Resurrección de los muertos. Alfabeto del incognoscible
 9786124011276

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Gamaliel Churata RESURRECCIÓN

DEL0SMUERTOS Edición y estudio introductorio de Riccardo Badini

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ASAMBLEA NACIONAL de RECTORES

Resurrección de los muertos/ Alfabeto del incognoscible Edición y estudio introductorio

de R iccardo B adini.

Copyright © D eudos de A rturo Peralta Copyright © R iccardo Badini

©

De esta edición: Asamblea Nacional de Rectores Calle Aldabas N° 337, Urbanización Las Gardenias, Surco, Lima, Perú. Tel: (511) 275 5016 / www.anr.edu.pe. Agradecemos al M IU R (Ministero dell’lstruzione, dell'Universitá e della Ricerca. Italia) por su contribución a esta obra. Coordinación editorial: Juan Damonte Valencia.

Diseño de carátula: Alessandro Bellucci, Siena, Italia Diseño basado en dibujos originales de G. Churata.

Primera edición, agosto 2010.

Prohibida la reproducción total o parcial de este libro sin la autorización expresa y por escrito de los editores. ISBN: 978-612-4011-27-6 Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú, N°: 2010-09427 Impreso en Editora Diskcopy S.A.C. Jr. San Agustín 497 - Surquillo

Para Fédor Peralta a quien no le alcanzó el tiempo para ver este libro

índice

Presentación. Iván Rodríguez Chávez

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Prólogo. Ricardo González Vigil

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El obscuro de Puno. Antonio Melis

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La hermenéutica germinal de Gamaliel Churata.

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Riccardo Badini

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Agradecimientos . ,, Nota ala edición

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Resurrección de los muertos /Alfabeto del incognoscible. 47

Gamaliel Churata Churata en la cultura literaria universal. José Luis Ayala

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Presentación

Dr. Iván Rodríguez Chávez P r e s id e n t e d e l a A s a m b l e a N a c i o n a l d e R e c t o r e s R e c to r de la U n iv e r s id a d R i c a r d o P a lm a

I

tie­ ne un valor intelectual más allá de las fronteras regionales del sur andino peruano. Es más conocido en Bolivia que en nuestro país. No obstante sus méritos y el cumplimiento del centenario de su nacimiento sigue ignorado como escritor y perdida su obra en los oscuros y polvorientos anaqueles del olvido. También por el desconocimiento de las cúpulas ofi­ ciales, los círculos académicos; el centralismo intelectual, la exclusión social y cultural. La Universidad Ricardo Palma le ha rendido homenaje con actividades culturales en Lima, Puno y Potosí. Mucho más consistente con la publicación del libro “El ultraorbicismo en el pensamiento de Gamaliel Churata” de su devoto lector, el doctor Manuel Pantigoso. Enterado de la significación y dimensión de la obra de Churata y su relación de identidad con el hombre y cultu­ ra andinos, el presente libro: Gamaliel Churata — Resu­ rrección de los muertos, no sólo representa un estudio y divulgación de su obra, sino es la actualización de ésta. Signi­ fica revivir a Churata, convocar el interés, hacer que la socie­ dad peruana ponga sus ojos sobre él y coloquemos su obra en G a m a lie l C h u r a ta , nom bre l i t e r a r i o d e A r t u r o P e r a l t a ,

el pedestal de las contribuciones fundamentales y esenciales en la construcción de la peruanidad. Felicito a Riccardo Badini por el trabajo riguroso y de de­ voción que ha llevado a cabo para la publicación de este libro Su entrega compromete nuestra gratitud y su publicación por la Asamblea Nacional de Rectores, es parte del pago de la deuda que el país tiene con uno de sus prohombres provin­ cianos y andinos. Pero esencial e irrepetible. El lector compartirá con nosotros el acierto de esta publi­ cación.

Prólogo

Ricardo González Vigil

1977, guardaba un recuer­ do indeleble de su participación en el grupo Orkopata, la­ mentando lo escasamente reconocido que era Churata, hasta entonces; en el Perú, contrastando con su enorme prestigio en Bolivia, donde decidieron otorgarle el Premio Nacional de Literatura en 1957, el que no aceptó Churata por su condi­ ción de ciudadano peruano. Gracias a ese perpetuo orkopata i que era don Emilio pude descubrir en su colosal dimensión literaria y cultural a Churata, leyendo sus escritos, así como las colecciones de La Tea y Boletín Titikaka, que atesoraba en su casa “y compartía generosamente. En gran medida mo­ tivado por él, me animé a publicar en Dominical (suplemen­ to del diario limeño El Comerció), el 7 de agosto de 1983, mi artículo'“Elogio de Gamaliel Churata” (remitiendo al famoso “Elogio del‘Inca Garcilaso” de José dala Riva-Ágüero7ya*que” t * ungía a Churata entre los grandes “foijadores de peruani­ dad”, kl lado del Inca Garcilaso, Ricardo Palma, César Vallejo, Ciro Alegría y José María Arguedas), del cual extraigo el siguiente pasaje: “en el Perú casi nadie ha escuchado hablar de El pez de oro (¿cuándo será reeditado? ¿quién publicará los numerosos inéditos de Churata, y recopilará los seis mil artículos que dejó dispersos?)”. ’ E m ilio V á sq u e z, a q u ien c o n o c í e n

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Prólogo 14

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R i c a r d o G o n z á l e z V ig i l

Felizmente, la situación actual es otra: han ido aparecien­ do, a ritmo creciente (sobre todo, a partir de los año 90), de­ cenas de libros, tesis universitarias y artículos especializados sobre Churata y, en general, del grupo Orkopata. Y se han dado pasos significativos en la tarea prioritaria, urgente, de reeditar los escritos de Churata y las revistas que dirigió, y dar a conocer los inéditos suyos. Se ha reeditado, así, su obra maestra (uno de los mayores monumentos culturales del Perú y la América raigalmente indígena) El pez de oro; un aporte del principal difusor de la cultura altiplánica, amén de máximo poeta de nuestra lengua aymara: José Luis Ayala, gestor del II Festival del Libro Puneño, en 1988. Ya exis­ te una edición facsimilar del Boletín Titikaka. De otro lado, Guissela Gonzales Fernández, contando con la colaboración de Juan Carlos Ríos Moreno, ha recopilado y estudiado los artículos de Churata: El dolor americano. Literatura y pe­ riodismo en Gamaliel Churata (Lima, Editorial del Pedagó­ gico San Marcos, 2009). Y, ahora, asistimos a una contribución simplemente sen­ sacional: la publicación del inédito de mayor envergadura, Resurrección de los muertos, en una cuidadosa edición a cargo de Riccardo Badini, quien conoce como nadie la pro­ ducción (édita e inédita) de Churata, conforme lo prueban su sustancioso prólogo y sus luminosas notas a pie de página (más de un millar). Un trabajo que, nos ha dejado deslum­ brados, absolutamente capital para adentrarse en el universo creador de Churata. Churata presenta Resurrección de los muertos como una “co n fe ren cS ^ ^ ya planteadas en El ~pez Je o r ^ “porqüie ellas requieren de mayor exégesis, es que se justifica esta conferencia”, p. 105) antean-auditorio plane­ tario (“todas las razas conocidas del pl^eta’TpTi^nPeroqo

ap trata de una conferencia monologante; sino de.una exposjj cíórTunry^otra vez convertida en diálogo confrontacional, a medias disputa filosófica y a medias-diatriba burlesca, (sien­ do el conferencista el responsable de los ataques corrosivos), con numerosas ovaciones y pifias del auditorio (semejando el “coro” griego de las comedias, que no el reflexivo de las trage­ dias), y con recursos teatrales diversos (como los de la página « . obertm ^T^c^üesta, el personaje Sakha-Aklla que pre­ cede la aparición del conferencista, al que se lo llega a calificar de actor, en páginas ulteriores). Actúa como conferencista un “intelectual iletrado de rass niaFcadimente alSpamcosTaT^Se^e^iñoinma Profeso^ Analfabeto; en varias ocasiones, se metamorfosea en_^ori^ PmñaTser~mítico ligado al Pez de Oro (vástago de una arquePumá de Oro). Y es que la sabiduría del Profesor Anal­ fabeto resulta “zoótica”: deja que ^ b l e ^ i ^ m j ^ ^ m a l ^ que*no es otra cosa que la “inteligencia d e^ ^ n a ^ n ú d e o ^ milenario inmortalizado en la Estructura zoótica toda” (ver las pp. 90 y 93) de su cuerpo; y, al hacerlo, habla, a través de él, el Khori.-Pum¿ ' SülñteHociótor principal, presente a lo largo del ^bro. es Platón, cuyaJId^s^elÉTnmerte del cuerpo y la inmortalidad del alma en el “Topus Uranus” (Cielo), del ser humano como “animál racional” y de la utopía política de la República, son derrotados (así lo admite Platón) por las1que^defiendeel Proria^inmortalidad deí cuerpo X,de.j 5JS£íS55 ^ ^ T T T galkm idad que ha_sigmfic^ o j J c ^ ( ^ krazón (al logosX'y'el len|iaje divorciado y e lje s to aniiíial^s, cu p3.rticul3.r su liTcültüraTetrada, de lo cual sólo logra redimirlo-la poesía, yeYeloiío"íeTlos Incas como la unidad política “más alta de todoá los tiempos” (p. 131)-



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R i c a r d o G o n z á l e z V ig i l Prólogo

En pasajes breves surgen otros dos interlocutores- p1 Hpr.

de amor a una naturaleza vista como obra de Dios: el Pro­ fesor Analfabeto enarbola, contra él, las tesis de que ni Dios sin la m a H F i r i i i T H S T ¿onTáFcoíísiProfesor Anaífábeto ( ntre otras cosas, la idea de la metempskósis calS W ^ íT e se siga existiendo, sin muerte que valga). ^conferencia tiene mucho, en consecuencia, del diá­ logo filosófico cuyo modelo máximo es Platón, quien usa como portavoz a su maestro Sócrates (zapatero, al igual que e ^ o f e w ^.alfebeto y, en la vida real, Churata: véasela nota IS O ). Y Sócrates fue égrafo (ejercía un magisterio oral; de hombre-no-letra), amigo de las paradojas (una está en el núcleo de Resurrección de los muertos^os muertos viven) y a ironía. Sócrates cita a numerosos poetas y pensadores pero no encadena su criterio a ellos, atento a su experiencia vital mas que a la erudición letrada; otro tanto, caracteriza al "“Sor Analfabeto. Este recuerda que, también, Jesús fue agrafo (analfabeto de Belén', p. 27s) y n0 sujet0 , la ¡etI¡¡ muerta de los doctores librescos; y que la mayoría de los ge­ nios han sido ingenios legos" (han aprendido de la vida, más que de los libros): Cervantes (su Sancho Panza “es la creación literaria mas viva del animal-hombre, del hombre-n, ' P. 547 , Shakespeare..:Todra¡o a¿unta aTTShSdfcSdón del AnfaguoPeru que desconoció la escritura alfahétic, per0 [junidadpohtica más aJ ta .d n o d S n S to S S S ;— Algo mas: eTdiálogo p E tK K S 'S m e la ironía de Sócra­ tes, con moderación. En cambio, lps cínicos desarrollaron'

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diálogos irreverentes, auténticas diatribas que influyeron en la sátira menipea y en los diálogos desaforados de Luciano de Samosata (citado dos veces en Resurrección de los muertos). Luciano está en la base de la “carnavalización” efectuada por Rabelais (a quien aplaude el Profesor ÁñalfaBetóResaltando su rechazolTTos letrados de la Sorbona), los diálogos cíe Érasmó y los libelos de Voltaire. Tra3 icíoñ que Churata impregna de humor indígena, así como del gusto andino por competen­ cias en las que gana el que injuria de modo más demoledor. En el humor de Churata resucita, actualizando, el Antiguo Perú, ya que el estereotipo de que el “el indio es triste” corres­ ponde a una inhibición causada por el despojo y la marginación que ha sufrido desde la llegada de los conquistadores: “Cuando la crítica literaria indoamericana salga de su etapa pintoricista y superficial y penetre en el estudio de las lenguas madres de la América, el quechua y el aymara, se vendrá a descubrir que estos pueblos, bajo el señorío de los incas, eran pueblos vigorosos que poseían, si no con plenitud total, con gran sentido de la alegría, el goce de la vida” (Artí­ culo “El dolor americano”, recogido en el libro arriba citado de Guissela Gonzales Fernández, p. 137).

El obscuro de Puno Antonio Melis U niversidad de Siena

En lo s ú ltim o s añ o s l a f ig u r a d e G a m a lie l C h u r a t a ha ido cre­ ciendo cada vez más entre los investigadores de la literatura dél mundo andino. Los aportes más significativos al enfoque flfe su personalidad fascinante se deben sobre todo a jóvenes investigadores latinoamericanos y europeos. Esta sintonía es el testimonio más elocuente de la vigencia de una obra singu­ lar y muchas veces hermética. En este panorama cada vez más fervoroso de estudios, so­ bresale la dedicación constante a la obra del escritor puneño del profesor Riccardo Badini, de la Universidad de Cagliari. Desdé su tesis de licenciatura, que analiza en forma pionera algunos aspectos esotéricos dé la obra churatiana, ha seguido investigando la figura del autor en su relación con la expe­ riencia del grüpo Orkopata y de la revista Boletín Titikaka que se caracteriza por esa combinación original de indige­ nismo y vanguardismo que ocupa un lugar especial dentro de lá literatura hispanoamericana del Novecientos. Al mismo tiempo, siguiendo los indicios dejados por el propio Churata, ha perseguido con gran constancia la búsqueda de sus traba­ jos inéditos, hasta dar en el blanco. No ha sido fácil ubicar el manuscrito y cuando,- hace muchos años, empezó la pesqui­ sa,-ni siquiera había la seguridad total de su éxistencia. Por süpuesto, el mismo Churata había señalado Resurrección de [19]

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A n t o n i o M e l is El o b sc u r o de Pu n o

los muertos entre sus obras inéditas, pero hubiera podido tratarse de un mero proyecto o de un esbozo. El manuscrito encontrado, en cambio, representa un material imprescindi­ ble para una valoración más adecuada de su producción multilacetica. Esta Resurrección de los muertos, en efecto, es un au­ tentico regalo para los investigadores de la literatura andi­ na. Como Badini subraya certeramente en su introducción representa un complemento fundamental de El pez de oro. Encontramos la misma voluntad de subversión del lenguaje eredado de la tradición cultural hegemónica. El punto de vista indígena atraviesa todo el patrimonio de la cultura lla­ mada occidental. Lo hace estallar desde adentro, poniendo en tela de juicio sus pretensiones de universalidad. El Profesor Analfabeto es el nombre, fundado en un oxí­ moron, del protagonista. Ya en esta denominación se sugiere una visión irónica de la ciencia oficial. A ella se contrapone un saber que nace de las entrañas mismas del pueblo En el trasfondo, se advierte la protesta del colonizado frente a la violencia de la conquista, que se prolonga en la cultura domi­ nante actual. Pero registramos, al mismo tiempo, la acepta­ ción de una cultura sincrética, donde el patrimonio europeo se adapta a las exigencias de una nueva síntesis. Churata desarrolla asimismo procedimientos comparativos entre las culturas americanas originarias y las culturas del Mediterrá­ neo europeo. Lo hace en su estilo, totalmente antiacadémico, de autodidacta inagotablemente voraz. De allí la argumenta­ ción del autor, fundada no en la lógica formal, sino en una sucesión pirotécnica de iluminaciones. A través de ellas, se asiste a una descomposición crítica del saber recibido. La nueva síntesis, que Churata persigue rechaza todo criterio jerárquico. Los elementos americanos

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se cruzan con los que proceden de la clasicidad, sobre todo griega, sin olvidar el aporte de Asia. El resultado final es una tensión permanente entre elementos culturales hetero­ géneos, que corresponde en el terreno literario a la tensión entre distintos idiomas. Al lado del neologismo, del empleo de términos indígenas y procedentes de lenguas extranjeras, este proceso se expresa también en la recuperación constante del sentido etimológico de las palabras. Por un lado tenemos la ampliación de un lenguaje que se considera insuficiente para la expresión de un nuevo pensa­ miento sobre el hombre y el mundo. Por el otro se trata de rescatar la sabiduría oculta de un idioma que ha ido perdien­ do su sentido a través del uso. Todo este repertorio estilístico se pone al servicio de una serie de mensajes, a veces crípticos y a veces explícitos. Uno de los más importantes entre estos últimos, posiblemente, sea el rechazo de la antropolatría. A través de este postulado, se sugiere una nueva visión del mundo, que adquiere un sig­ nificado profético con respecto al debate cultural actual. Me refiero, sobre todo, al pensamiento ecológico más avanzado, con su cuestiónamiento de la actitud prometéica hacia la na­ turaleza que ha provocado tantos desastres. Son tan sólo algunas de las sugerencias que esta obra rescatada nos ofrece y que nos permite afirmar, sin- lugar a dudas, que se trata de un auténtico acontecimiento literario. Churata el obscuro -para aplicarle el apodo de un filósofo como Heráclito, muy citado en sus escritos- desde esta Re­ surrección de los muertos nos lanza emocionantes chispazos de luz.

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R ic c A R D ff B a d i n i

Pantigoso, Manuel, 1999, £1 ultraorbicismo en el pensamiento de Gamaliell Churata. Lima, Universidad Ricardo Palma.

Agradecimientos

Tamayo Herrera, José, 1982, Historia social e indigenismo en el altiplano Lima, Ediciones Treintaitrés. ’ Usan dizaga, Helena, 2008, “Cosm ovisión y conocim iento andinos en El ¡ p ez de oro de Gamaliel Churata” en Ibargüen, Maya Aguiluz (ed.), (ob. cit.), pp. 177-206. Vich, Cynthia, 2000, Indigenismo de vanguardia en el 'Perú. U n estudio sobre el 'Boletín Titikaka. Lima, Universidad Católica. Vich, Cynthia, 2008, "Reinventando la nación: el ‘indigenismo vanguar117 146

Tltlkaka" en Maya Aguiluz (ed.), (ob. cit.), pp.

L a búsqueda de l o s in é d ito s d e C h u r a t a , in icia d a h a c e m uchos

se fue convirtiendo en un gran viaje a través de un mundo fascinante que al principio me parecía algo cerrado. Sin embargo fueron muchas las personas con las que me en­ contré y que me dieron las llaves, así no más, sencillamente, y me regalaron su confianza, como reconociéndome, sin po­ der entender bien que base o sentido común los impulsaba, quedándome por ello muy emocionado. Quiero agradecerles a todos ellos de corazón. A los hijos de Gamaliel Churata, Fédor y Amaratt quienes me abrieron el baúl de los inédi­ tos pero también su casa, sus sentimientos de hermanos y me aceptaron en su mesa. A José Luis Ayala, quien como un poéma humano evitó que yo me perdiera tantas charlas y ri­ sas»compartidas. A Ornar Aramayo por su entusiasmo endia­ blado. A los jóvenes intelectuales puneños herederos de una vanguardia que nunca termina, José Luis Velásquez y Henri Flores Esteba. Lima hubiera sido difícil sin la amistad, la hos­ pitalidad y el trabajo serio de los editores Humberto y Juan Damonte. A Antonio Melis, maestro inagotable, quien se en­ cuentra en todo el transcurso de esta historia y que hoy me regala su prefacio. A Marco Martos y Wilfredo Kapsoli por confiar en Churata. A Daniela Paba, compañera tierna e inaños,

Vilchis Cedillo Arturo 2008, “El andar de Churata en Solivia” en Maya Aguiluz (ed.), (ob. cit.), pp. 237-250. Wise, David, 1984 "Vanguardismo a 3800 metros: el caso del Boletín Ti- i tikaka (Puno 1926-1930)” en 'Revista de crítica literaria latino americana, año X, n. 20, Lima, pp. 89-100.

Zevallos Aguilar, Ulises Juan, 2002, Indigenismo y nación. 'Retos a la re­ presentación de la subalternidad aymara y quechua en el 'Boletín Tihkaka (1926-1930), Lima, Instituto Francés de Estudios A n­ dinos / Banco Central de Reserva del Perú.

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R ic c a r d o Ba d in i

teligente quien me ayudó mucho y con tal pasión por la obra de Churata que no sé si sentirme celoso. A la Asamblea Na­ cional de Rectores y a su Presidente Iván Rodríguez Chávez y Secretario Ejecutivo, Nicanor Colonia, mi reconocimiento y consideración.

