCIA que era tan injusta como estrafalaria. Era probable que Choi no sólo estuviera furioso por lo atrevido de las misiones sino también porque la KCIA lo había mantenido al mar­ gen de todos los lugares posibles, justo su amigo cercano era el Em­ bajador surcoreano en Alemania Occidental. ¿Por qué la KCIA lo había dejado desinformado? Como luego se supo, el Embajador en Alemania Occidental no había sido anoticiado antes de los secuestros, y la KCIA supuestamente lo había torturado a él -al propio Embajador de Corea del Sur173-. Luego, el Embajador pidió al gobierno que lo relevara de sus obligaciones, y se retiró como ermitaño religioso.

Las protestas mundiales y las presiones diplomáticas ayudaron a las 203 víctimas en Corea del Sur; la gran mayoría de los secuestrados fueron liberados -incluyendo al "estudiante Kafka"- pero no el compo­ sitor Yun. Corea lo acusó de espionaje y ejecutó a dos de los detenidos. A pesar de la campaña internacional para liberar a Yun, el compositor languideció en la cárcel durante dos años. De vuelta en Alemania, la policía liberó al instructor de Tae Kwon Do Kim Kwang-il. Un año después, en 1968, él estaba de regreso en la ITF, promocionando el arte marcial y estableciendo la Asociación ITF de Alemania Occidental, que estuvo bajo su mando hasta mediados de 1971174. Un colega suyo de Tae Kwon Do, C.K. Choi, manifestó que a su entender Kim Kwang-il no había estado físicamente involucrado en los secuestros, y que de hecho, quizás él había ayudado al gobierno alemán a obtener información acerca de qué había estado haciendo la KCIA en el país en 1967. El agente de la KCIA y segundo pionero del Tae Kwon Do Lee Gyehoon también estaba de regreso trabajando para la ITF de Choi un par de meses después de su misión. En Tokio, presentó a Choi a un renombrado maestro del Karate, Masutatsu Oyama, un coreano que se había nacionalizado japonés y que era famoso por noquear toros. Choi intentó convencer al famoso Oyama para que renunciara a la ciu­ dadanía japonesa y adoptase la coreana, y para que saltase del Karate al Tae Kwon Do, pero no tuvo éxito. De todos modos el agente de la KCIA los ayudó a que se volviesen hermanos de sangre. Luego llegó a ser subdirector de la KCIA175. En 1969 el Jabalí Salvaje finalmente accedió a liberar al composi­ tor I-sang Yun, amenazando matarlo si no se mantenía callado176. Yun regresó a un teatro de Alemania Occidental para inaugurar Butterfly Widow (La Viuda Mariposa), la pieza que había compuesto en el piso de su celda. Luego inauguró una segunda obra, Dreams (Sueños), que estaba basada en parábolas Taoístas que buscaban libertad interior. Uno de los libretos lamentaba: "Lo que ha sucedido se transforma en nada, si uno mira hacia atrás... Hoy es primavera; mañana la flor se marchita"177.

Choi (izquierda) intercambia obsequios con Masutatsu Oyama. Foto cortesía de Choi Hong-Hl Luego del Incidente de Alemania Oriental, Choi se estaba mar­ chitando en Corea, a pesar de sus conexiones en la KCIA, éxitos en Vietnam y sus demostraciones internacionales de Tae Kwon Do. Él sospechaba que el dictador surcoreano quería que el Tae Kwon Do se volviese un poderoso músculo al servicio de la dictadura178. Choi se encontró ante dos alternativas: rendirse a la injusticia o criticar al dic­ tador. Eligió la segunda -la crítica era uno de sus puntos fuertes, por supuesto- pero estaba luchando fuera de su categoría de peso. Aunque la KCIA había cometido un error en Alemania, el Presidente surcoreano se estaba volviendo el dictador amado de Occidente, un Frío Guerre­ ro que enfrentaba a los comunistas norcoreanos, a los chinos y a los soviéticos mientras conducía una de las más poderosas economías capitalistas del mundo, Choi quería tomar el control del Tae Kwon Do, pero sabía que no podía derrotar al presidente Park y las tres esferas de poder que giraban en torno ai dictador, cada una de las cuales tenía conexiones con el arte marcial. Quebrado en lo económico y debilitado en lo político, Choi co­ menzó a negociar dos millones de dólares de un agente norcoreano

-un crimen merecedor de pena de muerte-, pero nada resultó de las negociaciones. Considerando lo que le había pasado al compositor Yun por una simple visita a Corea del Norte, Choi se había arriesgado demasiado. Luego se enteró de que el Presidente surcoreano y "Pistola Park” habían designado a un agente especial de la KCIA, Kim Um-yong, para que tomase control sobre el Tae Kwon Do179, Kim debía unificar a los gimnasios de artes marciales y, en el camino, hacer frente a Choi.

P a r t e III A utocontrol

El'Sr. Kim es una montaña; él se mantuvo en pie solo; muchas veces permaneció en silencio. Sin embargo, porque es una montaña, tiene un valle igualmente grande, y tiene la capacidad de asimilar mucha amargura, lo cual es una lección para los jóvenes. De la introducción a las memorias de Kim Un-yong, 2002

C a p ít u l o 8

Entra l a N u b e D r a g ó n

Choi consideraba a Kim Un-yong tanto un subalterno como un "amigo cercano" que es lo mismo que andar diciendo que uno aprecia a alguien mientras le da golpes en el riñón. ¿Quién era este nuevo rival, cuyo apellido significaba “oro" y su nombre “nube dragón"?180. Debo presentarlo con detenimiento, ya que él terminaría obteniendo más éxito para el Tae Kwon Do que Choi y Nam juntos, y los sutiles trabajos de su corazón y su mente casi llegaron a destruir a Choi y a muchos otros pioneros del Tae Kwon Do. Kim nació el 19 de marzo de 1931, en el año del Carnero, en Taegu, un pueblo que vivía dentro de él como la transparente agua de un arro­ yo, como él lo recordara alguna vez181. Aun a la edad de 70, él recor­ daría que su pueblo natal, en aquellos días, no se preocupaba con las obsesiones del Dinero, la Posición y el Honor. Sí había un motivo central en la vida de Kim, una palabra que explicaba su trayectoria desde su pequeño pueblo natal a la estratosfera política: era “sincronización", como él lo describía, buena sincronización y mala sincronización182. Cuando Kim Un-yong estaba allí, su padre, Kim Do-hak, trabajaba como periodista para un diario japonés y presentó su hijo a un poderoso funcionario provincial que vestía un uniforme bordado en oro. "Yo voy a vestir ese mismo uniforme si llego a ser un alto funcionario", pensó el niño. Esa reunión había tenido buena sincronización y perduraría en la mente de Kim por las siguientes siete décadas. Cuando él tenía seis años, su padre falleció por neumonía justo en el año en que la penicilina fue inventada. Mala sincronización. Kim conservó tan solo una foto de su padre. Luego de la muerte de su padre, la madre de Kim trasladó la fa­ milia a Seúl. Ella era una mujer moderna y educada, y sus ancestros provenían de una familia de la realeza. Lo cual, en términos propios de Corea, significa que eran delyangban. Eran ricos en la década del 30,

una época en que muchos coreanos pasaban hambre. La familia de Kim poseía una mina, tierras en cinco lugares, y edificios en Seúl y Taegu183. Antes y después de la Segunda Guerra Mundial, su madre enroló a Kim en escuelas que eran predominantemente japonesas. Kim era un buen alumno y deportista, entrenaba judo, boxeo, kongsudo, esquí, y era corredor, pero él soñaba con ser diplomático, la cumbre de las aspiraciones para muchos coreanos de esa época. Cuando Kim tenía 19 años, seis semanas antes de sus exámenes de servicio civil, los co­ munistas entraron a Corea del Sur desde el norte, dando así comienzo a la Guerra de Corea. Su nariz estaba enterrada en los libros -él sólo tomaba descansos para comer y para higienizarse- y por ello se perdió el último tren que salía de Seúl. Mala sincronización. Al día siguiente él, su amigo y el amigo de su madre se atrincheraron para sobrevivir al bombardeo de la ciudad. Después, cuando los norcoreanos pulula^ ban por Seúl y gran parte del país estaba enrolando jóvenes a su paso, Kim se escondió en las montañas por más de dos meses, hasta que las fuerzas surcoreanas y americanas recuperaron la ciudad. Los comunistas destrozaron la vida de Kim, pero él la rearmó en el ejército, como lo había hecho Choi. Kim se unió al ejército cuando tenía 19 años y estudió en los Estados Unidos en una escuela de infantería en Georgia y en la Universidad de Texas, lo cual costó una fortuna. Aun­ que los dos hombres estaban en las fuerzas armadas, no podían haber sido más diferentes. Kim provenía de la aristocracia mientras que Choi emergía del campesinado. Kim vivió con desahogo su infancia y Choi la vivió con privaciones. Kim vivía con un aura de sofisticación y Choi vivía por sus puños y un corazón que era más grande que su boca. En síntesis, Kim era una nube y Choi, una piedra -ambos podían recibir muchísimo castigo y maltrato y aún así seguir avanzando-, Kim se casó con una mujer rica en 1958 y se retiró luego de diez años como teniente coronel en el ejército184. Durante el golpe de Estado de 1961 en el cual participó Choi, Kim se desesperó al ver cómo su partido liberal colapsaba en una mañana sin sangre. "Los soldados no deberían estar autorizados a participar en la política", se lamentaría después. Siempre un sobreviviente, él utilizó sus conexiones persona­ les dentro del ejército para comenzar a trabajar como oficial intérprete

y oficial de protocolo para las autoridades de Corea, y trabajó para el mismísimo dictador surcoreano en 1961185. Buena sincronización allí. Kim terminó ingresando a la CIA coreana en 1963, y fue transferi­ do a los Estados Unidos186. Hasta donde llega mi conocimiento, nunca lia escrito sobre su viaje secreto. Oficialmente, era un diplomático, ün oficial de proyectos para Actividades Culturales en la embajada surcoreana en Washington, DC. Extraoficialmente, sin embargo, era el agente "Mickey Kim”, Era un políglota que hablaba perfecto inglés, además de japonés, francés, alemán y español, y era un pianista d á­ nico; aprendió rápidamente cómo superar las barreras culturales con palabras elocuentes y con Federico Chopin187. Debe haber viajado mu­ cho, porque además de su función en la embajada, era consejero de la embajada coreana en Londres, Inglaterra, y de la legación coreana en las Naciones Unidas y tuvo tiempo para completar estudios de grado en la Universidad George Washington en 1964188. Kim afirmó que ayudó a abrir gimnasios de Tae Kwon Do en los Estados Unidos e Inglaterra en aquel momento. "Yo amaba los deportes y mantuve buenas relaciones con los instructores de artes marciales cuando fui funcionario diplomático y los ayudé todo lo que pude”, es­ cribió en sus memorias. "Me ocupaba cuando había un torneo, y ayudé a los instructores de artes marciales para que abrieran gimnasios”189. Según su testimonio, en los Estados Unidos pagó el alquiler para ins­ tructores y los ayudó a negociar préstamos bancarios y organizar competencias y, en Inglaterra, ayudó a establecer una asociación de Tae Kwon Do190. Estas fueron contribuciones enormes, al menos simbó­ licamente, porque en aquel entonces el Tae Kwon Do era desconocido y los instructores necesitaban dinero para comenzar. Un pionero del Tae Kwon Do llamado jhoon Rhee conoció a Kim en aquel momento y me dijo que éste no estaba involucrado con las artes marciales en 1964, "Más adelante, él pudo haber hecho algo, cuando fue a Nueva York, pero cuando estuvo en Washington, no. Él no tenía idea alguna sobre las artes marciales, no estaba relacionado con las artes marciales, y nunca las mencionó”191. Este es un punto importante, porque muchas personas se han preguntado cómo Kim se involucró con el Tae Kwon Do. En aquel momento, Rhee era uno de los pocos ins­ tructores coreanos en Washington y estaba liderando un movimiento

que popularizaría al arte; se hizo amigo de Bruce Lee, entrenó a cam­ peones nacionales, y por todo ello pasó a ser conocido como "el padre del Tae Kwon Do americano”. También se hizo amigo de Kim, quien luego se convertiría en el líder del Tae Kwon Do olímpico. Mickey Kim escribió que alguna vez él había practicado Kong Su Do -Karate Coreano-, pero no tiene el aspecto de un artista marcial. Los mejores a menudo no lo parecen. Un artista marcial puede ser identificado a dos cuadras de distancia: la manera en que se menea, o mejor dicho, la manera en que su cuerpo se mueve con facilidad sin verse limitado por la fortaleza de sus brazos y piernas. Inspeccionado más de cerca, se aprecian sus manos con callosidades como pequeñas montañas, los antebrazos forrados de músculos, las mejillas magras, las cicatrices casi invisibles. Kim no se veía así; su cara era levemente regordeta, sus labios gruesos y sus ojos penetrantes. Tenía la cara de un hombre de negocios -sus cicatrices, quizás internas-. Desde 1963 hasta 1971, Mickey Kim participó en varías operacio­ nes de la KCÍA en los Estados Unidos y Asia, incluyendo, en 1964, el trabajo con un grupo en Washington llamado la Fundación Coreana de Cultura y Libertad192. El grupo organizaba eventos de alto perfil y, co­ menzando en 1970, se volvió parte de una red coreana para sobornar y seducir a congresistas norteamericanos. Jhoon Rhee había ayudado a establecer la fundación, pero él no sabía que estaba involucrada en tratos con la KCIA y actividades ilegales193. La Embajada en Washing­ ton tenía dos importantes misiones en esa época: recibir asistencia económica y militar, y mejorar la imagen de Corea194. La fundación ayudó con la parte de la imagen aun después de que la KCIA la hubiera infiltrado, y el Tae Kwon Do se vio implicado. Rhee había ayudado a uno de los colegas del servicio secreto de Kim a establecer la extraña fundación del Reverendo Sun-Myung Moon, líder de la Asociación del Espíritu Santo para la Unificación del Cristianismo Mundial195. Muchos llamaban a los seguidores de esa iglesia "Moonies" y consideraban a la iglesia en sí misma una secta. Sin embargo, los seguidores de Moon pensaban que Moon era el segundo advenimiento de Jesucristo y que la fundación lo ayudaría con su obra. Que Kim, Rhee, la KCIA y el Tae Kwon Do se involucraran es la parte insólita de la historia que merece atención, porque Kim y Rhee se vol­

verían líderes globales del Tae Kwon Do. El colega del servicio secreto de Kim era Pak Bo-Hi, el primo de Rhee y mano derecha del Reverendo Moon, quien ayudó a Rhee a que abriese uno de los primeros gimnasios Tae Kwon Do en los Estados Unidos -el Instituto de Karate de Rhee en Washington, DC1%- Tanto Rhee como Kim estaban comprometidos con Moon, e invitaban a los alumnos de artes marciales a ceremonias religiosas197. Rhee pasó a integrar la junta de administradores de la iglesia de Moon y el directorio de la radio de Moon Free America, una estación radial que transmitía propaganda anticomunista y, sin que Rhee lo supiera, juntaba dinero para actividades de inteligencia198. Rhee negó que él fuera un agente del servicio secreto y, de hecho, se había sorprendido al enterarse de que Mickey Kim estaba cooperando con la fundación y la estación de radio199. Rhee fue un ardiente se­ guidor de Moon hasta 1965 -cuando se topó con las limitaciones del movimiento, que incluía restricciones sobre el matrimonio-. "Yo me casé en 1966. Si hubiera permanecido allí dentro, no me podría haber casado; habría tenido que esperar su visto bueno''200. Rhee comenzó a perder importancia dentro de la organización, pero, a medida que su Tae Kwon Do se volvió más exitoso, donó cientos de miles de dólares a los seguidores de Moon en los años 60. Finalmente renunció cuando todo se fue al demonio entre los Moonies, la KCIA y el gobierno de los Estados Unidos en los 70. Mientras tanto, Mickey Kim, que pronto sería presidente de la Asociación Coreana de Tae Kwon Do, era poderoso en la embajada surcoreana, con talento para organizar a las personas y manejar grandes sumas de dinero para proyectos complicados. Además de ayudar con la estación de radio y la fundación (por ejemplo, organizando una reu­ nión en su casa), él dio una mano con otras dos iniciativas de Moon: los Pequeños Ángeles, un grupo de niños coreanos que la gente pensaba eran huérfanos y que viajaban por todo el mundo cantando para Jefes de Estado; y el Centro de la Libertad de la Liga Anticomunista de los Pueblos de Asia, que distribuía propaganda acerca de Corea del Sur201. Las poderosas celebridades y los políticos americanos que pres­ taban sus apellidos para estos proyectos coreanos -partidarios tales como los ex presidentes Dwight Eisenhower y Harry Truman- no sa­ bían que agentes de la KCIA habían infiltrado los proyectos, que Moon

los estaba manejando, y que las iniciativas estaban juntando dinero para operaciones encubiertas202. A pesar de la intriga -o quizás gracias a ella- al Tae Kwon Do le continuó yendo bien, y a mediados de la década del 60 en el ambiente marcial el Instituto de Karate de Rhee era la cosa más notable desde Los Siete Samurai, Él había comenzado el instituto en 1962 luego de una exhibición abierta de artes marciales durante la cual Rhee saltó ocho pies en el aire y rompió tres tablas de madera. Al cabo de tres meses, tenía 125 alumnos203. Pronto habría pioneros como él en Canadá, el Reino Unido, Australia, Irán y en muchos otros países. Muchos de los pioneros serían desafiados por artistas marciales locales ansiosos por saber quiénes eran estos tan publicitados coreanos. Un instructor de judo pronto desafió a Rhee luego de la inauguración del Instituto. "No había escuelas locales de Karate o de artes mar­ ciales en Washington; la mía fue la primera, excepto por la escuela de ludo. Él entró, y era muy evidente por su lenguaje corporal que entró para avergonzarme. En el medio de la clase, caminó hacia el centro de sala y dijo: "Déjame preguntarte. Si yo te pego así, ¿cómo te defende­ rías?” Y lo bloqueé y golpeé tan fuerte como pude. Lo derribé y cayó al suelo. Él se rindió inmediatamente delante de todos mis alumnos. Ello trajo mucha publicidad -de boca en boca- de todos mis alumnos, y el propio instructor de Judo envió a muchas personas que querían aprender Karate... Yo andaba muy bien en aquel momento, porque ya había enseñado en Texas durante cuatro años haciendo combate contra todos esos grandotes, así que tenía confianza en lo que podía hacer, y el judoka se había dado cuenta”204. Dos años después, en 1964, el primer cinturón negro de Rhee en Washington, Pat Burleson, ganó el Primer Campeonato Nacional de Ka­ rate organizado por Rhee en los Estados Unidos. Rhee conocía a perso­ nas poderosas en Washington: el Vicepresidente de la Fundación Moon envió una carta al Embajador surcoreano para recordarle la reunión por el campeonato205. El combate de Rhee era extremadamente duro, como si la mentalidad militar se hubiera lanzado en paracaídas desde Asia hasta los Estados Unidos. Todo el combate en el circuito abierto de aquella época era duro. Burleson, por ejemplo, había estudiado Karate Shotokan en 1957 mientras estuvo destinado con los militares amerí-

canos en Japón, y ya era un luchador fuerte cuando conoció a Rhee y a

su alumno estrella, Alien Steen206. "Obtuvimos los fundamentos de Rhee, y él mejoró mis patadas un 500 por ciento", dijo Burleson. "Los japoneses tenían patadas pobres comparadas con las coreanas. Nosotros (con Rhee) pateábamos para lastimar: patadas secas, cortantes”. Las patadas eran la principal razón detrás de la creciente popularidad del arte marcial coreano207. "Lo llamábamos Karate", dijo Burleson. “Yo acuñé 'Karate Americano', porque el Tae Kwon Do era el arte marcial menos conocida en los Esta­ dos Unidos. Chuck Norris lo llamaba Tang Su Do". Sólo tiempo después Choi Hong-Hi convencería a Rhee y a los otros para renombrarlo Tae Kwon Do. Sin importar cómo era llamado, el combate libre con los nudillos al descubierto era duro, sin elementos de protección salvo cinta alre­ dedor de las lesiones. “Debía ser sin contacto, pero nos enviábamos al hospital a diestra y siniestra”, dijo Burleson. Él perdió casi todos sus dientes en combates durante aquellos años, similares a las peleas de artes marciales mixtas actuales, sin la lucha en el piso. '¿Recuerdas a Jean-Claude Van Damme en la película Bloodsport (El Gran Dragón Blanco)? La película no era una historia verdadera -una mentira de Hollywood- pero ese era el tipo de enfrentamientos que teníamos". Mucho tiempo antes de la locura por las artes marciales, Rhee, un hábil hombre de negocios, había anticipado el alto valor de entre­ tenimiento de sus torneos y había persuadido al programa de la NBC Sports in Action (Deportes en Acción) para que cubriese su segundo campeonato en abril de 1965, el primer torneo en recibir cobertura televisiva nacional. En la pelea semifinal, Burleson perdió con Mike Stone en lo que Burleson describió como una “pelea por rencor"208. "Yo había vencido a su profesor en 1964. Fue una pelea muy dura. Luego, Mike y yo continuamos como buenos amigos. Nadie salió seriamente dañado, pero Stone, que había aprendido Karate cuando era un solda­ do en los Estados Unidos, noqueó a Burleson con un golpe de canto de mano interno a la cabeza. Los productores de la NBC, sorprendidos por la agresión, especialmente por el final sangriento entre Stone y Burleson, sólo pusieron al aire una reseña del combate. Sentados entre el DÚblico estaban el Embajador de Corea, el jefe del Servicio Secreto

de la Casa Blanca, directivos de la fundación infiltrada por la KCIA, y el reverendo Sun-Myung Moon en persona209. Esta modalidad áspera de combate se diseminó a lo ancho de los Estados Unidos, y a pesar de que las reglas establecían el "no contacto" siguiendo las pautas fijadas por escuelas como la del instituto de Rhee, la dureza de los combates era la principal razón de la popularidad de esas artes marciales entre los practicantes norteamericanos. Burleson y Steen abrieron gimnasios, y el imperio de Rhee creció. "Pero el público no entendía el Karate", agregó Burleson, "no como hoy, con el Tae Kwon Do en cada barrio y las artes marciales mixtas en todo el mundo. Los americanos pensaban que era una cosa mística, espiritual. No te puedo decir cuántas veces fui desafiado a pelear por hombres que entraban caminando a mi gimnasio. Nuestra falencia en aquella época fue que no nos involucramos en la formación del carácter tanto como deberíamos haberlo hecho; estábamos demasiado ocupa­ dos demostrando que funcionaba, y nuestra meta era transformar en campeón nacional a cualquiera que entrase por la puerta a nuestros gimnasios". La experiencia de Burleson era típica de un gimnasio de Tae Kwon Do en Norteamérica. Burleson, Steen, Rhee y los demás bajaron un tanto la agresividad de los combates. "Las reglas se suavizaron en 1969 o 1970, y yo me mudé a California para entrenar con Chuck Norris”, Burleson me expli­ có. "Allí, nosotros jugamos el mismo juego pero agregamos reglas para proteger la cara. Y yo fui a visitar a Steen y le dije que tarde o tempra­ no todos terminaríamos en la cárcel porque alguien iba a morir. Utili­ zamos protectores después de eso, y agregamos un sistema de puntos". Rhee introdujo los protectores para sparring luego de un com­ bate en 1970, cuando un competidor conectó una patada de giro en la mejilla del campeón y se la fracturó. "La lesión me puso nervioso” dijo Rhee210. Él se dio cuenta de que alguien iba a terminar lisiado o muerto en algún combate. De hecho, alguien sí falleció -en la República Dominicana. El sparring tan intenso motivó a Rhee a desarrollar un equipo de protección, y agregó una fábrica de protectores a su imperio, ayudando a terminar con la era de "sangre y agallas” -o, más precisa­ mente, ayudando a enviarla a la clandestinidad-.

Rhee enseñó a quienes luego serían cam peones: gkipper Mullins, Fred Wren, Roy Kurban y Je ff Smith. jylike Stone no era alumno de jhoon Rhee, pero se volvió un peleador famoso, espe­ cialmente luego de que Elvis Presley lo contratara para enseñarle a su esposa, Prisci11a, con la cual Stone tuvo un romance.211 En los 60, Chuck Norris apareció en la escena combi­ nando patadas coreanas con técnicas de mano japonesas. Él era conocido por su devas­ tador golpe de puño cruza­ do. Había aprendido Karate Coreano a principios de los Años más tarde, Choi otorgó a Chuck 60 mientras estuvo en Corea Norris el grado de Maestro Sénior.: del Sur como un soldado y se Foto cortesía de Choi Hong-Hi. había hecho amigo de Rhee y de Bruce Lee en los Estados Unidos. Norris ganó muchos prestigiosos torneos americanos y apareció en una película de Bruce Lee, Way o f the Dragón (El Retorno del Dragón) en 1972, en una escena que es una de las mejores en la historia de las películas de artes marciales. Gracias a Lee, Rhee fue estrella en una película de artes marciales, When Tae Kwon Do Strikes (Cuando el Tae Kwon Do Golpea -luego re­ nombrada Stíng o ft h e Dragón Masters o La Picadura de los Maestros del Dragón-), que era sobre una rebelión coreana contra el dominio japonés. El corto de la película empieza con una estruendosa voz del narrador mientras Jhoon Rhee, con el torso desnudo, patea, golpea y grita a través de una horda de matones: ‘'[Aquí llega una fuerza única y devastadora! ¡Tae Kwon Do! ¡Una forma muy letal del Kung Fu! Jhoon

Rhee es llamado el Padre del Tae Kwon Do en América. jVean por qué cinco millones de personas idolatran a este increíble gran maestro!". Esta era una introducción muy adecuada para un arte marcial que estaba ingresando al cine y a las competencias como un tornado. Mientras que los maestros demostraban todas las maravillas y los peligros de la primera ola del Tae Kwon Do, hacían algo más también: generaban dinero. Fue en América donde las personas se dieron cuen­ ta de que podían aplicar los principios de los grandes negocios al Tae Kwon Do, que a finales de los 70 se estaba volviendo tan popular como el Karate. A medida que las dos artes se tomaban prestadas técnicas entre ellas, Rhee y sus campeones establecieron cadenas de escuelas y promocionaron sus gimnasios tanto como Choi Hong-Hi promocionaba el Tae Kwon Do durante las demostraciones internacionales. Irónicamente, las competencias televisadas nacionalmente por Rhee en 1965 contribuyeron para que los americanos descubrieran la verdad sobre la KCIA y la Fundación Moon. Aquel año Robert Roland, un conocido adherente, ordenó que la fundación retirase su nombre de la estructura de la organización ya que él no podía apoyar a "un grupo de fanáticos-seudorreligiosos". Roland escribió que el grupo "procla­ ma a través de sus enseñanzas Principios Divinos, que su 'líder' es la realización de la profecía bíblica concerniente a la llegada del mesías... Para fundamentar mis afirmaciones ustedes encontrarán adjuntos extractos de la publicación oficial de la Asociación del Espíritu Santo, The New Age Frontiers publicado en San Francisco. Estas mostrarán la aparente vinculación de la Asociación Cultural Coreana con la Aso­ ciación del Espíritu Santo y sus afiliados, el Instituto del Karate en Washington, DC, y los 'Pequeños Ángeles' de Seúl, Corea"212. Roland continuaba citando al Reverendo Moon al referirse a una edición del 15 de abril de 1965 de unas de las publicaciones de Moon: "Luego regresó a Arlington para un descanso y comer algo antes de conducir varios vehículos al Torneo de Karate bajo el auspicio de la Fundación Cultural Coreana y el Instituto de Karate de Jhoon Rhee. Acerca del torneo de Karate: la NBC estuvo allí y los oficiales estaban excitados sobre este nuevo arte o deporte del Karate, y dijeron que seguramente lo televisarían cada año. Habrá una emisión nacional el 16 de mayo”.

El presidente de la Fundación Moon, un muy conocido general americano, renunció luego de recibir la car­ ta de Roland, y tras ello siguió un éxodo masivo de adherentes213. Pocos america­ nos querían estar re­ lacionados con Moon. Rhee siguió al éxodo y( más adelante en su vida, crearía su propia Jhoon Rhee y Choi Hong Hi a comienzos de los 70. Foto cortesía de Choi Hong-HL filosofía de artes mar­ ciales para cambiar al mundo y para ayudar a las personas a volverse humanamente per­ fectas, como él lo describía. Lo llamó el "Club 100-21", que significaba 100 años de sabiduría en el cuerpo de una persona de 21 años de edad. Mientras tanto, la fundación de Moon siguió creciendo hasta fines de los 70, y Rhee se hizo amigo del futuro líder del Tae Kwon Do Olím­ pico, Kim Un-yong, enseñándole a conducir en Washington214. Esas eran las buenas épocas, antes de que Kim estuviera fuertemente involucra­ do en las artes marciales, antes de que Rhee odiara lo que Kim le hizo al Tae Kwon Do, antes de que se volvieran enemigos. * * *

Choi Hong-hi sabía del pasado de Kim en el servicio secreto y, en los primeros días, no estuvo demasiado impresionado con el reverendo Moon y la Iglesia de la Unificación, pero Jhoon Rhee era importante y Choi siempre trabajaba con gente importante. In 1966, invitó a Rhee para que lo ayudase a negociar una fusión entre la recientemente creada Federación Internacional de Tae Kwon Do de Choi y otras asociaciones de artes marciales en Corea215. Las negociaciones por la fusión fracasaron, pero tres años más tarde, Choi ayudó a Rhee y a

otros pioneros en ios Estados Unidos a establecer una asociación de Tae Kwon Do216. Al poco tiempo, Rhee visitó la casa de Choi para cenar y, durante la comida, no podía creer cuando vio que Choi empezó a masticar los huesos de faisán en la sopa217. Todo era una batalla o competencia para Choi, hasta comer. Él comía cosas que los demás no tocaban: cabezas de pescado, saltamontes rostizados, pies y colas de cerdos, hasta me­ dia cabeza de un cerdo aplastada por una piedra caliente para sacar la grasa. Choi comía estas "delicias", como él les decía, mientras sus hijas gemían horrorizadas218. Durante la cena con faisán, Rhee lo miró destrozar los huesos. "¿Cómo puede comer así?”, le preguntó, encontrando los huesos casi imposibles de tragar. “No es nada” Choi respondió y continuó masticando. Rhee volteó su mirada hacia la esposa de Choi: “Sin dudas, él es una persona espe­ cial”, le dijo. El ex general era 12 centímetros más bajo que Rhee, que medía un metro sesenta, pero Choi era muy duro, pensaba Rhee. Choi le pediría a Rhee un día que lo reemplazara como presidente de la ITF, y Rhee declinaría de manera educada219. ¿Por qué debo ha­ cerme cargo de un dolor de cabeza?” dijo Rhee. Él había visto a la ITF arruinar la escala de graduaciones, especialmente en Europa, donde Choi había distribuido rangos de cinturón negro a su antojo. A fines de 1960, el Presidente surcoreano forzó a Choi a negociar con otros artistas marciales para unificar las varias facciones -con la KCIA facilitan do- que en los ojos de Choi significaba interfiriendo, La KCIA interfería con casi todas las actividades en Corea, pero Choi no quería que nadie tomase el control sobre el Tae Kwon Do. Ellos se hicieron cargo de todos modos, como en el desdichado poema donde la urraca construye un nido solamente para atrapar una paloma empo­ llando un huevo en él, Choi pensó. Él había querido que el Presidente anunciara que el Tae Kwon Do debía seguir las técnicas practicadas en el ejército o las técnicas que ya eran bien conocidas internacional­ mente. En vez, el presidente Park no sólo quería el nido -él querría los huevos, las ramas, y el árbol completo-.

El equilibrio de poder entre la ITF y la Asociación Coreana de Tae Kwon Do se había vuelto en su contra: Choi nunca había tenido demasiado apoyo del Presidente, pero ya no tenía un apoyo fuerte ni siquiera dentro de las tres esferas que rodeaban al Presidente: la KCIA, ja Oficina del Primer Ministro y la Fuerza de Seguridad Presidencial en ja Casa Azul, que es como los coreanos llaman al palacio presidencial, En 1968, Pistola Park llamó a Kim Um-yong a los Estados Unidos con un pedido urgente: "La Casa Azul necesita un secretario de prime­ ra categoría para manejar los asuntos americanos. Por favor regrese inmediatamente” Aquel enero, más de treinta norcoreanos vestidos en uniformes militares del ejército surcoreano habían avanzado treinta kilómetros desde la frontera hasta la Casa Azul, donde estuvieron a 800 metros de asesinar al Presidente. Dos días después, los norcorea­ nos atraparon a un buque espía norteamericano, el USS Pueblo, y la primera reacción de los americanos fue la de considerar lanzar una pequeña ojiva nuclear sobre Corea del Norte220. Las relaciones entre ¡os tres países nunca habían estado peor, y el Presidente surcoreano aparentemente necesitaba de los talentos de Kim y sus conexiones en Washington y Nueva York221. Pero cuando Kim arribó a Corea, fue designado asesor de un grupo de seguridad de la Casa Azul que estaba recibiendo entrenamiento especial con la Fuerza Área de los Estados Unidos. Kim se sintió desilu­ sionado. "Mi título era secretario de primer grado manejando asuntos americanos en la Casa Azul”, Kim escribió, "pero mi verdadera misión era organizar a los miembros de la oficina de seguridad envueltos con los EEUU, y hacer traducciones y tareas de protocolo. Yo no estaba contento con rni misión, que no era adecuada para mí”222. Pasó muchos días sumido en la angustia, especialmente luego de que su madre mu­ rió en 1968. (La Fundación de Moon le envió un presente monetario a Kim para expresar su pésame]. Kim comenzó a trabajar como director de un grupo académico pero descubrió que no le gustaba. "Estaba en un profundo dilema”, escribió. "Yo había perdido mi esperanza en la vida y sentía un vacío mental y luché una batalla interna. Comencé a pensar que era hora de dejar la función pública y empezar una nueva carrera".

No obstante, Kim Un-yong estaba trabajando con ios hombres más poderosos de Corea. Él ahora era asistente del jefe de la Fuerza de Seguridad Presidencial, Pistola Park, quien mantenía conexiones con la Fundación Moon y estaba ayudando en una enorme misión de la KCIA en los Estados Unidos223. El ex agente de seguridad Philip Liechty, quien sirvió con la CIA americana en Corea a fines de los 60, dio a un periodista la siguiente explicación acerca de la FSP: "Usted tiene que entender qué clase de gente era reclutada en la Fuerza de Seguri­ dad Presidencial, la guardia personal de Park... Era una época en que había varios intentos de asesinato por parte de paramilitares contra el Presidente, atentados perpetrados por equipos despachados desde Corea del Norte, y entonces él se rodeó de asesinos probados. La cosa importante es que el hombre a cargo de proteger al Presidente en un país así tiene que haber demostrado estar dispuesto a matar para su jefe sin dudarlo, a hacer cualquier cosa que el Presidente le pida"224, Kim era el número dos en la fuerza de seguridad. En 1970, Pistola Park ~o quizás el Presidente surcoreano mismo- dio la aprobación para que Mickey Kim se hiciera cargo del Tae Kwon Do225. Kim dijo que fue un pedido inesperado y que él no quería el trabajo, en parte por el alboroto entre Choi y los demás jefes de artes marciales, "En aquel momento, el Tae Kwon Do estaba embrollado en una lucha interna y el cargo de Presidente de la Asociación Coreana de Tae Kwon Do estaba vacante", explicó Kim. "Yo estaba profundamente deprimido”, Kim había saltado de la posición de agente de la KCIA a funcionario de la Oficina de Seguridad Presidencial y luego jefe de una problemática arte marcial que necesitaba mucho dinero, justo cuando había muy poco dinero disponible en Corea. No obstante, Kim, un hombre rico y bien conectado, se convirtió en el nuevo líder del Tae Kwon Do, el presidente de la KTA226. El Presidente surcoreano le dijo a Choi que debería ocupar una po­ sición honoraria en el Tae Kwon Do y así dejar lugar para que hombres más jóvenes, como Kim, se hicieran cargo227. Choi no apreciaba ese tipo de honor, pero Kim era poderoso dentro de la KCIA, al igual que Uhm Woon-kyu y Lee Chong-woo, los dos líderes marciales que alguna vez habían llamado a Choi un "buscapleitos permanente".

En enero de 1971 Kim asumió el cargo, y Uhm asumió como Vice­ presidente228. Kim acusó a Choi de alinear a la KTA con Corea del Norte, pero no había evidencia de ello en aquel momento. "El Tae Kwon Do era c0Ino una perla en el barro", escribió Kim. "Dependiendo de cómo sea conducida, brillará o permanecerá en el barro"229. Fue una declaración rara, ya que Choi, Nam y los pioneros habían vuelto al Tae Kwon Do una de las mejores artes marciales en el plane­ ta con millones de practicantes. La KTA afirmó tener 1,3 millones de miembros pero reconoció que la ITF de Choi estaba floreciendo: 360 gimnasios principales, la mayoría de ellos ITF, habían surgido en Seúl de los cinco kwan desde la década del 40 (más tarde serían nueve), y los militares coreanos practicaban las técnicas de la ITF que Choi y sus hombres habían desarrollado en Malasia230. La ITF albergaba a más de trienta asociaciones nacionales y, en los Estados Unidos, se había vuel­ to tan popular como el Karate japonés y era parte de una locura por las artes marciales liderada por Bruce Lee, Chuck Norris y el amigo de Kim Un-yong, Jhoon Rhee. Con seguridad, todo esto era la parte "perla" El “barro", quizás, estaba en la dictadura surcoreana, a pesar del extraordinario florecimiento económico que estaba teniendo lugar. En 1971, el Presidente surcoreano Park anunció que el Tae Kwon Do era "Kukki" (deporte nacional) que rima con "spooky" (tenebroso, de terror)231. Atrapado entre un Choi enfurecido y un dictador poderoso, Kim, el Presidente de la KTA, no tenía un trabajo fácil. Dijo que sentía angustia y que evitaba amenazas de personas que le advertían que se mantu­ viera alejado del Tae Kwon Do. Kim admitió más tarde en un programa de televisión: "Yo acepté el puesto de presidente de la KTA porque el gobierno coreano me dijo que corrigiera el estado del Tae Kwon Do en aquella época"232. Él estaba diciendo de manera indirecta que aceptó el encargo porque no tenía otra opción. Pero Pistola Park y el Presidente de Corea del Sur estaban a su lado, y con amigos como esos, ¿a quién le importaba que Choi y la ITF amenazaran? La principal responsabilidad de Kim era recaudar enormes canti­ dades de fondos para un nuevo Centro de Tae Kwon Do y un campeo­ nato mundial; él mantuvo su poderoso trabajo de día como asistente ■del Jefe de Seguridad Pistola Park y sus conexiones de la KCIA con la

fundación de Moon en los Estados Unidos, asegurándose de que ]a KTA se beneficiara económicamente mientras él estaba en ese lugar Como siempre, las conexiones entre todos esos dirigentes y grupos eran complicadas y ocultas -sin mencionar su carácter grotesco-. Era una forma de organización que era la especialidad del omnipresente Servicio Secreto Coreano. En 1970 y 1971, por ejemplo, cuando a Kim se le prometió organi­ zar un Campeonato Mundial de Tae Kwon Do en Seúl, la Fundación de Moon envió cheques a Kim y a la Asociación de Tae Kwon Do. Natural­ mente, cuando la historia se filtró a ios medios, la gente se preguntaba por qué una organización Moon (infiltrada por la KCIA) daría dinero al Tae Kwon Do. Era una extraña relación financiera, y, unos años después, el gobierno de los Estados Unidos investigaría el asunto; el investigador estadounidense Howard T. Anderson le preguntó a la ca­ beza de la organización, Pak Bo-Hi, acerca del dinero de la fundación que fluía a oficiales del gobierno coreano y a operativos de la KCIA, incluyendo a Mickey Kim. Anderson indagó sobre tres cheques para Kim (US$ 200 el 10 de febrero de 1970; US$ 300 el 30 de abril de 1970; y US$ 300 el 14 de junio de 1970) y otra cantidad de cheques para la asociación de Tae Kwon Do de Kim233. Anderson: ¿Recuerda usted para qué fueron estos pagos? Pak: Creo que esto fue un pago, una ayuda para una publicación cono­ cida como Korean Observen (Pausa) Pak: La indicación que tenemos aquí es beca e investigación. Calificamos aquello como (una) beca e investigación. Anderson: ¿Beca e investigación? Pak: Sí, beca de investigación, una subvención, probablemente. Anderson: ¿Para Mickey Kim? Pak: Sí.

Anderson: Pero él era un funcionario del gobierno en aquel momento, ¿correcto?

Pak: ¿En qué momento? ¿Era en 1971? Yo no sé... Recuerdo que dos o tres veces le dimos una subvención de investigación al Korean Obser­ ven Esto puede ser otorgado para ese propósito. Anderson: También hay algunos registros -que no le mostraré a ustedque demuestran que los cheques fueron para la Asociación Coreana de Tae Kwon Do. ¿Eso tiene alguna conexión con Mickey Kim? Pak: Creo que sí, porque él era el presidente de la Asociación Coreana de Tae Kwon Do. Esta es una gigantesca organización deportiva y cultural, sin fines de lucro, de la cual los coreanos están orgullosos, y aparentemente ellos tenían algún evento internacional. Necesitaban que varias organizaciones aportaran fondos. Creo que contribuimos a aquello porque la misma cultura (sic) y área de los trabajadores. Se ajusta a los fines de la fundación. Él trabajo de Kim con el Korean Observer no aparece en su currí­ culum. Bajo su guía, la KTA se movió rápidamente para contener al Tae Kwon Do de Choi. En 1971, el Presidente surcoreano anunció que 360 gimnasios de artes marciales en Seúl necesitaban permisos para funcionar. La mayoría de los gimnasios eran parte de la ITF, y las reglas para obtener los permisos eran tan severas que el 80% fracasó en su intento. Posteriormente, el Presidente surcoreano decretó una nueva ley elevando los impuestos sobre los comercios, incluyendo a los gim­ nasios234. ¿Cómo harían Choi y todos los pioneros para juntar el dinero para todos esos impuestos? Probablemente vieron en el manotazo de dinero lo que realmente era: extorsión. Éste era un país donde millones fluían desde las tres esferas del poder hacia cuentas en bancos suizos oa un mueble detrás del escritorio del Presidente en la Casa Azul235. Mientras Mickey Kim prometió utilizar el arte marcial para mejo­ rarla imagen internacional de Corea, y el Tae Kwon Do se volvió parte del programa de enseñanza en la escuela primaria y secundaria, Kim utilizó sus conexiones dentro de la Fuerza de Seguridad Presidencial para juntar una pequeña fortuna para un edificio de Tae Kwon Do, el Kukkiwon. Reunió 200 millones de wons, el equivalente a más de un

millón de dólares en la actualidad, y consiguió materiales de construc­ ción donados. Supuestamente, Choi no sería un problema. Por cuatro años, Choi y la ITF habían estado causando problemas a la Asociación Coreana de Tae Kwon Do, pero Kim parecía saber algo que nadie más sabía. En diciembre de 1971, aludiendo a la hostilidad entre él y Choi, le dijo a un reportero: "Todos los problemas menores y mayores creados durante la primera etapa en el desarrollo del Tae Kwon Do serán resueltos por los esfuerzos de personas que están es­ tudiando la cuestión de manera silenciosa"236.

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¡Tae Kwon Do! Aquellos que lo usan, toman el control... Aquellos que no, ¡mueren! Narrador en el tráiler de la película "Cuando el Tae Kwon Do golpea", de Jhoon Rhee, 1973. internacionalmente, la batalla entre Choi y Kim se volvió más seria en 1973. La organización de Kim envió instructores a países que ya tenían instructores de la ITF, un desafío directo a Choi. Envió a Yoon Kum-joong, de 30 años de edad, para que abriera un nuevo gimnasio en Malasia, por ejemplo, donde las escuelas de la ITF habían prosperado por años. Diez meses más tarde, éste moría con disparos en el pecho y abdomen en su propia casa237. La intriga entre Choi y Kim, entre sus dos artes marciales, era tan secreta como preocupante. Una síntesis de los hechos desde 1962 hasta 1971 destaca este tema: • Kim Un-yong (Mickey Kim) trabajó con una fundación Moon que estaba parcialmente equipada y financiada por el servicio secreto coreano. La fundación enviaba dinero a la Asociación Coreana de Tae Kwon Do y a su presidente, Kim. • Choi Hong-Hi, cabeza de la Federación Internacional de Tae Kwon Do, aceptó dos millones de dólares de Corea del Norte, rechazándo­ los tan solo a último momento. Aun así, él se estaba comunicando con agentes norcoreanos, lo que era castigable con la muerte en Corea del Sur. • La CIA Coreana incluyó en su presupuesto una partida para la Asociación Atlética Coreana (KAA) para participar en operaciones encubiertas en los Estados Unidos. Dos de los jefes de Kim tenían a su cargo las misiones y estaban involucrados con la Fundación Moon, que ocasionalmente enviaba dinero a Kim y al Tae Kwon Do.

• Jhoon Rhee, el padre del Tae Kwon Do Americano, era amigo de Choi y Mickey Kim, hacía donaciones a los seguidores de Moon, y ocupaba un lugar en la junta de directores de la Fundación Moon, El primo de Rhee, Pak Bo-Hi, era la mano derecha de Moon y había ayudado a Rhee a establecer un instituto de artes marciales en Washington, D.C, una de las primeras escuelas de Tae Kwon Do en los Estados Unidos. Pak estaba involucrado en una enorme misión de la KCIA en los Estados Unidos. El gobierno americano, cuando finalmente reconoció saber sóbrela operación encubierta, la llamó "El Plan", una operación que se parecía al incidente de Espionaje de Berlín Oriental de 1967 -sólo que diez ve­ ces más grande-. La meta principal del Plan era revertir la decisión de los Estados Unidos de reducir drásticamente la asistencia americana y tropas en Corea del Sur, y detallaba cómo sobornar, seducir e influen­ ciar a más de cien miembros del Congreso, infiltrar la Joint ChíefofStaff (Jefatura Conjunta de las Fuerzas Armadas), sobornar e intimidara académicos americanos y a la prensa, y de paso acosar y amenazará los coreano-americanos que criticaban la dictadura de Corea del Sur238, Cuando los políticos americanos se enteraron del Plan, sospecharon que partes de éste podrían ser ilegales, mientras que otras partes, como el intento de Moon de construir una fábrica de ametralladoras M-16, eran preocupantes. La situación puso nerviosos a Choi y sus pioneros. Cuando hago una lista de sus adversarios a principios de los 70 -Kim Un-yong, la KCIA y otras unidades especiales- me maravillo ante el ego de Choi y su deseo ilimitado de controlar el Tae Kwon Do global Su ÍTF estaba creciendo, pero Choi había ingresado en un juego que prometía ani­ quilarlo. El juego comenzó en el otoño de 1970, cuando el Presidente de Co­ rea del Sur organizó reuniones en la Casa Azul para coordinar El Plan. Seguramente había empezado mucho tiempo antes, pero aquel año el Presidente asignó la misión a Pistola Park, el jefe de Kim Un-yong239. El cerebro detrás del Plan en los Estados Unidos y Canadá era el agente Yang Doo-wan de la KCIA, quien se había mudado de Alemania Occi­ dental a Washington, donde había pasado a ser el Jefe de Estación de la KCIA. Yang había estado a cargo del Incidente de Berlín Oriental

en Alemania en 1967 y ahora supervisaba todas las operaciones de la ((CIA en los Estados Unidos. Su alias todavía era “Lee Sang-ho", pero era una persona muy cercana a infiltrados de la KCIA en la Fundación Moon240.

Asumo que Yang trajo a muchos de sus mejores agentes y artistas marciales para que hicieran el trabajo sucio de la KCIA, tal como lo había hecho en Alemania. Un periodista británico, Andrew Jennings, citaba en un artículo a un ex agente de la CIA americana, Philip Liechty, con relación a denuncias de que “la KCIA utilizaba escuelas de Tae Kwon Do como bases de operaciones y para cubrir a sus operativos in­ ternacionales, particularmente en los Estados Unidos. Hubo un período en que algunas de estas personas supuestamente estuvieron involu­ cradas en secuestros y en sacar de los Estados Unidos a Corea a estu­ diantes surcoreanos que protestaban contra el régimen de Park”241. El Plan contenía nueve puntos, y el noveno era “intimidar a los residentes surcoreanos poco cooperativos que vivían en los Esta­ dos Unidos a través de sus familias, parientes y amigos cercanos en Corea del Sur*'242. En los 70, los colaboradores de la KCIA parecían estar vigilando a todos en Corea -tal era el aura de omnisciencia de la KCÍA- y las familias sobrevivieron no hablando con nadie, incluyendo sus propias familias, acerca de nada243. La KCIA exportó esta actitud aAmérica del Norte: en el Plan, bajo el título de “Operaciones concer­ nientes a residentes coreanos", la KCIA se enfocó en la rama americana de la Asociación Atlética Coreana porque ésta era una "organización anti-comunista''244. El servicio secreto coreano se había vuelto ducho en dotar de personal, financiar y controlar a grandes organizaciones coreanas, como la KAA. Ésta era la misma KAA que había incorporado a la Asociación Co­ reana de Tae Kwon Do de Kim Un-yong, la KAA que Choi había evitado ■cuando él comenzó la Federación Internacional de Tae Kwon Do en 1966. El Pian proporcionaba detalles para diplomáticos surcoreanos yagentes del servicio secreto acerca de qué hacer con la KAA: ellos / bebían establecer “una red organizativa de frentes anti-comunistas” que involucraba una asociación de ex marines en Los Ángeles, que no se ■nombraba, y a ochenta colaboradores en cinco ciudades de los Estados "Unidos.

Durante años, el General Choi había estado advirtiendo sobre tales actividades y ahora era demasiado tarde. Entre 1970 y 1976, el servicio secreto coreano pagaba cincuenta dólares mensuales a cada uno de los diez colaboradores de la KAA en San Francisco y en Chicago, y veinte dólares a cada uno en Los Ángeles, Washington y Nueva York245. Como en los secuestros en 1967 en Alemania Occidental agentes de la KCIAy colaboradores, incluyendo instructores de Tae Kwon Do, amenazarían a coreano-americanos que criticaban al régimen de Corea del Sur o los "invitarían" a que visitaran Corea. Para 1973, las autoridades estadounidenses estaban escuchando quejas de los aterrorizados coreano-americanos. Agentes estaban ordenando a las personas que dejaran de criticar a Corea del Sur, los amenazaban por teléfono a la noche, y estaban diseminando rumores acerca de familias y amigos siendo interrogados en Corea del Sur245, El editor de un diario coreano-americano, alguien que era conocido por estar en contra del régimen, fue secuestrado cuando estaba yendo a dar un discurso247. Un profesor se suicidó en Corea del Sur durante un interrogatorio de la KCIA248. A medida que pasaban los años, los informes se volvían peores; llamadas anónimas amenazando asesinar a niños en los Estados Unidos y en Corea, y familiares torturados y encarcelados en Corea del Sur porque estaban relacionados con críti­ cos del régimen en los Estados Unidos249. Al principio, la CIA y el FBI americano ignoraron por completo las denuncias -Corea era un aliado de los Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam que estaba aun desarrollándose- pero un pequeño número de políticos americanos en Washington y Seúl, incluyendo al Embajador de los Estados Unidos en Corea del Sur, quedaron horrorizados al enterarse. Los estadounidenses de Corea se habían dirigido a ellos en busca de ayuda, y para obtener información ellos dependían de editores valientes, como Song Sun-keun, un hombre de los medios gráficos que publicaba el Korea Journal, un pequeño diario comunitario en San Fran­ cisco. Song era amigo de Kim Dae-jung, el demócrata que casi derrotó al dictador surcoreano en la elección presidencial de 1971 (a pesar de la manipulación de la elección). Song y su periódico habían estado cri­ ticando al dictador Park Chung-hee por más de un año cuando agentes de la KCIA intentaron comprar su diario, Song se rehusó. Entonces, los

agentes de la KCIA forzaron a los anunciantes coreano-americanos del diario para que dejasen de anunciar en el Korea Journal, drenando

así al diario de sus ingresos. De todos modos Song mantuvo al diario funcionando, un voz disidente en una época en que los periodistas eran sobornados o amenazados para que apoyaran a la dictadura250. Entonces, un martes en 1974, Song recibió un llamado: “Serás ase­ sinado el domingo", dijo una siniestra voz en coreano. El que llamaba afirmó ser un lector del Korea Journal y acusó a Song de comunista. "Usted no lee mi diario” respondió Song. “Estamos totalmente en contra del comunismo, tanto como estamos en contra de la dictadura de Park". El que llamó cortó, pero Song había reconocido la voz basándose en su acento, de una provincia austral de Corea del Sur; el hombre era él Cónsul para el área de San Francisco y un agente de la KCIA251. Song había recibido amenazas de muerte en el pasado pero no las informaba a menudo a la policía, porque creía que “Usted será ase­ sinado” en coreano no era tan serio como si era dicho en inglés. Sin embargo, esta vez informó de la amenaza a la policía -y al FBI-, que respondió con algunos interrogatorios muy livianos a los sospechosos. El Cónsul no asesinó al periodista, pero la KCIA atormentó a Song con amenazas de muerte y asustó a los anunciantes hasta que Song se quedó sin dinero. Él llegó a publicar un artículo en el cual describió la amenaza, y nombró al Cónsul como responsable, lo que hizo que el conflicto político se volviera una cuestión personal. AI tiempo, Song se enteró de que la KCIA había planeado enviar a un hampón de Los Ángeles para que lo atropellase con un automóvil, pero el auto nunca llegó, y los artículos de Song se volvieron más críticos que nunca. En 1976, uno de los amigos de Song escuchó al Cónsul coreano or­ ganizar para que un maestro de artes marciales de la zona de Seattie lo atropellase con un automóvil. El amigo también escuchó a un maestro de artes marciales discutir un plan para secuestrar a Song y llevarlo de regreso a Corea. Ese año, Song dijo que el mismísimo Cónsul había intentado golpearlo con su auto y que el periodista se corrió justo a tiempo para evitarlo252.

Si estas situaciones no hubieran sido tan aterrorizantes, serían un grotesco, como una serie de escenas de la película Kill Bill Pero esto era la realidad y Song, desgastado y quebrado, dejó de publicar. Encuentro la historia irritante, no sólo porque destruía todo lo bueno que el arte marcial representaba, sino que también era típico de lo que estaba pasando en aquellos días. Fue una de las pocas historias que salieron a la luz. Campañas sin piedad de KCIA, como la que se hizo contra Song, mantuvieron a muchos coreanos silenciados y temerosos en todo el mundo durante la década de 1970, pero no a Choi Hong-Hi. Es verdad que Choi había utilizado alguna vez a la KCIA para ayudar al Tae Kwon Do, pero la diferencia crucial era que él ponía al Tae Kwon Do en pri­ mer lugar y a Corea del Sur en segundo lugar. Para sus enemigos, la nación estaba primera y el arte marcial segundo; el Tae Kwon Do era una herramienta del Estado. Pocas personas creyeron las advertencias de Choi acerca del régi­ men, llamándolo paranoico, celoso y un busca-pleitos. Desde la pers­ pectiva de las artes marciales, una de las partes más inquietantes del Plan y la investigación que siguió fue que los nombres Kim Un-yong (presidente de la KTA) y su jefe, Pistola Park (jefe de la Fuerza de Se­ guridad Presidencial), seguían paseando por los lugares más extraños. Pistola Park, un artista marcial entrenado en Judo y Hapkido, era uno de los hombres más poderosos en la dictadura y encabezaba muchas operaciones ilegales que obtenían dinero para actividades encubiertas: • En 1970, convenció al Presidente de Corea del Sur para que firmase 60.000 cartas para recaudar fondos en una campaña de caridad falsa en los Estados Unidos. « En 1971, robó US$ 200.000 de un agente de la KCIA que debía utili­ zar el dinero para sobornar a un congresista de los Estados Unidos. ® En 1973, él y su hermano, presidente de una universidad surcorea­ na, fueron parte de un plan para sobornar y presionar a académicos americanos.

• En 1974, uno de sus asistentes entregó un sobre con US$ 10.000 en efectivo a John E. Nidecker, asesor especial de Richard Nixon, uno de muchos intentos de soborno de Pistola Park a Nidecker253.

¿Sabía Kim Un-yong de estos ilícitos? No lo sé, pero mientras la Asociación Coreana de Tae Kwon Do estuvo bajo su mando en 1971, él participó de los esfuerzos para recolectar donaciones de compa­ ñías americanas para la elección en Corea del Sur aquel año. La KCIA pretendía obtener entre US$ 100.000 y 150.000 de Industrias Colt, fabricante de la ametralladora M-16, y Kim Un-yong era el hombre para obtenerlo. A mediados de los 60, mientras era un oficial de la KCIA, Kim había organizado una importante reunión entre un ejecutivo de Colt y el Presidente de Corea del Sur, quien quería construir una fábrica de armas en Corea254. En 1971, actuando para Pistola Park, Kim solicitó a Industrias Colt contribuciones para la campaña para las elecciones que habrían de ocurrir en unos pocos meses255. En aquel momento, en Corea del Sur, Kim estaba juntando 200 millones de won (más de un millón de dólares en la actualidad) para el Kukkiwon, un majestuoso centro de Tae Kwon Do en Seúl. Los gerentes de Colt autorizaron un cheque por US$ 100.000 a la orden de Kim Un-yong, pero lo retiraron ante el consejo de sus abo­ gados, ya que éstos les informaron que tales donaciones eran ilegales en Corea del Sur. De todos modos, la KCIA hábilmente reunió al menos US$ 8,5 millones en "préstamos”, "gastos pre-pagos”, y "comisiones” de empresas americanas, que fueron todas enviadas al presidente Park Chung-hee para su dudosa elección de 197 l 256. El dictador derrotó a su rival, Kim Dae-jung, por un pequeño margen, y luego un informe preparado por el congreso americano concluiría: "Dado que Kim Daejung perdió la elección presidencial de 1971 por menos de 8% de los votos... existe la posibilidad de que los US$ 8,5 millones, combinados con fondos de otras fuentes (americanas), hayan sido determinantes de la diferencia en los votos...”. Luego de la elección, el Presidente de Corea del Sur anunció un decreto de emergencia; para el coreano promedio, esta "emergencia” y todos los otros "gastos" y "préstamos" coincidieron con el período político más represivo bajo el dictador de Corea del Sur. La KCIA no sólo requería importantes sumas de dinero y hombres, sino que también requería veneno. El jefe de Estación en Washington de la KCIA contrabandeó gran cantidad de fondos ilegales desde los Estados Unidos hacia Corea en valijas diplomáticas coreanas257. En una

oportunidad, la Inteligencia Americana descubrió una lista secreta de compras en una de las valijas, una lista que incluía "equipamiento de vigilancia electrónica" y "veneno", que el régimen necesitaba en Corea del Sur258. Choi Hong-Hi había escuchado que el método preferido para asesinar a los oponentes políticos era envenenar sus tragos en encuen­ tros sociales259. Desde que oyó eso, siempre había verificado sus tragos en las casas kisaeng; a menudo, un rival bebía primero para demostrar que el trago no estaba adulterado. En 1971, Choi debe haber sabido lo candentes que se habían puesto las cosas con la KCIA y el Tae Kwon Do, porque todavía tenía muchas conexiones dentro del servicio secreto. Choi conocía a los dos instruc­ tores que habían estado involucrados en los secuestros de 1967, y con­ tinuaba trabajando con Jhoon Rhee, quien era amigo de Kim Un-yong. Al mismo tiempo, una locura por las artes marciales estaba arra­ sando al mundo. En 1971, la película BíllyJack contenía secuencias de Karate y Hapkido y pronto se volvió un éxito, seguida de Red Sun, pro­ tagonizada por Charles Bronson y el legendario actor japonés Toshiro Mifune. Entonces, Bruce Lee, quien había aprendido la patada lateral con la pierna adelantada de Jhoon Rhee, lanzó la película The Big Boss (El Gran Jefe) en 1971, Fist ofF u ry (Puño de Furia / La Conexión Chi­ na) y Way o ft h e Dragón (El Regreso del Dragón) en 1972, y Enterthe Dragón (Operación Dragón) en 1973, que lo volvieron una celebridad en Asia y en Occidente260. Sin embargo, el programa que yo recuerdo es el éxito televisivo Kung Fu, protagonizado por David Carradine, que fusionó el caos de las artes marciales con filosofía oriental en el Lejano Oeste. Una temática recurrente para el personaje de Carradine (llamado "Saltamontes" por su ciego Maestro Po) consistía en mantener una actitud justa y pacífica en medio de la violencia, el crimen y de personas que lo insultaban habitualmente. Los pioneros del Tae Kwon Do enfrentaron los mismos dilemas pero sin pausas comerciales. En Corea del Sur, la policía secreta era más poderosa que la Oficina del Primer Ministro y, en Norteamérica, el Embajador de Corea reportaba a los jefes de Estación de la KCIA. Choi apenas podía mantenerse a este ritmo, pero nunca dispuesto a rehuir a una pelea, concluyó que, como siempre, debía tomar el tema

en sus propias manos. Hacia el año nuevo de 1972, dos hombres de la KCIA, ex subordinados de Choi, lo visitaron en su casa para una charla amistosa261. Al principio, Choi los trató como a amigos, quejándose de que el Presidente de Corea del Sur estaba abusando de la situación en el Tae Kwon Do al enfrentar a la organización de Mickey Kim contra ja de Choi. Los dos agentes estuvieron de acuerdo con Choi y, en ese momento, él recordó repentinamente un pasaje de Han Fei, un filosofo del tercer siglo antes de Cristo: “Ten cuidado con el enemigo dentro de tu grupo". Uno de los hombres, un ex director de sucursal de la KCIA, palmeó a Choi en la espalda y dijo, "Señor, considerando la situación actual, ¿no sería preferible para usted hacer lo mejor que pueda desde el ex­ tranjero?” "¡Nunca!” dijo Choi, dándose cuenta de que ellos estaban a la pesca de información. "¿Por qué viviría en el extranjero? Necesito enderezar lo que está sucediendo en el campo de batalla del Tae Kwon Do". Con esa afirmación, la KCIA relajó su vigilancia sobre Choi y, en menos de una semana, él y su mano derecha, Nam Tae-hi, huyeron del país en un avión a Canadá.

C a p ít u l o ! 0

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EXILIADOS

El quinto elemento esencial para el taekwondista es la precisión en el lan­ zamiento de patadas y golpes. En un momento de crisis sólo tienes una oportu­ nidad. Si fallas, no puedes volver atrás... Duk-Sung Son, miembro fundador del Tae Kwon Do262. Choi y Nam mudaron la sede central de su organización de Tae Kwon Do a Toronto, Ontario, pero Choi debió dejar atrás a su familia y llegó a Canadá sin ningún dinero, sin reputación y sin poder. ¿Por qué Canadá? Estaba localizada entre Europa y América del Sur, a donde Choi quería que el Tae Kwon Do se expandiese; )ong-Soo Park, uno de sus mejores pioneros, vivía allí y tenía a cargo una creciente red de gimnasios que estaban generando campeones de combate. Pero aun más importante, Canadá era un país relativamente neutro política­ mente: un pasaporte canadiense le daría acceso tanto a los países no comunistas como a los comunistas. Choi tenía esperanzas bien ocultas de introducir el Tae Kwon Do en las naciones comunistas. Pero adaptarse a la cultura donde Dinero significaba más que Po­ sición -y donde el Honor tenía un bajo valor de intercambio- era una caída para un hombre que alguna vez había comandado 100.000 sol­ dados. Él le había dicho a las personas que utilizaba dos nombres: uno era "Choi Hong-Hi", que le fue dado por su padre, y el otro, "Tae Kwon Do", que se lo había dado el Cielo, pero ¿cómo podría volverse inmortal en un suburbio canadiense, culturalmente un basural de acuerdo con sus estándares (y ni una casa kisaeng a la vista)? Su arte marcial lo salvó una vez más. Camino a Canadá, él y Nam habían parado en Hong Kong para recoger el recientemente publicado libro de Tae Kwon Do de Choi -otro libro m ás- que contenía 518 pá­ ginas de viejas y nuevas técnicas. El libro destacaba a Nam Tae-hi y a Jong-Soo Park en la tapa y finalmente probaba que Choi y sus hombres

habían desarrollado técnicas que eran diferentes al Karate. Un ejemplo de la obsesión en los detalles de Choi era “Finger Belly'' (la panza de los dedos], que se refería a la cara interna de la mano, entre la palma y la punta de los dedos, utilizada para reforzar ciertos golpes de dorso de puño con la otra mano. Él había tomado el nombre "Finger Belly" de un sueño que tuvo263. Un agregado más dramático era la sección de Choi acerca de T'aekkyón, una innovación que distinguía al Tae Kwon Do del Karate.

Él había continuado afirmando que el Tae Kwon Do se apoyaba en el antiguo arte coreano de T'aekkyón, una mentira repetida tantas veces por tantas personas que la mayoría creía que el Tae Kwon Do tenía miles de años. Fue lógico que Choi finalmente llegara a agregar técnicas de T'aekkyón al Tae Kwon Do. Él las llamo "Técnicas de Com­ bate de Pie" (Jokgi Daeryon) en el libro de 1972, y en libros posterio­ res, simplemente "Combate de Pie" [Bal M atsogi). La mayoría de las técnicas de T'aekkyón requería una extraordinaria fuerza y agilidad en las piernas. Uno de los movimientos más simples involucraba al defensor pateando al tobillo de la pierna del atacante en el aire e in­ mediatamente pateando la cabeza del atacante con la misma pierna, en un movimiento de dos tiempos que obliga a la pierna a ser tan (rápida como un puño264. Las técnicas T'aekkyón de Choi imitaban a [aquellas de épocas antiguas, promoviendo esquivas y ataques circu­ lares, algo completamente distinto de los ataques lineales, bloqueos y contraataques del Karate265. Aunque Nam Tae-hi dominaba la tapa del libro de Choi y el arte marcial, los dos hombres se estaban distanciando. Nam no conocía a nadie en Toronto -y quizás se había disgustado con las maneras mal­ humoradas de Choi- pero el asistente estrella de Nam, Han Cha-gyo, estaba administrando un exitoso gimnasio en Chicago, y Nam y Han comenzaron una nueva organización de arte marcial, la Federación de Tae Kwon Do de los Estados Unidos266. Al mudarse a los Estados Unidos, Choi y Nam cayeron en el corazón del Plan de la KCIA para sobornar a congresistas americanos y amena­ zar a coreano-americanos. Choi había oído historias sobre el hostiga­ miento de la KCIA a sus instructores de la ITF en Norteamérica y a sus familias en Corea. Luego de que la KCIA transfirió a uno de sus agentes

desde Washington a Toronto para presionar de manera extrema a su consulado para que tomase "acciones" contra los activistas, el Cónsul coreano presentó un pedido ante los Estados Unidos solicitando se le diera estatus de refugiado267. Años después, un coronel le diría a Choi que aquel mismo Cónsul había recurrido a Jong-Soo Park, el discípulo de Choi, para secuestrar al propio Choi antes de que el Cónsul presen­ tara el pedido268. Park negó la acusación. Acusaciones como éstas anidaron dentro de Choi por años, como lo hizo una sobre el Embajador coreano en Francia, Lee Soo-youn^ quien había ayudado a Choi para que enviara instructores a Francia y trabajado con él para promocionar al Tae Kwon Do. Dos meses más tarde, la KCIA "suicidó" a Lee269. * * *

Choi no fue el único coreano que huyó de su tierra natal. También en el exilio estaba Kim Dae-jung, el demócrata que probablemente hu­ biera derrotado al presidente Park Chung-hee en la elección en Corea del Sur de 1971 si la elección hubiera sido justa270. Park estaba admi­ nistrando una de las economías más dinámicas y uno de los regímenes más brutales en el mundo, y comenzó con una nueva ola de represión, en parte por el apoyo masivo a Kim Dae-jung en 1971271. Viajando por todo el mundo, Kim denunció la dictadura y se volvió un héroe. Los coreanos aman a sus reyes filósofos, y Kim encarnaba la resistencia coreana a décadas de dictadura militar272. Adicionalmente, este ca­ ballero confuciano estaba endurecido por años de hostigamiento y, valientemente, representaba a todos esos coreanos que nunca habían querido colaborar con dictadores y matones. En 1973, el presidente Park consideró que las actividades de ultra* mar de Kim se habían tornado intolerables. Kim estaba por comenzar una beca docente en la Universidad de Harvard en los Estados Unidos, donde visitaba periódicamente a funcionarios de alto nivel del gobier­ no. Parte del Plan de la KCIA era seguirlo a todos los lugares donde fuese -en cualquier parte del mundo-273. En Corea del Sur, en 1971, Kim había sobrevivido a un atentado de bomba en una casa y había sido herido de gravedad cuando un camión casi lo atropelló274. Ahora,

en 1973, la KCÍA estaba buscando una manera silenciosa de secues­ trarlo y matarlo. Cinturones negros de Tae Kwon Do se involucraron aunque su­ pieran o no sobre El Plan. Uno de los pocos episodios que llegó a los medios norteamericanos ocurrió en 1973, mientras Kim Dae-jung se preparaba para disertar en San Francisco sobre su idea de tres etapas para reunificar a Corea del Norte y del Sur. El Cónsul de Corea del Sur e n San Francisco dirigía El Plan en el área, controlado por el jefe de la KCIA en Washington. La Organización de Estudios Coreanos en Berkley, California, ha­ bía contratado a Kim para que disertara en el anfiteatro del Centro de Estudios Internacionales el atardecer del 18 de mayo de 1973 a las 19.30275. El auditorio estaba lleno de tensión, principalmente porque una docena de personajes sospechosos deambulaban por dentro y fuera del lobby. ¿Quiénes eran ellos? El jefe de la KCIA, Yang Doo-wan, sabía. Él había enviado a un agente de la KCIA, Bae Young-shik, desde Los Ángeles hasta el auditorio en San Francisco. Bae era vice-cónsul de la embajada surcoreana en LA y agente de la KCIA (como en el caso de Kim Un-yong, era práctica habitual para Corea del Sur colocar se­ cretam ente a agentes de la KCIA en puestos gubernamentales en el extranjero). El jefe de la KCIA, Yang, no estaba en el auditorio, sino que dirigió la operación desde el Hotel Hilton, donde se estaba hospedando -el mismo hotel donde Kim Dae-jung se había registrado-. Un periodista coreano y amigo de la familia de Kim Dae-jung, Song Sun-keun, estaba en el auditorio de Berkley y luego escribió un artículo sobre los hechos que siguieron en el Korea Journal. Él hizo notar que había diez artistas marciales en la sala276. A las 20.00 el guardia de seguridad los estaba vigilando mientras estaban parados en la puerta del salón e intentando persuadir a las personas de que no entrasen. El guardia de seguridad los siguió hasta arriba, donde les confiscó una bolsa grande que contenía diez botellas de ketchup y una docena de huevos, y volvió a bajar para entregarle la bolsa al director del even­ to. El anfitrión de la ceremonia estaba parado en el atril y sostuvo el ketchup y los huevos delante de la audiencia. “Alguien intentaba inte­ rrumpir nuestra calma reunión de esta noche con estas cosas”, dijo. El publico abucheó.

Se animaron cuando Kim Dae-jung ingresó a la sala, acompañado por cuatro guardaespaldas. En la sala también estaba un instructor, Rhee Min-hi, quien se había entrenado en Kong Su Do en el Ji Do Kwan, uno de los nueve gimnasios más importantes de Corea del Sur. Rhee era un hombre influyente en la zona de San Francisco, especial­ mente luego de que Corea del Sur le otorgó una de las medallas más importantes por sus servicios en la comunidad coreana en los Esta­ dos Unidos a principios de los 70. En San Francisco, él administraba un gimnasio de artes marciales en la calle Polk, una agencia de viajes y era el jefe de una asociación de organismos de radiodifusión. Algu­ nas personas sospechaban que era un agente de la KCIA, pero Rhee lo negó. Sin embargo, a él no le gustaba la crítica de Corea de Kim Dae-jung y odiaba su propuesta de reuníficar el Norte y el Sur, una idea que olía a comunismo. También, Kim había estado afirmando que el gobierno de Corea del Sur estaba intentando asesinarlo -una alegación ridicula-, desde la perspectiva de Rhee, porque si Corea del Sur lo quería asesinar, entonces ¿por qué lo habían dejado salir de Corea del Sur? Rhee no sabía que había otros diez artistas marciales en el audi­ torio. Él se instaló en el fondo mientras que Kim Dae-yung caminaba hasta el micrófono y el público aplaudía entusiasmado. Cuando Kim comenzó a hablar, Rhee lo interrumpió. "¿Por qué criticas al jefe de nuestra nación?", gritó Rhee, marchan­ do hasta el frente. "¡Deberías luchar en Corea! ¡No armes revuelo con los buenos compatriotas aquí!". Rhee no quería que Kim dijese cosas negativas sobre Corea, y trepó al escenario, acercándose al atril. Los guardaespaldas corrieron hacia Rhee y lo atajaron, y el auditorio es­ talló en gritos. Más atemorizante que la discusión era el hecho de que había un hombre que estaba sacando fotos y filmando al público con una cáma­ ra. La gente sabía que los agentes de la KCIA habitualmente filmaban eventos públicos controvertidos. Los agentes anotaban los nombres de los coreanos en la audiencia y enviaban las listas y las fotos por correo, y la KCIA luego amenazaba a las familias de las personas que habían estado en los eventos277. El hombre sacando fotos en el salón era un agente de la KCIA.

El maestro de ceremonias, que estaba cerca de Kim, señaló a Rhee y dijo: "Quienquiera que sea este hombre, él definitivamente estaba interrumpiendo nuestra reunión, que está siendo realizada de manera democrática. Por lo tanto todos los que estén de acuerdo en excluirlo de esta reunión, por favor aplaudan”. El público vitoreó y aplaudió. "Todos aquellos que no quieran escuchar este discurso, síganme", anunció Rhee repentinamente. Nadie se levantó, y una vez más Rhee se lanzó hacia el atril. "Por favor retírese", Kim le dijo. Rhee se quedó parado allí. ";Piérdeteí", gritó alguien entre el público. En aquel instante, oficiales de la policía de San Francisco ingre­ saron al salón con armas y bastones y arrestaron a Rhee. Mientras la policía lo acompañaba afuera, Bae Young-shik, el agente de la KCIA en Los Ángeles, se acercó a los oficiales y les mostró su identificación: "Soy oficial del Gobierno Coreano", les dijo. ''Esta es una reunión co­ reana. Nosotros manejamos nuestros propios asuntos ” La policía lo ignoró. Mientras la policía se llevaba a Rhee en un vehículo, él explicó que simplemente estaba expresando sus opiniones a Kim. En Corea del Sur, a los comunistas no se los apreciaba, explicó Rhee, y las personas no pueden caminar por las calles llevando una bandera de Corea del Norte. La policía le aconsejó a Rhee que no regresara a la reunión, y lo liberaron. Mientras tanto, uno de los compatriotas de Bae estaba al teléfo­ no con el jefe de la KCIA, Yang, en el Hotel Hilton, contándole lo que estaba sucediendo. Este nivel de organización era impresionante, y puedo asumir que Yang rápidamente informó a alguien en Seúl. Visto desde algún punto en el espacio exterior entre San Francisco y Seúl la escena se veía así: mientras que los artistas marciales acosaban a Kim Dae-jung y la policía arrestaba a Rhee, un agente simultáneamente informaba paso a paso a Yang en el Hilton, quien, a su vez, mantenía al tanto a Seúl. ¿Por qué tanta organización? Porque el gobierno de Corea del Sur quería silenciar a Kim y la KCIA estaba buscando un momento oportuno para secuestrarlo.

De regreso en el auditorio, Kim continuó con su disertación, explicando que el desafortunado incidente con Rhee había ocurrido como si todos los presentes vivieran en Corea del Sur. Recién habían presenciado el tipo de políticas que era habitual en Corea, dijo. "El incidente de esta noche, por más lamentable que sea, puede probar el punto que he estado sosteniendo todo el tiempo, que el desacuerdo político no debería desagregarse en conflicto físico y terror", explicó. Un año y medio después, en 1974, cuando los agentes del FBI final­ mente pudieron hablar con Rhee Min-hi acerca del incidente, él admitió haber interrumpido el discurso pero negó ser un agente de la KCIA, y aseguró que la KCIA nunca se había acercado a él. Más de treinta años después, yo g o o g le é a Rhee y descubrí que sus hijos, Simón y Phillip Rhee, se habían vuelto estrellas de cine de artes marciales, conocidos por la serie de películas The Best ofthe B est (Lo Mejor de lo Mejor) desde 1989 hasta 1998. Su padre, Rhee Min-hi, los había asesorado durante las películas, que mostraban técnicas de Tae Kwon Do. Simón Rhee me contó que los hermanos nunca habían estado involucrados en el trabajo político de su padre, y que la confrontación Kim-Rhee terminó plasmada en una serie de televisión coreana muy conocida, llamada Hourglass, en una escena de treinta segundos en la cual un actor que interpreta a su padre enfrenta a Kim278. "Luego me disculpé con el Sr. Kim", me dijo Rhee Min-hi por telé­ fono. "Le dije que no estaba contra él como persona, pero que no me gustaban sus políticas", Rhee agregó que sólo después del enfren­ tamiento de 1973 se enteró de que miembros del Consulado y de la KCIA habían asistido a la disertación en el anfiteatro. Tres personas informaron al FBI que Rhee probablemente había sido un agente de la KCIA, pero Rhee le dijo a Kim que los rumores habían estado equivocados -la KCIA nunca le había ordenado a Rhee confrontar con Kim279-.

