Sanar con sonidos
 9789688609521

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Sanar con sonidos La práctica tibetana de las Sílabas Guerreras 

Tenzin Wangyal Rínpoche

El libro muere cuando lo fotocopian Amigo lector: La obra que tiene en sus manos es muy valiosa. Su autor vertió en ella conocimientos, experiencia y años de trabajo. El editor ha procurado una presentación digna de su contenido y pone su empeño y recursos para difundirla ampliamente, por medio de su red de comercialización. Cuando usted fotocopia este libro o adquiere una copia “pirata” o fotocopia ilegal del mismo, el autor y editor no perciben lo que les permite recuperar la inversión que han realizado. La reproducción no autorizada de obras protegidas por el derecho de autor desalienta la creatividad y limita la difusión de la cultura, además de ser un delito. Si usted necesita un ejemplar del libro y no le es posible conseguirlo, escríbanos o llámenos. Lo atenderemos con gusto. Editorial Pax México Título de la obra en inglés: Tibetan Sound Healing Publicada por Sounds True Inc., Boulder, Colorado, EUA Coordinación editorial: Matilde Schoenfeld Traducción: Sergio Negrete Revisión técnica: Lourdes Hinojosa Diseño y diagramación de interiores: Laura Novelo Q. © 2006 Tenzin Wangyal Rínpoche © 2008 Editorial Pax México, Librería Carlos Cesarman, S.A. Av. Cuauhtémoc 1430 Col. Santa Cruz Atoyac México, D.F. 03310 Tel. (5255) 5605 7677 Fax (5255) 5605 7600 [email protected] www.editorialpax.com Primera edición ISBN 978-968-860-952-1 Reservados todos los derechos Impreso en México / Printed in Mexico

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Índice Prefacio

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Introducción

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CAPÍTULO UNO

La primera sílaba: A

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CAPÍTULO DOS

La segunda sílaba: OM

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CAPÍTULO TRES

La tercera sílaba: HUNG

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CAPÍTULO CUATRO

La cuarta sílaba: RAM

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CAPÍTULO CINCO

La quinta sílaba: DZA

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CAPÍTULO SEIS

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Establecimiento de la práctica diaria

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Apéndice Despejando obstáculos con los ejercicios del tsa lung

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Agradecimientos

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Acerca del autor

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TENZIN WANGYAL RÍNPOCHE

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Prefacio Nací en la India en el seno de una familia tibetana profundamente tradicional. Mi madre y mi padre habían huido juntos del Tíbet con apenas la ropa que llevaban puesta. A una edad muy temprana ingresé al monasterio, en donde recibí instrucción intensiva en la tradición Bön budista. El Bön es la tradición espiritual más antigua del Tíbet. Ella incluye enseñanzas y prácticas que es posible aplicar a todos los aspectos de nuestra vida, incluida la relación que guardamos con las cualidades elementales de la naturaleza; nuestro comportamiento ético y moral; el desarrollo del amor, la compasión, la alegría y la ecuanimidad, así como las más elevadas enseñanzas Bön en torno al Dzogchen o “gran consumación”. De acuerdo con la relación Bön tradicional acerca de sus orígenes, varios milenios antes del nacimiento del buda Sakyamuni en la India, el buda Tonpa Shenrab Miwoche vino a este mundo para exponer sus enseñanzas. Los seguidores del Bön reciben enseñanzas y transmisión oral de maestros de un linaje que ha llegado hasta nuestros días sin interrupción desde tiempos muy remotos. Mi formación monástica incluyó un curso de once años de estudios tradicionales en la Escuela Bön de Dialéctica, los cuales culminaron con mi obtención del grado de geshe, que en Occidente podría considerarse el equivalente a un doctorado en filosofía de la religión. Mientras estuve en el monasterio,

viví muy cerca de mis maestros. El más importante de éstos, Lopon Sangye Tenzin, me reconoció como un tulku, o reencarnación, del famoso maestro de meditación Khyungtul Rínpoche. La tradición Bön budista es una tradición rica en métodos para guiar a todos los seres por la senda de la liberación. Yo tengo la formación necesaria para hacer accesibles dichas enseñanzas en Occidente gracias a la infatigable dedicación de mis maestros a la preservación de éstas y a su profunda sabiduría y bondad. He aprendido mucho a través de mi instrucción a alumnos de Occidente. ¡Los tibetanos no estamos acostumbrados a tantas preguntas! Muchos discípulos occidentales me han ayudado con sus preguntas acerca del dharma, es decir, de las enseñanzas sobre el camino para liberarnos del sufrimiento. Estas preguntas resultaron muy valiosas dado el reto que supone traer el dharma Bön budista a Occidente. Yo ya había vivido una forma de enseñanza en el monasterio. La enseñanza que he probado en Occidente ha sido muy distinta. Gracias a mi trabajo, a mi práctica y a mi interacción con los estudiantes y con la cultura occidental, puedo ahora ofrecer esta práctica de las Cinco Sílabas Guerreras. Mi estilo de enseñanza es el fruto de muchos años de familiaridad y reflexión. El dharma no ha sido, ni de lejos, lo exitoso que podría llegar a ser en Occidente, y esto me entristece. A menudo veo personas hacer locura y media con las ideas y la filosofía budistas. Para algunos, el budismo resulta tan estimulante intelectualmente que llegan a discutir sobre él durante años. Al final, ¿cuál es el resultado? ¿Qué ha cambiado realmente en la conducta de los discípulos? Éstos vuelven una y otra vez a las mismas discusiones sobre el dharma, primero con un maestro, luego con otro, con diferentes estudiantes y en situaciones de retiro distintas. Después, muchos de ellos regresan justo al mismo punto del que partieron diez, quince, veinte años atrás. El dharma no los ha tocado en lo profundo ni ha echado raíz en ellos apropiadamente. vi

