Remedios para el imperio : historia natural y la apropiación del Nuevo Mundo [Primera Edición] 9789589693070, 9589693075

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Remedios para el imperio : historia natural y la apropiación del Nuevo Mundo [Primera Edición]
 9789589693070, 9589693075

Table of contents :
11. Introducción
23. Capítulo 1 - Las políticas imperiales españolas: la apropiación del nuevo mundo
59. Capítulo 2 - Dibujar, ensamblar y nombrar especies: desplazamiento y apropiación de la naturalieza.
121. Capítulo 3 - Remedios para el imperio español: la búsqueda de plantas medicinales
163. Capítulo 4 - La condensa, los Jesuitas, el Cardenal, El demonio, Linneo y sus polvos.
207. Capítulo 5 - Las expediciones y la creación de una tradición científica en América

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REMEDIOS PARA EL IMPERIO historia natural y la apropiación del nuevo mundo

MAVJUCIO NIETO OLARTE

UNJVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES - CESO DEPARTAMENTO DE HISTORIA

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Nieto Olarte, Mauricio

Remedios para el imperio : historia natural y la apropiación del Nuevo Mundo 1 Mauricio Nieto Olarte.- za. ed.- Bogotá : Universidad de los Andes, Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Historia, CESO : Ediciones Uniandes, 2006. 248p.; 17x24cm. ISBN 978-958-695-253-8

l. Historia natural- América del Sur 2. Expediciones científicas-América del Sur 3. América- Descubrimiento y exploraciones-Españoles 4. América del Sur- Descripciones y viajes 5. Espafia- Historia- Reyes Católicos, 1479-1516 l. Universidad de los Andes

(Colombia). Facultad de Ciencias Sociales. Departamento de Historia 11. Universidad de los

Andes (Colombia). CESO m. Tít. CDD 980.013

SBUA

Primera edición: 2000. Editado por Instituto Colombiano de Antropología e Historia- ICANH.

Segunda edición: noviembre de 2006. © Mauricio Nieto Olarte © Universidad de Los Andes, Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Historia, Centro de Estudios Socioculturales e Internacionales - CESO Carrera. ¡a No. ¡ga_ 10 Ed. Franco P. 5 Teléfono: 3 394949-3 394999. Ext: 3330- Directo: 3324519 Bogotá D.C., Colombia http ://faciso. uniandes. edu. colceso/ [email protected] Ediciones Uniandes Carrera!". No 19-27. Edificio AU 6 Bogotá D.C., Colombia Teléfono: 3 394949- 3 394999. Ext: 2133. Fáx: Ext. 2158 http :/1ediciones.uniandes .edu.co [email protected] ISBN: 978-958-695-253-8 Ilustración de portada: Determinatio specierum gerenis Cinchonae. Lámina l.Del Tomo XLIV "Quinas de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada", Flora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. Diseño : Juan Pablo Fajardo Andrés Fresneda Diagramación e impresión: Coreas Editores Ltda. Calle 20 No. 3-19 Este Bogotá D.C., Colombia PBX 3419588 http://www.corcaseditores.com info@corca~ditores.com

Impreso en Colombia- Plinted in Colombia Todos los derechos,r~servados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en su todo ni en sus partes, ni registra,da en o trasmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni p~tr riingún medio sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el penniso previo por escrito de la editmial.

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introducción

\ CAPfrULd

las políticas imperiales españolas: la apropiación del nuevo mundo (2

3)

CAPtrULOll

dibujar, ensamblar y nombrar especies: desplazamiento y apr?piación de la naturaleza

CAPÍTULOIII

remedios para el imperio español: la búsqueda de plantas medicinales ( I 2 I)

CAPÍTIJLON

la condesa, los jesuitas, el cardenal, el demonio, linneo y sus polvos (I

63)

CAPfTUlOV

las expediciones y la creación de una tradición científica en amé rica (207)

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Un libro nunca se termina realmente pero ya es

hora de publicarlo para podérselo regalar a Ursula.

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AGRADECIMIENTOS

\ El material de este libro es, en su mayor parte, res~ltado de una investigación para obtener mi titulo de doctorado en el Imperial College de la Universidad de Londres en 1994. El texto original ha sido traducido del inglés y ha sido objeto de algunas adiciones y modificaciones. Con la publicación de este libro quisiera reiterar mis agradecimientos a james A. Secord por su cuid~dosa supervisión de la investigación en las univer;idades de Londres y Cambridge. Debo también expresar mi gratitud a la Wellcome Trust por apoyar esta investigación y hacer posible que pasara tres años de mi vida entre archivos, bibliotecas y seminarios. Años más tarde he comprendido mejor el privilegio de esa oportunidad. En España estoy en deuda con los Archivos del Real jardín Botánico y de la Real Botica en Madrid; buena parte de las fuentes escritas y gráficas del libro provienen de estas instituciones. En Colombia agradezco a mis estudiantes y colegas de la Universidad de los Andes y de la Universidad Nacional por haber debatido conmigo el contenido de este trabajo. De manera especial quiero extender mis agradecimientos a Tomás Martín por su colaboración

con la traducción y edición del texto. El contenido de esta segunda edición es básicamente el mismo de la publicada por el ICANH en el año 2000, sin embargo la versión que se publica en el2006 ha sido objeto de una cuidadosa revisión y de algunas modificaciones menores. En este proceso debo agradecer al meticuloso trabajo de Andrés Barragán.

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INTRODUCCIÓN

Durante el siglo XVIII los viajes de exploración se convirtieron ~el centro de intereses públicos, políticos y comerciales de las élites europeas. Ambiciosos proyectos de exploración a países lejanos fueron. un esfúerzo común de los imperios

europeos. Como veremos, la historia natural constituiría una forma de apropiación y jugaría un papel central en las políticas de Estado; el trabajo del naturalista clasificando y nombrando objetos naturales facilitaría el control no sólo de la

naturaleza, sino de otras culturas. La historia natural y los viajes de exploración constituyen un elemento central tanto para la historia de la ciencia occidental iomo para la historia cultural y política de Europa. Algunos historiadores que se han ocupado de la relación entre el imperialismo y la historia natural han mostrado cómo la expansión europea y la exploración científica son procesos complementarios y cómo los víoculos entre la política, el ( I comercio, y la ciencia fueron especialmente estrechos durante el siglo XVIII'- Éste es un período durante el cual los europeos sintieron que su poder sobre la naturaleza se incrementaba; no sólo habían logrado conquistar buena parte del globo terrestre, sino también habían promulgado el descubrimiento de las leyes físicas que rigen el uníverso. Desde la llegada de los europeos a América en el siglo XV, España tuvo bajo su control el más grande imperio colonial del mundo. Durante el reinado de Carlos III, fueron implementadas algunas reformas políticas, que buscaban optimizar la explotación de las colonias estimulando la exploración científica de América. Al seguir los parámetros de la Ilustración francesa, el gobierno español basó sus políticas en la creencia de que la adquisición y aplicación de conocimíentos cien-

1

Entre los autores más destacados que se han ocupado del tema de ciencia e imperio podríamos mencionar a: Lucile H. Brockway, David Mackay, Mary Louise Pratr, Anthony Pagden, Dirk Stemending, )ohn Gascoigne, Erruna Spary, entre otros.

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INIRODUC06N

tíficos incrementaría su poder político y económico. La clave de la prosperidad económica del Imperio español parecía yacer en una explotación más eficiente de la riqueza natural de sus colonias. Durantela segunda mitad del siglo XVIII, el gobierno español diseñó y llevó a cabo un importante número de ambiciosas expediciones a cargo de botánicos que debían investigar los posibles usos medicinales y comerciales de la vegetación tropical. Los proyectos de exploración estaban dirigidos por médicos y patrocinados por instituciones médicas. En España, más que en ninguna nación europea, la familiarización con plantas medicinales y la promoción de una industria farmacéutica española se convirtieron en compromisos centrales del Estado. La vieja relación entre el reino vegetal y la medicina le permitió a la botánica jugar un papel vital en las políticas económicas imperiales. Con el apoyo de la Corona, los exploradores permanecieron en América por varios años recolectando numerosas especies y llevando a Europa grandes colecciones de plantas disecadas, ilustraciones botánicas, muestras y descripciones de especímenes considerados útiles. Los reportes y diarios de diferentes explorado( 1 2)

res españoles contienen cientos de referencias de plantas medicinales, algunas de las cuales tuvieron un impacto considerable sobre la industria farmacéutica europea. El caso de la quina es, entre muchos otros, un ejemplo notable de la intersección entre factores médicos, científicos y'comerciales. No es el propósito de esta introducción hacer un recuento completo de la literatura que existe sobre la exploración española de América en el siglo XVIII. Sin en1bargo 1 un breve comentario sobre las distintas aproximaciones a la botánica y a la medicina del siglo XVIII en España y los problemas historiográficos de éstas, ayudará a situar esta investigación. El caso de España y sus proyectos de investigación científica haMespertado muy poco interés entre los histOriadores de habla inglesa. Los británicos James Cook, joseph Banks, el prusiano Alexander vonHumbo"\4t, los franceses La Condamine y Bonpland son ya nombres comunes entre los historiadores de la ciencia, pero los españoles son muy poco conocidos entre investigadar~s por fuera de España o de América Latina. Esta omisión se e

debe en gran pa~~ á-·Ia idea convencional de «Ilustración» según la cual las naciones católicas no parecen haber tenido una participación real en ella.

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REMEDIOS PARA EL !MPERlO

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Arthur R. Ste ele en su libro Flowers for the king: The expeditions of Ruiz and

Pavón and the flora ofPerú (1964) e Iris Engstrand en Spanish Saentist in the New World (1981) ofrecen detallados y útiles recuentos de los hechb)i', actores y fechas; ·~·\

a pesar de ello para los propósitos de esta investigación sus aPortes no son su.ficientes. Temas .tales como las relaciones entre imperialismo y ciencia, las prácticas concretas de los naturalistas y sus consecuencias sobre las nacio)res america-

nas son tratadas superficialmente. /

Mary Louise Pratty Anthony Pagdenhanincluido referencias sobre la exploración española en América y su sentido político2 , pero un estudio sistemático sobre el papel de la historia natural en las colonias españolas no existe en habla inglesa. En los últimos años, investigadores españoles y latinoamericanos han mostrado un creciente interés en temas de botánica, farmacia y medicina. La literatura

secundaria en español es enorme. La celebración del quinto centenario del descubrimiento de América tuvo como resultado un buen número de trabajos sobre las expediciones botánicas españolas 3 . Sin ánimo de desconocer la validez de muchos de esos trabajos, es posible afirmar que la mayoría de ellos no han dejado de ser una celebración de los logros de sus antepasados compatriotas. Sus análisis ( 1 ) 3 tienden a ser meramente documentales, faltos de crítica y, con frecuencia! están dedicados a señalar los aportes españoles a la historia de la ciencia. Un grupo de historiadores latinoamericanos también ha publicado trabajos sobre expediciones y ciencia colonial, muchos de los cuales se han ocupado de la

influencia de dichas expediciones enLatinoamérica4 • Tanto para los españoles como para los latinoamericanos, los naturalistas europeos del siglo XVIII constitu-

2

Mary Louis Pratt1 Imperial eyes: Travel writing and transcu!turation (Londres y Nueva York Routledge, 1992); Anthony Pagden, The fa!! of natural man.- The Amenean indian and the origins of comparative ethnology (Cambridge: Cambridge University Press1 1982)¡ idem, Spanish Imperialism and the political imagination (New Haven: Yale University Press 1 1982)¡ idem1 European encounters with theNew World: fromRennaissance to Romanticism (New Haven: Yale University Press1 1993).

3

Algunos de los estudiosos más relevantes son: Javier Puerto Sarmiento1 Antonio Lafuente 1 Antonio González Bueno1 José Luis Peset y Miguel Ángel Puig-Samper.

4

Ver por ejemplo los trabajos de Emilio Ouevedo 1 Luis Carlos Arboleda 1 Patricia Aceves 1 Oiga Restrepo, Diana Obregón y Eduardo Estrella entre otros.

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yen figuras importantes en la historia nacional, que han sido objeto de una pennanente y exagerada veneración. Algunos de los naturalistas y médicos españoles que viajaron al Nuevo Mundo, estuvieron involucrados en la enseñanza de la medicina y de la filosofía natural, ·fueron responsables de refc:mnas universitarias y se convirtieron en figuras centrales en el establecimiento de instituciones tales como

jardines botánicos, museos de historia natural y observatorios astronómicos. Se han convertido en figuras heroicas que trajeron a América la ilustración, los beneficios de la ciencia moderna, el progreso y, muchas veces, ideales de libertad. Recientemente, una vertiente de estudio más critica se ha desarrollado en España y Amética latina entre algunos especialistas dedicados al problema de imperialismo y ciencia. Sin embargo, la historia de la ciencia en América latina todavía está dominada por la historiografía convencional, que tiende a idealizar a la ciencia y a los cientificos5 . Este libro ofrece un estudio sobre las prácticas concretas involucradas en la exploración botánica: la elaboración de registros visuales, la movilización y clasificación de plantas y la construcción y certificación del conocimiento botánico y farmacéutico. Algunos aportes recientes de la sociología del conocimiento científico son útiles e, ( r 4-l incluso, indispensables para la labor de revisión histórica de la historia natural y dela exploración. Las discusiones contemporáneas en historia y sociología de la ciencia

nos ofrecen herramientas para la elaboración de un nuevo y más critico estudio de los viajes de exploración y del imperialismo. f Nociones convencionales como «descubrimiento)), la distinciónentre factores internos y externos en la historia de la ciencia, y la idea de que el conocimiento

sobre la naturaleza es necesariamente progresivo y políticamente neutral1 han sido supuestos comunes en la literatura secundaria sobre las expediciones españo-

las. Estas son premisas problemáticas que han atrapado a los historiadores en una descripción idealizada de lq..historial natural y de su papel en la historia de España y las naciones am.ericanas.

