Posibilidades industriales de la Alta Extremadura (Ciclo de conferencias organizado por el Seminario de Estudios Económicos de FET y de las JONS, de Cáceres)

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La Jefatura P rovincial de la Falange de Cáceres, re coge en esta publicación de la serie que viene editando su Biblioteca de Sem inarios, el texto de las Conferencias que fueron pronunciadas durante el pasado curso p o r va­ rios miembros de su Seminario de estudios económicos. Jamás ha existido en España un sistema político que haya profundizado, como el actual Régimen, en el análi sis de los problemas económicos, que constituyen nues­ tra preocupación más urgente, exponiendo a la opinión con absoluta lealtad sus causas y sus posibles solucio­ nes, y desde luego, nunca se ha intentado con seriedad y decisión un ensayo de reorganización económica de la vida del país con la amplitud de vuelos del que ahora se está desarrollando. La Falange de la Alta Extrem adura, no podía perm a­ necer ajena a esta inquietud nacional. P o r ello, nació este Sem inario de estudios económicos y, p o r ello, se en comendó a prestigiosas figuras de nuestra técnica la mi­ sión de desarrollar, ante los numerosos camaradas que siguieron con expectación este cursillo, el alentador pa­ norama de ¡o que es posible hacer, aún dentro de núes Ira limitación, en la empresa de m ejorar el nivel de vida provincial, como contribución a esa elevación, a ese an ­ helo de superación nacional, que propugna nuestra p o li tica falangista. De cómo se logró el objetivo propuesto, aqu í está la prueba. E n los textos a los que sirven de prólogo estas líneas, se han expuesto de m anera sencilla, asequible a

iodos los curiosos, /as varias facetas que ofrece nuestra Provincia, en orden a l problema de una necesaria indus­ trialización. N i el Seminario, n i el Jefe P rovincial hemos pretendido que estos trabajos tengan la virtud taum atúr­ gica de mudar repentinamente las características de nuestra economía regional, ni la peculiar idiosincrasij de quienes pudieran y debieran poner en este empeño su contribución decisiva, sino simplemente crear un estado colectivo de opinión o, cuando menos, despertar un c li­ ma de curiosidad, que prepare el terreno a más fértiles iniciativas. Y en gran parte, nuestros propósitos se han logrado. Muchos, antes indiferentes a estos problemas, desperta­ ron de su letargo, a l descubrir la inmensa gama de posi­ bilidades que ofrecía su propia y desconocida tierra na­ tal; otros, encontraron orientaciones claras y factibles. para el tremendo drama diario de la desocupación forzo­ sa de una gran masa laboral; Jos más, hallarán en ¡a lectura de estos trabajos el punto de partida para futuras investigaciones más reposadas. Y nosotros, los falangistas de hoy, nos sentimos sa­ tisfechos de haber proporcionado el vehículo que sirvió a unos españoles competentes, a superarse en el cum­ plimiento de su deber. Desde estas líneas Ies reiteramos la gratitud por cuanto aprendimos de sus labios y por cuanto tiene de noble y desinteresado su esfuerzo, un esfuerzo que nada tiene de estéril y baldío, porque es análogo a l que en la guerra realizan tantos héroes anó nimos, que establecen una cabeza de puente, decisiva para la victoria final. EL JE F E PROVINCIAL,

A níanio ÓZu.o.da SáncAoü-Mtato.

Céceres, Noviembre de 1951.

CONFERENCIAS

I

LA INDUSTRIA instrumento de la economía (Su evolución en España y ca n sas que han Influido en su retraso.-R acionalización eco­ nóm ica en zonas agrícolas.-Panoram a indus­ tria l de la provincia.-Producción, distribu­ ción y consumo de energía eléctrica)

PO R

Ambrosio Rodríguez Bautista In g e n ie ro J e fe de In d u s tria

Exornas, e Iltmas. Autoridades, señores, camaradas: H ace un año, en ]a ex p o sició n d e los d irefen tes tem as q u e c o n stitu y e ro n el Sem inario d e E stu d io s Sociales, se se­ ñalaba, co m o una de las causas básicas d e los p ro b lem as p lan tea d o s en el m u n d o , la gran tran sfo rm ació n q u e en su e s tru c tu ra económ ica se h ab ía p ro d u c id o en la ú ltim a cen ­ tu ria, d e b id o a los avances d e la técn ica y aparición del m aqum ism o, sin q u e, p o r o tra p a rte , se h u b iese alcanzado el m ism o ritm o en p o lítica social, p ara in c o rp o ra r al d isfru te de las riq u ezas, cread as p o r el n u ev o sistem a, ex ten so s s e c to ­ res de la p ro d u c ció n . P ero, si esto es c ierto y el fen ó m en o ha ten id o lugar co n carácter general y só lo g rad o s de d iferenciación para los países q u e ad q u iriero n un m ay o r auge en su desarro llo e c o ­ nóm ico, n o es m enos cierto , q u e, al tra ta r d e e n c o n tra r fo r­ mas q u e rem edien o palien los actu ales p ro b lem as, h a b rá de co n tarse co n la m ism a causa originaria, co m o única b ase p ara e s tru c tu ra r los n u ev o s sistem as de vida. N o es suficiente la m ejor v o lu n ta d de los g o b ern an tes y el m ay o r idealism o p re sid ien d o to d a la o b ra de G o b iern o , si esta no está resp ald ad a p o r u na fu e rte eco n o m ía, q u e t r a ­ duzca en realid ad es tan g ib les el deseo de b ien esta r d e los pueblos. E sta b ase eco n ó m ica, y así lo in tu y ó A dán Sm it, c u a n d o aún no se h ab ía iniciado la era del m aq u m ism o , es el trab a jo ; y en c ab ez an d o su o b ra Ricfueza de las Naciones dice: «£í trabajo anual de una ^Nación es el fondo c/ue la surte originalmente de todas íKluellas cosas necesarias y útiles cjue se consumen anualmente en ella».

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D e su valor y p r o d u c tiv id a d d e p e n d e rá la m a y o r o m e n o r r e n ta nacional y, consiguientem ente, p o r individuo, q u e al fin señalará el índice de riqueza y p ro s p e rid a d de los pueblos. La industria, c o m o in s tru m e n to d e stin a d o a a u m e n ta r la p ro d u c tiv id a d del trab a jo , es tan antigua c o m o el h o m b re mismo: la satisfacción de las necesidades obligaron g rad ual­ m e n te al ser h u m a n o , a m edida q u e aquellas aum en ta b an , co m o consecuencia del crecim iento d e población, a em plear su inteligencia en la tran sfo rm ación de los elem entos, q u e la N a tu raleza le ofrecía, en bienes d e u tilid ad o co n su m o . A hora bien, la industria, en su concepción económ ica ac­ tual de explotación, en la q u e intervienen la inteligencia, t r a ­ b ajo y cap ital—este últim o en su más am plio sen tid o de ins­ tru m e n to , no sólo de re n ta sino de tr a b a jo —nace en las p o s ­ trimerías del siglo XVIII, en q u e desaparecía la organización gremial, q u e, h a s ta en ton ces, co n su artesanía hab ía dese m ­ peñ a d o en la econom ía de los p u eblo s el principal papel. Los d escub rim ientos científicos, y principalm ente la m á­ quina d e vap o r, dieron u n im p ulso gigante a la técnica y, con ella, la industria se desarrolla rápid am ente, ya que, al mismo tiem p o , la evolución en los tra n s p o rte s ab re espacios, insos­ p e c h a d o s h asta en to nces, al com ercio.

Evolución de la Industria en España y causas que han influido en su retraso España, d o n d e tan ta im portancia alcanzó la artesanía, en los Siglos d e O ro , y q u e h u biera sido, c o m o en Inglaterra, el núcleo central p ara desarrollar su gran industria, se e n ­ c o n tra b a exhausta, en el m o m e n to de iniciarse el cam bio en la e s tru c tu ra económ ica del m u n d o , a causa del gran esfu er­ z o llevado a c a b o en la colonización de América, C o n tin e n te q u e absorvió las m ejores energías de la N ación y al q ue sa­ crificó su econom ía individual; ya q u e no se limitó España a m a n d a r al n u e v o m u n d o u n o s soldados, u n o s com erciantes y unos funcionarios, para el establecim iento de factorías, c o m o ce n tro s de drenaje, de la riqueza q u e habría de dis­ fru ta rse en la M etrópoli, igual q u e hicieron en sus colonias o tras naciones: allí fu eron, detrá s de los guerreros y c o n ­ q u istad o res, labriegos con semillas y ganados de la P enínsu ­ la, artesanos con útiles y herram ientas para sus industrias, m ineros con su técnica y el azogue de Alm adén, para b e n e ­ ficiar los m etales q u e en cerraba el sub su elo Am ericano, y, en fin, d o c to re s , h o m b re s de ciencia y g o b ern antes, para o r ­ ganizar política y adm inistrativam ente los nuev os territorio s. T o d o s e s to s elem entos tan calificados, q u e c o n trib u y e ro n a crear las nacionalidades americanas y a darle su actual es­ p le n d o r económ ico, re sta ro n esas energías a la península, q u e h u bieran sido necesarias, en los m o m e n to s q u e E u ro p a e m ­ p e z a b a su gran evolución económ ica industrial. C onsecuencia d e esto v d e o tro s erro res políticos, fué

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q u e el desarrollo económ ico d e la península se re tra s ó un siglo, en relación con o tra s econom ías e u ro p e a s, pasando, en este in terv alo de tiem p o , d e ser la cabeza de un Im perio, a co n v ertirse en país colonial, p o r la en treg a d e n u e stro s m e­ d ios naturales a capitales ex tranjeros. La in d u stria y em p resa nacional d e cierta im p o rtan cia, p u e d e decirse q u e nace en E spaña en el siglo en q u e vivim os, p e ro , enseguida, se n o ta la in ferio rid ad d e la m ism a p o r el re tra so en su establecim iento y origen ex tra ñ o . El E stad o , q u e h asta e n to n c e s no había in terv e n id o más q u e con ca rác te r fiscal, tien e q u e utilizar los aranceles, no siem pre bien o rien ta d o s, co m o m edios d e p ro tec ció n a la in d u stria nacional; pero co m o esto no fu e ra suficiente, ya q u e la lucha arancelaria y las m edidas de p ro tec ció n , d isp en ­ sadas a d eterm in a d o s artícu lo s, se co n v ierten en dificultades económ icas para o tro s negocios, hay q u e d ar paso a los t r a ­ ta d o s d e co m ercio , co n c ed ien d o tr a to d e fa v o r a los países co n c ertan te s, m ediante el estab lecim ien to d e u n a tarifa m ás re d u cid a a d eterm in ad as m ercancías y o tra s co m pensaciones recíp ro cas. D a d a la insuficiencia d e esto s m edios, en 14 d e fe b re ro de 1907, se dicta la Ley de Protección !Nacionaí, p o r la q u e se obliga la adquisición d e artícu lo s nacionales, p o r p a rte del E stad o , a organism os oficiales, provinciales, m unicipales, concesiones d e servicios, o b ra s públicas y en tid ad e s p r o ­ tegidas. La p o ca eficacia p ráctica d e tal L ey m o tiv ó la a p ro b a ­ ción de la p ro te c c ió n de las in d u strias nuevas y desarro llo d e las ex isten tes, en 2 de m ayo de 1917, am pliada p o r la D ic ta d u ra con el Real D e c re to d e 30 de abril d e 1926, so b re concesión d e auxilio p ara el desarrollo de la in d u stria n acio ­ nal. M ás co m o q uiera q u e el q u e b ra n to d e n u e stra in d u stria n o p ro ced iese sólo del e x terio r, sino tam b ién del in te rio r, co m o consecuencia d e la com p eten cia cread a p o r un e x c e si­ vo n ú m ero d e derm inadas m anifestaciones d e la p ro d u c ció n , en 1926, se creó el C o m ité R egulador d e la E conom ía N a ­ cional, d e n tro del C onsejo de E conom ía N acional, a cu y a a p ro b a c ió n h ab ía d e so m eterse to d a in stalación d e in d u stria su jeta a trá m ite de previa au to rizació n . P ero esta d isp o si­ ción q u e d ó sin e fecto p o r Real D e c re to d e 29 d e fe b re ro d e 1930. D ero g ad as o q u ed a d as en suspenso p o r la R epública la m ayoría d e estas disposiciones, al m arasm o y tra n s to rn o d e

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tod o orden, que trajo a la Econom ía española, se unió la falta de medidas que la regulase y protegiese, ya que la anunciada Ley de Protección Nacional , no pasó de p royecto y el C onsejo O rdenador de la E conom ía Nacional creado en 1932, tam poco llegó a hacer nada que respondiese a su función. En estas co n d iciones, se inicia el g lo rioso M o v im ien to N acional, y E spaña, in d u strialm e n te, se e n c o n tra b a casi en estad o de colap so . D e u na p a rte , a fin de a te n d e r a las n ece­ sidades de la G u e rra d e L iberación, y, d e o tra , p ara e v ita r que, al calo r del estím u lo de la escasez de algunos artícu lo s, qu e lleva consigo to d a g u e rra , se crearan in d u strias q u e, u n a vez lib erad a E spaña, no fu eran necesarias o fu ese an tiec o ­ nóm ico su fu n c io n a m ie n to , en A g o sto de 1938, se d ic ta la prim era disposición q u e reglam enta el E stab lecim ien to d e in d u strias n uevas. D icha disposición, d ic ta d a con el c a rá c te r provisional q u e exigían las circu n stan cias, se c o m p le tó , a la term inació n de la g u erra, co n el D e c re to d e 8 de sep tiem b re de 1939 y O rd e n M inisterial p ara su aplicación de igual m es y año, d ic ta d a p o r el M inisterio de In d u stria y C o m ercio . P ero no b a sta b a la regulación, ya q u e, p u e sta de relieve en n u e stra C ru z a d a la capital im p o rtan cia q u e para la vida de la N ació n tien e el c o n ta r co n las in d u stria s necesarias p a ­ ra la g u erra y las m aterias prim as p ara la v ida, tra ta n d o al pro p io tiem p o de in d ep en d iz arn o s de cierto s p ro d u c to s e x ó ­ ticos, era in d isp en sab le estim u la r la im p lan tació n d e in d u s­ trias d e acu sad o in terés nacional, c o n c e d ie n d o ciertas g aran ­ tías y beneficios, q u e les asegurase u n d esen v o lv im ien to norm al. A este fin, se d icta la ley de 24 de o c tu b re de 1939, p o r la que a tales in d u strias se co n c ed en los beneficios d e e x p ro ­ piación fo rzo sa, red u cció n de im p u e sto s y garan tía del E s ta ­ do al cap ital in v ertid o . E stu d ia n d o un plan general d e in d u stria s d e in teré s n a ­ cional, en el q u e van co m p re n d id as las de ab o n o s n itro g e n a ­ dos, celulosa tex til, m ateriales p lásticos, alum inio, c o n s tru c ­ ciones navales, ca rb u ra n te s, fab ricació n d e m aq u in aria y equipos d e tra n s p o rte s , etc., se inicia, c o n la in stalació n d e algunas y d e o tra s en p e río d o de m o n taje, la re c u p e ra c ió n económ ica española. Era n atu ra l y n o p o d ía o lvidarse p o r el n u ev o E sta d o , am bicioso en el d esarro llo d e sus p ro g ram as sociales, el d e s ­ cuidar los m edios d e p ro d u c c ió n q u e , a u m e n ta n d o la re n ta

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nacional, los hiciese posibles. Y si bien en la puesta en prácti­ ca de estos avances sociales se ha ido con más rapidez de lo que hubiera sido conveniente a un perfecto equilibrio e c o ­ n óm ico, por otra parte, era necesario deshacer injusticias y errores pasados, llevando a la confianza de la nación, que las directrices y postulados base de nuestro M ovim iento N a­ cional no serían letra muerta. Si a esto se añade el conflicto internacional pasado y la incom prensión extraña de los países victoriosos a nuestra recuperación económ ica, se com pren­ derá fácilm ente que esta no haya tenido el ritmo convenien­ te , para sustentar en cada m om ento las necesidades na­ cionales.

Racionalización económica en zonas agrícolas AI ser in v ita d o p o r el Excm o. Sr. G o b e rn a d o r Civil y Je ­ fe Provincial del M o v im ien to , a to m a r p a rte en el Sem inario de E stu d io s E co n ó m ico s, en el q u e se h a d e p o n e r de m ani­ fiesto esta tra y e c to ria d e la p o lítica nacional, co n sid eré q u e el m ism o d eb ía te n e r c á rc te r provincial, d ed icad o al e stu d io de la riq u ez a y p o sib ilid ad es de la p rovincia, p u es si bien España co m o u n id ad eco n ó m ica hem o s d e con sid erarla in ­ divisible, cu alq u ier exposición q u e aquí se haga y q u e c o n ­ trib u y a a d ar iniciativas p ara el d esarro llo de sus m edios n a­ turales, no te n d rá m ás lim itación q u e las q u e im pongan las conveniencias nacionales, p ero g an arem o s d etalle en un sum and o q u e al fin está in teg ra d o en la eco n o m ía patria. La región ex trem eñ a, con su gran riq u ez a agrícola y ga­ nadera, p re sen ta co m o o tra s regiones españolas, de p areci­ das características, un fu e rte d esiq u ilib rio en su p ro c eso económ ico , causa fu n d am en tal del b ajo nivel de vida de sus h ab itan tes. Las activ id ad es reg io n ales—con po cas e x c ep cio n es—están lim itadas al com ercio d e los p ro d u c to s n atu rales, sin o tra s transform acio n es q u e las prim arias y, p o r ta n to , con au sen ­ cia casi to ta l de u na in d u stria m an u fa ctu rera, q u e al d ar m ayor p ro d u c tiv id a d al tra b a jo y al ab so rv e r el p o tencial laboral en p aro , conseguiría un au m en to de la ren ta p ro v in ­ cial y la co n sig u ien te elevación del nivel de vida de sus cla­ ses m ás m o d estas.

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P rese n ta n d o las regiones agrícolas y ganaderas el d en o m i­ n a d o r co m ú n d e b ajo nivel d e vida y p aro fre c u e n te , se c o n ­ sidera que p u ed e ser una fó rm u la, p ara el rem edio eficaz d e esto s m ales, la ind u strializació n , d e n tro n a tu ra lm e n te de los lím ites q u e sean necesarios, para la p erfec ta conjugación de los fa cto res principales q u e intervienen en su econom ía. O b serv ad a así la provincia, vem os q u e dista m u ch o de ser una com arca in d u strial, ya q u e si to d a s las tra n sfo rm a ­ ciones q u e en ella se realizan —ya hab larem o s m ás ad elan te de las m ism as—son, con m ás o m enos perfeccio n am ien to té c ­ nico, las propias de su ex p lo tac ió n agrícola, lim itadas casi siem pre a la o b ten ció n de p ro d u c to s , sin p o ste rio r m anipula­ ción d e n tro d e la provincia. Es decir, nos e n c o n tra m o s en una C o m arca de grandes re n d im ien to s en p ro d u c to s d e la ag ricu ltu ra y de la ganadería, q u e son e x p lo ta d o s en fo rm a de una prim aria tran sfo rm ació n , sin p o sterio re s m anipulacio­ nes, b ase de la econom ía in d u strial, cu y a presencia sería el co m p lem en to eficaz, que hiciera posible la iniciación del p ro ­ ceso de racionalización. A este re sp ecto , en la in tere sa n te o b ra Los Países olvidados, dice A ntonio R obert: «La sim biosis, a g ric u ltu ra -in d u stria , viene a se r el n ú ­ cleo ce n tral del desenvolvim iento económ ico. Si, p o r una p arte , la p ro d u ctiv id ad d el trab a jo ag ríco ­ la d e te rm in a la ca n tid a d de p o ten cial la b o ra l qu e p u ed e se r ced id a a in d u stria y servicios, ocurre, p o r o tra p arte, qu e el estím ulo m ás fu erte p ara el in crem en to de esta p ro d u ctiv i­ dad, es la absorción de m ano de o b ra ag ríco la p o r las in ­ d u stria s. Las fáb rica s en servicio, al a b so rv e r p o ten ciales de tr a ­ bajo de o rigen ag ra rio s, d ism in u y en las p o sib ilid a d es del m ism o en las zonas ru ra les , y com o consecuencia de ello los sa lario s ag ríco las tie n d en al alza, y los m ás alto s sa la ­ rios, ju n ta m e n te con la escasez de brazos, p ro m u ev en la m ecanización y racio n alizació n de las ta re a s cam p esin as. La racionalización a g ra ria así p ro v o cad a p erm ite que la p roducción ag ríc o la se m a n ten g a e in clu so au m en te y, al m ism o tiem po, qu e la su p e rio r p ro d u ctiv id ad de la la ­ b o r haga posible económ icam ente un alto nivel de sa lario s reales en el cam po. Con esto se au m en ta la cap acid ad ad q u isitiv a de los la b ra d o re s y se p o sib ilita qu e sea ab so rv id a p o r los m ism os u n a p arte de la p ro d u cció n o b ten id a p o r los o b rero s a g rí­ colas tran sfe rid o s a las fáb ricas. La o tra p a rte de ta l p r o ­ ducción es a d q u irid a p o r estos m ism o s o b rero s, cuyo p o ­ d e r de com pra se eleva, al p a sa r a u n a o cupación com o la in d u stria l, m ejo r re m u n e ra d a

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A m edida q u e la p ro d u c tiv id a d del tra b a jo agrícola a u ­ m enta p o r la m ecanización, intensificación de cu ltiv o s y, en general, p o r la racionalización del tra b a jo en las tareas cam ­ pesinas, se van a c o rta n d o las diferencias de salarios e n tre el ob re ro in d u strial y agrícola, p o r la m ay o r p ro d u c tiv id a d del trabajo d e éste y el p ro c eso de racionalización se ap ro x im a­ rá a la m eta de la u n id ad económ ica ideal. U n ejem plo de ésta se o b serv a en N o rte am érica , d o n d e la racionalización agraria ha sid o m uy intensa, ap ro x im an d o el valor de las re s ­ pectivas p ro d u c tiv id a d e s del trab a jo agrícola e industrial, que ha d a d o lugar a la in co rp o ració n del cam pesino al c o n ­ sum o de artícu lo s y d isfru te de servicios, q u e si satisfacen necesidades m enos elem entales, co n stitu y e n , sin em b arg o , el índice d e b ien estar y alto nivel d e vida d e estas clases. E x p u esto lo q u e an teced e, veam os si tien e posibilidades la p ro d u c c ió n provincial para la creación de una in d u stria acoplada a su p eculiar fisonom ía; y para ésto , he creíd o c o n ­ veniente h acer un ligero e stu d io de sus activ id ad es in d u s tria ­ les, para q u e, co n o c ie n d o lo q u e está en m archa, p u ed an apreciarse con m ás clarid ad los vacíos q u e en su o rg a n iz a­ ción ec o n ó m ico -in d u strial aparecen, las m ejoras q u e en las instalaciones actuales son precisas para o b te n e r m ejores re n ­ dim iento s y calidades y, en fin, to d o aquello q u e p u ed a c o n ­ trib u ir a h acer re salta r la viabilidad de im p lan tació n d e o tra s activ id ad es.

LA INDUSTRIA INSTRUMENTO D E LA ECONOMIA

Panorama Industrial de la Provincia

In d u s tria s d e rira d a s de las

tierras y la s piedras.

M a te ria le s de construcción.

Es de so b ra co n o c id a la b o n d a d d e las calizas de esta provincia, y especialm ente las ex isten tes en las p ro x im id a­ des de esta capital. La industrialización d e las m ism as se ha lim itado a la o b ten ció n de la cal en h o rn o s in term iten tes q u e, ap a rte del gran co n su m o de c o m b u stib le q u e lleva c o n ­ sigo el p ro c ed im ie n to , en m uchos casos hace d esm erecer la calid ad d e los p ro d u c to s. , A pesar de q u e esta in d u stria en sí h a te n id o m o m en to s d e gran auge económ ico, n ad a se ha hech o en c u a n to a m e­ jo ra s de los p ro c ed im ie n to s d e fabricación, q u e, asegurando con la calidad el m enor co ste d e p ro d u c c ió n —p o r el ah o rro de c o m b u stib le en una fabricación c o n tin u a —, las hu b iera p re p a ra d o para ac tu a r con grandes ventajas en el m ercado, en tiem p o s de m ay o r com p eten cia. T a m p o c o ha surgido ninguna in d u stria en la ex p lo tació n del granito y pizarras d e gran calidad q u e existen en zonas d e esta provincia, lim itándose las p equeñas m anifestaciones industriales, q u e hay de este tip o , a abastecim ientos m uy re ­ d u cid o s d e ca rác te r local. En la elaboración de piedras artificiales, artículos de h o rm i­ g ó n y ce m e n to y fabricación d e m ateriales de co n stru c ció n ,

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po co d e im p o rtan cia existe en la provincia, y si bien en los m ateriales fa b ricad o s a b ase de cem en to existe la d ificu ltad del m ism o en esto s m o m en to s, q u e lim ita las p o sibles in s ta ­ laciones y am pliaciones, no o c u rre lo m ism o con la in d u s­ trialización d e arcillas. F u era d e d o s in stalaciones d e cierta im p o rtan cia p ara la fabricación d e tejas y ladrillos, q u e disp o n en d e h o rn o s c o n ­ tinuo s, las dem ás son d e tip o ru d im en tario . Las necesidades d e la co n stru c ció n en to d a la p rovincia, y especialm ente en aquellas zonas d o n d e su d esarrollo e c o ­ nóm ico acusa m ay o r in cre m en to , le o frecen a estas in d u s­ trias p o rv en ir, siem pre q u e d ispongan de m edios y o rg an i­ zación ad ecu ad a para la fab ricació n d e m ateriales de calidad a precio eco n ó m ico , fa c to r este últim o q u e n o p u ed e alcan­ zarse p o r los bajos ren d im ien to s térm ico s que se o b tien en en las actuales instalaciones, ta n to d e co cció n co m o d e se­ cado. La fab ricació n de cem e n to , aun c u a n d o la in stalació n re ­ q uiere u na inversión de capital de cierta im p o rtan cia, d e b e ­ ría ser o b je to de estu d io , ya q u e el a p a rta m ie n to d e esta región de los cen tro s p ro d u c to re s ju stifica su em p lazam ien to , si dificultades de o rd e n técn ico no lo im piden.