Kim Dae-jung y Rhee Min-hi en 1998,25 años después de su famosa discusión. Foto cortesía de Rhee.

"Yo fui difamado por tantos años" se lamentó Rhee. Hace un par de años, él y Song Sun-keun, el periodista que había escrito sobre el enfrentamiento Rhee-Kim, se encontraron en una fiesta en Seúl, y arreglaron las cosas, dijo Rhee. Y Rhee se encontró con Kim Dae-jung muchas veces también, solucionando entre los dos sus diferencias pa­ sadas. Un día en 1998, Rhee se paró en el podio al lado de Kim -esta vez como un invitado VIP- a pesar de las habladurías en voz baja. # * *

La KCIA fracasó en detener a Kim Dae-jung en los Estados Unidos en 1973, pero los agentes parecían su sombra permanente, buscando el momento y lugar adecuados280. Los coreanos en las ciudades nor­ teamericanas sentían que estaban viviendo en extensiones surrea­

listas de Corea del Sur, con Consulados, no el gobierno de los Estados Unidos, dirigiendo las comunidades, y agentes de la KCIA, no la policía americana, haciendo cumplir las leyes. Pero secuestrar a Kim en los Estados Unidos se volvió menos factible a medida que los servicios de inteligencia americanos incrementaron su vigilancia. Durante años, los americanos habían estado rastreando a la KCIA, y los coreanos se estaban volviendo más molestos con sus atrevimientos y errores en suelo americano281. La mayoría de los jefes de inteligencia americana y los políticos no parecían estar preocupados porque la KCIA estuviera acosando y amenazando a coreano-americanos, pero un secuestro de alta resonancia de Kim Dae-jung involucrando a expertos en artes mar­ ciales llevaría mala publicidad a las políticas norteamericanas en Asia, donde los líderes americanos necesitaban a los coreanos de su lado en la guerra de Vietnam y la Fría. A principios de los 70, los americanos estaban constantemente diciéndole a la KCIA y a los surcoreanos que se controlaran en los Estados Unidos y que pusieran a sus agentes en caja, especialmente a los colaboradores que no estaban oficialmente registrados como agentes de la KCIA pero que actuaban como si lo fueran. En síntesis, la KCIA tendría que secuestrar a su hombre en otro país282. La KCIA finalizó ese plan en julio de 1973, y eligió a Tokio, Japón, como el lugar apropiado. Una de las personas de Kim Dae-jung le con­ taría después al FBI, justo antes del secuestro, que Rhee Min-hi voló fuera de San Francisco á Asia283. Pero Rhee se rió cuando le pregunté si había volado hasta Tokio para esta misión. "Nunca supe de un plan de la KCIA para secuestrar a Kim Dae-jung", dijo. "Es todo una tontería.” El FBI escuchó que un instructor asistente de una escuela de artes marciales y un artista marcial del Instituto Wha Rang Karate volaron desde San Francisco justo antes del secuestro. Adicionalmente, ope­ rativos de la KCIA volaron desde los Estados Unidos: uno desde San Francisco, dos desde Nueva York, y dos o tres que acompañaron al jefe de la KCIA en Washington hasta Tokio. Veinticuatro miembros de la KCIA estaban en el equipo de secuestro -de Corea del Sur, Japón y los Estados Unidos- todos ellos coordinados por la sexta división de la KCIA, la división a cargo de los asesinatos284.

El 8 de agosto, Kim Dae-jung se estaba hospedando en el Grand paíace Hotel en Tokio, que estaba plagado de agentes de la KCIA. Luego del almuerzo con un oficial coreano, que resultó ser parte del complot, Kim salió de su cuarto y los agentes lo atraparon, lo drogaron y lo me­ tieron en el baúl de un vehículo y escaparon velozmente hacia Osaka. Un alboroto siguió inmediatamente en Japón, donde la policía, que había sido alertada acerca de la trama, había estado siguiendo a los agentes KCIA durante los días anteriores al secuestro. El día después del secuestro, los agentes transfirieron a Kim a un barco de alta velocidad que a treinta y cinco nudos de velocidad volvió rápidamente a Corea del Sur. Durante la reacción internacional explosiva, el jefe de la estación de Seúl para la CIA le dijo al Embajador estadounidense en Corea del Sur que la KCIA estaba detrás del secues­ tro. El Embajador saltó a un coche, se dirigió a la Casa Azul, y exigió que el Presidente de Corea del Sur liberara a Kim285. En el barco, los agentes ataron a Kim con pesas y se preparaban para tirarlo al Mar del Japón, cuando aviones sobrevolaron con un mensaje de ponerlo en libertad. Un par de días más tarde, la KCIA lo dejó ir en Seúl, sólo para depositarlo en la cárcel la semana siguiente. El fiasco no terminó allí, sin embargo, especialmente después de que Japón le restó importancia a la operación y Corea del Sur negó que el KCIA hubiera participado. *** En 1974 los americanos se cansaron de las escenas tipo James Bond. El FBI, el Departamento de Justicia y la CÍA, que había estado monitoreando a los agentes de la KCIA y que supuestamente había colocado micrófonos en la sala de reuniones del Presidente de Corea del Sur en Seúl, pensaban que El Plan había sido una molestia desde el día en que comenzó. Coreanos que no eran ni diplomáticos ni agen­ tes de la KCIA estaban ofreciendo dinero a confundidos congresistas americanos, designando a agentes para infiltrar al gobierno de los Estados Unidos, y ofreciendo mujeres a los políticos. Mientras tanto, artistas marciales fuera de control entraban y salían de varias escenas Inverosímiles y aterradoras. Algunos políticos americanos aceptaron los sobornos y las historias comenzaron a diseminarse por los perió­ dicos. Para los jefes de la inteligencia americana, toda la operación se

había vuelto vergonzosa, pero para los instructores honestos de Tae Kwon Do y otros coreanos en todo el mundo que sabían de las ame­ nazas, secuestros y torturas, todo el asunto era más que injusto: era espeluznante. No ayudó el oír que la CIA americana estaba ocupada entrenando torturadores en Chile, Brasil, Uruguay y la Argentina286. De todos modos, en 1974 los americanos echaron del país de mane­ ra silenciosa al jefe de la estación de la KCIA, Yang Doo-wan, porque el Departamento de Estado lo consideró responsable del hostigamiento en los Estados Unidos, y él y su Plan se habían vuelto una vergüenza287. De regreso en Seúl, el Presidente inmediatamente ascendió a Yang, quien continuó controlando El Plan. Oficialmente, la KCIA redujo sus operaciones en los Estados Unidos, pero, de manera encubierta, exr pandió El Plan. Esto significó que las personas que no eran oficiales diplomáticos pasaron a tener más trabajo día a día; la KCIA se volvió virtualmente invisible pero continuó amenazando a los coreanos en Norteamérica. Choi Hong-Hi se estaba quedando afónico advirtiendo a personas acerca de Corea del Sur288. Dijo que el gobierno surcoreano estaba aco­ sando a sus pioneros de artes marciales, y empezó a preocuparse por su propia vida. Muchos pensaron que estaba exagerando, pero él sabía la verdad. Historias en los diarios sobre torturas en sótanos y llamados en medio de la noche eran recordatorios individuales e íntimos de una mayor represión en Corea del Sur y en otras dictaduras apoyadas por la CIA americana. Choi y Nam conocían el juego; después de todo, ellos habían trabajado alguna vez con los jefes de inteligencia coreanos y americanos. Un día, cuando Choi estaba organizando una gira por Europa y Medio Oriente -y planeando subirse al avión al día siguiente- un ins­ tructor de Tae Kwon Do llamó para decir que había volado desde Corea del Sur a los Estados Unidos con un mensaje. "En Corea, pude percibir que estaban planeando algo contra ustedes", le dijo a Choi. "Como us­ ted sabe, ellos secuestraron al líder de la oposición, Kim Dae-jung. No los dejarán en paz. Estoy llamando porque me intereso por ustedes, así que por favor recapaciten y demoren su agenda en lugar de viajar mañana".

Choi conocía al instructor, y, como era habitual, debía determinar rápidamente si era amigo o enemigo. Él sospechaba que la organiza­ ción de Kim Un-yong lo había enviado con el mensaje, que Choi inter­ pretó como una amenaza. “Muchas gracias por haber volado miles de millas para avisarme sobre este plan", respondió Choi. “Pero yo no me voy a detener ni cam­ biar nuestro plan" Al día siguiente, Choi abordó un avión, junto con su equipo de exhibiciones, compuesto por Jong-Soo Park, C.K. Choi, Kong Young-il, pak Sun-jae y Rhee Ki-ha. Eran todos maestros séptimo dan, comen­ zando un tour en 1973. Era poco probable que alguien se metiese con ellos, pero sólo eran cinco hombres. Lo que Choi no le había contado al coreano que llamó era que él tenía algo de músculo en su viaje. Gra­ cias a un agente de la CIA, Robert Watson, un cinturón negro de alta graduación, la CIA estaba financiando su viaje, porque la Federación Internacional de Tae Kwon Do de Choi necesitaba dinero desespera­ damente. Choi también había evitado mencionar que la CIA americana había enviado agentes para proveer protección para el equipo en los aeropuertos internacionales289. En este contexto, Choi sumó cinco nuevas representaciones de Tae Kwon Do en cinco países. En Egipto, más de 100.000 personas vieron al equipo de exhibiciones de la ITF.

C a p ít u l o t i D e l te n e b ro s o K a la

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El Tae Kwon Do no es sólo para defensa personal (hoshinsul); también debe ser utilizado para enderezar a la humanidad, y como una disciplina para una sociedad recta y honesta. Kim Un-yong (alias Mickey Kim) Cada vez que estoy reunido con un artista marcial que delante mío se transforma en un experto en historia, sé que es el momento de buscarme un whisky. Desde el principio, el Tae Kwon Do ha tenido altos ideales y peleó contra la violencia con violencia (y en ocasiones, también luchó contra la justicia con violencia), pero la historia del arte marcial siempre ha escondido las verdades dolorosas sobre esta vio­ lencia. Millones de personas, entre ellas los coreanos, no se dan cuenta de que la historia que presenta al Tae Kwon Do como un arte marcial antiguo es más que una historia bien contada: es el mito de creación que vende la meditación ocultando la brutalidad, señala al cielo y hace caso omiso de la sangre. En los años 1950 y 1960, el Tae Kwon Do necesitaba antiguas historias para ocultar sus raíces de Karate y, en la década de 1970, necesitaba antiguos guerreros invisibles para promover un régimen malvado. El mito de Choi acerca de dinastías de 1500 años de edad y los guerreros hwarang tenía un propósito profundo y práctico a principios de 1970: la incompleta "investigación histórica" que unía al Tae Kwon Do con la cultura antigua de Corea se convirtió en una leyenda tan resistente como el gingko antiguo. No fue ninguna sorpresa entonces que el Servicio Internacional de Información de Corea publicara un folleto sobre el Taekwondo, que comenzaba así: "El Taekwondo es un arte marcial singular de Corea desarrollado hace aproximadamente 2000 años"290. Pero el país tomó prestado algo más que el mito de ía creación de Choi. Para su asombro, le robó el nombre de su arte mar­

cial Tae Kwon Do y se lo cedió a Kim Un-yong para que fusionara los nueve gimnasios de artes marciales (kwan). Kim creía que los kwan habían sido monásticos en su aislamien­ to medievales en su segregación, y simplemente crueles durante los torneos. Uniéndolos y recaudando dinero para crear una sede central mundial de Tae Kwon Do, el Kukkiwon era el proyecto más importante de Kim. De hecho los líderes políticos y de las artes marciales lo eli­ gieron como Presidente de KTA en 1970 en parte porque se pensó que podía recaudar grandes cantidades de dinero291. En la primera conferencia de prensa de Kim un periodista le preguntó si realmente podría construir el Kukkiwon como se había prometido. "Sí", respondió. "¿Cuánto cuesta?» -preguntó el periodista-. Kim se quedó helado sin saber qué responder. Sabía que quería construir el Kukkiwon y, proveniendo de una familia rica, él había pen­ sado que “donde hay voluntad se encuentra la forma". Se dio vuelta y le susurró a Lee Chong-woo, un maestro del arte marcial que estaba sentado cerca. “Digamos que hacerlo cuesta 300 millones de won" le susurró Lee. En aquellos días esa era una suma enorme, equivalente a 1,5 millones de dólares de hoy. “Creo que no necesitamos más de 200 millones de won" dijo Kim, que no quería alarmar a la gente con un mayor número. Los periódicos de Corea informaron la cantidad. Kim quería que el Kukkiwon fuera construido en el estilo antiguo "para dar la impresión de tradición, como los Palacios de Corea por ejemplo o las magníficas casas de los altos oficiales confucianos", se­ gún dijo. Para el techo él eligió un azulejo tradicional de Corea: el Kiwa azul, el mismo tipo de Kiwa de la Casa Azul, el palacio presidencial. En los viejos tiempos la fabricación de Kiwa azul era un arte respetado y secreto transmitido de padre a hijo. Hay un dicho en Corea: “Tan dis­ creto como comerciante de Kiwa",

Kim no pudo encontrar un terreno en Seúl para el Kukkiwon, por lo que se acercó a un amigo, el alcalde de Seúl, quien le ofreció una parcela de tierra baja. “Necesito el terreno más alto de Yoksam-dong", contestó. “Usted puede tener tierras más bajas", insistió el alcalde. "No en­ tiendo por qué necesita un lugar en la cima de la montaña". "Este gimnasio de artes marciales tendrá un significado monumen­ tal", dijo Kim. "También tengo la sensación de que un milagro de Tae Kwon Do podría ocurrir si lo construimos en la cumbre". Kim recibió el milagro en la cima de la montaña y la construc­ ción comenzó en noviembre de 1971, "financiado con mi patrimonio personal", escribió K im ,"y las donaciones de mis contactos, graneles empresas como Samsung". Un año más tarde el Kukkiwon fue inaugurado por Kim Chong-p'fl, ex jefe de Kim Un-yong en la KCIA, que ahora era el primer ministro del país292. El hermoso edificio de tres pisos se apoyaba en un terreno de 8000 m2y contenía estudios, un auditorio, una sala de dormitorios, una sala de recreación y el aura distintiva de la historia antigua en torno a su techo de Kiwa. El Kukkiwon uniría a las facciones rivales del Tae Kwon Do, obligándolas a llevar a cabo allí los exámenes de cinturón negro, y a desarrollar allí en el Kukkiwon todas las tratativas y nego­ ciaciones referidas a la actividad293. El edificio estaría más en la tónica del mercado que la del monasterio. Muchos líderes de las artes marciales se negaron a unirse pero pronto no tuvieron otra opción. Con el apoyo de hierro del régimen de Corea, Kim transformó una parte de la Asociación Coreana de Tae Kwon Do en la Federación Mundial de Taekwondo, que sonaba casi idéntica a la Federación Internacional de Taekwon-Do de Choi204. Ade­ más, la sigla "WTF" sonaba como "ITF" en inglés. Choi, en un arranque de furia, les advirtió que se abstuvieran de utilizar el término "Tae­ kwondo" pero todo el mundo lo ignoró y Corea del Sur cortó todos los vínculos con la ITF en Canadá295. La guerra entre Choi y Kim entró en una nueva fase. El momento del nacimiento de la WTF parecía desfavorable. Se creó entre el mes de mayo (cuando la KCIA tenía en la mira a Kim Dae-

jüng en los Estados Unidos) y el mes de agosto (en que la agencia lo me­ tió en el maletero del automóvil en japón), pero crear una organización global de Tae Kwon Do fue una decisión inteligente para la dictadura, que necesitaba de ese arte marcial para mejorar la imagen del país en el extranjero. En ese momento, Corea del Sur se estaba convirtiendo en una potencia económica, y esto generaba confianza del país en sí mismo y sentido de autosuficiencia. Esto fue una conquista para una pequeña nación que había sido eclipsada por Japón y China durante gran parte de su historia moderna. La promoción del Tae Kwon Do fue una manifestación física de la confianza de Corea. Un-yong Kim escribió: “Mediante la práctica de Tae Kwon Do, se puede construir el espíritu de abnegación y perseverancia, ganando la confianza para hacer frente a cualquier dificultad que se pueda enfrentar, una actitud mental que conduce a la serenidad y la generosidad. En otras palabras, un hombre de Tae Kwon Do sabe cómo ser modesto,./'296. Después de que el Kukkiwon fue construido y la WTF puesta en marcha, Kim se centró en otro objetivo imposible y modesto: la globalización de la nueva marca de Tae Kwon Do297, Pero Choi ya la había globalizado y la ITF estaba muy alta en popularidad, por lo que Choi estaba consternado por la ostensible brusquedad de la campaña de Kim. Choi se preocupaba de que personas de todo el mundo confun­ dieran su Tae Kwon Do con el nuevo: "El pasto salvaje, que fácilmente se confunde con el trigo o el arroz, en realidad puede prevenir el cre­ cimiento del cultivo genuino”, escribió. “No puedo sino desesperarme sobre la imagen manchada del Tae Kwon Do". En mayo de 1973, Kim organizó un campeonato del mundo para treinta países en el Kukkiwon, “el primer combate oficial universal del arte veinte o veintitrés siglos después de que el Tae Kwon Do comenzó a ser practicado", anunció Kim298. Corea del Sur ocupó el primer lugar en el torneo y los Estados Unidos, repleto de campeones de Karate Coreano, ocupó el segundo lugar. Choi respondió con un Campeonato del Mundo ÍTF 1974 en Mon: treal, Canadá, que Nam Tae-hi y Dong-ja Yang ayudaron a organizar. Encontrándose bajo una enorme presión en aquellos días, Choi insultó a Nam y lo acusó de un complot. La paranoia y la amenaza flotaban alrededor de Choi como una nube oscura, de modo que Nam no fue

sorprendido por la acusación. “Estuvimos muy cerca en el ejército" Nam me dijo, “pero ahora él pensaba que yo estaba haciendo cosas en su contra"'. Nam había estado a cargo de gran parte de la enseñanza de ITF en los primeros días, instructores de alto nivel se habían acercado más a él que a Choi, y por ello Choi se había vuelto paranoico. Nam agregó que durante las varias décadas que había trabajado con Choi, nunca lo había visto moverse demasiado con el arte marcial. Desde el punto de vista de Nam, las relaciones de Choi con sus pioneros parecían seguir el mismo patrón: “Lo que encontré fue que, cuando comenzaba, decía cosas muy buenas acerca de una persona, pero al final siempre terminaba hablando mal de ella". Choi escuchó que el Presidente de Corea del Sur había expresado su sorpresa cuando descubrió que vivía en Canadá. Los políticos trata-' ron de convencer a Choi para que volviera a Corea, pero él supuso qué las invitaciones buscaban tenderle una emboscada y secuestrarlo, Un rumor se inició diciendo que el inestable Choi estaba muerto y que la ITF se había desmoronado. Mientras tanto, la familia de Choi vivía a la merced de los caprichos de la quinta división de la KCIA, que estaba a cargo de finalizar pasa­ portes. En Canadá, Choi estaba en el medio de un trámite para obtener su ciudadanía canadiense cuando supo que Corea no emitiría un pasa; porte para su hijo adulto, Jung-hwa, y su hija, Sunny299. Su esposa y una segunda hija, Meeyun, ya se habían reunido con él en Canadá gracias al apoyo de Jhoon Rhee, quien había ayudado a la esposa de Choi para escapar a escondidas a la República Dominicana300. Ella voló a Canadá desde allí. Pero Sunny y Jung-hwa todavía estaban varados en Corea del Sur, y Choi creía que eran rehenes. Circulaban muchas historias acerca de cómo la KCIA estaba trasla­ dando a las personas a las temidas cámaras de tortura de Namsan en Seúl. Choi conocía las historias y se preocupaba por sus hijos, pero se negó a volar a Seúl. Los estaba sacrificando por el Tae Kwon Do, asi lo veía él, y cayó en una agonía sin fondo. Había calculado mal la veloci­ dad con que su poder disminuiría en el exilio. Noche tras noche, lloraba en la cama, mirando la pared. Temía que un movimiento equivocado pudiera terminar con sus vidas, que la KCIA asesinara a sus hijos por

su accionar. Trataba de ocultar sus sollozos para que su mujer no se diera cuenta301. Un año después, en 1974, Corea del Sur permitió a Jung-hwa y a Sunny salir del país. Arribaron al aeropuerto de Toronto, donde su padre los estaba esperando. La familia Choi normalmente no mostraba demasiada emoción en público -nada de abrazos, ni apretones de mano o palabras en voz alta cuando se saludaban- y los sentimientos gene­ ralmente se mantenían debajo de la superficie, porque los coreanos de la generación de Choi eran así, restringidos por cientos de rituales. En privado, Choi podía ser gracioso y charlatán, pero en el aeropuerto, los saludó de la manera que lo hacía en público, como si nada dramático hubiera ocurrido. Simplemente miró a su hija e hijo, y les dijo: ''Bien”. *** La World Taekwondo Federation ya estaba descartando a Choi de la historia del Tae Kwon Do y elevando a Nam Tae-hi como fundador del ahora famoso Oh Do Kwan, el único gimnasio militar que a media­ dos de la década del 50 había practicado Tae Kwon Do302. El estatus de otros artistas marciales creció a medida que el de Choi cayó. Uhm Woon-kyu y Lee Chong-woo, quienes habían llamado a Choi un "buscapleitos permanente" a mediados de los 60, ayudaron a crear y guiar la WTF y el Kukkiwon, que hasta la actualidad es el organismo que regu­ la el Tae Kwon Do. La WTF afirmó que nadie había escrito las reglas del Tae Kwon Do, ignorando los cinco libros escritos por Choi entre 1959 y 1972303. Lee, con la ayuda de Uhm, escribió el primer libro de técnicas de la WTF, Tae Kwon Do Textbook, publicado en 197 5304. Uhm, Lee y un pionero llamado Hyun Jong-myung, quien había asistido a la reunión del Comité de Nombramiento del Tae Kwon Do en la casa de kisaeng en 1955, contribuyeron a la creación de las formas de la WTF, que contenía técnicas similares a aquellas encontradas en el Karate y la ITF. Por ejemplo, Taegeuk II Jang, la forma de la WTF para cinturones blancos, utilizaba el mismo golpe de puño y dos bloqueos que Choi había insertado dentro de su primer esquema, Chon-Ji, que, a suvez, estaba basado en el esquema Kihon del Karate.

Sin embargo, una nueva regla de sparring de la WTF sorprendió a todos: ya no estaba permitido golpear a un oponente en la cara duran­ te el combate. Los artistas marciales se rieron, esto no tenía sentido* ¿cómo se podía hacer combate y no golpear al rostro? El puño a la cara era fundamental en las artes de pelea. Nada de esto evitó que los hombres de Choi lo abandonasen y se unieran a la WTF. Una crítica común contra Choi es que sus instruc­ tores de artes marciales, la mayoría de ellos soldados anticomunistas; lo dejaron porque él operaba con comunistas norcoreanos. Eso, en aquellos días, provocaba el mismo escozor que el término “terrorista de AI-Qaeda" en las grandes ciudades de hoy. En realidad, sus instruc­ tores comenzaron a dejarlo mucho antes de que él operara con Corea del Norte. Lo dejaron en parte porque Corea de Sur aumentó la presión sobre los pioneros e instructores de la ÍTF, una presión que se volvió intolerable para muchos en los 70. También lo dejaron porque era di­ fícil trabajar con él. La primera gran deserción ocurrió en 1974 en Alemania Occiden­ tal, donde los conflictos entre los líderes alemanes del Tae Kwon Do Heinz Marx y Kim Kwang-il (el pionero que había estado involucrado en el Incidente de la KCIA de Berlín Oriental) estallaron en un es­ cándalo. Choi se puso del lado de Kim, y toda la asociación Alemana abandonó la ÍTF y se unió a la WTF de Kim Un-yong dos años después. La segunda pérdida en 1974 ocurrió cuando la organización de Turquía también saltó al grupo de Kim, principalmente porque Choi había fracasado en solucionar un supuesto caso de corrupción con un pionero llamado Soo Se Cho. Luego de esas dos deserciones -dos pila­ res de la ITF perdidos- los abandonos llegaron rápido y sin anestesia, y Kim continuaba gíobalizando el arte marcial del régimen. En 1974, el régimen surcoreano convenció y forzó a miles de gimnasios, fueran o no de la ITF, para que se alinearan detrás de la WTF de Kim. Adicio­ nalmente, la Amateur Athletic Union en los Estados Unidos aceptó a la WTF, no a la ITF, como miembro. Choi perdió instructores de alto calibre en beneficio de la WTF, hombres como Jae-hun Kim, que admi­ nistraba gimnasios en Boston y cuyo padre estaba en el gobierno surcoreano, y brillantes administradores deportivos como Dong-ja Yang, quien más adelante introdujo a la WTF en las Olimpíadas305.

Más deprimente aún para Choi fue que, en 1975, la General Association of International Sports Federation (GAISF) parecía favorecer la inembrecía de la WTF en lugar de la ITF, Ser parte de la GAISF era un paso significativo para unirse a las Olimpíadas, y Kim Un-yong había trabajado duro para que el Tae Kwon Do fuera incluido, pero la ITF de Choi y un grupo de líderes japoneses de Karate también se habían postulado. Sin embargo, la GAISF solamente podía elegir a uno de los grupos de artes marciales306. El día de la decisión de la GAISF en su conferencia en Montreal, Canadá, los japoneses argumentaron que el Tae Kwon Do era parte del Karate y que los llamados instructores de Tae Kwon Do habían abierto gimnasios de Karate coreano en Norteamérica y demás lugares. Por su parte, Choi argumentó que el Tae Kwon Do era un arte marcial ori­ ginal y legítimo. Kim sabía que ellos tenían razón -Choi le había dado el nombre ai Tae Kwon Do y Jhoon Rhee sólo había sido uno de los muchos famosos pioneros de Tae Kwon Do que habían administrado gimnasios de "Karate" antes de cambiar el nombre a Tae Kwon Dopero Kim se pasó dos horas conduciendo por Montreal, contándole a un oficial clave de la GAISF que el Tae Kwon Do era distinto al Karate y detallando los serios problemas con Choi, quien en su opinión era “un tipo escurridizo”. "Yo di ejemplos de técnicas básicas, le dije el origen, y expliqué las diferencias en las reglas", dijo Kim. “Por supuesto nuestra conversación fue en inglés. Esa vez le agradecí a Dios tener talento para los idiomas". Kim habló nuevamente dentro de la conferencia de la GAISF. “La historia del Tae Kwon Do tiene su origen en tiempos antiguos", ron­ roneó. Choi era “codicioso" por intentar “privatizar" al Tae Kwon Do, pensaba Kim, y agregó que los artistas marciales habían eyectado a Choi de la Asociación Coreana de Tae Kwon Do en 1966, que Choi no respetaba reglas financieras, y que vivía en el limbo con relación a su ciudadanía. Kim sin duda omitió mencionar que Corea del Sur estaba acosando y amenazando a Choi y a sus pioneros y que Choi estaba eco­ nómicamente arruinado, mientras Kim tenía acceso a una sofisticada red de financiamiento. En síntesis, Corea del Sur quería eliminar la ITF de Choi en todo el mundo. Al final de la reunión de la GAISF, el arte

marcial de Kim venció al de Choi y al de Japón -y el Tae Kwon Do de Choi continuaba con su derrumbe-. Mientras tanto, a mediados de los 70, todos estaban aprovechando la locura fílmica por las artes marciales que habían comenzado Bruce Lee y otros. Hasta el pugilista Muhammad Ali aprendió Tae Kwon Do; Jhoon Rhee le enseñó el "accupunch”, un golpe de puño que Ali utilizó para noquear a Richard Dunn en 1975307. Pero las fuerzas políticas empujaron a Rhee a pesar de sus éxitos. Él no se unió a la WTF de Kim Un-yong, pero un reportero de un diario coreano les dijo a oficiales del gobierno de los Estados Unidos que Rhee había recibido dinero de la KCIA para abrir escuelas de artes marciales. La Agencia Federa! de Impuestos de los Estados Unidos investigó y sobreseyó a Rhee de toda acusación, pero, según luego me comentó Rhee, fue un momento extremadamente estresante. De regreso en Corea del Sur en 1975, el Tae Kwon Do estaba flore­ ciendo y Kim Un-yong se había otorgado a sí mismo un cinturón negro octavo dan que lo colocaba un nivel por arriba del de maestro y signi­ ficaba que en cuatro años él había logrado lo que otros artistas mar­ ciales tardaban décadas en alcanzar. Kim hizo notar que 721 expertos de Tae Kwon Do enseñaban en 48 países, con más de un tercio de los instructores enseñando en los Estados Unidos, Canadá y Alemania Occidental. En Corea del Sur, tres millones de practicantes, incluyendo 300.000 cinturones negros, estaban entrenando Tae Kwon Do:íí!í!, En Canadá, Choi anunció que 20 millones de alumnos eran miem­ bros de la ITF en todo el mundo309. Corea del Sur tenía una de las mejores economías del mundo y, construyendo sobre los 20 años de transpiración y gritos de Choi y Nam, ahora se jactaba de tener una de las artes marciales más populares. Pero la ITF de Choi se quedó sin dinero una vez más, y él se dio cuenta de que Kim había obtenido demasiadas cosas, demasiado rápido. Kim presionó para la inclusión de la WTF en tres eventos: los Juegos Asiáticos, los Juegos Panamericanos en Sudamérica y una competencia internacional de soldados310. Un estratega astuto, Kim estaba registrando al Tae Kwon Do con organizaciones de gran nom­ bre para, con una sola movida, marginar a Choi, aumentar el valor dél arte marcial coreano y obtener acceso a presupuestos más grandes. En

Norteamérica la KCIA continuó sobornando y amenazando coreanos, incluyendo a los pioneros de Choi, quienes se deslizaron desde la ITF a la WTF.

No ayudó que Choi extrañara su hogar. Canadá le permitió viajar a cualquier lado -era su nuevo hogar- pero él recordó un dicho del LaoTzu: "La sociedad ideal es aquella donde uno puede vivir en su propio pueblo confortablemente desde que nace hasta que muere.” Envidiaba a sus amigos en Corea, quienes se despertaban al canto de los gallos y se iban a dormir con los ladridos de los perros. Choi amaba las zonas rurales, pero en las ciudades canadienses, los gallos eran ilegales, es­ taba prohibido que los perros ladraran de noche, y la gente era muy reservada. Choi contaba que no había reído desde hacía mucho tiempo. Los oficiales surcoreanos acosaron a Choi y a sus guardaespaldas de Tae Kwon Do en los aeropuertos, intentando pararlos en sus viajes y ocasionalmente amenazándolos, según contaba el General Choi. Uno de sus pioneros, C.K. Choi, me dijo: “El gobierno de Corea del Sur estaba apoyando a la WTF. Debido a ello, la ITF fue disuelta en Seúl, Corea... La mayor parte del tiempo, estos diplomáticos en el exterior iban detrás délos instructores pioneros. Eso es bien sabido"311. La presión de Corea del Sur sobre los instructores comenzó con leves quejas acerca de la ITF, seguidas de intentos de soborno, y luego amenazas. Choi no podía buscar apoyo en los americanos. Un agente de la CÍA, cinturón negro, había ayudado a la ITF una vez, pero aparte de eso, las agencias de inteligencia americanas y los políticos eran ambivalentes cuando había que criticar a sus aliados surcoreanos. Choi tenía razones para estar asustado, aunque dudo que él jamás llegara a admitirlo. El Departamento de Justicia de lo Estados Unidos, la CIA y el FBI sabían del Plan de la KCIA, pero investigaron los menos posible312. Para ese momento, gracias a los informes en la prensa, el mundo sabía que Co­ rea era un emprendimiento criminal y que sus agentes tiraban a los defensores de derechos humanos desde puentes y que los atropella­ ban con automóviles, pero desde el punto de vista de los americanos, Corea del Sur era un aliado importante en la Guerra Fría. En 1973, los Estados Unidos habían prometido que no "interferirían" en los asuntos internos coreanos. De hecho, comprometieron 1500 millones de dóla­ res para un plan de modernización militar313. El secretario de Estado

Henry Kissinger sabía de los sobornos, las amenazas y las actividades ilegales en los Estados Unidos, y en 1974, luego de una persecución particularmente violenta en Corea del Sur, el Embajador americano en Seúl le sugirió al Secretario de Estado que debía aconsejar a los coreanos moderación, El Embajador no olvidaría las palabras de Kissinger: “¿Por qué aconsejar moderación?” “Si usted estuviera donde estoy yo, lo haría con gusto" respondió el Embajador. "No, no lo haría", dijo Kissinger. “No creo que debamos involucrar­ nos. Así que, ¿por qué andar dando consejos?" En Corea, de todos modos, el Embajador expresó su preocupación de manera privada. Kissinger ordenó que se íe enviara un cable tele­ gráfico diciendo: "Díganle que los deje en paz”. Lógicamente, el Presidente surcoreano interpretó esta actitud de los EEUU como un apoyo hacia él, y el régimen surcoreano se volvió más fuerte. Kim Un-yong se convirtió en una fuerza indomable en contra de Choi a medida que los rumores continuaban torturando a Choi y sus pioneros de la ITF. En una oportunidad, Choi se enteró de que la KCIA se había acercado a un cinturón negro con un plan para secuestrarlo. En otra oportunidad, en las horas previas a un vuelo a un evento de Tae Kwon Do en Chicago en 1975, escuchó que manifestantes se di­ rigían a una asamblea de fieles del Reverendo Sun-Myung Moon. Un agente de la CIA le dio aviso a Choi, pero él voló al evento de todos modos, y resultó que no hubo ninguna manifestación314. ¿Cómo se hace para luchar contra una fuerza indomable? Con un espíritu indomable. En Washington DC el 10 de junio de 1975 un ex adjunto a la emba* jada de Corea, Lee Jai-hyon, se sentó como testigo ante una gran mesa de una sala de audiencias del Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes y al hacerlo fue el primero de muchos oficiales coreanos en exponer el Plan secreto de Corea del Sur en los Estados Unidos y Canadá -el "Koreagate"-, un Pían que involucraba a líderes del Tae Kwon Do e instructores a varios niveles. Aquel año, un periodista informó que el Presidente de la KAA de Los Ángeles -a la

cual pertenecía el Tae Kwon Do- golpeaba a coreanos, saqueaba sus comercios y amenazaba con asesinar a sus familias. “La actitud tole­ rante de las autoridades del gobierno coreano anima y condona una larga lista de actividades violentas de los oficiales de la KAA", escribió el periodista315. Enojado y asustado, Lee les dijo a los investigadores de los congre­ sistas americanos: "Yo prestaré testimonio sobre otros asuntos que aún no han sido abordados”316. Así salieron a la luz detalles durante los cinco años de audiencias, pero era demasiado tarde para Choi, dema­ siado tarde para el Tae Kwon Do, y demasiado tarde para los coreanos que ya estaban en prisión. Era el momento para una reparación drás­ tica, desde ía perspectiva de Choi. Comenzó negociando con su enemigo histórico, Corea del Norte, en lo que fue la apuesta de su vida. Por trece años, de manera ininte­ rrumpida, Choi había estado hablando con agentes del Reino Ermitaño, coqueteando con la idea de visitar y aceptar dinero. Llegado este mo­ mento, publicó una carta abierta al Presidente de Corea del Sur, deta­ llando las razones por las que "Choi Hong-Hi es el hombre que cortaría su cuello"317. Su lista incluía las violaciones a los derechos humanos del régimen y su roí en convertir a los practicantes de Tae Kwon Do en ma­ tones. Choi sonaba como un héroe de artes marciales -o un vengador-. Un mes después, en 1975, un norcoreano le avisó que se podría reunir con su hermano, a quien Choi no había visto en treinta años. Choi y el norcoreano eligieron una fecha y un lugar -Suecia, un país políticamente neutral durante la Guerra Fría-. El día en que Choi fi­ nalmente se reunió con su hermano, el anciano estaba sentado en un auto con agentes norcoreanos. Choi se subió. Superado por la emoción, Choi no pudo decir nada, así que simplemente se tomaron las manos y se permitieron estar emocionados por todas las arrugas y canas, supe­ rados por cómo el tiempo y la lucha habían desgastado sus espíritus. En la embajada norcoreana, con los agentes vigilando de cerca, hablaron acerca de sus padres, que estaban muertos, y de su herma­ na menor, sus amigos y parientes -una conversación que esparció la amargura en sus corazones como un licor barato-. Los norcoreanos trajeron el licor bueno, y el Embajador norcoreano en Suecia se unió a fiHos trago tras trago, con la conversación irremediablemente virando

hacia la política. Choi anunció que las dos Coreas debían unirse y escu­ chó una entusiasta explicación de por qué el comunismo era superior pero todo lo que él deseaba era ser dejado a solas con su hermano. El Embajador entendió sus señales y se fue del cuarto, y Choi y su her­ mano hablaron toda la noche -y todo el día y la noche nuevamentecon los norcoreanos apareciendo para invitarlo a su pueblo natal, a discutir la reunificación coreana y meditar sobre la posibilidad de que Choi pudiera difundir el Tae Kwon Do en Corea del Norte. Al tercer día, su hermano le pidió que visitase Yongwon, su pueblo natal en Corea del Norte, justo en ese momento, porque había amigos y parientes esperándolos. Choi se rehusó. No quería arriesgarse a ser etiquetado como un comunista y poner en riesgo sus posibilidades de obtener la ciudadanía canadiense. Sin saber sí se volverían a ver nue­ vamente, Choi y su hermano se abrazaron, se lamentaron, y lloraron ~y todos los que estaban en el cuarto lloraron con ellos-. Alguien de­ claró que los coreanos debían ser unificados pronto para evitar tales tragedias familiares. Exhausto emocionalmente, privado de sueño y entumecido por el alcohol, Choi perdió noción de cómo terminó regresando a su hotel, Llegó a los tumbos hasta el aeropuerto, donde los oficiales no lo deja­ ron abordar el avión, y se acomodó en una sala de espera para dormir y sacarse su pena. Su equipaje partió sin él318.

P a r t e IV C o r t e s ía

Cortesía: consideración, cooperación y generosidad en proveer,

diccionario Webster

C a p ít u l o

12

¡W h a a a !

En 1977, las políticas de la Guerra Fría crecían en el Tae Kwon Do como una enfermedad, y el arte marcial quemaba en Choi como una obsesión. Desde el golpe de Estado de 1961, él había tenido éxito tra­ bajando contra el Presidente, y dedicando su vida -como él lo veía- a salvar su arte marcial de Kim Un-yong. Las humillaciones se habían tragado cada éxito alcanzado, pero Choi se había recuperado y los éxitos se habían ido asentando como callosidades. Sin embargo, para 1977, la ira y la ambición se habían adueñado de los mejores instintos de Choi, y entonces él se volvió hacia su viejo enemigo, Corea del Norte, con una ambiciosa campaña para expandir el Tae Kwon Do alrededor del mundo y desafiar a Corea del Sur y a Kim el Dragón Nuboso en cada terreno que fuera posible. Corea del Norte le había estado dando dinero a Choi para que publicase su Enciclopedia del Tae Kwon Do, pero los volúmenes no estaban completos319. Los libros -que llegarían a quince volúmenes- contenían más detalles técnicos que todos los libros pasados de Choi juntos y estaban siendo publicados de a uno o dos por vez, pero Choi necesitaba más dinero y poder. Buscando dinero fácil, se acercó a su viejo enemigo Kim Hyungwook, el Jabalí Salvaje de la KCIA, quien en 1967 había organizado los secuestros masivos del Incidente de espionaje de Berlín del Este. Debido al repudio internacional generado por dicha operación, el Pre­ sidente de Corea del Sur había despedido al Jabalí Salvaje, que había huido a los Estados Unidos en 1973 llevándose al menos 15 millones de dólares junto con detalles del Plan de la KCIA, que reveló a las autori­ dades americanas y a los medios320. Algunas de las historias del Jabalí Salvaje parecían de otro mundo -escribió un funcionario americano-. "Estaban dispuestos a pagarle para que no revelase su conocimiento de cosas del pasado de Park, como el asesinato de la chica kisaeng, la relación de ella con Park y otras luminarias del gobierno"321. Corea del

Sur envió hombres para sobornar y amenazar al Jabalí Salvaje, dándole a probar un poco del sabor de sus propias tácticas en ia KCIA. En el verano de 1978, Choi organizó una reunión con él para pe­ dirle fondos para el movimiento democrático en Corea del Sur (y por supuesto, para el Tae Kwon Do), esperando que el Jabalí Salvaje hubiera evolucionado a un ser similar a los famosos hermanos Ho de China. Los hermanos Ho habían hecho sus fortunas en la falsificación y; cuando se hicieron más viejos, habían donado su dinero para obras públicas, tales como Buddha Heaven en Shangai y los Ten Courts ofHelP22. A cambio de las donaciones del Jabalí, Choi le asignaría guardaespaldas expertos en Tae Kwon Do y posiblemente un puesto en su organización. Pero a Choi y al ex director de la KCIA se se les acabó el tiempo; a medida que la investigación americana sobre las actividades ilegales de su aliado -llamado "Koreagate" por los medios- quedó en la nada (probablemente porque el K oreagate golpeaba demasiado cerca de algunos miembros demócratas del Congreso), Choi pudo reunirse con el Jabalí sólo una vez antes de que la KCIA secuestrara a su ex director en Francia en 1979. La historia cuenta que "(i) al Jabalí le cortaron la cabeza y se la mandaron a Park Chung-hee en una saca diplomática, o (2) fue enviado de manera secreta a Seúl, donde Park lo ejecutó per­ sonalmente disparándole a quemarropa dos veces en el sótano de ía Casa Azul”323. El cuerpo del Jabalí nunca fue hallado, y desde entonces, ningún oficial surcoreano de alto rango ha testificado acerca de las acciones ilegales de Corea del Sur en los Estados Unidos. Por aquel entonces, Choi hizo saber a Corea del Norte acerca de una campaña imposible de creer, una operación que parecía más torpe que su partida de poker en Yongwon casi cuarenta años antes. El Plan de la KCIA se había continuado expandiendo en Norteamérica, a pesar de la investigación y la cobertura de la prensa, y los hombres de Choi habían continuado pasándose a la WTF de Kim Un-yong. La misión de Choi prometía revertir esta situación. En sus libros él había aplicado tácticas militares al sparring y ahora parecía estar aplicándolas a las cuestiones políticas de las artes marciales. "Debes crear oportunidad, analizar a tus oponentes y sus armas, identificar sus técnicas y hábi­ tos, y presionarlos según te convenga", explicó alguna vez324. Su nueva misión lo llevaría a Corea del Norte, entrenando un f?ran número de

instructores a quienes colocaría por todo el mundo, enfrentando y arrinconando a la WTF en todos lados. Muy pocos instructores entendían la misión política, pero algunos {o defendían. "El General Choi tuvo que recurrir a Corea del Norte, porque la dictadura en Corea del Sur se estaba apropiando de toda la

ITF”, explicó Michael Cormack, que era el yerno de Choi y directivo en la Federación Internacional de Tae Kwon Do en aquel momento. “Los instructores de la ITF estaban siendo borrados de la lista del Maestro (Choi) tan rápidamente... se necesitaban fondos para propagar al Tae Kwon Do. Era una situación mala para él". Aun así, a los maestros e instructores de la ITF en el mundo no les gustaba la operación de Choi, porque técnicamente Corea del Sur es­ taba en guerra con Corea del Norte. Choi ignoró sus pedidos. Todo era una misión para él, incluyendo intentar casar a sus hijas con instruc­ tores de Tae Kwon Do, lo que demostraba que desafiaba hasta al poder del amor325. Cuando su mente estaba decidida en una misión, como en esta operación norcoreana, él no se daba por vencido; ordenaría a sus mejores pioneros que fueran a Corea del Norte. ¿Qué obtendría a cambio de ello? Él y el dictador norcoreano Kim II Sung tenían varios puntos en común en sus historias: ambos habían nacido en el Norte de Corea an­ tes de que los americanos y los rusos dividieran al país; ambos habían sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial y al colonialismo japonés y nunca olvidarían las cicatrices; y ambos odiaban y respetaban a los Estados Unidos y a Japón. Para un Occidental es difícil comprender la amargura dentro del corazón de estos hombres, donde la historia se medía en milenios, no en décadas. La mayoría de los coreanos de su generación había considerado al dominio japonés no solo ilegítimo sino también humillante326. Por siglos las dos naciones habían sido iguales en términos de geografía, adopción de la cultura China y desarrollo económico, de manera que el dominio japonés en los siglos XIX y XX era mortificante. El líder de Corea del Norte mostró su continuo abo­ rrecimiento en 1977 llevando adelante una misión encubierta en la cual agentes secuestraron a niños y parejas en playas japonesas y los llevaron en lanchas de alta velocidad a Corea del Norte, donde fueron

obligados a enseñar cultura japonesa, costumbres y su idioma a los agentes de Corea del Norte327. Choi pronto estaría colaborando con esos agentes, porque él quería que todos los norcoreanos practicasen Tae Kwon Do, especialmente los militares. Los soldados de la nación se entrenaban informalmente en un arte marcial conocida como Kuksul, pero las artes marciales no eran populares, y no había ni Karate ni Tae Kwon Do328.

Choi Hong Hiy el líder de Corea del Norte Kim II Sung chocan sus copas durante una gira de Tae Kwon Do en 1980. Foto cortesía de Choi Hong Hi.

Muy pocos de los hombres de Choi podían entender su misión. Michael Cormack aceptó ir, tal como lo hizo el hijo de Choi, [ung-hwa, pero la mayoría de los discípulos y los hijos adoptivos de Choi estaban atónitos ante su pretensión de que fueran a Corea del Norte en pleno apogeo de la Guerra Fría. Un hecho puntual muestra cómo las tensio­ nes se podían volver sicóticas: el episodio de la Tala del Árbol, conocido como el Incidente del Homicidio con Hacha, involucró en 1976 a veinte

o treinta guardias norcoreanos desarmados atacando a veinte o más soldados americanos y surcoreanos que estaban podando un árbol dentro de la Zona Desmilitarizada, que se encuentra en el paralelo 38 entre Corea del Sur y Corea del Norte. Supuestamente podar el árbol era una tarea de rutina, y ninguno de los bandos portaba armas en la zona desmilitarizada o DMZ, que era tierra de nadie. Sin embargo, luego de una discusión acerca de lo sagrado del árbol, los norcoreanos mataron a golpes de hacha y garrote a dos soldados americanos; todo fue filmado por un cabo del lado surcoreano. Tres días más tarde, en represalia, los americanos y los surcoreanos reunieron a cerca de se­ senta expertos en Tae Kwon Do y fuerzas especiales para talar el árbol sagrado ante la mirada de cientos de guardias norcoreanos, desafián­ dolos a comenzar una escaramuza bélica. Los cinturones negros de Co­ rea del Sur proveyeron protección en tierra mientras los bombardeos sobrevolaban, pero los norcoreanos no atacaron329. Historias como estas hicieron a los maestros de Tae Kwon Do, la mayoría de los cuales habían sido soldados, preguntarse si el General estaba perdiendo la razón. ¿Realmente estaba planeando una opera­ ción en Corea del Norte? En Corea del Sur, criticar al país frente a un extranjero era castigable con siete años en la prisión -y hablar con un norcoreano era castigado con la m uerte-330. Entre los primeros maestros que Choi contactó estaba Kong Youngil, uno de los maestros de Jung-hwa años atrás. Kong estaba a cargo de un gimnasio en los Estados Unidos y era uno de los mejores maestros de Tae Kwon Do. Él había comenzado a practicar artes marciales en 1952, había entrenado soldados para la Guerra de Vietnam, y había participado en exhibiciones del arte de Choi en 127 países331. Actuando como un General, Choi llamó a Kong y fue directo al gra­ no: "Debes venir conmigo a Corea del Norte", ordenó Choi. Kong escuchó el propósito de la misión y respondió: "No puedo ir". Era la primera vez que se rehusaba a cumplir una orden del General. "¡Debes ir!", gritó Choi. "Piense en mi familia; piense en mi escuela", dijo Kong. "¡Whaaa!”, gritó Choi y cortó golpeando el teléfono.

Lo volvió a llamar inmediatamente: "¡Debes ir!" “No, Señor", dijo Kong, "jWhaaa!", y el teléfono golpeó nuevamente sobre la mesa. Kong atendió el teléfono dos veces más, rehusándose una y otra vez. Decirle no al General, su mentor, líder y figura paterna por más de una década fue una de las experiencias más dolorosas de su vida. Choi era un hombre generoso, comprensivo, pero si no seguías sus órdenes, entonces se enfurecía, te dejaba de lado y te consideraba insignificante. Kong y Choi dejaron de hablarse por muchos años. Nam Tae-hi, la mano derecha de Choi, había tenido problemas con Choi en el pasado, pero la separación final entre ellos fue por la Cores del Norte de Choi. Nam veía a la misión como una traición colosal. "El General Choi no hacía cosas malas, pero siempre traicionaba a otras personas", dijo Nam332. “Yo luché contra los norcoreanos y los chinos. Maté a muchos de ellos". Debido a la misión norcoreana, él nunca volvió a hablarle a Choi. Más tarde el líder de la WTF, Kim Un-yong, otorgó un cinturón negro noveno dan a Nam y lo convirtió en un gran maestro del mismo nivel de Choi. Jong-Soo Park, que había ayudado a Choi y Nam con libros y giras mundiales, también se rehusó a ir. Él había sido uno de los pocos en averiguar que Choi había visitado a su hermano con la ayuda de los agentes norcoreanos en 1975, y no le gustaba la misión actual. Lois parientes de Park vivían en Corea del Sur, por lo que las amenazas dé : la KCIA eran posibles. Choi lo acusó de colaborar con Kim Un-yong. En aquel momento, Choi estaba intentando lograr que el gobierno cana­ diense reconociese a la ITF, y aquí estaba su pionero canadiense unién­ dose al enemigo, según la opinión de Choi. Park y Choi no se hablarían durante los siguientes veinte años. A medida que más surcoreanos supieron de la misión de Choi, la KCIA incrementó su presión. Las tácticas de la agencia se habían vuelto más sutiles -menos tortura física y más presión e infiltración encubier­ ta -333, Choi supo que el Cónsul General de Los Ángeles, que era parte del notorio Plan de la KCIA, le había dicho al Maestro Choi Sun-dukde Arizona que sus parientes enfrentarían problemas en Corea del Sur. En

otra historia, alguien visitó a la madre de uno de los pioneros de Choi, Han Sam-soo, diciéndole que su hijo podría ser secuestrado334. "Hubo situaciones donde la KCIA se acercó a muchos instructores, coreanos o no, cinturones negros de primero a tercer dan”, dijo Michael Cormack, habiendo escuchado furtivamente llamados telefónicos y conversaciones privadas con Maestros, "Si tu hermano estaba en el Ejército o en la Fuerza Aérea, perdería su comisión; quedaría fuera del Ejército. Había otros castigos. Esta era un presión muy intensa", me dijo Cormack. Para 1980, de ios cientos de instructores que había en Corea, sólo quedaba una docena de instructores coreanos de primera línea con Choi335. Él y su arte marcial cayeron en la peor crisis de la ITF. Choi se sen­ tía como si estuviera perdiendo a sus hijos. Desde su punto de vista, ¿cómo podrían tantos de ellos preocuparse por sus familias y trabajos luego de los sacrificios que había hecho Choi, que había resignado a sus propios hijos? Él continuó con la misión de todos modos, luciendo juzgamientos como escudos militares y las amenazas como medallas. Enseñó técnicas a nuevos superhombres, como al ágil Park Jung-tae, quien podía completar cinco patadas en el aire y podía saltar por en­ cima de un automóvil336. Park también representaba una manera más calma y dignificada hacia el arte. Choi le enseñó durante seis meses en el sótano de su casa en Canadá y reunió un equipo de quince artistas marciales que fueron lo suficientemente valientes como para visitar Corea del Norte: siete instructores coreanos de los Estados Unidos, Inglaterra, Grecia y Yugoslavia, un Maestro americano, y un fotógrafo para registrar el evento337. Si Choi antes estaba obsesionado, ahora estaba poseído. Y ahora él tenía sesenta y cuatro años. El tiempo había volado como una flecha, pero él tenía que comenzar de nuevo, tenía que pro­ ducir cientos de instructores y dispersarlos por el mundo muy rápi­ damente para competir con Kim Un-yong y la WTF, especialmente en Suecia, la Unión Soviética y los países comunistas que Corea del Sur había estado evitando durante toda la Guerra Fría. ''Él sentía que esta­ bahaciendo la historia", explicó Cormack. "Sentía que estaba haciendo = algo que cambiaría profundamente al Tae Kwon Do haciéndolo mejor. Habría problemas, habría adversarios en ello, pero Choi, se sabe, él

siempre tenía que ser el centro de la atención. Hay un libro llamado Thriving with Caos (Prosperando en el Caos), cuyo título le resulta plenamente aplicable: él prosperaba con el caos. Le daba impulso y energía para llevar al Tae Kwon Do más lejos. Todas las desventajas asociadas a esta pelea interna dentro del Tae Kwon Do -WTF, ITF, las políticas de Park Chung-hee y Corea del Norte-, todo eso le daba ím­ petu para empujar más fuerte, para trabajar más duro, para construir y diseminar al Tae Kwon Do más rápido". “Él era un hombre extremadamente energético y motivado/extre­ madamente enfocado: el Tae Kwon Do era su vida", agregó Cormack. “Quiero decir, ya no hay muchos seres humanos como él. Tienes que entender que para un hijo como James (Jung-hwa) y un yerno (como Michael Cormack), él era muy difícil. Estaríamos viendo una película en casa un domingo a la noche, luego de cenar, y enganchados con la trama justo en el momento en que la acción estaba comenzando, con toda la familia allí. Entonces mirábamos hacia un rincón y veíamos al General Choi diciendo, “¿Se dice "un bloqueo con forma de W yendo hacia o yendo a "? Era habitual: mientras daba sus seminarios, nos pedía que le soplemos palabras. Entonces (estando en ese ambiente familiar), nos reíamos y sonreíamos, pero el General Choi ni siquiera podía concentrarse en una sola película, aunque de vez en cuando le gustaba ver comedias”338. Sin embargo, para los demás, él parecía atraído por la tragedia, Choi se sentía excitado y dubitativo por la misión. ¿Lo aceptarían los norcoreanos, a él y a su Tae Kwon Do? ¿Le perdonarían todas sus pa­ labras de odio al comunismo? ¿Le permitirían visitar su pueblo natal? ¿Le permitirían regresar alguna vez a Canadá? Lo que pocas personas sabían era que Choi había estado planeando esta misión durante años; que él tomó solamente riesgos calculadosy que sabía que el resultado de la misión sería bueno339. Kim II Sung ha­ bía invitado oficialmente a Choi para una visita en 1979340. El camirip de Canadá a Corea del Norte, en aquel momento, había sido tan con­ vulsionado como la vida de Choi: un vuelo desde Toronto a Viena, en­ tonces a Hong Kong, luego un barco a Macao, donde se encontró con un agente norcoreano; entonces los dos volaron a Beijing, donde un avión privado los llevó hasta la ciudad capital de Corea del Norte. El día de

]a reunión, el auto de Choi avanzaba lentamente alrededor de un lago rodeado por colinas. El auto se detuvo delante de una casa de veraneo, donde Kim íl Sung estaba esperando en la puerta. El gesto conmovió a Choi, quien había conocido a muchos presidentes y primeros ministros; aquí estaba, el líder contra quien Choi probablemente había disparado durante la Guerra de Corea, esperando en la puerta, sobre un escalón. Adentro, los dos hombres se acomodaron en una sala de reuniones, donde fumaron y hablaron como si fuesen viejos amigos acerca de la Guerra Fría y acerca de los deseos de Kim de unificar Corea del Norte y Corea del Sur. Ellos chocaron sus copas. *** Ese mismo año, en 1979, luego de otra ronda más de tortura y ase­ sinatos de trabajadores en huelga, Corea del Sur estalló en protestas, y s u Presidente, Park Chung-hee, se dirigió a un refugio con el jefe de la KCIA. Durante la cena se produjo una discusión con el guardaespaldas del Presidente, un hombre conocido por su habilidad para matar con sus manos341, El jefe de la KCIA le disparó al guardaespaldas, y luego, por algún motivo, le disparó también al Presidente. Muchos coreanos celebraron. Choi y sus hombres escucharon sobre el asesinato mientras estaban realizando un gira de Tae Kwon Do en la Argentina y levantaron una copa de champagne, pero el ánimo festivo no duró demasiado, porque un nuevo general se hizo cargo de Corea del Sur y sentenció a muerte al hombre que pudo haber sido Presiden­ te, el activista de derechos humanos Kim Dae-jung. Los surcoreanos ganaron las calles, y el Generalísimo Chun Doo-hwan, el nuevo líder de Corea del Sur, declaró el estado de sitio y la ley marcial. Al poco tiempo, enla ciudad de Kwangju, ordenó un operativo que resultó en la muerte de cientos de personas (algunos informaron sobre miles): la Masacre deKwangju, en mayo de 1980, se convirtió en el nuevo punto más bajo de la historia moderna de Corea del Sur342. Corea del Sur estaba signa­ da por la mala suerte: cada vez que un dictador caía, surgía otro para ocupar su lugar, a menudo peor que su antecesor. En 1980, el año del Mono (un año de genios erráticos y alegres i oportunistas), el nuevo dictador de Corea del Sur recibió buenas noti-

cías: el Comité Olímpico Internacional había otorgado reconocimiento a la WTF, que era un paso más para lograr que el Tae Kwon Do se vol­ viese deporte olímpico. La noticia, que llegó dos meses después de la Masacre de Kwangju, enfocó al régimen en las Olimpíadas y en el Tae Kwon Do; Corea del Sur comenzó a utilizar al deporte para mejorar su imagen. Las esperanzas olímpicas también se enfocaban en los gimna­ sios de artes marciales que habían vivido un período de revuelo desde 1978, cuando la Asociación Coreana de Tae Kwon Do había abolido el sistema tradicional de kw an, fusionado todos los gimnasios bajo la Fe­ deración Mundial de Tae Kwon Do y ordenado que todos los gimnasios enviasen los ingresos por exámenes para certificar cinturones negros directamente al Kukkiwon de la KTA y la WTF, Muchos de los jefes de escuelas preguntaron cortesmente por qué debían entregar gran parte de su dinero y poder, pero la KTA no mostró simpatía por ellos: "Aun­ que ustedes sacrificaron mucho por el Tae Kwon Do, es incorrecto que los kwan soliciten dinero por sus sacrificios. Debemos dejar de lado la vieja idea de kw ans a favor de un nuevo sistema, por el propósito de estandarización"343. Y ahí quedó la antigua tradición. ¿Cómo podía alguien disentir o discutir en un país que había perfeccionado el arte de las amenazas encubiertas y la extorsión sutil? *** En septiembre de 1980, mientras Kim Un-yong y la WTF comen­ zaban su improbable ascenso por la escalera hacia el reconocimiento olímpico, Choi y su equipo se bajaban de un avión en lo que parecía ser una misión suicida en Corea del Norte. Un historiador alguna vez describió a la nación como "el más asombroso Estado-fortaleza del mundo”, que significaba que los expertos en ejercer violencia eran los grupos más poderosos de la sociedad344. Corea del Norte había luchado durante medio siglo contra el colonialismo japonés y otros treinta y cinco años contra los Estados Unidos y Corea del Sur, y cada hombre norcoreano completaba ocho de servicio militar. Los norcoreanos esta^ ban más que preparados para aprender Tae Kwon Do para combate. Ed el aeropuerto, una banda militar y mil personas dieron la bienvenida* Choi y su equipo, cuyos integrantes tenían pelo largo y vestían traje.'

grillantes con pantalones bota de campana y solapas que eran tan an­ chas como barriletes, porque Choi había instruido al equipo para que mostrara tendencias occidentales. Los discursos comenzaron, seguidos de demostraciones de artes marciales. ¿Mencionó Choi que Corea del Norte estaba administrando una de jas más sofisticadas prisiones tipo gulang del mundo? No, pero él notó que Corea del Norte era autosuficiente en agricul­ tura, y durante una exhibición de Tae Kwon Do, miró a Park Jung-tae saltar por encima de un hombre en una motocicleta. ¿Se dio cuenta de que los norcoreanos llamaban a su líder uroro patta, que significa "mirar hacia arriba y recibir", la manera en que los cristianos miran a Cristo?"345. Ko, aunque dirigió un discurso halagador a Kim II Sung, quien dijo que él estaba orgulloso de Choi y que el Tae Kwon Do sería enseñado en Corea del Norte. ¿Choi mencionó las atrocidades de derechos humanos en Corea del Norte? No, sin embargo se mostró complacido en ver que la tradición de respetar los ancestros seguía intacta y que Kim II Sung cubría todos los gastos del viaje -y ofreció a Choi millones de dólares-346. Casi 30.000 personas vieron la demostración del equipo. A El discurso de Choi contenía un mensaje claro: ustedes son nues­ tros amigos. Dijo a sus anfitriones norcoreanos que el Tae Kwon Do : evitaba la violencia, especialmente contra comunistas, reasegurándo­ la s que "el Tae Kwon Do no es para matar o lastimar personas, es un f irte defensivo y un arte marcial del pueblo, que otorga espíritu a las - personas y que anima un cuerpo saludable y una mente sana”. “Ellos pensaban que el Tae Kwon Do era anticomunista", explicó : Michael Cormack, quien estaba allí para el discurso de Choi en Corea M Norte. "Habían visto a instructores de Tae Kwon Do en Vietnam ^atando comunistas empleando el arte marcial. El General Choi, Afablemente luego de varios whiskys, había escrito en un diario o ®bía dicho, "Mataremos comunistas con el Tae Kwon Do", o algo por

el estilo. Entonces, independientemente de si ello fue dicho o no, ellos todavía tenían su nerviosismo,.. James (Jung-hwa Choi) y los coreanos visitantes estaban extremadamente inquietos, porque habían crecido convencidos, lavados sus cerebros, para creer que los norcoreanos eran el demonio, el imperio diabólico del Norte”, ¿Acaso el General Choi había vendido su alma al demonio? No. Él estaba tan acostumbrado al aura del terror como un cristiano lo está a la misa del domingo, pero yendo más al punto, estaba en el medio de un perverso partido de apuestas con Kim Un-yong y la dictadura de Corea del Sur. Mientras estaban en Corea del Norte, el General Choi, su hijo y sü yerno dejaron al resto del equipo para visitar su pueblo natal. Lo había visitado por última vez luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando se había arrastrado hasta el pueblo para encontrarse con que los co­ munistas habían tomado el control y su familia estaba desaparecida, Choi visitó a su hermano, a su hermana y sus amigos, y la casa donde había ayudado a su madre a moler tofu. El luchador ya no estaba en el pueblo. Toda era pinos azules y helicópteros rusos. Al día siguiente, subieron a un helicóptero y el yerno de Choi, Michael Cormack, le dio, un codazo al hijo de Choi y señaló a un hombre que se parecía a Jong> Soo Park, pero más grande. "Mirá", dijo Cormack. "Es Jong-Soo Park en versión comunista". Algunos resentimientos no morían fácilmente. Un regalo que Choi les dio a los norcoreanos fue un nuevo esquema de movimientos, la forma que llamó Ju-Che, el nombre de la ideología norcoreana. Hizo esto para eliminar la forma Ko-Dang, que había sido el seudónimo de uno de los héroes de Choi, Cho Man-sik, un educador cristiano y líder norcoreano de la primera hora hasta que los comu­ nistas lo pusieron en prisión en 1946347. Ahora que los amigos de Choi eran esos mismos comunistas, Ko-Dang debía desaparecer. Deshacerse de Ko-Dang y crear Ju-Che fue venderse a los comunistas, aunque Choi argumentó que el cambio no era político. El término Ju-Che es casi in­ traducibie al inglés (y al español): significa autosuficiencia e indepen­ dencia y, más profundamente, todo lo que hace que los coreanos sean coreanos348. Como para resaltar esto, diseñó la forma Ju-Che para ser la más difícil de las veinticuatro, exigiendo un salto con patadas símuí*

en direcciones opuestas, y dos técnicas que dan la sensación de que el ejecutante se detiene momentáneamente en el aire, como si el a t a c a n t e estuviera suspendido. Hoy en día, en los gimnasios y los cam­ p e o n a t o s del mundo, gritamos Ju-Che después de la última técnica de esta forma, saludando a la ideología de Corea del Norte, nos guste o no. Sin embargo, un regalo más importante para los comunistas fue un cambio en la "onda sinusoide”, una serie de sutiles movimientos que se aplica a todas las técnicas. Los buenos artistas marciales siempre habían flexionado ligeramente las rodillas y girado las caderas antes de lanzar una técnica (generando así más potencia), pero ahora Choi quería que todos bajaran primero para a continuación levantaran el cuerpo entero, sin una rotación de la cadera, para que pudieran apro­ vechar la gravedad mientras se impulsaban hacia abajo, por ejemplo para golpear. Todo el mundo había estado practicando una onda si­ nusoidal pequeña (lo que requiere un pequeño impulso de rodilla y ajuste de las caderas), pero el regalo de Choi era una onda sinusoide grande (que requiere una fuerte acción de la rodilla)349. Las diferencias sonaban sutiles, pero cuando se pusieron en acción, le dieron a los es­ quemas de Tae Kwon Do de Choi un estilo distinto, un ritmo más lento, más rítmico, un aspecto como flotando en el mar, que lo distingue radicalmente del Karate y del Tae Kwon Do de Kim Un-Yong. Igual de dramáticos fueron los anuncios de Choi diciendo que los coreanos del Norte estaban practicando "Tae Kwon Do puro" (porque ellos estaban usando un onda sinusoide grande) y que todos los demás instructores en el planeta eran un "fraude". La mayoría de los pioneros de Choi se habían ido de la ITF por él y por sus misiones a Corea del Norte, y la reacción de Choi fue rápida. Como me explicó mi instructor, eiSr. Di Vecchia, Choi estampó en el Tae Kwon Do una firma tridimen­ sional -onda sinusoide-, y en un solo movimiento se lo entregó a los norcoreanos y desautorizó a sus descarriados discípulos, hombres que Choi veía como desobedientes e hijos desleales, De hecho, renegar de esos hijos adoptivos era quizás el principal motivo de Choi detrás de lanueva onda sinusoide. Mientras todos se apresuraban en adaptar su estilo, el grupo de Kim Un-yong profundizó más su dependencia sobre las técnicas de piernas en combate, utilizando menos las manos.

tá n e a s

¿Qué más querían los norcoreanos? Poder y acceso al resto del mundo -y algún ocasional asesino entrenado en artes marciales-. “Créanme, el Tae Kwon Do es un instrumento muy poderoso, no solamente por sus patadas”, me dijo Michael Cormack. “Ellos querían acceso a las herramientas diplomáticas, para estar cerca de todos esos países. También veían al Tae Kwon Do como parte de su cultura, y querían estar involucrados en ello”. Se podría decir que el desesperado General Choi había ejecutado una patada ideológica girando ciento ochenta grados. Corea del Norte quería hacer lo que Corea del Sur ya estaba realizando: utilizar al Tae Kwon Do para deportes, cultura, política, espionaje y propaganda. Choi había estado en desacuerdo con la mayoría de eso en Corea del Sur, pero estaba cómodo en Corea del Norte, porque él estaba a cargo del arte marcial en el Norte. Choi estaba politizando lo que supuesta­ mente debía ser un arte marcial apolítico, o para decirlo de manera más precisa, él estaba hiperpolitizando un arte marcial que siempre había fingido ser apolítico, aunque el Tae Kwon Do había nacido de los militares y se había criado entre dictadores. El hijo de Choi, Jung-hwa, cooperó con la actividad en Corea del Norte, aun cuando supo que los agentes norcoreanos se estaban invo­ lucrando. "Tuve un presentimiento, porque vi que los que eran entre­ nados no salían luego como instructores, mientras que tipos extraños que nunca habíamos conocido luego se volvían instructores" Él vio una motivación sofisticada en la participación de Corea del Norte, espe­ cialmente cuando su padre trasladó la jefatura de la ITF desde Canadá hacia Viena, Austria. "Para ellos, el Tae Kwon Do era una bendición del Cielo, un regalo para ellos, porque la idea de Ju-Che ya estaba muerta; esto era una manera de meterse en la cabeza de las personas comunes; y ellos necesitaban algo que pudiera reemplazar la filosofía Ju-Che. Se podría decir que el Tae Kwon Do es una filosofía, y cuando ellos descu­ brieron qué tan cercana era la relación entre el instructor y el alumno, se rieron y dijeron,';Es esto!'. Esa relación era una unión especial -en parte militar, en parte paternal- que los agentes podían aprovechar. Ellos pensaban que si el agente era instructor (de Tae Kwon Do), enton­ ces sería una manera simple para controlar a las personas e imbuirlos de 'coreanismo' en sus mentes. Otra razón es que Viena es una estación de paso para muchos agentes y otras actividades..."350.

A un año de la visita de 1980 a Corea del Norte, Jung-hwa estaba cooperando con los agentes de Corea del Norte para asesinar al más reciente dictador de Corea del Sur, Chun Doo-hwan351. Este capítulo de la historia del arte marcial es tan difícil de explicar como los capítulos anteriores, pero es más claro: Jung-hwa, de 26 años de edad, conoció a norcoreanos que afirmaban ser familiares de aquellos asesinados en la Masacre de Kwangju en Corea del Sur en 1980, y las familias querían vengar sus muertes. Alguien propuso un plan de asesinato, jung-hwa conocía a un par de miembros de una pandilla en Toronto y acordó contratar a un asesino, entregar los fondos, y actuar como el intermediario entre los agentes y los asesinos. El joven artista marcial se sintió importante por utilizar sus conexiones con las pandillas para una misión que valía la pena, pero más que ello, él quería que su padre se sintiera orgulloso. Y quería poner las enseñanzas de su padre en práctica -proteger a los débiles de los fuertes- y librar al mundo de un presidente sádico.

C a p ít u l o 1 3 L o c u r a o l ím p ic a y DESCONTROL NORCOREANO

La perfección humana se define como alguien que nunca comete errores a sabiendas, por lo tanto, si balanceas la fortaleza en el cuerpo, Ia honestidad en el corazón y el conocimiento en la mente, entonces eres humanamente perfecto... Jhoon Rhee comenta sobre la quinta de sus "Siete Cualidades de un Campeón"352. El 18 de septiembre de 1981 el vuelo 901 de Korean Airlines con destino a Frankfurt, Alemania, estuvo detenido durante treinta minu­ tos en la pista del aeropuerto Gimbo en Seúl, Corea del Sur, mientras la tripulación del vuelo esperaba a un último pero muy importante pasajero, Park Chong-kyu, también conocido como Pistola Park, porque iba siempre con una pistola a todos lados353. Él era un artista marcial con fuertes contactos en la política y el deporte; había ayudado a or­ ganizar el golpe de Estado de Corea del Sur en 1961, era miembro d$ Comité Olímpico Internacional, y había llevado al agente secreto Kim Un-yong al Tae Kwon Do en 1970. Ahora, Pistola Park y Kim estaban li­ derando la Operación Thunderbird (Pájaro de trueno), una misión para influenciar a las personas más importantes a nivel internacional en los deportes -para convencerlos de que Corea del Sur debía ser sede de los Juegos Olímpicos de Verano de 1988, donde el Tae Kwon Do podría realizar su ostentoso debut-354. Luciendo anteojos oscuros, Park finalmente subió al avión. Las aza­ fatas estaban inexpresivas. Él y Kim habían reunido a un equipo de 107 coreanos de elite del mundo del deporte, los negocios, el g o b i e r n o , el servicio secreto y el Tae Kwon Do, incluyendo al ministro de Educación de Corea, dos ex Embajadores y el Vicedirector de la KCIA. Volando desde varios países, los 107 iban a reunirse en Alemania O c c id e n ta l en Baden-Baden, para un crucial Congreso Olímpico, donde e l Comité Olímpico Internacional votaría para decidir qué país sería la s e d e de

los Juegos en 1988. En el camino, la Operación Thunderbird proveería seguridad contra los complots de Choi Hong-Hi y sus amigos de Corea ¿el Norte, porque el General Choi había amenazado con interrumpir la reunión en Baden-Baden, Pistola Park y Kim habían lanzado la ultra secreta Operación Thunderbird en junio de 1981, cuando Corea del Sur estaba envuelta en el caos. Luego de la Masacre de Kwangju, el presidente Chun había continuado con la política de su predecesor de utilizar artistas marcia­ les para hacer algunos de los trabajos sucios en Corea, que consistían principalmente en aplastar a los gremios. Un tercio de los prisioneros políticos eran trabajadores, y el resto de la fuerza de trabajo se tomaba turnos para realizar paros y protestar. Expertos en artes marciales y policías de civil conocidos como los Calaveras Blancas (p a ek k ol) rompehuelgas, se protegían de pies a cabeza e iban rápidamente en motocicletas a las protestas, donde se mezclaban entre la multitud, rompiendo cabezas a su paso355. Este nuevo régimen concluyó que la manera más rápida y más efec­ tiva para dispersar conflictos, unificar a los coreanos y mejorar la ima­ gen del país en el extranjero era siendo sede de los Juegos Olímpicos. Era una idea tan tirada de los pelos que pocas personas dentro o fuera del país lo tomaban en serio a Pistola Park, especialmente porque Co­ rea no tenía instalaciones olímpicas, y como Kim hizo notar claramen­ te, ni siquiera tenía televisión en color. Pero el país había sido sede deí cuadragésimosegundo Campeonato Mundial de Tiro en 1978, y había salido tan bien que Kim y Park, que era el presidente de la Federación de Tiro Coreana, habían soñado que Corea del Sur podría ser sede de los Juegos Olímpicos. Quizás los deportes podrían redimir a su nación. Corea era el más débil en la disputa por las Olimpíadas, por lo que el objetivo de la Operación Thunderbird consistía en seducir a pode­ rosos directivos de deportes internacionales para que apoyasen la / nominación. Esa era la parte fácil comparada con los dos formidables oponentes que enfrentaban: primero, Nagoya, Japón, que estaba en Primer lugar y había comenzado la seducción mucho antes que Corea y, en segundo lugar; Choi Hong-Hi, que quería interrumpir la importante ■votación en Baden-Baden. Park, Kim y la Operación Thunderbird los

enfrentarían directamente, porque el Tae Kwon Do, los deportes coreanos y el prestigio de su nación estaban en juego. Nagoya en particular era una gran preocupación. Los maestros de artes marciales coreanas (y no solamente Choi) tienden a reaccionar violentamente cuando alguien compara sus artes marciales con las del Japón. Kim no quería que Japón ganase. Recordaba sus días en las escuelas japonesas donde los estudiantes japoneses lo patoteaban. Pistola Park debía "tomar todos los pasos necesarios para ganar el apoyo de los miembros del COI”. Él y otros contactaron ai presidente de Adidas (fabricante de equipamiento deportivo, incluyendo equipo para Tae Kwon Do), al presidente mexicano de la Asociación de Comi­ tés Olímpicos Nacionales y a muchos otros oficiales influyentes. Park trabajaba detrás de escena, obteniendo el apoyo de miembros del COI en América del Sur y África. La KCIA también "dio una mano", y los instructores de Tae Kwon Do en el extranjero hicieron lobby con trece miembros del COI en Europa y Norteamérica356. El rumor de que Choi había planeado una manifestación anti­ olímpica en Baden-Baden sacudió al Comité Olímpico Coreano, lo cual es sorprendente cuando uno mira quién estaba en ese comité -algunos de los políticos más poderosos de Corea del Sur, millonarios, artistas marciales y agentes de la KCIA-. Kim no creía los rumores pero conclu­ yó que necesitaba guardaespaldas en la reunión, así que llamó "a cinco instructores de Tae Kwon Do en Europa para que estén todo el tiempo allí", incluyendo a Kim Kwang-il, el instructor que había sido uno de los pioneros de Choi y que había sido arrestado en conexión con el plan de secuestro de la KCIA en Alemania Occidental357. Cuando el equipo de la Operación Thunderbird arribó a BadénBadén, no tenían idea por dónde empezar ni cómo utilizar su presu­ puesto. Kim Un-yong cambió de hotel, hospedándose con los delegados del COI en lugar de con su equipo Thunderbird, así podría espiar lo que decían los delegados sobre la oportunidad de Corea del Sur antes de la votación crucial -e informaba sobre dichas conversaciones al equipo Thunderbird, quienes se reunían con sus ilustres huéspedes en res­ taurantes franceses y chinos en Baden-Baden-. La exhibición coreana, con tres Miss Coreas y cincos Miss Azafata Coreana vestidas con trajes tradicionales, era muy atractiva comparada con la exhibición formal

de Nagoya. Nadie creyó que los coreanos ofrecieron solamente té de ginseng y baratijas de jade a los miembros del COI, como luego explicó

Kim. "Comparado con nosotros, Japón invitó a los miembros del COI a Nagoya y daban relojes Seiko como regalos" él dijo. Aun así, las acusa­ ciones de soborno volarían por doquier358. Un reportero del New York Times escuchó que alguien había deslizado “pasajes de primera clase debajo de las puertas de hotel de los miembros del COI, esperando que ellos utilizaran los boletos para obtener efectivo, a cambio de obtener sus votos para la ciudad surcoreana"359. El equipo coreano negó las acusaciones. El pionero del Tae Kwon Do Kim Kwang-il y otros expertos en Tae Kwon Do hacían guardia en Baden-Baden. Un instructor, Park Soo-nam, condujo hasta el hotel del equipo con el baúl lleno de comida coreana, porque sabía que los miembros de la Operación Thunderbird desea­ ban comida coreana casera, Desafortunadamente, el Príncipe Felipe, marido de Isabel II, se estaba hospedando en el mismo hotel, y con la segundad muy estricta, Park fue expulsado del hotel sospechado de ser un terrorista. Solamente pudo volver a ingresar luego de explica­ ciones sobre el kimchi y otras delicias coreanas. Finalmente, el día de la votación, Kim Un-yong ingresó en la reu­ nión de Baden-Baden, se sentó y lanzó preguntas como si estuviera luchando en una zona de combate. Los delegados bombardearon a los miembros del equipo coreano con requerimientos y críticas, y Kim hábilmente se encargó de todas ellas, Al final, después de la votación, cuando el Presidente del COI, Juan Antonio Samaranch, anunció en francés que el ganador era "Seúl, Corea”, las palabras sonaron como música en los oídos de Kim. Corea había vencido claramente a Japón por cincuenta y dos votos a veintisiete, lo cual sorprendió hasta a los eufóricos coreanos. "Me pregunto si el recuento no está equivocado”, dijo Samaranch. El recuento era correcto. Los miembros del COI de América del Sur y Africa habían volcado el voto a favor de los coreanos. La Operación Thunderbird había sido un éxito. La pequeña Corea, el conejo intentan­ do ser tigre, momentáneamente se elevó por encima de China y Japón, ytodos se olvidaron del terror y las torturas bajo la dictadura de Corea del Sur. Corea sería la sede de los Juegos Olímpicos de verano de 1988.