Nota a la edición

han revelado tres versiones mecanografiadas de Resurrección de ¡os muertos /Alfabeto del incognoscible con hojas numera­ das ppr elautor y antepuestoal número la sigla res. Una ver­ sión reducida e incompleta (Ve), en que el diálogo filosófico entre los personajes asume, por estar dotado de un mayor sistema de acotaciones y por las características del discurso correspondientes a necesidades escénicas, la función de un ’ guión destinado a una actuación teatral.. Esta obra representa una novedad absoluta en el teatro peruano y se ha pensado publicarla separadamente. Las otras dos versiones siguen de forma paralela hasta cierto punto en que empiezan a divergir no tanto en lo sus­ tancial del contenido sino en posición y amplitud de los ar­ gumentos tratados. Una de esas dos versiones (Va) resulta §er la más completa y presenta una segunda numeración de páginas escrita a mano posteriormente y probablemente por obra de Teófano, hijo de Gamaliel Churata quien se propu­ so trabajar en la publicación de los inéditos del padre. Es en esta versión, que consta de 538 hojas mecanografiadas de tamaño A4, que se basa fundamentalmente la presente edi­ ción, utilizando la otra (Vb) en los casos de palabras ilegibles En un exam en d e t a l la d o l o s in é d ito s d e G a m a lie l C h u r a t a

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R i c c a r d o Ba d i n i NOTA A LA EDICIÓN

o falta de conexión entre las páginas, debida a problemas er la numeración de Teófano. Sumergirse en la escritura de Churata equivale a perderse en las olas de un océano en tempestad; desde esta posición, SJ^?J’®Para occidente de la profun^ d_ f I i^ u^dE.Í1.?leric.a? 9^he pensado^efaparato crítico de notas al texto, con particular cuidado a las referencias lin­ güisticas y culturales relativas al mundo andino, a los neo­ logismos, a los inventos o juegos lingüísticos del autor, en ese aspecto se ha dejado primeramente la palabra al mi¡mo amahel Churata gracias a el glosario que se encuentra al fi­ nal de la obra El pez de oro y que aparece en las notas con la sigla GPO y a un glosario encontrado entre los inéditos y que e abreviado como GI. Los otros textos que se han utilizado sea para los aspectos lingüísticos sea para los aspectos cultu­ rales aparecen en la bibliografía de esta nota, fundamental en todo lo que se refiere al mundo aymara ha sido la ayuda del poeta José Luis Ayala a quien vuelvo a agradecer por haber­ me regalado parte de su conocimiento. Se han anotado las referencias a filósofos o pensado­ res importantes dentro de la formación del pensamiento y del discurso de Churata incluyendo a los menos conocidos, asimismo con las referencias a aspectos relevantes del pen­ samiento occidental antiguo o moderno pero también a los poco conocidos y que adquieren iniportancia en el sistema de pensamiento del autor. Palabras extránjeras, expresiones raras y palabras pocos usadas en lambdernidad, cuando ha sido posible, han estado anotadas. Se Ija tratado en fin de evidenciar las referencias a otros textos del autor, en parti­ cular a El pez de oro por la estrecha relación que lo vincula a Alfabeto del incognoscible ó Resurrección de los muertos también se han considerado'las conferencias dictadas por e¡

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autor u otros textos inéditos que se han evaluado importan­ tes. Por último pero quizás es lo más importante, cabe men­ cionar los criterios editoriales que se han seguido en el traba­ jo sobre el texto. La escritura de Churata se caracteriza por su estrecha re­ lación con la oralidad andina, por los intentos de hibridación con las lenguas aymara y quechua, como se puede leer en forma clara en las primeras veinte páginas del El pez de oro y por la actitud vanguardista y experimental que el autor mez­ cla coji su tendencia personal hacia las construcciones barro­ cas. Se ha considerado relevante que el personaje principal de la obra, alter-ego literario del mismo Churata, se llame Profesor Analfabeto*revelando con eso la extrema actitud crí­ tica con respecto a la escritura^ a su légado^e lógicaoccidental. Estos rasgos ya presentes en El pez oro y que marcan la escritura de Churata como deconstructiva, según cuanto ya anotado hace años por Miguel Angel Huamán, se presen­ tan en forma matizada en la presente obra a causa de la ne­ cesidad de enfrentarse en el plano dialéctico y lógico con el pensamiento filosófico de Platón,^pero siguen actuando como marca- de una precisa actitud de Churata hacia el universo lingüístico. Por estas razones se ha considerado necesario guardadlas transcripciones del autor con respecto a términos aymara y quechua, palabras extranjeras; se ha respetado la grafía original en el caso de neologismos, los verbos en forma pronominal, las difíciles construcciones sintácticas cuando revelan la presencia de un pensamiento aymaralTquechua que logra afectar la escritura en lengua española, así como se ha respetado la influencia de los rasgos fonéticos andinos. He tratado de corregir los errores que a mi juicio parecían evidentes. Las partes que se encuentran adjuntas a mano en . II . . . . . I '**»— •■

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R ic c a r d o Ba d in i NOTA A LA EDICIÓN

el texto original y que se han podido descifrar aparecen entre

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güe Puno. F r a d e ja s

Lebrero, 2005, l o s evangelios apócrifos en la 'Literatura Espa­ ñola, 'Madrid, B.A.

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& ÓNTICA1 ., Paraninfo universitario, que es el cráneo del ,r Homo Sapiens. Ocupará la tribuna el PRO,«■ . FESOR ANALFABETO2, severamente tra­ ta jeado para el acto académico. Su fisionomía v radicalmente vernácula, se acéntúa en los i pómulos salientes, mentón vigoroso, frente \■ plano inclinado del Chullpa3, nariz kuntu-

Página anterior: Carátula original del libro. Dibujo del autor

1 Óntica: De ontos, participio presente del verbo griego einai, ser. Como j&jetivo significa relativo a la existencia concreta, actual, empírica de una cosa. el existenciajjsmo de Heidegger se refiere al ente concreto en su singularidad tomo “verdad” en sí, prelingüística y en este sentido más originaria que la “verdad” pntológica. 2 Profesor Analfabeto: Es el personaje con el cual se identifica el autor, en El pez de oro, al hablar de Bergson se lee entre paréntesis: “ ...y al testimonio acudo de ese prodigioso Museum, de que yo y no pocos analfabetos nos abastecemos: The Reader Digest" (Churata 19577p~T08yT*'" 3 Chullpa: GPO: “Chullpa. Kh-Ay. Sepulcro; Chullpar, cementerio. El Chullpa americano legendario de edades presolares; chullpa-tullu, el esqueleto, mas el esqueleto vivo..” .. GI: “ Chullpa, Kh-Ay., cementerio inkásiko o preinkásico. Pero “Chullpa” , es así mismo el habitante de las planicies del Titikaka anterior, le­ gendariamente, a la presencia deTsoíj’ por tanto indrvldüoF3e^ocal óbscurasrqüe se confunden con la tiniebla del caos. Es sin embargo ló lo vestigio elTtaTeyerida’ de la cultura de los Lupi-hakhes, Intipchuris, esto es, hijos del Sol, en medio de un mundo sin unidad social, o cosas así” . En lengua aymará, la palabra chullpa designa construcciones prehispánicas en forma cilindrica o cuadrada que llegan hasta los doce metros de altura, ca­ racterizan a las antiguas necrópolis ubicadas en el territorio aymara. Como símbolo tienen ún papel muy importante dentro de la obra de Churata en cuanto se refieren al mundo o comunidad de los muertos y a su influencia sobre el mundo de los vivos, cfr. Necrademia nota 66. Las etnólogas Olivia Harris y Thérese Bouysse-Cassagne en un ensayo titulado «Pacha: en tomo al pensamiento aymara», explican como el pensamiento aymara divide el universo en tres categorías espacio-temporales: alax pacha (el mundo de arriba), akapacha (el mundo en que vivimos) y manqhapacha (el mun-

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G a m a l ie l C h u r a t a

R e s u r r e c c ió n d e l o s m u e r t o s

riña4. Esle ostensible vivacidad misteriosa en la mirada. El público que proveniente de muchos países del planeta ha acudido a oír­ le y la amplísima sala llena, es asimismo de clase burguesa en platea, plutócratas y aristarcas5 en palcos y plebe internacional en gallinero. El Profesor Analfabeto es un inte­ lectual iletrado a quien se halaga menos por filósofo cuanto por temible sardónico. Voz bronca, locución lenta, flemática. Cuídase de representar todas las razas conocidas del planeta. A l aparecer el actor y ubicarse en la tribuna le saluda estruendosa ovación, con silbidos y chiflas al modo indoamericano.

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orquesta

Obertura VOCES

(Ovación) ¡Viva el sabio analfabeto!... ¡Hurra!.. ¡Hurra!... ¡Viva el indio catedrático!... ¡Rarará!... ¡Rarará! ¡Viva el peso pesado de la tribuna!... ¡Arriba el futuro diputado!...¡Hurra la burra baturra!6... SAKHA-AKLLÁ7

(Aparece del fondo, venia) Me ha dicho... VOCES

(Estruendo, interrumpiendo) ¡Ananau!8.. ¡Quién es esta princesita!... ¡Viva el padre que te engendró y la madre que te parió! ... {Risas)... SAKHA AKLLA

do de abajo). Esta tercera categoría está relacionada con el chullpa pacha: tiemnn uSican entida^eTHrflcnméñteTontrolables entre las cuales están los muertos que ^ ^ aB ° p ¿ ¿ S iE ;E O c id ad con el mundo de los vivos. Es en el mund5dT¡tejS * rhema S ° / í a &S1Ón de eíSlentos contranos, en que la mentalidad ayara u b i c a j a p o ^ b ^ d ^ un porvetm: «La próxima edad brotará de donde salen los poderes repentinos e inciertos que nos dan vida y así los antepasados, la gente de tiempos anteriores, no sólo hacen fecundar la t i e r í ^ d E e l W ^ V a ^ ^ l b o

de un ñlturo más1988, lejanap. Están a com o sem i,’Ia -----------— —— *nU g ^ dldag y7de nueva sociedad.» (Albó 274). bai0 tieiT — V cp Ai ° IaI S° d? Elpez de 0r0 las referencias al Chullpa-tullo son numerosas ryn i , PatTaf° S qUe tienen P°r títul° Piruetas del Chullpa-tullo ÍChurata 1957^ 202) y Crucifixión del Chullpa-Tullo (O u ír ^ T ^ 7 '7 r ‘7T^r~-----h u kuntur, condor. Nanz típica de la fisonomía andina. 5 Aristarcos: Con el sentido de aristócratas.

y aymara ’

Me ha dicho el Rector, que.es mi paito9, que no puede presentarles al Profesor... CMirada inquisitiva al Catedrá­ tico Analfabeto), porque anoche lo atajaron sus amigos y ________ 6 Burra baturra: Expresión aragonesa popular que indica algo muy bueno, lo máximo. 7 Sakha-Aklla: GPO: “ Sakha. Kh. Chullo, Ay. Las raíces dulces de la toto­ ra” ., “Akkla. Kh. Virgen del sol, sacerdotisa” . En aymara, sakha o saq ’a es la parte más tierna y comestible de la totora. En quechua, aklla es el verbo escoger, aquí puede tener la acepción de escogida como de selecta. 8 Ananau: GPO: “ Ananau, Kh. Rigurosamente intraducibie. Uno por el que se encarece algo por muy bonito; otro sarcástico, que denota lo inaceptable. Así, quien ofrece un negocio en que todas las ventajas están de su parte, oirá que se le dice: ¡Anánauj... Y eso quiere decir: qué lindo; todas son granjerias para ustedes” . s Aymara, ananay, ananaw, interjección, ¡Qué linda!, ¡Qué hermosa! 9 Paito: Padre en español andino, maita, madre.

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G a m a l ie l C h u r a t a R e s u r r e c c ió n d e l o s m u e r t o s

recien ha llegado a casa. Esta durmiendo con mi maita.. (Movimiento de brazos histriónico'). Como yo soy su Princesita Totora... Yo... VOCES

¡Ananau!... ¿Vos qué guaguay10?... SAKHA AKLLA

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VOCES

¿Qué más hijitay13?...¡Viva la Princesita Totora y viva la madre que la parió!... Ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja... ¡Viva su llo­ rón el Khori-Puma!... (En medio a estruendosos aplausos y risotadas, el Profe­ sor Analfabeto alza en brazos a la pequeñuela, la acaricia y la entrega a su aya, indiecita del ayllu de los Chimos14. Hace una venia en brazos de la tawaku15 y mutis...)

No sé... Me olvidado el discurso... VOCES

JaJaj&jja,ja... tay?...

¿Qué te llamas, guagua

SAKHA AKLLA

Me llamo Kiminsita11, mi paito dice que soy la Cle­ mencia del Khori-Puma12 porque yo lo hago reír cuando está llorando... 10 Guaguay: GPO: “ Guagualay. Kh-Ay. Intraducibie en su entrañable signi­ ficado. Hijito mío de mis telas” . “ Guagüitay. Kh-Ay. Expresión de ternura para el hijo única en el lenguaje del hombre” . “ Guagüita. Hib. Nifio recién nacido; o de pechos” . GI: “ Guagua, Kh-Ay., criatura, hijo. Lo básico, lo primero” . “Guagualay Kh-Ay. Cnaturita, nifiito, hijito” . “ Guagüitay, Hib. por la naturaleza hispana del diminutivo. Voz de extrema dulzura para el hijo pequefio.o muy querido” . Quechua, wawa: niño pequeño, más -y sufijo quechua que indica pose­ sión con sentido de cariño: mi niña. 11 Kiminsita: Kemensia era el nombre de la primera hija de G. Churata, hermana de Teófano. La madre se llamaba Rosa Calderón y había recibido de G.’ Churata el apelativo de Brunilda. La confusión vocálica entre la e y la /' es típica del español andino. ' 12 Khori Puma: Quechua, Puma de Oro, junto con el Khori Challwa, el Pez de Oro, representa un elemento fundamental del universo simbólico de Churata: “Es pues la simbología de El Pez de Oro nada más que la dramatización de ese indi-

viduo genital al que se ha dado el nombre de alma y es el principio dinamogénico de la naturaleza germinal del Universo y es su naturaleza de conciencia, de eternidad y de fruto. El Pez de Oro es el genes del Hombre del Tawantinsuyu; la sirena su madre el símbolo de la naturaleza germinal del agua, su padre el Khori-Puma, la raíz animal del hombre. Y ya tengo que decir a Ustedes que la abuela de El Pez de Oro es la Pacha-Mama, que nosotros los orkopatas llamamos, la Mama-Khamak, la tierra fecunda que constituye la gleba universal de la vida. Entonces se verá fá­ cilmente que desde los versículos del primer capítulo, a las puntualizaciones de los restantes, hay sólo la dramática del raíz animal del hombre que lucha por recuperar la semilla de su hijo El Pez de Oro a quien la muerte intelectual le había amputado de la carne” . (Badini, Churata, Ayala 2006, p. 18) la cita se refiere a una ponencia que Churata dictó en Puno (1965) para esclarecer las dudas generadas por su an­ terior ponencia conocida como El Pez de Oro, o dialéctica del realismo psíquico, alfabeto del incognoscible (Churata 1971, pp. 13-83). En El pez de oro se encuentra el párrafo Salterios del Khori Puma (Churata 1957, p. 492). . 13 Hijitay: Hibridismo español-quechua, hijita más -y , sufijo quechua que indica posesión y ternura: hija mía. 14 Chimos: GPO: “ Chimo, asiento de mitimaes chimús, a quienes, a quienes hoy se llama chimus” . Chimo es el nombre de un lugar distante pocos kilómetros de Puno, don­ de viven los descendientes de antiguas poblaciones procedentes de lo que ahora es la República del Ecuador y que fueron llevados a ese lugar en calidad de mitimaes, durante*la administración política de los incas (la mita era un servicio de trabajo obligatorio que contemplaba, a veces, el desplazamiento de enteros grupos étnicos recién conquistados). 15 Tawaku: GPO: “ Tawaku. Ay. La indiecita a quien se le han hinchado los senos y los labios. Hib Tawaquitu” . GI: “Tawaku, Ay, Mozuela, adolescente” .

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PROFESOR ANALFABETO

í (Risas y'chiflidos)

(Bajo) A los modos de Cervantes, no despues, háblelo antes. ¡Esta muerte tuvo suerte!...

Señogas y señoges... (Tosecilla oratorial) [Me propon­ go hablar en hispano de Indias] de un libro de inmi­ nente aparición: Hararuñas19 del Chullpa-Tullo20, el hárawilogío^^del Khori-Puma, o, de otra manera: Can­ ciones de los Muertos de Ultratumba, si, como ustedes sabenThay muertos que andan y otros que andan en los que van menos vivos cuanto muertos de pánico. Pero, si bien de poética y libro trataré será en forma tangencial, pues lo que mi deber entiende es llevar a ustedes los sentidos de su numen. Se trata de poesía en verso que ya podrá llamarse castellano sin atropellar la congruen­ cia, por lo mismo que su idioma es el del castellanisto22, idioma un poco canallesco, como que el primero que le

(Alto) Digo, nunca a sotreta16 cupiera, al transponer la barrera de la fría, fiera muerte, que mejor fuera servido ka kueste Hakhe1^del cobre cuando de la pantiona18 vino por el cobre de los pobres, razón ración del Rocino, derechos del muerto dino... (Entre dientes)

,

Y díranlo voces que son de andantes asemesmo por él pienso, que si pinso yo no pienso, así con rozna me roznen [así me roa la rozna del los pedantes. J

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Sotreta: Persona ociosa.

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19 Hararuñas: GI: “ Haruña, Ay, Canto, Hararuña, la entonación del canto” . La palabra parece ser un neologismo de Churata formado con la palabra quechua jdrawi con el sentido de poesía y canto más el sufijo -ña que indica, en conjunto. La traducción sería: conjunto de poemas o canciones tal como se aprecia en el texto. En El pez de oro se encuentran varios poemas que llevan por título Hararuña. 20 Chullpa Tullo: GI: “ Chullpa-tullu Kh. Ay., literal: hueso del chullpa, esto es, del habitante anterior al ciclo inkásiko; también los huesos de la tumba. Es aquí que se descubre la concepción que de la supervivencia de la personalidad después déla muerte, tenían, y tienen, los indios americanos, pues el hueso puede infundirse en la sangre de quien le viola y escarnece. Fenómeno este que los embriólogos del siglo X X llaman telegonía” . Al interior de la visión del mundo de Churata este concepto adquiere el valor fundamental de la influencia de los muertos, sobre los vivos, cfr. Chullpa y Necradémia, notas 3 y 66. 21 Harawilogio: Hibridación de la palabra quechua jarawi o yarawi que in­ dica un tipo de canción quechua cuyo argumento es generalmente la pérdida de la persona querida y el sufrimiento por su lejanía. GPO: “ Harawi. Kh.-Ay. Canción erótica o pastoril” . GI: “Harawi, Kh. Ay., yaraví o canto erótico, pánico y agrológico” . 22 Castellanisto: GI: "Castellanisto, Pb., el indio que chapurrea el hispano y por esta razón se siente barbudo frente a sus congéneres” .

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habló [en hablarle] fue el puerco del Filipillo, ese bri boncejo que prestó a intérprete de los caballeros y de sus acémilás, idioma híbrido para híbridos, cuya foné­ tica lo hace pariente del Latín como no menos socio sucio de la euskera, templada tizona toledana con que el Cheitán23 Valverde abrió el cielo a Atabalipa24, des­ pués de embolsillar todo el oro del rescate... Es, pues, PQ£gja^in_Klipaios^ mestiza para indios, y aunque su autor se cuida de aún así no malograr las salivas de un escritor como Granada25, sabe que si no cargara las porquerías del Filipillo por eso dejara de ser alfoija de camaretones26. De estos y otros problemitas trataré de conversar con ustedes, si bien tributo de honestidad será anticiparles que estas Hararuñas no serán trasegadas impunemente. No sale muy sencilla la traducción de su título, si lite­ ralmente Hararuñas del ChuUpa-tullu sería Canciones loshuesos de la tumba. Pero no es este estrictamente elsentido del mito vernáculo. ChuIIpa, en primer lugar, es el hombre de mayor antigüedad sobre el planeta, si de él se dice que habitó cuando faltaba aún el Sol en el zodíaco, por lo que eran hombres que vivían al amparo del astro nocturno, al que esa antigüedad consideraba 23 Cheitan: En los cuentos de.Las,mil y una noches la figura del Cheitán viene a ser el equivalente de Satanás, el maligno. 24 Atabalipa-. Atahualpa, según la grafía que se encuentra en algunas cróni­ cas de autores españoles. 25 Granada: Luis de Sarria, (España, 1504 - Lisboa, 1588). Escritor religio­ so, traductor de escritos de Tomás de Kempis. En dos ocasiones este autor es citado en El pez de oro junto con Santa Teresa, Juan de la Crüz o Quevedo, como emblema ae la pureza lingüistica española (Churata 1957, p. 34, p. 301) 26

Camaretones: Camareta, cohete en las fiestas cívicas y religiosas.

