Tesoros del arte precolombino de Costa Rica

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Museo Nacional de Costa Rica

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COSÍA RICA

¡opilación de las diferentes piezas del mes ublicadas por la Asociación Amigos del , Museo de 1963 a 1970 • •*

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San José, Costa Rica, 5970

MUSEO NACIONAL DE COSTA RICA

Tesoros del Arte Precolombino de Costa Rica

RECOPILACIÓN DE LAS DIFERENTES PIEZAS DEL MES PUBLICADAS POR LA ASOCIACIÓN AMIGOS DEL MUSEO DE 1963 A 1971

San José, Costa Rica, 1971

Presentación El Museo Nacional tiene el agrado de presentar en esta publicación un conjunto de ilustraciones con su correspondiente explicación de piezas extraordinarias de la arqueología costarr¡censee que han sido escogidas como las más interesantes de su colección y de la de particulares, para ser exhibidas con ocasión de cada una de las conferencias que se ofrecen al grupo "Amigos del Museo", organización constituida por un numeroso grupo de personas interesadas en esta materia. La Junta Administrativa del Museo quiere dejar constancia de su ogrodecim'iento a todas aquellas personas que han prestado sus piezas para ser exhibidas y en especial a la señora Doris Stone y al señor Carlos Balser, quienes han preparado las explicaciones de cada una de estas /oyas de la arqueología costarricense.

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UN MONOLITO DE COSTA RICA Por DORIS STONE y CARLOS BALSER

Hace algún tiempo, habíamos señalado la fusión de culturas en la parte inferior de Centro América, una con base en el continente Sur y otra más reciente que llegó del Norte (Stone, 1951). La vertiente del Atlántico de Costa Rica, Nicaragua y Honduras hasta el Llano de Sula, es la zona de encuentro fundamental. No hay una sola región desde Sur América hasta el istmo, que podamos indicar como tierra propia de estas penetraciones. Al contrario, existen fuertes extensiones culturales que se extienden al Norte, tanto de las Amazonas como del sitio andino de San Agustín, Colombia, y también desde el Callejón de Huailas, Perú, que es uno de los centros más primitivos entre las culturas suramericanas. Tampoco todos los rasgos tienen igual posición en el tiempo sino que había constantes migraciones y por ío tanto intercambio de ideas y productos. En este corto resumen, destacamos a los monolitos o menhires de piedra del Noroeste de Costa Rica, un ejemplo de los cuales ofrecemos como "La Pieza del Mes". Se conocen tres clases de monolitos en este territorio: 1) las figuras de seres humanos o animales con tocados, excepto felinos o los animales a cuestas indicando el "alter-ego" u "otro-yo", que jugaba el papel de espíritu guardián de la persona, 2) las figuras felinas con el motivo de "alter-ego"; y 3} los monolilos del estilo Chontales que representan a un ser humano tallado en bulto y en bajorrelieve (Richardson, 1940, pp. 395-410) (Stone, 1961, pp. 195-196}. El primer grupo se cree que tiene nexos con el norte, mientras que los dos últimos señalan el Sur. En esta pieza del mes, vemos una variación del estilo Chontales que puede ser un desarrollo local de Costa Rica, con influencias de más de una parte. Hace como unos 30 años, los sabaneros contaban que había columnas de piedra cubiertas en parte en los alrededores de Santa Clara de Úpala, en el Noroeste de Costa Rica cerca de la frontera con Nicaragua. En los últimos meses, el Museo Nacional de Costa Rica, adquirió una de éstas, la cual tenemos en exhibición. Este monolito es parecido en cuanto a la técnica de grabar al grupo de Chontales que se encuentra por la base de la Cordillera Amerrisque en Nica-

ragua y también en la Península de Nicoya, Costa Rica. No obstante, difiere de los demás, porque no representa una sola persona sino, una serie de motivos tallados en los cuatro lados de un menhir. La piedra en sí tiene 2 metros de altura y pesa aproximadamente 1000 libras; está 107 cm. cubierta con el adorno y los restantes 93 cms. que forman la parte inferior aparecen sin trabajos y servían como espiga para sostenerla en la tierra. Para facilitar el estudio del monolito, hemos puesto una letra en cada uno de los cuatro lados (A-B-C-D) y enumerando las franjas (i-ó). El adorno que todavía queda parece referirse a tres motivos: el cocodrilo, caras de deidades y la serpiente. Se destacan dos estilos distintos; el cocodrilo y las caras que se ven en las franjas 3, 4 y 6. Estos son característicos de representaciones de Coclé, Panamá y nos hacen recordar motivos asociados con el arfe de Chavin y otros sitios peruanos. Las facciones de las caras, hasta la media máscara en la parte inferior de la cabeza vista en la columna D-3, y la estilización curvilineal, inclusive las patas del cocodrilo, sugieren el estüo de las patenas de oro y de las interpretaciones pintadas en la cerámica de Coclé (Véase p. j., Lothrop, 1937, Part. I, fig. 85; 119, figs. 90-92; fig. 95; fig. 107b; 1942; Part. II, fig. 227c; 1901, p. 261, fig. 2). Es posible que en la franja número 4 algunas de las cabezas sin dientes, por ejemplo en los lados A-B y C, signifiquen la culebra, pero el estilo siempre muestra nexos con el Sur. El borde de triángulos representa la cresta del cocodrilo que a veces se extiende por toda la espalda. Las bandas angostas de grecas entrelazadas, también señalan al Perú (Compárase la paterna de oro de la cultura Mochica ilustrada en Robert Woods Bliss Collection, 1957, pl. CXX11I) y simbolizan el cuerpo de la serpiente o el cocodrilo. El último elemento que se ve en la franja número 6 de la columna C es similar al tejido de cesto en las piedras de moler con pata en forma de lajas. Pero se nota este tejido asimismo en la escultura monumental de Chántales (Véase p. ¡., la colección de! "Clan Intelectual", en Juigalpa, Chántales), e inciso en figuras de arcilla pertenecientes a la cerámica Chocolate, Anaranjada, y Negra de Costa Rica (Véase Lothrop, 1926, t. II, fig. 154 C). A pesar de que es un diseño geométrico, también lo relacionamos con e! cuerpo de la serpiente o del cocodrilo. Es posible, que sea un elemento artístico del Sur que haya sido usado por pueblos nexos a este y a la vez adaptado por los del Norte. La colocación geográfica del menhir en la parte Noroeste de la Vertiente del Atlántico, se presta para tal mezcla de estilos. Todos los afluyentes del Río San Juan por las llanuras de San Carlos y el volcán Arenal bajando a la Línea Vieja y la Laguna de Tortuguero dan evidencia de haber sido situados a lo largo de una extensa ruta de intercambio comercial. En el Oeste tenía conexiones con la Bahía de Culebra y el Golfo de Nicoya; en el Norte pasaron por regiones bajo el mando de pueblos mexicanos y mayas; y en el oriente sus relaciones señalaban el Sur o sea Panamá, Colombia y quizá las Amazonas.

En los sitios que se encuentran en esta parte de la vertiente del Atlántico por el Río San Juan ya citado, aparecen ob¡etos de oro en los estilos de Coclé y Veraguas en Panamá; de la región Quimbaya^en Colombia; y aún de las provincias de Esmeraldas y Guayas en El Ecuador. Las íosas por esto ruta han proporcionado ¡ade con dibujos que se asemejan a los estilos de México,- discos de pizarra que servían para respaldos de espejos de pirita de hierro incisos con hierogfíficos mayas y diseños en el estilo de la costa veracruzana de México; y objetos cerámicos que señalan el Perú y Honduras. No es de sorprenderse, entonces, el hecho de que en un sitio ceremonia! tal como parece ser el lugar de los menhires de Upaia, el artífice loca! quedó impresionado por las interpretaciones artísticas que solían pasar frente de sus ojos. Es posible que cultos nuevos tomaron forma bajo de semejantes circunstancias. Una deidad nueva o un nuevo concepto de un viejo dios podrían haber sido adaptados en un rincón ceremonial. De todos modos, vemos en este monolito dos influencias distintas con el estilo del conjunto relacionado más con e! grupo de Chántales que con un pueblo conocido tal como el Chorotega-mangue o el Nicarao. Como señaló Richardson antes, tanto la técnica de Bajo relieve aplicada a un fuste de columna como la representación textil sugieren el Noroeste de Sur América (Richardson, 1940, p. 416). Nosotros agregamos el estilo en que se interpreta eí cocodrilo y reafirma nuestra hipótesis de una mezcla de culturas pero con más impulso del Sur que del Norte.

Museo Nac/onaí. San José, Costa Rica. 3 de setiembre cíe 1963. 9 —

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Disco de pizarra inciso con jeroglíficos mayas de la época clásica temprana. COLECCIÓN MUSEO NACIONAL SAN JOSÉ - COSTA RICA — 11 —

UN DISCO DE PIZARRA CON JEROGLÍFICOS MAYAS, DE LA FORTUNA, COSTA RICA (Interpretación de los jeroglíficos por e! DR. ERIC. S. THOMPSON).

En abril de 1963, un huaquero profesional trajo un disco de pizarra del sitio llamado La Fortuna, al Museo Nacional de Costa Rica donde fue adquirido. La Fortuna, queda en la Vertiente del Atlántico en la orilla norte de la quebrada de! mismo nombre. Esfe río forma parte de la arteria fluvial del San Carlos que a la vez desemboca en el Río San Juan. Aunque se han encontrado discos de pizarra en la Vertiente de! Atlántico, en particular en la Línea Vieja, éste es e! único que tiene incisos jeroglíficos mayas de la época Clásica Temprana. El hecho de encontrar un objeto con jeroglíficos mayas en Costa Rica nos plantea más de una pregunta. Entre las principales están: 1} El significado de los jeroglíficos; 2} su procedencia; y 3) la fecha de su llegada a La Fortuna. Con esto en mente, mandamos la frotación de los jeroglíficos a algunos expertos en epigraría maya, el Dr. Eric. S. Thompson y el Dr. Linton Satterthwaite. Al escribir este informe, tenemos la opinión preliminar del Dr. Thompson, con la cual está de acuerdo e! Doctor Satíerthwaite. El Dr. Thompson cree que la inscripción fue puesta en el disco de pizarra únicamente por motivos estéticos o sea de adorno. El estilo artístico es muy antiguo, pero e! conjunto de los jeroglíficos no significa nada. Para llegar a una conclusión, el Dr. Thompson denominó una columna A y la oirá B y procedió a agregar las números 1-3 en la primera fila y 1-5 en la segunda. Así señala lo que se ve abajo pero con una fuerte advertencia: "Realmente me gustaría estudiar los textos contemporáneos con más cuidado". Siguen sus comentarios: " A l y A 3 son jeroglíficos introductorios de dos Series Iniciales, pero sín ninguna Serie Inicial siguiente. Los textos normales jamás tendrían dos de éstos, ni con una Serie Inicial. Es muy raro encontrar en los textos tardíos de Copan el jeroglífico de la Serie Inicial, sin la propia Serie Inicial, pero cuando esto ocurre por lo menos hay una fecha regular atrás. Carece del elemento de peine en cada lado de cada una de las cabezas lo cual es un rasgo — 13 —

primitivo, porque no aparece en la Placa de Le/den, el iexío maya contemporáneo más primitivo que tiene fecha después de la estela 31 recientemente descubierta en Tikal, donde tampoco aparece el elemento de peine. "A 2 es el signo del Yaxkin (estilo temprano) pero sin un número y sin estar acompañado por un signo del día. Esto es algo increíble para un escriba maya. "B 1 es un jeroglífico de la cabeza del ¡uaguar en el estilo que se encuentra a menudo en los textos primitivos, particularmente en la cerámica primitiva, (p. e¡. en la vasija cilindrica trípode con estuco que ilustra Kelemen, Píate 126 c, a la cabeza de ambos grupos de las columnas de jeroglíficos situadas entre las figuras sentadas. Véase el jeroglífico 788 en mí "Catálogo de Jeroglíficos Mayas"). Esro se ve so/ameníe en Tí'ícaí, Uaxactun y en una celfa de Mountain Cow, Honduras Británica, y es primitivo. Desaparece en el Período Tzakol. "B 2 es el jeroglífico F de la serie Lunar, y jamás debe de estar solo, al contrario debe estar siempre con el Jeroglífico G y siempre con una fecha del Ciclo Calendárico. Ninguno de estos elementos están presentes aquí. "B 3 es mí jeroglífico compuesto 21.575 con el coeficiente de 9 . . . Sólo se conocen otros dos ejemplos de este compuesto, uno de Tikaí y uno de Uaxactun, y los dos son antiguos. En Tíka!, aparece en la nueva estela 31 cuya fecha es un poco incierta, pero probablemente 9.3.0.0.0. o quizá más primitiva. El ejemplo de Uaxactun viene de la misma vasija de estuco citada arriba. "8 4 es una cabeza, no puedo decir más que me da la impresión de ser antigua. "B 5 parece como la cabeza de un mono. No quiere decir para mí nada." "Creo significativo que se encuentran dos de los jeroglíficos en la cerámica primitiva. Como nota en la introducción de mi catálogo, existía la costumbre general de usar jeroglíficos decorativos en la cerámica, y los alfareros los ocupaban constantemente, casi seguro como puro adorno. Si alguien iba a usar jeroglíficos decorativos en un disco, no es irracional suponer que emplearía los mismos utilizados por los alfareros." "Sospecho que el disco de pizarra de La Fortuna fue hecho alrededor de 9.0.0.0.0. {435 D.C.] según la correlación Goodman-Thompson, pero puede ser un siglo y pico más antiguo,- o preferible 50 años más tarde." "Creo es una conclusión racional que el disco fue hecho en la parte central del Peten, en el vecindario de Tikal, y estoy 95% cierto que los jeroglíficos son netamente decorativos. Reitero que me gustaría estudiar los textos contemporáneos con más cuidado. Por ejemplo, según mis recuerdos, los textos más primitivos no tienen el jeroglífico F de la Serie Lunar (vuestro B 2) y esto — 14 —