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A menudo se hace evidente la brecha que separa las realidades que debemos enfrentar cada día y la vida espiritual a la que aspiramos. Muchas veces sucede que estas dos esferas no se comunican en absoluto entre sí. Por ejemplo, en nuestra práctica espiritual rezamos para que haya más compasión, y repetimos: “Que todos los seres sintientes vivan libres del sufrimiento y de la causa del sufrimiento”. Pero, ¿qué tan verdadera es la compasión en tu vida? ¿Qué tan profundamente ha echado sus raíces esta aspiración en tu vida? Si analizas con cuidado la manera en que vives actualmente, tal vez te desilusione darte cuenta de que en realidad no sientes compasión cuando piensas en tu molesto vecino o en la manera en que recientemente reaccionaste frente a tus padres ya viejos. Y aunque entones una y otra vez: “Que todos los seres sintientes vivan libres del sufrimiento y de la causa del sufrimiento”, una persona que te conozca muy bien podría preguntarte: “Cuando dices ‘todos los seres sintientes’, ¿realmente estás incluyendo a estas cinco personas, y en especial a esta última?” Esta práctica de las Cinco Sílabas Guerreras puede cambiar tu vida. Pero es necesario que lleves tu práctica espiritual hasta las mismas condiciones y luchas de tu vida diaria, las mismas que debes enfrentar a diario. Si no puedes hacer cambios en el simple bregar diario de tu vida, entonces no hay manera de hacer cambios en lugares importantes donde aspiras beneficiar a todos los demás seres. Si no eres capaz de amar a alguien con quien compartes tu vida, ni de ser bondadoso con tus parientes, amigos y colegas, entonces no puedes amar a extraños, y mucho menos a aquellas personas que te han hecho sentir mal. ¿Dónde puedes empezar? Empiezas con tu propio rostro. Cuando quieres ver cambios en tu vida, y no ves esos cambios, escucha las claras instrucciones de esta práctica de meditación y llévala directamente a tu vida. Es mi muy sincero deseo que esta simple y elegante práctica de las Cinco Sílabas Guerreras, que tiene su base en las más elevadas enseñanzas de la tradición Bön budista tibetana, a cuyo linaje pertenezco, sea de beneficio a PREFACIO

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muchos seres en Occidente. Por favor, recíbela con mi bendición e introdúcela en tu vida. Deja que te apoye para ser mejor, más fuerte, más despejado, más despierto.

Tenzin Wangyal Rínpoche Charlottesville, Virginia

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Introducción El corazón del camino espiritual es el anhelo de conocer y ser verdadera y auténticamente uno mismo. Ésta ha sido la motivación de miles de personas que han venido antes que tú y de los miles que vendrán después. De acuerdo con las más altas enseñanzas de la tradición Bön budista tibetana, el yo verdadero que tanto anhelamos es primordialmente puro. Cada uno de nosotros es, tal y como es, primordialmente puro. Claro, cuando escuchas esto, sonará como un gran principio o filosofía, pero tal vez no sea eso precisamente lo que sientas en este momento. Pues a lo largo de tu vida te has visto inundado de imágenes y mensajes que no son puros, y por tanto es fácil llegar a creer que no lo eres. Sin embargo, según las enseñanzas, tu verdadera naturaleza es pura. Eso es lo que eres realmente. ¿Por qué resulta tan difícil experimentar o tener contacto con dicha pureza? ¿Por qué hay tanta confusión y sufrimiento? La verdad del asunto es que nuestro ser verdadero está muy cerca de la mente que sufre. Está tan cerca que rara vez lo reconocemos, de modo que queda oscurecido. La buena noticia es que en el momento en que comenzamos a sufrir o a reconocer que estamos confundidos, se abre la oportunidad para despertar. El sufrimiento nos sacude y nos acerca a la posibilidad de despertar a una verdad más profunda. Casi siempre, cuando sufrimos, sentimos que es necesario cambiar algo para ­mejorar nuestra vida.

Cambiamos de trabajo, de pareja, dieta, hábitos personales, etcétera. Existen enormes industrias que reciben su impulso de esta impaciente necesidad nuestra de mejorar nuestras condiciones y nosotros mismos. Y si bien estas acciones logran a veces proporcionarnos un alivio pasajero o mejorar la calidad de nuestra vida, los métodos no parecen nunca calar hasta la raíz de nuestra insatisfacción. Esto simplemente significa que, ­no obstante lo beneficiosos que pudieran habernos parecido todos estos métodos de autosuperación que empleamos, aún no hemos logrado dar con nosotros mismos y alcanzar lo que verdaderamente somos. Nuestra insatisfacción es útil en tanto nos obliga a plantearnos nuevas interrogantes, aunque su utilidad es mayor cuando planteamos las preguntas adecuadas. De acuerdo con la más alta enseñanza de mi tradición, la pregunta que deberíamos estar planteando es: “¿Quién es el que está sufriendo? ¿Quién es el que está pasando por tal o cual dificultad?” Se trata de una pregunta muy importante, pero si no se elabora de la manera correcta, es posible acabar con la conclusión equivocada. Al preguntar “¿Quién es el que sufre?” debemos mirar directa e inequívocamente hacia el ámbito interior de nuestro ser. Son pocos los que miran el tiempo suficiente o con el cuidado necesario para conectarse con su esencia más profunda. El encuentro con la insatisfacción es una motivación necesaria en el camino espiritual. Si se introduce de manera directa en la práctica de la meditación se convierte en un poderoso punto de ingreso para conectarse con el ámbito puro del ser. Cuando trabajas con las Cinco Sílabas Guerreras como práctica meditativa, te conectas con tu ser primordialmente puro. Ya establecida dicha conexión, harás crecer la confianza y fe en ese ser auténtico y tu vida podrá reflejar y expresar las acciones espontáneas y virtuosas que surgen de este ser auténtico y verdadero.