Todo sonaba como un milagro, pero no lo era, dijo Kim, porque la vic­ toria no viene de los milagros; viene del trabajo duro. Igual de dulce que la victoria en Baden-Baden fue la decisión del COI de incluir al Tae Kwon Do como uno de los dos deportes de demos­ tración en los Juegos de 1988. Seúl tenía poca experiencia en organizar torneos a nivel internacional, pero había logrado un milagro económi­ co, saltando de ser un país de tercer mundo a una nación industriali­ zada en tan solo dos décadas, y quizás lograría un milagro deportivo también. "Los Juegos Olímpicos fueron un punto de inflexión para que Corea se colocara en el ranking de las naciones más avanzadas", escribió Kim luego360. El Tae Kwon Do sería parte de los Juegos Olímpicos, y demostraría que Corea no era solamente poderosa económicamente sino que también lo era física y culturalmente. Gloria olímpica, poder y millones de dólares se derramaron ante Kim Un-yong y Corea, y el presidente Chun eligió "Armonía y Progreso" como el eslogan olímpico de Seúl, una astuta cobertura para un dictador que estaba manejando casi mil millones de dólares en "cajas negras"361. Los hombres de Choi y Corea del Norte nó interrumpieron BadenBaden362. Sin embargo, su hijo y los agentes de Corea del Norte conti­ nuaron con el complot para asesinar al dictador surcoreano. Y, luego de su visita a Corea del Norte, Choi empezó a hacerse llamar "el fundador" del Tae Kwon Do con más frecuencia. Antes de ello, él se presentaba como "miembro fundador"363. Si Corea del Sur iba a robarse un arte marcial que él había fundado, entonces era mejor que la gente supiese que "el fundador" no estaba contento. *** En Canadá, mucha gente se burló de Choi después de su viaje a Co­ rea del Norte en 1980, llamándolo comunista364. Hasta su amigo en la jefatura de la CIA, el cinturón negro sexto dan Robert Walson, estaba preocupado -pero Choi se fortalecía dentro del caos y la preocupa­ ción-365. Él no hizo público lo conversado con el dictador norcoreano, pero al cabo de un año, estaba entrenando a los norcoreanos en com­ bate mano-a-mano, y su hijo Jung-Hwa Choi estaba urdiendo una trama con Michael Gerol y Charles "Chuck the Bíke" ("arroja la bici"} Yanover,a

tjuien Jung~Hwa había conocido a través de un instructor de Tae Kwon Do en Canadá366. Jung-Hwa idolatraba a los agentes secretos, y salía de fie s ta con hombres duros en Cooper's, una discoteca en el centro de Xoronto, haciéndose amigo de ellos por si necesitaba que lo protegieran a él o a su familia. Al principio, el General Choi pensó que el plan sonaba infantil. Les dijo a los norcoreanos que no quería estar involucrado, porque era extremadamente riesgoso involucrar a su heredero en una misión tan peligrosa367. Jung-Hwa era el favorito en una cultura antigua que estructuraba a la sociedad alrededor de “tres relaciones" y los “cinco mandatos": honra a tu soberano, honra a tu padre, etcétera, por toda la eternidad. El General Choi se preocupaba por su hijo, quien era uno de los mejores activos del Tae Kwon Do de Choi, y su favorito en la fa­ milia. Cuando Jung-Hwa y sus hermanas eran niños, Choi llegaba a la casa después de una noche de copas, y pensando que el chico estaba dormido, acariciaba su cabeza con amor. Colocaba dinero debajo de su almohada y le susurraba, “no le digas a nadie que te di esto, porque te quiero más a vos". Choi hacía lo mismo con sus hijas, pero sabía que jung-Hwa, su único hijo varón, era el favorito. En 1981, en un vuelo a Suiza, los dos discutieron el plan de asesi­ nato y el mayor de los Choi concluyó que su hijo sabía lo que estaba haciendo. Choi le dio el ok, pero se preguntó si Yanover era capaz de llevar a cabo el asesinato368. fung-Hwa le aseguró que lo estaba. "Probémoslo primero con Jong-Soo Park”, alguien sugirió. Los dos Choi se rieron. Estaban hechos del mismo material; Choi padre le había enseñado al joven casi todo lo que sabía, y ambos creían que Park había traicionado al General. Como finalmente resultó, los Choi no enviaron a Yanover tras Park, ypara su sorpresa, ellos descubrieron que Yanover era más estafador que asesino. Una vez, mientras estaba en prisión, Yanover había ayu­ dado a un ex soldado surcoreano a poner una bomba en Arviv's, una discoteca en Toronto, porque el dueño quería los 950.000 dólares del seguro. Se podría decir que estos hombres eran ambiciosos y “machos"; el soldado se rompía ceniceros sobre su cabeza o se cortaba antes de

una pelea, diciendo ''(vamos!" y Yanover era un traficante internacional de armas con una condena por trabajar con un grupo de supremacistas blancos intentando derrocar al gobierno de la República Dominicana. Aparentemente Yanover planeó asesinar ai dictador surcoreano, posi­ blemente durante una visita de éste al Primer Ministro Pierre Trudeau en Canadá, pero no siguió adelante con el plan. Jung-Hwa nunca olvidaría haber caminado por Génova, Italia, lievando un portafolios con una enorme suma de dinero que los agentes norcoreanos le habían dado y que depositó en una cuenta. En Viena, ac­ tuó de intérprete para agentes y gánsteres, pero después que Yanover cobró los 600.000 dólares, alguien le avisó a los surcoreanos, Yanover se quedó con el dinero, y Jung-Hwa se despertó para darse cuenta de que esto no era un combate de Tae Kwon Do y que el complot había colocado a él y a su joven familia en grave riesgo. La Real Policía Montada canadiense arrestó a Yanover en Canadá, mientras su amigo soldado, el que se rompía los ceniceros en la cabeza, estaba en Corea del Sur, donde la KCIA lo arrestó, torturó y encarceló hasta que la Policía Montada canadiense llegó para hacerle pregun­ tas. Jung-Hwa sospechó que él también pasaría por un interrogatorio similar si Canadá lo enviaba a Corea del Sur, donde la KCIA lo querría interrogar antes de que lo hiciese la Policía Montada. "Bizarra Trama de Muerte", gritaba el titular del Toronto Sun des­ pués de que la policía anunció el plan. La Interpol en ocho países había ayudado a la Policía Montada canadiense durante la investigación de seis meses. La historia también clamaba desde las primeras páginas de los diarios en idioma coreano: "El asesinato de Doo-Hwan Chun fue planeado en lo de Choi Hong H f. La Policía Montada allanó la casa de Choi buscando a jung-Hwa y evidencia, pero el joven Choi ya estaba en un avión rumbo a Corea del Norte. Mientras la policía revisaba la casa del Choi mayor durante casi tres horas, él afirmaba no tener conoci­ miento alguno sobre el complot. La KCIA ahora tenía una buena razón para secuestrar a Choi y a su hijo, y Choi se enteró de que un asesino había sido asignado para dicha tarea. La mayoría de los coreano-canadienses evitaron a Choi, y los agentes de la KCIA llamaban a la noche con amenazas de buenas noches. Los manifestantes se juntaron frente a la casa de Choi en Ca-

nada y gritaban "[Váyase Choi pro-Norte!”. Él hizo exactamente eso, mudándose a Corea del Norte, donde vivió hasta 1984, cuando la pre­ sión y las amenazas finalmente se disiparon. En aquellos dos años en Corea del Norte ocurrieron extraños y sorprendentes eventos. Él aceptó tomar prestados 400.000 dólares por año de la Asociación Norcoreana de Tae Kwon Do369, y creó la última técnica -la patada dando una vuelta en el aire- que involucraba saltar mientras se daba un tumbo vertical hacia atrás 360° -para golpear al oponente con los talones-370. Terminó su Enciclopedia de quince volú­ menes durante este período lúgubre, mientras aún sentía una soga al cuello, mientras aún sentía que el gobierno de Corea del Sur lo estaba esperando. Sus adversarios estaban manejando un país que parecía decidido a eliminarlo371. Gran parte de la década del 70 perteneció al Tae Kwon Do de Choi, ; pero la década del 80 perteneció a la Federación Mundial de Tae Kwon Doy a Kim Un-yong, quien nunca miró hacia atrás. Sin embargo, los que sí miraron por encima de su hombro fueron los seguidores de la WTF. Aquel año, ios norcoreanos despacharon una unidad para asesi­ nar al Presidente de Corea del Sur -una vez más-, esta vez en Burma. : Fallaron por muy poco, pero mataron a casi todo el gabinete del go­ bierno de Corea del Sur. Al mismo tiempo, Yanover utilizó los 600.000 dólares para com­ prar diamantes y declaró como testigo ante un tribunal que su objetivo simplemente había sido robar a los norcoreanos. Un juez lo condenó a dos años de cárcel por defraudación, y condenó a su cómplice, Michael Geroi, a un año. Jung-Hwa permaneció en Corea del Norte y Europa Oriental. #* * r Así era el Tae Kwon Do a principios de los 80, cuando empecé \a practicar el arte marcial: vengadores, discotecas, agentes de la ¡ KCIA, gánsteres, complots de asesinatos, y en algún lugar entre todo í eso, había tiempo para crear patadas voladoras y planear los juegos ^Olímpicos. Yo no conocía la extensión de la intriga en aquel momento, j; pero ahora miro hacia atrás y recuerdo que mi tío me advirtió repe­

tidamente sobre algunos aspectos del arte. Yo me había anotado en un gimnasio de la Federación Internacional de Tae Kwon Do cercano a mi casa en Ottawa. Uno de los pioneros de Choi, Park Jung-Taek, lo dirigía. Sin embargo, mi tío había obtenido su cinturón negro de un gimnasio de la WTF a cargo de Lee Tae-Eun, uno de los mano-derecha de Kim Un-yong. No teníamos idea en lo que nos estábamos metiendo, pero mi tío era de un país diezmado por la guerra y conocía bastante acerca del mundo. Siendo él una especie de figura paterna para mí, me alertó que yo estaba traicionando casi todos los valores que mi familia consideraba sagrados, porque los comunistas (en otras palabras, ma­ niáticos terroristas) manejaban la ITF. Mi tío tendía a ser descarado y melodramático, y yo, con sólo 16 años, lo escuchaba como uno escucha malas noticias en la radío pensando cuándo volverán las canciones. De todos modos, pude juntar un poco de coraje para preguntarle a mi instructor sobre los rumores. El Gran Maestro Park Jung-Taek no estaba por allí, así que me acerqué a su lugarteniente al mando, Phap Lu, un talentoso atleta que había sido alumno de un viejo maestro vietnamita llamado Nguyen Van Binh. En Vietnam, Lu había escucha­ do historias acerca del Tae Kwon Do de combate durante la Guerra de Vietnam, se había entrenado en el Oh Do Kwan en Saigón, y había visto a sus amigos de artes marciales volverse agentes del servicio secreto, pero Lu terminó en una prisión vietnamita donde fue torturado por anticomunista372. Huyó del país cuando fue liberado, llegando a Canadá con una ola de refugiados vietnamitas, sin saber de qué manera su vida era un espejo de la de Choi Hong-Hi. Lu me aclaró las cosas: "Esto es Tae Kwon Do tradicional". Me dijo que el otro, el de la WTF, había surgido muchas décadas más tarde. Sí, la ITF estaba relacionada con Corea del Norte, pero la WTF estaba basada en una dictadura en Corea del Sur, "Choi es el fundador del Tae Kwon Do", agregó Lu, "y su Tae Kwon Do es el original. Nosotros en la ITF practicamos un arte marcial, mientras que ellos en la WTF entre­ nan un deporte".

C a p ít u l o

Un

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a m o r d e v e r a n o o l ím p ic o

Estoy convencido de que uno de los roles más importantes que desarrolla el lOCen la búsqueda de la paz mundial es el de proveer un foro para el diálogo y la comunicación a través de los eventos deportivos para países con ideologías políticas diferentes. Cho Sang-ho, Presidente del Comité Olímpico Coreano, 1981373. Corea del Norte amenazó con un baño de sangre si Corea del Sur auspiciaba los Juegos Olímpicos por sí misma, y exigió que los Juegos fueran compartidos por Seúl y P'yongyang374. Luego de que la Unión Soviética acordó unirse a las Olimpíadas, un funcionario del gobierno de Corea del Sur dijo entusiasmado a los medios que la sola participa­ ción de la Unión Soviética actuaría como “un fuerte escudo contra las balas". En aquel momento, la Unión Soviética era aliada de Corea del Norte y un oficial soviético exigió una explicación por el escandaloso comentario. Kim Un-yong llegó al rescate, diciendo que el oficial corea­ no no había querido decir “escudo" en el sentido militar de la palabra. Las balas eran una metáfora. Kim les dio la bienvenida a los comu­ nistas con los brazos abiertos, y comenzó a aprender por su cuenta el idioma ruso. Corea, un pequeño país que por siglos había sido suspicaz ante los extranjeros -y que durante 35 años había disputado una feroz guerra encubierta con los comunistas- se estaba abriendo al enemigo. Choi Hong-Hi ya les llevaba un par de años de ventaja. Él había estado influyendo sobre los líderes olímpicos para que llevaran ade­ lante un evento de artes marciales conjunto entre su Tae Kwon Do y el de Kim375, y parecía que la idea era del agrado de Kim. La elección de Corea del Sur como anfitrión olímpico había sido un duro golpe para Corea del Norte, pero existía la esperanza de realizar Juegos Olímpicos . conjuntos, creía Kim, y a los surcoreanos les gustaba cualquier cosa

que apuntase a la unificación de Corea. Al menos, hablar sobre un evento conjunto era políticamente sabio para Kim y Choi. Pero Choi, el tornado, nunca había sido un buen diplomático mientras que Kim era un negociador habilidoso que podía hablar seis idiomas. En 1985, Choi voló a Moscú para reunirse con el Presidente del Comité Organizador Olímpico para advertirle sobre el Tae Kwon Do "de mentira", y sobre el "falso" de Kim, sin saber ni importarle que Kim justo había sido promovido a Vicepresidente de un Comité Olím­ pico376. Las influencias de Choi fracasaron, y Kim tuvo éxito en agregar al Tae Kwon Do a los Juegos Asiáticos en 1986 y a los Juegos Paname­ ricanos de 1987377. Kim se convirtió en miembro del Comité Olímpico Internacional, volviéndose un hombre poderoso en el concierto de los deportes internacionales, y Choi, cada vez más marginado, no podía competir con los ríos de dinero y favores que fluían hacia y desde Co­ rea del Sur378. En 1987, el año previo a los Juegos en Seúl, Corea del Sur estalló luego de que la policía torturó hasta morir a otro estudiante. Millones de coreanos se volcaron a la calle. Con una revolución largamente necesaria expandiéndose por Corea del Sur, el mundo se preguntaba si Seúl sería capaz de llevar a cabo unos Juegos pacíficos, pero Corea prometió "el más grande y exitoso evento de la humanidad en tiempos de paz"379. El desafió era la parte de la "paz". Kim Dae-jung y un aliado, Kim Young-sam, decidieron que la demo­ cracia debía entrar por el lado izquierdo del escenario, y se encontra­ ron en 1987 para crear un nuevo partido democrático para la siguiente elección. La KCIA y los agentes entrenados en Tae Kwon Do intentaron detenerlos en lo que ahora se conoce como el Incidente Yongpal, lla­ mado así por el levantador de pesas que lo organizó. Los políticos en el régimen surcoreano reclutaron a Lee Seng-wan, un maestro del Tae Kwon Do, para que contratase a cincuenta provocadores con el encargo de interrumpir las actividades de grupos locales que intentaban orga­ nizar un partido político democrático. Los matones, apoyados por la KCIA y en última instancia dirigidos por el Presidente de Corea del Sur, irrumpieron en veinte reuniones, destruyendo muebles y atacando a las personas con garrotes. Lee había sido un campeón nacional de com­ bate en 1964 y se había vuelto el jefe del Ji Do Kwan, uno de los nueve

gimnasios principales que había formado la Federación Mundial de Tae Kwon Do de Kim Un-yong380. Mucho no había cambiado desde las tácticas brutales del régimen en los 60 y los 70; por su participación en el ataque de 1987 al partido democrático, Lee fue condenado más tarde a un año y medio de prisión. A pesar de la violenta interrupción y la dictadura implacable, el nuevo partido político creció y las protestas de los estudiantes conti­ nuaron. En junio de 1987, el Presidente de Corea del Sur envió a poli­ cías Calaveras Blancas (paekkol) para que rompiesen las cabezas de los estudiantes con garrotes, pero las protestas continuaron, con cuatro 0 cinco millones de coreanos marchando por las calles. El Presidente renunció a fin de mes y astutamente instaló un reemplazante, otro general, Roh Tae-Woo, quien anunció elecciones directas en 1987381. Como si fuera una respuesta a ello, los terroristas norcoreanos colo­ caron una bomba en un vuelo de Korean Airlines de Bagdad a Seúl, matando a 115 personas382. Muchos esperaban que los norcoreanos también atacarían a las Olimpíadas, y los americanos llenaron las aguas coreanas con barcos de guerra. Aun así, los Juegos continuarían, porque las Olimpíadas mostrarían a Corea del Sur al resto del mundo, de la misma manera que ios juegos Olímpicos de 1964 habían presentado al moderno Japón383. El general Roh Tae-Woo ganó las elecciones en Corea en 1987 luego de que la oposición dividió su voto, y luego robó 650 millones de dólares de los coreanos a través de los años. 1 En 1988, a medida que la promesa de violencia se cernía amenazan­ te sobre Seúl, el Servicio Secreto Coreano promocionó y protegió los Juegos Olímpicos, cuyo emblema oficial era “Progreso a través de paz y entendimiento mundial" Kim Un-yong escribió luego que "un total de 81.630 miembros de las fuerzas armadas y fuerzas policiales fueron movilizados para proporcionar seguridad para 264 instalaciones"384. Ellos patrullaban la tierra, volaban por los cielos, flotaban sobre el agua y se ocultaban bajo el mar, y mientras que los satelites espías america­ nos vigilaban cada movimiento del ejército de Corea del Norte, todos se preparaban para algo, hasta para una bomba nuclear invisible. ***

A la una de tarde, el día de la ceremonia de apertura, veinte globos gigantescos, cada uno de diez metros de diámetro, flotaban en el techo del elegante Estadio Olímpico Jamsil en Seúl, que había sido diseñado imitando las curvas de las porcelanas de la dinastía Chosón. El estadio estaba abarrotado. Por primera vez desde 1976, los americanos y los rusos estaban en los Juegos, junto con otros 157 países. Corea del Norte y Cuba los habían boicoteado. Los globos representaban enormes máscaras deformes mientras los bailarines corrían frenéticamente llevando y trayendo sus propias máscaras extrañas y espeluznantes. Las máscaras eran de la antigua historia chamanística coreana: había Choyong, que repelían los malos espíritus; Yangban, ios aristócratas con bocas abiertas riéndose; y Halmi, la viuda anciana. Repentinamente, llamas saltaron desde el suelo del estadio entre los bailarines. Pandemónium. ¿Finalmente los norcoreanos estaban atacando? No, los artistas estaban ejecutando “Caos", seguidos por 1008 "taekwondistas" -así se los llamaba- que rompieron tablas, gri­ taron con sus técnicas, y a la fuerza impusieron el orden a los malos espíritus385. La Ceremonia del Tae Kwon Do “simbolizaba la destruí ción de todas las barreras”, explicaría Kim tiempo después. Luego del caos y el orden del primer día, el mundo pudo ver a 184 hombres y mujeres de 32 países participar en Tae Kwon Do, el deporte de demostración, en el remozado Estadio Changchung de Seúl386. Éste fue uno de los logros que mayor orgullo le produjo a Kim. Él había convertido un arte marcial en un deporte y había mostrado uno de los tesoros de Corea. La parte “deporte" siempre había sido una de sus metas; él había apuntado a sacar lo "marcial” de “arte marcial”, para reducir la agresión y crear un deporte de caballeros. Lo logró en 1988. Al final de la competencia de Tae Kwon Do, los coreanos estaban en primer lugar, con 9 de las 16 medallas de oro. En total en esas Olim­ píadas, Corea del Sur ganó 33 medallas, ocupando el quinto lugar en el mundo, un final espectacular para un pequeño país. Pero los resultados desequilibrados del Tae Kwon Do preocuparon a muchos. Kim había calculado mal que pocas personas estarían inte­ resadas en un deporte olímpico dominado por Corea del Sur y la gente se preguntaba por qué debía ser un deporte oficial para los futuros Juegos387. Vista desde afuera, toda la competencia parecía como una

batalla entre coreanos, porque la mayoría de los oficiales y entrena­ dores eran coreanos: ]oon-Pyo Choi (iniciado en el Song Moo Kwan en 1956] entrenó a los americanos que finalizaron segundos; Young Su Choung (del Chung Do Kwan en 1962) entrenó al equipo canadiense; park Soo-nam entrenó al equipo de Alemania Occidental; y Young-Yul Oh era el entrenador en jefe de Australia, para nombrar unos pocos388. La preocupación de la que no se hablaba y que quizás era inconsciente era que el Tae Kwon Do era racista -en el mejor de los casos demasiado étnocéntrico-, y favorecía a los coreanos frente a los no coreanos, sin importar el nivel de habilidad. En la práctica, parecía que los no co­ reanos debían librar una batalla cuesta arriba para consagrarse cam­ peones internacionales, y de manera más notable, enfrentaban vallas invencibles para ser directivos internacionales en las organizaciones que conducían al Tae Kwon Do. También comenzaron rumores de que había ocurrido una "poda" (gagee chigee) en los deportes de combate en las Olimpíadas de 1988 y durante los Juegos Asiáticos en Seúl en 1986389. "Poda" se refiere a presiones sobre los jueces para fallar en contra de los competidores más fuertes en los combates iniciales. Esta práctica aseguraba que algunos de los luchadores más fuertes no enfrentarían a los coreanos en las ruedas finales. La "poda" no sería conocida hasta el año 2002, cuando un Vicepresidente de la WTF se lo explicó a un periodista, pero los rumores comenzaron a circular durante los Juegos de Verano en Seúl en 1988. Esa primera Olimpíada mostró las patadas de Tae Kwon Do junto con la cultura y economía de Corea del Sur, pero el Comité Olímpico internacional no seleccionó al Tae Kwon Do como deporte oficial para los Juegos de 1992. En respuesta, un desesperado Kim Un-yong le pidió a}uan Antonio Samaranch, presidente del COI, que considerase incluir al Tae Kwon Do como "deporte de exhibición" para 1992. Kim había creado un plan elaborado, uno que hubiera impresionado a su viejo mentor, Pistola Park, que había muerto unos años antes390. ''Para su crecimiento, el Tae Kwon Do debe ser elegido", le dijo Kim a Samaranch. La cara de Samaranch se endureció, y él respondió: "Pero ya hemos elegido a los deportes de demostración, y sólo están permitidos dos."

El COI no podía elegir al Tae Kwon Do como demostración otra vez porque un deporte podía ser dem ostración sólo una vez. Kim explicó su idea sobre "deporte de exhibición”. "¿Está en las normativas?", preguntó Samaranch. "No, no está", dijo Kim. "Yo lo inventé". Él explicó cómo el Tae Kwon Do se podría beneficiar por la exposición en los Juegos de Barcelona en 1992, y cómo las Olimpíadas se podrían beneficiar con ello. "¿Es posible?", preguntó Samaranch. “¿Pensaste en los detalles?” Kim lo había hecho. Él tenía talento para los detalles; no fue por nada que el COI lo había promovido de simple miembro a miembro ejecutivo en 1988. Primero, él reduciría la cantidad de categorías de peso en Tae Kwon Do, reduciendo por lo tanto la cantidad de combates y completando la competencia en tan solo un día. En segundo lugar, Co­ rea del Sur pagaría por la seguridad y los gastos de los competidores. "Está bien. Intentémoslo", dijo Samaranch, y sugirió que Kim se acercara a los miembros ejecutivos del COI individualmente a fin de persuadir a cada uno para que apoyasen su nueva idea. Como se vio después, lo imposible ocurrió luego de la intensa pre­ sión de Kim: el COI omitió la idea de "exhibición" y, flexibilizando las reglas, incluyó al Tae Kwon Do como "deporte de demostración” en 1992 -y Kim pronto estuvo envuelto en uno de los más publicítados casos de corrupción en la historia olímpica. Sin embargo, antes de que la prensa se enterara del escándalo, 128 competidores de 33 países ya habían competido en Tae Kwon Do en las Olimpíadas de Barcelona de 1992391. Las autoridades del Tae Kwon Do se aseguraron de que los competidores coreanos no arrasaran. Al país anfitrión, España, le fue increíblemente bien, lo cual alimentó la controversia una vez más acerca de resultados injustos de los jueces y árbitros. La reacción de Choi a las Olimpíadas de 1988 y 1992 se podría resumir en una sola palabra -"engaño"- y él no se estaba refiriendo a los rumores acerca de trampa. El Tae Kwon Do se había vuelto oficial­ mente un "deporte", pero él quería que siguiese siendo un arte marcial. Sin golpes de puño a la cabeza, sin patadas voladoras, sin los cientos de técnicas que distinguían al Tae Kwon Do, el deporte olímpico era peor que el Karate, desde su perspectiva, pero su punto de vista no le im­

portaba a la WTF, que ahora tenía decenas de millones de aficionados, mientras que él tenía menos de un millón. En parte debido a la disputa entre Choi y Kim y entre las dos artes marciales, las Olimpíadas recha­ zaron al Tae Kwon Do como deporte para los Juegos de 1996. Choi tomó aquello como una señal positiva. Corea del Norte se comprometió a darle diez millones de dólares en el lapso de diez años y él se volvió más activo392. Nadie sabía acerca del dinero ~ni su familia ni sus discípulos más cercanos, y por supuesto que no su ejecutivo de la ITF, quien debió luchar para cubrir los gastos de los campeonatos mundiales que los países anfitriones generalmen­ te financiaban-. La esposa de Choi le diría a sus hijos: “Yo no sé si su padre es rico o pobre." Con el dinero llegando a rolete, algunos de los instructores de Choi solicitaron enormes aumentos salariales, y en respuesta, él acusó a instructores maestros como Park Jung-tae y Han Sam-soo de espiarlo.

Kim Un-yong (centro) con mi instructor de ITFJong-Soo Park (a la derecha de Kim)y mi instructor de WTF Yoon Yeo-bong (a la izquierda de Kim). En el extremo izquierdo, Chung Oh y en el derecho, Myung-Soo Son. Foto cortesía de Park.

Las acusaciones parecían delirantes. Park Jung-tae era el princi­ pal instructor de Choi en el mundo, y Ham Sam-soo había estado en el equipo de demostraciones internacionales, pero Choi acusó a Han de recibir "alguna dirección para una tarea de la KCIA" y de ser un doble espía desde 1978393. En la guerra con la dictadura de Corea del Sur y Kim Un-yong, era poco claro dónde estaban en Choi los límites entre el temor y la paranoia, entre la generosidad y la avaricia. "Él era un hombre de moral”, explicó el ex yerno de Choi y mano derecha, Michael Cormack. "El dinero corrompe. Nunca dije que Choi no haya tomado dólares que no debió haber tomado, pero en relación al Tae Kwon Do, por cada dólar que recibió, él devolvió cientos en términos de tiempo, esfuerzo, etc. Él dio un millar. El General Choi, en cualquier momento de su vida, pudo haber hecho más dinero con el Tae Kwon Do si lo hubiera querido. Eso es obvio para cualquiera, por eso él fue tan respetado. Así que por eso pienso que ese tema podemos dejarlo ahí". *** Después de todas las amenazas en este arte marcial parece insiga niñeante mencionar un problema en 1990: robos, una gigantesca canti* dad de robos. ¿Con asesinatos colgando en el aire, por qué hablar sobre sobornos y extorsión? El Tae Kwon Do no sólo estaba involucrado en la Guerra Fría, estaba marcado por corrupción y mañosos. Los escánda­ los financieros que estallaron en el arte marcial fueron significativos porque finalmente lograron que todos confirmaran no sólo que Choi estaba fuera de control, sino que Kim Un-yong, "el padrino del deporte coreano", también lo estaba394. El arte marcial se estaba hundiendo en un gran problema después de la Olimpíada de Seúl de 1988395. Yo no sabía nada de esto cuando me uní al Tae Kwon Do Olímpico a principios de los 90, cuando Kim fue nombrado Vicepresidente del Comité Olímpico Internacional. Era una época excitante, porque las patadas tipo latigazos de la WTF eran tan divertidas como la fiebre olímpica. Yo me había inscripto en un gimnasio de la WTF dirigido por Yoon Yeo-bong, porque estaba cerca de mi casa. En aquellos días, todavía admiraba a Choi Hong-Hi y su arte de combate marcial a pesar de los malos rumores, pero también estaba entusiasmado por el Tae Kwon Do Olímpico, bromeando con mi tío acerca de entrenarse para

el equipo canadiense. Todos los niños soñaban con llegar a las Olim­ píadas, un sueño que alimentó un fenomenal crecimiento en la WTF. Los dirigentes del Tae Kwon Do estuvieron involucrados en un n ú m e r o de episodios en aquella época. En un artículo coreano titulado " ¿ N e c e s it a una medalla? Venga con dinero" un reportero descubrió que uno podía contratar a un intermediario de Tae Kwon Do para com­ prar certificados de cinturón negro oficiales. Un artista marcial pagó 1 0 .0 0 0 dólares para saltar de cuarto a sexto dan, que es un escalón por d e b a jo del grado de maestro. También, demasiados combates terminaban con fallos injustos. Yo entré en competencias, tanto en la WTF como en la ITF, y rápida­ mente aprendí que los resultados de los jueces eran extraños, y que el comportamiento de los entrenadores, las familias y el público era un espectáculo en sí mismo. Yo sabía que el Tae Kwon Do no estaba basado en el Budismo o valores religiosos, como el Karate no se había basado en la religión cuando Gichin Funakoshi lo llevó a Japón, pero he seguido los cinco principios del Tae Kwon Do (Espíritu Indomable, Perseverancia, Autocontrol, Cortesía e Integridad) y sus cinco virtudes (Rectitud, Corrección, Sabiduría, Confianza y Humanidad); las compe­ tencias habían caído muy por debajo de los estándares de esos ideales. Por ejemplo, los competidores que hacían sangrar a su oponente en el combate no eran descalificados aunque las reglas así lo indicaban, lo cual hizo que me preguntara si acaso una selecta minoría conocía las reglas ocultas mientras los tontos como yo seguíamos lanzando nuestros golpes. Los entrenadores amenazaban a los luchadores y los familiares gritaban como locos a los participantes infantiles, lo cual yo encontraba realmente reprobable. Peor eran quizás los maestros que discutían con otros maestros porque aparentemente no habían mostrado suficiente reverencia en sus saludos y comentarios. Luego estaban el aburrimiento y la desorganización en los torneos, las ho­ ras de esperar a los grandes maestros que llegaban tarde, el público caminando en medio de las áreas durante el combate, y el alto precio de todo. A fines de los 90, finalmente vi un par de razones para las trampas y el caos cuando los periodistas arrastraron el primer gran escándalo de patadas a la luz del día. Kim Un-yong estuvo implicado en un inci­

dente de sobornos a principios de 1990 cuando Salt Lake City intentó realizar los Juegos Olímpicos. Desde 1966, los dirigentes de Salt Lake City habían estado intentando ganar su apuesta para ser los organiza* dores de los Juegos, y a principios de 1990 advirtieron qué era lo que debían hacer para ganar: escucharon a personas involucradas con las olimpíadas pedir favores -sexo, regalos, dinero y atractivos acuerdos de negocios- que los organizadores proveían en lo que era conocido como El Club. En tres libros lapidarios, Andrew Jennings y sus coauto­ res escribieron acerca de "El Club de las Olimpíadas" y la corrupción girando a su alrededor, "Los Juegos son controlados por una oligar­ quía que se perpetúa a sí misma, que viaja por el mundo como reyes, recibiendo lujosos regalos de ciudades desesperadas por obtener una parte de los enormes beneficios que una Olimpíada puede generar’', notó Jennings396. Kim y el Tae Kwon Do estaban en el centro de la controversia de Salt Lake City -y lo estarían por los siguientes quince años- pero él vio el escándalo como una campaña de desprestigio. Los medios informa­ ron que el hijo de Kim, Jung-hoon (John) Kim, había sido procesado en los Estados Unidos por supuestamente haber aceptado 104.000 dólares de los encargados de obtener la nominación Olímpica en Salt Lake City con la coartada de un empleo inexistente en una compañía falsa entre 1990 y 19 9 2397. Quienes tenían a cargo presentar la oferta por parte de la ciudad, atrapados por las autoridades de los Estados Unidos, habían estado intentando influenciar a Kim Un-yong, el directivo de mayor rango del COI investigado por el escándalo. "Las autoridades federales han acusado al comité de utilizar un elaborado esquema de dádivas para cortejar a los miembros del COI que votarían sobre el sitio para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2002” informó el New York Times398. El miembro de Canadá del COI, Dick Pound, más adelante dirigió una investigación sobre los cargos y pudo ver un lado de Kim que era chocante cuando, en 1999, Kim los confrontó a él y a Fran£ois Carrard, director ejecutivo del COL Ellos estaban en una reunión de directorio en Lausanne cuando Kim volvió a entrar apresuradamente luego de un llamado telefónico. Kim había pensado que la crisis de Salt Lake City ya había quedado en el pasado, pero otra pieza de evidencia había surgido

justo cuando él estaba planeando postularse como presidente del COI. jvíal momento, uno podría decir. “Simplemente perdió el control", me contó Pound. "Volvió enloque­ cido de donde había recibido el llamado y se cruzó con Carrard en las escaleras, donde hizo una de sus poses de arte marcial. No se golpea­ ron ni nada parecido. Carrard se sintió amenazado. Kim llegó hasta donde estábamos, en el segundo piso, e hizo lo mismo. Dijo: “¡Bas­ tardos! ¡Bastardos!". Había perdido el control. Comenzó a hacer esas cosas. Yo dije, “Kim, cálmate. ¡Cálmate!" Samaranch vio lo que estaba pasando, intervino de inmediato y dijo: “Kim, ve a mi oficina y quédate allí." Carrard se fue a su casa u oficina, estaba visiblemente alterado. Yo dije: "Escúchame, no me uní al COI para tratar con este tipo de mierda". Kim negó que él hubiera asumido una postura amenazante. Pound dijo que Kim luego envió una carta pidiendo disculpas. Por la participación de Kim en el escándalo de Salt Lake City, el COI le dio una “severa" advertencia y una “reprimenda" por un segun­ do acuerdo que beneficiaba a su hija399. Otros diez miembros del COI -todos partidarios de Kim- fueron expulsados del COI, una movida que indicó al mundo entero que Kim era un sobreviviente, porque después de cada crisis olímpica, él era el último hombre en pie. Desde la perspectiva de Kim, la campaña de desprestigio había fallado, pero él estaba enojado con la humillación e indignado porque había perdido a diez partidarios, que fueron reemplazados por veinte personas que no lo apoyaban400. “Es una persona directa y no puede ocultar sus emociones", explicó Lee Chong-woo, un alto directivo de la WTF. Y añadió: “Yo puedo ver claramente a través de su pensamiento, luego de ser su colaborador durante tanto tiempo. Un Yong Kim es un hombre con un fuerte deseo de ganar, y una enérgica fuerza lo impulsa"401. Luego de la severa advertencia del COI, Kim continuó su ascenso por la escalera olímpica y su hijo dejó los Estados Unidos. Otro bien conocido hijo del Tae Kwon Do también estaba en fuga en aquel momento. Luego del fallido complot de asesinato de principios de los 80, Jung-Hwa Choi, el hijo del general Choi, se había mudado a Corea del Norte y Europa del Este, donde había vivido por diez años

enseñando Tae Kwon Do a los instructores402. En 1992, los surcoreanos eligieron a un civil para conducir al país y Jung-Hwa sintió que era el momento de realizar una jugada. Con la ayuda de Russel MacLelIan, un cinturón negro de Tae Kwon Do y miembro del Parlamento de Canadá, Jung~Hwa hizo un acuerdo con la policía canadiense y se entregó, sa­ biendo que ellos no lo enviarían a Corea del Sur para interrogaciones y torturas. Al mismo tiempo, por coincidencia, su padre voló de Corea del Norte por cincuenta y dos días, donde asistió a la fiesta de cum­ pleaños de Kim II Sung, por ende perdiéndose el juicio de Jung-Hwa en Canadá403. Jung-Hwa se declaró culpable y dijo muy poco durante el juicio, siguiendo las órdenes de su padre. Un juez condenó a Jung-Hwa a seis años en prisión por haber participado en el plan para asesinar a un presidente. “Canadá no debe volverse o servir para volverse un lugar para mercenarios o terroristas", dijo el juez404. Jung-Hwa habría podido tratar de refutar la acusación, pero dijo que se declaró culpable para proteger a su padre, quien aún negaba saber sobre el plan. Luchar con­ tra la acusación hubiera revelado más secretos sobre el General Choi, y el hombre mayor no quería involucrase en ello. Jung-Hwa se pregunta­ ba si su padre había sido algún tipo de espía. ¿Había sido su padre un doble agente por décadas, fingiendo trabajar para Corea del Sur pero en realidad cooperando con el Norte? El Choi mayor admitió haber hablado con los norcoreanos en 1962, 1968 y un par de veces en los 70. De todos modos, Jung-Hwa pasó un año en una prisión canadiense, donde trabajó como profesor de inglés y empleado administrativo, y nadie, ni siquiera la familia de Choi, sabía que su padre había estado al tanto del plan de asesinato. Años más tarde, Jung-Hwa dijo que él no tenía ningún resentimien? to contra su padre, aun cuando el Choi mayor nunca lo había visitado en la prisión. Los principios del Confucianismo, especialmente los deberes filiales, eran primordiales. "No hay tal cosa como perdonar, es un absoluto -lo debías seguir a él-", dijo Jung-Hwa. "Por supuesto que yo estaba muy dolido y tuve un shock porque mi propio padre no me visitó. Y él no dudaría ni un instante en sacrificar a su único hijo. El pensamiento de su padre era que al final Jung-Hwa heredaría el Tae Kwon Do. "Esa es la única razón por la cual él querría un hijo", fung-

Hwa agregó, quien conocía sus responsabilidades. “El Confucianismo nos dice que el cambio es malo, debemos conservar la tradición. El General Choi es de una era y su modo de razonar es exactamente igual al que tenía la gente hace 1000 años -un mundo muy antiguo-. Cuando clasificamos los tipos de personas según las distintas épocas, en Corea decimos:'Hay hombres que estudiaron con pincel, y están aquellos que aprendieron con lapicera. Por supuesto, ahora las personas aprenden con computadoras. El General Choi es un hombre que aprendió con el pincel”. *** Mientras tanto, Kim Un-yong continuaba soñando a lo grande. Luego de veintiún años de lucha contra Choi y otros artistas marciales, y luego de décadas de amenazas y negociaciones con Corea del Norte, Kim se llevó el crédito por lograr que el Tae Kwon Do se transformara en el deporte nacional de Corea, por globalizarlo, y por volverlo parte de la identidad de la nación. "Era como un sueño", escribió Kim. Los beneficios políticos del Tae Kwon Do se apilaron como las medallas de oro en las Olimpíadas. Los atletas ganadores resaltaron el prestigio de Corea del Sur, incrementaron el turismo, y generaron ingresos para Corea. Durante las competencias, millones de personas escucharon los combates en coreano, el lenguaje universal del Tae Kwon Do405. Kim ahora apuntaba a una meta más alta: liderar todo el movi­ miento olímpico y reemplazar al presidente Juan Antonio Samaranch. Kim se posicionó como una alternativa brillante para los europeos blancos que siempre habían dominado las Olimpíadas. Un artículo del NewYork Times explicaba que él "ha sido un maestro en rehabilitar su imagen, uniendo una fuerte base en los países en desarrollo en Asia, África y Latinoamérica, y recuperando suficiente peso político como para que algunas personas del entorno de la COI ahora lo consideren a él como el favorito para suceder a Samaranch. Con el pasado de solda­ do nazi de Samaranch girando en torno a las Olimpíadas, Kim impulsó el hecho de que él sería el primer presidente no blanco del COI en más de cien años de los juegos modernos y el primero proveniente de Asia".

Un voto para Kim significaba un voto para ios países no occiden­ tales, para un ex-diplomático que era un experto organizador, para alguien que podía negociar contratos de miles de millones de dólares y engañosas fusiones políticas, un voto para un brillante desvalido que se enfrentaría a una hegemonía blanca. Sin embargo, también signifi­ caba un voto para lo que "en la historia de las Olimpíadas era percibido como una organización secreta, corrupta, elitista y autocrática", que por coincidencia, reflejaba la historia de las organizaciones del Tae Kwon Do. Como un ex delegado de la india le dijo al New York Times en 2001: "Él tiene la sabiduría del Oriente y la eficiencia de Occidente”406.

C a p ít u l o 1 5 “P o d a n d o l a s r a m a s ” en l a s

O l im p ía d a s d e l 2 0 0 0

y PELEA C ALLEJERA A LA SALIDA

Creo que el Cielo nos ayudó. Kim Un-yong, Desafiando al Mundo (2002). Porque el COI había rechazado al Tae Kwon Do para los Juegos de 1996, Kim Un-yong sabía que ser elegidos para los Juegos del 2000 a través del proceso formal se había vuelto casi imposible, así que en 1994 comenzó con la llamada "Operación 007", como él le decía, una maniobra cuya meta era introducir al Tae Kwon Do dentro de las Olim­ píadas a último momento407. Era un nombre sugestivo, porque algunos todavía creían que Kim era un agente secreto de alto rango. Para la Operación 007 él debía contrarrestar un fuerte lobby por parte de los grupos de artes marciales de China y Japón, quienes, como siempre, ■estaban presionando para incluir sus artes marciales. También, como era costumbre, la Federación Internacional de Tae Kwon Do de Choi Hong-Hi asistiría a la crucial reunión final408. No había tiempo para que Kim persuadiera individualmente a cada miembro del COI, y el apoyo directo del presidente del COI Antonio Samaranch se volvió nuevamente fundamental, esta vez en el enfren­ tamiento final con la gente de Choi en la Reunión General del COI en París409. Mientras que la suerte de Kim se había incrementado, la de Choi había continuando cayendo, especialmente luego de la muerte del líder de Corea del Sur en 1994, cuando el Norte sobrellevó dos | años de inundaciones y un verano de sequías que habían resultado en ? lamuerte de cerca de medio millón de personas410. Choi había estado presionando al COI de manera incansable para que rechazaran al Tae |:Rwon Do de Kim. "¿Cómo calmarán a los grupos opositores?”, preguntó Samaranch •aKimen 1994.

“Me voy a asegurar de que no haya ninguna oposición hasta la Asamblea General del COI”, prometió Kim. Él no tenía idea de cómo ha­ ría eso, pero debía mostrar completa confianza delante de Samaranch. “Haz tu mejor esfuerzo", dijo Samaranch, y aceptó la operación. So­ licitó una reunión especial del Comité Ejecutivo, donde pidió al comité que agregase al Tae Kwon Do como tema a tratar en la reunión final del COI en Francia. No hubo oposición alguna y Samaranch agregó al arte marcial como último punto del orden del día. El día de la definición final en París, casi 150 cinturones negros de Tae Kwon Do y personal coreano esperaban que el COÍ decidiera si el arte marcial sería deporte Olímpico oficial. Lee Chong-woo estaba allí, como también otros ejecutivos de la WTF, quienes estaban nerviosos por las protestas de Choi y los norcoreanos. Durante la reunión, un miembro del COI de Eslovaquia giró hacia Kim y le preguntó por qué había dos federaciones para un solo deporte. Kim respondió con una larga lista de las membrecías internacionales de la WTF. Luego, los miembros del COI dieron discursos individuales de apoyo, y 85 de los 89 miembros votaron para incluir al Tae Kwon Do en las Olimpíadas del año 2000. Kim se sintió orgulloso. Sin embargo, el camino hacia los Juegos del 2000 estuvo lleno de escollos. Por ejemplo, los directivos del Tae Kwon Do de Malasia ad­ virtieron a los jueces que tomarían medidas si eran parciales en sus arbitrajes, y una protesta general estalló en los Juegos Asiáticos, luego de que los seguidores de Tailandia estuvieron en desacuerdo con la de­ cisión de un árbitro en un combate por una semifinal411. Sin embargo, para Kim, Corea del Sur había expandido el Tae Kwon Do llevándolo de arte marcial a deporte internacional, y los errores en los arbitrajes serían solucionados. Y él tenía planes más ambiciosos: quería promocionar al arte marcial como un símbolo internacional de cortesía y respeto humano, lo cual, a primera vista, me suena como totalmente insólito, porque el arte había crecido durante las guerras de Corea y Vietnam y se lo conocía como un arte mortal. Sin embargo su sueño era entendible; el poder del arte marcial genera respeto y asombro, y virtudes como coraje, sabiduría y defensa de la verdad siempre han rodeado al Tae Kwon Do. Conversaciones acerca de reconciliaciones,

fusiones y torneos conjuntos flotaban como susurros en una casa de geishas coreanas. Mientras que Choi reducía sus intervenciones e interrupciones en el Tae Kwon Do olímpico y Corea del Norte disminuía sus ataques sobre Corea del Sur, Choi sentía que el dragón aún no había muerto. Instaló cámaras de seguridad en su casa en Canadá y alentó a sus viejos gran­ des maestros para la última misión de sus vidas -un acuerdo para reunifícar al Tae Kwon Do y, a través de ello, reunificar su tierra natal-. En aquel momento, los surcoreanos eligieron a Kim Un-yong como diputado en su Asamblea Nacional en abril del 2000, y Kim, el dirigente deportivo, se volvió Kim, el dirigente político. Siempre había habido una superposición entre el Tae Kwon Do y la política internacional, y ahora había una conexión más fuerte: Kim fue designado consejero especial del Presidente de Corea del Sur, Kim Dae-jung412. El venerable Kim Dae-jung había luchado contra dictadores toda su vida, había evi­ tado a díscolos instructores de Tae Kwon Do, y había sobrevivido a los intentos de la KCIA de hacerlo volar en pedazos, atropellarlo y lanzarlo al océano. Finalmente él se había convertido en Presidente de Corea del Sur y estaba negociando el acuerdo coreano del siglo: la Política Sunshine (la Política nA la luz del Sol”), que promovía una larga lista de actividades orientadas a la reunificación de los dos países. Eligió a Kim Un-yong, el líder del Tae Kwon Do, para que estuviese en el equipo de negociación Norte-Sur. Aquel año, cuando los Jefes de Estado de las dos Coreas se reunie­ ron para una cumbre de paz por primera vez desde la creación de los dos países413, Kim Un-yong estaba parado en la sala. Encontró al líder norcoreano, Kim Jong 11, jovial y abierto a nuevas ideas. "¿Qué podemos, el Norte y el Sur, hacer juntos en deportes?", pre­ guntó el jefe norcoreano al jefe del Tae Kwon Do, Kim. "Las Olimpíadas de Sidney están próximas", respondió Kim Unyong, "y el COI está proponiendo que el Sur y el Norte ingresen juntas para la ceremonia inaugural”. "Sí, estoy informado de eso”, dijo el líder norcoreano. "¿Qué deporte podemos hacer juntos para superar al mundo entero?”

"Ping-Pong" respondió Kim. China siempre superaba al mundo en Ping-Pong, y Corea del Norte y del Sur siempre salían segunda y ter­ cera. Juntos, los coreanos se podrían llevar la Medalla de Oro, explicó Kim. Se lo podría llamar la "Diplomacia del Ping-Pong" parecida a la que adoptaron los norteamericanos cuando enviaron un equipo de Ping-Pong antes de la histórica visita de Nixon en 1972. El jefe norcoreano le respondió que volvería a hablar con él sobre el tema del Ping-Pong. Sin embargo, los dos grupos acordaron que debían cooperar en Tae Kwon Do. impulsados por el deseo de terminar el trauma de cn> cuenta años -un deseo compartido por los coreanos en el Norte y en el Sur- los hombres que dirigían el Tae Kwon Do demostraron que no eran megalómanos y que las patadas y los puñetazos podían tener un rol positivo durante las conversaciones políticas. Choi no estaba en la sala, pero su organización estaría de acuerdo con demostraciones de Tae Kwon Do como parte de la Política Sunshine, Junto con reuniones de familiares y una vía férrea uniendo a ambas naciones, las visitas de artes marciales cruzando la frontera se volvieron tan importantes como lo son las patadas laterales en el Tae Kwon Do414. Lo que pocas personas sabían en esa época era que el líder surcoreano había entregado 500 millones de dólares al líder norcoreano como incentivo para que los norcoreanos participasen en la cumbre de paz en el año 2000, antes de dicha cumbre415. Junto con estos pagos políticos ilegales -nadie utilizaba la palabra "soborno"- Kim Un-yong ayudó a promocionar "intercambios deportivos intercoreanos", como él los llamaba, entregando 1,1 millones de dólares al directivo olímpi? co norcoreano Chang Ung, quien resultó ser también dirigente en la Federación internacional de Tae Kwon Do de Choi. Mientras el dinero fluía a Corea del Norte y a sus dirigentes de Tae Kwon Do, Corea del Norte y del Sur acordaron ingresar juntas al estadio en la ceremonia de apertura de los Juegos en Sidney en el 2000. Completaron el acuerdo a último momento, pero no funcionaría sin uniformes adecuados. Ambos equipos debían utilizar el mismo unifor­ me, pero el acuerdo por la ceremonia de apertura había llevado tanto tiempo en finalizarse que los dirigentes olímpicos coreanos no teman suficientes uniformes. Corrieron de fabricante en fabricante durante el

feriado de Thanksgiving para juntar 300 uniformes, y los consiguieron a último momento. "Creo que el Cielo nos ayudó”, concluyó Kim416. *** Unos meses más tarde, en septiembre, con 120.000 espectadores viendo la ceremonia inaugural de los Juegos en Sidney, Kim Un-yong y Chang Ung, cabezas de los comités olímpicos y de las organizaciones de Tae Kwon Do en sus Coreas, entraron al estadio tomados de la mano417. Kim fue superado por la emoción mientras caminaba cerca de una bandera coreana especialmente diseñada que unía los símbolos del Norte y del Sur. Había planeado este momento por más de tres meses, pos días antes de la apertura de los juegos, luego de que alguien ob­ tuviera dos botellas de whisky donadas por el equipo de Uzbequistan -"tragos de unificación”- Kim y los atletas y dirigentes de Corea del Sur se reunieron con sus contrapartes del Norte para una fiesta en la Villa de los Atletas. "No fueron más de cinco minutos", escribió luego Kim, “pero este momento histórico fue posible luego de muchas arduas complicaciones y contactos discretos para negociar". Los oficiales acor­ daron intercambiar equipos de Tae Kwon Do en el futuro para mostrar al mundo que los deportes podían ayudar a la política. Debieron haber ayudado más en el área de combate. Un misterio del Tae Kwon Do olímpico es que al país anfitrión le va bien: en Seúl en 1988, los surcoreanos se llevaron casi todas las medallas; en Barcelona en 1992, los españoles fueron los mejores después de los coreanos; y en los Juegos del 2000 en Sidney, los australianos ganaron el oro en la primera serie de Tae Kwon Do, generando un rumor y "aumentando la popularidad del deporte en un instante", de acuerdo con los directivos olímpicos418. Los ganadores de medallas de bronce y plata en los Juegos i del 2000 pensaron que los gritos entusiastas del público habían volca: dolas decisiones de los jueces419. De hecho, la supuesta trampa era más ■concreta. Un periodista coreano informó luego que un alto directivo del Tae Kwon Do, Lee Chong-woo, había presionado a los árbitros en ios combates clave previos a los enfrentamientos en que estaban en f- juego las medallas. i-

En dos Olimpíadas, el Tae Kwon Do había sido un deporte de de* mostración; no había sido computado en el medallero y no había gene­ rado suficiente interés, en parte porque los coreanos dominaban. Para asegurar que Corea del Sur no ganara la mayoría de las medallas en las Olimpíadas del 2000, los dirigentes del Tae Kwon Do habían creado un sistema de cuotas420. En el 2000, había cuatro categorías de peso para los hombres y cuatro para las mujeres, y a todos los países sólo se les permitía registrar a dos hombres y dos mujeres. Sin embargo, a Australia se le permitió inscribir al doble de participantes -ocho atletas- lo que inmediatamente incrementó su posibilidad de ganar medallas en Tae Kwon Do. Kim Un-yong había aceptado este arregló, y Australia ganó el primer oro. Luego escribió que a Corea no le había ido tan bien, pero que al Tae Kwon Do sí421. Lee Chong-woo, que era un encumbrado directivo de la Federación Mundial de Tae Kwon Do, reveló un perfil distinto de Kim a un perio­ dista coreano en el 2002: “Cuando los atletas coreanos obtenían un número reducido de medallas, Un Yong Kim estaba tan angustiado que simplemente me miraba y no decía nada... En aquel momento, todos los atletas coreanos en los demás deportes habían sido derrotados, y la última esperanza era el Tae Kwon Do. Kim dijo que ‘aunque ganamos tres medallas de oro en cuatro categorías distintas de peso, debido al sistema de cuotas ni siquiera ingresamos en otras cuatro categorías, así que en realidad habíamos regalado cuatro medallas de oro'. Duran­ te esos tiempos frenéticos, el país anfitrión, Australia, obtuvo todo lo que pudo, y Un Yong Kim entró en cólera” "En aquel momento, como Vicepresidente de la Federación Mundial de Tae Kwon Do, yo era responsable por todos los temas técnicos para las competencias de Tae Kwon Do”, Lee continuó. “Cuando asig­ nábamos los árbitros antes de las competencias, yo era el que decidía, más que nada, quién era o no era designado para cada combate. Yo no podía pedir a los jueces de manera directa que se ocuparan de cuidar a Corea, ¿no?”. Lee le contó a un sorprendido periodista que el proceso se conocía como “Poda". Él explicó cómo funcionaba y las motivaciones políticas que había detrás:

Lee: ... Cuando se les decía, "Sean justos", ellos leían mis intenciones y lo percibían. Yo estaba a cargo de este tipo de manipulación y la llevaba a cabo. Sin ello, no nos podríamos haber llevado más de dos o tres medallas. Ese tipo de cosa era aceptado y resultaba bien porque éramos coreanos, no de otros países. Periodista: Yo vi todas las finales donde luchadores coreanos pelearon, y basado en lo que observé, creo que los tres atletas coreanos ganaron limpiamente. Lee: Sólo mirar la final no sería suficiente. Para poder entenderlo en su totalidad, debes prestar especial atención, comenzando con el primer match. En este sentido, no es tan simple. Hay algunas tácticas, por lla­ marlas así. Eso es, tú matas al oponente fuerte de antemano. Nosotros no somos los que los matamos. Los jueces lo hacen. Cuando les dices a ios jueces que hagan su trabajo de manera justa, ellos saben qué hacer y lo hacen. Desde el principio de los juegos preliminares, tienes que realizargagee chigee (poda). Si no, al final estarás en problemas... Periodista: ¿Usted está diciendo que la “poda" es indispensable para que Corea conserve su reputación como el país fuerte en Tae Kwon Do? Lee: Sí, lo estoy diciendo. Si una persona formidable sale como árbitro, es difícil hacerlo de la manera que queremos. También es difícil matar al atleta oponente del coreano en el combate final. Por lo tanto, desde el principio, debes tener bien en claro qué país es realmente fuerte. Asignar a los jurados es una habilidad. Es decir, tal y tal país estarán en la competencia. Tal y tal país no deberán llegar a la final. Por ende, tal y tal país deben ser sacados de esta manera. Periodista: Desde el punto de vista de que el Tae Kwon Do es un de­ porte que pone especial énfasis en la cortesía, ¿no es esa “poda" un comportamiento injusto, contrario a una buena deportividad? Lee: Cuando los árbitros hacen trampas, el resultado de un combate puede ser anulado. Si un juez dice que él no vio un punto, la cosa termi­ na ahí, y puede hacer sucesivas deducciones de puntos. Por esta razón, yo hice esto (mueve su mano horizontalmente a través de su garganta) a uno de los jueces. Él era el que había causado la derrota de una de las atletas coreanas, al aplicarle una deducción de puntos. Reuní a los jurados y los instruí para que no descontaran puntos sino que dieran un choui (pre-advertencia) por la primera y segunda vez, y luego una advertencia kyungo por la tercera vez. A pesar de mis instrucciones, él tomó decisiones. Luego del match, yo le grité: "¡No puedes hacer eso!

¿Tienes algún problema?" Luego de este combate, las actitudes de los jurados cambiaron completamente. Periodista: Hablando de manera crítica, me parece que el gagee chigee es una forma precisa de manipular resultados. Lee: Si esto fuera dado a conocer abiertamente, sería una vergüenza para Corea. Pero esto es una realidad. Por ejemplo, si hubiera un com­ bate final entre dos competidores fuertes representando a Corea y Alemania, no haríamos que Alemania pierda en la final. Si pensáramos que el atleta coreano tendría dificultad o estaría en desventaja con este atleta alemán, lo mataríamos en los combates anteriores para que no llegue a la final. Periodista: Yo no creo que eso sea justo. Luego de escuchar esas pala­ bras del Vicepresidente, estoy preocupado de que Corea pueda generar algún malentendido acerca de la manera en que está manteniendo una buena reputación como potencia en el Tae Kwon Do a través de la manipulación de los resultados. Lee: Esto está relacionado con un interés nacional. Ese es un tema muy sensible. Cuando el Tae Kwon Do coreano sea destruido, habrá caos y el ánimo de los atletas caerá hasta el suelo. Las habilidades de los atletas extranjeros han mejorado de manera sorprendente, Esta (manipulación de resultados) ha sido posible porque Corea ejerce el liderazgo... No hay ningún fair play aquí. Periodista: ¿Usted está diciendo que en todas las competencias inter­ nacionales... este tipo de reglas no escritas son aplicadas? Lee: Sí, un país que tiene una posición dominante siempre es un país fuerte (en el ranking del deporte)... Periodista: ¿Cuál es su estimación de las medallas que obtendríamos en Tae Kwon Do si nuestros atletas compitieran con justeza, sin pri­ vilegios? Lee: Obtendríamos la mitad, como máximo...422. Después de que el artículo fue publicado en abril del 2002, Lee negó la historia y las autoridades del WTF dijeron que las alegaciones no tenían "fundamentos" (en julio del 2008, el director de relaciones públicas de la WTF, Sr. Seok-Jae Kang, me dijo que no hubo investiga­ ciones oficiales hasta donde él sabía). El periodista, Sung-chul Yook, fue amenazado y se rehusó a hacer comentarios sobre el revuelo que

Claramente Lee había estado disgustado por cómo estaban yen­ do las cosas en la WTF y había "estallado" delante del periodista Yook, como me explicó un gran maestro. Más adelante, las negaciones de Lee y el silencio del periodista ayudaron a que la controversia se aplacara. Muchas personas fueron cuidadosas en sus reacciones al artículo, pero algunas confirmaron que no estaban sorprendidas, especialmen­ te porque Lee no se había postulado para la reelección como Vicepre­ sidente de la WTF en el otoño423. Herb Perez, ganador de una medalla de oro olímpica de Tae Kwon Do en 1992 y directivo olímpico de los Estados Unidos en aquel momento, leyó el artículo y dijo: "Esta ha sido la forma en que se maneja el Tae Kwon Do"424. El medallista de oro en Tae Kwon Do estadounidense Steven Ló­ pez, quien luchó en los Juegos del 2000, 2004 y 2008, fue más directo cuando le dijo al Houston Chronicle en el 2002 que él había oído que las competencias estaban arregladas a favor de los coreanos: siguió.

"Es bastante malo, pero es algo con lo que debes vivir en nuestro deporte", dijo. "Debemos manejarlo a nuestra manera, y todavía lo es­ tamos manejando. Hay que entrenar dos o tres veces más fuerte y con inteligencia y aun así darte cuenta de que las cosas están dispuestas en tu contra". ... López dijo que él espera que las alegaciones contra el Tae Kwon Do ayuden a limpiar el deporte. "Suficiente cantidad de personas han sido traicionadas, y suficiente cantidad de personas están cansadas y hartas de hablar de ello", dijo. "Es hora de que la gente abra los ojos y haga algo al respecto”425. Le pregunté a David Askinas, el nuevo CEO de Tae Kwon Do USA, qué pensaba del artículo del 2002. Él no estaba al tanto de los comen­ tarios de Lee, pero dijo: "No me sorprendería. La WTF ha tenido que tomar muchas medidas para evitar el abuso en los árbitros, y sí, he oído historias y leído sobre sobornos -cosas como eso-. Ellos casi han limpiado eso”426. Su contraparte, el secretario general de la WTF en Canadá, Wayne Mitchell, agregó que hacer trampa era una práctica tan común que ha­ bía un nombre para aquello: branch trimming (poda). "Era una manera

extremadamente sofisticada de hacer trampa". Era un comportamiento aceptado entre las autoridades y de conocimiento público entre los grandes maestros. "Para ellos, había que hacer lobby para meterse dentro del círculo más exclusivo, así estabas del lado bueno de la poda". Algunos árbitros sabían que existía, pero no todos sabían que había un nombre para ello. "Creo que había un círculo de árbitros, porque todo lo que hace falta es un par de ellos o uno de ellos en un combate para no mostrar puntos por cierto competidor, entonces, de repente, el juego ha finalizado para ti". Sin embargo, cuando el periodista coreano publicó las explicaciones de Lee acerca de cómo funcionaba todo el asunto, la gente quedó atónita. Lee había sido un directivo de alto ran­ go en la WTF. "Él estaba enojado con alguien, luego intentó negarlo", explicó Mitchell. Ese alguien era Kim Un-yong427. En medio de la controversia, una historia alentadora en las Olím^ piadas del 2000 fue la de Esther Kim. Durante las pruebas de preselección olímpica de los Estados Unidos, su amiga cercana y compañera de entrenamiento, Kay Poe, ganó un combate de semifinales pero se dislocó una rodilla. Esther Kim ganó el otro combate de semifinales y estaba agendada para enfrentar a Poe en la final, pero Kim no se presentó para la final y se abstuvo de ocupar el lugar en el equipo olímpico para que Poe pudiera ganar. Poe ya la había derrotado en uria pelea anteriormente, y estaba número uno en el ranking de los Estados Unidos, pero Kim evitó luchar con ella temiendo arruinarle la rodilla y la carrera a Poe. En los juegos de Sidney, el público le dio a Kim una ovación de pie428. Fue un momento especial y único en el Tae Kwon Do. Como lo dijo un diario, "El gesto de Kim ha sido considerado como un gesto excepcional de deportividad y falta de egoísmo mientras que los deportes están plagados de escándalos, comercialismo y avaricia"429. Luego de que el Comité Olímpico Internacional seleccionó una vez más al Tae Kwon Do como deporte oficial, esta vez para las Olimpíadas de Atenas en e l 2004, Kim Un-yong anunció que se postularía para la presidencia del COI y que limpiaría a las Olimpíadas del exceso de comercialismo. Él sería el primer presidente no blanco en más de 100 años de historia olímpica. Esperando obtener los votos de 37 miem' bros del COI de Asia y África y un puñado de Europa y N o r t e a m é r i c a ; él pensaba que tenía una oportunidad. Su gran preocupación era que

Samaranch, ex Embajador en el gobierno fascista de España antes de la Segunda Guerra Mundial, lo traicionara430. Kim le dijo: "Si me apoyas 0permaneces neutral, yo voy a ganar, pero si te me opones, voy a per­ der". Kim se acordaba de la respuesta de Samaranch: "Tú eres el único amigo entre los cinco candidatos del COI”, y abrazó a Kim. Las controversias acerca de los arbitrajes se negaban a desapare­ ar. El Tae Kwon Do llegó a un nuevo punto bajo, y el aparentemente in v e n c ib le Kim se v o l v i ó el primer blanco. No ayudó que millones es­ ta b a n fluyendo de más de 170 países a l a WTF sin transparencia algu­ na. En esa época, un grupo de directivos de la WTF decidió rebelarse c o n tra la corrupción, exigiendo que l a WTF redujera los aranceles que c o b r a b a para emitir certificados de cinturón negro. El líder rebelde fue expulsado, pero comenzó un movimiento de reforma431. En julio del 2001, Kim perdió su apuesta para volverse presidente del COI y culpó a Samaranch432. El viejo escándalo de Salt Lake City se había renovado y fue enviado a los medios, alimentado por versiones de que Kim había ofrecido 50.000 dólares en sobornos a los miembros del COI433. Dick Pound, que también se había postulado a la presiden­ cia, tenía una explicación más sincera: "Yo creo que Samaranch se dio cuenta de que, en aquel momento, la reputación de Kim sería un desas­ tre para el COL Él estaba llevando adelante una campaña activa contra Kim, y también contra mí, a favor de (Jacques) Rogge"434. Kim quedó devastado por la derrota; en su opinión, el COI seguía siendo un reducto de personas blancas, y la elección había estado marcada por la corrupción435. Ese debió ser uno de los momentos más bajos de su vida; él le había otorgado la graduación honoraria de déci­ mo dan a Samaranch, que en el mundo del Tae Kwon Do, obsesionado por las jerarquías, significaba que Samaranch era un dios. Sólo una persona más en el mundo tenía tal nivel: el propio Kim. Chang Ung, el compatriota de Kim en el COI, también estaba desilusionado de que Kimhubiera perdido. Kim había estado enviando dinero a Chang Ung. El juego se acabó, pensó Kim. Fue quizás en ese momento que su mundo comenzó a caer como una avalancha en el Himalaya. En octu■fbre del 2001, sólo tres meses antes de la derrota en el COI, él condujo | hasta un hotel, el Seúl Olimpic Parktel, para una reunión a las 11 de la mañana, de la Asociación Coreana de Tae Kwon Do, para resolver dis­

putas internas. Decenas de furiosos maestros y alumnos entraron por el ¡obby del hotel Ju n to con decenas de partidarios de Kim. Kim entró caminando al hotel y subió hasta la sala de conferencias dejando atrás una estela de insultos y gritos entre dos grupos oposito­ res. Dentro de la sala, no pudo llevar a cabo la reunión. "Presidente Kim, ¡haga lo correcto y decídase!", gritaban los refor­ mistas en el lobby. "¡Él creó al Tae Kwon Do de la nada y ustedes se atreven a pedirle que renuncie!", gritaron los partidarios de Kim. Los gritos se convirtieron en empujones y refriegas, que imagino es una cosa potencialmente peligrosa entre maestros de Tae Kwon Do, Kim no dijo nada, se levantó y regresó caminando al lobby a través de los insultos y empujones, manteniendo su postura, y su boca cerra' da. En medio de la pelea, llegó hasta su auto, pero algunos de los ins* tructores de Tae Kwon Do saltaron encima del auto deteniéndolo. Kirii se quedó sentado allí. ¿Qué pensaba él mientras ellos estaban arriba, alrededor y delante de él? Entre los gritos y empujones afuera, acaso se imaginó que era un mal presagio, que sus partidarios debieron haber contratado más músculo, o que su reinado como el monarca del Tae Kwon Do, un moderno y a n ta n , estaba terminado. Finalmente los manifestantes dejaron que el auto se fuera a las 11.15, pero los gritos y la pelea continuaron, lo que sorprendió a los inocentes extranjeros que estaban arribando a una conferencia en Seúl. El cuerpo a cuerpo en el hotel fue una demostración extrema’ damente indigna y, por primera vez, los problemas del Tae Kwon Do coreano -los gánsteres, los robos, la desesperación, los torneos injustos- se habían volcado a las calles de Seúl. Tres días después de la confrontación en el hotel, Kim debía inaugurar el XV Campeonato Mundial de Tae Kwon Do, pero a los instructores rebeldes no les im­ portaba porque el último campeonato, desde su perspectiva, había sido un gran fiasco. "Es culpa de los dirigentes del Tae Kwon Do por no prepararse, por ignorar la situación luego del campeonato nacional en abril", le contaron ios instructores a un periodista coreano. Kim Un-yong también se vio envuelto en el escándalo del Presi­ dente de Corea del Sur sobre los 500 millones de dólares enviados a

del Norte para la cumbre de paz del 2000. Luego de que el pre­ sidente Kim Dae-jung ganó el premio Nobel de la Paz por esa cumbre, una investigación comenzó. Tanto dinero había circulado por varias r e d e s , a través de diferentes compañías, agencias de gobierno y or­ ganizaciones deportivas, incluyendo al Tae Kwon Do, que hizo que los planes de la KCIA de los 70 -el K oreagate- se viera como una cuestión de principiantes. Kim Un-yong enfrentó problemas serios dentro del Tae Kwon Do. Pocas personas sabían que él había estado aceptando sobornos de dos hombres de negocios a cambio de ayudarlos a ser miembros de organizaciones deportivas y que él había robado millones de dólares de la Federación Mundial de Tae Kwon Do436. Nadie conocía los deta­ lles en aquel momento, pero los entrenadores y los cinturones negros se estaban preguntando por qué los parientes de Kim estaban en las nóminas de las organizaciones de Tae Kwon Do, por qué había poca transparencia en el manejo del dinero, y por qué los rumores de tram­ pas continuaban. El juego no estaba terminado para Kim, pero era como un tiempo suplementario con "gol de oro". Renunció a la Asociación Coreana de Tae Kwon Do en noviembre del 2001, y Koo Cheon-Seo, otro político, asumió entre peleas callejeras. Kim Un-yong sintió que los últimos treinta años de su vida estaban revoloteando a su alrededor, como una lámpara oriental de caballos al galope con un único alambre, con las imágenes proyectadas giran­ do alrededor de la luz, la lámpara cada vez más caliente, el caballo corriendo más y más rápido, girando y girando, ligado por ese único alambre437.

C o re a

P arte V I n t e g r id a d

Site estás ahogando, cúlpate a tí mismo, no al agua. Antiguo proverbio coreano

C a p ít u l o 1 6 C omo e n u n a s e c t a

Era un hermoso día de primavera en marzo del 2001 cuando acom­ pañé al Gran Maestro Jong-Soo Park a la casa del General Choi Hong-Hi en Toronto, Canadá. Park y yo estábamos nerviosos. Él había afirmado que nunca había existido un plan para secuestrar a Choi, pero los dos nunca habían discutido la acusación de Choi. A su vez, Park estaba intentando olvidar que Choi y su hijo habían hablado sobre contratar a un asesino para matarlo. El General y Park tenían el pelo canoso y estaban planeando una reunión de maestros y grandes maestros ese rties mientras la WTF se encontraba en una situación caótica. Cuando nos bajamos del oxidado Mercedes de Park, miré con dete­ nimiento la enorme casa de Choi. No había arboles porque Choi odiaba las ardillas. Los pequeños roedores se habían comido los pepinos y ajíes picantes que Choi había cultivado en su casa anterior, y él no quería que anduvieran deambulando por aquí. Park levantó suavemente el golpeador de la puerta, acomodó su pelo, y sonrió cuando la Sra. Choi abrió la puerta del frente. Adentro, esperamos en un gran pasillo que daba a cuatro salas inmaculadas y una escalera caracol que conducía al segundo piso. El General había reemplazado el mobiliario barato de León que había comprado cuando se mudó por primera vez a Canadá con antigüedades polacas que JungHwa había enviado desde Europa Oriental en la década del 80. Al lado nuestro, en un estante bajo, una hilera de pantuflas orientales borda­ das a mano en perfecto orden. Me coloqué un par justo cuando Choi apareció, al lado de una pieza de caligrafía oriental colgada en la pared. Choi nos saludó a Park y a mí con un gesto con la cabeza. Nos incli­ namos. Sus delgados brazos salían de una camisa escocesa y pantalo­ nes a rayas -se veía como una gran marioneta-. Con razón tantos hom­ bres habían pensado que lo podían aplastar. No temía tanto por su vida como hace muchos años, cuando alguna vez construyó una casa en una

colina, para dificultar las acciones de quienes quisieran atacarlo4^ Hacía poco tiempo, cuando Choi y Park habían salido a comer, Parksé había sorprendido al descubrir que Choi aún lo consideraba a él como un guardaespaldas todo el tiempo que estuvieron juntos; Choi le p j^ a Park que lo acompañase al sanitario, por si alguien lo atacaba allí, Park, Choi y yo nos sentamos junto a las antigüedades en la salay hablamos de Tae Kwon Do. Fue difícil llevar la conversación a lo per. sonal, pero en un momento le pregunté cómo había llegado a ser un experto en Karate. “Hable un poco más fuerte", dijo él, moviendo su mano. "Mi audi* ción no es buena”. Él se negaba a utilizar un audífono. Le pregunté en voz bien alta sobre la vez en que perdió los ahorros de toda la vida de su madre en una partida de poker con un luchador -la loca historia de 1938, cuando la Corea de Choi era más confuciana y menos Eje del Mal-, “¿Señor, alguna vez se encontró con el luchador?", pregunté. “No, mi amigo le dijo que yo había aprendido Karate y que él no tendría ninguna chance conmigo, así que él me evitó", Choi se rió, "Era solamente un muchacho del campo". "¿Alguna vez se disculpó con él?", pregunté. Sabía que Choi viajaba mucho a Corea del Norte, y asumí que mi pregunta sería fácil de con­ testar. Después de todo, el General predicaba constantemente acerca de la cortesía, el autocontrol, la integridad y otros principios del Tae Kwon Do, pero él no respondió. “¿Señor?”, dije. Giró su cabeza 90 grados en otra dirección y miró fijo al foyer, Park, que estaba sentado a mi lado, interrumpió: "Por supuesto que el General fue al hospital para ver si estaba vivo o muerto. Eso fue como una disculpa”. "Era una botella de cinco centavos hecha de vidrio grueso", dijo Choi, mirándome nuevamente. Él se rió. De hecho, él se había encontrado con el luchador, Haak-Soon Huh, en Corea del Norte, a finales de los 80, cincuenta años después del conflicto en que Choi lo había noqueado con un frasco de tinta439. Para;

ser más preciso, no se había encontrado con él, sino que más bien lo había citado. Para aquella época, Choi era una persona importante en Corea del Norte y el luchador era una persona común. Durante la par­ tida de poker en 1938, Huh, un campeón local de lucha coreana, era el superior de Choi. Durante el encuentro en la década del 80, los roles se habían invertido: Huh y su esposa no miraban directamente a Choi y, como todos los demás en Corea del Norte, no utilizaban nombres de pila; se dirigían a Choi como el hombre poderoso que era, un amigo del líder de Corea del Norte. Choi asumió que ellos estaban honrados por conocerlo. No hubo risas sobre partidas de poker, botellas voladoras, dinero robado, experiencias cercanas a la muerte, y -ja, ja - huir como un campesino, y cómo dicho miedo y tontería lo condujeron al Karate y al Tae Kwon Do. Qué irónico que una de las artes marciales más po­ pulares del mundo se debía en parte a ese luchador inclinándose ante Choi. Con Park sentado en el living de Choi en el 2001, y yo, un don nadie, inadvertidamente haciendo preguntas impertinentes, el General no estaba contento. Estaba sentado mirándome con el mentón inclinado, como alguien a cargo de un tribunal. Pero los ojos de Choi se iluminaron cuando hablamos de Tae Kwon Do y sus esfuerzos por mejorarlo. Él estaba orgulloso de que el Tae Kwon Do dominara al Karate. Había estado luchando contra el Karate japonés desde la Segunda Guerra Mundial. "Me hicieron la contra en aquel momento por políticas; ahora lo hacen por Tae Kwon Do”, dijo. Su vida entera había sido una larga guerra contra la humillación que japón había infligido sobre él y su pueblo y, en 1961, contra la humilla­ ción del dictador de Corea del Sur. De muchas maneras, él había estado luchando contra los mismos fantasmas por cincuenta años. Tenía un gran respeto por Corea del Norte, en parte porque sus jefes no per­ mitían a los Estados Unidos y a Japón que los doblegaran, y también porque a los norcoreanos les gustaba su Tae Kwon Do. "Corea del Norte tiene Tae Kwon Do original -puro, cien por ciento puro-”, me dijo. "Por eso son tan buenos". Por puro, él quería decir que nohabía ninguna participación del Japón ni del Tae Kwon Do olímpico. En aquel momento, Choi estaba en un proyecto para forzar a los , ;maestros a aprender cómo saltar por encima de una persona parada

sin tomar carrera, como los antiguos guerreros hwarang habían sal* tado por encima de paredes y pateado cielorrasos. Choi quería que sus hombres sólo tomaran uno o dos pasos y que saltasen por encima de un oponente -él quería que sus maestros entrenasen para poder lograrlo- pero ellos se rebelaron y dijeron que era imposible. En el pasado, algunos maestros, tales como Han Cha-gyo, habían saltado por encima de un hombre, pero la vasta mayoría no podía y nunca lo podría hacer. La organización de Choi tuvo peleas con los puños por el tema, con algunos diciendo que debían intentarlo y otros diciendo que era una locura. El pedido de Choi era tan irrazonable que un grupo de maestros de Corea del Norte, aquellos que practicaban el Tae Kwon Do "puro", dijeron que era imposible. Choi abofeteó a uno de ellos440; insistía en que debían intentarlo. Al poco tiempo, me encontré con el General Choi nuevamente en su casa, solo, y me condujo a su despacho, donde señaló sus libros de Tae Kwon Do de 1965 y 1972. Jong-Soo Park se lucía en las tapas. "Él era mi estudiante más premiado", dijo Choi. Un teléfono sonó, pero nadie; lo atendió. Se agachó y tocó el primero de los quince volúmenes de su enciclopedia. “La historia está en este volumen"”, dijo en voz baja. "Este volumen contiene la Teoría del Poder. Este volumen, técnicas de mano.'Hablaba como si estuviera en una iglesia. "Este volumen es sobre com­ bate", susurró, mientras el teléfono sonaba nuevamente. "Esquema^ (formas), aquí”. Dijo que había creado una edición condensada de sus quince volúmenes en los 80, porque él no podía llevar consigo los quim ce volúmenes, que medían más de treinta centímetros cuando estaban apilados todos juntos. "Demasiado pesados”, dijo de manera relajada, Hojeó otro volumen hasta que llegó a un esquema llamado Tong-Il, que significa "unificación". Estaba orgulloso de éste, el último esquema de veinticuatro, porque simbolizaba la reunificación de las dos Coreas. “¿Ves? Es fácil de aprender", dijo, pasando las páginas lentamente, "Hay que seguir las fotos”. Mientras el teléfono sonaba de nuevo, nosotros miramos las técnicas de Tong-11, los golpes al medio con los puños juntos, los golpes horizontales con las manos en tijera. Si tan sólo la política hubiera sido tan fácil como un canto de mano en su propia vida -y en las vidas de Kim Un-yong y todo el resto-.