F u n d ició n de h ie rro y construcciones

electromecánicas

La in d u stria m etalúrgica, m ecánica y de co n stru c ció n eléctrica n o tienen rep resen tació n en la p ro v in cia, si e x c ep ­ tu a m o s los talleres d ed ica d o s a la rep aració n d e au to m ó v iles y m aquinaria agrícola, q u e la g eneralidad no se d istingue p o r la im p o rtan cia de sus elem entos. Se deja n o ta r la falta p ara las aten cio n es provinciales d e la existencia de un taller d e cierta im p o rtan cia, con sección de fu n d ició n , q u e p u d iera ate n d e r las rep aracio n es, re n o v a ­ ciones e instalaciones de una in d u stria característica y de gran v olum en, co m o lo es la d e ex tracció n d e aceite d e oliva, y com p lem en taria d e ex tracció n de aceite de o ru jo y ja b o ­ nería. En la actu alid ad , p ara las nu m ero sas ren o v acio n es d e la m aquinaria, d e las fáb ricas e x tra c to ra s y las d e nuevas ins­ talaciones q u e se llevan a cab o , el utillaje se sirve p o r talle­

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res estab le cid o s en L evante y A ndalucía. La im p lan tació n d e u n a in d u stria d e e ste tip o , q u e al m ism o tiem p o atendiese a la rep aració n d e m aquinaria eléctrica, te n d ría sin d u d a una vida p ró sp e ra , com o las q u e llevan las existentes en o tra s regiones d e las m ism as características, q u e e stán o rien ta d as «n estas especialidades.

In d u s tria q u ím ica

La rep resen ta ció n d e la in d u stria quím ica no p u ed e ser m ás m o d e sta , si se ex c ep tú a la fabricación de su p erfo sfato s y ácid o su lfú rico en A ld ea -M o ret, y la destilación seca de m ad era en Plasencia, con la o b te n c ió n de alq u itrán , a c e ta to cálcico, alcohol m etílico y acetona. El re sto de lo q u e p u d iéram o s llam ar p eq u e ñ a in d u stria quím ica, está c o n s titu id o p o r las instalaciones d e jab o n ería, o b te n c ió n d e lejías, la b o ra to rio s q u ím ico -farm acéu tico s y una in stalación d ed icad a a la fab ricació n de insecticidas. N in g u n a d e ellas, p o r los m edios d e q u e d isp o n e o p o r los p ro d u c to s con seg u id o s, m erecen excepcional co n sid eració n . La p eq u e ñ a in d u stria quím ica, b asa d a en los p ro d u c to s n atu ra les de la com arca, algunas d e las cuales no requieren grandes desem b o lso s de capital, p o d ría te n e r fácil arraigo en e sta p ro v in cia, y así, e n tre o tra s m uchas, p o d rían citarse las siguientes: O b te n c ió n d e e x tra c to s c u rtie n te s, p a rtie n d o d e c o rte z a s y re sid u o s forestales, d e los q u e existe un déficit en el m e r­ c a d o nacional y son o b je to d e im p o rtació n . A p ro v e ch am ien to d e re sid u o s anim ales—carnaza, sangre y h u eso s d e anim ales m u e rto s —para la o b ten ció n de grasas in d u striales, colas, gelatinas, ab o n o s y piensos. D estilación de p lantas aro m áticas, p ara la ex tracció n de aceites esenciales y rectificación d e los m ism os con o b te n ­ ción d e p ro d u c to s d e alta calidad y precios. E sto s artícu lo s tienen un m erc ad o seguro en el país y en el ex tran jero , siem ­ p re q u e su calidad se c o lo q u e a la a ltu ra q u e esos m ercad o s re q u ie ren , p ara lo q u e no existe h o y p ro b lem a técnico al­ guno.

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A p ro v ech am ien to d e los o ru jo s de u v a para la o b te n c ió n de aceite de granilla y alcohol. Refinerías d e aceite, d e sd o b la m ie n to d e grasas, o b te n c ió n ilcg licerin a y rectificación d e las m ism as, h id ro g en a ció n de Kiasas y o b te n c ió n d e p ro d u c to s d e te rg e n te s, fa rm a c é u ­ ticos y d e to c a d o r. A p ro v ech am ien to d e los o ru jo s d e aceitu n a, e x tra c ta d o s para d estilació n , con o b te n c ió n de alq u itran es, am oníaco, écido acético , alco h o l, e tc. E sto s o ru jo s, en la actu alid ad , a Íjesar d e sus altos p recio s, son q u e m a d o s en las m ism as fájricas e x tra c to ra s d e aceite d e oliva y los re sid u o s en fá b ri­ cas de ex tracció n de aceite de o ru jo . Si se tien e en cu e n ta q u e el o ru jo e x tra c ta d o seco es un c o m b u stib le de escasa p o ten cia calorífica, q u e su actual fo r­ ma d e utilización co m o c o m b u s tib le —arro ján d o le so b re p a ­ rrilla in a d e c u a d a — es ab su rd am en te an tieco n ó m ico , q u e, sin em b arg o , este re sid u o es un v e rd a d e ro m anantial de s u b p ro ­ d u c to s útiles para la in d u stria, cap az d e crear to d a una ga­ ma de nuevas activ id ad es, se co m p re n d erá fácilm ente el gran d e rro c h e q ue re p resen ta su actu al utilización, en una nación de p o sib ilid ad es eco n ó m icas m uy lim itadas. La im p o rtan cia del ap ro v ech a m ie n to de los m ism os es tal, que p o r el In s titu to N acional de In d u stria se está e stu d ia n d o la im plantación de u n a gran facto ría, para el ap ro v ech a m ie n ­ to de aquellos, d esp u é s d e los ensay o s fav o rab les q u e en la industrialización de resid u o s agrícolas se han llevado a cabo. A esta serie de in d u stria s, q u e se h aría in term in ab le, y a la q u e h a b ría q u e su m ar las in d u strias q u e co nsum irían esto s p ro d u c to s, p u ed en añadirse las q u e se co n sid eren necesarias, tan p ro n to se in crem en ten los planes d e reg ad ío , co m o son la instalación de alguna in d u stria azucarera; y te n ien d o en cu e n ta los g ran d es d eseq u ilib rio s de co n su m o d e energía eléctrica en ciertas épo cas del año, p o r las grandes p o ten cias instaladas en la z o n a d e riego, p u d iera ser in tere sa n te, a fin de alcanzar un alto coeficiente de u tilización de las in stala­ ciones d e tra n s p o rte y tran sfo rm ació n , la im plantación d e fabricación de a b o n o s n itro g en a d o s p o r síntesis de am oniaco, en el n o rte d e la p ro v in cia, y la de c a rb u ro s m etálicos, en el

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Industria de extracción de aceite de oliva

E sta in d u stria, co n carác te r general, n ecesita m o d e rn iz a r sus instalaciones (ya q u e m ás de un 70 p o r 100 d isp o n e d e m edios ru d im en tario s) p ara o b te n e r b u e n o s ren d im ien to s y las calidades c o rre sp o n d ie n te s a la b o n d a d d e los fru to s d e esta zona. A p a rte d e esta ren o v ació n d e m aquinaria necesaria, re ­ cogida p o r b a sta n te s in d u striales, se co n sid era preciso en su organización, d e ste rra r el sistem a d e m o ltu ració n a m aquila, p o r el d e v e n ta o cam b io d el fru to , p u es el p rim ero lleva consigo un re tra so en la m o ltu ració n y u n a u m en to en los precio s d e co ste. A lcanzadas las calidades d e aceite q u e son d e esp erar, se estaría en condiciones, c u a n d o las circunstancias lo p erm itie­ ran, d e o b te n e r tip o s d e aceites en v asados p a ra la e x p o rta ­ ción, ab rién d o se un am plio cam p o com ercial a esto s p ro d u c ­ to s d e calidad, ta n to en el á m b ito nacional co m o en el in te r­ nacional, d a n d o lugar esta fase com ercial a in d u strias auxi­ liares, co m o la d e co nfección d e envases e im presión tip o ­ gráfica so b re m etal. P or la íntim a relación q u e tienen con la ex tracció n de aceite d e oliva y, al m ism o tiem p o , p o r el volum en d e m ano d e o b ra no especializada, q u e re p resen ta la fabricación d e capachos d e e sp a rto u o tra s fibras, sería in tere sa n te el e sta ­ blecim ien to en la provincia d e varios talleres d ed ica d o s a este tra b a jo , q u e po d rían ab so rv er, en las ép o cas de p aro , el potencial laboral s o b ra n te en el cam po y , fu era de estas é p o ­ cas, c o n s titu ir p ara el o b re ro agrícola una fu e n te d e ingresos su p lem en taria, y a q u e su fab ricació n no re q u ie re m aq u in a­ ria alguna ni con o cim ien to s especiales y el tra b a jo p u e d e realizarse en el h o g ar, n ec esitán d o se tan solo la organización qu e facilite la m ateria prim a y ejerza las fu n cio n es c o m e r­ ciales.

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Molturación de cereales

O tro tanto de lo dicho respecto a la industria de aceite, conviene aplicar a la m olturación de cereales, pués salvo algu­ nas instalaciones, la generalidad están necesitadas de m ejo­ ras y renovación de maquinaria, para obtener altos rendim ietos y calidades, que las prepare para el abastecim iento de otras industrias com plem entarias, com o la preparación de purés, pastas para sopas, galletas, productos diatéticos, etc. El actual desabastecim iento del m ercado nacional en ce­ reales y leguminosas no puede ser obtáculo para la posible implantación de estas industrias en el futuro, pues la preten­ dida saturación del m ercado de consum o, con la capacidad actual de algunas de esas instalaciones, no puede aceptarse, ya q u e, en materia de alimentación, España es uno de los países más atrasados del M undo, y las necesidades del espa­ ñol m edio son considerablem ente superiores a las que sentía en 1936 y tienden a crecer, a medida que mejora el nivel de vida.

Industria conservera

Aún cuando parece justificado el establecim iento de in­ dustrias conserveras de frutos y hortalizas de cierta im por­ tancia en esta provincia, hasta ahora, la m anifestación de las mismas es pequeña. Se podría alegar que su implantación ha venido dem orándose, a causa de la escasez de ciertas prim e­ ras materias, com o el azúcar y la hojalata, pero aún cuando esta escasez tendrá su térm ino, la industria establecida la ha soportado, limitando en ese tiem po la fabricación a ciertos artículos y buscando otro tipo de envases de vidrios o cerá­ micas, con que salvar esta escasez. T en ien do en cuenta la importancia de la extensión que en el futuro estará puesta en riego, es interesante el estable­ cim iento de estas industrias, que serían reguladoras de los

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m ercados de co n su m o y perm itirían el ap ro v ech a m ie n to de los fru to s d e fe c tu o so s y d e los resid u o s. C o m o v arian te de esta in d u stria, q u e am plía su cam po d e acción a p ro d u c to s d e la ganadería, co m p lem en to de las ex plotaciones d e esta zona, sería co n v en ien te la im plantación de instalaciones d e d esh id ra ta ció n , que perm itan dism inuir el volum en en los tra n s p o rte s d e p ro d u c to s vegetales, leche y forrajes. La técnica de la d esh id ra ta ció n se co n sid era h o y resuelta, para la conservación d e p a ta ta s, pim ientos, cebollas, guisan­ tes y espinacas, tra b a ja n d o activ am en te la investigación am ericana en el d escu b rim ien to de estab ilizad o res de grasas, q u e perm itan am pliar el cam po de aplicación. La econom ía, q u e este sistem a re p o rta , si las conservas son co nsum idas en plazo lim itad o , es grande, ten ien d o en cu e n ta q u e su envasado no req u iere condiciones especiales y las p érd id as d e p reparación son m ínim as, co m o o c u rre co n la p a ta ta , en q u e no rm alm en te en el pelado se pierden un 20 o 25 p o r 100, que es re d u c id o en la p re p aració n a m á­ quina p a ra el secado. E stas instalaciones perm iten el ap ro v ech am ien to de s u b ­ p ro d u c to s y del p ro d u c to d e fe c tu o so , para la o b ten ció n de féculas, piensos, aceite d e sem illas, etc. Sería con v en ien te el estu d io de estas instalaciones, te ­ n iéndolo e n c u e n ta — , si los volúm enes de p ro d u c c ió n y las distancias d e los ce n tro s d e consum o, lo aconsejan— para la d esh id ratació n parcial de la leche, p o r econom ía de tra n s ­ p o rte y m ejoría posible en su conservación; para conservas d esh id ra ta d as d e pim ientos, p a ta ta s y guisantes, con a p ro v e ­ ch am ien to d e su b p ro d u c to s, en o b te n e r piensos, féculas y aceite de semilla; para conseguir piensos, con posibilidades de secado de hierbas, legum inosas forrajeras y, especialm ente, la hoja y c o ro n a de la rem olacha azucarera, de gran p ro d u c ció n en España y posiblem ente en esta provincia, cuyo p ro b lem a d e secad o se ha re su elto en A lem ania, em pleando secad ero s co n tin u o s o de suspensión en aire caliente. Los ensayos q u e de este secado se han realizado en España, en una in stala­ ción p ilo to se han o b te n id o piensos d e la siguiente c o m p o ­ sición: 13 p o r 100 de p ro teín as; 1,1 p o r 100 de grasas; 10 p o r 100 de azúcar, v alorada en glucosas; 4, 5 p o r 100 de e x tra c ­ tiv o n o n itro g e d o y 13 p o r 100 d e celulosa. P or este t r a ta ­ m ien to , p a rtie n d o de una p ro d u c ció n norm al de rem olacha,

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la del año 1936, se h u b iera n o b te n id o 90.000 T m . de piensos do esta co m p o sició n . A pesar d e la im p o rtan cia de la riq u eza g anadera d e la provincia, d e po cas in stalaciones con c a rá c te r in d u strial se dispone en la m ism a. Se carece p o r co m p leto de in stalacio ­ nes d e frío artificial con ca p acid ad ad e cu ad a para la re g u la­ ción del m ercad o co n su m id o r. Es inexplicable có m o los in tereses g an ad ero s de esta p ro ­ vincia no h ayan en fo cad o d ec id id a m e n te esta cu e stió n , co m o m edio de d efensa de esta riq u eza en tiem p o s de n o rm alid ad de m ercad o s, y básicas estas instalaciones p ara cu a lq u ie r o r­ ganización com ercial de ca rác te r provincial, o rien ta d as al co n tro l y re g u larid ad de p recio s, que so n fun d am en tales en la econ o m ía de esta región. E stas instalaciones llevarían consigo las d e sacrificio de ganado y ap ro v ech a m ie n to d e resid u o s, ya ex p u esto s a n te ­ rio rm en te. El ca p ítu lo de ap ro v ech am ien to d e pieles daría lugar a u n a fu e rte in d u stria en la provincia, con gran influen­ cia en el m ercad o nacional. En la ac tu a lid a d lo p o co q u e existe no está p ro p o rc io n a d o , ni p o r la ca te g o ría de sus in s­ talaciones ni m edios eco n ó m ico s, al vo lu m en de p ro d u c to s que se recogen, q u e en gran p ro p o rció n pasan con una p ri­ mera prep aració n de secad o y salado a o tra s provincias, p a ­ ra p o ste rio re s elab o racio n es, sirviendo d e m ateria prim a a una in d u stria m a n u fa ctu rera p o r excelencia. La in d u stria del c u rtid o p u ed e y d eb e arraig ar en la p r o ­ vincia, p ro p o rc io n a n d o el d e b id o acab ad o a los cu e ro s y pieles del ganado vacu n o , equ in o , lanar y ca b río , d an d o lu ­ gar al m ism o tiem p o al nacim iento de talleres de artícu lo s de piel e, incluso, p o d ría florecer una in d u stria de calzado de relativa im p o rtan cia, p o r c o n c u rrir aquí los fa cto res m ás fa ­ vorables a cu alq u ier instalación de este tip o : la m ateria p ri­ ma a b u n d a n te y m ano d e o b ra de cierta trad ic ió n . N o q u iero ex ten d e rm e m ás en la n u m eració n de o tra s actividad es, a las q u e p u d iera n d ar lugar m aterias tan califi­ cadas en la ec o n o n o m ía de la p rovincia co m o son la lana y el algod ó n , cultiv o este ú ltim o tan e x ten d id o en la p rovincia, ya q u e am bas van a ser o b je to de e stu d io en este C iclo de C onferencias, p ero q u e p o r sí solas han c o n s titu id o la base de p ro s p e rid a d de o tra s com arcas. Lo ex p u e sto b asta para co m p re n d e r q u e el estab lecim ien ­ to de ciertas actividades es posible, q u e la p ro d u c ció n de m aterias prim as tien e v olum en e im p o rtan cia para ju stificar

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su a p ro v ech a m ie n to , h asta la fase q u e aconsejen los in te re ­ ses nacionales, y q u e solo es necesario el co n c u rso d e la ini­ ciativa y el capital, cap az d e p o n e r en m arc h a estas ac tiv i­ d ad e s, q u e, a p a rte d e e n c o n tra r u n b u e n re n d im ien to en las inversiones, co n trib u iría d e m anera decisiva a re v alo rizar y a d a r solidez, en tie m p o s d e m ay o r co m p ete n cia, a la riq u eza básica d e la región.

Producción, distribución y consumo de energía eléctrica E x p u estas las activ id ad es indu striales d e la p rovincia, se co m p re n d e fácilm ente q u e, siendo la em p resa eléctrica en su iniciación un^'negocio ¡industrial m ás, sin o tra o rien tació n ni lim itación queiíservir los intereses p artic u la res del capital confiado a su ad m in istració n , las in stalaciones en principio surgieran d o n d e el clim a in d u strial les fué m ás p ro p icio , sin tener, p ara n ad a en cu e n ta las n ecesidades q u e en el fu tu ro p u d iera te n e r la eco n o m ía española p ara su d esarro llo . Si añadim os a esto q u e la técn ica del tra n s p o rte a m uy altas tensiones y g randes distan cias es re lativ am en te m o d ern a , nos en c o n tra re m o s con las causas del re tra s o en la electrifi­ cación d e esta zo n a, p o r el alto c o ste d e la co n stru c ció n y la gran d istancia a los ce n tro s co n su m id o res d e las im p o rta n ­ tes fu e n te s d e p ro d u c c ió n , q u e h u b iera n p o d id o surgir en esta provincia, y p o rq u e , h asta ép o ca bien recien te, los c o n ­ sum os d e la m ism a no p o d ía n h acer in te re sa n te este m e r­ cado. La ac tiv id ad de la em p resa eléctrica en su co m ien zo , sin interven ció n estatal, q u e con visión del co n ju n to del p ro b le ­ ma eléctrico h u b iera d a d o u na o rien tació n al servicio de los intereses nacionales, se lim itó al a b a ste cim ie n to de los p rin ci­ pales ce n tro s de co n su m o y a la co n stru c ció n d e las o b ra s, en s u ’m ayoría de m en o r co sto , en esas zo n as in d u striales. N o es d e e x tra ñ a r q u e , al final d e esta p rim era e ta p a , la región ex tre m eñ a, y c o n c re ta m e n te la p ro v in cia d e C áceres,

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co n un g ra d o d e in d u strializació n bajísim o, gran extensión superficial y sin grandes ce n tro s de p o b lació n , q u e hicieran in tere sa n te el m ercado, se en c o n trase en el asp e cto eléctrico en to ta l ab a n d o n o . Así, en el año 1934, la provincia, sin conexión con fu e n ­ tes d e energía d e im p o rtan cia, e sta b a servida p o r ciento cator­ ce centrales, e n tre hidráulicas y térm icas, p ara servicio local o p eq u e ñ a zona, y con p o ten cias m edias instaladas e n tre 500 y 5 K. V . A., incapaces, d e sd e cu alq u ier p u n to q u e se m ire, para h a c e r fre n te a los co n su m o s actu ales, au n q u e se re c u e rd e co n nostalgia la n o rm alid ad del servicio en a q u e­ llos tiem p o s. Basta te n e r en cu e n ta q u e el co n su m o m edio p o r h a b i­ ta n te -a ñ o , en 1935, no llegó a los 10 K w -h, y el alcanzado en el año 1950 h a sido ap ro x im ad am en te d e 40 K w -h, para la m edia nacional de 270 K w -h, lo q u e hace su p o n e r q u e, con aquellos m edios, difícilm ente se h u b ieran p o d id o a te n ­ d e r las necesidades d e a lu m b ra d o d e la provincia, aún d e n ­ tr o d e su m odestia. N o q u ie ro con e s to v alo rar m enos el esfu erzo q u e su p u ­ so la instalación de esto s p eq u e ñ o s ce n tro s, q u e, al fin, fu e ­ ron la avanzada de la p ro d u c c ió n y q u e, co m o an terio rm en ­ te ex pongo, resolvieron en su m o m en to los p ro b lem as d e consum o; y en o tra s regiones d e iniciativas m ás am biciosas y d e co n c u rso d e capital m ás am plio, h an c o n stitu id o el n ú ­ cleo d e fo rm ación de los grandes g ru p o s eléctricos. Iniciado en la D ic ta d u ra el ap ro v ech a m ie n to de n u e stro s recu rso s h id ro e lé c tric o s p o r el E sta d o y em presas privadas, coincide la term in ació n d e algunas de estas gran d es o b ra s co n el p e río d o d e crisis d e la econom ía esp añ o la, con la n a­ tu ra l re tracc ió n en las inversiones industriales, q u e hacen q u e se altere la m archa norm al del co n su m o en España. C o ­ m o consecuencia d e ello, aparecen, p ro c e d e n te s d e estas nuevas instalaciones, so b ra n te s d e energías, q u e p o r la n ec e­ sid ad d e co lo carlo s en algún m ercad o invitan a las em presas a la expansión en zo n as no electrificadas. E sta circunstancia, de c a rá c te r excepcional, hizo posible qu e la provincia de C áceres se conectase eléctricam en te, en el año 1935, co n los grandes c e n tro s d e p ro d u c ció n . T e rm in a d a n u e stra g u erra, la n ecesid ad de una re c u p e ra ­ ción económ ica rá p id a y con una política o rien tad a al d e s­ arrollo d e n u estra riq u eza, con el co n siguiente in crem en to de co n su m o d e prim eras m aterias básicas, en la q u e la ener­

LA INDUSTRIA INSTRUMENTO DE LA ECONOMIA

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gía eléctrica o cu p a el p rim er lugar, p ro n to se alcanzó el lím i­ te de n u e stra p ro d u c c ió n an terio r a 1935, p u d ién d o se c o m ­ p ro b a r q u e los m edios de q u e d isponíam os no estab a n a la altu ra d e las necesidades nacionales, ta n to en lo q u e se refie­ re a p ro d u c c ió n co m o a tra n sp o rte . C o n scien te el E stad o de la im p o rtan cia de au m en ta r al m áxim o los m edios d e p ro d u c ció n , n o ab an d o n a, a la sola iniciativa p riv ad a, el d o ta r a la nación de esto s recu rso s y , a p artir de 1940, son n u m ero sas las nuevas instalaciones, ta n to térm icas co m o h id ro eléctricas, q u e h an ven id o a in crem en tar la p ro d u c c ió n de energía, p asán d o se de una p o ten cia in s ta ­ lada en 1935 de 1.500.000 K. V. A. a 3 000.000 de Kw,y de una p ro d u c ció n d e 3.000.000.000 d e Kw-h. en el m ism o año, a los 6.000.000.000 en el año d e 1949, p ro d u c ció n m en o r d e la c o ­ rresp o n d ien te a la cap acid ad de las instalaciones, ten ien d o en cu en ta las d esfav o rab les co n d icio n es clim atológicas del país, en esto s ú ltim o s años, p ero inferio r a la cifra de satu ració n del m ercad o co n su m id o r. P lan tead o el p ro b lem a eléctrico con c a rá c te r nacional, sus soluciones han de te n e r la m ism a am p litu d y, así, co n sid ero q u e la so lu ció n m ás rá p id a y, a mi ju icio , la única posible de m om en to , p ara las d ificultades d e energía d e la provincia, ha de venir n ecesariam ente de las zonas p ro d u c to ra s del N o rte de E spaña, sin p erjuicio de q u e, en su día, se co n v iertan en realidad los p ro y e c to s d e ap ro v ech a m ie n to h id ro elé ctrico s del T ajo y o tra s o b ras, y la p rovincia c u e n te con u n a de las plantas de p ro d u c ció n m ás im p o rta n te s de E u ro p a. A este fin, se está p ro c e d ie n d o a la c o n stru c c ió n d e una linea a 138 KV., q u e su stitu irá la q u e ac tu alm en te p re sta se r­ vicio, cu y a cap acid ad y ten sió n de tra n s p o rte no es a d e c u a ­ da a las n ecesid ad es provinciales. T erm in a d a esta línea, q u e se esp era en b re v e p lazo, se d isp o n d rá en Plasencia de una p o ten cia de 15.000 Kw., q ue cu b re c o n exceso las d em an d as actuales, q u e se estim an en 8.000 Kw., y así será posib le ate n d e r m ed ian te los te n d id o s necesarios las zo n as d e N av alm o ral d e la M ata, C o ria y V a ­ lencia d e A lcántara, p rá cticam en te d esab astecid as co n los m edios d e q u e d isp o n en actu alm en te. Sin em b arg o , resu elta esta prim era p a rte de la electrifica­ ción provincial, es d ecir, d o ta r d e energía p ara alu m b ra d o y fuerza a los n u m ero so s p u eb lo s y zo n as ru rales de la p r o ­ vincia, h a d e tro p e z a r con el grave in co n v en ien te d e su gran extensión y p o ca d en sid ad d e p o b lació n , in co n v en ien te q u e

