Tras El Simbolo Literario

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Tras el símbolo literario Escuelas y técnicas de interpretación

Tras el símbolo literario Escuelas y técnicas de interpretación

Raúl H. Mora, S.J.

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INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE OCCIDENTE Biblioteca Dr. Jorge Villalobos Padilla, SJ

Mora Lomelí, Raúl H. Tras el símbolo literario : escuelas y técnicas de interpretación / R.H. Mora Lomelí. – Guadalajara, México : ITESO, 2010. 116 p. ISBN 978-968-5087-50-6 edición impresa ISBN 978-607-7808-38-1 edición electrónica

1. Análisis del Discurso 2. Traducción e Interpretación 3. Semiótica y Literatura – Tema Principal 4. Psicoanálisis y Semiótica 5. Arte y Simbolismo 6. Literatura – Historia y Crítica I. t. [LC]

809. 001 [Dewey]

La presentación y disposición de Tras el símbolo literario. Escuelas y técnicas de interpretación, son propiedad del editor. Aparte de los usos legales relacionados con la investigación, el estudio privado, la crítica o la reseña, esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, en español o cualquier otro idioma, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, inventado o por inventar, sin el permiso expreso, previo y por escrito del editor. D.R. © 2010. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) Periférico Sur, Manuel Gómez Morín 8585, Col. ITESO, Tlaquepaque, Jalisco, México, CP 45604. www.publicaciones.iteso.mx ISBN ISBN

978-968-5087-50-6 edición impresa 978-607-7808-38-1 edición electrónica

a cuantos me han hecho amar la palabra

índice Introducción

9

Capítulo 1: La dinámica del símbolo Ecos DE UN DEBATE LITERARIO

15

NOTAS SOBRE EL SIMBOLO

39

Dos SIMBOLOS FUERTES: MITO y RITO

51

Capítulo 11: Aporte pedagógico de interpretación simbólica INTRODUCCiÓN

59

CRITICA IMPRESIONISTA Y ANÁLISIS TEMÁTICO

M~TODO GEN~TICO-ESTRUCTURAL

62 66 70 76

EXPLICACiÓN DE TEXTOS

85

ANÁLISIS FORMAL CUADRO SEMiÓTICO

INTERPRETACiÓN PSICOANALfTICA y SIMBOLOGíA COMPARADA

96

Síntesis docente

101

Bibliografía teórica y metodológica

111

Introducción Múltiples amigos, colegas y alumnos me han invitado durante los años recientes a recoger el material didáctico con que he intentado introducirlos y ejercitarme en la interpretación simbólica. Venzo ahora mis resistencias y presento en estas páginas parte del trabajo realizado desde agosto de 1968, fecha en que acompañé a la segunda generación de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (lTEso). Esa época me es muy significativa. La muerte de mi papá, acaecida el17 de mayo de 1968, me sacó de la huelga universitaria y ya para entonces paro general que vivió en esos meses Francia entera. Estaba por terminar la tesis doctoral "Présence et activité littéraire d'Alfonso Reyes 11 Madrid (1914-1924)". Sólo pude retomarla al regresar a París, a principios de octubre del mismo año: periodo de aplauso para México por las Olimpiadas y de vergüenza mundial por nuestra matanza no olvidada. Reintegrado al trabajo universitario desde abril de 1969, las oportunidades de compartir y ejercitar la experiencia literaria se fueron multiplicando sin interrupción: en ellTEso mismo; en el Instituto Libre de Filosofía y Ciencias Sociales, destinado a la formación de los jóvenes jesuitas y de otros religiosos; en la colonia Estado de México