\ 5

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Una reseña del t!¡:_¡.bajo reciente sobre historia y sociología de la ciencia en América Latina se encu~Utia en Hebe M.C. Vessuri, -«The social study of science in Latin America», en Social studies ofscience, 17 (1987), pp. 516-54.

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REMEDIOS PARA EL l!v\PERIO.

En lo que sigue, se pretende mostrar cómo la ciencia del siglo XVlli en América, la historia natural y la medicina, principalmente, hacen parte de intereses políticos, económicos yrehgiosos¡ en qué medida las políticas económica:s.~bloniales estimularon el desarrollo de la farmacia y la taxonomía vegetal, y por q~é dichas prácticas constituyen importantes formas de control tanto de la naturaleza como de la sociedad. La búsqueda del conocimiento rara vez está aislada de intereses polític~y económícos. De hecho, la dicotomía entre conocimiento. y poder y la distinción rnísma entre ciencia y política, pueden conducir a malentendidos. El[lfoyecto de un inventario del mundo no se puede separar de su conquista por parte de las naciones más fuertes de Europa. La historia natural es un medio para construir una naturaleza doméstica y una humanidad colonizada. Por lo tanto, la historial natural y la política deben ser consideradas expresiones de la misma estructura de poder. Sería un serio error pretender imaginar que el conocimiento de la naturaleza no es parte de un orden social, y es importante que tratemos de evadir contraposiciones entre nociones como «sociedad», «poder>>, «política)), por una parte, y «conocirniento)>, porotra6 • Conocimiento1 descubrimiento, apropiación y poder: estos son todos conceptos claves que estudiaremos en los capítulos siguientes. El «podeD>, como ha suge- ( 1 5 > rido Barry Barnes, puede ser entendido como «posesión», posesión de territorio, productos comerciales, armas o tecnología7 • La idea de «descubrimiento)), como veremos, implica un acto de apropiación. ha sido tradicionalmente entendido como encontrar algo que existía pero que nadie había visto. Veremos con ejemplos concretos cómo 1 para que cualquier objeto natural pueda ser «visto>> o «descubierto)), debe ser transformado en algo familiar conforme a un sistema ya conocido y de cierta manera todo objeto «descubierto)) tiene que haber 7

pasado por un proceso de construcción. 13 •

6

Ver Barry BamesJ The nature ofpower (Cambridge: Polity Press, 1988)¡ Joseph Rouse, Kwoledge and power: toward a po!itical philosophy ofscience (Londres: Comell University Press, 1987)¡ y Stanley Aronowitzj Science as power: discuourse and ideology in modern society (Londres: Macmillan Press, 1933).

7

Bamesj The nature of power, introducción.

8

Para un estudio sociológico de la idea de «descubrimiento)), ver Augustine Brannigan, The social basis ofscientific discoveries (Cambridge: Cambridge University Press, 1981).

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Las habilidades de los naturalistas europeos para clasificar la naturaleza al darle nombres a plantas y animales y sus técnicas de representación, son instrumentos

de apropiación9 • Quien por primera vez reconoce un lugar, una planta o una medicina, proclama su derecho de posesión. Para poder identificar el conocimiento con un proceso de apropiación es importante, en primer lugar, recordar

que la historia natural no es una empresa de individuos aislados; es una práctica que requiere de una red de cooperación para hacer posible la movilización, clasificación, codificación, exhibición e, inclusive, la venta de los objetos de estudio 10 . Los viajeros y naturalistas acnian como agentes tanto del Estado como de Dios y sus descubrimientos o actos de apropiación, aunque proclamados individualmente, son presentados en nombre del Rey y con una fuerte justificación religiosa. Los logros de las expediciones fueron muestra de soberanía y los jardines botánicos y los museos de historia natural se convirtieron en galerías públicas donde los imperios europeos podían exhibir tanto su poder como la obra del Creador. Durante el siglo XVIII cualquier centro cultural que se respetara debería estar en capacidad demostrar colecciones de especímenes naturales, plantas, animales o minerales de lugares (1

6) remotos. Museos nacionales de historia natural fueron establecidos en Londres

(1753) y París (1745); jardines botánicos en Viena (1751), Madrid (1755), Lyons y Nancy (1758), Cambridge (1762)y Versalles (1765). Todas estas instituciones se convirtieron en importantes símbolos,éle poder. Coleccionistas aristócratas empezaron a satisfacer sus intereses y capacidades adquisitivas no sólo con obras de arte sino también con fósiles, animales disecados, conchas, minerales y mariposas, muchas veces adquiridos a precios elevados. Como señala Peter Bowler: «El mundo natural fue incorporado a el mundo de la propiedad."" Es importante reconocer el carácter institucional y político de la historia natural; ver como la credibilidad de los naturalistas depende en gran medida del poder

9

La idea Xe «descubrimiento)> como apropiación es bien expuesta por Anthony Pagden, European encounters with the New World, y también por Stephen Greenblat, Matvelous possesions: the wonder of the New World (Oxford: Clarendon Press, 1991).

10

Ver Bruno La~~r, Scíence in action (Milton Keynes: Open University Press, 1987), p. 227.

11

Peter Bowler/The Fontana historv ofthe environmental sciences (Londres: Fontana Press 1 1992), p. 114.

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REMEDIOS PARA EL IMPERIO.

de la institución en que trabajan y de la posición social que les otorga el oficio de la historia natural. La popularidad de la historia natural riene que ver con una serie de prácticas sociales y proyectos políticos alrededor de colec¡;lones, gabinetes, ·~\

exhibiciones y jardines, que les dan estatus a sus propietarios.La historia natural era una disciplina cuyos practicantes dependían del patrocioio de la aristocracia o del Estado ya que solamente los más ricos de la sociedad europe)estaban en capacidad de adquirir objetos raros y acumular colecciones exóticas. /

Los centros de producción de los últimos conocimientos o avances en historia natural en el siglo XVIII son los gabinetes y los jardines de los aristócratas más poderosos o de la nobleza. Los naturalistas del siglo XVIII hacen del estudio de la naturaleza un elemento esencial de una educación civilizada, la habilidad de comentar una colección es una muestra de educación. Los naturalistas tienen una importante función social en la medida en que hacen de la naturaleza, de>Ío salvaje algo ordenado y placentero. La naturaleza bruta debe ser organizada por el hombre. Los museos y jardines son expresiones y súnbolos de poder de Europa sobre lo salvaje y del hombre sobre las bestias. Para poder explicar estos procesos, debemos tener en cuenta los papeles desempeñados por los actores que pertenecen a distintos lugares y grupos sociales. Carlos III y sus ministros, los habitantes nativos de América, botánicos, médicos

y quúnicos de la Corte: todos estos son actores claves para la construcción del conocimiento farmacéutico y botánico en España durante los siglos XVIII y XIX. Tanto la historia natural como la cartografía, la minería y la producción de floras y herbarios, fueron la expresión del compromiso europeo por extender y mantener control sobre el mundo con el apoyo directo no sólo del Rey, sino también del Papa y del mismo Dios. Clasificar, dibujar, nombrar y transportar objetos naturales; la legitimación de un nuevo saber botánico y médico; los mecanismos por medio de los cuales la experiencia popular o indígena era traducida a una ciencia ilustrada; los intereses sociales y políticos, y las negociaciones que hicieron posibles tales procesos: éstos son algunos de los temas que se discutirán a lo largo de este libro.

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Veamos ahora una breve descripción de los capítulos y temas específicos que se desarrollarán más adelante. El primer capítulo se ocupa de los antecedentes de las expediciones, incluyendo el papel de la botánica, la medicina y la historia natural en Europa durante la segunda mitad del siglo XVIII. También examinaremos la historia social y política de España, prestando especial atención a sus políticas imperiales y coloniales, y su relación con la historia natural; en este punto nos ocuparemos de instituciones españolas que jugaron un papel importante en la definición de las nuevas políticas coloniales, tales como el Real)ardínBotánico y el Protomedicato. Este capítulo también incluye una breve exposición de las diferentes expediciones españolas, prestando especial atención a sus objetivos y promotores. El propósito central de esta sección es, por lo tanto, localizar las expediciones científicas en un contexto social y político particular sin el cual la botánica, la medicina y la exploración no pueden ser explicados de manera satisfactoria. El tema principal del segundo capítulo es la manufactura de las ilustraciones botánicas que incuestionablemente encaman el principal resultado material de las exploraciones. Aquí se muestra la función clave de la representación visual en la (1

8) exploración científica) particulannente en la clasificación botánica, en la cual el artista jugaba un papel activo y determinante. También se explica la importancia

e influencia de Linneo sobre los botánicos españoles y se muestra cómo el botánico-artista simplifica y esquematiza ~us objetos de estudio para lograr, de esta manera, apropiarse de y desplazar a los objetos naturales. Siguiendo a los naturalistas desde el campo hasta la casa de impresión1 se exponen las instancias concre-

tas del proceso de apropiación sugerido anteriormente y así mismo se introducen

algunas ideas que serán reforzadas en los capítulos posteriores 1 a saber: que la taxonomía y los sistemas de clasificación son el reflejo de estructuras e intereses sociales y que, por lo ta!Jto, las unidades en que se fragmenta la naturaleza en el sistema linneano (especies y géneros) son el resultado de procesos de construcciónmá~ue de simples hallazgos.

En el tercer capítulo se estudian un número de plantas medicinales y comerciales, que despe~uron interés entre los negociantes, fannaceutas y la Corona: una especia amer~:C> 1 en: H.M. Scott (Ed.) Enlightened

e

absolutism: refotm imd reformers inlater eighteenth-century Europe 1 (Hong Kong: Macmillan, 1992), p. 1

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REliAED!OS PARA EL IM.PERIO

gía para centralizar el poder. A menudo y a través de toda la monarquía, desde los virreyes hasta miembros del clero, se solía eludir el control de JV\adrid. Para muchos reformadores esta falta de integración era aún más visibl'e_\en la relación entre ','\

Madrid y el imperio ultramarino 3 . Para estudiar la sociedad española del siglo XVIII debemos comenzar por entender la magnitud y el poder de la Iglesia. Por siglos, la Iglesia catóilca permaneció como una institución dominante en España. A finales del siglo XV!ll ningún otro país en Europa alcanzó tan altas proporciones de' hombres y mujeres vinculados al clero. Cuando el censo de 1768 estableció una población de 9.3 millones de habitantes, España tenia más de 150 mil miembros de la Iglesia. Francia con una población dos veces mayor tenia un número similar de religiosos'. La Iglesia

constituía una comunidad numerosa, pudiente y poderosa dueña de enormes porciones de tierra. Durante el siglo XVIII un quinto de la tierra española estaba bajo el control de la Iglesia y sus gananÚas, eran entre un quinto y un sexto del producto nacional bruto 5 . El control clerical de la educación y su autoridad moral fueron formas aún más significativas del control social que ejercía la Iglesia. Entre 1784 y 1785 un tercio de ( 2 7 ) los libros y panfletos publicados en España (160 de 469) eran sobre temas religiosos: sermones, vida de santos, libros de oración y trabajos de teología6 . El sacerdote de provincia era, por lo general, la única persona en una comunidad rural que podía leer y escribir, lo que lo convertía en el abogado, doctor y liderreligioso de la misma. De manera que a pesar de la cooperación mutua entre la Iglesia y el Estado, aquella contaba con el poder suficiente para rivalizar con la autoridad del Rey.

Como veremos, las nuevas políticas económicas, el apoyo a la investigación científica y las reformas educativas en España en la segunda mitad del siglo

3 Charles C. Noel, "Charles Ill of Spain» en: H.M. Scott (Ed.) Enlightened absolutism, p. 120. 4

Richard Herr, The Eighteenth century revo!ution in Spaín, (Princeton University Press, 1985)¡ y David Goodman, ((Sdence and the clergy in the Spanish Enlightenmenb), en History ofscience, 21 (1983), p. 112.

5

Laura Rodríguez, Reforma e ilustración en la España del siglo XVIII: Pedro R. Campo manes, (Madrid, Fundación Universitaria Española, 1975).

6

Herr, The Eighteenth century revolution, p. 113.

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J. LAS PO!JTICAS IMPERIALES ESPAÑOLAS: LA HISWRIA NATURAL Y LA APROPIACIÓN DEL NUEVO MUNDO

XVIII pueden ser explicadas en gran parte como una lucha dela Corona por fortalecer la autoridad real y por recuperar y centralizar el poder. Carlos !1! se mostró decidido a deshacerse de las amenazas de la Iglesia a su autoridad. La expulsión de los jesuitas, la abolición de los cargos universitarios asociados con sus doctrinas y la prohibición de sus textos fueron todas medidas para proteger la supremacía de la Corona. Para la mayoría de los reformadores en el gobierno de Carlos III, la Orden de jesús aparecía como su más poderoso enemigo político. La expulsión de los jesuitas de España se inició el2 de abril de 1767 y algunas semanas más tarde serían expulsados de la América española. Las políticas de los ministros Pedro Rodríguez de Campomanes y del Conde de Floridablanca buscaron transformar la sociedad española por medio de la introducción de una educación útil y moderna; esto en gran medida implicaba remover los miembros de la Iglesia de las universidades. Campomanes (1723-1803), uno de los más influyentes ponentes de las reformas ilustradas, publicó su Tratado

de la regalía de amortización (17 65), en el cual ataca los latifundios de la Iglesia como un obstáculo para la generación y circulación de la riqueza'. Sin embargo, la imagen de un gobierno laico, progresivo e ilustrado luchando

( 2 gl

contra una Iglesia reaccionaria no es del todo exacta. Primero, debemos recordar que numerosos e influyentes miembros de la Iglesia constituyeron el principal conducto para la introducción en Espafia de la ciencia y la filosofía europea. Un monje benedictino y gran admirador de Francis Bacon, Benito jerónimo Feijóo (1678-1764), atacó insistentemente el aristotelismo, que aún era visto por mu-

chos como fundamento indispensable del catolicismo: «Es inconcebible el daño que ha sufrido la filosofía por estar bajo el yugo de una autoridad ignorante por tan largo tiempo» 8 . Feijóo promovía el estudio del francés en lugar dellarín o del griego, al igual que el estudio de la historia natural pues pensaba que era necesaria

\ 7

Ver Colin M. Maclachlan, Spanish empire in the New World, (Berkeley: University of California Press1 1988).