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macho y ;no hembra. Al sobrevenir la presencia del Sol los Chullpas se convirtieron en tallas de andesita. Diría más propiamente que eran hombres y mujeres de una era matriarcal, los cuales al imponerse la gens de los Hijos del Sol o individuos del gentilicio solar, desapa­ recieron de la tierra, con la autoridad de la Gran Madre la Hatum Mama27. El Chullpa-tullu sería pues el alma o- ego del hombre del matriarcado, el cual vive en los chullpares, enterratorios o necrópolis y, siendo dialéc­ tico a cuanto se refiere al numen patriarcal, cuando sus tumbas son.violadas se apropian del osado y le matan, actuando désde su sangre y visceras. Con lo que ya po­ demos decir que estos cánticos se dirigen a los muertos conscienciales de la edad de piedra, o algo así. Si plan­ teamos, el problema en este plano nos resulta muy fácil concluir qúe Tiwanaku28 fue un emporio del Matriarca­ do Americano, si cuanto vestigio~queda susceptible de demostrar algo incide en que la gran cultura esa terminó en manos de los Hakhe-Lupis, o Lupakhas29, de quienes fiie lengua gentilicia el aymara, como, seguramente, el Uru30 de Jiwanaku. 27 Hatum Mama: GPO: “Hatum-mama. Kh. La madre grande; la tierra” . Quechua: abuela, mamá grande. 28 Tiwanaku: GI: “ Tiwanaku, Kh. Ay., ruinas del kollasuyo, de arcaica edad, que los aymaras estiman el fin de una cultura y los kheswas punto en que el ameri­ cano hubo de detenerse cansado por su larga trayectoria” . Sitio arqueológico en las cercanías de La Paz. 29 Lupakhas: GPO: “Lupakhas. Hibridación de Lupi-hakhes, del gentilicio solar. Grupo étnico que constituye lo más jerárquico del pueblo aymara” . Los Lupaqas son uno de los grupos étnicos afincado^ en la ribera del Titicaca, la etimología parece proceder de lupijaque que sigñifica hombre sol. 30 Uru: GPO: “Uros. Hombres del lago, arcaica familia étnica de primitivi­ dad adámica” . Los Uros pueblan actualmente un archipiélago de islas flotantes de totora, situadas a unos seis kilómetros del puerto de Puno.

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Las estatuas prominentes de Tiwanaku todas tienen las trenzas de la mujer, y la falda está constituida por una estilización de la escama31. Se trata pues de Sire­ nas32 del Lago Titikaka, y de una economía de pesca, pues el animal prominal es el Pez, el Suchi33, con irra­ diación vasta en el perímetro del lago. Los hombres tie­ nen la característica inconfundible: los cabellos largos, mas no en trenzas como las de la mujer de las tallas; todo lo que hace forzoso admitir que se trata de repre­ sentaciones matriarcales. Esta coincidencia se halla entre la nación mirmídona34 del radio Acadio35 de Grecia, y este de Tiawanaku. Los mirmidones, como los urus se dan origen en el lé­

:|l H

31 En El pez de oro se encuentran varias referencias a la cultura de Tiwanaku relacionada con otras antiguas culturas y también a su aspecto matriarcal y, en la interpretación de Churata, anterior a la llegada del sol, es decir, de los Incas, cfr. (Churata 1957, pp. 4 60-462) ’ 32 Sirenas: En la conferencia recopilada en (Badini, Churata, Ayala, 2006), Churata presenta la sirena como madre del Pez de Oro y símbolo de la naturaleza germinal del agua. La sirena esta presente en el imaginario de los pueblos que viven alrededor del lago Titicaca y su imagen se encuentra en los relieves de la fachada de la catedral de Puno en la cual escultores indígenas o mestizos supieron insertar elementos culturales de su propia cosmovisión entre los símbolos católicos. GI: “ Sirena, tanto como habrá de decirse del Hipocampo, la sirena del indio, parece ser no la sirena occidental; el indio en cuanto pudo reprodujo una en los relieves de templos subalternos. Es general versión la suya de que habita manantiales, lagunas y torrentes” . En El pez de oro se encuentra el párrafo La Sirena del Laykha-Khota Madre de El Pez de Oro (Churata 1957, p. 502) 33 Suchi-. GI “ Suchi, pez del Titikaka y ríos del sistema, entre los Oresties; mas estímase -sin otro fundamento- que él bien puede ser supérstite de los primi­ tivos siluros. No confundirle con el ‘ Suche’ , que es mote .aplicado al lechuguino colonial” . Quechua y aymara, such 7: pez de río y de lago conocido también como siluro. 34 Mirmídona: Los Mirmidones jeran un antiguo pueblo de la Tesalia meri­ dional que según la mitología habrían participado en'la guerra de Troya al lado de Aquiles. 35

Acadio: Imperio Acadio, Mesopotamia entre XXIV y XXIII siglos a. C.

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gamo del lago; su animal totémico es el sapo, y como los urus, según refiere Homero, pues mirmidones pelearon por la causa de Menelao en Troya, los hombres llevaban largas híspidas cabelleras. Pues bien, los mirmidones fueron también, antes de Troya, un matriarcado como Éfeso y otros distritos de la Hélade. Son coincidencia a que no damos valores radicales, pero permiten inducir rutas de conocimiento en la tiniebla total que rodea el mundo de las ruinas tiwanakotas. Aprehendido empero el Chullpa-tullu con recursos es­ cuetamente positivos vendría a importar sólo mitografía de la subsistencia del alma humana tras la muerte, pero del alma humana seminal, del genes36, en una palabra, todo lo qué colude con la concepción que se origina en la Mesopotámia y se expande por casi todo el planeta: el alma humana como individuo genital, inmortal y desti­ nado á cumplir funciones germinales. Pará estos pueblos la muerte es un mito y es ese mito en manos de las religiones posítívas^eT fundamento de la dualidad de Esencia y Sustancia como factores dialécti­ cos de la conciencia humana. Si sostenemos lo primero, habremos de implantar de entrada este fundamento, la muerte es sino una creación de la palabra humana y no posee ótr'o valor que el de las cinco letras que la forman: M ú e r-f e. • N 36 Genes: Churata usa la forma del plural español que le sirve probable­ mente para expresar el concepto de gen como alma colectiva; en este caso la falta de concordancia con el artículo y con el verbo se debería a la actitud experimental hacia el lenguaje y al intento de afectar y modificar las estructuras gramaticales y sintácticas con las categorías culturales andinas. La relación gen-alma, Jos pasajes del plan biológico al plan psicológico están en la base del pensamiento de Churata como se deduce de la lectura de su obra El pez de oro.

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Así vamos, pues, tras esas letras, a rastrear la verdad que a Dios de hablársele se hablara su lengua o con len­ del hombre en su lenguaje y en la vida. gua capaz dé la suya. Como en la Escuela Peripatética y Murió por la letra, letra debe resucitarle, en Academos antes, para no ir a Bios. o Tales de Mileto, iResurgite!... Heráclito,- la colegiata filosófica hizo más que discurrir, dentro ‘su náturaleza retórica, en materia semántica, (Risas y ovación) convencidos de la inmadurez e impropiedad de los me­ dios idiomáticos, erizado camino de la disciplina. Los VOCES problemas del conocimiento acaban en problemáticas ¡Rawo37, Tata Analfabitu38!... del verbo para Hobbes y ya Heidegger sostiene que el conocim íénto deviene ínsito de la palabra. Ñ o confutan PROFESOR ANALFABETO la posición sana e higiénica del eclecticismo griego, para quien el hombre sólo cognosce aquello que su palaHra ¿Creen ustedes en el canon evangélico que estable­ puede describir. Claro quTnoTií^one, como el filóso­ ce que en el principio fue el Verbo y que Dios era el fo existencialista, que el conocimiento es igual a la cosa Vqrbo y Verbo Dios? Señoras y señores, del Verbo nos conocida, puesto que se conoce con palabras; por lo ocuparemos... Que la filosofía persigue el conocimienque más lógico es sostener que el hombre conocerá sólo t o jie jo s principios universales, sostiene Juan Bautista aquello que su palabra pueda describir, por lo que su Vico, mientras la filología mira a hechos particulares y conocimiento irá hásta donde alcance su palabra. mudables. Esto es, filosofía, es ciencia de los principios Hamlet,'declamaba [a Horacio:] universales que, obstantes, opera con instrumenta^ -mu­ - ¡Palabras! ¡Palabras! ¡Palabras!.... dable y particular. Para que la filosofía constituya meEl Hermetismo se contenía en numerales y de él dio^eficaz (énfasis) en la desvelación dg los principios arrancan el Pitagorismo heleno y el Neoplatonismo ale­ HHÍY^ales?i^ue_son su problema^ d e b e r ía 'h '^ T ^ - ^ jandrina, también filiado en numerales. Son punto de estima así Nietzsche, de^~instrumento es­ partida de la filosofía occidental, reflejo ateniense. Pero table capaz de ese conocimiento, pues j0 la filosofía1ateniense viene de la copulación hermética, trascendente particular debe ser el de la trascendencia búdica ,y judaica, como negación del politeísmo y del como valor nuniinoso de la vida, si parece indubitable espíritu clásico en la mentalidad helena y sus filiales. Es desde Platón, a quien desde luego suministran raí­ PfoTt 37 Rawo: Adaptación, según la fonética quechua-aymara de la palabra bravo. ¿8 lata Analfabitu: Tata en quechua y en aymara tiene el significado de pa­ ces la escuela ~de fílea7que el^ensámienfcTadquiere va­ dre o señor, analfabitu es una adaptación según la fonética andina de la palabra lor verbal, pues Atenas inaugura el reinado del Verbo

[

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como fundamento ortodoxo y filosófico. En Atenas tiene consubstancialidad y proceso la palabra discursiva del hombre, y a su vez, determina el nacimiento del orfismo cristiano, en el Apocalipsis de Juan el neoplatónico. [Acabemos bien leyendo a la entrada del pórtico: si no amas las matemáticas no ingreses al templo de la fi­ losofía. Platón] (Estupefacción en el público; zapateos y runrune.) VOCES

¡Zambomba!39... Ja, ja, ja, ja, ja... PROFESOR ANALFABETO

Interrogatorio se plantea ante la extraña realidad. ¿Es que el hombre no habla por eso que llama instinto y habla sólo porque su lengua está más allá de su natu­ raleza? ¿Pertenece, acaso, a la familia de los metereólogos Chenkhos40 y su idioma es el gruñido, como el del Chenkho el chirrido, y no el gorjeo? ¿Es entonces la filo­ sofía una contranaturaleza de las expresiones humanas? Nietzsche, genial como en sus entristecedoras psicosis, pontifica que sí: el animal enfermo es el que filosofa. Y tiene para esto muy presente a Immanuel Kant.

39 Zambomba: Interjección familiar con que se manifiesta sorpresa. 40 Chenkho: GPO: “Kh avecilla de plumón nigérrimo, especie de obser­ vatorio metereológico del Titikaka. No tiene goijeo” . Los quechuas y aymaras se orientan en los ciclos agrarios de acuerdo a la altura de los nidos que forman estas avecillas en los pajonales, indicando años de lluvia o sequía.

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Como la chicharra de la costra silúrica el pequeñito Chenkho del Titikaka se expresa mediante cricreo que tiene el pentagrama dej^ana_gue raja el huracán. -¡ChirrjJChirr! iChirr!... Cree Spencer41 que sí, este lenguaje es del lenguaje que los hombres perdieron al transmutarle en verbo. No hay que acudir al Angélico para atestiguarse de esta rea­ lidad, bastará observar en los pinnipedos quienes ha­ blan sólo con el bramido, pero entre miles de ellos, la cría atiende al llamado individuado de su madre y acude a buscarla en su dirección.-Es, pues, palabra articular, con lógica, mnemónica e imágenes. El Lenguaje del simio que deviene hombre es, pues, lenguaje de animal. Veámoslo: Acaban de matar al hijo de esta madre y se dispara el acomedido a llevarle la noticia: -iMataron a su hijo madre!... -¡Kuik!... ^ Lo demás lo hacen los ojos, la palidez, los gestos, tienenos enseñado los poetas que una emoción profunda oblitera las facultades expresivas, término que ratifica la psicología más elemental. O, mejor dicho, extrae del Subconsciente las palabras celulares del individuo y ellos saben que ni la más elocuente cláusula llegó nunca a los talones del sentimiento motor de la poética emoción. 41 Spencer. Herbert Spencer (Derby, 1820 - Brighton, 1903). Filósofo in­ glés, a lo largo de su vida logra elaborar un “ sistema de filosofía sintética” en que la vida social, la psicología y la espiritualidad son estudiadas desde un enfoque evolucionista. Es citado en El pez de oro con referencia al canibalismo considerado como “la vergüenza de las sociedades primitivas” (Churata, 1957, p. 116).

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En el dominio de estas dificultades radica su excelen­ cia. Expresar, para el poeta -para el hombre en gene­ ra l- es siempre hito, anhelo. Si ustedes lo observan bien no para el zorzal y si éste, como estima Spencer, veces parece empeñarse en imitar la voz argentina de algunas damas, en realidad está respondiendo a los contagios del filósofo Hartmann42. En materia de sarcasmo, hay el viejo estilo de la declamación, que era tan fuertemen­ te mímico - y tornamos a invocar al filósofo inglés- y melodramático. Por nuestros días el declamador dice el verso con dignidad estatuaria. Antaño sentíale esbozo de la emoción de que obtuvo origen y, a ser necesario, le decía a moco tendido... ¡Qué elocuente testimonio de la dinámica accional, gesticular y secretoria de la poesía! [Reflejos condicionados que no entendió Pawlov43]. Será .preciso decidir, por tanto, si el hombre habla en cuanto es animal o habla porque puede no ser animal. Si la estructura papilar y la glótica sobrevino a su erección en dos extremidades o fue anterior. Los disfuerzos de Juan Jacobo por devolver al niño libertad de moverse en la cuna, es bien claro tributo en favor de la autonomía si­ mia del esporo humano. Lo indiscutible para el pediatra 42 Hartmann: Hartmann Nicolai (Riga, 1882- Gottinga, 1950), filósofo ale­ mán. Una constante de su pensamiento es el “realismo crítico” en que el conoci­ miento se presenta como “una relación de trascendencia” que nunca puede redu­ cirse a las estructuras transcendentales del conocimiento: el sujeto no “ produce” el objeto, sino lo encuentra en su transcendencia irreducible. De esto procede una actitud descriptiva como enseña la fenomenología. 43 Pawlov: Ivan PetroviC Pavlov (Rjazan, 1849 - Leningrado, 1936). Fisió­ logo ruso, su nombre está relacionado con el descubrimiento del reflejo condiciona­ do. Importante es su influencia en la psicología a pesar de que Pavlov rechazaba la perspectiva psicológica y optó siempre por una interpretación estrictamente fisioló­ gica del fenómeno del condicionamiento.

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será que el niño (o el adulto en nuevo nacimiento confor­ me a nuestros principios) nace no menos apto para la lo­ comoción que la ovejuela, sino que, como ésta, se mueve asistido de cuatro extremidades a poco poderse sustentar y habla con voces típicamente simios tanto que, como se ha visto en la madre del símil, de ellos habrá de acompa­ ñarse en lo extenso e intenso de sus trajines. En el chaiña44 la expresión erótica es un hecho subi­ táneo, pues sólo cuando siente las vesículas seminales invadidas por el licor genesico despierta en el la idea de nido y de gorjeo. Ha pipiado hasta entonces como la hembra, mas desde que la busca y durante la erección del nido es un hervor de gorjeos. Estimada esta expre­ sión lírica en el chaiña y admitido que el anegamiento de los alvéolos seminales importa la ocupacion de ellos por los genes canoros, habra que entender que el chaiña gorjea en tanto se lo exigen las semillas de su linaje que deben sembrar en la hembra ya conquistada y aplicada la norma al poeta-hombre se podrá entender que la úni­ ca poesía de que es él capaz es aquella que se determina por la presencia de sus hijos en sus vesículas testiculares. Hay sólo una poesía: la erótica. El canto del poeta en estos~planos no es todavía palabra: el canto del poeta es canto de animal.45 __ r__. ** * 44

Chaiña: GPO: “ Chaifias. Kh-Ay. Jilguero” . GI: “ Chaifias, o Chamitas,

este Hib., Jilgueros o Jilguerillos” . 45 La relación entre el lenguaje humano y el lenguaje animal, la expresión extraverbal a través de las melodías en el canto de los pájaros o los tonos del ladrar

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La traducción verbal del mimo, de la gesticulación, no se da filológicamente ni en el sustantivo, el adjetivo, ni el verbo: en la interjección. [San Martín] El lenguaje humano a nativitate, [como dicen los materiales del Re­ pollo Latino] será interjectivo. Esto es, chillido simio. El teatro arcaico es exclusivamente mímico, como es mímicato 3 ÉTIíturgia. Y esto sólo dice que menos que fonético es gesticular el idioma específico del hombre arbóreo, del Sacha-Runa46, y que para hablar a Dios hay que hacerlo con visajes y genuflexiones, pues tales cinegrafías47 cuan­ to alcanza horadar la distancia tétrica que separa a los hombres del Creador, o sea el dado de razón. Principio radio electrónico del levita: “El Señor oye las palabras de tu corazón, no las de tu boca”. ¿Y cuáles ellas? Las hemi­ plejías deftransverbero48, la criptokinesis49 del Duende, o Cheitán, si es de los cambrónicos50; el conjuro del brujo de un perro, ocupa una parte importante de la reflexión de Churata sobre la palabra y la letra sobre todo como responsable en su teorización, junto con la filosofía, del alejamiento del hombre de su naturaleza animal. En El pez de oro se encuentran anticipaciones de estos temas en el retablo Thumos (Churata 1957, p. 367). 46 Sacha-Runa: GPO: “ Sacha-runa. Kh-Ay. El hombre del árbol” . Quechua, sach ’a, arbusto, vegetación, runa, hombre, con este nombre los incas denominaban a los habitantes de la selva, los chunchos. Cfr. también (Churata 1957, p. 156). 47 Cinegrafia: En su reflexión sobre la naturaleza y el origen del lenguaje humano Churata usa expresiones como cinegrafía, cinegrama, o cinefónico con la función de designar elementos extra lingüísticos, pero también onomatopeyas o expresiones populares de la lengua hablada, para introducir una confutación de las teorías de Platón sobre el lenguaje. _ 48 Transverbero: En sentido de transfixión como dolores de la virgen María. En la palabra transverbero se añade el sentido del verbo de Dios que traspasa como espada el cuerpo de la Virgen. 49 Criptokinesis: Kriptokinesis o criptoquinesia del griego kriptos, oculto y kinesis, movimiento, al interior de un lenguaje típico de la parapsicología indica la facultad de mover objetos con el poder de la psique. 50 Cambrónicos: De Cambronne, general francés que luchó en las guerras napoleónicas y pronunció en Waterloo la “ palabra de Cambronne” : “merde! .

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frente a la acción mortífera del granizo. El gran actor no parlador eximio: corazón con genio mímico. Los grupos o familias zoológicos poseen idiomas bio­ lógicamente suyos, demostrando que el animal habla como digiere y cualesquiera los puntos del planeta donde permanezcan, usarán de ella, apenas con diferencia de grados en orden a las condiciones meteorológicas. Con­ trariamente el hombre: sus voces varían en relación a de­ terminantes de su ecología. Y porque aprende a hablar su habla poseerá las particularidades del ámbito vegetal, mineral, zoótico, en que se ha detenido y vegeta. ¿Cuán­ tos los dialectos (que en buena parte no son dialectos), del negro? La familia étnica no determina unidad idiomática, como entre los negros cuervos. Consecuencia: el cuervo habla su lengua, el nigerio la que se hace. Pero si hay idioma universal del hombre: el gesticular simio [desde luego, aún verbal la expresión hominal, es en un 80% gesticular]. ., El idioma del hombre señalaría el punto de la evasión del hombre y la transmutación de sus valores como natúraleza animal. No es este un cargo. Señalamos hechos que ^rmitiráñTdescubrir la raíz de sus patéticas y torturas. ¿En qué momento ese fenómeno se articula y trueca acción deliberada? Es evidente que lo primero que debió hacer como hombre fue correr huyendo en bípedo, lo que ya le impuso la necesidad de encallecer las manos trase­ ras, larga, pavorosamente larga tarea que aún hoy repre­ sentantes de su linaje siguen persiguiendo hacer pies de las manos al huir. Hízolas por los modos de la pezuña del antílope, como el elástico aéreo dinámico. Bastaría entre-

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garse a bocetar la historia de la sandalia para encontrar esas raíces. El valor sintético de la paidología ruseliana, de tan acusado pulso púnico, que el filósofo no reconoce o no ve (lo que resulta difícil admitir), se caracteriza por el frontal rechazo de la faja del niño, ese símbolo de una estética somática... Son estas apreciaciones provisionales de Juan Jacobo, en este orden merece autopsia positiva y al microscopio. Juan Jacobo no atina a descubrir el valor de tan pre­ ciosa conquista de la educación y sostiene la convenien­ cia de suprimirla, como que influyó poderosamente en el mundo. _No descubre que la faja fue creada no para fastidiar al niño, determinando lo que ahora diría el psi­ coanálisis complejos anales o fálicos, para hacerle, para modelarle en morfología de hombre, e impedir de esta manera todo regreso a las normas del simio que orgá­ nicamente le fluyen51. La faja no tiene edad histórica o mejor dicho no tiene edad en la letra. El Ser, verbo en griego, según Heidegger, debe enten­ derse como la necesidad de mantener al hombre erec­ to, vertical e implume, cosa que no atisbo Buffón, sin vacilar. Esto eso: Ser, en griego, es ser bípedo, erecto. El No-Ser, importará, lógicamente, il ricorsi al cuadru­ mano, que es sólo la Muerte en su animalidad raigal para el hombre. Parece que este escolio filológico viene a proyectar luz sobre aspecto tentador del mito hebreo de Adán y Eva, genéticamente estimado. En el Edén el hombre adquirió un Ser y allí canceló la parte que im­ 51 En el muñdo andino la faja se sigue usando como una forma de modelar la fisonomía del niño.