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AMBROSIO RODRIOUEZ BAUTISTA

lleva consigo grandes gastos de in stalació n , con p eq u eñ o s consum os, q u e no hacen re n ta b les estas inversiones. A tjrosso modo, se p u ed e n estim ar los gastos de ten d id o de líneas, instalación de ce n tro s d e tran sfo rm ació n y redes de d istrib u ció n en 200 m illones de pesetas. E ste es, a mi ju icio , eL problem a fu n d a m e n tal q u e h a de p re sen tarse en el fu tu ro , pues no es lógico pensar^ q u e las em presas se interesen en h ac er inversiones m ás allá d e d o n ­ de la renum eración al capital in v ertid o sea d u d o s a o d e se ­ gura p érdida. P or ta n to , d eb e ser el E stad o el que, m ed ian te una regla­ m entación adecuada, obligue a las em presas a servir ce n tro s de escaso co n su m o y ren d im ien to s, c u y a sj'p é rd id a s, si las hay, d eb e rán ser co m pensadas p o r los m ayores beneficios o b te n id o s en las zonas de grandes re n d im ien to s económ icos, pues p o r tra ta rse de servicios públicos, d eb en cum plir o b li­ gaciones q u e supongan beneficios sociales y económ icos a la P atria. R ecientem ente, p o r d e c re to del M inisterio de In d u stria y C om ercio, se ab o rd a el p ro b lem a d e tarifas de las e m p re ­ sas con la m áxim a am p litu d y criterio , a fin de que un ele­ m ento tan decisivo en la vida económ ica de la N ación, com o es la p ro d u c c ió n de energía eléctrica, tenga cauce ad ecu ad o para su n orm al desarrollo. En este D e creto , se recoge la necesid ad de llevar el s e r­ vicio eléctrico a zonas rurales o de p o c o co n su m o , señalan­ do al m ism o tarifas de m o d alid ad especial, q u e estim ulen estas electrificaciones, esp erán d o se de la reglam entación de esta disposición norm as q u e hagan posible la electrificación de extensas zonas españolas, en las q u e la abu n d an cia de energía será fa c to r d eterm in a n te del cam bio d e su actual fisom ía; ya q u e la m ism a, no sólo activa energía la ten te, d e s ­ arrollando riquezas, sino q u e tiene una repercusión d irecta en la o rd en ació n social, pues al crear m u ltitu d de p o sib ilid a­ des en los p u eb lo s más ap a rta d o s, d etien e el éx o d o em igra­ to rio hacia las ciudades de las m asas o b re ras, al e n c o n tra r en los pu eb lo s los m edios de vida necesarios y los co m p le­ m entarios q u e la civilización p u ed e p ro p o rc io n a r en c u a n to al d isfru te de vida, nivelando la dem ografía nacional en t o ­ d a su área.

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VALORES ECONOMICOS SOCIALES DEL ARBOL EN LA PROVINCIA DE CACERES PO R

Vicente Hernández Rodríguez In g en ie ro d e M ontes

E r a i. e Iltmas. Autoridades, señores, camarada*: Al a c ep tar la in v itación de dirigiros la p alab ra, lo hice «abiendo q u e mis co n o cim ien to s no p o d ían satisfacer los va­ lores d e v u e stra cu ltu ra: S upla mi b u e n a in ten ció n las defi­ ciencias d e mi escaso sab er. T itu lo mi charla «T a b res económicos-sociales del árbol en la provincia de Cáceres». P erm itidm e deciro s lo q u e e n tie n d o p o r econom ía. La E co n o m ía nace de los valo res o b te n id o s p o r las fo rm acio n es geológicas d e los suelos en q u e se define, a los q u e ay u d an el capital y el trab a jo , p ara su m ás ú ltil fu n ­ ción social, u n a v ez tran sfo rm ad o s. D o s fu erzas in teg ra d o ras del b ien esta r en un país y q u e «spiran al m ism o fin, p arece q u e d eb ieran ser herm anas; p ero , desgraciad am en te, no es así; bien p o rq u e e stu v iero n alim en­ tadas p o r la fu e rza , cu a n d o d eb ían ser dirigidas p o r la ra zó n , o p o rq u e , sin una v e rd a d e ra o rd en ació n social, ten ía q u e faitarnos, no solo eco n o m ía sana, sino ju stic ia social auténtica, d o n d e , sin alaracas ni d istu rb io s ni peleas, se ro m ­ pieran las falsas p red icacio n es de ig u ald ad , q u e rep u g n an al sentido co m ú n , p o rq u e su p o n en alteració n del o rd e n e s ta ­ blecido p o r el C re a d o r, q u e no dió al h o m b re ni la m ism a resistencia física, ni la m ism a v o lu n ta d p ara el tra b a jo , ni tam p o co la m ism a ca p acid ad para el e stu d io y reso lu ció n d e los p ro b lem as, que la v id a te n d ría q u e presen tarle. En la sesión de clau su ra de la Feria del C am p o , ú ltim a ­ m ente ce le b rad a , la p alab ra au to riz a d a de n u e stro C au d illo , nos decía q u e las c u a tro q u in tas p arte s d e los suelos e sp a ­ ñoles tenían ca rác te r p ecu ario -fo restal. Si d esglosáram os de ésta apreciación lo relacio n ad o con la p ro v in cia de C áceres,

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VICENTE HERNANDEZ RODRÍGUEZ VALORES ECONOMICOS SOCIALES DEL ARBOL

en co n tra riam o s u n a p ro p o rc ió n su p e rio r a los térm in o s glo­ bales q u e se diero n p ara España. P artim os, p u es, de au to riz a d o s prestigios y nos fu n d a ­ m os en acab ad as co m p eten cias, para d a r éste c a ra c te r a la A lta E x trem a d u ra. Al p re se n ta ro s el árb o l, no q u ie ro can sar v u e stra aten ció n con d a to s estad ístico s d e su p ro d u c c ió n , en aquellos países q u e o cu p a n lugares p re fere n tes en la h is ­ to ria fo restal del m u n d o . M as he de h a c e r p a te n te q u e , si b ien la causa forestal se m an tu v o siem pre firm e en to d a s las p red icacio n es y p ro g ram as d e las m ás e n c o n tra d a s id e o lo ­ gías, sólo a n u e s tro Jefe de E stad o le cab e la satisfacción d e h a b e r cre a d o éste m o m en to h istó rico , o rd e n a n d o un día la re p o b la ció n d e los suelos d esn u d o s, q u e fu e ro n y serán des­ d e ésta fecha m o tiv o d e m ejora y en g ran d ecim ien to d e los valores económ icos-sociales d e n u e stra España. ¿Q u é es el árbol? A e sta p re g u n ta el árb o l dió siem pre al h o m b re la m ism a resp u esta: S oy tu co m p añ ero inseparable, desd e q u e naces h asta q u e m ueres. E fectivam ente es ?sí: ap a­ reció el h o m b re so b re la tie rra y tu v o q u e sim u ltan ear la utilización d e sus fru to s con los de sus leñas, m aderas y ram a­ jes, de tal form a, q u e no sería a v e n tu ra d o afirm ar q u e, en los p rim eros albores de su vida, el árb o l casi lo fué to d o p ara la vida hu m an a. A m ed id a q u e el h o m b re avanza en c u ltu ra , parece ale­ jarse del árb o l; p ero , c u a n to m ás se a p a rta de él, m ás lo n e­ cesita. En la fase m o d ern a de la vida, el ho rm ig ó n a p a re n te ­ m en te ha d e s te rra d o la m ad era en la c o n stru c c ió n ; ensegui­ d a veréis q u e no es así: la necesita en el en c o n fra d o , en las cim bras, en las estibaciones, en los andam iajes de to d a o b ra, co n re p resen ta ció n , adem ás, en la m ay o r p a rte de los útiles d e tra b a jo . El h o m b re , en el incesante deseo d e e stu d io o distració n , tam b ién necesita del árbol: de sus p astas m ecá­ nicas y quím icas, o b tie n e el papel y grava sus caracteres con tin ta s q u e son deriv ad o s d e sus aceites de resinas. El p ro g reso in d u strial, tan en alto g ra d o d e b id o a la hulla, no h u b iera quizás alcanzado ese d esarro llo , si las m aderas, ad elan tán d o se en varios p erío dos geológicos a la h u m an id ad , no se h u b ieran fosilizado, c o n stitu y e n d o esos enorm es d e p ó sito s de las ac ­ tu ales m inas. La lo co m o to ra, si reco rre m illones de kilóm e­ tro s , es p o rq u e m illones y m illones de m e tro s cú b ico s de m ad era necesitó para la p latafo rm a de sus líneas. El m édico, p ara aliviar, p ara co rreg ir y p ara re s titu ir una salud p erd id a, ta m b ié n necesita del árbol.

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R esp etu o so el árb o l llega h asta los p ies de la m ujer, d i­ riéndola: T ú , q u e eres to d o am o r p o rq u e eres m adre, p o r ­ que eres esp o sa, p o rq u e eres m ujer, n ecesitas au m en ta r estas excepcionales bellezas, y, p u e sto q u e te falta la sed a n atu ral, lom a mi celulosa, para q u e de ella saques la sed a artificial. Y vem os q u e las esencias d e trem en tin a, las n itro celu lo sas, fl alcohol in d u strial, las p in tu ras, los barn ices y los esm altes, y ta n to s y ta n to s o tro s p ro d u c to s , en fin, nos dicen clara­ m ente q u e la Q uím ica F orestal en tra en la vida del h o m b re, poniendo de m anifiesto q u e sin el árb o l no es posible la vida ile los p u eb lo s. P ero , m u d o el árb o l an te las injusticias del h o m b re, ninKíin cu id a d o le reclam a. El cu ltiv o q u e le dan lo p a g a con desusada esp len d id ez y no tien e p referen cias sociales, p o r­ que si le en co n tráis en las m o rad as hu m ild es, le tenéis en seKuida en los sitiales d e las m ay o res jerarq u ías; le veis en las ciencias, en las letras y en las artes: si le buscáis m ás allá, más allá le en co n traréis, h asta en la in sp iración y en la elo ­ cuencia, y a q u e las d o s necesitarán del árb o l p ara sus m ás acabadas com posiciones. P ero el árb o l tien e m isiones m ás im p o rta n te s q u e c u m ­ plir. La vida anim al y los fen ó m en o s de co m b u stió n c o n su ­ men ox ígeno, d esp ren d en ca rb o n o . El h o m b re no h u b iera p o d id o reso lv er el p ro b lem a de s u s titu ir una atm ó sfera de ca rb o n o , d o n d e no es po sib le la vida; m as la p a rte v erd e del árbol, con in term ed io de la luz y del calo r, d e sc o m p o n d rá el anhídrido carb ó n ico d e la atm ó sfera, to m a rá el ca rb o n o ne­ cesario p ara la fo rm ación d e sus tejid o s y d esp ren d erá el oxígeno. El c a rb o n o , en c o n ta c to con los elem en to s del agua, form ará los cu e rp o s fu n d am en tales, llam ados h íd rito s d e carbono , cu y o origen ten em o s q u e b u sca r en la síntesis clorofiliana, a u n q u e se o b ten g a ya p o r síntesis gradual. El á rb o l, con su cu b ie rta viva, d etien e y regula los g ra n ­ des efecto s d e las fu e rte s p recip itacio n es acuosas y, d e s­ pués, con su cu b ie rta m u erta , ab so rv e, sirv iéndole n o sólo de elem en to fe rtilizan te, sino ev itan d o los arrastre s y con ello las tu rb ia s crecidas, q u e lo m ism o el p o d e ro so q u e el h u ­ milde co n tem p lan con p ena y con te rro r, seg u ram en te d i­ ciendo to d o s las m ism as frases: Se llevan en suspensión to d o lo q u e fué y ha d e b id o ser p ara siem pre n u e stro pan. El árbol con sus raices aprisiona las arenas que, en su •vanee, amenazan con la duna sepultar los pueblos enteros y que, corregidas y tratadas, tam bién serán un día el pan

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del h o m b re. Y, p o r el m ism o fenóm eno, el árb o l corrige las erosiones en las cuencas escarpadas, d o n d e el árbol se p e r­ dió p o r la m ano del h o m b re en la m ay o r p a rte de los casos, p ro v o c a n d o los d esa stro so s efecto s del to rre n te , no co n o ci­ d o s h asta h o y a fo rtu n a d a m e n te en ésta R egión, y co rre g i­ d o s en la m ay o r p a rte de E spaña p o r el C u e rp o N acional d e Ingenieros d e M ontes, q u e con acab ad o s e stu d io s y ab nega­ d o s esfu erzo s los hizo d esaparecer. Los g randes incendios de las Landas francesas, q u e vim os p u b licad o s en n u estra prensa, parecen decirnos con claridad, al igual q u e o tro s casos análogos, q u e n o es la ignorancia del h o m b re la causa de su desaparición, sino q u e to d o p a re ­ ce e sta r p re v isto en los o scu ro s secreto s de las grandes p e r­ tu rb ac io n es. En la provincia de C áceres, nos asu sta d e nuevo el p o r­ venir, p o rq u e ya no p o d em o s p ed ir y esp erar el día q u e lle ­ gue a E spaña el h o m b re q u e, c o n q u ista n d o sus d esierto s, llevara a térm in o la cam paña social más h u m an itaria, d u ra ­ d era y fru ctícera: lo ten em o s ya. Pero yo ten g o q u e d ec iro s, con pena, cu án tas veces escuché a lab ra d o res, en mis co n s­ ta n te s servicios de cam po, q u e los suelos ex trem eñ o s n o p ro d u c iría n h asta q u e los árboles encinas (era la especie q u e citab an ) no estuvieran sep arad o s 60 o 70 m etro s. T engo la satisfacción de h ab e r llevado a su ánim o el convencim iento d e q u e esto s suelós (con excepciones m uy co n tad a s), en la p rovincia de C áceres, no p o d ían p ro d u c ir, no solo p o r su co n stitu c ió n geológica, sino tam b ién p o rq u e los tu rn o s d e lab o res eran c o rto s. Si hu b iéram o s ac e p ta d o ésta separación de los árb o les, au n q u e la h u b iéram o s re d u cid o a 50 m etro s la distancia, ¡qué sería de la provincia de C áceres, co n 9 á r­ bo les p o r hectárea! N o lo decim os n o so tro s; co n su ltad los gráficos de p r o ­ ducció n en m uchos d o c u m e n to s au to riz ad o s y veréis có m o el ca rac te r p ec u ario -fo restal se señala casi exclusivam ente en E x trem a d u ra. Pero yo q u iero , en éste m o m en to , p o n e r a la c o n sid e ra ­ ción de los aquí reunidos, q u e los suelos ag o tad o s, al tu rn o del c u a rto d e superficie, n o p u ed e n d arn o s valores útiles y sí q u e, a tu rn o s m ás largos, nos darían m u ch o s beneficios. P en sad q u e , au n q u e señalem os éste tu rn o , quizás ya re d u c i­ d o , ten em o s un c u a rto en siem bra, o tro en ro tu ra c ió n , o tro d e ra stro jo s y el q u e en tra en el nu ev o tu rn o d e ro tu ra c ió n co n sólo dos de descanso, de los cuales u n o casi se p e rd ió . P e­

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ro, si en v ez del tu rn o al c u a rto , lo hiciéram os al o c ta v o , y «lijo éste tu rn o , no solo p o rq u e lo co n sid ero ú til sino p o r facilidad d e co m p aració n , te n d ría m o s d o b le superficie p ara I a ganadería y con ello un a u m en to del p a sto re o . Los ab o n o s org án ico s au m en tarían , so b re to d o si la g a ­ nadería d u rm iera en estab lo s el tiem po n ecesario de las in v er­ nadas, se recogerán y tra ta rá n los ab o n o s p ro d u c id o s, y m ás tarde, tan p ro n to co m o las inclem encias del tiem p o p asaran , salieran a d o rm ir en los b a rb ech o s. El ab o n o orgánico p r o ­ ducido nos daría, con el m ás co m p leto de los valores fertili­ zantes, un valor de m ejora, cu alq u iera q u e fu e ra la n atu ra leza de los suelos: unas veces, co m o en los suelos aren o so s, p o r darlos co m p acid ad ; o tra s, com o en los arcillosos, p o r darles soltura. Si unim os a to d o s el descanso del d o b le n ú m ero de años, es (con ig u ald ad de co m p aració n con las circu n stan cias m eteorológicas) posible afirm ar q u e la p ro d u c c ió n sería d o b le , con lo cual ten d ría m o s la m ism a p ro d u c c ió n anual y el au m en to , p o r lo ta n to , de la ganadería, cu y a necesid ad , u n i­ da a la riq u eza fo restal, iniciaron n u e stra charla al definir los valores fu n d am en tales, no solo de E spaña, sino en p artic u la r de la p ro v in cia de C áceres. D e o tra fo rm a, a la dism inución de la ganadería seguiría la de la riq u ez a fo restal, pues los m o n tes h u ec o s de encinas, alco rn o q u es y ro b les, bien en m asas p u ras o m ezcladas, te n ­ drían fo rzo sam en te q u e d esap arecer p o r el lam en tab le e rro r de co n fu n d ir un m o n te encinar su ce p tib le de lab o r con un m onte de lab o r con encinas. En el p rim ero , la especie fo re s ­ tal se co n serva con los valores eco n ó m ico s q u e d iero n fam a a la E x trem a d u ra de C áceres, m ientras q u e en los seg u n d o s, la especie d esap arecería en p lazo c o rto , sin beneficio alguno para el cam p o cerealista y con su p é rd id a irre p ara b le q u e , no sólo ten d ría m o s q u e llo rar sino re s titu ir a la eco n o m ía española, au n q u e ello nos c o sta ra m u ch o tiem p o y sacrificio, que p o d ríam o s d ar p o r bien em p lead o , si p u d iera p o n erse en pié lo q u e n o so tro s m ism os h ab íam o s d estru id o . P ero si esto alcanza solo a los encinares, a los q u e hem o s ded icad o ésta atención p re fere n te, ¿qué no direm o s de los alcornocales q u e viven m ás q u e la a n te rio r especie en suelos prim arios y có m o en caso de darles alguna lab o r, com o m e ­ jo ra de pastizal y lim pia d e m alezas, en los suelos q u e lo p er­ m itan, ten em o s q u e h acerlo en el m o m en to en q u e su fra m e ­ nos la p ro d u c c ió n co rch o sa, sin p o sib ilid ad d e cu ltiv o perm anente, p o rq u e d esap arecería la p ro d u c c ió n ú til d e la

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especie, co m o desap areciero n los c o rc h o s trefin o s, q u e ta n ta fam a d iero n tam b ién a la E x tre m a d u ra d e C áceres? A u n q u e luego ten g am o s q u e decir algo d esd e el p u n to de vista estad ístico y con la reb eld ía q u e E spaña tien e p ara é s­ to s valores ta n útiles, ¿no sabéis lo q u e re p re se n ta el valor d e los fru to s d e éstas especies, no sólo p a ra alim ento del ga­ n a d o p o rc in o d estin ad o a sacrificio con las m o n tan eras y tam b ién el d e vida, q u e d u ra n te tre s m eses am bula p o r los m o n tes sin o tra alim entación q u e el fru to caíd o , los re sid u o s del v areo y el v alor d e las gusaneras?; ¿no conocéis el valor del ram ó n caído de las ram as de las especies d e encinas y alco rn o q u es, q u e, en los años secos, sirven com o principal y m uchas veces ún ico alim ento y, en los años h ú m ed o s, com o co m p lem en to d e la alim entación herbácea?; ¿qué sería d e la E x tre m a d u ra d e C áceres sin ésto s valores desaparecieran?; ¿q u é sería d e esos miles d e o b re ro s q u e, al re c o rre r los cam ­ p o s ex trem eñ o s, véis d u ra n te los tres m eses prim eros d e d i­ cad o s a los cu id ad o s de p o d a en el arb o la d o , entresaca de árb o les ca d u co s, pica, ju n ta , fo rm ació n , ca rb o n eras, etc? ¿Q u é sería de ellos m ás ta rd e , si no estu v ieran , au n q u e en m en o r n ú m ero , d ed ica d o s a la co m b u stió n y saca del c a rb ó n , p ro d u c to de la destilación in co m p leta de las leñas o b ten id as, p ese a q u e p o r éste m edio se p ierd an sustancias tam b ién útiles, com o am oníaco, ácido acético, aldehido fó r­ m ico, alq u itrán , etc., etc., cosa que ya se o b tie n e en Plasencia p o r d estilación en vasos cerrados? La casualidad hizo llegar a mis m anos, hace u nos días, un esc rito in co m p leto y sin firm ar q u e, en 3 de Julio d e 1919, elevaron al M inistro de F o m e n to los Ingenieros A grónom os, el Servicio C a ta stra l y el d e M o n tes, los tre s con servicios en la Je fa tu ra de C áceres. N o h e q u e rid o sacar m ás n o tas del in fo rm e d ad o , a p etició n del M inistro d e F o m en to , en aquella fecha, y sí ap lau d o la idea felicísim a y previsora y los térm in o s finales q u e, co n un an im id ad d e in fo rm e, dieron las Jefa tu ra s d e los Servicios, q u e term in ab a así: E n v u estra s m anos, Excm o. Sr., está el en g ran d ecim ien to del suelo español. In ic ia tiv a de V. E. h a de se r la creación del Banco de C rédito A grícola, O rden d el se ñ o r M inistro de F o ­ m ento h a de se r la q ue m an d e ejecu tar las o b ra s d e irrig ació n q u e h an de m e jo ra r los cultivos. R esolución de V. E. se rá la d isposición q u e o rd en e la creación d e p astizales y re sta b le ­ cim iento de las D ehesas B oyales en ca d a té rm in o m u n icip al. E l p atrio tism o de V. E. se rá el im p u lso r de la refo rm a forestal,

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q u e h a de c u b rir de árb o le s 20 m illo n es de hectáreas, q u e hoy p erm an ecen im p ro d u c tiv as p reg o n an d o n u e s tra dendrofobia* De todas éstas m ejo ras está n ecesitad a la p ro v in cia de Cáeeres. P a ra su realización, los In g en ie ro s q ue en ella p resta n su s servicios p onen a co n lrib u ció n su s conocim ientos, sus e n e r­ g ía s y su vo lu n tad , facto res de poco valor, p ero que, sin lim i­ tació n alg u n a, o fren d am o s V. E. p a ra el Servicio de la P atria.