indicarla una fecha alrededor de 500 D. C. Hasta donde llegan nuestros conocimientos en el momento actual, el Bl y B2 apenas pueden asociarse con esta fecha o con una ligeramente más antigua". El estilo mismo del disco concuerda con la época maya del período Clásico Temprano tal como se nota en las placas de pizarra encontradas en los sitios guatemaltecos de Kaminaljuyu, Nebaj y Zaculeu. El Dr. Cordón Ekholm nos ha hecho la observación que los discos que pertenecen a la época Clásica Temprana tienen pares de huecos que datan del período Clásico Tardío, los cuales tienen un par de huecos en el centro y las orillas inclinadas hacía la cara del espejo. Nos queda en este resumen corto, contestar por lo menos hipotéticamente la fecha aproximada de la llegada deí disco a esta tierra. El único objeto en el entierro que contenía e! disco maya fue un jade en forma del dios hacha de un motivo zoomorfo. El arte de trabajar el ¡ade, el aprecio de este material, y el concepto del dios hacha vienen del norte o mejor dicho de México a Centro América. El jade de la fosa del disco lleva señas de haber sido reacondicionado de un colgante ya tallado anteriormente. Es decir, que esta pieza estuvo en uso por largo tiempo y por lo tanto debe de haber tenido más de un dueño. Parece que entre 800 o 900 D. C. un grupo del norte, los chorotegasmangues, fundaron colonias en la parte inferior de la América Central, y alrededor de 1000-1100 D. C., llegó otra migración de norteños, ios nicaraos. La evidencia arqueológica señala desde entonces un fuerte desarrollo de intercambio comercial por todo el territorio de Centro América, siempre llevado a cabo por gente de origen del norte. Rutas usadas por mercaderes unieron grandes extensiones y tocaron diversas culturas dando la oportunidad para el trueque de joyas artísticas y la difusión de ideas. Una de las vías principales se extendía desde El Peten al valle del Motagua en Guatemala y la costa sur de la América Central hasta Costa Rica. La pieza de ¡ade y el disco de pizarra concuerdan con migraciones del norte, sea de pueblos o de mercaderes comprometidos en el intercambio comercial. Aunque no se puede decir la fecha exacta del arribo de estos objetos al suelo costarricense, es posible que el jade haya sido trabajado y también reacondtcionado aquí mismo, lo que le daría a éste un mayor tiempo de permanencia en Costa Rica, que podría comprender desde el año 800 D. C., o quizás una época anterior a esta fecha. Sospechamos que el disco llegó a esta tierra en una misión de intercambio comercial y que la época de su llegada tiene que haber sido en esta misma fecha. DORIS STONE

CARLOS BALSER

Museo Nacional. San José, Cosía Rica. / de octubre de 1963.

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Pieza del Mes. — Noviembre de 1963. — Asociación Amigos del Museo. — Colección Sres. Juan y Ligia Dada V. •— San José, Costa Rico.

Esta vasija efigie de un chompipe fue encontrada en Nacascolo, provincia de Guanacaste. Tiene la cabeza en alto relieve y las alas y cola pintadas en el cuerpo de la vasija, mientras que en el cuello de la misma se ven tres figuras humanas con las rodillas encorvadas y unidas con dos cabezas de serpientes. Siguiendo a esta franja, vemos dos más, una con cabezas humanas de perfil y la otra con motivos convencionalizados de aves. En la parte inferior viene la representación de dos cocodrilos estilizados en posición de baile. Esta pieza es una de las más bellas de la "Cerámica Policromada" y fue publicada por el Dr. S. K. Lothrop en "Treasures oí Ancient America", en 1964.

Pieza deí Mes. — Marzo de 1964. — Asociación Amigos del Museo. —

Colección Sr. Alfonso Jiménez A. —

San José,

Costa Rica.

Esta vasija fue encontrada en un cementerio no lejos de la ciudad de Tilarán en la provincia de Guanacaste. Parece representar la cabeza de un muerto, ya con las características de una calavera. Ambas mejillas están decoradas con motivos del lagarto o cocodrilo que fue de un uso muy frecuente durante la época del primer policromo en la cerámica de las regiones de San Carlos y Guanacaste. Se creé que el motivo de lagarto sea de un origen sureño y es interesante verlo en la cabeza de un muerto o más b¡en de una calavera, ya que esta última, como motivo simbólico, tuvo mayor aplicación entre los pueblos mexicanos. Tal vez esta vasija sea un ejemplo, que combina los motivos de diferentes culturas.

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Pieza del Mes. — Junio de 1964. — Asociación Amigos del Museo. Colección Sra. Evel/n de Goicoechea. — San José, Costa Rica.

Esta ocarina es uno de los ejemplares más bellos que conocemos de la región de Diquís de Costa Rica. Pertenece a la cerámica conocida como "Chiriqui Alligator Ware" o como "Negro y Rojo" sobre un engobe crema. Esta clase de cerámica fue una de las de más larga duración, pues de ella existen hallazgos en conjunto con artefactos de hierro, lo cual prueba su uso en tiempos post-co!ombinos. La presente ocarina tiene dos agujeros para los tonos de la caja de resonancia. Representa un motivo de procreación y nacimiento del ¡aguar, que en esta región era también el "alter ego" del médico brujo durante su estado de trance. La decoración pintada de triángulos y puntos es simbólica del motivo del ¡agarto y de allí su nombre "Alligator Ware" o sea loza de lagarto.

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Pieza del Mes. —• Agosto de 1904. •— Asociación Amigos del Museo. •— Colección Sra. Carmen de Gilien. — San José, Costa Rica.

Esta vasija de! estilo de ios conocidos jarrones de ¡aguar lleva una máscara de calavera cubriendo la cara del ¡aguar. Este concepto es expresivo del dios Mictlantecutli, dueño del mundo de los muertos. La parte superior de !a vasija no tiene ía forma redonda acostumbrada, sino que es de cuatro paredes lisas que terminan en una boca cuadrangular. Los brazos descansan encima de dos patas sosteniendo en sus manos la máscara. Tiene en sus tres patas dibujos inspirados en la técnica de la pintura negativa con motivos de jaguares. El diseño del soporte trasero se extiende a la vasija y tiene en tres — 20 —

de; sus cuatro todos un marco de puntos blancos dentro de un campo negro. En la paríe superior de !a vasija hay cuatro dibujos colocados cada uno dentro de un marco formado por grecas escalonadas, mientras que en el cuerpo del jarrón se encuentra en forma de pectoral y a los lados, los mismos motivos de los cuadros de arriba pero más desarrollados y con una banda de grecas abajo. Estos representan conceptos convencionalizados de !a serpiente emplumada, a veces en su papel de Ehecatl con sus brazos que se tornan alrededor tí? un caracoi marino.

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Vasija de Calcita, encontrada en Nacascolo — Guanacaste, Costa Rica. Colección "Oduber", San José, Costa Rica. — (Vi tamaño natural).

El Museo Nacional de Costa Rica y La Asociación de Amigos del mismo en su primera reunión mensual del segundo año de labores (9 de marzo de 1905) exhiben piezas indígenas de la colección "Oduber" y entre ellas esta vasija de calcita. Generalmente se conocen éstas como vasijas de mármol y en su gran mayoría provienen del Valle de Ulúa en Honduras. Esfas han sido descritas por la Dra. Stone, como también la única de este grupo hondureno de la cual se conoce su asociación con los artefactos de la misma tumba. Este dato es de mucha importancia ya que en tiempos pasados se quería asociar estas vasijas con un origen asiático, inspirado en los bronces de las dinastías chinas de Shang y Chou o sea mucho antes de Jesucristo. También se trató de relacionarlas con el estilo Clásico Veracruzano, pero éste tiene volutas muy distintas. Una cerámica parecida a estas vasijas se encuentra en la costa norte de Honduras así que su origen debe de ser de este país. De Costa Rica conocemos tres vasijas de esta clase, todas fueron encontradas en la región de Nacascolo en Guanacaste. Una muy bella que está en la colección Bliss de 22

Washington. Otra en estado bastante deteriorado que está en estudio, ya que por suerte conocemos los demás objetos de la tumba donde fue excavada. La tercera es la presente que hoy nos honramos en exhibir como pieza del mes.

REFERENCIAS DORIS Z. STONE Masters in Marble - Department of Middle American Research, Pub. 8, Tulane University - New Orleans. 1957

The Archaeology of Central and Southern Honduras Peabody Museum, Harvard University Vol. XLIX, N? 3 Cambridge, Massachusetts.

SAMUEL K. LOTHROP 1957

Pre Columbian Art - Robert Woods Bliss Collection. Phaidon Publishers Inc. New York.

1964

Treasures of Ancient American Art - Albert Skira, Geneva.

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Pieza del Mes. — Abril 1965. Asociación Amigos del Museo. Colección Juan y Ligia Dada. — Son José, Costa Rica.

Esta curiosa columna (82 centímetros de altura} que vemos aquí es de un sitio de la costa de la Península de Nicoya, ai suroeste de la Playa del Coco. Fue adquirida por don Juan Dada V., miembro de la Asociación de Amigos del Museo para su colección arqueológica.

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Es de uso desconocido. Podría haber sido la tapa de una oüa ceremonial. Debido a la falta de aberturas para la salida del humo es evidente que no fue usada como incensario. Los huecos que se ven fueron hechos para e! escape de aire cuando se horneaba el objeto a fin de evitar las roturas. Nótese el tapir o danta (Tapirella bairdii) pintado con negro sobre un engobe blanco. La forma de la base de esta columna se encuentra en la región Díquís de Costa Rica y en Las Mercedes de Línea Vieja y recuerda ciertas piezas de Colombia y Ecuador.

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Pieza del Mes.



Mayo 1965. Asociación

Amigos del Museo. Colección Lie. Osear Herrera Mata. San José, Costa Rica.

Este ídolo de greda de la Cerámica Nicoya Policromada viene de Filadelfia, Provincia de Guanacaste, Cosía Rica y tiene 65 cm. de altura. Fue modelado y es un magnífico ejemplo de la artesanía de los habitantes precolombinos de la Península de Nicoya. Es probable que represente una imagen dedicada a la fertilidad porque tanto la forma de diamante como las líneas onduladas de su pintura se refieren — 26 —

a! concepto combinado de !a Serpiente-Cocodrilo y en consecuencia al agua. Estos motivos se relacionan con la procreación y el cultivo. Las orejeras fueron hechas aparte para insertarlas. La forma redonda es característica de la que se asocia con Quetzalcóatl, en su representación de dios de la lluvia. La sección superior del taparrabo que cubre el ombligo, Hene la cara estilizada de la Serpiente-Cocodrilo mientras que la porción más grande está pintada con el diamante y los triángulos que se refieren al mismo motivo.

Pieza del Mes. — Junio 1965. — Asociación Amigos del 'Museo. Colección Señor Alfonso Jiménez A. San José, Costa Rico.

Vasija de la Cerámica Nicoya Policromada, con tres patas y la cabeza modelada que son sonajas. Este ejemplar con el fondo blancuzco y el diseño en rojo, anaranjado, gris y negro es dedicado al dios del viento que a la vez tiene relación con la lluvia. Los labios están fruncidos como en el acto de soplar. Nótese la cabeza, brazos y cola plásticos del mono que representa esta deidad mexicana que también se conoce con el nombre de Ehécatl. El adorno pintado se refiere a la Serpiente Emplumada o Quetzalcóatl que unido con Ehécatl traían la lluvia. El estilo de la pintura recuerda las representaciones de serpientes en los códices mexicanos. El color gris se asocia con los nícaraos. — 28 —

Mes. — Julio 1965. — Asociación Amigos de! Museo. — Colección María E. de Roy. —

San José, Costa Rica.

Esta vasija parece representar rasgos de más de una cultura. Tanto la forma globular con la base de anillo como el adorno aplicado se encuentran a menudo en la Cerámica Monocroma de la vertiente del Atlántico de Costa Rica. El sentido del naturalismo y el aspecto casi cómico también indican esta región. El uso de porciones del ser humano en posición reclinada es muy del sur, en particular de las Amazonas aunque se conoce una que otra pieza de este esfilo procedente de México, sin embargo el motivo pintado en forma de cruz se relaciona con la lluvia y los dioses Tlaloc y Quetzalcóatl entre los pueblos mexicanos, mientras que la otra parte del diseño es una estilización de la cara del cocodrilo, también símbolo del agua y en este caso asociado con el sur.

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Pieza del Mes. -— Agosto J9ó5. — Asociación Amigos

del Museo. — Colección Museo Nacional. — San José, Cosía Rica.

Esta cabeza de un ave acuática es el único ejemplar conocido hasta la fecha en Costa Rica. Está tallada en piedra volcánica en alto relieve y procede de Cañas Dulces, Liberia, Provincia de Guanacaste, El cuello largo sirvió a manera de espiga para mantener la cabeza firme en la tierra. El concepto del ave acuática en el panteón centroamericano tiene una distribución amplia y se le asocia tanto con las culturas del norte como con las del sur. Se destoca la manera audaz y sencilla de !a escultura. Hernando Colón escribe sobre la creencia en las Antillas de que la raza humana fue procreda por el ave acuática y un ser de forma humana pero sin sexo.* Entre los mayas, este tipo de pájaro tenía relación con la lluvia y la fertilidad.

Vida del Almirante Don Cristóbal Colón, escrita por su hijo Hernando Colón. Pag. 190. 19i7.

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Pieza del Mes. — Setiembre 1965. —- Asociación Amigos del Museo. — Colección Particular. -— San José, Costa Rica.

Esta vasija de greda procedente de Sarapiquí, Vertiente Atlántica, tiene la forma de aro que refleja la América del Sur, en particular el Perú. Está cubierta con un engobe blanco y pintada en parte en negro con detalles en ro¡o. El adorno modelado consiste en un Ave Acuática y la Serpiente, que da la apariencia de la Nutría. Nótese que también hay dos culebras que sirven de tocado del ave. Ei diseño acanalado y las lineas rojas parecen ser un esfuerzo tosco para semejar la Serpiente en movimiento. Las alas se forman por un ángulo en bajo relieve y tienen formas de diamantes, los cuales se asocian con el reptil. En la región norteña, que en gran parte refleja la cultura de Teotihuacán y de los pueblos del Golfo de México, el Ave Acuática servía de mensajera del dios de la lluvia, que a la vez se relacionó con la serpiente. Los pueblos no-mexicanos en la parte inferior de Centroamérica tenían sus raíces culturales en el Continente Sur. Su panteón de culto consistía en espíritus animísticos y animales de la selva lluviosa. Entre estas deidades se encuentran también la Serpiente y el Ave Acuática. Así era fácil la fusión de ideas religiosas entre las dos culturas.