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Repaso general de las Cinco Sílabas Guerreras Nuestra naturaleza fundamental despierta no es algo producido ni creado, sino algo que ya está ahí. Así como la vasta extensión del cielo está presente pero llega en ocasiones a nublarse, así también a nosotros nos oscurecen los habituales patrones que confundimos con nosotros mismos. La disciplina de las Cinco Sílabas Guerreras es un medio práctico que nos apoya para desembarazarnos de nuestros negativos y limitadores patrones de conducta de cuerpo, habla y mente, y abre la posibilidad a una más espontánea, creativa y auténtica expresión. En esta práctica reconocemos y nos conectamos con lo que ya está ahí, confiándonos a ello. En un sentido relativo, comenzamos a practicar la bondad, la compasión, la alegría y la ecuanimidad, cualidades que atraen un gran beneficio que se palpa y traduce en nuestra relación con uno mismo y los demás. Al final, la práctica nos conduce al total reconocimiento de nuestro ser verdadero. En las enseñanzas, la metáfora que ilustra dicha experiencia es la del niño que reconoce a su madre en medio de un tumulto: en un instante, el hondo reconocimiento del vínculo, el sentimiento del hogar. A esto se le denomina mente natural, la cual es pura en esencia. En la mente natural, todas las virtudes se perfeccionan de manera espontánea. Existen muy diversas formas de practicar la meditación y conectarnos con nuestro ser verdadero. En mi libro acerca de los cinco elementos: Sanación con forma, energía y luz –publicado también por esta casa editorial–, hablo de cómo usar el poder del mundo natural para contribuir a una más profunda y verdadera conexión con nuestra esencia. Cuando nos paramos en la cima de una montaña, nos sobreviene una innegable vivencia de lo vasto y abierto del espacio. Es importante que nos demos cuenta de que esa sensación, esa experiencia, tiene lugar dentro de nosotros y que no está sólo en el panorama. Con una montaña nos es posible alcanzar y cultivar la estabilidad. Muchos de nosotros vamos al mar en busca de descanso y placer, pero el poder natural del océano también INTRODUCCIÓN

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nos impulsa a desarrollar la apertura. Podemos adentrarnos en la naturaleza para conectarnos con ciertas cualidades y hacerlas nuestras en el sentido de tomar lo que sentimos en la conexión física y llevarlo más a lo profundo, donde nuestra vivencia se convierte en una experiencia de energía y mente. A menudo, cuando miramos una flor, pensamos: “¡Qué hermosa! ¡Qué hermosa!” En esos momentos conviene hacernos conscientes, internamente, de esa cualidad de lo bello. Sentirlo con el apoyo que proporciona el mirar la flor. No mires simplemente la flor o cualquier otro objeto externo y concluyas que la belleza reside ahí en ese objeto, pues sólo estarías viendo tu creencia de que esa flor es hermosa pero que nada tiene que ver contigo. Lleva esa cualidad y sensación a un reconocimiento más profundo: “Estoy viviendo esto. La flor me apoya para que yo experimente esto.” En vez de: “Ésta es sólo una flor. Yo no soy así.” En esta vida se nos presentan muchas oportunidades para poner esto en operación. En la práctica de las Cinco Sílabas Guerreras no estamos yendo de afuera hacia dentro. Aquí el enfoque es a partir de un descubrimiento del espacio interior y de pasar de aquí a una manifestación espontánea. Con el sonido despejamos nuestras tendencias y obstáculos habituales y nos conectamos con el claro y abierto espacio de nuestro ser. Este espacio abierto es la fuente de toda virtud y nos es fundamental a todos. Es simplemente lo que somos: seres despiertos, despejados: budas. Las Cinco Sílabas Guerreras son A, OM, HUNG, RAM y DZA, cada una de las cuales representa una cualidad de la realización. A ellas también se les denomina “sílabas-semilla” ya que poseen la esencia de la iluminación. Estas cinco sílabas representan, respectivamente: cuerpo, habla, mente, cualidades virtuosas y acciones de la iluminación. Juntas representan la naturaleza verdadera y cabalmente expresada de nuestro auténtico yo. En esta práctica entonamos en secuencia cada una de las sílabas guerreras. Con cada sílaba enfocamos el correspondiente centro de energía, o xii

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chakra, del cuerpo y nos conectamos con la cualidad que corresponde a tal sílaba. La secuencia se mueve desde el espacio abierto y puro del ser al lugar de la manifestación de la virtud en la acción. Cada vez que inicias tu sesión de práctica, te presentas con tu yo de todos los días, trayendo contigo aquellas condiciones y patrones de tu vida que buscas abrir, despejar y transformar, tanto aquellos de que eres consciente como los que permanecen ocultos a ti. El primer punto de concentración es el chakra de la frente. Un chakra es sencillamente un centro energético del cuerpo, parecido a una rueda o eje en el que convergen diversos haces de energía. Estos centros no se encuentran en la superficie del cuerpo sino que se sitúan dentro de él, a lo largo del canal central, un canal de luz que se extiende desde un punto debajo del ombligo y hacia arriba en línea recta a través del centro del cuerpo hasta abrirse en la coronilla. Hay distintos sistemas de práctica que emplean diferentes chakras como puntos focales. En la práctica de las Cinco Sílabas Guerreras, la A está asociada con el chakra de la frente y el cuerpo inmutable; OM, con la garganta y la cualidad del habla incesante; HUNG, con el corazón y la cualidad de la mente clara; RAM, con el chakra del ombligo y las cualidades maduras y virtuosas; y DZA, con el chakra secreto y la acción espontánea.

Guía de pronunciación

A ~ se pronuncia “a” OM ~ se pronuncia “om”; enfatizando el sonido de la “o” HUNG ~ se pronuncia “jung”; siendo el sonido “ng” nasal

INTRODUCCIÓN

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RAM ~ se pronuncia “ram”



DZA ~ las consonantes tienen un sonido agudo y percusivo; los dientes superiores y los inferiores se juntan mientras se libera el sonido “dz” hacia el de la “a”

Con el simple hecho de centrar nuestra atención en el punto de un chakra se logra activar prana sutil. Prana es “aliento vital” en sánscrito; en tibetano es lung, mientras que los chinos lo denominan qi o chi, y los japoneses ki. A esta conexión con dicho nivel de experiencia la denomino dimensión energética. A través de la vibración del sonido de una de estas sílabas en particular activamos la posibilidad de disipar los disturbios físicos, emocionales o energéticos y mentales que quedan retenidos en el prana o aliento vital. Al ir unificando mente, respiración y vibración de sonido, comenzamos a sentir desplazamientos y cambios en los niveles de nuestro cuerpo, emociones y mente. Conforme se liberan los bloqueos y se reconoce y reposa en el espacio dentro de nosotros que se despeja y abre, pasamos a un estado más elevado de conciencia. Cada sílaba-semilla tiene una cualidad de luz que le corresponde, un color particular. A es blanco, OM es rojo, HUNG es azul, RAM es rojo y DZA es verde. Cuando entonamos la sílaba, también visualizamos o imaginamos la luz que irradia del chakra. Esto nos ayuda a disipar los más sutiles oscurecimientos de la mente y a experimentar la natural luminosidad de la mente despierta. A través de la poderosa combinación de la concentración en un punto en particular, la vibración del sonido y la conciencia de la luz, desarrollamos una presencia cada vez más despejada y abierta, radiante de cualidades positivas. Las cualidades mismas –entre ellas el amor, la compasión, la alegría y la ecuanimidad– se convierten en apoyos o puntos de paso a una todavía más honda conexión con el ser, a una más profunda sabiduría, el espacio mismo desde donde se origina toda la existencia. xiv

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En la práctica de las Cinco Sílabas Guerreras tenemos un punto de partida, el lugar de las condiciones y las insatisfacciones; unos cuantos portales a través de los cuales ingresar y que son los chakras; y el destino final: nuestro ser esencial.