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portaba su personalidad en el mono inocente, ignorante tumba de toda idea de Bien y de Mal... Esos pequeños adefesios, deliciosos seguramente, que posee la mujer, como el suspensor para los senos, el corset, el corpiño, el cinturón, sólo pueden ser instrumentos destinados a modelar la basta y no por poco gorilesca so­ mática de la madre del género humano. El cielo no consen­ tirá monos (no hay uno en el panteón por línea hebrea), el hombre para argüir derecho a su estancia ha de llegar fajado y no lúdico. Fajados afrontan los faraones el miste­ rio de Ultratumba y los hindúes, -m ás sabios, acaso- en gigantescas pagodas, no en fetiche, en naturaleza, veneran pequeños simios (Herodoto), o por reconocerle parentesco en las raíces o por impedir de este modo místico el regreso del hombre a sus patricias osaturas. Hanaku se llama ese dios vivo y eso huele mucho a nuestro Hakhe-Nakha52, el gentilicio [ancestro Hañachu53, el genitor]. ¿Si ontogénicamente54 el hombre procede de las aris­ totélicas parmenianas esencias simias, Jesús, para venir a él, se hizo de osatura simia? He aquí problema sin gro­ sería alguna que el teólogo debía previamente dilucidar. Ya fuerte tendencia hay entre pensadores que afilian al Vaticano y los mismos dignísimos sacerdotes, como Monseñor Bignet, que se inclinan a admitir la doctrina evolucionista que da al hombre cúspide darviniana en el 52 Hake-Nakha: GPO: “ Hakhe-hakhe, Ay. La colectividad gentilicia: pue­ blo. Hakhenakha, el individuo del hakhe hakhe” . Con Hakhe-Nakha se entiende en aymara la sociedad, un pueblo organizado. 53 Hañachu: GPO: “Hañachu-dansiri. Hib. Plb. Danzarín fálico. Hañachu, el genitor” ., cfr. (Churata 1957, p. 189) 54 Ontogenia: Desarrollo del individuo, referido en especial al período em­ brionario.

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proceso biogenésico. En ese caso la simiología del Hijo de Dios resultaría el finiquito de la antropología grecohebraica, y la teodicea, de Plotino a Leibnitz, se habría venido abajo como un castillo de barajas sucias... Mas hay otras razones de valor igualmente espeluz­ nante. El lobo que lacta mamaria hominal inglesa, vive en Britania con el hombre, se hará erectus nunca. ¿Por qué, entonces, el niño que criaron a semejanza de Rómulo y Remo la próvida loba del Lacio, pronto vuelve a cuadrú­ pedo? Y no sólo eso: pierde su habla articular, gruñe, gi­ motea, himpla, como lobezno y no sabe en modo alguno servirse de las manos. Lo inglés en ese niño es lo acciden­ tal y fáctico, zoológico lo biótico55... Lo sorprendente acá está en la expresión emotiva de la bestia feroz, que puede extender su ternura maternal a un crío de hombre, fiera de la cual no recibió sino crueldades, como bien que debe saberlo. El hombre será hombre para él; para los anima­ les es sólo un animal. Ya allí hay esquema lógico más sutil en el lobo. Y el hombre es apenas en medias él cuanto la sociedad zoótica56 que comparte su sangre en estado embrional como tan fértilmente podría demostrarse con el estudio de la psicología de las imágenes retóricas, pues ella permite descubrir en el pensamiento escrito condición

55 Biótico: Actualmente es un término usado en ecología, es relativo a un ser viviente que hace parte de un ecosistema. 56 Zoótico: El término zoótico es muy usado por G. Churata, alude a la rela­ ción entre ser humano y animales dentro una visión del mundo que se inspira en las categorías culturales andinas, en las que la distancia entre ser humano y animales es menor que en la cultura occidental (Churata 1971, p.14 y p.30).

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zoótica, cosmos animal, rigiendo ideoplasmas57 y medios expresivos (EPDO58). . Y todo esto viene a explicar la insuperable polémica semántica de la filosofía, revelando deficiencias expresi­ vas y seguramente grave impropiedad lexical. Un buen estilo retórico es imposible sin neologismos; esto es, sin universo fáctico. En dos milenios de trapecio intelectivo y de lenguas sabias los filósofos debieron penetrar, y holgadamente haberle trajinado, el cenagoso abismo de los principios universales. Vamos camino de transponer el actual, han chorreado colisiones filosóficas, astros y asteroides alzá­ ronse para declinar en el cerúleo del silogismo: la metafí­ sica naturalista de Darwin ha periclitado, está a punto de volar el planeta en chimborro59 de Carnestolendas y hay apologético cuerudo: el ítalo Schiacca60 (por lo demás ex­ celente expositor filosófico) que nos sale con el viejo cen­ cerro de que la palabra del hombre fuele suministrada por Dios, y es ella cuanto acredita su naturaleza divina... Des­ de luego, eso puede perdonarse a un filósofo católico, pero los metafísicos no católicos ven en el pensamiento, de que 57 Tdeoplasma: En la teoría evolucionista del biólogo suizo Karl W i l h e m von Naegeli (Zurich 1817- Munich 1821), que estuvo en contacto “ nGregw M^nd , la idea de ideoplasma anticipa el moderno concepto de cromosoma. Una parecida se encuentra en la producción posterior del filosofo evolucionista Herb Spencer (1820-1903) que designa las que se consideraban umdades vehículos transmisión de la herencia como “unidades fisiológicas . 58 EPDO'. Sigla que designa la obra El pez de oro. 59 Chimborro: Posiblemente provenga de chimbo que a su vez se origina la palabra quechua chimpu que significa borla de colores. 60 Schiacca■ Michele Federico Sciacca, (Catama, 1908 - Génova, IV/ ). Filósofo italiano, llega a la metafísica cristiana tomando a Platón como punto de partida de su meditación.

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es la palabra expresión y es sólo en tanto ella, que le re­ sulta consubstancial e ínsita, la condición, si no angélica, arquetípica, del hombre como individuo super-natural... Dios, si existe, no perdonará a estos últimos, mas tendrá que hacerlo con los otros, ya que con doctrina tal hacen más que ofenderle, pues demostrarían que si fue capaz de crear la vida, es incapaz (Mons.Cejador Frauca61) de hacer gramática modestamente aceptable. Tiene que resultamos congruente ahora que el Aquinense62, l

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61 Cejador Frauca: Julio Cejador y Frauca, (Zaragoza, 1864 - Madrid, 1927), crítico y erudito español reivindicó contra las teorías positivistas la creativi­ dad y espiritualidad del lenguaje. Cfr. (Churata 1957, p.21). 62 Aquinense: Tomás de Aquino, (Roccasecca, Frosinone 1221 - Fossanova, Latina, 1274). Junto con San Agustín de Ipona es el pensador cristiano más citado por Churata. En una conferencia dictada en la Universidad Nacional Federico Villarreal en octubre de 1966 y recopilada en (Morote Gamboa 1989, pp 59-67) en las páginas 66-67 se lee: “Tengo otro [inédito ] que se llama Mayéutica, que es la discusión del socratismo. Allí hay un poema que se llama El puma y el buey. El puma es el repre­ sentativo totémico de la cultura lunar o sea de la cultura nocturna del matriarcado, y el buey es representativo de la mentalidad de occidente, porque ese buey es el buey de Aquino, de Santo Tomás, a quien, con todo el respeto que debe inspirar la mentalidad fulgurante de ese gran pensador, creo yo haberle reducido a las medidas más humanas que nos corresponde como animales de la tierra, y no como concepciones abstractas de la metafísica” . Entre los inéditos se encuentra Mayéutica que está incompleta y le faltan páginas, por el momento es difícil reconstruir el poema El Buey y el Puma del cual empero se encuentra la introducción: “No se pretenda encontrar en esta tenida más de buen humor que de malos mareos filosóficos, propósito polémico frente a Tomás de Aquino, si, como se verá, cuanto tenemos a mano es un clinch zoótico entre dos representantes categoriales de la terráquea sociología: el Buey, Atlas de la cultura de Occidente y el Puma, felino rampante de la génesis histórica del Tawantinsuyo. Tomás de Aquino es una mentalidad severa, finamente lúcida para los beneficios de su disciplina y el servicio trascendente de su fe, cuanto permite descubrir que si en su tarea no falta la intervención de factores numinosos por eso acaba estropajo siempre de los inspiradores, que no son -para infortunio de sus víctimas- ni el Espíritu Divino ni la Divina Madre del Cordero, sino majaderos demoniejos de las índoles del famoso Daimon de Sócrates, origen invisible de malos pensamientos, intenciones pecami­ nosas, que, ya en la India, China, el desierto arábigo, o en la Hélade, dinamizan la ruindad humana como fin excelente de su destino; generación de víboras que tortura al sacerdote Laoconte y su linaje hasta la quinta y décima generaciones. Decir de la

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obra de Tomás que importa explicación con mentalidad occidental del aristotelismo ante las conclusiones dialécticas del aristotélico averroismo, es decir algo tan vulgar que resultaría fútil. En cambio si pudiésemos esquematizar otra vulgaridad como la de que su hazaña representa el ordenamiento de la teología cristiana como filosofía racional, la cuestión acaso cambiaría de aspecto; pues luego saldría forzoso lanzar otra proposición, y ésta sí tan audaz como nueva en el fondo: Aristóteles aparece como el primer filósofo escolástico de Occidente; pues si su introducción por Alberto Magno y la exégesis de Tomás desde la Universidad de París, implantan la dialéctica dentista de esta disciplina traducida hasta entonces al mundo europeo en los nelumbos del Neoplatonismo y del Hisponismo platónico de Agustín, concurre a brindar fundamento sillar a la política del Vaticano, no porque Tomás de Aquino cristianice a Aristóteles, sino porque ofrece síntesis de filosofía ateniense como metodología de la mentalidad cristiana. En suma, por este camino puede llegarse a la conclusión de que, para los beneficios de la cultura eurásica, Aristóteles podría ser considerado primer pensador católico racionalista de Occidente. Y ya se impone admitir que el cristianis­ mo no es fenómeno de fetación hebraica tanto como es el esporo de la filosofía de Atenas. Pero, plantea Tomás, y con la diamantina claridad que le fue tan propia, con­ clusión vertical que invalida la legalidad de la filosofía como camino teológico, pues aquélla es sino ruta de razón para llegar a ésta, y termina donde la facultad cognoscitiva de la inteligencia humana se encuentra frente a la verdad revelada. El racionalista de Macedonia también habrá ya admitido con Sócrates el valor de la fe para el conoci­ miento, si bien no le nombra ni al sustraerle la fórmula del Dios como bien supremo, postulado que podría oler a los intestinos de Moloch, pero no a la hermosura pentélica de Venus Anadiomena que debe ser el arquetipo del Bien y de la Moral para la Grecia [...] mármol apolíneo. La proposición desde luego es falsa para ambos aspectos. La ra­ zón es un supuesto de una inteligencia supuesta cuyo origen es otro supuesto: Dios. Y en el mejor de los casos se llega a la conclusión de que Dios es el Bien, la Inteligencia o la Razón, por necesidad de razón, y no porque así sea. Con lo que el hombre deviene inteligente y deja de ser animal por necesidad de excluir a la entelequia divina de la na­ turaleza del mono, fatal magnética de la teleología filosófica. No dice, empero, Tomás que la filosofía fue más que gnoseología metodológica para crear al dios racional. De aquí que la hazaña del genio filosófico termine en el momento cuando el hombre trans­ puso la Estigia, y allí se informó del gélido Caronte, que Dios, o la Trinidad del Espí­ ritu, pueda que habiten exclusa célica, pero no la tierra ni átomo alguno del Universo cognoscible al hombre como ente razón ni subjeto de fe. Y que los muertos no están, de los muchos que están ninguno muerto, sino los malditos encharcando el corazón de su prójimo, como las conciencias nobles llorando la injusticia que sufren ellos y sufren los hombres bajo el azote de la soberbia, crueldad e ignorancia de los cheitanes, que ése el verdadero Trimurti del enloquecido Mono Ridículo. En este despropósito de versicoloria didascálica, se pretende decir a Tomás, el divino Buey de Aquino, a quien de manera tal el Puma le afinca esmerada dilección; que si la muerte es un mito, no lo es, y eso a causa de no haber sido, la realidad de

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Vico, Brentano63, Hegel, hablen de «lengua mental», de «filosofía como verdadera teodicea», de «sentimiento na­ tural teológico como sentimiento natural filosófico”. Todo lo cual ha permitido establecer que, (¡Y cuán chusca pe­ dantería no [nos] revela eso!) a partir de Kant y Hegel la filosofía del espíritu (el Daimon64) caracteriza el clímax del extravío del civilizado en sus raíces de individuo bio­ lógico; ya que si el fenómeno (para no invocar más remo­ tos antecedentes) se sustancia en el platonismo, desde los eleáticos, para circunscribir el fenómeno -que no por fe­ bles razones el espiritualismo presocrático está sobrecar­ gado de materialismo ingenuo (Hartmann)- las secuelas llegan a través de la Escolástica hasta la Fenomenología contemporánea. Todo espiritualismo (demonismo) viene del subconsciente, en el sentido restricto de Jung65. Pre­ Tomás; y que si Tomás anduvo un día en sus huesos, es porque en ellos está, tal vez no poco amnésico, y esto en cuanto simple Tomás y no Angélico. Que este privilegio, como sostiene Soren Kierkegaard, es legal sólo para el hijo del Pájaro Divino en la entraña inocente de la virginal y estropeada esposa del carpintero, sino para todo lo que vive. Fue la muerte cruel ficción de los destripadores del hombre; y si la muerte acaba grosera falacia de la mentalidad de los inteligibles (Nada tiene que ver esto, hijos de puta o excesos de imbecilidad con una inteligencia científica) y la teología de las almas en pena, acreditan sólo grado clínico de cretinismo en la mentalidad humana. Esas al menos las humildes razones de un animal todavía no enloquecido, según él se cree, ante el estallido de la verdad de la vida, que descubre inmortalidad en el hueso humano y la presencia inmutable por tanto del hombre en la Historia del Hombre con individuación egótica y nada en él que no pertenezca al orden zoótico de las familias planetarias” .. Cfr. además (Churata 1957, p. 107, p. 256). “Hase confirmado así la verdad de la Serpiente del Edén, el animal ca­ lumniado por el Andrógino patriarcal a causa de ser hembra y poseer óvulo fértil la santa madre Eva” (texto inédito). 63 Brentano: Franz Brentano (Marienberg am Rhein, 1838 - Zurich, 1917), filósofo alemán, entre los primeros en ocuparse de psicología. 64 Daimon: Espíritu, en la cultura griega. 65 Jung es citado por Churata en la continuación de la conferencia sobre cine Puno de 1965 (Badini, Churata, Ayala 2006).

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vio, fue, pues preguntar: ¿El Subconsciente del hombre es simio? ¿No? La psicología debió, como parte fundamental de su examen, proponerse esas elementales aporías... No lo ha hecho, y la psicología en el estado que deviene cons­ tituye algo tan vagaroso y contradictorio que no tiene sí­ mil que el misterio geométrico del Laberinto de Creta.... Y ya es forzoso señalar que su esporo, el Psicoanálisis, constituye, en la realidad práctica de su ejercicio, la To­ rre Eiffel de la simplonería mecanicista aplicada a los problemas del espíritu mitológico del Homo-Sapiens; pues importa el jolgorio de los espíritus de Necrademias66 humanas que los psicoanalistas no otean, ni hue­ len, ni tactan, pese a las carantoñas con que les festeja el Diablo Espiritual, El Cheitán. Ovación y protestas fragorosas VOCES

¡Raw-raw!... ¡Raw-raw!... !Raw-raw!... ¡Raw-raw!... PROFESOR ANALFABETO

Era de rigor lógico. El momento que sus apercepcio­ nes de lo objetivo se truecan en percepciones de lo tras­ cendente, el hombre vence sus Columnas de Hércules, 66 Necrademia: Concepto fundamental del universo churatiano, se refiere a la influencia de los muertos (que bajo forma de genes pueblan al ser humano) sobre el mundo de los vivos. En El pez de oro, o dialéctica del realismo psíquico, Alfabeto del Incognoscible se lee: “ Si en lo que he llamado El Pez de Oro la Necra­ demia, o sea la academia de los muertos en los vivos, hay esa dinámica larvárica, ya se entiende que el hombre es bueno o malo según lo sean los individuos que le forman” (Churata 1971, p. 31).

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deja de estar en sí, y, naturalmente, pasa a más allá, no del mono, de sí mismo, el hombre, y sus voces, que in­ ferían frío, calor, miedo, hambre, hembra, se truequearon en otras de sentidos mágicos, con las cuales inventó a Dios y creó las escalas progresivas de la Catarsis, ins­ titución esotérica general a todas las confesiones positi­ vas de hoy. Con sus voces animales servía a la dinámica social de su grupo y con ellas podía alcanzar a la genéti­ ca efusión lírica. Las empleó en la exploración filosófica, que juzga, facultad innata de la especie, y dio vuelta de calceta a la realidad humilde pero higiénica del Logos primitivo. Con lo que arremangando la calceta ahora los hombres en cuanto raíz quedan centrados en su natura­ leza y los deiformes67 informes pasan a nihil. Pero si el Hombre-Letra hizo a Dios y Dios en retri­ bución le hizo animal sobre-natural, busquemos a ese Dios, señores por estos caminos, que estos de la divina letra sólo prueban su radical inexistencia. No por nihi­ listas ponemos a ese Dios a las rasuras del barbero, al contrario, por entrañados en la vida. Y bien que nos sal­ drá si al fin de condición de entelequia68 le traemos a cosa -cosa en la acepción presocrática- susceptible de saberse en la lengua, mas en manera alguna con la len­ gua, condición hoy para su conocimiento. La lengua ha 67 Deiforme: Con forma de divinidad. 68 Entelequia: Término creado por Aristóteles para designar el estado de perfección -del griego entelés, entero, cumplido- de un ente que ha logrado su «fin» télos, realizando su ser potencial. Leibniz llama entelequias las substancias indi­ visibles o Mónadas creadas por el hecho de tener una cierta perfección o autosu­ ficiencia. El término es retomado también en el pensamiento contemporáneo con el vitalismo de Hans Driesch para designar un principio de vida que no se puede reducir a la materia.

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demostrado ser fomical69 y Dios no sera fornical como su lengua... Redoblada ovación Sin embargo, a trueque de incurrir en paradoja, re­ chazaremos por anticientífica, y menos sin beneficios de inventario, la presunción de que el hombre obtuvo su palabra directamente del Cielo, pues si algo deja sos­ pechar es que la reconoce no suya, le fue otorgada de agente foráneo. No habrá planteamiento a priori más sustantivamente empírico, aunque con lógica menos inorgánica pueda sostenerse que viniera de Arriba, ya que de así ser, sería -com o tenemos señalado- alta y en ningún caso susceptible de altitud, por tanto a la medida del divino conocimiento. Y si nada hay más, y si nada hay arbitrario y deficiente en las manufacturas del hombre, tampoco hay nada más espeso y truculento. Por otra parte, la más elemental lógica habrá de impo­ nernos rechazar que procediere de industrias de Zeus, o del Zui de los indogermanos, pues Zui o Zeus tendrían que ser realidad y no supuesto. Pese a sarnas la lengua del hombre es Zeus o Zui prospección de Ser. Lo que viene, mal nos guste, viene de fuera, y lo que sale debe salir de parte alguna, este un buen orden mental para Pero-Grullo. En lo interior se amaciza lo que fuera es masa y es así que del hombre sale lo que al hombre vino. Si entró el jumento Oberon no podrá manera de salir Cisne de Leda o la Paloma del Para69

Fomical: Del verbo fornicar.