Pensé en lo que él me había dicho más temprano en la sala: "Morir es penoso... Es lamentable que uno no pueda vivir todo lo que el tiem­ po permite”. Choi tenía 82 años y todavía estaba peleando. El teléfono sonó por decimotercera vez. Había estado sonando casi continuamente durante una hora. *** Nueve meses después, en enero del 2002, me reuní con Jung-Hwa Choi, el hijo del General y supuesto heredero de todas las cosas rela­ cionadas con el Tae Kwon Do. Su ÍTF estaba en apuros, al igual que la WTF. Mientras que el hombre mayor me recordaba a la piedra, su hijo parecía como el agua -adaptable, difícil de atrapar y transparente-. Jung-Hwa vivía en la misma ciudad canadiense que su padre. Su casa era más pequeña pero igual de opulenta. Entré caminando a la sala, donde él estaba sentado sobre un sillón dorado vistiendo una corbata azul y una inmaculada camisa blanca. Su mujer estaba parada en la cocina. Su hombre de confianza, Joe Cariati, sentado al otro lado de la sala. En los 90, Jung-Hwa comenzó a rebelarse luego de que fue liberado déla prisión, en parte por motivos personales, pero principalmente porque pensaba que el General Choi estaba destruyendo al arte mar­ cial con las políticas de la Guerra Fría. Jung-Hwa había aprendido de sus errores pero parecía que su padre no lo había hecho; por décadas, habían empujado uno contra el otro, contra las presiones creadas por el Tae Kwon Do, contra la locura, pero ahora ambos hombres estaban empujando aún más. "Yo creo que él siempre había pensado que su hijo desharía lo que él había construido”, me dijo Jung-Hwa. "Algunas | veces yo me río de esto, porque él tuvo el monopolio del Tae Kwon Dodurante la década del 70; no había otros competidores, lo que sig1niñeaba que teníamos decenas de millones de miembros. Ahora, te cuento, estamos en los cientos de miles en todo el mundo. Sí esto no es bancarrota, ¿qué es?”. El conflicto entre padre e hijo estaba arraigado en una visión con­ fuciana de las relaciones familiares. Por ejemplo, Choi rara vez hablaba

con su hijo sobre asuntos personales. Sin embargo, una mañana JungHwa le preguntó a su padre si él todavía soñaba con su propio padre¿ "Qué pregunta tan tonta”, respondió el General. ¿Sabes cuántos años tengo? ¡Ya pasé los 80 años! ¿Crees que tengo recuerdos de mi padre?". Esa no era la respuesta que su hijo había esperado. Con seguridad, el amor por los padres siempre permanecía en el corazón, sin importar la edad de uno, especialmente para alguien como Choi, que esperaba que su hijo le demostrara amor incondicional y obediencia. "¿Disfrutabas conversando con tu padre?”, presionó Jung-Hwa, Él sabía que su padre había vivido bajo el Confucianismo, y por lo tanto los límites de la relación padre-hijo habían sido estrictamente respetados* pero él quería saber si su padre y su abuelo siquiera habían hablado. "Él era muy estricto conmigo, y muy disciplinado, así que yo debía observar el respeto padre-hijo, no como tu, que estas fuera de lugar haciéndome estas preguntas”, respondio Choi. Así fue como Jung~Hwá aprendió que nunca debía hablar acerca del padre de su padre. La más reciente misión de Choi era fusionar a la Federación inter­ nacional de Taekwon-Do con la Federación Mundial de Taekwondo, como parte de las discusiones para ayudar a reunificar a los dos paí­ ses. Choi esperaba que Jung-Hwa construyera una relación sólida con Corea del Norte, pero él no estaba dispuesto a hacerlo, y quería sacar a la política del arte marcial. "Él siempre estaba intentando insertar en mi cabeza que yo debía seguir a Corea del Norte, porque los norco* reanos habían ayudado tanto a la ITF, y dije, 'y° n0 veo nac*a con Que nos están ayudando. De hecho, es extraño, sacrificar no sólo nuestras enseñanzas por ellos, sino también volvernos extraños para nuestra propia gente por seguirlos a ellos". Era julio del 2001, tres meses después del seminario del General Choi en el Hotel Novotel en Toronto, cuando Jung-Hwa había advertido plenamente las consecuencias de desafiar a su padre. Era aproximada­ mente la época en que Kim Un-yong estaba apuntando a la presidencia del COL Choi y su hijo estaban parados en un pasillo de hotel en Rímini, Italia. Los maestros de todo el mundo recientemente habían elegido a Jung-Hwa como el próximo presidente de la ITF, para sorpresa de su

padre. El joven tenía esperanzas que su padre finalmente se tomara un descanso, quizás se retirara. Pero, mientras Jung-Hwa estaba parado allí, su padre, el chadol, la pequeña piedra, se mantenía inmóvil. "¿Qué pasa?", preguntó Jung-Hwa. "¡Por favor aléjate de mí!", dijo Choi, apartándolo como a un sir­ "¡Tú no eres mi hijo!"

v ie n te .

Desde que Jung-Hwa tenía recuerdo, su padre lo había humillado con ese comentario. Algunas veces el hombre mayor agregaba que él tenia hijos en otros lados. Jung-Hwa se alejo del centro de los golpes. C l a r a m e n t e , el General Choi no estaba contento con que su hijo se hu­ biera convertido en presidente de la ITF. Mas tarde, mientras ellos manejaban a la ceremonia de cierre del campeonato mundial, Choi advirtió, "Te prometo, muchacho, que uniré ja ITF y la WTF dentro de un año. Cuando lo haga, le daré todo a Kim Un-yong. Nunca te veré volverte presidente". Jung-Hwa dijo que vio la verdadera cara de su padre en ese mo­ mento por primera vez en su vida, y que no era humano. El Choi mayor detestaba a Kim Un-yong -o al menos todos lo suponían-. El General Choi no estaba demente, Jung-Hwa creía, pero estaba bajo la influencia de algo más fuerte que la vejez: Corea del Norte. Él se dio cuenta de que su padre iba a desafiar lo que maestros electos habían decidido: él, Jung-Hwa, iba a ser removido de alguna manera. Jung-Hwa renuncio rápidamente a la ITF y armó su propia orga­ nización, también llamada ITF, Afirmo que un tercio de los miembros de la ITF en el mundo se habían unido a él, y dijo que su padre estaba mintiendo sobre una fusión entre la ITF y la WTF. Las negociaciones entre las dos muchas veces fueron consideradas una broma. Las dos organizaciones han estado utilizándose y discu­ tiendo fusionarse de la misma manera que las golpizas son seguidas de promesas en los matrimonios disfuncionales. Las negociaciones entre las distintas facciones del Tae Kwon Do comenzaron mucho antes de que Kim Un-yong arribara a la escena; en los 50, discusiones acaloradas ocurrieron entre los nueve gimnasios principales de artes parciales en Corea, y en los 60, entre la ITF y la Asociación Coreana de e Kwon Do. Desde su divorcio en 1973, la ITF y la WTF han discutido

reunificarse muchas veces, pero a menudo, los anuncios sobre inten­ tos de fusión suenan como fantasías esperanzadas de los cinturones negros en todo el mundo -y los esperanzados coreanos- que quieren que papá y mamá se lleven bien. "Siempre que había intranquilidad o inactividad en la ITF, nosotros salíamos con ciertas declaraciones, tales como ‘nos vamos a fusionar', o 'nuestros instructores están siendo invitados a Corea del Sur” me dijo luego Jung-Hwa Choi, "De hecho, soy uno de los culpables. Mi pa­ dre me instruyó que escribiera una carta, como Secretario General, a nuestros miembros alrededor del mundo diciendo que podríamos estar enviando un equipo de demostración a Corea del Sur y que es­ tábamos buscando personas que quisieran ser parte de ello. La carta iba más allá, diciendo que quizás mandaríamos miembros de la ITF a Corea del Sur para abrir escuelas. Por supuesto, no había ninguna base para esas afirmaciones". Por su parte, la gigantesca WTF no necesitaba de la minúscula ITF. Los jefes de ambas se reúnen más o menos una vez al año, elevando las esperanzas de que la poderosa WTF acepte a la tradicional ITF. "Esos grupos están conversando a niveles bastante elevados para realizar una fusión”, dijo Wayne Mitchell de la WTF de Canadá, "pero no creo que sea una fusión sino más bien una absorción... no tenemos mucho que obtener de una fusión". Él agregó que la ITF no tiene acceso a los dólares y recursos disponibles para la WTF. La relación es extraña­ mente parecida a la historia política entre la pobre, orgullosa Corea del Norte y la rica y pulida Corea del Sur. Jung-Hwa Choi no quería que Corea del Norte consumiera al Tae Kwon Do. Él sentía que su padre estaba administrando la organización del Tae Kwon Do como una secta, una razón más que explica por qué Jung-Hwa se separó para crear su propia ÍTF. Cuando su padre visitó al Reverendo Sun-Myung Moon para solicitar dinero, Jung-Hwa no se sorprendió. "El General Choi, creo, estaría muy feliz si estuviera en el lugar del Reverendo Moon Sun-Myung. ¿Sabes de lo que hablo? ¿Los moonies?", dijo Jung-Hwa. "Él siempre criticaba a Moon. Hablaba mal de él, pero ahora sé que era por celos. Él fue y se reunió con Moon un día. Luego de que regresó, dijo ¿Por qué es malo después de todo?'Aun antes de eso, él me contó cómo cuando Moon chasqueaba sus dedos

la gente dejaba de moverse y venía a sus órdenes, y cómo él movía a la gente en todos lados. El General Choi quedó impresionado. Yo dije, 'Cuidado, Señor, usted está intentando utilizarlo a él, ¿pero cómo puede un langostino tragarse una ballena?'". "La organización ITF era una autocracia total, no se hacían pregun­ tas", contó Jung-Hwa. Muchos instructores de Tae Kwon Do estaban de acuerdo con este concepto, usualmente agregando en la misma frase que el General Choi era un genio441. Decía el General Choi: "Buda nació en la India, sin embargo India es principalmente hindú", agregó Jung-Hwa. "Jesús era de Israel, pero no hay mucho cristianismo allí. Irónicamente, el Tae Kwon Do viene de Corea del Sur, pero no hay Tae Kwon Do de la ITF allí". ¿Significa esto que él se quiere convertir en un cuarto santo profeta? Peor que el santo era el pecador. Jung-Hwa sospechaba que el lado más oscuro de su padre estaba atraído por el gobierno despótico de Corea del Norte, donde millones de personas vivían bajo la opresión. Una vez, durante una lujosa comida en Corea del Norte, Jung-Hwa le dijo a su padre que la economía estaba dada vuelta, y su padre le respondió: "¿Cómo puedes decir eso? Nosotros comemos así todo el tiempo. ¿Cómo puedes decir que este país es pobre?". "Esta no es una cena de todos los días para la gente común", JungHwa le explicó. Su padre se negó a escucharlo. De hecho, Choi asumió como una misión personal contarle diariamente a cualquiera que en­ contraba que Corea del Norte estaba andando bien. Jung-Hwa se dio cuenta de que a su padre, que cenaba con dignatarios norcoreanos, no le importaba en lo más mínimo el norcoreano medio y los gulags que esperaban a las personas allí si se quejaban. Toda la vida de Choi era el Tae Kwon Do, y él necesitaba a los norcoreanos. "Hay dos Generales", dijo Jung-Hwa mientras estaba sentado en su living. “Uno es el Gran Hombre General Choi." Ese era el "fundador" del Tae Kwon Do. "El otro es un chico que creció en un hogar destruido y que siempre deseó amor. Cuando él no podía encontrarlo en su familia, lo buscaba en sus discípulos". Si ellos le fallaban, él se sentía traiciona­ do, y se lanzaba contra ellos verbal o físicamente. A medida que ellos caían, él ascendía. "Es lo que se llama el Síndrome del Hombre Pequeño, donde uno tiene que aparecer como el mejor, uno sabe que es lo mejor,

y uno debe constantemente probar que uno es grande, hasta con la familia", agregó Jung-Hwa. "Cada día, él nos daba un sermón, cada de­ sayuno y cada cena, sobre lo grande que él era." Y la familia escuchaba. "Una Navidad, él nos dijo: ¿Por qué creen en Dios? Si quieren creer en Dios, entonces crean primero en mí'". Por luchar con hombres brutales toda su vida, el General se había vuelto brutal también y había destrozado a muchas personas -y había sufrido mientras lo hacía". No era de sorprenderse que él quisiera ser un dios. Lo pasaba muy mal siendo humano. Ni siquiera perdonaba a los instructores norcoreanos, "Yo lo he visto descuartizar a personas delante de otros", dijo Jung-Hwa. En una oportunidad, en el 2001, durante un seminario de Tae Kwon Do, los instructores norcoreanos le pidieron a Jung-Hwa que dijera a su padre que ellos no habían preparado una demostración de combate, Choi les había pedido que investigaran nuevos métodos de sparring, pero ellos vinieron al seminario solamente con sus papeles de investigación y se acercaron a Jung-Hwa pidiendo ayuda: “Ellos dijeron, 'Conocemos al General Choi, así que si usted es tan amable, por favor dígale que no nos pida que hagamos una demostración física, porque solo hemos he­ cho una investigación teórica'. Yo les dije: 'Lo intentaré'. Se lo expliqué al General Choi. '¿Está bien eso?', y él dijo: 'Sí, esta okey\ De repente, ól estaba con otro estado de ánimo y, al siguiente día, los llamó para que hicieran la demostración, sabiendo que no estaban preparados. Por supuesto que sus caras se pusieron pálidas... Casi se vuelven locos, porque estaban delante de muchos delegados. El General Choi les gri­ taba, '{Muéstrenlo de manera física1. ¡Silencio! ¡Dejen de leer! ¡Hagan la demostración!' Pero ya no estaban escuchando al General Choi; ellos estaban como zombis, leyendo, y todos lloramos por ellos. Luego el Ger neral Choi se retiró, No pudo controlar su temperamento y comenzó a estallar su mano contra la pared, gritando. Muchas personas pensaron que iba a tener un infarto aquel día -muchas personas desearon que lo tuviera.,.-. Ese fue un punto de inflexión para muchos miembros". Jung-Hwa sabía a lo que se enfrentaba. Separarse de su padre y comenzar una organización ITF implicaba un conflicto salvaje. Por su parte, el General Choi no confiaba en su propio hijo y pensaba que Jung-Hwa estaba intentando asesinarlo.

C a p ít u l o 1 7 g L PEQUEÑO GIGANTE MUERE Y e l T a e K w o n D o t r a d i c io n a l SE DESARTICULA

El Maestro Sun dijo: Hay cinco maneras de atacar con fuego , La primera es quemar hombres... El Arte de la Guerra, Sun-Tzu, s. VI A.C.442 Un mes más tarde, las prioridades cambiaron repentinamente, por­ que Choi Hong-Hi contrajo cáncer y los médicos le pronosticaron poco tiempo de vida. La guerra en la ITF se calmó un poco, y la organización continuó astillándose tan rápidamente como el cáncer se diseminaba por el cuerpo de Choi, Los subsiguientes eventos fueron una alarmante demostración de lo que sucede cuando una persona gobierna una or­ ganización por demasiado tiempo y hace enfrentar a directivos contra directivos, hijo contra hijastros en la batalla por su reemplazo, Jong~Soo Park y un puñado de discípulos leales ayudaron al ancia­ no Choi día y noche. Choi se negaba a comer lo suficiente y lloraba si cualquiera hablaba acerca de Jung-Hwa. "Mi único hijo me traicionó", repetía. Era difícil sentir lástima por él, pero yo la sentí -y también por jung-Hwa™. Un día, su hijo lo visitó en un hospital de Toronto y entró en un leve estado de shock al ver que el cuerpo de su padre se había deteriorado a piel y huesos443. El General Choi lo miró y dijo: "No te quiero ver, no te quiero ver". Jung-Hwa mantuvo su cabeza inclinada, a un ángulo de noventa grados, hasta que su madre, que estaba en el cuarto, le gritó repentinamente. Jung-Hwa no pudo soportarlo y se fue, pero regresó al estacionamiento del hospital el día en que su padre fue dado de alta. . Sumadre salió del hospital, sin la escolta de guardaespaldas o grandes maestros, y mientras Jung-Hwa esperaba, ella lo pasó caminando. El

joven Choi entró al hospital y ayudó al anciano a subir al auto. JungHwa estaba contento ya que por un instante podía sostener a su padre pero eso no terminó bien, como siempre, porque su madre gritaba que él estaba matando al hombre mayor. Jung-Hwa partió. Él era el único hijo, y el favorito de su padre, así que este conflicto de tres años casi debió haber matado a los dos. En una oportunidad, cuando Jung-Hwa tenía dos años de edad, estaba jugando en el marco de una ventana y se cayó, cortando su cabeza y su mentón. El General Choi recién había regresado del trabajo cuando vio la sangre de su hijo. La familia no tuvo tiempo para encontrar un médico, así que el General se sacó su chaqueta militar, envolvió a su hijo en ella, y corrió muchos kilómetros al hospital más cercano, olvidándose los zapatos en su casa. La gente se preguntaba sobre este hombre descalzo que pasaba corriendo con un niño ensangrentado en brazos444. Luego, durante las semanas que siguieron, la enfermedad se ex­ pandió al hígado del General, que se veía amarillo. Jung-Hwa no lo acompañaba a los seminarios, como el que se realizó en Denver, Colo­ rado, donde el General enseñó desde una silla de ruedas. Un día de mayo del 2002 el General estaba sentado en su silla de ruedas en el Aeropuerto Internacional de Toronto rodeado por sus discípulos y sus guardaespaldas esperando un avión para ir a Corea del Norte. Él no esperaba que su hijo viniera. Todavía sospechaba que su hijo quería matarlo. Su hijo llegó al aeropuerto con Joe Cariati y otros artistas marciales, y se acercaron caminando hasta el General. Para­ dos cerca del Choi mayor estaban el Maestro Soon-Cheon Jeong (quien tomaba fotos), el Gran Maestro Kwang-Sung Hwang (que vivía en los Estados Unidos), el Gran Maestro Woojin Jung (editor del Tae Kwon Do Times), el Gran Maestro Jong-Soo Park, y otros, todos allí para despedir al General -y quizás por otras razones también-. Jung-Hwa no quería lastimar a su padre. En lugar de ello, se sen­ tó a su lado y le sostuvo los hombros. Sentía principalmente huesos. Hubiera querido desesperadamente que su padre se quedase en To­ ronto, pero no se atrevió a mencionarlo.Todas sus fuerzas habían sido consumidas en llegar hasta el aeropuerto. Trató de pensar en buenos recuerdos y en el amor que tenía por su padre. “No me asusta tanto tocar a mi padre", se dijo a sí mismo, porque siempre había pensado

que ese momento sería terrible. Y tocó la cabeza del General. Deseó que ellos hubieran sido más unidos cuando él era un niño y su padre un hombre joven. ¡Qué pensamientos para tener diez minutos antes de la partida! El amigo de Jung-Hwa, que estaba a unos pocos metros de distancia, estaba llorando. "Usted sabe, yo nunca tuve una familia Choi”, Jung-Hwa le dijo en voz baja. “¿Puedes disculparte conmigo por Internet?", le preguntó el Geheral a Jung-Hwa, quien se sorprendió por el pedido. Los aliados de jüng-Hwa habían criticado a los hombres del General, los discípulos a los cuales Jung-Hwa había llamado hipócritas y "Geishas del Tae Kwon 0o". Había tantas cosas que los dos hombres deberían haber resuelto antes de que el General se subiera al avión: cómo podía un padre jac­ tarse de haber sacrificado a su hijo, por qué el joven había utilizado el nombre del arte marcial de su padre, por qué la violencia vivía en ellos como una pasión. En lugar de ello, Choi hablaba sobre Internet. "¿Y puedes disculparte con mis muchachos -los norcoreanos-?", el General le preguntó a Jung-Hwa, quien asumió que su padre quería quedar bien parado, que su padre quería asegurarles a los norcoreanos que su hijo estaba de su lado. Quizás fue surreal, y no solamente porque un presidente norteamericano había realizado recientemente un discurso donde incluyó a Corea del Norte en un “Eje del Mal”. El padre de Jung-Hwa nunca podía aceptar perder. "Señor, no hablemos de eso ahora", respondió su hijo. El General Choi habló acerca del Festival Arirang de Corea del Nor­ te, un evento de dos meses con gimnasia, danzas y artes involucrando a cientos de miles de participantes. El festival de Arirang festeja el cumpleaños del fundador de la nación, Kim II Sung, y está abierto a tu­ ristas y periodistas. “¿Vendrás a verme?", Choi le preguntó. "El festival vale la pena" explicó. El Choi más joven no respondió; él nunca iría a Corea del Norte, no de esa manera. Uno de los maestros tomó una foto a Choi y su hijo en el aeropuer­ to. Sus ojos no revelaban nada. La piedra continuaba sin cambios. Agua fluía alrededor de ella. Pero luego Jung-Hwa miró fijamente la cara de su padre, porque quería grabarla en su memoria. Luego empujó la silla

de ruedas hasta la puerta de embarque, donde otra persona se lo llevó. Cuando se dice adiós, es tradición coreana mantener los ojos en las visitas tanto tiempo como sea posible, y Jung-Hwa miró todo el tiempo que pudo, y vio a su padre encogerse en la distancia. Cerca de un mes después, el 15 de junio del 2002, mientras Choi estaba al borde de la muerte en P'yongyang, Corea del Norte, dictó su testamento, el cual fue oído por Jong-Soo Park. Entonces Choi designó como su sucesor a Chang Ung, el representante olímpico norcoreano a quien Kim Un-yong había estado enviando dinero. Ung había sido un jugador de básquetbol y sobresalía por encima de los demás grandes maestros del Tae Kwon Do por su altura. Mientras Choi estaba acostado allí, recordó al luchador, la botella de tinta, el vuelo a japón, el duro entrenamiento en Karate a fines déla década del 30. “Si tan sólo hubiera sido tan alto como el Sr. Chang Ung yo habría tenido menos oponentes", dijo. "Mi cuerpo era tan pequeño. Hubo muchos oponentes". Más tarde, Park lo escuchó decir, “Soy el hombre más feliz en la Tierra, el hombre más feliz en la Tierra"445. #** El General Choi Hong-Hi recibió un funeral de Estado en Corea del Norte, lo cual preocupó profundamente a su hijo porque muy pocas personas recibían funerales de Estado en aquella nación, y se pregun­ taba sí su padre habría sido un espía o un doble espía. Sin embargo, Jung-Hwa sabía qué debía hacer: salvaría el apellido de su padre y le diría al mundo que el General Choi no había sido un comunista. "Esta­ mos listos para resucitarlo una vez más", me dijo. La ITF se dividió en tres grupos: uno liderado por el norcoreano Chang Ung, de acuerdo con la última voluntad del General; un segundo grupo liderado por Jung-Hwa; y el tercero liderado por los cinturones negros que se habían rehusado a unirse a los otros dos. Luego, estallaron batallas judiciales sobre quién era el propieta­ rio de las marcas, y los tres grupos se erosionaron en facciones mas pequeñas. Un abogado involucrado en los juicios por las marcas nré dijo que todo parecía girar en torno al dinero: "Todos quieren saber

qué están recibiendo. '¿Cuál es mi tajada?', preguntan." Sin embargo el dinero sólo era una parte del tema. El poder individual, las políticas nacionales y los legados históricos le hacían sombra al dinero, porque las técnicas perdurarían mucho más tiempo que los hombres, sólo algunos de los cuales se volverían inmortales. Choi sería un inmortal. Al final, un inmortal más triste que santo, pero un miembro fundador del Tae Kwon Do. Su legado, opacado por un padre confuciano, torturas japonesas, dictadores coreanos, Kim Um-yong y los demonios del propio Choi.

C a p ít u l o

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L.OS JE F E S DE LA

W TF

VAN

A l a c á r c e l y e l T a e K w o n D o O l ím p ic o e n fre n ta su p o s ib le d e s a p a ric ió n

Hemos entrado a una época de negocios. Es mucho más inteligente administrar esas organizaciones como empresas que como organizaciones criminales o extensiones de algo así, Wayne Mitchell, Secretario General de la WTF canadiense, refiriéndose a la WTF en el mundo. En el 2003 Kim Un-yong se convirtió en Vicepresidente del Comité Olímpico Internacional, o sea que era la segunda persona más impor­ tante en las Olimpíadas y, dadas las controversias a las que sobrevivió, demostró ser quizás tan poderoso como un rico aristócrata yangban de la dinastía Choson. "Él tenía poder para hacer cualquier cosa", le dijo a la Revista Time un periodista deportivo coreano. "Él era Dios"446. Pero éste era el siglo XXI y ni siquiera Dios podía evitar las fil­ traciones en los medios. A medida que el Tae Kwon Do se arrastraba hacia las siguientes Olimpíadas, fueron creciendo los rumores acerca de Kim utilizando sobornos para financiar su postulación a la vicepre­ sidencia del COI, y uno peor comenzó a correr según el cual, a cambio de votos para ser Vicepresidente, él había perjudicado la postulación de la ciudad surcoreana de P'yongch'ang para ser sede de los Juegos de Invierno. La acusación sobre la postulación era difícil de creer; si hay una cosa que había sido consistente en la carrera de Kim, había sido su lealtad hacia su país. Pero Vancouver había derrotado a P'yongch'ang por 56 votos a 53 para ser anfitrión de los Juegos del 2010, y Kim se volvió el chivo expiratorio por la derrota de Corea del Sur. La ironía debió haber dolido; Kim y su Operación Thunderbírd habían traído las Olimpíadas a Corea del Sur en 1988 y su Operación 007 habían hecho del Tae Kwon Do un deporte oficial en los Juegos del 2000. Él había ayudado a colocar a su pequeño país en la cumbre de la escena depor­

tiva internacional -no solamente en Tae Kwon Do sino que en muchos deportes- y aquí estaba, siendo acusado de traicionar a su país. En el 2003, Kim conoció al sucesor del General Choi, el norcoreano Chang Ung, en un evento deportivo llamado el Summer Universiade Ellos acordaron realizar una marcha conjunta durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Atenas en el 2004, reproduciendo el evento que había sacado lágrimas en la ceremonia del 2000 en los Juegos de Sidney, pero Kim no llegó a la apertura del 2004447. Los oficiales surcoreanos allanaron su casa y su oficina y encon« traron US$ 1,6 millones en divisas extranjeras en su caja de seguridad. Mala suerte, se podría decir. Los reporteros rodearon a un Kim lucien­ do una máscara blanca mientras la policía se lo llevaba detenido. En total, los fiscales descubrieron US$ 5 millones en oro, diamantes, joyas y moneda extranjera. Estando bajo ataque desde todos los ángulos, Kim renunció a la Asamblea Nacional de Corea del Sur y a la Federación Mundial de Tae Kwon Do, de donde había tomado 676.000 dólares que habían sido donados por la corporación Samsung, la misma que había donado fondos para la sede de la WTF, el Kukkiwon, en 1971448. Dijo que las acusaciones tenían motivaciones políticas, pero no explicó cuáles*4?;:' "Estas sospechas están actualmente bajo investigación por las au­ toridades legales y la verdad se sabrá pronto, pero, sin importar los hechos, inclino mi cabeza en una profunda disculpa por angustiar a la nación por mi conducta errónea", dijo Kim450. El Comité Olímpicd lo suspendió. ; Internacionalmente, el Tae Kwon Do Olímpico enfrentó la peor crisis de su historia y, país por país, la red de Kim comenzó a desmo­ ronarse a medida que las asociaciones cerraron y sus amigos del Tae Kwon Do empezaron a renunciar o defenderse. En Corea del Sur, los fiscales expusieron la relación entre el cri­ men organizado y el Tae Kwon Do. Luego de la renuncia de Kim a la Asociación Coreana de Tae Kwon Do, la KTA tenía un nuevo líder, Koo Cheon-Soo, un político de Corea del Sur. En diciembre del 2003 la policía arrestó a Koo, acusado de sobornar a funcionarios y de haber manipulado fraudulentamente la elección en la KTA para reemplazar

a Kim. “Los fiscales luego procesaron a Koo, acusándolo de utilizar a trescientos gánsteres y expertos en Tae Kwon Do' para evitar que sus rivales participen en la elección y de pagar más de 20.000 dólares a ¿os asociaciones antes de la votación. Los diecisiete delegados que lograron pasar a los gánsteres votaron de manera unánime por Koo como líder de la KTA. "La Asociación Coreana de Tae Kwon Do ha sido controlada por políticos y gánsteres", dijo un fiscal. "Los Jefes han tenido influencia en la Asociación desde la década del 90” agregó. "A medida que la pre­ sión aumentó para que dejasen de hacerlo, los gánsteres unieron sus esfuerzos para hacer a Koo presidente de la Asociación”451. El consejero de la KTA, el maestro de Tae Kwon Do Lee Seng-wan, que había estado en prisión por contratar a cincuenta gánsteres para disolver un partido político pro democracia en 1987, también fue a r r e s t a d o . Aquí estaba de nuevo, luego de diecisiete años, condenado a c u a tro años de prisión por confabularse con Koo y otros dos miembros para impedir que los miembros de la KTA asistieran a una elección de Tae Kwon Do452. Los grandes jefes de las bandas del crimen organizado habían sido atraídos por la aptitud de generar dinero que brindaba el Tae Kwon Do. Un padrino había recibido sobornos de una compañía que producía equipamiento electrónico de protección para la WTF, equi­ po que debía reducir las trampas y los errores en el combate del Tae ; Kwon Do Olímpico. La policía también arrestó a once personas más en la redada del 2003: otros tres padrinos, un político y siete crimi­ nales involucrados en un escándalo de sobornos por Tae Kwon Do en la ciudad de Taegu. Un año antes, en el 2002, un periodista coreano le preguntó a Lee . Chong-woo, Vicepresidente de la WTF, acerca de todos los miembros gánsteres en el arte marcial453. Lee respondió que los gánsteres le dagbán un mal nombre al Tae Kwon Do y que él, Lee, era un pecador por haberlos dejado ingresar a la organización. Periodista: Usted quiere decir, contratar a personas (miembro gáns­ teres) para ocasiones como la Reunión de la Asamblea General o Reu­ niones de la Junta de Directores...

Lee: No es solamente por ello. Hubo numerosas ocasiones (sic) inte. rrumpidas por temas significativos. Para poder aliviar tal situación algunas veces hacer visibles a estas personas lograba mejores cir­ cunstancias. Periodista: Usted quiere decir, ¿ellos ingresaron (en la organización) a través de las antiguas facciones en el Tae Kwon Do? Lee: Eso es correcto. Choi Hong-hi y sus hombres sin duda lideraban una de esas "anti­ guas facciones". Lee finalizó la entrevista lamentándose, "Para la se­ gunda etapa del Tae Kwon Do, el sucesor de Un Yong Kim debió haber llegado un día antes". Un año después de esa lamentable afirmación, un oficial norcoreano envió un fax a la oficina de Kim en Seúl, recordándole que estaba atrasado en sus pagos al oficial olímpico norcoreano Chang Ung, el jefe de la Federación Internacional de Tae Kwon Do de Choi. Kim le contó a los fiscales sobre el fax454. En los Estados Unidos, ese mismo año, el Comité Olímpico de los Estados Unidos desplazó a la Unión de Tae Kwon Do de los Estados Unidos (USTU) de los Juegos Olímpicos, citando una larga lista de pro­ blemas con competencias, administración y finanzas. Desde 1984, la USTU había sido la cabeza de la WTF en los Estados Unidos, un pilar del Tae Kwon Do global desde el principio. El Presidente de la USTU, Sang-Chul Lee, un amigo de Kim Un-yong, renunció durante el revuelo, y, pronto, toda la USTU fue abolida, junto con las cincuenta organiza­ ciones estatales. Cerca de 1,2 millones de dólares habían desaparecido, y los juicios comenzaron. Expertos no-coreanos en Tae Kwon Do en los Estados Unidos apro­ vecharon la oportunidad para hablar de su separación, acerca de las veces que fueron marginados para ocupar posiciones en la WTF por­ que no eran coreanos, y del etnocentrismo en un arte marcial que de manera injusta favorecía a los coreanos455. Cuando el campo de batalla se despejó en el 2006, el viejo y disfuncional Tae Kwon Do ya no estaba y una nueva organización, la USA Taekwondo (USAT], había reempla­ zado a la organización de Sang. La USAT devolvió los 1,2 millones de dólares al Comité Olímpico y estableció una comisión para mejorar

[as c o s a s , especialmente traer de regreso a los cientos de pioneros e i n s t r u c t o r e s que no habían sido corrompidos456. "Sólo un puñado de personas arruinaron la organización", dijo Joon-Pyo Choi, co-titular ¿e ja comisión, “pero ellos eliminaron a todos los maestros y grandes m a e s tr o s coreano-americanos que eran pioneros del Tae Kwon Do en j0S Estados Unidos desde la década del 50, Ese fue un gran error". Las p eleas internas y las renuncias se esparcieron por otros países. En Canadá, Wayne Mitchell, Secretario General de la WTF, se invo­ lucró profundamente con la organización durante el difícil momento. H Para Canadá, cambió", él dijo, “y para la WTF lo hizo cuando Kim U n-yong fue atrapado con las manos en la masa, lo que llevó a una si­ tu a c ió n de emergencia y a que el COI dijese, 'Limpien sus asuntos'. Yo creo que mucha gente dijo 'es suficiente'” Y agregó: “Sport Cañada iba a terminar con nuestro financiamiento; cambiamos nuestra constitu­ ción por una democrática, El nuevo impulso con el nuevo presidente es apertura y rendición de cuentas. Por primera vez, usted ve presu­ puestos y libros y auditorías"457. Esto ocurrió después de cincuenta años de Tae Kwon Do. ; Yo le pregunté por qué había tanta corrupción. "Me estoy pre­ guntando si es por la época de la cual provienen", respondió Mitchell, "porque Kim Un-yong era del servicio secreto... y, usted sabe, Corea del Sur distaba mucho de ser democrática, aunque la llamaron así por largo tiempo". A principios de los 60, Kim había comenzado su carrera enuna neblina de corrupción dentro de la dictadura de Corea del Sur. Cuarenta años después, terminó su carrera de la misma manera, pero endemocracia. En junio del 2004, dos meses antes de los Juegos Olímpicos, un tribunal surcoreano encontró a Kim culpable por la malversación de 3 millones de dólares desde organizaciones deportivas y por aceptar más de 700.000 dólares en sobornos458. Los fiscales lo acusaron de ¡convertir sus organizaciones de Tae Kwon Do y Olímpicas en empresas privadas y lo sentenciaron a dos años y medio en prisión -y le orde­ naron pagar multas por más de 600.000 dólares-459. Su apelación a la :Corte Suprema de Corea redujo su condena a dos años. Sus partidarios rdijeron que la investigación y la sentencia eran parte de una revancha i política, y que Kim era el chivo emisario por el fallido intento de Corea

del Sur de ser sede de los Juegos Olímpicos de Invierno del 2010, pero nadie proveyó detalles460. Kim se guardó esos secretos para sí. *** Luego de tales juicios en la WTF, ¿cómo podría su nuevo presiden» te, Choue Chung-won, asumir el trabajo con la frente en alto, aun con el respaldo de su entrenamiento en artes marciales? Choue había sido miembro del consejo ejecutivo de la Asociación Coreana de Tae Kwon Do desde 1999, presidente de una universidad desde 1996 hasta el 2003, y el arquitecto de un Departamento de Tae Kwon Do en aquella casa de estudios461. Luego de ganar 106 de los 149 votos de los países miembros de la WTF, Choue dijo a la prensa durante su discurso de aceptación del cargo que "ahora es el momento para renacer como una organización de deportes multinacional", También anunció que cada país miembro recibiría US$ 20.000 y cada unión continental de Tae Kwon Do US$ 50.000 como un "fondo de reforma” del COL Dos meses después, conoció al líder norcoreano de la ITF Chang Ung en los Juegos Olímpicos de Atenas en el 2004, donde Corea del Sur y del Norte unie­ ron sus manos, tal como Kim Un~yong lo había planeado. El desafío inmediato para Choue era cómo mantener al Tae Kwon Do en las Olimpíadas, porque el COI estaba considerando excluir al deporte luego de los Juegos de Verano del 2004. Las principales contro­ versias dentro de la WTF no eran solamente la corrupción financiera y el arbitraje; otra preocupación era que los combates olímpicos de sparring a menudo eran aburridos y tenían bajo rating televisivo. "El Tae Kwon Do es muy poco atractivo como juego de espectado­ res en las Olimpíadas", me dijo el pionero del Tae Kwon Do jhoon Rhee. "Yo he estado diciendo, 'Hagan los torneos un poco más interesantes'. Ellos solamente usan los pies, sin golpes a la cara, así que, natural? mente, dependen de las patadas" Rhee había estado extremadamente frustrado con Kim Un-yong, Uhm Woon-kyu y otros jefes de la WTF. "Ellos tenían todo resuelto; no me iban a escuchar", dijo Rhee462. El Tae Kwon Do Times publicó un artículo muy honesto acerca del problema del sparring en el 2005. En "Salvar al Tae Kwon Do O lím pico, el periodista Chuck Stephan escribió que el combate en las Olimpíadas

del 2004 había sido aburrido: "Hasta los árbitros se estaban volviendo duros, golpeando puño contra puño alentando a los competidores a que entraran en combate. Salvo ios miembros del equipo coreano, es una e s p e c ie de malaria global donde los competidores parecen más inte­ resados en sobrevivir que en ganar... Dar saltitos, después de un rato un pas0 Y brinco con patada semicircular al chaleco, retrocediendo y empezando nuevamente o frenándose, esa es la rutina que se puede e s p e r a r de los competidores. Cualquier luchador de cantina que vea una lucha de Tae Kwon Do Olímpico sabe que una buena trompada en la nariz pondría fin a todo el bailoteo. Sin embargo, el Tae Kwon Do O lím p ico no permite golpes a la cara”. Él se lamentaba de que el spa­ rring ya no contuviera las viejas técnicas del arte marcial: giro recto s a lta n d o por atrás, patadas frontales en salto, patadas en giro de todo tipo. "Traigan de vuelta el golpe a la cara y salven al deporte", rogaba, a g r e g a n d o que la corrupción en U.S. Tae Kwon Do Union no ayudó, y, : peor, a él no le gustaba la actitud de muchos competidores, "quienes se s e n ta b a n a los costados usando gorras repletas de pins mientras grita­ ban frases tales como, 'Mátalo, golpéale su guardia', u otras 'gentilezas' mientras participan en lo que yo siempre creí que era una actividad de : humildad y coraje"463. A finales del 2004, el nuevo presidente de la WTF, Choue, dio a conocer un Plan Estratégico de 188 páginas que haría al Tae Kwon Do más transparente y menos aburrido464. Él se volvió el primer presidente del Comité Coreano de Fair Play (KFPC} en el 2005, contradiciendo la afirmación de un oficial de la WTF tres años antes de que el fa ir play no existía en el Tae Kwon Do. "El fa ir play es una cosa verdaderamente im­ portante", le dijo Choue a un reportero. 'Así que lo que voy a hacer como =presidente de la KFPC es difundir el espíritu del fa ir play en el deporte". En junio del 2005, luego de que Kim Un-yong hubiera cumplido con cerca de un año de su condena de 36 meses, fue liberado bajo palabra. Tenía 74 años. En un testimonio escrito, dijo: "Mientras espero ansiosa­ mente reencontrarme con mi familia y terminar con esta larga odisea, quiero aprovechar esta oportunidad para sostener mi inocencia frente ; alas alegaciones en mi contra"465. Luego fue operado de la próstata. * * *

Corea es conocida por su asombroso crecimiento económico du­ rante ios últimos cuarenta años. El desarrollo del Tae Kwon Do es su segundo logro increíble; el poder y el atletismo de su arte marcial colocaron a Corea en el mapa mundial, y su estatus Olímpico le dio un escenario desde donde mostrarse. Pase lo que pase, los líderes del Tae Kwon Do no quieren perder el reconocimiento olímpico. Un Comité de Reforma de la WTF informó a los medios que ellos querían que el Tae Kwon Do tuviera más acción en el cuadrilátero y más profesionalismo en la oficina. La WTF estaba considerando incluir una regla para agre­ gar más puntos por intentar patadas difíciles durante un combate466. El marketing también era una prioridad. La WTF dijo a una publicación coreana que "la WTF obtendría más atención de los promotores. Los ingresos por marketing servirían de soporte para la Asociación Nacio­ nal, que cuenta con 177 miembros, proveyendo uniformes y equipos, junto con asistencia técnica, tales como más programas de entrena­ miento para los entrenadores y los atletas"’467. La mayoría de los 116 miembros del Comité Olímpico Internacio­ nal votó para que el Tae Kwon Do permaneciera en las Olimpíadas en el 2008 y el 2012, gracias a recientes reformas de la WTF468. Choue se mostró aliviado: "Yo sentí que algo de credibilidad fue recuperada por la gente del Tae Kwon Do en el mundo luego del fraude y envío a la cárcel de Kim Un-yong", declaró a un diario469. La WTF anunció que adoptaría equipamiento con protecciones electrónicas para el combate, de manera que las patadas anotarían puntos automáticamente. Una computadora registraría los puntos durante el combate en lugar de hacerlo un árbitro. La WTF utilizó los chalecos electrónicos en un evento del 2007, donde el 70% de los parti­ cipantes pensó que era bueno. "Era bastante excitante, pero le quitaba la función al árbitro", dijo Joon-Pyo Choi, quien dirigió al equipo Olím­ pico de los Estados Unidos en 1988 y está ayudando a USA Tae Kwon Do. "El sistema de puntaje electrónico minimizará el error humano y el mal uso"470. Hombres de la WTF como Choi y Choue son optimistas respecto del futuro de su arte marcial. El equipo electrónico está dan* do sus primeros pasos pero no estuvo listo para las Olimpíadas del 2008. En ese entonces, los árbitros necesitaban entrenamiento para utilizarlo y los expertos en computación debían refinar la comunica­

ción entre los protectores y las computadoras para evitar que hackers interfirieran en los combates471. Por otra parte, circularon escándalos de dádivas en torno a la compra de los equipos. La corrupción y el caos no son sorprendentes. El Tae Kwon Do n a c ió en medio de la controversia y creció entre dictadores durante la mayor parte de su existencia. Los dos hombres en el centro de los escándalos, Choi Hong-Hi y Kim Un-yong, son de otra época y ahora no están, pero sus discípulos y legados continúan» así como las luchas por detener la corrupción y las trampas: • En el 2006; la policía de Corea del Sur procesó a autoridades de la WTF involucradas en la venta de Ucencias falsas de árbitros de Tae Kwon Do a más de treinta personas. La WTF despidió a esos fun­ cionarios472. » En el 2007, el Comité Olímpico Australiano sacó por la fuerza a la WTF australiana de los Juegos Olímpicos; los conflictos allí parecen ser similares a los que hubo en los Estados Unidos y Canadá un par de años antes473. • En el 2008, una pequeña guerra global comenzó en la WTF después de que un Vicepresidente se quejó acerca de un curso internacional para la selección de árbitros para las Olimpíadas del 2008. La WTF formó un comité para investigar el asunto474. Quizás el acontecimiento más surrealista tuvo lugar en el 2008, cuando Lee Seng-wan anunció que él se había convertido en director del Kukkiwon, la sede mundial del Tae Kwon Do Olímpico. Lee, quien había estado en prisión por utilizar a 300 gánsteres y artistas marcia­ les para interrumpir una elección en el Tae Kwon Do en el 2002, dijo que era tiempo de que el Kukkiwon "reevalúe su personal y se deshaga de los corruptos"475. Viniendo de un criminal de larga data, la ironía era tan flagrante que sólo podía significar una cosa: las guerras de feudos en el Tae Kwon Do todavía no han terminado; los nuevos jefes de la WTF todavía están luchando con la corrupción y las trampas. Hace poco, Jhoon Rhee me dijo que contactase a Jin-Suk Yang, el nuevo Secretario General de la WTF, porque Yang representaba a una WTF sofisticada, reformada: "Él habla perfecto inglés; fue alcalde de un pequeño pueblo en California; es muy inteligente”, afirmó Rhee476.

Yang era un maestro de Tae Kwon Do que había administrado sus propios gimnasios y ostentaba un alto puesto en la policía de Corea. Sin embargo, justo antes de llamarlo, un artículo informó que había ofrecido un sobre con dinero a Nat Idrapana, un miembro del Comité Olímpico Internacional, que era Presidente del Comité de Reforma de la WTF. Yang dijo que el dinero no había sido un soborno, sino que ér lo había ofrecido para reemplazar el equipaje que Idrapana había per* dido en el aeropuerto. Una Comisión de Etica del COI concluyó que no era un "comportamiento aceptable, ya que dicha conducta corre con el obvio riesgo de ser interpretada como un intento de corrupción", y recomendó que la WTF tomara una acción apropiada. Desde junio del 2008, la WTF todavía se encuentra deliberando acerca de qué hacer477. Luego de la violencia y la megalomanía de las cabezas del Tae Kwon Do, la próxima generación de organizadores tiene planes menos pretenciosos, como ayudar a los atletas a ganar medallas. Por décadas, algunos de los líderes del Tae Kwon Do han dirigido el arte marcial como una secta o un sindicato del crimen -partes del arte marcial éri*; cabezados por dioses o padrinos-. Quizás el mayor logro del Tae Kwon Do es que desde esos escándalos hasta la publicación de este libro, na­ die fue atrapado robando más de un millón o planeando un asesinato. Los delitos son de menor rango y las amenazas todavía existen, pero todos parecen estar controlados. Los niños todavía asisten a escuelais: de Tae Kwon Do después del colegio y los atletas sienten que habrá: menos trampas en las competencias. A pesar de los problemas francamente dignos de comedia, los grupos de la WTF y la ÍTF al menos son más transparentes que en el pasado. "Hace diez años, un jefe ejecutivo implementaba un cambio dos días antes de un evento, y no se hacía nada al respecto", explicaba Wayne Mitchellde la WTF de Canadá. "Ellos podían hacer lo que querían. Este año, intentaron hacer algunos cambios justo antes de una ronda de clasificación olímpica sin preguntar a los países miembros qué querían, y los miembros lo re­ chazaron. Le dijeron a la WTF que si ellos intentaban utilizar esas reglas, entonces la ronda no se realizaría y todos se saldrían del evento. Así que creo que ellos están entendiendo que deben ser justos con todos los miem­ bros. (Ya) no pueden ser como fueron en el pasado”478. Los dictadores del Tae Kwon Do se están jubilando.

Capít u l o [Nd u l t o

El Bodhidharma alguna vez dijo que cuanto más lejos se está de la verdad, la vida de uno se hace peor, pero uno se siente mejor. Perdido, sie n te s más odio pero también más placer. El autoengaño (como un buen whisky) ayuda a soportarlo todo. Bodhidharma aparentemente practicaba un arte marcial y se lo enseñó a sus discípulos. Algunos expertos sostienen que el Tae Kwon Do tiene sus raíces ahí479. Sin embargo, los hombres que dieron comienzo al Tae Kwon Do cortaron todos los lazos con la religión, aunque adherían a la filosofía de la no violencia del Bodhidharma -o al menos lo hacían en sus declaraciones de principios y enseñanzas morales-. El Tae Kwon Do es el arte de la defensa personal, pero también es él arte de matar, y luego de años de entrenamiento, es el arte de de­ sarrollar poder. Como tal, implica muchas responsabilidades, que se resumen en los cinco principios del arte marcial y las cinco virtudes •-lo que Choi llamó "cultura moral”-. Yo entré a la trastienda del Tae Kwon Do buscando esa cultura y me encontré con un grupo de genera­ les, aristócratas, soldados, campesinos y parranderos predicando una jnezcla de valores confucianos y eslóganes de taberna. El Karate, el faekkyon y las viejas artes coreanas le daban al Tae Kwon Do un espí­ ritu de guerrero; el capitalismo le dio un ánimo de lucro, y los militares coreanos y el servicio secreto agregaron los valores de la Guerra Fría, mejor formulados a través de la teoría de Destrucción Mutua Asegu­ nda o MAD' (de "loco" en inglés). Choi estaba más preocupado por la justicia que por las ganancias -y él tenía su propia teoría MAD- Una vez, durante una cena con un grupo de cinturones negros en la década 70, dijo que todos en el mundo deberían aprender Tae Kwon Do. De ésa manera, temerosas y respetuosas, las personas no se atacarían.

El General ha fallecido, pero su hijo, Jung-Hwa Choi, adminístrala Federación Internacional de Tae Kwon Do, y Chang Ung en Corea del Norte administra el grueso de las instituciones de la ITF del General y tiene un asiento en el Comité Olímpico Internacional. Nam Tae-hi se retiró a California. Jong-Soo Park aún da clases en su gimnasio dé Toronto y ha publicado una colección de 10 DVD, llamada "Dominan­ do el Tae Kwon Do", que se vende por US$ 450. Mientras tanto, Jhoon Rhee me dijo que Kim Un-yong está trabajando debajo del radar para restablecer su posición en la WTF. "Estoy denunciando públicamente que nunca se le debería permitir regresar”, dijo Rhee480. Muchos amigos me preguntan por qué practico Tae Kwon Do. ¿por qué alguien querría practicarlo? Con sus dirigentes llenos de defectos historias grotescas y técnicas agresivas, ¿por qué inscribí a mi hija para que tome clases de Tae Kwon Do? ¿Por qué me reúno con cinturo­ nes negros para entrenar cada semana? La respuesta se encuentra en el entrenamiento en sí mismo. La semana pasada, mi hija de 10 años y yo caminamos por nuestro vecindario hasta el gimnasio para su clase de Tae Kwon Do. Su dojang es similar a miles de gimnasios en todo el mundo. Uno baja por escale­ ras de cemento a una gran sala acolchada en el sótano. En las paredes, al lado de pecheras de color rojo y azul, están colgados en caligrafía coreana los cinco principios de Choi: Espíritu Indomable Perseverancia Autocontrol Cortesía Integridad i

En una mesa cerca de la oficina yace el libro de Tae Kwon Do por Kim Un-yong, y en otra pared están colgados esquemas con las formas del arte marcial. En una cartelera de anuncios hay un artículo liviano del eternamente positivo Jhoon Rhee (quizás el experto de Tae Kwon Do más citado en el mundo], en el cual se refiere a técnicas de entre­

para personas mayores y cómo ellas pueden vivir hasta los ^00 anos. Para fundamentar su punto, este maestro de 77 años todavía uede hacer cien flexiones de brazos sin detenerse. También pegado en ja cartelera de anuncios hay un artículo quejándose de los "McDojos", ¡os oscuros gimnasios de Tae Kwon Do sólo orientados a ganar dinero, s im ila r e s a los de la película The Foot Fist Way -una parodia de los p e o re s aspectos de un McDojoEl gimnasio en mi barrio no es un McDojo. El dueño es un hombre humilde, ex campeón nacional y, como es habitual en muchos cinturo­ nes negros que han practicado por más de treinta años, un experto en Tae Kwon Do tradicional y Olímpico. Él escribió palabras de consejo en un pizarrón del gimnasio: "Lo importante no es el tamaño del perro enla pelea, sino el tamaño de la pelea dentro del perro." Cuánta razón ■tiene. ■; No hay animales en este gimnasio -no hay líderes de Tae Kwon Do, í i i hay soldados, ni agentes de servicio secreto, ni geishas coreanas-; ;no hay trampas ni egos inflados. Los desafíos aún están aquí: la leve histeria durante el sparring, las pequeñas lesiones y las quejas, las personalidades en pugna, desacuerdos menores sobre estilos y técnicas -conflictos humanos normales que el dueño del gimnasio maneja con diplomacia-. Él es tan diestro en sus relaciones personales como lo es con sus pies. Para los niños y los adultos, ofrece ánimo, explicaciones, yfilosofía práctica como parte de su rutina de entrenamiento. Mientras mi amigo Martin Crawford y yo nos elongamos en el fondo y de la sala, mi hija, los hijos de Martin y dos docenas de chicos se ríen mientras juegan a la "mancha"' saltando sobre un pie, un ejercicio de precalentamiento que ios hace gritar y transpirar. Luego, dos equipos | juegan a la cincha con una docena de niños que jala de la cuerda hasta • que la otra mitad cae, unos sobre otros formando una pila de chicos. ' -Ellos gimen y gritan de alegría. Así es como el Tae Kwon Do comienza ¿páralos chicos, con entrenamiento que es divertido, Yo miro la cara de |pihija mientras ella estira sus tendones y, luego, practica patadas fronIfáles, una trompada, un bloqueo alto. Su expresión es seria. Esto no es ballet o gimnasia, ni fútbol ni hockey Yo puedo notar que a ella le gustan Jos golpes y los bloqueos, le gustan el espacio y el deporte, le gustan la competencia saludable y el crudo desafío físico, adora al gran grupo nam i e n t o

de chicas que se alientan a seguir "¡Vamos, vamos, vamos!”. Mientras yo entreno con Martin, ella trabaja sobre las técnicas para su cinturón amarillo, construyendo algo que eventualmente será un arte que le dará poder si continúa con su práctica. En este gimnasio, parece increíble que la parte "mortal” de este arte mortal alguna vez haya dominado a la pla. na mayor del Tae Kwon Do -amenazas genuinas, intentos de asesinato, y las estafas que hicieron que el Tae Kwon Do alguna vez significara 'Tafo My Dough”, que quiere decir "toma mi dinero”-. Cuando yo entreno, no tengo en cuenta la historia oculta del Tae Kwon Do y los dirigentes que mintiendo tanto acerca de tantas cosas casi mataron al arte -y que todavía podrían hacerlo en el futuro-. Lo que cuenta es la historia del arte marcial desde sus raíces y los instruc­ tores con integridad y el entrenamiento en sí mismo. Cuando entreno, no dudo de todo, no pienso en la Regla de Opuestos que inventé luego de escuchar a varios filósofos e instructores. La Regla de Opuestos, que encarna la actitud cínica que yo había desarrollado después de hablar durante años con mentirosos y sádicos, es la regla que dicta que uno debería asumir lo opuesto de lo que le dicen. Se aplica a enemigos ac­ tuales o del pasado, incluyendo a los más gentiles, y algunas veces se aplica a los principios del Tae Kwon Do. Espíritu Indomable implica actuar con coraje, modestia y sabi­ duría, aferrándose a sus principios, aun ante la adversidad en abru­ madora desventaja. ¿Pero uno lo hace? ¿Puede significar también lo opuesto? ¿Puede significar ocultar tu cobardía detrás del patoterismo y tu ignorancia detrás de la testarudez? Perseverancia es continuar con paciencia y persistencia, aun ante la oposición exterior y la debilidad interior. Implica conocerse a uno mismo, tener confianza y humildad. Sin embargo, algunas veces me pregunto si significa rendirse si el precio es adecuado. ¿Admitir ser comprado y vendido? ¿Hacer toda la trampa que sea posible? ¿El Autocontrol significa transformarse en un animal, hacer cual­ quier cosa por ganar un combate, liberar a la bestia? ¿Puede significar cultivar a la furia en sí misma? ¿Es la Cortesía faltar el respeto y dar puñaladas por la espalda? ¿Es la Integridad un estado sicótico?

En mis momentos más oscuros, pensé que la Regla de los Opues­ tos se aplicaba a todos, no sólo a los enemigos, pero esos momentos fu e ro n muy pocos. En cambio, me gusta pensar en Choi Hong-Hi en sus primeros años, cuando era un joven y atrevido General con una v isió n de cómo un arte marcial podría darle poder a sus soldados, a su n a c i ó n y al mundo. Esta visión parecía ser motivo de risa en aquel e n to n c e s . ¿Darle poder al mundo? El sonaba como un megalomaníaco, especialmente cuando hablaba acerca de ayudar a reunificar a Corea ¿el Norte y del Sur, y se jactaba de hacer frente a los dictadores en Co­ rea del Sur. Pero alguien tenía que hacerlo, y él nunca se rindió. Él y su Tae Kwon Do terminaron tan golpeados como los hombres contra los que él había peleado toda su vida, y deja un legado que sus seguidores h a n adoptado como norma de vida. Y pienso en el Dr. Dong-Ja Yang, uno de los primeros en rebelar­ se contra la corrupción en la WTF. En 1986 él era el presidente de la Unión Panamericana de Tae Kwon Do de la WTF y le pidió a la WTF que considerara reducir las exorbitantes tarifas que cobraba por la certificación de cinturones negros, especialmente para aquellos que provenían de naciones económicamente pobres. Los líderes olímpi­ cos, incluyendo a Dick Pound, escucharon sus palabras, pero el Dr. Yang perdió su batalla. Sin embargo, él encabezó un Movimiento de Reforma del Tae Kwon Do que aún inspira a los artistas marciales en la actualidad. Pienso en hombres como el maestro Joe Cariati, que asistió a Choi durante muchos de los seminarios de la Federación Internacional de Tae Kwon Do entre 1992 y el 2002, y que luego trabajó con el hijo de Choi, Jung-Hwa Choi. Cariati tiene cuarenta y siete gimnasios ITF, y los instructores como él (instructores como el que administra el gimnasio de mi hija) son responsables de la popularidad explosiva del Tae Kwon Do. Cariati fue testigo de los viles conflictos entre los pioneros, las organizaciones, y padres e hijos, y escuchó tantas mentiras que casi perdió sus ganas de enseñar el arte marcial, que, para un instructor de tiempo completo como Cariati, es casi lo mismo que perder las ganas de vivir. Finalmente renunció a la ITF y ahora se enfoca en tener a su cargo la cadena de gimnasios y una asociación de instructores, la Fe­ deración Internacional de Tae Kwon Do Ch'ang-Hon (ICTF)481.

No podemos escapar de la violencia pasada. Podemos intentarlo pero las historias olvidadas siempre regresan como lo hacen las pesa* dillas y el comerse las uñas. Ahora vuelven en forma de chismes entre los instructores, como frases descalificadoras en las revistas de artes marciales y también como escenas alarmantes en películas de humor corrosivo como The Foot Fist Way. Algunas veces, en los gimnasios, la violencia toma el control durante el combate, cuando alguien pierde el control. La violencia es poder que se ha descarrilado; la mayoría de nosotros lo sabe. Las técnicas agresivas en sí mismas dan poder y aterrorizan, y un alumno dedicado con un profesor inteligente puede desarrollar las facultades para enfrentar miedos, para nombrar la violencia, para mantener al terror arrinconado. Dentro del gimnasio de mi hija, ella patea un blanco acolchado. El sonido de su pie golpeando hace un "ppaaaaa” que vuela por todo el sa« lón. Ella y sus compañeros de clase gritan a través de las distintas for­ mas, los cinturones de grado más bajo practicando patadas frontales; y los de nivel más alto hacen combate en la otra mitad del gimnasio; Gruesos protectores cubren cabeza, pecho, antebrazos, manos, ingles, pantorrillas y pies de cada competidor; parecen guerreros gorditos de una película de ciencia ficción. Los padres se ríen mientras observan. Esta visión deportiva del sparring de la WTF es extremadamente dis­ tinta a la de la ITF que yo practico los sábados, cuando, bajo el control del Gran Maestro Di Vecchia y el Maestro Gabbidon, nosotros hacemos combate a puño desnudo, y practicamos agarres, trabas y caídas, y nos desafiamos con técnicas que serían ilegales en un cuadrilátero. Gracias a estos instructores, nos hemos mantenido dentro del entrenamiento tradicional. Más tarde, mientras mi hija y yo caminamos hacia nuestro hogar, ella me habla del Tae Kwon Do, que no es nuestro tema habitual. Es una hermosa tarde de invierno, y no hace demasiado frío, gracias a una leve nevada flotando entre las luces de la calle y los arces. "¿El Tae Kwon Do te hace más fuerte?", ella pregunta. "Lo hará si lo practicas mucho", le contesto. "Tu cuerpo se volverá más fuerte y, un día, tu mente también”. Podría seguir hablando y háblando, pero demasiadas palabras en este momento arruinarían todo. Quiero contarle que desde sus duros comienzos, el Tae Kwon Do le ha

dado a ^as Personas herramientas para enfrentar a los pendencieros, lidiar contra la injusticia, ganar confianza y fortalecer a las naciones, glia es muy inteligente y lo entendería a su propia manera -especial­ mente la parte de los patoteros, porque su escuela tiene un programa =contra ese tipo de abuso-. Aveces deseo que todos los chicos más grandes pudieran estudiar un a r t e marcial en el colegio -tom ar clases regulares, como lo hacen conmatemáticas y música- porque a diferencia de cualquier otra acti­ v i d a d , un arte marcial ofrece una inteligencia física, una sutil concien­ c ia de cómo el cuerpo está conectado, cómo se podría mover, cuáles s o n sus limitaciones y sus fuerzas, y cómo estas cosas se conectan con el estado mental y emocional. Nunca me olvidaré cuando vi cómo una 'a r tis ta marcial, una joven mujer en mi clase de Tae Kwon Do, rompía ana tabla de madera, y luego, al año siguiente, dos tablas, luego fueron tres, después cuatro -su asombro, confianza y poder creciendo con cada tabla-. ;■ Otra mujer que conozco comenzó con Tae Kwon Do tradicional porque había sido víctima de un ataque y quería exorcizar su temor y odio hacia los hombres a la vez que se volvía físicamente más fuerte. En dos años, se volvió una aplomada cinturón verde. Un día, estaba llamando a su novio desde un teléfono público en un restaurante (él estaba retrasado) cuando alguien la agarró de atrás con un fuerte abrazo, instantáneamente ella dejó caer el teléfono, giró dentro del agarre y lo golpeó en el estómago con un uppercut. El hombre se des­ moronó cayendo al suelo. Para su espanto, vio que era su novio, que había intentando sorprenderla. Luego de muchos años de entrenar Tae Kwon Do, la inteligencia física y la destreza pueden crecer para volverse una afilada habilidad mental para percibir los motivos y potenciales de las personas. Un ■ejemplo obvio es la sensación nerviosa que se siente cuando una per­ sona se para demasiado cerca de uno, invadiendo tu espacio personal. Entrenar en artes marciales puede desarrollar esta sensación y pro: veer a una persona con soluciones para esta invasión. Un instructor que conozco estaba en un ómnibus cuando vio a un hombre atacar a la chofer, que había insistido en que el hombre debía ; Pagar el pasaje. El hombre se negó y comenzó a pegarle en la cabeza,

que rebotaba contra la ventana. El ataque ocurrió tan rápidamente que nadie en el colectivo se movió. El instructor pensó, ¿nadie la va ayudar? ¿Me debo involucrar? Él sólo quería volver a su casa después de un día de trabajo. ¿El atacante era un loco? Se veía desalineado, per() no tanto como para ser alguien que vive en la calle. Pudo haber sido cualquier persona. Luego el hombre golpeó la cabeza de la conductora con su codo y se preparó para pegarle con el codo nuevamente. Eso era realmente perverso, pensó el instructor. Había que hacer algo o el hombre la mataría. Rápidamente el instructor se paró, corrió pasando al asaltante y la mujer y bajó a la vereda parándose a la altura de la puerta delantera del colectivo. "¡Ey tú!”, le gritó. El atacante lo miró. “Sí, tú”, dijo el instructor. "Aquí. Sal aquí. ¡Sólo tú y yo!” El atacante no se movió, pero al menos dejó de golpear a la conductora. El ómnibus se encontraba en marcha detenido en una intersección congestionada. La mujer miró a los dos hombres. Se veía aturdida pero estaba bien. En la calle, el instructor miró al enfurecido atacante, quien dio un paso y se alejó de la conductora. Luego un paso más. El instruc­ tor se alejó por la calle a la misma velocidad que hombre avanzaba en el colectivo, consciente de la distancia entre ellos. Él no tenía idea de lo que sucedería con el atacante. ¿Qué haría exactamente si el hombre corría hacia él? Había mucha distancia entre ellos, cerca de diez pasos. ¿Cómo debía derribarlo sin matarlo? "Sí, eso es”, dijo el instructor. "¡Sal! Sólo tú y yo. Aquí”, le hizo una seña al hombre con su mano, quien bajó a la calle. "Así es", dijo el ins­ tructor. "Solamente estoy yo, nadie más”. Mantuvo la distancia entre ellos mientras el hombre enfurecido bajaba a la calle y caminó más rápidamente hacia él. El instructor lo guió en un círculo muy grande cerca de un grupo de personas. El hombre lo siguió, tratando de alcan­ zarlo. Cuando casi habían girado en torno al grupo, el instructor ahora estaba más cerca del colectivo y el asaltante un poco más lejos pero acercándose para atacar. El instructor subió calmadamente al colecti­ vo y la chofer cerró la puerta, aceleró y el colectivo se alejó, dejando a) asaltante en medio de la calle.

La chofer estaba un poco sacudida y shockeada, pero parecía es­ tar bien. Ella le agradeció una y otra vez al instructor. Luego, quizás, je diría a la policía que él le había salvado la vida. El instructor nunca ¡nás volvió a verla, y nadie supo que él era un instructor de Tae Kwon po. ¿Había él utilizado su arte marcial durante el conflicto? Sí, lo había hecho. Al final, el Tae Kwon Do no es un arte mortal; es el arte de no ma­ tar, el arte de entender y calmar los conflictos. Los mejores artistas p a r c i a l e s generalmente guardan silencio acerca de lo que saben y se especializan en evitar peleas. Una de las preguntas más frecuentes que r e c i b o de las personas es "¿Ha usado su arte marcial?", que es difícil de responder, porque la respuesta es sí -pero no un sí como en una película de Jet Li o Jackie Chan- Una de las historias que cuento es acerca de no usarlo. Yo estaba viviendo en el extranjero, viajando cada semana y reu: niéndome con muchas personas, cuando una noche, cuando regresaba i deuna fiesta, una amiga y yo fuimos asaltados por cerca de una docena dehombres. No tuve tiempo de contarlos, porque formaban un abanico :en la calle y nos rodeaban parcialmente. Corrí hacia atrás perfilado ■para que ninguno se pudiera poner detrás de mí, pero dos de ellos ■saltaron sobre mi amiga. Pensé que la iban a tratar de violar porque uno de ellos estaba sobre ella, gritaba. En aquellos días, yo llevaba una Vnavaja con mi equipo de viaje, y la saqué. Me di cuenta de que debía davarla en la espalda del hombre que estaba encima de ella. "Mátalo”, me dije a mí mismo. "{Clávalo en la espalda!". Pero una voz caima, una ; segunda voz en mi cabeza, me dijo que no lo hiciera, y en ese instante, los demás de la pandilla vieron el cuchillo y me atacaron. =■ Sólo después me di cuenta de que la voz calma había tenido razón. Sin embargo, en ese momento, giré dando vueltas, aterrorizado pen­ sando que me matarían. Noté que habían dejado a mi amiga, Ahora toe estaban persiguiendo a mí. Nunca me voy a olvidar la mirada en la cara de uno de ellos, desafiándome a que lo atacara; delante de mí con sus ojos enrojecidos, parecía enloquecido. Lancé mi pequeña mochila pspbre la calle y uno de ellos la levantó. Ninguno se puso detrás de mí; yo seguí moviéndome, sosteniendo la navaja delante mío. Entonces,

repentinamente se fueron, corriendo por la calle. Querían nuestras mochilas, nada más. Quizás. ¿Había utilizado mi arte marcial? Yo había evitado acuchillar a hombre. La calma voz en mi cabeza había evaluado la situación antes que la voz asesina. Los ladrones eran unos borrachos, muy proba­ blemente ni violadores ni asesinos. Imagino que la situación habría terminado muy mal para mi amiga y para mí si hubiera acuchillado a un miembro de la pandilla por la espalda; ahí estaban todos los demás miembros de la banda. Como finalmente resultó, la saqué barata, tan solo dos meses de pesadillas. * #*

¿Cómo está el libro?" pregunta mi hija. Estamos caminando por la calle, todavía acalorados por las trompadas, las patadas y los saltos en el dojang. "Bien”, le digo. "Casi terminado". Ella sabe que estoy escribiendo acerca de los hombres que crearon el arte marcial y las cosas locas que hicieron. "Papá, ¿eran malos esos hombres?", ella pregunta. Por un segundo, no digo nada. Usualmente reservo la palabra "malo" o "malvado" para asesinos o personas de ese tipo, Los líderes del Tae Kwon Do fueron malos solamente cuando se volvieron bestias, que surgieron de los tormentos y las frustraciones. Luego de hablar con ellos y de leer sobre sus vidas, pude entenderlos -pude llegar a suponer qué los hizo hacer cosas impensables, pero no excusarlos por lo que hicieron-. "No todos fueron malos" le respondo. "Algunos hicieron las cosas lo mejor que pudieron. Ellos venían de un mundo completamente dis­ tinto al nuestro". "¿De dónde?", pregunta ella. "Corea, la vieja Corea", le digo. "¿Cómo era ese lugar?" Mientras caminamos, está oscuro afuera, pero nos sentimos bien; es la sensación que se tiene después de entrenar, tus pies bien planta­

dos sobre la tierra, tus músculos fuertes, tu confianza en su punto más alto - “sintiéndonos al salto", como le dice mi hija—. "La vieja Corea es difícil de entender”, digo. "Está al otro lado del mundo, cerca de China. El Tae Kwon Do comenzó en 1938 durante una alocada partida de poker, cuando un joven perdió todo el dinero que su madre le había dado para su educación". "¿Cuál era su nombre?", ella me pregunta. "Hong-Hi era su nombre de pila", le digo. "Su familia era muy es­ tricta y ellos no tenían demasiado dinero. Eran tan estrictos que no me creerías. Un día, él se escapó de su dormitorio para ir a jugar al poker, perdió todo el dinero que tenían ahorrado para su educación. Su madre se lo había advertido, pero él lo hizo de todos modos" "¿Me lo dices en serio?” "Sí. Él tenía 20 años, así que debió haber hecho las cosas mejor que eso", le digo. “Luego de la partida, él no sabía qué hacer. Se quedó s e n ta d o allí, mirando al luchador que le había ganado el dinero. HongHi era bajo -era de tu altura- y el luchador era gigante. Ahí es donde aparece la botella de tinta. Hong-Hi agarró la botella, que estaba cerca de él, y la lanzó hacia el luchador. La botella lo golpeó en la cabeza". "Guau", dice ella. "Eso suena feo " "Sí, tienes razón", le digo, "pero tiene un final feliz".

NOTAS

In t r o d u c c i ó n

1 Dukes (1 9 9 4 ), pág. 337.

C a p ít u l o t : L o s h o m b r e s d e l h u e s o s a g r a d o

2 Lee (1964), pág. 64. Po-Eun es un esquema (forma) de Tae Kwon Do para cinturones negros y lleva el nombre de un poeta coreano que vivió entre 1337 y 1392 DC. 3 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 61. 4 Choi (1 9 9 9 ), pág. 525. 5 Kim (2 0 0 2 ), pág. 5. 6

Globe and Maü (19

de septiembre del 2 0 0 1 ), pág.-A17.

7 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 90. 8 Entrevistas, Jong-Soo Park, entre el 2 0 0 1 y el 2 0 0 8 .

9 Choi (1 9 9 9 ), pág. 58. 10 Choi (c. 2 0 0 2 ), tomo 2, págs. 241 y 360 . Además, en trevistas con sus hijos: Mecyun Colomvakos, Sunny Choi y Jung-Hwa Choi. 11

The Economist (12

de noviembre, 1 9 9 4 ), pág. 121.

12 Entrevistas, Jung-Hwa Choi (abril y mayo del 2 0 0 3 ). 13 Choi (1 9 9 9 ), págs. 151, 54 2 . 14 Muchos de los grandes m aestros del Tae Kwon Do han reconocido que éste tiene su base en el Karate, incluyendo a Nam Tae-hi, Jhoon Rhee y -Duk-SungSon.

C a p ít u l o 2 : A u n q u e d ie z m il l o n e s d e o p o n e n t e s s e lev a n ta ra n en su co n tra

15 Choi, Moral Guide Book (Libro de Guía Moral), (c. 2 0 0 0 ), pág. 11. 16 Esta escena está reconstruida a p artir de en trevistas con la familia de Choi y detalles de sus memorias (c. 2000), tomo 1, págs. 3 4 ,7 1 a 81, y tomo 2, pág. 469. 17 Cumings (2 0 0 5 ) explica así esta virtud. Véanse págs. 57 a 61. 18 Esta es una traducción de James Legge, citado en Cumings (2 0 0 5 ), pág. 57 ."Sim' abarca tanto e! corazón como la mente.

19 Los detalles en este capítulo son de Choi (c. 2 0 0 0 ], tomo 1, págs. 19 a 55, 71 a 96,

y de entrevistas con la familia de Choi. Cita de pág. 24. 20 Choi (c. 2 0 0 0 ], tomo 1, págs. 26 a 28. 21 Cumings (2 0 0 5 ) escribe en págs. 21 y 22, "Cuando ellos (los coreanos] dicen: 'yo

creo', se apuntan a su pecho. La mente es mente-y-corazón, el miento visceral que une ei pensam iento con la emoción...”

sim, un

conoci­

22 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 147. 23 Young (1 9 9 3 ), pág. 53. Ouyang (1 9 9 7 ), pág. 77. 24 E ntrevista, Lim (17 de a g o s to del 2 0 0 2 ). Choi n u n ca m en cion ó a su p rim e ra e s ­

posa y su hija, ni siquiera en los dos tom os de sus memorias. 25 E ntrevista con ella (3 0 de m ayo del 2 0 0 3 ). 26 Los caracteres japoneses p ara su apellido son "Nishiyama", un nombre común. El nombre japonés de Choi se encuentra en un documento de la corte de la Segunda Guerra Mundial. 27 Funakoshi (1 9 8 8 ), pág. 26.

28 Draeger (1974), pág. 12. 29 Choi (1999), pág. 14.

Ca p í t u l o 3 : U n a S u p e r p o t e n c i a e n c a d a f r o n t e r a

30 Entrevistas, Lim (entre agosto del 2 0 0 2 y mayo del 2 0 0 3 ). 31 Song (fecha desconocida), págs. 376 a 379. 32 Detalles en este capítulo son de Choi Hong Hi (c. 2 0 0 0 ), tomo 1, págs. 123 a 294. 33 Oh (2001), págs. 3 a 19. 34 Choi (c. 2 0 0 1 ), tom o 1, págs. 1 3 0 a 13 8 . Obtuve los hechos históricos de Song (fecha desconocida), pág. 2, y una en trevista con Palmer (enero del 2 0 0 5 ). 35 Cha (fecha desconocida), pág. 30. 36 Tribunal Militar de P'yóngyang (1 9 4 5 ), pág. 2. 37 Cumings (2 0 0 5 ), págs. 178 y 179. 38 Levine (2 0 0 0 ), págs. 144 y 145. 39 Entrevista, Lim (17 de agosto del 20 0 2 ). 40Cumings (2 0 0 5 ), pág. 187. 41 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 198. 42 Entrevista, Lim (17 de agosto del 2 0 0 2 ). 43 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 207. 44 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 1, págs. 2 1 8 a 224. ¡ 45 Funakoshi (1 9 8 8 ), pág. 24.

4 6 Dohrenwend (1 9 9 7 ), pág. 4. 47 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 1, págs. 256-57. 4 8 Entrevistas, Meeyun Colomvakos y Sunny Choi (2 2 de agosto del 2002). 4 9 Entrevista, Lim (17 de agosto de] 2 0 0 2 ). 50 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 1, pág. 23 4 . 51 Entrevista, Choi (m arzo del 2001). 52 Entrevista, Colomvakos (2 0 de noviembre del 2 0 0 2 ).