Niveles de experiencia externos, internos y secretos A estas sílabas se les denomina sílabas guerreras. El término guerreras alude a la habilidad para conquistar las fuerzas de la negatividad. Los sonidos sagrados tienen el poder para eliminar obstáculos, bloqueos emocionales y oscurecimientos mentales que nos impiden reconocer la naturaleza de la mente y ser auténticamente nosotros mismos en un momento dado. Son tres los niveles en que podemos clasificar los obstáculos: externo, interno y secreto. Los obstáculos externos son la enfermedad y otras circunstancias adversas. Sean cuales sean las causas y condiciones externas, la práctica de las Cinco Sílabas Guerreras es un medio para trabajar con y superar el sufrimiento por el que atravesamos debido a dichas condiciones. A través de la práctica también eliminamos los obstáculos internos, los cuales comprenden emociones negativas como la ignorancia, la ira, el apego, los celos y el orgullo. Y también a través de esta práctica pueden ser superados los obstáculos secretos de la duda, la esperanza y el temor. Incluso cuando las situaciones externas son los obstáculos más fuertes en tu vida, al final tú tendrás que enfrentarlos, a solas y contigo mismo. Cuando has superado tales obstáculos, aún te quedará la pregunta: “¿Cómo es que continuamente me encuentro en situaciones como ésta? ¿De dónde vienen todas estas emociones negativas actuantes?” Aun cuando parezca que el mundo exterior se ha puesto en tu contra o que una persona en particular te está dando problemas, de alguna manera el problema tiene que ver contigo. Tal vez estés consciente de la cantidad de emociones, necesidades y condiciones que hay INTRODUCCIÓN

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dentro de ti. El lugar dentro de ti donde tienen su origen tales necesidades y condiciones y emociones es mucho más profundo de lo que tal vez imaginas, de manera que necesitamos un método que nos permita conectarnos honda e íntimamente con nosotros mismos, un método que procure el poderoso remedio de una despejada y abierta conciencia de la raíz de nuestro sufrimiento y confusión. Por lo general le prestamos atención a un problema sólo cuando éste se ha vuelto muy grande. Cuando los problemas son muy sutiles no somos capaces de reconocerlos. No puedo imaginar que haya muchas conversaciones que estén teniendo lugar en el café de la esquina y que comiencen así: “Tengo un verdadero problema en mi vida debido a que padezco ignorancia fundamental y tiendo a imputarme una existencia sólida y sustancial”, o así: “Tengo muchos problemas en mi vida. Estoy continuamente incurriendo en los cinco venenos”. Es más probable que uno escuche: “No me siento muy bien. Mi pareja y yo acabamos de pelearnos”. Cuando los problemas se manifiestan en tu vida exterior es imposible pasarlos por alto. Cuando los estás padeciendo tal vez incluso reconozcas que tú estás participando en su generación. Sin embargo, las semillas de estos problemas son difíciles de reconocer y podrían considerárseles obstáculos secretos. La noción de “secreto” simplemente alude a que es más difícil de comprender, que se nos oculta. ¿Cuál es tu problema secreto? Por lo común tienes que esperar hasta que tu problema secreto madure se convierta en tu problema interno; entonces, cuando tu problema interno madura, se convierte en tu problema externo. Cuando se convierte en tu problema externo, ¡lo compartes con toda tu familia y amigos! Cuando es aún interno o secreto, no lo compartes con nadie. Los demás probablemente ni se den cuenta de que estás pasando por un problema. Tal vez ni tú te des cuenta. Pero cuando éste se convierte en un problema externo, aunque tú no quieras compartirlo, ya has involucrado a los demás en él. xvi

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Si investigas la naturaleza del problema, cuando algo se manifiesta en el mundo exterior sin duda se trata de un obstáculo externo. Pero cuando te percatas de quién lo creó, qué tipo de emoción o condición lo creó, tal vez llegas a reconocer: “Mi avaricia creó esta condición”. Investigar y trabajar en el nivel de la avaricia es trabajar con el nivel interno del obstáculo. “¿Quién es tan avaro?” apunta al nivel secreto. De manera que “¿Quién es tan avaro?” se convierte en el oscurecimiento secreto, la avaricia se convierte en el bloqueo emocional interno, y la expresión de la avaricia en el mundo exterior –los problemas que hayas creado– se convierte en los obstáculos externos. ¿Qué es lo que oscurecen estos obstáculos, bloqueos y oscurecimientos? En el nivel secreto, oscurecen la sabiduría. En el nivel interno, oscurecen las virtudes. En la manifestación externa, oscurecen la expresión de la virtud hacia los otros. Cuando estos obstáculos, bloqueos y oscurecimientos son eliminados, la sabiduría, las cualidades virtuosas y la expresión espontánea de tales virtudes se muestran naturalmente presentes. En el nivel más sutil o secreto del ser, cada una de las Cinco Sílabas Guerreras revela una sabiduría correspondiente: la sabiduría del vacío, la sabiduría similar a un espejo, la sabiduría de la ecuanimidad, la sabiduría de la conciencia despierta que discierne y la sabiduría de la acción que todo lo logra. En el nivel interno se revelan las cualidades positivas. Me refiero al amor, la compasión, la alegría y la ecuanimidad como “cualidades iluminadas”, a las que también se les conoce como los Cuatro Inconmensurables. Si bien existen innumerables cualidades positivas, para esta práctica en particular sugiero que establezcas una relación más profunda con estas cuatro. Todos necesitamos estas cualidades; somos más conscientes de la necesidad de cualidades virtuosas que de sabiduría. A través de nuestra conexión con dichas cualidades internas podremos establecer contacto con una más honda fuente de sabiduría en nosotros mismos y también ayudar a otros mediante la expresión externa de estas cualidades positivas en nuestras acciones. INTRODUCCIÓN