8

Benito Jerónin::i'otFeijóo, citado por Jean Sarrailh, La España ilustrada de la segunda mitad del siglo_:' XVIII, traducción de Antonio La torre, (México: Fondo de Cultura Económico, 1957), p. 414.

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REMEDIOS PARA EllMPEFJO.

para el desarrollo económico. El monje benedictino suporúa que el retraso español en ciencia y en econorrúa estaba directamente relacionado CO.J?.la suposición de que pensadores como Francis Bacon y Isaac Newton eran her~es. Estaba convencido que no había conflicto entre la ciencia moderna y la fe católica. Por el contrario, insistiría en que la ciencia ofrecía una idea clara del poder y la sabiduría del

Creador. Sin embargo, en su Teatro crítico escribe: «Si las sagradas

~crituras y la

experiencia se contradicen, yo negaría mis ojos y mis manos para defender las

" sagradas escrituras)) 9 • Sobre Copérnico, de manera similar, Feeijóo opinaría: Si sólo existieran razones matemáticas y filosóficas al respecto de su sistema, yo seria el primer copernicano del mundo ... pero en contra de Copemico

hay un argumento de naturaleza superior. ¿Cuál argumento es este? El que proviene de la autoridad de las sagradas escrituras y según el cual es evidente que la tierra es inmóvil y que el sol gira alrededor de ella. 10

Martín Sarmiento (1695-1772) fue ot;o monje promotor de la historia natural que apoyaba a Feijóo. Sarmiento insiste en la importancia de una reforma en el sistema educativo español, en el cual, con la ayuda del clero secular y regular, los

niños serían introducidos en el conocimiento de la naturaleza. Su pasión por la historia natural también terúa incentivos económicos: «¿Quién podria dudar que > 1 p.118.

12

Ver Marcelin Defourneaux, Inquisición y censura de libros en España del siglo XVIII (Madrid: Taurus, 1973); y Goodman, , p. 131.

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¡_ LAS POLITICAS IMPERIALES ESPAJ\IOLAS: LA HISTORIA NATURAL Y LA APROPIAGÓN DEL NUEVO MUNDO

doble columna. Casi cualquier pensador influyente desde el siglo XVI en adelante aparece en el Índt'ce y términos como «ateo>>, «hereje» o «afrancesado>> aparecen con frecuencia. La Enciclopedia, con excepción de algunas pocas copias, fue man~

tenida fuera de España 13 . Sin embargo, Buffon, cuya obra fue objeto de acalorados debates en Francia por oponerse a las Sagradas Escrituras con sus teorías sobre el origen de la tierra, tendría una interesante recepción en España. Es significativo que Feij óo, comúnmente identificado con la tarea de difusión de las nuevas ciencias en España, no menciona a

Buffon en sus influyentes Cartas Eruditas, la última de las cuales fue publicada en 1760. La primera aparición pública de los escritos de Buffon en España fue en 1773 cuando la Sociedad Vascogonda de Amigos del País publicó textos para la enseñanza

de las ciencias naturales que incluían apartes de algunos de sus escritos 14 . Copias de suHistoireNaturelle circularon en España antes de que José Clavija Fajardo comenzara la publicación del libro en 1785. Buffon era alabado repetidamente por los naturalistas españoles. ValentiForondo se refería a él con los adjetivos «sublime" y «divino>)5 , William Bowles escribió acerca del ' 1 p. 125.

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l. LAS POI111CAS IMPERIALES ESPAÑOLAS: LA HISTORlA NATURAL YlAAPROPlAGÓN DEL NUEVO MUNDO

La reforma universitaria en España seguiria un primer plan diseñado para la Universidad de Sevilla, la cual serviría como modelo para otras universidades españolas y coloniales. Pablo Olavide, un peruano que vivió en Francia por más de ocho años, quien fraternizó con los philosophes y recopiló una valiosa biblioteca personal, es el autor de la reforma para la Universidad de Sevilla. Su plan, que veremos en el capítulo quinto, implicaba remover el escolastisismo y el clero de las universidades. Olavide fue arrestado por la Inquisición a causa de su apoyo a los filósofos franceses y, después de un largo juicio, fue sentenciado a ocho años de prisión en un monasterio. Campomanes, Roda y Olavide, entre muchos otros, apoyaron la reforma uni-

versitaria y, sin embargo, los cambios fueron lentos y no siempre exitosos. Era materialmente imposible en la España del siglo XVIII imaginar una sociedad capaz de establecer un sistema de educación secular. La alternativa a los monjes no eran hombres o mujeres laicos sino otros miembros de la Iglesia. 21 Además de las reformas universitarias debemos mencionar el establecimiento de «sociedades económicas de amigos del país". Desde 1765 en adelante, sociedades patrióticas fueron organizadas con apoyo del Estado para proveer a ( 3 z) España con los avances europeos en tecnología y agricultura. Una de las metas del gobierno de Carlos III era la de estimular a la burguesía española para que buscara la producción de ganancias privadas. Las sociedades españolas de amigos del país pretendían crear una élite ~ducada que promoviera la prosperidad regional por medio del desarrollo de la agricultura, la industria y el comercio.

Sin embargo, su éxito fue, una vez más, limitado. La burguesía española se limitaba a ciertas ciudades de la costa, Barcelona y Cádiz particularmente. La tierra seguía siendo propiedad de muy pocos, nobles y clero, que, por lo demás,

no tenían un interés real o necesidad de promover su producción agrícola. La actividad científica no sólo era promovida por las universidades y las sociedades económicas. Las políticas del gobierno en contra del aislamiento de España

del resto dé..puropa incluían la contratación de científicos y técnicos extranjeros

21

Derek Beales, /s6·cial forces and enlightened policies)} en: H.M. Scott, Enlightened absolutism, p. 53.

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RE/vi.EDJOS PARA EL IMPERIO.

con el fin de que enseñaran e investigaran en España. El químico francés Joseph Louis Proust, el rninerólogo irlandés William Bowles y el botánico sueco Pehr Liiefling son algunos ejemplos.

,\

El gobierno de Carlos III ofrecía nuevas oportunidades para hacer estudios científicos por fuera de España. Aun más, la Corona promovía la creación de nuevas instituciones, algunas de las cuales veremos con mayor detall~más adelante. El jardín Botánico de Madrid, la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, el Gabinete de Historia Natural, observatorios

ycolegios de técnica minera

son todos ejemplos de los esfuerzos de la monarquía para promover la ciencia útil y una nueva fuente de autoridad disrinta a la Iglesia. El medio más eficiente para la diseminación del pensamiento contemporáneo fue una serie de publicaciones periódicas que florecieron en Madrid durante los últimos años del gobierno de Carlos III. Como ya habíamos visto, el resto de las publicaciones españolas habían sido dominadas por temas religiosos. Solamente un 7% estaba dedicado a las ciencias, un3% a la industria y un 9% a la medicina 22 Las revistas, por el contrario, representarían un importante canal para la difusión del pensamiento extranjero. Veamos algunas de estas publicaciones: El wrreo de Madrid ( con una circulación de 216 a 303 ejemplares, hizo su mayor contribución con una serie de articulas de carácter biográfico sobre filósofos modernos. El pensador, fundado por José Clavija y Fajardo en 1761, quien más tarde traduciría a Buffon y quien no dudaría en hablar de una «nobleza ociosa» y de un «clérigo ignorante» de España.

El Censor, fundado por Luis Cañuela en 1781, quien también sería un decidido crítico de la actitud española frente a la filosofía moderna. Cañuela insistió en que los españoles, en su afán por proteger la fe católica, estaban en realidad haciéndole un mal acusando de ateos a filósofos como Descartes «quien se ha esforzado de manera especial por probar la existencia de Dios» o a Newton «cuya filosoffa sin la presencia de Dios sería totalmente absurda.» 23 Otras publicaciones similares son: El

duende de Madrid, El apologista universal y El semanario erudito.

22

Herr, The eighteenth century revolutiol17 p. 194

23

Joseph Clavija Fajardo 1 citado por Herr1 The eighteenth century revolution, p. 113.

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I. LAS POLiTICAS IMPERIALES ESPAÑOLAS: LA HISTORIA NATURAL Y LAAPROPIAOÓN DEL NUEVO MUNDO

Posiblemente el evento que generaria más discusión y polémicas sobre las defidencias culturales de España fue la publicación de un artículo titulado España escrito por Nicolás Masson y que apareció en la EncyclopédieMéthodique en 1782. Para Masson, España tipificaba todo en contra de lo cual estaban luchando los filósofos ilustrados y enfáticamente señaló el atraso del país: «¿Pero qué debemos a España, y desde hace dos siglos, desde hace cuatro, desde hace diez, qué ha hecho ella por Europa?»24 El artículo de Masson se convirtió en un pretexto para airear y hacer pública una acalorada discusión. Todo tipo de reacciones y respuestas de españoles indignados serian publicadas y Carlos lil protestaría oficialmente ante el gobierno francés.

Hemos visto una serie de actividades que parecerían contradictorias: el gobierno implanta algunas refonnas con ataques directos a la Iglesia, pero al mismo

tiempo necesita conservar su alianza con ésta y con la Inquisición. La retórica de la Ilustración, que en aras de ideales de progreso y de crecimiento económico ayudó a legitimar nuevas políticas y a fortalecer el poder de la monarquía, era al mismo tiempo filtrada con prudencia. Si bien es cierto que la lucha por el absolutismo real y los intentos por subordinar al clero y a la Inquisición a la Corona

( 3 4) abrieron nuevos canales de comunicación entre España y la filosofía europea, es importante aclarar que el poder de la monarquía no puede ser completamente

apreciado en toda su magnitud si no tenemos en cuenta toda una estructura más amplia de poder basada en la religión. El Rey existe en la tierra por voluntad de Dios. Para la Iglesia él era un protector de la religión y para el pueblo una imagen de autoridad no sólo social sino divina y moraL Las controversias y reformas del siglo XVIII no condujeron a hacer

cuestionamientos fundamentales al catolicismo o a la monarquía. Por el contrario, como se ha mostrado, en España las innovaciones deben ser vistas más como un esfuerzo por fortalecer la monarquía corno un gobierno central tanto en España como en América.

\ 24

Nicolas l\1asso.~lj' citado por Ricardo Pascual, (), en Cuadernos Valenciarws de Historia de fa medicina y la cli!nda, (Valencia, 1970); ver también (\José Ouer y la polémica de la

ciencia española», Asclepto, 12 (1965), pp. 215-230.

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REMEDIOS PARA EL IMPERIO*

'

Los ministros de Carlos lli controlarían la entrada de literatura francesa a España. Floridablanca dice: «Nosotros no deseamos aquí tantas luces, ni lo que de ~I:G;s resulta: la '

insolencia de los actos, de las palabras y de los escritos conti-~ los poderes legítimos)).

25

Las nuevas políticas tendrían un importante impacto en el Nuevo /x1undo. Allí también las universidades se reforman siguiendo planes similares o idénticos a los impuestos en España, se fundan sociedades económiéas de amigos del país y los americanos son enviados a estudiar a Europa. El propósito en América ,una vez más, era centralizar y fortalecer el control del Estado, facilitar y estimular la explotación de la riqueza natural. Naturalistas europeos, antes y después de la Independencia, fueron contratados para ser profesores en las universidades y para liderar las nuevas instituciones científicas americanas. Aparecen periódicos dedicados a la difusión de la ciencia, que floreceríany se difundiría un mensaje de progreso material a través de la aplicación de la ciencia y la tecnología ilustradas europeas. En España y Portugal, la ilustración coincidió con la lucha de un viejo poder que trataba de cobrar fuerza de nuevo, adaptando las técnicas que, se creía, habían ( usado otras naciones para superarlas. 26 El poder económico y político de España había declinado notoriamente en el siglo XVII afectado por las guerras europeas; sin embargo, aún era el más extenso poder imperial del mundo. No nos debe sorprender que para el gobierno la clave de la prosperidad estaba en América. Una España próspera necesitaba un mercado colonial manejado eficientemente. Las colonias deberían proveer materia prima y crear un mercado cerrado. 27 Durante los siglos XVI y XVII, a pesar de importantes importaciones de cacao, tabaco y tintes, el principal interés comercial de España estaba relacionado

25

Citado por john Lynch, El Siglo XVIII, (Barcelona: Editorial Critica 1991), p. 340.

26

Kenneth Maxwell, «Pombal: the paradox of Enlightenrnent and despotism)), en H.M. Scott (Ed.), Enlightened absolutism, p. 116.

27

Ver John Fisher, Commercial relations between Spain and SpanishAmerica in the era offree trade1 1778-1796, (Liverpool: Centre for latin American Studies, University of Liverpool, 1985).