C a p ít u l o 4 : S u p e r N a m

53 Minford (2 0 0 2 ), pág. 76. 54 Hessler (2 0 0 1 ), pág. 146. 55 Cumings (2 0 0 4 ) alude a "devastación total entre el río Yalu y ía capital" (pág, 19), 56 Entrevista, Lim (agosto del 2 0 0 2 ). Choi (c, 2 0 0 0 ), tomo 1, pág. 345. 57 En trevistas: jhoon Rhee (noviembre del 2 0 0 7 ), Lim Sun-ha y Sandy Lim (agosto del 2 0 0 2 ) y Song-Jook Choi (3 0 de mayo del 2 0 0 3 ). 58 Los detalles sobre Nam en este capítulo provienen de entrevistas con él (del 2001 al 2 0 0 8 ). Varios grandes m aestros de artes m arciales como Nguyen Van Binh (11 de agosto del 2 0 0 6 ) y Jong-Soo Park (21 de febrero del 2 0 0 8 ), me contaron sobre la batalla de Nam. 59 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 237, y B oettch er (1 9 8 0 ), pág. 11. 60 El batallón pertenecía a la Sexta División de la República de Corea. Nam estaba en la Décimosegunda Compañía del Tercer Batallón. 61 Esta batalla es tan conocida en Corea del Sur que la Oficina de Cultura y Bienes­ ta r la promueve para los tours infantiles: ver "Yongmun Battle Mountain" en la página web de la zona desm ilitarizada h ttp ://k id s.d m z.ne,kr/tim e/tim e 21. O tras fuentes de la batalla: Song (2 0 0 4 ), Seo (2 0 0 8 ), y el instituto Nacional de Historia de Corea, que tiene su sede en Corea del Sur (http://kuksa.nhcc.go.kr). 62 En total, dos batallones lucharon durante tre s días en las m esetas 353 y 427, de acuerdo con las entrevistas con Nam Tae-hi, y documentos de Song (2004), Seo (2 0 0 8 ), y o tras fuentes. 63 Guo y Kennedy (2 0 0 4 ), pág. 32. 6 4 Weiss (2 0 0 0 ), págs. 82 a 84, y Dohrenwend (1 9 9 7 ), pág. 1. 65 En una ocasión, él anunció que era el fundador del Tae Kwon Do, pero la afirma­ ción recibió un rechazo generalizado. 6 6 Gran p arte de este apartado es de Kang y Lee (1 9 9 9 ), págs. 1 a 3, y Simpkínsy Simpkins (2 0 0 2 ), pág. 6 .

67 Talbott (1 9 9 9 ), pág, 1. Las técnicas de mano no llegaban a diez, pero el punto de Lee era que había un reducido número de técnicas.

68 Choi (1999), pág. 94.

$ E n trev ista con Jhoon Rhee. Véase también el Taekwondo Hall o f Fame (Salón de la Fama de Taekwondo) en w w w .lacancha.com /greatest.htm l 70 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 96. 71 E n trev istas: C.K. Choi (31 de octubre del 2 0 0 7 ) y jhoon Rhee (noviembre del

2007). 72 Kang y Lee (1 9 9 9 ), pág. 2 y en todo el trabajo. 73 Burdick (1 9 9 7 ), pág. 39. 74 Curciings (2 0 0 5 ), pág. 97. El New York Herald llamó a esta batalla "Pequeña guerra

con los paganos". 75 Choi (1960), pág. 20. En trevistas con Nam Tae-hi. 76 Young (sin fecha): w w w .black b eltm ag.com /arch ives/482. 77 Entrevistas con Nam Tae-hi (2 0 0 1 ), |oe Cariati y P arm ar Rai (enero del 2 0 0 2 ), y

Park Jong-Soo, entre otros. 78 Song (2 0 0 4 ), pág. 1. 79 Ouyang (1 9 9 7 ), págs. 77 a 79. 80 Cumings (2 0 0 5 ), págs. 302 y 303. 81 Kimm (2 0 0 0 ), pág. 49. 82 Young (1993), págs. 61-67. Ouyang (1 9 9 7 ), pág. 79. 83 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 1, pág. 423. 84 C.K. Choi (2 0 0 7 ), pág. 80, y en trevistas con Nam Tae-hi y Choi Hong Hi. 85 Choi (c. 2 0 0 0 ), tom o 1, págs. 4 2 8 y 429, y Simpkins y Simpkins (2 0 0 2 ), pág. 5. 86 Kang y Lee (1 9 9 9 ), pág. 11.

87 Choi (1960), pág. 21.

Ca p í t u l o 5 : E l T a e K w o n D o r e c i b e s u n o m b r e e n u n a c a s a d e GEÍSHASC O R E A N A S 88 A menos que se indique o tra fuente en estas notas, los detalles en este capítulo

son de Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo í , 4 3 5 a 437, y las entrevistas con Nam Tae-hi. Choi (c. 2 0 0 0 ) escribe que la reunión tuvo lugar en una casa kisaeng, y Nam me dijo que era la casa de kisaeng Kugilgwan. Mucho se ha escrito acerca de la reunión, pero no sobre el lugar de encuentro: Kimm (2 0 0 0 ), pág. 49; Kang y Lee (1999), pág. 12, y C.K. Choi (2 0 0 7 ), pág. 81. 89 Muchas fuentes en idioma coreano proporcionan detalles sobre el Kugilgwan y las personalidades que iban allí: (1) del Instituto Nacional de Historia de Corea (http://kuksa.nhcc.go.kr), ( 2 ) una colección de cinco tomos sobre la cultura y la historia del gobierno de Corea del Sur ( h ttp://seou l600.visitseou l.n et), (3) un artículo de Yi Pom-jin publicado en Chugan Chosón, edición del 20 de marzo

del 2 0 0 5 (http://m agazine.chosun.com ); (4) "Thirty-year-old tradition ofkisaenq house" (Tradición de trein ta años de casa kisaeng), en Minju Sinmun (9 de mayo del 2 0 0 6 ), un periódico de Seúl, y (5 ) un artículo de Fak María (la esposa de Yi Ki-bung) en la Historia del Centro de la Campaña por la Liberación (http;// bluecabin.com .ne.kr/split99/pm aria.htm ). 9 0 Ver Cumings (2 0 0 5 ), pág. 356-57, refiriéndose a una caricatu ra de los políticos am antes de las kisaeng en ese período. 91 Burdick (1 9 9 7 ), págs. 37 y 38, enum era las reuniones. 92 Hyun Jong-Myung, quien más tarde pasó a formar parte de la Federación Mun­ dial de Taekwondo. 93 Entrevista, Nam Tae-hi (17 de abril del 2 0 0 6 ). 9 4 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 1, págs. 4 3 6 a 4 3 8 . Entrevista, Jung-Hwa Choi (enero del 2 0 0 2 ). Young (1993) describe los m itos que vinculan a las dos artes. Muchos líderes de las artes m arciales reprodujeron por escrito estos mitos hasta hacer­ los realidad. Chun (2 0 0 6 ), págs. 6-10, por ejemplo. C.K. Choi (2 0 0 7 ) se acerca mucho más a la verdad. 95 Young (1 9 9 3 ), págs. 51 a 59. 96 "Prólogo" de Choi (1960) y págs. 18 a 20 de Choi (1 9 9 9 ). 97 De hecho, el T’aekkydn estuvo vinculado con la violencia de pandillas a lo largo de su historia. Ouyang (1 9 9 7 ), pág. 85. 9 8 Choi (c, 2 0 0 0 ), tomo 1, págs. 4 7 8 a 487. 9 9 "Prólogo" de Choi (1960). 100 Junto con la "posición de frente", la "posición atrasada", y la "posición de n ca­ ballo", Funakoshi (1 9 8 8 ), págs. 53 a 61. Choi (1 9 6 0 ). 101 Com parar a Choi (1960), págs. 73-75, con Funakoshi (1 9 8 8 ), pág. 53. 102 Choi (1960). 102 bis Nota del Traductor: "potencia" es la palabra utilizada habitualmente en español en las artes m arciales para aludir a la fuerza con que impacta un golpe, 103 C.K. Choi (2 0 0 7 ), pág. 85, brinda una lista de los hom bres involucrados.

C a p ítu lo 6 : Un g o lp e d e E s ta d o , d o s p re s id e n te s y t r e s ESFERAS DE PODER

1 0 4 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 51. 105 La versión de Choi sobre el golpe de Estado es expresada ampliamente en Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 1, págs. 567 a 58 6 . 106 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 54. 107 Cumings (2 0 0 5 ), págs. 355 a 35 6 . 108 Park Chong-kyu, Kim Chóng-p'il y Kim Hyung-wook.

109 Cum ings (2 0 0 3 ) . 110 H alloran (1 9 7 3 ), pág. 3. 111 El director de KCIA Kim Hyung-wook ocupó dicho cargo entre mayo de 1963 y octubre de 1969. Ver Ki-1, pág. 6 .

112 Burdick (1 9 9 7 ), pág. 41. K angy Lee (1 9 9 9 ), pág. 21. 113 Uhm Woon-kyu, Lee Chong-woo y Hyun Myung-Jong, por ejemplo. 114 C.K. Choi (2 0 0 7 ), pág. 8 6 .

115 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 18. 116 Entrevistas a Nam y Chang (diciembre del 2001). 117 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 27 y 36. Los detalles en esta sección provienen de

jos libros de Choi Hong-Hi y de entrevistas con C.K. Choi, Nam Tae-hi, Jung-Hwa Choi, Meeyun Colomvakos y Sunny Choi. 118 Choi siempre se rodeó de atletas talentosos. Durante la década de 1950, Nam Tae-hi había arm ado los dos prim eros esquemas (form as) del Tae Kwon Do, Hwa-Rang y Choong Moo-, ambos alusivos a guerreros (Choi [c. 2 0 0 0 ], tomo 1, pág. 42 8 ). Un par de años m ás tarde, Han Cha-gyo había creado UI-Jí, el nom­ bre de un general guerrillero de Corea de hace 14 0 0 años. En 1961, C.K. Choi, quien pronto sería el prim er cam peón nacional de combate de Corea, había ayudado a cre a r el cu arto esquema, Gae-Baek, nombrado en referencia a un estricto general de hace 1 5 0 0 años (C.K. Choi [2 0 0 7 ], pág. 81). En Malasia, el Embajador Choi im portó a Bok Kim-Man y Jae-Woo Lim para que lo ayudaran con dieciséis de los veinticuatro esquemas. Los últimos cuatro esquemas se ­ guirían en 1966, Para obtener una lista breve y confiable de los pioneros que enseñaron y desarrollaron el Tae Kwon Do en los años 1950 y 1960, consulte el capítulo "Early Hístory" (Historia tem prana) de C.K. Choi (2 0 0 7 ), que también está disponible on Une. 119 Entrevista, C.K. Choi (31 de octubre del 2 0 0 7 ). 120 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 52. 121 Entrevistas, Park (2 0 0 2 ) y Choi (2 0 0 1 ). 122 Entrevista, C.K. Choi (31 de octubre del 2 0 0 7 ). 123 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 255. 124 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 146. 125 Entrevistas, Nam Tae-hi (5 de septiembre del 2 0 0 6 ) y Nguyen Van Binh (9 de agosto del 2 0 0 6 ). 126 Por Karate: Draeger (1974), pág. 127. Por Tae Kwon Do: Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 1, pág. 517. 127 Durand (2 0 0 4 ), pág. 3. K angy Lee (1 9 9 9 ), pág. 8 . 128 Cumings (2 0 0 5 ), págs. 321 y 322. Las últimas trop as coreanas que quedaban en 1973: KlAppend, tomo 1, pág. 124.

129 Entrevista, Van Bihn (9 de agosto del 2 0 0 6 ). 1 30 “Other Guns" (Otro tipo de arm as) Time (22 de julio de 19 6 6 ). 131 Carta al Editor: "TigerSkins" (pieles de tigre) Time (12 de agosto de 1966). 132 Durand (2 0 0 4 ), así como otras fuentes on Une: "Battleat Tra Binh Dong" (Batalla en Tra Binh Dong) en w w w .vietvet.co.kr y "Blue Dragón" (Dragón Azul) en los archivos de w ww .talkingproud.us. 133 Los detalles sobre esta batalla son de Durand (2 0 0 4 ) y “A savage week" (Una sem ana salvaje), Time (2 4 de febrero de 19 6 7 ). 134 Durand (2 0 0 4 ). 135 Durand (2 0 0 4 ). 136 Entrevista, Kong Young-il (16 de agosto del 2 0 0 2 ). 137 Kimm (enero del 2 0 0 0 ), pág. 54.

C a p ít u l o 7 : E l E q u ip o d e A s e s y l a C IA c o r e a n a

1 3 8 El amigo era Choi Duk-shin, un político poderoso que en esos días abrió las puertas al Tae Kwon Do en Vietnam, Alemania, Egipto, Italia, Turquía, Malasia y Singapur. Kimm (enero del 2 0 0 0 ), págs. 50 y 53. 139 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 86-1 0 5 , describe el recorrido. 140 Entrevista, Cariati (8 de enero del 2 0 0 8 ). 141 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 73. 142 Entrevista, Kong (16 de agosto del 2 0 0 2 ). 143 Entrevista, Kong (16 de agosto del 2 0 0 2 ). 144 Entrevista, Choi (abril del 2 0 0 2 ). 145 Entrevista, Lu (17 de mayo del 2 0 0 3 ). 146 Entrevista, Cormack (2 de mayo del 2 0 0 3 ). 147 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 77. 148 Entrevista, C.K. Choi (2 8 de noviembre del 2 0 0 7 ). 149 C.K. Choi (2 0 0 7 ), págs. 8 7 ,9 0 ,9 4 . 150 Kang y Lee (1999). 151 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 107. 152 C.K. Choi (2 0 0 7 ), págs. 93 y 94. 153 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 71. Burdick (1 9 9 7 ), pág. 4 2 . Chun (1976), pág. l U 1 5 4 Larkin (2 0 0 3 ). 155 Según Gregory Henderson en 1 9 6 8 , citado por Cumings (2 0 0 5 ), pág. 361. 156 Larkin (2 0 0 3 ).

. ..

j 57 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 127. Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 129 y 323, men­ ciona a los instru ctores involucrados en el incidente de Berlín Oriental. Las e n tre v ista s con los grandes m aestros me dieron detalles al respecto. 158 T ran scrip ció n de la en trevista con Isang Yun en Weekend, un program a en la

NBC-TV (1 de mayo de 1976), reim preso en Kl-Acts II, págs. 70 a 75. 159 "K’s Situation" (La situación de K) D erSp iegel (2 8 de agosto de 1 9 67), págs. 23

a 26. 1 6 0 Además de DerSpiegel, muchas fuentes dieron amplia cobertura del incidente. En el New York Times de 1967, por ejemplo: 5 de julio (pág. 8 ), 6 de julio (pág. 9 ); 8 de julio (pág. 6 ); 9 de julio (pág. 1), 14 de julio ( pág. 4); 15 de julio (pág. 9 ); 23 de julio (pág. 5); 30 de julio (pág. 5), 7 de diciembre (pág. 10).

161 Kl-Acts I (1976), págs. 7 ,9 3 . 162 Der Spiegel, artículos que citan al historiador Hannes Mosler y otros (2 8 de agosto de 1967), págs. 23 a 26. 163 Choe (2 0 0 5 ), pág. 1. Cumings (2 0 0 5 ), pág. 371 164 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 129 y 323. 165 B o ettch er (1 9 8 0 ), pág. 3 5 4 .

166 Isang Yun en Weekend, NBC-TV (1 de mayo de 1976), reim preso en Kl-Acts 11, . págs. 70 a 75. 167 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 114 a 117. 168 Der Spiegel (2 8 de agosto de 1967). 169 Kim Hyung-Wook explicó cómo funcionaba. Ver Kl-1 (1 9 7 7 ), pág. 38. 170 Kl-Report, pág. 152. .171 Kim, Ki-1 (1 9 7 7 ), pág. 23. 172 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 217. 173 Según el historiador Gregory Henderson, como se señala en Boettcher (1980), pág. 354. 174Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 1 4 3 ,1 4 5 ,1 4 9 ,2 4 3 y 244, 277. 175 Entrevista, C.K. Choi (31 de octubre del 2 0 0 7 ). No fue sino hasta el 2 0 0 6 que, enfrentando a una Comisión de la Verdad, el gobierno de Corea del Sur admi­ tió que los casos fueron sobre todo m entiras y falsedades inventadas. Choi (c. 2000), tomo 2, pág. 135. Un número de sitios web contiene información sobre la reunión. Una gran foto se encuentra en w w w .lacancha.com /oyam a.htm l 176 Isang Yun en Weekend, NBC-TV (1 de mayo de 1976), reim preso en KlActs //, págs. 70 a 75. .177 "Song o f a Wilted Flow er" (Canción de una flor m archita), Time (2 8 de marzo de 1969). ■178 Edwards (2 0 0 2 ), pág. A2. Entrevista, Cormack (2 de mayo del 2 0 0 3 ). 179 Kimm (enero 2 0 0 0 ), pág. 54.

C a p ít u l o 8 : E n t r a l a N u b e D r a g ó n

1 8 0 Kim (2 0 0 2 ), pág. 219. 181 Kim (1 9 9 0 ), pág. 29 5 . Los detalles sobre Kim en esta sección provienen de sus' libros del 2 0 0 2 y 1990. 182 Kim (2 0 0 2 ), pág. 20 8 . 183 Kim (2 0 0 2 ), pág. 227. 1 8 4 Kim (2 0 0 2 ), pág. 239. 185 Kim (2 0 0 2 ), págs. 139 a 147, 257. Kim había sido ayudante de campo y secretario de protocolo del General Song Yo-chan, que se había convertido en Primer Ministro en el nuevo régimen. 186 Muchas fuentes han confirmado que Kim estaba en el KCIA: KI-Report, pág, 76^ "Testimonio de Bo Hi Pak, A sistente Especial del Rev. Sun Myung Moon jref presidente de la Korean Cultural and Freedom Foundation (Fundación Coreana^ de la Cultura y la Libertad, KCFF)". En KI-4, págs. 1 7 6 4 7 8 ; el KCFF de Pakin-,cluye a Kim en una lista de los que están en el "Servicio Secreto de Corea" eÍr: Kl-4 Supp, pág. 672; una ca rta en KI-4 Supp, pág. 11 incluye en una lista a Kan como "funcionario KCIA"; un artículo de 1 9 75, en Kl~Acts II, págs. 63 y 64,]q lista como uno de los "agentes de la CIA coreana"; Jennings (2 0 0 0 ), pág. 187/y Simson y Jennings (1 9 9 2 ), págs. 1 3 9 -1 4 0 ; Entrevista, Choi Hong Hi (13 de abril del 2 0 0 1 ); Entrevista, Jhoon Rhee (16 de enero del 2 0 0 8 ). ~^ 187 Kim (2 0 0 2 ), págs. 1 5 1 ,1 6 4 . 188 Kim (1 9 9 0 ), pág. 295. 1 8 9 Kim (2 0 0 2 ), pág. 59. 190 Kim (2 0 0 2 ), pág. 171. 191 Entrevista, Rhee (16 de enero del 2 0 0 8 ). 192 Carta del Vicepresidente de la Fundación (13 de m arzo de 1964), en KI-4Supp^ pág. 271. Véase tam bién KI-Report, págs. 3 5 6 y 357. V / 193 Entrevista, Rhee (1 6 de enero del 2 0 0 8 ). B oettcher (1 9 8 0 ), págs. 42 a 53, pre­ senta una breve historia de la Fundación, de dos de sus proyectos (The Littk Angels y Radio o fF re e ¿4s/a) y de la participación de Jhoon Rhee. 7 *194 Kim (2 0 0 2 ), pág. 159. 195 KI-Report (1 9 7 8 ), pág. 357, y KI-4 Supp (1 9 7 8 ), págs. 3 5 0 y 355. El colega fuéjf Sr. Bo-Hi Pak, quien era primo de Jhoon Rhee y funcionario de inteligencia enla embajada (B oettch er [1980], pág. 4 0 ). Entrevista, Rhee (16 de enero del 2008}.^ 196 Entrevista, Rhee (1 6 de enero del 2 0 0 8 ). KI-Acts II (1976), pág. 2. 197 Informe de la Embajada estadounidense en Seúl para el Departamento de B&-. tado de los EEUU (2 6 de agosto de 1 9 6 6 ) sobre las actividades de Corea etilos Estados Unidos, en KI-4 Supp (1 9 7 8 ), pág. 4 8 0 . ^

198 "Declaración de Donald L. Ranard, ex director de Asuntos Coreanos del Departa­

mento de Estado" (25 de marzo de 1978), en el KI-Report, pág. 69; la participación de Rhee en Ia iglesia de Moon y la Fundación se señala en mi entrevista con Rhee y en los documentos del Congreso de EEUU sobre el Koreagate, incluyendo: KIReport, pág. 317, 324, 357; Kl-Áppend, pág. 3 9 7 ,1 4 6 3 1469; KI-4, págs. 397, 661, 718, y KI-4 Supp, pág. 8 1 ,1 0 4 ,2 5 5 ,3 0 1 ,5 9 3 ,6 0 7 , 664. 0 Para el papel de Kim con la estación de radio, ver "Declaración Jurada de Kim Chong Hoon", el d irector de la estación de las operaciones de 1967 a 1 9 72, en KI-Report, pág. 363. Por su papel en la Fundación, se refieren a una ca rta de 1965, Earl H. Voss a Arleigh Burke, presidente de la Fundación, en KI-4 Supp, pág. 364. 200 Entrevista, Rhee (16 de enero del 2 0 0 8 ).

201 El ''Testimonio de Bo-Hi Pak, Asistente Especial del reverendo Sun Myung Moon y el presidente de la Fundación Coreana de la Cultura y la Libertad, acom pa­ ñado por John M. Bray, abogado" se refiere al trabajo de Kim para Little Angels, en KI-4, pág. 176 a 178. Para el trabajo de Kim con la Fundación Coreana de la Cultura y la Libertad, ver KI-Report, pág. 356. ■ 202 De acuerdo con Lee jai-Hyon, un ex funcionario de la embajada de Corea del Sur en Washington, la Fundación tenía un canal de cable de la KCI A, que también ayudó al personal de la Fundación (Kl-Acts II, págs. 8 y 9). Véase también la declaración de un ex Embajador en Corea del Sur, en KI-4, pág. 52, y los hechos en el Informe Koreagate, KI-Report, pág. 312. 203 Entrevista, Rhee (12 de noviembre del 2 0 0 7 ). / 204 Entrevista, Rhee (12 de noviembre del 2 0 0 7 ). :2QS KI-4 Supp, págs. 2 7 7 y 278. 206 Entrevista, Burleson (2 4 de enero del 2 0 0 8 ). 207 Aunque las técnicas de Tae Kwon Do no surgieron del juego m arcial coreano de patadas (T'aekkyon), los coreanos sabían que para luchar al estilo coreano había que p a te a r Ouyang (1 9 9 7 ), pág. 8 8 . ■208 Entrevista, Burleson (2 0 0 7 ). . 209 Del archivo del Alm irante retirado Arleigh Burke, Presidente Fundador de la Fundación, en KI-4 Supp, pág. 216, y de una declaración de 1976 de Robert W. Roland, un ex miembro de la Fundación, en KI-Facts II, pág. 15. ■210Kl-Report, Rhee (19 de noviembre del 2 0 0 7 ). 2U El propio Elvis se hizo m erecedor de su cinturón negro de manos del experto % en Karate Coreano, Kang Rhee. Ver Tae Kwon Do Times (septiembre del 2 0 0 7 ). 212 Carta de Roland al presidente de la Fundación (12 de julio de 1 9 6 5 ), en KI-4 Supp, pág. 40 5 . .;í?13 KI-Report, pág. 362 . 214 Entrevista, Rhee (2 0 0 7 ).

2 1 5 Choi (c. 2 0 0 0 ) , tomo 2, págs. 1 2 6 y 127. En ese momento, el ex director de KClA, \ Kim Chong-p’il, fue presidente honorario tanto de la ITF como de la fundación:

de Moon. 216 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 1 3 3 a 13 6 , y 165. 217 Entrevista, Rhee (19 de noviembre del 2 0 0 7 ). Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 196-97. 218 Entrevistas, Meeyun Colomvakos y Sunny Choi (2 0 0 2 ).

■=

219 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 219. Entrevista, Rhee (19 de noviembre del 2007}, 2 2 0 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 53. B oettcher (1 9 8 0 ), pág. 78. 221 Kim (2 0 0 2 ), págs. 1 6 6 a 172.

■ .

222 Kim (2 0 0 2 ), págs. 5 8 y 59. ^ 223 Además Kim y un agente operativo de la KCÍ A pronto estarían trabajando corte! p r e s e n t é de Corea del Sur en un libro sobre la historia de Corea. Ver K M » * pág. 1007, y KI Report, págs. 3 0 7 ,3 6 5 . 2 2 4 Citado en Jennings (1 9 9 2 ), pág. 139. 2 2 5 Kim (2 0 0 2 ), pág. 169. Yook (2 0 0 2 ). 226 Kim (1 9 9 0 ), págs. 295, 2 3 3 -3 4 . 2 2 7 Choi (c. 2 0 0 0 ) , to m o 2 , págs. 2 0 1 -4 . 228 Otra docena de artistas m arciales integraron el Comité Ejecutivo del KTA,#e*;. nes a su vez fueron pioneros del Olímpico de Tae Kwon Do. Kang y Lee (1999) contiene una lista completa. 22 9 Kim (2 0 0 2 ), pág. 61. 230 Kang y Lee (1999). 231 Kang y Lee (1999). 232 Kang y Lee (1999). 233 Del testim onio de Bo-Hi Pak, en Kl-4, págs. 4 9 1 -9 2 . Copias de los cheques están en la página 487. 2 3 4 Kang y Lee (1999). 235 KI-Report, pág. 239, 2 3 6 En una en trevista del 13 de diciembre de 1971, con el Dong

o. e .

Lee (1999). C a p ít u l o 9 : C o m o e n u n a p e l íc u l a d e B r u c e l e e

237 Kang y Lee (1 9 9 9 ), , CQ „ r ,imjngs 238 Muchos han escrito sobre El Plan: Boettcher (1980), pags. ^ ^ Dn|,¿é¡{á (2 0 0 5 ), pág. 460. Una de las principales fuentes fue la D^ r ^ ^ Hyon Profesor Asociado de Periodismo, W estern Illinois Umversi y , . ^

II, pág-10' Y KI-3, págs. 1-2. Lee era un funcionario de la embajada coreana que desertó a los Estados Unidos. Véase también KI-Append, pág. 505, y KI Report, págs. 105 y 106. 739 Kl-RePort’ pá§s - ^ y 121- En realidad, la KCIA inició la Operación en 1966, pero

se expandió notablem ente en 1970, cuando el presidente surcoreano Park Chung-hee se involucró de m anera directa.

240 Según Bo-Hi Pak (que era colega de Kim Un-yong y primo de jhoon Rhee). Ver "Declaración del General Kim Hyung Wook, Ex Director, Agencia Central de Inteli­

gencia Coreana (KCIA)”, en KI-1, págs. 29 y 64. 241 Jennings (1992), pág. 140. 242 De acuerdo con un ex funcionario de la embajada de Corea que facilitó una copia

del Plan de 1976 a los funcionarios estadounidenses {Kl-3, pág. 2). El Plan se encuentra en KI-Append, pág. 519. 243 "South Korean CIA: Power Grows, Fear Spreads" (La CIA surcoreana: El poder crece, el miedo se extiende) por fohn Saar, John Goshgo y Bill Richards, The Washington Post, 23 de mayo de 1976. Véase también Cumings (2 0 0 5 ), pág. 371.

244 KI-Append, págs. 5 4 0 a 542. 245 ¡(1-3, pág. 137. También, ver "Declaración de Gregory Henderson, de Tufts University. Escuela Fletcher de Leyes y Diplomacia", en que KI-Acts, pág. 8 .

246 Kl-Report, págs. 93 a 97. 247 "Memorándum del FBI titulado 'República de Corea (ROK) Actividades de In­

teligencia de los Estados Unidos', del 9 de septiembre de 1973", en KI-Append, págs. 4 6 5 y 4 6 6 . M KI-Append, pág. 131. JJ

249 Boettcher (1980), pág. 206, y KI-Report, págs. 4 0 2 a 4 0 4 .

5250 Gran parte de esta sección acerca de Song proviene de su testimonio bajo juramento ante una audiencia del Congreso de EEUU, en KI-5, págs. 81 a 8 8 , y 204a 213. .251 Limb Man-sung. Su nombre es probablemente "Lim", pero los docum entos del . ! Congreso de EEUU aluden a Limb (extrem idad). Más información sobre él está disponible en KI-Acts II, pág. 4.

:

252 "Declaración Jurada de Chung Tai Bong ante el Subcomité de Personal", en KI-5, págs. 214 a 217. 253 Estos datos provienen de: KI-Report, pág, 293 (para los datos de la universidad); KI-5, págs. 13 a 31 y KI Report, págs. 4 4 ,1 5 0 (p ara el testim onio de Nidecker); y “Declaración del General Kim Hyung Wook, Ex Director de la Agencia Cen: tral de Inteligencia de Corea (KCIA)”, en KI-1, págs. 23 a 27, 58 a 59 (p ara más

1

detalles).

| ^ 4 KI-Report, pág. 76.

255 Los detalles en esta sección provienen de KI-Report, págs. 1 0 4 ,2 4 1 , y KI-Apoprifi págs. 716-18. ¥ 2 5 6 Kl-Report, págs. 2 3 4 y 242. 257 Kl-1, pág. 25. 2 5 8 KI-Report, pág. 90. 259 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 30 0 . 2 6 0 "Bruce Lee and I: Martial arts phenomenon Jhoon Rhee talks, Part two" (Bruce Lee y yo: el fenómeno de a rtes m arciales jhoon Rhee habla, segunda parte), en Martial Arts Iliustrated. La correspondencia entre Rhee y Lee fue especialmpnfo intensa en tre 1967 y 1973. 261 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 210 y211.

C a p ítu lo to :

Los e x i l i a d o s

262 Son (1 9 8 3 ), pág. 6 . 263 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 394. 2 6 4 Choi (1974), pág. 45 3 . 2 6 5 Young (1 9 9 3 ), pág. 62, 67. 2 6 6 Entrevista, Nam Tae-hi (2 0 de febrero del 2 0 0 8 ). 267 KI-Report, pág. 92. 2 6 8 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 2 8 6 . 269 Choi deseaba que el asesinato de Lee no tuviera nada que ver con el Tae Kwon Do (Choi [c. 200 0 ] tomo 2, págs. 2 2 3 a 2 2 5 ). Lee fue Embajador de Corea del Sur en Francia durante el incidente de Berlín Oriental, que involucró a instructores de Tae Kwon Do (New York Times, 23 de julio de 1967, pág. 5). 270 B oettcher (1 9 8 0 ), pág. 22 4 . 271 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 376. 272 Cumings (2 0 0 5 ), págs. 3 9 6 y 418. 273 B oettcher (1 9 8 0 ), págs. 224-27. También, ver "Declaración de Kim Sang Keun, ex oficial de la Agencia Central de Inteligencia de Corea, acompañado por el Sr. Hong Kyoon, un intérprete", en Kl-5, pág. 61. 274 Kl-Appendix, págs. 1 0 5 ,1 0 9 . 2 7 5 Los detalles en este capítulo provienen de siete fuentes: (1) Entrevista, Rhee Min-hi (22 de diciem bre del 2 0 0 7 ); (2) "Memorándum del FBI t itu la d o Mm Rhee Hi Fecha 13 de noviembre de 1974", en KI-Append, pág. 476 y 477; (3) “Declaración jurada firm ada de Rhee Min Hee (en coreano) para P e r s o n a l del Subcomité...” en KI-5, págs. 2 1 8 a 2 2 1 ; (4) Memoranda del FBI de se p tie m b re de 1973, sobre las actividades de KCIA en los EEUU en KI-Append, págs. 457 a 4 6 6 ; (5) Los docum entos sobre los vínculos de KCIA con la A s o c i a c i ó n Política

Coreano-Americana, en KI-Append, págs. 1 5 0 6 a 1517 y Kl-5, pág. 210-13; ( 6 ) Los artículos y testim onios de Sun Song Keun, ex editor del Korea Journal de San Francisco, en Kl-5, págs. 79 a 95, 2 0 6 y 207, y (7 ) Boettcher (1 9 8 0 ), págs. 224 a 227. 276Song los llamó "estudiantes de Karate" (Kl-5, pág. 8 0 ) y Boettcher (1 9 8 0 ) dice

que eran "expertos en Karate" (pág. 225). Más precisamente, eran practicantes de Karate Coreano o Tae Kwon Do, que estaba difundido en los Estados Unidos en 1973. 777 Declaración de Kim Sang Keun, ex oficial de KCIA, en Kl-5, págs. 57 y 58.

?78Entrevista con Simón Rhee (1 2 de diciembre del 2 0 0 7 ). 279 Las tres fuentes que vinculaban a Rhee con la KCIA fueron: el periodista del 'Korea Journal Sun Song-Keun, que había estado en la sala; una declaración ju­ rada ante el Congreso de los EEUU de Chung Tae-bong, que había sido amigo de Song y anunciante en el diario de éste, y Lee Keun-pal, que había sido secretario personal de Kim Dae-jung en los Estados Unidos. 280Kl-5, pág. 1. Muchas publicaciones informaron sobre el incidente, en las que fi­ gura el nombre de algunos de los involucrados, incluyendo "S. Korea Admits Kim Hbduction Role1' (Corea del Sur admite participación en el secuestro de Kim" en elAsahi Shimbun (25 de octubre del 2 0 0 7 ), por Yoshihiro Makino. El artículo está disponible en w w w .asah i.co m /en g lish /H erald -asah i/tk y200710240754. Iitml. Un informe completo de la NIS (anteriormente la KCIA) estaba disponible en Corea en el sitio web NIS en noviembre del 2007. 281Véase el "Memorándum, Asunto: Actividades reales de la KCIA en los Estados «Unidos, fechado agosto 1 7 ,1 9 7 3 ", en Kl-5, págs. 166 y 167. 282Un ex director de la KCIA dijo a los investigadores de EEUU que japón sería un lugar mejor que los Estados Unidos para el secuestro (Kl~5, pág. 62). 283KI-Append, pág. 4 6 6 . 284Enun número de fuentes se indican los nombres de algunos de los involucrados ..en el incidente: (1) “Threat to Koreans in U.S. By Seoul Stirs Concern" (Amenaza a coreanos en los EEUU. En Seúl se agita preocupación) por David Binder, New York Times (17 de agosto de 1973), pág. 65; (2) Los artículos del Washington : . Post: “South Korean CIA: Power Grows, Fear Spreads" (La CIA surcoreana: El po,der crece, el miedo se extiende), de John Saar, John Goshko y Bill Richards (23 ! de mayo de 1976), y “Koreans Here Seek Politician's Release" (Aquí los coreanos ; buscan liberación de político), por Jaehoon Ahn (20 de agosto de 19 7 3 ); (3) ■Carta de Kim Sang Keun, un funcionario de la prim era KCIA, Kl-5, págs. 172 a ; .177; (4) "Declaración de Gregory Henderson, de Tufts University, Escuela de Leyes y Diplomacia" en Kl-Acts l, pág. 7; (5) “Declaración de Donald L. Ranard, . ; ex director de Asuntos Coreanos del Departamento de Estado", en que Kl-Acts Pág-13; (6 ) Kl-Acts II, págs. 81 y 87; (7 ) Hyung Kim Wook, ex d irector de la ; KCIA en Kl-1, págs. 11 y 39 a 42.

285 "U.S. Knew Immediately ofKClA Role in Kim's Abduction” (EEUU supo intned’ tam ente sobre el papel de la KC1A en secu estro de Kim), en Kyodo News fot*' national (9 de agosto 1 9 9 8 ), que cita a ex jefe de la estación de la CIA, Don'Urt Gregg. ' ad 2 8 6 Klein (2 0 0 7 ), pág. 107. 2 8 7 Kl-Report, págs. 147 y 1 4 8 ,1 5 4 . B oettcher (1 9 8 0 ), pág. 227. 2 8 8 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 2 8 7 y 2 8 8 . 2 8 9 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 2 4 6 . En trevista, Park Jong-Soo (21 de febrero del 2 0 0 8 ). Entrevista, Cormack (mayo del 2 0 0 3 ). CIA de EEUU destinó a su agente Robert Walson a Etiopía, donde éste introdujo el Tae Kwon Do.

C a p ít u l o í t : D e l t e n e b r o s o K u k k i a l a W T F

2 9 0 La ap ertura del capítulo es una cita de Kang y Lee (1 9 9 9 ). Kim (1975), páp. 5, Kang y Lee (1999). 291 Kang y Lee (1 9 9 9 ), págs. 30 y 4 0 . 2 9 2 Kim (2 0 0 2 ), pág. 70. 2 93 Kim (2 0 0 2 ), págs. 63 a 67. 2 9 4 C. K. Choi (2 0 0 7 ), pág. 101. 2 9 5 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 351, 2 9 6 Kim (1 9 7 5 ), pág. 7. 297 Kim (2 0 0 2 ), pág. 63. 2 9 8 Kim (1 9 7 5 ), pág. 13. 2 9 9 Entrevistas, Jung-Hwa Choi (25 de enero del 2 0 0 2 ) y Sunny Choi (21 de agosto del 2 0 0 2 ). 300 Entrevista, Rhee (19 de noviembre del 2 0 0 7 ), 301 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 241, 36 0 . Entrevista, Sunny Choi, (22 de agosto del 2 0 0 2 ). 302 Burdick (1 9 9 7 ), pág. 39. 303 Kim (1 9 7 5 ), pág. 38. 3 0 4 Entrevista, Tae E. Lee (2 0 de agosto del 2 0 0 7 ). 3 05 Entrevista, Kim Jae-Hun (22 de junio del 2 0 0 2 ). 3 0 6 Los detalles GAISF son de Kim (2 0 0 2 ), págs. 73 a 75, 93, y Kang y Lee (1999), págs. 4 0 a 42. 3 0 7 Entrevista, Rhee (noviembre del 2 0 0 7 ). 3 0 8 Kim (1 9 7 5 ), pág. 20. Chun (1976), págs. 3 y 12. 3 0 9 Anslow (2 0 0 4 ), pág. 50. 310 Kim (2 0 0 2 ), pág. 53.

311 Entrevista, C.K. Choi (2 8 de noviembre del 2 0 0 7 ).

312 "Conclusión" en Kl-Report, págs. 153 a 157. 313 "South Korean Abuses Tolerated" (Se toleran abusos surcoreanos),

por Don Oberdorfer, en el Washington Post (17 de mayo de1976), incluidoen el KI-Acts l págs. 8 9 -9 0 . La intervención de Kissinger proviene también del artículo.

314 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 2 7 7 y 278.

315 "Korean Consulate General: Condemned” (Consulado General de Corea: Conde­ nado), de Kook Yung-gil, en The New Korea (6 de noviembre 1 9 7 5 ), en KI-Acts I, pág. 29. 316 Boettcher (1 9 8 0 ), pág. 7. 317 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 2 6 6 . : 318 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 271 a 276.

Ca p ít u l o 1 2 : ¡W h a a a !

.,319 Entrevista, Cormack (2 de mayo del 2 0 0 3 ). 320 KI-Report, pág. 424. La m ayor p arte del KI-1 consiste en el testim onio de Kim Hyung-wook a un com ité del Congreso de los EEUU (ver páginas 10 y 31). 321 Boettcher (1980), págs. 2 6 0 y 378. ; 322 Choi (c. 2 0 0 0 ), tom o 2, págs. 317 y 323. ■ 323 Cumings jPRÍ "Documento de Trabajo Ns 20" (2 0 0 3 ). : 324 Entrevista, Choi (2 7 de m arzo del 2 0 0 1 ). 325 Entrevistas, Meeyun Colomvakos y Sunny Choi (2 2 de agosto del 2 0 0 2 ). 326 Cumings (2 0 0 5 ), págs. 140 y 141. ; 327 Los secuestros tuvieron lugar a lo largo de la década de 1970 y principios de 1980 y se informaron ampliamente en el 2 0 0 2 , cuando Corea del Norte admitió la misión. “Kidnappings latest bizarre talefrom N. Korea" (Secuestros, los recien­ tes insólitos relatos de Corea del Norte), por Geoffrey York, Globe and Mail (19 de septiembre del 2 0 0 2 ), pág. A19. 328 Burdick (1 9 9 7 ), pág. 37. ; .329 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 472, se ocupa del incidente con la crisis de 1 9 6 8 del USS Pueblo en que Corea del Norte se apoderó de un barco espía de los EEUU Mu­ chos sitios web contienen información acerca del Episodio de la Tala del Árbol. í 330 "Declaración de Ledyard Gari, profesor de idioma e historia coreana, Columbia University", en IK-4, pág. 18. ; 331 Entrevista, Kong (16 de agosto del 2 0 0 2 ). Anslow (2 0 0 4 ), pág. 48. 332 Entrevista, Nam (abril del 2 0 0 6 ).

333 "South Korean CIA: Power Grows, Fear Spreads" (La CIA surcoreana; El n d crece, ei miedo se extiende) por John Saar, John Goshgo y Bill Richards n Washington Post, 23 de mayo de 1976. '' e 3 3 4 Choi (1 9 8 0 ), pág. 7. 335 E n trevista, C.K. Choi (31 de octub re del 2 0 0 7 ). Kimm (2 0 0 0 ), pág. 56. 3 3 6 Entrevista, Cariati (8 de enero del 2 0 0 8 ). Choi (c, 2 0 0 0 ), tomo 2, pág, 313 3 3 7 Muchos detalles en este capítulo son de Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2 , págs. 342 a 352 y Choi (1 9 8 0 ), que es un largo folleto que Choi imprimió sobre el viaje. 3 38 Entrevista, Cormack (2 de mayo del 2 0 0 3 ). 3 3 9 Entrevista, Jung-Hwa Choi (25 de enero del 2 0 0 2 ). 3 4 0 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 3 3 6 a 3 3 8 . 341 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 379. 342 Cumings (2 0 0 5 ), págs. 343 y 38 3 . 343 Kang y Lee (1 9 9 9 ), pág. 46. 3 4 4 Cumings (2 0 0 4 ), pág. 76. 3 4 5 Cumings (2 0 0 4 ), págs. 1, 2. Cumings (2 0 0 5 ), pág. 420. 3 4 6 Entrevista, Cormack (2 de mayo del 2 0 0 3 ). 347 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 227-28. 3 4 8 Cumings (2 0 0 4 ), pág. 159. 3 4 9 Choi (1 9 9 9 ), págs. 4 2 ,1 4 8 y 149. 3 5 0 Entrevistas, Jung-Hwa Choi (mayo y abril del 2 0 0 3 ). 351 Entrevista, Jung-Hwa Choi (25 de enero del 2 0 0 2 ).

C a p ít u l o 1 3 : L o c u r a o l ím p ic a y d e s c o n t r o l n o r c o r e a n o

352 Entrevista, Rhee (17 de enero del 2 0 0 8 ). 35 3 Dick Pound me informó sobre su apodo (4 de m arzo del 2 0 0 8 ). 3 5 4 La información sobre la Operación Thunderbird proviene de Kim (2002), págs, 6 ,7 8 ,1 0 1 a 119, y 230, y del Comité Organizador Olímpico de Seúl (1989), págs. 2 9 -3 6 . 355 Cumings (2 0 0 5 ), págs. 3 8 3 y 38 4 . 356 La KCIA pasó a llam arse A gen cy fo r National Security Planning (Agencia de Pla­ nificación de la Seguridad Nacional). 357 Sus nombres están en Kim (2 0 0 2 ), pág. 113. 358 La Cámara de Representantes de los EEUU, "The O íy m p ic s Site Selection Process (El Proceso de Selección de la Sede Olímpica) (2 0 0 0 ), pág. 453, señala: "La biografía de Peter Ueberroth Made in America describe el proceso de licitación, para ios juegos de Seúl que Ueberroth vio como un sucedáneo de soborno..

U eberroth e ra el o rg a n iz a d o r de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1 9 8 4 y, posteriormente, presidente del Comité Olímpico de los EEUU

iocq "Olympics; Past Scandal Could Haunt LO.C. Candidate" (Olimpiadas: escándalo pasado podría atorm en tar al Candidato del COI], por Jere Longman, New York Times (15 de julio del 20 0 1 ). 36OKim (1990), pág. 60.

' 361 Jennings (1 9 9 2 ), pág. 13 8 , sostiene que "los Juegos de Seúl fueron concebidos [en parte] a p a rtir del deseo de la junta m ilitar de ocu ltar su imagen brutal...". Véase también Cumings, JPRI "Documento de Trabajo NQ20" (2 0 0 3 ). 362 Kim (1990), pág. 61. ; 363 E ntrevista, C ariati (e n e ro del 2 0 0 8 ) . ■.364 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 3 4 9 y 431. 36S Y ricos norcoreanos financiaron su a rte m arcial, Jin Chon-shik en japón dio $

200.000 a Choi p ara un cam peonato y se convirtió en Vicepresidente de la In­ ternational Taekwon-Do Federation. El sobrino de Chon, Phang Jin, más tarde se convirtió en jefe de la ITF en Japón. Entrevistas, Park Jong-Soo (5 de enero del 2003 y 20 de agosto del 2 0 0 4 ). } 366 Parte de esta sección proviene de entrevistas con Jung-Hwa Choi (de enero del 2002 a abril del 2 0 0 3 ) y Michael Cormack (mayo del 2 0 0 3 ), y los detalles son de periódicos canadienses, tales como el Globe and Mail Post "Plot on S. Korean Presídent Foiled" (Se fru stra complot contra Presidente surcoreano) (25 de febrero de 1982), pág. 4; y otros artículos, el Toronto Sun - ’Cops Plan More Plot A rresté (Policías planean más detenciones por el complot)) (2 6 de febrero de 1982), "Court Hears Plot to Kill Top Korean” (Tribunal tom a audiencia por com ­ plot para m atar a im portante coreano), (17 de febrero de 1984), "Cops A rrest Suspect in M urder Plot: Korean Prez Target" (Policías arrestan a sospechoso de complot de asesinato: El objetivo era el Presidente de Corea) (23 de enero de 1991), pág. 34, y otros artículos-, y desde el Toronto Star -"Man Jailed in Disco Bombing Planned Blast While in Prison" (Hombre encarcelado por bom bardeo de Discoteca planeó atentado de bomba desde la cárcel), (19 de octubre de 1985), "Disco Bomb Trial Ends With Plea Bargain Bang” (Juicio de la bomba en la Disco finaliza con explosivo acuerdo con el fiscal), (13 de septiembre, 1986), "Mississauga Man, 36, Pleads Guilty in North Korean Assassinarion Plot” ("Hom­ bre de Mississauga de 36 años se declara culpable en complot de asesinato norcoreano" (2 4 de enero de 1991)-, y otros artículos. .367 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 355, 3 6 9 a 374, 397. Entrevista, Cormack (mayo del 2003). 368 Entrevista, Jung-Hwa Choi (mayo y abril del 2 0 0 3 ). 369 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 40 1 . 370 Entrevista, Choi Hong Hi (m arzo del 2 0 0 1 ). Choi (1 9 9 9 ), pág. 299. . 371 Entrevista, Cormack (2 de mayo del 2 0 0 3 ).

372 Entrevista, Lu (17 de mayo del 2 0 0 3 ). "Phap Lu: Un superviviente” Tae Kwon Do Times (julio 1 9 9 7 ), pág. 9 6 -105.

C A P ÍT U L O 1 4 : U n a m o r d e v e r a n o o l í m p i c o

3 7 3 Comité Organizador Olímpico de Seúl (1 9 8 9 ), pág. 42. 374 Detalles en estos dos prim eros párrafos son de Kim (1 9 9 0 ), págs. 1 3 3 ,1 3 8 ,1 4 2 y Kim (2 0 0 2 ), págs. 1 1 9 ,1 5 7 , 274. 375 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 417. 376 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 4 1 4 ,4 5 3 ; Jennings (1 9 9 2 ), págs. 2 3 2 y 233. 3 7 7 Kang y Lee (1 9 9 9 ), pág. 40. 378 Choi no fue el único líder de las artes m arciales que desafió a Kim. Muchos diri­ gentes de la W TF se rebelaron contra lo que consideraban corrupto en la WTF. Por ejemplo, en 1986 el Dr. Dong-Ja Yang, presidente de la Unión Panamericana de Taekwondo afiliada a la WTF, pidió a Kim Un-yong que considerara bajar las tarifas exorbitantes para las certificaciones de cinturones negros. Kim se negó, y la W TF expulsó al Dr. Yang, quien encabezó el Taekwondo Reform Mo~ vement (Movimiento de Reforma de Taekwondo). Ver http://www.tkdreform . com /about.htm l. 379 Kim (1 9 9 0 ), pág. 60. 3 8 0 El incidente Yongpal recibió amplia cob ertura de los medios de comunicación de Corea. Ver noticias de la BBC p ara la cobertura en Inglés: "5, Korea Tae Kwom Do chiefheld" (Jefe de Taekwondo surcoreano detenido) (5 de diciembre deí 20 0 3 ). 381 Cumings (2 0 0 5 ), págs. 3 9 2 y 393. 382 Jennings (1 9 9 2 ), págs. 147 y 148. 383 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 33 2 . 3 8 4 Kim (1 9 9 0 ), págs. 237 y 261. 3 8 5 Comité Organizador Olímpico de Seúl (1 9 8 9 ), pág. 394. 3 8 6 Comité Organizador Olímpico de Seúl (1 9 8 9 ), págs. 145 y 271, 3 8 7 Jennings (2 0 0 0 ), pág. 188. 3 8 8 Entrevistas con Joon-Pyo Choi (2 8 de noviembre del 2 0 0 7 ) y Su Young Choung (octubre del 2 0 0 5 ). 3 8 9 Yook (2 0 0 2 ), pág. 8 . 390 Detalles de este capítulo provienen de Kim (2 0 0 2 ), págs. 8 0 ,8 2 ,8 7 y 8 8 . 391 Comité Organizador de las Olimpíadas de Barcelona (1 9 9 2 ), tomo 4, pág. 301. 392 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 4 4 0 y 441. 3 9 3 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 4 9 6 y 499.

394 En un artículo en Idioma coreano en Sports Hankook (12 de diciembre del 2 0 05),

perteneciente al grupo del Korea Times. Ver Hankooki.com. 395 Kim (2 0 0 2 ), pág. 6 . 396 Simson y Jennings (1 9 9 2 ), contratapa. 397 Jennings (2 0 0 0 ), pág. 184. En 1999, el New York Times in form ó so b re la h isto ria . 398 Medios de comunicación de todo el mundo cubrieron esta historia. Por ejem­

plo: "10C on road to credibility: Pound, Samaranch wins vote ofconfidence as six members booted outu (El COI en cam ino a la credibilidad: Pound, Sam aranch gana voto de confianza y seis miembros gon expulsados), Toronto Star (18 de marzo de 1999), pág. 1: "Who Wilí Clean Up A fter This Man?'1(¿Quién va a limpiar después de este hombre?) Asiaweek (23 de febrero del 2 0 0 1 ); "Fugitive in Games Scandal A rrested" (Fugitivo del escándalo de los Juegos arrestad o), Deseret News (21 de mayo del 2 0 0 3 ), pág. A01, "Sports Briefing: Olympic Games; Testimony: I0C Member's Son Híred to Help Bid" (Información de Deportes: los Juegos Olímpicos; Testimonio: hijo de un miembro del COI fue contratado para ayudar a la oferta), New York Times (18 de noviembre del 20 0 3 ). . 399 Jennings (2 0 0 0 ), págs. 9 8 ,1 9 3 . Cámara de Representantes de los EEUU, "The Olympics Site Selection Process" (El Proceso de Selección de la Sede Olímpica) ( 2 0 0 0 ), pág. 518. 400 Kim (2 0 0 2 ), pág. 26. 401Yook (2 0 0 2 ), pág. 7. ; 402 Entrevista, Jung-Hwa Choi (2 5 de enero del 2 0 0 2 ). 403 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 531. 404 "Cops A rrest Suspect in M urder Plot: Korean Prez Target" (Policías arrestan a sospechoso de complot de asesinato: El objetivo era el Presidente de Corea) Toronto Sun (23 de enero de 1991), pág. 34. 405 Kim (2 0 0 2 ), págs. 52 y 53. 406 "Olympics; Past Scandal Could Haunt l.O.C. Candidate" (Olimpíadas: escándalo pasado podría atorm en tar al Candidato del COI), por Jere Longman, New York Times (15 de julio del 2 0 0 1 ).

Ca p ít u l o 1 5 : “ P o d a n d o l a s r a m a s ” e n l a s O l i m p í a d a s d e l 2 0 0 0 Y PELEA C A L L E JE R A A LA SALIDA

-407 Kim (2 0 0 2 ), pág. 52. 408 Kim (2 0 0 2 ), pág. 27 2 . 409 Kim (2 0 0 2 ), págs. 8 2 a 84, y 272. : 410 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 4 4 2 . Mientras tanto, a mediados de la década de 1990, las diez compañías más grandes de Corea - o sea diez familias coreanas - con­

trolaban el 60 por ciento de la econom ía de Corea del Sur (Cumings [20051 pág. 330).

411 "Taekwondo riot dem eans new Olympic sport" (Tumulto de Taekwondo degrada nuevo deporte olímpico), China Daily (edición norteamericana) (10 de diciem* bre, 1998). "Bangkok judging under the spotlight” (Arbitrajes en Bangkok bajo el centro de atención), New Straits Times (26 de noviembre, 1998), 412 Kim (2 0 0 2 ), pág. 289. 413 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 501. 414 "Koreas A gree to Family Reuníons" (Las Coreas acuerdan reuniones familiares" Sitio web de la BBC World Service (18 de septiem bre del 20 0 1 ). 415 "South Korean Leader Says Move Was Meant to Aid 'Sunshine' Policy: Paymentto North Puts Seoul on Defense" (Líder de Corea del Sur afirm a que con su acción pretendía ayudar a política ‘Sunshine': Pago a Corea del Norte pone a Seúl a la defensiva” International Herald Tribune (31 de enero del 20 0 3 ). Además, ver Na (2 0 0 4 ) y "juegos Olímpicos: Oficial del COI en la fila del soborno", The Guardian (10 de enero del 2 0 0 4 ), pág. 19. 416 Kim (2 0 0 2 ), pág. 47. 417 Kim (2 0 0 2 ), págs. 7, 37, 3 9 ,4 8 . 418 Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Sidney (2 0 0 1 ), tomo 1, pág. 133. 419 Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Sidney (2 0 0 1 ), tomo 2, pág, 270. 420 "Estas restricciones garantizaban que las naciones tradicionales en el taekwondo no dominaran el torneo, lo cual podría haber reducido su interés mundial", según el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Sidney (2001), tomo 1, pág. 134. "Si se hubiera permitido a Corea entrar en más categorías, los resultados del torneo podrían haber sido diferentes" según el propio Comité (2001), tomo 2, pág.271. 421 Kim (2 0 0 2 ), pág. 295. 4 22 Yook (2 0 0 2 ), págs. 7 a 11. 4 23 "Motivation Questioned In Taekwondo Inckient” (La intención puesta en duda en el incidente de Taekwondo), í/5j4 Today (5 de agosto del 20 0 2 ). 4 2 4 "Taekwondo Official Denies Judging Quotes" (Oficial de Taekwondo niega cotiza­ ciones para juzgar resultados), USA Today (7 de agosto del 2002). 425 Citado en el Gazette "One Olympic Gold Gains In Valué As Scandal TarnishesSport” (Un oro olímpico gana en valor m ientras escándalo empaña el deporte), (24 de agosto del 2 0 0 2 ). 4 2 6 Entrevista, Askinas (3 0 de enero del 2 0 0 8 ). 427 Entrevista, Mitchell (13 de febrero del 2 0 0 8 ). 4 2 8 Comité Organizador de los juegos Olímpicos de Sidney (2 0 0 1 ), tomo 2, pág. 269. 4 2 9 "On the Olympics: Two Athletes, an Injury and a Sacrifice" (En las O lim p ía d a s: Dos atletas, una lesión y un sacrificio), New York Times (25 de mayo de 2000).

430 Kim (2 0 0 2 ), pág. 19. 431 http://w w w .tkdreform .com /about.htm l.

432 Kim (2 0 0 2 ), págs. 17 y 21. 433 Kim dijo que había estado tratando de ser tran sp aren te y buscando disminuir los sobornos ofreciendo pagar $ 5 0 .0 0 0 en gastos de los miembros del COI (Kim [2002], pág. 30). 434 Entrevista, Pound (4 de m arzo del 2 0 0 8 ). 435 Los detalles sobre la votación y las reacciones de Kim, en Kim (2 0 0 2 ), págs. 8 , 3 0 ,3 2 , y 95. 436 "Funcionario del COI encarcelado por corrupción", el sitio online de la BBC

World Service (3 de junio del 2 0 0 4 ). "Informe de deportes", New York Times (3 de junio del 2 0 0 4 ). 437 Kim (2 0 0 2 ), pág. 5.

Ca p í t u l o 1 6 : C o m o e n u n a s e c t a

438 Entrevista, Meeyun Colomvakos (20 de noviembre del 2 0 0 2 ). 439 Entrevista, Jung-Hwa Choi (25 de enero del 2 0 0 2 ). 440 Entrevista, Cariati (8 de enero del 2 0 0 8 ). 441 Entrevista, G alarraga (16 de agosto del 2 0 0 2 ).

Ca p í t u l o 1 7 : E l p e q u e ñ o g i g a n t e m u e r e y e l T a e k w o n D o TRADICIONAL SE D E S A R T IC U L A

442 Minford (2 0 0 2 ), pág. 84. 443 Entrevista, Jung-Hwa Choi (2 8 de mayo del 2 0 0 2 ). 444 Entrevistas, Meeyun Colomvakos y Sunny Choi (22 de agosto del 2 0 0 2 ). 445 Entrevista, Jong-Soo Park (2 0 0 2 ). C a p í t u l o 1 8 : Los j e f e s d e l a W T F v a n a l a c á r c e l y e l T a e K w on D o O l í m p i c o e n f r e n t a s u p o s i b l e d e s a p a r i c i ó n

446 "Fighting Dirty“ (Peleando Sucio), Time (8 de m arzo del 2 0 0 4 ). 447 Na (2 0 0 4 }. 448 Kang y Lee (1999), pág. 39. 449 "Official Quits and the 1.0.C. Avoids Expulsión Vote” (Un oficial renuncia y el COI evita el voto de expulsión), New York Times (21 de mayo del 2 0 0 5 ), pág. D6 . 450 "Olympic Games: ioc Official In Bribery Row" (Juegos Olímpicos: Oficial del COI en la fila del soborno), The Guardian (10 de enero, 2 0 0 4 ), pág. 19.

451 Del Korea Times: "Taekwondo tíead Koo Gets SuspendedJail Term" (jefe del Tae­ kwondo Koo recibe suspensión del término en prisión) (16 de enero del 20041 y “4 Detained in Taekwondo Probe" (4 detenidos en sondeo de Taekwondo) ffi de diciembre del 2 0 0 3 ). 4 5 2 "El Padrino de gan gsters controla la Asociación de Taekwondo", Hankyoreh -periódico de Corea del Sur- (5 de diciembre del 2 0 0 3 ). Ver http://english.hani co.kr o w ww .hani.co.kr 4 5 3 Yook (2 0 0 2 ), pág. 27 a 29. 4 5 4 Na (2 0 0 4 ). 4 5 5 Entrevista, Askinas (3 0 de enero del 2 0 0 8 ). 4 5 6 Entrevista, Joon-Pyo Choi (2 8 de noviembre del 2 0 0 7 ). 4 5 7 Entrevista, Mitchell (octubre del 2 0 0 5 ). 4 5 8 Comisión de Ética del COI, la Decisión en relación con el señor Kim Un Yong, Vicepresidente del COI (4 de febrero del 2 0 0 5 ). 4 5 9 "10C Official Jailed fo r Corruption” (Funcionario del COI encarcelado por corrup­ ción), sitio online de la BBC World Service (3 de junio del 2 0 0 4 ). 4 6 0 "IOC ’s Kim sits in jail forgotten" (Kim, del COI, está en la cárcel olvidado), Deseret Morning News (2 8 de mayo del 2 0 0 4 ). 461 Entrevista, Kwon (2 0 0 8 ). "Choue Chung-won Élected as New Taekwondo tiead" (Choue Chung-won elegido nuevo jefe de Taekwondo), Korea Times (12 de junio de 2 0 0 4 ). 4 6 2 Entrevista, Rhee (19 de noviembre del 2 0 0 7 ). 4 6 3 "Saving Olympic Tae Kwon Do” (Salvando al Tae Kwon Do Olímpico), Tae Kwon Do Times (julio del 2 0 0 5 ), págs. 4 6 y 47. 4 6 4 Korea Times: "WTF Has Guarded Optimism on Taekwondo's Olympic Status" {WTF mantiene moderado optimismo sobre el estatu s olímpico del Taekwondo) (23 de junio del 2 0 0 5 ) y"T’a ekwondo is Sport For Everyone" (El Taekwondo es un deporte para todo el mundo) (2 6 de octubre del 2 0 0 6 ). 4 6 5 "Ex~ioc Official jailed in South Korea fo r Embezzlem ent Released on Parole" [ExOficial del COI encarcelado en Corea deí Sur por malversación de fondos recibe libertad condicional), Canadian Press (3 0 de junio del 2 0 0 5 ). 4 6 6 Yang (2 0 0 5 ). 4 6 7 "WTF Task Forcé Identifies Reform in 16 Key Fields" (Fuerza de Tareas de WTF.: identifica reform a en 16 áreas clave), Seoul Times (2 7 de enero del 2005). 4 6 8 Chun (2 0 0 6 ), pág. 19. 4 6 9 Yang (2 0 0 5 ). 470 Entrevista, Joon-Pyo Choi (2 8 de noviembre del 2 0 0 7 ). 471 Entrevista, Mitchell (13 de febrero del 2 0 0 8 ).

472 "3 7 charged in taekwondo crackdown” (37 acusados en la represión de Taekwon­

do), Joong Ang Daily (11 de abril del 2 0 0 6 ), También, ver anuncios en www .w tf. org "WTF Terminotes Employment ofTw o Staff Members" (W TF despide a dos miembros del personal” (7 de m arzo del 2 0 0 8 ). 473 "AOC Ceases to Recognise Taekwondo Australia" (El Comité Olímpico Australiano

deja de reconocer al Taekwondo de Australia) (2 de noviembre del 2 0 0 7 ), se encuentra en la sección de Noticias de www.olympics.com.au 474 Xlarification o fW T F Position" (Aclaración de la posición de la W TF) en www. wtf.org (6 de m arzo del 2 0 0 8 ). 475 *Kukkiwon is slowly drow ning’’ (El Kukkiwon se está ahogando de a poco), un

artículo de preguntas y respuestas por jun Chul Shin (21 de febrero del 2 0 0 8 ), que se encuentra en w w w .m ookas,us/m edia_view .asp?new s_no=1323. .476 El ex Secretario General Moon Dong-hoo, que había dimitido después del P re­

sidente de la WTF, anunció que la organización "procedería a tran sform ar a la WTF de m anera d rástica, y a poner más mentalidad internacional y personal profesional en la secretaría", , 477 “Bribe? Envelopefor ioc Bigwig an 'Innocent’ Gesture" (¿Soborno? El sobre para Bigwig -del COI- un «inocente» gesto), Associated Press (11 de enero del 2 0 0 8 ). “'WTF* No Foul Play'f (W TF juego sin tram pa) de www.mookas.us / media_view. asp? news„ no ~ 1331. Comité Olímpico Internacional Caso N2 0 4 /2 0 0 7 . 478 Entrevista, Mitchell (13 de febrero del 2 0 0 8 ).

Ca p ít u l o 1 9 : In d u l t o

; 479 Dukes (1994), por ejemplo. 1480 Entrevista, Rhee (19 de noviembre del 2 0 0 7 ). 481 Entrevista, Cariati (8 de enero del 2 0 0 8 ).

F uentes

La mayoría de mis fuentes están mencionadas en las notas que sé encuentran al final de este libro, pero a continuación hago un listado de referencias bibliográficas y de las entrevistas que llevé a acabo. Los documentos que sólo se encuentran disponibles en coreano están listados en inglés. Una bibliografía por Kenneth R. Robinson que se encuentra en Internet me resultó excelente para obtener fuentes sobre historia coreana, (www.hawaii.edu/korea/bibliography/biblio,htrn), B ib l io g r a f ía

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r

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En

t r e v is t a s

;Askinas, David, CEO de USA Taekwondo (USAT): 30 de enero, 2 0 0 8 . rBurleson, Pat, alumno que practicó con }hoon Rhee en los 6 0 : 24 de enero, 2 0 0 8 . Cariati, Joe, asistente de Choi Hong-Hí: en tre el 23 de enero de 2 0 0 2 (con Parm ar Rai) y enero de 2 0 0 8 . .■Choi, C. K. (Chang Keun), pionero del Tae Kwon Do y asistente de Choi Hong-Hi en los 60: 31 de octubre y 2 8 de noviembre, 2007. Choi, Hee Jin, S ecretario de Uhm Woon-kyu, quien es el Presidente del Kukkiwon, pionero del Tae Kwon Do y uno de los fundadores de la WTF: 7 de abril a julio de 2008. '■Choi, Hong-Hi: m arzo y abril de 2 0 0 1 , incluyendo un sem inario de Tae Kwon Do de tres días en abril de 2 0 0 1 . Choi, Joon-pyo, ex entrenador del equipo olímpico de los Estados Unidos y actual co-comisionado del USAT de la WTF: 2 8 de noviembre, 2007. ¡;Choi, }ung-Hwa, hijo de Choi Hong-Hi y m aestro de Tae Kwon Do: enero de 2 0 0 2 a ¿V abril de 2003.

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parris> R ich ard , m a e s tro de la ITF: 22 de a b ril, 2 0 0 1 y 29 de a b ril, 2 0 0 8 .

poUnd, R ichard (Dick), ex miembro del Comité Olímpico Internacional: 12 de febrero y 4 de marzo, 2 0 0 8 . Raí, Palmar, cinturón negro de la ITF y asistente de Jung-Hwa Choi: Ver Joe Cariati. ghee, Jhoon, p io n ero dei Tae Kwon Do: n o v ie m b re 2 0 0 7 a e n e ro 2 0 0 8 . Rhee Min-Hi, Tae Kwon Do instru ctor: diciembre 22, 2007. Rhee, Phillip, estrella de cine del Tae Kwon Do e hijo de Rhee Min-Hi: 22 de diciem­

bre, 2007. Rhee, Simón, estrella de cine del Tae Kwon Do e hijo de Rhee Min-Hi: 12 y 21 de

diciembre, 2007. Son, Myung-Soo, in stru ctor de Tae Kwon Do: 21 de abril, 2 0 01. Song, Sung-Keun, Vicepresidente del Kukkiwon: julio 2 0 0 8 . Sergerie, Karine, Campeona mundial canadiense de la WTF: mayo 2 0 0 8 .

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2005. Yang, Dong-Ja, ex ejecutivo de la WTF y líder del Taekwondo Reform Movement: julio 2 008. Yook, Sung-Chul, periodista que escribió “Chang Woo Lee, Kukkiwon Vice President, ínvolved in Choosing the W inners and Losers of the Sydney Olympic Games" (artículo sobre la poda de competidores en las Olimpíadas de Sidney) para Shin Dong-A Monthly Magazine (abril 2 0 0 2 ): julio 7, 2 0 0 8 . Young Su Choung, entrenador de la W TF Canadiense y de la ciudad de Ontario du­ rante varios años: octubre 2 005.