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Pieza del Mes. •— Octubre de 1965. •—• Asociación Amigos del Museo. — Propiedad Héctor Gamboa P. — Son José, Cosío Rico.

Pito de la Cerámica Chocolate encontrado en Sámara, en la costa del Pacífico de Costa Rica. Este tipo de objeto que sostiene un ser humano tiene su inspiración en el Perú, mientras que el adorno inciso en franjas con la V, líneas finas y la forma de diamante con el motivo del tablero de damas se refiere al Cocodrilo-Serpiente que asimismo Índica el continente Sur. Todo el dibujo estaba relleno con pintura blanca, característica de la Cerámica Chocolate. Esta pieza es única en cuanto a su forma con la figura humana aplicada que resulta un pito. El personaje lleva en la mano derecha una maraca y en la izquierda lo que parece ser una flauta,- un collar de cuero de venado o de pita (Agave sp.) con una cuenta que podría representar ¡ade o concha en el centro. El tocado semeja plumas. Nótese la estilización de la nariz, la falta de orejeras y el hueco de suspensión que lo forma un pedazo de arcilla modelada. La figura humana sugiere un ex-voto. Hay que recordar que objetos musicales como pitos, ocarinas o sonajas fueron atributos especiales del dios de la lluvia y en consecuencia de la fertilidad en la parte inferior de América Central.

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Pieza del Mes. — Noviembre de 1905. — Asociación Amigos del Museo. — Colección del señor Christopher Weston. — San José, Cosía

Rica. —

Procede de lo Región de Turrialba.

Esta cabeza trofeo es pieza única en varios aspectos. Da la idea de retrato y hasta muestra el detalle de las horadaciones en los lóbulos para insertar orejeras. En vez de la corona de la cabeza, se e'ncuentra un receptáculo que recuerda la costumbre suramencana de hacer tazas de calaveras humanas, en las cuales tomaron la sangre de sus víctimas. Sin embargo, la banda que rodea la cabeza tiene rosetas, barras y espirales que sugieren una cultura del norte tal como la Tula-Tolteca que indican una mezcla o fusión de influencias. Es posible que el hueco en la base del cuello sirviera para la inserción de un palo para sostenerla. — 33 —

Pieza del Mes. — Marzo 1966.

— Asociación Amigos del

Museo. —- Propiedad de! Sr. Alfonso Jiménez A. — San José, Costa Rica.

La figura aquí exhibida fue encontrada en Río Costa Rica, Vertiente del Atlántico. Seguramente vino a ese lugar por vía de canje, ya que su estilo y motivos pertenecen a una fase muy conocida de la cerámica policromada de Nicoya. Esta clase de figuras humanas generalmente están sentadas y siempre tienen ojos grandes y un tocado muy pronunciado en forma aplastada que termina en un óvalo. Estilos parecidos existen tanto en México como en la América del Sur, pero ante todo en la región venezolana del Lago de Valencia. En casi todas las culturas indígenas era el derecho de un jefe o personaje sentarse encima de un petate o un banquillo. Aquí notamos en cada extremo del banquillo una cabeza de jaguar mientras que el propio banquillo nos — 34 —

recuerda a los metates. De un relieve del sitio maya de Palenque conocemos un personaje que está sentado encima de un ¡aguar o tigre, de dos cabezas. Este estilo se ha titulado "Trono de tigre" y existen paralelos en las culturas antiguas de la India. Es interesante anotar que en el arte Maya-Tolteca se denomina un edificio cuadrangular de KABAH, Mérida, Yucatán como "CODZPOP", que significa "Petate enrollado" y se dice que fue inspirado en un petate enrollado asiento del ¡efe, y en la ancha nariz curva del dios "Chac" de la Lluvia. El frecuente motivo de los tejidos de los petates o de la cestería que vemos en esta clase de cerámica policromada de Nicoya pudo haber tenido su origen en este concepto del personaje que debe sentarse en un petate o un banquillo.

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Pieza del Mes. — Abril 1966. -—- Asociación Amigos del Museo. Propiedad de! Lie. Osear Herrera Mata. — San José, Costa Rica.

Como pieza del mes nos honramos en presentar una vasija de la colección del Lie. Osear Herrera Mata, de la clase conocida como "LUNA". Hemos escogido esta clase de cerámica por su gran variedad tanto en los diseños como en distribución. Su descubrimiento analítico se atribuye a J. F. Bransford, durante sus excavaciones en la Hacienda José Ángel Luna cerca de la ciudad de Moyogalpa en la isla de Ometepe. Se puede clasificar la cerámica "Luna" como un subtipo de la cerámica policromada de Nicaragua y su introducción o nuestro territorio debe haber ocurrido en una fecha bastante tardía. Los diseños en las vasijas Luna en su mayoría representan la serpiente emplumada y sus motivos convencionaíizados, la cabeza alada del monstruo, la cabeza humana, motivos de jaguar, de mono o simplemente motivos geométricos. También existen dos clases de engobe en esta cerámica, el blanco y el rojizo, este último lo notamos en la vasija aquí exhibida. Los motivos pintados exageradamente finos se aplicaron en su mayoría a las vasijas del engobe blancuzco. Las formas más corrientes de las vasijas son bols trípodes, bols grandes y vasijas con base anular abierta o cerrada.

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Piezo de! Mes. — Mayo 196o. — Asociación Amigos del Museo. — Propiedad Sr. Lie. Máximo Acostó S. •— San José, Costa Rica.

Este copón pertenece a una clase de cerámica que llegó a Cosía Rica con la última gran migración que invadió la Península de Nicoya desde el norte, o sea la de los Nicarao. Eílos utilizaron los estilos del panteón mexicano y con preferencia los diseños de la Serpiente Emplumada. En la presente vasija vemos una doble serpiente que a la vez con sus adornos forma una cabeza de monstruo que Lathrop, basado en otros diseños más complejos de este motivo, interpretó como "Monstruo de la Tierra" o sea el dios "Tlatecutli" [Compárese con una vasija de la colección del Museo Nacional). Los pequeños adornos laterales seguramente representan escudos emplumados, mientras que el diseño básico general está representado de frente y también de costado. Interesante resulta la aplicación del color azuí, el rojo, el anaranjado y el negro que se usaron como relleno en diferentes zonas incisas del motivo. Esta técnica se conoce con el nombre de "¡ncíso debajo del engobe" y aparece con más frecuencia por el Lago de Nicaragua. Existe también con — 37 —

el engobe blanco solamente o en combinación con una franja pintada en rojo. Las formas más corrientes para esta cerámica son los copones y boles. También hay vasijas trípodes a veces adornadas con un motivo de una flor con un inciso más pronunciado parecido a un acanalado que se ha querido asociar con una cerámica similar de la región de Veracruz, México. Aunque la cerámica aquí descrita, por su delicada ejecución y ante todo por sus colores vivos, constituye una de las más apetecidas por los coleccionistas, queremos aclarar que sus tonos azulados son más bien grisáceos o verduscos y no alcanzan la viveza del azul de los Mayas.

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Pieza del Mes. — Junio 1966. — Asociación Amigos del Museo, — Propiedad del Sr. Alfonso Jiménez A. — San José, Cosfa Rica.

la Asociación Amigos del Museo escogió esta maza de !a colección del Sr. Alfonso Jiménez Alvarado como "Pieza del Mes" en su sesión del 7 de ¡unió de 1966, que trató de lo historia de esta arma indígena. El objeto escogido representa una maza de guerra con cabeza de lechuza en pizarra verde, la cual por su artística talla mereció los elogios de todos los miembros de la Asociación.

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Pieza del Mes. —

Julio 1966. •—- Asociación Amigos

del Museo. — Propiedad Col. Particular. — San José,

Costa Rica.

Lagartija fundida en falsa filigrana parcialmente abierta y trabajada sobre lámina, procedente de Germania, Línea Vieja. Los colgantes metálicos que se fundieron en falsa filigrana son muy raros. Hay dos modos de producir filigranas vaciadas: Uno, donde e! alma de carbón se cubría con una lámina de cera sobre la cual se colocaban hilos de cera arrollados en forma de espirales. Esto produce una decoración levantada encima de una lámina que generalmente tiene pocos orificios. En el otro tipo de vaciado de filigranas se cubría el alma de carbón directamente con el modelo hecho en doble hilera de hilos de cera. El objeto terminado después de haber removido el alma, revela una fundición que parece un encaje. Parece que esta Técnica llegó primero al istmo 40

centroamericano desde Colombia y Ecuador y fundiciones de este estilo fueron hechas en Coclé, Panamá. De allí algunos artífices emigraron a Oaxaca, México, donde continuaron la fundición de colgantes en falsa filigrana sobre lámina. Algunos colgantes de falsa filigrana encontrados en Costa Rica contienen hasta 10% de platino, lo que hace suponer que fueron producto de cambio, tal vez desde la región de Esmeraldas en El Ecuador donde tenían el secreto de hacer aleaciones de oro y platino.

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Pieza de! Mes. — Agosto 1966 — Asociación Amigos del Museo —

Colección del Sr. Román Macaya L. San José, Costa Rica.

Vasija de Tlaloc, dios de la lluvia, que proviene de El Panamá, Bahía de Culebra, Provincia de Guanacaste, Costa Rica. Pertenece a la fase Teotihuacán III, aproximadamente 300-650 d. C. (Jiménez Moreno, 1959, t. II, Mapa 3) y llegó a Costa Rica quizás en 900 o más probable en 1200 d. C. Hay dos cabezas de Tlaloc separadas por ambos lados con un medallón verde que tiene dentro la cruz de ia lluvia. El fondo es negro y los demás colores son: anaranjado, blanco, rojo y verde. El período Teotihuacán III representa el estilo clásico en su mayor florecimiento. Son típicas la forma cilindrica con tres patas y la técnica de la decoración al fresco que consiste en poner una capa delgada de estuco y de pintar encima después de quitar el vaso del horno. Tanto el uso del color verde como la representación de Tlaloc con ojos circulares, los colmillos salientes y el símbolo triangular del tocado que significa "año" son característicos del arte d« «sta fase mexicana.

Pieza del Mes. -— Setiembre de 1966. — Asociación Amigos del Museo. —Colección Sr. Juan Dada y Sra. — San José, Costa Rica.

Esta vasija procede de Nacascolo, Guanacaste y es sumamente interesante por la rareza del motivo que representa dos cocodrilos (lagartos) con cabeza humana que se retuercen alrededor de la boca y cuyos cuerpos están decorados en el sistema de pastülaje. Creemos que se traía de una cerámica de bastante antigüedad, ya que el motivo del lagarto es de origen sureño y también la manera de modelarlo en bajo relieve con escamas en todo el cuerpo. Sin embargo la técnica de cómo fue ejecutada la aplicación de los nodulos que representan las escamas, hace recordar al sistema de pastiilaje de la alfarería de las culturas del preclásico-medio de la cuenca de México.

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Pieza del Mes. — Octubre de 1966. — Asociación Amigos del Museo. — Colección Sra. Carmen de Gíílen. -— San José, Costa Rica.

Este bello ejemplar de la Cerámica Incisa bajo del Engobe fue encontrado por !a Sra, Carmen de Gillen en la Finca Tempisque por las orillas de! río que lleva el mismo nombre. Tanto la técnica del adorno como el fondo blancuzco con los colores azul y rojo anaranjado tienen su inspiración en el arte de Cholula y antes de éste en Teotihuacán, México. Se atribuye el estilo al pueblo Nicarao. La serpiente con sus quijadas muy elaboradas recuerda algunas interpretaciones del dios del viento del Códice Borgia.

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Pieza del Mes. — Noviembre de 1966. — Asociación Amigos de! Museo. — Colección del Lie. Máximo Acosta S. —

San

José, Costa Rica.

Esta vasija de la Cerámica Nícoya Policromada tiene el fondo blanco con el dibujo en rojo (sepia), negro y café. Fue encontrada en Nacascolo, Provincia de Guanacaste y tiene una altura de 25.5 cm. Representa la unión espiritual de dos dioses de la lluvia procedentes de México: Tlaloc y Quetzalcóatl. Característicos del primero son los ojos redondos semejantes a los del buho y los ganchos que indican las ventanas de !a nariz. En la vista de perfil, se nota aún más la nariz de gancho asociada con Tlaloc. E! cuerpo majestuoso de la Serpiente Emplumada con los escudillas y el resplandor de lo que parece barba tienen relación con Quetzalcóatl. A la vez la barba representa las gotas del agua que se refieren a Tlaloc, mientras que la franja de animales en la parte superior atrás muestra el desdoblamiento del ¡aguar y la serpiente. — 45 —

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EL O R I G E N DE LOS ALTARES DE AVE

PICO

por CARLOS BALSER Noviembre 15, 1966.