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de Ciudad Netzahualcóyotl, con el sistema de educación abierta; en el Claustro Sor Juana Inés de la Cruz; en la Universidad Centroamericana de Managua y en la Centroamericana José Simeón Cañas de San Salvador; en la Universidad Iberoamericana de la ciudad de México y de León; así como de nuevo, desde enero de 2000, en ellTEso. Las presentes páginas son pretensiosa y simplificadamente didácticas: reflexiones sobre la dinámica del símbolo, tal y como traté de asimilarla con grandes maestros de literatura, lingüística y semiótica en la Sorbona, además de algunas guías con las que he introducido a mis alumnos en la interpretación simbólica. La intención de todo esto es compartir algo que, con honda gratitud y a lo mejor sin la debida modestia, he vivido siempre con gozo: el amor a la palabra humana. Palabra que anhela ser eco, me dije desde muy joven, y eco tartamudo, de la Palabra que asumió nuestra condición humana y nos dijo así su mayor secreto: el Padre nos ama y confía en nosotros. Por eso somos capaces de amarnos y de confiar en el hermano. Con obras y palabras, me enseñó el gran maestro Ignacio de Loyola. Expreso mi gratitud a tantos profesores que me guiaron a lo largo de la vida en esta aventura literaria y humana, en especial a quienes fueron verdaderos maestros: Toña Muñoz, Xavier Ortiz Monasterio, Alejandro Garciadiego y ... omito a los otros para que todos los demás se sientan así recordados y aludidos. Gracias de igual manera, en este momento de recolección, a mis compañeros y colegas del Departamento de Estudios Socioculturales (DESO) del ITESO, porque su ejemplo de profesionalidad y amistad nos va llevando por la investigación sobre nuestra realidad social y por la formulación de propuestas, para que nuestra comunicación sea en verdad humana y germen de transformación de esta misma realidad que somos y en la que vivimos, con sus anhelos y sus injusticias.

I Introducción

También agradezco a Augusto Medina por la laboriosidad y las malpasadas con que recogió, transcribió y preparó este material, como mi asistente de investigación en el DESO. A través de él, la expresión de mi amistad yadmiración a más de dos mil alumnos y alumnas que, con su propia lectura, su interpretación y sus propios escritos, me han hecho amigo. '2 de diciembre de 2000. Día de una tal María, sostén de mi mamá, primer testigo de mi palabra tartamuda.

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CAPfTULO I

La dinámica del símbolo ECOS DE UN DEBATE LITERARIO NOTAS SOBRE EL SiMBOLO Dos SiMBO LOS FUERTES: MITO y RITO

ECOS DE UN DEBATE LITERARIO'

1. La versión original de este apartado fue publicada en la revista Comunidad, voLlI, núm.6, México, abril de 1967, pp. 122-135.

"La crítica literaria también puede poner en crisis al gobierno". Pretensiosa, si se quiere, la frase recogida en los corredores de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas subrayaba la inestabilidad de un gobierno contra el cual la crítica literaria tomara la revancha. En vísperas de la semana de huelga organizada por alumnos y profesores ---5in unanimidad, por supuesto-- de la Sorbo na, a mediados de marzo de 1966, alguien formuló e hizo circular tal proposición. La huelga fue una protesta contra el plan de reforma universitaria en Francia, publicado pocas semanas antes en el diario Le Monde del 25 de febrero de 1966. La Facultad de Letras y Ciencias Humanas, una de las más afectadas por el plan, fue la primera en protestar. No porque estuviera en contra de una restructuración de programas sino porque lo formulado por el ministro de Educación no satisfacía ---5e dijo- las verdaderas necesidades universitarias. En medio de esta insatisfacción,la crítica literaria,la nouvelle critique, quiso dar cuenta de que el debate meramente académico a que había dado lugar, desde unos meses antes, tenía más alcances que los previstos en un seminario o un ensayo literario. También podía protestar y poner en huelga a la sorbona. La experiencia política -para muchos la sorpresa- de la relección del general De Gaulle, menos

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fácil que lo preimaginado, era entonces demasiado reciente para que el nexo entre la reforma universitaria y la estructura política de la nación no pareciera, en el contexto, más o menos inmediato. Independiente de lo fundado o infundado de esta pretensión, es innegable que el debate sobre método y crítica literaria superó hace tiempo la tranquila meditación estilística de una línea de Jean Racine, puesto que intenta y propugna una confrontación de toda una concepción del hombre.

El debate

2. Doubrovsky, Ser· ge. Pourquoi la nouvell. critique; affiquo etobj_, Mercu· re de France, Parfs, 1966, p.B. 3. efr.lbid.m, p.12.