Í n d ic e

a n a l ít ic o y d e n o m b r e s

Academia Militar Coreana, 6 0 ,9 4

Asamblea Nacional, 42, 2 2 6 ,2 5 6

Ases, equipo de exhibición, 1 0 9 -1 1 2 ,1 1 4

Árbitros, 229, 231, 261, 2 6 2 ,2 6 3

Agencia Central de Inteligencia Coreana (KC1A), 30, 32, 95, 97, 9 8 ,1 0 9 ,1 1 6 , 1 2 8 , 1 3 3 -1 3 5 , 138, 140, 142-146, 1 5 0 -1 5 7 ,1 5 9 -1 6 8 ,1 7 2

Askinas, David, 232

Agencia Central de Inteligencia Coreana: e Industrias Colt, 155; creación de, 9 4 ; Incidente de Berlín del Este, 1 2 0 -1 2 3 ,1 2 5 ,1 7 6 ; la quinta ram a de, 119; ejecutivos de la ITF en, abduc­ ción de Kim Dae-jung por, 165-167, 173, 22 5 , 293; Kim Hyung-wook, 1 2 4 ,1 7 4 , 282; y Fundación Coreana de Cultura y Libertad, 135; p arti­ cipación con "Moonies”, 136, 138, 141 144, 145, 146, 289; ayuda el ofrecimiento Olímpico, 203; y el asesinato de Park Chung-hee, 197; y Plan en los EE.UU. [Koreagate], 1501 5 3 ,1 5 9 -1 6 4 ,1 6 8 ,1 7 8 -1 8 1 ,1 8 5 -1 8 7 , 191, 235; sexta ram a de, 95; tercera ram a de, 122 Fundación Coreana de Cultura y Libertad, 1 3 5 ,1 4 0 Agencia Central de Inteligencia, EEUU (CIA), 95, 124, 144, 151, 152, 167, 1 6 8 ,1 6 9 ,1 8 0 ,2 0 5 Alemania, 5 3 ,1 1 2 , 229

A sociación A m ateu r Coreana fKAAl 1 8 0 ,1 8 1 ' J' Asociación Coreana de Atletismo (KAA1 9 1 ,1 1 9 ,1 5 1 A sociación Coreana de Tae Kwon Do (KTA), 91, 9 2 , 95, 117, 119, 135 143, 144, 145, 146, 147, 148, 149 1 5 3 , 15 4 , 171, 172, 177, 194, 207 23 4 , 235, 145, 156, 157, 145 n 228 Asociación Coreana de Tae Soo Do, 9 5 ,1 1 6 Asociación del Espíritu Santo para la Unificación del Cristianismo Mun­ en dial, 1 3 5 ,1 4 0 Asociación General de Federaciones In­ ternacionales de Deportes (GAISF), 177 Auto-defensa, 28, 7 4 ,1 0 3 , 263 Azulejos azules kiwa, 1 7 1 ,1 7 2 Bae, Young-shik, 161 Belle, Floyd, T I Berkeley, California, 161 bloqueo, 38, 39, 43, 75, 134, 159, 175, 267

Alemania: Alemania Occidental, 3 2 ,1 0 1 , 108, 109, 110, 111, 12 0 -1 2 5 , 1501 5 1 ,1 7 6 ,1 7 8 ,2 0 0 -2 0 2

bloqueo: bajo, 37, 62; forma de W, 192

Anderson, Howard T. (investigador de EEUU), 146

Borde (interior) de la mano, 69,137

apuestas, 4 5 ,4 6 ,4 7 , 8 1 ,8 8

Bodhidharma, ix, 265 Budismo, 85, 218 Burleson, Pat, 1 3 6 ,1 3 7

r nad a: y complot de asesinato, 205, 220 ; y Choi Hong-Hi, 1 5 8 ,1 7 3 ,1 7 8 , 191,192, 205, 2 3 9 ; y GAISF, 177; y ITF, 1 5 8 ,1 7 1 ,1 7 2 , 198; y el Koreaqate, 181; y la CIA Coreana (KCIA), 150 ; y Lu, Phap, 208; y Nam Tae-Hi, 157,158; y Olimpíadas, 213, 218; y WTF, 179, 232, 246, 255, 258, 263, 264 Cariati, Joe, 243, 250, 267, 2 6 8 Carrard, Fran?ois, 219 Gasa Azul, 1 4 3 ,1 4 7 ,1 5 0 ,1 6 6 ,1 7 1 ,1 8 6 Central de Inteligencia Coreana, Corea,

=.■ : ver Agencia Central de Inteligencia Coreana (KCIA) 'QtangHon (Chang Hurí), 9 9 ,1 1 6 , 270 ckdol, 6 0 ,2 4 5 Chang Moo Kwan, 9 0

ChejuIsla, 71 Cfso, Hee-Il, 73

gho, Man-sik, 197 Cho,Sang-ho, 2 0 0

223, 226, 24 3 , 2 4 9 ; y Kim II Sung, 192-193; y las kisaeng, 4 6 ,7 7 ,8 1 -8 3 , 97, 91, 120, 15 6 ; y la CIA Coreana (KCIA], 1 2 0 ,1 2 1 ,1 2 3 -1 2 5 ,1 4 1 -1 4 2 , 151, 153, 156, 157, 1 5 9-160; y los m ilitares coreanos, 6 0 -6 2 , 71, 72, 74, 77, 87; y la Asociación Coreana de Tae Kwon Do (KTA), 9 1 , 116, 117,119; y el Reverendo Moon, SunMyung, 1 4 1 ,2 4 6 ; y la cultura moral, 30, 49, 26 5 ; Nishiyama, Yuseki, 50, 57, 61, 2 7 7 n 26; y Corea del Norte, 127, 149, 18 1 -1 8 2 , 1 8 5 -1 8 9 , 1 9 4 195, 198, 2 0 4 -2 0 6 , 216, 22 0 , 2 4 0 ; y las Olimpíadas, 20 2 , 209, 210, 215, 216, 223, 22 4 ; y Rhee, Jhoon, 137, 141; duran te la Segunda Guerra Mundial, 5 3 -5 8 Choi, joon-Pyo (Joon P. Choi), 213, 258, 262 Choi, jung-Hwa (James), 38, 39, 4 1 ,1 7 3 174, 1 8 8 -1 8 9 , 192, 195, 19 8 -1 9 9 , 2 0 4 -2 0 6 , 2 2 0 -2 2 1 , 23 9 , 2 4 3 -2 4 8 , 266, 269

Choi, C. K. (Choi Chang- Keun), 71, 99, 1 2 6 ,1 6 9 ,1 7 8 ,2 8 2 n 118

Choi, Song-Jook, 3 1 ,6 3

Choi, Duk-shin, 1 1 0 ,2 8 4 n 138

Choi, Sunny, 1 7 3 ,1 7 4

Choi, Hong-Hi, 15, 27-29, 43, 6 4 , 67, 8 8 89, 95-99, 118, 127, 150, 158-159, . 167, 175, 186, 192, 197, 2 0 5 -2 0 6 , 221, 2 3 9 -2 4 8 , 2 51-252, 2 5 8 , 263, 282 n 118 Choi Hong-Hi: y 1961 golpe de Estado, 92-93; y voto de Baden-Baden, 2 0 1 -2 0 3 ; y cáncer, 249-250; dem onstraciones dirigi■ das por, 73-75, 109-116, 140, 170, 227; los prim eros años, 4 4 -5 2 , 239, 269, 50 n 24; y los cinco principios, 51,266; fundador del Tae Kwon Do, J ix, 71, 85-87, 91-92, 137, 175, 204, : 208; funeral de, 252; y la Internatio" nal Taekwon-Do Federation (ITF), 1 1 9 ,1 2 1 ,1 4 1 -1 4 3 ,1 4 9 ,1 7 1 -1 7 6 ,1 9 1 ,

Chon-Ji, 4 1 ,1 7 6

Choi, Sunduk, 1 8 4

Chon, Jin-shik, 2 9 8 n 3 6 5 Choong-Moo, 2 8 2 n 118 Chosón,28, 29, 38, 42, 4 4 , 81, 82, 87, 2 1 1 ,2 5 5 Chosun Hotel, 119 Choue, Chung-won (Cho Jeong-w on), 2 6 0 ,2 6 1 ,2 6 2 ,2 6 3 Chun, Doo-hwan, 1 9 3 ,1 9 7 , 2 0 6 Chung Do Kwan, 69, 71, 76, 8 3 , 84, 87, 9 0 ,9 9 , 213 Chung, Tae-bong, 2 9 3 n 279 Combate, sparring, 27, 31, 34, 70, 73, 100, 101, 110, 113, 114, 115, 137,

138, 158, 159, 176, 186, 198, 205, 210, 213, 217, 242, 2 4 8 , 257, 260, 261, 262, 267, 2 6 9 ,2 8 2 n 118 Combate de pies (Técnica de Sparring de Pie), 159 Comité de Nombramiento, 8 5 ,1 7 4 Comité Olímpico de EEUU, 259, 2 9 7 n 358 Comité Olímpico Internacional (COI), 202, 203, 209, 213, 219, 220, 223225, 233, 234, 245, 255, 2 5 8 -2 6 0 , 264 comunismo, 6 0 ,6 1 ,6 4 - 6 7 , 72, 7 5 ,8 2 ,9 3 , 97, 9 8 ,1 0 3 ,1 0 4 ,1 0 5 ,1 2 0 ,1 2 2 ,1 2 7 , 132, 134, 135, 151, 152, 158, 161, 162, 177, 182, 188, 192, 195, 196, 204, 20 8 , 209, 252 Confucianismo, 2 8 ,4 0 ,4 5 ,4 6 ,4 7 ,4 8 , 61, 82, 84, 85, 97, 114, 120, 160, 171, 220, 242, 252, 265 Cormack, Michael, 114, 187, 188, 189, 1 9 0 ,1 9 5 ,1 9 7 ,2 1 4 Crawford, Martin, 267 Cuba, 212 Deporte de d em ostración (Olímpico), 204, 213, 214, 2 2 8

El a rte de la Guerra, 6 3 ,2 4 9 Episodio de la Tala del Árbol (Inciden* del Homicidio con Hacha), 189 6 Esquema (Tae Kwon Do), 40, 41 73 ofi 97, 9 8 , 99, 112, 116, 1 7 3 , 174 '17?' 194, 195, 241, 26 6 , 267, 269 276 n 2 ,2 8 2 n 1 1 8 ' n Estadio Olímpico de jamsil, 212 etnocentrism o, 213, 2 5 8 FBI (Bureau Federal de Investigaciones! 9 4 ,1 5 2 ,1 5 3 ,1 6 4 ,1 6 6 ,1 6 7 ,1 7 9 Federación Coreana de Tiro, 201 Federación de Taekwon-Do de EEUU 159 ' ' Federación Internacional de Ch'an«-Hon Taekwon-Do, 269 Federación Internacional de TaekwonDo (ITF), 36, 3 8 ,1 1 9 ,1 2 1 ,1 2 6 ,1 4 2 150, 159, 169, 172-180, 187, 190 191, 192, 197, 198, 208, 215, 21* 243-247, 25 2 , 25 8 , 260, 264, 266, 269, 2 9 8 n 365 Foot Fist Way, The, 2 6 6 ,2 6 9 Fuerza de Seguridad Presidencial (PSF), 9 4 ,1 2 5 ,1 2 6 ,1 4 3 ,1 4 4 ,1 4 7 ,1 5 4

Deportes en Acción (NBC), 137

Funakoshi, Gichin, 31, 5 1 ,6 0 ,6 9 ,8 7 ,8 8 , 217

Di Vecchia, Lenny, 2 7 ,4 1 ,6 9 ,7 0 ,1 9 6

Fusión, 3 1 ,1 4 2 , 2 0 8 ,2 1 1 ,2 4 5 ,2 4 6

Dinastía Koguryó, 8 5 , 8 6 ,1 2 4

Gabbidon, Alfonso, 270

Dinastía Silla, 3 0 ,8 5 ,8 6

Gae-Baek, 2 8 2 n 118

Dinastía Yi, 8 5 ,8 6

gagee-chigee, ver “poda de ramas"

División 29n a de Infantería, 70-72, 74 División Dragón Azul, 1 0 0 ,1 0 1 ,1 0 4

gansterism o, 31, 37, 181, 206, 207,216, 23 2 , 239, 25 6 , 257, 263

Dorso de puño, 69, 9 8 ,1 5 9

Gerol, Michael, 205, 2 0 7

EEUU: ram a de la Asociación Atlética Coreana en, 151; y CIA Coreana, 94, 122, 123, 133, 134, 138, 143-146, 1 5 0 -1 5 5 , 160, 162-167, 1 7 2 , 178, 1 7 9 ,1 8 0 ,1 8 5 ,1 8 6 ; y Guerra de Co­ rea, 73; torneos en, 1 3 5 -1 3 8

Golpe con punta de dedos, 40,68-69 Golpe de codo, 75 87, 271 Gran Aprendizaje, el (libro) 45 Guerra Fría, 60, 63, 73, 121, 180,181, 1 8 5 ,1 8 8 ,1 9 2 ,1 9 3 ,2 1 5 ,2 4 3 ,2 6 5 y

Torea» Guerra de, 63, 65, 73, 74, 83, 97, 1 3 2 ,193 H acien d o tram pa, 235, 257, 263, 2 6 4 ;

ver también "poda de ram as (branch trimmingY Han, Cha-gyo, 72, 7 4 ,1 1 0 ,1 1 3 - 1 1 5 ,1 1 8 , 1 5 9 ,2 4 2 ,2 8 2 n 118 Han, Sam-soo, 191, 215 H apkido, 6 0 ,1 2 3 ,1 5 4 ,1 5 5 H e id e lb e rg , 120-121

Huh, Haak-Soon, 45, 5 1 ,2 4 0

Juegos Asiáticos, 178, 210, 2 1 2 , 2 2 4 Juegos Olímpicos, 31, 37, 41, 42, 109, 125, 176, 193, 194, 201, 20 2 , 216, 219-224 , 23 2 , 241, 251, 255, 258, 2 6 2 -2 6 4 , 2 6 9 ; Juegos Olímpicos: en 2010, 2 6 0 ; en Atenas 2 0 0 4 , 257, 260, 261; en Barcelona 1992, 214, 215; en Beijing 2 0 0 8 , 263; Salt Lake City ofrecimiento por, 21 8 -2 1 9 ; en Seúl 1 9 8 8 , 2 0 0 -2 0 1 , 20 3 , 207, 2 0 9 215, 262; enSídney 2 0 0 0 , 223-227, 2 3 1 ,2 3 2 ,2 5 7

tfwa-Rang (esquema Tae Kwon Do), 74, 282 n 118

Jung, Capitán Kyong-gin, 106

Hwang, Kang-Sung, 2 5 0

Kang, Seok-Jae, 230

Hwang, Kee, 9 0 ,1 1 7 ,1 1 9

Karate, 31, 35, 37, 41, 42, 51, 76, 83, 85, 87, 98, 100, 1 1 6 ,1 3 6 , 140, 175-176, 177, 276 n 14

ftwarang (gu errero, wha rang 8 6 , 8 8 , 1 0 2 ,1 2 0 ,1 7 0 , 241 Hwatu, 4 5 ,4 7 , 8 8 Hyun, Jong-myung, 7 2 ,9 1 ,1 7 5 ,2 8 1 n 92 Incidente de Berlín del Este, 104, 1201 2 5 ,1 7 6 ,1 8 3 , 292 n 2 6 9 incidente Yongpal, 210 Inglaterra, ver Reino Unido instituto de Karate de Rhee (Rhee Institute o f Karate), 1 3 5 ,1 3 6 ,1 4 0 Instituto de Karate de W ha Rang, 166 Jabalí Salvaje, ver Kim, Hyung-wook Japón, 44, 50-59, 69, 82, 8 6 , 123, 136, 167, 168, 173, 187, 20 1 -2 0 3 , 211, 217, 223, 241, 248, 2 9 3 n 282, 2 9 8 n 365 Jennings, Andrew, 1 5 1 ,2 1 7 ,2 1 8 Jidokwan (Ji Do Kwan), 5 4 , 76, 114, 1 5 6 9 1 ,1 1 6 ,1 6 1 , 210 Jigoro, Kano, 31 Iones, Comandante James L., 107 fcChe, 1 9 5 ,1 9 6 ,1 9 7 Wo, 3 1 ,1 1 3 ,1 2 3 ,1 3 2 ,1 3 6 ,1 3 7 ,1 5 4

Jung, Woojin, 250

Karate: y Choi Hong-Hi, 52, 54, 60, 61, 6 4 ,9 8 ,1 0 0 ,1 1 0 ,1 1 4 ,1 5 9 ,1 9 7 , 2 4 0 241; y Funakoshi, Gichin, 87, 217; Kong Soo Do (el "camino de la mano vacía"), 133; y Nam Tae-hi, 6 8 , 69, 74, 75; Tang Soo Do (el "camino de la mano china"), 8 4 Kim, Bok-Man, 282 n 118 Kim, Chóng-p'il (Kim Chong pil), 94, 2 8 9 n 215 Kim, Dae-jung, 152, 1 5 4 -1 5 5 , 160-161, 16 4 -1 6 6 , 169, 193, 210, 225, 235, 2 9 3 n 279 Kim, Do-hak, 131 Kim, Esther, 232 Kim, Hyung-wook (Kim Hyong-wuk, Hyóng-uk, "Jabalí Salvaje"), 12 3 , 1 2 4 ,1 2 5 ,1 8 5 ,1 8 6 , 2 8 2 n 111 Kim, II Sung, 64, 72, 186, 187, 192-193, 220, 251 Kim, Jae-Hun, 176 Kim, Jong II, 2 2 5 Kim, Joong-keun, 1 1 0 ,1 1 1 ,1 1 5

Kim, Jung-hoon (John), 219

Ko, Jae-hwa, 91

Kim, Kwang-il, 1 2 0 ,1 2 1 ,1 2 2 , 1 2 6 ,1 7 6 , 202

Koh, John, 6 3 ,7 9

Kim, Mickey, ver Kim, Un yong

Kong Soo Do (Gong Soo Do, Kong Su Dn Kongsudo), 61, 7 7 ,8 3 ,1 3 2 ,1 3 3 ,1 6 1

Kim, So-San, 82

Kong, Young-il, 1 1 2 ,1 6 9 ,1 8 9

Kim, Soon-bae, 91

Koo, Cheon-Seo (Koo Chun- Seo Chun Su), 235

Kim, Un-yong (Mickey Kim, Kim Woonyong, Kim Un-young), 2 8 ,3 1 ,4 1 ,4 2 , 4 4 .1 2 7 .1 2 9 .1 5 0 .1 7 0 .1 7 6 -1 7 8 ,1 8 5 , 191, 194, 196, 216, 223, 225, 235, 24 6 , 252, 25 6 , 2 6 3 ,2 6 6 , 2 9 9 n 3 7 8

Koreagate, 181, 186, 235, ver también A gencia C entral de Inteligencia Coreana: el Plan

Korean Observer, 1 4 7 ,1 4 8 Kim, Un-yong: y Operación 007, 2 2 3 ; y Kugilgwan, 8 1 ,8 2 ,9 4 , 281 n 99 juegos Olímpicos de Seúl de 1 988, Kukki, 145 2 0 9 - 2 1 5 ; y Juegos Olímpicos de Kukkiwon, 147, 155, 171-174,194, 256 Sidney 2 0 0 0 , 227-228, 231; cargos 263 crim inales contra, 2 5 6 -2 6 2 ; prim e­ Kuksul, 189 ros años de, 131-133, elección para la Asamblea Nacional, 223, 22 5 ; y Kwon, Jae-hwa, 1 1 0 ,1 1 2 Jhoon Rhee, 13 3 -1 3 5 ; como agente La Ley de Opuestos, 3 2 ,4 2 ,2 6 7 ,2 6 8 de la CIA Coreana, 133, 134, 153, Lao-Tzu, 4 4 ,9 2 ,9 7 ,1 7 8 1 5 4 ,1 6 1 , 2 0 0 , 2 6 0 ; y la Asociación Lee, Bruce, 37, 4 2 , 70, 7 1 ,133,139,145, Coreana de Tae Kwon Do, 1 3 5 ,1 4 4 , 1 5 6 ,1 7 6 145, 146, 151; kwans fusionados por, 1 2 7 ,1 7 0 -1 7 1 ; y Kukkiwon, 147, Lee, Chong-woo, 7 1 ,1 1 6 ,1 4 4 ,1 7 2 ,2 2 0 , 1 5 5 ,1 7 0 -1 7 2 ; y Comité Olímpico In­ 227, 2 8 2 n 113 ternacional, 216, 2 2 1 -2 2 3 ,2 2 4 , 232Lee, Gye-hoon, 1 2 0 ,1 2 1 ,1 2 6 ,1 2 7 233, 245, 25 5 , 25 8 ; y el Reverendo Lee, Jai-Hyon (Lee Jai Hyong), 181,288 Moon, Sun- Myung, 140, 146, 148, n 202 149; y Operación Thunderbird, 200Lee, Nam-suk, 91 20 0 3 , 2 5 5 ; y Park Chongkyu, 144145; pagos a Chang Ung por, 227, Lee, Sang-Chul, 259 251, 2 6 0 ; y la Fuerza de Seguridad Lee, Sang-ho, ver Yang, Doo-wan Presidencial, 1 4 4 4 4 5 , 147; y el es­ Lee, Seng-wan (Lee Seungwan, Seybg* cándalo de Salt Lake City, 2 1 8 -2 2 0 ; hwan, Sung-wan), 257,263 y la World Taekwondo Federation, 1 4 9 .1 7 6 -1 7 8 ,1 8 6 , 2 3 5Lee, Soo-young, 160 Kim, Young~sam, 210

Lee, Tae-Eun (Tae E. Lee), 208

kisaeng: casas, 77, 8 1 ,8 2 , 83, 85, 8 6 ,9 1 , 94, 120, 155, 158, 175, 2 8 0 n 8 8 ; mujeres, 4 5 , 4 6 ,8 2 , 1 8 6

Lee, Won-kuk, 69, 71, 7 6 ,7 7

Kissinger, Henry, 180

Liechty, Philip, 1 4 4 ,1 5 1

Ko-Dang, 197

Lím, Sun-Ha, 5 3 ,6 2

Libro, Tae Kwon Do, 8 8 , 97, 101, 109, 1 1 4 ,1 5 8 , 242, 266

kopez, Steven, 231

Onda sinusoide, 36, 3 7 ,1 9 7

LUlphap, 2 08 MacLelIan, Russell, 220

Operación 007, 22 3 , 255

|{ano China, el cam ino de la, ver Tang Soo Do

Oyama, Masutatsu, 1 2 6 -1 2 8

Mano de lanza, 54, 6 , 8 8 , ver también golpe con punta de dedos

P'yóngyang, 53, 54, 58, 59, 61, 85, 209, 251

Mano de espada, 8 8

paekkol (Policía "Calaveras Blancas"),

Mano de cuchillo (canto de mano], 69, 75,242

Pak, Bo-Hi, 1 3 4 ,1 4 6 ,1 5 0 , 2 8 7 n 195

Masacre de K w angju, 1 9 3 ,1 9 9 , 2 0 1

Pak, Sun-jae, 169

, McDojo, 267

Mitchell Wayne, 2 3 1 , 2 4 6 ,2 5 5 , 2 5 9 , 2 6 5 Montaña Yongmun, 6 4 , 6 6 , 6 7 , 7 4 Moo Duk Kwan (Moo Do Kwan], 9 1 ,1 1 8 Moon, Dong-hoo, 3 0 6 n 4 7 6 Moon, Reverendo Sun-Myung, 1 3 4 ,1 3 8 , 1 8 0 ,2 4 6

Moonies, 1 3 4 ,1 3 5 , 2 4 6 Movimiento de Reforma, Taekwondo, 2 3 2 ,2 6 8 ,2 9 9 n 3 7 8 MuChukDo, 1 0 7 ^ Mujeres de co n fo rt, 5 3, 5 4 , 5 5

Muyechebüj lib ro 8 6 Nagoya, Japón, 2 0 1

Nam, Tae-hi, 6 4 -7 7 , 8 3 - 8 4 , 8 6 , 8 8 , 97, U- 9 8 - 1 0 1 ,1 1 0 ,1 1 3 ,1 1 9 ,1 3 1 ,1 4 5 ,1 5 7 , 1 5 8 - 1 5 9 ,1 6 8 ,1 7 3 ,1 7 4 ,1 9 0 , 2 6 6

Namsan, 1 2 1 ,1 7 4

Operación Thunderbird, 2 0 0 -2 0 3 ,2 5 5 P'yóngch'ang, 255

201,211

Park, Chong-kyu ("Pistola Park"), 125, 126, 128, 143, 144, 145, 150, 153, 1 5 4 ,2 0 0 ,2 0 1 ,2 0 2 ,2 1 3 Park, Chung-hee, 92, 93, 95, 122, 152, 1 6 0 ,1 8 7 ,1 9 2 ,1 9 3 , 2 9 0 n 239 Park, Jong-Soo, 31, 3 2 ,9 9 ,1 0 0 ,1 0 1 ,1 1 0 , 114, 115, 158, 159, 169, 189, 195, 206, 216, 239, 242, 249, 250, 251, 266 Park, Jung-tae, 1 9 1 ,1 9 4 , 214 Park, Jung-Taek, 43, 2 0 8 Park, Soo-nam, 202, 212 Parris, Richard, 34, 35 Patadas, 27, 29, 3 1 ,3 2 ,3 3 , 3 4 ,4 0 , 41, 43, 47, 54, 6 8 , 69, 76, 8 8 , 99, 100, 113, 136, 137, 155, 158, 159, 191, 197, 207, 215, 216, 260, 261, 267, 269 Pequeños Ángeles, 1 3 5 ,1 4 0 , 2 8 8 n 201 Perez, Herb, 231

; SBC, 1 3 7 ,1 3 8 ,1 4 0

Pie espada, 70

pidecker, John E., 1 5 4

Ping-Pong, 22 6

Nishiyama, Yuseki, ver Choi, Hong-Hi. Jtorris, Chuck, 4 2 , 1 3 7 , 1 3 8 , 1 3 9 , 1 4 5

Plan, El ver Agencia Central de Inteligen­ cia Coreana: El Plan

jliDo Kwan, 7 7 ,8 2 ,8 6 ,9 1 , 9 9 ,1 0 3 ,1 1 3 , fe;:. 175,208

Po-Eun (esquema de Tae Kwon Do), 276 n2

f c Chung, 216

Po-Eun (poeta), 25

P,Young-Yul, 2 1 2

Poda de ram as o "b ran ch trim m ing" {g a g e chigeé), 212, 213, 229, 230, 231

Sam aranch, juan Antonio, 1 20 4 218, 221, 2 2 3 ,2 2 4 , 232 '

Poe, Kay, 231

San Francisco, 1 4 0 ,1 5 1 ,1 5 2 ,1 6 0 -1 6 5

Policía "Calaveras Blancas", verpaekkol

Segunda Guerra Mundial, 51-53 57 cq 6 9 , 8 1 ,8 8 ,9 3 ,9 4 ,9 8 ,1 0 1 ,1 0 2 v rí 1 3 2 ,1 8 7 ,1 9 5 ,2 3 2 ,2 4 0 ,2 7 7 n26

Policía Nacional (coreana), 56, 69 Política Sunshine ("A la luz del sol"), 225, 226 Principios del Tae Kwon Do, 107, 125, 2 1 7 ,2 4 0 ,2 6 5 , 266, 2 6 8 Postura (Tae Kwon Do), 71, 101, 2 8 1 n

100

á*

Samsung, 1 7 2 ,2 5 6

Servicio Internacional de Información de Corea, 170 Servicio secreto, ver Agencia Central de Inteligencia Coreana (KCIA) Shotokan, ver Karate

Pound, Dick (Richard), 218, 233, 26 8 , 2 9 7 n 353

Sim ("corazón y m ente"), 45, 277 n 18 2 7 7 n 21

Program a de A rtes Marciales de la In­ fantería de Marina de EEUU, 107

Singapore, 9 8 ,1 1 0 ,1 8 6 , 2 8 4 n 1.38

Puño, 51, 61, 69, 7 4 ,8 4 ,8 8 , 9 9 ,1 1 4 ,1 5 9 , 243

Son, Duk-Sung, 76, 84, 85, 86,158,276 n 14 Son, Myung-Soo, 3 9 ,2 1 6

Puntaje electrónico, 26 2 , 263

Song'Moo Kwan, 9 0 ,1 5 8

RKMP, 2 0 6

Song, Sun-keun, 1 5 2 ,1 6 2 ,1 6 4 ,2 9 3 n 279

Reino Unido, 1 2 1 ,1 3 3 ,1 3 5 ,1 9 1

Sparring, ver Combate

Rhee, (Presidente) Syngman, 73

Sport Cañada, 2 5 8

Rhee, Jhoon (Jhoon-Goo Rhee), 71, 72, 133, 134, 139, 140, 141, 145, 149, 150, 1 5 5 -1 5 6 , 174, 177, 20 0 , 260 , 2 6 3 ,2 6 6 , 2 6 8 ,2 7 6 n 14

Steen, Alien, 1 3 7 ,1 3 8

Rhee, Ki-ha, 169 Rhee, Min-hi, 1 6 1 ,1 6 4 ,1 6 5 ,1 6 6

Stone, Mike, 1 3 8 ,1 3 9 Sun-Tzu, 63, 249 T'aekkyón, 50, 75, 76, 77, 85, 8 6 ,87,88, 1 0 2 ,1 5 9 , 2 6 5 ,2 8 1 n 9 7 ,2 8 8 n 207

Ro, Byung-jik, 90

Tae Kwon Do Olímpico, 71, 133, 140, 216, 22 4 , 227, 230, 257, 260, 267; ver también Federación Mundial de Taekwondo (W TF]

Rogge, Jacques, 2 3 4

Taekwondo Textbook (libro), 173

Rhee, Phillip, 1 6 4 Rhee, Simón, 1 6 4

Roh, Tae-Woo, 212

Tae Kwon Do Times, 2 5 0 ,2 6 1 ,2 6 2

Roland, Robert, 140

Tae Kwon Do tradicional, 37, 41, 208, 2 7 0 , ver tam bién I n t e r n a t i o n a l Taekwon-Do Federation

Royal TKD Academy, 39 Rusia, 187, 195, 209, 211, ver también USSR Salt Lake City, 217, 218, 233

Tae Soo Do, 9 4 ,9 5 ,1 1 7 Taegu, 91, 9 2 ,1 3 1 ,1 3 2 , 257

Taekwondo USA (USAT), 258, 262

VietCong, 103-105

l, ngS00 Do (Dang Soo Do, Tang Su Do,

Vietnam, Guerra de 103-104, 109, 117, 1 2 3 ,1 5 2 ,1 8 9 ,2 0 8

Tangsudo), 2 9 ,3 0 ,3 3 ,3 6 ,3 8 -4 3 ,4 9 , 51, 61, 69, 9359, 60, 64, 68, 70-77, 8 5 ,8 7 ,9 8 ,1 0 8 ,1 3 5 Técnicas de mano, 69, 7 5 ,1 0 0 ,1 3 7 ,1 9 5 , p"

239

p ^ 0ría del Poder, 8 8 , 8 9 , 9 8 , 2 4 3

. T erro rism o , 3 7 ,1 7 6 , 2 0 3 , 2 0 8 ,2 1 1 , 2 2 0 Tigres Negros, 7 1 ,1 0 5 foi-Gye, 40

virtudes filiales, 29, 4 4 , 45, 8 6 97, 196,

221 Wall, Bob, 41 Walson, Robert, 169, 204, 2 9 4 n 2 8 9 Washington, DC, 1 3 3 -1 3 6 ,1 4 0 ,1 4 2 ,1 5 0 1 5 2 ,1 5 5 ,1 5 9 ,1 6 0 ,1 6 6 ,1 8 0 n 202 Woo, Jae-lim, 282 n 118 Woo, Jong-Lim, 7 1 ,9 9 ,1 0 0

?ong-tt> 243

World Taekwondo Federation (W T F), 30, 41, 172, 173, 175-179, 186, 187, 199,205, 2 0 6 ,2 3 9 , 24 4 , 249, 2 6 6 190-192, 194, 207, 20 8 , 211, 213, 215-217, 219, 224, 22 8 , 230, 231, : Tortura, 49, 58, 59, 63, 120, 123, 126, 152, 168, 175, 190, 193, 203, 206, 2 3 2 , 233, 239, 2 4 3 -2 4 6 , 2 5 5 -2 6 4 , 2 6 6 , 269, 270, 2 8 1 n 92, 2 9 9 n 378, fV 208,210,220, 253 3 0 6 n 476 Truman, (Presidente de EEUU) Harry, Worthy, Walt, 137 § 7 63,136 Toronto, 28, 35, 6 8 , 158, 159, 174, 192,

tleshiba, Morihei, 31

Yang, Dong-Ja, 1 7 3 ,1 7 6 , 267, 2 9 9 n 378

T'. '•

I Uhra, Woon-kyu (Uhm Woon-gyu, Won'! ■ kyu, Won-gyu), 6 8 , 90, 120, 144, : 1 9 3 ,2 6 1 ,2 8 2 n 113 ; (//-//, 282 n 118 Ung, Chang, 2 2 7 233, 2 3 4 ,2 5 2 , 2 5 3 ,2 5 6 , 258, 260, 2 6 6 U.S., 28, 59, 60, 63, 65-67, 70, 71, 75, 79, 91, 92, 103108, 132, 136, 142, 143, 161, 173, ir 176, 178, 179, 185, 1 86-190, 194, : 209,210, 225, 231, 208,, 26 2 , 263

i

United States Taekwondo Union, 2 5 8 NSSR, 59,60, 7 0 ,1 9 2 , ver también Rusia

Yang, Doo-wan (Lee Sang-ho, Lee Sangock), 1 2 2 ,1 5 0 ,1 5 1 ,1 6 1 yangban, 30, 6 4 ,1 3 2 , 212, 23 4 , 255 Yanover, Charles "Chuck the Bike", 2 0 4 2 06 Yi, Ki-bung, 81 Yongwon, 44, 5 9 ,1 8 2 ,1 8 6 Yook, Sung-chul, 230 Yoon, Kum-joong, 149 Yoon, Tae-yong, 90 Yoon, Yeo-bong, 216

Jan Binh, Nguyen, 103, 2 0 8

Young, Su Choung, 213

pena, 197,207

Yun, I sang, 1 2 0 ,1 2 2 ,1 2 3

L a h is t o r ia d e l Tae Kwon D o en la

A r g e n t in a

por

Manuel E. Adrogué

que me enseñaron la importancia de buscar la verdad, y an o tener miedo de decirla; A mi mujer, Marina, sin su amor y su compañerismo "todo terreno" no hubiera podido recorrer ni narrar esta historia; A.nuestros hijos Manuel, Pablo, Gonzalo y Francisco Javier; y a todos los chicos que merecen que les dejemos una Argentina mejor.

1- Honraré los principios del Tae Kwon Do. 2- Respetaré a mi instructor y a mis mayores. 3- Nunca haré mal uso del Tae Kwon Do. 4- Seré un campeón de la justicia y de la libertad. 5- Ayudaré a construir un mundo más pacífico. Promesa del estudiante de Tae Kwon Do formulada por el Gral. Choi Hong Hi. El propósito de este trabajo es reseñar cómo aquella semilla plan­ tada hace más de 40 años por un puñado de inmigrantes coreanos se con v irtió en ese árbol frondoso que es hoy el Tae Kwon Do argentino1, tiste apartado será mejor entendido luego de leer la parte principal {leeste libro "Un Arte Mortal" pues la Argentina fue una potente caja deresonancia para muchos de los hechos allí descriptos. El lector in­ teligente sabrá cruzar la información presentada por Alex Gillis con losdatos que aquí proveo, y a partir de ello continuar con sus propias indagaciones para completar la reconstrucción de la historia. El Tae Kwon Do es el arte marcial más difundido en la Argentina. ■Actualmente, cuando la población nacional alcanza los 40 millones, la cantidad de practicantes de Tae Kwon Do se estima en más de 250.000, ymuy probablemente el número total de personas en la Argentina que alguna vez ha practicado Tae Kwon Do supera el millón. A diferencia Helo que ocurre en el mundo, donde el estilo "olímpico'' de la World Taekwondo Federation (WTF) multiplica varias veces en cantidad de f ■ 1He optad o p o r e s c r ib ir "T ae K w on Do" en lu g a r de "T aekw on-D o" (co m o lo h ace la ■ITF) o "Taekw ondo” (co m o la W T F ), e x c e p to cu a n d o tr a n s c r ib o d o c u m e n to s o n o m b res. | Adviértase que en c o re a n o d ich o n o m b re e s tá in te g ra d o p o r t r e s p a la b ra s : la d ife re n cia en ; «Imodo de e scrib ir d icho n o m b re sólo e x is te p a ra los o ccid e n ta le s, y es u sad a m u ch as v e ce s , # fines ajenos al p re s e n te . Los n o m b re s c o re a n o s los u so a v e ce s al m od o o rie n ta l - c o n ; ¡apellido a d e la n te -, y o tr a s seg ú n el o ccid e n ta l. P a ra e v it a r co n fu sio n es he em p lead o un í liíón en los n o m b res d e pila.

seguidores al "tradicional" de la International Taekwon-Do (ITF), en la Argentina este último congrega aproximadamente a tréS'* cada cuatro practicantes de la disciplina. En la variedad ÍTF, nuest país ha generado más de una quincena de campeones del mundo ° combate, formas y roturas. Los argentinos que siguen la modalid^ WTF, aunque se han visto menos favorecidos en logros competitivos pueden con orgullo mencionar a exponentes de prestigio internacional' así como que la totalidad de los maestros coreanos pioneros que aún residen en el país pertenece a sus filas. Hasta la fecha no existía un trabajo de esta naturaleza, fuera de un breve pero señero artículo de Ricardo Fuentes llamado “Los pio­ neros del TaeKwonDo en la Argentina y sus prim eros alumnos" (revista TAEKWONDO, enero de 1987). Esta es una crónica que combina con la mayor veracidad aquellos hechos de los que he sido testigo y otros según me han sido informados por diversas personas, que he tratado de reproducir y poner en contexto fielmente. El relato ha exigido la exclusión de hechos que otro quizás habría considerado relevantes. Ese afán de buscar cierta justicia y ecuanimidad no quita que en última instancia sea una historia, y por ello, esté mirada desde la perspectiva de quien ia escribe. He preferido concentrarme en las primeras dos décadas por ser éstas las menos conocidas y las que determinaron el curso de los ulteriores acontecimientos. Pido anticipadamente discul­ pas por las omisiones, los errores o las parcialidades de este trabajó: he hecho importantes esfuerzos para reducirlos al máximo. Por un lado, brindo suficientes datos para que este material resulte compren­ sible a quienes no practican Tae Kwon Do; los especialistas sabrán disculparme por lo que consideren obvio. Por el otro, no he rehuido de poner por escrito ciertos temas delicados cuya difusión podría alguno considerar innecesaria. Lejos de buscar escandalizar, forman parte de la historia que me he abocado a contar ("Nunca es triste la verdad, (o que no tiene es rem edio", dice Serrat); servirán en todo caso paralareflexión de todos aquellos que conformamos la comunidad del Tae Kwon Do argentino. Por último, pido disculpas por los extensos listados de nombres: he debido incurrir en ello para que la mayor cantidad posi­ ble de los actuales practicantes de esta disciplina puedan remontarse genealógicamente hasta sus raíces coreanas.

v: Este trabajo forma parte de un viejo anhelo mío que es que aque:]i cque se han dedicado con seriedad al Tae Kwon Do puedan leer in, pación confiable, que respete su inteligencia, en lugar de los clichés Interesados que escuchan habitualmente. Mi deseo es que todos los instructores de Tae Kwon Do tengan acceso a información que los haga ¿poco m^s ^ r e s , y Que con esa niayor autonomía se puedan hacer ilarg0 historia que van moldeando día a día. Este es el resultado ¿ecasi tres décadas de dedicación a las artes marciales, que me han grniitido tratar con grandes referentes nacionales e internacionales ¿ela especialidad, manteniéndome al tanto de su devenir en nuestro pafs y el exterior, Una nutrida biblioteca que incluye las obras citadas en"UnArte Mortal*', incontables conversaciones -recientes y remotasyia facilidad de Internet me hacen muy difícil identificar el origen de cadaafirmación, por lo que prescindiré de referencias puntuales. En la í$edida de mis posibilidades he cruzado las fuentes ejerciendo cautela para asegurar su veracidad. Las fuentes bibliográficas que merecen s e r agregadas a las referidas son, respecto del origen de los kwan, la seriede artículos de Eric Madis,"Storming the Fortress: A History ofT ae jwon Do", que puede encontrarse en www.fightingarts.com; respecto Illa historia de los años iniciales de ITF, el libro de Stuart Anslow "The Encyclopaedia o f Taekwon-Do Patterns. Vol 1" que contiene un intere­ sóte artículo escrito por George Vítale (George es probablemente el occidental que más sabe de historia del Tae Kwon Do, con quien manfuve una provechosa entrevista de cinco horas); y con relación al movi­ miento que postulaba ia supresión de las formas en WTF, recomiendo Jostrabajos del Dr. Steven D. Capener, exitoso competidor y profesor ie teoría del Tae Kwon Do en universidades de Corea y los EEUU (es­ pecialmente "Problems in the Identity and philosophy ofT'aegwondo and ¡heir Historical Causes"). Agradezco la colaboración de: Miguel Hladilo iuien generosamente compartió conmigo el archivo y fotografías de ludo Karate y me permitió reproducir aquí una entrevista, Félix Soíias, Roberto Daniel Villalba, Osvaldo Cruz Martín (la ayuda de estos jes fue muy importante), Rodolfo Samara, Claudio Iedwab, Carlos ferdun, Alfredo Muñoz, Pedro Florindo, Marcelo Cremona, Héctor ¡ta y a (y a través suyo, Carlos Ouro), Horacio Macchi (y a través de ftGuillermo Petrarca), Gustavo Somoza, Gustavo Cortés, Enrique Díaz

Cantón, Diego Blanco, Héctor Rivera, Gerardo Acosta, Mario Troiano, Norman Rodríguez Yolando, Raúl Bertoia, Pablo Ferreiro, Guillermo Ramisch, Jorge Ambrústolo, Jorge Rogers, Enrique Godoy, Horacio Fasán, Francisco “Zito" Taboada, Iván Rojas, Aníbal la Vía, Federico Figari, Ricardo Rieiro y Vicente Marcone. La responsabilidad del texto me corresponde íntegramente, y tales personas no necesariamente comparten lo afirmado en él. Un agradecimiento especial merece el Gran Maestro Han Chang Kim, quien me brindó información sobre su vida en Corea y detalles sobre la llegada de sus compratriotas al país y me proveyó de fotografías, muchas de ellas nunca antes publicadas. Finalmente agradezco a George Lodos y a Marina Gorostiaga por su apoyo constante y paciente colaboración a lo largo de este proyecto, a mis alumnos Leonardo Di Lecce y Alejandro Novas, al profesionalismo de Yanina Brenta y del equipo de Editorial Dunken, y a Alex Gillis por haber permitido la inclusión de este extenso apéndice, originalmente más breve, para que acompañe a su libro.

Ca p ít u l o 1 Él a r r ib o

^ Cae la tarde en Buenos Aires, mediados de 1970. Llegué aquí traído por un 'compañero del trabajo, que me invitó a una exhibición de Karate. Dicen que es aparecido al Judo, ese método que usan los asiáticos para derrotar a atacantes usando su propia fuerza. Aunque según mi amigo, el Karate es mortal, y usa golpes con el borde de la mano como los que en la televisión muestra la proagonista de la serie Los Vengadores. Pero esto es en serio. Los que estamos esperando somos cerca de treinta. Hay oficinistas de saco y corbata, algunos :¡policías y varios estudiantes, pelilargos con bigotes, camperas y pantalones viepata ancha. Dicen que el maestro no es ni chino ni japonés, que viene de ¿Corea. De golpe, se hace silencio. Aparecen diez hombres vestidos de blanco. Ai -frwte se lo ve al maestro. Me dicen que se llama Kim. Uno de los alumnos da unaorden. Todos se clavan en una postura y empiezan a tirar trompadas, con .ungrito cada vez. Despues se escucha otra orden y tres de ellos muestran unos movimientos, fuertes y secos, yendo y viniendo a lo largo de la sala. Se sientan y analumno con cinturón azul se queda parado en el medio. El oriental dispara veloces patadas que detiene a escasos centímetros de la cara de su alumno, que permanece quieto. Después se paran dos estudiantes a enfrentarlo. Kim los des­ echa con una ráfaga de patadas y golpes en cuestión de segundos. La rapidez ¡desús movimientos es impresionante. Da miedo, Alfinal, siete alumnos se ponen fea línea, uno al lado del otro, apoyando las manos sobre sus rodillas extendidas yagachando sus cabezas. En un extremo de la fila, uno de los karatekas sostiene losa. En la otra el hombre de ojos rasgados mira fijo, inexpresivo. Toma una jm e carrera, y con toda seguridad salta pasando por encima a toda la fila, y tfompe limpiamente la losa. Explotamos en aplausos. No sabía que era posible «acer oigo así. Este hombre es de otro planeta.

Ese planeta era Corea. La mañana soleada del 22 de junio de 1967 marcó la introducción oficial del Tae Kwon Do en la Argentina, cuand Kim Han-Chang (de 29 años), Choi Nam-Sung (31) y Chung Kwang-Di £ (18) llegaron a Buenos Aires a bordo de un carguero holandés, en u viaje al otro lado del mundo que marcó sus vidas por siempre.Hees cuchado que en épocas anteriores habían existido otros coreanos ense ñando karate en el país (algo natural si se tiene en cuenta que muchos de los jóvenes inmigrantes habían aprendido la disciplina durante su extenso servicio militar obligatorio), pero nunca hicieron escuela. Ello marcaba una gran diferencia con el hecho de que el Mtro. Kim había sido preparado por el Gral. Choi especialmente para introducir el Tae Kwon Do en la Argentina. Gran parte de los maestros coreanos que llegaron a la Argentina habían aprendido en alguno de los nueve gimnasios dsjéarate Corea­ no fundados al terminar la Segunda Guerra, cuyos jefes hacia 1961 habían conformado la Asociación Coreana de Tae Kwon Do. A dichos gimnasios con el tiempo se les ha atribuido un carácter mítico, pues sus fundadores, salvo alguna excepción provenientes del Karate, no reconocían a nadie por encima de ellos mismos, y aunque modestos en dimensiones y cantidad de miembros, conformaron las escuelas so­ bre las que se construyó el Tae Kwon Do. Pero en aquel entonces eran considerados simplemente gimnasios. Entre ellos, el Oh Do Kwan al mando del Gral. Choi tuvo una influencia especial, pues al estar a car­ go de la enseñanza de artes marciales en el ejército, gran parte de los cinturones negros provenientes de los otros gimnasios que ingresaban al servicio militar obligatorio pasaban por esa escuela. Y el hecho que el Gral. Choi, mientras pertenecía pero ya no dirigía la Asociación Co­ reana de Tae Kwon Do, fundara en 1966 la International Taekwon-Do Federation y supervisara el envío de instructores al exterior fue deci­ sivo en el desarrollo del Tae Kwon Do argentino. Meses antes de partir de Corea hacia la Argentina, en la sede de la Chung Do Kwan mandaron a Kim Han-Chang a que se dirigiera al General Choi para ponerse a sus órdenes. Una vez en la Argentina, tanto NS Choi como KD Chung se mantuvieron bajo la autoridad de Kim (representante oficial de la ITF). Tiempo después otros tres instructores se sumaron en la enseñanza:

Kim Young-Whan, Yang Dae-Chol y Lee Chong-Seo, respectivamente, ¿e las escuelas Song Moo Kwan, Ji Do Kwan y Moo Duk Kwan. Las nueve escuelas de donde surgieron los maestros fundadores ¿e este arte marcial son: Cinco gimnasios originales ("Oh Geh Ki Kwan") » Chung Do Kwan ^ Tang Soo Do (1 9 4 4 , Lee Won-Kuk) Raíz en el aprendizaje de Karate Shotokan

Cuatro principales gimnasios derivados* • Oh Do Kwan (1 9 5 4 , Choi Hong-Hi / Nam Tae-Hi) •

Jung Do Kwan ^ (1 9 5 6 , Lee Yong-Woo)

• Song Moo Kwan Tang Soo Do (1 9 4 4 , No Byong-jik) Raíz en el aprendizaje de Karate Shotokan • Moo Duk Kwan 'T ‘^ ^ Tang Soo Do (1 9 4 6 , Hwang Kee-Chang) Influencia libro Karate Shotokan, apren­ dizaje de Taek Kyon y de Chuan Fa .

Y M C A K w a n ^ id ^ l^ : Kwon Bop (1 9 4 6 , Yoon Byong-In)

• Kang Duk Won

^

(1 9 5 6 , Park Chul-Hee)

Renombrado Chang Moo Kwan en 1953 por Lee Nam-Sok; Raíz en el aprendizaje de Chuan Fa y de Karate Shudokan

• Yon Moo Kwan Kong Soo Do (1 9 4 6 , Chun Sang-Sup) Raíz en el aprendizaje de Karate Shotokan;

• Han Moo Kwan (1 9 5 4 , Lee Kyo-Yoon)

Renombrado Ji Do Kwan * \ 5 L ^ t en 195 0 por Yoon Kwe -Byong; Raíz en el aprendizaje de Karate Shito-ryu y de Karate Shudokan * Según la autorizada opinión de George Vítale, dado que el Gral. Choi y Nam Tae Hi com enzaron a enseñar en el ejército en 1 9 4 6 y 1947, el Oh do Kwan debería ser considerado como uno de los "Seis Kwan iniciales".

En la revista Yudo Karate N° 297 de 2007 se publicó un reporta' a HC Kim, NS Choi y Norberto Áspera que me parece pertinente trans cribir íntegramente:

Primero, el estudio A los 20 años, Han Chang Kim, que nació el 28 de septiembre de 1939 estudiaba diplomacia en la universidad. Tenía dos íntimos amigos a quie­ nes conocía desde el secundario. Uno de ellos se carteaba con Mercedes una chica argentina de Alta Gracia, Córdoba. Como ninguno entendía cas­ tellano, otro que algo sabía les traducía las cartas. En ellas, los invitaba para que conocieran la Argentina. «Estaban entusiasmados y les dije que los acom pañaría, aunque era difícil salir del país p or cuestiones políticas y económicas», recuerda. -¿Había que tener el dinero para el pasaje? Kim: El tem a era decidir si viajar o no. Me faltaban dos años y medio p ara recibirme. Yo estudiaba ciencias diplom áticas. Finalmente desistí porque quería term inar mi carrera. «Si quieren ir, vayan los dos», les dije. Así lo hicieron. El viaje duró ocho meses. Vinieron com o mochileros. -¿La conociste a Mercedes? -No, la relación conmigo era indirecta. Ellos consiguieron empleo en la fá b ric a de automóviles Ika-Renault. Después de un año y medio, uno se quedó y el otro volvió antes de que y o llegara. Volvieron a insistirme si quería ir. «Ahora sí», les contesté.

En una estación de servicio Un hecho fortuito y la curiosidad abrieron el camino para que el tae­ kwondo se difundiese por todo el país. Norberto Áspera, sin quererlo, se convirtió en el actor principal de ese acontecimiento. «Paré a cargar nafta en una estación servicio del bajo Flores y m e atendió un coreano. Mijudogui (uniforme) estaba enroscado con el cinturón en la luneta de mi auto. Me preguntó qué practicaba. Le dije que hacía judo. «Yo también», respondió. Quería practicar y no sabía dónde. Le di la dirección de mi gimnasio,] en Ramos Mejía. A los cuatro o cinco días apareció para entrenar. Me contó que tenía unos am igos que hacían karate coreano.

-¿Le dijiste que los llevara también? Sí Con él vinieron Nam y Chung y así nos conocimos. La segunda ■yeZi trajeron el equipo y me m ostraron lo que sabían hacer. Les prom etí aue trataría de conseguirles un lugar para enseñan Y ahí fu e cuando lo llamaron a Kim. Fueron los dos prim eros que enseñaron en el Yusin. -Claro, y al poco tiempo, se sumó Kim. Al principio, no tenían gente y convoqué a un grupo de amigos; entre ellos, a Alberto Sáenz, Napoletti, los hermanos Peluffo; que practicaban judo conmigo, para que hicieran número y entusiasmaran a otros. Dio la casualidad de que se iba a dispu­ tar el campeonato de Buenos Aires de judo, en el club Estudiantil Porteño, en Ramos Mejía. En ese momento era un deporte muy popular. En medio la competencia, ellos hicieron la prim era exhibición de taekwondo. Hablé con Manuel Moreno, director del Instituto Kumazawa, p ara que pudieran enseñar en sus gim nasios. -¿Hasta te pusiste el dobok para hacer de alumno de taekwondo? - Así es. En esa época daba clases de judo en la Escuela Vucetich, de la Policía Federal y fuim os a hacer una exhibición en el Círculo Policial, don­ de aprovecharon para m ostrar su arte. Ahí me lo puse. Nos vieron y entre los presentes estaba el inspector Lambruschini, de Coordinación Federal, que tenía el gimnasio de la calle Pasteur, luego filial del Kumazawa, que se llevó a Kim para que enseñara. Kim: ¡Sin Áspera hubiera sido muy difícil empezar! ¡Nos ayudó y p re­ sentó a todos los que conocía! Después, pasam os al Kumazawa de Guayra y al de Carabobo. -¿Quiénes fueron tus prim eros alumnos? -Alejandro Balza, Enrique Eiriz, Poletti. Nam: A mí me costó mucho imponer el taekwondo. Pasaron tres años de intenso trabajo y casi siempre teníamos que decir karate coreano para que entendieran. Fueron años duros.

La crueldad de la guerra Como la otra cara de la moneda, la historia de Nam Sung Choi estuvo llena de dramatismo. Nació el 19 de noviembre de 1937y con el inicio de la guerra de Corea, su fam ilia tuvo que escapar del horror. Corría 1950.

Vivían en una ciudad hasta donde avanzaron los am ericanos y luego de bieron retroceder p or un contraataque chino. Tenía 13 años. Estaba con sus padres y hermanos. «Tuvimos que escapar y caminamos 50 kilómetros hasta un pequeño pueblo, Cheng Hua, donde y a no quedaba casi nadie Comimos lo que pudimos y partim os hacia otro lugar. En eso, aparecie­ ron unos cam iones del ejército con soldados heridos. Uno se detuvo y el conductor que era pariente de mi m am á le dijo que no tenía lugar para acom odarnos a todos y que sólo podía llevarme a m í Subí y viajamos hasta Seúl, donde nos encontraríamos», explica. -¿Qué p asó entonces? Nam: Me llevó de su mano p or la ciudad. En un momento, no sé si él me dejó o me solté. Me perdí. No sabía qué hacer. El lugar estaba lleno de refugiados, l a mayoría dormía en las escuelas. En un refugio encontré a un conocido. Estaba con un amigo. Ambos iban a presentarse como sol­ dados voluntarios. Yo no podía porque era m enor de edad. Finalmente, se fueron al cuartel. Los seguí. A mí también me aceptaron y no me acuerdo para hacer qué cosa. El fusil era más alto que yo. Eso sí, me daban de com er todos los días. Hasta que fu i a Taegu, la tercera ciudad de Corea, después de Seúl y Pusan, donde ingresé en un orfanato a los 14 años.

Ei taekwondo en sus vidas Los dos m aestros llegaron al arte marcial por distintos caminos. Kim, instalado con su fam ilia en Seúl y Nam por pura necesidad, para defen­ derse de unos m afiosos que lo hostigaban. Ellos lo cuentan. Kim: Enfrente de mi casa estaba la sede de la Chung Do Kwan, que en ese momento dirigía Duk Sung Son (autor del libro «Karate Coreano» que escribió con Robert Clark y muy difundido en la Argentina) y donde ense­ ñaban Un Kyu Um (actual titular de la Kuk Ki Won) y Hae Man Park (hoy, vicepresidente de la Chung Do Kwan). Los tres fueron mis maestros. Entra­ mos con los chicos del barrio. Empecé a aprender taekw ondo y me gustó. En 1966, recibí el tercer dan de la Asociación Coreana de Taekwondo. En esa época, el General Choi era presidente honorario de la entidad. Venía, sa­ ludaba y no practicaba. Mi hermano mayor era amigo de un sobrino suyo. Me recomendó para que lo fu ese a ver. Su hijo Choi fung Hwa tenía 11 años. Fui durante ocho meses a aprender con los instructores que practicaban

0 , en un salón muy grande. A veces, m e corregía un movimiento porque hacía otras form as y tenía que aprender las que él había modificado. Nam: En 1951, el dueño del orfanato me empleó en su casa, donde fabri­ caba encendedores con vainas servidas de balas de fu sil Más tarde, entré en un colegio nocturno y como trabajaba, no me quedaba tiempo para estudiar. Un día, paseando por el mercado negro, encontré a un paisano. Me llevó con é l Era un buen hombre. Me prestó plata. Con ese dinero, em pecé a hacer negocios. Compraba y vendía m ercadería de contrabando. /Cómo g a n é plata! ¡Llegué a com prarm e tres casas! En el puesto donde estaba instalado, me visitaba una patota con intenciones de cobrar un «alquiler» para que pudiera trabajar. Venían casi todos los días. Y como me negaba apagarles, me pegaban siempre. Yo era muy chiquito. Entonces, em pecé a practicar artes marciales. Me anoté en la escuela Yon Mu Kwan. Hice hap­ kido, kendo, boxeo y taekwondo porque era más lindo. Ahí aprendí. Uno de aquellos patoteros me m olestaba mucho. Cuando me gradué com o primer dan, lo enfrenté y le rom pí toda la cara. No me «visitaron» más.

Han-Chang Kim,, Nam-Sung Choi y Kwang-Duk Chung, con N. Aspera en una de las primeras exhibiciones de Tae Kwon Do en la Argentina.

El viaje a la Argentina En 1967, Kim decidió por fin, em barcarse hacia la Argentina donde es­ taban sus compañeros. Con la base de la Asociación Coreana de Taekwondo, el General Choi le había otorgado el 4 o dan y pedido que difundieseis disciplina en nuestro país. En cam bio las cosas p ara Nam no fueron tan fáciles. En 1963y a causa de un golpe de Estado, los militares que torna­ ron el pod er lucharon contra el contrabando. Nam se vio en dificultades «Continuamos vendiendo en el anonimato. Yo trabajaba con un amigo. Un día salí y él se quedó en el negocio. Cayó la policía y se lo llevó preso. Tuve que vender las tres casas para sacarlo de la cárcel Me quedé sin un peso. Fui a Seúl y em pecé a vender relojes. Al abrirse la emigración, varios ami­ gos fueron a Alemania a trabajar en las minas de carbón. Quedé solo. Me hablaban de la Argentina diciendo era el m ejor país del mundo. «Trabajas un día y com es siete», escuchaba. «Tengo que ir a vivir allá», pensé. Había estudiado inglés y creía que aquí se hablaba ese idioma. Entonces, cuando: llegué dije: ¡«Helio»! y nadie m e entendió, se ríe a carcajadas. Hicieron la travesía en el Bois Vian, un carguero holandés de 28.000 toneladas. El viejo barco llevaba adem ás, 20 familias, unas 104 personas. Un buen día, am bos se cruzaron en el puente, se pusieron a charlar y a practicar • juntos. Chung los vio y también com partió las prácticas aunque era más ' • chicoj había nacido en 1950. Tardaron dos m eses y un día en pisar estas playas. Nam y Chung se hospedaron en hotel Torino, de la avenida Alem y después, en la casa de un fam iliar de este que vivía en Villa Soldati. A Kim lo fu e a buscar su amigo desde Córdoba y se fu e con él. «Pero, antes de separarnos nos com prom etim os a enseñar taekw ondo de la ITF.» Kim: -Un día recibí una llam ada de Nam que me decía: «¡Consegui­ mos un gimnasio para enseñar taekw ondo! Es en Ramos Mejía, de un profesor de judo. ¡Vení rápido!». Le contesté: «¡OK, y a voy!». Cuántos coreanos había en el país? - Menos de mil (N de la R: ahora son m ás de 20.000, según palabras del actual em bajador coreano). -¿Qué otros profesores vinieron después? -En 1970, Dae Chul Yang; en 1971, jong Seo Lee y en 1973, Moonjeong Chung. Los fuim os ubicando en los lugares donde pedían instructoresy

'gil los gimnasios que podíam os. Era la misión que m e encargó el General Choi

(, El torneo fue una maratón de 20 horas netas (el sábado a las 11 de la noche fue interrumpido para seguir a la mañana siguiente hasta la noche) y, según la prensa especializada de entonces, con una técnica poco pulida y fuerte contacto. El Segundo Torneo Nacional fue en el Luna Park el 7 de noviembre de 1976, con sustanciales mejoras en lo organizativo y en lo técnico. Aunque el uso de pecheras podría sugerir similitud con el estilo olím­ pico (WTF) que terminaría de desarrollarse casi 20 años más tarde, el

tipo de práctica hacía que eí combate fuera notablemente diferente: el uSo de la patada lateral sin atenuantes, ante la cual eran muy vulnera­ bles los peleadores en sus sólidas posiciones, y la importancia dada a los golpes de puño -que buscaban “romper" al oponente atravesando la pechera- hacían del Tae Kwon Do de entonces una forma de combate quizás poco evolucionada pero sumamente peligrosa. Los resultados en la categoría cinturones negros fueron: Masculino livianos

Masculino semilivianos

Masculino m edianos

Masculino medio pesados

1j. Saenz (de

1 R. Gurtler (de Chung) 2 V. Romano (de Kim) 3 N. Zingoni (de Chung)

1 C. Ouro (de Choi) 2 G. Ramisch (de Chung) 3 P. Florindo (de Lee)

1 R. Borjas (de Kim) 2 A. Villanueva (de Kim) 3 G. Giner (de Lee)

Damas livianas

Damas semilivianas

Kim) 2 A. Grispino (de Kim) 3 C. Kreitmair (de Chung)

Masculino pesados

1C, Verdun (de Lee) 2 F. Taboada (de Choi) 3 0. del Prado (de Kim)

1 Miriam del Rio (de Kim) 2 A. Facchin (de Kim) 3 L. Filippa (de Chung)

1 K. Wagner (de Kim) 2 M. Larrain (de Kim) 3 C. Acevedo (de Lee)

En abril del 77, en ocasión de la visita del General Choi Hong Hi, se organizó el “Primer Campeonato Argentino" (de Danés) que se hizo en Ferro. La crónica de Yudo Karate expresaba: "Descontando el encuentro Ouro-Florindo, el resto de los com bates fu eron intrascen­ dentes y no estuvieron a la altura de lo que supone una com petición de esta importancia". La explicación fue que la cercanía temporal con el torneo precedente había determinado un alto en el entrenamiento durante el verano, y los competidores fueron avisados del torneo sin ninguna anticipación para prepararse. Los protagonistas de la jorna­ da fueron Carrillo, Sáenz, Borjas, Pórtela, Toso, Florindo, Ouro, Sosa, Capalbo, Pintos y Verdún. Al cabo de dicho torneo, durante la cena con los maestros coreanos, cuentan que el GraL Choi se manifestó im­ presionado por Carlos Ouro, de quien dijo ser el mejor taekwondista

que había visto ese día, Ouro no había llegado a ia final, sin duda una frustración para quien había ganado los campeonatos anteriores y en este torneo había noqueado a un oponente con patada circular (dollio chagui) con el metatarso saltando en retroceso. En esta ocasión se había cruzado con Florindo, con quien tenían una rivalidad que sería el clásico de la época -ambos medíanos, aquel de 1,86 m. de altura y éste de 1,72- que se terminaría definiendo a favor de Ouro cuando volvieron a enfrentarse en la final del Tercer Campeonato Nacional en diciembre de 1977 en 1a Federación de Box. En la suma, Ouro venció dos veces, empataron en el 75 cuando por diferencia de peso le dieron la pelea a Ouro, y Florindo venció una. En 1988 entrevisté a Ouro, quien contaba que en su apogeo en los 70 entrenaba cuatro o cinco horas diarias. Me dijo que tanto él como su contrincante eran muy técnicos, y que él manejaba muy bien las piernas y usaba ía de adelante, con la ventaja de alcance que ello conlleva. Según me decía, su rival era muy bueno arremetiendo y con el giro, y en su última pelea Ouro terminó de encontrarle la vuelta: en lugar de pelear de contragolpe, decidió atacar. Ese cambio de estrategia, bien ejecutada, definió la cuestión. Los otros nombres destacados en la categoría cinturones negros en este campeonato fueron -de livianos a pesados- Aquino, Carrillo, Sáenz, Guzmán, Pórtela, Iedwab, Palmisano, Nardelli, Schmidt, Del Prado, Sosa y Castagnola. Entre los azules y rojos había nombres que luego cobrarían relevancia: Busca, Mangoni, Vaccaro, San Marco, Rogala, Saraví y Puppo.

Florindo vs. Ouro. Antes de terminar la década Verdún, Florindo, Vaccaro, Figueroa, Iedwab, Ricciardelli, Beíardinelli, Taboada y Cacho Córdoba se destaca­ ban como peleadores. Algunos de ellos lograron forjar el prestigio del

estilo coreano en los torneos abiertos a todas las artes marciales con reglas de Karate sancionados por USKA (Verdún y Florindo ganaron los sudamericanos del 76 y 11, y Iedwab lo haría en el 82). En el recordado "Torneo de los Campeones" de 1978 en el Estadio Ferrocarril Oeste los "taekwondistas” se enfrentaron contra exponentes del Karate y del Kung Fu. El Tae Kwon Do estuvo representado por Cirelli, Florindo y Verdún, quien fue derrotado por el karateka Moriñigo en una vibrante y discutida final. El reglamento de Tae Kwon Do, que prohibía los golpes de puño a la cara pero admitía las patadas de lleno al rostro, era muy diferente al de Karate, que en teoría sólo admitía leve contacto al cuerpo, y los puñetazos al rostro debían ser detenidos a dos centímetros antes del punto de impacto. No obstante, en los hechos el tipo de práctica tradícional del Tae Kwon Do de entonces, por incluir mucha repetición de técnicas de base y estar orientada a sorprender al rival y atacar con po­ tencia, permitía que los luchadores de Tae Kwon Do pudieran competir en ambas modalidades. Con los años ese tipo de entrenamiento fue sien­ do dejado de lado, al punto que hoy en general se percibe al Tae Kwon Do como algo muy distinto del Karate (aunque el reglamento actual de Karate, al dar mayor puntuación a las patadas altas, lo ha acercado bas­ tante al Tae Kwon Do Clásico).

Han Chang Kim, diplom ático, Gral. Choi, s e creta rio d e ITF, R. S á en z ,A . Balza, Nam S u n g Choi, H. M araño.

A mediados de los 70 la información en la Argentina sobre lo que estaba sucediendo en Corea era escasa y confusa. El correo tardaba meses (y había sospechas de que a veces fuera abierto), y las comuni­ caciones telefónicas de larga distancia eran difíciles de lograr, de muy mala calidad y costosas. Era una época en que la Guerra Fría lo pene­ traba todo. Corea y la Argentina, aun siendo países muy diferentes, es­ taban bajo gobiernos militares en respuesta a amenazas y acciones que provenían del bloque comunista (las atrocidades de uno y otro lado no pertenecen a esta historia, aunque la tocan). Un episodio que pinta acabadamente la situación es lo que le ocurrió a un cinturón negro que en aquel entonces ayudaba a su maestro coreano. Éste tenía alguna mííítancia política, pero no participaba de la violencia. Una noche llegó al gimnasio un grupo de personas armadas, en un Ford Falcon, buscán­ dolo. Afortunadamente un compañero suyo -que resultó ser miembro de los servicios de inteligencia que estaban vigilándolo- intercedió por él y logró salvarse. El maestro -lejos de ser "zurdo", algo inconcebible para un surcoreano- llegó a hacer gestiones con un compañero suyo que enseñaba Tae Kwon Do en otro país para facilitar la salida de su alumno, por lo cual el coreano eventualmente debió dar explicaciones, aun cuando el viaje nunca se concretó. Hasta 1976 la práctica del Tae Kwon Do se mantenía alejada de cuestiones políticas o institucionales. Entonces llegó el Mtro. Chi-Young Um, 7mo Dan, anunciando que en Corea se había decidido que la nueva autoridad global era la recientemente creada WTF. Um -cuyo modo de llegada al país referimos anteriormente- se vinculó con un oficial del Ejército de apellido Rafael, quien fue designado como presidente de la primera Asociación Argentina. Si la llegada de Um fue en sí misma incómoda para los pioneros afincados en el país, su conducta fue objeto de reproche por parte de muchos. Kwang Duk Chung, en un acto de arrojo, viajó a Corea para explicar que en la Argentina ya tenía muchos alumnos (él y otros compatriotas suyos), y que la WTF debería recon­ siderar quién debía ser la autoridad oficial del Tae Kwon Do en el país. Estando allí, Chung tomó contacto con el embajador argentino, Edgar Pérez Colman, con quien encontró buena sintonía y explicó la situación que había generado la presencia del Mtro. Um. La WTF dio una res­ puesta poco satisfactoria: Um era un maestro que tenía pleno aval del

Kuk Ki Won. Decepcionado pero no amedrentado, KD Chung demostró se r un h o m b re de variados recursos pues de re g re s o a la Argentina pasó por Canadá, donde tomó contacto directo con el Gral. Choi, Para los maestros coreanos que tenían más tiempo en la Argentina la situación era variada. Kim respondía al Gral. Choi desde un comien­ zo, Choi en principio también, aunque varios de los demás (principal­ mente Yang, con la presión que su padre ejercía sobre todos) provenían del riñón de la Asociación Coreana y veían la necesidad de afiliarse a la WTF, la nueva cara internacional de la KTA. Mientras tanto se mantenía la indefinición, y los coreanos (que se manejaban grupalmente con Kim a la cabeza) continuaban con su actividad docente, prefiriendo no meterse demasiado en lo político-institucional Las distinciones de siglas "ITF" o "WTF" no existían para los argentinos, quienes sim­ plemente sabían que el jefe internacional era Choi Hong Hi, por lo que hasta 1978 la irrupción de WTF -sin siquiera el nombre de un maestro referente, y sin explicaciones- era difícil de entender para la mayor parte de ellos, y fran cam en te irrelevante para la vida cotidiana en los gimnasios -recuérdese que hasta hacía un par de años, el propio NS Choi hablaba de "Karate”-. Nuestro país nunca había enviado competidores al exterior, fuera del particular caso de Javier Dacak, quien nacionalizado argentino, en el 74 por iniciativa propia viajó desde el Chaco al mundial de ITF de Montreal. Ahora bajo la guía de Yang Dae Choi se prepararon tres alumnos para intervenir en el próximo mundial de Chicago, en sep­ tiembre de 1977: eran Florindo, Verdún y Salim. Los dos primeros entrenaban diariamente varias horas, además de dar clases en las que practicaban, y los domingos entrenaban en el KDT (hoy "Club de Amigos"). Además, el problema más serio era recaudar los fondos, que cada uno debía procurarse de alguna manera. Lamentablemente antes de viajar Verdún se fracturó un dedo del pie con un codazo, y debía operarse. Pero no se iba a perder esta oportunidad. Previamente a su partida pasaron por la embajada de Corea para llevarse la carta que los acreditaba como representantes argentinos. También viajó Um, aunque separadamente -en ese entonces no se llevaba bien con DC Yang, a quien había “puenteado" al llegar; tiempo después advertiría y repararía su error- Estando en Chicago, Florindo y Verdún -Salim no

pudo viajar- se encontraron con la dificultad de que el reglamento era distinto, y ia barrera del idioma era grande. Suponían encontrar allí al (jral. Choi, la única autoridad coreana que había pisado la Argentina, que según se decía ahora vivía en Norteamérica. Demás está decir que, siendo ese el tercer mundial de WTF (los anteriores habían sido en Seúl), hubiera sido un milagro que encontraran al Gral. Choi. Volvieron muy conformes con su desempeño, y con otra perspectiva sobre lo que ocurría en el mundo -como anécdota, en ese mundial se destacó el ya mencionado Ernie Reyes Sr.-. Al regreso, en una reunión con maestros ygente de la embajada contaron entusiasmados su experiencia al ver la cantidad de países y la importancia que cobraba esta disciplina en el mundo (la diferencia entre los campeonatos locales y lo que vivieron era inmensa). Sin darse demasiada cuenta y a pesar de que postula­ ban inicialmente establecer una organización nacional y sólo después tomar definiciones internacionales, terminaron de redoblar la presión a favor de que los maestros se afiliaran a WTF. Una de las novedades técnicas era la patada descendente -una especie de hachazo que golpea de arriba hacia abajo con el talón, generalmente a la cabeza-, que no era utilizada en el Karate japonés. Si bien ellos conocían una versión coreana donde la pierna se elevaba circularmente en abanico, ahora se levantaba rápidamente, recta hacia arriba, como si la cadera actuara de bisagra con dos tiempos marcados, y mayor contundencia. Las presiones de la embajada coreana en la Argentina eran fuer­ tes, y la foto de los maestros locales con el Gral. Choi en el torneo a comienzos del 77 que circuló en Corea ese mismo año le complicó la vida a más de uno de ellos, Según se dice, había zanahorias y palos que ayudaban a entender el mensaje que llegaba de Seúl. MJ Chung y NS Choi, además, habían nacido en el norte de Corea, y eso no los ayudaba. En cuanto a la presentación de WTF en el país, hacia fin del 77 des­ pués del mundial de WTF, el embajador argentino Edgar Pérez Colman regresaba de Corea para retirarse del servicio diplomático. Cercano a cumplir 60 años, era un embajador de carrera con acuerdo del Senado, y sería reemplazado por el gobierno militar. A lo largo de las cuatro décadas que siguieron, Pérez Colman tendría un papel decisivo en el Tae Kwon Do argentino, demostrando una aptitud política y sagacidad notables. Ya en Corea había tomado cierto conocimiento de la situación

del país luego de aquella visita de KD Chung, y allí se le había pedido que ayudara a hacer saber en la Argentina que la nueva autoridad del Tae Kwon Do era la Federación Mundial (WTF), que el Oral. Choi había pretendido apropiarse y privatizar la ITF -la cara ante el mundo de la KTA- en su propio beneficio, que éste estaba vinculado con el comunis­ mo y por ende era un enemigo nacional (de ambos países). Esas eran las razones por las que todos los maestros coreanos residentes en la Argentina debían pasar a la WTF. Pérez Colman contaba con la ayuda del Mtro. Ku Yong-Chae -un entrenador de primera línea-, quien fijó residencia en el país para ayudar a Pérez Colman. Ku estaba decidido a ejercer la autoridad con que había sido investido en Corea. Según cuentan, los maestros Um y Yang -ya unidos-, los hermanos Kim, Keh (de Junín) y otros -esto es, los que enseñaban estilo moderno y habían llegado primero- inicialmente hicieron causa común contra la abrup­ ta irrupción de Pérez Colman y Ku, hasta que la habilidad política de aquel logró que en julio de 1978 se llegara a un acuerdo que permitió la creación de la Asociación Argentina de Tae Kwon Do “el intento de Um dos años antes había fracasado-, alineada a la WTF (que en 1983 se transformaría en la Confederación Argentina de Taekwondo "CAT"). Dicha entidad, en su accidentada historia fue presidida sucesivamente por el embajador Pérez Colman (1978/91, hoy a los 92 años, activo presidente honorario vitalicio), Rogelio Lomazzo (1992/98), Héctor Olivero (1998/99), Julio Cassanello (1999/05), el Ing. López (quien ocupó la presidencia desde el 2005, cuando su predecesor fue desig­ nado presidente del Comité Olímpico Argentino) y Emilio Casagrande (2006/09, el primer practicante de Tae Kwon Do en acceder a tal car­ go). En el período 2009/10 actuó como interventor judicial el Emb. Pérez Colman y luego, en 2011, ha habido una elección por la que fue designado Ricardo Torres, que fue impugnada por Pérez Colman y se encuentra a consideración en los tribunales al tiempo de escribirse es­ tas líneas. Según veremos más adelante, fueron escasos los momentos de convivencia pacífica en el seno de dicha organización. Respecto del estilo de Tae Kwon Do WTF, podría decirse que Yang había sido su introductor avant la ¡ettre, Um fue su primer anunciante, y Ku quien lo implemento plena y oficialmente como primer director técnico de la CAT.

El Embajador Edgar Pérez Colman con Osvaldo Cruz Martín. En agosto de 1978 se celebró el primer torneo oficial de WTF en la Argentina, en el que compitieron, entre otros, Félix Solas, Ernesto Carrillo, Abel Salim, Oscar Reynoso, Alfredo Muñoz, Néstor Álamos, Zandona, Cacho Córdoba, Daniel Toledo, Rubén Retamar, Miguel Rodea y José Viola -adviértase la ausencia de alumnos de los Mtros. Kim, Choi y Chung, que se resistían a someterse a los Mtros. Ku y UmEn ese año murió el Cnel. Yang. Poco tiempo después, en septiem­ bre del 78 viajaría un equipo argentino al 2o Campeonato Mundial de ITF en Oklahoma, integrado por Daniel Schmidt, Ricardo Gurtler, Eduardo Palmisano, M. Alejandro De María, Daniel San Marco, YongChol Kim, Javier Dacak y Roberto Sáenz. Todos estos eran alumnos de KD Chung, quien continuó confirmando el camino que se le había abierto en la ITF, comenzando asimismo a unirse a la postura política del Gral. Choi crítica ai gobierno surcoreano, que técnicamente era lo que se conocía como "tercera posición". El nuevo estilo de pelea establecido en el país por Ku (diferencián­ dolo de todo lo anterior) era un eslabón más en la línea que se había desarrollado en Corea a mediados de los 60: se había alejado bastante

del Karate, porque la herramienta principal eran las piernas -además de puñetazos al pecho-. Esto se consideraba propiamente "coreano"la ventaja es que las patadas, además de mayor alcance, tienen entré el doble y el triple de potencia que los puños (y para manejarlas hábil­ mente, exigen el doble o triple de entrenamiento]; requería cuerpos flexibles, una forma particular de desplazarse, más flotante y con el centro de gravedad alto, que con el tiempo separó ai Tae Kwon Do aún más del Karate. El ejército coreano y la mentalidad propia al estado dé guerra del país, con miles de jóvenes alistados, aseguraban que esto no era un juego: la patada de un coreano entrenado en este "deporte" era verdaderamente letal e indudablemente "marcial". Esa variante estableció la KTA en Corea -que había sido presidida por el propio Choi antes de que se conociera lo que ahora se llama ITF o WTF-, Algunos de los maestros que luego acompañarían al Gral. Choi en ITF eran ex campeones en este estilo KTA a inicios de los 60, emigrados de Corea. Ellos son los que le ayudaron a incluir complicadas técnicas de patada en las formas de ITF. Otros de esa generación -los que permanecieron en Corea- profundizaron los cambios hasta terminar de definir el esti­ lo de pelea de WTF. Este apartamiento de lo tradicional implicaba tam­ bién un sacrificio importante: al darle tanta importancia a las patadas, la posibilidad de practicar el arte marcial durante toda la vida se vio seriamente comprometida. El nuevo Tae Kwon Do, tan exigente, podía ser practicado entre los 15 y los 35 años, lo que determinó que al final de su vida útil, forzados a abandonar la práctica los ex competidores se transformaran en entrenadores. Un camino distinto del tradicional, que se ufana de promover la longevidad, donde el sistema técnico está pensado para que el practicante pueda encontrar puntos en los que mejorar hasta muy avanzada edad. Los maestros Kim y Choi estiraban la indefinición no exenta de contradicciones -por ejemplo, Choi Hong Hi era recibido por ellos a comienzos de 1977, aunque Trajtenberg y Maraño recibieron sus diplomas de 2do Dan de Kuk Ki Won-. Mientras que los coreanos de llegada más reciente participaban activamente en WTF a través de sus alumnos, los de Kim y Choi habían quedado fuera del centro de la esce­ na que ocupaba ahora el sector de Ku. Osvaldo Cruz Martín y Gustavo Pórtela (de Choi) y Ramón Borjas (de Kim), dedicados practicantes e

entonces en sumarse a lo que parecía ese atractivo movi­ eran considerados por Pérez Colman como marginales debido aja reticencia de sus maestros. Las opiniones eran variadas, y la resistencia al proyecto de Seúl no solo provenía del riñón del Gral. Choi. Al poco tiempo el prestigio­ so Mtro. Sang Kyu Shim, autor del clásico "The Making o f a Martial Urtist" y editor de Tae Kwon Do Times, se quejaba de las acciones de la WTF, que nunca defraudaron ni a sus adherentes ni a sus críticos pues confirmaron todo lo positivo y negativo que se avisoraba desde uncomienzo. Lo positivo era lo relacionado con la posibilidad olímpica que sería la vidriera para hacer conocida a Corea ante el mundo; para lonegativo basta escucharlo a Shim, Entre sus reproches escribía que ( manos Adrián y Cristian Desiderio, Carlos Lorefice y Manuel Luque.

Adelante: P. Trajtenberg, Lim Won-Sup, Gral Choi, Kim Suk-Jun, H. Maraño.Atrás: O.C. Martín, M. Troiano, M. Montes, D. Rossel, L. Vega, R. Siracusa,]. Miccolis, P. Ferrer, N. Galarraga (foto en el Centro Argentino en la visita por el Mundial de 1981). Los gimnasios iban consolidándose de a poco. Uno de los que lo­ graría fama perdurable sería Hoguma. Su origen fue en 1981, cuando Yong-Chol Kim y Carlos Filippa -que habían sido compañeros bajo

Kwang Duk Chung- decidieron poner juntos un gimnasio en el pri­ mer piso de una vieja casa en Av. Corrientes 4640. Ellos enseñarían respectivamente los estilos ITF y WTF. Entonces fue cuando muchos compañeros de Fiíippa, alumnos de Joong Moon Chung se juntaban los fines de semana a trabajar en el local removiendo escombros y remodelando. Tres de los más comprometidos en ese esfuerzo de amigos fueron HOracio Macchi, GUstavo Rossi y MArio Mesa, y en agradeci­ miento a ellos el gimnasio se llamó HOGUMA, donde practicó por años el numeroso grupo de WTF “Seng Do", liderado por Filippa. Con el advenimiento de la democracia en 1983, poco a poco cambió el estilo de vida de la población. Actividades deportivas y culturales que hasta entonces habían tenido limitado poder convocante comen­ zaron a atraer masivamente a los jóvenes. Yo fui uno de ellos. Recuerdo que en mi autoimpuesto apartamiento del Tae Kwon Do -en realidad, de ir al gimnasio de Choi donde había comenzado- un compañero de colegio de mi hermano llamado Fernando Lund (un excelente practi­ cante alumno de Beloso) me dijo: "Este sábado me tenés que acompañar; viene el general coreano que inventó el Tae Kwon Do". Yo no entendía nada -suponía que era un arte milenario- pero no me iba perder la in­ vitación. Ese fin de semana nos encontramos con varios miles de alum­ nos, formados en un gran gimnasio cubierto en el sector de empleados del Jockey Club en San Isidro. Estábamos descalzos sobre el frío piso de cemento alisado cuando pasó ante nosotros el General Choi, muy distinto a la imagen de maestro de larga barba y pelo blanco que yo esperaba. De saco y corbata, acompañado por otros orientales de igual aspecto, parecía sacado de una película de espías. Estaba programado que el Gral. Choi diera el curso en GEBA, donde enseñaba Florindo, pero presiones al club por parte de autoridades nacionales (por ins­ tancia de la CAT) lo impidieron. Ese día más de 4000 practicantes se reunieron en el parque frente a ATC, hasta que promediando la tarde como alternativa de emergencia se consiguió el Jockey Club. Hacia 1985 las escuelas de artes marciales florecían, y la revista Yudo Karate ocupaba un lugar central en el ambiente. Su historia había comenzado 10 años antes cuando un joven Miguel Hladilo -su funda­ dor y alma m ater hasta el día de hoy- estaba activo en el mundo del ; entrenamiento físico, y con su tío Emilio Olcesi tenía un local de venta

de productos de ese rubro. HIadilo había sido campeón argentino de fisicoculturísmo (Mr. Argentina 66] y varias veces recordman en levantamiento de pesas y de potencia, y publicaba la revista Apolo. Conver­ sando con colegas suyos, a fines de 1972 identificó en los gimnasios el potencial del movimiento de las artes marciales, hasta entonces ajeno al público general, y decidió lanzarse con una nueva publicación dirigi­ da a ese nicho, Cuando estaba preparando el primer número su amigo Eduardo González, practicante de Ju jitsu, le presentó a un represen­ tante de la Warner Brothers que tenía previsto estrenar en los meses siguientes una película que hacía furor en los Estados Unidos: "Ope­ ración Dragón", con el legendario Bruce Lee. La publicidad contratada en la nueva revista la asoció a ese éxito. El fanatismo que generó fue algo nunca antes visto, hubo practicantes que la vieron más de veinte veces. HIadilo publicó una revista íntegramente dedicada a ese per­ sonaje, que se mantuvo vigente por años. Un par de meses después, la Warner se volvió a contactar con HIadilo, para invitarlo a una audición privada de una serie de televisión que saldría en horario central en el Canal 13. Esta vez se trataba de "Kung Fu", donde David Carradine encarnaba a un monje Shaolin exiliado de China recorriendo eí oeste norteamericano. Para entonces, los gimnasios se llenaban y Miguel HIadilo se dedicó a entrevistar a los especialistas y brindar a los lec­ tores locales información que circulaba en el exterior. Cuando hoy uno recorre las páginas de aquella temprana época queda admirado por su calidad y profesionalismo. Así ayudó a dar forma al Tae Kwon Do sirviendo de voz autorizada sobre las tendencias internacionales y lo­ cales, y alentando a los competidores locales con el sueño de aparecer en la portada de la revista. Todo especialista de artes marciales que visitaba el país era llevado por sus anfitriones para ser entrevistado en Yudo Karate. Las cualidades de HIadilo -su don de gente, capacidad de análisis y la objetividad que le aseguraba no practicar ninguna de estas disciplinas- y su empeño lo transformaron en un referente indisr cutido, que influyó como muy pocos durante las primeras tres décadas del Tae Kwon Do en la Argentina. La revista se vendía en kioscos y en locales originalmente dedicados al fisicoculturismo que sumaron a su oferta uniformes, equipos de entrenamiento, armas de madera y pro­ tectores -muy rústicos hasta fines de los 8 0 -: se sucedieron los locales

de “Apolo Deportes" en la calle Serrano y Cabrera, luego en la calle Guatemala (allí compré mi nunchaku y mi primera revísta Black Beit), "Marathón” en la Avenida Canning, y "Randori" en la Avenida Córdoba y Gascón. Entre otras actividades, Yudo Karate organizó clínicas abiertas dictadas por reconoci­ dos profesores, torneos abiertos OYKAM ("Organización Yudo Ka­ rate para las Artes Marciales”], y contó entre sus colaboradores con Nishizaka, Áspera, Gallina, Zanga, Pérez (de Judo), Brinkmann (de Karate), Valdés, los hermanos Di Renzo, Iglesias (de Kung Fu), y Gambolini, Florindo, Miguel HIadilo junto a la portada his­ tórica del Maestro Kim Han-Chang. Iedwab, Galarraga, Adrogué y Rocha (de Tae Kwon Do) y Jorge Ambrústolo, periodista que a comienzos de los 90 fundó la revista Mun­ do Marcial. Otras revistas que merecen ser recordadas son Kumgang (de Francisco Fuentes e ítalo Sassu), Disciplina Marcial (M. Sakanashi), Cultura Marcial (A.L. Valdés), Sensei (C. Iedwab) y más recientemente Cinturón Negro de Argentina (C. Veiga) y Maestros (D. y G. Srur y A. Freire). En lo televisivo, ha sido Mario Troiano quien a través de sus progra­ mas se transformó para el gran público en "el” comunícador de las artes de combate, además de haber instituido el renombrado Premio Artista Marcial. Entre los fotógrafos más reconocidos del medio están Carlos :Quaretti, Italo Sassu, Ernesto Rücker y Darío Astudillo. Una mención especial merece el portal de Internet www.mastaekwondo.com el cual tuvo origen en la Argentina y a fuerza de calidad y nivel periodístico en flos últimos años ha pasado a tener versiones en inglés y portugués, y se ta convertido en el mayor medio de difusión de noticias del Tae Kwon DoWTF en el mundo, con picos de 30.000 visitas diarias.