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) 3

S

I. LAS POLiiiCAS IMPERIALES ESPAlÍIOLAS: LA HISTORIA NATURAL Y LA APROPIAOÓN DEL NUEVO MUNDO

~;;·

con el oro y la plata, das riquezas del Nuevo Mundo». La Corona está obsesionada con la explotación de la riqueza minera de las colonias como principal medio para costear sus guerras en Europa. La agricultura y la industria en América no fueron de gran interés para la Corona. Las políticas imperiales hasta el siglo XVIII intentaban reforzar la dependencia de las colonias, estimulando la minería en América, y la agricultura y la industria en España, las que, a su vez, encontrarían un mercado en las colonias. En la práctica, sin embargo, este monopolio fue una ilusión: las industrias españolas nunca habían sido suficientemente desarrolladas para atender el mercado nacional y colonial de productos manufacturados. Consecuentemente, el tráfico y contrabando de productos extranjeros se convertirían en prácticas comunes. En la primera mitad del siglo XVIII el comercio entre España y sus colonias estaba dominado por extranjeros y las ganancias iban a parar a Inglaterra o Francia. A finales del siglo XVII sólo un octavo de los productos embarcados hacia América eran de origen españoL Además, pequeñas industrias artesanales empezaron a desarrollarse en las colonias en contra de las políticas de la Corona. 28 En la década de los cuarenta, ( 3 6) algunos ministros y economistas comienzan a señalar la necesidad de una reforma drástica del sistema comerciaL José de Carvajal, ministro de relaciones exteriores de Fernando VI (17 46-1759), publicaría su trabajo Nuevo sistema de go-

bierno económico para la América29 • En la_,década de los sesenta parecía existir un consenso politico entrelos reformadores en el sentido de que los recursos naturales y el mercado americano representaban una gran oportunidad para la recuperación de España. 30 Todo esto siguiendo politicas europeas, tales como el mercantilismo inglés, las doctrinas de los fisocrátas franceses y, especialmente, la suposición europea de que la prosperidad dependía de la ciencia y la tecnología.

\ 28

·Walker1 Spanish~tlitics and imperial trade 1700-1789, (London: Macrnillan, 1979).

29

Ver Scott1 Enlig~!ehed absolutism, p. 121.

30

Ver Noel, ((Charles III of Spain))' p. 121.

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REMEDIOS PARA EL IMPERIO*

Dentro de las doctrinas fisiócratas de los franceses existe la idea de que la riqueza de una nación reside en sus productos naturales y la propiedad 9e entiende como

,,

una consecuencia del trabajo, la tierra y sus productos son de quirnlos sabe trabajar. Este argumento podría legitimar la apropiación de tierras habitadas por otros que no las trabajan, «Cultivar» es una atributo de la sociedad y el origen de la propiedad, y el gobierno de alguna manera es quien debe proteger e~ propiedad. Éstas se convirtieron ,entonces, en las bases para las nuevas políticas del Rey de España y sus ministros Campomanes, Florida blanca, Aranda y Roda. Se introducirían reformas que le darían prioridad a la historia natural, a la medicina y a los viajes de exploración. La botánica y la medicina, en particular, comenzarían a tener un papel central en un gran proyecto de sustitución de productos importados. Las doctrinas de los fisiócratas que literalmente se refieren a la organización o administración de la naturaleza pretenden fundarse bajo leyes naturales que le dan preponderancia a la agricultura corho fuente de riqueza. Los fisiócratas y terratenientes franceses encontraron en la agricultura un me-

dio para regenerar a Francia. Con el apoyo de los savants, protegidos del]ardin du

Roi, se apropiaron de las teorias económicas que basan la riqueza en la tierra. Buffon, antes de ser nombrado intendente del jardin, como sabio y terrateniente que era, mostró su interés por el desarrollo de la agricultura y fue una gran influencia en el papel que se le concedió a la historia natural en la política francesa y europea. Tratar de describir al naturalista como alguien interesado exclusivamente en el descubrimiento del mejor sistema de clasificación, es olvidar las razones que existen para buscar un orden natural e ignorar las consecuencias sociales de los proyec-

tos de instituciones como los jardines y museos de las capitales europeas. Para Linneo el conocimiento de la naturaleza es sólo un medio: es incompleto si no sabemos como utilizarlo para el uso humano. El conocimiento de historia natural tanto en España como en las colonias era la clave para el mejoramiento del comercio y de las manufacturas. Campomanes en

su Discurso sobre el fomento de la industria (177 4) argumenta que mientras que exista en cualquier provincia un árbol, una hierba, fruta, mineral o cualquier producto natural, cuyo uso es desconocido, se tendría que admitir que los habi-

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( 7) 3

!. LAS POL[TJCAS illPF.RfALES ESPAfiTOI.AS: LA HISTORIA NATURAL Y LA APROPIACIÓN DEL NUEVO MUNDO

tantes carecen de lo básico para una industria bien establecida. Ve como una negligencia imperdonable importar lo que se puede encontrar en el Imperio y se puede tomar sin mayor costo y sin perjudicar el balance del comercio 31 • Para Campomanes, las Indias tendrian un papel primordial en el resurgimiento económico español. En su Discurso sobre la educación popular (1775), examina los problemas del comercio transatlántico. Las ideas expresadas en este texto tomarían forma tres años después en el Reglamento de comercio libre, que tenninó con el monopolio de Cádiz y abrió un número amplio de puertos españoles con contacto directo en las colonias.

Sin embargo la figura central en la planeación y ejecución de las expediciones fue Casimiro Gómez Ortega, director del Jardín Botánico, quien escribe: Disimule Vuestra Señoría ilustrísima si por corolario de este informe aprovecho la ocasión de exponerle, que vivo en la firme persuasión de que si el Rey pacífico y sabio a influjo de su Ministro, letrado e instruido manda e::-carninar las producciones naturales de la Península, y de sus vastos dominios ultramarinos; doce naturalistas con otros tantos chymicos o mineralogistas esparcidos por sus estados, producirían por medios de sus peregrinaciones una utilidad incomparablemente mayor, que cien mil hombres combatiendo por añadir al Imperio Español algunas provincias, cuyos productos hayan de sepultarse en el olvido, como lo están por la mayor parte los que cría la Naturaleza en las que ya se poseen. 82

31

Pedro R\dríguez de Campomanes, Díscurso popular sobre el fomento de la índustría, citado porGoodman, ( 1 p. 128.

32

Casirniro Gómez Ortega, (Arthur Robert Steele 1 Juan Carlos Arias Divito 1 Enrique Pérez Arbeláez 1 Federico Gredilla1 Francisco Javier Puerto Sarmiento 1 Iris H.W. Engstrand y Andrés Galera Gómez.

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REMEDIOS PARA EL!MPEfUO.

del Perú hasta que los franceses tomaron la iniciativa. Anne RobertJacques T urgot, un ilustrado sobresaliente que se convirtió en primer ministro de,L uis XVI, le hizo ver a España la urgencia de enviar botánicos a América. Jose/>h Do m bey (1742,'\ 1794), un médico que había venido trabajando en recolección de plantas en los Pirineos, se convirtió en un conocido naturalista del]ardin du Roi y fue recomendado por Antaine Jussieu para la expedición en el Perú. La propuesta

d~urgot fue

bien recibida en España, pero una vez más la aceptación de España fue condicional. Dos botárúcos españoles debían acompañar a Dombeyy éste debía dejar en España un duplicado de todos sus hallazgos y escritos. Los españoles elegidos fueronHipólito Ruíz y José Pavón, los dos con un conocimiento limitado de botánica, pero con cierta experiencia en farmacia. El4 de noviembre de 1777la expedición partiría para América y después de cinco meses de viaje llegó a Lima. Numerosos embarques de plantas y otros

' objetos naturales fueron enviados a Europa. Dombey regresaría en 1785, tres años antes que sus compañeros españoles. Su arribo a Europa iniciaría una polémica internacional sobre los materiales de la expedición y una disputa por la prioridad de publicación entre Francia y España. Dornbeyy sus colecciones (4 5) fueron retenidos en Cádiz por más de cuatro meses y las autoridades españolas

exigieron una división de los materiales y una copia de todos sus escritos. En 1787 el Rey ordenó a Ruíz y Pavón regresar a España. Al año siguiente finahnente viajarían a Europa dejando dos jóvenes botánicos para que continuaran con

sus trabajos, particularmente sus estudios sobre la corteza peruana. El médico español José Celestino Mutis había llegado a la Nueva Granada en 1760, 23 años antes de que la expedición a Nueva Granada fuera oficialmente reconocida y recibiera apoyo del Rey. A través de la intervención del virrey Caballero y Góngora, Mutis recibió apoyo oficial para la expedición en 1783. El botánico español nunca regresaría a Europa y moriría en Santafé de Bogotá en 1808.

Sus manuscritos, colecciones y su gigante producción de ilustraciones fueron embarcadas a España en 1815. La exploración de los territorios españoles en Norte América fue el fruto de dos expediciones. La Real Expedición a Nueva España (1787-1800), organizada bajo

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!.lAS POtlTICAS IMPERIALES ESPAJ\IOLAS: L4 HISTORiA NATURAL Y LAAPROPIACI6N DEL NUEVO MUNDO

la dirección de otro médico, Martin de Sesse. El resultado de esta expedición sería no solamente el establecimiento de un jardín botánico en México donde se ense-

ñaba botánica, sino que además proveería científicos que explorarían México, California, el Pacífico, Puerto Rico, Cuba, y América Central. Además, debemos mencionar el viaje de Alessadro Malaspina (1789-1794) quien se le uniría a Sesse y visitaría no sólo México sino tambiénAlaska, el noreste del Pacífico, Filipinas, Australia y algunas islas del Pacífico. La extensión de los territorios españoles del siglo XVIII constituyeron una oportunidad única para exploradores y naturalistas. Como hemos visto, los proyectos de exploración botánica pretendían cubrir todo el territorio español. Estas expediciones durante el reinado de Carlos III fueron el proyecto más ambicioso y costoso en botánica de toda la Ilustración. Los exploradores recolectaron e hicieron dibujos de un enorme número de plantas y tomaron nota sobre aquellas prácticas medicinales locales, que ellos consideraran podrían tener algún valor. La

pennanecia por tantos años en América, hizo de los viajes de exploración un medio importante para la difusión de prácticas científicas.

> y «estabilizados», no solamente para que permanecieran inalterados en largas travesías, sino también para ser presentados en Europa como nuevos descubrimientos.

5

Publicaciones recientes sobre la representación científica dan por primera vez un marco analítico para una mejor comprensión de la función esencial de los modos visuales de comunicación en la práctica científica. Ver por ejemplo: Bruno Latour, '~Drawing things together», en Michael Lynch y Steve Woolgar (Eds.\ Representation in scientific practice, (Cambridge, Mass.: M.I.T. Press 1990), pp. 19-68¡ Martin J.S. Rudwick, >. 13 los nuevos artistas debían tenér entre 20 y 30 años,

y trabajar ocho horas al día por un salario de 8 a 12 reales por

él\

14

En 1790 Mutis recibió órdenes de mover la expedición de la ciudad de Mariquita, donde el botánico y sus colaboradores habían estado trabajando desde julio

" orden se debía a la impade 1783, a la capital del reino, Santafé de Bogotá. Esta ciencia y el temor de que la tan esperada Flora de la Nueva Granada nunca se concluyera, 15 Mutis ya tenia 58 años y no gozaba de buena salud, Una vez en Bogotá, Mutis no sólo aumentó el número de pintores a diecinueve, sino que fundó una escuela de dibujo para entrenar nuevos ilustradores. En esta escuela, bajo la dirección de Salvador Rizo, se ofrecía entrenamiento gratuito

a jóvenes para luego emplearlos comd ilustradores botánicos, Además de las láminas terminadas, el jardín Botánico de Madrid también guarda algunos dibujos y bosquejos de hojas, flores y otras estructuras específicas, en ocasiones acompañadas de instrucciones que debían seguir los artistas >. En las figuras 3,4,5 y 6 vemos algunas de las láminas sin terminar, que nos penni-

(7 4) ten apreciar la selección de las características en el proceso de elaboración de una ilustración botánica. En los bosquejos de la familiall1'alvaceae podemos ver que el trabajo del artista se concentra inicialmente en la forma de las hojas y la estructura de

y

la flor. Algunos de los colores eran marcados alguna explicación escrita era también figs. 10 y 11

común. En las figuras 5 y 6 vemos algunas látninas más elaboradas que, sin embargo, sólo incluyen las características esenciales para una apropiada clasificaciónlinneana. Igualmente interesantes son un nú1nero de anatorrúas y borradores de hojas y flores, en las cuales las plantas son reducidas a sus caracteres linneanos 1 dando, así, la inform_ación necesaria para la exitosa representación de una especie.

\

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figura 7.

RElvlEDIOS PARA EL IMPERIO.

Sinanterologías7 anatomías de la familia Compositae. Archivo Real jardín Botánico de Madrid, (M-00174)

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t

JI. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIAGÓN DE LA

figura 8,

Sina~:táologías,

NATURALEZA·¡¡~-

anatomías de la familia Compositae. Archi;,b Real Jardín Botánico de Madrid, (M-00174)

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RHv\EDIOS PARA El IMPERIO*

\

figura 9.

Doce diferentes tipos de vilanos. Archivo Real Jardín Botánico de Madrid, Div. III, leg. 4, 10, 4.

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ll. DIBUJAR; ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMJEf..'TO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA

'P~-:·

\ figura 10.

Ana\cimías. Archivo Real jardín Botánico de Madrid, (M-00330) 1-9.

'

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figura 11.

Anatomías. Archivo Real Jardín Botánico de Madrid, (M-00330) 1-9.