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cletó 70 (EPDO). Y si esto pudo ser sistematizado, y sólo en tanto el hombre entidad vegetativa, no se llamaría transfixión, sentido místico: fitomímesis,71 fenoménica telúrica. Damos y recibimos (EPDO). Pero si estamos en punto del espacio, si somos constitutivos del espacio, y adicionamos emanaciones, como naturalezas espaciales también excretamos emanaciones. La bonísima escuela ecléctica griega, a quien pertenece ese planteamiento, no obtuvo la síntesis necesaria diciendo que ese acto de dar y recibir en cuanto es materia y es espacial constituye la norma dinámica del movimiento absoluto [Heráclito]. Plotino, pesen sus teúrgias, fue pensador agudo y productivo, escritor audaz, idosténico72, sostuvo que el alma del poeta transfunde el peñasco cuando busca ex­ 70 En la comedia Sueño de una noche de verano de W. Shakespeare, el per­ sonaje de Bottom se encuentra con la cabeza transformada en una cabeza de burro, de él se enamora Tatiana, en cuyos ojos había sido vertido, por mandado de Oberon, rey de las hadas, el jugo mágico de flores, con el efecto de que se enamorase de la primera persona mirada al despertar. Del mito de Leda y el Cisne, Churata comenta: “ ¿Qué se debe entender de Cisne que posee a Leda? Tiene que entenderse que un genes de hombre, el del Padre Zeus, padre de los dioses griegos, se ha posesionado de Leda, por lo que el apetito erótico se realiza desde dos individuos humanos con disfraces zoóticos y hómines” (Churata 1971, p. 30). 71 Fitomímesis: Del griego phitón, planta y mimesis imitación. El concepto se esclarece al interior del pensamiento indígena que percibe al ser humano estre­ chamente relacionado y consubstancial a los animales y las plantas: “Cuando el Inka Garcilaso de la Vega nos recuerda que el aborigen del Tawantinsuyo definía al hombre como simple tierra animada, Hallpa Khamaskha, ¿había, acaso, enunciado una fruslería? Ese categorema es una síntesis biogenética, y nos dice que el hombre es, como las plantas y los animales, de las fenoménicas de la Madre Tierra, la Pa­ cha-Mama, la Madre necesaria. Y si lo admitimos, ya hemos enfrentado un nuevo portillo para la verdadera ubicación de toda doctrina en materia de conocimiento del mundo, de aquello que los dialécticos llaman gnoseologia del conocimiento” (Churata 1971, p. 22). 72 Idosténico: Neologismo del autor Del griego éidos, apariencia y sthénos, fuerza, de apariencia fuerte.

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presarle, y que si le ha expresado, es porque el peñasco a su vez se infundió en Plotino; estamentos ingenuos de la naturaleza psicológica que se ven rigiendo la sustan­ cia poética en Juan de la Cruz muy particularmente. Las palabras con que citamos a Plotino no son rigu­ rosamente las suyas, pues le citamos sin texto. Él, desde luego, infería a tema delimitadamente estético, no tenía por qué darse cuenta que su planteamiento conduce a dialéctica genética como punto de partida del fenómeno mental. La vida penetra con su masa y el hombre a su vez penetra en la vida como el es: animal-masa. El ego sería masa germinal con forma o la horma de la masa. El ego, necesariamente, punto germinal de todo lo que vive y nada habrá vida si no es en masa individuada: ego. Ya vemos que el Infinito es en tanto el ego es. Lo contrario importaría el caos apriorístico. El espacio universo no estará en la Mónada: en un germen egótico. El conoci­ miento del Cosmos sería sensible presencia del Cosmos en el ego, por lo que correspondería a la fisiología meto­ dizar el orden de sus expresiones, que son sindromatías y cenestias73 y no intelecciones, menos coordenadas de la letra cogitiva. Las corazonadas, cuyo descubrimien­ to y valor priman en las plebes, serian, pues, signo de presencias de egos actuales en el corazon actual. Y esos egos actuales en el hombre, son los muertos, que no es­ tán muertos, y poseyendo conciencia, pasiones, amores, intereses, como todo individuo humano en sus huesos, 73 Cenestia: De cenestesia, sensación general de la existencia y del estado del propio cuerpo, independiente de los sentidos externos, y resultante de síntesis de las sensaciones, simultáneas y sin localizar, de los diferentes órganos.

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determinan grados de salud psíquica, arrastran al hom­ bre a las distorsiones más grotescas o delictivas. Y si la inteligencia sobrenatural nunca pudo tomar contacto con esta realidad, es sólo porque la inteligencia es un supuesto de dialéctico y no un fenómeno de la fisiolo­ gía del hombre. Sólo así se explican los grados de igno­ rancia -q ue caracterizan al hombre con relación a los demás animales del planeta- en los problemas funda­ mentales de la materia [Nada inventamos, etc.]. Si somos de todos, seremos en todos, y el hambre, así ventral o el apetito estético, serán hambre seminal de la materia, la cual, a poco observarla, sólo es porque está y ese estar es estado de Ser. Exigir causalidad para la vida considerada fenómeno, será camino ineluctable a la Nada, o sus equivalentes místicos: Dios-Verbo-Superasno: orates, dicho todo sin dogmática y menos con trónicas vicariales, y mientras pueda demostrarse, en los hechos, lo contrario que suponen estas inferencias de hechos, no de pléromas74. Las ideologías que se sustancian en ciclos temporales cerrados, serían posibles sólo por la contemporaneidad de las masas que les determinan, en cuanto hay mne­ mónica común de tiempo social, fetación de profuncio­ nes vegetativas y no de aseidades del espíritu, fórmula ficticia, a menos se le antropomorfice en las unidades genéticas descarnadas, que no poseen otro régimen biológico que el que rige para los egos encarnados. Lo general será que en cierto punto muchos pensadores

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74 Pléroma: En el gnosticismo, perfección divina como plenitud en oposi­ ción al mundo exterior con su falta de realidad.

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disciernan con rigurosa analogía, veces hasta termino­ lógica. Y si este punto no supranatural y sí biológico-social, se entenderá que los hombres piensan y responden desde miles de años atrás —todo el tiempo de sus pseudometabolismos- con modos suigeneris, precisamente porque integran ya masa diferenciada, que no deviene porque el devenir no alcanza a ninguna de las expre­ siones de una materia absoluta; si una pseudomorfía no supondrá proceso de estados básicos: a lo sumo asi­ milación de agentes plasmáticos versátiles. Dado que el homo sea individuo frutívoro, él que hiciera carnívoro, determinará violencias rítmicas en el proceso digestivo y reflejos en la salud orgánica; no la irrupción de nue­ vos sistemas fisiológicos [Aunque una parte ya camina a la adaptación]. Esta expresión sensorial le induce a la desintegración molecular de sus alimentos mediante el fuego, al fin de hacerles compatibles con el deformado metabolismo. La base está constituida, sin embargo, por ese he­ cho no por la naturaleza digestiva. Si bien se observa la civilización tiende a subvertir esa realidad por una esquemática que no provee de fundamentos a su organología, y, lo más grave, que cuanto hace es ignorar lo que hace: nada se descubre, pues sino que el hombre persigue transformar el hambre fisiológica seminal por cierta apetencia de orden ideal, y cuanto es él se diri­ ge a consolidar naturaleza de formas que importan sólo suplantación de las normas de la Naturaleza. Nada in­ ventamos [Debió pues el fisiólogo determinar que el in­ terior digestivo humano no es del simio].

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Las aprehensiones de la realidad para el hombre comenzaron entonces cuando el hambre animal pudo transmutarse en hambre hominal y el morboso consti­ tuir su estado normal o su forma de Ser, en la acepción heideggeriana. Esta transformación responde a necesi­ dades del hábitat antipódico pero inevitable; no es fruto deliberado de la célula embrional, ya que esta ha hecho más que ceder a las nuevas exigencias de la habitación respondiendo a su índole sustantivamente de adaptabi­ lidad. Por lo que, dime lo que comes, te diré lo que pien­ sas: mimetismo (ELPDO). Se explica ahora que entre los canes cuando han su­ frido mordisco profundo suspendan casi radicalmente la absorción de alimentos, hasta tanto la actividad ce­ lular ha restablecido el orden muscular. El hombre, no. Lo más grave todavía: el perro conoce que en el caso de enfermedad debe abandonar el complejo funcional orgánico a la exclusiva tarea de reparación de los da­ ños experimentados. Y permanece lamiendo la herida incansablemente, para luego evitar todo movimiento y entregarse al sueño... Hay allí la demostración de cons­ tantes que han elevado a profundidades inescrutables para el hombre, el conocimiento irracional, el cual, visto así, implica sólo la sensación de estados extraños en el orden del ego. Esto es, en la bestia, toda quiebra de la unidad funcional determina la acción vindicatoria de la totalidad de una entidad consciente desde la más recón­ dita de las células. Y ya podremos decir que cuando se ha fracturado la unidad del individuo, ese hecho importa reclamo a una

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acción en escala cósmica. Desde luego, juzgadas las teo­ diceas como reflejos intelectuales de estos fenómenos pronto nos enseñan que no hay para Dios rasguño que sufra una de sus creaturas que no constituya problema para él. Infortunadamente es sólo esporo del silogismo. Por este camino el conocimiento adquiere profundi­ dad y por él se ha encontrado que los muertos no es­ tán muertos. Que la Muerte gemebunda es únicamente mixtión de cinco letras en sentido de necesidad [Para el hombre actual, aunque una idea vertical para la mitosofía de los espíritus]. ¿En qué medida, pues, es del hombre el hambre en la Naturaleza y la suya naturaleza del hambre? Cuanto es dable observar al método objetivo es que todo en ella se sustenta menos de la Naturaleza cuanto de la naturale­ za del hambre. No será ya sólo necesidad de nutrición, sino presencia de un estado de la vida en el punto en que la vida es necesidad de Ser-En-Sí. Correlato: el EnSí del Homo no puede ser hominal, puesto que el Homo es sólo una pseudomorfía75 del Mono. Rigurosamente, la Naturaleza es tal, por ser hambre de alguien, y es en ese alguien hambre de Naturaleza, si sin Él, la Naturaleza resulta inapetente, y deja de ser naturaleza. Esto cuanto podría explicar el aforismo paradojal de Protágoras76 del hombre como medida del Universo, secuencias de la vieja antropolatría77 helena, 75 Pseudomorfía-. Forma engañadora, del griego, pseydein, engañar, y morphé, forma. • 76 Protágora: Filósofo griego nacido en Abdera entre el 491 y el 481 adC. Fue uno de los más insignes sofistas. 77 Antropolatría-. Culto del hombre divinizándolo como si fuera Dios.

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por tanto radicalmente griega. Ya no poseería ese valor griego si hubiese caracterizado el esquema en la célula embrional genética, diciendo: el genes es la medida del Universo; no es el genes hominal solo. Pero entonces habría estado más cerca de la Purana 78 que del Organori79. Mírese a los Deves80, a Platón, de Platón a Einstein, y se habrá de reconocer que el filosófico quehacer está regido por el ritmo con que hierven los peroles en la co­ cina del cuartel: la cacofonía más unítona. Nada nuevo bajo el sol, ni la eufónica de la voz... Su radical inva­ riable: el pensamiento virtualidad del espíritu (el Dai­ mon) y es lo antrópico de la escala zoológica, pues si el metabolismo animal se transforma en hijos en todos los animales de la especie, sólo en el hombre se destina, no a los hijos: al tropo... En buena metafísica, enseña el francés Renovier81, la conciencia filosófica se fundamenta en la fe. Por fe, pues, el hombre se hace filosófico, como se hizo hom­ bre, y por fe que es el único animal reflexivo. Si no es como decimos pudo ya -que tiempo-espacio holgado tuvo- llevar a términos demostrativos. Algunos de sus postulados, si me lo admiten ustedes, señores no han 78 Purana, Cada uno de los dieciocho poemas sánscritos que contienen la teogonia y la cosmogonía de la India Antigua. , 79 Organon Del griego, instrumento, libro de Aristóteles en que la tradición ha reunido sus escritos fundamentales de lógica. 80 Deves: Debes, los imperativos o mandatos en la filosofía Kantiana. 81 Renovier: Charles Renouvier, (Montpelier, 1815 - Prades, Pirineos orien­ tales, 1903), filósofo francés, retoma parte del pensamiento de Kant con intención antimetafísica, llegando a una ¡dea pluralista del universo abierto a las iniciativas individuales y gobernado por un Dios perfecto y finito, no absoluto e inspirador de un orden moral que los hombres tienen que cumplir.

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pasado de la ionosfera, pues quien rompió la barrera no fue el silogismo ateniense sino la pólvora china ba­ sada en la desintegración del átomo y la explosión en cadena... Y la China es tierra antipática para la filosofía, si no Konfuseu82 ni Laose83 son sino moralistas prácti­ cos precursores necesarios de Immanuel Kant en este Orden. Y todo eso por razón simple, o razón irracional, que el hombre que filosofa por la Filosofía es una entelequia en el mundo sin atmósfera de las ideas, y no tan siquiera de las ideas platónicas, o sus subproductos posteriores; si Plato por cuasi hace de las suyas símbolo del genes hominal aéreo: de las ideas como entes silo­ gísticos, esto es, aristotelismo y Cábala. Ciertamente el que hubiese esquematizado las magnitudes de la Causa Suprema, no supone que posea esquema valedero de sí mismo. El hombre se ignora, y cree en mérito de tozuda fe, que si se ignora, no a Dios, en cuyo conocimiento hallara el propio suyo. Y Dios existe sino en la fe y en la Dialéctica, ganzúa de la razón. He ahí el espejismo de la razón suficiente, que es, ya se ve, suficiencia en la credulidad. Nada hay allí de consciente, y sí inteligibilidad, plenamente digna es de sus frutos. El cuadrumano es tal sólo por ente destinado a asir y hacer, tanto que hace gestos y ase avellanas: nada que se parezca a logogramas84 dialécticos. Por lo que será de necesidad admitir que de este funcionalismo per na­ 82 Konfuseu: Confucio. 83 Laose: Lao-tzé en distintas transcripciones se encuentra como Lao Tzu o Lao Zi (500 adC). Filósofo chino, es considerado el fundador del taoísmo. 84 Logograma: Un solo grafema que representa una palabra o un morfema.

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tura85 el hombre se distancia, y si hace y ase manual a tales actos les insufla sentidos trascendentes y lo que llama civilización por su crecimiento manufacturero po­ see dinámica metafísica, si bien servida por motores de explosión. Pertenece esto a la historia del hombre, mas niega lo histórico en el hombre [Las masas y el hombre hacen y asen ante este orden, no hay ellos sino porque Dios los mueve y Dios es el Daimón de Sócrates]. Lo histórico sustanciará y tendrá que vérselo en la adquisición de la aguja, en el adobo del barro, en la rue­ da. Esta es del principio cinemático de la necesidad de locomoción bípeda del homo, que, según buenos dentis­ tas del Almanaque Bristol86, es sólo el paso humano que adquiere velocidad por la resta de la frecuencia. Histó­ rico devendrá ese hecho, y no el avión a chorro que es sólo consecuencia del principio. Y la rueda ya se dio en la marcha del solípedo y su fuerza motriz. El avión a chorro, el telar mecánico, el hormigón armado son me­ ros desarrollos del hecho histórico, y esos históricos se dieron en la edad del salvajismo, que no entra ni en la protohistoria del hombre, de suerte que lo histórico en el hombre es cuanto carece de raíces en su naturaleza. La civilización humana deberá ser civilización animal ,

85 Per natura: En italiano en el texto. 86 Almanaque Bristol. Publicación anual en español, muy popular con bas­ tante incidencia a mediados del siglo pasado, dirigida especialmente al mundo’ ru­ ral. En la revista aparecían las fases lunares, así como las principales fiestas reli­ giosas. También traía informaciones sobre los últimos inventos, personalidades del mundo político, científico y literario. Tenía también información sobre biografías, mitología, medicina y sobre todo las más destacadas noticias y hechos que conmo­ vieron al mundo. Sea el Almanaque Bristol sea The Reader digest, instrumentos de formación autodidacta de Churata son mencionados en El pez de oro.

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o nada. Su economía solar, estrictamente: su dinámica sanguínea. El pensador francés Gourmont87 no vaciló en afirmar que el análisis de esa realidad conduce a con­ cebir la cultura humana como expresión simplemente zoótica. , Saber es saber, y eso precisamente a lo que se niega en tanto animal el homunculi. ¿Si hay órganos con que se sabe, hay otros con que se ignora? ¿Cómo será po­ sible ignorar la vida si se vive? El mal radica en que el hombre que filosofa busca el conocimiento en palabras y su capacidad de cognocer alcanza sólo a cuanto su pa­ labra describe. Decimos nosotros, si solo las glandulas del gusto permiten saber, cuanto el hombre puede saber será del sabor de las cosas; porque el otro conocimiento le es posible sólo en cuanto actúa una fe dinamogenica88, y eso ya no pertenece a la historia del hombre sino a su histriónica. He aquí al pobre Galileo: ^ —La tierra es inmóvil... Asi lo ha enseñado el Señor en su letra santa, y la fe te impone admitirlo sin dispu­ ta... Con que te desdices o te cortamos los dedos... —Dejadme los dedos: es inmóvil... Pero siento que se mueve... Eppur si move. La ignorancia de los principios universales es incon­ cebible en los nervios, como habrán un día de demos87 Gourmont: Remy de Gourmont (Bazoche au Houlme 1858 - París 1915). Escritor francés, en sus textos aparecen a menudo referencias al mundo de los animales y la importancia del conocimiento de la “psicología” de los animales para comprender el comportamiento humano. 88 Dinamogénica'. De dinamogénesis, productor de fuerza.

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trarlo los sabios de laboratorio, pues importaría sólo ignorancia de nosotros mismos. El Conócete a tí mismo, del Oráculo de Delfos, que hizo suyo Sócrates, fórmula para el moral, es el único camino para el conocimien­ to de los principios universales. Y eso todo cuanto dice la fórmula jesusiana: El reino de Dios está en vosotros (EPDO89) ¿Se siente a los muertos? Sí... ¿Y se requie­ re de esquema discursivo para saberles y gustarles? El hombre siente lo que carga y sólo sabrá de la carga que puede sentir, y si carga algo que no siente tiene medio alguno de cognoscerle. Ha sentido al muerto desde un punto inlocalizable de sí mismo y si afirma que no por eso le lleva consigo, pues sólo le ha pensado, ese pen­ samiento carece de peso (es un supuesto como le esti­ ma), pues sólo ha revelado el sentimiento egótico de la presencia en él del muerto. Hay un modo como puede pensar sin sentir el que le suministra la visión intelec­ tual que diferencia los místicos. ¿Y en qué consiste ella? En la presencia de un Espíritu numinoso; es visión que no conoce sensible, sino inteligente. Pero si no conoce la naturaleza de tal visión prejuzga al suponerle no mate­ rial. Si ve formas está viendo formas de la materia y esas formas son suministradas en él por egos que elaboran y cultivan el sistema de sus expresiones. Deben poseer presencia legal en su visión y por tanto no tienen cali­ dad numinosa. La visión intelectual es el pensamiento del ego en estado embrional. He ahí su género específico de conocimiento. Si pre­ tende que es en tanto le uncen los aforismos de la filo­ 89

Cfr. (Churata 1957, p. 104).

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sofía o las mollakas90 del Profeta, es que no ya hombre: espantapájaros. Miremos al pobre Sísifo con su atado vital y genési­ co porfiando por arribar a hito. ¿Pero, es una piedra, un peñasco ominoso el suyo? Ciertamente, su ancestro, el mono, piedra irritada a su corazón, el animal que no muere jamás alcanzará al picacho Sisifio si no se deci­ de a llevar dentro su atado, si allí la ominosa, ofendida piedra, ampárase en la fisiología y equilibrio orgánico de Sísifo. ¿Qué interpretación ha dado a ese mito la zonzería idealista? ¿Cuál da a la del lanudo Sansón, que pierde sus fuerzas de gorila gigante cuando Dalila se las tras­ quila? ¿Podrá otro explicar el misterio de la vergüenza de Adán?... Según admitida andrología, los hombres su­ periores son de extremidades inferiores simias: asenta­ dos, a causa del recio tronco, se ven gigantescos, de pie resultan enanos. Y es cosa averiguada que el genio por casi siempre viene en hombre por poco liliputiense. Es decir, el hombre cuanto más cerca está del mono se superiora al común de los hombres. He aquí el nudo de la confluencia metafísica. En cuanto, hombre masa tenemos otro medio de conoci­ miento que el sentimiento de la estancia, y quien está, por más que el Estagirita, en lo que va de su tempo a éste, no lo entienda, puede dejar de estar, si de no ser así estando no estaría. Absurdo impensable si se mira 90 Mollakas: Mu ’allaqat, composiciones poéticas preislámicas, el término significa literalmente “colgadas” y se explica con la tradición de colgar en los mu­ ros de la Kaaba los poemas ganadores de justas poéticas. Churata probablemente usa el término con el sentido general de poema árabe.