4. Barthes, Roland. Sur Rac;ne, Seuil, Pari~ 1963, p.42.

Serge Doubrovsky, novelista y crítico literario, lo llama de manera sencilla "I'affaire Barthes-Picard".2 No porque estos dos críticos fueran los únicos comprometidos, ni siquiera los iniciadores del debate, pero sí quienes se vieron convertidos en el portaestandarte de la "nueva" o de la "an_ tigua" reflexión sobre literatura. Roland Barthes publicó, en 1963, Sur Racine, con la intención de aplicar un método "estructuralista" que permitiera una nueva lectura de la obra. Por estructura entiende, en la línea antropológica de Claude Lévi-Strauss, "un juego de figuras meramente relacionales", cuyo funcionamiento trata de comprender.' Descubrir las relaciones objetivas del universo raciniano, tal como aparecen en sus piezas, fue pues el primer paso y, el segundo, darles una explicación. Barthes intenta definir dichas relaciones por una "cierta lógica simbólica",' por la descripción en términos psicoanalíticos, sin recurrir para eso a una autopsia mental inconsciente de Racine escondido en su obra, sino con base en una traducción y relación de términos para intentar así pasar del lenguaje al plan de la significación psicológica y, de ésta, al plan de la significación mítica de esas relaciones, los personajes, las metáforas y el lenguaje mismo del teatro de este escritor francés.

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La reacción fue inmediata. Le Monde prestó sus páginas a quienes quisieron comentar este método de crítica literaria, 5 pero el debate se constituyó como tal en el momento que Raymond Picard, con el título mismo de su refutación, calificó esta nueva corriente: Nouvelle critique ou nouvelle imposture. La violencia y franqueza de su oposición se anuncian desde el epígrafe tomado de las memorias de Pierre-Agustin Caron de Beaumarchais: "Así se han formado todos los absurdos del mundo, inventados por la audacia, adoptados por la pereza, acreditados por la repetición, fortificados por el entusiasmo; pero reducidos a nada por el primer pensador que se toma la pena de examinarlos"." y en ese modesto plan de "primer pensador" delimita ante todo la nueva tendencia por su relación con la tradicional. Por un lado, la llamada crítica universitaria o positivista o lansonismo frente a los nuevos métodos: psicoanálisis o psicocrítica, análisis marxista, descripción existencial o fenomenológica. La objeción fundamental hecha por Picard a Barthes y a todos los demás renovadores de la crítica literaria fue la de querer buscar lo literario "fuera" de la literatura: Consideran [la literatura] como una colección de signos, cuya significación está fuera, en un fuera psicoanalítico [fijado por ejemplo en la infancia del autor] a un fuera pseudomarxista de una estructura económico-política, o en un fuera de talo cual universo metafísico que sería el del autor, etcétera. Y, claro está, este fuera se encuentra en el centro mismo de la obra, puesto queessu razón de ser. Así, penetrada, poblada, visitada por mundos que ella misma parece ignorar, y por otra parte prolongada, explicada, justificada más allá de ella misma, la obra no está ya en la obra.'

5. Cfr. le Monde, Pa· rís, 14 de ma rzo de

1964, p.l0. B.rthe~ en Sur Racine, nos ofrece una relación de las diversas intervenciones en diferen-

tes revistas y periódicos. 6. Picaro, Rayrnond. Nouvelle critique ou nouvelle ímposture, Pauvert, Utrecht,

1965, p.7. 7. Ibidem, pp. 113114.

Semejante crítica, continúa el oponente, es "la destrucción de la literatura como realidad original", "volatiliza su obje-

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to mismo que era la literatura". No deja sino la indiferencia por "lo literario", porque, al final, "estos críticos no creen, al parecer, en la especificidad de la literatura".8 Totalitarismo, estructuralismo, conjuntos, postulados de analogía son así, según Picard, otras tantas fugas de lo literario, recursos para destruir en relaciones externas la obra como taL" A esto Picard añade la confusión de vocabulario provocada por la nouvelle critique y anota que las obsesiones freudianas que ésta examina "son no del poeta sino del crítico". Todo, fruto de un subjetivismo sofisticado. Nacida, reconoce de manera leal, como reacción a la crítica universitaria y al método histórico-biográfico, la nouvelle critique se contradice al postular el retorno a la obra y perderse ella misma en lo anecdótico, más que en lo biográfico, de 105 autores y su medio social. "Tantos absurdos y extravagancias", concluye, revelan 105 peligros de la nouvelle imposture.'o Le Figaro, La Croix, Le Monde, Les Beaux Arts, La Revue Parlementaire recogieron 105 comentarios elogiosos de esta orden de ejecución contra la nouvelle critique, aunque tampoco faltaron las reacciones de 105 acusados y sus partidarios. Barthes firmó su respuesta, Critique et vérité, en febrero de 1966. Con humor e ironía se ve arrastrado a la correccional, con el cuello torcido, en med io ya del pelotón de ejecución." Menos irónico y en la superficie del debate, repite su posición y la del estado de la cuestión: 8. Ibid. pp. 122, 149, 104, 119, 117. 9.lbid, p.ll4. 10. Ibid. pp. 96, 63, 112,116,146,148. 11. Barthes, Roland. Critique et vérité, Seuil, Parl~ 1966, pp. 10-11.