De la magnífica colección del Lie. Máximo Acostó S. se exhibieron 19 altares y 2 fragmentos, que en la Arqueología Costarricense se conocen como pertenecientes al motivo mitológico precolombino de "Ave-Pico". Una leyenda de las Antillas que fue reportada por la mayoría de los cronistas de la conquista americana nos habla del legendario "Ave-Pico". Transcribimos aquí "ad verbatim" lo que Pedro Mártir de Anglería apuntó acerca de esta leyenda, cuando las Antillas hablan quedado sin mujeres: Dec. 1, Lib. 9, Cap. 5= de los hombres aquellos que dijimos habían sido dejados sin mujeres en las cuevas, cuentan que salieron de noche para lavarse en las balsas de agua llovediza, y que una noche vieron desde lejos que trepaban por los árboles mírobalanos, como escuadrones de hormigas, ciertos animales semejantes a las mujeres: Acudieron corriendo hacia aquellos femeninos, cogieron algunos y se les fueron de las manos como anguilas. Entonces adoptaron esta resolución. Por consejo de un anciano buscaron los sarnosos y leprosos que hubiese entre ellos, y tuvieran las manos ásperas y callosas para que más fácilmente pudieran retener lo que cogieran. A estos hombres ellos les llaman caracoles. Salieron a cazar y de muchas que cogían retuvieron sólo a cuatro; ellos procuraron usar de ellas como mujeres, pero averiguaron que no tenían naturaleza femenina. Reuniendo otra vez a los ancianos, consultaron qué harían. Resolvieron que se buscara el Ave-Pico, que con su agudo pico les hiciera un agujero entre las ingles, teniendo los mismos hombres caracararoles calludos a las mujeres Apertís Guribus. Así como trajeron el Ave-Pico, esta abrió el sexo a las mu¡eres; de esta manera tan graciosa la isla tuvo las mujeres que deseaba: así se procreó ascendencia — 48 —

Hoy una gran variedad de estos altares. Generalmente podemos observar enfre las tres patas que sostienen una superficie, al estilo de los metates para moler, un panel volante. Existe siempre un borde elevado alrededor del plato de la superficie con una ornamentación dentada que corresponde a una estilización de una serie de cabezas trofeo, que son símbolo de fertilidad. Como un ejemplo de hoy en día citamos la "fsantsa" o cabeza trofeo reducida de los indios Jíbaros deí Ecuador, que también expresa un motivo de fertilidad. En el centro del panel volante vemos en su mayoría un ave con pico largo ¡se exhibieron 2 grandes fragmentos y algunos altares con un ave deificada cuyo pico forma un rectángulo), que generalmente se conecta con la región abdominal que entre los seres humanos corresponde al ombligo. La separación del cordón umbilical significaba una nueva vida para el indio sureño. De allí [a frecuente representación en nuestros objetos ante todo en los de oro de este cordón. La decoración rectangular se puede encontrar hasta en las regiones o'ei río Amazonas y en su desembocadura por la isla de Marojo. Este era el antiguo asiento de los Arawacos. Con mucha frecuencia vemos allí este motivo angular como decoración en !a cerámica y ante todo en las tangas o cobertores de pubertad. Fig. A. Otra aplicación central de! panel volante consiste en un animal entre tigre, mono u otra clase de cuadrúpedo. Estos pueden ser los legendarios animales trepadores de los cuales habla la leyenda. También aparecen en el centro de los paneles, figuras humanas a veces en pares, tal vez expresivas del sexo. Otras representaciones son los cocodrilos que a veces tienen el aspecto de un dios, con la lengua salida al estilo de los monolitos de San Agustín en Colombia, que también fueron interpretados como símbolos de fertilidad. En las patas de estos altares notamos una gran variedad de representaciones de animales, como la lechuza o buho, ¡aguares, monos, pájaros, etc., pero ante iodo un ave que pareciera ser el tucán o curré. Por supuesto el concepto artístico del Ave-Pico lo mismo que la leyenda deben haber sufrido sus cambios con el tiempo y ante todo con el avance de las migraciones precolombinas. Entre los objetos arqueológicos de la Vertiente Atlántica y del Altiplano, fuera de los altares, encontramos representaciones del Ave-Pico en jade Fig B, en las mazas de andesita Fig. C, de la misma región y en la cerámica Fig. D, generalmente con el ave, que entre sus garras o en el pico sostiene la cabeza trofeo, símbolo de fertilidad y procreación o sea la nueva vida. Estos bellos altares de Ave-Pico evolucionados de la mitología arawaca, sólo se producen en la Vertiente Atlántica y en el Altiplano. Son únicos en todo el arte precolombino de América y deben haber servido para ofrendar en las ceremonias evocativas de la fecundidad.

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REFERENCIAS BALSER, Carlos. 1955

A FertÜity Vase írom the Oíd L¡ne, American Antiquity - Utah.

FERNANDEZ DE OVIEDO Y VAIDES, GONZALO 1950

Sumario de la Natural Historia de las Indias - México.

KROEBER, A. L 1949 Handbook of Southamerican Indian - Smithsonian Institutíon. Washington. MÁRTIR DE ANGLERIA, PEDRO 1944

Edición Bajel - Buenos Aires.

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Pieza del Mes. -— Marzo 1967. Asociación Amigos del Museo. — Colección del Lie. Osear Herrera M. — Son José, Costa Rica. — Algunos notas descriptivas sobre las piedras de moler maíz de la región de Guanacaste.

E! historiador GONZALO FERNANDEZ DE OVIEDO Y VALDEZ nos dejó los mejores apuntes acerca de los antiguos Chorotegas. Entre otros describe una fiesta indígena con una gran borrachera. El anfitrión de esta fiesta Nicoyana era el cacique NAMBÍ que traducido al español significa "perro". Este estaba sentado en su duho (asiento de piedra} en el centro de la plaza y con el resto de sus jefezuelos se recreaban con los bailes rituales. Una ¡ovencita les servía chicha de maíz y de vez en cuando estos señores echaban humo de un yapoquete (Tobacco de la Hispañola). Aunque la chicha era el brebaje preferido lo alternaban cada tanto con una Jicara llena de un espeso Cacao o Chocolate.

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Lo interesante de este relato para nosotros es el hecho de que usaban para su chicha el maíz, que a la vez era la base alimenticia de los pueblos que habían penetrado Costa Rica desde el norte, o sean aquellas migraciones mesoamericanas que arribaron a nuestro territorio entre los siglos VIII a XII! d. de C. Del maíz ellos elaboraban también la tortilla y para este proceso usaron los siguientes utensilios: El "METATE" o "METATL" que es la piedra con la superficie de moler. El "METLAPILLI" que significa hijo del metate, o sea la mano de piedra. El "COMAL" o "COMALLI" que fue usado para cocer estos panes de maíz. Todos estos nombres son de origen mexicano. Hasta el momento las excavaciones hechas en la región de Nicoya han revelado tres diferentes tipos de metates que son: 1.

El metate con la superficie para moler delgada, pero grande en extensión, algo curva y sin bordes, a veces con pequeñas protuberancias en los extremos del plato y generalmente sostenido por tres patas redondas que a veces están ornamentadas, geométricamente o con cabezas de ave o lagarto.

2.

El metate con la superficie para moler algo curva y más gruesa, pero menos grande en extensión, a veces con una cabeza de tigre o ave en el extremo del plato o con dos cabezas pequeñas en cada extremo de un lado del plato. Casi siempre está sostenido por tres patas achatadas, a veces caladas con diseños diversos como monos u hombres o simplemente diseños geométricos.

3.

El metate con una superficie para moler algo curva, de un grosor y extensión parecido al N° 2, pero en lugar de las tres patas se sostiene sobre dos paredes a lo largo de cada lado de la superficie de moler. Estas paredes pueden ser simples o caladas y a veces muestran una pata en cada final que da la impresión de un metate de cuatro patas, unidas por diseños ornamentales en medio de las mismas.

En cuanto a la ornamentación de estos metates, los tres tipos aquí descritos casi siempre muestran en el anverso un adorno en uno o ambos extremos del plato que recuerda los dibujos de los textiles o de la cestería o con mucha frecuencia son puros motivos geométricos. El reverso del plato de estos tres iipos es siempre el más elaborado, debido a la manera de colocar los metates. As! procuraban darles un aspecto estético cuando no estaban en uso. La clasificación del plato sería la siguiente:

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Plato del Metate N? 1.—La ornamentación debajo del plato de moler de este tipo de metate generalmente lleva en primer lugar un borde o marco con diseños al estilo de meandros serpenteados o de guilloches. A veces esta franja se intercala con un diseño de ave o un motivo geométrico. El resto cuando lleva ornamentación, se compone de motivos muy convencionalizados de hombre, murciélago, cocodrilo o simplemente geométricos. La decoración protuberante existe muy poco en el reverso de estos platos y también se caracterizan por la cusencia del motivo del ¡aguar. Plato del Metate N? 2.—La ornamentación debajo del plato de este tipo de metate es en su mayoría el motivo de cestería o un estilo de meandros. Eí clásico marco que encierra el diseño y que fue descrito en el N° 1, está ausente, pero muchas veces notamos altos relieves de animales como cocodrilos, nves, etc., de los cuales la cabeza del animal puede formar una pata de las que sostienen el plato. También en esta clase de metates aparecen en un extremo del plato, cabezas grandes de ¡aguar, loros, patos u otros, cuyo concepto artístico parece haber sido copiado de los metates tetrápodes de origen Mjreno con el característico borde que permite la trituración de tubérculos o oe la fruta de la palma de Pejibaye, que exigen suficiente agua. Plato de! Metate N? 3.—La ornamentación debajo del plato está generalmente ausente y si existe se ajusta a la descripción de la del N° 2, incluyendo les cabezas de animales. Es interesante observar que debido a la ausencia de la ornamentación en el reverso del piafo, las paredes generalmente muestran elaborados diseños con calados muy intrincados. En los tres tipos puede existir una ornamentación a lo largo del grosor del plato, que concuerda con el resto de la decoración, pero en el N° 1, esta decoración a veces consiste solamente en un doble cordón. En cuanto a la edad de los metates aquí descritos, los de patas redondas :on los más antiguos, debido a que a veces son desenterrados con colgantes cíe ¡ade de los cuales muchos señalan contactos con pueblos del Norte de épocas anteriores a la penetración en la península de Nicoya o Guanacaste. Luego están los que tienen las patas aplastadas y los más recientes son los que su plato para moler descansa sobre dos paredes. Los otros artefactos de tumba que se asocian con estos metates, pueden dar una interpretación errónea, ya que el tipo clasificado como el más antiguo se halla en conjunto con las cerámicas más tardías de la región. Una explicación lógica sería que muchos fr.eíates quedaron en uso por varios siglos, ya que todos los metates guanacastecos sacados de tumbas muestran evidencia de uso. Esto mismo se puede aplicar todavía a la región de Nicoya de hoy día, donde muchas veces en la choza más humilde están elaborando su maíz para las tortillas encima de un metale aborigen de un alto valor artístico, aparte de su antigüedad. CARLOS BALSER, Marzo 67

REFERENCIAS HARTMAN, C. V. 1907

Archa eclógica I Researches on the Pacific coast of Costa Rica. Carnegie Museum Memoires, vol. til N? 1. Pittsburgh.

STONE, DORIS 1958 & 1966 Introduction to the Archaeology of Costa Rica, Museo Nacional, San José. STONE, DORIS 1961

Essays in Precolumbian Art and Archaeology by S. K. Lothrop and others. Essay N? 13. Harvard University Press.

STONE, DORIS and CARLOS BALSER 1957

Grinding Stones and Mullers of Costa Rica, Journal de la Société des Américanistes. Musée de l'Homme, Paris XVl«.

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Pieza del Mes. -— Abril 1967. — Asociación Amigos del Museo. Colección del Ing. Fabio Góngora U. — San José, Costa Rica.

En la cerámica añoran jada-café (oranje-brown) del área cultura! de Nicoya, aparece con más frecuencia el receptáculo redondo que el cuadrado, como en e! presente objeto que procede de Pilangosta de Nicoya, Guanacaste. En ambos lados vemos las cabezas y los pies (casi humanos) de un animal que es el cocodrilo. El concepto de este doble reptil se ha interpretado como un motivo de fertilidad y su origen se atribuye a la región Chocó del norte de Sudamérica. De allí este motivo se esparció por las regiones istmeños hasta llegar a su mayor desarrollo en el territorio costarricense. El doble cocodrilo expresa los dos sexos y en el presente objeto probablemente la parte femenina sostiene una cabecita que es símbolo de nueva vida. La decoración de bandas entrelazadas es muy propia de esta clase de cerámica, que es de mucho más edad que !a policromada de la misma región.

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Pieza del Mes. — Mayo 1907. — Asociación Amigos del Museo. Colección del Sr. Román Macaya L. — San José, Costa Rica.

Esta extraordinaria vasija procedenfe de El Viejo, Guanacaste, tiene por un lado una efigie de cabeza humana y por el olro la efigie de una lechuza o buho con copetes. Además notamos la gran abundancia del color azul grisáceo en conjunto con el rojo-anaranjado y ei negro ya bastante empalidecido. En la parte superior se destaca una franja de cabezas humanas, algunas con 3 y otras con 4 puntos que parecieran glifos mayas. La cabeza humana de aspecto rechoncho tiene la boca abierta; además tiene los brazos pintados y adornados con plumas. La cabeza del buho recuerda a similares representaciones en el grupo de la cerámica "Managua", !o mismo que las alas piniadas en ambos lados. En la base notamos un motivo geométrico muy propio del Nicoya Policromado Temprano que frecuentemente aparece en la cerámica "Nandaime" en conjunto con representaciones del Mono. Esta vasija pertenece al "Nicoya Policromado Tardío" y probablemente fue manufacturada por un artista Nicarao.

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Pieza del Mes. — Junio 1967. — Asociación Amigos de! Museo. •—• Colección Sr. Lie. Víctor Vargas A. — San José, Costa Rica.

Esta vasija trípode con efigie de ¡aguar pertenece a las últimas etapas de! Nicoya Policromado medio, pues este mismo motivo con la efigie de jaguar pasa al Policromado Tardío, donde frecuentemente aparece adornado con diseños de la cerámica Luna. Las patas casi tubulares pueden haberse originado de las altas patas tubulares, muy propias, de la cerámica Maya. En la parte superior de la vasija vemos una franja con varios ¡aguares que muestran la técnica de rellenar los espacios alrededor de los animales con color negro, lo que también se conoce como Motivo de Silueta. Este último aparece muy a menudo en las cerámicas locales del estilo Ulua Policromado. Interesante es la abundante aplicación de la pintura color aceituna en medio cuerpo de la efigie del ¡aguar y en los dos círculos de la franja superior. El engobe de esta vasija es de un blanco muy puro, casi sin manchas fuera de algunas producidas por raíces que se adhirieron al receptáculo durante el tiempo que estuvo enterrada. 57

Pieza del Mes. — Julio 1967.

— Asociación Amigos

del Museo. —

Dr. A. Jiménez de la

Colección del Guardia.