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con los sentidos de la materia que es lo que está y es es­ tancia de sí y en sí. Kant sentía en la saliva la necesidad de estar inmortal en su yo, mas la diátesis silogística no filtraba esa sensación trascendente (EPDO91). Hoy Kant sabe en las salivas que ese sentir de su inmortalidad fue lo más agudo de su naturaleza de filósofo. Por lo que la capacidad de cognoscer no tiene estación en la glándula Pineal, residencia de la Prana, y sí en la estructura zoótica toda, ámbito del hylozoo92 [De las células]. ¿Has entendido, pequeño Inmmanuel? No se puede saber el bouquet del chupi93 sustancioso en una fórmu­ la de Leibniz: tienes que meter la lengua (que hombre eres; no chupajeringa94); llahwar95 en animalito de la tierra. Eso lo basilar para la bacilosa filosófica. Si Dios existe debe poseer peso y saber a cebollas y no menos a los odorosos ajos de Jodea, como dicen nuestros markamasis96, por lo que podrá ser el Incog­ noscible. Mas es el gran Incognoscible porque es el gran Inexistente y bastará saberle Incognoscible e Inconce­ bible para saber que no existe (Aunque ahí hay sino la pedantería roñosa del Cheitán que se juzga de esas me­ 91 Cfr. (Churata 1957, pp. 92 - 93). 92 Hylozoo-. De hilozoísmo, doctrina según la cual la materia está animada. La tradición atribuye a Tales de Mileto, (sec. VII —VI a. C.), antes citado por Chu­ rata, la tesis del hilozoísmo, es decir que todas las cosas, incluso las aparentemente inanimadas, tienen vida: «todo está lleno de démones». 93 Chupi: GPO: “ Chupi. Propiamente, cazuela, cuyos componentes varían según la zona. Hay el chupiuchu, entre los caribes y algunos caribdis mestizos” . 94 Chupajeringa-. peruanismo, libélula. 95 Llahwar. GI: “Llahwan, Kh. Ay., acción de lamer” Llaqway, quechua: lamer. 96

Markamasis-, GPO: “ Markamasi. Ay. Plb. Habitante de la ciudad, ciuda­

dano, y, más propio, poblano” .

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didas). Con lo que el hombre le piensa a costa de sus medidas de animal. Lo que está, está sin otra razón que por estar, enseñaba Pantagruel a su hijo Gargantúa. A la materia le será antipódica la ignorancia de la materia, pues debe ocurrirle lo que a Dios que, por todas las mo­ léculas de su naturaleza, es sólo conciencia de sí mismo. ¿Si Dios centésimo de segundo perdiera conciencia de su Ser-Dios, podría retornar a Dios? No. Dios sería ese centésimo de segundo. Él es sólo memoria de sí, como la materia memoria de la materia o materia de memoria [(T. de J.) según cita genial de Tecea]. Ya es sobre tórpido ridículo suponer que Dios o la Materia tengan conocimiento filosófico de sí mismos. Saben de ser y ese saber es la cenestesía de la viscera, forma latente de una inteligencia absoluta. Así el co­ nocimiento en la superestructura gnoseológica será la sensación de las cosas. Con más o menos ese el razona­ ble sensismo de todos los tiempos, que los brahamanes señalarían en la Metempsicosis, ajustó Sócrates al silo­ gismo en su principio de la Reminiscencia. No tendría manera de ser quien es lo que no fue; podría modo de aprender quien no aprende lo que supo. Saber, se ve de esto, es el fundamento de un Ser-Social; por lo que las sociedades se integran por muertos que han resucitado. Está planteada la solución decisiva del problema del Ser: Ser es Estar, y Estar lo absoluto. Nadie se ha ido; quien se fue nunca vino. El No-Ser inconcebible, como Dios... La Muerte es sólo una palabra, como todas las palabras

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horras si dentro no llevan un sujeto que digiere, asimila, excreta, yoga97, germina, duerme y resucita... En qué medida se ve la ignorancia del desmemoriado filósofo, si en su discurso logran síntesis matemáticas estupideces como esa de la inconciencia de las bestias, cuando en lo contra-bestia que es, sabe aún si está muerto o vivo el ancestro de su sangre. Si la conciencia no un germen en actualidad es un tropo; no existe. Que­ de entendido que de los canales de estas inferencias se desprende la naturaleza exclusivamente sensual de eso que se llama el pensamiento humano, y que la buena fisiología habrá de encontrar al último en la ritmia espermática el unívoco de Universo. Y es que se hace necesaria que la conciencia sea lo germinal. Descartemos la realidad de agente inteligen­ te y supremo rigiendo los fenómenos biológicos: ¿Qué pasa?... Ese agente es un postulado a priori, no lo es la mecánica vital. Luego: la materia es conciencia germinal y por eso inteligencia en sí (EPDO) [No admite medidas temporales]. La comadrona o el tocólogo saben que cuando el feto ha sido expulsado la matriz se contrae con angustiosos reclamos pretendiendo impedir ese inhumano hurto (Nicow98). La misma placenta, ya expelida, por no redu­ cidos instantes se agita con expresiones que tienen que estimarse emotivas... Esos los principios universales, y esos principios inverbalizables, jamás entrarán en la ca­ 97 ^

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Yoga: De yogar, uso antiguo, holgarse y particularmente practicar Nicow: En la p. 829 Churata se refiere a la Nicow como una genetista soviética.

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tegoría de pléromas, y si no admiten ambivalencias son con la rotundidad con que la Vida es. La madre delira por ver al crío prendido al ñuñu" y sus ojos estallan de una felicidad por poco furente, pero la matriz llora, gol­ pea, zapatea en su entraña porque le arrebataron su gra­ nito de miel. Es él la dramática del complejo de claustro materno, de Freud... ¿Dónde puede caber la ignorancia en lo que es sabio en sí?... No han poseído ingeniosos los fabricantes de religiones, que de lo contrario pu­ dieron descubrir que nada demuestra la presencia de una inteligencia dinamogénica como la inteligencia de la materia y se afincaron en un supuesto dialéctico que carece en lo absoluto de sistemas renales, nerviosos, di­ gestivos... La sustancia impersonal y bronca que palabrea la Dialéctica hizo más que revelar la profundidad de lo epidérmico en sus planteamientos ontogénicos de la fi­ losofía. No invoquemos ahora el instinto, porque si eso es fa­ tal, mejor será seguir rezando. ^ Es que la sabiduría le es posible al hombre sólo en las visceras de su animal, no en el perhielio del espíri­ tu (que nunca tuvo uno, si vivió siempre bajo el torce­ dor de hipertensiones gástricas)... Esto si la sabiduría para él posee el valor de un fundamento de su natura­ leza en la estancia. Es vulgar en las áreas vulgares de la Psicología, el caso del valentón panzudo que se metió a la cancha de toros a torear a cornúpeto irascible como 99

Ñuñu: GPO: “Ay. Teta, pezón: flufiuna, lacta; ñufluñé, lacté” . GI: Nufiu,

Kh. Ay. el pezón de la mujer”

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el alfange100 de Mahoma, y que a ser ensartado prefirió encajarse al burladero, el cual, claro está, fue concebido para dejar paso a sujeto sin su ventral opulencia. Para extraerle del burladero después fue necesario arrancar el burladero. ¿Y cómo se produjo ese fenómeno física­ mente imposible? Todo lo imposible es posible, hasta el andar en fantasma sobre las aguas de Tiberíades, deja entenderle el Rabbí hijo del Carpintero. Pero, nuestro Khori-Puma dijo algo menos inorgánico: el peso o no peso serán problem as del sentimiento de la materia; puesto que sentir es sentir Ser, y Ser es ser inteligencia o voluntad. Sólo el sentimiento será fuerte y sabio. He aquí la realidad, empíricamente aprehendida, de la naturaleza humana, que adopta naturaleza de Esencia en la filosofía por necesidad divina [O por razón suficiente]. La materia podrá todo cuanto es de orden de la vida, si Materia y Vida son dos nombres de un solo hecho: eterizarse, adquirir, adquirir uno o mil perfiles de las cosas, hacerse espíritu... pero lo que salga será siempre materia sujeta a leyes de interhabitación y concurrencia que se siente en el gobierno universal, como sintió el pobre Giordano Bruno. Sólo Dios pudo hacer algo ajeno a sus esencias: la Materia. Ese Dios no existe, porque de semejante mayestático prodigio no hay ni en el linaje de los piojos [diría el teísta Sócrates].

100 Alfcmge: Especie de sable, corto y corvo, con filo solamente por un lado, y por los dos en la punta, usado por los orientales.

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¿Cómo se explica el documentado caso del breque­ ro101 puquina102 don Leopoldo de Peralta, que al caer entre vagón y vagón, le fue cercenada la cabeza, y se le vio correr largo trecho huyendo?... ¿Es que hay concien­ cia y mentalidad en los sartorios? Ya no se tendrá que hacer disfuerzo alguno para admitir que la cristalización de algunos sílices responde a proceso genético y cons­ ciente, y que la fatiga de los metales no es una paráfra­ sis de mal gusto. En el brequero descabezado actúa una conciencia ego-genética, análoga a aquella que llora en la matriz al serle arrebatado el feto. De tener espacio acá haríamos examen psicológico de esos maravillosos hechos de la naturaleza animal del hombre. Atestiguan­ do así mismo -es observación avícola profesional- los palmípedos que decapitados sobrevivieron con libres movimientos doce horas. Habrá que detenerse enton­ ces, asombrados ante el rupestre que consideraba el co­ razón verdadero cerebro del hombre. Parece que el mito de una inteligencia encefálica, [crisálida de la letra] ha muerto. Grandiosa Ovación Diré a ustedes que mi guagua me hablaba, proce­ sando el sexto mes de la preñura, desde el zurrón de su madre y como afirmación ésta es tan insólita y tan sin precedentes en la historia de la maternología, a ese 101 Brequero: Guarda frenos de los ferrocarriles en español andino. 102 Puquina'. Antigua cultura cuya lengua era hablada en las zonas de Are­ quipa, Moquegua y Tacna, así como en algunos lugares de Cusco y en el litoral del lago Titicaca.

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caso no se le hallará otra explicación que el grado agudo de psicopatías que azotan al pobre analfabeto. Pero, si les digo que si así, hoy me habla desde el nido que le arrurrú103 en el corazón, no válido de jerarquías intelec­ tuales; en nuestras necesidades de lágrima, fenómenos animales de las raíces humanas y en manera alguna de otra naturaleza... Me harán ustedes el regalo de no su­ poner que ese hecho le hubiese yo perseguido como re­ sultado de cálculos intelectivos, si no es con el intelecto que se engendra un hijo; le perseguí por necesidad de acordar mi necesidad a la suya, con voluntad silencio­ sa y ademanes cándidos, y era así que me allegaba al vientre ya reventón de su madre y ponía en él la orejá para oírle palpitar, o hablar. Yo me sé que él me com­ prendió bien y que entonces charlamos como hoy que se hizo uno en el otro unidad indivisible, hasta el día de la nueva siembra y del nuevo nacimiento... ¡Nuevo Na­ cimiento!, ya no tiene el apotegma el valor que le diera Job; porque no se trata del nacimiento en Dios sino en la carne humilde y llorosa de la vida... ¿Qué de extraño, pues, que el lorito por este cami­ no, si está habituado a la Mama, acabe más intelecti­ vo que fonográfico? ¿Cómo saldrá forzoso comprobar a quien con limpieza le observe? Avanzada en mucho la redacción de este libro hubimos el agrado de ver de confirmada nuestra observación por el eminente profe­ sor Nowres, quien reconoce que el loro parlanchín en el seno de familia que le estima, habla lo que siente, y

103 Arrurr : Arrorró o arrurrú, voz con que se arrulla a un niño. Nombre de la tonada con que se arrulla a un niño.

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no es mero repetidor de voces sin sentido. En efecto, en antropomorfos partimos con el árbol, si no hay uno que ocupen monitos y no se halle entre ellos al bullanguero loro o guacamayo. Así pudimos menos que anotarle que en lengua poseía lo que nosotros en gesto, viva facultad mimética. Imitaba con desvergonzada picardía el chilli­ do de los moninos, los arrumacos de la madre mona, como hoy imita a la guagua que llora, a la madre que ríe con el cascabelito de su beso, y con el retiño llena el aire del nido; al gallo que arrurra a su vieja tokta104 para la incubación, y en no pocos momentos se le sorprende­ rá tratando de imitar los pizzicatos 105 del turpial en el endiablado violín de Paganini. En todo caso será nece­ sario pedir que musicólogo severo se detenga a obser­ var si cuando el loro repite melodía que ha captado en programas de radio o sesiones de cámara, importa algo despojado de todo sentimiento de ritmo. Si, como debe ser, tendrá que anotar que lejos de eso el aire melódico ha ingresado a su mnemónica con un sello que le impri­ me su naturaleza, y que no acusa disonancias estriden­ tes, tendremos el finiquito contra cuantos han hasta hoy sostenido que la reproducción de voces en el trepador es automática y sin entendimiento de la melodía. De ellos hay algunos que son prodigiosos silbadores. No recor­ damos ciertamente si fue en el árbol que pretendimos imitarle, pero en los largos, polvorientos caminos de la fuga primitiva, nuestra endeblez añoraba su compañía. 104 Tokta: Quechua, toqto\ gallina en su período de empollar, gallina con pollitos. Aymara, tojhta, gallina clueca. 105 Pizzicato: En italiano en el texto. Lenguaje musical italiano: manera de tocar el violín directamente con los dedos.

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Y acaso, entonces, por añorarle perseguimos imitar el bramido del Puma, el hipido felón de la hiena, el arrurro de la torcaza, pues lo cierto es que las voces con que nos concitábamos de unos era de Puma, de otros de hiena, ya no menos de la torcaza... Y el Señor vio que todo eso era bueno (Génesis)... y nos dio su deifónica106 lengua sitacósica107. El salvaje tiene amigo más cercano (y el folklore del trepador es de los más abundantes) que el loro; rectora es la vecindad de loro y mono, hoy como se ve en alfarería inkasika y atestiguaron etnólogos de todos los puntos del planeta [Paracas, Mayas, Hindús, etc.]. Había nacido el lenguaje humano. Por ese cami­ no simulamos la ferocidad de la fiera, sintiendo que la función mnemónica era de un sentir a otros. El primer Tótem del grupo hordal108 es felino (Puma-Hata; Pu­ ma-'Wasi109), la coreografía mágica tiene al felino como el demiurgo; el Diablo es felino; el Mal frente al Bien: aquel felino; este tórtola. El primer mandón cúbrese el lomo con la piel del tigre. El miedo al devorador deter­ mina el linaje de los devoradores. Hay hombres tigres y hay hombres corderos. La Civilización está hecha en 106 Deifónica: Neologismo, del latín Déus, Dios, y del griego phón-é, voz, voz de Dios. 107 Sitacósica: De psitacosis, enfermedad infecciosa que padecen los loros y papagayos. Del griego síttakos, loro. 108 Hordal. De horda. 109 Puma-Hata, Puma-Wasv. GI: “Hata, Ay. semilla. De ella vendría Adán, el primer hombre, esto es, la semilla del hombre. Pero “hata” , así mismo, célula gentilicia de área aymara. En el texto: Hata (con mayúscula) destino germinal del hombre; con minúscula, unidad económica, de la sociedad indígena, lo mismo que política y de linaje. En el texto, con minúscula, implica camino social del germen” .

Wasi en quechua es casa.

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sus bases. Letradura, progreso, fruto de aquellos, éstos la masa dócil a las buenas o a las malas, si bien la tecno­ logía se da entre las masas ruines de plebes campesinas. En el corazón de los hombres dominadores hay, cierta­ mente, felino que brama y echa a rebrillar sus colmillos. Y esto lo que pretendería explicar la crueldad del hom­ bre para el hombre, cuando es tan simple darse cuenta que el tigre no cultiva crueldad para tigre alguno y si mata, mata sin odios, con simple finalidad alimentaria, y en el hombre late iracundo un desprecio injustificado, inexplicable por la vida de los humildes. ¿Como exclui­ ríamos la filosofía de Zaratrusta, o Zoroastro, de esta caracterología necesaria? El hombre acaba en el felino envenenado por la inteligencia, si habrá que admitirlo en la selva no hay felino capaz de los crímenes de que es capaz el felino en naturaleza de hombre. De ahí que las arquetipias del Superhombre pueden alcanzar vertice agudo en la más aguda amoralidad, pues para Nietzsche —lo sabemos todos de ha medio siglo—la moral, limita­ ción de derechos individuales en beneficio de cociente saludable de libertad colectiva, es la filosofía de los ab­ yectos o esclavos. Sólo al león le teme el tigre, y el Su­ perhombre teme solamente al gendarme, quien a gustos de Hegel o de Scheler110, es el punto del equilibrio uni­ versal. Y por tales caminos astrosos hemos llegado a la sutileza dialéctica y a la Civitas Dei del simio angelicum.

110 Scheler: Max Scheler, (Múnich, 1874 - Fráncfort, 1928). Filósofo ale­ mán con profundas influencias de Nietzsche, fundamental su encuentro con la fe­ nomenología de Husserl, método que decide aplicar al campo de la ética.

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Pero si las estructuras verbales en el mono sabio vienen con su especie, siquiera porque su especie lin­ gual proceda de las divinas esencias, echándonos por la borda las parlerías del trepador, pues ellas, para el psicólogo serio, no responden a automatismos a causa de que loro, elefante, perro, y es ponencia del socialista mesocrático Feurbach111, sean de cerebro tan reducido, que en él pueda la química de la conciencia, pues como el socialista, los sabios ignoran que la cabeza embrional del Homo-Sapiens es tan reducida que no ha sido aún percibida por el microscopio electrónico y que la canti­ dad de la materia cerebral no determina el intelecto del hombre, sino la coordenada de sus implicaciones actua­ les a través de los milenios. Y que el hombre nacido sin letras y alzado sin ellas puede, si le asiste esa coordena­ da, mostrar como Shakhespeare menaje erudítico capaz de asombrar los siglos. Y es que lo inteligente es inferir que el Universo todo, sin metafísicas, cabe en el cerebro de la hormiga o del piojo. ¿Con pinza quirúrgica de que metaloide podré yo pillar de las orejas al lírico eminente que fue capaz de traducir el automatismo emotivo de la matriz parida al sentir que su pimpollo no está ya con ella? No, no pudo ninguno empresa tal, porque ni tan siquiera pudo darse cuenta que la ternura maternal de la mujer viene de la idostenía del bofe sanguinolento de

111 Feurbach: Ludwig Feuerbach (Landshut, Baviera, 1804 - Rechenberg Núremberg, 1872). Filósofo alemán, empezó con estudios teológicos para dedicar­ se después a la filosofía atraído por las tesis de Hegel que llega a confutar completa­ mente. En su obra fundamental Sobre la esencia del cristianismo se da por ilusoria la oposición divino-humano que en cualquier forma se presenta y sobre todo al interior de la doctrina cristiana.

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su entraña. ¿Dónde funciona la intuición del lírida? En los talones, allí adonde no logra vaciarse la sentina inte­ ligente de Atenas... Rousseau soliloquia a los modos de Hamlet: - ¡Voces !... ¡Voces!...¡Voces!... Seccionado el hilo transmisor de corriente eléctrica se produce instantáneamente, con mayor velocidad a la de la luz, la detención de cuantas máquinas animaba. Pero la placenta separada del organismo puede vivir indefinidamente si se la provee suministrándole caldos alimenticios y asepsia, dueña de expresiones autóno­ mas. Conclusión: la materia es conciencia porque está formada de egos conciencíales112. ¿Podrá dudarse de asertos de esta índole ante las experiencias de la in­ seminación artificial? El caldo genésico se exporta hoy como se exportan hormonas y no solamente de vacunos, sí inclusive, de hómines. Preguntemos entonces: ¿El se­ men entubado al vacío conduce el alma del individuo que se animará tras el jeringazo? ¿Y si no se inyectara de inmediato permanecería dueño de capacidad genésica? En los cuentos de Las m il y una noches se revela algo sensacional en este orden. Primero, el árabe precursor del Califato, esto es el de las behetrías, logró separar en el caldo seminal, el espermatoblasto que conduce al ge­ nes de un individuo, a quien llama efrit113, esto es, alma descarnada, la embotelló en ollas de cobre, sellólas y las lanzó al fondo del mar de donde, por azahar de su for112 Conciencial: Dotado de conciencia. 113 Efrit: Entidad de la mitología árabe, especie de genio que puede asumir formas distintas.