Los análisis de Sur Racine dependen todos de una cierta lógica simbólica, como se declaró en el prefacio del libro. Era necesario o bien negar en conjunto la existencia o la posibilidad de esta lógica (cosa que hubiera tenido la ventaja, como se dice, de "levantar el nivel del debate"), o bien mostrar que el autor de Sur Racine había aplicado mal las reglas -lo que él habría reconocido con gusto,

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sobre todo dos allos después de haber publicado su libro y siete años después de haberlo escrito." Es esta lógica simbólica la que está en cuestión. De aceptar o no su posibilidad y su aplicación a la crítica literaria depende el poder definir, y por tanto valorar, lo literario. La pregunta del libro de Jean-Paul Sartre, Qu'est-ce que la littérature?, sigue formulada de esa manera y es en el fondo la causa del debate mismo. Diversas tendencias La nouvelle critique quedó así bautizada como reacción ante la ancienne critique. A esta última, dijimos, se le designa, aunque ella misma no siempre se reconozca por tal, como universitaria, positivista, lansoniana.

La crítica tradicional

12. Ibídem, pAl.

Sería injustificado el primer apelativo, si por universitaria se designara la tendencia unánime de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de París, pero la asistencia a algunas cátedras ayudaría a reconocer que una gran parte de la crítica literaria -docente- permanece fiel al esquema que cómodamente por lo demás, da el subtítulo a tantas tesis sobre el Autor x: "Vida. Obra. Síntesis". Establecer de manera exacta los datos biográficos o bibliográficos de un autor y una obra, todas las escuelas lo aceptan como preámbulo. También no falta quien, de esa búsqueda, haga depender el carácter científico de la crítica literaria. Efecto de un cientificismo positivista, extrapolación de una verdadera ciencia positiva. El capítulo v de la Guide de I'étudiant en littérature fram;aise, que propone tal práctica para dar una idea de conjunto sobre estos estudios al nivel universitario, se prestaría para encontrar, de forma maliciosa, argumentos en pro de

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13. Cfr. Queneau, Raymond. Hisfoire

des littératures, VOI.II', Gallimard,Parls, 1958, pp. 1782-1783.

la nouvelle critique y su reacción contra la crítica positivista: establecimiento de textos. manuscritos. crítica de atribución. historia y génesis de la obra literaria. así como otras tantas subdivisiones de este apartado que sirven para guiar el trabajo de interpretación literaria del alumno y del profesor. Cada una sugiere la investigación cronológica o biográfica. El estudio de la génesis de la obra -que se prestaría por su nombre a ser más dinámica y menos exclusivamente historiográfica-o propone. por ejemplo. una búsqueda inicial de la idea generatriz: por declaración del autor. por su correspondencia o por los datos biográficos; para continuar por la misma línea al analizar la composición y el desarrollo de la idea inicial: búsqueda de fuentes o la utilización de éstas por el autor. Tampoco difiere mucho el método cuando. en el último párrafo. se habla de la síntesis. Sin malicia. había que releer el título del capítulo v. "Los métodos de la historia literaria": si de historia se trata. datos históricos hay que establecer. Lo grave es que a veces de historia no se pasa. y lo literario se volatiliza también aquí en papeletas biobibliográficas. incapaces de ofrecer una verdadera síntesis literaria. Gustave Lanson (1857-1934). en medio de las contradicciones metodológicas de su tiempo -época que venía de Charles Augustin Sainte-8euve. Fernand 8aldensperger. Charles Nisard. Taine. Ferdinand 8runetiere---construyó "un gran método de historia literaria conforme a la razón. a la sensibilidad y a la existencia de las realidades concretas [ ... ] Nuestro método [declaró en 1909] será el de la historia". Pero. a diferencia del positivista científico. "nosotros no podemos experimentar; no podemos sino observar"; sin negar por la observación de sabor positivista la aportación. controlada. verificada. del impresionismo que es "el único método que nos da el contacto de la belleza"." La influencia de Lanson en la literatura no acabó en la preguerra. Es significativo que en medio del debate actual hayan sido editados sus estudios. ensayos y programas. Y más