Esta vasija de la región de Nicoya representa al Dios Cocodrilo (Lagarto) que es un motivo de origen sureño o sea de la región Chocó, Colombia pero también lo podemos reconocer entre los objetos de oro de la provincia panameña de Chiriquí y en el área cultural costarricense de Díquís. La cabeza del dios está modelada en el sistema de pastillaje para expresar las escamas cíel reptil. Además está adornada con orejeras y en cada muñeca lleva un brazalete, hecho con punzón. La parte abdominal del dios se compone cíe una vasija tetrápode con la cabeza de cocodrilo modelada. Tanto las patas como la vasija misma están incisas con el motivo de petate, igual a la parte superior — 58 —

que forma el tocado de! dios con dos cabecitas de cocodrilo modeladas a los lodos. Se desconoce el lugar de donde provino esta notable vasija guanacasfeca. En la colección del Museo Nacional existe una muy parecida pero con un inciso más fino, lo cual nos hace sospechar que aquí se trate de una pieza de transición que debe pertenecer al final de la segunda fase del Nicoya Policromado Temprano. Lothrop consideró que la cerámica Chocolate de estos estilos fue en parte influenciada por la cerámica de Lagarto Modelado.

Pieza de! Mes. — Agosto 1967. — Asociación Amigos del Museo. Colección del Sr. Alfonso Jiménez Alvarado. — San José,

Cosía Rica.

Este extraordinario altar de "Ave-Pico'' fue encontrado en Guócímo, Línea Vie¡a, Provincia de Limón y mide 119 cm. de largo por 58% cm. de alto y la superficie del plato es de 86% por 55 en. En estos altares notamos tres patas que sostienen ¡a supenicic de un plato con borde. Este debe haber servido para triturar tubérculos o fruta de pejibaye, usados en la preparación de la comida o bebida de los festejos relacionados con el rito del Ave-Pico, ya que el presente ejemplar muestra evidencia de uso. Cada pata está adornada con un ave, cuyo pico está dividido por una línea incisa, que sigue por todos los ángulos. Los ojos están marcados por unos aros sobresalientes y en general son más grandes que de costumbre. Notamos al lado de cada ojo un apéndice protuberante que en las demás representaciones apenas se asemeja a una perilla partida en el centro. El plato muestra alrededor de su borde los pequeños cortes que significan la borla convencionalizada de cabezas trofeo. El panel volante consta de una figura humana en el centro que a semejanza de una corona, lleva como tocado una cabeza de cocodrilo con la boca abierta y en cada mano tiene objetos parecidos a maracas, uno de los cuales representa claramente la cabeza de un pájaro. Ya en oirás oportunidades hemos señalado la importancia del motivo del cocodrilo como símbolo de fertilidad; éste a veces sostiene en su boca una figura humana expresiva de la nueva vida y no devorando a un ser humano como generalmente se ha interpretado. La figura central parece ser la deificación del "Ave-Pico", ya que en ambos lados vemos una figura

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humana que anteriormente habíamos señalado como representativa de los dos sexos y que aquí con el presente altar viene a confirmarse. Cada una de estas dos figuras sostiene con una mano, una maraca, instrumento musical por excelencia para los ritos esotéricos de los pueblos primitivos, la otra mano alzada está adornada con un aro sobresaliente. El panel remaía en la figura de un mono colgando boca abajo con una maraca en cada mano. Este animal como airibuío al resto de este conjunto completa la representación del concepto procreativo de nuestros indios de la Vertiente Atlántica expresado en estos altares de Ave-Pico. (Para más detalles sobre los altares de Ave-Pico véase: Boletín Extra de la Asociación de Amigos del Museo de! 15 de noviembre de 19óó).

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Pieza del Mes. —

Seliembre 1967.

Asociación Amigos del Museo Colección Sr. Juan Dada y Sra. San José, Costa Rica.

Este colgante de |odeita mide 7 cm. de alto y fue encontrado en Potrerillos de Liberia, Guanacaste. Representa una figura humana con rasgos culturales tanto de la región Olmeca como de la de Monte Albán, ambas en México. La cabeza enmascarada se asemeja mucho a una cabeza monolítica del Cerro de las Mesas que ahora está en el Museo de Xalapa. Ambas manos sostienen un artefacto rectangular o sea la vara ceremonial de muy frecuente uso en el arte olmeca. En la parte pélvica vemos un adorno inciso que tal vez sea el pequeño delantal de tan frecuente aplicación en las figuras humanas del estilo Teotihuacano-Guerrero u Olmeca-Guerrero. El dibujo de esta incisión muestra un incuestionable parentesco con los adornos de la pelvis de fallas en piedra conocidos como los Danzantes de Monte Albán, Oaxaca. El presente colgante constituye una pieza clave para estudiar los diferentes impactos culturales que influenciaron la arqueología de Costa Rica.

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Pieza de! Mes. — Octubre de 1967. Asociación de Amigos del Museo

Colección del Lie. Máximo Acosfa S. San José, Costa Rica.

Este TRITURADOR fue encontrado en Pacora, Línea Vieja. Mide 46.50 centímetros de alto; dado su extraordinario tamaño y el hecho de ser elaborado en una piedra muy dura, hace pensar que es un objeto de uso ceremonial. Quizás fue empleado para triturar los primeros frutos de la cosecha del pe¡¡baye o de algún tubérculo, ya que la introducción del maíz en la Vertiente

AHántica se atribuye al grupo mexicano de los "Siguas" de principio de siglo XVI. E! ave esculpida en la parte superior, debe ser el emblema del clan, parecido al de un grupo aborigen contemporáneo de la Baja Talamanca que se denomina "DURIWA" o sea e! clan del riachuelo del Ave. La parte de la mano de este triturador lleva en los extremos una franja de grecas, conectadas en el frente por una endedura. Es interesante anotar que las partes esculpidas fueron rellenadas con una pintura blanca, que hasta la fecha sólo se conocía en objetos procedentes de la Unión de Guápües. Esta es la primera vez que se encuentra en Costa Rica un objeto de esta clase y de tan grandes dimensiones.

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Pieza del Mes. — Noviembre 1 967. — Asociación Amigos del Museo. — Colección señor Alfonso Jiménez Alvarado. — San José, Costa Rica

Entre la gran cantidad de ocarinas y pitos de la exhibición que organizó la Asociación Amigos del Museo, los socios en su última reunión escogieron como "Pieza del Mes" la ocarina que se reproduce arriba. Esta representa un animal que rodea el cuello con su rabo, formando así una posición anular que nos hace sospechar que bien puede ser un Perezoso conocido también con el nombre vulgar de Perico Ligero (Choloepus hoffmanni Peters) aunque la feroz expresión de la cara y las marcas redondas de su cuerpo recuerdan algo a !as representaciones del jaguar o puma. Lo interesante de las ocarinas costarricenses de cerámica es el hecho de que la boquilla para soplar forma parte de! conjunto total del instrumento sin insertarle ni agregarle nada en absoluto. A ambos lados de la boquilla notamos dos huecos para producir según el movimiento de los dedos la variación de los tonos. Así se puede lograr un mínimo de cinco diferentes tonos que son suficientes para acompañar canciones de pocas tonalidades. En el Cincuentenario del Museo Nacional doña María Fernández de Tinoco y don Guillermo Aguilar Machado describieron una ocarina de la colección deL^Museo que produce 18 notas. La ocarina aquí descrita como pieza^o©! fn^vfue\.encontrada en Línea Vieja de la Vertiente del Atlántico. ^0 -J\O

Pieza del Mes. — Marzo de 1968. — Asociación de Amigos del Museo. — Colección Líe. Daniel Oduber Q. San José, Costa Rica.

Este extraordinario pito procedente de San Juan de Santa Cruz, Guanacaste, representa una combinación de la figura humana con el colgante alado. Este último motivo tiene su origen en el Norte de la América del Sur. De allí se extendió por un lado hacia Las Antillas donde en su mayoría se tallaba en concha, y por otro lado lo encontramos en las áreas culturales de Coclé y Veraguas, Panamá, tallado con preferencia en piedra corneliana. Probablemente por vía marítima se introdujo este motivo a la Península de Nicoya, y hasta en Oaxaca, México, se han encontrado algunos ejemplares en ¡adeita. La representación convencionalizada del colgante alado evolucionó en Costa Rica hacia una representación realista con el vampiro, {a veces nada más que una cara) en el centro y en ambos lados cabezas de cocodrilo. Desde Nicoya se esparció por las antiguas rutas de intercambio hacia la Vertiente del Atlántico. En su mayoría se empleó jadeita para su talla en territorio costarricense. EÍ Murciélago y el Cocodrilo juegan un papel importante en la

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mitología indígena del Sur y generalmente se asocian con la procreación y fertilidad. En el presente pito vemos la cabeza del dios Murciélago o Vampiro en el centro de las alas extendidas y encima de éstas notamos tres cabecitas de cocodrilo mientras el resto del objeto lo compone la figura humana, que e5 un motivo frecuente en las ocarinas de esta región.

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Pieza del Mes. —

Abril de 1968.

Asociación Amigos del Museo. — Colección Ing. Fabio Góngora U. — San José, Cosía Rica.

Esta vasija de color anaranjado-café con una decoración pintada en ro;o, fue encontrada entre Cañas y Bagaces, Guanacaste y pertenece a un grupo cerámico de una distribución bastante amplia. La efigie de una ¡oven que adorna este objeto es un motivo muy frecuente que caracteriza el estado saludable de una moza india. La vasija seguramente sirvió para buscar agua del río, transportándola encima de la cabeza, lo cual, todavía hoy día se considera básico para la formación esbelta del cuerpo femenino. Cronológicamente aparece esta cerámica un poco antes del Policromo Temprano. Aunque la presente vasija no es un ejemplar único de este motivo, sí creemos que hasta la fecha es la de mayor tamaño que se conoce.

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Pieza del Mes. — Mayo de 1968. Asociación Amigos del Museo. — Colección Sr. Alfonso Jiménez A. San José, Costa Rica.

Esta pequeña cabeza con huecos para suspensión sin duda representa el retrato de un personaje importante. Sabemos que entre los Nícarao era una costumbre permitir al guerrero victorioso raparse la cabeza, dejándose una pequeña corona en el centro. Esta ciase de tocado recuerda la costumbre azteca de adornar con un bucle la cabeza de todo aquel que había capturado un enemigo. (Bucle o colocho, del azteca colote colotli un cucurucho cónico para guardar maíz). Navegando por la costa atlántica de Honduras a Cristóbal Colón le llamó la atención que algunos indios llevaban colgando sobre su frente algunos mechones de pelo. Su hijo Hernando, quien lo acompañaba en este viaje, al desembarcar más tarde en Carian (Puerto Limón) notó que los indios de este lugar llevaban los cabellos trenzados y enrollados a ia cabeza mientras que las mujeres usaban el pelo corto. Para las fiestas era costumbre de casi todos nuestros indios pintarse la cara con varios colores y con preferencia se ennegrecían los ojos, considerando todo eso como de gran belleza. — 69 —

En cuanto al objeto aquí exhibido solamente sabemos que viene de la región atlántica pero no conocemos su asociación con los demás artefactos de la tumba. Cabezas parecidas en cerámica pertenecen a la colección del Museo Nacional y algunas de ellas fueron encontradas con ofrendas de ¡ade de color azul claro, lo cual hace suponer que la presente cabeza pertenece a la época Clásica tempranera de Costa Rica. Los dibujos incisos expresan la pintura de tatuaje y adornos del tocado.

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Pieza del Mes. — Junio de 1968. Asociación Amigos del Museo. — Colección Lie. Osear Herrera M. — San José, Costa Rica.

Estos dos lagartos de ¡adeita azul claro, casi celeste, procedentes de Guápiles y con tamaños de 11.5 cm. y 11.4 crn., a primera vista parecen figuras idénticas pero al examinarlas revelan que uno es de una estructura más robusta y es seguramente el macho mientras e! otro debe representar la hembra. En muchas ocasiones anteriores hemos llamado la atención sobre el motivo sureño del doble lagarto como símbolo de fertilidad. Lo encontramos como base para figuras mitológicas en los paneles volantes de nuestros altares de Ave-Pico de la Vertiente del Atlántico, siendo un frecuente motivo en la orfebrería de la región de Díquís. En los colgantes alados de ¡adeita, cuyos motivos evolucionaron en Costa Rica, vemos a menudo en cada final la representación d*

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lagartos, generalmente uno más grande que el otro, indicando así la diferencia de los sexos. Asimismo ocurre en cuentas tubulares procedentes de estos lugares. Pareciera que en Línea Vieja existió una gran preferencia para lograr un efecto simétrico en los collares de ¡ade, que debe haber sido la causa de la división del motivo de doble lagarto que como resultado produjo estos bellos ¡ades que aquí se exhiben.

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Pieza del Mes. — Julio 1968. Asociación Amigos del Museo. —- Colección Lie. Osear Herrera M. — San José, Cosía Rica.

Esta vasija de cerámica chocolate representa un sapo. Sus patas delanteías se parecen a brazos humanos pero con manos de cuatro dedos mientras que las ancas al dorso de !a vasija se asemejan mucho a las de las ranas y sapos. De la cabeza de este animal, en el lugar de la lengua, brota una cabeza humana con brazos; tal vez expresa esto la conexión del sapo con los símbolos de la fertilidad. Este concepto viene a confirmarse también en las muchas franjas incisas con motivos entrelazados (guilloches) que generalmente se aplican sobre el abdomen de las figuritas femeniles de esta cerámica. Interesante es iambién la representación de las bolsas parótidas detrás de cada ojo, que contienen el líquido venenoso conocido como "la leche del sapo". La forma del receptáculo es única y la boca con borde levantado fue modelada al sesgo. Esta clase de cerámica pertenece a la época clásica de ía alfarería guanacasleca y precedió por lo menos tres siglos la llegada de los Chorotega-Mangue a nuestro territorio. — 73 —

Pieza del Mes. — Agosto 196B. Asociación Amigos del Museo. — Colección Sr. L a n d u l p h o B o r g e s da Fonseca. — San José, Costa Rica.

la presente figura humana es de un tamaño poco común en esta clase de cerámica y hasía la fecha sóio conocemos dos o tres ejemplares de estas proporciones. Interesante es el tocado en forma de picos que recuerda las cabezas sólidas en andesita de la Vertiente del Atlántico. Las orejeras del estilo "carrete" nos dan una idea de la deformación del lóbulo que se usaba entonces para tales ornamentos. En ocasiones anteriores ya habíamos llamado la atención del diseño de cestería que adorna los brazos y las piernas, como propio de personajes importantes. Cronológicamente esta cerámica pertenece a la época clásica de Costa Rica.