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tuna, pudieron ser extraídos después de miles de años... vivos. Son leyendas, pero no tanto de la fantasía de los letrados que las divulgaron como especímenes de la erótica sensualista que se atribuye al árabe, quienes, ra­ dicalmente, como el mundo occidental, así mismo, en­ tendieron sino eso, del monumento demonológico que descubre ese mundo de maravillas... El alma humana es pues, seminal, semilla, fotoplasma114 de un ego ar­ quitectural y conformado en sí, punto de sus emergen­ cias conciencíales y de su capacidad de memoria para el conocimiento, pues el ego sólo conoce lo que recuerda. Cautivador fue verdaderamente suponer que cada una de las células que constituye la materia posee sexo, co­ razón, sistema nervioso, conciencia, química digestiva. Y la suma de este Universo cuanto ilumina la vida y es la vida [Proposición nuestra ha seis años anotada en (EPDO), vaya confirmación por recientes investigacio­ nes anatómicas y fisiológicas]. Los sabios biólogos me perdonen —lo digo con el más rendido respeto-, pero estimo que sus exploraciones en los mecanismos a que responde la biología unicelu1lar, demuestran que el microbiólogo mira a su mundo con lentes adrede opacos, si no habremos de ofender­ les suponiendo les rijan canónicas estratificadas. Si en la naturaleza unicelular, en su sociobiología, no se ven conciencia, mnemónica de topografías, capacidad de simpatía, libre arbitrio (en el sentido que será siempré relativo de esta fórmula), la inteligencia acabará postu-

¡ 114 de luz.

Fotoplasma: Del griego phótós, luz y plasma, cosa formada formació

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lado dogmático y no virtualidad de la vida. Toda natura­ leza biótica se dirige a formas egoplásmicas 115 y, como el Bacilo Búlgaro , 116 integra confederación de indivi­ duos que se rigen por leyes restrictas, previo acuerdo jurídicamente admitido, con plenitud de un Derecho Público en el fundamento de la convivencia. Eso mirado sin medios sistemáticos, por lo que toda forma orgánica supondrá sólo confederación de individuos egóticos117 [Psique]. Es cosa que sabemos desde la Caverna118 que los ver­ mes intestinales se reproducen por sección, pues cada una de las células de estos individuos, o circuito celu­ lar, acaso posee capacidad genésica y por tanto no le faltará ego, punto en que radica su carácter. Datos que debieran inducirnos a concepción antropológica de las células, y las células noá revelarían si el homo es homo o es simio. El injerto en los vegetales determina mix­ tión aislada, hasta que, finalmente, el individuo híbrido fallece. Inclusive en el tipo híbrido homine, a la postre se produce el regreso a las raíces embrionales. Todo lo cual, necesariamente, conduce a admitir que las células poseen individuación, linaje, historia, estructura egóti115

Egoplásmica: Del latín ego, yo y del griego plasma, cosa formada, for­

mas del yo. 116 Bacilo Búlgaro: Nombre que se daba a los bacilos responsables de la transformación de la leche en yogurt. 117 Egótico: Este adjetivo es usado por Churata con el valor de poseedor de ego. 118 Caverna: Churata usa la palabra Caverna con mayúscula refiriéndose en forma polémica al mito de Platón, Cfr. el párrafo La Caverna en El pez de oro (Chu­ rata 1957, p. 43) y las reflexiones de Marco Thomas Bosshard (Bosshard 2002, pp. 87-120).

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ca (EPDO). No será posible el Leptodonte 119 griego, por venir de injerto de ala de calandria y hoja de lechuga: mas esto mismo de un campo mágico del símbolo refleja buenos síntomas de la concepción egótica que el heleno antropolito120 tenía de la naturaleza de las células. Es hecho evidente que mediante procedimientos hip­ nóticos se ha logrado la anestesia local en cirujía, anes­ tesia que constituye uno de los fenómenos más fáciles de lograr para el yogui. Una anestesia general se logra­ rá hiriendo los centros motores de la sensibilidad, pero para localizarla es preciso que el circuito elegido admita el fenómeno, y eso importa en el estamento de voluntad y libre arbitrio en las células como tales. No será estulto ahora suponer que la muerte, lo que así se llama tan neciamente, importe la recondensación, por voluntad egótica, de la Herínies121, que abandonan­ do el inane despojo, se infunde en los caldos genésicos del individuo actual, para vestirse de sus ropas y reem­ prender la marcha, que es su ley. Cuando se rechaza este proceso posible dentro las normas de la materia, se cae inevitablemente en metafísica; pues el hombre nace asistido de una conciencia visceral de sí mismo, que si no de él, tendría que venirle del m ás allá... Él es una realidad susceptible de admitir identidad; el más

119 Leptodonte: Anfibio de la familia de los anuros. 120 Antropolito: Piedra con forma antropomorfa. 121 Hennies: La voz Hennies se encuentra, en Resurrección de los muertos citada con el sentido de célula genética, de genes. La etimología es del griego hén, uno. Nótese que la metafísica de Proclo, filósofo griego citado-varias veces por Churata, es llamada henologia, como doctrina del Uno.

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allá un mito, o, en el mejor de los casos, un supuesto de razón. Desde luego, las inducciones que acá desarrollamos se hallan ya planteadas en El pez de oro; precisamen­ te, porque ellas requieren de mayor exégesis es que se justifica esta conferencia. Así, obsérvese que sin esa in­ dividuación deí individuo seminal los hijos poseerían los signos del concurso de sus progenitores en el orden entelequial: Barba Roja producirá generación de Barbarojas. Y no es así. En el seno de la familia se dibu­ jan nítidamente los perfiles egóticos de personalidades egocéntricas que ninguna relación exigen de sus pro­ genitores. Será demostración de inferioridad biológica que el vermes, según estima Haeckel122, se reproduzca por esciparidad123, si hecha la lombriz picadillo, de una lombriz se alzará población de lombrices provistas de una memoria funcional, capacidad de juicio, universo egótico... Si hiciésemos picadillo del cuerpo benedicto de Immanuel Kant se quedaba en picadillo, al menos 122 Haeckel: Emst Heinrich Haeckel (Potsdam, 1834 - Jena, 1919). Biólogo y filósofo alemán, uno de los primeros y de los principales exponentes en Alemania del darwinismo que él interpreta no sólo como una doctrina científica y filosófi­ ca sino también como instrumento de liberación política y religiosa. Las teorías de Darwin son integradas por Haeckel con la “ ley biogenética fundamental se­ gún la cual la ontogenia (desarrollo del individuo referido en especial al período embrionario) está estrechamente relacionada con la filogenia (origen y desarrollo evolutivo de las especies). Un aspecto del pensamiento de Haeckel que encuentra paralelismo con las elaboraciones de Churata es el concepto de monismo materia­ lista” que puede reasumir parte de su pensamiento y en que se rechaza la dualidad de espíritu y materia considerando al mismo tiempo al ser humano como objeto de estudio de la zoología. 123 Esciparidad: Reproducción directa, como en muchas bacterias en las cuales una célula madre se reproduce en dos células hijas.

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para la observación germinal; en ninguna de sus des­ integradas células se reproduciría su alta filosofía ni su ascético misogenismo. La comparación no procedería, puesto que, en puridad, hay nada acá que faculte es­ cala de valores. La superioridad de Kant, respecto de la bacteria está en que Kant, individuo germinal, a ese título engendrado y parido, pudo rebelarse al manda­ miento supremo: ¡reproducios!, lo que la bacteria no puede, o no quiere; pues puede y quiere sólo lo que debe. Ciertamente del caso Kant no es responsable el tejido testicular de Kant, sino la inteligencia, que no es textil, del filósofo. Y este el punto, en que el hom­ bre se niega a ser lo que es, en uso del libre albedrío que fundamenta el principio de libertad, signo de la aristarquía del hombre frente a las formas zooticas del planeta. Es así, en efecto: el hombre es único animal que puede ser malo; cosa que los demas animales no pueden por carecer de inteligencia. * Todo eso chafa en la más cómica y cínica miseria, y no alcanza a patética en hombre alguno; pero en el eminente filósofo es inevitable. Kant muere (no muere) y regresa a embrión seminal (y lo ignora), y en ese estado podrá y querrá sólo lo que debe (y no entiende). Arrastrose el filósofo -uno de los más grandes con Aristóteles- asténico124 a través de la erótica germinal, y he aquí porque su filosofía, por estructural y foral que sea, desde puntos de vista de la vida, es, para el conocimiento de los principios universales, estéril. 124 Asténico: De astenia, estado de fatiga y agotamiento sin causa orgánica.

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Después de columbrar estas horrísonas perspectivas de la historia humana, confesaré con ustedes que nun­ ca he podido comprender la doctrina de la evolución de las especies. ¿Es que importará progresión el esqueleto de Immanuel respecto del infusorio? Ni como filóso­ fo; pues ya hemos visto que Immanuel es ignorante de cuanto el hombre excelso estaría obligado a saber; y la bacteria sólo sabe lo que la bacteria debe, esto si afir­ maciones tan verticales cupiesen sin temor a incurrir en calumnia. No puedes contar los dedos de la mano y pretendes contar las estrellas, fue la admonición que estaba siem­ pre en labios del sabio Inka Pachakútek125. El libre albedrío lúdico que se traduce en el principio de libertad que sustentan las filosofías del hombre, son meros mitófonos126, como mitófonos otros términos del Imperativo Categórico. Véase acá que el genial dialéc­ tico alemán queda reducido a la estatura de la lombriz en las categorías ínsitas de realidad vital y que, además, en Immanuel Kant hay menos universo kantiano, que universo de lombrices en la lombriz... Portillo es este para otras profundas diáteses127 filo­ sóficas de tentadora fertilidad que, lo deseamos, no tar­ darán en ponerse al examen de laboratorio. 125 Inca Pachakútek: Con el nombre inicial de Cusí Yupanqui fiie el noveno gobernante del incanato, su nombre significa reformador, literalmente el que da la vuelta al mundo. 126 Mitófono: Del griego mytos y phóné, voz, parece ser un neologismo del autor en oposición a mitografia. 127 Diátesis: En el lenguaje médico indica la disposición a ciertas enferme­ dades, en gramática indica la forma de la voz, activa o pasiva.

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No se llamen a escandalizados ustedes, si me descu­ bren tan esmerada acucia por jabonar los orificios nasa­ les del ilustre dialéctico. Immanuel Kant es una de las más altas fastigias del intelecto de este aspérrimo pla­ neta y destino de los vientos, soplen de donde soplaren, es ir a tropezar en él. El principio lúdico (Dios) carece de libertad para hacer el mal, ya que si pudiese ese prodigio, inmedia­ tamente dejaría de existir; pero es él quien ha dota­ do al hombre de libre albedrío para hacer el mal. El mal es, pues, hechura del hombre, hechura de que su creador es impotente. ¿Se paran los cabellos de punta? Pues bien, quien hizo el mal que Dios no pudo hacer es el verdadero padre de Dios y hacedor del Universo. ¿Pueden darse magnitudes más precisas de la ridiculez en la vida? El hombre es el mono ridículo mientras no se cure la sarna. Esta la coordenada de los Titanes. Salvaje él que in­ ventó la aguja, civilizado él que armó la máquina en base de la aguja. Sostendrán ustedes que el creador fue el salvaje; por tanto el único no salvaje, el salvaje. Arte­ sano quien desarrolló la idea del genio. Y esto debe ser repetido hasta tanto duela y fecunde. Los instintos animalescos supérstites en el hombre desanimalizado causa de sus depravaciones... Permítanme pequeña profecía. En los milenios ve­ nideros el sabio podrá redimirse de monstruosidad se­ mejante que demuestra sólo su inapelable inferioridad como individuo de la Naturaleza. Si hay una prostituta entre las hienas, una agencia de trata de blancas entre

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los cóndores, estafador alguno entre los leones y delitos de estupro entre los monos, somos nosotros el aborto de la imbecilidad más allá de los Imperativos Categóricos de Immanuel. La bestia es el arquetipo, señores: ningún derecho nos asiste para atribuirle nuestras sarnas [He ahí el fun­ damento mental de la naturaleza del mono civilizado]. Ovación planetaria; particularmente en los bosques de América y del Africa ¿Por qué el mono acabó académico y el loro quedó en loro? Importaría socarrerra128 impertinencia, decir que se es académico en la medida que loro, lo que si no ofenderá al loro, espero no ofenda a los señores aca­ démicos. Pues estos habrán de aceptarnos ya, que esa lengua, materia de sus fajinas, es la del volátil, y que lo reconozcan será comienzo de juicio en el camino de la investigación científica. Él podía agitar las frondas con sus verbos y gerundios, y cuando gerundios y verbos provocaron reacciones en las cornamusas del venador, se lanzó al cielo agitando los khomerinos remos129: - iKhusillu130!... ¡Khusillu!...! Khusillu!... 128 Socarrerra'. Socarronería. 129 Khomerinos remos'. Quechua, q ’omer, verde, los remos verdes, las alas. 130 Khusillu'. GPO: “ Khusillu. Kh-Ay. M ico” GI: “ Khusillus, Ay. monos, micos” .

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Pobre khusillu... Fue sujeto más desguarnecido que el loro mismo. Sin alas, el loro, téngaselo por seguro, hoy sería el Hijo de Dios, y no el antropomorfo. - ¡Alas!... ¡Volar!... ¡Volar!... Ese el combazo131bronco que sin tregua golpea en su corazón, como el infatigable carpintero de Heine132 gol­ pea en el cajón mortuorio de su alma. ¡Huir!... Huir, así sea con alas de avutarda (EPDO133), huir la Sión liberata 134 con los milicianos sones del Tanhausser135, huir bajo el cucurucho136 metafísico y astrolátrico137 de los magos, huir con las alas de cera del ingenioso Dédalo, huir con el proceso dialéctico, camino del Mundo Nuevo de las borracherías de Hegel y las tronerías138 de Engels... - ¡Al cielo!... ¡A Canaán, la de miel sin tigres y gorrio­ nes gorrones!...

131 Combazo: Peruanismo, puñetazo. 132 Heine: Heinrich Heine (Düsseldorf, 1797 - París, 1856). Poeta judío ale­ mán. E l carpintero es el título de uno de sus poemas. 133 Alas de Avutarda: Como las alas de los ángeles, que son alas de animal “ ¿Podrá explicarse algún día por qué se simbolizó en una ovejuela sin alma la divinidad pascual del mito cristiano? ¿Y por qué para que los ángeles pudiesen trasladarse de la esfera del Incongnoscible a las del Conocimiento, se les proveyó de alas de avutarda?” (Churata 1957, pp. 381 - 382). 134 Liberata: Italiano, liberata, libertada, con referencia al poema épico de Torquato Tasso La Gerusalemme liberata. 135 Tanhausser: Tanhüser (1205-1270) poeta alemán se cree que participó tal vez en la cruzada de 1228. La obra de Richard Wagner, Tannhauser se inspira en la leyenda según la cual él después de vivir de manera disoluta en la tierra de Venus, pidió perdón al papa Urbano IV. 136 Cucurucho: Prenda que llevan en la cabeza quienes van a procesiones o participan en rituales esotéricos secretos, como los masones. 137 Astrolátrico: De astrolatría, culto a los astros. 138 Troneria: Ruido de los fuegos artificiales.

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El cielo de su Loro-Loquía139 fue para el Mono la meta de la batalla. Considérese ahora en qué medida el hombre óntico pudo venir de mimoloquías 140 del loro. Esto roznado bajo el árbol simio; no a la sombra de los micro o psicomoros 141 del Gotama142. He aquí el hecho cataléptico del planeta. El hombre, animal nuevo ya, mas animal aún, constreñido por su endeblez, puso espacio en las fieras voraces que de él se alimentaban (EPDO) y su nido. Midió la profundidad de esa solución y la llamó Tiempo. El Tiempo había separa­ do al hombre de la naturaleza arbórea y temperamental y en él fructificaron los símbolos, las bayonetas y los ce­ menterios. Un día se vio obligado a usar de las manos. Jehová, desde una nube: ¡Comerás el pan con el sudor de la frente y el pan ázimo con el sudor de los monos, para eso les he creado!... Así se leerá en el Génesis y, lo mismo, en El origen de las especies del doctor Darwin, si bien no con inferencia a la hostia, ni al hostio143 hispanoamericano. Y nada tardó el lodo germinal en abortar o eructar, a éter, banquero, pandero y patrullero. El animal que huía inició así la historia, digo: la Pseudo Historia del Antropomorfo. 139 Loro-Loquia: Juego de palabras con loro y locuela, modo y tono particu­ lar de hablar de cada uno, derivado del latín loquela: habla. 140 Mimoloquía: Juego de palabras con mimo y locuela. 141 Psicomoro: Juego de palabras con sicomoro o sicómero que es un árbol de las moráceas, una higuera bajo la cual, según la tradición, descansó Buda. 142 Gotama\ Otro nombre de Buda. 143 Hostio: Del latín hostis, enemigo, hostil.

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La sociedad humana no parece hija de climas cá­ lidos; y debido a que es ella primordialmente vestida, calefacción, en suma familia en torno al fuego. Fue el páramo, donde todo constituía para él necesidad, mas hasta donde no arribaría el tigre, en las cumbres que amaron druidas y Chullpa-tullus americanos, sobre los cuatro mil metros de khollos144 (EPDO145), en plena gelidez hiemal146. Y allí se le impuso desprender la piel del bruto y con ella cubrirse; allí que, menos que la ven­ tisca, la protección que le brindaba esa cobertura que fue haciéndose cada vez más prolija, debilitó las raíces capilares (la célula orgánica irá cuando ya no le sirve) y se le atrofió el sistema lanar: se hizo chala147, como ya Adán fue en el Paradiso, y le nació la vergüenza (crea­ ción radical del Diablo), el pudor, fecundando ideas de prostitución, salvación de las almas, neosalvarsanes148; allí que se le impuso la necesidad de industriarse de­ fensa para las manos traseras que debían soportar sin Cirineo149 alguno el peso vertical del cuerpo erguido y allí, consecuentemente, que hizo irrupción el Demiur­ go, aquel que el milagro consumaría: el zapatero re­ 144 Khollos : GPO: “Khollus. Ay., Cerros” 145 Cuatro mil metros de khollos: La expresión se encuentra en un poema haylli de El p e z de oro (Churata 1957, p. 67). 146 Hiemal: Invernal. 147 Chala: Chala es la hoja que envuelve la mazorca de maíz, es palabra de origen quechua, en el texto indica la piel. 148 Neosalvarsan: El Salvarsan fue creado en 1910 como medicamento para la cura de la sífilis, una vez comprobada su potencial toxicidad fue substituido con el Neosalvarsan en 1912. 149 Cirineo: Por alusión a Simón Cirineo, que ayudó a Jesús a llevar la cruz en el camino del Calvario, persona que ayuda a otra en algún trabajo penoso. Aquí no alude a personas concretas sino a una ayuda.

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mendón150, intuitivo que, a poco, le proveyó de casco, o pezuña. . Bajo el aguijón de sus debilidades trócose en animal de las dialécticas del Tiempo, pues sus problemas se verán gobernados por ritmo fugaz, no obstante eterno, eterno como latido del universo. Y su naturaleza tem­ poral y precaria, pues nace, crece, se reproduce, en el tiempo en que deviene joven el árbol que enraíza en la montaña, le da la certidumbre de su estatura mínima al lado de la inconcebible grandeza del Todo, el cual sera reducido a su nimiedad. Es a su lucha grande y la infe­ rioridad de sus temblores. Pudo decirse, como el astroso Sinóptico del diseño nazareno: - ¡Hijo del hombre!... El hombre es hechura de sus cuatro manos de animal débil. Se había hecho resabidillo y petardista y lanzó el gran suflamocos151 de El Tiempo: - ¡El hijo de Dios es el mono!... No asustó felino alguno, mas se intoxicó él para siem­ pre. Suya la bestialidad; que hay bestia con imaginación capaz de bestialidad tal. Tales las dimensiones de nuevo individuo del Zoo que deviene maniquí... Keyserling152 percibiría que las 150 Zapatero remendón: El zapatero que acepta arreglar o remendar los zapa­ tos de los pobres. Churata de niño cumplía este trabajo en la zapatería de su padre. Nótese que en el texto hay varias referencias autobiográficas. 151 Suflamocos-. Variante andina de la palabra soplamoco, golpe que se da en laC3|52 Keyserling: Hermán Keyserling (Künno, 1880 - Innsbruck, 1946). Fi­ lósofo antiacadémico, fundó en Darmstad una “Escuela de la Sabiduría’ que fue cerrada por la dictadura nazista. Eje de su obra fue el concepto de una filosofía no como ciencia ni dogmática sino como vida en forma de saber. El autor esta citado en la página. 384 de El pez de oro (Churata 1957).