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se valorará su influencia al releer el respeto crítico con que Doubrovsky se refiere a él, a pesar de que se alineó con quienes quisieron corregir la crítica tradicional. La nouvelle critique también reprocha a la crítica tradicional lo que Picard condenaba en Barthes, el abandono de "lo literario". Consciente Picard de la posible objeción, en su folleto -panfleto lo llamaron muchos, ofendidos o no- se adelanta a definir la literatura como "la actividad voluntaria y lúcida de un hombre que se entrega, en función de normas y exigencias que él ha hecho suyas, a un trabajo de expresión". Estudiar esa expresión (¿siempre según las normas?) -que no está en lo oscuro y lo invisible sino "en lo que ella dice", "en la significación consciente", en "la apariencia" que "es la realidad misma de la literatura"- será la esencia de la crítica literaria sana, no alimentada de complejos psico--sociológicos. 14 Ser objetivo, gustar la obra, claridad: tales son las exigencias de la crítica que Picard defiende con la tradición. Por una tradición, ironiza Barthes, que viene del positivismo, de un falso esteticismo del siglo clásico y del racionalismo cartesiano. 15 la crítica sintió la necesidad de renovarse ya que" gustar a los autores" es algo más que un decir inútil y lo literario no es mera transposición histórica o anecdótica ni una fidelidad mecánica a normas externas.

Puntos de convergencia de la nouvelle critique

14. Picard, Rayrnond. Op. cit, pp. 138, 134,

126. 15. Barthe~ Roland. Critique et vérilé, op.

dt pp. 17 Y55. 16. Ibidem, p.37.

"A propósito de la literatura, dígame qué es la literatura".'· De forma paradójica ésta es la pregunta base y el origen de toda renovación de la crítica. Un mismo punto de partida para todos: la obra, pero, y aquí comienza la divergencia entre la ancienne y la nouvelle critique, entre las diversas escuelas con la nueva, ¿qué tipo de lectura debemos hacer de la obra en sí, al nivel lexicográfico, tal cual ha sido redactada por el autor, o de la obra redactada por el autor con todo lo que nos dice hoy?

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U.ldem. 18. Ibicl, pAlo 19. Doubrovsky. Ser· go. Op. dt p.35. 20. Ibidem, p.36. 21. Ibicl, p.66.

Objetivismo y subjetivismo resumirían las dos vertientes, si, lexicográficamente, el primero no se viera remitido con tanta facilidad a la metodología positivista o si el segundo no se sintiera desde su articulación tachado de idealismo e impresionismo anticientífico. "La especificidad de la literatura no puede postularse sino al interior de una teoría general de los signos",17 reclama Barthes y repite así la exigencia de una lógica simbólica. Sin ella, lo literario no sería sino lo superficialmente estético. El punto de partida es, en efecto, el lenguaje de la obra: "punto donde se juntan en la misma difícil condición escritor y crítico".'· Porque es la naturaleza misma del lenguaje la que reclama una teoría de los signos. Y al admitirlo, la nouvelle critique se acepta deudora de la reflexión moderna de Edmund Husserl sobre el lenguaje: "Toda palabra es portadora de una significación y depositaria de un sentido"." "Llego la hora" significa que es la hora convenida, que son las tres de la tarde, pero el sentido será muy diverso para quien espera ese momento para entrar a cIase, dar a luz un hijo o ser glorificado en la muerte. "El lenguaje --, Juan. Ad-

notationes in tractatum de virtutibus, Pontiflda Universidad Gregoriana, Roma, 1959, p.l03.