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11. DIBUJAR, ENSANIBLAR Y NOlVIBRARESPEOES: DESPLAZAMIFYHO Y APROPlAOÓN DE LA NATURALEZA

'-;r'

Tal vez sea correcto afirmar que el artista dibujaba lo que veía, pero solamente

una vez había aprendido a ver. El ilustrador tenía que aprender a distinguir las diferentes estructuras de la planta. El botánico, parafraseando a Bruno Latour, comienza a ver una vez deja de mirar la naturaleza y observa obsesivamente impresiones en el papel 16 . Una lámina bien elaborada hace innecesario viajar a su lugar de origen. Mutis afirma: «Puedo prometerme que la Lárnína que saliese de mis manos no necesitará nuevos retoques de mis sucesores; y que cualquier Botánico en Euro-

pa hallará representados los finísimos caracteres de la fructificación, sin necesidad de venir a reconecerlos en su suelo nativo>>. 17

Después de que los colaboradores de Mutis regresaban de sus excursiones de

recolección con material nuevo 1 un espécimen representativo era seleccionado, generalmente una rama en flor. El dibujo tenía que ser hecho mientras la planta estaba aún fresca y, por lo tanto, la tarea tenía que ser tennínada en menos de 2 días, trabajando desde el amanecer hasta el atardecer¡ sin embargo, era común que para la manufactura de una sola lámina se utilizaran varios especírnenes frescos 18 .

La planta era entonces delineada, se hadan las anotaciones de su fructificación, (8 0

)

y las hojas se dibujaban por los dos lados. Mutis también daba instrucciones a los artistas de dibujar, en la base de la lámina, detalles de las diferentes estructuras de la flor, fruto y semillas para una mejor caracterización del espécimen.

Del Diario de la expedJi:ión que llevaría Eloy Valenzuela 19 y, en particular, del diario del mismo Mutis20 queda claro que los dibujos eran permanentemente mejorados

16

Ver Latour1 «Drawing things togethefl> 1 en lvUchel Lynch y Steve Woolgar (eds.)

Representation in Scientific Practice, (Londres: MIT Press 1 1988), pp. 19-68. 17

Mutis 1 Flora de la Real Exp~dición B'otánica del Nuevo Reino de Granada1 tomo 1, ediciones Cultura Hispánica. p. 102.

18

Gómez . Ortega, «~< 11. DIBLI]AR, Th'SANIBLAR Y NOMBRAR ESPEOES: DESPU!ZAkUENIO Y APROPIACIÓN DE U! NATURALEZA

1

figura 20,

De,?~~ripción

del género Mutisia Flora Peruvíana et c!tilensis. 1

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REMEDIOS PARA EL !MPERJO

El primer volumen de la Flora iba a ser un Prodromus que tenía el propósito de introducir los géneros nuevos (136 en total). Los siguientes volúrnex:es deberianhacer un cubrimiento sistemático de todas las plaotas halladas enPerú'y'Chile, ytma clasifi\

cación de las mismas de acuerdo con las clases linneanas. DesPués de una disputa burocrática y científica, las ilustraciones delProdromus estaban listas para distribuirse en septiembre de 1794, Se trataba de ilustraciones sin color, que no in~íanla planta completa sino únicamente los órganos esenciales para su reconocimiento genérico: cáliz, corola1 estambres, pistilos 1 pericarpo y semillas. Todo esto verúa acompañado por una descripción adicional. Este texto acompañante 1 que era presentado tanto en latín como en español,

figs, 19

incluía un Character Differentialis que debía ser una breve y particular caracterización del género, y siempre conterúa un comentario sobre la estructura del cáliz.

Y

20

fig 20

Finahnente el texto incluía un Explicatio Iconís, una identificación de las diferentes estructuras dibujadas, Las ventas del libro fueron muy limitadas y como lo decía Ruiz: "Estos ambiciosos y costosos trabajos son en verdad para los poderosos yprivilegiados 1 para universidades, jardines o bibliotecas)). El costo de un solo volumen era de más de un ( 1 tercio del salario mensual de Ruiz

88

700 copias delProdromus fueron impresas; 600

en papel «regular» que costaría 120 reales cada uno y otros cien impresos en un papel de mejor calidad, «fino», para vender a 140 reales,

A pesar de que Ruiz y Pavón decidieron excluir de los dibujos todo el material innecesario, y que llegaron a incluir tres y cuatro diseños en una sola página) el grabado e impresión de este volumen costó 29000 reales, En 40 años sólo 65 copias fueron vendidas. 39 Lo cierto es que para un examen justo de la distribución del libro deberíamos tener en cuenta los libros que fueron regalados y que se distribuyeron de la siguiente manera:

88

39

Hipólito Ruiz, citado por Steele 1 Flowers for the King, p. 246. Para detalles sobre los costos y las ventas de la Flora Peruvianae et Chílensis, ver

Steele, !bid,, pp, 246-265,

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0 1)

IL DIBU.JAJY ENSAkiBL-1R Y NOJIABRAR ESPECIES: DESPLAZAllJIENTO YAPROPIACIÓN DE LA f\'ATVRALEZA

20 al Rey y a varios ministros 12 a Ruiz y Pavón 2 a Isidro Gálvez 2 aJuanJosé Tafalla 6 a instituciones francesas 2 a bibliotecas españolas 1 al Embajador de Alemania 1 a la Universidad de Padua 1 al príncipe de Parma 2 a Marrin Sesse 8 con láminas en color a destinatarios desconocidos Estaban además las copias enviadas a los mayores contribuyentes enAmérica.40 El volumen 1 de la Flora Peruviana no aparecería hasta mediados de 1798. Para los grabados los botánicos decidieron reemplazar a Rubio, se le sugirió aceptar otro trabajo en la fábrica de porcelana real en donde los botánicos pensaron se podría desempeñar mejor «porque las tareas que tiene que cumplir en ese estable(10

2l cimiento no exigen la exactitud y subordinación que es necesaria en el dibujo de

objetos cientificos». 41 Gálvez, a quien se le había encargado de revisar el trabajo de Rubio, acusó a este de haber hecho alteraciones «en contra de la regla del arte». Una vez más encontramos evidencia de,que la directa y exacta copia de la naturaleza es una práctica controlada bajo convenciones precisas. El volumen 1 contenía un cubrimiento sistemático de 277 especies con 106 láminas correspondientes a las cuatro primeras clases de Linneo. En este vollllnen los botánicos incluyeron cuatro géneros nuevos (]ove/lana, Alosoa, Anthodon y

Ohigginsia). Al final del mismo año otro volumen sin ilustraciones aparecería. El volumen I1 fue publicado"'n el verano de 1799 con 116láminas, 251 especies pertenecientes a la quinta clase de Linneo; los botánicos incluyeron además diez

\ \\ 40

Ibid., p. 246.

41

Ibid. 1 p. 252.

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REMEDIOS PARA EL IMPERIO

especies de Cinchona y dos nuevos géneros. El Volumen III, publicado en 1802, contenía 223 descripciones de especies de las clases V, Vl y Vll de Linneo con 104

láminas. Esta vez reportarían siete nuevos géneros y cuatrd . \Species de quina. Durante todo este tiempo, Ruiz recibía materiales de sus colaboradores en América; en 1804-5 se concentraron en trabajar sobre la quina y para finales de 1805, habían encontrado 38 nuevas especies, además de las 12 ya

conocid~ por Ruiz y

Pavón. Estas especies sólo llegarían a España a comienzos de 1809 y pennanece-

" cuatro años. rían guardadas en los archivos de Indias de Sevilla por A pesar de que los volúmenes N y V estaban casi completos y listos para impresión, nunca llegarían al público. Carlos N dejaría la Corona en 1808, con lo cual se perdieron las esperanzas de publicación en España. Además de la Flora y sus trabajos sobre quina, Ruiz publicó un número de

M emanas sobre plantas medicinales (ver capítulo 11!) y trabajó en un buen número de manuscritos que nunca llegaron a imprimirse. Después de la muerte de Ruiz en 1816 a la edad de 62 años, Pavón se convertiría en el primer botáníco del proyecto de la Flora Peruviana, y tuvo la oportunídad de recuperar parte del crédito que creía había sido monopolizado por Ruiz. Pa- ( 1 0 3 ) vónle vendería sus colecciones al botánico británico Aylmer Bourke Lamberty enviaría a Inglaterra los dibujos de los volúmenes N y V de la Flora, que aún no habían sido publicados.

Era, entonces, evidente que los proyectos de publicación de la Corona eran irrealizables y, sin embargo, en 1824 Pavón y otros tres botánicos recibieron órdenes de preparar para su publicación los trabajos de Mutis, que incluían treinta y tres años de labores en la Nueva Granada. No nos debe sorprender que el proyecto fracasara. Ni una sola página más de Flora Peruviana se publicaría hasta que se editó el volumen N en 1957.

Las ilustraciones por sí solas no constituyen una obra científica terminada. Las imágenes deben estar claramente enmarcadas dentro de un lenguaje observacional y un cuerpo teórico que le dé sentido. La representación visual de una planta incluye

una serie de reglas que vamos a examinar a continuación.

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1

3. EL SISTEMA LINNEANO Y EL ARTE DE NOJHBRAR

Estrechamente relacionada con el proceso de representar y

de~ubrir se en-

cuentra la tarea de nombrar los géneros y las especies. Para entender mejor los principios y las reglas de la representación es indispensable explicar cuál era el «filtro" a través del cual los exploradores estaban viendo la naturaleza. Como

señalamos anteriormente) los botánicos españoles se habían convertido en fieles seguidores de Linneo y de su forma de ver y ordenar el mundo naturaL

En las Instrucciones para los botánicos escritas por Casimiro Gómez Ortega se indica que: l42 . Ruiz'y Pavón reconocieron en su FloraPeruviana:

«En todo hemos seguido puntualmente el sistema sexual de Linneo¡ no sólo porque en nuestros días este tiene un reconocimiento general de casi cualquier botánico, sino

también porque éste es más útil para la distinción de plantas y porque recoge un mayor ( 1 0

número de plantas ... jr

43

De esta manera1

Linneo (1707-1778) y sus predecesores pro· veerían las bases de un marco teórico1 que

rr Ruiz y Pavón fueron conocidos como

5

)

«Sexualistas)) 1 al ser los primeros botánicos en clasificar y nombrar las plantas peruanas de acuerdo con el sistema linneano.

hacía posibles la fragmentación de la natura· leza y la movilización de especies de cualquier lugar del mundo a Europa, y de un lenguaje observacional para identificar, clasificar y nombrar plantas. Veamos brevemente la estructura y los conceptos claves de la filosofía dominante en la clasificación botánica, que se encuentra compilada en los trabajos de Carlos Linneo.

41

Casimiro Gómez Ortega1 «) 1 1779, Archivo Real Jardín Botánico de Madrid7 Div.III, Leg. 2, 67 17. Art 6.

43

Hipólito Ruiz y José Pavón1 Flora Perivianae et Chilensis. Prodromus.(Madrid: Imprenta de Sacha, 1794), p. 21.

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!J. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA

Los siguientes textos: Historia Plantarum (1686-88), de John Ray, Anatomy of

vegetables (1672) de Nehemian Grew, Anatomia Plantarum (1675) de Marcello Malpighi y De sexu plantarum episto/a (1694) de Rudolf Jacob Camerarius son, entre otros, publicaciones representativas sobre botánica del siglo XVII que tienen en común un marcado interés por las estructuras de la flor y comienzan a recibir una atención más detallada. Esto se debe, en parte, al desarrollo de lentes de aumento como la lupa y el microscopio que hicieron posible que estructuras antes desconocidas, fueran vistas y ganaran un valor dentro del estudio botánico. De esta forma, las teorías sobre las funciones de las partes florales y la consecuente aparición de nuevos términos se desarrollarían en los siglos XVII y XVIII. Grew, Ray y otros reconocieron la función sexual (reproductiva) de las partes interiores de la flor, pero sería Camerarius, quien en su De sexu plantarum recogió datos experimentales y llegó a la siguiente conclusión: Parece completamente razonable asignar a los ápices (anteras) un nombre más noble y la función de las partes genitales del sexo masculino, pues sus cápsulas son conductos y contenedores en los cuales el semen mismo, ese polvo, la parte más sutil de la planta es producida, recolectada

y es ésta su fuente .. Las plantas exhiben igualmente esos ápices como la fábrica del semen masculino y los conductos de la semilla con su pequeña pluma o estilo como las partes genitales propias del sexo femenino. 44

Esta concentración de interés en los órgano·s florales, que podían ser examinados por medio de lentes, le daría a Linneo el material para la producción de un sistema de clasificación basado en su designación y diferenciación. Alí, la flor se fue convirtiendo cada vez más en el órgano más importante para la clasificación. Linneo y sus contemporáneos no sólo señalarían la importancia de los órganos sexuales de las flores: «Estos (estambres y pistilos) llaman la atención por su función, pues la reproducción de las plantas depende totalmente dállos», sino que también llegarían a la conclusión de que el siste1na reproductivo contendría el «secreto plan de trabajo delcreador>). 45

\ 44

R.J. Camerarius 1 cit0do por William T. Stearn1 Botanical Latín, ver ch. 3 1 (' Develpoment of botanical Latin\tyrminology))_

4

Carl Linneo, Syslema Naturae, 17351 trans. M.S.J. Engel 1(Níeunkoop: B. de Graaf, 1964), p. 23.

", ""

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REMEDIOS PARA EL IMPERIO

Se necesitaba entonces una nueva terminología estandarizada y definitiva,

Linneo en su H01tus Cliffortianus (1738) hizo un importante es¡uerzo para darles nombres estandarizados a todas las partes de la planta. A medi~clos del siglo XVII!, ellatín botánico había entonces adquirido un vocabulario bsesiones.

56

Bruno Latour7 «Vls~alization and cognition: Thinking with eyes and handsl> 1 en Knowledge and socíety: studies in rhe socio!ogy ofculture past and present1 6 (1986), pp. 1-40.

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REMEDIOS PARA EL IMPERIO.