N u e stra coincidencia con aquellos q u e rid o s co m p añ ero s no p u e d e ser m ás co m p leta. A una p ro v in cia fo restal y g an a­ dera no p u e d e p edírsela q u e lleve a las dem ás lo q u e no pro d u ce, p ero en su lugar y p o r sus valo res eco n ó m ico s ofrece miles y miles de cabezas de g anados d e to d a s clases; miles y miles de qu in tales d e c o rch o , d e c a rb ó n vegetal, de lanas, q u eso s y , en m en o r p ro p o rc ió n , m aderas, cu e ro s y m uchos o tro s p ro d u c to s , q u e afirman y ratifican sus valores pecuario-forestales. P or estas consid eracio n es es p o r lo q u e an te rio rm e n te he dicho q u e los tu rn o s d e lab o res d eb e n ser m ás largos para el cam po cerealista, p ara llegar, ta n to co m o sea p o sib le, a tener, pese a los efecto s del clima, u na m edia p ro d u c c ió n anual con la q u e p o d ríam o s c o n ta r siem pre, y q ue, sin q u i­ tarnos el c a rá c te r d e im p o rta d o re s en el cam p o cerealista, debiéram os co n serv ar, ta n to m ás c u a n to el índice de m o rta ­ lidad dism in u y ó y no es posib le in cre m en tar la p ro d u c ció n cerealista h o y , y q u e p u d iera te n e r quizás solución to ta l o [>arcial algún día con una o rd en ació n y e stu d io co m p leto d e a capaz p ro d u c c ió n d e los terren o s d estin ad o s a cu ltiv o s in ­ tensivos. Pues b ien, y o q u e os h ab lo ah o ra del año 1925, en q ue em pecé a p re s ta r servicios en esta p rovincia q u erid a , ten g o la satisfacción d e d eciro s q u e los o frecim ien to s de mis d o c u ­ m entados co m p añ ero s A g rónom os, Servicio C atastra l y M ontes, al Excm o. Sr. M inistro d e F o m e n to , en la fecha ya dicha, fu e ro n ten id o s m uy en cu e n ta y ta n to com o fue p o lible realizados p o r el D istrito F o restal de C áceres. C ie rto es q u e nos q u e d a m u ch o cam ino q u e re c o rre r y , no sólo p o r la lucha estab lecid a e n tre los valores p e c u a rio forestales y el cam p o cerealista, q u e n o p u ed e n d iscutirse, sino p o rq u e ten em o s q u e fren ar el in cesan te deseo de los pueblos, im p o n ien d o el cu m p lim ien to d e n u e stro d e b e r p a ­ ra au m en ta r co n la m isión q u e n o s está en c o m e n d ad a el progreso ec o n ó m ico -so cial de la p rovincia d e C áceres. E n tre nuestras obras visibles, que el D istrito F o restal de

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C áceres p re se n ta con la satisfacidn d e un d e b e r cu m p lid o fielm ente, ten em o s las rep o b lacio n es d e los m o n tes 12 y 13 del C atálo g o , situ ad o s en el térm in o M unicipal d e G a ta y p erte n ecie n te s a sus p ro p io s. T e rm in a b a el año 1921 y se a p ro b a b a el p ro y e c to d e re ­ población so m e tid o a e stu d io d e la S u p erio rid ad en los m o n tes ex p resad o s. Se org an izab a la obra; una superficie d e u n a h e c tá re a ap ro x im ad am en te se ad q u irió para q u e fuera el vivero v o la n te q u e h abía de sum inistrar las plantas n ecesa­ rias a la re p o b la c ió n , no sin grandes dificultades. D esp u és, con el c a n to silencioso de en am o rad o p o e ta , en el año 1924, d eb iero n p o n e rse las prim eras plantas. La o b ra se recibió n o solo cov* frialdad, sino co m o enem iga, p o r h erir algunos in tere se s actuales d e los m enos, au n q u e rep resen ta b a ex ­ tra o rd in a rio valor para to d o s en el fu tu ro . El tiem p o pasaba con las crecientes in q u ie tu d e s para el D istrito F orestal de C áceres, y to d a s las c o n tra ried ad e s e s­ tab an p re v istas, ya q u e el tra b a jo , desd e en to n ce s dirigido ta n to c o m o era posible, no faltó en el p u eb lo de G ata. H o y , u na superficie, q u e calculam os su p e rio r a d o s mil h ec tá rea s, p o b la d a d e P inus Pinaster, hace visible los valores d e una ri­ queza cread a llena de vida y p rogreso, co m p arán d o la con la decad en cia y ruina d e te rre n o s sim ilares to d a v ía n o tra ta d o s. El esfu erzo y orientación técnica venció y ganó el alm a d e aquellos h o m b res, que, h o y son ya sus ten aces d e fe n so ­ res: el p u eb lo de G ata servirá de n o rm a estim u lan te a to d o s los q u e le ro d ean . P erm itid m e q u e trib u te un re c u e rd o em o cio n ad o al c a ­ p ataz fo restal, A ntonio Bella C o m e n d a d o r, m u e rto el p asa­ d o añ o , en la m ad ru g a d a del d o m in g o d e R esurrección, q u e p re stó servicios en Gata y fué el alma de estas re p o b la ­ ciones. L im itando con el m o n te nú m ero 13, cuya o b ra re p o b la ­ d o ra tan ligeram ente acabam os d e ex p o n e r, en un ió n d e la del m o n te 12, p erte n ecie n te a los p ro p io s de G a ta , e n c o n ­ tram o s el m o n te 1-A, p erte n ecie n te al E sta d o y situ a d o en el térm in o M unicipal de V illasbuenas d e G a ta , to ta lm e n te ta m ­ bién re p o b la d o y q u e será, co m o los an terio res, fu e n te d e trab a jo y de riqueza. En V alverde del F resno, están re p o b la d o s los m o n tes n ú m ero s 18 y 22. El p rim ero , iniciado co n un c ré d ito p e ­ q u eñ o , en el año 1934, fu é te rm in a d o p o r el estím ulo del p u e b lo p ro p ieta rio ; el seg u n d o , se llevó a ca b o en co n so r-

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ciado con el P atrim o n io F o restal del E stad o . Sum an las s u ­ perficies re p o b la d a s en este térm in o m unicipal la cifra de 00 h ectáreas, ab rig an d o p ara m añana m uy fu n d ad as esp e ­ ranzas d e c o n tin u a r la o b ra no sólo co n Pinus Pinaster, sino con especies de género Quercus, crean d o las riq u ezas n ecesa­ rias de estas especies en la región, q u e p o d rá n qu izás h a c e r­ se co m p atib les con lab o re o lim itado y la presencia del g a n a ­ do porcin o necesario a sus h ab itan tes. El m o n te 1-B, p erte n ecie n te al E stad o y situ ad o en el té r ­ mino M unicipal de V alencia d e A lcantara, está tam b ién t o ­ talm en te re p o b la d o con superficie d e 300 h e c tá re a s, a u n q u e la plaga de la Processionaria del Pino d etien e los crecim ientos de éstas m asas. Se hace necesario c o m b a tir este peligro con personal especializado y créd ito s estatales, u tilizan d o los beneficios q u e o frece la Ley de Plagas. E n tre los p u eb lo s q u e p re fere n tem en te ten em o s q u e ci­ tar co m o conv en cid o s de q u e las n ecesid ad es de la re p o b la ­ ción, n o solo les era ú til, sino m u y necesaria, ten em o s el pueblo de Serradilla, q u e allá p o r el año 1929, (si no re c u e r­ do mal) en unión d e mi q u e rid o co m p añ e ro y Jefe del D is ­ trito F orestal, d o n F rancisco Sanz, les h ab lab am o s de los valores q u e se p o d rían crear en la superficie, de la q u e fo r­ m aba p a rte la U m bría de Jrassierra, p erte n ecie n te al m o n te núm ero 91-B del C atálo g o . La idea fué acogida con el m a­ y o r cariño y tam b ién un p eq u e ñ o c ré d ito d e p aro iniciaba la repoblación, q u e luego c o n tin u ó con esfu erzo p ersonal deí pu eb lo p ro p ie ta rio y n u e s tra d irecció n técn ica g ra tu ita . M ás ta rd e , y en el año 1940, con créd ito s p ro c e d e n te s de m ultas del bien in sp irad o D e creto del 24 d e S ep tiem b re de 1940, se re p o b la b a la 'Umbría de Peñafalcón. Al c o n stitu irse el Patrim onio F orestal del E stad o , Serradilla p ed ía el co n so rcio de la superficie del Cuarto de los Arroyos, q u e fo rm a p a rte d e l m onte n ú m ero 91-B. Se realizó el co n so rcio y em p ezó el pueblo a co n su m ir los c ré d ito s n ecesarios para la re p o b la ­ ción sin p ereza, sin discusiones, a las q u e ta n to parecía se p o ­ dría p re s ta r un p u eb lo al q u e se co n sid erab a fu n d a m e n ta l­ m ente ag ricu lto r, y q u e no o b s ta n te tien e p u estas en la o b ra de re p o b lació n las m ayores esperanzas d e p; eso e c o n ó ­ m ico-social. La superficie re p o b la d a la calculam os en 2.500 h ec tá rea s de las cuales 500 so n ex clu siv am en te p ro p ie d e d del p u e b lo de S erradilla y las 2.000 re sta n te s su yas ta m b ié n , c o n las

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m odalidades del co n so rcio estab lecid o con el P atrim onio F o ­ restal del E stad o . C u alq u iera q u e sea el juicio q u e las generaciones q u e nos sucedan p u ed an d a r a éste m o m en to h istó ric o , nos a tre v e ­ m os a decir q u e no p o d rá aco m p añ arn o s la cen su ra del m a­ ñana, si la reflexión se im p o n e sin te n e r en cu e n ta el p ro g re ­ so q u e p u ed an alcanzar o tra s fechas con los valores d e los p ro d u c to s q u e d e éstas o b ra s se o b ten g an . P ero, si bien consideram os com o m uy fundam entales éstas o b ra s re p o b la d o ra s q u e reseñam os, es d e vital im p o r­ tancia en la p rovincia d e C áceres el valor de las re p o b la c io ­ nes creadas con los aco ta m ie n to s tem p o rales d e prim avera, para re p o b la r de QuercMS T ozza superficies desnudas. T o d o ello o b te n id o sin em plear valores eco n ó m ico s y re su ltad o s co m p leto s de los q u e p u ed en ser ejem plo los m o n tes del C atálo g o situ a d o s en los térm in o s m unicipales de T o rnavacas, Je rte , Piornal, C asas del C a stañ ar, C ab ezu ela del Valle, G arg an ta la O lla, C uacos, H ervás, G ata y o tro s p u e ­ blos, q u e sirvieron de ejem plo a los particulares y que siguie­ ro n los re su lta d o s o b te n id o s para conseguir en ésta form a la re p o b lació n d e ésta especie ta n necesaria y valiosa. Al d ecir q u e ésto s valores fu e ro n con seg u id o s con los aco tam ien to s de prim avera, ten em o s q u e aclarar tal c o n ­ c e p to d icien d o , q u e no o casionaron p erjuicio alguno, pues la ganadería no consum e los p asto s q u e tienen las superfi­ cies libres en estas fechas y q u e las reservas d e pastizal p ro ­ p o rcio n an m uy im p o rtan tes ag o stad ero s, cu y o valor se a u ­ m enta no sólo p o r su utilización en veran o , sino tam b ién p o rq u e en esta form a se o b tu v o la rep o b lació n de la especie fo restal citada. P or la p re m u ra de tiem p o , obligada p o r circunstancias lo ­ cales, ten em o s que lim itar n u e stra actu ació n , p ero sin olvi­ d a r la cita d e o b ra s fu n d am en tales co m o el p ro y e c to d e rie­ go de la Vega de M esillas. E ra hacia el año 1929, al re c o rre r el m o n te M esillas, n ú ­ m ero 31 del C atálo g o d e los p ro p io s d e A ldeanueva d e la V era, con el q u e fué mi p ro fe so r p rim ero , m ás ta rd e mi Jefe y siem pre mi q u e rid o am igo, D . Francisco Sanz. M e decía: — V icentillo, (así m e llam aba siem pre), ¿ q u é te parece? — Pienso seg u ram en te co m o V d., —le c o n te s té —. Son fre c u e n te s las em igraciones en el p a rtid o de N avalm oral, y la p u e sta en riego d e é sta V ega, con sus valores y su ejem plo, p o d ría aliviar estas crisis de trab a jo . P or o tro lad o , la V era al­

ia, q ue, p a rtie n d o de L osar d e la V era, se d ed icó al cu ltiv o de pim en to n es, siem pre tien e ag o tad o s sus suelos p o r los re ­ p e tid o s cu ltiv o s, q u e co n su s p ro d u c to s le d iero n fam a, y se hace a mi juicio necesario su stitu irlo s co n te rre n o s vírgenes, para alcanzar un beneficio eco n ó m ico-social. —E stam o s co n fo rm es y p o r esto lo p re g u n ta b a. Se em p ezó rá p id a m en te el p ro y e c to y, m ás ta rd e , la V e­ ga d e M esillas se regaba. El v alo r de la o b ra y su p ro y e c to no p o d ían te n e r m ejo ­ res deseos, d esd e el p u n to d e v ista eco n ó m ico -so cial, p e ro vicisitudes anorm ales en la organización económ ica, y o tra s m uchas causas, q u e n o in teresa señalar en esta charla, m ovió al In stitu to de C o lo n izació n a e x p lo ta r y p arcelar la V ega d e Mesillas. El D istrito F orestal d e C áceres, co n el m ism o en tu siasm o con q u e co n cib ió el p ro y e c to , in fo rm ó fa v o rab lem en te el paso al In s titu to N acional de C o lo n izació n , co m p re n d ien d o las necesidades q ue sólo p o d ría salvar un C e n tro A u tó n o ­ mo y q u e ta n to n ecesitab an la vida d e los h a b ita n te s d e la Vega d e M esillas. H o y , esta o b ra y a tien e p ro y e c to s q u e están ejec u tán ­ dose en el m o m en to actu al, co m o capilla p ara el c u lto , e s ­ cuelas para niños, viviendas, etc., q u e son gala d e la fe cu n d a labor de tan b en em érito In stitu to . En este m o n te de M esillas ten em o s tam b ién un p ro y e c to de re p o b la ció n de 500 h ectáreas co n so rciad as con el P a tri­ m onio F o restal del E stad o , en ejecución h o y , y co n ello y otras m ejoras ya efectu ad a s, llegam os a re u n ir en este m o n te los co n c e p to s necesarios p ara o b te n e r del m ism o una m áxi­ ma p ro d u c ció n . El m o n te n ú m ero 44 de los P ro p io s d e L osar de la V era, cuyo deslinde in te rio r e fe c tu ó , el año 1925, el Ingeniero que tiene el h o n o r de dirigiros la p alabra, e sta b a p o b lad o de u n a m ata d e Tozza, reco m id a p o r el g an ad o cab río , ú n ica es­ pecie q u e p o día p o r esta causa e fe c tu a r el ap ro v ech am ien to de pasto s. Fué tran sfo rm ad o y ten em o s h o y un m o n te h u eco de T ozza y ap ro v ech a m ie n to de p a sto s, m o n tan era y la­ bor, con re n d im ien to s eco n ó m ico s m uy útiles al p u eb lo p ro ­ pietario. En el m o n te n ú m ero 42, con superficie d e 2.027 h e c tá ­ reas, em p ezam o s en el año 1934 su tran sfo rm ació n co n la b o ­ res g ra tu itas y d esb ro ces en la m ay o r p a rte de las su p erfi­ cies, consig u ien d o cam b iar un m o n te co n las características

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d e mínima producción en un vaqueril im portante, en el que, además, tenem os 50 hectáreas de riego en la Vega del Helechal, d on d e no era posible el pastoreo, y h oy es un valor ec o n ó ­ m ico social de gran importancia, y cuya superficie de culti­ v o en riego aumentará en fecha oportuna. Estas dos ob ias, unidas al aprovecham iento de labor de 500 hectáreas en la parte de m onte todavía no tratada, que con el carácter gratuito recogerá sus frutos en este mismo año, nos llena de satisfacción con la utilidad que en encam i­ no de su transformación proporcionó. N o puedo cansar más vuestra atención, que agradezco. He cum plido con mi norma de obediencia, con la gratitud a las autoridades superiores, que tanto se desvelan por mi querida Extremadura, y con el cu lto al cum plim iento de mi deber.

III

EL OLIVO, LA VID E INDUSTRIAS DERIVADAS PO R

Vicente Muriel Jiménez In g e n ie ro A grónom o

Exentos, e lita s. Autoridades, señores, camaradas: D e n tro del am plio p ro b lem a q u e p lan tea la, a to d a s lu ­ ces, ev id en te necesid ad d e in d u strializació n d e n u estra p ro ­ vincia, y cu y as líneas generales fu e ro n m ag istralm en te exestas p o r el Sr. Ingeniero Jefe de In d u stria de C áceres, en Ím a conferen cia inaugural d e este cu rso , n o s h a c o rre sp o n d i­ do tra ta r d e d o s in d u strias deriv ad as d e la ag ricu ltu ra, c u ­ yos p ro d u c to s , aceite y v ino, son tan an tig u o s com o la m is­ ma ag ricu ltu ra, y tien en , adem ás d e su v alo r m aterial, h asta cierto c a rá c te r bíblico. N o son, pu es, in d u strias m o d ern as y v erem os q u e los problem as q u e p re se n ta n no tien en ta m p o c o los carac te res típicos d e la gran ind u strializació n : fáb rica, m aquinaria y energía; a u n q u e co m o to d a ac tiv id ad m o d ern a hayan d e s e r­ virse de los ú ltim o s elem en to s q u e la técn ica p o n g a a su al­ cance. S on ca racterísticas peculiares en to d a s las in d u strias d e ri­ vadas de la ag ric u ltu ra y g anadería, la gran influencia de las m aterias prim as, la v ariab ilid ad de éstas, d e b id a a diversas acciones, e n tre las q u e h ay q u e te n e r m uy en cu en ta las q u e d ependen del h o m b re , ag ricu lto r y g an a d ero , y el h ech o d e que la p ro d u c ció n in d u strial se e n c u e n tra m uchas veces en m anos d e los m ism os ag ricu lto res, en m ay o r o m en o r g ra d o , p ro d u cien d o así u n a disem inación de p eq u eñ as in d u strias, que les p ro p o rc io n a cierto s rasgos de artesanía. D e ja n d o a un lad o el asp ecto social, n o p o rq u e n o sea tal vez el m ás im p o rta n te , sino p o rq u e n o es n u e s tro co m e­ tido tr a ta r d e él, la in d u strializació n en general tiene co m o

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42 e ta p a final el au m en to de riqueza, p o r m edio d e la mejor, m a y o r y más b a r a ta p ro d u c c ió n . Pues bien, en las industrias derivadas, estas tres con qu istas d e la industrialización, han d e realizarse a p a rtir d e la p ro d u c c ió n de la m ateria prima, m ejo ra n d o los m edios d e ex plo tación, para term in ar en los p ro c eso s de extracción o tran sfo rm ación , d e ac u e rd o con la depe n d en cia a q u e antes hacíam os referencia. Y este proceso d e m ejora to ta l d e cualquier p ro d u c c ió n del ca m p o , es más acusado cu a n d o , c o m o en este caso, no se p u e d e pensar, sin in cu rrir en fantasías m u y lejos de n u e s tro ánim o, en el es ta ­ blecim ientos d e nuevas industrias, en fo rm a sensible. V am os, pués, a e s tu d iar p o r sep arad o cada una d e las q u e co n stitu y en n u e s tro tem a, siguiendo el o rd e n enuncia­ d o , d e s tac an d o cuáles son las acciones más im p o rta n te s a realizar t a n to p o r olivareros y viticultores, co m o p o r alma­ z a re ro s y b o d eg u e ro s.

EL OLI VO La provincia de C áceres, con u n a extensión de cerca de 2.000.000 de hectáreas, tiene u na superficie de olivar q u e oscila alre d ed o r de las 70.000 hectáreas. Es cultivo m uy e x ­ ten d id o , p u e d e decirse q u e no hay p u eb lo sin olivar, pero cuyas principales zonas son las d e Sierra d e G a ta y H u rd e s , en p rim er lugar; la V era C en tral, M o n tá n c h e z , G u a d a lu p e , Ib o r y Valencia de Alcántara. En general, no existen grandes olivares, siendo n u m e ro s í­ simo el n ú m e ro de olivareros, a veces p rop ietarios de m u y co n ta d o s árboles. P o r esta razó n, los d a to s estadísticos han de estar su jeto s a erro res sensibles y h arem o s de ellos úni­ cam ente el uso indispensable. Se ha calculado, co m o cifra media, la de 2 hectáreas p o r pro p ieta rio olivarero. Siendo el aceite un p r o d u c to to ta lm e n te ela b o ra d o p o r el árbol, la misión del h o m b re se re d u c e a extraerlo lo más p u ro posible. A quí no hay ninguna transform ación q u e re a­ lizar. La in d u stria del aceite es p u ra m e n te extractiva. Y, d es­ graciadam ente, el h o m b re estrop e a, m u chas veces, lo qu e Dios ha cread o p erfecto. Si, p o r ta n to , la única fábrica de aceite es el olivo, es s o ­ bre éi so b re quien h ay q ue actu a r en p rim er térm ino, para o b te n e r a u m e n to de la p ro d u c c ió n e im pedir los accidentes que perjudican al p r o d u c to . N o es posible hacer u n a crítica de t o d o s y cada u n o de los sistem as que, en el lab o re o del olivo, se siguen en la p r o ­ vincia. P e ro sí p o d e m o s asegurar, q u e son m u ch o s los oliva­ reros q u e siguen norm as, q u e nos atreveríam os a calificar de

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rutinarias, si este apelativo no se hub iera u s ad o con d e m a ­ siada liberalidad, p o r gentes q u e tienen del ca m p o un c o n o ­ cim iento d em asiado «teórico» y «libresco» y, co m o tal, p ed a n te . Es in d u d ab le q u e t o d o lo q u e se haga p o r divulgar los perfeccionam ientos del cultivo, irá en beneficio del incre­ m e n to de la p ro d u c c ió n , m eta c e rtera m e n te m arc ad a p o r el Jefe del E stad o en cuantas ocasiones se ha referido a estos tem as. Es cierto tam bién, q u e es tod av ía p o c o lo q u e se hace, sin que en tre m o s a analizar las causas, p e ro h a y q ue re c o n o ce r n o b lem en te que, p o r lo m enos, se intenta en p r o ­ p o rciones no conocidas antes. N o espere nadie un au m en to en la riqu eza aceitera de n u e s tra provincia, sin una eleva­ ción técnica del cultivo del olivar. Lo q u e es m u c h o más d i ­ fícil aún, q u e m ejorar la instalación y el funcio nam ien to de n uestras almazaras. Conviene, p o r ta n to , expresar claram ente cuales han de ser las bases de esa m ejora en cada una de las labores, e s t u ­ dian do las posibilidades q u e ofrezca 1e provincia y teniendo en cue n ta las conclusiones a q u e se ha llegado en el XIII C on g reso Internacional de O leicultura, recien tem en te cele­ b r a d o con ta n t o éxito en n u e s tra patria, C o n g reso q ue ha reu n id o a los más d estac ad o s técnicos y olivareros de las naciones m editerráneas y de la h erm ana Portugal.

Plantaciones y m ultiplicación

En to d a plantación de olivar h a de tenerse m u y en c u e n ta el fa c to r h u m e d a d , co m o decisivo. El m arco de plantación h a d e calcularse en función del clima lo cal— abun dancia y r e p a rto d e lluvias—y d e la p ro f u n d id a d del s u elo —capacidad h íd ric a —con tend encia a s e p a r a r l o s árboles más bien q u e a acercarlos. T a m b ié n h a d e considerarse la necesidad de c u l­ tivos asociados, q u e perm itan evitar, p o r una parte , los peli­ g ros del m on o cu ltiv o , y, p o r o tra, la erosión del suelo. En la provincia, las plantaciones existentes o frecen una gran variedad de marcos. En Sierra de G a ta , sin em bargo, olivares, q u e fu e ro n p lan tad o s con idea de lo q u e se hacía, ofrecen h o y u n asp ecto to ta lm e n te irregular, y a q u e la te n ­

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dencia allí es precisam ente la contra ria a lo aconsejable, llegando a c o n ta r h a s ta m ás de 300 olivos p o r hectárea. M o n o cu ltiv o y gran d en sid ad de arbolado: h ay que luchar c o n tra esta tendencia, d e m o s tra n d o a los olivareros lo erró n eo de tal práctica y exigiéndose la intervención de los Servicios Oficiales en las nuevas plantaciones. En c u a n to a la m ultiplicación, generalm ente existen sistemas a d a p ta d o s a ca da Zon a. H a d e exigirse q u e allí d o n d e se usan las estacas, estas sean sanas, con o b je to de no fo rm a r árboles viejos antes de nacer, c o m o m u ch o s qu e hem os v isto en la provincia.

Labores

Las exigencias de agua q u e el olivo presen ta en n u estro clima, para p ro d u c ir c o se ch as—no para vivir— y el h echo c o m p ro b a d o d e q u e son las lluvias del o to ñ o e invierno las más efectivas, explican claram ente la necesidad de las labores, que, al m an ten e r la tierra c o n s ta n te y suficientemente mulli­ da, perm iten almacenar y re te n er en el suelo la máxima c a n ­ tid a d de agua. La creación del m edio más favorable a la vida m icrobiana del suelo, facilitando la nitrificación, la c o m p e te n ­ cia q ue p ara la utilización del agua y fertilizantes ofrcer. las malas hierbas, la p enetració n del aire, tan necesario a raíces y m icroorganism os, son o tras razones q u e explican y ju s tifi­ can la nec esid ad de las labores. En la provincia, al igual q u e en el re sto de España, ha h a b id o cierta paralización en el cultivo del olivar, d e b id o fu n d a m e n talm e n te a su escaso re n dim ien to econ ó m ic o , d u ra n te los pasados años. Reconocida la ra zó n q ue asistía a los olivareros, la nu eva o rientació n seguida p o r n u e s tro G o b ie rn o , p erm ite asegurar q u e han d esaparecido aquellas razones y q u e el cultivo d e b e ir volviendo a ser tan e s m era­ d o co m o lo fuera antes. El ab a ratam ien to q u e p r o d u c e la m ecanización es h o y la m eta de las grandes zonas del olivar español. Esta m ecani­ zación en cu entra, sin em b a rg o , en la provincia, grandes inco ven ien tes—p e q u e ñ as extensiones, m a rq u e o irregular,

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densidad de arbolado, e tc.— que la hacen casi im posible, h oy por h oy. A consejam os el u so de gradas, en cualquiera de sus m úl­ tiples m odelos, com o instrum entos muy útiles en las labores superficiales, de gran interés para nuestros olivares.