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Si bien reconocemos la necesidad de amor, compasión y ecuanimidad en nuestra vida, en vez de conectarnos con estas cualidades mediante la introspección, a menudo vinculamos nuestra necesidad de ellas con objetos materiales. Tal vez para una persona el amor signifique encontrar una pareja. La alegría acaso signifique conseguir una casa o un empleo o ropa nueva o cierto modelo de automóvil. A menudo sentimos que nuestras necesidades tienen su fundamento en objetos materiales. “Necesito encontrar algo para ser feliz.” Buscamos adquirir o acumular estas virtudes en sentido material. Pero con el apoyo de nuestra práctica de meditación comenzamos a mirar hacia dentro y a descubrir una zona más fundamental en nosotros en la cual todas estas cualidades están ya presentes. Al principio de nuestra práctica podremos abordar los Cuatro Inconmensurables de manera mundana. Esto es lo real para cada uno de nosotros y, por tanto, debemos reconocerlo como nuestro punto de partida. Empezamos con las más básicas condiciones de nuestras vidas. Tal vez reconozcas que te sientes irritado con tus colegas en el trabajo o que has perdido el entusiasmo de estar con tus hijos. Si tú llegas a entender tus condiciones más básicas y traerlas a la práctica, lograrás hacer de éstas un puente para descubrir las cualidades positivas que hay en ti. Estas cualidades luego se convierten en el puente a la sabiduría. Siempre hay un lugar para crecer en esta práctica. No debes pensar: “Ah, ya encontré a mi media naranja, tengo a quien amar. Ésa es mi iluminación”. Tu práctica no termina aquí; aunque es cierto que, al mismo tiempo, quieres ver los resultados positivos de tu meditación manifiestos en tus relaciones y en tu expresión creativa. De manera que debemos comenzar la práctica de meditación más atentos a nuestro sufrimiento y confusión que a la pureza de nuestro ser. Los problemas que traigamos son energía o combustible que nos dará impulso en nuestro camino. Despejar nuestros bloqueos por medio del poder de las Cinco Sílabas Guerreras nos brinda la oportunidad de vislumbrar el cielo abierto de nuestro xviii

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ser. La disolución de estos bloqueos desvela la sabiduría y hace asequibles las cualidades positivas. Éste es el camino del guerrero. La expresión espontánea de las cualidades y virtudes positivas de nuestra vida es el resultado directo de la meditación, así como la confianza que naturalmente surge conforme nos familiarizamos más y más con nuestra verdadera naturaleza.

Objetivos a corto y largo plazo en la meditación Cuando nos entregamos a la práctica de la meditación, recomiendo tener presentes algunos objetivos inmediatos así como comprender el objetivo último o a largo plazo. Aunque el objetivo a largo plazo de la práctica de la meditación es cortar la raíz de la ignorancia y alcanzar la liberación o budeidad para beneficio de todos los seres, los objetivos inmediatos pueden ser algo más familiar. ¿Qué es aquello que quieres cambiar en tu vida? Un objetivo a corto plazo puede abarcar desde la superación de una condición básica de sufrimiento en tu vida hasta el cultivo de cualidades positivas y de sanación que te benefician a ti, a tu familia y a tu comunidad. La práctica de meditación se puede comenzar en un lugar muy sencillo. Reflexiona sobre tu vida para ver qué te gustaría transformar. Te recomiendo trabajar con algún asunto personal en esta práctica de las Cinco Sílabas Guerreras. Digamos que eres infeliz en tu vida. De vez en cuando piensas: “Tengo muchas razones para ser feliz. Sólo tengo que centrar mi atención en esas cosas”. Así que enfocas tus pensamientos en una dirección más positiva, y funciona por un par de horas o durante el fin de semana. Pero, de alguna forma, para mediados de la siguiente semana vuelves a ese ya muy familiar sentimiento de infelicidad. Tal vez te tomas un té y platicas con alguien. Por unas cuantas horas te funciona, pero de nuevo vuelves a lo mismo. O vas con un terapeuta, y eso también ayuda, pero aun así vuelves a tu conocido sentimiento de infelicidad. INTRODUCCIÓN

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De alguna manera te ves conducido de vuelta a un patrón que encuentras difícil de superar del todo. De alguna manera tu infelicidad es más profunda en ti que los métodos que has ensayado. Es posible conectarte con una experiencia de ti mismo más fundamental que cualquiera de los problemas que tienes en la vida, reconocer esto una y otra vez mediante la práctica de la meditación, y confiar en esta experiencia de ser. A través de la entonación de las sílabas guerreras y del reconocimiento, la familiaridad con y el reposo en el espacio interior que se abre dentro de ti como resultado de la práctica, comienzas a confiarte a un lugar más fundamental dentro de ti que no sólo está despejado y abierto y libre de problemas, sino que es desde donde se hacen espontáneamente accesibles todas las cualidades positivas al tiempo que se presentan los retos en tu vida.

Cómo utilizar el libro y el cd En los siguientes capítulos describiré, una por una, las sílabas guerreras y la manera de utilizarlas prácticamente con el fin de beneficiarnos a nosotros mismos y a los demás. Después de leer cada capítulo, conviene que hagas una pausa y escuches y practiques con la sección del cd que contiene la breve meditación guiada correspondiente a la sílaba descrita. De esta forma te irás familiarizando con esa sílaba en particular y podrás integrar directamente y de manera más profunda en tu experiencia lo que has estado leyendo y aquello sobre lo que has reflexionado. Ésta es la manera tradicional budista de hacer progresos en el camino: leer o escuchar la enseñanza, reflexionar sobre lo que has leído o escuchado, e integrar lo que has entendido directamente en tu práctica de meditación. La última sección del cd contiene la meditación completa sobre las Cinco Sílabas Guerreras. He incluido un capítulo sobre cómo establecer una práctica de meditación continua; finalmente incluyo un guión de una meditación guiada similar a la xx

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instrucción guiada contenida en el disco compacto que acompaña a este libro. En el Apéndice se encuentran instrucciones para los ejercicios del tsa lung, que recomiendo mucho aprender y practicar. Sugiero que en tu vida diaria comiences cada sesión de meditación con estos cinco ejercicios del tsa lung. Ellos te ayudarán a abrirte y a despejar obstáculos, bloqueos y oscurecimientos que te impidan permanecer en la meditación.