Este capítulo también ha discutido el uso de un conjtmto particular de paltijjtas: y reglas para nombrar y clasificar plantas · L. os nombres natlV\)s · .· parece!). . ·.·••. ·.'.·• p~-fü~t .··. •.·.-:..., · •· toda importancia y repetidamente los expedicionarios los seAiÍan com- _,_ cambiables. Las plantas son delicadas y se dañan con facilidad. Su apropiación requirió de técnicas más sofisticadas. En ocasiones no podían ser transportadas,

pero podían ser reemplazadas por dibujos y nombres. Como ya habíamos explicado, la búsqueda de plantas medicinales era de suma importancia para la Real Expedición Botánica. En los siguientes capítulos vamos a seguir a los exploradores en la búsqueda de medicinas, e indagaremos algunas instancias concretas en el proceso de descubrimiento y apropiación de plantas útiles.

57

Antonio Ulioa, Relación Histórica del viaje a la América Meridional, 1771, p. 386, citado por Pagden, European encounters, p. 132.

58

Pagden, !bid., p. 132.

59

Ver Susan L. Starr y James R. Griesemer, «Institutional Ecology, l and boundary objects: amateurs and professionals in Berkeley's Museum of Vertebrate Zoology, 1907-39", Social Studies ofScience, 19 (1989), pp. 387-420.

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traditoro'

«Traducir es desplazar... » 1 afirma Michel Callon, «Traducir es ta~ién expresar en un lenguaje propio lo que otros dicen o hacen, es hacer de uno ·mismo el portavoz ... ». Toda traducción implica ren1oyer algó de una persona o cultura, llevar1 transportar algo de un lugar a otro. El resultado, diría Callon, «es una situación en la cual ciertas personas controlan a otras.)) 1 Para entender los procesos de traducción y movilización que ocurren en la investigación botánica de América, debemos seguir a los exploradores en el campo, y entender su relación con la naturaleza y en las culturas locales. Sólo así podremos entender el papel de los botáriicos en el proceso de apropiación y legitimación del conocimiento médico. Así mismo, debemos estudiar la recepción en Europa de esas plantas y medicamentos, su análisis y aprobación por parte de los laboratorios del Rey. No se trata de presentar aquí una lista exhaustiva de todas las plantas con alguna posible utilidad medicinal que mencionaron los exploradores espaüoles; más bien debemos concentrarnos en algunos casos que despertaron suficiente interés entre comerciantes e instituciones científicas, y que llegaron a ser, si no oficialmente reconocidas por la farmacia europea, por lo menos conocidas y vendidas en los mercados espaüoles y europeos. El caso de la Cincho na será estudiado en detalle en el siguiente capítulo. Para una explicación satisfactoria de ese proceso de apropiación y legitimación del conocimiento médico y botánico, es necesario dejar atrás cualquier intento por entender el descubrimiento de una droga específica como el logro de algún individuo que deambulaba los bosques tropicales y repentinamente en-

1

Micha el Callan, «Sorne elements of a sociology of translation: domestication of the scallops and the fishermen of St Brieuc Bay))' en John Law (Ed.) Powet; action and belief, (London: Routledge and Kegan Paul, 1986), pp. 196-233.

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(1

23

)

-

JJL REMFDIOS PARA F.L IMPHIJO ESPAiJOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES

cuentra un nuevo medicamento. Por el contrario, trataremos de explicar los logros de los botánicos españoles en términos de un proceso de traducción de una tradición local a un estilo más acorde con la cultura europea de finales del siglo

A'Vlll y comienzos del siglo XIX. Los botánicos estaban entrenados para reconocer plantas comerciales útiles, pero no tenían el tiempo ní los medios para probar las virtudes de cada espécimen.

Su primera fuente de infonnación no era, como ha sido común argmnentar, la directa observación de la naturaleza. Por el contrario, las guías de sus investigaciones son las tradiciones locales o el mercado ya establecido de algunas especies

que terúan reconocimiento en Europa. No hay necesidad de insistir demasiado en el carácter utilitario de la historia natural y de la exploración científica durante la Ilustración, pero vale la pena recor-

dar que la clasificación taxonómica difícilmente era vista como una empresa en sí misma. La clasificación es una herramienta necesaria para el reconocimiento y diferenciación de plantas útiles. Ruiz afirmaba: «De nada sirve el conocirrúento de

miles de plantas si ignoramos el estudio de sus usos y virtudes. Ni tarnpoco nos ( 1 2 4l podríamos beneficiar del conocirrúento de los usos de las plantas sin tener previa-

mente una idea clara y distinta de las plantas rnismas». 2 El Viret et Usus que acompaña las descripciones de la Flora pemvtima era, más que un complemento al trabajo botánico, la verdadera razón de todo el proyecto-'

La taxonomía fue una condición necesaria púa la apropiación y explotación de la naturaleza que 1 a su vez, haría posible los proyectos comerciales de los europeos. Como veremos con algunos ejemplos! las investigaciones de los exploradores se concentraron en aquellas plantas que podrian reemplazar productos medicinales que

eran llevados a Europa desde Oriente en un 1nercado dominado por otros países

2

Hipólito Ruiz 1 Flora Peruviatta et Chilensís. Prodromus1 descrípcíones y láminas de los nuevos género::: de vfantas de la Flora del Perú y Chíle, (Madrid: Imprenta de Sacha1 1974), prólogo .

3

Ver A. GonzálE&Z-tBueno 1 (Carta al Conde de Floridablanca, 1795) en Escn'tos cieritf.ficos de]osé Celestíno Mutís, ed. Guillermo Hemández de Alba (Bogotá: Instituto Co'tombiano de Cultura Hispánica, 1983), p. 175.

47

José Celestino Mutis 1 «Té de Bogotá)> 1 en: Escritos científicos 1 pp. 177 y 179.

48

José Celestino Mut;i.s, «Té de Bogotá: sus preciosas virtudes. M.ariquita1 noviembre 3 de 1785» (Ca1ta al vi~{ey Antonio Caballero y Góngora)1 en: Escritos científicos, pp. 171-173

49

José Celestino Mutis, «Té de Bogotá», pp.174-176.

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* 1

REM.EDIOS PARA EL IMPERIO

* 1

Y nos permiten concluir que se trata de dos plantas dil'en,.nt.es,,S,Q.,-¡?,~JJ!laq,c~~~' ;

de que no se trataba de una mislna especie, pero: «E!inclos.é.tg~fl'S!'ª'·~ ción es imposible saber si pertenecen al mismo género»•,'i6(!)i:'k:fi¡l farmaceutas de la Corte hicieron análisis quúnicos com¡oa 1:ariVt>s,c;onc!u¡~ilí!;¡l que las virtudes de la nueva planta podrían igualar a las del té oriental"'" ""'m's

plantas coinciden en sus principios químicos deberían servir para\vs mismos usos y consecuentemente pueden ser reemplazados en el comercio»st. El n:lanuscrito concerniente al análisis del té de Bogotá que se conserva en los archivos de la Real Botica en Madrid,

Disertación phisico1 chimica, botanica del the de Bogotá comparado con el de Levante, firmado por Juan Díaz, nos ofrece un informe completo de los

procedimientos del análisis.w A pesar de encontrar diferencias, las conclusiones de 1a farmacia real fueron optimistas. Fue claro que no eran de la

misma especie y que sin los órganos de fructificación era imposible detenninar su género pero ellos también concluyeron que no habían razones para dudar que las virtudes del té de Bogotá podrían ser tan buenas como las del té chino52. El reporte fue firmado por Juan Díaz el15 de agosto de 1786.

N

El farmaceúta toma dos dracmas (1/8 onza) de cada planta a las cuales les añade tres onzas de espíritu de vino (alcohol) y espera 24 horas para extraer sus partes resinosas. Una vez filtrado, las tinturas resultantes fueron diferentes. El té de Oriente presentaba un color oscuro y el americano un tono más claro. Para conocer con certeza las substancias en las tinturas tomaron 1/2 onza de cada muestra y añadieron gotas de espíritu de Vitriol. Después de algunos minutos la muestra se formó turbia produciendo un coágulo originado por la unión del ácido y las partes resinosas. Estas vez el té de Bogotá generó una mayor cantidad de dicha saturación. la misma tintura fue mezclada con 2 gramos de Alkali del Tártaro (una sustancia salina que se obtenía de cenizas calcinadas de ácido de potasio conocido como tártaro) y las dos muestras ganaron color. A las onzas restantes se les añadió una doble cantidad de agua para debilitar el espíritu de vino y precipitar, separar y reconocer la naturaleza de las partes resinosas. Como resultado la tintura del té de Bogotá se tornó lechosa y después de 12 horas presentó un precipitado de 13 gramos de una resina blanca, un producto que no se obtuvo del té chino que apenas tomó un color blanco y ningún precipitado. Los farmaceutas también hicieron pruebas con agua hirviendo observando que el té de Bogotá presentaba un color dorado y el oriental un color verdoso. El té chino presentaba un olor más fuerte.

50

((Disertación phisico chimica botanica del the de Bogotá comparado con el de levante))' Archivo General, Palacio Real de Oriente. Madrid.leg. 4650.

51

!bid., p. 2.

52 !bid.,

p. 6.

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Ili. RE.!WEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAfVOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES

Otro documento importante entre los papeles de Mutis es el Examen del Té de

Bogotá de Gómez Ortega53 , fechado el24 de septiembre de 1786. Aquí el botáni· co español describe el árbol y explica su modo de preparación por medio del tostado de sus hojas como el té oriental. Siguiendo la ínformación de Mutis, Gómez Ortega argumenta que a pesar de algunas diferencias en el sabor y olor c.on el té asiático, el enviado por Mutis no sólo tiene efectos estimulantes como los licores espirituosos, sino que ademas, conforta el espíritu, estimula la transpiración y el sudor, y que puede ser útil a los viajeros como purificador del agua. Gómez Ortega también argumenta que el té asiático cuando es consumido en grandes cantidades, como sucede en Inglaterra, puede ser dañino para la salud, otra razón para considerar la nueva planta como un reemplazo conveniente. En febrero de 1790, dos libras del té de Bogotá, recogidas en Mariquita, fueron enviadas a Madrid para otros exámenes. Los experilnentos se repitieron y una vez más, los químicos del Rey concluyeron que la planta era diferente a la de China, pero señalaron que el principio resinoso que se encuentra en las hojas, como lo había dicho Mutis, podría tener una virtud activa. Juan Díaz ( 1 46)concluye,

en este segundo reporte, que es muy conveniente para la economía

continuar con los envíos para poder reem.plazar el costoso té de la China. 54 Una vez más, los esfuerzos de Mutis y de España tuvieron resultados limitados y los grandes monopolios de té en manos dda English India Company nunca se vieron amenazados por el Imperio español. Sin embargo, vale la pena mencionar que una pequeña industria del té de Santafé sobrevive aún en Colombia.

Bejuco de la Estrella Un gran número de los trabajos y manuscritos de los exploradores españoles no se publicaron en España, pero algunos de sus escritos y colecciones fueron comprados por extranjeros quienes usaron y, en ocaSiones, tradujeron y publicaron estos materiales.

\ 53

Casimiro Gómez Ortega, «Examen del The de Bogotá))' Archivo Real Jardín Botánico de Madrid, Di;V". III, 2, 5, 32.

54

> Continúa afirmando que los indígenas la utilizaban «como remedio para la disentería, fiebres malignas inflamatorias, resfriados, dolores reumáticos y las distintas enfermedades a causa de la fatiga>>. 56 Como ya se había mencionado, era común entre los botánicos atribuir a especies semejantes las mismas propiedades médicas, de manera que el «descubrimiento)) de una nueva especie perteneciente a un género en demanda era siernpre significativo. Por ello, las disputas taxonómicas eran mucho más que simples problemas de clasificación. Generalmente estaban relacionadas con intereses co-

55

Hipólito Ruiz1 , «malvados>>, «rateros>>, «supersticiosos» y «enemigos declarados de los europeos» 61 . Sin embargo, las culturas americanas dependían en gran medida del culrivo y recolección de plantas útiles y, como lo demuestran diferentes instancias,las prácticas de los nativos fueron una fuente esencial para el conocimiento medicinal y botánico de la flora

americana por parte de los europeos. Veamos algunos ejemplos:

Calaguala la Pharmacopea Matritensis de 1762, mucho antes que Ruiz partiera hacia e1 América en 1777, incluía la Calaguala como un solvente y sudorífico. Además, aparecía también en las Instrucciones de Ortega como una de las plantas que debían ser investigadas por los exploradores. la Memoria sobre la legítima Ca/agua/a y otras raíces que con el mismo nombre nos

vienen de la América Meridional de Hipó lito Ruiz, al igual que muchos otros de los escritos de los botánicos europeos, buscaba diferenciar una única especie como el específico genuino entre varias plantas que se vendían bajo el mismo nombre. Como Ruiz explica: La Ca/agua/a, que es uno de los simples usado ya há muchos años en la Medicina, es igualmente uno de aquellos vegetales que no se hallan bastantemente distinguidos por los Profesores de esta Facultad, ni aun por los mismos Botánicos, y mucho ménos por los Traficantes y Droguistas. De esta falta de distinción proviene que en la Medicina se usen en lugar de la legítima y

61

Ver Ruiz1 Relación histórica del viaje, pp. 215-225.