Poda

La p o d a es, tal vez, la la b o r de m ás im p o rtan cia, de to d a s las q u e se realizan en el olivar, c o n s titu y e n d o un fa c to r fu n ­ d am ental en la p ro d u c ció n y regularización de las co sech as, so b re to d o c u a n d o se co m p leta su acción con el cultivo y fertilización del suelo. A dem ás del asp ecto d e la p ro d u c c ió n , la p o d a veviste excepcional interés, si la consideram os d esd e el p u n to d e vista d e la conservación del arb o la d o . P o r ta n to , es in d is­ pensable fo rm a r b u e n o s p o d a d o re s, im p id ien d o q u e cu al­ q uier o b re ro p o d e y divulgando e n tre los p ro p ieta rio s, q u e son, o d eb e n ser, los principales in tere sa d o s, los efecto s d e s­ d e stru c to re s q u e origina en su a rb o la d o la p o d a d efectu o sa. En este asp e cto , hem os iniciado una cam paña de p o d a en S ierra de G ata, d o n d e h o y son los m ism os olivareros los q u e nos buscan para ap ren d er la práctica racional de la p o d a. Los re su lta d o s o b te n id o s h a s ta el m o m en to p re se n te so n satisfacto rio s, p ero no definitivos. Poco a p o c o , com o h an de ser siem pre los cam bios en el cam po, irem os tra b a ja n d o h asta o b te n e r el tip o d e p o d a m ás a d a p ta d o a la Sierra y la pro p ag ació n del m ism o. En la p rá ctica d e la p o d a d eb e n ten erse en cu e n ta los p rincipios generales ad m itid o s p o r la técnica olivarera, e n tre los q u e d estacarem o s los siguientes: Los sistem as de p o d a del olivo q u e co n d u c en a d im en ­ siones excesivas d e é ste, prin cip alm en te en altu ra del á rb o l, son co n d en ab les, p o rq u e recargan los diferen tes gastos del cultivo: p o d a , tra ta m ie n to de plagas y recolección. La renovación de ram as principales, antes de su ag o ta ­ m ien to ac e n tu a d o , es necesaria y conveniente; p o r ta n to , estim am o s m u y ú til a n ticip ar d iscre ta m en te d ichas re n o v a ­ ciones.

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La ren o v ació n , una vez llegado al esta d o a d u lto , 35-70 años, ha d e hacerse de m o d o q u e se ev iten p arad as v e g e ta ­ tivas y d escen so s de p ro d u c c ió n , p ara lo cual hay q u e te n e r p rep arad as las b ro ta c io n e s d e su stitu c ió n . Es co n d en ab le y, p o r ta n to , m ala p ráctica, en c u a lq u ie r sistem a de p o d a , la su p re sió n to ta l d e las b ro ta c io n e s de las superficies in terio res de las ram as principales, p o r c o n d u c ir •i la falta ab so lu ta de circulación y m u erte d e los tejid o s c o ­ rrespo n d ien tes. Es p ráctica co n v en ien te el en calad o d e dichas superficies in terio res, y aún m ejor, ad icio n an d o a la lechada de cal su lfa to d e h ierro o d e co b re. En la p rim era vida del árb o l, es aconsejable el fo rm a rlo sobre 2, 3 o 4 pies, co m o m áxim o, algo d istan ciad o s e n tre sí, especialm ente si se tra ta d e m arcos am plios de p lan tació n , p o r h ab erse o b serv ad o ser m ás p ro d u c tiv o este tip o de árbol, q u e el d e un solo pie. En el árb o l de m ás de un pie, las ren o v acio n es son m ás seguras, p u ed en ser parciales, m ás s o p o rta b le s para el árb o l, p or no ser in te rd e p e n d ie n te s to d a s las ram as y d isp o n e r d e cam po o espacio m ay o r p ara las nuevas b ro tac io n es. En los árb o les jó v en es y en p e río d o d e fo rm ació n , d e b e p ro c u rarse h acer los m enores co rte s po sib les, p u es re ta rd a n el crecim ien to . Es co n d en ab le, co m o p rá c tic a n o rm al d e p o d a , el c o rte to tal d e la co p a (afrailado) para su ren o v ació n , e sta n d o sólo indicado en casos especiales de ren ovación to ta l, com o h ela­ das graves, caries y, en general, em p o b re cim ie n to s a c e n tu a ­ dos de las ram as principales. E stim am os co n v en ien te, co m o n o rm a general, la p o d a bienal, si bien en situ acio n es m uy fa v o rab les y con v arie d a­ des vigorosas, se d e b e co m p le ta r con una lim pia de ram as finas y c h u p o n e s in tercalad o s. En situ acio n es o p u estas, d e s ­ favorables de clim a, suelo o v arie d ad , d eb e p ra cticarse la p o d a trienal. La in ten sid ad de la p o d a d eb e g ra d u arse en relación con la p ro d u c ció n d e cosecha lo g rad a a p a rtir de la p o d a bienal o trien al an terio r, p u d ie n d o ser m ás energica si a q u é ­ lla ha sido a b u n d a n te y m o d erá n d o la, en o tro caso , p ero siem pre te n ien d o en cu e n ta el vigor d e las b ro ta c io n e s o b t e ­ nidas en la ú ltim a p o d a. En to d o sistem a de p o d a bien fu n d a m e n ta d o , n o d e b e nunca carearse el tro n c o con caries p ro fu n d a s, q u e im p id an su fun ció n fisiológica y red u zcan la cap acid ad de o rig in ar

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b ro ta c io n e s en q u e fu n d a m e n ta r ram as nuevas; sin em b arg o , en aquellos árboles en q u e se p ro d u c e n in ev itab lem en te ah u ecam ien to s p ro fu n d o s y esta d o s d e envejecim iento y ag o tam ien to d e to d o s los tejid o s, d espués de variar re n o v a ­ ciones, es preciso co n sid erar acab ad o el papel en c o m e n d a­ d o al tro n c o , p re co n izan d o , a n u e stro juicio, la renovación del olivo p o r in jerto de p ú a, so b re u n a de las raices p rin ci­ pales, au n q u e, p o r previsión se injerten d o s o tres. D e este m o d o se consigue, siem pre q u e la op eració n se haga con estirp ac ió n to ta l del tro n c o y dem ás raices so b ra n te s, y con la adición d e tie rra nueva, b ro tac io n es, p ro n ta s y vigorosas, en q u e fu n d a m e n ta r la nueva co p a del árb o l, q u e p u ed e c o n ­ sid erarse fo rm a d o y en p ro d u c c ió n a los seis-ocho años, m i­ ta d del tiem p o re q u erid o en las p lantaciones co rrien tes. H a sta el esta d o a d u lto , las d istin tas p o d as d e form ación no ejercen influencia m arcada en la p ro d u c c ió n , pues el á r­ b o l re sta u ra y reacciona fácilm ente a to d o s los desequilK b rio s en su vegetación, p o r ser m áxim a la relación h oja efi­ ciente a m adera y ser m ás ráp id a y c o rta la circulación de savia, siem pre q u e se intervenga sólo p ara guiar el árb o l y ev itar grandes espesam ientos de copa. El olivo ad m ite in tervenciones con p o d as viciosas o irra ­ cionales h asta llegar al e sta d o a d u lto y em p ez ar las re n o v a­ ciones, sin q u e los efecto s negativos en la p ro d u c ció n se acusen h asta p asadas las tres o c u a tro p o d a s prim eras, pues la ca p acid ad p o tencial o fa cu ltad d e reacción se m antiene en ese periodo, d ecay en d o g ran d em en te después.

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que, ob lig ad am en te, se sien te en el N o rte de la p ro v in cia de hacer p astar al ganado d e n tro de los olivares. P o r o tra p a rte , la falta de n itró g en o y cal es b a sta n te c o ­ rrien te en el suelo provincial. El em pleo de fó rm u las d e a b o ­ nos m inerales, en los q u e el n itró g en o ten g a dom inancia, es recom endable. Es, sin em bargo, el ab o n o sideral, p rev iam en te ab o n a d o con s u p e rfo s ta to y p o ta sa , el p ro c ed im ie n to de fertilización más in d icad o p ara el olivo. Siem pre q u e el fa c to r h u m ed ad en o to ñ o e invierno sea suficiente y las lluvias de abril p e r­ m itan la hum ificación d e la m asa h erb ácea e n te n ad a superfi­ cialm ente, d eterm in a este ab o n a d o la d u plicación de la c o ­ secha en d o s años sucesivos, crean d o , adem ás, u na gran p ro ­ ducción foliácea, q u e p u e d e c o n s titu ir un fa c to r lím ite p ara el agua en años sucesivos y q u e conviene re d u c ir d esp u és con la p o d a. La veza es el ab o n o sideral m ás co n v en ien te, p ero p u e d e utilizarse la alg arro b a en te rre n o s p o b re s y su elto s; en te rre ­ nos d e con sisten cia m edia está in d icad a la guija, y en te rr e ­ nos fu e rte s el guisante gigante. En te rre n o s de gran p o d e r re ten tiv o el h ab a y en te rre n o s salinos el altram uz. La falta de cal, tan necesaria p ara las legum inosas, hace que en n u e stra p rovincia no se haya e x te n d id o este a b o n a ­ do. A p a rte de q u e , adem ás, se han h ech o po cas p ru eb as. Es necesario realizar una cam paña de investigación y e x p e ­ riencias q u e nos p erm itan reso lv er este asu n to d e u na m an e­ ra segura y p o n e r al alcance de n u estro s ag ricu lto res un sis­ tem a de ab o n a d o d e tan p o sitiv o s re su ltad o s. En este caso, la m isión es p u ra m e n te oficial en cu alq u iera de sus c a te g o ­ rías, estatal, provincial o sindical.

Abonado Asociación de cultivos El suelo d e un olivar, so m etid o a cu ltiv o lim pio y a t o ­ dos aquellos m edios q u e tiendan a co n se rv ar la h u m e d a d , es fácilm en te erosionable y sufre grandes p érd id a s d e m ateria orgánica. Esta falta q u e h o y ex p erim en tan n u e s tro s olivares c o n s­ titu y e u n a de las principales causas q u e se o p o n en al incre­ m en to d e la p ro d u c ció n . Es p o r ta n to necesario a b o n a r con estiérc o l, y solam ente esta necesidad p erm ite explicarse la

Las v entajas de la asociación de cu ltiv o s son in d u d ab les. El m o n o c u ltiv o olivarero crea p ro b lem as so cial-eco n ó m ico s de la m ay o r im p o rtan cia. P ara d arn o s c u e n ta de ello, b asta pensar q u é sería d e la eco n o m ía «gateña» si el v alo r del acei­ te se re d u je se ca ta stró ficam en te. La m ism a o b servación de la c o m a rc a p erm ite darse cu e n ta de có m o sus p u eb lo s m ás

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im p o rta n te s r on aquellos q u e no d ep en d en exclusivam ente dei olivo. O livos y sólo olivos, p o d rá ser, si se quiere, m o tiv o d e inspiración p o ética y literaria. Pero, social y eco n ó m icam en ­ te , es un peligro cuya agudización ex tre m a n o s la o frece la provincia d e Jaén. Es co n v en ien te y necesaria la asociación del alivo con o tro s cultivos. Pero para ello es indispensable q u e el m arq u eo lo perm ita. E n ten d ien d o p o r asociación la intercalación, n o la y u x tap o sició n d e cultivos. En la provincia existe intercalación en las zonas en q u e el olivo se asocia con la vid o co n la higuera. E sto s cu ltiv o s h an d efen d id o eco n ó m icam en te al olivar en años pasados. H ay y u x tap o sició n , desgraciadam ente, c u a n d o se p re te n d e q u e los olivares, sin m arco suficiente, den cereales y legum inosas. En las nuevas plantaciones, q u e se están realizando en la zona del río Ib o r p rincipalm ente, en te rre n o s de p en d ien tes, d o n d e la erosión ha d e p ro d u c ir graves efecto s, d ebieran o b lig ato riam en te hacerse asociaciones en fajas con c o n to rn o . En tal asociación p o d rá n utilizarse legum inosas de invierno, si el te rre n o es fértil, q u e será la excep ció n , o fajas d e m o n ­ te bajo o pastizal, o m o n te alto con las especies fo restales m ás apropiadas.

Plagas

El Servicio F ito p ato ló g ico d e la J e fa tu ra A gronóm ica ha aplicado los tra ta m ie n to s de algunas plagas, p ero p o r los m últiples pro b lem as que ha de resolver dich o Servicio no se han intensificado aquellos. La lucha c o n tra las plagas ha de te n e r ca rác te r general, si h a d e p ro d u c ir re su ltad o s. Los Servicios oficiales necesitan aquí, m ás q u e nunca, d e la co o p eració n de los olivareros. D a d o su carác te r general, es lógico pensar q n e sea la organi­ zación sindical agraria la q u e asum a la dirección de esta c o o p eració n en to d o s sus aspectos: eco n ó m ico , c o lab o ra­ ción técnica su b altern a, g uardería, etc.

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Recolección

La ú ltim a lab o r del cu ltiv o , q u e p u e d e ser co n sid erad a com o la p rim era de la in d u stria, la reco lecció n , tien e u na decisiva influencia en la calid ad de los aceites y en la p o si­ bilidad de o b te n e r b u en as cosechas en años sucesivos. La n o rm a general de u na b u en a recolección d eb e ser no causar d añ o s al árb o l ni al fru to . E poca y fo rm a de re alizar­ la son los d o s co n o cim ien to s en q u e d eb e basarse. La recolección d eb e hacerse c u a n d o las aceitunas están en su p u n to crítico de m ad u re z, m o m en to en el q u e tienen la m ay o r c a n tid a d y la m ejo r calid ad d e aceite, y q u e está determ in ad o p o r el to n o violáceo u n ifo rm e q u e tien e la p u l­ pa. E ste p u n to crítico n o se p ro d u c e to d o s los años, m a te ­ m áticam ente, en los m ism os días, p o r lo q u e resu lta p ueril la c o stu m b re seguida en m u ch o s p u e b lo s d e iniciar la re c o ­ cida en una fecha d eterm in ad a, casi siem pre relacionada con .\lguna festiv id ad . Las causas, variables, q u e d eterm in an la m ad u re z son de carácter clim atológico y fisiológico: la in teg ral térm ica , la hum edad, fu n ció n de la lluvia caída y d e la ev a p o ració n , la m ayor o m en o r ca n tid a d d e co sech a, y el esta d o d e san id ad de los fru to s , influyen y ca racterizan a la m archa d e la m a­ duración. C u a n d o p o r alguna circu n stan cia, una gran cosecha, p o r ejem plo, caso q u e sería el más fav o rab le, se p re sen ta la im ­ posibilidad de reco g er to d a la aceitu n a en plena m ad u re z, cabe preg u n ta! se si es co n v en ien te ad e la n tar o re tra sa r la recolección. La re sp u esta es q u e d eb e ad elan tarse. D e b e iniciarse la reco g id a en c u a n to la aceitu n a esté pintona, es d ecir, c u a n d o em p ieza a to m a r el co lo r violáceo, pues en estas circu n stan cias, no solo ag u an ta bien u n o s días para se r m olida, sino q u e, adem ás, d u ra n te ese tiem p o , c o n ­ tinúa elab o ran d o aceite, o sea, q ue p ro sig u e su p ro c eso de m aduración casi co m o si perm an eciese en el árb o l. Las acei­ tunas d em asiad o verd es, p ro d u c e n aceites am argos, m u y fuertes, d e co lo r v erd e in ten so , d a n d o ad em ás escaso re n ­ d im ie n to .

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Las aceitunas recogidas dem asiado m ad u ras, lejos de a u m en ta r en grasa, dism inuyen y dan aceite d e p e o r calidad. La larga perm anencia d e la aceitu n a en el árb o l perju d ica adem ás a la co sech a siguiente, ya q u e gran p a rte de la savia q u e el olivo había d e aplicar a la evo lu ció n de sus yem as, es ab so rv id a p o r aquella. Y p o r ú ltim o , estas aceitunas están m ás ex p u e sta s a la acción d e las heladas y al a taq u e de insec­ to s crip tó g am as y pájaros, sin o lvidar las m ayores posibili­ dad es q u e ofrecen para el ro b o . En c u a n to a la fo rm a de realizar la recoleción, p o d em o s aseg u rar q u e, casi en la to ta lid a d de la provincia, el p ro c e d i­ m ien to u sad o es el de «vareo», cu y o s d esa stro so s re su lta d o s son de to d o s conocidos. P o r éste sistem a se dañan el árbol y el fr u to , no te n ien d o m ás justificación q u e su b a ra tu ra y el excesivo p o rte de m uchos árboles. R ealizado con cu id ad o se am inoran m ucho sus daños. El p ro ced im ien to de «ordeño» es m ás caro y solo se realiza bien en árb o les de p o rte bajo. T al vez lo m ás aconsejable sea el em pleo de un sistem a m ixto: o rd e ñ o d e las ram as b a ­ jeras y v areo d e las altas. C on el tra n s p o rte a la alm azara term in a la acción del oli­ v arero , siendo esta o p eració n , realizada tam bién con p o co s c u id a d o s, la causa de m agullam ientos del fru to , q u e fa v o re­ cerán las ferm en tacio n es, q u e tienen lugar, m ás ta rd e , en las trojes.

OLEOTECNIA El o b je tiv o principal d e la in d u stria del aceite de olivar es conseg u ir q u e la m ay o r c a n tid a d del q u e se o b tien e en las almazaras sea aceite fino. E sta c a rac te rístic a de o b ten ció n de calidad es m ás im p o rta n te q u e cu a lq u ie ra o tra , au n q u e, com o en to d a activ id ad in d u strial, ten g an tam b ién su im p o r­ tancia las de re n d im ien to y eco n o m ía en la p ro d u c c ió n . In tern acio n alm en te, la calid ad es el arm a decisiva q u e nuestra in d u stria olivarera p u e d e esgrim ir fren te a la c o m ­ petencia, cad a vez m ay o r en el p o rv e n ir, d e los aceites e x ­ tranjeros. T o d o lo q u e se o p o n g a a la o b te n c ió n de calid ad debe ser elim inado d e la in d u stria , co m o elem en to e n to rp e cedor de la m archa ascen d en te q u e es preciso seguir. En n u e stra p ro v in cia n o se o b tie n e n b u en o s aceites en ca n tid ad p ro p o rcio n al a la co sech a to ta l. Lo q u e no q u iere decir q u e la m ateria p rim a no sea ex celen te y q u e el aceite de Sierra de G ata, e x tra íd o con to d a clase de cu id ad o s, no pueda c o m p e tir,—ya h a co m p e tid o v en tajo sa m e n te en m u ­ chas o casio n es—, con los m ejores d e o tra s zo n as españolas. P ero es preciso o b te n e r esto s aceites finos en ca n tid a d que no sea in ferio r al 50 p o r 100 de la cosech a to ta l. Para ello se o frecen d o s cam inos: m ejo ra m ien to de las alm azaras y creación d e b u en o s m aestro s alm azareros. U na p ro d u c c ió n c u y o v alo r es su p e rio r a los 100 m illones de pesetas (incluidos su b p ro d u c to s ), bien creem o s q u e m e­ rece la p en a d e q u e se revalorice en la m ed id a q u e sea posible.

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Almazaras S egún d a to s oficiales, el n ú m ero d e alm azaras ex iste n te s I en la provincia es de 666, las q u e de acu erd o con el sistem a I d e ex tracció n se d istrib u y e n d e la siguiente m anera: A lm azaras con p re n sa h id rá u lic a . . . . > » » d e h u sillo . . . . » » > v ig a o to rre . . .

315 282 69

TO TA L........

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A lm azaras accionadas p o r e n e rg ía e lé c tric a ............... > » » fuerza h id rá u lic a '................ » » » m otores g a s -p o b r e .............. > » » g a s - o il ..................................... > > > g a s o lin a ................................... » » a b r a z o ........................................... » » a v a p o r ......................................... » » p o r c a b a lle r ía .............................

75 187 10 77 33 87 1 196

T O T A L ....

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R ealizando un estu d io co m p arativ o , nos encon tram os que existen prensas hid ráu licas en un 47 p o r 100 de n ú estra s alm azaras, m ientras q u e en el to ta l de E spaña son el 69 p o r 100, y en la provincia de Badajoz el 75 p o r 100. E sto indica claram ente que es necesario una transform ación de las alam azaras en este sen tid o , ya que nadie p u ed e negar h oy las ventajas de la prensa hidráulica en el ago tam ien to de los orujos. En cu a n to al núm ero de m olederos m o vidos a sangre, la p ro p o rció n , análoga a la d e España, es del 41 p o r 100. P arece que aquí no andam os m uy atrasados, d eb id o in dud ablem ente al aprovecham ien to hidráulico d e la zona de G ata. E xisten b atid o ra s y te rm o b a tid o ra s en un 19 p o r 100 de las alm azaras cacereñas y en un 30 p o r 100 en las de España. Es este o tro m otivo que expresa la necesidad de m odernización de n u estras instalaciones. Pero no caigam os en el erro r de creer q u e el p rogreso mecánico es el índice q ue da la idea más p erfecta de los m éto-

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dos d e ex tracció n . Es to d o el c o n ju n to de p ro ced im ien to s, la fo rm a de realizarlos, lo q u e en definitiva d eterm in ará la calidad del aceite. Así es c o rrien te e n c o n tra r alm azaras con bu en utillaje y, en cam bio, m uy d efectu o sas, especialm ente en lo q u e se refiere a los asp ecto s de lim pieza, sistem a de decan tació n , separación de alpechines, etc. Es ev id en te que no p o d em o s aspirar a una trasfo rm ació n radical d e las alm azaras en u n tiem p o relativ am en te c o rto , pues ello su p o n d ría una inversión de d in ero excesiva p ara la capacid ad eco n ó m ica d e la p rovincia. P ero, a p a rte d e este hecho, q u e tal vez p o d ría soslayarse, existen o tro s, tales c o ­ mo la d ificultad de p ro p o rc io n a rse energía b a ra ta , y so b re to d o segura, la falta de estím u lo para el cap ital, p ro d u c id a s p or las indispensables interv en cio n es actuales, la parcelación olivarera, etc., etc., q u e, co m o aquél frenan, p o r d ecirlo así, la necesaria m o d ern izació n d e las instalaciones. En cam bio, p u ed e asegurarse q u e con ligeras m odificacio­ nes en dichas instalaciones, y p rincipalm ente p o r una afina­ ción d e las d istin tas fases de los m é to d o s actuales, p u ed en conseguirse grandes re su ltad o s, no solo en el ag o tam ien to de los o ru jo s, sino tam b ién en la calid ad d e los aceites. Para ello, es fu n d am en talísm o q u e los alm azareros y p e r­ sonal, m aestro s y oficiales, co n o zcan a fo n d o los p rincipios esenciales de la elaboración.

A ceite

N o se p u ed e o lv id ar q u e no vam os a fab ricar n ada, p o r­ que D ios ha d isp u esto q u e el aceite venga ya fab ricad o en la aceituna, y q ue, p o r ta n to , n u e stra m isión es llegar a c o n se ­ guirlo en el m ism o esta d o q u e en ella se en cu en tra. El aceite d e oliva, q u ím icam en te co n sid erad o , es una mezcla de esteres de la glicerina (p ro p a n o trio l) y de d ife­ rentes ácid o s grasos. C o n tie n e tam b ién m aterias insaponificables, fito stero l, xantofila, etc. En el C o n g reso d e O leicu ltu ra se han definido las d ife­ rentes clases de aceite, especificándose q u e los aceites fino y virgen d e oliva se o b tie n e n p o r p ro ced im ien to s m ecánicos,

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sin rectificación ni adición d e substancias. La acidez, según la escala fijada, será m edida en ácido oléico. Pero son los caracteres org an o lép tico s los fu n d am en tales en el aceite de oliva y , precisam ente estos y la acidez, los m ás alterad o s en el preceso de extracción.