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Pieza de! Mes. — Setiembre 1968. Asociación Amigos del Museo. — Colección Sr. Juan Dada y Sra. — San José, Costa Rica.

Este copón representa una forma transitoria de la cerámica policroma de Nicoya. La cabeza modelada de un ¡aguar sale del costado de esta vasija y su decoración principal se desarrolla en torno de la Serpiente Emplumada mientras la pintura en la banda superior sugiere e! motivo del felino. La base anular al estilo de encaje producido por triángulos vaciados es poco común en la cerámica guanacasteca. El receptáculo en sí no tiene la forma globular corriente del copón, sino que su boca remata en un borde plano que es poco común. Creemos que aquí se trata de la evolución de la vasija con base, al copón del Posí-Clásíco Tardío, donde a veces se indicaban los triángulos u otra decoración al estilo de encaje vaciado con pintura negra o roja.

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Pieza del Mes. — Octubre 1968. Asociación Amigos del Museo. — Colección Sr. Christopher Weston. San José, Costa Rica.

Esta vasija es la representación de un anciano que lleva un receptáculo en sus espaldas. Creemos que se trata del dios del Fuego que los Aztecas llamaban "Huehuetéofl", conociéndose también esta deidad con el nombre de "Xiúfecuhtli" que según la acentuación tenía tres significados: señor del "año", de la "yerba" o de la "turquesa". A veces este dios se disfrazaba como una serpiente de fuego que se llamaba "Xiucoátl". Los tres diseños de serpientes convencionalízadas que vemos en el receptáculo de esta vasija, tal vez sean serpientes de fuego. Casi siempre se representaba al "Dios del Fuego" como un anciano con barba, detalle que queda expresado en la forma preponderante del mentón. La vasija mide unos 23 centímetros de alto, fue encontrada en "La Guinea" por Filadelíia, Guanacaste y su estilo cerámico pertenece a la época postclásica de esta región.

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Pieza del Mes. — Noviembre de 1968. Asociación Amigos del Museo.— Colección Sra. Evelyn de Goícoechea. —

San José,

Costa Rica.

En la última exhibición del año 1968 de la Asociación de Amigos del Museo Nacional dedicada a la representación de animales en ei Arte Precoiombino, se escogió entre los presentes, como pieza de/ mes, la que arriba reproducimos y que pertenece a la muy acuciosa coleccionista dona Evelyn de Goicoechea. La Dra. Stone clasificó estos trípodes en su "Introducción a la Arqueología de Costa Rica", como una subclase de la región de Línea Vieja y se refiere o ellos como trípodes de patas bulbosas que algunas veces se relacionan con pintura negativa e incisiones. Efectivamente se trata de una cerámica que sólo aparece en el Litoral del Atlántico y la cual se adornó con preferencia, con cabezas de ave. La presente vasija nos muestra aparte de los motivos incisos y negativos, dos grandes órbitas en cuyo centro existe un pequeño pico; y en los costados se notan dos agarraderas que son las orejas; iodo en conjunto forma la cabeza de un buho o lechuza. Representaciones análo-ga^-éxisten^en el corazón de la cultura peruana de Máchica en el Valle de Ghicama y creemos^ que el motivo aquí tratado, fue inspirado en esta área. / . - ; -, - \

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Pieza del Mes. — Marzo de 1969 Asociación Amigos de! Museo.— Colección Sr. Alfonso Jiménez Alvarado. —

San José,

Costa Rica.

Esta vasija de forma ovoide mide treinta centímetros de alto y fue encontrada en los cementerios de la Península de Nicoya. No conocemos su asociación con los demás artefactos del entierro, pero su estilo pertenece al grupo cerámico conocido bajo el nombre de "Bahía Culebra". Cronológicamente esta cerámica pertenece al Policromo Medio de esta región (800-1200 d.C.) que según Lothrop fue, en parte, inspirada en la época Clásica Maya. Tiene base anular, alrededor de la boca lleva una franja de grecas escalonadas. Su decoración en rombos grandes es poco común y se cree es derivada de la malla de una red. Los motivos angulares y de espiral que se ven encima de las líneas que forman estos rombos, se asemejan a una técnica de pintura — 78 —

blanca en relieve, muy propia de esa área. Dentro de los rombos vemos círculos y rectángulos en color rojo vivo, conocido también como Rojo de Bahía de Culebra. En el centro de coda rombo existe un diseño en negro que podría representar una mano. Dibujos de manos negras de la época Tula Maya existen en las paredes de las cuevas de Balancanché de Chichén Itza, Yucatán, dedicadas ai culto de Chac, dios de la Lluvia, que corresponde al Tlaloc de las culturas nuestras de origen mesoamericano. Por primera vez aparece esta interesante decoración en una vasija del estilo Bahía Culebra que sin duda viene a aumentar el grupo de nuestras piezas únicas.

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Pieza del Mes. — Abril de 1969. Asociación Amigos del Museo.— Colección Sr. José Fabio Góngora U. — San José, Costa Rica.

Esta figura en barro cocido mide 37 cms. de alto. Representa un personaje sentado. Fue encontrada en un cementerio al sur de Playa Cocos pero ignoramos su asociación con los demás artefactos de este entierro. Interesante es la protuberancia hueca, parecida a un cacho, que sale de la pierna derecha. No sabemos para qué fin fue usado este agregado que hasta la fecha no se conocía en nuestro arte aborigen. Puede haber servido para quemar incienso — 80 —

debido a que en su punta se pueden ver unas manchas negras, además en este caso la apertura lateral pudo haber permitido la entrada del aire. Tres semi-círculos forman el tocado; estos probablemente tengan algún nexo con la serpiente. Como pectoral lleva un dibujo de una figura humana que sugiere un guerrero, sosteniendo una maza de guerra. Los triángulos en los brazos y piernas también los encontramos en las cerámicas de Díquís y Chiriquí, donde se ha asociado este motivo con el dios Cocodrilo. Cronológicamente esta figura pertenece a la época del Policromo tempranero de esta región que existió entre los años 450-800 después de Cristo.

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Piezo de! Mes. —

Mayo 1969.

Asociación Amigos del Museo.— Colección del Museo Nacional. — San José, Cosía Rica.

Esta exquisita talla de hueso parece ser un marfil marino, tal vez de Morsa. Mide 11 cms. de alto y fue encontrada en un cementerio aborigen de Nicoya. El objeto representa un ave sentada encima de un cacho o colmillo. La cabeza de esta ave fue tallada separándola dentro del objeto, produciendo así una cabeza enganchada con articulación. Esta cabeza con su gran pico fue adornada con incisiones y las partes del gancho forman a su vez el pescuezo del pájaro. Las alas semi extendidas parecen en pose de encerrar al

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abdomen abultado que sin duda expresa un estado de futura maternidad. Las piernas son cortas y las garras abiertas y bien definidas se emperchan encima de la parte más ancha del cacho o colmillo, que en su alrededor está adornado con una franja de guüloche, motivo que se relaciona con la fecundidad. E! conjunto recuerda la influencia del legendario Ave-Pico de las culturas de la Vertiente Atlántica. Figuras articuladas en oro, cerámica, jade y concha han sido reportadas y descritas y por varios autores, pero esta es la primera vez que aparece en nuestras culturas un objeto articulado de hueso.

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Pieza del Mes. — Junio de 1969. Asociación Amigos del Museo.— Colección del Lie. Oscor Herrera M. San José, Costa Rica.

Vasija procedente de Nacascolo (?}. Mide 23 centímetros de alto. Esta vasija cilindrica pertenece al grupo de la cerámica de "Bahía Culebra". La doble escena representada en ella, muestra en un lado, según las interpretaciones de Seler, al jaguar como demonio devorador de la oscuridad que también motivó los eclipses solares y en el otro lado vemos la cara del dios "Mixcoatl" en su disfraz de estrella matutina. Lothrop agregó que si — 84

esta interpretación es correcta, los círculos rojos podían ser símbolos del sol. En el presente diseño no cabe duda que la posición y ante todo la cara de! ¡aguar expresa el deseo de devorar algo. Las dos caras no son idénticas pero ambas están adornadas en su alrededor con una serpiente de dos cabezas, mostrando sus lenguas bifurcadas. Esta se puede relacionar con las serpientes solares. También en una cara vemos debajo de la nariz un diseño encorvado que pertenece al motivo de la serpiente emplumada. La franja en la parte interior lleva repetidos dibujos de lo que se ha interpretado como cruz de "Can" y otros diseños geométricos que podrían ser el motivo del doble mono. Ef rojo vivo, tan propio de la cerámica de "Bahía Culebra" parece un poco empalidecido en la presente vasija.

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Pieza del Mes. — Julio de 1969. Asociación Amigos del Museo.— Colección de doña Carmen C. de Guien. San José, Costa Rica.

La vasija efigie de un chompipe que se reproduce arriba fue encontrada en un cementerio de Playa Panamá en la Provincia de Guanacaste, mide 28 cms. de alto. Lothrop publicó en el año 1926 una vasija muy parecida (Lothrop 1926, lámina XIII), con casi la misma decoración lineal en las alas y cola. La del cuerpo está circundada con un dibujo al estilo de una red. Una serpiente pintada cuelga de cada lado de la cabeza del ave. Sus pies pintados se ex— 86 —

tienden hasta el final de la base anular; la cual está decorada con dibujos geométricos derivados del motivo "guilloche". Alrededor del cuello vemos una franja ancha que en cada uno de sus bordes tiene una fila de grecas escalonadas. Estas encierran unos dibujos de hombres narigudos los cuales en lugar del cuerpo tienen una roseta al estilo de una flor. Este dibujo tan peculiar fue interpretado por Lothrop como el nudo del taparrabo. Esta vasija pertenece al Policromo tardío y tiene tal vez unos 800 años.

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Pieza del Mes. — Agosto de 1969. — Asociación Amigos del Museo. — Colección del Museo Nacional.

San José, Costa Rica.

Hoy presentamos como Pieza del Mes esta cerámica de finca Tamarindo cerca de Sagaces en la provincia de Guanacaste, que mide de alto 19 cms. En el mes de marzo de 1968 describimos como pieza deí mes un pito de barro que se parece estilísticamente al objeto de hoy, que también es una representación del dios Vampiro o Murciélago. Este motivo lo encontramos con preferencia en los colgantes alados de ¡ade de procedencia sureña que generalmente están adornados con dos cabezas de lagarto en ambos extremos. En la presente pieza vemos en los puntos de lo que se puede considerar las alas del vampiro, dos cabecitas articuladas, algo reconstruidas. No conocemos la asociación de la pieza con los demás artefactos de la tumba de donde fue excavada pero los disenos pintados en rojo y negro encima de un engobe

crema indican un parentesco con las cerámicas de Diquís y Chiriquí que se vinculan con el lagarto. Cronológicamente esta pieza pertenece a la época del Policromo temprano que se calcula entre 450-800 años después de Cristo.

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Pieza del Mes. •— Setiembre 1909. Asociación Amigos del Museo. —• Colección del Lie. Osear Herrera Mata. San José, Costa Rica.

Esta figura femenil fue encontrada en un entierro de Bahía Culebra, Guanacaste, pero no conocemos ninguno de los artefactos que fueron excavados con ella. Mide 17 cms. de alto. Con frecuencia aparece en la cerámica de Guanacaste el motivo de la mujer sentada pero muy rara vez hemos visto una figura que tenga los colores tan admirablemente preservados como la presente. Las cabezas de este estilo de figuras siempre tienen dos interesantes detalles. El primero es la deformación del cráneo que se expresa por una depresión en el centro de la frente que según Oviedo fue practicada por los — 90 —

Nicaraos. El otro no muy pronunciado aquí es el estrabismo que tal vez tenga nexos en lo costumbre Maya de fijar en el recién nacido una bolita de huíe en su frente que actuaba como un péndulo y que poco a poco producía una mirada bizca que entonces era señal de belleza. La cara, las manos, las regiones abdominales y las caderas están pintadas en un rojo muy vivo, mientras el resto del cuerpo lleva un engobe blancuzco encima del cual están marcados en negro los tatuajes en forma de un corpino con mangas, sostenido por un adorno del cuello. Cronológicamente esta figura pertenece al Policromo Tardío y probablemente tenga 700-800 años.

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Pieza del Mes. — Octubre 1969. Asociación Amigos del Museo.— Colección del Museo Nacional. — San José, Costa Rica.

Esta vasija fue encontrada en Nacascolo provincia de Guanacaste, mide 22 cms. de alto. Se sabe que fue encontrada con otros artefactos de los cuales no tenemos referencia. En su boca tiene un borde sobresaliente y su base anular está adornada con motivos al estilo de encaje. La vasija lleva una figura humana modelada con máscara de lagarto. En su parte abdominal está vaciada y adentro tiene bolitas para usaría como sonajero. Las decoraciones incisas carecen de ciertas finuras. El personaje en sí nos hace recordar a la esfatueta en piedra andesita, propias de la Vertiente del Atlántico. Estas tienen — 92 —

mucha similaridad con el locado parecido a una tiara, con el collar, con la faja para e! faldellín y ante todo con la máscara de lagarto. Este estilo pertenece a la época Post Clásica Tardía que colocaría la fabricación de esta vasija por allí de 1.300-1.400 d.d.C.

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Pieza del Mes. — Marzo de 1970. Asociación Amigos del Museo.—- Colección del Museo Nacional. —- Son José, Costa Rica.