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51

)

In REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES

verdadera Ca/agua/a las raices de otras plantas, ó sean Especies del mismo Género ó de otros afines, las quales jamás pueden producir rigurosamente los mismos efectos que experimentan los Indios y naturales del Perú con el uso de la raíz de la verdadera Calaguala. 62 Entre los Traficantes, Droguistas y Profesores de la Medicina se conocen baxo el nombre de Ca/agua/a las tres especies de raices que nos vienen del Perú, pero los Indios y naturales de aquel reyno distinguen estas tres Especies con nombres muy diferentes derivados con bastante propiedad de sus mismas plantas. A la primera y legítima Calaguala llaman Ccallahuala, á la segunda Puntu-puntu y á la tercera Especie Huacsaro. 63

Ruiz también explica cómo el término Ca/agua/a se extendió a todas las raíces de la familia Filices o helechos. Nota que han pasado en el comercio como especies genuinas de Calaguala, y describe cómo los recolectores acostumbraban mezclar raíces de la primera especie con raíces de otras especies de Polypodium, que son muy similares a primera vista y que Ruiz distinguía como dos especies diferentes. El propósito de estas Disenaciones es establecer las especies genuinas. Pero ¿qué quiere decir «genuina>' o «verdadera)) para Ruiz? ¿Con qué criterios fig. puede argumentar que la planta que él describe es la auténtica Calaguala? Ruiz va ( 1 S 2) a utilizar un argumento común entre los botánicos,

a saber, que la especie genuina

es la utilizada por los indios en el Perú, quienes «usaban ya de la Calaguala, ántes que los Españoles entrasen en aquellos paises, como de un remedio sudorífico, resolutivo, descoagulante y antireumáticb>>64 • Sobra decir que los aborígenes americanos no compartían con los europeos linoeanos del siglo XVIII nociones como género o especie, ni entendían conceptos como antirreumático, sudorífico o solvente. Los españoles, sin embargo/ no tuvieronningún problema en tomar prestado e interpretar historias populares para legitimar sus «descubrimientos)). Ruiz también diría que jas raíces de la genuina Calaguala del Perú rara vez llegaban a España y que, por lo tanto las raíces comúnmente vendidas en Europa

\ 62

Hipólito Ruiz, «l:Viemoria sobre la legítima calaguala y otras dos raíces que con el hlismo nombre IfOS vienen de la América meridionah, enDisenaciones, p. 19.

63

!bid., p. 20-21.

M

!bid., p. 20.

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23



REMEDIOS PARA EL IMPERIO* 1

eran de las otras dos especies (Puntupuntu y Huacsaro) que eran responsables por haber desacreditado a la genuina Calaguala y que tal vez por eso había sido excluida de la Materia Médica de Linneo y de la de PeterJonas Bergius. Al final de su texto Sobre la diferencia entre la genuina

'.

Calag~~la y otras raíces

con las cuáles se le ha confundido, Ruiz insiste una vez más en que' Polypodium Ca/agua/a es una especie distinta, y explica que esta planta

perua~a es muy

diferente de cualquier otra Polypodia mencionada por Linneo en su Species

Plantarum, y que no era ni Polypodium Lanceolatum ií.i Polypodium phylilitidis. Luego da una detallada descripciónlinneana de las tres plantas que se vendían en el mercado bajo el nombre de Calaguala, incluyó algunas ilustraciones y un ~ lo haya transcrito como J 1 dándole un nombre original al árbol de quina

serie de ambigüedades, en las cuales se verían involucrados los botánicos, comerciantes, médicos y gobiernos.

En lo que sigue, trataremos de explicar cómo algunas comunidades e intereses participaron en la fabricación del negocio de la quina e intentaremos ver cuál fue su relación con la clasificación botánica y el conocimiento médico. Para empezar, la palabra {(quina>> o «quinaquina>> era el nombre original que los nativos le habían dado al Bálsamo Peruano del árbol Myroxylon peruviferum y no al árbol de la fiebre Cincho na. Más tarde, estos nombres pasaron del bálsamo al árbol de la fiebre, de tal forma, que aún hoy entendemos el nombre «quina>> como la designación popular del género Cinchona. Como explicarían varios naturalistas (Ruiz y Muris), la mayoría de los científicos y comentaristas que se ocuparon del tema en Europa confundieron e intercambiaron la verdadera Cinchona por el Bálsamo Peruano, Myroxylon peruviferum. Las dos plantas no sólo tenían algunas similitudes botánicas, sino que, además, tenían propiedades medicinales. Ruiz publicó en 1821 un trabajo titulado Descripción del

árbol conocido en el Reino del Perú con el nombre de quinaquina y de su corteza llamada quinaquina; el cual es diferente de la quina o cascarilla. Sin embargo, la confusión no es del todo gratuita y vale la pena explicarla. Existía un comercio regular de! Bálsamo -llamado quinaquina- entre Europa y

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IV. LA CONDESA, LOS]ESWTAS, EL CARDENAL1 EL DEMONIO, UNNfO Y SUS POLVOS

"1·\

América antes del éxito de la Cinchona. Un rumor sobre las propiedades curativas

de la l 1 p. 24.

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figs. 26

v 30

W. LA CONDESA, LOSJESUITAS, EL CARDENAL1 EL DEMON!01 JJNNEO Y SUS POLVOS

y «Blanca» fueron dados originalmente por la gente que recolectaba la quina enLaja, y que ( r 8 8) Mutis había utilizado esos nombres para las quinas de Santafé. Además, afirmaban que el Arcano no era más que una serie de citas de una multitud de autores en medicina, que tomaba toda la información de La Condamine y de otros sin hacer uingúnaporte original. Finalmente, denunciaban que el proyecto de Mutis de establecer un monopolio de quina en Santafé no tenía otra justificación que la defensa de sus intereses particulares.34 Los autores del Suplemento también señalan el error de Zea al pensar que la quina «naranja» (C. /ancenfolia) era la misma descrita por La Condamine y que Linneo denominó C. officina/is. Es interesante que Ruiz en su Quinología, nueve años antes, había hech0 un intento por igualar la C. officinalis de Linneo con

\ 32 33

Ruiz y Pavón, .-.· -·a:r":..·.·• '\ - ' -"' .l 1 en Aymer B. Lambert (Ed.)An ilustration of the genus Cinchona: Comprising description of al! officinal Peruvian barks including severa! new species, (London, 1821), p. 32.

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IV. LA CONDESA, LOS jESUITAS, EJ. CARDENAL, fL DEMONI01 LINNEO Y SUS POLVOS

7~\

\ figura 31.

Cüp:hona nitida. Ruiz y Pavón, Flora Peruviana et chilensis, vol. II,

17;;99.

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RE.'A.EDlDS l'AR.A H L\\PEJ1.JO

fígura 32.

Descripción del género Cinchan a. Ruiz y Pavón, F!ora Peruviana et cltilensis, vol. n, 1799.

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N. !A CONDESA1 LOS]ESUJTAS1 EL CARDENAL, EL DEMONIO, LJNNEO Y SUS POLVOS

Estas circunstancias, como las describió Humboldt en 1821, darían lugar a una gran cantidad de prejuicios y dificultades en el conocimiento del género. Algunas casas mercantiles en España, las cuales desde hace más de medio siglo han estado en presión exclusiva de la Corteza de Cinchona, se han empeñado en desprestigiar la de Santafé. Ellos han encontrado botánicos dispuestos a tratar variedades como especies, y a probar que la Cinchona del Perú era específicamente diferente de aquellas que crecen alrededor de Santafé ... Jos médicos, como los papas, demarcan líneas sobre el mapa. Ellos insisten que más allá de cierto grado de latitud en el hemisferio norte no podría crecer ninguna quina eficaz. El efecto de los intereses mercantiles ha ido tan lejos, que por órdenes reales, una gran cantidad de la mejor quina naranja de Nueva Granada, que el Sr. Mutis había mandado arreglar para el Rey, fue condenada a las llamas como un remedio decididamente ineficaz, al mismo tiempo que los hospitales· españoles se encontraban necesitados de tan valioso producto.

Una parte de la corteza condenada a destrucción fue secretamente comprada por los ingleses en Cadiz y públicamente vendida en Londres a altos precios.36

Humboldt, vale la pena recordar, estaba en deuda con Mutis de quien había

recibido numerosos especímenes e ilustraciones; y parece favorecerlo en toda la polémica de las quinas. «El profesor Zea -escribe Humboldt- piensa, en mi opi(1

9 2lnión con perfecta propiedad, que muchas de las especies de la Flora Peruviana denotan meras variedades de la quina naranja cuyas diferencias dependen de la edad, el clima, y el lugar de crecimiento.» 37

A continuación debemos analizar las bases sobre las que se dio la disputa, qué criterios y observaciones se consideraban competentes, y cuáles eran, en opinión de los botánicos, las propiedades que hacían una planta preferible a otra. En 1792 Ruiz admite que, hasta ese momento, nadie había podido establecer con certeza el principio activo de la quina. De manera similar, en su Arcano de la

quina, Mutis había reconocido la falta de conocimiento sobre la naturaleza de las virtudes de ésta. Sin embargo, en el Suplemento leemos:

\ 36

Alexander von I?-Umboldt, 46

.los farmacéutas también señalan que las nuevas quinas recientemente des-

cubiertas poseen un «olor aromático! un sabor amargo 1 cortezas amarillas o rojas, aspereza al tacto y una piel de una substancia blanca y mucosa 1 características

todas propias y particulares de la corteza Peruana,. 47 A partir de la evidencia que se había encontrado hasta ese momento! y otras razones que se dieron más tarde, los farmaceutas manifestaron su confianza en

que «la quina de Santafé es la misma especie Cinchona offícinalis de Linneo que ha sido descubierta en las montañas de Loja)) 48

El cargamento de Santafé incluía tres clases diferentes de corteza: roja, amarilla

y blanca y, para evitar confusiones, los químicos apelaron a la publicación de La Condamine. Allí, el francés dice que los colores de las cortezas no deben conducir a distinciones en términos de especie. El reporte de los farmaceutas cita en exten-

45

. En Escn'tos dentífícos, p. 67.

24

!bid., p.68.

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t-

V. LAS EXPEDIUONES Y LA CRF..ACIÓN DE UNA TRADICIÓN CIENTÍFICA EN AMÉUCA

Así, el entrenamiento de los médicos incluía el estudio de los clásicos y de diferentes lenguas, lo que le daba a estos una cultura universal, una educación moral y, por lo tanto, estatus social y autoridad. Uno de los requisitos para entrar a la universidad y para poder ser examinado como doctor era pasar la «prueba de sangre». En España, la prueba de sangre significaba estar libre de ancestros musulmanes o judíos; en América esto significó que los mulatos, negros, indígenas, y todos aquellos que hubieran sido esclavos, se sumaban a los que no tenían derecho a estudiar o a recibir títulos." Mutis explica que una de las razones para el «lamentable» estado de la medicina en la Nueva Granada es que esta se halla «envilecida y ejercitada por Pardos y gente de baja extracción». 26 Como veremos más adelante, el a~ceso a las universidades coloniales, no sólo para la profesión médica, era un privilegio exclusivo de aquellos que estaban en capacidad de probar la pureza de su sangre. La influencia de Mutis como médico y consejero del Estado fue mucho más allá de estas reformas universitarias. Tanto él como su discípulo Míguel de Isla estaban a cargo del Protomedicato de Santafé. Los protomédicos en España super( 2 2 G)visaban la preparación de candidatos para la práctica de profesiones médicas e

inspeccionaban las farmacias. En las colonias, se les había asignado la tarea de recolectar cuotas para la inspección de dispensarios de drogas, preservando la prueba de integridad de las mismas y suprimiendo información médica que fuese falsa o peligrosa. 27 Las responsabilidades de Mutis incluían el cuidado de la salud de los nobles y poderosos, la prescripción de tratamientos para marineros y soldados y la asesoría para el exitoso transporte de esclavos. Mutis introdujo programas de vacunación contra la viruela28 , era el inspector oficial de las

25

" «Auto del Real Protomedicato, Madrid, 1678)) 1 ver John Tate Lanning, The Royal Protomedicato: the regulation of the medica! professions in the Spanish Empire7 (Durham: Duke Univ~rsity Press, 1985), pp. 175-199.

26

Mutis, "Plarl. general de los estudios médicos ... >), p. 56.

27

Lanning, The Royal Protomedicato1 pp. 245-51.

28

José Celestino Mtitis 1 . 51 Mutis necesitaba un astrónomo competente para su proyecto del observatorio de Santafé, y ya había sido informado por medio de Humboldt del talento de Caldas

48

Caldas, «Informe al virrey del director del observatorio astronómico sobre los trabajos realizados bajo su dirección y respuesta al mandatario. Julio 18, 1809)> 1 en HistoriCt.focumental, p. 113.

49

Caldas, citado por Albis y Martínez, >, p 217.

51

«Caldas a

Saiiti~go Arroyo, Ouito, enero 21

de 1802», en Chenu (ed.) Francisco fosé

de Caldas, p. 144.

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. . REMEDIOS PARA EL IM.l'ERIO . .

en esta disciplina. El sacerdote español pronto hizo a Caldas miembro de la Real Expedición Botánica, y le ofreció respaldo económico para sus viajes con Humboldt que nunca pudo hacer. Además, lo encargó de recolectar plantas, principalmente quina, del sur de la Nueva Granada. Defraudado y resignado 'a permanecer en América, Caldas decide dedicarle su tiempo a la botánica y a su nuevo protector. Viajando bajo los auspicios de la Real Expedición Botánica, Calda\se dedicó a recolectar plantas y a establecer la localización astronómica de distintos lugares del reino. Los resultados de este periodo de su carrera aparecen en tres publicaciones:

Ensayos de una memoria sobre un método de medir la altura de las montañas por medio del termómetro y agua hirviendo (1802), en el cual explica su método termométrico para medir la altitud; JVJ.emoria sobre la nivelación de las plantas del Ecuador (1803) un estudio geográfico sobre la vegetación en los alrededores de Quito y su Memoria

sobre el estado de las quinas en genera/ y en particular sobre la deLoja (1805) en el cual recoge sus investigaciones geográficas y taxonómicas sobre Cinchona. Caldas fue nombrado geógrafo del virreinato y director del nuevo observatorio astronómico que había sido terminado en agosto de 1803. Su diseño y construcción, adecuados para latitudes del hemisferio norte siguiendo modelos euro- ( 2 peas presentaba inconvenientes para las apropiadas observaciones en el Ecuador.52 Mutis nunca se molestó en pedir asesoría para la construcción del observatorio. A Caldas no se le consultó y el resultado es un claro ejemplo de transferencia inadecuada de tecnología. Sin embargo, uno de los grandes logros de Mutis, que sus biógrafos suelen mencionar, es la construcción del primer observatorio astronómico que se construyó en la América ecuatorial. Caldas, probablemente el más importante de los miembros de la Expedición, el hombre que se consideró el sucesor de Mutis, ha sido con frecuencia citado por su admiración y gratitud hacia su «maestro)). Sin embargo, sus opiniones sobre Mutis no siempre fueron positivas. «Jamás comenzó la confesión prometida,escribe Caldas- jamás levantó el velo, ni me introdujo en su santuario. Siempre me mantuvo en ignorancia del estado de sus cosas y sólo las he venido a conocer

52

Arias de Greiff, ((La historia de la Astronomía en Colombia>> 1 pp. 218-220.