Condiciones técnicas de las Alm azaras

Al p ro y e c ta r una alm azara de nu ev o em plazam iento, o al m odificar una existente, hay q u e ten er en cu e n ta el volum en de aceitunas que han d e m anipularse diariam ente, y en to ta l, estu d ia n d o el ritm o de recogida y los m éto d o s d e tra n sp o rte . El ideal teó ric o es q u e no existan tro jes, y q u e el fr u to alm acenado lo sea solo p o r un día. Las dim ensiones del p atio serán fu n ció n del alm acena­ m iento a realizar, p en san d o siem pre en la facilidad q u e hay q u e d ar a la recepción, q u e se realiza casi siem pre a ú ltim a h o ra d e la ta rd e y con gran aglom eración de caballerías y carruajes. S u p o n ien d o q u e se tra ta de aceitunas sanas y sin m ag u ­ llam ientos, la prim era op eració n q u e se realiza en la alm azara, el atro jam ien to , no p u ed e ser m ás perjudicial para el fin p e r ­ seguido. E stá d e m o stra d o q u e en el m o n tó n d e aceituna, y en un m edio ae ro b io y con cierto grado de h u m e d a d , se d e sa rro ­ llan hongos y bacterias p ro d u c to re s de lipasas, que d e sd o b an los glicéridos en ácidos grasos y glicerina, p ro d u c ie n d o incluso la m etabolización de un p o rc en taje d e aceite. En la m asa in tern a, y en m edio an aero b io o cu rren o tro s fe n ó m e­ nos de ferm entación y tran sfo rm ació n del aceite, no b ien estu d iad o s, y q u e se tra d u c e n en perjuicios grandes d e la ca n tid a d del aceite. Las causas q u e obligan al a tro ja d o o alm acenam iento son conocidas de to d o s: sistem a de m aquila, incapacidad de m oltu rac ió n , e rro res técn ico -eco n ó m ico s de los alm azareros, necesidad d e co n tro l para la intervención, etc. Los dos p ri­ m eros son difíciles de evitar. P or ello, h o y se ad m ite la nece­ sid ad del alm acenam iento, y se lucha p o r resolver el p ro b le ­

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ma, b u sca n d o q u e este alm acenam iento p ro d u z c a los m en o ­ res daños. Así se han en say ad o con m ay o r o m en o r éx ito los siguien­ tes p ro ced im ien to s: C on serv ació n d e la aceitu n a en capas finas al aire libre, conserv ació n en silos y em pleo de refrigeración artificial, en España; d esh id ratació n de la aceitu n a, en P o rtugal; co n se r­ vación p o r ventilación, en T ú n ez ; e inm ersión en so lu ció n acuosa d e su b stan cias quím icas o an tib ió ticas, en E spaña, P o rtu g a l, G recia y Argelia. En ta n to la técn ica o b ten g a el m ejo r p ro c ed im ie n to , lo aconsejable es q u e el a tro ja d o se realice d u ra n te el m en o r tiem po posible, p ara lo q u e se n ecesita la co lab o ració n d e olivareros, alm azareros y a u to rid a d e s encargadas d e la in te r­ vención, q u e d eb e n e x tre m ar su cu id ad o en este sen tid o .

Edificio

O rie n ta d o al M ed io d ía con p referen cia, p ara q u e el p a ­ ralelism o e n tre el eje principal y la tra y e c to ria so lar p erm ita ap ro v ech a r al m áxim o las calorías del sol, las m ás e c o n ó m i­ cas, y q u e, aun en p leno invierno, no se d eb en d e sa p ro v e ­ char. El criterio de m an ten er una elevada te m p e ra tu ra d e n tro de la alm azara, d eb e p resid ir to d a s las decisiones q u e se t o ­ m en en su co n stru cció n . D o s son las principales razo n es q u e obligan a m an ten er la alm azara y locales anejos a u n a te m ­ p e ra tu ra de 20 a 22 g ra d o s cen tíg rad o s: co m o d id a d p ara el trab a jo de los o p erario s, d e acu erd o con n u e stra legislación laboral y fluidificación de los aceites, con facilidad p ara su ex tracció n y p ara las p o sterio re s o p eracio n es de d ecan tació n y trasiego. D eb erán , p o r ta n to , to m arse to d a s Jas m edidas d e aisla­ m iento, tales co m o cristaleras, tech o s aislantes, p u e rta s d o ­ bles, etc. La superficie de la n ave de ex tracció n d eb e re d u cirse a la q u e exijan los ap a rato s q u e h a de co n ten e r, los q u e no h an de e star más sep a rad o s q u e lo que precisen las co n d icio n es d e tra b a jo .

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El aceite es u n gran c a p ta d o r de to d a clase d e olores, q u e alteran el arom a n atu ral, q u e es u n o de sus distintivos m ás preciad o s. P o r e sto , es necesario aislar de m anera p erm an en ­ te los hogares, m o to res, etc. La lim pieza de la alm azara ha d e ser una norm a, la p ri­ m era, q u e d eb e cum plirse co m o rito . Piénsese, e n tre o tra s razones, en q u e el aceite es co n su m id o sin esterilización p o ste rio r, en ensaladas y m últiples aliños. El suelo d eb e te n e r u n a pen d ien te suave, 1 p o r 100, q u e p e rm ita una lim pieza a fo n d o , y ta n to él co m o las p ared es serán im perm eables. Si a esta im perm eabilidad se une la b e ­ lleza, m u ch o m ejor, ya q u e está c o m p ro b a d o q u e la estética en las instalaciones industriales p ro d u c e d ividendos. El lem a d e to d o alm azarero d eb e ser lim pieza, lim pieza y lim pieza. D e aquí surge la consecuencia de situ a r la alm azara en sitio en q u e el agua se e n c u e n tre en relativa abundancia, adem ás de q u e es necesaria para diversas m anipulaciones. Si hay posibilidad, d eb e c o n stru irse la alm azara a p ro v e ­ c h a n d o desniveles del te rre n o , pues si bien n o p o d em o s c o n ­ ced er a la disposición en cascada la im p o rtan cia q u e se le ha d a d o en el ex tra n je ro , n o se p u e d e n negar sus ventajas.

Sistema de extracción

En la actu a lid a d , se tra b a ja in ten sam en te en to d a s las nanaciones oleícolas, b u sc a n d o la solución q u e p arece más ac e rta d a p ara la ex tracció n del aceite, su p rim ien d o los a p a ­ ra to s actuales, m olederos y prensas. D icha solución es la ex ­ tra c ta ra co n tin u a, de la q u e en E spaña ha h a b id o an tec ed en ­ tes, y q u e esp eram o s q u e se consiga diflnitivam ente p o r t é c ­ nicos españoles. En esto hem os d a d o , y seguirem os dan d o , lecciones al m undo. En el sistem a actual de m o led o res y prensas, el m aestro d e alm azara d eb e co n o c er su oficio a la perfección, si se q u iere o b te n e r aceites de calidad. Las aceitunas serán lavadas, antes de p ro c e d e r a su t r itu ­ ració n , co n agua caliente. Si, co m o es lo general, se reco lec­ tan a «vareo», las aceitunas se ensucian d e tie rra y estiércol, adem ás d e las contam inaciones q u e sufran en el tra n s p o rte y

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atro jad o . Se c o m p re n d e q u e ningún b ien p u ed e n ocasionar al aceite estas su cied ad es y co n tam in acio n es. Pero si, a d e ­ más, la tie rra es caliza, tien d e a fo rm a r ja b ó n , q ue qu ed a en suspensión en la m ism a m asa del aceite, co m u n ican d o a este su ca rac te rístic o sa b o r. El 3gua caliente facilita la limpiez* y sirve p a ra ir d an d o a la m asa la tem p eratu ra* ó p tim a p ara la extracción . La op eració n d e ex tracció n se re d u ce, en el fo n d o , a un filtraje. El elem en to filtran te es la p ro p ia m asa d e la aceituna, que, p o r sí sola, a m ed id a q u e se va h acien d o el agotam iento de la p a rte líquida, q u e en p rin cip io es la q u e dom ina, vá co n stitu y en d o el sistem a filtrante. H ay , p o r ta n to , una re n o ­ vación co n tin u a d a de la p ared e x terio r, siem p re a base de que b u e n a p a rte d e las p rrtíc u la s iniciales siguen en su sitio y form an la c o n te x tu ra d e la p a re d filtrante. La m isión del cap ach o es p ro d u c ir, al su b d iv id ir la m asa, una serie d e capas y q u e en to d a s ellas p u ed a form arse la superficie filtrante. Los líq u id o s siguen a trav és del tejido del cap ach o , p ero han sido inicialm ente filtrados, p o r la propia m asa. La tritu ra c ió n de las aceitu n as al p ro d u c ir la m asa filtran­ te, adem ás, n atu ra lm e n te , d e ro m p e r las celdillas del aceite, adquiere un papel d e gran im p o rtan cia. El efecto más c o ­ rriente h o y es la excesiva disgregación, q u e dificulta el filtra­ do a trav é s de la m asa, q u e intensifica la form ació n de b o rras y lodos, y q u e facilita la em ulsión del aceite y del agua de vegetación. U na p rá ctica d e fe c tu o sa se sigue en p a rte de n u estras almazaras, d ejan d o u na m asa tritu ra d a p ara p ren sar al día siguiente. E ste erro r, b asa d o en la p érd id a de tiem po que significaría esp erar to d a s las m añanas a q u e se m uela la p ri­ mer tare a, lleva consigo la existencia de ferm entaciones q u e se em piezan a p ro d u c ir seg u ram en te en la m asa al cabo de dos horas. La to ta l falta de lim pieza diaria d e rulos y em pie­ dras, y el u so d e cap ach o s su cios so n o tra s ta n ta s causas d e ferm entación y desco m p o sició n , no to d a s fáciles de evitar. En el em pleo de b a tid o ra s y te rm o b a tid o ra s, se olvidan muchas veces las con clu sio n es a q u e llegaron h o m b res tan em inentes en el cam po olivarero com o D o n P ed ro Solís y el M arqués d e C ab ra , según los cuales, el beneficioso em pleo de esto s ap a ra to s desap arecería cu an d o el n ú m ero de rev o ­ luciones fu ese m ay o r de 8, n ú m ero ideal q u e fijaron ex p eriinentalm ente. Del: en ser p ro sc rita s to d a s las b atid o ra s con

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velocidades excesivas, así co m o aquellas en las qu e no se rem ueve co n stan te m e n te la p arte de masa en c o n ta c to con las paredes calientes. La aplicación del calor en determ in a­ dos p u n to s de un aparato a tem p e ra tu ra de 50 o más gradoscentígrados, es nefasto par? la b u en a calidad de los aceites, p o rq u e con ellos se ad ultera y perjudica el olor, el sab o r y el color de los mismos. Existe ac tualm ente una acusada ten den cia en España a utilizar de n uev o las telas filtrantes, q u e fueron empleadas p o r el M arq u és de Acapulco y p o r su c o la b o ra d o r el Inge­ niero Sr. Quintanilla, para o b te n e r una p arte de aceite que denom inan virgen. N a d a habría q ue o p o n e r a q ue se hiciera em pleo de ellas en la misma form a y condiciones co m o las utilizaron sus d escub rido res, ya que, en efecto, a través de ella p u ed e o b ­ tenerse una c a n tid a d de m ay o r o m en or consideración de aceite sin necesidad de presión; y p o r ta n to , encajado en la denom inación dé virgen. Pero en su m o d ern a y últim a aplicación, cuya difusión es m u y grande, se causan considerables daños a los aceites, ya i q ue se sum inistran estos aparatos asociados a t e rm o b a tid o -í ras de masa. Se dá, además, el caso de que, com o, au m e n ta n d o la t e m - | p e ra tu ra de las te rm o b a tid o ra s , la ca n tid ad de aceite qu e sej ob tien e es m ayo r, esto sirve de acicate para fo rzar a q u e lla ,, causando un irreparable dañ o a la industria oleícola en g e-’; neral, al envilecer los aceites. Pude em plearse el sistem a de telas filtrantes A capulco-] Quintanilla bien en el co n ju n to de aparato s que co nstituy en ] las almazaras según las patentes de estos señores, o ya adic-J cio nan do el ap arato q ue las utilice en las almazaras con pren-' sa, antes de pasar la masa a ellas d espués de tritu rad a . En cu a n to a la altura del cargo, se ha c o m p ro b a d o e x p e -| « m e n ta lm e n te q ue las m edidas recom endables son las que c o rresp o n d en a distancias, e n tre el plato d e la v agoneta y el, p u en te, qu e oscilen de 1'80 a 2'20 m etros. El aceite o b te n id o p o r presiones lentas es superior, sobrej t o d o en lim pidez, al q u e se obtiene en presiones rápidas.; Pero las cualidades básicas del aceite no sufren d eterio ro si,, u lterio rm ente, la decantación es perfecta, y a ello hay q ue ir ya q u e las presiones lentas resulten m u ch o más caras. El n ú m e ro de aprieto s q u e d eben darse a la masa ha sido m u y d iscu tid o en España, único país, p o r o tra parte, d o n d e i

se realiza u na sola presión en m uchas almazaras provistas de batidoras. La conclusión a q u e se ha llegado en el C on greso de O leicultura es categórica; deben darse do s apiietos. El aum ento de p ro d u c c ió n en kilogram os m o ltu rad o s, q u e lle­ va consigo la presión única, q u e d a anulado p o r un m ay o r consum o de capachos. En cam bio, el rendim iento y la calidad son favorables a las d o s presiones. Y no o lvidem os que esta última la h em os señalado com o m eta de la industria. La rápida separación de los aceites y los alpechines se realiza p erfe c ta m e n te en las almazaras p o r simples d e c a n ta ­ ciones. N o som os partidarios del uso de supercentrífugas, que dañan a la calidad de los aceites y q ue resultan aparatos costo sos y complejos. El lavado y filtrado son perjudiciales para los aceites fi­ nos. T éngase en cuenta, co m o hecho d em o strativ o , q u e los conserveros de pescados, co nsu m id o res d e los mejores acei­ tes, rehu yen , c u a n d o les es posible, co m p ra r aceites lavados. El filtrado es reco m endable para los aceites mal e la b o ra ­ dos, ya que ésto s ganan, p o r lo menos, en presentación. Y, pot últim o, el alm acenam iento y embalaje, constitu y en la fase final de c=ta industria. En los tiem pos primitivos, se acon dicion aba el aceite en tinajas de barro cocido, que aún se ven h o y en algunas al­ mazaras. D esp ués, los d e p ó sito s de hierro, ju n ta m e n te con los trujales, o almacenes sub terrán eo s, han venido a genera­ lizar en esta form a los lugares más ap ro pia do s en nu estros tiem pos para el m ejor acondicionam iento del aceite de oliva. Los dep ó sito s de hierro son los envases en los q u e c o ­ m ún m en te se conservan h o y los aceites q u e se p ro d u c e n en las almazaras y los trujales, d o n d e generalm ente, en n u estro s tiem pos, los conserven los almacenistas. Aquéllos son de c h a ­ pa de hierro, bien rectangulares o cilindricos, y éstos, casi siempre rectangulares, son grandes co m p artim ien to s co n s tru i­ dos en el subsuelo d e las b odegas de los almacenistas, p erfec­ tam ente estancados, con el suelo ligeramente inclinado para recoger en un extrem o, en pilita cilindrica, los re stos del d e ­ pósito para que p u ed a n ser extraídos p o r b o m b a . Las p a r e ­ des, revestidas de losetas d e cristal o de cerámica vidriada constituyen a m o d o de u na h abitación to ta lm e n te revestida de dichas losetas so b re material ad-hoc, q u e im pide q u e p o r sus ju n ta s se p u ed a filtrar la más mínima ca n tid a d de aceite. El aceite acondicionado de esta m anera en p o d e r del al­ m acenista o del e x p o r ta d o r, se trasiega p o r m edio de b o m -

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b as de u nos d e p ó sito s d e h ierro a o tro s , o de tru jal a trujal, p ara realizar aquellas operaciones d e m ezcla o coupages, q u e ' son necesarias p ara p re p ara r los d istin to s tip o s o unificar ca­ lidades d e clase o acidez determ in ad a. En n u e stro s tiem pos, el m áxim o p erfeccionam iento en el acondicionam iento del aceite de oliva se h a co n seguido de esta form a, p ero cu id an d o de lim piar p erfec ta m e n te los d e - | p ó sito s o tru jales, c u a n d o se destinen a co n te n e r aceites de calidades diferentes, p ara q u e el olo r, el co lo r y el sa b o r de las calidades, q u e hayan de in tro d u cirse en ellos, no tengan I ninguna alteración. N o q u erem o s term in ar esta p a rte d e n u e stra m o d esta exposición sin h acer n o ta r la necesidad d e q u e en el esta b le ­ cim iento de nuevas alm azaras seria m uy conveniente se tu -j vieran en cu e n ta las grandes ventajas de to d o o rd e n q u e en-j cierra el sistem a c o o p e ra tiv o . Y d esean d o q u e la re d d e al­ m acenes reguladores de aceite, en realización p o r el S indicato V ertical del O livo, tenga efectiv id ad en n u e stra provincia.

Revalorización de los subproductos

O c u p a el o ru jo el p rim er lugar en los s u b p ro d u c to s del aceite. En la provincia, existen seis fá b iic a s d e aceite d e o ru jo , co m b in ad as con fábricas de ja b ó n co m ú n . Hay, adem ás, o tra s 17 fábricas d e ja b ó n , q u e utilizan b o rra s y tu rb io s . En general, estas in d u strias han d e seguir el m ism o ritm o qu e la del aceite. Sus instalaciones son relativam ente mo-j dernas. La utilización del o ru jo p ara pienso se hace de u n a m a­ nera prim itiva y sim ple. El o ru jo h a de te n e r m ay o r im p o rtan cia en el p o rv e n ir, cu a n d o se consiga e x tra e r de él las p ro teín a s q u e encierra,; d an d o lugar a un m ejor ap ro v ech a m ie n to co m o pienso. En t s t e m ism o sen tid o se trab aja so b re los alpechinesJ Es de o b serv ació n vulgar el pro ceso ferm en tativ o q u e se p ro d u c e en las alpechineras, y la fre c u e n te aparición de n a -

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tas c o n stitu id a s p o r lev ad u ras de los géneros, Jorutopsis Cándida y JAycoderma, q u e crecen de m o d o esp o n tán eo en los alpechines y es lógico p u ed a n p ro liferar con m ay o r m o tiv o , d esp u és d e tra ta m ie n to s ad ecu ad o s, d an d o lugar a una p o si­ ble p ro d u c c ió n de lev aduras-piensos.

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INDUSTRIA DEL VINO La ex ten sió n del viñedo en la provincia viene a ser de 15 a 20.000 H as. Siendo un cultivo m uy ex ten d id o , m uchas veces asociado —el 70 p o r 100—y casi siem pre en fincas de p eq u e ñ a superficie, es lógico q u e los d a to s estad ístico s no p u ed an ser m uy exactos. V em os q u e solo un 1 p o r 100, ap ro x im ad am en te, de la extensión provincial se dedica a e ste cultivo. C o m o consecuencia d e la parcelación del cu ltiv o y d e lo fácil que resu lta hacer vino, b u e n o o m alo, la in d u stria no tien e casi re p resen tació n reai. Y desd e luego, no es d e la im ­ p o rtan c ia de la del aceite. Las zonas viticu lto ras d e m ás im p o rtan cia son las d e Alcu éscar-M o n tan ch e z, C añam ero, C illeros y Jerte. La p ro d u c c ió n m edia anual de vino, dificilísim a de c o m ­ p ro b a r, p u ed e calcularse en 40.000 Hls. cifra q u e re p re se n ta ­ ría un co n su m o de 8 litros p o r h a b ita n te y año, m uy inferior al de 61'30 litros que se considera norm al en España. C laro está q u e sin te n e r en cu e n ta el au m en to artificial q u e re p re ­ sen ta el aguado y cu y o valor es b a s ta n te m ás im p o rta n te de lo q u e a prim era vista p u d ie ra parecer. Sin em bargo, el valor d e la p ro d u c c ió n m erece q u e se ten g a en cuenta este cu ltiv o , si no lo m ereciera tam bién p o r o tro s m o tiv o s. Según cálculos oficiales, se eleva a m ás d e 30 m illones d e pesetas el valor d e to d o s los p ro d u c to s del vi­ ñ e d o cacereño. El 90 p o r 100 de la uva se d estina a vinificación, p o r lo q u e, p rácticam en te, p u e d e d ecirse q u e to d a n u estra cosecha se tran sfo rm a en vino.

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El alto valor d e la p ro d u c c ió n , con u n a ca n tid a d re la ti­ v am en te p eq u e ñ a de H ls., se d eb e a la calid ad del vino y al gran ap recio q u e de él se hace en el co m ercio provincial. C o m o es co n o c id o d e to d o s , ap a rte d e las características o rg an o lép ticas, es el g ra d o alcohólico lo q u e da v alo r a un vino. P u es bien, los vinos d e la p ro v in cia son d e elev ad a g radu ació n . En análisis realizad o s p o r n o so tro s, en C añ am e­ ro , hem o s e n c o n tra d o no p o co s vinos q u e p asab an d e 17 g ra d o s d e alcohol. P ero los vinos tu rb io s de la p ro v in cia d e C áceres tienen una característica q u e les hace m u ch o m ás in teresan tes. El ilu stre Ingeniero A gró n o m o e insigne enólogo D o n Juan M arcilla (p. e. p. d.) fijó en ellos su aten ció n de m anera m uy especial, escrib ien d o en una de sus o b ras lo siguiente: «Los vinos de C áceres no han sido estu d iad o s, qu e sepam os, ni ap en as son conocidos fu era de la pro v in cia, p ero m erecen atención p u es p oseen m érito s y p a rtic u la rid a d e s m uy sin g u la ­ res. E s cu rio so (y no obedece solo a p reju icio s n i a g u sto s p o ­ co selectos), qu e se estim en en m ás cierto s vinos tu rb io s, de co lo r q u eb rad o , q u e los de vivo m atiz e im p ecab le brillan tez. H em o s ten id o ocasión de v isitar, d em asiad o rá p id a m en te, el p u eb lo de M ontánchez y nos fué d ado a p re c ia r la ca lid a d m uy n o ta b le y su m am en te p ec u lia r de sus m ejo res vinos tin to s, de escasa capa, los cuales, desp u és de fe rm e n ta r y d escu b a­ d os a tin a ja s de poca cabida, d ejan d o b astan te vacío, crían u n a flor o nata, fo rm a d a p o r v e rd a d e ra s le v ad u ras y no p o r los ÍMycodermai, v u lg ares y p erju d icia les flores d el vino. E stas le v ad u ras son an álo g as a las de la flor de los vinos de Je re z, M ontilla y S an lu car y, com o en ellos, o rig in a en su vida un ve­ lo sobre los vinos de ex q u isito s aro m as y g u sto s. Los vinos de M ontánchez son los únicos tintos qu e se crían con flor de le v a­ d u ra, en tre los q u e conocem os h asta el día».

H asta aquí lo q u e dice M arcilla. C u a n d o cu rsam o s con él la asig n atu ra de E nología, co n v ersam o s so b re estas cu e s­ tio n es, d e m o strá n d o n o s siem p re el en o rm e in terés q u e ten ía p o r esto s vinos. Esta característica biológica de n u e stro s vinos, es, p re c i­ sam en te, la q u e nos señala el cam ino a seguir p o r esta in­ d u stria.

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VICENTE MURIEL JIMENEZ

Viticultura El re m u n e ra d o r precio alcanzado p o r los p ro d u c to s del v iñ ed o , tener una viña ha sido sinónim o d e p ro sp e rid a d , h a p erm itid o q u e el cu ltiv o se h ay a realizado d e la fo rm a m ás p erfec ta posible. L ab o res, ab o n o s, etc., n o se le reg atea a la viña, p o rq u e los paga con creces. Y se h a d esarro llad o el afán d e realizar nuevas p lan tac io ­ nes. S o b re este p u n to q u erem o s d e te n e rn o s b rev em en te. Se en c u en tra en vigor la legislación en v irtu d d e la cual es la Je fa tu ra A gronóm ica la q u e d eb e co n c e d e r p erm iso , para nuevas plantaciones. Se p re te n d ió con estas órd en es ev itar los peligros d e la s u p e rp ro d u c c ió n . Así, resu lta q u e el au m en to d e la extensión del viñ ed o está p erfec ta m e n te o r­ den ad o . P ero n u e stro s agricultores, al realizar las plantaciones, y so b re to d o al regenerar las antiguas, se han o lv id ad o del p e ­ ligro tre m e n d o d e la filoxera, y hoy se po n en m uchas cepas de la v arie d ad vinífera, sin utilizar p a tro n e s d e vid am ericad a, en los d istin to s tip o s de p ro d u c to s q u e p re sen ta el c o ­ m ercio. Es necesario llevar al ánim o de esto s ag ricu lto res que, si la filoxera h a desaparecidof*es precisam ente p o r el uso d e la vid am ericana, y q u e es po sib le, si se s'guen o lv id an d o de ella, q u e cu a n d o m enos lo esp eren , se p re se n te con to d as sus catastróficas consecuencias. El estab lecim ien to d e viveros provinciales, d o n d e se o b ­ tu v ieran los p o rta -in je rto s m ás a d e cu ad o s a las zonas de la provincia, y a precios m ás en consonancia co n su c o ste de p ro d u c c ió n , seria la fo rm a definitiva, segura y eficaz p ara la elevación p ro d u c tiv a d e n u e s tro s fu tu ro s viñedos.