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CAPÍTULO UNO 

La primera sílaba: A

Entona una y otra vez el autoengendrado sonido A. Irradia luz blanca y luminosa del chakra de la frente. Los oscurecimientos kármicos secretos se disuelven en su origen, despejado y abierto como el cielo sin nubes del desierto. Permanece sin cambiar ni elaborar. Todos los miedos han sido superados y se ha logrado una confianza inmutable. Que experimente yo la sabiduría del vacío.

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El espacio permea todos los aspectos del cuerpo y del medio ambiente. El espacio es fundamental a toda la materia, a todo ser humano, a la totalidad del universo físico. Por esta razón podemos hablar del espacio como la base o el fundamento en el que todos los demás elementos descansan y a partir del cual se manifiestan tanto nuestro problemático mundo familiar como nuestro sagrado mundo iluminado. De acuerdo con las enseñanzas Dzogchen –las más elevadas enseñanzas de la tradición Bön budista–, el espacio es el fundamento mismo de nuestro ser. Como tal, es inmutable. Esta dimensión del ser es primordialmente pura. Otra manera de referirse a ella es como el cuerpo de la sabiduría de todos los budas, la dimensión de la verdad, o dharmakaya. Para reconocer nuestro ser abierto y puro, primero debemos conectarnos con el espacio. Una profunda conexión con nuestro propio ser está siempre en función de la conexión con el espacio. La cualidad del espacio es la apertura. Toma tiempo reconocer y familiarizarse con el espacio abierto del ser. En el nivel del cuerpo, el espacio puro es susceptible de ser ocupado por la enfermedad y el dolor; en lo energético, por bloqueos emocionales; en nuestras mentes, por oscurecimientos como la duda o el ir y venir constante de los pensamientos. El sonido A podría describirse como un sonido que se genera a sí mismo, un sonido puro. Según las enseñanzas del Dzogchen, en la práctica con el sonido no se trata tanto de la cualidad del sonido como de la esencia. ­Cuando

­ roducimos sonido, cierto nivel de conciencia permanece en el sonido. De p manera que, cuando entonamos A una y otra vez, escuchamos el sonido. Sucede como cuando practicamos con la respiración. Nos concentramos en la respiración: la respiración es nuestra vida, la respiración es nuestra fuerza vital, la respiración es nuestra alma. No es posible producir un sonido si no respiramos. La respiración y el sonido se encuentran así de cerca uno de otro. Así que, cuando producimos sonido, nos vinculamos con el aliento y la vibración del sonido mismo. En cierto sentido se trata de algo muy puro: el emisor de sonido es el mismo que escucha, el que escucha es el mismo emisor. Ésta es la manera en que logramos experimentar el sonido como algo que se autogenera. Cuando emites el sonido A, éste presenta un aspecto mente y un aspecto respiración o cuerpo. Cuando respiras y diriges tu atención a esa respiración, entonces la mente y el aliento se unifican. En la tradición tibetana decimos que la mente es como un jinete y que el caballo es la respiración. La ruta que seguirá el caballo en esta práctica será la de los chakras situados en el cuerpo, y la armadura o protección del jinete serán las sílabas-semilla guerreras. Esta armadura protege al jinete (la mente de la conciencia) de caer alternativamente en la esperanza y el miedo y de seguir a la mente pensante discursiva que intenta organizar toda nuestra experiencia. Cuando entonas A de forma repetida, entonces, a través del poder, la protección y la vibración de A, la mente cabalga el prana, o aliento, presente en el sonido; y de esta manera se despejan los obstáculos físicos, emocionales y sutiles que te impiden reconocerte como inmutable. Esto significa que uno de los frutos de la práctica del sonido A será que, muy en lo profundo, te abrirás. Tú lo sientes. Si lo haces correctamente sentirás esa apertura. El momento mismo en que sientes que te abres es un gran logro. Has encontrado el fundamento, lo que llamamos el fundamento de todo: la base, que llamamos kunzhi, que significa apertura. 4

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Cuando cantes A, dirige tu concentración al chakra de la frente y entona el sonido con mucha claridad. El primer nivel de conexión se da con el sonido físico. Luego, siente una conexión con la energía o vibración de ese sonido. Visualiza una luz blanca irradiando del chakra de tu frente para dar sustento a la más sutil dimensión del ser. A representa espacio, el cuerpo eterno, el cuerpo inmutable. En el momento en que entonamos A queremos sentir o conectarnos con lo abierto y lo espacioso. A través de la vibración de A nos hacemos conscientes y nos liberamos de lo que sea que nos bloquea, y con la disolución de los bloqueos gradualmente nos abrimos, nos abrimos, nos abrimos, nos abrimos, nos abrimos. Dejamos ir los profundos oscurecimientos. Cuando ese dejar ir tiene lugar, una vivencia de paz interior comienza a entreabrirse. El efecto de A se irá desarrollando conforme continúes con tu práctica. A te ayuda a reconocer el estado inmutable de conciencia y ser. La analogía es un cielo del desierto sin una sola nube. Aquello que llega a apoderarse de ti, trátese de tristeza o ansiedad o una mente intranquila, es como las nubes. Por medio del sonido y la vibración y la conciencia atenta, las nubes gradualmente se disipan y aparece el cielo abierto. En el momento en que la emoción, el obstáculo o el oscurecimiento comienzan a soltarse, se abre el espacio. No se trata de otra cosa sino la vivencia de lo abierto. ¿Qué sucede cuando retiras objetos de la mesa? El espacio se despeja. Ahora puedes colocar un florero con flores en la mesa. ¿Y qué hace A? Despeja. Limpia. Abre espacio. Hay que tener muy claro que no es que estemos creando espacio o desarrollándonos o mejorándonos en esta práctica. Llega un momento en el curso de nuestra experiencia en que el espacio simplemente se abre y reconocemos lo que ya de por sí está ahí: el espacio puro y abierto del ser. En este punto, la instrucción consiste en arraigar, sin realizar cambio o elaboración alguna. Ésta es la perspectiva del Dzogchen. Esto es lo que se transmite en la más alta enseñanza. La meditación es el proceso de irte familiarizando con lo abierto. Así que en esta práctica tratamos de sentir el sonido, la energía del sonido y LA PRIMERA SÍLABA: A