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37

)

V. LAS EXPEDIOONES Y LA CREAOÓN DE UNA TRADIOÓN CIENTÍFICA EN AMÉRICA

superficialmente después de su muerte». 53 En su Memorial del astrónomo, al igual que en otros escritos, 54 Caldas acusa a Mutis, no sólo de nunca haber terminado ningún trabajo, sino también de incompetencia y de no haber escrito nada que valiera la pena publicar. Aúnmás, el astrónomo y botánico americano no quiso que sus trabajos se confundieren con los de Mutis, temiendo que, como lo sospechaba en el caso de las quinas, éste se llevara el crédito de los trabajos de otras personas. Caldas había logrado tener en su posesión un equipo completo de astronorrúa moderna: un telescopio Dolland, un cuadrante de John Bird; un péndulo G raham, un octante de Hadly, un termómetro y un barómetro; 55 cuando llegó a Santafé para asumir su cargo como geógrafo y astrónomo del Virreinato, Caldas tenía un completo dominio de las técnicas de la astronorrúa europea. Con los conocimientos e intereses propios de un hombre de ciencia del siglo XVIII, Caldas se estableció en Santafé, donde pronto emprendería varios proyectos científicos y políticos. A partir de 1805 comenzó a trabajar en un Atlas del virreinato y tres años más tarde inició la publicación del Semanario del Nuevo Reino de Grana-

da, que continuaría hasta 1812. El Semanario, una publicación dedicada a la ciencia, > de Caldas no se puede separar de su propio

gupo social y de los intereses de una minoría. En la opinión de Caldas los indios ( 2 9 ) 3 nativos carecen del conocimiento para mantener el equilibrio natural y considera que la protección de la herencia natural americana debería ponerse en manos de caballeros terratenientes. 60

Cuando en Santafé se proclama la independencia en 1810, Caldas se contaba entre los activistas. Estaba a cargo de un periódico revolucionario el Diario Políti-

co, formó parte del ejército de liberación como ingeniero, dirigió una escuela de entrenamiento y organizaba el arsenal para fabricar rifles, pólvora y municiones.

58

Caldas, (,Discurso sobre el calendario rural del Nuevo Reino», en Obras Completas, p. 122.

59

Caldas, «Estado de la geografía en Santafé de Bogotá con relación a la economía y al comercio)), Seminario del Nuevo Reyno de Granada, 1808, p. 1.

° Caldas, «Memoria sobre la importancia de

6

connaturalizar la vicuña del Perú y

Chile))' en Obras Completas, p. 332.

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V. LAS EXPEDICIONES Y lA CREACIÓN DE UNA TRADICIÓN CIEf'.lTiFICA EN AMÉRICA

El nuevo gobierno no dudó en retomar las actividades de la Real Expedición Botánica y pronto brindó su apoyo a Caldas con instrumentos y artistas para completar el Atlas de la Nueva Granada. Con la contrarrevolución dirigida por el «pacificador>>, Pablo Morillo, Caldas fue puesto en prisión y, a pesar de todos sus ruegos por clemencia y sus declaraciones de devoción a España, fue ejecutado en 1816.las cartas de Caldas incluyen varias peticiones a las autoridades españolas escritas en prisión y rogándoles su perdón. En estos documentos Caldas pide clemencia y menciona de manera extensa todos los servicios que hizo y podía ofrecer a la Corona española, insistiendo una vez más en la utilidad de la astronomía y la geografía para el imperio. «Vuestra excelencia sabe mejor que ninguno que una buena geografía es la base de una buena política y de la felicidad de unpueblo». 61 Probablemente los españoles sabían eso demasiado bien para dejarlo vivir. En estos últimos intentos por salvar su vida, Caldas expresaba de forma decidida su lealtad a la madre patria y al Rey de España; desafortunadamente, era demasiado tarde. Cualesquiera que fueran sus verdaderas convicciones políticas, todo el trabajo científico de Caldas le brindaba más poder ( 2 40) del que debe tener un no-europeo.

Los miembros de la élite criolla involucrados en la revolución de la independencia

luchaban por sus derechos como comerciantes terratenientes) mineros y propieta1

1

rios de esclavos. Por los mismos derechos de posesión y control de los europeos. En

realidad no era relevante si el gobierno era americano o español mientras que su estatus social y sus ventajas económicas no fueran controladas y amenazadas. Las políticas de los gobernantes Borbones creían de antemano que el desarrollo económico y el aumento de los ingresos públicos eran completamente

compatibles, pero a los ojos de los americanos, una contradicción empezaba a aparecer. Tanto en agricultyra como en minería era imposible reconciliar los intereses de España y los de la élite americana. Era común que los dueños de las

tierras fuer

á\ al mismo tiempo oficiales públicos,los comerciantes y mineros

tenían un importante poder local y esperaban mayores beneficios en las ex-

61

Caldas, «Informé· al Virrey)), en Historia Documema/1 p. 112.

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REMEDIOS PARA EL Tlv1l'ERIO

*

portaciones de lo que les era permitido; reclamaban, por ejemplo, la posibili-

dad de comerciar con otros países. Los ideales de libertad e igualdad de los líderes de la iodepend~ncia se limitaban ,,

a aquellos que eran educados y adioerados, El mismo Bolívar afirmaría que los agentes de la revolución son los blancos, los ricos, y los títulos de Casrilla. 62 Es importante señalar que el movimiento de iodependencia iocluía

d~tendencias

que claramente representaban los diferentes intereses locales. Los «Federalistas>>, con /

quienes Caldas se identificaba, buscaban control local de sus tierras, mioas y esclavos,

y no querían directa intervención desde Santafé en sus asuntos. La otra tendencia, los «centralistas)) dirigidos por Antonio Nariño, se interesaban en un control centraliza~

do de los negocios y del comercio exterior ejercido desde Santafé, Para ellos la separación de España era mucho más urgente.

Todos los otros miembros de la Real Expedición eran parte de la elite criolla cuyos

intereses científicos y políticos los llevaron a embarcarse en la reposesión de América. Jorge Tadeo Lozano, miembro de una ilustre familia de Bogotá, estudió química, mineralogía y botánica en Madrid, El reemplazaría a Mutis en la cátedra de matemáticas de la Universidad del Rosario y se convertiría en un colaborador( 2 voluntario de la expedición a quien Mutis le pidió traducir al castellano La geogra-

fía de las plantas de Humboldt en 1803 63 Además, preparó un importante trabajo en zoología: Fauna de Cundinamarca. Lozano, Caldas y los otros naturalistas

parecían compartir el sueño de construir su propio imperio americano. Como lo describe Lozano: «un vasto imperio que en pocos siglos será émulo de los más poderosos de Europa». 64 Francisco Antonio Zea, otro descendiente de europeos nacido en América, se unió a la expedición en 1792 cuando se movilizó a Santafé, Fue enviado a España

para ser juzgado por sus vínculos con la revolución. Zea manifestó su fe en la

62

Simón Bolívar, Obras, vol. III, pp. 647, citado por D. A. Brading, The firstAmedca, p. 607.

63

Ver «Papeles de Mutis))' Archivo Real Jardín Botánico de Madrid, div. III, 4, 11, 44.

64

Jorge Tadeo Lozano, Fauna de Cundinamarca, citado por Gonzalo Hemández de Alba, Quinas Amargas: El sabio Mutis y la discusión naturalista del siglo XVIII, (Bogotá: Tercer Mundo Editores, 1991), p. 148.

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V. LAS EXPEDICIONES Y LA CREACIÓN DE UNA TRADICIÓN CIEN11F!CA EN AMÉRICA

Corona y fue declarado inocente. En enero de 1803 fue recomendado por Cavanilles, entonces Director del Real Jardín Botánico de Madrid, y fue nombrado segundo botánico de]Jardín; en 1804 se convertiría en su director. Estando a cargo de las publicaciones del Jardín, tuvo un influyente papel en las disputas sobre la clasificación de quina. Después de un periodo de trabajo para José 1 en España, Zea comenzó sus proyectos científicos en América, y más tarde sería nombrado Vicepresidente de la Gran Colombia. Sinforoso Mutis, sobrino de José Celestino, también tomó parte en el movimiento de Independencia y contribuyó a combatir al Virrey, a quien algunos meses antes le había dedicado una nueva especie vegetal. 65 Como en el caso de los otros colaboradores de la Expedición, la actitud de Sinforoso frente a la Corona no es muy clara. Una vez establecido el nuevo Estado y sin abandonar sus deberes como botánico de la entidad, se unió al partido centralista de Nariño. Después de la reconquista de Pablo Morillo, fue puesto en prisión y se le ordenó empacar todos los materiales de la Expedición. A diferencia de Caldas, Rizo y Carbone!, Sinforoso Mutis no fue ejecutado ni condenado al exilio. ( 2 4 2)

Tanto para los líderes de las nuevas naciones como para las autoridades españolas,la adquisición de conocimiento y las prácticas científicas constituyeron rutas esenciales para proclamar soberanía sobre el continente americano. Pascual Enrile,

el General a cargo de la Armada española para recobrar la Nueva Granada le escribió al secretario de Estado: Los insurgentes se ocuparon mucho de la geografía del país y después quisieron enterarse de la topografía. Sacaron de los archivos del Virrey, Audiencia7 monasterios y cuanto había lo vendieron a los encargados de la Botánica y teniendo a la vista las muchas observaciones de Caldas, las de Humboldt1 las de los marinos y el mapa de Talledo, emprendieron la grande obra de un mapa detVirreinato. 66

\ 65

Ver «Continuación del semanario del Nuevo Reino de Granada)) 1 en Historia documental, pp. 147-14,8.

66

«El general PascyB.l :Enrile, jefe del estado mayor del ejército pacificador, da cuenta al secretario de estado ... 1817>), en Historia docUmental, p. 353.

''

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REMEDIOS PARA EL IMPERIO

Una de las tareas centrales de la Armada española era «te-poseer» los materiales, libros e instrumentos de la casa de la Expedición Botánica y del Observatorio. En 1818la Gaceta de Madrid publicó una versión del «éxito»

qe la Armada espa-

ñola, no solamente en restablecer el orden en varios lugares d~ América, sino en

recobrar los numerosos objetos de historia natural del señor Mutis. Como ya hemos visto, los materiales fueron enviados a Madrid).! palacio del Rey, donde oficialmente él mismo tomaría posesión de los materiales. Ordenó que los especímenes minerales y de zoología fueran guarcÍados en el Museo de Historia Natural, y el herbario y las ilustraciones botánicas en el Real)ardínBotánico. Dispuso además la pronta publicación, además de la Quinología de Mutis, también de todos los materiales relacionados con La Flora de la Nueva Granada. Los libros e instrumentos del Observatorio fueron confiscados y enviados a Madrid.

Por su parte, los americanos también hicieron todos los esfuerzos por la reapropiación del continente. A través del siglo XIX la historia de la ciencia en

Colombia se puede ver como un continuo esfuerzo por continuar las tareas de la Expedición. Ya para 1811, la Constitución de Cundinamarca incluía el establecimiento de una sociedad patriótica, en la cual la política española de apropiación se ( 2 transforma en una política local. Deberá establecerse cuanto antes en la capital una Sociedad Patriótica, así para promover y fomentar estos establecimientos en ella y en toda la Provincia, como para hacer otro tanto en razón de los ramos de ciencias, agricultura, industria, oficios 1 fábricas, artes 1 comercio, etc ... Entre los demás establecimientos, se tendrá presente el de la Expedición Botánica, para extenderlo 1 además de los trabajos en que hasta ahora se hubiese empleado, a la enseñanza de las ciencias naturales 1 bajo la inspección de la Sociedad Patriótica. 67

Durante las primeras décadas de la República (1822-1850) el gobierno haría todo tipo de esfuerzos por importar ciencia. En 1823, el gobierno de Colombia aprobó la contratación de 5 naturalistas franceses, por medio de Zea, para la

67

«Constitución de Cundinamarca, titulo undécimo, de la instrucción pública, artículo 1, parágrafos 4 y 5)) 1 en Historia documental, p. 216.

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V. LAS EXPEDIOONES Y LA CREAOÓN DE UNA TRADIOÓN CIEN11FJCA EN AM.tR!O\

fundación de un Museo Histórico Natural y una Escuela de Minería en Santafé.68 En este proyecto el gobierno termina pagando altos salarios a técnicos extranje-

ros e importando instrumentos y materiales para promover una investigación que parecía beneficiar más a las mismas instituciones científicas europeas que resolver las necesidades de la nueva nación. 69 También es significativo que la primera gran empresa científica financiada por

el gobierno nacional fue la «Comisión Corográfica» (1850-1859) para una investigación sistemática y la elaboración de mapas del territorio naciona1. 70

68