En el ámbito de la WTF durante principios de los 80, entre los nom­ bres de competidores que figuraban en los torneos locales cuentan (de livanos a pesados) Rabiossi, Rodea, Salim, Mangoni, G. Pérez, R, Tello Tajes, Busca, Albarenque, Lavalle, Pórtela, Vilas, Alture, Fuentes, C. G Olivera, Cravelli, Corino, Príncipi, Pope y Puppo. La CAT bajo la dirección técnica del Mtro. Ku concentró los entrenamientos de todos los cinturones negros con potencial para competir internacionalmente, y los maestros más antiguos -Kim y Choi- permi­ tieron que sus alumnos continuaran con su desarrollo competitivo en ese ámbito. En diciembre de 1980 la Argentina envió un equipo al 2do Campeonato Panamericano de Tae Kwon Do en Guayaquil, Integra­ ron la delegación el Emb. Pérez Colman, los Mtros. Ku y Choi, y como competidores, Busca, Carrillo, Vaccaro, Solas, Tajes, Beltrán, Puppo y Chun Sung Hun, con Sánchez, Casagrande y Muñoz que viajaron para participar del curso de árbitros internacionales.

Panamericano de Guayaquil 80. Parados, desde izq.: Ku, Busca, Vaccaro, Beltrán, Puppo, Choi, Tajes, NN, Solas, Pérez Colman; abajo desde la izq.: Carrillo, Chun, "Pepe"Sánchez.

Una muy destacable experiencia internacional fue la de Raúl Busca yJuan Carlos Mangoni, quienes lograron respectivamente el 2do y 3er jugar en los Iros Juegos Mundiales 1981 de Santa Clara EEUU, donde también participaron Salim, Rodea, Attías, Pepe Sánchez, Puppo y So­ jas. Busca peleó una final notable contra un competidor coreano, en la que el argentino dominaba con claridad, hasta que recibió una fuerte patada con giro en la zona inguinal. Se despertó en la enfermería. Bajo el reglamento dicho golpe merecía la descalificación inmediata, pero las autoridades le dieron la pelea a su rival. Busca, seriamente lesionado, recibió pedidos de disculpas junto con la explicación de que una vez que estaba otorgada la medalla, no había nada que hacer al respecto. Como muestra de que "el mundo es un pañuelo", el árbitro fue Song-Kil Kim, aquel maestro de Song Moo Kwan radicado en California. El equipo seleccionado para el mundial de febrero de 1982 en G u a y a q u il estaba integrado por Miguel Rodea, Juan Carlos Mangoni, Raúl Busca, Gustavo Somoza, Ricardo H, Fuentes, Rubén Príncipi y R ic a r d o Puppo (finalmente no viajaron los seleccionados Oscar Tajes, P ed ro Rabiossi y Antonio Basualdo) con Ramón Borjas, que viajó para asistir a un curso de arbitraje. Estos competidores, cuyas edades iban délos 21 a los 25 años, eran parte de una nueva generación, y fueron quienes verdaderamente abrieron el camino a la experiencia inter­ n a c io n a l del WTF local, experimentando de primera mano el estilo Olímpico desarrollado en Corea, un Tae Kwon Do más rápido y más evolucionado en lo estratégico que se diferenciaba cada vez más del estilo tradicional. Para el siguiente evento -los Panamericanos de Santo Domingoun equipo entrenó diariamente durante cuatro meses (Rodea, Man­ goni, Busca, Somoza, Fuentes y Puppo, entre otros] para encontrarse finalmente con que no había fondos, por lo que no pudieron viajar; al mundial de Copenhague de octubre de 1983 solo viajaron Busca y Mangoni, entrenando por su cuenta y sin respaldo institucional, todo locual evidencia las dificultades que vivía la Confederación Argentina deTaekwondo.

Raúl Busca, imparable. En el estilo ITF los competidores destacados a comienzos de los 80 eran Alberto Katz (quien inauguró dentro de su grupo un estilo que se apartó del de Choi), Claudio Iedwab, Edgardo Villanueva (un campeón extraordinario que permaneció invicto durante largos años, agresivo y de variados recursos, que tuvo como modelo técnico a su sonbe Katz), Alejandro De María, Roberto Sanz, Alcides Solís, Pedro Osuna (alumno de Desimone, muy peligroso en combate), Héctor "Tito" Guzmán, Gustavo Corino, Jorge Casey, Rodolfo Bechorouch, Fausto Mercado, Gustavo Pope, Ebel Barat, Francisco "Paco" Beloso, Alfredo Belardinelli, Jorge Rábago (actualmente un técnico de primer nivel), Jorge Carabajal, Adolfo Quirce, Marcelo Franzotti, Azucena Zorzón, Héctor Rivera, Guillermo Dávoli, Nicolás Giuliani y Néstor Galarraga. Para esa época, tanto en WTF como en ITF, el estilo de pelea se había desarrollado mucho. Aquellos movimientos que antes estaban reservados para los virtuosos habían pasado a ser más habituales. Las peleas ya no eran eventos donde se veían violentos choques: había comenzado a surgir el combate-espectáculo. Eso ocurre cuando uno tiene la oportunidad de ver a dos luchadores expertos que se enfrentan para medir sus habilidades limpiamente. El espectador espera ver un planteo estratégico inteligente, contundencia, patadas que se eleven, saltos, giros (todo ello, epítome de la combatividad coreana) y golpes precisos creando efímeros momentos de potencia física y belleza, una forma ritualizada que canaliza la violencia, diría un antropólogo, como manifestación sociocultural. Pero la exótica plasticidad oriental

se vuelve algo inquietantemente mundano y brutal si se está del lado incorrecto de una patada. Estando en el área de combate la adrenalina sube, el tiempo se detiene y todas las voces y los sonidos pasan a un segundo plano. Se plantea un juego de estrategias, una competencia de egos por el dominio mental, por controlar el espacio, saber encontrar el ^omento justo donde cruzar la brecha con una combinación. Todo eso hace del combate de competencia una experiencia única, distinta y mu­ cho más fuerte que el combate de gimnasio, generalmente más vistoso pero menos comprometido. Algo que, bien canalizado, es sumamente enriquecedor para el alumno. Sobre todo eso es que se ha cimentado el moderno Tae Kwon Do WTF. * * *

El Tae Kwon Do había llegado a Mar del Plata de la mano de Rober­ to Vilialba a comienzos de ios 70, con visitas de los propios maestros Kim y Lee. La semilla plantada por Vilialba derivó en el Tang Soo Do. Unalumno del Mtro. Kim, Oscar Gallo, a partir de 1977 fue el impulsor de WTF en dicha ciudad, quien tuvo por alumnos a Orlando Franzosi (que junto con Leonor Guerrini dirigen la revista digital www.trainingtime.com.ar) y Carlos Guerrini, destacado competidor hacia comienzos de los 90, hoy devenido en entrenador. Al poco tiempo llegaron los hermanos Lee Jong-Bok y Lee Jong-Hak, 4to y 3er Dan de WTF. Un ex alumno de Vilialba llamado Gustavo Jeong sería alumno de éstos, para luego continuar una línea más tradicional Hacia 1975 el marplatense Alejandro Quadro conoció en la Universidad de la Plata a quien sería su profesor, Alfredo Belardinelli, entonces alumno de Maraño que ense­ ñaba en la "Ciudad de las Diagonales", y con quien se formaría Marcelo Franzotti. Quadro antes había practicado Karate, y se comprometió seriamente con el Tae Kwon Do. De regreso a Mar del Plata, ante la inseguridad de la época, y siendo cinturón amarillo, inició un grupo de práctica, con viajes mensuales de Belardinelli a la ciudad balnearia y otros del alumno a lo de su instructor. Manteniéndose enseñando esta disciplina, en 1980 Quadro se graduó de cinturón negro, evaluado por F. Aquino, entonces reciente 4to Dan graduado por JC Kim. Belardinelli se radicó en Ushuaia. Algún tiempo después Quadro tomó contacto : con Héctor Maraño, y bajo la dirección de éste en 1983 fundó el Centro

Marplatense de Taekwon-Do, cuna del estilo ITF en dicha ciudad, en cuyo seno se formarían los hermanos Ornar y Adrián Merodio, Pedro Cambiaso y Alejandro Yapuncic. En Mendoza, los primeros pasos de la actividad habían sido dados en 1978 con la llegada del Mtro. Kim, Soo-Yong bajo quien se inicia­ ron Felipe Trentacoste y Jorge Olguín. En 1983 el primero de estos se transformaría en el fundador de la Asociación Mendocina. En años sucesivos dicho grupo se adquiriría importancia en volumen y calidad. Muchos de sus miembros llegaron a participar en viajes de capacita­ ción a Corea y EEUU y en competencias internacionales alcanzando posiciones relevantes. Además de los mencionados precedentemente, entre los mendocinos destacados se cuentan Alfredo Trentacoste, Ser­ gio Isaguirre, Juan Gatti, Juan Manuel Ongay, Nicolás González del Solar y Soledad Montenegro, quienes han seguido la línea WTF en afiliación con la Chung Do Kwan a través del Prof. Tajes. Hacia 1985 Ignacio Carbonell se radicó en Puerto Madryn, don­ de comenzó a difundir la actividad en su variante WTF a instancias del Mtro. MJ Chung. De su actividad docente surgieron alumnos que competían en torneos abiertos con muy buenos resultados. Trabando relación con otros instructores de la región y a pedido de su maestro, Carbonell luego se hizo cargo de las escuelas de Esquel, formando en 1989 la Asociación Tradicional de Taekwondo del Sur. Tiempo des­ pués Carbonell sería el artífice de la creación de la Asociación Puerto Madryn de TKD, con representación en la Confederación Argentina. Durante los años 90 se formó una camada importante de instructores, se introdujo la disciplina en la Policía de Chubut, y se estableció una red de trabajo con escuelas de otras localidades patagónicas, hasta el regreso de su fundador a Buenos Aires, quien a la fecha se mantiene activo en su doble carácter de maestro y dirigente. En el ámbito de WTF, en diciembre de 1983 la entonces Asocia­ ción Argentina modificó su estructura para convertirse en la Confe­ deración Argentina de Tae Kwon Do bajo la dirección del Emb. Pérez Colman, y la participación de Ramón Borjas. De a poco, en los años siguientes se generaría un movimiento de división importante, fruto de desencuentros y disconformidades con la forma de ejercicio de la autoridad, que determinaría la existencia de una "CAT paralela", en la

que terminó participando una parte mayoritaria de ese estilo. A nivel ele las autoridades, el Emb. Pérez Colman mantendría su posición en ¡a "CAT oficial". Sin embargo, algunos instructores que hasta hacía poco lo habían acompañado como Casagrande, Pórtela y O. C. Martín, y directivos como el Dr. Héctor López y César Adragna (padre de los destacados competidores Marcelo, Fabio y Darío) continuaron en una línea divergente. Así, en la entidad oficial se mantenían las referidas autoridades con los Mtros. Ku, Chang y A. Muñoz, Borjas, Puppo, Ra­ mos y Laborda (esencialmente, el núcleo de La Plata), mientras que los grupos que respondían al Mtro. HC Kim (Busca, Somoza), al Mtro. NS Choi (Casagrande, Vaccaro), a la Moo Duk Kwan (Salim y Solas), a la Oh Do Kwan de Alejandro González, a la Chung Do Kwan de Tajes, y a la Seng Do de Filippa (estas dos eran las mayores escuelas en este estilo) comenzaron a manejarse por separado. Algunos de tales grupos tuvieron fuerte crecimiento en el interior del país y congregaron a los competidores más representativos de la época -aun quienes eran considerados de la línea "oficial" participaron de este movimiento, como Ángel Muñoz y Mangoni- Esta división no era tajante pues el sector oficial contaba con el reconocimiento de la WTF y el apoyo del Estado Nacional, mientras que el sector "paralelo" era en términos generales una más vasta cantera donde encontrar competidores para representar al país. Ello daba cierta flexibilidad en las actitudes de acercamiento entre ambos -pues, a diferencia de lo que pasaría más adelante, las rivalidades cedían ante objetivos superiores-. Dicho movimiento paralelo se mantuvo vigoroso durante algún tiempo, aunque privado de las ventajas inherentes a la "oficialidad". Por aquel entonces determinados instructores y competidores lograban salidas alternativas para canalizar su desarrollo deportivo y marcial -por ejemplo, Tajes viajando a Corea para establecer relaciones directas con la escuela de origen de HC Kim, pues no era posible contactarse con el Kuk Ki Won, cuya representación correspondía a la CAT oficialDe hecho, los llamados a Corea bloqueando o recomendando a viajeros que pertenecían al sector "rebelde" estaban a la orden del día. Hubo quienes comenzaron a relacionarse con escuelas de otros países para participar en torneos "Open" En dicha época se desarrollaron impor­ tantes campeonatos en el estadio de Parque Sarmiento, y en el punto

máximo de ese movimiento es memorable ei Torneo Nacional de 1987 en Mendoza, en el que participaron más de 600 competidores con 4000 espectadores, algo totalmente fuera de lo habitual en este ámbito. Los viajes de capacitación a Corea se harían cada vez más frecuentes entre los practicantes avanzados de WTF en la Argentina. Es especialmente recordable el de un mes de duración que, gracias a la gestión del Mtro. Han Chang Kim, en 1987 hicieron Félix Solas (quien también viajó a China), Ernesto Carrillo, Raúl Busca, Carlos García, Sergio Ambrosini y los hermanos Haber, que estuvieron entre­ nando durante un mes en el Korea Yudo College (que luego cambió su nombre a Yong In University, especializándose en Yudo, Tae Kwon Do y el Yong Mu Do, un sistema que combina esas disciplinas con el Hapkido). En aquel viaje Solas y Carrillo viajaron semanas antes y aprove­ charon para practicar en las centrales de Moo Duk Kwan y Ji Do Kwan y encontraron una realidad más compleja que la del "Tae Kwon Do 100% deporte” que en general se predicaba respecto de Corea del Sur, Vieron que las escuelas tradicionales seguían existiendo y mantenían orgullosas sus personalidades distintivas, practicando la totalidad del programa del Tae Kwon Do, cada una ejecutando las formas de KukKi Won según sus propios criterios técnicos. Sobre el final del viaje, pre­ vio a su regreso, se les recomendó que superaran las diferencias con el sector oficial de la CAT. Con el tiempo diferentes instructores fueron acercándose a la entidad oficial, que recuperó su lugar central. Como época dorada los competidores de aquellos tiempos recuerdan cuando el Mtro. Chang se hizo cargo de la selección, pues con destacable senti­ do de justicia se aseguró de que el equipo estuviera integrado por los mejores exponentes, sin importar su escuela de origen. Ese momento se extendió hasta los Juegos Odesur de 1990, al cabo de lo cual se al­ teró el modo de funcionamiento de la selección y los mecanismos de reclutamiento. A partir entonces la mayor parte de los integrantes de la selección tendió a pertenecer o estar relacionada con las escuelas con "llegada" a las autoridades. Promediando la década cabe mencionar como competidores del estilo ITF a Edgardo Villanueva -que continuaba como campeón in­ victo-, Gustavo Pigni, Daniel Burban, Fausto Mercado, Juan José Sunini (un peleador talentoso, duro como un clavo, que sabía adaptarse a

todo tipo de reglas y que cruzó excelentes combates con Villanueva), Marcelo Vatrano (un exitoso competidor de peso liviano que en los últimos 15 años se transformó en referente técnico de muchos), Pablo Sabalain, José Maidana (alumno de Galarraga quien, colaborando con su mentor, ha llegado a ganarse un nombre dando cursos técnicos en todo el mundo), Humberto Próspero (alumno de Mario Troiano e ins­ tructor de Hernán Cisternas y Leandro López), Laura Micceli (alumna y esposa de Beloso), José Luis Soler (de Beloso), Fabián Pini, Eric Cal­ vo (alumno de Florindo), Alejandro Quadro, Francisco Petrocco (del grupo Chung), Germán Bianchi, Facundo Alarcón (alumno de Nasini), Daniel López y Mario San Agustín (ambos de Beloso), Sabrina Condró (del grupo Chung) y Mary Potenza (de Rosario, alumna de su marido A. Zimermann).

Edgardo Villanueva (izquierda, foto porl. SassuJy Juan J. Sunini (derecha], dos luchadoresferoces. Según mi recuerdo y cuanto recojo de mis entrevistas, los cuatro grupos centrales de ITF tenían entonces las siguientes características: (i) El Centro Argentino de Trajtenberg y Maraño -al que se habían su­ mado muchos practicantes- había tomado la forma de un movimiento creciente en torno a la idea de practicar y difundir el "Taekwon-Do del

General Choi", considerando a éste creador del arte marcial y por ello siguiendo en materia de técnica las enseñanzas que difundía a través de sus seminarios y libros. La sede central estaba en Av. Cabildo, has­ ta que años después pasó a Av. Luis María Campos. El Centro tenía gran expansión, con instructores que se alineaban bajo la guía de sus máximas graduaciones. Una mención aparte debe hacerse de Edgardo Villanueva, que perteneciendo a dicho grupo desarrolló un sistema completo de Tae Kwon Do sobre el eje del sparring (siendo punta negra alguna vez tuve oportunidad de visitar el gimnasio de Edgardo para ser gentilmente vapuleado por el talentoso Mariano Bechara). Al Cen­ tro se sumaron los principales referentes del ITF de Rosario (Mattos y Nasini) y Javier Dacak del Chaco; (ii) la línea Chung continuada por Ramisch también siguió con convicción el estilo del Gral Choi -quizás como diferencias con "el Centro Argentino" pueden señalarse que (a) el grupo Chung mantenía un perfil más "coreano-tradicional", pues preservaba algunas prácticas del Tae Kwon Do que empezaban a ser dejadas de lado -por ejemplo, el combate a múltiples pasos-, y (b) que fue esta línea quien introdujo en el país la práctica de la "onda sinusoi­ de" que era de reciente implementación. Bajo la calificada conducción de Ramisch se destacaban Armando Villegas -ex alumno de Verdún-y Juan Carlos Núñez y, más jóvenes, Pablo Sabalain, Ernesto Friezche, Marcelo Vatrano y Marcelo Sacchi, además de Gabriel Méndez, Hernán Arnaldo, Daniel González y Gerardo Rossel (iniciado en la línea de Balza como alumno de Njqui Blanco, luego de algunos meses con Raúl Sosa, éste encontró su lugar como alumno de Mito Ramisch). Recuerdo haber practicado en los gimnasios de Sabalain de Carlos Pellegrini y Juncal, así como en su gimnasio de Palermo, donde la práctica se cen­ traba en aquellas formas modernas, los saltos y el combate; (iii) con el correr del tiempo la línea generada a partir de Enrique Eiriz (fallecido) dentro de la ITF se caracterizó por considerar al Tae Kwon Do desde el punto de vista de sus beneficios terapéuticos -Eiriz era psicólogo-y siempre puso el trabajo organizativo, la camaradería y el bienestar de alumnos e instructores, el desarrollo general de las cualidades per­ sonales por encima de las exigencias técnicas del arte marcial, relativizando la importancia del rigor físico para el ascenso en los rangos; actual continuador de esa línea es Ornar Severino. En esto debe hacerse

algún matiz de distinción con los otros sub-grupos, cada uno con sus características personales: el de Grispino -un practicante habilidoso-, el de Desimone -quien llegó a estar muy cerca del Gral. Choi como tra­ ductor en sus seminarios- y el de A. Desiderio -un aplicado practicante que, como médico, también planteó el Tae Kwon Do desde un lugar un poco diferenciado-, (iv) Finalmente estaba la Escuela Argentina de Tae Kwon Do dirigida por Pedro Florindo. A fines del 83, a instancias de mi amigo Lund, me dirigí al instituto Sucre. Fue subir por la estrecha escalera, sentir a todo el edificio vibrar, y entre el vaho ver en esa azo­ tea cerrada a más de 50 practicantes pegando patadas en salto a unas ojotas. La energía que se sentía en ese lugar algo era único. Yo quería ser uno de ellos. Un mes después, cumplida mi promesa estudiantil, aparecí con mi dobok a anotarme, y desde entonces soy alumno de Florindo, Extremadamente racionalista y analítico, él había estudiado Física en la universidad durante cuatro años antes dejarla a fines de los 70, forzado por su trabajo, su rol de padre, el tiempo que le exigía la práctica y la responsabilidad de ser instructor de Tae Kwon Do de varios centenares de personas. Su enseñanza combinaba las posturas largas, el modo de ejecución de los bloqueos y las patadas que había aprendido de Moo Duk Kwan y el estilo de pelea típico de la Asociación Coreana (rápido y agresivo, usando los puños al pecho), todo con la impronta de su particular concepción técnica: desarrolló un método que trabajaba las cualidades físicas mediante la repetición de técnicas básicas incrementando su dificultad; usaba patadas en cámara lenta y múltiples, combinaciones de ataque y contragolpe ejecutadas a intenso ritmo con muchas técnicas sucesivas; y estudiaba métodos de la gim­ nasia deportiva; extraía de los movimientos tradicionales principios que luego aplicaba en sus respuestas de defensa personal; enseñaba y estudiaba las formas ITF con su criterio personal (nunca me voy a olvidar de su presencia golpeando con un palo el suelo para marcar el ritmo de los movimientos); entrenaba a competidores combinando su propia experiencia con criterios de distintos reglamentos con su idea de generar "'peleadores completos". Su situación de "tradicionalista innovador" hizo que quienes se acercaron asociándose a él terminaran asumiéndolo como su maestro.

En algún momento estuvo bajo la dirección de Florindo más de un tercio del Tae Kwon Do ITF de la Argentina. Entre las personas que pasaron por la EAT, del grupo de Jorge Rogers puede m encio­ narse a los de Necochea (Álvarez, Carriquiri, Conno, Aspiri y Piñero), Ornar y Agustín Comesaña, A. Gangi, Horacio Fasán (con una depu­ rada técnica de patada que remite al Moo Duk Kwan de Lee), Daniel Núñez, Walter Brizuela, Héctor y Guillermo Saya, L. Mansilla, Daniel Acosta, Miguel Fernández, Javier r , , Lascala, R. Rodríguez y Diego EsC,aud' ° Iedwaby Gabr‘el D^ cc i. teban; del grupo de Zito Taboada, Gabriel Gatarello (cuyo alumno Víctor D'Amtire luego continuaría esta línea), José Alberto Monte, J. Laborde, J. Froy, N. Mitinez, E. Sironi, G. Ferreira, M. Godoy y Orlando Barro -de Rosario-; de Paco Beloso puede mencionarse al grupo de Glew (Ibarra, Delgado, Gencowsky, Pacheco), Laura Miceli, Roberto Sánchez, Carlos Sakal -quien luego durante un tiempo sucedería a Dávoli como representante del Mtro. Hee II Cho en el país-, Luciano y Walter Rodolfi, José Luis Soler (competidor y luego coach), Mario San Agustín, Javier Polityco, Marcelo Bordiez, Marcelo Cremona (aunque formado por Beloso, había comenzado con Jorge De Carli, éste a su vez alumno de Suárez), Brian Mutri, Leopoldo Ruiz; de Carlos Gómez de Olivera (la escuela Hwarang: Aníbal Johnston, Vicente Romanin, Daniel y Sergio Bruzzone, Eduardo González, Rubén Sánchez, Daniel Castera, el "karateca" Medina -apodo con el que se lo conoció como boxeador por su paso por el Tae Kwon Do- y Orlando Saccomano); Armando Carabajal (Ricardo Galcerán -de ahí, P. Grimalt-) y Jorge Carabajal (Eduardo Trio, Darío Calderón, Rubén Guzmán); en la Pcia. de Bs. As., también Julio Araujo (alumno de Tito Guzmán), Roberto Bonanna (que luego pasó a la Seng Do de Carlos Filippa) y B. Pérez (alumno de Del Valle); J. Lado, G. Arias; el grupo de Rosario; Dávoli,

Salvo, Zimermann (hoy en WTF bajo Alfredo Muñoz), Sunini, Esquivel y Robledo; de la Patagonia: Nacer, Rivera y J. C. González; en el Chaco Gerardo Acosta; en Bella Vista, José Luis Sosa; en zona norte ¿el conurbano, A. González (antes alumno de Gurtler, y su alumno N. ^atorre), en Avellaneda, Néstor Alfonsín, Fabián Lazarte (proveniente del grupo de Belardinelli de La Plata), Aldo Rodríguez (de la línea de D. Vega; de aquel, Miguel A. Gutiérrez, Daniel Pereyra, Pablo Manoci y Andrés Carollo -hoy en Esquel-) y a través de su enseñanza en el instituto Sucre y en el club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, sus alumnos directos: C. Iedwab, G. Delucci, A. Petroni, Gustavo Pérez -su mano derecha en GEBA-, M. Hausemer (y E. Barile, que había sido alumno de Rogala), G. Hamui, G. Pope, J. Rábago (y sus alumnos Borracer, Astorga y Gordillo), D. Burban, C. Marchi, D. Goggi, S. Beccar Varela, E. Calvo (el más antiguo de los alumnos de Florindo que desde cinturón blanco permanece hasta hoy activo en la EAT), J. Tapia, B. Chalekian, A. Pedreira, G. Panosyan, Alberto “el Taño” Sportelli, A. Packer, D. Trupp, G. Piu, A. Calo, L. Trimarco, J. Brunero, L. Salguero, C. Puga, M. Serrano (quien más se acercó al ideal de técnica "tradicional” propuesta por Florindo), H. y M. Carballo, N. Rodríguez Yolando, J. Briozzo, L. Prieto, M. Torrente, R. Gentile, P. Villanueva, M. Adrogué, N. Pallés, Lucas Villa (que supo brillar derrotando ostensiblemente al famoso Pierre Guenette en una Copa América), A. González Charvay, G. Longo, J. Jakimczuk, G. Provale, E. Marti, Walter Lee, C. Ksairi, M. Lucentini, G. Lheritier, S, Falkinhoff, A. Gallo y G. Livon. Una parte importante de ese grupo de instructores se ha separado de la EAT, dispersándose. Aunque en algún momento desde fuera de la EAT se dijo que ésta enseñaba un "estilo" distinto de Tae Kwon Do, en realidad lo característico no era la mecánica de los movimientos, sino un modo especial de practicarlos y sobre todo de enseñarlos. Ello puede apreciarse hoy en quienes luego adhirieron más propiamente a la mecánica del estilo ITF, mantenien­ do no obstante la impronta conceptual de Florindo. Años más tarde y bajo una estructura organizativa distinta, otros cinturones negros se acercarían a Florindo, como instructor o a raíz de su vinculación con Tae Kwon Do International, entre ellos F. Abad, ]. Prieto (ambos de la línea AMET), Bergamino y H. Hernández. En lo competitivo debe destacarse especialmente la figura de Juan José Sunini, el talentoso S am ara,

peleador rosarino que para muchos fue el mejor de su generación. Peleó bajo todo tipo de reglamentos, con frialdad y la inteligencia de un brillante estratega, y le ganó a todos aquellos contra quienes peleó -incluyendo un recordado combate con Edgardo Villanueva que tuvo tres alargues- Sunini influyó sobre todos los grandes competidores que tuvo la Escuela Argentina de Tae Kwon Do desde mediados de los 80, y fue ia persona con quien todos los competidores rosarinos bus­ caban entrenar, sin distinción de grupo de pertenencia. * * *

En principio, la central de la ÍTF prefería tratar con un solo repre­ sentante por país. En el Congreso de ITF en Viena 1984 había habido un movimiento de ciertos maestros coreanos para que el Gral Choi se ubicara en una función no ejecutiva, pero la iniciativa no prosperó, En esa ocasión Dacak, Florindo y Sáenz fueron nombrados directo­ res para la Argentina, bajo la supervisión desde EEUU de KD Chung. Avanzada la década y alcanzado cierto desarrollo de las escuelas en la Argentina, las diferencias entre éste y la mayoría de los directivos locales -entonces, 5tos Danés- se volvieron irreconciliables. La ITF se vio forzada a intervenir, enviando en 1987 a Tran Trieu Quan, enton­ ces 6to Dan, a tomar nota de la situación. La organización no se podía dar el lujo de perder importantes escuelas por los conflictos intesti­ nos, y entonces el grupo del Centro Argentino se resistía a someterse a los dictados de Chung; Tal era la situación cuando en septiembre de 1987 se realizó en Buenos Aires el Campeonato Panamericano de la ITF bajo la supervisión general de dicho maestro. Éste tuvo lugar en el Microestadio del Club Atlético River Píate, y contó con la pre­ sencia del General Choi y los Mtros. Park jung-Tae, Yu Hong-Son, Han Sam-Soo y Cho Pyong-Kyu. A los 44 años de edad, la exhibición de Park deslumbró: hizo poner frente a él cuatro tablas, una arriba de la otra, a distintos niveles de altura. Sin tomar carrera, en un mismo salto disparó como un pistón cuatro patadas circulares seguidas con la misma pierna, rompiendo todas en orden descendente, para luego aterrizar con la suavidad de un felino.

En el campeonato se vieron muy buenas peleas -Vatrano, Sabalain, Calvo, Burban, Petrocco, Franzotti, Rubén Sánchez, San Agustín y Saccomano fue­ ron protagonistas, así como el canadiense Clint Norman-, y se consideró que ese evento marcó un hito de la ITF en el país, que cumplía veinte años. Entre los visitantes estaba, como entre­ nador del equipo canadiense, Tran Trieu-Quan, un vietnamita que era un practicante superla­ tivo, lo cual le fue reconocido cuando quince años más tarde fue ungido como sucesor del Gral. Choi por muchos in s­ tructores de distintos países. Durante ese campeonato tuve oportunidad de entrevistarlo, Mtro. P ark Ju n g Tae en el M icroestadio y entonces, ante la sorpresa de R iv er Píate, 1987. varios, se manifestó en contra de que cinturones negros de categoría hasta 3er Dan tuvieran gimna­ sios a su cargo, porque a su entender ello atentaba contra la calidad de la enseñanza (lo entrevisté dieciseis años después, ya titular de una fracción de ITF, y me respondió que había cambiado de opinión, que éstos podían enseñar si estaban debidamente supervisados siguiendo un programa). No menos sorprendente fue una particular conferencia de prensa en el Aeropuerto de Ezeiza a la que asistí representando a la revista "Disciplina Marciar. En esa ocasión el Gral. Choi venía a poner paños fríos a los problemas del grupo de Trajtenberg y Maraño ^que había tomado importante volumen bajo el nombre FETRA- con KD Chung. El General minimizó las diferencias diciendo que eran problemas naturales propios del crecimiento, considerando que la Argentina era en ese momento el país con más practicantes de estilo

ITF en el mundo. En esa conferencia dijo que sólo reconocería a una única organización, aunque al poco tiempo la resistencia de FETRA lo llevó a revisar su postura: se firmó un acuerdo en virtud del cual para relacionarse con la ITF coexistirían dos grupos -la mencionada FE­ TRA y FAAT, el grupo en que se encolumnaron los alumnos de Chung, Florindo y A. Villanueva-. En aquella entrevista fue cuando Claudio Iedwab le preguntó al GraL Choi sobre el rol del Mtro. Nam Tae-Hi en el origen de ITF. Probablemente fue considerada una pregunta incon­ veniente, porque fue respondida con la mirada torva de un miembro de su comitiva (los maestros/guardaespaldas que siempre acompañaban al Gral. Choi) que estando sentado cruzó sus piernas para mostrar el arma que tenía sujetada a la pantorrilla. Iedwab, un talentoso prac­ ticante de Tae Kwon Do y Karate Shotokan que había sido campeón nacional de Tae Kwon Do ITF en 1981 -uno de los primeros torneos con guantes-, hacía algunos años que se había alejado del Tae Kwon Do institucional, según hoy explica, en repudio a ese tipo de actitudes prepotentes o de ocuitamiento de la verdad. Había decidido enseñar en forma casi artesanal el Tae Kwon Do Moo Duk Kwan como represen­ tante del Mtro. Rhin Moon "Richard" Chun, así como para introducir el arte francés del Savate en la Argentina. Al poco tiempo Iedwab emigró al Canadá, donde ha forjado una carrera como maestro de Gorindo (un interesante sistema que trabaja sobre la raíz común del Tae Kwon Do y el Karate) y autor y editor de "Mind and Body m artial arts" y otros libros sobre este tipo dé disciplinas. Aquí debo mencionar a los Cancelliere, otro exitoso ejemplo de argentinos en el exterior. Mario Cancelliere era un veterano cinturón negro nacido en Italia que después de aprender con Yang Bong-Pil se había convertido en alumno de Héctor Maraño. En 1983 se radicó en Philadelphia, desde donde con sus hijos Verónica y Marcello estableció una importante escuela llamada Red Tiger. Marcello es un excelente practicante que integró en cuatro ocasiones el seleccionado estadouni­ dense de ITF (en Malasia 94, Rusia 97, Argentina 99 y Canadá 07), en dos de tales oportunidades como capitán, y también como entrenador del equipo de EEUU en 2005. Habiéndolo visto en movimiento, no dudo en afirmar que hacia los 90 era de la técnica más depurada que había en Tae Kwon Do ITF, que lograba satisfacer las tendencias de moda

en aquel momento preservando a la vez la esencia de lo tradicional, gl listado de argentinos enseñando Tae Kwon Do en el exterior es extenso, e incluye entre otros a Gustavo Pope (Wellington, en Florida), Adolfo Quirce (Washington), Claudio Marchi (Las Vegas), Gustavo Hamui y Leonardo Salguero (Miami), Carlos Martín (Islas Canarias), Alejandro Banega (Alicante), Mariano Bechara (Madrid), Carolina Menegazzo (Palma de Mallorca), Leonardo Oros Duek (Israel), Gus­ tavo Livon (Guatemala), Orlando Saccomano (Buccinasco, Italia), Zito Taboada (Sao Paulo), Ornar Comesaña (Porto Belo), Javier Polityko (San Salvador de Bahía) y Brian Buck (San José de Costa Rica). A principios de 1988 Park Jung-Tae, entonces máximo referente técnico del estilo, regresó a Buenos Aires para dictar seminarios y tomar exámenes a los instructores de mayor jerarquía de los dos gru­ pos, FETRA y FAAT, por separado. Entre los promovidos a 6to Dan se encontraban Trajtenberg, Maraño, Florindo, Ramisch, Gurtler, Sosa, Dacak, Nasini, Diehl, Grispino, A. Villanueva y Luque. La convivencia no era fácil, y KD Chung enrostraba al grupo de FETRA un incumplimien­ to federativo, pues la ITF exigía que en el estatuto de sus miembros en cada país se incluyera una cláusula que expresamente sometiera tal ente local a su autoridad, lo cual entonces FETRA resistía -siendo su vocero Javier Dacak- bajo el argumento de la soberanía. De ahí la acusación a éstos de "rebeldes". Nada nuevo bajo el sol. El reconocimiento de dos entidades no había solucionado defini­ tivamente la situación. Por ejemplo, en el mundial ITF de Hungría 88, aunque el contingente argentino fue numeroso, el grupo que integraba el equipo oficial estaba compuesto por practicantes de FAAT, más pre­ cisamente del entorno de Chung -y los selectivos se desarrollaban en el "Gimnasio Chung" de la calle Basavilbaso, en el barrio de Retiro, donde enseñaba Eduardo Palmisano- Uno de los más recordados integrantes de esa línea, Juan Pablo Sabalain, se había consagrado campeón en formas y en rotura de salto en largo en dicho mundial, a raíz de lo cual fue contratado como figura para un comercial del desodorante Rexina en la televisión, sirviendo así para exponer la disciplina al público en general. Tiempo después Sabalain sería el introductor del Taekwon-Do ITF en Chile.

El M a estro P ark Ju n g Tae dividió su a ten ción d u ra n te ¡a visita a com ienzos d e 1 9 8 8 en dos g r u p o s : el d e FETRA, cuyos r e fe re n te s d e m a y o r ra n g o eran P. T ra n jten b erg , H. M araño, J. D acak; M. N a sin iy A . Grispino (a rriba ), que había solicitado tra ta r con IT F in d ep en d ien tem e n te del Mtro. KD C h u n g , y aquellos q u e re cib iero n al Mtro. P ark con és te : R. Sosa, A. Villanueva, C hung KwangDuk, Park, G. R am isch, R. S á e n z y P. Florindo.

Llamar la atención del General Choi no era fácil, especialmente ante las dificultades que representaba Kwang Duk Chung, cuya au­ sencia era física pero no política. Entre quienes lo lograron sobresale un instructor cuyo ingenio coronó el trabajo de su gente: Néstor Galarraga, en ese entonces dentro de la órbita de los Profs. Trajtenberg y Maraño. Galarraga invitó al propio Choi a su localidad de Monte Grande, donde las cuatro cuadras céntricas habían cedido su quehacer habitual para verse invadidas de miles de taekwondistas, prolijamente formados, ejecutando técnicas y vitoreando al impresionado general coreano, En la segunda parte de los 80 la técnica de combate deportivo del Tae Kwon Do ITF tuvo grandes progresos. El estilo "canadiense" del notable Paul Germain causó sensación, y aun al día de hoy, a mi entender, no hay nada comparable al desempeño de Germain en el mundial de Glasgow 84, Germain había sido entrenado por Tran Trieu Quan en aquella edad de oro del Canadá de fines de los 70 y principios de los 80 en que residían allí grandes maestros de ITF y WTF, lo que permitió que alumnos se vieran inmersos en un extraordinario crisol de talentos y estilos. Además, Germain (al igual que el recordado Pie;rre Guenette] tenía experiencia intensa en WTF, al punto que había participado -sin mayor éxito- en el mundial de Stuttgart del 79. La velocidad, el prodigioso manejo de piernas y la estrategia provenían de lo que hemos llamado Tae Kwon Do Moderno (esto es, el estilo de combate de WTF] y que influyó notablemente en Tran y en Germain. Como dato de interés, el argentino Martín Montes residió en el Canadá varios años para perfeccionar su estudio del Tae Kwon Do competitivo en todas sus formas, y es hoy un especialista de primer nivel. En lo que hace a estilos, hubo una época en las competencias de ITF argentino en que un buen tiempista usando los puños podía consagrarse campeón aunque fuera un limitado pateador; la negación misma del Tae Kwon Do desde el punto de vista coreano. El estilo canadiense imponía la prima­ cía de las piernas habilidosas, los desplazamientos inteligentes, y era genuinamente Tae Kwon Do. Villanueva siguió ese concepto, aplicando su dilatada experiencia y aguda capacidad de análisis en materia de combate para desarrollar un método de entrenamiento que marcó un hito, bajo el cual se formó la más famosa camada de competidores que

lucían sus camperas rojas en los torneos en el Estadio Obras en aquella época (Pablo Ferreiro, Mariano y Diego Bechara, Germán Von Foerster, Felipe Villamil, Jorge "Spock" de la Viesca, Máximo Valdez, Manuel Sajón y Fernando Pigni), y sirvió de referencia para todos aquellos que siguieron. El método de Villanueva era reputado como casi infalible -según algunos, lograba "sacar agua de las piedras" en alusión a su capacidad para convertir en campeones aun a practicantes de escaso talento- y sus peleadores eran contundentes, muy rápidos, y utiliza­ ban la pierna de adelante y los desplazamientos en ángulo con mucha solvencia. Si Florindo, competidor exitoso de los 70, se había hecho una reputación de "científico" del arte marcial, Villanueva, competidor exitoso de los 80, se había convertido sin duda en un "científico" del combate. Ambos ex campeones, con mundiales en su haber, ambos con "mucha calle" en sus juventudes, no reconocían limitaciones cuando se trataba de seguir aprendiendo, incurablemente rebeldes. La rivalidad clásica entre los competidores ITF de mediados de los 80 era la de Villanueva con Humberto Próspero. Mientras que las distancias federativas hicieron que las peleas de Villanueva con Sunini fueran pocas, con Próspero el encuentro en las finales se hizo habitual Próspero era un tiempista, un competidor que sabía resolver muy bien peleas difíciles. Sus armas predilectas eran el golpe de puño y la patada circular. El contrapunto de personalidades más fuerte que se daba en ese entonces era el de Villanueva con Marcelo Vatrano. Aquel era pasional, irreverente, impredecible y filoso -con sus puños, pies o palabrasy a pesar de haber sido un practicante completo, en su visión del Tae Kwon Do como arte de pelea, su eficacia dependía del dominio de un sparring contundente, al que dedicaba atención especialísima. Vatrano era en varios sentidos lo opuesto: este alumno de Ramisch no era un "pelea­ dor", sino que en los torneos se destacaba parejamente en todas las especialidades,

y cultivaba una modalidad más "correcta" y conforme al protocolo. Vatrano adoptó tempranamente el estilo marcadamente ondulante y relajado en la ejecución de las formas, lo que contrastaba con otros estilos con descarga más pesada. Entre los alumnos de Vatrano se pue­ de mencionar a Fabián Tomás, Sergio Maceira, Federico Figari, Pablo Fuertes, Fernando Marín y a su hijo, Alejo Vatrano. Con el crecimiento técnico, también llegó la sofisticación en mate­ ria de accesorios deportivos. Los protectores de fabricación nacional (con las recordadas marcas Koryo y luego Randori) en un comienzo eran claramente inferiores a los norteamericanos (las marcas Jhoon Rhee, Century y Macho), difícilmente accesibles. Avanzados los 80 ya se había hecho un progreso tal que los nacionales habían pasado a ser una alternativa aceptable. Esa industria, que continuó avanzando, tuvo como mayor exponente a GranMarc, una empresa que hoy se encuentra en la vanguardia internacional -con diseño y desarrollo propios, exportando a otros continentes y una fábrica modelo en Loma Hermosa-, ya distante de aquel modesto emprendimiento "a pulmón" de Ricardo Grande y Vicente Marcone, dos cinturones negros alumnos de Norberto Lerman. En Tae Kwon Do WTF los mejores luchadores del estilo durante mediados de los 80 fueron Jorge Gómez (formado en la escuela Seng Do de Filippa, "la Aplanadora" Gómez era un luchador potente y ele­ gante, quizás el mejor técnico de su generación como Mangoni lo había sido en la anterior), Julio Ramos (1ro en los Juegos Sudamericanos 86, Bronce en los Panamericanos Indianápolis 87), Alejandro "Lamparita" González (el notable titular de la Asociación Oh Do Kwan, cuya escuela ha dado a dos de los tres más grandes competidores de los últimos veinte años), Oscar Reynoso (un viejo practicante alumno de Yang que luego viraría al Pro-taekwondo), Alfredo Vitaller (alumno de A. Mu­ ñoz), Luis Álvarez, Ángel Muñoz (alumno de Félix Pintos y habituado a pelear en campeonatos abiertos, en la edición 1985 del "Torneo de los Campeones" bajo las reglas de Karate hizo gala de una aterradora patada descendente), Fabián Soler (de Casagrande), Alejandro Díaz (de J. Gómez), Pablo Crosa (de Filippa), Marcelo Farías (Oh Do Kwan), Alejandra Chancalay (Oh Do Kwan), Pablo Gaspar y Cristian Yañez (ambos de Filippa).

Dos de ios últimos hechos destacables de esa década fueron la cele­ bración de los veinte años del Tae Kwon Do en el Luna Park, organizada por los Profs. Galarraga (por ITF] y Tajes (por WTF), en cuyo marco se dieron importantes exhibiciones y torneos, y en 1989 la “Copa Reencuentro” llevada a cabo por Tajes y Florindo, en la cual los selec­ cionados de sus respectivas escuelas se enfrentaron en combates bajo el reglamento WTF, con interesantes peleas por el diferente enfoque de los participantes, enfrentamientos en los cuales no se anunciaron resultados pues -valga la paradoja- fueron vividos en el marco de cele­ brar el espíritu común que une a dos estilos distintos de Tae Kwon Do,

C a p ít u l o 6

De l o s

90

h a s ta a c á .

E l e s t i l o ITF

se e x p a n d e ,

¿PARECEN LOS INDEPENDIENTES I l a W T F ENFRENTA ENCRUCIJADAS DE IDENTIDAD ¿DEPORTE MARCIAL?

A comienzos de la década de 1990 una sólida estructura piramidal sé había desarrollado debajo de los líderes locales del estilo ITF. Dado que la mayoría de los grupos tenía su sede en Buenos Aires, el hecho de que ninguno tuviera un territorio asegurado hizo competir a las cabezas de escuela por tener el mayor número de escuelas afiliadas. En una época abandonar al propio instructor había estado mal visto -bajo la tradición oriental una traición- pero de a poco las relaciones se despersonalizaron cuando los instructores encontraban que su maestro no estaba en condiciones de satisfacer las necesidades de sus propios alumnos. Entonces muchos instructores sénior con instructo­ res a su cargo comenzaron a considerar pasarse a otras instituciones si éstas les aseguraban mejores condiciones -acceso a competencias internacionales, tramitación del reconocimiento internacional de las graduaciones, capacitación, algún nivel de participación en la toma de decisiones y, también, mayores porcentajes en los aranceles de los exámenes de sus alumnos-. Otro de los puntos en que competían las asociaciones era en su capacidad política y técnica para llevar a sus alumnos a integrar la selección nacional. La práctica de pases de un grupo a otro fue inicialmente resistida con argumentos éticos, pero se hizo cada vez más frecuente y al día de hoy es un factor cotidiano

que hace funcionar a las instituciones como oferentes disputándose un mercado cada vez más exigente. En 1990 un hecho marcó fuertemente a la ÍTF: Park Jung-Tae, quien fuera su Secretario General y que había causado excelente impresión en nuestro país, renunció a la organización, Según trascendió, fue por diferencias con el General Choi relacionadas con el creciente lugar que estaba tomando la política y las relaciones entre la ÍTF y el gobierno de Corea del Norte (donde él mismo había residido). Entonces Park fundó la Global Tae Kwon Do Federation ("GTF"}. Aunque antes ha> bían existido numerosas renuncias en la ITF -de hecho, casi todos los anteriores maestros coreanos de la ITF habían dejado la organización, sin repercusiones en la Argentina-, el caso de Park era distinto. Era llamado "el Maestro del Pueblo", por su sencillez y el lugar que se había ganado en el corazón de mucha gente en el mundo. Al poco tiempo ei Prof. Paco Beloso -quien perteneciendo al grupo de Florindo había tra­ bado relación con Park en el viaje que en el 89 hicieron con Guillermo Dávoli a rendir su graduación de 4to Dan en Grecia- se unió a ia GTF, transformándose en su representante para Sudamérica. Por otro lado, los lazos con Corea del Norte se hicieron ya innegables con el mundial ITF celebrado en 1992 en Pyongyang. En la misma época tuvo lugar la renuncia del Mtro. KD Chung a la ITF, quien pasó a crear la International Taekwon-Do Society -"IT S"- (fuera del contacto epistolar con algunos alumnos, durante los siguientes veinte años en el ambiente se sabría poco de Chung: se decía que seguía viviendo en Nueva York, alejado de la actividad). La iniciativa de la ITS encontró poco eco en los alumnos locales, e hizo que sólo algunos siguieran a dicho maestro, mientras que el grupo más representativo de quienes hasta entonces respondían a KD Chung bajo la órbita de Guillermo Ramisch decidió permanecer en ITF -entre los competidores en ese grupo estaban Pablo Sabalain y Mario Shaur, campeones en el mundial de Hungría 8 8 Aquí debe mencionarse la situación del Prof. Pedro Florindo. Sus visiones técnicas un tanto particulares rayaban la indocilidad para con la ITF. Recuérdese que Florindo no provenía de la línea de Kim ni de Chung, las más vinculadas con dicha organización; como alumno de Yang, Florindo había participado en las reuniones fundantes del WTF

argentino, siendo uno de sus dos primeros competidores internacio­ nales, y al igual que los otros instructores de primera generación no se plegó a ese movimiento, probablemente cuando vio que en la Argentina "tenía dueños" a los que hubiera tenido que reportar: Pérez Colman y el Mtro. Ku Yong Chae. La elección de Florindo había sido una apuesta por la libertad institucional, reconociendo en el estilo del Gral. Choi una muy buena expresión del Tae Kwon Do Clásico, a diferencia de la mayo­ ría de quienes siguieron el estilo ÍTF, que veían al Gral. Choi como "el" fundador y su maestro de ultramar. Por lo pronto, la Escuela Argentina de Tae Kwon Do presidida por Florindo utilizaba un uniforme distinto (cruzado con bandas negras, estilo Tang Soo Do; usaba el d obok ITF solo para eventos oficiales) y empleaba la nomenclatura coreana más antigua en lugar de la adoptada por ITF (hablaba de hyong, chongul, jugul en lugar de tul, gunnun sogui y niunja sogui). En la Inglaterra de hace 400 años se estableció el principio legal de que "la casa de un hombre es su castillo”, a donde, aunque entren el frío y la lluvia, no puede meterse el rey. Para Florindo, su dojang era su castillo en donde la ITF no tenía por qué inmiscuirse mientras él respetara sus reglas en público. Además de la participación en cursos de ITF, este profesor buscaba conocimiento en otras fuentes, algo que no era demasiado bien visto. A principios de los 90 organizó viajes de capacitación y competencia a los Estados Unidos en los que tuve el gusto de participar como traductor de la delegación, con más de un centenar de personas, la mayoría de ellos pertenecientes a su escuela. California es una meca del arte marcial, casi una segunda Corea, pues allí puede encontrarse a muchos de los mejores maestros del mundo. Ello nos permitió tomar clases y conocer a personajes legendarios como Ji Han Jae (fundador del Hapkido moderno), Hee-Il Cho (uno de los maestros más célebres del mundo y héroe de mi juventud), Phillip Rhee (estrella de cine en la saga "Best o fth e Best"), Dan Inosanto (el mejor alumno de Bruce Lee), Royce Gracie (primer campeón de los UFC), Jun Chong (prestigioso maestro de Tae Kwon Do y Hapkido) y Tong Suk Chun (un importante maestro de Tae Kwon Do WTF), entre otros. Florindo tomó contacto con David Oliver, presidente de la Tae Kwon Do Association of Great Britain, y en 1991 viajó al campeonato mundial abierto organizado por dicho maestro con un equipo integrado por Mario San Agustín, Juan

José Sunini, Daniel López, Guillermo Longo, Julia Jakimczuk y Laura Micelli. .......... ......

P edro Florindo.

Para ese entonces FETRA había logrado una posición relevante ante la ITF, y congregaba a la mayor parte de los practicantes del estilo. FETRA entendía que el grupo de Florindo -entonces muy numerosodebía incorporarse a su seno, mientras que éste se resistía con el ar­ gumento de que su EAT tenia igual jerarquía que FETRA (ambas eran federaciones que albergaban asociaciones). En lo institucional Florindo insistía en tratar a la ITF como una federación, a pesar de que era de público conocimiento que funcionaba como una escuela internacional. Quienes históricamente le reprochaban a Florindo su negativa a some­ terse a los dictados de la ITF, ahora con su participación en el mundial abierto de Inglaterra tenían una muestra incontrovertible del desacato. Ello desencadenó su previsible desvinculación, celebrada por quienes no compartían su postura. Era claro que alguien como Florindo no podía seguir perteneciendo a la organización. Así, éste se transformó

en el primer "independiente” de peso en el país. Haciendo gala de su nueva situación, en 1993 viajó a Leicester con sus alumnos Jorge Ca­ rabajal y quien suscribe para participar junto con representantes de Norteamérica, África, Oceanía y Europa en la reunión fundacional de Tae Kwon Do International ("11"), organización con la que se relacio­ naría desde una posición relativa muy distinta. Estos hechos -Beloso en la GTF, algunos alumnos de Chung en la ITS, y Florindo en TI- introdujeron por primera vez una conciencia éntre los instructores locales de que era posible practicar Tae Kwon Do ysin estar afiliados a la ITF o la WTF, aunque no eran claros los benefi­ cios y perjuicios que tal independencia pudiera acarrear. El grupo que quedó en FETRA tuvo -por casi una década- un significativo nivel de Cohesión entre sus instructores más jerarquizados, y supo establecer ciertas reglas de juego en su funcionamiento que le permitieron desa­ rrollarse y a la vez imponer fuertemente la imagen del General Choi entre los practicantes locales, que llegaron a convencerse de que fuera de la ITF no había verdadero Tae Kwon Do (cierto selectivo aislamiento internacional impedía ver que los mayores maestros coreanos habían dejado la organización hacía mucho). A partir de ahí, aun cuando los restantes grupos mantenían su calidad, de a poco vieron cómo el gru­ po que originalmente había sido FETRA -y que ahora había atraído a \Ramisch, Grispino y grupos provenientes de las más variadas filas- se transformó en el sector más poderoso del estilo ITF argentino. Se po­ dría decir que la fórmula del éxito de este grupo fue la organización y un menor nivel de personalismo. El Tae Kwon Do Songahm, desarrollado en los EEUU bajo el nombre de American Tae Kwon Do Association ('ATA'), llegó a la Argentina en los 80. Ese estilo surgió de un cinturón negro llamado Lee Haeng-Ung, un alumno de Kang Suh-Chong (uno de los más antiguos miembros de Chung Do Kwan que se había transformado en uno de los maestros que acompañaban en el ejército al Gral. Choi). AI emigrar a los EEUU, Lee fue reuniendo a muchos de los maestros de ITF que iban llegando a ese país -entre ellos Pu-Gill Gwon y Hee-Il Cho- generando un importante movimiento al que luego llamó Tae Kwon Do Songham. Lee desarrolló formas físicamente exigentes y llamativas -con el estilo de ejecución de Oh Do Kwan- y una modalidad de expansión comercialmente

agresiva mediante cadenas de gimnasios. Su nombre se escuchó por primera vez en nuestro país a comienzo de los 80 por la participación en los torneos abiertos del paraguayo César Ozuna. El Mtro. Ozuna actualmente está en el más alto nivel en la organización mundial del estilo. El primer representante en la Argentina del Songahm Tae Kwon Do local fue el veterano Félix Pintos (alumno de los hermanos Kim e instructor de Ángel Muñoz), y tal posición fue ocupada más tarde por los instructores Pablo López y Emigdio López -provenientes de WTF que luego emigraron a los EEUU”, Otra persona que tuvo un papel relevante en el estilo fue Gustavo Cortés -un ex competidor de WTF que se había formado con Tajes y con el Mtro. WS Lee-. El estilo STF (Songham Taekwondo Federation) cultiva un perfil habitual en las escuelas de artes marciales de los EEUU, con preponderancia del alumnado infantil, uniformes coloridos y un fuerte elemento de mar­ keting, lo cual había hasta ahora logrado una limitada aceptación en la Argentina. Luego de un tiempo bajo la dirección de Fernando Grzech, hoy el estilo tiene presencia en Chaco bajo el mando de Agustín Spiess, en Rosario de la mano de Ricardo Fernández, asimismo con sedes en Mendoza, Córdoba, Tres Arroyos y Buenos Aires. La Argentina fue creciendo en su calidad de Tae Kwon Do ITF a medida que enviaba nutridos contingentes a los mundiales de Norcorea 92, Malasia 94 y Rusia 97, lo cual tuvo por corolario el mundial Argentina 99, que congregó en el Luna Park de Buenos Aires, en Ro­ sario y Mar del Plata -el primer campeonato en utilizar tres sedes- a 800 competidores de 76 países bajo la organización general de Néstor Galarraga -quien ya se había establecido como un referente-. También fue la primera ocasión en que la cadena ESPN transmitió un mundial ITF internacionalmente. En ese evento la Argentina quedó segunda en el medallero general. Una mención especial merecen dos mundiales de aquellos años: Malasia 94 encontró a un equipo argentino muy fuerte, bajo la con­ ducción de Mario Troiano y Edgardo Villanueva, con excelentes resul­ tados individuales. En la competencia por equipos, la Argentina llegó a la final. El director deportivo del torneo había establecido una regla bastante particular según la cual, en caso de empate, sería victorioso el equipo que tuviera menos advertencias en la última pelea. En la

final contra Alemania -a cinco combates- primero peleó Bechara, y perdió. La misma suerte tocó a Maceira. La tercera pelea estuvo a cargo de Rieiro, quien empató. Luego peleó Pablo Ferreiro, y ganó. El último combate fue de Marcelo Vatrano, quien se alzó como vencedon sin recibir ninguna advertencia: la única del combate había sido para el alemán. Ambos países estaban empatados. Por esa particular forma de desempate, el título correspondía a la Argentina. Los jueces y árbitros se reunieron, pero ninguno recordaba exactamente cómo habían sido las advertencias. Los entrenadores de ambos equipos se quejaron; los argentinos pidieron ver un video. El director deportivo, el prestigioso maestro holandés Wim Boss, entendió que ese no era un método apropiado, y que los jueces tenían que saber cumplir con su cometido. Resultado: dieron por vencedora a Alemania, en un escán­ dalo que recuerda al padecido por R. Busca, y que muchos argentinos lamentan hasta hoy.

Pablo "el P e rro ” F e rre ir o .

R icardo Rieiro.

La revancha llegaría con el mundial de Tae Kwon Do International de Eindoven (Holanda) 2000. Ocurre que aunque los argentinos recu­ rrentemente obtenían altos puestos en estilo ITF, al punto que alguien

aventuró referirse a la Argentina como "la Reina del Taekwon-Do" -un exceso comprensible si se tiene en cuenta que es uno de los países del mundo con más practicantes del estilo, y con Corea del Norte el único en donde supera en número a la W TF- pero el país nunca había logra­ do la máxima posición en combate por equipos. Los Profs. P. Florindo y E. Villanueva entonces coincidieron en armar un "dream team" que se presentó en Europa en ese torneo de muy especiales características por la calidad y cantidad de participantes -su gran convocatoria es­ taba dada por el hecho de que estaban invitados prestigiosos equipos de todos los continentes y de que era abierto a competidores sin im­ portar la federación a la que pertenecieran-. En esa ocasión, luego de superar la exigente prueba, Sunini, Ferreiro, Cremona, Borracer, Figari y Gartenbank obtuvieron un histórico primer puesto por equipos en el campeonato ecuménico.

Ju n tos se wmeésSS! E quipo ca m p eó n H olanda 2 0 0 0 : A trá s, d esd e la izq.: Sunini, B orracer, Figari, C rem ona, F e rre iro , G a rten ba n k ; adela nte, P. Florin d o y E. Villanueva.

El General Choi vino a la Argentina reiteradas veces durante los 90, siempre dando sus famosos seminarios, en los que mostraba los puntos finos sobre el correcto modo de ejecutar sus formas (eterna­ mente modificadas en los detalles, lo que forzaba a los instructores a asistir para mantenerse "actualizados"). Esos seminarios cumplían varias funciones, al posicionar a los anfitriones como "legítimos” por estar cercanos al Gral. Choi, a su vez se reañrmaba la marca ITF y a su fundador como el creador del Tae Kwon Do, y los cambios de detalles suficientemente visibles dejaban en offiside a quienes no asistieran. Aunque yo pertenecía a un grupo tantas veces en la cornisa de esa organización, como periodista especializado traté muchas veces con "el General" -así se lo llamaba, y es notable la cantidad de puntos en común que tenía con aquel a quien los argentinos llamamos "el Gene­ ral"". En una ocasión compartí la mesa hablando con el Gral. Choi y el Mtro, Tran ~el primero, sentado al lado mío, el otro, enfrente- pues era de las pocas personas que hablaban fluidamente inglés en ese lugar. Habíamos durante esa media hora, en la que pude estudiar al personaje. Mi conclusión es que funcionaba como un espejo, devol­ viendo a cada uno de los que se le acercaban lo que le pedían. Los que se postraban ante él honrando el culto a su personalidad, recibían el trato frío que dispensa un dios pagano a sus adoradores (sabe que los necesita, y firma pacientemente autógrafos, pero no parece respetarlos demasiado); los que hablaban con él esperando algo más que una foto, y exigían respuestas inteligentes, si superaban el filtro de sus prejui­ cios de coreano casi octagenario, eran los que más le llamaban la aten­ ción: le despertaba curiosidad por qué su carisma no funcionaba tan fácilmente, y representaban el desafío de convertir a esos potenciales feligreses. Y Choi, se sabe, nunca rehuía a un desafío. En un momento Choi me dijo: "A que Ud. no sabe cuál es el arm a secreta del Tae Kwon Do". Arriesgué: "The side-kick?” (¿La patada lateral?). "No... es el golpe de canto de mano; el arm a secreta del Tae Kwon Do", me respondió el General. Esa noche volví a casa con más piezas del rompecabezas que era Choi Hong-Hi, además de llevarme esa "perlita". Para el General, esa era una diferencia distintiva entre su estilo y el Karate, el eterno parámetro en sus comparaciones.

A lo largo de los 90 y hasta entrada la primera década del siglo XXI algunos de los mejores competidores de Tae Kwon Do estilo ITF en la Argentina fueron Pablo "El Perro” Ferreiro [un luchador destacable por su dureza y espectacularidad, de hidalguía infrecuente), Mariano Bechara, Ricardo Rieiro (un campeón sagaz y efectivo), Mario Shaur (un poderoso peso pesado), Gustavo y Fernando Pigni, Iván Protti Carolina Menegazzo (una destacada luchadora formada por Edgardo Villanueva), Noemí Prone (cuya calidad ejecutando formas la llevó a ser la única mujer en el video de las 24 formas que grabó el Gral. Choi), Germán Von Foerster (un ejemplo de dedicación y técnica), Federico Pascual, Alejandro Banega, Alejandro Gartenbank, Federico Figari, Hernán y Martín Cisternas, Javier Romitroski, Carlos Uriarte, Christian Quevedo, Oscar D'Agata, Marcelo Cremona, Marcelo y Alejandro Bordiez, Brian Mutri, Lucas Villa, Leandro López, Darío Calderón, Germán Bianchi, Ezequiel Borracer, Alejandro Cricelli (alumno de Hugo López, un excelente instructor de la zona de San Martín), Mariela Ledesma, Sebastián Freire, Karina Wassermann, Ana María Coronel, Patricia Garelic y Marina Serrano. En los diferentes torneos internacionales en que participaron, todos ocuparon posiciones en el podio, y varios dé ellos se convirtieron en campeones del mundo de la ITF. En los años recien­ tes, además de algu­ nos de los referidos precedentemente, han descollado como com­ petid ores del estilo ITF Jonathan Batista, Denis Turnes, Soledad Serrano, Ignacio "el Misil” Capllonch, Mar­ tín Gadea, Guillermo Alvarado, Ariel Alemanno, Arístides Palópoli, César y Marcos

Favalli, Silvio Gamboa, Estanislao Serrano, Noelia Ferraro y Cecilia Haramboure. El desarrollo del estilo ITF en su faz competitiva fue llevando a que varios instructores ganaran reconocimiento como árbitros y se espe­ cializaran en esa función. Entre ellos hay que nombrar a Javier Dacak, Armando Grispino, Juan Carlos Núñez, Armando Villegas, Fernando Pérez (radicado en España], Horacio Fasán y Carlos Aprigliano. El Tae Kwon Do WTF en la Argentina se vio durante muchos años afectado por problemas de política interna. He entrevistado a instruc­ tores y competidores de diferentes generaciones, y en todos los casos, con mayor o menor énfasis, expresaron que más allá de ciertos logros deportivos, institucionalmente han sido décadas de estancamiento, de oportunidades perdidas. Podría decirse que, dependiendo de la visión, el vaso se encuentra un tercio lleno o dos tercios vacío. En una entre­ vista que hizo A. Escalante de www.santafemarcial.com.ar a Raúl Busca, en que le preguntó si el nivel argentino es bueno, éste respondió: "No podríam os decir que el nivel es bueno, el problem a está en que a veces ino se tienen ¡as herram ientas necesarias para preparar a la gente, con­ vengamos que para tener un buen nivel, debem os com pararnos con otros países con los cuales hay que competir, ahí es donde quedan en evidencia ilas falencias de la Secretaría de Deportes de la Nación, p or el poco apoyo que se le da al deporte... Entonces llegamos a la conclusión de que el país que destina m ás dinero logra m ás medallas. De todas maneras..., no es­ tamos tan mal, porque tenem os dos chicos que van a Sidney, no podem os estar descontentos porque del continente (sud)americano son los únicos clasificados." (Busca hacía referencia a Alejandro Hernando y Gabriel Taraburelli, quienes participaron en los Juegos Olímpicos Sidney 2000]. Desde que fue constituida la Confederación Argentina de Taekwon­ do, la mayor parte de sus presidentes eran personas que nunca habían practicado la especialidad, y tenían una visión quizás superficial, que no alcanzaba a apreciar la compleja naturaleza de arte marcial/ deporte del Tae Kwon Do. Ya en su primer estatuto, la propia CAT se reconoció dependiente de los lincamientos que dictara la World Tae­ kwondo Federation de Seúl. Pocos años después el Estado Nacional había dado pleno reconocimiento a la CAT ante la acreditación de la WTF que había hecho el Comité Olímpico Internacional. En ese enton­

ces pesaba el argumento descalificador de que la ITF del General Choi era una "entidad privada'’, mientras que la WTF era reconocida por el Estado surcoreano. Que los estatutos de la CAT fueran mucho más allá de identificar una determinada modalidad de esa disciplina para auto-imponerse dependencia institucional de una entidad ligada a otro gobierno implicó cierta resignación de soberanía nacional. Esto parece ser inconveniente frente a la posibilidad de que la confederación local mantenga pleno poder de decisión sobre los estilos que pueda albergar en su seno, las políticas a seguir, y las afiliaciones internacionales que pueda considerar. Que puedan existir intereses en común no quiere decir que los intereses de la CAT deban ser los mismos que los de la WTF. Como ejemplo del asumido vasallaje, hace un par de años una resolución de la CAT decidiendo la incorporación al padrón de aso­ ciaciones de Jujuy, Salta y Tucumán disponía -insólitam ente- que ello fuera notificado a la Federación Mundial de Taekwondo, a la Unión Panamericana de Taekwondo, a la Secretaría de Deportes de la Nación, a la Confederación Argentina de Deportes y al Comité Olímpico Argen­ tino. Difícil encontrar una razón para justificar tal proceder -más que una proyección aquí fuera de lugar de la tradicional sumisión de los alumnos a la autoridad coreana-. Desde su fundación la WTF se fijó como meta transformar al Tae Kwon Do en deporte olímpico. Entre las medidas para lograrlo, el gobierno forzó la unión de las escuelas coreanas ("kw an1'), desalentó aquello que preservara la idea del Tae Kwon Do como "arte marcial" (pasaría a ser un “deporte marcial"), y en aquel país se apartó a los maestros más antiguos de los cargos dirigenciales. Siguiendo esa línea, en la Argentina la función primordial de la CAT pasó a girar en torno a la organización de competencias, la participación de atletas locales en torneos internacionales, y la administración de las relaciones con las autoridades nacionales, con la WTF (en materia deportiva) y con el Kuk Ki Won (para el reconocimiento de graduaciones -repárese en que la postergación de lo "marcial” nunca llegó al punto de eliminar la tradición de los cinturones-). La persona que más ha influido en todo esto es el Emb. Pérez Col’ man, quien supo en cada momento obtener apoyos y tejer alianzas con distintos grupos de instructores para llevar adelante los objetivos que

se propuso. Aunque él no ha sido el único con poder de decisión -y por momentos estuvo alejado-, su persona ha gravitado de modo deter­ minante en el devenir de la CAT. Pérez Colman ha siempre enarbolado el estatuto de la CAT como estandarte en sus posturas, rescatando lo "deportivo"’ y distinguiéndolo de lo "marcial", factor que a su entender amenazaba el ejercicio de poder de la institución. Bajo esa concepción lo marcial debía limitarse al interior de las escuelas, a la relación maestro-alumno y al fuero íntimo de cada practicante, sin proyección institucional sobre "el deporte Taekwondo”, el único que interesa a esa CAT. Cuando se aprecia la lista de logros institucionales de la CAT bajo la administración del Emb. Pérez Colman, pueden verse, además de los lauros de algunos atletas, el siguiente listado: la pertenencia de la (hoy] CAT a la World Taekwondo Federation desde 1978; la membrecía en el capítulo continental de la WTF, la Unión Panamericana de Taekwondo desde 1978; la membrecía en la Confederación Argentina de Deportes desde 1980; igualmente respecto del Comité Olímpico Argentino desde 1981; y la inscripción en la Subsecretaría de Deportes de la Nación como "ente rector del Tae Kwon Do nacional". La consecusión de esos reconocimientos por parte del Estado y de las organizaciones es sin duda importante, sobre todo si proviene mayormente del esfuerzo y la habilidad política de una persona. Ahora, desde otro punto de vista, la debilidad del elemento colectivo es nota­ ble y quizás explique por qué lo alcanzado por la WTF local es magro. He escuchado opiniones críticas hacía Pérez Colman, pero es indudable que logró mucho no sólo activamente sino también como contrapeso cuando otros grupos estuvieron al mando. En la voz de uno de los at­ letas de su época refiriéndose al Embajador, "mientras estuvo él en la CAT, las cosas se hicieron m edianamente bien, me refiero a los años ante­ riores a 1990... (en cambio) hornazo y Casanello no funcionaron...". Si bien es probable que aspectos de las gestiones de Pérez Colman merezcan reparos, no es menos cierto que en todo momento se sujetó al com­ promiso que asumió ante la WTF, y que muchos hechos lamentables ocurridos en la CAT ocurrieron pese a su oposición. Eso no quita que la adopción a nivel institucional de un muy opinable relegamiento de lo marcial implicó dar la espalda a otros puntos de vista, que pudieron haber tenido cabida en una CAT más plural y con matices. La supuesta

ventaja de la oficialidad fue anulada por la total sumisión a la perspec­ tiva "anti-marcial" que se percibía de algunos sectores de la WTF en Corea (lo cual distaba de ser unánime es ese país). Eso jugó en contra para la difusión de la disciplina pues simplificar el arte marcial para transformarlo en deporte competitivo implicaba quitar del centro de la práctica aspectos como las formas, las roturas y las costumbres pro­ tocolares orientales que hacen a esta actividad atractiva para el gran público. Mientras que el estilo ITF -que ha sufrido cierta indisimulable mutación hacia el deporte competitivo- mantuvo un equilibrio al in­ cluir en sus competencias el sparring (combate), las formas (esquemas) y las roturas, el estilo WTF se enfocó primordialmente en el sparring. Así, la estructura de práctica del estilo ITF preservó gran parte de las características formativas de las artes marciales tradicionales, míentras que en su versión oficial la WTF local sacrificó mucho de ello en aras al olimpismo, y al hacerlo descuidó desarrollar una importante herramienta para atraer nuevos alumnos. La CAT nunca comprendió del todo que son los instructores quienes organizan y cuidan los "se­ milleros", por lo que son naturalmente socios estratégicos de la Confe­ deración. Por ende, habría que actuar sobre la alineación de intereses de ambos, algo elemental en cualquier relación entre socios. Claro que eso es difícil cuando uno de los socios piensa que es el jefe. Importa señalar que instructores destacados como Emilio Casagrande (recientemente fallecido y quien fuera también un dirigente destacado), Ramón Borjas* Oscar Tajes, Abel Salim, Osvaldo Cruz Mar­ tín, Carlos Cambursano, Raúl H. Busca, Carlos García, Jorge Vaccaroy César Plaza, entre otros, cultivaron el Tae Kwon Do en todos sus aspec­ tos, tanto el moderno deporte con perfil olímpico, como -en general con menor intensidad- el tradicional arte marcial. Tajes se erigió en el principal referente como maestro argentino de WTF, con acabado co­ nocimiento de los aspectos marcial y deportivo que hicieron que por su escuela pasaran muchos de los grandes competidores del Tae Kwon Do WTF argentino. Con su escuela Chung Do Kwan hizo numerosos viajes de capacitación a Corea -suma más de quince-, organizó visitas ilus­ tres como las del Gran Maestro Park Hae Man (creador de las formas Taeguk) y el Maestro Kwon Young-Woon y un sinnúmero de activida­ des. Tajes es un practicante dedicado, 8vo Dan otorgado por el KukKi

Won y con alto nivel de cinturón negro en Hapkido y Kumdo, además de instructor durante décadas en varias fuerzas de seguridad. Tajes es capaz de romper bates de béisbol con sus tibias, pararse, caminar y hacer patadas rotando sus pies sobre vidrios rotos en punta. Un hom­ bre temperamental experto en lo marcial y en lo competitivo, contó a lo largo del tiempo con la colaboración de instructores como Alberto Iglesias, Daniel Rueda, Enrique Córdoba, César Casabone, Adrián Col­ man, Carlos Cáceres, Stella Maris Argerich, Damián Blascetta, Claudio Chaloff, Sebastián Zapata, Luis Lauría, Jorge Casey y sus hijos Verónica, Matías y Micaela Tajes. Otro ineludible referente del WTF argentino es ; Carlos Filippa, titular de la Seng Do y enfocado en lo competitivo, por cuyas filas ha pasado una parte importantísima de los competidores ; destacados -Gómez, Chamorro, Salvador, los hermanos Crismanich, Cortés, Juárez, Rojas y un largo etcétera-. Tajes, Filippa y Casagrande i han sido los tres instructores que más han incidido en el devenir del Tae Kwon Do WTF argentino en los últimos treinta años.

Oscar Tajes (izqJyRaúl Busca (der.), emblemas de la WTF en ia Argentina.