V in icu ltu ra

C o m o to d o s saben, el vino se o b tien e a p artir del m o s­

EL OLIVO, LA VID E INDUSTRIAS DERIVADAS

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to , p ro d u c id o p o r el ap lastam ien to de las uvas. La vinificación es u n a industria de fermentación y esta es la operació n fu n d a ­ m ental y básica, p u e sto q u e es la q u e origina la tra n s fo rm a ­ ción del m o sto en vino. P asteu r, u n o de los más em inentes genios de la h u m an i­ d ad , d esc u b rió q u e la ferm en tació n era p ro d u c id a p o r u n o s seres vivos, d e tam añ o pequeñísim os, h o n g o s m icroscópicos, qu e h o y clasificam os en la clase Jcomycetos, O rd e n Saccbaromycaíes, Familia Saccbaromycetáceas, a los q u e llam am os lev a­ duras. P o r ta n to , to d o lo q u e el h o m b re tien e q u e h acer en esta in d u stria se red u ce, a u n q u e no sea sencillo, a p ro c u ra r la m ultiplicación d e estas lev ad u ras, colo cán d o las en co n d icio ­ nes ó p tim as de vida, y h acien d o im p o sib le o d ificu ltan d o , al m ism o tiem p o , la co n cu rren cia de los m ás seres q u e c o n sti­ tu y e n la flora m icrobiana ex isten te en los m o sto s y vinos. El llevar a b u e n fin la ferm en tació n d e un m o sto exige u n a serie d e co n o cim ien to s de ca rác te r científico y técn ico q u e están m uy lejos del alcance de n u e stro s m o d esto s b o ­ d eg u ero s. N a tu ra lm e n te , q u e c u a n d o D ios d isp o n e q u e de u na ti­ naja, ab a n d o n ad a a su p ro p ia su erte , salga el m ás ex q u isito d e los vinos, no h ay n ad a q u e o b jetar. P ero nadie p u ed e e n ­ c o n tra r racional este a b a n d o n o , q u e las m ás de las veces p ro d u c e re su ltad o s to ta lm e n te o p u e sto s, au n q u e la v an id ad de los v itic u lto res q u iera negarlo. M ucha g ente cree q u e hay «recetas mitogrosas» para p ro d u ­ cir b u e n o s vinos. N a d a de eso. Lo q u e hay es co n o cim ien to s científicos, vigilancia, in terv en ció n ad ecu ad a, trab a jo s y p re o ­ cupacio n es. D ígalo sino D o n M atías R odríguez, F arm acéu tico de C añ am ero y u n o de los p o co s b o d e g u e ro s q u e en la p ro ­ vincia saben lo q u e es el vino. Esas falsas recetas y fó rm u las quím icas, esos p ro d u c to s enoló g ico s, q u e se anuncian com o la so lución de to d o s los p ro b lem as q u e se plan tean en la vinificación, han sid o la causa del envilecim iento d e m u ch o s de los vinos d e M ontán ch e z. El p o rv e n ir de n u e stro s vinos está, precicam en te, en su tipificación. H em o s de m an ten er el tip o actual, en su m ejor calidad, p ro c u ra n d o q u e el m ay o r p o rc e n ta je de la cosecha re sp o n d a a ese tip o . Y, d esp u é s, in te n ta r su p erar la calidad. P ero n o d eb e pensarse en la p ro d u c c ió n de tip o s d e vinos, clásicos de o tra s regiones, p o rq u e no se conseguirían re su l­

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VICENTE MURIEL JIMENEZ EL OLIVO, LA VID E INDUSTRIAS DERIVADAS

ta d o s favorables, p u es se o p o n en a ello razo n es científicas, técnicas y económ icas. O rie n ta d a la in d u stria en el sen tid o d e m ejorar n u estro s vinos, d e n tro de su tip o , en calidad y ca n tid a d , vam os a e x ­ p o n er b re v em en te los m edios q u e han de utilizarse. Se im pone el estu d io enológico de los vinos, tu rb io s o n o , tin to s y blancos. S olam ente cu an d o se conozcan a fo n ­ d o , científica y no em píricam ente, la flora m icrobiana de n u e stro s m o sto s y sus condiciones ó p tim a s de vida y d esa­ rrollo, se estará en el cam ino q u e posibilite aquellas m ejoras. En los vinos tu rb io s es d o n d e este e stu d io ha de reali­ zarse m ás d eten id a m e n te , p u esto q u e son los de m ay o r v a­ lor económ ico. La intervención, de tip o m icrobiológico, exi­ girá el establecim iento de la b o ra to rio s ad ecu ad o s, d o ta d o s de personal y m edios suficientes. D ichos la b o ra to rio s p o ­ drían ser anejos d e las b odegas m ás im p o rtan tes, q u e ta m ­ bién h abrían de crearse. La falta de técnica en la vinificación, tal com o se realiza a c tu alm en te en la provincia, o b ed e ce a dos razones: la p ri­ m era, la acabam os de enunciar al referirn o s al d esc o n o ci­ m iento científico de los vinos; la segunda, es de o rd e n e c o ­ nóm ico. Son pocas las in d u strias de vino en la provincia. C asi to d a s carecen del capital necesario para te n e r técnicos d irecto res. M uchísim as hay q u e reciben el n o m b re de b o d e ­ gas en el m ás estric to sen tid o ho g areñ o de la palab ra, pues en ellas coexisten la tinaja del vino con la del aceite, los co l­ g ad ero s de la m atan za con los d e vegetales pasificados, etc., fo rm a n d o un conglom erado en el q u e ninguno de los c o m ­ p o n e n te s recibe ningún beneficio p o r la vecin d ad de los resrestantes. En estas circunstancias, es p o co p ro b a b le q u e el capital se arriesgue a instalacciones co sto sas y d e re su ltad o s, para él no m uy seguros, p o r lo m enos en c o rto tiem po. N o s en c o n tram o s ante una in d u stria q u e evolucionará m uy len tam en te, ,'si no recibe ay u d a oficia!, en el aspecto científico, naturalm ente. H ay, sin em bargo, u n a solución que nos atrevem os a ca­ lificar de ideal: es la b o d eg a co o p erativ a. Es un h ec h o c o m p ro b a d o p o r la p ráctica, q u e en los p u eb lo s vitícolas d o n d e funcionan Bodegas C o o p era tiv a s han m ejorado las calidades d e los vinos, perfeccio n an d o los tip o s característico s y ofreciendo al consum o grandes cantidades de vinos uniform es, con to d a clase de garantías.

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L os m edianos y p eq u e ñ o s p ro p ieta rio s, los ap arcero s y co lo n o s, en c u a d ra d o s en las 189 Bodegas C o o p era tiv a s q u e existen en España, han e n c o n tra d o a trav é s de ellas lo q u e indiv id u alm en te n o h u b ieran p o d id o alcanzar nunca: in stala­ ciones m o d ern as para la elab o ració n y crianza d e sus vinos, p erso n al c o m p e te n te q u e los dirija y vigile; adquisición fácil d e elem en to s in d isp en sab les p ara el cu ltiv o y c ré d ito s para su norm al desen v o lv im ien to eco n ó m ico . R ecuérdese q u e ten em o s p u eb lo s en la provincia, com o C añ am ero , d o n d e el n ú m ero de v itic u lto res pasa d e 450, y en los q u e la Bodega C o o p era tiv a es sencillam ente in d isp en ­ sable, b o d e g a q u e h ab ría d e co n stru irse y c o o p e ra tiv a q u e h abría d e organizar, au n q u e h u b iese q u e lu ch ar c o n tra la idiosincrasia de los m ism os v iticu lto res, d o s veces in d iv id u a­ listas, p o r cam pesinos y p o r extrem eñ o s. Sin em b arg o , c u a n d o este año se p ro d u jo un relativo e n ­ vilecim iento de los precio s de la uva, esto s la b ra d o res su sp i­ ra b an p o r una Bodega C o o p era tiv a , q u e no tien en , es cierto , p o rq u e no su p iero n ap ro v ech ar los g en erosos o frecim ien to s del M in iste rio d e A gricultura. En estas crisis de p recio s, es cu a n d o las C o o p era tiv a s se han co n stitu id o en m ay o r n ú ­ m ero en España. Y es en N av arra, p ro v in cia d e las m ás a d e ­ lantad as agrícolam ente, d o n d e el n ú m ero d e Bodegas C o o p e ­ rativas es m ayor. Las d o s in d u strias, la del aceite y la del vino, p u ed e n , y d e b e n d esarro llarse en la provincia, d e n tro de la o rien tació n c o o p e ra tiv ista , q u e el M o v im ien to N acional h a m arcad o a su O rg an izació n Sindical, p u e sto q u e las c o o p e rativ as reali­ zan la fu n ció n social m ás im p o rtan te de q u e está n ecesitad o el cam p o español, al co n v e rtir el m inifundio del cultiv o en el latifu n d io para la in d u strializació n de los p ro d u c to s agrí­ colas, fó rm u la co m p lem en taria a la parcelación o división d e la p ro p ie d a d , p ara no d ejar ab a n d o n ad as e indefensas las p e ­ queñas u n id ad es ag ro económ icas, lo gradas con la g en ero sa ap o rta ció n de un E stad o co n scien te de su resp o n sab ilid ad y co n el esfu erzo perso n al de los m ás m o d esto s c u ltiv a ­ d o res.

IV

POSIBILIDADES DE INDUSTRIAS TEXTILES EN NUESTRA PROVINCIA POR

Francisco Cid G óm ez Roduifo In g e n ie ro In d u stria l

Encinas, e Iltmas. Autoridades, señores, camaradas: Es para mí, señores q ue m e escucháis, h a r to difícil o c u ­ par esta trib u n a, p o r la q u e han p asado h o m b re s avezados al estu d io , elocuentes y ex p e rim en tad os en estas lides. Más de una vez, pensé declinar el h o n o r, q u e se me hacía ac o rd án d o se de mí, p ero el d e b e r se im p u so y acepté, pues d e b e r de t o d o s es, en estas horas de renovación, ac ep tar el sacrificio, si con él se lleva un grano de arena q u e sirva para la re con strucción de n u e stra Patria. El tem a q ue se me indicó, y del cual voy a hablaros, Posibilidades de Industrias Textiles en nuestra Provincia, es m u y amplio y com plejo, si p re te n d e m o s analizarlo en to d o s sus aspectos; p o r eso me vais a perm itir q u e os lea el trab a jo que he hecho, y en el cual he p ro c u ra d o co n d e n sar en io posible y ceñirme a lo q u e estim o más interesante, d esd e mi p u n to de vista. Lo h e dividido en tres partes, q u e si bien son diferentes, guardan sin em b arg o una íntim a relación; en la prim era p a r ­ te, desp u é s de unas consideraciones generales so b re la n ec e­ sidad de industrialización en n u estra provincia, se estu dia el pano ram a actual de la ind u stria lanera, en cu a n to se refiere a la m ateria prima; la segu nda se dedica al algodón co m o m ateria textil y en cu a n to se refiere al fo m e n to de su c u lti­ vo; y en la tercera, se enum eran algunas de las fibras artifi­ ciales y sintéticas, y se b o s q u e ja algo d e lo q ue son y signi­ fican h o y en el m u n d o textil; p o rq u e en tien d o que es nece­ sario vivir un p o c o en el m o m e n to científico actual, a más de que, p o r el gran in cre m en to q ue han to m a d o , c o n s titu y e n un grave peligro para el f u t u r o de la p ro d u c c ió n de las fi­ b ras n aturales.

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FRANCISCO CID GOMEZ RODULFO

Necesidad de industrialización

España es un país p o b re , en el q u e el nivel d e vida es s u ­ m am en te bajo y cuy a po tencialidad económ ica co m o Nación resulta n o to ria m e n te escasa en com paración con o tro s países de análogo grado de cu ltu ra y civilización. C ie rto q u e te n em o s grandes g ru p o s u rb a n o s c o m o M a ­ d rid y Barcelona, zonas industriales ricas y prósperas, co m o C atalu ñ a y V ascongadas, y zonas de gran fertilidad, co m o las h u e rta s de Valencia y M urcia. Pero España no es solam ente M a d rid o Barcelona, Bilbao o Valencia. La masa principal de n u e s tro suelo está c o n s titu id a p o r las áridas m esetas de C a s ­ tilla, p o r regiones sem idesérticas azotadas periódicam ente p o r el p a ro estacional. Y c o m o la p a rte más im p o rta n te del país es p o b re , el c o n ju n to tam bién lo es. Basta re c o rre r España, y c o m p a ra r sus co ndiciones de vida con las de o tras naciones de la E u ro p a O ccidental. U n p rim er índice lo c o n s titu y e la re n ta nacional p o r h a ­ b itante. En España, las cifras de antes de la guerra arrojaban u na m edia de cien dólares o ro p o r h a b ita n te y año, n o to ria ­ m en te inferior no solo a la p ró sp e ra N o rte a m é ric a y a la ri­ ca Inglaterra, sino a la de t o d o s los países q u e con n o s o tro s fo rm a n esta p a rte del C o n tin e n te , incluso a la de Francia. En el te rre n o de la alim entación o c u rre lo mismo, pues al lado de las 3.700 calorías q u e a b so rv e diariam ente el in­ glés m edio, las 3.660 del francés o las 3.110 del italiano, el español solo se alimenta a ra zó n de 2.500 calorías diarias. Se nos p u e d e o b jetar q u e el clima y o tro s factores p u e ­ d e n te n e r influencia en esto. Es v erdad, pero la divergencia e n tre estos índices d e c o n su m o s n u estro s y los de o tro s paí­ ses, es t a n to más acen tu ad a cu a n to m enos indispensable es el p r o d u c to y p o r ta n to más elástica su dem anda. En lo que se refiere al algodón, p o r ejem plo, q u e es el textil em pleado co n preferencia en los países d e nivel d e vida bajo, el c o n s u ­ m o español era de 3 l /2 kilos p o r hab itan te y año ap ro xim a­ d am ente, m ientras q u e en el O c cid en te E u ro p e o , oscilaba de 6 a 8 kilos p o r h a b itan te y año. M a y o r es to d av ía la diferencia en o tro s artículos, que,

PO SIB IL ID A D ES D E IN D U ST R IA S T E X TIL ES

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p o r ser m enos esenciales, reflejan m ejor el g ra d o d e bien estar alcanzado p o r u n país. En Francia, Inglaterra y Alemania, circulaban diez veces más autom óviles p o r u n id a d de población q u e en España. Análoga afirmación ofrecen los índices relativos ex p resa­ d o s p o r los c o n su m o s de hierro , c a rb ó n y o tro s p r o d u c to s industriales. La electricidad se em plea en el h o g ar y en la fábrica, en los tra n s p o rte s y en to d a s las m anifestaciones d e la vida de u na nación. P o r ello, la energía eléctrica g astada refleja, a la vez q u e la inten sid ad de la actividad d e las necesidades e c o ­ nóm icas, el grado de bienestar de q u e d isfru ta un país. En el año 1940, Alemania consum ía 542 k w h . p o r h a b ita n ­ te y año, Francia 377 kw h., Italia 307 kw h. y España solam en­ te 130 kw h. p o r h a b itan te al año. T o d o s esto s índices reflejan bien claram en te q u e so m o s po b re s y vivimos mal, y q u e existía el peligro d e q u e se acentuara n u estra po b re za, d e n o enderezarse el r u m b o d e la evolución en la ec onom ía española. Gracias a la inteligente política de industrialización de nuestra Patria, iniciada p o r n u e stro C audillo, estos índices tienden a m ejorar n o ta b le m e n te , y es de esperar q u e en un fu tu ro p ró x im o p o d a m o s inco rp o rarn o s d e lleno al ritm o de vida de las naciones más civilizadas. A n o s o tr o s nos toca, pues, a y u d a r con n u e s tro esfuerzo y en la m ed id a d e n u e stra s disponibilidades. Si España se h u b iera industrializado en la d e b id a p r o ­ porción y al ritm o q ue o tras naciones, el cam p o no rete n d ría esa gran masa de potencial laboral, c u yo in a d ec u ad o em pleo dism inuye la p ro d u c tib ilid a d y p o r ta n to la re n ta nacional, rebajando el nivel de vida, y no nos e n c o n traríam o s en la actualidad re trasad os en co m paración con las dem ás naciones, que con n o s o tro s form an el O c cid en te E u ro p e o . Es, pues, necesario ir a la industrialización de extensas z o ­ nas de n u estra Patria. Las nuevas fábricas habrían de a b s o rver m an o de obra, aliviando al cam po de sus excedentes, los salarios tenderían a elevarse, con lo q u e crecería la capaci­ dad adquisitiva de la gran masa de la p ob lación. Es d e gran im portancia p ara el d esenvolvim iento i n d u s ­ trial, la situación geográfica de las instalaciones y las c a ra c te ­ rísticas propias de cada región, para d e term in a r q u é clase de Industria sería la más conveniente. C o n c re ta m e n te , en nuestra provincia sería un acierto la

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FRANCISCO CID QOMEZ RODULFO

instalación d e industrias textiles, ya q u e las disponibilidades energéticas, c a rb ó n y electricidad, no son grandes, p ero en cam bio sí lo son las de potencial l a b o r a l e s decir, seria a c o n ­ sejable el p ro m o v e r en esta región el desenvo lvim ien to de industrias ligeras, textiles y de artículos de c o n su m o general, en q ue se requiera m ucha m ano de o b ra y m enos energía. A más de que siendo esta región em inen tem ente agrícola y ga^ nadera, p r o d u c to r a de m aterias primas textiles, lana y algo­ d ó n de calidades inm ejorables, sería un acierto la instalación de industrias capaces de a b so rv er las m aterias primas p r o ­ ducidas en la provincia. N o es nueva en n u e s tra provincia la in dustria textil, pues si alargamos la vista a siglos pasados, en c o n tra m o s q u e se ejercía, y con relativa im portancia, en diversas localidades, en C asar de Palom ero, T orrejoncillo, Alcuéscar, Valverde del Fresno, Peraleda de la M ata y so b re t o d o en H ervás, d o n d e ya, en el año 1492, se ejercía esta industria, p u e s to que c u a n ­ d o la expulsión de los jud íos nos en c o n tram o s con apellidos fo rm a d o s del arte u oficio q ue practicaban y así aparece el apellido T e x e d o r, sinónimo de tejedo r, C a rd o s o y otros.fj T a m b ié n en el siglo XV, el D u q u e de Béjar, a c u y o d u c a d o pertenecía Hervás, concede licencia para m o n ta r calderas de teñ ir lanas y paños, y a H ervás acud en m u ch o s fabricantes de Béjar n teñir sus p r o d u c to s , a pesar de estarles p ro h ib i­ d o , p u es esta operación era exclusiva de los tintes q u e p e r­ tenecían al D u q u e . En 1699, se concede licencia a los fafricantes de Hervás para v e n d e r los lienzos fabricados en la Villa, en la Lonja de la calle de T o le d o de M ad rid. En 1723, se autoriza p o r el D u q u e de Béjar la fabricación de paños finos, y, ya an teriora m ente, había c o n c ed id o la fabricación de bayeta. Y es en esta Villa de Hervás d o n d e aun su b riste esta in­ du stria co m o tal industria, tal vez p o r su p ro xim id ad e in­ fluencia con Béjar, pero tam bién in d u dab lem en te p or el espí-t: ritu in n o v a d o r de sus industriales, q ue han sabido m archar y renovarse al ritm o de las exigencias y adelantos de la técnica m od erna. C u á n to s lugares de diversas localidades de la provincia conservan aún el n o m b re de lavadedos, aquí mismo a las puer-i tas de la capital, en A rroy o de la Luz, se conservan aun edi­ ficaciones y re sto s de lo q u e fueron lavaderos de lanas. Y si en tiem p o s preté rito s se lavaron lanas, ¿p o r q ué noy no ha de hacerse en este lugar, d o n d e tiene las mejores condiciones

POSIBILIDADES DE INDUSTRIAS TEXTILES

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para ello, en el centro d e una región gran p r o d u c to r a de las mejores calidades, d o n d e hay aguas suficientes en ca n tid a d y calidad a d e cu ad a y al lado de buenas vías de com unicación? Basta para ello el espíritu e m p re n d e d o r de sus habitantes, p a ­ ra acondicionarlo con arreglo a la técnica m oderna, y el c a ­ pital necesario ansioso de m ayores beneficios. N o solam ente la industria lanera tiene abolengo en n u e s ­ tra provincia, sino q u e tam b ién existió una industria sericí­ cola de gran prestigio en Z arza la M ayor, q u e data de los tiem p os d e la reconq uista, alcanzando su apogéo en el siglo XVU1, y desapareciendo casi to ta lm e n te a principios del XIX, a causa de la invasión francesa. Los gusanos, p o r lo visto, c o n tin u aro n p ro c re á n d o se ellos solos hasta principios del siglo XX. D e tie m p o inmemorial, existe en este p u eb lo el barrio y el pozo del tinte, d o n d e , según la tradición, se. teñía la seda, y tam b ién la calle del torno, d o n d e al parecer se hilaba y torcía. H o y se conserva el magnífico edificio q ue hay frente a la Iglesia Parroquial, q u e fué co n s tru id o p o r una com pañía, que se fo rm ó para exp lo tar la industria sericícola, y q ue una p arte de él o cupa hoy la Casa C onsistorial de Z a rz a la M ayor. t

Panorama actual de la industria

U na vez q ue hem os visto la necesidad de la industriali­ zación en n u estra provincia y la conveniencia d e instalar in­ dustrias textiles p o r las condiciones q u e en ella co ncurren , a más de su historia, p o d íam o s abogar o tra serie de razones, c o m o son, la conveniencia de descentralizar la industria de los ce n tro s d o n d e está aglomerada, crean d o o tro s nuevos; p o r tra ta rs e de una industria q ue o cu p a un prim er lugar e n ­ tre las actividades fabriles d e n u estro país; p o r figurar sus p ro d u c to s co m o artículos de prim era necesidad para el c o n ­ su m o d e la población civil, para el e q u ip o de n u estro s sol­ d ad o s, etc.; p o r o cup a r un lugar prefere n te en la atención q ue hoy es preciso dedicar a los p rob lem as del m erc ad o ex ­ terior, d a d o el volum en de divisas q u e representan las i m ­ p o rtac io n es de fibras textiles. En la industria textil, al igual que en to d a s las d em ás, ha

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h a b id o a lo largo de su historia p e río d o s de estancam iento y p erío d o s d e rápid os avances; h o y nos e n c o n tram o s en u n o de estos últim os, no solo p o r la perfección de las m áquinas p ara la p ro d u c c ió n , sino principalm ente p o r la c a n tid a d y varie d ad d e nuevas fibras textiles sintéticas, q u e ca d a día salen al m ercado. Puede decirse qu e d o s m otivos im pulsaron al h o m b r e a desarrollar la industria textil: u n o , el deseo de abrigarse; o tro , el p u d o r. A m edida q ue fué p ro g resan d o , amplió sus ho riz o n te s y au m en tó sus necesidades, p erfeccionando la indu stria h a s ta llegar a alcanzar el en o rm e desarrollo actual q u e to d o s conocem o s. N o vam os a insistir so b re la im p o rtan cia del vestid o, s o ­ b re su jera rq u ía de artículo de prim era necesidad: tanto como el comer, es frase familiar en tre n oso tro s; y si nos c o n c re ta ­ m o s al bello sexo, el vestir y, so b re t o d o , el vestir bien, llega a ser u n a obsesión m ay o r aun q u e la de estar bien alim enta­ do. T o d o s los industriales y econom istas están de ac u erd o en qu e el bienestar, el p erío d o industrial de un país, se refle­ ja y se m ide p o r el vestido, p o r la ca n tid a d y calidad del m ism o q u e ca d a ciud ad a n o consum e. Si estam o s atento s a las necesidades de vestir de nu estros co nciudadan os, nos darem os cu e n ta de lo m u ch o q u e nos falta para alcanzar un índice relativam ente m o d e s to en el vestido. Y si m iram os hacia atrás y pensam os en las enorm es masas hum anas deficientem ente vestidas, nos d arem os c u e n ­ ta de que las posibilidades de desarrollo de la industria te x ­ til son tod av ía ilimitadas.

LA NA

Técnicam ente, se da el n o m b re de lana exclusivamente al pelo p ro p o rcio n ad o p o r el carnero Ovis aries, reservándose el n o m b re genérico de pelo para los dem ás mamíferos. Si m iram os p o r el ocular de un m icroscopio, en cuyo p o rta o b je to s hayam os co loca d o una fibra de lana, nos en ­ co n tra rem o s con un p an oram a maravilloso de los m uch o s que la naturaleza nos brinda. V erem os q u e esta fibra está co n stitu id a p o r tres partes esenciales: un canal m edular, ge­ neralm ente lleno de una sustancia más o m enos blanda; las paredes o c u e rp o principal de la fibra o z o n a cortical, f o r ­ m ada p o r células; y las escamas situad as en su p a rte e x t e ­ rior. En las lanas m uy finas suele faltar el canal m ed ular o p o r lo m enos no es visible. La fibra em pieza en su base p o r el b u lb o o raíz e m p o ­ tra d o en la piel del animal, el tallo o p a rte libre, q u e se va adelgazando lentam ente h asta el ex trem o , h asta term inar en p u n ta afilada, cu an do no ha sido aún c o rta d o . H aciend o resbalar su avem ente en tre los d ed o s u n a fibra m uy fieltrante, se p u ed e apreciar p erfe c ta m e n te el sentido de estas escamas p o r la diferencia qu e se n o ta en el f r o ta ­ miento al hacerla deslizar hacia un e x tre m o o hacia o tro . Al e n c o n trarse dos fibras en el sentido c o n tra rio la una de la o tra, se c o m p re n d e qu e se engancharán m u tu a m e n te . A e s ­ to se d eb e la p ro p ie d a d fieltrante c o m p letam en te carasterística y exclusiva de la lana. La lana es la fibra cu ya e s tru c tu r a es más compleja. Si se añade a e sto las pro p ied a d es de esta materia, se c o m p r e n d e ­

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rá fácilmente la necesidad q ue tiene t o d o industrial lanero, de co n o c e r a fo n d o las características de la materia que m a­ nipula. Son m uchas las p ro p ied a d es q ue h ay q u e ten er en cu e n ta para co n o c e r la a p titu d técnica de una lana, para una aplicación determ inada, así co m o para co n o c er su valor c o ­ mercial. E n tre ellas p o d e m o s citar: la lon gitu d de la fibra; la finura o diám etro; la resistencia o elasticidad; el rizado o crispadura; la un ifo rm id ad de la fibra; la limpieza; la higroscopicidad; la flexibilidad; el colo r y el brillo; el p o d e r aislan­ te del calor; el ta c to , etc., etc. D irem os dos palabras solam ente de aquellas que consi­ d eram o s de m a y o r interés.