Esta pieza se compone de una cabeza humana que encima lleva un plato con el borde en puntas, al estilo de un tocado. Es muy raro que una cabeza humana de la Cerámica Monocroma apareciera en la región de Bagaces, lugar indicado de su excavación. Con más frecuencia encontramos este tipo de cabezas en la Vertiente del Atlántico y en especial en la región de Turrialba. Las de este último sitio se han considerado como similares a las famosas cabezas de Arte Máchica del Perú. No conocemos los objetos que acompañaban a este ejemplar en la tumba, por haber sido comprada por el Museo Nacional, pero sí creemos que su estilo muestra nexos con pueblos sureños que casi siempre se relacionan con e! culto de las cabezas-trofeo. Basados en estas suposiciones es posible que esta cabeza pertenezca a la Época — 94 —

Post-Clásica y que tenga rnás o menos 1000 años de antigüedad. La fisonomía de la cabeza pareciera ser la de un muerto. En su parte posterior tiene tres aberturas para producir el efecto de las sonajas. El plato seguramente sirvió para colocar ofrendas en él.

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Pieza del Mes. — Abril 1970. Asociación Amigos del Museo. — Propiedad del Museo Nacional. — San José, Costa Rica.

Esta vasija trípode rectangular, representa un personaje en una pose reclinada. Su cuerpo forma a la vez e! receptáculo y sus piernas completan las tres patas que la sostienen. La posición de los brazos parece indicar un esfuerzo para cargar el receptáculo. A los lados y siguiendo a las manos vemos una franja incisa de guíl/ocfie. Este diseño lo hemos visto muchas veces encima de la región abdominal de las cerámicas femeniles en estado de preñez. Una decoración de anillos irregulares está incisa en ambos muslos entre los cuales notamos el falo en erección, que a la vez nos muestra un infalible caso de circuncisión. Sabemos que los Nicarao practicaron tal intervención quirúrgica, pues según Oviedo, Fray Francisco de Bodadüla al entrevistarse con un Indio en Nicaragua le hizo la pregunta: "Parque corteys el capullo del miembro", que confirma el conocimiento que los indios tenían de esta operación sanitaria. El Museo adquirió esta vasija tan extraordinaria por compra, pero no pudo conseguir más datos acerca del material que acompañó a ésta en la tumba. Creemos que pertenece a la época del primer policromo, pero dado el caso de la decoración incisa algo tosca, preferimos asignarle la edad de más o menos 1000 años. — 96 —

Pieza del Mes. — Mayo 1970. Asociación Amigos del Museo. — Propiedad de !a Sra. Maria Eugenia de Roy. San José, Costa Rica.

Esta vasija trípode de 65 cms. de alto fue encontrada en Guardia de lo región de Liberia, Guanacaste, y representa un personaje en pose de baile. Una máscara de cocodrilo cubre su cara y encima del tocado, de pelo lacio, notamos la boca de la vasija que forma una especie de corona. Alrededor de su cuello vemos un collar con tres colgantes de jade, y en cada mano sostiene una maraca para el compás del baile. Los dos pies son las patas delanteras del trípode, que llevan adornos en pasfillaje. En su .cuerpo pintado de rojo — 97 —

vemos diseños geométricos en negro fileteado con blanco, expresivos de motivos convencionalizados del cocodrilo que W. Lehmann adscribió a los Corobicíes. Según C. Baudez esta clase de cerámica pertenece a la fase Ciruelas del período "Linear" entre 300-500 D.D.C. que él denominó "Policromo Nosara". Últimamente han aparecido en la misma región más trípodes de este estilo pero éstos junto con sus motivos lineares mostraban diseños de lo que Lothrop clasificó "Cerámica de Lagarto", que tiene ciertos paralelos en el arte de Diquís y Chiriquí, conocido allí como "alligator ware". Baudez llamó esta última loza Bagaceña "Policromo Carrillo" perteneciente a la fase San Bosco del período 500-800 D.D.C. Dada la casualidad de haber encontrado la fusión de estos dos estilos en esta clase de trípodes, creemos que a la presente vasija se le puede asignar unos 1500 años de edad.

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Pieza del Mes. — Junio de 1 970. Asociación Amigos del Museo.— Colección Dr. Edgar de la Cruz. — San José, Costa Rica.

Hace exactamente un año que la "Pieza del Mes" (Junio de 1969) era también una vasija con el mismo motivo que presentamos ahora. Creemos que conviene hacer una comparación entre ambas vasijas, analizando las variaciones que podemos notar en las representaciones mitológicas. Ahora encontramos que en lugar de las caras con tocado de serpiente se dibujó a un personaje con un gran tocado de plumas. Este último sostiene con una mano un arma tridente lista para luchar contra el demonio devorador de la oscuridad. Es el ¡aguar que ahora ha tomado una forma humanizada con cara de mono,

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parecida a la de su contrincante. La franja en la parte superior, igual a la de la vasija descrita en ¡unió de 1969, lleva el dibujo de una cruz, interpretado como cruz de "Kan". En la base de la presente vasija vemos el dibujo de una cara humana que posiblemente representa el concepto del hombre narigudo que forma parte del conjunto en este motivo de "Bahía Culebra", que con los círculos y parches de líneas pintados de rojo vivo, es muy propio de Guanacaste.

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Pieza del Mes. — Julio 1970. Asociación Amigos del Museo.— Colección Sra. Virginia M. de Vargas.

Esta vasija guanacasteca pertenece a la época del policromo tardío de N¡coya. En la franja superior notamos una decoración con el motivo convencionalizado de la serpiente emplumada. El rostro tiene pintura facial en líneas con dos orejeras al estilo de carrete y un tocado que puede ser de plumas. En el pecho de la figura vemos un medallón con un ¡aguar pintado en el centro. Este último motivo se repite también en las franjas de los brazos y piernas. Triángulos, círculos y líneas en variados colores completan la decoración de esta vasija que aproximadamente tiene 900 años de edad. — 101

Pieza del Mes. — Agosto de 1970. Asociación Amigos del Museo.— Colección Sra. María Eugenia de Roy. — San José, Costa Rica.

Esta figura en cerámica "pardo y rojo" fue encontrada en un cementerio en la provincia de Guanacaste y mide 32 cms. de alto. No se sabe qué otros objetos la acompañaron en la tumba y es posible que sea una pieza de intercambio, ya que tanto la clase, como el estilo de la cerámica no son muy propios de esta región. La figura representa un hombre en cuclillas, sosteniendo con ambas manos una palangana que descansa encima de su pierna izquierda. En su rostro y cuerpo vemos pintura lineal en negro y su sexo masculino es evidente. A un lado del tocado con decoración punzada notamos una protuberancia parecida a un cuerno. Este a veces se ha interpretado como un distintivo de los hechiceros. La joroba de su espalda no es un motivo común en las cerámicas guanacastecas y su forma más bien recuerda o representaciones — 102 -,

de jorobados, entre ellas, en una figura de serpentina de cultura olmecoide de Cerro de las Mesas y en algunas figuras cerámicas de Colima y Kaminatjuyu. Los jorobados eran los bufones en la corte de Montezuma donde se íes atribuyó fuerzas mágicas, considerándolos también como portadores de buena suerte.

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Pieza del Mes, -— Setiembre 1970. Asociación Amigos de! Museo.—• Colección Dr. Edgar de la Cruz. —

San Josa, Cosía

Rica.

Esta cerámica de efigie de un jaguar con dos cabezas, lleva en su lomo un receptáculo con tapa para el incienso. Mide 30 centímetros de altura y 33 cm. de largo y fue encontrado en un cementerio de Filadelfia, Guanacaste, pero no sabemos nada de los demás artefactos que la acompañaron en la tumba. Ya en 1926 el Dr. S. K. Lothrop había clasificado esta cerámica en dos grupos, que ios llamó "Modeled Alügator Ware" "A" & "B". El grupo "A" se refiere a los muy frecuentes incensarios que se componen de una vasija-base y una tapa, encima de la cual notamos generalmente un animal con grandes volutas (el dragón-lagarto), aunque también aparecen adornados con otros animales a veces deificados o con personajes míticos. El tipo "B" se refiere al incensario en forma de un animal realísticamente modelado, como el lagarto o el jaguar con una abertura o un plato o bol en su lomo para quemar el incienso. Creemos que a esta clasificación cabe agregar un tercer grupo "C" — 104 —

que lo reconocemos en la susodicha cerámica donde el plato o bol íiene una tapa, al estilo del grupo "A". Los tres tipos aquí descritos aparecen en las regiones de Omeíeps en Nicaragua, las creas guanacástecas y la llanura de los Guatusos en Cosía Rica. Aparte de la rareza del doble ¡aguar, la presente figura tiene adema: una decoración en encaje de motivos geométricos que hacen resaltar !a belleza de este artefacto as la época del policromo tardío de Nicoya.

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Pieza del Mes. — Octubre de 1 970. Asociación Amigos del Museo.— Colección del Sr. Carlos Alvarado Q. — San José, Costa Rica.

Este bol trípode es de un tamaño poco común; mide 16 cms. de alto por 31 cms. de diámetro y fue encontrado en San Joaquín de Flores en la Meseta Central. Creemos que se trata de una pieza de intercambio, pues sus motivos básicamente pertenecen a la cerámica de Nicoya. La franja interior del bol nos muestra convencionaüzaciones del motivo de la serpiente emplumada, algunos con el hombre de la cara nariguda. El mismo concepto lo vemos también en el interior del plato, puesto en cada punía de un diseño en forma de una "U" angular, que a la vez encierra características del motivo del cangrejo. Todo el interior de este bol tiene pinceladas de variadas formas para no dejar un campo vacío, muy parecido al "horror vacui" de los Mayas. La pintura del exterior se compone otra vez del motivo convencionaüzado de la serpiente emplumada y las tres patas de caras humanas nos recuerdan a las de los trípodes de la cerámica Luna de Guanacaste y la de chocolate de Línea Vieja que tienen idénticas formas. Este bol pertenece a la época del policromo tardío y tiene entre 800 y 900 años de antigüedad.

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Pieza del Mes. — Noviembre de 1970. Asociación Amigos del Museo.— Colección Museo Nacional. — San José, Ccsfa Rica.

Este objeto de barro cocido fue encontrado en "Las Vegas del R'o Sardinal", cerca de la colonia "Cubujuquí" en la Provincia de Heredia (?) y mide 25 cms. de alto. Aunque su intrincado diseño lo hace parecer como un artefacto de mucha importancia, realmente no servía más que como soporte, para colocar una olla encima, al estilo de un descanso. Su asociación en la tumba fue : unos colgantes de Dios-Nacha, elaborados de un material de mala calidad y unas vasijas trípodes de patas altas que se cree sirvieron para calentar brebajes como el chocolate. Esta clase de cerámica la encontró el Dr. Stirling en sus excavaciones cerca de Williamsburg en Línea Vieja. El Radío Carbono 14 que él obtuvo para este sitio, dio el resultado de 279 D. de C. No creemos que el presente artefacto tenga la misma edad, pues la mala calidad de los colgantes hace sospechar que fueron elaborados en una época cuando las fuentes del buen ¡ade se habían agotado. Esto ocurrió por ahí de los años 800

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a 1000 en nuestro territorio. También se puede relacionar este período con la aparición del motivo del "Ave-P¡co" que se ve prolíficamente aplicado en el círculo superior del soporte, el cual está sostenido por dos sapos que, al igual que el "Ave-Rico", se asocian con la fertilidad y la procreación. Estos últimos con decoración dorsal punzada descansan en una base anular de varios círculos, cuya perfección nos sorprende, ya que los indios no conocían la rueda.

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Pieza del Mes. Marzo de 1971. Asociación Amigos del Museo. Colección Lie. Osear Herrera M.

San José, Costa Rica.

Esta vasija procedente de uno de los tantos cementerios en las cercanías de Fiíadelíia, Guanacaste, fue adquirida sin anotar los demás artefactos que la acompañaron en la tumba. Su alio es de 19!/2 centímetros y representa dos efigies humanas unidas o sea una pareja sentada con las piernas entrelazadas, dándose un abrazo. La decoración linear y ondulada en negro y rojo sobre un engobe de color crema, nos permite adscribir esta vasija al período Policromo Temprano, con una posible edad de 1500 años. Muy raramente se encuentra esta representación en la cerámica de Guanacaste y sospechamos que ei motivo fue introducido desde !a Vertiente Atlántica, donde aparece con bastante frecuencia en pequeñas sonajeras. Basados en radiocarbonos 14 obtenidos para esta región, a las sonajeras les podemos asignar una fecha de más o menos 300 d. d. Cristo. También en el códice Dresdense, uno de los tres de origen maya que llegaron a nuestros tiempos, aparecen parejas sentadas en pose amorosa, que según Eduard Seler, había que interpretar como "ritual".

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Pieza del Mes. Abril de 1971. Asociación Amigos del Museo. Colección Sra. María Eugenia Jiménez de Roy, San José, Costa Rica.

Vasijas de mármol o alabastro cuyos rasgos principales consisten en volutas talladas en alto relieve, pertenecen a la época Post-clásica del llano de Sula en el noroeste de Honduras. Se supone que fueron la obra de una sola familia o escuela que las hizo para uso ceremonial. Hasta la fecha no se conocen más que treinta ejemplares de esta clase. Pedazos de dos, aparecieron en Guatemala y Honduras Británica. Dos vasos enteros fueron encontrados en Nicaragua y seis en Costa Rica, además de un par de asas que pertenecieron a otro caso. Todos estos son de Guanacaste. Las vasijas de mármol por lo general tienen dos agarraderas sobresalientes que representan ía cabeza de un ave, animal o reptil o, como en el caso del presente ejemplar, un animal entero. Siempre aparece la asa partiendo del cuerpo de la vasija con volutas alrededor. A veces una franja con talla de escamas de serpiente sobrepuestas rodea la orilla o la base. — 111 —

Las formas de las vasijas varían desde cilindricas a globulares. menudo tienen tres patas pequeñas o una base anular.