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el espacio del sonido. Cuando tú te conectas con el espacio, ahí permaneces o descansas. Tal vez no sientas que algo en particular te está oscureciendo cuando comienzas la práctica. Siempre hay algo que te está oscureciendo, pero tal vez no seas consciente de ello. Simplemente entona A una y otra vez, y luego descansa en la conciencia abierta. Alternativamente podría suceder que te vuelvas consciente de alguna perturbación o bloqueo. En tal caso, siente la vibración del sonido A mientras lo entonas y siente cómo el sonido disipa el bloqueo que has llevado hasta la conciencia. La vibración de A es como un sable que corta la dualidad, corta el viaje de constante ida y vuelta de tu mente discursiva, corta tus dudas, tus titubeos y tu falta de claridad. Sea lo que sea que está oscureciendo tu estado abierto comienza a agitarse y a disiparse en el espacio, y conforme se disipa tú te despejas más y más. Te conectas con el espacio despejado en virtud de que la energía y emoción que hiciste conscientes se han transformado. Cuando el bloqueo se disipa tú sientes el espacio. Ese espacio es algo que quieres reconocer. Quieres reconocer y reposar en ese espacio sin cambiar. Ésa es la introducción a la apertura, al espacio sin límite del ser. Al llevar tu insatisfacción directamente a la práctica y entonar A de manera repetida, es posible disolver la energía de esta insatisfacción, y a través de esa disolución, introducirte en el libre y abierto espacio de tu ser. Tal vez preguntes: “¿Qué tiene que ver dejar ir mi miedo y mi enojo con un sentido más elevado de la perspectiva Dzogchen de permanecer en lo abierto, de permanecer en la naturaleza de la mente?” Si tu meta principal es ser feliz y vivir libre de un problema específico en tu vida, tal vez tu objetivo no sea permanecer sin cambio en la naturaleza de la mente. Pero no sabes lo que significa permanecer sin cambio. Tu deseo e intención son simplemente verte libre de los bloqueos de tu temor o enojo, así que la meta inmediata de tu meditación deberá ser superar estos últimos. Muchísimas enseñanzas tántricas nos dicen: “Cuando el deseo se manifieste, haz del deseo una senda. Cuando 6

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el enojo se manifieste, haz del enojo una senda”. Tratándose de una emoción negativa, un obstáculo o un problema –sin importar lo personal que sea–, tu problema puede convertirse en tu camino. Esto es lo que se enseña. Significa que es posible avanzar hacia una más elevada realización directamente a través de tu problema. Sin embargo, no es ésta la aproximación acostumbrada. Por lo general lo que sucede es que, cuando el enojo se manifiesta, da lugar a un problema en tu vida, y éste conduce tus reacciones. El resultado son palabras duras e hirientes. Con ello vas demasiado lejos y te lastimas y lastimas a otros. En vez de permitir que el enojo comience a destruir, utilízalo como tu camino. Esto es lo que estamos haciendo con esta práctica. Así que, cada vez que comiences tu práctica, trae a la mente cualquier asunto de tu vida que quieras transformar. Míralo y di: “Tú eres mi senda. Yo te voy a convertir en mi senda. Esta situación me va a ayudar a crecer.” Y esto es sin duda lo que sucede. Cuando des inicio a una sesión de práctica de meditación, es importante sentir el bloqueo. Localízalo en tu cuerpo, en tus emociones o en tu mente. Trata de acercarte lo más posible a la vivencia directa de este oscurecimiento. Utilicemos un ejemplo tomado de nuestra vida normal: “Tengo miedo de entrar en una relación de compromiso”. Puedes abordar este asunto de manera analítica y examinar las posibles causas de tu temor. Tal vez tu primera relación te resultó agobiante y decidiste terminarla, y durante el proceso lastimaste a la otra persona. Siempre queda uno afectado de alguna manera por las consecuencias de nuestras acciones. Pero en esta práctica no estamos analizando nuestras acciones y sus consecuencias. Aunque esto no quiere decir que no tenga valor el análisis; simplemente, nuestra manera de abordar el problema es distinto. Aquí nuestro enfoque es muy sencillo. Siente tu temor pues has sido tú quien lo ha producido. Ha llegado a su maduración. No estamos pensando en cómo llegó a madurar; más bien, nos estamos conectando directamente con la vivencia de este temor en el cuerpo, en el prana y en la mente. Atrae LA PRIMERA SÍLABA: A

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este temor vívidamente hasta la conciencia. Repito, esto no tiene que ver con pensar o analizar un problema, sino simplemente de hacerle frente de manera directa como vivencia en este mismo momento. Ahora, entona A una y otra vez. Permite que la vibración del sonido sagrado comience a obrar. Junto con el sonido, tú te despejas, te despejas, te despejas. Algo sucede. Hay una cierta liberación. Y aunque se trate sólo de una relativa liberación, no importa. Cuando entonas A y te despejas, una pequeña ventana se abre, un espacio. Entre todas estas nubes ves una pequeña abertura. Tal vez nunca antes habías visto esa pequeña abertura. A través de esa pequeña abertura vislumbras el cielo despejado. Se trata sólo de un pedazo muy pequeño, pero es sin duda cielo despejado. Nuestra experiencia normal de A será de un vislumbre de lo abierto, un claro. El cielo infinito y sin fronteras se extiende más allá de esas nubes, y logras vislumbrarlo. Ésa es tu puerta. Cuando estés practicando con A, cuando sientas un momento de apertura, ahí está tu puerta. Puedes cambiar tu posición habitual de sentarte en un gran cojín de nubes oscuras, ya que has logrado percibir las nubes negras y vislumbrar un pequeño claro. En el momento en que veas el espacio, lleva hasta ese punto tu atención consciente. Eso significa que estás cambiando tu asiento. El momento en que tienes ese vislumbre de espacio es el principio de tu familiarización con dicho espacio. Cuida de ver el espacio sin distraerte. Cuida de permanecer en la vivencia del espacio. Mientras más permaneces sin cambiar nada, más se abre el espacio; mientras más permaneces, más se abre; mientras más permaneces, más se abre. Una vez que se hayan despejado estas nubes, el fundamento sobre el que descansas se sitúa en un punto en que no habías descansado antes. El espacio abierto es el fundamento. Algo se ha liberado, y en el espacio que se abre, tú te sientas, sin cambiar. Reconoce ese espacio como madre, como buda, como el más sagrado espacio que jamás lograrás descubrir dentro de ti. Reconoce ese espacio como el portal a la totalidad del ser. La especial experiencia de A es 8