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planicies andinas fueron el más antiguo teatro de la histriónica del mono truequeado home, (las culturas arcaicas, seguramente matriarcales: Tibet, Anahuac153, Tiwanaku, son de planalto154), pues es de ellas que se materializa socialmente el geognósico155 concepto de es­ pacio, el cual, sin embargo, es posterior al de espacio psicológico, o sea el de Tiempo. Este es el miedo; aquel sus necesidades. El Tiempo engendra a Dios; el espacio geopónico156 al Rey. Estaba elaborado el homúnculo, negado el antropopitheco del Paradiso, o la Civilización de la horda divina se dirigió por el camino de la muerte a la conquista del cielo: -iSer en el No-Ser mono!... La vida es para Sócrates solamente la preparación para el No-Ser y eso es para cuasi todos los filosofos de Eurasia, quienes repiten el criptograma socráticamente; esto es, silenciándole paternidad. El mono ya pudo reír del loro, puesto que si no le salieron alas, se le pegó el artilugio de la palabra. Ese todo el fundamento para que se entienda, o se cargue quiste mental que impone nece­ sidad de principio para la vida; principio temporal que plantea la ditocomía de: TIEMPO-SIMA y TIEMPO-CIMA 153 Anahuac-. Anáhuac, antigua cultura del actual México central. 154 Planalto'. Altiplano. 155 Geognósico: De ge o- y el gr gnósis conocimiento. Geognosia, parte de la geología que estudia la estructura y la composición de las rocas que forman la Tierra. Churata usa la palabra en el sentido de telurismo. 156 Geopónico: Relativo a los cultivos y a la agricultura.

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Aquí tendrá origen la síntesis dialéctica del Pórtico, que se plantea así: Tesis

Síntesis

Antítesis

Satán,

Todo:

Satán, padre del

Nada, o él

Mal absoluto

Bien es el mal

e hijo de él

hijo de Dios

Bien absoluto

Ese el Absoluto parmeniano157 con absoluta copia en los cuadernos atribuidos a Aristóteles sin fundamento alguno, y que planteó el potente marido de Xantipa158, Sócrates. Presto los cendales se abrieron del Empíreo y allí el Demiurgo habló con tan grandes voces (Génesis), que temblaron las estructuras minerales del hueso simio: ¡Monos manos: no mataréis monos con las manos! que ese derecho queda reservado al linaje de los zapate­ ros remendones, exclusivamente... ¿Entendísmeis?... Y el zapato que os sacó del infierno del tigre, os dará alas, con lo que un día habréis zapato volador para escapar de ese Valle de Lágrimas y venir a mi pos que os reservo en el Jardín de Venus, cual mi tierno Dante os ofrecerá a su tiempo, a gozaros del néctar divino de los amores 157 Parmeniano : Relativo a Parménides, filósofo griego de la primera mitad del siglo V adC. 158 Xantipa: Mujer de Sócrates.

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entre espíritus redimidos de la asquerosa y ascuosa car­ ne... Pero... Pero... Mis hijos presuntuosos, jamás olvi­ déis que vostro159 problema humano contenido estuvo en un zapato, y que es el zapato el legado que os brindo mi ternura compadecido de la insignificancia de que os doné al crearos... No sea que lo olvidéis y acabéis por mirar a los Divinos Zapateros Remendones como a la bazofia humana, cuando es a ellos que les debéis el ha­ ber salido del lodo que fue vuestro caldo de cultivo... El genio del hombre habrásele de admirar, no en la bam­ bolla intelectiva de los bambinos160 sino en el Sacro Za­ pato, con que el hombre se hizo andante y petulante... La jerarquía social en los pueblos mestizos de Ameri­ ca, y entiendo que lo mismo sera en la mestiza Eurasia, se mide por la calidad del zapato calzado; el khalapata,101 esto es el sin zapato, es analfabeto y pertenecé aún a la familia de las bestias, como en Atenas, según establece con técnico análisis el sabio suave que fue el Estagirita.

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Zapato volador... Valle de lágrimas... No hay metáforas más patéticas y realistas de la his­ toria del hombre. La tierra para el mono-home fue él Valle de lágrimas a causa de los colmillos del felino, que se han hecho ya apostólicos y libre-cambistas. En el pá­ 159 160 161

Vostro: Adj. Vuestro en italiano. Bambinos: Bambino, niño en italiano. Khala: Quechua y aymara, q 'ala\ descalzo, desnudo.

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de los m uertos

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nico de los miserables tiembla el animal con otras ar­ mas que sus cuatro manos, dos ya atrofiadas en patas y en camino de hacer patas de las rodillas. La Edad Media (lo que así se llama porque esa edad es lo más actual de la nuestra) importaría crisis de un delirio de persecución que empuja con el hombre al sal­ to de este charco de lacena a las atmosferas del Nirva­ na. Ser, para el hombre es la maldición; el No-ser mono acabó en el Ser del cielo: Nihil. No estar en sí mismos, estar fuera, en dispersión. Esa la sinestesia de la fuga, síndrome básico del schizoide. Pocos de ustedes podrían negarse a concluir que la Civi­ lización es de un fenómeno de alienismo clínico. El hombre requiere de alas para el raid que de la Sustancia putrescible le eleve a la Esencia perennal, mas tiene quien se las provea. Podría acaso el Zapatero Remendón, su viejo Demiurgo, pero a causa de haber­ se trocado simple enunciado abstracto, según estimaba el elegante Papa Pío XII, es ya incapaz. Si parricida no cargase a lomos la osamenta de su padre Simio, la célula se las proveería. Sin perder granulo de sus conquistas manuales, tendrá que volver a la candidez animal, a su vieja y gentilicia sabiduría, de que ha perdido memoria. Acaso entonces hable desde el antropomorfo y con el antropomorfo (EPDO162) y conoceremos voz tierna e inefable en el Universo. Tempestuosos aplausos 162 Cfr. El pez de oro, p. 126 (Churata 1957).

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VOCES

¡Rarará!...¡Rarará!... ¡Rarará!.... ¡Rarará!... PROFESOR ANALFABETO

Ya el positivismo entendió el diagrama idiomático en tablas semejantes a esta: Rayo Trueno Huracán

Miedo.

Calor Frío Sueño

Hambre. [Zoombies]

Sangre Mamaria Muerte

Generación.

No basta suponer que el hombre hable y la bestia gruña sin hablar y eso debido a que el gruñido, para él que no se instruyó en Pascal, carezca de ortología canó­ nicas y la palabra se infle con tumescencias catódicas. Alguna causa debe explicar el fenómeno. Si la natura­ leza se relaciona y cementa por afinidad de masas y es­ tas de molécula, lo simple es investigar si los animales aprendieron del hombre a hablar o el hombre obtuvo su

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palabra de la idiomática animal. Vamos a las demostra­ ciones de laboratorio, que no será necesario despertar de su monstruoso sueño al eoantropo103 para saberlo. ¿El lenguaje del mudo se parece al lenguaje del simio? En ingente proporción sí. Bien, y por qué no se toma un niño nacido, se le somete a lactancia controlada para evitar se pronuncie palabra en su delante, se lo haga crecer así condenado en muralla que le impida imitar la palabra humana. Y a los 15 años se le estudia. ¿Qué len­ guaje habla este nino? El gesticular. Bueno*, entonces el niño ese es por lo menos del gentilicio del mono. Ahora depende de los gustos se le puede enseñar a hablar en alemán, lituano, keswa, aymara, sánscrito o esperanto, será lo de menos, puesto que estaremos enterados que la palabra es una manufactura industrial destinada a me­ jorar las relaciones de la convivencia. Pero, hoy las cosas son porque son palabra, y en faltando la palabra serán Nihil. Muerte es una palabra que mata, Dios es una pa­ labra que asusta. Espíritu es una palabra que engaña y enloquece, Inteligencia es una palabra que emborracha, Santidad es una palabra que apesta cándidamente... Y por sustentar el Imperio de la Divina Palabra se puede convertir en charco de sangre lo que fue un Gran Impe­ rio de animales-hombre: el Tawantinsuyo164. 163 Eoantropo: Unos restos fósiles encontrados en Inglaterra, cerca de Ukfield, entre 1909 y 1920 fueron atribuidos a un antiguo hombre (Eoantropus dawsoni, llamado también hombre de Pilt Down). Por decenios muchos paleoantropólogos estimaron estos restos como ejemplo del comienzo de la diferenciación entre los monos antropomorfos y el hombre, hasta que definitivamente en 1955 se comprobó con análisis químicos que se trataba de un fraude. 164 Literalmente Tawantinsuyo significa en quechua las cuatros partes uni­ das y era el nombre con que la población quechua definía a la nación incaica.

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hurata

Pawlov, el gran sabio ruso, que ha revolucionado la ciencia fisiológica, obtiene de ella principios de psicolo­ gía que están destinados a volver la calceta a las presun­ ciones intelectuales de la civilización. Por eso es más de lamentar el vacío que dejó en sus estudios, si en el curso de ellos -com o todos ustedes saben- hubo de inducir la inevitabilidad de perseguir en las leyes de los reflejos fi­ siológicos condicionados la explicación de la génesis del proceso ideótico165 y la misma articulación del lenguaje humano. Para nosotros Pawlov constituye un signo de mayor seducción por sus técnicas llenas de ingenio y de una metodología sencillamente genial; pues en cierto modo nosotros, sin cátedra ni laboratorios, mareando la juventud aún, habíamos llegado a atisbos de analogía con sus medios y objetivos. El lenguaje humano se ela­ bora en el tellusl66, le forman funciones orgánicas del metabolismo y en ingente medida se articula de acuerdo con las voces del área zoótica en que el hombres eligió estancia. Hay que entender, pues, que el primer hecho fonético para el hombre social fue el salto del árbol con miras a la fuga. Los discípulos del ilustre investigador que debe a Lenin, el genial, haber contado con medios sin restricción para el decurso de sus largos y minucio­ sos estudios, estimaron finalmente deber suyo llenar el vacío dejado por el maestro, y hoy se hallan abocados a su dilucidación. No conocemos los resultados que hu­ biesen hasta hoy obtenido; mas es de presumir que el 165 Ideático'. Relativo a las ideas. 166 Tellus: Latín, tierra. En la mitología romana era una divinidad relacionada al alma de la tierra, protectora de la fecundidad de los matrimonios y conectada con el mundo de los muertos.

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no social y los profesores Brístol172 no han entendido con los tacos las canónicas de S.S. Augusto Comte173, así magnificado el purpurado por Federico Nietzsche, poeta del púrpura. El salto del árbol para ausentarse de la sima canicu­ lar, tiene sentido idiomático en una interjección: - ¡Kuik!... El grito dejó a la vista las corregelas174 de dientes y molares, mientras los ojos miraban con el pavor con que se waspea175 al tigre, que, presto, tomaría forma fonética en otra interjección: - ¡Hiwa176!... Muerte. Y es que se debe admitir que esa concienci jo no en estructura lógica, al contrario por mucho de su mucho tiempo su lenguaje se edificaba con pulsaciones y se vivificaba por una dinámica radicalmente emótica177. Hiwa es voz felina, y puede ser forma del himplido178 lobuno, analógica al Kuik simio: es el miedo... tados empíricos en el campo psicológico, nacidos en el ámbito de la fisiología, de la psicología fechneriana y del evolucionismo darwiniano, con la filosofía empírica anglosajona. 172 Brisíoh Con referencia al Almanaque Brístol, varias veces citado por Churata y que es una publicación anual de divulgación cultural, con noticias útiles y prácticas sobre meteorología, fases lunares, etc. 173 Augusto Comte\ (Montpellier, 1798 - París, 1857). Filósofo y sociólogo francés, es considerado el fundador del positivismo. 174 Corregela: Las filas de los dientes. 175 Waspea: GPO: “Waspearte. Hib. Observarte, atisbarte” 176 Hiwa: GPO: “Hiwa. Ay. Lindo, bonito, gracioso, Eva sería Hiwa-mama; la madre linda. Pero, Hiwa, es, también, la muerte” . 177 Emético: Adjetivo usado varias veces por el autor, viene de emoción pero es usado sobretodo en el ámbito médico, actualmente es un termino relacionado con la neurociencia, y está en línea con cierto pensamiento biológico-psicológico de Churata que representa una de sus más novedosas intuiciones. 178 Himplido: De himplar, emitir la onza o la pantera su voz natural.

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Desde luego el Positivismo no ha partido desde estas raicillas de la realidad filosófica. Acojámonos a la dogmática de El p ez de oro, que no es tal dogmática en honesta doctrina fiduciaria; si le hace más rectamente del cristalina dalmática, y nos saldrá más admisible considerar que, respondiendo a imperativos de su necesidad, la célula antrópica, que pudo convertir las manos traseras en pies (tarea en la que no ha llegado a límite; no lo olvidemos) y hacer he­ rramienta de las otras, obtuvo su lengua por imitación del lorito Periquillo179 y de sus otros hermanos zoóticos, en no poco más favorecidos que él. La célula, decimos, porque todo suceso biológico, como enseñaba Haeckel, será de expresiones suyas. Ir a la raíz glótica del Ver­ bo Encamado, para encontrar la glosis180 del animalhombre, será, acaso, el camino de explicar el misterio de la palabra humana, como el de sus sentidos gregarios, que hacen del hombre-animal-político (¿Oyes, macedonio181?), habrá de trabucarse en su indefensión frente a grupos zoológicos con los cuales debió vivir y luchar, inspirado en táctica, que todavía emplea, de las retira­ das estratégicas. Si, mirado sin mística gigantomaquia, el decurso histórico del hombre (y es palabra de poesía, si en cierto modo se debe al poeta Byron, el cojito) obe­ dece a exclusiva dinámica: la faga. Y evacúa sus posi­ ciones sólo el estratego de alguna manera consciente de sus debilidades o desventajas. 179 Periquillo: Diminutivo de perico, ave trepadora, especie de papagayo de unos 25 centímetros de altura. 180 Glosis: Del griego glóssa: lengua. 181 Macedonio: Aristóteles.

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Matemáticas místicas, o puras, la más intelectual ex­ presión del miedo simio, implican movimiento hacia la aprehensión de realidades ideales por caminos raciona­ les. ¿O son camino racional hacia la razón de ser de lo irracional por su naturaleza ideal? Respondiendo a la influencia de la esotérica hindú y del hermetismo egip­ cio, el número es genesiaco y numinoso para el pitago­ rismo (perdón por el recalentado), por lo que el numeral posee valor trascendente, que alcanza a la calígene de Patmos182 - y esto es simple doctrina de las ritmias del movimiento—. Para Tomás de Aquino, con el peso de su angélica peripatética, la filosofía no caminó al descubri­ miento de la verdad inmanente: método para alcanzar la plenitud teológica, porque Dios no es la Verdad, valor contingente: es la plenitud del Todo-en-Él, matemática pura. He aquí como el escéptico volitivo por excelencia, Mester Schopenhauer, caracterizará el problema cuan­ do sostiene que - y la Muerte es un dado lógico, y no más- “es poco posible que sin la muerte existiese filo­ sofía”, como diría Vico, sin filología existiría la Muerte. Con lo que Arturo Schopenhauer hizo más que repetir, bien que silenciándole, al pitagórico Jámblico183.

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Patmos: Isla griega donde estuvo relegado el apóstol S. Juan y dictó el

Apocalipsis. 183 Jámblico: (Calcide, Siria, 245 - 325 adC. aproximadamente) filósofo griego, su esfuerzo principal fue revitalizar la filosofía pitagórica y el neoplatonis­ mo en oposición a la creciente influencia del cristianismo en el campo religioso y cultural.

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¿El hombre nace en su palabra y por su palabra mue­ re? Sí: esa palabra fue la interjección del mono al lan­ zarse a la fuga: - ¡Hiwa!! ... ¡Hiwa!... El himplido del viento entremezclándose al rugido del felino que rompe los carámbanos de la Era Glacial. VOCES

¡Sonso!... ¿Cómo vas nacer so palabra, si palabra nun tienes óvulo: a ver decime? ... ¡Burro!...184 Risas y aplausos PROFESOR ANALFABETO

Pues a alturas de estas anatomías, de restricto genio empírico, conviene consideremos formas del concepto de Muerte en pueblos de alta y no por poco similar cul­ tura, en cierto modo de un paralelismo raigal, a los cua­ les -lógico es- les encontraremos en el mundo de hoy: en el pasado que en el mundo de hoy experimenta de­ formación y estrangulamiento, aunque por eso mismo nos acredite su actualidad, pues el Presente que no es el Pasado probablemente no exista [como ya sugirió el pobre Augustín de Hipona]. En primer lugar el pueblo Inkásiko y luego el del Egipto faraónico. Natural es que en síntesis apretada podamos apenas puntualizar, o bocetar puntualizaciones, de los complejos del fenómeno.

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En esta frase se aprecian las particularidades del español andino.



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Mas haremos de manera que aún así resulten asimila­ bles a nuestro modesto objeto. Que el primero hubiese desconocido la escritura, o la rehuyese, como rehuyó el empleo de moneda —ele­ mentos ya de uso oficial en el México indio—si así se ve de alguna información (lo saben los eruditos) de la Era Colonial, supone, para nuestro análisis, factor negativo alguno, que tenemos entendido ya que la escritura im­ porta ejecutoria alguna de superioridad, tanto que para encontrar al hombre en sus raíces conciencíales, libre de inferiores e inferiorizantes fetichismos, de extravíos mitomorfos185 (aquí transmutación que no entrevio Nietzsche) y cerrazones mentales, hubimos de rastrear su huella entes del alfabeto, en alfabetario. Aparente­ mente la antigüedad del Egipto -s i el área del Nilo es considerada (y me perdonen por suministrar tan inge­ nuos vulgarismos) teatro de las surgencias186 de Civi­ lización, en tanto, se entiende, le corrivalen187 arcaicas estructuras mesopotámicas- es problema sin proble­ mática. Sin embargo, la del Tawantinsuyu tiene que ser mayor, que no sea cronológicamente (valor para noso­ tros por lo menos esencial); lo que no está definido, en cuanto a sus biológicos contenidos. Nos mantenemos dentro la síntesis inaudita. Si es dable seguir el hilo magnético del decurso egip­ cio, todo lo que se le descubre es la emulsión de gér­ 185 Mitomorfo: En forma de mito. 186 Surgencia: De surgir, emergencias. 187 Corrivalen: Neologismo compuesto con los verbos corresponder y equivaler.

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menes civilizaloides y bárbaros, de los que finalmente insurgirá orden filosofico, jurídico, economico en que predominan concepciones abstractas de principio biotico y, por tanto, concepción abstracta de Derecho. Como Roma es del genes griego, en Egipto se manifestará el mugrón del Url88, siempre dentro la síntesis estimado. No los Inkas. Su política, su jurisprudencia, su eco­ nomía son de naturaleza genética. Establecer, como se ha hecho, en su régimen de tierras, caracterizable y sistemático colectivismo, será siempre sobre difuso de violencia teorética, pues lo típico del sistema es el apro­ vechamiento de la sayaña189 sin miras a mito alguno, por lo que es obvia la ausencia de toda dinamia utilita­ ria individualista. La procreación constituye el eje del Derecho Público y está, por tanto dentro de morfologías plenamente zoóticas, y en uno que podría llamarse esta­ mento organizado de la economía recolectora. El descubrimiento de estas raíces hoy no habrá de constituir tarea simple, sin peligro de caer en el simplis­ mo en que se ha rumbado hasta hoy. La Corona Hispana, en la letra, y tratándose del Tawantinsuyu primordial­ mente, buscó conservar las estructuras del régimen inkásiko, pero en la realidad se operaba la suplantación por la cual el pueblo que domina impreme190 sus formas al pueblo dominado. Se habla de comunidades indíge188 Ur: Antigua ciudad en el sur de la Mesopotamia, es considerada una de las primeras ciudades fundadas en el mundo. En la Biblia es citada como lugar de nacimiento de Abraham. Fue un gran centro de cultura e innovación. 189 Sayaña: Aymara: pertenencia, terreno propio. Parcela individual dentro de un sistema comunitario, algo como un predio familiar. 190 Impreme: Verbo imprimir con la alternancia vocálica típica del mundo andino e/i.

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ñas y hasta de un Comunismo Agrario Inkásico, sin a.ávertir que esas comunidades, que existen, y son forma legalmente admitida, importan estamentos de la hispa: nización de la economía agrícola, lo mismo que cuando se habla en México del Callpuli191, el cual en puridad es ya un estamento filológico, porque el régimen primitivo hállase supeditado al sistema egidal192 que es el hispa; no, como la parcialidad sustituye a la hata193 y ayllu, de la zona kheswa-aymara de los Inkas. Sólo en zonas por más allá de los cinco mil metros, o incrustadas en las ; chorreras de la selva, es posible hallar el ayllu o la hata con pureza aborigen. En cambio, en las grandes hacien- ; das, tipo marca, intención confederativa de ayllus, por conveniencias del nuevo amo se han conservado insti­ tuciones radicalmente indias, tanto en técnica, como en administración política y prestación de servicios. Hay ' que entender que las encomiendas que beneficiaron los : Conquistadores eran solamente marcas inkásikas de esa índole. Desde luego, allí pierde el sistema americano su eje, el sentido genético de la economía, y se hace lo que j ya sabemos: economía de Colonia. j Los Inkas, en plena vigencia de su heliotarquismo19