pasiones".57 Opacidad que es la condición ineludible de toda obra literaria como lenguaje que es. Así, para el psicoanalista existencial de lo literario, el primer descubrimiento será saberse obligado a la reflexión metafísica,58 ya que lo exige el conjunto mismo de relaciones con el hombre y el universo que él intenta conocer, y ser, por la obra literaria. y su primera experiencia filosófica ---ii reflexiona sobre la existencia que da la obra y que es él mismo-- sería la conciencia de su inevitable limitación: saber que ningún conocimiento (humano) es conmensurable al Ser. Volverá al cogito, pero sin la ilusión cartesiana de claridad, con la conciencia de que el Ser, lo real --en su claridad oscura- es el origen irrecuperable e inmediato de la tensión afectiva -más que pura intención cognoscitiva--que impulsa todo proyecto concreto, toda percepción y toda creación humana. 59 (Por un momento me pareció estar oyendo al magnífico teólogo católico Juan Alfaro, S.J, cuando analiza la atracción trasconceptual del Ser "a modo de término absolutamente último y simplemente posible")."· Esta experiencia fundamental no será para el crítico un abracadabra que abra todos los sésamos literarios, pero será "la primera condición para comprender cómo pueden estructurarse entre sí las diversas significaciones que están en juego en toda actividad humana": expresión parcial de la situación fundamental de un mismo sujeto que piensa y actúa. No se preguntará ya el crítico" ¿cuáles son las significaciones de la obra?" sino" ¿qué significa esta obra?", pues la obra será para él la expresión simbólica -desde el nivel mismo del lenguaje- del impulso general de una existencia. La creación no será "objeto en sí", totalmente exterior, sino "objeto-sujeto" que repite la misma experiencia del cogito inventivo y creador. "Lo que dice la obra" remitirá a "lo que es dicho por la obra": paso incesante de la significación al sentido, "interiorización de una exterioridad", gracias a la cual descubriremos que el estilo no es una apostilla

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raciniana "Qui te I'a dit?", cuya interpretación tanto jugó en el debate. En esa frase, desde el examen gramatical y sintáctico se va a pasar de las significaciones estéticas inmediatas a una significación existencial, y de esta significación existencial a una significación metafísica, luego teológica, después sociológica o, más ampliamente, histórica [... ] [y] para acabar, a una significación estética [... ] pero más amplia, enriquecida, profundizada: descubrimiento estético de la tragedia [que es] condición humana vivida como una atroz e insuperable contradicción."

64. Ibid, p.42.

65. Cfr. In 17, 1.

Quienes dudan de la validez del proceso, podrían hacer la experiencia con base en un examen de la frase de san Juan que antes aduje como ejemplo: "llegó la hora"."5 El análisis filológico revalorado en su original griego neotestamentario, impulsará la lectura literaria de ese versiculo, y de la pasión toda de Cristo, en una comunión humana teológica que será fecundante experiencia espiritual, con un paso ulterior que Doubrovsky ignora tal vez: la contradicción no fue insuperable en esa tragedia, Porque llegó la hora. Esa síntesis parecerá imposible: es anticientífica tal mezcla de elementos irreductibles. Su aplicación a una obra que no fue escrita con esa complicación metafísica será un anacronismo. Toda ella será un malsano eclecticismo. Tres objeciones que Doubrovsky se adelanta a formular y a responder. No se trata de reducir la historia a la lingüística, la metafísica a la sociología: son todos caminos que impulsan de manera parcial nuestro acercamiento al Ser. Ni sería quizás un anacronismo repensar a Molina después de la meditación sartriana sobre la libertad. y si hay algún eclecticismo, no será para formular un sistema intelectual incoherente sino simplemente para

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66. Cfr. DoubrO'l5ky, 5erge. Op. cit, pp. 171-172, 233, 236-

231,180. 67./bidem, p.179; cfr. La revue de Paris, París, enero de 1966. 68. DoubrO'l5ky, 5erge. Op. dt pp. 182 Y SO.

intentar una aproximación metodológica. Para aceptar que algo nos dan Karl Marx y Sigmund Freud "no hay necesidad de pertenecer al partido comunista o de haber sido psicoanalizado: hace falta haber reflexionado en los problemas del psicoanálisis y del marxismo"." "La literatura ---