A

Se ha indicado que el presente ejemplar fue encontrado en el valle del río Tempisque, sitio de donde viene otra vasija de mármol de forma globular sín asas que pertenece a la colección del Museo Nacional de Costa Rica. El vaso visto aquí mide 15.5 cm. de alto y el adorno de la base anular fue hecho con aserramiento a cordel. La decoración de la mayor parte de la vasija no difiere de otras de la misma clase. Las dos asas representan felinos agachados, uno con la cabeza hacia la boca y el otro señala la parte inferior. La mitad de la misma imagen está repetida en ambos lados del cuerpo de la vasija. Nótese el ojo, las patas y la voluta que forma la nariz, mientras que otra hace la oreja o la parte trasera de la cabeza. El espacio entre estos motivos está lleno de volutas. La franja superior de las escamas sobrepuestas tiene una línea doble incisa que en la base se repite pero como línea sencilla; la parte inferior del anillo tiene escamas verticales. Lo distinto de esta vasija es el rasgo en su cuerpo y en las asas de un estuco pintado en rosado y verde que en un tiempo debe haber cubierto ioda la superficie. Es el único vaso de mármol que conocemos con este vestigio aunque pudiera ser que el estuco hubiera desaparecido de los otros ejemplares. No es la primera vez que aparecen objetos estucados con estos colores en Costa Rica. Tanto cerámica asociada con la época Clásica como discos de pizarra han sido encontrados aquí con esta clase de estuco. Estos últimos tienen nexos con Veracruz, México y con culturas nahuatizadas. La presente vasija ofrece otra prueba del amplío intercambio comercial que todavía existía en la época Postclásica en Centroamérica. Dorís Sfone

REFERENCIAS 1—STONE, DORIS 1966

Algunas Culturas y Migraciones Pre-Coíombinas vistas a través de ciertos objetos arqueológicos de la provincia de Guanacaste, Costa Rica. Boletín N? 23 de la Asociación Amigos del Museo Nacional. Agosto 9, 1966. Museo Nacional, San José.

2—STONE, DORIS AND CARLOS BALSER 1965

Incised Slate Discs from the Atlantic Watershed of Costa Rica, American Antiquity, Vol. 30, N? 3, pp. 310-329. Salt Lake City. — 112 —

Pieza del Mes.

Mayo de 1971. Asociación

Amigos del Museo. Colección Sra. Maritza Castro de Laurencich. San José, Costa Rica.

En el arte precolombino de Costa Rica, resaltan las figuras talladas en piedra que se hallan en los cementerios de la Vertiente del Atlántico. En su mayoría fueron elaboradas de andesita y su ejecución muestra una figura escultórica tan vigorosa, que vivamente nos dejó documentados los ritos ceremoniales y las escenas conmemorativas de los indios que habitaban aquel litoral. La presente escultura viene de la finca "La Zoila" o sea parte

Pieza del Mes.

Junio de 1971.

Asociación de Amigos del Museo.

Colección del Museo Nacional. San José, Costa Rica.

Entre las últimas compras que hizo el Museo Nacional para enriquecer sus colecciones arqueológicas, adquirió este extraordinario artefacto cerámico. Procede de la Región de Santa Cruz de Guanacaste y fue encontrado cerca de otra pieza de barro del estilo "Bicromo Demarcado en Zonas", que también compró eí Museo. A primera vista, este objeto parece ser un sonajero formado por d cuerpo de un animal bi-céfa!o que a juzgar por las cuatro patas podría ser un ¡aguar. En cada cabeza vemos una vasija globular y una más grande en el centro de su dorso. El aspecto sugiere la ¡dea de pequeños tambores que se cubrían con un parche sonoro, pero la idea de un instrumento música! no es aceptable ya que el cuerpo del animal tiene una gran abertura debajo de la panza, que lo hace inservible como sonajero. Así creemos que un objeto con este modelado único, debe haber sido para uso ceremonial. Cronológicamente esta cerámica pertenece a la época "Linear" entre 300-500 después de Cristo, donde con frecuencia aparece también su decoración incisa en fiachure. En las patas, lo mismo que alrededor de las aberturas — 115 —

laterales, notamos unas franjas negras encima de la pintura roja, que hace recordar a la cerámica "Bicroma en Zonas Demarcadas" que mencionamos anteriormente y la cual apareció en Costa Rica algunos siglos antes de la presente pieza. Carlos

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Balser S.

Pieza del Mes. Ju'io 1971. Asociación Amigos del Museo. Colección Sr. Christopher Weston, San José, Cos^a Rica.

Los AMIGOS del Museo con satisfacción exhiben como Pieza del Mes una de las más interesantes cerámicas de Meco-América o sea una vasija PLUMÉATE llamada PLOMIZA en español. Generalmente se señalaba la región de Chiapas en México como lugar de origen de esta cerámica la cual se divide en dos distintas clases que son: "San Juan" que es, la más antigua y se caracteriza por el contenido de restos de ceniza volcánica en su pasía y !u más reciente, conocida ba;o el nombre de "Tohil", a la cual pertenece la presente vasija. Esta se fabricaba a veces con engobes sencillos o dobles de un alto contenido de hierro. Para producir en e:ías cerámicas un acabado de superficies duras, lustrosas o mejor dicho, vitrificada con tornasol de color gris, anaranjado o rojo, precisaba do un cocimiento a una temperatura de más o menos 1750 grados F. Resalían entre el grupo "Tohil" las vasijas periformes con base de pedestal y las vasijas modeladas para representar efigies humanas — 117 —

o de animal. Entre las figuras antropomorfas aparecen con frecuencia dioses mexicanos tales como Tlaloc, Xipe, Totee, Ehecatl o Xiuhfecutli, el dios Viejo del Fuego siempre con su barba, que también podemos reconocer en esta "Pieza del Mes". La Dra. Anna O. Shepard ha escrito el estudio más completo sobre las cerámicas plomizas. Ella asocia también las del grupo "Tohil" con ciertas cerámicas de la clase de FINE ORANGE (Anaranjado fino) y estableció un parentesco con nuestro NICOYA POLYCHROME. Como prueba citamos el hecho que en e! sitio arqueológico de Zacuíeu en Guatemala TOHIL PLUMÉATE estaba asociado con vasijas de NICOYA POLYCHROME. La cerámica plomiza tuve su principio durante el fina! del Clásico Tardío pero su auge fue durante el Post-Clásico-Tempranero. Durante esta época su mayor extensión se verificó en las regiones altas de Guatemala con penetraciones hacia El Salvador llegando hasta la península de Nacascolo en Guanacaste de donde provienen los ejemplares de Costa Rica conocidos hasta la fecha. Car/os

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Ba'tser

S.

Pieza del Mes.

Agosto 1971. Asociación Amigos del Museo.

Colección- Sra. María E. de Roy, San José, Costa Rica.

Esta vasija efigie procedente de Guanacaste, que mide 20.5 cm. de alto, es policroma de fondo anaranjado con detalles en sepia y negro. El estilo de la parte delantera hace recordar a la cerámica Máchica del Perú. Sin embargo, tiene un sentido propio como pasa cuando diversas influencias se unen, en particular en la periferia de las grandes culturas. Los símbolos en las dos franjas horizontales del frente tienen nexos con el desdoblamiento del cocodrilo en el sur y la serpiente en el norte. Asimismo, el cuadriculado de los lados es un aporte del simbolismo asociado con la Serpiente Emplumada de los pueblos mexicanos. La manera de hacer la boca en forma rectangular, la línea marcando la mitad de la nariz, los ojos negros sobre un

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engobe anaranjado en un marco sepia y las ore;crcs en este Oltirro color, son ejemplos de un pueblo que ha estado en coníac'o con manifestaciones del arte foráneo, pero que no obstante, permanece con sus propias características, tal como se ve en muchas de las piezas arqueológicas de Costa Rica. La parte trasera da más evidencia de la influencia del norte. Hay tres medallones arriba con símbolos de las escamas y lo escutiforme del reptil, diseño que es una combinación del arte de los pueblos mexicanos y sureños. En el centro inferior, está una versión de la cruz de Kan o signo del dios de la lluvia, Kukulkan, de los mayas. La vasija entera de los continentes norte artística que pertenece que en este caso indica

es un buen ejemplo de la fusión de cultos procedentes y sur, pero que muestra a la vez rasgos de una escuela al área intermedia de las altas culturas americanas y el genio precolombino de los aborígenes costarricenses.

Cronológicamente esta vasija ha sido colocada entre 700-1000 años después de Cristo. Dons Sfone

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Pieza del Mes. Amigos

del

Setiembre de 1971. Asociación

Museo.

Colección

Particular.

San

José, Costa Rica.

E! desaparecido Dr. Samuel Kirkland Lothrop para su última gran obra, titulada "TREASURES OF ANCIENT AMERICA" (Skíra 1964), escogió como una de las manifestaciones representativas del arte aborigen de Costa Rica, a esta efigie de mujer en estado interesante, que pertenece a la cerámica roja de Ni coya. Creemos que el artista trató de crear una parturienta en espera inmediata del alumbramiento. En su cara notamos cierta expresión de dolor, mien— 121 —

tras, que con sus manos pareciera querer abrazar et fruto de su vientre. Los senos están erguidos y el ombligo muestra un abultamiento. Alrededor de este último, vemos unos círculos con una cruz incisa en el motivo de guilioche que ya en descripciones anteriores lo hemos identificado como signo de fertilidad. Las efigies de esta cerámica roja con incisiones, en su mayoría representan mujeres modeladas con un alto concepto artístico. Probablemente estas creaciones tuvieron su augs alrededor del año 500 después de Cristo y su mayor distribución fue por las regiones adyacentes al litoral costanero del Pacífico de la parte central de Guanacaste. Car/os Baker S.

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Pieza del Mes. Octubre de 5 9 7 1 . Asociación Amigos del Museo. Perteneció al extinto señor Armando Rodríguez RU¡Z; actualmente en custodia del señor Julio Rodríguez Pan ¡agua. San José, Costa Rica.

Hace aproximadamente treinta y cinco años, no conocíamos más que unos cuatro ejemplares de metates intrincadamente labrados, de los que hoy en día llamamos "Altares de Ave-pico". Uno de éstos fue encontrado cerca de San Isidro de Heredia, siendo más tarde adquirido por el Sr. Nelson Rockefeller para el Museum oí Primiíive Art de Nueva York. Este en su ejecución es casi idéntico al que hoy presentamos como "Pieza del Mes". Sin duda los dos son del mismo artista, consistiendo la mayor diferencia en la forma de los piaros; el de Nueva York lo tiene de forma rectangular, mientras que el presente es redondo. En las dimensiones también hay algún parecido, pues el altar de San Isidro mide 73'/2 centímetros de largo y el que se exhibe 78. En el plato del primero aparecen 73 cortes dentados expresivos de cabezas-trofeo, mientras que en el redondo hay 59 cortes de igual significado. Interesante también es el parecido de los paneles volantes cuya única diferencia es un pico angular en uno y un pico que termina en arrollado de serpiente en el

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otro, ambos saliendo como protuberancia de la cabeza de la figura central que es el ave con alas extendidas en pose de aterrizaje o de alzar vuelo. Las fres patas con aves de pico largo, que sostienen la superficie del plato son similares, en los dos. La misma calidad de piedra, "andesita", con un acabado fino y no poroso, fue usado en su manufactura; la estilización de las figuras de ambos objetos es sorprendente y atestigua el gran concepto artístico de la escultura aborigen entre los años 800-1000 después de Cristo. En los últimos 20 años han aparecido quizá unos cincuenta ejemplares más de esta clase, con variados diseños en el pane! volante. La Asociación Amigos del Museo en 19óó exhibió una buena cantidad de estos nuevos altares de Ave-Rico y publicó una descripción detallada sobre su origen y significado, que básicamente tienen sus nexos con el mito arauaco de la procreación y fertilidad. Aunque en la elaboración del amasijo hecho de yuca, ñame, ñampi, pejibaye, etc., que era la comida principal de los indios de la Vertiente del Atlántico, se empleaban metates con una superficie de altos bordes, pues para

Altar del Museum of Primi'ive Art de Nueva York

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estas preparaciones se necesitaba bastante agua (el maíz aún no se conocía en esa época, entre las gentes de estas regiones), queremos llamar la atención, al hecho de que las superficies de los platos de todos estos altares casi nunca muestran desgaste por el uso. Creemos por consiguiente que estos metates con su artístico decorado central, sirvieron únicamente para los ritos y ceremonias sagradas, evocativas de la fertilidad y de ahí su clasificación de altares queda ampliamente justificada. Coríos Ba/ser S.

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Pieza del Mes. Noviembre de 1971. Asociación de Amigos del Museo. Colección: Sra. María Eugenia de Roy. San José, Costa Rica.

Esta vasija trípode viene de la región de Bagaces, probablemente del sitio llamado "Tamarindo". Desafortunadamente no existen datos acerca de los demás artefactos de este entierro. Baudez estableció una cronología para la arqueología del drenaje del Río Tempisque cuyos tributarios pasan por "Tamarindo". Esta cerámica fue clasificada como perteneciente a la fase "San Bosco" de la época "Policromo Temprano", entre 500-800 D. de C. Generalmente la encontramos junto con las conocidas como "Nicoya de Líneas Negras" y estilo "El Viejo", siendo esta última, una subdivisión de la primera. Ya en — 126 —

1910 Lehmann había atribuido la cerámica del estilo "El Viejo" a los corobicíes; de ahí el nombre para esta loza, que según Stone, atraviesa parte del territorio de los antiguos Corobicíes. Esta vasija representa la efigie de una mujer preñada, en la que dos de los cuatro lagartos estilizados que aparecen en ei cuerpo, indican los bustos. Este diseño tiene sus paralelos en el arte de Chiriquí y íue Lothrop el primero en clasificarlo como motivo de iagarto (Alligator motive). La tapa de !a vasija, que al mismo tiempo es la cabeza del personaje, es desmontable, rasgo muy frecuente en la cerámica ROJO y Negro sobre engobe crema de Chiriquí y Diquís. Interesante es la forma rectangular de los ojos huecos, la boca con sus dientes, los dibujos de las mejillas al estilo de la cerámica "E! Viejo" y los lagartos estilizados en la parte posterior de la cabeza. El pelo muestra un arreglo variado y encima de este tocado, notamos un copete con ornamentación angular que tal vez sirvió como agarradera para alzar la cabeza.

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Impreso en los Talleres Tipográficos de ANTONIO LEHMANM Librería, Imprenta y Litografía Ltda. - San José, Costa Rica, A. C.