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arraigar en el vacío. A través del reconocimiento de este sagrado espacio dentro de ti, tú recibes el empoderamiento del dharmakaya, el cuerpo de sabiduría de todos los budas, la dimensión de la verdad. Éste es el resultado más elevado que se logra con la práctica. Así que, para volver con la práctica, trabajas con A. Una vez que ha despejado algunos oscurecimientos, A abre ese espacio. Eso es muy importante. A abre ese espacio. En ese momento, permanece sin cambiar. Así, traes tu dolor o insatisfacción o enojo a la práctica; entona la sílaba A una y otra vez, disuelve el oscurecimiento y descansa en el espacio que se ha abierto. A menudo la gente no tiene una idea clara de por qué debe descansar en ese espacio. Ese espacio no produce mayor emoción. Es algo muy común querer deshacernos de algo. Todo mundo está interesado en deshacerse de algo. “Me quiero deshacer de esta tristeza. No quiero sentirme infeliz.” Sin embargo, una vez que se libera o abre un poco de espacio en la meditación, debido a que ese espacio es poco familiar o excitante, puede darse la tendencia de ir a la búsqueda de un nuevo problema. Aquí estoy subrayando que ésta es tu oportunidad para ingresar a la experiencia de la pureza primordial del ser. A ella ingresas a través de tu propia experiencia personal. Ésa es la manera más poderosa de ingresar. Al hacerlo te beneficias de dos maneras. Primero, desarrollas una muy clara visión de lo que significa permanecer o descansar sin cambiar. En segundo lugar, cuando ya tienes un claro conocimiento de lo que significa permanecer, adquieres un medio poderoso para superar obstáculos internos. Los obstáculos han cambiado. Tú no puedes en realidad permanecer si éstos no han cambiado, y tú no puedes cambiarlos si no permaneces. De modo que estas dos cosas se entrelazan. Una vez que en la práctica vislumbras lo abierto y logras permanecer ahí, tienes la oportunidad de probar la sabiduría. Hay una sabiduría específica ligada a cada una de las cinco sílabas. En el caso de la A, se trata de la sabiduría del vacío. Aquí tienes la oportunidad de experimentar la sabiduría del vacío o de LA PRIMERA SÍLABA: A

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algo muy cercano a él. ¿Por qué? Debido a tu oscurecimiento. Tu oscurecimiento en realidad te ayuda. Tal vez suceda que no logres experimentar la sabiduría del vacío, que no logres permanecer en un espacio despejado, si no atraviesas por dicho oscurecimiento. Por lo tanto, tu oscurecimiento se convierte en tu senda, un medio muy importante para penetrar la sabiduría del vacío. Con el sonido A despejamos bloqueos a fin de descubrir el fundamento de nuestro ser como inmutable. A nos ayuda a reconocer y a descansar en nuestro ser inmutable. A representa el cuerpo inmutable de todos los budas. Tal vez al leer esto llegues a pensar: “Bien. A significa inmutable”. Pero si consideras tu experiencia, tal vez reconocerás que todo está cambiando continuamente. ¡Tu experiencia es justamente lo opuesto a la descripción de A! Tienes un cuerpo que está continuamente cambiando y tus pensamientos están cambiando más rápido que tu cuerpo. Pero si logramos ver directamente en nuestro ser, en medio de todo este cambio hay una dimensión que no cambia. A través de esta práctica estamos intentando conectarnos con esta dimensión inmutable. Por supuesto, tratar de conectarse no es lo mismo que conectarse, pues tratar es ¡sólo una versión más del cambio! Y mediante nuestros procesos de pensamiento podemos seguir y seguir y seguir. Así que detente. Deja de hablar contigo mismo. Deja de perseguir tus pensamientos. Sé. Descansa. Descubre más espacio dentro de ti. La dirección en que te estás moviendo es la del descubrimiento de un mayor espacio dentro de ti. No estás tratando de activar más y más el pensamiento. Crea una atmósfera y una concentración que contribuya a descubrir ese sentido del ser no cambiante. Encuentra una postura confortable y en seguida aplica el método de A. La confianza que se desarrolla con la práctica exitosa de A es lo que se denomina “confianza inmutable”. Tu sola percepción de tu ser es susceptible de verse afectada por esta práctica, al punto de que, incluso cuando ocurren cambios, tú no cambias. Has descubierto la estabilidad de la conciencia abierta, la confianza del cuerpo inmutable. La mejor manera de fortalecer la 10

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confianza es despejar cualquier cosa que te bloquee u oscurezca tu experiencia directa del abierto y claro cielo del ser. Lo que tal vez comience siendo idea, y luego un momentáneo vislumbre de experiencia, gradualmente madura con la familiaridad. La confianza inmutable viene acompañada de cierto grado de madurez en la experiencia de la apertura. Lo abierto comienza a inspirar confianza. El desarrollo de la confianza es cuestión no tanto de hacer algo en particular, como de seguir adelante conectándote en tu práctica con lo abierto; y al descansar y permanecer más y más en lo abierto, el resultado natural será la confianza inmutable. Así que ésta es nuestra práctica. Nos acercamos al más alto nivel del dharma con un mínimo de problema. Comenzamos con una conciencia muy específica de una situación en la vida que queremos cambiar, una directa e íntima percepción de nuestra confusión, y transformamos esa condición en nuestra senda por medio del método de entonar o cantar A: a través de nuestra experiencia directa en este momento. Mediante el poder del sonido sagrado vislumbramos un claro, y a través del reconocimiento en este claro del fundamento puro de nuestro ser, permanecemos ahí sin cambiar: abiertos, despejados, despiertos, confiados. Escucha la pista 1 La primera sílaba: A

LA PRIMERA SÍLABA: A

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