F in u r a o d i á m e t r o . — Esta es la p r o p ie d a d más aprecia­ d a en las lanas, d e n tro de una misma clase o categoría. D e un m o d o general, p u ed e decirse q u e el diám etro varía de 15 mieras o milésimas de m ilímetro, hasta 45 mieras. En el len­ guaje industrial, se llaman merinas a to d a s las lanas finas y fieltrantes m u y rizadas y con u na gran d en sid ad de escam as, y entrefinas y ordinarias a las de m ay o r diám etro . Para d e ­ signar la finura, más bien desde un p u n to de vista comercial, existen ta n to s m é to d o s co m o países p r o d u c to r e s , no h abién­ do se a d o p t a d o hasta el pre sente ningún sistema in tern a­ cional.

L o n g i t u d .— Al h ablar de la longitud de las lanas, nos r e ­ ferim os siem pre a la lon gitud real, q ue es la q u e tiene la fi­ bra estirada, p u e s to q u e tiene la lo ngitud aparente, o sea, la q ue tiene la fibra sir. p e rd e r su rizado natural. La longitud de las lanas finas varía entre u n o s cu a tro y doce centím etros, y para las lanas cruzas o entrefinas, e n tre diez y veinte ce n ­ tím e tr o s , y las p ro c e d e n te s d e algunas razas inglesas p u ed e n alcanzar h a s ta cu a ren ta centím etros.

P o d e r f i e l t r a n í e .— Esta es una p ro p ie d a d exclusiva y ca­ racterística de la lana y q u e solam enta este textil la presenta:

se d e b e a las escamas q u e tiene la fibra en su superficie. Ba­ jo la influencia de la h u m e d a d , del calor y del m ovim iento con cierta presión, (b a ta n ad o ), las fibras de lana q ued an uni­

POSIBILIDADES DE INDUSTRIAS TEXTILES

das unas con o tras en una masa com p ac ta, de tal m anera qu e se fabrican una especie de artículos d en o m in ad o s fieltros sin el co nc u rso de la hilatura ni del tejido. El paño es un tejido q u e, si bien ha sido fabricad o en el telar, una de las principa­ les operaciones q u e sufre es el b a ta n a d o , el cual le hace e x ­ p erim entar un encojim iento o co ntracció n grande, q u e llega hasta más de un 30 p o r 100, d ejando su superficie lisa y v e ­ lluda, sin q u e sea posible ver los c ru zam ien to s de los hilos. EÍ p o d e r fieltrante de una lana d e p e n d e no solo del n ú ­ m ero de escamas, sino de su form a y resistencia, así com o de la finura de la fibra. El n ú m ero de escamas en las fibras es m uy variable, pero p o d e m o s decir q u e las lanas finas tienen 1.200 escamas p o r m ilím etro, y su altura o grueso es del ord e n de la ce ntésim a de milímetro. Además, son de form as m uy diversas, pues unas abarcan to d a la circunferencia de la fibra, m ientras en o tras solam ente una parte, estan d o colocadas unas encim a d e otras co m o en un e m p e d ra d o . Se dice de la fibra de lana q u e es irrecfularmente irregular y así vem os q u e c a d a ,e s c a m a es diferente en form a y tam añ o de la an terio r y p osterio r. D e b id o a esta e s tru c tu r a tan com pleja, no axiste ningún m é to d o científico exacto, p ara co n ocer el grado de fieltraje de una lana, y solo la práctica p u ed e indicar cuales son las más aptas en este sentido. D irem os tam bién dos palabras de algunos d efectos esp e­ ciales, ya q ue desgraciadam ente ab u n d a n b a s ta n te en las d i­ ferentes p artidas de lanas de n u estro país. U n o de ellos es la irregularidad del d iám etro de las fibras; esta p u e d e consistir en diferencias de unas fibras a o tras o bien en diferencias de d iám etros en u n a misma fibra. Las prim eras suelen p ro c e d e r de razas o ganados mal selecciona­ dos, mientras que la segunda es pro p ia de una mala alimen­ tación o en ferm ed a d del animal. O t r o es la presencia de pelo m u e rto o jarroso. Este es un d e fecto q u e hace d esm erecer m u ch o las pilas q u e lo tienen en alguna ca ntid ad , p ues su presencia se acusa siem pre en t o d o el tran sc u rso de la fabrición con las m erm as consiguien­ tes y, so b re t o d o , desp ués de ac abado el artículo, a causa de la dificultad con q u e se tiñe, q u e d a n d o casi siem pre más claro q u e la lana a qu e acom paña. En general, es d eb id o a una m ala alimentación del ganado. La pez con que m arcan los gan ad eros sus reses, c o n s titu ­

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ye o tro d efecto m u y generalizado p o r desgracia, pues esta sustancia no se disuelve en el lavado con ningún p r o d u c t o , y hay necesid ad de cortarla, es decir, en el ap a rta d o o clases de las lanas hay q ue separar los tro z o s de vellón q ue tienen la m arca y d espu és a m ano y con tijeras, ir c o r ta n d o el b o ­ t ó n de pez q u e está en la p u n ta de la fibra, o p eració n m u y c o sto s a y q u e hace d epreciar tam b ién las partidas, máxime que la marca se la po nen en el lom o de la oveja, es decir, la parte del vellón q u e m ejor fibra tiene. En cu a n to a la co m posición química, m u y com pleja t a m ­ bién, solo direm o s q ue la fibra está form ada principalm ente p o r cjueratina, album inoide fu n dam en tal del cabello, uñas, epiderm is, etc.; y conviene d estacar que en su com posición e nira el azufre, p o r ser la única m ateria textil q u e contiene este elem ento quím ico y p o rq u e suele d a r origen a varios inconvenientes. La cjueratina es d e naturaleza anfótertí, o sea, q ue pre sen ta p rop ied a d es ta n t o ácidas co m o básicas, d e p e n ­ dientes del m edio en q ue se encuentre, p re d o m in a n d o sin em ­ bargo las pro pied ad es básicas, p ro p ie d a d m uy interesante para el técnico textil y m u y de ten er en cu e nta en diferentes operaciones de su m anipulado. Por hidrólesis se d e s c o m p o ­ ne, d a n d o diversos am inoácidos.

Clasificación com ercial de las lanas P o d em o s decir, en principio, que cada país tiene una cla­ sificación p ro p ia y b asa da en diferentes p ro p ie d a d e s de la fibra; así p o r ejem plo, Inglaterra las designa ac tu a lm e nte b a ­ jo el n ú m ero q u e representa su posibilidad de hilatura; Ale­ mania se sirve de un m é to d o empírico de las Aes sucesivas; en Francia el sistema es tam bién com plicad o y aun diferente, según sus regiones. N o o b s ta n te , d esd e el año 1928, se han realizado m u c h o s trab a jo s encam inados a u n a clasificación internacional, trab a jo s q u e ha reu nido la Federación Lanera Internacional y p o d e m o s decir que en la actualidad existe una m arcada tendencia para clasificar las lanas p o r la finura de sus fibras, d eb ien d o determ inarse esta finura p o r el m é t o ­ d o m icroscópico y establecer la escala d e finuras en mieras. P uedo inform aros q u e para el p ró x im o mes d e M ayo se

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anuncia u n C o n g reso Lanero Internacional, en Barcelona, y seguram en te una de las ponencias d e gran interés versará so b re esta clasificación internacional de las lanas. En España han sido los com erciantes laneros los q u e, si­ guiendo u n a c o s tu b re ancestral, han aplicado designaciones típicas y regionales a los distintos tip o s de nuestras lanas. Al parecer, fué la A grupación d e C o m ercia n te s Laneros del F o­ m ento del T ra b a jo Nacional de Barcelona, la que, en el año 1928, a d o p tó una clasificación cu y os tipos y d e n o m in a c io n e s sirvieron en principio para la q u e luego, p o s terio rm e n te , el S ecto r Lana del S indicato Nacional T ex til fijó co m o oficial y es la q u e h o y rige en España. E sta clasificación, co m o sabéis, c o m p re n d e dos g ru p o s 1 blancas y negras; y d e n tro del g ru p o d e las blancas, hace o ch o tipos, los tres prim eros para los m erinos, los tres si­ guientes, o sea hasta el tipo VI inclusive, para los entrefinos, y el VII y el VIII, son b a s to s y ch u rro s respectivam ente. En el g ru p o de las lanas negras, hacen seis tipos, el prim ero, qu e es el tipo IX, las finas negras, el X, el XI y el XII, para las e n ­ trefinas, y el XIII y el XIV para las bastas y churras. Esta clasificación, apa rte de o tro s detalles, adolece de un defecto, y es la falta de precisión en la definición de cada u n o d e esto s tipos, co n lo cual es difícil clasificar a c e rta d a ­ m en te nu estra s lanas, n o solam ente en aquellos casos d e d u ­ das q u e se presentan en los límites de dos tip o s c o n s e c u ti­ vos, sino para determ in a r la clase de cualquier lana en q u e las características no estén n e tam e n te acusadas. O t r a cosa sería, si al lado del tipo o clase y de la d e n o ­ minación comercial y ganadera, se acom pañaran los d iám e­ tros o gruesos d e las fibras en mieras, q u e corresp o n d ieran a cada u n o de ellos. Así, d esde 17,0 mieras hasta 25 co rrespo nderían a los tres tipos de m erino, y d esd e 25,1 mieras h a s ta 35 c o r re s p o n d e ­ rían a los entrefinos, y d e más de 35 mieras serían b a s to s y churros. A estos se tien de h o y c o n las fichas d e «Análisis de la Lana» de cad a partida, pues en ellas, a más de co n sta r los diám etros en mieras de las fibras de diferentes parte s del cuerpo del animal, constarían la longitud, el n ú m ero de o n ­ dulaciones p o r centím etros, la u n ifo rm id ad del vellón, el rendim iento en lavado, la resistencia de las fibras, etc., c u a ­ lidades to d a s q u e d eb e n m erecer especial atención para cía-

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sificar una lana d e b id a m e n te y p o d e r d eterm in ar su valor co m o fibra textil.

Producción y Mercados

Son m u c h o s los países p ro d u c to r e s de lana en el m u n d o , pero, a decir v erdad , el m u n d o nunca ha tenido b a sta n te fibra co n el millón ochocientas mil toneladas q u e apro x im a d am en ­ te p ro d u c e n los setecientos v ein ticuatro millones d e ovejas, ca d a año. N o o b stan te, y p o r m uy curioso q ue parezca, la gu erra había perm itido arreglar un p o c o el déficit, ya q u e a pesar de la en orm e ca ntid ad de lanas que la guerra exige, sin em bargo, se habían ce rrado a los m ercados mundiales una serie d e países consum idores, c o m o Francia, Alemania e Italia, q ue perm itieron hacer unas reservas grandes.En 1945,1a situa­ ción era tal, q u e en Inglaterra se sintió cierta in q u ie tu d an te la en o rm id a d de lanas almacenadas. Pero term inada la guerra, el m u n d o , priv ado de lana d u ra n te varios años, se precipitó en masa a hacer grandes com p ras. Y esas com pra s fu ero n de tal im portancia, q u e h oy, seis años después, las gigantescas reservas se han volatilizado, y c o m o consecuencia, la escala de los precios se tran s to rn ó en p o co s meses, hasta el p u n to de q ue la lana lavada se vende h o y a casi u na libra esterlina p o r libra de peso de 450 gram os, precio jam ás s o ñ a d o p o r los p ro d u c to r e s australianos, ni ta m p o c o p o r los españoles. ¡ Los países principalm ente p ro d u c to ie s d e lana son: A u s­ tralia con 442.000 toneladas; Estad os U nid os con 220.000; N ue va Z elanda con 150.000; Rusia con 140.000; U nión S u d ­ africana con 110.000 y Argentina con 80.000 toneladas. En España, se calcula la cosecha m edia de lana, en un os trein ta y c u a tr o millones d e kilos, de los cuales seis millonés ap ro x im a d am en te co rre s p o n d e n a la lana de peladas o t e ­ nería. El p o rc en taje aprox im ad o q u e guardan e n tre sí las dis­ tintas calidades pro d u c id a s, es el siguiente: lanas merinas el 41 p o r 100; entrefinas finas el 20 p o r 100; entrefinas corrien­ tes el 22 p o r 100 y ordinarias y ch urras el 17 p o r 100. El censo español de ganado lanar se calcula en veintidós millones de cabezas. La p ro d u c c ió n m edía de lana es, p o r

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t a n t o , de u n o y m edio kilos ap rox im a d am en te p o r cabeza C o m p a ra d a esta cifra con la p ro d u c ció n m edia de o tras n a ­ ciones, c o m o es, p o r ejemplo, Am ericana 2,9 kilo», 4 kilos en la Argentina, y 4,1 kilos en Australia, fácilmente p u e d e d e d u ­ cirse q u e la p ro d u c ció n individual d e nuestras ovejas es m u y reducida. Y aún si ten em o s en c u e n ta los rendim ientos medios q u e estas lanas dan al ser lavadas, verem os q u e el kilo y m edio q u e p ro d u c e n n u estras ovejas p o r térm in o m edio, con u n rendim ien to m edio del 40 p o r 100, se nos quedan en 600 gram os d e lana lavada p o r cabeza, m ientras q ue los c u a tro kilos cien gram os, q u e da una oveja en Australia con re n d i­ m ientos m uy superiores a los nu estros, y q u e p o d em o s fijar en u n 50 p o r 100, esta oveja da dos kilo de lana lavada. O sea, que, co m o vemos, el rendim iento p o r cabeza en fibra limpia, es de casi tres y m edia veces más, en com paración con las nuestras. Las causas de esta escasa p ro d u c ció n son varias, p ero las principales p o d e m o s decir q ue son la falta de selección ad e cu ad a en la m ayoría de los re b año s, salvo algunas e x c e p ­ ciones, y el n úm ero excesivo de cabezas p o r unidad de s u ­ perficie de pastos, con la consiguiente mala alim entación y que rara vez se co m p leta con piensos suplem entarios. España ha sido siem pre deficitaria en su p rod uc ción, p ues ya antes del año 1936, se im p o rta b a n d e cinco a siete millones de kilos anuales de lanas sucias d e calidades finas, co m o p o r ejem plo de Australia y El C a b o , si bien se e x p o r ­ tab an de tres a cu a tro millones de kilos, principalm ente c h u ­ rros, b a s to s y negros. Al suspenderse en estos últim os años las im po rtaciones sistemáticas, ha d a d o lugar a un deseq ui­ librio q u e se ha agravado por el hecho de h aberse a u m en ta­ do el utiliage y con ello la capacidad co nsu m id o ra de la in­ dustria, y el requerir h o y el m ercado español una m a y o r p ro p o r c ió n de artículos d e calidad, q u e representan un m a­ y o r co n su m o d e lanas finas, de las q u e som os realm ente d e ­ ficitarios. A ctualm en te y d e b id o al increm ento de estas instalacio­ nes nuevas y del utiliage en general, este c o n s u m o se eleva a u n o s cincuenta millones de kilos de lana en sucio p o r año. Sin t e m o r a exagerar, p o d e m o s decir que el déficit de n uestra p ro d u c c ió n de lana, es de uno s quince a veinte m i­ llones de kilos sucio, y estas circunstancias obligan a m editar s o b re las posibilidades d e n u e s tra p ro d u c c ió n lanar, y a q u e

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de ella dep e n d e en b u en a p a rte la industria en esto s m o m e n ­ tos. Si no es posible, co m o parece, el au m en to del n ú m ero de cabezas de ganado, es necesario ir al increm ento de la p ro d u c ció n individual de ca d a oveja, y m ejora n do a la vez la calidad de lana prod ucida. En n uestra provincia se co rta n uno s dos y m edio a tres millones de kilos, es decir, apro x im a d am en te el 10 p o r 100 de la p ro d u c ció n to tal de España de lanas de c o ite . La m ayor p arte de la lana se v end e en e stad o sucio. Los sistemas a d o p ta d o s para la venta son m uy variados. Preva­ lece, sin em b arg o, el sistema de subasta. Londres es el m er­ ca d o lanero más im p o rta n te del m u n d o , y a él acuden de t o d o s los paises. A hora bien, a pesar de realizarse las sub as­ tas de lana en sucio, se hacen m ediante un rendim iento en lavado garantizado y so b re calidades tam bién garantizadas, ya q ue los lotes han sido previam ente clasificados con to d a pu lcritu d , y co n tro la d o s p o r un O rganism o Oficial. En España, el com ercio de lanas se en cuen tra atrasadísi­ m o. En la m ayoría de los casos, el ganadero español ofrece sus pilas generalm ente am o n to n ad a s sin o rd e n ni concierto y en lugares nada ap ro p ia d o s para la conservación de la fi­ b ra, con vellones q u e p ro c ed en de carneros merinos ju n to s con ch u rro s o basto s m ezclados, y hasta vellones blancos con pardos, es decir, sin la más elemental idea de la clasifi­ cación y del valor del p r o d u c to , ni de la b o n d a d de la fibra q u e poseen. Los com erciantes y c o rred o re s han de ir p u eblo p o r p u eb lo , y aún ganadero tras ganadero, convenciéndoles del p re ­ cio q u e p re te n d e n y diciéndoles a cada un o qu e su lana es la m ejo r del p ueblo, pues si no no se la entregan. Este proced im ie n to es m uy prim itivo, con perjuicio evi­ d e n te , ta n to para el ganadero co m o para el industrial. Hay qu e tran sfo rm ar a fo n d o este sistema, a base de u na organi­ zación m o d ern a y eficiente. C o n miras a esto, se sugiere la idea de c o n stru ir cen­ tro s , q u e podían ser Lonjas Laneras, d o n d e p o d rían reunirse la m ay o r p arte de las pilas de una región, con locales a d e­ cuados, q ue garantizaran al ganadero la conservación de sus lanas en las m ejores condiciones, y con personal id óneo , q ue facilitarían las operaciones de c o m p ra y peso con econom ía ev id ente y con un máxim o de rapidez en su realización. Cáceres, ce n tro de c o n tra tació n lanera de im portancia,

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sería un lugar estratégico para realizar en él un ensayo de este n u ev o sistema.

M anufactura

N o p o d e m o s e n tre ten ern o s en hacer un esquem a siquie­ ra de la fabricación, ni en u m erar la gran variedad de artículos q u e se fabrican, p ero sí direm os q ue to d o s ellos se distinguen p o r ese ta c to suave y cálido, el tacto n oble con q u e se ca­ racteriza la fibra de lana, ta c to qu e no tiene ni p uede imitarse p o r ninguna de las fibras artificiales. D irem os dos palabras del lavado industrial de la fibra y d arem o s algunos d a to s elocuentes: Antes de llegar al lavadero las lanas, h a de hacerse el ap a rta d o o clase, operación de las más im p o rta n te s de la industria, cu a n d o se quiere o b te n e r el m áxim o de ren di­ m iento, ya q ue cada clase te n d rá una aplicación distinta, y p o r consiguiente un valor o estim ación comercial diferente. A p a rte de la raza o la e d a d y otras circunstancias de la res, q u e obligan a una prim era selección p o r vellones e n te ­ ros, es necesario hac er la selección o escogido d e n tro de cada vellón. La lana tiene caracteres m u y d istinto s según la p arte del c u e rp o de d o n d e p ro c e d e n hasta el p u n t o de q u e de un mismo vellón se p ueden sacar hasta ca torce clases direfentes, p o r su finura, longitud, resistencia, elasticidad, rizado, etc., pero, en general, solam ente cu a tro o cinco son las clases q ue se hacen de cada vellón, a más de separar las p orciones de pez o alquitrán q u e en mala h o ra pon en los ganaderos para m arcar las reses y de la cual ya hem os hab lad o . D e sp ué s del ap a rta d o , se lavan los lotes o b te n id o s de cada calidad. Puede afirmarse que el lavado de lana tiene una im portancia capital, p o r lo que se refiere a su calidad, ya q ue se trata de eliminar to d a s sus im purezas, p ero c o n ­ servando al mismo tiem p o las buenas cualidades de las fibras, lo q u e es más difícil de lo que a prim era vista parece. Se han ensayado pro ced im ie n to s de lavados a vase de disolventes, co m o el sulfuro de c a rb o n o , la bencina, el tricloroetileno, etc., p ero estos tienen más inconvenientes q ue ventajas,

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p u e s to q u e la extracción de la grasa es dem esiado com pleta, lo cual es perjudicial para la fibra, pues la hace q u eb radiza; en cam bio, p o r esto s p ro c ed im ie n to s se extra e y se a p ro v e­ cha la lanolina m uy fácilmente. El pro ced im ie n to industrial corriente para lavar a f o n d o , es el que em plea una serie m etó dica de b año s a base de c a r­ b o n a to sódico o po tásico, ja b ó n y algún o tro d etersivo. El p ro ceso poi este pro ced im ie n to co n sta de un b a tid o , para abrir la lana y eliminar en u n a b u en a p a rte la tierra e i m p u ­ rezas gruesas, y el v erd a d e ro lavado o desengrasado p o r m edio del leviatán. El leviatán con sta de una serie de barcas de chap a de hierro, generalm ente cinco, en las q ue la lana se m ueve o p a ­ sa de una a o tra a u to m áticam e n te , mientras se efectúa un lavado m e tó d ico a una te m p e ra tu ra de unos cincuenta gra­ dos. Y finalmente se seca. Para realizar esta im po rtan tísim a operación, en España hay, ac tu alm ente, uno s seten ta lavaderos, o m ejo r dicho, em presas dedicadas a este objeto . En n u estra provincia no hay más q u e dos, u n o en Plasencia y o tro en Hervás. La hilatura de estam b re c u e n ta en España con un os d o s ­ cientos cincuenta mil h u so s de selfatinas y continuas. En nu estra provincia, no hay ninguna. La hilatura de carda se halla re p resen ta d a en n u estro país po r unos trescien tos mil husos de selfatinas, to rn o s y continuas. En n u estra provincia ten em o s tan solo tres mil husos en­ tre selfatinas y to rnos. En el ra m o de tejidos, se calcula en unos d o c e mil telares en to d a España. En la provincia de C áceres disponem os tan solo de unos sesenta, entre mecánicos y manuales. El c o n su m o de materia prim a m a n u fa ctu rad a en la p r o ­ vincia no pasa de uno s d oscien to s mil kilos de lana sucia p a ­ ra carda, y un os quince mil kilos para estam bre . En to tal, do scien to s quince mil kilos, frente a las varias decenas de millones q ue co n sum e la Industria Nacional, y fren te a los tres millones de kilos q u e recolecta la provincia. Estas cifras son bien elocuentes y no necesitan c o m e n ta ­ rio alguno, y a q u e p o r si solas hablan de la p equ eña im p o r­ tancia q u e tienen nuestras M anu factu ra s Laneras. N o o b s ta n te y co m o una prim era etapa de industrializa­ ción, co m o u na prim era aspiración, p o d ría con p o c o esfuer­ z o lavarse en la provincia, to d a s las lanas criadas en ella.

POSIBILIDADES DE INDUSTRIAS TEXTILES

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Bastaría para ello el montaje de otro lavadero más, con una capacidad de trabajo similar al que desde hace d os años funciona en Plasencia.

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d e ella d e p e n d e en b u en a p a r te la industria en esto s m o m e n ­ tos. Si no es posible, co m o parece, el au m en to del n ú m ero d e cabezas d e g anado , es necesario ir al in cre m en to d e la p ro d u c ció n individual de cada oveja, y m ejora n do a la vez la calidad d e lana p rod ucida. En n uestra provincia se co rta n unos do s y m edio a tres millones d e kilos, es decir, a p ro x im a d am en te el 10 p o r 100 de la p ro d u c ció n to ta l de España de lanas de c o ite . La m ay o r p arte d e la lana se vende en e stad o sucio. Los sistemas a d o p ta d o s para la venta son m uy variados. Preva­ lece, sin em b arg o, el sistema de subasta. L ondres es el m er­ cad o lanero más im p o rta n te del m u n d o , y a él acuden de t o d o s los países. A hora bien, a pesar de realizarse la