Lamentablemente en ocasiones la CAT sirvió de escenario donde los mandatarios se vieron como mandantes. Dirigentes que se referían a lo que ellos "habían dado" a los deportistas, sin entender que son los deportistas los que “dan" y que los dirigentes deberían ser invisibles facilitadores en lugar de poderosos protagonistas. Los maestros coreanos en muchos casos fueron relegados a poco más que figuras decorativas, aun cuando éstos eran los que habían dado vida al movimiento y podían contribuir no sólo con lo técnico, sino también en la inserción argentina en el mundo (pues la modalidad WTF, se sabe, es increíblemente coreano-céntrica y prescindir de ellos para una buena gestión internacional es casi suicida). Muchas veces la potestad de seleccionar a los competidores para el equipo nacional y de aplicar fondos gubernamentales a discreción -atrac­ tivas becas, subsidios y viajes- se convirtió en una herramienta utilizada para el beneficio de las escuelas de profesores vinculados a los dirigentes y la exclusión de los demás. Cuentan algunos testigos sobre la experiencia de Raúl Busca, prestigioso campeón a comienzos de los 80, de conducta reconocidamente intachable, cuando en 1994 fue convocado para cumplir funciones de entrenador de la selección, que su margen de maniobra se vio prontamente limitado por presio­ nes políticas que determinaron la imposibilidad de cumplir con las metas que se había fijado. El título de la CAT como "ente rector del Tae Kwon Do argentino" supone la ficción de afirmar en nombre de los poderes estatales que el Tae Kwon Do ITF no existe -aunque a este punto sea como tapar el sol con la mano-. La concentración del poder del Estado Nacional que canaliza la CAT se encontró no pocas veces con el caudillismo o el mesianismo, cuando no con bolsones de arbitrariedad que distribuían favores o aplicaban el rigor de densas reglas burocráticas, con lo cual no fue posible que avanzara el Tae Kwon Do argentino en su conjunto, ni siquiera el WTF, que se desan­ graba en estériles e interminables disputas en los tribunales pidiendo nulidades de las elecciones en las entidades de base, intervenciones, etcétera. No se ha tratado de planes maliciosamente orquestados; simplemente ocurre que el sistema funcionaba reactivamente, de volantazo en volantazo, fomentando la anatemización de ios oponentes y permitiendo desde la omisión que ocurrieran gravísimos abusos

de la función de maestro de Tae Kwon Do. La atracción que ejerce convertirse en un deportista exitoso y viajar por el mundo resulta muchas veces invencible para quienes provienen de una extracción socioeconómica desfavorecida, y están dispuestos a creer lo increí­ ble y aceptar lo inaceptable, particularmente si el telón de fondo es el respaldo del propio Estado Nacional. La disputa entre facciones llegó a tal punto que en el 2008 se produjeron deplorables hechos de violencia física que merecieron intervención policial y que proyecta­ ron una mala imagen del Tae Kwon Do en su conjunto en los princi­ pales medios de comunicación. Ello mereció un enérgico editorial de Miguel Hladilo en la revista Yudo Karate, cuyo mensaje era "que se vayan todos", algo que por cierto jamás ocurre en el país. En algún ^momento se habló de "códigos"' sin advertir que cuando la lealtad hacia el grupo no está subordinada a la integridad de cada miembro, cuando el honor no está hermanado con la benevolencia, esa "lealtad” -amiga de las puertas cerradas- se transforma en un lábaro para la guerra de tribus. El feudalismo ha llegado a ser tan fuerte y tan íresignadamente aceptado como un estado de cosas en el Tae Kwon Do WTF que para evitarlo -o fomentarlo, según cómo se lo m ire- ha diseñado una regionalización del territorio nacional que permite que los instructores de una determinada provincia que no encuentren cabida en la federación correspondiente puedan relacionarse con la CAT a través de otra jurisdicción dentro de la misma región. Aquí puedo recordar lo que alguna vez escuché citada como "ley de Mitchell para las organizaciones”, según la cual cuanto más tiempo permanece un grupo de personas al mando de una organización, ma­ yor es la brecha que se abre entre los intereses de la organización y los de las personas al mando. Parece claro que mantenerse, acrecentar el poder, y ejercer los cargos en función de los intereses comerciales que se puedan tener en paralelo, tienen poco que ver con los objetivos de cualquier organización de Tae Kwon Do. No hay duda de que se han hecho cosas buenas, pero cuando veo el costo de oportunidad, lo mucho que se podría haber logrado y las razones para el poco satisfactorio desempeño de esa entidad, me veo en la obligación de expresarlo. Afortunadamente, hay razones para te­ ner esperanza de que la Confederación Argentina de Taekwondo lleve

a cabo un proceso de verdadero cambio -que se necesita desde hace mucho- desde una visión fresca, superadora y de consensos. Las dificultades referidas precedentemente no impidieron que el empeño de algunos atletas, entrenadores y escuelas permitiera obte­ ner resultados muy significativos en el ámbito del Tae Kwon Do WTF nacional que referiremos más adelante. *** Algún lector se preguntará qué tan diferentes son estas dos mo­ dalidades de Tae Kwon Do, Desde el punto de vista institucional, las diferencias son claras: la ITF era lo mismo que el Gral. Choi Hong-Hi. En sentido estricto no era una organización sino el nombre de una escuela marcadamente personalista e inorgánica en la que lo s ma­ riscales de campo cambiaban, pero nunca el General. En cambio la WTF conformaba un movimiento iniciado a instancias del gobierno surcoreano al que adhirieron (con mayor o menor convicción) cientos de maestros. En cuanto a diferenciar a WTF e ITF respecto a qué tan distinto es el Tae Kwon Do que practican, es difícil dar una respuesta categórica. De hecho, a fines de los años 90 hubo un fuerte debate interno en Corea del Sur respecto de qué es lo característico y esencial del Tae Kwon Do WTF, y el rumbo que éste debía seguir. Algunos entrenadores fuerte­ mente involucrados en el movimiento olímpico destacaban que el Tae Kwon Do debía asumirse plenamente como deporte, una ágil esgrima con los pies, pues esa era la natural evolución hacia la esencia coreana del Tae Kwon Do, el cual a su entender debía despojarse de los elemen­ tos que provenían del Karate japonés. La argumentación es que ésta era la verdadera naturaleza del Tae Kwon Do, una moderna versión del Taek Kyon, aquel juego del folklore rural coreano en que dos con­ trincantes confrontaban su destreza de pateo. Ese nuevo Taekwondodeporte tiene a la competencia como objeto específico y puntual del entrenamiento, a diferencia del Tae Kwon Do-arte marcial, cuyo ca­ rácter holístico identifica la finalidad de la práctica en ella misma. El Taekwondo visto por ese vanguardismo coreano superaba al propio Taek Kyon por tener mayor velocidad y permitir el, se ha dicho, con­

tacto pleno. Aquí debe tenerse en cuenta que desde comienzos de los 90 era indisimulable la distancia entre los movimientos de las formas (estructurados, prearmados, con alguna rigidez y mayoritariamente consistentes en bloqueos y golpes de mano provenientes del Karate) y la dinámica acrobática, ágil y creativa del sparring. La sincronicidad con que se interrelacionaban las técnicas determinaba que en los com­ bates, los bloqueos fueran obsoletos. En los hechos, argumentaban con razón, estaba comprobado que entrenar formas u otros aspectos del Tae Kwon Do tradicional no brindaba ningún tipo de beneficio a los competidores, y su concepción de movimiento era casi contradictoria, por lo cual en la mayor parte de los gimnasios de WTF su práctica se había visto muy relegada. De hecho, en la Argentina antiguos instruc­ tores cerca de los 90 enseñaron paralelamente "taekwondo" -el com­ petitivo- por un lado, y arte marcial por el otro. Emilio Casagrande lo hizo bajo el nombre de "Hosinsul" (defensa personal), y Osvaldo Cruz Martín llamándolo "Karate Coreano”. Los nuevos especialistas en Corea proponían abrazar plenamente el camino de la "evolución", y en un ejercicio de renovación nacionalista con tonos iconoclastas, deshacerse de los incoherentes resabios nipones. Desde el punto de vista teórico, el nuevo Tae Kwon Do, concebido exclusivamente por el sparring, era un sistema completo en el cual simplemente las formas no tenían sentido. Su concepción técnica se expresaba en tres elementos: (i) La complementariedad de opuestos (sangdasong) que enfrenta a las técnicas en el marco del va­ cío o lleno del tiempo y del espacio, de modo tal que cada movimiento ocupa un lugar y un tiempo dejando un vacío correlativo que puede ocupar el oponente (el clásico ejemplo de la patada alta que genera un blanco en la zona media del pateador aprovechable en el momen­ to correcto); (ii) La plenitud técnica (sonchuisong) que permite que cada movimiento alcance su plena realización -con máxima poten­ cia- en combate, en lugar de ser considerado una versión controlada o mutilada de una técnica de arte marcial pensada para otro ámbito; y (iii) la perfección (wanbuoksong) que resulta de una interrelación óptima de un número limitado de técnicas, lo cual lo hace predecible y permite dar una respuesta que el sistema considera perfecta para cada situación planteada. Bajo estos tres principios, la competencia

de Tae Kwon Do se deslindaba de aquella concepción marcial que veía en las formas la expresión de ideales de una perfección inalcanzable. El sector conservador opuso resistencia: nada se ganaba despoján­ dose de las formas, que a su entender enriquecen la práctica del T ae Kwon Do (además de resultar una atracción más para los alumnos). Luego de cierta fricción este último parecer prevaleció, y comenza­ ron a organizarse festivales de Tae Kwon Do (Hanmadang) en los que se competía en las especialidades de formas y roturas. Aunque en los últimos tiempos las formas -llamadas "p u m s e han recuperado atención en la línea de WTF, y en el 2006 tuvo lugar el primer mun­ dial de la especialidad (en la Argentina el primer Torneo Nacional de Pumse fue en el 2004), todavía corren en franca desventaja en cuan­ to al tiempo que se le dedica en comparación con el entrenamiento para combate. En la ITF siempre se habló de "arte marcial” (hablar de "deporte" está mal visto, a pesar de que los torneos han ganado un lugar fundamental, muy distinto de lo que ocurría hace treinta años), y desde siempre en todos sus campeonatos se compite en las modalidades de combate, formas y rotura -én WTF la tendencia es mantenerlos separados-. Si bien fomentar la competencia de formas es un modo de asegu­ rarse de que en los gimnasios (cada vez más enfocados en los torneos) se practiquen los elementos que hacen del Tae Kwon Do un entre­ namiento de amplio espectro, de todos modos la práctica de dichos elementos se orienta a lo exterior -lucimiento en exhibiciones o cam­ peonatos-. Así se produce una alteración que no sólo es mental sino también física, y queda desnaturalizado el carácter esencial e íntimo de la forma básica como núcleo del arte marcial buscando el dominio de energías a través de un método físico -respiración, retroversión de la cadera, e t c u n modo de trabajar la técnica básica que está ligado en los antecedentes de Karate y Kung Fu y que por la masificación se va perdiendo parejamente en ITF y WTF. Los reglamentos de combate WTF e ITF determinan modos muy distintos de pelear, los cuales inciden en la forma de practicar. El competidor de WTF cubre las áreas corporales a donde irán dirigi­ dos los golpes: una pechera protege su torso contra patadas y puños -cada vez menos utilizados pues no reditúan en puntuación-, y el

cabezal servirá de resguardo contra las patadas altas -los golpes de mano no se permiten al rostro-. El competidor ITF, en cambio, cubrirá las armas con las que debe golpear a su rival: guantes de gomaespuma en las manos y gruesos protectores en los pies servi­ rán para lanzar puñetazos y patadas. En ambos reglamentos están prohibidos los golpes debajo del cinturón, así como a la espalda, cue­ llo o nuca. A lo largo del tiempo los reglamentos han ido moldeando las estrategias y los movimientos que mejor funcionan para ganar los combates. En WTF, además de la evidente prerrogativa de que gozan las patadas, las pecheras desalientan el uso de golpes rectos (léase, patadas lateral y frontal, siendo aquella una de las principa­ rles armas en las competencias ITF), y las clásicas patadas circulares de trayectorias amplias se han abreviado a sintéticos movimientos semicirculares para ganar rapidez y eficiencia. En realidad, esa es la evolución general de los deportes de combate, y puede verse también en el Tae Kwon Do ITF, en el Kendo japonés y en la esgrima europea, donde los movimientos amplios, la variedad técnica y el sentido original de potencia de golpe han ido cediendo a la eficiencia con un í muy desarrollado sentido del ritmo, el tiempo y la distancia. Por ello es que si antes el Tae Kwon Do Clásico prosperaba en los gimnasios, el Tae Kwon Do Moderno creció y se hizo gigante en los torneos para luego descontrolarse y ocuparlo todo, al punto que hoy aun en los propios gimnasios es difícil de encontrar otra cosa que el Moderno. Los combates de competencia de WTF son sucesiones de rapidísimos encuentros con brincos y saltos, el cíinch es un recurso posible para anular al rival acortando la distancia, y siempre hay riesgo de un knockou t de patada. En ITF, al comenzar los 80 los combates fueron sangrientos a pesar de que en teoría eran peleas de "semi-contacto” en las que los competidores debían apoyar sus golpes controladamente sobre sus oponentes. Tal descontrol se ha visto superado de algunos años a esta parte. El uso de las manos provee un tipo de combinación y desplazamiento distintos que inciden en la cadencia, la forma de pararse, y aun el modo de patear, que son diferentes a los de las peleas WTF. Por emplear asiduamente los puños a la cara, el tipo de pelea de ITF ha determinado que muchos de sus campeones resulten exitosos en competencias de Kick boxing -Capllonch, Figari

(que ha peleado Muay Thai en Tailandia), Maximiliano “el Jet" D'Agata Christian "Relámpago" López-, exhibiendo en sus combates la con­ tundencia y espectacularidad de las patadas del Tae Kwon Do. Todo eso explica que, como gusta decir un conocido especialista local, comparar ÍTF con WTF sea "como comparar el básket con el vóley". En las formas, las diferencias también existen, pero no son tan evidentes. Los esquemas de una y otra línea contienen prácticamen­ te las mismas técnicas, en distinto orden, aunque hay variedad de patadas y saltos que hacen que la ITF siempre se haya enorgullecido del mayor grado de dificultad de sus 24 formas (llamadas "tul”), consideradas el principal legado del General Choi, La mayor dife­ rencia entre los “tul" y los "pumse” -además de lo referido sobre las patadas- reside en que aquellos se ejecutan con posturas amplias, rítmicamente, privilegiando la relajación y -en sus versiones más tradicionales- la potencia final de los movimientos, mientras que éstos han ido adoptando un tenor cada vez más concentrado, fuerte y físicamente intenso, con posiciones cortas y movimientos secos. Aun­ que con diferencias significativas, ITF conserva la estructura de las posturas largas provenientes del viejo Chung Do Kwan -derivado del Karate Shotokan-, mientras que en la amalgama de escuelas que die­ ron lugar al estilo de Kuk Ki Won (WTF) a este respecto ha cobrado cada vez más vigor la línea Ji Do Kwan -con posturas que remiten a los estilos Shito-ryu y Shudokan de Karate-. Esto último pude vivirlo especialmente en una clase especial en el Kuk I algunos que venían desde Provincia tenían m ás de dos horas de viaje y a las 8:00 hs em pezaba... Luego de entre dos y tres horas se des­ cansaba hasta las 14:00 hs., a h í estaba el entrenamiento fuerte, mucha lucha y a contacto pleno... para los que no éram os alumnos del entrenador te am enazaban que si fa lta b as te quitaban la beca... A veces se entrenaba técnica más relajado por la noche... En otros períodos, sólo era doble turnoy se terminaba alrededor de las 18:00 hs, de ahí reventados a dar clase, para subsistir o a entrenar cada uno en su respectiva academia... Al ser el entrenamiento muy fu erte obviamente uno se lastimaba... durante mucho tiempo tuvimos que correr p or cuenta propia con los g astos de médicos, suplementaciones, alimentación, indumentaria, etc... El am biente en la práctica, si bien existía el compañerismo, siem pre fu e extrem adam ente complicado... La tensión se sentía durante toda la jorn ada y era evidente la preferencia por ciertos com petidores de parte de los entrenadores... A muchos de los que entrenaban se los tom aba com o "muñecos" que sólo servían para pegarles y para que se muevan esos "elegidos"... Otra preocu­ pación era que si resultabas ser elegido para viajar y competir, tenías que preocuparte para conseguir los fondos para poder viajar...". Esa también es parte de la historia, la de quienes han representado al Tae Kwon Do argentino en el exterior. En Tae Kwon Do WTF hay tres tipos de eventos oficiales: 1) los promovidos por la propia WTF, como los World Taekwondo Cham­ pionships, Women’s World Taekwondo Championships, World júnior Taekwondo Championships, World Taekwondo Poomsae Champions­ hips, y World Cup Taekwondo Team Championships; los campeonatos continentales organizados por cada unión continental (así, Asian Tae­ kwondo Championships, European Taekwondo Championships, Pan American Taekwondo Championships, African Taekwondo Champion­ ships y Oceania Taekwondo Championships, cada uno de éstos con una versión júnior); 2) las competencias promovidas por organizaciones deportivas internacionales como CISM (International Military Sports Council) y FISU (International University Sports Federation): los World Military Taekwondo Championships y World University Taekwondo

Championships son modalidades de campeonatos mundiales que so­ lamente incluyen al Tae Kwon Do; y 3) el Tae Kwon Do WTF integra el programa oficial de eventos multideportivos como los Juegos Olímpi­ cos, los Universidade, los Juegos Asiáticos, los Juegos Panamericanos, los All Africa Games, los Juegos del Este Asiático, los del Sudeste Asiá­ tico, los Juegos Centroamericanos y del Caribe, los Sudamericanos, los Pan Arab Games, los Juegos del Pacífico Sur, los Juegos Bolivarianos y los Juegos Macabeos, Cuando se habla de elite deportiva en WTF en el mundo, hay una referencia ineludible: los hermanos Jean, Steven, Diana y Mark López. Esta familia de origen nicaragüense radicada en Houston, Texas, ha acaparado cuanto premio pueda existir. Steven, peso Welter, ha ob­ tenido dos veces Oro olímpico (en Sídney 2000 y en Atenas 2005) y Bronce en Beijing 2008 y fue cuatro veces campeón mundial (en 2001, 2003, 2005 y 2007); lo siguen sus hermanos Mark (peso pluma Plata olímpica Beijing 08, campeón mundial Madrid 05, Plata en Garmisch 03 y Bronce en otros dos mundiales) y Diana (Bronce olímpico Beijing 08, campeona mundial pluma en Madrid 05 y subcampeona en Beijing 07). Todos ellos fueron formados por su hermano mayor, Jean, quien ha sido por años el entrenador oficial del equipo de los EEUU y es considerado un gurú en la especialidad por la claridad de su visión y su exitosa implementación. Cuando estuvieron en Buenos Aires a fines del 2006 en ocasión de los Panamericanos, tuve oportunidad de hablar con ellos en la clásica confitería Richmond de la calle Florida. Transcribo a continuación algunas líneas en que Jean aporta datos in­ teresantes, y describe a dónde se puede estar dirigiendo el Tae Kwon Do en el mundo: MA: ¿Cómo es su centro de entrenamiento en Sugarland? JL: Nuestra escuela no difiere demasiado de una típica de artes marciales en EEUU: tenemos aproximadamente 350 alumnos, el 80% infantil. Ense­ ñamos Taekwondo WTF completo, dado que el estilo competitivo no es para todo el mundo y el arte m arcialen cambio, provee una formación íntegra para la personalidad. Yo le debo gran parte de lo que soy al arte marcial, y por eso lo enseño tradicional En mi opinión todos los deportes bien practicados deberían transmitir valores como la afirmación de la personalidad, el esfuerzo, el respeto al prójimo y el cumplimiento de las

reglas. Sin embargo, ei arte marcial ha hecho de estos valores su esencia, y los presenta en un paquete como ninguna otra actividad física lo ha logrado. MA: ¿Y cuál es el régimen de los deportistas de alto nivel a su cargo? jL: En mi escuela el grupo de alta competencia está compuesto por quince atletas. De lunes a jueves tenemos dos sesiones diarias, de aproximada­ mente una hora y media cada una. Los lunes y miércoles a la mañana se trabaja sobre situaciones de combate, y a la noche se hace acondicio­ namiento físico general (fuerza, velocidad, agilidad) no específico. Los martes y jueves por la mañana tenemos la sesión dedicada a refinar la técnica; a la noche se trabajan cualidades físicas específicas de Taekwon­ do. Los viernes son sesiones propiamente orientadas al combate, y los fines de semana son de descanso y recuperación. Por supuesto que estos esquemas van teniendo variaciones según los ciclos (macroy micro) en que hay objetivos distintos que se van planteando y alcanzando yendo de lo general a lo especial, de la técnica en sentido amplio a las tácticas individuales, de lo aeróbico a lo anaeróbico. MA: ¿Cuál es tu visión del Taekwondo de hoy? jL: En China en este momento hay un millón setecientos mil jóvenes entrenando Taekwondo de competición. Esa es una cantera de talentos enorme, y uno pensaría que el medallero va a irse poblando de chinos. Fí­ jate que el estilo olímpico comenzó en China recién en 1994, y en sólo seis años lograron una medalla de oro femenina en los juegos de Sídneyy las dos medallas en la división de mujeres en los juegos de Atenas del 2004. Hay otros países que también están dándole mucha importancia ai TKD, sobre todo considerando que los deportes más tradicionales están fir­ memente dominados por unos pocos, lo que lleva a que en especialidades más nuevas haya mayores posibilidades de que países deportivamente más jóvenes puedan acceder a primeros lugares. Desde el punto de vista del estilo, los cambios recientes incrementando el puntaje de las técnicas difíciles no van a quedar ahí, sino que WTF va a continuar mejorando el reglamento para dar aún más valor a las patadas de salto y giro, logran­ do mayor atractivo visual. Otro tema que está siendo estudiado es si los sensores en las pecheras serán de contacto o de presión. Los sensores de contacto marcan el punto cuando el pie llega al blanco, sin importar la potencia. Los de presión requerirán determinado nivel de potencia para que el golpe sea puntuable. Los países asiáticos, cuyos atletas cultivan

patadas triples sucesivas de poco impacto, se verían beneficiados con el primer sistema. Si se adoptara el otro, en cambio, volveremos a poner en el cuadrilátero el tipo de patada potente que hacíamos en ITF. MA: Contanos un poco cómo ves el Taekwondo olímpico de acá a largo plazo, digamos quince años. jL: Ante la presión que viene haciendo el Karate por entrar a las olim­ píadas, no me extrañaría que en el futuro se inventara un sistema de competición híbrido que permita a atletas de distintas artes marciales competir. Quizás hasta inventarían un nombre nuevo para ello. Yo he es­ cuchado algunas conversaciones a alto nivel al respecto. Lo que se quiere evitar, sin embargo, es que eso sea una suerte de kick-boxing, algo no compatible con el espíritu de las olimpíadas. Por supuesto que todo eso es un tema delicado, con muchos intereses en juego. MA: ¿Cuál es tu visión de los competidores coreanos? jL: Sin duda que son buenísimos, pero comparados con los de las genera­ ciones anteriores, hay una diferencia fundamental: ellos son excelentes deportistas, los otros eran luchadores. Los viejos tenían la mentalidad de un Marine, que iba a pelear (no a competir) con el orgullo de “¿querés saber qué es el Taekwondo? ¡Yo soy coreano y te lo voy a mostrar/" Eso cambió. Los jóvenes coreanos están más occidentalizados, y ya no son peleadores sino atletas. M. Cremona: Hay países como Irán que se están destacando mucho. ¿'Tie­ ne algo que ver la mentalidad de pelea? jL: Exacto. Hay países con ese corazón de peleador, que en última instan­ cia es lo que inclina la balanza. Entre dos competidores rápidos, fuertes e inteligentes, el que va a ganar es el que además sea un artista marcial un luchador. Durante los primeros años de los 90, los competidores argentinos de WTF contaron con el Prof. Kim Jun, un especialista en Tae Kwon Do competitivo que a instancias de Oscar Tajes residió en el país brindan­ do su experiencia y asesoramiento. De esa época se pueden mencionar como atletas relevantes de WTF a Aníbal la Vfe (un combatiente feroz con una dilatada carrera, Medalla de Oro en Odesur 90 y en el Open de Brasil '03), Sebastián Zapata (de Tajes), Alan Levy, Cristian Yáñez, Martín Pardo (de Mangoni), Andrés Haber (de Busca), Flavio Salvador, Manuel Chamorro (ambos de la Seng Do de Filippa), Pablo Olicino (de

Busca), Julio Ramos, Walter Roa, Gustavo Cortés e Iván Rojas (ambos formados por Tajes, integraron el primer equipo del Mtro. SW Lee; el primero, un talentoso artista marcial que en adición al Tae Kwon Do, está certificado como instructor de Hapkido, Brazilian Jiu-jitsu y Kali; el segundo además de exitoso competidor es un especialista en formas e instructor de Hapkido y es un profesional de los que mucho pueden aportar para una renovación en el Tae Kwon Do WTF nacional). Tam­ bién se encuentran entre los atletas relevantes de WTF los hermanos Conde, Alberto Juárez, Marina Pecina, Marina Agüero, Ana Julia Vilela y Ezequiel Pérez.

El equipo argentino en los juegos Panamericanos Mar del Plata 95. Arriba, desde la izq.: Kim jun, Ongay, Muñoz, Cartasso, Fernández, Olivero, Busca, HC Kim. Abajo desde la izq.: Hernando, Zapata, Chamorro, Pinto, Ramírez. Ya sobre el cambio de milenio y durante toda la primera década entre los mejores deportistas del Tae Kwon Do WTF que haya tenido el

país se encuentran Alejandro Hernando, Gabriel Taraburelli y Vanina Sáncez Berón. Alejandro Hernando era de la escuela de Félix Solas. Inicialmente había aprendido con un alumno de éste, Néstor Albornoz, antes de que Solas terminara por completar su formación -m ás el aporte de su coach Julio Ramos- Hernando era un técnico extraordinario, Oro Sudamericano 9 5 ,9 6 ,9 7 , Oro Juegos Panamericanos Mar del Plata 95 Oro Panamericano Preolímpico Sidney 2000 y Plata Panamericano Preolímpico 2004, dos veces olímpico -Sidney 2000 y Atenas 2004-, de 58 a 68 kg. En el Preolímpico de Míami 99, Hernando se dio el gusto de noquear a Steven López con un giro de talón en la cabeza, algo de lo que poquísimos pueden presumir en el mundo. Gabriel Taraburelli era un atleta con corazón de león que se formó bajo la guía de Alejandro "Lámpara" González. Sus mayores logros fue­ ron 4 2 lugar en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, categoría hasta 58 kg., y la Medalla de Bronce en el Mundial de Corea 2001. Nunca se sa­ brá qué tan alto podría haber llegado este extraordinario competidor, que se retiró a la corta edad de 23 años, meses después de sobrevivir a la tragedia del incendio de la discoteca Cromagnon. En octubre de 2011 ha demostrado en los Juegos Panamericanos de Guadalajara sus dotes como entrenador de la selección argentina. Vanina Sánchez Berón, la más exitosa competidora entre todos los taekwondistas argentinos, era originalmente alumna de Néstor Etchegaray -éste, a su vez, alumno de "Lámpara” González-. Ella fue Medalla de Oro en los Panamericanos de Mar del Plata 95, subcampeona del mundo en Manila 96, Medalla de Bronce en Alemania 98; Bronce en los Panamericanos Winnipeg 99 y Plata en los de Santo Domingo 2003, participó en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y Beijing 2008. Sánchez Berón recibió cuatro veces el premio Olimpia de Plata otor­ gado por el Círculo de Periodistas Deportivos, y su extensa carrera de deportista fue llevada ejemplarmente, con el mérito adicional de sumar en su última etapa el rol de madre.

Gabriel Taraburelli y Alejandro Hernando, y Vanina Sánchez Berón. También desde fines de los 90 hasta el presente debe mencionarse como destacados peleadores de WTF a Darío Coria, Leonardo Gambluch "quien venció a Steven López en el North American Open 98-, Débora Hait, las hermanas Carola y Laura López, Débora Calvo, Veró­ nica Tajes, Natalia Forcada, Anabella Carmona, Maximiliano Romero, Sergio Pascolino, Leonardo Salimbeni, Feliciano Quesada, M. Florencia I Fina y Mariela Poblete, Leandro García, así como los hermanos correntinos Sebastián Crismanich (categoría hasta 74 kg., Medalla de Oro Jue­ gos Panamericanos 2006, 2008 y también en 2011 Medalla de Oro en numerosos eventos internacionales y Premio Revelación Clarín 2002, se perfila como la próxima gran figura del WTF argentino) y Mauro Crismanich (categoría hasta 58 kg., Medalla de Bronce en el Mundial Copenhague 2009, 9no puesto en el ranking mundial en el 2009, y Medalla de Oro en numerosos eventos internacionales), y Martín Sío (categoría más de 80 kg., Medalla de Bronce Juegos Panamericanos 2007, entre otros lauros relevantes).

Mauro y Sebastián Crismanich. Entre los árbitros más importantes de estilo WTF que ha dado la Argentina se encuentran Emilio Casagrande, Gustavo Pórtela, Gustavo Somoza, Ignacio Telechea, Gustavo Tejada, Félix Solas, María Andrea Mancuso, Ignacio Gontán, César Galguera (quien durante años ha acompañado a Carlos Filippa} y Héctor Humano (originalmente alumno de Adolfo Villanueva, y luego del Mtro. JH Chang). Para no cometer un injusto error de interpretación cuando se mira la cantidad de lauros obtenidos por los argentinos de ITF en compa­ ración con los de WTF, es muy importante tener en cuenta que en el mundo hay muchos más competidores en WTF que en ITF, cuya dimen­ sión es marcadamente menor (se estima que todas las organizaciones ITF juntas no suman el 20% de los practicantes de WTF). Mientras que en WTF hay un solo "mundiar y que el acceso de los competidores a eventos internacionales depende de superar un muy exigente proceso de selección a nivel internacional, en ITF, desde la muerte del General Choi en el 2002, ha habido sucesivos fraccionamientos reduciendo aún más a las organizaciones, y en consecuencia coexistiendo varios

"campeonatos mundiales” de menor dimensión para los que no existen eliminatorias fuera del país -esto es, todos los países tienen derecho a enviar representantes-. Esto no quita tampoco mérito a los depor­ tistas ITF; en la mayoría de los grupos la competencia interna en la Argentina es muy exigente, y por ello formar parte de cualquier equipo seleccionado implica tener un alto nivel de rendimiento, * Jfc *

Un tema que ocupa la mente de una gran parte de los taekwondistas es el de las graduaciones. Para el gran público, ser poseedor de un cin­ turón negro ha sido visto como el equivalente a ser un experto, alguien muy peligroso en combate. Esa afirmación, aunque tiene algún asidero, debe ser relativizada. Un cinturón negro es un alumno dedicado, que ha ido en su entrenamiento más allá del nivel propio a un mero aficionado. Sin embargo, los manuales indican que sólo alguien con nivel de 4to Dan puede ser considerado un "experto". Típicamente toma entre tres y seis años lograr la categoría de cinturón negro, tiempo que depende un poco de la dedicación del alumno, y mucho del nivel de exigencia del instructor. A partir de ahí, el ascenso a través de los grados de cinturón ; negro ("Dan") combina requerimientos técnicos con tiempos mínimos de permanencia en cada categoría antes de ser examinado para la siguiente (por ejemplo, al menos dos años para 2do Dan, otros dos para 3ro, tres más para 4to Dan, etc.). En teoría, esas escalas no varían demasiado entre WTF e ITF. Sin embargo, en la práctica ha ocurrido que en la Argentina, du­ rante los años 90, muchas organizaciones del estilo ITF tramitaron solicitudes a dicha entidad para que otorgara grados de cinturón negro profusamente, con una laxa interpretación de esos requisitos. La emi­ sión de diplomas de cinturón negro es la principal fuente de ingreso de muchas asociaciones. El ritmo de expansión del Tae Kwon Do en el país demandaba enviar instructores a todos lados, copiando lo que años an­ tes hacían los coreanos en el mundo. La diferencia era que acá muchos de estos instructores de apuro eran cinturones negros que habían sido expuestos a poco más que un "golpe de horno", y para compensar su formación contrarreloj se implementaron cursos de capacitación obli­ gatoria. Tiempo después se advertiría que aunque es posible aprender

allí sobre primeros auxilios, pedagogía o teoría del entrenamiento, no hay curso que pueda remontar algo aprendido con bajos estándares; La multiplicación de los instructores como nuevos puntos de venta transformó a muchas asociaciones (redes de gimnasios) en unidades de negocio bien aceitadas que así percibían aranceles por exámenes, lo que alentaba a otorgar más altas graduaciones y certificar nuevos ins­ tructores con escasa formación. La fantasía colectiva había llevado a que se creyera que los elegantes diplomas de cartulina tienen la virtud de dar a sus poseedores fuerza en sus puños y agilidad en sus patadas sin necesidad de entrenamiento serio. Ciertos seminarios eran consi­ derados tan útiles que lograban que quienes asistían pudieran avanzar en un fin de semana lo que en ausencia de tal curso hubiera insumido seis meses y así alcanzar el grado siguiente antes de lo establecido. Además, algunos veteranos que habían interrumpido o disminuido su entrenamiento durante décadas tiempo después regresaron al Tae Kwon Do con cuestionables altos grados, lo cual en los hechos afectaba el valor de los "Dan" y trastocaba el significado etimológico de lo que es un instructor de Tae Kwon Do -a los cinturones negros instructores en coreano se los llama "Sa-bom” ( ® p e rso n a -® modelo), pues son modelo físico y moral para los alumnos-. A este respecto recuerdo lo afirmado por el GMtro. Van Binh en una entrevista que le hice en su casa de Houston en el 2003: "Si uno deja de entrenar durante siete años, su cuerpo se transform ará en aquel de una persona com pletam ente ajena a las artes marciales, sin importar qué tan bueno haya sido su nivel antes de abandonar la práctica. Aunque su mente pueda recordar las técnicas, su cuerpo no las podrá ejecutar de­ bidamente. Algunos piensan que su entrenamiento duro durante la juven­ tud los va a beneficiar en ¡a vejez. Eso no tiene sentido. Nadie se pasa mu­ chísimo tiempo durmiendo durante su juventud, para después decidir que ha dormido suficiente, y que no va a dormir por el resto de su vida. Eso sería algo contrario a la naturaleza. Uno duerme algunas horas, luego va a trabajar, estudiar, entrenar, y vuelve a dormir. Igualmente, en las artes marciales se necesita practicar toda la vida. Algunos practican duro diez o veinte años, después se cansan y abandonan. Al cabo de siete años, es como si nunca hubieran p r a c t ic a d o La prodigalidad en el otorgamiento de graduaciones -sea buscando lucro o poder aumentando la cantidad

ie afiliados al propio grupo- contradice aquella promesa de "no hacer nal uso del Tae Kwon Do". Todo eso llevó a que en el 2001 el implacable Edgardo Villanueva, escandalizado por la situación, expresara en una entrevista que le hizo J. Ambrústolo que "'Hoy por hoy las graduaciones w se ganan, se com pran" Como contracara de ese fenómeno, el propio /illanueva y muchos otros instructores fuertemente dedicados a la actividad decidieron conservar los estándares tradicionales de exigen:ia para las categorías superiores, y un paciente ritmo de ascenso -sin saberlo, honrando el antecedente del "rosarino" Young-Whan Kim-. Wene al caso recordar que el principio del Tae Kwon Do que se ha dado a conocer como "perseverancia" tiene su traducción más fiel en “pa­ tencia" Por supuesto que no es la antigüedad el factor más importante en el ascenso, pues éste es simplemente el factor objetivo mínimo. De hecho, no pocas veces fue dejado de lado en las etapas iniciales del lae Kwon Do en Corea, ya que el avance estaba principalmente de­ terminado por el nivel que adquirían aquellos cinturones negros que practicaban diariamente varias horas durante años bajo estándares exigentes (en un país en el que bullía el militarismo nacionalista y en el que, ante la pobreza, había que forjarse un porvenir destacándose en lo que fuera, aún a las patadas). Eso es lo que explica que quienes [legaron a la Argentina fueron, salvo alguna que otra excepción, verda­ deras máquinas de artes marciales, y tal es el parámetro que muchos consideran inadecuado y propio del pasado, y otros quieren rescatar. La coexistencia de ambos criterios ha producido una realidad muy despareja dentro del ámbito del estilo ITF en la Argentina en materia de graduaciones. En consecuencia hay muchos pseudoexpertos que terminan enseñando pseudotaekwondo, venerados por la población lega, que no sabe diferenciar un espejismo de la realidad. En el frenesí de entregas de diplomas llegaron a existir casos como aquel en que un instructor antiguo tuvo debajo suyo a dos ''generaciones" (un alumno, y un alumno de éste) con su misma graduación de 5to Dan. La ITF había otorgado a éstos tal grado, sin el consentimiento del instructor y sin siquiera cumplir con la cortesía de una notificación, entrometiéndose y rompiendo las relaciones jerárquicas de instructor-alumno y dando un ejemplo contrario a aquello de "respetaré a mi instructor y mis m a­ yores". Un problema similar provocó fuerte indignación en Alemania en

los años 70, que determinó que muchos europeos pegaran un portazo yéndose de la ITF. Algo impensable en la Argentina, donde los escrú­ pulos son de "fundamentalistas” y siempre hay un buen argumento a mano para justificar esas cosas. También en un sentido poco feliz la Argentina puede ser un país generoso. El estilo WTF argentino tomó en esta materia el camino opuesto. La promoción de categorías superiores fue otorgada con cuentagotas, desvinculada del progreso técnico, y aún más estrictamente que los criterios utilizados en Corea. Por ello en WTF de la Argentina jamás existió "inflación de cinturones” ni pérdida del valor del “Dan". La CAT ejerció fuertemente su autoridad limitando el crecimiento de las gra­ duaciones de los cinturones negros, hasta que su monopolio en el trato con el Kuk Ki Won -ente que otorga los certificados internacionales de la W TF- fue quebrado por algunos instructores que se relaciona­ ron directamente con dicha entidad, lo cual provocó recelos pero ha servido para poner en crisis la concepción de la propia CAT: si ésta se reconoce subordinada al Kuk Ki Won, quedarán cortos los argumentos para desconocer los grados que éste otorgue. Como consecuencia de esa política de control estricto, la CAT ha reconocido un solo 8vo Dan (Emilio Casagrande, fallecido en febrero del 2011; Ramón Borjas es otro practicante con antigüedad comparable en la WTF argentina), y como 7mos Danés desde el 2007, Busca, Cantero, Tajes, Salim, Puppo, Carbonell, Algranati, Colman, Macchi, Mancuso, Alvarez y Ruffini. En algunos casos, el retraso es ostensible y se ha prescindido de los gra­ dos reconocidos en Corea a algunos de éstos. Cabría probablemente en esta lista incluir a A. Muñoz, O. C, Martín, Vaccaro, Laborda, Pórtela, Solas, Somoza, Fuentes, Ambrosini, C. García, H. Bertoia y Filippa. En cambio en el estilo ITF, que concentra a la mayor parte de los primeros cinturones negros del país, no se ha visto un problema en el acceso a las altas graduaciones. Hace un par de años obtuvieron el ascenso a 9no Dan (nivel de "Gran Maestro") algunos de los más des­ tacados y antiguos profesores argentinos: H. Maraño, P. Trajtenberg, G. Ramisch, A. Villanueva, A. Grispino y R. Desimone (además de J. Dacak).

C a p ít u l o 7 A quí e s t a m o s , ¿ a d ó n d e vam o s?

La muerte dei General Choi en junio del 2002 marcó un hito en el Tae Kwon Do. En ese entonces dejó a siete personas graduadas con 9no Dan -el mismo grado que él- (cinco coreanos, un vietnamita y un norteamericano, todos con más de cuarenta y cinco años de dedica­ ción), y una organización en proceso de fractura. Con su fallecimento, la entidad se dividió en tres: el grupo que reconoció como líderes del estilo a los norcoreanos en cumplimiento de la última voluntad de Choi, el que vio en su hijo Jung-Hwa Choi al sucesor natural y cabeza de la organización, y un grupo significativo de instructores que decidieron adoptar una modalidad más participativa y de tono menos jerárquico en el desarrollo de su actividad. Los tres reivindican para sí ser “la" ITF, utilizando su nombre y logo con los consiguientes enfrentamientos judiciales en Europa y Canadá. Tales grupos cuentan entre sus mayores directivos a argentinos -en el primer caso “directivo" es un término más relativo que en los demás-. Entre los instructores que pertenecen a las distintas líneas pueden mencionarse a: 1. En las filas de la ITF norcoreana: A. Villanueva, R. Desimone, R. Sosa, E. Palmisano, D. Rossel, P. Osuna, E. Godoy, O. Ríos Olivero, E. Figueredo y J. Meucci. 2. En el grupo perteneciente a la ITF dirigida por el hijo del Gral. Choi, con presencia en Corea del Sur: N. Galarraga (virtual mano derecha de JH Choi), J. Maidana, R. Siracusa, N. Vidarte, H. Soto, H. Boitano, M. Troiano, E. Barat, C. Composto, H. Gimarayz, R. Rieiro, R. Arino, G. Bianchi, R Beorlegui, N. Prone y A. Yapuncic.

La ITF que probablemente es más fuerte en Europa y Sudamérica que en nuestro país congrega a la mayor cantidad de maestros ¿ instructores sénior incluye a: P. Trajtenberg (cabeza internacional de dicha federación luego del fallecimiento del Mtro. Tran Trieu Quan en el terrem oto de Haití del 2010], H. Maraño, G. Ramisch A. Grispino, J. Rogers, J. Condomí, R. Marchini, A. Katz, E. Villanueva, A. Villegas, F. Mercado, R. Samara, C. Gómez de Olivera, J. y A Carabajal, M. Eisen, M. Vatrano, G. Von Foerster, G. Méndez, F. Pini C. Lorefice, H. Mengoni, M. Pedrini, A. Neves Méndez, H. Fasan, R Mattar, F. Castro y 0. Severino, entre muchos otros.

R. Desimaney A, Villanueva.

N. Galarraga con JHChoi.

H. Maraño, G. Ramisch y P. Trajtenberg.

P uede a firm a rse que los tr e s g ru p os an tes m encionados co n cen ­ tran ce rc a de tr e s c u a r ta s p a rte s de los p ra ctica n te s del estilo ITF en el país. E xisten o tro s g ru p os m enores, ajenos a las tr e s organizaciones con argu m entos plausibles p ara co n sid erarse su ceso ras de la ITF, en tre los que cabe m en cion ar:

í. Los que utilizan la sigla “ITF" dentro de su denominación, tal el caso de (a) quienes se han nucleado en torno al Mtro. KD Chung bajo el nombre "All ITF" -im p orta mencionar que con fecha reciente dicho maestro ha convocado a varios instructores que lo acompañaban hace años, otorgando a catorce de ellos el grado de 9no Dan, entre los que se cuentan antiguos practicantes como R. Sáenz Cardama, M. Nasini, D. Tizzano, N. Giuliani, J. N. Camodeca, D. Monti, J. C. Pin­ to, D. Schmidt, R. Sanz, M. Fernández De Cieza, y ]. C. Lenti-, algunas de cuyas graduaciones han levantado polémica en el seno del estilo; (b) la "Unified ITF" de Demarchi y A. Lettiere; y (c] la "UAT-ITF" de J. Zorgniotti. 2. Otros grupos de antigua data entre los que se cuentan (a) la Escuela Argentina de Taekwondo dirigida por P. Florindo, secundado entre otros por R. Nacer, J. C. González, H. Rivera, N. Alfonsín, E. Calvo, H. Díaz Rench, ]. L. Esquivel, R. Robledo, J, J. Sunini, D. Castera, W. Sosa, W. Lee, P. Grimalty A. Gallo, entre otros; y (b) el grupo “Global Taekwon-Do Federation", que lidera F. Beloso con L. Miceli para Sudamérica. 3. Otros grupos entre quienes pueden mencionarse a: (a) los instruc­ tores identificados con la organización Taekwondo International con sede en Inglaterra, cuyos referentes son J, Rábago y V. D'Amore y Hernández; (b) la International Traditional Taekwon-Do Federa­ tion (ITTAF), representada en el país por R Cambiaso, 0. DAgata, E. Presson y C, Uriarte -un grupo en franco crecimiento dirigido in­ ternacionalmente por el español Mario Pons (el destacado pionero del estilo ITF en su país luego de su introducción y posterior pase a WTF de los Mtros. Kim Jae-Won, Cho Jong-Sik, Lee Won-Il, Choi Won-Chul y Lee Sung-Ha, entre o tro s)-, cuya particularidad más notoria es el color gris de sus dobok; y (c) el grupo TIÍA -TaekwonDo Instructores Independientes de A rgentina- que dirigen M. Cremona, P. Ferreiro y M. Adrogué, acompañados por N. Rodríguez Volando, A. D. Novas, L. Di Lecce, D. Franco, F. Canavese y J. Arce.

Nam Sung Choi y Han Chang Kim en 2007. En WTF los grupos están mucho más atomizados y en general al­ bergan a menor cantidad de instructores. Entre éstos cabe destacar a: 1. Escuela Nacional de Taekwondo Han Chang Kim, bajo la dirección de Raúl H. Busca (desde su sede en Centenario, Pcia. de Neuquén), con la participación de Gustavo Somoza, Ricardo Fuentes (en Bue­ nos Aires], Carlos García, Horacio Bertoia, Sergio Ambrosini, Luis Vega y Ornar D'Amico. 2. La Asociación Chung Do Kwan dirigida por Oscar Tajes, secundado por Adrián Colman, Carlos Cáceres, Damián Blascetta y Sebastián Zapata. 3. La Federación Seng Do dirigida por Carlos Filipa, entre cuyos inte­ grantes se cuentan César Galguera, Gustavo Izquierdo, Tom Wi­ lliams y Roberto Acosta. 4. Unión Tae Kwon Do Patagonia, que funciona en Río Negro, Chubuty Neuquén, cuyo principal referente es Fernando Mezei. 5. La Asociación Moo Duk Kwan, dirigida por Abel Salim acompañado por Gustavo Tejada. 6. El grupo de alumnos del Mtro. Nam Sung Choi, con Osvaldo Cruz Martín (en San Martín de los Andes), Alberto Pérez Dávila, Jorge

Vaccaro (y sus alumnos S. Fotea, P. Pechini y P. Calamera), Juan José Serra, César Plaza (y de él N. Levin, C. Salvador y E. Díaz Cantón], Carlos Frione (y de él los hermanos Balverde), José María Tessone y Ricardo Fracchia. 7. El grupo dirigido por el Mtro. Lee Seok Won, que integran Iván Ro­ jas (a su vez, titular de la Escuela Superior de Taekwondo ~ ESAT), Néstor Echegaray, Marcelo Casco, Rodolfo Carballo, Gustavo Siniscalchi, Ricardo Vadalá, Gustavo Merani, Miguel Francolini, Ricardo Castañeda y Roberto Acosta. 8. La escuela MATCH de Manuel Chamorro, secundado por Osvaldo Navarro, Mario Chamorro y Esteban Gómez. 9. El grupo dirigido por José Ignacio Carbonel!, cuyo núcleo se encuen­ tra en Puerto Madryn. 10. La escuela Kian Do Kwan de Oscar Prado, secundado por los Profs. Gómez, Barreiros y Ribas. 11. La Escuela Argentina de Taekwondo Marcial, que lidera Enrique Cambursano. 12. El Círculo Argentino de Taekwondo al mando de Carlos Algranati, con Carlos Fuentes, Mirta González, Diego Marino y María Fernanda Ogni. 13. La escuela WAM en Mar del Plata, a cargo de Alejandro Juárez. 14. La Asociación Ssang Yong dirigida por Aníbal la Vía, con C. Lazarte, G. Ferrer, O. Maciel y J. Navarro. 15. La Asociación Taekwondo Espíritu Indomable de La Matanza ATEÍM- de Carlos Hernández, originalmente alumno de Tajes, quien es directivo una organización (UIAMA) que lleva adelante campeo­ natos en que participan distintas artes marciales con reglamento "abierto". 16. La Asociación Sang Rok dirigida por Raúl Romero desde Ramallo, Pcia. de Santa Fe, con Orlando Franzosi, Eduardo Romero y José Martínez.

Muchas de dichas escuelas tienen presencia en distintas partes del país, y se articulan con la CAT a través de las respectivas federaciones que la componen.

A

£.Q

En el Tae Kwon Do, en general las instituciones nunca han logrado independizarse de la persona de sus fundadores, y son muy pocas y recientes las que han constituido verdaderas asociaciones de pares en lugar de reuniones en torno a un líder. En el pasado, las discrepancias ante tales caudillos han determinado los pases entre grupos, aunque de a poco ha ido cambiando la forma de ejercicio de tales liderazgos. Por todo esto, la descripción de los párrafos precedentes no es más que la descripción de la situación actual, que podría cambiar. * * *

Todo lo expuesto demuestra que el Tae Kwon Do argentino es en su conjunto un movimiento variado y vigoroso. La CAT (hasta aquí, sinó­ nimo local de WTF) se ha desarrollado sobre un modelo de autoridad central cuya legitimación remite al binomio Estado argentino - WTF, trabajando para el desarrollo del Tae Kwon Do como deporte de alta competencia con proyección olímpica, La suya es una perspectiva dis­ cutible, pues aunque se entiende el interés de la WTF en hacer del Tae Kwon Do un deporte olímpico y consolidarlo como tal, el ente rector de la actividad en el país debería tener metas más amplias. Adviérta­ se que se ha logrado que solamente tres atletas argentinos llegaran a nivel olímpico (no es claro si gracias a la CAT o a pesar de ella), y con esa exigente meta, se ha descuidado la virtud del Tae Kwon Do como medio de promoción social, lo cual ha logrado con mayor éxito la línea ITF sin intervención estatal. No tiene ningún sentido que por el lauro olímpico se haya desatendido al conjunto de los argentinos que practi­ can Tae Kwon Do. Tampoco tiene sentido que el Tae Kwon Do WTF, que es un estilo que merece ser practicado y difundido en su mejor forma como la cautivante disciplina que es, por políticas equivocadas en la Argentina haya tenido un desarrollo tan limitado. Las autoridades de dicha Confederación surgen de elecciones que replican una suerte de estructura federal, con un número limitado de representantes -federaciones- provinciales que votan a quienes deben ocupar los cargos. Laberínticas exigencias legales y la necesidad de aprobación por la propia CAT provocan una disociación que admite que las entidades que integran el padrón no sean necesariamente significativas en cuanto a la cantidad de practicantes o su calidad, lo

que explica que sea un sistema que no está en línea con los instruc­ tores que difunden la actividad. Un poder tan fuerte permite que no sxistan reglas claras para la selección de los deportistas para viajar a eventos internacionales, para la asignación de becas, etc., poniendo al Tae Kwon Do -a las esforzadas ilusiones depositadas en él- como mercancía de canje de votos por favores. Esto hace que las asociacio­ nes, en lugar de mirar hacia abajo -las bases- y en todo caso competir entre ellas para atraer al público, miren hacia arriba y compitan por [as ventajas que puedan obtener de manos de las autoridades. Lamen­ tablemente en todo esto -clientelismo de baja escala- se está bastante [ejos de estar actuando como "cam peones de la justicia y la libertad" La concentración de poder es indeseable, aun cuando por momentos haya sido bien utilizada. Por ello se impone establecer reglas y desconcen­ trar y limitar el poder de las autoridades de la CAT, si es que alguna vez se pretende que la WTF termine de despegar en la Argentina, Los deportistas e instructores mucho han logrado hasta ahora cargando con tal lastre. Por otro lado, a lo largo de las tres últimas décadas los grupos de ITF han aumentado su cantidad de miembros y llegan a gran parte de ia población con un sistema de menos restricciones. Los instructores no votan a los maestros que han de dirigir una organización única, sino que en ITF -y especialmente desde la multiplicación de federaciones luego de la muerte del Gral. Choi- migran de una organización a otra -en geopolítica se lo llama “votar con los pies”, aquello por lo que las fronteras de la Unión Soviética permanecían cerradas, eso que ciñe a las escuelas WTF disconformes-. La competencia interna entre los principales grupos de ITF por atraer a instructores con escuelas a su cargo ha determinado una mejora en la calidad institucional de esos grupos (que conforman asociaciones y federaciones] y en brindar servicios de capacitación y acceso a competencias internacionales, al margen del “deporte oficial" de la CAT pero dentro del marco legal general -cuyo vértice ocupa el art. 14 de la Constitución Nacional-. Por eso cuando algunos dirigentes de la CAT afirman ser los únicos "dentro de la legalidad" no saben de lo que hablan. Así, la pertenencia a los grupos principales de ITF no es compulsiva -salvo anomalías en casos puntuales en cotos territoriales- sino que responde cada vez

más a modelos que aun con imperfecciones han ido mutando paula­ tinamente de la concentración hegemónica de poder a un modelo del tipo asociativo-cooperativo que, con algunas diferencias de enfoque, tiene por objeto desarrollar y difundir el Tae Kwon Do. Considerando la difusión que ha logrado la modalidad ITF en nuestro país, se advierte que la concepción con que fue formada la CAT hace más de tres décadas merece ser revisada. Aquel pacto entre un diplomático argentino y el gobierno surcoreano, luego ratificado por la entrada de la WTF en el COI, por más razonable o adecuado que haya sido en aquel entonces, hoy no justifica que la mayor parte del Tae Kwon Do argentino esté obligadamente marginado de la CAT, desconociéndose la importancia de la porción mayor del Tae Kwon Do en nuestro país. Es disparatado que generaciones enteras se vean perjudicadas por algo que surgió de una situación coyuntural en 1978, Quienes practican estilo WTF en la Argentina durante años han oído y repetido como un mantra la palabra "oficialidad", que aparentemente les acuerda un estatus diferente al del resto de los taekwondistas: el incierto billete de lotería que permita quizás alguna vez acceder a una beca oficial e integrar una selección, pagado el precio de la segu­ ridad de verse sometidos a una autoridad ampliamente discrecional Basta con dialogar con los instructores de años en el estilo WTF que se mantienen en "el llano". Descreídos, cansados o resignados a una situación para la que no ven solución y sin energías para buscarla. Es comprensible, pues no existe en este esquema. Se trata de un modelo agotado hace tiempo, por lo que se impone un cambio de paradigma. Si en política nacional se habla de las instituciones como mecanismos amplios, participativos y de control de poder, hace rato que debería haberse virado a una concepción profundamente democrática del Tae Kwon Do, que es mucho más que la formalidad del voto de las federa­ ciones metropolitana y provinciales, cuyo nivel de representativídad es muy bajo. A los profesores de Tae Kwon Do les es imposible desarro­ llarse en su actividad sin formar parte de redes bien integradas que los mantengan motivados y íes brinden apoyo, capacitación y proyección, Alguno se preguntará si este trabajo es el lugar para tratar estas cuestiones. Pero esa es la historia del Tae Kwon Do argentino, No co­ rresponde a quien escribe estas líneas, apenas un testigo, cumplir la

función de juez. Muchos reclaman separar a los buenos de los malos y administrar castigos. Eso querían hacer los trabajadores del campo cuando encontraron que un enemigo había sembrado cizaña para arruinar el trigo. Estos hombres con buenas intenciones propusieron arrancar la cizaña. En esa parábola (San Mateo, 13, vers. 24 y sgtes.) el Señor les dice que no es el momento, que hay que esperar a que crezca para evitar arrancar parte del trigo. Ese pasaje termina expresando que esa tarea no nos corresponde, pues será en el Día de juicio cuando se separará a unos y otros. Hasta entonces, todos tenemos la oportuni­ dad de mirar a nuestro interior y ocuparnos de limpiar nuestro propio mal. Eso no quiere decir que debamos mirar para el costado cuando los otros causan daño o se aprovechan de los demás. Recordemos que "lo único que se necesita para que el mal triunfe en el mundo, es que los hombres buenos no hagan nada al respecto”. En la Confederación Argentina de Taekwondo podría haber algún tipo de renovación. Hay un grupo que integran Torres, Gontán, Álvarez, Sáez, Sánchez Berón, Macchi y Carbonell que alienta esperanzas. Sean éstos u otros, la CAT debería adoptar una visión clara acerca de los tiempos actuales, empezar a pensar con criterio independiente, y algún día quizás emanciparse de toda autoridad extranjera, asumién­ dose como la expresión institucional de todo el Tae Kwon Do argentino, buscando el modo de incluir en su seno a todos sus cultores. Ya lo decía Sang Kyu Shím respecto de los EEUU hace más de treinta años. Es verdad que, a esta altura y después de años de manejarse autó­ nomamente, es probable que no todos los directivos e instructores de estilo ITF estén interesados en relacionarse con la burocracia estatal o en lograr algún tipo de unión entre las modalidades ITF y WTF. Hace algunos años en Corea del Sur ocurría algo similar, pues se decía que si no se lograba prontamente la reunificación con Corea del Norte apro­ vechando que todavía existían lazos afectivos entre sus habitantes, en un futuro las generaciones más jóvenes con mayor pragmatismo y distancia emocional quizás -especialmente en el sur capitalista- ten­ drían reparos antes de reunirse con el sector menos desarrollado. La ventana de oportunidad para reunificar se cerraría pronto. Sin nece­ sidades ni ganas de absorber problemas ajenos, similar podría ser la reacción de muchos de los actuales dirigentes de ITF argentino cuando

se habla de relacionarlos con la CAT. Pero, una vez más, el Tae Kwon Do es mucho más que sus "dirigentes”. Y no es menos cierto que, con­ siderando que va en aumento el importante número de instructores de estilo ITF en colegios de todo el país, se impone que las autoridades canalicen adecuadamente esta situación mediante la expedición de certificaciones de enseñanza de todos los instructores sin distinción de estilo, controlando la calidad, mediante canales transparentes y de acceso no discriminatorio. Son muchas las áreas que la CAT ha resignado en estos años en su visión del Tae Kwon Do, y debería saber aprovechar la experiencia acu­ mulada por otros en sectores que tradicionalmente descuidó, en par­ ticular lo que tiene que ver con una forma profesional y planificada de encarar al Tae Kwon Do como deporte social. El poder estatal delegado que ostenta la CAT exige su recto ejercicio en beneficio de la sociedad en su conjunto y de todo el Tae Kwon Do argentino -más allá de siglas y de aspectos puntuales como el olimpismo-, y sería esperable de dichas autoridades un gesto de grandeza, madurez y realismo en ese sentido. Hasta ahora la CAT ha servido, con aciertos y errores, para canalizar sólo una parte. Si "el Estado somos todos", debería ocuparse de todos, y de incluir a, y nutrirse de, los grupos a quienes ha ignorado hasta ahora por una autoimpuesta restricción estatutaria, muy cuestionable aun desde lo jurídico. Si el Tae Kwon Do argentino tiene sectores muy desarrollados en lo técnico-deportivo-organizativo, el Estado debería contar con un ente rector acorde a la importancia que esta disciplina ha adquirido en el país. No bastan pequeños ajustes, se impone un replanteo total. Aunque el desafío sea enorme, no puede ser ignorado, La tradición del Tae Kwon Do que hemos recibido de los maestros es la de no rehuir nunca a un desafío. A la mayoría de los instructores nos resultan evidentes los be­ neficios del Tae Kwon Do como herramienta para ayudar a la gente a desarrollarse, lograr confianza en sí misma y abrirse paso en la vida. En inglés se llama em pow erm ent Recuerdo la iniciativa de Ricardo Galcerán, quien hace cerca de quince años había comenzado un programa social de Tae Kwon Do en la villa de La Cava, como entre muchos otros también lo ha hecho Enrique Godoy en Esperanza, Pcia. de Santa Fe, empleando esta disciplina para alejar a los niños y jóvenes de la calle

y las drogas. Tengo presente a instructores como Viviana Rivera y Vi­ viana Santangelo, que trabajan con chicos con capacidades especiales, proponiéndoles con tesón metas y mostrándoles cómo son capaces de conseguirlas (un referente en este tipo de trabajo con jóvenes con Síndrome de Down es Benjamin Evans de Nueva Zelanda). Porque más allá de lo circunstancial, ahí está la esencia del Tae Kwon Do, en el espíritu de superación de las propias limitaciones, desde lo más fí­ sico -recordar una secuencia, poder romper una madera, saltar a una altura o animarse a combatir con un rival- hasta lo más elevado, que es lo más simple. Esos profesores predican con el ejemplo, son verda­ deros "sabom", modelos a seguir. El Tae Kwon Do se ve honrado y lava todas las manchas que pueda tener gracias a actos como los que estos cinturones negros llevan a cabo en distintos lugares de la Argentina, En junio del 2010 en Corea del Sur la Universidad de Chung Chong, que anualmente organiza un torneo de Tae Kwon Do, llevó a cabo un Festival en donde las modalidades Mundial e internacional desarro­ llaron competencias paralelas, cada una según su reglamento -con destacada presencia argentina-. No se trató de un evento oficial de WTF, pero significó sin duda de un paso importante, especialmente si se considera que en dicho país en gran medida persiste la imagen del estilo ITF como ligado al gobierno norcoreano, con la intranquilidad que ello conlleva en un país con la frontera más caliente del mundo. El lema convocante fue “WI are one" ("W” de WTF, e T de ITF), un juego de palabras que se traduce como "WTF e ITF somos uno" Ahí el equipo de trabajo de Néstor Galarraga tuvo un papel decisivo. El Festival fue un éxito, y muestra cómo aun en un lugar donde es mucho más justificada la división, hay espacio para concebir la unión, que no significa necesariamente unificación. Cuando comparo Taekwondo WTF y Taekwon-Do ITF veo que hay coincidencia en once de las doce letras. Hay mucho para hacer por las primeras nueve, que son el mar sobre el que navegamos. Lo otro, son olas que se renuevan, le dan la gracia del movimiento, el color de la diferencia. Esta historia muestra a los cultores argentinos del Tae Kwon Do su origen común y las realidades que tocan a sus sectores más represen­ tativos. Es la historia de unos hombres que vinieron desde otra parte del mundo para enseñar algo extraordinario, que muchos no nos can­

samos de disfrutar, compartir y cuidar. Y cuando en conjunto tomemos conciencia de ese legado, y cuando seamos lo suficientemente maduros como para reconocer nuestra identidad común, en la fuerza que da la unidad, podremos aprovechar el promisorio momento que vive nues­ tra disciplina. Para que dentro de varias décadas, se escriba una feliz continuación de este texto que diga que hemos ayudado a "construir un mundo más pacífico", la promesa y anhelo final del Gral. Choi. * * *

Un amigo que considero sabio, que hace casi cincuenta años se dedica a estudiar y tratar las contradicciones y los autosabotajes de la gente, me contaba hace poco que de sus lecturas y de la vida ha apren­ dido que la desmesura es la medida de lo humano. Que somos espíritu y carne, "chispa divina y pantera", y que esa participación en lo divino, en lo inconmensurable, nos hace quererlo todo (¡para lo cual hay que despojarse de todo!), nos dirige hacia el Todo. Quien se conforma con poco no es plenamente hombre, ni merece ser llamado tal. Lo entiendo, y los que practicamos artes marciales lo sabemos; no nos basta con poco: lo que hacemos exige muchas horas de dedicación y estamos dispuestos a entregarlas sin demasiado cálculo, embargados por esa grandeza que percibimos subyacente al Tae Kwon Do. Lo nuestro es "arte" y es "marcial": individualista, libre e inefable como lo primero, práctico, disciplinado y jerárquico como lo segundo. En general no nos gusta demasiado que nos llamen "deportistas", y directamente nos ofende que alguien diga que tenemos un “hobby". Lo que hacemos ~ya es casi un cliché- es "una forma de vida". Pero eso realmente expresa lo que sentimos, tanto tiempo dedicado a algo se hace carne en uno. Esa desmesura explica en Tae Kwon Do los egocentrismos y las dificulta­ des para emprender proyectos conjuntos. También explica esfuerzos y logros físicos casi sobrehumanos, o una tenacidad que nos gusta rela­ cionar, según el caso, con la "perseverancia" o el "espíritu indomable". * * *

Son las nueve menos diez de la noche. El taxi se desliza rápida­ mente sobre el pavimento húmedo a través del microcentro de Bue-

nos Aires. Dejo atrás la oficina después de haber estado todo el día trabajando en esa nueva versión del contrato que le acabo de mandar al cliente. A través de la ventana, veo la calle semivacía y las bolsas de basura que esperan ser recolectadas. Estoy cansado, y pienso en lo lindo que sería volver a casa. Pero hoy no me toca. Me separan veinte cuadras para encontrarme con Dani, Pablo, Ezequiel (si se recuperó de su lesión], Christian (que hace un año debería haber rendido para ne­ gro) y los demás muchachos. Un grupo de locos lindos que promedian los treinta y pico, que mientras el resto de los habitantes de la ciudad empieza a relajarse, reuniéndose en torno a una mesa o frente al tele­ visor, se visten de blanco, pegan saltos y gritan nombres en coreano. Llego al gimnasio y comienza nuevamente el mismo ritual. Formar en una línea y, aislados del mundo, encontrar nuestro espacio dando rienda suelta al fuego interior. Patear, bloquear, traspirar, pelear. Una hora y media en que no se puede aflojar. Sobre el final de la clase, me saludan con una reverencia y gritan "/T a e k w o n Seguimos una tradi­ ción, que algún día les voy a contar. La de Lee, de Yang, de Florindo y también -porque la realidad es pluricausal- la de Kim, de Choi y del Gral. Choi. Aunque con este libro van a entender un poco más, ellos no lo necesitan. Ya entienden lo importante: ponen garra, son leales, no flaquean ni cuando los aprieto ni cuando la vida los exige. Esta noche nos movimos de lo lindo, alguno me hablaría de las endorfinas, aunque a los 43 años mí excitación obedece más a que considero un logro personal cada vez que completo una práctica fuerte. Termino de ducharme y, nuevamente con el saco y la corbata -más floja- salgo del vestuario, apago las luces y cierro el dojang. Son las once de la noche, y la zona se pone fea, por lo que tres de los muchachos me esperan. Al despedirse, Sebastián y Emir me dan un abrazo, y Jaime me dice, con su picaro acento peruano, "Buena clase, ¡sabonazo!". El "Do" es la senda que cada uno recorre en la vida: me voy cami­ nando a la parada del 39 mientras pienso en que Marina y los chicos ya estarán durmiendo, y que yo estoy más vivo que nunca. Más no le podría pedir a Dios.

Agradezco a todos aquellos que han contribuido a este trabajo con sus fotografías, en particular: A Han-Chang Kim por las fotos de pági­ nas 333, 337, 339, 350,375, 380 y 447; a Yong-Chae Ku por la fotografía de página 361; a Miguel Hladilo (Revista Yudo Karate) por las fotos de páginas 341, 344, 346, 353, 355, 359, 363, 379, 385, 396, 398, 403,406, 411 (la de Sunini), 420, 422, 431 (la de Ferreiro], 434, 439, 452, 457, 4 5 9 ,4 6 0 ,4 6 6 (las de Villanueva, Desimone y Galarraga) y 468; a Félix Solas por la de página 404; a Rodolfo Samara por las de página 348; a Enrique Godoy por la foto de página 357, a Roberto Villalba por la de página 367; a Mario Troiano por la de página 400; a Edgardo Villanue­ va por la suya de página 411; a Claudio Iedwab por la de página 414; a Pedro Florindo por las fotos de páginas 428 y 432; a Ricardo Rieiro por la suya de página 431, y finalmente a Jorge Ambrústolo (Revista Mundo Marcial) por la fotografía de página 466 de Maraño, Ramisch y Trajtenberg. Las fotos de páginas 417 y 450 pertenecen al autor.

R e s u l t a d o s a r g e n t in o s e n l o s c a m p e o n a t o s MUNDIALES DE ESTILO

ITF (1 9 7 4

A

2007)

Nota: Este apéndice se refiere exclusivamente a competencias de adul­ tos entre 1974 y el 2007; quedan excluidos campeonatos juveniles y de veteranos. ITF l s t World TKD Champiortships en Montreal, Canadá, los días 4 y 5 de octubre

de 1974, con la participación de 450 competidores de 27 países. Resultados no disponibles on-line

Resultados argentinos:

Javier Dacak (Oro) Masculino - rotura de potencia con canto de mano

(a pesar de que el Sr. Dacak había nacido en Paraguay, compitió para la Argentina) ITF 2nd World TKD Championshíps en Oklahoma, Estados Unidos de América,

septiembre de 1978, con la participación de 350 competidores de 21 países. Resultados no disponibles on-line

Resultados argentinos:

Javier Dacak (Oro) Masculino ~ rotura de potencia con canto de mano

(a pesar de que el Sr. Dacak había nacido en Paraguay, compitió para la Argentina) Equipo Masculino Sparring ARGENTINA Bronce Equipo Masculino Roturas ARGENTINA Bronce Miembros del equipo Daniel Schmidt, Ricardo Gurtler, Eduardo Palmisano, M. Alejandro De María, Daniel Sanmarco, Yong Chol Kim, Javier Dacak, Roberto Sáenz

ITF 3rd World TKD Championships en Resistencia, Chaco, Argentina, agosto de

1981, con la participación de 219 competidores de 13 países. Resultados no disponibles on-line

Resultados argentinos:

Olga Azucena Zorzón ( Oro) Femenino Sparring Adolfo Quirce (Oro) Masculino - rotura de potencia con patada circular Alejandro De María (Oro) Masculino ~rotura de potencia con patada frontal

Equipo Masculino Sparring ARGENTINA Plata Miembros del equipo Alberto Katz, Eduardo Palmisano, Alejandro De María, Del Archiprete, Ricciardelli, jorge Carabajal, Yong Choi Kim, Dante Tizzano, Bechorouch, Sachs, jorge Rábago, Adolfo Quirce, Guillermo Dávoli, Noel Vidarte ITF 4 th World TKD Championships en Glasgow, Escocia, del 20 al 23 de abril

1984, con la participación de 396 competidores de 23 países. Resultados no disponibles on-line

Resultados argentinos:

Ebel Barat (Plata) Masculino Sparring Peso Pesado (76 a 82 kg.) Miembros dél equipo Ebel Barat, Néstor Galarraga, Mario Troiano, Edgardo Villanueva, Alcides Solís, Mario Sánchez

ITF 5th World TKD Championships en Atenas, Grecia, del 22 al 24 de mayo de

1987, con la participación de 396 competidores de 26 países. Resultados generales: http://www.tkd-itf.org/pub_web/ver_eng/WSenCh5_results.html

Resultados argentinos:

Pablo Sabalain (Plata) Masculino Esquemas lery 2do Dan Carlos Bianchini (Plata) Masculino Sparring ler y 2do Dan Peso Super Pesado (+80kg)

Miembros dei equipo

Pablo Sabalain, Marcelo Vatrano, Francisco Petrocco, Marcelo Franzotti, Jorge Rábago, Gustavo Pérez, Daniel Burban, Eric Calvo

ITF 6th World TKD Championships en Budapest, Hungría, del 8 al 10 de abril de 1 9 8 8 , con la participación de 6 5 0 com petidores de 4 6 países. Resultados generales: http://www.tkd-itf.org/pubjweb/vereng/WSenCh6_results.html

Resultados argentinos:

Pablo Sabalain (Oro) Masculino Esquemas 3er Dan

Marcelo Vatrano (Bronce) Masculino Esquemas 3er Dan Sobrina Condró (Plata) Femenino Esquemas 2do Dan Sobrina Condró (Bronce) Femenino Sparring Peso Liviano (58 kg) Fabian Pini (Bronce) Masculino Sparring Peso Pesado (-80 kg.) Mario Shaur (Oro) Masculino Sparring Peso Super Pesado (+80 kg.) Pablo Sabalain (Oro) Masculino Rotura de salto en largo patada lateral Fabio Bernardo (Oro) Masculino Rotura de salto en alto patada circular

Equipo Masculino Roturas especiales ARGENTINA Bronce Miembros del equipo Pablo Sabalain, Marcelo Vatrano, Francisco Petrocco, Marcelo Franzotti Mario Shaur, Fabian Pini ITF 7th World TKD Championships en Montreal, Canadá, del 18 al 21 de agosto de 19 90, con la participación de 520 com petidores de 51 países. Resultados no disponibles on-line

Resultados argentinos:

Olga Azucena Zorzón (Oro) Femenino Sparring Peso Pesado (-69 kg.) Marina Fernández (Oro) Femenino Sparring Peso Mediano (-63 kg.)

Noemí Prone (Plata) Femenino Sparring Peso Liviano (-62 kg.) Martín Montes (Bronce) Masculino Esquemas 4to Dan Ricardo Rieiro (Bronce) Special Breaking Mario Shaur (Bronce) Masculino Sparring Peso Pesado (-80 kg)

Equipo Masculino Special Technique Breaking ARGEN TINA Oro

Equipo Masculino Esquemas ARGENTINA Bronce Equipo Femenino Overall ARGENTINA Plata Premio Mejor Competidora (Femenino) NoemíProne

Overall país ARGENTINA Bronce Miembros del equipo Fausto Mercado, Fernando Pigni, Humberto Próspero, Mario Shaur, Mariano Bechara, Pablo Milikotá ITF 8 th World TKD Championshíps en Pyongyang, República Popular Democrá­ tica de Corea, del 10 al 15 de septiembre de 1992, con la participación de 6 4 4 com petidores de 67 países. Resultados generales: http://www.tkd-itf.org/pub_web/ver_eng/WSenCh8_results.html

Resultados argentinos:

Fabián Pini (Bronce) Masculino Esquemas 3er Dan josé Maidana (Bronce) Masculino Esquemas 4to Dan Marcelo Vatrano (Bronce) Masculino Esquemas 4to Dan Noemí Prone (Plata) Femenino Esquemas 3er Dan Fabian Pini (Bronce) Masculino Sparring Peso Liviano (-63 kg.) Pablo Ferreiro (Plata) Masculino Sparring Peso Pesado (-80 kg.) Ricardo Rieiro (Oro) Masculino Rotura Especial

Noemí Prone (Bronce) Femenino Rotura Especial Noemí Prone (Oro) Femenino Rotura de Potencia

Equipo Femenino Esquemas ARGENTINA Bronce Equipo Femenino Sparring ARGENTINA Bronce Equipo Masculino Sparring ARGENTINA Bronce Equipo Femenino Rotura Especial ARGENTINA Plata Equipo Masculino Rotura Especial ARGENTINA Plata Equipo Femenino Overall ARGENTINA Bronce Segundo país Overall ARGENTINA Miembros del equipo Ricardo Rieiro, Humberto Prós­ pero, Pablo FerreiroMario Shaur, Roberto Moya, Marcelo Vatrano ITF 9 th World TKD Championshíps in Terrenganu, Malasia, septiem bre de 1994, con la participación de 8 0 0 com petidores de 72 países. Resultados generales: http://www.tkd-itf.org/pub_web/ver_eng/WSenCh9_results.html

Resultados argentinos:

Alejandro Banega (Plata) Masculino Esquemas 2do Dan Federico Pascual (Bronce) Masculino Esquemas 3er Dan José Maidana (Bronce) Masculino Esquemas 4to Dan Inés Capiello (Bronce) Femenino Esquemas ler Dan Sabrina Condró (Plata) Femenino Esquemas 4to Dan María Carullo (Oro) Femenino Sparring Peso Micro (-52 kg.)

Gisella Micelli (Bronce) Femenino Sparring Peso Pesado (-70 kg.) Mónica Abdala (Plata) Femenino Sparring Peso Super Pesado (+70 kg.) Carlos Uriarte (Plata) Masculino Sparring Peso Micro (-54 kg.) Ricardo Rieiro (Oro) Masculino Sparring Peso Mediano (-71 kg.) Hernán Cisternas (Oro) Masculino Sparring Peso Super Pesado (+80 kg.) Carlos Bonomo (Oro) Masculino Rotura de Potencia

Equipo Masculino Sparring ARGENTINA Plata Equipo Masculino Overall ARGENTINA Plata Segundo país Overall ARGENTINA Miembros del equipo Marcelo Vatrano, Mario Shaur; Ricardo Rieiro, Mariano Bechara, Pablo Ferreiro, Sergio Maceira ITF 1 0 th World TKD Championships en San Petersburgo, Rusia, del 3 al 6 de julio de 1997,

con la participación

de 1 2 0 0 com petidores de 70 países.

Resultados generales: http://www.tkd-itf.org/pub_web/ver_eng/WSenChlO_results.html

Resultados argentinos:

Alejandro Banega (Oro) Masculino Esquemas 3er Dan

Paula Iglesias (Bronce) Femenino Esquemas 3er Dan NoemíProne (Plata) Femenino Esquemas 4to Dan Paula Iglesias (Bronce) Femenino Sparring Peso Micro (-52 kg.) Vilma Fernández (Bronce) Femenino Sparring Peso Me­ diano (-63 kg.) Ana M. Coronel (Plata) Femenino Sparring Peso Pesado (-70 kg,) javier Romitrovsky (Bronce) Masculino Sparring Peso Pesado (-80 kg.) Equipo Femenino Esquemas ARGENTINA Bronce Equipo Masculino Sparring ARGENTINA Bronce

Miembros del equipo Masculino Hernán Cisternas, Eugenio Favalli, Sergio Maceira, Marcelo Bordiez, Brian Mutri, Andrés Facciano Miembros del equipo Femenino Ana M. Coronel, Paula Iglesias, NoemíProne, Carolina Menegazzo, Silvana Velazquez, laura Díaz ITF l l t!l World TKD Championships en Buenos Aires / Rosario / Mar del Plata, Argentina, del 28 de agosto a! 5 de septiembre de 1999, con la participación de 8 0 0 com petidores de 76 países. Resultados generales: h ttp ://w w w .tkd-itf.org/pub_w eb/ver_eng/W SenC hll_results.html

Resultados argentinos:

Alejandro Banega (Plata) Masculino Esquemas 3er Dan Federico Pascual (Broncej Masculina Esquemas 4to Dan Gabriela Cabral (Plata) Femenino Esquemas 2do Dan jana Pascual (Plata) Femenino Esquemas 3er Dan Noemí Prone (Plata) Femenino Esquemas 4to Dan Paula Iglesias (Bronce) Femenino Sparring Peso Micro (52 kg) Silvana Velazquez (Bronce) Femenino Sparring Peso Liviano (-58 kg.) Romina Quintana (Bronce) Femenino Sparring Peso Pesado (-70 kg.) Federico Figari (Bronce) Masculino Sparring Peso Liviano (-63 kg.) Marcelo Bordiez (Bronce) Masculino Sparring Peso Pesado (-80 kg.) Natalia Sánchez (Plata) Femenino Rotura de Potencia Equipo Femenino Esquemas ARGENTINA Plata Equipo Femenino Sparring ARGENTINA Plata Equipo Masculino Rotura Especial ARGENTINA Oro Equipo Femenino Rotura Especial ARGENTINA Oro

Equipo Masculino Overall ARGENTINA Bronce Equipo Femenino Overall ARGENTINA Plata Segundó país Overall ARGENTINA

Miembros del equipo Masculino Ricardo Rieiro, Hernán Cisternas, Alejandro Gartenbank, Pablo Ferreiro, Alan Andreassi, Ariel Alemanno Miembros del equipo Femenino Carolina Menegazzo, Vilma Fernández, Paula Iglesias; Silvana Velázquez, Silvina uerin Q Taekwondo International 5th World Open Championships en Eindoven, Holan­

da, el 13 y 14 de mayo del 2000. Resultados no disponibles on-line.

Resultados a rgentinos:

Miryam Szychowski ( Oro) Femenin o Sparring Peso Me­ diano (-62 kg.)

Marina Serrano (Plata) Femenino Sparring Peso Liviano (-52 kg) Carolina Menegazzo (Bronce) Femenino Sparring Peso Liviano (-52 kg.) Mariela Ledesma (Bronce) Femenino Sparring Peso Mediano (-62 kg) Federico Figari (Plata) Masculino Sparring Peso Liviano (-52 kg) Juan José Sunini (Oro) Masculino Sparring Peso Mediano (-70 kg.)

Christian Ksairi (Plata) Masculino Sparring Peso Mediano (-70 kg.) Alejandro Bordiez (Bronce) Masculino Sparring Peso MedioPesado (-76 kg.) Alejandro Cricelii (Oro) Masculino Formas Musicales Marina Serrano (Oro) Femenino Formas Tradicionales Sebastián Freire (Oro) Masculino Rotura de potencia de canto de mano Silvana Velázquez (Oro) Femenino Rotura de potencia giro de patada lateral Mariano Nani (Oro) Veteranos Masculino Rotura de potencia de canto de mano

Equipo Masculino Sparring ARGENTINA Oro Miembros del equipo Masculino Marcelo Cremona, Federico Figari, Pa­ blo Ferreiro, Juan José Sunini, Ezequiel Borracer, Alejandro Gartenbank ITF 1 2 th World TKD Championships en Rimini, Italia, del 3 al 8 de julio del 2001, con la participación de 700 com petidores de 6 4 países. Resultados generales: http://w w w .tkd~itf.org/pub_w eb/ver_eng/W SenC hl2_results.html

Resultados argentinos:

Elias Gaché (Bronce) Masculino Esquemas ler Dan Juan Silvia (Bronce) Masculino Esquemas 4to Dan Gabriela Cabral (Plata) Femenino Esquemas 2do Dan Karina Wasserman (Plata) Femenino Esquemas 3er Dan Noemí Prone (Plata) Femenino Esquemas 4to Dan Carolina Menegazzo (Bronce) Femenino Sparring Peso Micro (-52 kg.) Ana Coronel (Bronce) Femenino Sparring Peso Pesado (-701